Coveta de l'Or. Beniarrés. 1976
05-08-197625-08-1976José Aparicio Pérez
El plan establecido para la presente campaña tenía por objeto continuar el estudio del sector K. Sin embargo, antes de empezar los trabajos en el mencionado sector K, hubo de dedicarse una especial atención al sector J, pues se observaron en su superficie algunas remociones clandestinas que afectaban a parte del cuadro J-5 y a la pared norte del mismo. Se limpió de nuevo la cuadrícula y se excavó la parte del testigo conservada, protegiendo después los taludes mediante plástico y rellenando las cuadrículas J-4 y J-5. La excavación del testigo se efectuó numerando la totalidad de los materiales y situándolos en los planos en sus tres dimensiones; los materiales de criba se fueron agrupando en capas de cinco centímetros de potencia. Los resultados concuerdan con los del año anterior, pudiéndose considerar los materiales como típicos del Neolítico de las cerámicas impresas, con fragmentos cardiales, decoraciones de cordones y otros sin decorar; en cuanto al sílex, más escaso, predominan las hojas y hojitas. Merece destacarse entre los materiales recuperados de la tierra removida una espátula de hueso, entera y bien conservada.
Con una profundidad variable, se excavaron las cuadrículas K-1, K-2, K-3, K-4, K-8, K-9, K-10, K-15 y K-16. Con el primer problema con el que tropezó fue el de la delimitación del sector B, cata efectuada en la campaña de 1955, rectangular, de 1x3 metros. Su localización presentaba dificultades al estar enmascarada por una notable acumulación de restos modernos con numerosas piedras de gran tamaño y tierras negras. El cribado de éstas proporcionó algunos materiales, en especial cerámicas fragmentadas.
Localizado el sector B, la excavación de las cuadrículas resultó prácticamente estéril hasta sobrepasar el metro de profundidad. La tierra, con numerosas piedras, presentaba bolsadas de distintas coloraciones, destacando la presencia de algunas brechas osíferas, en especial cuando se trataba de bolsadas de tierra roja. Eliminadas estas tierras estériles, se centró la atención en delimitar la extensión de la capa negra, localizada en K-3. Eliminando la tierra pedregosa se consiguió averiguar que se extiende por las cuadrículas K-2, K-3, K-8 y K-9: la separación quedó nítidamente señalada y en su parte superior proporcionó materiales en abundancia. Dado el gran interés que esto tiene, ya que de confirmarse las previsiones tendríase la primera estructura bien localizada del yacimiento, era imprescindible seguir la excavación en extensión levantando simultáneamente las capas de las cuatro cuadrículas afectadas. Con el fin de conocer la potencia de esta capa se procedió a eliminar la tierra roja que la limitaba en el ángulo sureste de K-2, dando una potencia de veinte centímetros como mínimo.
Los materiales recuperados en la parte superior de esta zona de tierras negras eran especialmente de fragmentos de vasos cerámicos sin decorar, de aspecto poco cuidado y de contextura débil, que se deshacen con facilidad; restos óseos y un cuchillo de sílex terminado en frente de raspador y con una longitud de diez centímetros.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1976, pp. 76-77)
Con una profundidad variable, se excavaron las cuadrículas K-1, K-2, K-3, K-4, K-8, K-9, K-10, K-15 y K-16. Con el primer problema con el que tropezó fue el de la delimitación del sector B, cata efectuada en la campaña de 1955, rectangular, de 1x3 metros. Su localización presentaba dificultades al estar enmascarada por una notable acumulación de restos modernos con numerosas piedras de gran tamaño y tierras negras. El cribado de éstas proporcionó algunos materiales, en especial cerámicas fragmentadas.
Localizado el sector B, la excavación de las cuadrículas resultó prácticamente estéril hasta sobrepasar el metro de profundidad. La tierra, con numerosas piedras, presentaba bolsadas de distintas coloraciones, destacando la presencia de algunas brechas osíferas, en especial cuando se trataba de bolsadas de tierra roja. Eliminadas estas tierras estériles, se centró la atención en delimitar la extensión de la capa negra, localizada en K-3. Eliminando la tierra pedregosa se consiguió averiguar que se extiende por las cuadrículas K-2, K-3, K-8 y K-9: la separación quedó nítidamente señalada y en su parte superior proporcionó materiales en abundancia. Dado el gran interés que esto tiene, ya que de confirmarse las previsiones tendríase la primera estructura bien localizada del yacimiento, era imprescindible seguir la excavación en extensión levantando simultáneamente las capas de las cuatro cuadrículas afectadas. Con el fin de conocer la potencia de esta capa se procedió a eliminar la tierra roja que la limitaba en el ángulo sureste de K-2, dando una potencia de veinte centímetros como mínimo.
Los materiales recuperados en la parte superior de esta zona de tierras negras eran especialmente de fragmentos de vasos cerámicos sin decorar, de aspecto poco cuidado y de contextura débil, que se deshacen con facilidad; restos óseos y un cuchillo de sílex terminado en frente de raspador y con una longitud de diez centímetros.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1976, pp. 76-77)