
Fragmento de rostro, de terracota, procedente del poblado ibérico del Castellet de Bernabé (Liria)
Helena Bonet Rosado
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HELENA BONET
(Valencia)
FRAGMENTO DE ROSTRO, DE TERRACOT~
PROCEDENTE DEL POBLADO I BERICO
DEL CASTELLET DE BERNABE
(L iria)
El presente trabajo pretende dar a conocer un fragmento de rostro de terracota, hallado en el poblado ibérico del Castellet de Bernabé, tras una prospección llevada a cabo por el Departamento de Arqueología de la Universidad de Valencia, en diciembre de 1974. Dado
el interés de la pieza y a pesar de tratarse de un pequeño fragmento,
n os h a parecido importante dar su noticia, así como la de los materiales hallados en dicho sondeo, que se encuentran hoy depositados en el
Museo de Prehistoria de Valencia.
El yacimiento donde fue encontrada la terracota está situado en
el término municipal de Liria, a seis Km. de Casinos y 500 m. de la carretera de Alcublas, en un pequeño montículo alargado en suave pendiente hacia el Norte y a una altitud de 400 m. sobre el nivel del mar.
Se trata de un núcleo de población de dimensiones reducidas de car acterísticas muy similares al p oblado ibérico de la Rochina ( 1) y que
conserva todavía casi completo el recinto amurallado.
El Castellet de Bernabé forma parte del conjunto de poblados ibéricos de la comarca de Liria, que constituye la ruta natural que va
desde la costa a las tierras del interior (fig. 1). Este tipo de poblamiento ha sido estudiado por M. Gil Mascarell (2) , dando la denominación
de «caseríos» a poblados como Rochina y Castellet de Bernabé, por
una serie de caracteristicas como: sus reducidas dimensiones y el es(1) D. FLETCHER VALLS: «Poblado Ibérico de Rochina•. Atlantls (A.M.S.E.A.E.P.) XV. Madrid,
1940, pág. 125 y SS.
(2) M. G!L-MASC ARELL: •Yacimientos lbéric:>s de la región valenciana. Estudio del poblll!lllento•.
Valencia, 1971, págs. 787-898.
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tar enclavados en cerros de poca altura, sin posibilidades defensivas,
por lo que están rodeados de murallas. Estos caseríos se encuentran
igualmente en el valle de Albaida y alrededores de Játiva y Sagunto, y
suelen ser siempre poblados de época avanzada.
Esta zona, Liria-Casinos, es bien conocida gracias a sus primeros
exploradores, N. P, Gómez Serrano y E. Lluch, referencias verbales de
los hermanos Muñoz y Sagaseta Jarrfn, y, sobre todo, a las numerosas
exploraciones y publicaciones del Servicio de Investigación Prehistórica (3).
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Fig. 2.-Distlntas posiciones de la terracota del Ca1tallet de Bemabé.
(T. n.l
La pieza de la que damos noticia constituye la parte central del
rostro de una figura de terracota fracturada horizontalmente por la
mitad (fig. 2 y Lám. I). Mide 8 cm. de alto, 4 cm. de ancho y 0'9 de espesor. La pasta es de arcilla marrón oscura, sin desgrasante aparente,
aunque no parece de calidad muy fina. Está fabricada con molde,
hueca en la parte interna y trab¡;ijada sólo por la parte de delante, como la mayorla de las terracotas.
(3) N. P. GOMEZ SERRANO: •Secdó Antropologi11 i Preb.istOrhu. Aoales del Cent.ro de Cultura Valencillllll, IV, n.o 6-9. Va.lenci11, 1931, plig. 76.
E: PLA BALLESTER: «Actividades del S.I.P.1. Archivo de P.rehlatorla Levantina, II. Valenc!11, 1945,
plig. 361.
D. FLETCBER VALLS: «Exploraciones arqueológicu en la comarca de Casinos~. Trabl\los Vi!rlos del
S. I. P., n.o 10. Valend11, 1947, pégs. 66-87.
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H. BONET
En la superficie externa se aprecian restos de decoración. La figura está recubierta de un engobe blanco, obtenido con tierra blancuzca
diluida en forma de barro acuoso (4), sobre el que se han pintado doS
bandas muy fmas de color marrón en la barbilla y otra, casi inapreciable, debajo del ojo derecho.
A pesar de su reducido tamafto, se distingue perfectamente la barbilla, boca, nariz y el inicio de las órbitas oculares. El rostro, de aparente fonna ovalada, presenta una boca pequeña, fruncida, de labios
bastante gruesos. La nariz es recta, fina, sin resaltar las aletas y con
dos orificios pequeños. Por el arranque· de los ojos se puede adivinar
que serían almendrados, pequeños y algo salientes. La barbilla y las
mejillas son redondeadas y carnosas.
Es importante resaltar el aspecto global de la figura, de trazos
sencillos, elegantes y bien moldeados, que le confieren un aire claramente helenizante y de gran belleza.
A la hora de intentar establecer posibles paralelismos, tropezariios
con. dos tipos de dificultades: de un lado, la falta del resto de la pieza
que nos daría una idea sobre el tocado, adornos, etcétera; de otro, el
hecho de que la mayoría de las piezas similares omiten datos sobre su
conte?CtO arqueológico.
El lote rilás importante, en la Península, de figuras de terracotas
está constituida por los exvotos del Santuario de la Serreta de Alcoy.
Vise do (5) distingue dos series, la primera de técnica más rudimentaria y aspecto caricaturesco y la segunda formada por figuras y cabezas de arte más elaborado y bello. Considera las dos series, aunque
muy distintas, .pertenecientes a la misma época (plena romanización,
siglo I), observando "en la segunda influencias de marcado carácter romano. Llobregat (6) dice que son fechables después del siglo III al II, y
da una tipología más variada de influencias: helenísticas, orientales y
romanas.
Hemos seleccionado dos cabezas o bustos depositados en las vitrinas del Museo Arqueológico de Alcoy, que presentan afinidadeS con la
pieza del Castellet de Bernabé. La primera de ellas es un busto femenino {Lám. II, A), de 13'5 cm. de altura, 5'4 de ancho y 0'8 de esp~sor,
hecho de pasta marrón clara, sin desgrasante, y de superficie porosa
(4/ A. BAI.IL: ~Sobre el uso de los protomos femeninos de terracota t~n el mundo griego,. Palma de
Mallorca, 1973, págs. 135-137.
15) c. VISEJJO MOLi'O: «Excav¡wlonas en ol monto de la Serrota de Alcoy 1All~ante)•. M. J. S, E. y
A., n.• 41, Madrid, 192!: n.• 45, Madrid, 1922; n.• 56, Madrid, 1923.
C. VlSEDO y V. PASCUAL PEREZ: •Unos fragmentoB ceréw.icos de la Serrota de Alcop. Trab~os Va·
rios del S.I.P., n.• tO. valencia, 1947, págs. 59-63.
[6) E. LLOBREGAT: •Las relaciones con Ibiza en la prGtobistorla Valencian11. Freblstoria y Arqueologia de las Islas Baleartls>. Vl Symposlum de Prehistoria Penlnsul!U". Barcelona, 1974, págs. 291-320.
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y erosionada. Está fabricada con molde, hueca por detrás. La figura
lleva tOcadO, el cabello le cae hasta los hombros y se pueden ver algo
los adornos del vestido; sin embargo, el mal estado de conservación
no pennite ver claramente los rasgos del rostro. Los ojos son grandes
y están incisos los párpados y pupilas; la nariz, rota, le da un aspecto
aguileño que rompe con su estilo clásico; los labios están muy erosionados.
La segunda figura (Lám. TI, B) es un rostro de 9'9 cm. de altura,
7'4 de ancho y 0'9 de espesor, hecho a molde y hueco por detrás, de
pasta marrón clara y con la superficie externa del rostro llena de concreciones de barro. :La nariz está rota, pero aún se pueden ver los dos
orificios, los ojos almendrados y las cejas son perfectamente apreciables y los rasgos de la boca, a pesar del rictus sonriente, se asemeja en
gran manera a la de nuestra pieza.
Otra terracota de gran interés es una mascarilla hallada recientemente en las excavaciones realizadas por el S. I. P. en la necrópolis
del Corral de Saus (Mogente), y expuesta en el Museo de Prehistoria
de Valencia. La mascarilla (Lám. I1, C), hecha a molde, es de forma
discoidal, y representa un rostro de divinidad femenina. Mide 11 cm.
de diámetro, de pasta marrón clara y superficie grisácea. Presenta
una barbilla un poco saliente, boca fruncida, nariz fina y recta y ojos
salientes algo erosionados. Sabemos, gracias a la amabilidad de J.
Aparicio, que la mascarilla funeraria fue hallada entre los niveles removidos de la necrópolis, por lo que para su cronologia nos tendremos
que limitar al estudio global del yacimiento (7).
En el Museo de Ullastret {8) se encuentran una serie de terracotas
procedentes de dicho poblado, entre las cuales cabe destacar una cabecita de claros rasgos helenísticos (fig. 3). Oliva Prat señala que son
frecuentes las figuritas para ornamento del hogar o de rito funerario;
sin embargo, tampoco disponemos del contexto arqueológico ni del lugar exacto del hallazgo.
(7) D. FLETCHER y E. PLA: •Las escultuns en piedra da El Corral de Sauo. Bellas Artes 74, ado V.
n, 0 36. Madrid, 1974, págs. 38-39.
E. PLA BALLESTER:
2,° Campaña>. Noticiario Arqueológico Hispánico; Pnhistoria, 5. Madrid, 1976, págs. 395-391.
E. PLA BALLESTER: eLe necrópolis ibérica con sepultura-de empedrado tumular del Corral de Saus
(Mogenta)o. XIV, C. N. A. (Vitoria, 1975). Zaragoza,· 1977, pégs. 727-738.
D. FLETCBER y E. PLA: cRestos escultóricos da la necrópolis ibérica de Corral de Saus \Mogenta, Valenda)n. Revista de la Univera!dad Complutense, XXV!, n.• 109 (homenaje a Garcia y Bellido, vol. III).
Madrid, 1977, págs. 55-62.
D. FLETCHER: eLe necJ:"ópolis ibérica de Corral de Saus (Mogente, Valencla}J. Folleto publicado por el
S. I, P. Valencia, 1977.
(8) M. OLIVA PRAT:
E. Gerundenses, X. Gerona, 1955, pág. 407.
M. OLIVA PRAT: cUllastret. Guíe de lll8 e:Kcavaclones y su Muaeo•. Diputación PJ:"ovfncial de Gerona,
1970.
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Hallamos también claros paralelismos con otro fragmento de cara, procedente del poblado ibérico del Castell (Almenara), y que forma
parte de un pebetero en forma de cabeza femenina (9). Se caracteriza
por una nariz fina, recta, un gran ojo de forma almendrada y boca entrea])ierta. La arcilla es de color amarillenta, depurada y de tacto rugoso. Dim., 69 mm. de altura-y 47 mm. de anchura máxima. E. Sanmartí y F. Gusi la sitúan dentro de los pebeteros del grupo A de la tipologíB. de A. M. Muftoz (lO) y relacionada con e1 área de expansión
catalana-mediterráneo desde el Pirineo al Ebro.
Fig. 3.-Cabecita del poblado da Ullaatret.
(T.
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Dentro de la serie de pebeteros de cabeza femenina, estudiada por
A. M. Muñoz, destacamos uno de A.mpurias (tipo II), de 17 cm. de altura, arcilla fina, nariz recta, ojos grandes y boca ligeramente abierta. Caracteres semejantes muestran otros thymiateria, siempre en relación con modelos griegos helenisticos, que se parecen en muchos
rasgos a la terracota del Castellet de Bernahé. Sin embargo, A. M. Muñoz destaca el grave problema existente entre dichas figuras para distinguir los tipos grequizantes de influencia griega o sicillota, los tipos
(91 E. SANMARTI y F. GUSI: fNuevos materiales procedentes del pobladOJ ibérico del Castell (Almenara)f. Cuadernos de Prehlstorlit Y Arqueologla Castelloneil!le, n.• 2. Castellón, 1976, pága. ·167-170.
(101 A. M. MuftOZ: «Pebeteras ibéricos en forma decabez.a femenina.. Publicaciones eventuales n.•
6 dol Instituto de Arqueologla. de la Universidad. Barcelona, 1963.
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de influencia púnica y el grupo de imitaciones, a lo que habría que
añadir el problema cronológico que supone la larga perduración de
las piezas, desde el siglo IV al II a, C.; E. Llobregat (11) considera la
mayoria de thymiateria de la provincia de Alicante de procedencia
ibicenca, aunque de claro origen greco-siciliota.
El lote de terracotas de Ibiza es un constante tema de estudio,
donde, poco a poco, se van vislumbrando los diferentes estilos e influencias de corrientes helenísticas en el mundo púnico ( 12). En los
últimos años se está dedicando una gran atención a las posibles influencias de dicho mundo púnico en la costa de la Peninsula. E. Llobregat (13) señala cómo se ve en Ibiza un aumento gradual del porcentaje de piezas de influencia griega a partir del siglo VI a. C., siendo
muy alto en los siglos V-IV a. C., influencia que perdurará hasta la
unificación del Mediterráneo por Roma. El enlace entre este mundo
púnico y Grecia serlan Sicilia y Magna Grecia, donde a partir del siglo
IV los coroplastas producirán versiones locales de estilo severo, llegando a ser los centros de mayor producción.
Si comparamos la terracota del Castellet de Bernabé con las figuras de Ibiza, siguiendo la catalogación de M. Tarradell (14), hallaremos mayores afinidades con el segundo grupo caracterizado por ser
bustos femeninos donde pesa menos la tradición púnica y las corrientes griegas son más fuertes, hasta el punto de parecer importaciones.
Dentro de este estilo griego, distingue tres corrientes estéticas: una jónica de tradición arcaica, otra radia y una tercera siciliota-itá1ica, ya
posterior.
De dicha catalogación nos inclinamos por el último grupo para establecer los paralelismos más próximos, y, sobre todo, con las figuras
correspondientes a los números 42 y 52 de la catalogación.
El número 42 es un busto femenino con kalathos, procedente del
Puig dels Molins, de 25 cm. de altura, y que se encuentra en el museo
Arqueológico de Ibiza. La cara, como todo el conjunto, tiene un aspecto muy griego, siendo una de las piezas en que se ve mejor la influen[11) LLOBREGAT; O. c. nota 6.
(12) A. M. EISI; •Le terracote figurate di tipogreco·púnico di Ibiza. Museo de Cau Ferrat a Sitgeso.
Rívista di Studi Fenid, 1973.
J. M. BLAZOUEZ; •Terracotas púnicas de Ibiza>. Rlvista di Studi Fenici, 1973.
M. E. AUBET; •Algunos aspectos sobre iconografla púnica. Representaciones aledas de Tanit». Revis·
ta de la Univ~rsidnd Complutense, vol. XXV. n.• 101 (homenaje a Gardn y Bellido, vol.ll. Madrid, 1974
pá¡¡s. 61-82.
M. TARRADELL; •Figurillas de terracota púnicas de Ibiza•. Barcelona, 1974.
E. JCUKHAN; •Busto femenino de terracota de origen radio en el ajuar de una tumba ibicenca>. Archl
vo España\ de Arqueologla, val. XXX. Madrid, 1957, págs. 3-14.
(131 LLOBREGAT; O. c. nata 6.
[14) TARRADELL: O. c. nota 12, pág. 45.
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H. BONET
cia helenística en una fase más avanzada que en las que reflejan tradición jónica (15). El número 52 es una figura femenina, de pie, de 52
cm. de altura, procedente del Puig deis Molins y depositada en el Museo Arqueológico de Barcelona. El modelo es de clara influencia griega, posiblemente, siciliota.
En el Museo de Prehistoria de Valencia hay una interesante colección de terracotas procedentes de Ibiza, que han sido estudiadas por
C. Picard ( 16). La autora distingue cuatro series principales, agrupadas por afinidades de forma y estilo. De estas series, en el segundo
grupo, denominado bustos, hay una cabeza (n.o 17 de la catalogación,
Lám. II, D) de 11 '3 cm. de altura, que presenta la forma de la cara
ovalada, boca pequeña fruncida, ojos almendrados y nariz recta, aun-
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Fig. 4.-Planta del poblado ll,el Cutellot do Bernabé. S:. sondeo realizado en 1974.
que muy rota en su extremo. La pasta y superficie son de color beige
claro y de aspecto poroso.
Los materiales de que a continuación vamos a hacer mención fueron hallados junto a la figura de la terracota en un pequeño sondeo
realizado en el lienzo Este de la muralla, derrumbado y destrozado
por buscadores clandestinos en numerosos sitios {fig. 4). El material
fue muy abundante en cerámica, destacando la buena calidad de las
pastas, paredes finas y, sobre todo, la riqueza de fragmentos decorados. La cerámica tosca de pastas oscuras y con abundante desgrasante era mucho más escasa.
(15) TARRADELL: O. c. nota 12, pég. 134.
( 16) C. PICARD: •Figuras de terracota del Museo de Prehistoria de
ria Levantina, XIII. Valencia, 1972, pág. 81.
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Valencia~.
Archivo de Prehisto-
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La decoración de fragmentos es siempre de tipo geométrico, a ha-.
se de bandas, círculos, zig-zag, líneas ondulantes, rombos, segmentos,
etcétera (fig. 5). No ha aparecido ningún fragmento de temas florales
o humanos; sin embargo, esto no es significativo, pues la proporción
de estos temas siempre es inferior respecto de los geométricos, máxime si tenemos en cuenta las reducidas dimensiones de la cata.
En cuanto a las fonnas de la cerámica decorada, el estado fragmentado del material no pennite más que la reconstrucción parcial
de Wl kalathos de paredes rectas y decoración geométrica (fig. 6-C).
Otras formas serian: un plato con decoración de bandas en la cara interior y exterior {fig. 6-B), un plato con decoración interior a base de
filetes (Fig. 6-A), un vaso y una copa igualmente decorados con bandas paralelas (fig. 7-A y C) y una posible botella decorada con círculos, bandas y líneas ondulantes (fig. 7-B).
Dentro de la cerámica sin decorar hay que destacar dos bordes de
ánfora, así como formas comunes de tinajas, vasos, platos, copas,
etcétera {fig. 8). De cerámica importada no se encontró nada.
De barro cocido, aparte de la figurita de terracota, se hallaron
una treintena de pondera, todos juntos, más o menos amontonados
(fig. 9). El tamaño medio de las piezas es de 13 x7 x4 cm., de forma
troncopiramidal, de base rectangular y sin presentar ningún tipo de
marca. Junto a estas piezas de telar hay que destacar una fusayola
troncocónica, de cabeza con reborde, decorada con líneas muy finas
entrecruzadas, de color marrón grisáceo; mide 2'5 de alto y 2'5 de
hase (fig. 1O). Es interesante un fragmento cóncavo de exacta pasta a
la de la figura, as! como la superficie, también recubierta de engobe
blanco y con una banda y manchas de color marrón; su estado de
conservación es mejor que el de la figura (fig. 11); este fragmento tiene
un lado romo, sin presentar fractura, por lo que sin lugar a dudas
sería un borde de la figura, aunque no podemos determinar de qué
parte; por el tipo de curvatura podria ser la base o, en el caso de ser
un pebetero, la parte superior.
De todo este material que acompaña la terracota se puede afinnar
con certeza que pertenece al mundo ibérico y a una época ya avanzada. El tipo de kalathos de paredes rectas nos lleva a unas fechas
tardías y con claros paralelismos con otros centros, corno San Miguel
de Liria, Monravana, Serreta, Tossal de Manises, Rochina, dándonos
una fecha de finales del siglo II al I a. C. (17). El tipo de fusayola también se da en poblados de época avanzada, siendo para los yacimien1171 S. NORDSTROM: "La ceramique peinte ilierique de la provine e d" Alicante~. l Act. Universitatis
Stockholmien•is. Stockholm Studies in Classical Arcbaelogy, 1969.
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Fig. 5
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A
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Fig. 6.-A-B: Borde y base de plato.
C: Base de kalathos.
¡¡k,
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Pig. 7.-A: Borde de vaso.
B: Cuerpo de botella.
C: Borde de vaso.
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
toS de la primera época más corriente los tipos esféricos y bitroncocónicos acéfalos. Por otro lado, la cerámica decorada con temas geométricos perdura hasta la plena romanización, y el hecho de no haber
aparecido temas florales y humanos ya ha sido explicado en lineas
anteriores.
Es evidente que la terracota, junto con los materiales ya descritos,
apareció «in sitw dentro de tma habitación del poblado, como lo de-
A
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Fig. 8.-A y B: bordes de vasos.
C y D: bordes de ánforas.
E y F: bases.
G: borde de copa.
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.H. BQNET
muestra el marcado carácter doméstico de algunas piezas; pesas de
telar y fusayola.
A. M. Muñoz (18) señala que la aparición de terracotas en las casas es un hecho tardio; en un principio serían de carácter votivo, pero
después fueron empleadas como ornamentos. Por otro lado, Balil (19)
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Fig. 9.-Pesa de telar.
( 1/2)
considera las terracotas de habitación de carácter votivo y que
debían estar concebidas para colgar de la pared.
Nosotros nos encontramos cOn el problema de no poder afirmar
qué tipo de pieza constituía la figura del Castellet de Bernabé, debido
al reducido fragmento que tenernos. El pequeño borde cóncavo. sin
(18!
119)
MU~OZ: O. c. nota 10.
BALIL: O. c. nota 4.
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FRAGMENTO DE 'TERRAC07A
duda perteneciente al rostro, invalida que sea una mascarilla de col~
gar, pues suelen ser planas y de borde recto. Por otro lado, decir que
la figura pertenece a un thymiaterion, basándonos en el fragmento
mencionado, cmno posibla base o parte superior del kalathos no nos
Fig. 10.-Fusayola decorada.
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U/S)
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Fig. l l.-Fragmento de terracota.
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parece razón suficiente, por lo que nos inclinamos a clasificar el ros~
tro del Castellet de Bernahé como una cabeza o busto de carácter voti~
vo. Este tipo de exvotos es muy corriente en los poblados ibéricos,
aunque la vartedad de estilos es muy grande,
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H. BONET
En cuanto a los posibles paralelismos, se ha visto que la figurita
muestra afinidades con piezas, todas de carácter helenfstico, y dentro
de esta corriente, con influencias greco-siciliotas o de estilos más
tardíos, helenizantes.
Lo que resulta más dificil de precisar es si se trata de una producción local imitando los modelos clásicos o si es una pieza dé importación. En muchos poblados ibéricos se encuentran imitaciones, sobre
todo, alrededor de los grandes centros como Ampurias, Alicante, etcétera; sin embargo, para poder afirmar esto haría falta un estudio de
las diferentes pastas de las terracotas. De todas formas, el hecho de
que la terracota apareciese con materiales domésticos y en una habitación indica que no es una pieza de envergadura, sino una imagen o
figura de carácter votivo~ornamental de uso privado y que seguramente sería de fabricación local para servir las demandas de la población.
Finalmente, hay que resaltar el hecho de que el contexto arqueológico de la figura nos pennite fecharla con cierta seguridad, ya que
este tipo de poblado y sus materiales nos dan una cronología avanzada (siglo JI-I, o incluso de plena romanización, como ocurre en la mayoría
de poblados de esta zona).
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BONET.-Fragmento de terracota
Distintos ángulos del rostro de la terracota del Castellet de Bemabé
(T. n.)
LAM. 1
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BONET.-Fragmento de terracota
LAM. 11
A y B: Terracotas procedentes del Santuario de La Serreta (Aicoy) (Museo de Alcoy)
C: Terracota de la necrópolis de Corral de Saus (Mogente) (Museo de Prehistoria de Valencia)
O: Terracota de Ibiza (Museo de Prehistoria de Valencia)
(T. n.)
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HELENA BONET
(Valencia)
FRAGMENTO DE ROSTRO, DE TERRACOT~
PROCEDENTE DEL POBLADO I BERICO
DEL CASTELLET DE BERNABE
(L iria)
El presente trabajo pretende dar a conocer un fragmento de rostro de terracota, hallado en el poblado ibérico del Castellet de Bernabé, tras una prospección llevada a cabo por el Departamento de Arqueología de la Universidad de Valencia, en diciembre de 1974. Dado
el interés de la pieza y a pesar de tratarse de un pequeño fragmento,
n os h a parecido importante dar su noticia, así como la de los materiales hallados en dicho sondeo, que se encuentran hoy depositados en el
Museo de Prehistoria de Valencia.
El yacimiento donde fue encontrada la terracota está situado en
el término municipal de Liria, a seis Km. de Casinos y 500 m. de la carretera de Alcublas, en un pequeño montículo alargado en suave pendiente hacia el Norte y a una altitud de 400 m. sobre el nivel del mar.
Se trata de un núcleo de población de dimensiones reducidas de car acterísticas muy similares al p oblado ibérico de la Rochina ( 1) y que
conserva todavía casi completo el recinto amurallado.
El Castellet de Bernabé forma parte del conjunto de poblados ibéricos de la comarca de Liria, que constituye la ruta natural que va
desde la costa a las tierras del interior (fig. 1). Este tipo de poblamiento ha sido estudiado por M. Gil Mascarell (2) , dando la denominación
de «caseríos» a poblados como Rochina y Castellet de Bernabé, por
una serie de caracteristicas como: sus reducidas dimensiones y el es(1) D. FLETCHER VALLS: «Poblado Ibérico de Rochina•. Atlantls (A.M.S.E.A.E.P.) XV. Madrid,
1940, pág. 125 y SS.
(2) M. G!L-MASC ARELL: •Yacimientos lbéric:>s de la región valenciana. Estudio del poblll!lllento•.
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tar enclavados en cerros de poca altura, sin posibilidades defensivas,
por lo que están rodeados de murallas. Estos caseríos se encuentran
igualmente en el valle de Albaida y alrededores de Játiva y Sagunto, y
suelen ser siempre poblados de época avanzada.
Esta zona, Liria-Casinos, es bien conocida gracias a sus primeros
exploradores, N. P, Gómez Serrano y E. Lluch, referencias verbales de
los hermanos Muñoz y Sagaseta Jarrfn, y, sobre todo, a las numerosas
exploraciones y publicaciones del Servicio de Investigación Prehistórica (3).
\
\
.. '··
Fig. 2.-Distlntas posiciones de la terracota del Ca1tallet de Bemabé.
(T. n.l
La pieza de la que damos noticia constituye la parte central del
rostro de una figura de terracota fracturada horizontalmente por la
mitad (fig. 2 y Lám. I). Mide 8 cm. de alto, 4 cm. de ancho y 0'9 de espesor. La pasta es de arcilla marrón oscura, sin desgrasante aparente,
aunque no parece de calidad muy fina. Está fabricada con molde,
hueca en la parte interna y trab¡;ijada sólo por la parte de delante, como la mayorla de las terracotas.
(3) N. P. GOMEZ SERRANO: •Secdó Antropologi11 i Preb.istOrhu. Aoales del Cent.ro de Cultura Valencillllll, IV, n.o 6-9. Va.lenci11, 1931, plig. 76.
E: PLA BALLESTER: «Actividades del S.I.P.1. Archivo de P.rehlatorla Levantina, II. Valenc!11, 1945,
plig. 361.
D. FLETCBER VALLS: «Exploraciones arqueológicu en la comarca de Casinos~. Trabl\los Vi!rlos del
S. I. P., n.o 10. Valend11, 1947, pégs. 66-87.
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4
H. BONET
En la superficie externa se aprecian restos de decoración. La figura está recubierta de un engobe blanco, obtenido con tierra blancuzca
diluida en forma de barro acuoso (4), sobre el que se han pintado doS
bandas muy fmas de color marrón en la barbilla y otra, casi inapreciable, debajo del ojo derecho.
A pesar de su reducido tamafto, se distingue perfectamente la barbilla, boca, nariz y el inicio de las órbitas oculares. El rostro, de aparente fonna ovalada, presenta una boca pequeña, fruncida, de labios
bastante gruesos. La nariz es recta, fina, sin resaltar las aletas y con
dos orificios pequeños. Por el arranque· de los ojos se puede adivinar
que serían almendrados, pequeños y algo salientes. La barbilla y las
mejillas son redondeadas y carnosas.
Es importante resaltar el aspecto global de la figura, de trazos
sencillos, elegantes y bien moldeados, que le confieren un aire claramente helenizante y de gran belleza.
A la hora de intentar establecer posibles paralelismos, tropezariios
con. dos tipos de dificultades: de un lado, la falta del resto de la pieza
que nos daría una idea sobre el tocado, adornos, etcétera; de otro, el
hecho de que la mayoría de las piezas similares omiten datos sobre su
conte?CtO arqueológico.
El lote rilás importante, en la Península, de figuras de terracotas
está constituida por los exvotos del Santuario de la Serreta de Alcoy.
Vise do (5) distingue dos series, la primera de técnica más rudimentaria y aspecto caricaturesco y la segunda formada por figuras y cabezas de arte más elaborado y bello. Considera las dos series, aunque
muy distintas, .pertenecientes a la misma época (plena romanización,
siglo I), observando "en la segunda influencias de marcado carácter romano. Llobregat (6) dice que son fechables después del siglo III al II, y
da una tipología más variada de influencias: helenísticas, orientales y
romanas.
Hemos seleccionado dos cabezas o bustos depositados en las vitrinas del Museo Arqueológico de Alcoy, que presentan afinidadeS con la
pieza del Castellet de Bernabé. La primera de ellas es un busto femenino {Lám. II, A), de 13'5 cm. de altura, 5'4 de ancho y 0'8 de esp~sor,
hecho de pasta marrón clara, sin desgrasante, y de superficie porosa
(4/ A. BAI.IL: ~Sobre el uso de los protomos femeninos de terracota t~n el mundo griego,. Palma de
Mallorca, 1973, págs. 135-137.
15) c. VISEJJO MOLi'O: «Excav¡wlonas en ol monto de la Serrota de Alcoy 1All~ante)•. M. J. S, E. y
A., n.• 41, Madrid, 192!: n.• 45, Madrid, 1922; n.• 56, Madrid, 1923.
C. VlSEDO y V. PASCUAL PEREZ: •Unos fragmentoB ceréw.icos de la Serrota de Alcop. Trab~os Va·
rios del S.I.P., n.• tO. valencia, 1947, págs. 59-63.
[6) E. LLOBREGAT: •Las relaciones con Ibiza en la prGtobistorla Valencian11. Freblstoria y Arqueologia de las Islas Baleartls>. Vl Symposlum de Prehistoria Penlnsul!U". Barcelona, 1974, págs. 291-320.
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
5
y erosionada. Está fabricada con molde, hueca por detrás. La figura
lleva tOcadO, el cabello le cae hasta los hombros y se pueden ver algo
los adornos del vestido; sin embargo, el mal estado de conservación
no pennite ver claramente los rasgos del rostro. Los ojos son grandes
y están incisos los párpados y pupilas; la nariz, rota, le da un aspecto
aguileño que rompe con su estilo clásico; los labios están muy erosionados.
La segunda figura (Lám. TI, B) es un rostro de 9'9 cm. de altura,
7'4 de ancho y 0'9 de espesor, hecho a molde y hueco por detrás, de
pasta marrón clara y con la superficie externa del rostro llena de concreciones de barro. :La nariz está rota, pero aún se pueden ver los dos
orificios, los ojos almendrados y las cejas son perfectamente apreciables y los rasgos de la boca, a pesar del rictus sonriente, se asemeja en
gran manera a la de nuestra pieza.
Otra terracota de gran interés es una mascarilla hallada recientemente en las excavaciones realizadas por el S. I. P. en la necrópolis
del Corral de Saus (Mogente), y expuesta en el Museo de Prehistoria
de Valencia. La mascarilla (Lám. I1, C), hecha a molde, es de forma
discoidal, y representa un rostro de divinidad femenina. Mide 11 cm.
de diámetro, de pasta marrón clara y superficie grisácea. Presenta
una barbilla un poco saliente, boca fruncida, nariz fina y recta y ojos
salientes algo erosionados. Sabemos, gracias a la amabilidad de J.
Aparicio, que la mascarilla funeraria fue hallada entre los niveles removidos de la necrópolis, por lo que para su cronologia nos tendremos
que limitar al estudio global del yacimiento (7).
En el Museo de Ullastret {8) se encuentran una serie de terracotas
procedentes de dicho poblado, entre las cuales cabe destacar una cabecita de claros rasgos helenísticos (fig. 3). Oliva Prat señala que son
frecuentes las figuritas para ornamento del hogar o de rito funerario;
sin embargo, tampoco disponemos del contexto arqueológico ni del lugar exacto del hallazgo.
(7) D. FLETCHER y E. PLA: •Las escultuns en piedra da El Corral de Sauo. Bellas Artes 74, ado V.
n, 0 36. Madrid, 1974, págs. 38-39.
E. PLA BALLESTER:
E. PLA BALLESTER: eLe necrópolis ibérica con sepultura-de empedrado tumular del Corral de Saus
(Mogenta)o. XIV, C. N. A. (Vitoria, 1975). Zaragoza,· 1977, pégs. 727-738.
D. FLETCBER y E. PLA: cRestos escultóricos da la necrópolis ibérica de Corral de Saus \Mogenta, Valenda)n. Revista de la Univera!dad Complutense, XXV!, n.• 109 (homenaje a Garcia y Bellido, vol. III).
Madrid, 1977, págs. 55-62.
D. FLETCHER: eLe necJ:"ópolis ibérica de Corral de Saus (Mogente, Valencla}J. Folleto publicado por el
S. I, P. Valencia, 1977.
(8) M. OLIVA PRAT:
M. OLIVA PRAT: cUllastret. Guíe de lll8 e:Kcavaclones y su Muaeo•. Diputación PJ:"ovfncial de Gerona,
1970.
- 151 -
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6
H. BONET
Hallamos también claros paralelismos con otro fragmento de cara, procedente del poblado ibérico del Castell (Almenara), y que forma
parte de un pebetero en forma de cabeza femenina (9). Se caracteriza
por una nariz fina, recta, un gran ojo de forma almendrada y boca entrea])ierta. La arcilla es de color amarillenta, depurada y de tacto rugoso. Dim., 69 mm. de altura-y 47 mm. de anchura máxima. E. Sanmartí y F. Gusi la sitúan dentro de los pebeteros del grupo A de la tipologíB. de A. M. Muftoz (lO) y relacionada con e1 área de expansión
catalana-mediterráneo desde el Pirineo al Ebro.
Fig. 3.-Cabecita del poblado da Ullaatret.
(T.
n.J
Dentro de la serie de pebeteros de cabeza femenina, estudiada por
A. M. Muñoz, destacamos uno de A.mpurias (tipo II), de 17 cm. de altura, arcilla fina, nariz recta, ojos grandes y boca ligeramente abierta. Caracteres semejantes muestran otros thymiateria, siempre en relación con modelos griegos helenisticos, que se parecen en muchos
rasgos a la terracota del Castellet de Bernahé. Sin embargo, A. M. Muñoz destaca el grave problema existente entre dichas figuras para distinguir los tipos grequizantes de influencia griega o sicillota, los tipos
(91 E. SANMARTI y F. GUSI: fNuevos materiales procedentes del pobladOJ ibérico del Castell (Almenara)f. Cuadernos de Prehlstorlit Y Arqueologla Castelloneil!le, n.• 2. Castellón, 1976, pága. ·167-170.
(101 A. M. MuftOZ: «Pebeteras ibéricos en forma decabez.a femenina.. Publicaciones eventuales n.•
6 dol Instituto de Arqueologla. de la Universidad. Barcelona, 1963.
-
152 -
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
'
de influencia púnica y el grupo de imitaciones, a lo que habría que
añadir el problema cronológico que supone la larga perduración de
las piezas, desde el siglo IV al II a, C.; E. Llobregat (11) considera la
mayoria de thymiateria de la provincia de Alicante de procedencia
ibicenca, aunque de claro origen greco-siciliota.
El lote de terracotas de Ibiza es un constante tema de estudio,
donde, poco a poco, se van vislumbrando los diferentes estilos e influencias de corrientes helenísticas en el mundo púnico ( 12). En los
últimos años se está dedicando una gran atención a las posibles influencias de dicho mundo púnico en la costa de la Peninsula. E. Llobregat (13) señala cómo se ve en Ibiza un aumento gradual del porcentaje de piezas de influencia griega a partir del siglo VI a. C., siendo
muy alto en los siglos V-IV a. C., influencia que perdurará hasta la
unificación del Mediterráneo por Roma. El enlace entre este mundo
púnico y Grecia serlan Sicilia y Magna Grecia, donde a partir del siglo
IV los coroplastas producirán versiones locales de estilo severo, llegando a ser los centros de mayor producción.
Si comparamos la terracota del Castellet de Bernabé con las figuras de Ibiza, siguiendo la catalogación de M. Tarradell (14), hallaremos mayores afinidades con el segundo grupo caracterizado por ser
bustos femeninos donde pesa menos la tradición púnica y las corrientes griegas son más fuertes, hasta el punto de parecer importaciones.
Dentro de este estilo griego, distingue tres corrientes estéticas: una jónica de tradición arcaica, otra radia y una tercera siciliota-itá1ica, ya
posterior.
De dicha catalogación nos inclinamos por el último grupo para establecer los paralelismos más próximos, y, sobre todo, con las figuras
correspondientes a los números 42 y 52 de la catalogación.
El número 42 es un busto femenino con kalathos, procedente del
Puig dels Molins, de 25 cm. de altura, y que se encuentra en el museo
Arqueológico de Ibiza. La cara, como todo el conjunto, tiene un aspecto muy griego, siendo una de las piezas en que se ve mejor la influen[11) LLOBREGAT; O. c. nota 6.
(12) A. M. EISI; •Le terracote figurate di tipogreco·púnico di Ibiza. Museo de Cau Ferrat a Sitgeso.
Rívista di Studi Fenid, 1973.
J. M. BLAZOUEZ; •Terracotas púnicas de Ibiza>. Rlvista di Studi Fenici, 1973.
M. E. AUBET; •Algunos aspectos sobre iconografla púnica. Representaciones aledas de Tanit». Revis·
ta de la Univ~rsidnd Complutense, vol. XXV. n.• 101 (homenaje a Gardn y Bellido, vol.ll. Madrid, 1974
pá¡¡s. 61-82.
M. TARRADELL; •Figurillas de terracota púnicas de Ibiza•. Barcelona, 1974.
E. JCUKHAN; •Busto femenino de terracota de origen radio en el ajuar de una tumba ibicenca>. Archl
vo España\ de Arqueologla, val. XXX. Madrid, 1957, págs. 3-14.
(131 LLOBREGAT; O. c. nata 6.
[14) TARRADELL: O. c. nota 12, pág. 45.
••
-
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8
H. BONET
cia helenística en una fase más avanzada que en las que reflejan tradición jónica (15). El número 52 es una figura femenina, de pie, de 52
cm. de altura, procedente del Puig deis Molins y depositada en el Museo Arqueológico de Barcelona. El modelo es de clara influencia griega, posiblemente, siciliota.
En el Museo de Prehistoria de Valencia hay una interesante colección de terracotas procedentes de Ibiza, que han sido estudiadas por
C. Picard ( 16). La autora distingue cuatro series principales, agrupadas por afinidades de forma y estilo. De estas series, en el segundo
grupo, denominado bustos, hay una cabeza (n.o 17 de la catalogación,
Lám. II, D) de 11 '3 cm. de altura, que presenta la forma de la cara
ovalada, boca pequeña fruncida, ojos almendrados y nariz recta, aun-
.-------~-------
''
'
Fig. 4.-Planta del poblado ll,el Cutellot do Bernabé. S:. sondeo realizado en 1974.
que muy rota en su extremo. La pasta y superficie son de color beige
claro y de aspecto poroso.
Los materiales de que a continuación vamos a hacer mención fueron hallados junto a la figura de la terracota en un pequeño sondeo
realizado en el lienzo Este de la muralla, derrumbado y destrozado
por buscadores clandestinos en numerosos sitios {fig. 4). El material
fue muy abundante en cerámica, destacando la buena calidad de las
pastas, paredes finas y, sobre todo, la riqueza de fragmentos decorados. La cerámica tosca de pastas oscuras y con abundante desgrasante era mucho más escasa.
(15) TARRADELL: O. c. nota 12, pég. 134.
( 16) C. PICARD: •Figuras de terracota del Museo de Prehistoria de
ria Levantina, XIII. Valencia, 1972, pág. 81.
-
154 -
Valencia~.
Archivo de Prehisto-
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
9
La decoración de fragmentos es siempre de tipo geométrico, a ha-.
se de bandas, círculos, zig-zag, líneas ondulantes, rombos, segmentos,
etcétera (fig. 5). No ha aparecido ningún fragmento de temas florales
o humanos; sin embargo, esto no es significativo, pues la proporción
de estos temas siempre es inferior respecto de los geométricos, máxime si tenemos en cuenta las reducidas dimensiones de la cata.
En cuanto a las fonnas de la cerámica decorada, el estado fragmentado del material no pennite más que la reconstrucción parcial
de Wl kalathos de paredes rectas y decoración geométrica (fig. 6-C).
Otras formas serian: un plato con decoración de bandas en la cara interior y exterior {fig. 6-B), un plato con decoración interior a base de
filetes (Fig. 6-A), un vaso y una copa igualmente decorados con bandas paralelas (fig. 7-A y C) y una posible botella decorada con círculos, bandas y líneas ondulantes (fig. 7-B).
Dentro de la cerámica sin decorar hay que destacar dos bordes de
ánfora, así como formas comunes de tinajas, vasos, platos, copas,
etcétera {fig. 8). De cerámica importada no se encontró nada.
De barro cocido, aparte de la figurita de terracota, se hallaron
una treintena de pondera, todos juntos, más o menos amontonados
(fig. 9). El tamaño medio de las piezas es de 13 x7 x4 cm., de forma
troncopiramidal, de base rectangular y sin presentar ningún tipo de
marca. Junto a estas piezas de telar hay que destacar una fusayola
troncocónica, de cabeza con reborde, decorada con líneas muy finas
entrecruzadas, de color marrón grisáceo; mide 2'5 de alto y 2'5 de
hase (fig. 1O). Es interesante un fragmento cóncavo de exacta pasta a
la de la figura, as! como la superficie, también recubierta de engobe
blanco y con una banda y manchas de color marrón; su estado de
conservación es mejor que el de la figura (fig. 11); este fragmento tiene
un lado romo, sin presentar fractura, por lo que sin lugar a dudas
sería un borde de la figura, aunque no podemos determinar de qué
parte; por el tipo de curvatura podria ser la base o, en el caso de ser
un pebetero, la parte superior.
De todo este material que acompaña la terracota se puede afinnar
con certeza que pertenece al mundo ibérico y a una época ya avanzada. El tipo de kalathos de paredes rectas nos lleva a unas fechas
tardías y con claros paralelismos con otros centros, corno San Miguel
de Liria, Monravana, Serreta, Tossal de Manises, Rochina, dándonos
una fecha de finales del siglo II al I a. C. (17). El tipo de fusayola también se da en poblados de época avanzada, siendo para los yacimien1171 S. NORDSTROM: "La ceramique peinte ilierique de la provine e d" Alicante~. l Act. Universitatis
Stockholmien•is. Stockholm Studies in Classical Arcbaelogy, 1969.
-
155 -
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H. BONET
10
Fig. 5
-
l56
(l/2)
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FRAGMENTO DE TERRACOT!
·_..
A
•
Fig. 6.-A-B: Borde y base de plato.
C: Base de kalathos.
¡¡k,
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Pig. 7.-A: Borde de vaso.
B: Cuerpo de botella.
C: Borde de vaso.
(l/2)
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FRAGMENTO DE TERRACOTA
toS de la primera época más corriente los tipos esféricos y bitroncocónicos acéfalos. Por otro lado, la cerámica decorada con temas geométricos perdura hasta la plena romanización, y el hecho de no haber
aparecido temas florales y humanos ya ha sido explicado en lineas
anteriores.
Es evidente que la terracota, junto con los materiales ya descritos,
apareció «in sitw dentro de tma habitación del poblado, como lo de-
A
'
'
Fig. 8.-A y B: bordes de vasos.
C y D: bordes de ánforas.
E y F: bases.
G: borde de copa.
-
159 -
(1/2)
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.H. BQNET
muestra el marcado carácter doméstico de algunas piezas; pesas de
telar y fusayola.
A. M. Muñoz (18) señala que la aparición de terracotas en las casas es un hecho tardio; en un principio serían de carácter votivo, pero
después fueron empleadas como ornamentos. Por otro lado, Balil (19)
.•
'•
,.
'
'
Fig. 9.-Pesa de telar.
( 1/2)
considera las terracotas de habitación de carácter votivo y que
debían estar concebidas para colgar de la pared.
Nosotros nos encontramos cOn el problema de no poder afirmar
qué tipo de pieza constituía la figura del Castellet de Bernabé, debido
al reducido fragmento que tenernos. El pequeño borde cóncavo. sin
(18!
119)
MU~OZ: O. c. nota 10.
BALIL: O. c. nota 4.
-
!liD -
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FRAGMENTO DE 'TERRAC07A
duda perteneciente al rostro, invalida que sea una mascarilla de col~
gar, pues suelen ser planas y de borde recto. Por otro lado, decir que
la figura pertenece a un thymiaterion, basándonos en el fragmento
mencionado, cmno posibla base o parte superior del kalathos no nos
Fig. 10.-Fusayola decorada.
·..
U/S)
~··
Fig. l l.-Fragmento de terracota.
0/2)
parece razón suficiente, por lo que nos inclinamos a clasificar el ros~
tro del Castellet de Bernahé como una cabeza o busto de carácter voti~
vo. Este tipo de exvotos es muy corriente en los poblados ibéricos,
aunque la vartedad de estilos es muy grande,
.,
- 161 -
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16
H. BONET
En cuanto a los posibles paralelismos, se ha visto que la figurita
muestra afinidades con piezas, todas de carácter helenfstico, y dentro
de esta corriente, con influencias greco-siciliotas o de estilos más
tardíos, helenizantes.
Lo que resulta más dificil de precisar es si se trata de una producción local imitando los modelos clásicos o si es una pieza dé importación. En muchos poblados ibéricos se encuentran imitaciones, sobre
todo, alrededor de los grandes centros como Ampurias, Alicante, etcétera; sin embargo, para poder afirmar esto haría falta un estudio de
las diferentes pastas de las terracotas. De todas formas, el hecho de
que la terracota apareciese con materiales domésticos y en una habitación indica que no es una pieza de envergadura, sino una imagen o
figura de carácter votivo~ornamental de uso privado y que seguramente sería de fabricación local para servir las demandas de la población.
Finalmente, hay que resaltar el hecho de que el contexto arqueológico de la figura nos pennite fecharla con cierta seguridad, ya que
este tipo de poblado y sus materiales nos dan una cronología avanzada (siglo JI-I, o incluso de plena romanización, como ocurre en la mayoría
de poblados de esta zona).
-
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BONET.-Fragmento de terracota
Distintos ángulos del rostro de la terracota del Castellet de Bemabé
(T. n.)
LAM. 1
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BONET.-Fragmento de terracota
LAM. 11
A y B: Terracotas procedentes del Santuario de La Serreta (Aicoy) (Museo de Alcoy)
C: Terracota de la necrópolis de Corral de Saus (Mogente) (Museo de Prehistoria de Valencia)
O: Terracota de Ibiza (Museo de Prehistoria de Valencia)
(T. n.)
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