Barranc Fondo. Xàtiva. 1970
20-03-197026-03-1970
Esta cueva era conocida por el S. I. P. desde hace ya muchos años, pues en la obra de Almarche "La cultura ibérica en el antiguo Reino de Valencia", editada en 1918, se señala ya la existencia de cerámica ibérica pintada, sin especificar si era de la cueva o del barranco que corre por las vertientes del Castillo, pero indicando que el erudito setabense, prospector del castillo, y de la cueva, don Buenaventura Pascual, había regalado una buena cantidad de fragmentos cerámicos al museíllo que tenía la Juventud Católica de Játiva. En este museo de la "Academia Científica y Literaria de la Juventud Católica", don Manuel González Simancas vio, al visitar dicha ciudad con la finalidad de redactar el Catálogo Monumental de la Provincia de Valencia, cuyo texto se halla todavía inédito, "huesos de animales y algunos humanos, una punta de lanza de pedernal negruzco, un punzón de hueso, cerámica ruda, con pezones y labores de punzón, un fragmento de copa ibérica de barro negro y fragmentos de vasos pintados", todo procedente del citado yacimiento, que por lo tanto tenía una perduración superior a la que en principio se ha dicho, desde un Eneolítico o comienzo de la Edad del Bronce hasta tiempos preromanos.
Recientemente unos prospectores de yacimientos de caolín realizaron unas excavaciones en el interior de la cueva, amenazando la destrucción del yacimiento arqueológico, por lo que, conocedor el Servicio de Investigación Prehistórica de tal peligro, envió una comisión para que informara de los hechos. Realizada la visita el día 7 de enero, se recogieron abundantes restos de vasijas y piezas de sílex que se hallaban mezcladas y revueltas entre la tierra que los prospectores de caolín habían extraído y amontonado a la entrada de la cueva. Entre los materiales entonces recogidos se ha de destacar: abundantes fragmentos de cerámica lisa y decorada, hecha a mano, con gránulos desgrasantes en la masa, de muy buena calidad, algunos de los cuales llevaban una decoración cardial y punteada; fragmentos de vasijas ibéricas; buries raspadores, cuchillos y lascas de sílex y, además, el extremo de un punzón de hueso y un fragmento al parecer de brazalete de arquero de piedra. De esta visita se dedujo la necesidad de efectuar algunos trabajos de urgencia que remediaran un tanto los perjuicios causados por los buscadores de caolín. Por ello, la campaña de excavaciones que reseñamos se redujo al cribado de las tierras extraídas de la cueva y amontonadas en su entrada, así como de la tierra suelta y revuelta que se habían dejado en su interior. De este cribado de tierras se logró un buen lote de objetos de piedra, cerámica y hueso: cerámica decorada mediante impresiones (incisiones, ungulaciones, cardial, etc.), cantos rodados, punzones de hueso, una ciprea horadada, restos de ocre, huesos trabajados, abundante fauna, brazaletes de piedra, etcétera. De sílex se contaron 1.041 ejemplares, de ellos 89 piezas identificables, principalmente raspadores diminutos, hojas de dorso rebajado y otras pequeñas piezas que dan un carácter mesolítico a parte del material, frente al indudable neolitismo del resto.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1970, pp.116-117)
Recientemente unos prospectores de yacimientos de caolín realizaron unas excavaciones en el interior de la cueva, amenazando la destrucción del yacimiento arqueológico, por lo que, conocedor el Servicio de Investigación Prehistórica de tal peligro, envió una comisión para que informara de los hechos. Realizada la visita el día 7 de enero, se recogieron abundantes restos de vasijas y piezas de sílex que se hallaban mezcladas y revueltas entre la tierra que los prospectores de caolín habían extraído y amontonado a la entrada de la cueva. Entre los materiales entonces recogidos se ha de destacar: abundantes fragmentos de cerámica lisa y decorada, hecha a mano, con gránulos desgrasantes en la masa, de muy buena calidad, algunos de los cuales llevaban una decoración cardial y punteada; fragmentos de vasijas ibéricas; buries raspadores, cuchillos y lascas de sílex y, además, el extremo de un punzón de hueso y un fragmento al parecer de brazalete de arquero de piedra. De esta visita se dedujo la necesidad de efectuar algunos trabajos de urgencia que remediaran un tanto los perjuicios causados por los buscadores de caolín. Por ello, la campaña de excavaciones que reseñamos se redujo al cribado de las tierras extraídas de la cueva y amontonadas en su entrada, así como de la tierra suelta y revuelta que se habían dejado en su interior. De este cribado de tierras se logró un buen lote de objetos de piedra, cerámica y hueso: cerámica decorada mediante impresiones (incisiones, ungulaciones, cardial, etc.), cantos rodados, punzones de hueso, una ciprea horadada, restos de ocre, huesos trabajados, abundante fauna, brazaletes de piedra, etcétera. De sílex se contaron 1.041 ejemplares, de ellos 89 piezas identificables, principalmente raspadores diminutos, hojas de dorso rebajado y otras pequeñas piezas que dan un carácter mesolítico a parte del material, frente al indudable neolitismo del resto.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1970, pp.116-117)