La Cova del Mas d’en Llorenç y el arte prehistórico del Barranco de la Gasulla
Norbert Mesado Oliver
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ARCHIVO DB PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XVI (Valencia. 19811
NORBERTO MESADO OLIVER
(Burriana)
LA COVA DEL MAS D 'EN LLORENC
V EL ARTE PREHISTORICO DEL
BARRANCO DE LA GASULLA
I
A mediados del mes de enero del año 1978, recibíamos en el Museo Municipal de Burriana, la publicación de «Cova Fosca», gentileza
debida al Departamento de Historia Antigua de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Valencia, y en especial a don José
Aparicio, coautor de la obra (1).
En ella, y refiriéndose a la importante cavidad, se dice mo conocer su ubicación exacta», ya que sólo se interesan por el material que
llegara en 1971 a Valencia, el cual, en parte, sirve para reafirmar la
«existencia de una segunda fase neolftica, entre el antiguo neolftico
con cerámica cardial, y el eneolftico», fase que ya fue, en un primer
momento, J963, señalada por Fletcher, y que se apoyaba en las estratigrafias de los yacimientos valencianos -Or y En Pardo-, fase esta
que se desarrollaba «durante el IV milenio y primeros siglos del V como simple continuidad étnica y ergológica del Neolftico I «cardial» (2).
La Cova del Mas d'en Llorenq (3) serfa, por el momento, junto con
la cueva del Mal Paso (Castelnovo), la Seda (Castellón), Les Santes
(Cabanes), Tirao (Burriana), Can Ballester (Vall d'Uxó), y el diminuto
abrigo de l'Espinella (Villafranca), las escasas denuncias de habitats
neolfticos en la zona septentrional del Pafs Valencia.
(11 J . APARICIO PEREZ y J. SAN VALERO APA1USI: «La Cova Fosca lAres del Maestre,
Castellónl y el Neolftíco Valenciano». Departamento de Historia Antigua. Facultad de Filosofia y Letras. Universidad de Valencia, Serie Arqueológica 4. Valencia, 197,7.
121 Op. cit. nota anterior, págs. 36 y 52.
131 Seria muy conveniente, cuando un yacimiento tuviese más de un topó~o. adoptar
aquel que sea conocido en la bihliografla cientffica. Por este motivo, preferimos la denominación tradicional de COVA DEL MAS D'EN LLOREN<; sobre la COVA FOSCA. La denominación
de COVA GRAN, debida aPorcar lv. fig. 1."1 no es conocida por los masoveros delBarranc de
la Gasulla. El topónimo de Cova Fosca fue dado por don José Salvador apenas hace 20 años,
según nos ha confirmado su actual dueño, don Isidro Salvador. Por los motivos expuestos
preferimos, pues, la denominación de COVA DEL MAS D'EN LLORENC.
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Visitamos la cavidad el dia 3 de agosto de 1975 acompañados del
espeleólogo castellonense don José Viciano, quedando sorprendidos
de las fuertes remociones que habían afectado a la casi totalidad del
manto superficial del yacimiento. En esta visita -que apenas rebasó
los 40 minutos- recogimos el material que va inventariado del núm. 1
al 15, incluyendo la fauna que remitimos al Instituto Arqueológico
Alemán para que sea analizada por el Prof. Boessneck y la seftora
Prof. von den Driesch. Este materi~, hoy en el Museo Municipal de
Burriana, fue recogido de la escombrera de una excavación anterior
que no rebasó los 60 cm. de profundidad, grosor efe la capa arcillosa
fértil.
. .. . .. ...
....
. ...............
Algún tiempo después volvíamos a la cueva acompañados por don
Alfredo González Prats (Director del Gabinete de Investigación Arqueológica del Alto Maestrazgo, en cuya demarcación se halla la Cova
del Mas d'en Lloren~t, al cual se debe su redescubrimiento arqueológico), don José Viciano, doña Amelia Cervera y don Federico Barreda
Tena, guarda de los yacimientos arqueológicos del barranco. En esta
nueva visita (primavera de 1975) habíanse yá realizado los sondeos
estratigráficos llevados a término por el Departamento de ArqlÍeología de la Excma. Diputación Provincial de Castellón, en compañía
de un centro universitario francés, según nos dijo don Federico Barreda.
En esta ocasión ya no pudimos recoger material arqueológico en
los detritus de las primeras excavaciones, ya que habían sido retirados o cubiertos por un gran amontonamiento de rocas que habianse
extraído de las recientes prospecciones, y cuyo vertido se realizó contra el potente muro que cierra la boca de la cavidad, lugar idóneo para futuros trabajos.
La tercera vi.sita a esta importantísima estación neolltica tuvo lugar el dia 27 de marzo de 1978, en compañia de la señorita Marta Huguet, don José Viciano y el propietario del yacimiento, don Isidro Salvador, quien nos confirmó, in situ, que nunca en sus trabajos había
rebasado el manto de tierra.s negras que cubría el lecho de rocas desprendidas de la bóveda. Don l. Salvador, al regalarle la publicación
de «Cova Fosca», nos hizo entrega de un pequeño lote de material recogido por él en unos bancales del «Planelb, sobre la cavidad, los cuales proceden del humus extraído del yacimiento y utilizado como fertilizante por sus mayores, material inventariado con los núms. 16 al
25. De un amontonamiento de piedras que había retirado don Isidro
Salvador del manto neolltico, recogimos el resto del material que aquí
presentamos (inventario núm. 26 al 32).
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MAS D'B.N LLOREN!;
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SITUACION DEL YACIMIENTO
Para llegar a la cavidad desde la Montalbana (masías ·del kilómetro 28 de la carretera de Villafranca, ubicadas a escasa distancia de
los inicios del puerto de montaña de Ares del Maestre, de 1.122
m.s.n.m.), hay que tomar la cómoda pista que nace a espaldas del caserlo (fig. 1). El tramo primero del camino forestal es dominio de garriga, entrando hacia su final en un degradado bosque autóctono de
carrascas y robles, hasta cerca de la confluencia de los barrancos de
Ckerai's y de Molero~ eii'"cüyo··punto.ñaceri Gasulla, Silu ente d· ·· la
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Rambla Carbonera (fig. 2). Aquí la pista que primero corría paralela
al fondo del valle, hace un seftalado codo, para, en sentido inverso al
tramo transcurrido, ascender hasta el mas de Gasulla. De este ángulo
del camino, un sendero, tras vadear el barranco de Cirerals, gana altura zigzagueando hasta la copiosa fuente de La Castella, de la que se
domina Cueva Remigia y el Cingle. Siguiendo la ascensión alcanzaremos la Roqueta de la Trona, diminuto poblado del Bronce Valenciano
sobre el extremo de poniente de la gran plataforma caliza («planelli),
recortada po~ los barrancos de Cirerals y Molero. Su parte vulnerable
se halla defendida por una torre, probablemente de planta cuadrada,
de la que se conserva un paramento recto de buena técnica.
Por los pies de poniente de este pobladillo sigue el sendero - ahora
llamado de la «Font de la Castella»-, contiguo a la base del cingle,
donde una de sus principales balmas recibe el nombre de «La Cova
dels Carros» (con abundancia de sílex de desbaste en sus alrededores),
hasta el ya cercano Mas Nou, cuyo masovero, don Isidro Salvador,
propietario de la Cova del Mas d' en Lloren~;, venia utilizándola como
aprisco. La cueva, contigua ya a la masía, posee en su misma boca un
almez que la identifica. Su abertura llega a los 15 m. y su profundidad
(una gran sala semicircular) a los 17 ~ · (Lám. I).
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MATERIAL INVENTARIADO
Primera visita:
SILRX
1/4. Abundan los restos de desbastado, con un predominio del material negro-azabache. En menor proporción es~ presentes los silex melados, blancos y grises. Entre los recogidos destacan cuatro fragmentos de hojitas. sin retoque marginal (fig. 3, 1/4).
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de la COVA DEL MAS D'EN LLORENc;: y principales yacimientos prem.tóricos. (Según Eduardo Ripoll Perelló)
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CALIZA
5. Loseta blancuzca con la cara superior llana y la opuesta con ligeras irregularidades.
Conserva su anverso totalmente recubierto de pintura rojo-oscuro. Sus roturas marginales
son viejas, pues llegó a chorrear por ellas el pigmento. Grosor máximo, 3,2 cm.; longitud central, 8,5 cm. (fig. 3, 61.
6. Fragmento de otra loseta de coloración grisácea, con la cara superior alisada y rebajada convenientemente para labrar en ella una ligera concavidad longitudinal, la cual aparece con restos de pintura rojiza. Creemos se trata de una simple cpaletaJ o, también, de un díminuto molino en el cual poder moler y amalgamar el color. La rotura de la pieza es reciente.
Longitud central, 17 cm.; grosor 2 ,1 cm., hondo de la cavidad, 5 mm. (fig. 3.51.
CERAMICA
7. Fragmento de borde liso, romo, perteneciente a un recipiente ovoide. Rotura negro...................... &ti.sác.ea. e.n su mitad lntema..:y,.beige.ell.la.exterior; con.desgrasante.calizo, fino. Superficies
alisadas, beige.
Diam. bucal, 28 cm. lfig. 4, 1).
8. Robusta asa de puente acintado y ojo circular. Pasta muy compacta de rotura grisácea con desgrasante de carbonato cálcico bien molido y coligado con la arcilla. La cara interior del vaso conserva un ligero bruDido, siendo mate la exterior. Diam. del recipiente. 45
cm. (fig. 4, 21.
9. Borde bucal liso, exvasado, con ligero resalte en el arranque interno. Rotura grisaceonegruzca. Pasta compacta. Superficies alisadas de coloración cuero.
·
Diam. aprox. 23 cm. (fig. 4, 3).
10. Fragmento de vaso hemiesférico con asa acintada, perdida. de perforación circular. Pasta muy negra con desgrasante calizo. Superficie exterior: gris en la zona seudoacanalada, beige en la basal. y negra en el nacimiento del asa y borde. La superfic~e interna, con fisuras, negra. Presenta una decoración formada por cinco soguillas paralelas horizontales,
dos verticales sobre su asa, y un semicirculo tangente a la soguilla inferior.
Diam. 23 cm. (fig. 5, 1 y Lám. n, 1).
11 . Fragmento de cuello vertical con el labio liso y tetón sustentante, plano en la cara
superior. Rotura uniforme amarillenta, con escaso desgrasante calizo. Superficies poco alisadas, presentando la exterior restos de una decoración plástica sobrepuesta.
Diam. aprox. 16 cm. (fig. 5, 21.
12. Asilla seudobffida con taladro circular. Pasta negruzca con desgrasante calizo. Superficie beige, ligeramente ennegrecida la interior, de alisado medio. Es interesante como la
moldura seudobffida del asa se pegó sobre una asilla acintada.
Altura del fragmento, 6,8 cm. (fig. 5, 3).
· 13. Fragmento decorado con suaves incisiones verticales(?) y puntos incisos. Rotura negruzca con desgrasante blanco muy visible en la cara extenia de coloración sienonegruzca.
Bje máx. 6'5 cm. (fig. 5, 4).
HUESO
14. Punzón labrado sobre cada de hueso con restos del conducto medular.
Longitud, 12' 8 c.:m. (fig. 5, 5 y Lám. ll, 3).
15. Espátula sobre cada de hueso.
Longitud, 10 cm. (fig. 5, 6 y Lám. n, 21.
Tercera visita:
SILEX
16. Media luna. RetoqUe alternante abrupto. Filo con dos muescas, la inferior de retoque
directo; la superior, inverso. Blanco-grisácea.
24'7 x13'9 x3' 8 mm. (ftg. 6, 1).
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Fig. 4
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Fig. 5
9
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17. Fragmento proximal de hoja. Filos brutos. Blanco.
30 x 18'1 x3'9 mm. (fig. 6, 21.
18. Fragmento medial de hoja con microrretoque büacial en el borde izquierdo. Bla.nco.
Requemado y con truncaduras recientes.
30 x 16 x-4'8 mm. (ftg. 6, 3}.
19. Fragmento distal de ccuchillo» grueso. Retoque irregular directo, escalonado, muy
abrupto (800). La pieza remata con un frente de raspador, de extracción laminar. Melado.
32 x16 x7'3 mm. (fig. 6, 4}.
20. Fragmento medial de hojita con truncaduras marginales recientes. Blanco.
· 22'5 x 11 x4 mm. (fig. 6, 5}.
21 . Fragmento proximal de hoja con retoque en ambos IDos. Blanco.
25 x 13'5 x5 mm. (fig. 6, 6).
22. Hojita con retoque directo, fino, en sus IDos. Extremo distal en raspador de retoque .
casi vertical. Negro-melado.
·· ....... · ............. · ·39' 8·x1·S xS'9 mm... (fig~ 6;·-7·): ....... - ...- ....- ................................. · ....... ·
CONCHA
23. Colgante con perforación central, circular.
32'5 x21'8 x9' 1 mm. (fig. 6, 8).
CERAMICA
24. Fragmento hemiesférico de borde seudobiselado. Presente una menuda asa vertical
perforada. Randa horizontal de doble hilada de puntos en la parte superior del vaso. Rotura
negra con diminuto desgrasante (¿espejuelo?). Superficie exterior negro-marrón.
Diém. bucal aprox. 9 cm. (fig. 6, 9).
25. Borde de cuenco hemi.e.sférico. Randa de hoyuelos impresos. Pasta gris claro con diminutos desgrasante calizo. Superficie exterior anara.tijada; interior, ocre claro.
Diém. aprox. 18 cm. (fig. 6, 10).
26. Borde de cuenco hemiesférico. Impresiones de hoyuelos ovales sobre el labio, y doble
linea de impresiones petaliformes cerca del plano bucal. Pasta ocre claro con desgrasante
calizo muy fino; superficie, ocre.
Diém. aprox. 44 cm. (fig. 6, 11).
27. Tiesto perteneciente a la panza de un gran vaso. Decoración hecha con un punzón de
punta roma (lineas paralelas curvas y motivo en.ccabeza de cayado•), y puntuaciones festoneando el tema segundo. Pasta grisaceonegruzca con desgrasante calizo, fino. Superficies
afinadas, negra la interior y beige la exterior.
Diém. del fragmento, 50 cm. (fig. 6, 12).
28. Fragmento de cuerpo de un gran recipiente. Un cordón horizontal con ungulaciones
d!vide la parte superior con incisiones acanaladas verticales, escoltadas por puntuaciones, de
la inferior, con lineas horizontales de puntos. Pasta siena clara con fino desgrasante calizo;
superficie exterior, sieno-grisácea.
lije máx. 10 cm. (fig. 6, 13).
29. Borde bucal perteneciente a un cuenco con labio biselado. Pasta negra con desgrasante de piedrecillas calizas y arenas. Superficie exterior ocre con zona 'bucal requemada.
Diém. aprox. 44 cm. (fig. 7, 1).
30. Fragmento de posible vaso colador o quesera, con algunas perforaciones que no llegan a atravesar totalmente la pared de la vasija. Pasta ocre con fino desgrasante.
Bje máx. 5'5 cm. (fig. 7, 2).
31 . Arranque de asa acintada y restos del tabique del recipiente. Pasta rojiza con des~
grasante calizo y rodeno.
Bje máx. 7'8 cm. (fig. 7, 3).
32. Solero perteneciente a un vaso apuntado (ovoide). Pasta anara.tijada con zonas requemadas; superficie exterior sienonara.tija, de alisado medio. ·
Bje máx. 9 cm. (fig. 7, 4).
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PmDRA
33. Esquina de losa caliza con la superficie primigenia, meteorizada, blanca. Sobre su
cara superior, Usa, restos de pintura rojo oscuro fosillzada,la cual ha desaparecido en el centro de la loseta.
Longitud, 20 cm. (ftg. 7, 5 y Lám. n , 4).
LA FAUNA
En la osteología de la cueva, que tan amablemente nos ha realizado la doctora Angela von den Driesch, proveniente -al igual que todo
el material inventariado-, del horizonte Neolftico expoliado, habrfa
de advertirse la ligera preponderancia de las especies domésticas
frente a las salvajes, aunque por contra tenemos que de las 23 piezas
ós.e..as. e.scr.utadas, l.S.pertenecen..a..fauna-salvaje·, y -de-ellas-9 a cabra
montés, a cuyo biotopo responden bien los escarpes de esta elevada
orografia de Ares.
Es curiosa la inexistencia de ciervo, pese a estar bien representado en el arte parietal del barranco de Gasulla, anomalfa que se debe sin duda- al escaso número de piezas que recogimos de la superficie
del detritus de criba, procedente de la eX]>oliación. Los restos óseos,
según don Isidro Salvador, fueron abundantes, pero al parecer solamente se escogieron las dos testuces de cáprido, con restos de sus cornamentas.
Referente a la paleocobertura vegetal, de los animales conocidos
será el corzo quien denuncie mejor un medio ambiente forestal, hoy
extinguido.
Tabla de animales:
Corzo (Capreolus capreolus)
Cabra montés (Capra pyrenaica)
1 mandíbula, animal viejo
1 mandíbula, animal joven
adulto, 1 Costa (d' ), 1 Vertebra
cervicalis (~joven), 2 Scapulae,
1 Pelvis (d' ), 1 Pelvis(~), 1 Pelvis
de un animal joven, 1 Phalanx 1
(~)
Oveja (Ovis aries)
Ovis/Capra
Vaca (Bos taurus)
J~alf (Sus seroJa)
Cerdo (Sus domesticus)
Caballo (Equus spec.)
Tejón (Meles meles)
1 Pelvis (Q)
1 Mandíbula de un animal joven, 2 Molares del maxilar superior
1 Molar del maxilar inferior
2 Tali, 1 Costa
1 Vertebra thoracica
1 tercer molar del maxilar inferior, 1 Phalanx 2
2 Mandibulae
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Su autora comenta al respecto: «La mayoria de los hallazgos procede de mamíferos salvajes. La determinación de los huesos pertenecientes a los équidos se presenta problemática. El molar del maxilar
inferior podria pertenecer por su forma y tamaño a un burro doméstico, Equus asinus. En tal caso procedería de una época mucho más
avanzada que es el neolitico. . falange es demasiado grande como paLa
ra pertenecer a un burro. Posiblemente procede de un pequeño y esbelto caballo doméstico - Equus caballus. No se debe excluir la posibilidad de que ambos hallazgos hayan pertenecido a un determinaoo tipo de burro salvaje -Equus (asinus) hydruntinus-, cuya existencia en
·· · ·· · ·-·· ·.... · ··· · - spaña está comprobada hasta .el neolitico, .siempr.~ qu.~.l~s_ ll.~~zg.os
E
se puedan fechar en el neolfti.co. Aparte de estos dos huesos, pertenecientes a équidos y de datación problemática, los demás huesos de la
peqÚeña colección tienen su origen con toda probabilidad en el neolftico.»
IV
EL BARRANC DE LA GASULLA Y SU POSIBLE RELACION
CON LA COVA DEL MAS D'EN LLORENC
Al gigantesco tajo que en el paisaje del N.O. de Castellón abre la
Rambla Carbonera desde su cabecera en las altas tierras de Ares, cuya Muela llega a los 1.321 m.s.n.m., confluyen, por su margen izquierda, en su tramo más elevado, los barrancos de Molins, Pinello,
Vilarrojes, Gasulla, Dogues, Pou d'en Traver y Horts. El de Gasulla se
adentra algo más de un km. para bifurcarse y formar los barrancos
deis Cirerals y Molero, cada uno de los cuales profundiza un km. más.
Queda, pues, una vaguada en forma de Y horizontal, de dirección
N.E.-S.O., de unos dos kms. de longitud. El valle de Gasulla comportó
un marco ecológico de gr~ importancia; la solana, favorecida por
abundantes cárcavas y fuentes, albergó uno de los más fecundos habitats prehistóricos del Pais Valenciano.
Fue Porcar quien mayor atención prestó al Barranc de la Gasulla
(4). A partir de 1934 dio noticia de buen número de ya<;imientos, tanto
con pinturas (Remigia, Cingle, Mas de Molero, Cirerals) como de habitación (Cova Gran, La Trona, Mas Nou, Mas de Modesto, Cova Fosca);
(4) J . B: PORCAR RIPOLLES: «Pinturas rupestres al Barranc de GÚUlla.. Boletín de la
Sociedad Castellonense de Cultura, XV. Castellón, 1934, págs. 343-347.
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MAS D'EN LLOREN<;
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8.1 referirse a ésta, escribía: «Un llit inmens de jaciments del neolitic
i eneolitic» (5), ubicando estos puntos en un esquemático plano
(fig. 1) (6).
En las pinturas del Barranc de la Gasulla, destacan Cova Remigia
y el abrigo del Cingle de la Mola Remigia, que, con ·Racó de Molero,
·son, a nuestro entender, manifestación directa del habitat de la Cova
del Mas d'en Lloren<;. Cova Remigia dista de la cueva algo menos de
un km. Por ello, tras el descubrimiento de ésta, su estudio tendrá que
ir ligado al de los abrigos. En nue~tra opinión, el horizonte neolítico de
cerámicas impresas y «p8.letas» con pintura roja, es el testimonio más
....fi.!w.~. de..c~~~os haf}t~..P.oy hª-.da~q eJ áJ::ea val~ncjan.~. para ~1 e~c_l~
recimiento de la cronología del arte rupestre del este peninsular.
Ya que en la monografía de esta cueva no se ha hecho relación a
esta problemática, volvemos sobre las fases estilísticas de Cova Remigia, pues los diversos estilos son alli bien claros.
Fase I . - Estática (se corresponde con la C de Ripoll y la II de Beltrán) (7), con grandes figuras inmóviles o a lo sumo de lento desplazamiento. Los animales se caracterizan por su gran tamaño (8) y la figura humana por su estilización (9).
Fase II. - Dinámica (se corresponde con la fase D de Ripoll y m
de Beltrán). Su característica viene dada por la gran reducción de las
figuras, así como por su abundancia, pues es el estilo más generalizado.
15) Op. cit. nota anterior, pág. 347.
16) Op. cit. nota 4, fig. l.
l7l E. RIPOLL PERELLO : «Pinturas rupestres de la Gasulla ICastellón)». Barcelona, 1963,
pág. 58.
A. BELTRAN MARTINEZ: «Arte rupestre levantin.o». Zaragoza, 1968, págs. 71·72.
18) Las grandes figuras de toros aislados dominando los coxijuntos (caso por ejemplo del
existente en el Abrigo IV del Cingle de la Mola Remigia, con 0'60 m. de longitud) parecen ser,
como se viene indicando en las cronologias de Rlpoll y Beltrán, la fase artistica más prlmiti·
va, lo cual habrla sido ya apuntado por PORCAR: «El trazo por impresión directa y el trazo
caligráfico en el arte rupestre de Ares del Maestre». Boletin de la Sociedad Castellonense de
Cultura, xvm. Castellón, 1943, págs. 262 y ss., donde escribe: «Entre las numerosas pinturas del gran ndcleo de Ares del Maestre~ existe un tipo de estas que, por su pátina y aspecto,
acusan una mayor antigiledad respecto a las restantes; las caracterlsticas de este tipo es como sigue: pertenecen a este grupo la mayor parte de las pinturas que tienen el tamailo más
grande y que represe.n tan solamente fauno.
1 En esta primera fase artistica de Cova Remigia irrumpe ya la figura humana, y lo ha9)
ce sin titubeos, llegando al máximo de su creatividad. Son formas bellas, con perflles puros estilizados al máximo, llegando incluso, para no interferir la silueta de unos cuerpos desnudos
idealizados, a despojarles de la superfluidad de los adornos y sac:rificar o minimizar, sus
miembros viriles.
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Fase III. - Microfiguras (fase IV de Beltrán). Se generaliza una
nueva iconografía: «trepadores», «arboriformes», «brujos», «panoplias», tocados bicornes, etc. Con ello se cierra el ciclo artístico de Cova Remigia (10).
Con estas fases puede intentarse dar una cronología horizontal al
yacimiento. Si tenemos en cuenta que el primero en utilizar la cavidad elige, para la mejor conservación de su obra, la zona ocupada por
la Fase I; que para la Fase II los paneles son menos óptimos y los espacios que quedan son para los artífices de la Fase III, consideramos
lógica esta cronología horizontal relativa.
V
LOS «ENVASES» EN EL ARTE RUPESTRE LEVANTINO
Consideramos interesante referirnos a los «envases» representados en las pinturas, pues creemos que están en relación con las fases
estillsticas de aquéllas.
De Cova Remigia son «... un cesto redondo con asas» (fig. 8, 1) ( 11).
Corresponde a la Fase m , a la que también pertenece «... una cesta»
(fig. 8,2) (12).
Del Cingle, «...un recipiente de forma semiglobular con una raya
en su parte media» (fig. 8,4) (13). Es de la Fase III, así como «... grupo
pictórico con cinco flechas horizontales y encima de ellas una linea
transve~al, de la que pende un objeto globular sujeto por dos trazos
que interpretamos como un recipiente colgado de un palo» (14).
Porcar (15) señaló otra «panoplia» como procedente de Gasulla,
que no figura en la publicación que hizo con Obermaier y Breuil; tam(10) Coloca Beltrán en esta fase al polémico jinete con casco, del Cingle de la Mola Remigia, evidentemente fuera del contexto de todo el arte figurativo de la Gasulla. Culturalmente
podrfa relacionarse con el horizonte cultural de la Roqueta de La Tr cque el empleo del caballo como montura es un fenómeno cultural relativamente reciente y
que aparece solo al final de Jos Campos de Urnas, pues su generalización es una de las caracterlsticas del Hallstatt Cll, colocando su cronología ca partir del siglo vnr a. d. C. avanzado»
(M. ALMAGRO GORBEA: «El Pie deis Corbs, de Sagunto, y los campos de urnas del NE. de la
Peninsula Ibéric&ll. Saguntum, Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 12. Valencia, 1976, págs. 121).
(11) J . B. PORCAR, H. OBERMAIER y H. BREUll.: «Excavaciones en la Cueva Remigia (Castellón)». J .S.T.A. núm. gl. 136. Madrid, 1935, Láms. XXXIII y XXXIV.
(12) Op cit. nota 11. Láms. V y VI.
(13) RIPOLL, op. cit. nota 7, fig. 16.
(14) RIPOLL, op. cit. nota 7, Lám. XIII, 2 y 3.
(16) J . B. PORCAR: cSobre las pinturas rupestres de Ares del Maestre». Boletin de la
Sociedad Castellonense de Cultura, XVIII, Castellón, 1943, fig. 1O.
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MAS D'EN LLORBN(f
17
poco la reproduce Esteva Gálvez ( 16), aunque sí Almagro Basch, tomándola de Porcar (1 7).
Tampoco hemos dado con otra «panoplia» publicada por Porcar en
el mismo año (18), la que en otro de sus trabajos la vemos unida a un
. cazador muy esquemático. La novedad que aporta es su envase reticulado (19). Porcar y sus otros dos colaboradores señalan en la 5 .a cavidad de Cova Remigia, inmersos en conjuntos de la Fase m , «un
cuerpo redondo, con líneas entrecruzadas en el centro (¿tejido?), terniinando en un apéndice ondulado» (20) y run cesto tejido» (21). Ambos objetos, aunque fueron publicados como recipientes, son de problemática interpretación.
.. .. PorC"ar señala·«que el pm:tor'r üpesfre concede
fiiiportancia a
esta «cesta» o «bolsa» y en su composición trata de no separarla nunca
de las flechas indicando como que existe una estrecha relación entre
la efectividad de las flechas y el contenido de este cesto» (22). Incide
Esteve sobre el tema opinando que «son sencillamente las vasijas que
contenfan el veneno que debía emponzoñar las puntas de las saetas»
(23), coincidiendo con lo que, en 1919, escribieran Obermaier y Wernert (24). Beltrán describe asf el recipiente: «La bolsa o cesto, de piel o
trenzada con fibras vegetales, cañas o mimbres, los hallamos muchas
veces de diversos tamaños y formas, aunque casi siempre troncocónico o glubular, dotada de una amplia asa y ligadura; se lleva colgando
del hombro, a la espalda, y uno de los trepadores de la Araña, colgando de la mano, mientras otro le cae sobre la espalda, como una mochila» (25). Esteva nos dice que pudiera ser de cuero (fig. 8, 1) o de madera (fig. 8,2) (26).
·
De gran interés es el recipiente con asa representado junto a una
aljaba, en La Saltadora (fig. 8, 5), publicado por Obermaier como «cesta» (27) y reproducido por Esteva, quien dice seria de «fuerte cuero» o,
suma
(16) F. ESTEVE CALVEZ: «Probable significado de unas pinturas rupestres del Maestrazgo». Cuadernos de Prehistoria y Arqueologia Castellonense, l. Castellón, 1974, págs. 9-18.
( 17) M. ALMAGRO BASCH: «El covacho con pinturas rupestres de Cogul (Lérida)J. Instituto de Estudios nerdenses. Lérida, 1952, fig. 56 v.
(18) Op. cit. nota 15, fig. 2.
(19) Op. cit. nota 8, fig. 8.
(20) Op.'cit. nota 11 , pág: 33 y Lám. LIV, 56.
(21) Op. cit. nota 11 , pág. 34 y Lám. LIV, 64.
(22) Op. cit. nota 15, pág. 15 y 16.
(23) Op. cit. nota 16, pág. 16.
(24) H. OBERMAIER y P. WERNER'r: cLas pinturas rupestres del barranco de la Valltorta (Castellón)». Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, Memoria núm.
23. Madrid, 1919, pág. 112.
(25) BELTRAN MARTINEZ, op. cit. nota 7, pág. 53.
(26) Op. cit. nota 16, pág. 11 .
(27) ,Op. cit. nota 24, fig. 63.
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N. MESADO OUVER
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19
mejor, «de tejido fino, a juzgar por el asa» (28), para seguir comentando que los recipientes «que raras veces figuran en el arte levantino,
fueran verdaderas piezas de cerámica como alguna vez se ha supuesto, pues nunca coinciden con los perfiles de los vasos que se han exhumado en las estaciones neolíticas de la misma regióiD (29). Sin embargo, creemos que podemos hallar paralelos cerámicos.
Advirtamos previamente que el objeto núm. 1 de la fig. 8 es de
galbo globular y cuello estrangulado, perfil impropio de una «cesta», y
que su boca no queda bien delimitada, sino que es dentada, como queriendo representar algo flexible -tejido vegetal o animal-, con borde
deshilvanado o roto por el uso, por lo que pudo ser una especie de fun·da parafesgüardar y ttartspoftar tiii recipiente. Stf asidero·pare·ce flexible, a modo de correas o cordeles, ya que de tratarse de asas de cesto no podrían colgar libremente del hombro de los cazadores de la fig.
8, 6 y 7, pues es muy verosímil que se trate de los mismos objetos. Si
acudimos al envase de la figura de Bicorp, apreciamos que el recipiente para contener la miel se coge por la boca para mayor seguridad
y no del asa, con lo que cabría interpretar que ésta era flexible. Con
ello queremos hacer notar que la mayoría de los objetos en, cuestión
pudieron reproducir solamente la silueta de sus cubiertas y no la de
su contenido.
Pese a tódo ello aún podríamos hallar paralelos cerámicos, y justamente en dos de ellos (fig. 8, 4 y 5) que I;tO parecen estar recubiertos,
pues no penden de cintas. En el primer caso su silueta dibuja un asa
bien propia de un recipiente cerámico, galbo que gráficamente hemos
cotejado con el recipiente de Cova de l'Or (fig. 8, 8) publicado por Bernardo Marti (30), al cual podríamos hallar otros paralelos en cualquier recipiente de asa vertical acintada. El otro recipiente del Cingle
de la Mola podríamos compararlo con el cuenco ·ovoide, ligeramente
apuntado, de la Cova del Mas d' en Llorenff, inventariado por Aparicio
con el núm. 5 (31), o con el de la Cova de l'Or (fig. 8, 9) de galbo similar (32). El que ostenta el cazador de la 5.1 Cavidad de la Cova Remigia (fig. 8, 7), pudiera tratarse de un tonelete, similar, también al del
famoso yacimiento de Beniarrés (33). En cuanto a las representacio-
(28) Op. cit. nota 16, pág. 11.
(29) Op. cit. nota 16, págs. 11-12.
(30) B. MARTI OUVBR: rCova de l'Or (Beniarrés, Alicante)J. Serie de Trabajos Varios
del S.I.P., núm. 51. Valencia, 1977, Lám. xx:m, l.
(31) Op. cit. nota 1, pág. 14, fig. 5.
(32) Op. cit. nota 30, Lám. XV, 2.
(33) Op. cit. nota 30, Lám. xxxm, 2.
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20
N. MESADO OUVRR
nes núms. 2 y 3 de la fig. 8, pudiéramos suponer que se quiso plasmar
los vasillos cerámicos geminados del neol1tico. En estos paralelos tenemos que tener presente que estamos cotejando algo bien concreto caso de.las cerámicas aludidas- y unos objetos «no del todo identificados», que nunca constituyeron para el artista prehistórico el tema
·principal de su obra, siendo, tan solo, un objeto bien secundario perteneciente al pertrecho del cazador, por lo que su presencia en estos panelés del Maestrazgo tienen por fin remarcar unas escenas cuyos temas básicos gravitan en torno a la silueta animal y humana. Pretendemos indicar, pues, que estos objeto~ aludidos pueden ser: a) «cestos»
-como tradicionalmente se les llamó- confeccionados con materia
·vegetal; b) ·recipientes·..d·e · cuero (odres), como·· nos dice··ObermaierWernert y Esteve Galvez; e) vasos cerámicos, como hemos propugnado; y d) que todos ellos, salvo el de la Cova Saltadora y el del abrigo V
del Cingle de la Mola (fig. 8, 4 y 5), que parecen estar desnudos, pudieran ir envueltos en alguna especie de bolsa de piel, esparto o lana.
Veamos ahora cómo estos recipientes hacen acto de presencia,
también, en la Fase I , estando ausentes en la n , tal vez por su propia
dinámica interna que obliga a sacrificar en sus composiciones los elementos estáticos, aunque no se nos escapa que la figura núm. 7 de la
5.• Cavidad de R~migia transporta un carcaj «con asa y cuatro flechas» (34). La Fase I denunciaba este envase en la escena de la caza
del ciervo, de la 5.• Cavidad, dada a conocer por Porcar recién descubierta la balma (35). En ella la figura que precede al gran cazador cestosomático sostiene, con su mano derecha, un objeto ovoide; sin embargo la misma figura se interpreta en la gran monografía publicada
por Porcar, Obermaier y Breuil, como portadora, tan solo, de arco. Es
de suponer, pues, que esta segunda interpretación -por la calidad de
los autores que en ella concurrieron-, sea la idónea. En el arte de los
canchales del Barranc de la Gasulla, tan sólo la Fase m denunciará la
«panoplia» de cazador: envase, bastón, flechas o arco.
Si observamos que, tanto Porcar como Esteve, relacionan los envases del círculo artístico de Gasulla, con los que aparecen en los
abrigos del Barranc de Valltorta, y más concretamente con la naturaleza muerta de la Cueva Saltadora (36), veremos que en este otro gran
círculo artístico castellonense, algo más cercano a la costa, y cuyo
abrigo principal, tanto geológicamente como por el arte que compor-
(34) Op. cit. nota 11, pág. 28.
(35) Op. cit. nota 4, tig. 4.
(36) Op. cit. nota 24, tig. 65.
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MAS D'l!.N LLORBNC
21
ta, es el Abrigo 3.0 de las llamadas Cuevas del ~ivil, los envases que
perseguimos aparecen formando parte de las escenas con figuras cestosomáticas, o sea, las paralelizables con la única composición de tal
estilo del Barranc de la Gasulla, la de la caza del ciervo de la 5. 8 cavidad de la Cueva Remigia. Con este paralelo, pues, sabremos que el
«envase» de la Saltadora, o los del abrigo principal de las Cuevas del
Civil (37), debió estar presente, también, en el horizonte cultural
del Barranc de la Gasulla que plasmara la gran escena cinegética,
dada la cercania de ambos círculos artísticos del Maestrazgo Castellonense (38) .
.~l.p;r;.obl~ma estriba ~n. ~~-~:r...1'j Ja etnia Cfll~ . OCl:IP.~~J~.~. est~atos
con cerámica de la Cova del Mas d' en Llorenq fue la autora de las pinturas de Gasulla, o si no lo fue. A favor de la primera hipótesis
tendríamos las «paletas» recogidas en el yacimiento de habitación,
evidentemente sacadas de los estratos neolíticos, ya que las excavaciones de D. Isidro Salvador nunca rebasaron el potente canchal termoclástico, en el cual se han realizado las excavaciones actuales; a
favor del segundo supuesto -que la comunidad neolítica no fue la autora de las escenas cinegéticas-, estaría el que los estratos desmantelados comportan una verdadera cultura de economia neolítica, pue·s ta
en evidencia por una cerámica muy abundante. Las escenas reflejan
una comunidad eminentemente depredadora. Pero cabría preguntarse si esas escenas no son trasunto, tan sólo, de una parte de un
complejo de actividades de este singular horizonte n~olítico. Según esta idea la economía del habitat de Gasulla pudo tener dos raíces: una,
la tradicional, depredadora (y por lo tanto de raíz paleolítica); la otra,
p\Üante y prqgresiva («modern.a»), de módulos neolíticos, ya que las
aculturaciones siempre han sido lentas, debido al fuerte peso, en todo
tiempo, de la tradición.
Si no aceptamos la lógica convivencia de lo viejo con lo nuevo,
habría que ubicar en un horizonte cultural mesolítico la totalidad del
(37) Op. cit. nota 24, pég. 112.
(38) Pese a que no se ha publicado Dinguna monogratla de las pinturas de La Saltadora
(A.lbocésser), destruidas tras su descubrimiento; en marzo de 1'917, Obermaier y Wemert reproduclrfan dos altos después, la naturaleza muerta integrada por un ccarclij», un cbastóm y
una ccesta» (fig. 8, 5). Por lo dicho, es evidente que no conocemos el contexto artistico del
abrigo, pero podemos apreciar que los paralelos con el carcej de la fig. 26 y 46 de la Cova del
Civil (Tirlg), en el mismo barranco de la Valltorta, son firmes, como ya establecieron Obermaier y Wemert. Mientras no se publiquen los calcos que realizó Cabré de las pinturas de La
Saltadora, incluimos este recipiente en la Fase I, tan propia de las esbeltas figuras cestosométicas, dos de las cuales ccontiguas» a los portadores de carcej (fig. 25 y 48 de la publicación
de Obermaier y Wemert) (v. óp. cit. nota 16, pég. 9), son poseedoras de los conocidos envases.
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22
N. MESADO OLIVER
Arte Rupestre Levantino, etapa, al parecer, también denunciada en la
Cova del Mas d'en Llorenc;: (39), la cual tuvo y sigue teniendo sus defens!Jres (40). Con igual lógica cabria suponer que el arte rupestre
contiguo a la Cova del Mas d'en Llorenc;:, pertenece a un contexto
eneolítico, el cual hace acto de presencia en estaciones del entorno
(poblado de La Berola, descubierto por González Prats, en la margen
derecha de la Rambla Carbonera; Cova Roja, contiguo al yacimiento
anterior, o los enterramientos del Mas de Modesto), y cuyo fósil guia
-la punta de flecha- evidencia una economía depredadora q~e hermana con el mundo reflejado en los canchales del barranco.
VI
FINAL
El Arte Rupestre del este español, que como un péndulo viene oscilando del Paleolítico a la Edad del Hierro, pudo gestarse a fmes del
Mesolítico y tener su auge en el Neolítico, como ya en 1951 apuntaron
los valencianos Jordá y Alcácer (41) al estudiar las pinturas rupestres
de Dos Aguas; aunque·-como observamos en el contexto del presente
estudio- nos inclinamos por colocar la fase de las figuras cestosomáticas, en el horizonte neolítico de las cerámicas incisas de la Cova del
Mas d'en Llorenc;:.
Fortea, al estudiar la cronologfa relativa de la capa 6 de Cocina,
cuyo arte mueble tributara las tan conocidas p~aquetas grabadas (Cocina II), y cuyo arte lineal-geométrico paraleliza con el del mismo estilo existente en la Sarga, Araña y Cantos de la Visera (que a través
del análisis de estratigrafla cromática se da como la más antigua manifestación del arte de estos abrigos), llega a la conclusión de que la
«cronologfa de las plaquetas es inmediatamente precardial» y que «las
figuras naturalistas superpuestas en aquellos yacimientos (Sarga,
Araña y Cantos de la Visera), adscribibles a las fases más viejas del
arte levantino, no podrían ser anteriores a la recepción del Neolítico
en el litoral mediterráneo español», dando el5.000 «como gozne entre
(39) Op. cit. DOta l.
(40) J . APARICIO PEREZ: «Pinturas rupestres esquemáticas en los alrededores de Santo
Espíritu (Gilet, Albalat de Segart, Valencia) y la cronologfa del arte rupestre». Saguntum. Papeles del Laboratorio de Arqueologfa de Valencia, 12. Valencia, 1976, págs. 31-67.
(41) F. JORDA CERDA y J . ALCACER GRAU: «Las pinturas rupestres de Dos Aguas (Valencia)». Serie de Trabajos Varios del S.LP. núm. 15. Valencia, 1951, pág. 38.
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MAS D'EN LLOREN<;
23
los dos conceptos artísticos», el lineal-geométrico y la fase figurativa
más arcaica, ya que, en el nivel cardial de la Coveta de l'Or, una de
las fechas de C-14 alcanza el 4.670 ± 160 B.C. (42).
La cronología que damos al arte rupestre de la Gasulla vendría
respaldada por:
a) Las «paletas» calizas con restos de pintura roja.
b) El espléndido horizonte neolítico de cerámicas incisas de la
Cova del Mas d'en Llorenff.
e) Por denuncias de recipientes, muy posiblemente cerámicos, en
las escenas de Remigiá y el Cincle de la Mola.
Es evidente, y somos bien conscientes de ello, que unas conclusiones sólcf'¡)ueden tener Visos de veracidad tras unos trab~os· de prospección serios y continuados. Por ello, las ideas aqui expuestas, con
las cuales hemos concluido, son provisionales, a la espera de los resultados a los que llegará el Departamento de Arqueología de la Excma.
Diputación Provincial de Castellón, tras varias campañas de exploración en esta estación neolítica de Ares del Maestre. Pese a ello pensamos haber contribuido con alguna de las ideas expuestas, a la dificil
problemática que sigue comportando el espléndido arte de nuestras
serranías.
(42) J . FORTEA: cEn torno a la cronología relativa del inicio del Arte Levantino». Papeles
del Laboratorio de Arqueologia de Valencia, 11. Valencia, 1975, págs. 185-197.
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MESADO OLIVER.-Cova del Mas d'En Llorenct
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Entrada de la Cova del Mas d'En Llorenct
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MESADO OLIVER.-Cova del Mas d'en
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Lloren~
Materiales diversos de la Cova del Maa d'En
Lloren~
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ARCHIVO DB PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XVI (Valencia. 19811
NORBERTO MESADO OLIVER
(Burriana)
LA COVA DEL MAS D 'EN LLORENC
V EL ARTE PREHISTORICO DEL
BARRANCO DE LA GASULLA
I
A mediados del mes de enero del año 1978, recibíamos en el Museo Municipal de Burriana, la publicación de «Cova Fosca», gentileza
debida al Departamento de Historia Antigua de la Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Valencia, y en especial a don José
Aparicio, coautor de la obra (1).
En ella, y refiriéndose a la importante cavidad, se dice mo conocer su ubicación exacta», ya que sólo se interesan por el material que
llegara en 1971 a Valencia, el cual, en parte, sirve para reafirmar la
«existencia de una segunda fase neolftica, entre el antiguo neolftico
con cerámica cardial, y el eneolftico», fase que ya fue, en un primer
momento, J963, señalada por Fletcher, y que se apoyaba en las estratigrafias de los yacimientos valencianos -Or y En Pardo-, fase esta
que se desarrollaba «durante el IV milenio y primeros siglos del V como simple continuidad étnica y ergológica del Neolftico I «cardial» (2).
La Cova del Mas d'en Llorenq (3) serfa, por el momento, junto con
la cueva del Mal Paso (Castelnovo), la Seda (Castellón), Les Santes
(Cabanes), Tirao (Burriana), Can Ballester (Vall d'Uxó), y el diminuto
abrigo de l'Espinella (Villafranca), las escasas denuncias de habitats
neolfticos en la zona septentrional del Pafs Valencia.
(11 J . APARICIO PEREZ y J. SAN VALERO APA1USI: «La Cova Fosca lAres del Maestre,
Castellónl y el Neolftíco Valenciano». Departamento de Historia Antigua. Facultad de Filosofia y Letras. Universidad de Valencia, Serie Arqueológica 4. Valencia, 197,7.
121 Op. cit. nota anterior, págs. 36 y 52.
131 Seria muy conveniente, cuando un yacimiento tuviese más de un topó~o. adoptar
aquel que sea conocido en la bihliografla cientffica. Por este motivo, preferimos la denominación tradicional de COVA DEL MAS D'EN LLOREN<; sobre la COVA FOSCA. La denominación
de COVA GRAN, debida aPorcar lv. fig. 1."1 no es conocida por los masoveros delBarranc de
la Gasulla. El topónimo de Cova Fosca fue dado por don José Salvador apenas hace 20 años,
según nos ha confirmado su actual dueño, don Isidro Salvador. Por los motivos expuestos
preferimos, pues, la denominación de COVA DEL MAS D'EN LLORENC.
36
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N. MESADO OLIVER
2
.. . ................. ...
Visitamos la cavidad el dia 3 de agosto de 1975 acompañados del
espeleólogo castellonense don José Viciano, quedando sorprendidos
de las fuertes remociones que habían afectado a la casi totalidad del
manto superficial del yacimiento. En esta visita -que apenas rebasó
los 40 minutos- recogimos el material que va inventariado del núm. 1
al 15, incluyendo la fauna que remitimos al Instituto Arqueológico
Alemán para que sea analizada por el Prof. Boessneck y la seftora
Prof. von den Driesch. Este materi~, hoy en el Museo Municipal de
Burriana, fue recogido de la escombrera de una excavación anterior
que no rebasó los 60 cm. de profundidad, grosor efe la capa arcillosa
fértil.
. .. . .. ...
....
. ...............
Algún tiempo después volvíamos a la cueva acompañados por don
Alfredo González Prats (Director del Gabinete de Investigación Arqueológica del Alto Maestrazgo, en cuya demarcación se halla la Cova
del Mas d'en Lloren~t, al cual se debe su redescubrimiento arqueológico), don José Viciano, doña Amelia Cervera y don Federico Barreda
Tena, guarda de los yacimientos arqueológicos del barranco. En esta
nueva visita (primavera de 1975) habíanse yá realizado los sondeos
estratigráficos llevados a término por el Departamento de ArqlÍeología de la Excma. Diputación Provincial de Castellón, en compañía
de un centro universitario francés, según nos dijo don Federico Barreda.
En esta ocasión ya no pudimos recoger material arqueológico en
los detritus de las primeras excavaciones, ya que habían sido retirados o cubiertos por un gran amontonamiento de rocas que habianse
extraído de las recientes prospecciones, y cuyo vertido se realizó contra el potente muro que cierra la boca de la cavidad, lugar idóneo para futuros trabajos.
La tercera vi.sita a esta importantísima estación neolltica tuvo lugar el dia 27 de marzo de 1978, en compañia de la señorita Marta Huguet, don José Viciano y el propietario del yacimiento, don Isidro Salvador, quien nos confirmó, in situ, que nunca en sus trabajos había
rebasado el manto de tierra.s negras que cubría el lecho de rocas desprendidas de la bóveda. Don l. Salvador, al regalarle la publicación
de «Cova Fosca», nos hizo entrega de un pequeño lote de material recogido por él en unos bancales del «Planelb, sobre la cavidad, los cuales proceden del humus extraído del yacimiento y utilizado como fertilizante por sus mayores, material inventariado con los núms. 16 al
25. De un amontonamiento de piedras que había retirado don Isidro
Salvador del manto neolltico, recogimos el resto del material que aquí
presentamos (inventario núm. 26 al 32).
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MAS D'B.N LLOREN!;
3
n
SITUACION DEL YACIMIENTO
Para llegar a la cavidad desde la Montalbana (masías ·del kilómetro 28 de la carretera de Villafranca, ubicadas a escasa distancia de
los inicios del puerto de montaña de Ares del Maestre, de 1.122
m.s.n.m.), hay que tomar la cómoda pista que nace a espaldas del caserlo (fig. 1). El tramo primero del camino forestal es dominio de garriga, entrando hacia su final en un degradado bosque autóctono de
carrascas y robles, hasta cerca de la confluencia de los barrancos de
Ckerai's y de Molero~ eii'"cüyo··punto.ñaceri Gasulla, Silu ente d· ·· la
e
Rambla Carbonera (fig. 2). Aquí la pista que primero corría paralela
al fondo del valle, hace un seftalado codo, para, en sentido inverso al
tramo transcurrido, ascender hasta el mas de Gasulla. De este ángulo
del camino, un sendero, tras vadear el barranco de Cirerals, gana altura zigzagueando hasta la copiosa fuente de La Castella, de la que se
domina Cueva Remigia y el Cingle. Siguiendo la ascensión alcanzaremos la Roqueta de la Trona, diminuto poblado del Bronce Valenciano
sobre el extremo de poniente de la gran plataforma caliza («planelli),
recortada po~ los barrancos de Cirerals y Molero. Su parte vulnerable
se halla defendida por una torre, probablemente de planta cuadrada,
de la que se conserva un paramento recto de buena técnica.
Por los pies de poniente de este pobladillo sigue el sendero - ahora
llamado de la «Font de la Castella»-, contiguo a la base del cingle,
donde una de sus principales balmas recibe el nombre de «La Cova
dels Carros» (con abundancia de sílex de desbaste en sus alrededores),
hasta el ya cercano Mas Nou, cuyo masovero, don Isidro Salvador,
propietario de la Cova del Mas d' en Lloren~;, venia utilizándola como
aprisco. La cueva, contigua ya a la masía, posee en su misma boca un
almez que la identifica. Su abertura llega a los 15 m. y su profundidad
(una gran sala semicircular) a los 17 ~ · (Lám. I).
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MATERIAL INVENTARIADO
Primera visita:
SILRX
1/4. Abundan los restos de desbastado, con un predominio del material negro-azabache. En menor proporción es~ presentes los silex melados, blancos y grises. Entre los recogidos destacan cuatro fragmentos de hojitas. sin retoque marginal (fig. 3, 1/4).
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N. MESADO OLIVER
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.Flg. 2. - Croquis topogrülco del barranco de la Guulla, Cirerals y Molero, con la ubicación
de la COVA DEL MAS D'EN LLORENc;: y principales yacimientos prem.tóricos. (Según Eduardo Ripoll Perelló)
•
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N. MESADO OUVER
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CALIZA
5. Loseta blancuzca con la cara superior llana y la opuesta con ligeras irregularidades.
Conserva su anverso totalmente recubierto de pintura rojo-oscuro. Sus roturas marginales
son viejas, pues llegó a chorrear por ellas el pigmento. Grosor máximo, 3,2 cm.; longitud central, 8,5 cm. (fig. 3, 61.
6. Fragmento de otra loseta de coloración grisácea, con la cara superior alisada y rebajada convenientemente para labrar en ella una ligera concavidad longitudinal, la cual aparece con restos de pintura rojiza. Creemos se trata de una simple cpaletaJ o, también, de un díminuto molino en el cual poder moler y amalgamar el color. La rotura de la pieza es reciente.
Longitud central, 17 cm.; grosor 2 ,1 cm., hondo de la cavidad, 5 mm. (fig. 3.51.
CERAMICA
7. Fragmento de borde liso, romo, perteneciente a un recipiente ovoide. Rotura negro...................... &ti.sác.ea. e.n su mitad lntema..:y,.beige.ell.la.exterior; con.desgrasante.calizo, fino. Superficies
alisadas, beige.
Diam. bucal, 28 cm. lfig. 4, 1).
8. Robusta asa de puente acintado y ojo circular. Pasta muy compacta de rotura grisácea con desgrasante de carbonato cálcico bien molido y coligado con la arcilla. La cara interior del vaso conserva un ligero bruDido, siendo mate la exterior. Diam. del recipiente. 45
cm. (fig. 4, 21.
9. Borde bucal liso, exvasado, con ligero resalte en el arranque interno. Rotura grisaceonegruzca. Pasta compacta. Superficies alisadas de coloración cuero.
·
Diam. aprox. 23 cm. (fig. 4, 3).
10. Fragmento de vaso hemiesférico con asa acintada, perdida. de perforación circular. Pasta muy negra con desgrasante calizo. Superficie exterior: gris en la zona seudoacanalada, beige en la basal. y negra en el nacimiento del asa y borde. La superfic~e interna, con fisuras, negra. Presenta una decoración formada por cinco soguillas paralelas horizontales,
dos verticales sobre su asa, y un semicirculo tangente a la soguilla inferior.
Diam. 23 cm. (fig. 5, 1 y Lám. n, 1).
11 . Fragmento de cuello vertical con el labio liso y tetón sustentante, plano en la cara
superior. Rotura uniforme amarillenta, con escaso desgrasante calizo. Superficies poco alisadas, presentando la exterior restos de una decoración plástica sobrepuesta.
Diam. aprox. 16 cm. (fig. 5, 21.
12. Asilla seudobffida con taladro circular. Pasta negruzca con desgrasante calizo. Superficie beige, ligeramente ennegrecida la interior, de alisado medio. Es interesante como la
moldura seudobffida del asa se pegó sobre una asilla acintada.
Altura del fragmento, 6,8 cm. (fig. 5, 3).
· 13. Fragmento decorado con suaves incisiones verticales(?) y puntos incisos. Rotura negruzca con desgrasante blanco muy visible en la cara extenia de coloración sienonegruzca.
Bje máx. 6'5 cm. (fig. 5, 4).
HUESO
14. Punzón labrado sobre cada de hueso con restos del conducto medular.
Longitud, 12' 8 c.:m. (fig. 5, 5 y Lám. ll, 3).
15. Espátula sobre cada de hueso.
Longitud, 10 cm. (fig. 5, 6 y Lám. n, 21.
Tercera visita:
SILEX
16. Media luna. RetoqUe alternante abrupto. Filo con dos muescas, la inferior de retoque
directo; la superior, inverso. Blanco-grisácea.
24'7 x13'9 x3' 8 mm. (ftg. 6, 1).
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7
MAS D'EN LLOREN<;
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color rojo
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N. MESADO OUVER
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Fig. 4
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37
Fig. 5
9
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N. MBSADO OUVBR
10
17. Fragmento proximal de hoja. Filos brutos. Blanco.
30 x 18'1 x3'9 mm. (fig. 6, 21.
18. Fragmento medial de hoja con microrretoque büacial en el borde izquierdo. Bla.nco.
Requemado y con truncaduras recientes.
30 x 16 x-4'8 mm. (ftg. 6, 3}.
19. Fragmento distal de ccuchillo» grueso. Retoque irregular directo, escalonado, muy
abrupto (800). La pieza remata con un frente de raspador, de extracción laminar. Melado.
32 x16 x7'3 mm. (fig. 6, 4}.
20. Fragmento medial de hojita con truncaduras marginales recientes. Blanco.
· 22'5 x 11 x4 mm. (fig. 6, 5}.
21 . Fragmento proximal de hoja con retoque en ambos IDos. Blanco.
25 x 13'5 x5 mm. (fig. 6, 6).
22. Hojita con retoque directo, fino, en sus IDos. Extremo distal en raspador de retoque .
casi vertical. Negro-melado.
·· ....... · ............. · ·39' 8·x1·S xS'9 mm... (fig~ 6;·-7·): ....... - ...- ....- ................................. · ....... ·
CONCHA
23. Colgante con perforación central, circular.
32'5 x21'8 x9' 1 mm. (fig. 6, 8).
CERAMICA
24. Fragmento hemiesférico de borde seudobiselado. Presente una menuda asa vertical
perforada. Randa horizontal de doble hilada de puntos en la parte superior del vaso. Rotura
negra con diminuto desgrasante (¿espejuelo?). Superficie exterior negro-marrón.
Diém. bucal aprox. 9 cm. (fig. 6, 9).
25. Borde de cuenco hemi.e.sférico. Randa de hoyuelos impresos. Pasta gris claro con diminutos desgrasante calizo. Superficie exterior anara.tijada; interior, ocre claro.
Diém. aprox. 18 cm. (fig. 6, 10).
26. Borde de cuenco hemiesférico. Impresiones de hoyuelos ovales sobre el labio, y doble
linea de impresiones petaliformes cerca del plano bucal. Pasta ocre claro con desgrasante
calizo muy fino; superficie, ocre.
Diém. aprox. 44 cm. (fig. 6, 11).
27. Tiesto perteneciente a la panza de un gran vaso. Decoración hecha con un punzón de
punta roma (lineas paralelas curvas y motivo en.ccabeza de cayado•), y puntuaciones festoneando el tema segundo. Pasta grisaceonegruzca con desgrasante calizo, fino. Superficies
afinadas, negra la interior y beige la exterior.
Diém. del fragmento, 50 cm. (fig. 6, 12).
28. Fragmento de cuerpo de un gran recipiente. Un cordón horizontal con ungulaciones
d!vide la parte superior con incisiones acanaladas verticales, escoltadas por puntuaciones, de
la inferior, con lineas horizontales de puntos. Pasta siena clara con fino desgrasante calizo;
superficie exterior, sieno-grisácea.
lije máx. 10 cm. (fig. 6, 13).
29. Borde bucal perteneciente a un cuenco con labio biselado. Pasta negra con desgrasante de piedrecillas calizas y arenas. Superficie exterior ocre con zona 'bucal requemada.
Diém. aprox. 44 cm. (fig. 7, 1).
30. Fragmento de posible vaso colador o quesera, con algunas perforaciones que no llegan a atravesar totalmente la pared de la vasija. Pasta ocre con fino desgrasante.
Bje máx. 5'5 cm. (fig. 7, 2).
31 . Arranque de asa acintada y restos del tabique del recipiente. Pasta rojiza con des~
grasante calizo y rodeno.
Bje máx. 7'8 cm. (fig. 7, 3).
32. Solero perteneciente a un vaso apuntado (ovoide). Pasta anara.tijada con zonas requemadas; superficie exterior sienonara.tija, de alisado medio. ·
Bje máx. 9 cm. (fig. 7, 4).
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MÁS D'EN LLOREN<;
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N. MESADO OLIVER
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Fig. 7
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MAS D'EN LLORRN<;
13
PmDRA
33. Esquina de losa caliza con la superficie primigenia, meteorizada, blanca. Sobre su
cara superior, Usa, restos de pintura rojo oscuro fosillzada,la cual ha desaparecido en el centro de la loseta.
Longitud, 20 cm. (ftg. 7, 5 y Lám. n , 4).
LA FAUNA
En la osteología de la cueva, que tan amablemente nos ha realizado la doctora Angela von den Driesch, proveniente -al igual que todo
el material inventariado-, del horizonte Neolftico expoliado, habrfa
de advertirse la ligera preponderancia de las especies domésticas
frente a las salvajes, aunque por contra tenemos que de las 23 piezas
ós.e..as. e.scr.utadas, l.S.pertenecen..a..fauna-salvaje·, y -de-ellas-9 a cabra
montés, a cuyo biotopo responden bien los escarpes de esta elevada
orografia de Ares.
Es curiosa la inexistencia de ciervo, pese a estar bien representado en el arte parietal del barranco de Gasulla, anomalfa que se debe sin duda- al escaso número de piezas que recogimos de la superficie
del detritus de criba, procedente de la eX]>oliación. Los restos óseos,
según don Isidro Salvador, fueron abundantes, pero al parecer solamente se escogieron las dos testuces de cáprido, con restos de sus cornamentas.
Referente a la paleocobertura vegetal, de los animales conocidos
será el corzo quien denuncie mejor un medio ambiente forestal, hoy
extinguido.
Tabla de animales:
Corzo (Capreolus capreolus)
Cabra montés (Capra pyrenaica)
1 mandíbula, animal viejo
1 mandíbula, animal joven
adulto, 1 Costa (d' ), 1 Vertebra
cervicalis (~joven), 2 Scapulae,
1 Pelvis (d' ), 1 Pelvis(~), 1 Pelvis
de un animal joven, 1 Phalanx 1
(~)
Oveja (Ovis aries)
Ovis/Capra
Vaca (Bos taurus)
J~alf (Sus seroJa)
Cerdo (Sus domesticus)
Caballo (Equus spec.)
Tejón (Meles meles)
1 Pelvis (Q)
1 Mandíbula de un animal joven, 2 Molares del maxilar superior
1 Molar del maxilar inferior
2 Tali, 1 Costa
1 Vertebra thoracica
1 tercer molar del maxilar inferior, 1 Phalanx 2
2 Mandibulae
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14
. N. MESADO OLIVBR
Su autora comenta al respecto: «La mayoria de los hallazgos procede de mamíferos salvajes. La determinación de los huesos pertenecientes a los équidos se presenta problemática. El molar del maxilar
inferior podria pertenecer por su forma y tamaño a un burro doméstico, Equus asinus. En tal caso procedería de una época mucho más
avanzada que es el neolitico. . falange es demasiado grande como paLa
ra pertenecer a un burro. Posiblemente procede de un pequeño y esbelto caballo doméstico - Equus caballus. No se debe excluir la posibilidad de que ambos hallazgos hayan pertenecido a un determinaoo tipo de burro salvaje -Equus (asinus) hydruntinus-, cuya existencia en
·· · ·· · ·-·· ·.... · ··· · - spaña está comprobada hasta .el neolitico, .siempr.~ qu.~.l~s_ ll.~~zg.os
E
se puedan fechar en el neolfti.co. Aparte de estos dos huesos, pertenecientes a équidos y de datación problemática, los demás huesos de la
peqÚeña colección tienen su origen con toda probabilidad en el neolftico.»
IV
EL BARRANC DE LA GASULLA Y SU POSIBLE RELACION
CON LA COVA DEL MAS D'EN LLORENC
Al gigantesco tajo que en el paisaje del N.O. de Castellón abre la
Rambla Carbonera desde su cabecera en las altas tierras de Ares, cuya Muela llega a los 1.321 m.s.n.m., confluyen, por su margen izquierda, en su tramo más elevado, los barrancos de Molins, Pinello,
Vilarrojes, Gasulla, Dogues, Pou d'en Traver y Horts. El de Gasulla se
adentra algo más de un km. para bifurcarse y formar los barrancos
deis Cirerals y Molero, cada uno de los cuales profundiza un km. más.
Queda, pues, una vaguada en forma de Y horizontal, de dirección
N.E.-S.O., de unos dos kms. de longitud. El valle de Gasulla comportó
un marco ecológico de gr~ importancia; la solana, favorecida por
abundantes cárcavas y fuentes, albergó uno de los más fecundos habitats prehistóricos del Pais Valenciano.
Fue Porcar quien mayor atención prestó al Barranc de la Gasulla
(4). A partir de 1934 dio noticia de buen número de ya<;imientos, tanto
con pinturas (Remigia, Cingle, Mas de Molero, Cirerals) como de habitación (Cova Gran, La Trona, Mas Nou, Mas de Modesto, Cova Fosca);
(4) J . B: PORCAR RIPOLLES: «Pinturas rupestres al Barranc de GÚUlla.. Boletín de la
Sociedad Castellonense de Cultura, XV. Castellón, 1934, págs. 343-347.
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294 -
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MAS D'EN LLOREN<;
15
8.1 referirse a ésta, escribía: «Un llit inmens de jaciments del neolitic
i eneolitic» (5), ubicando estos puntos en un esquemático plano
(fig. 1) (6).
En las pinturas del Barranc de la Gasulla, destacan Cova Remigia
y el abrigo del Cingle de la Mola Remigia, que, con ·Racó de Molero,
·son, a nuestro entender, manifestación directa del habitat de la Cova
del Mas d'en Lloren<;. Cova Remigia dista de la cueva algo menos de
un km. Por ello, tras el descubrimiento de ésta, su estudio tendrá que
ir ligado al de los abrigos. En nue~tra opinión, el horizonte neolítico de
cerámicas impresas y «p8.letas» con pintura roja, es el testimonio más
....fi.!w.~. de..c~~~os haf}t~..P.oy hª-.da~q eJ áJ::ea val~ncjan.~. para ~1 e~c_l~
recimiento de la cronología del arte rupestre del este peninsular.
Ya que en la monografía de esta cueva no se ha hecho relación a
esta problemática, volvemos sobre las fases estilísticas de Cova Remigia, pues los diversos estilos son alli bien claros.
Fase I . - Estática (se corresponde con la C de Ripoll y la II de Beltrán) (7), con grandes figuras inmóviles o a lo sumo de lento desplazamiento. Los animales se caracterizan por su gran tamaño (8) y la figura humana por su estilización (9).
Fase II. - Dinámica (se corresponde con la fase D de Ripoll y m
de Beltrán). Su característica viene dada por la gran reducción de las
figuras, así como por su abundancia, pues es el estilo más generalizado.
15) Op. cit. nota anterior, pág. 347.
16) Op. cit. nota 4, fig. l.
l7l E. RIPOLL PERELLO : «Pinturas rupestres de la Gasulla ICastellón)». Barcelona, 1963,
pág. 58.
A. BELTRAN MARTINEZ: «Arte rupestre levantin.o». Zaragoza, 1968, págs. 71·72.
18) Las grandes figuras de toros aislados dominando los coxijuntos (caso por ejemplo del
existente en el Abrigo IV del Cingle de la Mola Remigia, con 0'60 m. de longitud) parecen ser,
como se viene indicando en las cronologias de Rlpoll y Beltrán, la fase artistica más prlmiti·
va, lo cual habrla sido ya apuntado por PORCAR: «El trazo por impresión directa y el trazo
caligráfico en el arte rupestre de Ares del Maestre». Boletin de la Sociedad Castellonense de
Cultura, xvm. Castellón, 1943, págs. 262 y ss., donde escribe: «Entre las numerosas pinturas del gran ndcleo de Ares del Maestre~ existe un tipo de estas que, por su pátina y aspecto,
acusan una mayor antigiledad respecto a las restantes; las caracterlsticas de este tipo es como sigue: pertenecen a este grupo la mayor parte de las pinturas que tienen el tamailo más
grande y que represe.n tan solamente fauno.
1 En esta primera fase artistica de Cova Remigia irrumpe ya la figura humana, y lo ha9)
ce sin titubeos, llegando al máximo de su creatividad. Son formas bellas, con perflles puros estilizados al máximo, llegando incluso, para no interferir la silueta de unos cuerpos desnudos
idealizados, a despojarles de la superfluidad de los adornos y sac:rificar o minimizar, sus
miembros viriles.
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16
N. MESADO OLIVER
Fase III. - Microfiguras (fase IV de Beltrán). Se generaliza una
nueva iconografía: «trepadores», «arboriformes», «brujos», «panoplias», tocados bicornes, etc. Con ello se cierra el ciclo artístico de Cova Remigia (10).
Con estas fases puede intentarse dar una cronología horizontal al
yacimiento. Si tenemos en cuenta que el primero en utilizar la cavidad elige, para la mejor conservación de su obra, la zona ocupada por
la Fase I; que para la Fase II los paneles son menos óptimos y los espacios que quedan son para los artífices de la Fase III, consideramos
lógica esta cronología horizontal relativa.
V
LOS «ENVASES» EN EL ARTE RUPESTRE LEVANTINO
Consideramos interesante referirnos a los «envases» representados en las pinturas, pues creemos que están en relación con las fases
estillsticas de aquéllas.
De Cova Remigia son «... un cesto redondo con asas» (fig. 8, 1) ( 11).
Corresponde a la Fase m , a la que también pertenece «... una cesta»
(fig. 8,2) (12).
Del Cingle, «...un recipiente de forma semiglobular con una raya
en su parte media» (fig. 8,4) (13). Es de la Fase III, así como «... grupo
pictórico con cinco flechas horizontales y encima de ellas una linea
transve~al, de la que pende un objeto globular sujeto por dos trazos
que interpretamos como un recipiente colgado de un palo» (14).
Porcar (15) señaló otra «panoplia» como procedente de Gasulla,
que no figura en la publicación que hizo con Obermaier y Breuil; tam(10) Coloca Beltrán en esta fase al polémico jinete con casco, del Cingle de la Mola Remigia, evidentemente fuera del contexto de todo el arte figurativo de la Gasulla. Culturalmente
podrfa relacionarse con el horizonte cultural de la Roqueta de La Tr cque el empleo del caballo como montura es un fenómeno cultural relativamente reciente y
que aparece solo al final de Jos Campos de Urnas, pues su generalización es una de las caracterlsticas del Hallstatt Cll, colocando su cronología ca partir del siglo vnr a. d. C. avanzado»
(M. ALMAGRO GORBEA: «El Pie deis Corbs, de Sagunto, y los campos de urnas del NE. de la
Peninsula Ibéric&ll. Saguntum, Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 12. Valencia, 1976, págs. 121).
(11) J . B. PORCAR, H. OBERMAIER y H. BREUll.: «Excavaciones en la Cueva Remigia (Castellón)». J .S.T.A. núm. gl. 136. Madrid, 1935, Láms. XXXIII y XXXIV.
(12) Op cit. nota 11. Láms. V y VI.
(13) RIPOLL, op. cit. nota 7, fig. 16.
(14) RIPOLL, op. cit. nota 7, Lám. XIII, 2 y 3.
(16) J . B. PORCAR: cSobre las pinturas rupestres de Ares del Maestre». Boletin de la
Sociedad Castellonense de Cultura, XVIII, Castellón, 1943, fig. 1O.
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MAS D'EN LLORBN(f
17
poco la reproduce Esteva Gálvez ( 16), aunque sí Almagro Basch, tomándola de Porcar (1 7).
Tampoco hemos dado con otra «panoplia» publicada por Porcar en
el mismo año (18), la que en otro de sus trabajos la vemos unida a un
. cazador muy esquemático. La novedad que aporta es su envase reticulado (19). Porcar y sus otros dos colaboradores señalan en la 5 .a cavidad de Cova Remigia, inmersos en conjuntos de la Fase m , «un
cuerpo redondo, con líneas entrecruzadas en el centro (¿tejido?), terniinando en un apéndice ondulado» (20) y run cesto tejido» (21). Ambos objetos, aunque fueron publicados como recipientes, son de problemática interpretación.
.. .. PorC"ar señala·«que el pm:tor'r üpesfre concede
fiiiportancia a
esta «cesta» o «bolsa» y en su composición trata de no separarla nunca
de las flechas indicando como que existe una estrecha relación entre
la efectividad de las flechas y el contenido de este cesto» (22). Incide
Esteve sobre el tema opinando que «son sencillamente las vasijas que
contenfan el veneno que debía emponzoñar las puntas de las saetas»
(23), coincidiendo con lo que, en 1919, escribieran Obermaier y Wernert (24). Beltrán describe asf el recipiente: «La bolsa o cesto, de piel o
trenzada con fibras vegetales, cañas o mimbres, los hallamos muchas
veces de diversos tamaños y formas, aunque casi siempre troncocónico o glubular, dotada de una amplia asa y ligadura; se lleva colgando
del hombro, a la espalda, y uno de los trepadores de la Araña, colgando de la mano, mientras otro le cae sobre la espalda, como una mochila» (25). Esteva nos dice que pudiera ser de cuero (fig. 8, 1) o de madera (fig. 8,2) (26).
·
De gran interés es el recipiente con asa representado junto a una
aljaba, en La Saltadora (fig. 8, 5), publicado por Obermaier como «cesta» (27) y reproducido por Esteva, quien dice seria de «fuerte cuero» o,
suma
(16) F. ESTEVE CALVEZ: «Probable significado de unas pinturas rupestres del Maestrazgo». Cuadernos de Prehistoria y Arqueologia Castellonense, l. Castellón, 1974, págs. 9-18.
( 17) M. ALMAGRO BASCH: «El covacho con pinturas rupestres de Cogul (Lérida)J. Instituto de Estudios nerdenses. Lérida, 1952, fig. 56 v.
(18) Op. cit. nota 15, fig. 2.
(19) Op. cit. nota 8, fig. 8.
(20) Op.'cit. nota 11 , pág: 33 y Lám. LIV, 56.
(21) Op. cit. nota 11 , pág. 34 y Lám. LIV, 64.
(22) Op. cit. nota 15, pág. 15 y 16.
(23) Op. cit. nota 16, pág. 16.
(24) H. OBERMAIER y P. WERNER'r: cLas pinturas rupestres del barranco de la Valltorta (Castellón)». Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, Memoria núm.
23. Madrid, 1919, pág. 112.
(25) BELTRAN MARTINEZ, op. cit. nota 7, pág. 53.
(26) Op. cit. nota 16, pág. 11 .
(27) ,Op. cit. nota 24, fig. 63.
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19
mejor, «de tejido fino, a juzgar por el asa» (28), para seguir comentando que los recipientes «que raras veces figuran en el arte levantino,
fueran verdaderas piezas de cerámica como alguna vez se ha supuesto, pues nunca coinciden con los perfiles de los vasos que se han exhumado en las estaciones neolíticas de la misma regióiD (29). Sin embargo, creemos que podemos hallar paralelos cerámicos.
Advirtamos previamente que el objeto núm. 1 de la fig. 8 es de
galbo globular y cuello estrangulado, perfil impropio de una «cesta», y
que su boca no queda bien delimitada, sino que es dentada, como queriendo representar algo flexible -tejido vegetal o animal-, con borde
deshilvanado o roto por el uso, por lo que pudo ser una especie de fun·da parafesgüardar y ttartspoftar tiii recipiente. Stf asidero·pare·ce flexible, a modo de correas o cordeles, ya que de tratarse de asas de cesto no podrían colgar libremente del hombro de los cazadores de la fig.
8, 6 y 7, pues es muy verosímil que se trate de los mismos objetos. Si
acudimos al envase de la figura de Bicorp, apreciamos que el recipiente para contener la miel se coge por la boca para mayor seguridad
y no del asa, con lo que cabría interpretar que ésta era flexible. Con
ello queremos hacer notar que la mayoría de los objetos en, cuestión
pudieron reproducir solamente la silueta de sus cubiertas y no la de
su contenido.
Pese a tódo ello aún podríamos hallar paralelos cerámicos, y justamente en dos de ellos (fig. 8, 4 y 5) que I;tO parecen estar recubiertos,
pues no penden de cintas. En el primer caso su silueta dibuja un asa
bien propia de un recipiente cerámico, galbo que gráficamente hemos
cotejado con el recipiente de Cova de l'Or (fig. 8, 8) publicado por Bernardo Marti (30), al cual podríamos hallar otros paralelos en cualquier recipiente de asa vertical acintada. El otro recipiente del Cingle
de la Mola podríamos compararlo con el cuenco ·ovoide, ligeramente
apuntado, de la Cova del Mas d' en Llorenff, inventariado por Aparicio
con el núm. 5 (31), o con el de la Cova de l'Or (fig. 8, 9) de galbo similar (32). El que ostenta el cazador de la 5.1 Cavidad de la Cova Remigia (fig. 8, 7), pudiera tratarse de un tonelete, similar, también al del
famoso yacimiento de Beniarrés (33). En cuanto a las representacio-
(28) Op. cit. nota 16, pág. 11.
(29) Op. cit. nota 16, págs. 11-12.
(30) B. MARTI OUVBR: rCova de l'Or (Beniarrés, Alicante)J. Serie de Trabajos Varios
del S.I.P., núm. 51. Valencia, 1977, Lám. xx:m, l.
(31) Op. cit. nota 1, pág. 14, fig. 5.
(32) Op. cit. nota 30, Lám. XV, 2.
(33) Op. cit. nota 30, Lám. xxxm, 2.
- 299 -
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20
N. MESADO OUVRR
nes núms. 2 y 3 de la fig. 8, pudiéramos suponer que se quiso plasmar
los vasillos cerámicos geminados del neol1tico. En estos paralelos tenemos que tener presente que estamos cotejando algo bien concreto caso de.las cerámicas aludidas- y unos objetos «no del todo identificados», que nunca constituyeron para el artista prehistórico el tema
·principal de su obra, siendo, tan solo, un objeto bien secundario perteneciente al pertrecho del cazador, por lo que su presencia en estos panelés del Maestrazgo tienen por fin remarcar unas escenas cuyos temas básicos gravitan en torno a la silueta animal y humana. Pretendemos indicar, pues, que estos objeto~ aludidos pueden ser: a) «cestos»
-como tradicionalmente se les llamó- confeccionados con materia
·vegetal; b) ·recipientes·..d·e · cuero (odres), como·· nos dice··ObermaierWernert y Esteve Galvez; e) vasos cerámicos, como hemos propugnado; y d) que todos ellos, salvo el de la Cova Saltadora y el del abrigo V
del Cingle de la Mola (fig. 8, 4 y 5), que parecen estar desnudos, pudieran ir envueltos en alguna especie de bolsa de piel, esparto o lana.
Veamos ahora cómo estos recipientes hacen acto de presencia,
también, en la Fase I , estando ausentes en la n , tal vez por su propia
dinámica interna que obliga a sacrificar en sus composiciones los elementos estáticos, aunque no se nos escapa que la figura núm. 7 de la
5.• Cavidad de R~migia transporta un carcaj «con asa y cuatro flechas» (34). La Fase I denunciaba este envase en la escena de la caza
del ciervo, de la 5.• Cavidad, dada a conocer por Porcar recién descubierta la balma (35). En ella la figura que precede al gran cazador cestosomático sostiene, con su mano derecha, un objeto ovoide; sin embargo la misma figura se interpreta en la gran monografía publicada
por Porcar, Obermaier y Breuil, como portadora, tan solo, de arco. Es
de suponer, pues, que esta segunda interpretación -por la calidad de
los autores que en ella concurrieron-, sea la idónea. En el arte de los
canchales del Barranc de la Gasulla, tan sólo la Fase m denunciará la
«panoplia» de cazador: envase, bastón, flechas o arco.
Si observamos que, tanto Porcar como Esteve, relacionan los envases del círculo artístico de Gasulla, con los que aparecen en los
abrigos del Barranc de Valltorta, y más concretamente con la naturaleza muerta de la Cueva Saltadora (36), veremos que en este otro gran
círculo artístico castellonense, algo más cercano a la costa, y cuyo
abrigo principal, tanto geológicamente como por el arte que compor-
(34) Op. cit. nota 11, pág. 28.
(35) Op. cit. nota 4, tig. 4.
(36) Op. cit. nota 24, tig. 65.
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MAS D'l!.N LLORBNC
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ta, es el Abrigo 3.0 de las llamadas Cuevas del ~ivil, los envases que
perseguimos aparecen formando parte de las escenas con figuras cestosomáticas, o sea, las paralelizables con la única composición de tal
estilo del Barranc de la Gasulla, la de la caza del ciervo de la 5. 8 cavidad de la Cueva Remigia. Con este paralelo, pues, sabremos que el
«envase» de la Saltadora, o los del abrigo principal de las Cuevas del
Civil (37), debió estar presente, también, en el horizonte cultural
del Barranc de la Gasulla que plasmara la gran escena cinegética,
dada la cercania de ambos círculos artísticos del Maestrazgo Castellonense (38) .
.~l.p;r;.obl~ma estriba ~n. ~~-~:r...1'j Ja etnia Cfll~ . OCl:IP.~~J~.~. est~atos
con cerámica de la Cova del Mas d' en Llorenq fue la autora de las pinturas de Gasulla, o si no lo fue. A favor de la primera hipótesis
tendríamos las «paletas» recogidas en el yacimiento de habitación,
evidentemente sacadas de los estratos neolíticos, ya que las excavaciones de D. Isidro Salvador nunca rebasaron el potente canchal termoclástico, en el cual se han realizado las excavaciones actuales; a
favor del segundo supuesto -que la comunidad neolítica no fue la autora de las escenas cinegéticas-, estaría el que los estratos desmantelados comportan una verdadera cultura de economia neolítica, pue·s ta
en evidencia por una cerámica muy abundante. Las escenas reflejan
una comunidad eminentemente depredadora. Pero cabría preguntarse si esas escenas no son trasunto, tan sólo, de una parte de un
complejo de actividades de este singular horizonte n~olítico. Según esta idea la economía del habitat de Gasulla pudo tener dos raíces: una,
la tradicional, depredadora (y por lo tanto de raíz paleolítica); la otra,
p\Üante y prqgresiva («modern.a»), de módulos neolíticos, ya que las
aculturaciones siempre han sido lentas, debido al fuerte peso, en todo
tiempo, de la tradición.
Si no aceptamos la lógica convivencia de lo viejo con lo nuevo,
habría que ubicar en un horizonte cultural mesolítico la totalidad del
(37) Op. cit. nota 24, pég. 112.
(38) Pese a que no se ha publicado Dinguna monogratla de las pinturas de La Saltadora
(A.lbocésser), destruidas tras su descubrimiento; en marzo de 1'917, Obermaier y Wemert reproduclrfan dos altos después, la naturaleza muerta integrada por un ccarclij», un cbastóm y
una ccesta» (fig. 8, 5). Por lo dicho, es evidente que no conocemos el contexto artistico del
abrigo, pero podemos apreciar que los paralelos con el carcej de la fig. 26 y 46 de la Cova del
Civil (Tirlg), en el mismo barranco de la Valltorta, son firmes, como ya establecieron Obermaier y Wemert. Mientras no se publiquen los calcos que realizó Cabré de las pinturas de La
Saltadora, incluimos este recipiente en la Fase I, tan propia de las esbeltas figuras cestosométicas, dos de las cuales ccontiguas» a los portadores de carcej (fig. 25 y 48 de la publicación
de Obermaier y Wemert) (v. óp. cit. nota 16, pég. 9), son poseedoras de los conocidos envases.
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N. MESADO OLIVER
Arte Rupestre Levantino, etapa, al parecer, también denunciada en la
Cova del Mas d'en Llorenc;: (39), la cual tuvo y sigue teniendo sus defens!Jres (40). Con igual lógica cabria suponer que el arte rupestre
contiguo a la Cova del Mas d'en Llorenc;:, pertenece a un contexto
eneolítico, el cual hace acto de presencia en estaciones del entorno
(poblado de La Berola, descubierto por González Prats, en la margen
derecha de la Rambla Carbonera; Cova Roja, contiguo al yacimiento
anterior, o los enterramientos del Mas de Modesto), y cuyo fósil guia
-la punta de flecha- evidencia una economía depredadora q~e hermana con el mundo reflejado en los canchales del barranco.
VI
FINAL
El Arte Rupestre del este español, que como un péndulo viene oscilando del Paleolítico a la Edad del Hierro, pudo gestarse a fmes del
Mesolítico y tener su auge en el Neolítico, como ya en 1951 apuntaron
los valencianos Jordá y Alcácer (41) al estudiar las pinturas rupestres
de Dos Aguas; aunque·-como observamos en el contexto del presente
estudio- nos inclinamos por colocar la fase de las figuras cestosomáticas, en el horizonte neolítico de las cerámicas incisas de la Cova del
Mas d'en Llorenc;:.
Fortea, al estudiar la cronologfa relativa de la capa 6 de Cocina,
cuyo arte mueble tributara las tan conocidas p~aquetas grabadas (Cocina II), y cuyo arte lineal-geométrico paraleliza con el del mismo estilo existente en la Sarga, Araña y Cantos de la Visera (que a través
del análisis de estratigrafla cromática se da como la más antigua manifestación del arte de estos abrigos), llega a la conclusión de que la
«cronologfa de las plaquetas es inmediatamente precardial» y que «las
figuras naturalistas superpuestas en aquellos yacimientos (Sarga,
Araña y Cantos de la Visera), adscribibles a las fases más viejas del
arte levantino, no podrían ser anteriores a la recepción del Neolítico
en el litoral mediterráneo español», dando el5.000 «como gozne entre
(39) Op. cit. DOta l.
(40) J . APARICIO PEREZ: «Pinturas rupestres esquemáticas en los alrededores de Santo
Espíritu (Gilet, Albalat de Segart, Valencia) y la cronologfa del arte rupestre». Saguntum. Papeles del Laboratorio de Arqueologfa de Valencia, 12. Valencia, 1976, págs. 31-67.
(41) F. JORDA CERDA y J . ALCACER GRAU: «Las pinturas rupestres de Dos Aguas (Valencia)». Serie de Trabajos Varios del S.LP. núm. 15. Valencia, 1951, pág. 38.
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MAS D'EN LLOREN<;
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los dos conceptos artísticos», el lineal-geométrico y la fase figurativa
más arcaica, ya que, en el nivel cardial de la Coveta de l'Or, una de
las fechas de C-14 alcanza el 4.670 ± 160 B.C. (42).
La cronología que damos al arte rupestre de la Gasulla vendría
respaldada por:
a) Las «paletas» calizas con restos de pintura roja.
b) El espléndido horizonte neolítico de cerámicas incisas de la
Cova del Mas d'en Llorenff.
e) Por denuncias de recipientes, muy posiblemente cerámicos, en
las escenas de Remigiá y el Cincle de la Mola.
Es evidente, y somos bien conscientes de ello, que unas conclusiones sólcf'¡)ueden tener Visos de veracidad tras unos trab~os· de prospección serios y continuados. Por ello, las ideas aqui expuestas, con
las cuales hemos concluido, son provisionales, a la espera de los resultados a los que llegará el Departamento de Arqueología de la Excma.
Diputación Provincial de Castellón, tras varias campañas de exploración en esta estación neolítica de Ares del Maestre. Pese a ello pensamos haber contribuido con alguna de las ideas expuestas, a la dificil
problemática que sigue comportando el espléndido arte de nuestras
serranías.
(42) J . FORTEA: cEn torno a la cronología relativa del inicio del Arte Levantino». Papeles
del Laboratorio de Arqueologia de Valencia, 11. Valencia, 1975, págs. 185-197.
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MESADO OLIVER.-Cova del Mas d'En Llorenct
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Entrada de la Cova del Mas d'En Llorenct
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MESADO OLIVER.-Cova del Mas d'en
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Lloren~
Materiales diversos de la Cova del Maa d'En
Lloren~
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