El yacimiento calcolítico de "Los Cortinales", en Villafranca de los Barros (Badajoz)
Milagros Gil-Mascarell Boscà
Alonso Rodríguez Díaz
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MILAGRO GIL-MASCARELL BOSCA
ALONSO RODRIGUEZ DIAZ
(Universidad de Extremadura)
EL YACIMIENTO CALCOLITICO DE <~LOS CORTINALES»,
EN VILLAFRANCA DE LOS BARROS (BADAJOZ)
Cierta distancia en el espacio, que no en el
sentimiento, me permite tener una perspectiva
especial de todo el entorno cultural que contribuy6 a la fonnaci6n de muchos y de entre ellos
a la mía propia. En este marco, Domingo Fletcher se encuentra entre las figuras en las cuales el afecto y el respeto se van acrecentando
con el tiempo; a los hombres que as( influyeron
en nosotros les llamamos simplemente maestros.
M. G.-M. B.
l. SITUACION Y CARACTERISTICAS
El yacimiento de «Los CortinaJes», perteneciente al término
municipal de Villafranca de los Barros (Badajoz), se encuadra en la
actual comarca agrícola de «Tierra de Barros» y ésta a su vez, en la
comarca natural delimitada al Norte por el río Guadiana y Sierra
Morena, al Sur. Su localización topográfica exacta responde a las coordenadas 38° 32' 55" N/2° 38' 10" W-M, IGC. 829, a escasamente tres
kilómetros al Sureste de Villafranca de los Barros, y su existencia fue
conocida a partir de la construcción de los depósitos de agua que,
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desde hace aproximadamente veinte años, abastecen a la población
(fig. 1).
Desde el punto de vista geológico, esta área está definida por la
presencia de materiales paleozoicos y algunas zonas de contacto con
las acumulaciones miocenas de naturaleza arcilloarenosa, que constituyen la base litológica de los «barros» extremeños, quizá uno de los
mejores ~uelos del secano peninsular. El tipo de suelo predominante
es el denominado pardo calizo sobre pizarras, que, como su gran grupo
indica, son suelos Ap/ (B)/ Ca/C. Sobre estos suelos nunca se labra
profundo, de tal manera que el horizonte Ap suele tener diez centímetros de espesor, color pardo y estructura grumosa y poliédrica poco
desarrollada. El horizonte (B), de color pardo algo más oscuro que el
superior, no suele sobrepasar los veinte-veinticinco centímetros de
potencia y descansa sobre el horizonte Ca, con potencias muy variables de unos lugares a otros y que incluso puede·faltar. Por lo descrito
hasta ahora, el suelo puede parecer poco profundo, y, por tanto, de
baja calidad agrícola, pero, debajo del horizonte Ca, o si falta, debajo
del horizonte (B), siempre hay un horizonte CaC por el buzamiento
vertical, o casi vertical, las grietas que existen entre paquete y paquete
de pizarras alteradas están rellenas de COsCa, midiendo por lo menos
de setenta centímetros a un metro. La mayor extensión de este tipo de
suelo se localiza en la parte central de la provincia, entre Los Santos
de Maimona y Fuente del Maestre (1).
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La morfología que se manifiesta es de suaves lomas, que se remontan tímidamente sobre los 400 metros en que se encuentra ubicada la
población. «Los Cortinales» se sitúan aproximadamente en la cota
topográfica de los 450 metros, en un área de relativa línea ascendente
que culmina dos kilómetros al Sur, en «El Criadero» (496 metffls). La
pendiente que predomina en todo el término villafranqués es menor al
3 % (llano}.
2. LA EXCA VACION Y SU ESTUDIO
Como dijimos anteriormente, el yacimiento arqueológico de «Los
Cortinales» fue conocido a partir de la construcción de un gran depósito de agua que dañó una buena parte del asentamiento. Algunos de
los materiales aparecidos, encontrados, según el testimonio de quie-
(1) «Explicación del Mapa Provincial de Suelos». Diputación Provincial de
1968.
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nes presenciaron el descubrimiento, a un nivel que oscilaba entre los
dos y casi tres metros de profundidad, fueron depositados, tras una
serie de idas y venidas, en el hoy Colegio Público de Nuestra Señora
Santa María de la Coronada, donde se encuentran actualmente
expuestos, y fueron estudiados y publicados por uno de nosotros {2).
Ante el interés que presentaban estos hallazgos, creímos conveniente realizar algunos sondeos en aquellas zonas que se habían conservado intactas, en busca de una información arqueológica que nos
permitiera determinar la existencia o no de una secuencia estratigráfica y enmarcar «Los Cortinales» en un contexto cultural a escala.
Estas excavaciones se llevaron a cabo en septiembre de 1984, subvencionadas por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de
Extremadura y se contó, así mismo, con la colaboración del Excmo.
Ayuntamiento de Villafranca de los Barros.
2.1. Estructuras
De una forma genérica, podemos señalar que el tipo de estJ.ucturas
aparecidas en «Los Cortinales» radica esencialmente en una serie de
fosas excavadas en un terreno calizo completamente estéril, de perfiles y plantas bien definidos y diferenciados, con una función muy difícil de precisar aún con los datos que poseemos.
La excavación del corte núm. 1 -sector A- (fig. 2) a partir de la
capa I, nos reveló muy pronto el contraste existente entre el color
pardo-oscuro de las referidas fosas y el blanquecino de la tierra caliza
circundante. Igualmente podíamos comprobar que el material arqueológico se localizaba en estas «manchas» de color oscuro, donde también se advertía la presencia de algunas raíces, p111eba evidente de la
existencia de materia orgánica.
En estas cuadrículas de dos por dos metros, se delimitaron dos
fosas de planta semicircular; una de ellas se localizaba en el lado norte
del corte, y la otra en el ángulo sureste del mismo. Los perfiles sur y
este, cotTespondientes a esta última, tJ.·as su excavación completa, presentaban en su parte superior un visible estrechamiento respecto a la
zona de la base, más ancha y plana (fig. 3). De este modo, se configuraba un peñu de forma globular que, en el corte sur, alcanzaba en la
(2) A. RODRIGUEZ DIAZ: «Los C'ortinales, un yacimiento de la Edad del Bronce en Villafranca
de loa Barro. (Badajoz.),., Villafranca de loa Barroa, 1982.
A. RODRIGUEZ DIAZ; «Breve noticia sobre los hallazgos de Los C'ortinales. Villafranca de los
Barros (Badajoz),., en W C'.ongreao de Estudioa Extremeiloa, Badajot · Alcintara-C'ácerea. 1982.
En prensa.
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mayor estrechamiento, noventa y uno y una altura máxima de noventa.
En el lado este del corte, las dimensiones oscilaban en pocos
centímetros.
La estructura que se manifestaba en el lado norte de esta cuadrícula tenía proporciones superiores alas de la descrita anteriormente.
Para poder comprobar sus verdaderas dimensiones hubo de trazarse
un nuevo corte de tres por tres metro~ con el que se pretendía abarcar
su máximo diámetro; sin embargo, no resultó necesaria la excavación
total en superficie de esta cuadrícula, que finalmente tuvo unas dimensiones de tres metros en sus lados norte y sur y de 2'25 metros en el
este y oeste. Por su parte, la excavación total en profundidad de esta
estructura número 2 puso de manifiesto la presencia de una hilada de
piedras de distintas dimensiones y amorfas sobre las que se hallaban
frecuentes fragmentos cerámicos (fig. 4 y lámina I, A y B). Dicha estructura de piedras tenía un recorrido que ocupaba aproximadamente la
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mitad de la forma casi circular que describía esta fosa, la cual tenía su
diámetro máximo en la base (2'15 metros), una anchura en la boca de
1' 65 metros, que mostraba un ligero estrangulamiento inmediato hacia
el interior, que le confe.ria un perfil de gran olla, y una altura máxima real
de 1'60 metros -1'75 respecto a la superficie actual- (fig. 5).
En el lado norte de este mismo corte, se localizó la fos~ que denominamos número 3, que presentaba, en principio, proporciones y
características semejantes a la número 1 (lámina 1, e y D). Esta nueva
estructura llegó a converger con la número 2 en la excavación de la
capa m. El perfil de esta fosa mostraba un suave estrangulamiento en
su parte superior, apenas apreciable, que hace que se configure como
una estructura de paredes casi verticales. Esta circunstancia se comprueba en las mínimas diferencias existentes entre las dimensiones de
la boca (1'56 metros) y de la base (1'53 metros) (fig. 6).
A continuación, sucedió la excavación en el sector e de una nueva
cuadrícula de dos por dos metros, donde muy pronto se configuró,
ocupando la mitad del corte, una nueva fosa -la número 4-, de
planta recta. Para completarla se abrió un nuevo corte, igualmente de
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LOS CORTINALES
9
dos por dos metros, junto aliado este del número 3 del que se encontraba separado por un testigo de treinta centímetros de anchura. Su
planta, posiblemente rectangular, tiene una orientación noroestesureste. A una profundidad media de 1'30 metros apareció, en su lado
oeste, un muro constituido por dos hiladas de piedras amorfas, de distintas dimensiones y sin ningún tipo de trabazón entre ellas. Por el
contrario, en su parte oriental y a una profundidad un poco mayor, se
exhumó un conjunto de adobes de diferentes formas y tamaños, dispuestos arbitrariamente. En algunos de ellos, se observan improntas
posiblemente vegetales y animales. Los perfiles norte y sur de esta
estructura mostraban una forma convergente, muy semejante a la quilla de un barco. Sus dimensiones, abarcando el testigo que separaba
ambos cortes, son de cuatro metros de anchura y entre 1'25 y 1'50
metros de profundidad (fig. 7).
Con carácter de sondeo, fue realizada una nueva cuadrícula de dos
por dos metros en el sector B, que nos reveló la presencia de la estructura número 5, de planta no definida aún y peñdes casi verticales
e inclinados.
2.1.1. Estudio de las estructuras
El estudio de las estructuras excavadas en general, y en particular
las que se corresponden con tumbas o sepulturas en «silos», siguen
constituyendo actualmente un tema problemático y discutido, con una
larga tradición investigadora y literaria que se remonta al último
cuarto del siglo pasado. Ribeiro, Cartailhac, Estacio da Veiga, Leite
de Vasconcellos, Bonsor, los hermanos Siret, Bosch Gimpera, Leisner,
Almagro Basch, Berdichewsky (3), y más recientemente, Delibes,
Palol, Almagro Gorbea, Asquerino Femández, Martínez Navarrete,
Cerdefto y Blasco Bosqued son, entre otros, algunos de los investigadores que, desde hace algo más de un siglo, han tratado de reconstruir
el contexto cultural de un horizonte arqueológico muy fragmentado e
incompleto, en la mayor parte de las ocasiones.
«Sepulturas», «hoyos de incineración», «silos», «basureros»,
«fondos de cabaña», «fuegos» o «ceniceros», estas estructuras se
localizan prácticamente por toda la Península Ibérica, desde Cataluña
(S) B. BERDICHEWSKY SCHER: «Loa enterramiento. en cuevu artificiales del Bronce I m.
p6nico,., BibHotece Praehiltorica Hiepane, VI. Madrid, 1964.
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{4) y zona levantina {5) hasta Portugal {6), pasando por Alava y la
Meseta Norte {7), Valle del Manzanares {8), Bajo Guadalquivir (9) y
Andalucía Oriental (10). En Extremadura, en la propia provincia de
Badajoz, se conoce la existencia de un enterramiento en fosa y varios
silos en «La Pijotilla» (Solana de los Barros) (11), junto a algunos
«fondos de cabaña» en «El Lobo» (afueras de Badajoz) {12).
La cronología de estas estructuras, a pesar de la frecuente ausencia de materiales típicos que permitan su adscripción cultural, es tan
amplia como su dispersión, situándose la mayor parte de los hallazgos
entre distintas facies del Neolítico -«Aljoroque» (13), «Campo Real»
(4) M. LLONGUERAS CAMPAÑA, M.• A. PETIT MENDIZABAL y R. MARCET BARBE:
«Recientes excavaciones en la boblla Madurell (Sant Quirze del Vall6s, Barcelona)», Crónica del XV
Congreso Nacional de Arqueología (Lugo, 1977), Zaragoza, 1979, páp. 263·264.
(6) E. DEL VAL CATURLA: «El poblado del Bronce I Mediterráneo del Campico de L6bor,
Totana (Murcia)», Cuadernos de Historia Primitiva, m, núm. 1, Madrid, 1948, pága. 6·36.
(6) G. BONSOR: «Lea coloniea agricolea pré-romainea de la Vall6e du B6tia», Revue Arcb6ologi·
que, XXXV, Paria, 1899.
B. BERDICHEWSKY SCHER: Op. cit. en la nota 3.
(7) A. LLANOS ORTIZ DE LANDALUCE y D. FERNANDEZ MEDRANO: c
hoyos de incineración en Alava», Estudios de Aqueolog{a Alavesa, m, Vltoria, 1968, páp. 46-72.
G. DELIBES DE CASTRO: «El yacimiento de San Cebrián. Contribución al estudio del
Bronce Inicial en la Meaeta Norte», Boletín del Seminario de Arte y Arqueología. 38, Valladolid, 1972,
pá¡a. 489-498.
P. DE P ALOL SALELLAS: «Alava y la Meseta Superior durante el Bronce Final y Primer Hierro», Estudios de Arqueología Alavesa, VI. Vitoria, 1974, pága. 91·100.
(S) S. QUERO CASTRO y M.• DEL C. PRIEGO FERNANDEZ DEL CAMPO: «Noticia eobre el
poblado Campaniforme El Ventorro (Madrid)», Zeph,yrua, XXVI-XXVII, Salamanca, 1976, páp. 321329.
M. ALMAGRO GORBEA: «
M.• l. MARTINEZ NAVARRETE: «El yacimiento de La Esgaravita (Alcalá de Henares,
Madrid) y la cuestión de los llamados fondos de cabaña del Valle del Manzanares», Tnl~oe de Preha·
toria, 36, Madrid, 1979, págs. 83·118.
M.• D. ASQUERINO FERNANDEZ: «Fondos de cabaña del cerro de La Cervera (Mejorada
del Campo, Madrid)11, Trab_,oe 'de Preblatoria, 86, Madrid, 1979, págs. 119·148. ·
M.• D. ASQUERINO FERNANDEZ y V. CABRERA VALDES: «Prospecciones en Mejorada
del Campo (Madrid))), Noticiario Arqueológico Hispánico, 9, Madrid, 1980, págs. 181·212.
M.• L. CERDE~O SERRANO, A. MENDEZ MADARIAGA, R. CRISTOBALRODRIGUEZ,
F. MORENO y J. FERREIRO: «El yacimiento de la Edad del Bronce de La Tor:recllla (Getafe,
Madrid))), Noticiario Arqueológico Hispánico, 9, Madrid, 1980, págs. 217·242.
(9) G. BONSOR: Op. cit. en la nota 6.
(10) G. GOSSE: «Aijoroque, estación neolftica inicial de la provincia de Almeria», Ampuriaa, m,
Barcelona, 1941, págs. 63-84.
(ll) V. HURTADO PEREZ: «El yacimiento de La Pijotilla (Bad_,oz). Estudio de lu relaciones
culturales», teala doctoral, in6dita, Sevilla. 1984.
·
(12) L. MOLINA LEMOS: «El Lobo, un pueblo de época y cultura megalftica (unos cuatro mil
aoos de antigüedad) en las afueras de Ba~oz11, Revista de Estudios Extremet\oe, xxxm, B~oz,
1977, págs. 687·668.
L. MOLINA LEMOS: «El poblado del Bronce 1 El Lobo (Ba~oz))), Noticiario Arqueológico
Hispánico, 9, Madrid, 1980, págs. 91·130.
(13) G. GOSSE: Op. cit. en la nota 10.
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12
M. GIL MASCARELL Y A. RODRIGUEZ DIAZ
(14), etc.- y el Bronce Final e incluso la Primera Edad del Hierro
-«La· Esgaravita» (15), <
La ausencia de un análisis sistemático de este tipo de hallazgos,
esencialmente desde. una perspectiva morfológica y funcional, nos
impide en gran medida el estudio de la organización del hábitat en
estos poblados y, al mismo tiempo, una aproximación a aspectos
socio-económicos y paleoecológicos de los mismos (17). Todo ello se
traduce en un excluyente «babelismo» terminológico que, una y otra
vez, junto a las limitaciones clásicas y reducidas superficies excavadas
- como es nuestro caso-, no nos permite valorar cada ~na de estas
estructuras en su propio contexto funcional y cultural.
Como hemos podido comprobar a través de los sondeos realizados
en «Los Cortinales», la totalidad de las estructuras aparecidas en este
yacimiento se encuentran excavadas en un suelo de tipo calizo y textura muy compacta. Las estructuras que hemos denominado 1, 2 y 3,
sobre las que centraremos mayormente nuestra atención, han sido
descubiertas casi en su totalidad y presentan plantas aproximadamente circulares; parte, las números 4 y 5, aún están sin determinar
morfológicamente a la espera de futuros trabajos. En ningún caso, han
aparecido restos humanos asociados a dichas estructuras.
Las fosas 1 y 2 constituyen por su forma globular, a pesar de sus
desiguales proporciones, una de las variantes del tipo 1 establecido por
Berdichewsky (18) en su estudio sobre los enterramientos del Bronce 1
Hispánico; por su parte, la estructura número 3, más o menos de paredes rectas y poco profunda, según este mismo autor, se asemejaría a
las de Rota, si bien algunas de ellas podrían haber sido verdaderas
fosas sepulcrales de carácter colectivo. La denominación propiamente
de «silos» quedaría reducida sólo a los pozos alargados de forma cilíndrica y también globular (fosas 1 y 2), como los del Algarve y
algunos otros.
(14) G. BONSOR: Op. cit. en la nota 6.
G. y V. LEISNER: «Die Megalithgriiber der Iberiachen HalbinaeL Der Süden>>. Berlín,
19.8.
A. ARRIBAS PALAU y F. MOLINA GONZALEZ: «El poblado de loe Cutillejoa de Las
Peflu de loe Gitanos (Montefrfo, Granada). CampaAa de excavaciones d. 1971. El corte nWn. 1>t. Cuae
dernos de la Universidad de Granada. Serie monográfica nWn. 8, Granada, 1979.
(16) L MARTINEZ NAVARRETE: Op. cit. en la nota 8.
(16) M .• de la('. BLASCO BOSQUED: «Un nuevo yacimiento del Bronce Madrileño: EINegralejo
(R.ivu-Vaciamadrid, Madrid)», Noticiario Arqueológico Hiapánico, 17, Madrid, 1983~ páp. .S-160.
(17) I. MARTINEZ NAVARRETE: Op. cit. en la nota 8.
(18) B. BERDICHEWSKY SCBER: Op. cit. en la nota 3.
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LOS CORTJNALES
13
De igual modo, los paralelismos tipológicos de esta última estructura con las asociadas a un grupo de viviendas circulares aparecidas en
el «Campico de Lébor», de Totana (Murcia) (19}, los «fondos de
cabaña de "El Lobo" (Badajoz) (20} y Valle del Manzanares (21), no
descartan la posibilidad de que se trate de un lugar de habitación. En
este sentido, cabría valorar los descubrimientos de adobes, muros de
piedra... y otros restos constructivos aparecidos en las estructuras
números 4 y 5.
Sin embargo, la particularidad más notable de las tres primeras
fosas de planta circular, la representa la hilada de piedras que, a modo
de banco corrido sobre el que se encuentran algunos fragmentos cerámicos, se sitúa en la base de la estructura número 2, con un desarrollo
aproximado de tres cuartos de circunferencia. La funcionalidad de
dicho banco de piedra podría estar relacionada con la deposición de
recipientes de almacenamiento, pero, no obstante, habrá que esperar
a nuevos trabajos para valorar en un contexto más amplio todos
los hallazgos.
Como es el caso de «El Negralejo» (22) y gran parte de los yacimientos de este tipo, las estructuras de <
poseer, en un primer momento, distintas finalidades, pero es bastante
probable que con el paso del tiempo, debieron ser utilizadas como
auténticos «basureros», lo que se deduce por la ausencia de materiales típicos procedentes de esferas de actividad concretas y, principalmente, por la enorme fragmentación de los materiales encontrados
(cerámica, esquirlas de hueso, etc.), en su mayoría de desecho.
2.2 Materiales
2. 2.1. Cerámica
Las dudas que planteaban los perfiles carenados y bruñidos con
los grandes platos y cuencos de borde engrosado, depositados en el
ColeJio Público de Nuestra Señora Santa María de la Coronada, en
torno a la posible superposición Calcolítico-Bronce se han eliminado
al confirmar los recientes trabajos la convivencia de estas formas y la
ausencia en el área excavada de toda estratigrafía.
(19) E . DEL VAL CATUBLA: Op. cit. en la nota 6.
(20) L. MOLINA LEMOS: Op. cit. en la nota 12.
(21) L MARTINEZ NAVARRETE: Op. cit. en la nota 8.
M.• L. CERDE~O SERRANO y otros: Op. cit. en la nota 8.
(22) M.• de la C. BLASCO BOSQUED: Op. cit. en la nota 16.
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M. GIL MASCARBLL Y A. RODRIGUBZ DIAZ
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LOS CORTINALES
15
La industria cerámica decorada aparecida en «Los Cortinales»
radica esencialmente en formas comunes y en una serie de fragmentos
atípicos con la única salvedad de dos vasos depositados en el citado
Colegio Público. Se trata, por una parte, de un vaso de paredes entrantes, superficie bruñida y con decoración incisa consistente en tres
pequeñas bandas horizontales a la altura del borde, estando las de los
extremos rellenas de impresiones puntilladas cubiertas de pasta
blanca y la del centro lisa; el cuerpo está decorado por bandas verticales rellenas con series alternas de cuatro y dos impresiones igualmente cubiertas de pasta blanca; las series de dos puntos parten de
una impresión circular, excepto en una banda lisa, decorada únicamente con motivos esteliformes (fig. 8, 1). Por otra parte, se conserva
un fragmento de un vaso de paredes ligeramente inclinadas al interior
y con decoración a base de triángulos incisos rellenos de puntillado
impreso (fig. 8, 2). Entre los fragmentos atípicos, caben destacar los
motivos incisos (fig. 8, 2b).
La indústria cerámica lisa es la más abundante. Tipológicamente
responde a los dos grandes grupos muy bien definidos y diferenciados
por Vfctor Hurtado en <
Solana de los Barros (Badajoz). Por un lado, se encuentran las cerámicas comunes de paredes gruesas y medianas, pasta no decantada, cocción irregular y tratamiento superficial alisado, y por otro, unas
cerámicas de «paredes finas», perfiles carenados, pasta decantada,
cocción reductora y tratamiento superficial bruñido (figs. 10 y 11).
En cuanto a las formas, el mayor porcentaje corresponde a los
cuencos de casquete esférico y semiesférico. También son característicos, aunque en menor proporción, los platos de borde engrosado, los
cuencos de paredes entrantes, los vasos de perfil en S y los vasos carenados a media altura. Estos últimos se localizan en las capas más inferiores del yacimiento y, entre ellos, resultan de particular interés
aque'los cuyo borde rebasa el plano vertical de la carena (figs. 11, 23 y
25), que culturalmente pueden ser considerados paralelos a los del
Horizonte Ferradeira (24), y tipológicamente presentan claras düerencias con los vasos más evolucionados de Atalaia (25).
(23) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
(24) H. SCHUBART: «O Horizonte Ferradeira. Sepulturas do Eneollt!co Final no Sudoeste da
Penfnaula IWrlca», Revi.ata de Guimariea, LXXXI, Guimariea, 1971, p4ga. 189-215.
H. SCHUBART: «La cultura del Bronce en el sudoeste peninaular. Diatribucl6n y definición»,
Miteeléea Arqueolópca,
Barcelona, 1974, pqa. 35-370.
H. SCHUBART: «Die kultur der Bron.zezeit im Südwesten der Iberl.echen Halbinael», Madri·
der Forachun¡en, 9, Berlín, 1976.
(26) H. SCHUBART: «Eatnttigrafia horizontal de Atalaia. Una contribución ala cronologia de la
n.
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Coronada.)
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LOS CORTINALES
17
2. 2. 2. Industria lúica
La industria lttica tallada únicamente está representada por una
lámina de sílex grisáceo con fractura retocada, fuera de contexto (figs.
9, 22), una lasca de sílex oscuro sin retoque ni huellas perceptibles de
uso (figs. 10, 16), varias lascas de pizarras y cuarzo lechoso técnicamente idénticas a la anterior y dos puntas de flecha, una de base cóncava y otra, muy deteriorada, con pequeño pedúnculo (figs. 10, 17
y 18).
La industria lúica pulimentada, complemento de la anterior, se
remite a la recogida sin ningún rigor en 197 4-1975. Esta consta de dos
hachas, una de ellas realizada en cuarcita y la otra en piedra de tipo
basáltico de color negro con el extremo proximal más estrecho, adoptando una forma casi trapezoidal y sección con tendencia rectangular
(fig. 9, 18 y 19), dos piezas de extremo distal plano, obtenido posiblemente por abrasión, con forma trapezoidal, y la otra rectangular y, al
parecer, procedentes de la reutilización de hachas y azuelas {fig. 9, 17
y 19) {26), una pieza de ranura transversal, obtenida igualmente por
abrasión, con una longitud de 5 centímetros, una anchura de 1 y una
profundidad de 1; la forma de la pieza es irregular con tendencia a la
oval, y fue realizada en material pizarroso, y mientras que su cara
externa es convexa y pulimentada, la interna es plana y rugosa (fig. 9,
21), varios molinos de mano fabricados en piedra granítica, con diversas formas y un tamaño medio de cuarenta centímetros, y, por último,
algunas moletas o molederas realizadas en distintos materiales, especialmente cuarcita y granito, con diversas formas de sección oval y un
tamaño medio de 14 centímetros (fig. 9, 4 al 16).
Sólo la ampliación de la superficie excavada hasta ahora, podrá
aportamos nuevos datos para una valoración cuantitativa y cualitativa
más precisa de la industria lítica de
<
adelantar que tipológicamente se encuentra muy próxima a la aparecida en «La Pijotilla» (27), considerada como un buen exponente de la
facies precampaniforme y campaniforme de los complejos calcolíticos
de la región.
Edad del Bronce del Sudoeate de la Península Ibérica», Crónica del XI Congreao Nacional de Arqueología (M6rida, 1969), Zaragoza, 1970, págs. 396-414.
H. SCHUBART: «Acerea de la cerúnica del Bronce Tardío en el Sur y Oeate peninaular»,
Tra~
de Prehietorla, 28, Madrid, 1971, páp. 163-182.
H. SCHUBART: «Die kultur der...», cit. en la nota anterior.
(26) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
(27) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
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LOSCORTINALES
19
2.2.3. Industria 6sea
La industria 6sea, como en el caso anterior, ha sido muy poco
representativa «in situ». En este sentido, prácticamente disponemos
de los hallazgos conservados en el mencionado Colegio Público, entre
los que destacan varios punzones·y una espátula de cabeza triangular
con pedúnculo muy alargado (fig. 9, 23 al 27). Existen par-alelo.s de
este tipo en «La Pijotilla» y sobre todo en los p.oblados de la Extremadura portuguesa, que pueden ser considerados en tomo a Viianova de
San Pedro ll (28),
2. 2. 4. Otros objetos
El fragmento de morillo hallado en la estructur.a número 3 se
encuentra tipológicamente en la variedad ll, establecid~ por López
Plaza (29), que se distingue por su base ovalada y cuerpo que disminuye progresivamente de espesor hacia el extremo superior, ar.queándose ligeramente hacia adelante (fig. 10, 10). La dispersión de ~stos
objetos, conocidos también como «ídolos cuernos», es bastante
amplia en la Península Ibérica. Se conocen hallazgos de estas características en la Peña del Bardal, el Teso del Moral, el Alto del Quemado
y Muñogalindo, en la Meseta. También .se documentan estos objetos
en el Este peninsular, en Alicante; pero la mayor concentración de
ellos se registra .en la Extremadura portuguesa, en poblados como Vila
Nova de San Pedro I, Pico Agudo y, más recientemente, en P.edrio,
Valencina de la Concepción (Sevilla) y en <
(Málaga) (30).
El horizonte cultural de «Los Cortinales» es algo posterior al de la.
Extremadura portugu.esa y, una vez más, encontramos los paralelQI3
más proximos en la variedad C del tipo XI de Jos ídolos de «La Pijotilla» (31), si bien el propio Víctor Hurtado muestra algunas reservas
para considerarlas como tales.
(28) K. SPINDLE'R: «Cova de Moura. DieBeaiedlun¡ dea Atlantlachen Kil1tengebietea Mittelportu¡alt vom Neolithiltum bia an duEnde -der Bronzezeit», Maddder Beitzage, 7, Mains am RheiD,
1981.
V. HURT~O P.EREZ, op. cit. en la nota 11.
(29) M.• S. LOPEZ PLAZA: «Morillos y.objetoa de culto de laEdad.delBronc:eJWiadoa enMu.tloplindo (Avila)», Crónica del XIn C0J111'8ao Naciooal de Arqueolog{a (Huelva, 1973), 'Zaragoza, 1975.,
páp. • 99-606.
M.• S. LOPEZ PLAZA: -«Aportaéióniil conocimiento de loa pobladQe eneoitlcoa de) SO de la
Meaeta Norte El})atlola: la cerimicu, SetábJl Arqueológica, V, Set6bel, 1979, p6p. 67-102.
(30) M.• S. LOPEZ PLAZA: «Aportación al j)OD()cimiento... », cit. en la nota anteri«'.
(31) V. HURTADO PEREZ: «Loa fdoloa del Cak:olitioo en el Occidente peninaplar», Había, 9,
Sevilla, 1978, ~p. 367-3« .
V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
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20
M. GIL MASCARELL Y A. RODRIGUEZ DIAZ
2.2.5. Aletalurgúl
La metalurgia no ha estado representada en esta primera campaña
de excavaciones en «Los CortinaJes».
3. CONSIDERACIONES FINALES
El trabajo de Doctorado realizado por Víctor Hurtado (32) en el
yacimiento de <
se establece la tesis sobre la evolución del Calcolítico en la Cuenca
Media del Guadiana, nos permite plantear, como hipótesis de trabajo
y en base principalmente a la industria cerámica aparecida, que el
yacimiento de «Los Cortinales» podría situarse en tomo al Calcolítico
Pleno-Final de dicha zona (2000-1800 a. C.), con importantes paralelismos tipológicos y culturales en Valencina de la Concepción (Sevilla)
(33). Todo ello en un ámbito cultural bien definido, resultante de la
fusión y reinterpretación de elementos e influencias procedentes esencialmente del SE y SO peninsular y reflejadas de una forma particular
en los ídolos de «La Pijotilla» (34).
Esta facies calcolítica, con probable presencia de Campaniforme y
conocimiento de la metalurgia del cobre en «La Pijotilla» y en «Los
Cortinales», está ampliamente representada en los poblados de la
comarca de Llerena, al sureste de la provincia de Badajoz (35).
«Huerta de Dios» (36), «El Pedrosillo» (Llerena), «El Alamillo» (Berlanga), «Cerro Cabril» (Valencia de las Torres), etc., son asentamientos cuya localización está en relación directa con la minería del cobre y
oro y su situación topográfica oscila entre lugares llanos y abiertos,
pequeñas elevaciones (<
estratégicas y dominantes, a pesar de los posibles paralelismos culturales observados entre ellos (37). En este sentido, la variable econó-
(32) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
(33) D. RUIZ MATA: «Cerámicas del Bronce del poblado de Valenclna de la Concepción (Sevilla))), Madrider Mitteilungen, 16, Heidelberg, 1976, pága. 80·110.
(34) V. HURTADO PEREZ: <
U-os ídolos ..,)), cit. en la nota 31.
V. HURTADO PEREZ: «Loa ídolos calcolíticos de La Pijotilla (Badlijoz))), Zephyrua, XXXXXXI, Salamanca, 1980, págs. 166-203.
(36) J. J. ENRIQUEZ NAVASCUES y J. IÑESTA MENA: «Notas sobre loe poblados calcolíticoe
de la comarca de Llerena (Badlijoz),,, Home~e a A. Cánovaa Peaini. Col. Roso de Luna, Badlijoz,
1986, pága. 16-24.
(86) J . J. ENRIQUEZ NAVASCUES: «Dos ídolos sobre hueso largo procedentes de la Huerta de
Dios)), Trebajoe de Prehistoria, 40, Madrid, 1983, págs. 293-306.
·
J. J. ENRIQUEZ NAVASCUES: «Materiales de superficie del poblado calcolítico de la
Huerta de Dios, Casas de Reina, Badlijoz)), Revista de Estudios Extremeños, en prenaa.
(37) J. J. ENRIQUEZ NAVASCUES y J . IÑESTA MENA: Op. cit. en la nota 86.
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LOS CORTINALBS
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Fil. 11.- Los Cortinalee. Sector B, corte núm. 4. etrbuctara 5, y leCtor C, corte núm. 15,
eetruotura 4 (n6ma. 88 al 86).
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22
M. GIL MASCARELL Y A. RODRIGUEZ DIAZ
mica en «Los Cortinales» está representada tímidamente por la
industria lítica, que apunta particularmente hacia un modo de vida
agrícola y una ganadería complementaria, si bien en un futuro próximo
podrán valorarse las posibilidades mineralógicas de la zona y su relación con este yacimiento.
En un momento inmediatamente anterior, se sitúa «El Lobo»
(Badajoz) (38) y una serie de asentamientos en tomo a la propia capital badajocense (39). En un horizonte cultural paralelo a Papaúvas
(40), se localizan los niveles inferiores de la Alcazaba, en Badajoz (41)
y Araya (42).
.
La fase final del Calcolítico en la Cuenca Media del Guadiana estaría representada por la última fase de «La Pijotilla» (43), paralela al
Horizontes Ferradeira (44) que, a su vez, enlaza con los ajuares de los
enterramientos de Colada de Monte Nuevo, de Olivenza (Badajoz)
(45), Guadajira (Badajoz) (46) y el enterramiento en cista de «Las
Palomas», en Villafranca de los Barros (47), paralelos al Bronce 1 del
SO de Atalaia (48).
(38) L. MOLINA LEMOS: Op. cit. en la nota 12.
(39) J. J . ENRIQUEZ NAVASCUES y C. DOMINGUEZ DE LA CONCHA: «Yacimeintos pre y
protohittóricoa de Ba~oz y aua alrededo1'88», Reviata de Eatudios Extremeoos, XL, m,
Ba~oz, 1984.
(40) D. RUIZ MATA y J . C. MARTIN DE LA CRUZ: «Noticias preliminareseobre loa materiales
del yacimiento de Papaúvu (Aljareque, Huelva)», Cuadernos de Prehistoria y Arqueología, 4, Madrid,
1979, páp. 86·49.
(41) F. VALDES FERNANDEZ: «Excavaciones en la Alcazaba de Ba~oz», Revista de Estudioa
Extremeftoa, XXXV, Ba~oz, 1979, pág. 887 y aa.
F. VALDES FERNANDEZ: «Excavaciones en la Alcazaba de Ba~oz)), Revista de Estudios
Extremos, XXXVI, Ba~oz, 1980, pág. 671 y aa.
(42) J . J . ENRIQUEZ NAVASCUES: «Avance al estudio de loa materialea de A~a. Mérida
(Bad~oz)''• Pyrenae, 17·18, Barcelona, 1982, páp. 191-202.
(43) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
(44) H. SCHUBART: Op. cit. en la nota 24.
(46) H . SCHUBART: «Tumbu megalíticu con enterramientos secundarios de la Edad del
Bronce de Colada de Monte Nuevo de OUvenza», Crónica del XII Congreso Nacional de Arqueología
(Jaén, 1971), Zaregou, 1978, págs. 176-190.
(46) V. HURTADO PEREZ: «La excavación de la aepulture circular de la Edad del Bronce en
Gua~lra», Home~e a A. Cánovaa Pesini. Col. Roso de Luna, Ba~oz, 1986, páp. 26-36.
(47) M . GIL-MASCARELL BOSCA y A. RODRIGUEZ DIAZ: «Un enterramiento en ciata en
Villafranca de loa BIJTOI (Ba~oz)», en prensa.
(48) H. SCHUBART: «Estratigrafta horizontal. .. », cit. en la nota 26.
H. SCHUBART: «Die kultur...», cit. en la nota 24.
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GIL-MASCARELL y RODRIGUEZ.- Los cortinaJes
A
Los Cortina Jes. A y B: Sector A, c01·te núm. 2, estructura 2. C y 0 : Sector A,
corte nú m. 2, estructura 3.
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LAM.I
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MILAGRO GIL-MASCARELL BOSCA
ALONSO RODRIGUEZ DIAZ
(Universidad de Extremadura)
EL YACIMIENTO CALCOLITICO DE <~LOS CORTINALES»,
EN VILLAFRANCA DE LOS BARROS (BADAJOZ)
Cierta distancia en el espacio, que no en el
sentimiento, me permite tener una perspectiva
especial de todo el entorno cultural que contribuy6 a la fonnaci6n de muchos y de entre ellos
a la mía propia. En este marco, Domingo Fletcher se encuentra entre las figuras en las cuales el afecto y el respeto se van acrecentando
con el tiempo; a los hombres que as( influyeron
en nosotros les llamamos simplemente maestros.
M. G.-M. B.
l. SITUACION Y CARACTERISTICAS
El yacimiento de «Los CortinaJes», perteneciente al término
municipal de Villafranca de los Barros (Badajoz), se encuadra en la
actual comarca agrícola de «Tierra de Barros» y ésta a su vez, en la
comarca natural delimitada al Norte por el río Guadiana y Sierra
Morena, al Sur. Su localización topográfica exacta responde a las coordenadas 38° 32' 55" N/2° 38' 10" W-M, IGC. 829, a escasamente tres
kilómetros al Sureste de Villafranca de los Barros, y su existencia fue
conocida a partir de la construcción de los depósitos de agua que,
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1
2
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desde hace aproximadamente veinte años, abastecen a la población
(fig. 1).
Desde el punto de vista geológico, esta área está definida por la
presencia de materiales paleozoicos y algunas zonas de contacto con
las acumulaciones miocenas de naturaleza arcilloarenosa, que constituyen la base litológica de los «barros» extremeños, quizá uno de los
mejores ~uelos del secano peninsular. El tipo de suelo predominante
es el denominado pardo calizo sobre pizarras, que, como su gran grupo
indica, son suelos Ap/ (B)/ Ca/C. Sobre estos suelos nunca se labra
profundo, de tal manera que el horizonte Ap suele tener diez centímetros de espesor, color pardo y estructura grumosa y poliédrica poco
desarrollada. El horizonte (B), de color pardo algo más oscuro que el
superior, no suele sobrepasar los veinte-veinticinco centímetros de
potencia y descansa sobre el horizonte Ca, con potencias muy variables de unos lugares a otros y que incluso puede·faltar. Por lo descrito
hasta ahora, el suelo puede parecer poco profundo, y, por tanto, de
baja calidad agrícola, pero, debajo del horizonte Ca, o si falta, debajo
del horizonte (B), siempre hay un horizonte CaC por el buzamiento
vertical, o casi vertical, las grietas que existen entre paquete y paquete
de pizarras alteradas están rellenas de COsCa, midiendo por lo menos
de setenta centímetros a un metro. La mayor extensión de este tipo de
suelo se localiza en la parte central de la provincia, entre Los Santos
de Maimona y Fuente del Maestre (1).
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La morfología que se manifiesta es de suaves lomas, que se remontan tímidamente sobre los 400 metros en que se encuentra ubicada la
población. «Los Cortinales» se sitúan aproximadamente en la cota
topográfica de los 450 metros, en un área de relativa línea ascendente
que culmina dos kilómetros al Sur, en «El Criadero» (496 metffls). La
pendiente que predomina en todo el término villafranqués es menor al
3 % (llano}.
2. LA EXCA VACION Y SU ESTUDIO
Como dijimos anteriormente, el yacimiento arqueológico de «Los
Cortinales» fue conocido a partir de la construcción de un gran depósito de agua que dañó una buena parte del asentamiento. Algunos de
los materiales aparecidos, encontrados, según el testimonio de quie-
(1) «Explicación del Mapa Provincial de Suelos». Diputación Provincial de
1968.
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Madrid,
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LOS CORTINALES
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nes presenciaron el descubrimiento, a un nivel que oscilaba entre los
dos y casi tres metros de profundidad, fueron depositados, tras una
serie de idas y venidas, en el hoy Colegio Público de Nuestra Señora
Santa María de la Coronada, donde se encuentran actualmente
expuestos, y fueron estudiados y publicados por uno de nosotros {2).
Ante el interés que presentaban estos hallazgos, creímos conveniente realizar algunos sondeos en aquellas zonas que se habían conservado intactas, en busca de una información arqueológica que nos
permitiera determinar la existencia o no de una secuencia estratigráfica y enmarcar «Los Cortinales» en un contexto cultural a escala.
Estas excavaciones se llevaron a cabo en septiembre de 1984, subvencionadas por la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de
Extremadura y se contó, así mismo, con la colaboración del Excmo.
Ayuntamiento de Villafranca de los Barros.
2.1. Estructuras
De una forma genérica, podemos señalar que el tipo de estJ.ucturas
aparecidas en «Los Cortinales» radica esencialmente en una serie de
fosas excavadas en un terreno calizo completamente estéril, de perfiles y plantas bien definidos y diferenciados, con una función muy difícil de precisar aún con los datos que poseemos.
La excavación del corte núm. 1 -sector A- (fig. 2) a partir de la
capa I, nos reveló muy pronto el contraste existente entre el color
pardo-oscuro de las referidas fosas y el blanquecino de la tierra caliza
circundante. Igualmente podíamos comprobar que el material arqueológico se localizaba en estas «manchas» de color oscuro, donde también se advertía la presencia de algunas raíces, p111eba evidente de la
existencia de materia orgánica.
En estas cuadrículas de dos por dos metros, se delimitaron dos
fosas de planta semicircular; una de ellas se localizaba en el lado norte
del corte, y la otra en el ángulo sureste del mismo. Los perfiles sur y
este, cotTespondientes a esta última, tJ.·as su excavación completa, presentaban en su parte superior un visible estrechamiento respecto a la
zona de la base, más ancha y plana (fig. 3). De este modo, se configuraba un peñu de forma globular que, en el corte sur, alcanzaba en la
(2) A. RODRIGUEZ DIAZ: «Los C'ortinales, un yacimiento de la Edad del Bronce en Villafranca
de loa Barro. (Badajoz.),., Villafranca de loa Barroa, 1982.
A. RODRIGUEZ DIAZ; «Breve noticia sobre los hallazgos de Los C'ortinales. Villafranca de los
Barros (Badajoz),., en W C'.ongreao de Estudioa Extremeiloa, Badajot · Alcintara-C'ácerea. 1982.
En prensa.
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LOS CORTINALES
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boca setenta centímetros; en la parte inferior, ochenta; en la zona de
mayor estrechamiento, noventa y uno y una altura máxima de noventa.
En el lado este del corte, las dimensiones oscilaban en pocos
centímetros.
La estructura que se manifestaba en el lado norte de esta cuadrícula tenía proporciones superiores alas de la descrita anteriormente.
Para poder comprobar sus verdaderas dimensiones hubo de trazarse
un nuevo corte de tres por tres metro~ con el que se pretendía abarcar
su máximo diámetro; sin embargo, no resultó necesaria la excavación
total en superficie de esta cuadrícula, que finalmente tuvo unas dimensiones de tres metros en sus lados norte y sur y de 2'25 metros en el
este y oeste. Por su parte, la excavación total en profundidad de esta
estructura número 2 puso de manifiesto la presencia de una hilada de
piedras de distintas dimensiones y amorfas sobre las que se hallaban
frecuentes fragmentos cerámicos (fig. 4 y lámina I, A y B). Dicha estructura de piedras tenía un recorrido que ocupaba aproximadamente la
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LOS CORTINALBS
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mitad de la forma casi circular que describía esta fosa, la cual tenía su
diámetro máximo en la base (2'15 metros), una anchura en la boca de
1' 65 metros, que mostraba un ligero estrangulamiento inmediato hacia
el interior, que le confe.ria un perfil de gran olla, y una altura máxima real
de 1'60 metros -1'75 respecto a la superficie actual- (fig. 5).
En el lado norte de este mismo corte, se localizó la fos~ que denominamos número 3, que presentaba, en principio, proporciones y
características semejantes a la número 1 (lámina 1, e y D). Esta nueva
estructura llegó a converger con la número 2 en la excavación de la
capa m. El perfil de esta fosa mostraba un suave estrangulamiento en
su parte superior, apenas apreciable, que hace que se configure como
una estructura de paredes casi verticales. Esta circunstancia se comprueba en las mínimas diferencias existentes entre las dimensiones de
la boca (1'56 metros) y de la base (1'53 metros) (fig. 6).
A continuación, sucedió la excavación en el sector e de una nueva
cuadrícula de dos por dos metros, donde muy pronto se configuró,
ocupando la mitad del corte, una nueva fosa -la número 4-, de
planta recta. Para completarla se abrió un nuevo corte, igualmente de
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LOS CORTINALES
9
dos por dos metros, junto aliado este del número 3 del que se encontraba separado por un testigo de treinta centímetros de anchura. Su
planta, posiblemente rectangular, tiene una orientación noroestesureste. A una profundidad media de 1'30 metros apareció, en su lado
oeste, un muro constituido por dos hiladas de piedras amorfas, de distintas dimensiones y sin ningún tipo de trabazón entre ellas. Por el
contrario, en su parte oriental y a una profundidad un poco mayor, se
exhumó un conjunto de adobes de diferentes formas y tamaños, dispuestos arbitrariamente. En algunos de ellos, se observan improntas
posiblemente vegetales y animales. Los perfiles norte y sur de esta
estructura mostraban una forma convergente, muy semejante a la quilla de un barco. Sus dimensiones, abarcando el testigo que separaba
ambos cortes, son de cuatro metros de anchura y entre 1'25 y 1'50
metros de profundidad (fig. 7).
Con carácter de sondeo, fue realizada una nueva cuadrícula de dos
por dos metros en el sector B, que nos reveló la presencia de la estructura número 5, de planta no definida aún y peñdes casi verticales
e inclinados.
2.1.1. Estudio de las estructuras
El estudio de las estructuras excavadas en general, y en particular
las que se corresponden con tumbas o sepulturas en «silos», siguen
constituyendo actualmente un tema problemático y discutido, con una
larga tradición investigadora y literaria que se remonta al último
cuarto del siglo pasado. Ribeiro, Cartailhac, Estacio da Veiga, Leite
de Vasconcellos, Bonsor, los hermanos Siret, Bosch Gimpera, Leisner,
Almagro Basch, Berdichewsky (3), y más recientemente, Delibes,
Palol, Almagro Gorbea, Asquerino Femández, Martínez Navarrete,
Cerdefto y Blasco Bosqued son, entre otros, algunos de los investigadores que, desde hace algo más de un siglo, han tratado de reconstruir
el contexto cultural de un horizonte arqueológico muy fragmentado e
incompleto, en la mayor parte de las ocasiones.
«Sepulturas», «hoyos de incineración», «silos», «basureros»,
«fondos de cabaña», «fuegos» o «ceniceros», estas estructuras se
localizan prácticamente por toda la Península Ibérica, desde Cataluña
(S) B. BERDICHEWSKY SCHER: «Loa enterramiento. en cuevu artificiales del Bronce I m.
p6nico,., BibHotece Praehiltorica Hiepane, VI. Madrid, 1964.
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{4) y zona levantina {5) hasta Portugal {6), pasando por Alava y la
Meseta Norte {7), Valle del Manzanares {8), Bajo Guadalquivir (9) y
Andalucía Oriental (10). En Extremadura, en la propia provincia de
Badajoz, se conoce la existencia de un enterramiento en fosa y varios
silos en «La Pijotilla» (Solana de los Barros) (11), junto a algunos
«fondos de cabaña» en «El Lobo» (afueras de Badajoz) {12).
La cronología de estas estructuras, a pesar de la frecuente ausencia de materiales típicos que permitan su adscripción cultural, es tan
amplia como su dispersión, situándose la mayor parte de los hallazgos
entre distintas facies del Neolítico -«Aljoroque» (13), «Campo Real»
(4) M. LLONGUERAS CAMPAÑA, M.• A. PETIT MENDIZABAL y R. MARCET BARBE:
«Recientes excavaciones en la boblla Madurell (Sant Quirze del Vall6s, Barcelona)», Crónica del XV
Congreso Nacional de Arqueología (Lugo, 1977), Zaragoza, 1979, páp. 263·264.
(6) E. DEL VAL CATURLA: «El poblado del Bronce I Mediterráneo del Campico de L6bor,
Totana (Murcia)», Cuadernos de Historia Primitiva, m, núm. 1, Madrid, 1948, pága. 6·36.
(6) G. BONSOR: «Lea coloniea agricolea pré-romainea de la Vall6e du B6tia», Revue Arcb6ologi·
que, XXXV, Paria, 1899.
B. BERDICHEWSKY SCHER: Op. cit. en la nota 3.
(7) A. LLANOS ORTIZ DE LANDALUCE y D. FERNANDEZ MEDRANO: c
G. DELIBES DE CASTRO: «El yacimiento de San Cebrián. Contribución al estudio del
Bronce Inicial en la Meaeta Norte», Boletín del Seminario de Arte y Arqueología. 38, Valladolid, 1972,
pá¡a. 489-498.
P. DE P ALOL SALELLAS: «Alava y la Meseta Superior durante el Bronce Final y Primer Hierro», Estudios de Arqueología Alavesa, VI. Vitoria, 1974, pága. 91·100.
(S) S. QUERO CASTRO y M.• DEL C. PRIEGO FERNANDEZ DEL CAMPO: «Noticia eobre el
poblado Campaniforme El Ventorro (Madrid)», Zeph,yrua, XXVI-XXVII, Salamanca, 1976, páp. 321329.
M. ALMAGRO GORBEA: «
Madrid) y la cuestión de los llamados fondos de cabaña del Valle del Manzanares», Tnl~oe de Preha·
toria, 36, Madrid, 1979, págs. 83·118.
M.• D. ASQUERINO FERNANDEZ: «Fondos de cabaña del cerro de La Cervera (Mejorada
del Campo, Madrid)11, Trab_,oe 'de Preblatoria, 86, Madrid, 1979, págs. 119·148. ·
M.• D. ASQUERINO FERNANDEZ y V. CABRERA VALDES: «Prospecciones en Mejorada
del Campo (Madrid))), Noticiario Arqueológico Hispánico, 9, Madrid, 1980, págs. 181·212.
M.• L. CERDE~O SERRANO, A. MENDEZ MADARIAGA, R. CRISTOBALRODRIGUEZ,
F. MORENO y J. FERREIRO: «El yacimiento de la Edad del Bronce de La Tor:recllla (Getafe,
Madrid))), Noticiario Arqueológico Hispánico, 9, Madrid, 1980, págs. 217·242.
(9) G. BONSOR: Op. cit. en la nota 6.
(10) G. GOSSE: «Aijoroque, estación neolftica inicial de la provincia de Almeria», Ampuriaa, m,
Barcelona, 1941, págs. 63-84.
(ll) V. HURTADO PEREZ: «El yacimiento de La Pijotilla (Bad_,oz). Estudio de lu relaciones
culturales», teala doctoral, in6dita, Sevilla. 1984.
·
(12) L. MOLINA LEMOS: «El Lobo, un pueblo de época y cultura megalftica (unos cuatro mil
aoos de antigüedad) en las afueras de Ba~oz11, Revista de Estudios Extremet\oe, xxxm, B~oz,
1977, págs. 687·668.
L. MOLINA LEMOS: «El poblado del Bronce 1 El Lobo (Ba~oz))), Noticiario Arqueológico
Hispánico, 9, Madrid, 1980, págs. 91·130.
(13) G. GOSSE: Op. cit. en la nota 10.
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12
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(14), etc.- y el Bronce Final e incluso la Primera Edad del Hierro
-«La· Esgaravita» (15), <
esencialmente desde. una perspectiva morfológica y funcional, nos
impide en gran medida el estudio de la organización del hábitat en
estos poblados y, al mismo tiempo, una aproximación a aspectos
socio-económicos y paleoecológicos de los mismos (17). Todo ello se
traduce en un excluyente «babelismo» terminológico que, una y otra
vez, junto a las limitaciones clásicas y reducidas superficies excavadas
- como es nuestro caso-, no nos permite valorar cada ~na de estas
estructuras en su propio contexto funcional y cultural.
Como hemos podido comprobar a través de los sondeos realizados
en «Los Cortinales», la totalidad de las estructuras aparecidas en este
yacimiento se encuentran excavadas en un suelo de tipo calizo y textura muy compacta. Las estructuras que hemos denominado 1, 2 y 3,
sobre las que centraremos mayormente nuestra atención, han sido
descubiertas casi en su totalidad y presentan plantas aproximadamente circulares; parte, las números 4 y 5, aún están sin determinar
morfológicamente a la espera de futuros trabajos. En ningún caso, han
aparecido restos humanos asociados a dichas estructuras.
Las fosas 1 y 2 constituyen por su forma globular, a pesar de sus
desiguales proporciones, una de las variantes del tipo 1 establecido por
Berdichewsky (18) en su estudio sobre los enterramientos del Bronce 1
Hispánico; por su parte, la estructura número 3, más o menos de paredes rectas y poco profunda, según este mismo autor, se asemejaría a
las de Rota, si bien algunas de ellas podrían haber sido verdaderas
fosas sepulcrales de carácter colectivo. La denominación propiamente
de «silos» quedaría reducida sólo a los pozos alargados de forma cilíndrica y también globular (fosas 1 y 2), como los del Algarve y
algunos otros.
(14) G. BONSOR: Op. cit. en la nota 6.
G. y V. LEISNER: «Die Megalithgriiber der Iberiachen HalbinaeL Der Süden>>. Berlín,
19.8.
A. ARRIBAS PALAU y F. MOLINA GONZALEZ: «El poblado de loe Cutillejoa de Las
Peflu de loe Gitanos (Montefrfo, Granada). CampaAa de excavaciones d. 1971. El corte nWn. 1>t. Cuae
dernos de la Universidad de Granada. Serie monográfica nWn. 8, Granada, 1979.
(16) L MARTINEZ NAVARRETE: Op. cit. en la nota 8.
(16) M .• de la('. BLASCO BOSQUED: «Un nuevo yacimiento del Bronce Madrileño: EINegralejo
(R.ivu-Vaciamadrid, Madrid)», Noticiario Arqueológico Hiapánico, 17, Madrid, 1983~ páp. .S-160.
(17) I. MARTINEZ NAVARRETE: Op. cit. en la nota 8.
(18) B. BERDICHEWSKY SCBER: Op. cit. en la nota 3.
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LOS CORTJNALES
13
De igual modo, los paralelismos tipológicos de esta última estructura con las asociadas a un grupo de viviendas circulares aparecidas en
el «Campico de Lébor», de Totana (Murcia) (19}, los «fondos de
cabaña de "El Lobo" (Badajoz) (20} y Valle del Manzanares (21), no
descartan la posibilidad de que se trate de un lugar de habitación. En
este sentido, cabría valorar los descubrimientos de adobes, muros de
piedra... y otros restos constructivos aparecidos en las estructuras
números 4 y 5.
Sin embargo, la particularidad más notable de las tres primeras
fosas de planta circular, la representa la hilada de piedras que, a modo
de banco corrido sobre el que se encuentran algunos fragmentos cerámicos, se sitúa en la base de la estructura número 2, con un desarrollo
aproximado de tres cuartos de circunferencia. La funcionalidad de
dicho banco de piedra podría estar relacionada con la deposición de
recipientes de almacenamiento, pero, no obstante, habrá que esperar
a nuevos trabajos para valorar en un contexto más amplio todos
los hallazgos.
Como es el caso de «El Negralejo» (22) y gran parte de los yacimientos de este tipo, las estructuras de <
probable que con el paso del tiempo, debieron ser utilizadas como
auténticos «basureros», lo que se deduce por la ausencia de materiales típicos procedentes de esferas de actividad concretas y, principalmente, por la enorme fragmentación de los materiales encontrados
(cerámica, esquirlas de hueso, etc.), en su mayoría de desecho.
2.2 Materiales
2. 2.1. Cerámica
Las dudas que planteaban los perfiles carenados y bruñidos con
los grandes platos y cuencos de borde engrosado, depositados en el
ColeJio Público de Nuestra Señora Santa María de la Coronada, en
torno a la posible superposición Calcolítico-Bronce se han eliminado
al confirmar los recientes trabajos la convivencia de estas formas y la
ausencia en el área excavada de toda estratigrafía.
(19) E . DEL VAL CATUBLA: Op. cit. en la nota 6.
(20) L. MOLINA LEMOS: Op. cit. en la nota 12.
(21) L MARTINEZ NAVARRETE: Op. cit. en la nota 8.
M.• L. CERDE~O SERRANO y otros: Op. cit. en la nota 8.
(22) M.• de la C. BLASCO BOSQUED: Op. cit. en la nota 16.
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LOS CORTINALES
15
La industria cerámica decorada aparecida en «Los Cortinales»
radica esencialmente en formas comunes y en una serie de fragmentos
atípicos con la única salvedad de dos vasos depositados en el citado
Colegio Público. Se trata, por una parte, de un vaso de paredes entrantes, superficie bruñida y con decoración incisa consistente en tres
pequeñas bandas horizontales a la altura del borde, estando las de los
extremos rellenas de impresiones puntilladas cubiertas de pasta
blanca y la del centro lisa; el cuerpo está decorado por bandas verticales rellenas con series alternas de cuatro y dos impresiones igualmente cubiertas de pasta blanca; las series de dos puntos parten de
una impresión circular, excepto en una banda lisa, decorada únicamente con motivos esteliformes (fig. 8, 1). Por otra parte, se conserva
un fragmento de un vaso de paredes ligeramente inclinadas al interior
y con decoración a base de triángulos incisos rellenos de puntillado
impreso (fig. 8, 2). Entre los fragmentos atípicos, caben destacar los
motivos incisos (fig. 8, 2b).
La indústria cerámica lisa es la más abundante. Tipológicamente
responde a los dos grandes grupos muy bien definidos y diferenciados
por Vfctor Hurtado en <
cerámicas de «paredes finas», perfiles carenados, pasta decantada,
cocción reductora y tratamiento superficial bruñido (figs. 10 y 11).
En cuanto a las formas, el mayor porcentaje corresponde a los
cuencos de casquete esférico y semiesférico. También son característicos, aunque en menor proporción, los platos de borde engrosado, los
cuencos de paredes entrantes, los vasos de perfil en S y los vasos carenados a media altura. Estos últimos se localizan en las capas más inferiores del yacimiento y, entre ellos, resultan de particular interés
aque'los cuyo borde rebasa el plano vertical de la carena (figs. 11, 23 y
25), que culturalmente pueden ser considerados paralelos a los del
Horizonte Ferradeira (24), y tipológicamente presentan claras düerencias con los vasos más evolucionados de Atalaia (25).
(23) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
(24) H. SCHUBART: «O Horizonte Ferradeira. Sepulturas do Eneollt!co Final no Sudoeste da
Penfnaula IWrlca», Revi.ata de Guimariea, LXXXI, Guimariea, 1971, p4ga. 189-215.
H. SCHUBART: «La cultura del Bronce en el sudoeste peninaular. Diatribucl6n y definición»,
Miteeléea Arqueolópca,
Barcelona, 1974, pqa. 35-370.
H. SCHUBART: «Die kultur der Bron.zezeit im Südwesten der Iberl.echen Halbinael», Madri·
der Forachun¡en, 9, Berlín, 1976.
(26) H. SCHUBART: «Eatnttigrafia horizontal de Atalaia. Una contribución ala cronologia de la
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LOS CORTINALES
17
2. 2. 2. Industria lúica
La industria lttica tallada únicamente está representada por una
lámina de sílex grisáceo con fractura retocada, fuera de contexto (figs.
9, 22), una lasca de sílex oscuro sin retoque ni huellas perceptibles de
uso (figs. 10, 16), varias lascas de pizarras y cuarzo lechoso técnicamente idénticas a la anterior y dos puntas de flecha, una de base cóncava y otra, muy deteriorada, con pequeño pedúnculo (figs. 10, 17
y 18).
La industria lúica pulimentada, complemento de la anterior, se
remite a la recogida sin ningún rigor en 197 4-1975. Esta consta de dos
hachas, una de ellas realizada en cuarcita y la otra en piedra de tipo
basáltico de color negro con el extremo proximal más estrecho, adoptando una forma casi trapezoidal y sección con tendencia rectangular
(fig. 9, 18 y 19), dos piezas de extremo distal plano, obtenido posiblemente por abrasión, con forma trapezoidal, y la otra rectangular y, al
parecer, procedentes de la reutilización de hachas y azuelas {fig. 9, 17
y 19) {26), una pieza de ranura transversal, obtenida igualmente por
abrasión, con una longitud de 5 centímetros, una anchura de 1 y una
profundidad de 1; la forma de la pieza es irregular con tendencia a la
oval, y fue realizada en material pizarroso, y mientras que su cara
externa es convexa y pulimentada, la interna es plana y rugosa (fig. 9,
21), varios molinos de mano fabricados en piedra granítica, con diversas formas y un tamaño medio de cuarenta centímetros, y, por último,
algunas moletas o molederas realizadas en distintos materiales, especialmente cuarcita y granito, con diversas formas de sección oval y un
tamaño medio de 14 centímetros (fig. 9, 4 al 16).
Sólo la ampliación de la superficie excavada hasta ahora, podrá
aportamos nuevos datos para una valoración cuantitativa y cualitativa
más precisa de la industria lítica de
adelantar que tipológicamente se encuentra muy próxima a la aparecida en «La Pijotilla» (27), considerada como un buen exponente de la
facies precampaniforme y campaniforme de los complejos calcolíticos
de la región.
Edad del Bronce del Sudoeate de la Península Ibérica», Crónica del XI Congreao Nacional de Arqueología (M6rida, 1969), Zaragoza, 1970, págs. 396-414.
H. SCHUBART: «Acerea de la cerúnica del Bronce Tardío en el Sur y Oeate peninaular»,
Tra~
de Prehietorla, 28, Madrid, 1971, páp. 163-182.
H. SCHUBART: «Die kultur der...», cit. en la nota anterior.
(26) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
(27) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
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LOSCORTINALES
19
2.2.3. Industria 6sea
La industria 6sea, como en el caso anterior, ha sido muy poco
representativa «in situ». En este sentido, prácticamente disponemos
de los hallazgos conservados en el mencionado Colegio Público, entre
los que destacan varios punzones·y una espátula de cabeza triangular
con pedúnculo muy alargado (fig. 9, 23 al 27). Existen par-alelo.s de
este tipo en «La Pijotilla» y sobre todo en los p.oblados de la Extremadura portuguesa, que pueden ser considerados en tomo a Viianova de
San Pedro ll (28),
2. 2. 4. Otros objetos
El fragmento de morillo hallado en la estructur.a número 3 se
encuentra tipológicamente en la variedad ll, establecid~ por López
Plaza (29), que se distingue por su base ovalada y cuerpo que disminuye progresivamente de espesor hacia el extremo superior, ar.queándose ligeramente hacia adelante (fig. 10, 10). La dispersión de ~stos
objetos, conocidos también como «ídolos cuernos», es bastante
amplia en la Península Ibérica. Se conocen hallazgos de estas características en la Peña del Bardal, el Teso del Moral, el Alto del Quemado
y Muñogalindo, en la Meseta. También .se documentan estos objetos
en el Este peninsular, en Alicante; pero la mayor concentración de
ellos se registra .en la Extremadura portuguesa, en poblados como Vila
Nova de San Pedro I, Pico Agudo y, más recientemente, en P.edrio,
Valencina de la Concepción (Sevilla) y en <
El horizonte cultural de «Los Cortinales» es algo posterior al de la.
Extremadura portugu.esa y, una vez más, encontramos los paralelQI3
más proximos en la variedad C del tipo XI de Jos ídolos de «La Pijotilla» (31), si bien el propio Víctor Hurtado muestra algunas reservas
para considerarlas como tales.
(28) K. SPINDLE'R: «Cova de Moura. DieBeaiedlun¡ dea Atlantlachen Kil1tengebietea Mittelportu¡alt vom Neolithiltum bia an duEnde -der Bronzezeit», Maddder Beitzage, 7, Mains am RheiD,
1981.
V. HURT~O P.EREZ, op. cit. en la nota 11.
(29) M.• S. LOPEZ PLAZA: «Morillos y.objetoa de culto de laEdad.delBronc:eJWiadoa enMu.tloplindo (Avila)», Crónica del XIn C0J111'8ao Naciooal de Arqueolog{a (Huelva, 1973), 'Zaragoza, 1975.,
páp. • 99-606.
M.• S. LOPEZ PLAZA: -«Aportaéióniil conocimiento de loa pobladQe eneoitlcoa de) SO de la
Meaeta Norte El})atlola: la cerimicu, SetábJl Arqueológica, V, Set6bel, 1979, p6p. 67-102.
(30) M.• S. LOPEZ PLAZA: «Aportación al j)OD()cimiento... », cit. en la nota anteri«'.
(31) V. HURTADO PEREZ: «Loa fdoloa del Cak:olitioo en el Occidente peninaplar», Había, 9,
Sevilla, 1978, ~p. 367-3« .
V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
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2.2.5. Aletalurgúl
La metalurgia no ha estado representada en esta primera campaña
de excavaciones en «Los CortinaJes».
3. CONSIDERACIONES FINALES
El trabajo de Doctorado realizado por Víctor Hurtado (32) en el
yacimiento de <
Media del Guadiana, nos permite plantear, como hipótesis de trabajo
y en base principalmente a la industria cerámica aparecida, que el
yacimiento de «Los Cortinales» podría situarse en tomo al Calcolítico
Pleno-Final de dicha zona (2000-1800 a. C.), con importantes paralelismos tipológicos y culturales en Valencina de la Concepción (Sevilla)
(33). Todo ello en un ámbito cultural bien definido, resultante de la
fusión y reinterpretación de elementos e influencias procedentes esencialmente del SE y SO peninsular y reflejadas de una forma particular
en los ídolos de «La Pijotilla» (34).
Esta facies calcolítica, con probable presencia de Campaniforme y
conocimiento de la metalurgia del cobre en «La Pijotilla» y en «Los
Cortinales», está ampliamente representada en los poblados de la
comarca de Llerena, al sureste de la provincia de Badajoz (35).
«Huerta de Dios» (36), «El Pedrosillo» (Llerena), «El Alamillo» (Berlanga), «Cerro Cabril» (Valencia de las Torres), etc., son asentamientos cuya localización está en relación directa con la minería del cobre y
oro y su situación topográfica oscila entre lugares llanos y abiertos,
pequeñas elevaciones (<
(32) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
(33) D. RUIZ MATA: «Cerámicas del Bronce del poblado de Valenclna de la Concepción (Sevilla))), Madrider Mitteilungen, 16, Heidelberg, 1976, pága. 80·110.
(34) V. HURTADO PEREZ: <
U-os ídolos ..,)), cit. en la nota 31.
V. HURTADO PEREZ: «Loa ídolos calcolíticos de La Pijotilla (Badlijoz))), Zephyrua, XXXXXXI, Salamanca, 1980, págs. 166-203.
(36) J. J. ENRIQUEZ NAVASCUES y J. IÑESTA MENA: «Notas sobre loe poblados calcolíticoe
de la comarca de Llerena (Badlijoz),,, Home~e a A. Cánovaa Peaini. Col. Roso de Luna, Badlijoz,
1986, pága. 16-24.
(86) J . J. ENRIQUEZ NAVASCUES: «Dos ídolos sobre hueso largo procedentes de la Huerta de
Dios)), Trebajoe de Prehistoria, 40, Madrid, 1983, págs. 293-306.
·
J. J. ENRIQUEZ NAVASCUES: «Materiales de superficie del poblado calcolítico de la
Huerta de Dios, Casas de Reina, Badlijoz)), Revista de Estudios Extremeños, en prenaa.
(37) J. J. ENRIQUEZ NAVASCUES y J . IÑESTA MENA: Op. cit. en la nota 86.
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LOS CORTINALBS
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Fil. 11.- Los Cortinalee. Sector B, corte núm. 4. etrbuctara 5, y leCtor C, corte núm. 15,
eetruotura 4 (n6ma. 88 al 86).
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M. GIL MASCARELL Y A. RODRIGUEZ DIAZ
mica en «Los Cortinales» está representada tímidamente por la
industria lítica, que apunta particularmente hacia un modo de vida
agrícola y una ganadería complementaria, si bien en un futuro próximo
podrán valorarse las posibilidades mineralógicas de la zona y su relación con este yacimiento.
En un momento inmediatamente anterior, se sitúa «El Lobo»
(Badajoz) (38) y una serie de asentamientos en tomo a la propia capital badajocense (39). En un horizonte cultural paralelo a Papaúvas
(40), se localizan los niveles inferiores de la Alcazaba, en Badajoz (41)
y Araya (42).
.
La fase final del Calcolítico en la Cuenca Media del Guadiana estaría representada por la última fase de «La Pijotilla» (43), paralela al
Horizontes Ferradeira (44) que, a su vez, enlaza con los ajuares de los
enterramientos de Colada de Monte Nuevo, de Olivenza (Badajoz)
(45), Guadajira (Badajoz) (46) y el enterramiento en cista de «Las
Palomas», en Villafranca de los Barros (47), paralelos al Bronce 1 del
SO de Atalaia (48).
(38) L. MOLINA LEMOS: Op. cit. en la nota 12.
(39) J. J . ENRIQUEZ NAVASCUES y C. DOMINGUEZ DE LA CONCHA: «Yacimeintos pre y
protohittóricoa de Ba~oz y aua alrededo1'88», Reviata de Eatudios Extremeoos, XL, m,
Ba~oz, 1984.
(40) D. RUIZ MATA y J . C. MARTIN DE LA CRUZ: «Noticias preliminareseobre loa materiales
del yacimiento de Papaúvu (Aljareque, Huelva)», Cuadernos de Prehistoria y Arqueología, 4, Madrid,
1979, páp. 86·49.
(41) F. VALDES FERNANDEZ: «Excavaciones en la Alcazaba de Ba~oz», Revista de Estudioa
Extremeftoa, XXXV, Ba~oz, 1979, pág. 887 y aa.
F. VALDES FERNANDEZ: «Excavaciones en la Alcazaba de Ba~oz)), Revista de Estudios
Extremos, XXXVI, Ba~oz, 1980, pág. 671 y aa.
(42) J . J . ENRIQUEZ NAVASCUES: «Avance al estudio de loa materialea de A~a. Mérida
(Bad~oz)''• Pyrenae, 17·18, Barcelona, 1982, páp. 191-202.
(43) V. HURTADO PEREZ: Op. cit. en la nota 11.
(44) H. SCHUBART: Op. cit. en la nota 24.
(46) H . SCHUBART: «Tumbu megalíticu con enterramientos secundarios de la Edad del
Bronce de Colada de Monte Nuevo de OUvenza», Crónica del XII Congreso Nacional de Arqueología
(Jaén, 1971), Zaregou, 1978, págs. 176-190.
(46) V. HURTADO PEREZ: «La excavación de la aepulture circular de la Edad del Bronce en
Gua~lra», Home~e a A. Cánovaa Pesini. Col. Roso de Luna, Ba~oz, 1986, páp. 26-36.
(47) M . GIL-MASCARELL BOSCA y A. RODRIGUEZ DIAZ: «Un enterramiento en ciata en
Villafranca de loa BIJTOI (Ba~oz)», en prensa.
(48) H. SCHUBART: «Estratigrafta horizontal. .. », cit. en la nota 26.
H. SCHUBART: «Die kultur...», cit. en la nota 24.
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GIL-MASCARELL y RODRIGUEZ.- Los cortinaJes
A
Los Cortina Jes. A y B: Sector A, c01·te núm. 2, estructura 2. C y 0 : Sector A,
corte nú m. 2, estructura 3.
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LAM.I
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