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PALOMA ACUÑA
(Valladolid)
Un fragmento de Escultura Thoracata de Sagunto
1
Gracias a los dibujos que de él se han hecho, conocemos hoy un fragmento de una escultura desaparecida en el que se conserva la parte
inferior de una figura thoracata. El interés que esta pieza suscitó desde
antiguo hizo que fuese repetidas veces mencionada y reproducida por
varios autores (1). Al volver de nuevo sobre ella lo hago con la intención
de replantear dentro del marco general de la estatuaria thoracata los
datos de que disponemos que, si bien citados, nunca fueron analizados
a fondo ni valorados en todo su interés.
(1) La bibliografía completa de la pieza es la siguiente: E. PALOS Y NAVARRO:
«Relación de las antigüedades que en el día existen en la memorable ciudad d,• Sagunto
después Murviedro.» Ms. de 1804 conservado en la Real Academia de la Historia.
A. DE LABORDE: «Voyage pittoresque de l'Espagne.» vol. 1, París 1806, segunda
parte, lám. CVI-C (la parte de esta obra dedicada a Sagunto ha sido reeditada y
traducida en Anejo núm 1 del Boletín ARSE, Centro Arqueológico Saguntino, Sagunto, 1970, 109).
J. A. CEAN BERMUDEZ: «Sumario de las antigüedades romanas que hay en
España.» Madrid, 1832, 97-98.
A. VALCARCEL PIO DE SABOYA (Conde de Lumiares): «
71, núms. 196-197, láms. 23 y 24.
E. HUBNER: «Die Antiken Bildwerke in Madrid.» Be1·1ín, 1862, 290.
A. CHABRET: «Sagunto, su historia, sus monumentos.» Barcelona, 1888, vol. 11,
231-232.
CRUILLES, Marqués de: «Guía urbana de Valencia antigua y moderna.» Valencia,
1876, vol. II, 232.
S. REINACH: «Repertoire de la statuaire grecque et romaine.» V., 322-4 y 5.
E. ALBERTINI: «Sculptures antiques du Conventus Tarraconensis.» .A nuari de
l'Institut d'Estudis Catalans, año IV (1911-1912), 344, figs. 33 y 34.
C. C. VERMEULE: «Hellenistic and Roman cuirassed statues.» Berytus XIII
(1959-1960), núm. 167.
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PILAR ACUÑA
La escultura procede de Sagunto. Según noticias que Albertini recoge
de Palos y Navarro fue hallada en los cimientos de la Casa Consistorial;
sin embargo, Chabret atribuye este .lugar de hallazgo a otra escultura
distinta (2). A fines del siglo XVIII estaba en el «Corralón de la villa»,
en Sagunto, en donde la vieron Lumiares y Laborde. También noticias
de Palos y Navarro, confirmadas por el marqués de Cruilles, indican que
posteriormente la escultura fue trasladada al palacio del Real de Valencia
y se coiocó en un rellano de la escalera. Tras la destrucción del palacio,
en 1810, permaneció abandonada en sus inmediaciones hasta que algún
tiempo después se llevó a la Casa de la Moneda y allí fue destrozada.
El mismo marqués de Cruilles añade que la escultura, que era considerada como una representación de Aníbal, tenía una cabeza que fue recogida por alguien al desaparecer el palacio. Parece extraño el pensar que
esta pieza fuese la original ya que desde que se tienen noticias la escultura se describe y representa como fragmentada desde la cintura.
Para el estudio de este fragmento de escul'tura contamos con los
dibujos publicados por Jos siguientes autores: El conde de Lumiares
que reproduce la parte posterior entera y el costado derecho (material
que recogen Chabret y Albertini) y Laborde que proporciona un dibujo
del costado izquierdo. Ahora bien, ningún autor se ha dado cuenta, o
al menos ha resaltado el hecho, de que Laborde, al reproducir el perfil
izquierdo, completa este fragmento thoracato que, según los dibujos de
Lumiares, podría creerse roto en su mitad izquierda. Esta escasa valoración del dato que proporciona Laborde me ha llevado a considerar la
posibilidad de que el diseño haya sido invertido en la plancha de publicación, lo cual originaría una imagen especular del perfil derecho ya
dibujado por Lumiares. Sin embargo, ya que ninguno de los dos autores,
que son los únicos que vieron la pieza al natural, ofrecen en sus notas
detalles concretos acerca de su estado de conservación, solamente podemos buscar una respuesta mediante el análisis de los distintos dibujos
y ello tampoco nos aporta ninguna solución: la identidad que observamos
entre los adornos de los lambrequines de los dibujos de Lumiares y
Laborde es totalmente correcta ya que la práctica en el estudio de las
esculturas thomcatas nos dice que casi invariablemente estos motivos
decorativos siguen un ritmo regular que los coloca en lugares simétricos
a uno y otro costado de la figura. Tampoco es argumento el que la rotura
que se advierte en la esquina inferior derecha del fragmento según el
dibujo de Lumiares no aparezca en el de Laborde pues se debería simplemente a la distinta perspectiva con que han tomado la pieza ambos
autores. Es decir, que con Jos datos de que hoy disponemos no podemos
(2)
A. CHABRET, o. c., 232.
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ESCULTURA DE SAGUNTO
Fig. 1.'-Fragmento de escultura thoracata de Sagunto. Parte posterior, según
dibujo de Lumiares
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PILAR ACUÑA
aclarar definitivamente este problema. De la manera que sea y sin rechazar la posibilidad apuntada, haré el estudio de la pieza considerando
que los dibujos de Lumiares y Laborde completan un fragmento de
escultura thoracata que comprende desde la curva final de la coraza
hasta el remate de las launas de la vestimenta militar de un personaje,
cuyas características describiré a continuación.
La curva de la coraza que marca la cintura se nota muy pronunciada
a la altura del vientre, y está decorada con un motivo de arquería invertida, lo cual no tiene paralelo con ninguna pieza thoracata hispánica
donde siempre esta línea se señala con un baquetón liso (3). Bajo ella
y dispuestos en dos hileras están los lambrequines, ribeteados por una
línea de puntos y separados entre sí por un amplio espacio redondeado.
Cada placa lleva marcada la charnela y un adorno de finos roleos.
Comenzando con las representaciones de Lumiares y siguiendo un
orden descriptivo de izquierda a derecha, los motivos que decoran los
lambrequines son los siguientes:
a)
Hilera superior: (Fig. t.•).
- Fragmento posterior :
l.-Un pliegue del manto cubre esta primera pieza visible sin que
podamos apreciar su decoración.
2.-Dos escudos oblongos cruzados.
3.-Cabeza de elefante de perfil hacia la derecha.
4.-Cuatro escudos oblongos cruzados.
5.-Gorgona con rosácea en la boca.
6.-Cabeza de carnero de perfil hacia la izquierda.
7.-Parte de otro lambrequín cuya decoración vemos mejor en el
siguiente fragmento.
- Fragmento del costado derecho: (Fig. 2.•).
7.-Cabeza de elefante de perfil hacia la derecha.
8.-Máscara de lince sobre palmeta invertida (4).
9.-Lumiares reproduce una cabeza de adolescente alada («Mercurio
con alas» en la descripción de Palos y Navarro).
10.-Gorgona con rosácea en la boca.
11.-Erote sobre un animal tumbado.
(3) P. ACU&A: «La escultura militar romana de la Península Ibérica.» Tesis
Doctoral leída en la Universidad de Valladolid en noviembre de 1973, capítulo l.
(4) Me inclino :1 interpretar así este motivo dadas las afinidades que presenta el
dibujo de Lumiares con la máscara de lince tan frecuentemente empleada en el repertorio decorativo de los lambrequines.
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ESCULTURA DE SAGUNTO
Fig. 2.-Perfil derecho del fragmento, según dibujo de lumiares
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5
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PILAR ACUÑA
Continuando la descripción según el dibujo de Laborde, correspondiente al costado izquierdo: (Fig. 3.").
l.-Pieza fragmentada irreconocible.
2.-Bucráneo con rosácea en la boca.
3.-Gorgona alada.
4.-Máscara de lince (5).
5.-Cabeza de elefante de perfil hacia la izquierda.
6.-Irreconocible.
b)
Hilera inferior:
-Fragmento posterior (Lumiares):
l..........Acanto invertido.
2.-Palmeta invertida.
3.-Rosácea invertida.
4.-Esta pieza es de difícil interpretación (Palos y Navarro habla
de «páteras»), podría tratarse de un escudo oblongo y sobre él
un casco de tipo cónico cuya representación, aunque poco frecuente, aparece en algunos monumentos militares del sur de
la Galia (6).
5.-Vegetal invertido.
- Fragmento del costado derecho (Lumiares) :
6.-Rosácea invertida.
7.-Tres escudos oblongos cruzados.
8.-Dos cabezas de carnero opuestas.
9.-Dos cabezas de elefante opuestas.
10.-Escudos oblongos cruzados.
- Fragmento del costado izquierdo (Laborde) :
l.-Dos cabezas de elefante opuestas.
2.-Dos cabezas de carnero opuestas.
3.-Dos escudos cruzados.
4.-Rosácea invertida.
5.-Nada.
6.-Nada.
(5) Como en el caso anterior, creo que también Laborde estilizó en esta placa
una máscara de lince.
(6) P. COUISSIN: «Les armes figurés sur les monuments romaines de la Gaule
Meridionale.» Revue Archéologique, 1923, 71 y ss., fig. 15, núm. 4.
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ESCULTURA DE SAGUNTO
Fig. J.-Perfil izquierdo, según dibujo de Laborde
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11
Examinando estos motivos decorativos vemos claramente el ritmo
regular con que se distribuyen a lo largo de las dos hileras de lambrequines. Tanto Lumiares como Laborde reproducen, en líneas generales,
los mismos temas ornamentales, pero existen diferencias o al menos
interpretaciones distintas entre los dibujos de uno y otro. Una de ellas
~s la Gorgona con rosácea de Lumiares que Laborde representa como
un Bucráneo. Teniendo en cuenta que ocupan un lugar correlativo y
que la semejanza de trazos entre las dos figuras es mucha, no es difícil
suponer que se trate de un único motivo que uno de los autores interpretó
de modo diverso al otro. La segunda disparidad la tenemos en el Mercurio
de Lumiares y la Gorgona de Laborde. El hecho de ser muy rara, prácticamente inexistente (7) la presencia de un Mercurio en la decoración
de los lambrequines, frecuentísima la representación de Gorgonas, y el
existir en un fragmento thoracato (8) una Gorgona con los mismos atributos que el supuesto Mercurio de Lumiares (alas saliendo directamente
de los cabellos y bajo el cuello la reducción del nudo de serpientes),
inclina a pensar que en la pieza original estaría representada una Gorgona.
Las launas, rematadas por un galón de flecos, apenas están marcadas
en la parte posterior, lo cual indica que, como es muy frecuente en este
tipo de piezas, la escultura estaría colocada en un nicho u hornacina
que ocultaba a la vista dicha zona de la figura.
Los motivos que decoran los lamb,requines se incluyen dentro del
habitual repertorio decorativo de estas piezas. Máscaras de animales,
escudos y adornos vegetales se repiten abundantemente en esculturas
thoracatas. Seria prolijo y carente de interés el enumerar paralelos de
adornos tan conocidos. Sin embargo es de gran importancia la placa
decorada con el Erote no sólo porque este motivo ,es prácticamente desconocido en la estatuaria que tratamos sino también por la difícil interpretación de la escena. Aunque figuras de Erotes pueden aparecer deco-
(7) Mancini, en su lista de motivos decorativos de los lambrequines, no incluye a
Mercurio (G. MANCINI: «Le statue loricate imperiali.» Bulletino della Commissione
Archeologica Comunale di Roma L. (1922), 201), solamente aparece este tema en un
ejemplar de Aigeria. C. C. VERMEULE: «Hellenistic ... A Suplement.» Berytus XV
(1964), núm. 70.
(8) Pieza perdida. Fototeca del Instituto Arqueológico Alemán de Roma, Negativo
núm. 1934, 915.
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ESCULTURA DE SAGUNTO
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rando los humerales (9), como ornamento de los lambrequines lo encontramos únicamente en un fragmento de escultura thoracata procedente
de Roma y conservada hoy en la Glyptoteca Ny Carlsberg de Copenhage
(10). En cuanto a los diversos temas de Erotes (11) creo que podría
relacionarse con una escena de cacería o bien con una escena marina. Del
primer tipo conocemos una pintura de Pompeya en la que se representa
a un Erote llevando sobre sus hombros un cervatillo (12), esta composición podría estar invertida, obligada por la forma de la pieza, en el
lambrequín de Sagunto. Sin embargo, mayor semejanza ofrecen las escenas de E rotes cabalgando sobre delfines o animales marinos (13), y precisamente este es el tema que aparece representado en el citado thoracato de Copenhage.
A pesar de que Vermeule incluye esta pieza en el grupo de esculturas
correspondientes al período tardo-Trajaneo o comienzos del Adrianeo,
no me parece posible indicar una cronología precisa para la escultura
de Sagun to porque estoy segura de la incorrecta e incluso fantástica
interpretación de los motivos decorativos de algunos de los lambrequines,
que serían los únicos datos objetivos a analizar. Así por ejemplo, ya
hemos visto que el motivo correspondiente a la placa número 8 de la
hilera superior del costado derecho, y la número 4 del costado izquierdo,
consideradas como un «áncora», son sin ningún género de dudas una
equivocada interpretación de una máscara de lince sobre una palmeta
invertida. También la muy posible identidad entre el «Mercurio con
alas» y la Gorgona, etcétera. El único motivo que podría aportar un
interesante dato es el Erote con animal, pero un solo tema decorativo,
y de interpretación exacta tan dudosa como ocurre en nuestro caso, no
justifica un paralelismo y consiguientemente una equivalencia cronológica.
En cuanto al aspecto formal de los lambrequines -separados entre
sí por un amplio espacio redondeado y de mayor tamaño y anchura los
(9) Por ejemplo, en el thoracato del Museo de las Termas, V. VERMEULE,
o. c., nota 1, núm. 137, lám. XII-37.
(10) F. MUTHMANN: «Bruchstücke einer Panzerstatue in Kopenhagen.» RM 51
(1936), 347 y ss., láms. 48-49.
(11) Ver sobre el tema R. STUVERAS : <: Le putto dans l'art romain.» Latomus,
XCIX, 1969.
(12) S. REINACH: «Repertoire des peintures grecques et romaines.» 7::l-4.
(13) Sobre este tipo de escenas Cfr. STUVERAS, o. c., nota 11, pág. 158 y ss.
Esta escena, aunque de escasa representación, está también documentada en material
numismático apareciendo ya en época Republicana, en un denario de L. Lvcretius Trio
(H. A. GRUEBER: «Coins of the Roman Republic in the British Museum», vol. I,
Oxford, 1970, 396, núm. 3.247) y posteriormente en un denario de la guerra civil del
año 68 d. J. y atribuible a Hispania (H. MATTINGLY-E. A. SYDENHAM: «The
Roman Imperial Coinage.» vol. 1, Londres, 1968, 189, núm. 17).
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PILAR ACUÑA
de la hilera inferior-, tomado como dato aislado, puede encuadrarse
perfectamente en cualquier corriente de la estatuaria thoracata de los
siglos I y primera mitad del II.
Por otra parte, la escultura thomcata que mayor parecido ofrece
respecto a la de Sagunto, el fragmento antes citado procedente de Roma
y hoy desaparecido (14), de características técnicas e iconográficas muy
similares, carece de ningún tipo de estudio que sirva de orientación.
La imposibilidad de dar una fecha concreta a este fragmento de
Sagunto y el interrogante de que el dibujo de Laborde no sea sino una
repetición invertida del de Lumiares, no disminuyen el indudable interés
del mismo. Esta pieza viene a sumarse al que ya podemos empezar a
considerar un numeroso conjunto de esculturas thoracatas de época
Imperial halladas en la península Ibérica (15) y cuyo conocimiento nos
resulta tan valioso a la hora de estudiar el grado de romanización de
las distintas zonas de la Hispania Romana.
(14) Cfr., nota 8.
(15) Cfr., nota 3. El número de esculturas thoracatas hasta hoy conocidas en la
Península Ibérica es de 33, entre piezas completas y fragmentos.
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(Valladolid)
Un fragmento de Escultura Thoracata de Sagunto
1
Gracias a los dibujos que de él se han hecho, conocemos hoy un fragmento de una escultura desaparecida en el que se conserva la parte
inferior de una figura thoracata. El interés que esta pieza suscitó desde
antiguo hizo que fuese repetidas veces mencionada y reproducida por
varios autores (1). Al volver de nuevo sobre ella lo hago con la intención
de replantear dentro del marco general de la estatuaria thoracata los
datos de que disponemos que, si bien citados, nunca fueron analizados
a fondo ni valorados en todo su interés.
(1) La bibliografía completa de la pieza es la siguiente: E. PALOS Y NAVARRO:
«Relación de las antigüedades que en el día existen en la memorable ciudad d,• Sagunto
después Murviedro.» Ms. de 1804 conservado en la Real Academia de la Historia.
A. DE LABORDE: «Voyage pittoresque de l'Espagne.» vol. 1, París 1806, segunda
parte, lám. CVI-C (la parte de esta obra dedicada a Sagunto ha sido reeditada y
traducida en Anejo núm 1 del Boletín ARSE, Centro Arqueológico Saguntino, Sagunto, 1970, 109).
J. A. CEAN BERMUDEZ: «Sumario de las antigüedades romanas que hay en
España.» Madrid, 1832, 97-98.
A. VALCARCEL PIO DE SABOYA (Conde de Lumiares): «
E. HUBNER: «Die Antiken Bildwerke in Madrid.» Be1·1ín, 1862, 290.
A. CHABRET: «Sagunto, su historia, sus monumentos.» Barcelona, 1888, vol. 11,
231-232.
CRUILLES, Marqués de: «Guía urbana de Valencia antigua y moderna.» Valencia,
1876, vol. II, 232.
S. REINACH: «Repertoire de la statuaire grecque et romaine.» V., 322-4 y 5.
E. ALBERTINI: «Sculptures antiques du Conventus Tarraconensis.» .A nuari de
l'Institut d'Estudis Catalans, año IV (1911-1912), 344, figs. 33 y 34.
C. C. VERMEULE: «Hellenistic and Roman cuirassed statues.» Berytus XIII
(1959-1960), núm. 167.
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La escultura procede de Sagunto. Según noticias que Albertini recoge
de Palos y Navarro fue hallada en los cimientos de la Casa Consistorial;
sin embargo, Chabret atribuye este .lugar de hallazgo a otra escultura
distinta (2). A fines del siglo XVIII estaba en el «Corralón de la villa»,
en Sagunto, en donde la vieron Lumiares y Laborde. También noticias
de Palos y Navarro, confirmadas por el marqués de Cruilles, indican que
posteriormente la escultura fue trasladada al palacio del Real de Valencia
y se coiocó en un rellano de la escalera. Tras la destrucción del palacio,
en 1810, permaneció abandonada en sus inmediaciones hasta que algún
tiempo después se llevó a la Casa de la Moneda y allí fue destrozada.
El mismo marqués de Cruilles añade que la escultura, que era considerada como una representación de Aníbal, tenía una cabeza que fue recogida por alguien al desaparecer el palacio. Parece extraño el pensar que
esta pieza fuese la original ya que desde que se tienen noticias la escultura se describe y representa como fragmentada desde la cintura.
Para el estudio de este fragmento de escul'tura contamos con los
dibujos publicados por Jos siguientes autores: El conde de Lumiares
que reproduce la parte posterior entera y el costado derecho (material
que recogen Chabret y Albertini) y Laborde que proporciona un dibujo
del costado izquierdo. Ahora bien, ningún autor se ha dado cuenta, o
al menos ha resaltado el hecho, de que Laborde, al reproducir el perfil
izquierdo, completa este fragmento thoracato que, según los dibujos de
Lumiares, podría creerse roto en su mitad izquierda. Esta escasa valoración del dato que proporciona Laborde me ha llevado a considerar la
posibilidad de que el diseño haya sido invertido en la plancha de publicación, lo cual originaría una imagen especular del perfil derecho ya
dibujado por Lumiares. Sin embargo, ya que ninguno de los dos autores,
que son los únicos que vieron la pieza al natural, ofrecen en sus notas
detalles concretos acerca de su estado de conservación, solamente podemos buscar una respuesta mediante el análisis de los distintos dibujos
y ello tampoco nos aporta ninguna solución: la identidad que observamos
entre los adornos de los lambrequines de los dibujos de Lumiares y
Laborde es totalmente correcta ya que la práctica en el estudio de las
esculturas thomcatas nos dice que casi invariablemente estos motivos
decorativos siguen un ritmo regular que los coloca en lugares simétricos
a uno y otro costado de la figura. Tampoco es argumento el que la rotura
que se advierte en la esquina inferior derecha del fragmento según el
dibujo de Lumiares no aparezca en el de Laborde pues se debería simplemente a la distinta perspectiva con que han tomado la pieza ambos
autores. Es decir, que con Jos datos de que hoy disponemos no podemos
(2)
A. CHABRET, o. c., 232.
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Fig. 1.'-Fragmento de escultura thoracata de Sagunto. Parte posterior, según
dibujo de Lumiares
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aclarar definitivamente este problema. De la manera que sea y sin rechazar la posibilidad apuntada, haré el estudio de la pieza considerando
que los dibujos de Lumiares y Laborde completan un fragmento de
escultura thoracata que comprende desde la curva final de la coraza
hasta el remate de las launas de la vestimenta militar de un personaje,
cuyas características describiré a continuación.
La curva de la coraza que marca la cintura se nota muy pronunciada
a la altura del vientre, y está decorada con un motivo de arquería invertida, lo cual no tiene paralelo con ninguna pieza thoracata hispánica
donde siempre esta línea se señala con un baquetón liso (3). Bajo ella
y dispuestos en dos hileras están los lambrequines, ribeteados por una
línea de puntos y separados entre sí por un amplio espacio redondeado.
Cada placa lleva marcada la charnela y un adorno de finos roleos.
Comenzando con las representaciones de Lumiares y siguiendo un
orden descriptivo de izquierda a derecha, los motivos que decoran los
lambrequines son los siguientes:
a)
Hilera superior: (Fig. t.•).
- Fragmento posterior :
l.-Un pliegue del manto cubre esta primera pieza visible sin que
podamos apreciar su decoración.
2.-Dos escudos oblongos cruzados.
3.-Cabeza de elefante de perfil hacia la derecha.
4.-Cuatro escudos oblongos cruzados.
5.-Gorgona con rosácea en la boca.
6.-Cabeza de carnero de perfil hacia la izquierda.
7.-Parte de otro lambrequín cuya decoración vemos mejor en el
siguiente fragmento.
- Fragmento del costado derecho: (Fig. 2.•).
7.-Cabeza de elefante de perfil hacia la derecha.
8.-Máscara de lince sobre palmeta invertida (4).
9.-Lumiares reproduce una cabeza de adolescente alada («Mercurio
con alas» en la descripción de Palos y Navarro).
10.-Gorgona con rosácea en la boca.
11.-Erote sobre un animal tumbado.
(3) P. ACU&A: «La escultura militar romana de la Península Ibérica.» Tesis
Doctoral leída en la Universidad de Valladolid en noviembre de 1973, capítulo l.
(4) Me inclino :1 interpretar así este motivo dadas las afinidades que presenta el
dibujo de Lumiares con la máscara de lince tan frecuentemente empleada en el repertorio decorativo de los lambrequines.
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Fig. 2.-Perfil derecho del fragmento, según dibujo de lumiares
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Continuando la descripción según el dibujo de Laborde, correspondiente al costado izquierdo: (Fig. 3.").
l.-Pieza fragmentada irreconocible.
2.-Bucráneo con rosácea en la boca.
3.-Gorgona alada.
4.-Máscara de lince (5).
5.-Cabeza de elefante de perfil hacia la izquierda.
6.-Irreconocible.
b)
Hilera inferior:
-Fragmento posterior (Lumiares):
l..........Acanto invertido.
2.-Palmeta invertida.
3.-Rosácea invertida.
4.-Esta pieza es de difícil interpretación (Palos y Navarro habla
de «páteras»), podría tratarse de un escudo oblongo y sobre él
un casco de tipo cónico cuya representación, aunque poco frecuente, aparece en algunos monumentos militares del sur de
la Galia (6).
5.-Vegetal invertido.
- Fragmento del costado derecho (Lumiares) :
6.-Rosácea invertida.
7.-Tres escudos oblongos cruzados.
8.-Dos cabezas de carnero opuestas.
9.-Dos cabezas de elefante opuestas.
10.-Escudos oblongos cruzados.
- Fragmento del costado izquierdo (Laborde) :
l.-Dos cabezas de elefante opuestas.
2.-Dos cabezas de carnero opuestas.
3.-Dos escudos cruzados.
4.-Rosácea invertida.
5.-Nada.
6.-Nada.
(5) Como en el caso anterior, creo que también Laborde estilizó en esta placa
una máscara de lince.
(6) P. COUISSIN: «Les armes figurés sur les monuments romaines de la Gaule
Meridionale.» Revue Archéologique, 1923, 71 y ss., fig. 15, núm. 4.
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Fig. J.-Perfil izquierdo, según dibujo de Laborde
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Examinando estos motivos decorativos vemos claramente el ritmo
regular con que se distribuyen a lo largo de las dos hileras de lambrequines. Tanto Lumiares como Laborde reproducen, en líneas generales,
los mismos temas ornamentales, pero existen diferencias o al menos
interpretaciones distintas entre los dibujos de uno y otro. Una de ellas
~s la Gorgona con rosácea de Lumiares que Laborde representa como
un Bucráneo. Teniendo en cuenta que ocupan un lugar correlativo y
que la semejanza de trazos entre las dos figuras es mucha, no es difícil
suponer que se trate de un único motivo que uno de los autores interpretó
de modo diverso al otro. La segunda disparidad la tenemos en el Mercurio
de Lumiares y la Gorgona de Laborde. El hecho de ser muy rara, prácticamente inexistente (7) la presencia de un Mercurio en la decoración
de los lambrequines, frecuentísima la representación de Gorgonas, y el
existir en un fragmento thoracato (8) una Gorgona con los mismos atributos que el supuesto Mercurio de Lumiares (alas saliendo directamente
de los cabellos y bajo el cuello la reducción del nudo de serpientes),
inclina a pensar que en la pieza original estaría representada una Gorgona.
Las launas, rematadas por un galón de flecos, apenas están marcadas
en la parte posterior, lo cual indica que, como es muy frecuente en este
tipo de piezas, la escultura estaría colocada en un nicho u hornacina
que ocultaba a la vista dicha zona de la figura.
Los motivos que decoran los lamb,requines se incluyen dentro del
habitual repertorio decorativo de estas piezas. Máscaras de animales,
escudos y adornos vegetales se repiten abundantemente en esculturas
thoracatas. Seria prolijo y carente de interés el enumerar paralelos de
adornos tan conocidos. Sin embargo es de gran importancia la placa
decorada con el Erote no sólo porque este motivo ,es prácticamente desconocido en la estatuaria que tratamos sino también por la difícil interpretación de la escena. Aunque figuras de Erotes pueden aparecer deco-
(7) Mancini, en su lista de motivos decorativos de los lambrequines, no incluye a
Mercurio (G. MANCINI: «Le statue loricate imperiali.» Bulletino della Commissione
Archeologica Comunale di Roma L. (1922), 201), solamente aparece este tema en un
ejemplar de Aigeria. C. C. VERMEULE: «Hellenistic ... A Suplement.» Berytus XV
(1964), núm. 70.
(8) Pieza perdida. Fototeca del Instituto Arqueológico Alemán de Roma, Negativo
núm. 1934, 915.
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rando los humerales (9), como ornamento de los lambrequines lo encontramos únicamente en un fragmento de escultura thoracata procedente
de Roma y conservada hoy en la Glyptoteca Ny Carlsberg de Copenhage
(10). En cuanto a los diversos temas de Erotes (11) creo que podría
relacionarse con una escena de cacería o bien con una escena marina. Del
primer tipo conocemos una pintura de Pompeya en la que se representa
a un Erote llevando sobre sus hombros un cervatillo (12), esta composición podría estar invertida, obligada por la forma de la pieza, en el
lambrequín de Sagunto. Sin embargo, mayor semejanza ofrecen las escenas de E rotes cabalgando sobre delfines o animales marinos (13), y precisamente este es el tema que aparece representado en el citado thoracato de Copenhage.
A pesar de que Vermeule incluye esta pieza en el grupo de esculturas
correspondientes al período tardo-Trajaneo o comienzos del Adrianeo,
no me parece posible indicar una cronología precisa para la escultura
de Sagun to porque estoy segura de la incorrecta e incluso fantástica
interpretación de los motivos decorativos de algunos de los lambrequines,
que serían los únicos datos objetivos a analizar. Así por ejemplo, ya
hemos visto que el motivo correspondiente a la placa número 8 de la
hilera superior del costado derecho, y la número 4 del costado izquierdo,
consideradas como un «áncora», son sin ningún género de dudas una
equivocada interpretación de una máscara de lince sobre una palmeta
invertida. También la muy posible identidad entre el «Mercurio con
alas» y la Gorgona, etcétera. El único motivo que podría aportar un
interesante dato es el Erote con animal, pero un solo tema decorativo,
y de interpretación exacta tan dudosa como ocurre en nuestro caso, no
justifica un paralelismo y consiguientemente una equivalencia cronológica.
En cuanto al aspecto formal de los lambrequines -separados entre
sí por un amplio espacio redondeado y de mayor tamaño y anchura los
(9) Por ejemplo, en el thoracato del Museo de las Termas, V. VERMEULE,
o. c., nota 1, núm. 137, lám. XII-37.
(10) F. MUTHMANN: «Bruchstücke einer Panzerstatue in Kopenhagen.» RM 51
(1936), 347 y ss., láms. 48-49.
(11) Ver sobre el tema R. STUVERAS : <: Le putto dans l'art romain.» Latomus,
XCIX, 1969.
(12) S. REINACH: «Repertoire des peintures grecques et romaines.» 7::l-4.
(13) Sobre este tipo de escenas Cfr. STUVERAS, o. c., nota 11, pág. 158 y ss.
Esta escena, aunque de escasa representación, está también documentada en material
numismático apareciendo ya en época Republicana, en un denario de L. Lvcretius Trio
(H. A. GRUEBER: «Coins of the Roman Republic in the British Museum», vol. I,
Oxford, 1970, 396, núm. 3.247) y posteriormente en un denario de la guerra civil del
año 68 d. J. y atribuible a Hispania (H. MATTINGLY-E. A. SYDENHAM: «The
Roman Imperial Coinage.» vol. 1, Londres, 1968, 189, núm. 17).
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PILAR ACUÑA
de la hilera inferior-, tomado como dato aislado, puede encuadrarse
perfectamente en cualquier corriente de la estatuaria thoracata de los
siglos I y primera mitad del II.
Por otra parte, la escultura thomcata que mayor parecido ofrece
respecto a la de Sagunto, el fragmento antes citado procedente de Roma
y hoy desaparecido (14), de características técnicas e iconográficas muy
similares, carece de ningún tipo de estudio que sirva de orientación.
La imposibilidad de dar una fecha concreta a este fragmento de
Sagunto y el interrogante de que el dibujo de Laborde no sea sino una
repetición invertida del de Lumiares, no disminuyen el indudable interés
del mismo. Esta pieza viene a sumarse al que ya podemos empezar a
considerar un numeroso conjunto de esculturas thoracatas de época
Imperial halladas en la península Ibérica (15) y cuyo conocimiento nos
resulta tan valioso a la hora de estudiar el grado de romanización de
las distintas zonas de la Hispania Romana.
(14) Cfr., nota 8.
(15) Cfr., nota 3. El número de esculturas thoracatas hasta hoy conocidas en la
Península Ibérica es de 33, entre piezas completas y fragmentos.
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