Presencia de Ursus thibetanus mediterraneus (Forsyth Major, 1873) en la Cova del Bolomor. Tavernes de la Valldigna, Valencia
Inocencio Sarrión Montañana
Josep Fernández Peris
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXVI (Valencia, 2006)
1
Inocencio SARRIÓN MONTAÑANA Y Josep FERNÁNDEZ PERIS*
PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS
(FORSYTH MAJOR, 1873) EN LA COVA DEL BOLOMOR.
TAVERNES DE LA VALLDIGNA, VALENCIA
RESUMEN: Se da a conocer la presencia de Ursus thibetanus mediterraneus en la Cova del
Bolomor. La aparición de este úrsido, unida a la variedad taxonómica determinada en el yacimiento (Macaca, Hemitragus, Hippopotamus, Stephanorhinus, Dama, Hystrix, etc.), junto a Homo heidelbergensis, hace que este yacimiento esté plenamente integrado en las corrientes culturales y faunísticas del Pleistoceno medio-superior continental.
PALABRAS CLAVE: Ursus thibetanus mediterraneus, Cova del Bolomor, Pleistoceno mediosuperior.
ABSTRACT: Presence of Ursus thibetanus mediterraneus in Cova del Bolomor. There is
evidence of the presence of Ursus thibetanus mediterraneus in Cova del Bolomor. The finding of
this ursid, together with the certain taxonomic variety in the archaeological site (Macaca,
Hemitragus, Hippopotamus, Stephanorhinus, Dama, Hystrix, etc), and Homo heidelbergensis, leads
to the complete integration of this archaeological site into the cultural and faunal trends of Mid and
Upper Pleistocene.
KEY WORDS: Ursus thibetanus mediterraneus, Cova del Bolomor, Mid and Upper Pleistocene.
* Gabinet de Fauna Quaternària. Servei d’Investigació Prehistòrica. Museu de Prehistòria. Diputació de València.
C/ Corona 36 - 46003 València. E-mail: gabinet.fauna.quaternaria@dva.gva.es
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I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
INTRODUCCIÓN
Durante los procesos de restauración y clasificación de los materiales óseos procedentes del yacimiento del Pleistoceno medio-superior de la Cova del Bolomor, se hallaron entre los restos de úrsidos tres que, por sus dimensiones y morfología, consideramos
que se engloban en el grupo de los “pequeños úrsidos pleistocenos europeos”. Dada su
singularidad, consideramos de interés darlos a conocer.
MATERIALES, DESCRIPCIÓN Y VALORACIONES
M2 izquierdo (1998, SUB IA, nº 22). OIS 5e/Riss-Würm alpino.
P4 izquierdo (1998, SUB IA). OIS 5e/Riss-Würm alpino.
Radio izquierdo completo (2000, E-XIV, Q5, C14). OIS 7/Riss II/III alpino.
M2 izquierdo (fig. 1)
Molar de pequeñas dimensiones (24.7x15.1), sin raíces, formado únicamente por la
corona, perteneciente a un individuo juvenil. Su estructura es simple, con una ligera inflexión en el extremo vestíbulo-mesial, que corresponde a un esbozo del parastilo. Prosigue
labialmente con dos cúspides similares alineadas, paracono y metacono, que finaliza con
un entrante que da paso al talón (corto y redondeado), marginado por un ligero reborde
de esmalte que lo circunda.
El borde lingual está formado por una cresta continua situada en un nivel más inferior que el labial, con dos pequeños engrosamientos puntuales sin surcos verticales, que
insinúan el protocono y el metacónulo, que finaliza con una inflexión entrante, localizada a la altura de la cumbre del metacono y que coincide con la mitad del molar. En la citada inflexión el bordón marginal se bifurca. La prolongación externa continúa con una
ligerísima elevación que corresponde al hipocono, prosiguiendo y enlazando con el talón.
En la interna, surge una cresta oblicua hasta la mitad del molar, que contacta simétricamente con otra que desciende de la cumbre del metacono.
En la cara lingual se observa un pequeño cíngulo, iniciándose en el extremo superior
mesio-lingual, que desciende por el lóbulo anterior y asciende a la altura del hipocono,
desplazándose y unificándose al bordón que circunda el talón. Este cíngulo en su tramo
anterior apenas tiene relevancia, alcanzando su mayor entidad a la altura del hipocono.
La parte oclusal presenta algunas irregularidades que no alcanzan el grado de cúspulas,
y tiene el talón liso. Se aprecia un sinuoso e irregular surco central, con tendencia hacia
el borde labial, y que ocupa la zona del trígono.
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PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
3
Fig. 1.- M2 izquierdo. Norma oclusal y lingual.
El talón en la parte labial, más que torsionado, se decanta ligeramente por el extremo distal (tabla 1).
Tabla 1.- Dimensiones del M2 izquierdo.
1. Longitud total
24.7
2. Longitud paracono
7.1
3. Longitud metacono
6.8
4. Anchura lóbulo anterior
14.6
5. Anchura lóbulo posterior
15
6. Anchura cumbre paracono-protocono
8.2
7. Longitud postmetacono-talón
9.8
8. Altura paracono
6.7
9. Altura metacono
7.1
10. Altura protocono
6.8
11. Altura hipocono
6.6
Índice 4/1
59.10
Índice 3/2
86.58
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4
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
La morfología simple y primitiva de este pequeño úrsido, así como la reducida
dimensión del talón y su superficie lisa, nos recuerda los caracteres que describió Bonifay
(1962) al tratar los restos molariformes de la Grotte du Prince, y que en su momento
Boule (1910: 248) relacionó con U. etruscus, diferenciándolos así de U. arctos, y que
denominó U. prearctos.
A los úrsidos pleistocenos italianos de pequeña talla, Forsyth Major (1873) los
denominó U. mediterraneus. En este sentido, Fistani y Crégut-Bonnoure (1993), en la
revisión de estos restos, consideraron que la cuestión no estaba todavía resuelta, siendo
preferible reagruparlos en el seno de la especie thibetanus.
En los M2 de U. thibetanus de Grajtan y Cèdres, al margen de las dimensiones, la descripción que Crégut-Bonnoure (1995) hace del de Cèdres coincide con la de nuestro
ejemplar, si bien apreciándose una proliferación de surcos verticales y numerosas granulaciones en el talón, y una implantación asimétrica en la alineación del P4 al M2, más
acentuada en Cèdres (op. cit., fig. 52) que en Grajtan (op. cit., fig. 8). En un ejemplar
actual de U. thibetanus, correspondiente a las colecciones del Gabinet de Fauna
Quaternària, la alineación de los conos, desde el P4 al M2, forma unas líneas rectilíneas
divergentes tanto de los conos labiales como linguales, a la vez que los molares presentan unos anchos cíngulos, sobre todo en el M2, inexistentes en nuestro ejemplar.
Crégut-Bonnoure (1997) en el estudio efectuado de los pequeños úrsidos del sur de
Europa, encuentra unas diferenciaciones morfométricas que le hacen concebir la hipótesis de la existencia, al final del Pleistoceno medio, de tres subespecies de oso del Tíbet:
Ursus thibetanus kurteni para los restos de Cèdres (Provence); U. t. mediterraneus para
los de Grotta Reale (Isla Elba) y U. t. vireti para los de las Arcillas de Bruges (Gironde).
Tabla 2.- Dimensiones comparativas del M2 de varios yacimientos pleistocenos.
M2
Bolomor
Grajtan*
Cèdres**
Blanot 2 **
U.thibetanus (actual)**
n
v
m
U.prearctos***
n
v
Reale ** Bruges**
m
1. L
24.7
27.6
28.5;28.3
27.6;27.4
10
23.1-29 25.61
4
30-32 31.5 26.02
28.62
2. A.lob.Ant.
14.6
15.6
16.3;15.9
15.5;15.3
9
10.2-14.8 13.63
4
17-17
15.42
16.01
3. A.lob.Post.
15.1
14.7
15.6;15.2
9
12.9-14.5 13.78
15.68
12.9
4. Índ. A/L
61.13
56.52
57.19;56.18
53.80
53.96 60.26
55.93
56.15;55.83
* Fistani y Crégut (1993); ** Crégut-Bonnoure (1995; 1997); *** Bonifay (1962).
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PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
5
Nuestro ejemplar encaja en la morfometría de los reseñados, poseyendo una menor
longitud y mayor simplicidad. De los tres comparados, el de Bruges tiene un irrelevante
parastilo al igual que el nuestro, que parece condicionar la longitud del paracono en relación con el metacono, aunque por las dimensiones —anchuras lobulares e índices—, nos
inclinamos por compararlo con la subespecie de Reale, Ursus thibetanus mediterraneus
(Forsyth Major, 1873).
P4 izquierdo (fig. 2 y tabla 3)
Se trata de un pequeño premolar de estructura simple, de planta ovoidal, con el extremo anterior redondeado tendente hacia el interior, y con el posterior aplanado.
Protocónido adelantado, formado por una cúspide agudizada, flanqueada por aristas cóncavas, y que ocupa una posición lateral externa. La cara anterior con torsión lingual, prosigue a modo de cíngulo, decreciendo a la altura del protocónido; la posterior desciende
en dirección labio-distal hasta el cíngulo que forma el talónido. A la vez, desde la cumbre del protocónido, desciende otra fina arista que, con una ligera inflexión, conecta con
un esmalte engrosado —paracónido— que asciende desde el pequeño bordón que forma
el cíngulo lingual, prolongación que circunda el talónido. De la citada inflexión surge un
pequeño verdugón de unos 2.5 mm en dirección al centro del talónido.
Las dos aristas posteriores están formadas por crenulaciones, así como su cíngulo
posterior por una cúspula saliente alineada a la arista posterior, y otras tres más diminutas que forman el cíngulo y que lingualmente lo recorre hasta la mitad del premolar,
donde surge el engrosado sobreelevado, base del paracónido.
Las dos raíces se presentan unificadas (taurodontismo), con una ligera depresión central en ambos lados.
Tabla 3.- Dimensiones comparativas del P4.
P4
Bolomor
U.etruscus
n
v
U.arctos
m
n
v
1. Longitud
11.5
15 10.8-16.3 13.1
2. Anchura
7.6
15
3. Alt. prot.
7.8
11
4. Alt. para.
(4.7)
-
Ind. 2/1
66.08
15
51-61
56
30
Ind. 3/1
67.82
11
47-60
56
22
Ind. 4/1
(40.86)
-
-
-
5
34-51
Cèdres Grajtan Cimay
m
U.thibetanus (actual)
U.thib. (act.)
n
41 9.6-15.9 12.6
10.6
6.3-8.6 7.3
38 5.8-9.7
7.3
6-8.6
7.4
20 6.8-10.3
8
-
-
2
v
m
Col. SIP
9
8.9-10.9
9.2
8.6
10
9.4
5.9
6.2
5.8
9
5.2-6.2
5.85
4.8
-
6.2
-
8
5.2-6.5
5.78
4.8
-
-
-
-
-
-
-
-
51-67
58
55.66
62
61.7
-
-
(59.57)
55.81
55-72
63
-
62
-
-
-
(58.96)
55.81
-
-
-
-
-
-
-
-
6.8-8.1
Ursus etruscus y U. arctos (Torres, 1988); Les Cèdres (Crégut-Bonnoure, 1995); Grajtan, Cimay y U. thibetanus actual (Fistani y Crégut-Bonnoure, 1993).
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Fig. 2.- P4 izquierdo. Norma oclusal y lingual.
Adjuntamos también las dimensiones de los pequeños úrsidos recopilados por
Bonifay (1971), Ursus (Plionarctos) telonensis, Ursus (Plionarctos) sthelini y Ursus
schertsi (tabla 4) y que Crégut-Bonnoure (1997), al recoger la opinión de diversos autores, los integra en el grupo del U. thibetanus.
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PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
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Tabla 4.- Medidas recopiladas por Bonifay (1971).
P4
U. (Plionarctos) telonensis
Cimay
1. L
10.9
U. (Plionarctos) sthelini
Bammenthal
11.1
U. schertzi
Mauer
11.4
2. A
6
6.6
6
Ind.
60
59.45
52.63
Achenheim
11.4
11.1
6.6
5.9
57.89 53.15
10.3
6.1
59.22
El ejemplar está alejado del U. thibetanus de nuestra colección, de planta aplanada,
con protocónido y aristas mas centralizadas y talónido con ligera cúspula. Por debajo del
protocónido, y adosado a la arista posterior, se encuentra una irrelevante cúspide a modo
de cono, que se puede interpretar como incipiente paracónido, y dado lo retrasado del
mismo, ocuparía anatómicamente, el lugar del meta o inclusive del hipocónido.
Otro tanto diríamos respecto al U. arctos, de morfología ovalada, protocónido agudizado pero engrosado, con aristas menos cóncavas junto al protocónido, que ocupa una
posición mas centralizada, sin relevante talónido y con paracónido presente o disminuido al 50%.
La especie U. spelaeus la descartamos por sus caracteres tan diferenciados, y por la
rareza de ésta en nuestra zona. Hasta el presente, solamente hemos hallado un tercio proximal de metatarso IV izquierdo procedente del yacimiento musteriense de Cova Negra
(Xàtiva), atribuible a la misma. También se descarta su pertenencia a U. etruscus y U.
deningeri, por obvias cuestiones bioestratigráficas el primero, y el segundo porque el mayor
desarrollo del paracónido se alcanza con los U. deningeri y U. spelaeus (Torres, 1988).
En relación a la situación de las dos raíces de los P4 de los úrsidos, Torres (1988), al
tratar sobre la unificación de las raíces, solamente encontró esta peculiaridad en los U.
deningeri, en 11 de los 25 ejemplares computados, así como N. García (2003: 345) en la
Sima de los Huesos de Atapuerca, halló 31 entre los 102 recuperados. Por nuestra parte,
en nuestro material fósil y comparativo, los de U. arctos y el U. thibetanus actual las presentan individualizadas. En nueve de U. spelaeus, compuestos por tres adultos y seis
juveniles, entre los primeros solamente uno las presenta unificadas, y en el caso de los
juveniles, tres las tienen individualizadas, y los restantes están en fase de crecimiento,
apuntando dos hacia la bilobulación. En resumen, de ocho P4, uno sólo las presenta unificadas.
Las consideraciones anteriores nos han demostrado lo aleatorio de determinadas
variaciones, tales como la unificación de las raíces y posiblemente la acumulación de las
tres minúsculas cúspulas en el talónido, que condiciona el área oclusal del mismo, como
posiblemente su anchura vestíbulo-lingual; pero la altura del protocónido y los correspondientes índices son más elevados que las medias de las especies comparadas.
Sólamente las máximas de U. etruscus y U. arctos superan la anchura de nuestro ejem—31—
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8
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plar (7.6), sin alcanzarla los restantes. Estos hechos, unidos a la poca o nula entidad del
paracónido tanto en U. etruscus como en U. thibetanus, y por morfometría, hace que lo
consideremos con reservas más propio de Ursus arctos.
Radio izquierdo (fig. 3)
Cuerpo de perfil rectilíneo y planta ligeramente sinuosa, con articulación proximal
potente, y distal oblicuamente dilatada (fig. 4).
La cabeza proximal presenta una tendencia semicircular con la cresta sagital apuntada, ubicada en el borde medial; mucho más torsionada respecto al eje anatómico que la
de los U. arctos y spelaeus, así como con plataforma más alisada, con los bordes más
redondeados que ambos. En vista medial, la carilla articular ocupa una posición equilibrada a ambos lados de la misma y alineada con la cresta sagital, mientras en los restantes mencionados, es totalmente asimétrica, sobre todo en U. arctos (fig. 5).
Las tuberosidades externa y radial se hallan a una misma altura, colindantes con el
cuello y ocupando una posición medial. Son de morfología alargada y se inician al pie
del cuello; la externa, lisa, manifiesta en su extremo distal y medial un pequeño escalón
que resalta la tuberosidad; el radial, más engrosado, forma un verdugón convexo con una
división longitudinal. Al pie del mismo se inicia la rugosidad que forma la cresta posterior, y que ocupa un tercio de la arista o borde medial sin sobresalir de la misma, como
ocurre en las especies arctos y spelaeus.
La epífisis distal presenta un breve surco anterior, seguida de una curva cóncava que
finaliza con una pequeña protuberancia que conforma un pequeño surco externo central,
con un recorrido de 15 mm, tras el cual se difumina. Prosigue la protuberancia central
que la culmina con 13 mm de anchura, tras el cual surge el marcado surco externo posterior con un recorrido de 10 mm que finaliza con una saliente apófisis ulnar alargada y
oblicua, que da soporte a la articulación del mismo, con unas dimensiones de 18x9.5
mm (fig. 6).
La norma plantar presenta una superficie lisa de tendencia cóncava, con una protuberancia cónica que se ubica en el área de la apófisis coronoide, debajo del surco anterior, enmarcando un área cóncava e inclinada a modo de surco, que se forma entre la protuberancia y el extremo medial de la articulación escafolunar. Esta tuberosidad se halla
menos individualizada en los U. arctos y spelaeus, ya que es una prolongación plantar
del reborde medial que forma el surco anterior. En estas especies ocupa una posición más
elevada y alejada de la apófisis coronoide, con una prolongación plana hacia la apófisis
en arctos y con ligera inclinación en spelaeus.
—32—
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. }/
\
Fig. 3.- Radio izquierdo.
—33—
9
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10
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
a
c
a
c
b
b
Fig. 4.- Radio. Norma dorsal y palmar. a, radio izquierdo, U. thibetanus mediterraneus, Bolomor; b, radio izquierdo,
U. arctos, Villanueva de Viver; c, radio derecho, U. spelaea, Santander.
Tabla 5.- Dimensiones del radio.
Radio
Bolomor
U. arctos*
n
v
m
1. Longitud total
239
14
236.3-349.6
300.2
2. D T cuello
21.2
23
19.2-31.2
25.9
3. D T P
33.3
-
-
-
4. D AP P
37.2
-
-
-
5. D T min. P
28.7
17
24.2-38.5
31.8
6. D AP max. P
37.8
18
35-50.3
41.9
7. D T min. diáfisis
21.5
-
-
27.9
8. D T
1/
2
24.5
23
22.1-36.6
9. D AP 1/2 diáfisis
diáfisis
13.2
-
-
-
10. D T D
53.4
19
42.6-70.5
58.4
11. D AP D
28.5
-
-
-
12. D T art. D
36.4
-
-
-
21
-
-
-
13. D AP art. D
Índice 8/1
10.25
15
8-14
9.5
Índice 10/1
22.34
14
18-21
19.4
* Torres (1988).
—34—
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PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
a
b
11
c
Fig. 5.- Radio. Cabeza articular proximal. a, U. th. mediterraneus; b, U. arctos y c, U. spelaea.
a
b
Fig. 6.- Radio. Articulación distal. a, U. th. mediterraneus y b, U. arctos.
Las medidas comparativas con el U. arctos nos muestran la descompensación morfométrica de ambas especies, como se ha observado en las descripciones anteriormente
mencionadas, ajenas a todas ellas. Esta diferenciación, por eliminación, hace que lo integremos dentro del conjunto de los “pequeños úrsidos pleistocenos europeos”, es decir
Ursus thibetanus mediterraneus.
VALORACIONES FINALES
La aparición de los úrsidos de pequeñas dimensiones propició la creación de diversas nomenclaturas: U. (Plionarctos) telonensis, U. stehlini, U. schertzi, U. mediterraneus,
tendiéndose a relacionarlos con formas primitivas, tipo U. thibetanus. (véase CrégutBonnoure, 1997).
Kurten ya admitió en 1977 la existencia en Europa de formas fósiles de esta especie,
considerando errónea la atribución de ciertos restos al Plionarctos. Fistani y Crégut—35—
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12
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
Bonnoure (1993), al tratar los restos de Grajtan, confirman la presencia de la forma fósil
de U. thibetanus en esta cavidad, al igual que en otros yacimientos balcánicos (op. cit. p.
260), de Oriente Medio, atribuidos en su momento al U. mediterraneus, y de Francia
(Aldène, Achenheim, Balaruc VII, Baume-Longue, Blanot 2, Cimay, Montmaurin), extendiéndolos a la Península Ibérica (Cau d’en Borràs y Vilavella, ambos en la provincia de
Castellón). El de Cau d’en Borràs está representado por un pequeño escafolunar, estudiado por Torres en su tesis de licenciatura, no constando en su publicación. La descripción
que hacen del mismo, Fistani y Crégut-Bonnoure, difiere del de Grajtan, considerando si
estas diferenciaciones son de orden individual o subespecífico. En este yacimiento del
Pleistoceno Medio (Carbonell et al., 1979), Estévez halló restos de Hemitragus sp.
Sobre el yacimiento de Vilavella, queremos hacer un inciso, por considerar que hay
un error de clasificación que queremos subsanar. Este yacimiento fue dado a conocer por
Sos Baynat en 1927, con motivo de la extracción de bloques de piedra para la realización
del puerto de Borriana, poniendo al descubierto unos bloques brechosos procedentes de
la base de una diaclasa de unos 40 m de potencia. El estudio de la fauna lo publicó en
1975. Según el autor, la sedimentación estaba compuesta por el nivel basal, 1º, con 4 m
de espesor, conteniendo restos de macro y mesomamíferos: Rhinoceros, úrsidos, cérvidos, félidos etc., de los que se han hecho diversas referencias. El 2º, de 8 m de espesor,
estéril. El 3º, de 2 m, formado por lechos delgados, con una brecha osífera conteniendo
“Epimys y Lagomys”. El 4º, sector de relleno de mucho espesor, lechos desiguales, claros y sonrosados, materiales terrosos, finos, sin restos fósiles y con un espesor de 9 m. El
5º, parte alta del depósito formado por cantos de calizas y areniscas rojas de tamaños
medianos, acompañados de restos vegetales y conchas de Helix, y con un espesor variable de unos 6 m.
El mencionado nivel 3º se ha localizado en la ladera meridional del mismo montículo, en forma de fisuras colmatadas por una durísima brecha en las que se aprecian los
“finos lechos delgados”, conteniendo gran cantidad de micromamíferos, determinándose
las siguientes especies (Sarrión, inédito): Stephanomys thaleri, 67.76%; Castillomys crusafonti crusafonti, 1.9%; Occitanomys brailloni, 1.9%; Apodemus dominans, 14.28%;
Apodemus gorafensis, 5.71%; Prolagus cf. calpensis, 7.61%; Eliomys intermedius, 1.9%;
Muscardinus sp., 0.95%; Myotis sp., 0.95%. Conjunto específico, con taxones con valor
estratigráfico, a caballo del Plioceno Medio y Superior, unidades MN 15b-MN 16a,
entorno a los 3,2-1 Ma. para este nivel 3º, por lo que al nivel 1º, con sus macromamíferos y separado por 8 m estériles del 2º, debe corresponder al menos, a una edad
Rusciniense (MN 15a).
Tras este inciso, volvamos a los restos que nos ocupan. En Bolomor, entre el material estudiado, solamente hemos hallado 9 restos de úrsidos, de los cuales descontando
los tres aludidos, los restantes corresponden a un fragmento de hemimandíbula, dos
fragmentos de M1 derecho e izquierdo (A: 12,5), un M1 izquierdo (L: 24,7; A: 17,2) y dos
falanges terceras, todos ellos correspondientes a Ursus arctos.
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Los restos de Bolomor, con el diminuto M2, y sobre todo el radio, con su estructura y
dimensiones diferenciadas de las especies comparadas, se integran en el grupo del Ursus
thibetanus mediterraneus, que junto a la variedad específica de este yacimiento (Macaca,
Hemitragus, Hippopotamus, Hystrix etc.) y con el probable Homo heildelbergensis, son
característicos de los conjuntos faunísticos del Pleistoceno Medio continental.
Agradecemos a M. Gozalbes y A. Sanchis su colaboración en el tratamiento informático de las
figuras y la corrección del texto.
BIBLIOGRAFÍA
ALFÉREZ, F.; MOLERO, G. Y MALDONADO, E. (1985): “Estudio preliminar del úrsido del yacimiento del
Cuaternario medio de Pinilla del Valle (Madrid)”. Col-Pa, 4, Madrid, p. 59-67.
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14
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
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—38—
[page-n-39]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXVI (Valencia, 2006)
1
Inocencio SARRIÓN MONTAÑANA Y Josep FERNÁNDEZ PERIS*
PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS
(FORSYTH MAJOR, 1873) EN LA COVA DEL BOLOMOR.
TAVERNES DE LA VALLDIGNA, VALENCIA
RESUMEN: Se da a conocer la presencia de Ursus thibetanus mediterraneus en la Cova del
Bolomor. La aparición de este úrsido, unida a la variedad taxonómica determinada en el yacimiento (Macaca, Hemitragus, Hippopotamus, Stephanorhinus, Dama, Hystrix, etc.), junto a Homo heidelbergensis, hace que este yacimiento esté plenamente integrado en las corrientes culturales y faunísticas del Pleistoceno medio-superior continental.
PALABRAS CLAVE: Ursus thibetanus mediterraneus, Cova del Bolomor, Pleistoceno mediosuperior.
ABSTRACT: Presence of Ursus thibetanus mediterraneus in Cova del Bolomor. There is
evidence of the presence of Ursus thibetanus mediterraneus in Cova del Bolomor. The finding of
this ursid, together with the certain taxonomic variety in the archaeological site (Macaca,
Hemitragus, Hippopotamus, Stephanorhinus, Dama, Hystrix, etc), and Homo heidelbergensis, leads
to the complete integration of this archaeological site into the cultural and faunal trends of Mid and
Upper Pleistocene.
KEY WORDS: Ursus thibetanus mediterraneus, Cova del Bolomor, Mid and Upper Pleistocene.
* Gabinet de Fauna Quaternària. Servei d’Investigació Prehistòrica. Museu de Prehistòria. Diputació de València.
C/ Corona 36 - 46003 València. E-mail: gabinet.fauna.quaternaria@dva.gva.es
—25—
[page-n-26]
2
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
INTRODUCCIÓN
Durante los procesos de restauración y clasificación de los materiales óseos procedentes del yacimiento del Pleistoceno medio-superior de la Cova del Bolomor, se hallaron entre los restos de úrsidos tres que, por sus dimensiones y morfología, consideramos
que se engloban en el grupo de los “pequeños úrsidos pleistocenos europeos”. Dada su
singularidad, consideramos de interés darlos a conocer.
MATERIALES, DESCRIPCIÓN Y VALORACIONES
M2 izquierdo (1998, SUB IA, nº 22). OIS 5e/Riss-Würm alpino.
P4 izquierdo (1998, SUB IA). OIS 5e/Riss-Würm alpino.
Radio izquierdo completo (2000, E-XIV, Q5, C14). OIS 7/Riss II/III alpino.
M2 izquierdo (fig. 1)
Molar de pequeñas dimensiones (24.7x15.1), sin raíces, formado únicamente por la
corona, perteneciente a un individuo juvenil. Su estructura es simple, con una ligera inflexión en el extremo vestíbulo-mesial, que corresponde a un esbozo del parastilo. Prosigue
labialmente con dos cúspides similares alineadas, paracono y metacono, que finaliza con
un entrante que da paso al talón (corto y redondeado), marginado por un ligero reborde
de esmalte que lo circunda.
El borde lingual está formado por una cresta continua situada en un nivel más inferior que el labial, con dos pequeños engrosamientos puntuales sin surcos verticales, que
insinúan el protocono y el metacónulo, que finaliza con una inflexión entrante, localizada a la altura de la cumbre del metacono y que coincide con la mitad del molar. En la citada inflexión el bordón marginal se bifurca. La prolongación externa continúa con una
ligerísima elevación que corresponde al hipocono, prosiguiendo y enlazando con el talón.
En la interna, surge una cresta oblicua hasta la mitad del molar, que contacta simétricamente con otra que desciende de la cumbre del metacono.
En la cara lingual se observa un pequeño cíngulo, iniciándose en el extremo superior
mesio-lingual, que desciende por el lóbulo anterior y asciende a la altura del hipocono,
desplazándose y unificándose al bordón que circunda el talón. Este cíngulo en su tramo
anterior apenas tiene relevancia, alcanzando su mayor entidad a la altura del hipocono.
La parte oclusal presenta algunas irregularidades que no alcanzan el grado de cúspulas,
y tiene el talón liso. Se aprecia un sinuoso e irregular surco central, con tendencia hacia
el borde labial, y que ocupa la zona del trígono.
—26—
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PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
3
Fig. 1.- M2 izquierdo. Norma oclusal y lingual.
El talón en la parte labial, más que torsionado, se decanta ligeramente por el extremo distal (tabla 1).
Tabla 1.- Dimensiones del M2 izquierdo.
1. Longitud total
24.7
2. Longitud paracono
7.1
3. Longitud metacono
6.8
4. Anchura lóbulo anterior
14.6
5. Anchura lóbulo posterior
15
6. Anchura cumbre paracono-protocono
8.2
7. Longitud postmetacono-talón
9.8
8. Altura paracono
6.7
9. Altura metacono
7.1
10. Altura protocono
6.8
11. Altura hipocono
6.6
Índice 4/1
59.10
Índice 3/2
86.58
—27—
[page-n-28]
4
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
La morfología simple y primitiva de este pequeño úrsido, así como la reducida
dimensión del talón y su superficie lisa, nos recuerda los caracteres que describió Bonifay
(1962) al tratar los restos molariformes de la Grotte du Prince, y que en su momento
Boule (1910: 248) relacionó con U. etruscus, diferenciándolos así de U. arctos, y que
denominó U. prearctos.
A los úrsidos pleistocenos italianos de pequeña talla, Forsyth Major (1873) los
denominó U. mediterraneus. En este sentido, Fistani y Crégut-Bonnoure (1993), en la
revisión de estos restos, consideraron que la cuestión no estaba todavía resuelta, siendo
preferible reagruparlos en el seno de la especie thibetanus.
En los M2 de U. thibetanus de Grajtan y Cèdres, al margen de las dimensiones, la descripción que Crégut-Bonnoure (1995) hace del de Cèdres coincide con la de nuestro
ejemplar, si bien apreciándose una proliferación de surcos verticales y numerosas granulaciones en el talón, y una implantación asimétrica en la alineación del P4 al M2, más
acentuada en Cèdres (op. cit., fig. 52) que en Grajtan (op. cit., fig. 8). En un ejemplar
actual de U. thibetanus, correspondiente a las colecciones del Gabinet de Fauna
Quaternària, la alineación de los conos, desde el P4 al M2, forma unas líneas rectilíneas
divergentes tanto de los conos labiales como linguales, a la vez que los molares presentan unos anchos cíngulos, sobre todo en el M2, inexistentes en nuestro ejemplar.
Crégut-Bonnoure (1997) en el estudio efectuado de los pequeños úrsidos del sur de
Europa, encuentra unas diferenciaciones morfométricas que le hacen concebir la hipótesis de la existencia, al final del Pleistoceno medio, de tres subespecies de oso del Tíbet:
Ursus thibetanus kurteni para los restos de Cèdres (Provence); U. t. mediterraneus para
los de Grotta Reale (Isla Elba) y U. t. vireti para los de las Arcillas de Bruges (Gironde).
Tabla 2.- Dimensiones comparativas del M2 de varios yacimientos pleistocenos.
M2
Bolomor
Grajtan*
Cèdres**
Blanot 2 **
U.thibetanus (actual)**
n
v
m
U.prearctos***
n
v
Reale ** Bruges**
m
1. L
24.7
27.6
28.5;28.3
27.6;27.4
10
23.1-29 25.61
4
30-32 31.5 26.02
28.62
2. A.lob.Ant.
14.6
15.6
16.3;15.9
15.5;15.3
9
10.2-14.8 13.63
4
17-17
15.42
16.01
3. A.lob.Post.
15.1
14.7
15.6;15.2
9
12.9-14.5 13.78
15.68
12.9
4. Índ. A/L
61.13
56.52
57.19;56.18
53.80
53.96 60.26
55.93
56.15;55.83
* Fistani y Crégut (1993); ** Crégut-Bonnoure (1995; 1997); *** Bonifay (1962).
—28—
17
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PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
5
Nuestro ejemplar encaja en la morfometría de los reseñados, poseyendo una menor
longitud y mayor simplicidad. De los tres comparados, el de Bruges tiene un irrelevante
parastilo al igual que el nuestro, que parece condicionar la longitud del paracono en relación con el metacono, aunque por las dimensiones —anchuras lobulares e índices—, nos
inclinamos por compararlo con la subespecie de Reale, Ursus thibetanus mediterraneus
(Forsyth Major, 1873).
P4 izquierdo (fig. 2 y tabla 3)
Se trata de un pequeño premolar de estructura simple, de planta ovoidal, con el extremo anterior redondeado tendente hacia el interior, y con el posterior aplanado.
Protocónido adelantado, formado por una cúspide agudizada, flanqueada por aristas cóncavas, y que ocupa una posición lateral externa. La cara anterior con torsión lingual, prosigue a modo de cíngulo, decreciendo a la altura del protocónido; la posterior desciende
en dirección labio-distal hasta el cíngulo que forma el talónido. A la vez, desde la cumbre del protocónido, desciende otra fina arista que, con una ligera inflexión, conecta con
un esmalte engrosado —paracónido— que asciende desde el pequeño bordón que forma
el cíngulo lingual, prolongación que circunda el talónido. De la citada inflexión surge un
pequeño verdugón de unos 2.5 mm en dirección al centro del talónido.
Las dos aristas posteriores están formadas por crenulaciones, así como su cíngulo
posterior por una cúspula saliente alineada a la arista posterior, y otras tres más diminutas que forman el cíngulo y que lingualmente lo recorre hasta la mitad del premolar,
donde surge el engrosado sobreelevado, base del paracónido.
Las dos raíces se presentan unificadas (taurodontismo), con una ligera depresión central en ambos lados.
Tabla 3.- Dimensiones comparativas del P4.
P4
Bolomor
U.etruscus
n
v
U.arctos
m
n
v
1. Longitud
11.5
15 10.8-16.3 13.1
2. Anchura
7.6
15
3. Alt. prot.
7.8
11
4. Alt. para.
(4.7)
-
Ind. 2/1
66.08
15
51-61
56
30
Ind. 3/1
67.82
11
47-60
56
22
Ind. 4/1
(40.86)
-
-
-
5
34-51
Cèdres Grajtan Cimay
m
U.thibetanus (actual)
U.thib. (act.)
n
41 9.6-15.9 12.6
10.6
6.3-8.6 7.3
38 5.8-9.7
7.3
6-8.6
7.4
20 6.8-10.3
8
-
-
2
v
m
Col. SIP
9
8.9-10.9
9.2
8.6
10
9.4
5.9
6.2
5.8
9
5.2-6.2
5.85
4.8
-
6.2
-
8
5.2-6.5
5.78
4.8
-
-
-
-
-
-
-
-
51-67
58
55.66
62
61.7
-
-
(59.57)
55.81
55-72
63
-
62
-
-
-
(58.96)
55.81
-
-
-
-
-
-
-
-
6.8-8.1
Ursus etruscus y U. arctos (Torres, 1988); Les Cèdres (Crégut-Bonnoure, 1995); Grajtan, Cimay y U. thibetanus actual (Fistani y Crégut-Bonnoure, 1993).
—29—
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6
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
Fig. 2.- P4 izquierdo. Norma oclusal y lingual.
Adjuntamos también las dimensiones de los pequeños úrsidos recopilados por
Bonifay (1971), Ursus (Plionarctos) telonensis, Ursus (Plionarctos) sthelini y Ursus
schertsi (tabla 4) y que Crégut-Bonnoure (1997), al recoger la opinión de diversos autores, los integra en el grupo del U. thibetanus.
—30—
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PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
7
Tabla 4.- Medidas recopiladas por Bonifay (1971).
P4
U. (Plionarctos) telonensis
Cimay
1. L
10.9
U. (Plionarctos) sthelini
Bammenthal
11.1
U. schertzi
Mauer
11.4
2. A
6
6.6
6
Ind.
60
59.45
52.63
Achenheim
11.4
11.1
6.6
5.9
57.89 53.15
10.3
6.1
59.22
El ejemplar está alejado del U. thibetanus de nuestra colección, de planta aplanada,
con protocónido y aristas mas centralizadas y talónido con ligera cúspula. Por debajo del
protocónido, y adosado a la arista posterior, se encuentra una irrelevante cúspide a modo
de cono, que se puede interpretar como incipiente paracónido, y dado lo retrasado del
mismo, ocuparía anatómicamente, el lugar del meta o inclusive del hipocónido.
Otro tanto diríamos respecto al U. arctos, de morfología ovalada, protocónido agudizado pero engrosado, con aristas menos cóncavas junto al protocónido, que ocupa una
posición mas centralizada, sin relevante talónido y con paracónido presente o disminuido al 50%.
La especie U. spelaeus la descartamos por sus caracteres tan diferenciados, y por la
rareza de ésta en nuestra zona. Hasta el presente, solamente hemos hallado un tercio proximal de metatarso IV izquierdo procedente del yacimiento musteriense de Cova Negra
(Xàtiva), atribuible a la misma. También se descarta su pertenencia a U. etruscus y U.
deningeri, por obvias cuestiones bioestratigráficas el primero, y el segundo porque el mayor
desarrollo del paracónido se alcanza con los U. deningeri y U. spelaeus (Torres, 1988).
En relación a la situación de las dos raíces de los P4 de los úrsidos, Torres (1988), al
tratar sobre la unificación de las raíces, solamente encontró esta peculiaridad en los U.
deningeri, en 11 de los 25 ejemplares computados, así como N. García (2003: 345) en la
Sima de los Huesos de Atapuerca, halló 31 entre los 102 recuperados. Por nuestra parte,
en nuestro material fósil y comparativo, los de U. arctos y el U. thibetanus actual las presentan individualizadas. En nueve de U. spelaeus, compuestos por tres adultos y seis
juveniles, entre los primeros solamente uno las presenta unificadas, y en el caso de los
juveniles, tres las tienen individualizadas, y los restantes están en fase de crecimiento,
apuntando dos hacia la bilobulación. En resumen, de ocho P4, uno sólo las presenta unificadas.
Las consideraciones anteriores nos han demostrado lo aleatorio de determinadas
variaciones, tales como la unificación de las raíces y posiblemente la acumulación de las
tres minúsculas cúspulas en el talónido, que condiciona el área oclusal del mismo, como
posiblemente su anchura vestíbulo-lingual; pero la altura del protocónido y los correspondientes índices son más elevados que las medias de las especies comparadas.
Sólamente las máximas de U. etruscus y U. arctos superan la anchura de nuestro ejem—31—
[page-n-32]
8
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
plar (7.6), sin alcanzarla los restantes. Estos hechos, unidos a la poca o nula entidad del
paracónido tanto en U. etruscus como en U. thibetanus, y por morfometría, hace que lo
consideremos con reservas más propio de Ursus arctos.
Radio izquierdo (fig. 3)
Cuerpo de perfil rectilíneo y planta ligeramente sinuosa, con articulación proximal
potente, y distal oblicuamente dilatada (fig. 4).
La cabeza proximal presenta una tendencia semicircular con la cresta sagital apuntada, ubicada en el borde medial; mucho más torsionada respecto al eje anatómico que la
de los U. arctos y spelaeus, así como con plataforma más alisada, con los bordes más
redondeados que ambos. En vista medial, la carilla articular ocupa una posición equilibrada a ambos lados de la misma y alineada con la cresta sagital, mientras en los restantes mencionados, es totalmente asimétrica, sobre todo en U. arctos (fig. 5).
Las tuberosidades externa y radial se hallan a una misma altura, colindantes con el
cuello y ocupando una posición medial. Son de morfología alargada y se inician al pie
del cuello; la externa, lisa, manifiesta en su extremo distal y medial un pequeño escalón
que resalta la tuberosidad; el radial, más engrosado, forma un verdugón convexo con una
división longitudinal. Al pie del mismo se inicia la rugosidad que forma la cresta posterior, y que ocupa un tercio de la arista o borde medial sin sobresalir de la misma, como
ocurre en las especies arctos y spelaeus.
La epífisis distal presenta un breve surco anterior, seguida de una curva cóncava que
finaliza con una pequeña protuberancia que conforma un pequeño surco externo central,
con un recorrido de 15 mm, tras el cual se difumina. Prosigue la protuberancia central
que la culmina con 13 mm de anchura, tras el cual surge el marcado surco externo posterior con un recorrido de 10 mm que finaliza con una saliente apófisis ulnar alargada y
oblicua, que da soporte a la articulación del mismo, con unas dimensiones de 18x9.5
mm (fig. 6).
La norma plantar presenta una superficie lisa de tendencia cóncava, con una protuberancia cónica que se ubica en el área de la apófisis coronoide, debajo del surco anterior, enmarcando un área cóncava e inclinada a modo de surco, que se forma entre la protuberancia y el extremo medial de la articulación escafolunar. Esta tuberosidad se halla
menos individualizada en los U. arctos y spelaeus, ya que es una prolongación plantar
del reborde medial que forma el surco anterior. En estas especies ocupa una posición más
elevada y alejada de la apófisis coronoide, con una prolongación plana hacia la apófisis
en arctos y con ligera inclinación en spelaeus.
—32—
[page-n-33]
PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
. }/
\
Fig. 3.- Radio izquierdo.
—33—
9
[page-n-34]
10
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
a
c
a
c
b
b
Fig. 4.- Radio. Norma dorsal y palmar. a, radio izquierdo, U. thibetanus mediterraneus, Bolomor; b, radio izquierdo,
U. arctos, Villanueva de Viver; c, radio derecho, U. spelaea, Santander.
Tabla 5.- Dimensiones del radio.
Radio
Bolomor
U. arctos*
n
v
m
1. Longitud total
239
14
236.3-349.6
300.2
2. D T cuello
21.2
23
19.2-31.2
25.9
3. D T P
33.3
-
-
-
4. D AP P
37.2
-
-
-
5. D T min. P
28.7
17
24.2-38.5
31.8
6. D AP max. P
37.8
18
35-50.3
41.9
7. D T min. diáfisis
21.5
-
-
27.9
8. D T
1/
2
24.5
23
22.1-36.6
9. D AP 1/2 diáfisis
diáfisis
13.2
-
-
-
10. D T D
53.4
19
42.6-70.5
58.4
11. D AP D
28.5
-
-
-
12. D T art. D
36.4
-
-
-
21
-
-
-
13. D AP art. D
Índice 8/1
10.25
15
8-14
9.5
Índice 10/1
22.34
14
18-21
19.4
* Torres (1988).
—34—
[page-n-35]
PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
a
b
11
c
Fig. 5.- Radio. Cabeza articular proximal. a, U. th. mediterraneus; b, U. arctos y c, U. spelaea.
a
b
Fig. 6.- Radio. Articulación distal. a, U. th. mediterraneus y b, U. arctos.
Las medidas comparativas con el U. arctos nos muestran la descompensación morfométrica de ambas especies, como se ha observado en las descripciones anteriormente
mencionadas, ajenas a todas ellas. Esta diferenciación, por eliminación, hace que lo integremos dentro del conjunto de los “pequeños úrsidos pleistocenos europeos”, es decir
Ursus thibetanus mediterraneus.
VALORACIONES FINALES
La aparición de los úrsidos de pequeñas dimensiones propició la creación de diversas nomenclaturas: U. (Plionarctos) telonensis, U. stehlini, U. schertzi, U. mediterraneus,
tendiéndose a relacionarlos con formas primitivas, tipo U. thibetanus. (véase CrégutBonnoure, 1997).
Kurten ya admitió en 1977 la existencia en Europa de formas fósiles de esta especie,
considerando errónea la atribución de ciertos restos al Plionarctos. Fistani y Crégut—35—
[page-n-36]
12
I. SARRIÓN MONTAÑANA y J. FERNÁNDEZ PERIS
Bonnoure (1993), al tratar los restos de Grajtan, confirman la presencia de la forma fósil
de U. thibetanus en esta cavidad, al igual que en otros yacimientos balcánicos (op. cit. p.
260), de Oriente Medio, atribuidos en su momento al U. mediterraneus, y de Francia
(Aldène, Achenheim, Balaruc VII, Baume-Longue, Blanot 2, Cimay, Montmaurin), extendiéndolos a la Península Ibérica (Cau d’en Borràs y Vilavella, ambos en la provincia de
Castellón). El de Cau d’en Borràs está representado por un pequeño escafolunar, estudiado por Torres en su tesis de licenciatura, no constando en su publicación. La descripción
que hacen del mismo, Fistani y Crégut-Bonnoure, difiere del de Grajtan, considerando si
estas diferenciaciones son de orden individual o subespecífico. En este yacimiento del
Pleistoceno Medio (Carbonell et al., 1979), Estévez halló restos de Hemitragus sp.
Sobre el yacimiento de Vilavella, queremos hacer un inciso, por considerar que hay
un error de clasificación que queremos subsanar. Este yacimiento fue dado a conocer por
Sos Baynat en 1927, con motivo de la extracción de bloques de piedra para la realización
del puerto de Borriana, poniendo al descubierto unos bloques brechosos procedentes de
la base de una diaclasa de unos 40 m de potencia. El estudio de la fauna lo publicó en
1975. Según el autor, la sedimentación estaba compuesta por el nivel basal, 1º, con 4 m
de espesor, conteniendo restos de macro y mesomamíferos: Rhinoceros, úrsidos, cérvidos, félidos etc., de los que se han hecho diversas referencias. El 2º, de 8 m de espesor,
estéril. El 3º, de 2 m, formado por lechos delgados, con una brecha osífera conteniendo
“Epimys y Lagomys”. El 4º, sector de relleno de mucho espesor, lechos desiguales, claros y sonrosados, materiales terrosos, finos, sin restos fósiles y con un espesor de 9 m. El
5º, parte alta del depósito formado por cantos de calizas y areniscas rojas de tamaños
medianos, acompañados de restos vegetales y conchas de Helix, y con un espesor variable de unos 6 m.
El mencionado nivel 3º se ha localizado en la ladera meridional del mismo montículo, en forma de fisuras colmatadas por una durísima brecha en las que se aprecian los
“finos lechos delgados”, conteniendo gran cantidad de micromamíferos, determinándose
las siguientes especies (Sarrión, inédito): Stephanomys thaleri, 67.76%; Castillomys crusafonti crusafonti, 1.9%; Occitanomys brailloni, 1.9%; Apodemus dominans, 14.28%;
Apodemus gorafensis, 5.71%; Prolagus cf. calpensis, 7.61%; Eliomys intermedius, 1.9%;
Muscardinus sp., 0.95%; Myotis sp., 0.95%. Conjunto específico, con taxones con valor
estratigráfico, a caballo del Plioceno Medio y Superior, unidades MN 15b-MN 16a,
entorno a los 3,2-1 Ma. para este nivel 3º, por lo que al nivel 1º, con sus macromamíferos y separado por 8 m estériles del 2º, debe corresponder al menos, a una edad
Rusciniense (MN 15a).
Tras este inciso, volvamos a los restos que nos ocupan. En Bolomor, entre el material estudiado, solamente hemos hallado 9 restos de úrsidos, de los cuales descontando
los tres aludidos, los restantes corresponden a un fragmento de hemimandíbula, dos
fragmentos de M1 derecho e izquierdo (A: 12,5), un M1 izquierdo (L: 24,7; A: 17,2) y dos
falanges terceras, todos ellos correspondientes a Ursus arctos.
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PRESENCIA DE URSUS THIBETANUS MEDITERRANEUS EN COVA DEL BOLOMOR
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Los restos de Bolomor, con el diminuto M2, y sobre todo el radio, con su estructura y
dimensiones diferenciadas de las especies comparadas, se integran en el grupo del Ursus
thibetanus mediterraneus, que junto a la variedad específica de este yacimiento (Macaca,
Hemitragus, Hippopotamus, Hystrix etc.) y con el probable Homo heildelbergensis, son
característicos de los conjuntos faunísticos del Pleistoceno Medio continental.
Agradecemos a M. Gozalbes y A. Sanchis su colaboración en el tratamiento informático de las
figuras y la corrección del texto.
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