
La Muntanya del Cavall (Albalat dels Tarongers, Valencia), un yacimiento mesolítico en la Serra Calderona
Javier Fernández López de Pablo
Rafael Martínez Valle
Pere Miquel Guillem Calatayud
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXIV (Valencia, 2001)
JAVIER FERNÁNDEZ LÓPEZ DE PABLO*, RAFAEL M ARTINEZ-YALLE*"' Y
PERE M. GUILLEM CALATAYUD*
LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA),
UN YACIMIENTO MESO LÍTICO EN LA SERRA CALDERONA
1. INTRODUCCIÓN
Durante los trabajos de campo desarrollados por uno de los firmantes (RMV) a lo largo del
afio 1997 para el inventario de los conjuntos de arte rupestre de la Comunidad Valenciana (1),
realizamos una visita en compafíia de Pilar Iborra a la Cova de I'Aigua Amarga (Aibalat dels
Tarongers) (Pelejero, 1973; Sarrión, 1975; Aparicio, 1979). Desde este lugar divisamos al otro
lado del barranco, en la cima de un cerro de escasa altura denominado la Muntanya del Cavall,
un conjunto de pequeños abrigos, que decidimos inspeccionar ante la posibilidad de que pudieran conservar muestras de arte rupestre.
Tras el ascenso hasta el cerro comprobamos que buena parte de las cavidades babfan sido
desmanteladas por trabajos de extracción de roca. En su parte central, en tomo a una pequeña
laguna, localizamos una concentración de material lftico tallado en superficie. Tras una primera
recogida de material se realizaroh de forma intermitente, y por espacio de tres afios, diversas visitas al yacimiento. Estos trabajos consistieron en la delimitación del área de distribución del material arqueológico as( como en la recogida de los materiales de superficie.
La mayor parte del material lítico fue recuperado en una superficie de unos 240 metros cuadrados, lo que indica una fuerte densidad. El material arqueológico fue recogido de forma sistemática, recuperando la totalidad de evidencias visibles.
* Instituto de Arte Rupestre. Organismo Público Valenciano de Investigación .
.. Instituto de Arte Rupestre. Organismo Público Valenciano de lnvestigación. Musco de la Val!torta.
( 1) Trabajos promovidos por la Dirección General de Patrimonio Art.isLico de la Consellería de Cultura y Educación de la
Gencralitat Valenciana.
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M. G UILI.EM CALATAYUD
2. EL PAISAJE
La Muntanya del Cavall, con una altura máxima de 240 m.s.n.m., es una de las primeras elevaciones de la vertiente meridional de la Serra Calderona.
La Serra Calderona constituye el sector oriental de la unidad Jabalambre-Calderona, perteneciente al dominio estructural y sedimentario del Sistema Ibérico. Sus mayores alturas se alcanzan en el macizo de Jabalambre, con cotas en torno a los 2000 metros desde donde desciende en
dirección sureste hacia el Golfo de Valencia. A lo largo de este recorrido divide las cuencas de
los ríos Mijares y Palancia al norte, y Thria al sur.
Atendiendo a los procesos de formación y a su geología la Serra Calderona puede dividirse
en dos sectores. En el sector occidental predominan los materiales j urásicos, mientras que en el
oriental se presenta como una estructura fallada constituida fundamentalmente por materiales
triásicos (Buntsanstein y Muschelkalk) (Pérez Cueva, 1989). Es en este sector donde se Localiza
la Muntaoya del Cavan.
En las fuentes consultadas aparece bajo diferentes denominaciones. En la cartografia del
Instituto Geográfico y Catastral se cita como Cerro del Cabal/ (sic) (hoja 696, escala 1:50.000)
y como Cabal/ (hoja 696-l, escala 1:25.000). Doménecb Campos ( 1992) la menciona como
Muntanya del Cavall Pelut y los habitantes de su entorno se refieren a ella como Muntanya del
Cavall, denominación que utilizaremos en las páginas siguientes.
Si nos aproximamos hasta eUa desde el sur, atravesando el Pla de Pavia, aparece ante nosotros como un cerro alargado en sentido NO-SE, delimitado por los barrancos del Aigua Amarga
al oeste y de la Calderona al este. Al noreste, a una distancia de apenas dos Km se encuentra el
Coll de la Calderona, paso natural de apenas 200 metros de altitud por donde discurre un antiguo camino que da acceso al valle del Riu Palancia.
Actualmente el paisaje de su entorno se encuentra profundamente alterado. Las zonas más
llanas donde antafio se asentaron campos de secano con algarrobos y olivos han sido transformadas en su mayor parte para cultivo de citricos. Laderas enteras con abancalamientos históricos han sido desmanteladas con esta misma finalidad y se han levantado numerosas v iviendas de
segunda residencia, en lo que constituye un ejemplo claro de vandalismo paisajístico y ambiental.
La montaña se encuentra coronada por sus laderas norte y sur por un pequeño cantil de rodeno que fue parcialmente destruido a principios de siglo por varios frentes de cantera. Del paso
de los canteros se conservan algunos refugios en piedra seca y un camino de herradura parcialmente empedrado que desciende hasta el llano por la ladera sur.
Su extremo oeste abierto hacia el Barranc de 1' Aigua Amarga presenta una configuración
ligeramente cóncava, lo que favorece la acumulación y mantenimiento de una lámina de agua de
basta 300 metros cuadrados de carácter estacional. Informantes de las poblaciones próximas nos
han indicado que hasta los años setenta la "bassa de la Muntanya del Cavall", como así la denominan, mantenía agua durante todo el año. Esta afirmación se ve refrendada por la vegetación
que crece en su entorno compuesta por ciperáceas, juocáceas y algunos pies de sauce (Salix atrocinerea) de porte arbóreo.
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Sus laderas están cubiertas por un pinar termomediterráneo de pino blanco (Pinus ha/epensis) aclarado por incendios forestales recientes. El estrato arbustivo esta formado principalmente por lentiscos (Pistacea /entiscus), madroños (Arbutus unedo), enebros (Juniperus oxicedrus),
coscojas (Quercus coccifera) y aladiernos (Rammus alaternum) entrelazados con madreselvas
(Lonicera sp.) y zarzaparrillas (Smilax aspersa).
Las coordenadas geográficas del yacimiento son: 0° 21' 5 1" long. E; 39° 38' 52" latitud N
(hoja 696-1 del Instituto Geográfico y Catastral, FJ1:25.000, t• edición, 1976). El yacimiento se
localiza en tomo a la pequeña laguna, con una concentración más elevada de restos en un área
de 200 metros cuadrados en su margen izquierda (Fig. 1).
Fig. 1.- Mapa de localización del yacimiento.
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Tenemos pocos datos sobre el poblamiento preltistórico de la zona con anterioridad a la
Edad del Bronce. Inocencio Sarrión menciona la existencia de diversos yacimientos Uticos de
superficie en los que se recogieron industrias con foliáceos {Sarrión, 1975). Quizás uno de los
yacimientos más destacables sea la cueva de enterramiento múltiple de la Coveta del Monte
Picayo, en Sagunto (Lerma y Bemabeu, 1978). Mayor es la información referida a conjuntos de
Arte Rupestre: la Cova del' Aigua Amarga (Sarri.ón, 1975; Pelejero, 1973; Aparicio, 1979), con
estilos Levantino y Esquemático; los Abrigos del Barranc del Llop (Barrachina, 2000), con Arte
Levantino, Esquemático y Macroesquernático, según la autora; El Covacho del Barranco del
Diablo, la Covacha Picayo 1 y II (Ripollés, 1990) y el Peñón de Santo Espíritu (Pelejero, 1971;
Sarrión, 1975; Aparicio, 1979), éstas tres últimas con Arte Esquemático.
3. ESTUDIO MORFOTÉCNICO DE LA INDUSTRIA LÍTICA
3.1. CONSIDERACIONES PREVIAS
La mayor parte de trabajos realizados sobre colecciones procedentes de yacimientos líticos
de superficie post-paleolíticos, en el ámbito mediterráneo de la Penfnsula Ibérica, han sido abordados desde una perspectiva que privilegiaba el análisis morfológico, centrándose en el estudio
del material retocado. La escasa atención recibida por los restos de talla descansaba principalmente en las características propias de este tipo de registro -nula fiabilidad estratigráfica de los
yacimientos y el grado de alteración post-deposicionaJ del material (pátinas, fracturas y retoques
mecánicos, rubefacciones, etc.)-, así como en los objetivos fundamentales de este tipo de investigación: contextualizar la industria respecto a registros estratificados con el fin de proponer una
cronología relativa.
Nuestra experiencia en el análisis de las colecciones de superficie nos ha llevado a buscar
vías de estudio que completen el análisis morfológico de los conjuntos 11ticos contemplando
otros factores que intervienen en la configuración final, es decir, en la colección en sí. Así el alto
grado de variabilidad industrial que advertimos en estos conjuntos puede tener un doble origen:
por un lado podrían señalarse aquellos factores de orden tafonórnico, entre los que destacarían
los procesos post-deposicionales y los palimpsestos de ocupaciones. Y por otro lado, aquellos
factores inherentes a la propia producción lítica corno son la disponibilidad de la materia prima,
las necesidades concretas que suscitaron esa producción y el filtro cultural que condiciona la
puesta en práctica de unas opciones técnicas concretas. Probablemente sea el "efecto palimpsesto" - recurrencia ocupacional en un área determinada dando lugar a diversas unidades deposicionales que con.figurán una estratigrafia horizontal- el que genere mayores problemas de cara a
la interpretación del conjunto.
Los objetivos principales que perseguirnos a través del estudio morfo-técnico de las industrias procedentes de este tipo de yacimientos son dos: en primer lugar, establecer una hipótesis
sobre la cronología relativa de( conjunto industrial sefialando la presencia de uno o varios periodos a partir del reconocimiento de elementos característicos entre el material retocado y los res-
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tos de talla; y en segundo lugar, intentar definir cuando sea posible, las características generales
del tipo de producción que encontramos en el yacimiento.
Para ello se ba realizado un análisis global del conjunto industrial partiendo del concepto de
cadena operativa. Este concepto que procede originariamente de la etnología fue introducido en
la Prehistoria por Leroi-Gourhan {1971 ), siendo posteriormente desarrollado en los estudios de
tecnología lítica por J. Tixier (1980) y por otros investigadores/as franceses (Perles, 1987;
Pe1egrin, Karlin y Bodu, 1988, entre otros). Su ventaja frente a otros métodos de trabajo como
la tipología, reside en que diferencia diversos procesos que van desde el aprovisiooamniento de
la materia prima hasta su abandono pasando por las etapas de fabricación y utilización del utillaje. A este respecto creemos como Perles (l987: 23) que el concepto de cadena operativa puede
ser empleado a nivel teórico dado su desarrollo lineal, posee un principio y un fin, proporcionando un cuadro cronológico para el estudio de las operaciones técnicas. Es aquí donde reside
su verdadero potencial a nivel metodológico, ya que estructura la utilización de los materiales
por los grupos humanos ubicando cada objeto en un contexto técnico y ofreciendo un cuadro
metodológico a cada nivel de interpretación (Inizan et al., 1995: 14).
3.2. CARACTERÍSTICAS DE LA COLECCIÓN
Como paso previo al análisis de la industria y dadas las especificas características de los
registros de superficie, resulta necesario establecer un primer protocolo que contemple diversos
condicionantes relativos a las características de la colección, como son su procedencia, entidad
y homogeneidad. El material lítico estudiado en este trabajo procede de diversas recogidas realizadas de forma sistemática (ceñida a un área delimitable de unos 240 metros cuadrados, y en
la que se han recuperado la totalidad de evidencias visibles). En segundo lugar la colección está
formada por 1587 objetos líticos (Tabla 1), lo que supone una muestra aceptable para realizar un
estudio morfo-técnico que intente situar cada una de las categorías en los diferentes segmentos
de una cadena operativa. Por último, y tras un examen previo de la industria, se comprobó la
existencia de ciertos elementos que indican un buen grado de homogeneidad, tanto a nivel tipológico, ya que la mayor parte del material retocado puede adscribirse a una fase concreta del
Mesolltico Reciente, como industrial, debido al empleo mayoritario de dos categorías de materia prima en las que se reconocen los diferentes estadios de la cadena operativa.
En líneas generales las condiciones de estudio que presenta el material son buenas si se tiene
en cuenta que estamos ante una colección procedente de un registro de superficie. Encontramos
un reducido número de piezas que posee una pátina muy desarrollada, con signos evidentes de
desilificación, pérdida de masa y un avanzado estado de rodamiento. Sin embargo, la mayor
parte del material presenta alteraciones en las superficies que permiten el reconocimiento de la
coloración del sílex, como es el caso de la pátina poco desarrollada o las rubefacciones parciales. Son sin duda las alteraciones térmicas las que alcanzan una mayor entidad como se puede
desprender del número de debris térmico. En este sentido no se han documentado alteraciones
características que permitan proponer La existencia de un tratamiento térmico del sflex en La línea
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sefialada por otros autores (Binder y Gassin, 1988). Creemos, sin embargo, que una buena parte
de las alteraciones térmicas son de origen post-deposicional: corno la pátina del desierto (Keeley,
1981) cuyo desarrollo está en relación con el sedimento donde están depositadas (en este caso
arenas), y por el hecho de que rubefacciones y levantamientos térmicos estén presentes indistintamente en las diferentes categorías técnicas.
Las principales alteraciones mecánicas que han sido individualizadas se reparten entre los
desconchados, algunos de los cuales presentan unas morfologías muy clásicas corno los de media
luna, cuya incidencia al iguaJ que ocurre con las fracturas post-deposicionales es superior en las
piezas con un ángulo de falo menor.
Tabla 1.- Clasificación general de la industria en categorías tecnológicas.
M. Bruto
M. Retocado
TOTAL
Bloques, cantos o nódulos
Frag. de bloques, nódulos o cantos
10
10
Núcleos de lascas
Frag. de núcleos de lascas
3
3
3
3
Núcleos de láminas/laminitas
2
2
Frag. de núcleos de láminas/laminitas
1
1
Productos de acondicionamiento
2
9
2
1
145
39
174
3
-Lasca delgada sin córtex
56
15
7
29
34
34
380
3
3
22
59
15
10
30
37
37
404
Lascas y frag. de lascas < 1 cm
672
2
674
Debris térmico
86
86
Debris no térmico
20
20
-Tabletas/semitabletas
-Lascas de mantenimiento de la tabla laminar
-Crestas y semicrestas
Láminasllaminitas
3
9
2
Lascas y frag. de lascas > 1 cm
-Lasca de decalotado
-Lasca espesa cortical
-Lasca espesa no cortical
-Lasca delgada con córtex superior a 2/3
-Lasca delgada con córtex entre 1/3 y 2/3
-Lasca delgada con córtez < 1/3
1510
TOTAL
-46-
3
l
77
1587
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3.3. MATERIA PRIMA
El sílex es la materia prima empleada mayoritariamente en la producción lítica del yacimiento, seguida muy de lejos por la cuarcita con 5 efectivos y por la caliza con tan sólo uno. La
mayor parte del silex - aproximadamente el 90o/o- posee unos caracteres macroscópicos muy
similares: la coloración es gris, comprendida entre la gama de los grises y los marrones grisáceos oscuros; su textura es fino-media y es totalmente opaco. El examen del córtex de los productos de talla parece indicar su introducción en el yacimiento bajo dos categorías de soportes
naturales diferentes:
a) Cantos rodados de morfología subcuadrangular, ligeramente angulosos pero con las aristas completamente redondeadas. El córtex presenta una superficie lisa y muy delgada con una
pátina ligera pudiendo ser interpretado como neocórtex producido por rodamiento. El tamafio de
estos cantos es reducido, en ningún caso superior a los 1Ocm de longitud, mientras que la anchura y el espesor presentan unos valores inferiores. Esta categoría es la que ha sido más empleada.
b) Nódulos de morfología irregular con un córtex más claro y grueso con una pequefla zona
de transición subcortical de color gris oscuro. Su representación en el conjunto es mucho más
reducida que la categoría anterior. Por último quedaría un pequeño grupo cuyo córtex de coloración marrón presenta una superficie más rugosa y de apariencia porosa sin que podamos determinar su origen con exactitud.
El resto del sflex documentado en la industria alcanza unos porcentajes muy reducidos,
encontrando además una amplia gama de colores (marrones translúcidos, beige, marrón rojizo
opaco, y blanco) y texturas. De igual forma resulta muy escasa La documentación de otros soportes naturales que no sean cantos rodados, si bien hay que reconocer la presencia de alguna estructura tabular y de diversos fragmentos diaclasivos.
El conocimiento de afloramientos de sílex en esta zona es muy precario, debido principalmente a la falta de prospecciones. Tenemos referencias de sílex con una coloración grisácea en
las proximidades de la Cueva Santa en el término municipal de Altura, donde se localizaron
diversos nódulos de sílex en posición primaria formados en una matriz de calizas liásicas
(Sarrión, 1975). Este afloramiento se encuentra a unos 35 Km en línea recta de La Muntanya del
Cavall. Si tenemos en cuenta su distancia y la ausencia de elementos de análisis, no sería conveniente considerarla como una fuente potencial de aprovisionamiento.
3.4. LA PRODUCCIÓN DE SOPORTES
El alto grado de transformación del material y la baja representatividad alcanzada en la
muestra por los núcleos y otros elementos de técnica característicos, limitan las posibilidades de
estudio de la producción lítica. Sin embargo es posible situar buena parte de los objetos líticos
del yacimiento en diferentes fases de la producción de soportes empleando el concepto de cadena operativa a nivel teórico, con el fin de esbozar algunos rasgos de la producción. La producción de soportes laminares estrechos (de menos de 11 mm) y delgados (2-3 mm) para su utiliza-47-
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2
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4
5
Fig. 2.- Industria lítica. Elementos de técnica.
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ción directa o para su transformación en un utillaje especializado - microlitos geométricos y hojitas de dorso- constituyen a priori las intenciones de talla que guiarán el proceso productivo. El
alto número de lascas de decaJotado y corticales indican la práctica de operaciones de decorticado en el mismo yacimiento.
No se ha documentado la presencia de crestas en las operaciones de puesta en forma de los
núcleos. Parece existir un aprovechamiento de la propia morfología de la materia prima como se
desprende de la documentación de soportes alargados y estrechos cuya cara superior es plenamente cortical, presentando una arista natural redondeada o formados por la intersección de dos
planos de fractura naturales. A Jo sumo, parece existir un acondicionamiento puntual de estas
superficies con el fin de establecer la convexidad longitudinal buscada, dando lugar a una semicresta con una vertiente (Fig. 2.7). La creación de esta primera arista guia será sucedida por
diversas extracciones alargadas y de sección triangular con la ·finalidad de configurar la superficie de debitage (o tabla laminar del núcleo) (Fig. 2.8).
Tanto los escasos núcleos de láminas conservados como los productos parecen indicar que
la explotación de los núcleos se realiza mayoritariamente desde un solo plano de percusión (Fig.
2.1 ). Se ha documentado un núcleo que presenta dos planos de percusión opuestos que se explotan de forma sucesiva (Fig. 2.2).
La tabla laminar de los núcleos conservados presenta un desarrollo frontal , observándose la
nula preparación del dorso cuya superficie es cortical. En ocasiones el córtex alcanza también a
los flancos del núcleo. El desarrollo frontal de la tabla laminar podría ponerse en relación con la
documentación de productos laminares de sección trapezoidal adscritos a la fase de pleno debitage que presentan córtex con una ubicación lateral delimitados por una arista muy regular.
Pocos son los elementos en la colección que permitan reconstruir las operaciones de mantenimiento de los núcleos en el curso de su explotación. Tan sólo se han documentado dos tabletas de avivado del plano de percusión que presentan un negativo anterior cuya dirección es
secante al eje de debitage. En el otro caso, la extracción ha dado lugar a un soporte espeso que
se ha llevado por delante una parte considerable de la tabla laminar (Fig. 3.27).
La regularización o mantenimiento de las superficies de debitage se produce desde extracciones procedentes del mismo plano de percusión del núcleo (Fig. 2. L4 y 15) o que parten del
flanco (Fig. 2.16 y L7), dando lugar a productos cuyo eje de lascado es perpendicular al sentido
del debitage del núcleo. En ambos casos afectan a la intersección del plano de percusión y la
superfice de debitage. Por otra parte, encontramos extracciones realizadas desde un plano de percusión opuesto a la plataforma de percusión principal, con vistas a restablecer la convexidad longitudinal de la superficie de debitage. El empleo de esta solución se puede apreciar en algunos
soportes laminares, cuyo extremo distal presenta uno o varios negativos de dirección inversa al
resto de las extracciones de la cara superior.
La producción de lascas ha sido documentada a partir de 6 núcleos. Merece ser destacada la
presencia de un núcleo de lascas (Fig. 2.3) que cuenta con una pátina muy desarrollada, con signos evidentes de desilificación y rodamiento, que reúne las características técnicas para ser considerado como Levallois (Boeda, 1993: 392): una jerarquización clara de la superficie de debitage respecto a la superficie de preparación de los planos de percusión, una dirección de las
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extracciones de la superficie de debitage paralela al plano de intersección, y por último, la existencia de una convexidad bilateral y distal en la superficie de debitage. La dirección exacta de
las extracciones de la superficie de debitage es complicada de observar en ocasiones debido a la
pátina, aunque en general podrian encajar con un método recurrente centrípeto.
3.5. LOS PRODUCTOS LAMINARES
Si exceptuamos el caso de las lascas y fragmentos de lascas, de las que una buena parte son
desechos de talla asociados a la preparación de los núcleos, la categoría técnológica mejor representada en el conjunto estudiado son sin duda las laminitas y fragmentos de laminitas. La importancia de los productos laminares es todavía más relevante si se tiene en cuenta que constituyen
el 57,3 % de los soportes retocados.
El análisis de los productos laminares será abordado desde una doble perspectiva: en primer
lugar, mediante la clasificación de los soportes en diversas categorías en función de su lugar en
la cadena operativa, con el fin de realizar una caracterización más ajustada de los diferentes atributos técnicos (tipo de talón, preparación, ángulo de fractura , etc.); y en segundo término, en el
estudio tipométrico de los soportes correspondientes a la fase plena de debitage, centrándonos en
el análisis cuantitativo de la anchura y espesor.
Dadas las características de la colección, donde los soportes completos cuentan con una
representación ínfima, resulta necesario introducir categorías que den cuenta de la fracturación
del material. Los soportes laminares fracturados se han clasificado en fragmentos proximales,
mesiales y distales; siendo excluidos del anáUsis morfotécnico y tipométrico aquellos fragmentos de longitud inferior a 1O mm, y también, todos los que no conserven íntegros los dos ejes.
Esta circunstancia es necesaria para la correcta lectura diacritica de la cara superior, así como
para reconstruir con el menor margen de error posible los patrones tipométricos de las anchuras
de los productos laminares. Sin embargo debe reconocerse que esta discriminación - realizada a
efectos puramente anaüticos- puede conducir a una iofrarrepresentación en la muestra de aquellos soportes microlaminares de menor tamaño y espesor, los cuales pueden presentar una mayor
tasa de fracturación post-deposicional. Este problema deberá ser tenido en cuenta de cara a la
futura contrastación de estas categorías con series procedentes de contextos estratificados, en los
que la actuación de los agentes post-deposicionales no baya sido la principal causa de fracturación.
Como se ha señalado más arriba, los soportes ·laminares han sido clasificados en diferentes
categorías en función de su lugar en la cadena operativa. En los productos de pleno debitage se
ha diferenciado, además, el código de extracción. Para ello hemos examinado las caras superiores de los soportes laminares con ayuda de una lupa binocular trabajando entre 1O y 20 aumentos. Se ha tomado como referencia la clasificación propuesta por Bioder para el estudio de series
liticas del Neolítico Antiguo Cardial (1987: 122; y sobre todo 1991 : 34); las recordaremos brevemente:
A.- Negativos de extracciones de puesta en forma o eventualmente de fases de regulariza-
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ción; pueden presentar un lado con córtex y un negativo de extracción laminar extraído del plano
de percusión principal. En esta categoría han sido también incluidos aquellos productos laminares de aristas y filos irregulares.
B l .- Productos laminares de pleno debitage de sección triangular, sin huellas de córtex o de
extracciones de puesta en forma. Su código de extracción puede ser tanto J-2 como 2- l .
B2.- Productos laminares con más de tres negativos: según Binder son productos que sirven
para corregir la convexidad transversal de la tabla laminar o también pueden estar asociados a
un cambio en la orientación del sentido de las extracciones (izquierda-derecha o derecha izquierda).
Cl.- Productos laminares de pleno debitage de sección trapezoidal cuyo código de extracción es 2-1-2'.
C2.- Productos laminares de pleno debitage de sección trapezoidal cuyo código de extracción está ordenado de izquierda a derecha (1-2-3 o c-1-2) o de derecha a izquierda (3-2-1 ó 21-c).
Como categoría "C?" se han clasificado aquellos productos de pleno debitage de sección trapezoidal cuyo código operativo no ha podido ser determinado por la alteración de la superficie,
mientras que bajo la categorfa "lndet" hemos agrupado aquellos materiales elaborados sobre
soportes laminares pero que no podemos encajar en las diferentes categorfas debido a su grado
de transformación (por ejemplo las hojitas de dorso).
Tabla 2.- Clasificación de los productos laminares.
A
Bl
82
Cl
C2
C?
JNDET
TOTAL
Sopor. Completos
7
-
-
-
1
3
-
11
Frag. Proximales
18
14
2
5
7
4
-
50
Frag. Mesiales
5
3
-
-
7
5
-
20
Frag. Distales
10
2
7
2
3
4
-
27
Material Retocado
5
7
2
2
6
6
12
39
TOTAL
45
26
11
9
24
20
12
147
El primer aspecto que hay que señalar es la buena representación de los soportes pertenecientes a la categorfa A, superando el 30%. Los talones lisos son los documentados mayoritariamente en esta categoría, seguidos por los facetados y corticales (Gráf. 1). Estos talones se
encuentran asociados con frecuencia a unos ángulos de fractura agudos (70-85°), observándose
una escasa, y muchas veces nula, preparación del punto de impacto. En la cara superior es común
encontrar aristas irregulares y en ocasiones sinuosas. Si bien estos rasgos, en especial los referidos a la parte proximal, junto aJ mayor espesor de estos soportes laminares (Gráf. 2), invitarían
-51-
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a considerar el empleo de la percusión directa con percutor duro (Calley, 1986), conviene ser
extremadamente cautelosos a la hora de realizar interpretaciones en este sentido, ya que no
hemos podido acceder a buenas series experimentales de referencia para realizar análisis comparativos, y también porque existen determinados atributos que pueden corresponder a diferentes técnicas.
En los soportes laminares asociados a las categorías de pleno debitage (B 1, Cl y C2), se
puede apreciar un claro predominio de los productos de sección trapezoidal. Las diferencias respecto a la categoría anterior son notables. En primer lugar los talones preparados -en especial
los facetados y en menor medida los filiformes y puntiformes- se encuentran en franca mayoría
respecto a los lisos y corticales. Se aprecia además una preparación generalizada del punto de
impacto consistente en la abrasión sistemática de las cornisas (Fig. 2.18, 21-23; y Fig. 3.19),
mientras que los ángulos de fractura tienden hacia la perpendicularidad (85-90°). El espesor de
los soportes laminares oscila entre 1,5 y 3 mm, documentándose la existencia de algunos casos
en los que resulta inferior (1 mm).
El examen de la cara superior puede aportar datos de interés a nivel técnico y estilístico. Los
productos laminares de sección trapezoidal presentan unas aristas que tienden claramente hacia
la convergencia (Fig. 2.20-23) conforme se aproximan a la mitad superior del soporte, aspecto
observable igualmente en buena parte de los productos modificados por retoque (Fig. 3.2-3).
Existe también una documentación mayoritaria de los códigos operativos de tipo sucesivo -ya
sea de izquierda a derecha (1-2-3 ó 1-2-c) o de derecha a izquierda (3-2-1 ó 2-1-c}- respecto a
los códigos alternos (2-1-2 ').
Resulta complicado reconstruir la longitud de estos productos debido a la fracturación del
material. Tan sólo de forma indirecta, a partir del examen de los núcleos y de algunas lascas de
mantenimiento de la tabla laminar, podría considerarse la existencia de dos módulos de longitud
en los soportes de pleno debitage: uno que se situaría aproximadamente entre 15 y 25 mm (Fig.
2.2, 14, 15, 22 y 23), y otro mayor a los 35 mm, sin llegar a superar los 50 mm (Fig. 2.1).
Las anchuras proporcionan un conjunto de evidencias más sólidas a nivel cuantitativo y cualitativo. El gráfico 3 es un histograma construido a partir de las anchuras de los soportes laminares pertenecientes a la·fase de pleno debitage (categorías B1, Cl y C2). Como se puede apreciar, el margen de variación presenta una amplitud de 1O mm, tomando el valor de 4 mm para
los soportes laminares más estrechos y de 14 mm para los más anchos. Sin embargo, observamos una notable concentración de efectivos en el intervalo comprendido entre los 6 y 1O mm,
encontrando un pico máximo en los 8 mm que es el módulo dominante de la serie, y una disminución brusca de los efectivos que se salen de este intervalo. En diferentes estudios tipométricos
efectuados en distintas series del Mesolítico Reciente con trapecios en Europa Occidental, las
anchuras de los productos de pleno debitage parecen mostrar un comportamiento muy similar,
consistente en una curva de variación unimodal c uyo pico máximo se sitúa en unos valores que
muestran un fuerte grado de correlación respecto al de los trapecios (Binder, 1987; Marchand,
1999: 119; Araújo, 2000). Partiendo ya de un ejemplo más próximo como es el caso de los trapecios con dos lados cóncavos de Casa de Lara - yacimiento en el que las últimas revisiones de
materiales han puesto de manifiesto la existencia de un horizonte industrial relacionable con la
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
45
DA
40
35
30
•B1
G C1 y C2
o/c 25
020
15
10
5
o
eo
Ll
FA
Fl
PU
RO
Talones
Gr áfico 1.- Soportes laminares. Talones.
60
DA
50
•B1
G:J C1 y C2
40
% 30
20
10
o
[0,1)
[1,2]
[2,3]
[3,4)
[4,5]
[+5]
Espesor (mm)
Gr áfico 2.- Soportes laminares. Espesores.
-53-
53
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54
JAVIER fERNÁNDilZ L6Pil7. DE PABtO, R AFAEL M ARTiNEZ-VALLE Y PI!RE M . GUILLEM CALATAYI)D
20
15
%
10
5
o
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
Anchuras (mm)
Gráfico 3.- Módulos de anchura de los soportes laminares de pleno debitage.
50
45
40
35
30
%25
20
15
10
5
~
o
4
7
8
9
10
11
12
Anchuras (mm)
Gráfico 4.- Casa de Lara. Módulos de anchura de los trapecios con dos lados cóncavos.
- 54-
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS. VALENCIA)
55
Fase A o Cocina 1 (Femández, J999)- podemos observar cómo los módulos dominantes en este
tipo de armaduras quedan dentro del intervalo definido por los patrones de talla dominantes (61O mm), apreciándose una gran proximidad entre los módulos mayoritarios de ambas colecciones, 8 y 9 mm respectivamente. Este fenómeno puede relacionarse con la búsqueda de una estandarización tipométrica en la producción de soportes.
En estos momentos hemos de reconocer que carecemos de criterios suficientes para pronunciamos sobre la técnica concreta empleada en la extracción de los soportes laminares de
pleno debitage. Este aspecto constituye, a nuestro entender, una carencia en un momento en el
que la determinación de las modalidades de debitage empieza a ocupar un lugar cada vez más
importante en el estudio de estas industrias. En la década de los 80, el análisis de las industrias
del Meso lítico Reciente con trapecios en diversas áreas de Europa Occidental y del Norte África,
junto a la aplicación de estudios de experimentación replicativa, llevaron a diversos investigadores a considerar el empleo de la técnica de la presión para la extracción de soportes laminares
(In izan, 1984; Tixier, 1984; Binder, 1987). Durante los últimos años, son diversos los autores que
para el mismo periodo han identificado series elaboradas por percusión indirecta: en el Macizo
Jurásico (Seara, 1998), el Macizo Armoricano (Marcband, 1999) o en Portugal (Aubry et al.,
1997). En estos casos, se señala el carácter innovador de esta técnica respecto a las producciones documentadas en momentos anteriores del Holoceno. En el caso portugués, además, la percusión indirecta es considerada como un rasgo diferenciador de las industrias del Mesolitico
Reciente frente a las del Neolítico Antiguo.
La importancia conferida a la percusión indirecta contrasta con la escasez y práctica inexistencia de trabajos publicados sobre las industrias de este momento que expongan, de forma
exhaustiva y clara, los criterios morfológicos que permitan el reconocimiento de esta técnica en
series arqueológicas. Recientes estudios experimentales indican un fuerte grado de solapamiento entre los atributos morfológicos de los productos laminares de pleno debitage extraídos por
presión y por percusión indirecta, siendo escasos los rasgos que permiten discriminar entre una
técnica u otra (la ñsuración de los talones, por ejemplo) (Gallct, 1998). El problema fundamental lo volvemos a encontrar en las características de la presente colección, donde contamos con
un alto grado de fracturación postdeposicional de Jos soportes laminares brutos, a lo que debemos añadir que la muestra estudiada no es muy amplia y, sobre todo, por no haber podido realizar comparaciones con series experimentales.
3.6. EL UTILLAJE
Con un total de 77 efectivos, el conjunto de piezas transformadas por retoque puede considerarse como reducido. Tomando como referencia la lista tipo elaborada por Fortea (1973), la
clasificación del material quedaría reflejada en la tabla 3. La documentación de microburiles
bajo unos módulos que encajan con los vistos anteriormente en el apartado de los productos
laminares indica el empleo de esta técnica de fracturación.
Similar grado de correlación tecno-tipométrica respecto a la producción laminar guardan las
armaduras geométricas trapezoidales -en concreto dos trapecios con los dos lados cóncavos y un
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JAVIER FERNÁNDEZ LóPEZ DE PABLO, RAfAEL MAR1ÍNEZ-VALLE Y PERE
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M . ÜUILLEM CALATAYUD
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30
Fig. 3.-lndustria lítica. Material retocado
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t
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L.A MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
57
tercero que presenta una fractura parcial en el lado inferior, pudiendo corresponder a una forma
asimétrica- y también un triángulo de dos lados cóncavos fracturado (Fig. 3.1-4). Distinto es el
caso de las dos armaduras bipermicroliticas que cierran el grupo de los microlitos geométricos,
en concreto un segmento (Fig. 3.5) y un triángulo escaleno alargado con el lado pequeño corto
(Fig. 3.6). El módulo de estas piezas, en especial el referido al espesor con unos valores inferiores a J mm, es sensiblemente diferente al resto y encuentra además correlación con un fragmento apuntado de laminita de dorso (Fig. 3.7).
Las hojitas de dorso (Fig. 3.7-14) alcanzan cerca del JO % del material retocado.
Exceptuando el caso anteriormente citado, el conjunto de estas armaduras presenta un espesor que
permite ponerlas en relación con los módulos dominantes en los soportes laminares ( 1,5-2 mm).
En el utillaje de fondo común resulta bastante significativa la ausencia de buriles, grupo
tipológico que se encuentra en franca regresión durante el Holoceno. Los raspadores cuentan con
6 efectivos, realizados todos ellos sobre lasca, documentando además el empleo de lascas de
decalotado en tres casos (Fig. 3.25 y 26), lo que indica el aprovechamiento de los productos procedentes de la fase de preparación de los núcleos.
En las muescas y denticulados se observa igualmente el predominio de las lascas como
soporte, resultando también bastante significativo el empleo de productos laminares de Ja categorla A (Fig. 3.27). Las truncaduras cuentan con una buena representación debiendo diferenciar
aquellas configuradas sobre soportes laminares (Fig. 3.29-31 ), de aquellas otras elaboradas sobre
lascas (Fig. 3.32). En algunos casos, como las truncaduras opuestas a fracturas, es dificil saber
si nos encontramos ante auténticas truncaduras o ante trapecios fracturados (Fig. 3.29).
La sobrerrepresentación de las piezas con retoque continuo responde, más que a su importancia real en el conjunto, a la amplia gama de piezas con diferentes rdsgos morfológicos y técnicos que son englobados bajo este morfotipo. Por un lado, deberíamos diferenciar las lascas que
presentan un retoque cuya inclinación oscila entre plana y semiabrupta, y con una amplitud corta,
sin que pueda apreciarse una recurrencia clara a nivel morfológico. Por otra parte, encontramos
soportes laminares de diferente módulo (Fig. 3.20-23) que tienen en común presentar un retoque
de amplitud corta o marginal cuya dirección puede ser alterna, parcial bilateral o parcial unilateral, debiendo reconocer que su incidencia en otras series del McsoHtico Reciente, sin ser mayoritaria, es importante. Así, en otras propuestas tipológicas confeccionadas más recientemente,
podemos observar una mayor sistematización de estas piezas, en especial de las elaboradas sobre
soportes laminares, siendo clasificadas de diferente forma: laminitas con retoques continuos
(Valdeyron, 1994 en Boboeuf, 1998: 479), como laminitas con retoques laterales (no abruptos)
o piezas con extracciones irregulares (Binder, 1987: 66-69), o incluso han llegado a ser mantenidas bajo el grupo genérico de "piezas retocadas" diferenciándolas del grupo de piezas utilizadas (Marcband, 1999: 43) (2).
(2) Para el ámbito mediterráneo de la Península Ibérica la clasificación tipológica que ha reparado de fonna directa en este tipo
de pie1.as procede de conjuntos industriales del Neolltico antiguo Cardial (Juan Cabanillcs, 1984), siendo poca la atención recibida
en las industrias del epipaleolitico reciente. Si bien debe reconocerse que alguna de las piezas (Fig. 2.20) documentadas en el yacimiento no encajan a nivel morfotécnico ni tipométrico con las industrias geométricas, seria inapropiado considerar a estos elementos como neoliticos en la presente colección dada la total ausencia de otros morfotipos que apunten a esta adscripción (taladros, foliáceos, hojas/hojitas con retoque invasor. etc.).
- 57-
..
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58
JAVIER FERNÁNDEZ
LóPE.Z oe PAllJ.O,
RAPAEL MA~triNEZ-YALLE v Pt>RE M . GutLt.E.>vt CALATAvuo
Tabla 3.- Clasificación tipológica del material retocado.
MATERIAL RETOCADO
o
R 1: Raspador simple sobre lasca
R7: Raspador con muescas (muescas laterales)
5
1
6,49
1,29
Pt : Perforador simple
2
2,59
LBAI : Lasca con borde abatido
2
2,59
1 ba2: Laminita apuntada con borde abatido
1ba3: Laminita apuntada con borde abatido rectilíneo y base redondeada
lba7: Laminita con borde abatido arqueado
Iba 11 : Fragmento de laminita con borde abatido
4
1
2
2
5,19
1,29
2,59
2,59
MOl :
Ml>2:
MD3:
MD4:
6
7,79
6,49
2,59
1,29
Lasca con muesca
Lasca denticulada
Lámina o laminita con muesca
Lámina o laminita denticulada
5
2
1
%
FRI: Fractura retocada
8
Gl: Segmento o media luna
G3: Trapecio asimétrico
G6: Trapecio con dos lados cóncavos
Gl6: Triángulo escaleno alargado con el lado pequeño corto
Gl8: Triángulo escaleno tipo Cocina
1
1
2
1
1
1,29
1,29
2,59
1,29
1,29
Ml : Microburil
6
7,79
2
13
2
2,59
16,8
2,59
6
7,79
Dl: Pieza astillada
D2: Pieza con retoque continuo
D3: Raedera
Dcbris de útiles
TOTAL
77
10,3
100
Completarían el conjunto del material retocado dos piezas astilladas y dos raederas, una
doble y otra con el clásico retoque sobreelevado escaleriforme tipo Quina. Por último bemos clasificado como debris de útiles un total de 6 piezas con retoque intencional pero que por su estado de fragmentación no pueden ser adscritas a ningún morfotipo concreto.
- 58-
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DEI.S TARONGERS, VALENCIA)
59
4. CONCLUSIONES
El conjunto litico de la Muntanya del Cavall reúne tanto a nivel morfológico como tecnológico diversas caracteristicas que permiten su adscripción a las industrias del Epipaleolítico
Geométrico de facies Cocina. La documentación de trapecios, microburiles, hojitas de dorso, un
posible triángulo de dos lados cóncavos y un segmento hipermicrolítico, asi como la práctica
ausencia de otros morfotipos con una cronología más reciente, resulta en este sentido significactiva. Por otro lado, los elementos de técnica y los productos laminares presentan un estrecho
grado de similitud con otras colecciones de la misma facies como el Estany Gran de Almenara
(Fortea, 1975: Fig.l), donde se constata la presencia de núcleos de producción laminar con unas
características muy similares.
La mayor presencia de trapecios con dos lados cóncavos entre las armaduras geométricas -a
pesar de lo reducido de la muestra de material retocado- induce a sugerir la adscripción de la
mayor parte del conjunto industrial a la Fase A (Fortea, 1973; Juan-Cabanilles, 1985) del complejo Epipaleolítico Geométrico de facies Cocina, La documentación de dos armaduras bipermicroliticas en la colección -un segmento y un triángulo escaleno alargado con el lado pequeño
corto- es un hecho que merece ser destacado. Si bien estamos hablando únicamente de dos piezas, su identificación resulta altamente significativa dada su común aparición en industrias sauveterrienses cronológicamente avanzadas. Sin embargo, la presencia de segmentos hipermicroliticos también se produce en otros yacimientos al aire libre como Casa de Lara (Fernández,
1999: 80, Fig. 14.20-21) que al igual que la Muntanya del Cavall tienen bien referenciadas las
industrias con trapecios. Ante esta situación, resulta extremadamente complicado situar estos
elementos en un momento concreto de la evolución industrial del Epi paleolítico Geométrico. En
primer lugar, deben recordarse las limitaciones con las que cuentan los registros de superficie
para realizar apreciaciones sobre la secuencia regional. En estos momentos no podemos afirmar
si estos materiales forman parte del bagaje cultural de las primeras industrias con trapecios, o si
por el contrario deben ser puestas en relación con las industrias sauveterrienses. A esta circunstancia debemos añadir la enorme dificultad que conlleva identificar las industrias de momentos
anteriores a la Fase A en las colecciones procedentes de yacimientos llticos de superficie: por un
lado las reducidas dimensiones de algunos elementos característicos -como las armaduras hipermicrolíticas- dificultan su visualización, debiendo tener en cuenta además que La mayor parte de
este tipo de colecciones procede de recogidas selectivas. Por otra parte, la composición de algunas de estas industrias -el caso del Epipaleolítico conocido como "genérico" o " hipermacrolítico" sería relevante- muestra el predominio de elementos de clasificación tipológica muy ambigua (lascas sin retocar, muescas y denticulados), que fuera de su contexto estratigráfico raramente pueden ser adscritas a una entidad arqueográfica concreta.
La documentación de las industrias sauveterrienses al Sur del Ebro Así, en yacimientos con estratigrafia, este horizonte únicamente ha sido identificado en el nivel
IIb del Tossal de la Roca (Cacho et al., 1995) y probablemente también en la Cova dels Blaus
(Casabó, comunicación personal). Para algunos autores este fenómeno podría estar relacionado
con una mayor prolongación de las industrias microlaminares que, en un momento avanzado de
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60
JAVII!R F ERNÁNDU
lóPEZ DE PABLO,
RAFAEL MARTÍNEZ-VALLE Y PERE M. G UILLEM CA LATAYUD
su evolución industrial, incorporan algunos de los elementos sauveterrienses más característicos
-en este caso las armaduras hipermicroliticas-, de tal forma que la verdadera ruptura a nivel
industrial que encontramos en el Mesolítico Reciente vendría de la mano de la sólida irrupción
de las industrias geométricas con trapecios (Aura y Pérez, 1995).
De admitir que la presencia de armaduras hipermicrolíticas tiene un sentido cronológico y
que éste es anterior a las industrias con trapecios, deberíamos tomar como referencia la secuencia de FiJador donde estos elementos se encuentran en diferente proporción en los niveles 7
(9830±1 60 BP) y 4 (9460±190 BP) (García Argüelles et al., 1999), y también la del Tossal de la
Roca, donde estas piezas aparecen en el nivel ITb del corte exterior con unas dataciones algo más
recientes (9150±1 00 BP y 8530±90 BP) (Cacho et al., 1995).
Resumiendo: la colección de materiales puede adscribirse a la Fase A del complejo geométrico de Facies Cocina existiendo un reducido grupo de piezas que son características de industrias que, atendiendo a la secuencia regional, podrían situarse con una cierta anterioridad. Resulta
complicado profundizar más en este sentido dadas las características específicas de este yacimiento y el escaso conocimiento que todavía tenemos de estas industrias en el País Valenciano.
La cierta homogeneidad que desde el punto de vista tipológico muestra la colección, invita
a realizar otro tipo de apreciaciones que vayan más allá de cuestiones puramente cronológicas.
El análisis morfotécnico del material lítico del yacimiento muestra el empleo de un tipo de sílex
con unas características muy homogéneas y que ha sido introducido mayoritariamente bajo cantos rodados de morfología irregular. Las operaciones de decorticado y preparación de los núcleos
han sido documentadas, siendo éstas últimas bastante simples, aspecto que quizás podamos relacionar con la propia morfología 4e los soportes naturales que son aportados al yacimiento.
La producción de soportes es eminentemente rnicrolarninar, encontrando a nivel morfotécnico y tipométrico un importante grado de correlación -dentro de los productos de pleno debitag~ entre el material modificado por retoque (geométricos, truncaduras y hojitas de dorso) y los
soportes laminares brutos. Las muescas, denticulados y raspadOies suelen configurarse sobre
productos de preparación de los núcleos, productos de regularización o soportes laminares de la
primera fase de explotación.
Esta gestión diferencial de los soportes para la fabricación del utillaje es un fenómeno
ampliamente documentado en multi~d de series del Mesolítico y del Paleolítico Superior final
(In izan, 1980; Doménech, 1998; Marchand, 1999; Ketterer, 1997, entre otros). La parquedad del
análisis tecnológico del material, donde debe recordarse que hemos dispuesto de un conjunto de
elementos de técnica reducido, sobre el que nos ha sido imposible practicar remontajes, ha impedido reconstruir a partir de componentes reales cadenas operativas específicas que estén relacionadas con el margen de variación tipométrica de los soportes laminares. En este sentido los
aspectos vinculados a la economía de debitage deberán esperar a contar con una muestra más
amplia o con un registro más fiable, si bien algunos de estos elementos podrían encajar con una
producción integrada de soportes (Perles, 1991 ).
Diferente es el caso de aquellas piezas de la colección que no parecen relacionarse muy bien
con una producción del Mesolítico Reciente como son el núcleo Levallois recurrente centrípeto
y la raedera transversal tipo Quina. Respecto al primero debe señalarse la documentación de sis-
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LA MUNTANYA DELCAVALL(ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
61
temas de producción de lascas similar al método Jevallois en contextos holocenos como el estrato 2 de FiJador de filiación neolítica (Doménech, 1998: 39). Sin embargo, el avanzado desarrollo de la pátina y el rodamiento del núcleo, al igual que la raedera con retoque tipo Quina, nos
induce a considerar la posibilidad de que estas piezas puedan adscribirse al Paleolítico Medio y
que presenten una posición secundaria en el yacimiento, aspecto que ya ha sido sugerido en otras
colecciones de superficie a partir del rodamiento del material y la escasa densidad de materiales
(Bernabeu et al., 1999). En cualquier caso habrá que esperar a la recuperación de un contingente de materiales más amplio para decantarnos por alguna de estas dos hipótesis.
La Muntanya del Cavall constituye un nuevo asentamiento en el marco de un territorio más
amplio que puede seguirse a través de diversos yacimientos que, situados en diferentes nichos
ecológicos, se localizan entre los ríos Túria y Mijares (Fig. 4). La relativa proximidad de este
asentamiento respecto a otros de tradición industrial geométrica, aunque de una fase inmediatamente posterior (Fase B o Cocina Il), como el Covacho 2 de Can Ballester (Casabó y Rovira,
1991 ), y el Estany Gran de Almenara (Portea, 1975), permite plantear La ocupación de las áreas
litorales y prelitorales en el recorrido anual de estos grupos. IguaLmente podrían realizar desplazamientos, a través de La Serra Calderona, a zonas más interiores de media montafla correspondientes al piso biloclimático mesomediterráneo, si tenemos en cuenta los yacimientos de Llatas
(Fortea, 1973) y Mangranera {éste último en proceso de excavación).
La articulación de estos yacimientos a nivel funcional es todavfa muy dificil de establecer
dadas las características de las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo. No obstante, hay dos
D
0-100
100-200
•
200-400
•
40()..6()()
•
600-800
Fig. 4.- Mapa de los principales yacimientos con industrias del Epipaleolftico Geométrico de
Facies Cocina situados entre los Ríos Túria y Mijares: l. Covacho 2 de Can Ballcster; 2. Estany
Gran de Almenara; 3. Muntanya del CavaD; 4. Mangranera-Covacha de Llatas.
--61-
[page-n-62]
62
JAVIER F ERNÁNDEZ LóPEZ DE PABLO, RAFAEL MARTiNEZ-VALLE Y PERE M . GUJLLEM CALATAYUD
aspectos que deberán condicionar la investigación futura en el área de estudio: la importancia de
los asentamientos al aire libre en el proceso de configuración de los territorios de los grupos de
cazadores del Mesolftico Reciente, y el impacto de las transformaciones medioambientales relacionadas con la transgresión flandriense y el óptimo climático. La importancia de estos factores
ya ha sido sugerida por diversos autores en el marco de Los estudios sobre el Cuaternario litoral
(Mateu et al., 1985).
Tírig 8 de Febrero de 2000
AGRADECIMiENTOS: Quisieramos agradecer a Joaquim Juan-Cabanilles y a Marc Tiffagom la lectura
y comentarios realizados en el apartado de industria litica.
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXIV (Valencia, 2001)
JAVIER FERNÁNDEZ LÓPEZ DE PABLO*, RAFAEL M ARTINEZ-YALLE*"' Y
PERE M. GUILLEM CALATAYUD*
LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA),
UN YACIMIENTO MESO LÍTICO EN LA SERRA CALDERONA
1. INTRODUCCIÓN
Durante los trabajos de campo desarrollados por uno de los firmantes (RMV) a lo largo del
afio 1997 para el inventario de los conjuntos de arte rupestre de la Comunidad Valenciana (1),
realizamos una visita en compafíia de Pilar Iborra a la Cova de I'Aigua Amarga (Aibalat dels
Tarongers) (Pelejero, 1973; Sarrión, 1975; Aparicio, 1979). Desde este lugar divisamos al otro
lado del barranco, en la cima de un cerro de escasa altura denominado la Muntanya del Cavall,
un conjunto de pequeños abrigos, que decidimos inspeccionar ante la posibilidad de que pudieran conservar muestras de arte rupestre.
Tras el ascenso hasta el cerro comprobamos que buena parte de las cavidades babfan sido
desmanteladas por trabajos de extracción de roca. En su parte central, en tomo a una pequeña
laguna, localizamos una concentración de material lftico tallado en superficie. Tras una primera
recogida de material se realizaroh de forma intermitente, y por espacio de tres afios, diversas visitas al yacimiento. Estos trabajos consistieron en la delimitación del área de distribución del material arqueológico as( como en la recogida de los materiales de superficie.
La mayor parte del material lítico fue recuperado en una superficie de unos 240 metros cuadrados, lo que indica una fuerte densidad. El material arqueológico fue recogido de forma sistemática, recuperando la totalidad de evidencias visibles.
* Instituto de Arte Rupestre. Organismo Público Valenciano de Investigación .
.. Instituto de Arte Rupestre. Organismo Público Valenciano de lnvestigación. Musco de la Val!torta.
( 1) Trabajos promovidos por la Dirección General de Patrimonio Art.isLico de la Consellería de Cultura y Educación de la
Gencralitat Valenciana.
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JAVI ER FERNÁNOEZ LóPEZ DE! PABJ..O, RAFAEL MAIUÍNEZ-YALLE Y PERE
M. G UILI.EM CALATAYUD
2. EL PAISAJE
La Muntanya del Cavall, con una altura máxima de 240 m.s.n.m., es una de las primeras elevaciones de la vertiente meridional de la Serra Calderona.
La Serra Calderona constituye el sector oriental de la unidad Jabalambre-Calderona, perteneciente al dominio estructural y sedimentario del Sistema Ibérico. Sus mayores alturas se alcanzan en el macizo de Jabalambre, con cotas en torno a los 2000 metros desde donde desciende en
dirección sureste hacia el Golfo de Valencia. A lo largo de este recorrido divide las cuencas de
los ríos Mijares y Palancia al norte, y Thria al sur.
Atendiendo a los procesos de formación y a su geología la Serra Calderona puede dividirse
en dos sectores. En el sector occidental predominan los materiales j urásicos, mientras que en el
oriental se presenta como una estructura fallada constituida fundamentalmente por materiales
triásicos (Buntsanstein y Muschelkalk) (Pérez Cueva, 1989). Es en este sector donde se Localiza
la Muntaoya del Cavan.
En las fuentes consultadas aparece bajo diferentes denominaciones. En la cartografia del
Instituto Geográfico y Catastral se cita como Cerro del Cabal/ (sic) (hoja 696, escala 1:50.000)
y como Cabal/ (hoja 696-l, escala 1:25.000). Doménecb Campos ( 1992) la menciona como
Muntanya del Cavall Pelut y los habitantes de su entorno se refieren a ella como Muntanya del
Cavall, denominación que utilizaremos en las páginas siguientes.
Si nos aproximamos hasta eUa desde el sur, atravesando el Pla de Pavia, aparece ante nosotros como un cerro alargado en sentido NO-SE, delimitado por los barrancos del Aigua Amarga
al oeste y de la Calderona al este. Al noreste, a una distancia de apenas dos Km se encuentra el
Coll de la Calderona, paso natural de apenas 200 metros de altitud por donde discurre un antiguo camino que da acceso al valle del Riu Palancia.
Actualmente el paisaje de su entorno se encuentra profundamente alterado. Las zonas más
llanas donde antafio se asentaron campos de secano con algarrobos y olivos han sido transformadas en su mayor parte para cultivo de citricos. Laderas enteras con abancalamientos históricos han sido desmanteladas con esta misma finalidad y se han levantado numerosas v iviendas de
segunda residencia, en lo que constituye un ejemplo claro de vandalismo paisajístico y ambiental.
La montaña se encuentra coronada por sus laderas norte y sur por un pequeño cantil de rodeno que fue parcialmente destruido a principios de siglo por varios frentes de cantera. Del paso
de los canteros se conservan algunos refugios en piedra seca y un camino de herradura parcialmente empedrado que desciende hasta el llano por la ladera sur.
Su extremo oeste abierto hacia el Barranc de 1' Aigua Amarga presenta una configuración
ligeramente cóncava, lo que favorece la acumulación y mantenimiento de una lámina de agua de
basta 300 metros cuadrados de carácter estacional. Informantes de las poblaciones próximas nos
han indicado que hasta los años setenta la "bassa de la Muntanya del Cavall", como así la denominan, mantenía agua durante todo el año. Esta afirmación se ve refrendada por la vegetación
que crece en su entorno compuesta por ciperáceas, juocáceas y algunos pies de sauce (Salix atrocinerea) de porte arbóreo.
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
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Sus laderas están cubiertas por un pinar termomediterráneo de pino blanco (Pinus ha/epensis) aclarado por incendios forestales recientes. El estrato arbustivo esta formado principalmente por lentiscos (Pistacea /entiscus), madroños (Arbutus unedo), enebros (Juniperus oxicedrus),
coscojas (Quercus coccifera) y aladiernos (Rammus alaternum) entrelazados con madreselvas
(Lonicera sp.) y zarzaparrillas (Smilax aspersa).
Las coordenadas geográficas del yacimiento son: 0° 21' 5 1" long. E; 39° 38' 52" latitud N
(hoja 696-1 del Instituto Geográfico y Catastral, FJ1:25.000, t• edición, 1976). El yacimiento se
localiza en tomo a la pequeña laguna, con una concentración más elevada de restos en un área
de 200 metros cuadrados en su margen izquierda (Fig. 1).
Fig. 1.- Mapa de localización del yacimiento.
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JAVIER FllRNÁNDEZ LóPllZ DE PABLO, RAFAEL MARTINEZ-VALLE y PERE M. G UtLLEM CALATAYUD
Tenemos pocos datos sobre el poblamiento preltistórico de la zona con anterioridad a la
Edad del Bronce. Inocencio Sarrión menciona la existencia de diversos yacimientos Uticos de
superficie en los que se recogieron industrias con foliáceos {Sarrión, 1975). Quizás uno de los
yacimientos más destacables sea la cueva de enterramiento múltiple de la Coveta del Monte
Picayo, en Sagunto (Lerma y Bemabeu, 1978). Mayor es la información referida a conjuntos de
Arte Rupestre: la Cova del' Aigua Amarga (Sarri.ón, 1975; Pelejero, 1973; Aparicio, 1979), con
estilos Levantino y Esquemático; los Abrigos del Barranc del Llop (Barrachina, 2000), con Arte
Levantino, Esquemático y Macroesquernático, según la autora; El Covacho del Barranco del
Diablo, la Covacha Picayo 1 y II (Ripollés, 1990) y el Peñón de Santo Espíritu (Pelejero, 1971;
Sarrión, 1975; Aparicio, 1979), éstas tres últimas con Arte Esquemático.
3. ESTUDIO MORFOTÉCNICO DE LA INDUSTRIA LÍTICA
3.1. CONSIDERACIONES PREVIAS
La mayor parte de trabajos realizados sobre colecciones procedentes de yacimientos líticos
de superficie post-paleolíticos, en el ámbito mediterráneo de la Penfnsula Ibérica, han sido abordados desde una perspectiva que privilegiaba el análisis morfológico, centrándose en el estudio
del material retocado. La escasa atención recibida por los restos de talla descansaba principalmente en las características propias de este tipo de registro -nula fiabilidad estratigráfica de los
yacimientos y el grado de alteración post-deposicionaJ del material (pátinas, fracturas y retoques
mecánicos, rubefacciones, etc.)-, así como en los objetivos fundamentales de este tipo de investigación: contextualizar la industria respecto a registros estratificados con el fin de proponer una
cronología relativa.
Nuestra experiencia en el análisis de las colecciones de superficie nos ha llevado a buscar
vías de estudio que completen el análisis morfológico de los conjuntos 11ticos contemplando
otros factores que intervienen en la configuración final, es decir, en la colección en sí. Así el alto
grado de variabilidad industrial que advertimos en estos conjuntos puede tener un doble origen:
por un lado podrían señalarse aquellos factores de orden tafonórnico, entre los que destacarían
los procesos post-deposicionales y los palimpsestos de ocupaciones. Y por otro lado, aquellos
factores inherentes a la propia producción lítica corno son la disponibilidad de la materia prima,
las necesidades concretas que suscitaron esa producción y el filtro cultural que condiciona la
puesta en práctica de unas opciones técnicas concretas. Probablemente sea el "efecto palimpsesto" - recurrencia ocupacional en un área determinada dando lugar a diversas unidades deposicionales que con.figurán una estratigrafia horizontal- el que genere mayores problemas de cara a
la interpretación del conjunto.
Los objetivos principales que perseguirnos a través del estudio morfo-técnico de las industrias procedentes de este tipo de yacimientos son dos: en primer lugar, establecer una hipótesis
sobre la cronología relativa de( conjunto industrial sefialando la presencia de uno o varios periodos a partir del reconocimiento de elementos característicos entre el material retocado y los res-
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LA MUNTANYA DEL CAVALL {ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
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tos de talla; y en segundo lugar, intentar definir cuando sea posible, las características generales
del tipo de producción que encontramos en el yacimiento.
Para ello se ba realizado un análisis global del conjunto industrial partiendo del concepto de
cadena operativa. Este concepto que procede originariamente de la etnología fue introducido en
la Prehistoria por Leroi-Gourhan {1971 ), siendo posteriormente desarrollado en los estudios de
tecnología lítica por J. Tixier (1980) y por otros investigadores/as franceses (Perles, 1987;
Pe1egrin, Karlin y Bodu, 1988, entre otros). Su ventaja frente a otros métodos de trabajo como
la tipología, reside en que diferencia diversos procesos que van desde el aprovisiooamniento de
la materia prima hasta su abandono pasando por las etapas de fabricación y utilización del utillaje. A este respecto creemos como Perles (l987: 23) que el concepto de cadena operativa puede
ser empleado a nivel teórico dado su desarrollo lineal, posee un principio y un fin, proporcionando un cuadro cronológico para el estudio de las operaciones técnicas. Es aquí donde reside
su verdadero potencial a nivel metodológico, ya que estructura la utilización de los materiales
por los grupos humanos ubicando cada objeto en un contexto técnico y ofreciendo un cuadro
metodológico a cada nivel de interpretación (Inizan et al., 1995: 14).
3.2. CARACTERÍSTICAS DE LA COLECCIÓN
Como paso previo al análisis de la industria y dadas las especificas características de los
registros de superficie, resulta necesario establecer un primer protocolo que contemple diversos
condicionantes relativos a las características de la colección, como son su procedencia, entidad
y homogeneidad. El material lítico estudiado en este trabajo procede de diversas recogidas realizadas de forma sistemática (ceñida a un área delimitable de unos 240 metros cuadrados, y en
la que se han recuperado la totalidad de evidencias visibles). En segundo lugar la colección está
formada por 1587 objetos líticos (Tabla 1), lo que supone una muestra aceptable para realizar un
estudio morfo-técnico que intente situar cada una de las categorías en los diferentes segmentos
de una cadena operativa. Por último, y tras un examen previo de la industria, se comprobó la
existencia de ciertos elementos que indican un buen grado de homogeneidad, tanto a nivel tipológico, ya que la mayor parte del material retocado puede adscribirse a una fase concreta del
Mesolltico Reciente, como industrial, debido al empleo mayoritario de dos categorías de materia prima en las que se reconocen los diferentes estadios de la cadena operativa.
En líneas generales las condiciones de estudio que presenta el material son buenas si se tiene
en cuenta que estamos ante una colección procedente de un registro de superficie. Encontramos
un reducido número de piezas que posee una pátina muy desarrollada, con signos evidentes de
desilificación, pérdida de masa y un avanzado estado de rodamiento. Sin embargo, la mayor
parte del material presenta alteraciones en las superficies que permiten el reconocimiento de la
coloración del sílex, como es el caso de la pátina poco desarrollada o las rubefacciones parciales. Son sin duda las alteraciones térmicas las que alcanzan una mayor entidad como se puede
desprender del número de debris térmico. En este sentido no se han documentado alteraciones
características que permitan proponer La existencia de un tratamiento térmico del sflex en La línea
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JAVIER f ERNÁNDEZ LOPEZ DE PABLO, RAfAEL MARTIN EZ-VALLE Y PERE M.
GUILI..EM CAI.ATAYUD
sefialada por otros autores (Binder y Gassin, 1988). Creemos, sin embargo, que una buena parte
de las alteraciones térmicas son de origen post-deposicional: corno la pátina del desierto (Keeley,
1981) cuyo desarrollo está en relación con el sedimento donde están depositadas (en este caso
arenas), y por el hecho de que rubefacciones y levantamientos térmicos estén presentes indistintamente en las diferentes categorías técnicas.
Las principales alteraciones mecánicas que han sido individualizadas se reparten entre los
desconchados, algunos de los cuales presentan unas morfologías muy clásicas corno los de media
luna, cuya incidencia al iguaJ que ocurre con las fracturas post-deposicionales es superior en las
piezas con un ángulo de falo menor.
Tabla 1.- Clasificación general de la industria en categorías tecnológicas.
M. Bruto
M. Retocado
TOTAL
Bloques, cantos o nódulos
Frag. de bloques, nódulos o cantos
10
10
Núcleos de lascas
Frag. de núcleos de lascas
3
3
3
3
Núcleos de láminas/laminitas
2
2
Frag. de núcleos de láminas/laminitas
1
1
Productos de acondicionamiento
2
9
2
1
145
39
174
3
-Lasca delgada sin córtex
56
15
7
29
34
34
380
3
3
22
59
15
10
30
37
37
404
Lascas y frag. de lascas < 1 cm
672
2
674
Debris térmico
86
86
Debris no térmico
20
20
-Tabletas/semitabletas
-Lascas de mantenimiento de la tabla laminar
-Crestas y semicrestas
Láminasllaminitas
3
9
2
Lascas y frag. de lascas > 1 cm
-Lasca de decalotado
-Lasca espesa cortical
-Lasca espesa no cortical
-Lasca delgada con córtex superior a 2/3
-Lasca delgada con córtex entre 1/3 y 2/3
-Lasca delgada con córtez < 1/3
1510
TOTAL
-46-
3
l
77
1587
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
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3.3. MATERIA PRIMA
El sílex es la materia prima empleada mayoritariamente en la producción lítica del yacimiento, seguida muy de lejos por la cuarcita con 5 efectivos y por la caliza con tan sólo uno. La
mayor parte del silex - aproximadamente el 90o/o- posee unos caracteres macroscópicos muy
similares: la coloración es gris, comprendida entre la gama de los grises y los marrones grisáceos oscuros; su textura es fino-media y es totalmente opaco. El examen del córtex de los productos de talla parece indicar su introducción en el yacimiento bajo dos categorías de soportes
naturales diferentes:
a) Cantos rodados de morfología subcuadrangular, ligeramente angulosos pero con las aristas completamente redondeadas. El córtex presenta una superficie lisa y muy delgada con una
pátina ligera pudiendo ser interpretado como neocórtex producido por rodamiento. El tamafio de
estos cantos es reducido, en ningún caso superior a los 1Ocm de longitud, mientras que la anchura y el espesor presentan unos valores inferiores. Esta categoría es la que ha sido más empleada.
b) Nódulos de morfología irregular con un córtex más claro y grueso con una pequefla zona
de transición subcortical de color gris oscuro. Su representación en el conjunto es mucho más
reducida que la categoría anterior. Por último quedaría un pequeño grupo cuyo córtex de coloración marrón presenta una superficie más rugosa y de apariencia porosa sin que podamos determinar su origen con exactitud.
El resto del sflex documentado en la industria alcanza unos porcentajes muy reducidos,
encontrando además una amplia gama de colores (marrones translúcidos, beige, marrón rojizo
opaco, y blanco) y texturas. De igual forma resulta muy escasa La documentación de otros soportes naturales que no sean cantos rodados, si bien hay que reconocer la presencia de alguna estructura tabular y de diversos fragmentos diaclasivos.
El conocimiento de afloramientos de sílex en esta zona es muy precario, debido principalmente a la falta de prospecciones. Tenemos referencias de sílex con una coloración grisácea en
las proximidades de la Cueva Santa en el término municipal de Altura, donde se localizaron
diversos nódulos de sílex en posición primaria formados en una matriz de calizas liásicas
(Sarrión, 1975). Este afloramiento se encuentra a unos 35 Km en línea recta de La Muntanya del
Cavall. Si tenemos en cuenta su distancia y la ausencia de elementos de análisis, no sería conveniente considerarla como una fuente potencial de aprovisionamiento.
3.4. LA PRODUCCIÓN DE SOPORTES
El alto grado de transformación del material y la baja representatividad alcanzada en la
muestra por los núcleos y otros elementos de técnica característicos, limitan las posibilidades de
estudio de la producción lítica. Sin embargo es posible situar buena parte de los objetos líticos
del yacimiento en diferentes fases de la producción de soportes empleando el concepto de cadena operativa a nivel teórico, con el fin de esbozar algunos rasgos de la producción. La producción de soportes laminares estrechos (de menos de 11 mm) y delgados (2-3 mm) para su utiliza-47-
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2
1
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4
5
Fig. 2.- Industria lítica. Elementos de técnica.
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
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ción directa o para su transformación en un utillaje especializado - microlitos geométricos y hojitas de dorso- constituyen a priori las intenciones de talla que guiarán el proceso productivo. El
alto número de lascas de decaJotado y corticales indican la práctica de operaciones de decorticado en el mismo yacimiento.
No se ha documentado la presencia de crestas en las operaciones de puesta en forma de los
núcleos. Parece existir un aprovechamiento de la propia morfología de la materia prima como se
desprende de la documentación de soportes alargados y estrechos cuya cara superior es plenamente cortical, presentando una arista natural redondeada o formados por la intersección de dos
planos de fractura naturales. A Jo sumo, parece existir un acondicionamiento puntual de estas
superficies con el fin de establecer la convexidad longitudinal buscada, dando lugar a una semicresta con una vertiente (Fig. 2.7). La creación de esta primera arista guia será sucedida por
diversas extracciones alargadas y de sección triangular con la ·finalidad de configurar la superficie de debitage (o tabla laminar del núcleo) (Fig. 2.8).
Tanto los escasos núcleos de láminas conservados como los productos parecen indicar que
la explotación de los núcleos se realiza mayoritariamente desde un solo plano de percusión (Fig.
2.1 ). Se ha documentado un núcleo que presenta dos planos de percusión opuestos que se explotan de forma sucesiva (Fig. 2.2).
La tabla laminar de los núcleos conservados presenta un desarrollo frontal , observándose la
nula preparación del dorso cuya superficie es cortical. En ocasiones el córtex alcanza también a
los flancos del núcleo. El desarrollo frontal de la tabla laminar podría ponerse en relación con la
documentación de productos laminares de sección trapezoidal adscritos a la fase de pleno debitage que presentan córtex con una ubicación lateral delimitados por una arista muy regular.
Pocos son los elementos en la colección que permitan reconstruir las operaciones de mantenimiento de los núcleos en el curso de su explotación. Tan sólo se han documentado dos tabletas de avivado del plano de percusión que presentan un negativo anterior cuya dirección es
secante al eje de debitage. En el otro caso, la extracción ha dado lugar a un soporte espeso que
se ha llevado por delante una parte considerable de la tabla laminar (Fig. 3.27).
La regularización o mantenimiento de las superficies de debitage se produce desde extracciones procedentes del mismo plano de percusión del núcleo (Fig. 2. L4 y 15) o que parten del
flanco (Fig. 2.16 y L7), dando lugar a productos cuyo eje de lascado es perpendicular al sentido
del debitage del núcleo. En ambos casos afectan a la intersección del plano de percusión y la
superfice de debitage. Por otra parte, encontramos extracciones realizadas desde un plano de percusión opuesto a la plataforma de percusión principal, con vistas a restablecer la convexidad longitudinal de la superficie de debitage. El empleo de esta solución se puede apreciar en algunos
soportes laminares, cuyo extremo distal presenta uno o varios negativos de dirección inversa al
resto de las extracciones de la cara superior.
La producción de lascas ha sido documentada a partir de 6 núcleos. Merece ser destacada la
presencia de un núcleo de lascas (Fig. 2.3) que cuenta con una pátina muy desarrollada, con signos evidentes de desilificación y rodamiento, que reúne las características técnicas para ser considerado como Levallois (Boeda, 1993: 392): una jerarquización clara de la superficie de debitage respecto a la superficie de preparación de los planos de percusión, una dirección de las
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J AVIER F ERNÁNDEZ LóPEZ DE PABLO, RAFAEL MARTINEZ-VALLE Y P ERE
M. G UII.LEM CALATAYUD
extracciones de la superficie de debitage paralela al plano de intersección, y por último, la existencia de una convexidad bilateral y distal en la superficie de debitage. La dirección exacta de
las extracciones de la superficie de debitage es complicada de observar en ocasiones debido a la
pátina, aunque en general podrian encajar con un método recurrente centrípeto.
3.5. LOS PRODUCTOS LAMINARES
Si exceptuamos el caso de las lascas y fragmentos de lascas, de las que una buena parte son
desechos de talla asociados a la preparación de los núcleos, la categoría técnológica mejor representada en el conjunto estudiado son sin duda las laminitas y fragmentos de laminitas. La importancia de los productos laminares es todavía más relevante si se tiene en cuenta que constituyen
el 57,3 % de los soportes retocados.
El análisis de los productos laminares será abordado desde una doble perspectiva: en primer
lugar, mediante la clasificación de los soportes en diversas categorías en función de su lugar en
la cadena operativa, con el fin de realizar una caracterización más ajustada de los diferentes atributos técnicos (tipo de talón, preparación, ángulo de fractura , etc.); y en segundo término, en el
estudio tipométrico de los soportes correspondientes a la fase plena de debitage, centrándonos en
el análisis cuantitativo de la anchura y espesor.
Dadas las características de la colección, donde los soportes completos cuentan con una
representación ínfima, resulta necesario introducir categorías que den cuenta de la fracturación
del material. Los soportes laminares fracturados se han clasificado en fragmentos proximales,
mesiales y distales; siendo excluidos del anáUsis morfotécnico y tipométrico aquellos fragmentos de longitud inferior a 1O mm, y también, todos los que no conserven íntegros los dos ejes.
Esta circunstancia es necesaria para la correcta lectura diacritica de la cara superior, así como
para reconstruir con el menor margen de error posible los patrones tipométricos de las anchuras
de los productos laminares. Sin embargo debe reconocerse que esta discriminación - realizada a
efectos puramente anaüticos- puede conducir a una iofrarrepresentación en la muestra de aquellos soportes microlaminares de menor tamaño y espesor, los cuales pueden presentar una mayor
tasa de fracturación post-deposicional. Este problema deberá ser tenido en cuenta de cara a la
futura contrastación de estas categorías con series procedentes de contextos estratificados, en los
que la actuación de los agentes post-deposicionales no baya sido la principal causa de fracturación.
Como se ha señalado más arriba, los soportes ·laminares han sido clasificados en diferentes
categorías en función de su lugar en la cadena operativa. En los productos de pleno debitage se
ha diferenciado, además, el código de extracción. Para ello hemos examinado las caras superiores de los soportes laminares con ayuda de una lupa binocular trabajando entre 1O y 20 aumentos. Se ha tomado como referencia la clasificación propuesta por Bioder para el estudio de series
liticas del Neolítico Antiguo Cardial (1987: 122; y sobre todo 1991 : 34); las recordaremos brevemente:
A.- Negativos de extracciones de puesta en forma o eventualmente de fases de regulariza-
- 50-
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
51
ción; pueden presentar un lado con córtex y un negativo de extracción laminar extraído del plano
de percusión principal. En esta categoría han sido también incluidos aquellos productos laminares de aristas y filos irregulares.
B l .- Productos laminares de pleno debitage de sección triangular, sin huellas de córtex o de
extracciones de puesta en forma. Su código de extracción puede ser tanto J-2 como 2- l .
B2.- Productos laminares con más de tres negativos: según Binder son productos que sirven
para corregir la convexidad transversal de la tabla laminar o también pueden estar asociados a
un cambio en la orientación del sentido de las extracciones (izquierda-derecha o derecha izquierda).
Cl.- Productos laminares de pleno debitage de sección trapezoidal cuyo código de extracción es 2-1-2'.
C2.- Productos laminares de pleno debitage de sección trapezoidal cuyo código de extracción está ordenado de izquierda a derecha (1-2-3 o c-1-2) o de derecha a izquierda (3-2-1 ó 21-c).
Como categoría "C?" se han clasificado aquellos productos de pleno debitage de sección trapezoidal cuyo código operativo no ha podido ser determinado por la alteración de la superficie,
mientras que bajo la categorfa "lndet" hemos agrupado aquellos materiales elaborados sobre
soportes laminares pero que no podemos encajar en las diferentes categorfas debido a su grado
de transformación (por ejemplo las hojitas de dorso).
Tabla 2.- Clasificación de los productos laminares.
A
Bl
82
Cl
C2
C?
JNDET
TOTAL
Sopor. Completos
7
-
-
-
1
3
-
11
Frag. Proximales
18
14
2
5
7
4
-
50
Frag. Mesiales
5
3
-
-
7
5
-
20
Frag. Distales
10
2
7
2
3
4
-
27
Material Retocado
5
7
2
2
6
6
12
39
TOTAL
45
26
11
9
24
20
12
147
El primer aspecto que hay que señalar es la buena representación de los soportes pertenecientes a la categorfa A, superando el 30%. Los talones lisos son los documentados mayoritariamente en esta categoría, seguidos por los facetados y corticales (Gráf. 1). Estos talones se
encuentran asociados con frecuencia a unos ángulos de fractura agudos (70-85°), observándose
una escasa, y muchas veces nula, preparación del punto de impacto. En la cara superior es común
encontrar aristas irregulares y en ocasiones sinuosas. Si bien estos rasgos, en especial los referidos a la parte proximal, junto aJ mayor espesor de estos soportes laminares (Gráf. 2), invitarían
-51-
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52
JAVI ER FERNÁNDEZ LÓPEZ DE PABLO, RAfAEl MARTINEZ·VALLE Y PERE M. ÜUILUlM CALATAYUD
a considerar el empleo de la percusión directa con percutor duro (Calley, 1986), conviene ser
extremadamente cautelosos a la hora de realizar interpretaciones en este sentido, ya que no
hemos podido acceder a buenas series experimentales de referencia para realizar análisis comparativos, y también porque existen determinados atributos que pueden corresponder a diferentes técnicas.
En los soportes laminares asociados a las categorías de pleno debitage (B 1, Cl y C2), se
puede apreciar un claro predominio de los productos de sección trapezoidal. Las diferencias respecto a la categoría anterior son notables. En primer lugar los talones preparados -en especial
los facetados y en menor medida los filiformes y puntiformes- se encuentran en franca mayoría
respecto a los lisos y corticales. Se aprecia además una preparación generalizada del punto de
impacto consistente en la abrasión sistemática de las cornisas (Fig. 2.18, 21-23; y Fig. 3.19),
mientras que los ángulos de fractura tienden hacia la perpendicularidad (85-90°). El espesor de
los soportes laminares oscila entre 1,5 y 3 mm, documentándose la existencia de algunos casos
en los que resulta inferior (1 mm).
El examen de la cara superior puede aportar datos de interés a nivel técnico y estilístico. Los
productos laminares de sección trapezoidal presentan unas aristas que tienden claramente hacia
la convergencia (Fig. 2.20-23) conforme se aproximan a la mitad superior del soporte, aspecto
observable igualmente en buena parte de los productos modificados por retoque (Fig. 3.2-3).
Existe también una documentación mayoritaria de los códigos operativos de tipo sucesivo -ya
sea de izquierda a derecha (1-2-3 ó 1-2-c) o de derecha a izquierda (3-2-1 ó 2-1-c}- respecto a
los códigos alternos (2-1-2 ').
Resulta complicado reconstruir la longitud de estos productos debido a la fracturación del
material. Tan sólo de forma indirecta, a partir del examen de los núcleos y de algunas lascas de
mantenimiento de la tabla laminar, podría considerarse la existencia de dos módulos de longitud
en los soportes de pleno debitage: uno que se situaría aproximadamente entre 15 y 25 mm (Fig.
2.2, 14, 15, 22 y 23), y otro mayor a los 35 mm, sin llegar a superar los 50 mm (Fig. 2.1).
Las anchuras proporcionan un conjunto de evidencias más sólidas a nivel cuantitativo y cualitativo. El gráfico 3 es un histograma construido a partir de las anchuras de los soportes laminares pertenecientes a la·fase de pleno debitage (categorías B1, Cl y C2). Como se puede apreciar, el margen de variación presenta una amplitud de 1O mm, tomando el valor de 4 mm para
los soportes laminares más estrechos y de 14 mm para los más anchos. Sin embargo, observamos una notable concentración de efectivos en el intervalo comprendido entre los 6 y 1O mm,
encontrando un pico máximo en los 8 mm que es el módulo dominante de la serie, y una disminución brusca de los efectivos que se salen de este intervalo. En diferentes estudios tipométricos
efectuados en distintas series del Mesolítico Reciente con trapecios en Europa Occidental, las
anchuras de los productos de pleno debitage parecen mostrar un comportamiento muy similar,
consistente en una curva de variación unimodal c uyo pico máximo se sitúa en unos valores que
muestran un fuerte grado de correlación respecto al de los trapecios (Binder, 1987; Marchand,
1999: 119; Araújo, 2000). Partiendo ya de un ejemplo más próximo como es el caso de los trapecios con dos lados cóncavos de Casa de Lara - yacimiento en el que las últimas revisiones de
materiales han puesto de manifiesto la existencia de un horizonte industrial relacionable con la
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
45
DA
40
35
30
•B1
G C1 y C2
o/c 25
020
15
10
5
o
eo
Ll
FA
Fl
PU
RO
Talones
Gr áfico 1.- Soportes laminares. Talones.
60
DA
50
•B1
G:J C1 y C2
40
% 30
20
10
o
[0,1)
[1,2]
[2,3]
[3,4)
[4,5]
[+5]
Espesor (mm)
Gr áfico 2.- Soportes laminares. Espesores.
-53-
53
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54
JAVIER fERNÁNDilZ L6Pil7. DE PABtO, R AFAEL M ARTiNEZ-VALLE Y PI!RE M . GUILLEM CALATAYI)D
20
15
%
10
5
o
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
Anchuras (mm)
Gráfico 3.- Módulos de anchura de los soportes laminares de pleno debitage.
50
45
40
35
30
%25
20
15
10
5
~
o
4
7
8
9
10
11
12
Anchuras (mm)
Gráfico 4.- Casa de Lara. Módulos de anchura de los trapecios con dos lados cóncavos.
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS. VALENCIA)
55
Fase A o Cocina 1 (Femández, J999)- podemos observar cómo los módulos dominantes en este
tipo de armaduras quedan dentro del intervalo definido por los patrones de talla dominantes (61O mm), apreciándose una gran proximidad entre los módulos mayoritarios de ambas colecciones, 8 y 9 mm respectivamente. Este fenómeno puede relacionarse con la búsqueda de una estandarización tipométrica en la producción de soportes.
En estos momentos hemos de reconocer que carecemos de criterios suficientes para pronunciamos sobre la técnica concreta empleada en la extracción de los soportes laminares de
pleno debitage. Este aspecto constituye, a nuestro entender, una carencia en un momento en el
que la determinación de las modalidades de debitage empieza a ocupar un lugar cada vez más
importante en el estudio de estas industrias. En la década de los 80, el análisis de las industrias
del Meso lítico Reciente con trapecios en diversas áreas de Europa Occidental y del Norte África,
junto a la aplicación de estudios de experimentación replicativa, llevaron a diversos investigadores a considerar el empleo de la técnica de la presión para la extracción de soportes laminares
(In izan, 1984; Tixier, 1984; Binder, 1987). Durante los últimos años, son diversos los autores que
para el mismo periodo han identificado series elaboradas por percusión indirecta: en el Macizo
Jurásico (Seara, 1998), el Macizo Armoricano (Marcband, 1999) o en Portugal (Aubry et al.,
1997). En estos casos, se señala el carácter innovador de esta técnica respecto a las producciones documentadas en momentos anteriores del Holoceno. En el caso portugués, además, la percusión indirecta es considerada como un rasgo diferenciador de las industrias del Mesolitico
Reciente frente a las del Neolítico Antiguo.
La importancia conferida a la percusión indirecta contrasta con la escasez y práctica inexistencia de trabajos publicados sobre las industrias de este momento que expongan, de forma
exhaustiva y clara, los criterios morfológicos que permitan el reconocimiento de esta técnica en
series arqueológicas. Recientes estudios experimentales indican un fuerte grado de solapamiento entre los atributos morfológicos de los productos laminares de pleno debitage extraídos por
presión y por percusión indirecta, siendo escasos los rasgos que permiten discriminar entre una
técnica u otra (la ñsuración de los talones, por ejemplo) (Gallct, 1998). El problema fundamental lo volvemos a encontrar en las características de la presente colección, donde contamos con
un alto grado de fracturación postdeposicional de Jos soportes laminares brutos, a lo que debemos añadir que la muestra estudiada no es muy amplia y, sobre todo, por no haber podido realizar comparaciones con series experimentales.
3.6. EL UTILLAJE
Con un total de 77 efectivos, el conjunto de piezas transformadas por retoque puede considerarse como reducido. Tomando como referencia la lista tipo elaborada por Fortea (1973), la
clasificación del material quedaría reflejada en la tabla 3. La documentación de microburiles
bajo unos módulos que encajan con los vistos anteriormente en el apartado de los productos
laminares indica el empleo de esta técnica de fracturación.
Similar grado de correlación tecno-tipométrica respecto a la producción laminar guardan las
armaduras geométricas trapezoidales -en concreto dos trapecios con los dos lados cóncavos y un
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56
JAVIER FERNÁNDEZ LóPEZ DE PABLO, RAfAEL MAR1ÍNEZ-VALLE Y PERE
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M . ÜUILLEM CALATAYUD
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30
Fig. 3.-lndustria lítica. Material retocado
- 56-
t
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L.A MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
57
tercero que presenta una fractura parcial en el lado inferior, pudiendo corresponder a una forma
asimétrica- y también un triángulo de dos lados cóncavos fracturado (Fig. 3.1-4). Distinto es el
caso de las dos armaduras bipermicroliticas que cierran el grupo de los microlitos geométricos,
en concreto un segmento (Fig. 3.5) y un triángulo escaleno alargado con el lado pequeño corto
(Fig. 3.6). El módulo de estas piezas, en especial el referido al espesor con unos valores inferiores a J mm, es sensiblemente diferente al resto y encuentra además correlación con un fragmento apuntado de laminita de dorso (Fig. 3.7).
Las hojitas de dorso (Fig. 3.7-14) alcanzan cerca del JO % del material retocado.
Exceptuando el caso anteriormente citado, el conjunto de estas armaduras presenta un espesor que
permite ponerlas en relación con los módulos dominantes en los soportes laminares ( 1,5-2 mm).
En el utillaje de fondo común resulta bastante significativa la ausencia de buriles, grupo
tipológico que se encuentra en franca regresión durante el Holoceno. Los raspadores cuentan con
6 efectivos, realizados todos ellos sobre lasca, documentando además el empleo de lascas de
decalotado en tres casos (Fig. 3.25 y 26), lo que indica el aprovechamiento de los productos procedentes de la fase de preparación de los núcleos.
En las muescas y denticulados se observa igualmente el predominio de las lascas como
soporte, resultando también bastante significativo el empleo de productos laminares de Ja categorla A (Fig. 3.27). Las truncaduras cuentan con una buena representación debiendo diferenciar
aquellas configuradas sobre soportes laminares (Fig. 3.29-31 ), de aquellas otras elaboradas sobre
lascas (Fig. 3.32). En algunos casos, como las truncaduras opuestas a fracturas, es dificil saber
si nos encontramos ante auténticas truncaduras o ante trapecios fracturados (Fig. 3.29).
La sobrerrepresentación de las piezas con retoque continuo responde, más que a su importancia real en el conjunto, a la amplia gama de piezas con diferentes rdsgos morfológicos y técnicos que son englobados bajo este morfotipo. Por un lado, deberíamos diferenciar las lascas que
presentan un retoque cuya inclinación oscila entre plana y semiabrupta, y con una amplitud corta,
sin que pueda apreciarse una recurrencia clara a nivel morfológico. Por otra parte, encontramos
soportes laminares de diferente módulo (Fig. 3.20-23) que tienen en común presentar un retoque
de amplitud corta o marginal cuya dirección puede ser alterna, parcial bilateral o parcial unilateral, debiendo reconocer que su incidencia en otras series del McsoHtico Reciente, sin ser mayoritaria, es importante. Así, en otras propuestas tipológicas confeccionadas más recientemente,
podemos observar una mayor sistematización de estas piezas, en especial de las elaboradas sobre
soportes laminares, siendo clasificadas de diferente forma: laminitas con retoques continuos
(Valdeyron, 1994 en Boboeuf, 1998: 479), como laminitas con retoques laterales (no abruptos)
o piezas con extracciones irregulares (Binder, 1987: 66-69), o incluso han llegado a ser mantenidas bajo el grupo genérico de "piezas retocadas" diferenciándolas del grupo de piezas utilizadas (Marcband, 1999: 43) (2).
(2) Para el ámbito mediterráneo de la Península Ibérica la clasificación tipológica que ha reparado de fonna directa en este tipo
de pie1.as procede de conjuntos industriales del Neolltico antiguo Cardial (Juan Cabanillcs, 1984), siendo poca la atención recibida
en las industrias del epipaleolitico reciente. Si bien debe reconocerse que alguna de las piezas (Fig. 2.20) documentadas en el yacimiento no encajan a nivel morfotécnico ni tipométrico con las industrias geométricas, seria inapropiado considerar a estos elementos como neoliticos en la presente colección dada la total ausencia de otros morfotipos que apunten a esta adscripción (taladros, foliáceos, hojas/hojitas con retoque invasor. etc.).
- 57-
..
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58
JAVIER FERNÁNDEZ
LóPE.Z oe PAllJ.O,
RAPAEL MA~triNEZ-YALLE v Pt>RE M . GutLt.E.>vt CALATAvuo
Tabla 3.- Clasificación tipológica del material retocado.
MATERIAL RETOCADO
o
R 1: Raspador simple sobre lasca
R7: Raspador con muescas (muescas laterales)
5
1
6,49
1,29
Pt : Perforador simple
2
2,59
LBAI : Lasca con borde abatido
2
2,59
1 ba2: Laminita apuntada con borde abatido
1ba3: Laminita apuntada con borde abatido rectilíneo y base redondeada
lba7: Laminita con borde abatido arqueado
Iba 11 : Fragmento de laminita con borde abatido
4
1
2
2
5,19
1,29
2,59
2,59
MOl :
Ml>2:
MD3:
MD4:
6
7,79
6,49
2,59
1,29
Lasca con muesca
Lasca denticulada
Lámina o laminita con muesca
Lámina o laminita denticulada
5
2
1
%
FRI: Fractura retocada
8
Gl: Segmento o media luna
G3: Trapecio asimétrico
G6: Trapecio con dos lados cóncavos
Gl6: Triángulo escaleno alargado con el lado pequeño corto
Gl8: Triángulo escaleno tipo Cocina
1
1
2
1
1
1,29
1,29
2,59
1,29
1,29
Ml : Microburil
6
7,79
2
13
2
2,59
16,8
2,59
6
7,79
Dl: Pieza astillada
D2: Pieza con retoque continuo
D3: Raedera
Dcbris de útiles
TOTAL
77
10,3
100
Completarían el conjunto del material retocado dos piezas astilladas y dos raederas, una
doble y otra con el clásico retoque sobreelevado escaleriforme tipo Quina. Por último bemos clasificado como debris de útiles un total de 6 piezas con retoque intencional pero que por su estado de fragmentación no pueden ser adscritas a ningún morfotipo concreto.
- 58-
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LA MUNTANYA DEL CAVALL (ALBALAT DEI.S TARONGERS, VALENCIA)
59
4. CONCLUSIONES
El conjunto litico de la Muntanya del Cavall reúne tanto a nivel morfológico como tecnológico diversas caracteristicas que permiten su adscripción a las industrias del Epipaleolítico
Geométrico de facies Cocina. La documentación de trapecios, microburiles, hojitas de dorso, un
posible triángulo de dos lados cóncavos y un segmento hipermicrolítico, asi como la práctica
ausencia de otros morfotipos con una cronología más reciente, resulta en este sentido significactiva. Por otro lado, los elementos de técnica y los productos laminares presentan un estrecho
grado de similitud con otras colecciones de la misma facies como el Estany Gran de Almenara
(Fortea, 1975: Fig.l), donde se constata la presencia de núcleos de producción laminar con unas
características muy similares.
La mayor presencia de trapecios con dos lados cóncavos entre las armaduras geométricas -a
pesar de lo reducido de la muestra de material retocado- induce a sugerir la adscripción de la
mayor parte del conjunto industrial a la Fase A (Fortea, 1973; Juan-Cabanilles, 1985) del complejo Epipaleolítico Geométrico de facies Cocina, La documentación de dos armaduras bipermicroliticas en la colección -un segmento y un triángulo escaleno alargado con el lado pequeño
corto- es un hecho que merece ser destacado. Si bien estamos hablando únicamente de dos piezas, su identificación resulta altamente significativa dada su común aparición en industrias sauveterrienses cronológicamente avanzadas. Sin embargo, la presencia de segmentos hipermicroliticos también se produce en otros yacimientos al aire libre como Casa de Lara (Fernández,
1999: 80, Fig. 14.20-21) que al igual que la Muntanya del Cavall tienen bien referenciadas las
industrias con trapecios. Ante esta situación, resulta extremadamente complicado situar estos
elementos en un momento concreto de la evolución industrial del Epi paleolítico Geométrico. En
primer lugar, deben recordarse las limitaciones con las que cuentan los registros de superficie
para realizar apreciaciones sobre la secuencia regional. En estos momentos no podemos afirmar
si estos materiales forman parte del bagaje cultural de las primeras industrias con trapecios, o si
por el contrario deben ser puestas en relación con las industrias sauveterrienses. A esta circunstancia debemos añadir la enorme dificultad que conlleva identificar las industrias de momentos
anteriores a la Fase A en las colecciones procedentes de yacimientos llticos de superficie: por un
lado las reducidas dimensiones de algunos elementos característicos -como las armaduras hipermicrolíticas- dificultan su visualización, debiendo tener en cuenta además que La mayor parte de
este tipo de colecciones procede de recogidas selectivas. Por otra parte, la composición de algunas de estas industrias -el caso del Epipaleolítico conocido como "genérico" o " hipermacrolítico" sería relevante- muestra el predominio de elementos de clasificación tipológica muy ambigua (lascas sin retocar, muescas y denticulados), que fuera de su contexto estratigráfico raramente pueden ser adscritas a una entidad arqueográfica concreta.
La documentación de las industrias sauveterrienses al Sur del Ebro Así, en yacimientos con estratigrafia, este horizonte únicamente ha sido identificado en el nivel
IIb del Tossal de la Roca (Cacho et al., 1995) y probablemente también en la Cova dels Blaus
(Casabó, comunicación personal). Para algunos autores este fenómeno podría estar relacionado
con una mayor prolongación de las industrias microlaminares que, en un momento avanzado de
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60
JAVII!R F ERNÁNDU
lóPEZ DE PABLO,
RAFAEL MARTÍNEZ-VALLE Y PERE M. G UILLEM CA LATAYUD
su evolución industrial, incorporan algunos de los elementos sauveterrienses más característicos
-en este caso las armaduras hipermicroliticas-, de tal forma que la verdadera ruptura a nivel
industrial que encontramos en el Mesolítico Reciente vendría de la mano de la sólida irrupción
de las industrias geométricas con trapecios (Aura y Pérez, 1995).
De admitir que la presencia de armaduras hipermicrolíticas tiene un sentido cronológico y
que éste es anterior a las industrias con trapecios, deberíamos tomar como referencia la secuencia de FiJador donde estos elementos se encuentran en diferente proporción en los niveles 7
(9830±1 60 BP) y 4 (9460±190 BP) (García Argüelles et al., 1999), y también la del Tossal de la
Roca, donde estas piezas aparecen en el nivel ITb del corte exterior con unas dataciones algo más
recientes (9150±1 00 BP y 8530±90 BP) (Cacho et al., 1995).
Resumiendo: la colección de materiales puede adscribirse a la Fase A del complejo geométrico de Facies Cocina existiendo un reducido grupo de piezas que son características de industrias que, atendiendo a la secuencia regional, podrían situarse con una cierta anterioridad. Resulta
complicado profundizar más en este sentido dadas las características específicas de este yacimiento y el escaso conocimiento que todavía tenemos de estas industrias en el País Valenciano.
La cierta homogeneidad que desde el punto de vista tipológico muestra la colección, invita
a realizar otro tipo de apreciaciones que vayan más allá de cuestiones puramente cronológicas.
El análisis morfotécnico del material lítico del yacimiento muestra el empleo de un tipo de sílex
con unas características muy homogéneas y que ha sido introducido mayoritariamente bajo cantos rodados de morfología irregular. Las operaciones de decorticado y preparación de los núcleos
han sido documentadas, siendo éstas últimas bastante simples, aspecto que quizás podamos relacionar con la propia morfología 4e los soportes naturales que son aportados al yacimiento.
La producción de soportes es eminentemente rnicrolarninar, encontrando a nivel morfotécnico y tipométrico un importante grado de correlación -dentro de los productos de pleno debitag~ entre el material modificado por retoque (geométricos, truncaduras y hojitas de dorso) y los
soportes laminares brutos. Las muescas, denticulados y raspadOies suelen configurarse sobre
productos de preparación de los núcleos, productos de regularización o soportes laminares de la
primera fase de explotación.
Esta gestión diferencial de los soportes para la fabricación del utillaje es un fenómeno
ampliamente documentado en multi~d de series del Mesolítico y del Paleolítico Superior final
(In izan, 1980; Doménech, 1998; Marchand, 1999; Ketterer, 1997, entre otros). La parquedad del
análisis tecnológico del material, donde debe recordarse que hemos dispuesto de un conjunto de
elementos de técnica reducido, sobre el que nos ha sido imposible practicar remontajes, ha impedido reconstruir a partir de componentes reales cadenas operativas específicas que estén relacionadas con el margen de variación tipométrica de los soportes laminares. En este sentido los
aspectos vinculados a la economía de debitage deberán esperar a contar con una muestra más
amplia o con un registro más fiable, si bien algunos de estos elementos podrían encajar con una
producción integrada de soportes (Perles, 1991 ).
Diferente es el caso de aquellas piezas de la colección que no parecen relacionarse muy bien
con una producción del Mesolítico Reciente como son el núcleo Levallois recurrente centrípeto
y la raedera transversal tipo Quina. Respecto al primero debe señalarse la documentación de sis-
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LA MUNTANYA DELCAVALL(ALBALAT DELS TARONGERS, VALENCIA)
61
temas de producción de lascas similar al método Jevallois en contextos holocenos como el estrato 2 de FiJador de filiación neolítica (Doménech, 1998: 39). Sin embargo, el avanzado desarrollo de la pátina y el rodamiento del núcleo, al igual que la raedera con retoque tipo Quina, nos
induce a considerar la posibilidad de que estas piezas puedan adscribirse al Paleolítico Medio y
que presenten una posición secundaria en el yacimiento, aspecto que ya ha sido sugerido en otras
colecciones de superficie a partir del rodamiento del material y la escasa densidad de materiales
(Bernabeu et al., 1999). En cualquier caso habrá que esperar a la recuperación de un contingente de materiales más amplio para decantarnos por alguna de estas dos hipótesis.
La Muntanya del Cavall constituye un nuevo asentamiento en el marco de un territorio más
amplio que puede seguirse a través de diversos yacimientos que, situados en diferentes nichos
ecológicos, se localizan entre los ríos Túria y Mijares (Fig. 4). La relativa proximidad de este
asentamiento respecto a otros de tradición industrial geométrica, aunque de una fase inmediatamente posterior (Fase B o Cocina Il), como el Covacho 2 de Can Ballester (Casabó y Rovira,
1991 ), y el Estany Gran de Almenara (Portea, 1975), permite plantear La ocupación de las áreas
litorales y prelitorales en el recorrido anual de estos grupos. IguaLmente podrían realizar desplazamientos, a través de La Serra Calderona, a zonas más interiores de media montafla correspondientes al piso biloclimático mesomediterráneo, si tenemos en cuenta los yacimientos de Llatas
(Fortea, 1973) y Mangranera {éste último en proceso de excavación).
La articulación de estos yacimientos a nivel funcional es todavfa muy dificil de establecer
dadas las características de las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo. No obstante, hay dos
D
0-100
100-200
•
200-400
•
40()..6()()
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600-800
Fig. 4.- Mapa de los principales yacimientos con industrias del Epipaleolftico Geométrico de
Facies Cocina situados entre los Ríos Túria y Mijares: l. Covacho 2 de Can Ballcster; 2. Estany
Gran de Almenara; 3. Muntanya del CavaD; 4. Mangranera-Covacha de Llatas.
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JAVIER F ERNÁNDEZ LóPEZ DE PABLO, RAFAEL MARTiNEZ-VALLE Y PERE M . GUJLLEM CALATAYUD
aspectos que deberán condicionar la investigación futura en el área de estudio: la importancia de
los asentamientos al aire libre en el proceso de configuración de los territorios de los grupos de
cazadores del Mesolftico Reciente, y el impacto de las transformaciones medioambientales relacionadas con la transgresión flandriense y el óptimo climático. La importancia de estos factores
ya ha sido sugerida por diversos autores en el marco de Los estudios sobre el Cuaternario litoral
(Mateu et al., 1985).
Tírig 8 de Febrero de 2000
AGRADECIMiENTOS: Quisieramos agradecer a Joaquim Juan-Cabanilles y a Marc Tiffagom la lectura
y comentarios realizados en el apartado de industria litica.
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