El yacimiento de la Edad del Bronce de El Recuenco (Cervera del Llano, Cuenca). Las excavaciones del sector extramuros y la fase 2A a intramuros
Margarita Díaz-Andreu
[page-n-179]
ARCHIVO DB PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXIII (Valencia. 1999)
MARGARITA DfAz-ANDREU*
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
(CERVERA DEL LLANO, CUENCA). LAS EXCAVACIONES DEL SECTOR
EXTRAMUROS Y LA FASE 2A A INTRAMUROS
En este artículo se resumen las actuaciones llevadas a cabo en el poblado de la Edad del
Bronce de El Recuenco (fig. J) hasta la campaña de 1994 en lo que se refiere a la excavación
extramuros del área principal del poblado y a la fase 2a de la zona intramuros. Dicha tarea no es
fácil debido a los diversos periodos por Jos que ha pasado la excavación y la escasa financiación
con la que el estudio ha contado desde un principio. Sin embargo, dado el largo tiempo que se
lleva investigando en este yacimiento parece necesario publicar aquellos conjuntos que van mostrando coherencia suficiente, aunque trabajos futuros tengan con toda probabiüdad que matizar
lo aquf expuesto.
La historia de la excavación de El Recuenco es compleja. Se comenzó a trabajar en el yacimiento en 1977. siendo directoras de la excavación las entonces recién licenciadas Teresa Chapa.
Pilar López y M• Isabel Martfnez Navarrete. En aquella primera campai'ia se abrieron 4 "sectores"
o "catas" denominados lAI , 1A2, 1A3, 1C3 y una última llamada "extensión". Estas tres primeras "catas" (1 Al , 1A2, 1A3) quedaron encuadradas a partir de 1983 en los cortes D 1 y esquina
oeste del 02, mientras que la "cata" IC3 se incluyó en el Fl, y la "cata "extensión" (que en 1980
se denominó E) en el posterior corte C2, además de en el testigo de separación entre el corte Cl
y el C2 y el extremo SE del corte Cl . El material de esta campai'ia. incluyendo un análisis de
fauna, se publicó casi inmediatamente ( 1).
• [)eplrtment of Atc:baeology. Univcrsity of Dudlam. Soutb ROid. Durtwn DHI 3LE. Reino Unido.
(1) CHAPA. T. y MARTfNEz NAVARREI'E. M" 1.: cNuevos balJazgos de la Edad del Brooce en Cervcra del Uaoo
(Cuenca)». Acto.r tkl XV ÜJtllruo NociOMI de Arq~~~gfo. Zaracoza. 19n. pqs. 183-196.
CHAPA BRUNET. T.. LÓPEZ OARcfA. P. y MAKI1NEz NAVARRETB. MJ.: El pobfodo tk lo EilDd del Bf'OfiCe de El
Recwe~~co. Cen·ero del U0110, Atqueolog(a Cooqucnse IV. Museo de Cuenca. Cuenca. 1979.
MORALES. A.: cAMiisis fau.nútico del yacimiento del Recueoc:o (Provincia de Cuenca)•. En Chapa Bnmet. T.. López Oaráa.
P. y Maníne:z Navarreee. M.J. El pobfodo de fa EilDd tkl BITJI'IU de El Rtcwtteo. Cervero del Uono. Arqueolog{a Conquense IV.
Museo de Cuenca. Cuenca. 1979. pqs. S2-54.
-179-
[page-n-180]
180
MARGARITA DfAz-ANDREU
Flg. l.- Slt:oad6n de El Rec:uenco.
Desde 1980 hasta 1986 la dirección de El Recuenco recayó exclusivamente en M- Isabel
Martfnez Navarrete. Esta investigadora trabajó en el yacimiento en 1980, 1983, 1984 y 1985. El
sistema de excavación se mantuvo con ligeros cambios en la campai'ia de 1980 para luego cambiar radicalmente. La estrategia de excavación de 1980 consistió en realizar catas (abandonando
definitivamente el término "sectores") denominadas con una letra que presentaban ahora un
tamai'io de 2 x 2 m., en algún caso ampliado en razón a la excavación. Se excavaron así en 1980
cinco unidades, las "catas" D, E Oa antigua "extensión"), F, G y H. Estas "catas" se corresponden
a los posteriores cortes Cl, C2, A3/B3 (quedaría en medio de estos dos cortes), C3 y 05 respectivamente. De la campafta de 1980 provienen las muestras recogidas para el estudio polínico reaLizado por Pilar López (2).
En 1983 se acometió una tercera y definitiva reestructuración de las unidades de excavación.
Las antiguas catas y sectores quedaron definitivamente incluidos en una cuadriculación general
(2) LÓPEZ OARCfA. P.: ocEl estudio polúúco del yacimiento de "El Recueoco" (Cervera del Llano. Cuenca)•. HOtUnaje al
Proft U>r Mart(n Afmotro &Jsch 1L 1983. P'gs. 45-48.
-180 -
[page-n-181]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
181
del cerro por la que éste se subdividió en cortes de 4 metros cuadrados separados entre sí por testigos de medio metro. Estos cortes se denominan con un número y una letra, aumentando los
números de NO a SE y las letras de NE a SO. Sin embargo, como se comprobó en 1988, el
poblado resulta tener un tamaño algo mayor al inicialmente supuesto, por lo que a los cortes
situados más al NE que los asignados con la letra A, se les ha impuso letras del alfabeto griego,
siguiendo en este caso un orden aumentativo de SO a NE. Otro cambio que se acometió en 1983
fue el del punto cero, con el problema consiguiente de perder toda La relación entre las profundidades apuntadas hasta entonces con las que desde aquel momento se tomaron. Mi suposición es
que hay unos 38 cm. de diferencia entre los dos puntos cero, pero nunca he logrado estar segura
de la fiabilidad de esta conjetura.
En la campaña de 1983 se excavó en los cortes A3, A4, AS, 83, 84, C2, C3 y CS. En 1984
se realizó la planimetría de todo lo excavado hasta el momento y en 198S Martínez Navarrete
decidió proceder a la restauración de los muros descubiertos debido a que en ellos se estaba produciendo un rápido deterioro. De todos estos trabajos queda constancia en los cuadernos de
campo que la directora de la excavación de entonces puso amablemente a mi disposición, complementada por la interpretación sobre el poblado realizada en su tesis doctoral de J98S (3).
Los años 1987 y 1988 representaron una etapa de transición, en la que la autora de este trabajo, Margarita Díaz-Andreu, se incorporó como co-directora de la excavación en función .a su
recién comenzada Tesis Doctoral. A partir de este año, debido a la transferencia de todo lo reft>
rente a arqueología a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, de este ente autonómico ha
provenido casi exclusivamente la financiación de las actuaciones realizadas. En 1987 se decidió
realizar un análisis geomorfológico de la zona publicado posteriormente (4) y en 1988 se codirigió
una campaña de excavación (S). Ya en esta campaña los objetivos de la excavación cambiaron
completamente con respecto a la etapa anterior. En vez de intentar obtener una estratigrafía diacrónica del poblado, como hasta aquel momento se había pretendido, se impuso una excavación
en extensión. Por ello se comenzó a excavar en el área interior de la muralla A, es decir, en los
cortes C4, CS, 04 y DS, en los que Martíoez Navarrete había previamente identificado unos paramentos que ella interpretó como dos viviendas, que resultaron ser una única en el curso de la excavación. Además un segundo objetivo de la campaña de excavación de 1988 fue el delimitar por
(3) MARTfNEz NAVARRETE. M'. l.: L4 Edad d1l Bronce en la Submestta Suborlental. Colección Tesis Doctorales, Ed.
Universídad Complutense. Madrid. 1988.
Entre la documencación aportada por M' Isabel MIII'Úilez. Navanete se encuentra un estudio titulado ..A~ndlc:e l. Estudio
faun!stlco del yacimiento de 'El Recuenco". por Pedro Brea l..6pez.. Victoriano Bustos Pretel y GuiUenno Molero Gulihrcz.. ooo la
revisión del Dr. F. Alfúez.. (Departamento de Paleontolog(a. Facuhad de Ciencias Geológicas. Universidad Complutense. Madrid)".
Este informe se debió hacer en 1980 por la denominación de c:aw que se emplea.
Otro Wlisis realizado en esta ~a en la que Martínez Navanete actuó como directora de la excavación fue el flsico.qufmko
y mlneralcSJico. posteriormente publicado como lMNEz BAllESTA. R., GARCfA GIM~EZ. R. y DfAz.ANDREU. M.:
..Anüisis de los datos lüico-quúnicos y núneral6gicos de la esamigrafia del poblado de la Edad del Bronce de El R=lenco (Cetvera
del Llano. Cuenca)ll. En J. F. Jonli Plrdo (coord.) Geoan¡ueolofla (actas tk la 2" Reuni6tt NaciONJI de Geoarqueolofla. rrGE.
Madrid 15. 15 y 16 de dicimtbTP de 1992). Instituto Tecnol6g,ico Geominero de Espalla. Asociación Esplllola pua el Eatudio del
Cuaternario. Madrid. 1994, pqs. 34J.3S6.
(4) BULLÓN. T. y DfAz-ANDREU. M.: cFonnas de relieve y asentamientos de la Edad del Bronce en d valle de Cetvera
del Llano (Cuenca)>. Cuatemario y Geomorfolo&[a 6. 1992. ptgs. 91· 101.
(S) Los resultados de esta excavación fueron la base de una comu.nicacióo presentada en octubre de 1990 al "Congreso de
Arqueología de Castilla·l..a Mancha" ceJebrado en AJbllcete y titulada "Excavacioocs en d yacimiento de la Edad del Bronce de El
Recuenco (Cetvma del Uano. Cuenca)". Esta se baila publicada en DfAz.ANDREU. M. -.Excavaciones en el yacimiento de la Edad
del Bronce de El Recuenco (Cetveta del Llano. Cuenca)». Revista CuencD 39, 1992.
-
181 -
[page-n-182]
182
MARGARITA DfAZ-ANDREU
sus extremos NE y SO el poblado, para lo que se abrieron los cortes g5, aS y JS. En el primero
apenas se obtuvo material (algo de cerámica muy rodada y ningún sOex), indicando que claramente estaba ya fuera del radio de acción del poblado. El corte aS reveló lo que podría calificarse
como un segundo anillo de protección del área de acceso del poblado. Por último el JS, ya en el
extremo SO del espolón, dió muy poca potencia estratigráfica que en todo caso en el momento
actual todavía es imposible correlacionar con lo que hemos denominado como "edificio 1" (6).
Desde 1989 hasta 1995 La autora de este trabajo actuó como única directora de la excavación. La subvención de 1989 se dedicó al estudio de materiales. Se realizaron dos campañas más
de campo en 1991 y en 1994, en las que el objetivo fue continuar la excavación extensiva a intramuros de la muralla A, en el "edificio 1". En 1991 se excavó en los cortes C4, 02, 03 y 05 y en
1994 en los cortes C3, C4 y 04 (7). Desde 1996 la dirección ha pasado a estar codirigida por el
Or Ignacio Montero. Los trabajos llevados a cabo en la última campaña de excavaciones (8)
(cortes C2, C3, 02 y 03), complementados por los realizados en los niveles inferiores a los
incluidos en este trabajo, serán fruto de una futura publicación.
La estratigrafía de El Recuenco presenta varios problemas de interpretación debido en parte
a la compleja historia de su excavación. No es fácil conectar la secuencia a extramuros con la de
intramuros a la muralla A, aunque en este artículo se va a realizar una propuesta. La secuencia
más coherente se ha obtenido en las excavaciones de los cortes C3 a CS y 02 a 05, pero ésta sólo
en parte se va a cubrir en este trabajo. La problemática presentada en el corte aS (9} todavía queda
abierta ya que necesita una continuación del trabajo de campo, pero dado lo escaso de Las subvenciones se ha decidido postergar su solución. La excavación en extensión de la compleja serie
de muros al norte del muro A que ~ Isabel Martfnez Navarrete acometió principalmente en el
año 1980 con el fin de entender su funcionalidad queda también pendiente, aunque aquí se ofrece
una posible interpretación cronológica. En total se pueden distinguir al menos 5 fases en el yacimiento que cubren casi por completo el segundo milenio aC.
EL POBLADO DE EL RECUENCO EN SU CONTEXTO GEOGRÁFICO
El Recuenco se sitúa en la comarca de La Mancha (fig. 1), no muy lejos de la Serranía conquense y ciertamente en un área que ya no se puede calificar como típicamente manchega. Las
motillas más cercanas se encuentran a unos 50 kilómetros al sur (10) y tal situación no se debe
interpretar como un cambio de "cultura", como muy bien arguyó Martfnez Navarrete (ll), sino
(6) He dedicido abandooar definitivamente la denominación de "vivienda"
pan1
el edificio 1 por las connocaciones funcio-
nale$ que el tmnino implica.
(1) En 1993 se en~¡ó una memoria de actuación a Castilla-La Mancha con todo lo realizado hasla entonces. incluyendo
por tanto los resultados. de la campalla de 1991 . La pubücación. que se prometla inmediata. todavía es" pendiente: DfAz.ANDREU.
M. {ed.): El poblodo d~ la Edad dtl Bronce d~ El Recwnco (Cervua del Uano. Cu~nca}. Junta de Comunidades de Castilla· La
Mancha. Toledo. en prensa.
(8} DfAZ-ANDREU. M. y MONTERO. L: .Excavaciones en el yacimiento de El Rccuenco (Cuenca)lo. Revista d~
Arqueolo1fa 186. 1996.62-63.
(9) &la ~ de$crita en DfAz.ANDREU {ed.) (en pn:osa): op. d t.
( JO) DfAz.ANDREU. M.: La EdiJd thl Bronce tnlo provincia de Cwnca. Serie Arqucoloafa Conquense XID. Diputacióo
Provincial de Cuenca. Cuenca. 1994. En la P'gjna 191 de esta pubJjcación se hace mención a la motilla de El Pedcmoso y a la 1110aa
de VLIIalpdo del Jlkar.
-182-
[page-n-183]
EL YACrMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
183
como una imposibilidad geográfica. El Recuenco podría considerarse como una morra, pero de
nuevo parece injustificado querer dar a esta afirmación un significado cultural. El término de
morra es más bien etnográfico (o más bien la interpretación arqueológica de un término etnográfico, ya que lo que significa morra, mota o motilla difiere de un área a otra ( 12)).
En cuanto al contexto geográfico más inmediato, el estudio geomorfológico llevado a cabo
por Teresa Bullón (13) dio como resultado un panorama homogéneo para El Recuenco y los otros
yacimientos coetáneos del mismo valle de Cervera del Llano. Todos se caracterizaban por un relativo aislamiento por su localización en espolones o puntos altos, una cercanfa a fuentes de agua y
su posición cercana a mejores tierras de cultivo de fondo del valle. Algo observado por Teresa
Bullón, pero que no llegó a reflejarse en la publicación, fue la abundancia de sflex en la zona. En
particular me parece importante apuntar la información que a este respecto se ha obtenido en el
último periodo de trabajo de campo codirigido con Ignacio Montero. En esta campaña se decidió
realizar una serie de seminarios para los alumnos como forma de integrar la cultura popular en el
estudio del yacimiento. Una de las personas invitadas fue el Sr. Julio Carrillo, hasta hace unos años
-y todavía aunque ya no ejerza- el experto en la talla lítica de trillos en un radio de varios pueblos
alrededor de Cervera del Llano. Él nos explicó que la mejor zona de recogida del síJex que se
encuentra en la zona se halla a unos 2,5 km al NE de El Recuenco. Los bloques de síJex que de
buena calidad que trajo a la sesión organizada en la campaña de 1996 para mostramos cómo se
tallaba tradicionalmente el síJex visualmente no se diferenciaban de los extraídos en el yacimiento.
La vegetación de la zona, según se deriva de los estudios realizados por Pilar López (palinología) (14) y por Diego Rivera y Concepción Obón (improntas de origen vegetal en arcillas)
( 15), se componía, según este último análisis referido a la fase 2b, de carrizo, probablemente
chopo, encina, quizá adelfa, lino. El estudio de López no se puede asociar a las fases por la
ausencia de estratigrafías realizadas, aunque por las fechas asociadas cubrirla las fases 2c a la 2a.
Martínez Navarrete opina que "a tenor de los resultados de los análisis polínicos (López 1983)
sabemos que el medio que explotaron era más boscoso (Quercus, Alnus, U/mus, Corylus,
Junglans, Olea; Jiu)" (16). En cuanto a la fauna salvaje, los datos provienen de las excavaciones
anteriores a 1986, puesto que en el interior del edificio l, objeto principal de las excavaciones a
partir de aquella fecha, se han encontrado muy pocos huesos, lo que probablemente es debido a
una actitud cultural ligada a mantener el interior de los espacios habitados (sean o no viviendas)
limpios, y por tanto a no tirar en ellos basura. La publicación sobre la fauna ( 17) no indica la pro(11) MARTÍNEZ NAVARRETE. M' 1: Moms, motiU y castiUejos: ¿unidad o pluralidad cultural durante la Edad del Bronce
as
en La Mancha?. En Hom~no}~ o Monu~l de los Santos. lnstilulo de Estudios Albacetenses, Dipu&ación Provlneial de Albacete.
Albacete. 1988. p4gs. 81·92.
( 12) Como ya expuse en mi líbro sobre la Edad del Bronce en la provincia de Cuenca (DfAz..ANDREU 1994: op. cit.• p4g.
273)...Clliste una ciena coofusión en la dislinc:ión entre DIOlilla y lllOCTL En primer luglf hay que teiiC1' en cuenta que lnldicionalmente signifiCIII lo mismo. aunque una palabra susliwye a otra en delennínadas úeas. Por ejemplo la motiUa de El Acequión es
Uamadamente populamlente la mona de El Acequión (FenWldez-Miranda. com. pers.). Moma o motilla significan en el lenguaje
popullf levanllmiento semicireular en el paisaje de unas dimensiooes determinadas. que oscilan entre los cincuenta y mú de cien
mellOS de dWnetro. No tienen por q~ teiiC1' yacimiento arqueológko. como as! lo demuestra la malilla de Moúlla de Palanc:ar
(Cuenca), pequdla colina de fonna casi perfecta de media esfera junto al rfo Valdemembra. de origen compldamente IIIIUrll y que
no muestra ningán rastro de !DIIerial arqueológico en superflcie".
(13) BULLÓN y DfAz..ANOREU: Op. cil.
(14) LÓPEZ: op. cit. Este anüisis se realizó en el (posterior) cone C2.
(15) RIVERA ti al.: op. cit. Las m\IC$tras pan el anüisis de arcillas de coosrrucclón se rec:ogieton del nivel 2b.
(16) MARTfNEZ NAVARR.ETE (1988): op. cit.• p6g. 2308.
(17) MORALES: op. cit.
-183 -
[page-n-184]
184
MARGARITA DÍAZ-ANDREU
veniencia estratigráfica de la misma. pero debido a que en 1977 sólo se excavó en la zona intramuros, donde aJ parecer no quedaban restos posteriores a la Edad del Bronce, y además donde
no se profundizó gran cosa. se puede suponer que toda ella provenía de la fase 2a. La fauna de
tipo salvaje que se enumera se limita aJ ciervo y quizá aJ conejo. En el estudio realizado por
Bustos et al. ( 18) tras la excavación de 1980 los resultados son semejantes no cambian gran
cosas, ya que se cita de nuevo el conejo, además de la liebre como única fauna (probablemente)
no doméstica.
Los datos de vegetación y fauna parecen indicar, por tanto, un clima similar al actual, y un
paisaje que probablemente no difería gran cosa del existente hasta el siglo XIX, en el que al
parecer el término municipal se caracterizaba por sus bosques y la gran cantidad de ciervos en
ellos existentes. Esta noticia viene confirmada en parte por el paralelismo con el término colindante de La Hinoj:osa, donde D. Vicente Martínez Millán, maestro ya jubilado del pueblo, realizó
un estudio documental de la historia del mismo, Llegando a conclusiones semejantes ( 19).
EL RECUENCO EN SU CONTEXTO HISTÓRICO
En mi publicación sobre la Edad del Bronce en la provincia de Cuenca (20) conscientemente
evité dar mucha i.nformación sobre los resultados extraídos de la excavación de El Recuenco. La
razón para ello fue la enorme diferencia de datos con los que contaba para el resto de la provincia.
Efectivamente, ningún yacimiento de ésta se ha publicado ni en su totalidad ni en gran parte.
Existen informes sobre campañas realizadas en varios de ellos (2 1), pero el resultado en conjunto
resulta todavía incoherente.
Como he apuntado en varias ocasiones, uno de los problemas que todavía afecta el estudio
de la Edad del Bronce en la provincia de Cuenca es el resultado bajo mi punto de vista dudoso
de las dos fechas radiocarbónicas obtenidas en Los Dornajos, sitio caracterizado por la presencia
de cerámicas profusamente decoradas de tipo campaniforme. Las fechas coinciden con las de
yacimientos con cerámicas lisas típicas del Bronce medio como El Recuenco, lo que evidentemente representa una contradicción. La consistencia que vienen produciendo las fechas de El
Recuenco y de otros yacimientos con cerámicas semejantes me ba Llevado ya varias veces a
afumar la muy probable incorreción de la datación de los Dornajos, que necesariamente tiene que
ser más antigua. He venido calificando a los yacimientos con cerámicas tipo Dornajos como campaniformes, con cronología de Bronce inicial o incluso más bien caJcotctica (22). No dejan de
publicarse más datos a mi favor (vs. Martín Morales et al. (23)). El último de éstos que puedo
(18) BUSTOS et o/.: op. cit.
(19) Un trabajo en el que se recojen gran parte de las IIC)(ÍCias obtenidas de D. Vicente Mllt!nez Millúl es: ACEITUNO. FJ.•
DfAZ-ANDREU, M.. COLLADO. J.M., y GARcfA SÁNCHEZ. E. «Cakolltico en Cuenca. La colección arqueológica de D. Vicente
Mllt!nez Mii!M. La Hinojosa (Cuenca)•. Quodems de Pnhist~riD i Arqueolo8fa de Co.stt/16. en prensa.
(20) DIAZ-ANDREU, M. ( 1994): op.cit.
(21} Ver biblioplla en DfAZ-ANDREU ( 1994): op. cit.
(22) Ver fi¡. 3 en DÍAZ-ANDREU 1994: op. cit. y el mismo en RJVE.IlA et al.: op.cit. en los que didlas cerimicas claramente llenan el eJU.nJ\o ihucco dejado por las c:crimicas CUDpallifOI"me$ junto al borde interior.
(23) En ellltkulo publicado en Ñlliq~~ity el equipo fonnado por Mllt!n Morales eral. pte~CDtaroa sus duelas coo respecto a
mi hipótesis. pero como expon¡o a cootiniiiCión en el tellto. no dejan de public:arse m6s y m6s datos a favor de mi hipótesis. El
llt!culo al que me ref1tt0 es MAJUfN. C.• FERNÁNDEZ-POSSE. M" D.. FERNÁ.NDEZ-MIRANDA. M. y GILMAJII. A.: •Tbe
Bronu Age of La Mancha•. Alltiquity 67. 1993. pqs. 2J.4S.
-184-
[page-n-185]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
ISS
mencionar es las cerámicas Dornajos publicadas recientemente en el yacimiento calificado de
calcolítico de CerTO Jesús en la provincia de Córdoba (24).
Sería incorrecto considerar el poblado de El Recuenco como un representante de una
supuesta "cultura del Bronce Manchego". La forma de agrupar yacimientos en "culturas" arqueológicas proviene del método histórico-cultural adoptado en arqueología a principios de siglo que
consistfa en intentar encorsetar el pasado con una ideolog(a entonces imperante: la nacionalista
(25). Es fácilmente comprensible lo inadecuado que es intentar trasladar al pasado más remoto,
y del que no tenemos ninguna noticia directa (escrita), una ideología que proviene de la
Revolución Francesa y de la creación del estado moderno. Los yacimientos de Cuenca se diferencian a los del país Valenciano o los de Teruel tanto como éstos se distinguen entre sí. Los cambios son graduales y podríamos formar infmidad de conjuntos o "culturas" supuestamente homogéneas, dependiendo de qué criterio y qué zona geográfica se decidiera escoger. Todas estas áreas
(Cuenca, País Valenciano, Teruel...), sin embargo, se distinguen claramente con las situadas más
hacia el norte y el oeste (Cataluña, Zaragoza, Madrid, oeste de Toledo y Ciudad Real, Sevilla,
etc.), caracterizadas por asentamientos que indican una mayor moviHdad y probablemente una
complejidad social menor (26). No interpreto estas dos grandes áreas como sendas "culturas"
arqueológicas, sino como el resultado visible arqueológicamente en términos de cultura material
de dos modos de vida y en términos generales de dos tipos de economías totalmente diferentes,
lo que no quiere decir de dos sistemas ideológicos diferenciados, salvo a un nivel muy laso y por
tanto alejado del que se pretende operar con el empleo del término "cultura".
EL SECTOR EXTRAMUROS AL MURO A
La mayor parte de las excavaciones en el sector extramuros al lienzo A las llevó a cabo
~Isabel MartCnez Navarrete entre 1980 y 1985, aunque en 1988 codirig( con ella los trabajos
en los cortes a5 y g7, también en este sector, cuyos resultados ya han sido incluidos en una publicación (27). Son en total un mínimo de siete paramentos los documentados en este sector de El
Recuenco. Su interpretación es sumamente complicada, por lo que aquí sólo realizaré un primer
intento, que cuenta con el obstáculo del ya comentado cambio de criterios en el planteamiento de
(24) MARTfN DE LA CRUZ. J.C.. SERRANO CARRILLO. J y MORENA LÓPEZ, J.A.: • Aponación al estudio del
Calcolftíco en la Campilla Baja (Córdobi·J~n)•. CuPAUAM 16. 1989. P'SS· 43-72.
(25) Varios autores. entre los que me incluyo, han reflexionado sobre Jo inadecuado que resulta el empleo del tmnino cultura
y de su relación con la ideología nacionalista imperante en el cambio de siglo:
SHENNAN. S.: clntroduction: ucllaeological approacbes to culuual idcntíty». En S. Shennan (ed) A~ltoeological Approaches
to Cultural /d~ntity, One World Archaeology 10, Routledge. Loadres. 1988. p4gs. 1-32.
OfAz.ANDREU. M.: cConsuuctíng identíties through culture. Tbe pas1 i.n the for¡in¡ of Europe... En S. Jones. Gamble. C.
and Graves. P (eds.) Eu~an CommiUiities: A~lto~o/Qgy and 1M Corutruction of Cultural ld~ntity. Routledge. Londres. 1996. P'¡s.
48-61.
(26) Expongo mejor estas ideas en mis ank:ulos:
.
OfAz.ANDREU. M.: ...Las sociedades complejas del Calcolitico y Edad del Bronce en la Penlnsula lbmc:a... En V Olivcira
J01¡e (eootd}. Actas del 1• Con¡resso de Arqueología Peninsular (Porto. 12- 18 de Outubro de 1993). Traballw d~ .Wropologia e
Emologio xxxm (1-2). 1993. P'ss. 24S-264.
OfAz.ANDREU. M.: ..Complex Societies in Copper and Bronce Age Iberia: A Reappraisal». 04ord Jouf'MI of A~ltoeology
14(1). 199S. P'P· 23-39.
(27) OfAz.ANDREU. M. (en prensa): op. cit.
-185 -
[page-n-186]
186
MARGARITA DfAz-ANDREU
los cortes y en la localización del punto cero, y además con el de la ausencia de fechas radiocarbónicas provenientes de este sector, por lo que su correlación con el "edificio 1" será sólo hipotética y se basará en la profundidad a la que estos muros se construyeron.
Este sector viene definido por estar limitado en su extremo SO por el muro A. Éste, que también se ha denominado en algunas publicaciones como muralla, fue el que probablemente se
construyó en primer lugar sobre el cerro. No pasarla en un primer momento de ser poco más que
una valla, pues su anchura en el momento de su construcción era de unos 80 cm. como máximo.
La profundidad a la que llega en el corte C2 es de por lo menos -2,40 m. lo que por ahora en este
corte se viene interpretando como fase 2c. En su extremo sur, en el extremo SO del corte 05, la
profundad a la que llegan algunas piedras a poco de la superficie actual es de -2,60 m. quizá en
la fase 3. Cuando el muro F se levantó cerrando el extremo sureste del "edificio 1" , probablemente en la fase 2c, la sección sur del muro A se dejó en desuso, y el muro A pasó a ser únicamente el paramento NE de dicho edificio, es decir, supuso el fin para el muro A de su funcionalidad como muralla o más bien de valla delimitadora del sector intramuros. Creo que fue en este
momento, como expondré de nuevo más tarde, cuando se construiría el muro L del corte a5 para
cubrir dicha funcionalidad. En este momento, fuera porque se necesitara tener un muro de
mayores dimensiones para apoyar la techumbre, fuera porque el existente se les estaba cayendo,
el muro A se ensanchó con una hilada vertical, pasando a tener aproximadamente un metro de
anchura. Posteriormente se aumentó incluso otra(s) bilada(s).
Los paramentos a extramuros del muro A son los muros B, C, D. N, O, P y L (28) (fig. 2). El
muro B se encuentra en los cortes A4, B3 y B4. En su extremo oeste se apoya sobre la cara externa
del muro A (29) y por lo tanto parece ser un añadido posterior. La conexión con el muro C y con
la probable continuación del O no está clara. Martínez Navarrete (30) asegura que el extremo
oriental "parecía interrumpirse antes de llegar al muro [C] (3 1), pero la mala conservación de este
último en esta zona, la escasa profundidad alcanzada en la excavación del mismo y el propio
derrumbe del lienzo [B], impiden la confinnación, por el momento, de esta hipótesis". La excavación en el espacio triangular dejado entre el muro B y el C, no produjo estructura alguna,
aunque la validez de esta afirmación habría que matizarla por el prácticamente total de conocimiento de las profundidades de las observaciones de la excavadora. Martínez Navarrete (32) dice
que "estaba relleno de arcilla compacta con escasos fragmentos cerámicos. Este sedimento,
similar al empleado para efectuar el piso de las viviendas [es decir, de la vivienda] o para apoyar
los muros ... [se refiere en particular al N] descansaba sobre una capa de piedras sueltas (33) y
(28) La denominación de los muros no coincide con la dada por MartCoez Navanete en su tesis doctoral (MAR11NEZ NAVARRETE ( 1988): op. cit.). ni esta llhírna con las lelniS empleadas en sus cuadernos. Esta confus.ión hizo que decidiera emplear mi
propía denominación. Con respecto a los de la tesis doctoral. el llnlco que coincide es el A. Su lienzo 8 es mi muro N. eJ C pasa a
ser lo que yo, por prudencia. he denominado como muros O y P: lo que ella publicó como lienzo O es lo que yo he llamado C; el
E es mi 8 : el v. l es eJ J; y el v.2 el P. Esta coofusión proviene de la ausencia de planos en la Tesis Doctoral y mi inadecuada primera
interpretación de sus descripciones. He decidido no cambiar de nuevo mis denominaciones para no liar alln mis el asunto.
(29) En la tesis doctoral MAR11NEZ NAVARRETE (1988): op. cit.. p4g 2305. dice que "su ex~re.mo occidental apoyaba en
la cara ex tema del lie.1120 A".
(30) MARTfNEz JIIAVARRETE ( 1988): op. cit. p4¡. 2305.
(3 1) Para evitar ooofusión he sustituido las letras con las que Mattlnez Navanete denomina los muros en su tesis doc:1oral por
eJ criterio que yo si¡o y el que empleo en este articulo.
(32) MARTfNEz NAVARRETE (1988) op. cit. p4g 2305.
(33) Quiú se refiera a unas piedras representadas en la planimetrla de 1984. A una de ellas se le da una profUDdidad de
· 1.27 m.
-
186-
[page-n-187]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
oí' "
..
~
."
of •
'
o. r
'
, ..
187
""
~
Fig. l.- PiaDo de El Recumc:o coa espedllald6a de los IIOIIlbra dados
a cada UDO de los paramentos de los que el artkuJo trata.
éstas, a su vez. sobre un nivel pulverulento ceniciento en el que acabó la excavación (34)". El
muro B presenta una longitud de unos 5 metros y una altura total de unos 1,70 m, (35) Es paralelo al muro N, del que le separan casi tres metros. Su profundidad máxima es de - 1,53 m.
(medida tomada en 1996), lo que parece significar que su construcción se realizó durante la fase
2b del edificio l. La altura máxima que alcanza es bastante mayor que la del muro A, ya que llega
a + 4 cm. y las piedras superiores del muro A se encuentran entre unos -0,80 m. y -0,60 m. La
diferencia puede deberse o bien a una conservación diferencial, o bien, y yo me inclino más hacia
esta hipótesis, a una reutilización de este muro en el momento de construcción del muro O en la
fase l, del que es perpendicular. Entre el muro B y el N la excavación produjo ''piedras y tierra
arcillosa compacta con unos pocos pegotes rojizos y negruzcos. Las cerámicas fueron más abundantes que las recuperadas" al S del muro B (36).
(34) Las profundidades dadas en la planimetña de 1984 para una zona dcslaeada por un rayado, que quiú corresponda con
este nivel ceniciento van de -1.32 m. a-146m.
(3S) MAR11NEz NAVARRETE (1988): op. cit. P'g 2305.
(36) MAR11NEz NAVARRETE (1988): op. cit. P'i 2306.
- 187 -
[page-n-188]
188
MARGARITA DfA.z..ANDREU
El muro N (también llamado muro Norte en los apuntes de Martfnez Navarrete) adopta una
dirección este-oeste paralela al muro B. Se localiza en los cortesA3, B2 y B3. Las alturas máximas
de ambos muros, el B y el N, se diferencian únicamente unos 30 cm., por lo que tomando en consideración la pendiente se puede considear relativamente paralelos. Las cotas superiores tomadas
para el muro N varían entre -0,09 m., -0,19 m. y -0,32 m. de oeste a este. La parte exterior parece
estar construida de forma escalonada, aunque también puede tratarse de un derrumbe, lo que su
excavadora no pudo distinguir con certeza en sus apuntes de campo, aunque sí en la publicación
de su tesis, donde dice que "con objeto de evitar el derrumbamiento del muro, su cara externa se
apuntaló encajando una serie de piedras en la ladera, algunas de las cuales se unieron con arcilla"
(37). La profundidad a la que este muro (o su derrumbe) llegaba era-1,36 m. Martínez Navarrete
(38) sugiere que quizá el muro N sirva como refuerzo al B, "siguiendo un procedimiento bien
conocido en las morras de Albacete", aunque les separan unos tres metros. También propone que
este muro N es ·posterior al B "dado que su base se baUa por encima de la del lienzo" B.
El muro e se localiza en los cortes A4, 84 y BS. Se conservan más de 7 metros de largo y su
altura total es de unos 50 cm (39). Llega a una profundidad máxima de - 2,24 m. (40) y las hiladas
superiores se encuentran a - 1,25 m. en el extremo norte y -0,99 m. en el sur, junto al muro A.
Debido a que et sector oeste del corte A4 está prácticamente derruido no es posible determinar la
relación de éste con el muro e ni con el que probablemente sea una continuación del O, posiblidad
ya apuntada por Martínez Navarrete (41). En cuanto a su relación con el muro A, parece anterior
al último levantamento del muro A, pero fue coetáneo en algún momento a este lienzo, momento
que podemos datar, por la profundidad a la que se encuentra, en la fase 2c del edificio l.
El paramento O es un muro colgado en el corte B4 muy mal conservado pero que claramente
es posterior al A. Quizá varias de las piedras más altas que actualmente se hallan en la parte superior del B pertenecieran al O (o a la conjunción de ambos), y en la planimetría realizada por
Martfnez Navarrete se daba a entender que varias piedras sobre el muro A en la esquina N del corte
y entre el testigo e4/C5 podrían representar una continuación del muro. En varias ocasiones
he asociado a este muro el fragmento de la primera Edad del Hierro encontrado en superficie, pero
esta relación se ha hecho simplemente sobre la base de la clara posterioridad de ambos elementos
con respecto a la fase principal de ocupación del yacimiento durante la Edad del Bronce. La longitud total conservada es de algo menos de 2m., aunque si añadimos las piedras anteriormente
mencionadas del muro B la longitud total sería de casi 5 m., y si afiadiéramos el probable trozo de
muro sobre el corte C5 esta medida sería de unos 8 m. Unicamente se conservan una o dos hiladas.
Éstas se hallan a +0.27 m. en su parte superior y +0.10 m. en la inferior.
Del muro O, excavado en el corte A3 y en el testigo A2/A3, sólo se conserva una hilada formada por piedras muy irregulares. Su límite interior está en algún punto contacto con la base del
escalonamiento o derrumbe del muro N, ya que en el extremo sur las piedras o derrumbe del N
están por encima del O. Martínez Navarrete interpretó dicho muro como parte de uno mismo con
es
(37) MARTÍNEZ NAVARRETE (1988): op. cit. pág. 2304-S.
(38) MARTÍNEZ NAVARRETE (1988): op. cit. pág. 2306.
(39) MAR11NEz NAVARRETE ( 1988): op. cit. pág. 2305.
(40) Esta es la profundidad que se encuenlnl en el plano de Manfnez Navarrete realizado en 1984. en el corte 84. a unos 3
m. del perfil NO y a unos 2,4 m. del NE. A panlr de ahora dad estas coordenadas como MN 84. 84. 3 m. 2,4 m, -2,24 m.
(41) Esta autor:a dice que ••el grosor. los mat.eriales empleados (11nicos lienzos donde hay rocas de gran tamallo) y delineación
del muro [C) hac:ían pensar que fuera .la prolongación del tramo externo del muro [P). La falta de excavación del 1n1100 inteonedio
(unos 4 a S m.] impide la confmnación de esta hipótesis~ (MARTfNEz NAVARRETE ( 1988): op, cit.• pág. 2305).
-
188-
[page-n-189]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
189
el P. Según dice en su tesis doctoral «en la base de la misma ladera nororiental existe un tercer
muro... , formado posiblemente por dos tramos de piedra {lo que yo llamo e] muro O -tramo
interno para ella- y el P -tramo externo de Martínez Navarrete-] con relleno intermedio arcilloso
muy compacto. Su delineación -en los dos metros excavados- es aproximadamente paralela a La
del lienzo A" (42). La profundidad superior a la que se encuentran las piedras del muro O de
hacia -2,30 m. Presenta una anchura de unos 60 cm. Sólo le separan 70 cm. del muro P, que se
encuentra a unos 20 cm. más bajo. En la planimetría realizada en 1984 se deja entrever que quizá
el muro O continúe basta el corte A4, juntándose de fonna confusa con el B y el C. Como
veremos igualmente en el caso del muro P, contra esta hipótesis se halla el hecho de que las piedras del corte A4 presentan cotas de aproximadamente un metro superiores, un hecho que quizá
se pueda explicar por una adaptación a la pendiente y los 4 m. de distancia que separan lo descubierto en el corte A3 y en el corte A4.
El muro P del corte A3 y testigo A2/A3 presenta mayor número de hiladas que el O y puede
que sea, como decía Martínez Navarete (ver supra) simplemente el tramo exterior de un muro
formado por lo que yo aquí prudentemente estoy diferenciando como muros O y P. Por otra parte
también podría ser una continuación del C aunque contra esta hipótesis están el cambio de orientación de los muros (aunque el extremo norte del muro C parece que experimenta una curvatura
que le llevaría al P) y la diferente profundidad que Uega a ser de casi un metro, que podría explicarse de la forma ya argumentada para el caso del muro O.
El muro L se localiza en el corte aS. No tiene conexión con ninguno de los anteriores pero
por su disposición y por su probable continuación se ha denominado en las publicaciones como
muralla (más bien valla) exterior. Su profundidad máxima es de -3.80 m. y las piedras más superiores se encuentran a -2.90 m. La anchura es de un metro, aunque ésta se ve reducida en el
extremo norte a sólo unos 60 cm. Su orientación va de norte a sur, paralela al muro C, por lo que
no creo descabellado proponer una misma cronología, la fase 2c.
La secuencia de construcción a extramuros del muro A que propongo partiendo de la información sobre los siete paramentos que acabo de exponer es la siguiente (ver fig. 3). En un primer
momento, en la fase 3 para la que todavía no se han obtenido fechas de c- J4, se construiría lógicamente el muro A que iría como mínimo desde el corte C 1 al C6. Posteriormente, probablemente en
la fase 2c del edificio 1, datada por radiocarbono aproximadamente entre 1830 aC y 1690 aC (43),
(42) MARTfNEZ NAVARRETE (1988): op. cit. pág. 2305.
(43) Las (!:(;has que se han obtenido para la fase le son tres:
1· 11890: 3780 ~ 95 BP 6 1830 ~ 9S aC. (· d C14 375 ~ 8). En cana de Mattfnez NavatreiC a Teledyne lsotopes del 12.5.1981
se lee: cMuesuu J. Cata E. nivel3((cone C2)). La cata E (3 x 2m.) ofrece un muro de piedra con 1 m. de alzada conservado que
apoya directamente sobre la arenisca de base del ceno. Presenta una serie ininterrumpida de pisos horizaont.ales de areilla compacta
que al1eman con niveles cenicientos de ocupación. La muestra de carbón se tomó en el cuno de la excaveción de un posible agujero
para poste de 20 c:ms. de di6metro excavado en el piso areWoso ~spondiente al nivel 3 (a SO cm. de profundidad de la superficie) (es ~ír. aproximadamente a -2,00 m.)•.
OrN-21296: 36SO ~ 40 BP 6 1700 aC. La muestra. madera cabonizada proveniente de un poste. se ~ó en el corte 04 en
la campalla de 1994. en las coordenadas 3 m., 1.90 m.. -2.G4 m. El contexto era un poste de madera.
1-11892: 3640 ~ 95 6 no calibrada 1690 aC (- d C14 364 ~ 8). EJ carbón de la muestra se recosió en el cone OS en la c:ampai\a
de 1980. Sólo puedo dar las coordenadas aproximadas donde w.a se debió recoser. O.S m.• 4 m•• -2.30 m. En la c:aru MN a Teledyne
lsolopes 12..5.198 1 se dic:e: •La cata H (3 x 3 m.) se alinea a 4 m. de distanCia de la cata C(?). Ofreda tres niveles bien diferenciados: nivel 4: ceniciento. Descansabl sobre la arenisca de base del ceno. Niveles 3 a 1: consbte.ntes en un n!lleno arcilloso
COllll*fO con intercalaciones de bolsadas cenicientas. Estos niveles corresponden tanto al piso como al nlvel de ocupacióo de una
constrUCCióo con muro de piedra ICChado con cañiw. En el nivel l. a 30 cm. [prof. mú a la que se llegó -2.30 m.J de profundidad
de la superficie y bajo la impronta que dejó el techo de c:adizo al desplomarse sobre el piso. apareció el catb6o que se envía para su
dataciÓCI:lt (cana MN a Teledyne lsolopes 12.5.1981).
-
189-
[page-n-190]
190
MARGARITA OfAz.ANDREU
,
r
Fase 2c
Fase 2b
'
Fase 2a
Fase 1
o.___ _ _
..;;;a~
.J
l.
f1&. 3,-
El Re.cueoco:
rases le-la y 1. ElaombiUdo corrapoade a ao. mlli'OI
empleados ea cada ana de las fueslDdlcadas
el muro A dejaría de actuar como valla, siendo entonces sólo el paramento NE de la casa. En este
momento se levantarían los muros e , que quizá tenga continuación en el muro P (¿y en el 0?), y
el L. La finalidad del espacio en pendiente de casi unos 7 metros de anchura que quedaría entre
el muro A y el 0-P-e es desconocida. Mi hipótesis es que este(os) muro(s) 0-P-e dejó(aron) de
emplearse en la fase 2b.
En la fase 2b, con una única fecha de 1460 ae (44), se reorganiza el espacio exterior al muro
A, caen en desuso los muros e , P y O, y probablemente también el L, y en su lugar se construye
el B casi cortando por medio el espacio formado anteriormente. Por su orientación y por estar
alguna de sus piedras inmediatamente por encima del muro O, he supuesto que el muro N se
construye también en esta fase 2b. No parece que haya cambios en este sector extramuros, sin
embargo, al producirse la nueva reforma del "edificio 1" en la fase 2a.
(44) La fase 2b estarla datada por la mueSira GrN-17439 de 3410 :t 100 BP que interpretamos como 1460 aC. &u. cubón.
fue recogida en el corte C4 en la campalla de 1988, en las coordenadas 0,14 m.. 2.40 m.. - 1,44 m.
-190 -
[page-n-191]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
191
En la fase 1 de El Recuenco el "edificio 1" ha dejado de existir. En su lugar probablemente
se construye otro edificio del que quedan pocos restos. Uno de los paramentos aprovecharía el
muro B, al que podría llegar la continuación del D. El muro N, paralelo al B, parece que también
se conservaría en esta época. Poco más podemos decir de esta primera fase (última de ocupación
del cerro) debido a los escasos datos con los que contamos.
EL SECTOR INTRAMUROS AL MURO A. LA FASE 2A
El sector intramuros al muro A ha sido el que ha recibido una mayor atención en la excavación de El Recuenco a partir de 1988, año en que se decidió favorecer la excavación en extensión. La hipótesis inicial de que había dos viviendas (45) fue rápidamente desechada, por lo
menos sobre la base de los datos sobre los que esta suposición se había basado. El muro descubierto en el corte 05 y denominado por su excavadora como v.2, resultó ser parte del F y por tanto
pertenecer al mismo "edificio 1".
Se supone la existencia de un nivel 3 en el que el muro A actuaría como valla de protección.
Las cotas a las que esta fase se encontraría, según se ve en el corte C6, llegarían basta -2,60 m
(46). La siguiente fase de ocupación, que hemos llamado 2, se puede distribuir en 3 subfases, las
2a, 2b y 2c. Es este momento en el que probablemente se levanta el edificio adosado al muro A,
desmontáodose el extremo sur del mismo (es decir, el trozo del corte C6) y dejando el paramento
A de cumplir una función defensiva (suplida probablemente por el muro L). El ..edificio 1" experimentó varias remodelaciones, que dan lugar a las 3 subfases enumeradas. Nada queda en el
sector intramuros del nivel 1 que, como be explicado, en el sector extramuros está defmido por
el muro D, el B y el N.
A la fase 2a, que es sobre la que se va a concentrar este apartado, correspondería la fecha I11891 , de 3240 bC ± 95 ó 1290 ± 95 aC (-d C 14 332 ± 8). La muestra enviada a análisis, según
se especifica en una carta de Martfnez Navarrete a Teledyne lsotopes el 12.5. 1981 , «corresponde
a una mancha cenicienta delimitada por adobes quemados (¿hogar? (47)) correspondiente al nivel
1 (48) (a 20 eros. [aprox. -1 ,14 m.] de profundidad de la superficie}. Este nivel consistía en un
relleno formado por adobes descompuestos que constituían la estructura superior del muro adosado». Esta misma autora, sin embargo, posteriormente publicó esta fecha como el momento "en
que se produce la destrucción de la casa" (49), interpretación que no parece adecuada dada la proveniencia de la muestra de Jo que ella misma califica como probablemente un bogar.
(4S} MARTfNEZ NAVARRETE (1988): op.cil. pág. 2306.
(46) Sin embar¡o otras piedras se hallan a -2.40 m. que es la profundidad a la que estamos U
e¡llldo en el cor1e C2 en Jo que
todavía considerarnos fase: 2c. La excavación de la fase: 2c presenta problemas en los que ahora no voy a entrar, por lo que por el
momento, aunque manten¡o la posible exlsleneia de una fase 3, no descarto la posibilidad de que en un futuro haya que replantear
las fases m6s antl¡uas de El Reeueoco. Pa-o esto quedaai para una futura publicación.
(47) Ver infrt: posible bo¡ar al N del mW'O J.
(48) Creo ncc:esario aclarar la manera en la que se ba utilizado el lbmino "'nivel" en la excavacl6n de El Reeueoco. y que en
este tl8bajo be sustituido por el m6s adecuado de ~rase". Mi decisión en tl8bajos anteriores (y en las siglas del material) de emplear
el lhmino "nivel" oomo sln6n.imo de "fase" deriva del deseo de establecer una continuidad con la tenninolo¡l'a empleada por
M" Isabel Marúnez Navarrete. Sin embargo. solamente poslerionnente me be dado cuenta que en realidad esta investlpdon siguió
aiterios diferentes a la bon de establecer lo que era un nivel. lo que evidentemente hace inadeculdo seauir su sistema. adem6s de
enmaraftar enormemente la interpretación de las campailas de excavación por ella realizadas. Ademú. la a .cavaclón del "edificio
1" situado a intnmwos supuso una c:ornplicación abdida a esta terminolo¡l'a. puesto que en ~1 se ldentlfK:all diferentes IIIOOlCntos
en los que se rulizaroo n:fonnas menores. que se han denominado oomo subfases o subniveles. Hasta lbon parece que hubo una
reforma clara entre el momento 2a con re:speet0 al anterior 2b y probablemente otra entre el 2b y el 2c.
(49) MARTfNEz NAVARRETE (1981): op. cit. pqina 2304.
-
191 -
[page-n-192]
192
MARGARITA DfAZ-ANDREU
De esta fase 2a quedan muy pocos restos y todos ellos se encuentran como mucho a una distancia inferior a 4 m. del muro A. A este nivel pertenecen los muros J y K y las siete estructuras
realizadas para sujetar postes de diámetro de unos 20 a 30 cm. que probablemente sirvieran para
sostener la techumbre del edificio y los restos del posible hogar, y un derrumbe proveniente del
muro A.
El extremo sur del muro A en su segundo momento (es decir, cuando su extremo más meridional en el corte C6 ya se había desmontado) se levanta hasta la altura a la que se han encontrado los restos de la fase 2a (hay piedras a alturas entre -1,15 m. y -1 ,09 m.). En cuanto al cierre
SE es probable que coincidiera con el muro F. cuyas profundidades se corresponden con las de
la fase 2b, puesto que aunque la altura de éste no llega hasta la fase 2a, la del muro A cambia
bruscamente en el punto en el que luego sale el F. Hemos de suponer, por tanto, que si el muro F
no se conserva hasta una altura de -1,20 m. es por que o bien se desmontó ya en la fase 2a y en
este caso el espacio delimitado podría no ser un edificio cerrado sino que tendría un porche
abierto en su lado SE; o bien el muro se desmontó a causa de las labores agrícolas posteriores, lo
que me parece mucho más factible. El cierre SO del edificio estaba totalmente arrasado.
POSffiLE HOGAR AL N DEL MURO J. En los cuadernos de campo se especifica que
«entre el muro [J] y el perfil NE y a 40 cm. de del mismo aparece una mancha negra muy intensa,
con trozos de carbón, de unos 40 cm. de extensión» (MN 80: 20) (50). Más tarde afirma que «se
termina de excavar la mancha de ceniza junto al perfil NO. Tenía forma irregular y una profundidad máxima de -1,69 m. [es decir, aprox. -1,31 m.]. Las piedras del muro central [muro A] en
contacto con ella aparecían ennegrecidas entre tierra negruzca» (MN 80: 21-22). De este posible
hogar es de donde se extrajo la muestra 1-11 891 enviada a analizar, por lo que, como ya he
comentado, no data el momento de destrucción de la casa, como ella afuma, sino su uso en la
fase 2a hacia el siglo XIl1 aC.
MURO J. Se encuentra en el corte C3. En longitud, orientación, estructura, caida de pendiente (más arriba junto al muro A que en su extremo SO), tamaño de piedras que lo forman y
poca entidad es semejante al muro K. Entre los dos delimitan un espacio rectangular de aprox.
1,80 m. x 1,30 m. en el que la excavación no documentó nada de particular, pero que repite de
alguna manera un espacio ya acotado en la fase anterior, la 2b, por un empedrado. Entre éste y
los dos muros J y K no parece haber relación directa, pues éstos se encuentran "en el aire" con
respecto a aquél. El muro J tiene una anchura de unos 45 cm. Sus alturas superiores son junto al
muro A, en su extremo NE la altura superior es de -0,86 m. y en el extremo SO de - 0,93 m.. El
muro J profundiza unos 35 cm (51). Está formado por piedras de unos 10 a 20 cm., tendiendo las
más pequeñas a situarse en el centro. El muro se ensancha ligeramente en La base, lo que no
ocurre en el caso del muro K.
MURO K. Las dimensiones y características de este murito son semejantes al J, con la diferencia de que éste da la impresión de aún una menor entidad debido a que es Ligeramente más
estrecho y no se ensancha en su base. Su extremo NE la altura es de unos 25 cm, desde -1,00 m.
a -1,25 m. En el extremo SO, el más alejado al muro A, es 34 cm de alto (de -1 ,11 m a -1,45 m.).
3 ESTRUCTURAS DE SOPORTE DE POSTES EN EL CORTE C4. Al SE del muro K se
encuentran 3 estructuras de poste. Se hallan junto al muro A y soportarían postes de tamaño seme(50) MN 80: 20 significa cuadernos de Manínez Nava=te de la campalla de 1980, página 20.
(S I) MAR'TÍNEZ NAVARRETE ( 1988): op.cit. pág. 2306.
- 192 -
[page-n-193]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
193
jante a las encontradas en el corte C2, es decir, de diámetro de unos 20-30 cm. Las manchas que
dejaban adivinar la presencia de los tres postes aparecieron ya a una profundidad de -1,03 m. El
poste 1 es el situado más al NO de los tres. Está formado por unas tres piedras de unos 35 x 25
cm., que dejan al interior espacio para un poste de un diámetro de unos 20 cm. La tierra que
cubría esta estructura a -1,03 m. presentaba un color grisáceo que ya daba a entender la presencia
del agujero de poste. Las piedras más superficiales se encontraron a -1,22 m. con respecto al
punto cero y el color grisáceo de la tierra desapareció a -1,38 m. El poste 2 es el de menor entidad
ya que se sujetaría con piedras de menor tamaño. Aunque la tierra más superficial era anaranjada
a -1,03 m. al excavar su interior apareció la tierra grisácea, que desapareció a -1,35 m. El diámetro del poste sería de unos 20 cm. como máximo. El poste 3 estaba rodeado por piedras de
unos 30 x 20 cm. que aparecieron a - 1,26 m. La tierra que cubría esta estructura era grisácea y
tal color desapareció a -1,34 m. El diámetro posible del poste podría ser de unos 30 cm.
3 ESTRUCfURAS DE SOPORTE DE POSTES EN EL CORTE C2. Estas se encontraban,
según se observa en los planos y en las fotografías de M• Isabel Martínez Navarrete, en un nivel
muy cer~o al superficial, por lo que aparentan pertenecer al nivel 2a. La única profundidad que
ha quedado registrada es -1,31 m. para una piedra que parece que se encontraba en el fondo de
uno de los postes, el intermedio, ya que fue dibujada en 1984, mucho después de haber terminado la excavación de estas estructuras. Dos de eUas se encontraban en el corte C2, a algo menos
de 5 m. (52) al NO del muro J. Se construyeron contiguas y, como las del corte C4, estaban adosadas al muro A. Ambas dejaban un espacio para un poste de unos 30 cm. como máximo. En los
cuadernos se lee que "las estructuras cuadrangulares de piedra apoyan sobre el piso. Están formadas por dos lajas de unos 45 cm. (las más orientales), una piedra de 30 cm. y otras dos menores
alineadas hasta Uegar a la misma distancia que las anteriores, hincadas verticalmente en el suelo.
Se disponen a unos 30 cm. de distancia unas de otras en posición más o menos paralela, dejando
entre sí un espacio cuadrangular cerrado por un lado por el muro" A (MN 80: 1-2). Más adelante
la excavadora afirma que ''para tratar de ver si las estructuras cuadrangulares sirvieron para calzar
postes se levanta una de las piedras del interior de la occidental (cota -1 ,83 m. [¿-1,45 m?]). Está
muy encajada y calzada con otras mucho más pequeñas, ofreciendo argamasa amarillenta en su
base" (MN 80: 2). La tercera estructura (53) se halló en el testigo entre los cortes Cl y C2, a algo
menos de 2 m. de la intermedia. Al igual que las demás, también se hallaba adosada al muro A.
El espacio interior correspondía a un poste de unos 20 cm.
ESTRUCfURA DE SOPORTE DE POSTE DEL CORTE C3. Esta estructura es la ónica de
su tipo que no se encontraba adosada al muro A, sino a unos 3 m. de aquél. Consistía principalmente en tres lajas y varias piedras que dejaban un agujero para un poste de unos 25 cm. de diámetro. Las lajas se levantaban hasta una altura de -1,07 m. en algón caso, según se observa en la
planimetría de 1984. Martínez Navarrete no especifica ni en su tesis ni en los cuadernos de campo
el relleno y la coloración de la tierra en el interior de dicha estructura (54).
(S2) MARTfNEZ NAVARRETE (1988): op. cit. p4g. 2306.
(SJ) Esta tercera estructura fue excavada en 1977 (MN 80: 2). Manloa Navarrcte en su tesis doctoral. p4g.ina 2306. la calífica
como dudosa. pero en la planimetrfa de 1984 se dibuja claramente, y ella mima no presenta la mínima duda de su ex.istencia en los
cuadernos.
(S4) Estos dalos soo ya irm:uperables. pues la estructura fue destruida por un agente descooocido. probablemente. por las
caracterfslicas del enorme y profundo agujero realizado. por alguien a la bósqueda de un tesoro.
-
193 -
[page-n-194]
194
MARGARITA DfAZ-ANDREU
DERRUMBE DE LOS CORTES C3, C4 Y 04. En estos tres cortes se encontró un derrumbe
que presentarla fonna alargada y sería paralelo al muro A, aunque entre ambos quedaría una distancia de unos 2 metros. Mi suposición es que el derrumbe proviene del muro A y que los dos
metros "vacíos.. entre ambos son resultado de trabajos posteriores, probablemente debidos a las
labores agrícolas del cerro. El derrumbe llegaba en el corte C3 hasta una línea hipotéticamente
formada por la prolongación de la cara S del muro J. Las piedras en la zona cercana al muro A
aparecieron inmediatamente por debajo de la superficie, a -1,20 m. Las cotas de las piedras del
derrumbe en el corte C4 fueron de -1,09 m. en puntos más cercanos al muro A y - 1,29 m. en los
más alejados. Esta última cota y las del corte 04 ya se encontraron cubiertas por una capa de
tierra superficial más importante de unos 20 cm.. Las piedras del derrumbe profundizan hacia una
cota en el perfil SO del corte C4 de aprox. -1.60 m. y en el perfil NE del corte 04 las piedras
cubren una banda desde -1,41 m. a aprox. -1 ,70 m., descansando sobre un nivelillo de color negro
que marca la divisoria de la fase 2a con respecto a la fase 2b en este punto (55). En el corte 04
el derrumbe sólo se encontró en la esquina norte. En el corte D3 se observó en el perfil un cierto
alineamiento de piedras a - 1,50 m. que corresponderla con el nivel en el que se halla el derrumbe,
pero sin tener las piedras ni el volumen ni siendo la densidad de su distribución tan importante
como en los otros cortes. En el perfil SE del corte 04 se observaba que este ni velillo de pequeñas
piedras descendía desde -1 ,50 m. hacia -1,70 m. hacia mitad del perfil, donde se perdía.
En cuanto a la cultura material es difícil, por la complicada historia de la excavación y los
cambios de criterio seguidos por su principal excavadora hasta 1985, asignar con toda seguridad
qué tipología cerámica pertenece a esta fase 2a, pero necesariamente al menos parte del material
publicado en 1977 y 1979 (y en 1988) debe pertenecer a ella, aunque lo que proviene del nivel 1
parece que puede estar mezclado con material posterior (véase la cerámica esgrafiada (56) del
nivel 1 de la cata extensión, posterior corte C2). Dada la semejanza tipológica con lo publicado
para la fase 2b (57), parece factible afirmar que en líneas generales la cerámica de esta época es
semejante a la del momento anterior. Otro tipo de cultura material viene representado por un fragmento de molino barquifonne, al parecer situado junto al posible hogar (58). Este se hallaba
«apoyado sobre la cara plana. Su superficie se encontraba a -1,7 m. [-1,32 m.] descansando a
-1 ,76 m. [-1,40 m.?]» (MN 80: 22).
La información vertida en este artículo da pie a varias reflexiones. En primer lugar, creo
necesario subrayar el uso prolongado de un mismo espacio, durante más de medio milenio en
fechas no calibradas, por parte de sucesivas generaciones de lo que fue probablemente (por la
semejanza tipológica) una misma comunidad. Esta amplitud temporal ya se adivinaba por las
fechas publicadas por Martínez Navarrete, pero excavaciones posteriores la han confmnado y en
cierta manera han puesto algo de orden (definición de las fases) en sus afirmaciones. Más trascendental pienso que es el mati.z que estimo importante aportar al sustituir la palabra " muralla..
por la de "valla... La diferencia no estriba únicamente en un matiz terminológico, sino que influye
(.5.5) Las fases no se com:lacionan con una estratignffa horizontal. sino que ~Sta cambia con respecto ala pendiente.
(56) CHAPA rt al.: op. cit.• fig. 31. En sus c:uademos de exeav~eión Matt!nez Navamte no es muy espedfica sobre ellllllerial
eerimico que se va descubriendo. Por ejemplo. apunta que junto a las estruCturas de sopone de poste del corte C2 ..aparece un vaso
Cra¡mentado" (MN 8(): 1). sin especifaear m4s sobre a.
(57) Todas las c:ertm.ieas de los cortes C4. CS y 04 publicadas en mi tesis doctoral pertenecen a la Case 2b. OfA.z.ANDR.EU
(1 994): op. cit. figs. 190-193.
(.58) Las coordenadas que Mart!nez Navanete da para esle ballaz.go son ca 1.12 m. del vtrtiee N en el perfil NO y a 0.35 m.
del mismo en c:l perfil N& (MN 80: 22) en la cata G. posterionnenle integrada en el c:one CJ.
-
194 -
[page-n-195]
EL YACIMlENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
195
en la percepción del esfuerzo invertido en la protección (?) del sitio que ahora considero realmente fue de escasa importancia. Esto no se contradice con la visión que be defendido en otros
artículos de un crecimiento muy moderado de la complejidad social, probablemente a sociedades
de jefaturas simples (59) en esta área con respecto a momentos anteriores (60), y que en todo caso
representaría un grado intennedio entre las SE y las del valle del Tajo (61).
Mi última reflexión se dirige a la calificación del mismo yacimiento, al que basta ahora
siempre me había referido como "poblado". Tal y como se presenta la excavación es probable
que en El Recuenco sólo se construyera una edificación con un espacio adosado a extramuros del
lienzo A, por lo menos durante las fases 2c-2a. Es verdad que quizá esta impresión se deba a una
conservación diferencial, y que los cortes que van desde la letra E hasta la J quizá también presentaran una ocupación de la que no ha quedado apenas potencia arqueológica (62). Pero incluso
en el caso de que quedara alguna casa más (a lo más, por el espacio restante, una o dos si éstas
presentaran las mismas dimensiones), la densidad poblacional resultante no deja de ser sumamente baja. Es cierto que los datos conocidos para esta época por prospecciones no dirigidas, normalmente llevadas a cabo por aficionados, no parecen aportar datos diferentes, pero esta suposición nunca se ha cotejado con un estudio sistemático realizado por arqueólogos profesionales.
Por esta razón creo que se hace cada vez más urgente la prospección intensiva de zonas llanas,
para poder contextualizar en su espacio inmediato con una mayor fiabilidad los (sesgados?) datos
poblacionales hoy conocidos, representados por yacimientos como El Recuenco.
(59) Empleo CAe tmnino de una forma con.sc:ientemente ambigua. Una de lis mayores apoNciones a la investipc:ión en los
41timos diez allos la ha constituido la c:rftica a lis rfgidas tipologías de tipo (neo-) evolucionista. Mi intención al utilizar CAe tmnino
es comparalivL Quiero decir. como explico en eltCJt10, que lis soc:icdades que vivieron en la Edad del Brooc:e en La Maocba, y en
particular en El Recuenco. establll muy l. jos de una estructlll'l de tipo estatal. pero de alguna manera praentaben estruc1UtaS socioe
políticas mú M
elabotadas" que lis de. por ejemplo. lis comunidades necesariamente (por el reablro arqueol6¡lco dejedo) mú
móviles que habitaron hacia IIIIOS SO km. hacia el occidente.
(60) Los escasos datos conocidos sobre el Calcoiitico en CAe 6rea se encuentran en ACEITUNO tt al.: op. cit.
(61) DfAz.ANDREU (1993): op. cit.; DfAz.ANDREU (1995): op. cit.; DfAz.ANDREU. M. •late Prdústoric Social Cbaoae
in the Soutbem Meseta of the lberian Palinsula.-. En K. Lillios (cd) 1M OrigitU of Complu Soci,its in Late Prrltisroric l~ria,
lntematiooal Mooograpbs in Prebistory, Ann Albor, pqs. 97-120.
(62) Los resultados de la excaY11Ci6n del conc JS se encuentran en DfAz.ANDREU. M. (cd): op. cit.
-195-
[page-n-196]
[page-n-197]
ARCHIVO DB PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXIII (Valencia. 1999)
MARGARITA DfAz-ANDREU*
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
(CERVERA DEL LLANO, CUENCA). LAS EXCAVACIONES DEL SECTOR
EXTRAMUROS Y LA FASE 2A A INTRAMUROS
En este artículo se resumen las actuaciones llevadas a cabo en el poblado de la Edad del
Bronce de El Recuenco (fig. J) hasta la campaña de 1994 en lo que se refiere a la excavación
extramuros del área principal del poblado y a la fase 2a de la zona intramuros. Dicha tarea no es
fácil debido a los diversos periodos por Jos que ha pasado la excavación y la escasa financiación
con la que el estudio ha contado desde un principio. Sin embargo, dado el largo tiempo que se
lleva investigando en este yacimiento parece necesario publicar aquellos conjuntos que van mostrando coherencia suficiente, aunque trabajos futuros tengan con toda probabiüdad que matizar
lo aquf expuesto.
La historia de la excavación de El Recuenco es compleja. Se comenzó a trabajar en el yacimiento en 1977. siendo directoras de la excavación las entonces recién licenciadas Teresa Chapa.
Pilar López y M• Isabel Martfnez Navarrete. En aquella primera campai'ia se abrieron 4 "sectores"
o "catas" denominados lAI , 1A2, 1A3, 1C3 y una última llamada "extensión". Estas tres primeras "catas" (1 Al , 1A2, 1A3) quedaron encuadradas a partir de 1983 en los cortes D 1 y esquina
oeste del 02, mientras que la "cata" IC3 se incluyó en el Fl, y la "cata "extensión" (que en 1980
se denominó E) en el posterior corte C2, además de en el testigo de separación entre el corte Cl
y el C2 y el extremo SE del corte Cl . El material de esta campai'ia. incluyendo un análisis de
fauna, se publicó casi inmediatamente ( 1).
• [)eplrtment of Atc:baeology. Univcrsity of Dudlam. Soutb ROid. Durtwn DHI 3LE. Reino Unido.
(1) CHAPA. T. y MARTfNEz NAVARREI'E. M" 1.: cNuevos balJazgos de la Edad del Brooce en Cervcra del Uaoo
(Cuenca)». Acto.r tkl XV ÜJtllruo NociOMI de Arq~~~gfo. Zaracoza. 19n. pqs. 183-196.
CHAPA BRUNET. T.. LÓPEZ OARcfA. P. y MAKI1NEz NAVARRETB. MJ.: El pobfodo tk lo EilDd del Bf'OfiCe de El
Recwe~~co. Cen·ero del U0110, Atqueolog(a Cooqucnse IV. Museo de Cuenca. Cuenca. 1979.
MORALES. A.: cAMiisis fau.nútico del yacimiento del Recueoc:o (Provincia de Cuenca)•. En Chapa Bnmet. T.. López Oaráa.
P. y Maníne:z Navarreee. M.J. El pobfodo de fa EilDd tkl BITJI'IU de El Rtcwtteo. Cervero del Uono. Arqueolog{a Conquense IV.
Museo de Cuenca. Cuenca. 1979. pqs. S2-54.
-179-
[page-n-180]
180
MARGARITA DfAz-ANDREU
Flg. l.- Slt:oad6n de El Rec:uenco.
Desde 1980 hasta 1986 la dirección de El Recuenco recayó exclusivamente en M- Isabel
Martfnez Navarrete. Esta investigadora trabajó en el yacimiento en 1980, 1983, 1984 y 1985. El
sistema de excavación se mantuvo con ligeros cambios en la campai'ia de 1980 para luego cambiar radicalmente. La estrategia de excavación de 1980 consistió en realizar catas (abandonando
definitivamente el término "sectores") denominadas con una letra que presentaban ahora un
tamai'io de 2 x 2 m., en algún caso ampliado en razón a la excavación. Se excavaron así en 1980
cinco unidades, las "catas" D, E Oa antigua "extensión"), F, G y H. Estas "catas" se corresponden
a los posteriores cortes Cl, C2, A3/B3 (quedaría en medio de estos dos cortes), C3 y 05 respectivamente. De la campafta de 1980 provienen las muestras recogidas para el estudio polínico reaLizado por Pilar López (2).
En 1983 se acometió una tercera y definitiva reestructuración de las unidades de excavación.
Las antiguas catas y sectores quedaron definitivamente incluidos en una cuadriculación general
(2) LÓPEZ OARCfA. P.: ocEl estudio polúúco del yacimiento de "El Recueoco" (Cervera del Llano. Cuenca)•. HOtUnaje al
Proft U>r Mart(n Afmotro &Jsch 1L 1983. P'gs. 45-48.
-180 -
[page-n-181]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
181
del cerro por la que éste se subdividió en cortes de 4 metros cuadrados separados entre sí por testigos de medio metro. Estos cortes se denominan con un número y una letra, aumentando los
números de NO a SE y las letras de NE a SO. Sin embargo, como se comprobó en 1988, el
poblado resulta tener un tamaño algo mayor al inicialmente supuesto, por lo que a los cortes
situados más al NE que los asignados con la letra A, se les ha impuso letras del alfabeto griego,
siguiendo en este caso un orden aumentativo de SO a NE. Otro cambio que se acometió en 1983
fue el del punto cero, con el problema consiguiente de perder toda La relación entre las profundidades apuntadas hasta entonces con las que desde aquel momento se tomaron. Mi suposición es
que hay unos 38 cm. de diferencia entre los dos puntos cero, pero nunca he logrado estar segura
de la fiabilidad de esta conjetura.
En la campaña de 1983 se excavó en los cortes A3, A4, AS, 83, 84, C2, C3 y CS. En 1984
se realizó la planimetría de todo lo excavado hasta el momento y en 198S Martínez Navarrete
decidió proceder a la restauración de los muros descubiertos debido a que en ellos se estaba produciendo un rápido deterioro. De todos estos trabajos queda constancia en los cuadernos de
campo que la directora de la excavación de entonces puso amablemente a mi disposición, complementada por la interpretación sobre el poblado realizada en su tesis doctoral de J98S (3).
Los años 1987 y 1988 representaron una etapa de transición, en la que la autora de este trabajo, Margarita Díaz-Andreu, se incorporó como co-directora de la excavación en función .a su
recién comenzada Tesis Doctoral. A partir de este año, debido a la transferencia de todo lo reft>
rente a arqueología a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, de este ente autonómico ha
provenido casi exclusivamente la financiación de las actuaciones realizadas. En 1987 se decidió
realizar un análisis geomorfológico de la zona publicado posteriormente (4) y en 1988 se codirigió
una campaña de excavación (S). Ya en esta campaña los objetivos de la excavación cambiaron
completamente con respecto a la etapa anterior. En vez de intentar obtener una estratigrafía diacrónica del poblado, como hasta aquel momento se había pretendido, se impuso una excavación
en extensión. Por ello se comenzó a excavar en el área interior de la muralla A, es decir, en los
cortes C4, CS, 04 y DS, en los que Martíoez Navarrete había previamente identificado unos paramentos que ella interpretó como dos viviendas, que resultaron ser una única en el curso de la excavación. Además un segundo objetivo de la campaña de excavación de 1988 fue el delimitar por
(3) MARTfNEz NAVARRETE. M'. l.: L4 Edad d1l Bronce en la Submestta Suborlental. Colección Tesis Doctorales, Ed.
Universídad Complutense. Madrid. 1988.
Entre la documencación aportada por M' Isabel MIII'Úilez. Navanete se encuentra un estudio titulado ..A~ndlc:e l. Estudio
faun!stlco del yacimiento de 'El Recuenco". por Pedro Brea l..6pez.. Victoriano Bustos Pretel y GuiUenno Molero Gulihrcz.. ooo la
revisión del Dr. F. Alfúez.. (Departamento de Paleontolog(a. Facuhad de Ciencias Geológicas. Universidad Complutense. Madrid)".
Este informe se debió hacer en 1980 por la denominación de c:aw que se emplea.
Otro Wlisis realizado en esta ~a en la que Martínez Navanete actuó como directora de la excavación fue el flsico.qufmko
y mlneralcSJico. posteriormente publicado como lMNEz BAllESTA. R., GARCfA GIM~EZ. R. y DfAz.ANDREU. M.:
..Anüisis de los datos lüico-quúnicos y núneral6gicos de la esamigrafia del poblado de la Edad del Bronce de El R=lenco (Cetvera
del Llano. Cuenca)ll. En J. F. Jonli Plrdo (coord.) Geoan¡ueolofla (actas tk la 2" Reuni6tt NaciONJI de Geoarqueolofla. rrGE.
Madrid 15. 15 y 16 de dicimtbTP de 1992). Instituto Tecnol6g,ico Geominero de Espalla. Asociación Esplllola pua el Eatudio del
Cuaternario. Madrid. 1994, pqs. 34J.3S6.
(4) BULLÓN. T. y DfAz-ANDREU. M.: cFonnas de relieve y asentamientos de la Edad del Bronce en d valle de Cetvera
del Llano (Cuenca)>. Cuatemario y Geomorfolo&[a 6. 1992. ptgs. 91· 101.
(S) Los resultados de esta excavación fueron la base de una comu.nicacióo presentada en octubre de 1990 al "Congreso de
Arqueología de Castilla·l..a Mancha" ceJebrado en AJbllcete y titulada "Excavacioocs en d yacimiento de la Edad del Bronce de El
Recuenco (Cetvma del Uano. Cuenca)". Esta se baila publicada en DfAz.ANDREU. M. -.Excavaciones en el yacimiento de la Edad
del Bronce de El Recuenco (Cetveta del Llano. Cuenca)». Revista CuencD 39, 1992.
-
181 -
[page-n-182]
182
MARGARITA DfAZ-ANDREU
sus extremos NE y SO el poblado, para lo que se abrieron los cortes g5, aS y JS. En el primero
apenas se obtuvo material (algo de cerámica muy rodada y ningún sOex), indicando que claramente estaba ya fuera del radio de acción del poblado. El corte aS reveló lo que podría calificarse
como un segundo anillo de protección del área de acceso del poblado. Por último el JS, ya en el
extremo SO del espolón, dió muy poca potencia estratigráfica que en todo caso en el momento
actual todavía es imposible correlacionar con lo que hemos denominado como "edificio 1" (6).
Desde 1989 hasta 1995 La autora de este trabajo actuó como única directora de la excavación. La subvención de 1989 se dedicó al estudio de materiales. Se realizaron dos campañas más
de campo en 1991 y en 1994, en las que el objetivo fue continuar la excavación extensiva a intramuros de la muralla A, en el "edificio 1". En 1991 se excavó en los cortes C4, 02, 03 y 05 y en
1994 en los cortes C3, C4 y 04 (7). Desde 1996 la dirección ha pasado a estar codirigida por el
Or Ignacio Montero. Los trabajos llevados a cabo en la última campaña de excavaciones (8)
(cortes C2, C3, 02 y 03), complementados por los realizados en los niveles inferiores a los
incluidos en este trabajo, serán fruto de una futura publicación.
La estratigrafía de El Recuenco presenta varios problemas de interpretación debido en parte
a la compleja historia de su excavación. No es fácil conectar la secuencia a extramuros con la de
intramuros a la muralla A, aunque en este artículo se va a realizar una propuesta. La secuencia
más coherente se ha obtenido en las excavaciones de los cortes C3 a CS y 02 a 05, pero ésta sólo
en parte se va a cubrir en este trabajo. La problemática presentada en el corte aS (9} todavía queda
abierta ya que necesita una continuación del trabajo de campo, pero dado lo escaso de Las subvenciones se ha decidido postergar su solución. La excavación en extensión de la compleja serie
de muros al norte del muro A que ~ Isabel Martfnez Navarrete acometió principalmente en el
año 1980 con el fin de entender su funcionalidad queda también pendiente, aunque aquí se ofrece
una posible interpretación cronológica. En total se pueden distinguir al menos 5 fases en el yacimiento que cubren casi por completo el segundo milenio aC.
EL POBLADO DE EL RECUENCO EN SU CONTEXTO GEOGRÁFICO
El Recuenco se sitúa en la comarca de La Mancha (fig. 1), no muy lejos de la Serranía conquense y ciertamente en un área que ya no se puede calificar como típicamente manchega. Las
motillas más cercanas se encuentran a unos 50 kilómetros al sur (10) y tal situación no se debe
interpretar como un cambio de "cultura", como muy bien arguyó Martfnez Navarrete (ll), sino
(6) He dedicido abandooar definitivamente la denominación de "vivienda"
pan1
el edificio 1 por las connocaciones funcio-
nale$ que el tmnino implica.
(1) En 1993 se en~¡ó una memoria de actuación a Castilla-La Mancha con todo lo realizado hasla entonces. incluyendo
por tanto los resultados. de la campalla de 1991 . La pubücación. que se prometla inmediata. todavía es" pendiente: DfAz.ANDREU.
M. {ed.): El poblodo d~ la Edad dtl Bronce d~ El Recwnco (Cervua del Uano. Cu~nca}. Junta de Comunidades de Castilla· La
Mancha. Toledo. en prensa.
(8} DfAZ-ANDREU. M. y MONTERO. L: .Excavaciones en el yacimiento de El Rccuenco (Cuenca)lo. Revista d~
Arqueolo1fa 186. 1996.62-63.
(9) &la ~ de$crita en DfAz.ANDREU {ed.) (en pn:osa): op. d t.
( JO) DfAz.ANDREU. M.: La EdiJd thl Bronce tnlo provincia de Cwnca. Serie Arqucoloafa Conquense XID. Diputacióo
Provincial de Cuenca. Cuenca. 1994. En la P'gjna 191 de esta pubJjcación se hace mención a la motilla de El Pedcmoso y a la 1110aa
de VLIIalpdo del Jlkar.
-182-
[page-n-183]
EL YACrMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
183
como una imposibilidad geográfica. El Recuenco podría considerarse como una morra, pero de
nuevo parece injustificado querer dar a esta afirmación un significado cultural. El término de
morra es más bien etnográfico (o más bien la interpretación arqueológica de un término etnográfico, ya que lo que significa morra, mota o motilla difiere de un área a otra ( 12)).
En cuanto al contexto geográfico más inmediato, el estudio geomorfológico llevado a cabo
por Teresa Bullón (13) dio como resultado un panorama homogéneo para El Recuenco y los otros
yacimientos coetáneos del mismo valle de Cervera del Llano. Todos se caracterizaban por un relativo aislamiento por su localización en espolones o puntos altos, una cercanfa a fuentes de agua y
su posición cercana a mejores tierras de cultivo de fondo del valle. Algo observado por Teresa
Bullón, pero que no llegó a reflejarse en la publicación, fue la abundancia de sflex en la zona. En
particular me parece importante apuntar la información que a este respecto se ha obtenido en el
último periodo de trabajo de campo codirigido con Ignacio Montero. En esta campaña se decidió
realizar una serie de seminarios para los alumnos como forma de integrar la cultura popular en el
estudio del yacimiento. Una de las personas invitadas fue el Sr. Julio Carrillo, hasta hace unos años
-y todavía aunque ya no ejerza- el experto en la talla lítica de trillos en un radio de varios pueblos
alrededor de Cervera del Llano. Él nos explicó que la mejor zona de recogida del síJex que se
encuentra en la zona se halla a unos 2,5 km al NE de El Recuenco. Los bloques de síJex que de
buena calidad que trajo a la sesión organizada en la campaña de 1996 para mostramos cómo se
tallaba tradicionalmente el síJex visualmente no se diferenciaban de los extraídos en el yacimiento.
La vegetación de la zona, según se deriva de los estudios realizados por Pilar López (palinología) (14) y por Diego Rivera y Concepción Obón (improntas de origen vegetal en arcillas)
( 15), se componía, según este último análisis referido a la fase 2b, de carrizo, probablemente
chopo, encina, quizá adelfa, lino. El estudio de López no se puede asociar a las fases por la
ausencia de estratigrafías realizadas, aunque por las fechas asociadas cubrirla las fases 2c a la 2a.
Martínez Navarrete opina que "a tenor de los resultados de los análisis polínicos (López 1983)
sabemos que el medio que explotaron era más boscoso (Quercus, Alnus, U/mus, Corylus,
Junglans, Olea; Jiu)" (16). En cuanto a la fauna salvaje, los datos provienen de las excavaciones
anteriores a 1986, puesto que en el interior del edificio l, objeto principal de las excavaciones a
partir de aquella fecha, se han encontrado muy pocos huesos, lo que probablemente es debido a
una actitud cultural ligada a mantener el interior de los espacios habitados (sean o no viviendas)
limpios, y por tanto a no tirar en ellos basura. La publicación sobre la fauna ( 17) no indica la pro(11) MARTÍNEZ NAVARRETE. M' 1: Moms, motiU y castiUejos: ¿unidad o pluralidad cultural durante la Edad del Bronce
as
en La Mancha?. En Hom~no}~ o Monu~l de los Santos. lnstilulo de Estudios Albacetenses, Dipu&ación Provlneial de Albacete.
Albacete. 1988. p4gs. 81·92.
( 12) Como ya expuse en mi líbro sobre la Edad del Bronce en la provincia de Cuenca (DfAz..ANDREU 1994: op. cit.• p4g.
273)...Clliste una ciena coofusión en la dislinc:ión entre DIOlilla y lllOCTL En primer luglf hay que teiiC1' en cuenta que lnldicionalmente signifiCIII lo mismo. aunque una palabra susliwye a otra en delennínadas úeas. Por ejemplo la motiUa de El Acequión es
Uamadamente populamlente la mona de El Acequión (FenWldez-Miranda. com. pers.). Moma o motilla significan en el lenguaje
popullf levanllmiento semicireular en el paisaje de unas dimensiooes determinadas. que oscilan entre los cincuenta y mú de cien
mellOS de dWnetro. No tienen por q~ teiiC1' yacimiento arqueológko. como as! lo demuestra la malilla de Moúlla de Palanc:ar
(Cuenca), pequdla colina de fonna casi perfecta de media esfera junto al rfo Valdemembra. de origen compldamente IIIIUrll y que
no muestra ningán rastro de !DIIerial arqueológico en superflcie".
(13) BULLÓN y DfAz..ANOREU: Op. cil.
(14) LÓPEZ: op. cit. Este anüisis se realizó en el (posterior) cone C2.
(15) RIVERA ti al.: op. cit. Las m\IC$tras pan el anüisis de arcillas de coosrrucclón se rec:ogieton del nivel 2b.
(16) MARTfNEZ NAVARR.ETE (1988): op. cit.• p6g. 2308.
(17) MORALES: op. cit.
-183 -
[page-n-184]
184
MARGARITA DÍAZ-ANDREU
veniencia estratigráfica de la misma. pero debido a que en 1977 sólo se excavó en la zona intramuros, donde aJ parecer no quedaban restos posteriores a la Edad del Bronce, y además donde
no se profundizó gran cosa. se puede suponer que toda ella provenía de la fase 2a. La fauna de
tipo salvaje que se enumera se limita aJ ciervo y quizá aJ conejo. En el estudio realizado por
Bustos et al. ( 18) tras la excavación de 1980 los resultados son semejantes no cambian gran
cosas, ya que se cita de nuevo el conejo, además de la liebre como única fauna (probablemente)
no doméstica.
Los datos de vegetación y fauna parecen indicar, por tanto, un clima similar al actual, y un
paisaje que probablemente no difería gran cosa del existente hasta el siglo XIX, en el que al
parecer el término municipal se caracterizaba por sus bosques y la gran cantidad de ciervos en
ellos existentes. Esta noticia viene confirmada en parte por el paralelismo con el término colindante de La Hinoj:osa, donde D. Vicente Martínez Millán, maestro ya jubilado del pueblo, realizó
un estudio documental de la historia del mismo, Llegando a conclusiones semejantes ( 19).
EL RECUENCO EN SU CONTEXTO HISTÓRICO
En mi publicación sobre la Edad del Bronce en la provincia de Cuenca (20) conscientemente
evité dar mucha i.nformación sobre los resultados extraídos de la excavación de El Recuenco. La
razón para ello fue la enorme diferencia de datos con los que contaba para el resto de la provincia.
Efectivamente, ningún yacimiento de ésta se ha publicado ni en su totalidad ni en gran parte.
Existen informes sobre campañas realizadas en varios de ellos (2 1), pero el resultado en conjunto
resulta todavía incoherente.
Como he apuntado en varias ocasiones, uno de los problemas que todavía afecta el estudio
de la Edad del Bronce en la provincia de Cuenca es el resultado bajo mi punto de vista dudoso
de las dos fechas radiocarbónicas obtenidas en Los Dornajos, sitio caracterizado por la presencia
de cerámicas profusamente decoradas de tipo campaniforme. Las fechas coinciden con las de
yacimientos con cerámicas lisas típicas del Bronce medio como El Recuenco, lo que evidentemente representa una contradicción. La consistencia que vienen produciendo las fechas de El
Recuenco y de otros yacimientos con cerámicas semejantes me ba Llevado ya varias veces a
afumar la muy probable incorreción de la datación de los Dornajos, que necesariamente tiene que
ser más antigua. He venido calificando a los yacimientos con cerámicas tipo Dornajos como campaniformes, con cronología de Bronce inicial o incluso más bien caJcotctica (22). No dejan de
publicarse más datos a mi favor (vs. Martín Morales et al. (23)). El último de éstos que puedo
(18) BUSTOS et o/.: op. cit.
(19) Un trabajo en el que se recojen gran parte de las IIC)(ÍCias obtenidas de D. Vicente Mllt!nez Millúl es: ACEITUNO. FJ.•
DfAZ-ANDREU, M.. COLLADO. J.M., y GARcfA SÁNCHEZ. E. «Cakolltico en Cuenca. La colección arqueológica de D. Vicente
Mllt!nez Mii!M. La Hinojosa (Cuenca)•. Quodems de Pnhist~riD i Arqueolo8fa de Co.stt/16. en prensa.
(20) DIAZ-ANDREU, M. ( 1994): op.cit.
(21} Ver biblioplla en DfAZ-ANDREU ( 1994): op. cit.
(22) Ver fi¡. 3 en DÍAZ-ANDREU 1994: op. cit. y el mismo en RJVE.IlA et al.: op.cit. en los que didlas cerimicas claramente llenan el eJU.nJ\o ihucco dejado por las c:crimicas CUDpallifOI"me$ junto al borde interior.
(23) En ellltkulo publicado en Ñlliq~~ity el equipo fonnado por Mllt!n Morales eral. pte~CDtaroa sus duelas coo respecto a
mi hipótesis. pero como expon¡o a cootiniiiCión en el tellto. no dejan de public:arse m6s y m6s datos a favor de mi hipótesis. El
llt!culo al que me ref1tt0 es MAJUfN. C.• FERNÁNDEZ-POSSE. M" D.. FERNÁ.NDEZ-MIRANDA. M. y GILMAJII. A.: •Tbe
Bronu Age of La Mancha•. Alltiquity 67. 1993. pqs. 2J.4S.
-184-
[page-n-185]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
ISS
mencionar es las cerámicas Dornajos publicadas recientemente en el yacimiento calificado de
calcolítico de CerTO Jesús en la provincia de Córdoba (24).
Sería incorrecto considerar el poblado de El Recuenco como un representante de una
supuesta "cultura del Bronce Manchego". La forma de agrupar yacimientos en "culturas" arqueológicas proviene del método histórico-cultural adoptado en arqueología a principios de siglo que
consistfa en intentar encorsetar el pasado con una ideolog(a entonces imperante: la nacionalista
(25). Es fácilmente comprensible lo inadecuado que es intentar trasladar al pasado más remoto,
y del que no tenemos ninguna noticia directa (escrita), una ideología que proviene de la
Revolución Francesa y de la creación del estado moderno. Los yacimientos de Cuenca se diferencian a los del país Valenciano o los de Teruel tanto como éstos se distinguen entre sí. Los cambios son graduales y podríamos formar infmidad de conjuntos o "culturas" supuestamente homogéneas, dependiendo de qué criterio y qué zona geográfica se decidiera escoger. Todas estas áreas
(Cuenca, País Valenciano, Teruel...), sin embargo, se distinguen claramente con las situadas más
hacia el norte y el oeste (Cataluña, Zaragoza, Madrid, oeste de Toledo y Ciudad Real, Sevilla,
etc.), caracterizadas por asentamientos que indican una mayor moviHdad y probablemente una
complejidad social menor (26). No interpreto estas dos grandes áreas como sendas "culturas"
arqueológicas, sino como el resultado visible arqueológicamente en términos de cultura material
de dos modos de vida y en términos generales de dos tipos de economías totalmente diferentes,
lo que no quiere decir de dos sistemas ideológicos diferenciados, salvo a un nivel muy laso y por
tanto alejado del que se pretende operar con el empleo del término "cultura".
EL SECTOR EXTRAMUROS AL MURO A
La mayor parte de las excavaciones en el sector extramuros al lienzo A las llevó a cabo
~Isabel MartCnez Navarrete entre 1980 y 1985, aunque en 1988 codirig( con ella los trabajos
en los cortes a5 y g7, también en este sector, cuyos resultados ya han sido incluidos en una publicación (27). Son en total un mínimo de siete paramentos los documentados en este sector de El
Recuenco. Su interpretación es sumamente complicada, por lo que aquí sólo realizaré un primer
intento, que cuenta con el obstáculo del ya comentado cambio de criterios en el planteamiento de
(24) MARTfN DE LA CRUZ. J.C.. SERRANO CARRILLO. J y MORENA LÓPEZ, J.A.: • Aponación al estudio del
Calcolftíco en la Campilla Baja (Córdobi·J~n)•. CuPAUAM 16. 1989. P'SS· 43-72.
(25) Varios autores. entre los que me incluyo, han reflexionado sobre Jo inadecuado que resulta el empleo del tmnino cultura
y de su relación con la ideología nacionalista imperante en el cambio de siglo:
SHENNAN. S.: clntroduction: ucllaeological approacbes to culuual idcntíty». En S. Shennan (ed) A~ltoeological Approaches
to Cultural /d~ntity, One World Archaeology 10, Routledge. Loadres. 1988. p4gs. 1-32.
OfAz.ANDREU. M.: cConsuuctíng identíties through culture. Tbe pas1 i.n the for¡in¡ of Europe... En S. Jones. Gamble. C.
and Graves. P (eds.) Eu~an CommiUiities: A~lto~o/Qgy and 1M Corutruction of Cultural ld~ntity. Routledge. Londres. 1996. P'¡s.
48-61.
(26) Expongo mejor estas ideas en mis ank:ulos:
.
OfAz.ANDREU. M.: ...Las sociedades complejas del Calcolitico y Edad del Bronce en la Penlnsula lbmc:a... En V Olivcira
J01¡e (eootd}. Actas del 1• Con¡resso de Arqueología Peninsular (Porto. 12- 18 de Outubro de 1993). Traballw d~ .Wropologia e
Emologio xxxm (1-2). 1993. P'ss. 24S-264.
OfAz.ANDREU. M.: ..Complex Societies in Copper and Bronce Age Iberia: A Reappraisal». 04ord Jouf'MI of A~ltoeology
14(1). 199S. P'P· 23-39.
(27) OfAz.ANDREU. M. (en prensa): op. cit.
-185 -
[page-n-186]
186
MARGARITA DfAz-ANDREU
los cortes y en la localización del punto cero, y además con el de la ausencia de fechas radiocarbónicas provenientes de este sector, por lo que su correlación con el "edificio 1" será sólo hipotética y se basará en la profundidad a la que estos muros se construyeron.
Este sector viene definido por estar limitado en su extremo SO por el muro A. Éste, que también se ha denominado en algunas publicaciones como muralla, fue el que probablemente se
construyó en primer lugar sobre el cerro. No pasarla en un primer momento de ser poco más que
una valla, pues su anchura en el momento de su construcción era de unos 80 cm. como máximo.
La profundidad a la que llega en el corte C2 es de por lo menos -2,40 m. lo que por ahora en este
corte se viene interpretando como fase 2c. En su extremo sur, en el extremo SO del corte 05, la
profundad a la que llegan algunas piedras a poco de la superficie actual es de -2,60 m. quizá en
la fase 3. Cuando el muro F se levantó cerrando el extremo sureste del "edificio 1" , probablemente en la fase 2c, la sección sur del muro A se dejó en desuso, y el muro A pasó a ser únicamente el paramento NE de dicho edificio, es decir, supuso el fin para el muro A de su funcionalidad como muralla o más bien de valla delimitadora del sector intramuros. Creo que fue en este
momento, como expondré de nuevo más tarde, cuando se construiría el muro L del corte a5 para
cubrir dicha funcionalidad. En este momento, fuera porque se necesitara tener un muro de
mayores dimensiones para apoyar la techumbre, fuera porque el existente se les estaba cayendo,
el muro A se ensanchó con una hilada vertical, pasando a tener aproximadamente un metro de
anchura. Posteriormente se aumentó incluso otra(s) bilada(s).
Los paramentos a extramuros del muro A son los muros B, C, D. N, O, P y L (28) (fig. 2). El
muro B se encuentra en los cortes A4, B3 y B4. En su extremo oeste se apoya sobre la cara externa
del muro A (29) y por lo tanto parece ser un añadido posterior. La conexión con el muro C y con
la probable continuación del O no está clara. Martínez Navarrete (30) asegura que el extremo
oriental "parecía interrumpirse antes de llegar al muro [C] (3 1), pero la mala conservación de este
último en esta zona, la escasa profundidad alcanzada en la excavación del mismo y el propio
derrumbe del lienzo [B], impiden la confinnación, por el momento, de esta hipótesis". La excavación en el espacio triangular dejado entre el muro B y el C, no produjo estructura alguna,
aunque la validez de esta afirmación habría que matizarla por el prácticamente total de conocimiento de las profundidades de las observaciones de la excavadora. Martínez Navarrete (32) dice
que "estaba relleno de arcilla compacta con escasos fragmentos cerámicos. Este sedimento,
similar al empleado para efectuar el piso de las viviendas [es decir, de la vivienda] o para apoyar
los muros ... [se refiere en particular al N] descansaba sobre una capa de piedras sueltas (33) y
(28) La denominación de los muros no coincide con la dada por MartCoez Navanete en su tesis doctoral (MAR11NEZ NAVARRETE ( 1988): op. cit.). ni esta llhírna con las lelniS empleadas en sus cuadernos. Esta confus.ión hizo que decidiera emplear mi
propía denominación. Con respecto a los de la tesis doctoral. el llnlco que coincide es el A. Su lienzo 8 es mi muro N. eJ C pasa a
ser lo que yo, por prudencia. he denominado como muros O y P: lo que ella publicó como lienzo O es lo que yo he llamado C; el
E es mi 8 : el v. l es eJ J; y el v.2 el P. Esta coofusión proviene de la ausencia de planos en la Tesis Doctoral y mi inadecuada primera
interpretación de sus descripciones. He decidido no cambiar de nuevo mis denominaciones para no liar alln mis el asunto.
(29) En la tesis doctoral MAR11NEZ NAVARRETE (1988): op. cit.. p4g 2305. dice que "su ex~re.mo occidental apoyaba en
la cara ex tema del lie.1120 A".
(30) MARTfNEz JIIAVARRETE ( 1988): op. cit. p4¡. 2305.
(3 1) Para evitar ooofusión he sustituido las letras con las que Mattlnez Navanete denomina los muros en su tesis doc:1oral por
eJ criterio que yo si¡o y el que empleo en este articulo.
(32) MARTfNEz NAVARRETE (1988) op. cit. p4g 2305.
(33) Quiú se refiera a unas piedras representadas en la planimetrla de 1984. A una de ellas se le da una profUDdidad de
· 1.27 m.
-
186-
[page-n-187]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
oí' "
..
~
."
of •
'
o. r
'
, ..
187
""
~
Fig. l.- PiaDo de El Recumc:o coa espedllald6a de los IIOIIlbra dados
a cada UDO de los paramentos de los que el artkuJo trata.
éstas, a su vez. sobre un nivel pulverulento ceniciento en el que acabó la excavación (34)". El
muro B presenta una longitud de unos 5 metros y una altura total de unos 1,70 m, (35) Es paralelo al muro N, del que le separan casi tres metros. Su profundidad máxima es de - 1,53 m.
(medida tomada en 1996), lo que parece significar que su construcción se realizó durante la fase
2b del edificio l. La altura máxima que alcanza es bastante mayor que la del muro A, ya que llega
a + 4 cm. y las piedras superiores del muro A se encuentran entre unos -0,80 m. y -0,60 m. La
diferencia puede deberse o bien a una conservación diferencial, o bien, y yo me inclino más hacia
esta hipótesis, a una reutilización de este muro en el momento de construcción del muro O en la
fase l, del que es perpendicular. Entre el muro B y el N la excavación produjo ''piedras y tierra
arcillosa compacta con unos pocos pegotes rojizos y negruzcos. Las cerámicas fueron más abundantes que las recuperadas" al S del muro B (36).
(34) Las profundidades dadas en la planimetña de 1984 para una zona dcslaeada por un rayado, que quiú corresponda con
este nivel ceniciento van de -1.32 m. a-146m.
(3S) MAR11NEz NAVARRETE (1988): op. cit. P'g 2305.
(36) MAR11NEz NAVARRETE (1988): op. cit. P'i 2306.
- 187 -
[page-n-188]
188
MARGARITA DfA.z..ANDREU
El muro N (también llamado muro Norte en los apuntes de Martfnez Navarrete) adopta una
dirección este-oeste paralela al muro B. Se localiza en los cortesA3, B2 y B3. Las alturas máximas
de ambos muros, el B y el N, se diferencian únicamente unos 30 cm., por lo que tomando en consideración la pendiente se puede considear relativamente paralelos. Las cotas superiores tomadas
para el muro N varían entre -0,09 m., -0,19 m. y -0,32 m. de oeste a este. La parte exterior parece
estar construida de forma escalonada, aunque también puede tratarse de un derrumbe, lo que su
excavadora no pudo distinguir con certeza en sus apuntes de campo, aunque sí en la publicación
de su tesis, donde dice que "con objeto de evitar el derrumbamiento del muro, su cara externa se
apuntaló encajando una serie de piedras en la ladera, algunas de las cuales se unieron con arcilla"
(37). La profundidad a la que este muro (o su derrumbe) llegaba era-1,36 m. Martínez Navarrete
(38) sugiere que quizá el muro N sirva como refuerzo al B, "siguiendo un procedimiento bien
conocido en las morras de Albacete", aunque les separan unos tres metros. También propone que
este muro N es ·posterior al B "dado que su base se baUa por encima de la del lienzo" B.
El muro e se localiza en los cortes A4, 84 y BS. Se conservan más de 7 metros de largo y su
altura total es de unos 50 cm (39). Llega a una profundidad máxima de - 2,24 m. (40) y las hiladas
superiores se encuentran a - 1,25 m. en el extremo norte y -0,99 m. en el sur, junto al muro A.
Debido a que et sector oeste del corte A4 está prácticamente derruido no es posible determinar la
relación de éste con el muro e ni con el que probablemente sea una continuación del O, posiblidad
ya apuntada por Martínez Navarrete (41). En cuanto a su relación con el muro A, parece anterior
al último levantamento del muro A, pero fue coetáneo en algún momento a este lienzo, momento
que podemos datar, por la profundidad a la que se encuentra, en la fase 2c del edificio l.
El paramento O es un muro colgado en el corte B4 muy mal conservado pero que claramente
es posterior al A. Quizá varias de las piedras más altas que actualmente se hallan en la parte superior del B pertenecieran al O (o a la conjunción de ambos), y en la planimetría realizada por
Martfnez Navarrete se daba a entender que varias piedras sobre el muro A en la esquina N del corte
y entre el testigo e4/C5 podrían representar una continuación del muro. En varias ocasiones
he asociado a este muro el fragmento de la primera Edad del Hierro encontrado en superficie, pero
esta relación se ha hecho simplemente sobre la base de la clara posterioridad de ambos elementos
con respecto a la fase principal de ocupación del yacimiento durante la Edad del Bronce. La longitud total conservada es de algo menos de 2m., aunque si añadimos las piedras anteriormente
mencionadas del muro B la longitud total sería de casi 5 m., y si afiadiéramos el probable trozo de
muro sobre el corte C5 esta medida sería de unos 8 m. Unicamente se conservan una o dos hiladas.
Éstas se hallan a +0.27 m. en su parte superior y +0.10 m. en la inferior.
Del muro O, excavado en el corte A3 y en el testigo A2/A3, sólo se conserva una hilada formada por piedras muy irregulares. Su límite interior está en algún punto contacto con la base del
escalonamiento o derrumbe del muro N, ya que en el extremo sur las piedras o derrumbe del N
están por encima del O. Martínez Navarrete interpretó dicho muro como parte de uno mismo con
es
(37) MARTÍNEZ NAVARRETE (1988): op. cit. pág. 2304-S.
(38) MARTÍNEZ NAVARRETE (1988): op. cit. pág. 2306.
(39) MAR11NEz NAVARRETE ( 1988): op. cit. pág. 2305.
(40) Esta es la profundidad que se encuenlnl en el plano de Manfnez Navarrete realizado en 1984. en el corte 84. a unos 3
m. del perfil NO y a unos 2,4 m. del NE. A panlr de ahora dad estas coordenadas como MN 84. 84. 3 m. 2,4 m, -2,24 m.
(41) Esta autor:a dice que ••el grosor. los mat.eriales empleados (11nicos lienzos donde hay rocas de gran tamallo) y delineación
del muro [C) hac:ían pensar que fuera .la prolongación del tramo externo del muro [P). La falta de excavación del 1n1100 inteonedio
(unos 4 a S m.] impide la confmnación de esta hipótesis~ (MARTfNEz NAVARRETE ( 1988): op, cit.• pág. 2305).
-
188-
[page-n-189]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
189
el P. Según dice en su tesis doctoral «en la base de la misma ladera nororiental existe un tercer
muro... , formado posiblemente por dos tramos de piedra {lo que yo llamo e] muro O -tramo
interno para ella- y el P -tramo externo de Martínez Navarrete-] con relleno intermedio arcilloso
muy compacto. Su delineación -en los dos metros excavados- es aproximadamente paralela a La
del lienzo A" (42). La profundidad superior a la que se encuentran las piedras del muro O de
hacia -2,30 m. Presenta una anchura de unos 60 cm. Sólo le separan 70 cm. del muro P, que se
encuentra a unos 20 cm. más bajo. En la planimetría realizada en 1984 se deja entrever que quizá
el muro O continúe basta el corte A4, juntándose de fonna confusa con el B y el C. Como
veremos igualmente en el caso del muro P, contra esta hipótesis se halla el hecho de que las piedras del corte A4 presentan cotas de aproximadamente un metro superiores, un hecho que quizá
se pueda explicar por una adaptación a la pendiente y los 4 m. de distancia que separan lo descubierto en el corte A3 y en el corte A4.
El muro P del corte A3 y testigo A2/A3 presenta mayor número de hiladas que el O y puede
que sea, como decía Martínez Navarete (ver supra) simplemente el tramo exterior de un muro
formado por lo que yo aquí prudentemente estoy diferenciando como muros O y P. Por otra parte
también podría ser una continuación del C aunque contra esta hipótesis están el cambio de orientación de los muros (aunque el extremo norte del muro C parece que experimenta una curvatura
que le llevaría al P) y la diferente profundidad que Uega a ser de casi un metro, que podría explicarse de la forma ya argumentada para el caso del muro O.
El muro L se localiza en el corte aS. No tiene conexión con ninguno de los anteriores pero
por su disposición y por su probable continuación se ha denominado en las publicaciones como
muralla (más bien valla) exterior. Su profundidad máxima es de -3.80 m. y las piedras más superiores se encuentran a -2.90 m. La anchura es de un metro, aunque ésta se ve reducida en el
extremo norte a sólo unos 60 cm. Su orientación va de norte a sur, paralela al muro C, por lo que
no creo descabellado proponer una misma cronología, la fase 2c.
La secuencia de construcción a extramuros del muro A que propongo partiendo de la información sobre los siete paramentos que acabo de exponer es la siguiente (ver fig. 3). En un primer
momento, en la fase 3 para la que todavía no se han obtenido fechas de c- J4, se construiría lógicamente el muro A que iría como mínimo desde el corte C 1 al C6. Posteriormente, probablemente en
la fase 2c del edificio 1, datada por radiocarbono aproximadamente entre 1830 aC y 1690 aC (43),
(42) MARTfNEZ NAVARRETE (1988): op. cit. pág. 2305.
(43) Las (!:(;has que se han obtenido para la fase le son tres:
1· 11890: 3780 ~ 95 BP 6 1830 ~ 9S aC. (· d C14 375 ~ 8). En cana de Mattfnez NavatreiC a Teledyne lsotopes del 12.5.1981
se lee: cMuesuu J. Cata E. nivel3((cone C2)). La cata E (3 x 2m.) ofrece un muro de piedra con 1 m. de alzada conservado que
apoya directamente sobre la arenisca de base del ceno. Presenta una serie ininterrumpida de pisos horizaont.ales de areilla compacta
que al1eman con niveles cenicientos de ocupación. La muestra de carbón se tomó en el cuno de la excaveción de un posible agujero
para poste de 20 c:ms. de di6metro excavado en el piso areWoso ~spondiente al nivel 3 (a SO cm. de profundidad de la superficie) (es ~ír. aproximadamente a -2,00 m.)•.
OrN-21296: 36SO ~ 40 BP 6 1700 aC. La muestra. madera cabonizada proveniente de un poste. se ~ó en el corte 04 en
la campalla de 1994. en las coordenadas 3 m., 1.90 m.. -2.G4 m. El contexto era un poste de madera.
1-11892: 3640 ~ 95 6 no calibrada 1690 aC (- d C14 364 ~ 8). EJ carbón de la muestra se recosió en el cone OS en la c:ampai\a
de 1980. Sólo puedo dar las coordenadas aproximadas donde w.a se debió recoser. O.S m.• 4 m•• -2.30 m. En la c:aru MN a Teledyne
lsolopes 12..5.198 1 se dic:e: •La cata H (3 x 3 m.) se alinea a 4 m. de distanCia de la cata C(?). Ofreda tres niveles bien diferenciados: nivel 4: ceniciento. Descansabl sobre la arenisca de base del ceno. Niveles 3 a 1: consbte.ntes en un n!lleno arcilloso
COllll*fO con intercalaciones de bolsadas cenicientas. Estos niveles corresponden tanto al piso como al nlvel de ocupacióo de una
constrUCCióo con muro de piedra ICChado con cañiw. En el nivel l. a 30 cm. [prof. mú a la que se llegó -2.30 m.J de profundidad
de la superficie y bajo la impronta que dejó el techo de c:adizo al desplomarse sobre el piso. apareció el catb6o que se envía para su
dataciÓCI:lt (cana MN a Teledyne lsolopes 12.5.1981).
-
189-
[page-n-190]
190
MARGARITA OfAz.ANDREU
,
r
Fase 2c
Fase 2b
'
Fase 2a
Fase 1
o.___ _ _
..;;;a~
.J
l.
f1&. 3,-
El Re.cueoco:
rases le-la y 1. ElaombiUdo corrapoade a ao. mlli'OI
empleados ea cada ana de las fueslDdlcadas
el muro A dejaría de actuar como valla, siendo entonces sólo el paramento NE de la casa. En este
momento se levantarían los muros e , que quizá tenga continuación en el muro P (¿y en el 0?), y
el L. La finalidad del espacio en pendiente de casi unos 7 metros de anchura que quedaría entre
el muro A y el 0-P-e es desconocida. Mi hipótesis es que este(os) muro(s) 0-P-e dejó(aron) de
emplearse en la fase 2b.
En la fase 2b, con una única fecha de 1460 ae (44), se reorganiza el espacio exterior al muro
A, caen en desuso los muros e , P y O, y probablemente también el L, y en su lugar se construye
el B casi cortando por medio el espacio formado anteriormente. Por su orientación y por estar
alguna de sus piedras inmediatamente por encima del muro O, he supuesto que el muro N se
construye también en esta fase 2b. No parece que haya cambios en este sector extramuros, sin
embargo, al producirse la nueva reforma del "edificio 1" en la fase 2a.
(44) La fase 2b estarla datada por la mueSira GrN-17439 de 3410 :t 100 BP que interpretamos como 1460 aC. &u. cubón.
fue recogida en el corte C4 en la campalla de 1988, en las coordenadas 0,14 m.. 2.40 m.. - 1,44 m.
-190 -
[page-n-191]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
191
En la fase 1 de El Recuenco el "edificio 1" ha dejado de existir. En su lugar probablemente
se construye otro edificio del que quedan pocos restos. Uno de los paramentos aprovecharía el
muro B, al que podría llegar la continuación del D. El muro N, paralelo al B, parece que también
se conservaría en esta época. Poco más podemos decir de esta primera fase (última de ocupación
del cerro) debido a los escasos datos con los que contamos.
EL SECTOR INTRAMUROS AL MURO A. LA FASE 2A
El sector intramuros al muro A ha sido el que ha recibido una mayor atención en la excavación de El Recuenco a partir de 1988, año en que se decidió favorecer la excavación en extensión. La hipótesis inicial de que había dos viviendas (45) fue rápidamente desechada, por lo
menos sobre la base de los datos sobre los que esta suposición se había basado. El muro descubierto en el corte 05 y denominado por su excavadora como v.2, resultó ser parte del F y por tanto
pertenecer al mismo "edificio 1".
Se supone la existencia de un nivel 3 en el que el muro A actuaría como valla de protección.
Las cotas a las que esta fase se encontraría, según se ve en el corte C6, llegarían basta -2,60 m
(46). La siguiente fase de ocupación, que hemos llamado 2, se puede distribuir en 3 subfases, las
2a, 2b y 2c. Es este momento en el que probablemente se levanta el edificio adosado al muro A,
desmontáodose el extremo sur del mismo (es decir, el trozo del corte C6) y dejando el paramento
A de cumplir una función defensiva (suplida probablemente por el muro L). El ..edificio 1" experimentó varias remodelaciones, que dan lugar a las 3 subfases enumeradas. Nada queda en el
sector intramuros del nivel 1 que, como be explicado, en el sector extramuros está defmido por
el muro D, el B y el N.
A la fase 2a, que es sobre la que se va a concentrar este apartado, correspondería la fecha I11891 , de 3240 bC ± 95 ó 1290 ± 95 aC (-d C 14 332 ± 8). La muestra enviada a análisis, según
se especifica en una carta de Martfnez Navarrete a Teledyne lsotopes el 12.5. 1981 , «corresponde
a una mancha cenicienta delimitada por adobes quemados (¿hogar? (47)) correspondiente al nivel
1 (48) (a 20 eros. [aprox. -1 ,14 m.] de profundidad de la superficie}. Este nivel consistía en un
relleno formado por adobes descompuestos que constituían la estructura superior del muro adosado». Esta misma autora, sin embargo, posteriormente publicó esta fecha como el momento "en
que se produce la destrucción de la casa" (49), interpretación que no parece adecuada dada la proveniencia de la muestra de Jo que ella misma califica como probablemente un bogar.
(4S} MARTfNEZ NAVARRETE (1988): op.cil. pág. 2306.
(46) Sin embar¡o otras piedras se hallan a -2.40 m. que es la profundidad a la que estamos U
e¡llldo en el cor1e C2 en Jo que
todavía considerarnos fase: 2c. La excavación de la fase: 2c presenta problemas en los que ahora no voy a entrar, por lo que por el
momento, aunque manten¡o la posible exlsleneia de una fase 3, no descarto la posibilidad de que en un futuro haya que replantear
las fases m6s antl¡uas de El Reeueoco. Pa-o esto quedaai para una futura publicación.
(47) Ver infrt: posible bo¡ar al N del mW'O J.
(48) Creo ncc:esario aclarar la manera en la que se ba utilizado el lbmino "'nivel" en la excavacl6n de El Reeueoco. y que en
este tl8bajo be sustituido por el m6s adecuado de ~rase". Mi decisión en tl8bajos anteriores (y en las siglas del material) de emplear
el lhmino "nivel" oomo sln6n.imo de "fase" deriva del deseo de establecer una continuidad con la tenninolo¡l'a empleada por
M" Isabel Marúnez Navarrete. Sin embargo. solamente poslerionnente me be dado cuenta que en realidad esta investlpdon siguió
aiterios diferentes a la bon de establecer lo que era un nivel. lo que evidentemente hace inadeculdo seauir su sistema. adem6s de
enmaraftar enormemente la interpretación de las campailas de excavación por ella realizadas. Ademú. la a .cavaclón del "edificio
1" situado a intnmwos supuso una c:ornplicación abdida a esta terminolo¡l'a. puesto que en ~1 se ldentlfK:all diferentes IIIOOlCntos
en los que se rulizaroo n:fonnas menores. que se han denominado oomo subfases o subniveles. Hasta lbon parece que hubo una
reforma clara entre el momento 2a con re:speet0 al anterior 2b y probablemente otra entre el 2b y el 2c.
(49) MARTfNEz NAVARRETE (1981): op. cit. pqina 2304.
-
191 -
[page-n-192]
192
MARGARITA DfAZ-ANDREU
De esta fase 2a quedan muy pocos restos y todos ellos se encuentran como mucho a una distancia inferior a 4 m. del muro A. A este nivel pertenecen los muros J y K y las siete estructuras
realizadas para sujetar postes de diámetro de unos 20 a 30 cm. que probablemente sirvieran para
sostener la techumbre del edificio y los restos del posible hogar, y un derrumbe proveniente del
muro A.
El extremo sur del muro A en su segundo momento (es decir, cuando su extremo más meridional en el corte C6 ya se había desmontado) se levanta hasta la altura a la que se han encontrado los restos de la fase 2a (hay piedras a alturas entre -1,15 m. y -1 ,09 m.). En cuanto al cierre
SE es probable que coincidiera con el muro F. cuyas profundidades se corresponden con las de
la fase 2b, puesto que aunque la altura de éste no llega hasta la fase 2a, la del muro A cambia
bruscamente en el punto en el que luego sale el F. Hemos de suponer, por tanto, que si el muro F
no se conserva hasta una altura de -1,20 m. es por que o bien se desmontó ya en la fase 2a y en
este caso el espacio delimitado podría no ser un edificio cerrado sino que tendría un porche
abierto en su lado SE; o bien el muro se desmontó a causa de las labores agrícolas posteriores, lo
que me parece mucho más factible. El cierre SO del edificio estaba totalmente arrasado.
POSffiLE HOGAR AL N DEL MURO J. En los cuadernos de campo se especifica que
«entre el muro [J] y el perfil NE y a 40 cm. de del mismo aparece una mancha negra muy intensa,
con trozos de carbón, de unos 40 cm. de extensión» (MN 80: 20) (50). Más tarde afirma que «se
termina de excavar la mancha de ceniza junto al perfil NO. Tenía forma irregular y una profundidad máxima de -1,69 m. [es decir, aprox. -1,31 m.]. Las piedras del muro central [muro A] en
contacto con ella aparecían ennegrecidas entre tierra negruzca» (MN 80: 21-22). De este posible
hogar es de donde se extrajo la muestra 1-11 891 enviada a analizar, por lo que, como ya he
comentado, no data el momento de destrucción de la casa, como ella afuma, sino su uso en la
fase 2a hacia el siglo XIl1 aC.
MURO J. Se encuentra en el corte C3. En longitud, orientación, estructura, caida de pendiente (más arriba junto al muro A que en su extremo SO), tamaño de piedras que lo forman y
poca entidad es semejante al muro K. Entre los dos delimitan un espacio rectangular de aprox.
1,80 m. x 1,30 m. en el que la excavación no documentó nada de particular, pero que repite de
alguna manera un espacio ya acotado en la fase anterior, la 2b, por un empedrado. Entre éste y
los dos muros J y K no parece haber relación directa, pues éstos se encuentran "en el aire" con
respecto a aquél. El muro J tiene una anchura de unos 45 cm. Sus alturas superiores son junto al
muro A, en su extremo NE la altura superior es de -0,86 m. y en el extremo SO de - 0,93 m.. El
muro J profundiza unos 35 cm (51). Está formado por piedras de unos 10 a 20 cm., tendiendo las
más pequeñas a situarse en el centro. El muro se ensancha ligeramente en La base, lo que no
ocurre en el caso del muro K.
MURO K. Las dimensiones y características de este murito son semejantes al J, con la diferencia de que éste da la impresión de aún una menor entidad debido a que es Ligeramente más
estrecho y no se ensancha en su base. Su extremo NE la altura es de unos 25 cm, desde -1,00 m.
a -1,25 m. En el extremo SO, el más alejado al muro A, es 34 cm de alto (de -1 ,11 m a -1,45 m.).
3 ESTRUCTURAS DE SOPORTE DE POSTES EN EL CORTE C4. Al SE del muro K se
encuentran 3 estructuras de poste. Se hallan junto al muro A y soportarían postes de tamaño seme(50) MN 80: 20 significa cuadernos de Manínez Nava=te de la campalla de 1980, página 20.
(S I) MAR'TÍNEZ NAVARRETE ( 1988): op.cit. pág. 2306.
- 192 -
[page-n-193]
EL YACIMIENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
193
jante a las encontradas en el corte C2, es decir, de diámetro de unos 20-30 cm. Las manchas que
dejaban adivinar la presencia de los tres postes aparecieron ya a una profundidad de -1,03 m. El
poste 1 es el situado más al NO de los tres. Está formado por unas tres piedras de unos 35 x 25
cm., que dejan al interior espacio para un poste de un diámetro de unos 20 cm. La tierra que
cubría esta estructura a -1,03 m. presentaba un color grisáceo que ya daba a entender la presencia
del agujero de poste. Las piedras más superficiales se encontraron a -1,22 m. con respecto al
punto cero y el color grisáceo de la tierra desapareció a -1,38 m. El poste 2 es el de menor entidad
ya que se sujetaría con piedras de menor tamaño. Aunque la tierra más superficial era anaranjada
a -1,03 m. al excavar su interior apareció la tierra grisácea, que desapareció a -1,35 m. El diámetro del poste sería de unos 20 cm. como máximo. El poste 3 estaba rodeado por piedras de
unos 30 x 20 cm. que aparecieron a - 1,26 m. La tierra que cubría esta estructura era grisácea y
tal color desapareció a -1,34 m. El diámetro posible del poste podría ser de unos 30 cm.
3 ESTRUCfURAS DE SOPORTE DE POSTES EN EL CORTE C2. Estas se encontraban,
según se observa en los planos y en las fotografías de M• Isabel Martínez Navarrete, en un nivel
muy cer~o al superficial, por lo que aparentan pertenecer al nivel 2a. La única profundidad que
ha quedado registrada es -1,31 m. para una piedra que parece que se encontraba en el fondo de
uno de los postes, el intermedio, ya que fue dibujada en 1984, mucho después de haber terminado la excavación de estas estructuras. Dos de eUas se encontraban en el corte C2, a algo menos
de 5 m. (52) al NO del muro J. Se construyeron contiguas y, como las del corte C4, estaban adosadas al muro A. Ambas dejaban un espacio para un poste de unos 30 cm. como máximo. En los
cuadernos se lee que "las estructuras cuadrangulares de piedra apoyan sobre el piso. Están formadas por dos lajas de unos 45 cm. (las más orientales), una piedra de 30 cm. y otras dos menores
alineadas hasta Uegar a la misma distancia que las anteriores, hincadas verticalmente en el suelo.
Se disponen a unos 30 cm. de distancia unas de otras en posición más o menos paralela, dejando
entre sí un espacio cuadrangular cerrado por un lado por el muro" A (MN 80: 1-2). Más adelante
la excavadora afirma que ''para tratar de ver si las estructuras cuadrangulares sirvieron para calzar
postes se levanta una de las piedras del interior de la occidental (cota -1 ,83 m. [¿-1,45 m?]). Está
muy encajada y calzada con otras mucho más pequeñas, ofreciendo argamasa amarillenta en su
base" (MN 80: 2). La tercera estructura (53) se halló en el testigo entre los cortes Cl y C2, a algo
menos de 2 m. de la intermedia. Al igual que las demás, también se hallaba adosada al muro A.
El espacio interior correspondía a un poste de unos 20 cm.
ESTRUCfURA DE SOPORTE DE POSTE DEL CORTE C3. Esta estructura es la ónica de
su tipo que no se encontraba adosada al muro A, sino a unos 3 m. de aquél. Consistía principalmente en tres lajas y varias piedras que dejaban un agujero para un poste de unos 25 cm. de diámetro. Las lajas se levantaban hasta una altura de -1,07 m. en algón caso, según se observa en la
planimetría de 1984. Martínez Navarrete no especifica ni en su tesis ni en los cuadernos de campo
el relleno y la coloración de la tierra en el interior de dicha estructura (54).
(S2) MARTfNEZ NAVARRETE (1988): op. cit. p4g. 2306.
(SJ) Esta tercera estructura fue excavada en 1977 (MN 80: 2). Manloa Navarrcte en su tesis doctoral. p4g.ina 2306. la calífica
como dudosa. pero en la planimetrfa de 1984 se dibuja claramente, y ella mima no presenta la mínima duda de su ex.istencia en los
cuadernos.
(S4) Estos dalos soo ya irm:uperables. pues la estructura fue destruida por un agente descooocido. probablemente. por las
caracterfslicas del enorme y profundo agujero realizado. por alguien a la bósqueda de un tesoro.
-
193 -
[page-n-194]
194
MARGARITA DfAZ-ANDREU
DERRUMBE DE LOS CORTES C3, C4 Y 04. En estos tres cortes se encontró un derrumbe
que presentarla fonna alargada y sería paralelo al muro A, aunque entre ambos quedaría una distancia de unos 2 metros. Mi suposición es que el derrumbe proviene del muro A y que los dos
metros "vacíos.. entre ambos son resultado de trabajos posteriores, probablemente debidos a las
labores agrícolas del cerro. El derrumbe llegaba en el corte C3 hasta una línea hipotéticamente
formada por la prolongación de la cara S del muro J. Las piedras en la zona cercana al muro A
aparecieron inmediatamente por debajo de la superficie, a -1,20 m. Las cotas de las piedras del
derrumbe en el corte C4 fueron de -1,09 m. en puntos más cercanos al muro A y - 1,29 m. en los
más alejados. Esta última cota y las del corte 04 ya se encontraron cubiertas por una capa de
tierra superficial más importante de unos 20 cm.. Las piedras del derrumbe profundizan hacia una
cota en el perfil SO del corte C4 de aprox. -1.60 m. y en el perfil NE del corte 04 las piedras
cubren una banda desde -1,41 m. a aprox. -1 ,70 m., descansando sobre un nivelillo de color negro
que marca la divisoria de la fase 2a con respecto a la fase 2b en este punto (55). En el corte 04
el derrumbe sólo se encontró en la esquina norte. En el corte D3 se observó en el perfil un cierto
alineamiento de piedras a - 1,50 m. que corresponderla con el nivel en el que se halla el derrumbe,
pero sin tener las piedras ni el volumen ni siendo la densidad de su distribución tan importante
como en los otros cortes. En el perfil SE del corte 04 se observaba que este ni velillo de pequeñas
piedras descendía desde -1 ,50 m. hacia -1,70 m. hacia mitad del perfil, donde se perdía.
En cuanto a la cultura material es difícil, por la complicada historia de la excavación y los
cambios de criterio seguidos por su principal excavadora hasta 1985, asignar con toda seguridad
qué tipología cerámica pertenece a esta fase 2a, pero necesariamente al menos parte del material
publicado en 1977 y 1979 (y en 1988) debe pertenecer a ella, aunque lo que proviene del nivel 1
parece que puede estar mezclado con material posterior (véase la cerámica esgrafiada (56) del
nivel 1 de la cata extensión, posterior corte C2). Dada la semejanza tipológica con lo publicado
para la fase 2b (57), parece factible afirmar que en líneas generales la cerámica de esta época es
semejante a la del momento anterior. Otro tipo de cultura material viene representado por un fragmento de molino barquifonne, al parecer situado junto al posible hogar (58). Este se hallaba
«apoyado sobre la cara plana. Su superficie se encontraba a -1,7 m. [-1,32 m.] descansando a
-1 ,76 m. [-1,40 m.?]» (MN 80: 22).
La información vertida en este artículo da pie a varias reflexiones. En primer lugar, creo
necesario subrayar el uso prolongado de un mismo espacio, durante más de medio milenio en
fechas no calibradas, por parte de sucesivas generaciones de lo que fue probablemente (por la
semejanza tipológica) una misma comunidad. Esta amplitud temporal ya se adivinaba por las
fechas publicadas por Martínez Navarrete, pero excavaciones posteriores la han confmnado y en
cierta manera han puesto algo de orden (definición de las fases) en sus afirmaciones. Más trascendental pienso que es el mati.z que estimo importante aportar al sustituir la palabra " muralla..
por la de "valla... La diferencia no estriba únicamente en un matiz terminológico, sino que influye
(.5.5) Las fases no se com:lacionan con una estratignffa horizontal. sino que ~Sta cambia con respecto ala pendiente.
(56) CHAPA rt al.: op. cit.• fig. 31. En sus c:uademos de exeav~eión Matt!nez Navamte no es muy espedfica sobre ellllllerial
eerimico que se va descubriendo. Por ejemplo. apunta que junto a las estruCturas de sopone de poste del corte C2 ..aparece un vaso
Cra¡mentado" (MN 8(): 1). sin especifaear m4s sobre a.
(57) Todas las c:ertm.ieas de los cortes C4. CS y 04 publicadas en mi tesis doctoral pertenecen a la Case 2b. OfA.z.ANDR.EU
(1 994): op. cit. figs. 190-193.
(.58) Las coordenadas que Mart!nez Navanete da para esle ballaz.go son ca 1.12 m. del vtrtiee N en el perfil NO y a 0.35 m.
del mismo en c:l perfil N& (MN 80: 22) en la cata G. posterionnenle integrada en el c:one CJ.
-
194 -
[page-n-195]
EL YACIMlENTO DE LA EDAD DEL BRONCE DE EL RECUENCO
195
en la percepción del esfuerzo invertido en la protección (?) del sitio que ahora considero realmente fue de escasa importancia. Esto no se contradice con la visión que be defendido en otros
artículos de un crecimiento muy moderado de la complejidad social, probablemente a sociedades
de jefaturas simples (59) en esta área con respecto a momentos anteriores (60), y que en todo caso
representaría un grado intennedio entre las SE y las del valle del Tajo (61).
Mi última reflexión se dirige a la calificación del mismo yacimiento, al que basta ahora
siempre me había referido como "poblado". Tal y como se presenta la excavación es probable
que en El Recuenco sólo se construyera una edificación con un espacio adosado a extramuros del
lienzo A, por lo menos durante las fases 2c-2a. Es verdad que quizá esta impresión se deba a una
conservación diferencial, y que los cortes que van desde la letra E hasta la J quizá también presentaran una ocupación de la que no ha quedado apenas potencia arqueológica (62). Pero incluso
en el caso de que quedara alguna casa más (a lo más, por el espacio restante, una o dos si éstas
presentaran las mismas dimensiones), la densidad poblacional resultante no deja de ser sumamente baja. Es cierto que los datos conocidos para esta época por prospecciones no dirigidas, normalmente llevadas a cabo por aficionados, no parecen aportar datos diferentes, pero esta suposición nunca se ha cotejado con un estudio sistemático realizado por arqueólogos profesionales.
Por esta razón creo que se hace cada vez más urgente la prospección intensiva de zonas llanas,
para poder contextualizar en su espacio inmediato con una mayor fiabilidad los (sesgados?) datos
poblacionales hoy conocidos, representados por yacimientos como El Recuenco.
(59) Empleo CAe tmnino de una forma con.sc:ientemente ambigua. Una de lis mayores apoNciones a la investipc:ión en los
41timos diez allos la ha constituido la c:rftica a lis rfgidas tipologías de tipo (neo-) evolucionista. Mi intención al utilizar CAe tmnino
es comparalivL Quiero decir. como explico en eltCJt10, que lis soc:icdades que vivieron en la Edad del Brooc:e en La Maocba, y en
particular en El Recuenco. establll muy l. jos de una estructlll'l de tipo estatal. pero de alguna manera praentaben estruc1UtaS socioe
políticas mú M
elabotadas" que lis de. por ejemplo. lis comunidades necesariamente (por el reablro arqueol6¡lco dejedo) mú
móviles que habitaron hacia IIIIOS SO km. hacia el occidente.
(60) Los escasos datos conocidos sobre el Calcoiitico en CAe 6rea se encuentran en ACEITUNO tt al.: op. cit.
(61) DfAz.ANDREU (1993): op. cit.; DfAz.ANDREU (1995): op. cit.; DfAz.ANDREU. M. •late Prdústoric Social Cbaoae
in the Soutbem Meseta of the lberian Palinsula.-. En K. Lillios (cd) 1M OrigitU of Complu Soci,its in Late Prrltisroric l~ria,
lntematiooal Mooograpbs in Prebistory, Ann Albor, pqs. 97-120.
(62) Los resultados de la excaY11Ci6n del conc JS se encuentran en DfAz.ANDREU. M. (cd): op. cit.
-195-
[page-n-196]
[page-n-197]