Los "graffiti" en escritura grecoibérica y púnica de la Illeta dels Banyets, El Campello (Alicante)
Enrique Llobregat Conesa
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ARCHIVO OE PRBHISTOJUA LEVA~
V.ol. XIX (Valencia, 11189)
E. A LLOBREGAT
(Alicante)
LOS «GRAFFITb EN ESClUTURA GRECOffiERICA Y PUNICA
DE LA ILLETA DELS BANYETS, EL CAMPELLO (ALICANTE)
No me fue rouy difícil elegir el tema de mi contribución al libro-homenaje a don
Donúngo Fletcher. Nada podía serie de mayor agrado que una publicación de nuevo
material epigráfico ibérico ·a l que ha dedicado su vida, y las excavaciones de la Dieta
dels Banyets de El Ca.rnpello, han ido proporcionando, desde antiguo, buenas muestras
de esa cJase de material. Presento ahora la cosecha obtenida en las campañas realizadas desde 1974 a 1986. Es posible que I.a revisión sistemática de los materiales de esas
campa:iias, que se lleva a cabo en ~l Museo Arqueológico de Alicante bajo mi d.itec·
ción, con vistas a la publicación dei yacimiento, proporcione. todavía algún ejemplar
más. No obstante, por el momento estos nuevos fondos podrán ayudar en algo a los
investigadores de la epigrafía ibérica y con la publicación de los que !rigueh se obtiene
ya el a.ifababeto grecoibérico completo empleado en la Dieta que tiene, como luego se
intentará probar, algunas varia:n..tee respecto al usado en los plomos de i..a Serreta.
Además, la aparición de gra{fiti én letra púnica plantea interrogantes de interés que
pueden hallar su justificación en la presencia en el yacimiento de un templo (el B) con
dos fases, cuyo mobiliario sacro y disposición apuntan a prototipos fenicio-púnicos (1).
Aunque alg:un.os de loe ejemplares han salido a luz entre los restos de los edificios! la
inm~nsa mayoría de ellos apareció en un pozo de saneamiento, al qu~ se ~jaban los
detritus del poblado mezcladOs con escamas de pescados y otras inmundicias. Salvo
algún· caso "excepcional (cf. núm. 20 del catálogo) los tiestos -con inscripciones están ya
desechadas y por eso se encuentran en el basurero. No obstante su estado de rotura se
(1)
E. A. LLOBREGAT: u Un altar de peñum• ele tipo oriental"" el yac:íJnlanto lbúic~ 4e la. ruet.a del8a.nyets (ll C&m¡¡eno, Alicante)».
Eapal\ola de Orientaliotu. XX. Madrla. 1884. poi@' SOI-308.
ll:ó16.tlrl 4a la Sociedad
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2
E. A. LLOBREGAT
puede en g.eneral deternri.nar el tipo y forma del vaso, lo que proporciona una cronología tanto para el yacimiento como para las inscripciones.
No quiero concluir esta introducción sin inencionu la ayuda inestimable que la
frecuentación de don Domingo Fle.tcher ba sido para mí fotmación científica. De su
magisterio he recibido sólidos fundamentos, como tantos y tantos que hem.Qs absorbido
las benéficas in.flu~ncia~J del S.I.P. En este momento jubilar se hace más que nQ.n.~a
indispensable el rendirle un homenaje de gratitud por tanta información y tantos
consejos. Ad multos annos!
CATA.LOGO DE LAS INSCRIPCIONES
La numaraci6n empleada enlaza con la de los ejemplares ya publicados por mí (2).
·Se recoge además los d,os ejemplares puhlic.a4os, procedentes del mismo yadm.i.ento,
uno por A. González Prats (3) y el otro por quien esto escribe (4) que, al haber
aparecido en revistas de carácter general y no especializado, han podido pasar inadvertidos. Se- les ha dado los números 6 y 21.
Inscripción 6
Según A. Gonzá.le2 Prats, «fragmento de cerámica ática de barniz negro, seguramente de la forma 21 de Lambogli~. El tiesto pertenece al fondo del vaso y escasamente
conserva el arranque del pie. En el int~or del vaso hay decoración a ruedecilla
compuesta de tres fajas concéntricas. En el exterior ofrece el cerchio 1"0880 en la
inflexión del pi"e y en la parte exterior del fondo conservada ae obse.rva la. existencía de
dos letras del alfabeto j6nico esgrafiadas y delimitadas por las roturas... Parece.
tratarse de un grupo vocálíco intermedio de 1~ l~y-enda completa>). Se halló en el
cuadro B-II, en la primera campaña de excavación (1974).
Transcripción: ··]ia(··
Inscripción 7
Sobre la cuarta parte del fondo de un vaso ático de barniz negro, form.a 483 de
Spm:kea, fechable entre el tercero y elsegun~o cuarto del siglo IV e.. J.C., o quizá de la
forme. 489 del mismo autor (posible forme. 42 A de Lamb.oglla). Tiene el pie moldurado,
y por la parte exterior muestra la base del pie y la parte central del fondo reservadas,
esta última con dos líneas circulares concéntricas pintadas. En la zona .reservada tr.es
signo~ final de una palabra, inscritos a punzón. Caracteres grecoibéricos (?).
Transcripción,• .. ]ito
B. A. LLOBR&GAT: .OO. ta¡pl• í~ A l'ialeri.or del poblat de la Ill~ dala ~cta-. Fo~WZU~Dt», 5. Baxcolooa, ~. p4p. 1.()3;.1U..
('J) E. /<.U.OJUt&(lAT: ol..cMI Ct"~ ~ Writun j6oia e iWrica del eate del M~ dA! ABcam.. &itabi, XV. Valenci•, ~""·a.~.
(3) A. GONZALSZ .PRA'l'& •Un I!~Yo · d&o c:QJ~Ieln j6Dle11 blllAdo dlll&ll\o 1M a:cafteiODae· a c:ua:o del' lai*M. 4,111 CamKoUo
Q
(AlieaJ~t.e)ll. Reriata del .lDetltuco 4e Rmldioa Alicant.inoe, r:t. A.liC (.e) B. A. l.LPBBBGA~ «UJLI!laftllo m -'l1D"a pdnica de la IDeta clela ~El ~a. Alkantao. l'l'Dl. L.AliotaDtie; -tumo. tm,
-160....,...
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I((}R.AFFITb> D.E EL CAMPELLO_
Inscripción 8
Fragmento de la parte central del pie de una páter~ de cerámica ática de barniz
negr_ . por ambaá caras. En la parte exterior del pie se advierte el onfalós central y a
o
cierta distancia un carácter greco-ibérico, posiblemente marca, aunque podrla ser la
últitna letra de una palabra. El vaso podría ser una forma 21 de Lamhog)ia.
Tran.soripción. ··]s
:
·
Inscripción 9
Fr-agmento de la parte central del pie de una pátera de cerámica ática de-barniz
negro, posiblemente de la forma 26 de Lamboglia, ccm círeulp reservado entre el pie y
el arranque de la. p~a. estando el pie· roto. En 1a. parte interna del mismo un signo
inscrittl a punzón que recuerda una M mayúscula, y que, dada la rotUra neta que se da
bajo la parte derecha del signo, podría interpretarse como un numeral griego indican_.
do la cifra 20, figurad·a por dos deltas, caso no infrecuente en este. tipo de inscripciones.
Podría ser una serie mayor de numerales.
Transcripción: ··](delta) (delta) ["
lMcripcidn 10
·Fragmento que conserva la casi totalidad del p_ie y fondo de una pátera d.e cerámica
ática .de barniz negro, ele la forma 832 de Sparkes, fechable por todo el sig_o IV (forma
l
26 de Lamboglia). En el interior del vaso cuatro palmetas dispuestas en forma de cruz
rodeadas por dos círculos a ruedecilla, banili: de color rojizo por defectuos-a cocción.
Por el exterior hay un filete reservado ~tre el vaso y el pie, cuyo i-nterior está también
reservado. El barniz bien cocido es de brillo metálico. Junto al pie y aliado de la parte
rota del fragmento se .inscribieron dos letras, comienzo de una palabra roás larga (?)
con caracteres greco-íbéricoa.
Transcripción: ia [· ·
Inscripción 11
Fragmertto de la boca y pared de una pátera de cerámica ática de barniz negro,
posiblemente de la forma 21 o 26 de Lamboglia. El barniz está muy erqsionado y
lascado por el exterior. Hacia el te'rdo de la altura de la pared del vaso se halla un
grupo de dos letras, trazadas con una punta muy gruesa -para lo que es habitual en
estas inscripciones que forman conjunto ya que delante y detrás de la inscripción
queda abundante espacio. Los caracteres son de tipo greco-ibél'ico.
Transcripown.: ta
Inscripc"ión 12
Fondo completo de una páter:a átiea de barniz ne~o. forma Sparkes 887 (Lamboglia
25(26 B ?). Hay reserva de barniz en la parte interior del pie 8.8Í como una linea en la
junción del pie con la pared del vaso. La. pasta es roja. En el centro del fondo del vaso
hay cuatro palmetas en figura cruciforme, En el exterior del pie, centrada, hay una
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11
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G..mti do El
eampello.
1Q
CfH..•
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l
6
cruz inscrita a punzón sobre el barniz negro, trazada tOrnando cqmo centro el onfal6a·
del fondo de la vasija,
Tranacripción,.· (cruz.)
Inscripción 13
Fragmento del pie y fondG de una páte.ra #ica de barniz négro, con fuerte irisación.
de tono metálico. En la porte interna hay huellas de un círculo de palmetas, además de
una banda cir~Qlar amplia que las envuelve con decoración a ruedecilla. La pasta es
roja y en la unión de la panza y el pie hay un círculo reservado. En la parte interior del
pie, cerca de éste, hay grabada a punzón. una inscripción de cuatro letras. en escritura
greco-ibérica, completa.
Tranacripción: a:rst
Inscripción 14
Tercio del fondo del pie de una copa de cer~ca ática de barniz negro, forma 413
de Sparkes, fechada. á partir del 480 a. C. Está roto por el arranque del tallo. El barniz es
color ala de mosca y amarronado, muy poco espeso y en algunas zonas emojecído de
cocción poco reductQra., que se manifies~ sobre todo en la parte inferior, de color rojo
claro, con una banda y un filete de b8l'lltt negro en torno del borde. Presenta dos letras
inscritas en sentido radial del conjunto de la base, dibujadas en escritura grecoibérica.
Transcripción: la
Inscri,pcidn 15
Fo:n,do de una pátera ática de barniz negro, forma Spukes 830 (Lamboglia 21),
reconstruida, casi completa. Pa,ata ocre, ba..rn.U negro, con la parte interior muy
erosionada en la quEt tan sólo se advierten resto~!! de un drculo a ruedecilla. El pie
tiene ~serva de barniz así como la unión -entre la panza y la pes,na. En el interior del
pie;junto al lateral~ hay trazada una inscripci6n dé tres letras en caracteres grecoibéricos.
Tran¡¡cripción: utu
Inscripción 16
Fragmento del fondo de una pátera en parte reconstruida, forma 806 de SparkeB
(Lamboglia 21 o 26). El fondo interior está decorado por palmetas y un círculo a
•
ruedecilla. El pie tiene uña. con reserva de barniz, así como un anillo reservado en la
junción de cuerpo y l;lase. En la parte dentro del pie hay dos círculos concéntricos
ín$critos a pwwSn y una leyenda de cinco c.a ncteres del alfabeto gr~oibérico, de las
que la segunda letra está más ahaj,o de la caja del escrito y en menor tamaño. En otro
lugar del fondo se presenta otro carácter de escritura q.ue no pertenece al sistema
es.criptori.o grecoihérico en que está grabada toda la inscripción sino que recuerda un
signo dei. sistema ibérico monetal.
Transcripción: áa aka +(signo semejante a KO ® alfabeto monetal)'
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E. A. LL08REGAT
8
·
lMcripción, 17
Mi4ld! del fondo de una copa de cerámica ática de barniz negro, de la forma 499 de
Sparkes (Lamboglia 42 A o B). Decorada en la parte interna por una palmeta y círculo
a ruedecina. Al exterior hay filete reservado en la unión entre el cuerpo y el pie, a.sí
como el círculo de la bas·e del pie también eatá reservado. En la parte exterior del
fondo, dentro del pie hay una inscripción incompleta por el final, en .letra grecoibérica.
Tran.scripeió~t· Ieég[..
lTJJJcripci6n 18
G~an
parte del fondo de una cepa ática de barniz negro, (orroa. 24 de Lamboglia. El
barniz es de color amarronado, saltado en puntos pequeñ~ la pasta de color rosado,
cc;>n un círculo inciso en ei centro del' fo~do. El pie es redondeado, con uña intema. En
la parte inferior del pie hay tres caracteres grecoibéricos, en dos grupos diferentes:
uno de dos letras y otro de una.
Tran~~cripción: ga
t
lnscn'pción 19
Pequeüo fragmento del ~a: y borde de un plato de pescado, d'e cerám~ca ática de
bam~ negl'Q, de la forma 23 de Lamboglia. Barniz muy saltado que sólo es cubriente en
la ear.a anterior y po~teriol"'1 negro btillanta, muy ligero. Sobre la cara interna del plato
hay unas rayas efectuadas con punzón de punta fina, que no ·parece representen
caracteres de ningún sistema escriptorio. No obstante se incluye dada la semejanza
con algunas inscripciones del p_ecio de El Sec, v.g., núm. 33, correspondiente al núm. 10
del catálogo de D. Cerdá.
In.scripción 20
Copa ática de barniz negro (bo/.$cfl), sin las asas_, fol"Jila 557 de Sparkes y 42 B de
La.mboglia. Barniz negro con brillo metálíco iridiscente, saltado Qn lasquitas de forma
oval sobre la mayor parte de la superficie, que arrancan, también parte de la pasta,
atacada por un medio salino. En el interior _ e la copa hay, al fondo, un círculo a
d
ruedecilla. Por el exterior se advierten estrías reservadas marcando la inflexi6n entre
la panza y el cuerpo y entre ~sta y el pie. Este es moldurado, con uña en la base_
.
Dentro del círculo del ¡pie, al exterior, hay inscrito un signo, del que se da:rá cuenta en
el comentario, por su anomalia.
In.scripción 21
Fondo de un plato de pescado ático de barniz negro, forma 23 de Lamboglia. ?asta
color rojo, ladriilo os. uro, barniz negro mate muy cubriente, sin zonas reservadas.
c
Dentro del ¡pie, y cerca de la uni6n de ia peana con la base, inscritas a pUnzón dos
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uG:RAF'FITI» DE EL OAMPELLO
7
l~tras del alfabeto púnico: B S (bet, sámek), que, a juicio de la doctora Fuentes Estaño}
serían la abreviatura de un nombre propio del tipo B'LSKR (6).
1'rlsn,scrjpción: bs (bet, sámek)
lnscripc_ón 22
i
Fragmento menor de un cuarto del fondo de una pátera átíc.a de barniz negro, que
en su parte interna tiene una decoración de palmétas ligad~ y un círculo a ruedecilla.
Por la parte externa, dentro del pie, hay un círculo reservado en el que se trazó u
punzón una inscripci6.n en caracteres p(micos, cuadrilítera, aunque por el comienzo de
la inscripción -a la de)."echa del lector-- podría habe.r más letras. Para la doctora
Fuentes Estañol seria un .nombre propio (6),
TrQ.1l¡_8CTi,pción.: t•g:r (tau, álef, gayn, re.sh)
D4.RALELOS
No pretendía inicialmente hacer ningún comenta.ri.o filológico, para el que no me
siento preparado, ni siquiera traer a colación algún paralelo. No obstante el decurso
del estudio dé las inscripciones me ha obligado en alguna ocasión a mirar los paralelos
a fin de ratificar o infi:r:m8r alguna de mis lecturas iniciales. Por ello daré una lista
somera, basada en el repertorio de J. Siles, al que añadiré algún otro, espigado al azar,
por la vecindad geográfica, sin afanes de exhaustividad. Su papel en este catálog<;> es
fundamentalmente de ratifi.c ación de que la lectu.l'a es posible y forma parte del acervo
de la lengua -o le.nguas- ibéricas.
La inscripción fre.gmentaria núm·. 6 no tiene, én puridad, paralelo. La sflaba, en
posición inicial de palabra la encontramos en el Léxico de Siles (7) números 963 (de
Sagunto), 964 (de Azaila), !)66 (del plomo del Cabezo de Mariola), 967 (de Sagunto) y
968 (del plomo del Cigarralejo), las tres últimas formando la sílaba ·inicial de las
palabras i.a.bi, i.a.n.bl.n.t.a y i.a.n.e.l.a.s. Todas ellas atribuibles también a la
inscripción número 10. que es principio de palabra.
Nada diré de las in.sc.ripciones 7 y 8, que son finales de palabra y que será cómodo
encontrar o.uando dispongamos de un lé;rico reverso, cuya utilidad, por el momento, no
parece excesiva.
Si la interpretación que he hecho del fragmento 9 es acertada -lo diminutQ del
ti~to impide muchas maravillas en ello- nos encontramos con una grafía muy ordinaria, común en los graffiti sobre ce'fám.ica ática de barn~ negro. Es un numeral del
·s istema acrofónicQ griego (8) que equivale a la cifra 10, representada por la inicial de
d(élt4) y que sefiala las decen~. de la primera a la novena, por la simple aposición de
deltas. Otra inscripción de esta misma. procedencia, publicada ante.rioro1ente (9).
(5)
{6)
(7)
(8)
(9)
M.• JoAo FU&NTBS EST~OU. orCorpwo cle.laa inlc:ripdoo• f~ piílric:u y ll~ de ~. Barce!ou, J98e, nlim. Ql.OI.
fUENTES ESTA~OL: Op. d1. flll la nota 6, nám. 01.011..
~' SILES: l,. ibtm.....,, Madrid, 111615 (111!0018 IOdo lo p¡bJicado hasta 19'16).
V&ue 11DA nbticia 1\l......,..tal BD el articulo ele Th.L HEAT p~~n~ el OrlortJ ~ l);r;J;J~, 1970', &u: GreY: N~
LLúBREGAT: Op. cit.. en la nota 2.
~165-
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8
E. A. LLODREGAT
La inscripción 11 desanolla e_n alfabeto grecoibérico el sonido de un signo del
sistema esc:riptorio ibérico levantino o, como se le acostumbra a denominar últimamente, a.l.fa.beto epicó:rico. En las inscripciones recogidas- por Siles no aparece la sílaba
aislada, sino repetida: ta.ta en inscripciones sobre cerámica de Azaila y Ensérune
(nú:ms. 736 y ·737). ~ sílaba ta, como inicial de palabras, cubre los números 725 a 787
de Sil~. dentro de ellos están en sistema grecoibérico el 733, de La Serreta., (tagisgarok) el 769, tarlke, del Cigartalejo y el 770 de la misma procedencia. Los gra(fitt
r;ecogidos en tierras murcianas (10), aunque posteriores en el tiempo y empleando
sistema. escriptorio levantino, repiten en multitud de ocasiones el signo ta, lo qlie
obliga a pensar que es una marca convencional (11) como supone De Hoz pa,ra las
piezas de El Sec, Traen la sílaba en cuestión las pieUls números 5 y 6 (Cabecico del
Tesoro.), 7, 12, 13, 16 y 32.
La inscripción 13 presenta una
y todos los paralelos recogidos en Hiles se
muestran con s. Ignoro si es posiple este cambio gráfico, aunque sospecho, por otros
ejempl~ gue no citaré por mor de. brevedad, que no es factible.
Con la inscripción 14 tenemos de nuevo una sola sílaba, que tanto en grecoibérico
como en levantino requiere dos signos. Debe de tratarse de otra m.atéa convencional.
pues aparece en muchos graffiti de Azaila, y también sobre pesas, así como en una
inscripción de Arenys de Mar (Siles, 1092). Las de Azalla ocupan los númeroe 1.087 a
1.091 del ,mismo léxico y están trazados sobre ceJ;ámica tampan:iense.
Por lo que hace a l!á inscripción 15 no he encontrado ni un solo paral&lo enSiles.
No es el caso de la inscripción 16 que es mucho mejor conocida. La encontramos en el
Cigarralejo (Siles, 1279) como áakar.bik. y en La Serreta. (Siles, 1.281) como ~aka.ris
ker. Sin embargo en Liria (Siles, 1,282) la misma palabra muestra en sistema Íevantino
una á en lugar de una s. Parece que la forma 8akar e~ un antropónimo (Siles, 1981;
Untermann también lo considera):
De la inscripción 17 no encuentro paralelo. Sí, en cambio, de la 18, aunque
segurament_ será más una marca. que otra cosa, pues no parece la abreviatura de una
e
palabra más larga. Con todo eh· La Serreta tenemos un gaibigait (~mes, 572) y un
garokan (Siles, 607). La taparte del grupo silábico &Aterior, no parece tamhién.sino
una marca, ~ada muy al desgaire.
Nada puedo decir de la jnt!cripci6n.19, salvo el ya mencionado parecido superficial
con el ~afito 3.3 (numeración de Hoz} de El Sec. No me extrañaría que fuesen
rayas si:n sentido o, aun más sencill9.Dlente, áreas de barniz sal~o caprichosamente
por un goipe o cualquier otra causa fortuita.
La inscripción 20 trae un signo que aparece en el sistema ibérico levantino pero
que no p~~ se pueda leer mediante él ya que se nos presenta en la irulcripci6n
s,
(10) A. INIESTA, J. M. GARCI.A CANO Y M.• Cumea IIERit()CAL: Gra1it.Da prelatin.at 60bre ~ ea Jdmda». Analee de la
VniYenridad de Mwci4. ~ru. XLIII, 8.-4. Murcia, 1884, pAp. 73-93.
(11) J. de HOZ: <~U!~ del Boa 7loe cnft!Ale ~tilea"" Ocddente». hPIId.. "~ bar\:0 de 8.19ec», Oalvi.l.~tamiato, 1.987,
~ 6QS.6IiQ.
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11GR.A.FFITI» DE EL CAMPELLO
Ca.m.pello 4 (12) que, pienso debe de conaid~rarse como grecoibérica. Más adelante se
hará su discusión, baste éon mencionar, por el momento, que Siles, en su número 69lee
a.t.a.(s/ul). La introducción del signo del sistama ibérico dentro del sistema grecoibérico me parece un tanto incongruente, y pretendo demostrar que este signo puede ser del
sistema grecoibérico, como más adelante se verá.
LM inscripciones 21 y 22 están trazadas en alfabet
por Fuentes Estañol, a quien las envíé para aumentar el número de inscripciones qu&
había de recoger en. su utilísimo Corpus ÚS), en los númeroa Oi.Ol y Ol.02.Interpreta.la
primera ~omo abreviatura de un nombre propio, del tipo ba·al askar, y la. segunda
como un antropónimo. No les he encont~do paralelo en las inscripciones del pecio de
El Sec, en que hay bastantes en esa grafía, y que son Wl paralelo ínmedíato, aunque
sea simplemente por el empleo del alfabeto púnico, para las- que estamos analizando.
SOBRE EL ALPA.BETO GRECOIBERICO Y EL DUCTUS
DE SUS CARACTERES
Cuando publiqué la primera serie de gralfiti sobre cerámica, procedentes de la
rueta deis Banyets y del To..ssal de la Cala, que formaban parte de. la colección del
Museo de Alicante, me planteé estudiar en lo posible el ductus de los caracteres ya
que, en casos dudosos, quizá podría identifi_car un carácter en oposición a otro por la
forma del trazado. Con el material emte~te a la sazón se quedaban sÍil representación
grtfica las siguientes letras: o, u, k~ s, y se planteaba un pr()bl~a por la forma
peculiar de tn;1a letra de la inscripción 4, que identificaba por mí (14) como una saile, o
mejor áan, fue puesta en duda por Siles como ya se ha visto anteriormente.
La nueva serie de ipi¡cripciones ha permitido completar el alfabeto con los signos
para las letr~ que faltaban y aun añadir la posible expli~ción de la extraña graña de
ian anteriormente propue8ta. En un cuadro resumiré las formas de laB letras y las
variaciones del ductus, en la medida que es posible llegar a determinarlo, basándose en
los traz~ que cortan a otros trazos preexistentes. No puedo garantizar al cien por
ciento el sistema, toda vez que, en algún caso, y aun empleando fuertea aumentos, no
es posible llegar a discernir con precisión cuál es el primero de lt;>S tr8.Z08 inscritos. La
evidencia, por otra parte, de que la escritura grecoibérica es normalmente dextrógira,
ayuda. también algo a la hora de intentar reconstruir el movimiento de la mano del
escriba.
Vayamos pues con el albafeto. La letra ~ de t¡res trazos, tiene siempre como
primero el izquierdo y segundo el derecho, mientras que el travesaño presenta diferentes variantes: con ~ent)do hacia arriba y de derecha a izquierda en la.a inscripciones 3 y
4. con el mismo trazado pero con el travesaño hacia abajo en las 6, H, 13 y 16, co.rta.ndo
(12) LLOBRBGAT: Op. di .., la I>Dta 2.
(lll) ~ BSTA.ROL: Op. cit. 1111 la DOta 6.
04) U.OBRJKlAT: ~ ciL ciJl la notJ p4p. 12.1&.
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- 167.-
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11
sólo el trazo izquierdo en la 10, y con el travesaño en sentido de derecha a. izquierda- y
dir~ción hacia abajo en las 14 y 18.
La letra E muestra siempre un mismo trazado, homogéneo, primero el trazo vertical
izquierdo, luego el derecho y, por último•. el transversal. Lo ·mismo ocurre con la letra
l, que se marca de un solo trazo de a.r.riba abajo.
La letra O plantea un problema, sólo hay un ejemplo en la inscrípción 7 y es de
fonnil circular, con dos trazos en f~rma de sel;Ilicircunferencia, verticales. El alfabeto
empleado en los plomos de Alcoy y en el del Cigarralejo, muestra siempre la letra con
trazado angular,_ de forma rómbíca, y a las veces con ápices sobresalientes ep 1!1 parte
inferior. El trazado de esa O redonda le resultó arduo al escr-iba y -a juzgar por las
r-ayas que grabó- hubo de intentarlo al menos dos veces hasta que le qued6 aceptable.
Quizá ese fuera el motivo de abandon.ar e.l diseño circular por otro angular, como se ve
en las inscripciones ya mencionad.Sl;l, porque en el original que se considera como
modelo griego de este alfabeto (15) y en todos loe demás alfabetos griegos arcaicos (dé
Thera, eólico-dorio, argivo, corintio, ático, dé las islas) la forma de la O Edempre es
circular. Ese y otros motivos, COJDO el Q.ducido por Maluquer de Motes (16) de que «este
alfabeto resultaba poco práctico para escribir la lengua ibérica... (ya que) si transcribimos los textos del plomo de Alcoy en alfabeto setnisilá.bico ibérico, resulta que ee
precisan sólo 251 signos, mientras el alfabeto grecoibérico requiere 829, es decir que el
uso del sistema semisilábico ahorra casi un 30% de signo¡p), permiten explicar la
escasa presencia de este sistema escriptorio, y su limitación temporal de qne mEi,s
adelante se hablará.
La letra U no plantea mayor problema en su trazado, siempre con el mismo ductus.
Por lo que hace a laa consonantes, 41. B marca \Dl dl..lcllJ.S lógico, fra.ccíonando los
dos senos a la derecha en dos golpes angulares de buril, la D mantiene siempre el
mismo trazado, que en general, co01o casi todos los demás es el más lógico para un
escribi~nte diestro y que traza s1,1s caracteres en sentido dextr6giro. Igual oCWTe con
la G en todas laa ocasiones que aparece y con la K. En la L se ve una vacilación que
habría que comprobar a.nalizando más ejemplos. En un caso ~e traz~ prim~ la pata
izquierda y luego la derecha. en otro -inscripción 1- se traza antes la pata de la
derecha, más corta, y luego la pata i2quierd~ más larga y que. sobrepasa a la anterior.
La N de las inscripciones 1 y 3 traza primero el travesaño oblícuo al que luego añade
los trazos ~e.J;'ticales izquierdo y derecho, por ese orden. En la R, hay un diseño en tres
trazos, fraccionando en dos el gesto de marcar su parte angular., inscripción 1,
mientras que en la 13 la línea angular de la der~ha se dibuja de un solo golpe como
ocurre con los senos de la B, Para mayor complicación, la R tiene como primer trazo el
.de la parte superior del ángulo y después el inferior. Los trazos tercero y cuarto son el
vertical a la izq.u ierda y el ápice superior derecho que se dibujan sigl.Üende> el misrno
3
06) J. Jd.ALUQUER DE MOTES! uEplgrafla pniAtiN de ~ p.enWu1.a ibúU:a». Barcelona., 1968. P'f. SO.
M. GOMI!.Z MORENO: «El plomo de !Jcop. Mi.ac:el.l.n_""". Mttdrid,. L9t9, p&p. 219-?~lJ •. oepecl.alDI8Qf.a 2'1l6.
(16) MALUQUER: ()p. ciL en la noUI 16, p(g. ·fll.
-169 -
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E. A. LLOBREGAT
ductus que. se da en la N. La S se delinea en dos golpes ~ares superpuestos,
mientras la S plantea diversos problemas que serán estudiados posteriormente. En la T
alternan las que tienen com.o primer trazo el superior horizontal (inscripciones 4 y 18)
mientras que la forma más común es la que lo tiene t:Useñado pogterio.rttlente al trazo
vertical, lo que acontece en las inscripciones 1, 7, 11, 13 y 15.
Las deltas inscritas en el tiesto número 6, ya publicado, están heehaa en cuatro
trazos, primero se inscriben tres ángulos agudos seguidos. cada uno 9e ellos hecho de
un solo trazo angular y, por último, se cierran por la parte inferior con un solo trazo
recto. Este ductU8 es distinto al que vemos en la inscripción 9, que he interpretado
como restos de dos deltas. En los. trazos que se conservan el ductus de cada uno de los
ángulos es el mismo, un primer trazo a la iZquierda y luego otro a la derecha, idéntico
al de la L de la inscripción 14. No puede ~:~er una M, que no existe en el alfabeto
grecoibérico, ni tanlpoco, enderezando el tiesto, una S, ya que el ductu.s no se co~
ponde, ni tampoco una doble L, que no recuerdo se dé en la epigraña en lengua ibérica.
No me atrevo a identificar este signo con seguridad dado lo ~educído del tiesto· y lo
reducido de los signos trazados, incompletos por rotura.
·
Queda por escla.re;cer el problema de ía lectura de la inscripción 4 y su paralelo e.n
la inscripción 20, asf como la relación de estos signos con la 8an de laa inscripciones 2,
6, 13, 16 y 17. Comencemos por laa fo~ acanóniC88)> de la ian. Ya Gómez Moreno
(17) al deacril;>ir la escritura del Plomo de Alcoy señala textualmen~: ~
prevenciones el ca_o, bastará insistir en la comparación de aifabetos antiguos p~
s
convencernos de que, entre todos, el alcQyano correaponde .a. uno Sólo con precisión,
aalvo respecto de la letra (san) y es el griego jónico... La única anormalidad toca al
octavo signo, que podría ser m; pero dado el poco uso de esta. letra en ibérico, prefiero
asimilarlo alsade fenicio y se chipriota que pasó en forma de ToMa alfabetos griegos
muy arcaicos y lo transcribiremos por 8 (Gómez Moreno ponía un punto bajo Lls, q\le es la
transcripción ordinaria d~ la ~. y que- he regularizado al uso actual). Sin emb~go,
hay diversidsd de opiniones, ya desde antiguo, sobre la procedencia del lÍan, que en su
forma M denva antes de la sin fenicia que no de la sade, como mantenía Lenormant
(iS). Février, en cambio, señala que en el alfabeto etrusco de Marsiliana el lugar de la
s Esta letra no aparece en los alfabetos del Asia Menor, pero en HQ,licarnaso hay una
letra en forma de T, con los ápices· laterales muy caídos, que servía para notación del
sonido ss, tt (19). Todo esto se complicó con la aparición ulterior de. la sampi, numeral
cursivo apareqido hacia el siglo II a. J.C., que derivaba de la san y que tomó el nombr.e
de su similitud con un.a sigma. 13emicircular combinada con una pi, signo que h~ traído
últ)mamenté a colaci6n J. de· Hoz (20) al ~tudiar la alternancia de ambos tipos de S en
el alfabeto grecoibérico.
GOMU MO.llE!'IO: Op. oit. "" ~ uo1A 16.
Ó8} F. LKNORMANT: «Aipbabetum» ett Ch. DARRMBERG y i:.. SAGUO d>íatiDrw:ire dal antiquü4e ~ et rolll&!n.-.
(19) J . G. FEVRIER.: ..m.toir& dAl 1'4<:ri~. P'ariA, 1969, p4g&. ~1-292.
~ J . de HOZ: «La eecritun greeo.ib6rita». Vell!ia. 2-8. Vi~ria, 1986-811. ~ 286-i98.
(17}
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18
Una clara explicación de este sistema escriptorio viene dada. con todo detalle por J.
Maluquer de Motes (21). No entraré e»:. los valores fonéticos ampliamente estudiados
por Siles (22) que cita además toda la bibliograffa. sobre la materia.
.Mi interis se va a centrar en las g:rafias d~ este signo, de las que se presenta un
cuadro con todas las variantes, y en la posibilidad de que haya una variante fonnal
con el mismo valor. En la forma canónica de la letra, una batra horizontal de )(l que
penden tres barras verticales nos encontramos dos fórmulas diferentes tnlzadas de la
_síguiente .manera: prúnera barra vertical, segunda barra vertical, barra horizontal y
terc$H barra vertical (i.nscri.pción 18). La inscripción 16 nos muestra una forma IQás
regularizada: se trazan primero las tres verticales paralelas y se completan con la
línea horizontal superior. Las inscripciones 2 y 5 nos presentan una forma más rápida,
compuesta por solo tres trazos: el primero que constituye la parte horizontal y se dobls.
en ángulo para trazar una de las líneas verticales: en cada uno de los casos la primera
de. la izquierda o la de la d~~ha según la dirección en que-se ha escrito. Luego siguen,
de izquierda a derecha las dos restantes líneas ~erticáles. A pesar de las vf!,riutes,
todos ellos son claramente reeónociblea como la letras. En la ..~pción 4le1 en su
día el último signo como 8 ya que era el ductus que más se parecía al de las anterioré8
inscripciones. No puedo aceptar la sugerencia de Siles, anteriormente citada, ·de leer
atau ya que sería introducir un carácter del siste,ma ibérico levantino, lo que ~é ·
parece un poco incongruente. Con la aparición de la inscripción 20, semejante en su
fo~a a la leq>a cuestionada de la inscripción 4 se me esclareció el horizonte un poco
más. En efecto, el ductus del único signo de la inscripción 20 puede c;:on.sideral'8e como .
un paso más en el proceso de simplifi~ción que habían significado los signos de las
inscripciones 2 y 6 arriba mencionados, y que acabaría. si mi hipótesis es válida, en la
forma más esquematizada de la inscripción. 4. En el cuadro sinóptico c;ie estas formaS se
podrá ver mucho más claramente la serie evolutiva que. propugno. Estaríamos asistien~
do a un proceso estilizador y simplificador. como el que dio nacimiento desde las
fonna.s antiguas de la ian al híbrido formalSampi con su amplia curva -como la de la
inscripción 20- que sirve como lateral y parte superior, y los das apéndices perpendiculares, trazados ~n posterioridad.
FECHACION DE LAS INSCRIPCIONES·
El estar rea.liza.d.as sobre cerámicas áticas de barniz ne.gro, de cronología bastante
bien estudiada. es un· dato esencial pua la fechaci6n de estas inscripciones, y por ·
ellas de las realizadas sobre plomo. En primer lugar hay que destacar que todas las
analizadas en el presente trabajo han $ido rea.l:i.zadas tras la cocción y son, por tanto~
contempor~f:!~ o posteriores a los vasos sobre loe que fueron inscritas. El origen_
del
(lll) J4ALUQUft: Op. c:lt ea 1.& DDt& 1&. P4 91.
.
(22) J. SILBS: uU.eber elle Slbilpu ill ~ SchftA». ~del n eoloqu.lo IIObte leDJUA_f e.crituru pnilmiiiWIU ele la penm.w.
IWrica, (TüblnJen, 1878), IW&mu~ 1.91'9, ~. 8HI!I,
- 161 -
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14
B. A. LLOBRBGAT
sistema grecoibérico es fechadQ por Mal~q1,1er de Motes (23) hacia el450, en lo E¡ue es.tá
de acuerdo J. de la Hoz, quien habla de una fecha dentze del segundo cuarto del siglo
V a. J:C. (24). El plomo del Cigarralejo se fechaba arqueológicamente por Cuadrado en
la segunda mitad del siglo IV a. J.C. (25).
Por lp que ha~e a lAs publicadaJJ en estas páginas, muy pocas piezas pe.rnüten afinar
en la cronología, dado su estado de rotura que impide clasificar con todo detalle la
forma y conocer por esa vía su amplitud cronológica. Eviqentemente todo el conjunto
se fec.h a dentro del siglo IV a. J.C. y podemos precisar algo más en aquellas piezas que
han podido ser clasificacUts por sus parah~los en las halla.das en el Agora de AtenaB (26)
como son la inscripción 7, que data entre el tercero y el segundo cuarto del siglo IV a.
J.C., la inscripción 10, inscrita sobre. un vaso cuya cronología ~pa todo el siglo, la
14, que aparece sobre una pieza que comenzó a fabricarse a partir del 480 pero que no
se puede determinar, dado lo ír~entario, en cuál de sus vari.a.ntes se podría estable-cer. Otras piezas dan menos posibilidades de cronología. El pol>lado ibérie() establecido
en la lli~ta d~ BBJlyets de El Cam.pello tiene una Cl'QD.ología que abarca prácticamente todo el siglo IV y, por el momento, en lo qu.e se lleva estudiado de la masa de
cel'ámica aparecida, parece que no llega más allá del tránsito de la cuarta a la ter~ra
centuria antes de J.C. Por lo que hace a la fecha de comienzo, algunos tiestos antiguos
del pozo de basuras, muy ~tropeados, podrían dar fechas dentro del período 430-400 a.
J.C. pero el estudio aún no está muy ava.nzado.
Se pu~e lícitamente inducir que el poblado ibérico de la illeta deis Banyets fue
una especie de emporio en el que ~~e establecía el mercado bájo la protección de los
dioses, en terreno, por tanto, neutral. La presencia de dQá templos (27), uno de
tradición greco-itálica y otro de tradición oriental, ademá.a reconstruidos d06 veces en
un corto espacio de tiempo, en.t:J"e los cuales se emplaza un gran almacén que ha
proporcionado piezas· de importación; abona la hipótesis. En ese caso na nos ha de
extrañar lá presencia de vasijas de iinportaci6n griega con marcas inscritas, tanto en
sistema escri.ptorio local como en si..stems. escriptorio púnico. La misma mezcla proporciona el pecio de El Sec, y aunque quizá nunca sepamos si el barco et:a de origen griego
o qe origen púnico, o si én él viajaban al mismo tiempo mercaderes de ambas
procedencias, lo cierto es que barcos cqmo aquél hubieron de fondear en la cercanía de
la isla (que no lo era ·a la sazón, antes una península larga y estrecha, como una proa
cara al mar) y vender sus productos bajo el manto de los dioses aunque desconozcamos
cuál fuera el pro
Alicante, 19.88
(U) MALUQU!i:ll: Op. d1.. -ea le. nota 16, P'g. 92.
(J4) 0• HOZ: Op. dt.. a la nota iO.
(26) l. CUA.DRÁQO: «Bl plomo tl(lll '-"lpciooiWrica ®J C!Jpunlejo, Mula. ~o~_.w.. Cullden>oe da Historia Primitiva, V, 1. Madrid.
19®.
(26) 8 . SI'MJ(ES y L. TALCO'IT: «'lbe Athenian AgDnt, XIl, BW;Ic 4Jld·pWn potteey ohhe 6th. ~lh &Dd 4th cetiturlea BC,.. ll voL 1'ho
Aman~ &:hool ot Ciasorical Btwiie. e\ Ath-. PriD~ t.m.
(i?) LLOBREOA'r: <>P,. cit.. en la Ilota 1, ~ •Doa t.enrp'-··"
(28) M.• E . AUBET; .tfuo y Jaa CCtlcmiu flmi~ialo clal ocoidonteo. DuooTona, lill7, ~ 85. La cleeeripcd~ del •puerio ID~~
a~macao Y alllll:n 11.ue otro 8aJI~, ae ~ .. liiiiY bien " lo BXCavada an ~mata de!.. Banyet&
V~ a.l C!UO E. A. LLOBRRCAT: L'illeu. dAia.Ba:nyeta (El ~llo, C8lllll d'AlaC4-Il.t). ¿tou.·utl oaíporiom?.BUCélona. HOIUD.I.tce al
J>IO{.euor- Miq)J.el T11trade.ll, en prenaa.
..
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LAM. 1
E. A. LLOBREGAT.-----<•Graffití11 de El Campello
7
8
10
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E. A.
LLOBREGAT.-<•Graffit.i~
LAM. 11
de El Campello
11
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LAM . ni
E . A. LLOBREGAT.-(
15
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E. A. LLOBREGAT.-uGraffitl>• de El Campello
19
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LAM. IV
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ARCHIVO OE PRBHISTOJUA LEVA~
V.ol. XIX (Valencia, 11189)
E. A LLOBREGAT
(Alicante)
LOS «GRAFFITb EN ESClUTURA GRECOffiERICA Y PUNICA
DE LA ILLETA DELS BANYETS, EL CAMPELLO (ALICANTE)
No me fue rouy difícil elegir el tema de mi contribución al libro-homenaje a don
Donúngo Fletcher. Nada podía serie de mayor agrado que una publicación de nuevo
material epigráfico ibérico ·a l que ha dedicado su vida, y las excavaciones de la Dieta
dels Banyets de El Ca.rnpello, han ido proporcionando, desde antiguo, buenas muestras
de esa cJase de material. Presento ahora la cosecha obtenida en las campañas realizadas desde 1974 a 1986. Es posible que I.a revisión sistemática de los materiales de esas
campa:iias, que se lleva a cabo en ~l Museo Arqueológico de Alicante bajo mi d.itec·
ción, con vistas a la publicación dei yacimiento, proporcione. todavía algún ejemplar
más. No obstante, por el momento estos nuevos fondos podrán ayudar en algo a los
investigadores de la epigrafía ibérica y con la publicación de los que !rigueh se obtiene
ya el a.ifababeto grecoibérico completo empleado en la Dieta que tiene, como luego se
intentará probar, algunas varia:n..tee respecto al usado en los plomos de i..a Serreta.
Además, la aparición de gra{fiti én letra púnica plantea interrogantes de interés que
pueden hallar su justificación en la presencia en el yacimiento de un templo (el B) con
dos fases, cuyo mobiliario sacro y disposición apuntan a prototipos fenicio-púnicos (1).
Aunque alg:un.os de loe ejemplares han salido a luz entre los restos de los edificios! la
inm~nsa mayoría de ellos apareció en un pozo de saneamiento, al qu~ se ~jaban los
detritus del poblado mezcladOs con escamas de pescados y otras inmundicias. Salvo
algún· caso "excepcional (cf. núm. 20 del catálogo) los tiestos -con inscripciones están ya
desechadas y por eso se encuentran en el basurero. No obstante su estado de rotura se
(1)
E. A. LLOBREGAT: u Un altar de peñum• ele tipo oriental"" el yac:íJnlanto lbúic~ 4e la. ruet.a del8a.nyets (ll C&m¡¡eno, Alicante)».
Eapal\ola de Orientaliotu. XX. Madrla. 1884. poi@' SOI-308.
ll:ó16.tlrl 4a la Sociedad
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[page-n-150]
2
E. A. LLOBREGAT
puede en g.eneral deternri.nar el tipo y forma del vaso, lo que proporciona una cronología tanto para el yacimiento como para las inscripciones.
No quiero concluir esta introducción sin inencionu la ayuda inestimable que la
frecuentación de don Domingo Fle.tcher ba sido para mí fotmación científica. De su
magisterio he recibido sólidos fundamentos, como tantos y tantos que hem.Qs absorbido
las benéficas in.flu~ncia~J del S.I.P. En este momento jubilar se hace más que nQ.n.~a
indispensable el rendirle un homenaje de gratitud por tanta información y tantos
consejos. Ad multos annos!
CATA.LOGO DE LAS INSCRIPCIONES
La numaraci6n empleada enlaza con la de los ejemplares ya publicados por mí (2).
·Se recoge además los d,os ejemplares puhlic.a4os, procedentes del mismo yadm.i.ento,
uno por A. González Prats (3) y el otro por quien esto escribe (4) que, al haber
aparecido en revistas de carácter general y no especializado, han podido pasar inadvertidos. Se- les ha dado los números 6 y 21.
Inscripción 6
Según A. Gonzá.le2 Prats, «fragmento de cerámica ática de barniz negro, seguramente de la forma 21 de Lambogli~. El tiesto pertenece al fondo del vaso y escasamente
conserva el arranque del pie. En el int~or del vaso hay decoración a ruedecilla
compuesta de tres fajas concéntricas. En el exterior ofrece el cerchio 1"0880 en la
inflexión del pi"e y en la parte exterior del fondo conservada ae obse.rva la. existencía de
dos letras del alfabeto j6nico esgrafiadas y delimitadas por las roturas... Parece.
tratarse de un grupo vocálíco intermedio de 1~ l~y-enda completa>). Se halló en el
cuadro B-II, en la primera campaña de excavación (1974).
Transcripción: ··]ia(··
Inscripción 7
Sobre la cuarta parte del fondo de un vaso ático de barniz negro, form.a 483 de
Spm:kea, fechable entre el tercero y elsegun~o cuarto del siglo IV e.. J.C., o quizá de la
forme. 489 del mismo autor (posible forme. 42 A de Lamb.oglla). Tiene el pie moldurado,
y por la parte exterior muestra la base del pie y la parte central del fondo reservadas,
esta última con dos líneas circulares concéntricas pintadas. En la zona .reservada tr.es
signo~ final de una palabra, inscritos a punzón. Caracteres grecoibéricos (?).
Transcripción,• .. ]ito
B. A. LLOBR&GAT: .OO. ta¡pl• í~ A l'ialeri.or del poblat de la Ill~ dala ~cta-. Fo~WZU~Dt», 5. Baxcolooa, ~. p4p. 1.()3;.1U..
('J) E. /<.U.OJUt&(lAT: ol..cMI Ct"~ ~ Writun j6oia e iWrica del eate del M~ dA! ABcam.. &itabi, XV. Valenci•, ~""·a.~.
(3) A. GONZALSZ .PRA'l'& •Un I!~Yo · d&o c:QJ~Ieln j6Dle11 blllAdo dlll&ll\o 1M a:cafteiODae· a c:ua:o del' lai*M. 4,111 CamKoUo
Q
(AlieaJ~t.e)ll. Reriata del .lDetltuco 4e Rmldioa Alicant.inoe, r:t. A.liC (.e) B. A. l.LPBBBGA~ «UJLI!laftllo m -'l1D"a pdnica de la IDeta clela ~El ~a. Alkantao. l'l'Dl. L.AliotaDtie; -tumo. tm,
-160....,...
[page-n-151]
I((}R.AFFITb> D.E EL CAMPELLO_
Inscripción 8
Fragmento de la parte central del pie de una páter~ de cerámica ática de barniz
negr_ . por ambaá caras. En la parte exterior del pie se advierte el onfalós central y a
o
cierta distancia un carácter greco-ibérico, posiblemente marca, aunque podrla ser la
últitna letra de una palabra. El vaso podría ser una forma 21 de Lamhog)ia.
Tran.soripción. ··]s
:
·
Inscripción 9
Fr-agmento de la parte central del pie de una pátera de cerámica ática de-barniz
negro, posiblemente de la forma 26 de Lamboglia, ccm círeulp reservado entre el pie y
el arranque de la. p~a. estando el pie· roto. En 1a. parte interna del mismo un signo
inscrittl a punzón que recuerda una M mayúscula, y que, dada la rotUra neta que se da
bajo la parte derecha del signo, podría interpretarse como un numeral griego indican_.
do la cifra 20, figurad·a por dos deltas, caso no infrecuente en este. tipo de inscripciones.
Podría ser una serie mayor de numerales.
Transcripción: ··](delta) (delta) ["
lMcripcidn 10
·Fragmento que conserva la casi totalidad del p_ie y fondo de una pátera d.e cerámica
ática .de barniz negro, ele la forma 832 de Sparkes, fechable por todo el sig_o IV (forma
l
26 de Lamboglia). En el interior del vaso cuatro palmetas dispuestas en forma de cruz
rodeadas por dos círculos a ruedecilla, banili: de color rojizo por defectuos-a cocción.
Por el exterior hay un filete reservado ~tre el vaso y el pie, cuyo i-nterior está también
reservado. El barniz bien cocido es de brillo metálico. Junto al pie y aliado de la parte
rota del fragmento se .inscribieron dos letras, comienzo de una palabra roás larga (?)
con caracteres greco-íbéricoa.
Transcripción: ia [· ·
Inscripción 11
Fragmertto de la boca y pared de una pátera de cerámica ática de barniz negro,
posiblemente de la forma 21 o 26 de Lamboglia. El barniz está muy erqsionado y
lascado por el exterior. Hacia el te'rdo de la altura de la pared del vaso se halla un
grupo de dos letras, trazadas con una punta muy gruesa -para lo que es habitual en
estas inscripciones que forman conjunto ya que delante y detrás de la inscripción
queda abundante espacio. Los caracteres son de tipo greco-ibél'ico.
Transcripown.: ta
Inscripc"ión 12
Fondo completo de una páter:a átiea de barniz ne~o. forma Sparkes 887 (Lamboglia
25(26 B ?). Hay reserva de barniz en la parte interior del pie 8.8Í como una linea en la
junción del pie con la pared del vaso. La. pasta es roja. En el centro del fondo del vaso
hay cuatro palmetas en figura cruciforme, En el exterior del pie, centrada, hay una
- 151-
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7
~~
11
i~:1~.
J r .
@
22
:
8
-
o
G..mti do El
eampello.
1Q
CfH..•
[page-n-153]
l
6
cruz inscrita a punzón sobre el barniz negro, trazada tOrnando cqmo centro el onfal6a·
del fondo de la vasija,
Tranacripción,.· (cruz.)
Inscripción 13
Fragmento del pie y fondG de una páte.ra #ica de barniz négro, con fuerte irisación.
de tono metálico. En la porte interna hay huellas de un círculo de palmetas, además de
una banda cir~Qlar amplia que las envuelve con decoración a ruedecilla. La pasta es
roja y en la unión de la panza y el pie hay un círculo reservado. En la parte interior del
pie, cerca de éste, hay grabada a punzón. una inscripción de cuatro letras. en escritura
greco-ibérica, completa.
Tranacripción: a:rst
Inscripción 14
Tercio del fondo del pie de una copa de cer~ca ática de barniz negro, forma 413
de Sparkes, fechada. á partir del 480 a. C. Está roto por el arranque del tallo. El barniz es
color ala de mosca y amarronado, muy poco espeso y en algunas zonas emojecído de
cocción poco reductQra., que se manifies~ sobre todo en la parte inferior, de color rojo
claro, con una banda y un filete de b8l'lltt negro en torno del borde. Presenta dos letras
inscritas en sentido radial del conjunto de la base, dibujadas en escritura grecoibérica.
Transcripción: la
Inscri,pcidn 15
Fo:n,do de una pátera ática de barniz negro, forma Spukes 830 (Lamboglia 21),
reconstruida, casi completa. Pa,ata ocre, ba..rn.U negro, con la parte interior muy
erosionada en la quEt tan sólo se advierten resto~!! de un drculo a ruedecilla. El pie
tiene ~serva de barniz así como la unión -entre la panza y la pes,na. En el interior del
pie;junto al lateral~ hay trazada una inscripci6n dé tres letras en caracteres grecoibéricos.
Tran¡¡cripción: utu
Inscripción 16
Fragmento del fondo de una pátera en parte reconstruida, forma 806 de SparkeB
(Lamboglia 21 o 26). El fondo interior está decorado por palmetas y un círculo a
•
ruedecilla. El pie tiene uña. con reserva de barniz, así como un anillo reservado en la
junción de cuerpo y l;lase. En la parte dentro del pie hay dos círculos concéntricos
ín$critos a pwwSn y una leyenda de cinco c.a ncteres del alfabeto gr~oibérico, de las
que la segunda letra está más ahaj,o de la caja del escrito y en menor tamaño. En otro
lugar del fondo se presenta otro carácter de escritura q.ue no pertenece al sistema
es.criptori.o grecoihérico en que está grabada toda la inscripción sino que recuerda un
signo dei. sistema ibérico monetal.
Transcripción: áa aka +(signo semejante a KO ® alfabeto monetal)'
-163-
[page-n-154]
E. A. LL08REGAT
8
·
lMcripción, 17
Mi4ld! del fondo de una copa de cerámica ática de barniz negro, de la forma 499 de
Sparkes (Lamboglia 42 A o B). Decorada en la parte interna por una palmeta y círculo
a ruedecina. Al exterior hay filete reservado en la unión entre el cuerpo y el pie, a.sí
como el círculo de la bas·e del pie también eatá reservado. En la parte exterior del
fondo, dentro del pie hay una inscripción incompleta por el final, en .letra grecoibérica.
Tran.scripeió~t· Ieég[..
lTJJJcripci6n 18
G~an
parte del fondo de una cepa ática de barniz negro, (orroa. 24 de Lamboglia. El
barniz es de color amarronado, saltado en puntos pequeñ~ la pasta de color rosado,
cc;>n un círculo inciso en ei centro del' fo~do. El pie es redondeado, con uña intema. En
la parte inferior del pie hay tres caracteres grecoibéricos, en dos grupos diferentes:
uno de dos letras y otro de una.
Tran~~cripción: ga
t
lnscn'pción 19
Pequeüo fragmento del ~a: y borde de un plato de pescado, d'e cerám~ca ática de
bam~ negl'Q, de la forma 23 de Lamboglia. Barniz muy saltado que sólo es cubriente en
la ear.a anterior y po~teriol"'1 negro btillanta, muy ligero. Sobre la cara interna del plato
hay unas rayas efectuadas con punzón de punta fina, que no ·parece representen
caracteres de ningún sistema escriptorio. No obstante se incluye dada la semejanza
con algunas inscripciones del p_ecio de El Sec, v.g., núm. 33, correspondiente al núm. 10
del catálogo de D. Cerdá.
In.scripción 20
Copa ática de barniz negro (bo/.$cfl), sin las asas_, fol"Jila 557 de Sparkes y 42 B de
La.mboglia. Barniz negro con brillo metálíco iridiscente, saltado Qn lasquitas de forma
oval sobre la mayor parte de la superficie, que arrancan, también parte de la pasta,
atacada por un medio salino. En el interior _ e la copa hay, al fondo, un círculo a
d
ruedecilla. Por el exterior se advierten estrías reservadas marcando la inflexi6n entre
la panza y el cuerpo y entre ~sta y el pie. Este es moldurado, con uña en la base_
.
Dentro del círculo del ¡pie, al exterior, hay inscrito un signo, del que se da:rá cuenta en
el comentario, por su anomalia.
In.scripción 21
Fondo de un plato de pescado ático de barniz negro, forma 23 de Lamboglia. ?asta
color rojo, ladriilo os. uro, barniz negro mate muy cubriente, sin zonas reservadas.
c
Dentro del ¡pie, y cerca de la uni6n de ia peana con la base, inscritas a pUnzón dos
-15~ -
[page-n-155]
uG:RAF'FITI» DE EL OAMPELLO
7
l~tras del alfabeto púnico: B S (bet, sámek), que, a juicio de la doctora Fuentes Estaño}
serían la abreviatura de un nombre propio del tipo B'LSKR (6).
1'rlsn,scrjpción: bs (bet, sámek)
lnscripc_ón 22
i
Fragmento menor de un cuarto del fondo de una pátera átíc.a de barniz negro, que
en su parte interna tiene una decoración de palmétas ligad~ y un círculo a ruedecilla.
Por la parte externa, dentro del pie, hay un círculo reservado en el que se trazó u
punzón una inscripci6.n en caracteres p(micos, cuadrilítera, aunque por el comienzo de
la inscripción -a la de)."echa del lector-- podría habe.r más letras. Para la doctora
Fuentes Estañol seria un .nombre propio (6),
TrQ.1l¡_8CTi,pción.: t•g:r (tau, álef, gayn, re.sh)
D4.RALELOS
No pretendía inicialmente hacer ningún comenta.ri.o filológico, para el que no me
siento preparado, ni siquiera traer a colación algún paralelo. No obstante el decurso
del estudio dé las inscripciones me ha obligado en alguna ocasión a mirar los paralelos
a fin de ratificar o infi:r:m8r alguna de mis lecturas iniciales. Por ello daré una lista
somera, basada en el repertorio de J. Siles, al que añadiré algún otro, espigado al azar,
por la vecindad geográfica, sin afanes de exhaustividad. Su papel en este catálog<;> es
fundamentalmente de ratifi.c ación de que la lectu.l'a es posible y forma parte del acervo
de la lengua -o le.nguas- ibéricas.
La inscripción fre.gmentaria núm·. 6 no tiene, én puridad, paralelo. La sflaba, en
posición inicial de palabra la encontramos en el Léxico de Siles (7) números 963 (de
Sagunto), 964 (de Azaila), !)66 (del plomo del Cabezo de Mariola), 967 (de Sagunto) y
968 (del plomo del Cigarralejo), las tres últimas formando la sílaba ·inicial de las
palabras i.a.bi, i.a.n.bl.n.t.a y i.a.n.e.l.a.s. Todas ellas atribuibles también a la
inscripción número 10. que es principio de palabra.
Nada diré de las in.sc.ripciones 7 y 8, que son finales de palabra y que será cómodo
encontrar o.uando dispongamos de un lé;rico reverso, cuya utilidad, por el momento, no
parece excesiva.
Si la interpretación que he hecho del fragmento 9 es acertada -lo diminutQ del
ti~to impide muchas maravillas en ello- nos encontramos con una grafía muy ordinaria, común en los graffiti sobre ce'fám.ica ática de barn~ negro. Es un numeral del
·s istema acrofónicQ griego (8) que equivale a la cifra 10, representada por la inicial de
d(élt4) y que sefiala las decen~. de la primera a la novena, por la simple aposición de
deltas. Otra inscripción de esta misma. procedencia, publicada ante.rioro1ente (9).
(5)
{6)
(7)
(8)
(9)
M.• JoAo FU&NTBS EST~OU. orCorpwo cle.laa inlc:ripdoo• f~ piílric:u y ll~ de ~. Barce!ou, J98e, nlim. Ql.OI.
fUENTES ESTA~OL: Op. d1. flll la nota 6, nám. 01.011..
~' SILES: l
V&ue 11DA nbticia 1\l......,..tal BD el articulo ele Th.L HEAT p~~n~ el OrlortJ ~ l);r;J;J~, 1970', &u: GreY: N~
LLúBREGAT: Op. cit.. en la nota 2.
~165-
[page-n-156]
8
E. A. LLODREGAT
La inscripción 11 desanolla e_n alfabeto grecoibérico el sonido de un signo del
sistema esc:riptorio ibérico levantino o, como se le acostumbra a denominar últimamente, a.l.fa.beto epicó:rico. En las inscripciones recogidas- por Siles no aparece la sílaba
aislada, sino repetida: ta.ta en inscripciones sobre cerámica de Azaila y Ensérune
(nú:ms. 736 y ·737). ~ sílaba ta, como inicial de palabras, cubre los números 725 a 787
de Sil~. dentro de ellos están en sistema grecoibérico el 733, de La Serreta., (tagisgarok) el 769, tarlke, del Cigartalejo y el 770 de la misma procedencia. Los gra(fitt
r;ecogidos en tierras murcianas (10), aunque posteriores en el tiempo y empleando
sistema. escriptorio levantino, repiten en multitud de ocasiones el signo ta, lo qlie
obliga a pensar que es una marca convencional (11) como supone De Hoz pa,ra las
piezas de El Sec, Traen la sílaba en cuestión las pieUls números 5 y 6 (Cabecico del
Tesoro.), 7, 12, 13, 16 y 32.
La inscripción 13 presenta una
y todos los paralelos recogidos en Hiles se
muestran con s. Ignoro si es posiple este cambio gráfico, aunque sospecho, por otros
ejempl~ gue no citaré por mor de. brevedad, que no es factible.
Con la inscripción 14 tenemos de nuevo una sola sílaba, que tanto en grecoibérico
como en levantino requiere dos signos. Debe de tratarse de otra m.atéa convencional.
pues aparece en muchos graffiti de Azaila, y también sobre pesas, así como en una
inscripción de Arenys de Mar (Siles, 1092). Las de Azalla ocupan los númeroe 1.087 a
1.091 del ,mismo léxico y están trazados sobre ceJ;ámica tampan:iense.
Por lo que hace a l!á inscripción 15 no he encontrado ni un solo paral&lo enSiles.
No es el caso de la inscripción 16 que es mucho mejor conocida. La encontramos en el
Cigarralejo (Siles, 1279) como áakar.bik. y en La Serreta. (Siles, 1.281) como ~aka.ris
ker. Sin embargo en Liria (Siles, 1,282) la misma palabra muestra en sistema Íevantino
una á en lugar de una s. Parece que la forma 8akar e~ un antropónimo (Siles, 1981;
Untermann también lo considera):
De la inscripción 17 no encuentro paralelo. Sí, en cambio, de la 18, aunque
segurament_ será más una marca. que otra cosa, pues no parece la abreviatura de una
e
palabra más larga. Con todo eh· La Serreta tenemos un gaibigait (~mes, 572) y un
garokan (Siles, 607). La taparte del grupo silábico &Aterior, no parece tamhién.sino
una marca, ~ada muy al desgaire.
Nada puedo decir de la jnt!cripci6n.19, salvo el ya mencionado parecido superficial
con el ~afito 3.3 (numeración de Hoz} de El Sec. No me extrañaría que fuesen
rayas si:n sentido o, aun más sencill9.Dlente, áreas de barniz sal~o caprichosamente
por un goipe o cualquier otra causa fortuita.
La inscripción 20 trae un signo que aparece en el sistema ibérico levantino pero
que no p~~ se pueda leer mediante él ya que se nos presenta en la irulcripci6n
s,
(10) A. INIESTA, J. M. GARCI.A CANO Y M.• Cumea IIERit()CAL: Gra1it.Da prelatin.at 60bre ~ ea Jdmda». Analee de la
VniYenridad de Mwci4. ~ru. XLIII, 8.-4. Murcia, 1884, pAp. 73-93.
(11) J. de HOZ: <~U!~ del Boa 7loe cnft!Ale ~tilea"" Ocddente». hPIId.. "~ bar\:0 de 8.19ec», Oalvi.l.~tamiato, 1.987,
~ 6QS.6IiQ.
-156-
[page-n-157]
11GR.A.FFITI» DE EL CAMPELLO
Ca.m.pello 4 (12) que, pienso debe de conaid~rarse como grecoibérica. Más adelante se
hará su discusión, baste éon mencionar, por el momento, que Siles, en su número 69lee
a.t.a.(s/ul). La introducción del signo del sistama ibérico dentro del sistema grecoibérico me parece un tanto incongruente, y pretendo demostrar que este signo puede ser del
sistema grecoibérico, como más adelante se verá.
LM inscripciones 21 y 22 están trazadas en alfabet
había de recoger en. su utilísimo Corpus ÚS), en los númeroa Oi.Ol y Ol.02.Interpreta.la
primera ~omo abreviatura de un nombre propio, del tipo ba·al askar, y la. segunda
como un antropónimo. No les he encont~do paralelo en las inscripciones del pecio de
El Sec, en que hay bastantes en esa grafía, y que son Wl paralelo ínmedíato, aunque
sea simplemente por el empleo del alfabeto púnico, para las- que estamos analizando.
SOBRE EL ALPA.BETO GRECOIBERICO Y EL DUCTUS
DE SUS CARACTERES
Cuando publiqué la primera serie de gralfiti sobre cerámica, procedentes de la
rueta deis Banyets y del To..ssal de la Cala, que formaban parte de. la colección del
Museo de Alicante, me planteé estudiar en lo posible el ductus de los caracteres ya
que, en casos dudosos, quizá podría identifi_car un carácter en oposición a otro por la
forma del trazado. Con el material emte~te a la sazón se quedaban sÍil representación
grtfica las siguientes letras: o, u, k~ s, y se planteaba un pr()bl~a por la forma
peculiar de tn;1a letra de la inscripción 4, que identificaba por mí (14) como una saile, o
mejor áan, fue puesta en duda por Siles como ya se ha visto anteriormente.
La nueva serie de ipi¡cripciones ha permitido completar el alfabeto con los signos
para las letr~ que faltaban y aun añadir la posible expli~ción de la extraña graña de
ian anteriormente propue8ta. En un cuadro resumiré las formas de laB letras y las
variaciones del ductus, en la medida que es posible llegar a determinarlo, basándose en
los traz~ que cortan a otros trazos preexistentes. No puedo garantizar al cien por
ciento el sistema, toda vez que, en algún caso, y aun empleando fuertea aumentos, no
es posible llegar a discernir con precisión cuál es el primero de lt;>S tr8.Z08 inscritos. La
evidencia, por otra parte, de que la escritura grecoibérica es normalmente dextrógira,
ayuda. también algo a la hora de intentar reconstruir el movimiento de la mano del
escriba.
Vayamos pues con el albafeto. La letra ~ de t¡res trazos, tiene siempre como
primero el izquierdo y segundo el derecho, mientras que el travesaño presenta diferentes variantes: con ~ent)do hacia arriba y de derecha a izquierda en la.a inscripciones 3 y
4. con el mismo trazado pero con el travesaño hacia abajo en las 6, H, 13 y 16, co.rta.ndo
(12) LLOBRBGAT: Op. di .., la I>Dta 2.
(lll) ~ BSTA.ROL: Op. cit. 1111 la DOta 6.
04) U.OBRJKlAT: ~ ciL ciJl la notJ p4p. 12.1&.
z.
- 167.-
[page-n-158]
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[page-n-159]
11
sólo el trazo izquierdo en la 10, y con el travesaño en sentido de derecha a. izquierda- y
dir~ción hacia abajo en las 14 y 18.
La letra E muestra siempre un mismo trazado, homogéneo, primero el trazo vertical
izquierdo, luego el derecho y, por último•. el transversal. Lo ·mismo ocurre con la letra
l, que se marca de un solo trazo de a.r.riba abajo.
La letra O plantea un problema, sólo hay un ejemplo en la inscrípción 7 y es de
fonnil circular, con dos trazos en f~rma de sel;Ilicircunferencia, verticales. El alfabeto
empleado en los plomos de Alcoy y en el del Cigarralejo, muestra siempre la letra con
trazado angular,_ de forma rómbíca, y a las veces con ápices sobresalientes ep 1!1 parte
inferior. El trazado de esa O redonda le resultó arduo al escr-iba y -a juzgar por las
r-ayas que grabó- hubo de intentarlo al menos dos veces hasta que le qued6 aceptable.
Quizá ese fuera el motivo de abandon.ar e.l diseño circular por otro angular, como se ve
en las inscripciones ya mencionad.Sl;l, porque en el original que se considera como
modelo griego de este alfabeto (15) y en todos loe demás alfabetos griegos arcaicos (dé
Thera, eólico-dorio, argivo, corintio, ático, dé las islas) la forma de la O Edempre es
circular. Ese y otros motivos, COJDO el Q.ducido por Maluquer de Motes (16) de que «este
alfabeto resultaba poco práctico para escribir la lengua ibérica... (ya que) si transcribimos los textos del plomo de Alcoy en alfabeto setnisilá.bico ibérico, resulta que ee
precisan sólo 251 signos, mientras el alfabeto grecoibérico requiere 829, es decir que el
uso del sistema semisilábico ahorra casi un 30% de signo¡p), permiten explicar la
escasa presencia de este sistema escriptorio, y su limitación temporal de qne mEi,s
adelante se hablará.
La letra U no plantea mayor problema en su trazado, siempre con el mismo ductus.
Por lo que hace a laa consonantes, 41. B marca \Dl dl..lcllJ.S lógico, fra.ccíonando los
dos senos a la derecha en dos golpes angulares de buril, la D mantiene siempre el
mismo trazado, que en general, co01o casi todos los demás es el más lógico para un
escribi~nte diestro y que traza s1,1s caracteres en sentido dextr6giro. Igual oCWTe con
la G en todas laa ocasiones que aparece y con la K. En la L se ve una vacilación que
habría que comprobar a.nalizando más ejemplos. En un caso ~e traz~ prim~ la pata
izquierda y luego la derecha. en otro -inscripción 1- se traza antes la pata de la
derecha, más corta, y luego la pata i2quierd~ más larga y que. sobrepasa a la anterior.
La N de las inscripciones 1 y 3 traza primero el travesaño oblícuo al que luego añade
los trazos ~e.J;'ticales izquierdo y derecho, por ese orden. En la R, hay un diseño en tres
trazos, fraccionando en dos el gesto de marcar su parte angular., inscripción 1,
mientras que en la 13 la línea angular de la der~ha se dibuja de un solo golpe como
ocurre con los senos de la B, Para mayor complicación, la R tiene como primer trazo el
.de la parte superior del ángulo y después el inferior. Los trazos tercero y cuarto son el
vertical a la izq.u ierda y el ápice superior derecho que se dibujan sigl.Üende> el misrno
3
06) J. Jd.ALUQUER DE MOTES! uEplgrafla pniAtiN de ~ p.enWu1.a ibúU:a». Barcelona., 1968. P'f. SO.
M. GOMI!.Z MORENO: «El plomo de !Jcop. Mi.ac:el.l.n_""". Mttdrid,. L9t9, p&p. 219-?~lJ •. oepecl.alDI8Qf.a 2'1l6.
(16) MALUQUER: ()p. ciL en la noUI 16, p(g. ·fll.
-169 -
[page-n-160]
E. A. LLOBREGAT
ductus que. se da en la N. La S se delinea en dos golpes ~ares superpuestos,
mientras la S plantea diversos problemas que serán estudiados posteriormente. En la T
alternan las que tienen com.o primer trazo el superior horizontal (inscripciones 4 y 18)
mientras que la forma más común es la que lo tiene t:Useñado pogterio.rttlente al trazo
vertical, lo que acontece en las inscripciones 1, 7, 11, 13 y 15.
Las deltas inscritas en el tiesto número 6, ya publicado, están heehaa en cuatro
trazos, primero se inscriben tres ángulos agudos seguidos. cada uno 9e ellos hecho de
un solo trazo angular y, por último, se cierran por la parte inferior con un solo trazo
recto. Este ductU8 es distinto al que vemos en la inscripción 9, que he interpretado
como restos de dos deltas. En los. trazos que se conservan el ductus de cada uno de los
ángulos es el mismo, un primer trazo a la iZquierda y luego otro a la derecha, idéntico
al de la L de la inscripción 14. No puede ~:~er una M, que no existe en el alfabeto
grecoibérico, ni tanlpoco, enderezando el tiesto, una S, ya que el ductu.s no se co~
ponde, ni tampoco una doble L, que no recuerdo se dé en la epigraña en lengua ibérica.
No me atrevo a identificar este signo con seguridad dado lo ~educído del tiesto· y lo
reducido de los signos trazados, incompletos por rotura.
·
Queda por escla.re;cer el problema de ía lectura de la inscripción 4 y su paralelo e.n
la inscripción 20, asf como la relación de estos signos con la 8an de laa inscripciones 2,
6, 13, 16 y 17. Comencemos por laa fo~ acanóniC88)> de la ian. Ya Gómez Moreno
(17) al deacril;>ir la escritura del Plomo de Alcoy señala textualmen~: ~
s
convencernos de que, entre todos, el alcQyano correaponde .a. uno Sólo con precisión,
aalvo respecto de la letra (san) y es el griego jónico... La única anormalidad toca al
octavo signo, que podría ser m; pero dado el poco uso de esta. letra en ibérico, prefiero
asimilarlo alsade fenicio y se chipriota que pasó en forma de ToMa alfabetos griegos
muy arcaicos y lo transcribiremos por 8 (Gómez Moreno ponía un punto bajo Lls, q\le es la
transcripción ordinaria d~ la ~. y que- he regularizado al uso actual). Sin emb~go,
hay diversidsd de opiniones, ya desde antiguo, sobre la procedencia del lÍan, que en su
forma M denva antes de la sin fenicia que no de la sade, como mantenía Lenormant
(iS). Février, en cambio, señala que en el alfabeto etrusco de Marsiliana el lugar de la
s Esta letra no aparece en los alfabetos del Asia Menor, pero en HQ,licarnaso hay una
letra en forma de T, con los ápices· laterales muy caídos, que servía para notación del
sonido ss, tt (19). Todo esto se complicó con la aparición ulterior de. la sampi, numeral
cursivo apareqido hacia el siglo II a. J.C., que derivaba de la san y que tomó el nombr.e
de su similitud con un.a sigma. 13emicircular combinada con una pi, signo que h~ traído
últ)mamenté a colaci6n J. de· Hoz (20) al ~tudiar la alternancia de ambos tipos de S en
el alfabeto grecoibérico.
GOMU MO.llE!'IO: Op. oit. "" ~ uo1A 16.
Ó8} F. LKNORMANT: «Aipbabetum» ett Ch. DARRMBERG y i:.. SAGUO d>íatiDrw:ire dal antiquü4e ~ et rolll&!n.-.
(19) J . G. FEVRIER.: ..m.toir& dAl 1'4<:ri~. P'ariA, 1969, p4g&. ~1-292.
~ J . de HOZ: «La eecritun greeo.ib6rita». Vell!ia. 2-8. Vi~ria, 1986-811. ~ 286-i98.
(17}
-160-
[page-n-161]
18
Una clara explicación de este sistema escriptorio viene dada. con todo detalle por J.
Maluquer de Motes (21). No entraré e»:. los valores fonéticos ampliamente estudiados
por Siles (22) que cita además toda la bibliograffa. sobre la materia.
.Mi interis se va a centrar en las g:rafias d~ este signo, de las que se presenta un
cuadro con todas las variantes, y en la posibilidad de que haya una variante fonnal
con el mismo valor. En la forma canónica de la letra, una batra horizontal de )(l que
penden tres barras verticales nos encontramos dos fórmulas diferentes tnlzadas de la
_síguiente .manera: prúnera barra vertical, segunda barra vertical, barra horizontal y
terc$H barra vertical (i.nscri.pción 18). La inscripción 16 nos muestra una forma IQás
regularizada: se trazan primero las tres verticales paralelas y se completan con la
línea horizontal superior. Las inscripciones 2 y 5 nos presentan una forma más rápida,
compuesta por solo tres trazos: el primero que constituye la parte horizontal y se dobls.
en ángulo para trazar una de las líneas verticales: en cada uno de los casos la primera
de. la izquierda o la de la d~~ha según la dirección en que-se ha escrito. Luego siguen,
de izquierda a derecha las dos restantes líneas ~erticáles. A pesar de las vf!,riutes,
todos ellos son claramente reeónociblea como la letras. En la ..~pción 4le1 en su
día el último signo como 8 ya que era el ductus que más se parecía al de las anterioré8
inscripciones. No puedo aceptar la sugerencia de Siles, anteriormente citada, ·de leer
atau ya que sería introducir un carácter del siste,ma ibérico levantino, lo que ~é ·
parece un poco incongruente. Con la aparición de la inscripción 20, semejante en su
fo~a a la leq>a cuestionada de la inscripción 4 se me esclareció el horizonte un poco
más. En efecto, el ductus del único signo de la inscripción 20 puede c;:on.sideral'8e como .
un paso más en el proceso de simplifi~ción que habían significado los signos de las
inscripciones 2 y 6 arriba mencionados, y que acabaría. si mi hipótesis es válida, en la
forma más esquematizada de la inscripción. 4. En el cuadro sinóptico c;ie estas formaS se
podrá ver mucho más claramente la serie evolutiva que. propugno. Estaríamos asistien~
do a un proceso estilizador y simplificador. como el que dio nacimiento desde las
fonna.s antiguas de la ian al híbrido formalSampi con su amplia curva -como la de la
inscripción 20- que sirve como lateral y parte superior, y los das apéndices perpendiculares, trazados ~n posterioridad.
FECHACION DE LAS INSCRIPCIONES·
El estar rea.liza.d.as sobre cerámicas áticas de barniz ne.gro, de cronología bastante
bien estudiada. es un· dato esencial pua la fechaci6n de estas inscripciones, y por ·
ellas de las realizadas sobre plomo. En primer lugar hay que destacar que todas las
analizadas en el presente trabajo han $ido rea.l:i.zadas tras la cocción y son, por tanto~
contempor~f:!~ o posteriores a los vasos sobre loe que fueron inscritas. El origen_
del
(lll) J4ALUQUft: Op. c:lt ea 1.& DDt& 1&. P4 91.
.
(22) J. SILBS: uU.eber elle Slbilpu ill ~ SchftA». ~del n eoloqu.lo IIObte leDJUA_f e.crituru pnilmiiiWIU ele la penm.w.
IWrica, (TüblnJen, 1878), IW&mu~ 1.91'9, ~. 8HI!I,
- 161 -
[page-n-162]
14
B. A. LLOBRBGAT
sistema grecoibérico es fechadQ por Mal~q1,1er de Motes (23) hacia el450, en lo E¡ue es.tá
de acuerdo J. de la Hoz, quien habla de una fecha dentze del segundo cuarto del siglo
V a. J:C. (24). El plomo del Cigarralejo se fechaba arqueológicamente por Cuadrado en
la segunda mitad del siglo IV a. J.C. (25).
Por lp que ha~e a lAs publicadaJJ en estas páginas, muy pocas piezas pe.rnüten afinar
en la cronología, dado su estado de rotura que impide clasificar con todo detalle la
forma y conocer por esa vía su amplitud cronológica. Eviqentemente todo el conjunto
se fec.h a dentro del siglo IV a. J.C. y podemos precisar algo más en aquellas piezas que
han podido ser clasificacUts por sus parah~los en las halla.das en el Agora de AtenaB (26)
como son la inscripción 7, que data entre el tercero y el segundo cuarto del siglo IV a.
J.C., la inscripción 10, inscrita sobre. un vaso cuya cronología ~pa todo el siglo, la
14, que aparece sobre una pieza que comenzó a fabricarse a partir del 480 pero que no
se puede determinar, dado lo ír~entario, en cuál de sus vari.a.ntes se podría estable-cer. Otras piezas dan menos posibilidades de cronología. El pol>lado ibérie() establecido
en la lli~ta d~ BBJlyets de El Cam.pello tiene una Cl'QD.ología que abarca prácticamente todo el siglo IV y, por el momento, en lo qu.e se lleva estudiado de la masa de
cel'ámica aparecida, parece que no llega más allá del tránsito de la cuarta a la ter~ra
centuria antes de J.C. Por lo que hace a la fecha de comienzo, algunos tiestos antiguos
del pozo de basuras, muy ~tropeados, podrían dar fechas dentro del período 430-400 a.
J.C. pero el estudio aún no está muy ava.nzado.
Se pu~e lícitamente inducir que el poblado ibérico de la illeta deis Banyets fue
una especie de emporio en el que ~~e establecía el mercado bájo la protección de los
dioses, en terreno, por tanto, neutral. La presencia de dQá templos (27), uno de
tradición greco-itálica y otro de tradición oriental, ademá.a reconstruidos d06 veces en
un corto espacio de tiempo, en.t:J"e los cuales se emplaza un gran almacén que ha
proporcionado piezas· de importación; abona la hipótesis. En ese caso na nos ha de
extrañar lá presencia de vasijas de iinportaci6n griega con marcas inscritas, tanto en
sistema escri.ptorio local como en si..stems. escriptorio púnico. La misma mezcla proporciona el pecio de El Sec, y aunque quizá nunca sepamos si el barco et:a de origen griego
o qe origen púnico, o si én él viajaban al mismo tiempo mercaderes de ambas
procedencias, lo cierto es que barcos cqmo aquél hubieron de fondear en la cercanía de
la isla (que no lo era ·a la sazón, antes una península larga y estrecha, como una proa
cara al mar) y vender sus productos bajo el manto de los dioses aunque desconozcamos
cuál fuera el pro
(U) MALUQU!i:ll: Op. d1.. -ea le. nota 16, P'g. 92.
(J4) 0• HOZ: Op. dt.. a la nota iO.
(26) l. CUA.DRÁQO: «Bl plomo tl(lll '-"lpciooiWrica ®J C!Jpunlejo, Mula. ~o~_.w.. Cullden>oe da Historia Primitiva, V, 1. Madrid.
19®.
(26) 8 . SI'MJ(ES y L. TALCO'IT: «'lbe Athenian AgDnt, XIl, BW;Ic 4Jld·pWn potteey ohhe 6th. ~lh &Dd 4th cetiturlea BC,.. ll voL 1'ho
Aman~ &:hool ot Ciasorical Btwiie. e\ Ath-. PriD~ t.m.
(i?) LLOBREOA'r: <>P,. cit.. en la Ilota 1, ~ •Doa t.enrp'-··"
(28) M.• E . AUBET; .tfuo y Jaa CCtlcmiu flmi~ialo clal ocoidonteo. DuooTona, lill7, ~ 85. La cleeeripcd~ del •puerio ID~~
a~macao Y alllll:n 11.ue otro 8aJI~, ae ~ .. liiiiY bien " lo BXCavada an ~mata de!.. Banyet&
V~ a.l C!UO E. A. LLOBRRCAT: L'illeu. dAia.Ba:nyeta (El ~llo, C8lllll d'AlaC4-Il.t). ¿tou.·utl oaíporiom?.BUCélona. HOIUD.I.tce al
J>IO{.euor- Miq)J.el T11trade.ll, en prenaa.
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