Serie de Trabajos Varios 15
Las pinturas rupestres de Dos Aguas (Valencia)
Francisco Jordá Cerdá
José Alcácer Grau
1951
, ISBN 84-00-01380-8 /
978-84-00-01380-6 , 42 p.
[page-n-1]
,-sE'~~cIoN DEL-C. S.l.
C.-INSTITUTO
DE
kit^^ €0LOB~AROeKIIGO. CARO
LAS PINTURAS RÜPESTRES-
,
FRANCISCO
~ O R D AC ~ R A- JOCE ALCACER GBAU.
D ~
[page-n-2]
[page-n-3]
DlPUTAClON PROVINCIAL DE VALENCIA.
- INSTITUCION
t
ALFONSO
EL -MAGNANIMO
SERVICIO DE INVESTIGACION~PREHISTORICA
SECCION DEL C. S. I. C.-INSTITUTO
DE A R Q U E ~ L ~ G IRODRIGO CARO
A
SERIE D E TRABAJOS VARIOS
Núm. 15
A
AS PINTURAS RUPESTR.ES
DE DOS AGUAS
(VALENCIA)
FRANCISCO JORDA CERDA
Y
JOSE ALCACER GRAU
VALENCIA
Editorial F E D S A Mar, 29
1951
[page-n-4]
ISSN 1989-540
[page-n-5]
.
E n el año 1940 las maestras nacionales D." María y D." Rosarfo
Gimeno comunicaban a D. José Senent Ibáñez, Inspector de Primera
Enseñanza d e Iá Provincia de Valencia, y uno de 110smás eritusiastas
investigadora d e la arqueoiogía regional, la existencia d e uinturas
rupestres en unos abrigos situados en término de Dos Aguas (fig.1.").
Agr$ablemente sorprendido por tan interesantes noticias, se apre;PYÓdicho señor a ponerlas en conocimiento del entonces Comis3rio
wjacial de. Excavaciones Arqueológicas y Director del Servicio
3e hvestigación Prehistórica de la Excma. Diputación va'lenciana,
..tBidno Ballester Tormo, el cual dispuso, ante la importancia del
llahgo, que se hiciera una prospección comprobatoria, llevada a
cabwpor el propio, Sr. Senent, acompañado del capataz del Servicio, Sr. Espá, el 22 de septiembre da dicho año. En ella se visitaron
los abrigos del Barranco de las Letras y del Cinto de -la Ventana,
tbniendo) la satisfacción d e comprobar la existencia de dos nuevos
conjuntos de arte parictal levantino (1). E n la misma prospección fu6
visitada y explorada con cierto detenimiento, par (el Sr. Espí, 1.1
Cusva de la Cocina, en 'la cual, con posterioridad, se han realizado
varias campañas de excavaciones, habi%ndos&publicado un avance
sobre el resultado de las mismas por el Dr. Pericot, siendo una de
las estaciones más importantes de la península para el estudio del
Mesolítico y comienzos da1 Nedlítico (2).
Unos días despues, el 18 de octubre, una comisirjn del Servicil~
d e Investigación Prehistórica, integrada por los Sres. Senent, AIclacer,
Chocomeli y el eapátaz Espí,'reqlizó una detenida exploracíbn por
el término de Dos Aguas con el bbjeto de descubrir otros posible7
núcleos de abrigos pintados o cuevas de lnteres prehistórico, y preparar asimismo la campana que debería realizarse para el calco y
dibujo de las pinturas halladas.
.
E n julio de 1941, y de acuesao con e! plan trazado, se llevó-a
cabo la campaña, encargándose de la dirección de la misma a persona
tan competente y autorizada en estos trabajos como era D. Juan
(1) Vémse "Lm Provincias ", Yaleiicia 28-IX-40 y E n r i q ~ eP 6 : "Activi1
dades del S. 1. P.", Archivo de Prchi~t~oria
Levantina, 11, pág. 374.-Valencia 1946.
(2) Luis Pcricot y G a r c k : "La Cueva de la- Cocina (Dos Agu?,s). Nota preliminar*'.-Archivo de Prc;bistoria Levantina, Ir, phg. 30.-Vzleiicia
1945.
[page-n-6]
4
F. JORDA CERDA
y J. ALCACER
GRAU
Cabré, auxiliado por loa Sres. Senent y Alcácer. Se copiaron cuidadosamente las pinturas de los dos abrigos mencionados, más las de
otro de menores dimensiones descubierto por el vecino de Dos Aguas
Ramón del Valle, a quien con anterioridad se le había encargado
que continuase las prospecciones por todo el término en los lugares
a donde n o llegó la exploración de la Comisión del Servicio.
Fig. 1.a-Mapa
general de la ruta de Valencia a Dos AtpW.
Con los calcos obtenidos, btografías y datos complementa~iq,
se encargó el Sr. Cabré de redactar 1,a memoria pertinente que diese
a conocer al mundo científico los resultados de los trabajos, pero
la muerte le sorprendió cuando todavía no había terminado la' prel
a
paración de aquélla. Por ello, dado e1 interés de l pinturas, que
sólo eran conocidas por 10s especialistas fragmentariamente a travks
de unos sencillos calcos y dibujos que el Sr. Senent había gado a la
pubIicidad (3) y alguna que otra noticia parcial (4), la Diremión del
Servicio de Investigación Prehistórica no ha querido dejar pasar
(3) Juan José Senent IbBiiez : "Pinturas rupestres & Dos Aguas"; "Lag
Provincias", Valencia, 17 de Noviembre de 1940.
(4) 1 Ballester Tormo: "¿a campafía de excavacianes del S. 1 P. de la Ex.
.
celentísima Diputacióln Provincial en el presente &o".-"Las
Provincias", Valencia, 14 de Diciembre de 1941.
Juan ;Tos6 Senent Ibmez: "El arte rupestre en Dos Aguas"; Anales del Centro de Cultura Valenciana, 2." época, IV,n.* 5, p$g. 32, Valencia, 1943.
e
[page-n-7]
LAS PINTURAS RUPESTRES CE DOS AGUAS
más tiempo sin que fuesen publicadas del modo máb; comp~leto
posible, 'encargándonos la o'btencián de nuevos calcos y copias directas
de las referidas pinturas, cosa que hemos llevado a cabo en el verano
de 1951.
Es posible que la int&rpretación que ofrecemos presente algunas
lagunas, a pesar del interEs y cuidado, puestos para que n o se nos
fuera ningún detalle. La tarea no es f&cil, pues se trata de copiar
escenas pintadas hace mil- d e años, muchas de las cuales se nos
ofrecen hoy incompletas y borrosas. Por ello no es difícil una discrepancia de interpretación, por lo que agradeceremos todas aquellas
correcciones que puedan mejorar nuestro trabajo, hecho escrupu*
losamente y con el único interés de proporcionar materiales utiliza
bles a los que se nreocupen por estos estudios.
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11
EMPLAZAMIENTO DE LOS ABRIGOS PINTADOS
Saliendo d e Dos Aguas, y atravesando el barranco de la .Teja 'o
d e la Humbría, se asciende por una senda que, bordeando ei monte
d e Peñarroya o de la Humbría, nos lleva a un pequeño valle alto,
llamado I,a Canal, que se orienta d e Levante a Poniente aproximadamente, estando limitado por una serie d e sierras qpe se encuentrm
cortadas y atravesadas por múltiples y abundantes vaguadas y.harranqueras. Por su dado Norte corren, a continuación de la Peñarroyri
y en dirección Este, los montes de,La Rápita y del Caballóii, con
el pico d e Colaita, mientras que por !la parte S r el v d l e se 1
con la sierra d e la Ceja, con el pico de Cobertera, que tmrhiña con
1
el monte El Picayo, situado yri sobre e Júcar (flg. 2."). Desde el Alto de la.Cana1, situado en la parte occideptail del v a l h
y que constituye e1 punto de acceso viniendo de Dos A$uas, se inic:a
una rambla que atraviesa longitudinalmente el valle &asta su mitad
aproximadamente; allí se une con el barranco d e las Letras, que se
origina al, pie d e Ila cuesta d e acceso a la Rápita, én el lugar denominado Charco Blanco, recogie;ndo después las aguas d e numerosas
vaguadas y barranqueras, en dos d e las cuales se encuentran situados
dos abrigos con pinturas rupestres: Abrigos 1 y 11.
Juntas, la rambla de la Canal con el barranco de las Leiras, originan el barranco d e Falón,. ,que vierte en el Júcar:Toda esta zona
se encuentra cubierta por terrenoes d e cultivo, atgiirrobos, vifias y
olivos y algunas casas, c o n o las de Cifre y del Nelo. E n esta ÚItirnfi
instalanios nuestro 'lugar de acampada, gracias a la amabi'lidad de
su dueño, don Vicente Cifre, a quien desde aquí queremos expresar
.
nuestro reconocfmierito 'por su gentileza y ayuda.
Siguiendo c direcscióa ~ u r a &nos enco-ritrarnos con el barranco
m
e
del c i n t o d e la Veatana, que w . u n e al de Falón p,oco antes d e que
éste vierta en el Júcar. Sobre aquel barranco, y kmcano a la llamada
casa de Valle, se halla la ya citada estación rneso'lítica d e la Cueva
de la Cocina, Al final del barranco., y en un imponente acantilado
situado en su confluencia con el de Falón, hay una venfam, o- gerforación abierta en Ia roca, que da nombre al barranco, y a la misma
altura existe un cinto de oquedades o abrigos e n uno d e !os cuales
a
se encuentra ~ t r serie de, pinturas rupestres : Abrigo 111 (Lám. 1, C).
E n la vertiente opuesta, la izquierda, y un poco antes d e llegar
a la altura del Cinto, se encontró, por el capataz Montañana, que nos
-
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F. JORDA CERDA y J. ALCACER GRAU
8
ayudaba e n estos trabajos, una pequeña cueva situada a unos diez
metros sobre el fondo del barranco, d e la que logramos unos pocos
sílex mesolíticos.
Las dos zonas señaladas con pinturas rupestres distan entre si
unos cuatro kilómetros, y el barranco de las Letras se encuentra 3
unos seis kilómetros, aproximadamente, d e Dos Aguas.
4
'
F E a - M s p s &e Ii,
@
boskxw8 de S& C.nsl (Da,A w n s ) eon siL) @&&odes
, ~ ~ @ @ 1 & - , Y stk"i@+S @OS Ph&WW.
.
.
-
I
[page-n-11]
LAS PINTURAS DEL BARRANCO DE LAS LETRAS
ABRIGOS 1 Y 11
Subiendo desde la casa de Cifre, en dirección del morate de la
Rápita, nos enc~ntramos
con una serie de pequeñas lomas de calizas
cretáceas entre las "que discurren estrechas vaguadas que, como
hemos dicho, empiezan en el lugar denominado Charco Blanco v
que al unirse forman. el barranco que la gente del país ha bautizado
con el nombre sint~~mático Barranco de las Letras, no terijendo
de
nada de particular que haya confundido las pintyras que en él. se
encuentran con las letras de a l g h cabalístico alfabeto. Se hallan las
pinturas sobre dos abrigos situados a poco más de un'kilómetro de'la
unión del barranco con la rambla ¿le La Canal, y separados enwe ~í
unos doscientos metros, estando . el: lugar a quinientos me%ros,
apr~xim~adamente,
sobre el nivel #e1 mar.
Los abrigps se encuentran.orimtados presentando el lienzo de
,pared hacia el ESE., por
que están bien resguardados de los
vientos fríos que convierten-el valle de La Canal en lugar de habitación desagradable durante la época invernal.
L a conjuntos pictóricos w.hsistentes en la actualidad y estudjados
o
por nosotros se encuentran en muy deficiente estado de conservación,
a consebiencia de los daños causados por las rigurosas coadi@iones
climáticas a que están sometidos o por los destrozos ocasiondos en
mda época por ,la mano del hombre.
E l mayor de .los conjuntos está en e Abrigo I o del Cieho, y su
1
conservación es muy desigual, siendo los estilos pictóricos muy dibtintos y variados. Lo. mismo ocurre con el Abrigo del Cíwto iire la
Ventana (Abrigo 111), que a pesar de la escasez de figuras, lo creemos
interesante por la diversidad de estilos. E1 segundo) Abrigo del
l
barranco
las Letras, Abrigo 1 o de Lo Pareja, só~locontiene dos
1
@gri~,a
bintada~. Los tres núcleos, como veremos, presentan una
indiscutible unidad artística y estilística .dentro de la variedad de los
asuntos trdfados. Creemos que se trata de un buen conjunto de arte
iparietal. levantino, y quizás su mayor iinporta~ciaetriba en que se
encuentra en los alrededores de una de las más importantes estaciones mesolíticas de la penínsulil, dato! que hay que' tener en cuenta nl
.j .
decidir sobre sú ~cronologfa.
-:
:
a'&:
m.,
-
-
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F. JOlZDA C.ERL)A y J. ALCACER GRAU
1
A) ABRIGO O
DEI,
CIERVO
.
.
Se halla situado este abrigo .en la margen derecha del barranco
d e las Letras, formando una ligera concavidad en un contrafuerte
de caliza (lám. 1, A) de unos doce metros de largo, que se s n c u e n t r ~
protegida por .una visera que sobresale unos tres metros d e la Iíned
interior del abrigo (fig. 3%"). la parte inferior del mismo hay una
IJI~
especie de cornisa o esc,a:& E0:rido que se eleva a unos 2'10 metros
[page-n-13]
[page-n-14]
gular, estrecha la cintura y la cadera ligeramente pronunciaba; los
muslos finos, y las piernas, de gruesas pantor~illas,termiwn con pies
apuntados, aunque uno de ellos falta por compkleta ilehido a un
desconchado de la pared del abrigo, Falta t a m b i b , por el mismo
motivo, la parte inferior de las pantorrillas. Tiene [a cabeqa.alargada
con la parte del rostro triangular y hacia la izquierda; parece repreBentar un ~gquemático
perfS, agnque m,& bien creemos qqe tal efecto
sea. debido' a la corrosiáp* de E pintura. Va tocado con un bonete
a
de forma cilíndrica,' d e cu$a $ate superior derecha surge un pequefio
adorna, que puede interpretarse co,mo restas d e una pluma o quizás
como el nudo que atase un pañuelo qu,e le cubrime 'la cabeza, como
todavía es uso en estas tierras levantinas entre la gente de. campo ;
tal podria ser la interpretación d ~ bonete. Los brazos, representados
l
en cinta, salen de unos' hombros. redondeados. La mano derecha
está dibujada abierta y can cuatro dedos; con la izquierda sostiene
el arco y las flechas con punta de ángulo, que terminan e? farnia
lamedada. E n ambas muiiecas lleva pulseras de wcción circular, al
Barecer. Sujeto a. la cintura lleva un faldellín que le cubre la parte
delantera, terrnidadcbs1~ l a espalda por un ,saliente de forma triantan
gular, que bien pudiera ser el nudo o cierre del cinturón que lo
sujetara.
d&l
Hacia la i~qlii~erda, arquero, colgando del arco y Ias flechas,
tenemos una mancha' de contorno irregular y de rolpración .m6s
~
intensa y oscura, por lo que nos: inclinamos a ereerla eOmo p- r t e n e ciente a otra pintura de4arpre~ida.'Sien. realidad .formase parte del
arquero podría interpretarse como una eopecie. de bolsa o zurrón.
La figura está representada en reposo y al parecer descansando
sobre su p3erna igquierda. De 'buen estilo naturalista, señala el
apogeo artistico del conjbnto pictórico del Abrigo,.
El'segundo arquero (nilm. S) está pintado por la misma mano que
pintó a su compañero y quizás corresponde al mismo momento.
Conserva una coloración ligeramente más clara q u e la del anterior
y en la zona del pecho son perceptibles una serie de puntos de color
de to~alidadoscura, que nos dan idea de cómo debió ser el color
prim;itivo de la figura. y que se ha conservado gracias a la rugosidad
de-4p róca. Tiene la cabeza ligeramente triangular, cubierta con un
gorro amplio y aplanado que giiarda cierta semejanza con la actual
m.ontera de 110storeroa. El. tronco es de forma triangular alargada,
con los hombros redondeados, de los que salen brazos en cinta; 14
mano está abierta y con sus cinco dedos; dkl codo de este brazo
salen dos trazos en cinta que deben ser interpretados c o p o ad6rno
SO&^ y que veremos repetido con frecuencia en much-d,~ 1Es restantes figuras del .Abrigo. El arco y las flechas, en número,
se sujetan con la mano izquierda, que no se ve, e v n t ánaose
&es¶
borrada l a parte corre&po@ente al antebrazi~y c.odo de la misma.
La .cintura es estrecha y tiene una ligera interrupción por dscoiichado en las caderas. que están poco pronunciadas. Parece. llevar un
calzón muy ceñido y ajustado que,comprime el bajo vieptre. Con
las piernas abiertas y la mano derecha "levantada, parec'e estar en
fe
[page-n-15]
LAS PINTURAS
13
RUPESTRES DE DOS AGUAS
;:
actitud d e andar, habiéndose representado .la figura d e frente. E n ,
el suelo, y entre las piernas del arquero, se encuentra un trazo et: forma d e 'S estirada en reilación'indiscutible con la figura por su mis- -11ma coloración y limpieza del trazp, pero cuya finalidad desconocemos. 7-I \;~~:ij:'~:
- '?
Esta figura, como, la del anterior arauero, es d e buen arte natu- ;-?{. i.'
:
'
ralista y está trazada con cierta elegancia y menos torpeza, en cierto {
modo, que la de éste y que las demás del abrigo.
b) EsCena de-cazadores con tramo; -(núrns. 3, 4, 5, 6 y 7);
(Iám. IV, A).
Esta escena, situada a la izquierda de !os anteriores arqueros, está
integrada por tres arqueros de tamaño reducido, debajo de los cuales
se encuentra un trazo filiforme. E l primer arquero (núm. 3) mtá
representado de perfil y en actitud d e andar hacia la izquierda. T,e
falta la cabeza y e1 arranque de los brazos. Con. la mano izquierda,
un muñón que pende.de un brazo en cinta, coge las flechas y eil arco.
E l tronco es alargado, más grueso en la parte del pecho, estrechándose en la cintura, caderas y bajo vientre. Toda esta parte deE8 de
estar cubierta con faldelfin, el cual parece colgar entre las píkrn~ls,
estando sujeto a la 'regirín poste,ro-lumbar por un Ya0 en tRán&lo.
Muy estilizado en su silueta tiene las pierhas desigúaies, pintad2s con
traz-os en cinta y d e poca gracia estética.
E l segundo arquero (núm. 4), a la. izquierda del anterior, se
encuentra aproximadamente ep la rr~isma'
posictón y eon anillogas
característic.as de dibujo y técñica p!et6rica1.' Conserva la cabeza; que
es d e Io.rma ovojde, teniendo incomPfeto~~du
brazo izquierdo.
El1 tercer arquero (núm. S), de Cuerpo :&largado, tiene la ehbeza
cubierta con un *casquetecilíndrico ; 'le falta la mano derecha ; con la
izquierda sujeta el arco y las flechas. .El tronco,..altirgado y en
cinta, está incompleto en-su parte inferior, en el lugar d e su unión
con las piernas, conservándose tan só'lo parte de los muslos y pantnrrillas. Está en actitud d e andar hacia la izquierda:
D&jo d e los tres arqqeras, como ya hemas señalado, hay u n
trazo filiforme (núm. 6) qu6, .siguiendo una Iínea siliuosfi, se entrecruza, formando tres espacios distintos g u e iqterpretabm eomoquna
trampa d e caza. EI trazo presenta tres abultamientas que pqdrían
ser considerados como fiudos o uniones de la cuerdaque aquel porda
representar. Dentro del espacio superior se enmientra 'aun mancha
de color, sin forma definida, posiblemente loa r w m 0 fragmentos
de lo que debió ser la presa; de Ia cual sale un traza grueso que
e n dirección oblicua va a buscar la pierna del tercer arquero. Dicho
trazo se mcuentra atravesado por l o que parece ser un arco y un
haF de -flechas.
H 4 a la izquierda de' este grupo se aprecian los restos de un
cuadr
cuerpo (núm. 7).
.
- - # S ,
;:
J.
I
-
f
i
C) Silueta de mujer (?) (núm. 8).; (lám.. IV, C).
No aseguramos que se trate de una- figura femenina, d e la que
8
se conserva solamente la parte superior. E l considerarla como mujer
3
[page-n-16]
c---
.!
lfff
t .
'
. 1 : . 1 7 4 . , : y , ,;
(5) Eduardo Hernández. Pachcco : "Las pinturas prel~istóriq L e G w ~
de.
vas db I a &s&a, (
V ;t-&prppyi~ ~iwr?,' de~l ~asqislq1fqEe .
~
~ 34
a
c i q c s Palea3.tol&i~,as, Frqhiigtiáriw!de llJ, Junta, para &~ip!i%cI.h.
7
-e 1nvesti&ciones ~ i e n t & d a k ~ ~ a di i 4
r9 d
2:
Teógenes Ortego: s'Nucvas estaciones de arte rupestre amgori;'&. E
%
y Cerro Fd4o en tbrmino de AdwCIn (Teruel) ".-Archivo Espafiol de AquiroB.,
gía, núm. 70, p&g,(3i ry~&drirf1948.: f , '
,;
: c
. ,
a~
M~nuel
Vjdal.;y ;bu@z: ':Eqtudis F i t r t ori&inari.o s ]&ectes'-en lI'ajt nyrternari". Trabajos y&rjo< del S . 1..P. de la Excma. ~lputaci2l' ~ a ~ e n &: , - ' n h e a
,
ro 3, 1937.
,
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!,
1
F
s.
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1
1.
i r
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L
[page-n-17]
E&
LAS PINTURAS RlfPE5TRES DE. BffS HG'IJ;RS
interpretadas como insetctos mpresmfiadm.rudimentariamente, pero
con c b t a gracia ingenua. Idos tree que se eneuemran en 'la parte
superior pueden ser comsiderzdol~cama abejas que; rovdlotaan a l r e
d d o r del panal, por su figriialltriangular, #y los dm inferiores pra*
sentan do8 alas en ánguIo y un. craergd en £arma de pera qucs. las
asemeja notablemea'le a 11mavi&pnk.
E n la parte sliperior de
eaceqa -a mcuentra una silueta que
ne
puede representar la piernaay gamlde rrrz animal (ntirn. 11).El mal
a t a d o 'dé la pintura y eu ear&ct& hagmeahrid hacenque sea.imposibb su identificaci0n;- no obstahbe, guiadbs por la forma, de lo que
queda, creemos- que pgtda tratame d s uaa reprwentaci6$nde oso.
Más hacia -la d e r ~ h a y , a la slLtura$P $as abeja^, su?. .hallan -das
,
manehas de,color (n6rn. 12) de forma isremlar cuya intmpretaci6n,
por lo inc~mpletas indefinida&,s hace difícil,
e
e
Toda el conjunto pertenece al arte nat~rali~nta, buena factura,
de
sieirdo de poca calidad lo que resta del posible , o ~y, dentro de,las
escenas de recolección de mieil eieorrtradas ea oti la^ partea troasthiye
una.-mrirtmteorigiaal. De la .abundaacia de representaciones -de esfe
tipo podcm6i dedaieir la i.mpoftzmcio .que para ague1Jag ggntm tapia
la miel y su recioleceión, equiparqMe e n : cierto , m b b l ccq k a a ya que estas dos clase8 de e ~ , e w algpn h c .~r~£o-i-eptmqee~e
;
epq3xe9;
I
\
'
'
seatadas.
._.
~ : , - j .
,
a
e) La-danza de las do$ rnX{q,d"(núms.,lJ, 14?15, 16,.:J7
,
(lám. V, B),
'i8.,.
.S,- . *
. .. , ,
Se trata de una escena pintada con g~~a'sgllturá deseifado,.de
y
coloración oscura ti base de hiena tostadh. cpn tonos ~$@.qp& deritro do un estilo naturalista ac.egt.rkble que 'ha ,dbtado a la8 figura$ 'de
un gran di4naimismy de cierta gracia -aipri$va i u e aan a% r+pfrésentagibq un encanto .innegable que logrs' borrar un tanto,la i#+corrección
dibujo.
.
Las dos figuras se encuentran, a rüieshtro entender, mtrabamen~te
relacioaadas ; la actitud de sus legtrergid?dg y la poskción erageradn.
de sus torsos nos h ~ c e npensar que tenemos ante nosotros .qna~
-escena de danza en la que el distinto tamaño de las figyas-pudiera
tornarpe como símbolo 4istin.o
de' categoria social.. '
;.. .
La figura mayor. (niím.. ,l3) sr haWa situada en la parte m%ás
extrema de la re@& pintada del gmql q.ue wta.mnc %dexribiendo,
Tien@Ia c a b e ~ a florroa tria~gular, d o n d ~ a d ~ la m e b a corta
de
m
par
de su peinado, el tronco'~ln.rgado no muy esbelto de cuya.parte
y
sui~7.er;ior.
salkn ~ Q Bgrandes, s e n a colgantes ; los brazos,, de tpzo
.
c~otinuo,
presentap en gl coda la doble cinta. de sdaz-no, y las mano6
está0 r,ebresentadrts muy.rudi-meptariaq~pte.
Lleva una amplia talr
da de fuxrna acamhanada quk llega hasta m&-abajo & las p i t o r r i Ilas. Lo3 pies, muy ,gi~umosy algo disfo~me,.esal@r'egreh~enf
ados
hacia la izqui,ce~da.
. i
La segunda figura (n'úrn: 14), de memor tamaño :qua1k. antLwio;,
se encuentra situaba a la izquierda. Ofrece: urna ; a B e z i d o ~ d a 'd-9:
,.
cuya eolronilla surge un trazo oblicuh que^ p i e d e considenirse
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[page-n-18]
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colgando. E l brazo
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también aai falda sfmnpiia p.mxmpanrtda q le- ke&al lhlq&
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totriflas, teniendo las<,piee:~ e p r e s e n t a d oh~i$'lg~-;$Brybg,
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ser considerado komo el trohco d a 9n hombrk, &:@t@~p&&r&eriot salen hacia derecha e izquierda unos t i a k o ~
fino8 ~que.pddiar~ra
los brazos. Más hacia- la .derecha ss apmia una mndial-{núm: 37)
de contorno indeterminado. Deba30 .E
& titaeo Anás g+uesul -¡se;:encuentra otra arnlpIia maneha!de ~ccrl0r,de forma imeiguliii, de laque
salen hacia ' la izquieida; t ~ e s
trazos cmvos en forma de* u ~ a a ~ a q p
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que a Ia &mecha se"c~nti'h%li unos tragos d6rnp.b~.
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hacik i t ~
izquie~daS& ven 'las I F ~ ~ W
de 'unas patas diei~auradrbpd~:(mim~!:
IR1
y unas &&~habi6ihimin&da$
dtjuepaeden perte9iecerqal Fni8nio.i ;
Este conjunto de figuras subyacentes debe 'estihclise: sin' duda
posible, de' edad másliantigua lqud las do6 fignaas fm~csni~as~ se
que
le superponen. A nuestro mt&der se. trata del grupo ~á&-an&gI1.~oO
de piGturas del presente Abrigo y . creemas que, jun&men&e.~GDB,
'
!
.
.
Ir
a
[page-n-19]
17
LAS PINTURAS RUPESTRES DE DOS AGUAS
.
otro pequeño grupo que niás adelante estudiaremos, constitwe el
estilo r n á ~
'antiguo d e arte*
naturalista levantino. Las diferenoias estiIísticas son bien fáciles de apreciar
los dos tipos de arte, ya \que
mientras e n las figuras' mis prmiitivas se observa una cierta despraocupación por la forma, buscándose el movimiento por trazossimples y directos, en el segundo es+iSo encontramos una cierta gracia
en la ejecución, una preocupación por el dibujo y un cierto convencioin.alismo en las representaciones;
f) Arquero dispa~arndo(núm.
N . (lárn. .'N, .
);
B.).
Está pintado e n colar siena o i ~ u r b por desgm~ia, eqcuentrs
y,
.se
en muy. mal estado de conwrvación y bastante:incornpleta. De I
o
que queda se puede concluir que se trata de una .figura de arquero,
de tronco .alargado, sobre el que, despubs d e un pequeño estrechamiento, va la $cabeza d i s f ~ r m e
cubierta con un bonete aplanado de
cuyos lados salen das picos terminales que le dan el aspecto de una
boina. Los brazos, borrosos e inseguros a la ' o ~ s e r v u i ó n ,parecen
.
soatene? 'los restos de la que &bió ser un arco y la flecha en actitud
de disparar. Tal aserción viene abonada por la actitud inclinada di:[
cuerpo hacia adelante apoyándose ,m la Única pierna que q!ueda de
la figura. El estilo es iosco, pero muy expresivo, y ha repres'entaciún, a pmar de las incorrecciones y del wtado fragmentario en que
se encuentra, es graciosa y tiene mucho movimiento, por l o que
creemos que debe pertenecer a una gfimera etapa dial .arte natufzl'istd:
,
.
.
2 . 3 ~ D& WERVO (núm. 20, 2í y,22! (l'ám. VI).,
~ ~ 0
.
Por su posición destacada. dentro de la pared d q S . ~ b r i g éste
~.
panel ofrece una visibilidad buena, aunque haya p é r e d o iTiuchp:rle
su coloración
Aparece como dominando todoe,el conjynto
pic$óriqol, por cuyo motivo hemos bautizado el lugar con ql sobrenombre de Abrigo del Cziervo.
Se trata de un gran ciervo en actitud de salto (nfilm. 20). Tiene
una suave cdloraciÓn.rojiza con algo de siena tostado que, con el
t i e m p ~ ,ha'dperdido intensidad, pero que es, en parte, distinta del
ton^ general que'tienen las restantes pinturas del Abxigo. Se encuentra situado en la p2rte alta del mismo y presenta una silueta limpia
que queda desdibujada en la zona del -larno por &la
erosión d e las
aguas. La cabeza del ciervo está adornada con una bella cornamenta
dibujada t o n soltura y correccilón ; tiene el hocico alargado y estrecho ; el cuello, ancho y robusto, . y el mborrillo un tanto abultado,
resaltando-más a cawa de la deficiencia; de que heirnos hablado, 8 1
x
la línea del lomo. E! cuerpo es rec~o,~maciao alargado. y las patas,
y
breves y hrrpm, han sido trazadas enérgicamente, presentando las
nalgas escurridizas. Las pezuñas se han representado perfectamente.
Un desconchado ha estropeado la parte inferior media de las patas
delanteras y otro. más pequeiío. el arranque del brazuelo de la línea
del pecho, Toda la figuia se halla en posieión.inclinada hacia la
izquierda y el cuerpo. está completamente sometido. a la tensiÓ:i
muscular *necesaria para efettuar el salto. E l arti'sta que la. pint6
,
[page-n-20]
ae u;sb p e f ecitarnenfe- e ~ t m ~ 1 l e i ;qiie,:s ó & 8~ h g r d l ' mmgío ise
d
~
posee. :un& gfan - memoria sis sud y biuen
o ,d d : fm@imte@ts-,
aparte de un conocimiento ppdundo del dib*,
ya gaia .$niera d i
k
a1gua.a pequeña, incor~eaión,(la pintura rekcsmLvitdfidad ~dina.
mismo, p a r L que no dudamos-en.e&c:~ll+~dsar-d.s, de )la mejw
lo
%kb"t~'o
etapa ddl ;arte naturalista levanbiaao.~
'
,
Dehajp úk esta figurg, se encumtrag ~.+tol a
pgttas tiaseraa,
una mancha (núm. 21) de contorno I-ixigmmzim-yde .difícil interpretación, y junto a ella un trazo alargado que podrfa interpretarse como
perteneciente a ' ~ arma atraja&za.;~Un~ ~ E más abajo aaotdkos
h
C Y
seis pegmeña~
fnarqho h fn6m..22). di~pmmtss dm .em do^ 'con eikt-ta
:&
regdaridad, .que a n ~ e s t r o ( e ~ t e n dpvdrian $orri&e+
er
corno lae h!m
. .
llns dejadas par el animal en SU carrera.. . '.
. La a us~ncia toda otra c l w de figunas .akFedecEor de estm cidv&
de
nloa impide ronsiderw tal fig~m,
dentm de' Isa gwzkhas :corriembes.~
3a
cma, y creemos qné ~ ~ S a m m se ha, traba&o- dk representair ; a;uv
te
z~kirnalen picna carrerh y err; e1 momento s l d s salvar un o b ~ tb f
h
a
tema que el d i s t a lemntiao eligió c ~ m o
motivo prificipai4-eEP
!h
decoraeih del ak~r&go,~ heho nos 3rae nkevamente a ~~hd~tid3.p~
Ese
si el arte rtipsstrc lmmtino 6s g610 n1nirtie:-n;azratiko e abbistiori~-a~
c m o quieren t! p e b ' ~ ~ ; si c o n s w ~ qaas. 8im$dd.w
.o
rn4glcsl
T ;
revrcarívo y e.xpoeitivo, a da vi$a dc aquello&.r.azadaeres pri
Esta figura, junw Lon otros ppanles que v:tt-{%m con\enkaatlq.,
lleva a la conyicción d e que el arte levantino naturalista n o es un
movimiento artístico en el que predomina la resonancia, e;~ten(rr
pvisual para contar una serie de escenas de 1i vida c~tidiana;
km,-ue
6stas se narran con una finatidad .y siguiendo unas nórmiii f:&os
dir&hid&, '6s decfr, eigaiendk un& es'tética, cOsa que se p&i&&
,i$)f&
ciar, a través 8; l,os,iEñumeiablks' halliigbs de estaciones co;ii1$8%$'+h%?
turalista.' De eati~s'
coniii@raci'Únes estéticas' trataremos e$''&+ki8iii
,
más apropiaba.. ,
.
.
.ir,
I.-.fr:4?:'
1.
(:
1
i r
3.' GRUPO
DE
1
1.
,
:
,
-
-1:
" 9
, - 8
. +
LAS ESCENAS DE c~z~.-Hemos' reunido ba$~irasta
denominación unas cuantas escenas venatorias y alguna figura &.dada
o fragmentaria que se encuentra dentro de los límites de mte!$aml
central, agrupadas del siguiente modo :
a) Caza de la cabra (films. 23, 24, 25 y 26) (Iárn. VII). . : .
La escena está constituida por tres arqueros de*buen. arte que
rodean a una cabra herida por dos flechas. La cioloración ddf, kmjunto está lograda con un tonol siena acarminad~,pero la bmsemación' del mismo es distinta para las diversas figuras que &ornp.open
la escena, pues mientras se Cncuentra en bastante b u e i estado - Im
m
dos guerreros de detrás de l ~ ~ c a b y a los cuartos traseros Be;kgta,
r en
.
el color casi se ha perdido ea el resto de la escena.
La silueta de la cabra (núm. 23) estáafinamente trazada, s3endo
su cabeza un poco pequeña con relación'al tamaño del cqeJ-poiNw
encontramos un bonito ejemplar de la famosa Capra Hispdmiis, casi
l '
<
<
[page-n-21]
'1.É3 .
LAS PINTURAS RUPESTRE6,DE DOS AGUAS
parte nietdiat dt3~kiíitpntm tj~1anixwhs*L ahi.rdrwItii representado en
E
kl dm&mef;l.&a
tp~bag6fiieai,'
,~oa~+&at:inat?moviElii.t~d
c_a;ragtieri&cia".qua Fep.
cede a In. cohvul$$6nl
final. Lasi anqqems m' rcldean parecen di t!a.
piiestm asilamame erobae ella qkiisk- re&ta@la.
a.
De .&-stQ6j,,bl que ,;&e.
.enErent&,
apgi l a l.abfa (nbm, -24) e& representado en actitud de comer ;com d c u d r p inelaado! ha&a ad~e~ante,
o w a dwu6a de, haber diaparad~, .ArmoAbqlre en la &no
,e1
.2kva
d.era~ha., t38iad0: can an m&@+ r n b n ~ ;de f&ma cilíndrica y
va:
w
r~
d~ paca .a.b&usa.y Ic;ibP~ra.~itbimta u n catlzQn ;,aniudah a 13
su
con
r L n lumbar coa ,el tipies l a m en pim. Su .pkizquierda ha d~sh
& Qn
.j'.r
aparecido. . ,
,
.
.
atd-~ah animal, ocupan plano8 disa11
Los .otros.di38 tarqneras,
tbtos-. Uno [n.irnj25) gstii ~ r e p $ n m ~,en a ~ t i ~de .an&s y t i i ( ~ ~ i ~ ,
itd ~
~ d
el tronco vertical$i'la!aaBagclr de k-azw y 4&ma impr,rgcisoe,:ya que
un de8conzhad.o de la roca, que al!lcasaa+~hasti~el b o dgl illa iignark,
bm
ha destrozado casi pd-a es? parte. E n una mano lleva arco y flechas
y cn la oTro una flecha, termihiidar kn g?ael?ó 6 ihgulo. B-1 otro ~ i q u e r bC ún. 261, situada
nil
p l e w : inferl9 4 prec&ente;'jiiehe
itrciacb tincli~ltdc$'
likda a d ~ l a r i la&pheinas~gist~~~~
@@siis] actitud de u ~ r e rLk&a 61~afoo utllts &&da&
m
.
ig
sujktas con
titid. ni&?,. mieritrá$ @bn. bW$ ár&e!i~+er uñ :&jeto d e 'forma
la!
,$B
<&&
D ~ o l ' d & ~ - ~ uekeuentra xa+y66@+bu'r~8~ o &s.~pbtip la -~lalgn.
e
D$lasit+j dC . e $ , . a o]%. a l ~ ~ , f \ G a > ~ ~ b t i : ~ m s i ; I & i 8 s , r a~ ~@ ~ a i : ~'*?o ~ e h @
~.
; 8
~
definide) ~ídiñt&ei.pret
aWe. *El1'@qdei@ ' d! dlhj&>
k
&&ttf~r cunio
&&to,
el-ahtefio,$:~egtg
a.trazedD x + & i q h-y ek$te\r$:.~fi~ %i$&ddd:
~
@~
$á t ~ & a b o
kanJun g m h ~ootrfl;'t8&iikd,'j+~u@
a$' @iAi& iictua9 -puede
se-+ ~&ecu&&&isi.jd$l.ildos'Ilg&&s:dtjs&~e&A&e{ qq$ S&
,*r~dir@idio
'
0 r1
en la roca sobre la gue estd pintado.
E s la ~ & j 6 r i &ás-lbg;ra&i &ce@ del c a n j & ~i31 db;igd $ ttamy
.d
bien fa' @á$ k~itiplqd.:
Cbrnijarada 'i&bh$ e$e+.Ki -d.eicazo &neoni.otras
a a d a d % i ~ f f o':&,i@&<
o
~
1kv&wiriogi
i&Ul B "&y, ? s i ~ p f y e
~$J~G P~;
e +
'réntd #de
-cikrf&d$naWsm%;t.jii&r&i'rlbtie$ del
- ir$$drailii-tt &
h & Fa-& ' n ~ &e;.@e&&d+$c:&I ~&;taRte\al'g$qpo de piaturab
~
% ~ 'f iit @
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d d r h *bt eiI!ol !-del aEigb.)~;8eatfo .-wla.3Pise dpfima del arte
n3ttífaIi ta.
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~í1br@!-':k~ri4j@ & & sl a :ii~$owpL&s arqlierpk
im s
da
ros, lo que hace dificil .su reconstituiión. L'a cabra (núm. ,Sz), PWQ
bello ejemplar de Capra hispbnica, se encuentra en mal estado de
co&ervación ; de dibuio tgrakios~~i & q ~ e
ia
'tadco,:e&ii picstroda en un
pragoix5ahm, y parece ?Q.uerer
tona 8ih a .aa?r:mi~idaj
aj&iada
+epieeentnt uh aiiimi! adulto. E n te , t y t &poateriar, y s medio m~us1-0; ~ ~ a u e n t r g i gfliehas ..quele1 ímugv'tewn, habidndose &&alado
~t~~s
la penetracidn ,tedrgamda el cdllar .&u las - abasj de$la. herida, acailoS~i&-~8&-a~.i t s taqvm@&,&o dcrit&
las: g r
mkma &g&ra:LEiedxra.
arroja
.e)okas de sangre por SG boca. :.
! .'
, ;,
!:J
rt
'
su
I
,
, t
[page-n-22]
Frente a .ella se anauentra un. .iuqueno (núm. 28) del lqusi a(;lb
qu.& parte dB la cabeza..^ brii.fragmento, &coi hibiendw dessgpar
,da1
recido parte del t r m b y i o g doa:braao~ :un desocanchado de j a
par
roca ;.de c i a t u ~ a
pa$a-ab-ajs enauarnwa de nueva la figura, h eud
se
presen8ta71as
.piet.nas.+qbiertas ~ Q E . : u ~
especie deicalzonies la~gop
o zaragüelles, que por sii-+~po&oi6nrnejov $podrían coiisidcrarsr:
chaparreras, Sobre e%@
iacqieroj,ttpero algacseparado de 4élis ve un
e
~azo
wermi4osrmit disp~esto
lhosizontalrnente.l
E n la parte d e arriba & 1.a a b r s ,@e.d k n las r e s t a de ,otro
h
arquero (núm. 29), del qub se, conserva la v a t e ba,ja &l tr-anco y
@artede las pierna&, abierms.y en aCfitud deq,a.ndar,adernds ta-bién
queda algo -de un b r a w - cuya mano. s u j ~ t a b a s d n o owa semeun
jante. E n el codo se ven los típicos adornos de cinta sendlra:.
Hacia ila parte p ~ s t e r i o rde la,cabra se eomeatran..doa trazos
(núm. 30) en ángulo' y otro más ;p.equefioi reclm; en posible rela~ión
con aquala, pero, 'que por 813 carhtar dcagmdntario,ao nos es pos3ble
darh~
una inberpretaG6n ademada.
,
,:
*
l
7
7
i
C) ÉSCB& j % ~ h ~
d~
.{nYm. 31 y 32): (&m. 'VIII,'B) , , , '
,L,a ewana est,$,-~qnsqituída unas grandes piernas de ~a.q!dor
pqr
fndrn. 31), a cuyos tbbillos van sujetas unas grandesaj
restos de un braaa.:qpe se anoya sobre el lomp &?!un animal herido
por un dardio-en una de !as; p t a traseras, d , la ~ua;l-p.m,ece.
~
manar
eaagft ,a ggtq, (njrm, 31); cuaJr$ipeda,, intiompletp e&i b.E1
pqrte de
Iq, cabeaa, está,,qgpreeefitado-Rn a i t i ~ u d e caerera, ,tal parece ,dedird
irse se. cje.(la p ~ s i g i ó n ~ sus patas,. ,de las que las, dqlqnterar .están
de
tdpg&g .poiA piernas.deJ.arquero.,
14s
trata,, sin génejo .de duJ.1, &e
un- cfqena vggícto~ig, ila que ,er l+ombrqse bfi a c e r w b .al, an:rtpl
en
&erid~
pqrk reiqat?rlo, 8, por la posición. de 14 v a n o parece gw.,
está
forcejeando ú on él. ':
,. .
..
La8 figurasl,ee;á~,
con siip~;3$ar~i)iadb soq deAestil*
,y
~ n . . ~ ~ c ? ' aqqgpli ddenirq de 1á fase naturalista
Mrgy,
bvena ,epoca.
.Es quri9so seiqgjar que ,esta we,na, así,qopo '(rtra segejante, gqe
lueg(r.~desqr&ir,emos,~. epcye~trq,
se
fr,agmegt;lda:desde-$ace 1 m ~ ~ h y
tigqpo, pyes. la zona d e rotura ya tiene asgqta aqt$pos c q ~ ~ , ! ~
atestigua la g!$tina qúle.Ja yqcwbrq., La cz!r;aiasceqa ,$ ,q!e p ~ q , y e f q $ mos está también fragmentada por ila región d e las cabezas. Ellq,~ofi
inclina a suponer que ambas escenas cinegéticas tenían un carácter .
zona de las
mágico mds 'bien que: riarrativo., yLqueL 'P.atura de
'la
~ábezas s t á ~ ~ ~ n
e
rdaci6ti:can te1 senti'db m6gYc0 pcw: haber d e ~ p a r e cido 6wb a. por c o, ~ i d e r a r l o ~ +rActer negativo, 110 cual d>iigd n
.
de.
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~u~~des~rucci6ó.m.
1
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l.a
l
1
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,
1'. ,
, /
.!I ,
d) 1 ~ z c j . e ~
oislada (nCiin. 3&) (IámdVI 11, F). !
. . ,
:
Situadaieg la parte inferior $eiJ panel donde se eriewentra el:eieamoi,
y entre las escenas del p 1 i - w ~ g r b p o Id
y
In céss ds la.c~b~a,,
se
encuentra uha figura, psJbjblerneate de mujer, que .n-css. h ; a i d . s iaposible i-el&ci~nar los grukpas.,@ escenas qiiile,.:le8r0daa9,- . .,,.
GQB
5e trata de hna lbgvr$ade cabeza redo'iida y ipeq~afia~ pnekxit~l
q=
la espalda con una especie de joroba, qw ptidmerafi)t@rp~etar6h$ S ~ , Q
EQ
,
:f
[page-n-23]
LAS P I N T U R N ~&uR%Y~X~S DOS AGUAS
RE
en ella. Biigtróncd se eficuentra indin%do háci.a
un. objeto
ad&la&e a ~ceneecuenciss e g m t n e n e de 'Pleha carga, La parte, inferior de la figura va cubierta por amplia falda, sujeta a a cintura 007
!
out'rda o ;cinturón q ~ t eq r n i ~ ~ ~ @ Y delafitezcome pdr detrás,
tanto:
con4'unos .picos o lazos. Con arnbaa;miinq$!setstieae una e~Ljeciede
b;airt&n algo curvado, BE e8 4 u así pO$&bos!kanoiderar e l n
~
trazo que
se encuentra sujeto por aquéllas, que cun>o& evidencia se-r~5laciorih
can Mroa dos t r a ~ w
qag, far.maiado*ángu&~ g u l d se, hallan debajo
~
del.prdmera. La7
interpretación de lo&mismbd no' es segira -y-pbdrís
cmeideraree.-la1hgwa 6ii total co-i l a fiifircsenkq@i$n-d@ mujer,
una
glen ea' una escena t agrlrolai ekeavafidb.el suelo o:bien feogisndo
leh. 6i lg primera hipótesi~
fuera aceptable,!t~iidríap@a
úna justificaribn Faara considerar &ta pbtura y Iás que r e s e n t e b un estilo
semejantk coinrol de. éppeaj hdlt3ca. :! - '
.
,
. , ,.
Ir->. i
,:e), Ailrgama :or&ndo
(nb,
.
.
,
..',&.!
Jl
34 .yi 35). ( IX, A).
b
.
:
La parte de \la pared del abrigo doDde aa encuentra )esta piniura
ha sufrido un, gran de~~conchado, .@l modo que de la qrimitiva
de
fi2urk~ 1 se coiwefydn dos grandes ~ i ' g r u d-trazos (hflm. 34) dis6
0
)~
puestas en . & n g a t !ibierto hada abajo', que identifickmod kan' dos
~'
grandes piernas de:~~rqwero' ~ctitbd andar,, en cdya b;rti&n.se
m
dé
h c u e ~ t r d n~dl.b~&d~m, $$e~ro1d~talle -ó$ganos sex~ales.I~ba
l
can
las
tpi*81 ;m&iufo+ma m$ coruieif
y
:*$ando uno' $le .ellos kfeetado
p6i undasica+hado, t&dd:lo1iwiilebrifiiiboye'zi q u la B~$ju~aM e
~
,
~llil~y
iiifipkecisa e+lndet&rniiqddeDGbajü +?ie á ~ ~ i ta pob&a,& djieit
I
%el
va9i ~&$í&w
mano has^ i$Mgul.áf&~- - p6drían se$: parte ,delqtyi
eui?~po
de
algln animal (núm. 35). %i6ktil'o ~ b r é , ' t i e n & i t n a
ko@rqión.${eaa
..
~c&mi&do qtmetoda+ía@uM&'&&ervaf.sg
muy bte& .
'
,' ;
.
'
;
.
,
.
- b
.
.
.,
,
'
,
, :
. , . . , ...
.
4.' .GRUPO ~ X E N A SD I V E R S A G . igicl'uido en este aparb
DE
~ ~ ~ ~ ~
tado las escenas que se- hallan situadas en la parte .infdri.om. de ,la
pared o zócalo del abrigo y que, quizás por su situación, se encuentran en un estado de eanservación muy deplorable;, &ocual ha'dificultado su estudiase interpretación. Las figuras o restos de ellas han
sido agrupadas en tres cionjunfos : ,
l
1
L J , , , ;
1,:.
3 ,
8
8
1
,
1
<
I
-1
1
J
1
,
v
1
,
!
4
l .
f
.s.
1
1
;
/
<
1
e
del
a) G r ~ p o negroide (núms. 36, 37, 38, 39, 40 y 41) (lám. IX,
D E Y F).
Y
La figura descollante de este grupo es una cabeza y a r t e del torso
que ofrece el perfil característico de los negros o negroide
des. Los rasgos del rnismb.pudieran ser 'considefados ctoryo puramente casuales, p e m una obs+rvaciónlatenta en la roca donde se
.mcantrxba, nos indujo a considerarla corno la cab;ez de un posible
negroide. Representada de perfil, tiene in inconfundible prognatis
r
m o y una acusada doli'kocefalia. Del cuerpo sólo queda la parte
superior del ~ o n c o brazo izquierda y arranque del deiecho. Las
,
piernas podrian ser los dos trazos $ ~ ~ U Q S O S
que se ven en la parte
inferior de la figura. .
A1 lado d e este posible negroide se hallan unos trazos verticales
B
Y
I
6=Y
[page-n-24]
E. JORDA GERD4 y J.: ActGACEP GRAW
,y h-otkpnbaka, de iiqgwiblg determinapibnbaJ%re&de le:dabeaa
de aqui5l.. una maneha.irrsgdar, ~ u:,w.su f ~ m gas -es ditid., /de
e
a
ewlicsr,pudiwa: q t ,e@
~relqoih,c ~ ella,.. . : . , .
a~
1 T,
- En la ,-partei-ngep&r 'derecha,ae ewppn4fw distintos traeq! ;(nGmero 31) (Iám. IX,: C3. tigw fiaa :F c d a muy eluo, apem~
be
~
daetacable, 6gn 'los- que. &f$ailp~ntq!se ~iug&~
recctnebui~ una rsilpeti
a&c?+linat
..
, ,; ,
,, , i t , :
L .
'
il;
.Un pooo .-ás ab~$Bjs- la;pextical dd nerI4de, hay wnos ,treaos
e~.
en 6 n g u l ~b6m, 38) (14s. JX, D);, y :cthla ,gtasfrc i n f e r i ~ r trags
,
@fa
(nGm= $91, gw p u ~ k y j s l t ~ r g y e dwmipata de:a&r
w
,
Hacia 1%.izgyisrda, ,qaa itragw finas,, se1 m ~ ofrwe- una ailweta
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arqqeqq ( d k .
@),7(!éq4 E) iwamale~a;& i a
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~ p~ifiiie~ .la.cabem
de
y brazq,d e ~ e ~q r y i + 4 ~ + s e&as ~ t o s ; d e ~ anca,o qofia,#qm&te.
b,
o
un
Más a la izquierda se ven unasdn-&as: d e $ d ~ l r
ln$p.,.41)
(Iám. IX, F) que no hemos podido relacionar con las restantes figuras del panef y +a.pot: l&clnldad & dibujo n o tienea interpre,
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Debajo de e.a ri r - W , : Q Q S M ~ ~ S ~ ~ . >,egiqfru$ibe.?.X
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tr#gíras
(núm. 43), y en :la zona inferior a e&te signo encontramos pintado
el posible lomo de un animal (núrn, 44). E n la parte inferior izquier.
d a d e a t e icely$inta.sk h i j a F $ i ~ t w h ~ iri n a ~ e ;ir;regdM1
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$hú&! 6)
.(iámi 2C9~~&E
qw a t k n d a anii$rjnddbf.a;ia:fgad~~d b i n b ! irntim~
de
sidald Bei.1!astt&i~i8n, n d q 1616$~~glara.
d
ila lprzrtie,de,1a d&~&ha~.
F~x~rdg.
í~zter,&e@fm~
ed
.kaBiez<.' deilJ B~?a algb del.-tronm)de ~ n n
cm
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animal :.r&nS@ie-rmi
&a ,a@ ;deihi&nkemq~$aEom&r~&;~ , > h l
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dsl,
pueden apreciarse las rnandibulas ::e;tbie~tm;, 1 mejaiid&fmrmdj
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un cuello robusto. E n la zona del ojo parece como si se hubiese
ifitCentajd~rbprakqt&r.. t c6n ~ b l ~ _ & e &pintura, ' s i :que
&g
de, ~ ~ a m a
dabemios considerar puramente casual al depositarse $myidr .éotntMrtJ.
& t ~ ! . e ~ . l a ~ p ~ ~ $ i d w d ~ d e ,,'
la.roca,?
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por &aqus -u, jaterpr~tsián w .kqeq dificih spbre,.tado$
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incpmpJeta.d.e,kqs!&gura+y,l .
e fragqerit&-idde: ssceaas,.-,
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.-&1íech@+l. qonjyn$ob2
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y.
ea {pqrte s ~ p a r i o r , ~ o Io ~ Q I I ~
!ramos cqg una figu$i ta ~ QfG
&dai4wq;eJ ,tconco +wiIi~ado&m3 *t6)
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(Iám. X, C) y en actitud de andar hacia 1-a iizquiw&;;i l%,c%k~a;aiQ&
forma q~qltidqy a\@. @A+ii8ta$%iy la f i ~ r t d ~i ? sum~lcf.
,ene
del
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S
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[page-n-25]
LAS PINTURAS RUPE8TIWS DE ,DQS AGVhS
23
WPW, vea . dos prwdmrawiaa ;R.* p,dTian +c~?)n~~i,d@rars6 0
~e
~6m
q~p&e5~p$sicióa l . ~ a
de
w~~s.-E&.fig.tara,
dentro de su 6mplismp, ,@ijeiac
cierta gt*ciqa aunque el aditanieil@aen forma de m a n ~ h aciqcular
!
que hay en la parte baja de la derecha de la falda la desdibuja y
desfigura un tanto.
A la izqui~rdade esta figura se encuentra un trazo fusiforme y
otros dos en forma de T .(nGrn, #')i.. hAii? a4kaizquierda, una serie de
cuatro puntos y debajo de ellos un trazo curvo y una serie de trazos
finos :en distintas direcciones (núm. 48), toda lo cual viene a terminat por la patte'infgriüi' en una, éspeSie de patas de animal, pertJ
sih que nos 6ea p~slb!ie'Gstablec& relación :alguna, entre los trazos
descritos, siendá ififruktúoga l-a rébuci;taí.bra ericoritrar nuevos iastros de pintura que nos,faaci'litasen uhamejor comprensión de lo allí
representado. A la der'&ha de -lo 'déscrfto se ven. dos trazos en
ángulo (ncim. 49); uno de ellos algo 6hha'do y el otro recto, con
una especie de asa, que puede considerarse cosmo representacibn
fragmentaria de un propulsor. A la-izquierda del grupo tenemos un
gran trazo, también curvo, seguid?; de,okro fino y vertical, y de una
mancha aproximadamente b*kipt~ai&$@. 50).
;h
,. +ttercaya '&ai cornisa del abrigo', se
.'kadeado$*de p t ' l ie+líbneos y finos, en
. 51) ( l . X , D . . . ' . I .
s pictóricoas de este ionjuntk están'
a de. un. .animal--(n6m. $29 clám.. X?.,.A),
trazos verticales finos que la separan de un:+wzo horizontal algo
más ancho, deil que parecen col"9r o'tros Beij. finos y verticales
trazos q u e forman
(núm.r53)?$ 4 4 ~ l a iinqaierdq?99,ynpuentran
a
una especie de línea quebrada (nhm. 54).
,*
:
Pero la escenadm
lucha de u n hombre c
segundo g r u p '~
(kúrns .
zona correspondiente ,a
cionada* & hw.+E1.
un estilo deficiente (n
,.-pin líneas torpes que le
asemejan a un muñe
serva dl tronco, que está
inclinado hacia adelante re
ometida del cuadrúpedo.
E n la parte posterior de la ci-nturl pqva
conqbida,jaz~
o.qierre
de chtiitóri en forma de PiCo; y''& unJt,obdb Una 'ij$kca. E l animal
(núm. 56) aparece representado en posición de correr. La escena
e , semejantea.como hemos giicbo, ,a, la y a Gpqrita SO? aeterioridqd,
s
p e r o p o r ,+J extraño d$+ -de la i&qtq $4 h+q,mhye,?+za,clo c ~ m ?
una £+a
sin, nesvio;;parqe ddesp~eyiderse,
g,pp es@;herido mortalme& % c~nkcuqncia la acom&iida $e la i be&?.
$@
.serie de ttnzos a e c t w , q q - n hallan a la altura +a
: cintura del..hoghre parecen
l
indicar é l ~ S S Q$,las flechas. .
, ! ., ‘:
. .
li,
: , ,*
~c&iffs+i escena ae superpone a otradt~*di~tlnbo pintada coa
estilo,
trazó1 finc?., 'r a c t i ~ e gran. m&Iizacit$n que -rep?sewpta dps arqusroe
y
d
(núm. S?), cuyfia c,uema ytezt~:mni&dm
dibwj-rdob liaea'lme~~ta,
que parecen perseguir a - uná :peqyefi&
'cabra herida, que
, sao-
*.
-un+
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[page-n-26]
*
,$4
F. JORDA
-
CERDA' 'y J ' ALCACER. CX v
.
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11
B. ABRIGO O DE
LA- PAREJA
Dentro del,.misino Barranco de las Letrqs, un poco m2s:ar;i~ade
donde se encuentra el Abrigo del Ciervo (véase figura 21, se ha113
una alineación..de pepuefios abrigos y covachos, de muchos d e los
cuales se han desprendido fragmentos de la visefa o cejq, quedando
a la intemperie gran parte d e )la zona resgqardada pOr aquella por
lo que no es de extrañar que muchas de las pinturas que .exiitieroa
.
I
ABRIGO DE LA PAREJA
DOS-AGUAS
Zona
de
E s ca\x
,4
. Fig.
-
ly>intur~~,
,l
'
3
5 . ~ p l a n t a S ' e c c i ~ ~ Abrko II o de la P w a (Dos Aguas)
y
de1
-
en esta zona se .hayan p l d i d o y,que las pocas que quedan estén en
trance de desaparecer. S610 herhos podido encontrai una 'pequefía
muestra en--fa d9qddtd situada más al N. (Iám. 1, B), la c a ~ tiene
l
una altura de unos 0'90 m. com6 máximo por 1'35 m. d e ancho y
1'50 de larga, estando orientada al ESE. Las pinturgs, .dos figuras
solamente, se hallan situadas en la zona de1 techo o resguardo superior d d abrigo -(fig. 5),.lcerea ya del comienzo -de la-pctked del
mismo y es'tán e un- estado de conssrvación tan4 laxnentable. que
n
fué una verdadera craeiliagdad sd descubrimiento, efectuado, com9
ya hemos dicho, por: Ramón del ValIie, vecino de Das Aguae y
[page-n-27]
LAS PINTURAS RUPESTRES DE DOS AGUAS
magnífico &xiiliar en todos los trabajos que el S. 1. P. h
e n aquellos parajes.
La mala conservación d e las pinturas és debido, quizás, a que t.,n
. este abrigo ha sucedido al. revés de lo que suele pasar en otros. E n
aquéllos las pinturas van perdiendo porque parecen ocultarse bajo
una capa de concreción caliza que va 'patinando el color y destruyéndolo muy lentamente, mientras que en éste la pintu,ra va desapareciendo por un proceso de descascarillado.
Una de 'las figriras(núm. 1) (lám. XII, A) representa un arquero
en posición de marcha ; su cabeza, de forma triangular, va peinada .
con- melena corta. El busto se conserva mal, faltándole unti, de los
brazos, tal vez por omisión voluntaria del artista, estando el otr.9
incompleto en la parte de ila mano, con la que sujetaría horizontalmente el arco y las flechas. Las piernas, una vertical y otra levantada, van cubiertas ,por zaragüelles o chaparreras.
La segunda figura representa una mujer andando (núm. 2) (lámina XII, B), vestida con largo traje de amplia falda acampanada. De
sus codos penden los adornos de cinta doble, que tantas Seces hemos
encontrado en el Abrigo del Cimvo. Del brazo izquierdo, que est;
incompleto, pende una especie de cesta, aunque el dibujo irregular .
de tal 04bjoton o permite su segura determinación.
Ambas figuras están pintadas con siena acarminado y parecen
trazadas por la misma mano. Pertenecen al estilo naturalista de 13
misma época que las pinturas de la segunda fase del Abrigo del
Ciervo. Hay mucha naturalidad y expresión en sus líneas ; la figura
del arquero tiene elegancia y desenfado a pesar de la. incorrección
del dibujo, aungue el movimiento se logró mejor en la figura femenina que, con su amdlia falda, parece ocultar un vientre voluminoso '
como de mujer encinta.
S
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[page-n-28]
rb s~.${qlits$%lilajis' n s r ~ n g r w l.on& ~ r n a i & ~ g
u iighbl$ 3ec;t nbnuaan -r;! , s~3iiiniqasi rup r r 3 i r n a i m
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[page-n-29]
LAS PINTURAS DEL CINTO DE LA VENTANA
enorme cor-
.
ros .un indiscutible
1á próxima Cueva
u,Ty;
el techo del abrigo (lám. I?Wf
b), en una lespecie de friso
,
caral-ezM natural, y c) (Iám. 1 E), i m ~ l a
a) Las fiiflturm del techo-- (&:7.&):-Gia
la parte exterior de
¡la izquierda del techo del ábrigo sg enCU&a~a curiosa represenuna.
qiue *retacih@d@'a\F41 k&b M ~ = D & ~ l d ~ s f . t :
qbg.
sentan las alas y un trazo interior a la
M d el cuerpo
(niim. 1)' (lám. XII, C). En la misma dirección
Yuelo hacia ;a
reprq&abii&&i
deieehat; !tenarilb%: m a lal U . t d o r dMnpbmo,:
sem@rutai
(d~n.'rsj. iXII,ra)i; 3niito(~k&i;r8~.Bipgt~eqta:& # n
'(lám:
~
.
-
&+
(.l&m:
:XH, Estas tresi jpi
r:C)I.
A
7
[page-n-30]
28
F. JORDA CERDA
y
J. ALCACER GRAU
cha hay otro trazo bermellón y más a la izquierda encontramos otra
serie de trazos, del mismo color, de longitud desigual y que
coinciden en un punto central (núm. 5) (lám. XIII), y a su lada
otro trazo bermellóh con otros dos más pequeños que inciden en 61
oblicuamente (núm. 6) (lám.. XIV, A). Tales pinturas pertenecen 1;
la fase esquemática asf como también Id que se encuentra más a la
ABRIGO DEL C\NTO QE L , A VENTANA
DOS
Fig. 6?Pa t
. - l na
-
AGUAS
y secciones del Abrigo 111 o del Cinto de la Ventana
izquierda, 4iie ee una esquematizacibn doble de una figura masculins
con trea pares de.extremidiades (num, 7) (lárn. XIV, A). Las cluatzo
rapreserrtaciahm caeen dentro d-el arte esquemático y en especia1 13
núm. 7, que: eo un ajernptlo típica d e las mismas p que gara nosatroa
es la representación de un erite o fuerza divina a la que, a semejanza
de las divinidades indias,-'le han multiplichdo~los brazos.
Mác'.interesantes Ron otras tres figuras de cabra dispuestas equilibradamente con. un gran sentido decorativo siguiendo una 1íz;lhea
[page-n-31]
[page-n-32]
[page-n-33]
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LAS PINTURAS RUPESTRES DE DOS AGUAS
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figuras muy mal conservadas y difíciles de observar. La coloración
es siempre a base de sima acarminado y el estilo pobre y con tendencia a la esquematización todavía dentro del naturalismo.
,,c.:yrLa parte inferior de l a columna está ocupada por dos represen8
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Fig. S..-Abrigo
111. Conjunto de la columna ( n b s 16 a 26) (Tarnaíio 114)
--.
taciones de ave en la corriente forma en V (núms. 16 y 17) (Iámi-,
nas XII, C). La 17 tiene el trazo interior que representa el cuerpo
y la otra no. A su derecha se encuentra una figura de hombre :!e
pequeñas dimensioaes muy estilizada' e incorrecta (núm. 18) (lámina XII, C) y junto a ella una mancha borrosa.
E n la zona media se encuentran, a la izquierda, otras dos repre.
[page-n-34]
Entre ambas hay un tram ablieuo (nóm. 26).
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. --.
, ;:.&E- Mientras nos encontrábamos ocupadas en la copia de las pin* 7,-3
,
turas que acabamos de describir, el capataz auxiliar del Servicio,
José María Montañana, que nos acompañaba y auxiliaba e n estos
5. --trabajos, exploró los alrededores del abrigo del Cinto de la Ventana y en la ladera opuesta, y a unos diez metrós sobre el fondo
del barranco, encontró un covacho con alguna tierra en su suel:,
(V. fig. 2.'). Como- de costumbre hizo una pequeña cata de reconocimiento que dió como resultado el que encontrase unos fragmentos
-3
'
-
m
b
unta triangular de pedúnculo lateral, sememo de lasca con retoques en
[page-n-36]
[page-n-37]
CONSIDERACIONES GENERALES
Permítasenoo terminar este trabajo añadiendo unos comentarios
acerca del valor de las pinturas por nosotros copiadas. Su encuadrc
dentro del arte naturalista levantino es indiscutible ,y su relacióii
con las de otros abrigos de P región, evidente. Solamente nos inte.
a
resa exponer aquí unos cuantos hechos por nosotros observados y
que creemos pueden tener beligerancia en la discusión que hay
planteada en torno a la cronología del arte rupestre llevantino. Problema .&te en $1 que no nos interesa tomar parte, de momento,
pero que habrenios necesariarnenltti de rozar -al exponer nuestras
opiniones..
Para nosotros existen tres aspectos fundamentales en la interpretación de l a s pinturas. E n pRmer lugar consideramos necesario
estudiar los#distintos estilos que dentro de los tres abrigas se nos
ofrecen. La daap5mhaci8g d e tales estilos y el'estudio d e algunas
superposiciongs pueden darnos la pauta a se&r cuando tr.atemo6
del problema crf>nol6gieq, teniendo siampse en cuenta que l a pruebas que podamos obtgner. nunca tendrán una validez gbs~lutay
tan sóllo servirán como material de relación. E n segundo lugar
creemos que el estudio del .ambiente arqueológi~o los alrededode
res d e 108 abrigas es nec6sarG e ineludible, y, aunque las pruebas
que ello nos aporte t a m p k o tenganaun carácter exclusivo, hay quu
tenerlas e n cumta al hacer el análisis general del problema en
cuestión. E n tercer lugar creerno4 necesario el estudio del ambiente
etnográfico de las mismas pinturas, ya que ellas son las que mejor
pueden hablarnos del mundo que representan y, por lo tanto, acert
carnos en lo posible a su esencim..
-*
a) LOS ESTILOS P I C T O R I C O S . ~~ ~ q c e s t w insistir m'ucho sobre
R~
io.
la variedad de estilos que h e . ~ o s ~ p d i d o
observar en. las composianálisis hemos podido idenciones de los tres abrigos. E n ~uéstro
tificar ,cuatro grandes fases. estiríicas, que se encuentran en estre. cha relación entre sí y parKen desprendidas de un mismo j?Jum, 3
excepción de la última fase que, como veremos, corresponde a una
etapa de plena osquematizrición.
P&ner estib.-Se caracteriza por o1 ernpiea del trazo simple de
impresión directa. Las figuras sofa de una simplicidad constructiva
muy expresiva. Los volúmenes o m,aPas s ó l ~ utilizan sn la repre.
pe
,
.
[page-n-38]
F. JOWA CERDA
36
y
J. ALCACER GRAU
sentación de animales. L,a figura hvmana se presenta siempre kn
forma algo estilizada y e ~ i e r t o scasos idealizada. Captación per:
fecta del movimiento y representación de escenas sencillas.
Las figuras que. podemos fncluir eñ,esta fase-e'liallan todas en
e1 Abrigo I o del Ciervo, y s o n las*cju6 p*enpuentran subyacentes
s
en el conjunto e), núms. 16, 17 ~ ~ del primer grupo, y las del
$ 8
conjunto c), núms. 57, 58 y 59 del 'cuarto grupo, y además el «arquero disparando.», núm. 19 del primer grupo.
~ e ~ u n d o @ p . ~ P ~ & o l ,:Jqtq n repfleso@t6lqjGap'
~~
ni a~
naturalistas
tendiendo
hechas con un arte vigoroso y egpresivo; dibujo c~rr~ecto,
muchas veces a lo caligráfico, revelando cierta mabiirez técnica. Es
frecuente la construccion de escenas con alguna comgGcación. La
captacióa del movimiento origina cierto digamisma expresivo,.
D * e n t ~ o , deste pegundo estilo poLdegnos.
e
incluii de) Abrigo del
Ciervo. los conju~to4
.Que integran o1 p r i a e r grvpa,. a : eyce?qpGii
de los n ú m o s 16, 17,. 18 y 19, que pertene~c~n,
como.bernqs dicho,
al primer estilo. La figuraldel,oiervo del grupo s e w d c ,(núm$. u , .
)
21 y 22). también pertenece a eae segundo,estilo,, y dd kq~er,grupo,
la caza de la cabra ,(núms. 2$.24,,$5 9 24, la cabra ,hqridatnúme:
ros 27; 28, 29 y 30) y la escena de.&$
haluhaL.(n4~.1,32 r.--., , . :
Las d o s h i m s figuras del A hripo II Q.de la E'p#&&befi,im1drse igualmente dentro de esta segunda fase, así corn6%ap~~:ién.las
tres cabras . c ~ ~ t i e b d ~ . f ; ( n ú 8, 9. .y 10) y . 1 ~
rns
r,epreaepiác'io,nesi de
aves . ' ( n h a . 1 2, ,3,.56, 17, $9 y 20) del A bdgo . lII& o GinEo ,de í'a
veoztíwa- :
l
-~.
-1
. . t 8
.
f
)
Tercer les&o.*A.r$e. naturalista incorr&. .88.p ~ d f u e e iestilizai
ci~tnes
que b a t e n . : r e ~ p o n d.a rfórinuL1as; los.mouimi.n
san m e d i ~ t e *disloc!ci6n d e lo&*@btp~.~mim&&a::~
la
cierta .tend e n c i a . ~ ~imb6licpigpredwninibi$ej 1%40
. .
. , - e q & M m ~ i c &obre
a
la real.''
!
: .,
.,
Parecen ~olbespo*&er- asta. terceg* ,
a
* -;$kntio del 4 brigo del
f
1
CÍervo, la . fíeara aislada (nhi. 33) dgl..*@$.~po
teffercw: el arquero
corriendo (n6msi 34 y 39, +Pfmismo gfap~:*tagas las detl cuarto
grupo, ,a.egcepelbn de lci -~ieros.S%; ,58 y 59 que, como dijimor,
pertanecen, 'p6i'shsiptuqe$n.p estilo; a &aprimera fase ; y del Abrigo
del Cinto de la Venhdtspk irtmeko $5 del frisa P las 18, 21, 23 y 25.
Cuarto ei#ilb :-KIT; 6kf~Rhii~ @ ~ - ~ h.;emparentado estrechati
d,
mente con el de la$ r@tantes estácla~es'
similares .de: 1a':bjenímula.
E n él se verifica la. sustitución d e a d a representación real por otra
Buramente idéalíg~da ,.ijufi ;~sp6~&&'
'9
a elaboraeiafiw p~evias,.d e
(
.
donde resnqta unal dspedk d ~ £ o t ~ u l & artístico.
iq
Figdris .de este tp .sola~err't% hemos encontrado e n el
ie
las
A brigo IJI :I C ipo ' de la :~efihin&kn la zona del techo de1 mismo
I C t
r
serven lag figuras n&mero 4, 5, 6, 7 y 8, y en el friso del covacha
. .
se halldn lost-iiúi-hje.ra 12, -13 y 14.
21,
A .m'cepción de las figuras pertenecientes al primer esti510 que,
estar silbyaceata otros conjuntosi nos sefialan con evidencia
su anterioridad klltiti;demás, es dificil pronunciarse sobre la -pri&dad
del segundo 6'tet'keratt10: 'Respecb6 al cuarto, creemos; que no hay
A
-
.
A
v
1
i
.)
)A#;
1
!
[page-n-39]
;-•
LAS PlNTWRAS RUPESTRES -DE QOS AGUAS
dhcusíón ni duda posible, puesto que el tipo de esquematizaciones
que en él se rapresentan Son caracteristicas de los tiempos .en. que
la metalurgía del +bronce se encuentracyf. ,desarro411ada en la psnínsula. Creemotg
óbst4at@ qhvela sucesioa estilística debió tener
un orden crónológic,o, seqc$anB. a la 'sucesián de los cuatro estilos
tal como la hemos'expuesto. Es decir, que a una fase d e tanteo con
escenas incipientes, sucede un 4+ naturalista sano y vigoroso, el
arte
cual cae (en un cierto convencionalismo que ,podríamos denominar
barroco, en el que la pyeoc~pa~ción
por la forma y movimiento,
propia de la segunda fase, se pierde para dar paso a nuevas concepciones en . d a d e lo formal se deja .de lado o,se subestima, dando
entrada a un arte expresivista y en cierto modó dmbólicq.
.
. .
u.
-=
-5b
5 ,
#!f@
-
b ) LA VALORACION ETNOLOG -No ea difícil, a la vista de los
:distintos c ~ ~ n j u n t o s
pictóricos, poder establecer una adecuada interpretación del mundo cultural en que están enlclavados. La abundancia de arqueros, la frecúencia de animales y las escenas de caz7
.
< y lucha, pos hablan de un mundo d e cazadores que vive principal
"
- - ' " 7 , menterdii ciervos y cabras. Pero junto a esta primera impresión
* Y . - p o d e m e ofrepe~ostra algo más profunda. El hecho de encontrarse
. , - representada IB Falda en la escena d e las dos mujeres (núms. 13 y 14
,--,
del ~ b r i g a ?o d ~ Ciervo), en la de la mujer aisla a (núm. 33 del*
l
- -misma ab'ñgg, en .la- $gura femenina del Abrigo Ii o de la Pareja
, -. .
- - ,y.!,
y en la figura &mb 15 del Cinto de la Ventana (Abrigo III), supone
,,
- ,,.. un estadio coT!pral #va'n~adO,ya que la amplitud dte las mi~rnasnos
# .., 1 , .
<
- .
- ---- . hacen suponer-que.= trq,t~de t g b s y no de pieles, ,por lo que nos
hallamos
un mundo;kultuiaI que nece6ariarnente habremos
i-,',
, .
de adscribií a14,Neglíti&q4y,
gpr lo itanto, neolíticas serán igualmen,
?. te todas la& i~prese~+i%fik&'del .segundo estilo, y en el caso de
':fLit';'il
aceptar la inf&rpf@&cion-& Ja figura 15 del Cinto de la Ventana
,:. co3moarado, el t e r e ~ e s ~ i 1 ~ ; o r r e s p o n d eyaí a un neolitico avani
;
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1 -
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+
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J.?
zadísimo. Es po~ibleq ~ ' ~ * k iconclusión
,
nuestra resulte exagerada,
,pero recientes eg$uVldibs n&,han &ri.~@tra,do que los comienzos del
1'- Neotlítico e n . nu&s?tra;.penínsda tr&ngsc~rrgn
dentro de un mundo
- , , SI. Mesolítico de pequeños . ~ a z i d b ~ del &.yp18
s;
perdura el instrumen-- tal Iítico que continiia foroiaitdo,lñ<.baseia+$r$l q u e sirve de apoyo
,
- al Neolítico durante mvobob ;eiios.-+Iastq
hiiciación del BronA,
. 5 - . ce 1 no podemos a s e g u r a ~ q a
1a;penínsda &a)* captado y-digerido
3.i-.s z : -1 ,,Tlj: todo el proceso de n e o l i t b a e j % ~ ~ y es ektlraño por.ta@o- q t ~ k8e
'-G
no
,f,;
,
- - puedan seiialar, al lado de. P ~ r y a --deajdae'i1ramente ihesok'iicas,
s
= --.-- *t.,
. !. '
, ;-l;v: , - como serían las representidw.pa bestas*'Bi'ht~ras se atendiese
si
-: sólo a las escenas de caza, los rganienzos .&e las etapas neolícicas.
-,, , - 2 : .::..=-y, .E n nuestra opinión, una o p i n w muy hipotética y problemática de
. ...
.- ?Ti-& ! -'.- momento, las pinturas que comentamos pueden situarse, en sus co---;.-,$y
,
- , - - - mienzos, primer estilo, 3 final del Mesolítico; el segando y tercer
-;
1
j-;'
- +;
.--'. . estilo abarcarían todo el Neolítica, y la fase esquemática co'rrespon;-i.
? -dería ya al Bronce 1.
__-- - . .._ , ,
Otro aspecto etnológico que queremos comentar 'es el de que
--...-e
.
- ..- ,.i -,.< -. en estas escenas d e Dos .Aguas, encontrarnos todavía, rastros del
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-.- - -' '-.-'N
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1
.
[page-n-40]
(6) J. MaIuqiUar: *LasT
industria4 con microburiles de la V&Utorf;rt*', en
Amp-ias, I &
F.
108 y S&., ~ a ~ c e l o n 1 ,3 .
a 9
0
(7) M. Alrnagro: "Un nuevo grupo de pinturas rupestres en Albaxracfn;
La Cueva de D9%a,Clolde", en Teruel, 1, núm. 2, p$g. 91 y s ,
. Teruel, 1949.
M. Almagro: "La cronalogfa del a&& levantino de ~spafia".-Cr6nica del VI
,Congfeso de &que&ogia del
E Cartapa, 1851.
.
9
[page-n-41]
LAS PINTURAS RUPESTRES FE DOS AGUAS
m?
--2
'
39
trias y pinturas, y con ello tener un punto.de partida para cualquier
estudio cronológico d e las &mas, y todo conviene e n que la fecha
que se les asign%no puede afcanzar una desmesurada antigüedad,
ni aun situarlas dentro del Mesolítico a p o ser en la etapa final de
éste, ya que l& co&plejos igdustrialea a que hemos hecho refaenria nos hablan méjor de u~ final del Meso-lítico y principios del
Neolítico, que de cualquier otra fecha..
ante las pinturas
m o ya hemos di-
Valencia, Octubre d e 1&1:
-
-, I'_* , '.
-
[page-n-42]
[page-n-43]
,
.
r
- -r
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13) Escena de cazadores *on trampa (núms. 3 al 7)
C)
Silueta de mujer (núm.-8). . . . . . . . . . . . . . . . . .
[page-n-44]
[page-n-45]
.. -
*;*,y
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*.e>~2..
_-...%S';
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.,
.
'
e,-'
[page-n-46]
JQ&DA-AZCACE&-P~~~U~~S
rupestres de Dos A g w
A,-Visb general del Abrigo 1, o del Ciervo,
B - i t panorámica, coa la situación del Abrigo 11, a de la Pareja.
.Vsa
C.-El cinto de la VenLma, con el Abrigo 111; el Barranco de Falón al fondo.
D.-E1 Abrig? IiI, can la zona de pinturas.
E - a gran columna del -Abrigo iiI.
.L.
LAMINA J.
[page-n-47]
k
LAMINA SI.
SORDA-ALCACER.-Pinturas rupestres de Dos aguas
E
F
A.-Parte superior de las pinturas del conjunto 1" del Abrigo 1
.
.
B.-Parte inferior de las pinturas del conjunto 1.0 del Abrigo 1
.
C.-Conjunto 4.0 del Abrigo 1, con escenas diversas.
D.-Escena de la "caza de la cabray', conjunto 3 " del Abrigo 1
.
.
E.-"Grupo
del Ciervo", conjunto 2" del Abrigo 1
.
.
F.-El techo del Abrigo 111.
[page-n-48]
ABRIGO 1
.
,
Arqueros (nZimeros 1 y 21
(Tamaño 314:)
[page-n-49]
[page-n-50]
[page-n-51]
[page-n-52]
JORDA-ALCACER.-Pinturas rupestresi de Dos Aguas
LAMINA VII.
[page-n-53]
LAMINA VIII.
ABRIGO 1
.
A.-Escena de la cabra herida (núms. 27 a1 30), (tamaño .2/5).
B.-Escena de lucha (núms. 31 y 331, (tamaño 112).
C.-Mujer aislada (núm. 331, (t. n )
..
[page-n-54]
de Dos A u?s
,*
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6
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F
ABRIGO 1,
A.-Afquero eorrienda tnúms. 34 y 35), (tamaño 112).
d3.-~Grupo del negroide (núm. 36), (tamafio ligeramente reducido).
C.-Posible silueta masculina (núm. 37), (t. n.).
D.-Posibles restos üe un animd (núms. 38 y 39), (t. n.).
E.-Parte de Qn arquero ( n b , 40), (t. n)
..
F.-Figura de difícil Interpretaci9n (nílm. 411, (t. n.),
[page-n-55]
JORDA-ALCACER.-Pintnras rupmtkes de Dos Aguas
.
'
,
,
.
s
,
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.
.'
LAMINA
X.
[page-n-56]
JORDA-ALCACER.-pinturas
rupestres de Dos Aguas
LAMINA X .
I
,
[page-n-57]
LAMINA XIf.
[page-n-58]
JORDA-ALCACER.-Pinturas
LAMINA XIII.
ruliestres d'e Dos Aguas
(i
ABRTW TTI.
Pinturas del techo ( n . O 4 y 5).
(Samafio natural)
[page-n-59]
b
SORDA-ALCACER.-Pinturas rupestres de Dos A g w
LAMINA =V.
ABRIGO 111.
A.-Pinturas del techo (n.O 6 y 7).
B.-Cabra corriendo (n.O 8).
(Tamaño natural)
[page-n-60]
J@ZW)&-ALCACER.-PSntyas. rupestres ae Dos Aguas
Al3RIGO 111.
A y B.-Cabras corriendo "(nftms,9 y 10).
(Tamaño natural)
[page-n-61]
JQRDA-ALCACER.-Pinturas
rupestres de Dos Aguas
LAMINA XVI.
[page-n-62]
JORDA-ALCACER.-P,inturas rupestres de Dos Aguas
A.-Posible representación humana (n.O 21).
B.-Motivos indescifrabies ( n . O 22) .
LAMINA XVIi.
[page-n-63]
.
SORDA-ALCACER,-Pinturas rupestres de Dos Aguas .
LAMINA XVII~.
(Tamaño natural)
[page-n-64]
Archivo de Prehistoria Levantina, 1.-Anuario del S. 1 P., 1928.-Valencia,
.
. AEnohivo de Prehistoria Levantina, Tí.-Anuario del S. 1 P., 1945.-Valencia,
.
1929.
1946.
?
m-
SERIE DE NIEMCTIUAS ANUALES DE LA DIfCECCION
E3 S. 1 P. y su Museo de FTebbtcmia en 1928.-Valeneia, 1S29.
.
LR labor idel S. 1 P. y su Muaeo en el pasado afio 192Q.-Valencia, 1930,
.
La labor del S. 1 P. y su M w en el pasado afio 1930,-íV@lencia, 1931.
.
La labor del S, 1 P. y su Museo en d pasado año, 1931.-Valencia, 1932.
.
6 J&niinas).
La labor del S. 1 P. y su Museo en el pasado aAo 1932.-Vzlencia, í 3 ;
.
98.
La labor del S. 1, P. y su Museo en el pasado afio 1033,-Valencia, 1934.
- La l&bcrr del S. 1 P. y su Museo en el pasado afio 1934,-Valenciiai, 1436.
.
9 1áan;irrasI.
La labor del S. 1 P. y s i Museo e? los d o s 1935 a 1939.-Valencia, 1942.
.
E
.
12 leirninw).
.
- 2- LB labor del S. 1 P. y su Museo en los años 1940 a 1948.-Valencia, 1949.
43 láminas),
(Con
C o
Gn
(son
(Con
SERIE DE TTBAJOS VARIO!
'
z
?
3
1.-'"El Casteiiet del Porquet ", por 1 Bali'ster Tormo.
.
-2.-Bfeus notes sobre el pablat iberic de St. Mique1 de Lliria", por D. Eletcber
Valb.
3.-"Estudis
d'Krt Ok-igúiari. Els insecks en 1'Art quaternari", por M, Vida1
y L Y e.
C pz
4.-"Un
enhrrament prehistoric al Barranc del Cinc CAlcoi) ", por C. Visedo
il~
#
Moltó.
5.-"C~lecci6 de treballs del P. J. Furgús sobre prehistoria valenciana''.
de Bell~lls",
6.-Estudios sobre las cuevas paleoliticas valencianas.-"Oova-Negra
por G . Vifíes, F. Jord%y J. Royo G h e z ; y "C&a del Parpalló", por L. Pericot, S. AlcoW, V, Sos Bainat y M. Vid& Lbpez.
7.-"Apuntes sobre les estaciones prehistóricas de la Sierra de Olrihuelaw, por
Santiago Momo. Con notas de N. P. GWez Serrano.
8.-"%obre un ldnteresante vaso escrito de S n Miguel de Liria", por Pía BeltrBn,
a
Víllagrasa.
B.dwEl enterramiento en cueva de Rocafort", por 1 Ballester +Tormo, con el
.
estudio de un c r h e o por el Dr. Santiago Alcobé,
10.-Comunicaciones del S . L P. al primer Congreso Arqueolbgico del Levmte,
por F. Jord$ L. Pericot, M. Vidal, E. Pla, J. Alchcer, 1 BdIeskr, C. Visedo,
.
V. Pascua1 y D. Fletcher.
11.-IWLa covacha de Llatas (Andillal", ,
r
F. Sord6 g José Alcáeer,
12.-l" Cova de la Sarsa (BocaW'ente)" por Julign San Valero Aparici.
,
13.d"Rapertorio de Bibliografia arqueológica valenciana, I", por D. Fietcher
Valls y E. Pla Ballester.
j
PUlBLICAQO POR EL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES
CXENTXFICAB
INSTITUTO DlEGO VELAZQUEZ
'"La c&a del ParpaIl6 (Gandfa) ".-Ekcavaciones del S. 1 P. de la Excma. Di.
putacián Provincial de Valencia.-Por Luis Pericot García.4Madrid, 1942.T r a que o b t m el "Premio Mar€orellY9,
(Con 351 páginas, 650 figuras y
XXXII láminac.)
t
[page-n-65]
-4
L
B
h'd
[page-n-66]
,-sE'~~cIoN DEL-C. S.l.
C.-INSTITUTO
DE
kit^^ €0LOB~AROeKIIGO. CARO
LAS PINTURAS RÜPESTRES-
,
FRANCISCO
~ O R D AC ~ R A- JOCE ALCACER GBAU.
D ~
[page-n-2]
[page-n-3]
DlPUTAClON PROVINCIAL DE VALENCIA.
- INSTITUCION
t
ALFONSO
EL -MAGNANIMO
SERVICIO DE INVESTIGACION~PREHISTORICA
SECCION DEL C. S. I. C.-INSTITUTO
DE A R Q U E ~ L ~ G IRODRIGO CARO
A
SERIE D E TRABAJOS VARIOS
Núm. 15
A
AS PINTURAS RUPESTR.ES
DE DOS AGUAS
(VALENCIA)
FRANCISCO JORDA CERDA
Y
JOSE ALCACER GRAU
VALENCIA
Editorial F E D S A Mar, 29
1951
[page-n-4]
ISSN 1989-540
[page-n-5]
.
E n el año 1940 las maestras nacionales D." María y D." Rosarfo
Gimeno comunicaban a D. José Senent Ibáñez, Inspector de Primera
Enseñanza d e Iá Provincia de Valencia, y uno de 110smás eritusiastas
investigadora d e la arqueoiogía regional, la existencia d e uinturas
rupestres en unos abrigos situados en término de Dos Aguas (fig.1.").
Agr$ablemente sorprendido por tan interesantes noticias, se apre;PYÓdicho señor a ponerlas en conocimiento del entonces Comis3rio
wjacial de. Excavaciones Arqueológicas y Director del Servicio
3e hvestigación Prehistórica de la Excma. Diputación va'lenciana,
..tBidno Ballester Tormo, el cual dispuso, ante la importancia del
llahgo, que se hiciera una prospección comprobatoria, llevada a
cabwpor el propio, Sr. Senent, acompañado del capataz del Servicio, Sr. Espá, el 22 de septiembre da dicho año. En ella se visitaron
los abrigos del Barranco de las Letras y del Cinto de -la Ventana,
tbniendo) la satisfacción d e comprobar la existencia de dos nuevos
conjuntos de arte parictal levantino (1). E n la misma prospección fu6
visitada y explorada con cierto detenimiento, par (el Sr. Espí, 1.1
Cusva de la Cocina, en 'la cual, con posterioridad, se han realizado
varias campañas de excavaciones, habi%ndos&publicado un avance
sobre el resultado de las mismas por el Dr. Pericot, siendo una de
las estaciones más importantes de la península para el estudio del
Mesolítico y comienzos da1 Nedlítico (2).
Unos días despues, el 18 de octubre, una comisirjn del Servicil~
d e Investigación Prehistórica, integrada por los Sres. Senent, AIclacer,
Chocomeli y el eapátaz Espí,'reqlizó una detenida exploracíbn por
el término de Dos Aguas con el bbjeto de descubrir otros posible7
núcleos de abrigos pintados o cuevas de lnteres prehistórico, y preparar asimismo la campana que debería realizarse para el calco y
dibujo de las pinturas halladas.
.
E n julio de 1941, y de acuesao con e! plan trazado, se llevó-a
cabo la campaña, encargándose de la dirección de la misma a persona
tan competente y autorizada en estos trabajos como era D. Juan
(1) Vémse "Lm Provincias ", Yaleiicia 28-IX-40 y E n r i q ~ eP 6 : "Activi1
dades del S. 1. P.", Archivo de Prchi~t~oria
Levantina, 11, pág. 374.-Valencia 1946.
(2) Luis Pcricot y G a r c k : "La Cueva de la- Cocina (Dos Agu?,s). Nota preliminar*'.-Archivo de Prc;bistoria Levantina, Ir, phg. 30.-Vzleiicia
1945.
[page-n-6]
4
F. JORDA CERDA
y J. ALCACER
GRAU
Cabré, auxiliado por loa Sres. Senent y Alcácer. Se copiaron cuidadosamente las pinturas de los dos abrigos mencionados, más las de
otro de menores dimensiones descubierto por el vecino de Dos Aguas
Ramón del Valle, a quien con anterioridad se le había encargado
que continuase las prospecciones por todo el término en los lugares
a donde n o llegó la exploración de la Comisión del Servicio.
Fig. 1.a-Mapa
general de la ruta de Valencia a Dos AtpW.
Con los calcos obtenidos, btografías y datos complementa~iq,
se encargó el Sr. Cabré de redactar 1,a memoria pertinente que diese
a conocer al mundo científico los resultados de los trabajos, pero
la muerte le sorprendió cuando todavía no había terminado la' prel
a
paración de aquélla. Por ello, dado e1 interés de l pinturas, que
sólo eran conocidas por 10s especialistas fragmentariamente a travks
de unos sencillos calcos y dibujos que el Sr. Senent había gado a la
pubIicidad (3) y alguna que otra noticia parcial (4), la Diremión del
Servicio de Investigación Prehistórica no ha querido dejar pasar
(3) Juan José Senent IbBiiez : "Pinturas rupestres & Dos Aguas"; "Lag
Provincias", Valencia, 17 de Noviembre de 1940.
(4) 1 Ballester Tormo: "¿a campafía de excavacianes del S. 1 P. de la Ex.
.
celentísima Diputacióln Provincial en el presente &o".-"Las
Provincias", Valencia, 14 de Diciembre de 1941.
Juan ;Tos6 Senent Ibmez: "El arte rupestre en Dos Aguas"; Anales del Centro de Cultura Valenciana, 2." época, IV,n.* 5, p$g. 32, Valencia, 1943.
e
[page-n-7]
LAS PINTURAS RUPESTRES CE DOS AGUAS
más tiempo sin que fuesen publicadas del modo máb; comp~leto
posible, 'encargándonos la o'btencián de nuevos calcos y copias directas
de las referidas pinturas, cosa que hemos llevado a cabo en el verano
de 1951.
Es posible que la int&rpretación que ofrecemos presente algunas
lagunas, a pesar del interEs y cuidado, puestos para que n o se nos
fuera ningún detalle. La tarea no es f&cil, pues se trata de copiar
escenas pintadas hace mil- d e años, muchas de las cuales se nos
ofrecen hoy incompletas y borrosas. Por ello no es difícil una discrepancia de interpretación, por lo que agradeceremos todas aquellas
correcciones que puedan mejorar nuestro trabajo, hecho escrupu*
losamente y con el único interés de proporcionar materiales utiliza
bles a los que se nreocupen por estos estudios.
[page-n-8]
[page-n-9]
11
EMPLAZAMIENTO DE LOS ABRIGOS PINTADOS
Saliendo d e Dos Aguas, y atravesando el barranco de la .Teja 'o
d e la Humbría, se asciende por una senda que, bordeando ei monte
d e Peñarroya o de la Humbría, nos lleva a un pequeño valle alto,
llamado I,a Canal, que se orienta d e Levante a Poniente aproximadamente, estando limitado por una serie d e sierras qpe se encuentrm
cortadas y atravesadas por múltiples y abundantes vaguadas y.harranqueras. Por su dado Norte corren, a continuación de la Peñarroyri
y en dirección Este, los montes de,La Rápita y del Caballóii, con
el pico d e Colaita, mientras que por !la parte S r el v d l e se 1
con la sierra d e la Ceja, con el pico de Cobertera, que tmrhiña con
1
el monte El Picayo, situado yri sobre e Júcar (flg. 2."). Desde el Alto de la.Cana1, situado en la parte occideptail del v a l h
y que constituye e1 punto de acceso viniendo de Dos A$uas, se inic:a
una rambla que atraviesa longitudinalmente el valle &asta su mitad
aproximadamente; allí se une con el barranco d e las Letras, que se
origina al, pie d e Ila cuesta d e acceso a la Rápita, én el lugar denominado Charco Blanco, recogie;ndo después las aguas d e numerosas
vaguadas y barranqueras, en dos d e las cuales se encuentran situados
dos abrigos con pinturas rupestres: Abrigos 1 y 11.
Juntas, la rambla de la Canal con el barranco de las Leiras, originan el barranco d e Falón,. ,que vierte en el Júcar:Toda esta zona
se encuentra cubierta por terrenoes d e cultivo, atgiirrobos, vifias y
olivos y algunas casas, c o n o las de Cifre y del Nelo. E n esta ÚItirnfi
instalanios nuestro 'lugar de acampada, gracias a la amabi'lidad de
su dueño, don Vicente Cifre, a quien desde aquí queremos expresar
.
nuestro reconocfmierito 'por su gentileza y ayuda.
Siguiendo c direcscióa ~ u r a &nos enco-ritrarnos con el barranco
m
e
del c i n t o d e la Veatana, que w . u n e al de Falón p,oco antes d e que
éste vierta en el Júcar. Sobre aquel barranco, y kmcano a la llamada
casa de Valle, se halla la ya citada estación rneso'lítica d e la Cueva
de la Cocina, Al final del barranco., y en un imponente acantilado
situado en su confluencia con el de Falón, hay una venfam, o- gerforación abierta en Ia roca, que da nombre al barranco, y a la misma
altura existe un cinto de oquedades o abrigos e n uno d e !os cuales
a
se encuentra ~ t r serie de, pinturas rupestres : Abrigo 111 (Lám. 1, C).
E n la vertiente opuesta, la izquierda, y un poco antes d e llegar
a la altura del Cinto, se encontró, por el capataz Montañana, que nos
-
[page-n-10]
F. JORDA CERDA y J. ALCACER GRAU
8
ayudaba e n estos trabajos, una pequeña cueva situada a unos diez
metros sobre el fondo del barranco, d e la que logramos unos pocos
sílex mesolíticos.
Las dos zonas señaladas con pinturas rupestres distan entre si
unos cuatro kilómetros, y el barranco de las Letras se encuentra 3
unos seis kilómetros, aproximadamente, d e Dos Aguas.
4
'
F E a - M s p s &e Ii,
@
boskxw8 de S& C.nsl (Da,A w n s ) eon siL) @&&odes
, ~ ~ @ @ 1 & - , Y stk"i@+S @OS Ph&WW.
.
.
-
I
[page-n-11]
LAS PINTURAS DEL BARRANCO DE LAS LETRAS
ABRIGOS 1 Y 11
Subiendo desde la casa de Cifre, en dirección del morate de la
Rápita, nos enc~ntramos
con una serie de pequeñas lomas de calizas
cretáceas entre las "que discurren estrechas vaguadas que, como
hemos dicho, empiezan en el lugar denominado Charco Blanco v
que al unirse forman. el barranco que la gente del país ha bautizado
con el nombre sint~~mático Barranco de las Letras, no terijendo
de
nada de particular que haya confundido las pintyras que en él. se
encuentran con las letras de a l g h cabalístico alfabeto. Se hallan las
pinturas sobre dos abrigos situados a poco más de un'kilómetro de'la
unión del barranco con la rambla ¿le La Canal, y separados enwe ~í
unos doscientos metros, estando . el: lugar a quinientos me%ros,
apr~xim~adamente,
sobre el nivel #e1 mar.
Los abrigps se encuentran.orimtados presentando el lienzo de
,pared hacia el ESE., por
que están bien resguardados de los
vientos fríos que convierten-el valle de La Canal en lugar de habitación desagradable durante la época invernal.
L a conjuntos pictóricos w.hsistentes en la actualidad y estudjados
o
por nosotros se encuentran en muy deficiente estado de conservación,
a consebiencia de los daños causados por las rigurosas coadi@iones
climáticas a que están sometidos o por los destrozos ocasiondos en
mda época por ,la mano del hombre.
E l mayor de .los conjuntos está en e Abrigo I o del Cieho, y su
1
conservación es muy desigual, siendo los estilos pictóricos muy dibtintos y variados. Lo. mismo ocurre con el Abrigo del Cíwto iire la
Ventana (Abrigo 111), que a pesar de la escasez de figuras, lo creemos
interesante por la diversidad de estilos. E1 segundo) Abrigo del
l
barranco
las Letras, Abrigo 1 o de Lo Pareja, só~locontiene dos
1
@gri~,a
bintada~. Los tres núcleos, como veremos, presentan una
indiscutible unidad artística y estilística .dentro de la variedad de los
asuntos trdfados. Creemos que se trata de un buen conjunto de arte
iparietal. levantino, y quizás su mayor iinporta~ciaetriba en que se
encuentra en los alrededores de una de las más importantes estaciones mesolíticas de la penínsulil, dato! que hay que' tener en cuenta nl
.j .
decidir sobre sú ~cronologfa.
-:
:
a'&:
m.,
-
-
[page-n-12]
F. JOlZDA C.ERL)A y J. ALCACER GRAU
1
A) ABRIGO O
DEI,
CIERVO
.
.
Se halla situado este abrigo .en la margen derecha del barranco
d e las Letras, formando una ligera concavidad en un contrafuerte
de caliza (lám. 1, A) de unos doce metros de largo, que se s n c u e n t r ~
protegida por .una visera que sobresale unos tres metros d e la Iíned
interior del abrigo (fig. 3%"). la parte inferior del mismo hay una
IJI~
especie de cornisa o esc,a:& E0:rido que se eleva a unos 2'10 metros
[page-n-13]
[page-n-14]
gular, estrecha la cintura y la cadera ligeramente pronunciaba; los
muslos finos, y las piernas, de gruesas pantor~illas,termiwn con pies
apuntados, aunque uno de ellos falta por compkleta ilehido a un
desconchado de la pared del abrigo, Falta t a m b i b , por el mismo
motivo, la parte inferior de las pantorrillas. Tiene [a cabeqa.alargada
con la parte del rostro triangular y hacia la izquierda; parece repreBentar un ~gquemático
perfS, agnque m,& bien creemos qqe tal efecto
sea. debido' a la corrosiáp* de E pintura. Va tocado con un bonete
a
de forma cilíndrica,' d e cu$a $ate superior derecha surge un pequefio
adorna, que puede interpretarse co,mo restas d e una pluma o quizás
como el nudo que atase un pañuelo qu,e le cubrime 'la cabeza, como
todavía es uso en estas tierras levantinas entre la gente de. campo ;
tal podria ser la interpretación d ~ bonete. Los brazos, representados
l
en cinta, salen de unos' hombros. redondeados. La mano derecha
está dibujada abierta y can cuatro dedos; con la izquierda sostiene
el arco y las flechas con punta de ángulo, que terminan e? farnia
lamedada. E n ambas muiiecas lleva pulseras de wcción circular, al
Barecer. Sujeto a. la cintura lleva un faldellín que le cubre la parte
delantera, terrnidadcbs1~ l a espalda por un ,saliente de forma triantan
gular, que bien pudiera ser el nudo o cierre del cinturón que lo
sujetara.
d&l
Hacia la i~qlii~erda, arquero, colgando del arco y Ias flechas,
tenemos una mancha' de contorno irregular y de rolpración .m6s
~
intensa y oscura, por lo que nos: inclinamos a ereerla eOmo p- r t e n e ciente a otra pintura de4arpre~ida.'Sien. realidad .formase parte del
arquero podría interpretarse como una eopecie. de bolsa o zurrón.
La figura está representada en reposo y al parecer descansando
sobre su p3erna igquierda. De 'buen estilo naturalista, señala el
apogeo artistico del conjbnto pictórico del Abrigo,.
El'segundo arquero (nilm. S) está pintado por la misma mano que
pintó a su compañero y quizás corresponde al mismo momento.
Conserva una coloración ligeramente más clara q u e la del anterior
y en la zona del pecho son perceptibles una serie de puntos de color
de to~alidadoscura, que nos dan idea de cómo debió ser el color
prim;itivo de la figura. y que se ha conservado gracias a la rugosidad
de-4p róca. Tiene la cabeza ligeramente triangular, cubierta con un
gorro amplio y aplanado que giiarda cierta semejanza con la actual
m.ontera de 110storeroa. El. tronco es de forma triangular alargada,
con los hombros redondeados, de los que salen brazos en cinta; 14
mano está abierta y con sus cinco dedos; dkl codo de este brazo
salen dos trazos en cinta que deben ser interpretados c o p o ad6rno
SO&^ y que veremos repetido con frecuencia en much-d,~ 1Es restantes figuras del .Abrigo. El arco y las flechas, en número,
se sujetan con la mano izquierda, que no se ve, e v n t ánaose
&es¶
borrada l a parte corre&po@ente al antebrazi~y c.odo de la misma.
La .cintura es estrecha y tiene una ligera interrupción por dscoiichado en las caderas. que están poco pronunciadas. Parece. llevar un
calzón muy ceñido y ajustado que,comprime el bajo vieptre. Con
las piernas abiertas y la mano derecha "levantada, parec'e estar en
fe
[page-n-15]
LAS PINTURAS
13
RUPESTRES DE DOS AGUAS
;:
actitud d e andar, habiéndose representado .la figura d e frente. E n ,
el suelo, y entre las piernas del arquero, se encuentra un trazo et: forma d e 'S estirada en reilación'indiscutible con la figura por su mis- -11ma coloración y limpieza del trazp, pero cuya finalidad desconocemos. 7-I \;~~:ij:'~:
- '?
Esta figura, como, la del anterior arauero, es d e buen arte natu- ;-?{. i.'
:
'
ralista y está trazada con cierta elegancia y menos torpeza, en cierto {
modo, que la de éste y que las demás del abrigo.
b) EsCena de-cazadores con tramo; -(núrns. 3, 4, 5, 6 y 7);
(Iám. IV, A).
Esta escena, situada a la izquierda de !os anteriores arqueros, está
integrada por tres arqueros de tamaño reducido, debajo de los cuales
se encuentra un trazo filiforme. E l primer arquero (núm. 3) mtá
representado de perfil y en actitud d e andar hacia la izquierda. T,e
falta la cabeza y e1 arranque de los brazos. Con. la mano izquierda,
un muñón que pende.de un brazo en cinta, coge las flechas y eil arco.
E l tronco es alargado, más grueso en la parte del pecho, estrechándose en la cintura, caderas y bajo vientre. Toda esta parte deE8 de
estar cubierta con faldelfin, el cual parece colgar entre las píkrn~ls,
estando sujeto a la 'regirín poste,ro-lumbar por un Ya0 en tRán&lo.
Muy estilizado en su silueta tiene las pierhas desigúaies, pintad2s con
traz-os en cinta y d e poca gracia estética.
E l segundo arquero (núm. 4), a la. izquierda del anterior, se
encuentra aproximadamente ep la rr~isma'
posictón y eon anillogas
característic.as de dibujo y técñica p!et6rica1.' Conserva la cabeza; que
es d e Io.rma ovojde, teniendo incomPfeto~~du
brazo izquierdo.
El1 tercer arquero (núm. S), de Cuerpo :&largado, tiene la ehbeza
cubierta con un *casquetecilíndrico ; 'le falta la mano derecha ; con la
izquierda sujeta el arco y las flechas. .El tronco,..altirgado y en
cinta, está incompleto en-su parte inferior, en el lugar d e su unión
con las piernas, conservándose tan só'lo parte de los muslos y pantnrrillas. Está en actitud d e andar hacia la izquierda:
D&jo d e los tres arqqeras, como ya hemas señalado, hay u n
trazo filiforme (núm. 6) qu6, .siguiendo una Iínea siliuosfi, se entrecruza, formando tres espacios distintos g u e iqterpretabm eomoquna
trampa d e caza. EI trazo presenta tres abultamientas que pqdrían
ser considerados como fiudos o uniones de la cuerdaque aquel porda
representar. Dentro del espacio superior se enmientra 'aun mancha
de color, sin forma definida, posiblemente loa r w m 0 fragmentos
de lo que debió ser la presa; de Ia cual sale un traza grueso que
e n dirección oblicua va a buscar la pierna del tercer arquero. Dicho
trazo se mcuentra atravesado por l o que parece ser un arco y un
haF de -flechas.
H 4 a la izquierda de' este grupo se aprecian los restos de un
cuadr
.
- - # S ,
;:
J.
I
-
f
i
C) Silueta de mujer (?) (núm. 8).; (lám.. IV, C).
No aseguramos que se trate de una- figura femenina, d e la que
8
se conserva solamente la parte superior. E l considerarla como mujer
3
[page-n-16]
c---
.!
lfff
t .
'
. 1 : . 1 7 4 . , : y , ,;
(5) Eduardo Hernández. Pachcco : "Las pinturas prel~istóriq L e G w ~
de.
vas db I a &s&a, (
V ;t-&prppyi~ ~iwr?,' de~l ~asqislq1fqEe .
~
~ 34
a
c i q c s Palea3.tol&i~,as, Frqhiigtiáriw!de llJ, Junta, para &~ip!i%cI.h.
7
-e 1nvesti&ciones ~ i e n t & d a k ~ ~ a di i 4
r9 d
2:
Teógenes Ortego: s'Nucvas estaciones de arte rupestre amgori;'&. E
%
y Cerro Fd4o en tbrmino de AdwCIn (Teruel) ".-Archivo Espafiol de AquiroB.,
gía, núm. 70, p&g,(3i ry~&drirf1948.: f , '
,;
: c
. ,
a~
M~nuel
Vjdal.;y ;bu@z: ':Eqtudis F i t r t ori&inari.o s ]&ectes'-en lI'ajt nyrternari". Trabajos y&rjo< del S . 1..P. de la Excma. ~lputaci2l' ~ a ~ e n &: , - ' n h e a
,
ro 3, 1937.
,
r
!,
1
F
s.
.,
1
1.
i r
\
#
>
L
[page-n-17]
E&
LAS PINTURAS RlfPE5TRES DE. BffS HG'IJ;RS
interpretadas como insetctos mpresmfiadm.rudimentariamente, pero
con c b t a gracia ingenua. Idos tree que se eneuemran en 'la parte
superior pueden ser comsiderzdol~cama abejas que; rovdlotaan a l r e
d d o r del panal, por su figriialltriangular, #y los dm inferiores pra*
sentan do8 alas en ánguIo y un. craergd en £arma de pera qucs. las
asemeja notablemea'le a 11mavi&pnk.
E n la parte sliperior de
eaceqa -a mcuentra una silueta que
ne
puede representar la piernaay gamlde rrrz animal (ntirn. 11).El mal
a t a d o 'dé la pintura y eu ear&ct& hagmeahrid hacenque sea.imposibb su identificaci0n;- no obstahbe, guiadbs por la forma, de lo que
queda, creemos- que pgtda tratame d s uaa reprwentaci6$nde oso.
Más hacia -la d e r ~ h a y , a la slLtura$P $as abeja^, su?. .hallan -das
,
manehas de,color (n6rn. 12) de forma isremlar cuya intmpretaci6n,
por lo inc~mpletas indefinida&,s hace difícil,
e
e
Toda el conjunto pertenece al arte nat~rali~nta, buena factura,
de
sieirdo de poca calidad lo que resta del posible , o ~y, dentro de,las
escenas de recolección de mieil eieorrtradas ea oti la^ partea troasthiye
una.-mrirtmteorigiaal. De la .abundaacia de representaciones -de esfe
tipo podcm6i dedaieir la i.mpoftzmcio .que para ague1Jag ggntm tapia
la miel y su recioleceión, equiparqMe e n : cierto , m b b l ccq k a a ya que estas dos clase8 de e ~ , e w algpn h c .~r~£o-i-eptmqee~e
;
epq3xe9;
I
\
'
'
seatadas.
._.
~ : , - j .
,
a
e) La-danza de las do$ rnX{q,d"(núms.,lJ, 14?15, 16,.:J7
,
(lám. V, B),
'i8.,.
.S,- . *
. .. , ,
Se trata de una escena pintada con g~~a'sgllturá deseifado,.de
y
coloración oscura ti base de hiena tostadh. cpn tonos ~$@.qp& deritro do un estilo naturalista ac.egt.rkble que 'ha ,dbtado a la8 figura$ 'de
un gran di4naimismy de cierta gracia -aipri$va i u e aan a% r+pfrésentagibq un encanto .innegable que logrs' borrar un tanto,la i#+corrección
dibujo.
.
Las dos figuras se encuentran, a rüieshtro entender, mtrabamen~te
relacioaadas ; la actitud de sus legtrergid?dg y la poskción erageradn.
de sus torsos nos h ~ c e npensar que tenemos ante nosotros .qna~
-escena de danza en la que el distinto tamaño de las figyas-pudiera
tornarpe como símbolo 4istin.o
de' categoria social.. '
;.. .
La figura mayor. (niím.. ,l3) sr haWa situada en la parte m%ás
extrema de la re@& pintada del gmql q.ue wta.mnc %dexribiendo,
Tien@Ia c a b e ~ a florroa tria~gular, d o n d ~ a d ~ la m e b a corta
de
m
par
de su peinado, el tronco'~ln.rgado no muy esbelto de cuya.parte
y
sui~7.er;ior.
salkn ~ Q Bgrandes, s e n a colgantes ; los brazos,, de tpzo
.
c~otinuo,
presentap en gl coda la doble cinta. de sdaz-no, y las mano6
está0 r,ebresentadrts muy.rudi-meptariaq~pte.
Lleva una amplia talr
da de fuxrna acamhanada quk llega hasta m&-abajo & las p i t o r r i Ilas. Lo3 pies, muy ,gi~umosy algo disfo~me,.esal@r'egreh~enf
ados
hacia la izqui,ce~da.
. i
La segunda figura (n'úrn: 14), de memor tamaño :qua1k. antLwio;,
se encuentra situaba a la izquierda. Ofrece: urna ; a B e z i d o ~ d a 'd-9:
,.
cuya eolronilla surge un trazo oblicuh que^ p i e d e considenirse
I
I
i
.
< S
q
1
1 ,
[page-n-18]
d013IIiD .
ea+
'el
una1
.pluma & .
&ti0khndleJ ap
alargada,. +mcantrán
colgando. E l brazo
tiernejantgl ique Lgmklt
laya, lo cualt ~darm'.a
,tjan- .
también aai falda sfmnpiia p.mxmpanrtda q le- ke&al lhlq&
w
totriflas, teniendo las<,piee:~ e p r e s e n t a d oh~i$'lg~-;$Brybg,
~
-12
~alitxido S1 encuentro
.É
la!otra:figuri.bfmenhai-. ,- , r -. #-!En ía iona @e se enealen*taien Id!parte S ' U ~ ~ G ~-de Btcta : bltinar
UF
figttrk se pintarbh ( n & ~ 15).6 sigm )que{ ;$dhuwefa7~esi&ni
:
d$
pgfkeen Ser bl&ir&'de'uñ
giat:&mo @tf&eto. Uab du: eklm '&;und
es$e&e'tlk de&a'~o;n-puWkt & c ~ d m : i & f a ~ '6 si~O'tmm3ram
$
1
dis;
- ,
?
.
ser considerado komo el trohco d a 9n hombrk, &:@t@~p&&r&eriot salen hacia derecha e izquierda unos t i a k o ~
fino8 ~que.pddiar~ra
los brazos. Más hacia- la .derecha ss apmia una mndial-{núm: 37)
de contorno indeterminado. Deba30 .E
& titaeo Anás g+uesul -¡se;:encuentra otra arnlpIia maneha!de ~ccrl0r,de forma imeiguliii, de laque
salen hacia ' la izquieida; t ~ e s
trazos cmvos en forma de* u ~ a a ~ a q p
c
que a Ia &mecha se"c~nti'h%li unos tragos d6rnp.b~.
,par
M%$
hacik i t ~
izquie~daS& ven 'las I F ~ ~ W
de 'unas patas diei~auradrbpd~:(mim~!:
IR1
y unas &&~habi6ihimin&da$
dtjuepaeden perte9iecerqal Fni8nio.i ;
Este conjunto de figuras subyacentes debe 'estihclise: sin' duda
posible, de' edad másliantigua lqud las do6 fignaas fm~csni~as~ se
que
le superponen. A nuestro mt&der se. trata del grupo ~á&-an&gI1.~oO
de piGturas del presente Abrigo y . creemas que, jun&men&e.~GDB,
'
!
.
.
Ir
a
[page-n-19]
17
LAS PINTURAS RUPESTRES DE DOS AGUAS
.
otro pequeño grupo que niás adelante estudiaremos, constitwe el
estilo r n á ~
'antiguo d e arte*
naturalista levantino. Las diferenoias estiIísticas son bien fáciles de apreciar
los dos tipos de arte, ya \que
mientras e n las figuras' mis prmiitivas se observa una cierta despraocupación por la forma, buscándose el movimiento por trazossimples y directos, en el segundo es+iSo encontramos una cierta gracia
en la ejecución, una preocupación por el dibujo y un cierto convencioin.alismo en las representaciones;
f) Arquero dispa~arndo(núm.
N . (lárn. .'N, .
);
B.).
Está pintado e n colar siena o i ~ u r b por desgm~ia, eqcuentrs
y,
.se
en muy. mal estado de conwrvación y bastante:incornpleta. De I
o
que queda se puede concluir que se trata de una .figura de arquero,
de tronco .alargado, sobre el que, despubs d e un pequeño estrechamiento, va la $cabeza d i s f ~ r m e
cubierta con un bonete aplanado de
cuyos lados salen das picos terminales que le dan el aspecto de una
boina. Los brazos, borrosos e inseguros a la ' o ~ s e r v u i ó n ,parecen
.
soatene? 'los restos de la que &bió ser un arco y la flecha en actitud
de disparar. Tal aserción viene abonada por la actitud inclinada di:[
cuerpo hacia adelante apoyándose ,m la Única pierna que q!ueda de
la figura. El estilo es iosco, pero muy expresivo, y ha repres'entaciún, a pmar de las incorrecciones y del wtado fragmentario en que
se encuentra, es graciosa y tiene mucho movimiento, por l o que
creemos que debe pertenecer a una gfimera etapa dial .arte natufzl'istd:
,
.
.
2 . 3 ~ D& WERVO (núm. 20, 2í y,22! (l'ám. VI).,
~ ~ 0
.
Por su posición destacada. dentro de la pared d q S . ~ b r i g éste
~.
panel ofrece una visibilidad buena, aunque haya p é r e d o iTiuchp:rle
su coloración
Aparece como dominando todoe,el conjynto
pic$óriqol, por cuyo motivo hemos bautizado el lugar con ql sobrenombre de Abrigo del Cziervo.
Se trata de un gran ciervo en actitud de salto (nfilm. 20). Tiene
una suave cdloraciÓn.rojiza con algo de siena tostado que, con el
t i e m p ~ ,ha'dperdido intensidad, pero que es, en parte, distinta del
ton^ general que'tienen las restantes pinturas del Abxigo. Se encuentra situado en la p2rte alta del mismo y presenta una silueta limpia
que queda desdibujada en la zona del -larno por &la
erosión d e las
aguas. La cabeza del ciervo está adornada con una bella cornamenta
dibujada t o n soltura y correccilón ; tiene el hocico alargado y estrecho ; el cuello, ancho y robusto, . y el mborrillo un tanto abultado,
resaltando-más a cawa de la deficiencia; de que heirnos hablado, 8 1
x
la línea del lomo. E! cuerpo es rec~o,~maciao alargado. y las patas,
y
breves y hrrpm, han sido trazadas enérgicamente, presentando las
nalgas escurridizas. Las pezuñas se han representado perfectamente.
Un desconchado ha estropeado la parte inferior media de las patas
delanteras y otro. más pequeiío. el arranque del brazuelo de la línea
del pecho, Toda la figuia se halla en posieión.inclinada hacia la
izquierda y el cuerpo. está completamente sometido. a la tensiÓ:i
muscular *necesaria para efettuar el salto. E l arti'sta que la. pint6
,
[page-n-20]
ae u;sb p e f ecitarnenfe- e ~ t m ~ 1 l e i ;qiie,:s ó & 8~ h g r d l ' mmgío ise
d
~
posee. :un& gfan - memoria sis sud y biuen
o ,d d : fm@imte@ts-,
aparte de un conocimiento ppdundo del dib*,
ya gaia .$niera d i
k
a1gua.a pequeña, incor~eaión,(la pintura rekcsmLvitdfidad ~dina.
mismo, p a r L que no dudamos-en.e&c:~ll+~dsar-d.s, de )la mejw
lo
%kb"t~'o
etapa ddl ;arte naturalista levanbiaao.~
'
,
Dehajp úk esta figurg, se encumtrag ~.+tol a
pgttas tiaseraa,
una mancha (núm. 21) de contorno I-ixigmmzim-yde .difícil interpretación, y junto a ella un trazo alargado que podrfa interpretarse como
perteneciente a ' ~ arma atraja&za.;~Un~ ~ E más abajo aaotdkos
h
C Y
seis pegmeña~
fnarqho h fn6m..22). di~pmmtss dm .em do^ 'con eikt-ta
:&
regdaridad, .que a n ~ e s t r o ( e ~ t e n dpvdrian $orri&e+
er
corno lae h!m
. .
llns dejadas par el animal en SU carrera.. . '.
. La a us~ncia toda otra c l w de figunas .akFedecEor de estm cidv&
de
nloa impide ronsiderw tal fig~m,
dentm de' Isa gwzkhas :corriembes.~
3a
cma, y creemos qné ~ ~ S a m m se ha, traba&o- dk representair ; a;uv
te
z~kirnalen picna carrerh y err; e1 momento s l d s salvar un o b ~ tb f
h
a
tema que el d i s t a lemntiao eligió c ~ m o
motivo prificipai4-eEP
!h
decoraeih del ak~r&go,~ heho nos 3rae nkevamente a ~~hd~tid3.p~
Ese
si el arte rtipsstrc lmmtino 6s g610 n1nirtie:-n;azratiko e abbistiori~-a~
c m o quieren t! p e b ' ~ ~ ; si c o n s w ~ qaas. 8im$dd.w
.o
rn4glcsl
T ;
revrcarívo y e.xpoeitivo, a da vi$a dc aquello&.r.azadaeres pri
Esta figura, junw Lon otros ppanles que v:tt-{%m con\enkaatlq.,
lleva a la conyicción d e que el arte levantino naturalista n o es un
movimiento artístico en el que predomina la resonancia, e;~ten(rr
pvisual para contar una serie de escenas de 1i vida c~tidiana;
km,-ue
6stas se narran con una finatidad .y siguiendo unas nórmiii f:&os
dir&hid&, '6s decfr, eigaiendk un& es'tética, cOsa que se p&i&&
,i$)f&
ciar, a través 8; l,os,iEñumeiablks' halliigbs de estaciones co;ii1$8%$'+h%?
turalista.' De eati~s'
coniii@raci'Únes estéticas' trataremos e$''&+ki8iii
,
más apropiaba.. ,
.
.
.ir,
I.-.fr:4?:'
1.
(:
1
i r
3.' GRUPO
DE
1
1.
,
:
,
-
-1:
" 9
, - 8
. +
LAS ESCENAS DE c~z~.-Hemos' reunido ba$~irasta
denominación unas cuantas escenas venatorias y alguna figura &.dada
o fragmentaria que se encuentra dentro de los límites de mte!$aml
central, agrupadas del siguiente modo :
a) Caza de la cabra (films. 23, 24, 25 y 26) (Iárn. VII). . : .
La escena está constituida por tres arqueros de*buen. arte que
rodean a una cabra herida por dos flechas. La cioloración ddf, kmjunto está lograda con un tonol siena acarminad~,pero la bmsemación' del mismo es distinta para las diversas figuras que &ornp.open
la escena, pues mientras se Cncuentra en bastante b u e i estado - Im
m
dos guerreros de detrás de l ~ ~ c a b y a los cuartos traseros Be;kgta,
r en
.
el color casi se ha perdido ea el resto de la escena.
La silueta de la cabra (núm. 23) estáafinamente trazada, s3endo
su cabeza un poco pequeña con relación'al tamaño del cqeJ-poiNw
encontramos un bonito ejemplar de la famosa Capra Hispdmiis, casi
l '
<
<
[page-n-21]
'1.É3 .
LAS PINTURAS RUPESTRE6,DE DOS AGUAS
parte nietdiat dt3~kiíitpntm tj~1anixwhs*L ahi.rdrwItii representado en
E
kl dm&mef;l.&a
tp~bag6fiieai,'
,~oa~+&at:inat?moviElii.t~d
c_a;ragtieri&cia".qua Fep.
cede a In. cohvul$$6nl
final. Lasi anqqems m' rcldean parecen di t!a.
piiestm asilamame erobae ella qkiisk- re&ta@la.
a.
De .&-stQ6j,,bl que ,;&e.
.enErent&,
apgi l a l.abfa (nbm, -24) e& representado en actitud de comer ;com d c u d r p inelaado! ha&a ad~e~ante,
o w a dwu6a de, haber diaparad~, .ArmoAbqlre en la &no
,e1
.2kva
d.era~ha., t38iad0: can an m&@+ r n b n ~ ;de f&ma cilíndrica y
va:
w
r~
d~ paca .a.b&usa.y Ic;ibP~ra.~itbimta u n catlzQn ;,aniudah a 13
su
con
r L n lumbar coa ,el tipies l a m en pim. Su .pkizquierda ha d~sh
& Qn
.j'.r
aparecido. . ,
,
.
.
atd-~ah animal, ocupan plano8 disa11
Los .otros.di38 tarqneras,
tbtos-. Uno [n.irnj25) gstii ~ r e p $ n m ~,en a ~ t i ~de .an&s y t i i ( ~ ~ i ~ ,
itd ~
~ d
el tronco vertical$i'la!aaBagclr de k-azw y 4&ma impr,rgcisoe,:ya que
un de8conzhad.o de la roca, que al!lcasaa+~hasti~el b o dgl illa iignark,
bm
ha destrozado casi pd-a es? parte. E n una mano lleva arco y flechas
y cn la oTro una flecha, termihiidar kn g?ael?ó 6 ihgulo. B-1 otro ~ i q u e r bC ún. 261, situada
nil
p l e w : inferl9 4 prec&ente;'jiiehe
itrciacb tincli~ltdc$'
likda a d ~ l a r i la&pheinas~gist~~~~
@@siis] actitud de u ~ r e rLk&a 61~afoo utllts &&da&
m
.
ig
sujktas con
titid. ni&?,. mieritrá$ @bn. bW$ ár&e!i~+er uñ :&jeto d e 'forma
la!
,$B
<&&
D ~ o l ' d & ~ - ~ uekeuentra xa+y66@+bu'r~8~ o &s.~pbtip la -~lalgn.
e
D$lasit+j dC . e $ , . a o]%. a l ~ ~ , f \ G a > ~ ~ b t i : ~ m s i ; I & i 8 s , r a~ ~@ ~ a i : ~'*?o ~ e h @
~.
; 8
~
definide) ~ídiñt&ei.pret
aWe. *El1'@qdei@ ' d! dlhj&>
k
&&ttf~r cunio
&&to,
el-ahtefio,$:~egtg
a.trazedD x + & i q h-y ek$te\r$:.~fi~ %i$&ddd:
~
@~
$á t ~ & a b o
kanJun g m h ~ootrfl;'t8&iikd,'j+~u@
a$' @iAi& iictua9 -puede
se-+ ~&ecu&&&isi.jd$l.ildos'Ilg&&s:dtjs&~e&A&e{ qq$ S&
,*r~dir@idio
'
0 r1
en la roca sobre la gue estd pintado.
E s la ~ & j 6 r i &ás-lbg;ra&i &ce@ del c a n j & ~i31 db;igd $ ttamy
.d
bien fa' @á$ k~itiplqd.:
Cbrnijarada 'i&bh$ e$e+.Ki -d.eicazo &neoni.otras
a a d a d % i ~ f f o':&,i@&<
o
~
1kv&wiriogi
i&Ul B "&y, ? s i ~ p f y e
~$J~G P~;
e +
'réntd #de
-cikrf&d$naWsm%;t.jii&r&i'rlbtie$ del
- ir$$drailii-tt &
h & Fa-& ' n ~ &e;.@e&&d+$c:&I ~&;taRte\al'g$qpo de piaturab
~
% ~ 'f iit @
. r
d d r h *bt eiI!ol !-del aEigb.)~;8eatfo .-wla.3Pise dpfima del arte
n3ttífaIi ta.
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rnos:Can ~ t r a
~í1br@!-':k~ri4j@ & & sl a :ii~$owpL&s arqlierpk
im s
da
ros, lo que hace dificil .su reconstituiión. L'a cabra (núm. ,Sz), PWQ
bello ejemplar de Capra hispbnica, se encuentra en mal estado de
co&ervación ; de dibuio tgrakios~~i & q ~ e
ia
'tadco,:e&ii picstroda en un
pragoix5ahm, y parece ?Q.uerer
tona 8ih a .aa?r:mi~idaj
aj&iada
+epieeentnt uh aiiimi! adulto. E n te , t y t &poateriar, y s medio m~us1-0; ~ ~ a u e n t r g i gfliehas ..quele1 ímugv'tewn, habidndose &&alado
~t~~s
la penetracidn ,tedrgamda el cdllar .&u las - abasj de$la. herida, acailoS~i&-~8&-a~.i t s taqvm@&,&o dcrit&
las: g r
mkma &g&ra:LEiedxra.
arroja
.e)okas de sangre por SG boca. :.
! .'
, ;,
!:J
rt
'
su
I
,
, t
[page-n-22]
Frente a .ella se anauentra un. .iuqueno (núm. 28) del lqusi a(;lb
qu.& parte dB la cabeza..^ brii.fragmento, &coi hibiendw dessgpar
,da1
recido parte del t r m b y i o g doa:braao~ :un desocanchado de j a
par
roca ;.de c i a t u ~ a
pa$a-ab-ajs enauarnwa de nueva la figura, h eud
se
presen8ta71as
.piet.nas.+qbiertas ~ Q E . : u ~
especie deicalzonies la~gop
o zaragüelles, que por sii-+~po&oi6nrnejov $podrían coiisidcrarsr:
chaparreras, Sobre e%@
iacqieroj,ttpero algacseparado de 4élis ve un
e
~azo
wermi4osrmit disp~esto
lhosizontalrnente.l
E n la parte d e arriba & 1.a a b r s ,@e.d k n las r e s t a de ,otro
h
arquero (núm. 29), del qub se, conserva la v a t e ba,ja &l tr-anco y
@artede las pierna&, abierms.y en aCfitud deq,a.ndar,adernds ta-bién
queda algo -de un b r a w - cuya mano. s u j ~ t a b a s d n o owa semeun
jante. E n el codo se ven los típicos adornos de cinta sendlra:.
Hacia ila parte p ~ s t e r i o rde la,cabra se eomeatran..doa trazos
(núm. 30) en ángulo' y otro más ;p.equefioi reclm; en posible rela~ión
con aquala, pero, 'que por 813 carhtar dcagmdntario,ao nos es pos3ble
darh~
una inberpretaG6n ademada.
,
,:
*
l
7
7
i
C) ÉSCB& j % ~ h ~
d~
.{nYm. 31 y 32): (&m. 'VIII,'B) , , , '
,L,a ewana est,$,-~qnsqituída unas grandes piernas de ~a.q!dor
pqr
fndrn. 31), a cuyos tbbillos van sujetas unas grandesaj
por un dardio-en una de !as; p t a traseras, d , la ~ua;l-p.m,ece.
~
manar
eaagft ,a ggtq, (njrm, 31); cuaJr$ipeda,, intiompletp e&i b.E1
pqrte de
Iq, cabeaa, está,,qgpreeefitado-Rn a i t i ~ u d e caerera, ,tal parece ,dedird
irse se. cje.(la p ~ s i g i ó n ~ sus patas,. ,de las que las, dqlqnterar .están
de
tdpg&g .poiA piernas.deJ.arquero.,
14s
trata,, sin génejo .de duJ.1, &e
un- cfqena vggícto~ig, ila que ,er l+ombrqse bfi a c e r w b .al, an:rtpl
en
&erid~
pqrk reiqat?rlo, 8, por la posición. de 14 v a n o parece gw.,
está
forcejeando ú on él. ':
,. .
..
La8 figurasl,ee;á~,
con siip~;3$ar~i)iadb soq deAestil*
,y
~ n . . ~ ~ c ? ' aqqgpli ddenirq de 1á fase naturalista
Mrgy,
bvena ,epoca.
.Es quri9so seiqgjar que ,esta we,na, así,qopo '(rtra segejante, gqe
lueg(r.~desqr&ir,emos,~. epcye~trq,
se
fr,agmegt;lda:desde-$ace 1 m ~ ~ h y
tigqpo, pyes. la zona d e rotura ya tiene asgqta aqt$pos c q ~ ~ , ! ~
atestigua la g!$tina qúle.Ja yqcwbrq., La cz!r;aiasceqa ,$ ,q!e p ~ q , y e f q $ mos está también fragmentada por ila región d e las cabezas. Ellq,~ofi
inclina a suponer que ambas escenas cinegéticas tenían un carácter .
zona de las
mágico mds 'bien que: riarrativo., yLqueL 'P.atura de
'la
~ábezas s t á ~ ~ ~ n
e
rdaci6ti:can te1 senti'db m6gYc0 pcw: haber d e ~ p a r e cido 6wb a. por c o, ~ i d e r a r l o ~ +rActer negativo, 110 cual d>iigd n
.
de.
,
~u~~des~rucci6ó.m.
1
,
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q
S
,
.
. '
S
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,
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-
,
8 .
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Y
I
l.a
l
1
.
I
-
,
1'. ,
, /
.!I ,
d) 1 ~ z c j . e ~
oislada (nCiin. 3&) (IámdVI 11, F). !
. . ,
:
Situadaieg la parte inferior $eiJ panel donde se eriewentra el:eieamoi,
y entre las escenas del p 1 i - w ~ g r b p o Id
y
In céss ds la.c~b~a,,
se
encuentra uha figura, psJbjblerneate de mujer, que .n-css. h ; a i d . s iaposible i-el&ci~nar los grukpas.,@ escenas qiiile,.:le8r0daa9,- . .,,.
GQB
5e trata de hna lbgvr$ade cabeza redo'iida y ipeq~afia~ pnekxit~l
q=
la espalda con una especie de joroba, qw ptidmerafi)t@rp~etar6h$ S ~ , Q
EQ
,
:f
[page-n-23]
LAS P I N T U R N ~&uR%Y~X~S DOS AGUAS
RE
en ella. Biigtróncd se eficuentra indin%do háci.a
un. objeto
ad&la&e a ~ceneecuenciss e g m t n e n e de 'Pleha carga, La parte, inferior de la figura va cubierta por amplia falda, sujeta a a cintura 007
!
out'rda o ;cinturón q ~ t eq r n i ~ ~ ~ @ Y delafitezcome pdr detrás,
tanto:
con4'unos .picos o lazos. Con arnbaa;miinq$!setstieae una e~Ljeciede
b;airt&n algo curvado, BE e8 4 u así pO$&bos!kanoiderar e l n
~
trazo que
se encuentra sujeto por aquéllas, que cun>o& evidencia se-r~5laciorih
can Mroa dos t r a ~ w
qag, far.maiado*ángu&~ g u l d se, hallan debajo
~
del.prdmera. La7
interpretación de lo&mismbd no' es segira -y-pbdrís
cmeideraree.-la1hgwa 6ii total co-i l a fiifircsenkq@i$n-d@ mujer,
una
glen ea' una escena t agrlrolai ekeavafidb.el suelo o:bien feogisndo
leh. 6i lg primera hipótesi~
fuera aceptable,!t~iidríap@a
úna justificaribn Faara considerar &ta pbtura y Iás que r e s e n t e b un estilo
semejantk coinrol de. éppeaj hdlt3ca. :! - '
.
,
. , ,.
Ir->. i
,:e), Ailrgama :or&ndo
(nb,
.
.
,
..',&.!
Jl
34 .yi 35). ( IX, A).
b
.
:
La parte de \la pared del abrigo doDde aa encuentra )esta piniura
ha sufrido un, gran de~~conchado, .@l modo que de la qrimitiva
de
fi2urk~ 1 se coiwefydn dos grandes ~ i ' g r u d-trazos (hflm. 34) dis6
0
)~
puestas en . & n g a t !ibierto hada abajo', que identifickmod kan' dos
~'
grandes piernas de:~~rqwero' ~ctitbd andar,, en cdya b;rti&n.se
m
dé
h c u e ~ t r d n~dl.b~&d~m, $$e~ro1d~talle -ó$ganos sex~ales.I~ba
l
can
las
tpi*81 ;m&iufo+ma m$ coruieif
y
:*$ando uno' $le .ellos kfeetado
p6i undasica+hado, t&dd:lo1iwiilebrifiiiboye'zi q u la B~$ju~aM e
~
,
~llil~y
iiifipkecisa e+lndet&rniiqddeDGbajü +?ie á ~ ~ i ta pob&a,& djieit
I
%el
va9i ~&$í&w
mano has^ i$Mgul.áf&~- - p6drían se$: parte ,delqtyi
eui?~po
de
algln animal (núm. 35). %i6ktil'o ~ b r é , ' t i e n & i t n a
ko@rqión.${eaa
..
~c&mi&do qtmetoda+ía@uM&'&&ervaf.sg
muy bte& .
'
,' ;
.
'
;
.
,
.
- b
.
.
.,
,
'
,
, :
. , . . , ...
.
4.' .GRUPO ~ X E N A SD I V E R S A G . igicl'uido en este aparb
DE
~ ~ ~ ~ ~
tado las escenas que se- hallan situadas en la parte .infdri.om. de ,la
pared o zócalo del abrigo y que, quizás por su situación, se encuentran en un estado de eanservación muy deplorable;, &ocual ha'dificultado su estudiase interpretación. Las figuras o restos de ellas han
sido agrupadas en tres cionjunfos : ,
l
1
L J , , , ;
1,:.
3 ,
8
8
1
,
1
<
I
-1
1
J
1
,
v
1
,
!
4
l .
f
.s.
1
1
;
/
<
1
e
del
a) G r ~ p o negroide (núms. 36, 37, 38, 39, 40 y 41) (lám. IX,
D E Y F).
Y
La figura descollante de este grupo es una cabeza y a r t e del torso
que ofrece el perfil característico de los negros o negroide
des. Los rasgos del rnismb.pudieran ser 'considefados ctoryo puramente casuales, p e m una obs+rvaciónlatenta en la roca donde se
.mcantrxba, nos indujo a considerarla corno la cab;ez de un posible
negroide. Representada de perfil, tiene in inconfundible prognatis
r
m o y una acusada doli'kocefalia. Del cuerpo sólo queda la parte
superior del ~ o n c o brazo izquierda y arranque del deiecho. Las
,
piernas podrian ser los dos trazos $ ~ ~ U Q S O S
que se ven en la parte
inferior de la figura. .
A1 lado d e este posible negroide se hallan unos trazos verticales
B
Y
I
6=Y
[page-n-24]
E. JORDA GERD4 y J.: ActGACEP GRAW
,y h-otkpnbaka, de iiqgwiblg determinapibnbaJ%re&de le:dabeaa
de aqui5l.. una maneha.irrsgdar, ~ u:,w.su f ~ m gas -es ditid., /de
e
a
ewlicsr,pudiwa: q t ,e@
~relqoih,c ~ ella,.. . : . , .
a~
1 T,
- En la ,-partei-ngep&r 'derecha,ae ewppn4fw distintos traeq! ;(nGmero 31) (Iám. IX,: C3. tigw fiaa :F c d a muy eluo, apem~
be
~
daetacable, 6gn 'los- que. &f$ailp~ntq!se ~iug&~
recctnebui~ una rsilpeti
a&c?+linat
..
, ,; ,
,, , i t , :
L .
'
il;
.Un pooo .-ás ab~$Bjs- la;pextical dd nerI4de, hay wnos ,treaos
e~.
en 6 n g u l ~b6m, 38) (14s. JX, D);, y :cthla ,gtasfrc i n f e r i ~ r trags
,
@fa
(nGm= $91, gw p u ~ k y j s l t ~ r g y e dwmipata de:a&r
,
Hacia 1%.izgyisrda, ,qaa itragw finas,, se1 m ~ ofrwe- una ailweta
i
arqqeqq ( d k .
@),7(!éq4 E) iwamale~a;& i a
.X&.
~ p~ifiiie~ .la.cabem
de
y brazq,d e ~ e ~q r y i + 4 ~ + s e&as ~ t o s ; d e ~ anca,o qofia,#qm&te.
b,
o
un
Más a la izquierda se ven unasdn-&as: d e $ d ~ l r
ln$p.,.41)
(Iám. IX, F) que no hemos podido relacionar con las restantes figuras del panef y +a.pot: l&clnldad & dibujo n o tienea interpre,
r
< a L ,
S
c
I
l
S
1
rt~tón-~~dianm~~t~agha~'~
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I.
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.
.
N
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bl : Eweiaas. de wiwig~
(q&Un3,i42,G.f'ri&)~~(lái$.
43,
j&$i.'~;.B):.
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.aiemrx, d-&6, eer este,~;la%J qg~ijust9:
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gran ippgt.\mi2p8+.
,Fg.-la a ~ t a d j d a dGlp: g d g n : , r ~ s t ~de pinturas
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muy ~
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.F&mr?g ;se6aiard .no,
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t~bgtpnte,
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UQ c~adr&~esio:ln&m. (@m.X, Ahj,IXel)a~ww+
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mal,-pngy ip9qCsq,
tarnaQ rmyl&: pcmxwqegte g i n qqij3p&5ma Q
cibki, WP +le,
parte .dpIankga,a ~ t a icieaqritqi : .
;~
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L::b
. :
Debajo de e.a ri r - W , : Q Q S M ~ ~ S ~ ~ . >,egiqfru$ibe.?.X
fm p
tr#gíras
(núm. 43), y en :la zona inferior a e&te signo encontramos pintado
el posible lomo de un animal (núrn, 44). E n la parte inferior izquier.
d a d e a t e icely$inta.sk h i j a F $ i ~ t w h ~ iri n a ~ e ;ir;regdM1
u
h
$hú&! 6)
.(iámi 2C9~~&E
qw a t k n d a anii$rjnddbf.a;ia:fgad~~d b i n b ! irntim~
de
sidald Bei.1!astt&i~i8n, n d q 1616$~~glara.
d
ila lprzrtie,de,1a d&~&ha~.
F~x~rdg.
í~zter,&e@fm~
ed
.kaBiez<.' deilJ B~?a algb del.-tronm)de ~ n n
cm
>
animal :.r&nS@ie-rmi
&a ,a@ ;deihi&nkemq~$aEom&r~&;~ , > h l
a
r
dsl,
pueden apreciarse las rnandibulas ::e;tbie~tm;, 1 mejaiid&fmrmdj
-b5
r
I.
l.
r
.
t
.-,;
,A!,
un cuello robusto. E n la zona del ojo parece como si se hubiese
ifitCentajd~rbprakqt&r.. t c6n ~ b l ~ _ & e &pintura, ' s i :que
&g
de, ~ ~ a m a
dabemios considerar puramente casual al depositarse $myidr .éotntMrtJ.
& t ~ ! . e ~ . l a ~ p ~ ~ $ i d w d ~ d e ,,'
la.roca,?
f . , .!
I, I
,
N
-b8
por &aqus -u, jaterpr~tsián w .kqeq dificih spbre,.tado$
@cy2
b0
incpmpJeta.d.e,kqs!&gura+y,l .
e fragqerit&-idde: ssceaas,.-,
lasl
,
A , ka
.-&1íech@+l. qonjyn$ob2
.
y.
ea {pqrte s ~ p a r i o r , ~ o Io ~ Q I I ~
!ramos cqg una figu$i ta ~ QfG
&dai4wq;eJ ,tconco +wiIi~ado&m3 *t6)
&
(Iám. X, C) y en actitud de andar hacia 1-a iizquiw&;;i l%,c%k~a;aiQ&
forma q~qltidqy a\@. @A+ii8ta$%iy la f i ~ r t d ~i ? sum~lcf.
,ene
del
.
,
S
e
t s
[page-n-25]
LAS PINTURAS RUPE8TIWS DE ,DQS AGVhS
23
WPW, vea . dos prwdmrawiaa ;R.* p,dTian +c~?)n~~i,d@rars6 0
~e
~6m
q~p&e5~p$sicióa l . ~ a
de
w~~s.-E&.fig.tara,
dentro de su 6mplismp, ,@ijeiac
cierta gt*ciqa aunque el aditanieil@aen forma de m a n ~ h aciqcular
!
que hay en la parte baja de la derecha de la falda la desdibuja y
desfigura un tanto.
A la izqui~rdade esta figura se encuentra un trazo fusiforme y
otros dos en forma de T .(nGrn, #')i.. hAii? a4kaizquierda, una serie de
cuatro puntos y debajo de ellos un trazo curvo y una serie de trazos
finos :en distintas direcciones (núm. 48), toda lo cual viene a terminat por la patte'infgriüi' en una, éspeSie de patas de animal, pertJ
sih que nos 6ea p~slb!ie'Gstablec& relación :alguna, entre los trazos
descritos, siendá ififruktúoga l-a rébuci;taí.bra ericoritrar nuevos iastros de pintura que nos,faaci'litasen uhamejor comprensión de lo allí
representado. A la der'&ha de -lo 'déscrfto se ven. dos trazos en
ángulo (ncim. 49); uno de ellos algo 6hha'do y el otro recto, con
una especie de asa, que puede considerarse cosmo representacibn
fragmentaria de un propulsor. A la-izquierda del grupo tenemos un
gran trazo, también curvo, seguid?; de,okro fino y vertical, y de una
mancha aproximadamente b*kipt~ai&$@. 50).
;h
,. +ttercaya '&ai cornisa del abrigo', se
.'kadeado$*de p t ' l ie+líbneos y finos, en
. 51) ( l . X , D . . . ' . I .
s pictóricoas de este ionjuntk están'
a de. un. .animal--(n6m. $29 clám.. X?.,.A),
trazos verticales finos que la separan de un:+wzo horizontal algo
más ancho, deil que parecen col"9r o'tros Beij. finos y verticales
trazos q u e forman
(núm.r53)?$ 4 4 ~ l a iinqaierdq?99,ynpuentran
a
una especie de línea quebrada (nhm. 54).
,*
:
Pero la escenadm
lucha de u n hombre c
segundo g r u p '~
(kúrns .
zona correspondiente ,a
cionada* & hw.+E1.
un estilo deficiente (n
,.-pin líneas torpes que le
asemejan a un muñe
serva dl tronco, que está
inclinado hacia adelante re
ometida del cuadrúpedo.
E n la parte posterior de la ci-nturl pqva
conqbida,jaz~
o.qierre
de chtiitóri en forma de PiCo; y''& unJt,obdb Una 'ij$kca. E l animal
(núm. 56) aparece representado en posición de correr. La escena
e , semejantea.como hemos giicbo, ,a, la y a Gpqrita SO? aeterioridqd,
s
p e r o p o r ,+J extraño d$+ -de la i&qtq $4 h+q,mhye,?+za,clo c ~ m ?
una £+a
sin, nesvio;;parqe ddesp~eyiderse,
g,pp es@;herido mortalme& % c~nkcuqncia la acom&iida $e la i be&?.
$@
.serie de ttnzos a e c t w , q q - n hallan a la altura +a
: cintura del..hoghre parecen
l
indicar é l ~ S S Q$,las flechas. .
, ! ., ‘:
. .
li,
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~c&iffs+i escena ae superpone a otradt~*di~tlnbo pintada coa
estilo,
trazó1 finc?., 'r a c t i ~ e gran. m&Iizacit$n que -rep?sewpta dps arqusroe
y
d
(núm. S?), cuyfia c,uema ytezt~:mni&dm
dibwj-rdob liaea'lme~~ta,
que parecen perseguir a - uná :peqyefi&
'cabra herida, que
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*.
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[page-n-26]
*
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F. JORDA
-
CERDA' 'y J ' ALCACER. CX v
.
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11
B. ABRIGO O DE
LA- PAREJA
Dentro del,.misino Barranco de las Letrqs, un poco m2s:ar;i~ade
donde se encuentra el Abrigo del Ciervo (véase figura 21, se ha113
una alineación..de pepuefios abrigos y covachos, de muchos d e los
cuales se han desprendido fragmentos de la visefa o cejq, quedando
a la intemperie gran parte d e )la zona resgqardada pOr aquella por
lo que no es de extrañar que muchas de las pinturas que .exiitieroa
.
I
ABRIGO DE LA PAREJA
DOS-AGUAS
Zona
de
E s ca\x
,4
. Fig.
-
ly>intur~~,
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'
3
5 . ~ p l a n t a S ' e c c i ~ ~ Abrko II o de la P w a (Dos Aguas)
y
de1
-
en esta zona se .hayan p l d i d o y,que las pocas que quedan estén en
trance de desaparecer. S610 herhos podido encontrai una 'pequefía
muestra en--fa d9qddtd situada más al N. (Iám. 1, B), la c a ~ tiene
l
una altura de unos 0'90 m. com6 máximo por 1'35 m. d e ancho y
1'50 de larga, estando orientada al ESE. Las pinturgs, .dos figuras
solamente, se hallan situadas en la zona de1 techo o resguardo superior d d abrigo -(fig. 5),.lcerea ya del comienzo -de la-pctked del
mismo y es'tán e un- estado de conssrvación tan4 laxnentable. que
n
fué una verdadera craeiliagdad sd descubrimiento, efectuado, com9
ya hemos dicho, por: Ramón del ValIie, vecino de Das Aguae y
[page-n-27]
LAS PINTURAS RUPESTRES DE DOS AGUAS
magnífico &xiiliar en todos los trabajos que el S. 1. P. h
e n aquellos parajes.
La mala conservación d e las pinturas és debido, quizás, a que t.,n
. este abrigo ha sucedido al. revés de lo que suele pasar en otros. E n
aquéllos las pinturas van perdiendo porque parecen ocultarse bajo
una capa de concreción caliza que va 'patinando el color y destruyéndolo muy lentamente, mientras que en éste la pintu,ra va desapareciendo por un proceso de descascarillado.
Una de 'las figriras(núm. 1) (lám. XII, A) representa un arquero
en posición de marcha ; su cabeza, de forma triangular, va peinada .
con- melena corta. El busto se conserva mal, faltándole unti, de los
brazos, tal vez por omisión voluntaria del artista, estando el otr.9
incompleto en la parte de ila mano, con la que sujetaría horizontalmente el arco y las flechas. Las piernas, una vertical y otra levantada, van cubiertas ,por zaragüelles o chaparreras.
La segunda figura representa una mujer andando (núm. 2) (lámina XII, B), vestida con largo traje de amplia falda acampanada. De
sus codos penden los adornos de cinta doble, que tantas Seces hemos
encontrado en el Abrigo del Cimvo. Del brazo izquierdo, que est;
incompleto, pende una especie de cesta, aunque el dibujo irregular .
de tal 04bjoton o permite su segura determinación.
Ambas figuras están pintadas con siena acarminado y parecen
trazadas por la misma mano. Pertenecen al estilo naturalista de 13
misma época que las pinturas de la segunda fase del Abrigo del
Ciervo. Hay mucha naturalidad y expresión en sus líneas ; la figura
del arquero tiene elegancia y desenfado a pesar de la. incorrección
del dibujo, aungue el movimiento se logró mejor en la figura femenina que, con su amdlia falda, parece ocultar un vientre voluminoso '
como de mujer encinta.
S
.
.
e
[page-n-28]
rb s~.${qlits$%lilajis' n s r ~ n g r w l.on& ~ r n a i & ~ g
u iighbl$ 3ec;t nbnuaan -r;! , s~3iiiniqasi rup r r 3 i r n a i m
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[page-n-29]
LAS PINTURAS DEL CINTO DE LA VENTANA
enorme cor-
.
ros .un indiscutible
1á próxima Cueva
u,Ty;
el techo del abrigo (lám. I?Wf
b), en una lespecie de friso
,
caral-ezM natural, y c) (Iám. 1 E), i m ~ l a
a) Las fiiflturm del techo-- (&:7.&):-Gia
la parte exterior de
¡la izquierda del techo del ábrigo sg enCU&a~a curiosa represenuna.
qiue *retacih@d@'a\F41 k&b M ~ = D & ~ l d ~ s f . t :
qbg.
sentan las alas y un trazo interior a la
M d el cuerpo
(niim. 1)' (lám. XII, C). En la misma dirección
Yuelo hacia ;a
reprq&abii&&i
deieehat; !tenarilb%: m a lal U . t d o r dMnpbmo,:
sem@rutai
(d~n.'rsj. iXII,ra)i; 3niito(~k&i;r8~.Bipgt~eqta:& # n
'(lám:
~
.
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(.l&m:
:XH, Estas tresi jpi
r:C)I.
A
7
[page-n-30]
28
F. JORDA CERDA
y
J. ALCACER GRAU
cha hay otro trazo bermellón y más a la izquierda encontramos otra
serie de trazos, del mismo color, de longitud desigual y que
coinciden en un punto central (núm. 5) (lám. XIII), y a su lada
otro trazo bermellóh con otros dos más pequeños que inciden en 61
oblicuamente (núm. 6) (lám.. XIV, A). Tales pinturas pertenecen 1;
la fase esquemática asf como también Id que se encuentra más a la
ABRIGO DEL C\NTO QE L , A VENTANA
DOS
Fig. 6?Pa t
. - l na
-
AGUAS
y secciones del Abrigo 111 o del Cinto de la Ventana
izquierda, 4iie ee una esquematizacibn doble de una figura masculins
con trea pares de.extremidiades (num, 7) (lárn. XIV, A). Las cluatzo
rapreserrtaciahm caeen dentro d-el arte esquemático y en especia1 13
núm. 7, que: eo un ajernptlo típica d e las mismas p que gara nosatroa
es la representación de un erite o fuerza divina a la que, a semejanza
de las divinidades indias,-'le han multiplichdo~los brazos.
Mác'.interesantes Ron otras tres figuras de cabra dispuestas equilibradamente con. un gran sentido decorativo siguiendo una 1íz;lhea
[page-n-31]
[page-n-32]
[page-n-33]
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LAS PINTURAS RUPESTRES DE DOS AGUAS
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figuras muy mal conservadas y difíciles de observar. La coloración
es siempre a base de sima acarminado y el estilo pobre y con tendencia a la esquematización todavía dentro del naturalismo.
,,c.:yrLa parte inferior de l a columna está ocupada por dos represen8
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Fig. S..-Abrigo
111. Conjunto de la columna ( n b s 16 a 26) (Tarnaíio 114)
--.
taciones de ave en la corriente forma en V (núms. 16 y 17) (Iámi-,
nas XII, C). La 17 tiene el trazo interior que representa el cuerpo
y la otra no. A su derecha se encuentra una figura de hombre :!e
pequeñas dimensioaes muy estilizada' e incorrecta (núm. 18) (lámina XII, C) y junto a ella una mancha borrosa.
E n la zona media se encuentran, a la izquierda, otras dos repre.
[page-n-34]
Entre ambas hay un tram ablieuo (nóm. 26).
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[page-n-35]
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, ;:.&E- Mientras nos encontrábamos ocupadas en la copia de las pin* 7,-3
,
turas que acabamos de describir, el capataz auxiliar del Servicio,
José María Montañana, que nos acompañaba y auxiliaba e n estos
5. --trabajos, exploró los alrededores del abrigo del Cinto de la Ventana y en la ladera opuesta, y a unos diez metrós sobre el fondo
del barranco, encontró un covacho con alguna tierra en su suel:,
(V. fig. 2.'). Como- de costumbre hizo una pequeña cata de reconocimiento que dió como resultado el que encontrase unos fragmentos
-3
'
-
m
b
unta triangular de pedúnculo lateral, sememo de lasca con retoques en
[page-n-36]
[page-n-37]
CONSIDERACIONES GENERALES
Permítasenoo terminar este trabajo añadiendo unos comentarios
acerca del valor de las pinturas por nosotros copiadas. Su encuadrc
dentro del arte naturalista levantino es indiscutible ,y su relacióii
con las de otros abrigos de P región, evidente. Solamente nos inte.
a
resa exponer aquí unos cuantos hechos por nosotros observados y
que creemos pueden tener beligerancia en la discusión que hay
planteada en torno a la cronología del arte rupestre llevantino. Problema .&te en $1 que no nos interesa tomar parte, de momento,
pero que habrenios necesariarnenltti de rozar -al exponer nuestras
opiniones..
Para nosotros existen tres aspectos fundamentales en la interpretación de l a s pinturas. E n pRmer lugar consideramos necesario
estudiar los#distintos estilos que dentro de los tres abrigas se nos
ofrecen. La daap5mhaci8g d e tales estilos y el'estudio d e algunas
superposiciongs pueden darnos la pauta a se&r cuando tr.atemo6
del problema crf>nol6gieq, teniendo siampse en cuenta que l a pruebas que podamos obtgner. nunca tendrán una validez gbs~lutay
tan sóllo servirán como material de relación. E n segundo lugar
creemos que el estudio del .ambiente arqueológi~o los alrededode
res d e 108 abrigas es nec6sarG e ineludible, y, aunque las pruebas
que ello nos aporte t a m p k o tenganaun carácter exclusivo, hay quu
tenerlas e n cumta al hacer el análisis general del problema en
cuestión. E n tercer lugar creerno4 necesario el estudio del ambiente
etnográfico de las mismas pinturas, ya que ellas son las que mejor
pueden hablarnos del mundo que representan y, por lo tanto, acert
carnos en lo posible a su esencim..
-*
a) LOS ESTILOS P I C T O R I C O S . ~~ ~ q c e s t w insistir m'ucho sobre
R~
io.
la variedad de estilos que h e . ~ o s ~ p d i d o
observar en. las composianálisis hemos podido idenciones de los tres abrigos. E n ~uéstro
tificar ,cuatro grandes fases. estiríicas, que se encuentran en estre. cha relación entre sí y parKen desprendidas de un mismo j?Jum, 3
excepción de la última fase que, como veremos, corresponde a una
etapa de plena osquematizrición.
P&ner estib.-Se caracteriza por o1 ernpiea del trazo simple de
impresión directa. Las figuras sofa de una simplicidad constructiva
muy expresiva. Los volúmenes o m,aPas s ó l ~ utilizan sn la repre.
pe
,
.
[page-n-38]
F. JOWA CERDA
36
y
J. ALCACER GRAU
sentación de animales. L,a figura hvmana se presenta siempre kn
forma algo estilizada y e ~ i e r t o scasos idealizada. Captación per:
fecta del movimiento y representación de escenas sencillas.
Las figuras que. podemos fncluir eñ,esta fase-e'liallan todas en
e1 Abrigo I o del Ciervo, y s o n las*cju6 p*enpuentran subyacentes
s
en el conjunto e), núms. 16, 17 ~ ~ del primer grupo, y las del
$ 8
conjunto c), núms. 57, 58 y 59 del 'cuarto grupo, y además el «arquero disparando.», núm. 19 del primer grupo.
~ e ~ u n d o @ p . ~ P ~ & o l ,:Jqtq n repfleso@t6lqjGap'
~~
ni a~
naturalistas
tendiendo
hechas con un arte vigoroso y egpresivo; dibujo c~rr~ecto,
muchas veces a lo caligráfico, revelando cierta mabiirez técnica. Es
frecuente la construccion de escenas con alguna comgGcación. La
captacióa del movimiento origina cierto digamisma expresivo,.
D * e n t ~ o , deste pegundo estilo poLdegnos.
e
incluii de) Abrigo del
Ciervo. los conju~to4
.Que integran o1 p r i a e r grvpa,. a : eyce?qpGii
de los n ú m o s 16, 17,. 18 y 19, que pertene~c~n,
como.bernqs dicho,
al primer estilo. La figuraldel,oiervo del grupo s e w d c ,(núm$. u , .
)
21 y 22). también pertenece a eae segundo,estilo,, y dd kq~er,grupo,
la caza de la cabra ,(núms. 2$.24,,$5 9 24, la cabra ,hqridatnúme:
ros 27; 28, 29 y 30) y la escena de.&$
haluhaL.(n4~.1,32 r.--., , . :
Las d o s h i m s figuras del A hripo II Q.de la E'p#&&befi,im1drse igualmente dentro de esta segunda fase, así corn6%ap~~:ién.las
tres cabras . c ~ ~ t i e b d ~ . f ; ( n ú 8, 9. .y 10) y . 1 ~
rns
r,epreaepiác'io,nesi de
aves . ' ( n h a . 1 2, ,3,.56, 17, $9 y 20) del A bdgo . lII& o GinEo ,de í'a
veoztíwa- :
l
-~.
-1
. . t 8
.
f
)
Tercer les&o.*A.r$e. naturalista incorr&. .88.p ~ d f u e e iestilizai
ci~tnes
que b a t e n . : r e ~ p o n d.a rfórinuL1as; los.mouimi.n
la
cierta .tend e n c i a . ~ ~imb6licpigpredwninibi$ej 1%40
. .
. , - e q & M m ~ i c &obre
a
la real.''
!
: .,
.,
Parecen ~olbespo*&er- asta. terceg* ,
a
* -;$kntio del 4 brigo del
f
1
CÍervo, la . fíeara aislada (nhi. 33) dgl..*@$.~po
teffercw: el arquero
corriendo (n6msi 34 y 39, +Pfmismo gfap~:*tagas las detl cuarto
grupo, ,a.egcepelbn de lci -~ieros.S%; ,58 y 59 que, como dijimor,
pertanecen, 'p6i'shsiptuqe$n.p estilo; a &aprimera fase ; y del Abrigo
del Cinto de la Venhdtspk irtmeko $5 del frisa P las 18, 21, 23 y 25.
Cuarto ei#ilb :-KIT; 6kf~Rhii~ @ ~ - ~ h.;emparentado estrechati
d,
mente con el de la$ r@tantes estácla~es'
similares .de: 1a':bjenímula.
E n él se verifica la. sustitución d e a d a representación real por otra
Buramente idéalíg~da ,.ijufi ;~sp6~&&'
'9
a elaboraeiafiw p~evias,.d e
(
.
donde resnqta unal dspedk d ~ £ o t ~ u l & artístico.
iq
Figdris .de este tp .sola~err't% hemos encontrado e n el
ie
las
A brigo IJI :I C ipo ' de la :~efihin&kn la zona del techo de1 mismo
I C t
r
serven lag figuras n&mero 4, 5, 6, 7 y 8, y en el friso del covacha
. .
se halldn lost-iiúi-hje.ra 12, -13 y 14.
21,
A .m'cepción de las figuras pertenecientes al primer esti510 que,
estar silbyaceata otros conjuntosi nos sefialan con evidencia
su anterioridad klltiti;demás, es dificil pronunciarse sobre la -pri&dad
del segundo 6'tet'keratt10: 'Respecb6 al cuarto, creemos; que no hay
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1
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[page-n-39]
;-•
LAS PlNTWRAS RUPESTRES -DE QOS AGUAS
dhcusíón ni duda posible, puesto que el tipo de esquematizaciones
que en él se rapresentan Son caracteristicas de los tiempos .en. que
la metalurgía del +bronce se encuentracyf. ,desarro411ada en la psnínsula. Creemotg
óbst4at@ qhvela sucesioa estilística debió tener
un orden crónológic,o, seqc$anB. a la 'sucesián de los cuatro estilos
tal como la hemos'expuesto. Es decir, que a una fase d e tanteo con
escenas incipientes, sucede un 4+ naturalista sano y vigoroso, el
arte
cual cae (en un cierto convencionalismo que ,podríamos denominar
barroco, en el que la pyeoc~pa~ción
por la forma y movimiento,
propia de la segunda fase, se pierde para dar paso a nuevas concepciones en . d a d e lo formal se deja .de lado o,se subestima, dando
entrada a un arte expresivista y en cierto modó dmbólicq.
.
. .
u.
-=
-5b
5 ,
#!f@
-
b ) LA VALORACION ETNOLOG -No ea difícil, a la vista de los
:distintos c ~ ~ n j u n t o s
pictóricos, poder establecer una adecuada interpretación del mundo cultural en que están enlclavados. La abundancia de arqueros, la frecúencia de animales y las escenas de caz7
.
< y lucha, pos hablan de un mundo d e cazadores que vive principal
"
- - ' " 7 , menterdii ciervos y cabras. Pero junto a esta primera impresión
* Y . - p o d e m e ofrepe~ostra algo más profunda. El hecho de encontrarse
. , - representada IB Falda en la escena d e las dos mujeres (núms. 13 y 14
,--,
del ~ b r i g a ?o d ~ Ciervo), en la de la mujer aisla a (núm. 33 del*
l
- -misma ab'ñgg, en .la- $gura femenina del Abrigo Ii o de la Pareja
, -. .
- - ,y.!,
y en la figura &mb 15 del Cinto de la Ventana (Abrigo III), supone
,,
- ,,.. un estadio coT!pral #va'n~adO,ya que la amplitud dte las mi~rnasnos
# .., 1 , .
<
- .
- ---- . hacen suponer-que.= trq,t~de t g b s y no de pieles, ,por lo que nos
hallamos
un mundo;kultuiaI que nece6ariarnente habremos
i-,',
, .
de adscribií a14,Neglíti&q4y,
gpr lo itanto, neolíticas serán igualmen,
?. te todas la& i~prese~+i%fik&'del .segundo estilo, y en el caso de
':fLit';'il
aceptar la inf&rpf@&cion-& Ja figura 15 del Cinto de la Ventana
,:. co3moarado, el t e r e ~ e s ~ i 1 ~ ; o r r e s p o n d eyaí a un neolitico avani
;
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--:.
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B
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S
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1
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+
-:t
J.?
zadísimo. Es po~ibleq ~ ' ~ * k iconclusión
,
nuestra resulte exagerada,
,pero recientes eg$uVldibs n&,han &ri.~@tra,do que los comienzos del
1'- Neotlítico e n . nu&s?tra;.penínsda tr&ngsc~rrgn
dentro de un mundo
- , , SI. Mesolítico de pequeños . ~ a z i d b ~ del &.yp18
s;
perdura el instrumen-- tal Iítico que continiia foroiaitdo,lñ<.baseia+$r$l q u e sirve de apoyo
,
- al Neolítico durante mvobob ;eiios.-+Iastq
hiiciación del BronA,
. 5 - . ce 1 no podemos a s e g u r a ~ q a
1a;penínsda &a)* captado y-digerido
3.i-.s z : -1 ,,Tlj: todo el proceso de n e o l i t b a e j % ~ ~ y es ektlraño por.ta@o- q t ~ k8e
'-G
no
,f,;
,
- - puedan seiialar, al lado de. P ~ r y a --deajdae'i1ramente ihesok'iicas,
s
= --.-- *t.,
. !. '
, ;-l;v: , - como serían las representidw.pa bestas*'Bi'ht~ras se atendiese
si
-: sólo a las escenas de caza, los rganienzos .&e las etapas neolícicas.
-,, , - 2 : .::..=-y, .E n nuestra opinión, una o p i n w muy hipotética y problemática de
. ...
.- ?Ti-& ! -'.- momento, las pinturas que comentamos pueden situarse, en sus co---;.-,$y
,
- , - - - mienzos, primer estilo, 3 final del Mesolítico; el segando y tercer
-;
1
j-;'
- +;
.--'. . estilo abarcarían todo el Neolítica, y la fase esquemática co'rrespon;-i.
? -dería ya al Bronce 1.
__-- - . .._ , ,
Otro aspecto etnológico que queremos comentar 'es el de que
--...-e
.
- ..- ,.i -,.< -. en estas escenas d e Dos .Aguas, encontrarnos todavía, rastros del
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.
[page-n-40]
(6) J. MaIuqiUar: *LasT
industria4 con microburiles de la V&Utorf;rt*', en
Amp-ias, I &
F.
108 y S&., ~ a ~ c e l o n 1 ,3 .
a 9
0
(7) M. Alrnagro: "Un nuevo grupo de pinturas rupestres en Albaxracfn;
La Cueva de D9%a,Clolde", en Teruel, 1, núm. 2, p$g. 91 y s ,
. Teruel, 1949.
M. Almagro: "La cronalogfa del a&& levantino de ~spafia".-Cr6nica del VI
,Congfeso de &que&ogia del
E Cartapa, 1851.
.
9
[page-n-41]
LAS PINTURAS RUPESTRES FE DOS AGUAS
m?
--2
'
39
trias y pinturas, y con ello tener un punto.de partida para cualquier
estudio cronológico d e las &mas, y todo conviene e n que la fecha
que se les asign%no puede afcanzar una desmesurada antigüedad,
ni aun situarlas dentro del Mesolítico a p o ser en la etapa final de
éste, ya que l& co&plejos igdustrialea a que hemos hecho refaenria nos hablan méjor de u~ final del Meso-lítico y principios del
Neolítico, que de cualquier otra fecha..
ante las pinturas
m o ya hemos di-
Valencia, Octubre d e 1&1:
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[page-n-42]
[page-n-43]
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13) Escena de cazadores *on trampa (núms. 3 al 7)
C)
Silueta de mujer (núm.-8). . . . . . . . . . . . . . . . . .
[page-n-44]
[page-n-45]
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[page-n-46]
JQ&DA-AZCACE&-P~~~U~~S
rupestres de Dos A g w
A,-Visb general del Abrigo 1, o del Ciervo,
B - i t panorámica, coa la situación del Abrigo 11, a de la Pareja.
.Vsa
C.-El cinto de la VenLma, con el Abrigo 111; el Barranco de Falón al fondo.
D.-E1 Abrig? IiI, can la zona de pinturas.
E - a gran columna del -Abrigo iiI.
.L.
LAMINA J.
[page-n-47]
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LAMINA SI.
SORDA-ALCACER.-Pinturas rupestres de Dos aguas
E
F
A.-Parte superior de las pinturas del conjunto 1" del Abrigo 1
.
.
B.-Parte inferior de las pinturas del conjunto 1.0 del Abrigo 1
.
C.-Conjunto 4.0 del Abrigo 1, con escenas diversas.
D.-Escena de la "caza de la cabray', conjunto 3 " del Abrigo 1
.
.
E.-"Grupo
del Ciervo", conjunto 2" del Abrigo 1
.
.
F.-El techo del Abrigo 111.
[page-n-48]
ABRIGO 1
.
,
Arqueros (nZimeros 1 y 21
(Tamaño 314:)
[page-n-49]
[page-n-50]
[page-n-51]
[page-n-52]
JORDA-ALCACER.-Pinturas rupestresi de Dos Aguas
LAMINA VII.
[page-n-53]
LAMINA VIII.
ABRIGO 1
.
A.-Escena de la cabra herida (núms. 27 a1 30), (tamaño .2/5).
B.-Escena de lucha (núms. 31 y 331, (tamaño 112).
C.-Mujer aislada (núm. 331, (t. n )
..
[page-n-54]
de Dos A u?s
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ABRIGO 1,
A.-Afquero eorrienda tnúms. 34 y 35), (tamaño 112).
d3.-~Grupo del negroide (núm. 36), (tamafio ligeramente reducido).
C.-Posible silueta masculina (núm. 37), (t. n.).
D.-Posibles restos üe un animd (núms. 38 y 39), (t. n.).
E.-Parte de Qn arquero ( n b , 40), (t. n)
..
F.-Figura de difícil Interpretaci9n (nílm. 411, (t. n.),
[page-n-55]
JORDA-ALCACER.-Pintnras rupmtkes de Dos Aguas
.
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.
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LAMINA
X.
[page-n-56]
JORDA-ALCACER.-pinturas
rupestres de Dos Aguas
LAMINA X .
I
,
[page-n-57]
LAMINA XIf.
[page-n-58]
JORDA-ALCACER.-Pinturas
LAMINA XIII.
ruliestres d'e Dos Aguas
(i
ABRTW TTI.
Pinturas del techo ( n . O 4 y 5).
(Samafio natural)
[page-n-59]
b
SORDA-ALCACER.-Pinturas rupestres de Dos A g w
LAMINA =V.
ABRIGO 111.
A.-Pinturas del techo (n.O 6 y 7).
B.-Cabra corriendo (n.O 8).
(Tamaño natural)
[page-n-60]
J@ZW)&-ALCACER.-PSntyas. rupestres ae Dos Aguas
Al3RIGO 111.
A y B.-Cabras corriendo "(nftms,9 y 10).
(Tamaño natural)
[page-n-61]
JQRDA-ALCACER.-Pinturas
rupestres de Dos Aguas
LAMINA XVI.
[page-n-62]
JORDA-ALCACER.-P,inturas rupestres de Dos Aguas
A.-Posible representación humana (n.O 21).
B.-Motivos indescifrabies ( n . O 22) .
LAMINA XVIi.
[page-n-63]
.
SORDA-ALCACER,-Pinturas rupestres de Dos Aguas .
LAMINA XVII~.
(Tamaño natural)
[page-n-64]
Archivo de Prehistoria Levantina, 1.-Anuario del S. 1 P., 1928.-Valencia,
.
. AEnohivo de Prehistoria Levantina, Tí.-Anuario del S. 1 P., 1945.-Valencia,
.
1929.
1946.
?
m-
SERIE DE NIEMCTIUAS ANUALES DE LA DIfCECCION
E3 S. 1 P. y su Museo de FTebbtcmia en 1928.-Valeneia, 1S29.
.
LR labor idel S. 1 P. y su Muaeo en el pasado afio 192Q.-Valencia, 1930,
.
La labor del S. 1 P. y su M w en el pasado afio 1930,-íV@lencia, 1931.
.
La labor del S, 1 P. y su Museo en d pasado año, 1931.-Valencia, 1932.
.
6 J&niinas).
La labor del S. 1 P. y su Museo en el pasado aAo 1932.-Vzlencia, í 3 ;
.
98.
La labor del S. 1, P. y su Museo en el pasado afio 1033,-Valencia, 1934.
- La l&bcrr del S. 1 P. y su Museo en el pasado afio 1934,-Valenciiai, 1436.
.
9 1áan;irrasI.
La labor del S. 1 P. y s i Museo e? los d o s 1935 a 1939.-Valencia, 1942.
.
E
.
12 leirninw).
.
- 2- LB labor del S. 1 P. y su Museo en los años 1940 a 1948.-Valencia, 1949.
43 láminas),
(Con
C o
Gn
(son
(Con
SERIE DE TTBAJOS VARIO!
'
z
?
3
1.-'"El Casteiiet del Porquet ", por 1 Bali'ster Tormo.
.
-2.-Bfeus notes sobre el pablat iberic de St. Mique1 de Lliria", por D. Eletcber
Valb.
3.-"Estudis
d'Krt Ok-igúiari. Els insecks en 1'Art quaternari", por M, Vida1
y L Y e.
C pz
4.-"Un
enhrrament prehistoric al Barranc del Cinc CAlcoi) ", por C. Visedo
il~
#
Moltó.
5.-"C~lecci6 de treballs del P. J. Furgús sobre prehistoria valenciana''.
de Bell~lls",
6.-Estudios sobre las cuevas paleoliticas valencianas.-"Oova-Negra
por G . Vifíes, F. Jord%y J. Royo G h e z ; y "C&a del Parpalló", por L. Pericot, S. AlcoW, V, Sos Bainat y M. Vid& Lbpez.
7.-"Apuntes sobre les estaciones prehistóricas de la Sierra de Olrihuelaw, por
Santiago Momo. Con notas de N. P. GWez Serrano.
8.-"%obre un ldnteresante vaso escrito de S n Miguel de Liria", por Pía BeltrBn,
a
Víllagrasa.
B.dwEl enterramiento en cueva de Rocafort", por 1 Ballester +Tormo, con el
.
estudio de un c r h e o por el Dr. Santiago Alcobé,
10.-Comunicaciones del S . L P. al primer Congreso Arqueolbgico del Levmte,
por F. Jord$ L. Pericot, M. Vidal, E. Pla, J. Alchcer, 1 BdIeskr, C. Visedo,
.
V. Pascua1 y D. Fletcher.
11.-IWLa covacha de Llatas (Andillal", ,
r
F. Sord6 g José Alcáeer,
12.-l" Cova de la Sarsa (BocaW'ente)" por Julign San Valero Aparici.
,
13.d"Rapertorio de Bibliografia arqueológica valenciana, I", por D. Fietcher
Valls y E. Pla Ballester.
j
PUlBLICAQO POR EL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES
CXENTXFICAB
INSTITUTO DlEGO VELAZQUEZ
'"La c&a del ParpaIl6 (Gandfa) ".-Ekcavaciones del S. 1 P. de la Excma. Di.
putacián Provincial de Valencia.-Por Luis Pericot García.4Madrid, 1942.T r a que o b t m el "Premio Mar€orellY9,
(Con 351 páginas, 650 figuras y
XXXII láminac.)
t
[page-n-65]
-4
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