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E. GUITER
(Perpignan)
Toponimia vasca de los Pirineos Orientales
La cubierta del tomo JI de la Geografía histórica de la lengua vasca
(colección Auñamendi, 14) lleva un mapa multicolor con la leyenda «Euskalerri en la época romana».
En su extensión vertical, el mapa abarca todo el territorio entre
Garona y Montes de Oca; pero, al oriente, se para bastante lejos del
Mediterráneo, en los alrededores de Andorra.
Claro que los delineadores de aquella frontera oriental se acordaron
del mapa junto a un artículo, ya bastante viejo, de Menéndez Pida!
(Revista de Filología Española, 1918, V. 225) : «l-Iay que suponer, decía
aquél, que los cerretanos occidentales que poblaban los valles del Noguera,
y los ilergetes septentrionales que poseían el territorio de Benabarre,
hablaban una lengua muy afín a sus vecinos los vascones. Entonces,
como no es de presumir que los cerretanos orientales del río Llobregat
o los ilergetes meridionales de hacia las ciudades de Huesca y Lérida
hablasen lengua diversa, cabe preguntar por qué no hallamos entre ellos
una toponimia igual a la de la región pirenáica que va desde Navarra
al Noguera Pallaresa. Sin duda que esta acumulación de nombres toponímicos vascos en el Pirineo hasta el Noguera no revela distinta nomenclatura primitiva, sino que es efecto sólo de una más tardía romanización ... :..
Esta más tardía romanización, Menéndez Pidal la sitúa hacia los
siglos VI-VII, fecha muy discutida por autores posteriores. En su comunicación al VI Congreso Internacional de Onomástica (1958, I, 118), J.
Coromines piensa «que Menéndez Pidal n'a pas été assez hardi lorsqu'il
a cru que la romanisation n'en fut pas postérieure a une date autour de
I'année 600; cette romanisation aurait envahi alors le Pallars et tout
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E . GUITER
le Haut Aragon, jusqu'aux limites présentes de la Navarre, tandis que
dans la zone au S.-O. du Pays Basque, entre la Rioja et Burgos, méme
jusqu'au S.-K de cette ville, le basque a prédominé jusqu'au Xeme
siecle et n'était pas encore tout a fait éteint au XIII. Or il semble bien
que ce manque de synchronie entre les frontieres E et S.-O. du basque
est tres exagéré, et que le basque des Pyrénées centrales a aussi survécu
en partie jusqu'a la moitié du Moyen Age:..
Tres años antes, Ramon d' Abada! había publicado el volumen III de
su Catalunya Carolingia (Pallars i Ribagor~a) donde escribía (1955,
III, 48*): .:el canvi essencial de !'estructura espiritual del país, com
ht m dit, fou !'obra d'aquesta cristianització més que de romanització
i la cristianització s'allarga molt, intensificant-se i expandint-se cap a
les regions altes en J'epoca visigotica, per a completar-se en els temps
carolingis que estem estudiant. Paral.lelament es degué anar fent una
transformació lingüística fins al punt que, sempre en les altes regions,
és possible que es saltés de !'euscar al catala sense la fase intermedia
de llatinització».
Además de esta crítica en el tiempo, quisiéramos añadir una crítica
m el espacio. Hablando de las fuentes del río Llobregat o de Lérida,
Menéndez Pida! se queja que no se halle entre ellas «Una toponimia igual
a la de la región pirenáica que va desde Navarra al Noguera-Pallaresa».
Pues tal toponimia todavía se encuentra cuando nos adelantamos mucho
más hacia el oriente, hasta el Mediterráneo.
Siempre dedicamos una atención particular al rincón de tierra donde
nacimos y vivimos. En el cuadro geográfico del A. L. P. O. (Atlas Linguistique des Pyrénées orientales, 1966, Centre National de la Recherche
Scientifique, París), estudiamos la lengua y los límites dialectales; también consagramos varios artículos toponímicos a esta misma zona que
podemos situar aproximadamente desde Narbona hasta Gerona y desde
Andorra hasta el mar, sea el «département des Pyrénées-Orientales»,
parte del .:département de 1' Aude» parte de la provincia de Gerona, Andorra, el rincón sudeste del «département de l' Ariege» y el rincón nordeste de la provincia de Lérida.
Pero no hay que perder de vista que los topónimos son palabras vivas,
como las otras palabras de la lengua, y que tuvieron que sufrir los accidentes fonéticos propios de la lengua común. Por eso, no parecerá
inútil, antes de todo, recordar algunas peculiaridades de la evolución
fonética catalana.
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X
X
En el artículo recordado más arriba, Menéndez Pidal enseña, con
el ejemplo de la evolución navarro-aragonesa de los adjetivos berri y
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TOPONIMIA VASCA
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gorri, que la e y la o del vascuence tuvieron en aquellas regiones el
mismo tratamiento que la e y la o breves del latín. Pudimos manifestar
(Vocalisme des toponymes préromans sur· les Pyrén ées ori en tales, IX
Congreso Internacional de Onomástica, 1966, 252) que tal tratamiento
es general en la zona nuestra, y que todas las vocales del vascuence, sin
excepción ninguna, tienen un tratamiento de vocal breve latina.
Las a larga y breve del latín se habían confundido en romance, de
tal modo que podemos proporcionar ejemplos sin preocuparnos de la
cantidad latina. Regularmente las a latinas subsisten sin modificación en
catalán (patre > par e) , pero a + y > e (basiu > * baysu > bes; factu > * faytu > [ et) , y a+ w > o (causa > cosa).
La e breve del latín acaba en e cerrada (pede > peu), pero e + y > i
(m ediu > * mieydiu > mig; pectu > * pieytu >- pit) .
La i breve del latín da una e abierta del catalán (pilu > pel), pero
+y
cam i si a > camisa).
La o breve del latín acaba en o abierta (mola > mola), pero o + y > u
(podiu > * puoydi u > pnig; coxa > * cuoysa > cuixa) .
La u breve del latín tiene por resultado una o cerrada (lupu > llop)
pero u + y > u (pluvia > pluia; pugnu > * puynu > puny).
i
= i (uitreu
> vidr e;
En posición átona, la a y la e se confunden en vocal neutra, la o y
la u, en u.
En cuanto al consonantismo no podemos recordar más que algunos
rasgos característicos del catalán :
Palatalización ele toda l inicial (lupu > llop; luna > lluna).
Conservación de la l implosiva (alteru > altre, multa > molta).
Palatización de la s al contacto de un elemento palatal, más frecuente
que en castellano (bassiare > baixar cbajar~, capsa > caixa .:caja»,
examen > eixam «enjambre:., pisce > peix «peZ», mustea > moixa
.:moza»).
Caída de la z románica heredera del latín k ( + e, i), ty, d y s (racimu > ratm «racimo», satione > saó «sazón», sudare > suar csudan,
resina > retna «resina:.). Al norte del límite del catalán, el lenguadociano presenta las mismas palabras bajo la forma razim, sazon, süzar,
rezina.
P alatalización de las oclusivas sonoras seguidas de y y de la misma yod,
a.fricadas sordas en fin de palabra, fricativas sonoras en posición intervocálica (rub eu > roig «roio», rubea > roia «roia » ; uideo > veig «veo »;
r adiare > raiar «rayar»; exagiu > assai g «ensayo»; fagea > faia
«haya» ; maiu > maig «mayo», maiore > major «mayor»).
Reducción de los grupos primarios mb y nd (lumbu > llom «lomo»,
mandare > manar «mandan).
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E. GUITER
A estos elementos de fonética románica, hay que añadir pocos otros
de fonética vasca :
Rotacismo de la l intervocálica (ili > íri).
Caída de la n intervocálica (anate > ate).
Aspiración (y caída) de algunos k iniciales C' karri ). ha1·ri) .
Sonorización de las oclusivas sordas iniciales (catena > gatea «Cadena»).
Confusión de m, b y p (molínu > Borin, Pentacosta >- Mendekoste).
Recordando estas evoluciones sencillas, podemos dar cuenta de bastantes topónimos de los Pirineos mediterráneos; los testimonios antiguos que
presentaremos, salen de las fuentes siguientes: P. PUJOL, L'acte de
consagració i dotació de la catedral d'Urgell. Estudis Románics, 1917;
R . d'ABADAL, Els diplomes carolingis a Cataluya, II.• part, 1950;
B. ALART, Documents de l'histoire du Roussillon, 4 vol. manuscritos de
la Bibl. Munic. de Perpiñán; y también Marca hispánica.
I
EL SUFIJO -EGI
Un elemento importante de la toponimia vasca es el sufijo -egi. Cuando
este sufijo se presentaba bajo la forma determinada -egia el vocablo se
introducía sin problemas en la primera declinación latina. Pero cuando
se presentaba bajo la forma indeterminada, la adición de una vocal temática u permitía su introducción en la segunda declinación (-egiu).
Partiendo de -egia, se puede esperar el catalán -eia:
Osseia (municipio, Pyr. Or.) : Olcegia (839, 982, 1265), Ulceia (947, 1160),
Olceia (1011, 1189, 1193), Oceia (1040), Oce:ja (1303, 1354).
Sane:ia (aldea del municipio de Guils, Gerona) : Exenegia (839; 1011),
Exenega (S. XII).
Sarefa (aldea del municipio de Llivia, Gerona) : Ce1·eia (1040), Ceretgia
(1693), Sareya (S. XVII), Sere:ia (1702).
Y partiendo de -egiu (o también -egi) se puede espetar -eig:
Enveig (municipio, Pyr. Or.) : Euegi (839, 1034, 1039), Uilla Enuegio,
Euei (958), Eueg (1009, 1095, 1100, 1102), Eueig (1011, 1028, 1034,
1039, 1091), Enueig (1012, 1014, 1212), etc ...
Con la evolución propia del lenguadociano, podemos añadir:
Arieja (fr. Ariege, río y départemento): flum en ATegiae (1034).
Pero si el sufijo -egi va junto a un tema terminado con una vocal,
el hiato provoca la cerrazón de la e en y, y ocasiona la aparición de una i o
una u según la vocal precedente sea palatal o velar:
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TOPONIMIA VASCA
5
Adesig (río de Sorniá, Pyr. Or.) : flumen de Adadig (1142).
lllolig (municipio, Pyr. Or.): Valle Molegiga (845), Valle Molegica (950,
1024), terminum de Molegio (985, 1011, 1024), Moligio (985, 1435,
1437), Molitg (1003), Molig (1009, 1035,1095, 1385).
Polig (aldea del municipio de Cameles, Pyr. Or.) : Pulig (983).
Aguja (Sant Aniol d', aldea del municipio de Bassegoda, Gerona): Vallem
Agogiam (871, 872) .
Barguja (aldea del municipio de Toloriu, Lérida) : Barguia (839), Bargogia (906).
Costuja (municipio, Pyr. Or.) : Custogia (936), Costoia (936, 979) Costoga
(982, 993, 1395), Custuia (988), Custoia. (990, 1142), Custoga (993),
Custodia (1011, 1158, 1159, 1169, 1169, 1280).
Estaüja (sitio y río del municipio de Estavar, Pyr. Or.): Estauga (S. XII).
Gorguja (aldea del municipio de Llivia, Gerona) : Curcuga (879), Gurguia
(1063, 1086), Gorguja (S. XIII).
Naüja (municipio, Pyr. Or.) : Ana(h)ugia (839, 1183, 1225, 1265, 1318),
Ana(h)uga (1011, 1084, 1166, 1184, 1192, 1271, 1272), Anauia (1030,
1168, 1171, 1174, 1203, 1210, 1265, 1272), Nauia (1151, 1157, 1234,
1272, 1393), Nahugia (1279), Nauga (1308).
Toluges (municipio, Pyr. Or.) : Tulogias (908), Tologias (951), Tuluges
(1030, 1091, 1146, 1153, 1354), Toluges (1119, 1305, 1391>), Toloias
(1112), Tulugias (1128, 1201, 1211), Tholugias (1435).
Nos contentamos aquí con la comunidad de sufijo -egi, prescindiendo
del sentido de los radicales toponímicos. Sólo llamaremos la atención
sobre la aparición tardía de la forma custodia, latinización percorr.ecta
de un vocablo de raíz kus «Ver»: Costuja se encuentra en un JJUeFto de
las Alberas con una vista muy extendida sobre los valles vecinos.
II
TOPóNIMOS HIDRICOS
Aunque no sean hidrónimos, algunos topónimos tienen relaciones estrechas con el agua y otras nociones del mismo campo semántico.
Por tanto aunque no sepa mucho vascuence, el curioso no deja de
quedar impresionado por el nombre del pueblo de Ur (municipio, Pyr. Or.),
el mismo nombre del agua en vascuence. Pero, según dijimos más arriba,
de vasc. ur sólo podríamos esperar catal. * or; para llegar a ur, necesitamos la presencia de una yod en la palabra originaria. Los testimonios
antiguos nos manifiestan la existencia de una forma Uri, que, con una
vocal temática -u, basta para explicar la cerrazón de la inicial:
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G
E. GUITER
Ur (839, 1011, 1150, 1160, 1174, 1265, 1303, 1318, 1414), Hur (839, 1067),
Uri (948, 958, 966).
Pensamos que hay que asociar al nombre de Ur el del río que pasa
por el pueblo, el Araur: riuolum quae decurrit de uilla Uri (958); y también algunos otros topónimos:
Urtx (municipio, Gerona) : Urg (1119, 1151, 1308), Urx (1342).
Urús (municipio, Gerona) : Oru.z (839, 985), Oruzc (839), Orucio (937),
Orutio (965), Orutz (985), 01·uc (1011).
Urgell (La Seo de, municipio, Lérida) : Orgellis (792), Oriello (820), Orgello (835, 839), Origello (888), Urgell (925), Urgello (983, 1000, 1050) .
Otro formante hídrico es el nombre de la «fuente» iturri. Con una s
románica de plural, ha dado su apelativo a:
Dorres (municipio, Pyr. Or.) : Edo1·s (1011, 1072), Edorres (1163, 1263,
1267, 1304), Edorrs (1265, 1267), Dorres (1330, 1397, 1414).
Iturri también se encuentra en el vocablo Andorra, que siempre presenta la misma forma desde su primera atestación (839), y tuvimos ocasión de establecerlo (Essais d'étymologie toponymique dans la région
pyrénéo-méditerranéenne: VIII Congreso Internacional de Onomástica,
1963, 213). Ya dijimos que en catalán los grupos primarios nd se reducen
a n: unda > ona, rotunda >. rodana, y pasa lo mismo en toponimia:
Expondeliano > Esponellá, Valle Fecunda . > Vallfogona, etc ... Cuando
se encuentra un grupo nd se puede afirmar que es secundario: sem ( i) ta
> senda, lim(i)tare > llindar, y, en toponimia, Baiamite > Bajande,
Canetellu > Candell, etc ... De esto inducimos que el grupo nd de Andorra
no puede ser primario, y que hay que postular una forma más antigua
* Ameturra. Este término se explicaría muy bien por un Ama-iturr-a,
sea «la fuente-madre» porque en Andorra se van juntando los dos ríos
Valira, sea «la diez-fuentes» porque, en el territorio de la parroquia de
Andorra, el Valira recibe diez fuentes, diez afluentes laterales pequeños.
En un rincón de la Costa Brava, muy cerca de Gerona, encontramos
el pueblo de Begur (escrito a veces Bagur por confusión de la e y de la a
átonas). Sólo conocemos una atestación de él en Marca: ipsum castrum
de Begur (1056). El vocablo Begur no deja de recordarnos los Baigur o
Bigu1·, formas romanzadas citadas por Caro Baroja (Materiales para una
historia de la lengua vasca en su relación con la latina, p. 124) en representación del Baigorri de Baja Navarra. Fonéticamente la evolución de
Baigorri(u) a Begur resulta perfecta. Semánticamente, bastará recordar
lo que dice José Pla, describiendo Begur (Guía de la Costa Brava): «La
peña tiene un color gris de sombra tocado por un hálito ferruginoso».
Se trata de uno de aquellos numerosos «Llobregat» (rubricatu) catalanes,
pero que conservó su forma .prerrománica de ibai gorri.
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TOPONIMIA VASCA
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Otro rastro de ibai, lo hallamos en el nombre de una aldea del municipio de Estavar (Pyr. Or.):
Bajande: Baiarnite (839), Ba:iarnde (839, 1263), Baiande (1011, 1034,
1265, 1267, 1268), Baianda (1025, 1030, 1163, 1245, 1285, 1555),
Vaiande (1033), Bayande (1303, 1311), Bayanda (1313, 1347, 1395),
Bajanda (1424, 1540).
Creemos que se trata del equivalente de un (i) baia bide «Camino
del río», sobre el cual volveremos.
A ibai se refiere también el nombre del municipio de Bages (Pyr. Or.)
con una s de plural románico: Baias (922, 960, 1133), Bages (931, 981,
1129, 1142, 1145, 1148).
El nombre de la vega, ibar, será el primero elemento de Barguia, ya
citado más arriba, y que puede representar (i)bat·koegia «el sitio de la
vega».
III
TOPONIMOS RELACIONADOS CON EL RELIEVE
Una base kan (vasc.: gan/gain) va asociada a las nociones de «altura,
cumbre, cima, elevación».
La encontramos en el nombre del Canigó (Pyr. Or.): Canigone (875,
937, 950, etc ... ). Este monte culmina a 2.785 metros en las inmediaciones
de la llanura litoral, que llega a unos diez kilómetros de su cima; por eso
se consideró mucho tiempo como el pico más alto de los Pirineos. Se
piensa al vascuence ganeko «de encima, superior».
Los topónimos catalanes de Canet no se refieren a canna «caña»,
porque en ton ces presentarían una ñ en vez de n. Se trata de muelles
bastante altos con respecto a los alrededores. Tal es el caso de Canet
(municipio, Pyr. Or.) : uila Kanedo (1016), Canet (1029), Caneto (1041),
Caned (1087), Kaned (1091) ...
Candell (aldea del municipio de Caixás, Pyr. Or.): Canetellu (845) , Candello (872), Candel (1172) ... es un diminutivo del precedente.
Cánoa (municipio de Prada, Pyr. Or.) : Kanoas (843), Canoua (951), Canoa
(985, 1011, 1119) y Canoes (municipio, Pyr. Or) : Kanoas (1036),
Canous (1090), Canoas (1102, 1119), Canoes (1146, 1305, 1395) son
un mismo vocablo en singular y en plural. En cuanto a la situación,
recordemos lo que dice Pierre Vida! (Guide Historique des PyrénéesOrientales): «La route monte ensuite et contourne le gros promon-25733
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E. GUITER
toire qui cache la vallée de la Castellane. Cette partie du territoire
s'appelle Canoues».
La parroquia andorrana de Canillo (Kanillaue en 839) está al pie del
Port d'Envalira (2.407 metros) que permite un paso difícil hacia el valle
del Ariege. La sílaba final puede ser be «bajo».
El municipio de Canavelles (Pyr. Or.) viene citado bajo la forma
Canauella en 847, 864, 868, 871, 874, 878, 958, etc ... Canavella también es
el nombre de un monte del municipio de Les Illes (Pyr. Or.); la segunda
parte de la palabra podría relacionarse con beltz «negro» : la situación
de los dos topónimos traería una justificación semántica.
La base karri (vasc. (h)arri «piedra») interviene en el nombre del
Carlit (2.921 m.) cima pedregosa (Pyr. Or.); de Carcolze (Castellnou de,
aldea del municipio de Aristot, Lérida: Karchobite (839) ; de Cara.many
(municipio, Pyr. Or.); de Caramat (Odello de, aldea del municipio de
Real, Pyr. Or.) : Odelonem de Cheroramatum (1011).
Las formas determinada karria o tematizada karriu han dado los
numerosos Quera, Queres, Quer, Quers (Kairum en 878, ipsa Caira en
936, Chera en 1168 ... ). Hay que añadir Valldequers (municipio de Prats
de Molló, Pyr. Or.) Dosquers (municipio, Gerona), Saquera (municipio
de Trevillac, Pyr. Or.), Queralbs (municipio, Gerona), Bolquera (municipio, Pyr. Or.), Querroig (municipio de Banyuls, Pyr. Or.).
Querol (aldea del municipio de Porta, Pyr. Or.) es un diminutivo
románico del precedente; el femenino, Queroles se encuentra en el municipio de Merens (Ariege).
La base bulu (vasc. buru «cabeza, cima») aparece en los sitios de
donde sale una grupa montafiosa:
Bolvir (municipio, Gerona) : Buluer (925), Vuluerri (937), Boluir (953),
Voluir (958), Buluir (985), Vuluin·i (1011), etc. se trata de un bul(u)berri-u con vocal final temática.
Bolquera (municipio, Pyr. Or.) : Bolcharia (876), Bolearía (937), Vulcaria
(965, 985, 1011), etc ... Viene de bul(u)-karri-a.
Bolós (municipio de Freixanet, Gerona) : Bolosso (979).
El Voló (en francés «Le Boulou», municipio, Pyr. Or.) Volono (926),
Volum (976), Volone (976), Volo (976, 1172, 1292), etc ...
El vascuence azpe «bajo la peña», tan frecuente en toponimia vasca,
se encuentra dos veces, quizá con el sufijo -iri:
Vallespir (comarca, Pyr. Or.): Valle Asperi (814, 833, 876, 925, 968,
1090), Valle Asperii (817), Vallespirii (965, 1090).
Espirá de Conflent (municipio, Pyr. Or.): Asperi (953, 974, 981), Aspirano (1003, 1009, 1011). La última forma será análoga de los topónimos en -anu, muy numerosos en el Conflent.
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TOPONlMIA VASCA
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IV
LOS SITIOS DEL «CAMINO»
El nombre vasco de camino, bide, desempeña un papel importante en
toponimia, sea como primer elemento de compuesto (tipo Bidegain «cumbre del caminO>>), sea como segundo (tipo Itu-rbide «Camino de la fuente»).
Nosotros lo encontramos con una dental intervocálica sorda, bite.
Es primer elemento en Biterri, que ha dado el nombre de la aldea de
Beders (municipio de Bellver, Lérida): Biteris (839), Beders (839, 890).
Baders (890); y también, mucho más al noreste, el de la importante
ciudad de Bézie1·s (Hérault). Una denominación de «pueblo del camino»
conviene perfectamente a B éziers, que sigue siendo un nudo de comunicaciones; pero también al humilde Beders situado en una encrucijada
de los caminos que tiran hacia Cerdaña, Baridán y Berguedán.
Bite es segundo elemento en Karkobite, Olorbite y Baiamite, este
último, resultado probi1.blc de la disimilación de un más antiguo *baiabite.
Ka1·chobite (839) se presenta como primera atestación de Castellnou
de Carcolze, ya citado a propósito de karri. El paso de Ka1·chobite a
Carcolze se explica muy bien fonéticamente con los intermediarios de
Charcoude (839) y Ca1·colde (964). Falsas regresiones de w implosiva a l
son cosas bastante frecuentes en catalán: malhabitu > malaut >
malalt; gabata > uauta > galta; Palatiu Dani > Palauda > Palaldá.;
etc ... Semánticamente (h)a'rrikobide «Camino de piedra» es un nombre
muy conveniente para un lugar situado entre el río Segre y las montañas
de Andorra, en un conjunto peñascoso imponente.
Olorbite (839) es la primera atestación de Olopte (aldea del municipio
de Isóbol, Gerona), mudado en Olorbde (s. XII) y en Olopde (1342).
La explicación de este vocablo es más difícil. Suerte que una evolución
de topónimo románico (Secundinianu > Segodiniano > Segdiniano >
Se'rdinyá) nos enseña que una r implosiva puede venir en representación
de una k antigua. Así podemos entender Olorbite como el equivalente de
un vasco moderno orokobide o orukobide.
Hemos dado más arriba las atestaciones y explicaciones relativas a
Baiamite, entendido como «Camino del río», sitio donde el Segre, pasado
Sallagosa, deja la dirección noreste, que seguía desde su fuente, y empieza
a correr hacia el sudeste.
X
X
X
Para no alargar demasiado el artículo, nos contentaremos con esta
exploración rápida y provisional de algunos campos semánticos que, lo
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10
E. GUITER
creemos, quita toda duda en cuanto a la ocupación prerománica del país
por poblaciones bascófonas.
Pero resultaría difícil terminar sin recordar el nombre antiguo de
Elna (municipio, Pyr. Or.), el lliben·i de los autores latinos y griegos,
que seguramente habría dado un Elvir(a) más, si el capricho del empeI"ador Constantino no le hubiera impuesto el nombre de su madre, Helena;
aunque desaparecido hoy, su sola evocación pesa siempre más que todos
otras razones para manifestar la unidad lingüística de las viejas poblaciones pirenáicas.
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E. GUITER
(Perpignan)
Toponimia vasca de los Pirineos Orientales
La cubierta del tomo JI de la Geografía histórica de la lengua vasca
(colección Auñamendi, 14) lleva un mapa multicolor con la leyenda «Euskalerri en la época romana».
En su extensión vertical, el mapa abarca todo el territorio entre
Garona y Montes de Oca; pero, al oriente, se para bastante lejos del
Mediterráneo, en los alrededores de Andorra.
Claro que los delineadores de aquella frontera oriental se acordaron
del mapa junto a un artículo, ya bastante viejo, de Menéndez Pida!
(Revista de Filología Española, 1918, V. 225) : «l-Iay que suponer, decía
aquél, que los cerretanos occidentales que poblaban los valles del Noguera,
y los ilergetes septentrionales que poseían el territorio de Benabarre,
hablaban una lengua muy afín a sus vecinos los vascones. Entonces,
como no es de presumir que los cerretanos orientales del río Llobregat
o los ilergetes meridionales de hacia las ciudades de Huesca y Lérida
hablasen lengua diversa, cabe preguntar por qué no hallamos entre ellos
una toponimia igual a la de la región pirenáica que va desde Navarra
al Noguera Pallaresa. Sin duda que esta acumulación de nombres toponímicos vascos en el Pirineo hasta el Noguera no revela distinta nomenclatura primitiva, sino que es efecto sólo de una más tardía romanización ... :..
Esta más tardía romanización, Menéndez Pidal la sitúa hacia los
siglos VI-VII, fecha muy discutida por autores posteriores. En su comunicación al VI Congreso Internacional de Onomástica (1958, I, 118), J.
Coromines piensa «que Menéndez Pidal n'a pas été assez hardi lorsqu'il
a cru que la romanisation n'en fut pas postérieure a une date autour de
I'année 600; cette romanisation aurait envahi alors le Pallars et tout
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2
E . GUITER
le Haut Aragon, jusqu'aux limites présentes de la Navarre, tandis que
dans la zone au S.-O. du Pays Basque, entre la Rioja et Burgos, méme
jusqu'au S.-K de cette ville, le basque a prédominé jusqu'au Xeme
siecle et n'était pas encore tout a fait éteint au XIII. Or il semble bien
que ce manque de synchronie entre les frontieres E et S.-O. du basque
est tres exagéré, et que le basque des Pyrénées centrales a aussi survécu
en partie jusqu'a la moitié du Moyen Age:..
Tres años antes, Ramon d' Abada! había publicado el volumen III de
su Catalunya Carolingia (Pallars i Ribagor~a) donde escribía (1955,
III, 48*): .:el canvi essencial de !'estructura espiritual del país, com
ht m dit, fou !'obra d'aquesta cristianització més que de romanització
i la cristianització s'allarga molt, intensificant-se i expandint-se cap a
les regions altes en J'epoca visigotica, per a completar-se en els temps
carolingis que estem estudiant. Paral.lelament es degué anar fent una
transformació lingüística fins al punt que, sempre en les altes regions,
és possible que es saltés de !'euscar al catala sense la fase intermedia
de llatinització».
Además de esta crítica en el tiempo, quisiéramos añadir una crítica
m el espacio. Hablando de las fuentes del río Llobregat o de Lérida,
Menéndez Pida! se queja que no se halle entre ellas «Una toponimia igual
a la de la región pirenáica que va desde Navarra al Noguera-Pallaresa».
Pues tal toponimia todavía se encuentra cuando nos adelantamos mucho
más hacia el oriente, hasta el Mediterráneo.
Siempre dedicamos una atención particular al rincón de tierra donde
nacimos y vivimos. En el cuadro geográfico del A. L. P. O. (Atlas Linguistique des Pyrénées orientales, 1966, Centre National de la Recherche
Scientifique, París), estudiamos la lengua y los límites dialectales; también consagramos varios artículos toponímicos a esta misma zona que
podemos situar aproximadamente desde Narbona hasta Gerona y desde
Andorra hasta el mar, sea el «département des Pyrénées-Orientales»,
parte del .:département de 1' Aude» parte de la provincia de Gerona, Andorra, el rincón sudeste del «département de l' Ariege» y el rincón nordeste de la provincia de Lérida.
Pero no hay que perder de vista que los topónimos son palabras vivas,
como las otras palabras de la lengua, y que tuvieron que sufrir los accidentes fonéticos propios de la lengua común. Por eso, no parecerá
inútil, antes de todo, recordar algunas peculiaridades de la evolución
fonética catalana.
X
X
X
En el artículo recordado más arriba, Menéndez Pidal enseña, con
el ejemplo de la evolución navarro-aragonesa de los adjetivos berri y
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TOPONIMIA VASCA
3
gorri, que la e y la o del vascuence tuvieron en aquellas regiones el
mismo tratamiento que la e y la o breves del latín. Pudimos manifestar
(Vocalisme des toponymes préromans sur· les Pyrén ées ori en tales, IX
Congreso Internacional de Onomástica, 1966, 252) que tal tratamiento
es general en la zona nuestra, y que todas las vocales del vascuence, sin
excepción ninguna, tienen un tratamiento de vocal breve latina.
Las a larga y breve del latín se habían confundido en romance, de
tal modo que podemos proporcionar ejemplos sin preocuparnos de la
cantidad latina. Regularmente las a latinas subsisten sin modificación en
catalán (patre > par e) , pero a + y > e (basiu > * baysu > bes; factu > * faytu > [ et) , y a+ w > o (causa > cosa).
La e breve del latín acaba en e cerrada (pede > peu), pero e + y > i
(m ediu > * mieydiu > mig; pectu > * pieytu >- pit) .
La i breve del latín da una e abierta del catalán (pilu > pel), pero
+y
cam i si a > camisa).
La o breve del latín acaba en o abierta (mola > mola), pero o + y > u
(podiu > * puoydi u > pnig; coxa > * cuoysa > cuixa) .
La u breve del latín tiene por resultado una o cerrada (lupu > llop)
pero u + y > u (pluvia > pluia; pugnu > * puynu > puny).
i
= i (uitreu
> vidr e;
En posición átona, la a y la e se confunden en vocal neutra, la o y
la u, en u.
En cuanto al consonantismo no podemos recordar más que algunos
rasgos característicos del catalán :
Palatalización ele toda l inicial (lupu > llop; luna > lluna).
Conservación de la l implosiva (alteru > altre, multa > molta).
Palatización de la s al contacto de un elemento palatal, más frecuente
que en castellano (bassiare > baixar cbajar~, capsa > caixa .:caja»,
examen > eixam «enjambre:., pisce > peix «peZ», mustea > moixa
.:moza»).
Caída de la z románica heredera del latín k ( + e, i), ty, d y s (racimu > ratm «racimo», satione > saó «sazón», sudare > suar csudan,
resina > retna «resina:.). Al norte del límite del catalán, el lenguadociano presenta las mismas palabras bajo la forma razim, sazon, süzar,
rezina.
P alatalización de las oclusivas sonoras seguidas de y y de la misma yod,
a.fricadas sordas en fin de palabra, fricativas sonoras en posición intervocálica (rub eu > roig «roio», rubea > roia «roia » ; uideo > veig «veo »;
r adiare > raiar «rayar»; exagiu > assai g «ensayo»; fagea > faia
«haya» ; maiu > maig «mayo», maiore > major «mayor»).
Reducción de los grupos primarios mb y nd (lumbu > llom «lomo»,
mandare > manar «mandan).
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4
E. GUITER
A estos elementos de fonética románica, hay que añadir pocos otros
de fonética vasca :
Rotacismo de la l intervocálica (ili > íri).
Caída de la n intervocálica (anate > ate).
Aspiración (y caída) de algunos k iniciales C' karri ). ha1·ri) .
Sonorización de las oclusivas sordas iniciales (catena > gatea «Cadena»).
Confusión de m, b y p (molínu > Borin, Pentacosta >- Mendekoste).
Recordando estas evoluciones sencillas, podemos dar cuenta de bastantes topónimos de los Pirineos mediterráneos; los testimonios antiguos que
presentaremos, salen de las fuentes siguientes: P. PUJOL, L'acte de
consagració i dotació de la catedral d'Urgell. Estudis Románics, 1917;
R . d'ABADAL, Els diplomes carolingis a Cataluya, II.• part, 1950;
B. ALART, Documents de l'histoire du Roussillon, 4 vol. manuscritos de
la Bibl. Munic. de Perpiñán; y también Marca hispánica.
I
EL SUFIJO -EGI
Un elemento importante de la toponimia vasca es el sufijo -egi. Cuando
este sufijo se presentaba bajo la forma determinada -egia el vocablo se
introducía sin problemas en la primera declinación latina. Pero cuando
se presentaba bajo la forma indeterminada, la adición de una vocal temática u permitía su introducción en la segunda declinación (-egiu).
Partiendo de -egia, se puede esperar el catalán -eia:
Osseia (municipio, Pyr. Or.) : Olcegia (839, 982, 1265), Ulceia (947, 1160),
Olceia (1011, 1189, 1193), Oceia (1040), Oce:ja (1303, 1354).
Sane:ia (aldea del municipio de Guils, Gerona) : Exenegia (839; 1011),
Exenega (S. XII).
Sarefa (aldea del municipio de Llivia, Gerona) : Ce1·eia (1040), Ceretgia
(1693), Sareya (S. XVII), Sere:ia (1702).
Y partiendo de -egiu (o también -egi) se puede espetar -eig:
Enveig (municipio, Pyr. Or.) : Euegi (839, 1034, 1039), Uilla Enuegio,
Euei (958), Eueg (1009, 1095, 1100, 1102), Eueig (1011, 1028, 1034,
1039, 1091), Enueig (1012, 1014, 1212), etc ...
Con la evolución propia del lenguadociano, podemos añadir:
Arieja (fr. Ariege, río y départemento): flum en ATegiae (1034).
Pero si el sufijo -egi va junto a un tema terminado con una vocal,
el hiato provoca la cerrazón de la e en y, y ocasiona la aparición de una i o
una u según la vocal precedente sea palatal o velar:
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TOPONIMIA VASCA
5
Adesig (río de Sorniá, Pyr. Or.) : flumen de Adadig (1142).
lllolig (municipio, Pyr. Or.): Valle Molegiga (845), Valle Molegica (950,
1024), terminum de Molegio (985, 1011, 1024), Moligio (985, 1435,
1437), Molitg (1003), Molig (1009, 1035,1095, 1385).
Polig (aldea del municipio de Cameles, Pyr. Or.) : Pulig (983).
Aguja (Sant Aniol d', aldea del municipio de Bassegoda, Gerona): Vallem
Agogiam (871, 872) .
Barguja (aldea del municipio de Toloriu, Lérida) : Barguia (839), Bargogia (906).
Costuja (municipio, Pyr. Or.) : Custogia (936), Costoia (936, 979) Costoga
(982, 993, 1395), Custuia (988), Custoia. (990, 1142), Custoga (993),
Custodia (1011, 1158, 1159, 1169, 1169, 1280).
Estaüja (sitio y río del municipio de Estavar, Pyr. Or.): Estauga (S. XII).
Gorguja (aldea del municipio de Llivia, Gerona) : Curcuga (879), Gurguia
(1063, 1086), Gorguja (S. XIII).
Naüja (municipio, Pyr. Or.) : Ana(h)ugia (839, 1183, 1225, 1265, 1318),
Ana(h)uga (1011, 1084, 1166, 1184, 1192, 1271, 1272), Anauia (1030,
1168, 1171, 1174, 1203, 1210, 1265, 1272), Nauia (1151, 1157, 1234,
1272, 1393), Nahugia (1279), Nauga (1308).
Toluges (municipio, Pyr. Or.) : Tulogias (908), Tologias (951), Tuluges
(1030, 1091, 1146, 1153, 1354), Toluges (1119, 1305, 1391>), Toloias
(1112), Tulugias (1128, 1201, 1211), Tholugias (1435).
Nos contentamos aquí con la comunidad de sufijo -egi, prescindiendo
del sentido de los radicales toponímicos. Sólo llamaremos la atención
sobre la aparición tardía de la forma custodia, latinización percorr.ecta
de un vocablo de raíz kus «Ver»: Costuja se encuentra en un JJUeFto de
las Alberas con una vista muy extendida sobre los valles vecinos.
II
TOPóNIMOS HIDRICOS
Aunque no sean hidrónimos, algunos topónimos tienen relaciones estrechas con el agua y otras nociones del mismo campo semántico.
Por tanto aunque no sepa mucho vascuence, el curioso no deja de
quedar impresionado por el nombre del pueblo de Ur (municipio, Pyr. Or.),
el mismo nombre del agua en vascuence. Pero, según dijimos más arriba,
de vasc. ur sólo podríamos esperar catal. * or; para llegar a ur, necesitamos la presencia de una yod en la palabra originaria. Los testimonios
antiguos nos manifiestan la existencia de una forma Uri, que, con una
vocal temática -u, basta para explicar la cerrazón de la inicial:
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G
E. GUITER
Ur (839, 1011, 1150, 1160, 1174, 1265, 1303, 1318, 1414), Hur (839, 1067),
Uri (948, 958, 966).
Pensamos que hay que asociar al nombre de Ur el del río que pasa
por el pueblo, el Araur: riuolum quae decurrit de uilla Uri (958); y también algunos otros topónimos:
Urtx (municipio, Gerona) : Urg (1119, 1151, 1308), Urx (1342).
Urús (municipio, Gerona) : Oru.z (839, 985), Oruzc (839), Orucio (937),
Orutio (965), Orutz (985), 01·uc (1011).
Urgell (La Seo de, municipio, Lérida) : Orgellis (792), Oriello (820), Orgello (835, 839), Origello (888), Urgell (925), Urgello (983, 1000, 1050) .
Otro formante hídrico es el nombre de la «fuente» iturri. Con una s
románica de plural, ha dado su apelativo a:
Dorres (municipio, Pyr. Or.) : Edo1·s (1011, 1072), Edorres (1163, 1263,
1267, 1304), Edorrs (1265, 1267), Dorres (1330, 1397, 1414).
Iturri también se encuentra en el vocablo Andorra, que siempre presenta la misma forma desde su primera atestación (839), y tuvimos ocasión de establecerlo (Essais d'étymologie toponymique dans la région
pyrénéo-méditerranéenne: VIII Congreso Internacional de Onomástica,
1963, 213). Ya dijimos que en catalán los grupos primarios nd se reducen
a n: unda > ona, rotunda >. rodana, y pasa lo mismo en toponimia:
Expondeliano > Esponellá, Valle Fecunda . > Vallfogona, etc ... Cuando
se encuentra un grupo nd se puede afirmar que es secundario: sem ( i) ta
> senda, lim(i)tare > llindar, y, en toponimia, Baiamite > Bajande,
Canetellu > Candell, etc ... De esto inducimos que el grupo nd de Andorra
no puede ser primario, y que hay que postular una forma más antigua
* Ameturra. Este término se explicaría muy bien por un Ama-iturr-a,
sea «la fuente-madre» porque en Andorra se van juntando los dos ríos
Valira, sea «la diez-fuentes» porque, en el territorio de la parroquia de
Andorra, el Valira recibe diez fuentes, diez afluentes laterales pequeños.
En un rincón de la Costa Brava, muy cerca de Gerona, encontramos
el pueblo de Begur (escrito a veces Bagur por confusión de la e y de la a
átonas). Sólo conocemos una atestación de él en Marca: ipsum castrum
de Begur (1056). El vocablo Begur no deja de recordarnos los Baigur o
Bigu1·, formas romanzadas citadas por Caro Baroja (Materiales para una
historia de la lengua vasca en su relación con la latina, p. 124) en representación del Baigorri de Baja Navarra. Fonéticamente la evolución de
Baigorri(u) a Begur resulta perfecta. Semánticamente, bastará recordar
lo que dice José Pla, describiendo Begur (Guía de la Costa Brava): «La
peña tiene un color gris de sombra tocado por un hálito ferruginoso».
Se trata de uno de aquellos numerosos «Llobregat» (rubricatu) catalanes,
pero que conservó su forma .prerrománica de ibai gorri.
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TOPONIMIA VASCA
7
Otro rastro de ibai, lo hallamos en el nombre de una aldea del municipio de Estavar (Pyr. Or.):
Bajande: Baiarnite (839), Ba:iarnde (839, 1263), Baiande (1011, 1034,
1265, 1267, 1268), Baianda (1025, 1030, 1163, 1245, 1285, 1555),
Vaiande (1033), Bayande (1303, 1311), Bayanda (1313, 1347, 1395),
Bajanda (1424, 1540).
Creemos que se trata del equivalente de un (i) baia bide «Camino
del río», sobre el cual volveremos.
A ibai se refiere también el nombre del municipio de Bages (Pyr. Or.)
con una s de plural románico: Baias (922, 960, 1133), Bages (931, 981,
1129, 1142, 1145, 1148).
El nombre de la vega, ibar, será el primero elemento de Barguia, ya
citado más arriba, y que puede representar (i)bat·koegia «el sitio de la
vega».
III
TOPONIMOS RELACIONADOS CON EL RELIEVE
Una base kan (vasc.: gan/gain) va asociada a las nociones de «altura,
cumbre, cima, elevación».
La encontramos en el nombre del Canigó (Pyr. Or.): Canigone (875,
937, 950, etc ... ). Este monte culmina a 2.785 metros en las inmediaciones
de la llanura litoral, que llega a unos diez kilómetros de su cima; por eso
se consideró mucho tiempo como el pico más alto de los Pirineos. Se
piensa al vascuence ganeko «de encima, superior».
Los topónimos catalanes de Canet no se refieren a canna «caña»,
porque en ton ces presentarían una ñ en vez de n. Se trata de muelles
bastante altos con respecto a los alrededores. Tal es el caso de Canet
(municipio, Pyr. Or.) : uila Kanedo (1016), Canet (1029), Caneto (1041),
Caned (1087), Kaned (1091) ...
Candell (aldea del municipio de Caixás, Pyr. Or.): Canetellu (845) , Candello (872), Candel (1172) ... es un diminutivo del precedente.
Cánoa (municipio de Prada, Pyr. Or.) : Kanoas (843), Canoua (951), Canoa
(985, 1011, 1119) y Canoes (municipio, Pyr. Or) : Kanoas (1036),
Canous (1090), Canoas (1102, 1119), Canoes (1146, 1305, 1395) son
un mismo vocablo en singular y en plural. En cuanto a la situación,
recordemos lo que dice Pierre Vida! (Guide Historique des PyrénéesOrientales): «La route monte ensuite et contourne le gros promon-25733
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8
E. GUITER
toire qui cache la vallée de la Castellane. Cette partie du territoire
s'appelle Canoues».
La parroquia andorrana de Canillo (Kanillaue en 839) está al pie del
Port d'Envalira (2.407 metros) que permite un paso difícil hacia el valle
del Ariege. La sílaba final puede ser be «bajo».
El municipio de Canavelles (Pyr. Or.) viene citado bajo la forma
Canauella en 847, 864, 868, 871, 874, 878, 958, etc ... Canavella también es
el nombre de un monte del municipio de Les Illes (Pyr. Or.); la segunda
parte de la palabra podría relacionarse con beltz «negro» : la situación
de los dos topónimos traería una justificación semántica.
La base karri (vasc. (h)arri «piedra») interviene en el nombre del
Carlit (2.921 m.) cima pedregosa (Pyr. Or.); de Carcolze (Castellnou de,
aldea del municipio de Aristot, Lérida: Karchobite (839) ; de Cara.many
(municipio, Pyr. Or.); de Caramat (Odello de, aldea del municipio de
Real, Pyr. Or.) : Odelonem de Cheroramatum (1011).
Las formas determinada karria o tematizada karriu han dado los
numerosos Quera, Queres, Quer, Quers (Kairum en 878, ipsa Caira en
936, Chera en 1168 ... ). Hay que añadir Valldequers (municipio de Prats
de Molló, Pyr. Or.) Dosquers (municipio, Gerona), Saquera (municipio
de Trevillac, Pyr. Or.), Queralbs (municipio, Gerona), Bolquera (municipio, Pyr. Or.), Querroig (municipio de Banyuls, Pyr. Or.).
Querol (aldea del municipio de Porta, Pyr. Or.) es un diminutivo
románico del precedente; el femenino, Queroles se encuentra en el municipio de Merens (Ariege).
La base bulu (vasc. buru «cabeza, cima») aparece en los sitios de
donde sale una grupa montafiosa:
Bolvir (municipio, Gerona) : Buluer (925), Vuluerri (937), Boluir (953),
Voluir (958), Buluir (985), Vuluin·i (1011), etc. se trata de un bul(u)berri-u con vocal final temática.
Bolquera (municipio, Pyr. Or.) : Bolcharia (876), Bolearía (937), Vulcaria
(965, 985, 1011), etc ... Viene de bul(u)-karri-a.
Bolós (municipio de Freixanet, Gerona) : Bolosso (979).
El Voló (en francés «Le Boulou», municipio, Pyr. Or.) Volono (926),
Volum (976), Volone (976), Volo (976, 1172, 1292), etc ...
El vascuence azpe «bajo la peña», tan frecuente en toponimia vasca,
se encuentra dos veces, quizá con el sufijo -iri:
Vallespir (comarca, Pyr. Or.): Valle Asperi (814, 833, 876, 925, 968,
1090), Valle Asperii (817), Vallespirii (965, 1090).
Espirá de Conflent (municipio, Pyr. Or.): Asperi (953, 974, 981), Aspirano (1003, 1009, 1011). La última forma será análoga de los topónimos en -anu, muy numerosos en el Conflent.
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TOPONlMIA VASCA
9
IV
LOS SITIOS DEL «CAMINO»
El nombre vasco de camino, bide, desempeña un papel importante en
toponimia, sea como primer elemento de compuesto (tipo Bidegain «cumbre del caminO>>), sea como segundo (tipo Itu-rbide «Camino de la fuente»).
Nosotros lo encontramos con una dental intervocálica sorda, bite.
Es primer elemento en Biterri, que ha dado el nombre de la aldea de
Beders (municipio de Bellver, Lérida): Biteris (839), Beders (839, 890).
Baders (890); y también, mucho más al noreste, el de la importante
ciudad de Bézie1·s (Hérault). Una denominación de «pueblo del camino»
conviene perfectamente a B éziers, que sigue siendo un nudo de comunicaciones; pero también al humilde Beders situado en una encrucijada
de los caminos que tiran hacia Cerdaña, Baridán y Berguedán.
Bite es segundo elemento en Karkobite, Olorbite y Baiamite, este
último, resultado probi1.blc de la disimilación de un más antiguo *baiabite.
Ka1·chobite (839) se presenta como primera atestación de Castellnou
de Carcolze, ya citado a propósito de karri. El paso de Ka1·chobite a
Carcolze se explica muy bien fonéticamente con los intermediarios de
Charcoude (839) y Ca1·colde (964). Falsas regresiones de w implosiva a l
son cosas bastante frecuentes en catalán: malhabitu > malaut >
malalt; gabata > uauta > galta; Palatiu Dani > Palauda > Palaldá.;
etc ... Semánticamente (h)a'rrikobide «Camino de piedra» es un nombre
muy conveniente para un lugar situado entre el río Segre y las montañas
de Andorra, en un conjunto peñascoso imponente.
Olorbite (839) es la primera atestación de Olopte (aldea del municipio
de Isóbol, Gerona), mudado en Olorbde (s. XII) y en Olopde (1342).
La explicación de este vocablo es más difícil. Suerte que una evolución
de topónimo románico (Secundinianu > Segodiniano > Segdiniano >
Se'rdinyá) nos enseña que una r implosiva puede venir en representación
de una k antigua. Así podemos entender Olorbite como el equivalente de
un vasco moderno orokobide o orukobide.
Hemos dado más arriba las atestaciones y explicaciones relativas a
Baiamite, entendido como «Camino del río», sitio donde el Segre, pasado
Sallagosa, deja la dirección noreste, que seguía desde su fuente, y empieza
a correr hacia el sudeste.
X
X
X
Para no alargar demasiado el artículo, nos contentaremos con esta
exploración rápida y provisional de algunos campos semánticos que, lo
-259-
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10
E. GUITER
creemos, quita toda duda en cuanto a la ocupación prerománica del país
por poblaciones bascófonas.
Pero resultaría difícil terminar sin recordar el nombre antiguo de
Elna (municipio, Pyr. Or.), el lliben·i de los autores latinos y griegos,
que seguramente habría dado un Elvir(a) más, si el capricho del empeI"ador Constantino no le hubiera impuesto el nombre de su madre, Helena;
aunque desaparecido hoy, su sola evocación pesa siempre más que todos
otras razones para manifestar la unidad lingüística de las viejas poblaciones pirenáicas.
-260-
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