Análisis del registro lítico de “El Recuenco” (Cervera del Llano, Cuenca)
Juan Francisco Gibaja Bao
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. x:xm (Valencia. 1999)
J .F. GmAJA BAO*
ANÁLISIS DEL REGISTRO LÍTICO DE "EL RECUENCO"
(CERVERA DEL LLANO, CUENCA)
l. INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente el estudio de los artefactos líticos arqueológicos se ha considerado y se
considera muy importante en el análisis de los registros paleo-mesolíticos. Esto es consecuencia,
principalmente, de una perspectiva teórica histórico-cultural (todavía imperante en algunos círculos) a partir de la cual los restos líticos constituyen el pilar con el que determ.iruu, formalizar y
construir seriaciones crono-culturales de las épocas más antiguas. Por el contrario, la mayor
información que la cerámica proporciona sobre dichas cuestiones en yacimientos de cronología
posterior conlleva a que donde ésta aparece el estudio del material lítico quede, normalmente,
relegado a un segundo plano. El resultado de esta pérdida de protagonismo se refleja claramente,
por ejemplo, en los trabajos de la Edad del Bronce donde las únicas referencias al materiallftico
son, en el mejor de los casos, meras descripciones (muchas veces excesivamente superficiales)
de ciertos morfotipos (dientes de hoz, molinos...) y, en el peor, citas a la presencia/ausencia de
las morfologías más sobresalientes.
En el contexto que acabo de describir no es extrafio que los estudios funcionales realizados
hayan sido sumamente escasos puesto que no se les ha considerado basta ahora como parte
imprescindible de una buena memoria de excavación. Los pocos trabajos Uevados a cabo, sin
embargo, no son inmunes a la critica, puesto que se han vuelto a centrar en determinados morfatipos ( 1). Afortunadamente, esta carencia va solventándose en la actualidad por parte de ciertos
grupos investigadores que estudian el material lítico más aUá de la pura descripción; y es que no
• Museu d' Arqueologia de Catalunya. Puseig de Sta. Madrona. 39-41. 08038 Bltl:dooa.
( 1> GlTTIÉtREZ: W
C.
J'iezas con IUSU'e dd BI'CliiCC Final de Perales dd Rio (Madrid)". 1'fQbQJhos tk AlllropololiD • El7toloxiD.
33 (3-4), 1993. p6p. 319-330: L M. HURCOMBE: Uu W#Dr llNllysis DNI obsidiDII: tMiJry. ap#I'Í/Mrlts aNl mldts. Sbdlield
Arc:hacological Monograpbs 4. Depertment of Arc:baeology and Prehistory Universíty of Sheffteld, 1992; A. VAN GUN: "'The iruerprcWioo of "sic:kles": a cautiocwy tale". En P. ANDERSON (ed.): PriiUstoire tk 1'.4KrlcN11Nre: IIOfl\lt/lu opprocltu up/I'ÍIMtltolts
•t•tlurogmpltlqws. Monoanptüe du CRA. 6, 1992. pqs. 363-372.
-197-
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198
•
J.E GffiAJA BAO
1100&
1000&
debemos olvidar que los instrumentos líticos son una parte más del conjunto de instrumentos de
producción utilizados por un grupo para la consecución de sus bienes de consumo. Por ello, considero imprescindible su inclusión en el estudio global de un yacimiento arqueológico.
2. MARCO GEOGRÁFICO-HISTÓRICO
El Recuenco, asentamiento enmarcado cronológicamente en el no milenio a.C., está situado
en el sector septentrional de la comarca de la Mancha, sobre un espolón que domina gran parte
de una llanura que se extiende a sus pies (fig. 1). Las excavaciones realizadas entre 1988 y 1994
han dado como resultado la definición de cinco fases constructivas circunscritas a la Edad del
Bronce Medio (2). En publicaciones anteriores, pero en este caso sobre la base del material cerá(2) M. DfA2.ANDREU e J. MONTERO: ~Recueoco 96. La Univmidld de Owtlam en C~~e~~e~~. Revisto de Arqwologta.
186. Madrid 1996. P'Js. 62-63.
- 198 -
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ANÁLISIS DBL REGISTRO LfTJCO DB "EL RECUENCO"
199
mico, también se había distinguido una probable ocupación perteneciente a la primera Edad del
Hierro (3), de la que no parecen quedar elementos estructurales (4).
El foco de las actividades arqueológicas de las últimas campañas se ha centrado, de manera
especial, en la denominada "vivienda 1", localizada en el nivel 2 y 3 desde los cortes C2 a C5 y
02 a 05 (). En dicha "vivienda" se han distinguido tres subniveles (2a, 2b y 2c) que han sido
interpretados como posibles procesos de remodelación. La superficie que puede llegar a ocupar
dicha construcción oscila entre los 60 m2 y los 100 m2 (fig. 2). Aunque es en este sector del yacimiento donde se ha recuperado mayor cantidad de artefactos, nuestro estudio también ha considerado, en ocasiones, el material y la información extraída del resto de las áreas excavadas, por
entender que su análisis podía ofrecemos explicaciones sobre determinadas actividades de trabajo, lugares de desecho, zonas de talla, etc. (tabla 1). La mayor parte de este material, sin
embargo, proviene de excavaciones anteriores a 1988, de las que no se ha pubHcado la memoria
de excavación, con lo que esto supone de cara a una correcta interpretación de los resultados
obtenidos del análisis lítico.
Las dataciones absolutas realizadas sobre los tres niveles de El Recuenco abarcan, como se
observa en la tabla 2, un periodo de unos 500 años en fechas no calibradas. La asignación de las
dataciones a los diferentes momentos de construcción/destrucción de la "vivienda J" no está
excesivamente clara. La fecha más antigua, la de 1830 a.C., se interpretó en un primer momento
como de una fase anterior a la construcción de la "vivienda 1" (6). Sin embargo, campañas posCorte
Nivel
C3
C4
C5
02
03
05
C3
C4
04
C4
04
JS
2B
28
2B
28
28
28
2C
2C
2C
3
3
Alfa
Bxl.
Bxt.
Piezas
Piezas
>ltm
<2tm
3
11
9
4
-
6
1
9
3
10
10
7
2
10
132
53
-
Nlldeo. tpercueora
-
1
1
1
1
-
1
-
-
-
Bloques
DOModil.
1
-
1
9
8
1
8
1
-
3
2
3
-
2
-
M~
UPCiu
-
1
3
3
2
2
-
-
1
-
-
5
2
-
1
2
1
No
Ullldas
2
5
5
3
3
3
3
9
3
No
Aullzab.
3
1
2
1
1
1
-
5
1
3
-
-
4
5
Tabla 1.- Ubkadón de las piezas estucll..tas ea sus mpectivos cuadros de 4 x 4 at. Dtbldo ala eDOI'1De superflde
que abarca el yadmltulo hemos crelclo mú eoavenleatt utill2ar la rtlad6a ~~¡un/tabla para prtStDtar mejor doade
se sit1ían ~lmentt las piezas estucUadas. SltuadcSa por cuadros del número, tipo y 1110 d~ los ratos lftkos.
(3) T. CHAPA. P. LÓPEZ y M.J. MARTfNEZ NAVARRETE: El poblado de lo Edad del Bronce de El Rec:uenc:o. Cervera del
Uano. Arqueología Conquense 4. 1979. Mu.'ieO de Cuenca. Cuenca.
(4) M. DfAz.ANDREU: " La excavación de el Rc:cuenco". En M. DfAz.ANDREU (ed.): El poblado de la Edad del Bronce
de El Rec:uenc:o (Cen • del Uano, Cuenco). Serie Palrimonio Histórico ArqueologfL Ed. Junta de Comunidades de Castilla·L.a
era
Mancha. Toledo. En Prensa.
(S) El término ~vivienda" ha de ser matizado. Aunque hasta aban la díreclon de la ~cavación. Margarita Dfaz.Andreu. ha
empleado este lhmino en sus publicaciones (como asf lo hiciera su antc:ceson M.• l. M.artfnez NavllTCic) el canictcr funcional que
implica no ha sido demostrado.
(6) P. LÓPEZ: "El estudio polfnico del yacimíento de " El Rc:cuenco" (Cervcra del Llano, Cuenca)". En: Hom~naj~ al Profesor
Martfn Almagra Bosc:h. Ministerio de Cultura. 1983. Madrid. págs. 45-48.
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J.F. GIBAJA BAO
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Flpn 1.- Plaata de la "yffleucca 1" del yKimiento de El Recumco (Cerven del LiaDo. Cumca).
teriores parecen desmentir esta afirmación, puesto que no es seguro que el corte de donde se
obtuvo esta fecha profundizara hasta el nivel 3, sino que sólo llegara a la base del nivel 2c. Por
lo tanto, este nivel quedaría fechado por tres muestras en: 1830±95, 1700±40 y 1690±95.
Del nivel posterior, el 2b, sólo se ha analizado una muestra que ha dado como resultado
1460±100. La fecha más moderna, la de 1290±95, fue interpretada como un momento de
derrumbe de la vivienda, cuando ésta ya había sido abandonada (7). Al no disponer de las coordenadas exactas en las que se recogió la muestra, es difícil asignar a un nivel en particular esta
datación, quedando la duda entre 2a o el l/superficial.
Las diversas metodologías aplicadas y los distintos objetivos a alcanzar por las diferentes
directoras del yacimiento han supuesto la imposibilidad de adscribir el total de piezas halladas a
cada uno de los niveles arqueológicos determinados, afectando la falta de datos, en especial, a las
excavaciones realizadas antes de 1988. Las que han podido ser contextualizadas provienen de las
excavaciones posterior a tal fecha (cortes C2 a C4 y 02 a 05) asignadas a las fases 2b, 2c y 3.
Las de las campañas anteriores, por la desinformación sobre las coordenadas antes aludidas, no
(7) M.J. MARTfNEz NAVARRETE: La ~dad del Bronc~ ~n lo Submu~to Subori~ntol. Colec:ción Tesis Doctorales 191
188.
Ed. Universidad Comphllense. 1988. Madrid.
-200 -
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ANÁLISIS DEL REGISTRO UTICO DE "EL RECUENCO"
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serán tratadas en este trabajo. Igualmente, también tendremos en cuenta los cortes alfa 5 y 15,
exteriores a la vivienda. Aunque su datación no es del todo segura por la ausencia de mueslraS
radiocarbónicas la tipología de la cerámica documentada corresponden también al Bronce Medio.
Todos estos factores nos han obligado a tratar de manera global todo el registro Htico, aunque eso
sí, en ocasiones determinadas haremos referencias al nivel arqueológico al que pertenecen.
NIVEL
LABORATORIO
FECHABP
2C
1 ó2A
2C
2C
28
1 11890
1 11 891
1 11892
GrN-21296
GrN-17439
3780±95
3240:1:95
3~95
3650±40
34 10±100
FECHALC.
1830
1290
1690
1700
1460
Tabla 1.- Datadones radiocarbcSnlcas rallzadas en la "vivienda l" de El Recuenco
(Cervera del Llano, Cuenca). Éstas han sido extrafdas de M. Dfaz·Andreu (1~: 192).
3. ANÁLISIS MORFOTÉCNICO
Si partimos del presupuesto, antes apuntado, de que los instrumentos líticos son una parte más
de los instrumentos de producción, el análisis funcional debe erigirse como el eje vertebrador a
partir del cual comenzar los estudios líticos. En dicho eje confluirán y se relacionarán de manera
dialéctica toda una serie de análisis y técnicas (materias primas, estudio morfológico y tecnológico, etc.) que nos acercarán, primero, a la reconstrucción de los procesos de trabajo y objetivos
en las estrategias de gestión de los recursos minerales y, segundo, con la conjunción del total de
estudios realizados, a ciertos conocimientos sobre la formación socio-económica del grupo.
La primera característica sobresaliente que hemos observado en El Recuenco es el claro predominio del sOex y la cuarcita respecto al cuarzo, la caliza, el granito y la arenisca. A nivel de
categorías morfológicas hemos podido distinguir: 78 lascas, 6 fragmentos, 184 posibles restos de
talla, 24 percutores (más un pequefio fragmento cortical de otro), 5 núcleos, 1 molino y 14 bloques/guijarros sin aparente modificación antrópica intencional. Su distribución con respecto a los
distintos niveles también la hemos reflejado en la tabla 1.
La relación entre la materia prima, la forma y la función queda atestiguada. en primer lugar,
cuando observamos para qué se han usado las diferentes litologías. El sOex se ha tallado para
obtener instrumentos con los que poder transformar ciertas materias animales y vegetales. En
casos excepcionales se ha acudido a otro tipo de litologías tales como la cuarcita (seis efectivos)
y la caliza (uno). Por su parte, la cuarcita, el cuarzo y el granito se han usado, mayoritariamente,
como percutores/abrasionadores, y la arenisca como molinos.
Un examen somero de los restos üticos tallados permite apreciar una ligera abundancia de
lascas fracturadas (60%, especialmente en el nivel 3 de la ''vivienda 1" y en los cortes 15 y alfa
5 exteriores a la vivienda) respecto de las lascas no fracturadas. Opinamos que esto se debe a los
numerosos planos de debilidad interna característicos de este tipo de sOex (8) que provocan,
además, la necesidad constante de variar la concepción volumétrica del núcleo explotado. Los
(8) A nivel puramente visual es importante apuntar que se trata de un sflex . normalmente. de color blanquecino. de grano muy
grueso y c:on un componente alto de granos de cuarzo de un tamailo considerable.
- 201 -
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J.F. GIBAJA BAO
escasos núcleos (tres pertenecientes al nivel 2c, uno al 2b y uno al corte JS) nos han permitido
aproximamos a ciertas formas de explotación desarrolladas en El Recuenco. De los tres completos,
dos han sido transformados mediante la "Explotación de un plano de configuración mediante una
transformación cónica" (9) y del tercero sólo podemos decir que presenta una escasa explotación
multifacial a través del aprovechamiento de los planos de fractura natural. El mínimo aprovechamiento de tales núcleos nos Ueva a pensar que la captación de la materia prima se realizó en zonas
o afloramientos cercanos al asentamiento (más si tenemos también en cuenta la cantidad de
grandes bloques/guijarros de sílex y cuarcita que no han sido explotados). La abundancia de sílex
en esta zona daría respuesta al porqué de este elevado número de bloques sin modificar.
La talla del sílex, la cuarcita y la caliza se ha efectuado siempre mediante percusión. La presencia predominante en todos los niveles de talones planos o corticales (el 72%) nos indica que
no fue un proceso muy elaborado sino que se aprovecharon aquellas superficies más fácilmente
explotables: planos naturales, corticales o fracturas generadas durante la propia talla.
El grado de corticalidad de las piezas talladas es una variable que nos informa sobre si la preparación y decorticado de los núcleos se lleva a cabo en el mismo asentamiento. En el caso de El
Recuenco el elevado mímero de piezas, hayan estado usadas o no, con restos corticales en todos
los niveles estudiados (especialmente en el interior de la "vivienda l"- tabla 3), en unión a la gran
cantidad de percutores hallados en el yacimiento y los numerosos restos de talla que se recogieron
en una área de l '5 x 1 m. del corte C4, nivel 3, nos indican que la preparación y decorticado de
los núcleos sería un proceso de trabajo Uevado a cabo íntegra o parcialmente en el asentamiento.
e
EFECTIVOS TOTALES
CINC
NC/C
NC
TOTAL
2
12
26
22
62
22
ARTEFACJ'OS USADOS
1
2
7
12
PORCENTAJE
3,5%
16.5%
39.5%
40,5%
100%
NIVEL28
1 (3%)
5 ( 14,5%)
15 (44%)
13 (38,5%)
34 ( lOO%)
NIVEL2C
2 (9%)
2 (9%)
10 (45.5%)
8 (36,5%)
22 ( 100%)
NIVEL3
o
o
2 ( 12.5%)
4 (25%)
10 (62.5%)
16 ( l OO%)
5 (41,5%)
4 (33.5%)
3 (25%)
12 (100%)
EXTERIOR HABITACIÓN
'labia 3.- Grado de cordcaUdad de los artefactos tallackls: Ce Superflde totalmente cortical,
CINC• Superflde cortical dominante sobre no cortical, NC/Ca Superftde DO cortlc:al dominante sobre
cortical, NC= Superflde DO cortical.
Tales percutores muestran sobre sus superficies rastros de percusión y de abrasión (en ocasiones conjuntados). La intensidad de dichos rastros parece estar relacionada proporcionalmente
con su mayor dimensión y peso. Esta relación no debe sorprendemos si entendemos que para los
trabajos que requirieron una mayor cantidad de fuerza se utilizaron instrumentos de mayor envergadura. Estos rastros parecen ser, en algunos casos, similares a los atribuidos por J.J. lbáñez y
J.E. González ( 10) a trabajos de percusión, de la piel mediante algún tipo de abrasivo, o para
romper/machacar ciertos vegetales y/o frutos secos.
(9) X. TERRADAS: Los ~strrJJegias de gesti6n d~ los ~cunos f{ticos d~l P~pirin~o cotoldn
tami~nto p~hist6rico
dt lo Font dtl Ros (Btrgo,
Borc:~lono).
~n ~11x- Miltnio
BP: ti ~n·
Treballs d' Arqueologia, 3. 1995. Universitat Autbnoma de Barcelona.
BelleaterTL
(10) JJ. mAAEz yJ.E. GONZÁLEZ: "Uti.liucióo de algunos cantos rodados en Laminak U". Kobi~. 21, 1994. ~ 131-154.
- 202 -
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ANÁLISIS DEL REGISTRO ÚTICO DE " EL RECUENCO"
203
Siguiendo con la caracterización de Jos artefactos taUados, otro aspecto destacable es la poca
representatividad, porcentualmente muy similar en todos los niveles, de efectivos retocados
(fig. 3, tabla 4). Pensamos que esto puede deberse a que, o bien éstos son usados y abandonados
fuera de las zonas de asentamiento, o bien los habitantes de El Recuenco, en sus diversas épocas,
no consideraron necesario acudir al retoque si su uso y/o enmangue no lo requerían.
p
RVI RVl RV
LASCAS
PI litVJM PSIM ~~ C/P MATILIME MAJME/Dt
1
3
LASCAS FRACTURADAS
LASCAS RETOCADAS
M
1
1
1
1
1
4
1
1
1
LASCAS FRC. RETOCADAS
1
2
1
1
4
1
1
1
3
1
1
1
4
2
22
o
FRAGMENTOS
TOTAL
TOTAL
1
1
S
1
3
1
1
1
Tabla 4.- ReladcSD entre la morfologia de Jos lDstrumentos y la IIUiteria que han tn~ado.
Las sJalas de la tabla que acompaftan al grilko son: P=Piel, RVI•Reeunos Vqetales ~os
en un primer proc:ao, RV2=Rec:ursos Vegetales tn~ados en un segundo pr«ao,
RV• RecuJ"'IO Vegetales en los que no se puede determinar alguno de los anteriores procescJS,
M•MJiden, CJP-Came o piel, PI•Piedra, RVIM•Reeunos veaetaJes o mad.era.
PSIM•Pid aca o IIUiden, PSIRV•Piel seca o recursos vegetales,
MAT BUM.Ea Materia de dureza blanda o medJa, MAT MEIDU•Materia de dureza medJa o dura.
En lo referente a los doce bloques de sílex y a Jos dos guijarros de cuarcita sin modificaciones antrópicas aparentemente intencionales. apuntamos dos aspectos: A) los doce bloques de
sOex (8 del nivel 2c, dos del nivel 2b y otros dos del nivel 3) muestran un alto grado de alteración ténnica que ha generado numerosas fracturas internas. Este tipo de fracturas suelen producirse en el sflex cuando el calor llega a superar los 350-400°C. La razón para tales temperaturas
puede ser la de un incendio, posibilidad ya apuntada por M. Díaz-Andreu ( 11) al analizar la cerámica. 8 ) En cuanto a los dos guijarros de cuarcita provenientes de los niveles 2b y 2c, éstos no
se hallan fracturados por alteración ténnica. Ello es debido a que comparativamente al sOex, tal
proceso sólo se produce en la cuarcita con temperaturas muy altas, 600-800°C. Por eUo, creemos
que la cuarcita pudo utilizarse en otro tipo de proceso productivo en el que también interviniese
una fuente calorífica (delimitación de un hogar, calentamiento de productos alimenticios o
Jrquidos). En este sentido, M. Díaz-Andreu (12) apunta en su memoria de El Recuenco que
dichos guijarros podían haberse utilizado para calentar el agua tras su exposición directa a una
fuente de calor, proceso documentado en diversos grupos humanos actuales.
Por otra parte, la problemática que plantea el análisis funcional de materias y trabajos no
estudiados experimentalmente nos ha obligado a no pronunciarnos sobre la funcionalidad del
único molino contextualizado (nivel 2c).
Como conclusión, creemos que la presencia mayoritaria en el nivel 2c de núcleos, percutores
y bloques/guijarros sin modificaciones antrópicas aparentes puede deberse a que detenninados
procesos de talla se realizaban en el propio asentamiento. La ausencia en este nivel, contraria( JI ) DfAz-ANDREU: Op. Cit. nota 4. en prensa.
(12) O(AZ-ANDREU: Op. Cit. nota 4. en prensa.
-203 -
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J.F. GlBAJA BAO
25
•NO ANALIZABLES
ONO USADAS
O USADAS
lO
15
LASCAS
LASCAS
UTOCADAS
LASCAS
AA.C'I'URADAS
UTOCADAS
FaA.GMENTOS
Figura 3.- .8Jstogranul de las frealeodas absolutas en reladcSn con las cateprias morfol6gk:as
definidas y el núme.ro de piezas usadu, DO usadas y DO anallubles.
mente al 3, de restos de talla nos hablaría de que tales procesos se efectúan o fuera de la "vivienda
1" o en su interior pero con una posterior limpieza de los residuos generados, y por tanto, sin
dejar huellas arqueológicamente documentables de tal actividad.
4. ANÁLISIS FUNCIONAL DEL REGISTRO LÍTICO ( 13)
La metodología empleada para llevar a cabo el análisis microscópico conjuga la observación
del material arqueológico con una Lupa binocular (Kyoxa TR-P, que abarca entre lOX y 90X) y
un microscopio metalográfico (Olympus DH2-UMA, con objetivos ULWD, cuyos aumentos van
desde los 1OOX a los 400X) con una comparación constante con la colección experimental del
Laboratori d' Arqueología del CSIC en Barcelona.
Debido a los numerosos restos líticos de algunos yacimientos y a la gran inversión de tiempo
y dinero para realizar el análisis funcional, los analistas han optado, en numerosas ocasiones, por
hacer un muestreo. Los criterios más comúnmente utilizados para eliminar de la muestra ciertos
materiales son, principalmente, que éstos sean restos de talla, que estén alterados o que la materia
no sea el sflex. Todos estos criterios tienen un aspecto en común, y es el hecho de que la selección se efectlla casi siempre sin una previa observación microscópica. Nosotros partimos del
principio de que todas aquelJas piezas que forman parte del registro deben ser, como mínimo,
observadas primeramente al microscopio con la intención de comprobar si están utilizadas y ver
cuáles son sus posibilidades de estudio. A este respecto, por ejemplo, el análisis funcional que
hemos efectuado ha confinnado que los restos de talla (por sus medidas y morfología) no fueron
( 13) Los resultados del W1isis fUDCiooal se circunscriben llnicamente a lascas. lAminas. fra¡mentos y nlk:leos c:onfecciooados
tanto en sfle¡¡ como en cuan:ita o caliza.
-204-
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ANÁLISIS DEL REGISTRO ÚTJCO DE "EL RECUENCO"
20S
nunca usados. Por lo tanto, como estas piezas no son productos buscados sino residuos generados
durante la talla, hemos creído más conveniente no incluirlos dentro de los resultados que expondremos a continuación.
Debido a las intensas alteraciones a las que ha estado sometido el material, los resultados
funcionales no sólo han sido pobres sino que en muchos casos no se ha podido ir más allá de una
determinación probable de la función (sin asegurar ni la materia trabajada ni el movimiento efectuado). Así, mientras que el 26% (22 efectivos) presentan algunos rastros que pueden ser atribuidos, probable o seguramente, a la transformación de otras materias, el 51 % (43 efectivos) no
han sido usados y el 23% ( 19 efectivos) no han podido ser analizados.
Entre las piezas usadas destacan especialmente aquellas con rastros de determinación probable (20%-17 piezas) relacionadas, básicamente, con el trabajo de materias animales de dureza
blanda (carne/descamado, piel fresca, ... ) o vegetales de dureza blanda/media (plantas no leñosas
y madera). Los instrumentos cuya determinación ha sido segura (6%-5 efectivos) hacen referencia a la transformación de materias vegetales leñosas y no leñosas. La mayor presencia de trabajo de vegetales también puede ser consecuencia de que los rastros desarrollados al procesar
dicha materia no solamente suelen ser fáciles de observar, por su grado de extensión y volumen
(micropuüdo), sino también porque son más "resistentes" a cualquier tipo de alteración (14).
Artefactos con determinación de uso seguro
Como hemos dicho, las materias trabajadas más representadas son las vegetales, tanto
leñosas como no leñosas, distribuidas por niveles de la siguiente manera: dos en el nivel 2b, otras
dos en el 2c y una en el corte J5 exterior a la vivienda. En cuanto a las tres piezas usadas en el
procesado de las plantas no leñosas (RVI, RV2 y RV una en cada caso) (15) cabe decir que
siempre se ha realizado mediante una cinemática longitudinal (cortar), excepto en un solo caso
del que desc-Onocemos el movimiento (fig. 4: 1, 2 y 3). Los ángulos de los filos usados son agudos
(20°) con la excepción de una pieza reavivada que llega a los 70°. En otras piezas reavivadas de
campafias anteriores, y por tanto, de las que hemos considerado que no valfa la pena realizar un
estudio más detallado por los problemas estratigráficos aludidos en el segundo apartado de este
trabajo, el ángulo del filo no ha variado sustancialmente. Esto se ha debido a que el retoque practicado es simple, plano y denticulado. Con respecto a esto último, en una ocasión (fig. 4: 3)
parece que se ha realizado un reavivado en dos momentos diferentes, puesto que hay un conjunto
(14) En el caso de El Rccuenco. las altenlciooes miaosOOpicas mú imporuntes soo el M
lustre de suelo" y el M
lustre t&mico"
secundaria, las generadas por un mal almacenamiento. limpieza o ~gistro grifJCO del maJeriaL Los lustres de suelo y/o
tmnico provocan. por una pane. una diflcll e incluso imposible observacióo de Jos rastros de uso y, por OU'a. pueden caUSif coofu.
siooes ya que producen una serie de rastros (rnicropuUdo) que ~ucrdan enonnemente • Jos deSII'I'OUados por el tnlbajo de materias
animales de dureza blanda o materias de dureza media en un estadio inicial de su rorm.acióo.
(IS) l. CLEMENTE y J.F. GIBAJA: "Worklng processes oo ce~s: ao approach through microwear IDalysis". Jouni/JI of
Archotofoglct~f Scltnce, 25, 1998, p4gs. 457-464. Plrtiendo de un prognuna experimental especffico. presentado en este 111fcuto.
rer~nte a las plantas no leilosas, observamos que. en cienos casos y cuando el desarrollo de los rastros es considerable, podemos
hacer una aproximación a dos procesos dif~ntes en el tratamiento de las plantas no lellosas. Denominamos como RV 1 (Recursos
Ve¡etales del primer proceso) a todas aquellu piezas que han servido para se¡ll'. RV2 (Recursos Ve¡etales del segundo proceso) a
aquellas que se bao utilizado para cortar 11 paja o separar la espiga del tallo sobre la tiern y RV (Recursos Ve¡etlles) cuando no
podemos dif~nc:ill' con seguridad uno u otro proceso.
y. de
m&nenl
-205-
[page-n-206]
206
J.F. GffiAJA BAO
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CoTiWNI ...
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S01t
Fipl'll 4.- lnstrumentoe de sOa usados sobre clllereates materiM de ao. niveles lb, 2c y el corte JS
exterior ala "vfvleada": Plantas no leiosas: RV1 (a•t, nivel le), RV (a~ nivel lb), RVl
(n~, corte JS), Madel'll (n•4 y 5 del nivel le, a• 6 y 7 del nivel lb), piedra (a-&, nivel 2c ).
de melladuras que presentan un micropulido intenso en su interior, mientras que en otras tal
micropulido es casi ausente y porque las zonas exteriores de las melladuras presentan un micropulido aún mucho mas intenso y extenso.
La distribución de los rastros (especialmente en lo referente al micropulido) suele ser homogénea a lo largo de todo el filo, siendo más invasor en una de las caras. Creemos que ello es
debido al tipo de enmangue practicado y a la manera cómo se ha incidido en la materia trabajada.
Por 6ltimo, la aparición de micropuüdo en los negativos del retoque de las zonas proximales y
distales de la pieza 3 de la figura 4 (y otras de campañas previas), seguramente es consecuencia
de un espacio libre dejado entre pieza y pieza. Esto quizás indica la existencia de útiles compuestos por varios elementos líticos (16) o bien un tipo de enmangue que no llega a cubrir totalmente tales laterales.
(16) GU'Tiáuuiz: Op. Cir. noca l.
- 206 -
[page-n-207]
ANÁLISIS DEL REGiSTRO ÚTICO DE ''EL RECUENCO''
207
Por otra parte, los trabajos sobre vegetales leñosos (madera) están representados en dos
piezas usadas de manera transversal (raspar o cepillar) procedentes de los niveles 2b y 2c (fig. 4:
4 y 7). Los ángulos de los filos son más obtusos, hecho que conlleva una mayor operatividad y
productividad en el trabajo realizado, puesto que los filos con ángulos agudos para materias de
dureza media o dura no son demasiado operativos en trabajos transversales, aunque eUo también
dependa mucho de variables como el grado de dureza de la materia o el estado de la misma.
Artefactos con una determinación de uso probable
Entre los instrumentos con una determinación probable destacan aquellos que han incidido
sobre alguna materia de dureza blanda/media, siendo menor la presencia de títiles que han sido
usados sobre materias de dureza media, medio/dura o dura.
Los que han trabajado alguna materia blanda/media son los más numerosos ( 1O efectivos 12%) perteneciendo seis al 2b, uno al nivel 2c, uno al nivel 3 y dos a Jos cortes e;~tteriores de la
"vivienda 1". De estas diez piezas no hemos podido hacer ni la más mínima aproximación a la
materia en cuatro casos, del resto, tres presentan características que podrían atribuirse al trabajo
sobre alguna materia vegetal (leñosa o no), dos a una materia animal o vegetal de dureza relativamente media (piel seca, madera o vegetales no leñosos) y una al procesado de alguna materia
animal blanda/media (carne o piel). Los filos utilizados para cortar presentan ángulos mucho más
agudos (25°-30°) que los usados para raspar/cepillar (70°-80°).
Los instrumentos usados sobre materias de dureza media (fig. 4: 5 y 6), dos pertenecientes
al nivel 2b y una al 2c, se refieren, seguramente, al trabajo de la madera (dos se han usado de
forma transversal y en uno no ha podido determinarse). Como ya hemos dicho, los ángulos más
operativos para el trabajo de esta materia suelen ser, como pasa en El Recuenco, tendiendo a
obtusos (entre 50° y 80°). Finalmente, dos de las tres piezas usadas sobre una materia
medio/dura, recogidas en los niveles 2b y 2c, se han utilizado transversalmente (con ángulos bastante altos: 50° y 70°) y se desconoce la cinemática de la tercera (nivel2b). En cuanto a la única
pieza (nivel 2c) que se utilizó sobre material duro ha trabajado posiblemente la piedra (fig. 4: 8)
combinando movimientos longitudinales y transversales (con un ángulo de filo de 30°).
La relación que hay entre las piezas usadas y determinados aspectos morfológicos que
tomamos como variables importantes parece indicar que no hay diferencias entre Jos distintos
niveles: a) Con respecto al perfu hemos constatado que se tiende a la selección de los filos rectos
para trabajar cualquier materia. Sin embargo, la presencia de instrumentos con perfil cóncavo,
convexo o sinuoso no debe extrañarnos ya que siguen siendo operativos/efectivos al incidir sobre
materias de dureza blanda/media que, como hemos visto, son las más representadas. b) No hemos
encontrado criterios métricos, en ninguna de las fases, dife.renciadores entre las piezas usadas y
las no usadas. Solamente destacar el hecho, ya apuntado, de la no utilización de los restos de talJa
aparecidos en el nivel 3. e) En relación con el grado de corticalidad se puede apuntar que éste es,
porcentualmente, menor en las piezas usadas, por lo que cabe pensar que en este sentido hay una
cierta selección. d) Las piezas retocadas son las que presentan un mayor índice de utilización.
-207-
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208
J..F. GffiAJA BAO
S. APUNTES FINALES
Los resultados obtenidos desde el análisis morfotécnico de El Recuenco nos muestran que
los que allí habitaron en sus distintas fases implantaron unas estrategias de aprovisionamiento de
la materia prima estrechamente ligadas al posterior uso que de ellas se iba a hacer. El sOex se
aportó seguramente al asentamiento en forma de grandes bloques, sin o apenas modificaciones,
para ser tallados allí.
Los datos concernientes al número y localización de los restos Líticos (fig. 2, tabla 1) nos
indican una explotación, al menos en parte, en el asentamiento y en concreto en la "vivienda 1"
en sus fases 2b, 2c y 3. La presencia de numerosos restos de talla en el nivel 3 y la de núcleos,
percutores y bloques/guijarros sin explotar en el 2c nos indican que, al menos en ciertos
momentos, dichos procesos se llevaron a cabo en el interior de la vivienda. En el resto de zonas
excavadas exteriores a la "vivienda 1" el número de efectivos es, por lo general, numéricamente
inferior e incluso es ausente en el caso de las excavaciones anteriores a 1988. La presencia de
dichos restos en las zonas de extramuros, es decir, en los cortes J5, alfa 5, etc., podría responder
a la hipótesis, ya planteada, de una limpieza de las zonas de habitación, claramente documentada
para el caso de los restos faunísticos ( 17). La limpieza o abandono de los instrumentos en Jos
lugares de utilización (como los lugares de cultivo, zonas exteriores del asentamiento) también
podría ser una respuesta a la escasez generalizada de piezas usadas.
Los resultados del análisis funcional no permiten hacer conclusiones de peso respecto a los
procesos productivos desarrollados en El Recuenco. Como hemos visto. destacan, especialmente
y con seguridad, los trabajos relacionados con la transformación y explotación de los recursos
vegetales todos ellos presentes, en concreto, en la "vivienda 1", fases 2b, 2c y 3. Sin embargo,
esta apreciación debe tomarse con sumo cuidado, ya que las alteraciones pueden no haber permitido constatar en su verdadera medida los trabajos sobre materias de origen animal. Asimismo,
hemos observado que hay una tendencia a que las piezas usadas se relacionen con los niveles 2b
y 2c de la "vivienda 1"; sin embargo, a la luz de los resultados obtenidos sólo podemos catalogarlo como de una simple apreciación, y más teniendo en cuenta lo limitado de la excavación del
nivel 3.
Con todo, es interesante la información que podemos extraer sobre aspectos puramente técnicos tanto a nivel de producción de instrumentos como de los procesos de transformación de
otras materias. Así, con respecto a esto último, nos parece importante hacer dos matices: por una
parte, a nivel general y compaginando los resultados paleobotánicos con los funcionales parece
que, al menos, los trabajos sobre materias vegetales no leftosas han tenido un peso específico considerable; por otra, a nivel puramente específico, los resultados de nuestra experimentación sobre
los diferentes rastros que se generan producto de dos procesos distintos (RV 1 y RV2) en el trabajo de las plantas no leñosas (básicamente cereales) coinciden con los del estudio de las
improntas vegetales en fragmentos de arcilla y elementos constructivos de la "vivienda 1". Los
autores de dicho trabajo indican la probable utilización en tales elementos "de tallos de cereales
sobrantes del proceso tradicional de trilla, con los que irían mezclados algunos restos de las
espigas de la cosechas y algún grano perdido" ( 18). Todas estas aseveraciones podrán empezar a
tener más consistencia cuando se excave y se analice una zona más amplia y se estudien los materiales de otros yacimientos similares tanto cronológica como geográficamente.
(18) D. RlVERA: C. OBON y M. D1Az-ANDREU: "Estudio del aprovechamiento del medio natural en el yacimiento de la
Edad del Brooce de El Recuenco (Cervera del Uano. Cuenca). An!lisis paleoboúnicos". TrabQjosde Prehistoria. S l. 2. 1994. p4gs-
169-178.
-208-
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. x:xm (Valencia. 1999)
J .F. GmAJA BAO*
ANÁLISIS DEL REGISTRO LÍTICO DE "EL RECUENCO"
(CERVERA DEL LLANO, CUENCA)
l. INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente el estudio de los artefactos líticos arqueológicos se ha considerado y se
considera muy importante en el análisis de los registros paleo-mesolíticos. Esto es consecuencia,
principalmente, de una perspectiva teórica histórico-cultural (todavía imperante en algunos círculos) a partir de la cual los restos líticos constituyen el pilar con el que determ.iruu, formalizar y
construir seriaciones crono-culturales de las épocas más antiguas. Por el contrario, la mayor
información que la cerámica proporciona sobre dichas cuestiones en yacimientos de cronología
posterior conlleva a que donde ésta aparece el estudio del material lítico quede, normalmente,
relegado a un segundo plano. El resultado de esta pérdida de protagonismo se refleja claramente,
por ejemplo, en los trabajos de la Edad del Bronce donde las únicas referencias al materiallftico
son, en el mejor de los casos, meras descripciones (muchas veces excesivamente superficiales)
de ciertos morfotipos (dientes de hoz, molinos...) y, en el peor, citas a la presencia/ausencia de
las morfologías más sobresalientes.
En el contexto que acabo de describir no es extrafio que los estudios funcionales realizados
hayan sido sumamente escasos puesto que no se les ha considerado basta ahora como parte
imprescindible de una buena memoria de excavación. Los pocos trabajos Uevados a cabo, sin
embargo, no son inmunes a la critica, puesto que se han vuelto a centrar en determinados morfatipos ( 1). Afortunadamente, esta carencia va solventándose en la actualidad por parte de ciertos
grupos investigadores que estudian el material lítico más aUá de la pura descripción; y es que no
• Museu d' Arqueologia de Catalunya. Puseig de Sta. Madrona. 39-41. 08038 Bltl:dooa.
( 1> GlTTIÉtREZ: W
C.
J'iezas con IUSU'e dd BI'CliiCC Final de Perales dd Rio (Madrid)". 1'fQbQJhos tk AlllropololiD • El7toloxiD.
33 (3-4), 1993. p6p. 319-330: L M. HURCOMBE: Uu W#Dr llNllysis DNI obsidiDII: tMiJry. ap#I'Í/Mrlts aNl mldts. Sbdlield
Arc:hacological Monograpbs 4. Depertment of Arc:baeology and Prehistory Universíty of Sheffteld, 1992; A. VAN GUN: "'The iruerprcWioo of "sic:kles": a cautiocwy tale". En P. ANDERSON (ed.): PriiUstoire tk 1'.4KrlcN11Nre: IIOfl\lt/lu opprocltu up/I'ÍIMtltolts
•t•tlurogmpltlqws. Monoanptüe du CRA. 6, 1992. pqs. 363-372.
-197-
[page-n-198]
198
•
J.E GffiAJA BAO
1100&
1000&
debemos olvidar que los instrumentos líticos son una parte más del conjunto de instrumentos de
producción utilizados por un grupo para la consecución de sus bienes de consumo. Por ello, considero imprescindible su inclusión en el estudio global de un yacimiento arqueológico.
2. MARCO GEOGRÁFICO-HISTÓRICO
El Recuenco, asentamiento enmarcado cronológicamente en el no milenio a.C., está situado
en el sector septentrional de la comarca de la Mancha, sobre un espolón que domina gran parte
de una llanura que se extiende a sus pies (fig. 1). Las excavaciones realizadas entre 1988 y 1994
han dado como resultado la definición de cinco fases constructivas circunscritas a la Edad del
Bronce Medio (2). En publicaciones anteriores, pero en este caso sobre la base del material cerá(2) M. DfA2.ANDREU e J. MONTERO: ~Recueoco 96. La Univmidld de Owtlam en C~~e~~e~~. Revisto de Arqwologta.
186. Madrid 1996. P'Js. 62-63.
- 198 -
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ANÁLISIS DBL REGISTRO LfTJCO DB "EL RECUENCO"
199
mico, también se había distinguido una probable ocupación perteneciente a la primera Edad del
Hierro (3), de la que no parecen quedar elementos estructurales (4).
El foco de las actividades arqueológicas de las últimas campañas se ha centrado, de manera
especial, en la denominada "vivienda 1", localizada en el nivel 2 y 3 desde los cortes C2 a C5 y
02 a 05 (). En dicha "vivienda" se han distinguido tres subniveles (2a, 2b y 2c) que han sido
interpretados como posibles procesos de remodelación. La superficie que puede llegar a ocupar
dicha construcción oscila entre los 60 m2 y los 100 m2 (fig. 2). Aunque es en este sector del yacimiento donde se ha recuperado mayor cantidad de artefactos, nuestro estudio también ha considerado, en ocasiones, el material y la información extraída del resto de las áreas excavadas, por
entender que su análisis podía ofrecemos explicaciones sobre determinadas actividades de trabajo, lugares de desecho, zonas de talla, etc. (tabla 1). La mayor parte de este material, sin
embargo, proviene de excavaciones anteriores a 1988, de las que no se ha pubHcado la memoria
de excavación, con lo que esto supone de cara a una correcta interpretación de los resultados
obtenidos del análisis lítico.
Las dataciones absolutas realizadas sobre los tres niveles de El Recuenco abarcan, como se
observa en la tabla 2, un periodo de unos 500 años en fechas no calibradas. La asignación de las
dataciones a los diferentes momentos de construcción/destrucción de la "vivienda J" no está
excesivamente clara. La fecha más antigua, la de 1830 a.C., se interpretó en un primer momento
como de una fase anterior a la construcción de la "vivienda 1" (6). Sin embargo, campañas posCorte
Nivel
C3
C4
C5
02
03
05
C3
C4
04
C4
04
JS
2B
28
2B
28
28
28
2C
2C
2C
3
3
Alfa
Bxl.
Bxt.
Piezas
Piezas
>ltm
<2tm
3
11
9
4
-
6
1
9
3
10
10
7
2
10
132
53
-
Nlldeo. tpercueora
-
1
1
1
1
-
1
-
-
-
Bloques
DOModil.
1
-
1
9
8
1
8
1
-
3
2
3
-
2
-
M~
UPCiu
-
1
3
3
2
2
-
-
1
-
-
5
2
-
1
2
1
No
Ullldas
2
5
5
3
3
3
3
9
3
No
Aullzab.
3
1
2
1
1
1
-
5
1
3
-
-
4
5
Tabla 1.- Ubkadón de las piezas estucll..tas ea sus mpectivos cuadros de 4 x 4 at. Dtbldo ala eDOI'1De superflde
que abarca el yadmltulo hemos crelclo mú eoavenleatt utill2ar la rtlad6a ~~¡un/tabla para prtStDtar mejor doade
se sit1ían ~lmentt las piezas estucUadas. SltuadcSa por cuadros del número, tipo y 1110 d~ los ratos lftkos.
(3) T. CHAPA. P. LÓPEZ y M.J. MARTfNEZ NAVARRETE: El poblado de lo Edad del Bronce de El Rec:uenc:o. Cervera del
Uano. Arqueología Conquense 4. 1979. Mu.'ieO de Cuenca. Cuenca.
(4) M. DfAz.ANDREU: " La excavación de el Rc:cuenco". En M. DfAz.ANDREU (ed.): El poblado de la Edad del Bronce
de El Rec:uenc:o (Cen • del Uano, Cuenco). Serie Palrimonio Histórico ArqueologfL Ed. Junta de Comunidades de Castilla·L.a
era
Mancha. Toledo. En Prensa.
(S) El término ~vivienda" ha de ser matizado. Aunque hasta aban la díreclon de la ~cavación. Margarita Dfaz.Andreu. ha
empleado este lhmino en sus publicaciones (como asf lo hiciera su antc:ceson M.• l. M.artfnez NavllTCic) el canictcr funcional que
implica no ha sido demostrado.
(6) P. LÓPEZ: "El estudio polfnico del yacimíento de " El Rc:cuenco" (Cervcra del Llano, Cuenca)". En: Hom~naj~ al Profesor
Martfn Almagra Bosc:h. Ministerio de Cultura. 1983. Madrid. págs. 45-48.
- 199 -
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Flpn 1.- Plaata de la "yffleucca 1" del yKimiento de El Recumco (Cerven del LiaDo. Cumca).
teriores parecen desmentir esta afirmación, puesto que no es seguro que el corte de donde se
obtuvo esta fecha profundizara hasta el nivel 3, sino que sólo llegara a la base del nivel 2c. Por
lo tanto, este nivel quedaría fechado por tres muestras en: 1830±95, 1700±40 y 1690±95.
Del nivel posterior, el 2b, sólo se ha analizado una muestra que ha dado como resultado
1460±100. La fecha más moderna, la de 1290±95, fue interpretada como un momento de
derrumbe de la vivienda, cuando ésta ya había sido abandonada (7). Al no disponer de las coordenadas exactas en las que se recogió la muestra, es difícil asignar a un nivel en particular esta
datación, quedando la duda entre 2a o el l/superficial.
Las diversas metodologías aplicadas y los distintos objetivos a alcanzar por las diferentes
directoras del yacimiento han supuesto la imposibilidad de adscribir el total de piezas halladas a
cada uno de los niveles arqueológicos determinados, afectando la falta de datos, en especial, a las
excavaciones realizadas antes de 1988. Las que han podido ser contextualizadas provienen de las
excavaciones posterior a tal fecha (cortes C2 a C4 y 02 a 05) asignadas a las fases 2b, 2c y 3.
Las de las campañas anteriores, por la desinformación sobre las coordenadas antes aludidas, no
(7) M.J. MARTfNEz NAVARRETE: La ~dad del Bronc~ ~n lo Submu~to Subori~ntol. Colec:ción Tesis Doctorales 191
188.
Ed. Universidad Comphllense. 1988. Madrid.
-200 -
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ANÁLISIS DEL REGISTRO UTICO DE "EL RECUENCO"
201
serán tratadas en este trabajo. Igualmente, también tendremos en cuenta los cortes alfa 5 y 15,
exteriores a la vivienda. Aunque su datación no es del todo segura por la ausencia de mueslraS
radiocarbónicas la tipología de la cerámica documentada corresponden también al Bronce Medio.
Todos estos factores nos han obligado a tratar de manera global todo el registro Htico, aunque eso
sí, en ocasiones determinadas haremos referencias al nivel arqueológico al que pertenecen.
NIVEL
LABORATORIO
FECHABP
2C
1 ó2A
2C
2C
28
1 11890
1 11 891
1 11892
GrN-21296
GrN-17439
3780±95
3240:1:95
3~95
3650±40
34 10±100
FECHALC.
1830
1290
1690
1700
1460
Tabla 1.- Datadones radiocarbcSnlcas rallzadas en la "vivienda l" de El Recuenco
(Cervera del Llano, Cuenca). Éstas han sido extrafdas de M. Dfaz·Andreu (1~: 192).
3. ANÁLISIS MORFOTÉCNICO
Si partimos del presupuesto, antes apuntado, de que los instrumentos líticos son una parte más
de los instrumentos de producción, el análisis funcional debe erigirse como el eje vertebrador a
partir del cual comenzar los estudios líticos. En dicho eje confluirán y se relacionarán de manera
dialéctica toda una serie de análisis y técnicas (materias primas, estudio morfológico y tecnológico, etc.) que nos acercarán, primero, a la reconstrucción de los procesos de trabajo y objetivos
en las estrategias de gestión de los recursos minerales y, segundo, con la conjunción del total de
estudios realizados, a ciertos conocimientos sobre la formación socio-económica del grupo.
La primera característica sobresaliente que hemos observado en El Recuenco es el claro predominio del sOex y la cuarcita respecto al cuarzo, la caliza, el granito y la arenisca. A nivel de
categorías morfológicas hemos podido distinguir: 78 lascas, 6 fragmentos, 184 posibles restos de
talla, 24 percutores (más un pequefio fragmento cortical de otro), 5 núcleos, 1 molino y 14 bloques/guijarros sin aparente modificación antrópica intencional. Su distribución con respecto a los
distintos niveles también la hemos reflejado en la tabla 1.
La relación entre la materia prima, la forma y la función queda atestiguada. en primer lugar,
cuando observamos para qué se han usado las diferentes litologías. El sOex se ha tallado para
obtener instrumentos con los que poder transformar ciertas materias animales y vegetales. En
casos excepcionales se ha acudido a otro tipo de litologías tales como la cuarcita (seis efectivos)
y la caliza (uno). Por su parte, la cuarcita, el cuarzo y el granito se han usado, mayoritariamente,
como percutores/abrasionadores, y la arenisca como molinos.
Un examen somero de los restos üticos tallados permite apreciar una ligera abundancia de
lascas fracturadas (60%, especialmente en el nivel 3 de la ''vivienda 1" y en los cortes 15 y alfa
5 exteriores a la vivienda) respecto de las lascas no fracturadas. Opinamos que esto se debe a los
numerosos planos de debilidad interna característicos de este tipo de sOex (8) que provocan,
además, la necesidad constante de variar la concepción volumétrica del núcleo explotado. Los
(8) A nivel puramente visual es importante apuntar que se trata de un sflex . normalmente. de color blanquecino. de grano muy
grueso y c:on un componente alto de granos de cuarzo de un tamailo considerable.
- 201 -
[page-n-202]
202
J.F. GIBAJA BAO
escasos núcleos (tres pertenecientes al nivel 2c, uno al 2b y uno al corte JS) nos han permitido
aproximamos a ciertas formas de explotación desarrolladas en El Recuenco. De los tres completos,
dos han sido transformados mediante la "Explotación de un plano de configuración mediante una
transformación cónica" (9) y del tercero sólo podemos decir que presenta una escasa explotación
multifacial a través del aprovechamiento de los planos de fractura natural. El mínimo aprovechamiento de tales núcleos nos Ueva a pensar que la captación de la materia prima se realizó en zonas
o afloramientos cercanos al asentamiento (más si tenemos también en cuenta la cantidad de
grandes bloques/guijarros de sílex y cuarcita que no han sido explotados). La abundancia de sílex
en esta zona daría respuesta al porqué de este elevado número de bloques sin modificar.
La talla del sílex, la cuarcita y la caliza se ha efectuado siempre mediante percusión. La presencia predominante en todos los niveles de talones planos o corticales (el 72%) nos indica que
no fue un proceso muy elaborado sino que se aprovecharon aquellas superficies más fácilmente
explotables: planos naturales, corticales o fracturas generadas durante la propia talla.
El grado de corticalidad de las piezas talladas es una variable que nos informa sobre si la preparación y decorticado de los núcleos se lleva a cabo en el mismo asentamiento. En el caso de El
Recuenco el elevado mímero de piezas, hayan estado usadas o no, con restos corticales en todos
los niveles estudiados (especialmente en el interior de la "vivienda l"- tabla 3), en unión a la gran
cantidad de percutores hallados en el yacimiento y los numerosos restos de talla que se recogieron
en una área de l '5 x 1 m. del corte C4, nivel 3, nos indican que la preparación y decorticado de
los núcleos sería un proceso de trabajo Uevado a cabo íntegra o parcialmente en el asentamiento.
e
EFECTIVOS TOTALES
CINC
NC/C
NC
TOTAL
2
12
26
22
62
22
ARTEFACJ'OS USADOS
1
2
7
12
PORCENTAJE
3,5%
16.5%
39.5%
40,5%
100%
NIVEL28
1 (3%)
5 ( 14,5%)
15 (44%)
13 (38,5%)
34 ( lOO%)
NIVEL2C
2 (9%)
2 (9%)
10 (45.5%)
8 (36,5%)
22 ( 100%)
NIVEL3
o
o
2 ( 12.5%)
4 (25%)
10 (62.5%)
16 ( l OO%)
5 (41,5%)
4 (33.5%)
3 (25%)
12 (100%)
EXTERIOR HABITACIÓN
'labia 3.- Grado de cordcaUdad de los artefactos tallackls: Ce Superflde totalmente cortical,
CINC• Superflde cortical dominante sobre no cortical, NC/Ca Superftde DO cortlc:al dominante sobre
cortical, NC= Superflde DO cortical.
Tales percutores muestran sobre sus superficies rastros de percusión y de abrasión (en ocasiones conjuntados). La intensidad de dichos rastros parece estar relacionada proporcionalmente
con su mayor dimensión y peso. Esta relación no debe sorprendemos si entendemos que para los
trabajos que requirieron una mayor cantidad de fuerza se utilizaron instrumentos de mayor envergadura. Estos rastros parecen ser, en algunos casos, similares a los atribuidos por J.J. lbáñez y
J.E. González ( 10) a trabajos de percusión, de la piel mediante algún tipo de abrasivo, o para
romper/machacar ciertos vegetales y/o frutos secos.
(9) X. TERRADAS: Los ~strrJJegias de gesti6n d~ los ~cunos f{ticos d~l P~pirin~o cotoldn
tami~nto p~hist6rico
dt lo Font dtl Ros (Btrgo,
Borc:~lono).
~n ~11x- Miltnio
BP: ti ~n·
Treballs d' Arqueologia, 3. 1995. Universitat Autbnoma de Barcelona.
BelleaterTL
(10) JJ. mAAEz yJ.E. GONZÁLEZ: "Uti.liucióo de algunos cantos rodados en Laminak U". Kobi~. 21, 1994. ~ 131-154.
- 202 -
[page-n-203]
ANÁLISIS DEL REGISTRO ÚTICO DE " EL RECUENCO"
203
Siguiendo con la caracterización de Jos artefactos taUados, otro aspecto destacable es la poca
representatividad, porcentualmente muy similar en todos los niveles, de efectivos retocados
(fig. 3, tabla 4). Pensamos que esto puede deberse a que, o bien éstos son usados y abandonados
fuera de las zonas de asentamiento, o bien los habitantes de El Recuenco, en sus diversas épocas,
no consideraron necesario acudir al retoque si su uso y/o enmangue no lo requerían.
p
RVI RVl RV
LASCAS
PI litVJM PSIM ~~ C/P MATILIME MAJME/Dt
1
3
LASCAS FRACTURADAS
LASCAS RETOCADAS
M
1
1
1
1
1
4
1
1
1
LASCAS FRC. RETOCADAS
1
2
1
1
4
1
1
1
3
1
1
1
4
2
22
o
FRAGMENTOS
TOTAL
TOTAL
1
1
S
1
3
1
1
1
Tabla 4.- ReladcSD entre la morfologia de Jos lDstrumentos y la IIUiteria que han tn~ado.
Las sJalas de la tabla que acompaftan al grilko son: P=Piel, RVI•Reeunos Vqetales ~os
en un primer proc:ao, RV2=Rec:ursos Vegetales tn~ados en un segundo pr«ao,
RV• RecuJ"'IO Vegetales en los que no se puede determinar alguno de los anteriores procescJS,
M•MJiden, CJP-Came o piel, PI•Piedra, RVIM•Reeunos veaetaJes o mad.era.
PSIM•Pid aca o IIUiden, PSIRV•Piel seca o recursos vegetales,
MAT BUM.Ea Materia de dureza blanda o medJa, MAT MEIDU•Materia de dureza medJa o dura.
En lo referente a los doce bloques de sílex y a Jos dos guijarros de cuarcita sin modificaciones antrópicas aparentemente intencionales. apuntamos dos aspectos: A) los doce bloques de
sOex (8 del nivel 2c, dos del nivel 2b y otros dos del nivel 3) muestran un alto grado de alteración ténnica que ha generado numerosas fracturas internas. Este tipo de fracturas suelen producirse en el sflex cuando el calor llega a superar los 350-400°C. La razón para tales temperaturas
puede ser la de un incendio, posibilidad ya apuntada por M. Díaz-Andreu ( 11) al analizar la cerámica. 8 ) En cuanto a los dos guijarros de cuarcita provenientes de los niveles 2b y 2c, éstos no
se hallan fracturados por alteración ténnica. Ello es debido a que comparativamente al sOex, tal
proceso sólo se produce en la cuarcita con temperaturas muy altas, 600-800°C. Por eUo, creemos
que la cuarcita pudo utilizarse en otro tipo de proceso productivo en el que también interviniese
una fuente calorífica (delimitación de un hogar, calentamiento de productos alimenticios o
Jrquidos). En este sentido, M. Díaz-Andreu (12) apunta en su memoria de El Recuenco que
dichos guijarros podían haberse utilizado para calentar el agua tras su exposición directa a una
fuente de calor, proceso documentado en diversos grupos humanos actuales.
Por otra parte, la problemática que plantea el análisis funcional de materias y trabajos no
estudiados experimentalmente nos ha obligado a no pronunciarnos sobre la funcionalidad del
único molino contextualizado (nivel 2c).
Como conclusión, creemos que la presencia mayoritaria en el nivel 2c de núcleos, percutores
y bloques/guijarros sin modificaciones antrópicas aparentes puede deberse a que detenninados
procesos de talla se realizaban en el propio asentamiento. La ausencia en este nivel, contraria( JI ) DfAz-ANDREU: Op. Cit. nota 4. en prensa.
(12) O(AZ-ANDREU: Op. Cit. nota 4. en prensa.
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204
J.F. GlBAJA BAO
25
•NO ANALIZABLES
ONO USADAS
O USADAS
lO
15
LASCAS
LASCAS
UTOCADAS
LASCAS
AA.C'I'URADAS
UTOCADAS
FaA.GMENTOS
Figura 3.- .8Jstogranul de las frealeodas absolutas en reladcSn con las cateprias morfol6gk:as
definidas y el núme.ro de piezas usadu, DO usadas y DO anallubles.
mente al 3, de restos de talla nos hablaría de que tales procesos se efectúan o fuera de la "vivienda
1" o en su interior pero con una posterior limpieza de los residuos generados, y por tanto, sin
dejar huellas arqueológicamente documentables de tal actividad.
4. ANÁLISIS FUNCIONAL DEL REGISTRO LÍTICO ( 13)
La metodología empleada para llevar a cabo el análisis microscópico conjuga la observación
del material arqueológico con una Lupa binocular (Kyoxa TR-P, que abarca entre lOX y 90X) y
un microscopio metalográfico (Olympus DH2-UMA, con objetivos ULWD, cuyos aumentos van
desde los 1OOX a los 400X) con una comparación constante con la colección experimental del
Laboratori d' Arqueología del CSIC en Barcelona.
Debido a los numerosos restos líticos de algunos yacimientos y a la gran inversión de tiempo
y dinero para realizar el análisis funcional, los analistas han optado, en numerosas ocasiones, por
hacer un muestreo. Los criterios más comúnmente utilizados para eliminar de la muestra ciertos
materiales son, principalmente, que éstos sean restos de talla, que estén alterados o que la materia
no sea el sflex. Todos estos criterios tienen un aspecto en común, y es el hecho de que la selección se efectlla casi siempre sin una previa observación microscópica. Nosotros partimos del
principio de que todas aquelJas piezas que forman parte del registro deben ser, como mínimo,
observadas primeramente al microscopio con la intención de comprobar si están utilizadas y ver
cuáles son sus posibilidades de estudio. A este respecto, por ejemplo, el análisis funcional que
hemos efectuado ha confinnado que los restos de talla (por sus medidas y morfología) no fueron
( 13) Los resultados del W1isis fUDCiooal se circunscriben llnicamente a lascas. lAminas. fra¡mentos y nlk:leos c:onfecciooados
tanto en sfle¡¡ como en cuan:ita o caliza.
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ANÁLISIS DEL REGISTRO ÚTJCO DE "EL RECUENCO"
20S
nunca usados. Por lo tanto, como estas piezas no son productos buscados sino residuos generados
durante la talla, hemos creído más conveniente no incluirlos dentro de los resultados que expondremos a continuación.
Debido a las intensas alteraciones a las que ha estado sometido el material, los resultados
funcionales no sólo han sido pobres sino que en muchos casos no se ha podido ir más allá de una
determinación probable de la función (sin asegurar ni la materia trabajada ni el movimiento efectuado). Así, mientras que el 26% (22 efectivos) presentan algunos rastros que pueden ser atribuidos, probable o seguramente, a la transformación de otras materias, el 51 % (43 efectivos) no
han sido usados y el 23% ( 19 efectivos) no han podido ser analizados.
Entre las piezas usadas destacan especialmente aquellas con rastros de determinación probable (20%-17 piezas) relacionadas, básicamente, con el trabajo de materias animales de dureza
blanda (carne/descamado, piel fresca, ... ) o vegetales de dureza blanda/media (plantas no leñosas
y madera). Los instrumentos cuya determinación ha sido segura (6%-5 efectivos) hacen referencia a la transformación de materias vegetales leñosas y no leñosas. La mayor presencia de trabajo de vegetales también puede ser consecuencia de que los rastros desarrollados al procesar
dicha materia no solamente suelen ser fáciles de observar, por su grado de extensión y volumen
(micropuüdo), sino también porque son más "resistentes" a cualquier tipo de alteración (14).
Artefactos con determinación de uso seguro
Como hemos dicho, las materias trabajadas más representadas son las vegetales, tanto
leñosas como no leñosas, distribuidas por niveles de la siguiente manera: dos en el nivel 2b, otras
dos en el 2c y una en el corte J5 exterior a la vivienda. En cuanto a las tres piezas usadas en el
procesado de las plantas no leñosas (RVI, RV2 y RV una en cada caso) (15) cabe decir que
siempre se ha realizado mediante una cinemática longitudinal (cortar), excepto en un solo caso
del que desc-Onocemos el movimiento (fig. 4: 1, 2 y 3). Los ángulos de los filos usados son agudos
(20°) con la excepción de una pieza reavivada que llega a los 70°. En otras piezas reavivadas de
campafias anteriores, y por tanto, de las que hemos considerado que no valfa la pena realizar un
estudio más detallado por los problemas estratigráficos aludidos en el segundo apartado de este
trabajo, el ángulo del filo no ha variado sustancialmente. Esto se ha debido a que el retoque practicado es simple, plano y denticulado. Con respecto a esto último, en una ocasión (fig. 4: 3)
parece que se ha realizado un reavivado en dos momentos diferentes, puesto que hay un conjunto
(14) En el caso de El Rccuenco. las altenlciooes miaosOOpicas mú imporuntes soo el M
lustre de suelo" y el M
lustre t&mico"
secundaria, las generadas por un mal almacenamiento. limpieza o ~gistro grifJCO del maJeriaL Los lustres de suelo y/o
tmnico provocan. por una pane. una diflcll e incluso imposible observacióo de Jos rastros de uso y, por OU'a. pueden caUSif coofu.
siooes ya que producen una serie de rastros (rnicropuUdo) que ~ucrdan enonnemente • Jos deSII'I'OUados por el tnlbajo de materias
animales de dureza blanda o materias de dureza media en un estadio inicial de su rorm.acióo.
(IS) l. CLEMENTE y J.F. GIBAJA: "Worklng processes oo ce~s: ao approach through microwear IDalysis". Jouni/JI of
Archotofoglct~f Scltnce, 25, 1998, p4gs. 457-464. Plrtiendo de un prognuna experimental especffico. presentado en este 111fcuto.
rer~nte a las plantas no leilosas, observamos que. en cienos casos y cuando el desarrollo de los rastros es considerable, podemos
hacer una aproximación a dos procesos dif~ntes en el tratamiento de las plantas no lellosas. Denominamos como RV 1 (Recursos
Ve¡etales del primer proceso) a todas aquellu piezas que han servido para se¡ll'. RV2 (Recursos Ve¡etales del segundo proceso) a
aquellas que se bao utilizado para cortar 11 paja o separar la espiga del tallo sobre la tiern y RV (Recursos Ve¡etlles) cuando no
podemos dif~nc:ill' con seguridad uno u otro proceso.
y. de
m&nenl
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206
J.F. GffiAJA BAO
-•............,L•cl'._.
·· · aMen' '
1
o
.......
1
CoTiWNI ...
~~
S01t
Fipl'll 4.- lnstrumentoe de sOa usados sobre clllereates materiM de ao. niveles lb, 2c y el corte JS
exterior ala "vfvleada": Plantas no leiosas: RV1 (a•t, nivel le), RV (a~ nivel lb), RVl
(n~, corte JS), Madel'll (n•4 y 5 del nivel le, a• 6 y 7 del nivel lb), piedra (a-&, nivel 2c ).
de melladuras que presentan un micropulido intenso en su interior, mientras que en otras tal
micropulido es casi ausente y porque las zonas exteriores de las melladuras presentan un micropulido aún mucho mas intenso y extenso.
La distribución de los rastros (especialmente en lo referente al micropulido) suele ser homogénea a lo largo de todo el filo, siendo más invasor en una de las caras. Creemos que ello es
debido al tipo de enmangue practicado y a la manera cómo se ha incidido en la materia trabajada.
Por 6ltimo, la aparición de micropuüdo en los negativos del retoque de las zonas proximales y
distales de la pieza 3 de la figura 4 (y otras de campañas previas), seguramente es consecuencia
de un espacio libre dejado entre pieza y pieza. Esto quizás indica la existencia de útiles compuestos por varios elementos líticos (16) o bien un tipo de enmangue que no llega a cubrir totalmente tales laterales.
(16) GU'Tiáuuiz: Op. Cir. noca l.
- 206 -
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ANÁLISIS DEL REGiSTRO ÚTICO DE ''EL RECUENCO''
207
Por otra parte, los trabajos sobre vegetales leñosos (madera) están representados en dos
piezas usadas de manera transversal (raspar o cepillar) procedentes de los niveles 2b y 2c (fig. 4:
4 y 7). Los ángulos de los filos son más obtusos, hecho que conlleva una mayor operatividad y
productividad en el trabajo realizado, puesto que los filos con ángulos agudos para materias de
dureza media o dura no son demasiado operativos en trabajos transversales, aunque eUo también
dependa mucho de variables como el grado de dureza de la materia o el estado de la misma.
Artefactos con una determinación de uso probable
Entre los instrumentos con una determinación probable destacan aquellos que han incidido
sobre alguna materia de dureza blanda/media, siendo menor la presencia de títiles que han sido
usados sobre materias de dureza media, medio/dura o dura.
Los que han trabajado alguna materia blanda/media son los más numerosos ( 1O efectivos 12%) perteneciendo seis al 2b, uno al nivel 2c, uno al nivel 3 y dos a Jos cortes e;~tteriores de la
"vivienda 1". De estas diez piezas no hemos podido hacer ni la más mínima aproximación a la
materia en cuatro casos, del resto, tres presentan características que podrían atribuirse al trabajo
sobre alguna materia vegetal (leñosa o no), dos a una materia animal o vegetal de dureza relativamente media (piel seca, madera o vegetales no leñosos) y una al procesado de alguna materia
animal blanda/media (carne o piel). Los filos utilizados para cortar presentan ángulos mucho más
agudos (25°-30°) que los usados para raspar/cepillar (70°-80°).
Los instrumentos usados sobre materias de dureza media (fig. 4: 5 y 6), dos pertenecientes
al nivel 2b y una al 2c, se refieren, seguramente, al trabajo de la madera (dos se han usado de
forma transversal y en uno no ha podido determinarse). Como ya hemos dicho, los ángulos más
operativos para el trabajo de esta materia suelen ser, como pasa en El Recuenco, tendiendo a
obtusos (entre 50° y 80°). Finalmente, dos de las tres piezas usadas sobre una materia
medio/dura, recogidas en los niveles 2b y 2c, se han utilizado transversalmente (con ángulos bastante altos: 50° y 70°) y se desconoce la cinemática de la tercera (nivel2b). En cuanto a la única
pieza (nivel 2c) que se utilizó sobre material duro ha trabajado posiblemente la piedra (fig. 4: 8)
combinando movimientos longitudinales y transversales (con un ángulo de filo de 30°).
La relación que hay entre las piezas usadas y determinados aspectos morfológicos que
tomamos como variables importantes parece indicar que no hay diferencias entre Jos distintos
niveles: a) Con respecto al perfu hemos constatado que se tiende a la selección de los filos rectos
para trabajar cualquier materia. Sin embargo, la presencia de instrumentos con perfil cóncavo,
convexo o sinuoso no debe extrañarnos ya que siguen siendo operativos/efectivos al incidir sobre
materias de dureza blanda/media que, como hemos visto, son las más representadas. b) No hemos
encontrado criterios métricos, en ninguna de las fases, dife.renciadores entre las piezas usadas y
las no usadas. Solamente destacar el hecho, ya apuntado, de la no utilización de los restos de talJa
aparecidos en el nivel 3. e) En relación con el grado de corticalidad se puede apuntar que éste es,
porcentualmente, menor en las piezas usadas, por lo que cabe pensar que en este sentido hay una
cierta selección. d) Las piezas retocadas son las que presentan un mayor índice de utilización.
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J..F. GffiAJA BAO
S. APUNTES FINALES
Los resultados obtenidos desde el análisis morfotécnico de El Recuenco nos muestran que
los que allí habitaron en sus distintas fases implantaron unas estrategias de aprovisionamiento de
la materia prima estrechamente ligadas al posterior uso que de ellas se iba a hacer. El sOex se
aportó seguramente al asentamiento en forma de grandes bloques, sin o apenas modificaciones,
para ser tallados allí.
Los datos concernientes al número y localización de los restos Líticos (fig. 2, tabla 1) nos
indican una explotación, al menos en parte, en el asentamiento y en concreto en la "vivienda 1"
en sus fases 2b, 2c y 3. La presencia de numerosos restos de talla en el nivel 3 y la de núcleos,
percutores y bloques/guijarros sin explotar en el 2c nos indican que, al menos en ciertos
momentos, dichos procesos se llevaron a cabo en el interior de la vivienda. En el resto de zonas
excavadas exteriores a la "vivienda 1" el número de efectivos es, por lo general, numéricamente
inferior e incluso es ausente en el caso de las excavaciones anteriores a 1988. La presencia de
dichos restos en las zonas de extramuros, es decir, en los cortes J5, alfa 5, etc., podría responder
a la hipótesis, ya planteada, de una limpieza de las zonas de habitación, claramente documentada
para el caso de los restos faunísticos ( 17). La limpieza o abandono de los instrumentos en Jos
lugares de utilización (como los lugares de cultivo, zonas exteriores del asentamiento) también
podría ser una respuesta a la escasez generalizada de piezas usadas.
Los resultados del análisis funcional no permiten hacer conclusiones de peso respecto a los
procesos productivos desarrollados en El Recuenco. Como hemos visto. destacan, especialmente
y con seguridad, los trabajos relacionados con la transformación y explotación de los recursos
vegetales todos ellos presentes, en concreto, en la "vivienda 1", fases 2b, 2c y 3. Sin embargo,
esta apreciación debe tomarse con sumo cuidado, ya que las alteraciones pueden no haber permitido constatar en su verdadera medida los trabajos sobre materias de origen animal. Asimismo,
hemos observado que hay una tendencia a que las piezas usadas se relacionen con los niveles 2b
y 2c de la "vivienda 1"; sin embargo, a la luz de los resultados obtenidos sólo podemos catalogarlo como de una simple apreciación, y más teniendo en cuenta lo limitado de la excavación del
nivel 3.
Con todo, es interesante la información que podemos extraer sobre aspectos puramente técnicos tanto a nivel de producción de instrumentos como de los procesos de transformación de
otras materias. Así, con respecto a esto último, nos parece importante hacer dos matices: por una
parte, a nivel general y compaginando los resultados paleobotánicos con los funcionales parece
que, al menos, los trabajos sobre materias vegetales no leftosas han tenido un peso específico considerable; por otra, a nivel puramente específico, los resultados de nuestra experimentación sobre
los diferentes rastros que se generan producto de dos procesos distintos (RV 1 y RV2) en el trabajo de las plantas no leñosas (básicamente cereales) coinciden con los del estudio de las
improntas vegetales en fragmentos de arcilla y elementos constructivos de la "vivienda 1". Los
autores de dicho trabajo indican la probable utilización en tales elementos "de tallos de cereales
sobrantes del proceso tradicional de trilla, con los que irían mezclados algunos restos de las
espigas de la cosechas y algún grano perdido" ( 18). Todas estas aseveraciones podrán empezar a
tener más consistencia cuando se excave y se analice una zona más amplia y se estudien los materiales de otros yacimientos similares tanto cronológica como geográficamente.
(18) D. RlVERA: C. OBON y M. D1Az-ANDREU: "Estudio del aprovechamiento del medio natural en el yacimiento de la
Edad del Brooce de El Recuenco (Cervera del Uano. Cuenca). An!lisis paleoboúnicos". TrabQjosde Prehistoria. S l. 2. 1994. p4gs-
169-178.
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