Cova de la Pastora. Alcoi. 1945
1945José Alcácer Grau
Enrique Pla Ballester
Francisco Jordá Cerdá
Enrique Pla Ballester
Francisco Jordá Cerdá
La «Còva de la Pastora», dicha también no sabemos por qué «dels fransesos», se halla a unos siete kilómetros de Alcoy, en su partida del «Regadiu», casi en la cima de un cerrillo cubierto de pinos y encinas, inmediato a la masía de la Pastora.
Don Vicente Pascual y Pérez, dueño de "La Pastora" y terrenos ajenos, inteligente aficionado de estudios arqueológicos realizó una separación de dos metros a base de una línea eje central y otras tres a ella perpendiculares (puede verse las figuras en las páginas 42 y 43 de la Memoria de La Labor del S.I.P.), en las cuales la mitad norte presentó mayor fecundidad.
(...) habiendo numerado D. Vicente Pascual, en su diario, no los restos de sepulturas descubiertos sino los cráneos determinables de cada una, nos vemos en la necesidad de designar cada paquete por sus cráneos, debiendo tenerse para ello en cuenta lo siguiente: que generalmente va un solo cráneo en cada uno, de 24 paquetes de restos (cráneos I, IV a IX, XV a XVIII, XXII a XXIX XXXV a XXXVIII y XLII); figuran dos cráneos en otros (II y III, X y XI, XXX y XXI, XXIII y XXXIV, XXXVIII y XXXIX, XL y XLI, XLIII y XLIV); con tres otras veces (XII, XIII y XIV, y XIX, XX y XXI); y grupo de cinco destrozados, una sola vez (a, b, e, d, r). Así, pues al hacer referencia a cada resto de sepultura, se le precisará por sus cráneos.
(...) los restos humanos se manifiestan en paquetes o bolsadas sobre las que aparecen o aparece el cráneo, no depositado en posición normal, sino dejado caer descuidadamente, de ordinario destrozado, y alguna vez incompleto o representado por algún fragmento importante del mismo. Excepcionalmente al cráneo, o parte de él, no acompaña ningún otro resto, como en los IV, VI, VII y XXXV. También es excepcional que a un cráneo, el XVI, acompañe un esqueleto no articulado pero casi completo.
Igualmente de interés, los restos de enterramientos humanos solían ir mezclados con otros de animales; entre los restos de ofrendas se hallan (...) cuentas de collar de piedra frecuentemente verdosa en forma de oliva o tonelete, de dientes, de vértebras de pescado, tabletas de piedra de piedra agujereadas, tubitos de hueso, conchas con taladro, cipreas, conus y otras semejanzas (...) se saca la impresión de que todos los restos humanos de «La Pastora», son segundos enterramientos de otros anteriores que debieron existir en lugares inmediatos al despoblado correspondiente, punto de eficaz defensa contra violaciones enemigas; primeros enterramientos que, cuando precisaran para otros nuevos, serían desalojados y los restos trasladados a lugares más alejados; formándose así, poco a poco de una vez, estos depósitos de restos humanos destrozados y revueltos, en que en algún caso suele vislumbrarse un especial respeto al cráneo («Camí Real» p. e.) donde los encontramos defendidos por gruesas piedras contra futuras remociones, al depositarse más restos, quedando así paquetes con muestra de ofrendas.
Con respecto al material, se resume en: ídolos oculados, ídolos planos, otro material óseo, puntas de flecha de sílex, puntas de flecha de bronce, cuchillos de sílex, hachas de piedra, cuentas de collar, colgantes, metales, cerámica y, restos humanos.
(La Labor del SIP y su Museo en el pasado año, 1949; 41-45).
Don Vicente Pascual y Pérez, dueño de "La Pastora" y terrenos ajenos, inteligente aficionado de estudios arqueológicos realizó una separación de dos metros a base de una línea eje central y otras tres a ella perpendiculares (puede verse las figuras en las páginas 42 y 43 de la Memoria de La Labor del S.I.P.), en las cuales la mitad norte presentó mayor fecundidad.
(...) habiendo numerado D. Vicente Pascual, en su diario, no los restos de sepulturas descubiertos sino los cráneos determinables de cada una, nos vemos en la necesidad de designar cada paquete por sus cráneos, debiendo tenerse para ello en cuenta lo siguiente: que generalmente va un solo cráneo en cada uno, de 24 paquetes de restos (cráneos I, IV a IX, XV a XVIII, XXII a XXIX XXXV a XXXVIII y XLII); figuran dos cráneos en otros (II y III, X y XI, XXX y XXI, XXIII y XXXIV, XXXVIII y XXXIX, XL y XLI, XLIII y XLIV); con tres otras veces (XII, XIII y XIV, y XIX, XX y XXI); y grupo de cinco destrozados, una sola vez (a, b, e, d, r). Así, pues al hacer referencia a cada resto de sepultura, se le precisará por sus cráneos.
(...) los restos humanos se manifiestan en paquetes o bolsadas sobre las que aparecen o aparece el cráneo, no depositado en posición normal, sino dejado caer descuidadamente, de ordinario destrozado, y alguna vez incompleto o representado por algún fragmento importante del mismo. Excepcionalmente al cráneo, o parte de él, no acompaña ningún otro resto, como en los IV, VI, VII y XXXV. También es excepcional que a un cráneo, el XVI, acompañe un esqueleto no articulado pero casi completo.
Igualmente de interés, los restos de enterramientos humanos solían ir mezclados con otros de animales; entre los restos de ofrendas se hallan (...) cuentas de collar de piedra frecuentemente verdosa en forma de oliva o tonelete, de dientes, de vértebras de pescado, tabletas de piedra de piedra agujereadas, tubitos de hueso, conchas con taladro, cipreas, conus y otras semejanzas (...) se saca la impresión de que todos los restos humanos de «La Pastora», son segundos enterramientos de otros anteriores que debieron existir en lugares inmediatos al despoblado correspondiente, punto de eficaz defensa contra violaciones enemigas; primeros enterramientos que, cuando precisaran para otros nuevos, serían desalojados y los restos trasladados a lugares más alejados; formándose así, poco a poco de una vez, estos depósitos de restos humanos destrozados y revueltos, en que en algún caso suele vislumbrarse un especial respeto al cráneo («Camí Real» p. e.) donde los encontramos defendidos por gruesas piedras contra futuras remociones, al depositarse más restos, quedando así paquetes con muestra de ofrendas.
Con respecto al material, se resume en: ídolos oculados, ídolos planos, otro material óseo, puntas de flecha de sílex, puntas de flecha de bronce, cuchillos de sílex, hachas de piedra, cuentas de collar, colgantes, metales, cerámica y, restos humanos.
(La Labor del SIP y su Museo en el pasado año, 1949; 41-45).