Ereta del Pedregal. Navarres. 1947
31-08-194712-09-1947
REPETIDO 1944 (INFORME DE EXCAVACIÓN RECOGE TODOS LOS AÑOS)
Es el primer despoblado palafítico explorado en España.
En 1934, con la visita de José Chocomeli a sus fincas en Navarrés, se enteró de hallazgos arqueológicos en la partida de "La Marjal", por lo que solicitó al S.I.P permiso para su excavación. Primero se realizaron catas, para en 1942, junto con E. Pla y el capataz Espí se realizara una primera excavación orientadora ("... amplia zanja exploratoria en el extremo E. de la Ereta").
Cerca de una antigua laguna encontramos "un pequeño altozano de sobre dos hanegadas (16 áreas, 62 centiáreas) (...) debiendo haber sido mayor mayor su elevación y extensión real del habitat. (...) Tras los antes aludidos trabajos preliminares, comenzamos los de la excavación abriendo amplias zanjas paralelas e inmediatas a los bordes E., S. y mitad O. del perfil del campo (...) dejando solo inexplorado el lado N.
En lo excavado no apareció resto alguno de postes o pilotes, tan propio del clásico basamento de las construcciones palafíticas (...) como tampoco, en todo el terreno desmontado, se han visto señales de cabañas ni siquiera de hogares, salvo restos de barro cocho o quemado con improntas de cañas o ramaje (...) como es interesante sentar que en ninguna de las zonas excavadas ha podido apreciarse (salvo una hacha de cobre clavada por el filo) que el material descubierto estuviera en posición normal y corriente, sino como revuelto. Tampoco se han hallado piedras que permitieran suponer colocación intencional, salvo unas cuantas losas puestas horizontalmente (...) como formando una especie de pasadizo.
El material: una mediana hacha plana, de cobre al parecer, perfil tendente a triangular y filo ligeramente exvasado, otra pieza plana de lo mismo casi rectangular, ligeramente afilada en uno de sus bordes, clasificable como una gran azuela, otra hacha plana, de cobre o bronce, de rectangular tamaño, perfil trapezoidal de lados ligeramente ondulados y filo con exvasamiento inicial, dos menudas laminillas triangulares alargadas (posiblemente de puñalitos o cuchillos aunque faltan agujeros para clavillos), una larga aguja, 10 punzones de cobre, restos de laminillas de cobre). En cuanto a los objetos de hueso y asta, encontramos punzones de hueso, algunos cortados por el extremo y otros conservando la articulación a modo de mango. También abundan las espátulas de asta de ciervo o de hueso, muy fragmentadas. Dos ídolos oculados: uno en relieve, sobre media caña longitudinal de un gran candil de ciervo en el que se aprecian restos de pulido; el otro, en hueso largo de extremidad de oveja o cabra, de labor más sencilla e incisa y pulido. Luego se han descubierto otros dos ídolos incompletos. Los objetos de asta presentan un color negruzco avinagrado, mientras que los óseos un tono castaño muy bello por estar en el agua. También se ha de mencionar un tosco ejemplar de arpón de asta de ciervo, roto por el orificio de suspensión y por el arranque de la aleta. Respecto a la cerámica han solido hallarse tiestos dispersos, pocas veces agrupados, en muy mal estado de conservación. Son bastos, a mano, lisos, mal cocidos, la masa con puntos blancos alguna vez brillante y superficie generalmente gris, unas veces negra y otras rojiza o amarillenta, y los tipos predominantes son los cuencos, los tiestos con mamelones. Fragmentos excepcionales: uno negruzco, que lleva cerca del borde trazos incisos en zig zag, otro con huellas de serie de unos como ligeros y estrechos acanalados paralelos que recuerdan el rayado del cardium, otro con impresiones de raíces o brotes, otro con toda la superficie rayada, y un último un fuerte bordón paralelo al próximo borde, con restos de un posible engobe negro. También, una cuchara de rabo corto y un mango ancho y curvado. Además, tres pesas de telar. Se han encontrado también esquirlas de sílex con restos de retoque: discos, raspadores, raederas, perforadores y otros menos determinables. Las puntas de flecha son muy abundantes. También figuran unas piezas de forma lanceolada u ovalar, que dan la impresión de puntas de jabalina o de lanza inacabadas. Respecto al trabajo en piedra, hay que destacar hachas de piedra pulimentada (82), enteras o rotas, en rocas no clasificadas, pocas de tamaño grande. También hay percutores o trituradores, algunos pulimentados. Hay algunas piezas de afiladores, piezas de molino a mano barquiformes, dos posibles fusayolas de piedra, una troncocónica y otra esferoidal. Por último, como objetos de adorno destaca un botón de piedra clara, troncopiramidal, cuadrado y aplanado con perforación en V. Pocas cuentas de collar, de piedra. También hallado un cráneo humano, que parecía puesto in situ.
(La Labor del SIP y su Museo en el pasado año, 1949; 77-83).
Es el primer despoblado palafítico explorado en España.
En 1934, con la visita de José Chocomeli a sus fincas en Navarrés, se enteró de hallazgos arqueológicos en la partida de "La Marjal", por lo que solicitó al S.I.P permiso para su excavación. Primero se realizaron catas, para en 1942, junto con E. Pla y el capataz Espí se realizara una primera excavación orientadora ("... amplia zanja exploratoria en el extremo E. de la Ereta").
Cerca de una antigua laguna encontramos "un pequeño altozano de sobre dos hanegadas (16 áreas, 62 centiáreas) (...) debiendo haber sido mayor mayor su elevación y extensión real del habitat. (...) Tras los antes aludidos trabajos preliminares, comenzamos los de la excavación abriendo amplias zanjas paralelas e inmediatas a los bordes E., S. y mitad O. del perfil del campo (...) dejando solo inexplorado el lado N.
En lo excavado no apareció resto alguno de postes o pilotes, tan propio del clásico basamento de las construcciones palafíticas (...) como tampoco, en todo el terreno desmontado, se han visto señales de cabañas ni siquiera de hogares, salvo restos de barro cocho o quemado con improntas de cañas o ramaje (...) como es interesante sentar que en ninguna de las zonas excavadas ha podido apreciarse (salvo una hacha de cobre clavada por el filo) que el material descubierto estuviera en posición normal y corriente, sino como revuelto. Tampoco se han hallado piedras que permitieran suponer colocación intencional, salvo unas cuantas losas puestas horizontalmente (...) como formando una especie de pasadizo.
El material: una mediana hacha plana, de cobre al parecer, perfil tendente a triangular y filo ligeramente exvasado, otra pieza plana de lo mismo casi rectangular, ligeramente afilada en uno de sus bordes, clasificable como una gran azuela, otra hacha plana, de cobre o bronce, de rectangular tamaño, perfil trapezoidal de lados ligeramente ondulados y filo con exvasamiento inicial, dos menudas laminillas triangulares alargadas (posiblemente de puñalitos o cuchillos aunque faltan agujeros para clavillos), una larga aguja, 10 punzones de cobre, restos de laminillas de cobre). En cuanto a los objetos de hueso y asta, encontramos punzones de hueso, algunos cortados por el extremo y otros conservando la articulación a modo de mango. También abundan las espátulas de asta de ciervo o de hueso, muy fragmentadas. Dos ídolos oculados: uno en relieve, sobre media caña longitudinal de un gran candil de ciervo en el que se aprecian restos de pulido; el otro, en hueso largo de extremidad de oveja o cabra, de labor más sencilla e incisa y pulido. Luego se han descubierto otros dos ídolos incompletos. Los objetos de asta presentan un color negruzco avinagrado, mientras que los óseos un tono castaño muy bello por estar en el agua. También se ha de mencionar un tosco ejemplar de arpón de asta de ciervo, roto por el orificio de suspensión y por el arranque de la aleta. Respecto a la cerámica han solido hallarse tiestos dispersos, pocas veces agrupados, en muy mal estado de conservación. Son bastos, a mano, lisos, mal cocidos, la masa con puntos blancos alguna vez brillante y superficie generalmente gris, unas veces negra y otras rojiza o amarillenta, y los tipos predominantes son los cuencos, los tiestos con mamelones. Fragmentos excepcionales: uno negruzco, que lleva cerca del borde trazos incisos en zig zag, otro con huellas de serie de unos como ligeros y estrechos acanalados paralelos que recuerdan el rayado del cardium, otro con impresiones de raíces o brotes, otro con toda la superficie rayada, y un último un fuerte bordón paralelo al próximo borde, con restos de un posible engobe negro. También, una cuchara de rabo corto y un mango ancho y curvado. Además, tres pesas de telar. Se han encontrado también esquirlas de sílex con restos de retoque: discos, raspadores, raederas, perforadores y otros menos determinables. Las puntas de flecha son muy abundantes. También figuran unas piezas de forma lanceolada u ovalar, que dan la impresión de puntas de jabalina o de lanza inacabadas. Respecto al trabajo en piedra, hay que destacar hachas de piedra pulimentada (82), enteras o rotas, en rocas no clasificadas, pocas de tamaño grande. También hay percutores o trituradores, algunos pulimentados. Hay algunas piezas de afiladores, piezas de molino a mano barquiformes, dos posibles fusayolas de piedra, una troncocónica y otra esferoidal. Por último, como objetos de adorno destaca un botón de piedra clara, troncopiramidal, cuadrado y aplanado con perforación en V. Pocas cuentas de collar, de piedra. También hallado un cráneo humano, que parecía puesto in situ.
(La Labor del SIP y su Museo en el pasado año, 1949; 77-83).