Cova del Volcán del Faro. Cullera. 1972
03-07-197226-08-1972
En esta campaña realizada entre el 3 de julio y el 26 de agosto de 1972 se reanudaron os trabajos en el sector A, donde quedaron interrumpidos el año anterior, levantándose los estratos a partir de la capa 24 y tras nivelar las zonas reservadas como taludes-testigos, que peligraban a consecuencia de su extrema fragilidad debido a lo deleznable de las tierras y la existencia de gruesos bloques de piedra. se excavó hasta levantar la capa 30 en toda la superficie, llegando a una profundidad entre los 4,5 y 4,75 metros.
Los colores y contexturas de la tierra vienen teniendo aspecto y tonalidades semejantes a las capas superiores, aunque hay cierta tendencia a aumentar el número de bloques de piedra, de tamaño mediano, desprendidos de la bóveda, los cuales, sin embargo escasean junto a la roca del abrigo, en donde por el contrario se encuentran los hogares, que mantuvieron sus sucesivas estructuras hasta desaparecer en la capa 30.
El material encontrado, ya sea lítico u óseo ha ido disminuyendo sensiblemente en proporción directa a la intensidad y extensión del hogar, de la cantidad de útiles y restos de fauna, de la cantidad de útiles y restos de fauna. por el contrario, la calidad de las piezas se ha mantenido o incluso mejorado en algunas piezas líticas de excelente factura. Debe destacarse, como pieza excepcional, una excelente punta de flecha pedunculada, con alargada y finísima punta y retoques laminares faciales en ambas caras, cuya forma y factura inclinan a adscribirla al Solutrense, mientras que el contexto arqueológico, la profundidad del estrato en que se halló y su propio aspecto evolucionado permiten mantener su filiación magdaleniense
(La Labor del SIP y su Museo en el pasado año 1974, p. 99).
Los colores y contexturas de la tierra vienen teniendo aspecto y tonalidades semejantes a las capas superiores, aunque hay cierta tendencia a aumentar el número de bloques de piedra, de tamaño mediano, desprendidos de la bóveda, los cuales, sin embargo escasean junto a la roca del abrigo, en donde por el contrario se encuentran los hogares, que mantuvieron sus sucesivas estructuras hasta desaparecer en la capa 30.
El material encontrado, ya sea lítico u óseo ha ido disminuyendo sensiblemente en proporción directa a la intensidad y extensión del hogar, de la cantidad de útiles y restos de fauna, de la cantidad de útiles y restos de fauna. por el contrario, la calidad de las piezas se ha mantenido o incluso mejorado en algunas piezas líticas de excelente factura. Debe destacarse, como pieza excepcional, una excelente punta de flecha pedunculada, con alargada y finísima punta y retoques laminares faciales en ambas caras, cuya forma y factura inclinan a adscribirla al Solutrense, mientras que el contexto arqueológico, la profundidad del estrato en que se halló y su propio aspecto evolucionado permiten mantener su filiación magdaleniense
(La Labor del SIP y su Museo en el pasado año 1974, p. 99).