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RCHIVO
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RE'HISTO~IA L EVANTINA
SERVICIO DE IHvEsr161\CJON P RtHISTORICA
DE LA f:'xc.M..\. D tPVTACION P RoVINCIAL DE\I
ALENCIA.
VOL XV
lNsnrvcroN
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MAGNMIIMO
C'o.NSEJo S'vpE JHOR OE {riiVf5rJ; AClON H Cl(l'ol''f\t-lc~S
VALENCIA MCML~ltVlll
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
XV
[page-n-4]
SECCION DE PREHISTORIA EN VALENCIA
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES
CIENTIFICAS
INSTITUCION «ALFONSO EL MAGNANIMO>>
EXCELENTISIMA
DIPUTACION
VALENCIA
PROVINCIAL
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ARCHIVO
DE
PREHISTORIA LEVANTINA
SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DE LA EXCELENTISIMA DIPUTACION
PROVINCIAL DE VALENCIA
VOL. XV
VALENCIA MCMLXXVIII
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L S. 6 N.·· 84-00-0:3194-4
D.¡¡!é,lt<} \~g~l V- 1 124-Hl'J(!.
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IN MEMORIAM
LUIS PERICOT GARCIA
* 1899
t 1978
Director Honorario
del
Servicio de Investigación Prehistórica
JOSE ALCACER GRAU
* 1910
t 1977
Colaborador
del
Servicio de Investigación Prehistórica
[page-n-8]
[page-n-9]
J. GONZALEZ ORTIZ
(Puertollano)
NOTAS SOBRE UN YACIMIENTO PALEOLITICO
OE SUPERFICIE LOCALIZADO
EN EL RIO .JABALON
(Ciudad Real)
Con este trabajo preliminar, pretendo dar a conocer una serie de
útiles paleolíticos hallados durante tres campañas de prospección de
campo en un yacimiento de superficie situado en la margen izquierda
del río J abalón, río de la provincia de Ciudad Real, para así añadir
una serie más de materiales a los ya conocidos y que han ido en estos
últimos años aflorando con gran abundancia en el territorio conocido
con el nombre de Campo de Calatrava (fig. l, 1).
Por razones obvias, los datos reflejados en esta noticia son tan sólo puramente provisionales, ya que el estudio de los materiales hallados, así como el yacimiento no han sido totalmente concluidos.
Por el hecho de ser materiales de superficie y no conocer su situación estratigráfica de una manera satisfactoria, se ha recurrido al estudio tipológico. Por lo tanto, las conclusiones a que llegamos no son
sino meras hipótesis de trabajo, pero en cierto modo necesarias para
contribuir al estudio del período paleolitico en la provincia de Ciudad
Real.
DESCUBRIMIENTO Y SITUACION
La presencia de industrias paleolíticas en el Campo de Calatrava
ya es conocida desde hace varios años por diversos autores, que nos
han ido dejando en numerosos trabajos una clara muestra que contribuye muy eficazmente al estudio del paleolítico en el área que nos
ocupa.
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J. GONZÁLEZ ORTIZ
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Fig 1.-l: Mapa de la provincia de Ciudad Real, con algunas locali:zaciones paleolíticas.
2: Cuadro detalle de la zona del yacimiento-taller.
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YACIMIENTO PALEOLITICO DEL JABALON
3
Diversas estaciones se han ido haciendo presente en estos últimos
tiempos, siendo los lugares preferentemente cursos fluviales en donde
la abundancia de industrias paleolíticas sobrepasan los límites normales de recolección de piezas en una prospección corriente de campo.
Noticias de este yacimiento situado en el río Jabalón, fueron llegando años atrás a través de algunas piezas esporádicas localizadas
fundamentalmente por alumnos del Colegio Universitario y Escuela
Normal de Magisterio de Ciudad Real, que posteriormente, junto con
sus respectivos profesores, don Rafael García Serrano y don Antonio
Ciudad, realizaron sucesivas campañas de prospección de campo con
resultados altamente positivos.
Dichos profesores me proporcionaron las ideas precisas para posteriormente localizar la zona de mayor concentración de útiles, zona
que obliga a considerarla como un yacimiento-taller.
Tras sucesivas prospecciones de campo efectuadas por la zona, se
llegó a localizar una pequeña área de unos 25 metros de diámetro, en
donde la acumulación de piezas hizo que durante tres campañas de
prospección se llegara a recolectar un centenar largo de útiles elaborados, gran cantidad de lascas resultantes de la confección de útiles,
así como algunos núcleos de estracción.
La situación del yacimiento-taller queda a mano izquierda siguiendo el curso de agua del río Jabalón, a unos 35 metros de la orilla, quedando entre medio de la carretera Ciudad Real-Aldea del Rey,
aproximadamente a la altura del kilómetro 25 (fig. l, 2; Lám. I,
1 y 2).
El yacimiento-taller está concentrado en un área de unos 25 a 30
metros de diámetro, aunque fuera de esta área se pueden localizar algunas piezas en las proximidades.
El terreno que ocupa, así como los campos aledaños, reciben el
nombre de «El Chiquero)) por los habitantes del lugar. El yacimiento y
todas las démás tierras próximas están dedicadas al cultivo del olivar
y de la vid, siendo sometido a roturación periódicamente, por lo que
la remoción de tierras hace aflorar nuevas piezas que estaban enterradas.
El río Jabalón, próximo al yacimiento, está seco y forma pequeñas
tablas de aguas en época estival, pero coincidiendo con períodos lluviosos incrementa el caudal de sus aguas que discurren lentamente
hasta desembocar en el río Guadiana.
El clima del Campo de Calatrava, así como el resto de los territo·
ríos manchegos, es de tipo continental extremado, llegando a tempe-
11 -
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'
J. GONZÁLEZ ORTIZ
raturas por bajo de oa en invierno, y en verano una excesiva aridez
que llega a ocupar de 4 a 5 meses. La pluviornetría llega a alcanzar fácilmente los 350 mm.
GEOLOGIA DE LA ZONA
La zona en donde está localizado el yacimiento-taller, así como todo el territorio próximo, en la que se observa un origen aluvial-haloceno (postglaciar), es de tipo Glacis, debido, posiblemente, a una neo-
tectónica durante el Pleistoceno. Las capas de tierras superficiales del
yacimiento corresponden al paquete superior de tierras rojas (paleo-
suelO rojo); el espesor de esta, llamemos primera capa, puede oscilar
de 1 a 8 metros, aproximadamente; la segunda capa está formada por
tierras rojas mezcladas con cantos rodados; una tercera capa está
formada por arenas y cantos rodados, siendo los niveles más inferiores desconocidos hasta el momento de publicación de esta noticia. Esta observación ha sido realizada en varios pozos artesianos utilizados
para regadíos en la proximidad del yacimiento, el más cercano a unos
15 metros, aproximadamente (fig. 2).
A falta de una estratigrafla adecuada se ha recurrido a esta observación de campo, la cual permite conocer, aunque de una forma
muy somera, la composición de los primeros niveles geológicos, cuya
conformación está relacionada con las etapas finales del vulcanismo
regional. El material lítico que estamos estudiando parece ser coetáneo
con el último proceso de formación de los paleo-suelos rojos que conoció el
Campo de Calatrava, con una edad próxima al Wfum 1 (Santonja, Ouerol,
Peña).
DIVERSIDAD DE LOS MATERIALES
Como ya se ha expuesto anteriormente, la cantidad rewlida de
material pasa largamente de un centenar; además, existe más material recogido por la zona y depositado en el museo Arqueológico de
Ciudad Real; aparte se tiene conocimiento de la posesión de algunas
piezas por particulares·.
Debido a la gran cantidad de lascas de desecho, piezas elaboradas, núcleos poliédricos, levalois y discoidales, obliga a pensar que se
trata de un yacimiento-taller.
La materia prima con que .está realizado el utillaje son cantos rodados de cuarcita de los que existe gran abundancia por los alrededores; algunos cantos en un porcentaje bajo son de origen gelifracto.
-
12 -
[page-n-13]
YACIMIENTO PALEOLITICO DEL JABALON
'
Existe alguna pieza realizada en roca de basalto de tonalidades
grises, y una pieza, concretamente un bifaz, está realizado en piedra
caliza, con abundantes concreciones de carbonatos que cementan
fuertemente con arenas y pequeños guijarros rodados, lo cual hace
pensar que esta pieza proceda de un nivel más inferior.
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Fig. 2.-Corte estratigráfico observado en un pozo artesiano a
15m. del yacimiento y próximo a la orilla izquierda del
río Jabalón.
El conjunto lítico es muy diverso, sobresaliendo una gran cantidad de pie2as bifaciales en un 60 % aproximadamente, raederas variadas, raspadores, muescas, piezas denticuladas, piezas poliédricas,
piezas mixtas, etcétera.
El aspecto que presentan la totalidad de las piezas es el de «fres- 13 -
[page-n-14]
'
J. GONZA.l:m: OR.'rtZ:
co», ya que apenas están las aristas y los levantamientos erosionados
por acción fluvial y cólica, excepto en algunas piezas en donde se ohserva este fenómeno, pero muy atenuado.
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(l/.2)
Algunas piezas están fuertemente atacadas por -carbonatos que
forman concreciones externas de difícil eliminación {figs. 3 1 4, 5 y 6
y Lám. Il).
!4
[page-n-15]
YACIMIENTO PALEOUTICO DRL JA!lALON
EDAD DE LAS INDUSTRIAS
El material lítico recogido se puede encuadrar perfectamente den
tro del Paleolitico Inferior-Medio.
Existe una presencia débil de elementos encuadrahles en una Peb~
ble Culture representada por la aparición en el yacimiento en estudio
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de algunos Choppers y Chopping~tools, pero escasa, en una proporciól!
de un 1 % en relación con otros útiles hallados.
Algunas piezas se pueden atribuir a un Achelense-Medio Evolu~
clonado. El porcentaje de útiles lfticos está representado por una gran
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[page-n-16]
'
J. GoNzALEZ ORTIZ
variedad de lascas, pero con una sobreabundancia de bifaces, pequeñas piezas bifaciales y núcleos en un 60 % aprmdmadamente.
Estas características observables en el conjunto de material, nos
hace pensar que se trata de una facie Musteriense de tradición Achelense.
01¡¡••
(J/2)
CONCLUSIONES
Por su interés arqueológico, el yacimiento paleolitlco de «El Chi·
querm, está liamado a ocupar un lugar importante dentro del estudio
del paleolítico en el Campo de Calatrava. así como en su relación con otros
lugares de la geografia espailola.
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9
YACIMIENTO PALEOLITICO DEL JABALON
A la conclusión que se llega, es que la ocupación del río Jabalón y
concretamente el área de «El Chiquerm> por grupos humanos Paleolíticos, se pudo producir durante el Würm 1-II, alrededor del año 35000
antes de Jesucristo. Este yacimiento, así como otros localizados en la
Fig. 6
(1/2)
provincia, está situado próximo a cauces fluviales o láminas de
agua. La frecuencia de industrias que se están dando en el río Jaba1ón, Guadiana y cursos de agua próximos, nos hace pensar en unas
condiciones climáticas y ecológicas muy apropiadas para la vida de
grupos humanos que habitaron el Campo de Calatrava y resto de la
-provincia de Ciudad Real durante las primeras etapas del Würrn.
'
-
17 -
[page-n-18]
J. GONZÁLEZ ORTIZ
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págs. 69-BO.
-
18 -
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GONZAL.EZ ORTIZ.-Yacimiento
paleolítico del Jabalón
1.- EI Chiquero. la flecha indica la localización del yacimiento-t aller.
2. -Vista próxima al yacimiento-taller. desde la orilla izquierda del Jaba:ón
LAM. 1
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GONZALEZ ORTIZ. -Yacimiento
paleolítico del Jabal6n
y 5.-Bifaces tipo (C r on micoquiense11.
fic.
2.-Bim
3.-8ifaz
4.-8ifaz
6.-8ifaz
amigdaloide.
lanceolada.
amigdaloide, pasando a cordiforme alargada.
cordiforme.
LAM. 11
[page-n-21]
J. PASTOR Mu:&Oz
(Madrid)
EL YACIMIENTO MUSTERIENSE
DE « LOS CENAGALEs,,
(Madrid)
INTRODUCCION
Tras el descubrimiento y estudio del yacimiento paleolítico de San
Isidro por Casiano del Prado, L. Lartet y E. de Verneuil se puso de relieve la importancia del valle del Manzanares como punto de estudio
del paleolítico español.
En la extensa bibliografia de Pérez de Barradas, Obermaier y P.
Wernert encontramos abundantes referencias y estudios de estos yacimientos. A los ya descritos y estudiados añadimos éste, llamado de
«Los Cenagales», que se puede encuadrar perfectamente en el marco
del paleolítico madrileño. Su descubrimiento y estudio se ha hecho
cuando está en trance de desaparecer.
El carácter paleolítico de la zona quedó patente con el descubrimiento de restos prehistóricos en Ciudad Lineal y Chamartín, a principios de siglo, asl como en el cerro de San Blas, donde hoy se asienta el
barrio del mismo nombre. También cercanos son los yacimientos de
las terrazas del J arama.
SITUACION
Se encuentra situado en el paraje denominado «El Charco del Pescador», en las afueras del pueblo de Hortaleza y el Parque de Santa
Maria, distando poco más de un kilómetro de la estación de ferrocarril de Hortaleza. El yacimiento toma el nombre de una casa cercana
llamada «Casa de los Cenagales» (coordenadas, 3° 39' Long. Oeste y
40° 29' Lat. Norte, aproximadamente), en un pequeño valle por el que
discurrían riachuelos que desembocaban en el río Jarama.
- 19 -
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2
J. PASTOR MUÑOZ
Agrupariones de material lftico
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Fig. l.-Yacimiento de Los Cenagales (Hortaleza) y .r:onas cercanas.
-
20 -
[page-n-23]
LOS CENAGALES
3
La zona, que se encuentra entre las terrazas de los ríos Manzanares y Jarama, es eminentemente oligocena, con arenas arcilloso-micaceas, conglomerados en lentejones, yesos, pudingas gruesas y brechas que bajo los efectos de los elementos han sido transformadas en
tierras de labor.
Las dos concentraciones de material descubiertas se asientan en
sendas elevaciones desde las que domina todo el pequeño valle que se
extiende hasta el barrio de «La Moraleja>). Es evidente, pues, la preferencia de estas alturas por el hombre.
DESCRIPCION DE LA INDUSTRIA
La materia prima más empleada es el sílex, de diferentes tonalidades y calidades, aunque predomina el sflex de buena calidad. Se
emplea la cuarcita local, que tiene el inconveniente de fracturarse a
menudo por las vetas naturales. Hay en la industria algunas trazas de
empleo de cuarzo y de una especie de metacuarcita, aunque estas piedras son rebeldes a una talla fina y s_e encuentran en pequeñísimos
nódulos.
Tras un estudio de los núcleos y cortezas podemos afirmar el em
pleo de sílex nodular, que ha de ser forzosamente importado, quizás
de los ricos yacimientos del Jarama y Manzanares.
La talla de desbaste de los núcleos se ha-hecho sobre grandes yun
ques de cuarcita, con percutor duro. El retoque posterior ha sido he
cho con percutor blando (madera, hueso) y duro (cuarcita). Hemos ha
Hado los yunques, con las señales de la percusión y los percutores, con
el típico desgaste de sus polos.
Se ha utilizado con frecuencia la técnica «Levallois» para la obtención de las características lascas. El índice de utilización de este método de talla no se ha podido hallar, puesto que el número de útiles recolectados es b~o y se hallan muy diseminados, con lo que podríamos
caer en el error de dar unos índices que no corresponden a la realidad.
El retoque más empleado es el típico «escaleriforme», ya descrito
en la bibliografia existente. Los talones están retocados con frecuencia, ya sean diedros o facetados.
En cuanto al grado de desgaste del material, podemos decir que
casi todas las piezas presentan el típico lustre eólico, llegando algunas
a ser irreconocibles por la larga permanencia a la intemperie.
Las piezas halladas no son descritas con minuciosidad, pues son
los tipos ya conocidos en los yacimientos de esta época; podemos, sin
embargo, hacer un somero análisis de ellas:
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J. PASTOR MU&07.
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Pwl:ta de tllox -en lasca levaUols.
Pu.nta de cwu-cita en lasca oblicua.
Punta de tilttx aJ.imétrlca.
Raedera da sllex.
5: Deutioo.l.a.do,
6: Raedera dtt unar(lita.
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[page-n-25]
LOS CENAGALES
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F.lg, 3.-l: cuehilló de sílex con tetoqu¡¡:t e&ealtriformes.
2 y 3: LaSGas de 8!lex con huellas
4: Cuchillo de sllex.
5: Mue1ea.
~y 7: Tl'ultcadur.t y raapador aqWllado,
Fig. 4.-Kru::ha de cuarcita,
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[page-n-26]
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J. PAS'roR MUAOZ
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Fig. 5.-l: Cantil dt1 éuarc!ta ttab~ada, reutilizada.
:t: H¡¡cha tunigdalolde fragmflntada, de c1ntrclta,
3: Hat:hita de cuarcita fina •
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Fig, 6.-1: Lasca oon PlW!SCR.
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2: Raspador an cuarzo lecbadtt,
3 y 4: CuchWn d• lilex de .ucciM trlanglllal< y trapqoid&J.
- 24-
[page-n-27]
LOS CENAGALES
7
Puntas de tipos clásicos, casi siempre sobre lascas levallois y
con retoque escaleriforme en los lados.
Raederas, casi siempre espesas, con el mismo retoque que las
puntas.
Cuchillos, que junto con las puntas y raederas, son de los tipos
más abundantes.
Raspadores, que en algunos casos son protorraspadores y en
otros auténticos raspadores aquillados.
Muescas y denticulados, algún perforador y buril, y algunas
lascas con señales de uso.
En cuanto a las piezas macrolíticas tenemos:
Bifaces gruesos de talla grosera, muchas veces sobre gruesas lascas. Destaca una pequefUsima pieza de 6 cm. de longitud.
Cantos trabajados, siempre unifaciales.
Hendedores sobre gruesas lascas de cuarcita.
Y, por último, discos, unifaciales, tallados sobre lajas. de cuarcita.
El resto'del material lo componen núcleos, muy pequeños y gastados, bipiramidales, de «tortuga»_, tabulares y poliédricos, a los que hay
que añadir algunos sin forma definida. Se han recogido asimismo algunos fragmentos de sílex quemado, con las típicas resquebrajaduras,
lo que demuestra el uso de fuego.
CRONOLOGIA
Nos faltan muchos elementos de juicio para poder emitir este punto tan importante, tales como: fauna, estratigrafia, etcétera; pero, sin
embargo, después d-e revisar las colecciones expuestas en los museos,
podemos emitir una opinión cronológica, basada en la tipologia. Podemos hablar de un «Musteriense final de tradición Achelense». Este
periodo se manifiesta como una decadencia industrial en el tránsito
del paleolítico medio al superior. Los raspadores aquillados, los abundantes cuchillos y los bifaces degenerados serian las piezas más repr~sentativas de este paso.
Los yacimientos madrileños comparables son. los de la «Casa de
Campo» y algunos niveles de «San Isidro», donde se encuentra esta industria asociada a una fauna compuesta de Equus caballos y Bos sp.
en niveles de tierra blanca.
-
2o-
[page-n-28]
'
J. PASTOR MU:&Oz
BIBLIOGRAFIA
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A LEROI-GOURHAN: •La Prehistoria>. Barcelona, 1974.
-
26 -
[page-n-29]
V. CASANOVA VAI
(Bocairent)
EL ENTERRAMIENTO DOBLE DE LA COVA
DE LA SARSA (BOCAIRENT, VALENCIA)
La Cava de la Sarsa está enclavada en las estribaciones NO. de la
Serra Mariola, en la partida de Mossen Gregori, a unos 5 Km. de Bocairent y en su término municipal.
El yacimiento abre su entrada a media ladera de la montaña, a
850 m.s.n.m., siendo una cavidad de grandes dimensiones (en el plano de la fig. 1 sólo se representa una pequeña parte de la misma) y de
tipo laberíntico, con abundantes formaciones estalagmiticas; el goteo
es abundante y la humedad consiguiente elevada durante la mayor
parte del año, especialmente a partir de la llamada Sala Gran (fig. 1 ).
Descubierta como yacimiento arqueológico por Ponsell, alrededor
de 1928 (1), él mismo realizó cortas campañas de excavación entre
1931 y 1939, comisionado por el S. l. P. en cuyo Museo de Prehistoria
de Valencia se conserva la mayor parte del conjunto de materiales
procedente del yacimiento. La importancia de la Cava de la Sarsa fue
manifiesta desde los primeros hallazgos y ya en 1928 aparecen las
primeras noticias sobre ella en las que Ballester la define como enterramiento eneolitico con cerámica cardial (2).
Debido a la riqueza de sus materiales cerámicos la problemática
de Sarsa va siempre estrechamente ligada a la propia de las cerámicas.impresas cardiales, especialmente a partir de los trabajos de San
Valero, que la convierten en punto de referencia obligado para todos
(1)
F. PONSELL: «La Cova de la Sarsa (Bocairente)•. Archivo de Prehistoria Levantina, I, Valeucia,
1929, págs. 87-89.
(2) l. BALLESTER: ~unas cerámicas interesantes en el valle de Alilaldu Cultura Valenciana, III,
c." 3/4, Valencia, 1928, pág. 20.
- 27 -
[page-n-30]
V, CASANOVA VAfió
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[page-n-31]
ENTERRAMIENTOS COVA DE LA SARSA
3
los estudios sobre el Neolitico peninsular (3). En los últimos años se
han realizado nuevas excavaciones en el yacimiento por parte de Asquerino, cuyos resultados todavía no han sido dados a conocer.
Con el presente trabajo nos proponemos dar noticia del hallazgo
de un enterramiento doble en una de las grietas de la cueva, como
consecuencia de la exploración minuciosa que de ella realizamos hace
años dentro de las actividades del Centro Excursionista de Bocairent,
y cuyos materiales se conservan en el Museo de la localidad. De este
enterramiento doble dio noticia con anterioridad Asquerino, por lo
que se refiere al ajuar que lo acompañaba (4).
En la antes mencionada Sala Gran, en su parte derecha, se abre
una grieta en forma de cuñ.a, cuyas dimensiones son 2' 80 m. de largo
por 0'21 m. de ancho mínimo, 0'36 m. de ancho medio y 0'52 m. de
ancho máximo, que se encontraba en su mayor parte rellena de tierra. Esta tierra fue retirada por niveles artificiales de 0'10 m. de potencia, conservando un testigo de 0'80 m. de amplitud,
A partir de los 0'20 m. de profundidad fue apareciendo un conglomerado de piedras en la parte de la entrada de la grieta semejante a
un pequeQo muro de contención. A medida que se fue profundizando,
respetando la posición original de las piedras, pudimos comprobar
que, en efecto, se trataba de un muro de contención que alcanzaba
0'90 m. de altura por 0'21 m. de anchura máxima y que separaba la
grieta de la Sala Gran, lo que es un hecho de gran importancia a la
vista de la secuencia estratigráfica que proporcionó la grieta y de los
consiguientes materiales recuperados (fig. 2):
NIVEL 1
Profundidad mlhima: 0'20 m.
Potencia máxima; 0'20 m.
Potencia mínima: 0'20 m.
Composición: tierra cribada de color melado oscuro y muy fma. formando pequei'tas bolitas o grumos,
con algunas piedras.
NIVEL 11
Profundidad mlh::ima: 0'80 m.
Potencia mWdma; 0'60 m.
Potencia mínima: 0'52 m.
Composición: tierra grisácea compacta con alJundantea reatos de carbón y cenizas, nwnerosas pie·
dras de pequefto y mediano tama.fto.
(3) J. SAN VALERO: 1Notas para al estudio de la cerW:nica cardial de la Cueva. de la Slll'BWI Actlll.l y
Memorias de la Sociedad Espa.ftola tia Alltropolog:la, Etnografla y Prehistoria. Madrid 1941 págs. 141146.
,
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'
~· SAN VALERO; «La Cueva de la SB.rlia (Booa.irante, Va1enoia)l. Tra.lJll,jos Varios del S. I. P., 12, Va·
lencia, 1950.
(4) M. D. ASOUERINO: Wasos cardialea ln~ditos dala cuava de la Sarsa. (Bocalrente valencia)».
'
TrabaJos de Prehistoria. 33, Madrid, 1976, págs. 339·350.
- 29-
[page-n-32]
4
V, CASA:YOVA V,W{l
••
•
-:ro-
[page-n-33]
ENTERRAMIENTOS COVA DE LA SARSA
6
NIVEL III
Profundidad máxima: 0'93 m.
Potencia m<\xlma: 0'13 m,
Potenda mínima: 0'08 m.
Composición: tierra do color siena tostada oscura, compacta, con algunas piedras de mediano temaño.
Por lo que a materiales arqueológicos se refiere, si bien en la superficie de la grieta aparecieron diversos restos actuales, tanto el Nivel 1 como el Ill fueron completamente estériles; por el contrario, el
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5
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Fig, J.-Vaso con dacoración cardJal
Nivel 11 ofreció un rico conjunto que cabe interpretar como los restos
de un enterramiento doble y su ajuar correspondiente, El inventario
de los materiales de este Nivel 11 es el siguiente:
a]
MATERIALES ARQUEOLOGICOS
l. Cubilete de cerá:miml. con decoración impreaa cardlal; borde redondeado, cuerpo ovoide y base
ligeramente convexa, con un asa de apéndice que presenta una doble perforación; hecho e mano. Pasta
de color rojo con desgrasante míoéceo y superfidas de color gris, alisadas. Decoración formada por im-
31 -
[page-n-34]
6
V, CASANOVA
VAiM
presiones de borde y natls de cardium que se extiende sobre el cuerpo, la base y el asa del vaso. Faltan
varios fragmentos. Altura: 17 cm.; grosor: 0'7 cm.; diámetro: 15'3 cm. (liga. 3 y 4, y Lám. 1).
2. Cuchara de hueso, pulida, levemente fragmentada. Puede considerarse también como una espá"
tula anche. Longitud: 123 mm,; anchura: entra 26 y 10 mm. (flg. 5, n. 0 1).
3. Pun~ón de hueso, pulido, en buen estado. Longitud: 118 mm.; anchura máxima: 13 mm. l!lg. 5,
n.• 2).
4. Punzón de hueso; muy pulido, en buen estado. Longitud: 98 mm.; anchura máxima: 15 mm. lfig.
5, n.• 3).
5. Objeto de hueso de forma fusiforme, pulido, en buen oslado. Se aprecia por ambas caras un tenue raspado. Longitud: 77 mm.; anchura máxima: 10 mm.; grosor: 4 mm. (flg. 5, n.• 4).
IL Punzón de hueso, pulido, incompleto. Longitud: 80 mm.; anchura máxima: 16 mm. (fig. 6, n.• 1).
7. Fragmento da sortija de hueso, pulido, en buen estado. Anchura; entre 8 y 6 mm.; grosor: 2 mm.
B. Fra!:mento de sortija de hueso, pulido. Anchura: entre 15 y 12 mm.; grosor: 2 mm.
9·11. Tres pectuncu/us con perforación en el natís.
12. Valva do cardium adule.
13-15. Tres co/umbella con perforación.
"'-------''-------'!,O
Fig. 4.-Desarrollo del vaso de la fig. anterior
16. Lámina do sHex gris claro. Retoque inverso, mixto, próximo-medial; directo, continuo, i~quier·
do. 45 x 15 x 5 mm. (Ji¡¡. 6, n. 0 3).
17
Lámina de ~ilex melado oscuro. 36 xll x2 mm. (flg. 6, n.• 2).
18. Lámina de sllex marrón. 35xl7x5 mm. (fig. 6, n. 0 4).
19. Lasca de sllex melado. Retoque directo, continuo, derecho; inverso, proximat derecho.
46 x 32 x 9 mm. (fig. 6, n.• 5).
20. Microlámina de slle:ot: marrón oscuro. l!.etoque mixto, continuo. 17 xB x3 mm. (fig. 6, n.• 6).
21. Lámina de sllex melado oscllrO. l!.etoqlle inverso, continllo. 31 xll x3 mm. (fig. 6, n.• 7).
RESTOS RUMANOS
1. Cráneo da hombre adulto, incompleto. Le falta la apófisis ascendente derecha, el pómulo dero·
cho y medio maxilar superior derecho. El resto del maxilar consen•a dos premolares y tres molares. El
maxilar inferior conserva canino y premolare9 derechos, con acusado desgaste.
-
32 -
[page-n-35]
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[page-n-36]
V, CASáNCVA V~Ó
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En la pade 'urmrh.r de-l fr(}IItiiÍ se obllervtt un abondamlot:toque podr".aintelpiiltiiXS!I CIJtnoia huella
o cielliril: de una b~¡~rida ~un1da.
2. C!é1100 lotlump{eto, posllilemMIIA infantil. Li! !"a1tan km ptmruilis y mi!xilore~><
se OO!UI!rvau )mellas da Juego en el ¡¡~p!tal, que estA incrn::upiet¡¡.
3. Ctlbuu. d& fémur, fragmenoo de tlliia que cOO!S+n'&la carilla articular y \ltr!l~ restos ó;:eos qn,.
forman UtHI. bwoh!l o coH:glomarado (i(l Ül;llTII ~a, ceniU~s, cubone~. b.uesm y un fr¡;g!lWllto de cenirulca
p;rrtelll!deuw al vaso an~iii'!M"i.ll
nw mil!!. comp!CW y ambos !$tal;lan wldados a la p!>J'éd d& la grieW; su ~~e debo a! goteo exl!MI'!·
to oo e~;w sector de la coova con el c:on!llguient;fpro¡;:&~O de calcllroaolón bustu el p1mto que ru;te crmg;o.
m(ttwJO ap11r~ció rn.::uhlerto de um; pOOcula da carbouatP cáklco de \ltl!)' Z mm. d!l e~¡resor U.ém. m.
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Fig. 6. ·OfUetrn¡. de hoom y silex
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[page-n-37]
ENTERRAMIENTOS COVA DE LA SARSA
9
La presencia de este enterramiento doble en la grieta de la Sala
Gran de la Cava de la Sarsa nos conduce a las primeras noticias publicadas sobre el yacimiento y que, como hemos dicho anteriormente, la
definían como enterramiento eneolftico con cerámica cardial por parte de Ballester, opinión que seria compartida por Ponsell al señalar
que, al menos parcialmente, debió utilizarse para este fin.
Los testimonios de la existencia de restos humanos en el yacimiento abundan en la bibliografía: San Valero (5), Lebzelter (6), Fletcher (7), etcétera. Pero, además del rico conjunto que procedente de
las antiguas excavaciones fue inventariado en el estudio de San Valero, hay que destacar que el propio Ponsell depositó en el Museo de
Prehistoria del S. I. P. de Valencia, muchos años después de aquellas
excavaciones, en 1962, otros cuatro cráneos humanos hallados también en Sarsa (8). Si a todo ello añadimos los restos aquí presentados,
vemos que el número de cráneos humanos procedentes de Sarsa se
eleva a siete y, en consecuencia, su carácter de cueva de enterramiento junto al de cueva de habitación parece más que probable.
Marti ha destacado recientemente la importancia que cabe atribuir a este carácter de cueva de enterramiento de Sarsa, incomprensiblemente negado en ocasiones por la bibliografia, máxime cuando
este es un hecho que parece repetirse en otros yacimientos neolíticos
valencianos (9); tal sería el caso de la Coveta Empareta (Bocairent,
Valencia) (10), de la Cava de Dalt {Térbena, Alicante) (11) y quizá de
la Cava de l'Or (Beniarrés, Alicante).
El carácter de cueva de enterramiento junto al de habitación
podría ser un argumento para situar el yacimiento, o parte de sus materiales, en el Eneolitico, periodo al que se asocia en nuestras tierras
el enterramiento múltiple en cueva. Este seria el punto de vista expuesto por Asquerino al atribuir el vaso cerámico procedente del enterramiento que ahora presentamos al Bronce Inicial, basándose para
(5) SAN VALERO, op. cit. nota 3.
(6) V. LEliZELTER: •Sobre algunos cráneos eneoUticos del Este de Españ!l!>. Archivo de Prehistoria
Levantina, li, Valencia, 1946, págs. 143-149.
(7) D. FLETCHER:
Il. Madrid, 1955, pág. 155.
(8) D. FLETCHER: «La labor del S. I. P. y su museo en el pasado año 1962». Tirada aparte de la Me·
moría presentada por l!i Secretaria General. Diputación Provincial, Valencia, 196S, pág. 16.
(9) B. MAR TI: oCova de l'Or (Beniarrés, Alicante). Val. h. Trabajos Varios del S. 1. P., 51, Valencia,
1977. pág. 34.
00) M. D. ASOUERINO: «Coveta EmparetiDI. Noticiario Arqueológico Hispánico, Prehistoria, 3,
Madrid, 1975, plig. J78.
Ull E. PLA: o:Prehistórla de la provincia d'Alacant». Premi Jawne 1 de l'Instltut d'Estudis Catalans.
Barcelona, 1966. Inédito.
I. SARRION: «El yacim.iento neoUtico de la Cava de Dalt. T~rbena~. Revista del Instituto de Estudios
Alicantinos, 18, Alicante, 1976, págs. 42-55.
-
35 -
[page-n-38]
10
V. CASANOVA VAtol"ó
ello en la tipología del asa (12). Por el contrario, a juicio de Marti no
deben olvidarse las diferencias que existen entre los conjuntos neolíticos y eneolíticos, y los materiales que acompañan a este enterramiento doble son considerados como típicamente neolíticos frente a la au-
sencia de elementos claramente eneolíticos como pudieran ser las
puntas de flecha de retoque bifacial, que no suelen faltar nunca en los
enterramientos eneolíticos y que en Sarsa son desconocidas hasta el
momento presente (13).
Sin pretender abordar aquí la compleja problemática del Neolítico diremos finalmente que el ajuar de este enterramiento doble se relaciona sin ninguna excepción con lo que hoy sabemos de Sarsa y de
otros yacimientos neolíticos valencianos como Or, de modo que la valoración que de él se haga en orden a consideraciones culturales y
cronológicas ha de ser, por fuerza, la del conjunto de dichos yacimientas.
Las aportaciones más importantes de cuanto hemos expuesto hasta aquí serían la constatación de la presencia de enterramientos en
cueva desde el Neolítico de las cerámicas impresas cardiales, el conocimiento de uno de estos ajuares y el ofrecer unos restos humanos cuya filiación cultural puede considerarse como segura, lo que es de
gran importancia en orden a futuros trabajos de antropología física.
1121
113)
ASOUERINO, op. cit. nota 4, pág. 347.
MARTI, op. cit nota 9, pág. 35.
- 36 -
[page-n-39]
CASANOVA.-Enterramientos Sarsa
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[page-n-40]
CASANOVA.-Enterramientos Sarsa
Conglomerado de huesos humanos del enterramiento de Cova de la Sarsa
LAM. 11
[page-n-41]
J. V. LERMA Y J . BERNABEU
(Valencia)
LA COVETA DEL MONTE PICAYO
(Sagunto, Valencia)
I
INTRODUCCION
La coveta del Monte Picayo se encuentra situada a 3° 22' 10" de
longitud y 39° 38' 3" de latitud en la hoja 696 correspondiente aBurjasot, del Instituto Geográfico y Catastral, escala 1:50.000. (fig. 1).
Se trata de una covacha de reducidas dimensiones (fig. 2) excavada en el rodeno de la montaña denominada Gausa 103, que se encuentra comprendida en el vértice geodésico de Monte Picayo. Orientada hacia el E., la entrada se encuentra sobre un pequeño escarpado
de no muy dificil ascensión, en el que se localizan varias cuevas de
parecidas características, cuya prospección no proporcionó materiales arqueológicos.
Cabe destacar que algo más lejos, en el término municipal de Gilet, se sitúan unas pinturas rupestres de tipo esquemático enmarcadas dentro del Eneolitico, cultura a la que pertenece el yacimiento (1).
n
LA EX CAVACION
Descubierta en 1972 por Matlas Calvo Gálvez y José V. Lerma
Alegría, asiduos colaboradores del S. 1. P., proporcionó en aquella
ocasión una cuenta tubular de -piedra rojiza y varios fragmentos de
cerámica lisa, entre ellos un borde. Posteriormente, la cueva fue visitada en dos ocasiones (en 1975 y 1977), proporcionando algunas
(11 D. FLETCHER VALLS: «La labor del s. I. P. y su m useo en el pasado año 197h. Valencia, 1973,
p. 85.
- 37 -
[page-n-42]
'
J. V. LERMA y J . BERNABEU
- 38 ..
[page-n-43]
3
COVETA DEL MONTE PICAYO
cuentas de collar y varias lascas de silex, lo que nos hizo suponer que
nos encontrábamos ante una cueva de enterramiento eneolitica similar a otras muchas aparecidas en nuestra región, y decidir su excavación, que se llevó a cabo del2.0 al25 de septiembre de 1977, previa la
autorización de la Subdirección General, bajo la dirección -de la profesora Gil-Mascaren y los firmantes de la presente nota (Lám. I).
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Fig. 2.-Planta de la covacha y situación de las catas
La covacha presentaba dos zonas bien diferenciadas: una parte S.
(zona no excavada de la fig. 2), en la que la tierra se reducía a una fina película de arena mezclada con abundantes piedras de pequeño tamaño procedentes de la descomposición del suelo de la cueva, y una
parte N. (zona excavada de la fig. 2), en la que la potencia de la tierra
parecía ser mayor, por lo que decidimos comenzar abriendo una cata
transversal (E-W) en esta parte (cata A. de la fig. 2) pata comprobar
- 39-
[page-n-44]
4
J V LERMA Y J. BERNABEU
su estado de erosión que nos parecía considerable. Dicha cata, de
2'22 m. (diámetro máximo en sentido E-W) por 1 m., confirmó nuestra suposición sobre el estado de erosión en que se encontraba el yacimeinto, cuya potencia estratigráfica se reducía a una capa superficial
de 32 cm. de profundidad máxima desde el plano de referencia (unos
20 cm. de potencia real), formada por Wla tierra grisácea, polvorienta,
con abundantes piedras de pequeño tamaño en su parte más baja de
contacto con la roca {fig. 3). A continuación, se excavaron las capas B
Fig. 3.-Sección por A-B, con indicación del plano de referencia y corte correspondiente aliado norte de la cata A.
y e, con idénticos resultados (fig. 2). El material recuperado es escaso: varias cuentas de collar (discoidales y tubulares, en piedra y en
hueso); algunas lascas de sílex sin trabajar y un fragmento de punzón
de cobre de sección cuadrada.
La ausencia total de huesos humanos no nos parece que pueda de~
rivarse de un posible carácter no funerario de la cueva, sino del esta~
do de erosión en que se encontraba, ya que el resto de los materiales
recuperados indican claramente la presencia de un ajuar de enterra~
miento.
- 40 -
[page-n-45]
COVETA DEL MONTE PICA YO
m
INVENTARIO DE MATERIALES
En el presente apartado incluimos todos los materiales procedentes tanto de la excavación como de las distintas prospecciones. Dada
la ausencia de criterios estratigráficos, procederemos a agruparlos en
grupos convencionales.
A)
Cerdmica
l.
2.
B)
Sílex
l.
CJ
Tres fragmentos pertenecientes al borde de un mismo vaso.
Pasta, marrón. Desgrasante, calizo y abundante. Superficie,
marrón sin restos de bruñido o alisado; cerámica a mano, sin
decoración (fig. 4, 1 ).
Trece fragmentos de cerámica, pertenecientes al cuerpo de
distintos vasos. Pasta, desengrasante y superficie, variados;
sin restos de bruñido o alisado; cerámica a mano, sin decoración.
Once lascas y esquirlas de sílex sin retocar; color, melado,
gris o blanco (fig. 4, 11).
Metal
l.
Un fragmento de punzón de cobre de sección cuadrada; medidas: 4'9 cm. de largo por 0'4 cm. de ancho (fig. 4, 10; Lám.
II, C).
D)
Objetos de adorno
l.
2.
Seis cuentas discoidales planas de hueso (Lám. II, D).
Once cuentas discoidales planas en piedra negra (pizarra)
(Lám. II, E).
3.
4.
'
Dos cuentas discoidales planas en piedra verde (Lám. Il, B).
Todas las cuentas discoidal es planas miden entre 6' 4 mm. de
diámetro máximo y 4' 4 mm. de diámetro mínimo.
Ocho cuentas tubulares en piedra rojiza (rodonita). Medidas:
entre 19 y 13 mm. de longitud; y entre 5 y 6 mm. de diámetro
(fig. 4, núms. 6, 7, 8 y Lám. II, A).
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41 -
[page-n-46]
J. V. :.ERMA Y J. iHHtNABEU
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cobre; 11: Lasca de sílex.
" 42
·~
[page-n-47]
COVETA DEL MONTE PlCAYO
5.
7
Dos fragmentos de una cuenta tubular del mismo material
que las precedentes. En estos (fig. 4, 9), puede observarse una
doble perforación cónica en sentido longitudinal que fue realizada, probablemente, con instrumento metálico.
IV
ESTUDIO DE LOS MATERIALES
Entre los materiales recuperados cabe destacar, por su abundancia, las cuentas de collar tubulares en piedra. Este tipo de cuentas se
presenta en muy contadas ocasiones entre los yacimientos valencianos paralelizables con el nuestro. Hasta el momento, sólo seis de estos
yacimientos han proporcionado cuentas tubulares similares: Rocafort, Sima de la Pedrera y Recambra, en Valencia; Filomena, Cava de
l'Oret y Bechi, en Castellón.
De la Cava de l'Oret proceden 14 cuentas tubulares en piedra, dos
de las cuales son del mismo material que las del Picayo. También de
esta misma cueva proceden dos cuentas discoidales de rodonita en
proceso de fabricación. Junto a estos materiales se encontraron un
hacha plana y un cincel de cobre (2).
De la cava de Bechí, son siete cuentas tubulares en piedra, tres de
ellas de rodonita, junto con otras 2 5 discoidales del mismo material (3),
En los sepulcros de Filomena (Villarreal) se hallaron cinco cuentas
tubulares en piedra asociadas con cerámica campaniforme (4).
En la cueva sepulcral de Rocafort, existe una cuenta tubular en
piedra semejante a las nuestras, asocíada a un puñal de lengüeta (5).
En la Sima de la Pedrera (Benicull) aparece una cuenta tubular,
de idéntico material a las estudiadas, asociada, en este caso, a un
punzón de cobre de sección cuadrada (también similar al de Picayo);
(21 Material cedido amablemente para nuestro estudio por D. JesUs López.
(3) Material cedido por D. Jesús López.
(4) A. CASTILLO; ~La gran cultura hispánica del pleno Eneolltico». Historia de España dirigida por
Menéndez Pidal, torno l. Madrid, 1974, p. 639, tig. 518.
(51 I. BALLESTER TORMO: «Enterramiento en cueva de Rocaforlil. Trabajos varios del s. I. P.,
n.• 9. Valencia, 1944, Lám. II, C.
- 43 -
[page-n-48]
J. V. LERMA Y J. llERNABEU
a un puñal de lengüeta y una punta de Palmella de cobre; a cerámica
campanifonne, y a botones de hueso, cónicos, con la tipica perforación en V (6).
También en la cava de la Recambra (Gandía) aparece una cuenta
tubular del mismo material que las nuestras (7) asociada con metal
(punzón de sección cuadrada), cerámica campanifonne, botones en
hueso piramidales de perforación en V, y un posible fragmento de
brazalete de arquero (8),
Por otra parte, los punzones de cobre de sección cuadrada se encuentran presentes en yacimientos donde aparece el campaniforme:
Barranc del Castellet (Carrlcola, Valencia) (9), y la necrópolis de Algorfa (Orihuela, Alicante) (1O); o en yacimientos donde aparece el puñal de lengüeta: Cava de la Barsella (Torremanzanas, Alicante) (11) y
Cava de Xarta (Carcagente, Valencia) (12); o en yacimientos donde
aparecen ambos elementos: Sima de la Pedrera (13). Sólo en dos casos
aparece aislado del anterior contexto: en la Covacha de Ribera (Collera, Valencia) (14) y en la gruta de les Llometes (Alcoy, Alicante) (15).
En lo que respecta al resto de los materiales, tanto las cuentas discoidales como la cerámica lisa, aparecen en la casi totalidad de los
yacimientos de este perlado.
(6) D. FLETCHER VJ\LLS: •La labor del S. I. P. y su museo en el pasado año 1973>. Valencia, 1975,
p. 108-109.
Véase en este mismo volumen el trabajo do J. APARICIO: •La Sima de la Pedrera•.
(7) V. GORREA CRESPO:
Ja, 1954, p. 31, í¡g. 3.
(B) J. SAN VALERO, A. SANCHO y J. APARICIO: dnvestigaciones arqueológicas on la Cova de Re·
cambra (Gandía, Valencia)>. Saitabi XXVI. Valencia, 1976, p. 27 y 31.
(91 E. PLA BAILESTER: oLa ce veta del Barranc del Castellet (Carr!cola, Valencia)•. Archivo de Preltistoria Levantina, V. Valencie, 1954, Lám. V, A, By C; Lém. VI, A.
1!0)
J. FURGUS: oCol.laccló de treballs sobra prehistoria valencianlll!. Trabajos Varios del S. I. P.,
n.• 5. Valencia, 1937, p.32.
(11) J. :BELDA DOMINGUEZ: •Excavaciones en el monte de la Bersella (Torremanzanes, Alicante)•.
Mem. de la Junta Superior de Exc. y Antigüedades, n.• 100 ILám. VII A) y 102 ILI!im. XV A). Madrid,
1929y31.
(12)
FLETCHER VALL5: op. cit. nota 1, p. 104.
113)
FLETCHER, op cit. note 6 y APARICIO, op. cit. nota 6.
{14) E. PLA llALLESTER:
1966, Llim.. II, l.
~La
covaoha de RllieraJ. Archivo de Prehistoria Levantina, VIL Valencia,
115) V. PASCUAL PEREZ: dlallllllgos prehistóricos en Les Llometes>. Archivo de Prehistoria Levantina, X. Valencia, 1961, Lám. II, b.
- 44 -
[page-n-49]
COVETA DEL MONTE PICA YO
q
V
CONCLUSIONES
Si excluimos los yacimientos de la Cava de l'Oret y de Beclú, cuyos materiales proceden de meras prospecciones superficiales, el conjunto de los paralelos anteriormente expuestos nos muestra una considerable uniformidad en los ajuares estudiados.
Por una parte, las cuentas tubulares en piedra aparecen asociadas con el metal en todos los casos; con el campaniforme y los botones
en V aparecen en un 50 % de las ocasiones, proporción que podría ser
mayor si pensamos que la expoliación en unos casos (Rocafort) y la
erosión natural en otros (Picayo), pueden haber impedido que dicho
material llegue hasta nosotros.
Por otra parte, sólo en dos de los siete yacimientos estudiados el
punzón de cobre de sección cuadrada no aparece relacionado ni con
el campaniforme ni con los puñales de lengüeta {Covacha de Ribera y
gruta de Les Llometes).
Por tanto, podemos concluir:
l. Que, por el conjunto del material encontrado en el yacimiento, nos encontramos ante una cueva de enterramiento que por sus reducidas dimensiones no podrla contener a más de dos individuos, lo
que la alejaría de las grandes cuevas de enterramiento colectivo (Pastora, Llometes, etcétera).
2. Que nos encontramos ante los restos de un ajuar clasificable
dentro de una fase muy avanzada del Eneolítico, tal vez en trasición
hacia la Edad del Bronce Valenciano, que Llobregat, en su estudio
comparativo de la periodización realizada por los Leisner para el megalitismo del W. peninsular con las cuevas eneoliticas valencianas,
caracteriza por la presencia de puñales de lengüeta asociados con cerámica campaniforme, botones de hueso con perforación en V y brazaletes de arquero (16); fase que en recientes investigaciones ha sido
denominada como «Necrópolis de Transición» (17).
3. Que las cuentas de collar tubulares en piedra aparecen siempre en relación con este tipo de ajuares, por lo que creemos posible su
inclusión como material característico dentro de este estadio.
[16) E. LLOBR.EGAT CONESA: dos Leianer y el calcoUtico v~lend!Wo~. Archivo de Prehistoria Le·
vantina, XI. Valencia, 1966, p. 89.
[17) J. APAIUClO: «Estudio económica y social de la Edad del Bronce valenciano». Publicaciones
del Archivo Municipal de Valencia, serie tercera. Trab~oa monográficos n.• S. Valencia, 1976. p. 91·
'"
- 45 -
[page-n-50]
10
J . V. LERMA Y J. BERNABEU
Con todo, no creemos que el problema de la posible periodización
del Eneolitico valenciano pueda ser resuelto con la información de
que actualmente disponemos. Tanto la escasez de buenos conjuntos
de materiales publicados, como la falta de un.a estratigrafia clara sobre la que apoyar y a la que remitir las posibles hipótesis derivadas de
las comparaciones tipológicas, nos hacen ser cautos en nuestras conclusiones, a las que consideramos como resultados puramente provision ales en espera de nuevas aportaciones.
-
46 -
[page-n-51]
LERMA-BERNABEU. -Coveta del M onte Picayo
V ista general de la vertiente donde se localiza la cueva y entrada de la mism a
LAM. 1
[page-n-52]
LERMA-BERNABEU. -Coveta del M onte Picayo
LAM. 11
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[page-n-53]
B. MARTI OLIVER
J. GIL SANCHO
(Valencia)
PERLAS DE ALETAS Y GLOBULOS DEL CAU RABOSER
(Carcaixent, Valencia)
(Algunas consideraciones sobre el Eneolltico Valenciano)
Muy cerca de la costa mediterránea, entre el valle de Valldigna y
la Ribera del Xúquer, se levantan unas alineaciones montañosas con
clara dirección NO.-SE. que constituyen las últimas estribaciones del
Sistema Ibérico. Este conjunto montañoso está formado por un anticlinal calcáreo jurásico-cretáceo profundamente carsificado y desventrado por la gran combe del valle de Aigües-Vives, con la Serra de
la Barraca, de formas aplanadas, al SO. y la Serra de les Agulles, en
áspera crestería, al NE.; en este flanco se adosa otro anticlinal fallado
con la Serra del Cavan Bernat y la gran combe de la Murta ( 1 ).
Las últimas montañas de la Serra de la Barraca, al NO. del conjunto y en término municipal de Carcaixent, reciben el nombre de
Muntanyes del Realeng y llegan hasta las proximidades de la población. En el marco de esta pequeña zona montañosa y sobre todo desde
la Serratella, derivación más occidental de les Muntanyes del Realeng, a la Serra de les Agulles, se viene practicando desde hace años
una exploración minuciosa en la que participamos junto con V. Roca,
J. Guerrero y otros.
Especial interés tienen los pequeños barrancos y montañas que
confluyen y limitan el Barranc de l'Estret; este barranco, limitado
por Les Agulles al E. y les Muntanyes del Realeng y de la Barraca al
0., constituye el camino natural que une el valle cuaternario del Xú(1) A. LO PEZ GOMEZ: «Reglón Valenciana». En M. de TERAN: «Geografla de Espail.a y Pon.ugal». t.
IV, 2.' parte, Ed. Montaner y.Simón, Barcelona, 1967.
A. LOPEZ GOMEZ: «Geografla de les Terres ValenclaneSJ>. Valencia, 1977.
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B. MARTÍ OUVER y J GIL SANCHO
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e los yaciml untos citad 09 en el texto
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CAU RABOSER
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quer, a la altura de los términos municipales de Alzira y Carcaixent,
con la Valldigna, atravesando el valle de Aigües-Vives. Los hallazgos
de materiales prehistóricos son abundantes, aunque el hecho de movernos estrictamente en el plano de las prospecciones hace que la información acerca de los nuevos yacimientos sea fragmentaria,. a la espera de futuros y metódicos trabajos de excavación.
La aparición de una perla de aletas y otra de glóbulos entre los
materiales del Cau Raboser, primeras que conocemos en el Eneolítico
valenciano y punto más meridional de su hallazgo en la Península
hasta el momento, motiva el que demos noticia de ellas como nuevo
elemento de adorno en las inhumaciones eneolíticas o de transición al
Bronce Valenciano, presentándolas en el contexto de otras cuevas sepulcrales de la zona con las que debe formar una unidad cultural y
cronológica, dadas su proximidad y las evidentes relaciones de los
ajuares, planteando al mismo tiempo algunos problemas generales del
Eneolítico Valenciano.
EL CAU RABOSER
Se encuentra en las estribaciones NO. de les Muntanyes del Realeng, cerca de la entrada del Barranc de l' Anell y a unos 60 m. de altura sobre el fondo del barranco. Las características principales del
yacimiento pueden verse en el plano que presentamos (fig. 1); se trata
de una pequeña covacha de planta aproximadamente cuadrada, estrecha y alargada en sentido vertical, en cuyo fondo y en la parte inferior se abre otra pequeña cavidad de altura muy reducida con la que
comunican dos estrechos túneles. Las hemos denominado respectivamente, Cámara A y B, Grieta del Fondo y Grieta de la Izquierda. Esta
última merece una atención especial: consiste en un estrecho túnel
que se inicia ligeramente por encima del suelo de la Cámara B, ganando altura y tamaño con rapidez a la vez que se adentra en la montaña; el suelo de la grieta presenta-piedras abundantes de gran tamaño
y entre ellas pudimos observar la presencia de fragmentos cerárllicos,
restos de cráneo humano y otros huesos; su gran pendiente y la abundancia de materiales que presenta entre los bloques caídos hacen suponer la exístencia de un yacimiento superior necesitado, para su verificación, de futuras exploraciones.
En las proximidades de la cueva y en el suelo de la Cámara A, la
presencia de un fragmento de bóveda craneana, una vértebra, un
fragmento de mandíbula y otros restos humanos, junto a un pequeño
fragmento de cerámica hecha a mano, dieron los primeros indicios de
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B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
B
Fig. l.-Cau Rabosor. Planta y sección por A-B
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CAU RABOSER
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
hallarnos ante un enterramiento prehistórico y motivaron la minuciosa exploración y recogida de materiales que a continuación detallamos.
GAMARA A
18 pequeños fragmento9 de cerámica correspondientes al cuerpo de un vaso, de aspecto tosco y erosionado. Pasto negra con desgrasanle de caliza y mica; color pardo en el exterior y más oscuro en el interior. Hechos a mano.
1 fragmento de cerámica con caractedsticas semejantes a las anteriores y posible borde {fig. 2,
núm. 10).
24 pequeñas conchas da Nassa, Conus y Natica, perforadas para su utili~ación como cuentas de collar lLilm. Il.
1 fragmento de Dentalium, cuenta de collar lfig. 2, n(lm. 81.
7 pequeñas cuentas discoidales de hueso (Lám, 1).
i; pequei'ias cuentas discoidales de piedra (Um. l),
Numerosos restos humanos: fragmentos de cráneo, de rnandlbula, dientes, una vértebra, etcétera.
CAMARA B
1 punta de flecha foliácea. Retoque plano, cubriente, bifacial. Sílex blanco, con córtex. 32 x 15 x 5
mm. (fig. 2, núm. 3 y Lám. I).
1 punta de muesca de tipo levantino. Retoques complementarios, muy marginales, en la mitad prmd.
mal del borde i~quierdo y en la parte distal derecha. Silex amarlllo claro. 48 x 11 x 4 mm. (flg. 2, núm. 4 ·
y Um. I).
3 fragmentos de cerámica pertenecientes al borde y cuerpo de una vasija de paredes rectas. Pasta
negra con abundante desgrasante calizo. Color pardo-amarillo en superficie; alisada.
1 fragmento de cerámica correspondiente al borde y cuerpo del vaso. Pasta negru~ca con desgrasante de pequeño tamad(); conserva restos de une fina capa de engobe blanco o concreción en ambas superficies (fig. 2, núm. 9).
22 pequeños fragmentos de cerámica, aUpicos; caractedsticas semejantes a los anwriores.
72 pequeñas conchas de Nassa, Conos y Natica, perforadas para su utili~adón como cuentas de collar (Lám. I).
26 pequeñas ~uentas dis~oidales de hueso (Lám. 1).
5 pequeñas cuentas discoidales da caliza y pi~arra (Lá.m. I).
1 fragmento de hueso plano, pulido; fragmento de aglija o lámina e8trecha apuntada (flg. 2, mim, 5).
Restos humanos: puada aírrmarsa la existencia de un enteiTamiento individual in si tu dado que pudimos comprobar la existencia de 7 vártebras alineadas y ensambladas en dos grupos, de tres y cuatro vértebras respectivamente; una articulación de brazo, fragmentos de cráneo, de mandlbula, dientes, costiLlas, un fémur, etc. Pese a la Importancia de las evidencias enumeradas es dificil pronunciarse por la disposición del enterramiento: la mayor abundancia de restos corresponde a la entrada de la Cámara By a
su parto norte, las vértebras estaban alineadas en dirección NE.·SO. y la articulación del brazo al norte
de ellas.
GRIETA DE LA U:OUlERDA
l fragmento de cerámica correspondiente al borde y cuerpo de una vasija do parados muy ligeramonte curvas. Pasta negra con desgrasan te cali~o grande y abundante; color pardo-nogru~co en superficie. Hecho a mand (fig. 3, núm. 2 y Lám. II, núm. 1).
1 fragmenta de cerámica correspondiente al borde, cuerpo y base de un cuenco de tendencia hemisférica. Pasta negruzca con desgrasante abundante; superficies pardo-grisáceas. Hecho e meno (fig.
3, nóm. 3).
1 fragmento de cerámica correspondiente el borde y cuerpo de una vasija de paredes rectas. Paste
negruzca con desgrasante cali~o y mic¡j_ceo. Interior muy erosionado; exterior de color rojizo. Hecho a
mano (fig. 3, núm. 1 y Lám. II, nóm, 2).
Varios fragmentos de cerámica correspondientes al cuerpo; caucterlsticas semejantes a los antorio-
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_,
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CAU RABOSER
7
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo. Retoque bifacial, plano, Invasor. Sllox blanco-gris.
40 x 20 x 3 mm. (flg. 2, núm. 1 y Ló.m. 1).
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo iD.ciplentes. Retoque plano, cubrlente, bifacia!. Sílex-blanco
amarillo. 21 x 17,5 x 3 mm. lflg. 2, núm. 2 y Lám. 1).
1 lasca de snex. Sin retocar. 1 perla o cuenta de glóbulos, de piedra caliza (fig. 2, núm. 6 y Lám. 1)
perla o cuenta de aletas, de piedra caliza (fig. 2, núm. 7 y Lám. l).
Columbella perforada, cuenta de collar.
44 pequeñas conchas de Nassa, Conus y Natica, perforadas para su ut!lización como cuentas de co
llar (Lam. Il.
5 peque11as cuentas discoidales de hueso (Lám. l).
7 pequeilas cuentas discoidales de callza y pizarra (Lám. Il. .
Restos humanos: dos fragmentos de bóveda craneana y otros huesos.
)
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Fig. 3.-Cau Ra.boser
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Tal como se desprende de la enumeración de los materiales recuperados, el Cau Raboser es una cueva sepulcral eneolítica o de transición al Bronce Valenciano. Los hallazgos de la pequeña Cámara B
prueban que allí se efectuó un primer enterramiento individual, en
tanto que los restantes materiales dispersos, en especial los provPnientes de la Grieta de la Izquierda, nos hablan de otras inhumado
nes. El conjunto de los materiales puede considerarse normal en este
tipo de yacimientos con la excepción de la punta de muesca y de las
perlas de aletas y glóbulos, aquélla por insólita en tal. contexto y estas
últimas por lo que suponen de novedad dentro de la gran variedad de
adornos del Eneolítico valenciano. Pero, tal como se ha dicho al principio, el Cau Raboser forma parte de un pequeño conjunto de cuevas
sepulcrales, a algunas de las cuales nos referiremos ahora brevemente (véase mapa).
COVA DE LA CAIGUDA
Situada a la entrada del Barranc de 1' Anell, muy cerca del Ca u
Raboser pero en la parte opuesta del barranco. Posee una pequeña entrada en forma de estrecho túnel horizontal que da paso a una cavidad de pronunciado desnivel, con abundantes columnas y coladas. En
diversas exploraciones de los pequeños recovecos que forman la cueva se recogieron algunos restos humanos, entre ellos un cráneo com
pleto; abundantes fragmentos de cerámica hecha a mano, sin decoración, y un fragmento correspondiente al borde y cuerpo de un vaso de
tendencia globular que presenta decoración formada por una banda
horizontal de impresiones circulares delimitadas por sendas líneas incisas. (fig. 4, núm. 6),
COVA DELS DOS FORATS O DEL MONEDERO
Se trata de una cavidad sumidero con diversas y estrechas entradas que se abren a nivel del suelo en una zona amesetada de las montañas del Realeng, aproximadamente entre las cuevas del Cau Rabo
ser y de Xarta. Descendiendo por uno de estos túneles verticales se
abre una pequeña estancia de la que parten diversas gateras.
Al igual que en los casos anteriores, diversas exploraciones del
yacimiento lo revelan como cavidad sepulcral. Los materiales encontrados son:
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Fig. 4.-1 a 6: Cava dala Doa Forats o del Monedero. 8: Cova de la Caiguda
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1 hoja de s!\ex con retoque directo, plano y oblicuo, continuo, invasor, bilateral. Si!ex blancu2co,jas-,eado. con ligera pátina y señales de erosión. 78 x 14 x 3
(fig. 4, nóm, 3\.
1 punzón de hueso, de sección plano-convm[a (fig. 4, núm. 1).
1 fragmento de punzón sobre hueso de con~o (llg. 4, núm. 2).
l cuenta de collar, bltroncocónica, de calalta (fig. 4, nóm. 4).
l Columbella per-forada, cuenta de colllll' (flg. 4, núm. 5).
=·
Diversos fragmentos de cerámica, atípicos. Hechos a mano.
Restos humanos.
COVA DE XARTA
Pequefta cavidad situada en el Barranc de Xarta, partida de la
Basseta, en su parte izquierda y a la altura de la base del barranco,
cerca de su confluencia con el Barranc de l'Estret.
Descubierta por los señores Robledo y Gallego, parte de sus materiales fueron depositados en el S. I. P. por don Víctor Oroval (2).
Los materiales que se conservan de lo que debió ser un enterramiento son los sigu_ientes:
1 puñal con lengtleta dentada, da cobre (fig. 5, núm. 5).
1 punzón de sección cuadrada, de cobre ([ig. 5, núm. 6).
1 anillo de sección cuadrangular, de cobre o bronce (fig. 5, núm. 2).
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo. Retoque plano, cubriente, bifachd. Sllex pardo-amarillo.
lfig. 5. nú.m. 1).
2 pequeño;>s Cardiums con el natis perforado (fig. 5, núm. 3).
1 tableta de hueso de forma triangular, rota en uno de sus extremos: muy pulida y brillante (fig. S,
núm. 4).
Un cráneo humano y algunos huesos, sin clasificar, muy erosionados por la acción del agua.
COVA DELS GATS
Se halla situada en unos escarpes que limitan por el NO. el llamado Plá del Gallo, en las estribaciones de la Serra de les Agulles, a la
parte derecha del Barranc de l'Estret, muy cerca y aguas abajo del
Barranc de Xarta e inmediata al Hort de Brú. Posee una pequeña entrada por la que se desciende a la cueva con abundantes gateras y
unos cuarenta metros de recorrido.
Los materiales que procedentes de diversas prospecciones se hallan depositados en el S. I. P. comprenden:
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1
1
1
1
1
cazuelas del estilo del Vaso Campaniforme con rica decoración incisa.
Vaso Campaniforme con decoración de bandas incisas rellenas de motivo reticulado.
pequeño cuenco en forma de casquete esférico, sin decoración.
braMlete de arquero.
punta de flecha da sílex. Retoque plano, cubriente, bifacial.
cuchillo o gran hoja de sllex.
(2)
D. FLETCHER: 1La labor da! S.l. P. y su Museo en el pasado año l97h. Valencia, 1973, p. 104.
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Flg. 5.-Cova del Barr8IlC de Xarta
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En las visitas efectuadas por nosotros pudimos comprobar la profunda remoción a que ha sido sometido el yacimiento, observándose
abundantes restos humanos dispersos por su interior y aún en las proximidades de su boca, recogiéndose y depositándose en el S. I. P. (3).
COVA O SIMA DE LES ARANYES
Se halla sobre un pequeño cerro al S. del Plá del Gallo; al igual
que la Cava deis Gats se encuentra en la parte derecha del Barranc de
l'Estret, en dirección a Alzira, aguas arriba y muy cerca del Barranc
de Xarta. <
entre paredes escasamente separadas; a continuación, a través de
una estrecha gatera, se puede profundizar hacia abajo unos ocho o
diez metros más. Su recorrido longitudinal es muy limitado y su anchura casi la justa para permitir el tránsito)) (4).
Fueron hallados, sin contexto alguno, cerámicas campaniformes
publicadas por Fletcher (5):
Z vasos campaniformes con decoración formada por bandas de llneas obHcuas limitadas pvr senda~
lineas horizontales, todas ellas impresas de instrumento. Tipo marltimo.
Diversos fragmentos correspondientes al cuerpo de un vaso campaniforme con decoración da Hneas
impresas do instrumento que forman una banda horizontal flanqueada por triángulos.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Este pequeño conjunto de cuevas de inhumación guarda una es
trecha relación entre si tanto por su situación geográfica como por lm.
materiales recuperados, relación que puede extenderse a otros yacimientos próximos situados tanto al N., donde se encuentra la Sima de
la Pedrera (6), como al S., donde los hallazgos de vasos campaniformes son abundantes en la- comarca de Gandía.
Hasta el momento no ha sido posible encontrar los lugares de habitación correspondientes a los enterramientos que presentamos y tari
sólo podemos dar noticia de dos pequeños asentamientos atribuidos al
(3)
E.
PLA: «Actividades del S. J. P. ( 1961-1965)), Archivo de Prehistoria Levantina, XI, Valencia,
1966, p. 288.
D. FLETCHER: «Museo de Prehistoria de la Diputación Provincial de Valenclu. Valencia, 1974.
(4) J. DONAT: ~Catálogo espeJeo lógico do la provincia de Valencia». Memorias del Instituto G~oló·
gico y Minero de Espafta, LXVII, Madrid, 1967, p. 11.
15) D. FLETCHER: ~Nuevos vasos campaniforroes en la provincia de Valenclu. IX C. N, A. (Valladolid, 1965), Zarago~a, 1966, ps. 106·108.
(6) Véase en este mismo volumQO el trabajo de J. APARICIO, sobre la Sima de a Pedrera.
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CAU RAJlOSER
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Bronce Valenciano, con muy escasos materiales: el Cabe¡;:ol de l' Anell
y el Cabe¡;:ol del Barranc de Mir; el primero situado en un pequeño altozano a la entrada del Barranc de 1' Anell, en las proximidades de la
Cava de la Caiguda y del Cau Raboser, en el que recogimos algunos
dientes de hoz, molinos de mano y fragmentos cerámicos hechos a
mano y sin decoración, y el segundo, sobre un escarpe de la parte izquierda del Barranc de l'Estret, aproximadamente a la misma altura
que la sima de les Aranyes y próximo a la Cava de Xarta, prospectado
desde antiguo por Nicolau Primitiu. En cualquier caso, la unidad que
representan estos yacimientos y especialmente los de Aranyes, Gats y
Xarta, los dos primeros con campaniforme y el tercero con elementos
que podemos considerar típicos del ajuar que puede acompañar a tal
especie cerámica, bordeando el camino natural del Estret, ejemplifica
la importancia que hubo de tener el poblamiento de la zona en estos
momentos finales del Eneolítico.
Como ha expuesto recientemente Fletcher (7), los hallazgos de vasos campaniformes en los yacimientos valencianos han sido relativamente numerosos en los últimos años de modo que conviene reconsiderar la antigua visión que señalaba un vacío casi total de esta especie cerámica en tierras valencianas. Una relación de tales hallazgos
sobrepasa el número de veinticinco, de los que algunos, como ya se ha
dicho, guardan estrecha relación con Aranyes, Gats y Xarta, en virtud
de su situación geográfica: la Sima de la Pedrera al N., y los de las
cuevas de Recambra, Retoret, Meravelles, Bernarda, Negra de Marxuquera Alta, etc., en la comarca de Gandía, al S.
La cronología aceptada para el vaso campanifonne en nuestras
tierras se sitúa en términos generales entre 2000 y el1600 a. de C.,
con una mayor vitalidad hacia el 1800-1700. Los trabajos de Harrison permiten disponer de una base sólida a la hora de valorar la evolución de los diferentes tipos y parece fuera de duda la mayor antigüedad de los tipos l}larítimo y cardado sobre los de decoración incisa. Siguiendo este planteamiento los vasos de les Aranyes podrían situarse entre el 2000-1800, mientras que las cazuelas de Gats se en-
171 D. FLETCHER: ~Cuenco de estilo campaniforme, de procedencia desconocld~n. XIV C. N, A. (Vltoria, 1975), ZIU'agoza, 1977, ps. 277-278.
D. FLETCHER: •CampanifOJrme~. Gran Enciclopedia de la Regi6n Valenciana, T, II, Valencia, 1973,
ps. 306-307.
o. FLETCHllR: &Algunas consideraciones sobre el estade~ actual de loa estudios de Prehistoria en la
Reglón Valencian~n. Crónica de la VII Asamblea de Cronistas Oficiales del Reino de Valencl~n, 1970. Seplll'ata, Valencle, 1972.
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B. MARTl OLlVER y J. GIL SANCHO
cuadrarían mejor entre el 1800-1500 a. de C. (8). Con todo es este un
problema sujeto a discusión todavía, dada la ausencia de secuencias
estratigráficas y la diversidad de cronologías que se les atribuye en
otros ámbitos cuya evolución es en muchos casos semejante a la Valenciana, como sucede en el arco mediterráneo que se extiende desde
el noroeste italiano a los Pirineos en el que las dataciones absolutas se
sitúan con frecuencia en los últimos siglos del IU milenio, pero, en términos generales, creemos que las conclusiones de Harrison proporcionan un marco adecuado en el que inscribir las hipótesis que guíen futuros trabajos.
El vaso campaniforme constituye una de las señales a las que se
asocia la transición Eneolítico-Edad del Bronce, completada con otros
elementos de los·ajuares en que éste suele aparecer, como los botones
de hueso con perforación en V, los puñales de lengüeta y punzones de
cobre, los brazaletes de arquero, las cuentas tubulares sobre piedra
rojiza estudiadas por Lerma y Bernabeu en la Cava del Picaio (9), etc.,
además del carácter no múltiple que presentan por lo general tales
enterramientos. Hoy resulta evidente que la amplitud cronológica del
vaso campaniforme va mucho más allá de la transición EneolíticoBronce Valenciano y que si bien en el caso de los tipos marítimos, por
ejemplo, podemos considerar razonable que estemos en tal transición,
en otros casos nos encontraríamos ante enterramientos y asentamientos propios del Bronce Valenciano.
La Cultura del Bronce Valenciano se caracteriza por la aparición
de lugares de habitación en lo alto de lomas y pequeñas montañas de
fácil defensa, en algunos casos con recintos amurallados en las zonas
más accesibles; las casas son entre cuadradas y rectangulares, sin
que aparezcan signos claros de urbanismo. Respecto a los restos materiales de esta cultura hay que destacar su monotonía y la repetición
de tipos, lo que dificulta el establecimiento de su periodización, en la
que actualmente trabaja R. Enguix. La cerámica es hecha a mano,
basta, con desgrasante abundante, presentando diferentes tonos sobre un mismo vaso debido a las deficiencias de cocción; la decoración, o bien no aparece o es pobre, se reduce a las ungulaciones, digitaciones, cordones y algunas incisiones. La industria lítica se caracteriza por los dientes de hoz, uno de los elementos más representativos
del período; lascas retocadas y restos de talla. De hueso aparecen
(8) R. J. HARRISON: t:El Vaso Campaniforme como horlzonte"delim.ltador &n &1 Leva.oto &spaftohl.
Cuadornos de Prehistoria y Arqu~tolog:!a C!utllllonense, 1, C!lstllll6n, 1974, ps. 63-70.
R. J. HARRISON: cThe Bell Be alter Cultures of Spain and Portugal>. American School of Prehistoria
Research, Bull. 35, Peabody Museum, Harvard Unive!"!.lity, 1977.
(9) Véase en este m.Jsmo volumen el trabajo de V. LERMA y J. BERNABEU, sobre la Cova del Plcaio.
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CAU RABOSER
15
punzones de distintas clases, colgantes y, aunque no son frecuentes,
botones y espátulas. De piedra son característicos los brazaletes de arquero o afiladeras, los molinos barquiformes, hachas y azuelas pulidas, mazos, percutores y moldes de fundición. De metal, aunque escaso, aparecen puñales con remaches de enmangue, punzones y puntas
de flecha. Como elementos de adorno encontrarnos las conchas perforadas y las cuentas de collar, aunque_ mucho más escasas que en el
Eneolítico. Los enterramientos, individuales o de pocos cadáveres, se
encuentran en pequeñas covachas o grietaS naturales, en cistas o rodeados de piedras más pequeñas, sin que falte algún enterramiento
debajo de los lugares de habitación; los ajuares que acompañan a los
distintos tipos de enterramientos son pobres y escasos, presentando
algunas cerámicas propias del Bronce Valenciano y, ocasionalmente,
algún resto metálico.
Las diferencias entre los poblados del Bronce Valenciano y los
eneolíticos son manifiestas, lo que veremos más ampliamente al referirnos a la Ereta del Pedregal. En cuanto a los enterramientos puede
decirse lo mismo, ya que los enterramientos eneolíticos presentan un
carácter múltiple y una gran abundancia y variedad de ajuares.
La cronología que puede darse para los inicios del Bronce Valenciano estaría entre 1900 y 1800 a. de C. de acuerdo con la.s dataciones absolutas que se poseen, permaneciendo en la oscuridad el problema de su evolución: Serra Grossa, 1665 ± 100; Terlinques, 1650
± 115; Cabezo Redondo, 1600 ± 55; Pie deis Corbs, 1561 ± lOO; Ca tí
Forada, 1522 ± 150; Castillo de Frias, 1520; todas estas fechas referidas a. de
c.
(10).
Las cuevas de enterramiento presentan algunos problemas adicionales que han dado lugar a la denominación de necrópolis de transición para un pequeño grupo de ellas, significándose así su adscripción
al Eneolítico final-Bronce Valenciano inicial; dentro de ellas se incluirían las aquí presentadas y otras entre cuyas características está
la presencia de cerámicas campaniformes o de elementos considerados como acompañantes de ellas, anteriormente enumerados, como es
el caso de los puñales de lengüeta, desconocidos hasta el momento en
los poblados. También en favor de la transición aboga el carácter
tardío de los brazaletes de arquero en los yacimientos valencianos, se,ñalado por Pla ( 11 ), donde es frecuente su asociación con dientes de
.
(101 Pata la Penlnsula Ibérica véase la serie de fechas publicadas pot M. ALMAGRO GORBEAen la
revista •Trabajos de Prehistoria•, núms. 27 a 32, Madrid, 1970 a 1975.
(11) E. PLA; ~Los llamados Brazaletes de Arquero y el Eneolitico Valenciano•. VIII C. N. A. (Sevilla.
Málaga. 1963), Zaragoza, 1964, ps. 216-225.
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B. MARTl OLIVER y J. GIL SANCHO
hoz en típicos poblados del Bronce Valenciano; al igual que la aparición de campaniforme en algunos poblados o en enterramientos claramente asociados con ellos: Peñón de la Zorra (Villena, Alicante)( 12), Mas delJulje (Liria, Valencia) (13), Puntal del Barranc de les Caves (Estubeny, Valencia) (14) ... Sin descender al análisis pormenorizado de cada uno
de los elementos presentes en estas necrópolis de transición, lo que escapa a
las posibilidades del presente trabajo, insistiremos en que una datación entre
1800-1600 a. de C. para ellas, tal como se ha venido suponiendo, implica, más
que una transición, un momento ligado al pleno Bronce Valenciano.
Por otra parte, volviendo al mundo de los poblados, parece que las
fechas iniciales del Bronce Valenciano se acercan en exceso a las que
tradicionalmente se daban para el pleno Eneolitico de la Ereta del Pedregal y que coincidía con la fecha de C. 14: 1980 ± 250 a. C. Este hecho merece una atención especial dado que la diferencia entre los estratos eneolíticos de la Ereta del Pedregal y cualquiera de los yacimientos del Bronce Valenciano es considerable. Aunque pueda parecer lo contrario, el número de poblados eneolíticos valencianos es elevado, pero los trabajos y excavaciones realizados sobre ellos son tan
exiguos que nuestras consideraciones se han de reducir por el momento al importante poblado de la Ereta del Pedregal, en el que actualmente continúan las campañas de excavación por parte del S. I.
P., dirigidas por Play con la colaboración de uno de nosotros (Martí).
En este yacimiento tendríamos, de acuerdo con los resultados publicados (15), un primer estrato de tierras revueltas entre las que se encontrarían elementos típicos del Bronce Valenciano como los dientes
de hoz, escasos útiles metálicos .. -; el estrato II, sobre un lecho de piedras a 85 cms. de profundidad, vería la desaparición de los útiles metálicos que sólo aparecen en la parte superior, y de los dientes de hoz,
pudiendo considerarse como propio de un Eneolítico Final; los estratos correspondientes al pleno Eneolitico serían los III y IV de la campaña de 1963, con dos niveles de fondos de cabañas situados a 125 y
165 cms. de profundidad, respectivamente, correspondiendo al relleno del nivel inferior la datación de 1980 a. C. que nos parece excesi-
02)
1965.
J. M." SOLER: «El Tesoro de VillenM. Excevaclonea Arqueológicu enEspaila, 36, Madrid,
(13) J. V. MARTINEZ: «Carte Arqueológica de l'edralbe y Bugarra !Valencia).. Archivo de l'rehi8to·
rle Levantina, XIV, Valencia, 1975, p. 173.
(14) J. APARICIO: «Puntal del Barranc de les CoveSJ>. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana,
T. 9, Valencia, 1973, p. 206.
(15) D. FLETCBER, E.l'LA y E. LLOBREGAT: «La Ereta dell'edregal (NavlllTés, Velencla)l. Excavaciones Arqueológicas en España, 42, Madrid, 1964.
- 62 -
[page-n-69]
CAU RABOSER
vamente baja y que no tiene procedencia exacta conocida. Estos estratos presentan una total ausencia de metal en la amplia extensión
excavada y una gran abundancia de utillaje lítico: puntas de flecha de
retoque bifacial y formas variadas, de pedúnculo y aletas, cruciformes, romboidales ... ; hojas y elementos de hoz, raspadores, geométricos, trunca duras oblícuas retocadas, perforadores, etc.; hachas y
azuelas de piedra pulida; punzones y espátulas de hueso; cerámica
sin decoración con predominio de las formas globulares o de tendencia hemiesférica y elementos simples de prensión como los pequeños
mamelones. Por debajo de este segundo nivel de fondos de cabaña, un
último estrato, el V, se asentaría directamente sobre la turba, que
aparece casi pura a partir de 185-195 cms., con materiales semejantes al estrato IV si bien puede ser significativa la ausencia del tipo de
flecha de aletas y pedúnculo bien desarrollado. Este estrato V correspondería a un Eneolitico Inicial.
El análisis de los materiales correspondientes a los estratos
eneolíticos de la Ereta del Pedregal revela una gran diferencia con
respecto a los materiales que aparecen en los poblados del Bronce Valenciano, y también con respecto a los propios de los yacimientos
neolíticos. En los poblados del Bronce Valenciano son escasas las puntas de flecha de sílex, mientras aparecen con relativa frecuencia los
brazaletes de arquero o afiladeras, los útiles metálicos entre los cuales el puñal de pasadores o remaches sustituye al de lengüeta, los vasos carenados, los vasos colador ... Por otra parte, la comparación con
los yacimientos neolíticos resulta igualmente significativa: algunos
elementos líticos pueden relacionarse claramente como es el caso de
los perforadores, los geométricos, las truncaduras oblícuas retocadas,
los elementos de hoz ... ; otros son nuevos como es el caso de los raspadores, de los que tan sólo algunas hojas con frente de raspador aparecen en los yacimientos neolíticos, y, sobre todo, la punta de flecha de
retoque bifacial que es totalmente desconocida en yacimientos como
Sarsa, pero que está exiguamente representada en yacimientos como
Or, atribuibles a los últimos momentos de habitación de la cueva tal
como se desprende de los recientes trabajos de excavación en el yacimiento. {16).
La relación entre los yacimientos neolíticos y eneolíticos conlleva
el problema de la periodización de nuestro Neolítico y su exposición
requeriría una prolija descripción de yacimientos y materiales, pero
(16) B. MAR TI: ~Cova. de l'Or (Benlarrés, Alicante)», Trablljos varios del S. l. P., 51, Valencia, 1977.
B. MARTI: •Cova de I'Or (Benlarrés, Alicante). Nuevos datos sobre el Neolítico del Este peninsulao.
Comunicación a la Reunión sobre los problemas del C. 14. Madrid, abril, 1978.
-
63 _-
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
es conveniente, al menos, recordar aquí algunos indicios como los ez..
puestos anteriormente, o como la presencia de cerámicas peinadas en
Or, Emparetá, Cocina IV ... y también en la Ereta.
A modo de resumen de los actuales trabajos podemos decir que el
final del Neolítico se situaría entre los milenios IV y 111 a. C. y que
el principio del Bronce Valenciano estaría en torno al 1900-1800 a.
C., no resultando excesivo proponer la mayor parte del 111 milenio para el desarrolo del E neolítico con una datación 2500-2000 para el Pleno Eneolítico de la Ereta del Pedregal, que encontraría fáciles paralelos en otras áreas peninsulares y en el arco mediterráneo que se extiende desde el golfo de Génova hasta el litoral andaluz.
Como se ha dicho, los problemas planteados por la relación entre
poblados eneolíticos y del Bronce Valenciano se repiten en el caso de
las cuevas de enterramiento múltiple, pero con dificultades adicionales. Sin olvidar los importantes trabajos de Ballester ( 17), la primera
visión de conjunto sobre las cuevas de enterramiento eneolíticas se
debe a Pla (18) y puede decirse que, en general, las características
que trazara continúan siendo válidas, aunque los años transcurridos
han aportado nuevas precisiones y una cronología creciente.
Remitiéndonos a la extensa bibliografia, sólo quisiéramos insistir
en aquello que siempre se. creyó aunque era y es dificil de precisar: el
amplio conjunto de cuevas de enterramientos que conocemos no es
sincrónico y en el momento presente podemos atribuirles un espectro
muy extenso que se iniciaría en el Neolítico y terminaría en pleno
Bronce Valenciano.
De esta secuencia aparecen claramente delimitadas las correspondientes a los momentos iniciales y finales: en el primer caso estarían los enterramientos en cuevas como La Sarsa, Emparetá, Cava
de Dalt; en el segundo, las necrópolis de transición, y las que se han
considerado siempre como propias del Bronce Valenciano.
De la Cava de la Sarsa poseemos las mejores evidencias (19); de
Emparetá puede afirmarse que fue lugar de habitación y de enterra-
{17) l. BALLESTER: rLa Covacha Sepulcral del Cami Real. Alhaidao. Archivo de Prehistoria Lsvautina, I, Valoncia, 1\~28, ps. 31-85.
¡ 18) E. PLA: d.a Covacha de Ribera {Cullera, Valencla)o. Archivo de PreWstoria Levantina, VD, Valencia, 1958, ps. 23-54.
mis~;)vol~~=~-~~l trabajo de V. CASANOVA, sobre al enterramiento doble dala Cava deJa Sarsa, en esta
MARTI: «Cova do l"Ont, op. cit. nota 16, ps. 34·35.
M. D. ASOUERINO: cVasos cardiales inéditos de la Cueva de la Sarsa ¡Bocairente, Valencia)». Trabajos de Prehistoria, 33, Madrid, 1976, ps. 339·347.
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CAU RABOSER
19
miento (20), al igual que la Cava de Dalt (21), sin que los materiales
proporcionados por estos yacimientos permitan situarlos por debajo
del final del Neolítico. De las necrópolis de transición y su relación
con el Bronce Valenciano sólo es necesario recordar lo expuesto por
Pla (22), Tarradell (23), Fletcher (24), Llobregat (25), Aparicio (26) ...
La mayor parte de las cuevas de enterramiento estaban revueltas
en el momento de su excavación y no ha resultado factible el identificar ajuares, de modo que hemos de aceptar como sincrónicos elementos que necesariamente están muy separados en el tiempo, desde el
momento del inicio de la utilización hasta su final: de ello podrían ser
ejemplos la presencia de elementos metálicos en la Cova del Frontó,
junto a cerámicas con decoración impresa cardial (27), o el caso del
Barranc del Castellet, donde un pequeño fragmento cardial acompaña
al vaso campaniforme (28). Quizá fuera útil recordar aquí algo que se
ha repetido insistentemente para los dólmenes, como es el carácter intrusivo que pueden tener algunos de los elementos encontrados en
ellos, el vaso campaniforme incluido, y que, como señalara Llobregat,
debe ocurrir de modo idéntico en las cuevas (29).
l,a presencia de cerámica campaniforme y cardial en Castellet, o
el ajuar del Frontó, junto a la presencia de enterramientos en yacimientos neolíticos, podría suscitar de nuevo las teorías de la filiación
cardial para el vaso campaniforme. Pero nada apoya tal suposición,
aunque es preciso reconocer que temáticamente decoraciones incisas
e impresas de instrumento que aparecen en los yacimientos neolíticos
pueden considerarse similares a las campaniformes; en ningún caso
(20) M. D. ASOUERINO: «Coveta Emparot.U. Noticiario Arqueológico Hispánico, Prehistoria, 3,
Madrid, 1976, ps. 111-168.
(211 1. SARRION: ~El yacimiento neolítico de la Cova de Dalt. Tárbena~. Revista del Instituto de Es·
tudios Alicantinos. Núm. 16, II Epoca, mayo-agosto. Alicante. 1976, ps. 41-55.
(22) PLA: Op. cit. notas 9 y Hi.
!23) M. 1'ARRADELL: «Ensayo de identificación de las necrópolis del Bronce Valenciano». Archivo
de Prehistoria Levantina, X, Valencia, 1963. ps. 59·67.
(24) FLETCHER: Op. cit. notes 5 y 7.
(25) E. LLOBREGAT: ~Estudio de los Megalitos portugueses por los Leisncr, y las cuevas de enterra·
miento múltiplo del Pals Valenciano». Archivo de Prehistoria Levantina, XI, V~lenc>a, 1966,
ps. 111-90.
E. LLOBREGAT: tille! fin del Neolltico de cerámicas impresas al comienza de la Edad del Bronce en la
Región Valencianao, Papeles del Laboratorio de Arqueologla do Valencia, 9, Valencia, 1973, ps. 3-10.
E. LLOBREGAT: «Nuevos enfoques para el estudio del pedodo del Noolltico al Hierro en la Región Va·
lendana.. Papeles del Laboratorio de Arqueologla de Valencia, 11, Valencia, 1975, ps. 119-140.
(26) J. APARICIO: •Estudio económico ysoclal de la Edad del Bronce Valenciano». Valencia, 1976.
(27) E. PASTOR y S. TORRES: «Los enterramientos eneolltlcos de la cueva del Ftontó, Salern (Va·
lencia)•. Archivo de Prehi$toria Levantina, XU, Valencia, 1969, ps. 27-41.
(28) E. PLA: 1La Coveta do! Barra.nc del Castellet (Carrfcola, Valencia)». Archivo de Prehistoria Le·
vantina, V, Valencia. 1954, pe. 35-64.
129) LLOBREGAT: •Nuevos enfoques ... », op. cit. nota 25.
'
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B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
puede afirmarse lo mismo de las formas ni de los elementos asociados
a c<-:.da especie cerámica. Hallazgos de cerámicas impresas cardiales
y campaniformes se conocen en la estratigrafia de la Cava de les Cendres, convenientemente separadas por niveles intermedios (30).
Finalmente hemos de referirnos a la perla de aletas y a la perla de
glóbulos del Cau Raboser, primeras que encontramos en nuestros yacimientos y punto más meridional de su área de repartición hasta el
momento. Dentro de la Península sólo conocemos los hallazgos de la
Cava de l' Arbones y de .Kobeaga I.
La Cava de l' Arbones (Pradell, Tarragona), presentaba restos de
al menos cinco individuos con un rico ajuar entre el que se incluye un
puñal de lengüeta, un botón en forma de caparazón de tortuga, muy
abundantes cuentas de collar de diversos tipos, cerámica sin decoración, abundante industria lítica con grandes hojas con lustre de cereales, puntas de flecha de retoque bifacial, etc., además de dos perlas de aletas y una de glóbulos. El estudio de Vilaseca y Capafons recoge la repartición de los elementos de este ajuar, con especial atención a los botones y a las perlas de aletas y glóbulos. (31).
La cueva de Kobeaga I (Isparter, Vizcaya) (32), también con inhumaciones, proporcionó dos perlas de glóbulos con abundante ajuar
que incluye, además de cerámica y sílex, un brazalete de arquero con
doble perforación, colgantes planos de hueso, cuentas cilíndricas y de
tonelete, un botón circular con perforación en V, tubos de hueso segmentados, etcétera.
Una lista de yacimientos con perlas de aletas y glóbulos puede
verse en el trabajo de Vilaseca y Capafons, y en la recopilación realizada por Bordreuil (33). Por nuestra parte, nos limitaremos a señalar
su abundancia en la Francia meridional, especialmente al O. del valle
del Ródano, Aparecen en el Grupo de Ferriéres y de Fontbouisse, en el
Languedoc; en el Grupo de Treilles o de las Grands Causses, en los Alpes, en el Jura ... La cronología aceptada cubre un período considerable que va desde la segunda mitad del tercer milenio en que parece
desarrollarse el Grupo de Ferriéres, aproximadamente del 2600 a
2200 a. C., hasta la datación C. 14 para la Cueva de Sargel (St. Rome
/301 .Result~doso(lbtenidos en las recientes excavaciones realizadas bajo la dirección de E. LLOBREGAT, cuyos materiales pude estudiar en el Museo de Alicante, y a quien agradecemos su amabilidad,
(31) S. VILASECA y F. CAPAFONS: ~La Cueva sepulcral eneolltica de L'Arbones (tolrmi.o.o do Prade1U». Trabajos de Prehistoria, XXIII, Madrid, 1967.
(32) J. M. APELLANIZ: •Corpus de materialeG de les culturas prehistóricas con cerámica de lapoblación de cavernas del Pals Vasco meridionab. Muniba, suplemento n.• 1, San Sebastián, 1973, ps. 52-
"·
(33) M. BORDREUIL: •Recbercbes sur les perles ;l ailettes>, Congrés Préhistoriquc de Frunce, XVIII
(Ajuccio, 1966), Pans, 1966 ps. 251-264.
- 66 -
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CAU RABOSER
21
de Cernan, Aveyron) de 1760 ± 180 a. C. El estudio de los ajuares,
donde aparece muestra que los diversos tipos de perlas o cuentas
van generalmente asociados aunque sus proporciones puedan variar
según las regiones. Entre los elementos que suelen acompañarles encontramos el amplio repertorio de cuentas de collar propias de dólmenes y cuevas sepulcrales, los botones de hueso con perforación en V,
los botones en forma de capazón de tortuga ... y también vasos campaniformes (34).
Puede decirse que su presencia en el Ca u Raboser no aporta precisiones cronológicas más allá de lo anteriormente expuesto para este
pequeño conjunto de yacimientos que acabamos de reseñar y el Cau
Raboser podría situarse cómodamente en los inicios del II milenio a.
de C., es decir, dentro de la transición Eneolítico-Bronce Valenciano.
Sería, pues, una necrópolis de transición en el sentido que hemos expuesto aquí, en tanto otras que han merecido tal denominación y que
se fechan en momentos más avanzados, 1800- 1600 a. de C., serían
ya necrópolis del Bronce Valenciano, cuya periodización se hace cada
vez más necesaria. La importancia de estos elementos de adorno en el
Ca u Raboser radica fundamentalmente en la valoración de la unidad
que presentan las tierras ribereñas del Mediterráneo, en lo indudable
de los contactos dentro del arco norte del Mediterráneo Occidental
desde Arene Candide a los yacimientos valencianos cuando menos.
Hablar de unidad y de similar proceso evolutivo obliga a reflexionar y valorar adecuadamente las diferentes nomenclaturas empleadas en este ámbito geográfico ya que, con frecuencia, las diferencias
cronológicas y culturales son menores de lo que la diversidad de denominaciones parece indicar. Así, por ejemplo, en la bibliografía francesa y en parte de la bibliografía penjnsular, suele situarse a menudo
el inicio del Calcolítico o Eneolítico en relación con la aparición del
vaso campaniforme, mientras se habla de un Neolítico final diversiiicado en culturas regionales, lógicamente anterior a aquél; estructura-
(341 J. ARNAL ot JI. BERTRAND: d'resentation de nouveaux tumuli non mégalithiques». Archivo
de PrchisloriH Levantina, IV, Valencia, 1953, p. l3l. fig. 7.
L. BALSAN et G. COSTANT1N1: «La Grotte I des Trailles¡\ St. Jean etSt. Paul (Aveyronl~. Gallia Pre·
histoire, t. 15, Paris, 1972, ps. 229-259.
J. GUILAINE: •L'Age du Bronze en Languedoc Occidental, Roussillon, Ariégeo. Mémoires de la Société Préhistorique Fr~nqaise, t. 9, Paris, 1972, p. 78.
B. PAJOT et J. CL01"TES: •Le Dolmen 2 du Freu, ;l. Cazals (Tarn-et-Garonnelo. Bullet!n Société Préhistorique Franqaise, t. 72, Eludes et Travaux, Paris, 1975, ps. 382-401.
ps. ~6~." ROUDIL: •Grott:e de Través (Montclus, Gardl~. Gallia Prehlstoire, t. 19, fase. 2, Paris, 1976,
O. ROUDIL et BERARD: oLa Grotte de Gonfaron (Var)>. Bulletln Société Préhistorique Franqalse t
74, C. R. S. M .. París, 1977. ps. 15-19.
' '
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"
B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
ción muy distinta a la que es habitual entre nosotros, donde el vaso
campaniforme se sitúa a partir de la transición Eneolítico-Bronce.
Sin duda existen diferencias locales o entre áreas más extensas
que justifican la amplia gama de culturas arqueológicas, pero esto no
debe confundirse con diferencias culturales y cronológicas profundas,
que se utilizan posteriormente para establecer relaciones genéticas
nunca probadas. Por seguir con el ejemplo del vaso campaniforme, no
parece razonable que su horizonte inicial sea 300 años más antiguo
en el arco norte del Mediterráneo que en el litoral valenciano, ni aparece justificado por sus contextos. El valor testimonial que en estos
problemas tienen elementos de tipología tan precisa como las perlas
de glóbulos y aletas debe ser tenido en cuenta, ya que, en efecto, nos
encontramos ante unos objetos exóticos, de indudable procedencia
septentrional, prueba de contactos y de similar horizonte cronológico
para los conjuntos en los que aparecen.
Terminado este trabajo se ha publicado un estudio sobre el material de superficie del Mas del Jutje o Puntal sobre la Rambla Castellarda (35), en el que se presenta una recopilación de posibles yacimientos eneolíticos valencianos. Según sus autores, Aparicio, Martínez y San Valero, el yacimiento se presenta como de filiación eneolítica, sobre todo por la abundancia de puntas de flecha de sílex y por la
presencia de algunos fragmentos de cerámica campaniforme, situándolo entre el 2000 y el 1700 a. de C. Por otra parte, consideran correcta la datación de la Ereta del Pedregal, entre el 2000 y 1600 a. de
C., a la vez que sitúan el momento álgido del Eneolítico entre el3000
y el 2000 a. de C., lo que es contradictorio a nuestro juicio.
Si bien podemos estar de acuerdo en lo primero, es decir, en laposible correspondencia de los materiales conocidos del Puntal a un
Eneolítico final, aunque quizá exista en esta posición una valoración
excesiva de los fragmentos de campaniforme y habrá que esperar a
los resultados de las excavaciones; no nos parece que la Ereta del Pedregal, yacimiento bien conocido a través de numerosas campañas de
excavación, pueda englobarse en el mismo período cronológico, ya
que, de seguir la propuesta de estos autores, todos los niveles de la
Ereta del Pedregal se situarían entre el Eneolítico final y los inicios
del Bronce :Valenciano. Sin duda existe un nivel superficiaL propio del
Bronce, pero los restantes niveles subyacentes no pueden asimilarse a
un Eneolítico final posterior alZOOO a.de C., tal como hemos expuesto
en las páginas precedentes.
(35) J. APARICIO, J. V. MARTINEZ y J. SAN VALERO: •El Punta( sobre la Rambla Castellarda y
el poblamiento eneolltico en la Región Valenciana•. Saitnbi. XXVIl (1977), Valencia, I97B, ps. 37-62.
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LAM. 1
1\f.ARTI-GIL SANCHO.-Cau Raboser
Cau Raboser
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MARTI·GIL SANCHO.-Cau Rabose•
Cau Rab oser
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J. APARICIO PEREZ
(Valencia)
SIMA DE LA PEDRERA
(Benicull, Polifté del Júcar)
(Valencia)
1
DESCUBRIMIENTO Y PROTECCION
El día 17 de noviembre de 1973, la maestra nacional de Benicull,
barrio de Poliñá del Júcar, doña María del Carmen Ezquer Borrás,
mostró a don Felipe Garfn Llombart, director del Museo Provincial de
Bellas Artes, unas cerámicas decoradas que los niños habían encontrado en una cavidad junto al pueblo. Ambos se personaron en este
Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación Provincial, y a la vista de los materiales, que resultaron pertenecer a un
vaso campaniforme, el director del S. l. P. nos encargó la exploración de la cavidad, lo que acompañado por dicha maestra hicimos
aquella misma tarde (1 ).
Cuando llegamos al lugar en cuestión vimos que alrededor de la
boca de la pequeña sima, y dada su situación junto a las casas del
pueblo, se había congregado una nutrida multitud de vecinos, algunos
de los cuales ya habían penetrado en su interior, extrayendo numerosos huesos humanos que yacían amontonados junto a la boca de la cavidad. Hicimos retirar a la gente y explorando su interior compraba111 l. MASCARELL: •Restos humanos y de cerámica en Benlcull(Pol.idá del Júcar). - Los hallazgos
h an sido realizados por escolares. - Tienen una antigüedad aproximada de cuatro mil Bilos.t «Levante»,
Valencia. 22 de noviembre de 1973.
V. VENTURA: «PoliAá'del Júcar. Re,tos prehistóricos en Be.nlcull de PoliAé.t. «Laa Provinciau. Valencia, 29 de noviembre de 1973.
«La labor del S. l . P. y au Museo en el pasado a1lo 1973t. Valencia, 1975, págs. 108-109.
J . APARICIO PEREZ: «Pedrera, Sima de lat. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana. Vol. 8, Valencia, 1976, pág. 219.
- 69-
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,..,._
'
J. APARICIO P~REZ
mo& que se trataba de una pequeña sima, propia del relieve cárstico a
que pertenece la prominencia caliza sobre la cual se asientan las casas del barrio, y que destaca sobre las tierras llanas de aluvión del valle del Júcar. La superficie de la sedimentación que la rellenaba se
presentaba caótica, debido a las remociones a que la habían sometido
los niños inadvertidamente cuando jugaban en su interior, y luego los
vecinos ante los misteriosos rumores que corrieron entre la población.
Dada la situación planteada resolvimos rápidamente taponar la
pequeña entrada con una gruesa capa de hormigón, lo que hicimos inmediatamente, y puestos en contacto con el comandante del puesto de
la Guardia Civil de Poliñá del Júcar, lo llevamos al yacimiento y le explicamos lo que había que vigilar.
Puesto en antecedentes de la situación el director del S. l. P., y
ante el peligro de saqueo total que existía, dados los falsos rumores
propagados y la alarma entre la gente, nos encomendó la urgente excavación del yacimiento.
li
SITUACION Y CARACTERISTICAS
La Sima de la Pedrera, como ya hemos indicado, se encuentra situada en las inmediaciones de Benicull, barrio de Poliiiá del Júcar, a
unos 2 Kms. del núcleo principal de población, que se extiende por la
misma orilla del rfo, sobre las tierras llanas de aluvión de la Ribera
Baixa (fig. 1 y 2).
Benicull se ubica sobre una pequeña eminencia rocosa, de constitución caliza, que alcanza una altura máxima de unos 31 metros
s. n. m. En su parte N. y a unos 20 metros de la zona urbana se abre la
boca de la pequeña oquedad, que equidista, a su vez, unos 6'80 metros del frente de una antigua cantera (pedrera), hoy paralizada, de
donde toma el nombre. Si dicha cantera hubiera continuado la explotación de la caliza, es casi seguro que la cavidad habría desaparecido,
como pudo ocurrir con otras posibles oquedades; felizmente su paralización lo impidió. En los alrededores se percibe la existencia de otras
pequeñas simas totalmente rellenas, que quizá puedan contener otros
restos furrerarios, aunque ninguna de ellas ha sido investigada.
(Lám. !).
La pequeña entrada, que se abre a ras del suelo, apenas tiene 0'50
metros de diámetro en su parte más ancha y a través de una chimenea de unos 0'90 metros de longitud se accede a una diminuta cavidad de forma ovalada irregular, de 3 x 2'50 metros de medidas longi-
70 -
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SiMA DE LA l'liDRF.RA
Fig. J.-Mapa da laR~ ValanciD.IIa eon yaclrxdant
Xarla; 4: RaOO de la TitJna¡IS: La Joquera IJ (h La Joquera ll; 7: El lttholcat;
81 Covacha Giner; 9.: Milo da Bou¡ 11); La úanalla
.. 71 -
'
[page-n-80]
•ntre
IIOS
íQO m,
---~-SO
m.
\---~"'--;
Flg. 2.-Mapa & la Ribera Baha y La safor con la.dtn~ón de dlvltrtm ya~utoJ, algunos de iimila~
re~~ ouacterlsticu con el de La Sima deJa Padn!ra,-1; Sima da la Pedrera; 2: Atllo d9 Bou; 3: Cuvda
Gint.tr¡.4;: covacha Rib&ra¡ 5: Malla Vn&¡ e: COV4l deJa GaUI¡ 7: :Barranc de Xuta; 8: La Poy9tea; 9:
':Maravellea; 10: Cova del Retoret; 11: Cova Negra; 12: Cova delllarranc del Nano; 13: Cova dflls
Pon:e; 14: Coveta zaeam; 15: a.oambra: Uh Cova dt l'Aigue; 171 Cova Bolta
[page-n-81]
SIMA DE LA PEDRERA
5
tudinales extremas y 1 metro de altura máxima de bóveda antes de su
e>..cavación, lo que dificultó los trabajos en un principio; por la parte
S-E. se iniciaba una galería completamente rellena de tierras y piedras, con indicios de profundizar y comunicarse con el exterior. Su
génesis es la propia de las oquedades abiertas en terrenos calizos sujetos a fenómenos cársicos (figs. 3 a 5).
La sedimentación que la rellenaba presentaba inclinación desde
la vertical de la entrada hacia la grieta, siguiendo la del piso de la cavidad, con acumulación bajo la chimenea por caída de materiales
desde el exterior como consecuencia de la acción mecánica humana y
atmosférica.
III
LA EXCAVACION Y LA SEDIMENTACION
Al penetrar por primera vez en la cavidad observamos que a raíz
de su descubrimiento los niños en Wl principio, y posteriormente algunos adultos, habían realizado varios hoyos de escasa profundidad y
diámetro, extrayendo algunos materiales fuera de la cavidad y esparciendo otros por la superficie interior, que presentaba aspecto desordenado, con restos diversos procedentes del vertido en la zona suburbana, que se mezclaban con restos óseos y cerámicos como consecuencia de la ya descrita remoción del depósito.
Los primeros trabajos consistieron en el tamizado de la tierra sacada al exterior, asi como en la limpieza del interior, recogiendo cuidadosamente todos los restos óseos y cerámicos visibles. Posteriormente tamizamos todas las tierras removidas del interior, entre las
que encontramos el puñal de lengüeta, varias cuentas de collar, fragmentos cerámicos y restos óseos.
Una vez aislado el sedimento arqueológico no removido procedimos a su cuadriculación con arreglo al sistema usual {fig. 3) e inmediatamente a la excavación propiamente dicha. En primer lugar excavamos la capa 1 (C-1) en la cuadrícula Al, capa que forma una auténtica brecha huesosa, más dura cuanto más próxima a la pared de la
Lavidad, y formada por la precipitación de abundante carbonato cálcico, cuyo carácter natural fue confmnado por los análisis efectuados
en una muestra enviada a la Facultad de Ciencias de la Universidad
de Valencia, lo que descartó el que se tratase de algún material de fabricación humana vertido con el depósito. Hacia el centro encontramos algunas piedras gruesas entre tierra marrón oscura no afectada
por la acción hídrica. Los hallazgos se redujeron a huesos y algún
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YJ.N't'1d
(tl't'J ('lf 130 .'9'~]10d-11nJ]N3S) VH3H03d V1 3Q VW!S
[page-n-83]
SIMA DE LA PEDRERA
,
ovacha exterior
SiMA
DE LA PEDRERA
PERFIL TRANSVERSAL
0--==--==-...,¡' m.
Fig. 4
-
75 -
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8
J. APARICIO
P~REZ
fragmento cerámico, procediendo de aquí parte del cuenco campaniforme núm. 4. Debajo de esta primera y única capa aparecía el piso
rocoso de la cavidad.
A2 presentó las mismas características que Al, capa única con
brecha ósea junto a la pared y tierra marrón oscura hacia B2. Los materiales, por el contrario, fueron muy abundantes, aunque en disposición desordenada, recogiéndose la mayor parte de las cuentas de collar, el punzón de cobre y la punta de flecha en silex, así como el cuenco campaniforme núm. 3, siendo numerosísimos los restos óseos.
B 1 y B2 presentaban una capa superficial de un conglomerado o
brecha como el descrito anteriormente, aunque éste de matriz rojiza
por abundancia de arcillas; debajo la tierra era marrón aunque dura,
y hacia B3 del mismo color aunque suelta. También han sido muy
abundantes los restos óseos, sumamente fragmentados, habiéndose
acumulado mayor cantidad debajo mismo de la chimenea de acceso.
En B2 recogimos la punta Palmela y varios fragmentos del vaso campaniforme núm. 2 (fig. 7). En B3 y zonas próximas de C2 y C3, la tierra era marrón, suelta, con abundantes piedras pequeftas y con poco
espesor, recogiéndose algunos huesos humanos y varios fragmentos
cerámicos.
A3 presentaba, como Al y A2, fortísima brecha de similares características, la tierra marrón oscura suelta hacia el centro. Junto a
la pared se abría la galería lateral, que debido al poco espesor de la
sediinentación en A3 juzgamos de escasa importancia, sin embargo, a
medida que extraíamos la tierra marrón oscura y suelta que la rellenaba nos dimos cuenta de que contenia mucha sedimentación y que
profundizaba muchísimo, por lo que nos vimos obligados a prolongar
la excavación que habiamos creído ultimada. Entre la tierra marrón
oscura existían numerosas piedras de todos los tamaños, y abundantes restos óseos humanos. Al principio de la galerfa, junto a A3 se encontraron los dos botones con perforación en V, únicos restos del
ajuar funerario recogidos aqui. Una bolsada de tierra marrón oscura
muy fina presentó la particularidad de contener numerosos huesos de
animales, entre los cuales un fragmento de asta de cérvido. Debido a
su estrechez y profundidad no pudo ser vaciada en su totalidad, por
ser materialmente imposible la extracción de las gruesas piedras encajadas en la pared de la grieta a más de 2 metros de profundidad y
menos de O' 50 metros de ancho.
-
76 -
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•
SIMA DE LA PEDJI.ERA
6'10m. frrnte de
Ir! Pvilcl de
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len~\Jetc
Perfil \ongil!,!ólnci
•
Fig.
lm,
5~P.nfillotl{;itudinal
con el inicio de la grieta f el pu.nto donde u aneonttó ol pufud dfl JMgüuta
- 77 -
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10
J. APARICIO PEREZ
IV
ESTRUCTURAS
Hay una falta absoluta de monumentos funerarios en piedra (megalitos) en toda la Región Valenciana, fenómeno no estudiado ni explicado, para lo cual nosotros buscariamos causas socioeconómicas más
que culturales, ubicándose todos los restos funerarios en cavidades
naturales, tipo cueva, covacha o sima como en el caso que nos ocupa. La disposición de los restos óseos y del ajuar funerario en estos lugares es materia que ha preocupado sistemáticamente a los arqueólogos valencianos, llegando a la conclusión de que los realizados durante el
Eneolítico y durante la Fase de Transición obedecían a los llamados
segundos enterramientos, perfectamente detectados en la Covacha
del Cami Reial d' Alacant por don Isidro Ballester (2) en forma de paquetes de huesos, así como en otros muchos lugares. Sin embargo no
ha sido señalada por el momento ningún tipo de estructura digna de
mención.
En la Sima de la Pedrera resulta evidente que todos los cadáveres
{siete con seguridad y más de una docena como probable} fueron vertidos por la chimenea o agujero vertical de entrada en la bóveda, acumulándose especialmente debajo de ella, así como en A1, A2 y A3, rodando muchos restos al fondo de la galería y grieta. Absolutamente
ninguna preocupación ordenancista presidió su disposición, ni la del
ajuar, ni en el interior hubo ningún acondicionamiento del espacio,
disponiéndose restos humanos y útiles diversos tal y como quedaron
después de su vertido, salvo los que fueron desplazados por los descubridores o por los animales subterráneos que pudieron utilizar la cavidad.
La posibilidad de empleo de algún producto calizo {cal) con el fin
de cubrir los restos se desvaneció una vez eféctuado el análisis de la
muestra, tal y como hemos indicado.
V
LOS MATERIALES
CERAMI!!A
L Vaso campaniforme de perfil en ese muy suave e irregular por su factura a mano, lo que dn Jugar
la disimetría reflejada.en el dibujo. Pasta gris con impurezas y desgraaa.nte. Superficie rojiza o negn!2ca según zonas. Se conserva casi integro, s_alvo parte de la hase plana, en 15 fragmentos unidos y 2 su el-
¡¡
(2) I. BALLESTER TORMO: «La Covachaseplllcral del Canú Real, Albaida>. tu-chivo de Prehistoria
Levantina, 1, Valencia, 1929. pág. 3l.
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SIMA DE LA PEDRERA
tos. Decorado mediante catorce ba.ndas desde el borde hasta. el comien:to de le. base, manifiestamente
p[a.na; de le.s ce.torce bande.s siete están deccrades medJa.nte reticulado inciso en seria alterna con las
otras siete lisas; la linea circunvalar que las enmarca también es incisa. Considerado el reticulado en
sentido vertice.l, primeramente se marcaron las incisiones trazadas de derecha a Izquierda oblicuamente, que han quedado señaladas levemente sobre loa trazadas de Izquierda a derecha, cuyo surco es profundo. Tanto el circulo reservado de la base como las handaa no decorade.s presentan un ligero alisado
de la superficie.
En general, la casi correspondencia. entre la a.nchura y la altura le da Wl aspecto poco airoso.
Se clesffica entre los tipos marítimos, lnternaclonllles o paneuropeua (fig. 6 y Lé.m. II, AJ. Alt. 11'95
cm.; .0'boca 13'6 cm., .e' base 13'3 cm.
2. Vaso campaniforme de pasta negruzca en el alma y superficie interlcr: superficie exterior marrón, con algún punto negruzcQ, e inmediatamente debaJo pasta rojiza. en fina pelicula que no liega al alma. Desgrasante f"mo de meterla desconQcida. Unicamente ae hallaron 11 fragmentos del va.sn, que han
permitido su reconstrucción en sus dos terceras partes, y 1 fragmento que no encaJa.
El cuerpo y cuello son casi rectos, exvedndose ligeramente en el b
forma de casquete esférico con el ap
en la unión del cuerpo y base al iniciarse ht curvatura de ésta. Destaca el mayor diámetro del casquete
qua el de la boca.
En la dec
oblicuas que dibujan un zig-zag enmarcado por Incisión circunvalar. En el cuello y cuerpo franja con cinco bandas horizontales delimitadas p
mediante apretadas incisiones vertillales que cortan otra inclslón horl~ontal central las de Jos extremos.
En el arranque del casquete ..¡en este mismo fr8ll,ja con 4 bande.s horizontales, reserve.das las dos
centrales, enmarcadas por 5lineas Incisas; la banda superior similar a las de l
anterlor, y la lnferlor decorada mediante lfneas Incisas oblicuas que dibtUan, también, una especie de
zig-zag.
En el centro del casquete serie de trlé.nguJ
que arrancan de una linea incisa horizontal.
Circunvalando lá concavidad del ple doble ffia da hoyitos lnclsoa en serie alterna.
Aunque el parm y decoración no se ajusta.n estrictamente al modelo tipificado, es evidente que por el
mismo, y por la decorac!ón, tanto por su disposición en fra.n,jas, p
pertenece ~1 tipo coptinental ?e estilo Carmona, Cie.mpo~uelos y Palmella. lfig. 7 y Lé.m. n. l!l.
Alt. 12 1 cm.: boca, 115 cm.; fdmAxlmo, 12 2 Qm.
m
3. Cuenco en forma de casquete esférlco de basa cóncava; pasta negruzca muy depurada, sin des·
grasante apreciable. Superficie exterior alisada de color marrón claro. Unicamente se han podido encajar 17 fragmentos, con lo que se ha podido reconstruil.' aproximadamente la mitad, existiendo otros muchos de imposible encaje.
Decore.do técnicamente mediante elllamad
de 6 ó 7lineas puntilladas en disp
abajo. (flg. 8 y Lám. III, C).
Alt. 4'5 cm.; ¡J boca, 11 cm.
4. Pedazo de cuenco hecho a ma.no, en 6 frogmentoa,
superficie interior y exterior marrón y negruzca según zonae, cnn abundante y grueso desgrasante sillcao
en la masa.
Un fragmento se encontró en la cuadricula A-3, al prlncipi
conglomerado calizo (en A-1, C-1 ), 111 cual justifica au mal estado de coru~ervaclón.
Con lo conservado se ha p11dido reconstruir la forma y detenninar el~ de boca, de unos 14 cm., la
base debió ser cóncava, ~lmilar a la del litro cuenco decorado, lo que se deduce por la banda decorada
que beJa verticalmente entre la cenefa de triángulos a buscar el posible cil'cnlo basal.
La superficie exterior, decorada con temática campaniforme, presenta cuatro bandas limitadas por
lineas horizontales incisas, rellenas la segunda y la cuarta mediante reticulado oblicuo inciso. Debajo de
la cuarta banda, cenefa de triángulos Isósceles, rellenos de Incisiones paralelas
Como ocurre con el vaso de la fig. 7, aunque le técnica decorativa corresponde al estilo continental o
de la meseta (III de Castillo], asl como la cenefa de triángulos, la disposición en bandas regulares decora·
das en series alternas es propia de los tipos marltim
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J. APARICIO PÉREZ
5, Fragmento cerámico hecho a mano, de pasta negruzcR depurada sln de~>grasante apreciable.
Superficie exterior manón claro con decoración al parecer incisa, aunque con indicios de puntillado,
y temlitica de sendas cenefas de trlé.ngulos ls6ece1Bs opuestos por los vlirtices y scp11n.dos por sencHla linea incisa horizontal.
Es el único fragmento aparecido y debe corresponder a un vaso campaniforme de tipo continental
(fig. 9 y Lám. III, d).
6. Cuenco ham.Jesférico da base cl'lncava. Pasta gris con desgrasan te indeterminado y superficie exterior marrón-negruzca según zonas. Sln decoración. Recolllitruido en 2/3, el nato en unos 15 fragmentos. (fig. 10, A y Lám. IV, E).
Altura 5'4 cm.;;ihoca, 10 cm.
7. Cuenco hemlesférlco. Pasta negrozca con abundantes granos de desgrasante calizo. Superficie
interior y exterior marrón oscuro, sin decorar. Se conserva algo més de la mitad en 12 fragmentos unidos. (fig. 10, B y Lám. IV, G).
Alt., 5'95 cm.: ji( boca, 12'6 cm.
8. Cuenco de bese aplanada y paca alzada. Pasta negruzca con abundantes y gruesos granos de
desgrasan te calizo; superficie interior marrón y exterior maiTón-negruz.ca según zonas. Sin decoración.
Falta 1/4 de la pieza y del resto hay 22 fragmentos unidos. (fig. 10, C y Lém. IV, Fl.
Alt., 5'5 cm.;,013'6 cm.
9. Cuenco hemiesfBr!co hecho a mano, de pasta negruzca con desgrasante s.illceo y calho, superficies rojizas o negruzcas según zonas. Sin decorar. Se conserva aproximadamente un tercio en dos pedazos que no unen, precediendo uno de ellos da la cuadricula A-1, C-1 (en dos fragmentos), y el otro (en 5
fragmentos] de la superficie, (fig. 10, 11.
10. Cuenco hemiesférioo hecho a mano, de pasta gris-oscura con desgrasante slliceo o calizo. superficie exterior rojiza. marrón o negruzca según zonas e interior rojiza y gris. También sin decorar. Como el anterior se conserva aproximadamente un tercio en dos pedazos que no unen, uno de ellos en tres
fragmentos y el otro en diez, prGced.lendo todGB de la superficie. (fig. 10, 2).
11. Tres fragmentos del borde de un cuenco hecho a mano con abundante desgrasan te siliceo en la
masa, pasta y superficies grises. 6'2 x 4'6 x 0'6 cms.
12. Fragmento del borde de un cuenco hecho a mano con desgra~ante calizo y silíceo en la masa.
Pasta marrón-oscura y superficie marrón-negruzca. Procede de la superficie. 5'4 x 2'7 x 0'5 cm.
/Tanto de la superficie como de la sedimentación ptoceden diversos fragmentos cerámicos que por su
atipismo y pequeñas dimensiones no se describen ni se represent¡¡n,
COBRE
l. Puñal de lengüeta ancha y dentada. Aunque no se ha analizado creemos que es de cobre. Presenta biseles estrechos junto a los bordes, aunque poco marcados. Mide 14'5 cm. de longitud por 3' 15 cm. de
anchura máxima, siendo su espesor medio de 0'3 cm. y pea e 41 gr. Se encontró en la cuadricula B-3, casi
en la misma superficie, probablemente arrastrado da las partes altas. (Hg. 11 y Lém. V).
2. Punta Palmela de ancha hoja y fuerte vli.stego rectangular, probable punta de arma arrojadiza
tipo jabalina. También de cobre. Las prominencias en las aristas del vástago nos hacen creer que éste pudo ser fabricado mediante martillado sobre yunque. Apareció en la cuadricula B-2. Mide 10'5 cm. de longitud, por 2'2 cm. da anchura málrlma y pesa 22 gr. lf¡g, 11 y Lám. VJ.
3. Punzón o lezna biapuntado, de cobre; secciOD cuadrangular. Mide 5'4 cm. de longitud, por 0'25
cm. de anchura máxima y pesa 1'60 gr. Se encontró en la cuadricula A-2. (fig. 11 y Lám. VI).
SILEX
l. Punta de flecha de s!le>t blancuzco, con largas aletas y pequeftlsimo pedúnculo; tallada bifacielmente. Apareció en 1¡¡. cuadricula A-2. (fig. 11 y Um. VI).
HUESO Y CONCHA
P
l. Botón cónico de hueso con perforación en IVJ. Mida de la base ¡•g cm. y la altura 1 cm. Proce·
de del comienzo de la galer!a, (flg. 11, 1 y Lám. VI, 2).
2. Botón cónico de hueso con perforación en
Mido 9f de la base 1'5 cm. y la altura o·a cm. Se
recogió junto al anterior. (fig. 11, 2 y Lém. VI, 1).
•V•.
3. Fragmento de punzón o aguja plana de hueso, se encontró en A·3, al principio de le galerla o
grieta. Mide 6'5 x 1'3 Jt 0'5 CIIIS, (fig. 9 y Lám. VI).
4. Una valva do pectúnculo sin horadar, se encontró en superficie. Mide 3'5 x 3'8 cms.
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SIMA DE LA PEOI\li:RA
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J. APARICIO PÉREZ
Fig. 7.-Va.so campaniforme, nUm. 2
.,_
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SIMA DE LA PEDRERA
Fig, a.-cuonco campanif'ormo, núm. 3
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J. APARICIO PEREZ
~=o:.2•
.,__,,, - ,-- '-
Fig. 9.-Fragmento de cuenco campaniforme, núm. 4.
Fragmento cerámico con decoradón de estilo campaniforme, núm. 5.
Fragmento de punzón o aguja plana de huuo.
-
114 -
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SIMA DE LA PEDRERA
Fig 10.-A, B, e: Cuencos números 6, 7 y 8,
1 y 2: Cuem::os números 9 y 10.
7
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J APARICIO PERE7
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Fig. 11 ,-Puñal de lengüeta, punta Palmeta, punzón, cuenta de collar, punta de
flecha an piedra y botonea en V
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SIMA DE LA PEDRERA
l9
OBJETOS DE ADORNO
Los objetos de adorno se reducen a cuentas de collar (fig. 11 y Lám. VI), cuyo nómero y caracterlsticas son
las siguientes:
Una cuenta cillndrica en minera) duro de culur rujlzu. Mide 1'6
Uig. 11).
Cll.l.
de larga, por 0"7 cm. de ancha.
139 cuentas drculares aphmadas, unas de colur miiiTón y otras negru!cas, probablemente de hueso,
pudiendu ser, una negra, de lignito.
3 cuentas circulares similares a las anterl<>res.
2 e<>nus perforad<>s para ensartar.
1 diminuta clpraea.
RESTOS OSEOS
Entre los restos óseos hUDlanos, y especialmente en lo bolsada seflalada en la grieta, recogimos algu·
nos huesos de aniinales, evidentemente form!llldo parte del depósito funerario, aunque su finalidad se
nos escapa.
Dado que no han sido estudiados no conocemos las posibles especies, pudiendo seil.alar únlcamente
un asta de cérvido en la grieta.
VI
RESTOS ANTROPOLOGICOS
Esparcidos por todas las cuadriculas, aunque con mayor concentración en Al, A2 y A3, se han recogido numerosos huesos humanos,
muy deteriorados por la naturaleza del depósito.
La falta de su pormenorizado y minucioso estudio impide poseer
los importantes datos deducidos del mismo, debiendo contentarnos
con el simple examen ocular que tuvo la amabilidad de realizar el Dr.
Campillo Valero a nuestro requerimiento, y que proporcionó los siguientes datos provisionales:
- Segura existencia de siete individuos como mínimo, y más de
una docena como probable, pudiendo distinguir entre ellos 3 adultos;
un niño menor de 1 año, otro de 1 año, el tercero de 4 y el mayor de
12, en total 4 niños.
Actualmente el Departamento de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, que dirige el Dr.
López Piñero, se encuentra realizando el oportuno estudio.
VII
CRONOLOGIA Y CONCLUSIONES
Aún cuando no dispongamos de cronología absoluta a través de
análisis de C14, su edad relativa nos viene dada por dos útiles del
ajuar funerario muy sintomáticos, el puñal de lengüeta y los botones
con perforación en V.
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J. APARICIO PÉREZ'
Ambos aparecen en nuestra Región a fmales del Eneolítico, entré
.éste y la Edad del Bronce Valenciano; siendo tipicos de los enterramientos de la que hemos llamado Etapa de Transición, que situarrios
entre el 1700 y el 1600 antes de Cristo (3).
La problemática que acompaña a ambos útiles ya la hemos eXpuesto en un reciente trab~o (4), relacionando allí la totalidad de puL
ñales de lengüeta o botones en V que conocíamos entonces en nuestra
Región, y aunque dicha lista ha sUfrido aumento desde 'entonces, no
en circunstancias que puedan hacer variar nuestras conclusiones,· sino confirmarlas.
Por otra parte, la evidencia de que nos encontramos ante un enterramiento colectivo, especialmente abundantes, ricos y variados du~
rante parte del Eneolltico, no es _óbice para asignarle la fecha indicada,
ya que, como hemos demostrado en la obra especificada, ésta caracteristica del ritual depende exclusivamente de factores socioeconómicos, derivados de la estabilidad y permanencia de las poblaciones,
continuándose y coexistiendo con otras formas a través de toda la
Edad del Bronce Valenciano (5).
La existencia de vasos y cuencos campaniformes (o con decoración de estilo campaniforme si se prefiere) no aclará. nada al respecto,
máxime ante la coexistencia de ambos estilos, el maritimo o internacional y el continental o de la Meseta. B~o nuestro punto de vista
ambos tipos, en este caso, y de acuerdo con las normas más estrictas,
nos ofrecen modelos muy evolucionados, con amplia mescolanza de
formas, técnicas y estilos decorativos, lo que vendria en apoyo de
nuestra afrrmación.
Hoy por hoy la cronología del vaso campaniforme se presenta tan
incierta ·como en los tiempos en que Castillo publicara su famosa
obra (6), así como la división en grupos que realizara. Mientras que
una recientísima obra de conjunto, tanto que no hemos tenido ocasióri
de consultarla todavía, escrita por R. J. Harrison, no creemos que
pueda resolver la cuestión, ni siquiera aproximarse a su solución a
juzgar por lo publicado también en fecha reciente por el mismo inves·
tigador (7).
(3) D. FLETCHER: •Campaniforme>. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, vol. 2. Valencia, 1974,
págs. 306·307.
(4) J. APARICIO PEREZ:. Publloaclones
del Archivo Municipal. Estudios Monográficos, 8. Valencia, 1976,
(5)
O. c. nota anterior.
(6) A. CASTILLO YURRITA: «La cultura del Vaso Campaniforme (su origen y extensión en Europa)•.
Universidad de Barcelona. Facultad de FUasolla y Letras. Barcelona., 1928.
(7)
R. J. l~ARRISON: •El Vaso Campairlformo como horizonte delimitador en el Levflllte e5pañol.o.
Cuademos de Prehi5toria y Arqueologla CasteUononse, l. Castellón, 1974, pé.gs. 63·70.
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SIMA DE LA PEDRERA
La posibilidad de que la clave, o por lo menos una de ellas, para la
solución del problema, se encuentre en la Región Valenciana, manifestada por el mismo Harrison, no lo creemos posible de acuerdo con
los datos conocidos y publicados para nuestra Región, donde a un
Neolítico II, con final fechado hacia el 3.000 a. de C., sucedería un
Eneolítico Inicial con habitación todavía en cueva y con cerámicas en
las que aparecen formas con carena ligeramente marcada y decoración incisa derivada de la que caracteriza al Neolítico II, mientras que
ciertas decoraciones parecen preludiar las del vaso campaniforme de
tipo continental {estilo Somaén-Salamó), lo cual se desarrollaría entre
el 3.000 y el 2.600 aproximadamente.
Todo lo cual es sumamente sugerente, y sí algunos problemas
planteados con el desarrollo de este esquema se presentan insalvables
en el estado actual de la investigación, otros encuentran nuevos puntos de apoyo. Por un lado la vieja tendencia a hacer derivar el tipo con
decoración puntillada de la temática card.ial se vería corroborada, sin
necesidad de considerar tan larga duración a la misma decoración
cardial. Por el otro, las fechas recientes dadas por medio del C14 a los
niveles campaniformes de Somaén {8), que posibilitan la credibilidad
en las altas cronologías de Bosch (9), vendrían a verse confirmadas y
a asegurar la mayor antigüedad de los tipos incisos, directamente enlazados técnica y temáticamente con la tradicional decoración heredada de etapas anteriores.
Pero, con respecto a Valencia, si aceptáramos que hacia mediados
del tercer milenio aparecen los primeros tipos campaniformes, de técnica incisa y estilo Somaén-Salamó; que algo más tarde los puntillados de estilo marítimo-internacional; y que ambos coexisten geográfica y cronológicamente, evolucionando tipológica y temáticamente
mediante préstamos mutuos hasta la Etapa de Transición, entre el
1700-1600 a. de C., en que desaparecen totalmente, nos encontraríamos con la siguiente problemática:
l. ¿Dónde colocar los numerosos enterramientos colectivos
eneolíticos, en los que no se han encontrado cerámicas de tipo campaniforme, a pesar de la abundancia, riqueza y variedad de sus ajuares?
(8) L BARANDIARAN: «Revisión estratigráfica de (a Cueva de la Mora (Somaén, Sorial
Arque
1968~.
Noticiario
191 P. BOSCH GIMPERA: oThe Types and Chronology of Western European Beakers». Man, XL.
London, 1940, págs. 6-10.
P. BOSCH GIMPERA: «El poblamiento antiguo y la formación de los pueblos de España». Me>
1944.
P. BOSCH GIMPERA: «Las relaciones prehistóricas mediterráneas». Anales de Antropología, vol I\'
Me>
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J. APARICIO PÉREZ
2. ¿Cómo explicar la falta de cerámica campaniforme en el poblado eneolítico de la Ereta del Pedregal de Navarrés, fechado mediante el Cl4hacia ell950 a. de Cristo?
3. ¿Con qué llenar el vacío existente entre el 2600-2500 y
el 2000?
Con respecto al primer problema la única posibilidad sería el considerar que dichos enterramientos corresponden al Eneolítico Inicial,
fechándolos, pues, entre el3000 y el2600-2500 a. de C. Lo cual explicaría la falta de cerámica campaniforme.
El segundo ya hemos intentado explicarlo en fecha reciente (10),
debido a la pésima conservación de la cerámica, por causas ambientales, en dicho yacimiento, de ahí que no se haya podido reconstruir
ningún vaso cerámico, a pesar de las numerosas campafias de excavación realizadas por el S. 1. P. de la Diputación de Valencia, estando
los escasos trozos recogidos muy deteriorados.
Para explicar el tercero hemos elaborado el siguiente esquema:
A). ENEOLITICO 1. Entre el 3000 y el 2600/2500. Correspondería
a la última fase de la vida en cuevas como forma de habitación generalizada. Cerámicas decoradas con temas incisos de tradición antigua; aparición de formas carenadas. Puntas de flecha en piedra
abundantes. Enterramientos colectivos con ajuar rico y variado separados de las cuevas-habitación, aprovechando cuevas o covachas no
habitables.
B). ENEDLITICO II. Entre el 2600-2500 y el 2000. Paulatino abandono de las cuevas como lugares de habitación y construcción de poblados al aire libre con cierta organización urbana; en lugares llanos
generalmente. Cerámica de tipo campaniforme inciso, posiblemente
de estilo Somaén-Salamó en un principio e internacional-marítimo
posteriormente.
C). ENEOLITICO ID. Entre el 2000 y el 1700. Construcción de poblados en alturas de dificil acceso, con urbanismo más desarrollado y
complejo. Cerámicas campaniformes de ambos estilos. Ajuares ricos y
variados con extraordinaria abundancia de puntas de flecha en piedra.
IIOI J. APARICIO PEREZ, J. V. MJ\RTINEZ PERONA y J. SAN VALERO APARISl: •El Puntal sobre la
Rambla Castellarda y ol poblamienw eneolítico en la Región ValenCiana». Saitabi XXVII. Valenda, 1978, págs.
37-62.
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SIMA DE LA PEDRERA
23
D). ETAPA DE TRANSICION. Entre el 1700 y el 1600. Presente en
la base de poblados de la Edad del Bronce Valenciano antiguos. Seconoce preferentemente por enterramientos, entre los que predominan
los colectivos, con ajuares menos ricos y variados, siendo frecuentes y
apareciendo por vez primera:
- Puftales de lengüeta.
-Botones con perforación en V.
- Brazaletes de arquero.
Siendo propios los vasos campaniformes evolucionados; alguna
punta de flecha en piedra, aunque escasas; punzones de cobre y alguno de hueso, pero también escasos.
El enterramiento que hemos estudiado pertenecetia, pues, a esta
última fase, de acuerdo con el esquema que hemos elaborado.
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APARICIO.-Sima de la Pedrera
LAM. I
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APARICIO.-Sima de la Pedrera
A .-Vaso campan iforme núm. 1 (2/ 3 aprox.)
B.-Vaso campaniforme núm. 2 (lígeramente reducido)
LAM . II
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APA RI CIO.-Sima de la Pedrera
LAM. 111
Fragmentos de cuencos campaniformes.-C (núm. 3) (ligeramente reducido) . O (núm. 4)
(a su tamaño aproximadamente). y d (núm. 5) (a su tamaño aproximadamente)
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APARICIO.-Sima de la Pedrera
Cuencos E (núm. 6) . F (núm. 8) y G (núm. 7)
(ligeramente reducidos)
LAM. IV
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LAM. V
APARICIO.-Sima de la Pedrera
Puñal de lengüeta y punta Palmela
(t. n .)
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APARICIO.- Sima de la Pedrera
LAM. VI
1
1
4
•
1
Punta de flecha en silex, puru6n de cobre, cuentas de collar.
botones con perforación en V y aguja o punzón de hueso
(t. n.)
[page-n-107]
ENRIQUE PASTOR ALBEROLA
(Valencia)
CUENCO CON CAZOLETA INTERIOR,
OEL POBLADO DE «LA BUITRERA»
(Caatellón de Rugatl
I
EL YACIMIENTO
En anterior ocasión, dimos cuenta de este yacimiento arqueológico, y de sus principales características (1). Aftadiremos ahora que la
Buitrera es una pequeña elevación, de forma cónica y 376m. de altura, que, en el término de Castellón de Rugat, se adelanta, de la cordillera de Benicadell, hacia el centro del Valle de Albaida, separada del
conjunto montañoso por un vado, que sirve de paso a la carretera de
Gandía al puerto de Almansa (Lé.m. I, 4),
Toda ella es un potente depósito de arcillas rojas del Muschelkalk,
que desde muy antiguo abastecieron de materia prima a la industria
de las «jerres» primero, y ladrilleras en la actualidad; ello ha venido
provocando el paulatino aniquilamiento del montículo, con la subsiguiente eliminaciOn del yacimiento que nos ocupa.
Los restos arqueológicos que presentamos, proceden de la zona de
poniente, de laderas más suaves, donde aparecen profusamente esparcidos y desmenuzados, por consecuencia de unos abancalamientos, de reducidas dimensiones hechos en pasadas épocas.
Por otra parte, también en aquellas primeras noticias se habló de
una posible linea de muralla que, al quebrarse, había dejado al descubierto parte del estrato arqueológico, con fragmentos de vasijas, y la
pieza que más adelante describiremos.
En el extremo norte de la linea anterior, en el corte mismo donde
alcanzaba entonces la extracción de arcillas, aparecían abundantes
cenizas y tierra negruzca, con pequeños trozos cerámicos.
(l) E. PASTOR ALBEROLA: «Carta arqueológica del término de Ca.stellón de Rugat (Valencia)». Ar·
chivo de Prehistoria Levantina, XIII. Valencia, 1972, pé.g. 217.
-
93 -
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E. PASTOR ALBEROLA
'
Con todos los fragmentos recuperados, sólo una vasija pudo reconstruirse; por lo demás, se procuró recoger aquello que, por su tamaño o características, pareció más significativo para la datación
cultural del yacimiento.
La cerámica es toda ella hecha a mano, en general bien alisada,
de irregular cocción, y con abundantes piedrecillas de desgrasan te en
la masa. Los perfiles acusan gran variedad en el tipo de las vasijas.
Los objetos líticos más abundantes eran las piedras fijas de molinos barquiformes, cuyos fragmentos, de diversas piezas a todas luces,
eran numerosísimos. El sílex, muy escaso. Y la única hachuela, de
precaria fabricación.
Tan exiguos materiales, a los que podrian añadirse fragmentos de
una concha de pecten con el natis perforado, limitan su estudio comparativo; sólo la cerámica permite establecer paralelos con otros yacimientos de mayor amplitud y mejor conocidos; bien es verdad que
también pudiera llegarse a conclusiones por modo indirecto, a través
del parangón entre la cazoleta que vamos a estudiar y los otros ejemplares descubiertos, en función de los yacimientos que las contenian.
Asi, pues, sin descender a comparaciones concretas, con tipos de
cerámicas similares, y prescindiendo igualmente de la enumeración
de estaciones arqueológicas de caracteres idénticos, de sobra conocidos, y reiteradamente citados en otros paralelos, podemos llegar a la
conclusión de que nos encontramos ante un yacimiento más, encuadrable en el periodo cultural del Bronce Valenciano.
INVENTARIO
PIEDRA (Lé.m. 1)
l.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Pequeña hacha, de piedra arenisca, color rosado, con dobla bisel y sección aplanada.
Piedra caliza, de forma esférica, hecha a pen::usión, de color blanco-gris~ceo.
Percutor de forma tronco-cónica, del mismo tipo de piedra que la pieza anterior.
Percutor de perfl.l circular y socdón aplanada, de color amarillo claro.
Pieza de diorita, de color negro-grisáceo, de forma arriñonada, sin que pueda deducirse destino
especial alguno.
Pieza fija de molino barquiforme, de piedra arenisca rosada.
Otra pieza de caracteres semejantes a la anterlar, pero de menor tamaño.
SILEX
l.
2.
Pequeña sierra de sllex de color melado.
Tres fragmentos de silex, color blanco, posibles restos de taller; uno de e!los con parte de la envoltura nodular.
CERAMICA
¡. Vasija semiesférica, de paste color marrón claro, con una pequeña protuberancia a modo de asa
de pezón (boca 28; a\t., 13 cm.) {Lfun. Il, 2),
- 94 -
[page-n-109]
LA BUITRERA
2.
3.
4.
5.
6.
7.
B.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
Parte de una vasija, de paredes rectas, pasta color gris oscuro, con asa de pezón.
Fragmentos varios de un vaso ovoide, de pasta amarilla clara.
Varios fragmentos de borde y cuerpo da una vasija, de pasta negra, rojiza en algunos puntos;
con borde exvasado.
Fragmentos que constituyan, aproximadamente, 1/4 del borde y pared lateral de un cuenco semiesférico, de pasta amarilla, negra en algunos puntos, por la deficiente cocción.
Fragmento da boca exvasada, perteneciente a una gran vasija, con asas de pezón cerca de la
boca, y pasta de color rosado, con muchas piedrecillas en la masa. Se recogieron varios frag·
mantos, probablemente, del cuerpo de la misma, dadas sus similues carecteristicas, pero que
no unen con el primero.
Frag. de boca, ligeramente exvasada, que conserva un asa de pezón, pasta color gris en la cara
externa, y rosada en la interna.
Dos fragmentos de borde, que no unen entre si, de una vasija de parad es rectas y pasta amari·
lla.
Seis fragmentos de una misma vasija globular, pasta amarilla, también con asa de pezón.
Frag. de borde, de 9 cm. por 6 cm., de una vasija semiesfárica, de pasta amarilla con manchas
negras.
Frag. de 10 por 5'5 cm. de borde de vasija, de paredes gruesas 11'3 cm.).
Frag. de borde y arranque de la pared lateral de una pequefla vasija globular, con boca ligeramente abierta, pasta amarillo sucio y manchas negras.
Frag. de 7 por 6 cm. de borde, pasta amarilla rosada, con asa de pezón cerca de la boca.
Pequeño fragmento de borde y parad lateral ligeramente abiertas, pasta gris negruzco y asa de
pezón.
Otro fragmento semejante al anterior, pero de color amarillo sucio y paredes més delgadas.
Frag. de 11 '5 por 9 cm. de borde, y arranque de la pared lateral de vasija globular; pasta roseda y boca ligeramente abierta.
Frag. de 7 por 8'8 cm. de borde de' vasija, de pasta rosada oscura.
Fra~. de 12 por 9'2 cm. de una vasija de paredes rectas, y pasta gris en la cera externa, y negra
en la interior.
Todos estos materiales están depositados en el Museo de Prehistoria de Valencia.
II
EL EJEMPLAR CON CAZOLETA INTERIOR
La pieza de mayor interés, objeto primordial de este trabajo, es un
cazoleta interior, que forma parte de un fragmento, de borde de vasija, que mide 9' 5 cm. de ancho por 9 cm. de alto. (Lám. II, 1).
Este nuevo ejemplar, del que ahora damos cuenta, pese al tiempo
transcurrido desde su hallazgo, tiene forma elíptica, con 3'5 cm. de
eje mayor, 2 cm. de eje menor y una profundidad de 4'5 cm. Su particularidad más destacada consiste en que, en lugar de ser coincidente
con asa externa, la pared exterior de la cazoleta, borde de la vasija
principal, se ensancha considerablemente, formando como un muñón, a guisa de asidero, que obliga a introducir el dedo en ella.
El fragmento que nos ocupa debió fonnar parte de una vasija, hecha a mano, de pasta bastante fina y superficie bien alisada, con coloración que varía del amarillo grisáceo al rosado, y algunas piedrecillas de desgrasante en la masa, su boca tendría unos 25 cm. de diáme-
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E. PASTOR ALBEROLA
4
tro, si atendemos a la curvatura aproximada del fragmento. Se hallaba con otros trozos, presumibles de la misma pieza, por sus similares
caracteres, aunque no presenten puntos de unión, en la quebradura
del margen a que antes nos hemos referido.
A la vista de los ejemplares conocidos, la mayoría de los cuales
han sido objeto de publicación por el Servicio de Investigación Prehistórica, en sucesivos trabajos de sus colaboradores (2) podemos hacer
una doble distinción, atendiendo a los peculiares caracteres de cada
uno de ellos; esto es, la de aquellos que presentan asa exterior, en correspondencia con la cazoleta, como son los encontrados en Ereta del
Castellar (3), Assud de Almazara, Castell de Almanzor (4), Castillarejo
de los Moros (5) y Cava Fonda de Salamó (6); y los que carecen de asa,
caso en el que se incluyen este que presentamos ahora, el de la necrópolis de San Antonio, y el de Jaribaile (Jaén); la descripción, que da
M. L. Galván, de este último (7) no puede ser más coincidente con el
nuestro. Ultimamente, se ha dado noticias de dos nuevos ejemplares:
uno hallado en Frías de Albarracín (Teruel), en el poblado del Brorice,
situado en el «Casti1lm>, el que por tener asa externa debemos incluir
en el primer grupo (8); y otro aparecido en Villar del Humo (Cuenca),
del que se desconocen sus características.
En conjunto, todos los ejemplares conocidos hasta hoy mantienen
la vigencia de las conclusiones, sentadas por Arnal, Prades y Fletcher,
respecto al encuadre de esta modalidad, tanto geográfico {zona oriental de la pellinsula) como cronológico (Edad del Bronce).
Si abordamos un estudio comparativo, hemos de rechazar, en su
mayoría, los paralelos que establece M. L. Galván, con hallazgos centroeuropeos y en especial con el de Cabezo de Monleón de Caspe.
D. FLETCHER: «Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia1. Valencia, 1974, pág. 103.
(3) J. ARNAL, H. PRADES y D. FLETCHER: rLa Ereta del Castellar IVillafran,-a del Cid, Castellón)o, Trab1\Jos Vados del S. I. P., n.• 35. Valencia, 1968.
(41 F. ESTEVE GALVEZ: «El abrigo rupestre del Assud de Almazara y su yacimiento arqueológico•.
Archivo de Prehistoria Levantina, XII. Valencia, 1969, págs. 43-54.
(5) D. FLETCHER y J. ALCACER: •El Castillarejo de los Moros lAndilla, Valencia)o. Archivo de Prehistoria Levantina, VII. Valencia, 1956, págs. 93-110.
(6) Habiendo tenido noticia el Director del S. l. P., por el Profesor Mac!mik de la existencia, en el
Museo Arqueológico de Barcelona, de un veso de cazoleta interna procedente de Cova Fonda (Salamó,
Tarragona), solicitó del Doctor Ripol\, Director de dicho Museo, confirmación y autorización en su caso,
pera incluirlo en la relación que aqul hacemos de esta c\ao;e de vasijas. El Doctor Ripoll, por mediacll'ln
del Profesor Batista, proporcionó la autorización y los datos sigulentes: ~Inventarlo General 13766.Fragmento de vaso con borde, asa y cazoleta interna de sección cónica, situada a medio centímetro del
horde; pasta compacta con escaso desgrasan te y superficie pulida. Asa; 4 x 3; cazoleta: 3 x 4 x 1'5 cm.,
fragmento total S x 8 cm. Cultura: Bronce.-Sala IV. Almacén. Cilla mi m. 2~. En nombre del S. I. P. y en el
propio, hacemos público nuestro reconocimiento a los señores Rlpoll y Batista por sn amable colaboración.
(7] M. L. GALVAN: ~cuenco de la Edad del Bronce.-. Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales, XVI-XVIU. Madrid, 1960, págs. 29-31.
(8) P. ATRIAN JORDAN: ~un interesante fragmento cerlimico de la Edad del Bronce•. Miscelánea
Arqueológica dedicada al Frof. A. Beltrán Martfneu. Zaragoza, 1975, pág. 27 y ss.
12)
- 96 -
[page-n-111]
LA BUITRERA
6
Mención especial merece, en cambio, la correlación que existe en
nuestras vasijas con cazoleta, y otra vasija procedente de los <
En su estudio sobre la cultura de las catacumbas, Olimpiada Shaposhnikova incluye, en la parte gráfica, una vasija con cazoleta interior, y cita en el texto la hipótesis de L. S. Klein, quien considera que
en la solución de los problemas, que aquella cultura presenta, juega
un papel importante la cultura occidental y mediterránea, en especial
la del Bronce primitivo (9); y si bien la autora no comparte este punto
de vista, no deja de admitir que la cultura de las catacumbas aparece
como fusión de otras diversas e inmigrantes, y señalando como caracteres peculiares la variedad de tipos de vasijas y sus diferentes grados
de cocción, la fija en el periodo del Bronce medio, y cronológicamente
entre el 2000 y 1700-1600 a. C. (lO).
Nuestros autores han estudiado los ejemplares conocidos, tratando de interpretar dos puntos interesantes: función que pudo desempeñar la cazoleta, y significación práctica de la vasija que la conterúa.
Respecto del primer punto, se ha insinuado la posibilidad de que
estas cazoletas sirvieran para depositar ciertas substancias, las que
no interesaba mezclar con el contenido principal; su proximidad al
asa exterior no constituiría argumento en contrario, por cuanto, precisamente alli, reside la mayor estabilidad de la vasija al asirla, dado,
además, el tamaño y poco fondo del diminuto recipiente.
Mayor argumento, en contra de semejante aplicación, supone la
existencia de ejemplares sin asa exterior, lo que obliga a introducir el
dedo en la vasija, para asir la pared lateral. M. L. Galván dice que la
cazoleta es «Un asa muy ingeniosa para poder manejar la vasija dentro del fuego sin ·quemarse», lo que parece corroborar «las huellas de
brasas que se advierten más intensamente hacia el borde opuesto del
asa» (11 ), Esteve Gálvez opina que estas cazoletas sirvieron de protección al dedo pulgar, aislándolo del contenido de la vasija (12). Esta
misma opinión aceptan Arnal, Prades y Fletcher. Nosotros creemos
que el ejemplar, que ahora presentamos, entraña un argumento más,
en favor de esta función, por cuRnto el muñón, al hacer las veces de
asa, obliga a introducir el dedo en aquella.
(9) s. L. KLEIN: dlrt1vt1s d!l.toa sobra .!nmigración y procedt~nda de le Cultura de las Catacumbas~.
(10) O. SHAPOSHNl!COVA: d.a.región dt1la Cultura dt~laa CalacumbuJ. Origini, III. Roma, 1969,
pág. 65 y ss. Agradectlmoa a D. Adrlano Iglesias Iglt!slas, profesor de la Escuela de Idiomas, le !.raduc·
ción de este trabajo del ruso y las aclaraci.,nes que nos he. prop.,rclonado.
111) o. c. nota 7.
(12) o. c. note. 4, pág. 53.
..
-
97 -
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E. PASTOR ALBEROLA
'
Sin embargo, no se nos escapa que la solidez de esta hipótesis viene fundamentalmente avalada por la forma y caracteres intrínsecos
del objeto, que así parece corroborarlo, y no por la afirmación misma,
de que ella permite manejar la vasija sin quemarse, porque una elemental experiencia nos pone de manifiesto que el asa exterior evita
mucho mejor el calor, que tan ingenioso procedimiento.
En cuanto a la aplicación práctica, que pudiera haberse dado a
las vasijas con cazoleta interior, sólo Esteve Gálvez aporta un criterio,
al insinuar la posibilidad de que tuvieran la función primordial de servir para preparar «delicadas y peligrosas materias, probablemente
venenos, que sirvirian para emponzoñar las puntas de las saetas (13).
Menos convincente aún nos parece esta hipótesis, sin dejar de reconocer por ello el mérito que entraña, en cuanto a una primera aportación. Porque, en esta-linea, habria que pensar que la vasija se llenaba hasta el borde, por lo que, para asirla cómodamente y sin peligro,
hubo de habilitarse un sistema especial de asa, protector del dedo pulgar. La cerámica de la cultura del Bronce es demasiado rica, en número y tipología de vasijas, para tener que recurrir a tan especial fórmula de protección.
Estas consideraciones, que tienen por base unos hallazgos limitados en número, y esporádicos en el área en que se han verificado, nos
llevan a la conclusión de que estamos muy lejos de poder precisar la
función específica de tales vasijas, si es que realmente tuvieron alguna, dentro del período a que pertenecen. Quizás la solución sea mucho
más sencilla, y obedezcan simplemente a una corriente cultural. En
todo caso, como concluye en su trabajo O. Shaposhnikova, la solución
está en el futuro.
(13)
O. c. nota 4, pág. 53, not11 10.
. 98 -
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PASTOR A LBEROLA.- La Buitrera
1. 2 y 3.-Hacha. esfera y percutor. de piedra (T. n.)
4 y 5.-Panorémica del poblado, desde el E. y W .
LAM. 1
[page-n-114]
PASTOR AlBEROlA.- La Buitrera
lAM. 11
[page-n-115]
CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
(Cocentaina)
LA MOLA D'AGRES
Una de las actividades que viene desarrollando el Centre d'Estudis Contestans desde hace algunos años, es la de prospectar minuciosa y sistemáticamente la comarca natural de El Comtat (fig. 1), con el
fin de conocer su pasado prehistórico a través de los yacimientos arqueológicos que en ella se encuentran. Los resultados de tales prospecciones, reunidos bajo la forma de Carta Arqueológica, serán publicados en fecha próxima. Sin embargo, dado el gran interés de los materiales hallados en el poblado de «La Mola d'Agres)), hemos creído
conveniente adelantar su publicación y darlos a conocer en este breve
trabajo.
SITUACION
El poblado pertenece al término municipal de Agres, del que dista
un kilómetro por el antiguo camino de Agres a Muro d'El Comtat. Se
halla ubicado en una pequeña loma (Lam. I), situada en la falda
septentrional de la Sierra de Mariola, en las estribaciones del Pico del
Tejo, justo enfrente del poblado de Covalta por su lado meridional
(fig. 2).
El peñón sobre el que se asienta el yacimiento es de roca cretacea,
aislado del resto del conjunto montañoso y desde su cima domina todo el valle del Riu d' Agres -rio que vierte sus aguas en el Riu d' Alcoi o
Serpis, el cual se abre paso por el Estret de l'Orxa hacia Gandía- y la
carretera Muro-Bocairente, así como parte del estrecho que comunica
-
99 -
[page-n-116]
'
CENTR.b tntSTlJDIS CONTESTAN$
N.
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Km.
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•
LA MOLA 0 1AGRES
( El COMTAT )
Pig. 1.-Mapa de situación del yacimiento
-
lOO -
[page-n-117]
MOLA I1 ACRES
'
la comarca del Comtat con las tierras llanas del Vallo del Vinalopó. Su
forma es ovalada y con una notable inclinación hacia el fondo del valle.
Según la hoja número 821 (Alcoy), escala 1:50.000, su situación
topográfica exacta es la siguiente; 38" 47: longitud Este, 3° 11' 25" la~
titud Norte. Su altitud sobre el nivel de1 mar es de unos 750 metros.
EL POBLADO
Es conocido desde antigua (fig, 3).·Visedo lo cita como ejemplo de
estación al aire libro, perteneciente a las primeras edades del me- 101
~
[page-n-118]
4
CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
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-·Fig. 3.-Planta del poblado de la Mola d' Agres
- 102 -
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MOLA DAGRES
'
tal (1); Ponselllo incluye en la cultura del Argar, siendo un hito de penetración de esta cultura a través de las tierras murcianas (2); finalmente, Pla Ballester cita el brazalete de arquero (3). En fechas recientes, 1972, miembros del Centre d'Estudis Contestans visitamos el yacimiento, recogiendo, en su parte exterior A, cerámica perteneciente
al Bronce Valenciano, y fragmentos de un cráneo humano; en 1975, a
resultas de otra prospección, descubrimos en la parte Este del poblado C, entre otros materiales, una punta de flecha de bronce, asi como
cerámicas decoradas con acanaladuras, con incisiones y excisiones,
que motivan el presente trabajo.
El poblado posee unos 160 metros de perímetro, con un diámetro
máximo de 50 metros y otro mínimo de 35 metros; su forma es la de
un óvalo alargado un tanto irregular.
Está defendido en su totalidad por una muralla, que en su mayor
parte se encuentra en buenas condiciones de conservación, aunque en
algunos trozos se haya desmoronado, bien por obra del tiempo o por
la del hombre, como la de la parte Norte que ha sido derribada para
dar salida a un camino. Contribuye a la defensa del poblado el que
dos de sus caras den a un desnivel natural de considerable altura.
La muralla está construida sin argamasa (Lám. Il, 1), con piedras
de mediano tamaño sin trabajar. En algunos puntos, la parte exterior
e interior es de piedras más grandes y la central rellenada por otras
más pequeñas (Lám. II, 2). Alcanza una altura de tres metros y un
grosor de la misma dimensión.
La inclinación del terreno sobre la que se asienta el poblado es salvada por varios bancales.
Alrededor del recinto amurallado, se abren grietas naturales y
algunas terrazas. En el interior de aquél no se encuentran restos de
construcciones, exceptuando los bancales para salvar el desnivel. Estu es debido a que el terreno estuvo cultivado de vid (4). En la actualidad hay unos pocos olivos, pinos y encinas.
En dirección Norte y a unos 200 metros del poblado, existen varias terrazas, cubiertas por una gran vegetación. En ellas se encuentran fragmentos de cerámica del mismo tipo que la del poblado, así
como restos de muros.
(l)
C. VISEDO: •IIreu noticia sobre les primares edats del metalla les proximitats d"Aicop. But!leti
de l"Assiociadó Catalana d"Antropologia, Etnologia i Prehistoria, vol 3. Barcelona, 1925, p. 175,
Lám. XIV.
•Colección Visedo Moltó (Aicoy, Alicante)~. Mem. de los Museos Arq. Provinciales, IV, 1943, p. t79.
(2) F. PONSELL: «Rutas de expansión cultural almeriense por el Nona de la provincia de Alicante~.
Archiva de Prehistoria Levantina, III. Valencia, 1952, p. 64.
(3) E. PLA BALLESTER: ~Los !lama dos brazaletes de arquero y el EneoUtico Valenciano». VIII C. N.
A. {Sevi!la·Málaga, 1963). Zaragoza, 1964, p. 216.
{4) O. c., nota 2, p. 64.
-
103 -
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6
CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
LOS MATERIALES
Los hallazgos superficiales han sido muy escasos y atipicos en el
recinto amurallado del poblado, por el contrario, éstos se hallan de
manera más abundante en las terrazas que, a un nivel inferior, lo rodean e incluso dentro de las grietas naturales del terreno. Los materiales más interesantes se encontraron localizados en una de estas terrazas, debajo de un escarpe rocoso C. Esta situación nos ha inducido
a sospechar si los hallazgos no provendrían de arrastres caídos desde
el poblado.
Inventario
CI!RAMICA
Fragmento de borde de un vaso hecho a ·mano de labio y cuello ligeramente salientes y separado del
cuerpo de la vasija por un cordón con decoración digital. El labio también está decorado con digitaciones; pasta anaranjada con clesgrasanta calizo lfig. 4, 11.
Fragmento ele b
Fragmento de cuenco de borde reentrante y asa ele pezón realizado a mano Uig. 4, 3).
Cuatro fragmentos de horda de cuenco de cerámica gris, bruñida con manchas de ocra y reali~ado
a mano (fig. 4, 4).
Fragmento de cuello ele vasija con el borde saliente, hecha 11 mano, de color ocra y superficie alisada (fig. 4, 5).
Fragmento da horda de vasija exvasado, hecho a mano y pasta de colar ocre (fig. 4, 6).
Fragmento de borde exvasado de vasija, hecha a mano, de color gris y con asa de pezón (fig. 4, 7).
Fragmento de borde de perfil recto, perteneciente a una vasija hecha a mano y cerámica basta
(fig, 4, 8).
Fragmento de borde de perfil recto, de pasta muy basta y de color gris carbonoso (fig. 4, 9).
Fragmento de borde de perfil reentrante, de cerámica basta (fig. 4, 10).
Fragmento de pequefia olla, hecha a mano, de borde ligeramente vuelto y cuerpo globular. Pasta y
superficie ocre con manchas grises (tig. 5, 1).
Pequeña olla hecha a mano, de borde abierto y exvasado y cuerpo posiblemente b!troncocónico, Cerámica gris hruilida lfig. 5, 2).
Fragmento de vasija hecha a mano, de cuerpo bitroncocónico, base plana y borde saliente. Cerámica gris bruñida con manchas ocre (fig. 5, 3).
Fragmento de fuente de cerámica hecha a manl), de borde saliente y cuerpo ligeramente carenado.
Pasta gris o~cura y superficie bruñida [fig. ll, 1).
Fragmento de cuenco, de borda saliente y cuello recto, reallzadoa mano, de superticie exterior de
color rosáceo bruñida e interior gris lfig. 6, 2).
Fragmento de vasija hecha a mano, de borde vuelto y cuerpo posiblemente globular (fig. ll,
Fragmen¡o de borde de vasija de perfil bitroncocónico muy acusado y cuello también cónico, hecho
a mano y de cerámica gris carbonosa y bruñida lfig. 6, 4).
Fragmento de olla de borde ligeramente vuelto y cuerpo posiblemente globnlar o ligeramente bitroncocónico, hecha a mano y de pasta gris (fig. ll, 5).
Fragmento de borde da vasija de cuello rectG y labio ligeramente vuelto, hecha a mano, grisácea y
superficie exterior alisada (fig. 6, ll).
Fragmento de borde y cuerpo de un vaso de boca abierta c011 asa de ojo pequeño, inserta en el
arranque de la panza y labio, pasta gris oscura y superficie espatulada (fig. 6, 7).
Fragmento de vasija de cuello vuelto con asa Inserta en
mano !flg. 6, 8).
Fragmento de borde de una vasija hecha a mano, de cuello ligeramente curvo y saliente. Pasta
ocre-carbonosa y superficie bruñida (fig. 6, 9).
Fragmento de pequeña olla. de cuello curvo y borde saliente (tlg. 6, 10).
ar.
-
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MOLA D' AGRES
1
7
8
Fig. 4
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MOLA D' AGRES
9
Fragmento de cerámica hecha a IDaLio, decorada con acanaladuras poco profundas, de pasta gris
bruñida (fig. 7, 1),
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con incisiones de pasta gris (flg. 7, 2).
Fragmento de horda de perfil recto e Inclinado hacia el interior y decorado con incisiones poco pro·
fundas, casi impercept.i.bles, pasta de colOI gris y superficie exterior alisada (flg. 7, 3),
Fragmento de carámica hecha a mano, decorada con acanaladuras poco profundltil, de pasta gris
bruñida lfig. 7, 4).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decOl'ada con incisiones Irregulares realizadas con punz(ln
cortante, pasta gris gyosera (fig. 7, 6),
Fragmento de borde de perfil recto, hecha a mano, decorada can incisiones poco profundas, realizadas con punzón de punta roma; cerámica gris y pasta grosera (fig. 7, 6),
Fragmento de borde de perm recto e inclinado hacia el axterior, hecha a mano, decorado con incisiones poco profundas con punz(ln romo, pasta gris cl!U'a (flg. 7 y 8 y Lé.m. IV, 8).
Borde de pequeña olla de horda vuelto y con asa, realizada a mano, de cerámica gris bruA!da ILt\m.
III, 2).
Borde de pequeña olla de cerámica gris bruñida, hecha a mano, y decorada con indsiones flnas y
profundas, horda ligeramente vuelto y cuerpo globular (Lám, m, 5).
Fragmento de borde de urna, cónico y decorado con acanaladuras en su fmal, pasta de color ocre
con manchas gylses y de superficie bruñida (Lám. III, 4).
Fragmento de cerámica decorada en su parte central con metopllllligeramente rect¡mgulares y en
su interior triángulos opuestos por el vértice, alternando los excls¡¡s y l¡¡s rellenos con incisiones; en
su parte lnferlor, serlea de rombos rellenos de incisiones y delimitados por zonas excisa~. Hecha a
mano, posta gris clara (Lám. In, 3).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con incisiones profundas, formando series angulares y un triángulo exciso; pasta gris (Lám. IV, 1).
Fragmento de horda da pequeña ¡¡lla, recto y saliente y decorada con incisiones finas y profundas,
formando triángulos rellenos a su vez de incisiones. Pasta gris hecha a mano (Lám. IV, 2).
- Fragmento de urna hecha a mano, decorada con acanaladuras, de color ocre, con manchas grises y
muy bruiilda (Lám. IV, 3).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con rombos rellenos de incisiones y dellmitados
por zonas triangulares excisas; en la parte superior, cordón con incilliones traiUlversales. Pasta gris
(Lám. IV, 4).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con incisiones realizadas con punzón romo, superficie gyis hruñlda (Lám. IV, 5),
Fragmento da cerámica hecha a mano, decorada con Incisiones f"mss y profundas. Pasta de c01or
grls (Lám. IV, 6).
Fragmento de ceré.mica hecha a mano, con incisiones poco profundas, reall~adas con pum:ón romo,
pasta gyisácea ILám. IV, 7).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con impresiones circulares profundas y pasta de
color ocre (Lám, IV, 9).
Fragmento de cerám.ica hecha a mano, decorada con acanaladuras, pasta ocre, con manchas grises
y muy bruñlda (Lám. IV, 10).
Pll!DRA
Cuatro dientes de .hoz, de silex (flg. 8, 1 al 4)
Lasca laminar retocada (fig. 8, 5),
Dos fragmentos de hoja de silex retocada !fig, a 6 y 7)
Posible fragmento de molde (fig. 8, 8).
HUESO
Tres punzones lfig. a, 11, 12 y 16).
Fragmanto de espátula (flg. 8, 9].
Posible punta de flecha (flg'. 8, 10).
METAl
-Punta de flecha, en bronce (fig, 8, 14 y Lám. III, 1)
VARIOS
Ciprea con perforación (fig, a, 15).
- CLtenta de collar sobre vértelira (flg. 8, 13).
-
107 -
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CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
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Flg. 6
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MOLA D'AGRES
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MOLA D'AGRES
NOTA FINAL
·Como anterionnente apuntamos, no pretendemos realizar un tra-·
bajo exhaustivo sobre el yacimiento, sino simplemente, dar a conocer
un lote de materiales que creemos de gran interés arqueológico.
En efecto, la etapa cultural denominada Hierro 1, no posee, hasta
el momento, en el País Valenciano, los rasgos defmídores y específicos
que podemos observar en otras zonas peninsulares; desconocemos,
además, su ligazón y estructuración con el final del Bronce Valenciano, así como su proceso evolutivo que debido a influencias mediterráneas va a cristalizar en la brillante cultura ibérica.
Esta problemática fue planteada en su día por Fletcher (5), Pla
Ballester (6) y, posteriormente, por otros autores. Sin embargo, y recientemente, ha comenzado a aparecer una serie de hallazgos que
nos aportan nuevos elementos con los que analizar el problema. Las
cerámicas de la Mola d' Agres se inscriben, pues, dentro de este contexto, y creemos que podrán contribuir en su día a sistematizar y definir esta etapa en el País Valenciano.
Junto a elementos típicos del Bronce Valenciano -dientes de hoz,
brazalete de arquero, punzones de hueso, cerámicas groseras, algunas decoradas con cordones aplicados, etcétera- nos encontramos en
el yacimiento que nos ocupa, con cerámicas acanaladas, bruiiidas, cerámicas incisas, excisas, así como impresas, que podemos perfectamente paralelizar con las halladas en otros yacimientos peninsulares.
Las primeras, esto es, las acanaladas, responden a la tradición de los
Campos de Urnas Catalanes: Agullana (7), El Molá (8), etcétera. Dentro del territorio valenciano, también las encontramos presentes en el
yacimiento de Pie deis Corbs (Sagunto) {9) y en el Tossal del Castellet (10). Sin embargo, las decoradas con excisiones es en el Valle del
Ebro donde encontramos sus paralelismos más exactos, tanto en for-
(5) D. FLETCHER: •La Edad del Hierro en·e] L'evante español>. Publ!caclones del IV C. Inter. de
Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas. Madrid, 1954.
(6) E. PLA BALLES'rER: «El problema del tránsito da la Edad del Bronce a la del Hierro, en la re·
gión valenciana~. V. C. N. A. (Zaragoza 19571: Ztlrilgoza, 1959, p. 128.
17) P. PALOL: da necrópolís hallstá.ttica de Agullana». Hibl. Praetúst. H!sp. Madrid, 1958.
(8) S. VILASECA: 1EI poblado y necrópolis prehlstóricos do Molá. (Tarragona)~. Acta Arqueológica
Hispana, I, Madrid, 1943.
(9) 'M. ALMAGRO GORBEA: tE! Pie del~· C¡¡rbs, de Sagunto, y los campos de urnas del NE de la
Penlnsula ibérica~. Papeles del Laboratorio de Arqueo/ogla, 12, Valencia, 1977, p. 90.
( 10) F. ESTEVE GALVEZ: «Un poblado d!'llá PÍiD:Jera Edad del Hierro en la Plano de Uástall6n•. Am·
purias, 6, Barcelona, 1944, p. 141.
-
111 -
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"
CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
mas como en decoración: Cabezo de Monleón ( 11 ), Roquizal del Rullo
(12), El Redal (13), etcétera, siendo similares, pues, por su temática
decorativa al Grupo del Valle del Ebro, recientemente defmido. por
Malina y Arteaga (14). Difieren, en principio, de las excisas del Cabezo Redondo de Villena ( 15), de las del Tossal del Castellet (16) y de las
de Vinarragell ( 17), por una temática más simple.
Sin embargo, y dado los materiales con los que contamos creemos
que resulta prematuro intentar es.tructurar todo el sistema de contactos y teorías explicativas de tales hechos, así como dar cronologías
absolutas. Habrá que esperar la realización de excavaciones sistemáticas, que nos proporcionen mayor número de hallazgos, para llegar a
conclusiones satisfactorias ( 18).
·
1111 A.. BELTRA.N: •A.vance sobre !a cerámica excisa del Cabezo de Monleón, Caspe•. IV C. N. A..
(Burgos, 19551. Zaragoza, 19~7, p. 141.
( 121 J. CA.BRE: «Excavaciones en el Roquizal del Rullo, término de Fabara, provincia de Zaragoza,
dirigidas por Lorenzo Llipez Temprano•. Mems. J. S. E. A., n.• 101. Madrid, 1929.
(13) M. C. BLASCO: «Cerámica excisa de rEl,Redabo, en el Museo de Logrollo•. Mise. de Arq. Riojana. Logrmio, 1973. p. 115.
.
.
.
(14) F. MOLINA y O. ARTEAGA: cProblemática y dlfarencianclón en grupos de la co:tré.mica con da·
coración excisa en la Penlnsula Ibérica.. Cuad. de Prehistoria de la Universidad da Granada, vol. I,
1976.
(151 J. M. SOLER: cE! tesoro de VillenaJl. Exc. Arq. en Espafta, 36. Madrid, 1965, p. 34.
(16] ESTEVE GALVEZ: o. c., nota 10.
(171 N. MESADO: cVinarragell (Burriana-Castellónl>. Trab. V;¡rios del.SIP, 46. Valencia, 1974.
p. 127.
( ¡ 81 Agradecemos a la prol'esora. Gii·Mascareu su ayuda en el estudio de estos materiales y la
oportuna orientación blbllográfica.
- 112 -
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CONTESTANS.- M ola d' Agres
Emplazamiento del poblado y vista de éste
LAM. 1
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CONTESTANS.-Mola d'Agres
Dos aspectos de la muralla del poblado de la Mola d' Agres
LAM. 11
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CONTESTANS.- M ola d' Agres
LAM. 111
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LAM. IV
CONTEST ANS.- M ola d'Agres
1
1
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CONSUELO MATA
{Valencia)
LA COVA DEL CAVALL Y UNOS ENTERRAMIENTOS
EN URNA, DE LIRIA
(Valencia)
Dada la actualidad que están teniendo los estudíos sobre la Primera Edad del Hierro y los orígenes de la Cultura Ibérica (1 ), hemos
creído oportuno revisar el material de la COva del Cavall y de los enterramientos del Collado de la Cóva del Cavall y del Puntalet, los tres en
Liria (fig. 1). con el fin de darles una nueva valoración a la lUz de los
últimos descubrimientos y estudios.
No vamos a hacer aquí un relato detallado sobre la forma del descubrimiento y localización, puesto que estos detalles han sido dados a
conocer con anterioridad (2).
{11
M. ALMAGRO GORBEA: oEl Bronce final y el inicio de la Edad del Hierro en la Meseta Sur.. Ex-
tracto de tesis doctoraL Madrid; 1973.
M ALMAGRO GORREA: ~El Pie deis Curbs, de Sagunto, y los campos de urnas del NE. de la I'enlnsu,a Ibiirica». Saguntum, Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 12. Valencia, 1977, pág. 89.
o. AR'tEAGA: «La panorámica protuhist6rlca peninsular y el estado actual de su conocimiento en el
Levante septentrional (Castellón de la Plana)~. Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Castellonense, 3.
Castdlón, 1976, pág. 173.
B. DEDET y M. PY: «Classilication de la céramique non tournée protohistorique du Languedoc méditerranéen~. Revue Arquéologique de Narbonnaise, supplément 4. Paria, 1975.
F. GUSI JENER: «Desarrollo histórico del poblamiento primitivo en Castellón de la Plana». Cuadernos
de Prehistoria y Arqueolo¡:ia Castellonense, l. Castellón, 1974, pág. 79.
F. GUSI JENER: 2. Castellón, 1975, pág. 174.
E. LLOBREGAT: ~Nuevos enfoques para el estudio del pedodo del Neolltico al Hierro en la región valenciana•. Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 11. Valencia, 1975, pág. 119.
C. MATA: •Aportación a los inicios del Hierro en el Pals Valenciano». Tesis de licenciatura. Valencia,
1977.
R. PERONI y otros: «Sulla cronología del Campi di Ume della Linguadocao. Rivlsta di Scienze·Prelstoriche XXXI, l. Firenze, 1976. pág. 245.
Simpos.io InternacionaloLos orígenes del mundo ibérico». Barcelona-Ampudas, 2-7 mayo 1977.
I. BALLESTER TORMO: ~Las cerámicas ibéricas arcaizantes valencianas•. 'trabajos Varios del
P., 10. Valencia, 1947, pág. 47.
I. BALLESTER TORMO: «La labor del S. I. P. y su museo en los años 1940 a 1948~. Diputación Pro·
vincial de Valencia. Valencia. 1949, plig. 131.
J. DONAT y F. GASCO: •La Cóva del Ca val! de Liria (Valencia)». Archivo de Prehistoria Levantina, X.
Valencia, 1963, pág. 227.
(2)
S.
r.
-
113 -
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C. MATA
'
I
COVA DEL CAVALL
El material de esta cueva (Lám. I, 1), depositado en el S. l. P., no
está agrupado con ningún criterio que indique la forma eri que fue hallado y los detalles de su excavación. El conjunto se compone de 197
fragmentos de cerámica hecha a mano, algunos fragmentos de hueso
y una lasca de sílex sin retoque. No vamos a realizar una descripción
Lliria
Fig.-1: San Miguel de Liria.
2: El Puntalet.
3: Cov11 y collado del Cavall.
y estudio de los huesos, puesto que esto ya ha sido hecho (3). En cuanto a la cerámica, hemos esbozado una tabla de formas, con sus respectivas variantes, con el fm de seguir algún criterio de exposición.
Los fragmentos cerámicos hemos podido agruparlos en diez formas generales, que son las siguientes:
FORMA 1
Plato poco hondo o cuenco, de boca ancha, pasta negra, con pequeño desgrasi!IIta y superficies aspa·
tuladas, hecho a mano:
- ll frags. que fonnan una peque!\ a bll!le plana; el espatulado es de buena calidad, aunque en algrmos
sitios ha desaparecido; la superlicie exterior es de calor gris-negruzco y la interior belga; diám.
aprox, hase, 6 cm. (frogs. donados por Vicente Olivar, el31-VI-75, encontrados el 10-IX· 72) (flg. 2,
n.• 3).
(3)
DONAT y GASCO: Op. Clt. nota 2.
- 114 --
[page-n-135]
GOVA DEL CAVALL
3
1 frag. borde, con el inicio de la base que podrla ser redondeada o aplanada; el borde as mAs delgado que la zona de la base; el espatulado es de buena calidad (E. B. C.), siendo las superficies de color
pardo y negro; diám. aprox. baca, 21 cm. (caja 126, 3-IX-60) (flg. 2, n.' 1),
1 frag. horda, con lahlo adelgazado e indicado por el interior; la superficie Interior es marrón y la
exterior grisácea: diám. aprox. boca, 18 cm. (caja 125, 3-IX-60) (fig, 2, n.' 2).
Destacan dentro de esta forma I y del conJunto de la cueva:
4 frags. borde, E. B. C.: dos de los fragmentos tienen las superficies color negruzco, conJ
2
Fig. 2.-Fonna 1
(T.
n.J
chas con un instrumento de punta roma. La decoración se desarrolla a lo largo de una nanda cerca
dellxlrde, limitada en el interior por dos lineas incisas paralelas, mientras que en el exterior las indsiooes llegan hasta el borde. Tres de los fragmentos parecen pertenecer al nrlsmo vaso, aunque
sólo dos de ellos unen entre s1 (4) (caja 125, 3-IX-60) (Lám. 1).
141
DONAT y CASCO: Qp. cit. nota 2, pág. 245, fig. 9.
- 1!5 -
[page-n-136]
'
C. MATA
PORMA 11
Vaso
mano:
d~
labio saliente y cuello curvo, pasta generalmente negra y superficies espatuladae, hecho a
1 frag. borde, labio redondeado; pasta negra, con pequell.o desgr1111anto, E. B.
c., color parduzco
(cajón C-7, 19-XI-48) (fig. 3, n.• 6!.
1 pequefto tragm~:~nto borde, con labio saliente e !nido de cnvllo; pasta negra con pequado desgrasanta; superficies espatuladas, colar negro en ellnteriQr y pardo en el exterior (cajón 51, 12-XI-67)
(fig. 3, D.' 7).
l frag. borde, con labio adelgaz!ldo; pasta negra, con pequeíl.o desgrasante; superflc!ea espatuladas
de buena calidad, color gris parduzco (cajón C-7, 19-XI-48),
2 fraga. que forman un borde muy erosionado, de labio ligeramente saliente; <;:&C!I. del borde y pll1'
el exterior se aprecia un pequel'io rehundimiento; pasta gris negruzco, con desgrasante grande; superficie exterior alisada e Interior tosca, color gri8áceo {cl\ión 67, 20-XI-67) {flg. 3, n.• l).
Fig. 3.-Forma JI.
(1/2)
1 frag. borde, con labio radondaado e inicio de cuerpo globular; pasta negra, con grueso desgrasante; supepjcies toscas, color grisáceo; diá.m. aprox. boca, 18 cm. (caja 125, 3-IX-60) {fig. 3, n.• 41.
1 frag, borda, con labio apuntado y adelga~ado,lniclo de CUel'pO globular; pasta negra, con desgrasanta abundante; superficies alisadas, color marrón grisáceo, con algunas zonas negras (ci\Jón 125,
3-IX-60) Ulg. 3, n.• 2).
1 frag. borde, labio redondeado e !nielo de cuerpo poco globular: pasta rojiza ccn desgrasante pequeño; superficies E. B. C., erosionado en algunos sitios; el Interior es negro y el exterior rojizo, con
wnas negruzcas (cajón 67, 20-Xl-671 (fig. 3, n.• 5).
10 fregs. borde, todos pertenecientes al mismo vaso, aunque no todoa unen; el labio es plano elncil
nado y el inicio del cuerpo es globular; pasta negra, con pequeflo desgrasanta; E. B. C., superficie
interior negra y exterior pardo, con zonas ennegrecidas; dlám. aprox. boca, 32 cm. [cl\ión 67, 20XI-67, y cajón 125, 3-IX-60) (fig. 3, n.• 3).
1 frag. borde, con labio plano: pasta negra, con pequoflo desgrasanta; superficies espatuladas, color
pardo !cl\ión 125, 3-IX-60) (fig. 3, n.• 8).
-
116 -
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5
COVA DEL CAVALL
FORMA 111
Cuenco de boca más o menos abierta y cuerpo globular; pasta. geuera.lmenta negra y ouperficies eapatuladas; hecho a mano:
1 frag. borde, labio reentrante y redondeado; pasta negra con peque:do desgrasante; superficies eopatuladas, color parde-negruzco (cajón fil, 12-XI-!i7l (fig. 4, n.• 9).
¡ frag. borde, labio redondeado y zona exterior rehundida; pasta negra, con pequeño desgrasante:
superficies espatuladas, exterior pardo e interior negra (cajón 51, 12-XI 67) (fig. 4, n.• 121.
ll'rag. borde, con ioiclo de base rodondeada; pasta negra, con desgrasante pequaño y abundante;
superficies E. B. C. negras (cajón 67, 20-XI-67) {f]g. 4, n.• 10).
l frag. borde, labio redondeado, con pequeño mamelón; p!lllta gris, con grueso desgraaante; superficie~ alis.adas, marrón rojizo eñ el interi
125, 3-IX-601 (fig. 4, n.• 111.
1 frag. borde, labio redondeado y adelgazamiento vblble por el e>rterior; pasta negra con desgrasante muy fmo: superficies espa.tuladas color pardo: grosor mlix. tablque, 0'4 cm. (cajón 67 ,20-XI67) (fig. 4, n.• 13).
-, ,"
\~
"
"
"
Fig. 4.-Forma IU.
(1/21
l frag. borde, con labio plano horizontal; pasta gris, con pequeño desgrasan te; suporficias espatuladas color pardo (cajón 67, 20-Xl-67) (fig. 4, n.• 14).
l frag. borde reentrante; pasta negra, con pequeño desgrasanta; superficies espatuladas, color negruzco, estando la exterior algo erosionada (cajón 125, 3-IX-60) (f¡g. 4, n.• 15).
FORMA IV
Vasijas con bordes rectos e inclinados hacia al ll)[terior, hechas a mano:
1 frag~bórde, labio redondeado y abultaw.lento en el eJrterior del cuello; paste pegra, con pB<¡Mño
desgrasante: superficies espatuladas, parda la exterior y negra la interior (cajón 51, 12-XI·67) (flg.
5, n.o 19).
l frag. borde, labio aplanado horizontal; las paredes van adelgezándoae progresivamente; paste
grisácea, con pequeilo desgrasante; superficies E. B. C. color negro, con alguna zona parda (cajón
67, 20-XI-67) (fig. 5, 0. 0 17).
1 frag. borde, con labio redondeado; pasta negra, con pequedo desgrasante: superficies E. B. C. co·
lor pardo y negro (cajón 125, 3-IX-60) (flg. 5, n.• 20].
1 frag. borde, con labio redondeado adelgazado y ligeramente entrante; pasta negra; superficies
toscas color pardo; diám. aprox. boca, 19 cm. (cajón 126, 3-IX-60) (fig. 5, n.• lfl).
- 117 -
[page-n-138]
6
C. MATA
1 frag. borde, con labio redondeado y arranque de asa de sección ovalada que sale desde el borde
mismo; pasta negra con desgrasan te; superficies espatuladas color negro (clijón 125, 3-IX-60~ {flg.
5,
n.G
21).
1 frag. borde, labio redondeado y regruesamlento vil!tble en el interiur; pasta negra, con pequ¡¡do
desgrasante; superficies espatuladas color pardo-rQJJzo (cajón 51, 12-XI-67) (flg. 5, n.o 16).
1 frag. borde, con el labio redondeado; pasta marrón, con grueso desgrasante; superfldi!B alisadas
color negro (caj6n 125, 3-IX-60) (fig. 5, n.• 22).
16
17
18
20
21
19
Fig, S.-Forma IV.
(T. n.)
FORMA V
Base con inicio de pie diferenciado troncocónico: pasta negra y roja, con desgrasante grande y abundante; superficies espatuladas rojizas con algunas zonas erosionadas; el interior del pi~:~ ea negro y tosco
(cajón 67, 20-XI-67) (fig. 6, n.• 11).
FORMA VI
Bases planas o ápla.nadas; pasta negra, con gr'Ueso
d~:~sgrasante
y superficies toscas, hechas a mano:
l frag. fondo plano, con mamelón cerca de la base; sup~:~rfides rojizas; diAm. aprox. base, 18 cm.
(cajón 67, 20-Xl-67) {fig. 7, n.• 1).
1 fondo plano, cun unas 12 digitaciones en la parte interior de la base; superficie exterior negruzca
e interior marrón; di~m. aprox. base, ll cm. !cajón 125, 3-IX·SO)(fig. 7, n.• 3).
1 fondo aplanado; las superficies no ti~:~nen un color uniforme, pero domina el gris; diém. aproJ:. base, 5'5 cm. (cajón 125, 3-IX-60) (fig. 7, n,• 2).
-
11!) -
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COVA DEL CAVALL
FORMA VU
4 frags., pertenecientes a una gran vasija de paredes casi rectas; los fragmentos presentan dos molduras a doble bisel paralelas y hori:!Ontales de las que arranca un asa de sección ovalada; paste negro,
con pequeño desgrasante; superficies E. B. C., exterior pardo rojiza e interior negra (cajón 67, 20-XI-67)
(fig. 6,
n.•
101.
FORMA VIII
Vasijas con bordes rectos y cuellos inclinados; superficies espatuladas, pequei\o desgrasante; hechas
a mano {cajón 125, 3-IX-60):
1 frag. borde exvasado; pasta gris, superficies E. B. C.. interior negra y exterior parda (fig. 6,
n." 41.
Fig, 6.-Forma V (Il). Fonna VII (lO), Forma VIII (4-6). Forma IX
(12). Fonna X (7-9),
(1/2)
1 fi'ag. borde, con cuello exvasado, Iniciando un cuerpo ligeramente globular; pll8ta negra; superficies E. B. C. color negruzco (fl.g. 6, n.• 511 frag. borde, con inicio de cuerpo globular; pasta negra; superllcies espatuladas pardas, con zonas
negruzcas; dlám. aprox. boca, 17 cm. (fig. 6, n.' 6).
FORMA IX
1 frag. cuerpo con asa de sección ovalada, celocada en posición vertical; pasta roja, con dasgrasante
pequedo; superficies espatuladas rojizas (cajón 126, 3-IX-601 (fig. 6, n.o 121.
-
119 -
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'
C. MATA
FORMA X
Vasijas con carenas
baja~.
pasta negra, con poquell.o desgrasante (c(\jón 125, J-IX-60):
2 frags. con carena, iniciando un fondo en forma de casquete; superficie Interior tosca, color gt!s y
exterior espatulada del mismo color (fJ.g. 6, n.• 7).
- ¡ frag. de Igual forma que las anteriores, pero que ~e ditltlngue por tener las dos superficies espatuladas, siendo la exterior grisácea y la ID.terior negra (flg. 6, n.• 8).
- t i'rag. cuerpo carenado, distinto de los anteriores; superficies E. B. C., color gris (fig. 6, n. 0 9).
-
Además, tenemos que considerar los fragmentos informes, que agrupamoa as1:
- 11 frags. pasta negra, con peque!lo desgr1111ante; superficies con ospatulado de buena calidad y coloraciones diferentes.
- Bl frags. pasta negra y pequeño desgrasante; superficies espatuladas, de distintas coloraciones.
44 frags. con superficies toscas y grueso dCsgrasante, dominando las pastas negras.
Teniendo en cuenta otros detalles, como coloración de las pastas,
desgrasante y tratamiento de las superficies, podemos elaborar las siguientes tablas:
Pasta negra ............. . 94'5 %
Pasta gris ........... .
3'5 %
Pasta rojiza ............ , , 1'0 %
Pasta marrón ........... . 0'5 %
Pasta negra/roja .. , ...... . 0'5 %
Ahora bien, agrupando los factores pasta-desgrasante-superficie,
tenemos:
PASTA
DESGRASANTE
Negra
Otras
(N.)
{0.)
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Pequeño
{P.)
•
•
•
•
•
•
SUPERFICIE
B.B.C.
Granda
{G.)
Espatulado Espatulado
Ell!lbas caras una cara
{E-2)
•
•
•
•
•
(Véase gráiico en la página siguiente)
-
t20 -
{E-1)
Tosca
(T.)
20
•
•
•
2
47'7
1
•
•
2
•
1
1'5
24
[page-n-141]
•
COVA DEL CAVALL
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a.:
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...
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o
o
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[page-n-142]
C. MATA
Con esto, vemos claramente que las pastas negras dominan de tal
manera que se asocian a todos los tipos. El E. B. C. sólo aparece con
desgrasante pequeño, asi como el E-2, con insignificantes excepciones. El E-1 es prácticamente inexistente, mientras que las cerámicas
toscas aparecen asociadas al desgrasante grande. Otro dato, es la
gran proporción de cerámica de calidad, es decir, E. B. C. y E-2, sobre
el resto.
Por otra parte, no existe ninguna relación entre estas características y las tablas de formas, excepto la forma VI, compuesta exclusivamente por cerámicas toscas.
Con el fin de poder clasificar cultural y cronológicamente el yacimiento, sólo podemos basarnos en unas cuantas formas caracterlsticas, pues la mayor parte de los fragmentos no permiten la reconstrucción de ninguna forma típica.
Los fragmentos que más datos pueden proporcionar son los que
presentan la decoración incisa; la técnica de incisión es típica de la
Primera Edad del Hierro, por lo que hemos encontrado gran cantidad
de paralelos en la Península, pero hemos de hacer notar que no hemos
encontrado casi ningún fragmento que presente una decoración incisa por el interior y exterior.
Uno de los paralelos más característicos de este tipo de decoración lo .encontramos en el Cerro de la Cruz (Cortes de Navarra). en
la fase Pila, fechada entre el 700 y el 650 a. C., que se considera
como el inicio de la fase P!Ib, fechada en el650-550 a. C. (5); también
. hay un fragmento semejante en la habitación 33, estrato IV del mismo yacimiento (6).
En la zona de los Campos de Urnas catalanes también es muy corriente esta técnica. La hallamos asociada a otros motivos en Agullana I, fase fechada ei:ttre los ss. VII-VI a. C. (7). Decoración interior y
exterior incisa, pero con diferentes motivos y disposición la tenemos
en Anglés, en una cazoleta plana con asa lateral, base rehundida y su
perficies pulimentadas; necrópolis fechada alrededor del s. VI1
l5) J. MALUOUER: «El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio critico Il». ExcavacLo·
nes en Navarra VI. Pamplona, 1958, fig. 15, núm. 522.
(61 O. GIL FARRES: ~Excavaciones en
. Um. LXXXIII, núm. 1.474, pág. 9.
Navarra~.
Prlncipe de Viana, vol. LJ-LII. Pamplona, 195J .
(71 P. PALOL: «Avance de los hallazgos de la necrópolis de Agullana (Geronal». Ampurias, VI. Bar. celona, 1944, fig. 2, núm. 4, Lám. XI, núm. 2, sep. l 7B, fig. 3, Lám. XVI, sep. 132, pág. 127.
P. PALOL: «La necrópolis hallstáttica de Agullana (Geronal•. Blhliotheca Praehistorica Hispana, vol.
I. Madrid, 1958.
- 122 -
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COVA DEL CAVALJ
1
Fig. 7.-Fonna VI.
-
123 -
(T. n,)
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C. MATA
a. C. (8). También hay gran cantidad de cerámicas incisas con esta
técnica en la Cueva del Marcó (Tivissa, Tarragona) (9).
Todos estos yacimientos pertenecen a los períodos I y II de los
Campos de Urnas catalanes de la clasificación de Maluquer (1O).
Como prolongación de la zona catalana se pueden considerar algunos de los yacimientos de la provincia de Castellón. Aparece dicha
técnica decorativa en los primeros niveles de Vinarragell, fechados
entre finales del s. VII y primera mitad del s. VI a. C. ( 11 ). Decoración
incisa interior y exterior tenemos en un fragmento de la Cueva Honda
(Cirat), que su descubridor fecha hacia el 800 a. de J. C. (12). Dos
fragmentos procedentes de Aranyuel presentan decoración incisa, teniendo uno de ellos, además, las superficies espatuladas (fig. 8) (13).
También en relación con la zona catalana y la provincia de Castellón está el Bajo Aragón, destacando el yacimiento del Roquizal del
Rullo (Fabara, Zaragoza), con abundantes cerámicas incisas (14).
En zonas más alejadas geográficamente, encontramos unos fragmentos en Las Cogotas (Avila), fechado por Cabré hacia finales del s.
VI a. C. (15). Es muy interesante la semejanza en la disposición de la
decoración de un fragmento de borde de escudilla de Castillejo de
Castilfrío de la Sierra, sólo que aquí la decoración es pintada (16).
Todo esto en cuanto a la técnica decorativa. En cuanto a la decoración interior y exterior sólo hemos encontrado los tres fragmentos citados de Anglés, Cueva Honda y Castilfrío, siendo este último
pintad'o. Por otra parte, el hecho de que ciertos tipos de vaso campaniforme presenten decoración interior y exterior, llamada técnica
(8) M. OLIVA y F. RIURO: mallazgos en la necrópolis hallstáttica de Anglés•. Pyrenae, 4. Barcelona, 1968, fig. 4-, nUm. 3, Lám. I, nUm. 4, pág. 67.
(9) S. VILASECA: «Dos cuevas prehistóricas de Tivlssa (provincia do Tarragona)•. Ampurias. I. Barcelona, 1939. Lám. XVIII, nUm. 4, pág. !59.
1101 J. MALUOUER: •Las culturas hallstátticas en Cataluña». Ampurias, VII-Vlll. Barcelona, 194546, pág. 181.
(ll)
N. MESADO: «Vinarragell (Burriana)•. Trahajos Varios S. l. P., 4-6. Valencia, !974, fig. 72,
nUm. 1, Lám. XXIII, Lám. LXX, nUm. 1,
1121 I. SARRION: •Restos de la Primera Edad del Hierro en la Cueva Honda do Cirat(Castellón)•.
Lapiaz, Boletín de Información Espeleológica, 2. Valencia, 1975, págs. 4-·6.
(131 Material del S. I, P., inédito y sin contexto.
(14) J. CABRE: •Excavaciones en el Roquizal del RullG, término de Fabara, provincia de Zaragoza,
dirigidas por don Lorenzo Péraz Tamprado•. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, nUm. 101. Madrid, 1929.
( 151 J. CABRE: «Excavaciones de las Cogotas, Cardeñosa !Avilal, I. El Castrot. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, núm. llO. Madrid, 1930, Lám, XXVI, nUm. 3.
(16) B. TARACENA: «Excavaciones en las provincias de Sorla y Logroñm, Memorias do la Junta Su·
perior de Excavaciones y Antigüedades, nUm. 103. Madrid, 1929, fig. 15.
- 124 -
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COVA DEL CAVALL
"
pseudo-excisa, y que Harrison considere perteneciente a la cerámica
del Bronce final y de la Primera Edad del Hierro de la Meseta y Cataluña, nos plantea el interrogante de si, en los fragmentos que estamos
estudiando, la forma de decoración interior y exterior derive de este
mundo, ya que parece claro el que la incisión procede de los Campos
de Urnas. Como ejemplos ilustrativos podemos citar unos fragmentos
con decoración pseudo-excisa interior y exterior procedentes de
Cuenca y presentados en el XV Congreso Nacional de Arqueología celebrado en Lugo en septiembre de 1977. Semejantes son los tres cuencos hdlados, aislados de todo contexto, en Villafamés (Castellón) (17).
Fig. S.-Fragmentos cerámicos de Al"anyuel.
tT. o.)
Otra de las formas importantes es el pie diferenciado y troncocónico (forma V). Sus paralelos más próximos y caracterlsticos los encontramos en el PIIb de Cortes de Navarra (18), en la necrópolis de
1171 F. GUSI JENER: •Hallazgo de cerámica del tipo impresa mediterránea con decoración interior
iucisn IViJla[¡¡més, Castellón)o. Pyrenao, S. Barcelona, 1972, pág. 53.
N. MESADO: •El EIJeolltico de Villafamés•. Penyagolosa, 10. Castellón. !973.
R. J. BARRISON: •El vaso campaniforme como horizonte delimitador en Levante español>. Cuader
nos de Pruhistoria y Arqueología Castellonense, l. Castellón, 1974, pág. 63.
1181 J. MI\LUOUER; •El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio critico J>. Excuvn·
dones en Nuvurrn.l'amplonn. 1954: flg. 26, núm. 8; 28, núm. JO; 32, núm. 8 Y JO; 34, núm 12; 37,
nüm. 23.
-
125 -
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14
C. MATA
Anglés ( 19), en la fase I de Agullana (20), en la necrópolis de Molá, fe~
chada en el s. VII a. C. (21), en Hostal Nou (Ares del Maestre, fastellón) {22), en la necrópolis deis Espleters (Salzadella, Castellón) (23),
e.1 les Escodines Altes y Baixes de Mazaleón (Teruel) (24), etcétera.
Este tipo de pie pertenece, generalmente, a urnas de tipo bitroncocónico, típicas de la Primera Edad del Hierro.
Los fondos planos {forma VI) son conocidos desde que se empiezan a utilizar las primeras cerámicas, pero no llegan a generalizarse
hasta el Bronce Final y Primera Edad del Hierro, según las zonas. Los
llamados fondos aplanados son los que, generalmente, aparecen en
épocas anteriores, siendo los fondos planos posteriores. Dada la extensión de paralelos que podemos encontrar, sólo citaremos los más
próximos: El Solaig, Torrelló y Vinarragell, en Castellón; El Puig, Saladares y, posiblemente, Crevillente, en Alicante (25).
Los cuencos y los vasos carenados son lo suficientemente conocidos para que demos una lista sobre los paralelos a encontrar. Ambas
formas son típicas de la Edad del Bronce, siendo las carenas características de la Cultura del Argar, aunque también se encuentren
ejemplos en el Pais Valencia.
Finalmente, tenemos un fragmento semejante a la Forma IX en el
Departamento 5 del Puntal de Cambra {26).
El estudio de los materiales nos muestra que esta cueva fue conocida desde la Edad del Bronce. Ahora bien, la ausencia de elementos
típicos de la Edad del Bronce, como cordones y mamelones, y la factu-
(191
Op. cit. nota 8, fig. 5, núm. 2, pág. 75.
1201 Op. cit. nota 7. 1958: tipo 2a, tabla VIL
1211 S. VlLfl.SECA: •El poblado y la necrópolis prehistóricos del Moli\ {Tarra¡:onul». Acta Arqueoló¡:ic~ Hisp
(221 A. GONZALEZ PRI\.'J'S: •Un yacimiento del Hierro 1 en Hostal Non (Aros del Maestro, Castellóulo. Cuademos de Prehistoria y Arqueología Castellonense, 1 CasteUón, 1974; flg. 2 A.B.C., pág. 109.
(231 J. COLOMINAS: «Els enterramonts ibérics deis Espleters a Salzadella». Anuari de l'I11stitut
d'Estudis Catalans. 1915-20. Barcelona, 1923, fig. 419, pág. 616.
124J P_ BOSCH GIMPERA: •Les ínvestigacions de la Cultura Ibérica al Baix fl.ragó». Anuari de l'lnsLitut d'Estudis Catalans, 1915-20. Barcelona, 1923, figs. 454 y 456, págs. 641.
125) o. ARTEAGA y M.' R. SERNA: «Los s~lodares- 71•. Noticiario Arqueológico Hispánico, Arqueo
3, Lám. v. núms. 30 y 31. Madrid, 1975, páe. 7.
D. FLETCHER y N. MESADO: oEl poblado ibórico del Solaig IBcchi, Castellónl•- Trabajos Varios S. 1
!'., 33. Vahmcia, 1957.
MESADO: Op. cit. nota 11, fig. 52, núm. 2.
F. G\JSI JENER: ~Excavaciones en el recinto fortilkado dd Torrelló de Onda ICastellón)•. Cuadernos
de Prehistoria y Arqucologla Castellonense. l. Castellón, 1974, pág. 31. núm. 3, pág. 19.
V. PASCUAL: oEl poblado ibérico del Puig IAlcoy)o, Archivo de Prehistoria Lovantina, III. Valencia,
1952, pág. 135.
Jo~ía
126) J. ALCACER GRAU: •El Puntal de Cembra (Villar del Anobispo, Valencia)». Archivo de Prahisloria Levantina, V. Valencia, 1954, Uim. VI, pág. 65.
-
126 -
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COVA DEL CAVALL
15
ra relativamente cuidada de las cerámicas recogidas nos inclinan a
pensar que estos materiales pertenezcan a una época algo avanzada
del Bronce. Naturalmente que esta afirmación sólo-puede ser una hipótesis, dada la falta de una periodización de la Edad del Bronce Valenciano.
La cronología final de la cueva vendría dada por los pies troncocónicos y las cerámicas decoradas, que nos dan una fecha de entre los
ss. VII-VI a. C., y la ausencia de cerámicas a torno, que aparecen en el
País Valencia hacia la mitad del s. VI a. C.
La carencia de estratigrafia no nos permite juzgar si estos materiales considerados típicos de una primera Edad del Hierro proceden
de una influencia exterior o bien son fruto de una evolución in situ. En
el primer caso noS podrfamos preguntar sobre qué cultur~ mate:rial
ejerció su influencia y cómo la hizo variar, si es que la hiZO variar.
Con todo, podemos afirmar que la cueva se clasifica dentro de un
Bronce algo evolucionado, llegando a un Bronce Final o Hierro I, denominaciones que no podemos precisar más, a falta de estudios tipológicos sobre estas dos épocas.
11
EL PUNTALET
De esta necrópolis (Lám. I, 2) sólo se encontraron tres enterra"
mientas (27), compuestos por los siguientes materiales:
PRIMER ENTERRAMIENTO
- Una urna, hecha a torno, de cuello corto, ligeramente exvasado, del qull' arranca un par de asas dobles; hay que destacar un bordón en realce por encima del arranque de las asas; la basa es ligeramente cóncava; la pasta es amarillenta y tosca. Medidas: 34 cm. alto; diém. boca, 21 cm. diém.
máx. panza, 26'7 cm. (flg. 9, n.• 2).
SEGUNDO ENTERRAMIENTO
- 1 fondo tronco cónico, hecho a mano, de base plana: está adornado por tres cordones aplicados, ho·
rizontales y paralelo•, decorados con digitacio"nes; diém. máx., 42 cm,; dlém. base, t5 cm.: alt.
máx., 25 cm.: pasta gris oscnnt (flg. 9, n.• 1);
- Una concha.
- Una pequefta piedra con dos perforaciones,
- Un par de aretes de cobre o bronca, sección cuadrada; diém. aprox .. 3 cm.
TERCER ENTERRAMIENTO
- 1 plato hondo parecido a los morteros Ibéricos, borda recto y base discoidal plana; pasta amarlllorojlza, superficies toscas: alt., 7 cm.: diám. boca, 22'5 cm.: diám. base, 6'5 cm. (fig. 10).
-(27)
Op. cit. nota 2. 1947 y 1949.
-
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C. MATA
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Fig. 9.-Urnas de El
-
128 -
Puntalt~t.
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COVA DEL CAVALL
Estas urnas en la época en que se encontraron constituyeron un
hallazgo prácticamente único. En cambio, en la actualidad, se pueden
encontrar ya algunos paralelos con fechas más o menos delimitadas.
Entre los múltiples paralelos que podemos citar de la urna del primer enterramiento entresacaremos los siguientes: en primer lugar, la
urna del Collado de la Cóva del Cavall, con pintura bicroma, que veremos más adelante; en Vinarragelllas tenemos con cuatro y dos asas y
decoración bicroma en el nivel protoibérico, fechado en la primera
mitad del s. VI a. C. (28). En Saladares, estas urnas aparecen con o sin
pintura, perteneciendo estas últimas a la fase IB2 del Horizonte
Preibérico, fechado entre el segundo y tercer cuarto del s. VII a. C.;
una de las urnas está hecha a mano (29). En el Castellar de Crevillente
Fig. 10.-Puntalet.
11/:ZI
aparecen también, siendo denominadas por su excavador tipo B2, en
niveles fechados desde finales del s. VII a la primera mitad del s. VI
a. C. (30).
Fuera de 18 zona valenciana aparecen en Solsona (31 ); en Anglés,
fechada entre los ss. VI y V a. C. (32); en el estrato 11 de Quemados,
fechado entre los ss. VII-VI a. C. (33); en Mogador, fechado en el s.
VII a. C. (34); en la isla de Racligoun aparece una urna con dos asas y
sin pintura, necrópolis fechada desde finales del s. VII al s. VI a. C.;
128)
Op. cit. nota ll, fig. 81 y fig. 19. núm. 1, fig. 35.
129) ARTEAGA y M. R. SERNA: Op. cit. nota 25. Lám. XVIII, núm. 136: Lám. XXI, núm. 157.
130) A. GONZALEZ PRATS: •El yacimiento protohistórico de la Sierra del Cnstellar ICrevillente, Ali·
cante). Sector I.» Tesis de Licenciatura, 1977.
1311 J. SERRA VILARO: •Excavaciones en el poblado ibérico de Castell Vell (Solsonal». Memorias
de la Junta Superior do Excavaciones y Antigtledades, núm. 27. Madrid, 1920, Lám. VIII.
132)
Op. dt. nota a, fig. !3, mim. 22.
(33)
lH Frontera, 1968). Barcelona, 1969, fig. 25, pág. 147.
134) A. JODIN: •Mogador, comptoir phénicien du Maro e At\antique:>. E tu des ot Travaux d' Archéo·
logie Marocaine. Tangcr, 1966, fig. 32.
-
129 -
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18
C. MATA
en Toscanos, sus excavadores publican un dibujo que por su perfil entraña dentro de este tipo que estudiamos, pero que ellos califican como un posible fragmento árabe medieval (35).
La urna del segundo enterramiento, por estar hecha a mano y por
sus caracteristicas, encuentra sus paralelos en zonas bastante distintas de las anteriores, concentrándose los más próximos en el B~o
Aragón. Así lo tenemos en Les Escodines Altes (Mazaleón), fechado en
el Hallstatt D (36); en San Cristóbal, también con la misma fecha (37)
y en el Roquizal del Rullo, fechado en el Hallstatt C o D (38).
En cuanto al tercer enterramiento, tenemos el paralelo más importante en el Peñón del Rey (Villena), donde estos platos aparecen
también utilizados como urnas. Este yacimiento fue fechado entre los
ss. IV-III a. C., apareciendo también fragmentos de cerámica hecha amano (39). Creemos que la cronología de este yacimiento podría subirse un
tanto dados los últimos estudios que se han hecho sobre las flhulas anulares, fUmlas que aparecen en esta necrópolis; Almagro (40) las empieza a
fechar a partir del s. VI a. C., mientras que Cuadrado y Navarro (41) consideran que se deben fechar hacia el s. V a. C.
En estos enterramientos encontramos dos tipos de influencias.
Por una parte, está la orientalizante que se refleja en el primer enterramiento, tipo bastante bien estudiado en la Perúnsula. Por otra par~
te, está la urna a mano que puede significar dos cosas: una, que corresponda a la evolución propia de la Edad del Bronce; y dos, que sea
reflejo de la Primera Edad del Hierro del Bajo Aragón, donde se encuentran los paralelos más importantes,
1351 G. VUILLEMOT: «La nécropole punique du phare dans l'ile de Rachgoun (Oran)». Libyca. t. III,
primer semestre. Alger 1956, planche IV, núm. 4, planche VI, núm. 10, pág. 7.
G. VUILLEMOT: •Reconnaissances aux échelles puniques d'Oranie». Autun, 1965, flg. 17, núm. 2;
fig. 19.
H. SGHUBART, H. G. NIEMEYER y M. PELLICER: «Toscanos. La factorla oaleopúnica en la desom·
bocadura del río Vélez. Excavaciones de 1 964o. Excavaciones Arqueológicas en España, 66. Madrid,
1969, pág. 18, Lám. 25, mim. 11.
(36) M. ALMAGRO BASCH: oLa España de las invasiones célticas.. Historia de España dirigida por
Menéndc:o; Pida!. t. I, voL 2, Espasa-Calpa. Madrid, 1952, pég. 197.
A. BELTRAN MARTINEZ: •La Edad de los Metales en Aragón•. Oiscurso·do ingreso en la Real AcademlH de Nobles y Bellas Artes de S. Luis, de Zaragoza, 27-II-1955. Zaragoza, 1955, pág. 44.
(37)
ALMAGRO BASCH: Op. cit. nota 36, fig. !58, pág. 197.
1381 ALMAGRO BASCH: Op. cit. nota 36, pág. 193.
BEL'l'RAN MARTINEZ: Op. cit. nota 30, pág. 44.
(39) J. M.• SOLER GARCIA: ~El yacimiento posthallstáttico del Peñón del Rey. Una intrusión céltica
en plena zona ibl!rica». Villena, 2. Villena, 1952.
(401 M. ALMAGRO BASCH: •Sobre el origen posible de las más antiguas flbulas anulares hisp,nl·
caso. Ampurias XXVIII. Barcelona. 1966, pág. 215.
(41) E. CUADRADO: •La flbula anular hispánica y sus problemas>. Zephyrus VIII. Salamanca,
1957, páE. 5.
R. NAVARRO: •Las fibulas en Cataluña». Instituto de Arqneologla y Prehistoria, Universidad de Barcelona, publicaciones eventuales, núm. lB. Barcelona, 1970.
-
130 -
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COVA DEL CAVALL
"
En conjunto, tanto las urnas a torno como la hecha a mano, tenemos una fecha bastante homogénea de alrededor los ss. VI-V a. C.
Constituirían una fase paralelizable a los niveles protoibéricos de Vinarragell y al horizonte preibérico de Saladares, ambos previos a la
plena Cultura Ibérica.
III
COLLADO DE LA COVA DEL CAVALL
En esta necrópolis (Lám. I, 3) sólo se encontraron dos enterramientos.
PRIMER ENTERRAMIENTO
- Una urna incompleta sin decorar, de cuerpo piriforme y conservando el arranque de un asa doble,
la pasta es roji~o-amari!lenta y bastante granulosa; al t., 20 cm.; diám. máx., 22 cm. Wg. 11. n • 2).
- Una sortija de bronce rematada con do$ bolitas a modo de torques.
SEGUNDO ENTERRAMIENTO
- Urna de cuerpo globular alargado, cuello cillndricoy dos asas dobles: est~ decorada por frar\.Jas horizontales de pintura rojo vinoso en la parte del borde y en la mitad Inferior de la panza; en este
ültima franja se observan restos de dos llneas paralelas pintadas en negro; al t., 35 cm.; diám. boca,
19 cm.; dlám. máx., 29 cm.; dlám. base, 8 cm. (fig. 11. n.•l).
- Restos de una posible fíbula.
A la urna del primer enterramiento es dificil encontrarle paralelos, pues al faltarte el cuello y el borde diflcilmente se puede conocer
su forma exacta. Sirve de referencia para esta urna la sortija en forma de torque que se relaciona claramente con las pulseras de tipo céltico.
La segunda urna es más clara en cuanto a sus paralelos, puesto
que como hemos dicho antes es semejante a la del Puntalet. Asi, tenemos urnas de este tipo en Vinarragell, Saladares, Crevillente, Solsona,
Anglés, Quemados, Mogador, Rachgoun y Toscanos (42).
La diferencia existente entre ambas necrópolis estriba en la urna
hecha a mano. El que en el Collado no aparezca puede significar dos
cosas: o que han desaparecido, o que la necrópolis es más moderna y
la cerámica a mano ya no se utilizaba tanto.
{42) Ops. dts. natas 28 a 35. En 5alaliares. a las láms. citadas hay que añadir la XI, XII y
XXVII, todas con pintura blcroma y pertenecientes a las fases IB l. IB2 y IIB de los horizontes pro ibérico
e ibérico antiguo.
-
131 -
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Fig. 1 I .-CoUado de la cova del cav;lll,
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COVA DEL CAVALL
IV
CONSIDERACIONES GENERALES
Por las caracterlsticas apuntadas anteriormente, creemos que todos estos yacimientos quedan inmersos dentro de la época de transición del Bronce al Hierro. Esta problemática está recibiendo en la actualidad un nuevo impulso, como ya apuntábamos al principio de este
trabajo, pero presenta una mayor actualidad en el Pais ValenciA, por
una serie de cuestiones que veremos a continuación.
En esta zona se daba la circunstancia de que tras el Bronce Valenciano, cultura bastante pobre materialmente, surgia la rica Cultura
Ibérica, que suporúa una antítesis completa de lo anteriormente conocido. Aunque no se conocieran restos que dieran luz a una etapa de
transición entre el Bronce y lo Ibérico, no todos aceptaban la existencia de ese hiatus y pensaban que una serie de influencias exteriores
habían hecho derivar el Bronce en la Cultura Ibérica {43).
A pesar de que, últimamente, los descubrimientos de materiales
clasificables en esta época se están multiplicando, una plasmación
geográfica de los hallazgos de que tenemos noticia nos muestra la falta de ellos en la provincia de Valencia, frente a la proliferación e importancia de ellos en Castellón y Alicante. Con todo, y a la vista de los
materiales hallados en todo el País ValenciA, nos atrevimos a hacer
una pequeña división de la Primera Edad del Hierro {44). Una primera fase, Hierro I a, se caracterizarla por contener exclusivamente cerámicas a mano de tradición indoeuropea o procedentes de una evolución del Bronce, o ambas cosas a la vez, como sucede en la Cóva del
Cavall; la siguiente fase, Hierro 1 b, estaría caracterizada por la aparición de las primeras cerámicas a torno de tradición fenicia, que convivirían con las cerámicas a mano, aunque disminuyendo progresivamente de número.
Dado el vacío d~ hallazgos de la Primera Edad del Hierro en la
provincia de Valencia, nos pareció interesante el estudio de estos materiales, por constituir unos yacimientos casi únicos por el momento.
143) D. FLETCHER: •La Edad del Hierro en el Levanto español». IV Congreso Intarnacional de Ciencias l'rohistóricus y Protohistóricas. Zaraso~a, 1954.
M. TARRAllELL: •Ell'als Valenciano del NeoUtíco a la Iberización. Ensayo de síntesis». Anales de la
Universidad do Valencia, curso 1962-63. Valencia. 1963.
E PLA DALLESTER: ~El problema del tránsito de la Edad del Bronce a la del Hierro en la región va·
lonciana~. V Congreso Nacional de Arqueologia !Zaragoza. 1957). Zaragoza, \S59, pág. 128.
1441
MATA: Op. cit. nota l.
-
133 -
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"
Punto común a los tres yacimientos es su emplazamiento alrededor del cerro de S. Miguel (fig. 1 ), lo que induce a relacionarlos con
el poblado ibérico allí existente.
Partiendo de la Cóva del Cavall, se implica que el cerro de S. Miguel y sus alrededores estuvieron habitados desde antes del s. VII a.
C. hasta el s. I a. C. en que tennina el poblado de S. Miguel (45). Por
tratarse de yacimientos aislados y, en cierto modo, casuales, a excep-
ción de S. Miguel, no podemos afirmar que constituyan una evolución
lineal de la población, pero sí que representan momentos clave de la
etapa anterior a la Cultura Ibérica.
Por las características apuntadas en otro lugar de este trabajo,
creemos que la Cóva del Cavall pertenece a un momento algo evolucionado de la Edad del Bronce que, en un momento dado, recibe la influencia, no muy acusada, de elementos indoeuropeos. Sin profundizar en su estudio, podemos decir que el poblado del Pie deis Corbs (Sagunto) (46) seria análogo a la cueva; en este poblado, sobre un sustrato importante del Bronce aparecen unos fragmentos cerámicos ti picos
de los Campos de Urnas. Ahora bien, la técnica de surcos acanalados
que aparece en el Pie deis Corbs es más antigua que la técnica de incisión de la Cóva del Cavan (47). De todos modos, sólo un estudio completo de yacimientos de este tipo podría responder a las preguntas que
nos planteábamos cuando estudiábamos la Cóva del Cavan. Otro yacimiento similar, aunque posiblemente anterior a los citados, seria el
del Castellet de Barrial (48).
Los yacimientos tipo Vinarragell nos. plantean un problema aparte, ya que aquí los niveles inferiores muestran un substrato indoeuropeo más importante que el material que pueda considerarse como del
Bronce. En este caso se plantean varias cuestiones: este tipo de yacimientos, ¿es contemporáneo de los anteriores o es posterior?; si es
posterior, ¿corresponde a una segunda oleada de influencias o bien
se trata de las mismas gentes anteriores, pero más evolucionadas?
Esto enlazarla con el problema de la clasificación: los yacimientos
tipo Cóva del Cavall y Pie deis Corbs podrían terminar en niveles del
Bronce Final o bien del Hierro Ia. Esta cuestión enlaza tanto con la
falta de una periodización del Bronce Valenciano como con la falta de
145) D. FLETCHER: •Sobre los llmítes cronológicos de la cerámica pintada do S. Migunl de Liria•.
IV Con¡¡rcso Inlernacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas [Madrid, 1954). Zaragoza, 1956,
pág. 743.
(46)
ALMAGRO GORBEA: Op. cit. nota l, 1977.
{47)
Op. cit. nota 10.
[48) F. ESTEVE GI\LVEZ: •Un poblado de la Primera Edad del Hierro en la Plana do Castellón». Ampurias VI. Barcelona, 1944, pág. 141.
-
134 -
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COVA DEL CAVALL
excavación y estudio de más yacimientos pertenecientes a este conflictivo período de transición.
La fase posterior estaría representada por el Puntalet y el Collado,
necrópolis que corresponderlan a los niveles proto-ibéricos de Vinarragell; el horizonte pre-ibérico de Saladares y el nivel I del sector 1
del Castellar de Crevillente (49); así como la necrópolis de la Montalbana, que presenta urnas a mano y a torno (50).
Ahora bien, aunque las urnas del Puntalet y Collado sean de tradición fenicia, no está claro que provengan de una importación directa,
sino que, bien pudieran ser formas ya elaboradas por los pueblos indígenas (Andalucía, Vinarragell, Saladares).
De todos modos, estas cerámicas son representativas de una fase
inmediatamente anterior a la representada por el poblado de San Miguel y caracterizada por la aparición de las primeras cerámicas a torno de tradición fenicia que conviven con las cerámicas a mano en regresión frente a la generalización de aquéllas.
Aunque excede la finalidad de nuestro estudio, vamos a permitirnos dar una pequeña periodización del poblado de San Miguel para
tener una visión completa de la evolución que pudo haber seguido la
población de este cerro.
Dicho poblado presenta una primera fase de cerámicas a mano y
a torno sin importaciones griegas, que se localiza en la ladera SW. del
cerro (51). Esta primera fase, posiblemente, enlazaría con las necrópolis del Puntalet y el Collado.
Finalmente, tendríamos las fases con importaciones griegas y romanas, acabando en la época sertoriana (s. I a. C.l (52).
1491 A, GONZAJ.EZ PRATS: •Nota preliminar sobre el yacimic11to proto-ibérico de Crevillcnt"· provincia de Alicanteo. XIV Congreso Nacion~l de Arqueología (Vitoria, l 9751. Zaragoz~, 1977, pág. 071 y
Op. cit. notcl 30.
MESADO, Op. cit. nota ll.
ARTEAGA y SERNA: Op. dt. nota 25.
(50) A. GON7.ALEZ PRATS: •El campo de urnas de la Montalbana (Ares del Maestre, Castellón de la
Planal•. Archivo de Prehistori~ Lavantina, XIV. Valencia. 1975, pág. 113.
(511
PLA BALLESTER: Op. cit. nota 43.
(521
FLETCHER: Op. cit. nota 43.
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MATA.-la Cova del Cavall
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E. PLA BALLESTEE
M. GIL·MASCARELL
(Valencia)
UN INTERESANTE VASO DE LOS VILLARES
(Caudete de las Fuentes-Valencia)
El yacimiento de Los Villares se encuentra situado sobre una pe
queña colina, de forma achatada, que se levanta a quinientos metros
al sur de Caudete de las Fuentes y desde cuya cima se domina perfectamente la carretera Madrid-Valencia. Cuando en 1955 se visitó el
yacimiento por primera vez, la casi totalidad de su superficie se encontraba roturada y plantada de viñas, con la única excepción de la
parte más elevada, donde, según parece, nunca se dio cultivo profun-
do. Esta razón motivó que fuera elegida tal zona para realizar las excavaciones, así como que se adquiriera posteriormente, por la Diputación; en la actualijad se está procediendo a la instalación de una ~er
ca metálica, quedando así protegida de las depredaciones clandestinas e intacta para futuras campañas de excavaciones. El resto del yacimiento, como decíamos, ha sido destruido por las labores agricolas
resultando casi inservible para la investigación, aunque los materiales arqueológicos afloran con facilidad y de manera abundante cada
vez que se pasa el arado o se realiza cualquier tipo de trabajo agrícola, e incluso cuando tras 'una lluvia las aguas producen erosiones poniendo al descubierto restos ocultos hasta entonces. Como es natural,
los rebuscadores han frecuentado el yacimiento y sus hallazgos suelen ser fructíferos.
Las n·oticias de objetos aparecidos datan ya de antiguo y la-mayor
parte de los hallazgos fueron a parar a colecciones particulares que se
vendieron o se han perdido. Almarche ( 1) señala que ya en la mitad
(l)
F. ALMARCHE: •La antigua civilización illt\rica en el Reino de Valencia». Valencia, 1916, pág.
-
137 -
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'
E. PLA BALLES'I'ER y M. GIL-MARCARELL
del siglo pasado, Madoz da cuenta del hallazgo de un buen contingente de monedas y vasijas; así mismo, ofrece una relación de otros objetos encontrados en el yacimiento, entre los que destacaremos por su
importancia un lote de joyas de oro y plata que fueron vendidas en
19 13: entre éstas habia un collar de oro y parte de dos fíbulas de pla-
ta cuyos puentes estaban adornados con dos cabezas de caballo y
una figura humana y con una escena venatoria, respectivamente. La
atribución de estas joyas al yacimiento de Villares no nos merece
grandes garantías. Lo mismo podríamos decir del casco de plata (2)
cuya asignación a Sinarcas, a Villares y ahora, sin más fundamento, a
Caves de Vinromá, pone de manifiesto los problemas con que tropezamos a la hora de vincular estos hallazgos a un yacimiento concreto, lo
cual, por otra parte, es lógico dado que todas estas piezas estuvieron
en manos de coleccionistas, que, o confundieron las procedencias o
perdieron sus notas. Lo que sí es cierto, es que rebuscas posteriores no
han sido tan felices en el hallazgo de joyas, al menos que sepamos.
Durante estos últimos años, los vecinos de Caudete, Francisco Gabaldón Valle y Rafael Gabaldón Sierra, se han dedicado sistemáticamente a recoger los materiales que los trabajos agrícolas, lluvias y el
acaso, han ido poniendo al descubierto, materiales que han conservado en sus domicilios y que en la actualidad van a formar parte de un
pequeño Museo Municipal. Estos han estado a la disposición del Servicio de Investigación Prehistórica en todo momento y su dirección ha
encargado en la actualidad a un equipo de investigadores su estudio y
catalogación. Entre estas piezas se encuentra una vasija que por su
interés merece que le dediquemos el presente trabajo (3).
Pero antes de pasar a su estudio, creemos conveniente resumir los
resultados de las excavaciones efectuadas en Los Villares para poder
encuadrarla mejor tanto cultural como cronológicamente.
En el yacimiento se han realizado cuatro campañas de excavaciones por el Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación, cuyos resultados han sido publicados en notas preliminares (4).
121 J. MARTINEZ SANTA-OLALLA: ~cuco de plata céltico de la Edad del Hierro». Investigación y
Progreso, año VlU, Dúw. 1, Madrid 1934, pé.g. 22.
(3) En otra parte de este volumen se estudian cinco lmicripclontls ibéricas procedentes de este yac!·
miento, entregadas al S. I. P. por los 9Bilores Gabaldón. Véase D. FLETCHER: •Cinco inscripciones ibéri·
cas de Los Villares (Caudete de las Fuentes)~.
141 E. fLA BALLESTER: wActlv!dades del Servicio de Investigación Prehistórica (1946-i S55)». Ar·
chivo de Prehistoria Levantina Vl, Valencia 1957, pág. 21 J.
E. PLA l!ALLESTER: «Actividades del Se!'VIcio de Investigación Prehistórica (1956-i 9~0)~. Archivo
de Prehistoria Levantina DC, Valencia 1961, pé.g. 217.
E. PLA BALLESTER; «Vlllares», Bolet!n de Información de la Casa Hogar da Utiel y su Comarca, ario
III, núm. 26, Valencia 1961.
E. PLA BALLESTER: «Nota preliminar sobre «Los Vlllares(Caudete de las Fuentes)~. Crónica del VU
c. N. Arqueologla (Barcelona 1961), Zaragoza 1962, pé.g. 233.
D. FLETCHER: «La labor del Servicio de Investigación Prehlstórica y su Museo en el pasado 11ño
1959•. Valencia 1964, pág. 52.
-
138 -
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VASO DE LOS VILLARES
3
La zona escavada no es muy grande y se localiza en la parte más
elevada del cerro donde las labores agrícolas, como dijimos, habían
destrozado en menor medida el yacimiento. Se pusieron de manifiesto
tres niveles cuya síntesis es como sigue:
Nivel Superior. Pertenece a un poblado tipicamente ibérico, tanto
por sus estructuras como por sus materiales. Entre estos últimos destacamos la presencia de cerámicas áticas de figuras rojas así como de
barniz negro, las cuales permitieron fljar el fmal del poblado entre el
300 y 250 a. de C. El resto de los materiales tanto cerámicos como
metálicos siguen el esquema de nuestros poblados ibéricos.
Nivel Medio. Por debajo del anterior aparecieron otros muros y
cerámicas pertenecientes a vasijas hechas a torno con decoración
simple a base de franjas y filetes horizontales o a lo sumo de motivos
geométricos sencillos; en proporción semejante, existe también cerámica «arcaizante}) de pasta grosera y hecha a torno. No existen materiales áticos. Este nivel fue situado en el siglo V a. de C.
Nivel Inferior. Por debajo del pavimento anterior hecho de tierra
apisonada afloraron otros muros en muy mal estado de conservación
y cerámicas de pasta grosera pertenecientes a vasijas hechas a mano,
generalmente lisas excepto algunos fragmentos decorados con incisiones geométricas y cordones con impresiones digitales. Por sus características fue clasificado como perteneciente al Bronce Valenciano.
En la última campaña de excavaciones se observaron en algunas
pequeñas zonas restos de un nivel superior, cuyo estrato babia sido
vaciado en fecha indeterminada para igualar la superficie del campo
y hacerlo fácilmente laborable, estrato que se deduce de la existencia
de alguna moneda de época republicana que debió ocupar el yacimiento en fecha posterior a la deducida por la estratigrafia antes
mencionada.
Estos materiales ptocedentes de las excavaciones se encuentran
por estudiar a excepción de algunas cerámicas importadas (5), de
unas pocas bicromas (6), de un vasito de cerámica roja (7) y de varios
hierros (8).
151 G. TRIAS; •Cerámicas griegas de la Penlnsula Ibérica., Valencia 1967, pág. 32L
161 E. PLA BALLESTER y M." A. VALL: •Cerámicas policromas en los poblados ibéricos valencia·
nos»- Crónica del X C. N. Arq. (Mahón 1967). Zaragoza 1969, pi\g. 2B8.
171 E. CUADRADO: «Materiales ibéricos: cerámica roja de procedencia lndertED. Zephyrus IV, Sa·
!amanea !953, pág. 254.
(8) E. PLA BALLESTER: « ibéricos en la reglón valenclan11», Estudios de
Econom!a Antigua de la Pcnlnsula Ibérica. Barcelona 1968, pág. 143.
- 139 -
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'
E. PLA llAllESTER y M. GIL-MARCARELL
Las cronologías dadas son provisionales en espera de un estudio
más detenido del yacimiento. De lo que no cabe duda es que Los Villares, con sus tres niveles, continúa siendo un yacimiento clave para el
estudio de la etapa que va desde el Bronce Valenciano hasta la Cultura Ibérica plenamente formada, con todos los elementos que la estructuran y definen como tal.
Dentro de un momento de transición se inscribe, posiblemente, la
vasija decorada con incisiones que, hallada por Rafael Gabaldón, motiva el presente trabajo.
El vaso, reconstruido, es de perfil en forma de cazuela abierta con
reborde saliente ligeramente inclinado y base lo suficientemente aplanada para mantener el equilibrio; asa en cardan de corte semicircular
alargado con la cara curva en la parte externa y pequeñ.o orificio; su
decoración totalmente incisa se agrupa en dos zonas: en la parte de
encima del reborde y en el tercio superior del cuerpo. En aquella se
compone por una franja en zig-zag compuesta por series de cinco o
seis segmentos inclinados y paralelos entre si que llenan por completo
el borde; la otra zona decorada, está formada por amplia cenefa constituida por metopas, unas con ajedrezado inclinado con los escaques
alternando por cuadros de segmentos con otros lisos, y las otras metopas compuestas por columnas formadas por grupos paralelos de cinco
o seis líneas incisas verticales y lisas. Pasta gris clara con pequeño
desgrasante calizo y superficies alisadas con tonos variados que van
del gris oscuro al pardo claro. Mide: diám. máximo 193 mm., diám.
boca, 190 mm.; alt., 120 mm. (fig. 1 y Lám. I).
Desgraciadamente fue hallada de manera casual, desconociendo,
por lo tanto, su exacta localización así como su posición estratigráfica. Este hecho nos impide, como es obvio, su atribución a un nivel
concreto, privándonos de un elemento más para la cronología del nivel al que pertenecería, así como de conocer uno de los momentos en
que se producen influencias y préstamos exteriores. Datos estos, de
gran interés, dada la. problemática existente en el País Valenciano en
torno a lo que podríamos llamar Bronce Final-Hierro I (9).
(9) E. PLA DALLESTER: «El problema del tránsito de la Edad del Bronce a la del Hierro en la Re·
gión Valenciana». Crónica del V C. N. Arq. (Zaragoza 1957). ;'!aragoza 1959, pág. 132.
D. FLETCHER: ~La Edad del Hierro en el Levante espai\oll, IV Congrsao In ter. de Ciancias Prehistóricas y Protohistóricas. Madrid. 1954.
- 140 -
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VASO DE LOS VI!LARES
5
El vaso de Los Villares por sus rasgos morfológicos y tras su comparación con los hallazgos de otras zonas peninsulares donde el horizonte preibérico está defmido y sistematizado, como a continuación
veremos, presenta ciertos rasgos emparentables con éste a la vez qUe
posee otros que le son propios y característicos.
o
Fig. l.
En efecto, en los campos de urnas catalanes se observa a lo largo
del período una evolución en las formas cerámicas que ya desde las
urnas de cuerpo bicónico hacia fornias más globulares, llegando en
algunos casos a ser ovoides sin dejar de evidenciar basta el último
momento su primitiva forma bicónica. Esta tendencia ha sido seftalada, entre otros, por Maluquer (10), Palol (11) y Vilaseca (12). Para es-
(101
J. MALUQUER; d.aa culturas ballatatticu 8D Cataludu. Ampurlas VII-VIII. Barcelona 1946,
pág.JI5.
OlJ
P .. de PALOL: d.a necrOpollil ballatattica de Agullmu, Bibl. Prae-bistórlca Hispana, Madrid
1958, pág. 223.
(12) S. VILASECÁ: cReus y &u entorno en la Prebiatoriu. Asociación de Estudios Reusenses, Reus
1973, pág. 259.
-
141 -
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'
E. PLA BALLESTER y M. GlL-MARCARELL
tos autores una de las características fundamentales del momento
avanzado de la cultura de los campo de urnas son las vasijas de cuerpo globular en contraposición al perfil en S quebrada propia de los vasos precedentes, así las vemos en Les Obagues de Ulldemolins (13),
Colomina de Gerp (14), en algunas de Roques de San Formatge (15),
en Can Missert de Tarrasa {16), etc. Ahora bien, si en el perfil del
cuerpo encontramos alguna semejanza, no ocurre lo mismo con el resto de los elementos constitutivos del vaso: el galbo de los bordes suele
ser, dentro de su variedad, exvasado, recto o cUIVado; predominan
J.os pies altos; las asas son grandes y generalmente acintadas y, fmalmente, la decoración incisa, frecuente en los campo de urnas catalanas, difiere en cuanto a motivos y aspecto general del vaso que estudiamos. Quizá sea en los vasos de ofrendas donde podríamos encontrar los precedentes más exactos por su tamaño y forma, pero desgraciadamente éstos se encuentran menos sistematizados. A pesar de lo
cual Palol señala para Agullana una evolución que va desde los bicónicos con decoración incisa a los esféricos con tendencia al cuenco en
los tipos más modernos (17),
Los paralelismos del vaso de Los Villares con los de este mismo
horizonte .cultural en el Bajo Aragón, sin ser en ningún caso exactos,
presentan una mayor semejanza. Los perfiles bitroncocónicos suaves
tendiendo a globulares, los encontramos en Roquizal del Rullo (18)
donde la base suele ser plana o ligeramente cóncava; el asa, situada a
la mitad del vaso, de saliente perforado y finalmente predomina la decoración a base de incisiones formando motivos variados entre ellos
rombos rellenos de trazos incisos (19). El perfil con tendencia globular
y con el mismo tipo de asa lo encontramos también en Azaila (20) y en
(13)
las urnas
( 14)
1964-65,
(15)
Exc. Arq.
s. VILASECA: •El campo de Urnas de les Obagues del Montsant y la evolución de la cultura de
en el sur de CataluñYI. Arch. Esp. de Arq. 66, Madrid 1948, pág. 28.
L. DIEZ CORONEL: •La necrópolis de Colomina de Gerp (Lérida)•. Ampurias 26-27, Barcelona
pág. 71.
R. PITA y L. DIEZ CORONEL: ~La necrópolis de Roques de San Formatge en Seras (Lérida].
en España 59, Madrid 196!1,
(161 M. ALMAGRO: •Los campos da urnu en :Espa1l.W1 en Historia de :España dirigida por Menéndez
Pida!, T. l., Madrid 1952, pág. 161. flg. 122c.
(171 Ob. cit nota 11, núms. 44, 90 y 30 bis.
(181 J, CABRE: •Excavaciones en el Roquizal del Rullo, término de Fabera, provincia de Zaragoza,
dirigidas por don Lorenzo Pérez Temprano-. M. J. S. E. A. nUm. 101, Madrid 1929, Lám.lX, XII y XIII.
( 19) Ob. cit nota anterior, LAm. VIII.
(20) M. BELTRAN LLORIS: 1Arqueologla e historia de las ciudades antiguas del Cabezo de AlcaM
do Araila (Teruell~. Zarogoza 1967, flg. 11, núm. 606 y fig. 21, núm. 22.
-
142 -
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VASO DE LOS VILLARES
'
los cuencos de Cabezo de Monleón (21), Zafaras (22) y Tossal
Redo (23); las decoraciones a base de rombos en Escondinas Altas (24) y San Cristóbal de Mazaleón (25). Sin embargo estas incisiones
son siempre mucho más profundas, anchas y menos cuidadas que las del
vasc que nos ocupa asi como los bordes altos y abiertos, en el Bajo Aragón, difieren asimismo del nuestro.
Otra zona, que dada la situación geográfica de Los Villares, nos
seria de gran interés es la de la Meseta Sur y concretamente Cuenca y
Albacete pero por desgracia los hallazgos son escasos y mal conocidos. Así, en Cuenca, aparte la necrópolis de Las Madrigueras (26),
se sabe de la existencia de yacimientos de este momento, tales como Villar
del Horno, Villanueva de los Escuderos, Uclés, etc. (27) pero todos ellos
inéditos.
También podríamos encontrar semejanzas, más o menos aproximadas, en otras áreas tanto peninsulares como francesas, pero creemos que dado el carácter del estudio que realizamos y su finalidad,
los argumentos arriba esbozados son suficientes para situar el vaso
cultural y cronológicamente.
Hemos dejado deliberadamente para el final la zona del País Valenciano debido a su problemática especifica. Desde la publicación de
Pla Ballester (28) hasta nuestros días, los hallazgos pertenecientes a
este momento cultural, se han ido incrementando y aunque es prematuro intentar una sistematización de este periodo, podemos afirmar
que se nos presenta con una enorme complejidad a juzgar por las diversas influencias que se manifiestan las que quizá cristalicen en una facies propia que estamos todavía lejos· de definir.
(21) A. llELTRAN: •Prehistoria del Bajo Aragón». Zaragoza 1965,_p~g. 130.
l'. JORDA y V. DURBAN: «Una nueva estación de cerámica axdsa, El Vado (Caspel•. Crónica del Il C.
N. Arq. (Madrid, 1951). Zaragoza 1955, pé.g. 363, fig. l.
A. BELTRAN: •Avance sobre la ceré.mica excisa del Cabezo de Monleón, Caspeo. Crónica del IV C. N.
Arq. (Burgos 19551. Zaragoza 1957, tipo 1 y 2.
(221 M. PELLICER: .Zé.foras, nuevo yacimiento con ceré.mica exclsa en Caspa•. Crónica del V C. N
Arq. (Zaragou 19571. Zaragoza 1959, fig. 3.
(231 P. BOSCH GIMPERA: •Campanya arqueol<'Jglca de I'Instltnt d'Estudis Catalana allimit da Catalunya i Aragó». AIEC, 1913-14, pé.g. 822, fig. 59 a.
(241 P. BOSCH GIMPERA: «Les investigacions de la cultura ibérica al Baix Aragóo. 1\.IEC 1915·¿0.
644! nll. 456.
páB.
(25) Ob. cit. nota anterior, pé.g. 644.
(26) M. ALMAGRO GORBEA: tLa necrópolis de las Madrigueras!. Bfbl. Praehlstorica Hispana. vol.
X, Madrid 1969.
(27) M. OSUNA: d'oblamfento primitivG en la provincia de Cuenca (Paleolítico a romani~ación)•.
Revista cuenca núm. 7, Cuenca 1975, sin paginación.
128
Ob. cit. núm. 9.
-
143 -
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8
E PLA BALLESTER y M. GIL·MARCARELL
L1.s incisiones como motivo decorativo están ausentes, salvo excepciones, en el Bronce Valenciano, reapareciendo en su momento final y siendo ya frecuentes en horizontes preibéricos. Las encontramos
:mr ejemplo en los yacimientos de Castellet (29), Torre de Foyos (30),
vinarragell (311, Cova del Cavall 1321, Mola d'Agres (331 y Villena (341.
tiliora bien, la técnica y los mismos motivos varlan considerable~
mente entre unos y otros yacimientos (35) pudiendo incluir el vaso de
Los Villares entre aquellos cuya técnica es más cuidada y los motivos
más complejos y elaborados.
Si la decoración encaja dentro de este momento, no así su forma.
Esta, por el contrario, la e~contramos en el nivel superior, ibérico, del
mismo poblado, en vasos hechos a torno, sin asas, de borde vuelto hacia afuera y con el cuerpo globular, habiendo perdido su primitiva
forma bitroncocónica.
Como conclusión a lo dicho hasta ahora, podemos afirmar, que
nos encontramos ante una fonna cerámica de tradición Bronce Final-Hierro I como lo evidencia su forma globular con rasgos de las bitroncacónicas, el tipo de asa y su decoración incisa. Por la forma del borde,
por la técnica de las incisiones, por el motivo decorativo y finalmente por
su aspecto general creemos que la podemos incluir en un momento avanzado de aquella etapa.
El problema se plantea a la hora de darle una cronología absoluta.
Atendiendo a la estratigrafia del yacimiento, no cabe duda que debe
situarse entre el nivel inferior y medio. En aquel existen,junto con cerámicas características del Bronce Valenciano, otras incisas pero realizadas de modo más tosco y descuidado que el vaso que tratamos, lo
que nos inclina a considerarlas de cronología más antigua. Por otra
(29) f. ESTE VE: rUn poblado de lo. primara Edad del Hierro en la Plana de Cas!ellón.. Ampurias 6,
Barcelona 1944, pág. 141.
(30) M. GIL-MASCARELL: «La Torre de Foyos ILlucena, Costellól. Elementos para su cronologi~L>.
En prensu.
(31) N. MESADO: oVlnarragell (Burrlana-Ca"stellónl~. Trabajo Varios del S. l. P. núm. 46. Valencia
1974..
1321 Véase en este misma volumen C. MATA: d.a cova del Ca.vaU y 11noa enterramientos en urnas
de Liria (Valencia)~.
(33) VéB91! en este mhmo volumen CENTRE d'ESTUDIS CONTESTANS: 1La Mola d'Agres».
(34) J. M. SOLER: JEL tesoro de Villenal. Exc. A.rq. en España, 36, Madrid 1965.
(35) No es este ellug~r de analizlll' estas difeNinclas y sus posibles causas sino simplemente dejar
constancia de! hecho.
'
- 144 -
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VASO DE LOS VILLARES
'
parte, en el nivel medio, hoy por hoy, sólo han aparecido cerámicas a
torno. El vaso rio encaja, pues, plenamente en ninguno de los dos niveles. Ante ello, y teniendo en cuenta los elementos analizados hasta
p.hora, creemos, que no resultaría aventurado situarlo a lo largo del
siglo VI a. de C. lo que equivale a incluirlo o bien en el momento final
del nivel inferior o bien en el inicio del medio.
-
145 -
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PLA-Gil MASCA RELL-Vaso de l os Villares
LAM. 1
...
--
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HELENA BONET
(Valencia)
FRAGMENTO DE ROSTRO, DE TERRACOT~
PROCEDENTE DEL POBLADO I BERICO
DEL CASTELLET DE BERNABE
(L iria)
El presente trabajo pretende dar a conocer un fragmento de rostro de terracota, hallado en el poblado ibérico del Castellet de Bernabé, tras una prospección llevada a cabo por el Departamento de Arqueología de la Universidad de Valencia, en diciembre de 1974. Dado
el interés de la pieza y a pesar de tratarse de un pequeño fragmento,
n os h a parecido importante dar su noticia, así como la de los materiales hallados en dicho sondeo, que se encuentran hoy depositados en el
Museo de Prehistoria de Valencia.
El yacimiento donde fue encontrada la terracota está situado en
el término municipal de Liria, a seis Km. de Casinos y 500 m. de la carretera de Alcublas, en un pequeño montículo alargado en suave pendiente hacia el Norte y a una altitud de 400 m. sobre el nivel del mar.
Se trata de un núcleo de población de dimensiones reducidas de car acterísticas muy similares al p oblado ibérico de la Rochina ( 1) y que
conserva todavía casi completo el recinto amurallado.
El Castellet de Bernabé forma parte del conjunto de poblados ibéricos de la comarca de Liria, que constituye la ruta natural que va
desde la costa a las tierras del interior (fig. 1). Este tipo de poblamiento ha sido estudiado por M. Gil Mascarell (2) , dando la denominación
de «caseríos» a poblados como Rochina y Castellet de Bernabé, por
una serie de caracteristicas como: sus reducidas dimensiones y el es(1) D. FLETCHER VALLS: «Poblado Ibérico de Rochina•. Atlantls (A.M.S.E.A.E.P.) XV. Madrid,
1940, pág. 125 y SS.
(2) M. G!L-MASC ARELL: •Yacimientos lbéric:>s de la región valenciana. Estudio del poblll!lllento•.
Valencia, 1971, págs. 787-898.
-
147 -
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H. "BON:&T
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
tar enclavados en cerros de poca altura, sin posibilidades defensivas,
por lo que están rodeados de murallas. Estos caseríos se encuentran
igualmente en el valle de Albaida y alrededores de Játiva y Sagunto, y
suelen ser siempre poblados de época avanzada.
Esta zona, Liria-Casinos, es bien conocida gracias a sus primeros
exploradores, N. P, Gómez Serrano y E. Lluch, referencias verbales de
los hermanos Muñoz y Sagaseta Jarrfn, y, sobre todo, a las numerosas
exploraciones y publicaciones del Servicio de Investigación Prehistórica (3).
\
\
.. '··
Fig. 2.-Distlntas posiciones de la terracota del Ca1tallet de Bemabé.
(T. n.l
La pieza de la que damos noticia constituye la parte central del
rostro de una figura de terracota fracturada horizontalmente por la
mitad (fig. 2 y Lám. I). Mide 8 cm. de alto, 4 cm. de ancho y 0'9 de espesor. La pasta es de arcilla marrón oscura, sin desgrasante aparente,
aunque no parece de calidad muy fina. Está fabricada con molde,
hueca en la parte interna y trab¡;ijada sólo por la parte de delante, como la mayorla de las terracotas.
(3) N. P. GOMEZ SERRANO: •Secdó Antropologi11 i Preb.istOrhu. Aoales del Cent.ro de Cultura Valencillllll, IV, n.o 6-9. Va.lenci11, 1931, plig. 76.
E: PLA BALLESTER: «Actividades del S.I.P.1. Archivo de P.rehlatorla Levantina, II. Valenc!11, 1945,
plig. 361.
D. FLETCBER VALLS: «Exploraciones arqueológicu en la comarca de Casinos~. Trabl\los Vi!rlos del
S. I. P., n.o 10. Valend11, 1947, pégs. 66-87.
- 149 -
[page-n-174]
4
H. BONET
En la superficie externa se aprecian restos de decoración. La figura está recubierta de un engobe blanco, obtenido con tierra blancuzca
diluida en forma de barro acuoso (4), sobre el que se han pintado doS
bandas muy fmas de color marrón en la barbilla y otra, casi inapreciable, debajo del ojo derecho.
A pesar de su reducido tamafto, se distingue perfectamente la barbilla, boca, nariz y el inicio de las órbitas oculares. El rostro, de aparente fonna ovalada, presenta una boca pequeña, fruncida, de labios
bastante gruesos. La nariz es recta, fina, sin resaltar las aletas y con
dos orificios pequeños. Por el arranque· de los ojos se puede adivinar
que serían almendrados, pequeños y algo salientes. La barbilla y las
mejillas son redondeadas y carnosas.
Es importante resaltar el aspecto global de la figura, de trazos
sencillos, elegantes y bien moldeados, que le confieren un aire claramente helenizante y de gran belleza.
A la hora de intentar establecer posibles paralelismos, tropezariios
con. dos tipos de dificultades: de un lado, la falta del resto de la pieza
que nos daría una idea sobre el tocado, adornos, etcétera; de otro, el
hecho de que la mayoría de las piezas similares omiten datos sobre su
conte?CtO arqueológico.
El lote rilás importante, en la Península, de figuras de terracotas
está constituida por los exvotos del Santuario de la Serreta de Alcoy.
Vise do (5) distingue dos series, la primera de técnica más rudimentaria y aspecto caricaturesco y la segunda formada por figuras y cabezas de arte más elaborado y bello. Considera las dos series, aunque
muy distintas, .pertenecientes a la misma época (plena romanización,
siglo I), observando "en la segunda influencias de marcado carácter romano. Llobregat (6) dice que son fechables después del siglo III al II, y
da una tipología más variada de influencias: helenísticas, orientales y
romanas.
Hemos seleccionado dos cabezas o bustos depositados en las vitrinas del Museo Arqueológico de Alcoy, que presentan afinidadeS con la
pieza del Castellet de Bernabé. La primera de ellas es un busto femenino {Lám. II, A), de 13'5 cm. de altura, 5'4 de ancho y 0'8 de esp~sor,
hecho de pasta marrón clara, sin desgrasante, y de superficie porosa
(4/ A. BAI.IL: ~Sobre el uso de los protomos femeninos de terracota t~n el mundo griego,. Palma de
Mallorca, 1973, págs. 135-137.
15) c. VISEJJO MOLi'O: «Excav¡wlonas en ol monto de la Serrota de Alcoy 1All~ante)•. M. J. S, E. y
A., n.• 41, Madrid, 192!: n.• 45, Madrid, 1922; n.• 56, Madrid, 1923.
C. VlSEDO y V. PASCUAL PEREZ: •Unos fragmentoB ceréw.icos de la Serrota de Alcop. Trab~os Va·
rios del S.I.P., n.• tO. valencia, 1947, págs. 59-63.
[6) E. LLOBREGAT: •Las relaciones con Ibiza en la prGtobistorla Valencian11. Freblstoria y Arqueologia de las Islas Baleartls>. Vl Symposlum de Prehistoria Penlnsul!U". Barcelona, 1974, págs. 291-320.
- 150 -
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
5
y erosionada. Está fabricada con molde, hueca por detrás. La figura
lleva tOcadO, el cabello le cae hasta los hombros y se pueden ver algo
los adornos del vestido; sin embargo, el mal estado de conservación
no pennite ver claramente los rasgos del rostro. Los ojos son grandes
y están incisos los párpados y pupilas; la nariz, rota, le da un aspecto
aguileño que rompe con su estilo clásico; los labios están muy erosionados.
La segunda figura (Lám. TI, B) es un rostro de 9'9 cm. de altura,
7'4 de ancho y 0'9 de espesor, hecho a molde y hueco por detrás, de
pasta marrón clara y con la superficie externa del rostro llena de concreciones de barro. :La nariz está rota, pero aún se pueden ver los dos
orificios, los ojos almendrados y las cejas son perfectamente apreciables y los rasgos de la boca, a pesar del rictus sonriente, se asemeja en
gran manera a la de nuestra pieza.
Otra terracota de gran interés es una mascarilla hallada recientemente en las excavaciones realizadas por el S. I. P. en la necrópolis
del Corral de Saus (Mogente), y expuesta en el Museo de Prehistoria
de Valencia. La mascarilla (Lám. I1, C), hecha a molde, es de forma
discoidal, y representa un rostro de divinidad femenina. Mide 11 cm.
de diámetro, de pasta marrón clara y superficie grisácea. Presenta
una barbilla un poco saliente, boca fruncida, nariz fina y recta y ojos
salientes algo erosionados. Sabemos, gracias a la amabilidad de J.
Aparicio, que la mascarilla funeraria fue hallada entre los niveles removidos de la necrópolis, por lo que para su cronologia nos tendremos
que limitar al estudio global del yacimiento (7).
En el Museo de Ullastret {8) se encuentran una serie de terracotas
procedentes de dicho poblado, entre las cuales cabe destacar una cabecita de claros rasgos helenísticos (fig. 3). Oliva Prat señala que son
frecuentes las figuritas para ornamento del hogar o de rito funerario;
sin embargo, tampoco disponemos del contexto arqueológico ni del lugar exacto del hallazgo.
(7) D. FLETCHER y E. PLA: •Las escultuns en piedra da El Corral de Sauo. Bellas Artes 74, ado V.
n, 0 36. Madrid, 1974, págs. 38-39.
E. PLA BALLESTER:
2,° Campaña>. Noticiario Arqueológico Hispánico; Pnhistoria, 5. Madrid, 1976, págs. 395-391.
E. PLA BALLESTER: eLe necrópolis ibérica con sepultura-de empedrado tumular del Corral de Saus
(Mogenta)o. XIV, C. N. A. (Vitoria, 1975). Zaragoza,· 1977, pégs. 727-738.
D. FLETCBER y E. PLA: cRestos escultóricos da la necrópolis ibérica de Corral de Saus \Mogenta, Valenda)n. Revista de la Univera!dad Complutense, XXV!, n.• 109 (homenaje a Garcia y Bellido, vol. III).
Madrid, 1977, págs. 55-62.
D. FLETCHER: eLe necJ:"ópolis ibérica de Corral de Saus (Mogente, Valencla}J. Folleto publicado por el
S. I, P. Valencia, 1977.
(8) M. OLIVA PRAT:
E. Gerundenses, X. Gerona, 1955, pág. 407.
M. OLIVA PRAT: cUllastret. Guíe de lll8 e:Kcavaclones y su Muaeo•. Diputación PJ:"ovfncial de Gerona,
1970.
- 151 -
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6
H. BONET
Hallamos también claros paralelismos con otro fragmento de cara, procedente del poblado ibérico del Castell (Almenara), y que forma
parte de un pebetero en forma de cabeza femenina (9). Se caracteriza
por una nariz fina, recta, un gran ojo de forma almendrada y boca entrea])ierta. La arcilla es de color amarillenta, depurada y de tacto rugoso. Dim., 69 mm. de altura-y 47 mm. de anchura máxima. E. Sanmartí y F. Gusi la sitúan dentro de los pebeteros del grupo A de la tipologíB. de A. M. Muftoz (lO) y relacionada con e1 área de expansión
catalana-mediterráneo desde el Pirineo al Ebro.
Fig. 3.-Cabecita del poblado da Ullaatret.
(T.
n.J
Dentro de la serie de pebeteros de cabeza femenina, estudiada por
A. M. Muñoz, destacamos uno de A.mpurias (tipo II), de 17 cm. de altura, arcilla fina, nariz recta, ojos grandes y boca ligeramente abierta. Caracteres semejantes muestran otros thymiateria, siempre en relación con modelos griegos helenisticos, que se parecen en muchos
rasgos a la terracota del Castellet de Bernahé. Sin embargo, A. M. Muñoz destaca el grave problema existente entre dichas figuras para distinguir los tipos grequizantes de influencia griega o sicillota, los tipos
(91 E. SANMARTI y F. GUSI: fNuevos materiales procedentes del pobladOJ ibérico del Castell (Almenara)f. Cuadernos de Prehlstorlit Y Arqueologla Castelloneil!le, n.• 2. Castellón, 1976, pága. ·167-170.
(101 A. M. MuftOZ: «Pebeteras ibéricos en forma decabez.a femenina.. Publicaciones eventuales n.•
6 dol Instituto de Arqueologla. de la Universidad. Barcelona, 1963.
-
152 -
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
'
de influencia púnica y el grupo de imitaciones, a lo que habría que
añadir el problema cronológico que supone la larga perduración de
las piezas, desde el siglo IV al II a, C.; E. Llobregat (11) considera la
mayoria de thymiateria de la provincia de Alicante de procedencia
ibicenca, aunque de claro origen greco-siciliota.
El lote de terracotas de Ibiza es un constante tema de estudio,
donde, poco a poco, se van vislumbrando los diferentes estilos e influencias de corrientes helenísticas en el mundo púnico ( 12). En los
últimos años se está dedicando una gran atención a las posibles influencias de dicho mundo púnico en la costa de la Peninsula. E. Llobregat (13) señala cómo se ve en Ibiza un aumento gradual del porcentaje de piezas de influencia griega a partir del siglo VI a. C., siendo
muy alto en los siglos V-IV a. C., influencia que perdurará hasta la
unificación del Mediterráneo por Roma. El enlace entre este mundo
púnico y Grecia serlan Sicilia y Magna Grecia, donde a partir del siglo
IV los coroplastas producirán versiones locales de estilo severo, llegando a ser los centros de mayor producción.
Si comparamos la terracota del Castellet de Bernabé con las figuras de Ibiza, siguiendo la catalogación de M. Tarradell (14), hallaremos mayores afinidades con el segundo grupo caracterizado por ser
bustos femeninos donde pesa menos la tradición púnica y las corrientes griegas son más fuertes, hasta el punto de parecer importaciones.
Dentro de este estilo griego, distingue tres corrientes estéticas: una jónica de tradición arcaica, otra radia y una tercera siciliota-itá1ica, ya
posterior.
De dicha catalogación nos inclinamos por el último grupo para establecer los paralelismos más próximos, y, sobre todo, con las figuras
correspondientes a los números 42 y 52 de la catalogación.
El número 42 es un busto femenino con kalathos, procedente del
Puig dels Molins, de 25 cm. de altura, y que se encuentra en el museo
Arqueológico de Ibiza. La cara, como todo el conjunto, tiene un aspecto muy griego, siendo una de las piezas en que se ve mejor la influen[11) LLOBREGAT; O. c. nota 6.
(12) A. M. EISI; •Le terracote figurate di tipogreco·púnico di Ibiza. Museo de Cau Ferrat a Sitgeso.
Rívista di Studi Fenid, 1973.
J. M. BLAZOUEZ; •Terracotas púnicas de Ibiza>. Rlvista di Studi Fenici, 1973.
M. E. AUBET; •Algunos aspectos sobre iconografla púnica. Representaciones aledas de Tanit». Revis·
ta de la Univ~rsidnd Complutense, vol. XXV. n.• 101 (homenaje a Gardn y Bellido, vol.ll. Madrid, 1974
pá¡¡s. 61-82.
M. TARRADELL; •Figurillas de terracota púnicas de Ibiza•. Barcelona, 1974.
E. JCUKHAN; •Busto femenino de terracota de origen radio en el ajuar de una tumba ibicenca>. Archl
vo España\ de Arqueologla, val. XXX. Madrid, 1957, págs. 3-14.
(131 LLOBREGAT; O. c. nata 6.
[14) TARRADELL: O. c. nota 12, pág. 45.
••
-
153 -
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8
H. BONET
cia helenística en una fase más avanzada que en las que reflejan tradición jónica (15). El número 52 es una figura femenina, de pie, de 52
cm. de altura, procedente del Puig deis Molins y depositada en el Museo Arqueológico de Barcelona. El modelo es de clara influencia griega, posiblemente, siciliota.
En el Museo de Prehistoria de Valencia hay una interesante colección de terracotas procedentes de Ibiza, que han sido estudiadas por
C. Picard ( 16). La autora distingue cuatro series principales, agrupadas por afinidades de forma y estilo. De estas series, en el segundo
grupo, denominado bustos, hay una cabeza (n.o 17 de la catalogación,
Lám. II, D) de 11 '3 cm. de altura, que presenta la forma de la cara
ovalada, boca pequeña fruncida, ojos almendrados y nariz recta, aun-
.-------~-------
''
'
Fig. 4.-Planta del poblado ll,el Cutellot do Bernabé. S:. sondeo realizado en 1974.
que muy rota en su extremo. La pasta y superficie son de color beige
claro y de aspecto poroso.
Los materiales de que a continuación vamos a hacer mención fueron hallados junto a la figura de la terracota en un pequeño sondeo
realizado en el lienzo Este de la muralla, derrumbado y destrozado
por buscadores clandestinos en numerosos sitios {fig. 4). El material
fue muy abundante en cerámica, destacando la buena calidad de las
pastas, paredes finas y, sobre todo, la riqueza de fragmentos decorados. La cerámica tosca de pastas oscuras y con abundante desgrasante era mucho más escasa.
(15) TARRADELL: O. c. nota 12, pég. 134.
( 16) C. PICARD: •Figuras de terracota del Museo de Prehistoria de
ria Levantina, XIII. Valencia, 1972, pág. 81.
-
154 -
Valencia~.
Archivo de Prehisto-
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
9
La decoración de fragmentos es siempre de tipo geométrico, a ha-.
se de bandas, círculos, zig-zag, líneas ondulantes, rombos, segmentos,
etcétera (fig. 5). No ha aparecido ningún fragmento de temas florales
o humanos; sin embargo, esto no es significativo, pues la proporción
de estos temas siempre es inferior respecto de los geométricos, máxime si tenemos en cuenta las reducidas dimensiones de la cata.
En cuanto a las fonnas de la cerámica decorada, el estado fragmentado del material no pennite más que la reconstrucción parcial
de Wl kalathos de paredes rectas y decoración geométrica (fig. 6-C).
Otras formas serian: un plato con decoración de bandas en la cara interior y exterior {fig. 6-B), un plato con decoración interior a base de
filetes (Fig. 6-A), un vaso y una copa igualmente decorados con bandas paralelas (fig. 7-A y C) y una posible botella decorada con círculos, bandas y líneas ondulantes (fig. 7-B).
Dentro de la cerámica sin decorar hay que destacar dos bordes de
ánfora, así como formas comunes de tinajas, vasos, platos, copas,
etcétera {fig. 8). De cerámica importada no se encontró nada.
De barro cocido, aparte de la figurita de terracota, se hallaron
una treintena de pondera, todos juntos, más o menos amontonados
(fig. 9). El tamaño medio de las piezas es de 13 x7 x4 cm., de forma
troncopiramidal, de base rectangular y sin presentar ningún tipo de
marca. Junto a estas piezas de telar hay que destacar una fusayola
troncocónica, de cabeza con reborde, decorada con líneas muy finas
entrecruzadas, de color marrón grisáceo; mide 2'5 de alto y 2'5 de
hase (fig. 1O). Es interesante un fragmento cóncavo de exacta pasta a
la de la figura, as! como la superficie, también recubierta de engobe
blanco y con una banda y manchas de color marrón; su estado de
conservación es mejor que el de la figura (fig. 11); este fragmento tiene
un lado romo, sin presentar fractura, por lo que sin lugar a dudas
sería un borde de la figura, aunque no podemos determinar de qué
parte; por el tipo de curvatura podria ser la base o, en el caso de ser
un pebetero, la parte superior.
De todo este material que acompaña la terracota se puede afinnar
con certeza que pertenece al mundo ibérico y a una época ya avanzada. El tipo de kalathos de paredes rectas nos lleva a unas fechas
tardías y con claros paralelismos con otros centros, corno San Miguel
de Liria, Monravana, Serreta, Tossal de Manises, Rochina, dándonos
una fecha de finales del siglo II al I a. C. (17). El tipo de fusayola también se da en poblados de época avanzada, siendo para los yacimien1171 S. NORDSTROM: "La ceramique peinte ilierique de la provine e d" Alicante~. l Act. Universitatis
Stockholmien•is. Stockholm Studies in Classical Arcbaelogy, 1969.
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155 -
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H. BONET
10
Fig. 5
-
l56
(l/2)
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FRAGMENTO DE TERRACOT!
·_..
A
•
Fig. 6.-A-B: Borde y base de plato.
C: Base de kalathos.
¡¡k,
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H. BONET
Pig. 7.-A: Borde de vaso.
B: Cuerpo de botella.
C: Borde de vaso.
(l/2)
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
toS de la primera época más corriente los tipos esféricos y bitroncocónicos acéfalos. Por otro lado, la cerámica decorada con temas geométricos perdura hasta la plena romanización, y el hecho de no haber
aparecido temas florales y humanos ya ha sido explicado en lineas
anteriores.
Es evidente que la terracota, junto con los materiales ya descritos,
apareció «in sitw dentro de tma habitación del poblado, como lo de-
A
'
'
Fig. 8.-A y B: bordes de vasos.
C y D: bordes de ánforas.
E y F: bases.
G: borde de copa.
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(1/2)
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.H. BQNET
muestra el marcado carácter doméstico de algunas piezas; pesas de
telar y fusayola.
A. M. Muñoz (18) señala que la aparición de terracotas en las casas es un hecho tardio; en un principio serían de carácter votivo, pero
después fueron empleadas como ornamentos. Por otro lado, Balil (19)
.•
'•
,.
'
'
Fig. 9.-Pesa de telar.
( 1/2)
considera las terracotas de habitación de carácter votivo y que
debían estar concebidas para colgar de la pared.
Nosotros nos encontramos cOn el problema de no poder afirmar
qué tipo de pieza constituía la figura del Castellet de Bernabé, debido
al reducido fragmento que tenernos. El pequeño borde cóncavo. sin
(18!
119)
MU~OZ: O. c. nota 10.
BALIL: O. c. nota 4.
-
!liD -
[page-n-185]
FRAGMENTO DE 'TERRAC07A
duda perteneciente al rostro, invalida que sea una mascarilla de col~
gar, pues suelen ser planas y de borde recto. Por otro lado, decir que
la figura pertenece a un thymiaterion, basándonos en el fragmento
mencionado, cmno posibla base o parte superior del kalathos no nos
Fig. 10.-Fusayola decorada.
·..
U/S)
~··
Fig. l l.-Fragmento de terracota.
0/2)
parece razón suficiente, por lo que nos inclinamos a clasificar el ros~
tro del Castellet de Bernahé como una cabeza o busto de carácter voti~
vo. Este tipo de exvotos es muy corriente en los poblados ibéricos,
aunque la vartedad de estilos es muy grande,
.,
- 161 -
[page-n-186]
16
H. BONET
En cuanto a los posibles paralelismos, se ha visto que la figurita
muestra afinidades con piezas, todas de carácter helenfstico, y dentro
de esta corriente, con influencias greco-siciliotas o de estilos más
tardíos, helenizantes.
Lo que resulta más dificil de precisar es si se trata de una producción local imitando los modelos clásicos o si es una pieza dé importación. En muchos poblados ibéricos se encuentran imitaciones, sobre
todo, alrededor de los grandes centros como Ampurias, Alicante, etcétera; sin embargo, para poder afirmar esto haría falta un estudio de
las diferentes pastas de las terracotas. De todas formas, el hecho de
que la terracota apareciese con materiales domésticos y en una habitación indica que no es una pieza de envergadura, sino una imagen o
figura de carácter votivo~ornamental de uso privado y que seguramente sería de fabricación local para servir las demandas de la población.
Finalmente, hay que resaltar el hecho de que el contexto arqueológico de la figura nos pennite fecharla con cierta seguridad, ya que
este tipo de poblado y sus materiales nos dan una cronología avanzada (siglo JI-I, o incluso de plena romanización, como ocurre en la mayoría
de poblados de esta zona).
-
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BONET.-Fragmento de terracota
Distintos ángulos del rostro de la terracota del Castellet de Bemabé
(T. n.)
LAM. 1
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BONET.-Fragmento de terracota
LAM. 11
A y B: Terracotas procedentes del Santuario de La Serreta (Aicoy) (Museo de Alcoy)
C: Terracota de la necrópolis de Corral de Saus (Mogente) (Museo de Prehistoria de Valencia)
O: Terracota de Ibiza (Museo de Prehistoria de Valencia)
(T. n.)
[page-n-189]
JERONIMO MOLINA GARCIA
(Jumilla)
URNA DE OREJETAS PERFORADAS PROCEDENTE DEL
PASICO DE SAN PASCUAL (Jumllla)
El Pasico de San Pascual es una pequeña ermita situada al borde
derecho de la carretera que conduce desde Jumilla al monasterio de
Santa Ana del Monte, ermita levantada a 1.200 m. al sur de la ciudad, en el lugar donde la tradición afirma que San Pascual Bailón
tenía por costumbre meditar en los descansos que hacía antes o después de sus ascensos al monasterio, en el que residió repetidas veces.
El lugar es llano, relleno del cuaternario reciente, plantado de olivos y viña, propiedad de don Antonio Diaz Jordán.
En los primeros dias de enero de 1966, al proceder a arrancar viejos olivos para convertirlos en leña, en un lugar situado a unos 60 m.
al sur de la mencionada ermita, apareció una vasija cerámica con
restos de huesos en su interior, siendo recogidos sus trozos por don
Antonio Tomás Requena, haciéndonos entrega de los mismos.
Constituían estos fragmentos la base de una vasija globular con
parte de la panza, y algunos trozos que no completaban, por lo que al
visitar el lugar, procedimos a cribar las tierras en colaboración con
don Luis Canicio Canicio, consiguiendo la casi totalidad de los frag mentos que faltaban. Según manifestaron los obreros que arrancaron
el olivo, la vasija estaba a unos 60 cms. de profundidad, junto a la cepa de un gran olivo, inclinada hacia afuera por el empuje del ensanchamiento del tronco; la urna fue destrozada por los golpes del pico,
en sus dos tercios superiores, hasta que se apercibieron de su presencia, comprobcu;¡do entonces que contenía restos de huesos quemados y
unos fragmentos metálicos indeterminados, desaparecidos antes de
nuestra intervención. También se nos informó de la aparición de restos de vasijas al lado de la carretera, pero no pudimos localizarlos,
-
163 -
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2
J. MOLINA GARCIA
por lo que ignoramos si se trataba de un enterramiento aislado o de
una verdadera necrópolis, que no creemos que hubiera podido pertenecer al poblado ibérico de Coimbra del Barranco Ancho, ya que éste
se halla a más de 3 Kms. del lugar del hallazgo de la urna q'J e aquí
reseñamos (1).
El material recogido consta de:
Urna cineraria bitroncocónica (fig. 1 ), de tendencia oval, de
conos iguales convexos, el inferior algo remitido cerca de la
base, para formar ésta; pie bajo, redondeado, cóncavo; asas
bífidas, en puente, de sección cilindrica, con orificios en la
parte superior, donde hadan asiento sus respectivas orejetas perforadas de la tapadera, la que tiene cogedor discodial
ligeramente cóncavo, con botón central. Pasta rojiza anaranjada, decoración en rojo vinoso a base de bandas y filetes; en la zona de las asas, profusión de columnas de cortos
trazos horizontales que también las invaden, y asidor relleno. Tipo semejante a la núm. 24 de la necrópolis de La Solivella (2). Muy fragmentada, reconstruida, se conserva en su
totalidad, siendo sus medidas las siguientes:
Alt., 27 cms.
~ boca, 14' 5 cms.
'/J máx., 25' 5 cms.
Núm. de Inv. , 2.469 del Museo Municipal de Jumilla.
En este mismo Museo se conservan dos fragmentos de otras urnas
de orejetas halladas en el «Cerro del Castillo», asiento de la primitiva
villa de Jumilla, y otro fragmento de «La Marquina», a 7 m. de profundid ad, al SW. de la población,. hoy ocupado por la barriada de SanAntón (3).
111 J. MOLINA GARClA, M. C. MOLINA GRANDE y S. NORDSTROM: cCoimbra del Barranco An·
cho (Jumilla, Murcia)•. Trabajos Varios del S. l . P., nllm. 52. Valencia, 1976.
(2) D. FLETCH.ER: cLa necrópolis de La Solivellat. Trabajos Varios del S. l. P., nllm. 32. Valencia.
1965, fig. 11.
•
(3) Sobre las urnas de orejeta pueden verse, además, los siguientes trabajos:
D. FLETCH.ER: eLes urnas de orejetas perfor adaso. Crónica del vm C. N. A. (Sevilla-Málaga. 1963).
Zaragoza, 1964, p. 3051319.
. . .
.
J . J . JULLY y S. NORDSTROM: eLes vases a oreilletes perforées en France et leur similBJres en Medtterranée Occidentaleo. Archivo de Prehistoria Levantina, XI. Valencia, 1966, p. 99/124.
-
164 -
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'
URNA DE 01\EJ.IITAS
8
Fig. 1
~
l65
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JOSE V. MARTINEZ PERONA
FRANCISCO ZANON RODRIGO
(Pedralba)
LOS VILLARICOS (Bugarra)
I
SITUACION Y DESCRIPCION
Bugarra se encuentra situada en la margen izquierda del rlo Turia a unos 45 Kms. de Valencia. Su término, de fonna alargada, se extiende de sur a norte, siendo más estrecho en la parte meridional que
en la septentrional. El Turia lo atraviesa de oeste a este, dividiéndolo
en dos mitades: la que--queda al sur, ocupada por montafias calcáreas
del Jurásico y Cretácico; la del norte, en donde, encima del núcleo de
· población, se levanta el Triásico seguido de valles miocénicos y elevaciones cretácicas. Las alturas no sobrepasan los 600 metros, siendo
frecuentes las comprendidas entre los 200 y 300m. La zona más septentriona1 está ocupada por el borde sur de la pequeña meseta llamada el Campillo que se extiende desde el Villar hasta Bugarra y desde
Losa a las alturas que delimitan el Campo de Liria.
El yacimiento objeto de estudio se encuentra justamente en esta
estribación sur de la meseta indicada, en término de Bugarra, (fig. 1)
junto al camino que va a CasinOs (antiguo camino de Valencia a Chalva y también vereda de ganaderos), a unos 500 metros hacia el NE de
la carretera de Bugarra a las Ventas del Villar, al pie de un pequeñ.o
torreón del que más adelante hablaremos. En otra ocasión ya fue descrito y localizado este yacimiento (1).
En la actualidad, los terrenos donde afloran los materiales están
dedicados al cultivo de almendros, algarz:obos, vid y melocotoneros.
(1) J. V. MARTINEZ PERONA: ~Carta Arqueológica de Pedralba y Bu gaiTa (Valencia)•. Archivo de
Prehistoria Levantina XIV. Valencia, 1975, p. 185.
-
157 -
[page-n-194]
2
J. V. MA11TINEZ PERONA y F.ZANÓN RODRIGO
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LOS VILLARICOS
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4
J, V. MARTÍNEZ P:ERONA y F.ZANÓN RODRIGO
Las tierras están divididas en terrazas mantenidas por muros de piedra seca y todavía se aprecian restos de la antigua fábrica (fig. 2),
muy deteriorada por las continuas faenas agrícolas que han destruido
gran parte de los muros, aprovechándose sus piedras en la construcción de los dichos muros de contención.
II
LOS MATERIALES
En superficie, aparecen dispersos gran cantidad de fragmentos de
tégulas, de revestimiento de muros pintados en rojo o blanco, rombos
de la pavimentación, etc. También encontramos fragmentos de dalia,
ánfora y de otros vasos comunes romanos (fig. 3, núms. 1 y 2).
La terra sigillata, tanto clara como oscura, es abundante (fig. 3,
núms. 3 a 8), muchas veces decorada con temas de espigas y cordones, destacando un fragmento en el cual aparece o bien la diosa Minerva o bien una m~er con lanza (Lám. II, 1 y 2) y que son fechadas
entre la 2." mitad del siglo 1 y la 1." del II. (2). Hay dos marcas de alfa~
rero completas (fig. 3, núms. 1Oy 11, y Lám. II, 1l una de ellas de lectura TERTIUS, y la otra más problemática pudiendo ser XOMO o XONO. Además hemos recogido otros tragmentos (Lám. U, 1l de los que
el más completo tiene OF. AN ... (fig. 3, núm. 9) y de los demás solamente una letra o parte de ella.
Destaca un fragmento de terra sigillata, del fondo de un vaso, en
el que se grabó un árbol o espiga {fig. 4, núm. 1 A y Lám. II, 1). En
otro fragmento encontramos un grafito incompleto que más adelante
comentaremos (fig. 4, núm. l, B y Lám. I, 2).
La cerámica de tradición ibérica es abundante, decorada con temas geométricos en rojo (fig. 4, núms. 2 a 4). No obstante, las pastas
son más bien de aspecto romano, no presentando la franja intermedia
oscura de la ibérica genuina sino que es uniforme. Uno de los fragmentos, de un posible sombrero de copa, presentaba unos cuantos caracteres ibéricos (fig. 5 y Lám. I, 3) que, junto con el grafito sobre sigillata, comentamos a continuación.
(2) c. MENDEZ·REVUELTA: rMe.teriales para el estudio de la figura humana en el temario de la te·
rra 9igillata hlspáni~ao. BoleUn del Seminario do Arte y Arqueología. Vol. XL. Valladolid, 1975, p.
101/103.
- 170 -
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LOS V!LtAiUCOS
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3
7
6
8
Jig, 3.-l y 2: CerlLmioa común romaoa.
3 a 8: Peñilils de tert'11 •lgillata.
9 a ll; MIU'Cas d11 alfarero.
lT. n.l
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J. V, MAR'f11H>Z PERONA y F.ZANÓN RODR>GO
•
1
4
Fig. 4.-1: Grafito sobre turra sigillata.
2 a 4: Fragmentos de cerámica ibériea d$Corrula,
)iilg. !'i•......fl'l'Bgment(l' de horde de katathot con pflf'U de letrero
iWrico.
(T. o,)
~
172 -
('!'. n.)
[page-n-199]
7
LOS VILLARICOS
III
LAS INSCRIPCIONES IBERICAS
Sobre un fragmento de sombrero de copa, en el borde, aparecen muy borrosamente cuatro caracteres pintados en rojo (fig. 5,
1\m. !, 3). Podemos leer
'f' () }.5 es decir, BIURBE, admitiendo la
posibilidad de que a lo conservado le precedieran y siguieran otros caracteres.
El signo que peor se ve es el f' (bi). Presenta un trazo ligeramente
inclinado hacia el sentido de la escritura y parece que arranca del
borde interior del vaso como los demás. Se engrosa en la parte superior y se mantiene el trazo más o menos horizontal sin caer inmediatamente, dando lugar a un rizo que no llega a cerrarse y sin presentar
angulosidad.
El signo 1 (u) presenta el trazo central que arranca del borde interior del vaso y no llega a juntarse con el vértice interior del ángulo
formado por los trazos oblicuos que son muy largos. Esta forma no se
da en la cerámica de Liria.
El tercer signo es ()- (f); con esta forma no aparece en Liria ni en
el alfabeto monetal.
Finalmente, el signo "'l.J (be) no lo encontramos con esta forma en
las cerámicas de Liria ni en el alfabeto maneta! (3).
Se emplean, pues, unos signos de tradición incisa (sobre plomo y
cerámica campaniense A sobre todo) lo cual viene apoyado también
por la forma como han sido pintados tan distante de la de Liria que
presenta más soltura y libertad. Es curioso este hecho de que no se siga la tradición caligráfica de Liria que está cercana a este yacimiento.
La composición BIUR es bastante frecuente. Con la mism~orma
para la t lo encontramos en un peso de Azaila. Con la forma y también en un peso y ánfora de Azaila. Con la forma
en un vaso de ~i
gean. En composición con otros los encontramos en Ullastret (BIURbetin, vasija y BIU:Rbones, plomo), Azaila (BIUR BIUihetel; pesa de
barro), Castellón (balceBIUI\aies,. y sosinBIU:Ru, plomo) y otros muchos lugares (Orleyl, Enserune, Tarragona, Narbona, etc.).
En cuanto al grafito sobre sigillata solamente presenta dos caracteres incisos (fig. 4, 1, By Lám. 2). El primero puede ser una lambda
griega si consideramos el trazo que va hacia la izquierda con lo que la
lectura seria lA.... . Pero no creemos que se trate de una lambda griega
p
9
131 Para todo lo relacionado con la avoluc16n y cronologla de loa slgnos iMrlcos, coi!llilltese J. MA"
LUQUER DE MOTES: «Ep.igral'le Prelatlna de la Penlnsula lbtlrica». Barcelona, 1968.
-
173 -
[page-n-200]
8
J. V. MART{NEZ PERONA y F.ZANÚN RODRIGO
pues el mencionado trazo está hecho encima del otro y presenta una
forma anárquica si lo comparamos con el signo siguiente. Mientras
que el trazo que consideramos verdadero está hecho con el mismo
sentido y estilo que el siguiente, Por lo tanto, creemos que el trazo que
va hacia la izquierda es casual y producido después de haberse realizado la primitiva inscripción. Desechada esta posibilidad tenemos
ahora el problema de saber de qué signo ibérico se trata. Caben dos
posibilidades: que sea el signo bao el signo ke. En la escritura sobre
cerámica del s. IV a. C. la ba aparece con un trazo vertical o bien con
dos trazos formando ángulo pero con el trazo superior más corto que
el inferior y ángulo obtuso, mirando el vértice hacia la izquierda. La
ke, por su parte, utiliza varias formas pero la más parecida consta de
dos trazos de igual longitud que forman un ángulo más cerrado, teniendo el vértice también hacia la izquierda. Por lo tanto, ninguna de
ambas corresponde exactamente a la que aparece en nuestro caso
pues aquí tenemos que si el ángulo es abierto como en el caso de la ba
vista, el trazo inferior es más corto que el superior, al contrario de lo
que sucedía con la ba descrita. En la escritura Sobre plomo tenemos
para la ba la forma vertical y para la ke la forma comentada y otra
que presenta ángulo abierto y trazo inferior más corto que el superior,
acercándose por lo tanto mucho a la forma de nuestro signo. Aparece
en el plomo de la necrópolis de Las ·corts. Por lo tanto, se trata de la
( (ke) y no de la (Iba).
El signo siguiente es claramente
(a) y aparece en todas las escrituras excepto en la cerámica gris. La lectura es por lo dicho
P'
KEA .....
Tanto un ejemplo como el otro ponen de manifiesto que en Los Villaricos la escritura ibérica se mantuvo en momentos avanzados de
romanización.
IV
EL TORREON
Sobre el altozano que domina la villa ibero-romana, como ya hemos dicho, se levantan los restos de un torreón de planta cuadrada
que consideramos de época medieval por las razones que luego expondremos. Tiene de lado 3'50 m. (fig. 2) y se conserva sólo hasta la
altura de 1'50 m. en el exterior y de 1 m. en el interior lo que indica la
existencia aproximadamente de O' 50 m. de relleno de:ntro del recinto.
Los muros tienen un grosor de 0'65 m. y la puerta se abte en el centro
del flanco sureste, teniendo una amplitud de O' 65 m. y se encuentra
casi a ras del suelo (Lám. I, 1).
-
174 -
[page-n-201]
LOS VlLLAl.UCOS
'
Los muros están construidos con argamasa de cal y grava gruesa,
bloques de piedra, bien para relleno, bien para proteger los extremos
de cada muro en su inserción con el siguiente, de modo que así quedan protegidos los ángulos. Muchos de estos bloques o mampuestos
proceden de los muros de la villa ibero-romana y entre el material de
relleno se aprecian fragmentos de tegulae y dalia, lo que unido al hecho apuntado del empleo de grava gruesa en el mortero, nos indica
que se construyó en época medieval (fig. 6).
LADO: NW
Fig. 6.-Representación del lado NW del torreón medieval.
A ras del suelo y a una altura de unos 75 cms., se aprecia la existencia de unos agujeros de sección casi cuadrada que traspasan el
muro. En cada muro hay ocho, cuatro arriba y cuatro abajo, correspondiendo a los cajones utilizados para consolidar la argamasa, Inmediatamente por debajo de ellos, hay una fila de mampuestos rectangulares cosa que también se aprecia en la corona de lo que queda
de construcción, de modo que en cualquiera de los muros apreciamos
una disposición alternante de hileras de mampuestos y de mortero, y
en el lado izquierdo de cada úno, equivalente al grosor de él, mampostería para reforzar los ángulos.
A unos siete metros de distancia de la torre, hacia el SW, se ven
unos restos de forma circular, comprendiendo varios cantos y fragmentos de tegulae, algunos de los cuales presentan signos de calcinación. Creemos interpretar estos restos como un posible horno para la
obtención de la cal in situ para la construcción de la torre. Las gravas
de relleno pueden proceder del cauce de la Rambla Castellana que
discurre cerca del paraje. En definitiva, los materiales para su construcción proceden de los lugares más cercanos posible {ya que lama-
175 -
[page-n-202]
Ir
J. V. MARTINEZ PERONA y F.ZANÓN RODRIGO
teria prima de la cal viva la tenían en el mismo cerro donde se construyó la torre) y su elaboración se hizo a pie de fábrica.
En cuanto a su función, dado su emplazamiento del cual se
divisa todo el Campillo y las rutas que por él circulan, creemos que es
la de vigilancia y puede estar en relación con la torre que existla en el
término de Villar, en la partida llamada la Torre (4).
Al faltar la cerámica, su filiación a un momento más concreto dentro· de la Edad Media, se hace dificil; pero dado el tipo de construcción, creemos corresponde a un momento avanzado de la dominación
musulmana. Una excavación de las tierras acumuladas dentro del recinto no cabe duda que nos proporcionarla datos valiosos sobre el momento en que se construyó, técnica de construcción y época en que se
abandonó o se destruyó.
(4) V. LLATAS BURGOS; cCarta Arqueológica da V111ar del Arzobispo y su comarco, Archivo de
Prehiatoria Levantina, VI. Veleocle, 1957, p. 174 a 183.
-
176
[page-n-203]
MARTINEZ
PERONA-ZANON
RODRIGO. -
Los Villaricos
1.- Torreón medieval.
2.- Fragmento de terra sigillata con dos caracteres ibéricos incisos.
J .-Fragmento de Kalathos con parte de inscripción ibérica.
LAM. 1
[page-n-204]
MARTINEZ
PERONA-ZANON
RODRIGO. -
Los Villaricos
1.-Fragmentos de terra sigillata con marcas de alfarero y dibujo
inciso (primero de la izquierda) .
2.-Fragmentos de terra sigillata decorad..t y de cerám ica de
barniz negro.
LAM. 11
[page-n-205]
I. SARRION MONTAÑANA
(Valencia)
EL POBLADO IBERICO DE LA PEÑA
DE LAS MAJADAS
(El Toro, Castellón de la Plana)
Con motivo de la reestructuración de las Salas Ibéricas del
Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia, se sacaron de almacenes diverSos materiales para su exposición, entre los cuales están los que habian sido depositados por nosotros en 1967 y que son
ahora motivo de estas lineas.
Al proceder a la limpieza de los múltiples fragmentos de punzones
de hueso, nos vimos grátamente sorprendidos por la aparición de una
inscripción ibérica tenuamente grabada en uno de ellos. Este hallazgo
nos movió a redactar la presente nota con el propósito de dar a conocer la citada inscripción y el conjunto de materiales que con ella
encontramos en nuestra exploración en «La Peña de las Majadas».
Se halla ésta a 1.081 m.s.n.m., en las inmediaciones del caserío de
El Molinar, cercano al nacimiento del río Falacia, en término de El
Toro (Castellón de la Plana). {fig. 1). El yacimiento se halla circundado
por los barrancos de Taconar y de Agualobos, siendo de fácil defensa
a causa de sus inclinadas laderas (Lám. 1).
Por todo el ámbito del poblado que se asienta en La Peña de las
Majadas, se aprecian restos cerámicos, tanto de la Edad del Bronce
(cuyo núcleo principal puede observarse en el extremo oriental de La
Peña), como ibéricos.
El hallazgo superficial de una moneda celtibérica, nos animó a
realizar unas pequeñas búsquedas de superficie, recogiendo los materiales que a continuación reseñamos.
En la zona de la moneda se hallaron:
-
177 -
[page-n-206]
'
l. SARRIÓN MONTAfiANA
Fig. l.-Lugar de emplazamiento de d.a Pefta de laa Ml\ladan.
-
J78 -
[page-n-207]
Pl!fl"A DI! LAS MAJADAS
3
Cl!RAMICA
-Borde de vasija de pasta oscura, con desgrasante, reborde saliente y sencilla moldura vertical (fig.
2, núm. l!.
-Fragmento de cerámica campanlerue.
- Fusayola de cerámica da pasta oscura, con 15 improntas de sello decorado con motivo vegetal
(flg. 2, núm. 4),
-Fragmentos de cerámica campaniense que permitieron reconstruir su perfil, encuadrable en la
Forma Lambog\ja 2 (fig. 2, núm. 5 y Lám. U, 4).
HUESO
-Veintidós fragmentos do puu~one~ do sección cillndrica (Lém. IV, 3).
-Dos astrágalos, oveja/cabra, uno de ellos con Beilalea de fuego.
METAL
-Fragmento informe de hierro.
- Moned.l fV.tibérica; al cabe¡~y:sronil, a la detecha, entre delfines; r)jinete con lan~a. a derecha, y
bajo el texto 'f' ~A
f<'fl.t- 'f (MeduaiuiUil), cerca situada por Beltrán Martlnez en el r1o Mediano
(Logroñol (1 r. ~u du~.etro es de !.!s mm. y su peso 9 gramos {Vives, Lám. XLVIII, ceca 47). (L6m. IV, 1).
P"
PIEDRA
-Fragmento de pizarra gris-oscura, con muestras de raspado en el borde. Este tipo de pizarra lo he·
mos localizado afloraodo por deb¡ijo de las arenas triásicas en los términos de Montén y Finar de Torra!·
b,,
Por distintos lugares del poblado recogimos los siguientes fragmentos de cerámica, que encuadramos en la Primera Edad del H-ierro:
CERAMICA
-Fragmento, de pasta marrón con partículas de mica, decorado con verdugón con incisiones !fig. 2,
núm. 2 y Lám. II, 9).
-Fragmento, de pastll depurada, decorado con triéngulos excisos (fig. 2, núm. 3 y Lám. U, 8).
-Fragmento, de cerámica oscura y borde ligeramente exvasado (Lém. II, 6).
- Fragmento de cerámica de pasta oscura, con desgrasante (Lám, U, 7).
En una pequeña plataforma de la vertiente meridional, hallamos
los siguientes materiales:
-Fragmento de vasito, posible imitación ind.Jgena del tipo campaniense. Forma Lamlloglla 3 (fig. 3,
nll.m. 2 y Lám. II, 5).
-Fragmentas de vasitos de tonalidad grisácea y clara (fig. 3, núm. 3 y 4 y Lám, 11, 1 y 31.
-Fragmento de vasito de pasta grls depurada, muy bien cocha (fig. 3, núm. 1l.
- Parte de vasito caliciforme, de peata clara lfig. 4, núm. 1 y Lllln. ll, 2).
- Parte da herde de vaslto sem!JiÍÍ'ili.e a un kalathos, con decoración de bandas (fig. 4, núm. 2).
-Fragmento de plato, de pasta depurada y tonalidad oscura (flg. 5, núm. 1). Creemos que se trata de
una ilnitación indígena de una forma CillD.paniense.
-Fondo de vasija con decoración en bandas (fig, 5, núm. 2).
-Fragmento de sombrero de copa, decorado.
-Borde moldurado.
-Fragmento decorado con segmentos de clrculos concéntricos.
-Fragmentos de platos.
-Parte de oenochoe de pasta y calidad da los vasos denominados •de cocina.JI (Lám. II, 10).
-Parte de tarro, con decoración geométrica (fig. 7).
-Fragmentos de dos platos de pescado (Linn. III, 1 y 2).
- Fusayo\a cónico·convexa (fig. 6, núm. 7).
01
A.
BELTRAN MARTINEZ: «Las monedas hispánicas antiguas•. Madrid, 1953, p. 26.
-
179 -
[page-n-208]
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J. SARRIÓN MONTAJilANA
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(T. n.)
[page-n-209]
Pl!ÑA DE LAS MAJADAS
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Fig, 3.
(T, n.)
[page-n-210]
'
l. SARRION MONTAiilANA
HUESO
-Botón o pasador {fig. 6, núm. 6 y Lám. IV, 2).
- fragmento de punzón clllndrko, de 28'5 x 5 mm., con inscripción ibérica, que estudlamos aparte,
-De~- fragmentos de punzón, da sección eillndrica.
METAL
-Fragmento de brocha de cinturón, de bronce. con decoración nielada en espiral (flg. 6, núm. 5].
- Tope de bronce, con restos ferruginosos adosados (fig. 6, núm. 11.
-Punzón de hierro, de sección cuadrada (Hg. 6, mlm. 41.
-Remache o topera, de lúerro (fig. 6, núm. 2).
-Escoplo o contera, de hierro lflg. 6., nóm. 3).
-Fragmento de clavo con cabeza remachada.
FAUNA
Se han identificado 26 astrágalos, presentando 14 de eilos muestras de raspado. Corresp
Sus Scropha, 9 a Ovls Aries, 3 a Capra Pyrenaice. y 2 Bln clasifi<;:lll',
tos son:
- Suidos: long. absoluta
~ antero-posterior
- Ovidos; lgng. absoluta
§J antera-posterior
La~
medidas de los astrágalos comple-
38,6
37,7
34,5
31.9
23,{)
21,2
20,8
11,0
26,9
16,5
También se hallaron los siguientes restos:
capra pyrenáica
Ovis arias ......................................... ·
Sus scropha
avis arias ...
Bos taurus ...
tres fragmentos de metatarsos-metac!Upos.
cinco primeras falanges.
una segunda falange.
metacarpo derecho.
cnbG escafoide8
•••'•d.
un MI
dos M; 3. izq.
~q.
Teniendo en cuenta la cantidad de suidos y óvidos hallados, nos
sugiere que dichos restos, sobre todo el grupo de los bóvidos, deben
corresponder a una ganadería plenamente establecida.
LA INSCRIPCION IBERICA
Como ya hemos indicado, la inscripción se halla grabada sobre
fragmento de punzón de hueso. Consta de catorce signos y, a pesar de
la rotura del punzón, creemos que está completa ya que se encuentra
limitada por la. parte izquierda mediante un trazo circundante y por
la de:recha por los signos 1/"__ que son el final de buen número de vo
cablos ibéricos, posibles o1'rendas (fig. 8 y Lám. IV, 4).
Su lectura, no obstante lo tenue de la incisión, es clara, interpretándola:
.r
r-,<>
1"
H ~ P. l" lb 1>.4 V fl
N E R S E TI CA N TE GI A R Y I
-
182
[page-n-211]
1
Fig. 4.
!T.n.l
[page-n-212]
'
I. SARRIÓN MONTAÑANA
De este texto podemos desglosar NERSE y YI, considerando el primero como nombre propio, que hallamos en dos lápidas sepulcrales
saguntinas, NERSEatin. El sufijo -ADIN se encuentra en múltiples
textos y se ha considerado como étnico o relacionado con el vasco
Adin =«edad».
En cuanto a YI tiene una personalidad suficientemente conocida.
Mucho se ha escrito sobre el debatido signo Y, atribuyéndosele el valor de M, N, BU, U, UN, Y, etc. y, como apunta Fletcher «sin una identidad satisfactoria para todos» (2).
Personalmente nos decantamos por una de las sugerencias expresadas, correspondiente a un sonido mixto, mitad vocal mitad consonante, como es la Y que permite iniciar Wia palabra seguida de canso
nante, como es el caso del grupo YJ-? que permite formar nexo
con la frecuentemente antecesora N =NY =Ñ. Un ejemplo de ello lo tenemos en Liria XL: 1" y 1j' f1P
{3).
En la Celtiberia, según Tovar y Beltrán Villagrasa parece ser que
tiene valor de N, de acuerdo con la leyenda maneta!
l!. ~ H t Y!OH e ICOiouniocul. Sin embargo, romo obselva Michelena, lo
vemos utilizado junto a la N, como por ejemplo en el bronce de Luzaga
p l' I>\1'VHI<', por lo que descartamos la igualdad Y~N.
Fletcher encuentra dificultades para otorgarle el valor de Y, al estima;r muy forzada la pronunciación en algunas ocasiones, como por
ejemplo en la lápida de Iglesuela del Cid. Pero si tenemos en cuentra
que puede estar compuesta de diversos elementos, entonces su lectura podría ser ¡
~ X/V'f-(f<'Y/Y
y en otros casos, como por ejemplo,
¡ft V 1'lf {E> /V y /'V
de Enserune, sea más difícil esta separación.
Nosotros leeríamos, pues Y¡<1 =Y! y traducíamos «a ti», «para th>.
La parte cmlral de la inscripción - TIKANTEG!AR-, nas ofrece, por
una parte -TIKAN-, que consideramos como sufljación de NERSE a
la manera de la estela III de Canet lo Roig con el SOSINTAKER, que
Fletcher paraleliza con el - TAKE saguntino y tarraconense y señala
su posible relación con el suf¡jo vasco -Tako =«para>>, «de». Los sufijos
vascos -Tik=«de», «desde», «por» y -Tikan=<
D. FLETCHER VALLS; aGrafito ibérico del poblado de La Balaguera {Fobia de Tornesa, Castellón)l.
Homen[\je a P. lbarra Rui~. Elche. 1978. p. 7/9.
{3) Sobre la identificación de este signo, como Y, véase:
A. BELTRAN MARTINEZ: •Sobre la palabra ibérica Yh. VI C.A.S.E. (Aicoy,1950). Cartagena, 1951.
p 211/212.
M. BELTRAN LLORIS: «Problemas en torno el signo ibérico Y». Miscelánea Arqueológica, I. Barcelo·
na. 1974, p. 141-151.
- 184-
[page-n-213]
9
PE&A DE LAS MAJADAS
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- 185 -
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10
T C:ARRIÓN MONTARANA
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Fig. 6.
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186 -
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[page-n-215]
11
PE& A DE LAS MAJADAS
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Fig.7 .
..... .. "
..........
Fig, 8.-La inscripción Ibérica a su tamaño y ampliada a doble tamaño.
-
187 -
[page-n-216]
l. SARRIÓN MONTAR ANA
nen valor derivativo de lugar y tiempo para efectos inanimados, sentido que no encaja con la inscripción. Exponemos simplemente estas
equivalencias fonéticas ya que no queremos entrar en el tema de posibles aua.lo,gías. Deducimo, pues, que a-TIKAN- debe corresponderle
un sentido de «por».
Sigue el -TEGIAR, que la conocida forma EGIAR, a la que se le
antepone en este caso la partícula DE/TE. Se identifica con el vasco
Egin=hacer. En Liria, tenemos ejemplos con TE y sin Te unida:
Liria
Liria
Liria
Liria
Liria
. . . . . . . . .. unscelTEGIAR
. . . .. . . . . caresbanite: EGIAR.
XL, 1 . . . . . . caresirte EGIAR
XL, 3 . . . . .. ebirte EGJAR
LXX . . . .... TEGIARginsi.
I
IX
Solamente repiten vocal XL, 1 y 3, pues IX va separada por puntos. La partícula DE/TE tiene personalidad propia como se comprueba
en múltiples ocasiones (4). En nuestra inscripción creemos que forma
nexo con ·EGIAR, pudiendo ser una desinencia que debe condicionar
al infinitivo EGIAR, y la interpretamos por D-EGIAR= «lo ha hecho»
(pasado próximo).
Resumiendo, propondríamos para nuestra inscripción la siguiente
interpretación:
A ti. hecho por Nertse
CONSIDERACIONES FINALES
Las conclusiones que nos sugieren estos materiales recogidos en
superficie es que nos encontramos ante un poblado que, por su situación geográfica, sufrió los avatares de las guerras ibero-romanas.
El hallazgo de restos atribuibles a la Edad del Bronce, los fragmentos datables en la Primera Edad del Hierro (cerámica excisa), la
cerámica ibérica antigua, nos hablan de una continuidad desde tiempos pretéritos.
La moneda celtibérica, la cerámica campaniense B y C, así como
sus imitaciones locales, nos indican una cronología que gira en torno
a mediados del s. I a. C.
Como nota adicional nos referimos a los posibles restos romanos
ubicados en el caserío de El Molinar. En Be gis son abundantes los hallazgos de esta época: lápidas funerarias, fortificaciones y el que ya
(4)
J. MALUOUER DE MOTES: d:pigrafla pralatina da la Península Ibérica-. Barcelona, 1968.
- 188 -
[page-n-217]
PE!:jA DE LAS MAJADAS
Alcácer {5) y posteriormente Brú i Vidal (6), calificaron de problemático acueducto romano, pero que siguiendo la canal de conducción de
agua se aprecia una pared propio de tiempos romanos. Todo ello da
testimonio de la importancia del lugar, a la cabecera del Palancia,
controlando los pasos de la Meseta hacia Sagunto.
(5)
J. ALCACER GRAU: •Exploraciones arqueológicas en Begls, Castellóo». Trab¡ijos Varios del.
S. I. P. niim. 10. Valencia, 1947, p. 45 y 4fi.
(6) J. BRU 1 VIDAL: •Les terres valencianas duran! J'epoca romana». Valencia, 1963, p. 161.
-
199 -
[page-n-218]
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SARRI ON.- Peña de las Majadas
LAM. 1
Panorámica del llano de Barracas. desde la Peñascabia (1 .345 m.) de Bcgís. En medio.
Peña de las Majadas, de 1.081 m. s. n. m. ; abajo, El MolinM y confluencr,. rle la rambl~:
Orduña, o Agualobos. con el río Palancia
IFot o. Sarri6n)
[page-n-220]
LAM. 11
SARRION.- Peña de las Majadas
3
5
9
(1 / 2)
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SARRION.- Peña de las Majadas
LAM. 111
(4/ 5)
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SARRION.- Peña de las M ajadas
_ __
_
LAM. IV
.........._ , ~
3
1:
2:
3:
4:
M oneda de Meduainum.
Pasador de hueso. (56 nvn.)
Punzones de hueso. (ligeramente reduc idos)
Punzón con inscripción ibérica, a su tamaño y aumentado.
[page-n-223]
D. FLETCHER VALLS
(Valencia)
CINCO INSCRIPCIONES IBERICAS
DE LOS VILLARES
(Caudata da las Fuentes)
(Valencia)
El poblado ibérico de «Los Villares» se halla situado en término de
Caudete de Las Fuentes, pueblo de la provincia de Valencia, a unos 87
km. de la capital, sobre la carretera qUe conduce de las tierras bajas
del litoral a las altas de la meseta.
En él ha realizado el S. l. P. desde-1956 varias campañas de excavación, con resultados altamente satisfactorios, identificándose tres
nivelés de ocupación y obteniendo ricos materiales que se exponen en
el Museo de Prehistoria de Valencia (1).
En estos últimos años, al realizarse labores agrícolas en los viñedos próximos a la zona acotada por el S. I. P., han ido apareciendo
restos arqueológicos de diversa índole que, recuperados por sus descubridores, don Rafael Gabaldón, don Francisco Gabaldón y don Enrique Morán, fueron entregados por éstos al .S. I. P, para que en su día
pasen al Museo Local de Caudete de las Fuentes (2).
Entre estos materiales se encuentran cinco inscripciones ibéricas,
dos sobre cerámica, una sobre piedra y dos sobre plaD.chuela de plomo, todas ellas recuperadas por los señores Gabaldón, a quienes des(l) Una amplia información sobre este poblado, con bibliografta, en:
E. l'LA BALLESTER; «Nota preliminar sobre Los Villares (Caudata da las Fuentes, Valencia)•. VIl
C.N.A. (Barcelona, 1961). Zaragoza, 1962, págs. 233/239.
E. l'LA BALLESTER: (Villares.o. Gran Encldopadla de la Reglón Val(lllciano, vol. 12, págs. 234/235.
D. FLETCHER VALLS y E. PLA BALLESTER; «Cincuenta aii.011 do actividados del Sorvicio do Investigación Prehistórica ( 1927/1977)». Trabajos Varios del S. l. P. núm. 57. Valencia, 1977, págs .. 138/139.
121 En otro lugar de este vol. se da noticia de algunos de dlcbos materiales, estudiados por Gil-Mascarell y Pla Ballester.
-
191 -
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2
D. FLETCHER VALLS
de estas líneas expresamos nuestro agradecimiento por su inestima~
ble colaboración.
Como en anteriores ocasiones, también a estas cinco inscripciones
les asignamos un número para su mejor identificación en futuros estudios.
VILLARES I
Fragmento de borde de tinajilla, de 7'7 cm. de longitud. Consta de
diez signos, ocho de ellos completos, más otros dos incompletos, a ambos lados del texto (Lám. l, 1 ).
Villarea 1 11111
... (BA)-L-E-R-TE : E-GI-A-R (BA) ...
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
El primer signo, roto en parte, pudiera leerse BA; el tercero lo leemos E, no obstante hallarse en el signo 6 otro tipo de E, duplicidad
que encontramos en otra_!~ ocasiones, tal coll!-o sucede en I:.iria XVI,
ECUEGIAR; Liria XX, NLESAR:E; Liria LII, ERIAR: BANCURS:AIDULECUTE. Formas diferentes que Beltrán Villagrasa y Beltrán Lloris
explican atribuyendo a la E de nuestro signo 3 el valor de larga (3).
También cabría leer este signo como CA, en razón de que a la supuesta lectura (BA)LERTE es dificil hallarle paralelos, mientras que si
admitiéramos (BA)LCARTE, tendríamos la réplica en el BALCAR, de
Sinarcas; BALCAR, de Ampurias; BALCAR, de Benilloba; BALCAcaldu:f, de Sagunto; bilosBALCARcais, de Azaila, etc., proporcionándonos un nombre propio que para Solá Solé (4) sería de origen semítico,
aunque no debemos olvidar las sugerencias referentes a un hipotético
vasco BALCA =«pueblo» o a BACALDUN = «soberano», (3) P. BELTRAN VILLAGRASA: rLos textos ibéricos da Liria~. Revista Valenciana da Filolog!a.lll.
1/4. Valencia, 1953, pág. 92.
M. BELTRAN LLORIS: tProblemas en torno al signo n. Miscelanea Arqueológica l. Barcelona, 1974,
pág. 145 y s •.
(41 J. M. SOLA SOLE: •Ensayo de antroponim.la fano-púnica de la Hlspania Antigua». Rivisto degll
studi orientali, XLII. Roma, 1967, págs. 305/322,
-
192 -
[page-n-225]
INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
'
La segunda parte del lettero, EGIAR, no ofrece dillcultades, pues
aparece frecuentemente en los textos ibéricos. Se ha supuesto que su
forma era GIAR, al señalarse que en el plomo de La Bastida de les Alcuses abundan los finales en -GIAR (5). Sin embargo, a la vista de algunos de los ejemplos que aducimos a continuación, hemos de admitir
la fo:rma EGIAR, como queda probado, además, por el texto que aquí
estamos reseñando, en el que se halla claramente separado de la palabra anterior por línea vertical de dos puntos. En algún caso se funde
la E de EGIAR con la última sílaba de la palabra anterior, principamente con TE. Por otro lado no siempre EGIAR realiza el papel de sufijo, como vemos seguidamente:
Liria I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . unscel'í.EGIAR
ll
VIII .................................... BEGIAR
» IX ............................ caÍ'esbanite:EGIAR
l>
XVI .....................•............ ecuEGIAR
» XVI ................................. cerniEGIAR
l>
XVIII ............ , ........... , . , , . bancusEGIAR
ll
XVIII ............ , . . . . . . . . . . . . . besurnincuEGIAR
>>
XL,l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . careslrteEGIAR
>>
XL,3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ebfrteEGIAR
» XL,9 .................................... EGIAR
>>
LXX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . wtiscelTEGIAR
» LXXVI .... , •...•.............. , ... , gíscet:EGIAR
Peña de las M~adas (6) ... , . , , ......... nei'seticanTEGIAR
Moneda de Sagunto ........... , , . , ..... atsagiscuEGIAR
El Solaig . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . EGIARtone
Ullastret .......................... , ......... enEG!AR
En tres de estos ejemplos (Liria 1 y Liria LXX y Peña de las Majadas)
vemos cómo EGIAR se asimila al TE precedente; en otro caso (Liria VIII),
lo hace con BE, manteniéndose en la forma EGIAR en los restantes (7).
Obsérvese, además, que de todos los ejemplos aducidos, sólo en un caso,
Ullastret, el final no es R sino R.
Don Pio Beltré.n relacionó el EGIAR con el vasco EGIN = «hacen,
sugerencia que mereció la aprobación de los estudiosos. Nosotros suponemos, además, la posibilidad de que la alternancia EGIAR/TE15) R LAFON: «Deux nouvelles Jnscrlptlons Iberas en caracteres
3/4 Bordeaux, 1953, págs. 233/242.
grecs~.
Bul!etin Hlspanlque, LV,
16) l. SARRION: «La Pei\a de las Majadas (El Toro, Castellón)~. en este mismo vol.
17) Con respecto a Liria XX, que en au día leimos NLl!SAR, podrlamos reconsiderar si el signo 4, leido S, no pudiera ser GI algo deformado, en cuyo caso leerlamos EGIAR y no l!SAR.
-
193 -
[page-n-226]
'
D. FLETCHER VALLS
GIAR, ya vista por Tovar, se paralelizara con la alternancia vasca
EGJ/I'EGI, sin que prejuzguemos significados.
VILLARES Il
Fragmento de borde"de tinajilla, de 10'5 cm. de longitud. Consta
de doce signos completos y parte de otro inidentificable. (Lám. 1,2).
Su lectura podria ser:
Vlllan,s 11 (1/II
...TE
I-S-S-A-1-E-TA-R : A-TE-N (BA) ...
2 3 4
5
ti 7
-~~
-9-
- 10
n
12-
13
Encontramos dos SS seguidas (signos 3 y 4), pero de distinta forma, lo que nos hizo pensar, en principio, en la posiblidad de que el signo'3 fuera GI y la lectura, por tanto, IGISALETAR, recordándonos el
ebirGISALE de Liria VIII, pero también en Liria IX encontramos esta
misma duplicidad, BASSUMIN, con los dos tipos de S seguidos en el
mismo orden que en Villares II, y lo mismo ocurre con el ATI SS, de
Azaila. Por esta razón, hemos admitido para el signo 3 el valor de S,
sin descartar, por ello, un posible GI, ni tampoco que pudiera producirse una disimilación sS >NS o sS) RS (8), en cuyo caso tendrlamos
INSAL, IRSAL (coincidiendo con el IRSAL de Azaila). De todos modos,
sea cual sea la solución que se acepte (ISSAL, IGISAL, IN SAL, IRSAL),
lo que no hay duda es que el nombre terminarla en L, como en el ya
citado IRSAL de Azaila, como el BIU:ÉlTETEL, de igual procedencia, como el SAKAL-isker, en moneda de Cástula, etc. Sin embargo, es
final tan escaso que hizo pensar a don Pfo Beltrán que no había
ningún vocablo ibérico terminado en L. De ser así, tendríamos que
leer la segunda parte del letrero TARen lugar de ETAR, para que el
nombre fuera ISSALE (o cualquiera de las soluciones que se adopten),
(BI J. M. SOLÁ SOL:!;:: •Assaig d'interpretació d'algunes inscripcions lbilriques
punico. Oriens Antiquus, VII, 2. 0 Rom3, 1968, pá~. 284.
-
194 -
mitjan~ant
el fenici
j
[page-n-227]
INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
'
poniéndose en relación con el SALE de Sigean. No obstante creemos
que debe leerse ETAR, tanto porque la forma es ésta como porque el
nombre ISSAL no lo consideramos ibérico, sino de estirpe semítica.
En el ya citado ETAR hallamos separado el último signo por ancha franja de pintura rojo-vinosa, prueba de que el motivo ornamental del borde de la vasija fue hecho con anterioridad al texto, y el escriba calculó mallos espacios, quedando laR separada del resto de la
palabra.
ETAR, que de acuerdo con la pronunciación vasca seria EDAR,
por precederle L, tiene valor étnico (9), aunque también se le ha atribuido otro significado (10).
Después de dos puntos sigue ATEN ... con restos de otro signo que,
muy hipotéticamente, podria ser BA, pensando para ello en Liria XI
con abarTANBAn. ATEN podría relacionarse con los finales ATEN/ATIN (ATAN de Enserune; acelnATEN, de la lápida de Valencia; balceADIN, iscerADIN, etc., etc.) llamando la atención la semejanza del
ETAR:ATEN ... de Villares II con el suisETARTEN, de la Turma Sallvitana. También a ATEN/ATIN se le atribuye valor étnico (11).
(9) J. CARO BAROJA: eS obro el vocabulario de la~ i.nscripc!ones ibérlcast. Boletln de la Real Acade·
mla Española, XXV. Madrid, 1946, pág. 177 y ss.
(101 J. VALLEJO: «Exploraciones ibéricas, IV•. Emerita, XXII. Madrid, 1954, pág. 239: «Este seria
uno de los nombres que eXpresan un cargo, una autoridad, un tratamiento y al mismo tiempo pueden emplearse como personales, Aloalde y alcalde1.
(ll) CARO llAROJA, a.c. nota 9, pág. 203.
-
195 -
[page-n-228]
6
D. FLETCHER VALLS
VILLARES III
Dado de piedra, con perforación central, de 14x8 mm. y 2'5 gramos de peso. Se halla escrito en una de las caras superiores y en dos
de sus lados; una pequeña rotura dificulta su lectura (Lám. I, 3).
Cara superior. - Provisionalmente leeriamos:
-------
--=--~
--
Villares III (2/1)
A-E-(L o BA)-(E)-I-L-DU-N
123
46670
El signo 2 lo identificamos con la E larga de que hemos hablado en
Villares I; el tercero es muy dudoso, pudiéndosele interpretar como L
o como BA; el cuarto, asimismo dudoso, lo transliteramos por E, siendo los restantes cuatro signos de fácil lectura, con la duda en el séptimo entre CUy DU, aceptando la segunda posibilidad a pesar de ser
ovalado y no triangular, por ser frecuente la forma ILDUN en los textos ibéricos.
Tendríamos, pues, una primera parte de dificil lectura y que con
toda clase de reservas seria AELE, encontrándole paralelo en el AELO
de Ampurias.
La segunda parte del letrero, ILDUN, tiene su correspondencia
con nereiLDUN, de Sagunto (MLI, XXIII, de la que en la actualidad
sólo resta EILDY); bioSILDUN, de Serreta II (cuya primera parte la
relacionaremos con Villares IV); con aloi'ILDUN, de Fraga, lectura
que preferimos aJa dada de alofiLDUI; -pero también aparece al coA
rnienzo de palabra, como por ejemplo ILDUNiraenai,· de Serreta I e
ILDUNbaÍ', de Serreta IV. Tal vez pu4íera relacionarSe también con el
ILDUbeleS d€ Iglesuela del Cid y con el umariLLUM de la Turma Sall~
vitana, que bien pudieran ser fonnas evolucionadas de ILDUNbeleS y
-
196 -
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INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
'
umariLDUN. No nos atreveríamos a relacionarlo, a pesar de su atrayente semejanza, con el vasco ILLUN =«triste», ni con ILLUNABAÍ\ = «anochecen> (recuérdese a este respecto la semejanza con el
citado ILDUNBAR. de Serreta IV).
Caras laterales. - Nos ofrecen la siguiente lectura:
BA-1-N-W-BA-R / I-A?
123466
78
en la que el signo cuarto lo representamos convencionalmente por W,
ante la duda de su verdadero valor. Los signos 7 y 8, están en la cara
contigua, a continuación del sexto y su lectura es totalmente dudosa;
ignoramos si pudieron formar parte del texto anterior (con semejanza
con el WBARTIAigis del plomo de Castellón) o son el comienzo de otra
:palabra que no podemos completar o, fmalmente, si son continuación
de la cara superior.
Este letrero lo desglosaríamos en BAI NWBA:R o en BAIN WBAit
En favor de la primera solución está el no encontrar comienzos de palabra con BAIN y sí con BAI (BAI, BAiti, BAiteski, etc.) y que en ocasiones hallamos NWBAR. En favor de la segunda solución tenemos la
abundancia de finales en WBAÍt De todos modos creemos que debe
pensarse en una primera parte BAI.
De la segunda parte de este texto, ofrecemos algunos de los múltiples ejemplos que pueden aducirse:
Liria X ...................... BAINWllAÍI ( 12)
» XVIII ...................... WBARcus (dos veces)
» XXXII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . WBAÍl..e
» XXXVIII ................. biteWBAR
)) XL,l ..................... NWBAR
» LXXII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . teWBARese
» LXXV ................. baniteWBAR
» LXXVI , . . . . . . . . . . . balcebefeiWBAR
» LXXX ............... arBANIWBAR (13)
Plomo de Castellón ............... WBAÍUiaigis
Sagunto (sobre cerámica) ... BANibaWBAR
Alloza .... , , .. , , , . . . . . . . . . . o:itinteWBARsar
Sinarcas .. , , , , , ......... basibalcai'WBARwi
Enserune ................. itbauateWBARwi (14)
112) Completando la lectura qua débamos an dnscrlpdones ibérica~ del Museo da Prehistoria de
·Valencia». Estudios Ibérico~ 2, Valenci!l, H153, pág: li, 8. la ViSta 'del textO de Villareslll, coincidente
además con la lectura que diera Tovar en su «Léxico~, pég. 293.
(13) Posible error da! ascriba poniendo el trazo de la t sObra la N, ihirido lugar a la lectura BANI en
l\lger dQ BAlN~
(14) Obsérvense aquí las dos «fórmulas• WBAR y WI, juntB.s tal cOino las encon(rllDlos en Slnarcas.
-
'197 -
[page-n-230]
D, FLETCHER VALLS
Esta «fórmula» WBAR ha sido relacionada por Tovar con el
UMARBELES y el UMARGIBAS de la Turma Sallvitana, al opinar que
el signo y tiene el valor de UM y que al preceder aBA da UMA ( UM
BA> UMA) (15).
En cuanto al BAI se le ha considerado origen semítico (16).
Sobre los dos signos, 7 y 8, ya hemos sugerido las posibles relaciones con el resto del texto. Si en lugar de IA pudiera ser r:R (ambas factibles por su difícil identificación) nos encontrariamos con una posible
relación con el texto de la cara superior, leyendo ILDUNII\ que se relacionaría con el ILDUNIRaenai de Serreta I, ya citado.
Respecto a la problemática del signo y hemos tratado en reciente
estudio (17), por lo que no consideramos oportuno repetir lo alll expuesto pero sí creemos conveniente insistir en las dificultades que
ofrece cualquiera de las soluciones dadas hasta el presente, siendo no
menos problemática la traducción de )"/'V por el vasco YI = «a ti»,
«para th>, puesto que, correlativamente tendriarnos que leer Y 1 ? como !BAR y traducirlo por el vasco !BAR =«ribera», «valle», «vega>>,
significado que no parece tener clara explicación a la vista de los muchos vocablos en que aparece la «fórmula>> WBAR.
05)
175.
116)
A. TOVAR: •Fonologla del Ibérlcot. Homenaje a Martlnat, tomo lll. La Laguna, 1962, plig.
soLA SOLÉ, o.c. nota a, plig. 234.
11 7) D. FLETCHER VALLS: «Grafito ibérico del poblado de La Balaguera (Pr;~bla de Tome'"· Castellón)•. Homenaje a P. !barra. Elche, 1976, pág. 7/9.
- 198 -
[page-n-231]
INSCRU'CIONES DE LOS Vll..LAttES
VILLARES IV
Planchuela de plomo, discoidal, perforada, de 4 cm, de diámetro
máximo y 29'5 gramos de peso (Lém, II!. Escrita por ambas caras,
procedemos a su descripción:
r,, .
_..}.
/
'
VUiares rv 12/l/
Cara A. - En ella se identifican dos lineas de cinco signos cada
una, y otro pos-ible signo aislado en la parte inferior. Las letras están
fuertemente incisas, distinguiéndose con toda nitidez, aunque con alguna duda en cuanto a la identificación de varias de ellas, como indicamos seguidamente.
Nuestra lectura seria:
BI-L-0-S-TE 1 CE-i-A-N-A / TA
11345
67891011
haciendo algunas observacíones sobre tal lectura. Así, el signo cuarto
padiera leerse GI por su forma, pero atendiendo a la abundancia de la
palabra BlLOS, preferimos leerlo S. También el signo 5 ofrecla
dificultades de lectura en principio, pues semejaba una R, pero después de meticulosa limpieza y examen, se comprobó que es TE. El signo 6 ofrece, asimismo, dudas por estar surcado por un trazo en ángu·
lo que no acertamos a descifrar; tal vez su rama alta pudiera ser ca.
199
~
[page-n-232]
;p. FLETCHEH VAU.S
sual, mientras que la descendiente debió formar parte del signo que
leemos CE. En cuanto al número 11 no sabemos si en realidad es la letraTA o simplemente una contrasella, coincidente con otra igual que
se halla en el mismo Jugar, pero en la cara opuesta. N o parece que
quede espacio después de los signos 5 y 1O para más letras.
De acuerdo con la lectura que hemos propuesto tendríamos tres
elementos en este texto:
BILOS TRCER ANA
BILOS aparece, como hemos dicho, en múltiples letreros, considerándosele nombre propio; aparece tanto al final como al comienzo de
palabra, según vemos por algunos ejemplos:
Ampurias,,,,,,,,,,,,,, ... , .. haiseBlLOS
Azaila , ...••• , . , •..•.. , . , , , • , . , , , :BlLOShalcarcais
Binefar ...... , ......... ,,,, ...... BlLOScefe
Enserune ..... , .. , ........ , , talscu.BILOS
Enserune ....... , , ...... , .... bosteBILOS
Enserune ......... , . . . . . . . . . . . . . . BILOStiba.S
Enserune ............. , ........ , , BILOSOhinhatwi
Rubí ..•........... , . , , , , . . . . . . . . BILOSticenar
Serreta li . .. . . . .. . . . . . .. .. . . . . . . BlLOSg
Serreta ll .. .. . .. .. .. .. . .. .. .. . .. BIOSildun
Turma SaiMtana ......... , • . . . . . . BlLUStilias
Pontós .. . . .. . .. . . .. .. . . . . . . . .. . BILOTICEREI
Obsérvese que Jos ejemplos aducidos de Binefar, Rubi y Pontós es~
tán muy cerca da Vlllares IV (BILOSTECERAN A - lllLOSCERE - BILOSTICENAR, BILOTICRREI).
Sobre BIOS escribía Lafon: «Bios recuerda el vasco BIOTZ,' lU~
HOTZ, «corazón», y el nombre de hombre aquitano BIHOXUS que de·
be relacionarse con la palabra vasca. Pero está: claro que no se puede
aflrma.r que la palabra ibérica sea idéntica al vasco» (18),
TECE:R podríamos Pll!alelizarlo con la moneda de olosTECER;
con ultiTECEl\ y argiTICER., deCastellón; BILOSTICEnar, de Rubí; isbetatTICER, de Ságunto; TICElisebos, de Luzaga; leosTICE:Rarwi, de
Sigean, biloTICEl\ai de Pontós, etc. TECER 1 TICER parece ser afijo
de un sustantivo, «elemento en los posibles antropónimoS», dice To~
var.
(181
l.AFON, o.c. ,e.ot!l S.
[page-n-233]
INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
H
El final ANA, nos recuerda el AN AnoSarenwi, de Enserune; el
ANAKO de San Miguel de Sorba; el AN, de Azaila; el nANAbecatebiter, de Orley I, etc.
Tendríamos, pues, un nombre propio, BILOS, seguido de TECER,
que tal vez pudiera relacionarse con el vasco TEKO = «paraJJ, «de)), y
un final ANA, que nos recuerda, igualmente, el vasco ANA/ ANAl =«hermano)); el conjunto podría referirse a un ofrecimiento familiar (?).
El signo 11, aislado, ya hemos dicho que ignoramos si es la letra
TA o simplemente una contraseña.
Cara B. -Aparte de algunos trazos muy finos, que no interpretamos, ofrece en su parte alta derecha dos signos y en la parte b(\ja izquierda otro; coincidiendo con el signo 11 de la otra cara tenemos
otra X.
Leeríamos:
BA-N 1 A 1 TA
t
2
3
4
Poco podemos decir de este texto; sobre el BAN se ha escrito
abundantemente por diversos investigadores, habiéndosela dado diferentes significados ( 19).
VILLARES V
En prensa el presente artículo, nos trae don Francisco Gabaldón,
una nueva planchuela de plomo, escrita por ambas caras y aunque ya
prácticamente sin tiempo para dedicarle un detenido estudio, consideramos oportuno añadirla a este trabajo con el propósito de no demorar su noticia y que los especialistas puedan disponer a la mayor
rapidez de tan importante documento. Queden, pues, justificadas las
vacilaciones en su lectura y, el escueto comentario, compensados ampliamente por la pronta publicación del texto.
La planchuela, también procedente de Los Villares, mide en su estado actual 104 mm. de longitud, por 80 mm. de ancho, pero en su
forma originaria debió medir algo más de 11 O mm. si es válida la reconstrucción que hemos hecho del comienzo de las líneas 1.a y 4. 8 de
la que denominamos Cara B.
Cara A.-Su lectura es conflictiva y requerirá muchas horas de estudio para llegar a una interpretación satisfactoria, ya que, como hell El)
SOLA SOLE, o.c. nota 8, pág. 226 y ss.
- 201 -
[page-n-234]
D. FLETCHER VALLS
mas indicado, algunas zonas están en deficiente estado de conservación. Por ello nuestra interpretación queda supeditada a ulteriores estudios en los que tal vez pueda alcanzarse una lectura que difiera de
la nuestra en algún punto, posibilidad que de antemano aceptamos
(Lám. III).
El texto ocupa toda la superficie, por lo que hemos supuesto que el
documento comenzaba por esta cara para terminar en la siguiente.
Consta de nueve lineas con un total de 117 signos, varios de ellos de
muy discutible lectura, más cinco que hemos suplido y tres series de
trazos verticales en las lineas 2. 8 , 5. 8 y 8. 8 ,
Nuestra lectura es como sigue:
. Villares V · cara A
Linea 1. 8
Linea 2, 8
BI-L-0-S 1-U-N-TE S-A-L-1-R ['GA-N
1 2 3 4 5 6 7 a
~ 10 u 12 Ja
1-' 14 ~~
E-GA GA-IIIIIIIIIII E-L-E-R-TE
16
Línea 3, 8
17
24
Linea 4.'
19 20Zl 22
23
25 26 2728 2!1
31 J2
30
33
34 35 3637 38
JS
N-GA-N-TO-BA-N-TE 1-N-BE-L-E-TE-N-E
40
Línea 5.'
18
BA : S-A-L-I-R-BO-S-1-TA : S-A-L-1-BO-S
11
~2
13
14
45
46
47 48 49 50 51
52
53 54
1-BO E-GA-N-E-TE S-A-L-1-R GA-IIIIIIIII:
55
56
57
5B
59 60 61
52 63 64 65 66
-
202 -
67
[page-n-235]
13
INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
Línea a.a.
TI··BA-N-TE-BA : S-A-L-1-BO-S : E-TE-N-BI-L-0-S:
Linea 7.'
S-TE-N-TI-S-TE : A-R-A-BA-GI : BO-BA-IITI-N-BA1
6H
69 70
86 87
71
72
7J74757677 78
88 89 90 91
92 93 94 95
96
79
97
80 619.2 839485
99 99 .. ~00 101 10;:J
Línea B.a.
GA-N-E-GA : 5-A-L-I-R : GA-IIIIIIIIIII
Linea 9.'
BA ; 1-U-N-TI-BI-L-0-S-E
103 104 105 106
113
107 1(}8 109110111 112
!14 116 116 117 .Jl8 119 120 121 122
Consideramos conveniente hacer algunas observaciones a esta
lectura.
No e:rJste dificultad alguna en la lectura de la Linea l. a., pero faltando un trozo de planchuela es posible que se hayan perdido algunos
signos que nosotros, a la vista de la primera palabra de la Linea 8. a,
suplimos y leemos GAN, que al empalmar con el comienzo de la segunda Lillea constituiría la palabra GANEGA. Sigue una abreviatura
referente a algo relacionado con la serie de trazos verticales, de muy
dificil recuento, para continuar con un signo claro, E, y otros muy
confusos que interpretamos LERTE, aunque también podría ser
!BARTE.
La Línea 3.a comienza con un trazo vertical que leemos BA, quedándonos la duda de si es así o se trata de un numeral, ya que al faltar parte de la planchuela ignoramos si en la linea anterior habfa
otros signos que completaran, con la BA,. una palabra; el resto de la linea es de lectura clarísima, encontrándonos con dos vocablos, SALIRROSITA y SALIBOS que hemos de hallar repetidos en la otra cara del
plomo.
El comienzo de la cuarta linea debió formar parte del fmal perdido de la anterior, ya que comienza por NGA; siguen unos trazos confusos que interpretamos como TOBANTE/TIBANTE, recordándonos el
TIBANTE de la Cara B; otros dos signos parecen claros, IN, después
una zona erosionada en la que pudiera leerse BEL y luego, posiblemente ETENE.
Ignoramos si el comienzo de la Linea 5. 8 , IBO/ITA, se completaba
con el fmal, perdido, de la linea anterior. De ser ITA podría coincidir
con el BOSITA de la Línea 3. 11, y con la primera palabra de la Línea 2.a
de la Cara B. Los signos que siguen, EGANE, son claros, quedando la
duda con respecto a TE, ya que a la vista de la primera palabra de la
Línea 8. 8 , GANEGA, pudiera ser GA, leyéndose entonces EGANEGA;
sigue otro SALIR y una abreviatura, GA, y trazos verticales cerrándose la linea con puntos verticales.
La Linea 6. 8 se inicia con la palabra TIBANTEBA / TIBAITEBA,
desconociéndose si al fmal de la linea anterior pudo haber parte de
- 203 -
[page-n-236]
"
D. FLETCHER VALLS
ella, formando una palabra al estilo del SALDUTIBAITE de Liria. Otra
vez se nos plantea aquí la duda de si el BA ha de considerarse como
un signo silábico,o como expresión de una unidad separada de lapalabra que sigue, SALIBOS, por puntos, de igual forma que hemos visto
en la Línea 3. 11 ; en la parte fmal de esta Linea 6.a leemos con claridad
ETE ... BILOS y con muchísimas dudas podríamos identificar una N
por lo que la palabra pudiera ser ETENBILOS, cuya primera parte,
ETEN, ya la hemos visto en la Linea 4. 11 y BILOS está en la primera y
última líneas de esta cara del plomo. La Linea se cierra con puntos
verticales.
La primera palabra de la Línea 7. 8 es STENTISTE, y aun no siendo rara la secuencia ST, ignoramos si se perdió parte del vocablo en la
línea anterior y pudo ser algo semejante a baSTEsilTIRTE de Liria
LVII. La palabra siguiente, ARABAGI, es de fácil lectura, pero no asi
la que cierra la linea, de la que hemos podido identüicar claramente
BOBA!, completándolo, por deducción, de acuerdo con el BOBAITINBA de la Cara B.
La penúltima línea se inicia con GANEGA, que nos ha servido de
modelo para la hipotética reconstrucción de la primera palabra de la
Linea 2. 8 ; sigue otro SALIR y una gran GA, supuesta abreviatura, seguida de trazos verticales.
La Linea 9, 8 comienza con el signo BA, separado de la palabra que
sigue· por puntos, identificándose IUN, después es muy problemático
si hay una 1 o una TI, leyéndose con dificultad pei:o con toda certeza
el fmal de la línea, BILOS, dando la impresión de que el texto de la Cara A, comienza y tennina con la misma frase, pero invertido su orden : BILOS !UNTE ~ALIR GANEGA y GANEGA SALIR IUNTI BILOSE.
Cara B. -Consta de cinco líneas con un total de cincuenta y nueve
signos, más ocho que suplimos y veinte trazos verticales en la última
línea. En cuanto a palabras disponemos de nueve completas y cuatro
incompletas, todas identificables, a excepción de una de la que, por
sólo quedar un signo, no nos atrevemos a reconstruir, y el último signo que lo consideramos una abreviatura en relación con los trazos
verticales que siguen, como ya hemos visto en la Cara A. (Lám. IV).
- 204 -
[page-n-237]
li'ISCRIPClONES Pf. LOS V;LLAtU:S
La Jectura es clara, no existiendo dudas sobre la místna:
VillarGII V
Linea J.'
Linea 2.•
17 111 19
¡()
lS
21 22 23 24 U
21 28 29 30
BA : A·R·A·GA-R-E-R : BO-BA-l·TI-.:<1-BA
$!
Lfnea 4.'
»
"'O-BA-Il TI-N-BA : BA-R-E-R
S-A-L-I-R
Lt 2 ;..¡. 4 S e.
1
ll 'S ;Q
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(!lo-1!] I-TA : S-A-L-I-BO-S : E-TE-R-A-I
10
Linea 3.'
C&.fa
.?2 3S 34 35
30 31 98
39
40
41
4~
43
44
fS-A-Lli-R : DU-N-TI-BA-R-TE : BO-BA-1-Tl-N-BA
Lis 41; 47 111 49
50
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53
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55
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&<> sll oo
61
Línea 5.' ·s-A-L I-R : GA-IIIIIII!Ill!Illl!III
filM 84•6$ 6$
&7
En la primera llnea hemos suplido los tres primeros signos por
considerar que la palabra es idéntica a la última de las Líneas 3 .'' y
4.', BOBAITINBA.
En la IJnea 2, 11 hemos suplido1 asinúsmo, dos signos, leyendo BO~
SITA. de acuerdo con lo ya visto en el texto A; leeríamos, pues, SALIRBOSITA SALIBOS, coincidiendo con la Linea 3.' de la Cara A.
En la Línea 3.•, el primar signo es BA, separado por puntos de la
palabra síguiente, volviéndosenos a plantear la duda ya expuesta de
sí es un flnal de palabra o un numeral, separado en todos las casos de
- 205 -
[page-n-238]
"
D. FLETCIIER VALLS
la palabra que sigue por línea de puntos. El resto de la linea es de clara lectura, ARAGA:RER BOBAITINBA.
En la Línea 4. a suplimos los tres primeros, creyendo que la palabra sería SALIR, que tanto se repite en este plomo; seguiría DUNTIBARTE : BOBAITINBA, de fácil lectura.
En la Línea 5. 8 vuelven a aparecer SALIR y un GA de gran tamaño, seguido de veinte trazos verticales. Este signo GA, que venimos
considerando como abreviatura, es de distinta factura que el GJ\ de la
Línea 3, 8 e idéntico a la GA fmal de la Cara A.
Añadimos ahora algunos comentarios como complemento a los
expuestos anteriormente,
-BILOS: De esta palabra ya hemos hablado al estudiar Villares
IV.
-!UNTE: Recuerda el IUNTEgens de El Cigarralejo y tal vez pudiera tener alguna relación con el conocido IUNSTIR.
-SALIR: Aparece completo cuatro veces en la Cara A y dos en la
B, en la que hemos reconstruido otro, lo que totaliza siete veces esta
palabra. Se encuentra también, por ejemplo, en Orleyl I; en Serreta I;
en monedas de IltirSALIR, etc. Gómez Moreno apuntó la idea de que
el vasco SAL, SALERA, SALDU <, añadiendo Tovar que conviene el sentido de <(valor o moneda». Podríamos
pensar también en SAL = <, pero estas sugerencias quedan un
poco en entredicho si tenemos en cuenta que en un plomo funerario
aparece la palabra SALIR
-GANEGA: Palabra que encontramos completa en la Línea s.a y
que hemos reconstruido en la 2.a, ambas en la Cara A. En Orleyl IV tenemos EGA, como palabra única sobre planchuela de plomo. En vasco
EKA = «UDO».
-GA: Signo quo se encuentra en tres ocasiones en la Cara A y una
en la B, seguido de trazos verticales. Lo conSideramos como abreviatura, como hemos dicho, de una palabra relacionada con las cantidades que se acompañan, pero sin poder identificar de qué se trata (GARI =«trigo»; GARAGAR =«cebada¡¡; GARIKO = «gavillal>,? Hasta
el presente conocíamos tres tipos de abreviaturas seguidas de trazos
verticales indicando cantidades, A, O, GI, según señalábamos en
nuestro estudio ·sobre Serreta IV (20); ahora hemos de añadir este
cuarto, GA, aparecido por primera vez, que sepamos, en Villares V.
-ELERTE / ELBARE: De lectura muy dudosa. ELERTE tendría
posibilidad de relacionarse con basEB.TE de Liria XL, 1, y con el etERTER de la moneda de Untikesken. El supuesto BARE nos relacionaría
(201 D. FLETCHER: •Nueva9 iuscrlpclonas lbéri~as de la región valenciana>. Archivo de Prehistoria
Levantina XIII. Valencia, 1972, pág. 119 y ss.
- 206 -
[page-n-239]
INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
con el BARER de la Cara B. En otros textos tenemos palabras que comienzan por BAR; en Orleyl I, tenemos BARI; en El Cigarralejo, EBARER; en un texto de la provincia de Castellón aparece BAREN que
podría, asimismo, relacionarse con el vasco BAREN. =«den troJ>.
SALIRBOSITA: Claramente formado por un primer elemento, SALIR, del que ya hemos hecho mención, y de BOSITA, que a su vez pudiera desglosarse en BOS e ITA. En la Cara B reconstruimos la primera palabra de la Línea z.a, a la vista de ésta de la que ahora estamos
hablando. El considerar como elementos independientes BOS e ITA se
justificaría por la palabra que sigue, SALIBOS, que vuelve a repetirse
en la Línea 6. a de la Cara A. Este final BOS se encuentra en un texto
aragonés, luBOS; en el elerga:itikBOS, de El Cigarralejo; en el arecoraticuBOS y ticerseBOS, de Luzaga; en una de las lecturas que propusimos de la fragmentada lápida de Caves de Vinromá, stagiBOS. Se encuentra, además, como comienzo de palabra, BOStebilos, de Enserune; BOScalirs y BOSberium, de Ullastret, y también en medio de vocablo, keiBOSter, por ejemplo. Tovar lo considera, en cuanto a sufijo,
como dativo o ablativo del plural.
-NGANTIBANTE 1 NGANTOBANTE: La N inicial tendría que formar parte de una palabra perdida de la Línea anterior. A pesar de parecer TO nos inclinaríamos a leer TI que es de más fácil localización
en otros textos. TIBANTE lo vemos en la Línea 6. 0 de la Cara A, que
podría relacionarse con el DUNTIBARTE de la Cara B. En Liria IX tenemos salduTIBAITE; en Liria XXXVII, TIBAITE y en Liria LIII,
BANTE y BANTibate. GAN lo hemos visto repetido en la Cara A del
plomo.
-IBO 1 ITA: En la forma IBO no hemos encontrado ningún paralelo; sin duda, una más detenida exploración daría resultado positivos.
De leerse ITA, tendríamos un final igual al de BOSITA.
-STENTISTE: Pudiera faltar el comienzo de la palabra y ser algo
as1 como el basTESILTIRTE de Liria LVII, como hemos hecho referencia anteriormente.
-ARABAGI: Se aseineja al AÍtBIGIÉl de Ullastret. ARABAKI y
ARABEGI son palabras vascas cuyo significado no sabemos si pudiera
relacionarse con el ARABAGI de Villares V.
-BOBAITINBA: Aparece dos veces completo en las Líneas 3. a y
4. a de la Cura B e incompleto y restaurado por nosotros en la Linea l.a
de dicha Cara y en la Línea 7 ."de la Cara A. Como paralelos podemos
citar el BOBAITINen del plomo de Liria; el BAITINBAN, de Liria XL,
11; BATIN, de Monravana; bastaiBAITieBA, de El Solaig; BAITI, de
Azaila, etc. Nos recuerda la palabra vasca BAITIN. =(\SegurO>).
-ETERAI: En la Cara A tenemos un ETENE y un ETEN (?).En la
-
207 -
[page-n-240]
"
D. FLETCHER VALLS
lápida de Sagunto tenemos ETER; en El Solaig, ETEsilir; en Abengibre, keRAI y, asimismo, el flnal-AI lo encontramos en varias ocasiones en otros plomos. En vasco EDER = «hermosm> y EDERKAI = «adorno)),
-ARAGAÍ\ER: Su comienzo, ARA, es como el ya visto ARABAGI.
En el plomo de La Bastida se ha querido leer bisibaDARAGAR. En Serreta I, GARokan y baGARok; en un texto de la provincia de Castellón
se lee A:itiGA:ft, a la vista del cual, hemos de suponer que en la pala-
bra que aquí estamos reseñando, el final -ER tiene valor de sufijo.
-DUNTIBARTE: Ya hemos hecho referencia de él al hablar de TIBANTE. En vasco a DUN se le atribuye carácter de posesivo; a TI el
de abundancia o conjunto; a BAITU, el de hipotecar, significados todos ellos que tal vez pudiera aplicarse a esta palabra, teniendo en
cuenta el aspecto de operación comercial que ofrece el texto.
Villares V se presta a muchas más enjundiosas observaciones, pero ante la premura de tiempo no nos ha sido posible extendernos más,
como hubiera sido nuestro deseo. Confiamos que los especialistas rectifiquen y amplíen los anteriores comentarios y saquen un mayor provecho al estudio de este interesante documento.
UNAS NOTAS FINALES
En los cinco textos reseftados hemos identificado varios nombres
propios; de e11os, BILOS y BAI son conocidos por otros muchos letreros; ISSAL {o sus variantes) podrla relacionarse con un nombre púnico {¿o también con el vasco ITZAL =<
Nos queda la duda de si BOBAITINBA y algún otro vocablo de Villares V, pudieran identificarse con nombres personales. Un más detenido estudio del plomo tal vez permita señalar algún otro nombre de
persona y de sustantivos relacionados con la operación comercial que
parece reflejarse en este texto.
Con respecto a los posibles sufijos, los hemos ido relacionando con
una muy amplia área de dispersión. Esta relación de sustantivos y_ sufijos de Los Villares con los de otros muchos puntos del territorio ibérico, muy especiahnente con Liria, nos prueba que, al menos en los siglos II y I a. C , la lengua ibérica se hablaba en una amplia zona en la
que hemos de incluir el poblado de Los Villares de Caudete de las
Fuentes.
-
20!l -
[page-n-241]
FLETCHER.- Inscripciones de l os Villares
LAM. 1
2
1
'\
. \
3
1.- Los Villares 1 (t . n.)
2.- l os Villares 11 (t . n.)
3.- l os Villares 111 (a doble tamaño)
.
l.l.' i' . "".
l.i
\·
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,'t.
[page-n-242]
FLETCHER.-Inscripciones de Los Villares
LAM. 11
[page-n-243]
PERE PAU RIPOLLES ALEGRE
RAUL GOMEZ GARCIA
{Valencia)
HALLAZGOS NUMISMATICOS EN CAMPORROBLES
Camporrobles es un municipio situado en el extremo Noroeste de
la altiplanicie de Utiel, en el limite con la provincia de Cuenca. Posee
una altitud de 908 metros. Su término está comprendido entre los 39°,
34' - 39°, 48' de latitud Norte y 1°, 14', 35"- 1°, 38' de longitud Oeste (1 ). En su costado Este se alza la sierra de Bicuerca cuyas alturas
principales son el cerro Majuelas (1.106 m.) y Cardete ( 1. 128m.). Por
el Sur penetra otro sistema montafioso, dentro del cual se hallan corno
máxima elevación la Piñarona (1.028 m.), el pico del Aguila (841 m.),
la Cagarruta (886 m.) y Presilla (1.032 m.). En el Noroeste se alza el
Molón, vértice geográfico con una altitud de 1.124 m., desde donde se
contempla un amplio y sublime panorama.
Un riachuelo, que recibe el nombre de Madre, recorre el término;
aquel se forma en la parte sur de la villa y recibe el aporte de varios
barrancos (2).
Las tierras que conforman este municipio son en su mayor parte
cultivables. Abunda el cereal y la vid; siendo algo menos importantes,
aunque de consideración, las tierras de pasto.
Los hallazgos numismáticos realizados en esta zona provienen
fundamentalmente de tres lugares: la cima del monte Molón, en donde se asienta un importante poblado ibérico, y sus alrededores como
la partida denominada el Campillo que recibe los arrastres de éste; la
111
/21
"
Instituto GeoJlráflco y Catastral, hqja 693.
Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, T. Il, Valencia, 1973, págs. 318-3!9.
- 209 -
[page-n-244]
P. P. RIPOLLÉS ALEGRE y R. GúMEZ GARC!A
2
Balsa situada al Noroeste del casco urbano y en la que superficialmente se encuentran fragmentos de tégulas romanas y cerámicas sigillatas preferentemente claras; fmalmente, la Vereda, partida situada entre el pueblo y la aldea de Loberuela.
CATALOGO
El Molón
l.
AS de CELSE (Lám. I, 1)
A.-Cabeza varonil a la derecha; rodeada de tres delfines, delante dos y detrás uno.
R.-Jinete con palma a la derecha. Entre las patas del caballo:
1\ S~
<
Peso: 12"17 g.
Módulo: 27 mm.
Grosor cospel: 3 mm.
Posición de cuño: 9
Conservación: S1n g~atar
Ceca; Celsa
Epoca: ¿J00-80 a. C.? (3)
Referencia: Variante de VIves LXI,B (4)
2.
AS de BELIGIOM
$?
A.-Cabeza viril a la derecha; detrás:
R.-Jinete lancero a la derecha. Entre las patas del caballo:
1H f4".J' H'f
Pe5o: 8'62 g.
Módulo: 24'35 mm.
Grosor cospel: 2'75 mm.
Posición de cuño: 3
Conservación: Algo gastadll
Ceca: Beligiom
Epoca: ¿100·80 a. C.?
Referencia: Vives, XLIV, 2 151
(3) La cronologla de la monedas Ibéricas, eJtcepto en las que se indique lo contrario, se ha tomado
de: O. GIL FARRES: ~La Moneda Hlspé.nica en la Edad Antigua~~, Madrid, 1966.
(4) A. VIVES Y ESCUDERO: •La Moneda Hlspé.nlcal, Madrid, 1926.
151 Esta moneda fue publicada por F. MATEU Y LLOPIS: mallatgos Monetarlos. XXlb. Numisma
XXII. n.' 114/119. Mudrid, 1972, pág. 138, n.' 1.415.
-
210 -
[page-n-245]
'
HALLAZGOS NUMISMÁTICOS
3.
AS de BILBILIS (Lám. 1,2)
r
A.-Cabeza varonil a la derecha. Detrás:
R.-Jinete lancero a la derecha. Entre las patas del caballo:
Nf'l'l"$
Peso: 10'19 g.
Módulo: 28'6 mm.
Grosor cospel: 2'5 mm.
Posición de cufio: 12
Conservadón: .llast~nta ga!ta.da
Caca: llllbilis
Epoca: ¿B0-72 a. C.?
Referencia: Vives, LXIII,9
4.
SEMIS de CASTULO (Lám. 1,3)
A.-M POP 1 ILLI M F
Cabeza varonil laureada a la derecha.
R.-Toro parado a la derecha. En el exergo: P COF. A la derecha y arriba: STA/ RE F
Peso: 6'42 g.
Módulo: 23'45 mm.
Grosor oospel: 3'2 mm.
Posición de cuño: 2
Conservación: Algo gastada
Ceca: Cástulo
Epoca: ¿Desda antes del 49 a. C.?
Referencia: Vives LXX1,6
5.
¿AS de SECAISA?
A.-Cabeza varonil a la derecha.
R.-Jinete a la derecha.
Peso: 20'5 g.
Módulo: 30'15 mm.
Grosor cospel: 5'7 mm.
Posición de cufio: 11
Conservación: Casi frustra
Epoca: ¿Segunda mitad del siglo II? l6).
j6) J. C.-M. RICHARD y L. VILLARONGA: •Recherches sur les litalons monlitalres en Espagne et en
Gaule du Sud antérieurement a l'lipaque d'Auguste.-, Meianges de la Casa V~lázquez, IX, 1973, págs. 122
y 126.
- zu-
[page-n-246]
'
P. P. RIPOLLÉS ALEGRE y R. GÓMEZ GA.RCÍA
El Campillo
l.
AS de CELSE (Lám. 1,4).
A.-Cabeza varonil a la derecha; rodeada por tres delfines,
delante dos y detrás uno.
R.-Jinete con palma a la derecha. Entre las patas del caballo:
~
Pesa: 10'03 g.
Módulo: 26'9 mm.
Grosor cospel: 3 mm.
Posición de cuño: 7
Conservación: Bastante gastada
Ceca: Celse
Epoca: ¿80·72 a. C.?
Referencia: Vives LXII, 7,
La Vereda
l. AS de CASTULO (Lám. 1,5).
A.-Cabeza diademada a la derecha; delante creciente.
R.-Esfmge a la derecha; delante una estrella. Gráfila de
puntos.
Peso: 11'63 g.
Módulo: 26'35 mm.
Grosor cospel: 3'4 mm.
Posición de cuña: 2
Conservadón: Bastante gastada
Ceca: Cástula
Epoca: Alrededor del 91 a, C. (7).
Referencia: Posible Vives LXIX, B.
La Balsa
!.
SESTERCIO de LUCIO YERO (Lám. 1,6)
A.-L VERVS AVG ARM PARTH MAX
Busto harbado y vestido a la izquierda.
R.-Leyenda ilegible.
Cuadriga a la izquierda.
Peso; 37'1 g.
Módulo: 37>'1 mm.
Grosor cospel; 5'9 mm.
Posición de cuño: 11
Conservación: Bastante gastada
Epoca: 161-169 d. C.
(71
J. C.-M. RICHARD y L. VILLARONGA, op. cit. pé.gs. ll7·li8 y 126.
-
212 -
[page-n-247]
HALLAZGOS NUMISMATICOS
2.
5
ANTONINIANO de GALIENO (Lém. I, 7)
A.-GALLIENVS AVG
Busto radiado y barbado del emperador a la derecha.
R.-NEPTVNO CONS AVG
¿Hipocampo? de pie a la derecha.
Pe!o: 2'5 g.
Módulo: 18'35 mm.
Grosor cospel: 1'8 mm.
Posición de cuño: 5
Conservación: Algo gastada
Epoca: 253-260 d. C.
3.
AE 4 de CONSTANTINO I
A.-CONSTAN ... AVG
Busto diademado y con coraza a la derecha.
R.-GLDR 1 lA EXERC 1 ITVS. En el exergo: SMNB
Dos soldados de pie apoyándose en sus lanzas y entre
ellos un estandarte.
Peso; 1'45 g.
Módulo: 14'75 mm.
Grosor cospel: 1'Jij mm.
Posición de cufto: 12
Conservación: Bastante gastada
Ceca: Nlcomedla
Epoca: 335-337 d. C.
Refel'l:!ncia: LRBC,J 1125 18).
4.
AE 3 de DECENCID (Lám. 1,8)
A.-DN DECENTIVS CAE~AR
Busto del emperador 'a la derecha, con coraza.
R.-VICTORIAE DD NN AVG ET CAES. En el campo IS. En el
exergo: SAR. Dos victorias enfrentadas, manteniendo un
escudo en el que se halla inscrito: VOT 1 V /MVL 1 X
Peso: 3'36 g.
Módulo: 20'55 mm.
Grosor cospel: 1'5 mm.
Posición de cuño; 1
Conservación: Bastnnte gastada
Ceca: Arlés
Epoca: 351-353 d. c.
Referencia: LRBC II, 438.
(8)
P. V. HILL, J. P. C. KENT Y R. A. C. CARSON; li,ata Ruman Brunca
- 213 -
Coinaga~.
London, 197l.
[page-n-248]
6
P. P. R1POLLÉS ALEGRE y R. GÓMEZ GARCfA
s·:
AE 3 de TEODOS!O {Lám. 1,9).
A.-... DO / SIVS PF AVG
Busto diademado y con manto del emperador a la derecha.
R.- ... ROMANORVM. Exergo ilegible.
El emperador de pie a la derecha, manteniendo un globo
con su mano izquierda y un lábaro en la derecha.
Peso: 4"26 g.
Módulo: 20'25 mm.
Grosor cospel: 2 mm.
Posición de cuño: 6
Conservación: Bastante gastada
Epoca: 379-395 d. C.
6.
AE 4, casi frustro, situable en la 1.a mitad del siglo IV.
Existe, además, en los ficheros del Servicio de Investigación Prehistórica de Valencia (9) noticia acerca del hallazgo
de:
Una moneda de Bilbilis y otra de Cástula (Vives LXXI,
2) (lO) encontradas por el señ.or Estrella en uD monte
cercano a la población. Probablemente sea el Molón.
Un as de SECAISA (Vives LXV, 6) procedente del Molón.
CONCLUSION
Evidentemente es muy exigua la cantidad de monedas que aqui
presentamos para que se pueda apreciar una tendencia o relación hacia una zona geográfica determinada, en lo que a circulación monetaria se refiere; máxime cuando el periodo cronológico es tan amplio,
dado que incluye desde monedas ibéricas, casi en su totalidad del
periodo semiuncial, hasta diminutos bronces del Bajo Imperio. A pesar de ello, existe un claro predominio por parte de las cecas del Valle
del Ebro, con un'7o% del total de monedas, correspondiendo el restante 30% a la ceca de Cástula, situada en la Alta Andalucía (11).
(9)
Agradocemos de su director, D. Fletcher Valls la
gentile~a
de habernos facilitado eeta informa-
ción.
(101 Esta moneda ha sido reseñada por F. MATEU Y LLOPIS: «Hallazgos monetarios lXXI)>. Numlsma. XXI, núms. 108/113, Madrid, 1971, pág. 193, n." 1.311.
(ll) Debemos tener en cuenta que una de estas plazas, el semh, pertenece a un momento cronológico sensiblemente posterior a las restantes.
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HALLAZGOS NUMISMÁTICOS
7
La paralelización de estos hallazgos monetarios con los que se vienen realizando en el importante yacimiento de Villares (Caudete de
las Fuentes), situado en esta misma comarca, puede ayudarnos a corroborar estas débiles apreciaciones, o por el contrario proporcionarnos una visión totalmente distinta. En este yacimiento (12) las cecas
representadas son sensiblemente diferentes de las que aparecen en
Camporrobles, existiendo un alto porcentaje de piezas pertenecientes
a cecas del litoral valenciano (Arse, Valentia y Saitabi) y, en cambio,
es mínima la existencia de cecas del Valle del Ebro. Tan sólo algunos
ejemplares de Cástula hacen que el porcentaje de las cecas valencianas no sea tan elevado.
Queda, por tanto, atestiguada una diferencia considerable, que no
se descarta que pueda ser fruto del azar. No obstante, cabe la posibilidad de que esta distribución de cecas sea síntoma de un cambio de influencias y relaciones. Aunque coinciden, a unos niveles muy débiles,
en los contactos mantenidos con la Alta Andalucía, el resto de las cecas en una y otra población son diametralmente opuestas.
Esperamos que futuros hallazgos numismáticos en la zona de
Camporrobles aclaren ostensiblemente este panorama.
1121 F. MATEO Y l.LOPIS: •Hallazgos Monetarios. XVh. NumHio Hispánico, VII. Madrid, 1957,
pág. 178, n.' 95~ y •Hallazgos Monetarios. XX•. Numario Hispánico, XI. Madrid, 1967, pág. 53, n.'
1.173-l.l74.
E. PLA BALLESTER: «Actividades del S.I.l'.•, Archivo Prehistoria Levantina IX, Valencia, 1961,
pág. 235.
E. PLA BALLESTER; 1Nota preliminar sobre los Vlllares (Caudete de las Fuentes)• VII C. N. A. lB arce·
lona, 19601, Zaragoza, 1962, pág. 236.
F. ALMARCHE: •La antigua civili.o:ación ibérica en el Reino de Valencia>, Valencia, 1918, pág. 99.
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LAM. 1
RIPOLLES -GOMEZ.- Hallazgos numismáticos
1
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1-3: El Mol6n; 4: El Campillo; 5: La Vereda; 6-9: La Balsa
(t. n.)
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C. ARANEGUI GASCO
(Valencia)
HALLAZGO DE UNA CABEZA ESCULTORICA
EN LA CIUDAD DE JATIVA (Valencia)
El día 11 de enero de 1974 se recibió en el Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia la notificación del ha-
llazgo de una cabeza escultórica en el curso de la realización de unas
construcciones situadas entre la calle Vernisa y la calle Nueva en la
ciudad de Játiva, Con este motivo el director del mencionado Servicio, nos encargó que nos desplazáramos a Játiva para comprobar la
identidad de la pieza y las circunstancias de su aparición.
La cabeza estaba depositada en el Museo de Játiva. Se trata de
una pieza esculpida en piedra caliza de las canteras del Vernisa, en
deficiente ,estado de conservación, con una altura máxima de 19
cms., 12 cms. de amplitud en la parte correspondiente al peinado y
16'5 eros. en el eje anteposterior, teniendo un perímetro máximo de
44 cms. a la altura de la nariz. Es una representación femenina cuyas características formales más destacadas vienen dadas por los
rasgos siguientes: peinado logrado mediante incisiones en zig-zag que
forman un trenzado en franjas horizontales en número de cinco, que
ciñe el cráneo y pasa por encima de las orejas. Ojos almendrados rasgados con indicación del párpado y debajo de una línea que señala el
volumen correspondiente a la ceja. Nariz mal conservada pero que
mantiene la tendencia recta del perfil griego. Boca pequeña y cerrada, con rictus suave que dota a la cabeza de la expresión propia de la
escultura griega arcaica. Mentón firme, redondeado y orejas grandes,
destacadas en su parte superior y prolongadas en lo que corresponde
al lóbulo, con indicación de un pendiente o arracada anular en la me
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2
C. ARANEGUI GASCÓ
jor conservada de las mismas. El óvalo de la cara se caracteriza por el
predominio de la dimensión longitudinal y la expresión del conjunto
puede ser calificada de severa (Lám. I y II).
La parte posterior de la cabeza está simplemente desbastada lo que
permite suponer que la escultura formó parte, en su día, de un alto relieve o conjunto más amplio.
Toda la pieza está trabajada en planos amplios que se completan
mediante incisiones especialmente efectistas en la zona del peinado,
los ojos y las orejas. El resultado fmal está condicionado por la mala
calidad de la piedra empleada y por el tratamiento burdo de la misma.
Apareció la escultura al iniciar la construcción de un edificio, en
las afueras de la actual ciudad, entre la calle Vernisa y la calle Nueva
(ver plano), en el área próxima a la puerta de la Almetla, correspondiente al lienzo de muralla medieval que recorre la ladera del Castillo
de Játiva, considerada solar de la antigua ciudad ibérica, después romanizada; en esta zona fueron encontradas muchas inscripciones romanas (1) y, por su topografía, puede ser considerada como dentro de
las últimas estribaciones de la ciudad ibérica que se escalonaba a lo
largo de la pendiente o bien de la población-romana consecutiva que
fue desplazándose hacia la actual localización de la ciudad. Es
también posible que hayan llegado a este lugar materiales por rodamiento dado el desnivel existente.
Los hoyos de cimentación en donde se dio el hallazgo proporcionaron, además, algunos materiales que, en parte, fueron entregados
al Museo de Játiva, en-donde nos fueron mostrados. Predominan los
fragmentos de cerámicas comunes medievales y modernas, con algunos ejemplares de cerámicas vidriadas en verde y blanco y un fragmento de taza con decoración a base de flores ocre con hoja verde.
Hay fragmentos de ollas con esmalte vidriado marrón en su cara interna, fragmentos de asas y de cerámica común, a veces estampillada, siguiendo modelos de amplia perduración entre las cerámicas locales. Correspondientes al período cronológico romano se cuentan
fragmentos de tégula plana y de ímbrices, asi como varios de ánforas
de entre los que destaca un borde de barro amarillento y forma acampanada que puede encajar tipológicamente dentro del grupo 7 de Larnboglia (2), que incluye las formas 7 a 10 de Dressel y que corresponde
(1) A. VENTURA CONEJERO: «Játiva Romanao, Trahl\loB Vlil'ios del S, l. P. mlm. 42. Velenda,
1972, pág. 3 l.
(2) N. LAMBOGLIA: ~Sulla cronologia delle anfore romane di está repubblicana {II-I secolo a. C.)>.
Rivista di smdi Liguri, XXI, Bordighera, 1955, p~g. 247.
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l.-Plaza del Españoleta. 2.-Plaza del Trinquete. 3.-Calli> del Vemisa. 4.-Calle Nueva. 5.-ll/luralla. S.-Puerta
d Lugar del hallazgo.
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C_ ARANEGUI GASCÓ
a la forma 1 de M. Beltrán (3), con una datación centrada en la primera mitad del siglo I de la Era. De especial interés resultaban dos fragmentos de piedra de la misma calidad de la escultura, uno en forma
de mojón de sección cilíndrica, de 35 eros. de alto, con la parte que
debía estar hincada en la tierra de menor diámetro y una hendidura
transversal de 8 cms. de ancho en la parte superior, como para ajustar en ella una pieza de madera o similar; la otra tiene forma prismática, 18 cms. de altura, 15 cms. de grosor, 16 de amplitud máxima y 9
de amplitud mínima, con una escocia muy desgastada en la parte central; ambas pudieron haber servido como elementos de construcclón,
aunque su estado de conservación no permite aproximaciones más
concretas.
Desplazándonos al lugar del hallazgo pudimos comprobar que la
profundidad alcanzada por las obras de cimentación era de alrededor
de 1 m. y recogimos superficialmente algunos fragmentos de los que
destacamOs uno de borde de pátera de cerámica campaniense de la
forma 36 de Lamboglia, de pasta anaranjada y barniz negro y brillante aunque muy perdido; es el úriico testimonio con una fecha clara antes de la Era. Un fragmento de cerámica común de paredes finas que
imita la forma 24/25 de Dragendorff, un fragmento de estuco pintado
en rojo con una banda en gris limitada por los filetes de color ocre y
varios fragmentos de vasos comunes, indican la existencia de unos niveles arqueológicos, aparentemente muy mezclados, con restos de
materiales de construcción, que se escalonan desde la época prerromana hasta la actual.
Dentro de este contexto, los paralelos estilísticos que la cabeza en
sí permite, nos conducen a relacionarla con la plástica ibérica que,
dentro de la escultura en piedra, nos ofrece algunos puntos de comparación. El aspecto general de la pieza, su tamaño, proporciones, etc.,
nos llevan a citar otro hallazgo recieri.te que tuvo lugar en el Corral de
Saus {Mogente, Valencia) {4); la damita que conserva la cara, muestra
un 'óvalo similar a la cabeza de Játiva, con el mismo rictus, aunque
está labrada en piedra de calidad superior y su estado de conservación es mejor. Entrando en los detalles que componen la figura, puede
citarse Ja presencia de la oreja con lóbulo alargado y pendiente en forma de aro en la cabeza masculina de la placa de La Albufereta (Ali-
131 M. BF.I."J'RI\N LLORIS: •Las ánforas romanas en Españao. Zaragoza, 1970, págs. 388 y >S.
141 D. FJ,E'l'CHER y F.. PLA: •Las esculturas en piedra de El Corral de Saus (Valsncial~. Bellas Artes
74, afio V, núm. 36, oct. 1974, Valencia, 1974, págs. 38 y 39.
D. FLETCHER y E. PI.A: ~Cincuenta años de actividades del Servicio de Investigación Prehistórica
(1927·19771». Trabajos Varios del S. l. P., núm. 57, Valencia, 1977, pág. 133.
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CABEZA ESCULTÓRICA DE JÁTlVA
cante) (5). La utilización de incisiones angulosas para lograr el efecto
del trenzado del cabello la vemos en la cabeza D. 98-42 de la antigua
Colección Velasco del Museo Arqueológico Nacional (6). En realidad
esta obra, dejando al margen el carácter tosco de su materia y realización, nos lleva a reconocer la perduración de una corriente local relacionada con el arcaísmo griego que ya dio lugar a que García y Bellído mencionara la posibilidad de un «pseudo-arcaísmm> (7) en esta
manifestación de la Cultura Ibérica, corriente que tiene su mejor
ejemplo en la <(koré» de la provincia de Alicante consevada en el Museo Arqueológico de Barcelona, cabeza de una categoría muy superior
a todas las citadas.
Cronológicamente, no tenemos datos suficientes para dar una fecha absoluta a la pieza que nos _ocupa ya que las consideraciones estilísticas no proporcionan una base documental suficiente para ello.
De los paralelos aquí citados, la damita del Corral de Saus cuenta con
una cronología «ante querm>, ya que fue reempleada como sillar en
una sepultura ibérica del s. IIf a. d. C. o posterior. La placa de La Albufereta apareció en una tumba con cerámicas del s. IV a. d. C. y es
alrededor de esta centuria donde, a nuestro juicio, encajaría mejor la
cabeza que estudiamos, ajena por completo a las influencias romanas
que reflejan otros conjuntos escultóricos del mundo ibérico, ya en una
etapa iberorromana.
151
pleta.
E. A. LLOBREGAT: •Contestania ibéricaJ. Alicante, 1972, págs. 150 y 151, con bibliografía com-
\6) A. FERNANDE7. AVILES: ~Escultura del Cerro de los Santos. La Colecc!6n Velasco (M. Antropológico), en el Musco Arqueológico Nacionab. Archivo Esprul.ol de Arqueologla, XVI, Madrid, 1943, pág.
351, figs. 7 a 10.
(7) A. GARCIA Y BELLIDO: •Do escultura ibérici!-'. Archivo Español de Arqueologla., XVI. Madrid,
1943, pág. 272.
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ARANEGUI.-Cabeza escultórica de Játiva
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CARMEN ARANEGUI GASCO
(Valencia)
UNA TE.JA CON MARCA L. iiERENNI DEL POBLADO
DE SANT ANTONI (Bocairent, Valencia)
El poblado del cerro de Sant Antoni (Bocairent; hoja 820 del
mapa del Instituto Geográfico y Catastral. a escala 1 :50.000) está situado en el límite sur de la provincia de Valencia, a 3 kilómetros de
Banyeres (Alcoy, Alicante), al lado de la carretera que desde Bocairent conduce a Villena y detrás de la masía denominada La Llidonera, aunque en terrenos pertenecientes a a la masía de La Linda. En él
se hicieron prospecciones por parte del señor Ponsell, pero no existe
noticia publicada acerca del mismo.
Ofrece materiales ibéricos y romanos, destacando entre los pri-
meros alguna pieza cerámica con decoración geométrica y floral, así
como un fragmento de borde de cerámica del tipo campaníense A de
una posible forma 2 6 de Lamboglía ffig. 1, 1 ) que constituye la única
pieza importada de época republicana de que tengamos noticia. Sin
embargo, el objeto de esta nota es dar a conocer una pieza de época
romana que es upa tégula con la estampilla L. HERENNI, entregada
al Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia
por don Juan Pastor. Este hecho motivó nuestro desplazamiento al lugar en compañía del descubridor del hallazgo y de B. Martí Oliver, y
la prospección del mismo, sacando la impresión de que en el poblado
los materiales romanos son más abundantes en la vertiente meridional del cerro y recogiendo un fondo de sigillata m·armorata de barniz
.opaco (fig. 1, 3) y varios trozos de ímbrices y tégulas de las que una
presenta el trazo vertical de una L atribuible a una segunda estampilla de L. HERENN!. (Lám. 1).
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C. ARANEGUI GASCÚ
La tégula en cuestión está incompleta, es de un grosor de 3 cms.
y ostenta la estampilla (fig. 2) con los nexos que le son habitua-
les ( 1 ), con letras de 2 eros. de altura, en el centro de un espacio delimitado por 4 circunferencias concéntricas rehundidas en la arcilla.
Su mayor interés reside en darnos un punto más de la expansión de
este elemento de construcción, abundante en el Mediterráneo noroc-
3
,Fig, l.-Materiales recogidos en el cerro de St. Antoni.
1: Borde de campaniense A.
z: Borde de vasito de paredes fmas.
3: Fondo de sigillata mal."morata.
IT. n.J
cidental y, concretamente, en las costas peninsulares hasta la desembocadura del Segura, según las noticias de que hoy diponemos.
Son varios los autores que han dedicado su atención a esta
marca que se presenta en distintas formas. Lamboglia la encontró en
Albintimilium (2) sobre tejas planas fragmentadas en la modalidad de
L. HER. O[P.J y en la de HERENNI y propuso la existencia de una oficina de este personaje en dicha localidad, con una actividad compren!11 Entre la H y la E y uniendo las tres últimas letras NNI, aunt¡.l:!_e algunos a.utoros interpretan
NN(i). A la vez hay que señalar que la lectura OF en el caso de L.fi"ER.OPT. na parece poder confirmarse
a la vista de las ejemplares bien documentados.
(2) N. LAMBOGLIA; oGli scavi di Albintimilium e la cronología de!la ceramica romana •. llordigbera, 1950, p. 158, nl1m. 175 y p. 195, núm. 6.
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TEJA ROMANA DE SANT ANTONI
3
dida entre los siglos II y III de la Era. Février, al considerar las tejas
de Fréjus (3), indica la presencia de diversas variedades de la marca
de Herennivs, lo que interpreta como un sintoma de la pervivencia del
taller que comenzaría a fabricarlas en el siglo II. Señala haberla hallado en la forma L. HERENN ... junto con las marcas CASTORIS y
MARI en una cisterna rellenada en el Bajo Imperio, a juzgar por la
aparición de sigillata clara, en la que también se encontró una antefixa con la estampilla L. HER. .. o indica que en contextos similares se
encuentra en la Ciudadela de Saint-Antoine, en muchos puntos de la
Baja Provenza oriental y de la costa ligur.
A partir de estas consideraciones nos encontramos con toda una
serie de lugares de hallazgos que nos dan una distribución geográfica
que abarca desde Nápoles a Elche para la forma correspondiente a
Lvcivs Herennivs Optatvs (4), siendo la modalidad de Lvcivs Heren-
Fig. 2.-Calco de la marca hallada en el Cerro da St. Antonl.
(T. n.l
nivs, sin cognomen, de una expansión más restringida, ya que sólo ha
sido encontrada desde Albintimilium a Elche y estando,aparentemente, más disociada de la marca MARI aunque esto sea dificil de probar,
ya que en los centros en donde se han realizado excavaciones extensivas suelen aparecer varias formas de la marca de Herennivs así como
alguna de la marca MARI, si bien, atendiendo a los hallazgos peninsulares, cabe señalar que este segundo nombre sólo ha sido publicado en
hallazgos de Ampurias (5), de la Tor're Llauder de Matará (6) y de Tarragona (7), siempre junto con algún ejemplar marcado L.HER.OPT.,
eritre otros.
El repertorio de los yacimientos españoles que han aportado marcas de alguna de las modalidades del taller de Herennivs es el siguiente:
(3) P. A. FEVRIER: •Les apparei!s des murs romains de Fréjus~. R. S. L., XXII, Bordighera, 1956.
p. 177-178.
14! A. BALIL: «Economla de la Hispania romana», en •Estudios de Economía Antigua de la Ponlnsu-
la Ibéricao. Barcelona, 1968, p. 302.
(5) M. ALMAGRO: «Las inscripciones ampuritanas griegas, ibéricas y latinas». Monograflas ampuritanas JI. Barcelona, 1952, nl1m. 162.
161 M. RIBAS BERTRAN: «La Villa romana de la Torre Llauderde Mataró», E. A. Esp., 47. Madrid,
1966, p. 29.
(71 J. SERRA VILARO: «Excavaciones en Tarragona», M. J. S. E. A., !16 (1930). Madrid, 1932,
p. 109, Lám. XLIII, 2J.
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C. ARANEGUI GASCÓ
- Ampurias (Gerona). en la forma L.:HER.OPT. sobre unos 5
ejemplares, existiendo otros con la marca MARI y CASTORIS (8).
- La Torre Llauder de Mataró (Barcelona), en la forma
L.HER.OPT. (9) que se presenta también sobre ánforas ( 10) lo que,
unido a la existencia de un horno de alfarería, ha servido para proponer esta localidad como centro de fabricación. También hay tejas con
la marca MARI.
- La Gran Vilasa (Sant Ginés de Vilasar, Barcelona), en la forma
L.HER.OPT. {11 ).
- Badalona (Barcelona), en la forma L.:fiEREÑNI (12).
- Tarragona, en la forma L.HER.O[F ...], encontrada en la parte
SW del foro junto con otra de MARI, de G.RAS, NSI y CNAI (13); en la
forma L.HER.OPT. existía un ejemplar en el Museo de la Necrópolis
Paleocristiana y Hübner señaló la estampilla L.HER.OPT. sobre vasos
cerámicos.
- Sagunto, en donde el Conde de Lunúares (14) re<2Qgió varios trozos de tejas con las marcas L.HER.OF., L.HER.OP., L.HER. 0?, incorporadas al C.I.L. II {4967, 41, b, e y d).
- El Puig (Valencia), en la forma L.HER.OP. sobre una tégula hallada
en lUla casa (C.I.L. II, 4967, 41, a).
- Valencia, en la necrópolis de La Boatella se encontró una teja
con la marca L.HER.OPT. y otra con el nombre CASTORIS (15), coincidencia que se repite en Fréjus y Arnpurias.
- Cerro de Sant Antoni (Bocairent, Valencia), en la forma L. HERENNI.
- Alicante, en la forma L.HER. (C.I.L. II Suppl., 6252, 24).
(8)
O. c. nota 5, núms. 162, 163 y 165.
O. c. nota 6.
( 10) A. TCHERNIA:
pire». A. Esp. A., 44. Madrid, 1971. p. 61 y ss.
(JI) A. BALIL y E. RIPOLL: ~Actividad arqueológica en Cataluña durante los m1os 1950 y !951•. A.
Esp. A., XXV. Madrid, 1952, p. 181.
(121 Los datos sobre Badalona nos Jos ha proporcionado J. Guitart, a quien desde aqul expresamos
nuestro agra.decimmnto.
(131 o. c. nota 7.
(14) A. VALCARCEL PIO DE SABOYA: •Barros saguntinos>, Valencia, 1779 (Reed. Sagunto. 1972),
(91
p. 30,
t~b.
IIL
(15) D. CUEVES: «Elementos constructivos romanos encontrados en la necrópolis de La Boatella de
Valendao, !U C. A. S. E. (Murcia, 1947). •Cartagana, 1948,p. 276 y 278. ALMAGRO en la o. c. nota 5 corrige !a lectura.
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TEJA ROMANA DE SANT ANTONI
5
La Alcudia de Elche (Alicante), en donde hay dos tejas fragmentadas con las letras [H] ERENN(i) y (Her] ENN(i), respectivamente, según nos ha comunicado R. Ramos Fernández y hemos podido
comprobar visitando el Museo Monográfico de La Alcudia.
- Mallorca, en la forma L.HER.OF., sobre 3 ejemplares (16).
A esta documentación hay que añadir la que procede de las inscripciones romanas que nos dan a conocer en la ciudad de Barcelona ( 17) a varios miembros de una familia Herennia Optata cuya posibilidad de relación con el personaje de las tégulas ha sido apuntada,
siendo preciso hacer notar que el gentilicio Herennivs es frecuente en
la Tarraconense (18), sin que se pueda establecer sin más pruebas
una ecuación entre su presencia y las oficinas del taller de Herennivs.
En realidad es muy complejo atribuir a cualquiera de los puntos citados el papel de centro productor, ya que no existen razones evidentes para ello, si bien hay que aceptar la fabricación descentralizada
de este tipo de materiales y quizá Matará, con un horno cerámico y
ánforas Dr. 2-4 con la misma estampilla, pudiera constituir uno de
ellos. De hecho nos encontramos con una docena de sitios en los que
han sido halladas tejas con marcas del grupo de Herennivs lo que
arroja un panorama similar al correspondiente al sur de Francia (19),
panorama que es posible centrar en una época en la que se da en el
sur de las Galias y la zona litoral de la Tarraconense una situación
equiparable en cuanto a materiales empleados.
De las piezas señaladas, la única que va acompañada de una precisión cronológica es la de Badalona (Lám. II), idéntica a la que nos
ocupa, fechada estratigráficamente por Guitart en tiempo de Antoni-
(!6) C. VENY: •Algunas marcas de ladrillos y tejas romanas encontradas en
XXXIX. Madrid, 1966, núms. 14, 15 y 16, figs. !3, 14 y 15.
(17)
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S. MARlNER l3IGORRA: dnscrlpdones romanas de Barcelona•. Earcelona 1973 núms 47
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54y94yp.65.
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(18) G. ALFOLDY: ~Die Romischen lnschriften von Tarraco». Madrider Forschungen, 10. Berlin.
1975, p. 256, núm. 480. Existen también en la provincia de Valencia.
(19)
Por l_os lndlces publicados en_la revista Gallia hemos podido comprobar que esta marca so en·
cue~t~a en FréJUS (Provenza sur), (Ga/l~a XXVU, 2, 1969, p. 451); en el Oppidum d'Encourdoules [Alpes
manumos). en la forl!@. =L.ImREN_ y con MARI,(Gal/ia XII, 2, 1954, p. 4401; en Martigues (Eouches-duRhflnel. an la fonna HER.OP, (Gal/w XII, 2, 1954, p. 434): en las prox1midades da la cala de Saint-GervalS. v F BENOIT, «Nouvellos épaves de Provence (III)», (Ga/lia, XX. 1, 1962, p. 149), en la forma
HER ... O junto con APRI; ~la localidad de Grimaud (Ver), en el hallazgo submarino próx1mo al golfo de
St. Tropez, en la forma L.HER.O., (Ga/lia, XXII, 1964, p. 593); en la Décapris [Hyéres). en la forma L.
RE NN!, /Gal/ia. XXVII, 2, 1969, p. 452); en La Castellano (Grimoud, Varl,junto con tejes de MARI (Ga·
lita. xxrx, 2, 1971, P. 457).
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HE-
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5
C. ARANEGUl GASCÚ
no Pío, lo que nos permite colocar la modalidad de L. HERENNI en
torno al 150 de la Era, momento en el qlle la sigillata clara A abunda
en las costas tarraconenses, al igual que en el sur de Francia y costas
del norte de Africa, fenómenos del que no participan otras regiones de
la Península, más alejadas de los contactos mediterráneos durante el
siglo II d. C., mientras que en la periferia mediterránea tarraconense
sigue perdurando una fluidez de relación y tráfico marítimo (20) que
da explicación a una serie de productos coincidentes, articulados a
partir de talleres locales, con una posible continuidad durante el siglo
III.
12_0) O. c. nota .10, en la que se citan varios pecios cargados de tejas que demuestran el transporte
mar!ltmo para este t1po de productos, presumiblemente para trayectos cortos que pondrían en relación
!as áreas citadas.
-
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ARANEGUI.-Teja romana de Saot Antoni
Marca procedente de St. Antoni
LAM. 1
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ARANEGUI.- Teja romana de Sant Anton i
M arca procedente de Badalona
(conjunto y detalle)
LAM. 11
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THIERRY MARTIN
(Francia)
CERAMIQUES ROMAINES TARDIVES
DE MAGUELONE
(Hérault)
Le site de Maguelone, en dépit des outrages du temps et de l'Histoire, reste encare aujourd'hui un des hauts-lieux de l'Art roman du
Languedoc méditerranéen (fig. 1). Sur son ilot d'origine volcanique
entouré de lagunes, la vieille cathédrale Saint-Pierre se dre·sse toujours fiérement au milieu des pins et des eucalyptus, figée dans sa solitude grandiosa ( 1).
(1) Magllelono est situé dans le Sud do la Franca, sur le llttorallanguedocien méditerrenéen, A une
vingtaine de kilométres au Sud-Est de Montpellier. Le sita se presentaitjusqu'au XVIIIéme siécle comme
une petite 1\e dressée, non dans lamer, mais au milieu del'étang de Melgueil (ou Mauguio), entre le cordon littoral et la terre ferme. Aujourd'hui o'est une presqu'lle entourée de ruarais et de lagunes.
C'est 4la fin du VI
dans les textes. Ils nous apprennent en effet que l'insulp Magalona est, 11. cette époque-111., le siége d'un
éveché et qu'en 589 elle a pour év@que Boetius; celul-ci se fera en particulier représenter par un diacre
au cancile de Toléde et il asslstera lui-méma au concile de Narbonne en 590, Perla suite, au cours du
Haut Moyen-Age, la cité connattra l'occupation wialgothique et aura surtout 4 souffrir dujoug des Arabes q'Ui en feront une placo forte. Avec 18 reconqul!te franque, le sito sera partiellement détruit en 737,
sur l'ordre de Charles Marte!. Les év@ques et les habitant.s qultteront alors Maguelone pour se réfugier
sur le continent. I1 faut attendre la Xléme siécle pour voir 4 nouveau le sita ravivre: la reconstruction de
la cathédraleest ordonnée par le pape Jean XIX elles travaux sont commencés sous 18 direction de l'évéque Arnaud (1 030-1 0601; de~ chanolnes placés SCius la regle de Salnt-AgustiD viennent alors s'installer A
Maguelone. Au cours des Xlléme et Xllléma s.!~cles, la cathédrale est achevée et les biltiment.s ~onven·
tuels agrandis. C'est l'apogéa de Maguelone. A partir du XIVéme si!lcle, la cité connait des fortunas diverses. En 1536, le transfer du s.!ége épiscopal de Maguelone 4 Montpellier est déddé.Il ~st immédiatement
suivi de l'abandon défmltif de l'lle par les chano.!nes: les Mtiment.s entourant l'église sont vendus et certains détruits. C'est la fm de Maguelone. En 1632, Ricbelian ordonne le démantélement des fortilications
restantes: on abat les créne8UX et les m4chicoulis del8 vieille cathédrale. Vendue comme bien nntional
sous la révolution, elle sera rachetée en 185Z par Frédéric Fabréges quila restaurare.
Sur l'évéché de Maguelone et son bistoire, voir en dernier liau Langu~doc roman: le Languedoc médi·
terranéeru. Collection Zodlaque, 1975, p. 226-Z44.
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229 -
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
En 1967, J.-C. Richard décidait d'effectuer des fouilles aMaguelone; elles devaient se poursuivre jusqu' en 1973 (2). Dans un premier
temps, il s'attacha a mettre aujour une partie des b&timents conventuels attenants a la cathédrale. C' est ainsi qu'il a pu retrouver les fondations du cloitre, des galeries et d'une partie des salles qui s'ouvraient sur les galeries; au cours de ces travaux, de nombreux fragments de marbre, taillés ou sculptés, ainsi qu'une table d'autel furent
récupérés. Un second stade de recherches devait 1' amener a effectuer
plusieurs sondages en divers points de l'fie pour essayer de faire la lumiére sur les débuts de 1' occupation du si te. Ses travaux étaient rapidement couronnés de succés. Dés la premiere campagne de fouilles en
effet, il devait rencontrer plusieurs niveaux, malheureusement trés
bouleversés, datant de l'époque romaine: la découverte de sigillée italique (3), de tessons de Graufesenque (4) et de plusieurs formes de sigillées el aires africaines et d' origine rhodanienne, confinnait celles
faites par Fr. Fabréges au XIXéme siécle (5): l'ile de Maguelone avait
bien été occupée dés le Haut-Empire (6). Toutefois, il ne fut pas pennis
a J.-C. Richard de préciser l'importance de cette occupation. Selon
lui, il est possible que l'habítat.antique n'ait été qu'un habitat de pécheurs, peut-étre de commerc;:ants. Existait-il déja a cette épo.que la a
Maguelone une agglomération assez importante ou bien n'y avait-il
que quelques cabanes isolées? ll est encare difficile de se prononcer (7).
Néanmoins, au cours de ces différents sondages, J.-C. Richard a
pu recueillir plus d'un demi millíer de tessons de céramique romaine
qui s' échelonnent entre le début de notre ére et le VIéme sitkle aprés
J.-C. Ils proviennent pour la plupart de couches bouleversées par les
travaux agricoles du fait de la trés faible profondeur du niveau
archéologique. Au cune stratígraphie véritable n' a pu étre observée
pour ce matériel.
!21
Sur ces fouil\es cf. RICHARD (1968); «Galliao, XXVII, 2, 1969, p. 401.
En particulier un fond de tasse da Cn. Ateius. cf. J.-L. FICHES: «La diffusion des sigilléos ituliques en Languedoc méditerranéen A travers les timbres de potiers~. dans 11.. A. c., XI, fase. 3 ·4, 1972, p.
253-281; voir p. 280, n.• 241.
14) Los formes de T. S. sud-gauloisa trouvées A Maguelone sont les suivantes: Drag. 17 A, 15/17,
18/31, 24/25, 27, 29 A rlnceaux, 35/36, 37 A panneaux ou d métopes; Ritt. 9 et 12. ll s'agit dans tous les
cas de vases de La Graufesenque.
151 Au cours des foullles qu'il entreprit ill'intérieur méme de la cethédrale, Fabr~ges découvrit plusiours fragments d'inscriptions romaines. cf. FR. FABREGES: ~Histoire de Maguelone», París, 2 val.,
1894-1902.
161 Maguclone figure comme •cité~ de la Narbonnaise dans les dtínéraires d"Antonim {«Wnerarium
Anlonini», Wcss. 457,3 at 458,3- édit. Otto Cuntz, Lelpzlg, Teubner, 19291.
(71 La découverte de quclques tessons isolés du Ier Age du Fer laisse supposcr que le slte de Maguelone était occupé dós la Protabistoire.
(3)
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T. MARTÍN
'
A la demande de J.-C. Richard, nous avons étal;lli le catalogue des
céramiques romaines tardives trouvées a Maguelone (8). Il fait l'objet
de la présente puhlication et comporte une analyse typologique de
125 fragments de vases. Les catégories que nous avons considérées
sont les suivantes: sigillées claJres A, C et D; sigillées claires B et Iuisante;
sigillées paléochrétiennes grises.
Pour étudier les sigillées claires (
avons adopté la typologie introduite par J. W. Hayes (cf. Hayes
(1972)). Pour ce qui est des formes de sigillée claire B et de luisante,
nous avons utilisé les travaux du Prof. N. Lamboglia (cf. Lamboglia
( 1 958) et {1963)) et ceux, plus récents, d' A. Darton (cf. Darton {1972)),
Pour les sigillées paléochrétiennes grises enfin, nous nous sommes
référés essentiellement aux différentes études de J. Rigoir (cf. Bibliographie).
Pour les décrire, nous avons employé plusieurs abréviations; nous
en rappelons le sens ici: h.: hauteur; ép.: épaisseur; diam. b.: diamétre du bord; diam. max.: diamétre max:imúm; diam. p.: diamétre du
pie d.
Les dimensions sont toujours indiquées en millimétres. Tessons et
vases ont été primitivement reproduits a l'échelle 1/1. Une échelle
centimétrique permet de retrouver les rapports de réduction.
REMARQUES GENERALES
Sigillée claire A (fig.
2)
Elle est assez peu représentée a Maguelone. En effet, sur les quelques 600 tessons recueillis de 1967 a 1973 par J.-C. Richard sur ce site, nous n'avons pu en rattacher a cette catégorie qu'une vingtaine
seulement, soit 3' 5 % enviran de l' ensemble. Et il convient encare d' ajouter que nous avons été obligé d'en éliminer plusieurs de ce lot déja
restreint: leur état trés fragmentaire et leurs caractéres trap souvent
atyj>iques ne permettaient pas d'en faire Wle étude trés approfondie.
De ce fait, il n'y a que 13 tessons de sigillée claire A qui figurent dans
notre catalogue (n." 1-13). Tous, sans exception, appartiennent a des
séries tardives de la fin du IIéme siécle de notre ére. Les types que
nous avons recensés sont les suivants: Rayes 8 B (n." 1), 9 A (n. 0 2), 14
B (n." 3-7), 27 (n." 8). On note au!?si la présence de quelques formes
destinées plus particuliérement a la cuisson des aliments: casseroles a
!BI Ou'il nous soit permis de remercier ici Jean-Ciaude Richard pour toutes les facilités qu'il nous a
accordées a u cours de la rlidaction de ce travail.
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~32
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
5
fond strié Hayes 23 B (n. 0 9-10), couvercles a bord cendré Hayes 182
(n. 0 13) et 196 (n. 0 11 et 12).
D'une fac,:on générale, la sigillée claire A de Maguelone est d'une
qualité assez médiocre; la pateen est grossiére, les vernis sont épais
et les surfaces des vases trés souvent réches: autant de critéres qui
traduisent bien le caractére «tardif» de ces céramiques.
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Fig. 2.-Sigillée claire A (n.o 1 A 13), Sigillée claire C (n. 0 14 ;l. 18)
Sigillée claire C (fig. 2)
Elle est encare plus rare. Avec huit tessons seulement, elle représente moins de 2 % de la céramique romaine trouvée a Maguelone.
Nous en publions cinq ici (n, 0 14-18). Ils appartiennent surtout A des
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'
T. MAR'tlN
formes du IIIéme siécle; plata marli guílloché Hayes 45 A (n, o 17) et
grandes coupes a fond plat et bord incurvé Rayes 50 A (n.o 14-16). Le
numéro 18 est un peu plus tardif; il s'agit d'un bol Hayes 52 B ~ décor
d'applíque datant du second quart ou du nillieu du IVéme siécle.
Sigillée elaire D lfig. 31
Avec un indice de fréquence dépassant 10%, c'est l'un des types
les mieux représentés. Notre catalogue en comporte la description de
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Fjg, 3.-8lgillk G)aire D
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(D.~
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
7
31 fragments différents (n. 9 19 a 49 et fig. 3). Il s'agit surtout de rebords de plats et d'assiettes. Aucune forme entiére n'a été retrouvée.
Ouatre d' entre eux portent un décor estampé (n. 0 46 a 49). La majeure
partie de la sigillée claire D de Maguelone appartient dans !'ensemble
a la seconde moitié du IVéme shkle; ce sont en effet les formes de cette période qui sont les plus nombreuses: Rayes 58 A (n.o 19 a 24), 59
A et B (n." 25 a 28), 61 A (n." 29-30) et 67 In." 33 á 37). Quelques types
sont plus tardifs et datent des deux ou trois premiéres décennies du
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Fig. 4.-SigWée clalre B (D, 0 50 i 66)
Véme siécle: c'est le casen particulier des formes 61 B (n.o 31-32 et
44), 73 A (n.o 38) et du n. 0 39, l'unique fragment de bol a liste! 91 A recueilli sur le site. Les numéros 40 et 41 sont apparemment plus tardifs
encare et caractérisent les années 450 a 500 enviran. Nous signalerons enfm la présence de trois rebords de coupes qui semblent appartenir a des formes n' ayant jamais été répertoriées jusqu'ici: il s' agit
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T. MART!N
des n.o 42, 43 et 44; certains caracteres typologiques permettent de
les rattacher au Véme siécle.
Ansi, comme au Barrou ll Séte Ctvrartin (19751), on constate que la
sigillée claire D de Maguelone appartient surtout ella seconde moitié
du IVCme siécle. Trés rares sont en effet les sérles du début ou du milieu de ce siécle. Quant aux productions des Véme et Vléme siécles
elles n' apparaissent que de fac;:on trés sporadique. Cela confirme une
fois de plus les conclusions auxquelles nous sommes récemment parvenus en étudiant la diffusion de ce type de céramique en N arbonnaise (9).
Sigillée claire B et sígillée luisante (fig. 4, 5, 6)
Ces deux gro upes sont trés bien attestés a Maguelone oü leur índice de fréquence s'éléve !lprés de 18%. (Voir Catalo,que n.o 50-117). La
proportion de la luisante est toutefois supérieure A celle de la sígillée
claire B. Leurs caracteres techniques permettent d' affirmer qu'íl s' a~
~9) Cf. MARTIN (1974), p. 89-90 .si l'on an juge d'a.pnls la rlll'lllé du style Al et les da.tations foumies
par certains ensembles clos de cette ré¡¡ion )nécropoles du Chemin des Romalns A Frontignan, da SaintMichel 4 Montpellier et da Saze daos la Gard), c'est dansle cou.rant des ao.nées 310-330 qu'll faut placer
les premléreÍI importations de slgillée clalre D en Narbannaiae. Elle a se marquent en partlculler par l'arrivée sur certalllll marchés languedodens de plusieurs formes 58 et de quelques plata a. mar!! de IYJIB
59, daba des prapartions tot\lours assez falblea.
Dans les falts, c'est principalement a u milleu du IVAme si!lcle et surtout au caurs desase conde moitié, que l'importatlon de cenalns gro upes de sigillée clalre D en Narbonnalse va connattre sa plus graride
intensité. Ouatre formes vont alors se panager le marché; ll s'aglt des tYJieS 58, 59, 61A et 67. C'est aussl
la période d'apogée du style A2. Les promi!lree années du Véme siécle vant Atre caractérlsées a u contraire par un ralentissement de ceslmportatlons et ce phénomi\ne ve s'accentuer e.u cour~ du prem!er que.rt
de ce méme siécle: la rareté du style A3 et de certeines formes ~61B, 62, 63, 64, 68-73), de mAme que
l'absence totolo de vasos du !itylo B, tendont é. coñflrmer ccttollmpression. Au milieu du Vi\me siécle, la slgillée claire De pratiquement disparu des sitos de NRrhonnaise. Do temps A autre, il est vrai,·arrlvent
quelques vases en provenance des COtes d' Afrique. Mais il na s'agit lé., tout a u plus, que d'exemplalrea
isolés: la présence de quelques fre.gments de styles e et D ANarbonne et 4 Port-Vendres paut laissar e rol·
re A une certaine reprise des relations co:mmerciales entre le Sud de la Gaulle et cectaina pons d' Afrique
du Nord A la fm du Véme si
Il est possible de trouver plusieurs explications 4 cetta rRréfactlon de la algilléo claira Den Narbonnaise et, plus généralement, dans tout le Sud de la Gaullo, a u couu des premiéres années du Véme siécle.
Il ESt certain, en premiar He u, que la concurrence provoquée par l'apparitlon, ven 370; des preml!lres aigillées peléochrétien.ues sur les marchés languedociana et proveno;aux a fortement contrihué lile disparition progres~lve des importatlons africaines dans ces r!\gioDB-la. De méme, on peut panser quel'lnrtaUation das wi:llgothll dans le Sud de la Gaule a eu pour romoéqllence de restreindre, pou.r un temps tout
eu moins, les échanges commerciaux entro certain8 pons d' Afriqua et cette partie de l'Empire. Enfw -et
c'est peut-étre la ralson majeure-, on sait malntenant que bien des atelie111 de slgillée clalre D du Nord
da la Tunlsle cessérent toute actlvité lll'arrivée des Vandales.
Dansle coursnt de la premii\re moltlé dú V!!lme &lécle, on constate unerepriso effectlve des importations da sigillée claire Den Nerbonnalse. Cala se traduit en partlculler, par l'arrivée de granda plats
omés de symboles chrétiBna lfunnas 99, 103-104 et style E prlncipelament). Ce phénOII>éJ:lB s'obs!!rve, du
re5te, dans tout le Sud de le Geulle. Toutefois, on dolt constater que la diffuslon et la vente de ces formes
tardives restent essentlellement littorales et qu'elles se font A partir de certalna granda porta, tals Aries,
MarseiUe et, dans una moindre mesure, NarbolUle. De toute évldonce, c'est 4la •paix> que connatt le hassin méditerranéan sous Justlnlan qu'il faut attribuer la ranaissanco de certeins ateliel'll de &lgUJée el aire
D en Afrique du Nord et la diffusicn d'une pertle de laur productlon en OccldentJo.
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CERAMIGUES ROMAINES TA:RD1VES
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git dans tous les e as de séries d' origine rhodanicnne dont la période
de production se place du IIéme au rveme siécle inclus.
Voíd les formes de sigillée claire B que nous avons pu reconna1tre
A Maguelone: bol a lévre en amande I.amh. 2 (n.l' 50 et 51), coupe é.
marli guilloché Lamb. 4136 (n.' 52), coape hémísphérique Lamb. 8 (n,•
53-54), assiatte li hord rentrant Lamb. 9 (n, 0 55), urna é.la.rge emhou-
fi3,
5.-S~
luitllllla (n," 86 ;\ lOO)
chure Lamh. 2B (n. 0 56), coupelle Lamb. 35 (n.11 57 et 58), mortierproche du typc Lamb. 45 en signlée luisante ín.<1 59 et 60}. Les formes d&corées sont peu nombreuses: deux fonds de Drag, 37 a pied annulaire
(n,º 61 et 62) et un fragment de panse orná dont le décor rappelle en·
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T. MARTíN
core celui de certaines productions sud-gauloises de la fin du Ier siécle {n.C' 63). Signalons enfin la présence é. Maguelone de deux petits
bols carénés, décorés a la barbotine, dont le proflJ. rappelle celui du type Lamb. 2; ces formes, assez rares il est vrai, sont également é. rattacher a la sigillée claire B rhodanienne (n. 0 64 et 65).
Pour ce qui est de la sigillée luisante, le nombre des formes est
bien plus limité encare. I1 convient toutefois de remarquer la trés forte
.
...
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Fig. 6.-Sigill6e lulaante fn,G 101 é 117)
proportion des coupes Lamb. 1/3 B (n.o 66 a lOO) (fig. 5). Certaines
portent extérieurement un décor peint {n. 0 86-90); d' autres ont la caréne et la panse guillochées (n.0 91-100). Les fragments de mortiers
sont également assez nombreux; ils appartiennent a deux types:
Lamb. 45 é. mufle de lion (n. 0 101-102) et variante Lamb. 3/45 (n. 0
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
1 03-I 08).
Présence enfin de plusieurs petits pichets
14/26 In.' 109-117).
"
a une anse Lamb.
Sigillée paléochrétienne grise (fig. 7)
On est frappé de sa rareté: moins de 2% [voir Catalogue n. 11 118125). Elle est généralement d'assez médíocre qualité et trés mal conservée. Les formes sont tardives et pour la plupart, postérieures au
début du Véme siecle. Toutes appartiennent a u «Groupe Provenc,:ab> de
J. Rigoir.
Fig. 7.-Sigilléa paléochrétienne griae (a.• 118-125)
Les types présents a Maguelone sont les suivants: assiette a panse
hémisphérique Rigoir 4 (n. 11 118), platA lévre triangulaire Rigoir 8 (n, 0
121), bol caréné Rigoir 18 {n.o 122), bol A marli Rigoir 3 A {n.o 123),
mortier a listel Rigoir 29 (n. 0 124 et 125); deux tessons portent encare
les traces d'un décor estampé {n.o 119 et 120),
Il se confirme done bien que les DS.P marseillaises ont connu une
diffusion essentiellement cOtiére (cf. Rigoir {1972), p. 134 et fig. 5).
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T. MARTÍN
CATALOGUE
SlGIU.EE CLAIRE A (fig. 2)
1 (M ag. 0375)
Fragment d"une coupe Hayas 8 B (Lamboglia 11; rebord et départ de la pansa. Lévre
trlangu)aire et moulurh, é. BXtérlaur non guilloché. Fine incision circulalre sur la face interne. PAte dure, orangé clair, plgmentée deje une. Vernis orangé, épais et mat,
grenu d'asp,ect. Diam. b.: 210 anvlron; ép.: 5-6.
C'est l'une des formes les plus caractéristiques de la sigillée claire A (Lamboglia
(19581, p. 262·263). On place généralement son apparition ;lla fin du ler siécle de
notre ~re: c"est ainsi qu'un exemplalre de Vlntimille a été daté par N. Lamboglia des
années 90·100 ap. J, G. (Lamhoglia (19501, p. 31, fig. 8, n.• 12), Le type B eat plus
tardif. Selon J. w. Hayas, o'est eu oours de la seoonde moitié du Iléme siécle qu'U
faudraít placer sa période de production (Hayas {1972), p. 35; Jodln (1971), p. 6).
2 {Mag. 0374)
Bord guilloché d'une forme Hoyes 9 A (Lamboglia 2 A). Fragment. Lévre arrondle;
moulure extérieure bordéo par deux sillons en creux. Pé.te dure, orangé dair ;l pigmenta!lons .)aunes. Vemis rouge-oren¡;¡e, brillant. Diam. b.: 200; ép.: 4.
Tout comme le type 8, U a"agit d'una forme de sigillée clalre A trés commune.
Elle caractérise surtout lesecond sléc1eet connait plusieurs variantes dont certaincs
non guillochées (Lamboglia 2b/2c, Hayas 9 A par exemplel. Diffusion importante sur
toute la périphérie du bassin médlterranéen !Rayes (1972), flg. 4, p. 36-36).
3 (Mag. 0278)
Forme Hayas 14 B (Lamboglia 3 A/BI. Bordure et pansa. Lévre biseautée ;l l'intérieur; canlne peu marquée. PAta rosée, granuleuse. Vernis rouge-orange foncé, mal
et ~piqué' en plusieurs endro\ts. Traces de tournassage visibles ;1\'lntérieur. Diam.
b.: 180; ép. 5.
Type également assez fréquent en Méditerranée sur les sitas romains du IIéme
siécle ap. J.-G. La variante B est datée généralement de la seconde moitlé de ce slécle {Hayes 0972], p. 41; Lamboglla (1958), p. 129-131).
4 !M ag. 0339)
M~ me forme, type B. PAta orangée. Vern!s mat. Dlam. b.: 170. Datatlon: dewdéme
moitié du IIéme shlcle.
5 (M ag. 04691
M!lme type de vase que les n.• 3 et 4, a lévre en blseau. PAta orangé-jaune, assez tendre. V erais mal conservé, écaillé A certains endroits. Diam. b.; 175; ép.: 4. Méme
datation.
6 (M ag. 0373]
Jdem. VenUs rouge-orangé mat, bord vertical. Diam. b.: 190, envlron.
d'un b<:>l Rayes 14 ;llévre arrondle. PAta rouge brique, plgmentée de jaune.
Vernis épais; lnlsant, réche, aveo quelques vacuoles. Diam. h.: 180; ép.: 4/5. Datation: milleu seconde moitlé du Uéme eiécle.
7 !M ag. 0464)
Bo~d
B !Mag. 0372)
Plat de forme Rayes 27 (Lamboglia 9 A). Ouverture refermée. Uvre soulignée intérieurement par une fine raln\ll"fl clrculalre. PAta orangée et textura grenue. Vernis
orangé-jaune, assez clair, liase au toucher. Dlam. b.: mm mesurable.
Type assez fréquent en slgillée claire A. On en connaft plusieurs variéth dont
u.ne apode. Les fonilles de_Vintimille et d' Ampurlas ont montré que cetta forme tendal! A falre son appiiiÍtlon au oours du demler quart du UW:ne siécle, pour devenir
trés commune dansla premiére moitié du sléole sulvant (Hayas {1972), p. 51: Lamboglla {1956), p. 274).
9 (Mag. 0466)
Rebord d'une «casserole•ll fond strié Hayos 23 B (Lamboglia 10 A). Profil onvert et
presque droit. Un sillon clrculaire en oreux marque intérie\ll"flmeot la base de la lévre. Di a m. b.: 230; ép.: 5/6. PAta rouge briqua, assaz gmuiéra, avec de nomhreuses
vacuoles. Vernls orangé a l'interleur, liioirclJ et récbe sur toute la surface externa
du vase.
Forme trés fonctionneUe et d'un usage fort répandu sur tout l'ensemble du bessin méditerranéen au cours des premlers slécles de notre ére (Hayas {1972), p. 4748). Les plus anclens exemplaires connus remonlent a u début du Illlme slécle (Lamboglia (1968), p. 277, A VintimWe en particuller]. Ce type de ri!clplent, destiné surtont !l. la oulsson des allments a continué Aétre produit et ut!lisé dura.nt tout le reste
de ce slécle. n a lité aussl tréll souvent imité en céramlque commune et son emp!<:>i
n·a définitivement cessé qu'au coura des premiéres années du liiétue slécle.
- 240 -
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
13
10 (Mag. 0463)
M~me forma qu!!la nwm\ro précédent. Rebord extérieur également •btuni>. Pré~en·
ce sur la lévre d'un rtrou de réparatioilJ. Pá.ta dure, oranglie et groaslére. Dlam. b.:
240. Daf¡¡fion: deuxiéma moltié du IIéme slécle probablement.
11 (Mag. 04.67)
Fragment d'un couvercle !l. bord cendré Rayes 196. L~vre arrondie. P!te dure, assez
grossiére, de couleur rouga brlque. Fas d'engobe. Stries de toumasnge visibles 4
l'extérieur. Diam. b.: 230; ép.: 5/6.
Type de couvercle également trés commun aux IIéme et III!lme siécles de notre
lire en Méditerranée cu.!dentale !Hayas IHI7Z), p. W!H~U\f; l.:arand.lni (1968), p.
86). Certalns, d'aasez grand format, cnt pu également servir da plata (cf. Vegas
0973), flg. 17, type 16).
12 (Mag. 0462)
Méme forme que le n.o 11, roab icl la lévre est trlangulaire. llordure to~ours
cendrée a l'extérleur. N.te rouge brlque. Dlam. b.: 210; ép.: 5/7.
Par son profll, il se rapproche assez d'un exemplaire recuellli é Vintimille (Lam·
bogUe (1960), p. 139, flg. 78, n, 0 34),
13 (Mag. 0465)
Fragment d'un couvarcla é bord cendré llayes 182 (Carandini 61), Lévrtl bien dé·
tacMe, convexe extérieurement. Ml!me type de p!te que les n.• 11 et.l2. Dlam. b.:
224; ép.: 5/7.
Forme plus rara. Toutefo!s plusieurs gisements d'Occldent en ont donn' dans
des niveaux arch~ologiques datés des annéos 150 i'l 200 enviran !Hayes (1972), p.
201·203), Mercédés Vegas considére pour u part qu'ils'agítlll. de plats dastinés ll.la
cuisson de certalns aliments et non de couvercles !Vegas (1973), type 16, n.• 13).
SJGILLEE CLAllUI: C (flg. 2)
a)
Lisse
14 (Mag. 0583)
15
(M ag.
0407)
Plat de forme llayes 50 A 1 (Lamboglia 40). Fragment de bord. Lévra eflllée, arrondie é l'extrémité. Pa.te dure, fine, rouge brique. Vernis rouge-orangé,Juisant et Jl9se
(type Carandini C 1]. Diam. b.: 3BO; ép. 3/4.
Type trés répandu en Afrique et dans toute la Méditerranée, occldentale aussl
blen qu'orlentale. Quelques exemplalres ont lité aussi recueillls dansles provinces
rhénanes (autour de Cologne en partlculier) et dan~~ les réglons Danuhlennes. S a date
d'apparltlon eat 4 placer aux alentours das annéas 230·240 de notro llre.ll ne dispera!tra qu'auez tardlvement au COilrll du IVéme a!écie, apris avoir suhi de tnls légéres transfonnatlons. Le plat étud.lé ici est antérleur a 3251Hayea (1972), p. 69·73;
Salomonson (1968), p. 114-116).
M~me forme. Fragment de bord. P!te fine, rouge. Vainis rouge-orangé, de bulle quaJité. Finas strias de tournassage visibles tant 4l'intérieur qu'é J'UJCtérleur. Diam. b.:
400; ép.: 3/4. M@me datation que le numéro précl!dent.
I~em. P!to tendre et pulvérulente. Vernis assez mal consarvé. Diam. b.: non mesurable. Datution; seconde moitié du IIII!me aMela.
17 (Mag. 0532) Bord d'un plat Hayas 45 A (Lamboglia 42). Marli tnls effilé, avac un fin décor 4 la
roulotte dane se partle médlane; la bordura da la hlvre est soulignéa par une ralnure
circulaire. Ptlte dure, fme, marron-orangé. Vemls bien conservó, rouge-blstra, mat
et liBsa. Diam. b.: 390; ép.: 3/4.
Forme caractéristique du IJiéma si>lcle de notre éra (Bayas (1972), p. 62·55; Sa·
lomonson (1968), p. 116-117). Ainsi é Doura-Euro¡ws, ca type ast connu vers 250
(Cox (1949), p. 16, n.• 92-93; Waagé (1948), pi. VIII, D. 0 812 a. p.). MAmo datatlon
pour un exomplalre entier recuellli a Athénes (RobinsoD (1959), pi. 64: k3). A Vinti·
millo enfln, N. Lamb~gllo trouvé é plusieurs reprises ce type de plat daos dos conches de la douxiéme moitlll du IIIéma siéde (Lamboglla (1963), p. 152),
16 (M ag. 0321l)
a
bJ
A relief d'applique
18 (Mag. 0408)
Fl'agment d'un marll de bol Hayea 52 B (Lamboglla 35). P!te rouge brique, dure,
procho da calle das slgilléas claire D du IVéme sl~cle (type Carandini C3). Vernis de
bonne quBlité, rouge également. Dlcor: Teta barbue du Dlau Océm, de face; le haut
du front at une partle de la cbevelure manquen t. Diam. b,; 200 ép.: 4/5 (Planche IJ.
- 241 -
[page-n-282]
T, MAI:I.'l'IN
Fcrm~ tth f~qtl$nt<~ tn Afttqual{OI m répm:ldue daos toute la Médóterrll.tlée:
ltall• {111, Pl!nlnsule !Wriqu'! (t2!, Gn\~e {131, Pro<:h~rOi!ent (14!, Aw;e.e hinn at·
~ dt\U le sud de la GaW.. onNnrhocnai.teenptttticuller! 15). :Malgré sa relatlve
abo:ndan, 011 typeNtrte eru:ON UIIU mal datá. Ou puut Weuttler wuWf<:~ls qw dan~
\In& rombe de la nt:io~~.~pDle d4 HanchlrEtAolija, teUt furtru~ étalt a~~;~cié
A rcllaff d' appliqútl de type: A/C ain!li qu'll: uno uuupho.nn omée da reliefs f>JíW au
1UI:lUI9 del'att~li&r de NavlgiUI \fi.u Ultma, début IVéme sieciE-! 061. A Balo, w type U
étl! tiiDCOBU'é Ad.lv&teell repdooe dan5 dell .::cntextee du milleu du IVt\mo .siécle l t 7).
D" datatlo!W &$$4!- 'ló!JI:nes oat libéur dee ell
dor (18), a MarianeiCUml !t(ll et sut' ~l.;ues $ltQo du moOOe é&{
p.articuliar) (21)),
O.U&Iit é 1-alétb d'OOOa:n, il s'agit !4 d:un théme décor&tifque l'oo. retrouve a•aez
fráquamnwut 11\lt !u mw:ll
il est gfnk!llimlont UIIGcié a lh!s coupl>n de p~s ou bien A !!M dli.uphlns, Ainsi,
un ma~~q>~• d'OCI§o.n, !dlmtiqu' 3 rnllui do M~~.gi.Whme, figure Bllr Jt; t!:Uirl.l d'un vand
p!1td~Í
nent dllUX pnusnna déCilliint ~ut l$ mlli'll d'une futme S2 n d'El Muja, dé·
posi!e &n,IO:W'd'hui 11u Musél! dul.!rttW'tl !~2). De m&me, tm le volt a00011té par de dauphlns sur une. trés bftlle r:oupe Huyes 51 B {Salomormm CL truuvée a !.a fin du
xt:Xi\tM sléc1e ~ '1'télepW IAII.é:tlll/ et ~ 11. l!erlln tm 'l:lftl> rellelll d'appllque
reprisonW!l Oeéan ant aus.r été s!¡¡n~Hm tiUl"ilM vuM d6 sl¡l.llte dain! e d~ Djéwi
t. :24), Belo 4251, Cagliart (21.U, 1\m:tle i27l, Alexandtie 1261, S(U'Jl.&rle 129). Le nombre
WI!IUI: élevé d~ n~priurrtatiOM da lll!".ta divinité mlll'iae sur ~ c..U.gnrin de "!~
fillbo d'linl e'allp!!IJUI! 11M«!: ahément. n &llffit de rap)ll1htr trJ la popu!llliM CQMUU
par ;:;u Dl.eu d&n$1•1 j'l'f'OVtncte d'Aftlqua du ll~rtul' á le fin du t\'éme ~ (3Q): sur
! 101 Ct l.AMEOGLIA (I9G3j, C. 35; SALOMONSON !1968), C. 11, pi. IV atfig. 30, n." 3; td. \1969),
fnnn8 b, p. J?; HAYES (1972!, p. 76-78.
U 1) A 'Roo:ne, d. VEilMA.SE'.RENNAN ESSEN (19651 ril 85: ;m Sidle, 1'. ORSf, tNtiQVI'! ~ de
territln'lo lliriiCUSllJlJJJ, dana N.S.C,. l'il L2, p. 3.59, flg. 12: d Ollli11. cl'. FLORIANl-SOl!Ali\ClAl'!NQ (19511,
p. lJG, n.• 4·6 et p. lJ9, n:• 4; autree référem:ru darw Hayw 0972), p. 76·7!1,
ll¡, 1, VU, \'lU; CA.nALLEI:\0 ZOREDA (19711, diiHlts el(emples.
03} A Athéll\ll> lfoulll!ni de l'Agonú, tf. WAAGE 0933), p, 295, fig. 2.
04) A Antioebe, cf. WAAGE {194EI;, fig. :za, n.• 4: Samari~\ cf. CliO\VFOOT·KENYON {19&71, p.
354, f¡g. l>::t n.~ 2\i·2!ia.
[l!ij Cf. FOIJliT! \ 9G6t á MWltiDJlUrlu.. f><>ur 1Wil étud!l plus comp!Ate; cf MARTlN (t974), chap, l,
•Ohs=vatiOtUJ st:r lit dlfful¡!()Q des vas.11s a rollcl\1 d'upjlfiqull d'<>diinB africeine dans le Sud de ia Geuie:..
(1ti? sur~ tmnbe. A. MERLIN, KA.C~ Hll4, CU, n5 0.; SALOMONSON OSS8!. p. 120; id. Hl:l69!.
P. 107 Ji N, 10.• 6; ll'AY.ES (19721, p. 77, n~ 1!'1.
!t 7) BOIJFC.liDlS il969l, p. 49·$0.
OBI JODlN {1967], p. 151. pJ. LXVL
:u)) Id, (1971), p. 26-JO.
:20] HAVES íl972!, p. 78.
;:;¡¡ f Sur ce p!.at, cf. FOUCllER 09581, p. 25. pL XVIa: SAl.O:MONSON Uses:, p. 108, pl. ill r-• 3;
BOURGl!O'IS (1969), p. 44; CADAUJm0 ZORIWA !19711 p. 22; HAYJ!S HOnJ. P. 75=, n.o !H/5).
l22) Numéro d'irt.ventakl'l A06639; SALOMONSON il969\, tL 101, ul. II, n.~ 6: l>OURCEOIS {1969),
p. 4-5, pi. VII, fig. 2 et pt '/lit n,• 2; CABALI.ERO ZOIUIDA {1911), p. 22; lrAYES U972t p. 77 !52/ll!.
!2:.>J Cf l!ESNlEIVl'H..ANC:URT 11900), pl. V, n.$ 9; NEl:GEliAUER 11932), p. 210, u.• 31Ct!i'l: SALOMO:-fSON (l%91, p. 101!; CABALLERO ZOREDA !HI'?I!, p.;<;;>; HAYES ü"972t p. 75.
[24) SAWMONSON HG69t pl. !, n.~ 5.
125) l'ARIS et ooll. ti 923·H12t>i, toma 2. p.. 165; DOURGEO!S !l9B9i, p" 44, CA!IALLERO ZOB.EDA
0971), p. 1'9-20, fig, a: RAYES 0972), f'· 77.
\2li~ cf. P. MlNGI\21JJIH, NSC, 1!>49, p. 259, n.• 97, fls. 33 e; rér, Hl\Yl!S !1972f, p. 75 !51/1>1.
i27l VERMASE1Ul.N/VAN ESSEN íl965l, p, 358, n.e 62:!--623 et pl 87, n.• 4.
(281 SALOMONSON (1969), p. tna, RAYES (:!'!72), p. (12 í54/4),
í29) CROWFOOT·KENYOX 09571. p. 345, fig. 83, n.• 25.
!3!l) !IOURGEQIS il969!, p. 54.
- 242 -
[page-n-283]
CERAMJQUES ROMAINES TARDlVES
"
bien de~ masaiquea de cea régions-111., en effet, il apparatt comme un des thémes favoris (31). Da méme qu'on le voit flgW'8r ll.la mém11 époque sur plusieurs mosaiques
de la Péninsule IMrique (32), d11 Gaule (331, des Iies Britlllliliquea \34) et sur quelquee piécea d'argeoterie (35).
SIGILLEE CLAIRR D (fig. 3)
19 (Mag. 0547)
20 (M ag. 05441
21 (M ag. 05&S)
22 (Mag. 03091
23 (Mag. 0305)
24
(M~g.
05521
25 (Mag. 0550)
Burd et puse d'un plat de forme Hayea 118 A(Lamboglia52); marli holhootal et Hase; lévre lm'ondle. Pl\te et veroia de type Dl (38), Dlem, b.: 280: ép.: 5/6.
Forma trlls co:wmuna en rigillée clalre D. Elle caractllrile surtout IBB cauchas do
la promiére moitié et du milleu du IVéme slécle (Salomonson (1968), p. 124: Hayes
{1972), p. 95-96).
Méma forma.Fregment de bord. Marli horizontal; la lévre forme cependant unpetit
bourrelet Al'extérle111: un t!lllon uteme marque la dépllrt de la pame. Plte et vernia
de type DI: ca darnler eet mal cOLBarvé. Dlam. b.: 244; ép,: 4/5. Data~on: mllieutrols16me qullrt du IVéme s!écle.
Mllme forma. Marli court et horizontal; l'extrémit.6 aupt1rle11111 de la lévreestho:rdée
par un fin slllon circulalre. Type uee1 évué, Dlam. b.: 250 envil:on; ép.: 4/5. M~me
datetion.
Idem. Forme aase& profonde. SJJloo trés marqué aur le dasaua du marli. P.Ue
orangée, tendre (D 1). Vemls écaillé et peu adhérente terne et mat. A 1'u.térleur, d113
traces de sule sont enCOl'll visibles. Diam. b.: 190: ép.: 5/6. Data!lrm: m!lieu
du IVéme siécle,
Mémo formo, Fragmant de bord et panse. Plt.e et vernia de type Dl. MurU horlzon·
tal, Sur la bordure de la lévre, un t!lllon. Forme rprofondu.. Diam. b.: 230. Milleu du
IVéme siécle.
M~me forme. MinWiculo fragment de hord; merli caurt et plat, avec un 11\.Uon aur la
desaus. PAta et vernia do type Dl. Striell'do taurnesaage vis1blea a l'intérleur. M&me
datation.
Borda marli d'un plat de forme Rayes 119 B \Lamboglla 51); deu ioclslona aur le
daasua. Lévre arrondie. Diam. b.: 234; dp.: 6/6. Plte et vernit do type DI.
Forme trile commune dont la diffusion a ét6 quaal génkale au tvflme s!•cle d&
notre ére dane toutle bual.o méditerranéen (Rayes (19721, p. 86-89; Martln (1973),
p. 210-213).
(31) Aux thermes de Thémétra, par exemple, cf. FOUCHER (1958), p. 15 et 25; MERLIN, :BAC,
1911, p. CLIX, n. 0 2. Vil111. de Bir·Chona (TunisieJ, voir dnventaire des mosaiques de la Geule ot de
l'Afrique, tome II, Tun.isie, fase. 1, n.' 448.
132) PALOL SALELLAS (1963), pi. 16; íd. (1967).
(33) Cf. dnventeire ... •, tome I, Narbonneise et Aquitsine, fase. l, n.• 167 et 376 (Vienne, Saint-Pentice).
(34) A Frampton, a Dorchest.er, cf. SMITH (1965), pi. 6 et 8.
(35) Il constitue p>:~r exemple l'embléme centr>:~l du plat de Mildenhall, déposé a u British Museum,
cf. DOHRN (1949), p. 77 et pl. l.
(36) Sur le définition des types Dl et D2, cf. MARTIN \1974), p. 33-34: id. [1975). Nous rappellerons briévement ici leurs caractéristiques:
Type pi: wuga-orangé foncé; homogéne; t.exture trtls légtlrement •feuilletée~: dégraisso.nt: grains do
quertz (11 1/10 de mm) et noyaux argilo-calcaires arrondis, souvent visililes a l'oell nu. Angles des cassures plutót vifs. Vernls: rouge-orangé clair, brillan!, peu épais. 11 caractérise les productions du IIII!me
sitlcle (styles Al et A2 essentiellement),
Type D2: brun-rouge et marron foncé. Texture granuleuse, souvent friable et moins bien mélée. Cas·
sures trés irréguliéres et mousseuses; dégraissant: presque. uniquement du quartz; traces parfois d'éléments détritiques d'origine organ.ique. Rareté des nodules argilo-calcaires: lorsqu'ils existent, ils se présentent alors sous la forme de noyaux blanchiltres, le plus souvent isolós: leur taille ·peut atteindre jusqu'a un millimMre de diamétre. vernis: épais et granuleux. Ce type caractérise surtout les vas es de style
A3 et les séries des Véme et Vléme siécles (styles El et E2).
(371 En particulier dans la région d'Inkerman, cf. Arch. Pamatki, XII, Kiev, 1963; réf. RAYES
(19721. p. 97, n." 5.
- 243 -
[page-n-284]
16
T. MARTÍN
La date d'appllritlon da ce type de plat est assez précoce at doit étre placl!e au
cours das toutes pramiéres annéu du IVéma ~écle. C'eat du molna ce que parmettent da Jl!lllSer les résultats des foullles da Vintimille (Lamboglia (1950), fig. 4, n.• 2 et
6) at dn obsarvatlons eff11ctuée.s sur certalwlaltes des b11rda de la Mei Noirs (un
Crimée, par exemples) (37). Mllls c'eat esaentiellement a u ml.lleu du IVilme ai6cle que
cette fciDJ.a va connattre sa plus grande difl\!a!on. En fait, ce sont les prem.léres
années du Véme slécle qui verront sa disparitlon (Hayas (1972), p. 99-100).
26 (M ag. 0545) Méme forme. Pansa et fraglllent do bord. DeuxincililOns sur le deuus du marll, PAta
asse:~: tenclre, orangé clair. Vernia épaia, marron clair avec des reflets brill!lllts.
L' elrtérteur n· est pas crbervb. Stries da tournaa!llge villillles 11. nnU!rleur, Diam. b.:
300; ép.: 5/6. Datatfon: mllieu-aeconde moitlé du IVéme siécle.
27 (Mag. 0543) Id'lm. Fragment de bord. Marll horizontal, avec un aeul sill.on placé i la bordura
supérieure c>cterne de la Mvre; pite et vernh de typa DI. Dia.m. b.: 2!10; ép.: 5/6.
Mame datat.ion.
28 (M ag. 0306) Plat da forma 511 A. Fl"agment de bord. Inclsions obliquen sur la ¡;aroi eX: eme de la
pansa. P.ite et vernia de typo DI. Diam. b.: 280; ép.: 7/8. Dalation: aeconde mo!Ué
du !Vém.e siécle.
29 (M ag. 035~) Plat il. bo•d rentrant de forme 61 A (La.mlmglla 64). Fragment de bord. Lévre de aec·
tion. trill.Dgulalra; angla e>ctérieur vif. P.tte et vemis de type D l. Di a.m. b.: 270; ép.:
ws.
Formo tr~s couuuune dtu~ala &econde moitié du IVo\me si~clc de notre ére et au
cours du premler quart du a!éde suivll.Dt (Lamhoglia (1963), p. 19B-19ll; Hayas
(1972), p. 100·107; Martin (1974.), p. 209-210).
Méme farme. Variante A. La lévre est aoulignée i l'intórieur par .un aillon clrculalre
horhontal. Pato ot vernls de type DI. D!am. b.: 290; ép. 6/6. DataUon: 376·400,
31 (Mag. 0641) Bordura d'un plat de forme 61 B. Lévre rentrante, arrondle sur lo dessua. Le bord
est aouligné l\ l'extérleur par une gorga assez bien marqulie. Plte et vernls de type
DI. Dlam. h.: 320; ép.: 6/6.
On data he.bituellement la variante B des an.néea 400 A 450 de notre ére (RAyes
(1972), p. 107).
32 (Mag. 0105) M
A ae redresser, caroctéristlque qui permet de le dater poatérieurm:nent au déhut du
Véme siéde (cf. Martin (1975), n.o 7). Pll.te et vernis de tyPeDI. Diam. b.: 270; ép.
6/6.
33 lMag. 0356) Fragment d'un plat de forme Hayos 67 (Lam])oglia 421. Borden «escalien; une ID(lU·
Jure en creux marque la hordure extérleure de la illvre. Plte et vernia de typa DI.
Extérieur rréservé>. Diam. b.: 320; áp.: 6/6.
Type trés o;:ommun (Lamb
Martin !1973), p. 213-214]. Las premien exemplalrea connua font leur apparitlon
vers le milleu du lVéme slécle. En 366 par exemple, on la retrouve sur le sit.e jorda·
nlen d"Araq el Jemir !Rayes ( 1972), p, 1161. Ma.is c·est surtout au cours du demier
quart du lVéme sl~cle que sa dlffusion va aire la plus importante comme nous l'apprenneut diversas découvertes réalisées en Provence (Deneauve (1972), pi. IV, C.
1278 et p. 225), AVlntlmillo (Lam])oglla ( 1950), flg. 92, n.• 1; flg. 101, n.• 2 et 3; fig.
104, n.• 5, et fig. 114, n.• 8), ainsi qu"en Méditerranée orientale, en particuller A
Athénes et A Antioche fWaegé (1933), pi. IX, n.• 157-158 et p. 17; id (1948), pi. IX,
n.• 669"872, et p. 49).
30 (M ag. 0411)
34 (Meg. 0284)
35 (M ag. 05421
MGme forme. Frag!nent de b(lrd, asen aplati. Lévre ll!Tondie i l'eldérleur. P!l.te et
vernls de type Dl. Diam. b.: 390; ép.: 6/7. Datution: fm du lVéme siécle.
ldem, avec une moufure en creux sur le bord supérieur de la l~vre. Pll.tll et ve mis de
type DI; celui-cl est aase~ mal caDBervé. Diam. h.: 230; ép.: 6/8. M4me datatlon qua
36 (M ag. 0330)
le numéro 34.
Méme forme. Fngment de bord. Variante é.lévre épalsso et ratombant i rextérieur.
Moulure en creUJl vera le milleu du marli eupérleur. Pll.te et vernls de type DI. Diam.
b.: 260; ép.: 4/6. A litro de compara.Jaon, cette variante a été déjA slgnalée ~ur la slte
de Mariana(Corse) IJodin (1971), p. 35, n.• 105). Un plat oyant les mémee caraotérlstiquas est conservé aussi au Brltleh Muaeum (Rayes (1972), flg, 19, n.• 9). Dafat!on: début du Véme si~cle probablement.
-
244 -
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CERAMIOURS ROMAINES TARDIVES
37 (Mag. 0549)
38 (Mag. 0550)
39 (Mag. 0468)
40 (Mag. 0250)
41 (Mag. 0205)
42 iMag. 0555)
43 (Mag. 0548)
17
Mllma typa qua la précédant. Lévra Iris ratombanta; 1,1D.II double moulure, en craux
sur le marli aupérleur. PAta beige. Venrls ja\!De·onwgé.Diam. b.: Z70; ép.: 6/6. MAme datation que lo numéro 36 .
.Bord d'un bol Hayu 73 A (LambogHa 57). Ltlvre trlant~ulllira; marH trés iésérement
incUné. PAta ot vornis de IYJie DI. Diam. b.: 165; ép.: 4.
C' eat une forme assaz fréquente sur lea gisemants romalna d' Afrlqua du Nord et
de Cyrinalqua (Hayas (1972), p. 121-124, fig. 211. Ello nt égelement préae¡¡te sur
quelquea granda Bite& de Méditerranée orlentale: Athénes, Antloche, Sa!Dt-Ménas,
etc... IHolwarda (1936), n.• 630; Breitall8te!A1Johan6BD (1956), pi. 312, n.• 111; Xorosec (1956), pi. XVI, n.• 41, Elle eat bien plus raro en Occident. Guelques u:emplalras
ont été Bignalés a Aries (tambo gUa (1963), p. 204) et sur l'épave de 1'Anlle Gerbal a
Port-Vendre5 (Pyrinén-Orlental~a) (Martin 0974), ftg. 83, n.• 1-4). Malgri aa relativa abcndanca, ca type de bolast encere aase.r. mal daté. Il faut vralaamblablament
le uttacher aux productions afrlc!Jfnes du V¡Jme ahlcla. Alnsl, 4 Salnt-Ménu (Egypte), il figurait dllll.ll un contexte daté dus annéea 480 de notl:'e tre (cf. J. Ens:eman,
Mitt. d. Inst. Kairo, xXI, 1966, p. 186-187i. A Athénes, au contl:'airtl, ll eat préBBnt
dans les niveaux de la premiéra moitlé du Véme siécle ifouillea d l'Agora)CHayeB
11972), p. 1241. Hayas, pour 111 part, eat d'avls de placer ea pérlode d'utllbatlon entre lea aiiD.éaa 420 et 476.
Rebord d'un bol4llstel Hayas 91 A (LambogHa 38). Fragment. PAte et vernia da type
DI. L!stel horizQntal A axtrémité recourbée. La lévre manq'le. Diam. b.: non mesura]) le.
Trés Jbnct.lonneUa, cette forme a cannu une grande dilfuai.on au Bas-Empinl, ten!
sur les ~ements romairul d'Orient que d'Occident. Son apparition seralt 11 placer
(lana lea preDliéres années du Véme alécle. ll en exiete des examplalrea tardlfa ancore au vtéme sl~cle (Hayea (1972), p. 140-144; Martin 11875), n.• 12).
Bord d'1Ul bol Rayes 99 A (Lam.bogHa 1). Lévre en •amando., arrondie 4 l'extérleur.
l'Ate et vernis de type D2. Dlam. b.: 180.
Forme assaz =une qu1 deviendra fréquenta dans la saoonde moitié da Véutu
al~cle. On an connalt das varlantea encare plus tiii"divea (Rayes (1972), p. 152-155;
Martln (1975), n.• 13).
Forme ossez vols!ne da la précédente. Mais le bord e:ttériaur, au lieu d' @tre arrondl,
art plat et obllque. Pite et venrls de IYJie DI (?¡, Dia.m • .b.: 180-190; ép.: 4/5. Datation: Vllme siécle ap. J. C.
Forme lnédite. Lévre trhwgulalre 4 bordlll'fl externa' vertloale, L11. pii.I'Oi eat guillo~hée 4 l'elrtérieur. Pllte de tYIJB DI. Vernls aasaz mal conservé et écaillé en de
nombreUJl endrclla. Paro!s assez fine• et peu épalases. Dlam. b.: 190; ~p.: 3/4.
A rapprocher d'u.ne coupe bémJsphérique da Salnt-Etienne de Gaure (Rouffiac
d'Auda, Auda), dont le proffi est comparable (cf. Martln (1974), p. 143-144; tlg. 67,
n.• 1). Datatíon: Fin IVtlme, début Véme. aiécle, sana qu'U aolt poasibla da préclser
davantage.
Grand plat de forme indétf!rmlnée. Lévra en biseau. P4te ot vends da typa D2. StrJes
da tournanage vi~iblas A l'in.térleur. Dlam. b.: 320; ép. 5/1).
A rattacher vraisamblablement aux productJons tarWvea dala slgillh claira D
du Véme slécle.
44 (Mag. 0208)
Autre forma inlidite. Rahord. I.eV111 en bourrelat, Parois obliques et droltea. P4ta et
vemis de type D2. Diam. b.: 280: ép.: 5/6. Datation: saconde moitié du Véme siécle (?).
45 (Meg. 0553)
Rebord d'u.n plat de forma 61 B. Bord trlanguialre. La levreut soullgnéa l l'inté·
rieur par una mouiure en creu horizontale. Pille et varnls de type D2. Dlam. b.:
260; ép.: 6/6.
Cette varianta est datée généralement de la premlére moftié du Véma aillcle
(Hayes (1972), p. 107; Deneauva (19721. pi. 1 et ll).
46 (Mag. 0560)
Fond d'u.n plat Hayos 67 Adécor estampé. PAta et venrla da IYJIII D 1. Décor: styles
A2 ou A3. Sur le mlidaillon 081ltral, alllnnance de croissant& bachurés (n.• 72) et df!
rouelles oonoantrlques In.• 10). Detation: lar quart du Véme siéde (Planche 1).
- rouelle n.• 10 IMartln (1974), p. 69). Tres commune sur formeil60, 81A, 82A
at 67. Cf. Hayas (1972), n.• 27; Mouret (1927), pi. 53, n.• 23; Zalss (1933), p. 488,
fig. 16; Waagé (1933), fl.g. 3, n.• 150-158; Id. (1948), .llg. 29, n.• 4-5; Jones (1950),
- 245 -
[page-n-286]
"
T. MARTIN
flg. 163,
12h.
n.• 6; Allala (19511, p. 41, n.• 10; Jodlll/Ponalch (1960), pl. 1-IV, fig.
Ba,
-croissant n.' 'J21Martln (1974), p. 78). Cf. Hayea U972), n,• 73 (k, U: Waagé
(1933), fig. 3, n.• 200; id. (1948), fig. 29, n.• 16; Jodin \1967), pl. LXIX-LXX; Caballero Zoreda (19711, fig. 2, n.• 7 et fig. 3, n.• 4.
47 (Mag. 0285)
Fond de plat de indéterminóa; pAta et verois de typ!l Dl. D~cor: style A; rouelle concentrique (n.• 4). Datation: aeoonde moitié du IVéme eiécle. (Planche I).
-roue!le n.• 4 (Martin (1974), p. 68): Rayes (1972), n.• 23; Waagé (1933), n.•
151, 194; Zeies (1933), p. 467; LamhoElia (1960), tlg. 104, n.• 5; Jones (1950), flg.
48 (M ag. 0562)
Fond de plat. Pragment. PAta et vernis de type Dl; ép.: 4. D'~or: reate d'uncarré réticulé ocellé (variante n.• 621. Datation: trolaléme quart du IVéme alécle !cf. Martln
(1974), p. 77; Uayes [1972), n.• 71 et pi. III b; Weagé (1948), flg. 29, n.• 8; Jodi!l/Ponslch 11960), PI. I, fig. 9e et g; Alarcao (1963-1964), pl. VI, n,• 12, 14; Jadin
(1971), p. 56; Damergua (1973), fig. 26, n.• &61). [Planche 11.
Fond do p\at. Pata grossiére, lie-de-vi.n. Vernis épaie, brun·rouge. Style A3 [7). Roset·
ti! enfennée d!liiii un cercle et «carré concentrlquao, tous deux lncomplets. Polncons
inédits. Datation: Premiar quart du Véme siécle. {Planche 11.
163 H; JodhVPon!rlch (1960), pi. II et III.
49 {M ag. 0561)
SIGILLBB CLAlRB B BT SIGILLBB LUISANTB
Al
S.lgill6e elaire B (flg. 4)
50 (Mag. 03431
51 (Mag. 0488)
Rebord d'un bol Lamboglle 2 é.lévre en amF.nde et bii.Ddeau externa llilse. Diam. b.;
180; ép.; 6. PAte dure, ma.1TOD clair, finement micacée. Vernis trés dé era dé, rougeorangé foncé et con~ervé seulement é l'extérl"'ur du vase.
M~me fonne, mala ;\. lévre trés arrondie. Pansa gulllochée assez groseierement. Pate
dure, moueseuse, beige clair ave e de minuscules noyaux argilo-calcaires d!!Ilale dégralssant. Vernls épais, écaillé il.l'intérleur, mat, brun-rouge fonci!. Traces de tournassage visibles en plusieUl's endroits. Diam. b.; 200; ép.; 6/7.
PSJ: son pro!U carectérbtlque, cette forme so ~approche ancore heaucoup de~
Drag. 37 du sud de la Gaule{Lamboglla [1958), p. 302-303; Darton (1972), p. 146),
Ello est attestée a Vinümille dés ls fin du lléme sil!cle de notre l!re !Lamboglia
{1950), tlg. 77, n.• 31-321.
52 (Mag. 0487)
Rebord a marli gulllocbé d'une coupe Lamhoglia 4/36. Pata dure, marran clair. Vernls médicmre, rouge-orangé foncé. Diam. b.: 210 environ; ép.: 416.
C'est !'une des form11sles plus ancleo.nes do la sigi.Uée claire.B. Son apparitlon
seralt tl. placer sous Hadrlen ou ti U coUl'll du rtgne d' Antcnin le Pieu {Lamboglla
(1956), p. 304-305; Darton (1972), p, 149-152). On en coo.nal:t toutefois quelques
exemplaires plus tardifs des IIII!me et IVéme siecle tl. Montpellier (nécropole SaintMlchel) et A Marseille.
53 (Mog. 0341)
Bol de forme Lamboglia 8. Fregment de bord. Lolvre épsisse se refermant vms l'intérleur. Le bord est souligné 4l'e:lrtérioUl' par uno fine rainUl'e circulairo. Plte maJ.Ton
clair, feuilletée, ave e des points blancs dans le dégnissant. Vernio terne, lisse et ¿~
bonne qualité, orangé-jeune. Diam. h.: 170; ép.: 4/5.
Type trés commun en algilléo claire B. De trés nombreux exemplsires o.nt été si·
gnalés en partlculier 1!. Vabon, Cavaillon, Vintlmille, Ampurias, etc ... (Lamboglia
(1956), p. 307; Darton (1972), p. 152-156). · Datation: 160-250.
Méma forme, 1!. hord droit et lévre arrondie. Plte beige clair, nrlcacée. Vernis rougeorangé, luisant. Diam, b.: 120; ép.; 4/5. Procb& d'un exsmplaire trouvé é. Vaison
(Dartoo (1972), p. 154, n.• 8).
64 (Mag. 0378)
55 (Mag. 04751
66 !Mag. Ool85)
Assiette é. bord !'9Dtrant Lamboglia 9. Lévre effilée. P4te W&ITOn·b&ige, nrlcacée.
Varnis rouga.orangé lulsant, trb dégradé a l'extérleUl'.
Forme également trols fréquonte, coo.nue aussi en elgillée claire A etC. Elle a été
produite, semble-t-ü, peodant une 11ssaz lo!lRua duda qui s'étend de la IBconde mol·
tlé du III!me sil!de A tout le IIIéme siécle (Lamboglia (1958), p. 308; Darton (1972),
p. 155-157),
Urne Alarga embouchUl'e (Diam. b.: 110), procbe de Lamboglia 28. Lévre détacbée,
avoc un ambottemant sur la faca inteme pour recevoir un couvercle. Ptte morron·
beige, micacée, tres tendre. Vernia rouge·orange Juisant, trl!s •caillé par endro!ts.
- 246 -
[page-n-287]
CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
57 {Mag. 0380)
58 lMeg. 0279)
59 (Mag. 0502)
50 (Mag. 0504)
"
Forme asa.ez rara el\ algill~a claire B, qul ~e retrouv~ plus ~ommunénlel).t en T. S.
luisante. Elle caractérise surtout la IIIéwe siécle (Lomhoglle (1956),p. 312-3131. Ltl
profll aesez particuller de aon rebord permet de la rapprocñer quelque peu d'un
exemplaire conservé altiourd'hui a u Musée de N!mes (Darton (1972), p. 168, n.• 11.
Coupelle Lam.boglla 35, sana déC
Pllte tendre, beige clair et mkacée. Vernis rougo-orengé, euez clair 4 l'extériur,
bien plus faocé Al'int.érieur, plutM mal I:Oll5ervé. Dlam. h.: lOO; ép.: 4.
Peu com.mune en sigillée el aire B, elle doit compter parm.llea fonnes les plus anciennes de ce groupe et appartenir a u lléme siécla de notro ére {milleu-sec<;~ndo mollié) (Lambaglia !1958), p. :na; Darton (1972), p. 1731.
Memo forme, également nns feuille d'eau. Lévre effilée. PAta dure, marran-beige,
micacée, ave e de no!IIbl"eux points blancs done le dégrai1sant. Vernis de trés bolliiB
qua.libl, rouge-orangé lulsant, lisse et uniforme. De fines traeos de to'urnanage sont
visibles A l'intérleur du vase. Diam. b.: 112; ép.: 3/4. D¡¡C¡¡tion: 150-200 enviran.
Fond de mortler. Forme inédita. Piad masslf, illarga surface do posa, arrond.l A
l'extériour, oblique at drolt A l'intérlour. PAto marran, mkac~o et dure. Vemis
rouge-orangé mat: ép.: 8/20. Dlam. p.: 12.0.
Ce type ne figure ni dans la c\asslficatlon pdllininaire de la s:l&iJJée clairo B du
Prof. N. Lamboglia, ni dans lo travail plus r~cent d'A. Darton. D est toutafois poesible de le rapprocher des vaees Lamb. 46 A mulle dollon, en Bigllléa luisante, qul ont
servl de mortiers. Ceux-d sont datés généralement de la fin du Illéme aitlcle. Cartains ont également été prodults eu déhut du slécle sulvant {Lamboglla [19631, p.
178-179) (voir cl-dessou1 n." 101 et 102).
Méme forme que le vaso précédant. Fregment de fond. Pled arrondi a l'axtérleur,
oblique et concave a l'lnblrieur, Largo surface de poae. Une reinure assez profando
mDI'qua, A l'extérieur, la jonction de la paro! et du pied llllllulalre. Incrustatinns de
sable ·sur 18 fond Interne. Dilun. p.: 80; ~p.: 6/7.
M~mee observatianl que pour le n.• 69.
61 (M ag. 0280)
Fond de Dreg. 37. Fragment. Pi8d aunulalre, tusez détaché du reste du corps du vase, Alarge surface de pose, arrandi Al'intérieur et Al'extérieur. PAta dure, bien culta, marran sur les bords, grlse au centro, finement Inicacée. Vernl8 uniforme, rougeorangé, luisant par endralts. Dlam. b.: 66.
Comparar avac un Drag. 37 en eig!Dée claire :a de Vintlmille, datée des tontas
premiéres années du Il!éme s.!éclo (Lamboglia {1968), p. 319),
62 (Mag. 0322) Drag. 37. Fragment de fond. PAte trés dure, micacée et bls!l'e. Vornis uniforme,
identique A celul du n.• 51. Piad IIITOndi A l'extérleur, angulaire et conoave A l'intérieur. Diam. p.: 54. Da.totion; 200-210 enviran.
63 (Mag. 0495) Drag. 37. Fragment de pense décorée. PAte dure, fine, tré!l serrée, micacée et ocrebeige. Vernis bien conservé mémo our les relief1 du décor, orengé-belge,llase et lulsant: ép.: 9/10. Décor dparti sur deux registres séparés par una fine baguatte hori·
zontale en relief. (Planche 1).
l." Sur celul du haut: un amcUr atlé, agenouillé et tourné 11. droite; la partie supérleure manque. On ne counaissait pasjusqu'icl ce poinQon sur aig!Ilée clalre B
d6corée. Menifestement, ll s'agit lA d'un emprunt falt aux produc-sud-gauloises du ler siécle de not.ro ére: cet Amour, légérement plus grand, figure en effet
dans le répertoire décoratlf de plusieurs potiers de la Graufesenque sous les
Flaviens: Oswald (1937), n.• 501, pl. XXIV;Déchelette {1904), n. 0 274; Harmet (1934), n.• 36 et pi. 42, n.• 31, pi. 53, n.• 37, pl. 85, n.• 2, pi. 108, n.• 5;
Knarr ( 1919) 97 A. Styles de RUFINUS, FRONTINVS, MERCATOR et MOMMO
de Claude !l. Domltien.
2.' Sur la registre dubas, un oiseau au rapos, tourné 4 droite et regardant A gauol:!e; A la sulte, arrlére-train incomplet d'un animal \11: PolnQOns 6galement
inédita. Ce type d'oiseau s été souvent ut.ilisé su Ier siécle FDr les décorateure
i:le la Graufesenque {Oswald (19371. n.• 2.247·2.256, pi. LXXXV).
Le style «Ubl'(l~ de ce tesson différe essez de celul que l'on rencontre habituellement sur lea Drag. 37 de sigillée claire B; ce deroiel', rappelons-le, se caractérlse par
J'emplai trés strlct de panneaux séparés par de fines calonnettes tortladées entre les
quelles sont disposés les d.lvertl éléments du décor: dlvlnités, gladiatll\l,t8, animaUll:,
etc... (Lsmboglla {1956), p. 321·323; Bém.ont (1970), p. 214-234; Darton (1972), p.
- .1.47 -
[page-n-288]
20
T MARTíN
179-181). Par ailleun, cette séparatlon en deux rsgistres superposés de la zone di!icorée n'est pas tans rappeler calla de certaina Drag. 37 en slgilléo hispanique des
lléme et IIIéme siécles de notro Are (nombreux exemples dans Mezquirlz (1981), to-
men).
64 (Meg. 0340)
Pelit bol décoré !l. la bnbotine (productlon rhodanienne: T. S. dalre B (7). Deux tessons. Petit hord horlzontalavcc une tgouttlére1 sur le des sus. La lévre est saulignée
A l'extérieur par deux fines rainures clrculalres superpooées. Péte dure, mlllTIJn-belge, micacte. Vernls épais, rou¡e-orangé fonc(¡, tréelégérement brlllant par endrolt.a.
Sur la pansa, décor de lunules faites A la barbotine. Dlam. b.: 120; ép.: 4/5. (Plan-
che Il.
Forme Msez rara, proche par son pmfil du type Lamboglla 2 en slgllléa claire
luisante. L'un d'eux, découvert dans la tumbe VII de la nécropole du Chemin des Romalns il. Frontignan (Hérault), a été postérieurement aux années 346 de notro ére
(AlbagnadValaison !1969), p. 145, fig. 10 et pi. V, n." 21. A S11.n Feliu da Guixols (provinco do Gérone, Espagne), deux autres ont lité roncontrés d11.ns un contexte des
II!~me et IV~me siécles (Esteva Cruailas (19621. p. 56, !ig. 3, et pi. 1, l, n. 0 3).
65 (Mag. 04941
Bl
M~me fcnne que le va~e précéoisnt. La cgouttiérel est bien plus marqué e sur la hordW'6 supérieurs de la li!vre. Parois ~galement _plus OOIIIOOs. Páte ocre-beige, flne, dure et micacée. Vernis de bonne qu(l]ité, épals, uniforme, brun-rouge foncé. D~cor:
sur la pan¡¡e, cécailles de pomme de plru, faltes A la barbotine. Dlam. b.: 110; ép.:
3/4. (Planche !1.
Méme datation que len.' 64.
Sigill6e lui111.nte (fig, !1 y 6)
Bord d'une coupe Lamboglia 1/3 B. Lévre en ~amande1, ru:rondie sur le dessus. Pllte
dure, ocre-beige, avec des c11ssures franches. Vernis brun-mru:ron foncé, trés solide
et luisant. Dlam. b.: 200; ép.: 7/8.
C'est !'une des formes lea plus communes de la siglllée luis11.nte. D"apds N. Lamboglia, aon appo.riUon serait a placer dana le courant de la se conde moitié du IIIéme
siécle (Lamboglia (1953), p. 168-170). On en connalt cepend~rnt des exemplillrcs
bien plus lo.rdifs, du mllleu et méma de la seconde moitié du IV~me siilcle. C'est alnsi
que dans une des tombes da la Nécropole de Saze (Gard), un vese de ce type a été
trouvé assodé ¡\ des monnales de Constant Ier (337-350) et de Com;tance Il (351361) (Gagnlére (19651, p. 67, fig. 13 etp. 69, fig. 14, n."16). Deméme dans l11 tomhe
V de la nécropole du Chemin des Romalns de Frontignan (Héro.ult), une coupe Lamh.
l/3 B étalt accompo.gnée d'una monnaie de Constantln Ier, émlse en 322 (Aibagnac;IVeleisnn (1969), p. 144, fig. 9 et pi. 4, n.• 1 ). Enf'm, ¡\ Almuñecar (Espagne), M. Sotomayor y Muro en a rencontré plusiours exemplillres mélés a des formes de sigillée
clalre D de la seconde moitié du !Véme slolcle (Sotomayor (1971), p. 169, n.• 104108, flg. 17 et pi. VUI).
.
0299) MGme formo, Fragment de bord il. levre plun effllée. PAte dure, ocre-beige. Vernls
lulsant, plus roncé et mat il.l'intériour do vas e. Stries de tournassaga tas vislblss, ce
qui témoigne d'une exécution assez médiocre ou tout a u moins d'un manque de flnJtion tvident. Diam. h.: 210; ép.: 5/6.
0391) Idem. Le décrochement de lalévre a l'extérieur est trés prononcé. Pllte tendre, ocrehaige. Vernls écalllé et assez mal conservé; brun-mar:ron foncé ll.l'extérieur, rougeorangé clalr il.l'intt!riew. Dlam. b.: 150; ép.: !i/6.
049 O Idem. Forme biw plus refermée que les pri!cédentes, 4 llivre inclinéa vers l'lntérieur. Vernls rouge-orangé hrlsant, ave e des marbrnros brunes sw le bord extérieur.
Diam. b.: 160 envlron; ép.: 4/5.
0321) Idem. A bord tres arrondi. P.1te teudre, o~ra·belge. Vernis trés dégradé, brun-rouga
foncé. Diam. b.: lBO; ép.: 6/7.
0379) Idem. A encolure droite ot verticale. P.1te de qualité médiocra. Vernls brun-orangé é.
l'extérieur et trés mal conservé sur le dessuS de la lllvre et il. l'intérleur du vase.
Dlam. b.: 170; ép.: 6/7.
0393) Idem. Forme a~se~ petite, avec das guillochures :iur la pansa. PAta beige, tendre.
Vernis marran Juisant, trlls dégradé A l'ext!lrieur. Diam. b.: 130; llp.: 4/6.
0394) Méme forme. PAta orangée, dure, Vernis rouf¡a-foncé, avec des marbrures brunes
sur le bord extédeur. Diam. b.: 180; ép.: 5/6.
66 (Mag. 0489)
67 (Mag.
66 (Mo.g.
69 (Mag.
70 (Mag.
71 (Mag.
72 (Mag.
73 (Mag.
- 248 -
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CERAMlQUES ROMAINES TARDIVES
74 (Mag. 037B)
75 (Mag. 03951
76 !Mag. 0492)
71 (Mag. 0486)
76 (Mog. 0472)
·t9 (Mag. 0483)
80 (Mag. 0490)
81 (Mag. 0493)
82 (Mag. 0479)
21
Idem. PD.te tendre. Vernis ma.rron:foocé, écaillé en da nombreux polnts. Olam. b.:
210; ép.: 6/7.
Idem. Vernis brun-rouge foocé, luisant et solide. Diam. b.: 192: ép.: 6/7.
Idem, maki de taille réduila. Plte temh:e, ocre-beige. Vernis solide, luisant, brunfoncé. Dia.m. b.: 120; ép.: 4.
Idem; fraglllent de bord. La Jévre a légérament tendanca 11. se refel'Dler vers l'illtérleur. PD.te claire, tendré. Vernis brun-rouge, luisanl il l'exlérieur, rosltre ll'intérieur. Diam. h.: 220; ép.: 5/6.
·
Idem. LéVI'
ép.: 5/6.
Idem, PD.te &risll.tre et tendre. Vemia orangé terne, trée uaé au niveau de la iévre,
Diam. b.: 174; ép.: 4/6.
Idem. Type refermli et de grand fol'Dle.t. PAta qcre belga. Vernis marron et luisa.nt.
Diam. b.: 210; ép.: 4/7.
Idem. De petlt formal. Varnis marron foncé, solide. Dlam. b.: 140; ép,: 4/5.
Idem. Trl!s dégril.dé. Vemis brun-rouge, plus clair i!.l'intérieur: Dia.m. b.: 185; ép.:·
~7.
83 (Mag. 0484)
84 (Mag. 0482)
85 (Milg. 03011
86 (Mag, 0392)
87 (M ag. 0477)
88 {M ag. 0474)
"
(M ag. 0291)
90 (Meg. 0527)
91 (Mag. 0517)
92 (M ag. 0514)
93 (Mag. 0350)
94 {Mag. 0351/
95 (Mag. 04021
96 {Mag. 0512)
97 IMag. 0609)
98 (Mag. 0507)
Idem. Pata landre, ocre-jeune, mlcacée. Vernis peu rlislslant, conaervé surtout 11.
l'lntérieur. Diam. b.: 190; ép.: 5/7.
Idem. Pa.ta tendre, ocre-belge: vernl9 rouge foncé, avec des reflets luisants, bien
conservé surtout a l'extérieur. Diam. b.: 180; ép.: 5/6.
ldem. Vernl8 ri:J.a.rran fancé é. l'extérlour, luis!lllt et plus arangé é. l'intériour. Nombreusos strles de tournassage. Dlam. b.: 170: ép.: 4/5.
Forme lis B é. décor pelnt. Fro.gmenl dfl.bord. Plte dure, orange et mlcacéo. Vernis
marran foncé, o.vec des marbrures aur le bord extérleur de la lévre. Sur lo. pansa,
reSte d'un décar en «Sil couché fait é. le pelnture bl~_c(!e et pessé avec un p!nceau
(lnfluence indirecta de la céremique dite«Allabroge• ou de certalnes productiollll
des atellers du centre de la Gauie?). Dlam. b.: 180; ép.: 5/6.
Méme type, il. décar peint éga.lamant, Fragment da bard. PD.tll orange, tendre et friable. Vernis orangé, mal, assoz dégradé. Surla pansa, suite d'anraulemonts apiralés
de couleur blanche. Dlam. b.: 190; ép.: 5/6.
Idem. Rehord de farme l/3 B. P!te marren fancé, dure. Vamis ocre-brun, luisant et
~orme. A l'extériour, sur la pan~e, un décor de petlts points hlancs auperpoab.
Diam. b.: !SO; ép.: 4/5. {Planche I).
Idem. Fragmant de pi!Illle. PAte arange. Vemis brun-rouge luisant. Décor en eS•
couché sur la paDlla, lncomplel; ép.: 4/5.
Idem, PAta clairo, sonora. Varnis orangé, épals, Dkar: tfiBte d'un cS. couché falt Ala
pelnture blancbe.
Formo Lambaglla 1/3 B. Fregmant de caréna gulllocbée. PAte arangé-belge. Varnis
brun luisant; ép.: 4/5.
· Idam. PD.te orangéa. Vemls brun mét!lllisé; 11voc guillocbures trl!lllgulairas. Ep.: 5/S.
Idem, avec une caréne assez 'peu marquée. PAta beige. Vernis rouge·orangé foncé
trés écalllé. Gulllochures fines et réguli!lres.
Idem. Fragment de pansa el caréne trés prnnoncéa.PQte orange-jo.une. Vernis couleur ocuin avec ;l certaina endroits des marbrun~s plus foncées. Petlles-gulllochures
trianguialres; ép.: 5/6.
Idem. PAta grise, «surouite». Vernis maJTon fcncé, trés luisant; caréne el pansa guillachées;ép.: 5/7.
Idem. Vemls orangé, trés dégradé au Wveau de la carlina; avec des gulllochures,
Idem, ave e une caréne assez edoucie. Vernis orangé-beige, Usse et plutOt mat. Panse gulllochée; ép.: 4/5.
Idern. Vemls mat, orangé; avec des guillachures sur la pansa; ép.: 5/6.
- 249 "'"
[page-n-290]
22
99 1Mag. 0405)
T. MARTI:N
lOO (Mag. 0404)
Idem. Vernis brun foncé, trt\slulsant. Panse guillochéo; ép.: 6/7.
Idem. Fragment de pallll& guillochh. P!te orange. Vurnla gris acler, tres luisllllt. ép.:
101 (Mag. 0324)
"''·
102 (Mag. 05201
103 (M ag. 0476)
104 {Mag. 0480)
105 {Mag. 0470)
106 {Mag. 0346)
101 (Mag. 0381)
109 (Mag. 0629)
109 (Mag. 0396)
110 (Mag. 0399)
111 {Meg. 0397)
112 (Mag. 0501)
113 (Mag. 0347)
114 {M ag. 0499)
115 (Mag, 0523)
116 !Mag. 03811
Mortiar Lamboglia 45 A mufle de lion. Fragment de bord. Lévre arrondle ae referma.D.t ver~~l'intárieur. Une fine rainure horizontal& souligne le bord uxtérlaur. P4te
tendre, orangé-jaune. Vernis égalament or!lllgé at luis!lllt. Diam. b.: 210; lip.: 6/7,
Porme aasez rue en slgillée luiaante. Das examplaires trouvés 4 Vlntimllie ont
6tá dath de la fm du Illéme $léole_ {Lamboglia (1963), p. 178-179). Un sondage stratigraphigue effectué en 1974 sur l'emplacement de la fanderie gallo-romaine des
MartYll (Ande) a permis d'en rec11ellllr un dans un contexta arcbéologique d11 mille11
de ce milttte siécle (Recherche~ de la Pacultá de Toulouse-Le Mlrail).
Méme forma. Pragment de panse; ceréna en angla drolt, limit!le 6 sa partie supérieure par une rainure horlzontale trés bien marquée. P6te ocre-beige, dure. Vernis
presque noir et métallisé. Dcztcztion: 250-300.
Variante LlllDbogHa 3/45 (11. Bol caréné é lévre plate, a veo deuxrainures horizontales sur le bord extérleur. PAta tendri!, ocre-beige, vernis orangé-rouga, luisant.
Diam. b.: 210; ép.: 6/6. D"tatlon: fin Illllme-début lVéma slécla.
Méme forme et mémes caractérlatiques. Varnls ocra-marron fonOO. Dlam. b.: 190.
Idem, ma.i• 11. embouchure plus refermée. PAta et vernis orangés. Diam. h.: 190; ép.:
~··
Idem. Une seule ralnura sur le bord elrtérieur.Uvre ~slégllrement retombante
vers l'intérleur. Plte orenga, dure. Vernis brun, trés foncé et mat. Dlam. b.: 174;
ép.: 5/7.
Idem. Pl'lte ocre-beige. Verni:l liase et orangé Al'extérleur, brun et rugueux 11 l'lntérieur. Diam. b.; 170; ép.: 5/6.
Plat de forme Lamboglia 9 B. Fragment de fond. P4te dure, ocre-beige. Vernls
orangé-bnm, trés dégradé par endrolts; ép.: 6/7.
Typa assez rara en slgillée Iuis ante (Lamboglla (1963), p. 173). Datation: Uiéme
siécle.
Petit pichel Lamlloglia 14/26. Fragment de bord. Lllvre obligue, soulignéa 6l'extérieur par une fine rainure circulalre. J>4te man-on clalr, dure. Vernla assez uniforme, bnlll-rouga ~~ lulsant. Diam. b.: 90; ép.: 4/6.
Forme trés t~éguente en siglllée luisante dont l'apparition dolt étre placée é la
fin du Jlléme siécle (Lambcglla (1963), p. 175)-Elle est tnls ccmmune au IV!lme siécle {Barruol (1963), p. 110; fig. 19/20). Aina!, den.!l une des tomlles de le nécropole
de Saze (Gard), un. vase de ce type a été trouvé aasocié é des monnBies de Valentinien 11 (375-392) et de Julien I'Apostat (361-364! (Gagnl~re (1965), p. 69, flg. 14, n.o
10). A Fl-ontignan également, tous les plchets Lamh. 14/26 qul proviennent da la nécropole du Chemin des Romains eont poetérieur8 aux eunées 346 da notre tire (AIbagnat:Nala.ison [19691, p. 142. fig. 6 et 7, pi. 2. n:o 1 et pi. 3, n. 0 3).
Ansa d'u:n pichet Lamb. 14/26. Fragment. PAta oCre. Vernls brun nolrAtre, luisant.
Lamb. 14/26. Fragment de fond. Pled annulalre, trés eeillant. Fond ch!Ulfreiné. Plte
gris e, dun:~ et nurcuitet. Vernls lie-de-vin, lulsant. :Ólam, p.: 36.
ldem. Piad arrondl é l'extérieur, obligue et droit é l'intérieur. P4te ocre-beige clair.
Vernie orangé foncé, Dlam. p.: 39.
Idem. Foud externa creusé de deux rainures concBlltriques, piad 11 large surface da
pose, arrondldl'extérieur. P4te man-ou clalr; Vernis orangé et luisant, écaillé par
endroits. Dlam. p.: 34. Dalation: IVéme eiécle.
ldem. Un peu plus large que lea fonda p~cédents. Chanfrein 1ur la partialnteme du
piad. Pa.te dure, orangé el sir. Vernle ocre-brun, luis~t. avec ;l. certeins androita des
plagas plus brunes. Dlam. p.: 44. M@me datation.
Olpé globlllalre Lamboglla 14. FTagment de pansa. P4te claire. Vernis marron foncé,
lulsant. Nombreuses !Itrias de tournasse.ge t\·l'intérieur; ép.: 4/7.
Forme coutemporaine du type précédent (Lamlloglla (1963), p. 174).
M~me forme. FTagment de pansa. Pata tendre, bBige dair. Vernis orangé, assez mal
conservé. ép.: 5/10.
- 250-
[page-n-291]
CERAMIGUES ROMAINES TARDIVES
l t 7 (M ag. 03031
M&DlOI foillle. Fragment de pall5!!, a veo attache de i'~mse visible; au"dueus, trois
moulures cil"culalres en c.rewr::. Páte orange, tendre. Vernb ocro-bnm, foncé at luisal"lt.
SIGILLEE PALEOCHRETIENNE GRISE (flg. 7]
118 (Mag. 05831
119 !Mag. 056BJ
120 (M ag. 0361)
121 (Mag. 0567)
122 (Mag. 0209)
123 (Mag. 05641
124 (Meg. 0565)
126 lMeg. 0566)
Assiette
une rain uro bien marquée. Diam. b.: 230; h.: 55. Pled annulake, lllTondi
(Diam. p.: 176). Ptte t~mdn!, gris-beige, micacée. Vernls brunAtre, trés dégradé. D~
cor estampt: euite d'ill"catures en fer a cheval (type: variante Rigoir 780: Marsellle
455; cf. P.igoir 119731, p. 57); a l'intérieur de chaqus arcatura, deux palitas rouelles
fol"lllées d'un cerda entouré d'une couronne de polntlllés (Rigolr 77S). Atollar Pro·
ven~ al.
D'aprés J. Rigoil", cette forme dérlveralt du type 9 de la sigiilée claire B. Elle est
asee~ rareen Provence et sur les s1tee du LIIDguedoc méditérranéen. Bien plus abandanta dans le ~Groupe AtlanUque• (Rigoil" (1968), p. 202). Assaz bien représentée
aussi sur plusleurs gllslMnta tardlfs de Subse P.omande (Rigoir (!967), pi. VII, des
Arpilllertm). Elle carectérlsa surtout la se conde moitié du Véme sillcla de notrs ére.
Fond de plet; fragment minuscule. P4ta gris cleir, tendre. Verrlis gris eofer, llsse et
met. Res \.e d'un décor estampé: rouelle et arcatura en po!ntillés. Ateller Proven~al.
Fragmenf de plat; fond. Pate grlse.' Vernls tr~s dé gradé. Décor: ercature et palmette (?); ép.: 4/5. Atelier Proven~al. Vélne siécle.
Forme Itigolr B. Fragment da bord. Lévre triangulake et 811gla extérieur vif. P4te
grise. Vernis gris clak, Usse avec des m.arbr"ur9s plus foncéee a l'intérieur de plat.
Dlllill. b.: 210; lip.: 4/5. Atelier Proven~al.
Trés proche encare par son profll du type Hayas 61A en slglllée clake D, dont
elle d~rive. Datation: premiar quart du VMne slilcle \?) (Rlgoil" (1968), p. 203).
Bol da fol"llle Rlgoir 18. Fragmsnt de bord. LéVTfl en bourrelat, rejatée vera l'eld:érieur. Caréne tr~s marquée. P4te gris cleir, flnement mlcecés; la vernis a dlsparu.
Dlam. b.: 130; ép.: 3/4. Atelier Proven~al.
C'est la forme la plus typiqus de la aiglllée paléochrétieDDe. Elle dérive, toujours
salan J. Rlgolr, des slglllées sud-gaulolses (Drag. 37),
{Lamb. 2) et luisantes {Lamb. 2/371 (Rigok \1968), p. 207). Son apparition seralt 6.
placer dens le courant du dernilll" quart dn lVt\me siécla (cf. la stratlgraphle du sita
de le Magdelelne, 6. Azllie lAude), dens Mertln 119?1).
Petit bol é madi Rigolr 3 A. Bord horizontal avec une ralnure circulalre sur son
pourtour. P4te grise et m.lcacée. Le vernia n'a pas été conservé. Dillill. b.: 146; ép.:
4/6. Décor: sur le marli, sulte de petites rouelles po!ntillées; elles sont trés dégradées. Atelier Proven~al.
Type trés commun en slgillée paléochrétienne. n aemble dériver de le fonne Hays~ 73 en sigillée clairs D. Datation: début V!)me sltkla (?).
Mortier Aliste! Rlgolr 29. Lllvre oourte etrejetée l\ l'eld:érlaur. Pata gris e, essez grossiére. Vernis gris acler, écalllé en plusleurs endrolt!l. Diam. b.: 240; ép.: 7/9,
Forme assez répanduo en sigiilée paléochrétienne; attestée en partlculler é Marseille, Saint-Blaise, Bordeaux, etc... IR!golr (19681, p. 209). Data«on: Véme slécle
probablement.
Méme forme, mals ancore plus grossiére que le précédente; listel épala et lévre retournée ver~ l'intérieur. PAte-et vernis gris. Dlem. b.: 320; ép.: 12!14. Méme
datatlon que le n. 0 124.
-
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- 253 -
[page-n-294]
26
T. MARTÍN
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Rigoir 0972). - J. et Y. RIGOIR, «Les dérivées des Sigillées paléochrétiennes de la zona iittofale dudépartament de l'Héraultl, dans BuUetin de la Socil!té d'Etudes Scientiflques de Séte et sa reglan,
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Zeiss (1933).- H. ZEISS, .Spltromi
-
2!i4 -
[page-n-295]
MARTIN.-Ceramiques romaines tardives
LAM. 1
49
63
Sigíllée claire C A relief d'applique (n.• 18) ; sigillée claire O A décor géométrique estampé
(n.• 46. 47. 48 et 49) ; sigillée claire B décorée (n.• 63) ; gobe1ets A décor barbotiné (n.• 64
et 65); s igillée luisante «peinten (n.• 87, 88 et 90) . (Travaux J . C. Richard, 1967/ 1972)
[page-n-296]
[page-n-297]
G. PEREIRA MENAUT
(Valencia)
INSCRIPCIONES LATINAS OEL MUSEO
OE PREHISTORIA OE VALENCIA
Las adquisiciones epigráficas del S. I. P., en los últimos años,
componen un pequeño conjunto de procedencia y características diversas, cuya revisión y publicación resulta conveniente por varias razones. Algunas de ellas han sido halladas hace poco tiempo, y publicadas inmediatamente má.s con objeto de dar cuenta del hallazgo que de
hacer un estudio detallado. Otras, conocidas ya por Hübner, han sufrido roturas que no permiten reconocer el texto del CIL o, en fin, han
sido trasladadas de lugar.
Debido a su diferente procedencia, y en espera de un estudio actualizado de toda la epigrafla de la zona, trataremos aquí solamente
de hacer una descripción fundada de los textos, señalando las caracteristicas más sobresalientes en cada caso. Es decir, evitaremos cualquier consideración más elaborada (incluyendo aquí la datación), que
por cierto necesitaría un estudio más completo del contexto epié:réfico, y general, de cada una de estas lápidas. Su escaso número y sobre
todo las reproducciones fotográficas explican que los textos no sean
acompañados de calco, sino solamente transcritos y desarrollados.
Por razones obvias, no aparece reseftada la bibliograffa anterior
al CIL. Las medidas son las máximas de la lápida o fragmento conservado, y aparecen siempre en el mismo orden: altura, anchura y profundidad. La numeración de las inscripciones no hace referencia a
ninguna anterior, y se inicia aqui para las conservadas en el S. l. P.
-
255 -
[page-n-298]
'
G. PEREIRA MENAUT
J. Ara funeraria (93x49x41 cm.) de caliza marmórea rosada,
con base y cornisa que desaparecen en la parte de atré.s, alisada. Destruida totalmente la cornisa. Campo epigráfico con marco moldurado
(45x31 cm.). La parte anterior muy desgastada, pero es posible comprobar el texto que vio Lumiares, de quien lo toma Hübner y las demás publicaciones citadas. Medida de las letras: 5,5/5/5/5/5 cm.
(Lám. I, 1).
Procede de Canals (Valencia). Recuperada al ser destruida la iglesia donde servía de pila de agua bendita. Ingresó en el S. l. P. en
1956, por donación de ·don Leandro Tonno Sanz.
GIL II 3651; SS 28; APL IX (1960) pág. 236; ILER 3309.
5
D(is) M(anibus),
P(ublius) Manlius
Probillio,
an(norum) XLIII,
hlic) s(itus) e(st).
Esta es la única mención del cognomen Probillio en las inscripciones de la Península Ibérica, cfr. GIL II pág. 1.090 e ILER pág. 736.
II. Parte superior de una estela funeraria (60x62x30 cm.) de
caliza blanca porosa, del tipo muy abudante en la zona de procedencia. Se conservaba entera hasta hace poco. La parte actualmente conservada está compuesta por dos fragmentos unidos, habiéndose reconstruido con yeso la parte del texto que se había perdido (Lám. II).
El agujero de la parte superior y los cortes laterales son posteriores,
para ser utilizada como dintel de la puerta del castillo de Benaguacil,
donde estuvo hasta 1966. Campo epigráfico con marco moldurado
(primera línea del texto fuera del marco), restos de cuyo lado inferior
aún se conservan en el extremo izquierdo (42x42 cm.). Medida de las
letras: linea 1: 5 cm.; resto: 3 cm.
Procede de Benaguacil (Valencia). Recogida en 1966 e ingresada
en el S. L P. en el mismo año, por donación de los señores don Vicente
Vilar Hueso y don Antonio Benlloch.
GIL ll 3784; SS 18; La Labor del S. l. P . ... !966(Valencia, 1968)
pág. 79.
- 256 -
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INSCRIPCIONES LATINAS
'
D(is) M(anibus).
Grattiae C( ai) filia e
Crispinae, an(norum) XXIIX,
Caecilia Artemis
5 jiliae piissimae et
C(aio) Grattio Polynico
ann( orum) LXX m arito
optimo et sibi.
2: Nexo AE enfiliae.- 3: nexo AN.- 7: XX en CIL y publicaciones
posteriores, a pesar de que Diago {visto por Hübner) había leído correctamente LXX, lectura que se puede comprobar todavía hoy.
Los dos cónyuges son probablemente libertos, por tener cognomina de origen griego. Es frecuente que el hijo de un matrimonio con tales nombres tenga un cognomen latino: cfr. H. THYLANDER: «Etude
sur l'épigraphie latine)) (Lund 1952), pág. 124 y ss.
III. Bloque {67x189x26 cm.) de caliza azul oscura de la llamada piedra de Sagunto, con ejecución y letras de gran calidad. Arriba y
a ambos lados, liso; abajo y atrás, basto. Tres cartelas molduradas
forman tres campos epigráficos (todos de 45x50 cm.) con tres inscripciones. Medida de las letras: 6'5 cm. en todas las lineas. {Lám. I!I).
Procede de Benaguacil {Valencia). Hallada en 1971 en la partida
de La Olivereta, descubierta al arar un campo. «Debió formar parte de
un monumento funerario, destruido hace ya mucho tiempO>) (La Labor
del S. l. P., ... 1971). Apareció junto a otros sillares de gran calidad y
a una basa de columna y fue donada al S. l. P. por el propietario del
campo donde apareció, don Leoncio Escamilla.
La Labor del S. l. P.... 1971 {Valencia 1973) pág. 90 y ss.
a)
L(ucius) Caecilius
L(uci) f(ilius) Gal( ería tribu)
Certus
sibi et
b)
Aemiliae
Crispinae
uxori et
-
257 -
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G. PER.EIRA MENAUT
'
e)
L(ucio) Caecilio
L(uci) j(ilio) Gal(eria tribu)
Severo j(ilio),
an(norum) XVIII.
a)
Interpunción triangular en linea 2.- Hedera en línea 4.-
1: nexo AE.
b) Interpunción triangular en linea 3.
e) Interpunción triangular en línea 2 entre L y F y en linea 3.Hedera en linea 2 entre F y GAL y en línea 4.
IV. Fragmento de tabula {27x28x3'5 cm.) marmórea de la variedad localllam·ada Buixcarró. Rota por la parte inferior, falta seguramente un pequeño pedazo. Medida de las letras: 3'5 cm. en todas
las lineas. Son más altas la I en línea 3, H y S en línea 4 (todas ellas 4
cm.); la última S en línea 4, 2'3 cm. (Lám. I, 2).
Procede del término de Otos (Valencia). Hallada en 1914 a pocos
metros de la carretera de Albaida a Gandia. Arrastrada por las aguas,
sin referencias contextuales. Ingresó en el S. l. P. en 1952, procedente de la colección Jornet.
J. MARTINEZ ALOY, Diario «Las Provincias» de 29-10-1914; SS
189; M. JORNET, APL II 11945) pág. 266; S. MAR!NER, APL V 11954)
pág. 232; HAEpigr. 804; ILER 4324.
D(is M(anibus).
Ursa,
an(norum) XVIIII,
h(ic) s(ita) e(st). Aeras
5
'VC:!!?!'
[---.
Hederae en todas las lineas, incluso entre letras de una misma palabra.
Sobre el cognomenAeras, cfr. GIL II 458, Erari (genitivo). Aerasinus, .?erivado del que aquí encontramos, aparece en Dalmatia, cfr. G.
ALFOLDY: «Die Personennamen der rOmischen Provinz Dalmatia))
!Heidelberg 1969) pág. 143.
-
256 -
[page-n-301]
INSCRIPCIONES LATINAS
V. Fragmento de ara o pedestal (24x26x26 cm.) de caliza marmórea rosada. Se conserva parte de los lados y de la cara posterior,
todos ellos muy lisos. Medida de las letras: 3'5 cm. (Lám. IV, 1).
Procede de Villalonga {Gandía, Valencia). Ingresó en el S. l. P. en
1954, donada por don José Pavia.
La Labor del S. l. P .... 1954 (Valencia 1956) pág. 45; HAEpigr.
806; S. MARINER, APL V (1954) pág. 232.
---]
[.) Valeri[u~
Campanu{sJ.
En línea 1 hay varios restos de letras, inidentificables.
En línea 2 antes de VALERJVS podrian caber dos letras, pero se
trata seguramente de una sola, la inicial de prenomen.
Estas líneas conservadas son seguramente la parte fmal del texto.
VI. Fragmento de estela funeraria (45x50x24 cm.) de caliza
blanca porosa como la del núm. 2. Rota por arriba, abajo, lado derecho
y atrás. Se conserva sólo una pequeña parte original del lado izquierdo, liso. Marco moldurado (casi desaparecido su lado superior) para
el campo epigráfico (31x29 cm.). Medida de las letras: linea 1: 4 cm.;
resto, 4'5 cm. (Lám. IV, 2).
Procede de Pedralba (Valencia). Utilizada como material de construcción, fue recuperada e ingresó en el S. l. P. en 1956, donada por
don Luis Duart.
E. PLA, APL IX (1960) pág. 236; HAEpigr, 1413; ILER 2259.
L(ucius) Iulius
Placidus,
an(norum) LXXXI.
Interpunción en línea 3.
Cfr.IRB 3-10 y 56, donde aparecen dos T. Iulius Placídus no necesariamente relacionables entre si {S. MARINER), y tampoco con el
presente personaje.
VII. Estela funeraria {58x46xl6 cm.) de caliza gris oscura, con
la superficie anterior mal pulida y un simple rebajamiento para formar el campo epigráfico (26x27 cm.). La parte superior acaba en dos
- 259 -
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'
G. PEREIRA MENAUT
puntas, una aguda y otra redondeada. Todos los lados, y atrás 1 bastos. Similar a las de tradición púnica conocidas en Africa, pero con la
doble terminación asimétrica (cfr. J. M. LASSERE: «Recherches sur
la chronologie des épitaphes paiennes de l'Africa», Ant. Afr. 7, 1973,
pág. 11). Medida de las letras: 3, 5/3, 5/4, 5/4, 5; es menor la X de linea 2, (1 cm.) y la segunda X en línea 4 (3 cm.). {Lám. V).
Procede de Pedralba (Valencia). Hallada en 1967 en una finca de
la partida de El Reguero. «Se recogieron fragmentos de cerámica sigillata hispánica y clara, un arco de fíbula romana, fragmentos de dalia
y cerámica corriente, todo lo cual hace suponer la existencia de una
villa romana que, debido a las labores agrícolas, puede darse por perdida>> (La Labor del S. J. P . ... 1967). Ingresó en el S. 1. P. en 1970.
La Labor del S. I. P. ... 1967 (Valencia, 1969) pág. 86 y ss.;
G. MARTIN- M. GIL-MASCARELL, PLAV 7 (1969) pág. 50; HAEpigr.
2604; MARTINEZ PERONA, APL XIV (1975), pág. 182 y ss.
M(arcus) Valerius
Poliantus, an(norum) XC.
C(aecilia ?) Quintia, an(norum) LXX.
Interpunción triangular en lineas 2 y 3; hedera en lína 4.- Doble
nexo AN en línea 2.- 2: En publicaciones citadas, POLIANIVS, mal;
ibid. falta la X en la edad del difunto.
El nomen de C. Quintia podría ser también C(ornelia) o similar.
VIII. Estela funeraria (89x47x26 cm.) de caliza blanca porosa.
Muy parecida a la inscripción núm. VII en cuanto a ejecución y tipo
de letra. Superficie anterior mal pulida, pero con un sencillo marco
moldurado para el campo epigráfico (26x27 cm.), Todos los lados y
atrás, bastos. Más cercana a las de tradición púnica mencionadas
(ver núm. VII). Medida de las letras: linea 1:5 cm.; resto: 4 cm. (Lámina VI).
Procede de Pedralba {Valencia). Hallada en 1967 juntamente con
la núm. VII. Ingresó en el S. l. P. en 1970.
La Labor del S. l. P . ... 1967 (Valencia 1969) pág. 86;
G. MARTIN- M. GIL-MASCARELL, PLAV 7 (1969) pág. 50; MARTINEZ PERONA, APL XIV (1975) pág. 182 y ss.
C(aecilia ?) Tempe-
stiva, an(norum)
XXX. H(ic) s(ita) e(st).
-
260
[page-n-303]
INSCRIPCIONES LATINAS
7
1: En publicaciones citadas, CIEMPE, mal.-2: Ibid., SILVAN,
mal.
El cognomen Tempestivus/a es conocido solamente en Hispania, y
curiosamente los cuatro casos (CIL II 3012, 4027, 4278, 5840) pertenecen al área nordoriental de la Península. Uno de ellos, CIL II 5840
(Puebla de Castro, Huesca) aparece junto con WlO de los escasos nombres ibéricos conocidos por las inscripciones latinas, Asterdumari
según M. L. ALBERTOS: «Onomástica personal primitiva de Hispania
Tarraconense y Bética)) (Salamanca 1966) pág. 37, Asterdu según
Hübner (Asteduma aparece en una inscripción inédita de Algimia de
Almonacid, Castellón). Tempestivus aparece también en Dalmatia, en
Wl individuo de origen hispano, CIL III 2529; cfr. también G. ALFiíLDY: «Die Personennamen in der rb'mischen Provinz Dalmatia))
(Heidelberg 1969) pág. 306,
IX. Estela funeraria (137x50x24 cm.) de caliza blanca. Ambos
lados y atrás, bastos. La parte superior es cuadrangular, pero la cara
anterior tiene un rebaje de 4 cm. de profundidad para darle forma semicircular. En esta cara anterior, arriba, hay una cartela semicircular (25x36 cm.) con restos de pintura, donde no se puede apreciar
nada. Un sencillo marco moldurado forma el campo epigráfico
(27x28 cm.). En las letras se conservan restos de pintura, actualmente de color ocre pálido. Medida de las letras: 3'5/3/2'5/2/2/2 cm.
(Lám. VII).
Procede de Casa Zapata (Villargordo del Cabriel, Valencia). Hallada en 1960 en unos campos de cereales. «En el lugar en el que el arado extrajo la lápida se ven, superficialmente, abundantes fragmentos
de cerámica de distintas especies. Se recogen algunos fragmentos de
tradición ibérica ... >> (La Labor del S. l. P. ... 1965). Ingresó en el
S. 1. P, en 1965, donada por el propietario de la finca en que apareció,
don Alberto Gomila.
La Labor del S. l. P.... 1965 (Valencia 1967) pág. 81 y s. HAEpigr.
2241; ILER 6117.
fí
Iuniae L(uci) fil(iae)
Antiquae,
P(ublius) Valerius Antiquos (sic) matri piissumae, (sic) Ca}r¡n(orum)
xxxxv.
- 261 -
[page-n-304]
G. PEREIRA MENAUT
'
5: En publicaciones citadas, PIISSVMA, mal. Sobre PIISSVMA en
vez de PIISSIMA ver núm. X.
X. Fragmento de ara votiva (45x29x18 cm.) de caliza blanca y
muy blanda, de la llamada creta. Rota por arriba y por atrás. Se conservan los lados originales, lisos. Medida de las letras: 3 cm., son más
altas L y O en línea 5 (3'5 cm.).
Procede de Los Santos (Rincón de Ademuz, Valencia). Hallada en
1972 en el paraje llamado El Castillejo. Fue donada al S. I. P. en
1972, por don Domingo Martinez Esparza, por mediación de don Manuel Fernández Arraiza.
Diario «Levante¡¡ de 4-2-1972; La Labor del S. l. P .... 1972 (Valencia 1974) pág. 113. (Lám. VIII).
---m>c---J
Gemel(l)us
Iovi votu[m]
lybe(n)s ·(sic) sol(vit)
5
M(arcus ?) Le(... ?) Octav(. .. ?).
lnterpunción entre todas las palabras.
Nexo AV al final de linea 5, inmediatamente después del cual empieza otra letra, quizá una V (unido su comienzo al final del nexo) o
quizá una A que estuviese también incluida en el nexo, que seria entonces A VA.
La forma lybe(n)s no es extraña, si bien el cambio de y por í es poco frecuente, {cfr. S. MARINER: «
Barcelona-Madrid 1952, pág. 34). Es claro que la última linea conservada es el final del texto, cuyo sentido no es posible entender por
medio de estas líneas que quedan. En línea 5 (M LE OCTAV está claramente separado por signos de interpunción) podría leerse M(arcus)
Le(nius) o Le(pidícius) Octav[i)y.[s]. El nomen Lenius (forma incorrecta de Laenius) aparece en GIL 11 4384 (Tarragona) = RIT 612.
Lepidic[iusJ en GIL II 1647 {Alcalá la Real). El cognomen Octavius es
frecuente, también en la Penfnsula Ibérica, ver CIL II pág. 1.088 e
ILER pég. 726.
-
262 -
[page-n-305]
INSCRIPCIONES LATINAS
9
ABREVIATURAS
Ant. Afr:. - Antiquitós Africalnes
APL. - Archivo de Prehistoria Lc~antina.
CIL. - Corpus lnscriptlonum Latinorum.
BAEpigr.- Hispania Antiqua Epigraphica.
ILAlg. - Inscríptions Latine9 de 1' Algtlrle.
lLER. - Inscripciones latinas de Espafia Romana.
IRB. - S. MARINER, Inscripdone9 romanas de Barcelona.
La labor del SIP. -La Labor del SIP y su Museo en el pasado ado ...
PLAV. - Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia.
SS. -J. SANCHIS SIVERA, La Diócesis Valentina. Estudios Históricos.
RIT. - ROmische Inschriften van Tarraco.
SIGNOS (SISTEMA DE LEIDEN)
11
tJ
Desarrollo de una abreviatura. Introducción o intarcalamlento de letras ausentes.
Palabra completada par el editor (p()r rotura de la piedra.).
Corrección del editor.
<>
Palabras borradas en al texto de la piedra, a propósito (damnatio).
1]
Laguna en el texto de extensión determinabla {un punto por cada letra deaaparedda).
t:·:J
r---1 Laguna en el texto de extensión Indeterminable.
---1 Posible primera llnea del texto, desaparecida en la piedra.
Posible última llnea del texto, desaparecida en la piedra.
Letras muy mal conservadas, inseguras.
•bo
! ••
Separ¡¡clón de lineas, cuando se reproduce una ilncripción escribiendo unas llneas a contl·
nuación de otras.
Suprimido por el editor {se halla en el texto orlgi.ual).
,__ _
'o
-
263 -
[page-n-306]
[page-n-307]
PEREIRA.- Inseripciones latina.;
Fragmento de ara votiva de Los Santos (Rin::6n de Ademuz)
LAM. VIII
[page-n-308]
PEREIRA. -Inscripciones latinas
Estela funeraria de Villargordo del Cabriel
LAM. VIl
[page-n-309]
LAM. VI
PEREIRA .-Inscripciones latinas
Estela funeraria procedente de Pedralba
[page-n-310]
PEREIRA. -Inscripciones latinas
Estela funeraria procedente de Pedralba
LAM. V
[page-n-311]
PEREIRA .- Insc:ripciones latinas
Fragmento de ara, de Villalonga, y fragmento
de estela. procedente de Pedralba
LAM. IV
[page-n-312]
PEREIRA.- Inscripciones latinas
LAM. 111
..
..
·¡:;
:l
Cl
e:
Q)
ca
Q)
E
,
Q)
Q)
u
o
li
e:
o
u
~
r:T
o
Cii
[page-n-313]
PEREIRA.-Inscripciones latinas
Estado actual y forma primitiva de la este:a do Benaguacil
LAM. 11
[page-n-314]
PEREIRA.- Inscripciones latinas
Ara procedente de Canals y fragmento de tabula,
procedente de Otos
LAM. 1
[page-n-315]
A. BALIL
(Valladolid)
EL MOSAICO DE «LOS TRABAJOS DE HERCULES»
HALLADO EN LIRIA
(Valencia)
Este pavimento fue descubierto en 1917 en la partida de «La Bombilla» en la zona del «Pla del Are», en el término murúcipal de Liria.
Los restos descubiertos entonces, un capitel, cerámica, hoy en el Museo del S. I. P., restos de habitaciones, y posteriormente, han inducido
a sospechar la existencia en esta zona de una área residencial de la
Liria romana.
El mosaico ocupa un rectángulo de 5 '40 m. por 4' 60. Le enmarca
una cenefa de roleos de O' 40 m. de anchura. La superficie se divide en
dos áreas. Una con decoración geométrica que consiste en una serie
de cuadros formados por la contraposición de dos triángulos blancos
y dos negros (Lám. I). El resto está ocupado por doce recuadros con
representaciones de los «athloi», o <>, de Hércules, que se disponen, cuatro en los lados largos y dos en los cortos, alrededor de un
cuadro central, enmarcado por una cenefa de arquillos, que alude al
mito de Hércules y Onfala (Lám. II).
Las dimensiones de dichos cuadros son las siguientes:( 1)·
a) <>. Long. 1 '25 m., anch., 0'90 m.
b) ((Cinturón de Hipólita>>. Long., 0'82 m., anch., 0'605 m.
e) ((Jabalí de Erimantea». Long., 0'765 m., anch., 0'610 m.
j 11 Estas medidas han sido tomadas en la actual instaladón del mosaico en el Museo Arquaológko
Nacional(Madrid), tras ser trasladado de su anterior colocac!ón en el Patio Romano, Agrads~co al doctor
ALMAGRO GORBEA el facilitarme estas medidas y la nueva serie de fotogratlas que aqui se publican.
Agrade2co, igualmente, a la Dirección del M. A. N. su autorización para publicar dichas fotografles. Debo advertir que estos negativos son distintos de los publicados en la Historia de España de Menéndez Pida! (cfr. not¡1 2). El •Archivo Mes• posee también un negativo del conjunto de este mosaico.
-
265 -
[page-n-316]
2
A, BAL!L
d) «Cerbero». Long., 0'835 m., anch., 0'615 m.
e) <
f) «Gerióm>. Alt., 0'80 m., anch., 0'59 m.
g) <
h) <>. Long., 0'80 m., anch., 0'69 m.
i) «El toro de Creta>>. Long., 0'77 m., anch., 0'685 m.
j) «Hidria de Lerna». Long., 0'73 m., anch., 0'67 m.
k) <
l) <
m) «Corza de Cerinea>>. Alt., 0'81 m., anch., 0'59 m.
La parte geométrica y ornamental del mosaico ha sido ejecutada
con grandes teselas; en ocasiones alcanzan hasta los 0'020 m. de lado, al contrario que en las composiciones figuradas, donde son de menor tamaño, incluso en los fondos. ·Los colores han sido representados,
generalmente, con teselas de mármol, blanco, negro, gris, rojo, rosa,
amarillo y ocre, o de pasta vítrea, azul y verde.
En el momento del hallazgo el mosaico presentaba algunos deterioros producidos por desconchados. Así sucede en el tema de Hipólita, el asiento de Onfala y la figura de Hércules en el mismo cuadro.
Menos importantes eran, y hoy han sido suplidos por restauraciones,
los deterioros que se advertían en las historias de Gerión, del león de
Nemea y en orlas y fondos.
Se conservó, in situ, en Liria hasta 1941 en que pasó, por compra,
al Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Fue instalado, primeramente, en el «Patio Romano)), donde ha permanecido hasta la reciente
reinstalación del Museo (2).
(2) C. SARTHOU CARRERES: «Provincia de Valencia», vol. Il (Geografla General del Reino de Va
lencia). Barcelona, s.a., p. 554 y fotograf!a de conjunto.
G. LIPPOLD: «fleraklos Mosaik von Liria>. Jahrbucb des Deutschen Archaologischen Institut
XXXVII. Bcrlin, 1922, p. 1 y ss.
J. PillG 1 CADAFALCH: o:L'Arquitectura romana a CatalunyaJ>. Barcelona, 1934, p. 361-362 y fig. 470
A. FERNANDEZ DE AVILES: «Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional (1940-1945)•. Madrid, 1947, p. llJ y SS.
B. TARACENA: ~Arte romanoo, vol. II de Ars Hispaniae. Madrid, 1947, p. 160 y fig 152.
•Historia de Es{'aila» (Menénde~ Pida]). ll, 1955', p. 767 y ss., fig. 537, 540-552.
J. CARO BAROJA: *España primitiva y romana». 1957, p. 288 y fig. 317.
•Museo Arqueológico Nacionaho, p. 61, núm. 84 y Jám.
S. BRU 1 VIDAL: ~Les terres valencianes durant !'época romana~. Valencia, 1963, p. 186.
G. MAl!. TIN v M. GIL-MASCAB.ELL; ~La romanización en el campo de Liria•. Papeles del Labora tono
de Arqucologia de Valencia, núm. 7. Valencia, 1969, p. 26 y ss.
266 -
[page-n-317]
MOSAICO DE LIRIA
3
Estilo e iconografla
Basta observar este mosaico para que la atención sea atraída y se
fije en su ilusionismo puntillista en las representaciones figuradas. El
musivario se desinteresa no sólo de cuanto sea representación volumétrica y naturalista, sino que sacrifica aspectos organicistas en
pro de nuevos elementos como puede ser la introducción de una «perspectiva jerárquica» en una serie de representaciones. Igual se diga de
la representación de la figura, sus lineas de colores o la discordancia
en emplear tonos claros y oscuros en los volúmenes, como sucede en
las escenas del «Jardín de las Hespérides>>, el «Toro de Creta», los «Pájaros de Estinfalim> o el <
una cierta estereotipia en la figura de Hércules que se repite en la
misma posición en trabajos como son el del «Cancerbero», <
las
«Corza de Cerinea» (3).
Obsérvese como se observe es imposible asociar la secuencia de
las «fatigas», según aparecen en el mosaico de Liria, sea al «orden tradicionah> que propuso Brommer (4) ni al grupo formado por el sarcófago de Velletri, las pilastras orientales de la basílica severiana de
Leptis Magna y un relieve del palacio ducal de Mantua que, según
Bartoccini {5) obedecerían a una tradición iconográfica común. Tampoco es vinculable a otros esquemas más antiguos como el, reconstruido por Treu .(6), de las metopas del templo de Zeus en Olimpia ni el
de varios sarcófagos (7). La mayor coincidencia se da en el hecho de
representar a Hércules imberbe en su lucha contra el león de Nemea
pero no, con la excepción del sarcófago núm. 2.300 del Museo Británico (8), como es frecuente en otros casos, en los trabajos de la Hidria
de Lerna o el jabalí de Erimantea {9).
Lippold reconstruyó la secuencia considerando el tema central de
«Hércules y Onfala» describiendo de izquierda a derecha y siguiendo
un sentido opuesto al de las manecillas del reloj. Con ello establecía la
siguiente secuencia:
Aqu!, como en muchos otros casos, representada como un ciervo.
EROMMER; *Herakles. Die 12 Taten des Heldem. 1953.
Rivista dell'Istltuto Nazionale d'Archeologia e Storia dell"Arte, n.s. VIl, !958, p. 129 Y ss.
!6) •Olyrnpim», III, l.
(7) Cfr. el cuadro de BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 209.
(S) oRep. Re!.», li, p. 475.
(9) EARTOCCINl, o.c. nota 5, se plantea, por consiguiente, la dificultad de la reconstrucción, en el
tiempo, de la sucesión de •fatigas». El grupo Velletrl-Leptis Magna·Mantua, as\ como un sarcófagoTorlonia («Rep. Re!.», III, p. 140) muestra a Hércules imberbe en escenas que en otras representaciones, con·
cret.amente el mosaico de Liria. aparece con barba. Hay que añadir que en algunos casos las circunst.anci~s de conservedón impiden discernir con certeza si se trata de un Hércules barbado o imberbe.
{3)
{41
!51
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'
A. BALIL
L e ó n-Hidria-Toro-Hespérides-Yeguas-Gerion-Establos-CerberoJabalí-Hipólita-Cierva (aquí ciervo)-Pájaros (lO).
La iconografia responde a la tradición general de representar al
héroe en cada uno de sus «trabajos>>. Se apartan de esta tradición los
mosaicos de Cartama ( 11) y Piazza Armerina ( 12). Una posible tradición hispánica }udiera sospecharse en el Herakleion de Gades (13),
pero los resultados no son coincidentes IÚ se prestan a establecer una
secuencia de los < en la Península Ibérica es totalmente
exacta. Aún asociando a Hispania el mosaico de Volubilis (14), cuyas
características no se prestan a establecer una secuencia de «athloi)), y
a pesar del prestigio del Hércules Gadítanus la balanza de datos, sal
vo inclusiones de iconografías en lucernas y tipos mol}etales, no acusa
un predominio occidental. No patece sea éste el camino para encontrar un reflejo de la difusión del culto del Hércules Gaditanus ni le son
propias algunas representaciones del héroe con clava y
algunas colecciones que, por residir sus propietarios en Andalucfa,
han sido consideradas de formación y procedencia exclusivamente locales (15).
(10) LIPPOLD, o.c. nota 2.
BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 209. Sistemas diferentes al seguido por LlPPOLD conducen a una secuencia aún menos ~canónica». La sustitución de la cierva o corza por el ciervo es frecuent.isima. La hallamos ya en una de las metopas del llamado Theseion de Atenas; en la besa de Albano, hoy en el Museo
Capitalino (STUART·JONES, oCa t.», p. 62, lám. XIII), aparece la cierva, pero se encuentra e! ciervo en un
sarcófago da Velletri y en nuestro mosaico (BARTOCCINI, o.c. nota 5 p. 209, lo da como cierva, quizés
por lapsus del tipógrafo, pero su cuerno excluye esta posibilidad). Hay que anotar cómo frente el sarcófago de V~IIetri, en le basilica severiana de Leptis Magna y en el relieve de Mantua, aparece una cierva y
no un c1ervo.
(11)
A. BALIL: •Mo~aico con representación de los Trilbajos de Hércules hallado en Cartamao.l!olctín del Seminario de Estudios de Arta y Arqueología, XLIII, Valladolid. 1977. págs. 371-379; el mismo
texto en «Estudios sobre mosaicos romanos, V». Studia Archaeo\ogica, 49, Valladolid, 1!:178, y un resumen en ta revista
(121 A. CARANDINI: •Ricerche sullo stile e cronología dei mosaici delta vills di l?iazza Armerina>.
1954, pág. 51 y SS.
( 13) A. GARCIA Y BELLIDO: •Hércules Gaditanuso. Archivo Español da Arqueologia, XXXVI. Madrid, 1963, p. 104 y ss. y fig. 23, La seria de Cédiz se compone de Hidria-Le6n-Cerbaro·Yeguas de
Diómedes-Jabali·Cierva, m~s Anteo·Centauro Nesso-Aquelo·Apoteosis de Hércules. La relación la da Si·
lio Itálico (IU, 32) y hay que observar que las cuatro últimas ofatigaSJ> nunca fueron incluidas en la serie
~canónicao. Tampoco se advierte una posibilidad de comparar esta sucesión con otras representaciones.
Sobre le dificultad de la interpretación del texto de Silio Itálico, cfr. GARCIA Y BELLIDO, o.c. p. 104 y ss.
Para les irregularidades, asimismo p. 104, donde se propone una cronologie no anterior al 500 a. C. El
tema central. con la Apoteosis de Hércules, recuerda el cuadro central del mosaico de Liria y del de Cartame, advertido ya por GARCIA Y BELLIDO, o. c. p. 107 y ss. Trata de nuevo de dicho tema GARCIA Y
BELLIDO: •Les re!igions orientales daos I'Espagne romalne•. 1967, p, 157, insistiendo en la coincidencia de los
«athloio citados en oVita Apoll.o, V, 5. Desgraciadamente, la referencia es poco indicativa en nuestro caso, pues
el autor de la «Vito ApoU.10 que describe un ambiente anterior en un siglo y medio al suyo, trao:a generalidades
sobre el tema.
(14) THOUVENOT, PSAM, VI, 1941, p. 71 y ss.
(15) J. C. SERRA RAFOLS: «Posibles bronces votivos del Herak\eion de Cád!z». 1 Congreso Arqueológico del Marruews Español (Tetuán, 22/26, junio 1953). Tetuán, 1954, p. 323 y ss. En realidad estas piezas
proceden de Itálica.
-
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MOSAICO DE LIRIA
5
Pudo existir una iconografía hispánica de los <
hoy, reconstruirla y no estará de más recordar que la iconografia «populan>, de seguro de origen hispánico, ignora, prácticamente, la figura
de Herakles (17}. Los tipos monetarios resultan indicativos en este
sentido, como lo es su aparición en los cuños de la ceca de Roma o en
las emisiones de los emperadores galos (18).
Pasemos ahora al análisis de las escenas. En primer lugar el cuadro central con el tema de Hércules, aquf imberbe, y Onfala.
La estancia de Hércules con la reina de Lidia, Onfala, se ha querido relacionar, en realidad sería el castigo por el mismo, con el robo
del trípode délfico (19). El cambio de indumentarias, Hércules en traje,
y labores femeninas y Onfala con la clava y la piel del león, es habitual en la iconografía {20). El origen de esta iconografía es tardía y
aparte algunos vasos suditálicos (21 ), generalmente helenística. Es
excepción un relieve arcaico, labrado en plomo, hallado en Tarento {22). En la serie iconográfica el ejemplar más parecido al nuestro lo
hallamos en una pintura de Pompeya {23). En ésta como en un grupo
escultórico del Museo Nacional de Nápoles, Hércules aparece hilando
(24). Una Onfala sedente con la
hermes de Hércules (25). Añádase que Hércules y Onfala, aunque en
una iconografía distinta y más frecuente, rodeados por representaciones de las «fatigas» aparecen en un relieve del Museo Nacional de Nápoles. (26).
Es curioso observar que las escenas de las «fatigas» se reflejan tan
ampliamente en la iconografia y tan poco en las fuentes textuales (27). El primero de los «athloi» en la serie «canónica» es la de la
(16) A. GARCIA Y BELLIDO: ~Esculturas romana<~ de Espaila y Portugab. Madrid, 1949, nóm. 394,
p. 390 y s. Se conservan sólo ocho piezas. El autar recanstruye su secuencia como en el mosai.co de Liria.
( 17) Talas el caso de la terra sigillata hispánica. Cfr. C. MENDEZ·REVUELTA: cMatenales para el
estudio de la figura humana en el temario de !aterra slgillata hispánica•. BoleUn del Seminario de Arte y
Arqueologia, XL. Valladolid, 1975.
(1 Bl GARCIA Y BELLIDO, o.c. nota 13, p. 134, donde se Incluyen también las acuñaciones hisptinie as.
(19) V. las fuentes escritas en ROCHER'S y RE, ss.vv.
IZO) Para la lconografla del tema en general, cfr. además dalas obras citadas en notas precedente e,
EAA, s.v.; SHUR, AJA, LVll, 1953, p. 261 y ss. SCHAUENBURG: «Rheinische Musemru, Cill, 1960, p. 57
y SS.
(21) TRENDALL: oThe red,figured vases ofLucania, Campania and Slclly:o, I, 1967, p. 184, 249,
25!.
1221
123)
124)
(25)
(261
(27)
•Archeologlckon Ephemeris~. 54, lám. IV.
HELBIG, núm. 1.136.
LECHAT en •Revua de l'Art Anden et Modemeo, XXXII, 1912, p. 19.
E. BABELON: «Catalogue des Brom~es de la Bibliotholque Nalmna!e Qe l'ansll.
~Rep. Rel.o, III, p. 72. 2 IRUESCH, núm. 595).
Diodoro IV, 11 ss. Appolodor, II, 74 ss. Higinio, 1Fab.l, 30.
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A. BALIL
muerte del «León de Nemea» (Lám. III, 1), Aunque esta «fatiga)) culminó en el interior de una cueva en la cual Hércules estranguló al león,
de piel invulnerable, es habitual que el episodio sea representado sin
incluir características del lugar de acción. En el mosaico de Liria parece indicativo la aparición de la clava en el campo y que debe ser
una alusión al modo en que Hércules dio muerte al león.
Es éste uno de los temas predilectos de la vieja iconografia que se
remonta al período geométrico (28) y pasan del medio millar los vasos, arcaicos y clásicos, con esta escena (29). Aparece también en una
metopa del templo de Zeus en Olimpia y figuraba en el «dodeké.thlos))
del «Tesoro de los Atenienses)) en Delfos {30).
En el mosaico de Liria encontramos un Hércules imberbe al igual
que en el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis Magna, el relieve del Palacio Ducal de Mantua y el relieve Torlonia. No hay en el
nuestro un fondo paisajístico, representaciones intencionales de árboles como en el sarcófago de Velletri. Representaciones de este ((athlos))
las encontramos en una de las placas de Itálica, ya citadas, donde
Hércules empuña la clava, en lucernas y terra sigillata, aunque no es
posible, hoy por hoy, establecer relaciones entre las escenas
combatiente-león de la terra sigillata hispánica y esta «fatiga)) de Hércules. También en solitario aparece en una pintura de Pompeya, en la
cual la lucha se desarrolla al aire libre y en una composición no muy
alejada de la del mosaico de Liria. (31).
El segundo- cuadro, dentro de la serie «canónica)), nos muestra el
tema de la lucha con la hidria de Lerna (Lám. III, 2). Es dificil establecer si Hércules aparece imberbe, como en el relieve Torlonia, el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis Magna y el relieve de Mantua,
pero parece más probable esta posibilidad que la de Hércules barbado. El musivario no parece comprendiera la iconografta, ciertamente
difícil, de la hidria. Sus nueve cabezas se han convertido aquí en seis
a modo de tentáculos. El episodio del cangrejo parece olvidado y Hércules no combate, según el mito, la hidria con el fuego sino con la cla-
(281
BROMMER en •Marburg Windelmanns Programmo, 1949.
BROMMER: «Vasenlisten ~ur griecilischen HeJdensage~. l!ltiO', p. BS y ss. (No me han sido
asequibles las ediciones posteriores a esta obra.)
(30) Cfr. VON SALIS en •BerHner Windelmanns Programmo, 1949.
(311 Sarcófago de Vel!etri, BARTOGGINI, o.c. nota 5, p. 148. Pilastras de Leptis Magna. M. F.
SOUARGIAPINO: •Scnlture del foro severiano di Leptis Magna•, 1947, p. 98 y ss.
Basa de Albano en los Museos Capitalinos, STUART-JONES, a.c. nota 10.
Relieve de Nápoles, clr. núm. 26.
Relieve de Mantua, •Re. Re!.~. III, p. 51, 2.
Sarcófago del Museo Británico núm. 2.300, 'Rep. Re!.~, II, p. 475, 1 ss.
Pintura de Pompeya, HELBIG núm. 1.124, «Rep. Rel.>, 191, 4.
(291
-
270 -
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MOSAICO DE LIRIA
va. La clámide del héroe presenta una serie de pliegues irreales que
son frecuentes en este mosaico en todas aquellas representaciones
que el héroe viste dicha prenda. Se diría que el musivario, preocupado
por dar una sensación de movimiento y la agitación de la lucha, ha
prescindido de todo intento realista para aceptar formas ilusionistas o
indicativas aunque ficticias.
El tema aparece ya en algunas piezas de la época geométrica (32)
y en numerosos vasos (33), Para la época arcaica debe tenerse en
cuenta, además, un frontón, muy mutilado, de la Acrópolis de Atenas (34), y un grupo del Museo Capitalino (35). Un tipo diferente de hidria aparece en un mosaico de Tréveris que conserva muy parcialmente la figura de Hércules (36).
La aparición, tras los ((athloi)) citados, de la lucha con el toro de
Creta (Lám. IV, 1) marca claramente la ruptura de la tradición iconográfica del mosaico de Liria con el ((Orden tradicional» establecido por
Brommer, la reconstrucción, según Treu, de la secuencia de las metopas de Olimpia y la serie relieve Torlonia, relieve de Nápoles, sarcófago de Velletri, pilastras de Leptis Magna y relieve de Mantua. La sucesión, a excepción del mosaico de Liria, más disociado del llamado «orden tradicional» la hallamos en el ya citado sarcófago del Museo Británico núm. 2.300.
Hércules capturó el toro vivo y lo entregó a Euristeo; compárese
este caso con el jabalí de Erimantea, encadenándolo. Este tema aparece más tardíamente que los anteriores, aunque recuerde algo de
una de las tazas de Vafio, pues no se documenta en el periodo geométrico pero si, y muy ampliamente, en vasos (37) y en una de las metopas de Olimpia (38).
Sigue a este episodio el de Hércules en el jardín de las Hespérides
(Lám. IV, 2). Su presencia en este orden, dentro del tenido por tradicional, no halla equivalente en ninguno de los grandes conjuntos de
los «athloh> citados anteriormente. Se adivina en la representación la
serpiente que vigila el árbol de los frutos de oro. No aparece el compañero de Hércules en esta fatiga, Atlante, y es el propio héroe quien,
ante las Hespérides asustadas, retira los preciados frutos.
(32)
(33)
(34)
(35)
(36)
(37)
(38)
SCHWEITZER: •Greek Geometric ArtJo. 1971.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 63 y ss.
LAPALUS: *Le fronton sculpté en Grece~. 1947, p. 77 y ss.
STUART-JONES, o.c. nota 10, p. 136.
PARLASCA: •Die ramlsche Mosalken in Deutsch\and•. 1958, lé.m. LVI, l.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 146 y ss.
TREU, o.c. nata 6.
-
271 -
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8
A. BALlL
Se trata de un tema que entró en boga en un momento avanzado,
puesto que sólo se genera1iza a partir del s. IV a. C. aunque aparezca
en numerosos vasos (39) y en una de las metopas de Olimpia (40).
Hallamos a continuación la doma de las yeguas, antropófagas,
de Diómedes, que, sucesivamente, serían entregadas a Euristeo
(Lám. V, 1 ). Esta escena aparece aqui desplazada con respecto a otras
representaciones. Las representaciones son escasas en los vasos {41).
La interpretación de nuestro mosaico puede definirse como <J. La escena ha sufrido una reducción, que parece ser habitual, en
el número de las yeguas situadas en lo que debiera ser lado izquierdo.
De aquí que no aparezcan las cuatro yeguas que cita el mito, sino dos.
Iconografías análogas se advierten en el ya citado sarcófago 2.300
del Museo Británico, la basa de Albano de los Museos Capitalinos, el
relieve, antes Borgiano, del Museo Nacional de Nápoles y, muy próxima a la nuestra, el sarcófago d€ Velletri.
Tampoco la escena de la lucha entre Hércules y Gerión
(Lám. V, 2) ocupa aquí un lugar habitual; en la mayor parte de las representaciones sigue o precede a la de Hipólita. Sin embargo, esta secuencia yeguas-Gerión es la que aparece en el grupo Nápoles-VelletriLeptis Magna-Mantua. Es ésta una de las hazañas más recordadas en
la literatura mítica y aparece con frecuencia en representaciones vasculares (42). La iconografía es muy próxima en este caso, aunque la
representación tricéfala de Gerión es la habitual en el mundo helenístico y romano, a la del sarcófago de Velletri (43).
La limpieza de los establos de Augias entró tardíamente en laiconografía de los ((trabajos» (Lám. VI, 1). No se documenta en la pintura
vascular y, aparte lUla metopa de Olimpia sólo la hallamcs en loo grandes ciclos romanos ya citados (44), el mosaico de Volubilis (45) y uno
de Ostia (46). Al estudiar éste Squarciapino ha agrupado dichas representaciones en tres series (47) correspondiendo el de Liria a la primera. No obstante el mosaico de Liria y el de Ostiáson muy próximos entre sí, puesto que en ambos, y se trata de la serie menos numerosa, Hér(39) BROMMER, o.c. nota 29, p. 57 ss,
(401 Cfr. nota 38. Téngase en cuenta también la pintura, FERRUA: «Le pitture della nuova catacomba di Vla Latina». 1960, p. 79, Lám. LXXXI (H~rcules imberbe).
(411 BROMMER, o.c. nota 29, p. 141 y ss.
(42) BROMMER, o.c. nota 29, p. 48 y ss.
(431 BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 151. no creo que la pintura, FERRUA, o.c. note 40, p. 78, .ám.
LXXVI, se refiera a esta •fatiga».
(44) BROMMER, o.c. nota 28, p. 88.
(45) O.c. nota anterior, p. 72.
(45) M. l'. SOUARCIAPINO: «Fatiche d'Ercole•, Archeologia Classica, X, 1958, p. 106 y ss.
{47) O.c. nota anterior.
-
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MOSAICO DE LIRIA
9
cules aparece «antes» de cumplir su hazaña, aún empeñado en ella.
Hércules aparece aqui con la «leontés», al contrario que en el mosaico
de Ostia y en el de Volubilis. la calva en el suelo hace recordar que en
el mosaico de Ostia aparece apoyada en un árbol quizás suprimido en
el cartón empleado en el mosaico de Liria, que se caracteriza por la
utilización de los fondos neutros. En este sentido es excepción el cuadro que refleja la siguiente hazaña, la captura de Cerbero, (Lám. VI,
2), pues se ha considerado necesario representar las puertas del Hades que aquí se illterpretan, según una tradición más antigua, como
la boca de una cueva. En otras representaciones, como el mosaico de
Volubilis, no aparecen ni puertas ni cueva. El episodio era recordado
ya en la Ilíada (48), por lo cual no sorprende que aparezca ya en algunos vasos (49). En la serie canónica esta representación aparece en
último lugar. Así en el conjunto de Olimpia, la basa de Albano de los
Museos Capitalinos, el sarcófago de' Velletri y en las pilastras de Leptis Magna; se separan de la tradición el relieve <
Sigue a esta «fatiga)) la de la captura del jabalí de Erimantea y su
entrega a Euristeo (Lám. VII, 1 ). De nuevo aparece la clava aislada en
el fondo neutro del mosaico. Esta hazafta ocupa el tercer lugar en la
serie canónica y se docwnenta en la pintura vascular (50). Aparece ya
en metopas de Olimpia, del heraion de P aestum, en el sarcófago de
Velletri, en el mosaico de Vcilubilis, etc., siendo casi general que el cobarde Euristeo aparezca refugiado en un pythos.
También la captura de Hipólita aparece con frecuencia en la pintura vascular (51) (Lám. VII, 2). Esta mUestra la existencia de diversas tradiciones iconográficas. La que aparece en nuestro·mosaico es,
en realidad, un tema de arnazonomaquia aprovechado para representar la citada «fatiga>) (52) que, prácticamente, corresponde al «Motivo
A)) de Bielefeld (53). En la serie canónica esta «fatiga» ocupa ~1 noveno
lugar. En el grupo Velletri-Leptis Magna-Mantua, el sexto.
Sigue la representación de la captura de la cierva de Cerinea
(Lám. VIII, 1). Recuérdese que el motivo de la captura era adueñarse
{481
{491
VIII, 14.
(531
«Amazonomachia•, 1951. passim.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 70 y ss.
(501 BROMMER, o.c. notas 29, p. 70 y ss .. y 44, p. 83.
(511 BROMMER, o.c. notas 29, p. 5 y ss. y 44, p. 83.
BOTHMER: «Amazons in Grsek Art.». 19!)7.
(521 BOTHMER, o.c. nota anterior, p. 209 y ss.
-
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JO
A. BALIL
del cuerno de oro de la misma (54). Esto explica que en la mayor parte
de las repr:esentaciones aparezca con cuernos de ciervo (55). En algunas representaciones Hércules da muerte a la cierva, en otras se captura el animal y, finalmente, en otras se rompe el citado cuerno de
oro. En otras representaciones Hércules y Apolo luchan por la posesión de la cierva. El tema aparecía ya en una fíbula de Beocia, en numerosos vasos pintados (56); la hallamos ya, sin entrar en relación
con otras representaciones de los «athloi», en un mosaico de Pella de
Macedonia, que corresponde a los llamados «pebble mosaics>>. Aún
puede añadirse un grupo de bronce conservado en el Museo de Palermo (57), aparte las ya citadas metopas de Olimpia, el relieve Torlonia,
donde Hércules aparece imberbe, la basa de Albano, el relieve «Bor~
gianm) de Nápoles, el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis
Magna y el relieve de Mantua. En todos ellos, excepto en la serie del
templo de Zeus de Olimpia, ocupa el cuarto lugar de acuerdo con el
canon establecido por Brommer.
La última representación de los «athloi» en el mosaico de Liria corresponde a la de loo
el sarcófago núm. 2.300 del Museo Británico y el incierto mosaico de
Volubilis. El tema se documenta también en una f'.tbula beocia y en vasos (58). El mosaico de Liria muestra en esta composición un esquema
muy semejante al del sarcófago de Velletri o del mosaico de Volubilis (59).
En resumen, el mosaico de Liria, como la serie incompleta de relieves de Itálica, muestra, de una parte, una iconografia estrechamente unida al grupo Velletri-Leptis Magna-Mantua, pero de otra un
completo alejamiento, sea de la serie canónica de Brommer, sea del
.ciclo establecido en el citado grupo. Pese a ello, parece que cabe aún,
con ciertas reservas, la observación de Bartoccini (60), al seftalar que
el cartón del mosaico de Liria debió inspirarse en un cuaderno de modelos cuyo autor no desconocía la iconografía de las «fatigas» estable(54) Cfr. CAPRINO en EAA, s.v. «Erac\e).
(55) Por error BARTOCCINI indica la presencia de la derva en el mosaico de Liria. Cfr. BARTOCCI·
NI, o.c. nota 5, p. 209.
(56) BROMMER, o.c. notas 29, p. 60 y ss. y 44, p. 85 y ss.
CAPRINO, o.c. nota 54.
(57) CAPRINO, en EAA, I!l, p. 384 y fig. 467.
Para el mosaico de Pella, cfr. PETSA: «Le mosa"ique greco-romain•, 1966, p. 41 Y ss.
(58)
BROMMER, o.c. notas 29, p. 157 y S. y 44, p. 85 y SS.
(59) THOUVENOT, a.c. nota 14, p. 72 y S.
(60) O.c. nat~ 5, p. 179.
-
274 -
[page-n-325]
MOSAICO DE LIRIA
cid a por las esculturas oriundas de la región, quizás Afrodisia de Caria, donde se crearon piezas como el sarcófago de Velletri o las pilastras de Lepis Magna. Esta revisión iconográfica debió tener lugar en
el último cuarto del s. II; recuérdese en este sentido la especial vinculación Commodo-Hércules, documentada tanto por las fuentes escritas como por los materiales arqueológicos.
Cronología
La orla de ovas que encuentra el tema de Hércules y Onfala se superpone a representaciones de una serie de mosaicos severianos y
tardo-severianos, fines del s. II y primera mitad del s. III d. C. (61).
Igual puede decirse del tema geométrico que aparece en un sector del
mosaico y que si bien documentado en Pompeya (62) se halla también
en mosaicos de fines del s. II d. C. y, en parte, en un mosaico como el
de Nennig, que se acostumbra a fechar en el decenio 230-240 d. C. En
conjunto, y no es novedad respecto a lo que propusiera Lippold, el mosaico puede considerarse severiano y fechable en el primer tercio del
S. III d. c.
(61) FA, VI, 1951, núm. 5.989.
VON GONZENBACH: oDie romlschen Mosaiken \IOn Schwei~~. p. 305.
PARLASCA, o.c. nota 36, lám. VHI, 1, LVI, 6.
BLAKE, li, !áms. XVII, l, XXV, 4, XXXIX, 1 y 4.
BECATTI: i:Mosaic~. mim. 218, 300. dnv. Mos. Afrique•, núm. 93.
(62) BLAKE 1, !ám. XXV, 2, Compárese con BLAKE II, lám. XX, l.
- 275 -
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BALIL.-Mosaico de Liria
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BALIL.-Mosaico de Liria
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BALIL.-Mosaico de Liria
LAM. 111
Hércules y el león de Nemea
Hércules y la hidria de Lerna
(Fotos, M.A.N.)
[page-n-330]
BALIL. -Musnlco d'3 Liria
LAM , IV
Hércules y el toro de Creta
Hércules en el jordin de las Hespéride s
(Fotos, M .A.N. )
[page-n-331]
BALIL.-Mosaico de Liria
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[page-n-332]
BALIL.-Mosaico de Liria
LAM. VI
Hércules en los establos de Augias
Hércules y Cerbero
(Fotos. M .A.N.)
[page-n-333]
BALIL.-Mosaico de Liria
LAM. VIl
Hércules y el jabalí
Hércules e Hip61ita
(Fotos. M.A.N.)
[page-n-334]
BALIL.- M osaico de Liria
LAM. V III
[page-n-335]
ANDRE BAZZANA
(Francia)
VESTIGES DE CENTURIATIONS ROMAINES
ET D'UN ITINI!RAIRE PRI!-ROMAIN
DANS LA PLAINE DE CASTELLON
L'occupation antique, et particuliérement la mise en valeur
hispano-romaine, de la plaine de Castellón de la Plana sont attestées
par de nomhreux vestiges archéologiques, répertoriés et analysés par
des travaux antérieurs (1 ). En dehors des témoins architecturaux {are
de Cabanes, villa de Nulas) ou artistiques {Hermés de bronze de Villavieja), l'influence romaine s'inscrit aussi dans le paysage: les traces
de centuriations romaines ont ainsi été relevées et étudiées par Antonio López Gómez dans toute la zone situé e é.l' ouest de Castellón de la
Plana entre la Rambla de la Viuda et les premiers contreforts montagneux (2).
Si les prospections se sont avérées négatives dans le secteur de ViBarreal de los Infantes (3), il semhle en revancha que l'étude pourrait
étre Feprise et prolongée, d'une part dansla plaine intérieure de Gabanes oü l'on peut logiquement supposer l'existence d'une centuriation
liée a la proximité de la Vía Augusta {4), d'autre part dans la plaine
{1 1 D. FLETCHER et J. ALCACER: •Avance a una arqueolog!a romana deJa provincia de Castellón».
Bnlotin de la Sociedad Castellonense de Cultura XXXI, C. 0 IV, p. 316. Castellón 1955, et xxxn, c.• !I,
p. 135. Castelllin, Hl56.
F. .ESTEVE: •La villa romana de Benicatli (Nulesl~. Penyegolosa, núm. 2. CasteU6n, 1956.
M. TARRADELL et M. SANCH!S GUARNER: •Prehlstória i Antiguitat. Epoca musulmana>, vol. 1 de
HistOria del País Valenclá. Barcelona, 1962.
J. M. DO:NATE SEBASTIA: ~Arqueologla romana de Vlllarroall. Archivo de P<"
XII. Valencia, 1969, pp. 205-239.
{2) A. LOPEZ GOMEZ: -Posibles centuriaciones en Castoll6n de la Planm. Estudios sobre centuriaciones romanas en España. Madrid, 1975, pp. 129-136.
13) V. M. ROSSELLO VERGER: «El catastro romano en la España del Este y del Sulll. Estudios sobre
centuriaclones romanas en España. Madrid, 1975, pp. 9-33 et cana p. 29.
14) LOPEZ GOMEZ, op. cit., p. !29.
-
277 -
[page-n-336]
,
A. BAZZANA
littorale autour de Burriana et é. 1' est de Castellón, de part et d' autre
du rio Mijares.
C'est cette seconde étude qui est amorcée dans les notes qui suivent, rédigées a la suite d'un premiar travail de prospection sur cartes
et photographies aériennes. Les documenta utilisés étaient les suivants:
-Feuílles Villafamés- 616, lére édition de 1942, et Castellón de
la Plana- 641, lére édition de 1942, de la couverture é.l'échelle du
l/50.000e publiée par la Dirección General del Instituto Geográfico y
Catastral,
-Photographies aériennes, it l'échelle approximative du
1/30.000e, núm. 5133 d 5138 du 15 mai 1956, núm. 6800 d 6805 et
núm. 6851 A 6855 du 9 juin 1956, núm. 10557 é. 10561 du 4juillet
1956 (photographies extraites de la couverture générale réalisée par
1' aviation américaine).
Partant de l'information que nous avait donné Norberto Mesado,
directeur du Musée Municipal de Burriana, selon laquelle 1' appelation
traditionnelle El Caminds (=de grand chemin», avec -a ou -as augmentatif), encare utilisée et que l'on retrouve sur les cartes topographiques, recouvrait fréquem.ment des chemins antiques -souvent
antérieurs au Moyen Age- on a tenté de vérifier cette information sur
deux coupures au l/50.000e et sur les photographies aériennes verticales du secteur de Castellón-Burriana-Nules, et de trouver quelques
renseignements attestant son exactitude.
La démarche suivie peut se résumer ainsi:
-Recherche, a partir de (ou des) indication{s) El Caminds ou Camino Viejo, d'un ou de plusieurs tracés possihles pour une voie de
communication ancienne a courte et moyenne distan ce;
-Essai de mise en évidence des points caractéristiques jalonnant
les itinéraires retenus {5);
-Recherche de l'unité de mesure apparaissant avec une régularité relativa entre les points caractéristiques et attestant, éventuellement, l'existence d'un bornage ancien;
-Cartographie des informations recueillies.
{5) La w~thodologle appllquéeld est calle qui a été miso au po!nt, en FriiDca, lors de J'~tude, d11Ds
quelques région9, de l'ansemble des chew.lns de griiDde et moyenne co=unication utili9és entro la con
quéte romalne et la Ve eléde: on se reportera d'abord A l'oxposé méthodologique de base de R. CHEVAWER, A. CLOS-ARCE DUC et J. SOYER: 'Essa.i de reconatltutlon du rliseau routler gallo-romaln: Caractéres el méthodesD. Revue Archéologique, nüm. 1, 1962, pp. 1-49. Voir ensuite: D. JALMAlN: «Etude des
voies roma.ines entre Seine el LoireJ. Colloque da Cartographle Archéolog!que. Tours, 1972, pp. 111-114
et pi. L l, 2 el 3.
J HUBERT: des routes de Franca depub les originas jusqu'll; nos jours1. Cahiers de Civillsatlon,
19~9.
R. CHEVALLIER: «Les voies romalnest. Parla, 1972.
[page-n-337]
VESTIG:ES DE CENTUIUATIONS
3
. Mais, avant de décrire cet itinéraire cOtier, la premiére observation des cartes et des photographies aériennes verticales faisait apparaí:tre les traces d' aménagements agricoles qui semblaient @tre des
vestiges de centuriations romaines.
I
LES CENTURIATIONS DE BURRIANA ET DE CASTELLON-EST
Les indices les plus habituels attestent, dans toute la zone cótiére,
l'existence de centuriations ou d'éléments de centuriations dont l'extension maximale ne peut étre retrouvée aujourd'hui en raison des
bouleversements importants qui, 'des constructions médiévales aux
voies ferrées et autoroutiéres contemporaines, affectent cette zone
d'intense activité. ·
Trois indicas surtout peuvent étre retenus:
-Ce qui apparatt le plus nettement 8 1' examen des photographies
aériennes et des cartes topographlques et ce qui, a vrai dire, attire l'attention et suscite l'interrogation et l'enquéte, c'est le réseau orthogonal, a mailles réguliéres, des chemins de desserte de la plaine cótiére:
la plupart de ces chemins, encare existants aujourd'hui bien que souvent délaissés, sont représentés sur les cartea au 1/50.000e et tous
sont trés visibles sur les photographies aériennes; leur tracé rectiligne, leurs intersections 8 angla droit, sont facilement observables et
peuvent étre cartographiés sur papier ·calque. Ces chemins sont recoupés en diagonale par le réseau médiéval de communication, que reprennent, en grande partie, les tracés modernas: la surimposition de
réseaux d'époques et de fonctions différentes apparait trés nettement
autour de Burriana.
L'espacement régulier des intersections confirme l'hypothése d'une organisation rationnelle et structurée de l'espace rural; le quadrillage des chemins de desserte, le damier régulier des champs, restituent le paysage antique en ce secteur cOtier comme dans les secteurs
ouest de Castellón de la Plana, étudiés par Antonio López Gómez (6).
-On sait d'autre part que les limites administrativas actuelles tirent parfois leur origine de limites anciennes ou s' appuient sur dP
éléments-repéres du paysage ancien: la coincidence d'un chemin au
tracé rectiligne et d'une limite administrativa atteste fréquemment la
161
LOPEZ GQMEZ, op. cit., pp. 132-136.
-
279 -
[page-n-338]
'
A. BAZZANA
présence d'une voie antique et, parfois, d'un croisement de voies antiques (7).
Or deux indicas de ce type peuvent étre relevés dans le secteur
géographique qui nous intéresse ici:
-Limite administrativa des términos municipales de Nulas et de
Burriana, emre la route de V - á Baroolnna par la - ; ranure rectiligne de cette limite et son croisement A angla droit avec des chemins
comme le Camino de Llombai sont parfaitement conservés et trés
nets sur les documenta observés dans toute la zone é.l'est de Masca-
ren.
-Limite administrativa des términos municipales d' Almazara et
de Castellón de la Plana, entre la route de Valencia a Barcelona et Almalafa, de part et d'autre d'El Caminds qui est traversé, a angle droit,
avec un léger décrochement en balonnette vers le nord de la branche
orientale (8).
Des mesures de longueurs et de superficie ont été effectuées sur la
carta topographique l\ partir de ces deux localisations. On ~e gardera,
en revancha, de tirar argument de l'existence de trODf1ons rectilignes
sur la limite administrativa séparant Buniana de Vill81Teal de los Infantes puisque, dans ce cas, on sait que la coupure du territoire dépendan! de Burrlana est un falt hlstorique récent (9).
On ajoutera enfin qu'une rapide. étude des surfaces délimitées par
le réseau orthogonal des chemins de desserte montre que l'unité de
mesure de base employée pour la cadastration semble étre 1' actus romain, dont la valeur moyenne est de l'ordre de 35,485 m. (lO). Plus
que les valeurs absolues des surfaces mesurées, c'est la répétition réguliére des mémes superficies qui vient conflrmer l'existence d'anciennes centuriations. A distance l\ peu prés régullére de 355m. l\ 375
m. on observe sur la photographie aérienne comme sur la carta topographique, les vestiges du 11squelette» des chemins qui organisaient et
délimitaient les parcelles des centuriations (fig. 1).
(7) CHEVALLIER: Op. c!t.
G. M. CANO GARCIA: «Sobre una posible canturiaclón en el regadio de la acequia de Monteada (Valencia)». Estudios sobre centurlaclones romanas en Espafla. Mathid, 1975, (ip.l15-l27,
(8) CHEVALLIER, op. cit. p. 87: «L'évolution,les transformations des cultures se manlfestent seulement dans les légars déplacemeut& que cesllgne.s ont sub!e, ver~~ la droite ou venia gauche, milis elles reviennent tol\iours awt BJ[es origlnels, donnant alnsl une preuva ftappanto de la rectltude de cea dernlers»
(9) Fondation Chrét.imme de 1274.
110) ROSSELLO VERGER, op. cit.
-
280 -
[page-n-339]
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VESTICES DE CENTURtATtoNS
-
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Fig. l
Essai do recon5tltntion des ~nt!.l.t'iaUcns de la baue plaíne
d~
C..Wllón de la Plana. Carroyage Lambln't el
échf!Ue ldiométrlque
••
[page-n-340]
6
A. ·BAZZANA
II
DESCRIPTION DES SECTEURS SOUMIS A CENTURIATION
ET ANOMALIES D'IMPLANTATION
Trois sectCurs oU apparaissent des índices d'existence de centuriations d'époque hispano~romaine ont étó repérés et cartographiés.
l.
Secteur A
. A l'est de Nules et au sud de Burriana, l'analyse cartographique
fait apparaltre une série de quatre alignements d'orientation SO-NE,
dont certains (aignements a et e, fig. 1) rie sont suggérés que par la
présence de points caractéristiques; un alignement intermédiaire (b)
devait exister, mais il a été détruit par les travaux de construction de
la voie ferrée Valencia-Barcelona.
La prése¡;tce dé 1' aUgnement a est suggérée par le carrefour du Camino.Travesfa de Angali et du Camino de la Goleta en 9022.5916 (11).
En e, le tracé est encare utilisé de l'Azagador delBelcaide (Nules)et du
Camino de les Clotes oCaminás (Burriana); a. partir de 9060.5929 et en
se dirigeant vers le. NE, une modification de 1' orientation de ce chemin
important entratn.e l'apparition d'éléments cadastraux dont l'axe
principal s'incline davantage vers l'est. L'alignement d est attesté par
l'actuel Camino de Llombai qui, a pait un léger décalage vers l'ouest
du tracé contemporain {vers 9059.5913), recouvre exactement la voie
antique; le tracé se prolonga vers le NE a u delé. du carrefour du Camino de les Monjes et fait apparattre un chevauchement de cet éiément
cadastral et de celui qui a été signalé plus haut. Enfm, en e, on remarque d'tme part une portian de chemin vicinal qui s'accroche au Camino del Marge; d'autre part le carrefour de ce chemin avec le Camino
de Miralles; un léger décalage du carrefour vers le sud incite a rechercher le croisement antique vers 9066.5902.
Une série de sept alignements NO-SE croise les llXes précédemment décrits. En 1, le Camino del Cabeyol est trés net, spécialement
dans sa partie située a l'est de !'Azagador del Belcaide, de 9035.5895
a 9050.5886. L'alignement 2 correspond au tracé actuel du Camino
de la Ratlla, souligné de surcroit par la limite administra ti ve entre Nules et Burriana. En 3, se remarquent les Caminos Facos et de Miralles, mais on ne peut prolongar ce chemin vers 1' ouest au-delé. du
carrefour avec !'Azagador del Belcaide (en 9057.5908). L'alignement
(ll} . Coordonnées hectométriqucs Lambert.
-
282 -
' 1
1
''
[page-n-341]
VESTIGES DE CENTURlATIONS
'
4 est seulement suggéré par le carrefour du Camino de Llombai et du
Camino de Ballester, en 9062.5918; lé. encare, aucun índice s1lr n' apparait plus lll'ouest. Un axe, dont l'orientation est différente de celle
des précédents (il est, en effet, incliné de 6° plus al' est), est visible en
4; i1 est marqué en partie par le Camino de les Monjes et le chemin
sans nom entre 9071.5918 et la cOte; on notera, en 9077,5.5911, son
intersection avec un axe SO-NE attesté par plusieurs portions de la
voirie actuelle. Le Camino de Traver suggére la présence de 1' aligne~
ment 5, qui est oblitéré a 1' ouest du Camino de les Clotes par des vestiges de cadastration de méme orientation que celles repérées en 1, 2, 3
et 4. Enfin, un dernier alignement qui, a 1' ouest, va buter sur la ville
de Burriana, recouvre en 7 une partie du tracé du Camino de les Novenes, entre 9088.5932 et la cóte.
2.
Secteur B
Au nord de Burriana, entre le rio Seco et le rio Mijares, une zone
de centuriations plus réguliéres est visible entre la courbe de niveau
des 40 m. et le rivage. Les indicas d'alignements antiques sont relativement nombreux et permettent de reconstituer é 1' aide des photographies aériennes les mailles de la centuriation romaine, bien que les
portions de chemins anciens ne puissent pas toujours étre suivies sur
une grande distance {fig. 3).
La description du secteur précédent montre assez la méthode qui
a été suivie; sans entrar, désormais, dans autant de détailS, on notera
simplement, pour le secteur B, les alignements suivants:
Du SO vers le NE.
-a: Camino de les Boltes, du río Seco jusqu'au point 9053.5977.
-b: Camino de Sedeny, de 9055.5961 a 9076.5987.
-e: tracé restitué a partir de la photographie aérienne, s'appuyant sur la courte section (d'environ 300m.) d'orientation SO-NE du
Cami11.1o del Cedre (vers 9078.5969).
-d: meme remarque pour un tracé prenant appui sur une portian
du Camino al Molí située en 909.597.
-e: Camino de Santa Pauet, et partie du Camino de Santa Pau, au
NE de 9101.5963.
-f: tracé peu visible prés du rio Seco mais que recouvre, plus au
nord, le Camino la Cosa.
Du SE vers le NO.
-1 . : Azagador d 'Espasers:
- 283 -
[page-n-342]
A BAZZANA
'
-2: alignement trés perturbé par la proximité du fleuve et le ré~
seau médiéval de communications, en étoile a partir de Burriana.
-3: éléments de voirie ou croisements d'axes de centuriations en
9102.5947, 9096.5951 lmais décalé vers le sud), 9090.5958,
9078.5968 et 9069.5978.
-4: Camino de Vila-real puis section du Camino de Na Boneta.
-5: portian de chemin actuel vers El Bofia {9118.5964), a l'ouest
d'Almacén de Polo (9004.5978), sur le Camino d'Almassora
(9084.5996) 8 proximité de Vinarragell.
On remarquera que les orientations des axes de la centuriation du
secteur B sont en concordance parfaite avec celles des quelques éléments de centuriation relevés a u nord du secteur A, sur 1' autre rive
du rio Seco.
3.
Secteur C
Au nord du rio Mijares et dans toute la basse plaine é.l'est de Castcllón, plusieurs alignements apparaissent qui semblent appartenir A
trois centuriations différentes et, sans doute, successives.
Alors que plusieurs axes sont hypothétiques, en raison du faible
nombre d'indices quien suggérent la présence (ainsi les axes a, d et e).
d'autres, en revancha, sont marqués encare dans le paysage actuel
par les chemins de desserte de la huerta, par exemple, pour la direction SE-NO:
- 2a: Caminp dels Clots.
- 3a: Camino de la Donaci6.
- 3c: Camino de Fadrell, a l'est du point 9131.6014.
- 5: Camino Vell de la Mar, du portjusqu'au point 913.2.6039,
poursuivi, aprés une lacune de 800 m. par un chemin allant vers la viJle de Castellón.
4.
Remarques concernant des anomalies d'implantation des
centuriations hispano-romaines de Burriana et Castell6n-Est
Au total, á l'examen de la carte topographique et des photographies aériennes, on voit apparaitre non pas une cadastration unique, selon
un seul et meme réseau orthogonal ba.ti sur l'intersection d'un
cardo maximus et d'un decumanus maxímus, mais une série de petites centuriations, disposées du sud vers le nord selon des orientations
différentes et présentant parfois des zones de chevauchement partiel
ou, méme, de véritable superposition. Ces inflexions successives sont- 284 -
[page-n-343]
VESTIGES DE CENTURIATIONS
9
elles A relier au tracé de la cOte ou ont-elles une autre cause? Autre
anomalie,le module utilisé pour la centuriation de Burriana et de 1' est
de Castellón ne correspond pas au module habituel que 1' on rencontre
dans d'autres régions du monde romain ou, plus simplement, du monde bispano-romain (12): au lieu d'un systéme de mesures des longueurs bAtí sur !'anchura de 20 actes, soit 709,68 m. ou le mille, on
rencontre ici un module voisin de 1160 m.: ceci représente une cadas
tration en grandes parcelles de 32 actes sur 32, soit 134,56 ha. Pour le
secteur C, en ne tenant pas compte de la partie la plus au nord qui
semble appartenir é une centurlation différente, on découvre une
quinzaine de grandes parcelles correspondant é une superficie exploitable de 2018 ha enviren.
Qu'en est-il, enfm, du rapport entre les mesures antiques et la jovada valencienne (13). La jovada est l'unité de mesure qui correspond
é. la surface labourable en un jour par un attelage de hoeufs; est-elle
d'origine médiévale, chrétienne ou arabe, ou d'origine antique? Onne
peut qu'étre frappó du fait que l'acte carré de 0,1259 ha est, Apeu de
choses prés, l'équivalent du 1/lOe de cuadrado valencien (un cuadrado valant quatrejovadas) (14). Certaines grandes parcelles de la zone
de Burriana sont aujourd'hui encare recoupées par deux chemins paralléles qui divisent la surface en trois parcelles allongées de 386,66
m. sur 1160 m.: ceci peut Atre mis en rapport avec certains modes de
découpage des terres é.l'époque médiévale. Au niveau élémentaire de
la piece de terre, il semble que la jovada ait été utilisée pour découper
et répartir ces fmages. On sait que Jaime I l'utilise comme mesure
agraire mais, au XIIIe siécle, sa valeur différe d'un lieu é.l' autre (15);
étymologiquement, !'origine du terme a paríais été rapprochée du
berbére cljebda: il semble qu'll s'agisse lA de la transcription, en langue herbare, d'un terma hispanique médiévallocal dérivé lui-méme
du latín iugum. n serait done assez logique d' admettre une origine
hispano-romaine a u terma et é.la superficie de 2,99 ha é. 3,01 ha qu'il
recouvre. On croit découvrir ainsi une remarquable permanence du
systéme cadastral et du paysage agraire quien résulte: alors que les
chemins médiévaux puis, davantage encare, les tracés modernas routiers et autoroutiers recoupent en diagonale le parcellaire, celui-ci
conserve, a travers les siécles, comme base de son organisation, les
j 121 Voír, par exemp!e, M. PONS!CH; clmp!antation rurale antique ~ur le Bas-Guedalquivir». Cesa
de Velázquez. Série fArcMologieo, mim. 2. Madrid, 1974.
031 ROSSELLO VERGER, op. cit. p. 24.
1141 Ouatrejovadas de 3.01 ha chacune, soit 12,04 ha.
051 F. MA'fEU Y lLOPJS:
1975, pág. 81.
-
265 -
[page-n-344]
A. BAZZANA
axes et les orientations de l'antique centuriation ainsi qu'une valeur
approchée de 1' ancien m ode de mesure des superficies. Dix actas
carrés romainS équivalent, a peu prés, é. un cuadrado médiéval· et
l'organisation spatiale des cuadrados etjovadas apparait souvent, du
moins dans notre exemple, sous la forme de parcelles allongées, sé~
parées par un squelette géométrlque de chemins paralléles distants
d'env.iron 355m. l'un de l'autre (16).
La constatation faite précédemment de l'existence d'éléments de
cadastration hispano-romaine d'orientation différente selon les sec~
teurs considérés ne paratt s'expllquer que par référence a un axe majeur de com.munication, antérieur A la présence romaine ct auquelles
arpenteurs antiques se sont référés pour organiser leurs centuriations.
lii
UN ITINERAIRE ANTIQUE, PRE-ROMAIN, DANS LA PLAINE
DE CASTELLON
La seule indication El Caminds se trouve, pour le secteur considéré, portée au sud-est de Castellón, approximativement en
9125.6047; c'est done a partir de ce point que l'on a essayé de retrouver le tracé d'origine de la voie ancienne. Au nord, pas de difficultés
particuliéres, ,mais un itinéraire menant a La Magdalena; vers le sud,
en revancha, la difficulté m~eure est fournie par le nécessaire franchissement de l'estuaire du rio Mljai-es et, corrélativement, la recherche d'un prolongement hypothétique du «grand chemin» vers Burriana puis Nules. A cOté de l'indication cartographique, nous savons
par ailleurs qu'entre le Mijares et Burriana l'expression El Caminás
recouvre aujourd'hui dans la tradition orale le Camino dels Carnissers.
La premiére hypothése, la plus simple, consistait a tenter de vé:rifier si l'on se trouvait -ou non- en présence d'une voie d'époque romaine; mais l'application a toute la zone de Castellón-AlmazoraBurriana-Nules des
á fait les résultats escomptés; il semble, en effet, difficile d'y trouver
trace de l'emploi de l'unité de mesure habituelle pour les travaux de
centuriation. En revancha, en travaillant sur papier calque, au comosJ
LOPEZ GOMEZ, op. cit. pp. 131·13;!.
117) Essa! de jalonnement A la longueur du mllle romain [1.480 m.), normalement uti!isli pour les
· centuriations en mil!eu rural, puia de le Uaue romalne (de 2.222 m.) et eoalyae du tracé dans ses rapports
avcc les données de la géographie physlque.
·- 28b -
[page-n-345]
VESTIGES DE CENTURIATIONS
"
pas é. pointe séche, on voit apparaltre sur la carta topographique un
ensemble de points caractérlstiques dont la succession et la position ll
distance réguliére attestent la présence d'un itinéraire ancien, partiellement abandonné par la voirie contemporaine.
Deux secteurs peuvent étre d.istingués. Sans vouloir rechercher
plus au nord, vers le cerro de La Magdalena, les traces d'un prolongement vers l'intérleur de cet itinéraire, on peut cependant cartographier une série de points caractérlstiques, réguliérement espacés
et séparés, en moyenne par une d.istance de 2325 m.; souvent, é midistance, un point intermédiaire est attesté par un carrefour ou un
embranchement de chem.in. La succession des points retenus (1 ll 11)
constitue le jalonnement de cet ancien itinéraire dont le module de
mesure des longueurs est de 2325 m. ou, plutOt, de 4650 m.; on remarquera que l'un des points ainsi mis en évidence correspond é.l' actual centre urhain de Buniana.
e
Secteur 1 (Castellón de la Plana-Almazara):
En 9133.5086, point mis en évidence par des mesures de distan ces depuis le carrefour, en 9131.6096, de l'itinéraire ancien avec
le Camino Vell de Barcelona; ce point est cependant douteux, malgré
sa netteté sur la carta, car il est fortement oblitéré par le passage de la
voie ferrée.
2. Carrefour de la Venta de Chalina, en 9128.6064; point intermédiaire sur le carrefour de rlve droite du río Seco.
3. Carrefour de la Villa Anita, en 9124.6041: la branche latérale ouest est tronquée par la zona urbaine de Castollón, la branche est,
peu visible a proximité d'El Caminds, .se retrouve aisément 800 m.
plus loin sur le tracé du Camino majar de la Mar; point intermédiaire a un carrefour de chemins orthogonaux dont les branches latérales sOnt presque totalement abandonnées par la voirie actuelle.
4. Point en 9116.6022. Le point intermédiaire se situerait sur In
brancho supérieure (nord) d'un carrefour triangulaire, en 9119.6032.
5. Petit carrefour B. proximité im.médiate de la Acequia del Batdn, en 9109.5998¡ point intermédiaire en limite des territoires municipaux de Castellón et d' Almazara.
Le point intermédiaire entre nos numéros 5 et 6 se situernit encare sur la rive gauche du río Mijares, au carrefour d'El Caminds avec
le Camino de Vilamoncarro (fig. 2).
l.
e
Secteur 2 (Burriana-Nules):
6. Le point 6 dujalonnement est situé dans la zone confuse de la
rive droite du rio Mijares. Une fois le fleuve franchi é gué, plusieurs
-
287 .
[page-n-346]
A. BAZZANA
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El Caminas. Trace de l'itinéraire antique d'aprés la carte au l/50.000e et points caractéristiques
du jalonement
Secteur 1; Castellón de la Plana - Almaaora. Voir la ltigende de le.. figure 3
[page-n-347]
VESTlGES DE CENTURIATIONS
"
tracés sont possibles 8. partir de Almacén de Polo. Le point devrait
pouvoir étre placé vers 9108.5979.
7. La photographie aérienne suggére trois itinéraircs possibles
pour El Camínds¡ en l'absence de travaux a u sol, il n'est pas souhaitable de choisir entre ces trois tracés¡ il semble simplement qu'il faille
plutót rechercher le point 7 sur le Camino de Santa Pauet, en
9094.5955. Le point intermédiaire se place en 9102.5963.
8. Ce point se trouve placé sur la rive droite du rio Seco, en plein
coaur de la ville de Burriana qui apparatt ainsi comme un élément esscntiel de cet itinéraire.
9. En 9056.5924, au carrefour de la Ermita de la Sagrada Familüa; point intermédiaire incertain.
10. Point en 9043.5904, oU les limites administrativas de Burriana et de Nules recoupent El Caminás; point intermédiaire a u croisement du Camino Facas.
11. Un dernier point n' a pas été cartographié mais se trouve en
9027.5887, au carrefour de !'Azagador del Belcaide (nom actuel du
<
Dans ces deux secteurs, i1 y a surimposition évidente du réseau
médiéval et moderna de communication é. un réseau antique, romain
ou pré-romain, ce qui atteste la précocité de la mise en valeur de la
plaine cOtiére et le rOle moteur, dans cette mise en valeur, d'une ville
comme Burriana, seule concernée par le tracé d' El Caminás alors que
les autres vi1les actuelles apparaissent comme des éléments étrangers
au paysage antique.
Sauf une ou deux exceptions, situées dans la partíe nord de lazone étudiée, il semble que la dístance approchée entre deux points caractéristiques {ou entre deux points intermédiaires) soit supérieure a
2220 m., souvent voisine de 2320 m.; la précision des mesures sur
une coupure au 1/50.000e est évidemment insuffisante pour descendre lila lectura de longueurs d'un métre. Cette distance approximative de 2320 m., utilisable pour repérer les points dejalonnement de l'itinéraire principal d'El Caminds et qui atteste l'ancienneté de cet axe
de communication traversant l3uniana, paratt ne plus exactement
convenir pour rendre compte de I'organisation du réseau orthogonal
des chemins de desserte de part et d'autre de la voíe centrale; l'écartement des branches du campas nous donne trés souvent, surtout
dans le secteur nord, une mesure quelque peu inférieure au module
utilisé pour El Caminds et apparemment proche de la lieue romaine
31
-
2B9 -
[page-n-348]
A. BAZZANA
•
- '
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Fle. a
El Caminás. Tracé de l'itinéraire d'aprés la carte au l/50.000e et points caractéristiques
du jalonnement
Secteur .2: Burriana- Nules
I.
2.
3.
4,
El Caminás et éléments des centuriations.
Centuriations, restitutions incertaines.
Voirie actuelle.
Limite de término municipal.
[page-n-349]
VESTlGES DE CENTURIATIONS
15
(2222 m.) ou du mille et demi {1480 + 740 m. soit 2220 m.). Faut-il ad-
mettre, en conséquence, l'emploi successif- lors de deux périodes
historlques consécutives- d'une double métrique: l'une antérieure a
la période romaine et bornant une voie cOtiére traversant la cité de
Burriana,l'autre contemporaine de l'occupation romaine et servant a
l'établissement d'un ou de plusieurs cadastres?
IV
CONCLUSIONS
Sous réserve de vérifications ultérieures et de travaux complémentaires sur le terrain, on peut énoncer, en résumé, les premiéres
conclusions suivantes.
l. L'expression traditionnelle d'El Caminds parai:t recouvrir,
dans la région de Burriana et de Castellón, une voie ancienne, d'origine sans doute indigéne et ant~rieure a la présence romaine, voie drainant la plaine cOtiére et desservant le petit noyau urbain, déj8. existant, de Burriana.
2. L'analyse cartographique coníll'me l'ancienneté d'une implantation humaine A Burriana et, en tout cas, l'antériorité de la cité
de Burriana par rapport A Castellón, bien sür, mais aussi A d'autres
villes de la plaine comme Almazara ou Nules; elle montre enfin le rOle
d'animatrice, de la cité, dans le processus de mise en valeur de l'espace rural cOtier.
3. La mise en évidence de plusieurs centuriations romaines, d'orientations différentes, a quelques kilométres de distance, confirme
l'importance de l'itinéraire cOtier de Valencia a Tortosa. Pour le secteur de Nules-Burriana-Almazora-Castellón, le tracé des centuriations, tel
qu'il apparalt a travers les inilices fournis par la photograplúe aérierme et la carte topographique, montre que l'on n'a pas
cherché a orientar le parcellaire selon l'axe géométrique et traditionnel nord~sud; ce n'est certes pas un cas unique dans le monde romain
et l'on sait que souvent le reliefinflua sur le choix de l'orientation du
cardo maximus; parfois aussi, comme le signale Raymond Chevallier,
«Dans les pays de relief compliqué, le Romain s'est trouvé parfois heureux de bénéficier d'un tracé préceltique, naturellement peu rectiligne» {18): il semble bien que cela s'applique aux centuriations cOtiéres
de la plaine de Castellón et que leur orientation d' ensemble ainsi
que les changements successifs d' orientation s' expliquent par la présenllfll
CHEVALLIER, op. cit., p. 13?.
- 291 -
[page-n-350]
A. BAZZANA
ce du «vieux chemin» auquelles arpenteurs romains se sont référés et
sur lequel ils ont accroché leur cadastre.
4-. La carte topographique indique que le réseau vicinal antique
a été paríais réutilisé par les routes plus récentes, mais souvent aussi
soit complétement ahandonné par les nouvelles constructions routiE3res (au réseau en étoile autour des centres urbains), soit rélégué au
rang de petits chemins de desserte trés locale. La question quise pose
dés lors est de savoir si l'on pout inférer de cette disparition partielle
du réseau antique et du cadastre qu'il supporte l'indication d'une évolution socio-économique qui aurait entrainé 1' abandon des cadres
antérieurs; la crise du Bas-Empire et de l'époque romaine tardive
pourrait bien étre en cause, crise suivie de la période assez obscure du
trés haut Moyen-a.ge puis de la réoccupation du sol par des populutions «neuves» et dynamiques; on pourrait alors faire référence a la
densité des implantations berbéres telle qu' elle appara!t dans la toponymie (19) et á l'examen des nombreux vestiges archéologiques
d'époque médiévale de toute la région de Castellón de la Plana (20).
(19) P. GUICHARD: •Le peuplement de Valenca aux deux premiers siécles da la domination musulmane•. Mélangss de la Casa de Velázquez, V. Madrid, 1969, pp. 103-158.
120) A. BAZZANA et P. GUICHARD: !!Recharches sur las habltats musulmans du Levant espagnol>.
Atti del Colloquio Intemazionale di Archeologla Mad.levale (Palerme, septembro 1974). T.• I. Falerme,
1976, pp. 59-100.
A. BAZZANA: oLe• village• désertés de l'Espagna orientale: état pré•ent et perspectlvss d'uns recher·
che archéologlqus»; 11 parnitre dans Archéologle Médiévale, VIII, une.
- 292 -
[page-n-351]
GABRIELA MARTIN
{Valencia)
TERRA SIGILLATA CLARA «D» ESTAMPADA
DE PDLLENTIA
La ciudad romana de Pollentia fundada como colonia y oppidum
de derecho romano en 123 a. C. por Metellus Balearicus {1) está emplazada en el término municipal de Alcudia en la isla de Mallorca. En
torno a 1930 unos sondeos señalaron el emplazamiento de la ciudad y
a partir de 1952 se reanudaron las excavaciones arqueológicas bajo el
patrocinio de la William L. Bryant Fundation (2). Se desconoce por el
momento el area total de la ciudad ya que hasta ahora sólo ha sido
descubierto un lienzo de la muralla y el área excavada abarca un rectángulo de 64 por 43 metros según el plano de Raymon Listan. Fueron
identificadas una calle principal y varias casas con cinco niveles estratigráficos, seis a veces, que indican otras tantas fases de ocupación
de la ciudad, fechadas del modo siguiente:
Nivel VI. Corresponde a un poblado talayótico pre-romano con
construcciones circulares de grandes piedras asentadas sobre la roca
viva. El poblado fue destruido al construirse la ciudad romana y sus
cerámicas son exclusivamente indígenas hechas a mano con excepción de algunos fragmentos de campaniense A, seguramente infiltrados de estratos superiores.
(1) Estrabon lii, 5, l. Plinio, N. H. IH, 77. Mela U, 124. T. Livio, Ab urbe condíta pedocha, 60. Véase también pan un resumen completo de la situación jurldic11 de Pollentiu, A. BALIL: «Notas sobro las
Baleares Romanas~. IX Congreso Nacional de Arqueología (Valladolid, 1965), Zaragoza, 1966, págs.
310-317.
12) J. LLABRÉS BERNAL y R. ISASI RANSOME: «Excavaciones en los teiTenos donde estuvo enclavada la ciudad romana de l'ollentia (Baleares, Isla de Mallorca, Término muoidpal de Akudla)o. Memorias de la Junta Superior del Tesoro Artístico, núm. 13!. Madrid, 1934.
M. TARRADELL. D. E. WOODS, A. ARRIBAS: (Las excavaciones de la duded romana de Pollentia
(Alcudia-Mallorca)o. VII Congreso Arqueológico Nacional (Barcelona, 191301. Zaragoza, 1962, págs.
469-472. E. WOODS; «Tbe ro.man-calony Pollentia». WHliam L. Bryent Fundation, Co!ecci6n Ta!eiot de
Monograflas Mallorquinas núm. 5, Palma de Mallorca, 1970.
G MAR.'J'!N: •Le terra sigillata clara de Polientia•. The WilUaw L. Eryant Fundation (en prensa.).
W L. EB.\'ANT· •Adventures in Spanish Archaeology», Meetingweters Publicatlons 1972.
-
293 •
[page-n-352]
'
G. MARTÍN
Nwel V. Es el nivel de fundación de la ciudad romana y va desde
el 123 a. C. hasta mediados del siglo I, presentando cerámica campaniense, pre-sigillata, barniz rojo interno pompeyano y cerámica de paredes finas.
Nivel IV. Ocupa aproximadamente el siglo I a. C. llegando hasta
los años 30-20 a. C. Presenta cerámica campaniense B con algunos
fragmentos de aretina.
Nivel III. Dura desde el 50 a. C. hasta la época augustea inclusive,
presenta cerámica campaniense B y principalmente aretina.
Nivel II. Desde la época de Augusto,llega hasta mediados del siglo
I d. C. con predominio de la sigillata aretina.
Nivel 1 y Superficial. Desde fines del siglo I d. C. hasta el total
abandono de la ciudad.
Los niveles estratigráficos han podido ser aislados en algunos
puntos de la ciudad, pero en la mayor parte del área excavada aparecen con los materiales mezclados de otros estratos, debido, en parte, a
remociones producidas por l'os trabajos agrícolas lo que impide muchas veces afinar la cronología, sobre todo en los estratos tardo-romanos.
La ciudad sufrió una destrucción parcial a mediados del siglo III,
fechada por un tesorillo de 18 monedas datadas desde Caracalla hasta Trajano Decio (249-251). La destrucción definitiva quedó fijada
por otro escondrijo de 90 monedas con fechas comprendidas entre finales del siglo IV y principios del V, de Graciano a Valentiniano IIL
No obstante, se ocuparon todavía algunas casas después de 435 d. C.
aprovechando y reconstruyendo algunas de las habitaciones más antiguas. Esta última ocupación pudo durar en precarias condiciones,
hasta un momento incierto de los siglos VI-VII, sin que podamos fijar
la fecha con exactitud pues se trata de niveles superficiales muy destruidos.
En la actualidad está en preparación para ser publicado por la
William L. Bryant Fundation, un estudio completo de las cerámicas de
Pollentia así como vidrios, objetos de metal y monedas, en el que colaboran diversos miembros de la Fundación, grupo del que forma parte
la autora de estas lineas, encargada del estudio de la Sigillata Clara,
ya en vías de publicación.
Decidimos sin embargo, adelantarnos a la aparición del corpus
pollentino cuya publicación posiblemente pueda tardar por tratarse
de una obra en colaboración y presentamos el conjunto expresivo si
bien que pequeño, de cerámicas pertenecientes al grupo Sigillata Cla- 294 -
[page-n-353]
TERRA SlGILLATA CLARI
'
ra D Estampada, por tratarse de un tipo que ha despertado una serie
de polémicas a la vez que está precisando en nuestra opinión ser revisado.
La T. S. clara D sin decoración y la T. S. ciara D estampada son la
misma cerámica tipológica y cronológicamente hablando, a la que
Lamboglia llamó «sigillata chiara D non decorata e sigillata chiara D
decorata a stampo» (3). La igualdad no ha sido siempre plenamente
aceptada sobre todo a la hora de darle nombre a la variedad decorada que aparece como «estampada romano-cristiana» y (
paleocristiana» según Palol (4) que posteriormente la llamará simplemente «cerámica estampada» (5). También la denominación «Cerámica estampada vermelha» (6), «Late Roman By C» (7), «céramique fine
africaine rouge-orange du IV si€lcle» (8) o «cerámicas estampadas rojas» (9) corresponden a la sigillata clara D con decoración.
Los trabajos de J. Rigoir (10) sobre sigillatas paleocristianas grises y
anaranjadas, nos demuestran que existe un grupo de ceránúca romana posterior al siglo IV a la que llama «sigillée orangée paléochrétienne» que hay que separar de la sigillata clara D pozque se trata
de dos tipos con cronología diferente (la paleocristiana parece que comienza a fmes del siglo IV o principios del V y la clara D está datada a
partir del 300 d. C.) síendo también distintos su expansión y lugares
de producción. Mientras la sigillata clara D tiene principalmente una
expansión mediterránea, posiblemente de origen africana, la paleocristiana roja-naranja tiene su origen en Provenza y valle del Ródano
t3) N. LAMBOGLIA: •Nuove osservadoni sulla oterra sigillata chiara1 lb, Rlvista Studl LJ.guri,
XXIX, 1-4, Bordighera 1963, pág. 180.
(4)
P. DE PALOL: «La cerámica estampada romano-cristiana•. IV CASE (Elche, 1948). Cartagena,
1940, págs. 450·468.
P. DE PALOL: •Cerámica estampada paleocristiana,, Actas del I Congreso Arqueológico de Marruecos Español (Tetuán, 1952). pág. 431 ss.
P. DE PALOL: •Cerilimica estampada paleocristlanao, R. C. R. F. Acta I, 1956.
(5) P. DE PALOL:
1967, pág. 360.
(6) A. e J. ALAR CA O: •Ger~mica estampada vennelha de Conimbdga•, Archivo de Baja XX-XXI, Be·
ja, 1963·64.
.
.
.
171 F. o. WAAGE: 1The American Excavations in the Atheruan Agora. FU"St Report: The Roman and
Byzantine Pottery». Hesperia II, 1933, págs. 279·328.
F. o. WAAGE: «Hellenistic and Roman Tahleware of North Syria. (Antloch-on-the-Orontes, IV, Part.
u, Ceramic and Islamic Coinsl~. Princetown Universíty 1948, págs. 1·45.
(8) J. BARADEZ: «Nouvelles fouilles a Tipas a: la céramique et les lampes !l. huila•. Lybica IX, 1961,
págs. 111-152.
(91 E. SERRANO: rLa terra sigi!lata del Teatro Romano de Málaga•. Caja de Ahorros Provincial de
Málaga, 1970.
(10) J. RIGOIR: oLa céramíque paléochrétienne sigillée grise>. Provence Historique, tome X, fase.
42, Marseille 1960.
J. RIGOIR: •Les sigillées paléochrétiennes grises ot orangéeS!l. Gallia XXVI, 19G8.
J. et Y. RIGOIR: «Les dérivés des sigiMespaléochrétiennes en Espagne.. Rivista Studi Liguri, XXXVII; 1/3. Borrlighem, 1973. págs. 33-68.
- 295 -
[page-n-354]
'
G. MARTlN
con una expansión continental. Posiblemente entra en España a
través de los Pirineos y por el valle del Ebro (11 ). Esto justifica que no
aparezca paleocristiana anaranjada en Pollentia y en cambio sea
abundante la clara D.
La cerámica paleocristiana sea gris o anaranjada, lleva casi siempre decoración estampada, de ahí nuestro interés de que sean llamadas
con nombre distinto y bien düerenciado, la sigillata duraD decorada
y la sigillata paleocristiana anaranjada, ambas como ya dijimos, con
decoración estampada pero ambas también con origen, difusión y
cronología bien diferenciadas. También difieren las formas en los dos
tipos y mientras la decoración de la clara Des siempre en el fondo del
plato con una amplia gama de motivos geométricos, vegetales, animales, humanos y cristianos, la decoración de la cerámica paleocristiana
es mucho menos variada limitándose a motivos geométricos y florales
estampados sobre el borde plano y en la pared externa de los vasos,
siendo menos corriente la decoración en el fondo interno.
El tipo D es, sin la menor duda, la sigillata clara más abundante
en Pollentia, que presenta ptácticamente toda la tipología de Lamboglia con un buen número de variantes y alguna forma nueva.
La sigillata clara D se presenta en los tipos liso y decorado. La decoración conSiste en:
1) Cenefas estampadas con ruedecilla.
2) Motivos aislados, estampados con punzón o sello en relieve. Los
motivos decorativos son:
Geométricos.
Vegetales.
Animales.
Humanos.
Cristianos (cruces, animales y símbolos de significación cristiana).
Las formas suelen ser cuencos de tamaño medio, con diámetros
entre 10 y 20 centimetros y grandes platos de fondo plano o pie apenas marcado, con diámetros que oscilan entre 25 y 50 cm., aunque
esporádicamente pueden aparecer mayores.
El barniz y la pasta son parecidos a la sigillata clara A, siendo el
barniz ligeramente más opaco, y cubriendo sólo la parte interna del
vaso y el borde externo. Sólo esporádicamente aparece alguna pieza
( 111 Como parecen d100mostrar los hallazgos sailalados en la Meseta por L. CABALLERO ZOREDA:
•Cerámica sigillata gris y anaranjada palaoorlst!ana an España». Trabajos da Prehlstoria, 29, Madrid,
1972, pég. 190.
- 296 -
[page-n-355]
TERRA SIGILLATA CLARA
5
con barniz externo e interno. Las piezas lisas y decoradas no presentan diferencia alguna, aparte la decoración. Pertenecientes a las mismas fábricas, utilizan el mismo tipo de arcilla y barniz y se corresponden cronológicamente. Nunca aparece sigillata clara D estampada sin estar acompañada de mayor nómero de fagmentos pertenecientes a vasos lisos y a la vez, en un lote abundante de clara D lisa es
difícil que no aparezca algón fragmento decorado sea con ruedecilla o
con motivo aislado.
En cuanto al origen de la terra sigillata clara D, se ha venido
aceptando su origen africano, basándose en la abundancia de esta cerámica en el Norte de Africa. Palol .( 12)~ refiriéndose exclusivamente
a la decorada, le da un origen africano con sus principales centros en
Tónez, Argelia y Egipto( Baradez (13) considera africana tanto la lisa
como la decorada. Ya Lamboglia tiene sus dudas en cuanto al total
origen africano: «Ma non consente ancora di optare in modo definitivo per l'Africa como luogo d'origine di tutta la sigillata chiara D... >>
(14). Jodin y Ponsich (15), estudiando precisamente la variedad estampada de Marruecos, presentan un mapa de su distribución en la
Península Ibérica, opinando que se debería considerar una sigillata
clara D (céramique estampée) de origen hispánico. De A. y J. de Alarqiro (16), recogemos la opinión: «N!ío há porém pravas de que o seu fabrico tenba sido exclusivamente africano ou sequer de que esta ceramica se tenha fabricado ·primeiro na Africa e só depois por imitaq'áo
na Península Ibérica, sul da Galia ou Itália». Février {17) considera
que atribuir a esta cerámica un origen africano: «C' est 18. une affirmation gratuite qui ne repose sur aucune évidence archéologique 8. ce
jour».
Sin llegar a afirmaciones tan taxativas como las de Février, queremos señalar que una cosa es aceptar un posible origen y otra afirmar su exclusividad.
El mapa de Jodin y Ponsich {i8) es ilustrativo respecto a la densidad de los hallazgos en la Península Ibérica, mapa que hoy es ya per02) l'ALOL, notas 4 y 5.
!13) BARADEZ, nota 8.
(14) LAMBOGLIA, nota 3, pág. 181.
(15) A. JODIN et M. PONSICH: da céram1qua estamplie du Maroc Romaine-. Bul\etin d'Archéologle MI!Tocaine, IV, Rabat 1960,
A. JODIN et M. PONSICH: rNouvelles observations sur la céramique estampée du Maroc romaine1.
Bul!etin d'Archéologie Marocaine, VII, Rabat, 1767,
(16) ALAR¡;:AO, nota 6.
(17) P. A. FEVRIER: •Remarques préliminaires sur la céramique d'j'>frique du Nord (a propos des
fouilles de Sétifl>. Rivlste Studi Ligurl XXIX, 1-4, J!ordighlira 1963, pág. 125.ss.
08) JODIN' et PONSICH, nota 16.
•
- 297 -
[page-n-356]
6
G. MARTÍN
fectamente ampliable con numerosos hallazgos posteriores a su publicación.
Hemos repetido ya otras veces que las grandes masas de sigillata
clara D (lisa y decorada) que los yacimientos proporcionan, proceden
de numerosos talleres dispersos por toda el área mediterránea en que
su presencia es señalada. No aceptamos en absoluto la idea de grandes movimientos comerciales cerámicos durante los siglos IV·V.
Otro problema es la cronología. El inicio en torno de 300 o un poco
antes, está repetidamente demostrado y su perduración durante todo
el siglo IV también está clara, pero la dificultad está en determinar la
fase fmal. Para Lamboglia (19) no debe prolongarse mucho más del
año 410. Palol (20) considera que la sigillata clara D estampada se fabricó en Africa y fue exportada hasta el439 d. C. data de la toma de
Cartago por los vándalos. A partir de esta fecha, talleres de Galia e
Hispania copiaron los tipos que siguieron fabricándose hasta mediados del siglo V. Pero nada indica que estos talleres no existieran en
Hispania ya desde el siglo IV paralelos a los norte africanos. El mismo
Palol (21) se refiere a esta cerámica considerándola de los mismos talleres que introducen en Hispania las lucernas cristianas Ya en el siglo
IV. Por lo tanto si estas lucernas eran fabricadas en Hispania en el siglo IV significa que los talleres ya funcionaban en Hispania antes de
la destrucción de Cartago por los vándalos en 439, fecha que según
Palol sería el limite de las exportaci9nes de sigillata clara D desde este
centro al resto del Mediterráneo.
La cronologfa dada al material de Marruecos por Jodin y Ponsich
basado en el hallazgo de Mogador (22), es de la primera mitad del siglo IV, con un conjunto de sigillata clara D estampada y lisa hallado
con 40 pequeños bronces de Constantino y lucernas con el crismón.
Para los Alan;:'áo (23): «Pode assim datar-se com seguran<;:a esta
cerdmica do século IV d. C.; provavelmente a su a produc;iio comec;ou
nos fins do século III, tornou-se mais frequente a partir do segundo
quartel do século IV e continuou, embora mais rara, na primeira :metade do século V».
F. Pallarés (24) receje datos precisos para la cronología de la clara
D a partir de unos fragmentos procedentes de Alejandría, decorados
con monedas en relieve de los emperadores Constancia (337-361 ), Vaj 19)
120)
LAMBOGLIA, nota 3, pág. 208.
PALOL, notas 4 y 5.
121) PALOL, nota 5, pág. 363.
j22J JOD!N et PONSICH, nota 15.
123) ALARGAO, nota 6, pág. 17.
1241 F. PALLARES: •Problemi della Tena Siglllata chiara decorata ITipi A,C,DI~. Istituto de Antichita Ravennatl e Bizantine. Istituto de Archaelogia dell'Uulversitá d! Bologna, 1972.
- 298 -
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TERRA SlGlLLATA CLARA
1
lente (364-378) y Juliano (361~363), que fijan esta producción en la
segunda mitad del siglo IV.Hayes (25), en un amplio trabajo sobre las sigillatas tardías, juntó
todas las variedades de clara en un gran grupo al que llama «african
red slip ware>>, estableciendo una nueva numeración y nomenclatura
de las forma.s. La obra tiene el interés de un catálogo monumental de
los principales yacimientos de Oriente, con numerosos mapas de distribución. Como a su propia nomenclatura junta, casi siempre, las de
Lamboglia y Salomonson, los tipos pueden identificarse sin gran dificultad, salvo excepciones. Consideramos, sin embargo, inutilizable su
nueva tipología de formas que complita todavía más, la ya compleja
clasificación de las si~illatas claras. Hayes divide la sigillata clara D
estampada en grupos, atendiendo a la decoración. El primero serían
motivos florales, el segundo animales o símbolos cristianos y la fase
final o tercer grupo, formada por temas cristianos, cruces con gemas,
figuras humanas y animales. La combinación de motivos varía de región para región formando estilos decorativos que propone dividir en
cinco grupos, con varias subdivisiones cada uno. La cronología de estos estilos estaría comprendida entre 320/600 d. C., pero el autor no
explica en q_ué elementos o estratigrafias basa esta división cronológica, ya que los materiales que presenta son casi siempre procedentes
de viejds fondos de los Museos del Mediterráneo Oriental. Por otra
parte, la división en tres grupos, atendiendo a la decoración, ya fue
hecha por Popescu (26) y por otros autores, sin que los límites cronológicos queden claros.
La sistematización cronológica realizada por Popescu (27) atendiendo a los motivos decorativos de la sigillata clara D, establece tres
tipos:
Tipo A. Cerámica decorada con motivos simples vegetales o
geométricos. Es la más antigua, comienza a finales del siglo III con su
mayor difusión en la primera mitad del siglo IV. Algunos motivos de
palmetas y circules pueden llegar hasta principios del siglo V.
[251 J. W. HAYES: «Late roman potery. A catalogue of roman fme ware•. Tha Briúsh Schoo! al RO·
me, 1972.
[261 E. POl'ESCU: •Cerámica romana tirela cu decor stampilat descoperlta la Hletrla•. Studli si Cercetari de Istorie Veche, 4, tomul 16, Bucarest, 1965, pégs. 695·724.
[271 POPESCU, nota 26.
-
299 -
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8
G, MARTÍN
Tipo B. Dibujos con representaciones humanas y animales de origen africano, fechados desde la mitad del siglo IV hasta principios del
siglo V.
Tipo C. Decoración de símbolos cristianos {peces, cruces de diversos tipos y otros símbolos). La delimitación cronológica de esta decoración es más larga, comenzando en la segunda mitad del siglo IV
hasta fines del VI. Se consideran más antiguas las figuras de peces
(mitad del siglo IV, principios del V), el crismón con la RHO abierta o
cerrada, es de los siglos V-VI, las cruces con bucles en las aspas y cruces monogramáticas son de la segunda mitad del siglo VI.
Estos datos cronológicos han sido obtenidos de los materiales de
Istria que coinciden, según el autor citado, con los de Antia quía y Atenas.
Esta clasificación de Popescu es un intento loable de establecer
una cronología de la sigillata clara D decorada, pero que presenta,
por el momento, problemas insolubles en la mayoría de los yacimientos. Afirmaciones tan taxativas sólo pueden ser basadas en estratigrafías clarísimas, que diffcilmente aparecen en los estratos más
tardíos o de abandono de un yacimiento. Aplicando esta cronología en
España, se hace patente, de inmediato, una contradicción: Las lucernas
con motivos cristianos en Hispania son, según Palol (28) del siglo IV.
Si estas lucernas de forma Dressel31, con decoración de cruces «gemmatas)), crismones, monogramas, signos RHO, etc., ya aparecen en el
siglo IV, no habría ninguna razón para que los mismos motivos ornamentales cristianos aparezcan en la cerámica sólo a partir de los siglos V-VI, así como las cruces con bucles en las aspas, en la segunda
mitad del siglo VI, según la cronología de Popescu, cuando al parecer
aparece este motivo mucho antes de las lucernas cristianas y las fábricas son las mismas que fabrican la cerámica de mesa que llamamos sigillata clara D. A no ser que pueda demostrarse una cronología
más antigua para los motivos cristianos en Hispania que en el Mediterráneo Oriental, hecho muy difícil y contrario a la propia expansión
del Cristianismo.
(281 •Los mismos talleres que introducen esta cerámica estampada fabrican las lámparas o candiles cristianos que tan frecuentemente hallamos y que debemos colocar en el siglo JV1, PALOL, nota 5,
pég. 3_63.
- 300 -
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TERRA SIGJLLATA CLARA
'
El interesante conjunto de cerámica tardía y paleocristiana de
«;Els Antigons-Lucentum» {29), nos proporcionó una cronología básica
del IV-V, pero las condiciones especiales del hallazgo casual y los materiales hoy perdidos, no nos perinitió afinar la cronología todo lo que
hubiéramos deseado.
Veamos ahora qué posibilidades nos ofrecen los estratos de Pollentia. En primer lugar sus niveles arqueológicos tardíos aparecen
muy mezclados, aunque tenemos clara la segunda destrucción de la
ciudad en torno al435 d. C. y a esta época final puede perfectamente
pertenecer toda la sigillata clara D estampada con motivos cristianos
y las lucernas de forma Dressel 31 cristianas.
¿Cuál seria la cerámica lisa que acompañaba estos platos decorados más tardíos? La sigillata clara lisa que aparece junto con la estampada de motivos vegetales y geométricos es rigurosamente la
misma que encontramos con las piezas decoradas con motivos cristianos, tradicionalmente considerada más antigua, lo que tampoco
nos ayuda mucho a la hora de apurar la cronología. Como el abandono de la ciudad no fue total y un pequeño núcleo continuó viviendo
hasta un momento indeterminado de los siglos VI-VII, no podemos
negar ni afirmar con seguridad que algunas de las cerámicas con
motivos cristianos puedan ser de esta época tan tardía.
El número de ejemplares decorados con punzon~s de motivos aislados es pequeño si comparado con las piezas lisas, no obstante tenemos un buen conjunto de motivos decorativos.
Motivos geométricos:
dameros
cuadrados
círculos concéntricos
triángulos
rombos
Motivos vegetales:
palmetas
rosetas
hojas alargadas o de helecho
l29) M, TARRADELL y G. MARTIIil: •Els Antigons-:Lucentum. Una ciudad romana en.el casco urbano de Alic~nte•. Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 8, Valencia, 1970.
--J()Z -
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G. MARTÍN
10
Motivos animales:
palomas
aves
toros
liebres
peces
Figuras humanas
Motivos cristianos:
cruces
signos de RHO
símbolos animales
El mayor acierto de la obra de Hayes (30) estriba en citar ia; formas en que esta decoración aparece, lo que nos permite identificar
una serie de formas decoradas que coinciden con las 1, 9, 24, 41,
42, 51, 52, 53, 54, 55, de Lambogi.ia con algunas variantes y observar
que son formas comunes en Oriente y Occidente.
En cuanto a las formas decoradas con punzones que encontramos
en Pollentia, a causa de lo fragmentado de las piezas sólo tenemos· se-
guridad en la identificación de un fondo de forma Lamb. 55 estampado
con cruz «gemmata)) y figura masculina; un gran cuenco de pie m,uy
alto y borde horizontal de fonna comprendida entre las 52/55, estampadp con figura masculina que lleva un pez en la mano y un plato de
forma Lamb. 52 con figura de una cabra en posición de saltar.
El siguiente cuadro ilustra gráficamente las formas de sigillata
clara D lisa, el número de ejemplares de las mismas y las variantes
que han aparecido en Pollentia. Compárese con el escaso número de
formas decoradas, identificadas en el mismo yacimiento. Pero podemos afirmar que, prácticamente, todas las formas de sigillata clara D
aparecen decoradas en algún caso pues se trata de la misma cerámica
y como la decoración era efectuada con punzones sueltos, el decorar o
no los platos, era puramente facultativo de cada alfar.
(3G)
HA \'ES, nota 2!>
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TERRA SIGlLLATA CLARA
TliRRA SIGILLATA CLARA dll EN POLLENTIA
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FORMAS
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variantes
sin varlantus
con variantes
sin variantes
sin vllriantea
con variantes
sin variantes
con variantes
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Otras formas
4
1
Temas decorativos de la sigillata clara «D» de Pollentia
INVENTARIO
Cuando el tamaño del fragmento lo ha permitido, bemos calculado el diémetro del fondo del plato o
del área d~corada que nos permite tener una idea aprol
l.-Plato grande con decoración de dos ch;culoo concéntricos entre los que aparece una pequeña roseta. El fondo mide aprol
2.-l'lato de tamaño medio, la parte decorada ocupaba unos 10 cm. aproximdamente, con clrculos
concéntricos rematados por peque.l3o8 pétalos.
J.-Pequeño fragm&Dto del que no podemos calcular el tamafo.o. Decoración de cfrculos concéntricos oon rooota cenn-al muy estropeado.
4,-Pequello fragmenta pllCEicldo al anterior, poalblemente del mi8IIlo plato. Se aprecian Jos clrculos
concéntricos con roseta mal dibuJada y pequedaa llneu pa.ralelu enmarcando los clrculos.
5,-Plato grande, ls decoración ocup~ 14 cm. de diámetro y consiste en circules concéntricos alternados con motivo vegetal formando una boja o rama alargada.
6.-Plato de tamdo mediano, lll decorsdPn ncupaba 9 cm. de diémt~tro, con pequet'l.os clrculos
concéntricos alternados con ott-os meyoreB, e1tAa úitlmol rematados con hojltu de dibujo paco cuidada.
7,-Gran plato en el que la decoración ocupaba 22 cm. de diámetro, con círculos concéhtricos rematados con otro circulo de linea cortada, alternados con motivos verticales de ![llea cortada.
8-9.-Dos platos en los que elil.rea decorada ocupa 10 e JI cm. de diámetro. La decoroclón consista
en pequetlos rectángulos formando dameros.
10.-Plato de tamaño medlo,Ja decoración ocupa 10 cm. de diémetro alternando dameros con clrculos concéntricos rematados can otro circulo de linee cortada,
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"
Q. MAII.TtN
FJg. L
304
11/2)
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13
TERRA SIGILLATA CLARA
11.-Pequeilo fragmento en el que •e aprecia parte de un motivO' de cfrculos concéntricos con trilingu·
los centrales formando una flor estilizada:
12.-Pcqueñq fragmento con drculosaoncéntricos y pequeñas líneas paralelas.
13.-Gran pla~ en el que el área decorada ocupaba unos 24 cm. de diámetro. La decoración es de cenefa vegetal estilizada y tlnas lineas p11ralelijs.
14.--Plato grande con motivo vegetal formando espiga.
15.-Plato de tamaño medio, la decoración ocupa aproximadamente 9 cm. y consiste en hojas sueltas
en forro~ de corazón. Estas hojas o corazones estilizados !!parecen muchas veces formando cenefa en
torno del medallón central de las lucernas cristianas de forma Dressel 31. En el centro lleva otro motivo
indeterrni11ado incompleto de características geométricas.
16.--Fragmento con decoración de hojas.
17.-Fragmento con decoración vegetal formando espigas que se unen en la base.
18.-Plato grande con decoración geométrica-vegetal, formada por pequeños cuadrados que forman
cenefa.
19.-Plato decorado con cenefa de espigas rematadas por circulo con perla central.
20.-Pequei'io fragmento en el que se aprecian dos circules concéntricos con pétalos que forman
una flor.
21 .-Fragmento con cenefa de motivos fusiformes que recuerdan
ojo~.
22.-Plato de tamaño mP.dio. la decoración ocupa un espacio de 11 cm. de diámetro. los motivos son
de "ignificación cristiana y representan una paloma mirando a la izquierd!i franqueada por pequeñas
cruces. El dibujo debia seguramente repetirse cuatro veces.
23.-Pequeño fragmento con una paloma mirando a la derecha, motivo decorativo de significación
cristiana.
24. Pequeño fragmento con motivos decorativos incompletos, se aprecia la cabez~ de un ave, seguramente una paloma, y Jos pétalos de una flor.
25. Plato de tamaño medio en el que la decoración ocupa un espacio de 10 cm. de diámetro, se
aprecia la parte delantera de un ave de gran porte marchando a la derecha, po~iblemente un pavo o gallina.
26.-Plato de tamaño pequeño, el espacio decorado ocupa 8 cm. da diámetro con figuras pequeñas y
muy estilizadas de toros o cameros follllando cenefa, posiblemente cinco o 9eis de lGS que se apl"OCian
dos.
27 .-Plato de tamallo medio, los círculos concéntricos del fondo tienen 10 cm. de diámetro. Lleva una
figura aislada en el centro de la que se aprecia la cola de un ave.
28.-Plato de \¡¡maño grande de forma Lamb. 55 con figura central de una cabra en posición de saltar.
29.-Plato de tamaño pequell.o.la decoración está incompleta y no se identifica bien, podrla ser la cola de un pez.
30.-Fragmento con grafito R. M.
31.-Plato de tamaño medio, ~a aprecia una pequeña parte de la decoración de linea cortada y restos
de una letra o flor mal dibuJada.
32.-SeUo estampado Incompleto con las letras N E.
33.-Fragmento con dibujo Incompleto de un ánfora, se aprecia el pie y parte de la pan~a adornada
con gallones o estrías.
34-35.-Dos fragmentos del mismo plato, la decoración es de semic!rculos radiados que forman
cenefa.
36.-Fragmento con motivo central que representa el anagrama de Cristo con la RHO abierta.
37.-Fragmento del aspa superior de una cruz rematada por el signo RHO.
38.-Fragmento de una cruz o:gemmatat con pedrerías de distintos tamaños.
39.-Cruz •gemmata» con pedrería simétrica.
40.-Fragmento d~l brazo de una cruz •gemmata• con pedrería y rl!mbos incrUstados.
41.-Plato de tamai'lo grande, el pie mide 19'5 cm. de diámetro y el espacio decorado ocupa 16 cm.
de diámetro. Pertenece proballlemente a una forma Lamb. 55, una de las pocas dentro de la dara D, que
presentan el pie elevado. La decoración, de tema cristiano, presenta una cruz «gemmata• central con pe·
dreria y rombos, a la derecha figura masculina vestida con clámide y portando un •pilum~ o cetro en la
mano derecha, en la mano izquierda lleva una esfera. La decoración debíase completar con otra figura
semojante en el lado izqllierdo de la cruz.
42.-P\ato de tamaño medio, la boca mide 28 cm. de diámetro, el pie tiene una altura de 2"5 cm. y el
borde es plano saliente e inclinado hacia el exterior, tipo que corresponde a una forma Lamb. 51. Las pie·
zas de forma 51 que conocemos son grandes platos de fondo plano desprovistos de pie, por el contrario la
pieza que nOs ocupa lleva un pie altísimo incomLln en la sigillata clara D. inclusive en los platos de forma
I.amb. 55 que presentan a veces e\ pie alto, nunca lo es tanto como en esta pieza de Pollentia a la que hemos de considerar una excepción. La decoración presenta la figura incompleta Jel plato está roto en el
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G. MARTIN
15
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Fig, 2.
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G. MARTíN
fondo por el lugar del dibl\.io) de un joven descalzo, el brazo derecho está levantado a la altura de la cabeza, en la mano izquierda lleva un pez colgando preso por la boca. Falta la cara y todo el tronco de la figu·
ra, apreciándose apenas los cabellos peinados en bucles. Es uri tema de significación cristiana.
Los motivos decorativos de la sigillata clara D estampada se repiten mucho en los diferentes yacimientos lo que dificulta poder separarlos por talleres. La monotonía en la decoración, ha contribuido
también a crear la idea de unos pocos y grandes centros de fabricación que distribuirían el producto por todo el Mediterráneo, pero no
creemos que esto sucediera durante mucho tiempo. Indudablemente
de la misma forma que llegaban a Hispania laudas sepulcrales de mosaico procedentes de Africa, llegaron también productos cerámicos,
pero siendo estos últimos más baratos y fáciles de copiar debieron ser
imitados rápidamente. Sabemos que a partir del siglo IV se fabrican
lucernas cristianas en Hispania y consecuentemente también cerámica contemporánea de las misn:as que reproducen idénticos motivos
ornamentales. Estos motivos, sobre todo los geométricos y vegetales,
reproducen la decoración sobre ladrillos y baldosas en las construcciones paleocristianas. De las representaciones animales está clara la
significación cristiana cuando se trata de peces o palomas, estas últimas van muchas veces alternadas con cruces, como el número 22 de
la figura 2, semejante a otro plato del Algarve (31) también con cruces
y aves. En las figuras de toros y leones podríamos ver el símbolo de
los evangelistas. Otros animales son de más dudosa interpretación o
puden ser un motivo decorativo sin otra pretensión, Las figuras humanas tienen casi siempre significación cristiana y reproducen a veces temas de monedas o medallas y de relieves y esculturas, como la
figura del Buen Pastor, un joven con un pez y figuras de eclesiásticos
con augusticlavia. El personaje de ia pieza 41 vestido con clámide
prendida con fíbula, lanza o cetro y esfera en la mano, puede represe:ó.tar uno de los hijos de Teodosio, seguramente Arcadio, tal como
aparece representado en el «clipem) de plata conservado en la Real
Academia de la Historia, que representa a Teodosio rodeado por sus
hijos; los dos príncipes llevan esferas en la mano y Arcadio sostiene
un cetro en su mano derecha. El disco, fechado en el año 388 o 393,
nos da un fecha que aplicada a la cerámica, cuya decoración muchas
veces copia temas de trabajos en metal, nos permite fechar nuestra
pieza a fines del siglo IV, lo que demuestra que los motivos humanos
en la sigillata estampada son tan antiguos como los vegetales o
geométricos.
131) H. ZEISS: •Sp~trllmische stempelverzierte Keramik aus Portugal und Spanien•. Homenagem a
Martins Sarmento. Guimaraes 1933, pag. 468, Abb. 1 n. 3.
- 308 -
[page-n-367]
TERRA SIGILLATA CLARA
Vemos que a pesar de las muchas conjeturas que han venido haciéndose y de que el número de piezas y yacimientos conocidos y publicados ha aumentado considerablemente, nuestro conocimiento de
los límites cronológicos de esta cerámica sigillata clara D estampada
no van mucho más allá de los ya resumidos por Fletcher (32) en 1954.
Pueden desecharse las afinnaciones de Mouret y de Taracena (33) sobre que esta cerámica aparece ya en los siglos II y III, lo que no parece confirmar las excavaciones posteriores, pero continúa la duda respecto de la perduración de esta cerámica hasta el siglo VII que ya
apuntó Dechelette (34). Los últimos hallazgos de las excavaciones del
barrio de Benalúa en Alicante (35) parecen confirmar, según nos notifica el Dr. Llobregat que dirigió las excavaciones, la perduración de la
sigillata estampada hasta principios del siglo VIII, pero por tratarse
de un vertedero no puede ser la aproximación cronológica completamente definitiva y por el momento tenemos la seguridad de su plena
·producción en los siglos IV y V.
En general, los autores que han estudiado la decoración estampada en la sigillata clara D de las provincias orientales del Imperio, tienden a dar cronologías muy avanzadas, particularmente para los motivos humanos y cristianos, que en Occidente no han podido hasta ahora ser demostrados.
En Oriente, la cotinuación del Imperio, debió por propia inercia
mantener durante más tiempo la moda de la cerámica roja de mesa.
Las cerámicas llamadas <
sugieren algunos arqueólogos que trabajan en Oriente. En Occidente
el panorama es distinto. Los cambios sociales se reflejan en todos los
aspectos de la vida y por lo tanto también en la vida cotidiana. Nada
más cotidiano que los platos en que cada dia se come. En los comienzos de la Edad Media, con las invasiones bárbaras, la decadencia de
la vida urbana y la rigida división entre señores y siervos, provocó la
desaparición de los remanentes de una clase media que fue la consumidora de la cerámica fina de mesa. El rico, el señor, come en vaji(321 Véase un resumen de la cronologla de esta cerámica en D. FLETCHER VALLS: «La cueva y el
poblado dP. la Torre del Mal Paso~. Archivo de Prehistoria Levantina V, Valencia, 1950, pág. 210.
(33) F. MOURET: •Corpus Vasorum Antiquorum: Franc~. Collet.ion Mouret (Fouil\es d'Enserune)~,
P~f:. 12.
(341 J. DECHELETTE: «Les vases céramiques ornés de la Gaule Romaineo, Vol. Ir, Paris, 1904.
(351 Con anterioridad publicamos un lote de materiales hoy perdidos y recogidos en un manuscrito,
en el que aparecía un interesante conjunto de sigillata estampada procedente del barrio de Benahia don·
de estuyo situada la antigua Lucentum. V. nota 29.
~
309 -
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G, MARTÍN
lla de metal. El pobre, el siervo, seguirá utilizando, por siglos, por mi
lenios incluso, la cerámica vulgar, la de cocina, la misma que fabrica
da con idénticos métodos primitivos encontramos hoy en mercados y
ferias de cualquier país del tercer mundo. Una pequeña burguesía urbana, gran consumidora sin acceso a los servicios de metal, pero con
poder adquisitivo suficiente para poder exigir algo más refinado que los cacharros de cocina, fue quien utilizó durante el Imperio la sigillata gálica, hispánica
y clara para su mesa, afeites, perfumes, adorno y ofrendas funerarias. La desaparición de esta sociedad significó la decadencia de los alfares de cerámica
fina y desde mediados del siglo V y durante el VI y vn se fabricó cada vez menos cerámica de mesa.
En la Península Ibérica es donde esta secuencia podría ser bien
estudiada, porque tenemos con la invasión árabe un cambio en el gusto y la culinaria que indudablemente influenció la cerámica. Como la
cerámica árabe o de tracición árebe se conoce fácilmente, no nos es
dificil identificar «la anterior)) como las cerámicas de la fase final
post-imperial. Pudimos llegar a una conclusión de este tipo en las excavaciones de la ciudad romana de Valentía. Los estratos tardo-imperiales que correspondían a la sigillata clara C y D, habían sido casi en
su totalidad destruidos por los cimientos y sobre todo cisternas de las
casas de la Valencia árabe, que se mezclaban con la sigillata D, cerámica vidriada de verde y marrón de cuencos y barreños de tradición
árabe. En general en los estratos anteriores a la ocupación árabe y en
donde apareció una moneda visigoda, el número de fragmentos de cerámica roja o gris paleocristiana era insignificante en comparación
con la gran cantidad de cerámica vulgar o de cocina también conocida como «Vasos comunes)) creemos que impropiamente.
La cerámica sígillata clara D y la paleocristiana roja y gris, esta
última también llamada visigótica, lisas o con decoración estampada,
no fueron sustituidas por ninguna otra, fueron simplemente poco a
poco d~ando de ser fabricadas por falta de mercado y su total desaparición varia de WlOS lugares a otros, con mayor perduración en
Oriente como dijimos.
En la Península Ibérica, hasta el renacimiento de la tradición cerámica con el nuevo elemento árabe, la producción alfarera de los siglos VI, VII y VIII, debió ser limitada a la cerámica de cocina, limitada en todos los sentidos: la calidad, la cantidad y la distribución. Una
producción reducida a la ((rozza terracotta locale» para utilizar la definición de Lamboglia.
-
310 -
[page-n-369]
DOMINGO CAMPILLO VALERO
{Barcelona)
DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGIA
I
ASIMILACION DEL ATLAS EN UN GRANEO PROCEDENTE DEL BARRANC DE LLOPIS (CASTELLO DE RUGAT)
El cráneo objeto de este estudio pertenece al Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación Provincial de Valencia (Inv.
S. l. P. núm. 119; Lab. Paleoant. M. A. B. núm. 150).
NOticia arqueológica
Se trata de una pequeña cueva que se abre en la ladera septentrional deL' Algebassó, una de las estribaciones de la Serra de Benicadell, sobre el Barranc de Llopis, en el término de CasteHó de Rugat.
Desde hace años era conocida la existencia en ella de un yacimiento
prehistórico, el cual ha sido objeto de rebuscas y expolias frecuentes.
Las exploraciones llevadas a cabo por Pastor Alberola (1) han permitido recuperar útiles de piedra, cerámica y huesos humanos pertenecientes a diversos individuos, entre ellos el cráneo que aquí se estudia, todo lo cual da base para considerar que la covacha fue utilizada
durante el Eneolítico o primeros momentos de la Edad del Bronce,
Estudio antropológico
El cráneo, que conserva su mandíbula, presenta un buen estado de
conservación, pues a pesar de sus numerosas fracturas póstumas, pu(1) E. PASTOR ALBEROLA: •Carta arqueológica del término de Castellón de Rugat (Valencia)~, Archivo Prehistoria Levantina, XIII, Valencia, 1971, pégs. 214 y 215.
E. PASTOR At.BEROLA: •Castellón de Rugat (EstudiOJ históricOJ-geOJgréfico)•, Valencia, 1973, págs.
137 y 138.
- 311 -
[page-n-370]
,
D. CAMPILLO VALERO
do realizarse una buena restauración (2). Falta un pequeño fragmento
del ángulo anteroinferior del parietal derecho, una pequeña porción
de la escama occipital que cnnstituye la región lambdoidea, ambos arcos cigomáticos, el etmoides junto con los huesos que constituyen las
fosas nasales y todas las piezas dentarias superiores. A la mandíbula
le faltan sus ramas. En su reconstrucción, la apófisis basilar que está
fracturada y separada del cuerpo del esfenoides, hace protrusión hacia el interior del cráneo. Dada la fragilidad del hueso que hubo de
consolidarse mendiante inmersión en «paraloid», creímos preferible
no intentar restituirla a su posición correcta, pues ello representaba
el riesgo de aumentar su deterioro, y por otra parte, esta posición anómala no dificultaba el estudio de la pieza.
Antropometrta
NBUROCRANEO
Longitud máxima
Longitud de la hase
Anchura máxima
Anchura frontal mlnima
Anchura frontal máxima
Anchura biastérica .......... .
Altura baslo·bregma .. .
Altura auricular
...................... .
Circunferencia horizontal máxima
Arco transversal ......................... .
Arco sagital ............... .
Arco sagital frontal ............ .
Arco sagital parietal ........... .
Arco sagital occipital .......... .
Arco sagital de la escama occipital
Cuerda sagital frontal .................... .
Cuerda sagital parietal ................... .
Cuerda sagital occipital
Cuerda sagital de la escama occipital
CaW~cidad
174 mm.
72 mm. ?
138 mm.
96 mm.
117 mm.
107 mm.
105
104
503
294
346
116
125
105
43
104
109
87
38
craneal pequeña
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
1
?
?
7
1.375 ce.
ESPLACNOCRANEO
Longitud de la cara ......... .
Anchura de la cara ..
Altura total de la cara
........... .
........ .
Altura de la cara superior
Anchura orbitaria ....................... .
Altura orbitaria ........ .
Anchura interorbitaria
Anchura biorbitaria .....
Altura nasal .. .
Anchura nasal ......... .
Longitud maxiloalveolar
Anchura maxiloalveolar
Longitud del paladar
Anchura del paladar ...
• • • • • • • 1 • • • • • • •
Altura del paladar ..
Altura de la slnfisis mandibular
• • • • •
104 mm. ??
125 mm. ?
97. mm. ??
66 mm. ?
41 mm.
32"5 mm.
20 mm.
96 mm.
41 mm. ??
24 mm.
53 mm.
60 mm.
42 mm.
39 mm.
16 mm.
23 mm.
~La restauración no fue hecha por nosotros que nos limitamos a consolidar la pieza.
- 312 -
[page-n-371]
DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGÍA
'
Indicl!S
Cefálico
Vertico-longitudinal (basio·hregmal ...... .
Vertico-longitudinal (alt. auricular) ............. .
Vertico-tnmsvarsal (baslo·bragma) ............. .
Vertico-transversal (alt. auricular) ... .
Medio de altura (basio·bregma) ........ .
......... .
Medio de altura (al t. auricular)
Facial superior ......... .
Créneo-facial transversal ............... .
Frontal transversal
Fronto·parietal ........................... .
Orbitario ....
Nasal ................. .
Palatino . . . . . . . . . . .
. : ..
Arcada a\vBolar .
Angula de Welcker
............ .
78'16 :
60'34?:
59"77 :
76'08?:
76' 47 :
67'30 :
67'10 :
52'00 :
91'91 :
82'05 :
70'59 :
79'27 :
58'54?:
92'86 :
113'21 :
' ' '
mesocéfalo.
tapínu~ráneo•.
urtocré.neo•.
camecráneo...
tapinocráneo...
bajo.
h'\io.
mesene.
ancho.
~restas intermedias.
eurimétope.
hipsiconque.
platirrinia.
braquiestafilino.
mesouránico.
... ..... . . . . .. . . . .
Caracteres descriptivos
El espesor de los huesos del cráneo es mediano, oscilando alrededor de los 6 a 7 mm. a nivel de las bolsas frontales y parietales, con
escasos relieves para las· inserciones musculares. Las suturas, de trazado poco complicado, están completamente permeables sin haberse iniciado su sinostosis en ningún punto, con la excepción de la basioesfenoidal, totalmente fmalizada y fracturada postmortem (Lám. 1,
1 y 2).
Visto por su norma superior (fig. 1) el contorno es ovoide con tendencia perrtagonoide, siendo las protuberancias frontales poco acusadas, mientras que las parietales hacen bastante prominencia. Los arcos cigomáticos están parcialmente rotos, pero permiten deducir que
hubo una moderada fenocigia.
La norma lateral (flg. 1), permite observar un acusado prognatismo subnasal (54°), con un nasio poco anguloso cuyos huesos nasales
están incurvados hacia adentro. Desde la glabela, a cuyos lados los
arcos superciliares hacen poco resalte (conjunto tipo I de Broca), la
frente se eleva vertical y luego se dirige en amplia curva hacia un
bregma ligeramente prominente que se sigue de una discretisim.a depresión postbregmática continuada por un aplanamiento que en la región obélica se incurva, para en un plano oblicuo dirigirse a lambda.
El occipital muestra una moderada procidencia suprainiana con incurvación infrainiana de concavidad externa que finaliza en una pe
• .. Obsérvese la discordancia.
,,
- 313 -
[page-n-372]
'
D. CAMPILLO VALERO
BARRANC DE LLOPIS
Fig. 1
-
314 -
[page-n-373]
DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGÍA
•
quefta eminencia poco antes de alcanzar el orificio occipital que se dirige hacia adelante y arriba. Las apófisis mastoides son poco robustas
y el pterion presenta una silueta en H con tendencia a la X en el lado
derecho.
Al examinarlo por su norma anterior (fig. 1) se pone en evidencia
una frente ancha y aplanada con protuberancias frontales poco acusadas, sin quilla sagital ni metopismo. Orbitas altas y rectangulares
con nariz ancha. Los malares son poco robustos, siendo la fosa canina
bastante profunda, con la región maxilar bastante procidente y escaso resalte de las raíces dentarias.
La región posterior (fig. 1l muestra un cráneo bajo con tendencia
domiforme, pero con el contorno superior redondeado y las protuberancias parietales bastante acusadas. Dos huesos wormianos derechos. Las lineas nucales casi resultan imperceptibles.
La norma inferior nos muestra un paladar en U bastante excavado y un orificio occipital romboideo. El atlas está casi totalmente asimilado. Cavidades glenoideas estrechas y profundas. Todos los dientes se han desprendido de la arcada dentaria seguramente después de
la muerte, excepto todos los molares que debieron desprenderse en vida pues la reabsorción de los alveolos es casi total, con pérdida de altura de algunos puntos.
El cuerpo de la mandíbula muestra un mentón poco prominente
con apófisis gení casi imperceptible en la cara posterior de la sínfisis,
agujeros mentonianos en la vertical de M2 en la unión del tercio medio
con el inferior. ·se conservan las siguientes piezas dentarias:
en el lado derecho, P 1
M'
M'
en el lado izquierdo, Mt,
M3 (en periodo eruptivo).
Presentar caries P 1 derecho y M, izquierdo. El desgaste dentario
casi es nulo.
Edad
Teniendo en cuenta que el cordal superior izquierdo está en periodo eclosivo y que todas las suturas, excepto la basioesfenoidal, están
permeables, consideramos que su edad debe situarse en las proximidades de los 18 a 20 aftas.
-
315 -
[page-n-374]
•
D. CAMPILLO VALERO
Sexo
La morfología del cráneo con su frente elevada y su gracilidad, a
pesar de su juventud, creemos que corresponde a un individuo femenino.
Tipología
En nuestra opinión hay que incluirlo dentro del grupo de los mediterránidos gráciles, con algunas atipias, probablemente en consonancia con algunas de las anomalías patológicas que a continuación expondremos.
Estudio patológico
Se constatan tres anomalías: impresión basilar, platibasia y asimilación del atlas.
,
El orificio occipital, hacia su mitad !fig. 1), se aproxima hasta 23
mm. del plano de Francfort, y a partir de dicho punto, se incurva
fuertemente para dejar alojar el arco anterior del atlas y se aproxima
hasta 13 mm. del mencionado plano (fig. 1), siendo por lo tanto muy
intensa la impresión basilar, pues en su borde anterior, el orificio occipital dista 15 mm. de la linea de Chamberlain (fig. 1).
La platibasia resulta bastante intensa pues el ángulo de Welcker
mide 158° (fig. 1 0(,).
En cuanto a la asimilación del atlas resulta evidente y es completa
a nivel de la masa lateral izquierda y parte del arco posterior de dicho
lado. En el lado derecho, aunque la vértebra está en íntimo contacto,
la sinóstosis del arco anterior y masa lateral no se ha completado. En
el lado derecho y región del tubérculo posterior debía permanecer independiente, pero por desgracia se debió fracturar y perderse (Lám.
I, 2 y
flg.
1).
Por su parte, la primera vértebra cervical presenta una morfología un tanto anómala, y asi tenemos: 1) la carilla posterior del arco
anterior que se articula con la odontoides es cupuliforme y está oblicuada hacia arriba y atrás, o sea, que en ella se apoyaba la punta de
la apófisis odontoidea; 2) la masa lateral izquierda aparece aplanada
y algo deformada, tal vez, porque el suelo de la fosa posterior desciende más de dicho lado; 3) las apófisis articulares muestran una implantación asimétrica con un eje mayor la derecha, que se inclina 20° de
detrás-adelante y de fuera-adentro, mientras que la izquierda, presenta
un eje mayor prácticamente perpendicular al plano sagital; 4) en sus dimensiones, éstas también son distintas, de 14 x 18 mm. la derecha
y 12 x 19 mm. la izquierda.
-
316 -
[page-n-375]
DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGÍA
7
Radiografla
Confirma todo lo expuesto y se aprecia en ella la ausencia de impresiones digitales.
Sintomatologla
Con toda seguridad existió una limitación en la motilidad cervical, mientras que desde el punto de vista neurológico debió estar asociada a un síndrome de Arnold-Chiari, con o sin, hipertensión andocraneal.
Etiopatogenia
Este tipo de procesos hay que incluirlos dentro de las malformaciones congénitas, pudiendo haber sido la causa de la impresión basilar y de la platibasia, la sinóstosis precoz de la articulación basioesfenoidal, que generalmente no se completa antes de los 20 años.
II
ARTROSIS POSTRAUMATICA DEL CONDILO MANDIBULAR IZQUIERDO, EN EL INDIVIDUO NUM. 4 DE LOS PRAOS (REQUENA)
El cráneo objeto del presente estudio pertenece al Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación Provincial de Valencia (Inv. S. I. P. núm. 124; Lab. Paleoant. M. A. B. núm. 151).
Noticia arqueológica
Pequeño abrigo natural sito en la Partida de «Los Praos» {Requena), utilizado como enterramiento mediante la construcción de un
muro perpendicular a la pared de fondo y otro paralelo a ella, en el
que se abrió una puerta con jambas y dintel de piedra escuadrada, y
cerrada por gruesa roca colocada verticalmente. Fue descubierto en
1971 y excavado por el S. l. P. en junio de 1972. Se retiraron siete esqueletos humanos, de los que en este trabajo se estudia un cráneo. Es
muy dificil detenninar la época de la inhumación, pues los pocos objetos de metal hallados no dan base para una clasificación segura y
los pocos fragmentos de cerámica ibérica encontrados, sill. duda alguna proceden del exterior y son ajenos al momento del enterramiento,
el cual lo más posible es que corresponda a tiempos históricos {3).
-
131
«La labor del S. I. P. y su Museo en el pasado año 1972», Valencia, 1974, pág. 111.
- 317 -
[page-n-376]
'
D. CAMPILLO VALERO
Estudio antropológico
Cráneo completo que conserva su mandíbula en buen estado de
conservación, habiéndose destruido una porción del occipital que por
debajo del inio alcanza la apófisis basilar incluyendo el orificio magno. Esta destrucción, seguramente es secundaria a que el cráneo estuvo apoyado sobre una zona de terreno húmedo que por su composición química alteró el hueso. Para evitar la destrucción de los bordes
de la pérdida de substancia ósea, que aparecían algo alterados, se
procedió a su consolidación por inmersión en una solución de «paraloid» al 10% en toluol.
Antropometría
NEUROCRANEO
Longitud máxima
Longitud
dt~
195 mm.
77 mm.
135 mm.
la base
Anchura máxima
Anchura frontal mhúma ...
95 mm.
mm.
Anchura frontal máxima
117
113
115
533
294
125
<40
Anchura biastérica
Altura auricular
Circunferencia horizontal máxima
Arco transversal ....
Arco sagital frontal ..
Arco sagital parietal ....... .
Cuerda sagital frontal
Cuerda sagital parietal ....... .
Espesor de los huesos de la bóveda
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
<40 mm
mm.
"'
"'
Angula de inclinación frontal
Angula de curvatura frontal
Capacidad mediana
.,.
""
1.548 ce.
ESPLACNOCRANEO
Longitud de la cara
Anchlll"a de la cara
Altura total de la cara
Altura de la cara superior
Anchura orbitaria ..
Altura orbit.aria
Anchura lnter-orbltaria
Anchura biorbltaria ..
Altura nasal
. . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .
. ............... .
Anchura nasal . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. ....... .
Longitud maxlloalveolar
Anchura maxiloalveolar ......... .
Longitud del paladar .... .
Anchura del paladar .. .
Altura del paladar .. .
Anchura blcondUea
Anchura bigoniaca .... .
Altura de la sfnfisis ..... .
Altura de la rama mandibular ..
Anchura de la rama
.............................. .
........ .
Longitud total do la mandlbula
318 -
61 mm.
124 mm.
121 mm.
71 mm.
40
mm.
35 mm.
25 mm.
95 mm.
51 mm.
24 mm.
47 mm.
64 mm.
41 mm.
39 mm.
20 mm.
118 mm.
94 mm.
31 mm.
60 mm.
31 mm.
82 mm.
[page-n-377]
DOS NOTAS DE PALEÓPATOLOGIA
Angula
Angula
Angula
Angula
mandibular
del mentón
facial superior ..
aiveolo-subnasai .....
'
110"
130°
86'
,.
Indices
Cefálico
Auriculo-longitudinal ............ .
AuricLIIo·transversal ......... .
Medio de altura de la bóveda ........... .
Facial total ........................... .
Fndal sup~rior ... , , ..... .
Cránao-fadal transverso .
Frontal transversal
Fronto-parietal ..
Orbitario
Nasal
Palatino
Arcada alveolar ............................. .
Gnlitico de Flower
Mandibular .
Fronto-goniaco
Gonio-condlleo
Rama mandibular
69'23:
56'07:
65'16:
69'69:
97'5B:
57'25:
91'65:
61'19:
70'37:
87'50:
47'05:
95'12:
hiperdo!icocMalo.
ortocrlineo.
metriocrlineo.
medio.
hiperleptoprosope.
leptene,
cara ancha.
crestasintennedias.
eurimetope.
mesoconque.
mesorrinia.
braquiestafilino.
braquiuránico.
prognato.
braquignata.
mandJbula ancha.
136'17:
105'19:
69'49:
9B'95:
79'66
51'67: anchura mediana.
Caracteres descriptivos (fig. 2)
Visto por su norma superior el contorno es ovoide con franca fenocigia y protuberancias parietales acusadas, contrastando con las
frontales que son aplanadas.
El perfil lateral muestra un cráneo alargado, que por encima de
unos arcos superciliares algo marcados (tipo II de Broca) asciende el
frontal en linea recta, pero algo inclinado, para iniciar poco después
una amplia curva hasta el vertex donde se dirige al occipucio con un
discreto aplanamiento, para incurvarse fuertemente en el occipital
hasta el inio que está destruido. La cara muestra un nasio bien marcado, mostrando los huesos nasales una doble curvatura, cóncava la
proximal y convexa la distal, lo que nos hace suponer que tuvo una
nariz «aguileña». La espina nasal es grande y saliente, lo que hace des~acar el aplanamiento de la cara. La morfología del pterion es en H,
.as crotafites están bien marcadas y las apófisis mastoides son grandes y robustas.
La norma anterior muestra una cara ancha con la frente amplia,
estando las protuberancias frontales poco marcadas. La glabela y los
arcos supraorbitarios aparecen bien marcados siendo notable la quilla sagital que se atenua en las proximidades de bregma. Las órbitas
son cuadrangulares y aparecen algo inclinadas hacia abajo y afuera.
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[page-n-378]
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CA!\IIPIL~O
VALERO
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DOS NOTAS DE PALEOPATOLOG!A
"
El orificio nasal es triangular situado sobre una región maxilar robusta, con grandes malares y fosa canina profunda. Las raíces dentarias
originan marcados relieves sobre la arcada alveolar y los orificios infraorbitrarios son grandes.
Al examinarlo por su norma posterior su aspecto es domiforme
con las protuberancias parietales moderadamente marcadas. A partir
de la región iniana el occipital está destruido. Sobre la sutura lambdoidea se aprecian dos huesos wormianos derechos y uno izquierdo.
De la norma inferior hay que destacar que la arcada dentaria es
de silueta acusadamente paraboloide y en ella se conservan las siguientes piezas dentarias: 12 , PI, P 2 , Mi y M 2 en el lado derecho y e,
Pl, P 2, Mt y M2 en el lado izquierdo. Los dientes anteriores ausentes se
desprendieron postmortem, mientras que los cordales, junto con el inferior izquierdo, hacen pensar en que no llegaron a hacer su erupción,
pues no hay una verdadera reabsorción de la arcada ni resta espacio
para pensar que puedan estar incluidos. El desgaste dentario es acusado {entre 2 y 3 según la clasificación de Brabant), apreciándose una
diastema entre e y P 1 del lado izquierdo y también llama la atención
la gran porción de la raíz que se exterioriza fuera del alveolo y que en
los molares se asocia a una gran inclinación de las piezas en sentido
labial a nivel de las coronas y lingual a nivel de las raíces internas que
afloran fuera del alveolo. No se observan caries. En el paladar se inicia un esbozo bilateral de toro situado junto ala arcada alveolar, a nivel de M2 • Las cavidades glenoideas son grandes y profundas. Grandes apófisis estiloides de 34 mm. la derecha y 30 mm. la izquierda (su
punta está rota) están presentes.
La sinostosis craneal es de grado avanzado en la cara cerebral,
mientras que todas las suturas están libres en su cara externa, con excepción de algunos puntos de la lambdoidea. El dibujo de las suturas
muestra un trazado complicado.
La mandíbula es de una robustez mediana (índice; 40'00) con el
mentón muy saliente y robusto, aplanado en su vértice, formando un
bloque triangular junto con los tubérculos mentoníanos. Los orificios
mentonianos se encuentran en la vertical de la interlinea ·p 1 ~ P2 algo
por debajo de la mitad del cuerpo. En la cara posterior de la región
sinfisaria las apófisis geni están formadas por dos pequeñas crestas
paralelas, con otra más inferior situada en la línea media, a cuyos lados, algo más abajo, aparecen las fosas digástricas. A ambos lados, en
la cara lingual del cuerpo, las líneas digástricas aparecen bien marcadas. El borde inferior del cuerpo muestra una curvatura de convexidad inferior, cuyo punto más prominente está situado en la vertical de
M2. Las ramas, junto con el cuerpo, dan lugar a un ángulo goniaco ce-
321 -
[page-n-380]
"
D. CAMPILLO V ALERO
rrado. Las apófisis coronoides son grandes y poco angulosas, el cóndilo derecho también es grande y aplanado en sentido anteroposterior,
el izquierdo, por ser patológico, se comentará más adelante. Los orificios dentarios son grandes con la espina de Spix pequeña. De entre las
piezas dentarias solamente faltan M1 y M2 en el lado derecho, y esta
última, seguramente como ya dijimos antes, no llegó a hacer su eclosión. Las raíces dentarias también afloran mucho fuera del alveolo y
el grado de usura es más avanzado que en las superiores, correspondiendo al grado 3 de la clasificación de Brabant, excepto en M1 y 1\.1;2
que corresponde al grado 2.
Sexo y edad
El tamaño del cráneo, sus acusados rasgos faciales, el resalte de
las crotafites y el tamaño y robustez de la apófisis mastoides, macizo
facial y madibula, hacen que lo incluyamos en el sexo masculino.
Con respecto a su edad, si nos atenemos al grado de sinóstosis de
sus suturas y al de la usura dentaria, consideramos que por lo menos
deberla situarse en los finales del tercer decenio, puesto que la falta
de erupción de los tres cordales, la consideramos como una anomalía.
Tipología
Lo incluimos dentro de la tipología mediterránida robusta, aWique
presenta algtmos caracteres atípicos. Basamos nuestra opinión en el contorno elipsoideo de su norma superior, su dolicocránia (ultradolicocránia), ortocránia de la norma lateral, perfil domiforme en la posterior y metriocránia, euencefália y leptenia. Las órbitas son mesoconques, presenta mesorrinia y el ángulo nasal es mediano. Aplanamiento postobélico poco acusado, frente algo huidiza y discreta quilla
sagital. MastOides grandes y robustas y arcos superciliares bastante
marcados.
Estudio patológica
El cóndilo izquierdo que estaba algo deteriorado, presenta una
mozfología totalmente anómala (Lám. II, figs. 1 y 2) que se ha podido
estudiar bien pues su restauración no ofreció dificultades.
Prácticamente no se ha modificado la altura total de la rama izquierda por la deformación condilea. La silueta del cóndilo ha variado por completo faltando su mitad interna que se ha visto sustituida
por una superficie plana de dirección oblícua de arriba a abajo y de
fuera adentro, conservándose la fosa para el músculo pterigoideo extemo. En su porción externa, parece como si hubiese sufrido un moví
-
322 -
[page-n-381]
DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGÍA
"
miento de rotación siguiendo el sentido de las agujas del reloj y oblicuándose algo hacia abajo y afuera. Por último, por delante se ha formado una plataforma que se dirige hacia adelante finalizando en una
especie de pico. La cara superior del cóndilo la constituye una amplia
superficie lisa. Cuando se procede a la articulación de la mandíbula
con el cráneo, se puede comprobar que no existe una limitación importante para sus movimientos y que 1Íllicamente el borde anterior
de la cavidad glenoidea izquierda está más excavado. Desde el punto
de vista mecánico no parece que la capacidad masticatoria se viese
muy afectada.
La etiopatogenia de esta lesión consideramos que no puede ser
otra que la traumática, siendo secundaria a una fractura del cóndilo
que se habría seguido de una consolidación defectuosa, seguida de fenómenos de reabsorción y aposición ósea, que habría dado lugar a
una superfice articular anormal, pero apta para su función, seguramente con algunas limitaciones, las cuales tal vez habrían podido influir en el menor desgaste dentario de los dos últimos molares izquierdos.
Sin ninguna relación con lit lesión descrita, queremos dejar constancia de la presencia de otra anomalía, que consiste en la presencia
de dos orificios situados en la mastoides derecha (Lám. II, 3), un poco
por detrás del orificio del conducto auditivo eXterno y por debajo de la
cresta supramastoidea en que finaliza la raíz del cigoma. Estos agujeros podrían corresponderse con los descritos por Luschka como foramen jugulare spurium, destinados al paso de una vena anastomótica
con el seno lateral. La normalidad de la radiografía con incidencia especial para la apófisis mastoidea, apoyaría esta hipótesis.
- 323 -
[page-n-382]
[page-n-383]
CAMPILLO.-Dos notas de Paleopatología
Cráneo de Barranc de Llopis
LAM. 1
[page-n-384]
CAMPILLO.- Dos notas de raleopatología
Los Praos (Requena)
LAM. 11
[page-n-385]
JOSE DONAT ZOPO
MIGUEL A. NAVARRO CUELLAR
{Valencia)
UNA NUEVA MODALIDAD GENETICA.
LA CUEVA DE LA .lUDIA
(Barcheta)
I
INTRODUCCION
La provincia de Valencia, dentro de la confluencia de dos regiones
tectónicas opuestas -ibérica y prebética-, debe de ser considerada
comó un pa:fs de fosas.
Su número es bastante elevado y su desarrollo muy importante,
ya que éstas, además de constituir en ocasiones frontera geológica entre regiones distintas, o simplemente entre zonas de influencia diversa, facilitan la formación de pliegues en el manto externo y afectan a
la hidrología, tanto superficial como subterránea.
Estas fosas, según Rosso de Luna, alcanzan gran profundidad y
son capaces de imprimir su huella sobre los estratos suprayacentes y
sirven de válvula de escape a los materiales infrayacentes del Trias
superior o Keuper, los cuales, afectos por una especial plasticidad,
aprovechan la existencia de fracturas en las capas superiores para introducirse por ellas y en movimiento ascensional ocasionar arrastres,
leVantando los bordes de las capas contiguas a las fracturas y creando estructuras tipo anticlinal, las cuales suelen ser erosionadas y desmanteladas con mayor facilidad.
Esta anormal aparición del Keuper, con sus derivaciones tectónicas, produce, dentro del ámbito· del mundo de ras cavernas, una serie
de cavidades que inicialmente, partiendo de las que hasta la fecha nos
ha sido posible conocer, hemos clasificado en dos grupos especiales:
a) Cavidades cársticas constituidas sobre terrenos extrusivos.
b) Cavidades tectónicas desarrolladas sobre terrenos autóctonos inmediatos a los bordes de diapiro y afectados por éstos.
-
325 -
[page-n-386]
2
J. DONAT ZOPO y M. A. NAVARRO CUÉLLAR
Corresponden al primer grupo, entre otras cavernas valencianas,
el Túnel del Sumidor, de Vallada, y la Cueva del Yeso, de Quesa. Pertenecen al segundo grupo, también entre otras cavidades, la Cueva de
la Judía, de Barcheta, y la Cava Fresca, de Bárig.
II
LA TECTONICA PROVINCIAL VALENCIANA EN RELACION
CON LA CUEVA DE LA JUDIA
En <
éstos, en la provincia de Valencia, reunían, entre otras características, la de ser frontera geológica entre las regiones ibérica y prebética,
sirviendo especialmente como talla fosa meridional valenciana, con
su prosecución a través del valle triásico de Barcheta y la fosa de
Valldigna.
En forma independiente de las regiones anteriores, aunque influenciada por ambas, en el ángulo interno formado por la intersección de las formaciones ibéricas descendentes y las prebéticas ascendentes, la zona central valenciana, restando tan sólo al oeste de la
provincia, y al amparo también de fosas triásicas -canal de Ayorauna zona marginal de estructura de tipo Meseta Central.
En este encuadre general, bastante simplificado, dentro de lamanifiesta complejidad tectónica de la provincia de Valencia, aparecen
los valles triásicos, tectóniCos, con Wl acompa.fta.miento secundario de
orden muy variado: trastorno de las capas suprayacentes; hidrologías
subterráneas estancadas; ordenación especial de las redes fluviales
de superficie; amortiguamiento de presiones tectónicas, facilidad a la
deformación; cársticas especiales en yesos, etc.
Uno de estos valles triásicos, de origen semidiapírico, es el de Barchata, que se prolonga en dirección al mar a través de la Valldigna,
planteando una serie de accidentes secundarios, laterales o marginales, entre los que se halla envuelto el Cerro de la Judía, en el cual se
centra nuestro estudio.
Así, en conjunto, se puede señalar que la prolongación de la fosa
meridional valenciana, se establece, en su margen septentrional, que
es el que ahora nos ocupa, a través de una serie de fallas longitudinales, paralelas a la fosa, y que comprenderían desde la Cava Colombo y
Racó de Juana, en Tabernas de Valldigna, hasta la Llama del Baladre,
en Játiva.
- 326 -
[page-n-387]
3
LA CUEVA DE LA JUDÍA
(!139TELLOI'f
.1/L!(!I/ttTC
Fig. 1.-1: Túnel del Sumldor¡ 2: Cueva del Yeso; 3: Cueva de La Judía; 4: Cova Fresca.
- 327 -
[page-n-388]
'
J. DONAT ZOPO y M. A. NAVARRO CUÉLLAR
En cuanto al Cerro de la Judía, situado en ese margen septentrio
nal de la fosa meridional valenciana es tectónicamente algo más complejo de lo señalado en estudios geológicos anteriores, hecho normal si
se considera la necesidad de detalle de cada uno de los trab~os consultados.
4
III
GEOGRAFIA ESTRATIGRAFICA EN TORNO
AL VALLE DE BARCHETA
El valle de Barcheta se extiende por el sur de la provincia de Valencia y de la población del mismo nombre. Tiene forma rectan~ular
y en su totalidad se halla representado en la Hoja núm. 770 (Alciral
del Mapa Geológico Nacional, a escala 1 :50.000; se encuentra comprendido entre los meridianos 3° 13' y 3° 18' 50" de longitud este y
los paralelos 39° 1' 20" y los'39° de latitud norte.
Longitudinalmente, por su zona· septentrional, es cruzado po.r el
rlo Barcheta, que se inicia inmediatamente al este del valle, en la zona
de Plá de Corrals, por la· aportación de los barrancos que confluYen a
dicho punto. Normalmente su cauce está seco o con escaso caudal.
Cruza el valle de este a oeste, sale a los llanos cuaternarios de
Lloch Nou de Fenollet y por ellos, en las proximidades de la población de Enova, desemboca en el río Albaida.
La estratigrafia dominante en el valle de Barcheta, prescindiendo
de ligeras coberturas cuaternarias, es del Trias superior, el cual aparece con los materiales típicos de este piso en la provincia de Valencia. Lo constituyen yesos en formas variadas, una veces bajo la forma
cristalina, incolora y en conglomerados desordenados; otras, en láminas cristalinas, traslú,cidas; también en masas compactas, cristalinas,
nljo-brillantes y con profusión de jacintos de compostela en su interior o en bancos de colores negros, grises o blanquecinos, compactos o
sacaroideos, y con frecuencia industrialmente explotados.
Alternados con los yesos, aunque en anárquica disposición, las
margas, muy deleznables algunas veces; otras, compactas y duras;
ora con tonalidades irisadas, con predominio del gris verdoso, ora,
con coloraciones rojizas, fuerte tonalidad y muy uniforme, y oc~sio
nahnente cruzados por alguna delgada veta azulada.
Dentro de su aparente anarquía parece, no obstante, seguir a
grandes rasgos y dentro de la verticalidad de sus estratos, la linea de
contacto Trias-Cretáceo.
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
Fig. 2.-Situación del Cen-o de La Judía y de la cueva del mismo nllmbte, en relación al pue·
blo de Barcheta.
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J. DONAT ZOPO y M, A NAVARRO CUíllAR
'
Aparecen también bancos de areniscas, similares en su aspecto a
las del Bunt, pero de colores menos vivos, algo más blandas de textura y menos micáceas.
En algunos lugares, cubriendo el Trias, hemos hallado restos fragroen;tados de una capa horizontal de unos 2 cms. de espesor, constituida por cristales de cuarzo hialino. cementados entre sí y muy desgastados. Su horizontalidad les asigna un carlicter muy posterior el mo~
vimiento semidíapírlco.
JI.
L
I
11
.....
El cuaternario aparece en diversos lugares recubriendo al Trias.
En torno al río Ba:rcheta, contacto además de Trías-Cretáceo, se dis-tinguen dos capas. La inferior, formada por productos residuales del
Trias, y la superior, formada pQl' tarra :rossa, procedentes de la erosión de las calizas del Cretáceo. Aterrazamientos laterales nos hablan
de moVimientos del cauce.
Ligeramente más al norte, en forma de cerros de escasa elevación
podemos señalar dos frentes: el occidental y el centro-oriental.
El occidental está oonstituido por molasas del Helveciense, las
cuales fueron objeto de explotación industrial en diversas canteras,
hoy abandonadas. Superficialmente la molasa es muy dura, si bien se
halla descompuesta por ellajamiento. Debajo de ella aparece otra menos dura y más arenisca que, insensiblemente pasa a convertirse en
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
7
una arenisca muy disgregable. En ellas, Darder Pericás, señala la presencia de: «Clypeaster marginatus» Lamk., «Flabellipecten incrassatus» Part. y Mosén Viñas seiiala también la existencia de: «Odontaspis
cuspidata» Ag., «Odontaspis cuntortidens» Ag., «Oxyrina» sp., «Sphaerodus parvus?» Ag.
En estas areniscas, al igual que Darder Pericás, hemos podido obtener: <
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-Brechas Cricci6n
Fig. 4.-Cortes da la Sarreta da Barchata, sagWI Dardar Paricél.
1 : 'Calizaa compactas grlsas.
2: Calil!las margosas con «micrasten.
Entre los cerros de Cueva de la Pedrera y Cueva Negra aparece
una zona constituida por cantos angulosos, calizos, cementados entre
sí y procedentes de la erosión del Cretáceo y que señalan un posible
Vindoboniense.
En el cerro de Cueva Negra, precisamente en el interior de lascovachas alli existentes, entre las blandas areniscas helvecienses, pudimos señalar la presencia de «Clypeaster», sp.
El frente centro-oriental, más ancho y profundo que el anterior, se
inicia al norte de la mancha vindoboniense y se extiende por el Alto de
Pérez, la Rabosa, la Barchilla y la Penya Ro~ a. entre otros lugares y
constituye un ramal montuoso, al parecer discordante, sito entre los
-
33! -
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'
J. DONAT ZOPO y M. A, NAVARRO CutLLAR
montes de la Barraca (Sierra de Corbera) y la fosa de los montes del
Turó. En él aflora el Cretáceo, con distintos pisos estratigráficos, surgentes, casi todos ellos, al amparo de las múltiples fracturas que bordean el margen septentrional de la fosa de Valldigna.
El Turonense-Senonense inferior, formado por bancos de gran espesor, está representado por unas calizas muy compactas, de color
gris en superficie y en avanzado grado de lenarización y ocupa prácticamente todo el cerro de la Judia, en la que se aloja nuestra caverna
en estudio. Está flanqueado septentrionalmente por el Maestrichten:.
se, amparado por un juego de fracturas que hacen que este último piso aparezca hundido en forma de fosa.
Las calizas turonenses, tipicas en la carstificación valenciana,
aparecen marmorizadas, en fonna de grandes y potentes bancos, como se puede aprecia:r en las explotaciones abandonadas de las mismas. Al gris de las calizas en superficie, sucede en fractura un rosáceo
o sepia. Con frecuencia estas calizas, algo margosas, engloban una
abundante granulación cuarcffera de pequeño tamaño y que podria
representar una fase neritica. Algunos pequeftos fragmentos recogidos tenfan aspecto fosillfero, pero sus formas y caracteristicas eran
demasiado imprecisas y poco detenninativas.
El Maestrichtense aparece en la pequefta fosa fallada inmediatamente al norte del cerro de la Judía, entr_e éste y el Racó de la Penya.
Otra mancha, ocupando una correcta posición estratigráfica, aparece
coronando el citado Racó de la Penya y el Alto de Pérez. F;stá inte~
grado por calizas, margas y arcillas sabulosas, con abundante fauna
fosil. En ellas Meseguer Pardo indica haber recogido: «Exogyra Mat~
heroDiana>~, d'Orb., «Exogyra decussata», Coq., «Pycnodonta vesícula~
riS)l, Lam.
Cerrando el fondo del frente norte, envolviendo algunas de estas
manchas el Maesttichtense, aparece el Campaniense, con una extensión superficial muy superior a la de los anteriores. Está constituido
por calizas grises y descompuestas, calizas margosas, margas y arci~
llas, oon rica y abundante fauna fósil, entre la que Meseguer Pardo
señala: «Mitrocaprina.», sp., «Vaccinites Archiaci», Math. (var. majar,
Toncas), «Vaccinites latus», Math., «Exogyra decussata», d'Orb.,
«Exogyra Matheroniana», d'Orb., «Pycnodonta vesicularis», Lam.
Sobre el caserío nuevo de la Liga, en la visita originada al confeccionar este trabajo, se han recogido: «Exogyra decussata>~, d'Orb.,
«Cardium)), sp., «Pecteru, sp., «Neitheas 7», «Radiolitidos», «Pleurotomaria)), sp. según detemúnac:ión de Indalecio Quintero, de la Sección de P8leontología del Instituto Geológico y Minero de España y cuyo conjunto parece
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
9
atribuir dicho terreno al Campaniense y que concuerda bastante con la fauna
recogida por Nickles en Cuatretonda.
Cerrando el frente oriental del valle de Barcheta podemos señalar
el Santonense-Campaniense inferior que envuelve a su vez otra mancha del Campaniense inferior, en cuyo centro se encuentra ubicado el
Plá de Corrals, de un cuaternario arcilloso y cantos cretáceos, procedente de la erosión de las calizas de los contornos y constituyendo una
cubeta muy rica en aguas subterráneas, de las que se verifica una importante explotación. Más a occidente, siguiendo por el sur el valle de
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Fig. 5.-l: Campanianse. Calizas grisáceas y callzaa margoaaa, marga. y arcillas.
2: Maestricbtense. Caliza& y margae.
3: Turonanse~ Calizas compactaa, marmorizadaa.
4: Keuper. Margas abigarradas, arcillas y yeaos.
5: Cuava de La Judia.
6: Cuaternario.
Barcheta, aparecen los cerros del Buscarró, de violenta estructura y
famosos por sus calizas mannóreas, rosadas, amarillentas o rojizas.
En estos cerros, en dirección a 1' Alt de l'Edra, aparecen lineales con
tectónica semidiapírica y niveles hidrológicos.
Más al oeste, cerrando por el sur el valle de Barcheta, aparece el
clásico tap valenciano, constituido por margas blanquecinas, bastante impermeables y descansando sobre el Keuper.
Finalmente la zona oeste se cierra en Genovés, con modernísimo
Cuaternario que probablemente recubre la fosa unida de la Canal de
Navarrés y Barcheta.
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lO
J. DONAT ZOPO y M. A. NAVARRO CUÉLLAR
IV
ANTECEDENTES GEOLOGICOS EN TORNO
AL CERRO DE LA JUDIA
En el mapa que Brinkmann acompaña a su trabajo «Las cadenas
béticas y celtibéricas del sureste de España», a escala 1/150.000, no
figura el cerro de la Judia. No obstante, su espacio geográfico aparece
cubierto por el Camparúense, en contacto con el Keuper del valle de
Barcheta, y separado de éste por una falla vertical del orden de 7 5 a
100°. Considera al cretáceo como hundido contra un horst de Keuper,
Darder Pericás, en su «Estudio geológico del sur de la provincia de
Valencia y norte de la de Alicante», seiiala, en relación con este cerro
y del que nos presenta un corte transversal, que «en contacto anormal
con e:l Trías hay una caliza marmórea blanca, explotada como mérmol, y sobre ella una caliza margosa de tonos ocráceos, en los que se
han hallado equinidos en mal estado, pero que por su forma recuerdan los Micraster». Identifica a estas calizas como pertenecientes al
Campaniense.
En la hoja :húm. 770, Alcira, cuya Memoria fue redactada por Meseguer Pardo, aparecen en forma sucesiva y de norte a sur el Campaniense, el Maestrichtense, el Turonense y el Keuper. Unos y otros separados entre si por fallas y con el Maestrichtense hundido entre el
Campaniense y el Turonense. Quizá la diferencia estratigráfica entre
los trabajos de Meseguer Pardo y los de Brinkmann o Darder Perlcás
esté principalmente basada en la cuestión de detalle existente entre
unos y otros trabajos.
Nos otros hemos coincidido en la apreciación estratigráfica de Meseguer Pardo y confirmada parcialmente por las determinaciones de
Indalecio Quintero. En cuanto a la tectónica, sin diferir con lo establecido en la Hoja de Alcira, llegamos a una situación algo más compleja
al establecer, dentro del Turonense, una serie de fracturas o fallas
que multiparten longitudinalmente el cerro de la Judía.
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
1
3
Fig B.-Corto tnnsvursaJ dpioo do la Cueva de La JlliÜa.
J: Juntas de tensión.
2: Diaclasas de estratificación.
3; Falla de ostratificaclón.
4: Posición de las dlaclasas de inclinación.
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V
SITUACION DE LA CAVIDAD
La cueva de la Judía se encuentra ubicada en el término municipal de Barcheta, en la comarca de Játiva (Valencia), en el extremo
nordeste de dicho ténnino y en el lugar denominado cerro de la Judía,
sito al norte del valle del río Barcheta, antes de cruzar por esta población y de su confluencia con el rio de Albaida.
La cavidad se halla situada en la ladera meridional del antes citado cerro y su boca se halla semioculta por pinos y matorrales. Se encuentra próxima a una zona de canteras abandonadas y por debajo
de ellas.
Sus dos bocas, abiertas a unos 160 metros sobre el nivel del mar,
dominan la carretera en un tramo sito aproximadamente a mitad del
espacio comprendido entre los Kms. 9 y lO, en dirección a Simat de
Valldigna. Ambas distan entre si unos 5 metros. Una de ellas, la utilizada normaimente para penetrar en la caverna, adopta forma longitudinal; la otra, de forma circular, sita a la derecha de la anterior, es
de más difícil penetración.
La situación geográfica aproximada es de 3° 17' 40" de longitud
este y de 39° l' 35" de latitud norte.
VI
DESCRIPCION DE LA CAVERNA
Como antes se ha indicado posee dos bocas de acceso, sitas una
junto a la otra, siendo la más comúnmente utilizada la occidental. Esta se abre sobre una linea de diaclasación orientada aproximadamente N.-S.; es de bastante amplitud y sita a ras del suelo.
La segunda de las bocas es de forma circular y da acceso a un pozo erosionado sobre una linea de diaclasación que facilitó su origen.
Utilizando la primera de las bocas citadas se accede a un pequeño
pozo de fácil descenso, apoyándose en los agarres del mismo, que tendrá unos 5 6 6 metros de profundidad, a cuyo ténnino y en la cara
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
13
oriental, dan al pórtico de entrada de la caverna (galerla). A partir de
este punto y al objetO de facilitar su descripción dividiremos la caverna en dos sectores y varios subsectores.
Sector oriental:
a) Vestíbulo. -Se inicia en el pórtico antes citado y tras formar
inicialmente un corto tramo de galerla se abre formando un salón de
unos 12'50 metros de longitud por unos 10 metros de anchura en su
fondo. Todo el suelo se encuentra recubierto de bloques elásticos de
pequeño tamaño formando una pronunciada pendiente hacia el interior y bajo de los cuales se sumergen las coladas que descienden por
las paredes.
La pared del fondo de esta estancia denuncia la existencia de una
diaclasa que, en su extremo norte, profundiza la pared en forma de
grieta impracticable, y en el sur facilitó la genética de la segunda boca de acceso a la cueva. También la pared del fondo de esta estancia
permite observar la aguda estratificación existente, con buzamiento
al norte y rwnbo este-oeste.
Es interesante señalar que, junto al pórtico de entrada, e igualmente más adelante, a unos dos metros, a la izquierda de ambos, a linea con el suelo actual, existen dos pequeñas bocas que ponen en comunicación los sectores oriental y occidental.
b) Galería Oriental, tramo l. -Sigue la orientación de la fractura que originó la caverna presentando con-ello formas con manifiesta
preponderancia de la verticalidad sobre la horizontalidad. El suelo,
con pendiente más pronunciada todavía que el vestlbulo y apuntando
hacia el interior, sigue recubierto por los bloques elásticos, alóctonos,
bajo los cuales se siguen también sumergiendo los recubrimientos parietales. Es más potente el enmascaramiento litológico de las paredes
de la izquierda que los de la derecha.
Al término de este tramo se observa otra linea de diaclasación
norte-sur, normal a la caverna.
e) Galerla Oriental, tramo II. - Se inicia en un estrechamiento
del anterior y mantiene las mismas caracterlsticas del anterior. En el
lado derecho de la galería, a nivel del- suelo, en el sentido del buzamiento, aparece una pequeña galería. Al término de este tramo, también en el mismo lado, se forma un gran anchurón motivado por la
presencia de fracturas transversales a la caverna y que aprovechadas
por las aguas de infiltración han dado lugar a bellisimos y estilizados
tubos erosivos con coalescencia morfológica entre ellos.
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
15
d) Galeria Oriental, tramo fmal. - Se inicia con un estrechamiento de la galería al final del II tramo y unas coladas de mayor desarrollo que invadiendo el su81o y elevando su nivel tuvieron la virtud
de detener el deslizamiento de los materiales elásticos alóctonos e ifnped\r su progresión hacia el final de la caverna.
Detrá.s de esta barrera se abre una corta y estrecha galería que
conduce a una pequeña estancia. Esta posee el suelo recubierto de sedimentos arcillosos y seftales en las paredes, a unos 2'20 metros de altura, de haber actuado como depósito hidrico con carácter de larga
permanencia.
Sector occidental:
a) Accesos. - Regresando al vestíbulo de la caverna y por las
pequeiias bocas existentes en el mismo, anteriormente citadas, tras
un grueso bloque elástico, se pasa a este sector. Se inicia con una pendiente descendente, también con bloques elásticos, muy baja de techos y de unos tres metros de longitud.
Un segundo acceso al sector occidental fue hallado en los trabajos
de campo en los que se preparaban estas notas y sobre la base de desobstruir una linea de diaclasación.
b) Sala de las Formaciones. - Se abre al término de los accesos
anteriores y es una pequeña estancia en la que los recubrimientos parietales invaden techo y paredes, alcanzando incluso los suelos con
recubrimientos y diminutos «gourgs».
Gran número de las formas observadas pendientes de lq. bóveda
tienen un aspecto mamilar, blanco y por su textura parecen próximas
a un «mond milch».
e) Sala de la Arena. -Al término de la Sala de las Formaciones,
tras cruzar un breve pasadizo, aparece la de la Arena, denominación
que recibe por el material depositado en su suelo. El carácter siempre
descendente de la cavidad varfa y en este lugar pasa a ascendente. El
fondo de la sala lo cOnstituye un muro formado por calizas muy trituradas y arcillas, destacando su color más violento sobre el resto del
salón: Las paredes se muestran muy erosionadas, permitiendo ver la
roca viva del terreno, en este lugar bastante fragmentada. Antiguas
formaciones litoquimicas, de gran desarrollo, dan muestras de haber
sufrido un posterior y potente proceso erosivo.
d) Pequeftas galerias. -A derecha e izquierda del salón anterior
se abren una serie de pequeños divertículos y cortas galerfas de formas muy variadas, en las que se aprecia también un antiguo desarrollado proceso reconstructivo y otro más moderno de erosión.
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VII
CLASIFICACION DE LAS FRACTURAS
DE LA CUEVA DE LA JUDIA
Al ser la cueva de la Judía esencialmente tectónica en su genética,
es lógico presumir que la mayor parte de su desarrollo esté condicionado por la existencia de fracturas.
La más importante de ellas es la que forma el eje longitudinal de
la caverna (Línea imaginaria· VII-IV del plano), la cual cae de pleno en
el concepto de falla, al darse la existencia de fractura con deslizamiento de una o dos masas contiguas. A su vez, dentro de la ca1illcación de falla, hay que clasificarla como abierta y de estratificación, ya
que su desarrollo es paralelo a la estratificación de las rocas. Existen
otras líneas importantes de rotura (Líneas G, K-J, o M-L del plano)
que constituyen diaclasas de inclinación al poseer un rumbo paralelo
a la dirección hacia la que se inclina la estratificación. Son normales a
la dirección de las diaclasas de estratificación y en el caso concreto de
esta cueva son de tipo vertical.
Finalmente se pueden señalar las diaclasas de estratificación, paralelas a la estructura de la caliza, y sobre cuyos planos se produjo el
resbalamiento de la zona que dio origen a la falla de estratificación.
Estas diaclasas, apoyadas en juntas de tensión, facilitaron los desplomes de la pared-bóveda.
VIII
EVOLUCIÓN MORFOLOGICA
Establecido que el levantamiento del cerro de la Jud.ia es producto
de la orogenia triásica, ocurrida durante la segunda fase estaírica,
nos encontramos entonces con un cerro emergido y desbordado, en la
línea de fractura del valle de Barcheta, por la masa ascendente de los
yesos y margas del Trlas.
En dicho momento la caverna, en su estructura básica, linea de
falla y diaclasas transversales, está creada.
Posteriormente el valle de Barcheta sufrió una fuerte erosión, especialmente en los blancos materiales del Keuper, con la consiguiente
-
340-
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LA·CUEVA DE LA
JUDíA
17
profundización del valle y una traslación del cauce del río Barcheta
que en sentido longitudinal cruza dicho valle.
Durante un tiempo de ese periodo el cauce del rlo Barcheta coincidió con el eje longitudinal de la cueva de la Judía, es decir, con la linea de falla, y apoyado en las diaclasas transversales abrió las dos bocas que actualmente posee e inundó la caverna, tal vez erosionando
ya antiguas formaciones.
Nuevos y posteriores desplazamientos del cauce del rlo Barcheta
dejan colgada la cavidad en las épocas en que el río lleva menor aporte de agua, actuando sólo como sumidero en las épocas de crecidas.
Conforme el valle y por consiguiente el cauce del rlo fueran profundizándose, iria perdiendo intensidad esta fase, pasando solamente a filtraciones a través de las fisuraciones de la caliza, hasta que llegado
cierto momento, por exceso de hundimiento del cauce, separación de
la cavidad, etc. deja de existir conexión práctica entre ambos.
IX
DATACION
El cerro de la Judia se encuentra instalado en el interior de la fosa
meridional valenciana, no obstante, el levantamiento de sus estratos
lo atribuimos a un periodo orogénico mucho más moderno y vinculado a la orogenia semidiapírica del Keuper.
Así pues, dado que la cueva de la Judía está basada genéticamente en los mismos movimientos semidiapfricos que trastornaron el cerro
de la Judia, su cronología será idéntica a la de éste en su estructura
actual.
Del Eoceno al Oligoceno la comarca de Barcheta estuvo emergida,
pero posteriormente, durante el Mioceno, se produce una inmersión
de la zona, como lo demuestran los restos fosillferos del Burdigalense
y del- Vindoboniense que en la misma se encuentran.
Posteriormente al Vindoboniense se producen dos hechos importantes para la cronología de la cavidad. La segunda orogenia estafrica
y la emersión de la zona con el Pontiense. En este perlado es cuando
debió producirse la fase diapírica que provocó el levantanriento del
cerro de la Judía y la falla tectónica que motivó el origen de la
caverna.
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341 -
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J. DONAT ZOPO y M. A, NAVARRO CutLLAR
X
SISTEMATICA EN TORNO A LAS CAVIDADES
TIPO CUEVA DE LA JUDIA
El primer problema que, tras el estudio y conocimiento de la cueva de la Judía y su especial origen tectónico, se nos planteaba era el
de la determinación de la facilidad o rareza con que este tipo de caverna en borde de diapiro se nos podia presentar.
Un análisis detallado de cierto tipo de cavernas nos permitió establecer una primera lista de cavidades en las que concurrian estas circunstancias. Esta lista estaba formada, aparte de por la cueva de la
Judía, por las siguientes cavernas:
Cava Fresca (Bárig).
Cueva del Lobo (Navarrés).
Sima de Viñ.as I (Chiva).
Sima de Vifias II (Chiva).
Sima de Viñas III (Chiva).
existiendo otras posibles cavidades en estudio o determinación.
A continuación se nos presentaba el problema de establecerr si era
posible, dentro de este tipo de cavidades, una siteillática de formas.
Dado que P,entro del tipo de cavernas de borde de diapiro se pueden
presentar -y se nos presentaron- ciertas variantes, interesaba analizar la cavidad con otra de características similares. Esto se consiguió
con el concurso de la Cava Fresca, de Bárig, situada en el mismo valle, pero en su margen opuesta, lo que debiera motivar, formas simila·
res pero en posición contraria.
A través de la Comparación de ambas cuevas se estableció el siguiente resumen de conclusiones generales:
a) Que el eje de las cavernas puede estar constituido por fallas.
b) Presencia abundante de diaclasas perpendiculares al plano
de falla.
el Que la falla sea de tipo anticlinical y abierta en el interior.
d) Que los cortes transversales de la misma tiendan a las formas
_triangulares.
e) El lado próximo al diapiro es el bloque movido de la falla.
fJ El lado próximo al diapiro se convierte en piso-pared.
g) El lado opuesto al diapiro se convierte en pared-bóveda.
h) Proceso elástico desarrollado especialmente a expensas del
lado de la falla opuesto a la linea de diapiro.
-
342 -
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
"
Circunstancias que se producirán cuando en la cavidad estudiada
el buzamiento del lado del diapiro sea superior al del lado opuesto, ya
que de ser similares (cueva del Lobo, Navarrés), las formas derivadas
serán completamente distintas.
XI
ADICION BIOLOGICA
Con ocasión del estudio geotectónico de la cueva de la Judia hemos tenido ocasión de realizar algunas observaciones de tipo biológico las cuales transcribimos para su constancia.
Flora. - En zona de penumbra, en el fondo de la sima de acceso y
entrada a la caverna, en diversas ocasiones, se ha determinado la
presencia de gran can.tidad de ejemplares de la «Capsella bursa pastoris». La última de las veces en el mes de febrero. Ejemplares de esta
especie se han encontrado en otras cavidades y en condiciones de vida muy distintas, así se les ha localizado en el Túnel del Sumidor (VaDada), a gran profundidad, en zona de oscuridad total, sobre terrenos
yesosos y con gran cantidad de humedad. Parece que estas -plantas,
en estas condiciones, no llegan a completar su ciclo biológico.
Quirópteros. - Fue localizado un ejemplar del «Rhinolophus
ferrum-equinum», vulgarmente denominado murciélago de herradura. Era macho, pendia de las paredes-bóveda y se hallaba solitario.
Coleópteros.- Fue capturado-un ejemplar de «Blaps Gigas>), Lin.,
del grupo «Polyphagm>, de la familia de los Tenebriónidos. Esta especie está extendida al parecer por toda la región valenciana. En la colección entomológica Torres Sala, figuran ejemplares capturados en
Valencia, Bétera, Buñol, Casas de Herrero, Burjasot, Alcira, Pego y
Altura.
XII
RESUMEN
A través de la cueva de la Judia (Barcheta) se estudia por vez primera una nueva modalidad genética basada en la formación tectónica de cavernas en los terrenos levantados por los diapiros. Se identifican dentro de la provincia de Valencía algunas cavidades de análogas
características genéticas y se establece para ellas una breve tipología
arquitectónica.
-
343 -
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20
J. DONAT ZOPO y .M. A. NAVARRO ClJtLLAR
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- 344 -
[page-n-405]
DONAT y NAVARRO.-Cue'la de La Judía
LAM. 1
1.- EI Cerro de la Judía ( Barcheta) . En su parte superior. una de las canteras de mflrmol
2.- EI valle de Barcheta. En el centro, el río de Barcheta
[page-n-406]
OONAT y NAVARR O.-Cueva de l a Judía
LAM. 11
3 y 4.-0os distintas morfologías cársticas dentro de las calizas del Cerro de la Judit
[page-n-407]
DONAT y N AV ARRO.-Cuova de La Judía
LAM. 111
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7 y 8.-tas canteras de mármol del Cerro de l a Judía. En las mismas se aprecia la profundidad de los procesos
cársticos (n.• 7). y la intrusión de masas no calcáreas sobre fallas (n.• 8)
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DONAT y NAVARRO.-Cuevc1 de La Judía
LAM. V
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11 .-Galeña oriental, cruce con dlaclasa normal
12.-Tubo erosivo en el cruce anterior
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DONAT y NAVARRO.-Cueva de La Judía
13 y 14.- Formas estalactíticas blanquecinas del sector C'ccidental
LAM. VIl
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OONAT y NAVARRO.-Cueva de La Judía
15.-Corte transversal típico de la cavidad, en estudio
LAM. VIII
[page-n-413]
INDICE DE LUGARES
Abengibre (Albacete!: 208.
Acrópolis (Atenas, Grecia): 271.
Ademuz, Comarca del Rincón de (Valencia): 262 y 327.
Africa: 129, 131, 228, 231, 232, 236, 241, 242, 245, 260, 297, 298 y 308; ------del Norte: 129, 131, 228, 236, 242, 245, 297 y 298.
Afrodisía (Caria, Turquía): 275.
Agde (Hérault, Francia): 230.
Agora {Atenas, Grecia): 242 y 245.
Agres (Alicante): 99 a 112 y 144; - - , r í o d' (Alicante): 99.
Agualobos, .Barranco de {El Toro, Castellón): 177.
AguiJa, Pico del (Camporrobles, Valencia): 209.
Agullana {Gerona): 111, 122, 126 y 142.
Agulles, Sierra de les (Valencia): 47 y 56.
Aigua, cueva de 1' (Gandía, Valencia): 72.
Aigües-Vives, Valle de (Alzira-Carcaixent, Valencia): 47 y 49.
Alameda de Osuna (Madrid): 20.
Albacete, provincia: lO, 93, 143, 208 y 327.
Albaida {Valencia): 78, 99 y 258; -----,Comarca de la Vall d' (Valencia): 93 a 98 y 149;
- - - - , río (Valencia): 328 y 336.
Albalá {Ciudad Real): 10.
Albano {Roma, Italia): 268 v 272 a 274.
Albintimilium, hoy Ventimiglia (Impera, Italia): 224 y 225.
Albufereta, Necrópolis de 1' {Alicante): 220 y 221.
Alcalá, Canezo de {Azaila, TeruelJ: 142, 173, 192, 194, 200,201 y 207; ------la Real
{Jaén): 262; -----de Xivert (Castellón): 164.
Alcázar de San Juan (Ciudad Real): lO.
Alcira {Valencia): Véase ({1\}zira».
Alcoy {Alicante): 44, 45, 71, 101, 126, 150, 155, 196 a 198, 200, 206,208 y 223; -----,
rlo de (Alicante-Valencia): Véase: «SerpiS».
Alcublas {Valencia): 147, 148 y 168.
Alcudia {Mallorca): 293 a 310; ------,La {Elche, Alicante): 225 y 227.
Alcuses, La Bastida de les {Mogente, Valencia): 193 y 208.
Aldea del Rey (Ciudad Real): 10, 11, 16 y 17.
Alejandrla (Egipto); 242, 298 y 309.
Alemania: 241, 242 y 271.
Algar, El (Antas, Almerla): 103 y 126.
- 345 -
[page-n-414]
Algarbe (Portugal): 308.
Algebassó, Monte de 1' (Castellón de Rugat, V<~.lencia): 311.
Algemesí (Valencia): 72.
Algimia de Almonacid (Castellón): 261.
Algorfa (Alicante): 44; -------, necrópolis de (Algorfa, Alicante): 44.
Alicante, ciudad y término mtmir.ipal: 4R, 61, 66, 71, 155, 162,220, 221, 226, 301 y 309;
-----,provincia; 27, 35, 36, 44, 45, 48,61 a 66, 71, 93, 96,99 a 112, 126, 129 a
131,133, 135, 144, 149, 150,153, 155, 162,192, 196 a 198,200,206,208,220,221,
223, 225 a 227, 301, 309, 311, 327 y 343.
Almacén de Polo (Burriana, Castellón): 284 y 289.
Almadén (Ciudad Real): 10.
Almagro (Ciudad Real): 10.
Almalafa, partida (Almazara, Castellón): 280.
AJmansa (Albacete): 93.
Almansor, Castillo d' (A!mazora, Castellón); 96.
Almassora, Camino d' (Burrlana, Castellón): 284.
Almazara (Castellón): 96, 280, 281, 284, 286 a 288 y 291.
Almenara (Castellón): 152.
Almería, provincia: 103 y 126.
Almetla, Puerta de 1' ]Játiva, Valencia): 218 y 219.
Almodóvar del Campo (Ciudad Reall: 10.
Almuñécar (Granada): 248.
Alpes, montes: 66.
Alpes"Maritimes, departamento (Francia); 227.
Alt de la Barxilla (Barcheta, Valencia): 329 y 331; ---de la Cava Negra (Barcheta, Valencia): 331; ---de la Cava de la Pedrera (Barcheta, Valencia): 331; ---de !"Edra
(Barcheta, Valencia): 333; - - d e la Penya Roja (Barcheta, Valencia): 331; ---de
:pérez (Barcheta, Valencia): 331 y 332; ---de la Rabosa !Barcheta, Valencia): 331.
Alta Andalucía: Véase «Andalucía».
Altura (Castellón): 343.
Alzira (Valencia): 47 a 49, 56, 58, 59, 72, 328, 332, 334 y 343.
Alloza (Teruel): 197.
Ampurias (La Escala, Gerona): 152, 162, 175, 192, 196, 200, 225, 226, 240 y 246.
Ancho, Barranco (Jumilla, Murcia); 164.
Andalucía: 64, 135, 214, 215 y 268; ---------, AJta: 214 y 215.
Andilla (Valencia): 96 y 168.
Ane\1, Barranco de 1' (Carcaixent, Valencia): 49, 54 y 59;----, Cabe~
Valencia); 59.
Angalí, Partida de 1' (Nulas, Castellón): 282; ------, Camino-travesia de 1' (Nulas, castellón): 282.
Anglés (Gerona): 122, 124, 126, 129 y 131.
Anita, Villa ]Castellón de la Plana, Castellón): 287.
Anse Gerbal {P"ort-Vendres, Pyrénées-Orientales, Francia): 2o:l!i.
Antas (Almeria): 103 y 126.
Antigons, Zona deis (Alicante): 301.
Antioqula (Siria): 242, 244, 245 y 300.
Aquitania (Francia): 243.
Aragón: 124, 130, 142, 143 y 207; ------,Bajo: 124, 130, 142 y 143.
Aranyes, Cueva de les (Alzira, Valencia): 58 y 59.
Aranyuel (Castellón}: 124 y 125.
Araq-el-Jemir (Jordania): 244.
Arbonés, Cueva de 1' (Pradell, Tarragona): 66.
Arcadia (Grecia): 265 a 267, 271, 273 y 274.
Arene Cand.ide, Cueva de las (Finale Ligure, Impera, Italia): 66.
Ares del Maestre (Castellón): 126 y 135.
Argar, El (Antas, Almeria): Véase «Algar, El».
Argelia: 129, 131, 242 y 297.
Argólida (Grecia): 266, 267 y 270.
-
346
[page-n-415]
Arlés (Bouches-du-ROne, Francia): 213, 236 y 241.
Arpilliéres, Les !Suiza): 251.
Arroyo del Sequillo (Ciudad Real); 10; ------de Valdefuentes (Madrid): 20; ------de
Valdehigueras (Madrid); 20.
Arse, hoy Sagunto (Valencia): 215.
Artana (Castelión): 71.
Asilo de Bou, enterramiento del !Cullera, Valencia): 71 y 72.
Assud, Abrigo de 1' (Almazara, Casteilón): 96.
Atalaya, La (Ciudad Reall: 10.
Atenas (Grecia): 241, 242, 244, 245, 268, 271 y 300.
Atenie.nses, Tesoro de los (Delfos, Grecia): 270.
Aude, departamento (Francia): 173, Hl5, 200, 229, 231, 236, 242, 243, 245, 250 y 251.
Augusta, Vía: 277.
Auja, El (Túnez): Véase «El Auja».
Aveyron, departamento (Francia): 66, 67, 231 y 247.
A'(ila, provincia: 124.
Ayora (Valencia): 326 y 327.
Azagador del Belcaide (Nules, Castellón): 282 y 289; -------- d'Espasers (Villarreal, Castellón): 283.
Azaila (Teruel): 142, 173, 192, 194, 200, 201 y 207.
Azil!e (Aude, Francia): 25l.
Azuer, rio (Ciudad Real): 10.
Badalona (Barcelona): 226 y 227.
Baja Provenza: Véase «Provenza».
Bajo Aragón: Véase «Aragón~.
Baladre, loma del (Játiva, Valencia): 326.
Baleares, Islas: Véase «
Balsa, Partida de la (Camporrobles, Valencia): 210 y 212.
Ballester, Camino de (Burriana, Castellón): 283,
Banyeres (Alicante): 223.
Barcelona, ciudad y término municipal: 96, 154, 221,280, 282, 311 y 317; --------,
provincia: 96, 142, 154, 200, 201, 221, 225 a 227, 280, 282, 311 y 317.
Barcheta (Valencia): 325 a 344; - - - -- - , rlo de (Valencia): 327 a 330, 336 y 341;
------,serreta de (Valencia): 331; -----,Valle de (Valencia): 326,328 a
334 y 340 a 342.
Barchilla, Alto de la (Barcheta, Valencia): Véase: «Barxilla».
Bárig _(Valencia): 326, 327 y 342.
,
Barraca, Sierra de la (Alzira-Carcaixent, Valencia): 47, 331 y 332.
Barrene de l'Anell (Carcaixent, Valencia): 49, 54 y 5 9 ; - - - - del Castellet, Cueva del
(Carrlcola, Valencia): 44 y 65; - - - - - d e les Coves, Puntal del (Estubeny, Valencia): 62; - - - - - d e I'Estret (Carcaixent, Valencia): 47, 66,58 y 59;------ de
Llopis JC'astellón de Ruga~, Valencia): 311 a 317; - - - - d e Mir, Cabe¡;:ol del (Carcaixent, Valencia): 5 9 ; - - - - del Nano, Cueva del (Real de Gandia, Valencia): 72;
- - - - - - de Xarta (Carcaixent, Vll.lencia): 56 a !58, 71 y 72.
Barranco de Agualobos (El Toro, Castellón): 177; ------Ancho, Paraje de Coimbra del
{Jum.ilia, Murcia): Véase: tColmbra del Barranco Ancho»;------ de Tacomar (El
Toro, Castellón): 177,
Barrou (Séte, Hérault, Francia): 236.
Barsella, Cueva de la {Torremanzanas, Alicante): 44 y 71.
Barxilla, Alto de la (Barcheta, Valenoia): 329 y 331.
Basseta, Partida de la (Carcaixent, Valencia): 56.
Bastida de les Alcuses, La (Mogente, Valencia): 193 y 208.
Batán, Acequia del (Almezora, Castellón): 287.
Be~:hi (Castéllón): 43, 45, 126, 193, 207 y 208; ---,Cueva de (Bechi, Castellón): 43 y 45.
BegiS (Castellón): i88.
Becaide, AZagador del (Nules, Castellón): 282 y 289; ------, rio (Castellón): 282 y 289.
Belchite (Zaragoza): 210.
Beligiom, ceca ibérica, posiblemente Belchite (Zaragoza): 210.
-
347 -
[page-n-416]
Belmonte de Calatayud (Zaragoza): 211 y 214.
Belo, hoy Bolonia (Tarifa, Cádiz): 242.
Benaguacil (Valencia): 148, 256 y 257.
Benalúa, Barrio (Alicante): 309.
Beniarrés (Alicante): 35, 36, 63 y 64.
-Benicadell, Sierra de (Alicante-Valencia): 93 y 311.
Benicull, Barrio (Poliñá del Júcar, Valencia); 43, 44, 58, 59 y 69 a 91.
Benilloba (Alicante): 192.
Beniopa, Barrio (Gandla, Valencia): 72.
Benisanó (Valencia): 148.
Beocia (Grecia): 274.
Berlfn: 242.
Bernabé, Castillejo de (Liria, Valencia): 147 a 162.
Bernarda, Cueva (.Palma de Gandla, Valencia): 59.
Bétera (Valencia): 343.
Bicuerca, Sierra (Valencia): 209.
Bilbilis, hoy Calatayud (Zaragoza): 21 y 214.
Binefar (Huesca): 200.
Bir-Chona (Túnez): 243.
Boatella, necrópolis da la (Valencia): 226.
Bocairent (Valencia): 27 a 36, 63, 64, 99 y 223 a 228.
Bofia, Partida del (Burriana, Castellón): 284.
Bolonia, Paraje de (Tarifa, Cádiz): 242.
Bolta, Cueva de (Real de Gandia, Valencia): 72.
Boltes, Camino de les (Villarreal, Castellón): 283.
Bombilla, Partida de la (Liria, Valencia): 265.
Bonete, Camino de Na (Villarreal, Castellón): Véase «Na Boneta».
Bordeaux (Gironde, Francia): 251.
Borriol (Castellón): 71, lll, 112, 134 y 144.
Bou, Asilo de (Cullera, Valencia): 71 y 72.
Bouches-du-Rhóne, departamento (Francia): 213, 227, 236, 239, 245, 246 y 251.
Brú, Huerto da (Alzira, Valencia): 56.
Bugarra (Valencia): 167 a 176.
Buitrera, Monte de la (Castellón de Rugat, Valencia): 93 a 98.
Buixcarró, SieiTa del (Valencia): 258 y 333.
BUllaque, río (Ciudad Rean: 10.
Buñol {Valencia): 343,
Burgos, provincia: 184.
Bmjasot (Valencia): 37 y 343,
Burriana (Castellón): ll2, 124, 126, 129, 131, 134, 135, 144, 278 a 287 y 289 a 291.
Cabanes (Castellón): 277.
Caher;ol, Camino del (Burriana, Castellón); 282 y 289; - - - - d e l'Anell (Carca:ixent, Valencia): 59; - - - - del Barranc de Mir {Carcaixent, Valencia): 59.
Cabezo de Alcalá (Azaila, Teruel): 142, 173, 192, 194, 200, 201 y 20'7; - - - d e Monleón
{Caspe, Zaragoza): 96, 112 y 143; ----Redondo {Villana, Alicante): 61 y 112.
Cádiz, ciudad: 268; - - - , provincia: 242 y 268.
Cagarruta, monte de la (Camporrobles, Valencia): 209.
Cagliari {Cardeña, Italia): 242.
Caiguda, Cueva de la (Carca:ixent, Valencia): 54, 55 y 59.
Calaceite (Teruell: 143.
Calatayud (Zaragoz;a): 211 y 214.
Calatrava, Campo de (Ciudad Relll): 9 a 12, 16 y 17; -----,Puerto de {La Calzada de
Calatrava, Ciudad Real): lO; - - - - , Sierra de {Ciudad Realt: 10.
Calzada de Calatrava, La (Ciudad Real): 10.
Cambra, Puntal de (Villar.del Arzobispo, Valencia): 126.
Camf d'Agres a Muro (Agres, Alicante): 99; - - d'Almassora (Buiriana, C!istelión): 282 y
289; ----de l'Azagador de Belcaide (Nulas, Castellón): 282 y 289; ---de l'Azagador d'Espasers (Villarreal, Castellónl: 283; - - - de Ballester (BuiTiana, Casta- 346 -
[page-n-417]
llón): 283; - - - de les Bol tes (Villarreal, Castellón): 283; ---- del Bofio (Buniana,
Castellón): 284; ---del Cabe~ol (Burriana, Castellón): 282 y 289; ----deis Carnissers (Burriana, Castellón): 286; - - del Cedre (Buniana-Villarreal, Castellónl:
283; --de les Clotes (Buniana, Castellón): 282 y 283; ----deis Clots (Almazora,
Castellón): 284; - - d e Cosa (Burriana, Castellón): 283; ----de la Donació (Almazara, Castellónl: 284; ---de Facos (Burriana, Castellón): 282 y 289; ---de
Fadrell (Castellón de la Plana, Castellón): 284; ---de la Goleta (Nulas, Castellón):
282; --de Llombai (Burriana, Castellón): 280,282 y 283; ----Majo!' de la Mar
(Castellón de la Plana, Castellón): 287; - - d e la Mar (Burriana, Castellóil): 289;
--- del Marga (Burriana, C!lstellón): 282; ---- de Miralles (Burriana, Castellón):
282; ---del Molf (Burriana, Castellón): 283; ---de les Monjes (Burriana, Castellón): 282 y 283; ---de Na Bonete (Villarreal, Castellón): 284; ----de les Novenes (Burriana, Castellón): 283; ---de la Ratlla {Burriana, Castellón): 282; ---Real d'Alacant, covacha del (Albaida, Valencia): 76; ---de Santa Pau (Burriana,
Castellón): 283; ---de Santa Pauet (Burriana, Castellón): 283 y 289; ----de Sedeny (Villarreal, Castellón): 283; ---de Traver (Burriana, Castellón); 283; ---Travesía d'Angall (Nules, Castellón): 282; ----de Valéncia a Xelva (Valencia): 167;
---- Vell (CastellónJ: Véase «Caminás»; - - - Vell de Barcelona {Castellón de la Plana, Castellón): 287; - - - Vell de la Mar (Castellón de la Plana, Castellón): 264; --de VilamonCIUTO (Almazora, Castellón): 287; ----de Vila-real (Burriana, Castellón): 264.
Caminás, El (Castellón: 278, 280, 282 y 286 a 291,
Camino Viejo: Véase: «Caml Vell».
Cemp de Libia, comarca del (Valencia): 147 y 167.
Campillo, partida (Camporrobles, Valencia): 209 y 212; --------,zona del (Villar del
Arzobispo-Bugarra, Valencia): 167.
Cempo, Casa de (Liria, Valencia): 148; - - - , Casa de (Madrid): 25; ---- de Calatrava
(Ciudad Real): 9 a 12, 16 y 17; - - - d e Criptana (Ciudad Real): lO;----- de Liria, comarca: Véase ~Camp de Llirhu; - - - - de Montiel (Ciudad Real): lO.
Camporrobles (Valencia): 209 a 215.
Can Missert (Tarrasa, Barcelona): 142.
Canal de NavaiTéS, comarca de La (Valencia): 333.
Canals (Valencia): 256.
Canet lo Roig (Castellónl: 184.
Canillejas (Madrid): 20.
Carcaixent (Valencia): 44, 47 a 68, 71, 72 y 332.
C11rdeñosa {Ávila): 124.
Cardete, Cerro {Camporrobles, Valencia): 209.
Caria (Turquía): 275.
Carmona (Sevilla): 79.
Camissers, Camino deis (Buniapa, Castellón): 266.
Carrascosa del Campo (Cuenca): 143.
Carrlcola (Valencia): 44 y 65.
Cartama (Málaga): 268.
Carthago (Túnez): 298.
Casa de Campo (Madrid): 25; ---de Campo (Liria, Valencia): 148; ----de los Cenagales (Hortaleza, Madrid): 19 y 20; - - d e Cervera (Aldea del Rey, Ciudad Real): lO;
---Zapata, partida (Villargordo del Gabriel, Valencia): 261.
Casinos (Valencia): "147 a 149, 167 y 168.
Caspa (Zaragoza): 96, 112, 142 y 143.
Castelillo, El {Alloza, Terue!): 197.
Castell, El (Almenara, Castellón): 152; ------- d'Almansor (Almazora, Casteilón): 96;
------de XAtiva (Játiva, Valencia): 218 y 219.
Castellana, Rambla {Valencia): Véase «Castellarda, Rambla».
Castellana, La (Grimaud, Ver. Franela): 227,
Castellar, El (Crevillent, Alicante): 126, 129, 131 y 135; - - - - , Ereta del (Villafranca del
Cid, Castellón): 96.
Castellarda, Rambla (Valencia): 68 y 175; ---------,Puntal sobre la Rambla (Liria,
Valencia): 68.
- 349 -
[page-n-418]
Castellet, Cueva del Barranc del (Carrlcola, Valencia!: 44 y 65; --------, Tossal del (Borriol, Castellónl: lll, ll2, 134 y 144; ----~~de Bernabé (Liria, Valencia): 147
a 162.
Castellets, Els (Liria, Valencia): 148.
Castellón, provincia: 38, 43, 45, 71, 96, 111, 112, 124 a 126, 129, 131, 133 a 135, 138,
144, 147, 152, 155, 164, 168, 173, 177 a 189, 193, 197,200,201,206 a208, 261,
277 a 292, 327 y ::143; --~---- de la Plana {Casteilón): 71, 173, 197, 200, 277 a
281, 284 a 288 y 291; --------de Rugat {Valencia): 93 a 98 y 311 a 317.
Castielfabib (Rincón de Ademuz, Valencia): 262.
Castilfrfo de la Sierra {Soria): 124.
Castillarejo de los Moros (Andilla, Valencia): 96.
Castillejo (Castilfrio de la Sierra, Soria): 124; ---------, El (Los Santos, Castielfabib, Valencia): 262.
Castillo, Cerro del (Jumilla, Murcia): 164; ------~, El (Benaguacil, Valencia): 256;
--------,El (Frias de Albarracln, Teruell: 61 y 96.
Cástula, hoy Cazlo!'la {Segura de la Sierra, Jaén): 194, 211, 212, 214 y 215.
Cataluña: 111, 122, 124, 125, 141 y 15i.
Catl ForadA (Petrel, Alicante): 61.
Cau Raboser (Carcaixent, Valencia): 47 a 68.
Caudete de las Fuentes (Valencia): 137 a 145, 191 a 208 y 215.
Cavaillon (Vaucluse, Francia): 246.
Cavall, Cueva del (Liria, Valencia): 113 a 135 y 144; ------,Collado de la Cueva del (Liria, Valencia): 113, ll4, 129,131, 132y 135;-----Bernat, Sierra(Valencia): 47.
Cazlona (Segura de la Sierra, Jaén): 194, 211, 212, 214 y 215.
Cedre, Camino del {Burriana-Villarreai, Castellón): 283.
Ceise, hoy Velilla de Ebro (Zaragoza): 210 y 212.
Celtiberia: 184.
Cendres, Cueva de les (Moraira, Teulada, Alicante): 66.
Cenagales, Los (Madrid): 19 a 26.
Cardeña (Italia): 242.
Cerinea (Chipre!: 266, 267 y 273.
Cervera, Casa de (Aldea del Rey, Ciudad Real): 10.
Cerro del Castillo (Jumilla, Murcia): 164; ----de la Cruz [Cortes, Navarra): 122; ----de la Judía (Barcheta, Valencia): 326, 328, 329, 332, 334, 336 y 341; ----- de San
Miguel (Liria, Valencia): 114, 134, 135, 155, 173, 184, 188, 192 a 195, 197,204 y
206 a 208.
Ciempozuelos (Madrid): 79.
Cigarralejo, Necrópolis del (Mula, Murcia); 206 y 207.
Cigüela, rlo (Ciudad ReaJ,Cuenca): 10.
Cirat (Castellón): 124.
Cirenaica (Libia): 245.
Ciudad Lineal {Madrid): 19 y 20; ------Real, ciudad y término municipal: 10 a 12;
------ Real, provincia: 9 a 18.
Clotes, Camino de les {Burriana, Castellón): 282 y 283.
Clots, Camino deis (Ahnazora, Castellón): 284.
Clunia {Peñalba de Castro, Burgos): 184.
Cocentaina (Alicante); 99 y 144.
Cocina, Cueva de la {Dos Aguas, Valencia): 64.
Cogotes, Las (Cardeñosa, Avila): 124.
Coimbra del Barranco Aocho (Jumilla, Murcia): 164.
Colina de los Quemados (Córdoba): 129 y 131.
Colombo, Cueva (Tavernes de Valldigna, Valencht): 326.
Colomina (Gerps, Os de Balaguer, Lérida): 142.
Colonia (Alemania): 241.
Colouniocu, ceca ibérica {Clunia, Peñalba de Castro, Burgos): 184.
Collado de la Cova del Cavan (Liria, Valencia): 113, 114, 129, 131, 132 y 135.
Comtat, Comarca del (Alicante): 99 a ll2.
Corbera, Sierra de (Valencia): 332; - - - - - d e Alzira (Valencia): 72.
Corbs, Pie dels (Sagunto, Valencia): 61, 111 y 134.
- 350 -
[page-n-419]
Córcega (Francia): l4l y 244.
Córdoba, ciudad y término municipal: 129 y 13l.
Cortes (Navarra): 112 y 125.
Cortijo de los Toscanos (Torre del Mar, Vélez-Málaga, Málaga): 61, 130 y 131.
Corts, Necrópolis de les (Ampurias, La Escala, Gerona): 174.
Corral de Pomer (Liria, Valencia): 148; ------de Saus, Necrópolis del (Mogente, Valen"
da): 151, 220 y 221.
Corrals, Pla deis (Barcheta, Valencia): 328 y 333.
Cosa, Camino de {Burriana, Castellón): 283,
Cova de l'Aigua (Gandla, Valencia): 72; ----de les Aranyes (Alzira, Valencia): 58 y 59;
---de l'Arbonés (Pradell, Tarragona); 66; ----del Barranc del Castellet (Carrlcola, Valencia): 44 y 65; ----del Barranc del Nano (Real de Gandía, Valencia): 72;
---- de la Barsella (Torremanzanas, Alicante): 44 y 71; ---- de Bechí (Becb!, Castellón): 43 y 45; ----Bernarda (Palma de Gandía, Valencia): 59;---- de Balta
{Real de Gandla, Valencia): 72; ----de la Caiguda (Carcaixent, Valencia): 54, 55 y
59;---- del Cavan (Liria, Valencia): 113 a 135 y 144; ----del Cavall, Collado de
la (Liria, Valencia): 113, 114, 129, 131, 132 y 135; ----de les Cendres (Moraira,
Teulada, Alicante): 66; ---- Colombo (Tavernes de Valldigna, Valencia): 326; ---de Dalt (Tárbena, Alicante): 35, 64 y 65; ---- deis Dos Forats (Carcaixent, Valencia): 54 a 56;---- de les Foietes (Tavernes de Valldigna, Valencia): 72; ---- Fonda (Salamó, Vilabella, Tarragona): 92; ---- Foradá {Liria, Valencia): 148; ,---Fresca (Bárig, Valencia): 326, 327 y 342; ----del Frontó (Salem, Valencia): 65;
--deis Gats (Alzira, Valencia): 56, 58, 59 y 72; ----de les Llometes (Alcoy, Alicante): 44 y 45; ---de la Mallá Verda (Corbera de Alzira, Valencia): 72; ----del
Marcó (Tivissa, Tarragona): 124; -~--de les Meravelles (Gandía, Valencia): 59 y
72; ---- del Monedero (Carcaixent, Valencia): 54 a 56; ---- Negra, Alto de la
(Barcheta, Valencia): 331; ----Negra de Man:uquera (Gandía, Valencia): 59 y 72;
----de l'Or (Beniarrés, Alicante): 35, 36, 63 y 64; ----de l'Oret (Bechí, Castellón): 43 y 45; ---de la Pastora (Alcoy, Alicante): 45; ----de la Pedrera, Alto de
la (Barcheta, Valencia): 331; ----deis Porcs (Real de Gandla, Valencia); 72; ---de la Recamhra (Gandía, Valencia): 43, 44, 59 y 72; ----del Retoret (Gandía, Valencia): 59 y 72; ~---de Rocafort (Rocafort, Valencia): 43 y 45; ----de la Sarsa
(Bocairent, Valencia): 27 a 36, 63 y 64; ----de la Xarta (Carcaixent, Valencia): 44,
54, 56, 57, 59, 71 y 72.
Covacha del Canú Real d'Alacant (Albaida, Valencia): 78; ------- Giner (Cullera, Valencia): 71 y 72; -------Ribera (Cullera, Valencia): 44, 45 y 72,
Covalta (Agres, Alicante-Albaida, Valencia): 99.
{;oves, Puntal del Barranc de les (Estubeny, Valencia): 62; -----de Vinromá (Castellón):
138 y 207.
<.:oveta Emparetá (Bocairent, Valencia): 35 y 64; ------del Monte Picaio (Sagunto, Valencia): 37 a 4.6 y 60; ------ Zacarés (Beniopa, Gandla, Valencia}: 72.
Creta (Grecia): 266, 267 y 271.
Crevillent (Alicante): 126, 129, 131 y 135.
Crimea (Rusia): 243.
Criptana, Campo de (Ciudad Real): 10.
Cruz, Cerro de la {Cortes, Navarra): 122.
Cuatretonda (Valencia): Véase «Guatretonda».
Cuenca, provincia: 96, 125, 143 y 209.
Cueva de la Cocina (Dos Aguas, Valencia): 64; ---Honda (Cirat, Castellón): 124; ----de la Judia {Barcheta, Valencia): 325 a 344; -----de Kobeaga (Ispater, Vizcaya):
66; -----del Lobo (Navarrés, Valencia): 342 y 343; -----de Sargal (Saint Rome
de Cernan, Aveyron, Francia): 66; ----de Trcilles (Saint-Jean-et"Saint Paul, Avcyron, Francia): 66; -----del Yeso (Quesa, Valencia): 326 y 327.
cunera (Valencia): 44, 45, 71 y 72.
Chamartin de la Rosa (Madrid): 19.
Charco del Pescador (Hortaleza, Madrid): 19 y 20.
Chelina, Venta de (Castellón de la Plana, Castellón): 287.
Chelva (Valencia): 167.
-
351 -
[page-n-420]
Cheste (Valencia): 168.
Chemin des Romains, necrópolis del (Frontignan, Hérault, Francia): 236, 248 y 250.
Chipre: 266, 267 y 273.
Chiquero, Paraje del (Aldea del Rey, Ciudad Real): 10, 11, 16 y 17.
Chiva (Valencia): 342.
Daimiel (Ciudad Real): 10.
Dahnatia (Yugoeslavia): 258 y 261.
Dalt, Cueva de (Tárbena, Alicante): 35, 64 y 65.
Danubianas, r€giones: 241.
Décapris, La {Hyéres, Var, Francia): 227.
Deir-er-Zor (Siria): 241.
Delfos (Grecia): 270.
Diago, Partida de {Liria, Valencia): 148.
Djem, El {Túnez): Véase «El Djem~.
Djemila (Argelia): 242.
Donació, Camino de la (Almazora, Castellón): 284.
Dorchester (Gran Bretaña): 243.
Dos Aguas (Valencia): 64.
Dos Forats, Cueva deis {Carcaixent, Valencia): 54 a 56.
Dura-Europos, hoy Deir-er-Zor {Siria): 241.
Ebro, río y valle: 111, 112, 152, 214, 215 y 296.
Ecara, La (Ciudad Real): 10.
Edra, Alto de Y {Barcheta, Valencia): 333.
Egeo, mar: 242.
Egipto: 242, 24.5, 297, 298 y 309.
El Auja {Túnez): 242.
Elche (Alicante): 225 y 227.
El Djem (Túnez): 242.
EmparetA, Cueva (Bocairent, Valencia): 35 y 64.
Encourdoules, Les (Vallauris, Alpes-Maritimes, Francia): 227.
Enova (Valencia): 328.
Enserune (Nissan, Hérault, Francia): 173, 184, 195, 197, 200, 201 y 207.
Ereta del Castellar (Villafranca del Cid, Castellón): 96; -----del Pedregal (Navlll'l'és, Valencia): 61 a 64, 68 y 90.
Erimantea (Arcadia, Grecia): 265, 267, 271 y 273.
Ermita de la Sagrada Familia (Burriana, Castellón): 289.
Escala, La (Gerona): 152, 162, 174, 192, 196, 200, 225, 226, 240 y 246.
Escodines Altes, Les (Mazaleón, Teruel): 126, 130 y 143; -------- Baixes, Les (Mazaleón,
Teruell: 126.
Españoleta, Plaza del (Játiva, Valencia): 219.
Espasers, Azagador d' (Villarreal, Castellón): 283.
Espleters, Els (Salzadella, Castellón): 126.
Estinfalia (Arcadia, Grecia): 266, 267 y 274.
Estramadura (Portugal): 44, 76, 79, 80 y 86.
Estret, Barranco del' (Carcaixent, Valencia): 47, 56, 58 y 59;----- de l'Orxa (L'Orxa,
Alicante): 99.
Estubeny (Valencia): 62.
Europa Central: 96; -----Occidental: 236, 241 y 245.
Fabara (Zaragoza): 112, 124, 130 y 142.
Faces, Camino de (Burria1,1a, Castellón): 282 y 289.
Fadrell, Camino de {Castellón de la Plana, Castellón): 284; -------,Partida de (Castellón
de la Plana, Castellón): 284.
Ferriéres-Poussarou (Hérault, Francia): 66.
Filomena, Villa (Villarreal, Castellón): 43.
Finale Ligure (Impera, Italia): 66.
Fites, Les (Liria, Valencia): 146.
Jo'oietes, Cneva de les (Tavemes de Valldigna, Valencia): 72.
- 352 -
[page-n-421]
Foios, Torre de (Lucena del Cid, Castellón): 144.
Fonda, Cueva {Salamó, Vilabell11, Tarragona): 96.
Fontbouise (Villevieille, Gard, Francia): 66.
ForadH, Cueva (Liria, Valencia): 148; -----~,Montaña de Catl (Petrel, Ali-cante): 61.
Fraga (Huesca): 196.
Frampton (Gran Bretaña): 243.
Francia: 66, 67, 173, 184, 195, 197, 200, 201, 207, 213, 225 ¡¡ 254, 277, 278 y 295;
- - - - - Meridional: 66 y 227 a 254.
Fréjus (Var, Francia): 225 a 227.
Fresca, Cueva (Barig, Valencia): 326, 327 y 342.
Fresneda, rfo (Ciudad Real): 10.
Frias de Albarracln (Teruei): 61 y 96.
Frontignan (Hérault, Francia): 230, 236, 248 y 250.
Frontó, Cueva del (Salero, Valencia): 65.
Gades, hoy Cádi~: 268.
Galia: 227, 236, 238, 242, 243, 246, 249, 251, 297 y 298; -----Central: 249; -----Meridional: 236, 238, 242, 246, 251 y 297.
Gallo, Pla del {Alzira, Valencia): 56 y 58.
Gandla, ciudad y término municipal: 43, 44, 59, 72, 93, 99, 258, 259 y 327¡ - - - - , Comarca de: 58 y 59.
Gard, departamento (Francia): 66, 236, 238, 247, 248 y 250.
Gats, Cueva deis (Alzira, Valencia): 56, 58, 59 y 72.
Causa, Montaña de (Valencia): 37.
Génova, Golfo de: 64.
Genovés (Valenoia); 333.
Gerona, provincia: 111,122,124,126,129,131,142,151,152,162,173,174,192,193,
196, 200, 207, 225, 226, 240, 246 y 248.
Gerps [Os de Balaguer, Lérida): 142.
Gilet (Valencia); 37 y 38.
Giner, Covacha (Cullera, Valencia): 71 y 72.
Gironde, departamento (Francia); 251.
Goleta, Camino de la (N u les, Castellón); 282; ------, Partida de la (N u les, Castellón): 262.
Golfo de Génova: 64.
Gran Bretaña: 243, 244, 267 y 270 a 274.
Gran Vilasa, La (Sant Ginéo de Vilasar, Barcelona): 226.
Grands Causses (Francia Meridional): 66.
Granada, provincia: 248.
Granátula de Calatrava (Ciudad Real): 10.
Graufesenque, La {Millau, Aveyron, Francia): 231 y 247.
Grecia: 152, 154, 162, 241, 242, 244, 245, 257, 265 e 268, 270 a 274 y 300.
Grimeud {Var, Francia): 227.
Grossa, Sierra (Alic!lnte): 61.
Guadalajara, provincia: 184, 200 y 207.
Guadiana, rio: 10, 11 y 17.
Hades, Región Mitológica del: 273.
Heute-Garonne, departamento (Francia): 242 y 250.
Henchir El Auja (Túnez): .242.
Hérault, departamento (Francia): 66, 173', 184, 195, 1\J7, 200, 201, 207 y 2.2!;1 a 254;
-------, rio (Francia): 230.
Higueruelas (Valencia): 168.
Hispania: 261, 268, 298, 300 y 308.
Holanda: 263.
Honda, Cueva (Cirat, Castellónl: 124.
Hort de Brú (Alzira, Valencia); 56.
Hortaleza (Madrid): 19 a 26.
Hostal Nou (Ares del Maestre, Castellón): 126.
Huesca, provincia: 196, 200 y 261.
Hyéres (Var, Francia): 227.
-
353 -
[page-n-422]
Ibiza: 153 y 154.
Iglesue\a del Cid (Teruel): 184 y 196.
Impera, provincia {Italia): 66, 224, 225, 240, 241, 244, 246, 247 y 250.
Infantes (Ciudad Real); 10.
Inkerman (Crimea, Rusia): 243.
Istlre, departamento (Francia); 243.
Islas Británicas: 243.
Isrnid (Turquía): 213.
Ispater (Vizcaya): 66.
Israel: 242.
Istria (Yugoeslavia): 300.
Italia: 60, 66, 152 a 154, 162,224,225, 240 a 242,244, 246,247, 250, 267 a 275 y 297.
Itálica (Santiponce, Sevilla): 268 a 270 y 274.
Jabalón, rfo (Ciudad Real): 9 a 28.
Jaén, provincia: 96, 194, 211, 212, 214, 215 y 262.
Jándula, río (Ciudad Real): 10.
Jaraco (Valencia): 72.
Jarama, rlo (Madrid): 19 y 21.
Jaribaile (Linares, Jaén): 96.
Játiva (Valencia); 149, 215, 217 a 221, 326, 327 y 336.
Joquera, La (Borríol, Castellón): 7I.
Jordania: 244.
Juana, Racó de la {Tavernes de Valldigna, Valencia); 326.
Júcar, rlo y valle: 47 y 70.
Judía, Cerro de la (Barcheta, Valencia): 326, 328, 329, 332, 334, 336 y 341; -----,Cueva
de la (Barcheta, Valencia): 325 a 344.
Jumilla (Murcia): 163 a 165.
Jura, departamento (Francia); 66.
Jutje, Mas del (Liria, Valencia): 62 y 68.
Kobeaga, cueva (Ispater, Vizcaya): 66.
Kb1n (Alemania): Véase «Colonia>).
Lagunas de Ruidera (Ciudad Real): ID.
Languedoc (Francia): 66 y 229 a 254; --------- MediteiTáneo: 229 a 254.
Leiden (Holanda): 63.
Leptis Magna (Libia): 267, 268 y 270 a 275.
Lérida, provincia: 129, 131 y 142.
Lorna (Argólida, Grecia): 266, 267 y 270.
Libia: 245, 267, 268 y 270 a 275.
Lidia (Turquía): 269.
Liga, Caserlo de la (Barcheta, Valencia): 332.
Liguria {Italia): 225.
Linares (Jaén): 96.
Linda, Masía de la (Bocairent, Valencia): 223.
Liria(Valencia): 62, 67, 68, 113 a 135, 144,147 a 162, 168,173,184, 188, 192 a 195,197,
204, 206 a 208, 265 H 275 y 327; ----,Comarca del Campo de (Valencia): Véase
«Camp de Lllria».
Loberuela, aldea {Camporrobles, Valencia): 210.
Lobo, Cueva del (NavHrrés, ValenciHI: 342 y 343.
Logroño, provincia: 112 y 179.
Londres: 243, 244, 267 y 270 a 274.
L'Orxa (Alicante): 99.
Losa del Obispo (Valencia): 167.
Lucena del Cid (Castellón): 144.
Lucentum, hoy Alicante: 301 y 309.
Lugo, provincia: 125.
Luzaga (GuadalajarH): 184, 200 y 207.
-
354 -
[page-n-423]
Llauder, Torre (Mataró, Barcelona): 225 y 226.
IJidonera, Masla de la (Bocairent, Valencia); 223.
Lliria, Coman::a del Camp de (Valencia): 147 y 167.
Llocnou del Fenollet (Valencia): 328.
Liorna del Baladre (Játiva, Valencia): 326.
Llombai, acequia de (Burriana, Castellón): 280, 282 y 283; ------,Camino de (Burriana,
<.;astellón): 280, 282 y 283.
Llometes, Cueva de les (Alcoy, Alicante): 44 y 45.
Llopis, Barranco de (Castellón de Rugat, Valencia): 311 y 317.
Macedonia (Grecia); 274.
Madre, rio (Camporrobles, Valencia): 209.
Madrid, capital y término municipal: 19 a 26, 37, 39, 137, 209, 221,223, 265, 266 278,
308, 328 y.332; ----,provincia: 19 a 26, 37, 39, 79, 137, 209, 221, 223, 265,
266, 278, 308, 328 y 332.
Madrigueras, Las {Carrascosa del Cainpo, Cuenca): 143.
Magalona (Maguelone, Hérault, Francia): 229.
Magdalena, Zona de la (Castellón de la Plana, Castellón); 286 y 287.
Magdeleine (Azille, Ande, Francia): 251.
Magna Grecia: 153.
Maguelone (Hérault, Francia): 229 a 254.
Majadils, Pefia de las (El Toro, Castellón): 177 a 189 y 193.
Majuelas, Cerro de las (Camporrobles, Valencia): 209.
Majar de la Mar, Camino (Castellón de la Plana, Castellón): 287.
Málaga, provincia: 130, 131 y 268.
Mallá Verda, Cueva de la (Corbera de Alzira, Valencia): 72.
Mallorca: 227 y 293 a 310.
Mancha, La: 9 a 18.
Manises, Tossal de (Alicante): 155 y 162.
Mantua (Italia): 267, 268 y 270 a 274.
Manzanares (Ciudad Real): 1 0 : - - - - - - - , rio y valle (Madrid): 19 y 21.
Mar, Camino de la (Burriana, Castellón): 289.
Marcó, Cueva del {Tivissa, Tarragona): 124.
Marge, Camino del (Burriana, Castellón): 262; ----,Partida del (Burriana, Castellón):
282.
Mariana (Córcega, Francia): 242 y 244.
Mariola, Sierra de (Alicante): 27 y 99,
Marquilla, La (Jumilla, Murcia): 164.
Marruecos: 129, 131, 242, 268, 272 a 274, 297 y 298.
Marseille {Bouches-du-Rhóne, Francia): 236, 239, 246 y 251.
Martigues (Bouches-du-Rhóne, Francia): 227.
Martys, Les (Ande, Francia): 250.
Marxuquera Alta (Gandla, Valencia): 59.
Mas del Jutje (Liria, Valencia): 62 y 68.
Mascaren, Casarlo de (Nules,· Castellón): 280.
Matará (Barcelona): 225 a 227.
Manguio, Estanque de (Hérault, Francia): Véase «Melgueib!.
Mazaleón ITeruelJ: 126, 130 y 143.
_:Mediano, rio (Logroño): 179.
Mediterráneo; 38, 60, 64 a 68, 97, 152, 153, 168, 224, 226, 230, 236, 240 a 245, 298 a
300,302,308 y 309; -----Occidental: 38, 60, 64,66 a 68, 97, 152, 168,224,
228, 230, 236, 241, 245, 302 y 309; --------Oriental: 241,244, 245, 299,
300, 302 y 309.
Melgueil, Estanque de (Hérault, Francia): 229.
Meravelles, Cueva de les (Gand.ia, Valencia): 59 y 72.
Meseta: 88, 125, 143, 189, 191 y 326; ------ Sur: 143.
Mijares, rio (Castellón): 278, 281 a 284, 286 y 267.
Millares (Valencia): 327.
Millau (Aveyron, Francia): 231 y 247.
-
355 -
[page-n-424]
Mildenhall (Gran Bretaña): 243.
Mir, Barranco de (Carcaixent, Valencia): 59.
Miralles, Camino da (Burriana, Castallón): 282.
Mogador (Marruecos): 129, 131, 242 y 298.
Mogente (Valencia): 151, 193, 208, 220 y 221.
Molá (Tarragonal: 111 y 126.
Mola, La (Agres, Alicante): 99 a 112 y 144.
Molí, Camino del (Burriana, Castellón): 283.
Molinar, Caseño del (El Toro, Castellón): 177 y 188.
Molón, Monte (Camporrobles, Valencia): 209 a 211 y 214.
Monasterio de Santa Ana del Monte (Jumilla, Murcia): 163.
Mondúber (Valencia): 72.
Monedero, Cueva del {Carcaixent, Valencia): 54 a 56,
Monjes. Camino de les {Burriana, Castellón): 282 y 283.
Monleón, Cabezo de (Caspa, Zaragoza): 96, 112 y 143.
Monravana, La {Liria, Valencia): 148, 155 y 201.
Montalbana, La (Ares del Maestre. Castellón): 135.
Montán {Castellón): 179.
Montbazin (Hérault, Francia): 230.
Monte Picaio (Valencia): 37 a 46 y 60; --------,Cueva del (Sagunto, Valencia); 37 a
46 y 60.
Montiel, Campo de (Ciudad Real): 10.
Montmaurin (Haute-Garonne, Francia): 242.
Montoro, rlo (Ciudad ReaU: 10.
Montpellier (Hérault, Francia): 229, 230, 236 y 246.
Moraira (Teulada, Alicante): 66.
Moraleja, La (Madrid): 21.
Mossen Gregori, Partida de (Bocairent, Valencia): 27.
Mula (Murcia): 206 y 207.
Muntanyes del Realeng (Carcaixent, Valencia): 47, 49 y 54.
Murcia, provincia: 163 a 165, 206 y 207.
Muro del Comtat (Alicante): 99.
Murta, Valle de la (Alzira, Valencia): 47.
Na Bonete, Camino de (Villarreal, Castellónl: 284.
Nano, Barranco del (Real de Gandia, Valencia): 72.
Nápoles (Italia): 165 y 269 a 275.
Narbonnaise, región lAude, Francia): 231, 236, 242 y 243.
Narbmme {Aude, Francia): 173, 229 y 236.
Navarra: 112 y 125.
Navarrés (Valencia): 61 a 64, 68, 90, 122, 342 y 343; -------,Comarca de la Canal de
(Valencia): 333.
Negra, Cueva (Barcheta, Valencia); 331; -----de Marxuquera, Cueva (Gandia, Valencia):
59 y 72.
Negro, mar: 224.
Nemea (Argólida, Grecia): 226, 267 y 270.
Nicomedia, hoy Ismid (Turquía): 213.
Nieper, rio (Rusia): 97.
Nimes (Gard, Francia): 247.
Nissan (Hérault, Francia): 173, 184, 195, 197, 200, 201 y 207.
Novenes, Camino de les (Burriana, Castellón): 283,
Nueva, Calle (Játiva, Valencia): 217 a 219.
Nules (Castellón): 277, 278, 280 a 282, 286·, 287 y 289 a 291.
Obagues, Les (Ulldemollns, Tarragona): 142.
Ojailén, río (Ciudad Real): 10.
Olimpia (Grecia): 267 y 270 a 274.
Olivereta, Partida de la (Benaguacil, Valencia): 257.
Onda (Castellón): 126.
-
356 -
[page-n-425]
Or, Cueva de 1' {Beniarrés, Alicante): 35, 36, 63 y 64.
Orán (Argelia): 129 y 131.
Oret, cueva de 1' (Bechl, Castellón): 43 y 45.
Orihuela (Alicante): 44, 96, 126, 129, 131 y 135.
Orleyl, Punta de 1' {Vall de Uxó, Castellón): 173, 201, 206 y 207.
Orxa, L' (Alicante): Véase «L'Orxa».
Os de Balaguer {Lérida): 142.
Ostia {Roma, Italia): 272 y 273.
Osuna, Alameda de (Madrid): 20.
Otos {Valencia): 258.
Paestum {Salerno, Italia): 273.
País Valencül.: 27 .a 91,93 a 135, 137 a 145, 147 a 162, 164, 167 a 189, 191 a 215,217 a
221, 223 a 228, 255 a 263, 265 a 275, 277 a 293, 301, 309 a 323 y 324 a 344.
Palacio Ducal (Mantua, Italia): 267, 268 y 270 a 274.
Palancia, rlo: 38, 177 y 189.
Palermo (Sicilia, Italia): 274.
Palma de Gand.Ia (Valencia): 59.
Palmeta (Estremadura, Portugal): 44, 76, 79, 80 y 86.
Paris: 242.
Parque de Santa Maria {Madrid): 19.
Pasico de San Pascual (Jum.illa, Murcia); 163 a 165.
Pastora, Cueva de la (Alcoy, Alicante): 45.
Pedralba (Valencia): 148, 167, 168, 259 y 260.
Pedregal, Ereta del (Navarrés, Valencia}: 61 a 64, 68 y 69.
Pedrera, Cueva de la {Barcheta, Valencia): 331; -------,Sima de la (Benicull, Poliñ.á del
Júcar, Valencia): 43, 44, 58, 59 y 69 a 91.
Pego (Alicante): 343.
Pella (Macedonia, Grecia): 274.
Penya, Rincón de la (Barcheta, Valencia): 332; -----Roja, Alto de la (Barcheta, Valencia):
331.
Peña de las Majadas {El Toro, Castellón): 177 a 189 y 193,
Peñalba de Castro {Burgos): 184.
Peñón del Rey (Villana, Alicante): 130; - - - d e la Zorra (Villana, Alicante): 62,
Pérez, Alto de (Barcheta, Valencia): 331 y 332.
Petrel (Alicante): 61.
Piazza Armerina (Sicilia, Italia): 268.
Pie deis Corbs (Sagunto, Valencia): 61, 111 y 134.
Picaio, Monte (Valencia): 37 a 46 y 60.
Pico del Aguila (Camporrobles, Valencia): 209; ----del Tejo (Agres, Alicante): 99.
Piedrabuena (Ciudad Real): 10.
•
Piñ.arona, Monte (Camporrobles, Valencia): 209.
Pirineos, Monte: 60, 152 y 296.
Pla de l'Arc (Liria, Valencia): 265; --deis Corrals (Barcheta, Valencia): 328 y 333; --del Gallo (Alzira, Valencia): 57 y 58,
Plana, Comarca de La (Castellón): 277 a 292.
Poliñá del Júcar (Valencia): 43, 44, 58, 59 y 69 a 91.
Polo, Almacén de CHurriana, Castellón): 284 y 289.
Pollentia, hoy Alcudia (Mallorca): 293 a 310.
Pomer, Corral de (Liria, Valencia): 148.
Pompeya (Nápoles, Italia): 269, 270 y 275.
Pontós (Gerona): 200.
Pares, Cueva deis (Real de Gandla, Valencia): 72.
Port-Vendres (Pyrénées Orientales, Francia): 236 y 245.
Portugal: 44, 76, 79, 80, 86 y 308.
Porzuna (Ciudad Real): lO.
Pradell (Tarragona): 66.
Praos, Partida de los (Requena, Valencia): 317 a 323.
Presillas, Monte (Camporrobles, Valencia): 209.
-
357 -
[page-n-426]
Provenza (Francia): 225, 227, 236, 239, 244, 251 y 295; -----,Baja: 225 y 295.
Puebla de Castro {Huesca): 261.
Puerto de Almansa (Albacete-Valencia): 93; - - - - d e Calatrava (La Calzada de Calatrava,
Ciudad Real): 10; ----del Reventón {Gra,nátula de Calatrava, Ciudad Real!: 10.
Puertollano {Ciudad Real): 9 y lO.
Puig, El{Alcoy, Alicante): 126; ----des Molins (Ibiza): 153 y 154; ----de Santa Maria
{Valencia): 226.
Yunta de l'Orleyl {Vall de Uxó, Castelló): 173, 201, 206 y 207.
Puntal del Barrane de les Caves {Estubeny, Valencia): 62; ------de Cambra {Villar del Arzobispo, Valencia): 126; ------sobre la Rambla Castellarda {Liria, Valencia): 68.
Puntalet, El {Liria, Valencia): 113, 114, 127 a 131 y 135.
Puzol {Valencia): 38.
Pyrénées-Orientales, departamento (Francia): 236 y 245.
Quatretonda (Valencia): 333.
Quemados, Colina de los {Córdoba): 129 y 13!.
Quesa (Valencia): 326 y 327.
Rabosa, Alto de la [Barcheta, Valencia]: 331.
Raboser, Cueva del{Carcaixent, Valencia): Véase «Cau Raboser»,
Racó de Juana (Tavernes de Valldigna, Valencia): 326; ----de la Penya (Barcheta, Valencia): 332; ----de la Tirana lArtana, Castellón): 72.
Rachgoun, Isla {Orán, Argelia): 129 y 131.
Ráfol d'Almunia (Alicante): 71.
Rambla Castellarda (Valencia): 68 y 175; Puntal sobre la---------- (Liria, Valencia):
68; ----- de la Viuda (Castellón): 277 y 281.
Ratila, Camino de la (Burriana·Nules, Caste!l6n): 282.
Real d'Alacant, Covacha del Canú (Albaida, Valencia): 78; ----de Gandla (Valencia): 72.
Realeng, Montes del (Carcaixent, Valencia): 47, 49 y 54.
Rebolcat, El\Alcoy, Alicante): 71.
Recambra, Cueva de la (Gandía, Valencia): 43, 44, 59 y 72,
Redal, El{Logroiio!: 112.
Redó, Tossal (Calaceite, Teruell: 143.
Redondo, Cabezo (Villena, Alicante): 61 y 1!2.
Región Valenciana: 27 a 91,93 a 135, 137 a 145,147 a 162, 164, 167 a 189, 191 a 215,217
a 221, 223 a 228, 255 a 263, 265 a 275, 277 a 293, 301, 309 a 323 y 324 a 344.
Reguero, Partida del (Pedralba, Valencia): 260.
Renania (Alemania): 241.
Requena (Valencia): 317 a 323 y 327.
Retoret, Cueva del (Gandla, Valencia): 59 y 72.
Reventón, Puerto del {Granátula de Calatrava, Ciudad Real): 10.
Rey, Pefión del (Villena, Alicante): 130.
Ribera, Covacha dé (Cullera, Valencia): 44, 45 y 72; ------ Baixa, Comarca de la {Valencia): 70 y 72; ------del Xúquer, Comarca de la (Valencia): 47,70 y 72.
Rincón de Ademuz, Comarca del (Valencia): 262 y 327,
Rocafort (Valencia): 43 y 45; -------, Cueva de (Rocafort, Valencia): 43 y 45.
Rochina (Sot de Ferrer, Castellón): Véase «Robdna».
Ródano, rio y valle (Francia): 66, 231, 237, 238, 248 y 295.
Roma: 153, 242 y 267 a 275.
Roquizal del RuJio (Fabara, Zaragoza): 112, 124, 130 y 142.
Roques de Sant Formatge, Les (Serós, Lérida): 142.
RI'Jtova {Valencia): 72.
Rotxlna, Monte (Sort de Ferrer, Castellón): 147 y 155.
Rouffiac-d'Aude (Aude, Francia): 245.
Rubi (Barcelona): 200.
Huidera, Lagunas de (Albacete-Ciudad Real); 10.
Rusia: 97 y 243.
- 358 -
[page-n-427]
Saitabi, hoy Játiva (Valencia): 215.
Saint-Antoina, Ciudadela de (Fréjus, Var, Francia): 225; ---- Blaise (Bouches-du-Rhóne,
Francia): 251; ---- Etienne-de-Gaure (Rouffiac-d' Aude, Aude, Francia): 245; ---Gervais (Bouches-du-Rhllne, Francia): 227; ---- Jean-et-Saint-Paul (Aveyron, Francia): 66; ---Menas (Egipto): 245; ---Micha!, Necrópolis de (Montpellier, Hérault, Francia): 236 y 246: - - - - Piérre, Catedral de (Maguelone, Hérault, Francia):
229; ----- Rome de Cernon (Aveyron, Francia): 66 y 67; - - - - Tropez, Golfo de
(Var, Francia): 227.
Saladares, Los (Orihuela, Alicante): 126, 129, 131 y 135.
Salamó (Vi\abella, Tarragona): 89, 90 y 96.
Salem (Valencia): 65.
Salerno (Italia): 273.
Salzadella (Castellón): 126.
Samaria (Israel): 242.
Safor, Comarca de la (Valencia): 72.
Sagrada Familia, Ermita de la (Burriana, Castellónl: 289.
Sagunto (Valencia): 37 a 46, 60, 61, 111, 134, 149, 168, 184, 188, 192, 193, 196, 197,200,
208, 215, 226, 257 y 327.
San Antón, Barrio !Jumilla, Murcia): 164; -------,Necrópolis (Orihuela, Alicante): 96;
---Antonio (Orihuela, Alicante): Véase «San Antóll»; ---Bias, Cerro de {Madrid):
19; _:..__ Cristóbal (Mazaleón, Teruel): 130 y 143; --Félix, Ermita de (Játiva, Valencia): 219; ---Isidro (Madrid): 19 y 25; --Miguel (Sorba, Barcelona): 201; ------,Cerro de (Liria, Valencia): 114, 134, 135, 155, 173, 184, 188, 192 a 195, 197,
204 y 206 a 208; --- Pascual, Pasico de (Jumilla, Murcia): 163 a 165.
Sant Antoni (Bocairent, Valencia): 223 a 228; - - - Feliú de Guixols (Gerona): 248; ---Formatge, Les Roques de (Serós, Lérida): 142; ---- Ginés de Vilasar (Barcelona}:
226.
Santa Ana del Monte, Monasterio de (Jumilla, Murcia): 163; ----- Maria, Parque de (Madrid): 19; - - - Pau, Camino de (Burriana, Castellón): 283; - - - - Pauet, Camino
de (Burriana, Castellón): 283 y 289.
Santiponce (Sevilla): 268 a 270 y 274 ..
Santos, Los (CasUelfabib, Valencia): 262.
Sargal, Cueva de (Saint-Rome de Cernon, Aveyron, Francia): 66.
Sarsa, Cueva de la {Bocairente, Valencia): 27 a 36, 63 y 64,
Saus, Necrópolis del Corral de (Mogente, Valencia): 151, 220 y 221.
Saze (Gard, Francia): 236, 238 y 250.
Sec, rlo (Castellón): VéaBe «Seco».
Seca, Torre (Liria, Valencia): 148.
Secaisa, ceca ibérica {Belmonte de Calatayud, Zaragoza): 211 y 214.
Seco, rlo (Castellón): 281, 283, 284, 287 y 289.
Sedcny, Camino de (Villarreal, Castellón): 283.
Segura, rlo: 224; ------.de la Sierra (Jaén): 194, 211, 212, 214 y 215.
Senya, La (Liria, Valencia): 148.
Sequia del Batán (Aimazora, Castellón): 287.
Sequillo, Arroyo (Ciudad Real): 10.
Serós (Lérida): 142.
Serpis, rlo (Alicante, Valencia): 99.
Serra de les Agulles (Valencia): 47 y 56;---- de la Barraca (Aizira-Carcaixent, Valencia):
47, 331 y 332; ----de Benicadell (Alicante-Valencia): 93 y 311; -----de Corbera (Valencia): 332; -----del Cavan Bernat (Valencia): 47; ----- Grossa (Alicante): 61; ----- Mariola (Alicante): 27 y 99.
Serratella, Monte de la {Carcaixent, Valencia): 47.
Serreta, Monte de la (Alcoy, Alicante): 150, 155, 196 a 198, 200, 206 y 208; -------,
Monte de la (Bar.cheta, Valencia): 331.
Séte (Hérault, Francia): 229 y 236.
Sevilla, provincia: 79, 268 a 270 y 274.
Sicilia (Italia]: 152, 154, 162, 242, 268 y 274.
-
359 -
[page-n-428]
Sierra de Calatrava· (Ciudad Real): 10.
Sigean lAude, Francia): 173, 195 y 200.
Sima deles Aranyes (Alzira, Valencia): Véase 11Cova delesAranyes~; ~~-de la Pedrera (Benicull, Poliñá del Júcar, Valencia): 43, 44, 58, 59 y 69 a 91; ~-~de Viñas (Chiva,
Valencia): 342.
Simat de Valldlgna {Valencia): 336.
::iinarcas (Valencia): 131:1, Hl2 y 197.
Siria: 241, 242, 244, 245 y 300.
Socuéllamos {Ciudad Real): 10.
Solaig, Montaña del (Bechf, Castellón): 126, 193, 207 y 208,
Solana, La (Ciudad Real): 10.
Solivella, Necrópolis de la (Alcalá de Xivert, Castellón): 164.
Solsona (Lérida): 129 y 131.
Somaén (Soria): 89 y 90.
Sorba (Barcelona): 201.
Soria, provincia: 89, 90 y 124.
Sot de Ferrer (Castellón): 147 y 155.
Sueca {Valencia): 72.Suiza: 251.
SIIrnidor, Túnel del (Vallada, Valencia): 326, 327 y 343.
Tablillas, rlo (Ciudad Real): 10.
Taconar, Barranco del (El Toro, Castellón): 177.
Tárbena (Alicante): 35, 64 y 65.
Tarento (Italia): 269.
Tarifa (Cádiz): 242.
Tarra9onense: 227 y 228.
Tarragona, cindad y término municipal: 173, Hl4, 225, 226 y 262; ~~~~~~---,provincia:
66, 89, 90, 96, 111, 124, 126, 142, 173, 184, 225, 226, 262 y 291.
Tarrasa (Barcelona): 142.
Tavernes de Valldigna (Valencla): 48, 72 y 326.
Tejo, Pico del (Agres, Alicante): 99.
Templo de Zeus (Olimpia, Grecia): 267 y 270 a 274.
Terlinques (Vil\ena, Alicante): 61.
Teruel, provincia: 61, 96, 126, 130, 142, 143,168, 173, 184, 192, 194, 196, 197,200,201 y
207.
Tesoro de los Atenienses (Delfos, Grecia): 270,
Teulada (Alicante): 66.
Thélepta (Argelia): 242.
Themetra (Túnez): 243.
Theseion (Atenas, Grecia): 268.
Tirana, Rincón de la (Artana, Castellón): 71.
Tivissa (Tarragona): 124.
Toledo: 229.
Tomelloso (Ciudad Real): 10.
Toro, El (Castellón): 177 a 189 y 193.
Tortosa (Tarragonal: 291.
Torre, Partida de la {Villar del Arzobispo, Valenoia): 176; -----de Foios (Lucena del Cid,
Castellón): 143; - - - - Llaudar (Mataró, Barcelona); 225 y 226; ----del Mar
(Vélez"Málaga, Málaga): 130 y 131; -----Seca, La (Liria, Valencia): 148.
Torrelló (Onda, Castellón): 126.
Torremanzanas (Alicante): 44 y 71.
Toscanos, Cortijo de los (Torre del Mar, Vélez-Málaga, Málaga): 130 y 131.
Tossal del Castellet (Borriol, Castellón); 111, 112, 134 y 14-4; ----- de Manlses (Alicante);
155 y 162; - - - - - Redó (Celaceite, Teruel): 143.
Toulouse (Haute-Garonne, Francia): 250.
Travesia de l'Angali, Camino (Nules, Castellón): 282.
Traver, Camino de (BuiTiana, Castellón): 283.
-
360 -
[page-n-429]
Treilles, Cuevas da (Saint-Jean-et-Saint-Paul, Aveyron, Francia): 66.
Tres Pies, Monte deis (Liria, Valenda): 148,
Tréveris (Alemania): 271.
Trinquete, Plaza del (Játiva, Valenda): 219.
Túnel del Sumidor (Vallada, ValenclaJ:.326, 327 y 343.
Túnez: 236, 242, 243, 297 y 296.
Turia, río: 38, 148 y 167.
Turó, Montes del (Valencia): 332.
Turqula: 213, 269 y 275.
Uclés (Cuenca): 143.
Ullastret (Gerona): 151, 152, 173, 193 y 207.
Ulldemolins (Tanagona): 142,
Untikesken, ceca ibérica: 206.
Utiel (Valencia),: 209; -----, Altiplanicie de (Valencia): 209.
Vafio (Grecia): 271.
Vaison-la-Romaine (Vaucluse, Francia): 246.
Valdefuentes, Arroyo (Madrid): 20.
Valdehigueras, Arroyo (Madrid): 20.
Valdepeñas (Ciudad Real): 10.
Valdevivar (Madrid): 20.
ValenCia, ciudad y término municipal: 27, 35, 37, 38, 47, 48, 56, 58, 62, 69, 70, 71, 73, 87,
90, 93,95 a97, 111,113,114,124,137,138,147,149,151,154,167,166,177,191,
195, 209, 214, 215, 217, 223, 226, 255 a 263, 265, 280, 282, 291, 293, 310, 311, 325,
327 y 343; ~---~,provincia: 27 a 91, 93 a 99, 111, 113 a 135, 137 a 145, 147 a
162, 167 a 177, 184, 166, 191 a 215,217 a 221,223 a 226,255 a 263,265 a 275,
280 •. 262, 291, 293, 310 a 323 y 325 a 344.
valenciil., Pais: Véase «Pals Valencié.Jt.
Valenciana, Región: Véase ~Región Valenciana~,
Valentia, hoy Valencia: 215 y 310.
·
Vall d' Albaida, Comai-ca de la (Valencia): 93 a 98 y 149; - - d'Uxó (Castellón): 173, 201,
206 y 207,
Vallada (Valencia): 326, 327 y 343.
Valladolid, capital: 265.
Vallauris (Alpes-Maritimes, Francia): 227.
Valldigna, Comarca de la (Valencia): 47, 49, 328 y 332.
Var, departamento (Francia): 225 a 227.
Vaucluse, departamento (Francia): 246.
Vélez-Málaga (Málaga): 130 y 131.
Velilla de Ebro !Zaragoza): 210 y 212.
Vell de Barcelona, Camino (CastellOn dtJ la Plana, Castellón): 287; ---- de la Mar, Camino
{Castellón de la Plana, Castellón): 284. _
Velletri {Roma, Italia): 2671 268 y 270 a 275.
Venta de Chalina (Castellón de la Plana, Castellón): 287.
Ventas, Las {Villar del Arzobispo, Valencia): 167.
Ventlmiglia (Impera, Italia): 224, 225, 240, 241, 244, 246, 247 y 250.
Vereda, Partida de la (Camporrobles, Valencia): 210 y 212.
Vernisa, Calle de (Játiva, Valencia): 217 a 219; -----,Monte (Játiva, Valencia): 217.
Vla Augusta: 277.
Vienne (Isére, Francia): 243.
Vilabella {Tarragona): 89, 90 y 96.
Vilamoncarro, Camino de (Almazara, Castellón): 267.
Vila-real, Camino de (Buniana, Castellón): 284.
Vilasa, La Gran (Sant Ginés de Vilasar, Barcelona): 226.
"ilavella (Nules, Castellón): 277.
Villa Anita (Castellón de la Plana, Castellón): 287; - - - - Filomena (Viilarreal, Castellón):
43.
Villafamés (Castellón): 125 y 278.
- 361 -
[page-n-430]
Villafranca del Cid (Castellón): 96.
Villalonga (Valencia); 259.
Villanueva do los Escuderos (Cuenca): 143; ----------de los Infantes (Ciudad Real):
v~ase dnfant!ls».
Villar del Arir.obispo (Valencia): 126, 148, 167, 168 y 176; -----del Horno (Cuenca): 143;
- - - - dol Humo (Cuenca): 96.
Villares, Los (Caudete de las Fuentes, Valencia): 137 a 145, 191 a 208 y 215.
Villargordo del Gabriel (Valencia): 261.
Villaricos, Los (Bugarra, Valencia): 167 a 176.
Villarreal (Castellón): 43, 277, 280, 281, 283, 284 y 290.
Villavieja (Nules, Castellón): 277.
Villana (Alicante): 61, 62, 112, 130, 144 y 223.
Villevieille (Gard, Francia): 66.
Vlnalopó, rto (AücanteJ: 101.
Vinarragell (Burriana, Castellón): 112, 124, 126, 129, 131, 134, 135, 144 y 284.
Viñas, Sima de las (Chelva, Valencia): 342.
Viuda, Rambla de la (Castellón): 277 y 281.
Vizcaya: ·66.
Volubilis (Marruecos): 268 y 272 a 274.
Voltes, Camino de les (Villarreal, Castellón): V~ase «Boltes, Camino de les».
Xarta, Barranco de (Carcaixent, Valencia): 56 a 58, 71 y 72; -----,Cueva de la (Carcaixent, Valencia): 44, 54, 56, 57, 59, 71 y 72.
Xuquer, río: Véase «Jú.car, rlo».
Yeso, Cueva del (Quesa, Valencia): 326 y 327.
Yugoeslavia: 258, 261 y 300.
Zacarés, Cueva de (Beniopa, Gandia, Valencia): 72.
Zafaras (Caspa, Zaragol':a): 143.
Zapata, Casa (Villargordo del Gabriel, Valencia): 261.
Zaragoza, provincia: 96, 112, 124, 130, 142, 143, 210 a 212 y 214.
Zorra, Peñón de la (Villana, Alicante): 62.
- 362 -
[page-n-431]
INDICE DE PERSONAS V ENTIDADES
Academia de la Historia, Real (Madrid): 308.
Adriano, emperador: 246.
Aemilia Crispina: 257.
Aeras, cognomen: 258.
Aerasinus, cognomen; 258.
Agustin, San: 229.
Alarcao, Adilia Moutinho de: 246, 252, 295, 297 y 298.
Alarcao, Jorge de: 246, 252, 295, 297 y 298.
Albagnac, L.: 248, 250 y 252.
Albertos Firmat, María Lourdes: 261.
Alcacer Grau, José: 7, 96, 126, 189 y 277.
Alfóldy, Géza: 227, 258 y 261.
Almagro Basch, Martín: 130, 142, 225 y 226.
Almagro Garbea, Martin: 61, 111, 113, 134, 143 y 265.
Almarche Vázquez, Francisco: 137 y 215.
Allais, Yvonne: 246 y 252.
Amor, deidad: 247.
Anteo, gigante: 268.
Antiqua, .tunia Lucía: 261.
Antiquos, Publius Valerius; 261.
AntoniJlo Pio, emperador: 227, 228 y 246.
Aparicio Pérez, José: 44, 45, 58, 62, 65,68 a 91 Y.l51.
Apellánlz Castroviejo, Juan Maria: 66,
Apolo, dios: 274,
Appolodoro: 269.
AqueJo, héroe mitológico: 26B.
Aranegui Gaseó, Carmen: 217 a 221 y 223 a 22B.
Arcadio, emperador: 30B.
Arnal, Jean: 67, 96 y 97,
Arnaud, Obispo de Maguelone: 229.
Arribas Palau, Antonio: 293.
Arteaga Matute, Oswaldo: 112, 113, 126, 129 y 135.
Artemis, Caecilia: 257.
Asquerino Fernández, Maria Dolores: 29, 35, 36, 64 y 65.
Asterdu, nombre ibérico: 261.
Asterduma, nombre ibérico: 261.
-
363 -
[page-n-432]
Asterdumari, nombre ibérico: 261.
Ateius, Cheo \ceramista): 231.
Atlante, gigante: 271.
Atrlán Jordán, Purificación: 96,
Aubet Semmler, María Eugenia: 153,
Anglas, rey de Ellis: 266 y 272,
Augusto, emperador: 294,
Babelon, Ernest: 269,
Balearicus, Metellus: 293,
Balil Illana, Alberto: 150, 160, 225, 226, 265 a 275 y 293,
Balsan, Louis: 67,
Ballester Tormo, Isidro: 27, 35, 43, 64, 78 y 113,
Baradez, Jean: 295 y 297,
Barandiarán Maestu, Ignacio: 89,
Barruol, Guy: 2 50 y 252,
BaiTUol, Jean: 250 y 252,
Bartoccini, Renato: 267, 268, 270, 272 y 274,
Batista Noguera, Ricardo: 96,
Bazzana, André: 277 a 292,
Becattl, Giovanni: 275.
Belda Domlnguez, José: 44.
Beltrán Lloris, Miguel: 142, 184, 192 y 220.
Beltrán Martlnez, Antonio: 112, 130, 143, 179 y 184.
Beltrán Villagras.a, Plo: 184 y 192 a 194,
Bémont, Colette: 247 y 252.
Benlloch, Antonio: 256.
Benoit, Fernand: 227.
Bérard, Georges: 67.
Bernabeu Auban, Juan: 37 a 46 y 60,
Bertrand, René: 67,
Besnier, M.: 242 y 252,
Bielefeld, Dr.: 273.
Bihoxus, nombre aquitano: 200.
Billing, M. P.: 344.
Bisi, Anna Maria: 153.
Blake, M. E.: 275.
Blanchet, P.: 242 y 252.
Blasco Bosqued, Maña de la Concepción: 112.
Blázquez Martinez, José María: 153.
Boetius, Obispo de Maguelone: 229,
Bonet Rosado, Helen.a: 147 a 162.
Bonsor, George: 253.
Bordes, Fran~ois: 18.
Bordreuil, Marc: 66.
Bosch Gimpera, Pare: 89, 126 y 143.
Bothmer, D. von: 273.
Bou:rgeois, Ariane: 242 y 252.
Breitenstein, N,: 245 y 252.
Brezillon, Michel: 18.
Brinkmann, Rolando: 334 y 344.
British Musewn, Londres: 243, 244, 267 y 270 a 274.
Brommer, Frank: 267 y 270 a 274
Brú Vidal, Santiago: 188 y 266.
Bryant, William L.: 293.
Bryant Fondation, Ths William L.: 293 y 294.
Caballero Zoreda, Luis: 242, 246, 252 y 296.
Cabré Aguiló, Juan: 112, 124 y 142.
Caecilia Artemis: 257.
-
384 -
[page-n-433]
Caecilia Qulntla: 260.
Caecllla Tempestiva: 260.
Caecilio Severo, Ludo: 258.
Caecilius Certus, Lucius: 257.
Calvo Gálvez, Matias: 37.
Cempanus, Valerlus: 259.
Campillo Valero, Domingo: 87 y 311 a 323.
Cancerbero: Véase «Cerbero».
Cano Garcla, Gabriel M.: 280.
Canicie Canicie, Luis: 163.
Capafons, Francisco: 66.
Caprino, C.: 274.
Carandini, Andrea: 241, 252 y 268.
Caracalla, emperador: 294.
Carley, S.W.: 344.
Carlos Marte!: 229.
Caro Baraja, Julio: 195 y 266.
Carson, ;R.A.e.: 213.
Casanova Vañó, Vicente: 27 a 36 y 64.
Castillo Yurrlta, Alberto: 43, 79 y 88.
Castoris, alfarero: 225 y 226.
Cebrián Gitneno, Rafael: 338.
Centre d'Estudis Contestans, Cocentaina: 99 a 112 y 144.
Centro Excursionista de Booairent: 29.
Cerbero, guardián de los Infiernos: 266 a 268 y 273.
Certus, Lucius Caecilius: 257.
Ciudad, Antonio: 11.
Claudia, emperador: 247.
Clos Arce-Duc, A.: 278.
Clottes, Jean: 67.
Colección Jornet (Museo de Prehistoria del S.I.P,, Valencia): 258; --------- Torlonia
(Roma, Italia): 267, 270 y 274; - - - - - - Velasco (Museo Arqueológico Nacional,
Madrid): 221.
Colegio Universitario de Ciudad Real: 11.
Colominas Roca, Josep: 126.
Commodo, emperador: 275.
Conde de Lumiares: Véase «Valcárcel y Pío de Sabaya».
Congreso Nacional de Arqueología, XV (Lugo): 126.
Constando, emperador: 298.
Constancia Il, emperador: 248.
Constante,' emperador: 24S..
Constantino 1, emperador: 213, 248 y 298,
Comalia Quintia: 260.
Costantini, Georges: 67,
Gox, Dorothy Hanna: 241 y 252.
CrispiDa, Aemilia: 257.
Grispina, Caia Grattia: 257.
Crowfoot, J.W.: 242 y 252.
Cuadrado Dlaz, Emeterio: 130 y 139.
Cuevas Granero, Desamparados: 226.
Chevalier, Raymond: 278, 280 y 291.
Darder Pericás, Bartolomé: 331, 334 y 344.
Darton, Anne: 232, 246, 247 y 252.
Decenio, hermano de Magnencio: 213.
DecheJette, Joseph: 247, 252 y 309.
Dedet, Bernard: 113.
Deneauve, Jean: 244, 245 y 252.
- 365 -
[page-n-434]
Departamento de Arqueolog:!a de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Valencia: 14 7; - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - ------ - - - ___ _
de Valladolid: 265; - - - - - - - d e Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia: 87.
Diago, Fray Francisco: 257.
Dla:¡; Jordán, Antonio: 163.
Dlei!:-Coronel y Montull, Luis: 142.
Diodoro de Agyrion: 269.
D!omedes, rey de los bistrones en Tracia: 267, 268 y 272.
Diputación Provincial de Valencia: 69, 90, 137, 138, 177, 217, 223, 311 y 317.
Dohrn, Tobias: 243 y 262.
Domergue, Claude: 246 y 252.
Domiciano, emperador: 247.
Donat Zopo, José: 58, 113 a 115 y 325 a 344.
Doñate Sebastiá, José Maria: 277.
Dragendorff, Hans: 220, 231, 237, 246 a 248 y 25l.
Dressel, H.: 218, 300, 301 y 305.
Duart, Luis: 259.
Dupuy de LOme y Sáncbez Lo:¡;ano, Enrique: 344.
Durbán, Valentin: 143.
Engueman, J.: 245.
Enguix Alemany, Rosa: 60.
Escamilla, Leoncio: 257.
Escuela de Idiomas, Valencia: 97; ----Normal de Magisterio, Ciudad Real: 11.
Essen, C.C. Van: 242 y 254.
Esteva Cruañas, Luis: 248 y 252.
Esteva Gálvez, Francisco: 96 a 98, lll, 112, 134, 144 y 277.
Estrabón: 293.
Euristeo: 271 y 273.
Ezquer Borré.s, Maria del Carmen: 69.
Y
Fabrégues, Fréderlc: 229 231.
Facultad de Ciencias de la Universidad de Valencia: 73; - - - - - - d e Filosofia y Letras de
la Universidad de Valencia: 147; -------;-de Fllosofla y Letras de la Universidad de
Valladolid: 265; - - - - - - d e Medicina de la Universidad de Valencia: 87.
Faculté des Lettres et Sciences Humain~:~s, Université de Tot.ilouse-Le Mirail: 250.
Fernández Arraiza, Manuel: 262.
Fernández de Avilés, Augusto: 221 y 266.
Ferrua, A.: 272.
Février, Paul Albert: 225 y 297.
Fiches, J~:~an-Luc: 23l.
Flavia, familia: 24 7.
Fletcher Valls, Domingo: 35, 37, 44, 56, 58, 69, 62, 65, 88, 96, 97, 111, 126, 133 a 135, 138,
140, 147, 149, 151, 164, 184, 191 a 214, 220, 277 y 309.
Floriani-Squarciapino, Maria: 242, 252, 270 y 272.
Foucher, Louis: 242, 243 y 252.
Fouet, Georges: 242 y 253.
Frontinus, ceramista: 247.
Fundación William L. Bryant, Alcudia (Mallorca): 293 y 294.
Furgús, Padre Julio: 44.
Gabaldón Si~:~rra, Rafael: 138, 140 y 191.
Gabaldón Valle, Francisco: 138, 19I y 201.
Gagniére, Sylvain: 248, 250 y 253.
Galeria, tribu: 257 y 258.
Galieno, emperador: 213.
Galván Cabrerizo, Maria Luisa: 96 y 97.
Garcla y Bellido, Antonio: 221, 268 y 269.
García Garcia, Francisco: 18.
- 366 -
[page-n-435]
Garcia Serrano, Rafael: 11.
Garfn Llombart, Felipe V.: 69.
Gaseó Martínez, Fenuín: 113 a 115.
GP.rión, gigante: 266, 268 y 272.
Gil Farrés, Octavio: 122 y 210.
Gil-Mascaren :Boscé., Milagro: 39, 112, 137 a 145, 147, 191, 260 y 266.
Gil Sancho, Juan: 47 a 68.
Giner Sospedra, Vicente: 184.
Gómez Garcla, Raúl: 209 a 215.
Gómez Moreno, Manuel: 206.
Gómez Serrano, Nicolau Primitiu: 59 y 149.
Gomila, Alberto: 261.
Gon:c:ález Ortiz, José: 9 a 18.
González Prats, Alfredo: 126, 129 y 135.
González de Velasco, Pedro: 221.
Gozenbach, Victorine Von: 275.
Graciano, emperador: 294,
Grattia Crispina, Cala: 257.
Grattio Polynico, Caio: 257.
Guerrero, Joaquín: 47.
Guichard, Pierre: 292.
Guilaine, Jean: 67.
Guitart Durán, José: 226 y 227.
Gorrea Crespo, Vicente: 44.
Gusi Gener, Francisco: 113, 125, 126 y 152.
Hadriano, emperador: 246.
Harri~on, Richard J.: 59, 60, 88, 89 y 125.
Rayes, John W.: 232 a 235, 240 a 246, 251, 253, 299 y 302.
Helbig, W.: 269 y 270.
Herakles: Véase «Hércules&.
Hércules, héroe mitológico: 265 a 275; - - - - - - - Gaditanus: 268.
Herennius, Lucius (alfarero): 223 a 228.
Herennius Qptatus, Lucius (alfarero): 225 a 227.
Hermes, deidad: 277.
Hermet, Fréderic: 247 y 253.
Hespérides, Ninfas guardianas del Jardln de las: 266 a 268 y 271.
Higinio: 2,69.
Hill, P. V.: 213.
Hipólita, reina de las Amazonas: 265 a 268, 272 y 273.
Holmes, A.: 344.
·
Holwerda, J. H.: 245 y 253.
Homero: 273.
Hubert, J.: 278.
Hübner, Emilio: 226, 255 a 257 y 261.
Iglesias Iglesias, Adriano: 97.
Instituto Geográfico y Catastral, Madrid: 37, 209, 223 y 278; -------Geológico y Minero,
Madrid: 328 y 332.
Isasi Ransome, Rafael: 293,
Iulius Placidus, Lucius: 259.
Iulius Placidus, T.: 259.
Iunia Lucia Antiqua: 261.
Jaime 1: 285.
Jalmain, D.: 278.
Jodin, André: 129, 240, 242, 244, 246, 253,.297 y 298.
- 367 -
[page-n-436]
Johansen, K. Früs: 245 y 252.
Jones, FrancBs Follin: 245, 246 y 253.
Jordá Cerdá, Francisco: 143.
Jornet Perales, Mariano: 258.
Juan XIX, Papa: 229.
Juliano el Apóstata, empBrador: 250 y 299.
Jully, Jean-Jacques: 164.
Justiniano, empBrador: 236.
Kent, J.P.C.: 213.
Kenyon, KathleBn M.: 242 y 252.
Klein, L.S.: 97.
Knorr, Robert: 247 y 253.
Korosec, Josip: 245 y 253.
Kukhan, Erich: 153.
Laboratorio de Paleoantropologia del Museo Arqueológico de Barcelona: 311 y 317.
Lafon, René: 193 y 200.
Lamboglia, Nino: 179,218, 220,223,224,232, 237 a 241,243 a 248,250,251,253,295 a
299, 302, 305 y 310.
Lapalus, E.: 271.
Lartet, L.: 19.
Lassére, Jean-Marie: 260.
Laumonler, A.: 253.
Lebzelter, Victor: 35.
Lechat, M.: 269.
Leisner, Georg: 45.
Leisner, Vera: 45.
Lenius Octavius, Marcus: 262.
Lepidicius Octavius, Marcus: 262.
Lerma Alegria, José Vicente: 37 a 46 y 60.
Leroi-Gourhan, André: 26.
Licomedes: 266.
Lippold, G.: 266 a 268 y 275.
Listan, Raymon: 293.
Livio, Tito: 293.
López, Jesús: 43.
López Gómez, Antonio: 47, 277, 279 y 286.
López Piñero, José Maria: 87.
Lucia Antiqua, Iunla: 26l.
Lucio Vera, hermano adoptivo de Marco Aurelio: 212.
Lumiares, Antonio de Valcárcel y Plo de Sahoya, ~ande de: 226 y 256.
Llabrés Berna!, Juan: 293.
Llatas Burgos, Vicente: 176.
Llobregat Conesa, Enrique A.: 45, 62, 65, 66, 113, 150, 153, 221 y 309.
Llopis Lladó, N.: 344.
Lluch Arnal. Emilio: 149.
Machnik, Jan: 96.
Medoz, Pascual: 138.
Maluquer de Motes y Nicolau, Juan: 122, 124, 125, 141, 173, 184 y 188.
Manlius Probillio, Publius: 256.
Mari, alfarero: 225 a 227.
Marin de la Bárcena, Antonio: 344.
Marinar Bigorra. Sebastián: 227, 258, 259, 262 y 263.
Marte!, Carlos: 229,
Martl Olivar, Bernardo: 35, 36, 47 a 68 y 223.
Martin, Thierry: 229 a 254.
Martín Avila, Gabriela: 260, 266 y 293 a 3·10
- 368 -
[page-n-437]
Mart!nez Aloy, José: 258.
Martinez Esparza, Domingo: 262.
Martlnez Perona, José Vicente: 62, 68, 90, 167 a 176 y 260.
Martinez Santa-Olalla, Julio: 138.
Mascarell, Ismael: 69.
Mata Parreño, Consuelo: ll3 a 135 y 144.
Mateu y Llopis, Felipe: 210, 214, 215 y 285.
Mela, Pomponio: 293.
Mendez Revuelta, Concepción: 170 y 269.
Menéndez Pida!, Ramón: 265 y 266.
Mercator, ceramista: 247.
Mergelina y Luna, Cayetano de: 253.
Merino Sánchez, José Maria: 18.
Merlln, Alfred: 242 y 243.
Mesado Olivar, Norberto: 112, 124 a 126, 135, 144 y 278.
Meseguer Pardo, José: 332, 334 y 344.
Metellus Baleárico: 393.
Metz, X.: 344.
Mezquiriz de Catalán, Maria Angeles: 248 y 253.
Michelena, Luis: 184.
Minerva, diosa: 170.
Mingazzini, Paolino: 242.
Molina Garcla, Jerónimo: 163 a 165.
Molina González, Fernando: 112.
Molina Grande, Maria Asunción: 164.
Mommo, ceramista: 247.
Morán González, Enrique: 191.
Mouret, Félix: 245, 253 y 309.
Muñoz Amilibia, Ana Maria: 152 y 160.
Muñoz Jarrln, S.: 149.
Musée du Loú.vre, Paris: 242; ----de Nfmes: 247.
Museo Arqueológico de Barcelona: 96, 154, 221, 311 y 317; ------------------de
Ciudad Real: 12; - - - - - - - - - - - - - - d e Ibiza: 153; - - - - - - - - - - - - - -Municipal de Alcoy: 150; -----------Nacional, Madrid: 221,265 y
266; -------------Provincial de Alicante: 66; ----de Bocairent: 29;
-----Británico, Londres: 243, 244, 267 y 270 a 274; ----- Capltolino, Roma: 268
y 270 a 273; ----del Louvre, Paris: 242; ----Monográfico de La Alcudia, Elche: 227; --------------de Ullastret: 151; -----Municipal de Burriana:
278; -------------de Caudete de las Fuentes: 138 y 191; ----- --------de Játiva: 217 y 218; - - - - - - - - - - - d e Jumilla: 164; ----Nacional de
Nápoles: 269, 272 y 273; ----de la Necrópolis Paleocristiana de Tarragona: Z26;
-----de Nlro.es: 247; - - - d e Palermo: 274; ----de Prehistoria del Servicio
de Investigación Prehistórica de Valencia: 27, 35, 95, 147, 161, 154, 177, 191,255 a
263 y 265.
Navarro, Rosario: 130.
Navarro Cuéllar, Miguel A.: 325 a 344.
Navigius, ceramista: 242.
Neugebauer, Karl: 242 y 253.
Nickles, R.: 333 y 344.
Nicolau Primitiu: Véase «Góme~ Serrano, Nicolau Primitiu».
Niemeyer, Hans Georg: 130.
Nordstr'óm, Solveig: 155 y 164.
Obermaier, Hugo: 19 y 26.
Oceano, deidad: 241 y Z42.
Octavius, Marcus Lenius: 262.
Octavius, Marcus Lepidicius: 26Z.
Oliva Prats, Miguel: 124 y 151.
-
369 -
[page-n-438]
Oliver Más, Vicente: 114.
Onfala, reina de Lidia: 265 a 267, 269 y 275.
Optatus, Lucius Herennius (alfarero): 225 a 227.
Oroval Tomás, Víctor: 56.
Orsi, Paolo: 242.
Osuna Ruiz, Manuel: 143.
Oswald, Félix: 247 y 253.
Pajot, Bemard: 67.
Palo! Salelles, Pedro de: 111, 122, 141, 142, 243, 253, 295, 297, 298 y 300.
Pallarés Salvador, Francisca: 298.
Paris, Pierre: 242 y 253.
Parlasca, Klaus: 271 y 275.
Pascual Bailón, San: 163.
Pascual Pérez, Vicente: 44, 126 y 150.
Pastor Alberola, Enrique: 65, 93 a 98 y 311.
Pastor Femenla, Juan: 223.
Pastor Muñoz, J.: 19 a 26.
Pavla, José: 259.
Peña, José Luis: 12 y 18.
Pellicer Catalán, Manuel: 130 y 143.
Pereira Menaut, Gerardo: 255 y 263.
Pérez de Barradas, José: 19 y 26.
Pérez Temprado, Lorenzo: 124.
Peroni, Renato: 113,
Petsa, P.M.: 274.
Picard, Colette: 154.
Pita Mercé, Rodrigo: 142.
PlaBailester, Enrique: 35, 44, 58, 61, 62, 64, 65, 103•, lll, 133, 135, 137 u 145, 149, 151,
191, 215, 220 y 259.
Placidus, Lucius Iulius: 259.
Placidus, Marcus Valerius: 259.
Placidus, T. Iulius: 259.
Plinius Secundus, C.: 293.
Poliantus, Marcus Valerius: 260.
Polynico, Caio Grattio: 257.
Ponsell Cortés, Fernando: 27, 35, 103 y 223.
Ponsich, Michel: 246, 253, 285, 297 y 298.
Popescu, Emilian: 299 y 300.
Prades, H!lnri: 96 y 97.
Prado, Casiano del: 19.
Probillio, Pubiius Manlius: 256.
Polibio: 293.
Puig i Cadafalch, Josep: 266.
Py, Michel: !13.
Quera! Fernández, Mada Angeles: 12 y 18.
Quintero, Indalecio: 332 y 334.
Quinta, Caecilia: 260.
Quinta, Cornelia: 260.
Ramos Fernández, Rafael: 227.
Real Academia de la Historia, Madrid: 308.
Ribas Bertrán, Mariano: 225.
Richard, Jean·Claude Michel: 211, 212, 231, 232 y 253.
Richelieu, Cardenal: 229.
Rigoir, Jacqueline: 232, 239, 251, 253, 254 y 295.
Rigoir, Yves: 254 y 295.
Rlos, J. M.: 344.
- 370 -
[page-n-439]
Ripoll Perelló, Eduardo: 96 y 226.
Ripollés Alegre, Pere Pau: 209 a 215.
Ritterling, E.: 231.
Riuró Llopart, Francisco: 124.
Rohinson, Henry S.: 241 y 254.
Roca, Vicente: 47.
Rosselló Verger, Vicenq M.: 277, 280 y 285.
Rosso de Luna, Ismael: 325 y 344.
Roudil, Jean Louis: 67.
Roudil, 0.: 67.
Ruesch, A.: 269.
Rufmus, ceramista: 147.
Sagaseta Jarrln, J.: 149.
Salis, A. von: 270.
Salomonson, J. W.: 241 a 243, 254 y 299.
San Agustln: 229.
San Pascual Bailón: 163.
San Valero Aparisi, Julián: 27, 29, 35, 44, 68 y 90.
Sánchez Martínez, Carlos: lB.
Sanchis Guarner, Manuel: 277.
Sanchis Sivera, José: 263.
Sancho Santamaria, Antonio: 44.
Sanmartln Grego, Enrie: 152.
Santonja Gómez, Manuel: 12 y lB.
Sarrión Montañana, Inocencio: 35, 65, 124, 177 a 189 y 193.
Sarthou Carreras, Carlos: 266.
Schauenburg, Konrad: 269.
Schubart, Hermanfrid: 130.
Schweitzer, J.: 271.
Serna, María Rem!!dios: 126, 129 y 135.
Serra Ráfols, Josep de Calasanz: 268.
Serra Vilaró, Juan: 129 y 225.
Serrano Ramos, Encarnación: 295.
Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación Provincial da Valencia: 7, 27,
35, 37, 56, 58, 62, 69, 70,90, 96,114,124,138, 149,151,191,214,217,223,255 a
263, 265, 311 y 317.
Severo, Lucio Caecilio: 258.
Severos, familia de los: 275.
Shaposhnikova, Olimpiada: 97 y 98.
Sitio Itálico: 268.
Sitter, L. V.: 344.
Smith, D. J.: 243 y 254.
solá solé, José Marla: 192, 194, 198 y 201.
Soler García, ·José Maria: 62, ,112, 130 y 144.
Sotomayor y Muro, Manuel: 248 y 254.
Soyer, Jacqueline: 278.
Squarciapino, Maria Floriani: Véase «Floriani-Squarciapino, MaríRll.
Stuart Jones, H.: 268, 270 y 27l.
Subdirección General de Excavaciones Arqueológicas, Madrid: 39.
Taracena Aguirre, Bias: 124, 266 y 309.
Tarradell Mateu, Miquel: 65, 133, 153, 154, 277, 293 y 301.
Tchernia, Andrés: 226.
Tempestiva, Caecilia: 260.
Tempestivos, cognomen: 261.
Teodosio, emperador: 214 y 308.
Tertius, alfarero: 170 y l 71.
Thlbault, Claude: lB.
- 371 -
[page-n-440]
Thouvenot, Raymond: 268 y 274.
Thylander, H.: 257.
Tomás Requena, Antonio: 163.
Tormo Sanz, Leandro: 256.
Torres Carbonen, Santiago: 65.
Torres Sala, Juan de: 343 y 344.
Tovar Lorente, Antonio: 184, 194, 197, 198, 200, 206 y 207.
Trajano Dacio, emperador: 294.
Tren, G.: 267 y 271.
TrendaiJ, A. D.: 269.
Trias de Arribas, Gloria: 139.
Universidad de Valencia: 73, 87 y 147; -----------de Valladolid: 265.
Université de Toulouse-Le Miral: 250.
Ursa: 258.
Valaison, M.-C.: 248, 250 y 252.
Valcárcel y Pío de Sabaya, Conde de Lumiares, Antonio: 226 y 256.
Valente, emperador: 298 y 299.
Valentiniano 11, emperador: 250.
Valentiniano 111, emperador: 294.
Valerius Antiquos, Publius: 261.
Valerius Campanus: 259.
Valerius Placidus, Man:us: 259.
Valerius Poliantus, Marcus: 260.
Vail Ojeda, Maria Angeles: 139.
Vallejo, José: 195.
Van Essen, C. C.: Véase ~Essen, C. C. Van».
Vegas, Mercedes: 241 y 254.
Velasco, Colección {Museo Arqueológico Nacional, Madrid): Véase: «Colección Velasco» y
~González de Velasco, Pedro».
Ventura, V.: 69.
Ventura Conejero, AgusUn: 218.
Veny Meliá, Cristóbal: 227.
Vermaseren, M. J.: 242 y 254.
Verneuil, E. de: 19.
Vera, Lucio: 212.
Viguier, Claude: lB.
Vilar Hueso, Vicente: 256.
Vilaseca Anguera, Salvador: 66, lll, 124, 126, 141 y 142.
Villaronga Garriga, Leandro: 211 y 212.
Viñes Massip, Gonzalo: 331.
Visado Moltó, Camilo: 101, 103 y 150.
Vives Escudero, Antonio: 179, 210 a 212 y 214.
Vuillemot, Georges: 130.
Waage, F. 0.: 241, 242, 244 a 246, 254 y 295.
Wernert, Paul: 19 y 26.
Woods, Daniel E.: 293.
Xomo, alfarero: 170 y 171.
Xono, alfarero: 170 y 171.
Zanon Rodrigo, Fr1mcisco: 167 a 176.
Zeiss, Hans: 245, 246, 254 y 308.
Zeus, dios: 267 y 270 a 274.
-
372 -
[page-n-441]
INDICE GENERAL
Págs.
GONZALEZ ORTIZ, J.: Notas sobre un yacimiento paleolltico de superficie localizado en el río Jabalón (Ciudad-Real)......................
...........
PASTOR MUÑOZ, J.: El yacimiento musteriense de dos Cenagales» (Madrid) . .
CASANOVA VAÑO, V.: El enterramiento doble de la Cava de la Sarsa {Bocairente,
Valencia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.......... .. ......... ...
LERMA, J. V. y BERNABEU, J.: La Coveta del Monte Pícayo (Sagunto, Valencia!
MARTI OLIVER, B. y GIL SANCHO, J.: Perlas de aletas y glóbulos dal Cau del Raboser (Carcaixent, Valencia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
APARICIO PEREZ, J.: Sima de la Pedrera (Benicull, Poliñá del JUcar) !Valencia)
PASTOR ALBEROLA, E.: Cuenco con cazoleta interior, del poblado de la :Buitrera
(Castellón de Rugatl .......... , . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . .
...... ...
CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS: La Mola d'Agres ...................... .
MATA, C.: La Cova del Cavall y unos enterramientos en urna, de Uria
PLA BALLESTER, E. y GIL-MASCARELL, M.: Un interesante vaso de los Villares
(Caudete de las Fuentes, Valencia)....................................
BONET, H.: Fragmento de rostro, de terracota, procedentE! del poblado ibérico del
Castellet de Bernabé (tiria) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
MOLINA GARCIA, J.: Urna de orejetas perforadas procedente del Pasico de San
Pascual (Jumilla) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
MARTINEZ PERONA, J. V. y•ZANON RODRIGO, E.: Los Villaricos (Bugarra)
SARRION MONTAÑ'ANA, 1.: El poblado ibérico de la Peñ,a. de las Majadas (El Toro,
Castellón de la Plana)
...... .... .... ................ ..........
FLETCHER VALLS, D.: Cinco inscripciones ibéricas de Los Villares (Caudete de las
Fuentes) {Valencia).
........ .... ... ............ .......
RIPOLLES ALEGRE, P. P. y GOMEZ GARCIA, R.: Hallazgos numismáticos de Camporrobles . . . . . . . . . . . . .
... .. ....
..............
ARANEGUI GASCO, C :Hallazgo de una cabeza escultórica en la ciudad de Játiva
(Valencia)................................ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
ARANEGUI GASCO, C.: Una teja con marca L. HERENNI del poblado de Sant Antoni (Bocairent, Valencia)..............................................
MARTIN, th.: Céramiques romaines tardives de Maguelone (Hérauit) . . . . . . . . .
PEREIRA MENAUT, G.: Inscripciones latinas del Museo de Prehistoria de Valencia
9
19
27
37
47
69
93
99
113
137
147
163
167
177
191
209
217
223
229
255
[page-n-442]
Págs
BALIL ILLANA, A.: El Mosaico da d.os Trabajos de Hércules» hallado en Liria (Valencia) ................................................... .
BAZZANA, A.: Vestiges de centuriations romaines at d'un itineraire pré-romaine
dans la plaine de Castellón ............................ .
265
277
MARTIN, G.: Terra sigillata clara «D», estampada de Pollentia
CAMPILLO VALERO, D.: Dos notas de Paleopatología ...
DONAT ZOPO, J. y NAVARRO CUELLAR, M. A.: Una nueva modalidad genética. La
....... .
Cueva de la Judía (Barcheta)
31/
INDICE DE LUGARES .................................. .
INDICE DE PERSONAS Y ENTIDADES ........... .
345
LAS OPINIONES VERTIDAS EN LOS ANTERIORES TRABAJOS
DEBEN ENTENDERSE COMO JUICIOS PERSONALES DE LOS'
RESPECTIVOS AUTORES
293
325
363
[page-n-443]
Este SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA remite sus publicaciones para
establecer v mantener intercambio con los centros cientfficos v señores Investigadores en
esta especialidad. Por ello espera ser correspondido con las publicaciones del receptor, entendiendo caso contrario que no se desea sostener intercambio v suspenderá ulteriores
envlos.
Toda la correspondencia dirljase al DIRECTOR DEL SERVICIO DE INVESTIGACION
PREHISTOAICA DE LA EXCMA. DIPUTACION PROVINCIAL, plaza de Manises, número 4,
Valencia, 3 (ESPAfíJA).
[page-n-444]
[page-n-445]
RCHIVO
0€
RE'HISTO~IA L EVANTINA
SERVICIO DE IHvEsr161\CJON P RtHISTORICA
DE LA f:'xc.M..\. D tPVTACION P RoVINCIAL DE\I
ALENCIA.
VOL XV
lNsnrvcroN
~LFONso
€"L
MAGNMIIMO
C'o.NSEJo S'vpE JHOR OE {riiVf5rJ; AClON H Cl(l'ol''f\t-lc~S
VALENCIA MCML~ltVlll
[page-n-2]
1
1
1
1
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
XV
[page-n-4]
SECCION DE PREHISTORIA EN VALENCIA
CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES
CIENTIFICAS
INSTITUCION «ALFONSO EL MAGNANIMO>>
EXCELENTISIMA
DIPUTACION
VALENCIA
PROVINCIAL
[page-n-5]
ARCHIVO
DE
PREHISTORIA LEVANTINA
SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DE LA EXCELENTISIMA DIPUTACION
PROVINCIAL DE VALENCIA
VOL. XV
VALENCIA MCMLXXVIII
[page-n-6]
L S. 6 N.·· 84-00-0:3194-4
D.¡¡!é,lt<} \~g~l V- 1 124-Hl'J(!.
[page-n-7]
IN MEMORIAM
LUIS PERICOT GARCIA
* 1899
t 1978
Director Honorario
del
Servicio de Investigación Prehistórica
JOSE ALCACER GRAU
* 1910
t 1977
Colaborador
del
Servicio de Investigación Prehistórica
[page-n-8]
[page-n-9]
J. GONZALEZ ORTIZ
(Puertollano)
NOTAS SOBRE UN YACIMIENTO PALEOLITICO
OE SUPERFICIE LOCALIZADO
EN EL RIO .JABALON
(Ciudad Real)
Con este trabajo preliminar, pretendo dar a conocer una serie de
útiles paleolíticos hallados durante tres campañas de prospección de
campo en un yacimiento de superficie situado en la margen izquierda
del río J abalón, río de la provincia de Ciudad Real, para así añadir
una serie más de materiales a los ya conocidos y que han ido en estos
últimos años aflorando con gran abundancia en el territorio conocido
con el nombre de Campo de Calatrava (fig. l, 1).
Por razones obvias, los datos reflejados en esta noticia son tan sólo puramente provisionales, ya que el estudio de los materiales hallados, así como el yacimiento no han sido totalmente concluidos.
Por el hecho de ser materiales de superficie y no conocer su situación estratigráfica de una manera satisfactoria, se ha recurrido al estudio tipológico. Por lo tanto, las conclusiones a que llegamos no son
sino meras hipótesis de trabajo, pero en cierto modo necesarias para
contribuir al estudio del período paleolitico en la provincia de Ciudad
Real.
DESCUBRIMIENTO Y SITUACION
La presencia de industrias paleolíticas en el Campo de Calatrava
ya es conocida desde hace varios años por diversos autores, que nos
han ido dejando en numerosos trabajos una clara muestra que contribuye muy eficazmente al estudio del paleolítico en el área que nos
ocupa.
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[page-n-10]
J. GONZÁLEZ ORTIZ
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Fig 1.-l: Mapa de la provincia de Ciudad Real, con algunas locali:zaciones paleolíticas.
2: Cuadro detalle de la zona del yacimiento-taller.
-
JO -
[page-n-11]
YACIMIENTO PALEOLITICO DEL JABALON
3
Diversas estaciones se han ido haciendo presente en estos últimos
tiempos, siendo los lugares preferentemente cursos fluviales en donde
la abundancia de industrias paleolíticas sobrepasan los límites normales de recolección de piezas en una prospección corriente de campo.
Noticias de este yacimiento situado en el río Jabalón, fueron llegando años atrás a través de algunas piezas esporádicas localizadas
fundamentalmente por alumnos del Colegio Universitario y Escuela
Normal de Magisterio de Ciudad Real, que posteriormente, junto con
sus respectivos profesores, don Rafael García Serrano y don Antonio
Ciudad, realizaron sucesivas campañas de prospección de campo con
resultados altamente positivos.
Dichos profesores me proporcionaron las ideas precisas para posteriormente localizar la zona de mayor concentración de útiles, zona
que obliga a considerarla como un yacimiento-taller.
Tras sucesivas prospecciones de campo efectuadas por la zona, se
llegó a localizar una pequeña área de unos 25 metros de diámetro, en
donde la acumulación de piezas hizo que durante tres campañas de
prospección se llegara a recolectar un centenar largo de útiles elaborados, gran cantidad de lascas resultantes de la confección de útiles,
así como algunos núcleos de estracción.
La situación del yacimiento-taller queda a mano izquierda siguiendo el curso de agua del río Jabalón, a unos 35 metros de la orilla, quedando entre medio de la carretera Ciudad Real-Aldea del Rey,
aproximadamente a la altura del kilómetro 25 (fig. l, 2; Lám. I,
1 y 2).
El yacimiento-taller está concentrado en un área de unos 25 a 30
metros de diámetro, aunque fuera de esta área se pueden localizar algunas piezas en las proximidades.
El terreno que ocupa, así como los campos aledaños, reciben el
nombre de «El Chiquero)) por los habitantes del lugar. El yacimiento y
todas las démás tierras próximas están dedicadas al cultivo del olivar
y de la vid, siendo sometido a roturación periódicamente, por lo que
la remoción de tierras hace aflorar nuevas piezas que estaban enterradas.
El río Jabalón, próximo al yacimiento, está seco y forma pequeñas
tablas de aguas en época estival, pero coincidiendo con períodos lluviosos incrementa el caudal de sus aguas que discurren lentamente
hasta desembocar en el río Guadiana.
El clima del Campo de Calatrava, así como el resto de los territo·
ríos manchegos, es de tipo continental extremado, llegando a tempe-
11 -
[page-n-12]
'
J. GONZÁLEZ ORTIZ
raturas por bajo de oa en invierno, y en verano una excesiva aridez
que llega a ocupar de 4 a 5 meses. La pluviornetría llega a alcanzar fácilmente los 350 mm.
GEOLOGIA DE LA ZONA
La zona en donde está localizado el yacimiento-taller, así como todo el territorio próximo, en la que se observa un origen aluvial-haloceno (postglaciar), es de tipo Glacis, debido, posiblemente, a una neo-
tectónica durante el Pleistoceno. Las capas de tierras superficiales del
yacimiento corresponden al paquete superior de tierras rojas (paleo-
suelO rojo); el espesor de esta, llamemos primera capa, puede oscilar
de 1 a 8 metros, aproximadamente; la segunda capa está formada por
tierras rojas mezcladas con cantos rodados; una tercera capa está
formada por arenas y cantos rodados, siendo los niveles más inferiores desconocidos hasta el momento de publicación de esta noticia. Esta observación ha sido realizada en varios pozos artesianos utilizados
para regadíos en la proximidad del yacimiento, el más cercano a unos
15 metros, aproximadamente (fig. 2).
A falta de una estratigrafla adecuada se ha recurrido a esta observación de campo, la cual permite conocer, aunque de una forma
muy somera, la composición de los primeros niveles geológicos, cuya
conformación está relacionada con las etapas finales del vulcanismo
regional. El material lítico que estamos estudiando parece ser coetáneo
con el último proceso de formación de los paleo-suelos rojos que conoció el
Campo de Calatrava, con una edad próxima al Wfum 1 (Santonja, Ouerol,
Peña).
DIVERSIDAD DE LOS MATERIALES
Como ya se ha expuesto anteriormente, la cantidad rewlida de
material pasa largamente de un centenar; además, existe más material recogido por la zona y depositado en el museo Arqueológico de
Ciudad Real; aparte se tiene conocimiento de la posesión de algunas
piezas por particulares·.
Debido a la gran cantidad de lascas de desecho, piezas elaboradas, núcleos poliédricos, levalois y discoidales, obliga a pensar que se
trata de un yacimiento-taller.
La materia prima con que .está realizado el utillaje son cantos rodados de cuarcita de los que existe gran abundancia por los alrededores; algunos cantos en un porcentaje bajo son de origen gelifracto.
-
12 -
[page-n-13]
YACIMIENTO PALEOLITICO DEL JABALON
'
Existe alguna pieza realizada en roca de basalto de tonalidades
grises, y una pieza, concretamente un bifaz, está realizado en piedra
caliza, con abundantes concreciones de carbonatos que cementan
fuertemente con arenas y pequeños guijarros rodados, lo cual hace
pensar que esta pieza proceda de un nivel más inferior.
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rodttóos
9
C&.l'lles rodfl.d D$
Alrt1L(
Fig. 2.-Corte estratigráfico observado en un pozo artesiano a
15m. del yacimiento y próximo a la orilla izquierda del
río Jabalón.
El conjunto lítico es muy diverso, sobresaliendo una gran cantidad de pie2as bifaciales en un 60 % aproximadamente, raederas variadas, raspadores, muescas, piezas denticuladas, piezas poliédricas,
piezas mixtas, etcétera.
El aspecto que presentan la totalidad de las piezas es el de «fres- 13 -
[page-n-14]
'
J. GONZA.l:m: OR.'rtZ:
co», ya que apenas están las aristas y los levantamientos erosionados
por acción fluvial y cólica, excepto en algunas piezas en donde se ohserva este fenómeno, pero muy atenuado.
""'·'
(l/.2)
Algunas piezas están fuertemente atacadas por -carbonatos que
forman concreciones externas de difícil eliminación {figs. 3 1 4, 5 y 6
y Lám. Il).
!4
[page-n-15]
YACIMIENTO PALEOUTICO DRL JA!lALON
EDAD DE LAS INDUSTRIAS
El material lítico recogido se puede encuadrar perfectamente den
tro del Paleolitico Inferior-Medio.
Existe una presencia débil de elementos encuadrahles en una Peb~
ble Culture representada por la aparición en el yacimiento en estudio
M
\
'
\
.. S~'
Flg. 4
( 1/:.il
de algunos Choppers y Chopping~tools, pero escasa, en una proporciól!
de un 1 % en relación con otros útiles hallados.
Algunas piezas se pueden atribuir a un Achelense-Medio Evolu~
clonado. El porcentaje de útiles lfticos está representado por una gran
,.. 15-
[page-n-16]
'
J. GoNzALEZ ORTIZ
variedad de lascas, pero con una sobreabundancia de bifaces, pequeñas piezas bifaciales y núcleos en un 60 % aprmdmadamente.
Estas características observables en el conjunto de material, nos
hace pensar que se trata de una facie Musteriense de tradición Achelense.
01¡¡••
(J/2)
CONCLUSIONES
Por su interés arqueológico, el yacimiento paleolitlco de «El Chi·
querm, está liamado a ocupar un lugar importante dentro del estudio
del paleolítico en el Campo de Calatrava. así como en su relación con otros
lugares de la geografia espailola.
- l6
~
[page-n-17]
9
YACIMIENTO PALEOLITICO DEL JABALON
A la conclusión que se llega, es que la ocupación del río Jabalón y
concretamente el área de «El Chiquerm> por grupos humanos Paleolíticos, se pudo producir durante el Würm 1-II, alrededor del año 35000
antes de Jesucristo. Este yacimiento, así como otros localizados en la
Fig. 6
(1/2)
provincia, está situado próximo a cauces fluviales o láminas de
agua. La frecuencia de industrias que se están dando en el río Jaba1ón, Guadiana y cursos de agua próximos, nos hace pensar en unas
condiciones climáticas y ecológicas muy apropiadas para la vida de
grupos humanos que habitaron el Campo de Calatrava y resto de la
-provincia de Ciudad Real durante las primeras etapas del Würrn.
'
-
17 -
[page-n-18]
J. GONZÁLEZ ORTIZ
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
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págs. 69-BO.
-
18 -
[page-n-19]
GONZAL.EZ ORTIZ.-Yacimiento
paleolítico del Jabalón
1.- EI Chiquero. la flecha indica la localización del yacimiento-t aller.
2. -Vista próxima al yacimiento-taller. desde la orilla izquierda del Jaba:ón
LAM. 1
[page-n-20]
GONZALEZ ORTIZ. -Yacimiento
paleolítico del Jabal6n
y 5.-Bifaces tipo (C r on micoquiense11.
fic.
2.-Bim
3.-8ifaz
4.-8ifaz
6.-8ifaz
amigdaloide.
lanceolada.
amigdaloide, pasando a cordiforme alargada.
cordiforme.
LAM. 11
[page-n-21]
J. PASTOR Mu:&Oz
(Madrid)
EL YACIMIENTO MUSTERIENSE
DE « LOS CENAGALEs,,
(Madrid)
INTRODUCCION
Tras el descubrimiento y estudio del yacimiento paleolítico de San
Isidro por Casiano del Prado, L. Lartet y E. de Verneuil se puso de relieve la importancia del valle del Manzanares como punto de estudio
del paleolítico español.
En la extensa bibliografia de Pérez de Barradas, Obermaier y P.
Wernert encontramos abundantes referencias y estudios de estos yacimientos. A los ya descritos y estudiados añadimos éste, llamado de
«Los Cenagales», que se puede encuadrar perfectamente en el marco
del paleolítico madrileño. Su descubrimiento y estudio se ha hecho
cuando está en trance de desaparecer.
El carácter paleolítico de la zona quedó patente con el descubrimiento de restos prehistóricos en Ciudad Lineal y Chamartín, a principios de siglo, asl como en el cerro de San Blas, donde hoy se asienta el
barrio del mismo nombre. También cercanos son los yacimientos de
las terrazas del J arama.
SITUACION
Se encuentra situado en el paraje denominado «El Charco del Pescador», en las afueras del pueblo de Hortaleza y el Parque de Santa
Maria, distando poco más de un kilómetro de la estación de ferrocarril de Hortaleza. El yacimiento toma el nombre de una casa cercana
llamada «Casa de los Cenagales» (coordenadas, 3° 39' Long. Oeste y
40° 29' Lat. Norte, aproximadamente), en un pequeño valle por el que
discurrían riachuelos que desembocaban en el río Jarama.
- 19 -
[page-n-22]
2
J. PASTOR MUÑOZ
Agrupariones de material lftico
lll!
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1Ll€J
Fig. l.-Yacimiento de Los Cenagales (Hortaleza) y .r:onas cercanas.
-
20 -
[page-n-23]
LOS CENAGALES
3
La zona, que se encuentra entre las terrazas de los ríos Manzanares y Jarama, es eminentemente oligocena, con arenas arcilloso-micaceas, conglomerados en lentejones, yesos, pudingas gruesas y brechas que bajo los efectos de los elementos han sido transformadas en
tierras de labor.
Las dos concentraciones de material descubiertas se asientan en
sendas elevaciones desde las que domina todo el pequeño valle que se
extiende hasta el barrio de «La Moraleja>). Es evidente, pues, la preferencia de estas alturas por el hombre.
DESCRIPCION DE LA INDUSTRIA
La materia prima más empleada es el sílex, de diferentes tonalidades y calidades, aunque predomina el sflex de buena calidad. Se
emplea la cuarcita local, que tiene el inconveniente de fracturarse a
menudo por las vetas naturales. Hay en la industria algunas trazas de
empleo de cuarzo y de una especie de metacuarcita, aunque estas piedras son rebeldes a una talla fina y s_e encuentran en pequeñísimos
nódulos.
Tras un estudio de los núcleos y cortezas podemos afirmar el em
pleo de sílex nodular, que ha de ser forzosamente importado, quizás
de los ricos yacimientos del Jarama y Manzanares.
La talla de desbaste de los núcleos se ha-hecho sobre grandes yun
ques de cuarcita, con percutor duro. El retoque posterior ha sido he
cho con percutor blando (madera, hueso) y duro (cuarcita). Hemos ha
Hado los yunques, con las señales de la percusión y los percutores, con
el típico desgaste de sus polos.
Se ha utilizado con frecuencia la técnica «Levallois» para la obtención de las características lascas. El índice de utilización de este método de talla no se ha podido hallar, puesto que el número de útiles recolectados es b~o y se hallan muy diseminados, con lo que podríamos
caer en el error de dar unos índices que no corresponden a la realidad.
El retoque más empleado es el típico «escaleriforme», ya descrito
en la bibliografia existente. Los talones están retocados con frecuencia, ya sean diedros o facetados.
En cuanto al grado de desgaste del material, podemos decir que
casi todas las piezas presentan el típico lustre eólico, llegando algunas
a ser irreconocibles por la larga permanencia a la intemperie.
Las piezas halladas no son descritas con minuciosidad, pues son
los tipos ya conocidos en los yacimientos de esta época; podemos, sin
embargo, hacer un somero análisis de ellas:
- 21 -
[page-n-24]
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J. PASTOR MU&07.
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Flg. 2.-1:
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Pwl:ta de tllox -en lasca levaUols.
Pu.nta de cwu-cita en lasca oblicua.
Punta de tilttx aJ.imétrlca.
Raedera da sllex.
5: Deutioo.l.a.do,
6: Raedera dtt unar(lita.
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[page-n-25]
LOS CENAGALES
'
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F.lg, 3.-l: cuehilló de sílex con tetoqu¡¡:t e&ealtriformes.
2 y 3: LaSGas de 8!lex con huellas
5: Mue1ea.
~y 7: Tl'ultcadur.t y raapador aqWllado,
Fig. 4.-Kru::ha de cuarcita,
- 2J
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[page-n-26]
6
J. PAS'roR MUAOZ
'
Fig. 5.-l: Cantil dt1 éuarc!ta ttab~ada, reutilizada.
:t: H¡¡cha tunigdalolde fragmflntada, de c1ntrclta,
3: Hat:hita de cuarcita fina •
•
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Fig, 6.-1: Lasca oon PlW!SCR.
'
2: Raspador an cuarzo lecbadtt,
3 y 4: CuchWn d• lilex de .ucciM trlanglllal< y trapqoid&J.
- 24-
[page-n-27]
LOS CENAGALES
7
Puntas de tipos clásicos, casi siempre sobre lascas levallois y
con retoque escaleriforme en los lados.
Raederas, casi siempre espesas, con el mismo retoque que las
puntas.
Cuchillos, que junto con las puntas y raederas, son de los tipos
más abundantes.
Raspadores, que en algunos casos son protorraspadores y en
otros auténticos raspadores aquillados.
Muescas y denticulados, algún perforador y buril, y algunas
lascas con señales de uso.
En cuanto a las piezas macrolíticas tenemos:
Bifaces gruesos de talla grosera, muchas veces sobre gruesas lascas. Destaca una pequefUsima pieza de 6 cm. de longitud.
Cantos trabajados, siempre unifaciales.
Hendedores sobre gruesas lascas de cuarcita.
Y, por último, discos, unifaciales, tallados sobre lajas. de cuarcita.
El resto'del material lo componen núcleos, muy pequeños y gastados, bipiramidales, de «tortuga»_, tabulares y poliédricos, a los que hay
que añadir algunos sin forma definida. Se han recogido asimismo algunos fragmentos de sílex quemado, con las típicas resquebrajaduras,
lo que demuestra el uso de fuego.
CRONOLOGIA
Nos faltan muchos elementos de juicio para poder emitir este punto tan importante, tales como: fauna, estratigrafia, etcétera; pero, sin
embargo, después d-e revisar las colecciones expuestas en los museos,
podemos emitir una opinión cronológica, basada en la tipologia. Podemos hablar de un «Musteriense final de tradición Achelense». Este
periodo se manifiesta como una decadencia industrial en el tránsito
del paleolítico medio al superior. Los raspadores aquillados, los abundantes cuchillos y los bifaces degenerados serian las piezas más repr~sentativas de este paso.
Los yacimientos madrileños comparables son. los de la «Casa de
Campo» y algunos niveles de «San Isidro», donde se encuentra esta industria asociada a una fauna compuesta de Equus caballos y Bos sp.
en niveles de tierra blanca.
-
2o-
[page-n-28]
'
J. PASTOR MU:&Oz
BIBLIOGRAFIA
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A LEROI-GOURHAN: •La Prehistoria>. Barcelona, 1974.
-
26 -
[page-n-29]
V. CASANOVA VAI
(Bocairent)
EL ENTERRAMIENTO DOBLE DE LA COVA
DE LA SARSA (BOCAIRENT, VALENCIA)
La Cava de la Sarsa está enclavada en las estribaciones NO. de la
Serra Mariola, en la partida de Mossen Gregori, a unos 5 Km. de Bocairent y en su término municipal.
El yacimiento abre su entrada a media ladera de la montaña, a
850 m.s.n.m., siendo una cavidad de grandes dimensiones (en el plano de la fig. 1 sólo se representa una pequeña parte de la misma) y de
tipo laberíntico, con abundantes formaciones estalagmiticas; el goteo
es abundante y la humedad consiguiente elevada durante la mayor
parte del año, especialmente a partir de la llamada Sala Gran (fig. 1 ).
Descubierta como yacimiento arqueológico por Ponsell, alrededor
de 1928 (1), él mismo realizó cortas campañas de excavación entre
1931 y 1939, comisionado por el S. l. P. en cuyo Museo de Prehistoria
de Valencia se conserva la mayor parte del conjunto de materiales
procedente del yacimiento. La importancia de la Cava de la Sarsa fue
manifiesta desde los primeros hallazgos y ya en 1928 aparecen las
primeras noticias sobre ella en las que Ballester la define como enterramiento eneolitico con cerámica cardial (2).
Debido a la riqueza de sus materiales cerámicos la problemática
de Sarsa va siempre estrechamente ligada a la propia de las cerámicas.impresas cardiales, especialmente a partir de los trabajos de San
Valero, que la convierten en punto de referencia obligado para todos
(1)
F. PONSELL: «La Cova de la Sarsa (Bocairente)•. Archivo de Prehistoria Levantina, I, Valeucia,
1929, págs. 87-89.
(2) l. BALLESTER: ~unas cerámicas interesantes en el valle de Alilaldu Cultura Valenciana, III,
c." 3/4, Valencia, 1928, pág. 20.
- 27 -
[page-n-30]
V, CASANOVA VAfió
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[page-n-31]
ENTERRAMIENTOS COVA DE LA SARSA
3
los estudios sobre el Neolitico peninsular (3). En los últimos años se
han realizado nuevas excavaciones en el yacimiento por parte de Asquerino, cuyos resultados todavía no han sido dados a conocer.
Con el presente trabajo nos proponemos dar noticia del hallazgo
de un enterramiento doble en una de las grietas de la cueva, como
consecuencia de la exploración minuciosa que de ella realizamos hace
años dentro de las actividades del Centro Excursionista de Bocairent,
y cuyos materiales se conservan en el Museo de la localidad. De este
enterramiento doble dio noticia con anterioridad Asquerino, por lo
que se refiere al ajuar que lo acompañaba (4).
En la antes mencionada Sala Gran, en su parte derecha, se abre
una grieta en forma de cuñ.a, cuyas dimensiones son 2' 80 m. de largo
por 0'21 m. de ancho mínimo, 0'36 m. de ancho medio y 0'52 m. de
ancho máximo, que se encontraba en su mayor parte rellena de tierra. Esta tierra fue retirada por niveles artificiales de 0'10 m. de potencia, conservando un testigo de 0'80 m. de amplitud,
A partir de los 0'20 m. de profundidad fue apareciendo un conglomerado de piedras en la parte de la entrada de la grieta semejante a
un pequeQo muro de contención. A medida que se fue profundizando,
respetando la posición original de las piedras, pudimos comprobar
que, en efecto, se trataba de un muro de contención que alcanzaba
0'90 m. de altura por 0'21 m. de anchura máxima y que separaba la
grieta de la Sala Gran, lo que es un hecho de gran importancia a la
vista de la secuencia estratigráfica que proporcionó la grieta y de los
consiguientes materiales recuperados (fig. 2):
NIVEL 1
Profundidad mlhima: 0'20 m.
Potencia máxima; 0'20 m.
Potencia mínima: 0'20 m.
Composición: tierra cribada de color melado oscuro y muy fma. formando pequei'tas bolitas o grumos,
con algunas piedras.
NIVEL 11
Profundidad mlh::ima: 0'80 m.
Potencia mWdma; 0'60 m.
Potencia mínima: 0'52 m.
Composición: tierra grisácea compacta con alJundantea reatos de carbón y cenizas, nwnerosas pie·
dras de pequefto y mediano tama.fto.
(3) J. SAN VALERO: 1Notas para al estudio de la cerW:nica cardial de la Cueva. de la Slll'BWI Actlll.l y
Memorias de la Sociedad Espa.ftola tia Alltropolog:la, Etnografla y Prehistoria. Madrid 1941 págs. 141146.
,
.
'
~· SAN VALERO; «La Cueva de la SB.rlia (Booa.irante, Va1enoia)l. Tra.lJll,jos Varios del S. I. P., 12, Va·
lencia, 1950.
(4) M. D. ASOUERINO: Wasos cardialea ln~ditos dala cuava de la Sarsa. (Bocalrente valencia)».
'
TrabaJos de Prehistoria. 33, Madrid, 1976, págs. 339·350.
- 29-
[page-n-32]
4
V, CASA:YOVA V,W{l
••
•
-:ro-
[page-n-33]
ENTERRAMIENTOS COVA DE LA SARSA
6
NIVEL III
Profundidad máxima: 0'93 m.
Potencia m<\xlma: 0'13 m,
Potenda mínima: 0'08 m.
Composición: tierra do color siena tostada oscura, compacta, con algunas piedras de mediano temaño.
Por lo que a materiales arqueológicos se refiere, si bien en la superficie de la grieta aparecieron diversos restos actuales, tanto el Nivel 1 como el Ill fueron completamente estériles; por el contrario, el
_____
........._,...........
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L
5
____;10cms
Fig, J.-Vaso con dacoración cardJal
Nivel 11 ofreció un rico conjunto que cabe interpretar como los restos
de un enterramiento doble y su ajuar correspondiente, El inventario
de los materiales de este Nivel 11 es el siguiente:
a]
MATERIALES ARQUEOLOGICOS
l. Cubilete de cerá:miml. con decoración impreaa cardlal; borde redondeado, cuerpo ovoide y base
ligeramente convexa, con un asa de apéndice que presenta una doble perforación; hecho e mano. Pasta
de color rojo con desgrasante míoéceo y superfidas de color gris, alisadas. Decoración formada por im-
31 -
[page-n-34]
6
V, CASANOVA
VAiM
presiones de borde y natls de cardium que se extiende sobre el cuerpo, la base y el asa del vaso. Faltan
varios fragmentos. Altura: 17 cm.; grosor: 0'7 cm.; diámetro: 15'3 cm. (liga. 3 y 4, y Lám. 1).
2. Cuchara de hueso, pulida, levemente fragmentada. Puede considerarse también como una espá"
tula anche. Longitud: 123 mm,; anchura: entra 26 y 10 mm. (flg. 5, n. 0 1).
3. Pun~ón de hueso, pulido, en buen estado. Longitud: 118 mm.; anchura máxima: 13 mm. l!lg. 5,
n.• 2).
4. Punzón de hueso; muy pulido, en buen estado. Longitud: 98 mm.; anchura máxima: 15 mm. lfig.
5, n.• 3).
5. Objeto de hueso de forma fusiforme, pulido, en buen oslado. Se aprecia por ambas caras un tenue raspado. Longitud: 77 mm.; anchura máxima: 10 mm.; grosor: 4 mm. (flg. 5, n.• 4).
IL Punzón de hueso, pulido, incompleto. Longitud: 80 mm.; anchura máxima: 16 mm. (fig. 6, n.• 1).
7. Fragmento da sortija de hueso, pulido, en buen estado. Anchura; entre 8 y 6 mm.; grosor: 2 mm.
B. Fra!:mento de sortija de hueso, pulido. Anchura: entre 15 y 12 mm.; grosor: 2 mm.
9·11. Tres pectuncu/us con perforación en el natís.
12. Valva do cardium adule.
13-15. Tres co/umbella con perforación.
"'-------''-------'!,O
Fig. 4.-Desarrollo del vaso de la fig. anterior
16. Lámina do sHex gris claro. Retoque inverso, mixto, próximo-medial; directo, continuo, i~quier·
do. 45 x 15 x 5 mm. (Ji¡¡. 6, n. 0 3).
17
Lámina de ~ilex melado oscuro. 36 xll x2 mm. (flg. 6, n.• 2).
18. Lámina de sllex marrón. 35xl7x5 mm. (fig. 6, n. 0 4).
19. Lasca de sllex melado. Retoque directo, continuo, derecho; inverso, proximat derecho.
46 x 32 x 9 mm. (fig. 6, n.• 5).
20. Microlámina de slle:ot: marrón oscuro. l!.etoque mixto, continuo. 17 xB x3 mm. (fig. 6, n.• 6).
21. Lámina de sllex melado oscllrO. l!.etoqlle inverso, continllo. 31 xll x3 mm. (fig. 6, n.• 7).
RESTOS RUMANOS
1. Cráneo da hombre adulto, incompleto. Le falta la apófisis ascendente derecha, el pómulo dero·
cho y medio maxilar superior derecho. El resto del maxilar consen•a dos premolares y tres molares. El
maxilar inferior conserva canino y premolare9 derechos, con acusado desgaste.
-
32 -
[page-n-35]
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[page-n-36]
V, CASáNCVA V~Ó
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En la pade 'urmrh.r de-l fr(}IItiiÍ se obllervtt un abondamlot:toque podr".aintelpiiltiiXS!I CIJtnoia huella
o cielliril: de una b~¡~rida ~un1da.
2. C!é1100 lotlump{eto, posllilemMIIA infantil. Li! !"a1tan km ptmruilis y mi!xilore~><
se OO!UI!rvau )mellas da Juego en el ¡¡~p!tal, que estA incrn::upiet¡¡.
3. Ctlbuu. d& fémur, fragmenoo de tlliia que cOO!S+n'&la carilla articular y \ltr!l~ restos ó;:eos qn,.
forman UtHI. bwoh!l o coH:glomarado (i(l Ül;llTII ~a, ceniU~s, cubone~. b.uesm y un fr¡;g!lWllto de cenirulca
p;rrtelll!deuw al vaso an~iii'!M"i.ll
to oo e~;w sector de la coova con el c:on!llguient;fpro¡;:&~O de calcllroaolón bustu el p1mto que ru;te crmg;o.
m(ttwJO ap11r~ció rn.::uhlerto de um; pOOcula da carbouatP cáklco de \ltl!)' Z mm. d!l e~¡resor U.ém. m.
2
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)¡oh"'¡,
Fig. 6. ·OfUetrn¡. de hoom y silex
IT.
rt.)
[page-n-37]
ENTERRAMIENTOS COVA DE LA SARSA
9
La presencia de este enterramiento doble en la grieta de la Sala
Gran de la Cava de la Sarsa nos conduce a las primeras noticias publicadas sobre el yacimiento y que, como hemos dicho anteriormente, la
definían como enterramiento eneolftico con cerámica cardial por parte de Ballester, opinión que seria compartida por Ponsell al señalar
que, al menos parcialmente, debió utilizarse para este fin.
Los testimonios de la existencia de restos humanos en el yacimiento abundan en la bibliografía: San Valero (5), Lebzelter (6), Fletcher (7), etcétera. Pero, además del rico conjunto que procedente de
las antiguas excavaciones fue inventariado en el estudio de San Valero, hay que destacar que el propio Ponsell depositó en el Museo de
Prehistoria del S. I. P. de Valencia, muchos años después de aquellas
excavaciones, en 1962, otros cuatro cráneos humanos hallados también en Sarsa (8). Si a todo ello añadimos los restos aquí presentados,
vemos que el número de cráneos humanos procedentes de Sarsa se
eleva a siete y, en consecuencia, su carácter de cueva de enterramiento junto al de cueva de habitación parece más que probable.
Marti ha destacado recientemente la importancia que cabe atribuir a este carácter de cueva de enterramiento de Sarsa, incomprensiblemente negado en ocasiones por la bibliografia, máxime cuando
este es un hecho que parece repetirse en otros yacimientos neolíticos
valencianos (9); tal sería el caso de la Coveta Empareta (Bocairent,
Valencia) (10), de la Cava de Dalt {Térbena, Alicante) (11) y quizá de
la Cava de l'Or (Beniarrés, Alicante).
El carácter de cueva de enterramiento junto al de habitación
podría ser un argumento para situar el yacimiento, o parte de sus materiales, en el Eneolitico, periodo al que se asocia en nuestras tierras
el enterramiento múltiple en cueva. Este seria el punto de vista expuesto por Asquerino al atribuir el vaso cerámico procedente del enterramiento que ahora presentamos al Bronce Inicial, basándose para
(5) SAN VALERO, op. cit. nota 3.
(6) V. LEliZELTER: •Sobre algunos cráneos eneoUticos del Este de Españ!l!>. Archivo de Prehistoria
Levantina, li, Valencia, 1946, págs. 143-149.
(7) D. FLETCHER:
(8) D. FLETCHER: «La labor del S. I. P. y su museo en el pasado año 1962». Tirada aparte de la Me·
moría presentada por l!i Secretaria General. Diputación Provincial, Valencia, 196S, pág. 16.
(9) B. MAR TI: oCova de l'Or (Beniarrés, Alicante). Val. h. Trabajos Varios del S. 1. P., 51, Valencia,
1977. pág. 34.
00) M. D. ASOUERINO: «Coveta EmparetiDI. Noticiario Arqueológico Hispánico, Prehistoria, 3,
Madrid, 1975, plig. J78.
Ull E. PLA: o:Prehistórla de la provincia d'Alacant». Premi Jawne 1 de l'Instltut d'Estudis Catalans.
Barcelona, 1966. Inédito.
I. SARRION: «El yacim.iento neoUtico de la Cava de Dalt. T~rbena~. Revista del Instituto de Estudios
Alicantinos, 18, Alicante, 1976, págs. 42-55.
-
35 -
[page-n-38]
10
V. CASANOVA VAtol"ó
ello en la tipología del asa (12). Por el contrario, a juicio de Marti no
deben olvidarse las diferencias que existen entre los conjuntos neolíticos y eneolíticos, y los materiales que acompañan a este enterramiento doble son considerados como típicamente neolíticos frente a la au-
sencia de elementos claramente eneolíticos como pudieran ser las
puntas de flecha de retoque bifacial, que no suelen faltar nunca en los
enterramientos eneolíticos y que en Sarsa son desconocidas hasta el
momento presente (13).
Sin pretender abordar aquí la compleja problemática del Neolítico diremos finalmente que el ajuar de este enterramiento doble se relaciona sin ninguna excepción con lo que hoy sabemos de Sarsa y de
otros yacimientos neolíticos valencianos como Or, de modo que la valoración que de él se haga en orden a consideraciones culturales y
cronológicas ha de ser, por fuerza, la del conjunto de dichos yacimientas.
Las aportaciones más importantes de cuanto hemos expuesto hasta aquí serían la constatación de la presencia de enterramientos en
cueva desde el Neolítico de las cerámicas impresas cardiales, el conocimiento de uno de estos ajuares y el ofrecer unos restos humanos cuya filiación cultural puede considerarse como segura, lo que es de
gran importancia en orden a futuros trabajos de antropología física.
1121
113)
ASOUERINO, op. cit. nota 4, pág. 347.
MARTI, op. cit nota 9, pág. 35.
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CASANOVA.-Enterramientos Sarsa
Conglomerado de huesos humanos del enterramiento de Cova de la Sarsa
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J. V. LERMA Y J . BERNABEU
(Valencia)
LA COVETA DEL MONTE PICAYO
(Sagunto, Valencia)
I
INTRODUCCION
La coveta del Monte Picayo se encuentra situada a 3° 22' 10" de
longitud y 39° 38' 3" de latitud en la hoja 696 correspondiente aBurjasot, del Instituto Geográfico y Catastral, escala 1:50.000. (fig. 1).
Se trata de una covacha de reducidas dimensiones (fig. 2) excavada en el rodeno de la montaña denominada Gausa 103, que se encuentra comprendida en el vértice geodésico de Monte Picayo. Orientada hacia el E., la entrada se encuentra sobre un pequeño escarpado
de no muy dificil ascensión, en el que se localizan varias cuevas de
parecidas características, cuya prospección no proporcionó materiales arqueológicos.
Cabe destacar que algo más lejos, en el término municipal de Gilet, se sitúan unas pinturas rupestres de tipo esquemático enmarcadas dentro del Eneolitico, cultura a la que pertenece el yacimiento (1).
n
LA EX CAVACION
Descubierta en 1972 por Matlas Calvo Gálvez y José V. Lerma
Alegría, asiduos colaboradores del S. 1. P., proporcionó en aquella
ocasión una cuenta tubular de -piedra rojiza y varios fragmentos de
cerámica lisa, entre ellos un borde. Posteriormente, la cueva fue visitada en dos ocasiones (en 1975 y 1977), proporcionando algunas
(11 D. FLETCHER VALLS: «La labor del s. I. P. y su m useo en el pasado año 197h. Valencia, 1973,
p. 85.
- 37 -
[page-n-42]
'
J. V. LERMA y J . BERNABEU
- 38 ..
[page-n-43]
3
COVETA DEL MONTE PICAYO
cuentas de collar y varias lascas de silex, lo que nos hizo suponer que
nos encontrábamos ante una cueva de enterramiento eneolitica similar a otras muchas aparecidas en nuestra región, y decidir su excavación, que se llevó a cabo del2.0 al25 de septiembre de 1977, previa la
autorización de la Subdirección General, bajo la dirección -de la profesora Gil-Mascaren y los firmantes de la presente nota (Lám. I).
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Fig. 2.-Planta de la covacha y situación de las catas
La covacha presentaba dos zonas bien diferenciadas: una parte S.
(zona no excavada de la fig. 2), en la que la tierra se reducía a una fina película de arena mezclada con abundantes piedras de pequeño tamaño procedentes de la descomposición del suelo de la cueva, y una
parte N. (zona excavada de la fig. 2), en la que la potencia de la tierra
parecía ser mayor, por lo que decidimos comenzar abriendo una cata
transversal (E-W) en esta parte (cata A. de la fig. 2) pata comprobar
- 39-
[page-n-44]
4
J V LERMA Y J. BERNABEU
su estado de erosión que nos parecía considerable. Dicha cata, de
2'22 m. (diámetro máximo en sentido E-W) por 1 m., confirmó nuestra suposición sobre el estado de erosión en que se encontraba el yacimeinto, cuya potencia estratigráfica se reducía a una capa superficial
de 32 cm. de profundidad máxima desde el plano de referencia (unos
20 cm. de potencia real), formada por Wla tierra grisácea, polvorienta,
con abundantes piedras de pequeño tamaño en su parte más baja de
contacto con la roca {fig. 3). A continuación, se excavaron las capas B
Fig. 3.-Sección por A-B, con indicación del plano de referencia y corte correspondiente aliado norte de la cata A.
y e, con idénticos resultados (fig. 2). El material recuperado es escaso: varias cuentas de collar (discoidales y tubulares, en piedra y en
hueso); algunas lascas de sílex sin trabajar y un fragmento de punzón
de cobre de sección cuadrada.
La ausencia total de huesos humanos no nos parece que pueda de~
rivarse de un posible carácter no funerario de la cueva, sino del esta~
do de erosión en que se encontraba, ya que el resto de los materiales
recuperados indican claramente la presencia de un ajuar de enterra~
miento.
- 40 -
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COVETA DEL MONTE PICA YO
m
INVENTARIO DE MATERIALES
En el presente apartado incluimos todos los materiales procedentes tanto de la excavación como de las distintas prospecciones. Dada
la ausencia de criterios estratigráficos, procederemos a agruparlos en
grupos convencionales.
A)
Cerdmica
l.
2.
B)
Sílex
l.
CJ
Tres fragmentos pertenecientes al borde de un mismo vaso.
Pasta, marrón. Desgrasante, calizo y abundante. Superficie,
marrón sin restos de bruñido o alisado; cerámica a mano, sin
decoración (fig. 4, 1 ).
Trece fragmentos de cerámica, pertenecientes al cuerpo de
distintos vasos. Pasta, desengrasante y superficie, variados;
sin restos de bruñido o alisado; cerámica a mano, sin decoración.
Once lascas y esquirlas de sílex sin retocar; color, melado,
gris o blanco (fig. 4, 11).
Metal
l.
Un fragmento de punzón de cobre de sección cuadrada; medidas: 4'9 cm. de largo por 0'4 cm. de ancho (fig. 4, 10; Lám.
II, C).
D)
Objetos de adorno
l.
2.
Seis cuentas discoidales planas de hueso (Lám. II, D).
Once cuentas discoidales planas en piedra negra (pizarra)
(Lám. II, E).
3.
4.
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Dos cuentas discoidales planas en piedra verde (Lám. Il, B).
Todas las cuentas discoidal es planas miden entre 6' 4 mm. de
diámetro máximo y 4' 4 mm. de diámetro mínimo.
Ocho cuentas tubulares en piedra rojiza (rodonita). Medidas:
entre 19 y 13 mm. de longitud; y entre 5 y 6 mm. de diámetro
(fig. 4, núms. 6, 7, 8 y Lám. II, A).
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41 -
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cobre; 11: Lasca de sílex.
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COVETA DEL MONTE PlCAYO
5.
7
Dos fragmentos de una cuenta tubular del mismo material
que las precedentes. En estos (fig. 4, 9), puede observarse una
doble perforación cónica en sentido longitudinal que fue realizada, probablemente, con instrumento metálico.
IV
ESTUDIO DE LOS MATERIALES
Entre los materiales recuperados cabe destacar, por su abundancia, las cuentas de collar tubulares en piedra. Este tipo de cuentas se
presenta en muy contadas ocasiones entre los yacimientos valencianos paralelizables con el nuestro. Hasta el momento, sólo seis de estos
yacimientos han proporcionado cuentas tubulares similares: Rocafort, Sima de la Pedrera y Recambra, en Valencia; Filomena, Cava de
l'Oret y Bechi, en Castellón.
De la Cava de l'Oret proceden 14 cuentas tubulares en piedra, dos
de las cuales son del mismo material que las del Picayo. También de
esta misma cueva proceden dos cuentas discoidales de rodonita en
proceso de fabricación. Junto a estos materiales se encontraron un
hacha plana y un cincel de cobre (2).
De la cava de Bechí, son siete cuentas tubulares en piedra, tres de
ellas de rodonita, junto con otras 2 5 discoidales del mismo material (3),
En los sepulcros de Filomena (Villarreal) se hallaron cinco cuentas
tubulares en piedra asociadas con cerámica campaniforme (4).
En la cueva sepulcral de Rocafort, existe una cuenta tubular en
piedra semejante a las nuestras, asocíada a un puñal de lengüeta (5).
En la Sima de la Pedrera (Benicull) aparece una cuenta tubular,
de idéntico material a las estudiadas, asociada, en este caso, a un
punzón de cobre de sección cuadrada (también similar al de Picayo);
(21 Material cedido amablemente para nuestro estudio por D. JesUs López.
(3) Material cedido por D. Jesús López.
(4) A. CASTILLO; ~La gran cultura hispánica del pleno Eneolltico». Historia de España dirigida por
Menéndez Pidal, torno l. Madrid, 1974, p. 639, tig. 518.
(51 I. BALLESTER TORMO: «Enterramiento en cueva de Rocaforlil. Trabajos varios del s. I. P.,
n.• 9. Valencia, 1944, Lám. II, C.
- 43 -
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J. V. LERMA Y J. llERNABEU
a un puñal de lengüeta y una punta de Palmella de cobre; a cerámica
campanifonne, y a botones de hueso, cónicos, con la tipica perforación en V (6).
También en la cava de la Recambra (Gandía) aparece una cuenta
tubular del mismo material que las nuestras (7) asociada con metal
(punzón de sección cuadrada), cerámica campanifonne, botones en
hueso piramidales de perforación en V, y un posible fragmento de
brazalete de arquero (8),
Por otra parte, los punzones de cobre de sección cuadrada se encuentran presentes en yacimientos donde aparece el campaniforme:
Barranc del Castellet (Carrlcola, Valencia) (9), y la necrópolis de Algorfa (Orihuela, Alicante) (1O); o en yacimientos donde aparece el puñal de lengüeta: Cava de la Barsella (Torremanzanas, Alicante) (11) y
Cava de Xarta (Carcagente, Valencia) (12); o en yacimientos donde
aparecen ambos elementos: Sima de la Pedrera (13). Sólo en dos casos
aparece aislado del anterior contexto: en la Covacha de Ribera (Collera, Valencia) (14) y en la gruta de les Llometes (Alcoy, Alicante) (15).
En lo que respecta al resto de los materiales, tanto las cuentas discoidales como la cerámica lisa, aparecen en la casi totalidad de los
yacimientos de este perlado.
(6) D. FLETCHER VJ\LLS: •La labor del S. I. P. y su museo en el pasado año 1973>. Valencia, 1975,
p. 108-109.
Véase en este mismo volumen el trabajo do J. APARICIO: •La Sima de la Pedrera•.
(7) V. GORREA CRESPO:
(B) J. SAN VALERO, A. SANCHO y J. APARICIO: dnvestigaciones arqueológicas on la Cova de Re·
cambra (Gandía, Valencia)>. Saitabi XXVI. Valencia, 1976, p. 27 y 31.
(91 E. PLA BAILESTER: oLa ce veta del Barranc del Castellet (Carr!cola, Valencia)•. Archivo de Preltistoria Levantina, V. Valencie, 1954, Lám. V, A, By C; Lém. VI, A.
1!0)
J. FURGUS: oCol.laccló de treballs sobra prehistoria valencianlll!. Trabajos Varios del S. I. P.,
n.• 5. Valencia, 1937, p.32.
(11) J. :BELDA DOMINGUEZ: •Excavaciones en el monte de la Bersella (Torremanzanes, Alicante)•.
Mem. de la Junta Superior de Exc. y Antigüedades, n.• 100 ILám. VII A) y 102 ILI!im. XV A). Madrid,
1929y31.
(12)
FLETCHER VALL5: op. cit. nota 1, p. 104.
113)
FLETCHER, op cit. note 6 y APARICIO, op. cit. nota 6.
{14) E. PLA llALLESTER:
1966, Llim.. II, l.
~La
covaoha de RllieraJ. Archivo de Prehistoria Levantina, VIL Valencia,
115) V. PASCUAL PEREZ: dlallllllgos prehistóricos en Les Llometes>. Archivo de Prehistoria Levantina, X. Valencia, 1961, Lám. II, b.
- 44 -
[page-n-49]
COVETA DEL MONTE PICA YO
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V
CONCLUSIONES
Si excluimos los yacimientos de la Cava de l'Oret y de Beclú, cuyos materiales proceden de meras prospecciones superficiales, el conjunto de los paralelos anteriormente expuestos nos muestra una considerable uniformidad en los ajuares estudiados.
Por una parte, las cuentas tubulares en piedra aparecen asociadas con el metal en todos los casos; con el campaniforme y los botones
en V aparecen en un 50 % de las ocasiones, proporción que podría ser
mayor si pensamos que la expoliación en unos casos (Rocafort) y la
erosión natural en otros (Picayo), pueden haber impedido que dicho
material llegue hasta nosotros.
Por otra parte, sólo en dos de los siete yacimientos estudiados el
punzón de cobre de sección cuadrada no aparece relacionado ni con
el campaniforme ni con los puñales de lengüeta {Covacha de Ribera y
gruta de Les Llometes).
Por tanto, podemos concluir:
l. Que, por el conjunto del material encontrado en el yacimiento, nos encontramos ante una cueva de enterramiento que por sus reducidas dimensiones no podrla contener a más de dos individuos, lo
que la alejaría de las grandes cuevas de enterramiento colectivo (Pastora, Llometes, etcétera).
2. Que nos encontramos ante los restos de un ajuar clasificable
dentro de una fase muy avanzada del Eneolítico, tal vez en trasición
hacia la Edad del Bronce Valenciano, que Llobregat, en su estudio
comparativo de la periodización realizada por los Leisner para el megalitismo del W. peninsular con las cuevas eneoliticas valencianas,
caracteriza por la presencia de puñales de lengüeta asociados con cerámica campaniforme, botones de hueso con perforación en V y brazaletes de arquero (16); fase que en recientes investigaciones ha sido
denominada como «Necrópolis de Transición» (17).
3. Que las cuentas de collar tubulares en piedra aparecen siempre en relación con este tipo de ajuares, por lo que creemos posible su
inclusión como material característico dentro de este estadio.
[16) E. LLOBR.EGAT CONESA: dos Leianer y el calcoUtico v~lend!Wo~. Archivo de Prehistoria Le·
vantina, XI. Valencia, 1966, p. 89.
[17) J. APAIUClO: «Estudio económica y social de la Edad del Bronce valenciano». Publicaciones
del Archivo Municipal de Valencia, serie tercera. Trab~oa monográficos n.• S. Valencia, 1976. p. 91·
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- 45 -
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10
J . V. LERMA Y J. BERNABEU
Con todo, no creemos que el problema de la posible periodización
del Eneolitico valenciano pueda ser resuelto con la información de
que actualmente disponemos. Tanto la escasez de buenos conjuntos
de materiales publicados, como la falta de un.a estratigrafia clara sobre la que apoyar y a la que remitir las posibles hipótesis derivadas de
las comparaciones tipológicas, nos hacen ser cautos en nuestras conclusiones, a las que consideramos como resultados puramente provision ales en espera de nuevas aportaciones.
-
46 -
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LERMA-BERNABEU. -Coveta del M onte Picayo
V ista general de la vertiente donde se localiza la cueva y entrada de la mism a
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B. MARTI OLIVER
J. GIL SANCHO
(Valencia)
PERLAS DE ALETAS Y GLOBULOS DEL CAU RABOSER
(Carcaixent, Valencia)
(Algunas consideraciones sobre el Eneolltico Valenciano)
Muy cerca de la costa mediterránea, entre el valle de Valldigna y
la Ribera del Xúquer, se levantan unas alineaciones montañosas con
clara dirección NO.-SE. que constituyen las últimas estribaciones del
Sistema Ibérico. Este conjunto montañoso está formado por un anticlinal calcáreo jurásico-cretáceo profundamente carsificado y desventrado por la gran combe del valle de Aigües-Vives, con la Serra de
la Barraca, de formas aplanadas, al SO. y la Serra de les Agulles, en
áspera crestería, al NE.; en este flanco se adosa otro anticlinal fallado
con la Serra del Cavan Bernat y la gran combe de la Murta ( 1 ).
Las últimas montañas de la Serra de la Barraca, al NO. del conjunto y en término municipal de Carcaixent, reciben el nombre de
Muntanyes del Realeng y llegan hasta las proximidades de la población. En el marco de esta pequeña zona montañosa y sobre todo desde
la Serratella, derivación más occidental de les Muntanyes del Realeng, a la Serra de les Agulles, se viene practicando desde hace años
una exploración minuciosa en la que participamos junto con V. Roca,
J. Guerrero y otros.
Especial interés tienen los pequeños barrancos y montañas que
confluyen y limitan el Barranc de l'Estret; este barranco, limitado
por Les Agulles al E. y les Muntanyes del Realeng y de la Barraca al
0., constituye el camino natural que une el valle cuaternario del Xú(1) A. LO PEZ GOMEZ: «Reglón Valenciana». En M. de TERAN: «Geografla de Espail.a y Pon.ugal». t.
IV, 2.' parte, Ed. Montaner y.Simón, Barcelona, 1967.
A. LOPEZ GOMEZ: «Geografla de les Terres ValenclaneSJ>. Valencia, 1977.
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47 -
[page-n-54]
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B. MARTÍ OUVER y J GIL SANCHO
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e los yaciml untos citad 09 en el texto
[page-n-55]
CAU RABOSER
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quer, a la altura de los términos municipales de Alzira y Carcaixent,
con la Valldigna, atravesando el valle de Aigües-Vives. Los hallazgos
de materiales prehistóricos son abundantes, aunque el hecho de movernos estrictamente en el plano de las prospecciones hace que la información acerca de los nuevos yacimientos sea fragmentaria,. a la espera de futuros y metódicos trabajos de excavación.
La aparición de una perla de aletas y otra de glóbulos entre los
materiales del Cau Raboser, primeras que conocemos en el Eneolítico
valenciano y punto más meridional de su hallazgo en la Península
hasta el momento, motiva el que demos noticia de ellas como nuevo
elemento de adorno en las inhumaciones eneolíticas o de transición al
Bronce Valenciano, presentándolas en el contexto de otras cuevas sepulcrales de la zona con las que debe formar una unidad cultural y
cronológica, dadas su proximidad y las evidentes relaciones de los
ajuares, planteando al mismo tiempo algunos problemas generales del
Eneolítico Valenciano.
EL CAU RABOSER
Se encuentra en las estribaciones NO. de les Muntanyes del Realeng, cerca de la entrada del Barranc de l' Anell y a unos 60 m. de altura sobre el fondo del barranco. Las características principales del
yacimiento pueden verse en el plano que presentamos (fig. 1); se trata
de una pequeña covacha de planta aproximadamente cuadrada, estrecha y alargada en sentido vertical, en cuyo fondo y en la parte inferior se abre otra pequeña cavidad de altura muy reducida con la que
comunican dos estrechos túneles. Las hemos denominado respectivamente, Cámara A y B, Grieta del Fondo y Grieta de la Izquierda. Esta
última merece una atención especial: consiste en un estrecho túnel
que se inicia ligeramente por encima del suelo de la Cámara B, ganando altura y tamaño con rapidez a la vez que se adentra en la montaña; el suelo de la grieta presenta-piedras abundantes de gran tamaño
y entre ellas pudimos observar la presencia de fragmentos cerárllicos,
restos de cráneo humano y otros huesos; su gran pendiente y la abundancia de materiales que presenta entre los bloques caídos hacen suponer la exístencia de un yacimiento superior necesitado, para su verificación, de futuras exploraciones.
En las proximidades de la cueva y en el suelo de la Cámara A, la
presencia de un fragmento de bóveda craneana, una vértebra, un
fragmento de mandíbula y otros restos humanos, junto a un pequeño
fragmento de cerámica hecha a mano, dieron los primeros indicios de
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[page-n-56]
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B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
hallarnos ante un enterramiento prehistórico y motivaron la minuciosa exploración y recogida de materiales que a continuación detallamos.
GAMARA A
18 pequeños fragmento9 de cerámica correspondientes al cuerpo de un vaso, de aspecto tosco y erosionado. Pasto negra con desgrasanle de caliza y mica; color pardo en el exterior y más oscuro en el interior. Hechos a mano.
1 fragmento de cerámica con caractedsticas semejantes a las anteriores y posible borde {fig. 2,
núm. 10).
24 pequeñas conchas da Nassa, Conus y Natica, perforadas para su utili~ación como cuentas de collar lLilm. Il.
1 fragmento de Dentalium, cuenta de collar lfig. 2, n(lm. 81.
7 pequeñas cuentas discoidales de hueso (Lám, 1).
i; pequei'ias cuentas discoidales de piedra (Um. l),
Numerosos restos humanos: fragmentos de cráneo, de rnandlbula, dientes, una vértebra, etcétera.
CAMARA B
1 punta de flecha foliácea. Retoque plano, cubriente, bifacial. Sílex blanco, con córtex. 32 x 15 x 5
mm. (fig. 2, núm. 3 y Lám. I).
1 punta de muesca de tipo levantino. Retoques complementarios, muy marginales, en la mitad prmd.
mal del borde i~quierdo y en la parte distal derecha. Silex amarlllo claro. 48 x 11 x 4 mm. (flg. 2, núm. 4 ·
y Um. I).
3 fragmentos de cerámica pertenecientes al borde y cuerpo de una vasija de paredes rectas. Pasta
negra con abundante desgrasante calizo. Color pardo-amarillo en superficie; alisada.
1 fragmento de cerámica correspondiente al borde y cuerpo del vaso. Pasta negru~ca con desgrasante de pequeño tamad(); conserva restos de une fina capa de engobe blanco o concreción en ambas superficies (fig. 2, núm. 9).
22 pequeños fragmentos de cerámica, aUpicos; caractedsticas semejantes a los anwriores.
72 pequeñas conchas de Nassa, Conos y Natica, perforadas para su utili~adón como cuentas de collar (Lám. I).
26 pequeñas ~uentas dis~oidales de hueso (Lám. 1).
5 pequeñas cuentas discoidales da caliza y pi~arra (Lá.m. I).
1 fragmento de hueso plano, pulido; fragmento de aglija o lámina e8trecha apuntada (flg. 2, mim, 5).
Restos humanos: puada aírrmarsa la existencia de un enteiTamiento individual in si tu dado que pudimos comprobar la existencia de 7 vártebras alineadas y ensambladas en dos grupos, de tres y cuatro vértebras respectivamente; una articulación de brazo, fragmentos de cráneo, de mandlbula, dientes, costiLlas, un fémur, etc. Pese a la Importancia de las evidencias enumeradas es dificil pronunciarse por la disposición del enterramiento: la mayor abundancia de restos corresponde a la entrada de la Cámara By a
su parto norte, las vértebras estaban alineadas en dirección NE.·SO. y la articulación del brazo al norte
de ellas.
GRIETA DE LA U:OUlERDA
l fragmento de cerámica correspondiente al borde y cuerpo de una vasija do parados muy ligeramonte curvas. Pasta negra con desgrasan te cali~o grande y abundante; color pardo-nogru~co en superficie. Hecho a mand (fig. 3, núm. 2 y Lám. II, núm. 1).
1 fragmenta de cerámica correspondiente al borde, cuerpo y base de un cuenco de tendencia hemisférica. Pasta negruzca con desgrasante abundante; superficies pardo-grisáceas. Hecho e meno (fig.
3, nóm. 3).
1 fragmento de cerámica correspondiente el borde y cuerpo de una vasija de paredes rectas. Paste
negruzca con desgrasante cali~o y mic¡j_ceo. Interior muy erosionado; exterior de color rojizo. Hecho a
mano (fig. 3, núm. 1 y Lám. II, nóm, 2).
Varios fragmentos de cerámica correspondientes al cuerpo; caucterlsticas semejantes a los antorio-
'"'
_,
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CAU RABOSER
7
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo. Retoque bifacial, plano, Invasor. Sllox blanco-gris.
40 x 20 x 3 mm. (flg. 2, núm. 1 y Ló.m. 1).
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo iD.ciplentes. Retoque plano, cubrlente, bifacia!. Sílex-blanco
amarillo. 21 x 17,5 x 3 mm. lflg. 2, núm. 2 y Lám. 1).
1 lasca de snex. Sin retocar. 1 perla o cuenta de glóbulos, de piedra caliza (fig. 2, núm. 6 y Lám. 1)
perla o cuenta de aletas, de piedra caliza (fig. 2, núm. 7 y Lám. l).
Columbella perforada, cuenta de collar.
44 pequeñas conchas de Nassa, Conus y Natica, perforadas para su ut!lización como cuentas de co
llar (Lam. Il.
5 peque11as cuentas discoidales de hueso (Lám. l).
7 pequeilas cuentas discoidales de callza y pizarra (Lám. Il. .
Restos humanos: dos fragmentos de bóveda craneana y otros huesos.
)
2
.. . . . .
'..
.. ·· .
.:.;· .: .. ·..... :
3
Fig. 3.-Cau Ra.boser
-
53 -
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'
B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
Tal como se desprende de la enumeración de los materiales recuperados, el Cau Raboser es una cueva sepulcral eneolítica o de transición al Bronce Valenciano. Los hallazgos de la pequeña Cámara B
prueban que allí se efectuó un primer enterramiento individual, en
tanto que los restantes materiales dispersos, en especial los provPnientes de la Grieta de la Izquierda, nos hablan de otras inhumado
nes. El conjunto de los materiales puede considerarse normal en este
tipo de yacimientos con la excepción de la punta de muesca y de las
perlas de aletas y glóbulos, aquélla por insólita en tal. contexto y estas
últimas por lo que suponen de novedad dentro de la gran variedad de
adornos del Eneolítico valenciano. Pero, tal como se ha dicho al principio, el Cau Raboser forma parte de un pequeño conjunto de cuevas
sepulcrales, a algunas de las cuales nos referiremos ahora brevemente (véase mapa).
COVA DE LA CAIGUDA
Situada a la entrada del Barranc de 1' Anell, muy cerca del Ca u
Raboser pero en la parte opuesta del barranco. Posee una pequeña entrada en forma de estrecho túnel horizontal que da paso a una cavidad de pronunciado desnivel, con abundantes columnas y coladas. En
diversas exploraciones de los pequeños recovecos que forman la cueva se recogieron algunos restos humanos, entre ellos un cráneo com
pleto; abundantes fragmentos de cerámica hecha a mano, sin decoración, y un fragmento correspondiente al borde y cuerpo de un vaso de
tendencia globular que presenta decoración formada por una banda
horizontal de impresiones circulares delimitadas por sendas líneas incisas. (fig. 4, núm. 6),
COVA DELS DOS FORATS O DEL MONEDERO
Se trata de una cavidad sumidero con diversas y estrechas entradas que se abren a nivel del suelo en una zona amesetada de las montañas del Realeng, aproximadamente entre las cuevas del Cau Rabo
ser y de Xarta. Descendiendo por uno de estos túneles verticales se
abre una pequeña estancia de la que parten diversas gateras.
Al igual que en los casos anteriores, diversas exploraciones del
yacimiento lo revelan como cavidad sepulcral. Los materiales encontrados son:
- 54 -
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9
CAU RA110SER
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2
3
6
Fig. 4.-1 a 6: Cava dala Doa Forats o del Monedero. 8: Cova de la Caiguda
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
10
1 hoja de s!\ex con retoque directo, plano y oblicuo, continuo, invasor, bilateral. Si!ex blancu2co,jas-,eado. con ligera pátina y señales de erosión. 78 x 14 x 3
(fig. 4, nóm, 3\.
1 punzón de hueso, de sección plano-convm[a (fig. 4, núm. 1).
1 fragmento de punzón sobre hueso de con~o (llg. 4, núm. 2).
l cuenta de collar, bltroncocónica, de calalta (fig. 4, nóm. 4).
l Columbella per-forada, cuenta de colllll' (flg. 4, núm. 5).
=·
Diversos fragmentos de cerámica, atípicos. Hechos a mano.
Restos humanos.
COVA DE XARTA
Pequefta cavidad situada en el Barranc de Xarta, partida de la
Basseta, en su parte izquierda y a la altura de la base del barranco,
cerca de su confluencia con el Barranc de l'Estret.
Descubierta por los señores Robledo y Gallego, parte de sus materiales fueron depositados en el S. I. P. por don Víctor Oroval (2).
Los materiales que se conservan de lo que debió ser un enterramiento son los sigu_ientes:
1 puñal con lengtleta dentada, da cobre (fig. 5, núm. 5).
1 punzón de sección cuadrada, de cobre ([ig. 5, núm. 6).
1 anillo de sección cuadrangular, de cobre o bronce (fig. 5, núm. 2).
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo. Retoque plano, cubriente, bifachd. Sllex pardo-amarillo.
lfig. 5. nú.m. 1).
2 pequeño;>s Cardiums con el natis perforado (fig. 5, núm. 3).
1 tableta de hueso de forma triangular, rota en uno de sus extremos: muy pulida y brillante (fig. S,
núm. 4).
Un cráneo humano y algunos huesos, sin clasificar, muy erosionados por la acción del agua.
COVA DELS GATS
Se halla situada en unos escarpes que limitan por el NO. el llamado Plá del Gallo, en las estribaciones de la Serra de les Agulles, a la
parte derecha del Barranc de l'Estret, muy cerca y aguas abajo del
Barranc de Xarta e inmediata al Hort de Brú. Posee una pequeña entrada por la que se desciende a la cueva con abundantes gateras y
unos cuarenta metros de recorrido.
Los materiales que procedentes de diversas prospecciones se hallan depositados en el S. I. P. comprenden:
2
1
1
1
1
1
cazuelas del estilo del Vaso Campaniforme con rica decoración incisa.
Vaso Campaniforme con decoración de bandas incisas rellenas de motivo reticulado.
pequeño cuenco en forma de casquete esférico, sin decoración.
braMlete de arquero.
punta de flecha da sílex. Retoque plano, cubriente, bifacial.
cuchillo o gran hoja de sllex.
(2)
D. FLETCHER: 1La labor da! S.l. P. y su Museo en el pasado año l97h. Valencia, 1973, p. 104.
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2
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ID-
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Flg. 5.-Cova del Barr8IlC de Xarta
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANC!IO
En las visitas efectuadas por nosotros pudimos comprobar la profunda remoción a que ha sido sometido el yacimiento, observándose
abundantes restos humanos dispersos por su interior y aún en las proximidades de su boca, recogiéndose y depositándose en el S. I. P. (3).
COVA O SIMA DE LES ARANYES
Se halla sobre un pequeño cerro al S. del Plá del Gallo; al igual
que la Cava deis Gats se encuentra en la parte derecha del Barranc de
l'Estret, en dirección a Alzira, aguas arriba y muy cerca del Barranc
de Xarta. <
una estrecha gatera, se puede profundizar hacia abajo unos ocho o
diez metros más. Su recorrido longitudinal es muy limitado y su anchura casi la justa para permitir el tránsito)) (4).
Fueron hallados, sin contexto alguno, cerámicas campaniformes
publicadas por Fletcher (5):
Z vasos campaniformes con decoración formada por bandas de llneas obHcuas limitadas pvr senda~
lineas horizontales, todas ellas impresas de instrumento. Tipo marltimo.
Diversos fragmentos correspondientes al cuerpo de un vaso campaniforme con decoración da Hneas
impresas do instrumento que forman una banda horizontal flanqueada por triángulos.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Este pequeño conjunto de cuevas de inhumación guarda una es
trecha relación entre si tanto por su situación geográfica como por lm.
materiales recuperados, relación que puede extenderse a otros yacimientos próximos situados tanto al N., donde se encuentra la Sima de
la Pedrera (6), como al S., donde los hallazgos de vasos campaniformes son abundantes en la- comarca de Gandía.
Hasta el momento no ha sido posible encontrar los lugares de habitación correspondientes a los enterramientos que presentamos y tari
sólo podemos dar noticia de dos pequeños asentamientos atribuidos al
(3)
E.
PLA: «Actividades del S. J. P. ( 1961-1965)), Archivo de Prehistoria Levantina, XI, Valencia,
1966, p. 288.
D. FLETCHER: «Museo de Prehistoria de la Diputación Provincial de Valenclu. Valencia, 1974.
(4) J. DONAT: ~Catálogo espeJeo lógico do la provincia de Valencia». Memorias del Instituto G~oló·
gico y Minero de Espafta, LXVII, Madrid, 1967, p. 11.
15) D. FLETCHER: ~Nuevos vasos campaniforroes en la provincia de Valenclu. IX C. N, A. (Valladolid, 1965), Zarago~a, 1966, ps. 106·108.
(6) Véase en este mismo volumQO el trabajo de J. APARICIO, sobre la Sima de a Pedrera.
-
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CAU RAJlOSER
"
Bronce Valenciano, con muy escasos materiales: el Cabe¡;:ol de l' Anell
y el Cabe¡;:ol del Barranc de Mir; el primero situado en un pequeño altozano a la entrada del Barranc de 1' Anell, en las proximidades de la
Cava de la Caiguda y del Cau Raboser, en el que recogimos algunos
dientes de hoz, molinos de mano y fragmentos cerámicos hechos a
mano y sin decoración, y el segundo, sobre un escarpe de la parte izquierda del Barranc de l'Estret, aproximadamente a la misma altura
que la sima de les Aranyes y próximo a la Cava de Xarta, prospectado
desde antiguo por Nicolau Primitiu. En cualquier caso, la unidad que
representan estos yacimientos y especialmente los de Aranyes, Gats y
Xarta, los dos primeros con campaniforme y el tercero con elementos
que podemos considerar típicos del ajuar que puede acompañar a tal
especie cerámica, bordeando el camino natural del Estret, ejemplifica
la importancia que hubo de tener el poblamiento de la zona en estos
momentos finales del Eneolítico.
Como ha expuesto recientemente Fletcher (7), los hallazgos de vasos campaniformes en los yacimientos valencianos han sido relativamente numerosos en los últimos años de modo que conviene reconsiderar la antigua visión que señalaba un vacío casi total de esta especie cerámica en tierras valencianas. Una relación de tales hallazgos
sobrepasa el número de veinticinco, de los que algunos, como ya se ha
dicho, guardan estrecha relación con Aranyes, Gats y Xarta, en virtud
de su situación geográfica: la Sima de la Pedrera al N., y los de las
cuevas de Recambra, Retoret, Meravelles, Bernarda, Negra de Marxuquera Alta, etc., en la comarca de Gandía, al S.
La cronología aceptada para el vaso campanifonne en nuestras
tierras se sitúa en términos generales entre 2000 y el1600 a. de C.,
con una mayor vitalidad hacia el 1800-1700. Los trabajos de Harrison permiten disponer de una base sólida a la hora de valorar la evolución de los diferentes tipos y parece fuera de duda la mayor antigüedad de los tipos l}larítimo y cardado sobre los de decoración incisa. Siguiendo este planteamiento los vasos de les Aranyes podrían situarse entre el 2000-1800, mientras que las cazuelas de Gats se en-
171 D. FLETCHER: ~Cuenco de estilo campaniforme, de procedencia desconocld~n. XIV C. N, A. (Vltoria, 1975), ZIU'agoza, 1977, ps. 277-278.
D. FLETCHER: •CampanifOJrme~. Gran Enciclopedia de la Regi6n Valenciana, T, II, Valencia, 1973,
ps. 306-307.
o. FLETCHllR: &Algunas consideraciones sobre el estade~ actual de loa estudios de Prehistoria en la
Reglón Valencian~n. Crónica de la VII Asamblea de Cronistas Oficiales del Reino de Valencl~n, 1970. Seplll'ata, Valencle, 1972.
-
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B. MARTl OLlVER y J. GIL SANCHO
cuadrarían mejor entre el 1800-1500 a. de C. (8). Con todo es este un
problema sujeto a discusión todavía, dada la ausencia de secuencias
estratigráficas y la diversidad de cronologías que se les atribuye en
otros ámbitos cuya evolución es en muchos casos semejante a la Valenciana, como sucede en el arco mediterráneo que se extiende desde
el noroeste italiano a los Pirineos en el que las dataciones absolutas se
sitúan con frecuencia en los últimos siglos del IU milenio, pero, en términos generales, creemos que las conclusiones de Harrison proporcionan un marco adecuado en el que inscribir las hipótesis que guíen futuros trabajos.
El vaso campaniforme constituye una de las señales a las que se
asocia la transición Eneolítico-Edad del Bronce, completada con otros
elementos de los·ajuares en que éste suele aparecer, como los botones
de hueso con perforación en V, los puñales de lengüeta y punzones de
cobre, los brazaletes de arquero, las cuentas tubulares sobre piedra
rojiza estudiadas por Lerma y Bernabeu en la Cava del Picaio (9), etc.,
además del carácter no múltiple que presentan por lo general tales
enterramientos. Hoy resulta evidente que la amplitud cronológica del
vaso campaniforme va mucho más allá de la transición EneolíticoBronce Valenciano y que si bien en el caso de los tipos marítimos, por
ejemplo, podemos considerar razonable que estemos en tal transición,
en otros casos nos encontraríamos ante enterramientos y asentamientos propios del Bronce Valenciano.
La Cultura del Bronce Valenciano se caracteriza por la aparición
de lugares de habitación en lo alto de lomas y pequeñas montañas de
fácil defensa, en algunos casos con recintos amurallados en las zonas
más accesibles; las casas son entre cuadradas y rectangulares, sin
que aparezcan signos claros de urbanismo. Respecto a los restos materiales de esta cultura hay que destacar su monotonía y la repetición
de tipos, lo que dificulta el establecimiento de su periodización, en la
que actualmente trabaja R. Enguix. La cerámica es hecha a mano,
basta, con desgrasante abundante, presentando diferentes tonos sobre un mismo vaso debido a las deficiencias de cocción; la decoración, o bien no aparece o es pobre, se reduce a las ungulaciones, digitaciones, cordones y algunas incisiones. La industria lítica se caracteriza por los dientes de hoz, uno de los elementos más representativos
del período; lascas retocadas y restos de talla. De hueso aparecen
(8) R. J. HARRISON: t:El Vaso Campaniforme como horlzonte"delim.ltador &n &1 Leva.oto &spaftohl.
Cuadornos de Prehistoria y Arqu~tolog:!a C!utllllonense, 1, C!lstllll6n, 1974, ps. 63-70.
R. J. HARRISON: cThe Bell Be alter Cultures of Spain and Portugal>. American School of Prehistoria
Research, Bull. 35, Peabody Museum, Harvard Unive!"!.lity, 1977.
(9) Véase en este m.Jsmo volumen el trabajo de V. LERMA y J. BERNABEU, sobre la Cova del Plcaio.
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CAU RABOSER
15
punzones de distintas clases, colgantes y, aunque no son frecuentes,
botones y espátulas. De piedra son característicos los brazaletes de arquero o afiladeras, los molinos barquiformes, hachas y azuelas pulidas, mazos, percutores y moldes de fundición. De metal, aunque escaso, aparecen puñales con remaches de enmangue, punzones y puntas
de flecha. Como elementos de adorno encontrarnos las conchas perforadas y las cuentas de collar, aunque_ mucho más escasas que en el
Eneolítico. Los enterramientos, individuales o de pocos cadáveres, se
encuentran en pequeñas covachas o grietaS naturales, en cistas o rodeados de piedras más pequeñas, sin que falte algún enterramiento
debajo de los lugares de habitación; los ajuares que acompañan a los
distintos tipos de enterramientos son pobres y escasos, presentando
algunas cerámicas propias del Bronce Valenciano y, ocasionalmente,
algún resto metálico.
Las diferencias entre los poblados del Bronce Valenciano y los
eneolíticos son manifiestas, lo que veremos más ampliamente al referirnos a la Ereta del Pedregal. En cuanto a los enterramientos puede
decirse lo mismo, ya que los enterramientos eneolíticos presentan un
carácter múltiple y una gran abundancia y variedad de ajuares.
La cronología que puede darse para los inicios del Bronce Valenciano estaría entre 1900 y 1800 a. de C. de acuerdo con la.s dataciones absolutas que se poseen, permaneciendo en la oscuridad el problema de su evolución: Serra Grossa, 1665 ± 100; Terlinques, 1650
± 115; Cabezo Redondo, 1600 ± 55; Pie deis Corbs, 1561 ± lOO; Ca tí
Forada, 1522 ± 150; Castillo de Frias, 1520; todas estas fechas referidas a. de
c.
(10).
Las cuevas de enterramiento presentan algunos problemas adicionales que han dado lugar a la denominación de necrópolis de transición para un pequeño grupo de ellas, significándose así su adscripción
al Eneolítico final-Bronce Valenciano inicial; dentro de ellas se incluirían las aquí presentadas y otras entre cuyas características está
la presencia de cerámicas campaniformes o de elementos considerados como acompañantes de ellas, anteriormente enumerados, como es
el caso de los puñales de lengüeta, desconocidos hasta el momento en
los poblados. También en favor de la transición aboga el carácter
tardío de los brazaletes de arquero en los yacimientos valencianos, se,ñalado por Pla ( 11 ), donde es frecuente su asociación con dientes de
.
(101 Pata la Penlnsula Ibérica véase la serie de fechas publicadas pot M. ALMAGRO GORBEAen la
revista •Trabajos de Prehistoria•, núms. 27 a 32, Madrid, 1970 a 1975.
(11) E. PLA; ~Los llamados Brazaletes de Arquero y el Eneolitico Valenciano•. VIII C. N. A. (Sevilla.
Málaga. 1963), Zaragoza, 1964, ps. 216-225.
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B. MARTl OLIVER y J. GIL SANCHO
hoz en típicos poblados del Bronce Valenciano; al igual que la aparición de campaniforme en algunos poblados o en enterramientos claramente asociados con ellos: Peñón de la Zorra (Villena, Alicante)( 12), Mas delJulje (Liria, Valencia) (13), Puntal del Barranc de les Caves (Estubeny, Valencia) (14) ... Sin descender al análisis pormenorizado de cada uno
de los elementos presentes en estas necrópolis de transición, lo que escapa a
las posibilidades del presente trabajo, insistiremos en que una datación entre
1800-1600 a. de C. para ellas, tal como se ha venido suponiendo, implica, más
que una transición, un momento ligado al pleno Bronce Valenciano.
Por otra parte, volviendo al mundo de los poblados, parece que las
fechas iniciales del Bronce Valenciano se acercan en exceso a las que
tradicionalmente se daban para el pleno Eneolitico de la Ereta del Pedregal y que coincidía con la fecha de C. 14: 1980 ± 250 a. C. Este hecho merece una atención especial dado que la diferencia entre los estratos eneolíticos de la Ereta del Pedregal y cualquiera de los yacimientos del Bronce Valenciano es considerable. Aunque pueda parecer lo contrario, el número de poblados eneolíticos valencianos es elevado, pero los trabajos y excavaciones realizados sobre ellos son tan
exiguos que nuestras consideraciones se han de reducir por el momento al importante poblado de la Ereta del Pedregal, en el que actualmente continúan las campañas de excavación por parte del S. I.
P., dirigidas por Play con la colaboración de uno de nosotros (Martí).
En este yacimiento tendríamos, de acuerdo con los resultados publicados (15), un primer estrato de tierras revueltas entre las que se encontrarían elementos típicos del Bronce Valenciano como los dientes
de hoz, escasos útiles metálicos .. -; el estrato II, sobre un lecho de piedras a 85 cms. de profundidad, vería la desaparición de los útiles metálicos que sólo aparecen en la parte superior, y de los dientes de hoz,
pudiendo considerarse como propio de un Eneolítico Final; los estratos correspondientes al pleno Eneolitico serían los III y IV de la campaña de 1963, con dos niveles de fondos de cabañas situados a 125 y
165 cms. de profundidad, respectivamente, correspondiendo al relleno del nivel inferior la datación de 1980 a. C. que nos parece excesi-
02)
1965.
J. M." SOLER: «El Tesoro de VillenM. Excevaclonea Arqueológicu enEspaila, 36, Madrid,
(13) J. V. MARTINEZ: «Carte Arqueológica de l'edralbe y Bugarra !Valencia).. Archivo de l'rehi8to·
rle Levantina, XIV, Valencia, 1975, p. 173.
(14) J. APARICIO: «Puntal del Barranc de les CoveSJ>. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana,
T. 9, Valencia, 1973, p. 206.
(15) D. FLETCBER, E.l'LA y E. LLOBREGAT: «La Ereta dell'edregal (NavlllTés, Velencla)l. Excavaciones Arqueológicas en España, 42, Madrid, 1964.
- 62 -
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CAU RABOSER
vamente baja y que no tiene procedencia exacta conocida. Estos estratos presentan una total ausencia de metal en la amplia extensión
excavada y una gran abundancia de utillaje lítico: puntas de flecha de
retoque bifacial y formas variadas, de pedúnculo y aletas, cruciformes, romboidales ... ; hojas y elementos de hoz, raspadores, geométricos, trunca duras oblícuas retocadas, perforadores, etc.; hachas y
azuelas de piedra pulida; punzones y espátulas de hueso; cerámica
sin decoración con predominio de las formas globulares o de tendencia hemiesférica y elementos simples de prensión como los pequeños
mamelones. Por debajo de este segundo nivel de fondos de cabaña, un
último estrato, el V, se asentaría directamente sobre la turba, que
aparece casi pura a partir de 185-195 cms., con materiales semejantes al estrato IV si bien puede ser significativa la ausencia del tipo de
flecha de aletas y pedúnculo bien desarrollado. Este estrato V correspondería a un Eneolitico Inicial.
El análisis de los materiales correspondientes a los estratos
eneolíticos de la Ereta del Pedregal revela una gran diferencia con
respecto a los materiales que aparecen en los poblados del Bronce Valenciano, y también con respecto a los propios de los yacimientos
neolíticos. En los poblados del Bronce Valenciano son escasas las puntas de flecha de sílex, mientras aparecen con relativa frecuencia los
brazaletes de arquero o afiladeras, los útiles metálicos entre los cuales el puñal de pasadores o remaches sustituye al de lengüeta, los vasos carenados, los vasos colador ... Por otra parte, la comparación con
los yacimientos neolíticos resulta igualmente significativa: algunos
elementos líticos pueden relacionarse claramente como es el caso de
los perforadores, los geométricos, las truncaduras oblícuas retocadas,
los elementos de hoz ... ; otros son nuevos como es el caso de los raspadores, de los que tan sólo algunas hojas con frente de raspador aparecen en los yacimientos neolíticos, y, sobre todo, la punta de flecha de
retoque bifacial que es totalmente desconocida en yacimientos como
Sarsa, pero que está exiguamente representada en yacimientos como
Or, atribuibles a los últimos momentos de habitación de la cueva tal
como se desprende de los recientes trabajos de excavación en el yacimiento. {16).
La relación entre los yacimientos neolíticos y eneolíticos conlleva
el problema de la periodización de nuestro Neolítico y su exposición
requeriría una prolija descripción de yacimientos y materiales, pero
(16) B. MAR TI: ~Cova. de l'Or (Benlarrés, Alicante)», Trablljos varios del S. l. P., 51, Valencia, 1977.
B. MARTI: •Cova de I'Or (Benlarrés, Alicante). Nuevos datos sobre el Neolítico del Este peninsulao.
Comunicación a la Reunión sobre los problemas del C. 14. Madrid, abril, 1978.
-
63 _-
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
es conveniente, al menos, recordar aquí algunos indicios como los ez..
puestos anteriormente, o como la presencia de cerámicas peinadas en
Or, Emparetá, Cocina IV ... y también en la Ereta.
A modo de resumen de los actuales trabajos podemos decir que el
final del Neolítico se situaría entre los milenios IV y 111 a. C. y que
el principio del Bronce Valenciano estaría en torno al 1900-1800 a.
C., no resultando excesivo proponer la mayor parte del 111 milenio para el desarrolo del E neolítico con una datación 2500-2000 para el Pleno Eneolítico de la Ereta del Pedregal, que encontraría fáciles paralelos en otras áreas peninsulares y en el arco mediterráneo que se extiende desde el golfo de Génova hasta el litoral andaluz.
Como se ha dicho, los problemas planteados por la relación entre
poblados eneolíticos y del Bronce Valenciano se repiten en el caso de
las cuevas de enterramiento múltiple, pero con dificultades adicionales. Sin olvidar los importantes trabajos de Ballester ( 17), la primera
visión de conjunto sobre las cuevas de enterramiento eneolíticas se
debe a Pla (18) y puede decirse que, en general, las características
que trazara continúan siendo válidas, aunque los años transcurridos
han aportado nuevas precisiones y una cronología creciente.
Remitiéndonos a la extensa bibliografia, sólo quisiéramos insistir
en aquello que siempre se. creyó aunque era y es dificil de precisar: el
amplio conjunto de cuevas de enterramientos que conocemos no es
sincrónico y en el momento presente podemos atribuirles un espectro
muy extenso que se iniciaría en el Neolítico y terminaría en pleno
Bronce Valenciano.
De esta secuencia aparecen claramente delimitadas las correspondientes a los momentos iniciales y finales: en el primer caso estarían los enterramientos en cuevas como La Sarsa, Emparetá, Cava
de Dalt; en el segundo, las necrópolis de transición, y las que se han
considerado siempre como propias del Bronce Valenciano.
De la Cava de la Sarsa poseemos las mejores evidencias (19); de
Emparetá puede afirmarse que fue lugar de habitación y de enterra-
{17) l. BALLESTER: rLa Covacha Sepulcral del Cami Real. Alhaidao. Archivo de Prehistoria Lsvautina, I, Valoncia, 1\~28, ps. 31-85.
¡ 18) E. PLA: d.a Covacha de Ribera {Cullera, Valencla)o. Archivo de PreWstoria Levantina, VD, Valencia, 1958, ps. 23-54.
mis~;)vol~~=~-~~l trabajo de V. CASANOVA, sobre al enterramiento doble dala Cava deJa Sarsa, en esta
MARTI: «Cova do l"Ont, op. cit. nota 16, ps. 34·35.
M. D. ASOUERINO: cVasos cardiales inéditos de la Cueva de la Sarsa ¡Bocairente, Valencia)». Trabajos de Prehistoria, 33, Madrid, 1976, ps. 339·347.
- 64 -
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CAU RABOSER
19
miento (20), al igual que la Cava de Dalt (21), sin que los materiales
proporcionados por estos yacimientos permitan situarlos por debajo
del final del Neolítico. De las necrópolis de transición y su relación
con el Bronce Valenciano sólo es necesario recordar lo expuesto por
Pla (22), Tarradell (23), Fletcher (24), Llobregat (25), Aparicio (26) ...
La mayor parte de las cuevas de enterramiento estaban revueltas
en el momento de su excavación y no ha resultado factible el identificar ajuares, de modo que hemos de aceptar como sincrónicos elementos que necesariamente están muy separados en el tiempo, desde el
momento del inicio de la utilización hasta su final: de ello podrían ser
ejemplos la presencia de elementos metálicos en la Cova del Frontó,
junto a cerámicas con decoración impresa cardial (27), o el caso del
Barranc del Castellet, donde un pequeño fragmento cardial acompaña
al vaso campaniforme (28). Quizá fuera útil recordar aquí algo que se
ha repetido insistentemente para los dólmenes, como es el carácter intrusivo que pueden tener algunos de los elementos encontrados en
ellos, el vaso campaniforme incluido, y que, como señalara Llobregat,
debe ocurrir de modo idéntico en las cuevas (29).
l,a presencia de cerámica campaniforme y cardial en Castellet, o
el ajuar del Frontó, junto a la presencia de enterramientos en yacimientos neolíticos, podría suscitar de nuevo las teorías de la filiación
cardial para el vaso campaniforme. Pero nada apoya tal suposición,
aunque es preciso reconocer que temáticamente decoraciones incisas
e impresas de instrumento que aparecen en los yacimientos neolíticos
pueden considerarse similares a las campaniformes; en ningún caso
(20) M. D. ASOUERINO: «Coveta Emparot.U. Noticiario Arqueológico Hispánico, Prehistoria, 3,
Madrid, 1976, ps. 111-168.
(211 1. SARRION: ~El yacimiento neolítico de la Cova de Dalt. Tárbena~. Revista del Instituto de Es·
tudios Alicantinos. Núm. 16, II Epoca, mayo-agosto. Alicante. 1976, ps. 41-55.
(22) PLA: Op. cit. notas 9 y Hi.
!23) M. 1'ARRADELL: «Ensayo de identificación de las necrópolis del Bronce Valenciano». Archivo
de Prehistoria Levantina, X, Valencia, 1963. ps. 59·67.
(24) FLETCHER: Op. cit. notes 5 y 7.
(25) E. LLOBREGAT: ~Estudio de los Megalitos portugueses por los Leisncr, y las cuevas de enterra·
miento múltiplo del Pals Valenciano». Archivo de Prehistoria Levantina, XI, V~lenc>a, 1966,
ps. 111-90.
E. LLOBREGAT: tille! fin del Neolltico de cerámicas impresas al comienza de la Edad del Bronce en la
Región Valencianao, Papeles del Laboratorio de Arqueologla do Valencia, 9, Valencia, 1973, ps. 3-10.
E. LLOBREGAT: «Nuevos enfoques para el estudio del pedodo del Noolltico al Hierro en la Región Va·
lendana.. Papeles del Laboratorio de Arqueologla de Valencia, 11, Valencia, 1975, ps. 119-140.
(26) J. APARICIO: •Estudio económico ysoclal de la Edad del Bronce Valenciano». Valencia, 1976.
(27) E. PASTOR y S. TORRES: «Los enterramientos eneolltlcos de la cueva del Ftontó, Salern (Va·
lencia)•. Archivo de Prehi$toria Levantina, XU, Valencia, 1969, ps. 27-41.
(28) E. PLA: 1La Coveta do! Barra.nc del Castellet (Carrfcola, Valencia)». Archivo de Prehistoria Le·
vantina, V, Valencia. 1954, pe. 35-64.
129) LLOBREGAT: •Nuevos enfoques ... », op. cit. nota 25.
'
- 65 -
[page-n-72]
B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
puede afirmarse lo mismo de las formas ni de los elementos asociados
a c<-:.da especie cerámica. Hallazgos de cerámicas impresas cardiales
y campaniformes se conocen en la estratigrafia de la Cava de les Cendres, convenientemente separadas por niveles intermedios (30).
Finalmente hemos de referirnos a la perla de aletas y a la perla de
glóbulos del Cau Raboser, primeras que encontramos en nuestros yacimientos y punto más meridional de su área de repartición hasta el
momento. Dentro de la Península sólo conocemos los hallazgos de la
Cava de l' Arbones y de .Kobeaga I.
La Cava de l' Arbones (Pradell, Tarragona), presentaba restos de
al menos cinco individuos con un rico ajuar entre el que se incluye un
puñal de lengüeta, un botón en forma de caparazón de tortuga, muy
abundantes cuentas de collar de diversos tipos, cerámica sin decoración, abundante industria lítica con grandes hojas con lustre de cereales, puntas de flecha de retoque bifacial, etc., además de dos perlas de aletas y una de glóbulos. El estudio de Vilaseca y Capafons recoge la repartición de los elementos de este ajuar, con especial atención a los botones y a las perlas de aletas y glóbulos. (31).
La cueva de Kobeaga I (Isparter, Vizcaya) (32), también con inhumaciones, proporcionó dos perlas de glóbulos con abundante ajuar
que incluye, además de cerámica y sílex, un brazalete de arquero con
doble perforación, colgantes planos de hueso, cuentas cilíndricas y de
tonelete, un botón circular con perforación en V, tubos de hueso segmentados, etcétera.
Una lista de yacimientos con perlas de aletas y glóbulos puede
verse en el trabajo de Vilaseca y Capafons, y en la recopilación realizada por Bordreuil (33). Por nuestra parte, nos limitaremos a señalar
su abundancia en la Francia meridional, especialmente al O. del valle
del Ródano, Aparecen en el Grupo de Ferriéres y de Fontbouisse, en el
Languedoc; en el Grupo de Treilles o de las Grands Causses, en los Alpes, en el Jura ... La cronología aceptada cubre un período considerable que va desde la segunda mitad del tercer milenio en que parece
desarrollarse el Grupo de Ferriéres, aproximadamente del 2600 a
2200 a. C., hasta la datación C. 14 para la Cueva de Sargel (St. Rome
/301 .Result~doso(lbtenidos en las recientes excavaciones realizadas bajo la dirección de E. LLOBREGAT, cuyos materiales pude estudiar en el Museo de Alicante, y a quien agradecemos su amabilidad,
(31) S. VILASECA y F. CAPAFONS: ~La Cueva sepulcral eneolltica de L'Arbones (tolrmi.o.o do Prade1U». Trabajos de Prehistoria, XXIII, Madrid, 1967.
(32) J. M. APELLANIZ: •Corpus de materialeG de les culturas prehistóricas con cerámica de lapoblación de cavernas del Pals Vasco meridionab. Muniba, suplemento n.• 1, San Sebastián, 1973, ps. 52-
"·
(33) M. BORDREUIL: •Recbercbes sur les perles ;l ailettes>, Congrés Préhistoriquc de Frunce, XVIII
(Ajuccio, 1966), Pans, 1966 ps. 251-264.
- 66 -
[page-n-73]
CAU RABOSER
21
de Cernan, Aveyron) de 1760 ± 180 a. C. El estudio de los ajuares,
donde aparece muestra que los diversos tipos de perlas o cuentas
van generalmente asociados aunque sus proporciones puedan variar
según las regiones. Entre los elementos que suelen acompañarles encontramos el amplio repertorio de cuentas de collar propias de dólmenes y cuevas sepulcrales, los botones de hueso con perforación en V,
los botones en forma de capazón de tortuga ... y también vasos campaniformes (34).
Puede decirse que su presencia en el Ca u Raboser no aporta precisiones cronológicas más allá de lo anteriormente expuesto para este
pequeño conjunto de yacimientos que acabamos de reseñar y el Cau
Raboser podría situarse cómodamente en los inicios del II milenio a.
de C., es decir, dentro de la transición Eneolítico-Bronce Valenciano.
Sería, pues, una necrópolis de transición en el sentido que hemos expuesto aquí, en tanto otras que han merecido tal denominación y que
se fechan en momentos más avanzados, 1800- 1600 a. de C., serían
ya necrópolis del Bronce Valenciano, cuya periodización se hace cada
vez más necesaria. La importancia de estos elementos de adorno en el
Ca u Raboser radica fundamentalmente en la valoración de la unidad
que presentan las tierras ribereñas del Mediterráneo, en lo indudable
de los contactos dentro del arco norte del Mediterráneo Occidental
desde Arene Candide a los yacimientos valencianos cuando menos.
Hablar de unidad y de similar proceso evolutivo obliga a reflexionar y valorar adecuadamente las diferentes nomenclaturas empleadas en este ámbito geográfico ya que, con frecuencia, las diferencias
cronológicas y culturales son menores de lo que la diversidad de denominaciones parece indicar. Así, por ejemplo, en la bibliografía francesa y en parte de la bibliografía penjnsular, suele situarse a menudo
el inicio del Calcolítico o Eneolítico en relación con la aparición del
vaso campaniforme, mientras se habla de un Neolítico final diversiiicado en culturas regionales, lógicamente anterior a aquél; estructura-
(341 J. ARNAL ot JI. BERTRAND: d'resentation de nouveaux tumuli non mégalithiques». Archivo
de PrchisloriH Levantina, IV, Valencia, 1953, p. l3l. fig. 7.
L. BALSAN et G. COSTANT1N1: «La Grotte I des Trailles¡\ St. Jean etSt. Paul (Aveyronl~. Gallia Pre·
histoire, t. 15, Paris, 1972, ps. 229-259.
J. GUILAINE: •L'Age du Bronze en Languedoc Occidental, Roussillon, Ariégeo. Mémoires de la Société Préhistorique Fr~nqaise, t. 9, Paris, 1972, p. 78.
B. PAJOT et J. CL01"TES: •Le Dolmen 2 du Freu, ;l. Cazals (Tarn-et-Garonnelo. Bullet!n Société Préhistorique Franqaise, t. 72, Eludes et Travaux, Paris, 1975, ps. 382-401.
ps. ~6~." ROUDIL: •Grott:e de Través (Montclus, Gardl~. Gallia Prehlstoire, t. 19, fase. 2, Paris, 1976,
O. ROUDIL et BERARD: oLa Grotte de Gonfaron (Var)>. Bulletln Société Préhistorique Franqalse t
74, C. R. S. M .. París, 1977. ps. 15-19.
' '
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"
B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
ción muy distinta a la que es habitual entre nosotros, donde el vaso
campaniforme se sitúa a partir de la transición Eneolítico-Bronce.
Sin duda existen diferencias locales o entre áreas más extensas
que justifican la amplia gama de culturas arqueológicas, pero esto no
debe confundirse con diferencias culturales y cronológicas profundas,
que se utilizan posteriormente para establecer relaciones genéticas
nunca probadas. Por seguir con el ejemplo del vaso campaniforme, no
parece razonable que su horizonte inicial sea 300 años más antiguo
en el arco norte del Mediterráneo que en el litoral valenciano, ni aparece justificado por sus contextos. El valor testimonial que en estos
problemas tienen elementos de tipología tan precisa como las perlas
de glóbulos y aletas debe ser tenido en cuenta, ya que, en efecto, nos
encontramos ante unos objetos exóticos, de indudable procedencia
septentrional, prueba de contactos y de similar horizonte cronológico
para los conjuntos en los que aparecen.
Terminado este trabajo se ha publicado un estudio sobre el material de superficie del Mas del Jutje o Puntal sobre la Rambla Castellarda (35), en el que se presenta una recopilación de posibles yacimientos eneolíticos valencianos. Según sus autores, Aparicio, Martínez y San Valero, el yacimiento se presenta como de filiación eneolítica, sobre todo por la abundancia de puntas de flecha de sílex y por la
presencia de algunos fragmentos de cerámica campaniforme, situándolo entre el 2000 y el 1700 a. de C. Por otra parte, consideran correcta la datación de la Ereta del Pedregal, entre el 2000 y 1600 a. de
C., a la vez que sitúan el momento álgido del Eneolítico entre el3000
y el 2000 a. de C., lo que es contradictorio a nuestro juicio.
Si bien podemos estar de acuerdo en lo primero, es decir, en laposible correspondencia de los materiales conocidos del Puntal a un
Eneolítico final, aunque quizá exista en esta posición una valoración
excesiva de los fragmentos de campaniforme y habrá que esperar a
los resultados de las excavaciones; no nos parece que la Ereta del Pedregal, yacimiento bien conocido a través de numerosas campañas de
excavación, pueda englobarse en el mismo período cronológico, ya
que, de seguir la propuesta de estos autores, todos los niveles de la
Ereta del Pedregal se situarían entre el Eneolítico final y los inicios
del Bronce :Valenciano. Sin duda existe un nivel superficiaL propio del
Bronce, pero los restantes niveles subyacentes no pueden asimilarse a
un Eneolítico final posterior alZOOO a.de C., tal como hemos expuesto
en las páginas precedentes.
(35) J. APARICIO, J. V. MARTINEZ y J. SAN VALERO: •El Punta( sobre la Rambla Castellarda y
el poblamiento eneolltico en la Región Valenciana•. Saitnbi. XXVIl (1977), Valencia, I97B, ps. 37-62.
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LAM. 1
1\f.ARTI-GIL SANCHO.-Cau Raboser
Cau Raboser
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LAM. 11
MARTI·GIL SANCHO.-Cau Rabose•
Cau Rab oser
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J. APARICIO PEREZ
(Valencia)
SIMA DE LA PEDRERA
(Benicull, Polifté del Júcar)
(Valencia)
1
DESCUBRIMIENTO Y PROTECCION
El día 17 de noviembre de 1973, la maestra nacional de Benicull,
barrio de Poliñá del Júcar, doña María del Carmen Ezquer Borrás,
mostró a don Felipe Garfn Llombart, director del Museo Provincial de
Bellas Artes, unas cerámicas decoradas que los niños habían encontrado en una cavidad junto al pueblo. Ambos se personaron en este
Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación Provincial, y a la vista de los materiales, que resultaron pertenecer a un
vaso campaniforme, el director del S. l. P. nos encargó la exploración de la cavidad, lo que acompañado por dicha maestra hicimos
aquella misma tarde (1 ).
Cuando llegamos al lugar en cuestión vimos que alrededor de la
boca de la pequeña sima, y dada su situación junto a las casas del
pueblo, se había congregado una nutrida multitud de vecinos, algunos
de los cuales ya habían penetrado en su interior, extrayendo numerosos huesos humanos que yacían amontonados junto a la boca de la cavidad. Hicimos retirar a la gente y explorando su interior compraba111 l. MASCARELL: •Restos humanos y de cerámica en Benlcull(Pol.idá del Júcar). - Los hallazgos
h an sido realizados por escolares. - Tienen una antigüedad aproximada de cuatro mil Bilos.t «Levante»,
Valencia. 22 de noviembre de 1973.
V. VENTURA: «PoliAá'del Júcar. Re,tos prehistóricos en Be.nlcull de PoliAé.t. «Laa Provinciau. Valencia, 29 de noviembre de 1973.
«La labor del S. l . P. y au Museo en el pasado a1lo 1973t. Valencia, 1975, págs. 108-109.
J . APARICIO PEREZ: «Pedrera, Sima de lat. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana. Vol. 8, Valencia, 1976, pág. 219.
- 69-
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,..,._
'
J. APARICIO P~REZ
mo& que se trataba de una pequeña sima, propia del relieve cárstico a
que pertenece la prominencia caliza sobre la cual se asientan las casas del barrio, y que destaca sobre las tierras llanas de aluvión del valle del Júcar. La superficie de la sedimentación que la rellenaba se
presentaba caótica, debido a las remociones a que la habían sometido
los niños inadvertidamente cuando jugaban en su interior, y luego los
vecinos ante los misteriosos rumores que corrieron entre la población.
Dada la situación planteada resolvimos rápidamente taponar la
pequeña entrada con una gruesa capa de hormigón, lo que hicimos inmediatamente, y puestos en contacto con el comandante del puesto de
la Guardia Civil de Poliñá del Júcar, lo llevamos al yacimiento y le explicamos lo que había que vigilar.
Puesto en antecedentes de la situación el director del S. l. P., y
ante el peligro de saqueo total que existía, dados los falsos rumores
propagados y la alarma entre la gente, nos encomendó la urgente excavación del yacimiento.
li
SITUACION Y CARACTERISTICAS
La Sima de la Pedrera, como ya hemos indicado, se encuentra situada en las inmediaciones de Benicull, barrio de Poliiiá del Júcar, a
unos 2 Kms. del núcleo principal de población, que se extiende por la
misma orilla del rfo, sobre las tierras llanas de aluvión de la Ribera
Baixa (fig. 1 y 2).
Benicull se ubica sobre una pequeña eminencia rocosa, de constitución caliza, que alcanza una altura máxima de unos 31 metros
s. n. m. En su parte N. y a unos 20 metros de la zona urbana se abre la
boca de la pequeña oquedad, que equidista, a su vez, unos 6'80 metros del frente de una antigua cantera (pedrera), hoy paralizada, de
donde toma el nombre. Si dicha cantera hubiera continuado la explotación de la caliza, es casi seguro que la cavidad habría desaparecido,
como pudo ocurrir con otras posibles oquedades; felizmente su paralización lo impidió. En los alrededores se percibe la existencia de otras
pequeñas simas totalmente rellenas, que quizá puedan contener otros
restos furrerarios, aunque ninguna de ellas ha sido investigada.
(Lám. !).
La pequeña entrada, que se abre a ras del suelo, apenas tiene 0'50
metros de diámetro en su parte más ancha y a través de una chimenea de unos 0'90 metros de longitud se accede a una diminuta cavidad de forma ovalada irregular, de 3 x 2'50 metros de medidas longi-
70 -
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SiMA DE LA l'liDRF.RA
Fig. J.-Mapa da laR~ ValanciD.IIa eon yaclrxdant
81 Covacha Giner; 9.: Milo da Bou¡ 11); La úanalla
.. 71 -
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Flg. 2.-Mapa & la Ribera Baha y La safor con la.dtn~ón de dlvltrtm ya~utoJ, algunos de iimila~
re~~ ouacterlsticu con el de La Sima deJa Padn!ra,-1; Sima da la Pedrera; 2: Atllo d9 Bou; 3: Cuvda
Gint.tr¡.4;: covacha Rib&ra¡ 5: Malla Vn&¡ e: COV4l deJa GaUI¡ 7: :Barranc de Xuta; 8: La Poy9tea; 9:
':Maravellea; 10: Cova del Retoret; 11: Cova Negra; 12: Cova delllarranc del Nano; 13: Cova dflls
Pon:e; 14: Coveta zaeam; 15: a.oambra: Uh Cova dt l'Aigue; 171 Cova Bolta
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SIMA DE LA PEDRERA
5
tudinales extremas y 1 metro de altura máxima de bóveda antes de su
e>..cavación, lo que dificultó los trabajos en un principio; por la parte
S-E. se iniciaba una galería completamente rellena de tierras y piedras, con indicios de profundizar y comunicarse con el exterior. Su
génesis es la propia de las oquedades abiertas en terrenos calizos sujetos a fenómenos cársicos (figs. 3 a 5).
La sedimentación que la rellenaba presentaba inclinación desde
la vertical de la entrada hacia la grieta, siguiendo la del piso de la cavidad, con acumulación bajo la chimenea por caída de materiales
desde el exterior como consecuencia de la acción mecánica humana y
atmosférica.
III
LA EXCAVACION Y LA SEDIMENTACION
Al penetrar por primera vez en la cavidad observamos que a raíz
de su descubrimiento los niños en Wl principio, y posteriormente algunos adultos, habían realizado varios hoyos de escasa profundidad y
diámetro, extrayendo algunos materiales fuera de la cavidad y esparciendo otros por la superficie interior, que presentaba aspecto desordenado, con restos diversos procedentes del vertido en la zona suburbana, que se mezclaban con restos óseos y cerámicos como consecuencia de la ya descrita remoción del depósito.
Los primeros trabajos consistieron en el tamizado de la tierra sacada al exterior, asi como en la limpieza del interior, recogiendo cuidadosamente todos los restos óseos y cerámicos visibles. Posteriormente tamizamos todas las tierras removidas del interior, entre las
que encontramos el puñal de lengüeta, varias cuentas de collar, fragmentos cerámicos y restos óseos.
Una vez aislado el sedimento arqueológico no removido procedimos a su cuadriculación con arreglo al sistema usual {fig. 3) e inmediatamente a la excavación propiamente dicha. En primer lugar excavamos la capa 1 (C-1) en la cuadrícula Al, capa que forma una auténtica brecha huesosa, más dura cuanto más próxima a la pared de la
Lavidad, y formada por la precipitación de abundante carbonato cálcico, cuyo carácter natural fue confmnado por los análisis efectuados
en una muestra enviada a la Facultad de Ciencias de la Universidad
de Valencia, lo que descartó el que se tratase de algún material de fabricación humana vertido con el depósito. Hacia el centro encontramos algunas piedras gruesas entre tierra marrón oscura no afectada
por la acción hídrica. Los hallazgos se redujeron a huesos y algún
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SIMA DE LA PEDRERA
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SiMA
DE LA PEDRERA
PERFIL TRANSVERSAL
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Fig. 4
-
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8
J. APARICIO
P~REZ
fragmento cerámico, procediendo de aquí parte del cuenco campaniforme núm. 4. Debajo de esta primera y única capa aparecía el piso
rocoso de la cavidad.
A2 presentó las mismas características que Al, capa única con
brecha ósea junto a la pared y tierra marrón oscura hacia B2. Los materiales, por el contrario, fueron muy abundantes, aunque en disposición desordenada, recogiéndose la mayor parte de las cuentas de collar, el punzón de cobre y la punta de flecha en silex, así como el cuenco campaniforme núm. 3, siendo numerosísimos los restos óseos.
B 1 y B2 presentaban una capa superficial de un conglomerado o
brecha como el descrito anteriormente, aunque éste de matriz rojiza
por abundancia de arcillas; debajo la tierra era marrón aunque dura,
y hacia B3 del mismo color aunque suelta. También han sido muy
abundantes los restos óseos, sumamente fragmentados, habiéndose
acumulado mayor cantidad debajo mismo de la chimenea de acceso.
En B2 recogimos la punta Palmela y varios fragmentos del vaso campaniforme núm. 2 (fig. 7). En B3 y zonas próximas de C2 y C3, la tierra era marrón, suelta, con abundantes piedras pequeftas y con poco
espesor, recogiéndose algunos huesos humanos y varios fragmentos
cerámicos.
A3 presentaba, como Al y A2, fortísima brecha de similares características, la tierra marrón oscura suelta hacia el centro. Junto a
la pared se abría la galería lateral, que debido al poco espesor de la
sediinentación en A3 juzgamos de escasa importancia, sin embargo, a
medida que extraíamos la tierra marrón oscura y suelta que la rellenaba nos dimos cuenta de que contenia mucha sedimentación y que
profundizaba muchísimo, por lo que nos vimos obligados a prolongar
la excavación que habiamos creído ultimada. Entre la tierra marrón
oscura existían numerosas piedras de todos los tamaños, y abundantes restos óseos humanos. Al principio de la galerfa, junto a A3 se encontraron los dos botones con perforación en V, únicos restos del
ajuar funerario recogidos aqui. Una bolsada de tierra marrón oscura
muy fina presentó la particularidad de contener numerosos huesos de
animales, entre los cuales un fragmento de asta de cérvido. Debido a
su estrechez y profundidad no pudo ser vaciada en su totalidad, por
ser materialmente imposible la extracción de las gruesas piedras encajadas en la pared de la grieta a más de 2 metros de profundidad y
menos de O' 50 metros de ancho.
-
76 -
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•
SIMA DE LA PEDJI.ERA
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- 77 -
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10
J. APARICIO PEREZ
IV
ESTRUCTURAS
Hay una falta absoluta de monumentos funerarios en piedra (megalitos) en toda la Región Valenciana, fenómeno no estudiado ni explicado, para lo cual nosotros buscariamos causas socioeconómicas más
que culturales, ubicándose todos los restos funerarios en cavidades
naturales, tipo cueva, covacha o sima como en el caso que nos ocupa. La disposición de los restos óseos y del ajuar funerario en estos lugares es materia que ha preocupado sistemáticamente a los arqueólogos valencianos, llegando a la conclusión de que los realizados durante el
Eneolítico y durante la Fase de Transición obedecían a los llamados
segundos enterramientos, perfectamente detectados en la Covacha
del Cami Reial d' Alacant por don Isidro Ballester (2) en forma de paquetes de huesos, así como en otros muchos lugares. Sin embargo no
ha sido señalada por el momento ningún tipo de estructura digna de
mención.
En la Sima de la Pedrera resulta evidente que todos los cadáveres
{siete con seguridad y más de una docena como probable} fueron vertidos por la chimenea o agujero vertical de entrada en la bóveda, acumulándose especialmente debajo de ella, así como en A1, A2 y A3, rodando muchos restos al fondo de la galería y grieta. Absolutamente
ninguna preocupación ordenancista presidió su disposición, ni la del
ajuar, ni en el interior hubo ningún acondicionamiento del espacio,
disponiéndose restos humanos y útiles diversos tal y como quedaron
después de su vertido, salvo los que fueron desplazados por los descubridores o por los animales subterráneos que pudieron utilizar la cavidad.
La posibilidad de empleo de algún producto calizo {cal) con el fin
de cubrir los restos se desvaneció una vez eféctuado el análisis de la
muestra, tal y como hemos indicado.
V
LOS MATERIALES
CERAMI!!A
L Vaso campaniforme de perfil en ese muy suave e irregular por su factura a mano, lo que dn Jugar
la disimetría reflejada.en el dibujo. Pasta gris con impurezas y desgraaa.nte. Superficie rojiza o negn!2ca según zonas. Se conserva casi integro, s_alvo parte de la hase plana, en 15 fragmentos unidos y 2 su el-
¡¡
(2) I. BALLESTER TORMO: «La Covachaseplllcral del Canú Real, Albaida>. tu-chivo de Prehistoria
Levantina, 1, Valencia, 1929. pág. 3l.
- 78 -
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SIMA DE LA PEDRERA
tos. Decorado mediante catorce ba.ndas desde el borde hasta. el comien:to de le. base, manifiestamente
p[a.na; de le.s ce.torce bande.s siete están deccrades medJa.nte reticulado inciso en seria alterna con las
otras siete lisas; la linea circunvalar que las enmarca también es incisa. Considerado el reticulado en
sentido vertice.l, primeramente se marcaron las incisiones trazadas de derecha a Izquierda oblicuamente, que han quedado señaladas levemente sobre loa trazadas de Izquierda a derecha, cuyo surco es profundo. Tanto el circulo reservado de la base como las handaa no decorade.s presentan un ligero alisado
de la superficie.
En general, la casi correspondencia. entre la a.nchura y la altura le da Wl aspecto poco airoso.
Se clesffica entre los tipos marítimos, lnternaclonllles o paneuropeua (fig. 6 y Lé.m. II, AJ. Alt. 11'95
cm.; .0'boca 13'6 cm., .e' base 13'3 cm.
2. Vaso campaniforme de pasta negruzca en el alma y superficie interlcr: superficie exterior marrón, con algún punto negruzcQ, e inmediatamente debaJo pasta rojiza. en fina pelicula que no liega al alma. Desgrasante f"mo de meterla desconQcida. Unicamente ae hallaron 11 fragmentos del va.sn, que han
permitido su reconstrucción en sus dos terceras partes, y 1 fragmento que no encaJa.
El cuerpo y cuello son casi rectos, exvedndose ligeramente en el b
qua el de la boca.
En la dec
En el arranque del casquete ..¡en este mismo fr8ll,ja con 4 bande.s horizontales, reserve.das las dos
centrales, enmarcadas por 5lineas Incisas; la banda superior similar a las de l
zig-zag.
En el centro del casquete serie de trlé.nguJ
Circunvalando lá concavidad del ple doble ffia da hoyitos lnclsoa en serie alterna.
Aunque el parm y decoración no se ajusta.n estrictamente al modelo tipificado, es evidente que por el
mismo, y por la decorac!ón, tanto por su disposición en fra.n,jas, p
Alt. 12 1 cm.: boca, 115 cm.; fdmAxlmo, 12 2 Qm.
m
3. Cuenco en forma de casquete esférlco de basa cóncava; pasta negruzca muy depurada, sin des·
grasante apreciable. Superficie exterior alisada de color marrón claro. Unicamente se han podido encajar 17 fragmentos, con lo que se ha podido reconstruil.' aproximadamente la mitad, existiendo otros muchos de imposible encaje.
Decore.do técnicamente mediante elllamad
Alt. 4'5 cm.; ¡J boca, 11 cm.
4. Pedazo de cuenco hecho a ma.no, en 6 frogmentoa,
en la masa.
Un fragmento se encontró en la cuadricula A-3, al prlncipi
Con lo conservado se ha p11dido reconstruir la forma y detenninar el~ de boca, de unos 14 cm., la
base debió ser cóncava, ~lmilar a la del litro cuenco decorado, lo que se deduce por la banda decorada
que beJa verticalmente entre la cenefa de triángulos a buscar el posible cil'cnlo basal.
La superficie exterior, decorada con temática campaniforme, presenta cuatro bandas limitadas por
lineas horizontales incisas, rellenas la segunda y la cuarta mediante reticulado oblicuo inciso. Debajo de
la cuarta banda, cenefa de triángulos Isósceles, rellenos de Incisiones paralelas
de la meseta (III de Castillo], asl como la cenefa de triángulos, la disposición en bandas regulares decora·
das en series alternas es propia de los tipos marltim
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J. APARICIO PÉREZ
5, Fragmento cerámico hecho a mano, de pasta negruzcR depurada sln de~>grasante apreciable.
Superficie exterior manón claro con decoración al parecer incisa, aunque con indicios de puntillado,
y temlitica de sendas cenefas de trlé.ngulos ls6ece1Bs opuestos por los vlirtices y scp11n.dos por sencHla linea incisa horizontal.
Es el único fragmento aparecido y debe corresponder a un vaso campaniforme de tipo continental
(fig. 9 y Lám. III, d).
6. Cuenco ham.Jesférico da base cl'lncava. Pasta gris con desgrasan te indeterminado y superficie exterior marrón-negruzca según zonas. Sln decoración. Recolllitruido en 2/3, el nato en unos 15 fragmentos. (fig. 10, A y Lám. IV, E).
Altura 5'4 cm.;;ihoca, 10 cm.
7. Cuenco hemlesférlco. Pasta negrozca con abundantes granos de desgrasante calizo. Superficie
interior y exterior marrón oscuro, sin decorar. Se conserva algo més de la mitad en 12 fragmentos unidos. (fig. 10, B y Lám. IV, G).
Alt., 5'95 cm.: ji( boca, 12'6 cm.
8. Cuenco de bese aplanada y paca alzada. Pasta negruzca con abundantes y gruesos granos de
desgrasan te calizo; superficie interior marrón y exterior maiTón-negruz.ca según zonas. Sin decoración.
Falta 1/4 de la pieza y del resto hay 22 fragmentos unidos. (fig. 10, C y Lém. IV, Fl.
Alt., 5'5 cm.;,013'6 cm.
9. Cuenco hemiesfBr!co hecho a mano, de pasta negruzca con desgrasante s.illceo y calho, superficies rojizas o negruzcas según zonas. Sin decorar. Se conserva aproximadamente un tercio en dos pedazos que no unen, precediendo uno de ellos da la cuadricula A-1, C-1 (en dos fragmentos), y el otro (en 5
fragmentos] de la superficie, (fig. 10, 11.
10. Cuenco hemiesférioo hecho a mano, de pasta gris-oscura con desgrasante slliceo o calizo. superficie exterior rojiza. marrón o negruzca según zonas e interior rojiza y gris. También sin decorar. Como el anterior se conserva aproximadamente un tercio en dos pedazos que no unen, uno de ellos en tres
fragmentos y el otro en diez, prGced.lendo todGB de la superficie. (fig. 10, 2).
11. Tres fragmentos del borde de un cuenco hecho a mano con abundante desgrasan te siliceo en la
masa, pasta y superficies grises. 6'2 x 4'6 x 0'6 cms.
12. Fragmento del borde de un cuenco hecho a mano con desgra~ante calizo y silíceo en la masa.
Pasta marrón-oscura y superficie marrón-negruzca. Procede de la superficie. 5'4 x 2'7 x 0'5 cm.
/Tanto de la superficie como de la sedimentación ptoceden diversos fragmentos cerámicos que por su
atipismo y pequeñas dimensiones no se describen ni se represent¡¡n,
COBRE
l. Puñal de lengüeta ancha y dentada. Aunque no se ha analizado creemos que es de cobre. Presenta biseles estrechos junto a los bordes, aunque poco marcados. Mide 14'5 cm. de longitud por 3' 15 cm. de
anchura máxima, siendo su espesor medio de 0'3 cm. y pea e 41 gr. Se encontró en la cuadricula B-3, casi
en la misma superficie, probablemente arrastrado da las partes altas. (Hg. 11 y Lém. V).
2. Punta Palmela de ancha hoja y fuerte vli.stego rectangular, probable punta de arma arrojadiza
tipo jabalina. También de cobre. Las prominencias en las aristas del vástago nos hacen creer que éste pudo ser fabricado mediante martillado sobre yunque. Apareció en la cuadricula B-2. Mide 10'5 cm. de longitud, por 2'2 cm. da anchura málrlma y pesa 22 gr. lf¡g, 11 y Lám. VJ.
3. Punzón o lezna biapuntado, de cobre; secciOD cuadrangular. Mide 5'4 cm. de longitud, por 0'25
cm. de anchura máxima y pesa 1'60 gr. Se encontró en la cuadricula A-2. (fig. 11 y Lám. VI).
SILEX
l. Punta de flecha de s!le>t blancuzco, con largas aletas y pequeftlsimo pedúnculo; tallada bifacielmente. Apareció en 1¡¡. cuadricula A-2. (fig. 11 y Um. VI).
HUESO Y CONCHA
P
l. Botón cónico de hueso con perforación en IVJ. Mida de la base ¡•g cm. y la altura 1 cm. Proce·
de del comienzo de la galer!a, (flg. 11, 1 y Lám. VI, 2).
2. Botón cónico de hueso con perforación en
Mido 9f de la base 1'5 cm. y la altura o·a cm. Se
recogió junto al anterior. (fig. 11, 2 y Lém. VI, 1).
•V•.
3. Fragmento de punzón o aguja plana de hueso, se encontró en A·3, al principio de le galerla o
grieta. Mide 6'5 x 1'3 Jt 0'5 CIIIS, (fig. 9 y Lám. VI).
4. Una valva do pectúnculo sin horadar, se encontró en superficie. Mide 3'5 x 3'8 cms.
- 80 -
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SIMA DE LA PEOI\li:RA
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J. APARICIO PÉREZ
Fig. 7.-Va.so campaniforme, nUm. 2
.,_
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SIMA DE LA PEDRERA
Fig, a.-cuonco campanif'ormo, núm. 3
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J. APARICIO PEREZ
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Fig. 9.-Fragmento de cuenco campaniforme, núm. 4.
Fragmento cerámico con decoradón de estilo campaniforme, núm. 5.
Fragmento de punzón o aguja plana de huuo.
-
114 -
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SIMA DE LA PEDRERA
Fig 10.-A, B, e: Cuencos números 6, 7 y 8,
1 y 2: Cuem::os números 9 y 10.
7
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J APARICIO PERE7
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Fig. 11 ,-Puñal de lengüeta, punta Palmeta, punzón, cuenta de collar, punta de
flecha an piedra y botonea en V
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SIMA DE LA PEDRERA
l9
OBJETOS DE ADORNO
Los objetos de adorno se reducen a cuentas de collar (fig. 11 y Lám. VI), cuyo nómero y caracterlsticas son
las siguientes:
Una cuenta cillndrica en minera) duro de culur rujlzu. Mide 1'6
Uig. 11).
Cll.l.
de larga, por 0"7 cm. de ancha.
139 cuentas drculares aphmadas, unas de colur miiiTón y otras negru!cas, probablemente de hueso,
pudiendu ser, una negra, de lignito.
3 cuentas circulares similares a las anterl<>res.
2 e<>nus perforad<>s para ensartar.
1 diminuta clpraea.
RESTOS OSEOS
Entre los restos óseos hUDlanos, y especialmente en lo bolsada seflalada en la grieta, recogimos algu·
nos huesos de aniinales, evidentemente form!llldo parte del depósito funerario, aunque su finalidad se
nos escapa.
Dado que no han sido estudiados no conocemos las posibles especies, pudiendo seil.alar únlcamente
un asta de cérvido en la grieta.
VI
RESTOS ANTROPOLOGICOS
Esparcidos por todas las cuadriculas, aunque con mayor concentración en Al, A2 y A3, se han recogido numerosos huesos humanos,
muy deteriorados por la naturaleza del depósito.
La falta de su pormenorizado y minucioso estudio impide poseer
los importantes datos deducidos del mismo, debiendo contentarnos
con el simple examen ocular que tuvo la amabilidad de realizar el Dr.
Campillo Valero a nuestro requerimiento, y que proporcionó los siguientes datos provisionales:
- Segura existencia de siete individuos como mínimo, y más de
una docena como probable, pudiendo distinguir entre ellos 3 adultos;
un niño menor de 1 año, otro de 1 año, el tercero de 4 y el mayor de
12, en total 4 niños.
Actualmente el Departamento de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, que dirige el Dr.
López Piñero, se encuentra realizando el oportuno estudio.
VII
CRONOLOGIA Y CONCLUSIONES
Aún cuando no dispongamos de cronología absoluta a través de
análisis de C14, su edad relativa nos viene dada por dos útiles del
ajuar funerario muy sintomáticos, el puñal de lengüeta y los botones
con perforación en V.
- 87 -
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J. APARICIO PÉREZ'
Ambos aparecen en nuestra Región a fmales del Eneolítico, entré
.éste y la Edad del Bronce Valenciano; siendo tipicos de los enterramientos de la que hemos llamado Etapa de Transición, que situarrios
entre el 1700 y el 1600 antes de Cristo (3).
La problemática que acompaña a ambos útiles ya la hemos eXpuesto en un reciente trab~o (4), relacionando allí la totalidad de puL
ñales de lengüeta o botones en V que conocíamos entonces en nuestra
Región, y aunque dicha lista ha sUfrido aumento desde 'entonces, no
en circunstancias que puedan hacer variar nuestras conclusiones,· sino confirmarlas.
Por otra parte, la evidencia de que nos encontramos ante un enterramiento colectivo, especialmente abundantes, ricos y variados du~
rante parte del Eneolltico, no es _óbice para asignarle la fecha indicada,
ya que, como hemos demostrado en la obra especificada, ésta caracteristica del ritual depende exclusivamente de factores socioeconómicos, derivados de la estabilidad y permanencia de las poblaciones,
continuándose y coexistiendo con otras formas a través de toda la
Edad del Bronce Valenciano (5).
La existencia de vasos y cuencos campaniformes (o con decoración de estilo campaniforme si se prefiere) no aclará. nada al respecto,
máxime ante la coexistencia de ambos estilos, el maritimo o internacional y el continental o de la Meseta. B~o nuestro punto de vista
ambos tipos, en este caso, y de acuerdo con las normas más estrictas,
nos ofrecen modelos muy evolucionados, con amplia mescolanza de
formas, técnicas y estilos decorativos, lo que vendria en apoyo de
nuestra afrrmación.
Hoy por hoy la cronología del vaso campaniforme se presenta tan
incierta ·como en los tiempos en que Castillo publicara su famosa
obra (6), así como la división en grupos que realizara. Mientras que
una recientísima obra de conjunto, tanto que no hemos tenido ocasióri
de consultarla todavía, escrita por R. J. Harrison, no creemos que
pueda resolver la cuestión, ni siquiera aproximarse a su solución a
juzgar por lo publicado también en fecha reciente por el mismo inves·
tigador (7).
(3) D. FLETCHER: •Campaniforme>. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, vol. 2. Valencia, 1974,
págs. 306·307.
(4) J. APARICIO PEREZ:
del Archivo Municipal. Estudios Monográficos, 8. Valencia, 1976,
(5)
O. c. nota anterior.
(6) A. CASTILLO YURRITA: «La cultura del Vaso Campaniforme (su origen y extensión en Europa)•.
Universidad de Barcelona. Facultad de FUasolla y Letras. Barcelona., 1928.
(7)
R. J. l~ARRISON: •El Vaso Campairlformo como horizonte delimitador en el Levflllte e5pañol.o.
Cuademos de Prehi5toria y Arqueologla CasteUononse, l. Castellón, 1974, pé.gs. 63·70.
- 88 -
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SIMA DE LA PEDRERA
La posibilidad de que la clave, o por lo menos una de ellas, para la
solución del problema, se encuentre en la Región Valenciana, manifestada por el mismo Harrison, no lo creemos posible de acuerdo con
los datos conocidos y publicados para nuestra Región, donde a un
Neolítico II, con final fechado hacia el 3.000 a. de C., sucedería un
Eneolítico Inicial con habitación todavía en cueva y con cerámicas en
las que aparecen formas con carena ligeramente marcada y decoración incisa derivada de la que caracteriza al Neolítico II, mientras que
ciertas decoraciones parecen preludiar las del vaso campaniforme de
tipo continental {estilo Somaén-Salamó), lo cual se desarrollaría entre
el 3.000 y el 2.600 aproximadamente.
Todo lo cual es sumamente sugerente, y sí algunos problemas
planteados con el desarrollo de este esquema se presentan insalvables
en el estado actual de la investigación, otros encuentran nuevos puntos de apoyo. Por un lado la vieja tendencia a hacer derivar el tipo con
decoración puntillada de la temática card.ial se vería corroborada, sin
necesidad de considerar tan larga duración a la misma decoración
cardial. Por el otro, las fechas recientes dadas por medio del C14 a los
niveles campaniformes de Somaén {8), que posibilitan la credibilidad
en las altas cronologías de Bosch (9), vendrían a verse confirmadas y
a asegurar la mayor antigüedad de los tipos incisos, directamente enlazados técnica y temáticamente con la tradicional decoración heredada de etapas anteriores.
Pero, con respecto a Valencia, si aceptáramos que hacia mediados
del tercer milenio aparecen los primeros tipos campaniformes, de técnica incisa y estilo Somaén-Salamó; que algo más tarde los puntillados de estilo marítimo-internacional; y que ambos coexisten geográfica y cronológicamente, evolucionando tipológica y temáticamente
mediante préstamos mutuos hasta la Etapa de Transición, entre el
1700-1600 a. de C., en que desaparecen totalmente, nos encontraríamos con la siguiente problemática:
l. ¿Dónde colocar los numerosos enterramientos colectivos
eneolíticos, en los que no se han encontrado cerámicas de tipo campaniforme, a pesar de la abundancia, riqueza y variedad de sus ajuares?
(8) L BARANDIARAN: «Revisión estratigráfica de (a Cueva de la Mora (Somaén, Sorial
Arque
1968~.
Noticiario
191 P. BOSCH GIMPERA: oThe Types and Chronology of Western European Beakers». Man, XL.
London, 1940, págs. 6-10.
P. BOSCH GIMPERA: «El poblamiento antiguo y la formación de los pueblos de España». Me>
P. BOSCH GIMPERA: «Las relaciones prehistóricas mediterráneas». Anales de Antropología, vol I\'
Me>
"
89 -
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J. APARICIO PÉREZ
2. ¿Cómo explicar la falta de cerámica campaniforme en el poblado eneolítico de la Ereta del Pedregal de Navarrés, fechado mediante el Cl4hacia ell950 a. de Cristo?
3. ¿Con qué llenar el vacío existente entre el 2600-2500 y
el 2000?
Con respecto al primer problema la única posibilidad sería el considerar que dichos enterramientos corresponden al Eneolítico Inicial,
fechándolos, pues, entre el3000 y el2600-2500 a. de C. Lo cual explicaría la falta de cerámica campaniforme.
El segundo ya hemos intentado explicarlo en fecha reciente (10),
debido a la pésima conservación de la cerámica, por causas ambientales, en dicho yacimiento, de ahí que no se haya podido reconstruir
ningún vaso cerámico, a pesar de las numerosas campafias de excavación realizadas por el S. 1. P. de la Diputación de Valencia, estando
los escasos trozos recogidos muy deteriorados.
Para explicar el tercero hemos elaborado el siguiente esquema:
A). ENEOLITICO 1. Entre el 3000 y el 2600/2500. Correspondería
a la última fase de la vida en cuevas como forma de habitación generalizada. Cerámicas decoradas con temas incisos de tradición antigua; aparición de formas carenadas. Puntas de flecha en piedra
abundantes. Enterramientos colectivos con ajuar rico y variado separados de las cuevas-habitación, aprovechando cuevas o covachas no
habitables.
B). ENEDLITICO II. Entre el 2600-2500 y el 2000. Paulatino abandono de las cuevas como lugares de habitación y construcción de poblados al aire libre con cierta organización urbana; en lugares llanos
generalmente. Cerámica de tipo campaniforme inciso, posiblemente
de estilo Somaén-Salamó en un principio e internacional-marítimo
posteriormente.
C). ENEOLITICO ID. Entre el 2000 y el 1700. Construcción de poblados en alturas de dificil acceso, con urbanismo más desarrollado y
complejo. Cerámicas campaniformes de ambos estilos. Ajuares ricos y
variados con extraordinaria abundancia de puntas de flecha en piedra.
IIOI J. APARICIO PEREZ, J. V. MJ\RTINEZ PERONA y J. SAN VALERO APARISl: •El Puntal sobre la
Rambla Castellarda y ol poblamienw eneolítico en la Región ValenCiana». Saitabi XXVII. Valenda, 1978, págs.
37-62.
-
90 -
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SIMA DE LA PEDRERA
23
D). ETAPA DE TRANSICION. Entre el 1700 y el 1600. Presente en
la base de poblados de la Edad del Bronce Valenciano antiguos. Seconoce preferentemente por enterramientos, entre los que predominan
los colectivos, con ajuares menos ricos y variados, siendo frecuentes y
apareciendo por vez primera:
- Puftales de lengüeta.
-Botones con perforación en V.
- Brazaletes de arquero.
Siendo propios los vasos campaniformes evolucionados; alguna
punta de flecha en piedra, aunque escasas; punzones de cobre y alguno de hueso, pero también escasos.
El enterramiento que hemos estudiado pertenecetia, pues, a esta
última fase, de acuerdo con el esquema que hemos elaborado.
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APARICIO.-Sima de la Pedrera
LAM. I
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APARICIO.-Sima de la Pedrera
A .-Vaso campan iforme núm. 1 (2/ 3 aprox.)
B.-Vaso campaniforme núm. 2 (lígeramente reducido)
LAM . II
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APA RI CIO.-Sima de la Pedrera
LAM. 111
Fragmentos de cuencos campaniformes.-C (núm. 3) (ligeramente reducido) . O (núm. 4)
(a su tamaño aproximadamente). y d (núm. 5) (a su tamaño aproximadamente)
[page-n-104]
APARICIO.-Sima de la Pedrera
Cuencos E (núm. 6) . F (núm. 8) y G (núm. 7)
(ligeramente reducidos)
LAM. IV
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LAM. V
APARICIO.-Sima de la Pedrera
Puñal de lengüeta y punta Palmela
(t. n .)
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APARICIO.- Sima de la Pedrera
LAM. VI
1
1
4
•
1
Punta de flecha en silex, puru6n de cobre, cuentas de collar.
botones con perforación en V y aguja o punzón de hueso
(t. n.)
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ENRIQUE PASTOR ALBEROLA
(Valencia)
CUENCO CON CAZOLETA INTERIOR,
OEL POBLADO DE «LA BUITRERA»
(Caatellón de Rugatl
I
EL YACIMIENTO
En anterior ocasión, dimos cuenta de este yacimiento arqueológico, y de sus principales características (1). Aftadiremos ahora que la
Buitrera es una pequeña elevación, de forma cónica y 376m. de altura, que, en el término de Castellón de Rugat, se adelanta, de la cordillera de Benicadell, hacia el centro del Valle de Albaida, separada del
conjunto montañoso por un vado, que sirve de paso a la carretera de
Gandía al puerto de Almansa (Lé.m. I, 4),
Toda ella es un potente depósito de arcillas rojas del Muschelkalk,
que desde muy antiguo abastecieron de materia prima a la industria
de las «jerres» primero, y ladrilleras en la actualidad; ello ha venido
provocando el paulatino aniquilamiento del montículo, con la subsiguiente eliminaciOn del yacimiento que nos ocupa.
Los restos arqueológicos que presentamos, proceden de la zona de
poniente, de laderas más suaves, donde aparecen profusamente esparcidos y desmenuzados, por consecuencia de unos abancalamientos, de reducidas dimensiones hechos en pasadas épocas.
Por otra parte, también en aquellas primeras noticias se habló de
una posible linea de muralla que, al quebrarse, había dejado al descubierto parte del estrato arqueológico, con fragmentos de vasijas, y la
pieza que más adelante describiremos.
En el extremo norte de la linea anterior, en el corte mismo donde
alcanzaba entonces la extracción de arcillas, aparecían abundantes
cenizas y tierra negruzca, con pequeños trozos cerámicos.
(l) E. PASTOR ALBEROLA: «Carta arqueológica del término de Ca.stellón de Rugat (Valencia)». Ar·
chivo de Prehistoria Levantina, XIII. Valencia, 1972, pé.g. 217.
-
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E. PASTOR ALBEROLA
'
Con todos los fragmentos recuperados, sólo una vasija pudo reconstruirse; por lo demás, se procuró recoger aquello que, por su tamaño o características, pareció más significativo para la datación
cultural del yacimiento.
La cerámica es toda ella hecha a mano, en general bien alisada,
de irregular cocción, y con abundantes piedrecillas de desgrasan te en
la masa. Los perfiles acusan gran variedad en el tipo de las vasijas.
Los objetos líticos más abundantes eran las piedras fijas de molinos barquiformes, cuyos fragmentos, de diversas piezas a todas luces,
eran numerosísimos. El sílex, muy escaso. Y la única hachuela, de
precaria fabricación.
Tan exiguos materiales, a los que podrian añadirse fragmentos de
una concha de pecten con el natis perforado, limitan su estudio comparativo; sólo la cerámica permite establecer paralelos con otros yacimientos de mayor amplitud y mejor conocidos; bien es verdad que
también pudiera llegarse a conclusiones por modo indirecto, a través
del parangón entre la cazoleta que vamos a estudiar y los otros ejemplares descubiertos, en función de los yacimientos que las contenian.
Asi, pues, sin descender a comparaciones concretas, con tipos de
cerámicas similares, y prescindiendo igualmente de la enumeración
de estaciones arqueológicas de caracteres idénticos, de sobra conocidos, y reiteradamente citados en otros paralelos, podemos llegar a la
conclusión de que nos encontramos ante un yacimiento más, encuadrable en el periodo cultural del Bronce Valenciano.
INVENTARIO
PIEDRA (Lé.m. 1)
l.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Pequeña hacha, de piedra arenisca, color rosado, con dobla bisel y sección aplanada.
Piedra caliza, de forma esférica, hecha a pen::usión, de color blanco-gris~ceo.
Percutor de forma tronco-cónica, del mismo tipo de piedra que la pieza anterior.
Percutor de perfl.l circular y socdón aplanada, de color amarillo claro.
Pieza de diorita, de color negro-grisáceo, de forma arriñonada, sin que pueda deducirse destino
especial alguno.
Pieza fija de molino barquiforme, de piedra arenisca rosada.
Otra pieza de caracteres semejantes a la anterlar, pero de menor tamaño.
SILEX
l.
2.
Pequeña sierra de sllex de color melado.
Tres fragmentos de silex, color blanco, posibles restos de taller; uno de e!los con parte de la envoltura nodular.
CERAMICA
¡. Vasija semiesférica, de paste color marrón claro, con una pequeña protuberancia a modo de asa
de pezón (boca 28; a\t., 13 cm.) {Lfun. Il, 2),
- 94 -
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LA BUITRERA
2.
3.
4.
5.
6.
7.
B.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
17.
18.
Parte de una vasija, de paredes rectas, pasta color gris oscuro, con asa de pezón.
Fragmentos varios de un vaso ovoide, de pasta amarilla clara.
Varios fragmentos de borde y cuerpo da una vasija, de pasta negra, rojiza en algunos puntos;
con borde exvasado.
Fragmentos que constituyan, aproximadamente, 1/4 del borde y pared lateral de un cuenco semiesférico, de pasta amarilla, negra en algunos puntos, por la deficiente cocción.
Fragmento da boca exvasada, perteneciente a una gran vasija, con asas de pezón cerca de la
boca, y pasta de color rosado, con muchas piedrecillas en la masa. Se recogieron varios frag·
mantos, probablemente, del cuerpo de la misma, dadas sus similues carecteristicas, pero que
no unen con el primero.
Frag. de boca, ligeramente exvasada, que conserva un asa de pezón, pasta color gris en la cara
externa, y rosada en la interna.
Dos fragmentos de borde, que no unen entre si, de una vasija de parad es rectas y pasta amari·
lla.
Seis fragmentos de una misma vasija globular, pasta amarilla, también con asa de pezón.
Frag. de borde, de 9 cm. por 6 cm., de una vasija semiesfárica, de pasta amarilla con manchas
negras.
Frag. de 10 por 5'5 cm. de borde de vasija, de paredes gruesas 11'3 cm.).
Frag. de borde y arranque de la pared lateral de una pequefla vasija globular, con boca ligeramente abierta, pasta amarillo sucio y manchas negras.
Frag. de 7 por 6 cm. de borde, pasta amarilla rosada, con asa de pezón cerca de la boca.
Pequeño fragmento de borde y parad lateral ligeramente abiertas, pasta gris negruzco y asa de
pezón.
Otro fragmento semejante al anterior, pero de color amarillo sucio y paredes més delgadas.
Frag. de 11 '5 por 9 cm. de borde, y arranque de la pared lateral de vasija globular; pasta roseda y boca ligeramente abierta.
Frag. de 7 por 8'8 cm. de borde de' vasija, de pasta rosada oscura.
Fra~. de 12 por 9'2 cm. de una vasija de paredes rectas, y pasta gris en la cera externa, y negra
en la interior.
Todos estos materiales están depositados en el Museo de Prehistoria de Valencia.
II
EL EJEMPLAR CON CAZOLETA INTERIOR
La pieza de mayor interés, objeto primordial de este trabajo, es un
cazoleta interior, que forma parte de un fragmento, de borde de vasija, que mide 9' 5 cm. de ancho por 9 cm. de alto. (Lám. II, 1).
Este nuevo ejemplar, del que ahora damos cuenta, pese al tiempo
transcurrido desde su hallazgo, tiene forma elíptica, con 3'5 cm. de
eje mayor, 2 cm. de eje menor y una profundidad de 4'5 cm. Su particularidad más destacada consiste en que, en lugar de ser coincidente
con asa externa, la pared exterior de la cazoleta, borde de la vasija
principal, se ensancha considerablemente, formando como un muñón, a guisa de asidero, que obliga a introducir el dedo en ella.
El fragmento que nos ocupa debió fonnar parte de una vasija, hecha a mano, de pasta bastante fina y superficie bien alisada, con coloración que varía del amarillo grisáceo al rosado, y algunas piedrecillas de desgrasante en la masa, su boca tendría unos 25 cm. de diáme-
95 -
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E. PASTOR ALBEROLA
4
tro, si atendemos a la curvatura aproximada del fragmento. Se hallaba con otros trozos, presumibles de la misma pieza, por sus similares
caracteres, aunque no presenten puntos de unión, en la quebradura
del margen a que antes nos hemos referido.
A la vista de los ejemplares conocidos, la mayoría de los cuales
han sido objeto de publicación por el Servicio de Investigación Prehistórica, en sucesivos trabajos de sus colaboradores (2) podemos hacer
una doble distinción, atendiendo a los peculiares caracteres de cada
uno de ellos; esto es, la de aquellos que presentan asa exterior, en correspondencia con la cazoleta, como son los encontrados en Ereta del
Castellar (3), Assud de Almazara, Castell de Almanzor (4), Castillarejo
de los Moros (5) y Cava Fonda de Salamó (6); y los que carecen de asa,
caso en el que se incluyen este que presentamos ahora, el de la necrópolis de San Antonio, y el de Jaribaile (Jaén); la descripción, que da
M. L. Galván, de este último (7) no puede ser más coincidente con el
nuestro. Ultimamente, se ha dado noticias de dos nuevos ejemplares:
uno hallado en Frías de Albarracín (Teruel), en el poblado del Brorice,
situado en el «Casti1lm>, el que por tener asa externa debemos incluir
en el primer grupo (8); y otro aparecido en Villar del Humo (Cuenca),
del que se desconocen sus características.
En conjunto, todos los ejemplares conocidos hasta hoy mantienen
la vigencia de las conclusiones, sentadas por Arnal, Prades y Fletcher,
respecto al encuadre de esta modalidad, tanto geográfico {zona oriental de la pellinsula) como cronológico (Edad del Bronce).
Si abordamos un estudio comparativo, hemos de rechazar, en su
mayoría, los paralelos que establece M. L. Galván, con hallazgos centroeuropeos y en especial con el de Cabezo de Monleón de Caspe.
D. FLETCHER: «Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia1. Valencia, 1974, pág. 103.
(3) J. ARNAL, H. PRADES y D. FLETCHER: rLa Ereta del Castellar IVillafran,-a del Cid, Castellón)o, Trab1\Jos Vados del S. I. P., n.• 35. Valencia, 1968.
(41 F. ESTEVE GALVEZ: «El abrigo rupestre del Assud de Almazara y su yacimiento arqueológico•.
Archivo de Prehistoria Levantina, XII. Valencia, 1969, págs. 43-54.
(5) D. FLETCHER y J. ALCACER: •El Castillarejo de los Moros lAndilla, Valencia)o. Archivo de Prehistoria Levantina, VII. Valencia, 1956, págs. 93-110.
(6) Habiendo tenido noticia el Director del S. l. P., por el Profesor Mac!mik de la existencia, en el
Museo Arqueológico de Barcelona, de un veso de cazoleta interna procedente de Cova Fonda (Salamó,
Tarragona), solicitó del Doctor Ripol\, Director de dicho Museo, confirmación y autorización en su caso,
pera incluirlo en la relación que aqul hacemos de esta c\ao;e de vasijas. El Doctor Ripoll, por mediacll'ln
del Profesor Batista, proporcionó la autorización y los datos sigulentes: ~Inventarlo General 13766.Fragmento de vaso con borde, asa y cazoleta interna de sección cónica, situada a medio centímetro del
horde; pasta compacta con escaso desgrasan te y superficie pulida. Asa; 4 x 3; cazoleta: 3 x 4 x 1'5 cm.,
fragmento total S x 8 cm. Cultura: Bronce.-Sala IV. Almacén. Cilla mi m. 2~. En nombre del S. I. P. y en el
propio, hacemos público nuestro reconocimiento a los señores Rlpoll y Batista por sn amable colaboración.
(7] M. L. GALVAN: ~cuenco de la Edad del Bronce.-. Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales, XVI-XVIU. Madrid, 1960, págs. 29-31.
(8) P. ATRIAN JORDAN: ~un interesante fragmento cerlimico de la Edad del Bronce•. Miscelánea
Arqueológica dedicada al Frof. A. Beltrán Martfneu. Zaragoza, 1975, pág. 27 y ss.
12)
- 96 -
[page-n-111]
LA BUITRERA
6
Mención especial merece, en cambio, la correlación que existe en
nuestras vasijas con cazoleta, y otra vasija procedente de los <
en la solución de los problemas, que aquella cultura presenta, juega
un papel importante la cultura occidental y mediterránea, en especial
la del Bronce primitivo (9); y si bien la autora no comparte este punto
de vista, no deja de admitir que la cultura de las catacumbas aparece
como fusión de otras diversas e inmigrantes, y señalando como caracteres peculiares la variedad de tipos de vasijas y sus diferentes grados
de cocción, la fija en el periodo del Bronce medio, y cronológicamente
entre el 2000 y 1700-1600 a. C. (lO).
Nuestros autores han estudiado los ejemplares conocidos, tratando de interpretar dos puntos interesantes: función que pudo desempeñar la cazoleta, y significación práctica de la vasija que la conterúa.
Respecto del primer punto, se ha insinuado la posibilidad de que
estas cazoletas sirvieran para depositar ciertas substancias, las que
no interesaba mezclar con el contenido principal; su proximidad al
asa exterior no constituiría argumento en contrario, por cuanto, precisamente alli, reside la mayor estabilidad de la vasija al asirla, dado,
además, el tamaño y poco fondo del diminuto recipiente.
Mayor argumento, en contra de semejante aplicación, supone la
existencia de ejemplares sin asa exterior, lo que obliga a introducir el
dedo en la vasija, para asir la pared lateral. M. L. Galván dice que la
cazoleta es «Un asa muy ingeniosa para poder manejar la vasija dentro del fuego sin ·quemarse», lo que parece corroborar «las huellas de
brasas que se advierten más intensamente hacia el borde opuesto del
asa» (11 ), Esteve Gálvez opina que estas cazoletas sirvieron de protección al dedo pulgar, aislándolo del contenido de la vasija (12). Esta
misma opinión aceptan Arnal, Prades y Fletcher. Nosotros creemos
que el ejemplar, que ahora presentamos, entraña un argumento más,
en favor de esta función, por cuRnto el muñón, al hacer las veces de
asa, obliga a introducir el dedo en aquella.
(9) s. L. KLEIN: dlrt1vt1s d!l.toa sobra .!nmigración y procedt~nda de le Cultura de las Catacumbas~.
(10) O. SHAPOSHNl!COVA: d.a.región dt1la Cultura dt~laa CalacumbuJ. Origini, III. Roma, 1969,
pág. 65 y ss. Agradectlmoa a D. Adrlano Iglesias Iglt!slas, profesor de la Escuela de Idiomas, le !.raduc·
ción de este trabajo del ruso y las aclaraci.,nes que nos he. prop.,rclonado.
111) o. c. nota 7.
(12) o. c. note. 4, pág. 53.
..
-
97 -
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E. PASTOR ALBEROLA
'
Sin embargo, no se nos escapa que la solidez de esta hipótesis viene fundamentalmente avalada por la forma y caracteres intrínsecos
del objeto, que así parece corroborarlo, y no por la afirmación misma,
de que ella permite manejar la vasija sin quemarse, porque una elemental experiencia nos pone de manifiesto que el asa exterior evita
mucho mejor el calor, que tan ingenioso procedimiento.
En cuanto a la aplicación práctica, que pudiera haberse dado a
las vasijas con cazoleta interior, sólo Esteve Gálvez aporta un criterio,
al insinuar la posibilidad de que tuvieran la función primordial de servir para preparar «delicadas y peligrosas materias, probablemente
venenos, que sirvirian para emponzoñar las puntas de las saetas (13).
Menos convincente aún nos parece esta hipótesis, sin dejar de reconocer por ello el mérito que entraña, en cuanto a una primera aportación. Porque, en esta-linea, habria que pensar que la vasija se llenaba hasta el borde, por lo que, para asirla cómodamente y sin peligro,
hubo de habilitarse un sistema especial de asa, protector del dedo pulgar. La cerámica de la cultura del Bronce es demasiado rica, en número y tipología de vasijas, para tener que recurrir a tan especial fórmula de protección.
Estas consideraciones, que tienen por base unos hallazgos limitados en número, y esporádicos en el área en que se han verificado, nos
llevan a la conclusión de que estamos muy lejos de poder precisar la
función específica de tales vasijas, si es que realmente tuvieron alguna, dentro del período a que pertenecen. Quizás la solución sea mucho
más sencilla, y obedezcan simplemente a una corriente cultural. En
todo caso, como concluye en su trabajo O. Shaposhnikova, la solución
está en el futuro.
(13)
O. c. nota 4, pág. 53, not11 10.
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PASTOR A LBEROLA.- La Buitrera
1. 2 y 3.-Hacha. esfera y percutor. de piedra (T. n.)
4 y 5.-Panorémica del poblado, desde el E. y W .
LAM. 1
[page-n-114]
PASTOR AlBEROlA.- La Buitrera
lAM. 11
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CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
(Cocentaina)
LA MOLA D'AGRES
Una de las actividades que viene desarrollando el Centre d'Estudis Contestans desde hace algunos años, es la de prospectar minuciosa y sistemáticamente la comarca natural de El Comtat (fig. 1), con el
fin de conocer su pasado prehistórico a través de los yacimientos arqueológicos que en ella se encuentran. Los resultados de tales prospecciones, reunidos bajo la forma de Carta Arqueológica, serán publicados en fecha próxima. Sin embargo, dado el gran interés de los materiales hallados en el poblado de «La Mola d'Agres)), hemos creído
conveniente adelantar su publicación y darlos a conocer en este breve
trabajo.
SITUACION
El poblado pertenece al término municipal de Agres, del que dista
un kilómetro por el antiguo camino de Agres a Muro d'El Comtat. Se
halla ubicado en una pequeña loma (Lam. I), situada en la falda
septentrional de la Sierra de Mariola, en las estribaciones del Pico del
Tejo, justo enfrente del poblado de Covalta por su lado meridional
(fig. 2).
El peñón sobre el que se asienta el yacimiento es de roca cretacea,
aislado del resto del conjunto montañoso y desde su cima domina todo el valle del Riu d' Agres -rio que vierte sus aguas en el Riu d' Alcoi o
Serpis, el cual se abre paso por el Estret de l'Orxa hacia Gandía- y la
carretera Muro-Bocairente, así como parte del estrecho que comunica
-
99 -
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CENTR.b tntSTlJDIS CONTESTAN$
N.
·~
Km.
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LA MOLA 0 1AGRES
( El COMTAT )
Pig. 1.-Mapa de situación del yacimiento
-
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MOLA I1 ACRES
'
la comarca del Comtat con las tierras llanas del Vallo del Vinalopó. Su
forma es ovalada y con una notable inclinación hacia el fondo del valle.
Según la hoja número 821 (Alcoy), escala 1:50.000, su situación
topográfica exacta es la siguiente; 38" 47: longitud Este, 3° 11' 25" la~
titud Norte. Su altitud sobre el nivel de1 mar es de unos 750 metros.
EL POBLADO
Es conocido desde antigua (fig, 3).·Visedo lo cita como ejemplo de
estación al aire libro, perteneciente a las primeras edades del me- 101
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CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
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-·Fig. 3.-Planta del poblado de la Mola d' Agres
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MOLA DAGRES
'
tal (1); Ponselllo incluye en la cultura del Argar, siendo un hito de penetración de esta cultura a través de las tierras murcianas (2); finalmente, Pla Ballester cita el brazalete de arquero (3). En fechas recientes, 1972, miembros del Centre d'Estudis Contestans visitamos el yacimiento, recogiendo, en su parte exterior A, cerámica perteneciente
al Bronce Valenciano, y fragmentos de un cráneo humano; en 1975, a
resultas de otra prospección, descubrimos en la parte Este del poblado C, entre otros materiales, una punta de flecha de bronce, asi como
cerámicas decoradas con acanaladuras, con incisiones y excisiones,
que motivan el presente trabajo.
El poblado posee unos 160 metros de perímetro, con un diámetro
máximo de 50 metros y otro mínimo de 35 metros; su forma es la de
un óvalo alargado un tanto irregular.
Está defendido en su totalidad por una muralla, que en su mayor
parte se encuentra en buenas condiciones de conservación, aunque en
algunos trozos se haya desmoronado, bien por obra del tiempo o por
la del hombre, como la de la parte Norte que ha sido derribada para
dar salida a un camino. Contribuye a la defensa del poblado el que
dos de sus caras den a un desnivel natural de considerable altura.
La muralla está construida sin argamasa (Lám. Il, 1), con piedras
de mediano tamaño sin trabajar. En algunos puntos, la parte exterior
e interior es de piedras más grandes y la central rellenada por otras
más pequeñas (Lám. II, 2). Alcanza una altura de tres metros y un
grosor de la misma dimensión.
La inclinación del terreno sobre la que se asienta el poblado es salvada por varios bancales.
Alrededor del recinto amurallado, se abren grietas naturales y
algunas terrazas. En el interior de aquél no se encuentran restos de
construcciones, exceptuando los bancales para salvar el desnivel. Estu es debido a que el terreno estuvo cultivado de vid (4). En la actualidad hay unos pocos olivos, pinos y encinas.
En dirección Norte y a unos 200 metros del poblado, existen varias terrazas, cubiertas por una gran vegetación. En ellas se encuentran fragmentos de cerámica del mismo tipo que la del poblado, así
como restos de muros.
(l)
C. VISEDO: •IIreu noticia sobre les primares edats del metalla les proximitats d"Aicop. But!leti
de l"Assiociadó Catalana d"Antropologia, Etnologia i Prehistoria, vol 3. Barcelona, 1925, p. 175,
Lám. XIV.
•Colección Visedo Moltó (Aicoy, Alicante)~. Mem. de los Museos Arq. Provinciales, IV, 1943, p. t79.
(2) F. PONSELL: «Rutas de expansión cultural almeriense por el Nona de la provincia de Alicante~.
Archiva de Prehistoria Levantina, III. Valencia, 1952, p. 64.
(3) E. PLA BALLESTER: ~Los !lama dos brazaletes de arquero y el EneoUtico Valenciano». VIII C. N.
A. {Sevi!la·Málaga, 1963). Zaragoza, 1964, p. 216.
{4) O. c., nota 2, p. 64.
-
103 -
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6
CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
LOS MATERIALES
Los hallazgos superficiales han sido muy escasos y atipicos en el
recinto amurallado del poblado, por el contrario, éstos se hallan de
manera más abundante en las terrazas que, a un nivel inferior, lo rodean e incluso dentro de las grietas naturales del terreno. Los materiales más interesantes se encontraron localizados en una de estas terrazas, debajo de un escarpe rocoso C. Esta situación nos ha inducido
a sospechar si los hallazgos no provendrían de arrastres caídos desde
el poblado.
Inventario
CI!RAMICA
Fragmento de borde de un vaso hecho a ·mano de labio y cuello ligeramente salientes y separado del
cuerpo de la vasija por un cordón con decoración digital. El labio también está decorado con digitaciones; pasta anaranjada con clesgrasanta calizo lfig. 4, 11.
Fragmento ele b
Cuatro fragmentos de horda de cuenco de cerámica gris, bruñida con manchas de ocra y reali~ado
a mano (fig. 4, 4).
Fragmento de cuello ele vasija con el borde saliente, hecha 11 mano, de color ocra y superficie alisada (fig. 4, 5).
Fragmento da horda de vasija exvasado, hecho a mano y pasta de colar ocre (fig. 4, 6).
Fragmento de borde exvasado de vasija, hecha a mano, de color gris y con asa de pezón (fig. 4, 7).
Fragmento de borde de perfil recto, perteneciente a una vasija hecha a mano y cerámica basta
(fig, 4, 8).
Fragmento de borde de perfil recto, de pasta muy basta y de color gris carbonoso (fig. 4, 9).
Fragmento de borde de perfil reentrante, de cerámica basta (fig. 4, 10).
Fragmento de pequefia olla, hecha a mano, de borde ligeramente vuelto y cuerpo globular. Pasta y
superficie ocre con manchas grises (tig. 5, 1).
Pequeña olla hecha a mano, de borde abierto y exvasado y cuerpo posiblemente b!troncocónico, Cerámica gris hruilida lfig. 5, 2).
Fragmento de vasija hecha a mano, de cuerpo bitroncocónico, base plana y borde saliente. Cerámica gris bruñida con manchas ocre (fig. 5, 3).
Fragmento de fuente de cerámica hecha a manl), de borde saliente y cuerpo ligeramente carenado.
Pasta gris o~cura y superficie bruñida [fig. ll, 1).
Fragmento de cuenco, de borda saliente y cuello recto, reallzadoa mano, de superticie exterior de
color rosáceo bruñida e interior gris lfig. 6, 2).
Fragmento de vasija hecha a mano, de borde vuelto y cuerpo posiblemente globular (fig. ll,
Fragmen¡o de borde de vasija de perfil bitroncocónico muy acusado y cuello también cónico, hecho
a mano y de cerámica gris carbonosa y bruñida lfig. 6, 4).
Fragmento de olla de borde ligeramente vuelto y cuerpo posiblemente globnlar o ligeramente bitroncocónico, hecha a mano y de pasta gris (fig. ll, 5).
Fragmento de borde da vasija de cuello rectG y labio ligeramente vuelto, hecha a mano, grisácea y
superficie exterior alisada (fig. 6, ll).
Fragmento de borde y cuerpo de un vaso de boca abierta c011 asa de ojo pequeño, inserta en el
arranque de la panza y labio, pasta gris oscura y superficie espatulada (fig. 6, 7).
Fragmento de vasija de cuello vuelto con asa Inserta en
Fragmento de borde de una vasija hecha a mano, de cuello ligeramente curvo y saliente. Pasta
ocre-carbonosa y superficie bruñida (fig. 6, 9).
Fragmento de pequeña olla. de cuello curvo y borde saliente (tlg. 6, 10).
ar.
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MOLA D' AGRES
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Fragmento de cerámica hecha a IDaLio, decorada con acanaladuras poco profundas, de pasta gris
bruñida (fig. 7, 1),
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con incisiones de pasta gris (flg. 7, 2).
Fragmento de horda de perfil recto e Inclinado hacia el interior y decorado con incisiones poco pro·
fundas, casi impercept.i.bles, pasta de colOI gris y superficie exterior alisada (flg. 7, 3),
Fragmento de carámica hecha a mano, decorada con acanaladuras poco profundltil, de pasta gris
bruñida lfig. 7, 4).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decOl'ada con incisiones Irregulares realizadas con punz(ln
cortante, pasta gris gyosera (fig. 7, 6),
Fragmento de borde de perfil recto, hecha a mano, decorada can incisiones poco profundas, realizadas con punzón de punta roma; cerámica gris y pasta grosera (fig. 7, 6),
Fragmento de borde de perm recto e inclinado hacia el axterior, hecha a mano, decorado con incisiones poco profundas con punz(ln romo, pasta gris cl!U'a (flg. 7 y 8 y Lé.m. IV, 8).
Borde de pequeña olla de horda vuelto y con asa, realizada a mano, de cerámica gris bruA!da ILt\m.
III, 2).
Borde de pequeña olla de cerámica gris bruñida, hecha a mano, y decorada con indsiones flnas y
profundas, horda ligeramente vuelto y cuerpo globular (Lám, m, 5).
Fragmento de borde de urna, cónico y decorado con acanaladuras en su fmal, pasta de color ocre
con manchas gylses y de superficie bruñida (Lám. III, 4).
Fragmento de cerámica decorada en su parte central con metopllllligeramente rect¡mgulares y en
su interior triángulos opuestos por el vértice, alternando los excls¡¡s y l¡¡s rellenos con incisiones; en
su parte lnferlor, serlea de rombos rellenos de incisiones y delimitados por zonas excisa~. Hecha a
mano, posta gris clara (Lám. In, 3).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con incisiones profundas, formando series angulares y un triángulo exciso; pasta gris (Lám. IV, 1).
Fragmento de horda da pequeña ¡¡lla, recto y saliente y decorada con incisiones finas y profundas,
formando triángulos rellenos a su vez de incisiones. Pasta gris hecha a mano (Lám. IV, 2).
- Fragmento de urna hecha a mano, decorada con acanaladuras, de color ocre, con manchas grises y
muy bruiilda (Lám. IV, 3).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con rombos rellenos de incisiones y dellmitados
por zonas triangulares excisas; en la parte superior, cordón con incilliones traiUlversales. Pasta gris
(Lám. IV, 4).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con incisiones realizadas con punzón romo, superficie gyis hruñlda (Lám. IV, 5),
Fragmento da cerámica hecha a mano, decorada con Incisiones f"mss y profundas. Pasta de c01or
grls (Lám. IV, 6).
Fragmento de ceré.mica hecha a mano, con incisiones poco profundas, reall~adas con pum:ón romo,
pasta gyisácea ILám. IV, 7).
Fragmento de cerámica hecha a mano, decorada con impresiones circulares profundas y pasta de
color ocre (Lám, IV, 9).
Fragmento de cerám.ica hecha a mano, decorada con acanaladuras, pasta ocre, con manchas grises
y muy bruñlda (Lám. IV, 10).
Pll!DRA
Cuatro dientes de .hoz, de silex (flg. 8, 1 al 4)
Lasca laminar retocada (fig. 8, 5),
Dos fragmentos de hoja de silex retocada !fig, a 6 y 7)
Posible fragmento de molde (fig. 8, 8).
HUESO
Tres punzones lfig. a, 11, 12 y 16).
Fragmanto de espátula (flg. 8, 9].
Posible punta de flecha (flg'. 8, 10).
METAl
-Punta de flecha, en bronce (fig, 8, 14 y Lám. III, 1)
VARIOS
Ciprea con perforación (fig, a, 15).
- CLtenta de collar sobre vértelira (flg. 8, 13).
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MOLA D'AGRES
NOTA FINAL
·Como anterionnente apuntamos, no pretendemos realizar un tra-·
bajo exhaustivo sobre el yacimiento, sino simplemente, dar a conocer
un lote de materiales que creemos de gran interés arqueológico.
En efecto, la etapa cultural denominada Hierro 1, no posee, hasta
el momento, en el País Valenciano, los rasgos defmídores y específicos
que podemos observar en otras zonas peninsulares; desconocemos,
además, su ligazón y estructuración con el final del Bronce Valenciano, así como su proceso evolutivo que debido a influencias mediterráneas va a cristalizar en la brillante cultura ibérica.
Esta problemática fue planteada en su día por Fletcher (5), Pla
Ballester (6) y, posteriormente, por otros autores. Sin embargo, y recientemente, ha comenzado a aparecer una serie de hallazgos que
nos aportan nuevos elementos con los que analizar el problema. Las
cerámicas de la Mola d' Agres se inscriben, pues, dentro de este contexto, y creemos que podrán contribuir en su día a sistematizar y definir esta etapa en el País Valenciano.
Junto a elementos típicos del Bronce Valenciano -dientes de hoz,
brazalete de arquero, punzones de hueso, cerámicas groseras, algunas decoradas con cordones aplicados, etcétera- nos encontramos en
el yacimiento que nos ocupa, con cerámicas acanaladas, bruiiidas, cerámicas incisas, excisas, así como impresas, que podemos perfectamente paralelizar con las halladas en otros yacimientos peninsulares.
Las primeras, esto es, las acanaladas, responden a la tradición de los
Campos de Urnas Catalanes: Agullana (7), El Molá (8), etcétera. Dentro del territorio valenciano, también las encontramos presentes en el
yacimiento de Pie deis Corbs (Sagunto) {9) y en el Tossal del Castellet (10). Sin embargo, las decoradas con excisiones es en el Valle del
Ebro donde encontramos sus paralelismos más exactos, tanto en for-
(5) D. FLETCHER: •La Edad del Hierro en·e] L'evante español>. Publ!caclones del IV C. Inter. de
Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas. Madrid, 1954.
(6) E. PLA BALLES'rER: «El problema del tránsito da la Edad del Bronce a la del Hierro, en la re·
gión valenciana~. V. C. N. A. (Zaragoza 19571: Ztlrilgoza, 1959, p. 128.
17) P. PALOL: da necrópolís hallstá.ttica de Agullana». Hibl. Praetúst. H!sp. Madrid, 1958.
(8) S. VILASECA: 1EI poblado y necrópolis prehlstóricos do Molá. (Tarragona)~. Acta Arqueológica
Hispana, I, Madrid, 1943.
(9) 'M. ALMAGRO GORBEA: tE! Pie del~· C¡¡rbs, de Sagunto, y los campos de urnas del NE de la
Penlnsula ibérica~. Papeles del Laboratorio de Arqueo/ogla, 12, Valencia, 1977, p. 90.
( 10) F. ESTEVE GALVEZ: «Un poblado d!'llá PÍiD:Jera Edad del Hierro en la Plano de Uástall6n•. Am·
purias, 6, Barcelona, 1944, p. 141.
-
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[page-n-128]
"
CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS
mas como en decoración: Cabezo de Monleón ( 11 ), Roquizal del Rullo
(12), El Redal (13), etcétera, siendo similares, pues, por su temática
decorativa al Grupo del Valle del Ebro, recientemente defmido. por
Malina y Arteaga (14). Difieren, en principio, de las excisas del Cabezo Redondo de Villena ( 15), de las del Tossal del Castellet (16) y de las
de Vinarragell ( 17), por una temática más simple.
Sin embargo, y dado los materiales con los que contamos creemos
que resulta prematuro intentar es.tructurar todo el sistema de contactos y teorías explicativas de tales hechos, así como dar cronologías
absolutas. Habrá que esperar la realización de excavaciones sistemáticas, que nos proporcionen mayor número de hallazgos, para llegar a
conclusiones satisfactorias ( 18).
·
1111 A.. BELTRA.N: •A.vance sobre !a cerámica excisa del Cabezo de Monleón, Caspe•. IV C. N. A..
(Burgos, 19551. Zaragoza, 19~7, p. 141.
( 121 J. CA.BRE: «Excavaciones en el Roquizal del Rullo, término de Fabara, provincia de Zaragoza,
dirigidas por Lorenzo Llipez Temprano•. Mems. J. S. E. A., n.• 101. Madrid, 1929.
(13) M. C. BLASCO: «Cerámica excisa de rEl,Redabo, en el Museo de Logrollo•. Mise. de Arq. Riojana. Logrmio, 1973. p. 115.
.
.
.
(14) F. MOLINA y O. ARTEAGA: cProblemática y dlfarencianclón en grupos de la co:tré.mica con da·
coración excisa en la Penlnsula Ibérica.. Cuad. de Prehistoria de la Universidad da Granada, vol. I,
1976.
(151 J. M. SOLER: cE! tesoro de VillenaJl. Exc. Arq. en Espafta, 36. Madrid, 1965, p. 34.
(16] ESTEVE GALVEZ: o. c., nota 10.
(171 N. MESADO: cVinarragell (Burriana-Castellónl>. Trab. V;¡rios del.SIP, 46. Valencia, 1974.
p. 127.
( ¡ 81 Agradecemos a la prol'esora. Gii·Mascareu su ayuda en el estudio de estos materiales y la
oportuna orientación blbllográfica.
- 112 -
[page-n-129]
CONTESTANS.- M ola d' Agres
Emplazamiento del poblado y vista de éste
LAM. 1
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CONTESTANS.-Mola d'Agres
Dos aspectos de la muralla del poblado de la Mola d' Agres
LAM. 11
[page-n-131]
CONTESTANS.- M ola d' Agres
LAM. 111
[page-n-132]
LAM. IV
CONTEST ANS.- M ola d'Agres
1
1
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'
[page-n-133]
CONSUELO MATA
{Valencia)
LA COVA DEL CAVALL Y UNOS ENTERRAMIENTOS
EN URNA, DE LIRIA
(Valencia)
Dada la actualidad que están teniendo los estudíos sobre la Primera Edad del Hierro y los orígenes de la Cultura Ibérica (1 ), hemos
creído oportuno revisar el material de la COva del Cavall y de los enterramientos del Collado de la Cóva del Cavall y del Puntalet, los tres en
Liria (fig. 1). con el fin de darles una nueva valoración a la lUz de los
últimos descubrimientos y estudios.
No vamos a hacer aquí un relato detallado sobre la forma del descubrimiento y localización, puesto que estos detalles han sido dados a
conocer con anterioridad (2).
{11
M. ALMAGRO GORBEA: oEl Bronce final y el inicio de la Edad del Hierro en la Meseta Sur.. Ex-
tracto de tesis doctoraL Madrid; 1973.
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(2)
S.
r.
-
113 -
[page-n-134]
C. MATA
'
I
COVA DEL CAVALL
El material de esta cueva (Lám. I, 1), depositado en el S. l. P., no
está agrupado con ningún criterio que indique la forma eri que fue hallado y los detalles de su excavación. El conjunto se compone de 197
fragmentos de cerámica hecha a mano, algunos fragmentos de hueso
y una lasca de sílex sin retoque. No vamos a realizar una descripción
Lliria
Fig.-1: San Miguel de Liria.
2: El Puntalet.
3: Cov11 y collado del Cavall.
y estudio de los huesos, puesto que esto ya ha sido hecho (3). En cuanto a la cerámica, hemos esbozado una tabla de formas, con sus respectivas variantes, con el fm de seguir algún criterio de exposición.
Los fragmentos cerámicos hemos podido agruparlos en diez formas generales, que son las siguientes:
FORMA 1
Plato poco hondo o cuenco, de boca ancha, pasta negra, con pequeño desgrasi!IIta y superficies aspa·
tuladas, hecho a mano:
- ll frags. que fonnan una peque!\ a bll!le plana; el espatulado es de buena calidad, aunque en algrmos
sitios ha desaparecido; la superlicie exterior es de calor gris-negruzco y la interior belga; diám.
aprox, hase, 6 cm. (frogs. donados por Vicente Olivar, el31-VI-75, encontrados el 10-IX· 72) (flg. 2,
n.• 3).
(3)
DONAT y GASCO: Op. Clt. nota 2.
- 114 --
[page-n-135]
GOVA DEL CAVALL
3
1 frag. borde, con el inicio de la base que podrla ser redondeada o aplanada; el borde as mAs delgado que la zona de la base; el espatulado es de buena calidad (E. B. C.), siendo las superficies de color
pardo y negro; diám. aprox. baca, 21 cm. (caja 126, 3-IX-60) (flg. 2, n.' 1),
1 frag. horda, con lahlo adelgazado e indicado por el interior; la superficie Interior es marrón y la
exterior grisácea: diám. aprox. boca, 18 cm. (caja 125, 3-IX-60) (fig, 2, n.' 2).
Destacan dentro de esta forma I y del conJunto de la cueva:
4 frags. borde, E. B. C.: dos de los fragmentos tienen las superficies color negruzco, conJ
2
Fig. 2.-Fonna 1
(T.
n.J
chas con un instrumento de punta roma. La decoración se desarrolla a lo largo de una nanda cerca
dellxlrde, limitada en el interior por dos lineas incisas paralelas, mientras que en el exterior las indsiooes llegan hasta el borde. Tres de los fragmentos parecen pertenecer al nrlsmo vaso, aunque
sólo dos de ellos unen entre s1 (4) (caja 125, 3-IX-60) (Lám. 1).
141
DONAT y CASCO: Qp. cit. nota 2, pág. 245, fig. 9.
- 1!5 -
[page-n-136]
'
C. MATA
PORMA 11
Vaso
mano:
d~
labio saliente y cuello curvo, pasta generalmente negra y superficies espatuladae, hecho a
1 frag. borde, labio redondeado; pasta negra, con pequell.o desgr1111anto, E. B.
c., color parduzco
(cajón C-7, 19-XI-48) (fig. 3, n.• 6!.
1 pequefto tragm~:~nto borde, con labio saliente e !nido de cnvllo; pasta negra con pequado desgrasanta; superficies espatuladas, colar negro en ellnteriQr y pardo en el exterior (cajón 51, 12-XI-67)
(fig. 3, D.' 7).
l frag. borde, con labio adelgaz!ldo; pasta negra, con pequeíl.o desgrasante; superflc!ea espatuladas
de buena calidad, color gris parduzco (cajón C-7, 19-XI-48),
2 fraga. que forman un borde muy erosionado, de labio ligeramente saliente; <;:&C!I. del borde y pll1'
el exterior se aprecia un pequel'io rehundimiento; pasta gris negruzco, con desgrasante grande; superficie exterior alisada e Interior tosca, color gri8áceo {cl\ión 67, 20-XI-67) {flg. 3, n.• l).
Fig. 3.-Forma JI.
(1/2)
1 frag. borde, con labio radondaado e inicio de cuerpo globular; pasta negra, con grueso desgrasante; supepjcies toscas, color grisáceo; diá.m. aprox. boca, 18 cm. (caja 125, 3-IX-60) {fig. 3, n.• 41.
1 frag, borda, con labio apuntado y adelga~ado,lniclo de CUel'pO globular; pasta negra, con desgrasanta abundante; superficies alisadas, color marrón grisáceo, con algunas zonas negras (ci\Jón 125,
3-IX-60) Ulg. 3, n.• 2).
1 frag. borde, labio redondeado e !nielo de cuerpo poco globular: pasta rojiza ccn desgrasante pequeño; superficies E. B. C., erosionado en algunos sitios; el Interior es negro y el exterior rojizo, con
wnas negruzcas (cajón 67, 20-Xl-671 (fig. 3, n.• 5).
10 fregs. borde, todos pertenecientes al mismo vaso, aunque no todoa unen; el labio es plano elncil
nado y el inicio del cuerpo es globular; pasta negra, con pequeflo desgrasanta; E. B. C., superficie
interior negra y exterior pardo, con zonas ennegrecidas; dlám. aprox. boca, 32 cm. [cl\ión 67, 20XI-67, y cajón 125, 3-IX-60) (fig. 3, n.• 3).
1 frag. borde, con labio plano: pasta negra, con pequoflo desgrasanta; superficies espatuladas, color
pardo !cl\ión 125, 3-IX-60) (fig. 3, n.• 8).
-
116 -
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5
COVA DEL CAVALL
FORMA 111
Cuenco de boca más o menos abierta y cuerpo globular; pasta. geuera.lmenta negra y ouperficies eapatuladas; hecho a mano:
1 frag. borde, labio reentrante y redondeado; pasta negra con peque:do desgrasante; superficies eopatuladas, color parde-negruzco (cajón fil, 12-XI-!i7l (fig. 4, n.• 9).
¡ frag. borde, labio redondeado y zona exterior rehundida; pasta negra, con pequeño desgrasante:
superficies espatuladas, exterior pardo e interior negra (cajón 51, 12-XI 67) (fig. 4, n.• 121.
ll'rag. borde, con ioiclo de base rodondeada; pasta negra, con desgrasante pequaño y abundante;
superficies E. B. C. negras (cajón 67, 20-XI-67) {f]g. 4, n.• 10).
l frag. borde, labio redondeado, con pequeño mamelón; p!lllta gris, con grueso desgraaante; superficie~ alis.adas, marrón rojizo eñ el interi
1 frag. borde, labio redondeado y adelgazamiento vblble por el e>rterior; pasta negra con desgrasante muy fmo: superficies espa.tuladas color pardo: grosor mlix. tablque, 0'4 cm. (cajón 67 ,20-XI67) (fig. 4, n.• 13).
-, ,"
\~
"
"
"
Fig. 4.-Forma IU.
(1/21
l frag. borde, con labio plano horizontal; pasta gris, con pequeño desgrasan te; suporficias espatuladas color pardo (cajón 67, 20-Xl-67) (fig. 4, n.• 14).
l frag. borde reentrante; pasta negra, con pequeño desgrasanta; superficies espatuladas, color negruzco, estando la exterior algo erosionada (cajón 125, 3-IX-60) (f¡g. 4, n.• 15).
FORMA IV
Vasijas con bordes rectos e inclinados hacia al ll)[terior, hechas a mano:
1 frag~bórde, labio redondeado y abultaw.lento en el eJrterior del cuello; paste pegra, con pB<¡Mño
desgrasante: superficies espatuladas, parda la exterior y negra la interior (cajón 51, 12-XI·67) (flg.
5, n.o 19).
l frag. borde, labio aplanado horizontal; las paredes van adelgezándoae progresivamente; paste
grisácea, con pequeilo desgrasante; superficies E. B. C. color negro, con alguna zona parda (cajón
67, 20-XI-67) (fig. 5, 0. 0 17).
1 frag. borde, con labio redondeado; pasta negra, con pequedo desgrasante: superficies E. B. C. co·
lor pardo y negro (cajón 125, 3-IX-60) (flg. 5, n.• 20].
1 frag. borde, con labio redondeado adelgazado y ligeramente entrante; pasta negra; superficies
toscas color pardo; diám. aprox. boca, 19 cm. (cajón 126, 3-IX-60) (fig. 5, n.• lfl).
- 117 -
[page-n-138]
6
C. MATA
1 frag. borde, con labio redondeado y arranque de asa de sección ovalada que sale desde el borde
mismo; pasta negra con desgrasan te; superficies espatuladas color negro (clijón 125, 3-IX-60~ {flg.
5,
n.G
21).
1 frag. borde, labio redondeado y regruesamlento vil!tble en el interiur; pasta negra, con pequ¡¡do
desgrasante; superficies espatuladas color pardo-rQJJzo (cajón 51, 12-XI-67) (flg. 5, n.o 16).
1 frag. borde, con el labio redondeado; pasta marrón, con grueso desgrasante; superfldi!B alisadas
color negro (caj6n 125, 3-IX-60) (fig. 5, n.• 22).
16
17
18
20
21
19
Fig, S.-Forma IV.
(T. n.)
FORMA V
Base con inicio de pie diferenciado troncocónico: pasta negra y roja, con desgrasante grande y abundante; superficies espatuladas rojizas con algunas zonas erosionadas; el interior del pi~:~ ea negro y tosco
(cajón 67, 20-XI-67) (fig. 6, n.• 11).
FORMA VI
Bases planas o ápla.nadas; pasta negra, con gr'Ueso
d~:~sgrasante
y superficies toscas, hechas a mano:
l frag. fondo plano, con mamelón cerca de la base; sup~:~rfides rojizas; diAm. aprox. base, 18 cm.
(cajón 67, 20-Xl-67) {fig. 7, n.• 1).
1 fondo plano, cun unas 12 digitaciones en la parte interior de la base; superficie exterior negruzca
e interior marrón; di~m. aprox. base, ll cm. !cajón 125, 3-IX·SO)(fig. 7, n.• 3).
1 fondo aplanado; las superficies no ti~:~nen un color uniforme, pero domina el gris; diém. aproJ:. base, 5'5 cm. (cajón 125, 3-IX-60) (fig. 7, n,• 2).
-
11!) -
[page-n-139]
COVA DEL CAVALL
FORMA VU
4 frags., pertenecientes a una gran vasija de paredes casi rectas; los fragmentos presentan dos molduras a doble bisel paralelas y hori:!Ontales de las que arranca un asa de sección ovalada; paste negro,
con pequeño desgrasante; superficies E. B. C., exterior pardo rojiza e interior negra (cajón 67, 20-XI-67)
(fig. 6,
n.•
101.
FORMA VIII
Vasijas con bordes rectos y cuellos inclinados; superficies espatuladas, pequei\o desgrasante; hechas
a mano {cajón 125, 3-IX-60):
1 frag. borde exvasado; pasta gris, superficies E. B. C.. interior negra y exterior parda (fig. 6,
n." 41.
Fig, 6.-Forma V (Il). Fonna VII (lO), Forma VIII (4-6). Forma IX
(12). Fonna X (7-9),
(1/2)
1 fi'ag. borde, con cuello exvasado, Iniciando un cuerpo ligeramente globular; pll8ta negra; superficies E. B. C. color negruzco (fl.g. 6, n.• 511 frag. borde, con inicio de cuerpo globular; pasta negra; superllcies espatuladas pardas, con zonas
negruzcas; dlám. aprox. boca, 17 cm. (fig. 6, n.' 6).
FORMA IX
1 frag. cuerpo con asa de sección ovalada, celocada en posición vertical; pasta roja, con dasgrasante
pequedo; superficies espatuladas rojizas (cajón 126, 3-IX-601 (fig. 6, n.o 121.
-
119 -
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'
C. MATA
FORMA X
Vasijas con carenas
baja~.
pasta negra, con poquell.o desgrasante (c(\jón 125, J-IX-60):
2 frags. con carena, iniciando un fondo en forma de casquete; superficie Interior tosca, color gt!s y
exterior espatulada del mismo color (fJ.g. 6, n.• 7).
- ¡ frag. de Igual forma que las anteriores, pero que ~e ditltlngue por tener las dos superficies espatuladas, siendo la exterior grisácea y la ID.terior negra (flg. 6, n.• 8).
- t i'rag. cuerpo carenado, distinto de los anteriores; superficies E. B. C., color gris (fig. 6, n. 0 9).
-
Además, tenemos que considerar los fragmentos informes, que agrupamoa as1:
- 11 frags. pasta negra, con peque!lo desgr1111ante; superficies con ospatulado de buena calidad y coloraciones diferentes.
- Bl frags. pasta negra y pequeño desgrasante; superficies espatuladas, de distintas coloraciones.
44 frags. con superficies toscas y grueso dCsgrasante, dominando las pastas negras.
Teniendo en cuenta otros detalles, como coloración de las pastas,
desgrasante y tratamiento de las superficies, podemos elaborar las siguientes tablas:
Pasta negra ............. . 94'5 %
Pasta gris ........... .
3'5 %
Pasta rojiza ............ , , 1'0 %
Pasta marrón ........... . 0'5 %
Pasta negra/roja .. , ...... . 0'5 %
Ahora bien, agrupando los factores pasta-desgrasante-superficie,
tenemos:
PASTA
DESGRASANTE
Negra
Otras
(N.)
{0.)
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Pequeño
{P.)
•
•
•
•
•
•
SUPERFICIE
B.B.C.
Granda
{G.)
Espatulado Espatulado
Ell!lbas caras una cara
{E-2)
•
•
•
•
•
(Véase gráiico en la página siguiente)
-
t20 -
{E-1)
Tosca
(T.)
20
•
•
•
2
47'7
1
•
•
2
•
1
1'5
24
[page-n-141]
•
COVA DEL CAVALL
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C. MATA
Con esto, vemos claramente que las pastas negras dominan de tal
manera que se asocian a todos los tipos. El E. B. C. sólo aparece con
desgrasante pequeño, asi como el E-2, con insignificantes excepciones. El E-1 es prácticamente inexistente, mientras que las cerámicas
toscas aparecen asociadas al desgrasante grande. Otro dato, es la
gran proporción de cerámica de calidad, es decir, E. B. C. y E-2, sobre
el resto.
Por otra parte, no existe ninguna relación entre estas características y las tablas de formas, excepto la forma VI, compuesta exclusivamente por cerámicas toscas.
Con el fin de poder clasificar cultural y cronológicamente el yacimiento, sólo podemos basarnos en unas cuantas formas caracterlsticas, pues la mayor parte de los fragmentos no permiten la reconstrucción de ninguna forma típica.
Los fragmentos que más datos pueden proporcionar son los que
presentan la decoración incisa; la técnica de incisión es típica de la
Primera Edad del Hierro, por lo que hemos encontrado gran cantidad
de paralelos en la Península, pero hemos de hacer notar que no hemos
encontrado casi ningún fragmento que presente una decoración incisa por el interior y exterior.
Uno de los paralelos más característicos de este tipo de decoración lo .encontramos en el Cerro de la Cruz (Cortes de Navarra). en
la fase Pila, fechada entre el 700 y el 650 a. C., que se considera
como el inicio de la fase P!Ib, fechada en el650-550 a. C. (5); también
. hay un fragmento semejante en la habitación 33, estrato IV del mismo yacimiento (6).
En la zona de los Campos de Urnas catalanes también es muy corriente esta técnica. La hallamos asociada a otros motivos en Agullana I, fase fechada ei:ttre los ss. VII-VI a. C. (7). Decoración interior y
exterior incisa, pero con diferentes motivos y disposición la tenemos
en Anglés, en una cazoleta plana con asa lateral, base rehundida y su
perficies pulimentadas; necrópolis fechada alrededor del s. VI1
l5) J. MALUOUER: «El yacimiento hallstáttico de Cortes de Navarra. Estudio critico Il». ExcavacLo·
nes en Navarra VI. Pamplona, 1958, fig. 15, núm. 522.
(61 O. GIL FARRES: ~Excavaciones en
. Um. LXXXIII, núm. 1.474, pág. 9.
Navarra~.
Prlncipe de Viana, vol. LJ-LII. Pamplona, 195J .
(71 P. PALOL: «Avance de los hallazgos de la necrópolis de Agullana (Geronal». Ampurias, VI. Bar. celona, 1944, fig. 2, núm. 4, Lám. XI, núm. 2, sep. l 7B, fig. 3, Lám. XVI, sep. 132, pág. 127.
P. PALOL: «La necrópolis hallstáttica de Agullana (Geronal•. Blhliotheca Praehistorica Hispana, vol.
I. Madrid, 1958.
- 122 -
[page-n-143]
COVA DEL CAVALJ
1
Fig. 7.-Fonna VI.
-
123 -
(T. n,)
[page-n-144]
C. MATA
a. C. (8). También hay gran cantidad de cerámicas incisas con esta
técnica en la Cueva del Marcó (Tivissa, Tarragona) (9).
Todos estos yacimientos pertenecen a los períodos I y II de los
Campos de Urnas catalanes de la clasificación de Maluquer (1O).
Como prolongación de la zona catalana se pueden considerar algunos de los yacimientos de la provincia de Castellón. Aparece dicha
técnica decorativa en los primeros niveles de Vinarragell, fechados
entre finales del s. VII y primera mitad del s. VI a. C. ( 11 ). Decoración
incisa interior y exterior tenemos en un fragmento de la Cueva Honda
(Cirat), que su descubridor fecha hacia el 800 a. de J. C. (12). Dos
fragmentos procedentes de Aranyuel presentan decoración incisa, teniendo uno de ellos, además, las superficies espatuladas (fig. 8) (13).
También en relación con la zona catalana y la provincia de Castellón está el Bajo Aragón, destacando el yacimiento del Roquizal del
Rullo (Fabara, Zaragoza), con abundantes cerámicas incisas (14).
En zonas más alejadas geográficamente, encontramos unos fragmentos en Las Cogotas (Avila), fechado por Cabré hacia finales del s.
VI a. C. (15). Es muy interesante la semejanza en la disposición de la
decoración de un fragmento de borde de escudilla de Castillejo de
Castilfrío de la Sierra, sólo que aquí la decoración es pintada (16).
Todo esto en cuanto a la técnica decorativa. En cuanto a la decoración interior y exterior sólo hemos encontrado los tres fragmentos citados de Anglés, Cueva Honda y Castilfrío, siendo este último
pintad'o. Por otra parte, el hecho de que ciertos tipos de vaso campaniforme presenten decoración interior y exterior, llamada técnica
(8) M. OLIVA y F. RIURO: mallazgos en la necrópolis hallstáttica de Anglés•. Pyrenae, 4. Barcelona, 1968, fig. 4-, nUm. 3, Lám. I, nUm. 4, pág. 67.
(9) S. VILASECA: «Dos cuevas prehistóricas de Tivlssa (provincia do Tarragona)•. Ampurias. I. Barcelona, 1939. Lám. XVIII, nUm. 4, pág. !59.
1101 J. MALUOUER: •Las culturas hallstátticas en Cataluña». Ampurias, VII-Vlll. Barcelona, 194546, pág. 181.
(ll)
N. MESADO: «Vinarragell (Burriana)•. Trahajos Varios S. l. P., 4-6. Valencia, !974, fig. 72,
nUm. 1, Lám. XXIII, Lám. LXX, nUm. 1,
1121 I. SARRION: •Restos de la Primera Edad del Hierro en la Cueva Honda do Cirat(Castellón)•.
Lapiaz, Boletín de Información Espeleológica, 2. Valencia, 1975, págs. 4-·6.
(131 Material del S. I, P., inédito y sin contexto.
(14) J. CABRE: •Excavaciones en el Roquizal del RullG, término de Fabara, provincia de Zaragoza,
dirigidas por don Lorenzo Péraz Tamprado•. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, nUm. 101. Madrid, 1929.
( 151 J. CABRE: «Excavaciones de las Cogotas, Cardeñosa !Avilal, I. El Castrot. Memorias de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, núm. llO. Madrid, 1930, Lám, XXVI, nUm. 3.
(16) B. TARACENA: «Excavaciones en las provincias de Sorla y Logroñm, Memorias do la Junta Su·
perior de Excavaciones y Antigüedades, nUm. 103. Madrid, 1929, fig. 15.
- 124 -
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COVA DEL CAVALL
"
pseudo-excisa, y que Harrison considere perteneciente a la cerámica
del Bronce final y de la Primera Edad del Hierro de la Meseta y Cataluña, nos plantea el interrogante de si, en los fragmentos que estamos
estudiando, la forma de decoración interior y exterior derive de este
mundo, ya que parece claro el que la incisión procede de los Campos
de Urnas. Como ejemplos ilustrativos podemos citar unos fragmentos
con decoración pseudo-excisa interior y exterior procedentes de
Cuenca y presentados en el XV Congreso Nacional de Arqueología celebrado en Lugo en septiembre de 1977. Semejantes son los tres cuencos hdlados, aislados de todo contexto, en Villafamés (Castellón) (17).
Fig. S.-Fragmentos cerámicos de Al"anyuel.
tT. o.)
Otra de las formas importantes es el pie diferenciado y troncocónico (forma V). Sus paralelos más próximos y caracterlsticos los encontramos en el PIIb de Cortes de Navarra (18), en la necrópolis de
1171 F. GUSI JENER: •Hallazgo de cerámica del tipo impresa mediterránea con decoración interior
iucisn IViJla[¡¡més, Castellón)o. Pyrenao, S. Barcelona, 1972, pág. 53.
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R. J. BARRISON: •El vaso campaniforme como horizonte delimitador en Levante español>. Cuader
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dones en Nuvurrn.l'amplonn. 1954: flg. 26, núm. 8; 28, núm. JO; 32, núm. 8 Y JO; 34, núm 12; 37,
nüm. 23.
-
125 -
[page-n-146]
14
C. MATA
Anglés ( 19), en la fase I de Agullana (20), en la necrópolis de Molá, fe~
chada en el s. VII a. C. (21), en Hostal Nou (Ares del Maestre, fastellón) {22), en la necrópolis deis Espleters (Salzadella, Castellón) (23),
e.1 les Escodines Altes y Baixes de Mazaleón (Teruel) (24), etcétera.
Este tipo de pie pertenece, generalmente, a urnas de tipo bitroncocónico, típicas de la Primera Edad del Hierro.
Los fondos planos {forma VI) son conocidos desde que se empiezan a utilizar las primeras cerámicas, pero no llegan a generalizarse
hasta el Bronce Final y Primera Edad del Hierro, según las zonas. Los
llamados fondos aplanados son los que, generalmente, aparecen en
épocas anteriores, siendo los fondos planos posteriores. Dada la extensión de paralelos que podemos encontrar, sólo citaremos los más
próximos: El Solaig, Torrelló y Vinarragell, en Castellón; El Puig, Saladares y, posiblemente, Crevillente, en Alicante (25).
Los cuencos y los vasos carenados son lo suficientemente conocidos para que demos una lista sobre los paralelos a encontrar. Ambas
formas son típicas de la Edad del Bronce, siendo las carenas características de la Cultura del Argar, aunque también se encuentren
ejemplos en el Pais Valencia.
Finalmente, tenemos un fragmento semejante a la Forma IX en el
Departamento 5 del Puntal de Cambra {26).
El estudio de los materiales nos muestra que esta cueva fue conocida desde la Edad del Bronce. Ahora bien, la ausencia de elementos
típicos de la Edad del Bronce, como cordones y mamelones, y la factu-
(191
Op. cit. nota 8, fig. 5, núm. 2, pág. 75.
1201 Op. cit. nota 7. 1958: tipo 2a, tabla VIL
1211 S. VlLfl.SECA: •El poblado y la necrópolis prehistóricos del Moli\ {Tarra¡:onul». Acta Arqueoló¡:ic~ Hisp
(231 J. COLOMINAS: «Els enterramonts ibérics deis Espleters a Salzadella». Anuari de l'I11stitut
d'Estudis Catalans. 1915-20. Barcelona, 1923, fig. 419, pág. 616.
124J P_ BOSCH GIMPERA: •Les ínvestigacions de la Cultura Ibérica al Baix fl.ragó». Anuari de l'lnsLitut d'Estudis Catalans, 1915-20. Barcelona, 1923, figs. 454 y 456, págs. 641.
125) o. ARTEAGA y M.' R. SERNA: «Los s~lodares- 71•. Noticiario Arqueológico Hispánico, Arqueo
3, Lám. v. núms. 30 y 31. Madrid, 1975, páe. 7.
D. FLETCHER y N. MESADO: oEl poblado ibórico del Solaig IBcchi, Castellónl•- Trabajos Varios S. 1
!'., 33. Vahmcia, 1957.
MESADO: Op. cit. nota 11, fig. 52, núm. 2.
F. G\JSI JENER: ~Excavaciones en el recinto fortilkado dd Torrelló de Onda ICastellón)•. Cuadernos
de Prehistoria y Arqucologla Castellonense. l. Castellón, 1974, pág. 31. núm. 3, pág. 19.
V. PASCUAL: oEl poblado ibérico del Puig IAlcoy)o, Archivo de Prehistoria Lovantina, III. Valencia,
1952, pág. 135.
Jo~ía
126) J. ALCACER GRAU: •El Puntal de Cembra (Villar del Anobispo, Valencia)». Archivo de Prahisloria Levantina, V. Valencia, 1954, Uim. VI, pág. 65.
-
126 -
[page-n-147]
COVA DEL CAVALL
15
ra relativamente cuidada de las cerámicas recogidas nos inclinan a
pensar que estos materiales pertenezcan a una época algo avanzada
del Bronce. Naturalmente que esta afirmación sólo-puede ser una hipótesis, dada la falta de una periodización de la Edad del Bronce Valenciano.
La cronología final de la cueva vendría dada por los pies troncocónicos y las cerámicas decoradas, que nos dan una fecha de entre los
ss. VII-VI a. C., y la ausencia de cerámicas a torno, que aparecen en el
País Valencia hacia la mitad del s. VI a. C.
La carencia de estratigrafia no nos permite juzgar si estos materiales considerados típicos de una primera Edad del Hierro proceden
de una influencia exterior o bien son fruto de una evolución in situ. En
el primer caso noS podrfamos preguntar sobre qué cultur~ mate:rial
ejerció su influencia y cómo la hizo variar, si es que la hiZO variar.
Con todo, podemos afirmar que la cueva se clasifica dentro de un
Bronce algo evolucionado, llegando a un Bronce Final o Hierro I, denominaciones que no podemos precisar más, a falta de estudios tipológicos sobre estas dos épocas.
11
EL PUNTALET
De esta necrópolis (Lám. I, 2) sólo se encontraron tres enterra"
mientas (27), compuestos por los siguientes materiales:
PRIMER ENTERRAMIENTO
- Una urna, hecha a torno, de cuello corto, ligeramente exvasado, del qull' arranca un par de asas dobles; hay que destacar un bordón en realce por encima del arranque de las asas; la basa es ligeramente cóncava; la pasta es amarillenta y tosca. Medidas: 34 cm. alto; diém. boca, 21 cm. diém.
máx. panza, 26'7 cm. (flg. 9, n.• 2).
SEGUNDO ENTERRAMIENTO
- 1 fondo tronco cónico, hecho a mano, de base plana: está adornado por tres cordones aplicados, ho·
rizontales y paralelo•, decorados con digitacio"nes; diém. máx., 42 cm,; dlém. base, t5 cm.: alt.
máx., 25 cm.: pasta gris oscnnt (flg. 9, n.• 1);
- Una concha.
- Una pequefta piedra con dos perforaciones,
- Un par de aretes de cobre o bronca, sección cuadrada; diém. aprox .. 3 cm.
TERCER ENTERRAMIENTO
- 1 plato hondo parecido a los morteros Ibéricos, borda recto y base discoidal plana; pasta amarlllorojlza, superficies toscas: alt., 7 cm.: diám. boca, 22'5 cm.: diám. base, 6'5 cm. (fig. 10).
-(27)
Op. cit. nota 2. 1947 y 1949.
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C. MATA
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Fig. 9.-Urnas de El
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128 -
Puntalt~t.
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COVA DEL CAVALL
Estas urnas en la época en que se encontraron constituyeron un
hallazgo prácticamente único. En cambio, en la actualidad, se pueden
encontrar ya algunos paralelos con fechas más o menos delimitadas.
Entre los múltiples paralelos que podemos citar de la urna del primer enterramiento entresacaremos los siguientes: en primer lugar, la
urna del Collado de la Cóva del Cavall, con pintura bicroma, que veremos más adelante; en Vinarragelllas tenemos con cuatro y dos asas y
decoración bicroma en el nivel protoibérico, fechado en la primera
mitad del s. VI a. C. (28). En Saladares, estas urnas aparecen con o sin
pintura, perteneciendo estas últimas a la fase IB2 del Horizonte
Preibérico, fechado entre el segundo y tercer cuarto del s. VII a. C.;
una de las urnas está hecha a mano (29). En el Castellar de Crevillente
Fig. 10.-Puntalet.
11/:ZI
aparecen también, siendo denominadas por su excavador tipo B2, en
niveles fechados desde finales del s. VII a la primera mitad del s. VI
a. C. (30).
Fuera de 18 zona valenciana aparecen en Solsona (31 ); en Anglés,
fechada entre los ss. VI y V a. C. (32); en el estrato 11 de Quemados,
fechado entre los ss. VII-VI a. C. (33); en Mogador, fechado en el s.
VII a. C. (34); en la isla de Racligoun aparece una urna con dos asas y
sin pintura, necrópolis fechada desde finales del s. VII al s. VI a. C.;
128)
Op. cit. nota ll, fig. 81 y fig. 19. núm. 1, fig. 35.
129) ARTEAGA y M. R. SERNA: Op. cit. nota 25. Lám. XVIII, núm. 136: Lám. XXI, núm. 157.
130) A. GONZALEZ PRATS: •El yacimiento protohistórico de la Sierra del Cnstellar ICrevillente, Ali·
cante). Sector I.» Tesis de Licenciatura, 1977.
1311 J. SERRA VILARO: •Excavaciones en el poblado ibérico de Castell Vell (Solsonal». Memorias
de la Junta Superior do Excavaciones y Antigtledades, núm. 27. Madrid, 1920, Lám. VIII.
132)
Op. dt. nota a, fig. !3, mim. 22.
(33)
134) A. JODIN: •Mogador, comptoir phénicien du Maro e At\antique:>. E tu des ot Travaux d' Archéo·
logie Marocaine. Tangcr, 1966, fig. 32.
-
129 -
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18
C. MATA
en Toscanos, sus excavadores publican un dibujo que por su perfil entraña dentro de este tipo que estudiamos, pero que ellos califican como un posible fragmento árabe medieval (35).
La urna del segundo enterramiento, por estar hecha a mano y por
sus caracteristicas, encuentra sus paralelos en zonas bastante distintas de las anteriores, concentrándose los más próximos en el B~o
Aragón. Así lo tenemos en Les Escodines Altes (Mazaleón), fechado en
el Hallstatt D (36); en San Cristóbal, también con la misma fecha (37)
y en el Roquizal del Rullo, fechado en el Hallstatt C o D (38).
En cuanto al tercer enterramiento, tenemos el paralelo más importante en el Peñón del Rey (Villena), donde estos platos aparecen
también utilizados como urnas. Este yacimiento fue fechado entre los
ss. IV-III a. C., apareciendo también fragmentos de cerámica hecha amano (39). Creemos que la cronología de este yacimiento podría subirse un
tanto dados los últimos estudios que se han hecho sobre las flhulas anulares, fUmlas que aparecen en esta necrópolis; Almagro (40) las empieza a
fechar a partir del s. VI a. C., mientras que Cuadrado y Navarro (41) consideran que se deben fechar hacia el s. V a. C.
En estos enterramientos encontramos dos tipos de influencias.
Por una parte, está la orientalizante que se refleja en el primer enterramiento, tipo bastante bien estudiado en la Perúnsula. Por otra par~
te, está la urna a mano que puede significar dos cosas: una, que corresponda a la evolución propia de la Edad del Bronce; y dos, que sea
reflejo de la Primera Edad del Hierro del Bajo Aragón, donde se encuentran los paralelos más importantes,
1351 G. VUILLEMOT: «La nécropole punique du phare dans l'ile de Rachgoun (Oran)». Libyca. t. III,
primer semestre. Alger 1956, planche IV, núm. 4, planche VI, núm. 10, pág. 7.
G. VUILLEMOT: •Reconnaissances aux échelles puniques d'Oranie». Autun, 1965, flg. 17, núm. 2;
fig. 19.
H. SGHUBART, H. G. NIEMEYER y M. PELLICER: «Toscanos. La factorla oaleopúnica en la desom·
bocadura del río Vélez. Excavaciones de 1 964o. Excavaciones Arqueológicas en España, 66. Madrid,
1969, pág. 18, Lám. 25, mim. 11.
(36) M. ALMAGRO BASCH: oLa España de las invasiones célticas.. Historia de España dirigida por
Menéndc:o; Pida!. t. I, voL 2, Espasa-Calpa. Madrid, 1952, pég. 197.
A. BELTRAN MARTINEZ: •La Edad de los Metales en Aragón•. Oiscurso·do ingreso en la Real AcademlH de Nobles y Bellas Artes de S. Luis, de Zaragoza, 27-II-1955. Zaragoza, 1955, pág. 44.
(37)
ALMAGRO BASCH: Op. cit. nota 36, fig. !58, pág. 197.
1381 ALMAGRO BASCH: Op. cit. nota 36, pág. 193.
BEL'l'RAN MARTINEZ: Op. cit. nota 30, pág. 44.
(39) J. M.• SOLER GARCIA: ~El yacimiento posthallstáttico del Peñón del Rey. Una intrusión céltica
en plena zona ibl!rica». Villena, 2. Villena, 1952.
(401 M. ALMAGRO BASCH: •Sobre el origen posible de las más antiguas flbulas anulares hisp,nl·
caso. Ampurias XXVIII. Barcelona. 1966, pág. 215.
(41) E. CUADRADO: •La flbula anular hispánica y sus problemas>. Zephyrus VIII. Salamanca,
1957, páE. 5.
R. NAVARRO: •Las fibulas en Cataluña». Instituto de Arqneologla y Prehistoria, Universidad de Barcelona, publicaciones eventuales, núm. lB. Barcelona, 1970.
-
130 -
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COVA DEL CAVALL
"
En conjunto, tanto las urnas a torno como la hecha a mano, tenemos una fecha bastante homogénea de alrededor los ss. VI-V a. C.
Constituirían una fase paralelizable a los niveles protoibéricos de Vinarragell y al horizonte preibérico de Saladares, ambos previos a la
plena Cultura Ibérica.
III
COLLADO DE LA COVA DEL CAVALL
En esta necrópolis (Lám. I, 3) sólo se encontraron dos enterramientos.
PRIMER ENTERRAMIENTO
- Una urna incompleta sin decorar, de cuerpo piriforme y conservando el arranque de un asa doble,
la pasta es roji~o-amari!lenta y bastante granulosa; al t., 20 cm.; diám. máx., 22 cm. Wg. 11. n • 2).
- Una sortija de bronce rematada con do$ bolitas a modo de torques.
SEGUNDO ENTERRAMIENTO
- Urna de cuerpo globular alargado, cuello cillndricoy dos asas dobles: est~ decorada por frar\.Jas horizontales de pintura rojo vinoso en la parte del borde y en la mitad Inferior de la panza; en este
ültima franja se observan restos de dos llneas paralelas pintadas en negro; al t., 35 cm.; diám. boca,
19 cm.; dlám. máx., 29 cm.; dlám. base, 8 cm. (fig. 11. n.•l).
- Restos de una posible fíbula.
A la urna del primer enterramiento es dificil encontrarle paralelos, pues al faltarte el cuello y el borde diflcilmente se puede conocer
su forma exacta. Sirve de referencia para esta urna la sortija en forma de torque que se relaciona claramente con las pulseras de tipo céltico.
La segunda urna es más clara en cuanto a sus paralelos, puesto
que como hemos dicho antes es semejante a la del Puntalet. Asi, tenemos urnas de este tipo en Vinarragell, Saladares, Crevillente, Solsona,
Anglés, Quemados, Mogador, Rachgoun y Toscanos (42).
La diferencia existente entre ambas necrópolis estriba en la urna
hecha a mano. El que en el Collado no aparezca puede significar dos
cosas: o que han desaparecido, o que la necrópolis es más moderna y
la cerámica a mano ya no se utilizaba tanto.
{42) Ops. dts. natas 28 a 35. En 5alaliares. a las láms. citadas hay que añadir la XI, XII y
XXVII, todas con pintura blcroma y pertenecientes a las fases IB l. IB2 y IIB de los horizontes pro ibérico
e ibérico antiguo.
-
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Fig. 1 I .-CoUado de la cova del cav;lll,
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COVA DEL CAVALL
IV
CONSIDERACIONES GENERALES
Por las caracterlsticas apuntadas anteriormente, creemos que todos estos yacimientos quedan inmersos dentro de la época de transición del Bronce al Hierro. Esta problemática está recibiendo en la actualidad un nuevo impulso, como ya apuntábamos al principio de este
trabajo, pero presenta una mayor actualidad en el Pais ValenciA, por
una serie de cuestiones que veremos a continuación.
En esta zona se daba la circunstancia de que tras el Bronce Valenciano, cultura bastante pobre materialmente, surgia la rica Cultura
Ibérica, que suporúa una antítesis completa de lo anteriormente conocido. Aunque no se conocieran restos que dieran luz a una etapa de
transición entre el Bronce y lo Ibérico, no todos aceptaban la existencia de ese hiatus y pensaban que una serie de influencias exteriores
habían hecho derivar el Bronce en la Cultura Ibérica {43).
A pesar de que, últimamente, los descubrimientos de materiales
clasificables en esta época se están multiplicando, una plasmación
geográfica de los hallazgos de que tenemos noticia nos muestra la falta de ellos en la provincia de Valencia, frente a la proliferación e importancia de ellos en Castellón y Alicante. Con todo, y a la vista de los
materiales hallados en todo el País ValenciA, nos atrevimos a hacer
una pequeña división de la Primera Edad del Hierro {44). Una primera fase, Hierro I a, se caracterizarla por contener exclusivamente cerámicas a mano de tradición indoeuropea o procedentes de una evolución del Bronce, o ambas cosas a la vez, como sucede en la Cóva del
Cavall; la siguiente fase, Hierro 1 b, estaría caracterizada por la aparición de las primeras cerámicas a torno de tradición fenicia, que convivirían con las cerámicas a mano, aunque disminuyendo progresivamente de número.
Dado el vacío d~ hallazgos de la Primera Edad del Hierro en la
provincia de Valencia, nos pareció interesante el estudio de estos materiales, por constituir unos yacimientos casi únicos por el momento.
143) D. FLETCHER: •La Edad del Hierro en el Levanto español». IV Congreso Intarnacional de Ciencias l'rohistóricus y Protohistóricas. Zaraso~a, 1954.
M. TARRAllELL: •Ell'als Valenciano del NeoUtíco a la Iberización. Ensayo de síntesis». Anales de la
Universidad do Valencia, curso 1962-63. Valencia. 1963.
E PLA DALLESTER: ~El problema del tránsito de la Edad del Bronce a la del Hierro en la región va·
lonciana~. V Congreso Nacional de Arqueologia !Zaragoza. 1957). Zaragoza, \S59, pág. 128.
1441
MATA: Op. cit. nota l.
-
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C. MATA
"
Punto común a los tres yacimientos es su emplazamiento alrededor del cerro de S. Miguel (fig. 1 ), lo que induce a relacionarlos con
el poblado ibérico allí existente.
Partiendo de la Cóva del Cavall, se implica que el cerro de S. Miguel y sus alrededores estuvieron habitados desde antes del s. VII a.
C. hasta el s. I a. C. en que tennina el poblado de S. Miguel (45). Por
tratarse de yacimientos aislados y, en cierto modo, casuales, a excep-
ción de S. Miguel, no podemos afirmar que constituyan una evolución
lineal de la población, pero sí que representan momentos clave de la
etapa anterior a la Cultura Ibérica.
Por las características apuntadas en otro lugar de este trabajo,
creemos que la Cóva del Cavall pertenece a un momento algo evolucionado de la Edad del Bronce que, en un momento dado, recibe la influencia, no muy acusada, de elementos indoeuropeos. Sin profundizar en su estudio, podemos decir que el poblado del Pie deis Corbs (Sagunto) (46) seria análogo a la cueva; en este poblado, sobre un sustrato importante del Bronce aparecen unos fragmentos cerámicos ti picos
de los Campos de Urnas. Ahora bien, la técnica de surcos acanalados
que aparece en el Pie deis Corbs es más antigua que la técnica de incisión de la Cóva del Cavan (47). De todos modos, sólo un estudio completo de yacimientos de este tipo podría responder a las preguntas que
nos planteábamos cuando estudiábamos la Cóva del Cavan. Otro yacimiento similar, aunque posiblemente anterior a los citados, seria el
del Castellet de Barrial (48).
Los yacimientos tipo Vinarragell nos. plantean un problema aparte, ya que aquí los niveles inferiores muestran un substrato indoeuropeo más importante que el material que pueda considerarse como del
Bronce. En este caso se plantean varias cuestiones: este tipo de yacimientos, ¿es contemporáneo de los anteriores o es posterior?; si es
posterior, ¿corresponde a una segunda oleada de influencias o bien
se trata de las mismas gentes anteriores, pero más evolucionadas?
Esto enlazarla con el problema de la clasificación: los yacimientos
tipo Cóva del Cavall y Pie deis Corbs podrían terminar en niveles del
Bronce Final o bien del Hierro Ia. Esta cuestión enlaza tanto con la
falta de una periodización del Bronce Valenciano como con la falta de
145) D. FLETCHER: •Sobre los llmítes cronológicos de la cerámica pintada do S. Migunl de Liria•.
IV Con¡¡rcso Inlernacional de Ciencias Prehistóricas y Protohistóricas [Madrid, 1954). Zaragoza, 1956,
pág. 743.
(46)
ALMAGRO GORBEA: Op. cit. nota l, 1977.
{47)
Op. cit. nota 10.
[48) F. ESTEVE GI\LVEZ: •Un poblado de la Primera Edad del Hierro en la Plana do Castellón». Ampurias VI. Barcelona, 1944, pág. 141.
-
134 -
[page-n-155]
COVA DEL CAVALL
excavación y estudio de más yacimientos pertenecientes a este conflictivo período de transición.
La fase posterior estaría representada por el Puntalet y el Collado,
necrópolis que corresponderlan a los niveles proto-ibéricos de Vinarragell; el horizonte pre-ibérico de Saladares y el nivel I del sector 1
del Castellar de Crevillente (49); así como la necrópolis de la Montalbana, que presenta urnas a mano y a torno (50).
Ahora bien, aunque las urnas del Puntalet y Collado sean de tradición fenicia, no está claro que provengan de una importación directa,
sino que, bien pudieran ser formas ya elaboradas por los pueblos indígenas (Andalucía, Vinarragell, Saladares).
De todos modos, estas cerámicas son representativas de una fase
inmediatamente anterior a la representada por el poblado de San Miguel y caracterizada por la aparición de las primeras cerámicas a torno de tradición fenicia que conviven con las cerámicas a mano en regresión frente a la generalización de aquéllas.
Aunque excede la finalidad de nuestro estudio, vamos a permitirnos dar una pequeña periodización del poblado de San Miguel para
tener una visión completa de la evolución que pudo haber seguido la
población de este cerro.
Dicho poblado presenta una primera fase de cerámicas a mano y
a torno sin importaciones griegas, que se localiza en la ladera SW. del
cerro (51). Esta primera fase, posiblemente, enlazaría con las necrópolis del Puntalet y el Collado.
Finalmente, tendríamos las fases con importaciones griegas y romanas, acabando en la época sertoriana (s. I a. C.l (52).
1491 A, GONZAJ.EZ PRATS: •Nota preliminar sobre el yacimic11to proto-ibérico de Crevillcnt"· provincia de Alicanteo. XIV Congreso Nacion~l de Arqueología (Vitoria, l 9751. Zaragoz~, 1977, pág. 071 y
Op. cit. notcl 30.
MESADO, Op. cit. nota ll.
ARTEAGA y SERNA: Op. dt. nota 25.
(50) A. GON7.ALEZ PRATS: •El campo de urnas de la Montalbana (Ares del Maestre, Castellón de la
Planal•. Archivo de Prehistori~ Lavantina, XIV. Valencia. 1975, pág. 113.
(511
PLA BALLESTER: Op. cit. nota 43.
(521
FLETCHER: Op. cit. nota 43.
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E. PLA BALLESTEE
M. GIL·MASCARELL
(Valencia)
UN INTERESANTE VASO DE LOS VILLARES
(Caudete de las Fuentes-Valencia)
El yacimiento de Los Villares se encuentra situado sobre una pe
queña colina, de forma achatada, que se levanta a quinientos metros
al sur de Caudete de las Fuentes y desde cuya cima se domina perfectamente la carretera Madrid-Valencia. Cuando en 1955 se visitó el
yacimiento por primera vez, la casi totalidad de su superficie se encontraba roturada y plantada de viñas, con la única excepción de la
parte más elevada, donde, según parece, nunca se dio cultivo profun-
do. Esta razón motivó que fuera elegida tal zona para realizar las excavaciones, así como que se adquiriera posteriormente, por la Diputación; en la actualijad se está procediendo a la instalación de una ~er
ca metálica, quedando así protegida de las depredaciones clandestinas e intacta para futuras campañas de excavaciones. El resto del yacimiento, como decíamos, ha sido destruido por las labores agricolas
resultando casi inservible para la investigación, aunque los materiales arqueológicos afloran con facilidad y de manera abundante cada
vez que se pasa el arado o se realiza cualquier tipo de trabajo agrícola, e incluso cuando tras 'una lluvia las aguas producen erosiones poniendo al descubierto restos ocultos hasta entonces. Como es natural,
los rebuscadores han frecuentado el yacimiento y sus hallazgos suelen ser fructíferos.
Las n·oticias de objetos aparecidos datan ya de antiguo y la-mayor
parte de los hallazgos fueron a parar a colecciones particulares que se
vendieron o se han perdido. Almarche ( 1) señala que ya en la mitad
(l)
F. ALMARCHE: •La antigua civilización illt\rica en el Reino de Valencia». Valencia, 1916, pág.
-
137 -
[page-n-160]
'
E. PLA BALLES'I'ER y M. GIL-MARCARELL
del siglo pasado, Madoz da cuenta del hallazgo de un buen contingente de monedas y vasijas; así mismo, ofrece una relación de otros objetos encontrados en el yacimiento, entre los que destacaremos por su
importancia un lote de joyas de oro y plata que fueron vendidas en
19 13: entre éstas habia un collar de oro y parte de dos fíbulas de pla-
ta cuyos puentes estaban adornados con dos cabezas de caballo y
una figura humana y con una escena venatoria, respectivamente. La
atribución de estas joyas al yacimiento de Villares no nos merece
grandes garantías. Lo mismo podríamos decir del casco de plata (2)
cuya asignación a Sinarcas, a Villares y ahora, sin más fundamento, a
Caves de Vinromá, pone de manifiesto los problemas con que tropezamos a la hora de vincular estos hallazgos a un yacimiento concreto, lo
cual, por otra parte, es lógico dado que todas estas piezas estuvieron
en manos de coleccionistas, que, o confundieron las procedencias o
perdieron sus notas. Lo que sí es cierto, es que rebuscas posteriores no
han sido tan felices en el hallazgo de joyas, al menos que sepamos.
Durante estos últimos años, los vecinos de Caudete, Francisco Gabaldón Valle y Rafael Gabaldón Sierra, se han dedicado sistemáticamente a recoger los materiales que los trabajos agrícolas, lluvias y el
acaso, han ido poniendo al descubierto, materiales que han conservado en sus domicilios y que en la actualidad van a formar parte de un
pequeño Museo Municipal. Estos han estado a la disposición del Servicio de Investigación Prehistórica en todo momento y su dirección ha
encargado en la actualidad a un equipo de investigadores su estudio y
catalogación. Entre estas piezas se encuentra una vasija que por su
interés merece que le dediquemos el presente trabajo (3).
Pero antes de pasar a su estudio, creemos conveniente resumir los
resultados de las excavaciones efectuadas en Los Villares para poder
encuadrarla mejor tanto cultural como cronológicamente.
En el yacimiento se han realizado cuatro campañas de excavaciones por el Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación, cuyos resultados han sido publicados en notas preliminares (4).
121 J. MARTINEZ SANTA-OLALLA: ~cuco de plata céltico de la Edad del Hierro». Investigación y
Progreso, año VlU, Dúw. 1, Madrid 1934, pé.g. 22.
(3) En otra parte de este volumen se estudian cinco lmicripclontls ibéricas procedentes de este yac!·
miento, entregadas al S. I. P. por los 9Bilores Gabaldón. Véase D. FLETCHER: •Cinco inscripciones ibéri·
cas de Los Villares (Caudete de las Fuentes)~.
141 E. fLA BALLESTER: wActlv!dades del Servicio de Investigación Prehistórica (1946-i S55)». Ar·
chivo de Prehistoria Levantina Vl, Valencia 1957, pág. 21 J.
E. PLA l!ALLESTER: «Actividades del Se!'VIcio de Investigación Prehistórica (1956-i 9~0)~. Archivo
de Prehistoria Levantina DC, Valencia 1961, pé.g. 217.
E. PLA BALLESTER; «Vlllares», Bolet!n de Información de la Casa Hogar da Utiel y su Comarca, ario
III, núm. 26, Valencia 1961.
E. PLA BALLESTER: «Nota preliminar sobre «Los Vlllares(Caudete de las Fuentes)~. Crónica del VU
c. N. Arqueologla (Barcelona 1961), Zaragoza 1962, pé.g. 233.
D. FLETCHER: «La labor del Servicio de Investigación Prehlstórica y su Museo en el pasado 11ño
1959•. Valencia 1964, pág. 52.
-
138 -
[page-n-161]
VASO DE LOS VILLARES
3
La zona escavada no es muy grande y se localiza en la parte más
elevada del cerro donde las labores agrícolas, como dijimos, habían
destrozado en menor medida el yacimiento. Se pusieron de manifiesto
tres niveles cuya síntesis es como sigue:
Nivel Superior. Pertenece a un poblado tipicamente ibérico, tanto
por sus estructuras como por sus materiales. Entre estos últimos destacamos la presencia de cerámicas áticas de figuras rojas así como de
barniz negro, las cuales permitieron fljar el fmal del poblado entre el
300 y 250 a. de C. El resto de los materiales tanto cerámicos como
metálicos siguen el esquema de nuestros poblados ibéricos.
Nivel Medio. Por debajo del anterior aparecieron otros muros y
cerámicas pertenecientes a vasijas hechas a torno con decoración
simple a base de franjas y filetes horizontales o a lo sumo de motivos
geométricos sencillos; en proporción semejante, existe también cerámica «arcaizante}) de pasta grosera y hecha a torno. No existen materiales áticos. Este nivel fue situado en el siglo V a. de C.
Nivel Inferior. Por debajo del pavimento anterior hecho de tierra
apisonada afloraron otros muros en muy mal estado de conservación
y cerámicas de pasta grosera pertenecientes a vasijas hechas a mano,
generalmente lisas excepto algunos fragmentos decorados con incisiones geométricas y cordones con impresiones digitales. Por sus características fue clasificado como perteneciente al Bronce Valenciano.
En la última campaña de excavaciones se observaron en algunas
pequeñas zonas restos de un nivel superior, cuyo estrato babia sido
vaciado en fecha indeterminada para igualar la superficie del campo
y hacerlo fácilmente laborable, estrato que se deduce de la existencia
de alguna moneda de época republicana que debió ocupar el yacimiento en fecha posterior a la deducida por la estratigrafia antes
mencionada.
Estos materiales ptocedentes de las excavaciones se encuentran
por estudiar a excepción de algunas cerámicas importadas (5), de
unas pocas bicromas (6), de un vasito de cerámica roja (7) y de varios
hierros (8).
151 G. TRIAS; •Cerámicas griegas de la Penlnsula Ibérica., Valencia 1967, pág. 32L
161 E. PLA BALLESTER y M." A. VALL: •Cerámicas policromas en los poblados ibéricos valencia·
nos»- Crónica del X C. N. Arq. (Mahón 1967). Zaragoza 1969, pi\g. 2B8.
171 E. CUADRADO: «Materiales ibéricos: cerámica roja de procedencia lndertED. Zephyrus IV, Sa·
!amanea !953, pág. 254.
(8) E. PLA BALLESTER: «
Econom!a Antigua de la Pcnlnsula Ibérica. Barcelona 1968, pág. 143.
- 139 -
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'
E. PLA llAllESTER y M. GIL-MARCARELL
Las cronologías dadas son provisionales en espera de un estudio
más detenido del yacimiento. De lo que no cabe duda es que Los Villares, con sus tres niveles, continúa siendo un yacimiento clave para el
estudio de la etapa que va desde el Bronce Valenciano hasta la Cultura Ibérica plenamente formada, con todos los elementos que la estructuran y definen como tal.
Dentro de un momento de transición se inscribe, posiblemente, la
vasija decorada con incisiones que, hallada por Rafael Gabaldón, motiva el presente trabajo.
El vaso, reconstruido, es de perfil en forma de cazuela abierta con
reborde saliente ligeramente inclinado y base lo suficientemente aplanada para mantener el equilibrio; asa en cardan de corte semicircular
alargado con la cara curva en la parte externa y pequeñ.o orificio; su
decoración totalmente incisa se agrupa en dos zonas: en la parte de
encima del reborde y en el tercio superior del cuerpo. En aquella se
compone por una franja en zig-zag compuesta por series de cinco o
seis segmentos inclinados y paralelos entre si que llenan por completo
el borde; la otra zona decorada, está formada por amplia cenefa constituida por metopas, unas con ajedrezado inclinado con los escaques
alternando por cuadros de segmentos con otros lisos, y las otras metopas compuestas por columnas formadas por grupos paralelos de cinco
o seis líneas incisas verticales y lisas. Pasta gris clara con pequeño
desgrasante calizo y superficies alisadas con tonos variados que van
del gris oscuro al pardo claro. Mide: diám. máximo 193 mm., diám.
boca, 190 mm.; alt., 120 mm. (fig. 1 y Lám. I).
Desgraciadamente fue hallada de manera casual, desconociendo,
por lo tanto, su exacta localización así como su posición estratigráfica. Este hecho nos impide, como es obvio, su atribución a un nivel
concreto, privándonos de un elemento más para la cronología del nivel al que pertenecería, así como de conocer uno de los momentos en
que se producen influencias y préstamos exteriores. Datos estos, de
gran interés, dada la. problemática existente en el País Valenciano en
torno a lo que podríamos llamar Bronce Final-Hierro I (9).
(9) E. PLA DALLESTER: «El problema del tránsito de la Edad del Bronce a la del Hierro en la Re·
gión Valenciana». Crónica del V C. N. Arq. (Zaragoza 1957). ;'!aragoza 1959, pág. 132.
D. FLETCHER: ~La Edad del Hierro en el Levante espai\oll, IV Congrsao In ter. de Ciancias Prehistóricas y Protohistóricas. Madrid. 1954.
- 140 -
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VASO DE LOS VI!LARES
5
El vaso de Los Villares por sus rasgos morfológicos y tras su comparación con los hallazgos de otras zonas peninsulares donde el horizonte preibérico está defmido y sistematizado, como a continuación
veremos, presenta ciertos rasgos emparentables con éste a la vez qUe
posee otros que le son propios y característicos.
o
Fig. l.
En efecto, en los campos de urnas catalanes se observa a lo largo
del período una evolución en las formas cerámicas que ya desde las
urnas de cuerpo bicónico hacia fornias más globulares, llegando en
algunos casos a ser ovoides sin dejar de evidenciar basta el último
momento su primitiva forma bicónica. Esta tendencia ha sido seftalada, entre otros, por Maluquer (10), Palol (11) y Vilaseca (12). Para es-
(101
J. MALUQUER; d.aa culturas ballatatticu 8D Cataludu. Ampurlas VII-VIII. Barcelona 1946,
pág.JI5.
OlJ
P .. de PALOL: d.a necrOpollil ballatattica de Agullmu, Bibl. Prae-bistórlca Hispana, Madrid
1958, pág. 223.
(12) S. VILASECÁ: cReus y &u entorno en la Prebiatoriu. Asociación de Estudios Reusenses, Reus
1973, pág. 259.
-
141 -
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'
E. PLA BALLESTER y M. GlL-MARCARELL
tos autores una de las características fundamentales del momento
avanzado de la cultura de los campo de urnas son las vasijas de cuerpo globular en contraposición al perfil en S quebrada propia de los vasos precedentes, así las vemos en Les Obagues de Ulldemolins (13),
Colomina de Gerp (14), en algunas de Roques de San Formatge (15),
en Can Missert de Tarrasa {16), etc. Ahora bien, si en el perfil del
cuerpo encontramos alguna semejanza, no ocurre lo mismo con el resto de los elementos constitutivos del vaso: el galbo de los bordes suele
ser, dentro de su variedad, exvasado, recto o cUIVado; predominan
J.os pies altos; las asas son grandes y generalmente acintadas y, fmalmente, la decoración incisa, frecuente en los campo de urnas catalanas, difiere en cuanto a motivos y aspecto general del vaso que estudiamos. Quizá sea en los vasos de ofrendas donde podríamos encontrar los precedentes más exactos por su tamaño y forma, pero desgraciadamente éstos se encuentran menos sistematizados. A pesar de lo
cual Palol señala para Agullana una evolución que va desde los bicónicos con decoración incisa a los esféricos con tendencia al cuenco en
los tipos más modernos (17),
Los paralelismos del vaso de Los Villares con los de este mismo
horizonte .cultural en el Bajo Aragón, sin ser en ningún caso exactos,
presentan una mayor semejanza. Los perfiles bitroncocónicos suaves
tendiendo a globulares, los encontramos en Roquizal del Rullo (18)
donde la base suele ser plana o ligeramente cóncava; el asa, situada a
la mitad del vaso, de saliente perforado y finalmente predomina la decoración a base de incisiones formando motivos variados entre ellos
rombos rellenos de trazos incisos (19). El perfil con tendencia globular
y con el mismo tipo de asa lo encontramos también en Azaila (20) y en
(13)
las urnas
( 14)
1964-65,
(15)
Exc. Arq.
s. VILASECA: •El campo de Urnas de les Obagues del Montsant y la evolución de la cultura de
en el sur de CataluñYI. Arch. Esp. de Arq. 66, Madrid 1948, pág. 28.
L. DIEZ CORONEL: •La necrópolis de Colomina de Gerp (Lérida)•. Ampurias 26-27, Barcelona
pág. 71.
R. PITA y L. DIEZ CORONEL: ~La necrópolis de Roques de San Formatge en Seras (Lérida].
en España 59, Madrid 196!1,
(161 M. ALMAGRO: •Los campos da urnu en :Espa1l.W1 en Historia de :España dirigida por Menéndez
Pida!, T. l., Madrid 1952, pág. 161. flg. 122c.
(171 Ob. cit nota 11, núms. 44, 90 y 30 bis.
(181 J, CABRE: •Excavaciones en el Roquizal del Rullo, término de Fabera, provincia de Zaragoza,
dirigidas por don Lorenzo Pérez Temprano-. M. J. S. E. A. nUm. 101, Madrid 1929, Lám.lX, XII y XIII.
( 19) Ob. cit nota anterior, LAm. VIII.
(20) M. BELTRAN LLORIS: 1Arqueologla e historia de las ciudades antiguas del Cabezo de AlcaM
do Araila (Teruell~. Zarogoza 1967, flg. 11, núm. 606 y fig. 21, núm. 22.
-
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VASO DE LOS VILLARES
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los cuencos de Cabezo de Monleón (21), Zafaras (22) y Tossal
Redo (23); las decoraciones a base de rombos en Escondinas Altas (24) y San Cristóbal de Mazaleón (25). Sin embargo estas incisiones
son siempre mucho más profundas, anchas y menos cuidadas que las del
vasc que nos ocupa asi como los bordes altos y abiertos, en el Bajo Aragón, difieren asimismo del nuestro.
Otra zona, que dada la situación geográfica de Los Villares, nos
seria de gran interés es la de la Meseta Sur y concretamente Cuenca y
Albacete pero por desgracia los hallazgos son escasos y mal conocidos. Así, en Cuenca, aparte la necrópolis de Las Madrigueras (26),
se sabe de la existencia de yacimientos de este momento, tales como Villar
del Horno, Villanueva de los Escuderos, Uclés, etc. (27) pero todos ellos
inéditos.
También podríamos encontrar semejanzas, más o menos aproximadas, en otras áreas tanto peninsulares como francesas, pero creemos que dado el carácter del estudio que realizamos y su finalidad,
los argumentos arriba esbozados son suficientes para situar el vaso
cultural y cronológicamente.
Hemos dejado deliberadamente para el final la zona del País Valenciano debido a su problemática especifica. Desde la publicación de
Pla Ballester (28) hasta nuestros días, los hallazgos pertenecientes a
este momento cultural, se han ido incrementando y aunque es prematuro intentar una sistematización de este periodo, podemos afirmar
que se nos presenta con una enorme complejidad a juzgar por las diversas influencias que se manifiestan las que quizá cristalicen en una facies propia que estamos todavía lejos· de definir.
(21) A. llELTRAN: •Prehistoria del Bajo Aragón». Zaragoza 1965,_p~g. 130.
l'. JORDA y V. DURBAN: «Una nueva estación de cerámica axdsa, El Vado (Caspel•. Crónica del Il C.
N. Arq. (Madrid, 1951). Zaragoza 1955, pé.g. 363, fig. l.
A. BELTRAN: •Avance sobre la ceré.mica excisa del Cabezo de Monleón, Caspeo. Crónica del IV C. N.
Arq. (Burgos 19551. Zaragoza 1957, tipo 1 y 2.
(221 M. PELLICER: .Zé.foras, nuevo yacimiento con ceré.mica exclsa en Caspa•. Crónica del V C. N
Arq. (Zaragou 19571. Zaragoza 1959, fig. 3.
(231 P. BOSCH GIMPERA: •Campanya arqueol<'Jglca de I'Instltnt d'Estudis Catalana allimit da Catalunya i Aragó». AIEC, 1913-14, pé.g. 822, fig. 59 a.
(241 P. BOSCH GIMPERA: «Les investigacions de la cultura ibérica al Baix Aragóo. 1\.IEC 1915·¿0.
644! nll. 456.
páB.
(25) Ob. cit. nota anterior, pé.g. 644.
(26) M. ALMAGRO GORBEA: tLa necrópolis de las Madrigueras!. Bfbl. Praehlstorica Hispana. vol.
X, Madrid 1969.
(27) M. OSUNA: d'oblamfento primitivG en la provincia de Cuenca (Paleolítico a romani~ación)•.
Revista cuenca núm. 7, Cuenca 1975, sin paginación.
128
Ob. cit. núm. 9.
-
143 -
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8
E PLA BALLESTER y M. GIL·MARCARELL
L1.s incisiones como motivo decorativo están ausentes, salvo excepciones, en el Bronce Valenciano, reapareciendo en su momento final y siendo ya frecuentes en horizontes preibéricos. Las encontramos
:mr ejemplo en los yacimientos de Castellet (29), Torre de Foyos (30),
vinarragell (311, Cova del Cavall 1321, Mola d'Agres (331 y Villena (341.
tiliora bien, la técnica y los mismos motivos varlan considerable~
mente entre unos y otros yacimientos (35) pudiendo incluir el vaso de
Los Villares entre aquellos cuya técnica es más cuidada y los motivos
más complejos y elaborados.
Si la decoración encaja dentro de este momento, no así su forma.
Esta, por el contrario, la e~contramos en el nivel superior, ibérico, del
mismo poblado, en vasos hechos a torno, sin asas, de borde vuelto hacia afuera y con el cuerpo globular, habiendo perdido su primitiva
forma bitroncocónica.
Como conclusión a lo dicho hasta ahora, podemos afirmar, que
nos encontramos ante una fonna cerámica de tradición Bronce Final-Hierro I como lo evidencia su forma globular con rasgos de las bitroncacónicas, el tipo de asa y su decoración incisa. Por la forma del borde,
por la técnica de las incisiones, por el motivo decorativo y finalmente por
su aspecto general creemos que la podemos incluir en un momento avanzado de aquella etapa.
El problema se plantea a la hora de darle una cronología absoluta.
Atendiendo a la estratigrafia del yacimiento, no cabe duda que debe
situarse entre el nivel inferior y medio. En aquel existen,junto con cerámicas características del Bronce Valenciano, otras incisas pero realizadas de modo más tosco y descuidado que el vaso que tratamos, lo
que nos inclina a considerarlas de cronología más antigua. Por otra
(29) f. ESTE VE: rUn poblado de lo. primara Edad del Hierro en la Plana de Cas!ellón.. Ampurias 6,
Barcelona 1944, pág. 141.
(30) M. GIL-MASCARELL: «La Torre de Foyos ILlucena, Costellól. Elementos para su cronologi~L>.
En prensu.
(31) N. MESADO: oVlnarragell (Burrlana-Ca"stellónl~. Trabajo Varios del S. l. P. núm. 46. Valencia
1974..
1321 Véase en este misma volumen C. MATA: d.a cova del Ca.vaU y 11noa enterramientos en urnas
de Liria (Valencia)~.
(33) VéB91! en este mhmo volumen CENTRE d'ESTUDIS CONTESTANS: 1La Mola d'Agres».
(34) J. M. SOLER: JEL tesoro de Villenal. Exc. A.rq. en España, 36, Madrid 1965.
(35) No es este ellug~r de analizlll' estas difeNinclas y sus posibles causas sino simplemente dejar
constancia de! hecho.
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VASO DE LOS VILLARES
'
parte, en el nivel medio, hoy por hoy, sólo han aparecido cerámicas a
torno. El vaso rio encaja, pues, plenamente en ninguno de los dos niveles. Ante ello, y teniendo en cuenta los elementos analizados hasta
p.hora, creemos, que no resultaría aventurado situarlo a lo largo del
siglo VI a. de C. lo que equivale a incluirlo o bien en el momento final
del nivel inferior o bien en el inicio del medio.
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PLA-Gil MASCA RELL-Vaso de l os Villares
LAM. 1
...
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HELENA BONET
(Valencia)
FRAGMENTO DE ROSTRO, DE TERRACOT~
PROCEDENTE DEL POBLADO I BERICO
DEL CASTELLET DE BERNABE
(L iria)
El presente trabajo pretende dar a conocer un fragmento de rostro de terracota, hallado en el poblado ibérico del Castellet de Bernabé, tras una prospección llevada a cabo por el Departamento de Arqueología de la Universidad de Valencia, en diciembre de 1974. Dado
el interés de la pieza y a pesar de tratarse de un pequeño fragmento,
n os h a parecido importante dar su noticia, así como la de los materiales hallados en dicho sondeo, que se encuentran hoy depositados en el
Museo de Prehistoria de Valencia.
El yacimiento donde fue encontrada la terracota está situado en
el término municipal de Liria, a seis Km. de Casinos y 500 m. de la carretera de Alcublas, en un pequeño montículo alargado en suave pendiente hacia el Norte y a una altitud de 400 m. sobre el nivel del mar.
Se trata de un núcleo de población de dimensiones reducidas de car acterísticas muy similares al p oblado ibérico de la Rochina ( 1) y que
conserva todavía casi completo el recinto amurallado.
El Castellet de Bernabé forma parte del conjunto de poblados ibéricos de la comarca de Liria, que constituye la ruta natural que va
desde la costa a las tierras del interior (fig. 1). Este tipo de poblamiento ha sido estudiado por M. Gil Mascarell (2) , dando la denominación
de «caseríos» a poblados como Rochina y Castellet de Bernabé, por
una serie de caracteristicas como: sus reducidas dimensiones y el es(1) D. FLETCHER VALLS: «Poblado Ibérico de Rochina•. Atlantls (A.M.S.E.A.E.P.) XV. Madrid,
1940, pág. 125 y SS.
(2) M. G!L-MASC ARELL: •Yacimientos lbéric:>s de la región valenciana. Estudio del poblll!lllento•.
Valencia, 1971, págs. 787-898.
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147 -
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
tar enclavados en cerros de poca altura, sin posibilidades defensivas,
por lo que están rodeados de murallas. Estos caseríos se encuentran
igualmente en el valle de Albaida y alrededores de Játiva y Sagunto, y
suelen ser siempre poblados de época avanzada.
Esta zona, Liria-Casinos, es bien conocida gracias a sus primeros
exploradores, N. P, Gómez Serrano y E. Lluch, referencias verbales de
los hermanos Muñoz y Sagaseta Jarrfn, y, sobre todo, a las numerosas
exploraciones y publicaciones del Servicio de Investigación Prehistórica (3).
\
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Fig. 2.-Distlntas posiciones de la terracota del Ca1tallet de Bemabé.
(T. n.l
La pieza de la que damos noticia constituye la parte central del
rostro de una figura de terracota fracturada horizontalmente por la
mitad (fig. 2 y Lám. I). Mide 8 cm. de alto, 4 cm. de ancho y 0'9 de espesor. La pasta es de arcilla marrón oscura, sin desgrasante aparente,
aunque no parece de calidad muy fina. Está fabricada con molde,
hueca en la parte interna y trab¡;ijada sólo por la parte de delante, como la mayorla de las terracotas.
(3) N. P. GOMEZ SERRANO: •Secdó Antropologi11 i Preb.istOrhu. Aoales del Cent.ro de Cultura Valencillllll, IV, n.o 6-9. Va.lenci11, 1931, plig. 76.
E: PLA BALLESTER: «Actividades del S.I.P.1. Archivo de P.rehlatorla Levantina, II. Valenc!11, 1945,
plig. 361.
D. FLETCBER VALLS: «Exploraciones arqueológicu en la comarca de Casinos~. Trabl\los Vi!rlos del
S. I. P., n.o 10. Valend11, 1947, pégs. 66-87.
- 149 -
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4
H. BONET
En la superficie externa se aprecian restos de decoración. La figura está recubierta de un engobe blanco, obtenido con tierra blancuzca
diluida en forma de barro acuoso (4), sobre el que se han pintado doS
bandas muy fmas de color marrón en la barbilla y otra, casi inapreciable, debajo del ojo derecho.
A pesar de su reducido tamafto, se distingue perfectamente la barbilla, boca, nariz y el inicio de las órbitas oculares. El rostro, de aparente fonna ovalada, presenta una boca pequeña, fruncida, de labios
bastante gruesos. La nariz es recta, fina, sin resaltar las aletas y con
dos orificios pequeños. Por el arranque· de los ojos se puede adivinar
que serían almendrados, pequeños y algo salientes. La barbilla y las
mejillas son redondeadas y carnosas.
Es importante resaltar el aspecto global de la figura, de trazos
sencillos, elegantes y bien moldeados, que le confieren un aire claramente helenizante y de gran belleza.
A la hora de intentar establecer posibles paralelismos, tropezariios
con. dos tipos de dificultades: de un lado, la falta del resto de la pieza
que nos daría una idea sobre el tocado, adornos, etcétera; de otro, el
hecho de que la mayoría de las piezas similares omiten datos sobre su
conte?CtO arqueológico.
El lote rilás importante, en la Península, de figuras de terracotas
está constituida por los exvotos del Santuario de la Serreta de Alcoy.
Vise do (5) distingue dos series, la primera de técnica más rudimentaria y aspecto caricaturesco y la segunda formada por figuras y cabezas de arte más elaborado y bello. Considera las dos series, aunque
muy distintas, .pertenecientes a la misma época (plena romanización,
siglo I), observando "en la segunda influencias de marcado carácter romano. Llobregat (6) dice que son fechables después del siglo III al II, y
da una tipología más variada de influencias: helenísticas, orientales y
romanas.
Hemos seleccionado dos cabezas o bustos depositados en las vitrinas del Museo Arqueológico de Alcoy, que presentan afinidadeS con la
pieza del Castellet de Bernabé. La primera de ellas es un busto femenino {Lám. II, A), de 13'5 cm. de altura, 5'4 de ancho y 0'8 de esp~sor,
hecho de pasta marrón clara, sin desgrasante, y de superficie porosa
(4/ A. BAI.IL: ~Sobre el uso de los protomos femeninos de terracota t~n el mundo griego,. Palma de
Mallorca, 1973, págs. 135-137.
15) c. VISEJJO MOLi'O: «Excav¡wlonas en ol monto de la Serrota de Alcoy 1All~ante)•. M. J. S, E. y
A., n.• 41, Madrid, 192!: n.• 45, Madrid, 1922; n.• 56, Madrid, 1923.
C. VlSEDO y V. PASCUAL PEREZ: •Unos fragmentoB ceréw.icos de la Serrota de Alcop. Trab~os Va·
rios del S.I.P., n.• tO. valencia, 1947, págs. 59-63.
[6) E. LLOBREGAT: •Las relaciones con Ibiza en la prGtobistorla Valencian11. Freblstoria y Arqueologia de las Islas Baleartls>. Vl Symposlum de Prehistoria Penlnsul!U". Barcelona, 1974, págs. 291-320.
- 150 -
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
5
y erosionada. Está fabricada con molde, hueca por detrás. La figura
lleva tOcadO, el cabello le cae hasta los hombros y se pueden ver algo
los adornos del vestido; sin embargo, el mal estado de conservación
no pennite ver claramente los rasgos del rostro. Los ojos son grandes
y están incisos los párpados y pupilas; la nariz, rota, le da un aspecto
aguileño que rompe con su estilo clásico; los labios están muy erosionados.
La segunda figura (Lám. TI, B) es un rostro de 9'9 cm. de altura,
7'4 de ancho y 0'9 de espesor, hecho a molde y hueco por detrás, de
pasta marrón clara y con la superficie externa del rostro llena de concreciones de barro. :La nariz está rota, pero aún se pueden ver los dos
orificios, los ojos almendrados y las cejas son perfectamente apreciables y los rasgos de la boca, a pesar del rictus sonriente, se asemeja en
gran manera a la de nuestra pieza.
Otra terracota de gran interés es una mascarilla hallada recientemente en las excavaciones realizadas por el S. I. P. en la necrópolis
del Corral de Saus (Mogente), y expuesta en el Museo de Prehistoria
de Valencia. La mascarilla (Lám. I1, C), hecha a molde, es de forma
discoidal, y representa un rostro de divinidad femenina. Mide 11 cm.
de diámetro, de pasta marrón clara y superficie grisácea. Presenta
una barbilla un poco saliente, boca fruncida, nariz fina y recta y ojos
salientes algo erosionados. Sabemos, gracias a la amabilidad de J.
Aparicio, que la mascarilla funeraria fue hallada entre los niveles removidos de la necrópolis, por lo que para su cronologia nos tendremos
que limitar al estudio global del yacimiento (7).
En el Museo de Ullastret {8) se encuentran una serie de terracotas
procedentes de dicho poblado, entre las cuales cabe destacar una cabecita de claros rasgos helenísticos (fig. 3). Oliva Prat señala que son
frecuentes las figuritas para ornamento del hogar o de rito funerario;
sin embargo, tampoco disponemos del contexto arqueológico ni del lugar exacto del hallazgo.
(7) D. FLETCHER y E. PLA: •Las escultuns en piedra da El Corral de Sauo. Bellas Artes 74, ado V.
n, 0 36. Madrid, 1974, págs. 38-39.
E. PLA BALLESTER:
E. PLA BALLESTER: eLe necrópolis ibérica con sepultura-de empedrado tumular del Corral de Saus
(Mogenta)o. XIV, C. N. A. (Vitoria, 1975). Zaragoza,· 1977, pégs. 727-738.
D. FLETCBER y E. PLA: cRestos escultóricos da la necrópolis ibérica de Corral de Saus \Mogenta, Valenda)n. Revista de la Univera!dad Complutense, XXV!, n.• 109 (homenaje a Garcia y Bellido, vol. III).
Madrid, 1977, págs. 55-62.
D. FLETCHER: eLe necJ:"ópolis ibérica de Corral de Saus (Mogente, Valencla}J. Folleto publicado por el
S. I, P. Valencia, 1977.
(8) M. OLIVA PRAT:
M. OLIVA PRAT: cUllastret. Guíe de lll8 e:Kcavaclones y su Muaeo•. Diputación PJ:"ovfncial de Gerona,
1970.
- 151 -
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6
H. BONET
Hallamos también claros paralelismos con otro fragmento de cara, procedente del poblado ibérico del Castell (Almenara), y que forma
parte de un pebetero en forma de cabeza femenina (9). Se caracteriza
por una nariz fina, recta, un gran ojo de forma almendrada y boca entrea])ierta. La arcilla es de color amarillenta, depurada y de tacto rugoso. Dim., 69 mm. de altura-y 47 mm. de anchura máxima. E. Sanmartí y F. Gusi la sitúan dentro de los pebeteros del grupo A de la tipologíB. de A. M. Muftoz (lO) y relacionada con e1 área de expansión
catalana-mediterráneo desde el Pirineo al Ebro.
Fig. 3.-Cabecita del poblado da Ullaatret.
(T.
n.J
Dentro de la serie de pebeteros de cabeza femenina, estudiada por
A. M. Muñoz, destacamos uno de A.mpurias (tipo II), de 17 cm. de altura, arcilla fina, nariz recta, ojos grandes y boca ligeramente abierta. Caracteres semejantes muestran otros thymiateria, siempre en relación con modelos griegos helenisticos, que se parecen en muchos
rasgos a la terracota del Castellet de Bernahé. Sin embargo, A. M. Muñoz destaca el grave problema existente entre dichas figuras para distinguir los tipos grequizantes de influencia griega o sicillota, los tipos
(91 E. SANMARTI y F. GUSI: fNuevos materiales procedentes del pobladOJ ibérico del Castell (Almenara)f. Cuadernos de Prehlstorlit Y Arqueologla Castelloneil!le, n.• 2. Castellón, 1976, pága. ·167-170.
(101 A. M. MuftOZ: «Pebeteras ibéricos en forma decabez.a femenina.. Publicaciones eventuales n.•
6 dol Instituto de Arqueologla. de la Universidad. Barcelona, 1963.
-
152 -
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
'
de influencia púnica y el grupo de imitaciones, a lo que habría que
añadir el problema cronológico que supone la larga perduración de
las piezas, desde el siglo IV al II a, C.; E. Llobregat (11) considera la
mayoria de thymiateria de la provincia de Alicante de procedencia
ibicenca, aunque de claro origen greco-siciliota.
El lote de terracotas de Ibiza es un constante tema de estudio,
donde, poco a poco, se van vislumbrando los diferentes estilos e influencias de corrientes helenísticas en el mundo púnico ( 12). En los
últimos años se está dedicando una gran atención a las posibles influencias de dicho mundo púnico en la costa de la Peninsula. E. Llobregat (13) señala cómo se ve en Ibiza un aumento gradual del porcentaje de piezas de influencia griega a partir del siglo VI a. C., siendo
muy alto en los siglos V-IV a. C., influencia que perdurará hasta la
unificación del Mediterráneo por Roma. El enlace entre este mundo
púnico y Grecia serlan Sicilia y Magna Grecia, donde a partir del siglo
IV los coroplastas producirán versiones locales de estilo severo, llegando a ser los centros de mayor producción.
Si comparamos la terracota del Castellet de Bernabé con las figuras de Ibiza, siguiendo la catalogación de M. Tarradell (14), hallaremos mayores afinidades con el segundo grupo caracterizado por ser
bustos femeninos donde pesa menos la tradición púnica y las corrientes griegas son más fuertes, hasta el punto de parecer importaciones.
Dentro de este estilo griego, distingue tres corrientes estéticas: una jónica de tradición arcaica, otra radia y una tercera siciliota-itá1ica, ya
posterior.
De dicha catalogación nos inclinamos por el último grupo para establecer los paralelismos más próximos, y, sobre todo, con las figuras
correspondientes a los números 42 y 52 de la catalogación.
El número 42 es un busto femenino con kalathos, procedente del
Puig dels Molins, de 25 cm. de altura, y que se encuentra en el museo
Arqueológico de Ibiza. La cara, como todo el conjunto, tiene un aspecto muy griego, siendo una de las piezas en que se ve mejor la influen[11) LLOBREGAT; O. c. nota 6.
(12) A. M. EISI; •Le terracote figurate di tipogreco·púnico di Ibiza. Museo de Cau Ferrat a Sitgeso.
Rívista di Studi Fenid, 1973.
J. M. BLAZOUEZ; •Terracotas púnicas de Ibiza>. Rlvista di Studi Fenici, 1973.
M. E. AUBET; •Algunos aspectos sobre iconografla púnica. Representaciones aledas de Tanit». Revis·
ta de la Univ~rsidnd Complutense, vol. XXV. n.• 101 (homenaje a Gardn y Bellido, vol.ll. Madrid, 1974
pá¡¡s. 61-82.
M. TARRADELL; •Figurillas de terracota púnicas de Ibiza•. Barcelona, 1974.
E. JCUKHAN; •Busto femenino de terracota de origen radio en el ajuar de una tumba ibicenca>. Archl
vo España\ de Arqueologla, val. XXX. Madrid, 1957, págs. 3-14.
(131 LLOBREGAT; O. c. nata 6.
[14) TARRADELL: O. c. nota 12, pág. 45.
••
-
153 -
[page-n-178]
8
H. BONET
cia helenística en una fase más avanzada que en las que reflejan tradición jónica (15). El número 52 es una figura femenina, de pie, de 52
cm. de altura, procedente del Puig deis Molins y depositada en el Museo Arqueológico de Barcelona. El modelo es de clara influencia griega, posiblemente, siciliota.
En el Museo de Prehistoria de Valencia hay una interesante colección de terracotas procedentes de Ibiza, que han sido estudiadas por
C. Picard ( 16). La autora distingue cuatro series principales, agrupadas por afinidades de forma y estilo. De estas series, en el segundo
grupo, denominado bustos, hay una cabeza (n.o 17 de la catalogación,
Lám. II, D) de 11 '3 cm. de altura, que presenta la forma de la cara
ovalada, boca pequeña fruncida, ojos almendrados y nariz recta, aun-
.-------~-------
''
'
Fig. 4.-Planta del poblado ll,el Cutellot do Bernabé. S:. sondeo realizado en 1974.
que muy rota en su extremo. La pasta y superficie son de color beige
claro y de aspecto poroso.
Los materiales de que a continuación vamos a hacer mención fueron hallados junto a la figura de la terracota en un pequeño sondeo
realizado en el lienzo Este de la muralla, derrumbado y destrozado
por buscadores clandestinos en numerosos sitios {fig. 4). El material
fue muy abundante en cerámica, destacando la buena calidad de las
pastas, paredes finas y, sobre todo, la riqueza de fragmentos decorados. La cerámica tosca de pastas oscuras y con abundante desgrasante era mucho más escasa.
(15) TARRADELL: O. c. nota 12, pég. 134.
( 16) C. PICARD: •Figuras de terracota del Museo de Prehistoria de
ria Levantina, XIII. Valencia, 1972, pág. 81.
-
154 -
Valencia~.
Archivo de Prehisto-
[page-n-179]
FRAGMENTO DE TERRACOTA
9
La decoración de fragmentos es siempre de tipo geométrico, a ha-.
se de bandas, círculos, zig-zag, líneas ondulantes, rombos, segmentos,
etcétera (fig. 5). No ha aparecido ningún fragmento de temas florales
o humanos; sin embargo, esto no es significativo, pues la proporción
de estos temas siempre es inferior respecto de los geométricos, máxime si tenemos en cuenta las reducidas dimensiones de la cata.
En cuanto a las fonnas de la cerámica decorada, el estado fragmentado del material no pennite más que la reconstrucción parcial
de Wl kalathos de paredes rectas y decoración geométrica (fig. 6-C).
Otras formas serian: un plato con decoración de bandas en la cara interior y exterior {fig. 6-B), un plato con decoración interior a base de
filetes (Fig. 6-A), un vaso y una copa igualmente decorados con bandas paralelas (fig. 7-A y C) y una posible botella decorada con círculos, bandas y líneas ondulantes (fig. 7-B).
Dentro de la cerámica sin decorar hay que destacar dos bordes de
ánfora, así como formas comunes de tinajas, vasos, platos, copas,
etcétera {fig. 8). De cerámica importada no se encontró nada.
De barro cocido, aparte de la figurita de terracota, se hallaron
una treintena de pondera, todos juntos, más o menos amontonados
(fig. 9). El tamaño medio de las piezas es de 13 x7 x4 cm., de forma
troncopiramidal, de base rectangular y sin presentar ningún tipo de
marca. Junto a estas piezas de telar hay que destacar una fusayola
troncocónica, de cabeza con reborde, decorada con líneas muy finas
entrecruzadas, de color marrón grisáceo; mide 2'5 de alto y 2'5 de
hase (fig. 1O). Es interesante un fragmento cóncavo de exacta pasta a
la de la figura, as! como la superficie, también recubierta de engobe
blanco y con una banda y manchas de color marrón; su estado de
conservación es mejor que el de la figura (fig. 11); este fragmento tiene
un lado romo, sin presentar fractura, por lo que sin lugar a dudas
sería un borde de la figura, aunque no podemos determinar de qué
parte; por el tipo de curvatura podria ser la base o, en el caso de ser
un pebetero, la parte superior.
De todo este material que acompaña la terracota se puede afinnar
con certeza que pertenece al mundo ibérico y a una época ya avanzada. El tipo de kalathos de paredes rectas nos lleva a unas fechas
tardías y con claros paralelismos con otros centros, corno San Miguel
de Liria, Monravana, Serreta, Tossal de Manises, Rochina, dándonos
una fecha de finales del siglo II al I a. C. (17). El tipo de fusayola también se da en poblados de época avanzada, siendo para los yacimien1171 S. NORDSTROM: "La ceramique peinte ilierique de la provine e d" Alicante~. l Act. Universitatis
Stockholmien•is. Stockholm Studies in Classical Arcbaelogy, 1969.
-
155 -
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H. BONET
10
Fig. 5
-
l56
(l/2)
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FRAGMENTO DE TERRACOT!
·_..
A
•
Fig. 6.-A-B: Borde y base de plato.
C: Base de kalathos.
¡¡k,
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H. BONET
Pig. 7.-A: Borde de vaso.
B: Cuerpo de botella.
C: Borde de vaso.
(l/2)
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
toS de la primera época más corriente los tipos esféricos y bitroncocónicos acéfalos. Por otro lado, la cerámica decorada con temas geométricos perdura hasta la plena romanización, y el hecho de no haber
aparecido temas florales y humanos ya ha sido explicado en lineas
anteriores.
Es evidente que la terracota, junto con los materiales ya descritos,
apareció «in sitw dentro de tma habitación del poblado, como lo de-
A
'
'
Fig. 8.-A y B: bordes de vasos.
C y D: bordes de ánforas.
E y F: bases.
G: borde de copa.
-
159 -
(1/2)
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.H. BQNET
muestra el marcado carácter doméstico de algunas piezas; pesas de
telar y fusayola.
A. M. Muñoz (18) señala que la aparición de terracotas en las casas es un hecho tardio; en un principio serían de carácter votivo, pero
después fueron empleadas como ornamentos. Por otro lado, Balil (19)
.•
'•
,.
'
'
Fig. 9.-Pesa de telar.
( 1/2)
considera las terracotas de habitación de carácter votivo y que
debían estar concebidas para colgar de la pared.
Nosotros nos encontramos cOn el problema de no poder afirmar
qué tipo de pieza constituía la figura del Castellet de Bernabé, debido
al reducido fragmento que tenernos. El pequeño borde cóncavo. sin
(18!
119)
MU~OZ: O. c. nota 10.
BALIL: O. c. nota 4.
-
!liD -
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FRAGMENTO DE 'TERRAC07A
duda perteneciente al rostro, invalida que sea una mascarilla de col~
gar, pues suelen ser planas y de borde recto. Por otro lado, decir que
la figura pertenece a un thymiaterion, basándonos en el fragmento
mencionado, cmno posibla base o parte superior del kalathos no nos
Fig. 10.-Fusayola decorada.
·..
U/S)
~··
Fig. l l.-Fragmento de terracota.
0/2)
parece razón suficiente, por lo que nos inclinamos a clasificar el ros~
tro del Castellet de Bernahé como una cabeza o busto de carácter voti~
vo. Este tipo de exvotos es muy corriente en los poblados ibéricos,
aunque la vartedad de estilos es muy grande,
.,
- 161 -
[page-n-186]
16
H. BONET
En cuanto a los posibles paralelismos, se ha visto que la figurita
muestra afinidades con piezas, todas de carácter helenfstico, y dentro
de esta corriente, con influencias greco-siciliotas o de estilos más
tardíos, helenizantes.
Lo que resulta más dificil de precisar es si se trata de una producción local imitando los modelos clásicos o si es una pieza dé importación. En muchos poblados ibéricos se encuentran imitaciones, sobre
todo, alrededor de los grandes centros como Ampurias, Alicante, etcétera; sin embargo, para poder afirmar esto haría falta un estudio de
las diferentes pastas de las terracotas. De todas formas, el hecho de
que la terracota apareciese con materiales domésticos y en una habitación indica que no es una pieza de envergadura, sino una imagen o
figura de carácter votivo~ornamental de uso privado y que seguramente sería de fabricación local para servir las demandas de la población.
Finalmente, hay que resaltar el hecho de que el contexto arqueológico de la figura nos pennite fecharla con cierta seguridad, ya que
este tipo de poblado y sus materiales nos dan una cronología avanzada (siglo JI-I, o incluso de plena romanización, como ocurre en la mayoría
de poblados de esta zona).
-
162 -
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BONET.-Fragmento de terracota
Distintos ángulos del rostro de la terracota del Castellet de Bemabé
(T. n.)
LAM. 1
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BONET.-Fragmento de terracota
LAM. 11
A y B: Terracotas procedentes del Santuario de La Serreta (Aicoy) (Museo de Alcoy)
C: Terracota de la necrópolis de Corral de Saus (Mogente) (Museo de Prehistoria de Valencia)
O: Terracota de Ibiza (Museo de Prehistoria de Valencia)
(T. n.)
[page-n-189]
JERONIMO MOLINA GARCIA
(Jumilla)
URNA DE OREJETAS PERFORADAS PROCEDENTE DEL
PASICO DE SAN PASCUAL (Jumllla)
El Pasico de San Pascual es una pequeña ermita situada al borde
derecho de la carretera que conduce desde Jumilla al monasterio de
Santa Ana del Monte, ermita levantada a 1.200 m. al sur de la ciudad, en el lugar donde la tradición afirma que San Pascual Bailón
tenía por costumbre meditar en los descansos que hacía antes o después de sus ascensos al monasterio, en el que residió repetidas veces.
El lugar es llano, relleno del cuaternario reciente, plantado de olivos y viña, propiedad de don Antonio Diaz Jordán.
En los primeros dias de enero de 1966, al proceder a arrancar viejos olivos para convertirlos en leña, en un lugar situado a unos 60 m.
al sur de la mencionada ermita, apareció una vasija cerámica con
restos de huesos en su interior, siendo recogidos sus trozos por don
Antonio Tomás Requena, haciéndonos entrega de los mismos.
Constituían estos fragmentos la base de una vasija globular con
parte de la panza, y algunos trozos que no completaban, por lo que al
visitar el lugar, procedimos a cribar las tierras en colaboración con
don Luis Canicio Canicio, consiguiendo la casi totalidad de los frag mentos que faltaban. Según manifestaron los obreros que arrancaron
el olivo, la vasija estaba a unos 60 cms. de profundidad, junto a la cepa de un gran olivo, inclinada hacia afuera por el empuje del ensanchamiento del tronco; la urna fue destrozada por los golpes del pico,
en sus dos tercios superiores, hasta que se apercibieron de su presencia, comprobcu;¡do entonces que contenía restos de huesos quemados y
unos fragmentos metálicos indeterminados, desaparecidos antes de
nuestra intervención. También se nos informó de la aparición de restos de vasijas al lado de la carretera, pero no pudimos localizarlos,
-
163 -
[page-n-190]
2
J. MOLINA GARCIA
por lo que ignoramos si se trataba de un enterramiento aislado o de
una verdadera necrópolis, que no creemos que hubiera podido pertenecer al poblado ibérico de Coimbra del Barranco Ancho, ya que éste
se halla a más de 3 Kms. del lugar del hallazgo de la urna q'J e aquí
reseñamos (1).
El material recogido consta de:
Urna cineraria bitroncocónica (fig. 1 ), de tendencia oval, de
conos iguales convexos, el inferior algo remitido cerca de la
base, para formar ésta; pie bajo, redondeado, cóncavo; asas
bífidas, en puente, de sección cilindrica, con orificios en la
parte superior, donde hadan asiento sus respectivas orejetas perforadas de la tapadera, la que tiene cogedor discodial
ligeramente cóncavo, con botón central. Pasta rojiza anaranjada, decoración en rojo vinoso a base de bandas y filetes; en la zona de las asas, profusión de columnas de cortos
trazos horizontales que también las invaden, y asidor relleno. Tipo semejante a la núm. 24 de la necrópolis de La Solivella (2). Muy fragmentada, reconstruida, se conserva en su
totalidad, siendo sus medidas las siguientes:
Alt., 27 cms.
~ boca, 14' 5 cms.
'/J máx., 25' 5 cms.
Núm. de Inv. , 2.469 del Museo Municipal de Jumilla.
En este mismo Museo se conservan dos fragmentos de otras urnas
de orejetas halladas en el «Cerro del Castillo», asiento de la primitiva
villa de Jumilla, y otro fragmento de «La Marquina», a 7 m. de profundid ad, al SW. de la población,. hoy ocupado por la barriada de SanAntón (3).
111 J. MOLINA GARClA, M. C. MOLINA GRANDE y S. NORDSTROM: cCoimbra del Barranco An·
cho (Jumilla, Murcia)•. Trabajos Varios del S. l . P., nllm. 52. Valencia, 1976.
(2) D. FLETCH.ER: cLa necrópolis de La Solivellat. Trabajos Varios del S. l. P., nllm. 32. Valencia.
1965, fig. 11.
•
(3) Sobre las urnas de orejeta pueden verse, además, los siguientes trabajos:
D. FLETCH.ER: eLes urnas de orejetas perfor adaso. Crónica del vm C. N. A. (Sevilla-Málaga. 1963).
Zaragoza, 1964, p. 3051319.
. . .
.
J . J . JULLY y S. NORDSTROM: eLes vases a oreilletes perforées en France et leur similBJres en Medtterranée Occidentaleo. Archivo de Prehistoria Levantina, XI. Valencia, 1966, p. 99/124.
-
164 -
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'
URNA DE 01\EJ.IITAS
8
Fig. 1
~
l65
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1
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JOSE V. MARTINEZ PERONA
FRANCISCO ZANON RODRIGO
(Pedralba)
LOS VILLARICOS (Bugarra)
I
SITUACION Y DESCRIPCION
Bugarra se encuentra situada en la margen izquierda del rlo Turia a unos 45 Kms. de Valencia. Su término, de fonna alargada, se extiende de sur a norte, siendo más estrecho en la parte meridional que
en la septentrional. El Turia lo atraviesa de oeste a este, dividiéndolo
en dos mitades: la que--queda al sur, ocupada por montafias calcáreas
del Jurásico y Cretácico; la del norte, en donde, encima del núcleo de
· población, se levanta el Triásico seguido de valles miocénicos y elevaciones cretácicas. Las alturas no sobrepasan los 600 metros, siendo
frecuentes las comprendidas entre los 200 y 300m. La zona más septentriona1 está ocupada por el borde sur de la pequeña meseta llamada el Campillo que se extiende desde el Villar hasta Bugarra y desde
Losa a las alturas que delimitan el Campo de Liria.
El yacimiento objeto de estudio se encuentra justamente en esta
estribación sur de la meseta indicada, en término de Bugarra, (fig. 1)
junto al camino que va a CasinOs (antiguo camino de Valencia a Chalva y también vereda de ganaderos), a unos 500 metros hacia el NE de
la carretera de Bugarra a las Ventas del Villar, al pie de un pequeñ.o
torreón del que más adelante hablaremos. En otra ocasión ya fue descrito y localizado este yacimiento (1).
En la actualidad, los terrenos donde afloran los materiales están
dedicados al cultivo de almendros, algarz:obos, vid y melocotoneros.
(1) J. V. MARTINEZ PERONA: ~Carta Arqueológica de Pedralba y Bu gaiTa (Valencia)•. Archivo de
Prehistoria Levantina XIV. Valencia, 1975, p. 185.
-
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J. V. MA11TINEZ PERONA y F.ZANÓN RODRIGO
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LOS VILLARICOS
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4
J, V. MARTÍNEZ P:ERONA y F.ZANÓN RODRIGO
Las tierras están divididas en terrazas mantenidas por muros de piedra seca y todavía se aprecian restos de la antigua fábrica (fig. 2),
muy deteriorada por las continuas faenas agrícolas que han destruido
gran parte de los muros, aprovechándose sus piedras en la construcción de los dichos muros de contención.
II
LOS MATERIALES
En superficie, aparecen dispersos gran cantidad de fragmentos de
tégulas, de revestimiento de muros pintados en rojo o blanco, rombos
de la pavimentación, etc. También encontramos fragmentos de dalia,
ánfora y de otros vasos comunes romanos (fig. 3, núms. 1 y 2).
La terra sigillata, tanto clara como oscura, es abundante (fig. 3,
núms. 3 a 8), muchas veces decorada con temas de espigas y cordones, destacando un fragmento en el cual aparece o bien la diosa Minerva o bien una m~er con lanza (Lám. II, 1 y 2) y que son fechadas
entre la 2." mitad del siglo 1 y la 1." del II. (2). Hay dos marcas de alfa~
rero completas (fig. 3, núms. 1Oy 11, y Lám. II, 1l una de ellas de lectura TERTIUS, y la otra más problemática pudiendo ser XOMO o XONO. Además hemos recogido otros tragmentos (Lám. U, 1l de los que
el más completo tiene OF. AN ... (fig. 3, núm. 9) y de los demás solamente una letra o parte de ella.
Destaca un fragmento de terra sigillata, del fondo de un vaso, en
el que se grabó un árbol o espiga {fig. 4, núm. 1 A y Lám. II, 1). En
otro fragmento encontramos un grafito incompleto que más adelante
comentaremos (fig. 4, núm. l, B y Lám. I, 2).
La cerámica de tradición ibérica es abundante, decorada con temas geométricos en rojo (fig. 4, núms. 2 a 4). No obstante, las pastas
son más bien de aspecto romano, no presentando la franja intermedia
oscura de la ibérica genuina sino que es uniforme. Uno de los fragmentos, de un posible sombrero de copa, presentaba unos cuantos caracteres ibéricos (fig. 5 y Lám. I, 3) que, junto con el grafito sobre sigillata, comentamos a continuación.
(2) c. MENDEZ·REVUELTA: rMe.teriales para el estudio de la figura humana en el temario de la te·
rra 9igillata hlspáni~ao. BoleUn del Seminario do Arte y Arqueología. Vol. XL. Valladolid, 1975, p.
101/103.
- 170 -
[page-n-197]
LOS V!LtAiUCOS
'
3
7
6
8
Jig, 3.-l y 2: CerlLmioa común romaoa.
3 a 8: Peñilils de tert'11 •lgillata.
9 a ll; MIU'Cas d11 alfarero.
lT. n.l
[page-n-198]
'
J. V, MAR'f11H>Z PERONA y F.ZANÓN RODR>GO
•
1
4
Fig. 4.-1: Grafito sobre turra sigillata.
2 a 4: Fragmentos de cerámica ibériea d$Corrula,
)iilg. !'i•......fl'l'Bgment(l' de horde de katathot con pflf'U de letrero
iWrico.
(T. o,)
~
172 -
('!'. n.)
[page-n-199]
7
LOS VILLARICOS
III
LAS INSCRIPCIONES IBERICAS
Sobre un fragmento de sombrero de copa, en el borde, aparecen muy borrosamente cuatro caracteres pintados en rojo (fig. 5,
1\m. !, 3). Podemos leer
'f' () }.5 es decir, BIURBE, admitiendo la
posibilidad de que a lo conservado le precedieran y siguieran otros caracteres.
El signo que peor se ve es el f' (bi). Presenta un trazo ligeramente
inclinado hacia el sentido de la escritura y parece que arranca del
borde interior del vaso como los demás. Se engrosa en la parte superior y se mantiene el trazo más o menos horizontal sin caer inmediatamente, dando lugar a un rizo que no llega a cerrarse y sin presentar
angulosidad.
El signo 1 (u) presenta el trazo central que arranca del borde interior del vaso y no llega a juntarse con el vértice interior del ángulo
formado por los trazos oblicuos que son muy largos. Esta forma no se
da en la cerámica de Liria.
El tercer signo es ()- (f); con esta forma no aparece en Liria ni en
el alfabeto monetal.
Finalmente, el signo "'l.J (be) no lo encontramos con esta forma en
las cerámicas de Liria ni en el alfabeto maneta! (3).
Se emplean, pues, unos signos de tradición incisa (sobre plomo y
cerámica campaniense A sobre todo) lo cual viene apoyado también
por la forma como han sido pintados tan distante de la de Liria que
presenta más soltura y libertad. Es curioso este hecho de que no se siga la tradición caligráfica de Liria que está cercana a este yacimiento.
La composición BIUR es bastante frecuente. Con la mism~orma
para la t lo encontramos en un peso de Azaila. Con la forma y también en un peso y ánfora de Azaila. Con la forma
en un vaso de ~i
gean. En composición con otros los encontramos en Ullastret (BIURbetin, vasija y BIU:Rbones, plomo), Azaila (BIUR BIUihetel; pesa de
barro), Castellón (balceBIUI\aies,. y sosinBIU:Ru, plomo) y otros muchos lugares (Orleyl, Enserune, Tarragona, Narbona, etc.).
En cuanto al grafito sobre sigillata solamente presenta dos caracteres incisos (fig. 4, 1, By Lám. 2). El primero puede ser una lambda
griega si consideramos el trazo que va hacia la izquierda con lo que la
lectura seria lA.... . Pero no creemos que se trate de una lambda griega
p
9
131 Para todo lo relacionado con la avoluc16n y cronologla de loa slgnos iMrlcos, coi!llilltese J. MA"
LUQUER DE MOTES: «Ep.igral'le Prelatlna de la Penlnsula lbtlrica». Barcelona, 1968.
-
173 -
[page-n-200]
8
J. V. MART{NEZ PERONA y F.ZANÚN RODRIGO
pues el mencionado trazo está hecho encima del otro y presenta una
forma anárquica si lo comparamos con el signo siguiente. Mientras
que el trazo que consideramos verdadero está hecho con el mismo
sentido y estilo que el siguiente, Por lo tanto, creemos que el trazo que
va hacia la izquierda es casual y producido después de haberse realizado la primitiva inscripción. Desechada esta posibilidad tenemos
ahora el problema de saber de qué signo ibérico se trata. Caben dos
posibilidades: que sea el signo bao el signo ke. En la escritura sobre
cerámica del s. IV a. C. la ba aparece con un trazo vertical o bien con
dos trazos formando ángulo pero con el trazo superior más corto que
el inferior y ángulo obtuso, mirando el vértice hacia la izquierda. La
ke, por su parte, utiliza varias formas pero la más parecida consta de
dos trazos de igual longitud que forman un ángulo más cerrado, teniendo el vértice también hacia la izquierda. Por lo tanto, ninguna de
ambas corresponde exactamente a la que aparece en nuestro caso
pues aquí tenemos que si el ángulo es abierto como en el caso de la ba
vista, el trazo inferior es más corto que el superior, al contrario de lo
que sucedía con la ba descrita. En la escritura Sobre plomo tenemos
para la ba la forma vertical y para la ke la forma comentada y otra
que presenta ángulo abierto y trazo inferior más corto que el superior,
acercándose por lo tanto mucho a la forma de nuestro signo. Aparece
en el plomo de la necrópolis de Las ·corts. Por lo tanto, se trata de la
( (ke) y no de la (Iba).
El signo siguiente es claramente
(a) y aparece en todas las escrituras excepto en la cerámica gris. La lectura es por lo dicho
P'
KEA .....
Tanto un ejemplo como el otro ponen de manifiesto que en Los Villaricos la escritura ibérica se mantuvo en momentos avanzados de
romanización.
IV
EL TORREON
Sobre el altozano que domina la villa ibero-romana, como ya hemos dicho, se levantan los restos de un torreón de planta cuadrada
que consideramos de época medieval por las razones que luego expondremos. Tiene de lado 3'50 m. (fig. 2) y se conserva sólo hasta la
altura de 1'50 m. en el exterior y de 1 m. en el interior lo que indica la
existencia aproximadamente de O' 50 m. de relleno de:ntro del recinto.
Los muros tienen un grosor de 0'65 m. y la puerta se abte en el centro
del flanco sureste, teniendo una amplitud de O' 65 m. y se encuentra
casi a ras del suelo (Lám. I, 1).
-
174 -
[page-n-201]
LOS VlLLAl.UCOS
'
Los muros están construidos con argamasa de cal y grava gruesa,
bloques de piedra, bien para relleno, bien para proteger los extremos
de cada muro en su inserción con el siguiente, de modo que así quedan protegidos los ángulos. Muchos de estos bloques o mampuestos
proceden de los muros de la villa ibero-romana y entre el material de
relleno se aprecian fragmentos de tegulae y dalia, lo que unido al hecho apuntado del empleo de grava gruesa en el mortero, nos indica
que se construyó en época medieval (fig. 6).
LADO: NW
Fig. 6.-Representación del lado NW del torreón medieval.
A ras del suelo y a una altura de unos 75 cms., se aprecia la existencia de unos agujeros de sección casi cuadrada que traspasan el
muro. En cada muro hay ocho, cuatro arriba y cuatro abajo, correspondiendo a los cajones utilizados para consolidar la argamasa, Inmediatamente por debajo de ellos, hay una fila de mampuestos rectangulares cosa que también se aprecia en la corona de lo que queda
de construcción, de modo que en cualquiera de los muros apreciamos
una disposición alternante de hileras de mampuestos y de mortero, y
en el lado izquierdo de cada úno, equivalente al grosor de él, mampostería para reforzar los ángulos.
A unos siete metros de distancia de la torre, hacia el SW, se ven
unos restos de forma circular, comprendiendo varios cantos y fragmentos de tegulae, algunos de los cuales presentan signos de calcinación. Creemos interpretar estos restos como un posible horno para la
obtención de la cal in situ para la construcción de la torre. Las gravas
de relleno pueden proceder del cauce de la Rambla Castellana que
discurre cerca del paraje. En definitiva, los materiales para su construcción proceden de los lugares más cercanos posible {ya que lama-
175 -
[page-n-202]
Ir
J. V. MARTINEZ PERONA y F.ZANÓN RODRIGO
teria prima de la cal viva la tenían en el mismo cerro donde se construyó la torre) y su elaboración se hizo a pie de fábrica.
En cuanto a su función, dado su emplazamiento del cual se
divisa todo el Campillo y las rutas que por él circulan, creemos que es
la de vigilancia y puede estar en relación con la torre que existla en el
término de Villar, en la partida llamada la Torre (4).
Al faltar la cerámica, su filiación a un momento más concreto dentro· de la Edad Media, se hace dificil; pero dado el tipo de construcción, creemos corresponde a un momento avanzado de la dominación
musulmana. Una excavación de las tierras acumuladas dentro del recinto no cabe duda que nos proporcionarla datos valiosos sobre el momento en que se construyó, técnica de construcción y época en que se
abandonó o se destruyó.
(4) V. LLATAS BURGOS; cCarta Arqueológica da V111ar del Arzobispo y su comarco, Archivo de
Prehiatoria Levantina, VI. Veleocle, 1957, p. 174 a 183.
-
176
[page-n-203]
MARTINEZ
PERONA-ZANON
RODRIGO. -
Los Villaricos
1.- Torreón medieval.
2.- Fragmento de terra sigillata con dos caracteres ibéricos incisos.
J .-Fragmento de Kalathos con parte de inscripción ibérica.
LAM. 1
[page-n-204]
MARTINEZ
PERONA-ZANON
RODRIGO. -
Los Villaricos
1.-Fragmentos de terra sigillata con marcas de alfarero y dibujo
inciso (primero de la izquierda) .
2.-Fragmentos de terra sigillata decorad..t y de cerám ica de
barniz negro.
LAM. 11
[page-n-205]
I. SARRION MONTAÑANA
(Valencia)
EL POBLADO IBERICO DE LA PEÑA
DE LAS MAJADAS
(El Toro, Castellón de la Plana)
Con motivo de la reestructuración de las Salas Ibéricas del
Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia, se sacaron de almacenes diverSos materiales para su exposición, entre los cuales están los que habian sido depositados por nosotros en 1967 y que son
ahora motivo de estas lineas.
Al proceder a la limpieza de los múltiples fragmentos de punzones
de hueso, nos vimos grátamente sorprendidos por la aparición de una
inscripción ibérica tenuamente grabada en uno de ellos. Este hallazgo
nos movió a redactar la presente nota con el propósito de dar a conocer la citada inscripción y el conjunto de materiales que con ella
encontramos en nuestra exploración en «La Peña de las Majadas».
Se halla ésta a 1.081 m.s.n.m., en las inmediaciones del caserío de
El Molinar, cercano al nacimiento del río Falacia, en término de El
Toro (Castellón de la Plana). {fig. 1). El yacimiento se halla circundado
por los barrancos de Taconar y de Agualobos, siendo de fácil defensa
a causa de sus inclinadas laderas (Lám. 1).
Por todo el ámbito del poblado que se asienta en La Peña de las
Majadas, se aprecian restos cerámicos, tanto de la Edad del Bronce
(cuyo núcleo principal puede observarse en el extremo oriental de La
Peña), como ibéricos.
El hallazgo superficial de una moneda celtibérica, nos animó a
realizar unas pequeñas búsquedas de superficie, recogiendo los materiales que a continuación reseñamos.
En la zona de la moneda se hallaron:
-
177 -
[page-n-206]
'
l. SARRIÓN MONTAfiANA
Fig. l.-Lugar de emplazamiento de d.a Pefta de laa Ml\ladan.
-
J78 -
[page-n-207]
Pl!fl"A DI! LAS MAJADAS
3
Cl!RAMICA
-Borde de vasija de pasta oscura, con desgrasante, reborde saliente y sencilla moldura vertical (fig.
2, núm. l!.
-Fragmento de cerámica campanlerue.
- Fusayola de cerámica da pasta oscura, con 15 improntas de sello decorado con motivo vegetal
(flg. 2, núm. 4),
-Fragmentos de cerámica campaniense que permitieron reconstruir su perfil, encuadrable en la
Forma Lambog\ja 2 (fig. 2, núm. 5 y Lám. U, 4).
HUESO
-Veintidós fragmentos do puu~one~ do sección cillndrica (Lém. IV, 3).
-Dos astrágalos, oveja/cabra, uno de ellos con Beilalea de fuego.
METAL
-Fragmento informe de hierro.
- Moned.l fV.tibérica; al cabe¡~y:sronil, a la detecha, entre delfines; r)jinete con lan~a. a derecha, y
bajo el texto 'f' ~A
f<'fl.t- 'f (MeduaiuiUil), cerca situada por Beltrán Martlnez en el r1o Mediano
(Logroñol (1 r. ~u du~.etro es de !.!s mm. y su peso 9 gramos {Vives, Lám. XLVIII, ceca 47). (L6m. IV, 1).
P"
PIEDRA
-Fragmento de pizarra gris-oscura, con muestras de raspado en el borde. Este tipo de pizarra lo he·
mos localizado afloraodo por deb¡ijo de las arenas triásicas en los términos de Montén y Finar de Torra!·
b,,
Por distintos lugares del poblado recogimos los siguientes fragmentos de cerámica, que encuadramos en la Primera Edad del H-ierro:
CERAMICA
-Fragmento, de pasta marrón con partículas de mica, decorado con verdugón con incisiones !fig. 2,
núm. 2 y Lám. II, 9).
-Fragmento, de pastll depurada, decorado con triéngulos excisos (fig. 2, núm. 3 y Lám. U, 8).
-Fragmento, de cerámica oscura y borde ligeramente exvasado (Lém. II, 6).
- Fragmento de cerámica de pasta oscura, con desgrasante (Lám, U, 7).
En una pequeña plataforma de la vertiente meridional, hallamos
los siguientes materiales:
-Fragmento de vasito, posible imitación ind.Jgena del tipo campaniense. Forma Lamlloglla 3 (fig. 3,
nll.m. 2 y Lám. II, 5).
-Fragmentas de vasitos de tonalidad grisácea y clara (fig. 3, núm. 3 y 4 y Lám, 11, 1 y 31.
-Fragmento de vasito de pasta grls depurada, muy bien cocha (fig. 3, núm. 1l.
- Parte de vasito caliciforme, de peata clara lfig. 4, núm. 1 y Lllln. ll, 2).
- Parte da herde de vaslto sem!JiÍÍ'ili.e a un kalathos, con decoración de bandas (fig. 4, núm. 2).
-Fragmento de plato, de pasta depurada y tonalidad oscura (flg. 5, núm. 1). Creemos que se trata de
una ilnitación indígena de una forma CillD.paniense.
-Fondo de vasija con decoración en bandas (fig, 5, núm. 2).
-Fragmento de sombrero de copa, decorado.
-Borde moldurado.
-Fragmento decorado con segmentos de clrculos concéntricos.
-Fragmentos de platos.
-Parte de oenochoe de pasta y calidad da los vasos denominados •de cocina.JI (Lám. II, 10).
-Parte de tarro, con decoración geométrica (fig. 7).
-Fragmentos de dos platos de pescado (Linn. III, 1 y 2).
- Fusayo\a cónico·convexa (fig. 6, núm. 7).
01
A.
BELTRAN MARTINEZ: «Las monedas hispánicas antiguas•. Madrid, 1953, p. 26.
-
179 -
[page-n-208]
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J. SARRIÓN MONTAJilANA
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(T. n.)
[page-n-209]
Pl!ÑA DE LAS MAJADAS
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Fig, 3.
(T, n.)
[page-n-210]
'
l. SARRION MONTAiilANA
HUESO
-Botón o pasador {fig. 6, núm. 6 y Lám. IV, 2).
- fragmento de punzón clllndrko, de 28'5 x 5 mm., con inscripción ibérica, que estudlamos aparte,
-De~- fragmentos de punzón, da sección eillndrica.
METAL
-Fragmento de brocha de cinturón, de bronce. con decoración nielada en espiral (flg. 6, núm. 5].
- Tope de bronce, con restos ferruginosos adosados (fig. 6, núm. 11.
-Punzón de hierro, de sección cuadrada (Hg. 6, mlm. 41.
-Remache o topera, de lúerro (fig. 6, núm. 2).
-Escoplo o contera, de hierro lflg. 6., nóm. 3).
-Fragmento de clavo con cabeza remachada.
FAUNA
Se han identificado 26 astrágalos, presentando 14 de eilos muestras de raspado. Corresp
tos son:
- Suidos: long. absoluta
~ antero-posterior
- Ovidos; lgng. absoluta
§J antera-posterior
La~
medidas de los astrágalos comple-
38,6
37,7
34,5
31.9
23,{)
21,2
20,8
11,0
26,9
16,5
También se hallaron los siguientes restos:
capra pyrenáica
Ovis arias ......................................... ·
Sus scropha
avis arias ...
Bos taurus ...
tres fragmentos de metatarsos-metac!Upos.
cinco primeras falanges.
una segunda falange.
metacarpo derecho.
cnbG escafoide8
•••'•d.
un MI
dos M; 3. izq.
~q.
Teniendo en cuenta la cantidad de suidos y óvidos hallados, nos
sugiere que dichos restos, sobre todo el grupo de los bóvidos, deben
corresponder a una ganadería plenamente establecida.
LA INSCRIPCION IBERICA
Como ya hemos indicado, la inscripción se halla grabada sobre
fragmento de punzón de hueso. Consta de catorce signos y, a pesar de
la rotura del punzón, creemos que está completa ya que se encuentra
limitada por la. parte izquierda mediante un trazo circundante y por
la de:recha por los signos 1/"__ que son el final de buen número de vo
cablos ibéricos, posibles o1'rendas (fig. 8 y Lám. IV, 4).
Su lectura, no obstante lo tenue de la incisión, es clara, interpretándola:
.r
r-,<>
1"
H ~ P. l" lb 1>.4 V fl
N E R S E TI CA N TE GI A R Y I
-
182
[page-n-211]
1
Fig. 4.
!T.n.l
[page-n-212]
'
I. SARRIÓN MONTAÑANA
De este texto podemos desglosar NERSE y YI, considerando el primero como nombre propio, que hallamos en dos lápidas sepulcrales
saguntinas, NERSEatin. El sufijo -ADIN se encuentra en múltiples
textos y se ha considerado como étnico o relacionado con el vasco
Adin =«edad».
En cuanto a YI tiene una personalidad suficientemente conocida.
Mucho se ha escrito sobre el debatido signo Y, atribuyéndosele el valor de M, N, BU, U, UN, Y, etc. y, como apunta Fletcher «sin una identidad satisfactoria para todos» (2).
Personalmente nos decantamos por una de las sugerencias expresadas, correspondiente a un sonido mixto, mitad vocal mitad consonante, como es la Y que permite iniciar Wia palabra seguida de canso
nante, como es el caso del grupo YJ-? que permite formar nexo
con la frecuentemente antecesora N =NY =Ñ. Un ejemplo de ello lo tenemos en Liria XL: 1" y 1j' f1P
{3).
En la Celtiberia, según Tovar y Beltrán Villagrasa parece ser que
tiene valor de N, de acuerdo con la leyenda maneta!
l!. ~ H t Y!OH e ICOiouniocul. Sin embargo, romo obselva Michelena, lo
vemos utilizado junto a la N, como por ejemplo en el bronce de Luzaga
p l' I>\1'VHI<', por lo que descartamos la igualdad Y~N.
Fletcher encuentra dificultades para otorgarle el valor de Y, al estima;r muy forzada la pronunciación en algunas ocasiones, como por
ejemplo en la lápida de Iglesuela del Cid. Pero si tenemos en cuentra
que puede estar compuesta de diversos elementos, entonces su lectura podría ser ¡
y en otros casos, como por ejemplo,
¡ft V 1'lf {E> /V y /'V
de Enserune, sea más difícil esta separación.
Nosotros leeríamos, pues Y¡<1 =Y! y traducíamos «a ti», «para th>.
La parte cmlral de la inscripción - TIKANTEG!AR-, nas ofrece, por
una parte -TIKAN-, que consideramos como sufljación de NERSE a
la manera de la estela III de Canet lo Roig con el SOSINTAKER, que
Fletcher paraleliza con el - TAKE saguntino y tarraconense y señala
su posible relación con el suf¡jo vasco -Tako =«para>>, «de». Los sufijos
vascos -Tik=«de», «desde», «por» y -Tikan=<
Homen[\je a P. lbarra Rui~. Elche. 1978. p. 7/9.
{3) Sobre la identificación de este signo, como Y, véase:
A. BELTRAN MARTINEZ: •Sobre la palabra ibérica Yh. VI C.A.S.E. (Aicoy,1950). Cartagena, 1951.
p 211/212.
M. BELTRAN LLORIS: «Problemas en torno el signo ibérico Y». Miscelánea Arqueológica, I. Barcelo·
na. 1974, p. 141-151.
- 184-
[page-n-213]
9
PE&A DE LAS MAJADAS
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- 185 -
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[page-n-214]
10
T C:ARRIÓN MONTARANA
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Fig. 6.
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[page-n-215]
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PE& A DE LAS MAJADAS
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Fig.7 .
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..........
Fig, 8.-La inscripción Ibérica a su tamaño y ampliada a doble tamaño.
-
187 -
[page-n-216]
l. SARRIÓN MONTAR ANA
nen valor derivativo de lugar y tiempo para efectos inanimados, sentido que no encaja con la inscripción. Exponemos simplemente estas
equivalencias fonéticas ya que no queremos entrar en el tema de posibles aua.lo,gías. Deducimo, pues, que a-TIKAN- debe corresponderle
un sentido de «por».
Sigue el -TEGIAR, que la conocida forma EGIAR, a la que se le
antepone en este caso la partícula DE/TE. Se identifica con el vasco
Egin=hacer. En Liria, tenemos ejemplos con TE y sin Te unida:
Liria
Liria
Liria
Liria
Liria
. . . . . . . . .. unscelTEGIAR
. . . .. . . . . caresbanite: EGIAR.
XL, 1 . . . . . . caresirte EGIAR
XL, 3 . . . . .. ebirte EGJAR
LXX . . . .... TEGIARginsi.
I
IX
Solamente repiten vocal XL, 1 y 3, pues IX va separada por puntos. La partícula DE/TE tiene personalidad propia como se comprueba
en múltiples ocasiones (4). En nuestra inscripción creemos que forma
nexo con ·EGIAR, pudiendo ser una desinencia que debe condicionar
al infinitivo EGIAR, y la interpretamos por D-EGIAR= «lo ha hecho»
(pasado próximo).
Resumiendo, propondríamos para nuestra inscripción la siguiente
interpretación:
A ti. hecho por Nertse
CONSIDERACIONES FINALES
Las conclusiones que nos sugieren estos materiales recogidos en
superficie es que nos encontramos ante un poblado que, por su situación geográfica, sufrió los avatares de las guerras ibero-romanas.
El hallazgo de restos atribuibles a la Edad del Bronce, los fragmentos datables en la Primera Edad del Hierro (cerámica excisa), la
cerámica ibérica antigua, nos hablan de una continuidad desde tiempos pretéritos.
La moneda celtibérica, la cerámica campaniense B y C, así como
sus imitaciones locales, nos indican una cronología que gira en torno
a mediados del s. I a. C.
Como nota adicional nos referimos a los posibles restos romanos
ubicados en el caserío de El Molinar. En Be gis son abundantes los hallazgos de esta época: lápidas funerarias, fortificaciones y el que ya
(4)
J. MALUOUER DE MOTES: d:pigrafla pralatina da la Península Ibérica-. Barcelona, 1968.
- 188 -
[page-n-217]
PE!:jA DE LAS MAJADAS
Alcácer {5) y posteriormente Brú i Vidal (6), calificaron de problemático acueducto romano, pero que siguiendo la canal de conducción de
agua se aprecia una pared propio de tiempos romanos. Todo ello da
testimonio de la importancia del lugar, a la cabecera del Palancia,
controlando los pasos de la Meseta hacia Sagunto.
(5)
J. ALCACER GRAU: •Exploraciones arqueológicas en Begls, Castellóo». Trab¡ijos Varios del.
S. I. P. niim. 10. Valencia, 1947, p. 45 y 4fi.
(6) J. BRU 1 VIDAL: •Les terres valencianas duran! J'epoca romana». Valencia, 1963, p. 161.
-
199 -
[page-n-218]
[page-n-219]
SARRI ON.- Peña de las Majadas
LAM. 1
Panorámica del llano de Barracas. desde la Peñascabia (1 .345 m.) de Bcgís. En medio.
Peña de las Majadas, de 1.081 m. s. n. m. ; abajo, El MolinM y confluencr,. rle la rambl~:
Orduña, o Agualobos. con el río Palancia
IFot o. Sarri6n)
[page-n-220]
LAM. 11
SARRION.- Peña de las Majadas
3
5
9
(1 / 2)
[page-n-221]
SARRION.- Peña de las Majadas
LAM. 111
(4/ 5)
[page-n-222]
SARRION.- Peña de las M ajadas
_ __
_
LAM. IV
.........._ , ~
3
1:
2:
3:
4:
M oneda de Meduainum.
Pasador de hueso. (56 nvn.)
Punzones de hueso. (ligeramente reduc idos)
Punzón con inscripción ibérica, a su tamaño y aumentado.
[page-n-223]
D. FLETCHER VALLS
(Valencia)
CINCO INSCRIPCIONES IBERICAS
DE LOS VILLARES
(Caudata da las Fuentes)
(Valencia)
El poblado ibérico de «Los Villares» se halla situado en término de
Caudete de Las Fuentes, pueblo de la provincia de Valencia, a unos 87
km. de la capital, sobre la carretera qUe conduce de las tierras bajas
del litoral a las altas de la meseta.
En él ha realizado el S. l. P. desde-1956 varias campañas de excavación, con resultados altamente satisfactorios, identificándose tres
nivelés de ocupación y obteniendo ricos materiales que se exponen en
el Museo de Prehistoria de Valencia (1).
En estos últimos años, al realizarse labores agrícolas en los viñedos próximos a la zona acotada por el S. I. P., han ido apareciendo
restos arqueológicos de diversa índole que, recuperados por sus descubridores, don Rafael Gabaldón, don Francisco Gabaldón y don Enrique Morán, fueron entregados por éstos al .S. I. P, para que en su día
pasen al Museo Local de Caudete de las Fuentes (2).
Entre estos materiales se encuentran cinco inscripciones ibéricas,
dos sobre cerámica, una sobre piedra y dos sobre plaD.chuela de plomo, todas ellas recuperadas por los señores Gabaldón, a quienes des(l) Una amplia información sobre este poblado, con bibliografta, en:
E. l'LA BALLESTER; «Nota preliminar sobre Los Villares (Caudata da las Fuentes, Valencia)•. VIl
C.N.A. (Barcelona, 1961). Zaragoza, 1962, págs. 233/239.
E. l'LA BALLESTER: (Villares.o. Gran Encldopadla de la Reglón Val(lllciano, vol. 12, págs. 234/235.
D. FLETCHER VALLS y E. PLA BALLESTER; «Cincuenta aii.011 do actividados del Sorvicio do Investigación Prehistórica ( 1927/1977)». Trabajos Varios del S. l. P. núm. 57. Valencia, 1977, págs .. 138/139.
121 En otro lugar de este vol. se da noticia de algunos de dlcbos materiales, estudiados por Gil-Mascarell y Pla Ballester.
-
191 -
[page-n-224]
2
D. FLETCHER VALLS
de estas líneas expresamos nuestro agradecimiento por su inestima~
ble colaboración.
Como en anteriores ocasiones, también a estas cinco inscripciones
les asignamos un número para su mejor identificación en futuros estudios.
VILLARES I
Fragmento de borde de tinajilla, de 7'7 cm. de longitud. Consta de
diez signos, ocho de ellos completos, más otros dos incompletos, a ambos lados del texto (Lám. l, 1 ).
Villarea 1 11111
... (BA)-L-E-R-TE : E-GI-A-R (BA) ...
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
El primer signo, roto en parte, pudiera leerse BA; el tercero lo leemos E, no obstante hallarse en el signo 6 otro tipo de E, duplicidad
que encontramos en otra_!~ ocasiones, tal coll!-o sucede en I:.iria XVI,
ECUEGIAR; Liria XX, NLESAR:E; Liria LII, ERIAR: BANCURS:AIDULECUTE. Formas diferentes que Beltrán Villagrasa y Beltrán Lloris
explican atribuyendo a la E de nuestro signo 3 el valor de larga (3).
También cabría leer este signo como CA, en razón de que a la supuesta lectura (BA)LERTE es dificil hallarle paralelos, mientras que si
admitiéramos (BA)LCARTE, tendríamos la réplica en el BALCAR, de
Sinarcas; BALCAR, de Ampurias; BALCAR, de Benilloba; BALCAcaldu:f, de Sagunto; bilosBALCARcais, de Azaila, etc., proporcionándonos un nombre propio que para Solá Solé (4) sería de origen semítico,
aunque no debemos olvidar las sugerencias referentes a un hipotético
vasco BALCA =«pueblo» o a BACALDUN = «soberano», (3) P. BELTRAN VILLAGRASA: rLos textos ibéricos da Liria~. Revista Valenciana da Filolog!a.lll.
1/4. Valencia, 1953, pág. 92.
M. BELTRAN LLORIS: tProblemas en torno al signo n. Miscelanea Arqueológica l. Barcelona, 1974,
pág. 145 y s •.
(41 J. M. SOLA SOLE: •Ensayo de antroponim.la fano-púnica de la Hlspania Antigua». Rivisto degll
studi orientali, XLII. Roma, 1967, págs. 305/322,
-
192 -
[page-n-225]
INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
'
La segunda parte del lettero, EGIAR, no ofrece dillcultades, pues
aparece frecuentemente en los textos ibéricos. Se ha supuesto que su
forma era GIAR, al señalarse que en el plomo de La Bastida de les Alcuses abundan los finales en -GIAR (5). Sin embargo, a la vista de algunos de los ejemplos que aducimos a continuación, hemos de admitir
la fo:rma EGIAR, como queda probado, además, por el texto que aquí
estamos reseñando, en el que se halla claramente separado de la palabra anterior por línea vertical de dos puntos. En algún caso se funde
la E de EGIAR con la última sílaba de la palabra anterior, principamente con TE. Por otro lado no siempre EGIAR realiza el papel de sufijo, como vemos seguidamente:
Liria I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . unscel'í.EGIAR
ll
VIII .................................... BEGIAR
» IX ............................ caÍ'esbanite:EGIAR
l>
XVI .....................•............ ecuEGIAR
» XVI ................................. cerniEGIAR
l>
XVIII ............ , ........... , . , , . bancusEGIAR
ll
XVIII ............ , . . . . . . . . . . . . . besurnincuEGIAR
>>
XL,l . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . careslrteEGIAR
>>
XL,3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ebfrteEGIAR
» XL,9 .................................... EGIAR
>>
LXX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . wtiscelTEGIAR
» LXXVI .... , •...•.............. , ... , gíscet:EGIAR
Peña de las M~adas (6) ... , . , , ......... nei'seticanTEGIAR
Moneda de Sagunto ........... , , . , ..... atsagiscuEGIAR
El Solaig . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . EGIARtone
Ullastret .......................... , ......... enEG!AR
En tres de estos ejemplos (Liria 1 y Liria LXX y Peña de las Majadas)
vemos cómo EGIAR se asimila al TE precedente; en otro caso (Liria VIII),
lo hace con BE, manteniéndose en la forma EGIAR en los restantes (7).
Obsérvese, además, que de todos los ejemplos aducidos, sólo en un caso,
Ullastret, el final no es R sino R.
Don Pio Beltré.n relacionó el EGIAR con el vasco EGIN = «hacen,
sugerencia que mereció la aprobación de los estudiosos. Nosotros suponemos, además, la posibilidad de que la alternancia EGIAR/TE15) R LAFON: «Deux nouvelles Jnscrlptlons Iberas en caracteres
3/4 Bordeaux, 1953, págs. 233/242.
grecs~.
Bul!etin Hlspanlque, LV,
16) l. SARRION: «La Pei\a de las Majadas (El Toro, Castellón)~. en este mismo vol.
17) Con respecto a Liria XX, que en au día leimos NLl!SAR, podrlamos reconsiderar si el signo 4, leido S, no pudiera ser GI algo deformado, en cuyo caso leerlamos EGIAR y no l!SAR.
-
193 -
[page-n-226]
'
D. FLETCHER VALLS
GIAR, ya vista por Tovar, se paralelizara con la alternancia vasca
EGJ/I'EGI, sin que prejuzguemos significados.
VILLARES Il
Fragmento de borde"de tinajilla, de 10'5 cm. de longitud. Consta
de doce signos completos y parte de otro inidentificable. (Lám. 1,2).
Su lectura podria ser:
Vlllan,s 11 (1/II
...TE
I-S-S-A-1-E-TA-R : A-TE-N (BA) ...
2 3 4
5
ti 7
-~~
-9-
- 10
n
12-
13
Encontramos dos SS seguidas (signos 3 y 4), pero de distinta forma, lo que nos hizo pensar, en principio, en la posiblidad de que el signo'3 fuera GI y la lectura, por tanto, IGISALETAR, recordándonos el
ebirGISALE de Liria VIII, pero también en Liria IX encontramos esta
misma duplicidad, BASSUMIN, con los dos tipos de S seguidos en el
mismo orden que en Villares II, y lo mismo ocurre con el ATI SS, de
Azaila. Por esta razón, hemos admitido para el signo 3 el valor de S,
sin descartar, por ello, un posible GI, ni tampoco que pudiera producirse una disimilación sS >NS o sS) RS (8), en cuyo caso tendrlamos
INSAL, IRSAL (coincidiendo con el IRSAL de Azaila). De todos modos,
sea cual sea la solución que se acepte (ISSAL, IGISAL, IN SAL, IRSAL),
lo que no hay duda es que el nombre terminarla en L, como en el ya
citado IRSAL de Azaila, como el BIU:ÉlTETEL, de igual procedencia, como el SAKAL-isker, en moneda de Cástula, etc. Sin embargo, es
final tan escaso que hizo pensar a don Pfo Beltrán que no había
ningún vocablo ibérico terminado en L. De ser así, tendríamos que
leer la segunda parte del letrero TARen lugar de ETAR, para que el
nombre fuera ISSALE (o cualquiera de las soluciones que se adopten),
(BI J. M. SOLÁ SOL:!;:: •Assaig d'interpretació d'algunes inscripcions lbilriques
punico. Oriens Antiquus, VII, 2. 0 Rom3, 1968, pá~. 284.
-
194 -
mitjan~ant
el fenici
j
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INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
'
poniéndose en relación con el SALE de Sigean. No obstante creemos
que debe leerse ETAR, tanto porque la forma es ésta como porque el
nombre ISSAL no lo consideramos ibérico, sino de estirpe semítica.
En el ya citado ETAR hallamos separado el último signo por ancha franja de pintura rojo-vinosa, prueba de que el motivo ornamental del borde de la vasija fue hecho con anterioridad al texto, y el escriba calculó mallos espacios, quedando laR separada del resto de la
palabra.
ETAR, que de acuerdo con la pronunciación vasca seria EDAR,
por precederle L, tiene valor étnico (9), aunque también se le ha atribuido otro significado (10).
Después de dos puntos sigue ATEN ... con restos de otro signo que,
muy hipotéticamente, podria ser BA, pensando para ello en Liria XI
con abarTANBAn. ATEN podría relacionarse con los finales ATEN/ATIN (ATAN de Enserune; acelnATEN, de la lápida de Valencia; balceADIN, iscerADIN, etc., etc.) llamando la atención la semejanza del
ETAR:ATEN ... de Villares II con el suisETARTEN, de la Turma Sallvitana. También a ATEN/ATIN se le atribuye valor étnico (11).
(9) J. CARO BAROJA: eS obro el vocabulario de la~ i.nscripc!ones ibérlcast. Boletln de la Real Acade·
mla Española, XXV. Madrid, 1946, pág. 177 y ss.
(101 J. VALLEJO: «Exploraciones ibéricas, IV•. Emerita, XXII. Madrid, 1954, pág. 239: «Este seria
uno de los nombres que eXpresan un cargo, una autoridad, un tratamiento y al mismo tiempo pueden emplearse como personales, Aloalde y alcalde1.
(ll) CARO llAROJA, a.c. nota 9, pág. 203.
-
195 -
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6
D. FLETCHER VALLS
VILLARES III
Dado de piedra, con perforación central, de 14x8 mm. y 2'5 gramos de peso. Se halla escrito en una de las caras superiores y en dos
de sus lados; una pequeña rotura dificulta su lectura (Lám. I, 3).
Cara superior. - Provisionalmente leeriamos:
-------
--=--~
--
Villares III (2/1)
A-E-(L o BA)-(E)-I-L-DU-N
123
46670
El signo 2 lo identificamos con la E larga de que hemos hablado en
Villares I; el tercero es muy dudoso, pudiéndosele interpretar como L
o como BA; el cuarto, asimismo dudoso, lo transliteramos por E, siendo los restantes cuatro signos de fácil lectura, con la duda en el séptimo entre CUy DU, aceptando la segunda posibilidad a pesar de ser
ovalado y no triangular, por ser frecuente la forma ILDUN en los textos ibéricos.
Tendríamos, pues, una primera parte de dificil lectura y que con
toda clase de reservas seria AELE, encontrándole paralelo en el AELO
de Ampurias.
La segunda parte del letrero, ILDUN, tiene su correspondencia
con nereiLDUN, de Sagunto (MLI, XXIII, de la que en la actualidad
sólo resta EILDY); bioSILDUN, de Serreta II (cuya primera parte la
relacionaremos con Villares IV); con aloi'ILDUN, de Fraga, lectura
que preferimos aJa dada de alofiLDUI; -pero también aparece al coA
rnienzo de palabra, como por ejemplo ILDUNiraenai,· de Serreta I e
ILDUNbaÍ', de Serreta IV. Tal vez pu4íera relacionarSe también con el
ILDUbeleS d€ Iglesuela del Cid y con el umariLLUM de la Turma Sall~
vitana, que bien pudieran ser fonnas evolucionadas de ILDUNbeleS y
-
196 -
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INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
'
umariLDUN. No nos atreveríamos a relacionarlo, a pesar de su atrayente semejanza, con el vasco ILLUN =«triste», ni con ILLUNABAÍ\ = «anochecen> (recuérdese a este respecto la semejanza con el
citado ILDUNBAR. de Serreta IV).
Caras laterales. - Nos ofrecen la siguiente lectura:
BA-1-N-W-BA-R / I-A?
123466
78
en la que el signo cuarto lo representamos convencionalmente por W,
ante la duda de su verdadero valor. Los signos 7 y 8, están en la cara
contigua, a continuación del sexto y su lectura es totalmente dudosa;
ignoramos si pudieron formar parte del texto anterior (con semejanza
con el WBARTIAigis del plomo de Castellón) o son el comienzo de otra
:palabra que no podemos completar o, fmalmente, si son continuación
de la cara superior.
Este letrero lo desglosaríamos en BAI NWBA:R o en BAIN WBAit
En favor de la primera solución está el no encontrar comienzos de palabra con BAIN y sí con BAI (BAI, BAiti, BAiteski, etc.) y que en ocasiones hallamos NWBAR. En favor de la segunda solución tenemos la
abundancia de finales en WBAÍt De todos modos creemos que debe
pensarse en una primera parte BAI.
De la segunda parte de este texto, ofrecemos algunos de los múltiples ejemplos que pueden aducirse:
Liria X ...................... BAINWllAÍI ( 12)
» XVIII ...................... WBARcus (dos veces)
» XXXII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . WBAÍl..e
» XXXVIII ................. biteWBAR
)) XL,l ..................... NWBAR
» LXXII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . teWBARese
» LXXV ................. baniteWBAR
» LXXVI , . . . . . . . . . . . balcebefeiWBAR
» LXXX ............... arBANIWBAR (13)
Plomo de Castellón ............... WBAÍUiaigis
Sagunto (sobre cerámica) ... BANibaWBAR
Alloza .... , , .. , , , . . . . . . . . . . o:itinteWBARsar
Sinarcas .. , , , , , ......... basibalcai'WBARwi
Enserune ................. itbauateWBARwi (14)
112) Completando la lectura qua débamos an dnscrlpdones ibérica~ del Museo da Prehistoria de
·Valencia». Estudios Ibérico~ 2, Valenci!l, H153, pág: li, 8. la ViSta 'del textO de Villareslll, coincidente
además con la lectura que diera Tovar en su «Léxico~, pég. 293.
(13) Posible error da! ascriba poniendo el trazo de la t sObra la N, ihirido lugar a la lectura BANI en
l\lger dQ BAlN~
(14) Obsérvense aquí las dos «fórmulas• WBAR y WI, juntB.s tal cOino las encon(rllDlos en Slnarcas.
-
'197 -
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D, FLETCHER VALLS
Esta «fórmula» WBAR ha sido relacionada por Tovar con el
UMARBELES y el UMARGIBAS de la Turma Sallvitana, al opinar que
el signo y tiene el valor de UM y que al preceder aBA da UMA ( UM
BA> UMA) (15).
En cuanto al BAI se le ha considerado origen semítico (16).
Sobre los dos signos, 7 y 8, ya hemos sugerido las posibles relaciones con el resto del texto. Si en lugar de IA pudiera ser r:R (ambas factibles por su difícil identificación) nos encontrariamos con una posible
relación con el texto de la cara superior, leyendo ILDUNII\ que se relacionaría con el ILDUNIRaenai de Serreta I, ya citado.
Respecto a la problemática del signo y hemos tratado en reciente
estudio (17), por lo que no consideramos oportuno repetir lo alll expuesto pero sí creemos conveniente insistir en las dificultades que
ofrece cualquiera de las soluciones dadas hasta el presente, siendo no
menos problemática la traducción de )"/'V por el vasco YI = «a ti»,
«para th>, puesto que, correlativamente tendriarnos que leer Y 1 ? como !BAR y traducirlo por el vasco !BAR =«ribera», «valle», «vega>>,
significado que no parece tener clara explicación a la vista de los muchos vocablos en que aparece la «fórmula>> WBAR.
05)
175.
116)
A. TOVAR: •Fonologla del Ibérlcot. Homenaje a Martlnat, tomo lll. La Laguna, 1962, plig.
soLA SOLÉ, o.c. nota a, plig. 234.
11 7) D. FLETCHER VALLS: «Grafito ibérico del poblado de La Balaguera (Pr;~bla de Tome'"· Castellón)•. Homenaje a P. !barra. Elche, 1976, pág. 7/9.
- 198 -
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INSCRU'CIONES DE LOS Vll..LAttES
VILLARES IV
Planchuela de plomo, discoidal, perforada, de 4 cm, de diámetro
máximo y 29'5 gramos de peso (Lém, II!. Escrita por ambas caras,
procedemos a su descripción:
r,, .
_..}.
/
'
VUiares rv 12/l/
Cara A. - En ella se identifican dos lineas de cinco signos cada
una, y otro pos-ible signo aislado en la parte inferior. Las letras están
fuertemente incisas, distinguiéndose con toda nitidez, aunque con alguna duda en cuanto a la identificación de varias de ellas, como indicamos seguidamente.
Nuestra lectura seria:
BI-L-0-S-TE 1 CE-i-A-N-A / TA
11345
67891011
haciendo algunas observacíones sobre tal lectura. Así, el signo cuarto
padiera leerse GI por su forma, pero atendiendo a la abundancia de la
palabra BlLOS, preferimos leerlo S. También el signo 5 ofrecla
dificultades de lectura en principio, pues semejaba una R, pero después de meticulosa limpieza y examen, se comprobó que es TE. El signo 6 ofrece, asimismo, dudas por estar surcado por un trazo en ángu·
lo que no acertamos a descifrar; tal vez su rama alta pudiera ser ca.
199
~
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;p. FLETCHEH VAU.S
sual, mientras que la descendiente debió formar parte del signo que
leemos CE. En cuanto al número 11 no sabemos si en realidad es la letraTA o simplemente una contrasella, coincidente con otra igual que
se halla en el mismo Jugar, pero en la cara opuesta. N o parece que
quede espacio después de los signos 5 y 1O para más letras.
De acuerdo con la lectura que hemos propuesto tendríamos tres
elementos en este texto:
BILOS TRCER ANA
BILOS aparece, como hemos dicho, en múltiples letreros, considerándosele nombre propio; aparece tanto al final como al comienzo de
palabra, según vemos por algunos ejemplos:
Ampurias,,,,,,,,,,,,,, ... , .. haiseBlLOS
Azaila , ...••• , . , •..•.. , . , , , • , . , , , :BlLOShalcarcais
Binefar ...... , ......... ,,,, ...... BlLOScefe
Enserune ..... , .. , ........ , , talscu.BILOS
Enserune ....... , , ...... , .... bosteBILOS
Enserune ......... , . . . . . . . . . . . . . . BILOStiba.S
Enserune ............. , ........ , , BILOSOhinhatwi
Rubí ..•........... , . , , , , . . . . . . . . BILOSticenar
Serreta li . .. . . . .. . . . . . .. .. . . . . . . BlLOSg
Serreta ll .. .. . .. .. .. .. . .. .. .. . .. BIOSildun
Turma SaiMtana ......... , • . . . . . . BlLUStilias
Pontós .. . . .. . .. . . .. .. . . . . . . . .. . BILOTICEREI
Obsérvese que Jos ejemplos aducidos de Binefar, Rubi y Pontós es~
tán muy cerca da Vlllares IV (BILOSTECERAN A - lllLOSCERE - BILOSTICENAR, BILOTICRREI).
Sobre BIOS escribía Lafon: «Bios recuerda el vasco BIOTZ,' lU~
HOTZ, «corazón», y el nombre de hombre aquitano BIHOXUS que de·
be relacionarse con la palabra vasca. Pero está: claro que no se puede
aflrma.r que la palabra ibérica sea idéntica al vasco» (18),
TECE:R podríamos Pll!alelizarlo con la moneda de olosTECER;
con ultiTECEl\ y argiTICER., deCastellón; BILOSTICEnar, de Rubí; isbetatTICER, de Ságunto; TICElisebos, de Luzaga; leosTICE:Rarwi, de
Sigean, biloTICEl\ai de Pontós, etc. TECER 1 TICER parece ser afijo
de un sustantivo, «elemento en los posibles antropónimoS», dice To~
var.
(181
l.AFON, o.c. ,e.ot!l S.
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INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
H
El final ANA, nos recuerda el AN AnoSarenwi, de Enserune; el
ANAKO de San Miguel de Sorba; el AN, de Azaila; el nANAbecatebiter, de Orley I, etc.
Tendríamos, pues, un nombre propio, BILOS, seguido de TECER,
que tal vez pudiera relacionarse con el vasco TEKO = «paraJJ, «de)), y
un final ANA, que nos recuerda, igualmente, el vasco ANA/ ANAl =«hermano)); el conjunto podría referirse a un ofrecimiento familiar (?).
El signo 11, aislado, ya hemos dicho que ignoramos si es la letra
TA o simplemente una contraseña.
Cara B. -Aparte de algunos trazos muy finos, que no interpretamos, ofrece en su parte alta derecha dos signos y en la parte b(\ja izquierda otro; coincidiendo con el signo 11 de la otra cara tenemos
otra X.
Leeríamos:
BA-N 1 A 1 TA
t
2
3
4
Poco podemos decir de este texto; sobre el BAN se ha escrito
abundantemente por diversos investigadores, habiéndosela dado diferentes significados ( 19).
VILLARES V
En prensa el presente artículo, nos trae don Francisco Gabaldón,
una nueva planchuela de plomo, escrita por ambas caras y aunque ya
prácticamente sin tiempo para dedicarle un detenido estudio, consideramos oportuno añadirla a este trabajo con el propósito de no demorar su noticia y que los especialistas puedan disponer a la mayor
rapidez de tan importante documento. Queden, pues, justificadas las
vacilaciones en su lectura y, el escueto comentario, compensados ampliamente por la pronta publicación del texto.
La planchuela, también procedente de Los Villares, mide en su estado actual 104 mm. de longitud, por 80 mm. de ancho, pero en su
forma originaria debió medir algo más de 11 O mm. si es válida la reconstrucción que hemos hecho del comienzo de las líneas 1.a y 4. 8 de
la que denominamos Cara B.
Cara A.-Su lectura es conflictiva y requerirá muchas horas de estudio para llegar a una interpretación satisfactoria, ya que, como hell El)
SOLA SOLE, o.c. nota 8, pág. 226 y ss.
- 201 -
[page-n-234]
D. FLETCHER VALLS
mas indicado, algunas zonas están en deficiente estado de conservación. Por ello nuestra interpretación queda supeditada a ulteriores estudios en los que tal vez pueda alcanzarse una lectura que difiera de
la nuestra en algún punto, posibilidad que de antemano aceptamos
(Lám. III).
El texto ocupa toda la superficie, por lo que hemos supuesto que el
documento comenzaba por esta cara para terminar en la siguiente.
Consta de nueve lineas con un total de 117 signos, varios de ellos de
muy discutible lectura, más cinco que hemos suplido y tres series de
trazos verticales en las lineas 2. 8 , 5. 8 y 8. 8 ,
Nuestra lectura es como sigue:
. Villares V · cara A
Linea 1. 8
Linea 2, 8
BI-L-0-S 1-U-N-TE S-A-L-1-R ['GA-N
1 2 3 4 5 6 7 a
~ 10 u 12 Ja
1-' 14 ~~
E-GA GA-IIIIIIIIIII E-L-E-R-TE
16
Línea 3, 8
17
24
Linea 4.'
19 20Zl 22
23
25 26 2728 2!1
31 J2
30
33
34 35 3637 38
JS
N-GA-N-TO-BA-N-TE 1-N-BE-L-E-TE-N-E
40
Línea 5.'
18
BA : S-A-L-I-R-BO-S-1-TA : S-A-L-1-BO-S
11
~2
13
14
45
46
47 48 49 50 51
52
53 54
1-BO E-GA-N-E-TE S-A-L-1-R GA-IIIIIIIII:
55
56
57
5B
59 60 61
52 63 64 65 66
-
202 -
67
[page-n-235]
13
INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
Línea a.a.
TI··BA-N-TE-BA : S-A-L-1-BO-S : E-TE-N-BI-L-0-S:
Linea 7.'
S-TE-N-TI-S-TE : A-R-A-BA-GI : BO-BA-IITI-N-BA1
6H
69 70
86 87
71
72
7J74757677 78
88 89 90 91
92 93 94 95
96
79
97
80 619.2 839485
99 99 .. ~00 101 10;:J
Línea B.a.
GA-N-E-GA : 5-A-L-I-R : GA-IIIIIIIIIII
Linea 9.'
BA ; 1-U-N-TI-BI-L-0-S-E
103 104 105 106
113
107 1(}8 109110111 112
!14 116 116 117 .Jl8 119 120 121 122
Consideramos conveniente hacer algunas observaciones a esta
lectura.
No e:rJste dificultad alguna en la lectura de la Linea l. a., pero faltando un trozo de planchuela es posible que se hayan perdido algunos
signos que nosotros, a la vista de la primera palabra de la Linea 8. a,
suplimos y leemos GAN, que al empalmar con el comienzo de la segunda Lillea constituiría la palabra GANEGA. Sigue una abreviatura
referente a algo relacionado con la serie de trazos verticales, de muy
dificil recuento, para continuar con un signo claro, E, y otros muy
confusos que interpretamos LERTE, aunque también podría ser
!BARTE.
La Línea 3.a comienza con un trazo vertical que leemos BA, quedándonos la duda de si es así o se trata de un numeral, ya que al faltar parte de la planchuela ignoramos si en la linea anterior habfa
otros signos que completaran, con la BA,. una palabra; el resto de la linea es de lectura clarísima, encontrándonos con dos vocablos, SALIRROSITA y SALIBOS que hemos de hallar repetidos en la otra cara del
plomo.
El comienzo de la cuarta linea debió formar parte del fmal perdido de la anterior, ya que comienza por NGA; siguen unos trazos confusos que interpretamos como TOBANTE/TIBANTE, recordándonos el
TIBANTE de la Cara B; otros dos signos parecen claros, IN, después
una zona erosionada en la que pudiera leerse BEL y luego, posiblemente ETENE.
Ignoramos si el comienzo de la Linea 5. 8 , IBO/ITA, se completaba
con el fmal, perdido, de la linea anterior. De ser ITA podría coincidir
con el BOSITA de la Línea 3. 11, y con la primera palabra de la Línea 2.a
de la Cara B. Los signos que siguen, EGANE, son claros, quedando la
duda con respecto a TE, ya que a la vista de la primera palabra de la
Línea 8. 8 , GANEGA, pudiera ser GA, leyéndose entonces EGANEGA;
sigue otro SALIR y una abreviatura, GA, y trazos verticales cerrándose la linea con puntos verticales.
La Linea 6. 8 se inicia con la palabra TIBANTEBA / TIBAITEBA,
desconociéndose si al fmal de la linea anterior pudo haber parte de
- 203 -
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"
D. FLETCHER VALLS
ella, formando una palabra al estilo del SALDUTIBAITE de Liria. Otra
vez se nos plantea aquí la duda de si el BA ha de considerarse como
un signo silábico,o como expresión de una unidad separada de lapalabra que sigue, SALIBOS, por puntos, de igual forma que hemos visto
en la Línea 3. 11 ; en la parte fmal de esta Linea 6.a leemos con claridad
ETE ... BILOS y con muchísimas dudas podríamos identificar una N
por lo que la palabra pudiera ser ETENBILOS, cuya primera parte,
ETEN, ya la hemos visto en la Linea 4. 11 y BILOS está en la primera y
última líneas de esta cara del plomo. La Linea se cierra con puntos
verticales.
La primera palabra de la Línea 7. 8 es STENTISTE, y aun no siendo rara la secuencia ST, ignoramos si se perdió parte del vocablo en la
línea anterior y pudo ser algo semejante a baSTEsilTIRTE de Liria
LVII. La palabra siguiente, ARABAGI, es de fácil lectura, pero no asi
la que cierra la linea, de la que hemos podido identüicar claramente
BOBA!, completándolo, por deducción, de acuerdo con el BOBAITINBA de la Cara B.
La penúltima línea se inicia con GANEGA, que nos ha servido de
modelo para la hipotética reconstrucción de la primera palabra de la
Linea 2. 8 ; sigue otro SALIR y una gran GA, supuesta abreviatura, seguida de trazos verticales.
La Linea 9, 8 comienza con el signo BA, separado de la palabra que
sigue· por puntos, identificándose IUN, después es muy problemático
si hay una 1 o una TI, leyéndose con dificultad pei:o con toda certeza
el fmal de la línea, BILOS, dando la impresión de que el texto de la Cara A, comienza y tennina con la misma frase, pero invertido su orden : BILOS !UNTE ~ALIR GANEGA y GANEGA SALIR IUNTI BILOSE.
Cara B. -Consta de cinco líneas con un total de cincuenta y nueve
signos, más ocho que suplimos y veinte trazos verticales en la última
línea. En cuanto a palabras disponemos de nueve completas y cuatro
incompletas, todas identificables, a excepción de una de la que, por
sólo quedar un signo, no nos atrevemos a reconstruir, y el último signo que lo consideramos una abreviatura en relación con los trazos
verticales que siguen, como ya hemos visto en la Cara A. (Lám. IV).
- 204 -
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li'ISCRIPClONES Pf. LOS V;LLAtU:S
La Jectura es clara, no existiendo dudas sobre la místna:
VillarGII V
Linea J.'
Linea 2.•
17 111 19
¡()
lS
21 22 23 24 U
21 28 29 30
BA : A·R·A·GA-R-E-R : BO-BA-l·TI-.:<1-BA
$!
Lfnea 4.'
»
"'O-BA-Il TI-N-BA : BA-R-E-R
S-A-L-I-R
Lt 2 ;..¡. 4 S e.
1
ll 'S ;Q
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(!lo-1!] I-TA : S-A-L-I-BO-S : E-TE-R-A-I
10
Linea 3.'
C&.fa
.?2 3S 34 35
30 31 98
39
40
41
4~
43
44
fS-A-Lli-R : DU-N-TI-BA-R-TE : BO-BA-1-Tl-N-BA
Lis 41; 47 111 49
50
!il ¡;;¡¡
53
1'14
55
s<.
;;1
&<> sll oo
61
Línea 5.' ·s-A-L I-R : GA-IIIIIII!Ill!Illl!III
filM 84•6$ 6$
&7
En la primera llnea hemos suplido los tres primeros signos por
considerar que la palabra es idéntica a la última de las Líneas 3 .'' y
4.', BOBAITINBA.
En la IJnea 2, 11 hemos suplido1 asinúsmo, dos signos, leyendo BO~
SITA. de acuerdo con lo ya visto en el texto A; leeríamos, pues, SALIRBOSITA SALIBOS, coincidiendo con la Linea 3.' de la Cara A.
En la Línea 3.•, el primar signo es BA, separado por puntos de la
palabra síguiente, volviéndosenos a plantear la duda ya expuesta de
sí es un flnal de palabra o un numeral, separado en todos las casos de
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"
D. FLETCIIER VALLS
la palabra que sigue por línea de puntos. El resto de la linea es de clara lectura, ARAGA:RER BOBAITINBA.
En la Línea 4. a suplimos los tres primeros, creyendo que la palabra sería SALIR, que tanto se repite en este plomo; seguiría DUNTIBARTE : BOBAITINBA, de fácil lectura.
En la Línea 5. 8 vuelven a aparecer SALIR y un GA de gran tamaño, seguido de veinte trazos verticales. Este signo GA, que venimos
considerando como abreviatura, es de distinta factura que el GJ\ de la
Línea 3, 8 e idéntico a la GA fmal de la Cara A.
Añadimos ahora algunos comentarios como complemento a los
expuestos anteriormente,
-BILOS: De esta palabra ya hemos hablado al estudiar Villares
IV.
-!UNTE: Recuerda el IUNTEgens de El Cigarralejo y tal vez pudiera tener alguna relación con el conocido IUNSTIR.
-SALIR: Aparece completo cuatro veces en la Cara A y dos en la
B, en la que hemos reconstruido otro, lo que totaliza siete veces esta
palabra. Se encuentra también, por ejemplo, en Orleyl I; en Serreta I;
en monedas de IltirSALIR, etc. Gómez Moreno apuntó la idea de que
el vasco SAL, SALERA, SALDU <
pensar también en SAL = <
poco en entredicho si tenemos en cuenta que en un plomo funerario
aparece la palabra SALIR
-GANEGA: Palabra que encontramos completa en la Línea s.a y
que hemos reconstruido en la 2.a, ambas en la Cara A. En Orleyl IV tenemos EGA, como palabra única sobre planchuela de plomo. En vasco
EKA = «UDO».
-GA: Signo quo se encuentra en tres ocasiones en la Cara A y una
en la B, seguido de trazos verticales. Lo conSideramos como abreviatura, como hemos dicho, de una palabra relacionada con las cantidades que se acompañan, pero sin poder identificar de qué se trata (GARI =«trigo»; GARAGAR =«cebada¡¡; GARIKO = «gavillal>,? Hasta
el presente conocíamos tres tipos de abreviaturas seguidas de trazos
verticales indicando cantidades, A, O, GI, según señalábamos en
nuestro estudio ·sobre Serreta IV (20); ahora hemos de añadir este
cuarto, GA, aparecido por primera vez, que sepamos, en Villares V.
-ELERTE / ELBARE: De lectura muy dudosa. ELERTE tendría
posibilidad de relacionarse con basEB.TE de Liria XL, 1, y con el etERTER de la moneda de Untikesken. El supuesto BARE nos relacionaría
(201 D. FLETCHER: •Nueva9 iuscrlpclonas lbéri~as de la región valenciana>. Archivo de Prehistoria
Levantina XIII. Valencia, 1972, pág. 119 y ss.
- 206 -
[page-n-239]
INSCRIPCIONES DE LOS VILLARES
con el BARER de la Cara B. En otros textos tenemos palabras que comienzan por BAR; en Orleyl I, tenemos BARI; en El Cigarralejo, EBARER; en un texto de la provincia de Castellón aparece BAREN que
podría, asimismo, relacionarse con el vasco BAREN. =«den troJ>.
SALIRBOSITA: Claramente formado por un primer elemento, SALIR, del que ya hemos hecho mención, y de BOSITA, que a su vez pudiera desglosarse en BOS e ITA. En la Cara B reconstruimos la primera palabra de la Línea z.a, a la vista de ésta de la que ahora estamos
hablando. El considerar como elementos independientes BOS e ITA se
justificaría por la palabra que sigue, SALIBOS, que vuelve a repetirse
en la Línea 6. a de la Cara A. Este final BOS se encuentra en un texto
aragonés, luBOS; en el elerga:itikBOS, de El Cigarralejo; en el arecoraticuBOS y ticerseBOS, de Luzaga; en una de las lecturas que propusimos de la fragmentada lápida de Caves de Vinromá, stagiBOS. Se encuentra, además, como comienzo de palabra, BOStebilos, de Enserune; BOScalirs y BOSberium, de Ullastret, y también en medio de vocablo, keiBOSter, por ejemplo. Tovar lo considera, en cuanto a sufijo,
como dativo o ablativo del plural.
-NGANTIBANTE 1 NGANTOBANTE: La N inicial tendría que formar parte de una palabra perdida de la Línea anterior. A pesar de parecer TO nos inclinaríamos a leer TI que es de más fácil localización
en otros textos. TIBANTE lo vemos en la Línea 6. 0 de la Cara A, que
podría relacionarse con el DUNTIBARTE de la Cara B. En Liria IX tenemos salduTIBAITE; en Liria XXXVII, TIBAITE y en Liria LIII,
BANTE y BANTibate. GAN lo hemos visto repetido en la Cara A del
plomo.
-IBO 1 ITA: En la forma IBO no hemos encontrado ningún paralelo; sin duda, una más detenida exploración daría resultado positivos.
De leerse ITA, tendríamos un final igual al de BOSITA.
-STENTISTE: Pudiera faltar el comienzo de la palabra y ser algo
as1 como el basTESILTIRTE de Liria LVII, como hemos hecho referencia anteriormente.
-ARABAGI: Se aseineja al AÍtBIGIÉl de Ullastret. ARABAKI y
ARABEGI son palabras vascas cuyo significado no sabemos si pudiera
relacionarse con el ARABAGI de Villares V.
-BOBAITINBA: Aparece dos veces completo en las Líneas 3. a y
4. a de la Cura B e incompleto y restaurado por nosotros en la Linea l.a
de dicha Cara y en la Línea 7 ."de la Cara A. Como paralelos podemos
citar el BOBAITINen del plomo de Liria; el BAITINBAN, de Liria XL,
11; BATIN, de Monravana; bastaiBAITieBA, de El Solaig; BAITI, de
Azaila, etc. Nos recuerda la palabra vasca BAITIN. =(\SegurO>).
-ETERAI: En la Cara A tenemos un ETENE y un ETEN (?).En la
-
207 -
[page-n-240]
"
D. FLETCHER VALLS
lápida de Sagunto tenemos ETER; en El Solaig, ETEsilir; en Abengibre, keRAI y, asimismo, el flnal-AI lo encontramos en varias ocasiones en otros plomos. En vasco EDER = «hermosm> y EDERKAI = «adorno)),
-ARAGAÍ\ER: Su comienzo, ARA, es como el ya visto ARABAGI.
En el plomo de La Bastida se ha querido leer bisibaDARAGAR. En Serreta I, GARokan y baGARok; en un texto de la provincia de Castellón
se lee A:itiGA:ft, a la vista del cual, hemos de suponer que en la pala-
bra que aquí estamos reseñando, el final -ER tiene valor de sufijo.
-DUNTIBARTE: Ya hemos hecho referencia de él al hablar de TIBANTE. En vasco a DUN se le atribuye carácter de posesivo; a TI el
de abundancia o conjunto; a BAITU, el de hipotecar, significados todos ellos que tal vez pudiera aplicarse a esta palabra, teniendo en
cuenta el aspecto de operación comercial que ofrece el texto.
Villares V se presta a muchas más enjundiosas observaciones, pero ante la premura de tiempo no nos ha sido posible extendernos más,
como hubiera sido nuestro deseo. Confiamos que los especialistas rectifiquen y amplíen los anteriores comentarios y saquen un mayor provecho al estudio de este interesante documento.
UNAS NOTAS FINALES
En los cinco textos reseftados hemos identificado varios nombres
propios; de e11os, BILOS y BAI son conocidos por otros muchos letreros; ISSAL {o sus variantes) podrla relacionarse con un nombre púnico {¿o también con el vasco ITZAL =<
persona y de sustantivos relacionados con la operación comercial que
parece reflejarse en este texto.
Con respecto a los posibles sufijos, los hemos ido relacionando con
una muy amplia área de dispersión. Esta relación de sustantivos y_ sufijos de Los Villares con los de otros muchos puntos del territorio ibérico, muy especiahnente con Liria, nos prueba que, al menos en los siglos II y I a. C , la lengua ibérica se hablaba en una amplia zona en la
que hemos de incluir el poblado de Los Villares de Caudete de las
Fuentes.
-
20!l -
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FLETCHER.- Inscripciones de l os Villares
LAM. 1
2
1
'\
. \
3
1.- Los Villares 1 (t . n.)
2.- l os Villares 11 (t . n.)
3.- l os Villares 111 (a doble tamaño)
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l.l.' i' . "".
l.i
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[page-n-242]
FLETCHER.-Inscripciones de Los Villares
LAM. 11
[page-n-243]
PERE PAU RIPOLLES ALEGRE
RAUL GOMEZ GARCIA
{Valencia)
HALLAZGOS NUMISMATICOS EN CAMPORROBLES
Camporrobles es un municipio situado en el extremo Noroeste de
la altiplanicie de Utiel, en el limite con la provincia de Cuenca. Posee
una altitud de 908 metros. Su término está comprendido entre los 39°,
34' - 39°, 48' de latitud Norte y 1°, 14', 35"- 1°, 38' de longitud Oeste (1 ). En su costado Este se alza la sierra de Bicuerca cuyas alturas
principales son el cerro Majuelas (1.106 m.) y Cardete ( 1. 128m.). Por
el Sur penetra otro sistema montafioso, dentro del cual se hallan corno
máxima elevación la Piñarona (1.028 m.), el pico del Aguila (841 m.),
la Cagarruta (886 m.) y Presilla (1.032 m.). En el Noroeste se alza el
Molón, vértice geográfico con una altitud de 1.124 m., desde donde se
contempla un amplio y sublime panorama.
Un riachuelo, que recibe el nombre de Madre, recorre el término;
aquel se forma en la parte sur de la villa y recibe el aporte de varios
barrancos (2).
Las tierras que conforman este municipio son en su mayor parte
cultivables. Abunda el cereal y la vid; siendo algo menos importantes,
aunque de consideración, las tierras de pasto.
Los hallazgos numismáticos realizados en esta zona provienen
fundamentalmente de tres lugares: la cima del monte Molón, en donde se asienta un importante poblado ibérico, y sus alrededores como
la partida denominada el Campillo que recibe los arrastres de éste; la
111
/21
"
Instituto GeoJlráflco y Catastral, hqja 693.
Gran Enciclopedia de la Región Valenciana, T. Il, Valencia, 1973, págs. 318-3!9.
- 209 -
[page-n-244]
P. P. RIPOLLÉS ALEGRE y R. GúMEZ GARC!A
2
Balsa situada al Noroeste del casco urbano y en la que superficialmente se encuentran fragmentos de tégulas romanas y cerámicas sigillatas preferentemente claras; fmalmente, la Vereda, partida situada entre el pueblo y la aldea de Loberuela.
CATALOGO
El Molón
l.
AS de CELSE (Lám. I, 1)
A.-Cabeza varonil a la derecha; rodeada de tres delfines, delante dos y detrás uno.
R.-Jinete con palma a la derecha. Entre las patas del caballo:
1\ S~
<
Peso: 12"17 g.
Módulo: 27 mm.
Grosor cospel: 3 mm.
Posición de cuño: 9
Conservación: S1n g~atar
Ceca; Celsa
Epoca: ¿J00-80 a. C.? (3)
Referencia: Variante de VIves LXI,B (4)
2.
AS de BELIGIOM
$?
A.-Cabeza viril a la derecha; detrás:
R.-Jinete lancero a la derecha. Entre las patas del caballo:
1H f4".J' H'f
Pe5o: 8'62 g.
Módulo: 24'35 mm.
Grosor cospel: 2'75 mm.
Posición de cuño: 3
Conservación: Algo gastadll
Ceca: Beligiom
Epoca: ¿100·80 a. C.?
Referencia: Vives, XLIV, 2 151
(3) La cronologla de la monedas Ibéricas, eJtcepto en las que se indique lo contrario, se ha tomado
de: O. GIL FARRES: ~La Moneda Hlspé.nica en la Edad Antigua~~, Madrid, 1966.
(4) A. VIVES Y ESCUDERO: •La Moneda Hlspé.nlcal, Madrid, 1926.
151 Esta moneda fue publicada por F. MATEU Y LLOPIS: mallatgos Monetarlos. XXlb. Numisma
XXII. n.' 114/119. Mudrid, 1972, pág. 138, n.' 1.415.
-
210 -
[page-n-245]
'
HALLAZGOS NUMISMÁTICOS
3.
AS de BILBILIS (Lám. 1,2)
r
A.-Cabeza varonil a la derecha. Detrás:
R.-Jinete lancero a la derecha. Entre las patas del caballo:
Nf'l'l"$
Peso: 10'19 g.
Módulo: 28'6 mm.
Grosor cospel: 2'5 mm.
Posición de cufio: 12
Conservadón: .llast~nta ga!ta.da
Caca: llllbilis
Epoca: ¿B0-72 a. C.?
Referencia: Vives, LXIII,9
4.
SEMIS de CASTULO (Lám. 1,3)
A.-M POP 1 ILLI M F
Cabeza varonil laureada a la derecha.
R.-Toro parado a la derecha. En el exergo: P COF. A la derecha y arriba: STA/ RE F
Peso: 6'42 g.
Módulo: 23'45 mm.
Grosor oospel: 3'2 mm.
Posición de cuño: 2
Conservación: Algo gastada
Ceca: Cástulo
Epoca: ¿Desda antes del 49 a. C.?
Referencia: Vives LXX1,6
5.
¿AS de SECAISA?
A.-Cabeza varonil a la derecha.
R.-Jinete a la derecha.
Peso: 20'5 g.
Módulo: 30'15 mm.
Grosor cospel: 5'7 mm.
Posición de cufio: 11
Conservación: Casi frustra
Epoca: ¿Segunda mitad del siglo II? l6).
j6) J. C.-M. RICHARD y L. VILLARONGA: •Recherches sur les litalons monlitalres en Espagne et en
Gaule du Sud antérieurement a l'lipaque d'Auguste.-, Meianges de la Casa V~lázquez, IX, 1973, págs. 122
y 126.
- zu-
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'
P. P. RIPOLLÉS ALEGRE y R. GÓMEZ GA.RCÍA
El Campillo
l.
AS de CELSE (Lám. 1,4).
A.-Cabeza varonil a la derecha; rodeada por tres delfines,
delante dos y detrás uno.
R.-Jinete con palma a la derecha. Entre las patas del caballo:
~
Pesa: 10'03 g.
Módulo: 26'9 mm.
Grosor cospel: 3 mm.
Posición de cuño: 7
Conservación: Bastante gastada
Ceca: Celse
Epoca: ¿80·72 a. C.?
Referencia: Vives LXII, 7,
La Vereda
l. AS de CASTULO (Lám. 1,5).
A.-Cabeza diademada a la derecha; delante creciente.
R.-Esfmge a la derecha; delante una estrella. Gráfila de
puntos.
Peso: 11'63 g.
Módulo: 26'35 mm.
Grosor cospel: 3'4 mm.
Posición de cuña: 2
Conservadón: Bastante gastada
Ceca: Cástula
Epoca: Alrededor del 91 a, C. (7).
Referencia: Posible Vives LXIX, B.
La Balsa
!.
SESTERCIO de LUCIO YERO (Lám. 1,6)
A.-L VERVS AVG ARM PARTH MAX
Busto harbado y vestido a la izquierda.
R.-Leyenda ilegible.
Cuadriga a la izquierda.
Peso; 37'1 g.
Módulo: 37>'1 mm.
Grosor cospel; 5'9 mm.
Posición de cuño: 11
Conservación: Bastante gastada
Epoca: 161-169 d. C.
(71
J. C.-M. RICHARD y L. VILLARONGA, op. cit. pé.gs. ll7·li8 y 126.
-
212 -
[page-n-247]
HALLAZGOS NUMISMATICOS
2.
5
ANTONINIANO de GALIENO (Lém. I, 7)
A.-GALLIENVS AVG
Busto radiado y barbado del emperador a la derecha.
R.-NEPTVNO CONS AVG
¿Hipocampo? de pie a la derecha.
Pe!o: 2'5 g.
Módulo: 18'35 mm.
Grosor cospel: 1'8 mm.
Posición de cuño: 5
Conservación: Algo gastada
Epoca: 253-260 d. C.
3.
AE 4 de CONSTANTINO I
A.-CONSTAN ... AVG
Busto diademado y con coraza a la derecha.
R.-GLDR 1 lA EXERC 1 ITVS. En el exergo: SMNB
Dos soldados de pie apoyándose en sus lanzas y entre
ellos un estandarte.
Peso; 1'45 g.
Módulo: 14'75 mm.
Grosor cospel: 1'Jij mm.
Posición de cufto: 12
Conservación: Bastante gastada
Ceca: Nlcomedla
Epoca: 335-337 d. C.
Refel'l:!ncia: LRBC,J 1125 18).
4.
AE 3 de DECENCID (Lám. 1,8)
A.-DN DECENTIVS CAE~AR
Busto del emperador 'a la derecha, con coraza.
R.-VICTORIAE DD NN AVG ET CAES. En el campo IS. En el
exergo: SAR. Dos victorias enfrentadas, manteniendo un
escudo en el que se halla inscrito: VOT 1 V /MVL 1 X
Peso: 3'36 g.
Módulo: 20'55 mm.
Grosor cospel: 1'5 mm.
Posición de cuño; 1
Conservación: Bastnnte gastada
Ceca: Arlés
Epoca: 351-353 d. c.
Referencia: LRBC II, 438.
(8)
P. V. HILL, J. P. C. KENT Y R. A. C. CARSON; li,ata Ruman Brunca
- 213 -
Coinaga~.
London, 197l.
[page-n-248]
6
P. P. R1POLLÉS ALEGRE y R. GÓMEZ GARCfA
s·:
AE 3 de TEODOS!O {Lám. 1,9).
A.-... DO / SIVS PF AVG
Busto diademado y con manto del emperador a la derecha.
R.- ... ROMANORVM. Exergo ilegible.
El emperador de pie a la derecha, manteniendo un globo
con su mano izquierda y un lábaro en la derecha.
Peso: 4"26 g.
Módulo: 20'25 mm.
Grosor cospel: 2 mm.
Posición de cuño: 6
Conservación: Bastante gastada
Epoca: 379-395 d. C.
6.
AE 4, casi frustro, situable en la 1.a mitad del siglo IV.
Existe, además, en los ficheros del Servicio de Investigación Prehistórica de Valencia (9) noticia acerca del hallazgo
de:
Una moneda de Bilbilis y otra de Cástula (Vives LXXI,
2) (lO) encontradas por el señ.or Estrella en uD monte
cercano a la población. Probablemente sea el Molón.
Un as de SECAISA (Vives LXV, 6) procedente del Molón.
CONCLUSION
Evidentemente es muy exigua la cantidad de monedas que aqui
presentamos para que se pueda apreciar una tendencia o relación hacia una zona geográfica determinada, en lo que a circulación monetaria se refiere; máxime cuando el periodo cronológico es tan amplio,
dado que incluye desde monedas ibéricas, casi en su totalidad del
periodo semiuncial, hasta diminutos bronces del Bajo Imperio. A pesar de ello, existe un claro predominio por parte de las cecas del Valle
del Ebro, con un'7o% del total de monedas, correspondiendo el restante 30% a la ceca de Cástula, situada en la Alta Andalucía (11).
(9)
Agradocemos de su director, D. Fletcher Valls la
gentile~a
de habernos facilitado eeta informa-
ción.
(101 Esta moneda ha sido reseñada por F. MATEU Y LLOPIS: «Hallazgos monetarios lXXI)>. Numlsma. XXI, núms. 108/113, Madrid, 1971, pág. 193, n." 1.311.
(ll) Debemos tener en cuenta que una de estas plazas, el semh, pertenece a un momento cronológico sensiblemente posterior a las restantes.
-
214 -
[page-n-249]
HALLAZGOS NUMISMÁTICOS
7
La paralelización de estos hallazgos monetarios con los que se vienen realizando en el importante yacimiento de Villares (Caudete de
las Fuentes), situado en esta misma comarca, puede ayudarnos a corroborar estas débiles apreciaciones, o por el contrario proporcionarnos una visión totalmente distinta. En este yacimiento (12) las cecas
representadas son sensiblemente diferentes de las que aparecen en
Camporrobles, existiendo un alto porcentaje de piezas pertenecientes
a cecas del litoral valenciano (Arse, Valentia y Saitabi) y, en cambio,
es mínima la existencia de cecas del Valle del Ebro. Tan sólo algunos
ejemplares de Cástula hacen que el porcentaje de las cecas valencianas no sea tan elevado.
Queda, por tanto, atestiguada una diferencia considerable, que no
se descarta que pueda ser fruto del azar. No obstante, cabe la posibilidad de que esta distribución de cecas sea síntoma de un cambio de influencias y relaciones. Aunque coinciden, a unos niveles muy débiles,
en los contactos mantenidos con la Alta Andalucía, el resto de las cecas en una y otra población son diametralmente opuestas.
Esperamos que futuros hallazgos numismáticos en la zona de
Camporrobles aclaren ostensiblemente este panorama.
1121 F. MATEO Y l.LOPIS: •Hallazgos Monetarios. XVh. NumHio Hispánico, VII. Madrid, 1957,
pág. 178, n.' 95~ y •Hallazgos Monetarios. XX•. Numario Hispánico, XI. Madrid, 1967, pág. 53, n.'
1.173-l.l74.
E. PLA BALLESTER: «Actividades del S.I.l'.•, Archivo Prehistoria Levantina IX, Valencia, 1961,
pág. 235.
E. PLA BALLESTER; 1Nota preliminar sobre los Vlllares (Caudete de las Fuentes)• VII C. N. A. lB arce·
lona, 19601, Zaragoza, 1962, pág. 236.
F. ALMARCHE: •La antigua civili.o:ación ibérica en el Reino de Valencia>, Valencia, 1918, pág. 99.
-
215 -
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1
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LAM. 1
RIPOLLES -GOMEZ.- Hallazgos numismáticos
1
5
8
9
1-3: El Mol6n; 4: El Campillo; 5: La Vereda; 6-9: La Balsa
(t. n.)
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[page-n-253]
C. ARANEGUI GASCO
(Valencia)
HALLAZGO DE UNA CABEZA ESCULTORICA
EN LA CIUDAD DE JATIVA (Valencia)
El día 11 de enero de 1974 se recibió en el Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia la notificación del ha-
llazgo de una cabeza escultórica en el curso de la realización de unas
construcciones situadas entre la calle Vernisa y la calle Nueva en la
ciudad de Játiva, Con este motivo el director del mencionado Servicio, nos encargó que nos desplazáramos a Játiva para comprobar la
identidad de la pieza y las circunstancias de su aparición.
La cabeza estaba depositada en el Museo de Játiva. Se trata de
una pieza esculpida en piedra caliza de las canteras del Vernisa, en
deficiente ,estado de conservación, con una altura máxima de 19
cms., 12 cms. de amplitud en la parte correspondiente al peinado y
16'5 eros. en el eje anteposterior, teniendo un perímetro máximo de
44 cms. a la altura de la nariz. Es una representación femenina cuyas características formales más destacadas vienen dadas por los
rasgos siguientes: peinado logrado mediante incisiones en zig-zag que
forman un trenzado en franjas horizontales en número de cinco, que
ciñe el cráneo y pasa por encima de las orejas. Ojos almendrados rasgados con indicación del párpado y debajo de una línea que señala el
volumen correspondiente a la ceja. Nariz mal conservada pero que
mantiene la tendencia recta del perfil griego. Boca pequeña y cerrada, con rictus suave que dota a la cabeza de la expresión propia de la
escultura griega arcaica. Mentón firme, redondeado y orejas grandes,
destacadas en su parte superior y prolongadas en lo que corresponde
al lóbulo, con indicación de un pendiente o arracada anular en la me
- 217
[page-n-254]
2
C. ARANEGUI GASCÓ
jor conservada de las mismas. El óvalo de la cara se caracteriza por el
predominio de la dimensión longitudinal y la expresión del conjunto
puede ser calificada de severa (Lám. I y II).
La parte posterior de la cabeza está simplemente desbastada lo que
permite suponer que la escultura formó parte, en su día, de un alto relieve o conjunto más amplio.
Toda la pieza está trabajada en planos amplios que se completan
mediante incisiones especialmente efectistas en la zona del peinado,
los ojos y las orejas. El resultado fmal está condicionado por la mala
calidad de la piedra empleada y por el tratamiento burdo de la misma.
Apareció la escultura al iniciar la construcción de un edificio, en
las afueras de la actual ciudad, entre la calle Vernisa y la calle Nueva
(ver plano), en el área próxima a la puerta de la Almetla, correspondiente al lienzo de muralla medieval que recorre la ladera del Castillo
de Játiva, considerada solar de la antigua ciudad ibérica, después romanizada; en esta zona fueron encontradas muchas inscripciones romanas (1) y, por su topografía, puede ser considerada como dentro de
las últimas estribaciones de la ciudad ibérica que se escalonaba a lo
largo de la pendiente o bien de la población-romana consecutiva que
fue desplazándose hacia la actual localización de la ciudad. Es
también posible que hayan llegado a este lugar materiales por rodamiento dado el desnivel existente.
Los hoyos de cimentación en donde se dio el hallazgo proporcionaron, además, algunos materiales que, en parte, fueron entregados
al Museo de Játiva, en-donde nos fueron mostrados. Predominan los
fragmentos de cerámicas comunes medievales y modernas, con algunos ejemplares de cerámicas vidriadas en verde y blanco y un fragmento de taza con decoración a base de flores ocre con hoja verde.
Hay fragmentos de ollas con esmalte vidriado marrón en su cara interna, fragmentos de asas y de cerámica común, a veces estampillada, siguiendo modelos de amplia perduración entre las cerámicas locales. Correspondientes al período cronológico romano se cuentan
fragmentos de tégula plana y de ímbrices, asi como varios de ánforas
de entre los que destaca un borde de barro amarillento y forma acampanada que puede encajar tipológicamente dentro del grupo 7 de Larnboglia (2), que incluye las formas 7 a 10 de Dressel y que corresponde
(1) A. VENTURA CONEJERO: «Játiva Romanao, Trahl\loB Vlil'ios del S, l. P. mlm. 42. Velenda,
1972, pág. 3 l.
(2) N. LAMBOGLIA: ~Sulla cronologia delle anfore romane di está repubblicana {II-I secolo a. C.)>.
Rivista di smdi Liguri, XXI, Bordighera, 1955, p~g. 247.
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l?hma parcial de Játiva
l.-Plaza del Españoleta. 2.-Plaza del Trinquete. 3.-Calli> del Vemisa. 4.-Calle Nueva. 5.-ll/luralla. S.-Puerta
d Lugar del hallazgo.
*
..
[page-n-256]
'
C_ ARANEGUI GASCÓ
a la forma 1 de M. Beltrán (3), con una datación centrada en la primera mitad del siglo I de la Era. De especial interés resultaban dos fragmentos de piedra de la misma calidad de la escultura, uno en forma
de mojón de sección cilíndrica, de 35 eros. de alto, con la parte que
debía estar hincada en la tierra de menor diámetro y una hendidura
transversal de 8 cms. de ancho en la parte superior, como para ajustar en ella una pieza de madera o similar; la otra tiene forma prismática, 18 cms. de altura, 15 cms. de grosor, 16 de amplitud máxima y 9
de amplitud mínima, con una escocia muy desgastada en la parte central; ambas pudieron haber servido como elementos de construcclón,
aunque su estado de conservación no permite aproximaciones más
concretas.
Desplazándonos al lugar del hallazgo pudimos comprobar que la
profundidad alcanzada por las obras de cimentación era de alrededor
de 1 m. y recogimos superficialmente algunos fragmentos de los que
destacamOs uno de borde de pátera de cerámica campaniense de la
forma 36 de Lamboglia, de pasta anaranjada y barniz negro y brillante aunque muy perdido; es el úriico testimonio con una fecha clara antes de la Era. Un fragmento de cerámica común de paredes finas que
imita la forma 24/25 de Dragendorff, un fragmento de estuco pintado
en rojo con una banda en gris limitada por los filetes de color ocre y
varios fragmentos de vasos comunes, indican la existencia de unos niveles arqueológicos, aparentemente muy mezclados, con restos de
materiales de construcción, que se escalonan desde la época prerromana hasta la actual.
Dentro de este contexto, los paralelos estilísticos que la cabeza en
sí permite, nos conducen a relacionarla con la plástica ibérica que,
dentro de la escultura en piedra, nos ofrece algunos puntos de comparación. El aspecto general de la pieza, su tamaño, proporciones, etc.,
nos llevan a citar otro hallazgo recieri.te que tuvo lugar en el Corral de
Saus {Mogente, Valencia) {4); la damita que conserva la cara, muestra
un 'óvalo similar a la cabeza de Játiva, con el mismo rictus, aunque
está labrada en piedra de calidad superior y su estado de conservación es mejor. Entrando en los detalles que componen la figura, puede
citarse Ja presencia de la oreja con lóbulo alargado y pendiente en forma de aro en la cabeza masculina de la placa de La Albufereta (Ali-
131 M. BF.I."J'RI\N LLORIS: •Las ánforas romanas en Españao. Zaragoza, 1970, págs. 388 y >S.
141 D. FJ,E'l'CHER y F.. PLA: •Las esculturas en piedra de El Corral de Saus (Valsncial~. Bellas Artes
74, afio V, núm. 36, oct. 1974, Valencia, 1974, págs. 38 y 39.
D. FLETCHER y E. PI.A: ~Cincuenta años de actividades del Servicio de Investigación Prehistórica
(1927·19771». Trabajos Varios del S. l. P., núm. 57, Valencia, 1977, pág. 133.
·-
-
220 -
[page-n-257]
CABEZA ESCULTÓRICA DE JÁTlVA
cante) (5). La utilización de incisiones angulosas para lograr el efecto
del trenzado del cabello la vemos en la cabeza D. 98-42 de la antigua
Colección Velasco del Museo Arqueológico Nacional (6). En realidad
esta obra, dejando al margen el carácter tosco de su materia y realización, nos lleva a reconocer la perduración de una corriente local relacionada con el arcaísmo griego que ya dio lugar a que García y Bellído mencionara la posibilidad de un «pseudo-arcaísmm> (7) en esta
manifestación de la Cultura Ibérica, corriente que tiene su mejor
ejemplo en la <(koré» de la provincia de Alicante consevada en el Museo Arqueológico de Barcelona, cabeza de una categoría muy superior
a todas las citadas.
Cronológicamente, no tenemos datos suficientes para dar una fecha absoluta a la pieza que nos _ocupa ya que las consideraciones estilísticas no proporcionan una base documental suficiente para ello.
De los paralelos aquí citados, la damita del Corral de Saus cuenta con
una cronología «ante querm>, ya que fue reempleada como sillar en
una sepultura ibérica del s. IIf a. d. C. o posterior. La placa de La Albufereta apareció en una tumba con cerámicas del s. IV a. d. C. y es
alrededor de esta centuria donde, a nuestro juicio, encajaría mejor la
cabeza que estudiamos, ajena por completo a las influencias romanas
que reflejan otros conjuntos escultóricos del mundo ibérico, ya en una
etapa iberorromana.
151
pleta.
E. A. LLOBREGAT: •Contestania ibéricaJ. Alicante, 1972, págs. 150 y 151, con bibliografía com-
\6) A. FERNANDE7. AVILES: ~Escultura del Cerro de los Santos. La Colecc!6n Velasco (M. Antropológico), en el Musco Arqueológico Nacionab. Archivo Esprul.ol de Arqueologla, XVI, Madrid, 1943, pág.
351, figs. 7 a 10.
(7) A. GARCIA Y BELLIDO: •Do escultura ibérici!-'. Archivo Español de Arqueologla., XVI. Madrid,
1943, pág. 272.
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ARANEGUI.-Cabeza escultórica de Játiva
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ARANEGUI.-Cabeza escultórica de Játiva
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CARMEN ARANEGUI GASCO
(Valencia)
UNA TE.JA CON MARCA L. iiERENNI DEL POBLADO
DE SANT ANTONI (Bocairent, Valencia)
El poblado del cerro de Sant Antoni (Bocairent; hoja 820 del
mapa del Instituto Geográfico y Catastral. a escala 1 :50.000) está situado en el límite sur de la provincia de Valencia, a 3 kilómetros de
Banyeres (Alcoy, Alicante), al lado de la carretera que desde Bocairent conduce a Villena y detrás de la masía denominada La Llidonera, aunque en terrenos pertenecientes a a la masía de La Linda. En él
se hicieron prospecciones por parte del señor Ponsell, pero no existe
noticia publicada acerca del mismo.
Ofrece materiales ibéricos y romanos, destacando entre los pri-
meros alguna pieza cerámica con decoración geométrica y floral, así
como un fragmento de borde de cerámica del tipo campaníense A de
una posible forma 2 6 de Lamboglía ffig. 1, 1 ) que constituye la única
pieza importada de época republicana de que tengamos noticia. Sin
embargo, el objeto de esta nota es dar a conocer una pieza de época
romana que es upa tégula con la estampilla L. HERENNI, entregada
al Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia
por don Juan Pastor. Este hecho motivó nuestro desplazamiento al lugar en compañía del descubridor del hallazgo y de B. Martí Oliver, y
la prospección del mismo, sacando la impresión de que en el poblado
los materiales romanos son más abundantes en la vertiente meridional del cerro y recogiendo un fondo de sigillata m·armorata de barniz
.opaco (fig. 1, 3) y varios trozos de ímbrices y tégulas de las que una
presenta el trazo vertical de una L atribuible a una segunda estampilla de L. HERENN!. (Lám. 1).
-
223 -
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C. ARANEGUI GASCÚ
La tégula en cuestión está incompleta, es de un grosor de 3 cms.
y ostenta la estampilla (fig. 2) con los nexos que le son habitua-
les ( 1 ), con letras de 2 eros. de altura, en el centro de un espacio delimitado por 4 circunferencias concéntricas rehundidas en la arcilla.
Su mayor interés reside en darnos un punto más de la expansión de
este elemento de construcción, abundante en el Mediterráneo noroc-
3
,Fig, l.-Materiales recogidos en el cerro de St. Antoni.
1: Borde de campaniense A.
z: Borde de vasito de paredes fmas.
3: Fondo de sigillata mal."morata.
IT. n.J
cidental y, concretamente, en las costas peninsulares hasta la desembocadura del Segura, según las noticias de que hoy diponemos.
Son varios los autores que han dedicado su atención a esta
marca que se presenta en distintas formas. Lamboglia la encontró en
Albintimilium (2) sobre tejas planas fragmentadas en la modalidad de
L. HER. O[P.J y en la de HERENNI y propuso la existencia de una oficina de este personaje en dicha localidad, con una actividad compren!11 Entre la H y la E y uniendo las tres últimas letras NNI, aunt¡.l:!_e algunos a.utoros interpretan
NN(i). A la vez hay que señalar que la lectura OF en el caso de L.fi"ER.OPT. na parece poder confirmarse
a la vista de las ejemplares bien documentados.
(2) N. LAMBOGLIA; oGli scavi di Albintimilium e la cronología de!la ceramica romana •. llordigbera, 1950, p. 158, nl1m. 175 y p. 195, núm. 6.
-
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TEJA ROMANA DE SANT ANTONI
3
dida entre los siglos II y III de la Era. Février, al considerar las tejas
de Fréjus (3), indica la presencia de diversas variedades de la marca
de Herennivs, lo que interpreta como un sintoma de la pervivencia del
taller que comenzaría a fabricarlas en el siglo II. Señala haberla hallado en la forma L. HERENN ... junto con las marcas CASTORIS y
MARI en una cisterna rellenada en el Bajo Imperio, a juzgar por la
aparición de sigillata clara, en la que también se encontró una antefixa con la estampilla L. HER. .. o indica que en contextos similares se
encuentra en la Ciudadela de Saint-Antoine, en muchos puntos de la
Baja Provenza oriental y de la costa ligur.
A partir de estas consideraciones nos encontramos con toda una
serie de lugares de hallazgos que nos dan una distribución geográfica
que abarca desde Nápoles a Elche para la forma correspondiente a
Lvcivs Herennivs Optatvs (4), siendo la modalidad de Lvcivs Heren-
Fig. 2.-Calco de la marca hallada en el Cerro da St. Antonl.
(T. n.l
nivs, sin cognomen, de una expansión más restringida, ya que sólo ha
sido encontrada desde Albintimilium a Elche y estando,aparentemente, más disociada de la marca MARI aunque esto sea dificil de probar,
ya que en los centros en donde se han realizado excavaciones extensivas suelen aparecer varias formas de la marca de Herennivs así como
alguna de la marca MARI, si bien, atendiendo a los hallazgos peninsulares, cabe señalar que este segundo nombre sólo ha sido publicado en
hallazgos de Ampurias (5), de la Tor're Llauder de Matará (6) y de Tarragona (7), siempre junto con algún ejemplar marcado L.HER.OPT.,
eritre otros.
El repertorio de los yacimientos españoles que han aportado marcas de alguna de las modalidades del taller de Herennivs es el siguiente:
(3) P. A. FEVRIER: •Les apparei!s des murs romains de Fréjus~. R. S. L., XXII, Bordighera, 1956.
p. 177-178.
14! A. BALIL: «Economla de la Hispania romana», en •Estudios de Economía Antigua de la Ponlnsu-
la Ibéricao. Barcelona, 1968, p. 302.
(5) M. ALMAGRO: «Las inscripciones ampuritanas griegas, ibéricas y latinas». Monograflas ampuritanas JI. Barcelona, 1952, nl1m. 162.
161 M. RIBAS BERTRAN: «La Villa romana de la Torre Llauderde Mataró», E. A. Esp., 47. Madrid,
1966, p. 29.
(71 J. SERRA VILARO: «Excavaciones en Tarragona», M. J. S. E. A., !16 (1930). Madrid, 1932,
p. 109, Lám. XLIII, 2J.
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C. ARANEGUI GASCÓ
- Ampurias (Gerona). en la forma L.:HER.OPT. sobre unos 5
ejemplares, existiendo otros con la marca MARI y CASTORIS (8).
- La Torre Llauder de Mataró (Barcelona), en la forma
L.HER.OPT. (9) que se presenta también sobre ánforas ( 10) lo que,
unido a la existencia de un horno de alfarería, ha servido para proponer esta localidad como centro de fabricación. También hay tejas con
la marca MARI.
- La Gran Vilasa (Sant Ginés de Vilasar, Barcelona), en la forma
L.HER.OPT. {11 ).
- Badalona (Barcelona), en la forma L.:fiEREÑNI (12).
- Tarragona, en la forma L.HER.O[F ...], encontrada en la parte
SW del foro junto con otra de MARI, de G.RAS, NSI y CNAI (13); en la
forma L.HER.OPT. existía un ejemplar en el Museo de la Necrópolis
Paleocristiana y Hübner señaló la estampilla L.HER.OPT. sobre vasos
cerámicos.
- Sagunto, en donde el Conde de Lunúares (14) re<2Qgió varios trozos de tejas con las marcas L.HER.OF., L.HER.OP., L.HER. 0?, incorporadas al C.I.L. II {4967, 41, b, e y d).
- El Puig (Valencia), en la forma L.HER.OP. sobre una tégula hallada
en lUla casa (C.I.L. II, 4967, 41, a).
- Valencia, en la necrópolis de La Boatella se encontró una teja
con la marca L.HER.OPT. y otra con el nombre CASTORIS (15), coincidencia que se repite en Fréjus y Arnpurias.
- Cerro de Sant Antoni (Bocairent, Valencia), en la forma L. HERENNI.
- Alicante, en la forma L.HER. (C.I.L. II Suppl., 6252, 24).
(8)
O. c. nota 5, núms. 162, 163 y 165.
O. c. nota 6.
( 10) A. TCHERNIA:
(JI) A. BALIL y E. RIPOLL: ~Actividad arqueológica en Cataluña durante los m1os 1950 y !951•. A.
Esp. A., XXV. Madrid, 1952, p. 181.
(121 Los datos sobre Badalona nos Jos ha proporcionado J. Guitart, a quien desde aqul expresamos
nuestro agra.decimmnto.
(131 o. c. nota 7.
(14) A. VALCARCEL PIO DE SABOYA: •Barros saguntinos>, Valencia, 1779 (Reed. Sagunto. 1972),
(91
p. 30,
t~b.
IIL
(15) D. CUEVES: «Elementos constructivos romanos encontrados en la necrópolis de La Boatella de
Valendao, !U C. A. S. E. (Murcia, 1947). •Cartagana, 1948,p. 276 y 278. ALMAGRO en la o. c. nota 5 corrige !a lectura.
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TEJA ROMANA DE SANT ANTONI
5
La Alcudia de Elche (Alicante), en donde hay dos tejas fragmentadas con las letras [H] ERENN(i) y (Her] ENN(i), respectivamente, según nos ha comunicado R. Ramos Fernández y hemos podido
comprobar visitando el Museo Monográfico de La Alcudia.
- Mallorca, en la forma L.HER.OF., sobre 3 ejemplares (16).
A esta documentación hay que añadir la que procede de las inscripciones romanas que nos dan a conocer en la ciudad de Barcelona ( 17) a varios miembros de una familia Herennia Optata cuya posibilidad de relación con el personaje de las tégulas ha sido apuntada,
siendo preciso hacer notar que el gentilicio Herennivs es frecuente en
la Tarraconense (18), sin que se pueda establecer sin más pruebas
una ecuación entre su presencia y las oficinas del taller de Herennivs.
En realidad es muy complejo atribuir a cualquiera de los puntos citados el papel de centro productor, ya que no existen razones evidentes para ello, si bien hay que aceptar la fabricación descentralizada
de este tipo de materiales y quizá Matará, con un horno cerámico y
ánforas Dr. 2-4 con la misma estampilla, pudiera constituir uno de
ellos. De hecho nos encontramos con una docena de sitios en los que
han sido halladas tejas con marcas del grupo de Herennivs lo que
arroja un panorama similar al correspondiente al sur de Francia (19),
panorama que es posible centrar en una época en la que se da en el
sur de las Galias y la zona litoral de la Tarraconense una situación
equiparable en cuanto a materiales empleados.
De las piezas señaladas, la única que va acompañada de una precisión cronológica es la de Badalona (Lám. II), idéntica a la que nos
ocupa, fechada estratigráficamente por Guitart en tiempo de Antoni-
(!6) C. VENY: •Algunas marcas de ladrillos y tejas romanas encontradas en
XXXIX. Madrid, 1966, núms. 14, 15 y 16, figs. !3, 14 y 15.
(17)
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S. MARlNER l3IGORRA: dnscrlpdones romanas de Barcelona•. Earcelona 1973 núms 47
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(18) G. ALFOLDY: ~Die Romischen lnschriften von Tarraco». Madrider Forschungen, 10. Berlin.
1975, p. 256, núm. 480. Existen también en la provincia de Valencia.
(19)
Por l_os lndlces publicados en_la revista Gallia hemos podido comprobar que esta marca so en·
cue~t~a en FréJUS (Provenza sur), (Ga/l~a XXVU, 2, 1969, p. 451); en el Oppidum d'Encourdoules [Alpes
manumos). en la forl!@. =L.ImREN_ y con MARI,(Gal/ia XII, 2, 1954, p. 4401; en Martigues (Eouches-duRhflnel. an la fonna HER.OP, (Gal/w XII, 2, 1954, p. 434): en las prox1midades da la cala de Saint-GervalS. v F BENOIT, «Nouvellos épaves de Provence (III)», (Ga/lia, XX. 1, 1962, p. 149), en la forma
HER ... O junto con APRI; ~la localidad de Grimaud (Ver), en el hallazgo submarino próx1mo al golfo de
St. Tropez, en la forma L.HER.O., (Ga/lia, XXII, 1964, p. 593); en la Décapris [Hyéres). en la forma L.
RE NN!, /Gal/ia. XXVII, 2, 1969, p. 452); en La Castellano (Grimoud, Varl,junto con tejes de MARI (Ga·
lita. xxrx, 2, 1971, P. 457).
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HE-
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5
C. ARANEGUl GASCÚ
no Pío, lo que nos permite colocar la modalidad de L. HERENNI en
torno al 150 de la Era, momento en el qlle la sigillata clara A abunda
en las costas tarraconenses, al igual que en el sur de Francia y costas
del norte de Africa, fenómenos del que no participan otras regiones de
la Península, más alejadas de los contactos mediterráneos durante el
siglo II d. C., mientras que en la periferia mediterránea tarraconense
sigue perdurando una fluidez de relación y tráfico marítimo (20) que
da explicación a una serie de productos coincidentes, articulados a
partir de talleres locales, con una posible continuidad durante el siglo
III.
12_0) O. c. nota .10, en la que se citan varios pecios cargados de tejas que demuestran el transporte
mar!ltmo para este t1po de productos, presumiblemente para trayectos cortos que pondrían en relación
!as áreas citadas.
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ARANEGUI.-Teja romana de Saot Antoni
Marca procedente de St. Antoni
LAM. 1
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ARANEGUI.- Teja romana de Sant Anton i
M arca procedente de Badalona
(conjunto y detalle)
LAM. 11
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THIERRY MARTIN
(Francia)
CERAMIQUES ROMAINES TARDIVES
DE MAGUELONE
(Hérault)
Le site de Maguelone, en dépit des outrages du temps et de l'Histoire, reste encare aujourd'hui un des hauts-lieux de l'Art roman du
Languedoc méditerranéen (fig. 1). Sur son ilot d'origine volcanique
entouré de lagunes, la vieille cathédrale Saint-Pierre se dre·sse toujours fiérement au milieu des pins et des eucalyptus, figée dans sa solitude grandiosa ( 1).
(1) Magllelono est situé dans le Sud do la Franca, sur le llttorallanguedocien méditerrenéen, A une
vingtaine de kilométres au Sud-Est de Montpellier. Le sita se presentaitjusqu'au XVIIIéme siécle comme
une petite 1\e dressée, non dans lamer, mais au milieu del'étang de Melgueil (ou Mauguio), entre le cordon littoral et la terre ferme. Aujourd'hui o'est une presqu'lle entourée de ruarais et de lagunes.
C'est 4la fin du VI
éveché et qu'en 589 elle a pour év@que Boetius; celul-ci se fera en particulier représenter par un diacre
au cancile de Toléde et il asslstera lui-méma au concile de Narbonne en 590, Perla suite, au cours du
Haut Moyen-Age, la cité connattra l'occupation wialgothique et aura surtout 4 souffrir dujoug des Arabes q'Ui en feront une placo forte. Avec 18 reconqul!te franque, le sito sera partiellement détruit en 737,
sur l'ordre de Charles Marte!. Les év@ques et les habitant.s qultteront alors Maguelone pour se réfugier
sur le continent. I1 faut attendre la Xléme siécle pour voir 4 nouveau le sita ravivre: la reconstruction de
la cathédraleest ordonnée par le pape Jean XIX elles travaux sont commencés sous 18 direction de l'évéque Arnaud (1 030-1 0601; de~ chanolnes placés SCius la regle de Salnt-AgustiD viennent alors s'installer A
Maguelone. Au cours des Xlléme et Xllléma s.!~cles, la cathédrale est achevée et les biltiment.s ~onven·
tuels agrandis. C'est l'apogéa de Maguelone. A partir du XIVéme si!lcle, la cité connait des fortunas diverses. En 1536, le transfer du s.!ége épiscopal de Maguelone 4 Montpellier est déddé.Il ~st immédiatement
suivi de l'abandon défmltif de l'lle par les chano.!nes: les Mtiment.s entourant l'église sont vendus et certains détruits. C'est la fm de Maguelone. En 1632, Ricbelian ordonne le démantélement des fortilications
restantes: on abat les créne8UX et les m4chicoulis del8 vieille cathédrale. Vendue comme bien nntional
sous la révolution, elle sera rachetée en 185Z par Frédéric Fabréges quila restaurare.
Sur l'évéché de Maguelone et son bistoire, voir en dernier liau Langu~doc roman: le Languedoc médi·
terranéeru. Collection Zodlaque, 1975, p. 226-Z44.
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
En 1967, J.-C. Richard décidait d'effectuer des fouilles aMaguelone; elles devaient se poursuivre jusqu' en 1973 (2). Dans un premier
temps, il s'attacha a mettre aujour une partie des b&timents conventuels attenants a la cathédrale. C' est ainsi qu'il a pu retrouver les fondations du cloitre, des galeries et d'une partie des salles qui s'ouvraient sur les galeries; au cours de ces travaux, de nombreux fragments de marbre, taillés ou sculptés, ainsi qu'une table d'autel furent
récupérés. Un second stade de recherches devait 1' amener a effectuer
plusieurs sondages en divers points de l'fie pour essayer de faire la lumiére sur les débuts de 1' occupation du si te. Ses travaux étaient rapidement couronnés de succés. Dés la premiere campagne de fouilles en
effet, il devait rencontrer plusieurs niveaux, malheureusement trés
bouleversés, datant de l'époque romaine: la découverte de sigillée italique (3), de tessons de Graufesenque (4) et de plusieurs formes de sigillées el aires africaines et d' origine rhodanienne, confinnait celles
faites par Fr. Fabréges au XIXéme siécle (5): l'ile de Maguelone avait
bien été occupée dés le Haut-Empire (6). Toutefois, il ne fut pas pennis
a J.-C. Richard de préciser l'importance de cette occupation. Selon
lui, il est possible que l'habítat.antique n'ait été qu'un habitat de pécheurs, peut-étre de commerc;:ants. Existait-il déja a cette épo.que la a
Maguelone une agglomération assez importante ou bien n'y avait-il
que quelques cabanes isolées? ll est encare difficile de se prononcer (7).
Néanmoins, au cours de ces différents sondages, J.-C. Richard a
pu recueillir plus d'un demi millíer de tessons de céramique romaine
qui s' échelonnent entre le début de notre ére et le VIéme sitkle aprés
J.-C. Ils proviennent pour la plupart de couches bouleversées par les
travaux agricoles du fait de la trés faible profondeur du niveau
archéologique. Au cune stratígraphie véritable n' a pu étre observée
pour ce matériel.
!21
Sur ces fouil\es cf. RICHARD (1968); «Galliao, XXVII, 2, 1969, p. 401.
En particulier un fond de tasse da Cn. Ateius. cf. J.-L. FICHES: «La diffusion des sigilléos ituliques en Languedoc méditerranéen A travers les timbres de potiers~. dans 11.. A. c., XI, fase. 3 ·4, 1972, p.
253-281; voir p. 280, n.• 241.
14) Los formes de T. S. sud-gauloisa trouvées A Maguelone sont les suivantes: Drag. 17 A, 15/17,
18/31, 24/25, 27, 29 A rlnceaux, 35/36, 37 A panneaux ou d métopes; Ritt. 9 et 12. ll s'agit dans tous les
cas de vases de La Graufesenque.
151 Au cours des foullles qu'il entreprit ill'intérieur méme de la cethédrale, Fabr~ges découvrit plusiours fragments d'inscriptions romaines. cf. FR. FABREGES: ~Histoire de Maguelone», París, 2 val.,
1894-1902.
161 Maguclone figure comme •cité~ de la Narbonnaise dans les dtínéraires d"Antonim {«Wnerarium
Anlonini», Wcss. 457,3 at 458,3- édit. Otto Cuntz, Lelpzlg, Teubner, 19291.
(71 La découverte de quclques tessons isolés du Ier Age du Fer laisse supposcr que le slte de Maguelone était occupé dós la Protabistoire.
(3)
231 -
[page-n-272]
T. MARTÍN
'
A la demande de J.-C. Richard, nous avons étal;lli le catalogue des
céramiques romaines tardives trouvées a Maguelone (8). Il fait l'objet
de la présente puhlication et comporte une analyse typologique de
125 fragments de vases. Les catégories que nous avons considérées
sont les suivantes: sigillées claJres A, C et D; sigillées claires B et Iuisante;
sigillées paléochrétiennes grises.
Pour étudier les sigillées claires (
(1972)). Pour ce qui est des formes de sigillée claire B et de luisante,
nous avons utilisé les travaux du Prof. N. Lamboglia (cf. Lamboglia
( 1 958) et {1963)) et ceux, plus récents, d' A. Darton (cf. Darton {1972)),
Pour les sigillées paléochrétiennes grises enfin, nous nous sommes
référés essentiellement aux différentes études de J. Rigoir (cf. Bibliographie).
Pour les décrire, nous avons employé plusieurs abréviations; nous
en rappelons le sens ici: h.: hauteur; ép.: épaisseur; diam. b.: diamétre du bord; diam. max.: diamétre max:imúm; diam. p.: diamétre du
pie d.
Les dimensions sont toujours indiquées en millimétres. Tessons et
vases ont été primitivement reproduits a l'échelle 1/1. Une échelle
centimétrique permet de retrouver les rapports de réduction.
REMARQUES GENERALES
Sigillée claire A (fig.
2)
Elle est assez peu représentée a Maguelone. En effet, sur les quelques 600 tessons recueillis de 1967 a 1973 par J.-C. Richard sur ce site, nous n'avons pu en rattacher a cette catégorie qu'une vingtaine
seulement, soit 3' 5 % enviran de l' ensemble. Et il convient encare d' ajouter que nous avons été obligé d'en éliminer plusieurs de ce lot déja
restreint: leur état trés fragmentaire et leurs caractéres trap souvent
atyj>iques ne permettaient pas d'en faire Wle étude trés approfondie.
De ce fait, il n'y a que 13 tessons de sigillée claire A qui figurent dans
notre catalogue (n." 1-13). Tous, sans exception, appartiennent a des
séries tardives de la fin du IIéme siécle de notre ére. Les types que
nous avons recensés sont les suivants: Rayes 8 B (n." 1), 9 A (n. 0 2), 14
B (n." 3-7), 27 (n." 8). On note au!?si la présence de quelques formes
destinées plus particuliérement a la cuisson des aliments: casseroles a
!BI Ou'il nous soit permis de remercier ici Jean-Ciaude Richard pour toutes les facilités qu'il nous a
accordées a u cours de la rlidaction de ce travail.
--
~32
-
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
5
fond strié Hayes 23 B (n. 0 9-10), couvercles a bord cendré Hayes 182
(n. 0 13) et 196 (n. 0 11 et 12).
D'une fac,:on générale, la sigillée claire A de Maguelone est d'une
qualité assez médiocre; la pateen est grossiére, les vernis sont épais
et les surfaces des vases trés souvent réches: autant de critéres qui
traduisent bien le caractére «tardif» de ces céramiques.
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Fig. 2.-Sigillée claire A (n.o 1 A 13), Sigillée claire C (n. 0 14 ;l. 18)
Sigillée claire C (fig. 2)
Elle est encare plus rare. Avec huit tessons seulement, elle représente moins de 2 % de la céramique romaine trouvée a Maguelone.
Nous en publions cinq ici (n, 0 14-18). Ils appartiennent surtout A des
-
233 -
[page-n-274]
'
T. MAR'tlN
formes du IIIéme siécle; plata marli guílloché Hayes 45 A (n, o 17) et
grandes coupes a fond plat et bord incurvé Rayes 50 A (n.o 14-16). Le
numéro 18 est un peu plus tardif; il s'agit d'un bol Hayes 52 B ~ décor
d'applíque datant du second quart ou du nillieu du IVéme siécle.
Sigillée elaire D lfig. 31
Avec un indice de fréquence dépassant 10%, c'est l'un des types
les mieux représentés. Notre catalogue en comporte la description de
___
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Fjg, 3.-8lgillk G)aire D
- 234 -
(D.~
tQ Á 48)
_,,.
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
7
31 fragments différents (n. 9 19 a 49 et fig. 3). Il s'agit surtout de rebords de plats et d'assiettes. Aucune forme entiére n'a été retrouvée.
Ouatre d' entre eux portent un décor estampé (n. 0 46 a 49). La majeure
partie de la sigillée claire D de Maguelone appartient dans !'ensemble
a la seconde moitié du IVéme shkle; ce sont en effet les formes de cette période qui sont les plus nombreuses: Rayes 58 A (n.o 19 a 24), 59
A et B (n." 25 a 28), 61 A (n." 29-30) et 67 In." 33 á 37). Quelques types
sont plus tardifs et datent des deux ou trois premiéres décennies du
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Fig. 4.-SigWée clalre B (D, 0 50 i 66)
Véme siécle: c'est le casen particulier des formes 61 B (n.o 31-32 et
44), 73 A (n.o 38) et du n. 0 39, l'unique fragment de bol a liste! 91 A recueilli sur le site. Les numéros 40 et 41 sont apparemment plus tardifs
encare et caractérisent les années 450 a 500 enviran. Nous signalerons enfm la présence de trois rebords de coupes qui semblent appartenir a des formes n' ayant jamais été répertoriées jusqu'ici: il s' agit
-
235 -
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o
T. MART!N
des n.o 42, 43 et 44; certains caracteres typologiques permettent de
les rattacher au Véme siécle.
Ansi, comme au Barrou ll Séte Ctvrartin (19751), on constate que la
sigillée claire D de Maguelone appartient surtout ella seconde moitié
du IVCme siécle. Trés rares sont en effet les sérles du début ou du milieu de ce siécle. Quant aux productions des Véme et Vléme siécles
elles n' apparaissent que de fac;:on trés sporadique. Cela confirme une
fois de plus les conclusions auxquelles nous sommes récemment parvenus en étudiant la diffusion de ce type de céramique en N arbonnaise (9).
Sigillée claire B et sígillée luisante (fig. 4, 5, 6)
Ces deux gro upes sont trés bien attestés a Maguelone oü leur índice de fréquence s'éléve !lprés de 18%. (Voir Catalo,que n.o 50-117). La
proportion de la luisante est toutefois supérieure A celle de la sígillée
claire B. Leurs caracteres techniques permettent d' affirmer qu'íl s' a~
~9) Cf. MARTIN (1974), p. 89-90 .si l'on an juge d'a.pnls la rlll'lllé du style Al et les da.tations foumies
par certains ensembles clos de cette ré¡¡ion )nécropoles du Chemin des Romalns A Frontignan, da SaintMichel 4 Montpellier et da Saze daos la Gard), c'est dansle cou.rant des ao.nées 310-330 qu'll faut placer
les premléreÍI importations de slgillée clalre D en Narbannaiae. Elle a se marquent en partlculler par l'arrivée sur certalllll marchés languedodens de plusieurs formes 58 et de quelques plata a. mar!! de IYJIB
59, daba des prapartions tot\lours assez falblea.
Dans les falts, c'est principalement a u milleu du IVAme si!lcle et surtout au caurs desase conde moitié, que l'importatlon de cenalns gro upes de sigillée clalre D en Narbonnalse va connattre sa plus graride
intensité. Ouatre formes vont alors se panager le marché; ll s'aglt des tYJieS 58, 59, 61A et 67. C'est aussl
la période d'apogée du style A2. Les promi!lree années du Véme siécle vant Atre caractérlsées a u contraire par un ralentissement de ceslmportatlons et ce phénomi\ne ve s'accentuer e.u cour~ du prem!er que.rt
de ce méme siécle: la rareté du style A3 et de certeines formes ~61B, 62, 63, 64, 68-73), de mAme que
l'absence totolo de vasos du !itylo B, tendont é. coñflrmer ccttollmpression. Au milieu du Vi\me siécle, la slgillée claire De pratiquement disparu des sitos de NRrhonnaise. Do temps A autre, il est vrai,·arrlvent
quelques vases en provenance des COtes d' Afrique. Mais il na s'agit lé., tout a u plus, que d'exemplalrea
isolés: la présence de quelques fre.gments de styles e et D ANarbonne et 4 Port-Vendres paut laissar e rol·
re A une certaine reprise des relations co:mmerciales entre le Sud de la Gaulle et cectaina pons d' Afrique
du Nord A la fm du Véme si
Il ESt certain, en premiar He u, que la concurrence provoquée par l'apparitlon, ven 370; des preml!lres aigillées peléochrétien.ues sur les marchés languedociana et proveno;aux a fortement contrihué lile disparition progres~lve des importatlons africaines dans ces r!\gioDB-la. De méme, on peut panser quel'lnrtaUation das wi:llgothll dans le Sud de la Gaule a eu pour romoéqllence de restreindre, pou.r un temps tout
eu moins, les échanges commerciaux entro certain8 pons d' Afriqua et cette partie de l'Empire. Enfw -et
c'est peut-étre la ralson majeure-, on sait malntenant que bien des atelie111 de slgillée clalre D du Nord
da la Tunlsle cessérent toute actlvité lll'arrivée des Vandales.
Dansle coursnt de la premii\re moltlé dú V!!lme &lécle, on constate unerepriso effectlve des importations da sigillée claire Den Nerbonnalse. Cala se traduit en partlculler, par l'arrivée de granda plats
omés de symboles chrétiBna lfunnas 99, 103-104 et style E prlncipelament). Ce phénOII>éJ:lB s'obs!!rve, du
re5te, dans tout le Sud de le Geulle. Toutefois, on dolt constater que la diffuslon et la vente de ces formes
tardives restent essentlellement littorales et qu'elles se font A partir de certalna granda porta, tals Aries,
MarseiUe et, dans una moindre mesure, NarbolUle. De toute évldonce, c'est 4la •paix> que connatt le hassin méditerranéan sous Justlnlan qu'il faut attribuer la ranaissanco de certeins ateliel'll de &lgUJée el aire
D en Afrique du Nord et la diffusicn d'une pertle de laur productlon en OccldentJo.
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CERAMIGUES ROMAINES TA:RD1VES
'
git dans tous les e as de séries d' origine rhodanicnne dont la période
de production se place du IIéme au rveme siécle inclus.
Voíd les formes de sigillée claire B que nous avons pu reconna1tre
A Maguelone: bol a lévre en amande I.amh. 2 (n.l' 50 et 51), coupe é.
marli guilloché Lamb. 4136 (n.' 52), coape hémísphérique Lamb. 8 (n,•
53-54), assiatte li hord rentrant Lamb. 9 (n, 0 55), urna é.la.rge emhou-
fi3,
5.-S~
luitllllla (n," 86 ;\ lOO)
chure Lamh. 2B (n. 0 56), coupelle Lamb. 35 (n.11 57 et 58), mortierproche du typc Lamb. 45 en signlée luisante ín.<1 59 et 60}. Les formes d&corées sont peu nombreuses: deux fonds de Drag, 37 a pied annulaire
(n,º 61 et 62) et un fragment de panse orná dont le décor rappelle en·
- 231 -
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T. MARTíN
core celui de certaines productions sud-gauloises de la fin du Ier siécle {n.C' 63). Signalons enfin la présence é. Maguelone de deux petits
bols carénés, décorés a la barbotine, dont le proflJ. rappelle celui du type Lamb. 2; ces formes, assez rares il est vrai, sont également é. rattacher a la sigillée claire B rhodanienne (n. 0 64 et 65).
Pour ce qui est de la sigillée luisante, le nombre des formes est
bien plus limité encare. I1 convient toutefois de remarquer la trés forte
.
...
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Fig. 6.-Sigill6e lulaante fn,G 101 é 117)
proportion des coupes Lamb. 1/3 B (n.o 66 a lOO) (fig. 5). Certaines
portent extérieurement un décor peint {n. 0 86-90); d' autres ont la caréne et la panse guillochées (n.0 91-100). Les fragments de mortiers
sont également assez nombreux; ils appartiennent a deux types:
Lamb. 45 é. mufle de lion (n. 0 101-102) et variante Lamb. 3/45 (n. 0
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
1 03-I 08).
Présence enfin de plusieurs petits pichets
14/26 In.' 109-117).
"
a une anse Lamb.
Sigillée paléochrétienne grise (fig. 7)
On est frappé de sa rareté: moins de 2% [voir Catalogue n. 11 118125). Elle est généralement d'assez médíocre qualité et trés mal conservée. Les formes sont tardives et pour la plupart, postérieures au
début du Véme siecle. Toutes appartiennent a u «Groupe Provenc,:ab> de
J. Rigoir.
Fig. 7.-Sigilléa paléochrétienne griae (a.• 118-125)
Les types présents a Maguelone sont les suivants: assiette a panse
hémisphérique Rigoir 4 (n. 11 118), platA lévre triangulaire Rigoir 8 (n, 0
121), bol caréné Rigoir 18 {n.o 122), bol A marli Rigoir 3 A {n.o 123),
mortier a listel Rigoir 29 (n. 0 124 et 125); deux tessons portent encare
les traces d'un décor estampé {n.o 119 et 120),
Il se confirme done bien que les DS.P marseillaises ont connu une
diffusion essentiellement cOtiére (cf. Rigoir {1972), p. 134 et fig. 5).
- 239 -
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T. MARTÍN
CATALOGUE
SlGIU.EE CLAIRE A (fig. 2)
1 (M ag. 0375)
Fragment d"une coupe Hayas 8 B (Lamboglia 11; rebord et départ de la pansa. Lévre
trlangu)aire et moulurh, é. BXtérlaur non guilloché. Fine incision circulalre sur la face interne. PAte dure, orangé clair, plgmentée deje une. Vernis orangé, épais et mat,
grenu d'asp,ect. Diam. b.: 210 anvlron; ép.: 5-6.
C'est l'une des formes les plus caractéristiques de la sigillée claire A (Lamboglia
(19581, p. 262·263). On place généralement son apparition ;lla fin du ler siécle de
notre ~re: c"est ainsi qu'un exemplalre de Vlntimille a été daté par N. Lamboglia des
années 90·100 ap. J, G. (Lamhoglia (19501, p. 31, fig. 8, n.• 12), Le type B eat plus
tardif. Selon J. w. Hayas, o'est eu oours de la seoonde moitié du Iléme siécle qu'U
faudraít placer sa période de production (Hayas {1972), p. 35; Jodln (1971), p. 6).
2 {Mag. 0374)
Bord guilloché d'une forme Hoyes 9 A (Lamboglia 2 A). Fragment. Lévre arrondle;
moulure extérieure bordéo par deux sillons en creux. Pé.te dure, orangé dair ;l pigmenta!lons .)aunes. Vemis rouge-oren¡;¡e, brillant. Diam. b.: 200; ép.: 4.
Tout comme le type 8, U a"agit d'una forme de sigillée clalre A trés commune.
Elle caractérise surtout lesecond sléc1eet connait plusieurs variantes dont certaincs
non guillochées (Lamboglia 2b/2c, Hayas 9 A par exemplel. Diffusion importante sur
toute la périphérie du bassin médlterranéen !Rayes (1972), flg. 4, p. 36-36).
3 (Mag. 0278)
Forme Hayas 14 B (Lamboglia 3 A/BI. Bordure et pansa. Lévre biseautée ;l l'intérieur; canlne peu marquée. PAta rosée, granuleuse. Vernis rouge-orange foncé, mal
et ~piqué' en plusieurs endro\ts. Traces de tournassage visibles ;1\'lntérieur. Diam.
b.: 180; ép. 5.
Type également assez fréquent en Méditerranée sur les sitas romains du IIéme
siécle ap. J.-G. La variante B est datée généralement de la seconde moitlé de ce slécle {Hayes 0972], p. 41; Lamboglla (1958), p. 129-131).
4 !M ag. 0339)
M~ me forme, type B. PAta orangée. Vern!s mat. Dlam. b.: 170. Datatlon: dewdéme
moitié du IIéme shlcle.
5 (M ag. 04691
M!lme type de vase que les n.• 3 et 4, a lévre en blseau. PAta orangé-jaune, assez tendre. V erais mal conservé, écaillé A certains endroits. Diam. b.; 175; ép.: 4. Méme
datation.
6 (M ag. 0373]
Jdem. VenUs rouge-orangé mat, bord vertical. Diam. b.: 190, envlron.
d'un b<:>l Rayes 14 ;llévre arrondle. PAta rouge brique, plgmentée de jaune.
Vernis épais; lnlsant, réche, aveo quelques vacuoles. Diam. h.: 180; ép.: 4/5. Datation: milleu seconde moitlé du Uéme eiécle.
7 !M ag. 0464)
Bo~d
B !Mag. 0372)
Plat de forme Rayes 27 (Lamboglia 9 A). Ouverture refermée. Uvre soulignée intérieurement par une fine raln\ll"fl clrculalre. PAta orangée et textura grenue. Vernis
orangé-jaune, assez clair, liase au toucher. Dlam. b.: mm mesurable.
Type assez fréquent en slgillée claire A. On en connaft plusieurs variéth dont
u.ne apode. Les fonilles de_Vintimille et d' Ampurlas ont montré que cetta forme tendal! A falre son appiiiÍtlon au oours du demler quart du UW:ne siécle, pour devenir
trés commune dansla premiére moitié du sléole sulvant (Hayas {1972), p. 51: Lamboglla {1956), p. 274).
9 (Mag. 0466)
Rebord d'une «casserole•ll fond strié Hayos 23 B (Lamboglia 10 A). Profil onvert et
presque droit. Un sillon clrculaire en oreux marque intérie\ll"flmeot la base de la lévre. Di a m. b.: 230; ép.: 5/6. PAta rouge briqua, assaz gmuiéra, avec de nomhreuses
vacuoles. Vernls orangé a l'interleur, liioirclJ et récbe sur toute la surface externa
du vase.
Forme trés fonctionneUe et d'un usage fort répandu sur tout l'ensemble du bessin méditerranéen au cours des premlers slécles de notre ére (Hayas {1972), p. 4748). Les plus anclens exemplaires connus remonlent a u début du Illlme slécle (Lamboglia (1968), p. 277, A VintimWe en particuller]. Ce type de ri!clplent, destiné surtont !l. la oulsson des allments a continué Aétre produit et ut!lisé dura.nt tout le reste
de ce slécle. n a lité aussl tréll souvent imité en céramlque commune et son emp!<:>i
n·a définitivement cessé qu'au coura des premiéres années du liiétue slécle.
- 240 -
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CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
13
10 (Mag. 0463)
M~me forma qu!!la nwm\ro précédent. Rebord extérieur également •btuni>. Pré~en·
ce sur la lévre d'un rtrou de réparatioilJ. Pá.ta dure, oranglie et groaslére. Dlam. b.:
240. Daf¡¡fion: deuxiéma moltié du IIéme slécle probablement.
11 (Mag. 04.67)
Fragment d'un couvercle !l. bord cendré Rayes 196. L~vre arrondie. P!te dure, assez
grossiére, de couleur rouga brlque. Fas d'engobe. Stries de toumasnge visibles 4
l'extérieur. Diam. b.: 230; ép.: 5/6.
Type de couvercle également trés commun aux IIéme et III!lme siécles de notre
lire en Méditerranée cu.!dentale !Hayas IHI7Z), p. W!H~U\f; l.:arand.lni (1968), p.
86). Certalns, d'aasez grand format, cnt pu également servir da plata (cf. Vegas
0973), flg. 17, type 16).
12 (Mag. 0462)
Méme forme que le n.o 11, roab icl la lévre est trlangulaire. llordure to~ours
cendrée a l'extérleur. N.te rouge brlque. Dlam. b.: 210; ép.: 5/7.
Par son profll, il se rapproche assez d'un exemplaire recuellli é Vintimille (Lam·
bogUe (1960), p. 139, flg. 78, n, 0 34),
13 (Mag. 0465)
Fragment d'un couvarcla é bord cendré llayes 182 (Carandini 61), Lévrtl bien dé·
tacMe, convexe extérieurement. Ml!me type de p!te que les n.• 11 et.l2. Dlam. b.:
224; ép.: 5/7.
Forme plus rara. Toutefo!s plusieurs gisements d'Occldent en ont donn' dans
des niveaux arch~ologiques datés des annéos 150 i'l 200 enviran !Hayes (1972), p.
201·203), Mercédés Vegas considére pour u part qu'ils'agítlll. de plats dastinés ll.la
cuisson de certalns aliments et non de couvercles !Vegas (1973), type 16, n.• 13).
SJGILLEE CLAllUI: C (flg. 2)
a)
Lisse
14 (Mag. 0583)
15
(M ag.
0407)
Plat de forme llayes 50 A 1 (Lamboglia 40). Fragment de bord. Lévra eflllée, arrondie é l'extrémité. Pa.te dure, fine, rouge brique. Vernis rouge-orangé,Juisant et Jl9se
(type Carandini C 1]. Diam. b.: 3BO; ép. 3/4.
Type trés répandu en Afrique et dans toute la Méditerranée, occldentale aussl
blen qu'orlentale. Quelques exemplalres ont lité aussi recueillls dansles provinces
rhénanes (autour de Cologne en partlculier) et dan~~ les réglons Danuhlennes. S a date
d'apparltlon eat 4 placer aux alentours das annéas 230·240 de notro llre.ll ne dispera!tra qu'auez tardlvement au COilrll du IVéme a!écie, apris avoir suhi de tnls légéres transfonnatlons. Le plat étud.lé ici est antérleur a 3251Hayea (1972), p. 69·73;
Salomonson (1968), p. 114-116).
M~me forme. Fragment de bord. P!te fine, rouge. Vainis rouge-orangé, de bulle quaJité. Finas strias de tournassage visibles tant 4l'intérieur qu'é J'UJCtérleur. Diam. b.:
400; ép.: 3/4. M@me datation que le numéro précl!dent.
I~em. P!to tendre et pulvérulente. Vernis assez mal consarvé. Diam. b.: non mesurable. Datution; seconde moitié du IIII!me aMela.
17 (Mag. 0532) Bord d'un plat Hayas 45 A (Lamboglia 42). Marli tnls effilé, avac un fin décor 4 la
roulotte dane se partle médlane; la bordura da la hlvre est soulignéa par une ralnure
circulaire. Ptlte dure, fme, marron-orangé. Vemls bien conservó, rouge-blstra, mat
et liBsa. Diam. b.: 390; ép.: 3/4.
Forme caractéristique du IJiéma si>lcle de notre éra (Bayas (1972), p. 62·55; Sa·
lomonson (1968), p. 116-117). Ainsi é Doura-Euro¡ws, ca type ast connu vers 250
(Cox (1949), p. 16, n.• 92-93; Waagé (1948), pi. VIII, D. 0 812 a. p.). MAmo datatlon
pour un exomplalre entier recuellli a Athénes (RobinsoD (1959), pi. 64: k3). A Vinti·
millo enfln, N. Lamb~gllo trouvé é plusieurs reprises ce type de plat daos dos conches de la douxiéme moitlll du IIIéma siéde (Lamboglla (1963), p. 152),
16 (M ag. 0321l)
a
bJ
A relief d'applique
18 (Mag. 0408)
Fl'agment d'un marll de bol Hayea 52 B (Lamboglla 35). P!te rouge brique, dure,
procho da calle das slgilléas claire D du IVéme sl~cle (type Carandini C3). Vernis de
bonne quBlité, rouge également. Dlcor: Teta barbue du Dlau Océm, de face; le haut
du front at une partle de la cbevelure manquen t. Diam. b,; 200 ép.: 4/5 (Planche IJ.
- 241 -
[page-n-282]
T, MAI:I.'l'IN
Fcrm~ tth f~qtl$nt<~ tn Afttqual{OI m répm:ldue daos toute la Médóterrll.tlée:
ltall• {111, Pl!nlnsule !Wriqu'! (t2!, Gn\~e {131, Pro<:h~rOi!ent (14!, Aw;e.e hinn at·
~ dt\U le sud de la GaW.. onNnrhocnai.teenptttticuller! 15). :Malgré sa relatlve
abo:ndan, 011 typeNtrte eru:ON UIIU mal datá. Ou puut Weuttler wuWf<:~ls qw dan~
\In& rombe de la nt:io~~.~pDle d4 HanchlrEtAolija, teUt furtru~ étalt a~~;~cié
1UI:lUI9 del'att~li&r de NavlgiUI \fi.u Ultma, début IVéme sieciE-! 061. A Balo, w type U
étl! tiiDCOBU'é Ad.lv&teell repdooe dan5 dell .::cntextee du milleu du IVt\mo .siécle l t 7).
D" datatlo!W &$$4!- 'ló!JI:nes oat libé
O.U&Iit é 1-alétb d'OOOa:n, il s'agit !4 d:un théme décor&tifque l'oo. retrouve a•aez
fráquamnwut 11\lt !u mw:ll
un ma~~q>~• d'OCI§o.n, !dlmtiqu' 3 rnllui do M~~.gi.Whme, figure Bllr Jt; t!:Uirl.l d'un vand
p!1td~Í
posi!e &n,IO:W'd'hui 11u Musél! dul.!rttW'tl !~2). De m&me, tm le volt a00011té par de dauphlns sur une. trés bftlle r:oupe Huyes 51 B {Salomormm CL truuvée a !.a fin du
xt:Xi\tM sléc1e ~ '1'télepW IAII.é:tlll/ et ~ 11. l!erlln tm 'l:lftl> rellelll d'appllque
reprisonW!l Oeéan ant aus.r été s!¡¡n~Hm tiUl"ilM vuM d6 sl¡l.llte dain! e d~ Djéwi
t. :24), Belo 4251, Cagliart (21.U, 1\m:tle i27l, Alexandtie 1261, S(U'Jl.&rle 129). Le nombre
WI!IUI: élevé d~ n~priurrtatiOM da lll!".ta divinité mlll'iae sur ~ c..U.gnrin de "!~
fillbo d'linl e'allp!!IJUI! 11M«!: ahément. n &llffit de rap)ll1htr trJ la popu!llliM CQMUU
par ;:;u Dl.eu d&n$1•1 j'l'f'OVtncte d'Aftlqua du ll~rtul' á le fin du t\'éme ~ (3Q): sur
! 101 Ct l.AMEOGLIA (I9G3j, C. 35; SALOMONSON !1968), C. 11, pi. IV atfig. 30, n." 3; td. \1969),
fnnn8 b, p. J?; HAYES (1972!, p. 76-78.
U 1) A 'Roo:ne, d. VEilMA.SE'.RENNAN ESSEN (19651 ril 85: ;m Sidle, 1'. ORSf, tNtiQVI'! ~ de
territln'lo lliriiCUSllJlJJJ, dana N.S.C,. l'il L2, p. 3.59, flg. 12: d Ollli11. cl'. FLORIANl-SOl!Ali\ClAl'!NQ (19511,
p. lJG, n.• 4·6 et p. lJ9, n:• 4; autree référem:ru darw Hayw 0972), p. 76·7!1,
ll¡, 1, VU, \'lU; CA.nALLEI:\0 ZOREDA (19711, diiHlts el(emples.
03} A Athéll\ll> lfoulll!ni de l'Agonú, tf. WAAGE 0933), p, 295, fig. 2.
04) A Antioebe, cf. WAAGE {194EI;, fig. :za, n.• 4: Samari~\ cf. CliO\VFOOT·KENYON {19&71, p.
354, f¡g. l>::t n.~ 2\i·2!ia.
[l!ij Cf. FOIJliT! \ 9G6t á MWltiDJlUrlu.. f><>ur 1Wil étud!l plus comp!Ate; cf MARTlN (t974), chap, l,
•Ohs=vatiOtUJ st:r lit dlfful¡!()Q des vas.11s a rollcl\1 d'upjlfiqull d'<>diinB africeine dans le Sud de ia Geuie:..
(1ti? sur~ tmnbe. A. MERLIN, KA.C~ Hll4, CU, n5 0.; SALOMONSON OSS8!. p. 120; id. Hl:l69!.
P. 107 Ji N, 10.• 6; ll'AY.ES (19721, p. 77, n~ 1!'1.
!t 7) BOIJFC.liDlS il969l, p. 49·$0.
OBI JODlN {1967], p. 151. pJ. LXVL
:u)) Id, (1971), p. 26-JO.
:20] HAVES íl972!, p. 78.
;:;¡¡ f Sur ce p!.at, cf. FOUCllER 09581, p. 25. pL XVIa: SAl.O:MONSON Uses:, p. 108, pl. ill r-• 3;
BOURGl!O'IS (1969), p. 44; CADAUJm0 ZORIWA !19711 p. 22; HAYJ!S HOnJ. P. 75=, n.o !H/5).
l22) Numéro d'irt.ventakl'l A06639; SALOMONSON il969\, tL 101, ul. II, n.~ 6: l>OURCEOIS {1969),
p. 4-5, pi. VII, fig. 2 et pt '/lit n,• 2; CABALI.ERO ZOIUIDA {1911), p. 22; lrAYES U972t p. 77 !52/ll!.
!2:.>J Cf l!ESNlEIVl'H..ANC:URT 11900), pl. V, n.$ 9; NEl:GEliAUER 11932), p. 210, u.• 31Ct!i'l: SALOMO:-fSON (l%91, p. 101!; CABALLERO ZOREDA !HI'?I!, p.;<;;>; HAYES ü"972t p. 75.
[24) SAWMONSON HG69t pl. !, n.~ 5.
125) l'ARIS et ooll. ti 923·H12t>i, toma 2. p.. 165; DOURGEO!S !l9B9i, p" 44, CA!IALLERO ZOB.EDA
0971), p. 1'9-20, fig, a: RAYES 0972), f'· 77.
\2li~ cf. P. MlNGI\21JJIH, NSC, 1!>49, p. 259, n.• 97, fls. 33 e; rér, Hl\Yl!S !1972f, p. 75 !51/1>1.
i27l VERMASE1Ul.N/VAN ESSEN íl965l, p, 358, n.e 62:!--623 et pl 87, n.• 4.
(281 SALOMONSON (1969), p. tna, RAYES (:!'!72), p. (12 í54/4),
í29) CROWFOOT·KENYOX 09571. p. 345, fig. 83, n.• 25.
!3!l) !IOURGEQIS il969!, p. 54.
- 242 -
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CERAMJQUES ROMAINES TARDlVES
"
bien de~ masaiquea de cea régions-111., en effet, il apparatt comme un des thémes favoris (31). Da méme qu'on le voit flgW'8r ll.la mém11 époque sur plusieurs mosaiques
de la Péninsule IMrique (32), d11 Gaule (331, des Iies Britlllliliquea \34) et sur quelquee piécea d'argeoterie (35).
SIGILLEE CLAIRR D (fig. 3)
19 (Mag. 0547)
20 (M ag. 05441
21 (M ag. 05&S)
22 (Mag. 03091
23 (Mag. 0305)
24
(M~g.
05521
25 (Mag. 0550)
Burd et puse d'un plat de forme Hayea 118 A(Lamboglia52); marli holhootal et Hase; lévre lm'ondle. Pl\te et veroia de type Dl (38), Dlem, b.: 280: ép.: 5/6.
Forma trlls co:wmuna en rigillée clalre D. Elle caractllrile surtout IBB cauchas do
la promiére moitié et du milleu du IVéme slécle (Salomonson (1968), p. 124: Hayes
{1972), p. 95-96).
Méma forma.Fregment de bord. Marli horizontal; la lévre forme cependant unpetit
bourrelet Al'extérle111: un t!lllon uteme marque la dépllrt de la pame. Plte et vernia
de type DI: ca darnler eet mal cOLBarvé. Dlam. b.: 244; ép,: 4/5. Data~on: mllieutrols16me qullrt du IVéme s!écle.
Mllme forma. Marli court et horizontal; l'extrémit.6 aupt1rle11111 de la lévreestho:rdée
par un fin slllon circulalre. Type uee1 évué, Dlam. b.: 250 envil:on; ép.: 4/5. M~me
datetion.
Idem. Forme aase& profonde. SJJloo trés marqué aur le dasaua du marli. P.Ue
orangée, tendre (D 1). Vemls écaillé et peu adhérente terne et mat. A 1'u.térleur, d113
traces de sule sont enCOl'll visibles. Diam. b.: 190: ép.: 5/6. Data!lrm: m!lieu
du IVéme siécle,
Mémo formo, Fragmant de bord et panse. Plt.e et vernia de type Dl. MurU horlzon·
tal, Sur la bordure de la lévre, un t!lllon. Forme rprofondu.. Diam. b.: 230. Milleu du
IVéme siécle.
M~me forme. MinWiculo fragment de hord; merli caurt et plat, avec un 11\.Uon aur la
desaus. PAta et vernia do type Dl. Striell'do taurnesaage vis1blea a l'intérleur. M&me
datation.
Borda marli d'un plat de forme Rayes 119 B \Lamboglla 51); deu ioclslona aur le
daasua. Lévre arrondie. Diam. b.: 234; dp.: 6/6. Plte et vernit do type DI.
Forme trile commune dont la diffusion a ét6 quaal génkale au tvflme s!•cle d&
notre ére dane toutle bual.o méditerranéen (Rayes (19721, p. 86-89; Martln (1973),
p. 210-213).
(31) Aux thermes de Thémétra, par exemple, cf. FOUCHER (1958), p. 15 et 25; MERLIN, :BAC,
1911, p. CLIX, n. 0 2. Vil111. de Bir·Chona (TunisieJ, voir dnventaire des mosaiques de la Geule ot de
l'Afrique, tome II, Tun.isie, fase. 1, n.' 448.
132) PALOL SALELLAS (1963), pi. 16; íd. (1967).
(33) Cf. dnventeire ... •, tome I, Narbonneise et Aquitsine, fase. l, n.• 167 et 376 (Vienne, Saint-Pentice).
(34) A Frampton, a Dorchest.er, cf. SMITH (1965), pi. 6 et 8.
(35) Il constitue p>:~r exemple l'embléme centr>:~l du plat de Mildenhall, déposé a u British Museum,
cf. DOHRN (1949), p. 77 et pl. l.
(36) Sur le définition des types Dl et D2, cf. MARTIN \1974), p. 33-34: id. [1975). Nous rappellerons briévement ici leurs caractéristiques:
Type pi: wuga-orangé foncé; homogéne; t.exture trtls légtlrement •feuilletée~: dégraisso.nt: grains do
quertz (11 1/10 de mm) et noyaux argilo-calcaires arrondis, souvent visililes a l'oell nu. Angles des cassures plutót vifs. Vernls: rouge-orangé clair, brillan!, peu épais. 11 caractérise les productions du IIII!me
sitlcle (styles Al et A2 essentiellement),
Type D2: brun-rouge et marron foncé. Texture granuleuse, souvent friable et moins bien mélée. Cas·
sures trés irréguliéres et mousseuses; dégraissant: presque. uniquement du quartz; traces parfois d'éléments détritiques d'origine organ.ique. Rareté des nodules argilo-calcaires: lorsqu'ils existent, ils se présentent alors sous la forme de noyaux blanchiltres, le plus souvent isolós: leur taille ·peut atteindre jusqu'a un millimMre de diamétre. vernis: épais et granuleux. Ce type caractérise surtout les vas es de style
A3 et les séries des Véme et Vléme siécles (styles El et E2).
(371 En particulier dans la région d'Inkerman, cf. Arch. Pamatki, XII, Kiev, 1963; réf. RAYES
(19721. p. 97, n." 5.
- 243 -
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16
T. MARTÍN
La date d'appllritlon da ce type de plat est assez précoce at doit étre placl!e au
cours das toutes pramiéres annéu du IVéma ~écle. C'eat du molna ce que parmettent da Jl!lllSer les résultats des foullles da Vintimille (Lamboglia (1950), fig. 4, n.• 2 et
6) at dn obsarvatlons eff11ctuée.s sur certalwlaltes des b11rda de la Mei Noirs (un
Crimée, par exemples) (37). Mllls c'eat esaentiellement a u ml.lleu du IVilme ai6cle que
cette fciDJ.a va connattre sa plus grande difl\!a!on. En fait, ce sont les prem.léres
années du Véme slécle qui verront sa disparitlon (Hayas (1972), p. 99-100).
26 (M ag. 0545) Méme forme. Pansa et fraglllent do bord. DeuxincililOns sur le deuus du marll, PAta
asse:~: tenclre, orangé clair. Vernia épaia, marron clair avec des reflets brill!lllts.
L' elrtérteur n· est pas crbervb. Stries da tournaa!llge villillles 11. nnU!rleur, Diam. b.:
300; ép.: 5/6. Datatfon: mllieu-aeconde moitlé du IVéme siécle.
27 (Mag. 0543) Id'lm. Fragment de bord. Marll horizontal, avec un aeul sill.on placé i la bordura
supérieure c>cterne de la Mvre; pite et vernh de typa DI. Dia.m. b.: 2!10; ép.: 5/6.
Mame datat.ion.
28 (M ag. 0306) Plat da forma 511 A. Fl"agment de bord. Inclsions obliquen sur la ¡;aroi eX: eme de la
pansa. P.ite et vernia de typo DI. Diam. b.: 280; ép.: 7/8. Dalation: aeconde mo!Ué
du !Vém.e siécle.
29 (M ag. 035~) Plat il. bo•d rentrant de forme 61 A (La.mlmglla 64). Fragment de bord. Lévre de aec·
tion. trill.Dgulalra; angla e>ctérieur vif. P.tte et vemis de type D l. Di a.m. b.: 270; ép.:
ws.
Formo tr~s couuuune dtu~ala &econde moitié du IVo\me si~clc de notre ére et au
cours du premler quart du a!éde suivll.Dt (Lamhoglia (1963), p. 19B-19ll; Hayas
(1972), p. 100·107; Martin (1974.), p. 209-210).
Méme farme. Variante A. La lévre est aoulignée i l'intórieur par .un aillon clrculalre
horhontal. Pato ot vernls de type DI. D!am. b.: 290; ép. 6/6. DataUon: 376·400,
31 (Mag. 0641) Bordura d'un plat de forme 61 B. Lévre rentrante, arrondle sur lo dessua. Le bord
est aouligné l\ l'extérleur par une gorga assez bien marqulie. Plte et vernls de type
DI. Dlam. h.: 320; ép.: 6/6.
On data he.bituellement la variante B des an.néea 400 A 450 de notre ére (RAyes
(1972), p. 107).
32 (Mag. 0105) M
Véme siéde (cf. Martin (1975), n.o 7). Pll.te et vernis de tyPeDI. Diam. b.: 270; ép.
6/6.
33 lMag. 0356) Fragment d'un plat de forme Hayos 67 (Lam])oglia 421. Borden «escalien; une ID(lU·
Jure en creux marque la hordure extérleure de la illvre. Plte et vernia de typa DI.
Extérieur rréservé>. Diam. b.: 320; áp.: 6/6.
Type trés o;:ommun (Lamb
vers le milleu du lVéme slécle. En 366 par exemple, on la retrouve sur le sit.e jorda·
nlen d"Araq el Jemir !Rayes ( 1972), p, 1161. Ma.is c·est surtout au cours du demier
quart du lVéme sl~cle que sa dlffusion va aire la plus importante comme nous l'apprenneut diversas découvertes réalisées en Provence (Deneauve (1972), pi. IV, C.
1278 et p. 225), AVlntlmillo (Lam])oglla ( 1950), flg. 92, n.• 1; flg. 101, n.• 2 et 3; fig.
104, n.• 5, et fig. 114, n.• 8), ainsi qu"en Méditerranée orientale, en particuller A
Athénes et A Antioche fWaegé (1933), pi. IX, n.• 157-158 et p. 17; id (1948), pi. IX,
n.• 669"872, et p. 49).
30 (M ag. 0411)
34 (Meg. 0284)
35 (M ag. 05421
MGme forme. Frag!nent de b(lrd, asen aplati. Lévre ll!Tondie i l'eldérleur. P!l.te et
vernls de type Dl. Diam. b.: 390; ép.: 6/7. Datution: fm du lVéme siécle.
ldem, avec une moufure en creux sur le bord supérieur de la l~vre. Pll.tll et ve mis de
type DI; celui-cl est aase~ mal caDBervé. Diam. h.: 230; ép.: 6/8. M4me datatlon qua
36 (M ag. 0330)
le numéro 34.
Méme forme. Fngment de bord. Variante é.lévre épalsso et ratombant i rextérieur.
Moulure en creUJl vera le milleu du marli eupérleur. Pll.te et vernls de type DI. Diam.
b.: 260; ép.: 4/6. A litro de compara.Jaon, cette variante a été déjA slgnalée ~ur la slte
de Mariana(Corse) IJodin (1971), p. 35, n.• 105). Un plat oyant les mémee caraotérlstiquas est conservé aussi au Brltleh Muaeum (Rayes (1972), flg, 19, n.• 9). Dafat!on: début du Véme si~cle probablement.
-
244 -
[page-n-285]
CERAMIOURS ROMAINES TARDIVES
37 (Mag. 0549)
38 (Mag. 0550)
39 (Mag. 0468)
40 (Mag. 0250)
41 (Mag. 0205)
42 iMag. 0555)
43 (Mag. 0548)
17
Mllma typa qua la précédant. Lévra Iris ratombanta; 1,1D.II double moulure, en craux
sur le marli aupérleur. PAta beige. Venrls ja\!De·onwgé.Diam. b.: Z70; ép.: 6/6. MAme datation que lo numéro 36 .
.Bord d'un bol Hayu 73 A (LambogHa 57). Ltlvre trlant~ulllira; marH trés iésérement
incUné. PAta ot vornis de IYJie DI. Diam. b.: 165; ép.: 4.
C' eat une forme assaz fréquente sur lea gisemants romalna d' Afrlqua du Nord et
de Cyrinalqua (Hayas (1972), p. 121-124, fig. 211. Ello nt égelement préae¡¡te sur
quelquea granda Bite& de Méditerranée orlentale: Athénes, Antloche, Sa!Dt-Ménas,
etc... IHolwarda (1936), n.• 630; Breitall8te!A1Johan6BD (1956), pi. 312, n.• 111; Xorosec (1956), pi. XVI, n.• 41, Elle eat bien plus raro en Occident. Guelques u:emplalras
ont été Bignalés a Aries (tambo gUa (1963), p. 204) et sur l'épave de 1'Anlle Gerbal a
Port-Vendre5 (Pyrinén-Orlental~a) (Martin 0974), ftg. 83, n.• 1-4). Malgri aa relativa abcndanca, ca type de bolast encere aase.r. mal daté. Il faut vralaamblablament
le uttacher aux productions afrlc!Jfnes du V¡Jme ahlcla. Alnsl, 4 Salnt-Ménu (Egypte), il figurait dllll.ll un contexte daté dus annéea 480 de notl:'e tre (cf. J. Ens:eman,
Mitt. d. Inst. Kairo, xXI, 1966, p. 186-187i. A Athénes, au contl:'airtl, ll eat préBBnt
dans les niveaux de la premiéra moitlé du Véme siécle ifouillea d l'Agora)CHayeB
11972), p. 1241. Hayas, pour 111 part, eat d'avls de placer ea pérlode d'utllbatlon entre lea aiiD.éaa 420 et 476.
Rebord d'un bol4llstel Hayas 91 A (LambogHa 38). Fragment. PAte et vernia da type
DI. L!stel horizQntal A axtrémité recourbée. La lévre manq'le. Diam. b.: non mesura]) le.
Trés Jbnct.lonneUa, cette forme a cannu une grande dilfuai.on au Bas-Empinl, ten!
sur les ~ements romairul d'Orient que d'Occident. Son apparition seralt 11 placer
(lana lea preDliéres années du Véme alécle. ll en exiete des examplalrea tardlfa ancore au vtéme sl~cle (Hayea (1972), p. 140-144; Martin 11875), n.• 12).
Bord d'1Ul bol Rayes 99 A (Lam.bogHa 1). Lévre en •amando., arrondie 4 l'extérleur.
l'Ate et vernis de type D2. Dlam. b.: 180.
Forme assaz =une qu1 deviendra fréquenta dans la saoonde moitié da Véutu
al~cle. On an connalt das varlantea encare plus tiii"divea (Rayes (1972), p. 152-155;
Martln (1975), n.• 13).
Forme ossez vols!ne da la précédente. Mais le bord e:ttériaur, au lieu d' @tre arrondl,
art plat et obllque. Pite et venrls de IYJie DI (?¡, Dia.m • .b.: 180-190; ép.: 4/5. Datation: Vllme siécle ap. J. C.
Forme lnédite. Lévre trhwgulalre 4 bordlll'fl externa' vertloale, L11. pii.I'Oi eat guillo~hée 4 l'elrtérieur. Pllte de tYIJB DI. Vernls aasaz mal conservé et écaillé en de
nombreUJl endrclla. Paro!s assez fine• et peu épalases. Dlam. b.: 190; ~p.: 3/4.
A rapprocher d'u.ne coupe bémJsphérique da Salnt-Etienne de Gaure (Rouffiac
d'Auda, Auda), dont le proffi est comparable (cf. Martln (1974), p. 143-144; tlg. 67,
n.• 1). Datatíon: Fin IVtlme, début Véme. aiécle, sana qu'U aolt poasibla da préclser
davantage.
Grand plat de forme indétf!rmlnée. Lévra en biseau. P4te ot vends da typa D2. StrJes
da tournanage vi~iblas A l'in.térleur. Dlam. b.: 320; ép. 5/1).
A rattacher vraisamblablement aux productJons tarWvea dala slgillh claira D
du Véme slécle.
44 (Mag. 0208)
Autre forma inlidite. Rahord. I.eV111 en bourrelat, Parois obliques et droltea. P4ta et
vemis de type D2. Diam. b.: 280: ép.: 5/6. Datation: saconde moitié du Véme siécle (?).
45 (Meg. 0553)
Rebord d'u.n plat de forma 61 B. Bord trlanguialre. La levreut soullgnéa l l'inté·
rieur par una mouiure en creu horizontale. Pille et varnls de type D2. Dlam. b.:
260; ép.: 6/6.
Cette varianta est datée généralement de la premlére moftié du Véma aillcle
(Hayes (1972), p. 107; Deneauva (19721. pi. 1 et ll).
46 (Mag. 0560)
Fond d'u.n plat Hayos 67 Adécor estampé. PAta et venrla da IYJIII D 1. Décor: styles
A2 ou A3. Sur le mlidaillon 081ltral, alllnnance de croissant& bachurés (n.• 72) et df!
rouelles oonoantrlques In.• 10). Detation: lar quart du Véme siéde (Planche 1).
- rouelle n.• 10 IMartln (1974), p. 69). Tres commune sur formeil60, 81A, 82A
at 67. Cf. Hayas (1972), n.• 27; Mouret (1927), pi. 53, n.• 23; Zalss (1933), p. 488,
fig. 16; Waagé (1933), fl.g. 3, n.• 150-158; Id. (1948), .llg. 29, n.• 4-5; Jones (1950),
- 245 -
[page-n-286]
"
T. MARTIN
flg. 163,
12h.
n.• 6; Allala (19511, p. 41, n.• 10; Jodlll/Ponalch (1960), pl. 1-IV, fig.
Ba,
-croissant n.' 'J21Martln (1974), p. 78). Cf. Hayea U972), n,• 73 (k, U: Waagé
(1933), fig. 3, n.• 200; id. (1948), fig. 29, n.• 16; Jodin \1967), pl. LXIX-LXX; Caballero Zoreda (19711, fig. 2, n.• 7 et fig. 3, n.• 4.
47 (Mag. 0285)
Fond de plat de indéterminóa; pAta et verois de typ!l Dl. D~cor: style A; rouelle concentrique (n.• 4). Datation: aeoonde moitié du IVéme eiécle. (Planche I).
-roue!le n.• 4 (Martin (1974), p. 68): Rayes (1972), n.• 23; Waagé (1933), n.•
151, 194; Zeies (1933), p. 467; LamhoElia (1960), tlg. 104, n.• 5; Jones (1950), flg.
48 (M ag. 0562)
Fond de plat. Pragment. PAta et vernis de type Dl; ép.: 4. D'~or: reate d'uncarré réticulé ocellé (variante n.• 621. Datation: trolaléme quart du IVéme alécle !cf. Martln
(1974), p. 77; Uayes [1972), n.• 71 et pi. III b; Weagé (1948), flg. 29, n.• 8; Jodi!l/Ponslch 11960), PI. I, fig. 9e et g; Alarcao (1963-1964), pl. VI, n,• 12, 14; Jadin
(1971), p. 56; Damergua (1973), fig. 26, n.• &61). [Planche 11.
Fond do p\at. Pata grossiére, lie-de-vi.n. Vernis épaie, brun·rouge. Style A3 [7). Roset·
ti! enfennée d!liiii un cercle et «carré concentrlquao, tous deux lncomplets. Polncons
inédits. Datation: Premiar quart du Véme siécle. {Planche 11.
163 H; JodhVPon!rlch (1960), pi. II et III.
49 {M ag. 0561)
SIGILLBB CLAlRB B BT SIGILLBB LUISANTB
Al
S.lgill6e elaire B (flg. 4)
50 (Mag. 03431
51 (Mag. 0488)
Rebord d'un bol Lamboglle 2 é.lévre en amF.nde et bii.Ddeau externa llilse. Diam. b.;
180; ép.; 6. PAte dure, ma.1TOD clair, finement micacée. Vernis trés dé era dé, rougeorangé foncé et con~ervé seulement é l'extérl"'ur du vase.
M~me fonne, mala ;\. lévre trés arrondie. Pansa gulllochée assez groseierement. Pate
dure, moueseuse, beige clair ave e de minuscules noyaux argilo-calcaires d!!Ilale dégralssant. Vernls épais, écaillé il.l'intérleur, mat, brun-rouge fonci!. Traces de tournassage visibles en plusieUl's endroits. Diam. b.; 200; ép.; 6/7.
PSJ: son pro!U carectérbtlque, cette forme so ~approche ancore heaucoup de~
Drag. 37 du sud de la Gaule{Lamboglla [1958), p. 302-303; Darton (1972), p. 146),
Ello est attestée a Vinümille dés ls fin du lléme sil!cle de notre l!re !Lamboglia
{1950), tlg. 77, n.• 31-321.
52 (Mag. 0487)
Rebord a marli gulllocbé d'une coupe Lamhoglia 4/36. Pata dure, marran clair. Vernls médicmre, rouge-orangé foncé. Diam. b.: 210 environ; ép.: 416.
C'est !'une des form11sles plus ancleo.nes do la sigi.Uée claire.B. Son apparitlon
seralt tl. placer sous Hadrlen ou ti U coUl'll du rtgne d' Antcnin le Pieu {Lamboglla
(1956), p. 304-305; Darton (1972), p, 149-152). On en coo.nal:t toutefois quelques
exemplaires plus tardifs des IIII!me et IVéme siecle tl. Montpellier (nécropole SaintMlchel) et A Marseille.
53 (Mog. 0341)
Bol de forme Lamboglia 8. Fregment de bord. Lolvre épsisse se refermant vms l'intérleur. Le bord est souligné 4l'e:lrtérioUl' par uno fine rainUl'e circulairo. Plte maJ.Ton
clair, feuilletée, ave e des points blancs dans le dégnissant. Vernio terne, lisse et ¿~
bonne qualité, orangé-jeune. Diam. h.: 170; ép.: 4/5.
Type trés commun en algilléo claire B. De trés nombreux exemplsires o.nt été si·
gnalés en partlculier 1!. Vabon, Cavaillon, Vintlmille, Ampurias, etc ... (Lamboglia
(1956), p. 307; Darton (1972), p. 152-156). · Datation: 160-250.
Méma forme, 1!. hord droit et lévre arrondie. Plte beige clair, nrlcacée. Vernis rougeorangé, luisant. Diam, b.: 120; ép.; 4/5. Procb& d'un exsmplaire trouvé é. Vaison
(Dartoo (1972), p. 154, n.• 8).
64 (Mag. 0378)
55 (Mag. 04751
66 !Mag. Ool85)
Assiette é. bord !'9Dtrant Lamboglia 9. Lévre effilée. P4te W&ITOn·b&ige, nrlcacée.
Varnis rouga.orangé lulsant, trb dégradé a l'extérleUl'.
Forme également trols fréquonte, coo.nue aussi en elgillée claire A etC. Elle a été
produite, semble-t-ü, peodant une 11ssaz lo!lRua duda qui s'étend de la IBconde mol·
tlé du III!me sil!de A tout le IIIéme siécle (Lamboglia (1958), p. 308; Darton (1972),
p. 155-157),
Urne Alarga embouchUl'e (Diam. b.: 110), procbe de Lamboglia 28. Lévre détacbée,
avoc un ambottemant sur la faca inteme pour recevoir un couvercle. Ptte morron·
beige, micacée, tres tendre. Vernia rouge·orange Juisant, trl!s •caillé par endro!ts.
- 246 -
[page-n-287]
CERAMIOUES ROMAINES TARDIVES
57 {Mag. 0380)
58 lMeg. 0279)
59 (Mag. 0502)
50 (Mag. 0504)
"
Forme asa.ez rara el\ algill~a claire B, qul ~e retrouv~ plus ~ommunénlel).t en T. S.
luisante. Elle caractérise surtout la IIIéwe siécle (Lomhoglle (1956),p. 312-3131. Ltl
profll aesez particuller de aon rebord permet de la rapprocñer quelque peu d'un
exemplaire conservé altiourd'hui a u Musée de N!mes (Darton (1972), p. 168, n.• 11.
Coupelle Lam.boglla 35, sana déC
bien plus faocé Al'int.érieur, plutM mal I:Oll5ervé. Dlam. h.: lOO; ép.: 4.
Peu com.mune en sigillée el aire B, elle doit compter parm.llea fonnes les plus anciennes de ce groupe et appartenir a u lléme siécla de notro ére {milleu-sec<;~ndo mollié) (Lambaglia !1958), p. :na; Darton (1972), p. 1731.
Memo forme, également nns feuille d'eau. Lévre effilée. PAta dure, marran-beige,
micacée, ave e de no!IIbl"eux points blancs done le dégrai1sant. Vernis de trés bolliiB
qua.libl, rouge-orangé lulsant, lisse et uniforme. De fines traeos de to'urnanage sont
visibles A l'intérleur du vase. Diam. b.: 112; ép.: 3/4. D¡¡C¡¡tion: 150-200 enviran.
Fond de mortler. Forme inédita. Piad masslf, illarga surface do posa, arrond.l A
l'extériour, oblique at drolt A l'intérlour. PAto marran, mkac~o et dure. Vemis
rouge-orangé mat: ép.: 8/20. Dlam. p.: 12.0.
Ce type ne figure ni dans la c\asslficatlon pdllininaire de la s:l&iJJée clairo B du
Prof. N. Lamboglia, ni dans lo travail plus r~cent d'A. Darton. D est toutafois poesible de le rapprocher des vaees Lamb. 46 A mulle dollon, en Bigllléa luisante, qul ont
servl de mortiers. Ceux-d sont datés généralement de la fin du Illéme aitlcle. Cartains ont également été prodults eu déhut du slécle sulvant {Lamboglla [19631, p.
178-179) (voir cl-dessou1 n." 101 et 102).
Méme forme que le vaso précédant. Fregment de fond. Pled arrondi a l'axtérleur,
oblique et concave a l'lnblrieur, Largo surface de poae. Une reinure assez profando
mDI'qua, A l'extérieur, la jonction de la paro! et du pied llllllulalre. Incrustatinns de
sable ·sur 18 fond Interne. Dilun. p.: 80; ~p.: 6/7.
M~mee observatianl que pour le n.• 69.
61 (M ag. 0280)
Fond de Dreg. 37. Fragment. Pi8d aunulalre, tusez détaché du reste du corps du vase, Alarge surface de pose, arrandi Al'intérieur et Al'extérieur. PAta dure, bien culta, marran sur les bords, grlse au centro, finement Inicacée. Vernl8 uniforme, rougeorangé, luisant par endralts. Dlam. b.: 66.
Comparar avac un Drag. 37 en eig!Dée claire :a de Vintlmille, datée des tontas
premiéres années du Il!éme s.!éclo (Lamboglia {1968), p. 319),
62 (Mag. 0322) Drag. 37. Fragment de fond. PAte trés dure, micacée et bls!l'e. Vornis uniforme,
identique A celul du n.• 51. Piad IIITOndi A l'extérleur, angulaire et conoave A l'intérieur. Diam. p.: 54. Da.totion; 200-210 enviran.
63 (Mag. 0495) Drag. 37. Fragment de pense décorée. PAte dure, fine, tré!l serrée, micacée et ocrebeige. Vernis bien conservé mémo our les relief1 du décor, orengé-belge,llase et lulsant: ép.: 9/10. Décor dparti sur deux registres séparés par una fine baguatte hori·
zontale en relief. (Planche 1).
l." Sur celul du haut: un amcUr atlé, agenouillé et tourné 11. droite; la partie supérleure manque. On ne counaissait pasjusqu'icl ce poinQon sur aig!Ilée clalre B
d6corée. Menifestement, ll s'agit lA d'un emprunt falt aux produc-sud-gauloises du ler siécle de not.ro ére: cet Amour, légérement plus grand, figure en effet
dans le répertoire décoratlf de plusieurs potiers de la Graufesenque sous les
Flaviens: Oswald (1937), n.• 501, pl. XXIV;Déchelette {1904), n. 0 274; Harmet (1934), n.• 36 et pi. 42, n.• 31, pi. 53, n.• 37, pl. 85, n.• 2, pi. 108, n.• 5;
Knarr ( 1919) 97 A. Styles de RUFINUS, FRONTINVS, MERCATOR et MOMMO
de Claude !l. Domltien.
2.' Sur la registre dubas, un oiseau au rapos, tourné 4 droite et regardant A gauol:!e; A la sulte, arrlére-train incomplet d'un animal \11: PolnQOns 6galement
inédita. Ce type d'oiseau s été souvent ut.ilisé su Ier siécle FDr les décorateure
i:le la Graufesenque {Oswald (19371. n.• 2.247·2.256, pi. LXXXV).
Le style «Ubl'(l~ de ce tesson différe essez de celul que l'on rencontre habituellement sur lea Drag. 37 de sigillée claire B; ce deroiel', rappelons-le, se caractérlse par
J'emplai trés strlct de panneaux séparés par de fines calonnettes tortladées entre les
quelles sont disposés les d.lvertl éléments du décor: dlvlnités, gladiatll\l,t8, animaUll:,
etc... (Lsmboglla {1956), p. 321·323; Bém.ont (1970), p. 214-234; Darton (1972), p.
- .1.47 -
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20
T MARTíN
179-181). Par ailleun, cette séparatlon en deux rsgistres superposés de la zone di!icorée n'est pas tans rappeler calla de certaina Drag. 37 en slgilléo hispanique des
lléme et IIIéme siécles de notro Are (nombreux exemples dans Mezquirlz (1981), to-
men).
64 (Meg. 0340)
Pelit bol décoré !l. la bnbotine (productlon rhodanienne: T. S. dalre B (7). Deux tessons. Petit hord horlzontalavcc une tgouttlére1 sur le des sus. La lévre est saulignée
A l'extérieur par deux fines rainures clrculalres superpooées. Péte dure, mlllTIJn-belge, micacte. Vernls épais, rou¡e-orangé fonc(¡, tréelégérement brlllant par endrolt.a.
Sur la pansa, décor de lunules faites A la barbotine. Dlam. b.: 120; ép.: 4/5. (Plan-
che Il.
Forme Msez rara, proche par son pmfil du type Lamboglla 2 en slgllléa claire
luisante. L'un d'eux, découvert dans la tumbe VII de la nécropole du Chemin des Romalns il. Frontignan (Hérault), a été postérieurement aux années 346 de notro ére
(AlbagnadValaison !1969), p. 145, fig. 10 et pi. V, n." 21. A S11.n Feliu da Guixols (provinco do Gérone, Espagne), deux autres ont lité roncontrés d11.ns un contexte des
II!~me et IV~me siécles (Esteva Cruailas (19621. p. 56, !ig. 3, et pi. 1, l, n. 0 3).
65 (Mag. 04941
Bl
M~me fcnne que le va~e précéoisnt. La cgouttiérel est bien plus marqué e sur la hordW'6 supérieurs de la li!vre. Parois ~galement _plus OOIIIOOs. Páte ocre-beige, flne, dure et micacée. Vernis de bonne qu(l]ité, épals, uniforme, brun-rouge foncé. D~cor:
sur la pan¡¡e, cécailles de pomme de plru, faltes A la barbotine. Dlam. b.: 110; ép.:
3/4. (Planche !1.
Méme datation que len.' 64.
Sigill6e lui111.nte (fig, !1 y 6)
Bord d'une coupe Lamboglia 1/3 B. Lévre en ~amande1, ru:rondie sur le dessus. Pllte
dure, ocre-beige, avec des c11ssures franches. Vernis brun-mru:ron foncé, trés solide
et luisant. Dlam. b.: 200; ép.: 7/8.
C'est !'une des formes lea plus communes de la siglllée luis11.nte. D"apds N. Lamboglia, aon appo.riUon serait a placer dana le courant de la se conde moitié du IIIéme
siécle (Lamboglia (1953), p. 168-170). On en connalt cepend~rnt des exemplillrcs
bien plus lo.rdifs, du mllleu et méma de la seconde moitié du IV~me siilcle. C'est alnsi
que dans une des tombes da la Nécropole de Saze (Gard), un vese de ce type a été
trouvé assodé ¡\ des monnales de Constant Ier (337-350) et de Com;tance Il (351361) (Gagnlére (19651, p. 67, fig. 13 etp. 69, fig. 14, n."16). Deméme dans l11 tomhe
V de la nécropole du Chemin des Romalns de Frontignan (Héro.ult), une coupe Lamh.
l/3 B étalt accompo.gnée d'una monnaie de Constantln Ier, émlse en 322 (Aibagnac;IVeleisnn (1969), p. 144, fig. 9 et pi. 4, n.• 1 ). Enf'm, ¡\ Almuñecar (Espagne), M. Sotomayor y Muro en a rencontré plusiours exemplillres mélés a des formes de sigillée
clalre D de la seconde moitié du !Véme slolcle (Sotomayor (1971), p. 169, n.• 104108, flg. 17 et pi. VUI).
.
0299) MGme formo, Fragment de bord il. levre plun effllée. PAte dure, ocre-beige. Vernls
lulsant, plus roncé et mat il.l'intériour do vas e. Stries de tournassaga tas vislblss, ce
qui témoigne d'une exécution assez médiocre ou tout a u moins d'un manque de flnJtion tvident. Diam. h.: 210; ép.: 5/6.
0391) Idem. Le décrochement de lalévre a l'extérieur est trés prononcé. Pllte tendre, ocrehaige. Vernls écalllé et assez mal conservé; brun-mar:ron foncé ll.l'extérieur, rougeorangé clalr il.l'intt!riew. Dlam. b.: 150; ép.: !i/6.
049 O Idem. Forme biw plus refermée que les pri!cédentes, 4 llivre inclinéa vers l'lntérieur. Vernls rouge-orangé hrlsant, ave e des marbrnros brunes sw le bord extérieur.
Diam. b.: 160 envlron; ép.: 4/5.
0321) Idem. A bord tres arrondi. P.1te teudre, o~ra·belge. Vernis trés dégradé, brun-rouga
foncé. Diam. b.: lBO; ép.: 6/7.
0379) Idem. A encolure droite ot verticale. P.1te de qualité médiocra. Vernls brun-orangé é.
l'extérieur et trés mal conservé sur le dessuS de la lllvre et il. l'intérleur du vase.
Dlam. b.: 170; ép.: 6/7.
0393) Idem. Forme a~se~ petite, avec das guillochures :iur la pansa. PAta beige, tendre.
Vernis marran Juisant, trlls dégradé A l'ext!lrieur. Diam. b.: 130; llp.: 4/6.
0394) Méme forme. PAta orangée, dure, Vernis rouf¡a-foncé, avec des marbrures brunes
sur le bord extédeur. Diam. b.: 180; ép.: 5/6.
66 (Mag. 0489)
67 (Mag.
66 (Mo.g.
69 (Mag.
70 (Mag.
71 (Mag.
72 (Mag.
73 (Mag.
- 248 -
[page-n-289]
CERAMlQUES ROMAINES TARDIVES
74 (Mag. 037B)
75 (Mag. 03951
76 !Mag. 0492)
71 (Mag. 0486)
76 (Mog. 0472)
·t9 (Mag. 0483)
80 (Mag. 0490)
81 (Mag. 0493)
82 (Mag. 0479)
21
Idem. PD.te tendre. Vernis ma.rron:foocé, écaillé en da nombreux polnts. Olam. b.:
210; ép.: 6/7.
Idem. Vernis brun-rouge foocé, luisant et solide. Diam. b.: 192: ép.: 6/7.
Idem, maki de taille réduila. Plte temh:e, ocre-beige. Vernis solide, luisant, brunfoncé. Dia.m. b.: 120; ép.: 4.
Idem; fraglllent de bord. La Jévre a légérament tendanca 11. se refel'Dler vers l'illtérleur. PD.te claire, tendré. Vernis brun-rouge, luisanl il l'exlérieur, rosltre ll'intérieur. Diam. h.: 220; ép.: 5/6.
·
Idem. LéVI'
Idem, PD.te &risll.tre et tendre. Vemia orangé terne, trée uaé au niveau de la iévre,
Diam. b.: 174; ép.: 4/6.
Idem. Type refermli et de grand fol'Dle.t. PAta qcre belga. Vernis marron et luisa.nt.
Diam. b.: 210; ép.: 4/7.
Idem. De petlt formal. Varnis marron foncé, solide. Dlam. b.: 140; ép,: 4/5.
Idem. Trl!s dégril.dé. Vemis brun-rouge, plus clair i!.l'intérieur: Dia.m. b.: 185; ép.:·
~7.
83 (Mag. 0484)
84 (Mag. 0482)
85 (Milg. 03011
86 (Mag, 0392)
87 (M ag. 0477)
88 {M ag. 0474)
"
(M ag. 0291)
90 (Meg. 0527)
91 (Mag. 0517)
92 (M ag. 0514)
93 (Mag. 0350)
94 {Mag. 0351/
95 (Mag. 04021
96 {Mag. 0512)
97 IMag. 0609)
98 (Mag. 0507)
Idem. Pata landre, ocre-jeune, mlcacée. Vernis peu rlislslant, conaervé surtout 11.
l'lntérieur. Diam. b.: 190; ép.: 5/7.
Idem. Pa.ta tendre, ocre-belge: vernl9 rouge foncé, avec des reflets luisants, bien
conservé surtout a l'extérieur. Diam. b.: 180; ép.: 5/6.
ldem. Vernl8 ri:J.a.rran fancé é. l'extérlour, luis!lllt et plus arangé é. l'intériour. Nombreusos strles de tournassage. Dlam. b.: 170: ép.: 4/5.
Forme lis B é. décor pelnt. Fro.gmenl dfl.bord. Plte dure, orange et mlcacéo. Vernis
marran foncé, o.vec des marbrures aur le bord extérleur de la lévre. Sur lo. pansa,
reSte d'un décar en «Sil couché fait é. le pelnture bl~_c(!e et pessé avec un p!nceau
(lnfluence indirecta de la céremique dite«Allabroge• ou de certalnes productiollll
des atellers du centre de la Gauie?). Dlam. b.: 180; ép.: 5/6.
Méme type, il. décar peint éga.lamant, Fragment da bard. PD.tll orange, tendre et friable. Vernis orangé, mal, assoz dégradé. Surla pansa, suite d'anraulemonts apiralés
de couleur blanche. Dlam. b.: 190; ép.: 5/6.
Idem. Rehord de farme l/3 B. P!te marren fancé, dure. Vamis ocre-brun, luisant et
~orme. A l'extériour, sur la pan~e, un décor de petlts points hlancs auperpoab.
Diam. b.: !SO; ép.: 4/5. {Planche I).
Idem. Fragmant de pi!Illle. PAte arange. Vemis brun-rouge luisant. Décor en eS•
couché sur la paDlla, lncomplel; ép.: 4/5.
Idem, PAta clairo, sonora. Varnis orangé, épals, Dkar: tfiBte d'un cS. couché falt Ala
pelnture blancbe.
Formo Lambaglla 1/3 B. Fregmant de caréna gulllocbée. PAte arangé-belge. Varnis
brun luisant; ép.: 4/5.
· Idam. PD.te orangéa. Vemls brun mét!lllisé; 11voc guillocbures trl!lllgulairas. Ep.: 5/S.
Idem, avec une caréne assez 'peu marquée. PAta beige. Vernis rouge·orangé foncé
trés écalllé. Gulllochures fines et réguli!lres.
Idem. Fragment de pansa el caréne trés prnnoncéa.PQte orange-jo.une. Vernis couleur ocuin avec ;l certaina endroits des marbrun~s plus foncées. Petlles-gulllochures
trianguialres; ép.: 5/6.
Idem. PAta grise, «surouite». Vernis maJTon fcncé, trés luisant; caréne el pansa guillachées;ép.: 5/7.
Idem. Vemls orangé, trés dégradé au Wveau de la carlina; avec des gulllochures,
Idem, ave e une caréne assez edoucie. Vernis orangé-beige, Usse et plutOt mat. Panse gulllochée; ép.: 4/5.
Idern. Vemls mat, orangé; avec des guillachures sur la pansa; ép.: 5/6.
- 249 "'"
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22
99 1Mag. 0405)
T. MARTI:N
lOO (Mag. 0404)
Idem. Vernis brun foncé, trt\slulsant. Panse guillochéo; ép.: 6/7.
Idem. Fragment de pallll& guillochh. P!te orange. Vurnla gris acler, tres luisllllt. ép.:
101 (Mag. 0324)
"''·
102 (Mag. 05201
103 (M ag. 0476)
104 {Mag. 0480)
105 {Mag. 0470)
106 {Mag. 0346)
101 (Mag. 0381)
109 (Mag. 0629)
109 (Mag. 0396)
110 (Mag. 0399)
111 {Meg. 0397)
112 (Mag. 0501)
113 (Mag. 0347)
114 {M ag. 0499)
115 (Mag, 0523)
116 !Mag. 03811
Mortiar Lamboglia 45 A mufle de lion. Fragment de bord. Lévre arrondle ae referma.D.t ver~~l'intárieur. Une fine rainure horizontal& souligne le bord uxtérlaur. P4te
tendre, orangé-jaune. Vernis égalament or!lllgé at luis!lllt. Diam. b.: 210; lip.: 6/7,
Porme aasez rue en slgillée luiaante. Das examplaires trouvés 4 Vlntimllie ont
6tá dath de la fm du Illéme $léole_ {Lamboglia (1963), p. 178-179). Un sondage stratigraphigue effectué en 1974 sur l'emplacement de la fanderie gallo-romaine des
MartYll (Ande) a permis d'en rec11ellllr un dans un contexta arcbéologique d11 mille11
de ce milttte siécle (Recherche~ de la Pacultá de Toulouse-Le Mlrail).
Méme forma. Pragment de panse; ceréna en angla drolt, limit!le 6 sa partie supérieure par une rainure horlzontale trés bien marquée. P6te ocre-beige, dure. Vernis
presque noir et métallisé. Dcztcztion: 250-300.
Variante LlllDbogHa 3/45 (11. Bol caréné é lévre plate, a veo deuxrainures horizontales sur le bord extérleur. PAta tendri!, ocre-beige, vernis orangé-rouga, luisant.
Diam. b.: 210; ép.: 6/6. D"tatlon: fin Illllme-début lVéma slécla.
Méme forme et mémes caractérlatiques. Varnls ocra-marron fonOO. Dlam. b.: 190.
Idem, ma.i• 11. embouchure plus refermée. PAta et vernis orangés. Diam. h.: 190; ép.:
~··
Idem. Une seule ralnura sur le bord elrtérieur.Uvre ~slégllrement retombante
vers l'intérleur. Plte orenga, dure. Vernis brun, trés foncé et mat. Dlam. b.: 174;
ép.: 5/7.
Idem. Pl'lte ocre-beige. Verni:l liase et orangé Al'extérleur, brun et rugueux 11 l'lntérieur. Diam. b.; 170; ép.: 5/6.
Plat de forme Lamboglia 9 B. Fragment de fond. P4te dure, ocre-beige. Vernls
orangé-bnm, trés dégradé par endrolts; ép.: 6/7.
Typa assez rara en slgillée Iuis ante (Lamboglla (1963), p. 173). Datation: Uiéme
siécle.
Petit pichel Lamlloglia 14/26. Fragment de bord. Lllvre obligue, soulignéa 6l'extérieur par une fine rainure circulalre. J>4te man-on clalr, dure. Vernla assez uniforme, bnlll-rouga ~~ lulsant. Diam. b.: 90; ép.: 4/6.
Forme trés t~éguente en siglllée luisante dont l'apparition dolt étre placée é la
fin du Jlléme siécle (Lambcglla (1963), p. 175)-Elle est tnls ccmmune au IV!lme siécle {Barruol (1963), p. 110; fig. 19/20). Aina!, den.!l une des tomlles de le nécropole
de Saze (Gard), un. vase de ce type a été trouvé aasocié é des monnBies de Valentinien 11 (375-392) et de Julien I'Apostat (361-364! (Gagnl~re (1965), p. 69, flg. 14, n.o
10). A Fl-ontignan également, tous les plchets Lamh. 14/26 qul proviennent da la nécropole du Chemin des Romains eont poetérieur8 aux eunées 346 da notre tire (AIbagnat:Nala.ison [19691, p. 142. fig. 6 et 7, pi. 2. n:o 1 et pi. 3, n. 0 3).
Ansa d'u:n pichet Lamb. 14/26. Fragment. PAta oCre. Vernls brun nolrAtre, luisant.
Lamb. 14/26. Fragment de fond. Pled annulalre, trés eeillant. Fond ch!Ulfreiné. Plte
gris e, dun:~ et nurcuitet. Vernls lie-de-vin, lulsant. :Ólam, p.: 36.
ldem. Piad arrondl é l'extérieur, obligue et droit é l'intérieur. P4te ocre-beige clair.
Vernie orangé foncé, Dlam. p.: 39.
Idem. Foud externa creusé de deux rainures concBlltriques, piad 11 large surface da
pose, arrondldl'extérieur. P4te man-ou clalr; Vernis orangé et luisant, écaillé par
endroits. Dlam. p.: 34. Dalation: IVéme eiécle.
ldem. Un peu plus large que lea fonda p~cédents. Chanfrein 1ur la partialnteme du
piad. Pa.te dure, orangé el sir. Vernle ocre-brun, luis~t. avec ;l. certeins androita des
plagas plus brunes. Dlam. p.: 44. M@me datation.
Olpé globlllalre Lamboglla 14. FTagment de pansa. P4te claire. Vernis marron foncé,
lulsant. Nombreuses !Itrias de tournasse.ge t\·l'intérieur; ép.: 4/7.
Forme coutemporaine du type précédent (Lamlloglla (1963), p. 174).
M~me forme. FTagment de pansa. Pata tendre, bBige dair. Vernis orangé, assez mal
conservé. ép.: 5/10.
- 250-
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CERAMIGUES ROMAINES TARDIVES
l t 7 (M ag. 03031
M&DlOI foillle. Fragment de pall5!!, a veo attache de i'~mse visible; au"dueus, trois
moulures cil"culalres en c.rewr::. Páte orange, tendre. Vernb ocro-bnm, foncé at luisal"lt.
SIGILLEE PALEOCHRETIENNE GRISE (flg. 7]
118 (Mag. 05831
119 !Mag. 056BJ
120 (M ag. 0361)
121 (Mag. 0567)
122 (Mag. 0209)
123 (Mag. 05641
124 (Meg. 0565)
126 lMeg. 0566)
Assiette
cor estampt: euite d'ill"catures en fer a cheval (type: variante Rigoir 780: Marsellle
455; cf. P.igoir 119731, p. 57); a l'intérieur de chaqus arcatura, deux palitas rouelles
fol"lllées d'un cerda entouré d'une couronne de polntlllés (Rigolr 77S). Atollar Pro·
ven~ al.
D'aprés J. Rigoil", cette forme dérlveralt du type 9 de la sigiilée claire B. Elle est
asee~ rareen Provence et sur les s1tee du LIIDguedoc méditérranéen. Bien plus abandanta dans le ~Groupe AtlanUque• (Rigoil" (1968), p. 202). Assaz bien représentée
aussi sur plusleurs gllslMnta tardlfs de Subse P.omande (Rigoir (!967), pi. VII, des
Arpilllertm). Elle carectérlsa surtout la se conde moitié du Véme sillcla de notrs ére.
Fond de plet; fragment minuscule. P4ta gris cleir, tendre. Verrlis gris eofer, llsse et
met. Res \.e d'un décor estampé: rouelle et arcatura en po!ntillés. Ateller Proven~al.
Fragmenf de plat; fond. Pate grlse.' Vernls tr~s dé gradé. Décor: ercature et palmette (?); ép.: 4/5. Atelier Proven~al. Vélne siécle.
Forme Itigolr B. Fragment da bord. Lévre triangulake et 811gla extérieur vif. P4te
grise. Vernis gris clak, Usse avec des m.arbr"ur9s plus foncéee a l'intérieur de plat.
Dlllill. b.: 210; lip.: 4/5. Atelier Proven~al.
Trés proche encare par son profll du type Hayas 61A en slglllée clake D, dont
elle d~rive. Datation: premiar quart du VMne slilcle \?) (Rlgoil" (1968), p. 203).
Bol da fol"llle Rlgoir 18. Fragmsnt de bord. LéVTfl en bourrelat, rejatée vera l'eld:érieur. Caréne tr~s marquée. P4te gris cleir, flnement mlcecés; la vernis a dlsparu.
Dlam. b.: 130; ép.: 3/4. Atelier Proven~al.
C'est la forme la plus typiqus de la aiglllée paléochrétieDDe. Elle dérive, toujours
salan J. Rlgolr, des slglllées sud-gaulolses (Drag. 37),
placer dens le courant du dernilll" quart dn lVt\me siécla (cf. la stratlgraphle du sita
de le Magdelelne, 6. Azllie lAude), dens Mertln 119?1).
Petit bol é madi Rigolr 3 A. Bord horizontal avec une ralnure circulalre sur son
pourtour. P4te grise et m.lcacée. Le vernia n'a pas été conservé. Dillill. b.: 146; ép.:
4/6. Décor: sur le marli, sulte de petites rouelles po!ntillées; elles sont trés dégradées. Atelier Proven~al.
Type trés commun en slgillée paléochrétienne. n aemble dériver de le fonne Hays~ 73 en sigillée clairs D. Datation: début V!)me sltkla (?).
Mortier Aliste! Rlgolr 29. Lllvre oourte etrejetée l\ l'eld:érlaur. Pata gris e, essez grossiére. Vernis gris acler, écalllé en plusleurs endrolt!l. Diam. b.: 240; ép.: 7/9,
Forme assez répanduo en sigiilée paléochrétienne; attestée en partlculler é Marseille, Saint-Blaise, Bordeaux, etc... IR!golr (19681, p. 209). Data«on: Véme slécle
probablement.
Méme forme, mals ancore plus grossiére que le précédente; listel épala et lévre retournée ver~ l'intérieur. PAte-et vernis gris. Dlem. b.: 320; ép.: 12!14. Méme
datatlon que le n. 0 124.
-
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T. MART.N
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MARTIN.-Ceramiques romaines tardives
LAM. 1
49
63
Sigíllée claire C A relief d'applique (n.• 18) ; sigillée claire O A décor géométrique estampé
(n.• 46. 47. 48 et 49) ; sigillée claire B décorée (n.• 63) ; gobe1ets A décor barbotiné (n.• 64
et 65); s igillée luisante «peinten (n.• 87, 88 et 90) . (Travaux J . C. Richard, 1967/ 1972)
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G. PEREIRA MENAUT
(Valencia)
INSCRIPCIONES LATINAS OEL MUSEO
OE PREHISTORIA OE VALENCIA
Las adquisiciones epigráficas del S. I. P., en los últimos años,
componen un pequeño conjunto de procedencia y características diversas, cuya revisión y publicación resulta conveniente por varias razones. Algunas de ellas han sido halladas hace poco tiempo, y publicadas inmediatamente má.s con objeto de dar cuenta del hallazgo que de
hacer un estudio detallado. Otras, conocidas ya por Hübner, han sufrido roturas que no permiten reconocer el texto del CIL o, en fin, han
sido trasladadas de lugar.
Debido a su diferente procedencia, y en espera de un estudio actualizado de toda la epigrafla de la zona, trataremos aquí solamente
de hacer una descripción fundada de los textos, señalando las caracteristicas más sobresalientes en cada caso. Es decir, evitaremos cualquier consideración más elaborada (incluyendo aquí la datación), que
por cierto necesitaría un estudio más completo del contexto epié:réfico, y general, de cada una de estas lápidas. Su escaso número y sobre
todo las reproducciones fotográficas explican que los textos no sean
acompañados de calco, sino solamente transcritos y desarrollados.
Por razones obvias, no aparece reseftada la bibliograffa anterior
al CIL. Las medidas son las máximas de la lápida o fragmento conservado, y aparecen siempre en el mismo orden: altura, anchura y profundidad. La numeración de las inscripciones no hace referencia a
ninguna anterior, y se inicia aqui para las conservadas en el S. l. P.
-
255 -
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'
G. PEREIRA MENAUT
J. Ara funeraria (93x49x41 cm.) de caliza marmórea rosada,
con base y cornisa que desaparecen en la parte de atré.s, alisada. Destruida totalmente la cornisa. Campo epigráfico con marco moldurado
(45x31 cm.). La parte anterior muy desgastada, pero es posible comprobar el texto que vio Lumiares, de quien lo toma Hübner y las demás publicaciones citadas. Medida de las letras: 5,5/5/5/5/5 cm.
(Lám. I, 1).
Procede de Canals (Valencia). Recuperada al ser destruida la iglesia donde servía de pila de agua bendita. Ingresó en el S. l. P. en
1956, por donación de ·don Leandro Tonno Sanz.
GIL II 3651; SS 28; APL IX (1960) pág. 236; ILER 3309.
5
D(is) M(anibus),
P(ublius) Manlius
Probillio,
an(norum) XLIII,
hlic) s(itus) e(st).
Esta es la única mención del cognomen Probillio en las inscripciones de la Península Ibérica, cfr. GIL II pág. 1.090 e ILER pág. 736.
II. Parte superior de una estela funeraria (60x62x30 cm.) de
caliza blanca porosa, del tipo muy abudante en la zona de procedencia. Se conservaba entera hasta hace poco. La parte actualmente conservada está compuesta por dos fragmentos unidos, habiéndose reconstruido con yeso la parte del texto que se había perdido (Lám. II).
El agujero de la parte superior y los cortes laterales son posteriores,
para ser utilizada como dintel de la puerta del castillo de Benaguacil,
donde estuvo hasta 1966. Campo epigráfico con marco moldurado
(primera línea del texto fuera del marco), restos de cuyo lado inferior
aún se conservan en el extremo izquierdo (42x42 cm.). Medida de las
letras: linea 1: 5 cm.; resto: 3 cm.
Procede de Benaguacil (Valencia). Recogida en 1966 e ingresada
en el S. L P. en el mismo año, por donación de los señores don Vicente
Vilar Hueso y don Antonio Benlloch.
GIL ll 3784; SS 18; La Labor del S. l. P . ... !966(Valencia, 1968)
pág. 79.
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INSCRIPCIONES LATINAS
'
D(is) M(anibus).
Grattiae C( ai) filia e
Crispinae, an(norum) XXIIX,
Caecilia Artemis
5 jiliae piissimae et
C(aio) Grattio Polynico
ann( orum) LXX m arito
optimo et sibi.
2: Nexo AE enfiliae.- 3: nexo AN.- 7: XX en CIL y publicaciones
posteriores, a pesar de que Diago {visto por Hübner) había leído correctamente LXX, lectura que se puede comprobar todavía hoy.
Los dos cónyuges son probablemente libertos, por tener cognomina de origen griego. Es frecuente que el hijo de un matrimonio con tales nombres tenga un cognomen latino: cfr. H. THYLANDER: «Etude
sur l'épigraphie latine)) (Lund 1952), pág. 124 y ss.
III. Bloque {67x189x26 cm.) de caliza azul oscura de la llamada piedra de Sagunto, con ejecución y letras de gran calidad. Arriba y
a ambos lados, liso; abajo y atrás, basto. Tres cartelas molduradas
forman tres campos epigráficos (todos de 45x50 cm.) con tres inscripciones. Medida de las letras: 6'5 cm. en todas las lineas. {Lám. I!I).
Procede de Benaguacil {Valencia). Hallada en 1971 en la partida
de La Olivereta, descubierta al arar un campo. «Debió formar parte de
un monumento funerario, destruido hace ya mucho tiempO>) (La Labor
del S. l. P., ... 1971). Apareció junto a otros sillares de gran calidad y
a una basa de columna y fue donada al S. l. P. por el propietario del
campo donde apareció, don Leoncio Escamilla.
La Labor del S. l. P.... 1971 {Valencia 1973) pág. 90 y ss.
a)
L(ucius) Caecilius
L(uci) f(ilius) Gal( ería tribu)
Certus
sibi et
b)
Aemiliae
Crispinae
uxori et
-
257 -
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G. PER.EIRA MENAUT
'
e)
L(ucio) Caecilio
L(uci) j(ilio) Gal(eria tribu)
Severo j(ilio),
an(norum) XVIII.
a)
Interpunción triangular en linea 2.- Hedera en línea 4.-
1: nexo AE.
b) Interpunción triangular en linea 3.
e) Interpunción triangular en línea 2 entre L y F y en linea 3.Hedera en linea 2 entre F y GAL y en línea 4.
IV. Fragmento de tabula {27x28x3'5 cm.) marmórea de la variedad localllam·ada Buixcarró. Rota por la parte inferior, falta seguramente un pequeño pedazo. Medida de las letras: 3'5 cm. en todas
las lineas. Son más altas la I en línea 3, H y S en línea 4 (todas ellas 4
cm.); la última S en línea 4, 2'3 cm. (Lám. I, 2).
Procede del término de Otos (Valencia). Hallada en 1914 a pocos
metros de la carretera de Albaida a Gandia. Arrastrada por las aguas,
sin referencias contextuales. Ingresó en el S. l. P. en 1952, procedente de la colección Jornet.
J. MARTINEZ ALOY, Diario «Las Provincias» de 29-10-1914; SS
189; M. JORNET, APL II 11945) pág. 266; S. MAR!NER, APL V 11954)
pág. 232; HAEpigr. 804; ILER 4324.
D(is M(anibus).
Ursa,
an(norum) XVIIII,
h(ic) s(ita) e(st). Aeras
5
'VC:!!?!'
[---.
Hederae en todas las lineas, incluso entre letras de una misma palabra.
Sobre el cognomenAeras, cfr. GIL II 458, Erari (genitivo). Aerasinus, .?erivado del que aquí encontramos, aparece en Dalmatia, cfr. G.
ALFOLDY: «Die Personennamen der rOmischen Provinz Dalmatia))
!Heidelberg 1969) pág. 143.
-
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INSCRIPCIONES LATINAS
V. Fragmento de ara o pedestal (24x26x26 cm.) de caliza marmórea rosada. Se conserva parte de los lados y de la cara posterior,
todos ellos muy lisos. Medida de las letras: 3'5 cm. (Lám. IV, 1).
Procede de Villalonga {Gandía, Valencia). Ingresó en el S. l. P. en
1954, donada por don José Pavia.
La Labor del S. l. P .... 1954 (Valencia 1956) pág. 45; HAEpigr.
806; S. MARINER, APL V (1954) pág. 232.
---]
[.) Valeri[u~
Campanu{sJ.
En línea 1 hay varios restos de letras, inidentificables.
En línea 2 antes de VALERJVS podrian caber dos letras, pero se
trata seguramente de una sola, la inicial de prenomen.
Estas líneas conservadas son seguramente la parte fmal del texto.
VI. Fragmento de estela funeraria (45x50x24 cm.) de caliza
blanca porosa como la del núm. 2. Rota por arriba, abajo, lado derecho
y atrás. Se conserva sólo una pequeña parte original del lado izquierdo, liso. Marco moldurado (casi desaparecido su lado superior) para
el campo epigráfico (31x29 cm.). Medida de las letras: linea 1: 4 cm.;
resto, 4'5 cm. (Lám. IV, 2).
Procede de Pedralba (Valencia). Utilizada como material de construcción, fue recuperada e ingresó en el S. l. P. en 1956, donada por
don Luis Duart.
E. PLA, APL IX (1960) pág. 236; HAEpigr, 1413; ILER 2259.
L(ucius) Iulius
Placidus,
an(norum) LXXXI.
Interpunción en línea 3.
Cfr.IRB 3-10 y 56, donde aparecen dos T. Iulius Placídus no necesariamente relacionables entre si {S. MARINER), y tampoco con el
presente personaje.
VII. Estela funeraria {58x46xl6 cm.) de caliza gris oscura, con
la superficie anterior mal pulida y un simple rebajamiento para formar el campo epigráfico (26x27 cm.). La parte superior acaba en dos
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'
G. PEREIRA MENAUT
puntas, una aguda y otra redondeada. Todos los lados, y atrás 1 bastos. Similar a las de tradición púnica conocidas en Africa, pero con la
doble terminación asimétrica (cfr. J. M. LASSERE: «Recherches sur
la chronologie des épitaphes paiennes de l'Africa», Ant. Afr. 7, 1973,
pág. 11). Medida de las letras: 3, 5/3, 5/4, 5/4, 5; es menor la X de linea 2, (1 cm.) y la segunda X en línea 4 (3 cm.). {Lám. V).
Procede de Pedralba (Valencia). Hallada en 1967 en una finca de
la partida de El Reguero. «Se recogieron fragmentos de cerámica sigillata hispánica y clara, un arco de fíbula romana, fragmentos de dalia
y cerámica corriente, todo lo cual hace suponer la existencia de una
villa romana que, debido a las labores agrícolas, puede darse por perdida>> (La Labor del S. J. P . ... 1967). Ingresó en el S. 1. P. en 1970.
La Labor del S. I. P. ... 1967 (Valencia, 1969) pág. 86 y ss.;
G. MARTIN- M. GIL-MASCARELL, PLAV 7 (1969) pág. 50; HAEpigr.
2604; MARTINEZ PERONA, APL XIV (1975), pág. 182 y ss.
M(arcus) Valerius
Poliantus, an(norum) XC.
C(aecilia ?) Quintia, an(norum) LXX.
Interpunción triangular en lineas 2 y 3; hedera en lína 4.- Doble
nexo AN en línea 2.- 2: En publicaciones citadas, POLIANIVS, mal;
ibid. falta la X en la edad del difunto.
El nomen de C. Quintia podría ser también C(ornelia) o similar.
VIII. Estela funeraria (89x47x26 cm.) de caliza blanca porosa.
Muy parecida a la inscripción núm. VII en cuanto a ejecución y tipo
de letra. Superficie anterior mal pulida, pero con un sencillo marco
moldurado para el campo epigráfico (26x27 cm.), Todos los lados y
atrás, bastos. Más cercana a las de tradición púnica mencionadas
(ver núm. VII). Medida de las letras: linea 1:5 cm.; resto: 4 cm. (Lámina VI).
Procede de Pedralba {Valencia). Hallada en 1967 juntamente con
la núm. VII. Ingresó en el S. l. P. en 1970.
La Labor del S. l. P . ... 1967 (Valencia 1969) pág. 86;
G. MARTIN- M. GIL-MASCARELL, PLAV 7 (1969) pág. 50; MARTINEZ PERONA, APL XIV (1975) pág. 182 y ss.
C(aecilia ?) Tempe-
stiva, an(norum)
XXX. H(ic) s(ita) e(st).
-
260
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INSCRIPCIONES LATINAS
7
1: En publicaciones citadas, CIEMPE, mal.-2: Ibid., SILVAN,
mal.
El cognomen Tempestivus/a es conocido solamente en Hispania, y
curiosamente los cuatro casos (CIL II 3012, 4027, 4278, 5840) pertenecen al área nordoriental de la Península. Uno de ellos, CIL II 5840
(Puebla de Castro, Huesca) aparece junto con WlO de los escasos nombres ibéricos conocidos por las inscripciones latinas, Asterdumari
según M. L. ALBERTOS: «Onomástica personal primitiva de Hispania
Tarraconense y Bética)) (Salamanca 1966) pág. 37, Asterdu según
Hübner (Asteduma aparece en una inscripción inédita de Algimia de
Almonacid, Castellón). Tempestivus aparece también en Dalmatia, en
Wl individuo de origen hispano, CIL III 2529; cfr. también G. ALFiíLDY: «Die Personennamen in der rb'mischen Provinz Dalmatia))
(Heidelberg 1969) pág. 306,
IX. Estela funeraria (137x50x24 cm.) de caliza blanca. Ambos
lados y atrás, bastos. La parte superior es cuadrangular, pero la cara
anterior tiene un rebaje de 4 cm. de profundidad para darle forma semicircular. En esta cara anterior, arriba, hay una cartela semicircular (25x36 cm.) con restos de pintura, donde no se puede apreciar
nada. Un sencillo marco moldurado forma el campo epigráfico
(27x28 cm.). En las letras se conservan restos de pintura, actualmente de color ocre pálido. Medida de las letras: 3'5/3/2'5/2/2/2 cm.
(Lám. VII).
Procede de Casa Zapata (Villargordo del Cabriel, Valencia). Hallada en 1960 en unos campos de cereales. «En el lugar en el que el arado extrajo la lápida se ven, superficialmente, abundantes fragmentos
de cerámica de distintas especies. Se recogen algunos fragmentos de
tradición ibérica ... >> (La Labor del S. l. P. ... 1965). Ingresó en el
S. 1. P, en 1965, donada por el propietario de la finca en que apareció,
don Alberto Gomila.
La Labor del S. l. P.... 1965 (Valencia 1967) pág. 81 y s. HAEpigr.
2241; ILER 6117.
fí
Iuniae L(uci) fil(iae)
Antiquae,
P(ublius) Valerius Antiquos (sic) matri piissumae, (sic) Ca}r¡n(orum)
xxxxv.
- 261 -
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G. PEREIRA MENAUT
'
5: En publicaciones citadas, PIISSVMA, mal. Sobre PIISSVMA en
vez de PIISSIMA ver núm. X.
X. Fragmento de ara votiva (45x29x18 cm.) de caliza blanca y
muy blanda, de la llamada creta. Rota por arriba y por atrás. Se conservan los lados originales, lisos. Medida de las letras: 3 cm., son más
altas L y O en línea 5 (3'5 cm.).
Procede de Los Santos (Rincón de Ademuz, Valencia). Hallada en
1972 en el paraje llamado El Castillejo. Fue donada al S. I. P. en
1972, por don Domingo Martinez Esparza, por mediación de don Manuel Fernández Arraiza.
Diario «Levante¡¡ de 4-2-1972; La Labor del S. l. P .... 1972 (Valencia 1974) pág. 113. (Lám. VIII).
---m>c---J
Gemel(l)us
Iovi votu[m]
lybe(n)s ·(sic) sol(vit)
5
M(arcus ?) Le(... ?) Octav(. .. ?).
lnterpunción entre todas las palabras.
Nexo AV al final de linea 5, inmediatamente después del cual empieza otra letra, quizá una V (unido su comienzo al final del nexo) o
quizá una A que estuviese también incluida en el nexo, que seria entonces A VA.
La forma lybe(n)s no es extraña, si bien el cambio de y por í es poco frecuente, {cfr. S. MARINER: «
medio de estas líneas que quedan. En línea 5 (M LE OCTAV está claramente separado por signos de interpunción) podría leerse M(arcus)
Le(nius) o Le(pidícius) Octav[i)y.[s]. El nomen Lenius (forma incorrecta de Laenius) aparece en GIL 11 4384 (Tarragona) = RIT 612.
Lepidic[iusJ en GIL II 1647 {Alcalá la Real). El cognomen Octavius es
frecuente, también en la Penfnsula Ibérica, ver CIL II pág. 1.088 e
ILER pég. 726.
-
262 -
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INSCRIPCIONES LATINAS
9
ABREVIATURAS
Ant. Afr:. - Antiquitós Africalnes
APL. - Archivo de Prehistoria Lc~antina.
CIL. - Corpus lnscriptlonum Latinorum.
BAEpigr.- Hispania Antiqua Epigraphica.
ILAlg. - Inscríptions Latine9 de 1' Algtlrle.
lLER. - Inscripciones latinas de Espafia Romana.
IRB. - S. MARINER, Inscripdone9 romanas de Barcelona.
La labor del SIP. -La Labor del SIP y su Museo en el pasado ado ...
PLAV. - Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia.
SS. -J. SANCHIS SIVERA, La Diócesis Valentina. Estudios Históricos.
RIT. - ROmische Inschriften van Tarraco.
SIGNOS (SISTEMA DE LEIDEN)
11
tJ
Desarrollo de una abreviatura. Introducción o intarcalamlento de letras ausentes.
Palabra completada par el editor (p()r rotura de la piedra.).
Corrección del editor.
<>
Palabras borradas en al texto de la piedra, a propósito (damnatio).
1]
Laguna en el texto de extensión determinabla {un punto por cada letra deaaparedda).
t:·:J
r---1 Laguna en el texto de extensión Indeterminable.
---1 Posible primera llnea del texto, desaparecida en la piedra.
Posible última llnea del texto, desaparecida en la piedra.
Letras muy mal conservadas, inseguras.
•bo
! ••
Separ¡¡clón de lineas, cuando se reproduce una ilncripción escribiendo unas llneas a contl·
nuación de otras.
Suprimido por el editor {se halla en el texto orlgi.ual).
,__ _
'o
-
263 -
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[page-n-307]
PEREIRA.- Inseripciones latina.;
Fragmento de ara votiva de Los Santos (Rin::6n de Ademuz)
LAM. VIII
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PEREIRA. -Inscripciones latinas
Estela funeraria de Villargordo del Cabriel
LAM. VIl
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LAM. VI
PEREIRA .-Inscripciones latinas
Estela funeraria procedente de Pedralba
[page-n-310]
PEREIRA. -Inscripciones latinas
Estela funeraria procedente de Pedralba
LAM. V
[page-n-311]
PEREIRA .- Insc:ripciones latinas
Fragmento de ara, de Villalonga, y fragmento
de estela. procedente de Pedralba
LAM. IV
[page-n-312]
PEREIRA.- Inscripciones latinas
LAM. 111
..
..
·¡:;
:l
Cl
e:
Q)
ca
Q)
E
,
Q)
Q)
u
o
li
e:
o
u
~
r:T
o
Cii
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PEREIRA.-Inscripciones latinas
Estado actual y forma primitiva de la este:a do Benaguacil
LAM. 11
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PEREIRA.- Inscripciones latinas
Ara procedente de Canals y fragmento de tabula,
procedente de Otos
LAM. 1
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A. BALIL
(Valladolid)
EL MOSAICO DE «LOS TRABAJOS DE HERCULES»
HALLADO EN LIRIA
(Valencia)
Este pavimento fue descubierto en 1917 en la partida de «La Bombilla» en la zona del «Pla del Are», en el término murúcipal de Liria.
Los restos descubiertos entonces, un capitel, cerámica, hoy en el Museo del S. I. P., restos de habitaciones, y posteriormente, han inducido
a sospechar la existencia en esta zona de una área residencial de la
Liria romana.
El mosaico ocupa un rectángulo de 5 '40 m. por 4' 60. Le enmarca
una cenefa de roleos de O' 40 m. de anchura. La superficie se divide en
dos áreas. Una con decoración geométrica que consiste en una serie
de cuadros formados por la contraposición de dos triángulos blancos
y dos negros (Lám. I). El resto está ocupado por doce recuadros con
representaciones de los «athloi», o <
cuadro central, enmarcado por una cenefa de arquillos, que alude al
mito de Hércules y Onfala (Lám. II).
Las dimensiones de dichos cuadros son las siguientes:( 1)·
a) <
b) ((Cinturón de Hipólita>>. Long., 0'82 m., anch., 0'605 m.
e) ((Jabalí de Erimantea». Long., 0'765 m., anch., 0'610 m.
j 11 Estas medidas han sido tomadas en la actual instaladón del mosaico en el Museo Arquaológko
Nacional(Madrid), tras ser trasladado de su anterior colocac!ón en el Patio Romano, Agrads~co al doctor
ALMAGRO GORBEA el facilitarme estas medidas y la nueva serie de fotogratlas que aqui se publican.
Agrade2co, igualmente, a la Dirección del M. A. N. su autorización para publicar dichas fotografles. Debo advertir que estos negativos son distintos de los publicados en la Historia de España de Menéndez Pida! (cfr. not¡1 2). El •Archivo Mes• posee también un negativo del conjunto de este mosaico.
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2
A, BAL!L
d) «Cerbero». Long., 0'835 m., anch., 0'615 m.
e) <
g) <
i) «El toro de Creta>>. Long., 0'77 m., anch., 0'685 m.
j) «Hidria de Lerna». Long., 0'73 m., anch., 0'67 m.
k) <
La parte geométrica y ornamental del mosaico ha sido ejecutada
con grandes teselas; en ocasiones alcanzan hasta los 0'020 m. de lado, al contrario que en las composiciones figuradas, donde son de menor tamaño, incluso en los fondos. ·Los colores han sido representados,
generalmente, con teselas de mármol, blanco, negro, gris, rojo, rosa,
amarillo y ocre, o de pasta vítrea, azul y verde.
En el momento del hallazgo el mosaico presentaba algunos deterioros producidos por desconchados. Así sucede en el tema de Hipólita, el asiento de Onfala y la figura de Hércules en el mismo cuadro.
Menos importantes eran, y hoy han sido suplidos por restauraciones,
los deterioros que se advertían en las historias de Gerión, del león de
Nemea y en orlas y fondos.
Se conservó, in situ, en Liria hasta 1941 en que pasó, por compra,
al Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Fue instalado, primeramente, en el «Patio Romano)), donde ha permanecido hasta la reciente
reinstalación del Museo (2).
(2) C. SARTHOU CARRERES: «Provincia de Valencia», vol. Il (Geografla General del Reino de Va
lencia). Barcelona, s.a., p. 554 y fotograf!a de conjunto.
G. LIPPOLD: «fleraklos Mosaik von Liria>. Jahrbucb des Deutschen Archaologischen Institut
XXXVII. Bcrlin, 1922, p. 1 y ss.
J. PillG 1 CADAFALCH: o:L'Arquitectura romana a CatalunyaJ>. Barcelona, 1934, p. 361-362 y fig. 470
A. FERNANDEZ DE AVILES: «Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional (1940-1945)•. Madrid, 1947, p. llJ y SS.
B. TARACENA: ~Arte romanoo, vol. II de Ars Hispaniae. Madrid, 1947, p. 160 y fig 152.
•Historia de Es{'aila» (Menénde~ Pida]). ll, 1955', p. 767 y ss., fig. 537, 540-552.
J. CARO BAROJA: *España primitiva y romana». 1957, p. 288 y fig. 317.
•Museo Arqueológico Nacionaho, p. 61, núm. 84 y Jám.
S. BRU 1 VIDAL: ~Les terres valencianes durant !'época romana~. Valencia, 1963, p. 186.
G. MAl!. TIN v M. GIL-MASCAB.ELL; ~La romanización en el campo de Liria•. Papeles del Labora tono
de Arqucologia de Valencia, núm. 7. Valencia, 1969, p. 26 y ss.
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MOSAICO DE LIRIA
3
Estilo e iconografla
Basta observar este mosaico para que la atención sea atraída y se
fije en su ilusionismo puntillista en las representaciones figuradas. El
musivario se desinteresa no sólo de cuanto sea representación volumétrica y naturalista, sino que sacrifica aspectos organicistas en
pro de nuevos elementos como puede ser la introducción de una «perspectiva jerárquica» en una serie de representaciones. Igual se diga de
la representación de la figura, sus lineas de colores o la discordancia
en emplear tonos claros y oscuros en los volúmenes, como sucede en
las escenas del «Jardín de las Hespérides>>, el «Toro de Creta», los «Pájaros de Estinfalim> o el <
misma posición en trabajos como son el del «Cancerbero», <
Obsérvese como se observe es imposible asociar la secuencia de
las «fatigas», según aparecen en el mosaico de Liria, sea al «orden tradicionah> que propuso Brommer (4) ni al grupo formado por el sarcófago de Velletri, las pilastras orientales de la basílica severiana de
Leptis Magna y un relieve del palacio ducal de Mantua que, según
Bartoccini {5) obedecerían a una tradición iconográfica común. Tampoco es vinculable a otros esquemas más antiguos como el, reconstruido por Treu .(6), de las metopas del templo de Zeus en Olimpia ni el
de varios sarcófagos (7). La mayor coincidencia se da en el hecho de
representar a Hércules imberbe en su lucha contra el león de Nemea
pero no, con la excepción del sarcófago núm. 2.300 del Museo Británico (8), como es frecuente en otros casos, en los trabajos de la Hidria
de Lerna o el jabalí de Erimantea {9).
Lippold reconstruyó la secuencia considerando el tema central de
«Hércules y Onfala» describiendo de izquierda a derecha y siguiendo
un sentido opuesto al de las manecillas del reloj. Con ello establecía la
siguiente secuencia:
Aqu!, como en muchos otros casos, representada como un ciervo.
EROMMER; *Herakles. Die 12 Taten des Heldem. 1953.
Rivista dell'Istltuto Nazionale d'Archeologia e Storia dell"Arte, n.s. VIl, !958, p. 129 Y ss.
!6) •Olyrnpim», III, l.
(7) Cfr. el cuadro de BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 209.
(S) oRep. Re!.», li, p. 475.
(9) EARTOCCINl, o.c. nota 5, se plantea, por consiguiente, la dificultad de la reconstrucción, en el
tiempo, de la sucesión de •fatigas». El grupo Velletrl-Leptis Magna·Mantua, as\ como un sarcófagoTorlonia («Rep. Re!.», III, p. 140) muestra a Hércules imberbe en escenas que en otras representaciones, con·
cret.amente el mosaico de Liria. aparece con barba. Hay que añadir que en algunos casos las circunst.anci~s de conservedón impiden discernir con certeza si se trata de un Hércules barbado o imberbe.
{3)
{41
!51
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'
A. BALIL
L e ó n-Hidria-Toro-Hespérides-Yeguas-Gerion-Establos-CerberoJabalí-Hipólita-Cierva (aquí ciervo)-Pájaros (lO).
La iconografia responde a la tradición general de representar al
héroe en cada uno de sus «trabajos>>. Se apartan de esta tradición los
mosaicos de Cartama ( 11) y Piazza Armerina ( 12). Una posible tradición hispánica }udiera sospecharse en el Herakleion de Gades (13),
pero los resultados no son coincidentes IÚ se prestan a establecer una
secuencia de los <
exacta. Aún asociando a Hispania el mosaico de Volubilis (14), cuyas
características no se prestan a establecer una secuencia de «athloi)), y
a pesar del prestigio del Hércules Gadítanus la balanza de datos, sal
vo inclusiones de iconografías en lucernas y tipos mol}etales, no acusa
un predominio occidental. No patece sea éste el camino para encontrar un reflejo de la difusión del culto del Hércules Gaditanus ni le son
propias algunas representaciones del héroe con clava y
han sido consideradas de formación y procedencia exclusivamente locales (15).
(10) LIPPOLD, o.c. nota 2.
BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 209. Sistemas diferentes al seguido por LlPPOLD conducen a una secuencia aún menos ~canónica». La sustitución de la cierva o corza por el ciervo es frecuent.isima. La hallamos ya en una de las metopas del llamado Theseion de Atenas; en la besa de Albano, hoy en el Museo
Capitalino (STUART·JONES, oCa t.», p. 62, lám. XIII), aparece la cierva, pero se encuentra e! ciervo en un
sarcófago da Velletri y en nuestro mosaico (BARTOCCINI, o.c. nota 5 p. 209, lo da como cierva, quizés
por lapsus del tipógrafo, pero su cuerno excluye esta posibilidad). Hay que anotar cómo frente el sarcófago de V~IIetri, en le basilica severiana de Leptis Magna y en el relieve de Mantua, aparece una cierva y
no un c1ervo.
(11)
A. BALIL: •Mo~aico con representación de los Trilbajos de Hércules hallado en Cartamao.l!olctín del Seminario de Estudios de Arta y Arqueología, XLIII, Valladolid. 1977. págs. 371-379; el mismo
texto en «Estudios sobre mosaicos romanos, V». Studia Archaeo\ogica, 49, Valladolid, 1!:178, y un resumen en ta revista
1954, pág. 51 y SS.
( 13) A. GARCIA Y BELLIDO: •Hércules Gaditanuso. Archivo Español da Arqueologia, XXXVI. Madrid, 1963, p. 104 y ss. y fig. 23, La seria de Cédiz se compone de Hidria-Le6n-Cerbaro·Yeguas de
Diómedes-Jabali·Cierva, m~s Anteo·Centauro Nesso-Aquelo·Apoteosis de Hércules. La relación la da Si·
lio Itálico (IU, 32) y hay que observar que las cuatro últimas ofatigaSJ> nunca fueron incluidas en la serie
~canónicao. Tampoco se advierte una posibilidad de comparar esta sucesión con otras representaciones.
Sobre le dificultad de la interpretación del texto de Silio Itálico, cfr. GARCIA Y BELLIDO, o.c. p. 104 y ss.
Para les irregularidades, asimismo p. 104, donde se propone una cronologie no anterior al 500 a. C. El
tema central. con la Apoteosis de Hércules, recuerda el cuadro central del mosaico de Liria y del de Cartame, advertido ya por GARCIA Y BELLIDO, o. c. p. 107 y ss. Trata de nuevo de dicho tema GARCIA Y
BELLIDO: •Les re!igions orientales daos I'Espagne romalne•. 1967, p, 157, insistiendo en la coincidencia de los
«athloio citados en oVita Apoll.o, V, 5. Desgraciadamente, la referencia es poco indicativa en nuestro caso, pues
el autor de la «Vito ApoU.10 que describe un ambiente anterior en un siglo y medio al suyo, trao:a generalidades
sobre el tema.
(14) THOUVENOT, PSAM, VI, 1941, p. 71 y ss.
(15) J. C. SERRA RAFOLS: «Posibles bronces votivos del Herak\eion de Cád!z». 1 Congreso Arqueológico del Marruews Español (Tetuán, 22/26, junio 1953). Tetuán, 1954, p. 323 y ss. En realidad estas piezas
proceden de Itálica.
-
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MOSAICO DE LIRIA
5
Pudo existir una iconografía hispánica de los <
de Herakles (17}. Los tipos monetarios resultan indicativos en este
sentido, como lo es su aparición en los cuños de la ceca de Roma o en
las emisiones de los emperadores galos (18).
Pasemos ahora al análisis de las escenas. En primer lugar el cuadro central con el tema de Hércules, aquf imberbe, y Onfala.
La estancia de Hércules con la reina de Lidia, Onfala, se ha querido relacionar, en realidad sería el castigo por el mismo, con el robo
del trípode délfico (19). El cambio de indumentarias, Hércules en traje,
y labores femeninas y Onfala con la clava y la piel del león, es habitual en la iconografía {20). El origen de esta iconografía es tardía y
aparte algunos vasos suditálicos (21 ), generalmente helenística. Es
excepción un relieve arcaico, labrado en plomo, hallado en Tarento {22). En la serie iconográfica el ejemplar más parecido al nuestro lo
hallamos en una pintura de Pompeya {23). En ésta como en un grupo
escultórico del Museo Nacional de Nápoles, Hércules aparece hilando
(24). Una Onfala sedente con la
una iconografía distinta y más frecuente, rodeados por representaciones de las «fatigas» aparecen en un relieve del Museo Nacional de Nápoles. (26).
Es curioso observar que las escenas de las «fatigas» se reflejan tan
ampliamente en la iconografia y tan poco en las fuentes textuales (27). El primero de los «athloi» en la serie «canónica» es la de la
(16) A. GARCIA Y BELLIDO: ~Esculturas romana<~ de Espaila y Portugab. Madrid, 1949, nóm. 394,
p. 390 y s. Se conservan sólo ocho piezas. El autar recanstruye su secuencia como en el mosai.co de Liria.
( 17) Talas el caso de la terra sigillata hispánica. Cfr. C. MENDEZ·REVUELTA: cMatenales para el
estudio de la figura humana en el temario de !aterra slgillata hispánica•. BoleUn del Seminario de Arte y
Arqueologia, XL. Valladolid, 1975.
(1 Bl GARCIA Y BELLIDO, o.c. nota 13, p. 134, donde se Incluyen también las acuñaciones hisptinie as.
(19) V. las fuentes escritas en ROCHER'S y RE, ss.vv.
IZO) Para la lconografla del tema en general, cfr. además dalas obras citadas en notas precedente e,
EAA, s.v.; SHUR, AJA, LVll, 1953, p. 261 y ss. SCHAUENBURG: «Rheinische Musemru, Cill, 1960, p. 57
y SS.
(21) TRENDALL: oThe red,figured vases ofLucania, Campania and Slclly:o, I, 1967, p. 184, 249,
25!.
1221
123)
124)
(25)
(261
(27)
•Archeologlckon Ephemeris~. 54, lám. IV.
HELBIG, núm. 1.136.
LECHAT en •Revua de l'Art Anden et Modemeo, XXXII, 1912, p. 19.
E. BABELON: «Catalogue des Brom~es de la Bibliotholque Nalmna!e Qe l'ansll.
~Rep. Rel.o, III, p. 72. 2 IRUESCH, núm. 595).
Diodoro IV, 11 ss. Appolodor, II, 74 ss. Higinio, 1Fab.l, 30.
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A. BALIL
muerte del «León de Nemea» (Lám. III, 1), Aunque esta «fatiga)) culminó en el interior de una cueva en la cual Hércules estranguló al león,
de piel invulnerable, es habitual que el episodio sea representado sin
incluir características del lugar de acción. En el mosaico de Liria parece indicativo la aparición de la clava en el campo y que debe ser
una alusión al modo en que Hércules dio muerte al león.
Es éste uno de los temas predilectos de la vieja iconografia que se
remonta al período geométrico (28) y pasan del medio millar los vasos, arcaicos y clásicos, con esta escena (29). Aparece también en una
metopa del templo de Zeus en Olimpia y figuraba en el «dodeké.thlos))
del «Tesoro de los Atenienses)) en Delfos {30).
En el mosaico de Liria encontramos un Hércules imberbe al igual
que en el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis Magna, el relieve del Palacio Ducal de Mantua y el relieve Torlonia. No hay en el
nuestro un fondo paisajístico, representaciones intencionales de árboles como en el sarcófago de Velletri. Representaciones de este ((athlos))
las encontramos en una de las placas de Itálica, ya citadas, donde
Hércules empuña la clava, en lucernas y terra sigillata, aunque no es
posible, hoy por hoy, establecer relaciones entre las escenas
combatiente-león de la terra sigillata hispánica y esta «fatiga)) de Hércules. También en solitario aparece en una pintura de Pompeya, en la
cual la lucha se desarrolla al aire libre y en una composición no muy
alejada de la del mosaico de Liria. (31).
El segundo- cuadro, dentro de la serie «canónica)), nos muestra el
tema de la lucha con la hidria de Lerna (Lám. III, 2). Es dificil establecer si Hércules aparece imberbe, como en el relieve Torlonia, el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis Magna y el relieve de Mantua,
pero parece más probable esta posibilidad que la de Hércules barbado. El musivario no parece comprendiera la iconografta, ciertamente
difícil, de la hidria. Sus nueve cabezas se han convertido aquí en seis
a modo de tentáculos. El episodio del cangrejo parece olvidado y Hércules no combate, según el mito, la hidria con el fuego sino con la cla-
(281
BROMMER en •Marburg Windelmanns Programmo, 1949.
BROMMER: «Vasenlisten ~ur griecilischen HeJdensage~. l!ltiO', p. BS y ss. (No me han sido
asequibles las ediciones posteriores a esta obra.)
(30) Cfr. VON SALIS en •BerHner Windelmanns Programmo, 1949.
(311 Sarcófago de Vel!etri, BARTOGGINI, o.c. nota 5, p. 148. Pilastras de Leptis Magna. M. F.
SOUARGIAPINO: •Scnlture del foro severiano di Leptis Magna•, 1947, p. 98 y ss.
Basa de Albano en los Museos Capitalinos, STUART-JONES, a.c. nota 10.
Relieve de Nápoles, clr. núm. 26.
Relieve de Mantua, •Re. Re!.~. III, p. 51, 2.
Sarcófago del Museo Británico núm. 2.300, 'Rep. Re!.~, II, p. 475, 1 ss.
Pintura de Pompeya, HELBIG núm. 1.124, «Rep. Rel.>, 191, 4.
(291
-
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MOSAICO DE LIRIA
va. La clámide del héroe presenta una serie de pliegues irreales que
son frecuentes en este mosaico en todas aquellas representaciones
que el héroe viste dicha prenda. Se diría que el musivario, preocupado
por dar una sensación de movimiento y la agitación de la lucha, ha
prescindido de todo intento realista para aceptar formas ilusionistas o
indicativas aunque ficticias.
El tema aparece ya en algunas piezas de la época geométrica (32)
y en numerosos vasos (33), Para la época arcaica debe tenerse en
cuenta, además, un frontón, muy mutilado, de la Acrópolis de Atenas (34), y un grupo del Museo Capitalino (35). Un tipo diferente de hidria aparece en un mosaico de Tréveris que conserva muy parcialmente la figura de Hércules (36).
La aparición, tras los ((athloi)) citados, de la lucha con el toro de
Creta (Lám. IV, 1) marca claramente la ruptura de la tradición iconográfica del mosaico de Liria con el ((Orden tradicional» establecido por
Brommer, la reconstrucción, según Treu, de la secuencia de las metopas de Olimpia y la serie relieve Torlonia, relieve de Nápoles, sarcófago de Velletri, pilastras de Leptis Magna y relieve de Mantua. La sucesión, a excepción del mosaico de Liria, más disociado del llamado «orden tradicional» la hallamos en el ya citado sarcófago del Museo Británico núm. 2.300.
Hércules capturó el toro vivo y lo entregó a Euristeo; compárese
este caso con el jabalí de Erimantea, encadenándolo. Este tema aparece más tardíamente que los anteriores, aunque recuerde algo de
una de las tazas de Vafio, pues no se documenta en el periodo geométrico pero si, y muy ampliamente, en vasos (37) y en una de las metopas de Olimpia (38).
Sigue a este episodio el de Hércules en el jardín de las Hespérides
(Lám. IV, 2). Su presencia en este orden, dentro del tenido por tradicional, no halla equivalente en ninguno de los grandes conjuntos de
los «athloh> citados anteriormente. Se adivina en la representación la
serpiente que vigila el árbol de los frutos de oro. No aparece el compañero de Hércules en esta fatiga, Atlante, y es el propio héroe quien,
ante las Hespérides asustadas, retira los preciados frutos.
(32)
(33)
(34)
(35)
(36)
(37)
(38)
SCHWEITZER: •Greek Geometric ArtJo. 1971.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 63 y ss.
LAPALUS: *Le fronton sculpté en Grece~. 1947, p. 77 y ss.
STUART-JONES, o.c. nota 10, p. 136.
PARLASCA: •Die ramlsche Mosalken in Deutsch\and•. 1958, lé.m. LVI, l.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 146 y ss.
TREU, o.c. nata 6.
-
271 -
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8
A. BALlL
Se trata de un tema que entró en boga en un momento avanzado,
puesto que sólo se genera1iza a partir del s. IV a. C. aunque aparezca
en numerosos vasos (39) y en una de las metopas de Olimpia (40).
Hallamos a continuación la doma de las yeguas, antropófagas,
de Diómedes, que, sucesivamente, serían entregadas a Euristeo
(Lám. V, 1 ). Esta escena aparece aqui desplazada con respecto a otras
representaciones. Las representaciones son escasas en los vasos {41).
La interpretación de nuestro mosaico puede definirse como <
el número de las yeguas situadas en lo que debiera ser lado izquierdo.
De aquí que no aparezcan las cuatro yeguas que cita el mito, sino dos.
Iconografías análogas se advierten en el ya citado sarcófago 2.300
del Museo Británico, la basa de Albano de los Museos Capitalinos, el
relieve, antes Borgiano, del Museo Nacional de Nápoles y, muy próxima a la nuestra, el sarcófago d€ Velletri.
Tampoco la escena de la lucha entre Hércules y Gerión
(Lám. V, 2) ocupa aquí un lugar habitual; en la mayor parte de las representaciones sigue o precede a la de Hipólita. Sin embargo, esta secuencia yeguas-Gerión es la que aparece en el grupo Nápoles-VelletriLeptis Magna-Mantua. Es ésta una de las hazañas más recordadas en
la literatura mítica y aparece con frecuencia en representaciones vasculares (42). La iconografía es muy próxima en este caso, aunque la
representación tricéfala de Gerión es la habitual en el mundo helenístico y romano, a la del sarcófago de Velletri (43).
La limpieza de los establos de Augias entró tardíamente en laiconografía de los ((trabajos» (Lám. VI, 1). No se documenta en la pintura
vascular y, aparte lUla metopa de Olimpia sólo la hallamcs en loo grandes ciclos romanos ya citados (44), el mosaico de Volubilis (45) y uno
de Ostia (46). Al estudiar éste Squarciapino ha agrupado dichas representaciones en tres series (47) correspondiendo el de Liria a la primera. No obstante el mosaico de Liria y el de Ostiáson muy próximos entre sí, puesto que en ambos, y se trata de la serie menos numerosa, Hér(39) BROMMER, o.c. nota 29, p. 57 ss,
(401 Cfr. nota 38. Téngase en cuenta también la pintura, FERRUA: «Le pitture della nuova catacomba di Vla Latina». 1960, p. 79, Lám. LXXXI (H~rcules imberbe).
(411 BROMMER, o.c. nota 29, p. 141 y ss.
(42) BROMMER, o.c. nota 29, p. 48 y ss.
(431 BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 151. no creo que la pintura, FERRUA, o.c. note 40, p. 78, .ám.
LXXVI, se refiera a esta •fatiga».
(44) BROMMER, o.c. nota 28, p. 88.
(45) O.c. nota anterior, p. 72.
(45) M. l'. SOUARCIAPINO: «Fatiche d'Ercole•, Archeologia Classica, X, 1958, p. 106 y ss.
{47) O.c. nota anterior.
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MOSAICO DE LIRIA
9
cules aparece «antes» de cumplir su hazaña, aún empeñado en ella.
Hércules aparece aqui con la «leontés», al contrario que en el mosaico
de Ostia y en el de Volubilis. la calva en el suelo hace recordar que en
el mosaico de Ostia aparece apoyada en un árbol quizás suprimido en
el cartón empleado en el mosaico de Liria, que se caracteriza por la
utilización de los fondos neutros. En este sentido es excepción el cuadro que refleja la siguiente hazaña, la captura de Cerbero, (Lám. VI,
2), pues se ha considerado necesario representar las puertas del Hades que aquí se illterpretan, según una tradición más antigua, como
la boca de una cueva. En otras representaciones, como el mosaico de
Volubilis, no aparecen ni puertas ni cueva. El episodio era recordado
ya en la Ilíada (48), por lo cual no sorprende que aparezca ya en algunos vasos (49). En la serie canónica esta representación aparece en
último lugar. Así en el conjunto de Olimpia, la basa de Albano de los
Museos Capitalinos, el sarcófago de' Velletri y en las pilastras de Leptis Magna; se separan de la tradición el relieve <
entrega a Euristeo (Lám. VII, 1 ). De nuevo aparece la clava aislada en
el fondo neutro del mosaico. Esta hazafta ocupa el tercer lugar en la
serie canónica y se docwnenta en la pintura vascular (50). Aparece ya
en metopas de Olimpia, del heraion de P aestum, en el sarcófago de
Velletri, en el mosaico de Vcilubilis, etc., siendo casi general que el cobarde Euristeo aparezca refugiado en un pythos.
También la captura de Hipólita aparece con frecuencia en la pintura vascular (51) (Lám. VII, 2). Esta mUestra la existencia de diversas tradiciones iconográficas. La que aparece en nuestro·mosaico es,
en realidad, un tema de arnazonomaquia aprovechado para representar la citada «fatiga>) (52) que, prácticamente, corresponde al «Motivo
A)) de Bielefeld (53). En la serie canónica esta «fatiga» ocupa ~1 noveno
lugar. En el grupo Velletri-Leptis Magna-Mantua, el sexto.
Sigue la representación de la captura de la cierva de Cerinea
(Lám. VIII, 1). Recuérdese que el motivo de la captura era adueñarse
{481
{491
VIII, 14.
(531
«Amazonomachia•, 1951. passim.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 70 y ss.
(501 BROMMER, o.c. notas 29, p. 70 y ss .. y 44, p. 83.
(511 BROMMER, o.c. notas 29, p. 5 y ss. y 44, p. 83.
BOTHMER: «Amazons in Grsek Art.». 19!)7.
(521 BOTHMER, o.c. nota anterior, p. 209 y ss.
-
273 -
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JO
A. BALIL
del cuerno de oro de la misma (54). Esto explica que en la mayor parte
de las repr:esentaciones aparezca con cuernos de ciervo (55). En algunas representaciones Hércules da muerte a la cierva, en otras se captura el animal y, finalmente, en otras se rompe el citado cuerno de
oro. En otras representaciones Hércules y Apolo luchan por la posesión de la cierva. El tema aparecía ya en una fíbula de Beocia, en numerosos vasos pintados (56); la hallamos ya, sin entrar en relación
con otras representaciones de los «athloi», en un mosaico de Pella de
Macedonia, que corresponde a los llamados «pebble mosaics>>. Aún
puede añadirse un grupo de bronce conservado en el Museo de Palermo (57), aparte las ya citadas metopas de Olimpia, el relieve Torlonia,
donde Hércules aparece imberbe, la basa de Albano, el relieve «Bor~
gianm) de Nápoles, el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis
Magna y el relieve de Mantua. En todos ellos, excepto en la serie del
templo de Zeus de Olimpia, ocupa el cuarto lugar de acuerdo con el
canon establecido por Brommer.
La última representación de los «athloi» en el mosaico de Liria corresponde a la de loo
Volubilis. El tema se documenta también en una f'.tbula beocia y en vasos (58). El mosaico de Liria muestra en esta composición un esquema
muy semejante al del sarcófago de Velletri o del mosaico de Volubilis (59).
En resumen, el mosaico de Liria, como la serie incompleta de relieves de Itálica, muestra, de una parte, una iconografia estrechamente unida al grupo Velletri-Leptis Magna-Mantua, pero de otra un
completo alejamiento, sea de la serie canónica de Brommer, sea del
.ciclo establecido en el citado grupo. Pese a ello, parece que cabe aún,
con ciertas reservas, la observación de Bartoccini (60), al seftalar que
el cartón del mosaico de Liria debió inspirarse en un cuaderno de modelos cuyo autor no desconocía la iconografía de las «fatigas» estable(54) Cfr. CAPRINO en EAA, s.v. «Erac\e).
(55) Por error BARTOCCINI indica la presencia de la derva en el mosaico de Liria. Cfr. BARTOCCI·
NI, o.c. nota 5, p. 209.
(56) BROMMER, o.c. notas 29, p. 60 y ss. y 44, p. 85 y ss.
CAPRINO, o.c. nota 54.
(57) CAPRINO, en EAA, I!l, p. 384 y fig. 467.
Para el mosaico de Pella, cfr. PETSA: «Le mosa"ique greco-romain•, 1966, p. 41 Y ss.
(58)
BROMMER, o.c. notas 29, p. 157 y S. y 44, p. 85 y SS.
(59) THOUVENOT, a.c. nota 14, p. 72 y S.
(60) O.c. nat~ 5, p. 179.
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274 -
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MOSAICO DE LIRIA
cid a por las esculturas oriundas de la región, quizás Afrodisia de Caria, donde se crearon piezas como el sarcófago de Velletri o las pilastras de Lepis Magna. Esta revisión iconográfica debió tener lugar en
el último cuarto del s. II; recuérdese en este sentido la especial vinculación Commodo-Hércules, documentada tanto por las fuentes escritas como por los materiales arqueológicos.
Cronología
La orla de ovas que encuentra el tema de Hércules y Onfala se superpone a representaciones de una serie de mosaicos severianos y
tardo-severianos, fines del s. II y primera mitad del s. III d. C. (61).
Igual puede decirse del tema geométrico que aparece en un sector del
mosaico y que si bien documentado en Pompeya (62) se halla también
en mosaicos de fines del s. II d. C. y, en parte, en un mosaico como el
de Nennig, que se acostumbra a fechar en el decenio 230-240 d. C. En
conjunto, y no es novedad respecto a lo que propusiera Lippold, el mosaico puede considerarse severiano y fechable en el primer tercio del
S. III d. c.
(61) FA, VI, 1951, núm. 5.989.
VON GONZENBACH: oDie romlschen Mosaiken \IOn Schwei~~. p. 305.
PARLASCA, o.c. nota 36, lám. VHI, 1, LVI, 6.
BLAKE, li, !áms. XVII, l, XXV, 4, XXXIX, 1 y 4.
BECATTI: i:Mosaic~. mim. 218, 300. dnv. Mos. Afrique•, núm. 93.
(62) BLAKE 1, !ám. XXV, 2, Compárese con BLAKE II, lám. XX, l.
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BALIL.-Mosaico de Liria
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BALIL.-Mosaico de Liria
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Hércules y el león de Nemea
Hércules y la hidria de Lerna
(Fotos, M.A.N.)
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BALIL. -Musnlco d'3 Liria
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Hércules y el toro de Creta
Hércules en el jordin de las Hespéride s
(Fotos, M .A.N. )
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BALIL.-Mosaico de Liria
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Hércules en los establos de Augias
Hércules y Cerbero
(Fotos. M .A.N.)
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BALIL.-Mosaico de Liria
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Hércules y el jabalí
Hércules e Hip61ita
(Fotos. M.A.N.)
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BALIL.- M osaico de Liria
LAM. V III
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ANDRE BAZZANA
(Francia)
VESTIGES DE CENTURIATIONS ROMAINES
ET D'UN ITINI!RAIRE PRI!-ROMAIN
DANS LA PLAINE DE CASTELLON
L'occupation antique, et particuliérement la mise en valeur
hispano-romaine, de la plaine de Castellón de la Plana sont attestées
par de nomhreux vestiges archéologiques, répertoriés et analysés par
des travaux antérieurs (1 ). En dehors des témoins architecturaux {are
de Cabanes, villa de Nulas) ou artistiques {Hermés de bronze de Villavieja), l'influence romaine s'inscrit aussi dans le paysage: les traces
de centuriations romaines ont ainsi été relevées et étudiées par Antonio López Gómez dans toute la zone situé e é.l' ouest de Castellón de la
Plana entre la Rambla de la Viuda et les premiers contreforts montagneux (2).
Si les prospections se sont avérées négatives dans le secteur de ViBarreal de los Infantes (3), il semhle en revancha que l'étude pourrait
étre Feprise et prolongée, d'une part dansla plaine intérieure de Gabanes oü l'on peut logiquement supposer l'existence d'une centuriation
liée a la proximité de la Vía Augusta {4), d'autre part dans la plaine
{1 1 D. FLETCHER et J. ALCACER: •Avance a una arqueolog!a romana deJa provincia de Castellón».
Bnlotin de la Sociedad Castellonense de Cultura XXXI, C. 0 IV, p. 316. Castellón 1955, et xxxn, c.• !I,
p. 135. Castelllin, Hl56.
F. .ESTEVE: •La villa romana de Benicatli (Nulesl~. Penyegolosa, núm. 2. CasteU6n, 1956.
M. TARRADELL et M. SANCH!S GUARNER: •Prehlstória i Antiguitat. Epoca musulmana>, vol. 1 de
HistOria del País Valenclá. Barcelona, 1962.
J. M. DO:NATE SEBASTIA: ~Arqueologla romana de Vlllarroall. Archivo de P<"
{2) A. LOPEZ GOMEZ: -Posibles centuriaciones en Castoll6n de la Planm. Estudios sobre centuriaciones romanas en España. Madrid, 1975, pp. 129-136.
13) V. M. ROSSELLO VERGER: «El catastro romano en la España del Este y del Sulll. Estudios sobre
centuriaclones romanas en España. Madrid, 1975, pp. 9-33 et cana p. 29.
14) LOPEZ GOMEZ, op. cit., p. !29.
-
277 -
[page-n-336]
,
A. BAZZANA
littorale autour de Burriana et é. 1' est de Castellón, de part et d' autre
du rio Mijares.
C'est cette seconde étude qui est amorcée dans les notes qui suivent, rédigées a la suite d'un premiar travail de prospection sur cartes
et photographies aériennes. Les documenta utilisés étaient les suivants:
-Feuílles Villafamés- 616, lére édition de 1942, et Castellón de
la Plana- 641, lére édition de 1942, de la couverture é.l'échelle du
l/50.000e publiée par la Dirección General del Instituto Geográfico y
Catastral,
-Photographies aériennes, it l'échelle approximative du
1/30.000e, núm. 5133 d 5138 du 15 mai 1956, núm. 6800 d 6805 et
núm. 6851 A 6855 du 9 juin 1956, núm. 10557 é. 10561 du 4juillet
1956 (photographies extraites de la couverture générale réalisée par
1' aviation américaine).
Partant de l'information que nous avait donné Norberto Mesado,
directeur du Musée Municipal de Burriana, selon laquelle 1' appelation
traditionnelle El Caminds (=de grand chemin», avec -a ou -as augmentatif), encare utilisée et que l'on retrouve sur les cartes topographiques, recouvrait fréquem.ment des chemins antiques -souvent
antérieurs au Moyen Age- on a tenté de vérifier cette information sur
deux coupures au l/50.000e et sur les photographies aériennes verticales du secteur de Castellón-Burriana-Nules, et de trouver quelques
renseignements attestant son exactitude.
La démarche suivie peut se résumer ainsi:
-Recherche, a partir de (ou des) indication{s) El Caminds ou Camino Viejo, d'un ou de plusieurs tracés possihles pour une voie de
communication ancienne a courte et moyenne distan ce;
-Essai de mise en évidence des points caractéristiques jalonnant
les itinéraires retenus {5);
-Recherche de l'unité de mesure apparaissant avec une régularité relativa entre les points caractéristiques et attestant, éventuellement, l'existence d'un bornage ancien;
-Cartographie des informations recueillies.
{5) La w~thodologle appllquéeld est calle qui a été miso au po!nt, en FriiDca, lors de J'~tude, d11Ds
quelques région9, de l'ansemble des chew.lns de griiDde et moyenne co=unication utili9és entro la con
quéte romalne et la Ve eléde: on se reportera d'abord A l'oxposé méthodologique de base de R. CHEVAWER, A. CLOS-ARCE DUC et J. SOYER: 'Essa.i de reconatltutlon du rliseau routler gallo-romaln: Caractéres el méthodesD. Revue Archéologique, nüm. 1, 1962, pp. 1-49. Voir ensuite: D. JALMAlN: «Etude des
voies roma.ines entre Seine el LoireJ. Colloque da Cartographle Archéolog!que. Tours, 1972, pp. 111-114
et pi. L l, 2 el 3.
J HUBERT: des routes de Franca depub les originas jusqu'll; nos jours1. Cahiers de Civillsatlon,
19~9.
R. CHEVALLIER: «Les voies romalnest. Parla, 1972.
[page-n-337]
VESTIG:ES DE CENTUIUATIONS
3
. Mais, avant de décrire cet itinéraire cOtier, la premiére observation des cartes et des photographies aériennes verticales faisait apparaí:tre les traces d' aménagements agricoles qui semblaient @tre des
vestiges de centuriations romaines.
I
LES CENTURIATIONS DE BURRIANA ET DE CASTELLON-EST
Les indices les plus habituels attestent, dans toute la zone cótiére,
l'existence de centuriations ou d'éléments de centuriations dont l'extension maximale ne peut étre retrouvée aujourd'hui en raison des
bouleversements importants qui, 'des constructions médiévales aux
voies ferrées et autoroutiéres contemporaines, affectent cette zone
d'intense activité. ·
Trois indicas surtout peuvent étre retenus:
-Ce qui apparatt le plus nettement 8 1' examen des photographies
aériennes et des cartes topographlques et ce qui, a vrai dire, attire l'attention et suscite l'interrogation et l'enquéte, c'est le réseau orthogonal, a mailles réguliéres, des chemins de desserte de la plaine cótiére:
la plupart de ces chemins, encare existants aujourd'hui bien que souvent délaissés, sont représentés sur les cartea au 1/50.000e et tous
sont trés visibles sur les photographies aériennes; leur tracé rectiligne, leurs intersections 8 angla droit, sont facilement observables et
peuvent étre cartographiés sur papier ·calque. Ces chemins sont recoupés en diagonale par le réseau médiéval de communication, que reprennent, en grande partie, les tracés modernas: la surimposition de
réseaux d'époques et de fonctions différentes apparait trés nettement
autour de Burriana.
L'espacement régulier des intersections confirme l'hypothése d'une organisation rationnelle et structurée de l'espace rural; le quadrillage des chemins de desserte, le damier régulier des champs, restituent le paysage antique en ce secteur cOtier comme dans les secteurs
ouest de Castellón de la Plana, étudiés par Antonio López Gómez (6).
-On sait d'autre part que les limites administrativas actuelles tirent parfois leur origine de limites anciennes ou s' appuient sur dP
éléments-repéres du paysage ancien: la coincidence d'un chemin au
tracé rectiligne et d'une limite administrativa atteste fréquemment la
161
LOPEZ GQMEZ, op. cit., pp. 132-136.
-
279 -
[page-n-338]
'
A. BAZZANA
présence d'une voie antique et, parfois, d'un croisement de voies antiques (7).
Or deux indicas de ce type peuvent étre relevés dans le secteur
géographique qui nous intéresse ici:
-Limite administrativa des términos municipales de Nulas et de
Burriana, emre la route de V - á Baroolnna par la - ; ranure rectiligne de cette limite et son croisement A angla droit avec des chemins
comme le Camino de Llombai sont parfaitement conservés et trés
nets sur les documenta observés dans toute la zone é.l'est de Masca-
ren.
-Limite administrativa des términos municipales d' Almazara et
de Castellón de la Plana, entre la route de Valencia a Barcelona et Almalafa, de part et d'autre d'El Caminds qui est traversé, a angle droit,
avec un léger décrochement en balonnette vers le nord de la branche
orientale (8).
Des mesures de longueurs et de superficie ont été effectuées sur la
carta topographique l\ partir de ces deux localisations. On ~e gardera,
en revancha, de tirar argument de l'existence de trODf1ons rectilignes
sur la limite administrativa séparant Buniana de Vill81Teal de los Infantes puisque, dans ce cas, on sait que la coupure du territoire dépendan! de Burrlana est un falt hlstorique récent (9).
On ajoutera enfin qu'une rapide. étude des surfaces délimitées par
le réseau orthogonal des chemins de desserte montre que l'unité de
mesure de base employée pour la cadastration semble étre 1' actus romain, dont la valeur moyenne est de l'ordre de 35,485 m. (lO). Plus
que les valeurs absolues des surfaces mesurées, c'est la répétition réguliére des mémes superficies qui vient conflrmer l'existence d'anciennes centuriations. A distance l\ peu prés régullére de 355m. l\ 375
m. on observe sur la photographie aérienne comme sur la carta topographique, les vestiges du 11squelette» des chemins qui organisaient et
délimitaient les parcelles des centuriations (fig. 1).
(7) CHEVALLIER: Op. c!t.
G. M. CANO GARCIA: «Sobre una posible canturiaclón en el regadio de la acequia de Monteada (Valencia)». Estudios sobre centurlaclones romanas en Espafla. Mathid, 1975, (ip.l15-l27,
(8) CHEVALLIER, op. cit. p. 87: «L'évolution,les transformations des cultures se manlfestent seulement dans les légars déplacemeut& que cesllgne.s ont sub!e, ver~~ la droite ou venia gauche, milis elles reviennent tol\iours awt BJ[es origlnels, donnant alnsl une preuva ftappanto de la rectltude de cea dernlers»
(9) Fondation Chrét.imme de 1274.
110) ROSSELLO VERGER, op. cit.
-
280 -
[page-n-339]
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VESTICES DE CENTURtATtoNS
-
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Fig. l
Essai do recon5tltntion des ~nt!.l.t'iaUcns de la baue plaíne
d~
C..Wllón de la Plana. Carroyage Lambln't el
échf!Ue ldiométrlque
••
[page-n-340]
6
A. ·BAZZANA
II
DESCRIPTION DES SECTEURS SOUMIS A CENTURIATION
ET ANOMALIES D'IMPLANTATION
Trois sectCurs oU apparaissent des índices d'existence de centuriations d'époque hispano~romaine ont étó repérés et cartographiés.
l.
Secteur A
. A l'est de Nules et au sud de Burriana, l'analyse cartographique
fait apparaltre une série de quatre alignements d'orientation SO-NE,
dont certains (aignements a et e, fig. 1) rie sont suggérés que par la
présence de points caractéristiques; un alignement intermédiaire (b)
devait exister, mais il a été détruit par les travaux de construction de
la voie ferrée Valencia-Barcelona.
La prése¡;tce dé 1' aUgnement a est suggérée par le carrefour du Camino.Travesfa de Angali et du Camino de la Goleta en 9022.5916 (11).
En e, le tracé est encare utilisé de l'Azagador delBelcaide (Nules)et du
Camino de les Clotes oCaminás (Burriana); a. partir de 9060.5929 et en
se dirigeant vers le. NE, une modification de 1' orientation de ce chemin
important entratn.e l'apparition d'éléments cadastraux dont l'axe
principal s'incline davantage vers l'est. L'alignement d est attesté par
l'actuel Camino de Llombai qui, a pait un léger décalage vers l'ouest
du tracé contemporain {vers 9059.5913), recouvre exactement la voie
antique; le tracé se prolonga vers le NE a u delé. du carrefour du Camino de les Monjes et fait apparattre un chevauchement de cet éiément
cadastral et de celui qui a été signalé plus haut. Enfm, en e, on remarque d'tme part une portian de chemin vicinal qui s'accroche au Camino del Marge; d'autre part le carrefour de ce chemin avec le Camino
de Miralles; un léger décalage du carrefour vers le sud incite a rechercher le croisement antique vers 9066.5902.
Une série de sept alignements NO-SE croise les llXes précédemment décrits. En 1, le Camino del Cabeyol est trés net, spécialement
dans sa partie située a l'est de !'Azagador del Belcaide, de 9035.5895
a 9050.5886. L'alignement 2 correspond au tracé actuel du Camino
de la Ratlla, souligné de surcroit par la limite administra ti ve entre Nules et Burriana. En 3, se remarquent les Caminos Facos et de Miralles, mais on ne peut prolongar ce chemin vers 1' ouest au-delé. du
carrefour avec !'Azagador del Belcaide (en 9057.5908). L'alignement
(ll} . Coordonnées hectométriqucs Lambert.
-
282 -
' 1
1
''
[page-n-341]
VESTIGES DE CENTURlATIONS
'
4 est seulement suggéré par le carrefour du Camino de Llombai et du
Camino de Ballester, en 9062.5918; lé. encare, aucun índice s1lr n' apparait plus lll'ouest. Un axe, dont l'orientation est différente de celle
des précédents (il est, en effet, incliné de 6° plus al' est), est visible en
4; i1 est marqué en partie par le Camino de les Monjes et le chemin
sans nom entre 9071.5918 et la cOte; on notera, en 9077,5.5911, son
intersection avec un axe SO-NE attesté par plusieurs portions de la
voirie actuelle. Le Camino de Traver suggére la présence de 1' aligne~
ment 5, qui est oblitéré a 1' ouest du Camino de les Clotes par des vestiges de cadastration de méme orientation que celles repérées en 1, 2, 3
et 4. Enfin, un dernier alignement qui, a 1' ouest, va buter sur la ville
de Burriana, recouvre en 7 une partie du tracé du Camino de les Novenes, entre 9088.5932 et la cóte.
2.
Secteur B
Au nord de Burriana, entre le rio Seco et le rio Mijares, une zone
de centuriations plus réguliéres est visible entre la courbe de niveau
des 40 m. et le rivage. Les indicas d'alignements antiques sont relativement nombreux et permettent de reconstituer é 1' aide des photographies aériennes les mailles de la centuriation romaine, bien que les
portions de chemins anciens ne puissent pas toujours étre suivies sur
une grande distance {fig. 3).
La description du secteur précédent montre assez la méthode qui
a été suivie; sans entrar, désormais, dans autant de détailS, on notera
simplement, pour le secteur B, les alignements suivants:
Du SO vers le NE.
-a: Camino de les Boltes, du río Seco jusqu'au point 9053.5977.
-b: Camino de Sedeny, de 9055.5961 a 9076.5987.
-e: tracé restitué a partir de la photographie aérienne, s'appuyant sur la courte section (d'environ 300m.) d'orientation SO-NE du
Cami11.1o del Cedre (vers 9078.5969).
-d: meme remarque pour un tracé prenant appui sur une portian
du Camino al Molí située en 909.597.
-e: Camino de Santa Pauet, et partie du Camino de Santa Pau, au
NE de 9101.5963.
-f: tracé peu visible prés du rio Seco mais que recouvre, plus au
nord, le Camino la Cosa.
Du SE vers le NO.
-1 . : Azagador d 'Espasers:
- 283 -
[page-n-342]
A BAZZANA
'
-2: alignement trés perturbé par la proximité du fleuve et le ré~
seau médiéval de communications, en étoile a partir de Burriana.
-3: éléments de voirie ou croisements d'axes de centuriations en
9102.5947, 9096.5951 lmais décalé vers le sud), 9090.5958,
9078.5968 et 9069.5978.
-4: Camino de Vila-real puis section du Camino de Na Boneta.
-5: portian de chemin actuel vers El Bofia {9118.5964), a l'ouest
d'Almacén de Polo (9004.5978), sur le Camino d'Almassora
(9084.5996) 8 proximité de Vinarragell.
On remarquera que les orientations des axes de la centuriation du
secteur B sont en concordance parfaite avec celles des quelques éléments de centuriation relevés a u nord du secteur A, sur 1' autre rive
du rio Seco.
3.
Secteur C
Au nord du rio Mijares et dans toute la basse plaine é.l'est de Castcllón, plusieurs alignements apparaissent qui semblent appartenir A
trois centuriations différentes et, sans doute, successives.
Alors que plusieurs axes sont hypothétiques, en raison du faible
nombre d'indices quien suggérent la présence (ainsi les axes a, d et e).
d'autres, en revancha, sont marqués encare dans le paysage actuel
par les chemins de desserte de la huerta, par exemple, pour la direction SE-NO:
- 2a: Caminp dels Clots.
- 3a: Camino de la Donaci6.
- 3c: Camino de Fadrell, a l'est du point 9131.6014.
- 5: Camino Vell de la Mar, du portjusqu'au point 913.2.6039,
poursuivi, aprés une lacune de 800 m. par un chemin allant vers la viJle de Castellón.
4.
Remarques concernant des anomalies d'implantation des
centuriations hispano-romaines de Burriana et Castell6n-Est
Au total, á l'examen de la carte topographique et des photographies aériennes, on voit apparaitre non pas une cadastration unique, selon
un seul et meme réseau orthogonal ba.ti sur l'intersection d'un
cardo maximus et d'un decumanus maxímus, mais une série de petites centuriations, disposées du sud vers le nord selon des orientations
différentes et présentant parfois des zones de chevauchement partiel
ou, méme, de véritable superposition. Ces inflexions successives sont- 284 -
[page-n-343]
VESTIGES DE CENTURIATIONS
9
elles A relier au tracé de la cOte ou ont-elles une autre cause? Autre
anomalie,le module utilisé pour la centuriation de Burriana et de 1' est
de Castellón ne correspond pas au module habituel que 1' on rencontre
dans d'autres régions du monde romain ou, plus simplement, du monde bispano-romain (12): au lieu d'un systéme de mesures des longueurs bAtí sur !'anchura de 20 actes, soit 709,68 m. ou le mille, on
rencontre ici un module voisin de 1160 m.: ceci représente une cadas
tration en grandes parcelles de 32 actes sur 32, soit 134,56 ha. Pour le
secteur C, en ne tenant pas compte de la partie la plus au nord qui
semble appartenir é une centurlation différente, on découvre une
quinzaine de grandes parcelles correspondant é une superficie exploitable de 2018 ha enviren.
Qu'en est-il, enfm, du rapport entre les mesures antiques et la jovada valencienne (13). La jovada est l'unité de mesure qui correspond
é. la surface labourable en un jour par un attelage de hoeufs; est-elle
d'origine médiévale, chrétienne ou arabe, ou d'origine antique? Onne
peut qu'étre frappó du fait que l'acte carré de 0,1259 ha est, Apeu de
choses prés, l'équivalent du 1/lOe de cuadrado valencien (un cuadrado valant quatrejovadas) (14). Certaines grandes parcelles de la zone
de Burriana sont aujourd'hui encare recoupées par deux chemins paralléles qui divisent la surface en trois parcelles allongées de 386,66
m. sur 1160 m.: ceci peut Atre mis en rapport avec certains modes de
découpage des terres é.l'époque médiévale. Au niveau élémentaire de
la piece de terre, il semble que la jovada ait été utilisée pour découper
et répartir ces fmages. On sait que Jaime I l'utilise comme mesure
agraire mais, au XIIIe siécle, sa valeur différe d'un lieu é.l' autre (15);
étymologiquement, !'origine du terme a paríais été rapprochée du
berbére cljebda: il semble qu'll s'agisse lA de la transcription, en langue herbare, d'un terma hispanique médiévallocal dérivé lui-méme
du latín iugum. n serait done assez logique d' admettre une origine
hispano-romaine a u terma et é.la superficie de 2,99 ha é. 3,01 ha qu'il
recouvre. On croit découvrir ainsi une remarquable permanence du
systéme cadastral et du paysage agraire quien résulte: alors que les
chemins médiévaux puis, davantage encare, les tracés modernas routiers et autoroutiers recoupent en diagonale le parcellaire, celui-ci
conserve, a travers les siécles, comme base de son organisation, les
j 121 Voír, par exemp!e, M. PONS!CH; clmp!antation rurale antique ~ur le Bas-Guedalquivir». Cesa
de Velázquez. Série fArcMologieo, mim. 2. Madrid, 1974.
031 ROSSELLO VERGER, op. cit. p. 24.
1141 Ouatrejovadas de 3.01 ha chacune, soit 12,04 ha.
051 F. MA'fEU Y lLOPJS:
-
265 -
[page-n-344]
A. BAZZANA
axes et les orientations de l'antique centuriation ainsi qu'une valeur
approchée de 1' ancien m ode de mesure des superficies. Dix actas
carrés romainS équivalent, a peu prés, é. un cuadrado médiéval· et
l'organisation spatiale des cuadrados etjovadas apparait souvent, du
moins dans notre exemple, sous la forme de parcelles allongées, sé~
parées par un squelette géométrlque de chemins paralléles distants
d'env.iron 355m. l'un de l'autre (16).
La constatation faite précédemment de l'existence d'éléments de
cadastration hispano-romaine d'orientation différente selon les sec~
teurs considérés ne paratt s'expllquer que par référence a un axe majeur de com.munication, antérieur A la présence romaine ct auquelles
arpenteurs antiques se sont référés pour organiser leurs centuriations.
lii
UN ITINERAIRE ANTIQUE, PRE-ROMAIN, DANS LA PLAINE
DE CASTELLON
La seule indication El Caminds se trouve, pour le secteur considéré, portée au sud-est de Castellón, approximativement en
9125.6047; c'est done a partir de ce point que l'on a essayé de retrouver le tracé d'origine de la voie ancienne. Au nord, pas de difficultés
particuliéres, ,mais un itinéraire menant a La Magdalena; vers le sud,
en revancha, la difficulté m~eure est fournie par le nécessaire franchissement de l'estuaire du rio Mljai-es et, corrélativement, la recherche d'un prolongement hypothétique du «grand chemin» vers Burriana puis Nules. A cOté de l'indication cartographique, nous savons
par ailleurs qu'entre le Mijares et Burriana l'expression El Caminás
recouvre aujourd'hui dans la tradition orale le Camino dels Carnissers.
La premiére hypothése, la plus simple, consistait a tenter de vé:rifier si l'on se trouvait -ou non- en présence d'une voie d'époque romaine; mais l'application a toute la zone de Castellón-AlmazoraBurriana-Nules des
trace de l'emploi de l'unité de mesure habituelle pour les travaux de
centuriation. En revancha, en travaillant sur papier calque, au comosJ
LOPEZ GOMEZ, op. cit. pp. 131·13;!.
117) Essa! de jalonnement A la longueur du mllle romain [1.480 m.), normalement uti!isli pour les
· centuriations en mil!eu rural, puia de le Uaue romalne (de 2.222 m.) et eoalyae du tracé dans ses rapports
avcc les données de la géographie physlque.
·- 28b -
[page-n-345]
VESTIGES DE CENTURIATIONS
"
pas é. pointe séche, on voit apparaltre sur la carta topographique un
ensemble de points caractérlstiques dont la succession et la position ll
distance réguliére attestent la présence d'un itinéraire ancien, partiellement abandonné par la voirie contemporaine.
Deux secteurs peuvent étre d.istingués. Sans vouloir rechercher
plus au nord, vers le cerro de La Magdalena, les traces d'un prolongement vers l'intérleur de cet itinéraire, on peut cependant cartographier une série de points caractérlstiques, réguliérement espacés
et séparés, en moyenne par une d.istance de 2325 m.; souvent, é midistance, un point intermédiaire est attesté par un carrefour ou un
embranchement de chem.in. La succession des points retenus (1 ll 11)
constitue le jalonnement de cet ancien itinéraire dont le module de
mesure des longueurs est de 2325 m. ou, plutOt, de 4650 m.; on remarquera que l'un des points ainsi mis en évidence correspond é.l' actual centre urhain de Buniana.
e
Secteur 1 (Castellón de la Plana-Almazara):
En 9133.5086, point mis en évidence par des mesures de distan ces depuis le carrefour, en 9131.6096, de l'itinéraire ancien avec
le Camino Vell de Barcelona; ce point est cependant douteux, malgré
sa netteté sur la carta, car il est fortement oblitéré par le passage de la
voie ferrée.
2. Carrefour de la Venta de Chalina, en 9128.6064; point intermédiaire sur le carrefour de rlve droite du río Seco.
3. Carrefour de la Villa Anita, en 9124.6041: la branche latérale ouest est tronquée par la zona urbaine de Castollón, la branche est,
peu visible a proximité d'El Caminds, .se retrouve aisément 800 m.
plus loin sur le tracé du Camino majar de la Mar; point intermédiaire a un carrefour de chemins orthogonaux dont les branches latérales sOnt presque totalement abandonnées par la voirie actuelle.
4. Point en 9116.6022. Le point intermédiaire se situerait sur In
brancho supérieure (nord) d'un carrefour triangulaire, en 9119.6032.
5. Petit carrefour B. proximité im.médiate de la Acequia del Batdn, en 9109.5998¡ point intermédiaire en limite des territoires municipaux de Castellón et d' Almazara.
Le point intermédiaire entre nos numéros 5 et 6 se situernit encare sur la rive gauche du río Mijares, au carrefour d'El Caminds avec
le Camino de Vilamoncarro (fig. 2).
l.
e
Secteur 2 (Burriana-Nules):
6. Le point 6 dujalonnement est situé dans la zone confuse de la
rive droite du rio Mijares. Une fois le fleuve franchi é gué, plusieurs
-
287 .
[page-n-346]
A. BAZZANA
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El Caminas. Trace de l'itinéraire antique d'aprés la carte au l/50.000e et points caractéristiques
du jalonement
Secteur 1; Castellón de la Plana - Almaaora. Voir la ltigende de le.. figure 3
[page-n-347]
VESTlGES DE CENTURIATIONS
"
tracés sont possibles 8. partir de Almacén de Polo. Le point devrait
pouvoir étre placé vers 9108.5979.
7. La photographie aérienne suggére trois itinéraircs possibles
pour El Camínds¡ en l'absence de travaux a u sol, il n'est pas souhaitable de choisir entre ces trois tracés¡ il semble simplement qu'il faille
plutót rechercher le point 7 sur le Camino de Santa Pauet, en
9094.5955. Le point intermédiaire se place en 9102.5963.
8. Ce point se trouve placé sur la rive droite du rio Seco, en plein
coaur de la ville de Burriana qui apparatt ainsi comme un élément esscntiel de cet itinéraire.
9. En 9056.5924, au carrefour de la Ermita de la Sagrada Familüa; point intermédiaire incertain.
10. Point en 9043.5904, oU les limites administrativas de Burriana et de Nules recoupent El Caminás; point intermédiaire a u croisement du Camino Facas.
11. Un dernier point n' a pas été cartographié mais se trouve en
9027.5887, au carrefour de !'Azagador del Belcaide (nom actuel du
<
médiéval et moderna de communication é. un réseau antique, romain
ou pré-romain, ce qui atteste la précocité de la mise en valeur de la
plaine cOtiére et le rOle moteur, dans cette mise en valeur, d'une ville
comme Burriana, seule concernée par le tracé d' El Caminás alors que
les autres vi1les actuelles apparaissent comme des éléments étrangers
au paysage antique.
Sauf une ou deux exceptions, situées dans la partíe nord de lazone étudiée, il semble que la dístance approchée entre deux points caractéristiques {ou entre deux points intermédiaires) soit supérieure a
2220 m., souvent voisine de 2320 m.; la précision des mesures sur
une coupure au 1/50.000e est évidemment insuffisante pour descendre lila lectura de longueurs d'un métre. Cette distance approximative de 2320 m., utilisable pour repérer les points dejalonnement de l'itinéraire principal d'El Caminds et qui atteste l'ancienneté de cet axe
de communication traversant l3uniana, paratt ne plus exactement
convenir pour rendre compte de I'organisation du réseau orthogonal
des chemins de desserte de part et d'autre de la voíe centrale; l'écartement des branches du campas nous donne trés souvent, surtout
dans le secteur nord, une mesure quelque peu inférieure au module
utilisé pour El Caminds et apparemment proche de la lieue romaine
31
-
2B9 -
[page-n-348]
A. BAZZANA
•
- '
--
'
'
Fle. a
El Caminás. Tracé de l'itinéraire d'aprés la carte au l/50.000e et points caractéristiques
du jalonnement
Secteur .2: Burriana- Nules
I.
2.
3.
4,
El Caminás et éléments des centuriations.
Centuriations, restitutions incertaines.
Voirie actuelle.
Limite de término municipal.
[page-n-349]
VESTlGES DE CENTURIATIONS
15
(2222 m.) ou du mille et demi {1480 + 740 m. soit 2220 m.). Faut-il ad-
mettre, en conséquence, l'emploi successif- lors de deux périodes
historlques consécutives- d'une double métrique: l'une antérieure a
la période romaine et bornant une voie cOtiére traversant la cité de
Burriana,l'autre contemporaine de l'occupation romaine et servant a
l'établissement d'un ou de plusieurs cadastres?
IV
CONCLUSIONS
Sous réserve de vérifications ultérieures et de travaux complémentaires sur le terrain, on peut énoncer, en résumé, les premiéres
conclusions suivantes.
l. L'expression traditionnelle d'El Caminds parai:t recouvrir,
dans la région de Burriana et de Castellón, une voie ancienne, d'origine sans doute indigéne et ant~rieure a la présence romaine, voie drainant la plaine cOtiére et desservant le petit noyau urbain, déj8. existant, de Burriana.
2. L'analyse cartographique coníll'me l'ancienneté d'une implantation humaine A Burriana et, en tout cas, l'antériorité de la cité
de Burriana par rapport A Castellón, bien sür, mais aussi A d'autres
villes de la plaine comme Almazara ou Nules; elle montre enfin le rOle
d'animatrice, de la cité, dans le processus de mise en valeur de l'espace rural cOtier.
3. La mise en évidence de plusieurs centuriations romaines, d'orientations différentes, a quelques kilométres de distance, confirme
l'importance de l'itinéraire cOtier de Valencia a Tortosa. Pour le secteur de Nules-Burriana-Almazora-Castellón, le tracé des centuriations, tel
qu'il apparalt a travers les inilices fournis par la photograplúe aérierme et la carte topographique, montre que l'on n'a pas
cherché a orientar le parcellaire selon l'axe géométrique et traditionnel nord~sud; ce n'est certes pas un cas unique dans le monde romain
et l'on sait que souvent le reliefinflua sur le choix de l'orientation du
cardo maximus; parfois aussi, comme le signale Raymond Chevallier,
«Dans les pays de relief compliqué, le Romain s'est trouvé parfois heureux de bénéficier d'un tracé préceltique, naturellement peu rectiligne» {18): il semble bien que cela s'applique aux centuriations cOtiéres
de la plaine de Castellón et que leur orientation d' ensemble ainsi
que les changements successifs d' orientation s' expliquent par la présenllfll
CHEVALLIER, op. cit., p. 13?.
- 291 -
[page-n-350]
A. BAZZANA
ce du «vieux chemin» auquelles arpenteurs romains se sont référés et
sur lequel ils ont accroché leur cadastre.
4-. La carte topographique indique que le réseau vicinal antique
a été paríais réutilisé par les routes plus récentes, mais souvent aussi
soit complétement ahandonné par les nouvelles constructions routiE3res (au réseau en étoile autour des centres urbains), soit rélégué au
rang de petits chemins de desserte trés locale. La question quise pose
dés lors est de savoir si l'on pout inférer de cette disparition partielle
du réseau antique et du cadastre qu'il supporte l'indication d'une évolution socio-économique qui aurait entrainé 1' abandon des cadres
antérieurs; la crise du Bas-Empire et de l'époque romaine tardive
pourrait bien étre en cause, crise suivie de la période assez obscure du
trés haut Moyen-a.ge puis de la réoccupation du sol par des populutions «neuves» et dynamiques; on pourrait alors faire référence a la
densité des implantations berbéres telle qu' elle appara!t dans la toponymie (19) et á l'examen des nombreux vestiges archéologiques
d'époque médiévale de toute la région de Castellón de la Plana (20).
(19) P. GUICHARD: •Le peuplement de Valenca aux deux premiers siécles da la domination musulmane•. Mélangss de la Casa de Velázquez, V. Madrid, 1969, pp. 103-158.
120) A. BAZZANA et P. GUICHARD: !!Recharches sur las habltats musulmans du Levant espagnol>.
Atti del Colloquio Intemazionale di Archeologla Mad.levale (Palerme, septembro 1974). T.• I. Falerme,
1976, pp. 59-100.
A. BAZZANA: oLe• village• désertés de l'Espagna orientale: état pré•ent et perspectlvss d'uns recher·
che archéologlqus»; 11 parnitre dans Archéologle Médiévale, VIII, une.
- 292 -
[page-n-351]
GABRIELA MARTIN
{Valencia)
TERRA SIGILLATA CLARA «D» ESTAMPADA
DE PDLLENTIA
La ciudad romana de Pollentia fundada como colonia y oppidum
de derecho romano en 123 a. C. por Metellus Balearicus {1) está emplazada en el término municipal de Alcudia en la isla de Mallorca. En
torno a 1930 unos sondeos señalaron el emplazamiento de la ciudad y
a partir de 1952 se reanudaron las excavaciones arqueológicas bajo el
patrocinio de la William L. Bryant Fundation (2). Se desconoce por el
momento el area total de la ciudad ya que hasta ahora sólo ha sido
descubierto un lienzo de la muralla y el área excavada abarca un rectángulo de 64 por 43 metros según el plano de Raymon Listan. Fueron
identificadas una calle principal y varias casas con cinco niveles estratigráficos, seis a veces, que indican otras tantas fases de ocupación
de la ciudad, fechadas del modo siguiente:
Nivel VI. Corresponde a un poblado talayótico pre-romano con
construcciones circulares de grandes piedras asentadas sobre la roca
viva. El poblado fue destruido al construirse la ciudad romana y sus
cerámicas son exclusivamente indígenas hechas a mano con excepción de algunos fragmentos de campaniense A, seguramente infiltrados de estratos superiores.
(1) Estrabon lii, 5, l. Plinio, N. H. IH, 77. Mela U, 124. T. Livio, Ab urbe condíta pedocha, 60. Véase también pan un resumen completo de la situación jurldic11 de Pollentiu, A. BALIL: «Notas sobro las
Baleares Romanas~. IX Congreso Nacional de Arqueología (Valladolid, 1965), Zaragoza, 1966, págs.
310-317.
12) J. LLABRÉS BERNAL y R. ISASI RANSOME: «Excavaciones en los teiTenos donde estuvo enclavada la ciudad romana de l'ollentia (Baleares, Isla de Mallorca, Término muoidpal de Akudla)o. Memorias de la Junta Superior del Tesoro Artístico, núm. 13!. Madrid, 1934.
M. TARRADELL. D. E. WOODS, A. ARRIBAS: (Las excavaciones de la duded romana de Pollentia
(Alcudia-Mallorca)o. VII Congreso Arqueológico Nacional (Barcelona, 191301. Zaragoza, 1962, págs.
469-472. E. WOODS; «Tbe ro.man-calony Pollentia». WHliam L. Bryent Fundation, Co!ecci6n Ta!eiot de
Monograflas Mallorquinas núm. 5, Palma de Mallorca, 1970.
G MAR.'J'!N: •Le terra sigillata clara de Polientia•. The WilUaw L. Eryant Fundation (en prensa.).
W L. EB.\'ANT· •Adventures in Spanish Archaeology», Meetingweters Publicatlons 1972.
-
293 •
[page-n-352]
'
G. MARTÍN
Nwel V. Es el nivel de fundación de la ciudad romana y va desde
el 123 a. C. hasta mediados del siglo I, presentando cerámica campaniense, pre-sigillata, barniz rojo interno pompeyano y cerámica de paredes finas.
Nivel IV. Ocupa aproximadamente el siglo I a. C. llegando hasta
los años 30-20 a. C. Presenta cerámica campaniense B con algunos
fragmentos de aretina.
Nivel III. Dura desde el 50 a. C. hasta la época augustea inclusive,
presenta cerámica campaniense B y principalmente aretina.
Nivel II. Desde la época de Augusto,llega hasta mediados del siglo
I d. C. con predominio de la sigillata aretina.
Nivel 1 y Superficial. Desde fines del siglo I d. C. hasta el total
abandono de la ciudad.
Los niveles estratigráficos han podido ser aislados en algunos
puntos de la ciudad, pero en la mayor parte del área excavada aparecen con los materiales mezclados de otros estratos, debido, en parte, a
remociones producidas por l'os trabajos agrícolas lo que impide muchas veces afinar la cronología, sobre todo en los estratos tardo-romanos.
La ciudad sufrió una destrucción parcial a mediados del siglo III,
fechada por un tesorillo de 18 monedas datadas desde Caracalla hasta Trajano Decio (249-251). La destrucción definitiva quedó fijada
por otro escondrijo de 90 monedas con fechas comprendidas entre finales del siglo IV y principios del V, de Graciano a Valentiniano IIL
No obstante, se ocuparon todavía algunas casas después de 435 d. C.
aprovechando y reconstruyendo algunas de las habitaciones más antiguas. Esta última ocupación pudo durar en precarias condiciones,
hasta un momento incierto de los siglos VI-VII, sin que podamos fijar
la fecha con exactitud pues se trata de niveles superficiales muy destruidos.
En la actualidad está en preparación para ser publicado por la
William L. Bryant Fundation, un estudio completo de las cerámicas de
Pollentia así como vidrios, objetos de metal y monedas, en el que colaboran diversos miembros de la Fundación, grupo del que forma parte
la autora de estas lineas, encargada del estudio de la Sigillata Clara,
ya en vías de publicación.
Decidimos sin embargo, adelantarnos a la aparición del corpus
pollentino cuya publicación posiblemente pueda tardar por tratarse
de una obra en colaboración y presentamos el conjunto expresivo si
bien que pequeño, de cerámicas pertenecientes al grupo Sigillata Cla- 294 -
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TERRA SlGILLATA CLARI
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ra D Estampada, por tratarse de un tipo que ha despertado una serie
de polémicas a la vez que está precisando en nuestra opinión ser revisado.
La T. S. clara D sin decoración y la T. S. ciara D estampada son la
misma cerámica tipológica y cronológicamente hablando, a la que
Lamboglia llamó «sigillata chiara D non decorata e sigillata chiara D
decorata a stampo» (3). La igualdad no ha sido siempre plenamente
aceptada sobre todo a la hora de darle nombre a la variedad decorada que aparece como «estampada romano-cristiana» y (
africaine rouge-orange du IV si€lcle» (8) o «cerámicas estampadas rojas» (9) corresponden a la sigillata clara D con decoración.
Los trabajos de J. Rigoir (10) sobre sigillatas paleocristianas grises y
anaranjadas, nos demuestran que existe un grupo de ceránúca romana posterior al siglo IV a la que llama «sigillée orangée paléochrétienne» que hay que separar de la sigillata clara D pozque se trata
de dos tipos con cronología diferente (la paleocristiana parece que comienza a fmes del siglo IV o principios del V y la clara D está datada a
partir del 300 d. C.) síendo también distintos su expansión y lugares
de producción. Mientras la sigillata clara D tiene principalmente una
expansión mediterránea, posiblemente de origen africana, la paleocristiana roja-naranja tiene su origen en Provenza y valle del Ródano
t3) N. LAMBOGLIA: •Nuove osservadoni sulla oterra sigillata chiara1 lb, Rlvista Studl LJ.guri,
XXIX, 1-4, Bordighera 1963, pág. 180.
(4)
P. DE PALOL: «La cerámica estampada romano-cristiana•. IV CASE (Elche, 1948). Cartagena,
1940, págs. 450·468.
P. DE PALOL: •Cerámica estampada paleocristiana,, Actas del I Congreso Arqueológico de Marruecos Español (Tetuán, 1952). pág. 431 ss.
P. DE PALOL: •Cerilimica estampada paleocristlanao, R. C. R. F. Acta I, 1956.
(5) P. DE PALOL:
(6) A. e J. ALAR CA O: •Ger~mica estampada vennelha de Conimbdga•, Archivo de Baja XX-XXI, Be·
ja, 1963·64.
.
.
.
171 F. o. WAAGE: 1The American Excavations in the Atheruan Agora. FU"St Report: The Roman and
Byzantine Pottery». Hesperia II, 1933, págs. 279·328.
F. o. WAAGE: «Hellenistic and Roman Tahleware of North Syria. (Antloch-on-the-Orontes, IV, Part.
u, Ceramic and Islamic Coinsl~. Princetown Universíty 1948, págs. 1·45.
(8) J. BARADEZ: «Nouvelles fouilles a Tipas a: la céramique et les lampes !l. huila•. Lybica IX, 1961,
págs. 111-152.
(91 E. SERRANO: rLa terra sigi!lata del Teatro Romano de Málaga•. Caja de Ahorros Provincial de
Málaga, 1970.
(10) J. RIGOIR: oLa céramíque paléochrétienne sigillée grise>. Provence Historique, tome X, fase.
42, Marseille 1960.
J. RIGOIR: •Les sigillées paléochrétiennes grises ot orangéeS!l. Gallia XXVI, 19G8.
J. et Y. RIGOIR: «Les dérivés des sigiMespaléochrétiennes en Espagne.. Rivista Studi Liguri, XXXVII; 1/3. Borrlighem, 1973. págs. 33-68.
- 295 -
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'
G. MARTlN
con una expansión continental. Posiblemente entra en España a
través de los Pirineos y por el valle del Ebro (11 ). Esto justifica que no
aparezca paleocristiana anaranjada en Pollentia y en cambio sea
abundante la clara D.
La cerámica paleocristiana sea gris o anaranjada, lleva casi siempre decoración estampada, de ahí nuestro interés de que sean llamadas
con nombre distinto y bien düerenciado, la sigillata duraD decorada
y la sigillata paleocristiana anaranjada, ambas como ya dijimos, con
decoración estampada pero ambas también con origen, difusión y
cronología bien diferenciadas. También difieren las formas en los dos
tipos y mientras la decoración de la clara Des siempre en el fondo del
plato con una amplia gama de motivos geométricos, vegetales, animales, humanos y cristianos, la decoración de la cerámica paleocristiana
es mucho menos variada limitándose a motivos geométricos y florales
estampados sobre el borde plano y en la pared externa de los vasos,
siendo menos corriente la decoración en el fondo interno.
El tipo D es, sin la menor duda, la sigillata clara más abundante
en Pollentia, que presenta ptácticamente toda la tipología de Lamboglia con un buen número de variantes y alguna forma nueva.
La sigillata clara D se presenta en los tipos liso y decorado. La decoración conSiste en:
1) Cenefas estampadas con ruedecilla.
2) Motivos aislados, estampados con punzón o sello en relieve. Los
motivos decorativos son:
Geométricos.
Vegetales.
Animales.
Humanos.
Cristianos (cruces, animales y símbolos de significación cristiana).
Las formas suelen ser cuencos de tamaño medio, con diámetros
entre 10 y 20 centimetros y grandes platos de fondo plano o pie apenas marcado, con diámetros que oscilan entre 25 y 50 cm., aunque
esporádicamente pueden aparecer mayores.
El barniz y la pasta son parecidos a la sigillata clara A, siendo el
barniz ligeramente más opaco, y cubriendo sólo la parte interna del
vaso y el borde externo. Sólo esporádicamente aparece alguna pieza
( 111 Como parecen d100mostrar los hallazgos sailalados en la Meseta por L. CABALLERO ZOREDA:
•Cerámica sigillata gris y anaranjada palaoorlst!ana an España». Trabajos da Prehlstoria, 29, Madrid,
1972, pég. 190.
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TERRA SIGILLATA CLARA
5
con barniz externo e interno. Las piezas lisas y decoradas no presentan diferencia alguna, aparte la decoración. Pertenecientes a las mismas fábricas, utilizan el mismo tipo de arcilla y barniz y se corresponden cronológicamente. Nunca aparece sigillata clara D estampada sin estar acompañada de mayor nómero de fagmentos pertenecientes a vasos lisos y a la vez, en un lote abundante de clara D lisa es
difícil que no aparezca algón fragmento decorado sea con ruedecilla o
con motivo aislado.
En cuanto al origen de la terra sigillata clara D, se ha venido
aceptando su origen africano, basándose en la abundancia de esta cerámica en el Norte de Africa. Palol .( 12)~ refiriéndose exclusivamente
a la decorada, le da un origen africano con sus principales centros en
Tónez, Argelia y Egipto( Baradez (13) considera africana tanto la lisa
como la decorada. Ya Lamboglia tiene sus dudas en cuanto al total
origen africano: «Ma non consente ancora di optare in modo definitivo per l'Africa como luogo d'origine di tutta la sigillata chiara D... >>
(14). Jodin y Ponsich (15), estudiando precisamente la variedad estampada de Marruecos, presentan un mapa de su distribución en la
Península Ibérica, opinando que se debería considerar una sigillata
clara D (céramique estampée) de origen hispánico. De A. y J. de Alarqiro (16), recogemos la opinión: «N!ío há porém pravas de que o seu fabrico tenba sido exclusivamente africano ou sequer de que esta ceramica se tenha fabricado ·primeiro na Africa e só depois por imitaq'áo
na Península Ibérica, sul da Galia ou Itália». Février {17) considera
que atribuir a esta cerámica un origen africano: «C' est 18. une affirmation gratuite qui ne repose sur aucune évidence archéologique 8. ce
jour».
Sin llegar a afirmaciones tan taxativas como las de Février, queremos señalar que una cosa es aceptar un posible origen y otra afirmar su exclusividad.
El mapa de Jodin y Ponsich {i8) es ilustrativo respecto a la densidad de los hallazgos en la Península Ibérica, mapa que hoy es ya per02) l'ALOL, notas 4 y 5.
!13) BARADEZ, nota 8.
(14) LAMBOGLIA, nota 3, pág. 181.
(15) A. JODIN et M. PONSICH: da céram1qua estamplie du Maroc Romaine-. Bul\etin d'Archéologle MI!Tocaine, IV, Rabat 1960,
A. JODIN et M. PONSICH: rNouvelles observations sur la céramique estampée du Maroc romaine1.
Bul!etin d'Archéologie Marocaine, VII, Rabat, 1767,
(16) ALAR¡;:AO, nota 6.
(17) P. A. FEVRIER: •Remarques préliminaires sur la céramique d'j'>frique du Nord (a propos des
fouilles de Sétifl>. Rivlste Studi Ligurl XXIX, 1-4, J!ordighlira 1963, pág. 125.ss.
08) JODIN' et PONSICH, nota 16.
•
- 297 -
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6
G. MARTÍN
fectamente ampliable con numerosos hallazgos posteriores a su publicación.
Hemos repetido ya otras veces que las grandes masas de sigillata
clara D (lisa y decorada) que los yacimientos proporcionan, proceden
de numerosos talleres dispersos por toda el área mediterránea en que
su presencia es señalada. No aceptamos en absoluto la idea de grandes movimientos comerciales cerámicos durante los siglos IV·V.
Otro problema es la cronología. El inicio en torno de 300 o un poco
antes, está repetidamente demostrado y su perduración durante todo
el siglo IV también está clara, pero la dificultad está en determinar la
fase fmal. Para Lamboglia (19) no debe prolongarse mucho más del
año 410. Palol (20) considera que la sigillata clara D estampada se fabricó en Africa y fue exportada hasta el439 d. C. data de la toma de
Cartago por los vándalos. A partir de esta fecha, talleres de Galia e
Hispania copiaron los tipos que siguieron fabricándose hasta mediados del siglo V. Pero nada indica que estos talleres no existieran en
Hispania ya desde el siglo IV paralelos a los norte africanos. El mismo
Palol (21) se refiere a esta cerámica considerándola de los mismos talleres que introducen en Hispania las lucernas cristianas Ya en el siglo
IV. Por lo tanto si estas lucernas eran fabricadas en Hispania en el siglo IV significa que los talleres ya funcionaban en Hispania antes de
la destrucción de Cartago por los vándalos en 439, fecha que según
Palol sería el limite de las exportaci9nes de sigillata clara D desde este
centro al resto del Mediterráneo.
La cronologfa dada al material de Marruecos por Jodin y Ponsich
basado en el hallazgo de Mogador (22), es de la primera mitad del siglo IV, con un conjunto de sigillata clara D estampada y lisa hallado
con 40 pequeños bronces de Constantino y lucernas con el crismón.
Para los Alan;:'áo (23): «Pode assim datar-se com seguran<;:a esta
cerdmica do século IV d. C.; provavelmente a su a produc;iio comec;ou
nos fins do século III, tornou-se mais frequente a partir do segundo
quartel do século IV e continuou, embora mais rara, na primeira :metade do século V».
F. Pallarés (24) receje datos precisos para la cronología de la clara
D a partir de unos fragmentos procedentes de Alejandría, decorados
con monedas en relieve de los emperadores Constancia (337-361 ), Vaj 19)
120)
LAMBOGLIA, nota 3, pág. 208.
PALOL, notas 4 y 5.
121) PALOL, nota 5, pág. 363.
j22J JOD!N et PONSICH, nota 15.
123) ALARGAO, nota 6, pág. 17.
1241 F. PALLARES: •Problemi della Tena Siglllata chiara decorata ITipi A,C,DI~. Istituto de Antichita Ravennatl e Bizantine. Istituto de Archaelogia dell'Uulversitá d! Bologna, 1972.
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TERRA SlGlLLATA CLARA
1
lente (364-378) y Juliano (361~363), que fijan esta producción en la
segunda mitad del siglo IV.Hayes (25), en un amplio trabajo sobre las sigillatas tardías, juntó
todas las variedades de clara en un gran grupo al que llama «african
red slip ware>>, estableciendo una nueva numeración y nomenclatura
de las forma.s. La obra tiene el interés de un catálogo monumental de
los principales yacimientos de Oriente, con numerosos mapas de distribución. Como a su propia nomenclatura junta, casi siempre, las de
Lamboglia y Salomonson, los tipos pueden identificarse sin gran dificultad, salvo excepciones. Consideramos, sin embargo, inutilizable su
nueva tipología de formas que complita todavía más, la ya compleja
clasificación de las si~illatas claras. Hayes divide la sigillata clara D
estampada en grupos, atendiendo a la decoración. El primero serían
motivos florales, el segundo animales o símbolos cristianos y la fase
final o tercer grupo, formada por temas cristianos, cruces con gemas,
figuras humanas y animales. La combinación de motivos varía de región para región formando estilos decorativos que propone dividir en
cinco grupos, con varias subdivisiones cada uno. La cronología de estos estilos estaría comprendida entre 320/600 d. C., pero el autor no
explica en q_ué elementos o estratigrafias basa esta división cronológica, ya que los materiales que presenta son casi siempre procedentes
de viejds fondos de los Museos del Mediterráneo Oriental. Por otra
parte, la división en tres grupos, atendiendo a la decoración, ya fue
hecha por Popescu (26) y por otros autores, sin que los límites cronológicos queden claros.
La sistematización cronológica realizada por Popescu (27) atendiendo a los motivos decorativos de la sigillata clara D, establece tres
tipos:
Tipo A. Cerámica decorada con motivos simples vegetales o
geométricos. Es la más antigua, comienza a finales del siglo III con su
mayor difusión en la primera mitad del siglo IV. Algunos motivos de
palmetas y circules pueden llegar hasta principios del siglo V.
[251 J. W. HAYES: «Late roman potery. A catalogue of roman fme ware•. Tha Briúsh Schoo! al RO·
me, 1972.
[261 E. POl'ESCU: •Cerámica romana tirela cu decor stampilat descoperlta la Hletrla•. Studli si Cercetari de Istorie Veche, 4, tomul 16, Bucarest, 1965, pégs. 695·724.
[271 POPESCU, nota 26.
-
299 -
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8
G, MARTÍN
Tipo B. Dibujos con representaciones humanas y animales de origen africano, fechados desde la mitad del siglo IV hasta principios del
siglo V.
Tipo C. Decoración de símbolos cristianos {peces, cruces de diversos tipos y otros símbolos). La delimitación cronológica de esta decoración es más larga, comenzando en la segunda mitad del siglo IV
hasta fines del VI. Se consideran más antiguas las figuras de peces
(mitad del siglo IV, principios del V), el crismón con la RHO abierta o
cerrada, es de los siglos V-VI, las cruces con bucles en las aspas y cruces monogramáticas son de la segunda mitad del siglo VI.
Estos datos cronológicos han sido obtenidos de los materiales de
Istria que coinciden, según el autor citado, con los de Antia quía y Atenas.
Esta clasificación de Popescu es un intento loable de establecer
una cronología de la sigillata clara D decorada, pero que presenta,
por el momento, problemas insolubles en la mayoría de los yacimientos. Afirmaciones tan taxativas sólo pueden ser basadas en estratigrafías clarísimas, que diffcilmente aparecen en los estratos más
tardíos o de abandono de un yacimiento. Aplicando esta cronología en
España, se hace patente, de inmediato, una contradicción: Las lucernas
con motivos cristianos en Hispania son, según Palol (28) del siglo IV.
Si estas lucernas de forma Dressel31, con decoración de cruces «gemmatas)), crismones, monogramas, signos RHO, etc., ya aparecen en el
siglo IV, no habría ninguna razón para que los mismos motivos ornamentales cristianos aparezcan en la cerámica sólo a partir de los siglos V-VI, así como las cruces con bucles en las aspas, en la segunda
mitad del siglo VI, según la cronología de Popescu, cuando al parecer
aparece este motivo mucho antes de las lucernas cristianas y las fábricas son las mismas que fabrican la cerámica de mesa que llamamos sigillata clara D. A no ser que pueda demostrarse una cronología
más antigua para los motivos cristianos en Hispania que en el Mediterráneo Oriental, hecho muy difícil y contrario a la propia expansión
del Cristianismo.
(281 •Los mismos talleres que introducen esta cerámica estampada fabrican las lámparas o candiles cristianos que tan frecuentemente hallamos y que debemos colocar en el siglo JV1, PALOL, nota 5,
pég. 3_63.
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TERRA SIGJLLATA CLARA
'
El interesante conjunto de cerámica tardía y paleocristiana de
«;Els Antigons-Lucentum» {29), nos proporcionó una cronología básica
del IV-V, pero las condiciones especiales del hallazgo casual y los materiales hoy perdidos, no nos perinitió afinar la cronología todo lo que
hubiéramos deseado.
Veamos ahora qué posibilidades nos ofrecen los estratos de Pollentia. En primer lugar sus niveles arqueológicos tardíos aparecen
muy mezclados, aunque tenemos clara la segunda destrucción de la
ciudad en torno al435 d. C. y a esta época final puede perfectamente
pertenecer toda la sigillata clara D estampada con motivos cristianos
y las lucernas de forma Dressel 31 cristianas.
¿Cuál seria la cerámica lisa que acompañaba estos platos decorados más tardíos? La sigillata clara lisa que aparece junto con la estampada de motivos vegetales y geométricos es rigurosamente la
misma que encontramos con las piezas decoradas con motivos cristianos, tradicionalmente considerada más antigua, lo que tampoco
nos ayuda mucho a la hora de apurar la cronología. Como el abandono de la ciudad no fue total y un pequeño núcleo continuó viviendo
hasta un momento indeterminado de los siglos VI-VII, no podemos
negar ni afirmar con seguridad que algunas de las cerámicas con
motivos cristianos puedan ser de esta época tan tardía.
El número de ejemplares decorados con punzon~s de motivos aislados es pequeño si comparado con las piezas lisas, no obstante tenemos un buen conjunto de motivos decorativos.
Motivos geométricos:
dameros
cuadrados
círculos concéntricos
triángulos
rombos
Motivos vegetales:
palmetas
rosetas
hojas alargadas o de helecho
l29) M, TARRADELL y G. MARTIIil: •Els Antigons-:Lucentum. Una ciudad romana en.el casco urbano de Alic~nte•. Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 8, Valencia, 1970.
--J()Z -
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G. MARTÍN
10
Motivos animales:
palomas
aves
toros
liebres
peces
Figuras humanas
Motivos cristianos:
cruces
signos de RHO
símbolos animales
El mayor acierto de la obra de Hayes (30) estriba en citar ia; formas en que esta decoración aparece, lo que nos permite identificar
una serie de formas decoradas que coinciden con las 1, 9, 24, 41,
42, 51, 52, 53, 54, 55, de Lambogi.ia con algunas variantes y observar
que son formas comunes en Oriente y Occidente.
En cuanto a las formas decoradas con punzones que encontramos
en Pollentia, a causa de lo fragmentado de las piezas sólo tenemos· se-
guridad en la identificación de un fondo de forma Lamb. 55 estampado
con cruz «gemmata)) y figura masculina; un gran cuenco de pie m,uy
alto y borde horizontal de fonna comprendida entre las 52/55, estampadp con figura masculina que lleva un pez en la mano y un plato de
forma Lamb. 52 con figura de una cabra en posición de saltar.
El siguiente cuadro ilustra gráficamente las formas de sigillata
clara D lisa, el número de ejemplares de las mismas y las variantes
que han aparecido en Pollentia. Compárese con el escaso número de
formas decoradas, identificadas en el mismo yacimiento. Pero podemos afirmar que, prácticamente, todas las formas de sigillata clara D
aparecen decoradas en algún caso pues se trata de la misma cerámica
y como la decoración era efectuada con punzones sueltos, el decorar o
no los platos, era puramente facultativo de cada alfar.
(3G)
HA \'ES, nota 2!>
- 302 -
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TERRA SIGlLLATA CLARA
TliRRA SIGILLATA CLARA dll EN POLLENTIA
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FORMAS
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sin variantes
sin vllriantea
con variantes
sin variantes
con variantes
sin varlantet
con variantea
con vllrilllltes
sin variantas
sin variantes
con vttrlantet
con vsrlantes
con varilliltas
con variantes
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sin varimt6s
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9
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sin variantes
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o
1
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2
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Otras formas
4
1
Temas decorativos de la sigillata clara «D» de Pollentia
INVENTARIO
Cuando el tamaño del fragmento lo ha permitido, bemos calculado el diémetro del fondo del plato o
del área d~corada que nos permite tener una idea aprol
concéntricos rematados por peque.l3o8 pétalos.
J.-Pequeño fragm&Dto del que no podemos calcular el tamafo.o. Decoración de cfrculos concéntricos oon rooota cenn-al muy estropeado.
4,-Pequello fragmenta pllCEicldo al anterior, poalblemente del mi8IIlo plato. Se aprecian Jos clrculos
concéntricos con roseta mal dibuJada y pequedaa llneu pa.ralelu enmarcando los clrculos.
5,-Plato grande, ls decoración ocup~ 14 cm. de diámetro y consiste en circules concéntricos alternados con motivo vegetal formando una boja o rama alargada.
6.-Plato de tamdo mediano, lll decorsdPn ncupaba 9 cm. de diémt~tro, con pequet'l.os clrculos
concéntricos alternados con ott-os meyoreB, e1tAa úitlmol rematados con hojltu de dibujo paco cuidada.
7,-Gran plato en el que la decoración ocupaba 22 cm. de diámetro, con círculos concéhtricos rematados con otro circulo de linea cortada, alternados con motivos verticales de ![llea cortada.
8-9.-Dos platos en los que elil.rea decorada ocupa 10 e JI cm. de diámetro. La decoroclón consista
en pequetlos rectángulos formando dameros.
10.-Plato de tamaño medlo,Ja decoración ocupa 10 cm. de diémetro alternando dameros con clrculos concéntricos rematados can otro circulo de linee cortada,
- 303 -
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"
Q. MAII.TtN
FJg. L
304
11/2)
[page-n-363]
13
TERRA SIGILLATA CLARA
11.-Pequeilo fragmento en el que •e aprecia parte de un motivO' de cfrculos concéntricos con trilingu·
los centrales formando una flor estilizada:
12.-Pcqueñq fragmento con drculosaoncéntricos y pequeñas líneas paralelas.
13.-Gran pla~ en el que el área decorada ocupaba unos 24 cm. de diámetro. La decoración es de cenefa vegetal estilizada y tlnas lineas p11ralelijs.
14.--Plato grande con motivo vegetal formando espiga.
15.-Plato de tamaño medio, la decoración ocupa aproximadamente 9 cm. y consiste en hojas sueltas
en forro~ de corazón. Estas hojas o corazones estilizados !!parecen muchas veces formando cenefa en
torno del medallón central de las lucernas cristianas de forma Dressel 31. En el centro lleva otro motivo
indeterrni11ado incompleto de características geométricas.
16.--Fragmento con decoración de hojas.
17.-Fragmento con decoración vegetal formando espigas que se unen en la base.
18.-Plato grande con decoración geométrica-vegetal, formada por pequeños cuadrados que forman
cenefa.
19.-Plato decorado con cenefa de espigas rematadas por circulo con perla central.
20.-Pequei'io fragmento en el que se aprecian dos circules concéntricos con pétalos que forman
una flor.
21 .-Fragmento con cenefa de motivos fusiformes que recuerdan
ojo~.
22.-Plato de tamaño mP.dio. la decoración ocupa un espacio de 11 cm. de diámetro. los motivos son
de "ignificación cristiana y representan una paloma mirando a la izquierd!i franqueada por pequeñas
cruces. El dibujo debia seguramente repetirse cuatro veces.
23.-Pequeño fragmento con una paloma mirando a la derecha, motivo decorativo de significación
cristiana.
24. Pequeño fragmento con motivos decorativos incompletos, se aprecia la cabez~ de un ave, seguramente una paloma, y Jos pétalos de una flor.
25. Plato de tamaño medio en el que la decoración ocupa un espacio de 10 cm. de diámetro, se
aprecia la parte delantera de un ave de gran porte marchando a la derecha, po~iblemente un pavo o gallina.
26.-Plato de tamaño pequeño, el espacio decorado ocupa 8 cm. da diámetro con figuras pequeñas y
muy estilizadas de toros o cameros follllando cenefa, posiblemente cinco o 9eis de lGS que se apl"OCian
dos.
27 .-Plato de tamallo medio, los círculos concéntricos del fondo tienen 10 cm. de diámetro. Lleva una
figura aislada en el centro de la que se aprecia la cola de un ave.
28.-Plato de \¡¡maño grande de forma Lamb. 55 con figura central de una cabra en posición de saltar.
29.-Plato de tamaño pequell.o.la decoración está incompleta y no se identifica bien, podrla ser la cola de un pez.
30.-Fragmento con grafito R. M.
31.-Plato de tamaño medio, ~a aprecia una pequeña parte de la decoración de linea cortada y restos
de una letra o flor mal dibuJada.
32.-SeUo estampado Incompleto con las letras N E.
33.-Fragmento con dibujo Incompleto de un ánfora, se aprecia el pie y parte de la pan~a adornada
con gallones o estrías.
34-35.-Dos fragmentos del mismo plato, la decoración es de semic!rculos radiados que forman
cenefa.
36.-Fragmento con motivo central que representa el anagrama de Cristo con la RHO abierta.
37.-Fragmento del aspa superior de una cruz rematada por el signo RHO.
38.-Fragmento de una cruz o:gemmatat con pedrerías de distintos tamaños.
39.-Cruz •gemmata» con pedrería simétrica.
40.-Fragmento d~l brazo de una cruz •gemmata• con pedrería y rl!mbos incrUstados.
41.-Plato de tamai'lo grande, el pie mide 19'5 cm. de diámetro y el espacio decorado ocupa 16 cm.
de diámetro. Pertenece proballlemente a una forma Lamb. 55, una de las pocas dentro de la dara D, que
presentan el pie elevado. La decoración, de tema cristiano, presenta una cruz «gemmata• central con pe·
dreria y rombos, a la derecha figura masculina vestida con clámide y portando un •pilum~ o cetro en la
mano derecha, en la mano izquierda lleva una esfera. La decoración debíase completar con otra figura
semojante en el lado izqllierdo de la cruz.
42.-P\ato de tamaño medio, la boca mide 28 cm. de diámetro, el pie tiene una altura de 2"5 cm. y el
borde es plano saliente e inclinado hacia el exterior, tipo que corresponde a una forma Lamb. 51. Las pie·
zas de forma 51 que conocemos son grandes platos de fondo plano desprovistos de pie, por el contrario la
pieza que nOs ocupa lleva un pie altísimo incomLln en la sigillata clara D. inclusive en los platos de forma
I.amb. 55 que presentan a veces e\ pie alto, nunca lo es tanto como en esta pieza de Pollentia a la que hemos de considerar una excepción. La decoración presenta la figura incompleta Jel plato está roto en el
- 305 -
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G. MARTIN
15
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~32
Fig, 2.
(1/2)
[page-n-365]
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TERRA SIGILLATA CLARA
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Flg, 3.
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307 -
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'137
[page-n-366]
G. MARTíN
fondo por el lugar del dibl\.io) de un joven descalzo, el brazo derecho está levantado a la altura de la cabeza, en la mano izquierda lleva un pez colgando preso por la boca. Falta la cara y todo el tronco de la figu·
ra, apreciándose apenas los cabellos peinados en bucles. Es uri tema de significación cristiana.
Los motivos decorativos de la sigillata clara D estampada se repiten mucho en los diferentes yacimientos lo que dificulta poder separarlos por talleres. La monotonía en la decoración, ha contribuido
también a crear la idea de unos pocos y grandes centros de fabricación que distribuirían el producto por todo el Mediterráneo, pero no
creemos que esto sucediera durante mucho tiempo. Indudablemente
de la misma forma que llegaban a Hispania laudas sepulcrales de mosaico procedentes de Africa, llegaron también productos cerámicos,
pero siendo estos últimos más baratos y fáciles de copiar debieron ser
imitados rápidamente. Sabemos que a partir del siglo IV se fabrican
lucernas cristianas en Hispania y consecuentemente también cerámica contemporánea de las misn:as que reproducen idénticos motivos
ornamentales. Estos motivos, sobre todo los geométricos y vegetales,
reproducen la decoración sobre ladrillos y baldosas en las construcciones paleocristianas. De las representaciones animales está clara la
significación cristiana cuando se trata de peces o palomas, estas últimas van muchas veces alternadas con cruces, como el número 22 de
la figura 2, semejante a otro plato del Algarve (31) también con cruces
y aves. En las figuras de toros y leones podríamos ver el símbolo de
los evangelistas. Otros animales son de más dudosa interpretación o
puden ser un motivo decorativo sin otra pretensión, Las figuras humanas tienen casi siempre significación cristiana y reproducen a veces temas de monedas o medallas y de relieves y esculturas, como la
figura del Buen Pastor, un joven con un pez y figuras de eclesiásticos
con augusticlavia. El personaje de ia pieza 41 vestido con clámide
prendida con fíbula, lanza o cetro y esfera en la mano, puede represe:ó.tar uno de los hijos de Teodosio, seguramente Arcadio, tal como
aparece representado en el «clipem) de plata conservado en la Real
Academia de la Historia, que representa a Teodosio rodeado por sus
hijos; los dos príncipes llevan esferas en la mano y Arcadio sostiene
un cetro en su mano derecha. El disco, fechado en el año 388 o 393,
nos da un fecha que aplicada a la cerámica, cuya decoración muchas
veces copia temas de trabajos en metal, nos permite fechar nuestra
pieza a fines del siglo IV, lo que demuestra que los motivos humanos
en la sigillata estampada son tan antiguos como los vegetales o
geométricos.
131) H. ZEISS: •Sp~trllmische stempelverzierte Keramik aus Portugal und Spanien•. Homenagem a
Martins Sarmento. Guimaraes 1933, pag. 468, Abb. 1 n. 3.
- 308 -
[page-n-367]
TERRA SIGILLATA CLARA
Vemos que a pesar de las muchas conjeturas que han venido haciéndose y de que el número de piezas y yacimientos conocidos y publicados ha aumentado considerablemente, nuestro conocimiento de
los límites cronológicos de esta cerámica sigillata clara D estampada
no van mucho más allá de los ya resumidos por Fletcher (32) en 1954.
Pueden desecharse las afinnaciones de Mouret y de Taracena (33) sobre que esta cerámica aparece ya en los siglos II y III, lo que no parece confirmar las excavaciones posteriores, pero continúa la duda respecto de la perduración de esta cerámica hasta el siglo VII que ya
apuntó Dechelette (34). Los últimos hallazgos de las excavaciones del
barrio de Benalúa en Alicante (35) parecen confirmar, según nos notifica el Dr. Llobregat que dirigió las excavaciones, la perduración de la
sigillata estampada hasta principios del siglo VIII, pero por tratarse
de un vertedero no puede ser la aproximación cronológica completamente definitiva y por el momento tenemos la seguridad de su plena
·producción en los siglos IV y V.
En general, los autores que han estudiado la decoración estampada en la sigillata clara D de las provincias orientales del Imperio, tienden a dar cronologías muy avanzadas, particularmente para los motivos humanos y cristianos, que en Occidente no han podido hasta ahora ser demostrados.
En Oriente, la cotinuación del Imperio, debió por propia inercia
mantener durante más tiempo la moda de la cerámica roja de mesa.
Las cerámicas llamadas <
el panorama es distinto. Los cambios sociales se reflejan en todos los
aspectos de la vida y por lo tanto también en la vida cotidiana. Nada
más cotidiano que los platos en que cada dia se come. En los comienzos de la Edad Media, con las invasiones bárbaras, la decadencia de
la vida urbana y la rigida división entre señores y siervos, provocó la
desaparición de los remanentes de una clase media que fue la consumidora de la cerámica fina de mesa. El rico, el señor, come en vaji(321 Véase un resumen de la cronologla de esta cerámica en D. FLETCHER VALLS: «La cueva y el
poblado dP. la Torre del Mal Paso~. Archivo de Prehistoria Levantina V, Valencia, 1950, pág. 210.
(33) F. MOURET: •Corpus Vasorum Antiquorum: Franc~. Collet.ion Mouret (Fouil\es d'Enserune)~,
P~f:. 12.
(341 J. DECHELETTE: «Les vases céramiques ornés de la Gaule Romaineo, Vol. Ir, Paris, 1904.
(351 Con anterioridad publicamos un lote de materiales hoy perdidos y recogidos en un manuscrito,
en el que aparecía un interesante conjunto de sigillata estampada procedente del barrio de Benahia don·
de estuyo situada la antigua Lucentum. V. nota 29.
~
309 -
[page-n-368]
G, MARTÍN
lla de metal. El pobre, el siervo, seguirá utilizando, por siglos, por mi
lenios incluso, la cerámica vulgar, la de cocina, la misma que fabrica
da con idénticos métodos primitivos encontramos hoy en mercados y
ferias de cualquier país del tercer mundo. Una pequeña burguesía urbana, gran consumidora sin acceso a los servicios de metal, pero con
poder adquisitivo suficiente para poder exigir algo más refinado que los cacharros de cocina, fue quien utilizó durante el Imperio la sigillata gálica, hispánica
y clara para su mesa, afeites, perfumes, adorno y ofrendas funerarias. La desaparición de esta sociedad significó la decadencia de los alfares de cerámica
fina y desde mediados del siglo V y durante el VI y vn se fabricó cada vez menos cerámica de mesa.
En la Península Ibérica es donde esta secuencia podría ser bien
estudiada, porque tenemos con la invasión árabe un cambio en el gusto y la culinaria que indudablemente influenció la cerámica. Como la
cerámica árabe o de tracición árebe se conoce fácilmente, no nos es
dificil identificar «la anterior)) como las cerámicas de la fase final
post-imperial. Pudimos llegar a una conclusión de este tipo en las excavaciones de la ciudad romana de Valentía. Los estratos tardo-imperiales que correspondían a la sigillata clara C y D, habían sido casi en
su totalidad destruidos por los cimientos y sobre todo cisternas de las
casas de la Valencia árabe, que se mezclaban con la sigillata D, cerámica vidriada de verde y marrón de cuencos y barreños de tradición
árabe. En general en los estratos anteriores a la ocupación árabe y en
donde apareció una moneda visigoda, el número de fragmentos de cerámica roja o gris paleocristiana era insignificante en comparación
con la gran cantidad de cerámica vulgar o de cocina también conocida como «Vasos comunes)) creemos que impropiamente.
La cerámica sígillata clara D y la paleocristiana roja y gris, esta
última también llamada visigótica, lisas o con decoración estampada,
no fueron sustituidas por ninguna otra, fueron simplemente poco a
poco d~ando de ser fabricadas por falta de mercado y su total desaparición varia de WlOS lugares a otros, con mayor perduración en
Oriente como dijimos.
En la Península Ibérica, hasta el renacimiento de la tradición cerámica con el nuevo elemento árabe, la producción alfarera de los siglos VI, VII y VIII, debió ser limitada a la cerámica de cocina, limitada en todos los sentidos: la calidad, la cantidad y la distribución. Una
producción reducida a la ((rozza terracotta locale» para utilizar la definición de Lamboglia.
-
310 -
[page-n-369]
DOMINGO CAMPILLO VALERO
{Barcelona)
DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGIA
I
ASIMILACION DEL ATLAS EN UN GRANEO PROCEDENTE DEL BARRANC DE LLOPIS (CASTELLO DE RUGAT)
El cráneo objeto de este estudio pertenece al Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación Provincial de Valencia (Inv.
S. l. P. núm. 119; Lab. Paleoant. M. A. B. núm. 150).
NOticia arqueológica
Se trata de una pequeña cueva que se abre en la ladera septentrional deL' Algebassó, una de las estribaciones de la Serra de Benicadell, sobre el Barranc de Llopis, en el término de CasteHó de Rugat.
Desde hace años era conocida la existencia en ella de un yacimiento
prehistórico, el cual ha sido objeto de rebuscas y expolias frecuentes.
Las exploraciones llevadas a cabo por Pastor Alberola (1) han permitido recuperar útiles de piedra, cerámica y huesos humanos pertenecientes a diversos individuos, entre ellos el cráneo que aquí se estudia, todo lo cual da base para considerar que la covacha fue utilizada
durante el Eneolítico o primeros momentos de la Edad del Bronce,
Estudio antropológico
El cráneo, que conserva su mandíbula, presenta un buen estado de
conservación, pues a pesar de sus numerosas fracturas póstumas, pu(1) E. PASTOR ALBEROLA: •Carta arqueológica del término de Castellón de Rugat (Valencia)~, Archivo Prehistoria Levantina, XIII, Valencia, 1971, pégs. 214 y 215.
E. PASTOR At.BEROLA: •Castellón de Rugat (EstudiOJ históricOJ-geOJgréfico)•, Valencia, 1973, págs.
137 y 138.
- 311 -
[page-n-370]
,
D. CAMPILLO VALERO
do realizarse una buena restauración (2). Falta un pequeño fragmento
del ángulo anteroinferior del parietal derecho, una pequeña porción
de la escama occipital que cnnstituye la región lambdoidea, ambos arcos cigomáticos, el etmoides junto con los huesos que constituyen las
fosas nasales y todas las piezas dentarias superiores. A la mandíbula
le faltan sus ramas. En su reconstrucción, la apófisis basilar que está
fracturada y separada del cuerpo del esfenoides, hace protrusión hacia el interior del cráneo. Dada la fragilidad del hueso que hubo de
consolidarse mendiante inmersión en «paraloid», creímos preferible
no intentar restituirla a su posición correcta, pues ello representaba
el riesgo de aumentar su deterioro, y por otra parte, esta posición anómala no dificultaba el estudio de la pieza.
Antropometrta
NBUROCRANEO
Longitud máxima
Longitud de la hase
Anchura máxima
Anchura frontal mlnima
Anchura frontal máxima
Anchura biastérica .......... .
Altura baslo·bregma .. .
Altura auricular
...................... .
Circunferencia horizontal máxima
Arco transversal ......................... .
Arco sagital ............... .
Arco sagital frontal ............ .
Arco sagital parietal ........... .
Arco sagital occipital .......... .
Arco sagital de la escama occipital
Cuerda sagital frontal .................... .
Cuerda sagital parietal ................... .
Cuerda sagital occipital
Cuerda sagital de la escama occipital
CaW~cidad
174 mm.
72 mm. ?
138 mm.
96 mm.
117 mm.
107 mm.
105
104
503
294
346
116
125
105
43
104
109
87
38
craneal pequeña
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
1
?
?
7
1.375 ce.
ESPLACNOCRANEO
Longitud de la cara ......... .
Anchura de la cara ..
Altura total de la cara
........... .
........ .
Altura de la cara superior
Anchura orbitaria ....................... .
Altura orbitaria ........ .
Anchura interorbitaria
Anchura biorbitaria .....
Altura nasal .. .
Anchura nasal ......... .
Longitud maxiloalveolar
Anchura maxiloalveolar
Longitud del paladar
Anchura del paladar ...
• • • • • • • 1 • • • • • • •
Altura del paladar ..
Altura de la slnfisis mandibular
• • • • •
104 mm. ??
125 mm. ?
97. mm. ??
66 mm. ?
41 mm.
32"5 mm.
20 mm.
96 mm.
41 mm. ??
24 mm.
53 mm.
60 mm.
42 mm.
39 mm.
16 mm.
23 mm.
~La restauración no fue hecha por nosotros que nos limitamos a consolidar la pieza.
- 312 -
[page-n-371]
DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGÍA
'
Indicl!S
Cefálico
Vertico-longitudinal (basio·hregmal ...... .
Vertico-longitudinal (alt. auricular) ............. .
Vertico-tnmsvarsal (baslo·bragma) ............. .
Vertico-transversal (alt. auricular) ... .
Medio de altura (basio·bregma) ........ .
......... .
Medio de altura (al t. auricular)
Facial superior ......... .
Créneo-facial transversal ............... .
Frontal transversal
Fronto·parietal ........................... .
Orbitario ....
Nasal ................. .
Palatino . . . . . . . . . . .
. : ..
Arcada a\vBolar .
Angula de Welcker
............ .
78'16 :
60'34?:
59"77 :
76'08?:
76' 47 :
67'30 :
67'10 :
52'00 :
91'91 :
82'05 :
70'59 :
79'27 :
58'54?:
92'86 :
113'21 :
' ' '
mesocéfalo.
tapínu~ráneo•.
urtocré.neo•.
camecráneo...
tapinocráneo...
bajo.
h'\io.
mesene.
ancho.
~restas intermedias.
eurimétope.
hipsiconque.
platirrinia.
braquiestafilino.
mesouránico.
... ..... . . . . .. . . . .
Caracteres descriptivos
El espesor de los huesos del cráneo es mediano, oscilando alrededor de los 6 a 7 mm. a nivel de las bolsas frontales y parietales, con
escasos relieves para las· inserciones musculares. Las suturas, de trazado poco complicado, están completamente permeables sin haberse iniciado su sinostosis en ningún punto, con la excepción de la basioesfenoidal, totalmente fmalizada y fracturada postmortem (Lám. 1,
1 y 2).
Visto por su norma superior (fig. 1) el contorno es ovoide con tendencia perrtagonoide, siendo las protuberancias frontales poco acusadas, mientras que las parietales hacen bastante prominencia. Los arcos cigomáticos están parcialmente rotos, pero permiten deducir que
hubo una moderada fenocigia.
La norma lateral (flg. 1), permite observar un acusado prognatismo subnasal (54°), con un nasio poco anguloso cuyos huesos nasales
están incurvados hacia adentro. Desde la glabela, a cuyos lados los
arcos superciliares hacen poco resalte (conjunto tipo I de Broca), la
frente se eleva vertical y luego se dirige en amplia curva hacia un
bregma ligeramente prominente que se sigue de una discretisim.a depresión postbregmática continuada por un aplanamiento que en la región obélica se incurva, para en un plano oblicuo dirigirse a lambda.
El occipital muestra una moderada procidencia suprainiana con incurvación infrainiana de concavidad externa que finaliza en una pe
• .. Obsérvese la discordancia.
,,
- 313 -
[page-n-372]
'
D. CAMPILLO VALERO
BARRANC DE LLOPIS
Fig. 1
-
314 -
[page-n-373]
DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGÍA
•
quefta eminencia poco antes de alcanzar el orificio occipital que se dirige hacia adelante y arriba. Las apófisis mastoides son poco robustas
y el pterion presenta una silueta en H con tendencia a la X en el lado
derecho.
Al examinarlo por su norma anterior (fig. 1) se pone en evidencia
una frente ancha y aplanada con protuberancias frontales poco acusadas, sin quilla sagital ni metopismo. Orbitas altas y rectangulares
con nariz ancha. Los malares son poco robustos, siendo la fosa canina
bastante profunda, con la región maxilar bastante procidente y escaso resalte de las raíces dentarias.
La región posterior (fig. 1l muestra un cráneo bajo con tendencia
domiforme, pero con el contorno superior redondeado y las protuberancias parietales bastante acusadas. Dos huesos wormianos derechos. Las lineas nucales casi resultan imperceptibles.
La norma inferior nos muestra un paladar en U bastante excavado y un orificio occipital romboideo. El atlas está casi totalmente asimilado. Cavidades glenoideas estrechas y profundas. Todos los dientes se han desprendido de la arcada dentaria seguramente después de
la muerte, excepto todos los molares que debieron desprenderse en vida pues la reabsorción de los alveolos es casi total, con pérdida de altura de algunos puntos.
El cuerpo de la mandíbula muestra un mentón poco prominente
con apófisis gení casi imperceptible en la cara posterior de la sínfisis,
agujeros mentonianos en la vertical de M2 en la unión del tercio medio
con el inferior. ·se conservan las siguientes piezas dentarias:
en el lado derecho, P 1
M'
M'
en el lado izquierdo, Mt,
M3 (en periodo eruptivo).
Presentar caries P 1 derecho y M, izquierdo. El desgaste dentario
casi es nulo.
Edad
Teniendo en cuenta que el cordal superior izquierdo está en periodo eclosivo y que todas las suturas, excepto la basioesfenoidal, están
permeables, consideramos que su edad debe situarse en las proximidades de los 18 a 20 aftas.
-
315 -
[page-n-374]
•
D. CAMPILLO VALERO
Sexo
La morfología del cráneo con su frente elevada y su gracilidad, a
pesar de su juventud, creemos que corresponde a un individuo femenino.
Tipología
En nuestra opinión hay que incluirlo dentro del grupo de los mediterránidos gráciles, con algunas atipias, probablemente en consonancia con algunas de las anomalías patológicas que a continuación expondremos.
Estudio patológico
Se constatan tres anomalías: impresión basilar, platibasia y asimilación del atlas.
,
El orificio occipital, hacia su mitad !fig. 1), se aproxima hasta 23
mm. del plano de Francfort, y a partir de dicho punto, se incurva
fuertemente para dejar alojar el arco anterior del atlas y se aproxima
hasta 13 mm. del mencionado plano (fig. 1), siendo por lo tanto muy
intensa la impresión basilar, pues en su borde anterior, el orificio occipital dista 15 mm. de la linea de Chamberlain (fig. 1).
La platibasia resulta bastante intensa pues el ángulo de Welcker
mide 158° (fig. 1 0(,).
En cuanto a la asimilación del atlas resulta evidente y es completa
a nivel de la masa lateral izquierda y parte del arco posterior de dicho
lado. En el lado derecho, aunque la vértebra está en íntimo contacto,
la sinóstosis del arco anterior y masa lateral no se ha completado. En
el lado derecho y región del tubérculo posterior debía permanecer independiente, pero por desgracia se debió fracturar y perderse (Lám.
I, 2 y
flg.
1).
Por su parte, la primera vértebra cervical presenta una morfología un tanto anómala, y asi tenemos: 1) la carilla posterior del arco
anterior que se articula con la odontoides es cupuliforme y está oblicuada hacia arriba y atrás, o sea, que en ella se apoyaba la punta de
la apófisis odontoidea; 2) la masa lateral izquierda aparece aplanada
y algo deformada, tal vez, porque el suelo de la fosa posterior desciende más de dicho lado; 3) las apófisis articulares muestran una implantación asimétrica con un eje mayor la derecha, que se inclina 20° de
detrás-adelante y de fuera-adentro, mientras que la izquierda, presenta
un eje mayor prácticamente perpendicular al plano sagital; 4) en sus dimensiones, éstas también son distintas, de 14 x 18 mm. la derecha
y 12 x 19 mm. la izquierda.
-
316 -
[page-n-375]
DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGÍA
7
Radiografla
Confirma todo lo expuesto y se aprecia en ella la ausencia de impresiones digitales.
Sintomatologla
Con toda seguridad existió una limitación en la motilidad cervical, mientras que desde el punto de vista neurológico debió estar asociada a un síndrome de Arnold-Chiari, con o sin, hipertensión andocraneal.
Etiopatogenia
Este tipo de procesos hay que incluirlos dentro de las malformaciones congénitas, pudiendo haber sido la causa de la impresión basilar y de la platibasia, la sinóstosis precoz de la articulación basioesfenoidal, que generalmente no se completa antes de los 20 años.
II
ARTROSIS POSTRAUMATICA DEL CONDILO MANDIBULAR IZQUIERDO, EN EL INDIVIDUO NUM. 4 DE LOS PRAOS (REQUENA)
El cráneo objeto del presente estudio pertenece al Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación Provincial de Valencia (Inv. S. I. P. núm. 124; Lab. Paleoant. M. A. B. núm. 151).
Noticia arqueológica
Pequeño abrigo natural sito en la Partida de «Los Praos» {Requena), utilizado como enterramiento mediante la construcción de un
muro perpendicular a la pared de fondo y otro paralelo a ella, en el
que se abrió una puerta con jambas y dintel de piedra escuadrada, y
cerrada por gruesa roca colocada verticalmente. Fue descubierto en
1971 y excavado por el S. l. P. en junio de 1972. Se retiraron siete esqueletos humanos, de los que en este trabajo se estudia un cráneo. Es
muy dificil detenninar la época de la inhumación, pues los pocos objetos de metal hallados no dan base para una clasificación segura y
los pocos fragmentos de cerámica ibérica encontrados, sill. duda alguna proceden del exterior y son ajenos al momento del enterramiento,
el cual lo más posible es que corresponda a tiempos históricos {3).
-
131
«La labor del S. I. P. y su Museo en el pasado año 1972», Valencia, 1974, pág. 111.
- 317 -
[page-n-376]
'
D. CAMPILLO VALERO
Estudio antropológico
Cráneo completo que conserva su mandíbula en buen estado de
conservación, habiéndose destruido una porción del occipital que por
debajo del inio alcanza la apófisis basilar incluyendo el orificio magno. Esta destrucción, seguramente es secundaria a que el cráneo estuvo apoyado sobre una zona de terreno húmedo que por su composición química alteró el hueso. Para evitar la destrucción de los bordes
de la pérdida de substancia ósea, que aparecían algo alterados, se
procedió a su consolidación por inmersión en una solución de «paraloid» al 10% en toluol.
Antropometría
NEUROCRANEO
Longitud máxima
Longitud
dt~
195 mm.
77 mm.
135 mm.
la base
Anchura máxima
Anchura frontal mhúma ...
95 mm.
mm.
Anchura frontal máxima
117
113
115
533
294
125
<40
Anchura biastérica
Altura auricular
Circunferencia horizontal máxima
Arco transversal ....
Arco sagital frontal ..
Arco sagital parietal ....... .
Cuerda sagital frontal
Cuerda sagital parietal ....... .
Espesor de los huesos de la bóveda
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
mm.
<40 mm
mm.
"'
"'
Angula de inclinación frontal
Angula de curvatura frontal
Capacidad mediana
.,.
""
1.548 ce.
ESPLACNOCRANEO
Longitud de la cara
Anchlll"a de la cara
Altura total de la cara
Altura de la cara superior
Anchura orbitaria ..
Altura orbit.aria
Anchura lnter-orbltaria
Anchura biorbltaria ..
Altura nasal
. . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .
. ............... .
Anchura nasal . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. ....... .
Longitud maxlloalveolar
Anchura maxiloalveolar ......... .
Longitud del paladar .... .
Anchura del paladar .. .
Altura del paladar .. .
Anchura blcondUea
Anchura bigoniaca .... .
Altura de la sfnfisis ..... .
Altura de la rama mandibular ..
Anchura de la rama
.............................. .
........ .
Longitud total do la mandlbula
318 -
61 mm.
124 mm.
121 mm.
71 mm.
40
mm.
35 mm.
25 mm.
95 mm.
51 mm.
24 mm.
47 mm.
64 mm.
41 mm.
39 mm.
20 mm.
118 mm.
94 mm.
31 mm.
60 mm.
31 mm.
82 mm.
[page-n-377]
DOS NOTAS DE PALEÓPATOLOGIA
Angula
Angula
Angula
Angula
mandibular
del mentón
facial superior ..
aiveolo-subnasai .....
'
110"
130°
86'
,.
Indices
Cefálico
Auriculo-longitudinal ............ .
AuricLIIo·transversal ......... .
Medio de altura de la bóveda ........... .
Facial total ........................... .
Fndal sup~rior ... , , ..... .
Cránao-fadal transverso .
Frontal transversal
Fronto-parietal ..
Orbitario
Nasal
Palatino
Arcada alveolar ............................. .
Gnlitico de Flower
Mandibular .
Fronto-goniaco
Gonio-condlleo
Rama mandibular
69'23:
56'07:
65'16:
69'69:
97'5B:
57'25:
91'65:
61'19:
70'37:
87'50:
47'05:
95'12:
hiperdo!icocMalo.
ortocrlineo.
metriocrlineo.
medio.
hiperleptoprosope.
leptene,
cara ancha.
crestasintennedias.
eurimetope.
mesoconque.
mesorrinia.
braquiestafilino.
braquiuránico.
prognato.
braquignata.
mandJbula ancha.
136'17:
105'19:
69'49:
9B'95:
79'66
51'67: anchura mediana.
Caracteres descriptivos (fig. 2)
Visto por su norma superior el contorno es ovoide con franca fenocigia y protuberancias parietales acusadas, contrastando con las
frontales que son aplanadas.
El perfil lateral muestra un cráneo alargado, que por encima de
unos arcos superciliares algo marcados (tipo II de Broca) asciende el
frontal en linea recta, pero algo inclinado, para iniciar poco después
una amplia curva hasta el vertex donde se dirige al occipucio con un
discreto aplanamiento, para incurvarse fuertemente en el occipital
hasta el inio que está destruido. La cara muestra un nasio bien marcado, mostrando los huesos nasales una doble curvatura, cóncava la
proximal y convexa la distal, lo que nos hace suponer que tuvo una
nariz «aguileña». La espina nasal es grande y saliente, lo que hace des~acar el aplanamiento de la cara. La morfología del pterion es en H,
.as crotafites están bien marcadas y las apófisis mastoides son grandes y robustas.
La norma anterior muestra una cara ancha con la frente amplia,
estando las protuberancias frontales poco marcadas. La glabela y los
arcos supraorbitarios aparecen bien marcados siendo notable la quilla sagital que se atenua en las proximidades de bregma. Las órbitas
son cuadrangulares y aparecen algo inclinadas hacia abajo y afuera.
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DOS NOTAS DE PALEOPATOLOG!A
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El orificio nasal es triangular situado sobre una región maxilar robusta, con grandes malares y fosa canina profunda. Las raíces dentarias
originan marcados relieves sobre la arcada alveolar y los orificios infraorbitrarios son grandes.
Al examinarlo por su norma posterior su aspecto es domiforme
con las protuberancias parietales moderadamente marcadas. A partir
de la región iniana el occipital está destruido. Sobre la sutura lambdoidea se aprecian dos huesos wormianos derechos y uno izquierdo.
De la norma inferior hay que destacar que la arcada dentaria es
de silueta acusadamente paraboloide y en ella se conservan las siguientes piezas dentarias: 12 , PI, P 2 , Mi y M 2 en el lado derecho y e,
Pl, P 2, Mt y M2 en el lado izquierdo. Los dientes anteriores ausentes se
desprendieron postmortem, mientras que los cordales, junto con el inferior izquierdo, hacen pensar en que no llegaron a hacer su erupción,
pues no hay una verdadera reabsorción de la arcada ni resta espacio
para pensar que puedan estar incluidos. El desgaste dentario es acusado {entre 2 y 3 según la clasificación de Brabant), apreciándose una
diastema entre e y P 1 del lado izquierdo y también llama la atención
la gran porción de la raíz que se exterioriza fuera del alveolo y que en
los molares se asocia a una gran inclinación de las piezas en sentido
labial a nivel de las coronas y lingual a nivel de las raíces internas que
afloran fuera del alveolo. No se observan caries. En el paladar se inicia un esbozo bilateral de toro situado junto ala arcada alveolar, a nivel de M2 • Las cavidades glenoideas son grandes y profundas. Grandes apófisis estiloides de 34 mm. la derecha y 30 mm. la izquierda (su
punta está rota) están presentes.
La sinostosis craneal es de grado avanzado en la cara cerebral,
mientras que todas las suturas están libres en su cara externa, con excepción de algunos puntos de la lambdoidea. El dibujo de las suturas
muestra un trazado complicado.
La mandíbula es de una robustez mediana (índice; 40'00) con el
mentón muy saliente y robusto, aplanado en su vértice, formando un
bloque triangular junto con los tubérculos mentoníanos. Los orificios
mentonianos se encuentran en la vertical de la interlinea ·p 1 ~ P2 algo
por debajo de la mitad del cuerpo. En la cara posterior de la región
sinfisaria las apófisis geni están formadas por dos pequeñas crestas
paralelas, con otra más inferior situada en la línea media, a cuyos lados, algo más abajo, aparecen las fosas digástricas. A ambos lados, en
la cara lingual del cuerpo, las líneas digástricas aparecen bien marcadas. El borde inferior del cuerpo muestra una curvatura de convexidad inferior, cuyo punto más prominente está situado en la vertical de
M2. Las ramas, junto con el cuerpo, dan lugar a un ángulo goniaco ce-
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"
D. CAMPILLO V ALERO
rrado. Las apófisis coronoides son grandes y poco angulosas, el cóndilo derecho también es grande y aplanado en sentido anteroposterior,
el izquierdo, por ser patológico, se comentará más adelante. Los orificios dentarios son grandes con la espina de Spix pequeña. De entre las
piezas dentarias solamente faltan M1 y M2 en el lado derecho, y esta
última, seguramente como ya dijimos antes, no llegó a hacer su eclosión. Las raíces dentarias también afloran mucho fuera del alveolo y
el grado de usura es más avanzado que en las superiores, correspondiendo al grado 3 de la clasificación de Brabant, excepto en M1 y 1\.1;2
que corresponde al grado 2.
Sexo y edad
El tamaño del cráneo, sus acusados rasgos faciales, el resalte de
las crotafites y el tamaño y robustez de la apófisis mastoides, macizo
facial y madibula, hacen que lo incluyamos en el sexo masculino.
Con respecto a su edad, si nos atenemos al grado de sinóstosis de
sus suturas y al de la usura dentaria, consideramos que por lo menos
deberla situarse en los finales del tercer decenio, puesto que la falta
de erupción de los tres cordales, la consideramos como una anomalía.
Tipología
Lo incluimos dentro de la tipología mediterránida robusta, aWique
presenta algtmos caracteres atípicos. Basamos nuestra opinión en el contorno elipsoideo de su norma superior, su dolicocránia (ultradolicocránia), ortocránia de la norma lateral, perfil domiforme en la posterior y metriocránia, euencefália y leptenia. Las órbitas son mesoconques, presenta mesorrinia y el ángulo nasal es mediano. Aplanamiento postobélico poco acusado, frente algo huidiza y discreta quilla
sagital. MastOides grandes y robustas y arcos superciliares bastante
marcados.
Estudio patológica
El cóndilo izquierdo que estaba algo deteriorado, presenta una
mozfología totalmente anómala (Lám. II, figs. 1 y 2) que se ha podido
estudiar bien pues su restauración no ofreció dificultades.
Prácticamente no se ha modificado la altura total de la rama izquierda por la deformación condilea. La silueta del cóndilo ha variado por completo faltando su mitad interna que se ha visto sustituida
por una superficie plana de dirección oblícua de arriba a abajo y de
fuera adentro, conservándose la fosa para el músculo pterigoideo extemo. En su porción externa, parece como si hubiese sufrido un moví
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DOS NOTAS DE PALEOPATOLOGÍA
"
miento de rotación siguiendo el sentido de las agujas del reloj y oblicuándose algo hacia abajo y afuera. Por último, por delante se ha formado una plataforma que se dirige hacia adelante finalizando en una
especie de pico. La cara superior del cóndilo la constituye una amplia
superficie lisa. Cuando se procede a la articulación de la mandíbula
con el cráneo, se puede comprobar que no existe una limitación importante para sus movimientos y que 1Íllicamente el borde anterior
de la cavidad glenoidea izquierda está más excavado. Desde el punto
de vista mecánico no parece que la capacidad masticatoria se viese
muy afectada.
La etiopatogenia de esta lesión consideramos que no puede ser
otra que la traumática, siendo secundaria a una fractura del cóndilo
que se habría seguido de una consolidación defectuosa, seguida de fenómenos de reabsorción y aposición ósea, que habría dado lugar a
una superfice articular anormal, pero apta para su función, seguramente con algunas limitaciones, las cuales tal vez habrían podido influir en el menor desgaste dentario de los dos últimos molares izquierdos.
Sin ninguna relación con lit lesión descrita, queremos dejar constancia de la presencia de otra anomalía, que consiste en la presencia
de dos orificios situados en la mastoides derecha (Lám. II, 3), un poco
por detrás del orificio del conducto auditivo eXterno y por debajo de la
cresta supramastoidea en que finaliza la raíz del cigoma. Estos agujeros podrían corresponderse con los descritos por Luschka como foramen jugulare spurium, destinados al paso de una vena anastomótica
con el seno lateral. La normalidad de la radiografía con incidencia especial para la apófisis mastoidea, apoyaría esta hipótesis.
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CAMPILLO.-Dos notas de Paleopatología
Cráneo de Barranc de Llopis
LAM. 1
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CAMPILLO.- Dos notas de raleopatología
Los Praos (Requena)
LAM. 11
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JOSE DONAT ZOPO
MIGUEL A. NAVARRO CUELLAR
{Valencia)
UNA NUEVA MODALIDAD GENETICA.
LA CUEVA DE LA .lUDIA
(Barcheta)
I
INTRODUCCION
La provincia de Valencia, dentro de la confluencia de dos regiones
tectónicas opuestas -ibérica y prebética-, debe de ser considerada
comó un pa:fs de fosas.
Su número es bastante elevado y su desarrollo muy importante,
ya que éstas, además de constituir en ocasiones frontera geológica entre regiones distintas, o simplemente entre zonas de influencia diversa, facilitan la formación de pliegues en el manto externo y afectan a
la hidrología, tanto superficial como subterránea.
Estas fosas, según Rosso de Luna, alcanzan gran profundidad y
son capaces de imprimir su huella sobre los estratos suprayacentes y
sirven de válvula de escape a los materiales infrayacentes del Trias
superior o Keuper, los cuales, afectos por una especial plasticidad,
aprovechan la existencia de fracturas en las capas superiores para introducirse por ellas y en movimiento ascensional ocasionar arrastres,
leVantando los bordes de las capas contiguas a las fracturas y creando estructuras tipo anticlinal, las cuales suelen ser erosionadas y desmanteladas con mayor facilidad.
Esta anormal aparición del Keuper, con sus derivaciones tectónicas, produce, dentro del ámbito· del mundo de ras cavernas, una serie
de cavidades que inicialmente, partiendo de las que hasta la fecha nos
ha sido posible conocer, hemos clasificado en dos grupos especiales:
a) Cavidades cársticas constituidas sobre terrenos extrusivos.
b) Cavidades tectónicas desarrolladas sobre terrenos autóctonos inmediatos a los bordes de diapiro y afectados por éstos.
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2
J. DONAT ZOPO y M. A. NAVARRO CUÉLLAR
Corresponden al primer grupo, entre otras cavernas valencianas,
el Túnel del Sumidor, de Vallada, y la Cueva del Yeso, de Quesa. Pertenecen al segundo grupo, también entre otras cavidades, la Cueva de
la Judía, de Barcheta, y la Cava Fresca, de Bárig.
II
LA TECTONICA PROVINCIAL VALENCIANA EN RELACION
CON LA CUEVA DE LA JUDIA
En <
sirviendo especialmente como talla fosa meridional valenciana, con
su prosecución a través del valle triásico de Barcheta y la fosa de
Valldigna.
En forma independiente de las regiones anteriores, aunque influenciada por ambas, en el ángulo interno formado por la intersección de las formaciones ibéricas descendentes y las prebéticas ascendentes, la zona central valenciana, restando tan sólo al oeste de la
provincia, y al amparo también de fosas triásicas -canal de Ayorauna zona marginal de estructura de tipo Meseta Central.
En este encuadre general, bastante simplificado, dentro de lamanifiesta complejidad tectónica de la provincia de Valencia, aparecen
los valles triásicos, tectóniCos, con Wl acompa.fta.miento secundario de
orden muy variado: trastorno de las capas suprayacentes; hidrologías
subterráneas estancadas; ordenación especial de las redes fluviales
de superficie; amortiguamiento de presiones tectónicas, facilidad a la
deformación; cársticas especiales en yesos, etc.
Uno de estos valles triásicos, de origen semidiapírico, es el de Barchata, que se prolonga en dirección al mar a través de la Valldigna,
planteando una serie de accidentes secundarios, laterales o marginales, entre los que se halla envuelto el Cerro de la Judía, en el cual se
centra nuestro estudio.
Así, en conjunto, se puede señalar que la prolongación de la fosa
meridional valenciana, se establece, en su margen septentrional, que
es el que ahora nos ocupa, a través de una serie de fallas longitudinales, paralelas a la fosa, y que comprenderían desde la Cava Colombo y
Racó de Juana, en Tabernas de Valldigna, hasta la Llama del Baladre,
en Játiva.
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3
LA CUEVA DE LA JUDÍA
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Fig. 1.-1: Túnel del Sumldor¡ 2: Cueva del Yeso; 3: Cueva de La Judía; 4: Cova Fresca.
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'
J. DONAT ZOPO y M. A. NAVARRO CUÉLLAR
En cuanto al Cerro de la Judía, situado en ese margen septentrio
nal de la fosa meridional valenciana es tectónicamente algo más complejo de lo señalado en estudios geológicos anteriores, hecho normal si
se considera la necesidad de detalle de cada uno de los trab~os consultados.
4
III
GEOGRAFIA ESTRATIGRAFICA EN TORNO
AL VALLE DE BARCHETA
El valle de Barcheta se extiende por el sur de la provincia de Valencia y de la población del mismo nombre. Tiene forma rectan~ular
y en su totalidad se halla representado en la Hoja núm. 770 (Alciral
del Mapa Geológico Nacional, a escala 1 :50.000; se encuentra comprendido entre los meridianos 3° 13' y 3° 18' 50" de longitud este y
los paralelos 39° 1' 20" y los'39° de latitud norte.
Longitudinalmente, por su zona· septentrional, es cruzado po.r el
rlo Barcheta, que se inicia inmediatamente al este del valle, en la zona
de Plá de Corrals, por la· aportación de los barrancos que confluYen a
dicho punto. Normalmente su cauce está seco o con escaso caudal.
Cruza el valle de este a oeste, sale a los llanos cuaternarios de
Lloch Nou de Fenollet y por ellos, en las proximidades de la población de Enova, desemboca en el río Albaida.
La estratigrafia dominante en el valle de Barcheta, prescindiendo
de ligeras coberturas cuaternarias, es del Trias superior, el cual aparece con los materiales típicos de este piso en la provincia de Valencia. Lo constituyen yesos en formas variadas, una veces bajo la forma
cristalina, incolora y en conglomerados desordenados; otras, en láminas cristalinas, traslú,cidas; también en masas compactas, cristalinas,
nljo-brillantes y con profusión de jacintos de compostela en su interior o en bancos de colores negros, grises o blanquecinos, compactos o
sacaroideos, y con frecuencia industrialmente explotados.
Alternados con los yesos, aunque en anárquica disposición, las
margas, muy deleznables algunas veces; otras, compactas y duras;
ora con tonalidades irisadas, con predominio del gris verdoso, ora,
con coloraciones rojizas, fuerte tonalidad y muy uniforme, y oc~sio
nahnente cruzados por alguna delgada veta azulada.
Dentro de su aparente anarquía parece, no obstante, seguir a
grandes rasgos y dentro de la verticalidad de sus estratos, la linea de
contacto Trias-Cretáceo.
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
Fig. 2.-Situación del Cen-o de La Judía y de la cueva del mismo nllmbte, en relación al pue·
blo de Barcheta.
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J. DONAT ZOPO y M, A NAVARRO CUíllAR
'
Aparecen también bancos de areniscas, similares en su aspecto a
las del Bunt, pero de colores menos vivos, algo más blandas de textura y menos micáceas.
En algunos lugares, cubriendo el Trias, hemos hallado restos fragroen;tados de una capa horizontal de unos 2 cms. de espesor, constituida por cristales de cuarzo hialino. cementados entre sí y muy desgastados. Su horizontalidad les asigna un carlicter muy posterior el mo~
vimiento semidíapírlco.
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El cuaternario aparece en diversos lugares recubriendo al Trias.
En torno al río Ba:rcheta, contacto además de Trías-Cretáceo, se dis-tinguen dos capas. La inferior, formada por productos residuales del
Trias, y la superior, formada pQl' tarra :rossa, procedentes de la erosión de las calizas del Cretáceo. Aterrazamientos laterales nos hablan
de moVimientos del cauce.
Ligeramente más al norte, en forma de cerros de escasa elevación
podemos señalar dos frentes: el occidental y el centro-oriental.
El occidental está oonstituido por molasas del Helveciense, las
cuales fueron objeto de explotación industrial en diversas canteras,
hoy abandonadas. Superficialmente la molasa es muy dura, si bien se
halla descompuesta por ellajamiento. Debajo de ella aparece otra menos dura y más arenisca que, insensiblemente pasa a convertirse en
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
7
una arenisca muy disgregable. En ellas, Darder Pericás, señala la presencia de: «Clypeaster marginatus» Lamk., «Flabellipecten incrassatus» Part. y Mosén Viñas seiiala también la existencia de: «Odontaspis
cuspidata» Ag., «Odontaspis cuntortidens» Ag., «Oxyrina» sp., «Sphaerodus parvus?» Ag.
En estas areniscas, al igual que Darder Pericás, hemos podido obtener: <
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Fig. 4.-Cortes da la Sarreta da Barchata, sagWI Dardar Paricél.
1 : 'Calizaa compactas grlsas.
2: Calil!las margosas con «micrasten.
Entre los cerros de Cueva de la Pedrera y Cueva Negra aparece
una zona constituida por cantos angulosos, calizos, cementados entre
sí y procedentes de la erosión del Cretáceo y que señalan un posible
Vindoboniense.
En el cerro de Cueva Negra, precisamente en el interior de lascovachas alli existentes, entre las blandas areniscas helvecienses, pudimos señalar la presencia de «Clypeaster», sp.
El frente centro-oriental, más ancho y profundo que el anterior, se
inicia al norte de la mancha vindoboniense y se extiende por el Alto de
Pérez, la Rabosa, la Barchilla y la Penya Ro~ a. entre otros lugares y
constituye un ramal montuoso, al parecer discordante, sito entre los
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33! -
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J. DONAT ZOPO y M. A, NAVARRO CutLLAR
montes de la Barraca (Sierra de Corbera) y la fosa de los montes del
Turó. En él aflora el Cretáceo, con distintos pisos estratigráficos, surgentes, casi todos ellos, al amparo de las múltiples fracturas que bordean el margen septentrional de la fosa de Valldigna.
El Turonense-Senonense inferior, formado por bancos de gran espesor, está representado por unas calizas muy compactas, de color
gris en superficie y en avanzado grado de lenarización y ocupa prácticamente todo el cerro de la Judia, en la que se aloja nuestra caverna
en estudio. Está flanqueado septentrionalmente por el Maestrichten:.
se, amparado por un juego de fracturas que hacen que este último piso aparezca hundido en forma de fosa.
Las calizas turonenses, tipicas en la carstificación valenciana,
aparecen marmorizadas, en fonna de grandes y potentes bancos, como se puede aprecia:r en las explotaciones abandonadas de las mismas. Al gris de las calizas en superficie, sucede en fractura un rosáceo
o sepia. Con frecuencia estas calizas, algo margosas, engloban una
abundante granulación cuarcffera de pequeño tamaño y que podria
representar una fase neritica. Algunos pequeftos fragmentos recogidos tenfan aspecto fosillfero, pero sus formas y caracteristicas eran
demasiado imprecisas y poco detenninativas.
El Maestrichtense aparece en la pequefta fosa fallada inmediatamente al norte del cerro de la Judía, entr_e éste y el Racó de la Penya.
Otra mancha, ocupando una correcta posición estratigráfica, aparece
coronando el citado Racó de la Penya y el Alto de Pérez. F;stá inte~
grado por calizas, margas y arcillas sabulosas, con abundante fauna
fosil. En ellas Meseguer Pardo indica haber recogido: «Exogyra Mat~
heroDiana>~, d'Orb., «Exogyra decussata», Coq., «Pycnodonta vesícula~
riS)l, Lam.
Cerrando el fondo del frente norte, envolviendo algunas de estas
manchas el Maesttichtense, aparece el Campaniense, con una extensión superficial muy superior a la de los anteriores. Está constituido
por calizas grises y descompuestas, calizas margosas, margas y arci~
llas, oon rica y abundante fauna fósil, entre la que Meseguer Pardo
señala: «Mitrocaprina.», sp., «Vaccinites Archiaci», Math. (var. majar,
Toncas), «Vaccinites latus», Math., «Exogyra decussata», d'Orb.,
«Exogyra Matheroniana», d'Orb., «Pycnodonta vesicularis», Lam.
Sobre el caserío nuevo de la Liga, en la visita originada al confeccionar este trabajo, se han recogido: «Exogyra decussata>~, d'Orb.,
«Cardium)), sp., «Pecteru, sp., «Neitheas 7», «Radiolitidos», «Pleurotomaria)), sp. según detemúnac:ión de Indalecio Quintero, de la Sección de P8leontología del Instituto Geológico y Minero de España y cuyo conjunto parece
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
9
atribuir dicho terreno al Campaniense y que concuerda bastante con la fauna
recogida por Nickles en Cuatretonda.
Cerrando el frente oriental del valle de Barcheta podemos señalar
el Santonense-Campaniense inferior que envuelve a su vez otra mancha del Campaniense inferior, en cuyo centro se encuentra ubicado el
Plá de Corrals, de un cuaternario arcilloso y cantos cretáceos, procedente de la erosión de las calizas de los contornos y constituyendo una
cubeta muy rica en aguas subterráneas, de las que se verifica una importante explotación. Más a occidente, siguiendo por el sur el valle de
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Fig. 5.-l: Campanianse. Calizas grisáceas y callzaa margoaaa, marga. y arcillas.
2: Maestricbtense. Caliza& y margae.
3: Turonanse~ Calizas compactaa, marmorizadaa.
4: Keuper. Margas abigarradas, arcillas y yeaos.
5: Cuava de La Judia.
6: Cuaternario.
Barcheta, aparecen los cerros del Buscarró, de violenta estructura y
famosos por sus calizas mannóreas, rosadas, amarillentas o rojizas.
En estos cerros, en dirección a 1' Alt de l'Edra, aparecen lineales con
tectónica semidiapírica y niveles hidrológicos.
Más al oeste, cerrando por el sur el valle de Barcheta, aparece el
clásico tap valenciano, constituido por margas blanquecinas, bastante impermeables y descansando sobre el Keuper.
Finalmente la zona oeste se cierra en Genovés, con modernísimo
Cuaternario que probablemente recubre la fosa unida de la Canal de
Navarrés y Barcheta.
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J. DONAT ZOPO y M. A. NAVARRO CUÉLLAR
IV
ANTECEDENTES GEOLOGICOS EN TORNO
AL CERRO DE LA JUDIA
En el mapa que Brinkmann acompaña a su trabajo «Las cadenas
béticas y celtibéricas del sureste de España», a escala 1/150.000, no
figura el cerro de la Judia. No obstante, su espacio geográfico aparece
cubierto por el Camparúense, en contacto con el Keuper del valle de
Barcheta, y separado de éste por una falla vertical del orden de 7 5 a
100°. Considera al cretáceo como hundido contra un horst de Keuper,
Darder Pericás, en su «Estudio geológico del sur de la provincia de
Valencia y norte de la de Alicante», seiiala, en relación con este cerro
y del que nos presenta un corte transversal, que «en contacto anormal
con e:l Trías hay una caliza marmórea blanca, explotada como mérmol, y sobre ella una caliza margosa de tonos ocráceos, en los que se
han hallado equinidos en mal estado, pero que por su forma recuerdan los Micraster». Identifica a estas calizas como pertenecientes al
Campaniense.
En la hoja :húm. 770, Alcira, cuya Memoria fue redactada por Meseguer Pardo, aparecen en forma sucesiva y de norte a sur el Campaniense, el Maestrichtense, el Turonense y el Keuper. Unos y otros separados entre si por fallas y con el Maestrichtense hundido entre el
Campaniense y el Turonense. Quizá la diferencia estratigráfica entre
los trabajos de Meseguer Pardo y los de Brinkmann o Darder Perlcás
esté principalmente basada en la cuestión de detalle existente entre
unos y otros trabajos.
Nos otros hemos coincidido en la apreciación estratigráfica de Meseguer Pardo y confirmada parcialmente por las determinaciones de
Indalecio Quintero. En cuanto a la tectónica, sin diferir con lo establecido en la Hoja de Alcira, llegamos a una situación algo más compleja
al establecer, dentro del Turonense, una serie de fracturas o fallas
que multiparten longitudinalmente el cerro de la Judía.
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11
LA CUEVA DE LA JUDÍA
1
3
Fig B.-Corto tnnsvursaJ dpioo do la Cueva de La JlliÜa.
J: Juntas de tensión.
2: Diaclasas de estratificación.
3; Falla de ostratificaclón.
4: Posición de las dlaclasas de inclinación.
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J. DONAT ZOPO y M. A. NAVARRO CUÉLLAR
V
SITUACION DE LA CAVIDAD
La cueva de la Judía se encuentra ubicada en el término municipal de Barcheta, en la comarca de Játiva (Valencia), en el extremo
nordeste de dicho ténnino y en el lugar denominado cerro de la Judía,
sito al norte del valle del río Barcheta, antes de cruzar por esta población y de su confluencia con el rio de Albaida.
La cavidad se halla situada en la ladera meridional del antes citado cerro y su boca se halla semioculta por pinos y matorrales. Se encuentra próxima a una zona de canteras abandonadas y por debajo
de ellas.
Sus dos bocas, abiertas a unos 160 metros sobre el nivel del mar,
dominan la carretera en un tramo sito aproximadamente a mitad del
espacio comprendido entre los Kms. 9 y lO, en dirección a Simat de
Valldigna. Ambas distan entre si unos 5 metros. Una de ellas, la utilizada normaimente para penetrar en la caverna, adopta forma longitudinal; la otra, de forma circular, sita a la derecha de la anterior, es
de más difícil penetración.
La situación geográfica aproximada es de 3° 17' 40" de longitud
este y de 39° l' 35" de latitud norte.
VI
DESCRIPCION DE LA CAVERNA
Como antes se ha indicado posee dos bocas de acceso, sitas una
junto a la otra, siendo la más comúnmente utilizada la occidental. Esta se abre sobre una linea de diaclasación orientada aproximadamente N.-S.; es de bastante amplitud y sita a ras del suelo.
La segunda de las bocas es de forma circular y da acceso a un pozo erosionado sobre una linea de diaclasación que facilitó su origen.
Utilizando la primera de las bocas citadas se accede a un pequeño
pozo de fácil descenso, apoyándose en los agarres del mismo, que tendrá unos 5 6 6 metros de profundidad, a cuyo ténnino y en la cara
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
13
oriental, dan al pórtico de entrada de la caverna (galerla). A partir de
este punto y al objetO de facilitar su descripción dividiremos la caverna en dos sectores y varios subsectores.
Sector oriental:
a) Vestíbulo. -Se inicia en el pórtico antes citado y tras formar
inicialmente un corto tramo de galerla se abre formando un salón de
unos 12'50 metros de longitud por unos 10 metros de anchura en su
fondo. Todo el suelo se encuentra recubierto de bloques elásticos de
pequeño tamaño formando una pronunciada pendiente hacia el interior y bajo de los cuales se sumergen las coladas que descienden por
las paredes.
La pared del fondo de esta estancia denuncia la existencia de una
diaclasa que, en su extremo norte, profundiza la pared en forma de
grieta impracticable, y en el sur facilitó la genética de la segunda boca de acceso a la cueva. También la pared del fondo de esta estancia
permite observar la aguda estratificación existente, con buzamiento
al norte y rwnbo este-oeste.
Es interesante señalar que, junto al pórtico de entrada, e igualmente más adelante, a unos dos metros, a la izquierda de ambos, a linea con el suelo actual, existen dos pequeñas bocas que ponen en comunicación los sectores oriental y occidental.
b) Galería Oriental, tramo l. -Sigue la orientación de la fractura que originó la caverna presentando con-ello formas con manifiesta
preponderancia de la verticalidad sobre la horizontalidad. El suelo,
con pendiente más pronunciada todavía que el vestlbulo y apuntando
hacia el interior, sigue recubierto por los bloques elásticos, alóctonos,
bajo los cuales se siguen también sumergiendo los recubrimientos parietales. Es más potente el enmascaramiento litológico de las paredes
de la izquierda que los de la derecha.
Al término de este tramo se observa otra linea de diaclasación
norte-sur, normal a la caverna.
e) Galerla Oriental, tramo II. - Se inicia en un estrechamiento
del anterior y mantiene las mismas caracterlsticas del anterior. En el
lado derecho de la galería, a nivel del- suelo, en el sentido del buzamiento, aparece una pequeña galería. Al término de este tramo, también en el mismo lado, se forma un gran anchurón motivado por la
presencia de fracturas transversales a la caverna y que aprovechadas
por las aguas de infiltración han dado lugar a bellisimos y estilizados
tubos erosivos con coalescencia morfológica entre ellos.
-
337 -
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J. DONAT ZO POyM.A , NAVARRO C\ffiLLAR
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
15
d) Galeria Oriental, tramo fmal. - Se inicia con un estrechamiento de la galería al final del II tramo y unas coladas de mayor desarrollo que invadiendo el su81o y elevando su nivel tuvieron la virtud
de detener el deslizamiento de los materiales elásticos alóctonos e ifnped\r su progresión hacia el final de la caverna.
Detrá.s de esta barrera se abre una corta y estrecha galería que
conduce a una pequeña estancia. Esta posee el suelo recubierto de sedimentos arcillosos y seftales en las paredes, a unos 2'20 metros de altura, de haber actuado como depósito hidrico con carácter de larga
permanencia.
Sector occidental:
a) Accesos. - Regresando al vestíbulo de la caverna y por las
pequeiias bocas existentes en el mismo, anteriormente citadas, tras
un grueso bloque elástico, se pasa a este sector. Se inicia con una pendiente descendente, también con bloques elásticos, muy baja de techos y de unos tres metros de longitud.
Un segundo acceso al sector occidental fue hallado en los trabajos
de campo en los que se preparaban estas notas y sobre la base de desobstruir una linea de diaclasación.
b) Sala de las Formaciones. - Se abre al término de los accesos
anteriores y es una pequeña estancia en la que los recubrimientos parietales invaden techo y paredes, alcanzando incluso los suelos con
recubrimientos y diminutos «gourgs».
Gran número de las formas observadas pendientes de lq. bóveda
tienen un aspecto mamilar, blanco y por su textura parecen próximas
a un «mond milch».
e) Sala de la Arena. -Al término de la Sala de las Formaciones,
tras cruzar un breve pasadizo, aparece la de la Arena, denominación
que recibe por el material depositado en su suelo. El carácter siempre
descendente de la cavidad varfa y en este lugar pasa a ascendente. El
fondo de la sala lo cOnstituye un muro formado por calizas muy trituradas y arcillas, destacando su color más violento sobre el resto del
salón: Las paredes se muestran muy erosionadas, permitiendo ver la
roca viva del terreno, en este lugar bastante fragmentada. Antiguas
formaciones litoquimicas, de gran desarrollo, dan muestras de haber
sufrido un posterior y potente proceso erosivo.
d) Pequeftas galerias. -A derecha e izquierda del salón anterior
se abren una serie de pequeños divertículos y cortas galerfas de formas muy variadas, en las que se aprecia también un antiguo desarrollado proceso reconstructivo y otro más moderno de erosión.
- 339 -
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J. DONAT ZOPO y M. A. NAVARRO CutLLAR
VII
CLASIFICACION DE LAS FRACTURAS
DE LA CUEVA DE LA JUDIA
Al ser la cueva de la Judía esencialmente tectónica en su genética,
es lógico presumir que la mayor parte de su desarrollo esté condicionado por la existencia de fracturas.
La más importante de ellas es la que forma el eje longitudinal de
la caverna (Línea imaginaria· VII-IV del plano), la cual cae de pleno en
el concepto de falla, al darse la existencia de fractura con deslizamiento de una o dos masas contiguas. A su vez, dentro de la ca1illcación de falla, hay que clasificarla como abierta y de estratificación, ya
que su desarrollo es paralelo a la estratificación de las rocas. Existen
otras líneas importantes de rotura (Líneas G, K-J, o M-L del plano)
que constituyen diaclasas de inclinación al poseer un rumbo paralelo
a la dirección hacia la que se inclina la estratificación. Son normales a
la dirección de las diaclasas de estratificación y en el caso concreto de
esta cueva son de tipo vertical.
Finalmente se pueden señalar las diaclasas de estratificación, paralelas a la estructura de la caliza, y sobre cuyos planos se produjo el
resbalamiento de la zona que dio origen a la falla de estratificación.
Estas diaclasas, apoyadas en juntas de tensión, facilitaron los desplomes de la pared-bóveda.
VIII
EVOLUCIÓN MORFOLOGICA
Establecido que el levantamiento del cerro de la Jud.ia es producto
de la orogenia triásica, ocurrida durante la segunda fase estaírica,
nos encontramos entonces con un cerro emergido y desbordado, en la
línea de fractura del valle de Barcheta, por la masa ascendente de los
yesos y margas del Trlas.
En dicho momento la caverna, en su estructura básica, linea de
falla y diaclasas transversales, está creada.
Posteriormente el valle de Barcheta sufrió una fuerte erosión, especialmente en los blancos materiales del Keuper, con la consiguiente
-
340-
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LA·CUEVA DE LA
JUDíA
17
profundización del valle y una traslación del cauce del río Barcheta
que en sentido longitudinal cruza dicho valle.
Durante un tiempo de ese periodo el cauce del rlo Barcheta coincidió con el eje longitudinal de la cueva de la Judía, es decir, con la linea de falla, y apoyado en las diaclasas transversales abrió las dos bocas que actualmente posee e inundó la caverna, tal vez erosionando
ya antiguas formaciones.
Nuevos y posteriores desplazamientos del cauce del rlo Barcheta
dejan colgada la cavidad en las épocas en que el río lleva menor aporte de agua, actuando sólo como sumidero en las épocas de crecidas.
Conforme el valle y por consiguiente el cauce del rlo fueran profundizándose, iria perdiendo intensidad esta fase, pasando solamente a filtraciones a través de las fisuraciones de la caliza, hasta que llegado
cierto momento, por exceso de hundimiento del cauce, separación de
la cavidad, etc. deja de existir conexión práctica entre ambos.
IX
DATACION
El cerro de la Judia se encuentra instalado en el interior de la fosa
meridional valenciana, no obstante, el levantamiento de sus estratos
lo atribuimos a un periodo orogénico mucho más moderno y vinculado a la orogenia semidiapírica del Keuper.
Así pues, dado que la cueva de la Judía está basada genéticamente en los mismos movimientos semidiapfricos que trastornaron el cerro
de la Judia, su cronología será idéntica a la de éste en su estructura
actual.
Del Eoceno al Oligoceno la comarca de Barcheta estuvo emergida,
pero posteriormente, durante el Mioceno, se produce una inmersión
de la zona, como lo demuestran los restos fosillferos del Burdigalense
y del- Vindoboniense que en la misma se encuentran.
Posteriormente al Vindoboniense se producen dos hechos importantes para la cronología de la cavidad. La segunda orogenia estafrica
y la emersión de la zona con el Pontiense. En este perlado es cuando
debió producirse la fase diapírica que provocó el levantanriento del
cerro de la Judía y la falla tectónica que motivó el origen de la
caverna.
-
341 -
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J. DONAT ZOPO y M. A, NAVARRO CutLLAR
X
SISTEMATICA EN TORNO A LAS CAVIDADES
TIPO CUEVA DE LA JUDIA
El primer problema que, tras el estudio y conocimiento de la cueva de la Judía y su especial origen tectónico, se nos planteaba era el
de la determinación de la facilidad o rareza con que este tipo de caverna en borde de diapiro se nos podia presentar.
Un análisis detallado de cierto tipo de cavernas nos permitió establecer una primera lista de cavidades en las que concurrian estas circunstancias. Esta lista estaba formada, aparte de por la cueva de la
Judía, por las siguientes cavernas:
Cava Fresca (Bárig).
Cueva del Lobo (Navarrés).
Sima de Viñ.as I (Chiva).
Sima de Vifias II (Chiva).
Sima de Viñas III (Chiva).
existiendo otras posibles cavidades en estudio o determinación.
A continuación se nos presentaba el problema de establecerr si era
posible, dentro de este tipo de cavidades, una siteillática de formas.
Dado que P,entro del tipo de cavernas de borde de diapiro se pueden
presentar -y se nos presentaron- ciertas variantes, interesaba analizar la cavidad con otra de características similares. Esto se consiguió
con el concurso de la Cava Fresca, de Bárig, situada en el mismo valle, pero en su margen opuesta, lo que debiera motivar, formas simila·
res pero en posición contraria.
A través de la Comparación de ambas cuevas se estableció el siguiente resumen de conclusiones generales:
a) Que el eje de las cavernas puede estar constituido por fallas.
b) Presencia abundante de diaclasas perpendiculares al plano
de falla.
el Que la falla sea de tipo anticlinical y abierta en el interior.
d) Que los cortes transversales de la misma tiendan a las formas
_triangulares.
e) El lado próximo al diapiro es el bloque movido de la falla.
fJ El lado próximo al diapiro se convierte en piso-pared.
g) El lado opuesto al diapiro se convierte en pared-bóveda.
h) Proceso elástico desarrollado especialmente a expensas del
lado de la falla opuesto a la linea de diapiro.
-
342 -
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LA CUEVA DE LA JUDÍA
"
Circunstancias que se producirán cuando en la cavidad estudiada
el buzamiento del lado del diapiro sea superior al del lado opuesto, ya
que de ser similares (cueva del Lobo, Navarrés), las formas derivadas
serán completamente distintas.
XI
ADICION BIOLOGICA
Con ocasión del estudio geotectónico de la cueva de la Judia hemos tenido ocasión de realizar algunas observaciones de tipo biológico las cuales transcribimos para su constancia.
Flora. - En zona de penumbra, en el fondo de la sima de acceso y
entrada a la caverna, en diversas ocasiones, se ha determinado la
presencia de gran can.tidad de ejemplares de la «Capsella bursa pastoris». La última de las veces en el mes de febrero. Ejemplares de esta
especie se han encontrado en otras cavidades y en condiciones de vida muy distintas, así se les ha localizado en el Túnel del Sumidor (VaDada), a gran profundidad, en zona de oscuridad total, sobre terrenos
yesosos y con gran cantidad de humedad. Parece que estas -plantas,
en estas condiciones, no llegan a completar su ciclo biológico.
Quirópteros. - Fue localizado un ejemplar del «Rhinolophus
ferrum-equinum», vulgarmente denominado murciélago de herradura. Era macho, pendia de las paredes-bóveda y se hallaba solitario.
Coleópteros.- Fue capturado-un ejemplar de «Blaps Gigas>), Lin.,
del grupo «Polyphagm>, de la familia de los Tenebriónidos. Esta especie está extendida al parecer por toda la región valenciana. En la colección entomológica Torres Sala, figuran ejemplares capturados en
Valencia, Bétera, Buñol, Casas de Herrero, Burjasot, Alcira, Pego y
Altura.
XII
RESUMEN
A través de la cueva de la Judia (Barcheta) se estudia por vez primera una nueva modalidad genética basada en la formación tectónica de cavernas en los terrenos levantados por los diapiros. Se identifican dentro de la provincia de Valencía algunas cavidades de análogas
características genéticas y se establece para ellas una breve tipología
arquitectónica.
-
343 -
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20
J. DONAT ZOPO y .M. A. NAVARRO ClJtLLAR
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- 344 -
[page-n-405]
DONAT y NAVARRO.-Cue'la de La Judía
LAM. 1
1.- EI Cerro de la Judía ( Barcheta) . En su parte superior. una de las canteras de mflrmol
2.- EI valle de Barcheta. En el centro, el río de Barcheta
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OONAT y NAVARR O.-Cueva de l a Judía
LAM. 11
3 y 4.-0os distintas morfologías cársticas dentro de las calizas del Cerro de la Judit
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DONAT y N AV ARRO.-Cuova de La Judía
LAM. 111
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7 y 8.-tas canteras de mármol del Cerro de l a Judía. En las mismas se aprecia la profundidad de los procesos
cársticos (n.• 7). y la intrusión de masas no calcáreas sobre fallas (n.• 8)
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DONAT y NAVARRO.-Cuevc1 de La Judía
LAM. V
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11 .-Galeña oriental, cruce con dlaclasa normal
12.-Tubo erosivo en el cruce anterior
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DONAT y NAVARRO.-Cueva de La Judía
13 y 14.- Formas estalactíticas blanquecinas del sector C'ccidental
LAM. VIl
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OONAT y NAVARRO.-Cueva de La Judía
15.-Corte transversal típico de la cavidad, en estudio
LAM. VIII
[page-n-413]
INDICE DE LUGARES
Abengibre (Albacete!: 208.
Acrópolis (Atenas, Grecia): 271.
Ademuz, Comarca del Rincón de (Valencia): 262 y 327.
Africa: 129, 131, 228, 231, 232, 236, 241, 242, 245, 260, 297, 298 y 308; ------del Norte: 129, 131, 228, 236, 242, 245, 297 y 298.
Afrodisía (Caria, Turquía): 275.
Agde (Hérault, Francia): 230.
Agora {Atenas, Grecia): 242 y 245.
Agres (Alicante): 99 a 112 y 144; - - , r í o d' (Alicante): 99.
Agualobos, .Barranco de {El Toro, Castellón): 177.
AguiJa, Pico del (Camporrobles, Valencia): 209.
Agullana {Gerona): 111, 122, 126 y 142.
Agulles, Sierra de les (Valencia): 47 y 56.
Aigua, cueva de 1' (Gandía, Valencia): 72.
Aigües-Vives, Valle de (Alzira-Carcaixent, Valencia): 47 y 49.
Alameda de Osuna (Madrid): 20.
Albacete, provincia: lO, 93, 143, 208 y 327.
Albaida {Valencia): 78, 99 y 258; -----,Comarca de la Vall d' (Valencia): 93 a 98 y 149;
- - - - , río (Valencia): 328 y 336.
Albalá {Ciudad Real): 10.
Albano {Roma, Italia): 268 v 272 a 274.
Albintimilium, hoy Ventimiglia (Impera, Italia): 224 y 225.
Albufereta, Necrópolis de 1' {Alicante): 220 y 221.
Alcalá, Canezo de {Azaila, TeruelJ: 142, 173, 192, 194, 200,201 y 207; ------la Real
{Jaén): 262; -----de Xivert (Castellón): 164.
Alcázar de San Juan (Ciudad Real): lO.
Alcira {Valencia): Véase ({1\}zira».
Alcoy {Alicante): 44, 45, 71, 101, 126, 150, 155, 196 a 198, 200, 206,208 y 223; -----,
rlo de (Alicante-Valencia): Véase: «SerpiS».
Alcublas {Valencia): 147, 148 y 168.
Alcudia {Mallorca): 293 a 310; ------,La {Elche, Alicante): 225 y 227.
Alcuses, La Bastida de les {Mogente, Valencia): 193 y 208.
Aldea del Rey (Ciudad Real): 10, 11, 16 y 17.
Alejandrla (Egipto); 242, 298 y 309.
Alemania: 241, 242 y 271.
Algar, El (Antas, Almerla): 103 y 126.
- 345 -
[page-n-414]
Algarbe (Portugal): 308.
Algebassó, Monte de 1' (Castellón de Rugat, V<~.lencia): 311.
Algemesí (Valencia): 72.
Algimia de Almonacid (Castellón): 261.
Algorfa (Alicante): 44; -------, necrópolis de (Algorfa, Alicante): 44.
Alicante, ciudad y término mtmir.ipal: 4R, 61, 66, 71, 155, 162,220, 221, 226, 301 y 309;
-----,provincia; 27, 35, 36, 44, 45, 48,61 a 66, 71, 93, 96,99 a 112, 126, 129 a
131,133, 135, 144, 149, 150,153, 155, 162,192, 196 a 198,200,206,208,220,221,
223, 225 a 227, 301, 309, 311, 327 y 343.
Almacén de Polo (Burriana, Castellón): 284 y 289.
Almadén (Ciudad Real): 10.
Almagro (Ciudad Real): 10.
Almalafa, partida (Almazara, Castellón): 280.
AJmansa (Albacete): 93.
Almansor, Castillo d' (A!mazora, Castellón); 96.
Almassora, Camino d' (Burrlana, Castellón): 284.
Almazara (Castellón): 96, 280, 281, 284, 286 a 288 y 291.
Almenara (Castellón): 152.
Almería, provincia: 103 y 126.
Almetla, Puerta de 1' ]Játiva, Valencia): 218 y 219.
Almodóvar del Campo (Ciudad Reall: 10.
Almuñécar (Granada): 248.
Alpes, montes: 66.
Alpes"Maritimes, departamento (Francia); 227.
Alt de la Barxilla (Barcheta, Valencia): 329 y 331; ---de la Cava Negra (Barcheta, Valencia): 331; ---de la Cava de la Pedrera (Barcheta, Valencia): 331; ---de !"Edra
(Barcheta, Valencia): 333; - - d e la Penya Roja (Barcheta, Valencia): 331; ---de
:pérez (Barcheta, Valencia): 331 y 332; ---de la Rabosa !Barcheta, Valencia): 331.
Alta Andalucía: Véase «Andalucía».
Altura (Castellón): 343.
Alzira (Valencia): 47 a 49, 56, 58, 59, 72, 328, 332, 334 y 343.
Alloza (Teruel): 197.
Ampurias (La Escala, Gerona): 152, 162, 175, 192, 196, 200, 225, 226, 240 y 246.
Ancho, Barranco (Jumilla, Murcia); 164.
Andalucía: 64, 135, 214, 215 y 268; ---------, AJta: 214 y 215.
Andilla (Valencia): 96 y 168.
Ane\1, Barranco de 1' (Carcaixent, Valencia): 49, 54 y 59;----, Cabe~
Angalí, Partida de 1' (Nulas, Castellón): 282; ------, Camino-travesia de 1' (Nulas, castellón): 282.
Anglés (Gerona): 122, 124, 126, 129 y 131.
Anita, Villa ]Castellón de la Plana, Castellón): 287.
Anse Gerbal {P"ort-Vendres, Pyrénées-Orientales, Francia): 2o:l!i.
Antas (Almeria): 103 y 126.
Antigons, Zona deis (Alicante): 301.
Antioqula (Siria): 242, 244, 245 y 300.
Aquitania (Francia): 243.
Aragón: 124, 130, 142, 143 y 207; ------,Bajo: 124, 130, 142 y 143.
Aranyes, Cueva de les (Alzira, Valencia): 58 y 59.
Aranyuel (Castellón}: 124 y 125.
Araq-el-Jemir (Jordania): 244.
Arbonés, Cueva de 1' (Pradell, Tarragona): 66.
Arcadia (Grecia): 265 a 267, 271, 273 y 274.
Arene Cand.ide, Cueva de las (Finale Ligure, Impera, Italia): 66.
Ares del Maestre (Castellón): 126 y 135.
Argar, El (Antas, Almeria): Véase «Algar, El».
Argelia: 129, 131, 242 y 297.
Argólida (Grecia): 266, 267 y 270.
-
346
[page-n-415]
Arlés (Bouches-du-ROne, Francia): 213, 236 y 241.
Arpilliéres, Les !Suiza): 251.
Arroyo del Sequillo (Ciudad Real); 10; ------de Valdefuentes (Madrid): 20; ------de
Valdehigueras (Madrid); 20.
Arse, hoy Sagunto (Valencia): 215.
Artana (Castelión): 71.
Asilo de Bou, enterramiento del !Cullera, Valencia): 71 y 72.
Assud, Abrigo de 1' (Almazara, Casteilón): 96.
Atalaya, La (Ciudad Reall: 10.
Atenas (Grecia): 241, 242, 244, 245, 268, 271 y 300.
Atenie.nses, Tesoro de los (Delfos, Grecia): 270.
Aude, departamento (Francia): 173, Hl5, 200, 229, 231, 236, 242, 243, 245, 250 y 251.
Augusta, Vía: 277.
Auja, El (Túnez): Véase «El Auja».
Aveyron, departamento (Francia): 66, 67, 231 y 247.
A'(ila, provincia: 124.
Ayora (Valencia): 326 y 327.
Azagador del Belcaide (Nules, Castellón): 282 y 289; -------- d'Espasers (Villarreal, Castellón): 283.
Azaila (Teruel): 142, 173, 192, 194, 200, 201 y 207.
Azil!e (Aude, Francia): 25l.
Azuer, rio (Ciudad Real): 10.
Badalona (Barcelona): 226 y 227.
Baja Provenza: Véase «Provenza».
Bajo Aragón: Véase «Aragón~.
Baladre, loma del (Játiva, Valencia): 326.
Baleares, Islas: Véase «
Ballester, Camino de (Burriana, Castellón): 283,
Banyeres (Alicante): 223.
Barcelona, ciudad y término municipal: 96, 154, 221,280, 282, 311 y 317; --------,
provincia: 96, 142, 154, 200, 201, 221, 225 a 227, 280, 282, 311 y 317.
Barcheta (Valencia): 325 a 344; - - - -- - , rlo de (Valencia): 327 a 330, 336 y 341;
------,serreta de (Valencia): 331; -----,Valle de (Valencia): 326,328 a
334 y 340 a 342.
Barchilla, Alto de la (Barcheta, Valencia): Véase: «Barxilla».
Bárig _(Valencia): 326, 327 y 342.
,
Barraca, Sierra de la (Alzira-Carcaixent, Valencia): 47, 331 y 332.
Barrene de l'Anell (Carcaixent, Valencia): 49, 54 y 5 9 ; - - - - del Castellet, Cueva del
(Carrlcola, Valencia): 44 y 65; - - - - - d e les Coves, Puntal del (Estubeny, Valencia): 62; - - - - - d e I'Estret (Carcaixent, Valencia): 47, 66,58 y 59;------ de
Llopis JC'astellón de Ruga~, Valencia): 311 a 317; - - - - d e Mir, Cabe¡;:ol del (Carcaixent, Valencia): 5 9 ; - - - - del Nano, Cueva del (Real de Gandia, Valencia): 72;
- - - - - - de Xarta (Carcaixent, Vll.lencia): 56 a !58, 71 y 72.
Barranco de Agualobos (El Toro, Castellón): 177; ------Ancho, Paraje de Coimbra del
{Jum.ilia, Murcia): Véase: tColmbra del Barranco Ancho»;------ de Tacomar (El
Toro, Castellón): 177,
Barrou (Séte, Hérault, Francia): 236.
Barsella, Cueva de la {Torremanzanas, Alicante): 44 y 71.
Barxilla, Alto de la (Barcheta, Valenoia): 329 y 331.
Basseta, Partida de la (Carcaixent, Valencia): 56.
Bastida de les Alcuses, La (Mogente, Valencia): 193 y 208.
Batán, Acequia del (Almezora, Castellón): 287.
Be~:hi (Castéllón): 43, 45, 126, 193, 207 y 208; ---,Cueva de (Bechi, Castellón): 43 y 45.
BegiS (Castellón): i88.
Becaide, AZagador del (Nules, Castellón): 282 y 289; ------, rio (Castellón): 282 y 289.
Belchite (Zaragoza): 210.
Beligiom, ceca ibérica, posiblemente Belchite (Zaragoza): 210.
-
347 -
[page-n-416]
Belmonte de Calatayud (Zaragoza): 211 y 214.
Belo, hoy Bolonia (Tarifa, Cádiz): 242.
Benaguacil (Valencia): 148, 256 y 257.
Benalúa, Barrio (Alicante): 309.
Beniarrés (Alicante): 35, 36, 63 y 64.
-Benicadell, Sierra de (Alicante-Valencia): 93 y 311.
Benicull, Barrio (Poliñá del Júcar, Valencia); 43, 44, 58, 59 y 69 a 91.
Benilloba (Alicante): 192.
Beniopa, Barrio (Gandla, Valencia): 72.
Benisanó (Valencia): 148.
Beocia (Grecia): 274.
Berlfn: 242.
Bernabé, Castillejo de (Liria, Valencia): 147 a 162.
Bernarda, Cueva (.Palma de Gandla, Valencia): 59.
Bétera (Valencia): 343.
Bicuerca, Sierra (Valencia): 209.
Bilbilis, hoy Calatayud (Zaragoza): 21 y 214.
Binefar (Huesca): 200.
Bir-Chona (Túnez): 243.
Boatella, necrópolis da la (Valencia): 226.
Bocairent (Valencia): 27 a 36, 63, 64, 99 y 223 a 228.
Bofia, Partida del (Burriana, Castellón): 284.
Bolonia, Paraje de (Tarifa, Cádiz): 242.
Bolta, Cueva de (Real de Gandia, Valencia): 72.
Boltes, Camino de les (Villarreal, Castellón): 283.
Bombilla, Partida de la (Liria, Valencia): 265.
Bonete, Camino de Na (Villarreal, Castellón): Véase «Na Boneta».
Bordeaux (Gironde, Francia): 251.
Borriol (Castellón): 71, lll, 112, 134 y 144.
Bou, Asilo de (Cullera, Valencia): 71 y 72.
Bouches-du-Rhóne, departamento (Francia): 213, 227, 236, 239, 245, 246 y 251.
Brú, Huerto da (Alzira, Valencia): 56.
Bugarra (Valencia): 167 a 176.
Buitrera, Monte de la (Castellón de Rugat, Valencia): 93 a 98.
Buixcarró, SieiTa del (Valencia): 258 y 333.
BUllaque, río (Ciudad Rean: 10.
Buñol {Valencia): 343,
Burgos, provincia: 184.
Bmjasot (Valencia): 37 y 343,
Burriana (Castellón): ll2, 124, 126, 129, 131, 134, 135, 144, 278 a 287 y 289 a 291.
Cabanes (Castellón): 277.
Caher;ol, Camino del (Burriana, Castellón); 282 y 289; - - - - d e l'Anell (Carca:ixent, Valencia): 59; - - - - del Barranc de Mir {Carcaixent, Valencia): 59.
Cabezo de Alcalá (Azaila, Teruel): 142, 173, 192, 194, 200, 201 y 20'7; - - - d e Monleón
{Caspe, Zaragoza): 96, 112 y 143; ----Redondo {Villana, Alicante): 61 y 112.
Cádiz, ciudad: 268; - - - , provincia: 242 y 268.
Cagarruta, monte de la (Camporrobles, Valencia): 209.
Cagliari {Cardeña, Italia): 242.
Caiguda, Cueva de la (Carca:ixent, Valencia): 54, 55 y 59.
Calaceite (Teruell: 143.
Calatayud (Zaragoz;a): 211 y 214.
Calatrava, Campo de (Ciudad Relll): 9 a 12, 16 y 17; -----,Puerto de {La Calzada de
Calatrava, Ciudad Real): lO; - - - - , Sierra de {Ciudad Realt: 10.
Calzada de Calatrava, La (Ciudad Real): 10.
Cambra, Puntal de (Villar.del Arzobispo, Valencia): 126.
Camf d'Agres a Muro (Agres, Alicante): 99; - - d'Almassora (Buiriana, C!istelión): 282 y
289; ----de l'Azagador de Belcaide (Nulas, Castellón): 282 y 289; ---de l'Azagador d'Espasers (Villarreal, Castellónl: 283; - - - de Ballester (BuiTiana, Casta- 346 -
[page-n-417]
llón): 283; - - - de les Bol tes (Villarreal, Castellón): 283; ---- del Bofio (Buniana,
Castellón): 284; ---del Cabe~ol (Burriana, Castellón): 282 y 289; ----deis Carnissers (Burriana, Castellón): 286; - - del Cedre (Buniana-Villarreal, Castellónl:
283; --de les Clotes (Buniana, Castellón): 282 y 283; ----deis Clots (Almazora,
Castellón): 284; - - d e Cosa (Burriana, Castellón): 283; ----de la Donació (Almazara, Castellónl: 284; ---de Facos (Burriana, Castellón): 282 y 289; ---de
Fadrell (Castellón de la Plana, Castellón): 284; ---de la Goleta (Nulas, Castellón):
282; --de Llombai (Burriana, Castellón): 280,282 y 283; ----Majo!' de la Mar
(Castellón de la Plana, Castellón): 287; - - d e la Mar (Burriana, Castellóil): 289;
--- del Marga (Burriana, C!lstellón): 282; ---- de Miralles (Burriana, Castellón):
282; ---del Molf (Burriana, Castellón): 283; ---de les Monjes (Burriana, Castellón): 282 y 283; ---de Na Bonete (Villarreal, Castellón): 284; ----de les Novenes (Burriana, Castellón): 283; ---de la Ratlla {Burriana, Castellón): 282; ---Real d'Alacant, covacha del (Albaida, Valencia): 76; ---de Santa Pau (Burriana,
Castellón): 283; ---de Santa Pauet (Burriana, Castellón): 283 y 289; ----de Sedeny (Villarreal, Castellón): 283; ---de Traver (Burriana, Castellón); 283; ---Travesía d'Angall (Nules, Castellón): 282; ----de Valéncia a Xelva (Valencia): 167;
---- Vell (CastellónJ: Véase «Caminás»; - - - Vell de Barcelona {Castellón de la Plana, Castellón): 287; - - - Vell de la Mar (Castellón de la Plana, Castellón): 264; --de VilamonCIUTO (Almazora, Castellón): 287; ----de Vila-real (Burriana, Castellón): 264.
Caminás, El (Castellón: 278, 280, 282 y 286 a 291,
Camino Viejo: Véase: «Caml Vell».
Cemp de Libia, comarca del (Valencia): 147 y 167.
Campillo, partida (Camporrobles, Valencia): 209 y 212; --------,zona del (Villar del
Arzobispo-Bugarra, Valencia): 167.
Cempo, Casa de (Liria, Valencia): 148; - - - , Casa de (Madrid): 25; ---- de Calatrava
(Ciudad Real): 9 a 12, 16 y 17; - - - d e Criptana (Ciudad Real): lO;----- de Liria, comarca: Véase ~Camp de Llirhu; - - - - de Montiel (Ciudad Real): lO.
Camporrobles (Valencia): 209 a 215.
Can Missert (Tarrasa, Barcelona): 142.
Canal de NavaiTéS, comarca de La (Valencia): 333.
Canals (Valencia): 256.
Canet lo Roig (Castellónl: 184.
Canillejas (Madrid): 20.
Carcaixent (Valencia): 44, 47 a 68, 71, 72 y 332.
C11rdeñosa {Ávila): 124.
Cardete, Cerro {Camporrobles, Valencia): 209.
Caria (Turquía): 275.
Carmona (Sevilla): 79.
Camissers, Camino deis (Buniapa, Castellón): 266.
Carrascosa del Campo (Cuenca): 143.
Carrlcola (Valencia): 44 y 65.
Cartama (Málaga): 268.
Carthago (Túnez): 298.
Casa de Campo (Madrid): 25; ---de Campo (Liria, Valencia): 148; ----de los Cenagales (Hortaleza, Madrid): 19 y 20; - - d e Cervera (Aldea del Rey, Ciudad Real): lO;
---Zapata, partida (Villargordo del Gabriel, Valencia): 261.
Casinos (Valencia): "147 a 149, 167 y 168.
Caspa (Zaragoza): 96, 112, 142 y 143.
Castelillo, El {Alloza, Terue!): 197.
Castell, El (Almenara, Castellón): 152; ------- d'Almansor (Almazora, Casteilón): 96;
------de XAtiva (Játiva, Valencia): 218 y 219.
Castellana, Rambla {Valencia): Véase «Castellarda, Rambla».
Castellana, La (Grimaud, Ver. Franela): 227,
Castellar, El (Crevillent, Alicante): 126, 129, 131 y 135; - - - - , Ereta del (Villafranca del
Cid, Castellón): 96.
Castellarda, Rambla (Valencia): 68 y 175; ---------,Puntal sobre la Rambla (Liria,
Valencia): 68.
- 349 -
[page-n-418]
Castellet, Cueva del Barranc del (Carrlcola, Valencia!: 44 y 65; --------, Tossal del (Borriol, Castellónl: lll, ll2, 134 y 144; ----~~de Bernabé (Liria, Valencia): 147
a 162.
Castellets, Els (Liria, Valencia): 148.
Castellón, provincia: 38, 43, 45, 71, 96, 111, 112, 124 a 126, 129, 131, 133 a 135, 138,
144, 147, 152, 155, 164, 168, 173, 177 a 189, 193, 197,200,201,206 a208, 261,
277 a 292, 327 y ::143; --~---- de la Plana {Casteilón): 71, 173, 197, 200, 277 a
281, 284 a 288 y 291; --------de Rugat {Valencia): 93 a 98 y 311 a 317.
Castielfabib (Rincón de Ademuz, Valencia): 262.
Castilfrfo de la Sierra {Soria): 124.
Castillarejo de los Moros (Andilla, Valencia): 96.
Castillejo (Castilfrio de la Sierra, Soria): 124; ---------, El (Los Santos, Castielfabib, Valencia): 262.
Castillo, Cerro del (Jumilla, Murcia): 164; ------~, El (Benaguacil, Valencia): 256;
--------,El (Frias de Albarracln, Teruell: 61 y 96.
Cástula, hoy Cazlo!'la {Segura de la Sierra, Jaén): 194, 211, 212, 214 y 215.
Cataluña: 111, 122, 124, 125, 141 y 15i.
Catl ForadA (Petrel, Alicante): 61.
Cau Raboser (Carcaixent, Valencia): 47 a 68.
Caudete de las Fuentes (Valencia): 137 a 145, 191 a 208 y 215.
Cavaillon (Vaucluse, Francia): 246.
Cavall, Cueva del (Liria, Valencia): 113 a 135 y 144; ------,Collado de la Cueva del (Liria, Valencia): 113, ll4, 129,131, 132y 135;-----Bernat, Sierra(Valencia): 47.
Cazlona (Segura de la Sierra, Jaén): 194, 211, 212, 214 y 215.
Cedre, Camino del {Burriana-Villarreai, Castellón): 283.
Ceise, hoy Velilla de Ebro (Zaragoza): 210 y 212.
Celtiberia: 184.
Cendres, Cueva de les (Moraira, Teulada, Alicante): 66.
Cenagales, Los (Madrid): 19 a 26.
Cardeña (Italia): 242.
Cerinea (Chipre!: 266, 267 y 273.
Cervera, Casa de (Aldea del Rey, Ciudad Real): 10.
Cerro del Castillo (Jumilla, Murcia): 164; ----de la Cruz [Cortes, Navarra): 122; ----de la Judía (Barcheta, Valencia): 326, 328, 329, 332, 334, 336 y 341; ----- de San
Miguel (Liria, Valencia): 114, 134, 135, 155, 173, 184, 188, 192 a 195, 197,204 y
206 a 208.
Ciempozuelos (Madrid): 79.
Cigarralejo, Necrópolis del (Mula, Murcia); 206 y 207.
Cigüela, rlo (Ciudad ReaJ,Cuenca): 10.
Cirat (Castellón): 124.
Cirenaica (Libia): 245.
Ciudad Lineal {Madrid): 19 y 20; ------Real, ciudad y término municipal: 10 a 12;
------ Real, provincia: 9 a 18.
Clotes, Camino de les {Burriana, Castellón): 282 y 283.
Clots, Camino deis (Ahnazora, Castellón): 284.
Clunia {Peñalba de Castro, Burgos): 184.
Cocentaina (Alicante); 99 y 144.
Cocina, Cueva de la {Dos Aguas, Valencia): 64.
Cogotes, Las (Cardeñosa, Avila): 124.
Coimbra del Barranco Aocho (Jumilla, Murcia): 164.
Colina de los Quemados (Córdoba): 129 y 131.
Colombo, Cueva (Tavernes de Valldigna, Valencht): 326.
Colomina (Gerps, Os de Balaguer, Lérida): 142.
Colonia (Alemania): 241.
Colouniocu, ceca ibérica {Clunia, Peñalba de Castro, Burgos): 184.
Collado de la Cova del Cavan (Liria, Valencia): 113, 114, 129, 131, 132 y 135.
Comtat, Comarca del (Alicante): 99 a ll2.
Corbera, Sierra de (Valencia): 332; - - - - - d e Alzira (Valencia): 72.
Corbs, Pie dels (Sagunto, Valencia): 61, 111 y 134.
- 350 -
[page-n-419]
Córcega (Francia): l4l y 244.
Córdoba, ciudad y término municipal: 129 y 13l.
Cortes (Navarra): 112 y 125.
Cortijo de los Toscanos (Torre del Mar, Vélez-Málaga, Málaga): 61, 130 y 131.
Corts, Necrópolis de les (Ampurias, La Escala, Gerona): 174.
Corral de Pomer (Liria, Valencia): 148; ------de Saus, Necrópolis del (Mogente, Valen"
da): 151, 220 y 221.
Corrals, Pla deis (Barcheta, Valencia): 328 y 333.
Cosa, Camino de {Burriana, Castellón): 283,
Cova de l'Aigua (Gandla, Valencia): 72; ----de les Aranyes (Alzira, Valencia): 58 y 59;
---de l'Arbonés (Pradell, Tarragona); 66; ----del Barranc del Castellet (Carrlcola, Valencia): 44 y 65; ----del Barranc del Nano (Real de Gandía, Valencia): 72;
---- de la Barsella (Torremanzanas, Alicante): 44 y 71; ---- de Bechí (Becb!, Castellón): 43 y 45; ----Bernarda (Palma de Gandía, Valencia): 59;---- de Balta
{Real de Gandla, Valencia): 72; ----de la Caiguda (Carcaixent, Valencia): 54, 55 y
59;---- del Cavan (Liria, Valencia): 113 a 135 y 144; ----del Cavall, Collado de
la (Liria, Valencia): 113, 114, 129, 131, 132 y 135; ----de les Cendres (Moraira,
Teulada, Alicante): 66; ---- Colombo (Tavernes de Valldigna, Valencia): 326; ---de Dalt (Tárbena, Alicante): 35, 64 y 65; ---- deis Dos Forats (Carcaixent, Valencia): 54 a 56;---- de les Foietes (Tavernes de Valldigna, Valencia): 72; ---- Fonda (Salamó, Vilabella, Tarragona): 92; ---- Foradá {Liria, Valencia): 148; ,---Fresca (Bárig, Valencia): 326, 327 y 342; ----del Frontó (Salem, Valencia): 65;
--deis Gats (Alzira, Valencia): 56, 58, 59 y 72; ----de les Llometes (Alcoy, Alicante): 44 y 45; ---de la Mallá Verda (Corbera de Alzira, Valencia): 72; ----del
Marcó (Tivissa, Tarragona): 124; -~--de les Meravelles (Gandía, Valencia): 59 y
72; ---- del Monedero (Carcaixent, Valencia): 54 a 56; ---- Negra, Alto de la
(Barcheta, Valencia): 331; ----Negra de Man:uquera (Gandía, Valencia): 59 y 72;
----de l'Or (Beniarrés, Alicante): 35, 36, 63 y 64; ----de l'Oret (Bechí, Castellón): 43 y 45; ---de la Pastora (Alcoy, Alicante): 45; ----de la Pedrera, Alto de
la (Barcheta, Valencia): 331; ----deis Porcs (Real de Gandla, Valencia); 72; ---de la Recamhra (Gandía, Valencia): 43, 44, 59 y 72; ----del Retoret (Gandía, Valencia): 59 y 72; ~---de Rocafort (Rocafort, Valencia): 43 y 45; ----de la Sarsa
(Bocairent, Valencia): 27 a 36, 63 y 64; ----de la Xarta (Carcaixent, Valencia): 44,
54, 56, 57, 59, 71 y 72.
Covacha del Canú Real d'Alacant (Albaida, Valencia): 78; ------- Giner (Cullera, Valencia): 71 y 72; -------Ribera (Cullera, Valencia): 44, 45 y 72,
Covalta (Agres, Alicante-Albaida, Valencia): 99.
{;oves, Puntal del Barranc de les (Estubeny, Valencia): 62; -----de Vinromá (Castellón):
138 y 207.
<.:oveta Emparetá (Bocairent, Valencia): 35 y 64; ------del Monte Picaio (Sagunto, Valencia): 37 a 4.6 y 60; ------ Zacarés (Beniopa, Gandla, Valencia}: 72.
Creta (Grecia): 266, 267 y 271.
Crevillent (Alicante): 126, 129, 131 y 135.
Crimea (Rusia): 243.
Criptana, Campo de (Ciudad Real): 10.
Cruz, Cerro de la {Cortes, Navarra): 122.
Cuatretonda (Valencia): Véase «Guatretonda».
Cuenca, provincia: 96, 125, 143 y 209.
Cueva de la Cocina (Dos Aguas, Valencia): 64; ---Honda (Cirat, Castellón): 124; ----de la Judia {Barcheta, Valencia): 325 a 344; -----de Kobeaga (Ispater, Vizcaya):
66; -----del Lobo (Navarrés, Valencia): 342 y 343; -----de Sargal (Saint Rome
de Cernan, Aveyron, Francia): 66; ----de Trcilles (Saint-Jean-et"Saint Paul, Avcyron, Francia): 66; -----del Yeso (Quesa, Valencia): 326 y 327.
cunera (Valencia): 44, 45, 71 y 72.
Chamartin de la Rosa (Madrid): 19.
Charco del Pescador (Hortaleza, Madrid): 19 y 20.
Chelina, Venta de (Castellón de la Plana, Castellón): 287.
Chelva (Valencia): 167.
-
351 -
[page-n-420]
Cheste (Valencia): 168.
Chemin des Romains, necrópolis del (Frontignan, Hérault, Francia): 236, 248 y 250.
Chipre: 266, 267 y 273.
Chiquero, Paraje del (Aldea del Rey, Ciudad Real): 10, 11, 16 y 17.
Chiva (Valencia): 342.
Daimiel (Ciudad Real): 10.
Dahnatia (Yugoeslavia): 258 y 261.
Dalt, Cueva de (Tárbena, Alicante): 35, 64 y 65.
Danubianas, r€giones: 241.
Décapris, La {Hyéres, Var, Francia): 227.
Deir-er-Zor (Siria): 241.
Delfos (Grecia): 270.
Diago, Partida de {Liria, Valencia): 148.
Djem, El {Túnez): Véase «El Djem~.
Djemila (Argelia): 242.
Donació, Camino de la (Almazora, Castellón): 284.
Dorchester (Gran Bretaña): 243.
Dos Aguas (Valencia): 64.
Dos Forats, Cueva deis {Carcaixent, Valencia): 54 a 56.
Dura-Europos, hoy Deir-er-Zor {Siria): 241.
Ebro, río y valle: 111, 112, 152, 214, 215 y 296.
Ecara, La (Ciudad Real): 10.
Edra, Alto de Y {Barcheta, Valencia): 333.
Egeo, mar: 242.
Egipto: 242, 24.5, 297, 298 y 309.
El Auja {Túnez): 242.
Elche (Alicante): 225 y 227.
El Djem (Túnez): 242.
EmparetA, Cueva (Bocairent, Valencia): 35 y 64.
Encourdoules, Les (Vallauris, Alpes-Maritimes, Francia): 227.
Enova (Valencia): 328.
Enserune (Nissan, Hérault, Francia): 173, 184, 195, 197, 200, 201 y 207.
Ereta del Castellar (Villafranca del Cid, Castellón): 96; -----del Pedregal (Navlll'l'és, Valencia): 61 a 64, 68 y 90.
Erimantea (Arcadia, Grecia): 265, 267, 271 y 273.
Ermita de la Sagrada Familia (Burriana, Castellón): 289.
Escala, La (Gerona): 152, 162, 174, 192, 196, 200, 225, 226, 240 y 246.
Escodines Altes, Les (Mazaleón, Teruel): 126, 130 y 143; -------- Baixes, Les (Mazaleón,
Teruell: 126.
Españoleta, Plaza del (Játiva, Valencia): 219.
Espasers, Azagador d' (Villarreal, Castellón): 283.
Espleters, Els (Salzadella, Castellón): 126.
Estinfalia (Arcadia, Grecia): 266, 267 y 274.
Estramadura (Portugal): 44, 76, 79, 80 y 86.
Estret, Barranco del' (Carcaixent, Valencia): 47, 56, 58 y 59;----- de l'Orxa (L'Orxa,
Alicante): 99.
Estubeny (Valencia): 62.
Europa Central: 96; -----Occidental: 236, 241 y 245.
Fabara (Zaragoza): 112, 124, 130 y 142.
Faces, Camino de (Burria1,1a, Castellón): 282 y 289.
Fadrell, Camino de {Castellón de la Plana, Castellón): 284; -------,Partida de (Castellón
de la Plana, Castellón): 284.
Ferriéres-Poussarou (Hérault, Francia): 66.
Filomena, Villa (Villarreal, Castellón): 43.
Finale Ligure (Impera, Italia): 66.
Fites, Les (Liria, Valencia): 146.
Jo'oietes, Cneva de les (Tavemes de Valldigna, Valencia): 72.
- 352 -
[page-n-421]
Foios, Torre de (Lucena del Cid, Castellón): 144.
Fonda, Cueva {Salamó, Vilabell11, Tarragona): 96.
Fontbouise (Villevieille, Gard, Francia): 66.
ForadH, Cueva (Liria, Valencia): 148; -----~,Montaña de Catl (Petrel, Ali-cante): 61.
Fraga (Huesca): 196.
Frampton (Gran Bretaña): 243.
Francia: 66, 67, 173, 184, 195, 197, 200, 201, 207, 213, 225 ¡¡ 254, 277, 278 y 295;
- - - - - Meridional: 66 y 227 a 254.
Fréjus (Var, Francia): 225 a 227.
Fresca, Cueva (Barig, Valencia): 326, 327 y 342.
Fresneda, rfo (Ciudad Real): 10.
Frias de Albarracln (Teruei): 61 y 96.
Frontignan (Hérault, Francia): 230, 236, 248 y 250.
Frontó, Cueva del (Salero, Valencia): 65.
Gades, hoy Cádi~: 268.
Galia: 227, 236, 238, 242, 243, 246, 249, 251, 297 y 298; -----Central: 249; -----Meridional: 236, 238, 242, 246, 251 y 297.
Gallo, Pla del {Alzira, Valencia): 56 y 58.
Gandla, ciudad y término municipal: 43, 44, 59, 72, 93, 99, 258, 259 y 327¡ - - - - , Comarca de: 58 y 59.
Gard, departamento (Francia): 66, 236, 238, 247, 248 y 250.
Gats, Cueva deis (Alzira, Valencia): 56, 58, 59 y 72.
Causa, Montaña de (Valencia): 37.
Génova, Golfo de: 64.
Genovés (Valenoia); 333.
Gerona, provincia: 111,122,124,126,129,131,142,151,152,162,173,174,192,193,
196, 200, 207, 225, 226, 240, 246 y 248.
Gerps [Os de Balaguer, Lérida): 142.
Gilet (Valencia); 37 y 38.
Giner, Covacha (Cullera, Valencia): 71 y 72.
Gironde, departamento (Francia); 251.
Goleta, Camino de la (N u les, Castellón); 282; ------, Partida de la (N u les, Castellón): 262.
Golfo de Génova: 64.
Gran Bretaña: 243, 244, 267 y 270 a 274.
Gran Vilasa, La (Sant Ginéo de Vilasar, Barcelona): 226.
Grands Causses (Francia Meridional): 66.
Granada, provincia: 248.
Granátula de Calatrava (Ciudad Real): 10.
Graufesenque, La {Millau, Aveyron, Francia): 231 y 247.
Grecia: 152, 154, 162, 241, 242, 244, 245, 257, 265 e 268, 270 a 274 y 300.
Grimeud {Var, Francia): 227.
Grossa, Sierra (Alic!lnte): 61.
Guadalajara, provincia: 184, 200 y 207.
Guadiana, rio: 10, 11 y 17.
Hades, Región Mitológica del: 273.
Heute-Garonne, departamento (Francia): 242 y 250.
Henchir El Auja (Túnez): .242.
Hérault, departamento (Francia): 66, 173', 184, 195, 1\J7, 200, 201, 207 y 2.2!;1 a 254;
-------, rio (Francia): 230.
Higueruelas (Valencia): 168.
Hispania: 261, 268, 298, 300 y 308.
Holanda: 263.
Honda, Cueva (Cirat, Castellónl: 124.
Hort de Brú (Alzira, Valencia); 56.
Hortaleza (Madrid): 19 a 26.
Hostal Nou (Ares del Maestre, Castellón): 126.
Huesca, provincia: 196, 200 y 261.
Hyéres (Var, Francia): 227.
-
353 -
[page-n-422]
Ibiza: 153 y 154.
Iglesue\a del Cid (Teruel): 184 y 196.
Impera, provincia {Italia): 66, 224, 225, 240, 241, 244, 246, 247 y 250.
Infantes (Ciudad Real); 10.
Inkerman (Crimea, Rusia): 243.
Istlre, departamento (Francia); 243.
Islas Británicas: 243.
Isrnid (Turquía): 213.
Ispater (Vizcaya): 66.
Israel: 242.
Istria (Yugoeslavia): 300.
Italia: 60, 66, 152 a 154, 162,224,225, 240 a 242,244, 246,247, 250, 267 a 275 y 297.
Itálica (Santiponce, Sevilla): 268 a 270 y 274.
Jabalón, rfo (Ciudad Real): 9 a 28.
Jaén, provincia: 96, 194, 211, 212, 214, 215 y 262.
Jándula, río (Ciudad Real): 10.
Jaraco (Valencia): 72.
Jarama, rlo (Madrid): 19 y 21.
Jaribaile (Linares, Jaén): 96.
Játiva (Valencia); 149, 215, 217 a 221, 326, 327 y 336.
Joquera, La (Borríol, Castellón): 7I.
Jordania: 244.
Juana, Racó de la {Tavernes de Valldigna, Valencia); 326.
Júcar, rlo y valle: 47 y 70.
Judía, Cerro de la (Barcheta, Valencia): 326, 328, 329, 332, 334, 336 y 341; -----,Cueva
de la (Barcheta, Valencia): 325 a 344.
Jumilla (Murcia): 163 a 165.
Jura, departamento (Francia); 66.
Jutje, Mas del (Liria, Valencia): 62 y 68.
Kobeaga, cueva (Ispater, Vizcaya): 66.
Kb1n (Alemania): Véase «Colonia>).
Lagunas de Ruidera (Ciudad Real): ID.
Languedoc (Francia): 66 y 229 a 254; --------- MediteiTáneo: 229 a 254.
Leiden (Holanda): 63.
Leptis Magna (Libia): 267, 268 y 270 a 275.
Lérida, provincia: 129, 131 y 142.
Lorna (Argólida, Grecia): 266, 267 y 270.
Libia: 245, 267, 268 y 270 a 275.
Lidia (Turquía): 269.
Liga, Caserlo de la (Barcheta, Valencia): 332.
Liguria {Italia): 225.
Linares (Jaén): 96.
Linda, Masía de la (Bocairent, Valencia): 223.
Liria(Valencia): 62, 67, 68, 113 a 135, 144,147 a 162, 168,173,184, 188, 192 a 195,197,
204, 206 a 208, 265 H 275 y 327; ----,Comarca del Campo de (Valencia): Véase
«Camp de Lllria».
Loberuela, aldea {Camporrobles, Valencia): 210.
Lobo, Cueva del (NavHrrés, ValenciHI: 342 y 343.
Logroño, provincia: 112 y 179.
Londres: 243, 244, 267 y 270 a 274.
L'Orxa (Alicante): 99.
Losa del Obispo (Valencia): 167.
Lucena del Cid (Castellón): 144.
Lucentum, hoy Alicante: 301 y 309.
Lugo, provincia: 125.
Luzaga (GuadalajarH): 184, 200 y 207.
-
354 -
[page-n-423]
Llauder, Torre (Mataró, Barcelona): 225 y 226.
IJidonera, Masla de la (Bocairent, Valencia); 223.
Lliria, Coman::a del Camp de (Valencia): 147 y 167.
Llocnou del Fenollet (Valencia): 328.
Liorna del Baladre (Játiva, Valencia): 326.
Llombai, acequia de (Burriana, Castellón): 280, 282 y 283; ------,Camino de (Burriana,
<.;astellón): 280, 282 y 283.
Llometes, Cueva de les (Alcoy, Alicante): 44 y 45.
Llopis, Barranco de (Castellón de Rugat, Valencia): 311 y 317.
Macedonia (Grecia); 274.
Madre, rio (Camporrobles, Valencia): 209.
Madrid, capital y término municipal: 19 a 26, 37, 39, 137, 209, 221,223, 265, 266 278,
308, 328 y.332; ----,provincia: 19 a 26, 37, 39, 79, 137, 209, 221, 223, 265,
266, 278, 308, 328 y 332.
Madrigueras, Las {Carrascosa del Cainpo, Cuenca): 143.
Magalona (Maguelone, Hérault, Francia): 229.
Magdalena, Zona de la (Castellón de la Plana, Castellón); 286 y 287.
Magdeleine (Azille, Ande, Francia): 251.
Magna Grecia: 153.
Maguelone (Hérault, Francia): 229 a 254.
Majadils, Pefia de las (El Toro, Castellón): 177 a 189 y 193.
Majuelas, Cerro de las (Camporrobles, Valencia): 209.
Majar de la Mar, Camino (Castellón de la Plana, Castellón): 287.
Málaga, provincia: 130, 131 y 268.
Mallá Verda, Cueva de la (Corbera de Alzira, Valencia): 72.
Mallorca: 227 y 293 a 310.
Mancha, La: 9 a 18.
Manises, Tossal de (Alicante): 155 y 162.
Mantua (Italia): 267, 268 y 270 a 274.
Manzanares (Ciudad Real): 1 0 : - - - - - - - , rio y valle (Madrid): 19 y 21.
Mar, Camino de la (Burriana, Castellón): 289.
Marcó, Cueva del {Tivissa, Tarragona): 124.
Marge, Camino del (Burriana, Castellón): 262; ----,Partida del (Burriana, Castellón):
282.
Mariana (Córcega, Francia): 242 y 244.
Mariola, Sierra de (Alicante): 27 y 99,
Marquilla, La (Jumilla, Murcia): 164.
Marruecos: 129, 131, 242, 268, 272 a 274, 297 y 298.
Marseille {Bouches-du-Rhóne, Francia): 236, 239, 246 y 251.
Martigues (Bouches-du-Rhóne, Francia): 227.
Martys, Les (Ande, Francia): 250.
Marxuquera Alta (Gandla, Valencia): 59.
Mas del Jutje (Liria, Valencia): 62 y 68.
Mascaren, Casarlo de (Nules,· Castellón): 280.
Matará (Barcelona): 225 a 227.
Manguio, Estanque de (Hérault, Francia): Véase «Melgueib!.
Mazaleón ITeruelJ: 126, 130 y 143.
_:Mediano, rio (Logroño): 179.
Mediterráneo; 38, 60, 64 a 68, 97, 152, 153, 168, 224, 226, 230, 236, 240 a 245, 298 a
300,302,308 y 309; -----Occidental: 38, 60, 64,66 a 68, 97, 152, 168,224,
228, 230, 236, 241, 245, 302 y 309; --------Oriental: 241,244, 245, 299,
300, 302 y 309.
Melgueil, Estanque de (Hérault, Francia): 229.
Meravelles, Cueva de les (Gand.ia, Valencia): 59 y 72.
Meseta: 88, 125, 143, 189, 191 y 326; ------ Sur: 143.
Mijares, rio (Castellón): 278, 281 a 284, 286 y 267.
Millares (Valencia): 327.
Millau (Aveyron, Francia): 231 y 247.
-
355 -
[page-n-424]
Mildenhall (Gran Bretaña): 243.
Mir, Barranco de (Carcaixent, Valencia): 59.
Miralles, Camino da (Burriana, Castallón): 282.
Mogador (Marruecos): 129, 131, 242 y 298.
Mogente (Valencia): 151, 193, 208, 220 y 221.
Molá (Tarragonal: 111 y 126.
Mola, La (Agres, Alicante): 99 a 112 y 144.
Molí, Camino del (Burriana, Castellón): 283.
Molinar, Caseño del (El Toro, Castellón): 177 y 188.
Molón, Monte (Camporrobles, Valencia): 209 a 211 y 214.
Monasterio de Santa Ana del Monte (Jumilla, Murcia): 163.
Mondúber (Valencia): 72.
Monedero, Cueva del {Carcaixent, Valencia): 54 a 56,
Monjes. Camino de les {Burriana, Castellón): 282 y 283.
Monleón, Cabezo de (Caspa, Zaragoza): 96, 112 y 143.
Monravana, La {Liria, Valencia): 148, 155 y 201.
Montalbana, La (Ares del Maestre. Castellón): 135.
Montán {Castellón): 179.
Montbazin (Hérault, Francia): 230.
Monte Picaio (Valencia): 37 a 46 y 60; --------,Cueva del (Sagunto, Valencia); 37 a
46 y 60.
Montiel, Campo de (Ciudad Real): 10.
Montmaurin (Haute-Garonne, Francia): 242.
Montoro, rlo (Ciudad ReaU: 10.
Montpellier (Hérault, Francia): 229, 230, 236 y 246.
Moraira (Teulada, Alicante): 66.
Moraleja, La (Madrid): 21.
Mossen Gregori, Partida de (Bocairent, Valencia): 27.
Mula (Murcia): 206 y 207.
Muntanyes del Realeng (Carcaixent, Valencia): 47, 49 y 54.
Murcia, provincia: 163 a 165, 206 y 207.
Muro del Comtat (Alicante): 99.
Murta, Valle de la (Alzira, Valencia): 47.
Na Bonete, Camino de (Villarreal, Castellónl: 284.
Nano, Barranco del (Real de Gandia, Valencia): 72.
Nápoles (Italia): 165 y 269 a 275.
Narbonnaise, región lAude, Francia): 231, 236, 242 y 243.
Narbmme {Aude, Francia): 173, 229 y 236.
Navarra: 112 y 125.
Navarrés (Valencia): 61 a 64, 68, 90, 122, 342 y 343; -------,Comarca de la Canal de
(Valencia): 333.
Negra, Cueva (Barcheta, Valencia); 331; -----de Marxuquera, Cueva (Gandia, Valencia):
59 y 72.
Negro, mar: 224.
Nemea (Argólida, Grecia): 226, 267 y 270.
Nicomedia, hoy Ismid (Turquía): 213.
Nieper, rio (Rusia): 97.
Nimes (Gard, Francia): 247.
Nissan (Hérault, Francia): 173, 184, 195, 197, 200, 201 y 207.
Novenes, Camino de les (Burriana, Castellón): 283,
Nueva, Calle (Játiva, Valencia): 217 a 219.
Nules (Castellón): 277, 278, 280 a 282, 286·, 287 y 289 a 291.
Obagues, Les (Ulldemollns, Tarragona): 142.
Ojailén, río (Ciudad Real): 10.
Olimpia (Grecia): 267 y 270 a 274.
Olivereta, Partida de la (Benaguacil, Valencia): 257.
Onda (Castellón): 126.
-
356 -
[page-n-425]
Or, Cueva de 1' {Beniarrés, Alicante): 35, 36, 63 y 64.
Orán (Argelia): 129 y 131.
Oret, cueva de 1' (Bechl, Castellón): 43 y 45.
Orihuela (Alicante): 44, 96, 126, 129, 131 y 135.
Orleyl, Punta de 1' {Vall de Uxó, Castellón): 173, 201, 206 y 207.
Orxa, L' (Alicante): Véase «L'Orxa».
Os de Balaguer {Lérida): 142.
Ostia {Roma, Italia): 272 y 273.
Osuna, Alameda de (Madrid): 20.
Otos {Valencia): 258.
Paestum {Salerno, Italia): 273.
País Valencül.: 27 .a 91,93 a 135, 137 a 145, 147 a 162, 164, 167 a 189, 191 a 215,217 a
221, 223 a 228, 255 a 263, 265 a 275, 277 a 293, 301, 309 a 323 y 324 a 344.
Palacio Ducal (Mantua, Italia): 267, 268 y 270 a 274.
Palancia, rlo: 38, 177 y 189.
Palermo (Sicilia, Italia): 274.
Palma de Gand.Ia (Valencia): 59.
Palmeta (Estremadura, Portugal): 44, 76, 79, 80 y 86.
Paris: 242.
Parque de Santa Maria {Madrid): 19.
Pasico de San Pascual (Jum.illa, Murcia); 163 a 165.
Pastora, Cueva de la (Alcoy, Alicante): 45.
Pedralba (Valencia): 148, 167, 168, 259 y 260.
Pedregal, Ereta del (Navarrés, Valencia}: 61 a 64, 68 y 69.
Pedrera, Cueva de la {Barcheta, Valencia): 331; -------,Sima de la (Benicull, Poliñ.á del
Júcar, Valencia): 43, 44, 58, 59 y 69 a 91.
Pego (Alicante): 343.
Pella (Macedonia, Grecia): 274.
Penya, Rincón de la (Barcheta, Valencia): 332; -----Roja, Alto de la (Barcheta, Valencia):
331.
Peña de las Majadas {El Toro, Castellón): 177 a 189 y 193,
Peñalba de Castro {Burgos): 184.
Peñón del Rey (Villana, Alicante): 130; - - - d e la Zorra (Villana, Alicante): 62,
Pérez, Alto de (Barcheta, Valencia): 331 y 332.
Petrel (Alicante): 61.
Piazza Armerina (Sicilia, Italia): 268.
Pie deis Corbs (Sagunto, Valencia): 61, 111 y 134.
Picaio, Monte (Valencia): 37 a 46 y 60.
Pico del Aguila (Camporrobles, Valencia): 209; ----del Tejo (Agres, Alicante): 99.
Piedrabuena (Ciudad Real): 10.
•
Piñ.arona, Monte (Camporrobles, Valencia): 209.
Pirineos, Monte: 60, 152 y 296.
Pla de l'Arc (Liria, Valencia): 265; --deis Corrals (Barcheta, Valencia): 328 y 333; --del Gallo (Alzira, Valencia): 57 y 58,
Plana, Comarca de La (Castellón): 277 a 292.
Poliñá del Júcar (Valencia): 43, 44, 58, 59 y 69 a 91.
Polo, Almacén de CHurriana, Castellón): 284 y 289.
Pollentia, hoy Alcudia (Mallorca): 293 a 310.
Pomer, Corral de (Liria, Valencia): 148.
Pompeya (Nápoles, Italia): 269, 270 y 275.
Pontós (Gerona): 200.
Pares, Cueva deis (Real de Gandla, Valencia): 72.
Port-Vendres (Pyrénées Orientales, Francia): 236 y 245.
Portugal: 44, 76, 79, 80, 86 y 308.
Porzuna (Ciudad Real): lO.
Pradell (Tarragona): 66.
Praos, Partida de los (Requena, Valencia): 317 a 323.
Presillas, Monte (Camporrobles, Valencia): 209.
-
357 -
[page-n-426]
Provenza (Francia): 225, 227, 236, 239, 244, 251 y 295; -----,Baja: 225 y 295.
Puebla de Castro {Huesca): 261.
Puerto de Almansa (Albacete-Valencia): 93; - - - - d e Calatrava (La Calzada de Calatrava,
Ciudad Real): 10; ----del Reventón {Gra,nátula de Calatrava, Ciudad Real!: 10.
Puertollano {Ciudad Real): 9 y lO.
Puig, El{Alcoy, Alicante): 126; ----des Molins (Ibiza): 153 y 154; ----de Santa Maria
{Valencia): 226.
Yunta de l'Orleyl {Vall de Uxó, Castelló): 173, 201, 206 y 207.
Puntal del Barrane de les Caves {Estubeny, Valencia): 62; ------de Cambra {Villar del Arzobispo, Valencia): 126; ------sobre la Rambla Castellarda {Liria, Valencia): 68.
Puntalet, El {Liria, Valencia): 113, 114, 127 a 131 y 135.
Puzol {Valencia): 38.
Pyrénées-Orientales, departamento (Francia): 236 y 245.
Quatretonda (Valencia): 333.
Quemados, Colina de los {Córdoba): 129 y 13!.
Quesa (Valencia): 326 y 327.
Rabosa, Alto de la [Barcheta, Valencia]: 331.
Raboser, Cueva del{Carcaixent, Valencia): Véase «Cau Raboser»,
Racó de Juana (Tavernes de Valldigna, Valencia): 326; ----de la Penya (Barcheta, Valencia): 332; ----de la Tirana lArtana, Castellón): 72.
Rachgoun, Isla {Orán, Argelia): 129 y 131.
Ráfol d'Almunia (Alicante): 71.
Rambla Castellarda (Valencia): 68 y 175; Puntal sobre la---------- (Liria, Valencia):
68; ----- de la Viuda (Castellón): 277 y 281.
Ratila, Camino de la (Burriana·Nules, Caste!l6n): 282.
Real d'Alacant, Covacha del Canú (Albaida, Valencia): 78; ----de Gandla (Valencia): 72.
Realeng, Montes del (Carcaixent, Valencia): 47, 49 y 54.
Rebolcat, El\Alcoy, Alicante): 71.
Recambra, Cueva de la (Gandía, Valencia): 43, 44, 59 y 72,
Redal, El{Logroiio!: 112.
Redó, Tossal (Calaceite, Teruell: 143.
Redondo, Cabezo (Villena, Alicante): 61 y 1!2.
Región Valenciana: 27 a 91,93 a 135, 137 a 145,147 a 162, 164, 167 a 189, 191 a 215,217
a 221, 223 a 228, 255 a 263, 265 a 275, 277 a 293, 301, 309 a 323 y 324 a 344.
Reguero, Partida del (Pedralba, Valencia): 260.
Renania (Alemania): 241.
Requena (Valencia): 317 a 323 y 327.
Retoret, Cueva del (Gandla, Valencia): 59 y 72.
Reventón, Puerto del {Granátula de Calatrava, Ciudad Real): 10.
Rey, Pefión del (Villena, Alicante): 130.
Ribera, Covacha dé (Cullera, Valencia): 44, 45 y 72; ------ Baixa, Comarca de la {Valencia): 70 y 72; ------del Xúquer, Comarca de la (Valencia): 47,70 y 72.
Rincón de Ademuz, Comarca del (Valencia): 262 y 327,
Rocafort (Valencia): 43 y 45; -------, Cueva de (Rocafort, Valencia): 43 y 45.
Rochina (Sot de Ferrer, Castellón): Véase «Robdna».
Ródano, rio y valle (Francia): 66, 231, 237, 238, 248 y 295.
Roma: 153, 242 y 267 a 275.
Roquizal del RuJio (Fabara, Zaragoza): 112, 124, 130 y 142.
Roques de Sant Formatge, Les (Serós, Lérida): 142.
RI'Jtova {Valencia): 72.
Rotxlna, Monte (Sort de Ferrer, Castellón): 147 y 155.
Rouffiac-d'Aude (Aude, Francia): 245.
Rubi (Barcelona): 200.
Huidera, Lagunas de (Albacete-Ciudad Real); 10.
Rusia: 97 y 243.
- 358 -
[page-n-427]
Saitabi, hoy Játiva (Valencia): 215.
Saint-Antoina, Ciudadela de (Fréjus, Var, Francia): 225; ---- Blaise (Bouches-du-Rhóne,
Francia): 251; ---- Etienne-de-Gaure (Rouffiac-d' Aude, Aude, Francia): 245; ---Gervais (Bouches-du-Rhllne, Francia): 227; ---- Jean-et-Saint-Paul (Aveyron, Francia): 66; ---Menas (Egipto): 245; ---Micha!, Necrópolis de (Montpellier, Hérault, Francia): 236 y 246: - - - - Piérre, Catedral de (Maguelone, Hérault, Francia):
229; ----- Rome de Cernon (Aveyron, Francia): 66 y 67; - - - - Tropez, Golfo de
(Var, Francia): 227.
Saladares, Los (Orihuela, Alicante): 126, 129, 131 y 135.
Salamó (Vi\abella, Tarragona): 89, 90 y 96.
Salem (Valencia): 65.
Salerno (Italia): 273.
Salzadella (Castellón): 126.
Samaria (Israel): 242.
Safor, Comarca de la (Valencia): 72.
Sagrada Familia, Ermita de la (Burriana, Castellónl: 289.
Sagunto (Valencia): 37 a 46, 60, 61, 111, 134, 149, 168, 184, 188, 192, 193, 196, 197,200,
208, 215, 226, 257 y 327.
San Antón, Barrio !Jumilla, Murcia): 164; -------,Necrópolis (Orihuela, Alicante): 96;
---Antonio (Orihuela, Alicante): Véase «San Antóll»; ---Bias, Cerro de {Madrid):
19; _:..__ Cristóbal (Mazaleón, Teruel): 130 y 143; --Félix, Ermita de (Játiva, Valencia): 219; ---Isidro (Madrid): 19 y 25; --Miguel (Sorba, Barcelona): 201; ------,Cerro de (Liria, Valencia): 114, 134, 135, 155, 173, 184, 188, 192 a 195, 197,
204 y 206 a 208; --- Pascual, Pasico de (Jumilla, Murcia): 163 a 165.
Sant Antoni (Bocairent, Valencia): 223 a 228; - - - Feliú de Guixols (Gerona): 248; ---Formatge, Les Roques de (Serós, Lérida): 142; ---- Ginés de Vilasar (Barcelona}:
226.
Santa Ana del Monte, Monasterio de (Jumilla, Murcia): 163; ----- Maria, Parque de (Madrid): 19; - - - Pau, Camino de (Burriana, Castellón): 283; - - - - Pauet, Camino
de (Burriana, Castellón): 283 y 289.
Santiponce (Sevilla): 268 a 270 y 274 ..
Santos, Los (CasUelfabib, Valencia): 262.
Sargal, Cueva de (Saint-Rome de Cernon, Aveyron, Francia): 66.
Sarsa, Cueva de la {Bocairente, Valencia): 27 a 36, 63 y 64,
Saus, Necrópolis del Corral de (Mogente, Valencia): 151, 220 y 221.
Saze (Gard, Francia): 236, 238 y 250.
Sec, rlo (Castellón): VéaBe «Seco».
Seca, Torre (Liria, Valencia): 148.
Secaisa, ceca ibérica {Belmonte de Calatayud, Zaragoza): 211 y 214.
Seco, rlo (Castellón): 281, 283, 284, 287 y 289.
Sedcny, Camino de (Villarreal, Castellón): 283.
Segura, rlo: 224; ------.de la Sierra (Jaén): 194, 211, 212, 214 y 215.
Senya, La (Liria, Valencia): 148.
Sequia del Batán (Aimazora, Castellón): 287.
Sequillo, Arroyo (Ciudad Real): 10.
Serós (Lérida): 142.
Serpis, rlo (Alicante, Valencia): 99.
Serra de les Agulles (Valencia): 47 y 56;---- de la Barraca (Aizira-Carcaixent, Valencia):
47, 331 y 332; ----de Benicadell (Alicante-Valencia): 93 y 311; -----de Corbera (Valencia): 332; -----del Cavan Bernat (Valencia): 47; ----- Grossa (Alicante): 61; ----- Mariola (Alicante): 27 y 99.
Serratella, Monte de la {Carcaixent, Valencia): 47.
Serreta, Monte de la (Alcoy, Alicante): 150, 155, 196 a 198, 200, 206 y 208; -------,
Monte de la (Bar.cheta, Valencia): 331.
Séte (Hérault, Francia): 229 y 236.
Sevilla, provincia: 79, 268 a 270 y 274.
Sicilia (Italia]: 152, 154, 162, 242, 268 y 274.
-
359 -
[page-n-428]
Sierra de Calatrava· (Ciudad Real): 10.
Sigean lAude, Francia): 173, 195 y 200.
Sima deles Aranyes (Alzira, Valencia): Véase 11Cova delesAranyes~; ~~-de la Pedrera (Benicull, Poliñá del Júcar, Valencia): 43, 44, 58, 59 y 69 a 91; ~-~de Viñas (Chiva,
Valencia): 342.
Simat de Valldlgna {Valencia): 336.
::iinarcas (Valencia): 131:1, Hl2 y 197.
Siria: 241, 242, 244, 245 y 300.
Socuéllamos {Ciudad Real): 10.
Solaig, Montaña del (Bechf, Castellón): 126, 193, 207 y 208,
Solana, La (Ciudad Real): 10.
Solivella, Necrópolis de la (Alcalá de Xivert, Castellón): 164.
Solsona (Lérida): 129 y 131.
Somaén (Soria): 89 y 90.
Sorba (Barcelona): 201.
Soria, provincia: 89, 90 y 124.
Sot de Ferrer (Castellón): 147 y 155.
Sueca {Valencia): 72.Suiza: 251.
SIIrnidor, Túnel del (Vallada, Valencia): 326, 327 y 343.
Tablillas, rlo (Ciudad Real): 10.
Taconar, Barranco del (El Toro, Castellón): 177.
Tárbena (Alicante): 35, 64 y 65.
Tarento (Italia): 269.
Tarifa (Cádiz): 242.
Tarra9onense: 227 y 228.
Tarragona, cindad y término municipal: 173, Hl4, 225, 226 y 262; ~~~~~~---,provincia:
66, 89, 90, 96, 111, 124, 126, 142, 173, 184, 225, 226, 262 y 291.
Tarrasa (Barcelona): 142.
Tavernes de Valldigna (Valencla): 48, 72 y 326.
Tejo, Pico del (Agres, Alicante): 99.
Templo de Zeus (Olimpia, Grecia): 267 y 270 a 274.
Terlinques (Vil\ena, Alicante): 61.
Teruel, provincia: 61, 96, 126, 130, 142, 143,168, 173, 184, 192, 194, 196, 197,200,201 y
207.
Tesoro de los Atenienses (Delfos, Grecia): 270,
Teulada (Alicante): 66.
Thélepta (Argelia): 242.
Themetra (Túnez): 243.
Theseion (Atenas, Grecia): 268.
Tirana, Rincón de la (Artana, Castellón): 71.
Tivissa (Tarragona): 124.
Toledo: 229.
Tomelloso (Ciudad Real): 10.
Toro, El (Castellón): 177 a 189 y 193.
Tortosa (Tarragonal: 291.
Torre, Partida de la {Villar del Arzobispo, Valenoia): 176; -----de Foios (Lucena del Cid,
Castellón): 143; - - - - Llaudar (Mataró, Barcelona); 225 y 226; ----del Mar
(Vélez"Málaga, Málaga): 130 y 131; -----Seca, La (Liria, Valencia): 148.
Torrelló (Onda, Castellón): 126.
Torremanzanas (Alicante): 44 y 71.
Toscanos, Cortijo de los (Torre del Mar, Vélez-Málaga, Málaga): 130 y 131.
Tossal del Castellet (Borriol, Castellón); 111, 112, 134 y 14-4; ----- de Manlses (Alicante);
155 y 162; - - - - - Redó (Celaceite, Teruel): 143.
Toulouse (Haute-Garonne, Francia): 250.
Travesia de l'Angali, Camino (Nules, Castellón): 282.
Traver, Camino de (BuiTiana, Castellón): 283.
-
360 -
[page-n-429]
Treilles, Cuevas da (Saint-Jean-et-Saint-Paul, Aveyron, Francia): 66.
Tres Pies, Monte deis (Liria, Valenda): 148,
Tréveris (Alemania): 271.
Trinquete, Plaza del (Játiva, Valenda): 219.
Túnel del Sumidor (Vallada, ValenclaJ:.326, 327 y 343.
Túnez: 236, 242, 243, 297 y 296.
Turia, río: 38, 148 y 167.
Turó, Montes del (Valencia): 332.
Turqula: 213, 269 y 275.
Uclés (Cuenca): 143.
Ullastret (Gerona): 151, 152, 173, 193 y 207.
Ulldemolins (Tanagona): 142,
Untikesken, ceca ibérica: 206.
Utiel (Valencia),: 209; -----, Altiplanicie de (Valencia): 209.
Vafio (Grecia): 271.
Vaison-la-Romaine (Vaucluse, Francia): 246.
Valdefuentes, Arroyo (Madrid): 20.
Valdehigueras, Arroyo (Madrid): 20.
Valdepeñas (Ciudad Real): 10.
Valdevivar (Madrid): 20.
ValenCia, ciudad y término municipal: 27, 35, 37, 38, 47, 48, 56, 58, 62, 69, 70, 71, 73, 87,
90, 93,95 a97, 111,113,114,124,137,138,147,149,151,154,167,166,177,191,
195, 209, 214, 215, 217, 223, 226, 255 a 263, 265, 280, 282, 291, 293, 310, 311, 325,
327 y 343; ~---~,provincia: 27 a 91, 93 a 99, 111, 113 a 135, 137 a 145, 147 a
162, 167 a 177, 184, 166, 191 a 215,217 a 221,223 a 226,255 a 263,265 a 275,
280 •. 262, 291, 293, 310 a 323 y 325 a 344.
valenciil., Pais: Véase «Pals Valencié.Jt.
Valenciana, Región: Véase ~Región Valenciana~,
Valentia, hoy Valencia: 215 y 310.
·
Vall d' Albaida, Comai-ca de la (Valencia): 93 a 98 y 149; - - d'Uxó (Castellón): 173, 201,
206 y 207,
Vallada (Valencia): 326, 327 y 343.
Valladolid, capital: 265.
Vallauris (Alpes-Maritimes, Francia): 227.
Valldigna, Comarca de la (Valencia): 47, 49, 328 y 332.
Var, departamento (Francia): 225 a 227.
Vaucluse, departamento (Francia): 246.
Vélez-Málaga (Málaga): 130 y 131.
Velilla de Ebro !Zaragoza): 210 y 212.
Vell de Barcelona, Camino (CastellOn dtJ la Plana, Castellón): 287; ---- de la Mar, Camino
{Castellón de la Plana, Castellón): 284. _
Velletri {Roma, Italia): 2671 268 y 270 a 275.
Venta de Chalina (Castellón de la Plana, Castellón): 287.
Ventas, Las {Villar del Arzobispo, Valencia): 167.
Ventlmiglia (Impera, Italia): 224, 225, 240, 241, 244, 246, 247 y 250.
Vereda, Partida de la (Camporrobles, Valencia): 210 y 212.
Vernisa, Calle de (Játiva, Valencia): 217 a 219; -----,Monte (Játiva, Valencia): 217.
Vla Augusta: 277.
Vienne (Isére, Francia): 243.
Vilabella {Tarragona): 89, 90 y 96.
Vilamoncarro, Camino de (Almazara, Castellón): 267.
Vila-real, Camino de (Buniana, Castellón): 284.
Vilasa, La Gran (Sant Ginés de Vilasar, Barcelona): 226.
"ilavella (Nules, Castellón): 277.
Villa Anita (Castellón de la Plana, Castellón): 287; - - - - Filomena (Viilarreal, Castellón):
43.
Villafamés (Castellón): 125 y 278.
- 361 -
[page-n-430]
Villafranca del Cid (Castellón): 96.
Villalonga (Valencia); 259.
Villanueva do los Escuderos (Cuenca): 143; ----------de los Infantes (Ciudad Real):
v~ase dnfant!ls».
Villar del Arir.obispo (Valencia): 126, 148, 167, 168 y 176; -----del Horno (Cuenca): 143;
- - - - dol Humo (Cuenca): 96.
Villares, Los (Caudete de las Fuentes, Valencia): 137 a 145, 191 a 208 y 215.
Villargordo del Gabriel (Valencia): 261.
Villaricos, Los (Bugarra, Valencia): 167 a 176.
Villarreal (Castellón): 43, 277, 280, 281, 283, 284 y 290.
Villavieja (Nules, Castellón): 277.
Villana (Alicante): 61, 62, 112, 130, 144 y 223.
Villevieille (Gard, Francia): 66.
Vlnalopó, rto (AücanteJ: 101.
Vinarragell (Burriana, Castellón): 112, 124, 126, 129, 131, 134, 135, 144 y 284.
Viñas, Sima de las (Chelva, Valencia): 342.
Viuda, Rambla de la (Castellón): 277 y 281.
Vizcaya: ·66.
Volubilis (Marruecos): 268 y 272 a 274.
Voltes, Camino de les (Villarreal, Castellón): V~ase «Boltes, Camino de les».
Xarta, Barranco de (Carcaixent, Valencia): 56 a 58, 71 y 72; -----,Cueva de la (Carcaixent, Valencia): 44, 54, 56, 57, 59, 71 y 72.
Xuquer, río: Véase «Jú.car, rlo».
Yeso, Cueva del (Quesa, Valencia): 326 y 327.
Yugoeslavia: 258, 261 y 300.
Zacarés, Cueva de (Beniopa, Gandia, Valencia): 72.
Zafaras (Caspa, Zaragol':a): 143.
Zapata, Casa (Villargordo del Gabriel, Valencia): 261.
Zaragoza, provincia: 96, 112, 124, 130, 142, 143, 210 a 212 y 214.
Zorra, Peñón de la (Villana, Alicante): 62.
- 362 -
[page-n-431]
INDICE DE PERSONAS V ENTIDADES
Academia de la Historia, Real (Madrid): 308.
Adriano, emperador: 246.
Aemilia Crispina: 257.
Aeras, cognomen: 258.
Aerasinus, cognomen; 258.
Agustin, San: 229.
Alarcao, Adilia Moutinho de: 246, 252, 295, 297 y 298.
Alarcao, Jorge de: 246, 252, 295, 297 y 298.
Albagnac, L.: 248, 250 y 252.
Albertos Firmat, María Lourdes: 261.
Alcacer Grau, José: 7, 96, 126, 189 y 277.
Alfóldy, Géza: 227, 258 y 261.
Almagro Basch, Martín: 130, 142, 225 y 226.
Almagro Garbea, Martin: 61, 111, 113, 134, 143 y 265.
Almarche Vázquez, Francisco: 137 y 215.
Allais, Yvonne: 246 y 252.
Amor, deidad: 247.
Anteo, gigante: 268.
Antiqua, .tunia Lucía: 261.
Antiquos, Publius Valerius; 261.
AntoniJlo Pio, emperador: 227, 228 y 246.
Aparicio Pérez, José: 44, 45, 58, 62, 65,68 a 91 Y.l51.
Apellánlz Castroviejo, Juan Maria: 66,
Apolo, dios: 274,
Appolodoro: 269.
AqueJo, héroe mitológico: 26B.
Aranegui Gaseó, Carmen: 217 a 221 y 223 a 22B.
Arcadio, emperador: 30B.
Arnal, Jean: 67, 96 y 97,
Arnaud, Obispo de Maguelone: 229.
Arribas Palau, Antonio: 293.
Arteaga Matute, Oswaldo: 112, 113, 126, 129 y 135.
Artemis, Caecilia: 257.
Asquerino Fernández, Maria Dolores: 29, 35, 36, 64 y 65.
Asterdu, nombre ibérico: 261.
Asterduma, nombre ibérico: 261.
-
363 -
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Asterdumari, nombre ibérico: 261.
Ateius, Cheo \ceramista): 231.
Atlante, gigante: 271.
Atrlán Jordán, Purificación: 96,
Aubet Semmler, María Eugenia: 153,
Anglas, rey de Ellis: 266 y 272,
Augusto, emperador: 294,
Babelon, Ernest: 269,
Balearicus, Metellus: 293,
Balil Illana, Alberto: 150, 160, 225, 226, 265 a 275 y 293,
Balsan, Louis: 67,
Ballester Tormo, Isidro: 27, 35, 43, 64, 78 y 113,
Baradez, Jean: 295 y 297,
Barandiarán Maestu, Ignacio: 89,
Barruol, Guy: 2 50 y 252,
BaiTUol, Jean: 250 y 252,
Bartoccini, Renato: 267, 268, 270, 272 y 274,
Batista Noguera, Ricardo: 96,
Bazzana, André: 277 a 292,
Becattl, Giovanni: 275.
Belda Domlnguez, José: 44.
Beltrán Lloris, Miguel: 142, 184, 192 y 220.
Beltrán Martlnez, Antonio: 112, 130, 143, 179 y 184.
Beltrán Villagras.a, Plo: 184 y 192 a 194,
Bémont, Colette: 247 y 252.
Benlloch, Antonio: 256.
Benoit, Fernand: 227.
Bérard, Georges: 67.
Bernabeu Auban, Juan: 37 a 46 y 60,
Bertrand, René: 67,
Besnier, M.: 242 y 252,
Bielefeld, Dr.: 273.
Bihoxus, nombre aquitano: 200.
Billing, M. P.: 344.
Bisi, Anna Maria: 153.
Blake, M. E.: 275.
Blanchet, P.: 242 y 252.
Blasco Bosqued, Maña de la Concepción: 112.
Blázquez Martinez, José María: 153.
Boetius, Obispo de Maguelone: 229,
Bonet Rosado, Helen.a: 147 a 162.
Bonsor, George: 253.
Bordes, Fran~ois: 18.
Bordreuil, Marc: 66.
Bosch Gimpera, Pare: 89, 126 y 143.
Bothmer, D. von: 273.
Bou:rgeois, Ariane: 242 y 252.
Breitenstein, N,: 245 y 252.
Brezillon, Michel: 18.
Brinkmann, Rolando: 334 y 344.
British Musewn, Londres: 243, 244, 267 y 270 a 274.
Brommer, Frank: 267 y 270 a 274
Brú Vidal, Santiago: 188 y 266.
Bryant, William L.: 293.
Bryant Fondation, Ths William L.: 293 y 294.
Caballero Zoreda, Luis: 242, 246, 252 y 296.
Cabré Aguiló, Juan: 112, 124 y 142.
Caecilia Artemis: 257.
-
384 -
[page-n-433]
Caecilia Qulntla: 260.
Caecllla Tempestiva: 260.
Caecilio Severo, Ludo: 258.
Caecilius Certus, Lucius: 257.
Calvo Gálvez, Matias: 37.
Cempanus, Valerlus: 259.
Campillo Valero, Domingo: 87 y 311 a 323.
Cancerbero: Véase «Cerbero».
Cano Garcla, Gabriel M.: 280.
Canicie Canicie, Luis: 163.
Capafons, Francisco: 66.
Caprino, C.: 274.
Carandini, Andrea: 241, 252 y 268.
Caracalla, emperador: 294.
Carley, S.W.: 344.
Carlos Marte!: 229.
Caro Baraja, Julio: 195 y 266.
Carson, ;R.A.e.: 213.
Casanova Vañó, Vicente: 27 a 36 y 64.
Castillo Yurrlta, Alberto: 43, 79 y 88.
Castoris, alfarero: 225 y 226.
Cebrián Gitneno, Rafael: 338.
Centre d'Estudis Contestans, Cocentaina: 99 a 112 y 144.
Centro Excursionista de Booairent: 29.
Cerbero, guardián de los Infiernos: 266 a 268 y 273.
Certus, Lucius Caecilius: 257.
Ciudad, Antonio: 11.
Claudia, emperador: 247.
Clos Arce-Duc, A.: 278.
Clottes, Jean: 67.
Colección Jornet (Museo de Prehistoria del S.I.P,, Valencia): 258; --------- Torlonia
(Roma, Italia): 267, 270 y 274; - - - - - - Velasco (Museo Arqueológico Nacional,
Madrid): 221.
Colegio Universitario de Ciudad Real: 11.
Colominas Roca, Josep: 126.
Commodo, emperador: 275.
Conde de Lumiares: Véase «Valcárcel y Pío de Sabaya».
Congreso Nacional de Arqueología, XV (Lugo): 126.
Constando, emperador: 298.
Constancia Il, emperador: 248.
Constante,' emperador: 24S..
Constantino 1, emperador: 213, 248 y 298,
Comalia Quintia: 260.
Costantini, Georges: 67,
Gox, Dorothy Hanna: 241 y 252.
CrispiDa, Aemilia: 257.
Grispina, Caia Grattia: 257.
Crowfoot, J.W.: 242 y 252.
Cuadrado Dlaz, Emeterio: 130 y 139.
Cuevas Granero, Desamparados: 226.
Chevalier, Raymond: 278, 280 y 291.
Darder Pericás, Bartolomé: 331, 334 y 344.
Darton, Anne: 232, 246, 247 y 252.
Decenio, hermano de Magnencio: 213.
DecheJette, Joseph: 247, 252 y 309.
Dedet, Bernard: 113.
Deneauve, Jean: 244, 245 y 252.
- 365 -
[page-n-434]
Departamento de Arqueolog:!a de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Valencia: 14 7; - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - ------ - - - ___ _
de Valladolid: 265; - - - - - - - d e Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia: 87.
Diago, Fray Francisco: 257.
Dla:¡; Jordán, Antonio: 163.
Dlei!:-Coronel y Montull, Luis: 142.
Diodoro de Agyrion: 269.
D!omedes, rey de los bistrones en Tracia: 267, 268 y 272.
Diputación Provincial de Valencia: 69, 90, 137, 138, 177, 217, 223, 311 y 317.
Dohrn, Tobias: 243 y 262.
Domergue, Claude: 246 y 252.
Domiciano, emperador: 247.
Donat Zopo, José: 58, 113 a 115 y 325 a 344.
Doñate Sebastiá, José Maria: 277.
Dragendorff, Hans: 220, 231, 237, 246 a 248 y 25l.
Dressel, H.: 218, 300, 301 y 305.
Duart, Luis: 259.
Dupuy de LOme y Sáncbez Lo:¡;ano, Enrique: 344.
Durbán, Valentin: 143.
Engueman, J.: 245.
Enguix Alemany, Rosa: 60.
Escamilla, Leoncio: 257.
Escuela de Idiomas, Valencia: 97; ----Normal de Magisterio, Ciudad Real: 11.
Essen, C.C. Van: 242 y 254.
Esteva Cruañas, Luis: 248 y 252.
Esteva Gálvez, Francisco: 96 a 98, lll, 112, 134, 144 y 277.
Estrabón: 293.
Euristeo: 271 y 273.
Ezquer Borré.s, Maria del Carmen: 69.
Y
Fabrégues, Fréderlc: 229 231.
Facultad de Ciencias de la Universidad de Valencia: 73; - - - - - - d e Filosofia y Letras de
la Universidad de Valencia: 147; -------;-de Fllosofla y Letras de la Universidad de
Valladolid: 265; - - - - - - d e Medicina de la Universidad de Valencia: 87.
Faculté des Lettres et Sciences Humain~:~s, Université de Tot.ilouse-Le Mirail: 250.
Fernández Arraiza, Manuel: 262.
Fernández de Avilés, Augusto: 221 y 266.
Ferrua, A.: 272.
Février, Paul Albert: 225 y 297.
Fiches, J~:~an-Luc: 23l.
Flavia, familia: 24 7.
Fletcher Valls, Domingo: 35, 37, 44, 56, 58, 69, 62, 65, 88, 96, 97, 111, 126, 133 a 135, 138,
140, 147, 149, 151, 164, 184, 191 a 214, 220, 277 y 309.
Floriani-Squarciapino, Maria: 242, 252, 270 y 272.
Foucher, Louis: 242, 243 y 252.
Fouet, Georges: 242 y 253.
Frontinus, ceramista: 247.
Fundación William L. Bryant, Alcudia (Mallorca): 293 y 294.
Furgús, Padre Julio: 44.
Gabaldón Si~:~rra, Rafael: 138, 140 y 191.
Gabaldón Valle, Francisco: 138, 19I y 201.
Gagniére, Sylvain: 248, 250 y 253.
Galeria, tribu: 257 y 258.
Galieno, emperador: 213.
Galván Cabrerizo, Maria Luisa: 96 y 97.
Garcla y Bellido, Antonio: 221, 268 y 269.
García Garcia, Francisco: 18.
- 366 -
[page-n-435]
Garcia Serrano, Rafael: 11.
Garfn Llombart, Felipe V.: 69.
Gaseó Martínez, Fenuín: 113 a 115.
GP.rión, gigante: 266, 268 y 272.
Gil Farrés, Octavio: 122 y 210.
Gil-Mascaren :Boscé., Milagro: 39, 112, 137 a 145, 147, 191, 260 y 266.
Gil Sancho, Juan: 47 a 68.
Giner Sospedra, Vicente: 184.
Gómez Garcla, Raúl: 209 a 215.
Gómez Moreno, Manuel: 206.
Gómez Serrano, Nicolau Primitiu: 59 y 149.
Gomila, Alberto: 261.
Gon:c:ález Ortiz, José: 9 a 18.
González Prats, Alfredo: 126, 129 y 135.
González de Velasco, Pedro: 221.
Gozenbach, Victorine Von: 275.
Graciano, emperador: 294,
Grattia Crispina, Cala: 257.
Grattio Polynico, Caio: 257.
Guerrero, Joaquín: 47.
Guichard, Pierre: 292.
Guilaine, Jean: 67.
Guitart Durán, José: 226 y 227.
Gorrea Crespo, Vicente: 44.
Gusi Gener, Francisco: 113, 125, 126 y 152.
Hadriano, emperador: 246.
Harri~on, Richard J.: 59, 60, 88, 89 y 125.
Rayes, John W.: 232 a 235, 240 a 246, 251, 253, 299 y 302.
Helbig, W.: 269 y 270.
Herakles: Véase «Hércules&.
Hércules, héroe mitológico: 265 a 275; - - - - - - - Gaditanus: 268.
Herennius, Lucius (alfarero): 223 a 228.
Herennius Qptatus, Lucius (alfarero): 225 a 227.
Hermes, deidad: 277.
Hermet, Fréderic: 247 y 253.
Hespérides, Ninfas guardianas del Jardln de las: 266 a 268 y 271.
Higinio: 2,69.
Hill, P. V.: 213.
Hipólita, reina de las Amazonas: 265 a 268, 272 y 273.
Holmes, A.: 344.
·
Holwerda, J. H.: 245 y 253.
Homero: 273.
Hubert, J.: 278.
Hübner, Emilio: 226, 255 a 257 y 261.
Iglesias Iglesias, Adriano: 97.
Instituto Geográfico y Catastral, Madrid: 37, 209, 223 y 278; -------Geológico y Minero,
Madrid: 328 y 332.
Isasi Ransome, Rafael: 293,
Iulius Placidus, Lucius: 259.
Iulius Placidus, T.: 259.
Iunia Lucia Antiqua: 261.
Jaime 1: 285.
Jalmain, D.: 278.
Jodin, André: 129, 240, 242, 244, 246, 253,.297 y 298.
- 367 -
[page-n-436]
Johansen, K. Früs: 245 y 252.
Jones, FrancBs Follin: 245, 246 y 253.
Jordá Cerdá, Francisco: 143.
Jornet Perales, Mariano: 258.
Juan XIX, Papa: 229.
Juliano el Apóstata, empBrador: 250 y 299.
Jully, Jean-Jacques: 164.
Justiniano, empBrador: 236.
Kent, J.P.C.: 213.
Kenyon, KathleBn M.: 242 y 252.
Klein, L.S.: 97.
Knorr, Robert: 247 y 253.
Korosec, Josip: 245 y 253.
Kukhan, Erich: 153.
Laboratorio de Paleoantropologia del Museo Arqueológico de Barcelona: 311 y 317.
Lafon, René: 193 y 200.
Lamboglia, Nino: 179,218, 220,223,224,232, 237 a 241,243 a 248,250,251,253,295 a
299, 302, 305 y 310.
Lapalus, E.: 271.
Lartet, L.: 19.
Lassére, Jean-Marie: 260.
Laumonler, A.: 253.
Lebzelter, Victor: 35.
Lechat, M.: 269.
Leisner, Georg: 45.
Leisner, Vera: 45.
Lenius Octavius, Marcus: 262.
Lepidicius Octavius, Marcus: 262.
Lerma Alegria, José Vicente: 37 a 46 y 60.
Leroi-Gourhan, André: 26.
Licomedes: 266.
Lippold, G.: 266 a 268 y 275.
Listan, Raymon: 293.
Livio, Tito: 293.
López, Jesús: 43.
López Gómez, Antonio: 47, 277, 279 y 286.
López Piñero, José Maria: 87.
Lucia Antiqua, Iunla: 26l.
Lucio Vera, hermano adoptivo de Marco Aurelio: 212.
Lumiares, Antonio de Valcárcel y Plo de Sahoya, ~ande de: 226 y 256.
Llabrés Berna!, Juan: 293.
Llatas Burgos, Vicente: 176.
Llobregat Conesa, Enrique A.: 45, 62, 65, 66, 113, 150, 153, 221 y 309.
Llopis Lladó, N.: 344.
Lluch Arnal. Emilio: 149.
Machnik, Jan: 96.
Medoz, Pascual: 138.
Maluquer de Motes y Nicolau, Juan: 122, 124, 125, 141, 173, 184 y 188.
Manlius Probillio, Publius: 256.
Mari, alfarero: 225 a 227.
Marin de la Bárcena, Antonio: 344.
Marinar Bigorra. Sebastián: 227, 258, 259, 262 y 263.
Marte!, Carlos: 229,
Martl Olivar, Bernardo: 35, 36, 47 a 68 y 223.
Martin, Thierry: 229 a 254.
Martín Avila, Gabriela: 260, 266 y 293 a 3·10
- 368 -
[page-n-437]
Mart!nez Aloy, José: 258.
Martinez Esparza, Domingo: 262.
Martlnez Perona, José Vicente: 62, 68, 90, 167 a 176 y 260.
Martinez Santa-Olalla, Julio: 138.
Mascarell, Ismael: 69.
Mata Parreño, Consuelo: ll3 a 135 y 144.
Mateu y Llopis, Felipe: 210, 214, 215 y 285.
Mela, Pomponio: 293.
Mendez Revuelta, Concepción: 170 y 269.
Menéndez Pida!, Ramón: 265 y 266.
Mercator, ceramista: 247.
Mergelina y Luna, Cayetano de: 253.
Merino Sánchez, José Maria: 18.
Merlln, Alfred: 242 y 243.
Mesado Olivar, Norberto: 112, 124 a 126, 135, 144 y 278.
Meseguer Pardo, José: 332, 334 y 344.
Metellus Baleárico: 393.
Metz, X.: 344.
Mezquiriz de Catalán, Maria Angeles: 248 y 253.
Michelena, Luis: 184.
Minerva, diosa: 170.
Mingazzini, Paolino: 242.
Molina Garcla, Jerónimo: 163 a 165.
Molina González, Fernando: 112.
Molina Grande, Maria Asunción: 164.
Mommo, ceramista: 247.
Morán González, Enrique: 191.
Mouret, Félix: 245, 253 y 309.
Muñoz Amilibia, Ana Maria: 152 y 160.
Muñoz Jarrln, S.: 149.
Musée du Loú.vre, Paris: 242; ----de Nfmes: 247.
Museo Arqueológico de Barcelona: 96, 154, 221, 311 y 317; ------------------de
Ciudad Real: 12; - - - - - - - - - - - - - - d e Ibiza: 153; - - - - - - - - - - - - - -Municipal de Alcoy: 150; -----------Nacional, Madrid: 221,265 y
266; -------------Provincial de Alicante: 66; ----de Bocairent: 29;
-----Británico, Londres: 243, 244, 267 y 270 a 274; ----- Capltolino, Roma: 268
y 270 a 273; ----del Louvre, Paris: 242; ----Monográfico de La Alcudia, Elche: 227; --------------de Ullastret: 151; -----Municipal de Burriana:
278; -------------de Caudete de las Fuentes: 138 y 191; ----- --------de Játiva: 217 y 218; - - - - - - - - - - - d e Jumilla: 164; ----Nacional de
Nápoles: 269, 272 y 273; ----de la Necrópolis Paleocristiana de Tarragona: Z26;
-----de Nlro.es: 247; - - - d e Palermo: 274; ----de Prehistoria del Servicio
de Investigación Prehistórica de Valencia: 27, 35, 95, 147, 161, 154, 177, 191,255 a
263 y 265.
Navarro, Rosario: 130.
Navarro Cuéllar, Miguel A.: 325 a 344.
Navigius, ceramista: 242.
Neugebauer, Karl: 242 y 253.
Nickles, R.: 333 y 344.
Nicolau Primitiu: Véase «Góme~ Serrano, Nicolau Primitiu».
Niemeyer, Hans Georg: 130.
Nordstr'óm, Solveig: 155 y 164.
Obermaier, Hugo: 19 y 26.
Oceano, deidad: 241 y Z42.
Octavius, Marcus Lenius: 262.
Octavius, Marcus Lepidicius: 26Z.
Oliva Prats, Miguel: 124 y 151.
-
369 -
[page-n-438]
Oliver Más, Vicente: 114.
Onfala, reina de Lidia: 265 a 267, 269 y 275.
Optatus, Lucius Herennius (alfarero): 225 a 227.
Oroval Tomás, Víctor: 56.
Orsi, Paolo: 242.
Osuna Ruiz, Manuel: 143.
Oswald, Félix: 247 y 253.
Pajot, Bemard: 67.
Palo! Salelles, Pedro de: 111, 122, 141, 142, 243, 253, 295, 297, 298 y 300.
Pallarés Salvador, Francisca: 298.
Paris, Pierre: 242 y 253.
Parlasca, Klaus: 271 y 275.
Pascual Bailón, San: 163.
Pascual Pérez, Vicente: 44, 126 y 150.
Pastor Alberola, Enrique: 65, 93 a 98 y 311.
Pastor Femenla, Juan: 223.
Pastor Muñoz, J.: 19 a 26.
Pavla, José: 259.
Peña, José Luis: 12 y 18.
Pellicer Catalán, Manuel: 130 y 143.
Pereira Menaut, Gerardo: 255 y 263.
Pérez de Barradas, José: 19 y 26.
Pérez Temprado, Lorenzo: 124.
Peroni, Renato: 113,
Petsa, P.M.: 274.
Picard, Colette: 154.
Pita Mercé, Rodrigo: 142.
PlaBailester, Enrique: 35, 44, 58, 61, 62, 64, 65, 103•, lll, 133, 135, 137 u 145, 149, 151,
191, 215, 220 y 259.
Placidus, Lucius Iulius: 259.
Placidus, Marcus Valerius: 259.
Placidus, T. Iulius: 259.
Plinius Secundus, C.: 293.
Poliantus, Marcus Valerius: 260.
Polynico, Caio Grattio: 257.
Ponsell Cortés, Fernando: 27, 35, 103 y 223.
Ponsich, Michel: 246, 253, 285, 297 y 298.
Popescu, Emilian: 299 y 300.
Prades, H!lnri: 96 y 97.
Prado, Casiano del: 19.
Probillio, Pubiius Manlius: 256.
Polibio: 293.
Puig i Cadafalch, Josep: 266.
Py, Michel: !13.
Quera! Fernández, Mada Angeles: 12 y 18.
Quintero, Indalecio: 332 y 334.
Quinta, Caecilia: 260.
Quinta, Cornelia: 260.
Ramos Fernández, Rafael: 227.
Real Academia de la Historia, Madrid: 308.
Ribas Bertrán, Mariano: 225.
Richard, Jean·Claude Michel: 211, 212, 231, 232 y 253.
Richelieu, Cardenal: 229.
Rigoir, Jacqueline: 232, 239, 251, 253, 254 y 295.
Rigoir, Yves: 254 y 295.
Rlos, J. M.: 344.
- 370 -
[page-n-439]
Ripoll Perelló, Eduardo: 96 y 226.
Ripollés Alegre, Pere Pau: 209 a 215.
Ritterling, E.: 231.
Riuró Llopart, Francisco: 124.
Rohinson, Henry S.: 241 y 254.
Roca, Vicente: 47.
Rosselló Verger, Vicenq M.: 277, 280 y 285.
Rosso de Luna, Ismael: 325 y 344.
Roudil, Jean Louis: 67.
Roudil, 0.: 67.
Ruesch, A.: 269.
Rufmus, ceramista: 147.
Sagaseta Jarrln, J.: 149.
Salis, A. von: 270.
Salomonson, J. W.: 241 a 243, 254 y 299.
San Agustln: 229.
San Pascual Bailón: 163.
San Valero Aparisi, Julián: 27, 29, 35, 44, 68 y 90.
Sánchez Martínez, Carlos: lB.
Sanchis Guarner, Manuel: 277.
Sanchis Sivera, José: 263.
Sancho Santamaria, Antonio: 44.
Sanmartln Grego, Enrie: 152.
Santonja Gómez, Manuel: 12 y lB.
Sarrión Montañana, Inocencio: 35, 65, 124, 177 a 189 y 193.
Sarthou Carreras, Carlos: 266.
Schauenburg, Konrad: 269.
Schubart, Hermanfrid: 130.
Schweitzer, J.: 271.
Serna, María Rem!!dios: 126, 129 y 135.
Serra Ráfols, Josep de Calasanz: 268.
Serra Vilaró, Juan: 129 y 225.
Serrano Ramos, Encarnación: 295.
Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación Provincial da Valencia: 7, 27,
35, 37, 56, 58, 62, 69, 70,90, 96,114,124,138, 149,151,191,214,217,223,255 a
263, 265, 311 y 317.
Severo, Lucio Caecilio: 258.
Severos, familia de los: 275.
Shaposhnikova, Olimpiada: 97 y 98.
Sitio Itálico: 268.
Sitter, L. V.: 344.
Smith, D. J.: 243 y 254.
solá solé, José Marla: 192, 194, 198 y 201.
Soler García, ·José Maria: 62, ,112, 130 y 144.
Sotomayor y Muro, Manuel: 248 y 254.
Soyer, Jacqueline: 278.
Squarciapino, Maria Floriani: Véase «Floriani-Squarciapino, MaríRll.
Stuart Jones, H.: 268, 270 y 27l.
Subdirección General de Excavaciones Arqueológicas, Madrid: 39.
Taracena Aguirre, Bias: 124, 266 y 309.
Tarradell Mateu, Miquel: 65, 133, 153, 154, 277, 293 y 301.
Tchernia, Andrés: 226.
Tempestiva, Caecilia: 260.
Tempestivos, cognomen: 261.
Teodosio, emperador: 214 y 308.
Tertius, alfarero: 170 y l 71.
Thlbault, Claude: lB.
- 371 -
[page-n-440]
Thouvenot, Raymond: 268 y 274.
Thylander, H.: 257.
Tomás Requena, Antonio: 163.
Tormo Sanz, Leandro: 256.
Torres Carbonen, Santiago: 65.
Torres Sala, Juan de: 343 y 344.
Tovar Lorente, Antonio: 184, 194, 197, 198, 200, 206 y 207.
Trajano Dacio, emperador: 294.
Tren, G.: 267 y 271.
TrendaiJ, A. D.: 269.
Trias de Arribas, Gloria: 139.
Universidad de Valencia: 73, 87 y 147; -----------de Valladolid: 265.
Université de Toulouse-Le Miral: 250.
Ursa: 258.
Valaison, M.-C.: 248, 250 y 252.
Valcárcel y Pío de Sabaya, Conde de Lumiares, Antonio: 226 y 256.
Valente, emperador: 298 y 299.
Valentiniano 11, emperador: 250.
Valentiniano 111, emperador: 294.
Valerius Antiquos, Publius: 261.
Valerius Campanus: 259.
Valerius Placidus, Man:us: 259.
Valerius Poliantus, Marcus: 260.
Vail Ojeda, Maria Angeles: 139.
Vallejo, José: 195.
Van Essen, C. C.: Véase ~Essen, C. C. Van».
Vegas, Mercedes: 241 y 254.
Velasco, Colección {Museo Arqueológico Nacional, Madrid): Véase: «Colección Velasco» y
~González de Velasco, Pedro».
Ventura, V.: 69.
Ventura Conejero, AgusUn: 218.
Veny Meliá, Cristóbal: 227.
Vermaseren, M. J.: 242 y 254.
Verneuil, E. de: 19.
Vera, Lucio: 212.
Viguier, Claude: lB.
Vilar Hueso, Vicente: 256.
Vilaseca Anguera, Salvador: 66, lll, 124, 126, 141 y 142.
Villaronga Garriga, Leandro: 211 y 212.
Viñes Massip, Gonzalo: 331.
Visado Moltó, Camilo: 101, 103 y 150.
Vives Escudero, Antonio: 179, 210 a 212 y 214.
Vuillemot, Georges: 130.
Waage, F. 0.: 241, 242, 244 a 246, 254 y 295.
Wernert, Paul: 19 y 26.
Woods, Daniel E.: 293.
Xomo, alfarero: 170 y 171.
Xono, alfarero: 170 y 171.
Zanon Rodrigo, Fr1mcisco: 167 a 176.
Zeiss, Hans: 245, 246, 254 y 308.
Zeus, dios: 267 y 270 a 274.
-
372 -
[page-n-441]
INDICE GENERAL
Págs.
GONZALEZ ORTIZ, J.: Notas sobre un yacimiento paleolltico de superficie localizado en el río Jabalón (Ciudad-Real)......................
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PASTOR MUÑOZ, J.: El yacimiento musteriense de dos Cenagales» (Madrid) . .
CASANOVA VAÑO, V.: El enterramiento doble de la Cava de la Sarsa {Bocairente,
Valencia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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LERMA, J. V. y BERNABEU, J.: La Coveta del Monte Pícayo (Sagunto, Valencia!
MARTI OLIVER, B. y GIL SANCHO, J.: Perlas de aletas y glóbulos dal Cau del Raboser (Carcaixent, Valencia) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
APARICIO PEREZ, J.: Sima de la Pedrera (Benicull, Poliñá del JUcar) !Valencia)
PASTOR ALBEROLA, E.: Cuenco con cazoleta interior, del poblado de la :Buitrera
(Castellón de Rugatl .......... , . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . .
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CENTRE D'ESTUDIS CONTESTANS: La Mola d'Agres ...................... .
MATA, C.: La Cova del Cavall y unos enterramientos en urna, de Uria
PLA BALLESTER, E. y GIL-MASCARELL, M.: Un interesante vaso de los Villares
(Caudete de las Fuentes, Valencia)....................................
BONET, H.: Fragmento de rostro, de terracota, procedentE! del poblado ibérico del
Castellet de Bernabé (tiria) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
MOLINA GARCIA, J.: Urna de orejetas perforadas procedente del Pasico de San
Pascual (Jumilla) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
MARTINEZ PERONA, J. V. y•ZANON RODRIGO, E.: Los Villaricos (Bugarra)
SARRION MONTAÑ'ANA, 1.: El poblado ibérico de la Peñ,a. de las Majadas (El Toro,
Castellón de la Plana)
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FLETCHER VALLS, D.: Cinco inscripciones ibéricas de Los Villares (Caudete de las
Fuentes) {Valencia).
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RIPOLLES ALEGRE, P. P. y GOMEZ GARCIA, R.: Hallazgos numismáticos de Camporrobles . . . . . . . . . . . . .
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ARANEGUI GASCO, C :Hallazgo de una cabeza escultórica en la ciudad de Játiva
(Valencia)................................ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
ARANEGUI GASCO, C.: Una teja con marca L. HERENNI del poblado de Sant Antoni (Bocairent, Valencia)..............................................
MARTIN, th.: Céramiques romaines tardives de Maguelone (Hérauit) . . . . . . . . .
PEREIRA MENAUT, G.: Inscripciones latinas del Museo de Prehistoria de Valencia
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69
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209
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229
255
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Págs
BALIL ILLANA, A.: El Mosaico da d.os Trabajos de Hércules» hallado en Liria (Valencia) ................................................... .
BAZZANA, A.: Vestiges de centuriations romaines at d'un itineraire pré-romaine
dans la plaine de Castellón ............................ .
265
277
MARTIN, G.: Terra sigillata clara «D», estampada de Pollentia
CAMPILLO VALERO, D.: Dos notas de Paleopatología ...
DONAT ZOPO, J. y NAVARRO CUELLAR, M. A.: Una nueva modalidad genética. La
....... .
Cueva de la Judía (Barcheta)
31/
INDICE DE LUGARES .................................. .
INDICE DE PERSONAS Y ENTIDADES ........... .
345
LAS OPINIONES VERTIDAS EN LOS ANTERIORES TRABAJOS
DEBEN ENTENDERSE COMO JUICIOS PERSONALES DE LOS'
RESPECTIVOS AUTORES
293
325
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Este SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA remite sus publicaciones para
establecer v mantener intercambio con los centros cientfficos v señores Investigadores en
esta especialidad. Por ello espera ser correspondido con las publicaciones del receptor, entendiendo caso contrario que no se desea sostener intercambio v suspenderá ulteriores
envlos.
Toda la correspondencia dirljase al DIRECTOR DEL SERVICIO DE INVESTIGACION
PREHISTOAICA DE LA EXCMA. DIPUTACION PROVINCIAL, plaza de Manises, número 4,
Valencia, 3 (ESPAfíJA).
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El enterramiento doble de la Cova de la Sarsa (Bocairente, Valencia)
Vicente Casanova VañoPag. 27-36descarregarLa Coveta del Monte Picayo (Sagunto, Valencia)
Josep Vicent Lerma Alegria / Joan Bernabeu AubánPag. 37-46descarregarPerlas de aletas y glóbulos del Cau Raboser (Carcaixent, Valencia)
Bernat Martí Oliver / Joan Gil SanchoPag. 47-68descarregarCuenco con cazoleta interior, del poblado de la Buitrera (Castellón de Rugat)
Miguel Ruiz RomeroPag. 93-98descarregarLa Cova del Cavall y unos enterramientos en urna, de Liria (Valencia)
Consuelo Mata ParreñoPag. 113-136descarregarUn interesante vaso de los Villares (Caudete de las Fuentes, Valencia)
Enrique Pla Ballester / Milagros Gil-Mascarell BoscàPag. 137-146descarregarFragmento de rostro, de terracota, procedente del poblado ibérico del Castellet de Bernabé (Liria)
Helena Bonet RosadoPag. 147-162descarregarUrna de orejetas perforadas procedentes del Pasico de San Pascual (Jumilla)
Jerónimo Molina GarcíaPag. 163-166descarregarLos Villaricos (Bugarra)
José Vicente Martínez Perona / Francisco José Zanón RodrigoPag. 167-176descarregarEl poblado ibérico de la Peña de las Majadas (El Toro, Castellón de la Plana)
Inocencio Sarrión MontañanaPag. 177-190descarregarCinco inscripciones ibéricas de Los Villares (Caudete de las Fuentes) (Valencia)
Domingo Fletcher VallsPag. 191-208descarregarHallazgos numismáticos de Camporrobles
Pere Pau Ripollès Alegre / R. Gómez GarcíaPag. 209-216descarregarHallazgos de una cabeza escultórica en la ciudad de Játiva (Valencia)
Carmen Aranegui GascóPag. 217-222descarregarUna teja con marca L. HERENNI del poblado de Sant Antoni (Bocairent, Valencia)
Carmen Aranegui GascóPag. 223-228descarregarInscripciones latinas del Museo de Prehistoria de Valencia
Gerardo Pereira MenautPag. 255-264descarregarEl Mosaico de "Los Trabajos de Hércules" hallado en Liria (Valencia)
Alberto Balil IllanaPag. 265-276descarregarUna nueva modalidad genética. La Cueva de la Judía (Barcheta)
José Donat Zopo / Miguel Ángel Navarro CuéllarPag. 325-344descarregar