Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana en yacimientos del Pleistoceno Superior a partir de los restos termoalterados de conejos
Leopoldo Jesús Pérez Luis
2015
[page-n-1]
2
APROXIMACIÓN EXPERIMENTAL A LOS INDICADORES
DE DESOCUPACIÓN HUMANA EN YACIMIENTOS DEL
PLEISTOCENO SUPERIOR A PARTIR DE LOS RESTOS
TERMOALTERADOS DE CONEJO
Leopoldo J. Pérez
ABSTRACT
Burnt bones are commonly present in Late Pleistocene archaeological deposits and they are usually associated to human activity. However, the presence
of anthropogenic or biogenic bone remains within the substrate of archaeological combustion structures may or may not be associated with combustion
activity. That is, a single burning event may affect stratified faunal remains
belonging to different times, thus homogenizing the assemblage in a way
that can lead to missinterpretation. A possible solution to this problem is to
determine the depositional history of the faunal remains independently of
their burnt state, as well as to characterize patterns of thermal alteration of
bone remains in the substrate of anthropogenic combustion structures. These two items are crucial for accurate archaeological palimpsest dissection.
INTRODUCCIÓN
La comunicación presentada durante las pasadas “II Jornades d’arquezoologia”,
de la que deriva este artículo, tenía por objetivo dar a conocer los resultados y
conclusiones a los que se han llegado tras la realización de una aproximación
experimental, con el fin de testear de qué manera se termoalteran los restos
de conejo (Oryctolagus cuniculus) depositados en el sustrato de un hogar
simple y su comparación con datos arqueológicos obtenidos de seis hogueras
recuperadas en el Nivel X del yacimiento paleolítico de El Salt (Alcoi, Alicante). Con esta misma finalidad se presenta el siguiente trabajo, cuya principal
Preses petites i grups humans en el passat. II Jornades d’arqueozoologia.
Museu de Prehistòria de València (2015): 27-46.
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LEOPOLDO J. PÉREZ
motivación se encuentra en conocer los procesos tafonómicos derivados de
la realización de hogares simples sobre el material arqueofaunístico, con la
intención de identificar de qué manera un evento de combustión puede afectar al material depositado durante ocupaciones humanas anteriores o por
otros agentes biológicos. El objetivo se centra por tanto en inferir acciones
y comportamientos de los grupos humanos del pasado, así como el grado de
influencia de otros agentes en la conservación del registro. Todo ello a su vez
conectado con la creación de nuevas metodologías que ayuden a la disección
de palimpsestos arqueológicos.
EL CONSUMO DE CONEJO DURANTE EL PALEOLÍTICO EN LA
PENÍNSULA IBÉRICA
A pesar del uso diversificado del fuego que las distintas investigaciones
han constatado en yacimientos de cronología pleistocena (por ejemplo,
Wrangham et al., 1999; Carbonell y Rosell, 2001; Twomey, 2013), lo cierto es
que ha sido sobre todo el estudio de su relación con el consumo animal uno
de los tópicos más recurrentes y de los que casi ningún zooarqueólogo ha
quedado al margen (Lyman, 1994; Reitz y Wing, 2008). Se ha discutido tanto
sobre el aprovechamiento de los huesos como combustible (Costamagno et
al., 1999, 2005, 2010; Théry-Parisot, 2002; Villa et al., 2002; Théry-Parisot et
al., 2005; Yravedra et al., 2005; Yravedra y Uzquiano, 2013), como sobre el procesado y consumo de los animales en torno al fuego, analizando los patrones
de fractura, la fragmentación diferencial, los procesos de redepositado y limpieza, o los cambios de coloración (entre otros, Shipman et al., 1984; Buikstra
y Swegle, 1989; Stiner et al., 1995; Bennett, 1999; Outram, 2001; Cáceres, 2002;
Cáceres et al., 2002; Cain, 2005; Sergant et al., 2006; Lloveras et al., 2009).
Sin embargo, esta asociación directa fuego-cocinado supone un problema de
cara a la interpretación del registro, dado que no todos los huesos quemados
que recuperamos en contexto arqueológico tienen que haber sido afectados
de manera intencional (Asmussen, 2009).
En el caso concreto del conejo (Oryctolagus cuniculus), el debate sobre
su consumo por los humanos en cronologías del Pleistoceno medio y superior ha ganado un auge especial en los últimos años, en relación a los nuevos
datos disponibles relativos al consumo de pequeñas presas entre los grupos
neandertales (Cochard, 2004; Sanchis y Fernández, 2008; Blasco y Fernández, 2012; Sanchis, 2012, Rufà et al., 2014). Así pues, en el ámbito académico
28
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Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
existen posturas encontradas entre quienes proponen la existencia del consumo antrópico del conejo por los grupos neandertales (Sanchis y Fernández,
2008), con mayor desarrollo en las fases de ocupación más intensa en de los
hábitats (Sanchis, 2012), un consumo sistemático (Blasco et al., 2008; Blasco
y Fernández, 2012, Rufà et al., 2014) y quienes apoyan el origen no antrópico de las grandes acumulaciones de conejo en cronologías del Paleolítico
medio hasta, al menos, el Paleolitico Superior final (Villaverde et al., 1996;
Aura et al., 2002; Fa et al., 2013). No obstante, se admite que el consumo de
lepóridos entre los grupos neandertales se da a un nivel mucho menor de lo
que se constata para el Paleolítico superior, pero sin poner en duda a día de
hoy la importancia que estas pequeñas presas tienen en su dieta. Sin querer
desarrollar nuestro discurso a partir de este debate, los estudios preliminares
llevados a cabo en el yacimiento de El Salt han evidenciado que el aporte de
restos de conejo tiene mayor relación con las aves rapaces que con los grupos
humanos. Aun así, existen también claras evidencias de procesado y consumo por parte de los neandertales.
Con este trabajo, se pretenden analizar aquellos fragmentos que están
asociados a las estructuras de combustión, y más concretamente a su suelo
de apoyo o área negra (Mallol et al., 2013a). Dicha cuestión es clave en nuestras investigaciones, pues si realmente los restos contenidos en el área negra
son de aporte biológico no humano o de ocupaciones humanas anteriores al
evento de combustión, asociarlos al hogar supondría graves problemas en la
interpretación del registro arqueológico y una mala práctica a nivel de metodología de campo. Por ello, afinar en la diferenciación de estratos con distinto
origen, pero afectados por un mismo evento como es la combustión, puede
ayudarnos a concretar mejor las ocupaciones humanas y las actividades realizadas en un yacimiento. Este tipo de investigación hemos de situarla dentro de las analíticas de alta resolución temporal que se vienen aplicando en
diversidad de yacimientos pleistocenos con naturaleza de palimpsesto, con
la pretensión de generar explicaciones históricas más próximas a la realidad
posible (Vaquero y Pastó, 2001; Bailey, 2007; Vaquero, 2008; Eixea et al., 20112012; Machado et al., 2013, Mallol et al., 2013b).
Como precedentes, existen varias prácticas experimentales que han intentado estudiar la relación del fuego con los lagomorfos durante el Pleistoceno, y más concretamente en la vertiente mediterránea ibérica. Entre ellos
podemos destacar dos. El primero fue el realizado por Fernández et al (2007),
29
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LEOPOLDO J. PÉREZ
con la finalidad de constatar la alteración térmica de los huesos de conejo
depositados sobre un hogar simple y por calentamiento controlado en el laboratorio, obteniendo de esta forma un referente experimental que comparar
con el conjunto arqueológico asociado a hogares de la Cova del Bolomor (Tavernes de la Valldigna, Valencia). La conclusión a la que llegan los autores es
que, dada la asociación de estos restos con otros restos faunísticos y artefactos líticos de claro aporte antrópico, la existencia de marcas sobre los restos
y su cercanía a focos de combustión, se puede afirmar el origen antrópico del
conjunto. Además, se definen toda una serie de patrones de termoalteración
en los restos según su disposición en el sedimento, la acción protectora de la
carne, la acción diferencial del fuego o las brasas, la duración de la combustión, etc. El segundo experimento fue realizado por Lloveras et al. (2009) con
la pretensión de analizar los distintos fenómenos tafonómicos que ocurren
sobre restos de conejo en función de las distintas actividades antrópicas, caso
del procesado carnicero, cocinado y consumo. No obstante, la parte dedicada
al cocinado/termoalteración de los huesos no proporciona suficientes datos
de interés como para incluirlos en nuestro trabajo.
METODOLOGÍA
Para el estudio de la termoalteración de los restos de conejo situados en el
sustrato de un hogar simple, ha sido necesario realizar un amplio programa
experimental, así como un minucioso trabajo de campo y laboratorio. Sin
embargo, conviene aclarar por qué razón se ha utilizado el cambio de coloración en la superficie ósea como principal marcador. Este se trata de la
modificación más fácilmente reconocible a nivel macroscópico, aunque en
ocasiones se pueda llegar a confundir con el óxido de manganeso (ShahackGross et al, 1997). De esta forma, debido al carácter aproximativo de esta experimentación, nos ceñimos tan solo a un análisis macroscópico del material
(tanto experimental como arqueológico), dejando para futuros trabajos un
estudio más complejo del tema sobre el que discutimos. Del mismo modo,
hay que tener en cuenta que los cambios de coloración en un hueso pueden
deberse a diversidad de factores y no solo a la temperatura, caso del tiempo
de exposición, la composición química del suelo, la densidad del hueso, o el
taxón, talla y edad del individuo al que pertenece el resto (Spennemann y
Colley, 1989; Albizuri et al, 1993; Nicholson, 1993). Esto provoca que la gradación de colores no siga siempre unos patrones, e incluso que se den sobre
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Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
un mismo resto dobles y triples coloraciones. Por esta misma razón, no se ha
querido asociar los grados de coloración obtenidos a una temperatura concreta, aunque dispongamos de dichos datos.
RESTOS EXPERIMENTALES
El protocolo experimental llevado a cabo se ha compuesto de tres fases: preparación del material, experimentación y análisis.
Preparación del material
En primer lugar se realiza la obtención y procesado de un cuerpo de conejo
común doméstico (Oryctolagus cuniculus). Siguiendo los criterios de osificación expuestos por Sanchis (2012: 74-75) se ha podido determinar que corresponde a individuo inmaduro de < 5 meses de edad, el cual fue previamente
despellejado. Sobre el mismo se llevaron a cabo las siguientes tareas: evisceración, desarticulado de extremidades, descarnado total y secado acelerado
con acetona de los huesos de las extremidades del lado derecho, cráneo y
vértebras cervicales-lumbares-caudales, así como un descarnado parcial de
las extremidades posteriores del lado izquierdo y vértebras torácicas. La finalidad del secado acelerado es reproducir unas condiciones similares a los
fragmentos secos de hueso que aparecen en los yacimientos arqueológicos.
En segundo lugar se produjo la recolección del combustible necesario
para la experimentación, tomándose nota de sus características originales. La
materia vegetal utilizada ha sido básicamente pino común (Pinus sylvestris),
dado que se trata de uno de los taxones vegetales más repetidos en el registro
de los hogares pleistocenos. No obstante, también hemos utilizado avellano
(Corylus avellana) para el encendido y mantenimiento de la hoguera a lo largo de toda la experimentación. Del mismo modo, se ha producido la recogida
del sedimento en el que se han integrado los restos de conejo y sobre el que
se ha dispuesto la hoguera. Se trata de arena procedente de la localidad de
Alcover, tomándose referencia de su litología, color, textura, granulometría,
compacidad y humedad.
Experimentación
Previamente a la combustión se ha tomado nota de las condiciones
ambientales: temperatura, humedad, dirección e intensidad del viento y
31
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LEOPOLDO J. PÉREZ
atmosféricas. Para ello se ha acudido a la información proporcionada por el
Servei Meteorològic de Catalunya para la zona de Alcover, lugar de realización
de las labores los días 3 y 4 de mayo de 2013.
Posteriormente se ha llevado a cabo el enterramiento de los huesos previamente procesados en un sedimento artificialmente creado y a una posición equidistante de 2,5 cm, con una potencia de 10 cm, fijando termopares
de control en cada nivel (figura 1). Sobre este sedimento se ha realizado una
hoguera simple (figura 2), realizando una combustión controlada durante
cuatro horas, dejando posteriormente que el hogar se extinguiera de manera
natural. Respecto al combustible, se ha tomado nota de su taxón (Pinus sylvestris y Corylus avellana), la hora de su inclusión en la hoguera y los kilogramos añadidos (46 kg en total). Una vez transcurridas 24 horas del encendido
se ha excavado el hogar, recuperándose los restos de conejo de cada uno de
los niveles, documentando gráficamente el proceso.
Figura 1. Esquema básico de los distintos niveles del depósito arenoso y la posición
concreta de cada fragmento óseo (estado fresco y seco) en el eje vertical y horizontal.
32
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Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
Figura 2. Hoguera experimental en combustión.
Análisis del material
La tercera y última fase integra la excavación y estudio de los fragmentos
óseos en relación a las condiciones que presentaban antes de la combustión.
Para ello se han anotado las siguientes variables: el elemento anatómico, sus
medidas, la coloración y otras alteraciones anatómicas derivadas de la combustión. Por lo que atiende a su coloración, a partir de los resultados obtenidos hemos establecido un código numérico que representa los grados de alteración de los huesos, siguiendo en parte el trabajo de Stiner et al. (1995): Sin
alterar (0), Marrón (1), Marrón-Negro (2), Negro (3). No obstante, no hemos
querido asociar a cada grado una temperatura concreta, dada la amplísima
variabilidad que existe en la investigación realizada al respecto (Lyman, 1994;
Yravedra, 2006: 216-228).
RESTOS ARQUEOLÓGICOS
El estudio arqueológico se ha realizado a partir del material recogido en seis
estructuras de combustión (EC30, EC32, EC33, EC43, EC44, EC45) identificadas en distintos levantamientos del Nivel X del yacimiento de El Salt (figura
33
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LEOPOLDO J. PÉREZ
3). La recogida del material arqueozoológico en cada una de ellas ha seguido
el protocolo de excavación establecido por R. March y B. Soler, aplicado a su
vez sobre cualquier hogar documentado en el yacimiento de El Salt:
- Delimitación y cartografiado del contorno de cada una de las capas que
integran la estructura de combustión.
- Toma de cotas sistemáticas de cada capa.
- Excavación individualizada de las distintas unidades de las hogueras.
- Recuperación mediante coordenadas tridimensionales de la totalidad
del material arqueológico.
- Toma de muestras para análisis químicos, micromorfológicos y sedimentológicos.
- Flotación de la totalidad del sedimento.
- Determinación de la situación estratigráfica: suelo de apoyo y superposiciones.
Por lo que atiende al material faunístico, la metodología aplicada hasta el
año 2012 conllevaba que los restos de conejo se recogieran durante la flotación, diferenciándolos según la capa y levantamiento al que pertenecieran.
En nuestro estudio no contamos por tanto con la posición tridimensional de
los restos en el área negra, aunque desde la campaña de 2013 y a raíz de esta
experimentación se ha empezado a contemplar como variable a registrar en
los nuevos hogares que aparecen.
Teniendo este dato en cuenta, se ha realizado a posteriori el estudio de los
restos recogidos en la flotación, diferenciándose entre aquellos huesos con
signos de termoalteración y los que no presentan evidencia alguna. A su vez,
en cada uno de estos grupos se ha registrado el número de restos que existe
para cada cuadro, capa y levantamiento, según si se trata de diáfisis, epífisis
u otros elementos anatómicos, además de sus dimensiones relativas (1-2 cm,
2-3 cm, 3-4 cm). En el caso de los restos termoalterados se ha analizado el
Figura 3. Esquema de la posición estratigráfica de los hogares arqueológicos analizados respecto a su localización en distintas facies dentro de la UE-X (ca. 52,3 ± 4,6 ka).
Imagen tomada de Mallol et al. 2013a.
34
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Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
grado de afección térmica para cada uno de los campos anteriores, siguiendo
los distintos niveles de alteración térmica de un hueso definidos por Stiner
et al. (1995), modificado en parte según los colores de termoalteración registrados en el yacimiento de El Salt: Sin alterar, Marrón, Marrón-Negro, Negro,
Negro-Gris, Gris, Blanco.
RESULTADOS
La experimentación
Tras la realización del hogar experimental, se ha observado como la curva de
temperatura en la zona de combustión es bastante variable y dependiente de
la cantidad de combustible aportada, alcanzando un máximo de 1001° C. No
obstante, la temperatura del sustrato tuvo un comportamiento mucho más
estable, con un máximo de 305° C en el nivel A, suficiente para producir modificaciones sobre los restos (figura 4).
Una vez analizado el material, se ha constatado una mayor modificación
de los restos a causa de su posición estratigráfica que a causa de su naturaleza,
350
Temperatura ºC
300
250
200
T1 (10cm)
T2 (7,5cm)
150
T3 (5cm)
100
T4 (2,5cm)
50
10:42:05
11:54:50
13:07:35
14:20:20
15:33:05
16:45:50
17:58:35
19:11:20
20:24:05
21:36:50
22:49:35
0:02:20
1:15:05
2:27:50
3:40:35
4:53:20
6:06:05
7:18:50
8:31:35
9:44:20
10:57:05
12:09:50
0
Figura 4. Curvas de temperaturas de los distintos niveles del hogar experimental durante la combustión y su posterior enfriamiento. T1 (Nivel D), T2 (Nivel C), T3 (Nivel
B), T4 (Nivel A).
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LEOPOLDO J. PÉREZ
aunque aquellos con mayor contenido cárnico han perdido el mismo tras la
combustión. Igualmente, no se han registrado diferencias a nivel macroscópico entre los huesos fracturados y los introducidos completos.
Por lo que a los cambios de coloración se refiere, podemos establecer a
modo de resumen las siguientes conclusiones teniendo en cuenta los niveles
artificiales (cuadro 1):
- Nivel A (2,5 cm): totalidad de los huesos carbonizados (color negro).
- Nivel B (5 cm): total carbonización de los huesos con carne (color ne-
ID
Elemento
anatómico
Nivel
Estado previo a
combustión
Coloración
postcombustión
A.1
Escápula I
A
Fresco fracturado
Negro (3)
A.2
Húmero D
A
Seco fracturado
Negro (3)
A.3
Radio-Ulna I
A
Fresco
Marrón/Negro (2)
A.4
Vértebra Ce
A
Seco (en conexión
anatómica)
Negro (3)
B.1
Escápula D
B
Seco fracturado
Marró/Negro (2)
B.2
Húmero I
B
Fresco fracturado
Negro (3)
B.3
Radio-Ulna D
B
Seco
Marrón (2)
B.4
Vértebra T
B
Fresco
Marrón/Negro (2)
C.1
Coxal I
C
Fresco fracturado
Marrón/Negro (2)
C.2
Fémur D
C
Seco fracturado
Marrón/Negro (2)
C.3
Tibia I
C
Fresco
Marrón (1)
C.4
Vértebra L-Ca
C
Seco (en conexión
anatómica)
Sin alterar/Marrón
(0/1)
D.1
Coxal D
D
Seco fracturado
Sin alterar (0)
D.2
Fémur I
D
Fresco fracturado
Sin alterar/Marrón
(0/1)
D.3
Tibia D
D
Seco
Sin alterar (0)
D.4
Vértebra T
D
Fresco
Sin alterar (0)
Cuadro 1. Relación de variables registradas en los restos de conejo sometidos a experimentación.
36
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Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
gro), mientras que los huesos previamente secados no llegan a la total carbonización (color marrón/negro). Este aspecto se pone en relación con la mayor
ausencia de contenido orgánico en los restos previamente secados.
- Nivel C (7,5 cm): todos los huesos han permanecido prácticamente iguales al momento previo a la combustión. Cambios de coloración mínimos y en
todo caso son adquiridos por el sedimento que los rodea.
- Nivel D (10 cm): comparte las características del nivel C, aunque algunos
restos con carne han llegado a sufrir pequeños cambios de coloración.
A modo de prueba se situaron en la base del hogar restos sobrantes del
esqueleto de conejo (cráneo, hemimandíbulas, metacarpos, falanges y vértebras caudales). Tras la combustión tan solo ha sido posible recuperar parte
de las hemimandíbulas y algún que otro fragmento imposible de identificar.
Ello nos habla de una conservación diferencial del material, que coincide generalmente con la pérdida de estos elementos en el registro arqueológico. Posiblemente la termoalteración, así como el paso de tiempo, son factores que
impiden que normalmente estos huesos se conserven frente a los de mayor
tamaño (estilopodios y zigopodios). Además, todos los restos recuperados en
esta zona alcanzan el grado de calcinación.
En cuanto al sedimento, se ha constatado un marcado cambio de coloración entre el Nivel A y el resto de niveles tras la combustión, con la rubefacción del primero y la pérdida de humedad en los restantes (figura 5).
Figura 5. Cambios de coloración en los niveles artificiales del depósito arenoso tras la
combustión. De izquierda a derecha: nivel A (2,5 cm), B (5 cm), C (7,5 cm), D (10 cm).
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LEOPOLDO J. PÉREZ
Los hogares arqueológicos de El Salt
EC30
EC32
EC33
EC43
EC44
EC45
% Total
EC
Experimental
% Total
El material arqueológico presenta unos niveles de coloración similares a los
registrados en nuestro hogar experimental (cuadro 2). Así pues, son los niveles de termoalteración marrón/negro los más sobresalientes (57,86%), seguidos por el negro (13,21%) y marrón (12,86%). Sin embargo, la diversidad de
termoalteraciones es mucho mayor aquí que en la experimentación, estando
presentes también restos no termoalterados (5,36%) y algunos en proceso
de calcinación (1,43%). Aun así, se han registrado tan solo cuatro restos totalmente calcinados. Debemos tener en cuenta que a nivel compositivo el
sedimento sobre el que se realizaron los hogares arqueológicos fue más compacto, tratándose de limos depositados durante cientos o miles de años.
Por lo que respecta a la potencia sedimentaria de las áreas negras, no todas presentan la misma, aunque realmente nunca llegan a traspasar más allá
de los 2-4 cm de grosor. A nivel anatómico, la gran mayoría de estos restos
arqueológicos estudiados se corresponden a fragmentos diafisiarios, además
de algunos pocos restos vertebrales y mandibulares.
ST
0
3
4
7
1
0
5,36
5
31,25
M
0
3
3
1
7
22
12,86
2
12,5
M/N
2
17
12
1
18
112
57,86
5
31,25
N
2
5
1
4
3
22
13,21
4
25
G
2
0
0
0
5
10
6,07
0
0
N/B
0
5
1
1
0
2
3,21
0
0
B
0
0
0
0
0
4
1,43
0
0
Cuadro 2. Cantidades de restos por grados de coloración en los hogares arqueológicos de la UE-X de El Salt, así como del hogar experimental. ST (Sin termoalterar),
M (Marrón), N/M (Marrón-Negro), N (Negro), G (Gris), N/B (Negro-Blanco), B
(Blanco).
38
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Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
DISCUSIÓN
Con nuestro experimento, se ha podido constatar cómo la capacidad de penetración calorífica de una hoguera simple sobre el sedimento puede llegar
a ser relativamente profunda. Dado que se empleó un sedimento arenoso, el
calor ha penetrado hasta los 10 cm de profundidad, eliminando la humedad
inicial del sedimento, pero tan solo termoalterando significativamente los
fragmentos de hueso hasta los 5 cm de profundidad. Estos resultados son
similares a los obtenidos por Stiner y sus colegas en una de sus experimentaciones más conocidas (Stiner et al., 1995), pero muy diferentes a los de otros
autores, donde los huesos situados a 10 cm de profundidad llegaron a carbonizarse (De Graff, 1961; Bennet, 1999), teniendo en cuenta que el tiempo de
combustión ha variado en todos ellos. Así pues, es claramente visible cómo
las distintas experiencias realizadas sobre termoalteración de restos óseos
aportan unos resultados muy distintos, a pesar de que éstas siguen un protocolo similar. Esto depende de factores como el tipo de sedimentación, combustible aportado, tiempo de combustión, tamaño del hogar, etc.
Si se someten a comparativa los resultados experimentales con el registro
pleistoceno, lo cierto es que la potencia sedimentaria que pueden llegar a
tener los hogares simples (de 2 a 4 cm) da cabida a la posibilidad de multiplicidad de eventos ocupacionales, los que a priori se han interpretado como
uno solo. Esto se relaciona por un lado con la explicación tradicional sobre la
funcionalidad de este tipo de estructuras de combustión, así como con una
mayor conservación del registro óseo en los mismos, derivado de la carbonización de los restos y pérdida de su parte orgánica, dejando de ser potencialmente alterables por otros microorganismos (Bowler, 1986; Cáceres, 2002).
Sin embargo, partiendo de la base de que el área negra es el suelo de apoyo del
hogar, con este estudio se ha podido comprobar cómo la termoalteración de
los restos supra y subyacentes al hogar puede llegar a niveles similares, confundiéndonos en nuestras prácticas e interpretaciones de campo. Aun así, el
conjunto de características propias de los restos termoalterados en el sustrato
puede servir de elemento discriminante a la hora de establecer momentos de
ocupación diferentes en un yacimiento.
Una de las principales características de los restos que se ven afectados a
posteriori por un evento de combustión, es la casi total ausencia de evidencias de calcinación y la abundancia de restos carbonizados, en proceso de
carbonización y otros sin signos de termoalteración (figura 6). Este hecho
39
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LEOPOLDO J. PÉREZ
es fundamental, sobre todo si lo ponemos en relación con la densidad de los
huesos de conejo y las altas temperaturas que puede alcanzar una hoguera.
Por esta razón, se ha fijado como uno de los parámetros a tener en cuenta en
nuestros análisis y conclusiones. De este modo, el conjunto de datos obtenidos parece apuntar a que los restos de conejo albergados en el sustrato de un
hogar simple, rara vez sobrepasan los niveles de coloración marrón/negro y
negro. O por decirlo de otro modo, entran en la fase de carbonización de la
materia orgánica y pérdida de oxígeno contenido en el hueso, pero sin que se
lleguen a alterar sus otros componentes químicos o minerales, nivel que tan
solo se alcanza con la calcinación de los huesos (Cáceres, 2002).
Finalmente, se propone que la presencia de huesos carbonizados y con
dobles coloraciones no es una característica exclusiva de los huesos lanzados
al fuego cuando todavía conservan restos de carne, tal y como se ha planteado
en otros trabajos (Rosell, 2001; Sanchis y Fernández, 2008). Se identifica de
esta forma otro posible origen vinculado a su situación respecto a la vertical
de la fuente calorífica, algo que algunos autores ya habían adelantado (De
Graff, 1961; Stiner et al., 1995; Bennett, 1999).
Figura 6. Material arqueológico y experimental termoalterado perteneciente al sustrato de base o área negra de los distintos hogares. Véase la abundancia de huesos carbonizados o con cambios de coloración débiles (marrones, marrones-negros) entre el
material arqueológico.
40
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Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
CONCLUSIONES
A modo de hipótesis se proponen las características principales a tener en
cuenta sobre un conjunto óseo asociado a un hogar simple, principalmente
en el suelo de apoyo o área negra, con el fin de intentar identificar su posible
termoalteración intencional o no:
- Práctica ausencia de restos calcinados en las áreas negras.
- Presencia de huesos carbonizados y dobles coloraciones.
- Mayor conservación de diáfisis que de epífisis, restos axiales o craneales.
- Rara superación de la fase de carbonización en los huesos contenidos
en el sustrato de un hogar, junto a una presencia destacada de restos sin termoalterar.
A falta de realizar un programa experimental más amplio, esta primera
aproximación ha servido para evidenciar la importancia de la diferenciación
de eventos de ocupación o aportes de material faunístico dentro de los yacimientos arqueológicos que, en cierta manera, quedan difuminados por
acciones posteriores. En nuestro caso, la creación de hogares simples y la
termoalteración de los restos constituye un problema interpretativo, donde
es necesario seguir distintos pasos antes de poder explicar cómo se genera un
hogar y el material que contiene: a) identificación de los agentes primarios y
secundarios que aportan la fauna al yacimientos a partir de marcas externas,
b) conocer la posición estratigráfica de los restos dentro del hogar y el sustrato subyacente, c) estudiar los procesos diagenéticos a los que se han visto
sometidos los restos tras la termoalteración.
El estudio de la termoalteración en los huesos y el tipo de aporte se define por lo tanto como un recurso esencial a la hora de interpretar registros
arqueológicos tan complejos como son los pleistocenos, caracterizados en su
mayoría por una naturaleza de palimpsesto arqueológico. Por tanto, no todo
lo quemado en un yacimiento arqueológico tiene que ser necesariamente de
aporte o intencionalidad antrópica, dado que existen otros fenómenos que
pueden modificar los restos, siendo clave su reconocimiento de cara a dar una
correcta interpretación de nuestros conjuntos.
AGRADECIMIENTOS
Esta experimentación ha sido realizada en el marco del Proyecto Neandertal Fire
Technology financiado por la Leakey Foundation. La investigación arqueológica
en el yacimiento de El Salt ha sido posible gracias al proyecto I+D HAR2012-32703,
41
[page-n-16]
LEOPOLDO J. PÉREZ
MICINN-FEDER “La desaparición de los grupos neandertales en la región central
del Mediterráneo Ibérico. Una propuesta metodológica de aproximación al proceso
histórico y al marco paleoambiental”. Agradecer a todos los integrantes del equipo de
investigación “Sociedades cazadores-recolectoras paleolíticas” de la U.L.L. su apoyo y
crítica a este trabajo. También a Josep María Vergès Bosch por permitir la realización
de esta experimentación en el marco docente del Máster de Arqueología del Cuaternario y Evolución Humana (Erasmus Mundus) impartido en la Universitat Rovira i
Virgili. Finalmente dar las gracias al SIP y Museu de Prehistòria de València, especialmente a los coordinadores de las “II Jornades d’arqueozoologia”, por ofrecerme la
posibilidad de participar y publicar esta investigación.
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2
APROXIMACIÓN EXPERIMENTAL A LOS INDICADORES
DE DESOCUPACIÓN HUMANA EN YACIMIENTOS DEL
PLEISTOCENO SUPERIOR A PARTIR DE LOS RESTOS
TERMOALTERADOS DE CONEJO
Leopoldo J. Pérez
ABSTRACT
Burnt bones are commonly present in Late Pleistocene archaeological deposits and they are usually associated to human activity. However, the presence
of anthropogenic or biogenic bone remains within the substrate of archaeological combustion structures may or may not be associated with combustion
activity. That is, a single burning event may affect stratified faunal remains
belonging to different times, thus homogenizing the assemblage in a way
that can lead to missinterpretation. A possible solution to this problem is to
determine the depositional history of the faunal remains independently of
their burnt state, as well as to characterize patterns of thermal alteration of
bone remains in the substrate of anthropogenic combustion structures. These two items are crucial for accurate archaeological palimpsest dissection.
INTRODUCCIÓN
La comunicación presentada durante las pasadas “II Jornades d’arquezoologia”,
de la que deriva este artículo, tenía por objetivo dar a conocer los resultados y
conclusiones a los que se han llegado tras la realización de una aproximación
experimental, con el fin de testear de qué manera se termoalteran los restos
de conejo (Oryctolagus cuniculus) depositados en el sustrato de un hogar
simple y su comparación con datos arqueológicos obtenidos de seis hogueras
recuperadas en el Nivel X del yacimiento paleolítico de El Salt (Alcoi, Alicante). Con esta misma finalidad se presenta el siguiente trabajo, cuya principal
Preses petites i grups humans en el passat. II Jornades d’arqueozoologia.
Museu de Prehistòria de València (2015): 27-46.
[page-n-2]
LEOPOLDO J. PÉREZ
motivación se encuentra en conocer los procesos tafonómicos derivados de
la realización de hogares simples sobre el material arqueofaunístico, con la
intención de identificar de qué manera un evento de combustión puede afectar al material depositado durante ocupaciones humanas anteriores o por
otros agentes biológicos. El objetivo se centra por tanto en inferir acciones
y comportamientos de los grupos humanos del pasado, así como el grado de
influencia de otros agentes en la conservación del registro. Todo ello a su vez
conectado con la creación de nuevas metodologías que ayuden a la disección
de palimpsestos arqueológicos.
EL CONSUMO DE CONEJO DURANTE EL PALEOLÍTICO EN LA
PENÍNSULA IBÉRICA
A pesar del uso diversificado del fuego que las distintas investigaciones
han constatado en yacimientos de cronología pleistocena (por ejemplo,
Wrangham et al., 1999; Carbonell y Rosell, 2001; Twomey, 2013), lo cierto es
que ha sido sobre todo el estudio de su relación con el consumo animal uno
de los tópicos más recurrentes y de los que casi ningún zooarqueólogo ha
quedado al margen (Lyman, 1994; Reitz y Wing, 2008). Se ha discutido tanto
sobre el aprovechamiento de los huesos como combustible (Costamagno et
al., 1999, 2005, 2010; Théry-Parisot, 2002; Villa et al., 2002; Théry-Parisot et
al., 2005; Yravedra et al., 2005; Yravedra y Uzquiano, 2013), como sobre el procesado y consumo de los animales en torno al fuego, analizando los patrones
de fractura, la fragmentación diferencial, los procesos de redepositado y limpieza, o los cambios de coloración (entre otros, Shipman et al., 1984; Buikstra
y Swegle, 1989; Stiner et al., 1995; Bennett, 1999; Outram, 2001; Cáceres, 2002;
Cáceres et al., 2002; Cain, 2005; Sergant et al., 2006; Lloveras et al., 2009).
Sin embargo, esta asociación directa fuego-cocinado supone un problema de
cara a la interpretación del registro, dado que no todos los huesos quemados
que recuperamos en contexto arqueológico tienen que haber sido afectados
de manera intencional (Asmussen, 2009).
En el caso concreto del conejo (Oryctolagus cuniculus), el debate sobre
su consumo por los humanos en cronologías del Pleistoceno medio y superior ha ganado un auge especial en los últimos años, en relación a los nuevos
datos disponibles relativos al consumo de pequeñas presas entre los grupos
neandertales (Cochard, 2004; Sanchis y Fernández, 2008; Blasco y Fernández, 2012; Sanchis, 2012, Rufà et al., 2014). Así pues, en el ámbito académico
28
[page-n-3]
Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
existen posturas encontradas entre quienes proponen la existencia del consumo antrópico del conejo por los grupos neandertales (Sanchis y Fernández,
2008), con mayor desarrollo en las fases de ocupación más intensa en de los
hábitats (Sanchis, 2012), un consumo sistemático (Blasco et al., 2008; Blasco
y Fernández, 2012, Rufà et al., 2014) y quienes apoyan el origen no antrópico de las grandes acumulaciones de conejo en cronologías del Paleolítico
medio hasta, al menos, el Paleolitico Superior final (Villaverde et al., 1996;
Aura et al., 2002; Fa et al., 2013). No obstante, se admite que el consumo de
lepóridos entre los grupos neandertales se da a un nivel mucho menor de lo
que se constata para el Paleolítico superior, pero sin poner en duda a día de
hoy la importancia que estas pequeñas presas tienen en su dieta. Sin querer
desarrollar nuestro discurso a partir de este debate, los estudios preliminares
llevados a cabo en el yacimiento de El Salt han evidenciado que el aporte de
restos de conejo tiene mayor relación con las aves rapaces que con los grupos
humanos. Aun así, existen también claras evidencias de procesado y consumo por parte de los neandertales.
Con este trabajo, se pretenden analizar aquellos fragmentos que están
asociados a las estructuras de combustión, y más concretamente a su suelo
de apoyo o área negra (Mallol et al., 2013a). Dicha cuestión es clave en nuestras investigaciones, pues si realmente los restos contenidos en el área negra
son de aporte biológico no humano o de ocupaciones humanas anteriores al
evento de combustión, asociarlos al hogar supondría graves problemas en la
interpretación del registro arqueológico y una mala práctica a nivel de metodología de campo. Por ello, afinar en la diferenciación de estratos con distinto
origen, pero afectados por un mismo evento como es la combustión, puede
ayudarnos a concretar mejor las ocupaciones humanas y las actividades realizadas en un yacimiento. Este tipo de investigación hemos de situarla dentro de las analíticas de alta resolución temporal que se vienen aplicando en
diversidad de yacimientos pleistocenos con naturaleza de palimpsesto, con
la pretensión de generar explicaciones históricas más próximas a la realidad
posible (Vaquero y Pastó, 2001; Bailey, 2007; Vaquero, 2008; Eixea et al., 20112012; Machado et al., 2013, Mallol et al., 2013b).
Como precedentes, existen varias prácticas experimentales que han intentado estudiar la relación del fuego con los lagomorfos durante el Pleistoceno, y más concretamente en la vertiente mediterránea ibérica. Entre ellos
podemos destacar dos. El primero fue el realizado por Fernández et al (2007),
29
[page-n-4]
LEOPOLDO J. PÉREZ
con la finalidad de constatar la alteración térmica de los huesos de conejo
depositados sobre un hogar simple y por calentamiento controlado en el laboratorio, obteniendo de esta forma un referente experimental que comparar
con el conjunto arqueológico asociado a hogares de la Cova del Bolomor (Tavernes de la Valldigna, Valencia). La conclusión a la que llegan los autores es
que, dada la asociación de estos restos con otros restos faunísticos y artefactos líticos de claro aporte antrópico, la existencia de marcas sobre los restos
y su cercanía a focos de combustión, se puede afirmar el origen antrópico del
conjunto. Además, se definen toda una serie de patrones de termoalteración
en los restos según su disposición en el sedimento, la acción protectora de la
carne, la acción diferencial del fuego o las brasas, la duración de la combustión, etc. El segundo experimento fue realizado por Lloveras et al. (2009) con
la pretensión de analizar los distintos fenómenos tafonómicos que ocurren
sobre restos de conejo en función de las distintas actividades antrópicas, caso
del procesado carnicero, cocinado y consumo. No obstante, la parte dedicada
al cocinado/termoalteración de los huesos no proporciona suficientes datos
de interés como para incluirlos en nuestro trabajo.
METODOLOGÍA
Para el estudio de la termoalteración de los restos de conejo situados en el
sustrato de un hogar simple, ha sido necesario realizar un amplio programa
experimental, así como un minucioso trabajo de campo y laboratorio. Sin
embargo, conviene aclarar por qué razón se ha utilizado el cambio de coloración en la superficie ósea como principal marcador. Este se trata de la
modificación más fácilmente reconocible a nivel macroscópico, aunque en
ocasiones se pueda llegar a confundir con el óxido de manganeso (ShahackGross et al, 1997). De esta forma, debido al carácter aproximativo de esta experimentación, nos ceñimos tan solo a un análisis macroscópico del material
(tanto experimental como arqueológico), dejando para futuros trabajos un
estudio más complejo del tema sobre el que discutimos. Del mismo modo,
hay que tener en cuenta que los cambios de coloración en un hueso pueden
deberse a diversidad de factores y no solo a la temperatura, caso del tiempo
de exposición, la composición química del suelo, la densidad del hueso, o el
taxón, talla y edad del individuo al que pertenece el resto (Spennemann y
Colley, 1989; Albizuri et al, 1993; Nicholson, 1993). Esto provoca que la gradación de colores no siga siempre unos patrones, e incluso que se den sobre
30
[page-n-5]
Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
un mismo resto dobles y triples coloraciones. Por esta misma razón, no se ha
querido asociar los grados de coloración obtenidos a una temperatura concreta, aunque dispongamos de dichos datos.
RESTOS EXPERIMENTALES
El protocolo experimental llevado a cabo se ha compuesto de tres fases: preparación del material, experimentación y análisis.
Preparación del material
En primer lugar se realiza la obtención y procesado de un cuerpo de conejo
común doméstico (Oryctolagus cuniculus). Siguiendo los criterios de osificación expuestos por Sanchis (2012: 74-75) se ha podido determinar que corresponde a individuo inmaduro de < 5 meses de edad, el cual fue previamente
despellejado. Sobre el mismo se llevaron a cabo las siguientes tareas: evisceración, desarticulado de extremidades, descarnado total y secado acelerado
con acetona de los huesos de las extremidades del lado derecho, cráneo y
vértebras cervicales-lumbares-caudales, así como un descarnado parcial de
las extremidades posteriores del lado izquierdo y vértebras torácicas. La finalidad del secado acelerado es reproducir unas condiciones similares a los
fragmentos secos de hueso que aparecen en los yacimientos arqueológicos.
En segundo lugar se produjo la recolección del combustible necesario
para la experimentación, tomándose nota de sus características originales. La
materia vegetal utilizada ha sido básicamente pino común (Pinus sylvestris),
dado que se trata de uno de los taxones vegetales más repetidos en el registro
de los hogares pleistocenos. No obstante, también hemos utilizado avellano
(Corylus avellana) para el encendido y mantenimiento de la hoguera a lo largo de toda la experimentación. Del mismo modo, se ha producido la recogida
del sedimento en el que se han integrado los restos de conejo y sobre el que
se ha dispuesto la hoguera. Se trata de arena procedente de la localidad de
Alcover, tomándose referencia de su litología, color, textura, granulometría,
compacidad y humedad.
Experimentación
Previamente a la combustión se ha tomado nota de las condiciones
ambientales: temperatura, humedad, dirección e intensidad del viento y
31
[page-n-6]
LEOPOLDO J. PÉREZ
atmosféricas. Para ello se ha acudido a la información proporcionada por el
Servei Meteorològic de Catalunya para la zona de Alcover, lugar de realización
de las labores los días 3 y 4 de mayo de 2013.
Posteriormente se ha llevado a cabo el enterramiento de los huesos previamente procesados en un sedimento artificialmente creado y a una posición equidistante de 2,5 cm, con una potencia de 10 cm, fijando termopares
de control en cada nivel (figura 1). Sobre este sedimento se ha realizado una
hoguera simple (figura 2), realizando una combustión controlada durante
cuatro horas, dejando posteriormente que el hogar se extinguiera de manera
natural. Respecto al combustible, se ha tomado nota de su taxón (Pinus sylvestris y Corylus avellana), la hora de su inclusión en la hoguera y los kilogramos añadidos (46 kg en total). Una vez transcurridas 24 horas del encendido
se ha excavado el hogar, recuperándose los restos de conejo de cada uno de
los niveles, documentando gráficamente el proceso.
Figura 1. Esquema básico de los distintos niveles del depósito arenoso y la posición
concreta de cada fragmento óseo (estado fresco y seco) en el eje vertical y horizontal.
32
[page-n-7]
Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
Figura 2. Hoguera experimental en combustión.
Análisis del material
La tercera y última fase integra la excavación y estudio de los fragmentos
óseos en relación a las condiciones que presentaban antes de la combustión.
Para ello se han anotado las siguientes variables: el elemento anatómico, sus
medidas, la coloración y otras alteraciones anatómicas derivadas de la combustión. Por lo que atiende a su coloración, a partir de los resultados obtenidos hemos establecido un código numérico que representa los grados de alteración de los huesos, siguiendo en parte el trabajo de Stiner et al. (1995): Sin
alterar (0), Marrón (1), Marrón-Negro (2), Negro (3). No obstante, no hemos
querido asociar a cada grado una temperatura concreta, dada la amplísima
variabilidad que existe en la investigación realizada al respecto (Lyman, 1994;
Yravedra, 2006: 216-228).
RESTOS ARQUEOLÓGICOS
El estudio arqueológico se ha realizado a partir del material recogido en seis
estructuras de combustión (EC30, EC32, EC33, EC43, EC44, EC45) identificadas en distintos levantamientos del Nivel X del yacimiento de El Salt (figura
33
[page-n-8]
LEOPOLDO J. PÉREZ
3). La recogida del material arqueozoológico en cada una de ellas ha seguido
el protocolo de excavación establecido por R. March y B. Soler, aplicado a su
vez sobre cualquier hogar documentado en el yacimiento de El Salt:
- Delimitación y cartografiado del contorno de cada una de las capas que
integran la estructura de combustión.
- Toma de cotas sistemáticas de cada capa.
- Excavación individualizada de las distintas unidades de las hogueras.
- Recuperación mediante coordenadas tridimensionales de la totalidad
del material arqueológico.
- Toma de muestras para análisis químicos, micromorfológicos y sedimentológicos.
- Flotación de la totalidad del sedimento.
- Determinación de la situación estratigráfica: suelo de apoyo y superposiciones.
Por lo que atiende al material faunístico, la metodología aplicada hasta el
año 2012 conllevaba que los restos de conejo se recogieran durante la flotación, diferenciándolos según la capa y levantamiento al que pertenecieran.
En nuestro estudio no contamos por tanto con la posición tridimensional de
los restos en el área negra, aunque desde la campaña de 2013 y a raíz de esta
experimentación se ha empezado a contemplar como variable a registrar en
los nuevos hogares que aparecen.
Teniendo este dato en cuenta, se ha realizado a posteriori el estudio de los
restos recogidos en la flotación, diferenciándose entre aquellos huesos con
signos de termoalteración y los que no presentan evidencia alguna. A su vez,
en cada uno de estos grupos se ha registrado el número de restos que existe
para cada cuadro, capa y levantamiento, según si se trata de diáfisis, epífisis
u otros elementos anatómicos, además de sus dimensiones relativas (1-2 cm,
2-3 cm, 3-4 cm). En el caso de los restos termoalterados se ha analizado el
Figura 3. Esquema de la posición estratigráfica de los hogares arqueológicos analizados respecto a su localización en distintas facies dentro de la UE-X (ca. 52,3 ± 4,6 ka).
Imagen tomada de Mallol et al. 2013a.
34
[page-n-9]
Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
grado de afección térmica para cada uno de los campos anteriores, siguiendo
los distintos niveles de alteración térmica de un hueso definidos por Stiner
et al. (1995), modificado en parte según los colores de termoalteración registrados en el yacimiento de El Salt: Sin alterar, Marrón, Marrón-Negro, Negro,
Negro-Gris, Gris, Blanco.
RESULTADOS
La experimentación
Tras la realización del hogar experimental, se ha observado como la curva de
temperatura en la zona de combustión es bastante variable y dependiente de
la cantidad de combustible aportada, alcanzando un máximo de 1001° C. No
obstante, la temperatura del sustrato tuvo un comportamiento mucho más
estable, con un máximo de 305° C en el nivel A, suficiente para producir modificaciones sobre los restos (figura 4).
Una vez analizado el material, se ha constatado una mayor modificación
de los restos a causa de su posición estratigráfica que a causa de su naturaleza,
350
Temperatura ºC
300
250
200
T1 (10cm)
T2 (7,5cm)
150
T3 (5cm)
100
T4 (2,5cm)
50
10:42:05
11:54:50
13:07:35
14:20:20
15:33:05
16:45:50
17:58:35
19:11:20
20:24:05
21:36:50
22:49:35
0:02:20
1:15:05
2:27:50
3:40:35
4:53:20
6:06:05
7:18:50
8:31:35
9:44:20
10:57:05
12:09:50
0
Figura 4. Curvas de temperaturas de los distintos niveles del hogar experimental durante la combustión y su posterior enfriamiento. T1 (Nivel D), T2 (Nivel C), T3 (Nivel
B), T4 (Nivel A).
35
[page-n-10]
LEOPOLDO J. PÉREZ
aunque aquellos con mayor contenido cárnico han perdido el mismo tras la
combustión. Igualmente, no se han registrado diferencias a nivel macroscópico entre los huesos fracturados y los introducidos completos.
Por lo que a los cambios de coloración se refiere, podemos establecer a
modo de resumen las siguientes conclusiones teniendo en cuenta los niveles
artificiales (cuadro 1):
- Nivel A (2,5 cm): totalidad de los huesos carbonizados (color negro).
- Nivel B (5 cm): total carbonización de los huesos con carne (color ne-
ID
Elemento
anatómico
Nivel
Estado previo a
combustión
Coloración
postcombustión
A.1
Escápula I
A
Fresco fracturado
Negro (3)
A.2
Húmero D
A
Seco fracturado
Negro (3)
A.3
Radio-Ulna I
A
Fresco
Marrón/Negro (2)
A.4
Vértebra Ce
A
Seco (en conexión
anatómica)
Negro (3)
B.1
Escápula D
B
Seco fracturado
Marró/Negro (2)
B.2
Húmero I
B
Fresco fracturado
Negro (3)
B.3
Radio-Ulna D
B
Seco
Marrón (2)
B.4
Vértebra T
B
Fresco
Marrón/Negro (2)
C.1
Coxal I
C
Fresco fracturado
Marrón/Negro (2)
C.2
Fémur D
C
Seco fracturado
Marrón/Negro (2)
C.3
Tibia I
C
Fresco
Marrón (1)
C.4
Vértebra L-Ca
C
Seco (en conexión
anatómica)
Sin alterar/Marrón
(0/1)
D.1
Coxal D
D
Seco fracturado
Sin alterar (0)
D.2
Fémur I
D
Fresco fracturado
Sin alterar/Marrón
(0/1)
D.3
Tibia D
D
Seco
Sin alterar (0)
D.4
Vértebra T
D
Fresco
Sin alterar (0)
Cuadro 1. Relación de variables registradas en los restos de conejo sometidos a experimentación.
36
[page-n-11]
Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
gro), mientras que los huesos previamente secados no llegan a la total carbonización (color marrón/negro). Este aspecto se pone en relación con la mayor
ausencia de contenido orgánico en los restos previamente secados.
- Nivel C (7,5 cm): todos los huesos han permanecido prácticamente iguales al momento previo a la combustión. Cambios de coloración mínimos y en
todo caso son adquiridos por el sedimento que los rodea.
- Nivel D (10 cm): comparte las características del nivel C, aunque algunos
restos con carne han llegado a sufrir pequeños cambios de coloración.
A modo de prueba se situaron en la base del hogar restos sobrantes del
esqueleto de conejo (cráneo, hemimandíbulas, metacarpos, falanges y vértebras caudales). Tras la combustión tan solo ha sido posible recuperar parte
de las hemimandíbulas y algún que otro fragmento imposible de identificar.
Ello nos habla de una conservación diferencial del material, que coincide generalmente con la pérdida de estos elementos en el registro arqueológico. Posiblemente la termoalteración, así como el paso de tiempo, son factores que
impiden que normalmente estos huesos se conserven frente a los de mayor
tamaño (estilopodios y zigopodios). Además, todos los restos recuperados en
esta zona alcanzan el grado de calcinación.
En cuanto al sedimento, se ha constatado un marcado cambio de coloración entre el Nivel A y el resto de niveles tras la combustión, con la rubefacción del primero y la pérdida de humedad en los restantes (figura 5).
Figura 5. Cambios de coloración en los niveles artificiales del depósito arenoso tras la
combustión. De izquierda a derecha: nivel A (2,5 cm), B (5 cm), C (7,5 cm), D (10 cm).
37
[page-n-12]
LEOPOLDO J. PÉREZ
Los hogares arqueológicos de El Salt
EC30
EC32
EC33
EC43
EC44
EC45
% Total
EC
Experimental
% Total
El material arqueológico presenta unos niveles de coloración similares a los
registrados en nuestro hogar experimental (cuadro 2). Así pues, son los niveles de termoalteración marrón/negro los más sobresalientes (57,86%), seguidos por el negro (13,21%) y marrón (12,86%). Sin embargo, la diversidad de
termoalteraciones es mucho mayor aquí que en la experimentación, estando
presentes también restos no termoalterados (5,36%) y algunos en proceso
de calcinación (1,43%). Aun así, se han registrado tan solo cuatro restos totalmente calcinados. Debemos tener en cuenta que a nivel compositivo el
sedimento sobre el que se realizaron los hogares arqueológicos fue más compacto, tratándose de limos depositados durante cientos o miles de años.
Por lo que respecta a la potencia sedimentaria de las áreas negras, no todas presentan la misma, aunque realmente nunca llegan a traspasar más allá
de los 2-4 cm de grosor. A nivel anatómico, la gran mayoría de estos restos
arqueológicos estudiados se corresponden a fragmentos diafisiarios, además
de algunos pocos restos vertebrales y mandibulares.
ST
0
3
4
7
1
0
5,36
5
31,25
M
0
3
3
1
7
22
12,86
2
12,5
M/N
2
17
12
1
18
112
57,86
5
31,25
N
2
5
1
4
3
22
13,21
4
25
G
2
0
0
0
5
10
6,07
0
0
N/B
0
5
1
1
0
2
3,21
0
0
B
0
0
0
0
0
4
1,43
0
0
Cuadro 2. Cantidades de restos por grados de coloración en los hogares arqueológicos de la UE-X de El Salt, así como del hogar experimental. ST (Sin termoalterar),
M (Marrón), N/M (Marrón-Negro), N (Negro), G (Gris), N/B (Negro-Blanco), B
(Blanco).
38
[page-n-13]
Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
DISCUSIÓN
Con nuestro experimento, se ha podido constatar cómo la capacidad de penetración calorífica de una hoguera simple sobre el sedimento puede llegar
a ser relativamente profunda. Dado que se empleó un sedimento arenoso, el
calor ha penetrado hasta los 10 cm de profundidad, eliminando la humedad
inicial del sedimento, pero tan solo termoalterando significativamente los
fragmentos de hueso hasta los 5 cm de profundidad. Estos resultados son
similares a los obtenidos por Stiner y sus colegas en una de sus experimentaciones más conocidas (Stiner et al., 1995), pero muy diferentes a los de otros
autores, donde los huesos situados a 10 cm de profundidad llegaron a carbonizarse (De Graff, 1961; Bennet, 1999), teniendo en cuenta que el tiempo de
combustión ha variado en todos ellos. Así pues, es claramente visible cómo
las distintas experiencias realizadas sobre termoalteración de restos óseos
aportan unos resultados muy distintos, a pesar de que éstas siguen un protocolo similar. Esto depende de factores como el tipo de sedimentación, combustible aportado, tiempo de combustión, tamaño del hogar, etc.
Si se someten a comparativa los resultados experimentales con el registro
pleistoceno, lo cierto es que la potencia sedimentaria que pueden llegar a
tener los hogares simples (de 2 a 4 cm) da cabida a la posibilidad de multiplicidad de eventos ocupacionales, los que a priori se han interpretado como
uno solo. Esto se relaciona por un lado con la explicación tradicional sobre la
funcionalidad de este tipo de estructuras de combustión, así como con una
mayor conservación del registro óseo en los mismos, derivado de la carbonización de los restos y pérdida de su parte orgánica, dejando de ser potencialmente alterables por otros microorganismos (Bowler, 1986; Cáceres, 2002).
Sin embargo, partiendo de la base de que el área negra es el suelo de apoyo del
hogar, con este estudio se ha podido comprobar cómo la termoalteración de
los restos supra y subyacentes al hogar puede llegar a niveles similares, confundiéndonos en nuestras prácticas e interpretaciones de campo. Aun así, el
conjunto de características propias de los restos termoalterados en el sustrato
puede servir de elemento discriminante a la hora de establecer momentos de
ocupación diferentes en un yacimiento.
Una de las principales características de los restos que se ven afectados a
posteriori por un evento de combustión, es la casi total ausencia de evidencias de calcinación y la abundancia de restos carbonizados, en proceso de
carbonización y otros sin signos de termoalteración (figura 6). Este hecho
39
[page-n-14]
LEOPOLDO J. PÉREZ
es fundamental, sobre todo si lo ponemos en relación con la densidad de los
huesos de conejo y las altas temperaturas que puede alcanzar una hoguera.
Por esta razón, se ha fijado como uno de los parámetros a tener en cuenta en
nuestros análisis y conclusiones. De este modo, el conjunto de datos obtenidos parece apuntar a que los restos de conejo albergados en el sustrato de un
hogar simple, rara vez sobrepasan los niveles de coloración marrón/negro y
negro. O por decirlo de otro modo, entran en la fase de carbonización de la
materia orgánica y pérdida de oxígeno contenido en el hueso, pero sin que se
lleguen a alterar sus otros componentes químicos o minerales, nivel que tan
solo se alcanza con la calcinación de los huesos (Cáceres, 2002).
Finalmente, se propone que la presencia de huesos carbonizados y con
dobles coloraciones no es una característica exclusiva de los huesos lanzados
al fuego cuando todavía conservan restos de carne, tal y como se ha planteado
en otros trabajos (Rosell, 2001; Sanchis y Fernández, 2008). Se identifica de
esta forma otro posible origen vinculado a su situación respecto a la vertical
de la fuente calorífica, algo que algunos autores ya habían adelantado (De
Graff, 1961; Stiner et al., 1995; Bennett, 1999).
Figura 6. Material arqueológico y experimental termoalterado perteneciente al sustrato de base o área negra de los distintos hogares. Véase la abundancia de huesos carbonizados o con cambios de coloración débiles (marrones, marrones-negros) entre el
material arqueológico.
40
[page-n-15]
Aproximación experimental a los indicadores de desocupación humana
CONCLUSIONES
A modo de hipótesis se proponen las características principales a tener en
cuenta sobre un conjunto óseo asociado a un hogar simple, principalmente
en el suelo de apoyo o área negra, con el fin de intentar identificar su posible
termoalteración intencional o no:
- Práctica ausencia de restos calcinados en las áreas negras.
- Presencia de huesos carbonizados y dobles coloraciones.
- Mayor conservación de diáfisis que de epífisis, restos axiales o craneales.
- Rara superación de la fase de carbonización en los huesos contenidos
en el sustrato de un hogar, junto a una presencia destacada de restos sin termoalterar.
A falta de realizar un programa experimental más amplio, esta primera
aproximación ha servido para evidenciar la importancia de la diferenciación
de eventos de ocupación o aportes de material faunístico dentro de los yacimientos arqueológicos que, en cierta manera, quedan difuminados por
acciones posteriores. En nuestro caso, la creación de hogares simples y la
termoalteración de los restos constituye un problema interpretativo, donde
es necesario seguir distintos pasos antes de poder explicar cómo se genera un
hogar y el material que contiene: a) identificación de los agentes primarios y
secundarios que aportan la fauna al yacimientos a partir de marcas externas,
b) conocer la posición estratigráfica de los restos dentro del hogar y el sustrato subyacente, c) estudiar los procesos diagenéticos a los que se han visto
sometidos los restos tras la termoalteración.
El estudio de la termoalteración en los huesos y el tipo de aporte se define por lo tanto como un recurso esencial a la hora de interpretar registros
arqueológicos tan complejos como son los pleistocenos, caracterizados en su
mayoría por una naturaleza de palimpsesto arqueológico. Por tanto, no todo
lo quemado en un yacimiento arqueológico tiene que ser necesariamente de
aporte o intencionalidad antrópica, dado que existen otros fenómenos que
pueden modificar los restos, siendo clave su reconocimiento de cara a dar una
correcta interpretación de nuestros conjuntos.
AGRADECIMIENTOS
Esta experimentación ha sido realizada en el marco del Proyecto Neandertal Fire
Technology financiado por la Leakey Foundation. La investigación arqueológica
en el yacimiento de El Salt ha sido posible gracias al proyecto I+D HAR2012-32703,
41
[page-n-16]
LEOPOLDO J. PÉREZ
MICINN-FEDER “La desaparición de los grupos neandertales en la región central
del Mediterráneo Ibérico. Una propuesta metodológica de aproximación al proceso
histórico y al marco paleoambiental”. Agradecer a todos los integrantes del equipo de
investigación “Sociedades cazadores-recolectoras paleolíticas” de la U.L.L. su apoyo y
crítica a este trabajo. También a Josep María Vergès Bosch por permitir la realización
de esta experimentación en el marco docente del Máster de Arqueología del Cuaternario y Evolución Humana (Erasmus Mundus) impartido en la Universitat Rovira i
Virgili. Finalmente dar las gracias al SIP y Museu de Prehistòria de València, especialmente a los coordinadores de las “II Jornades d’arqueozoologia”, por ofrecerme la
posibilidad de participar y publicar esta investigación.
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