Mosaicos romanos en la provincia de Castellón: Estudio histórico y problemas de conservación
Trinidad Pasíes Oviedo
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXVI (Valencia, 2006)
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Trinidad PASÍES OVIEDO*
MOSAICOS ROMANOS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:
ESTUDIO HISTÓRICO Y PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN
RESUMEN: Desde hace años investigamos el estado de los mosaicos de época romana hallados en la Comunidad Valenciana; no sólo su estudio histórico sino, de forma especial, los problemas derivados de su conservación: causas de alteración, antiguas intervenciones de restauración,
falta de proyectos que apuesten por el mantenimiento in situ de los hallazgos, su difusión y exhibición, etc. En este artículo nos centramos en la provincia de Castellón, mostrando el delicado estado
de conservación de muchas de las piezas ya conocidas y, asimismo, nuevas aportaciones inéditas.
PALABRAS CLAVE: Mosaicos romanos, conservación, causas de alteración, tratamientos de
restauración, exhibición.
RÉSUMÉ: Mosaïques romaines de la province de Castellon: étude historique et problèmes de conservation. La situation actuelle des mosaïques d’époque romaine découvertes dans la
Communauté valencienne fait l’objet depuis de nombreuses années de recherches ; non seulement
sur leur étude historique, mais aussi, tout spécialement, sur les problèmes liés à leur conversation :
causes d’altération, précédentes interventions de restauration, manque de projets privilégiant la conservation in situ des trouvailles, leur diffusion et exhibition. Dans cet article, nous traitons exclusivement des découvertes effectuées dans la Province de Castellon, présentant le fragile état de conservation de nombreuses pièces déjà connues ainsi que de nouvelles trouvailles inédites.
MOTS CLÉS: Mosaïques romaines, conservation, causes d’altération, traitements de restauration, présentation.
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Laboratorio de Restauración del Museo de Prehistoria de Valencia. C/ Corona, 36 - 46003 Valencia.
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Dentro del complejo mundo de la conservación y restauración de obras de arte, el
campo de las intervenciones sobre patrimonio arqueológico es especialmente delicado;
de ello somos conscientes todos aquellos profesionales que nos dedicamos a esta especialidad. En ella se incluyen, por supuesto, la restauración de los objetos de uso cotidiano pertenecientes a la cultura material de las distintas culturas antiguas, pero también las
actuaciones sobre estructuras arqueológicas que forman parte de su patrimonio arquitectónico y constructivo; incluimos aquí los pavimentos de mosaico que en época romana
ornaron patios y dependencias de las numerosas villas que se reparten por todo nuestro
territorio.
La investigación que desde hace años llevamos desarrollando sobre la problemática de
conservación de los pavimentos de mosaicos romanos en la Comunidad Valenciana se ha
plasmado a lo largo de este periodo en diversas publicaciones,1 en donde hemos intentado profundizar no sólo en los datos arqueológicos e históricos de los mosaicos, sino en
el estudio de su situación actual y sus causas de deterioro. Hemos podido así establecer
unas conclusiones de cara a plantear futuras intervenciones basadas en el respeto al original y en el desarrollo de una política de conservación preventiva fundamental para
garantizar la salvaguarda de muchas piezas. De hecho, la falta de profesionales formados
en este campo, la escasez de proyectos que apuesten por la conservación in situ, las
extracciones indiscriminadas o el precario mantenimiento de áreas arqueológicas son
sólo algunas de las causas que han motivado, a lo largo de los años, los problemas que
afectan actualmente a muchos de los hallazgos.
Precisamente, la provincia de Castellón se encuentra en una situación particular dentro de la Comunidad, ya que estamos hablando de una zona donde los principales descubrimientos se realizan en zonas agrícolas que a menudo no han llegado ni siquiera a ser
excavadas. Es por eso que solemos encontrar referencias que se basan únicamente en sondeos o prospecciones, tal y como nos indica Ferran Arasa, uno de los principales estudiosos de la zona.2
La mayoría de los hallazgos pertenecen a localidades de la comarca de La Plana
Baixa; desde alusiones a pequeños fragmentos de mosaico de los que apenas nada se
sabe, a teselas sueltas que puedan indicar la presencia de algún posible resto, la mayoría
en zonas que sólo han sido prospectadas. En esta situación se encuentran los hallazgos de
muchas poblaciones castellonenses donde ha sido necesario cotejar la validez de la docu-
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En la bibliografía de referencia adjuntamos un listado de las principales publicaciones en las que, de forma general, hemos
ilustrado la panorámica de conservación de los mosaicos en nuestra Comunidad Valenciana y los tratamientos más adecuados para su restauración.
Aparte de las investigaciones realizadas con motivo de su tesis doctoral (Arasa, 1995), este autor ha realizado precisamente un estudio sobre los restos de mosaicos en la zona castellonense (Arasa, 1998).
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mentación existente, muy vaga en la mayoría de los casos;3 Almenara, Ballestar, Betxí,
Forcall, Onda, Vila-real o La Vilavella son algunas de las localidades con estas características. Los principales restos se encuentran en otras localidades de las que sí disponemos de algunos datos más completos, como los pavimentos de la villa de Benicató en
Nules, el opus signinum de La Vall de Uixó o el fragmento tessellatum hallado más
recientemente en L’Alcora, éste de la comarca de L’Alcalaten. En Borriana se localizan
también dos yacimientos donde existen o existieron pavimentos y mosaicos. Pero o bien
se han destruido o todavía no han salido a la luz, como es posible que suceda con los restos aún no excavados de la villa de Sant Gregori. Pasaremos a continuación a describir
con más detalle los diferentes descubrimientos.
COMARCA DE LA PLANA BAIXA
Almenara
Los principales hallazgos en la localidad se ubican en el yacimiento conocido como
La Muntanyeta dels Estanys, del que nos hablan Cean Bermúdez o el conde de Lumiares.4
Este asentamiento, descubierto por Pla y Cabrera a finales del siglo XVIII (Pla y Cabrera
1807, 1821a, 1821b) fue continuamente saqueado y no se realizaron excavaciones hasta
1949 con las investigaciones de Alcina que daría a conocer las primeras ocupaciones
ibero-romanas (Alcina 1950: 92-128).5 Se conocen numeras referencias que nos relatan
el triste devenir de esta zona convertida en un “lamentable ejemplo de abandono y de barbarie” (Arasa, 1999: 310). Finalmente el asentamiento fue destruido en gran parte por las
obras de una cantera. También se ha prospectado una villa ubicada al pie de la parte más
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De Alberto Balil encontramos, por ejemplo, una breve noticia sobre los mosaicos de la zona castellonense donde la información es muy escasa: “Las noticias que poseo se refieren a la siguientes localidades: Onda, Bechí, Forcall, Almenara y
Nules. Todo ello muy poco preciso, genérico, probablemente correspondiente a un poblamiento rural que requiere una
precisión en el tiempo y el espacio, un conocimiento de cómo son, o cómo eran tales mosaicos y, sin duda, la existencia
de nuevas localidades.” (Balil, 1976: 291).
“ALMENARA:... los descubrimientos hechos en esta villa manifiestan desde luego que fue población romana: tales son
los cimientos de un monumento sepulcral, parte de un pavimento mosaico, y diferentes monedas de Adriano,... Al oriente de esta villa, y á poco más de media legua de distancia caminando hacia la costa, hay un montecillo llamado Dels
Estans, y en la superficie se encuentran ruinas romanas y otras antigüedades.” (Cean, 1832: 47). “Dice que á distancia de
media legua de la población hacia la costa, se encuentra un montecillo llamado vulgarmente de los Estanques (dels
Estañs), por estar casi lamiendo las aguas del Armajal ó estanque llamado de Almenara: que en la superficie de este cabezo se descubrían ruinas romanas y un pavimento de hormigón de ladrillo rojo con piedrecitas menudas o piñonado, el cual
ocupaba la longitud de cincuenta pasos” (Valcarcel, 1852: 18). Valcarcel muy posiblemente se refiera a un pavimento de
signinum, del que también nos habla Sarthou y Carreres (Sarthou, s/a: 745) al relatar la descripción hecha por Chabret
del conocido como Templo de Venus (Chabret, 1888: 17-18).
Norberto Mesado completaría este estudio en 1966 en su artículo referido a este yacimiento de Els Estanys (Mesado,
1966: 177-196). También, más recientemente, destacamos los estudios de Ferran Arasa que ofrece una nueva interpretación de los antiguos restos (Arasa, 1999: 301-358).
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meridional de la Muntanyeta. Varios autores citan la presencia de pavimentos en esta
villa, de donde se han recogido teselas de algún opus tessellatum (Fletcher y Alcácer,
1955: 327, 1956: 156, 158; Bru, 1963: 187; Balil, 1976: 291; Gorges, 1979: 244;
Llobregat, 1980: 107-108; Aranegui, 1996: 111; Arasa, 1999: 312, 2000: 114). De hecho,
en prospecciones por la zona más residencial de esta villa alto-imperial Ferran Arasa
encontró una tesela vítrea, que pudiera delatar la posible presencia de algún mosaico polícromo todavía sin descubrir (Arasa, 1998: 221; 1999: 320).
Betxí
En esta localidad se han hallado indicios de una villa conocida como La Torrassa que
desgraciadamente fue destruida por las explotaciones agrícolas. La villa romana, a la que
se le asigna una amplia datación entre el siglo I-IV d.C., se encuentra justo en el límite
entre Betxí y Vila-real. Los primeros descubrimientos en la parte de Betxí fueron dados
a conocer por Pascual Meneu (Meneu, 1901). La parcela de Vila-real permanecía dedicada al cultivo del olivo hasta 1937, cuando la zona quedó pendiente de una transformación. Pero la nueva roturación de los campos no se realizó hasta 1968 aproximadamente.
Durante este largo periodo de tiempo la zona estuvo “vigilada” por José Mª Doñate, ante
la falta de colaboración del propietario de la parcela y a la espera de poder salvar algunos restos cuando se iniciaran las nuevas labores agrícolas con utillaje moderno. Cuando
finalmente se iniciaron los trabajos, hacia 1968, las operaciones de salvamento de los
materiales que iban apareciendo se convirtieron en una auténtica aventura detrás del despojo que iba dejando la pala excavadora.6
De entre los materiales logró recuperar, una dudosa tesela de piedra dura, azul prusia
(Doñate, 1969: 232). Este dato es el que ha servido a algunos autores a lanzar la hipótesis de que en la villa existiera algún mosaico (Fletcher y Alcácer, 1956: 156, 159; Bru,
1963: 187; Balil, 1976: 291; Gorges, 1979: 244; Melchor, 1994: 87; Arasa, 1998: 220).
Sin embargo, con los datos de los que disponemos, pensamos que sería muy aventurado
hacer esta afirmación, más incluso cuando en prospecciones recientes realizadas por el
propio Ferran Arasa, no se han encontrado más teselas.
Borriana
Borriana es uno de los centros con referencias más precisas sobre la presencia de pavimentos de mosaico y donde la documentación nos aporta curiosos datos referidos especialmente a la conservación de sus hallazgos. Antes de adentrarnos en las dos áreas más
6
“En una ocasión, en que nos acompañaban don Guillermo Bernat y don Vicente Girona, estuvimos los que se dice “lidiando” a un monstruoso Caterpillar, cuando efectuaba unas pasadas de nivelación, arrancándole de entre las cadenas y durante la marcha fragmentos de lucerna o de terra sigillata.” (Doñate, 1969: 223).
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interesantes en lo que a descubrimientos musivos se refiere (villas de El Palau y Sant
Gregori) mencionaremos también algunos otros datos bastante más imprecisos, tanto que
realmente podemos llegar a desconfiar sobre su veracidad. Nos referimos a la noticia
recogida por Sarthou Carreres, haciéndose eco de las palabras de Pérez Bayer (17711794) que habla del descubrimiento de “mosaicos y sepulturas fenicias hallados en
Burriana” (Sarthou, s/a: 775). A partir de ahí, varios autores han intentado localizar estos
hallazgos, al parecer sin mucho acierto según opinión de Ferran Arasa (Arasa, 1987b:
50), situándolos en el yacimiento conocido como La Regenta, antigua torre dentro del término donde, según algunos autores, se localiza una de las primeras ocupaciones de época
alto imperial documentadas en Borriana (Peris, 1931: 8; Forner, 1933: 254). En cualquier
caso, desconocemos la realidad sobre la existencia de estas piezas, que no dudamos fueran auténticos mosaicos, aún cuando en siglos pasados se les considerase obra de artesanos fenicios en lugar de considerarlos con lógico razonamiento como obras romanas.
Dudas similares podemos tener en cuanto a otros descubrimientos del mismo término
municipal de Borriana. La documentación nos cuenta que al menos dos de sus villas fueron decoradas con mosaicos bícromos de entre los siglos I y II d.C. Norberto Mesado nos
relata precisamente cuál fue la suerte que corrió una de las piezas halladas en la villa
conocida como El Palau, destruida a conciencia para que no paralizasen unas obras.7 Sin
embargo, el director del Museo Arqueológico de Borriana José Manuel Melchor, que realizó excavaciones en El Palau entre 2000 y 2003 (Melchor y Benedito, 2004) nos ha
informado que no apareció ni una sola tesela y sí abundantes fragmentos de spicatum y
signinum, con lo cual opina que habría que poner reservas a la información sobre el
mosaico ya que nadie, excepto los obreros, lo vio. Se tratara o no de un pavimento de
mosaico sabemos que ésta es una situación que, por desgracia, se ha ido repitiendo en el
pasado hasta fechas bastante recientes. Los factores económicos unidos a una falta de
concienciación social hacia el mundo arqueológico han sido, sin duda, algunas de las
principales causas que han provocado la pérdida de gran número de piezas.
Retomando nuevamente los descubrimientos de mosaicos en Borriana, nos quedaría
por referenciar otra de las villas conocidas en la partida rural de Sant Gregori. El yacimiento se conoce desde 1980 cuando comenzaron a realizarse en la zona las primeras
prospecciones (Mesado, 1991: 63). En 1987 se realizó una campaña de excavación de
urgencia, donde la calidad de ciertas estructuras y los materiales hallados, aunque esca-
7
“Por lo que respecta a este último yacimiento, hoy inexistente, poseemos unas interesantísimas declaraciones del veterano arqueólogo castellonense, D. Francisco Esteve Gálvez, las cuales fueron expresadas en los siguientes términos: “hacia
1940 pude saber de la existencia de un mosaico romano recién exhumado por los jornaleros que trabajaban en el “terrer”
de una antigua fábrica de hacer ladrillos; cuando me interesé por él, se destruyó a conciencia por temor a que les parasen
la extracción de arcillas” (Mesado, 1991: 65). Otros autores han incluido citas similares: “A la partida del Palau, el professor F. Esteve assenyala la troballa, en un terrer, d’un mosaic que fou destruït.” (VV.AA., 1997: 109-112). José Manuel
Melchor sitúa el hallazgo en un punto cercano a la alquería del Batle, de donde se extrajo en 1942 una gran cantidad de
arcilla (Melchor, 2004: 67).
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sos, permiten identificarlo con una villa romana de entre los siglos I y II (Arasa, 1987b:
53; Verdegal et al., 1990: 115-117; Melchor, 1994: 78, 2004: 54; Aranegui, 1996: 150;
VV.AA, 1997: 109-11). Ya en 1980 se comenta la aparición de teselas sueltas en blanco
y negro, aunque poco abundantes. Sin embargo, los trabajos llevados a cabo en 1987
parece que sacaron a la luz una cantidad de teselas mucho mayor e incluso algún pequeño fragmento.8 En cualquier caso, como la zona excavada ocupa poca superficie, es muy
posible la presencia al menos de algún mosaico bícromo en una zona cercana.
Xilxes
En la villa de El Alter, en Xilxes, se describen también algunos hallazgos interesantes;
la partida se conoce desde hace años y diversos autores habían indicado la existencia de
una cierta cantidad de teselas sueltas en blanco y negro que pueden probar la presencia
de algún resto de opus tessellatum bícromo, todavía no descubierto (Tarradell, 1973: 89;
Gorges, 1979: 245; Melchor, 1994: 92; Aranegui, 1996: 32; Arasa, 1998: 221).
Más recientemente, en la prospección llevada a cabo durante el año 2005 por los
arqueólogos José Manuel Melchor y Josep Benedito, en el sector junto a la autopista, aparecen abundantes teselas de mosaico, fragmentos de tegulae, dolia, opus signinum, cerámica y pintura mural entre abundante material revuelto de una amplia cronología, entre
el siglo I a. C. y el IV p. C. Respecto a las teselas, se recogió una muestra de cuatro teselas grandes de color blanco, diez teselas pequeñas de color blanco (dos de ellas unidas
entre si por el mortero original) y dos teselas pequeñas de color negro. Distintas fuentes
apuntan que pueden ser los restos de los materiales romanos arrasados durante la construcción de la actual autopista AP-7, con lo cual los responsables de la prospección se
pronuncian con natural prudencia sobre la contextualización de los hallazgos.
Nules
En la partida de Torremotxa se documenta el hallazgo de fragmentos de mosaico, cerámicas y algunas bases de columna entre otros materiales (Felip y Vicent, 1991: 11;
Aranegui, 1996: 168; Arasa, 1998: 221). En el Museu d’Història de Nules se conservan
algunas teselas de pasta vítrea azul turquesa y un pequeño fragmento de opus tessellatum
8
En su artículo de 1998, Ferran Arasa sólo menciona que es muy posible la existencia de algún mosaico bícromo por la
abundante cantidad de teselas en blanco y negro halladas en la zona, pero desgraciadamente no se pudo encontrar ninguno durante los trabajos de excavación. Idéntica reseña sobre la aparición de teselas sueltas encontramos en alguna otra
publicación (Verdegal, 1990: 117). El propio Ferran Arasa había afirmado años antes: “A la partida de Sant Gregori, i
també a vora mar, tenim altre establiment romà en què s’ha pogut recollir alguns fragments de mosaic en blanc i negre,...”
(Arasa, 1987b: 53). En el Museo Arqueológico Comarcal de Burriana encontramos representadas algunas teselas blancas
y negras recogidas de la villa de Sant Gregori en la vitrina nº 6 y algunos pequeños fragmentos en depósito.
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bícromo con decoración a bandas,9 así como algunas otras teselas blancas de mayor tamaño unidas por argamasa, todas ellas de procedencia desconocida.
Pero si tuviéramos que destacar algún descubrimiento de indudable interés, no sólo en
Nules, sino incluso en la provincia de Castellón, por la importancia de los restos musivos hallados, sin duda tendríamos que referirnos a la villa de Benicató. Las referencias
bibliográficas son en este caso mucho más extensas, ya que esta zona sí ha sido excavada en varias ocasiones y estudiada por numerosos autores. Todos ellos hacen referencia
a los pavimentos de mosaico bícromos que decoraban algunas de sus habitaciones (Bru,
1963: 184; VV.AA., 1970: vol. 3, 427; Balil, 1976: 291; Gorges, 1979: 245; Llobregat,
1980: 107; Fernández, 1982: 116-117; Abad, 1985a: 369, 1986: 159-160; Blanes, 19871988: 585-611; Ramallo, 1990: 147; Aranegui, 1996: 41; Pérez, 1996-1997: 127-128;
VV.AA., 1997: 110; Arasa, 2003: 165-166; Jiménez, 2003: 210). La villa se conoce desde
1883, cuando se realizaron algunos trabajos para nivelar el terreno de cultivo. Pero el
verdadero descubrimiento, tuvo lugar a finales de 1955, de forma casual, mientras se trabajaba con un tractor en la propiedad de D. Salvador Silvestre con motivo de la nueva
política agrícola de aquellos años que aconsejaba el cambio del secano al regadío.
Afortunadamente el labrador que roturaba los campos notó que a unos 45 cm. de profundidad el tractor tropezaba con suelo más duro y, con buen presentimiento, paró los trabajos y llamó al encargado. Rápidamente comprobaron la presencia en el terreno revuelto de teselas de mosaicos y fragmentos de muro. A partir de ese momento las obras se
paralizaron y se avisó a la Diputación Provincial que expropió la finca para que se realizaran las oportunas excavaciones arqueológicas. Éstas darían inicio en enero de 1956 y
fueron dirigidas por el cronista oficial Eduardo Codina y el pintor J. B. Porcar.10 Los trabajos sacaron a la luz la parte central de una villa de época imperial (siglo II d.C.) con
peristilo porticado, impluvium, hypocaustum asociado a alguna zona termal y un gran
número de habitaciones, al menos dos de las cuales aparecieron pavimentadas con
mosaicos. Por los restos y materiales hallados debió tratarse de una vivienda de cierto
lujo, aunque gran parte de los objetos y materiales recogidos en esta primera campaña y
depositados en la Diputación Provincial se dan por desaparecidos (Felip y Vicent, 1991:
11-18).
Esteve Gálvez nos relata en concreto el hallazgo de los dos pavimentos en unas páginas de la revista local Penyagolosa. El primero de ellos quizá fuera figurativo, pero des-
9
10
Forman parte de las piezas reseñadas en el inventario mueble de arqueología de la dirección web de la Generalitat
Valenciana, dentro del Área de Patrimonio Cultural.
No es de extrañar que en estas fechas no existieran profesionales responsables de la conservación en las excavaciones,
sino que fuera a menudo una labor que llevaban a cabo los principales cronistas oficiales o personalidades relevantes en
el campo de la cultura de las diferentes localidades. Son varios los casos similares en otras zonas de la Comunidad y ello
trae consigo, sin duda, evidentes consecuencias en lo referente a la conservación de las piezas halladas, ya que trabajos
de intervención tan delicados como la limpieza o incluso la extracción no solían realizarse por personal especializado,
sino por los propios labradores u obreros que con buena voluntad colaboraban en las campañas de excavación.
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graciadamente no se llegó a conservar el medallón central; el segundo, sin embargo, presentaba decoración exclusivamente geométrica.11 Aunque en forma de breves reseñas,
encontramos en la documentación algunos datos interesantes para nuestra investigación;
la primera de las piezas, con decoración geométrico-floral entorno a un emblema central,
había sufrido daños evidentes a causa de los trabajos agrícolas con el tractor, ya que el
mosaico se descubrió a menos de medio metro de profundidad; quizás por ello diferentes autores consideraban esta pieza como desaparecida o destruida. Una de las fotografías del momento del hallazgo representa a un operario lavando el mosaico con un cepillo
ante la mirada de varias personalidades (fig. 1). El segundo pavimento se conservaba, sin
embargo, en unas condiciones especiales que sin duda le favorecieron (fig. 2). En sucesivas reutilizaciones de la villa se construyó encima del mosaico otro pavimento sencillo
de mortero de cal y arena que afortunadamente le sirvió de eficaz protección con el paso
de los años. Este mosaico bícromo, con decoración geométrica, ha sido una de las piezas
musivas más conocidas e investigadas por diferentes autores.12 Textos enteros dedicados
a su estudio como el realizado Rosario Navarro Sáez en el número 4 de los Cuadernos
de Prehistoria y Arqueología Castellonense, donde nos habla del mosaico como una
pieza “basta y poco cuidada” propia quizás de la mano de un artista local (Navarro, 1977:
155-158).
Las referencias nos indican que, tras realizarse esta primera excavación, los mosaicos
fueron extraídos y el lugar fue abandonado durante casi 20 años con el consiguiente deterioro de todas las estructuras. Los trabajos se volvieron a emprender en 1973 y 1974, dirigidos en este caso por Francesc Gusi y Carmen Olaria, donde se llegaron a descubrir nuevas estancias y se recogieron gran cantidad materiales (Gusi y Olaria, 1977: 101-144). El
yacimiento fue entonces cedido al Ayuntamiento de Nules y de nuevo permaneció abandonado hasta que finalmente, en 1985 y 1986, la propia Olaria dirigió algunas campañas
para la consolidación de los restos y se protegió el solar con una valla.
Pero, ¿qué ha deparado la fortuna a los dos pavimentos descubiertos?; disponemos de
dos dibujos que en el momento del hallazgo realizó a mano Francisco Sales y que nos
11
12
“También lo fue la habitación inmediata, cuyas paredes estaban decoradas con estucos en azul y rojo, y el piso pavimentado con bello mosaico que fue mutilado por el tractor al roturar el campo. Las cenefas, con sus espirales, cuadrados y
rombos es fácil rehacerla; no así el motivo central a modo de medallón, que pudo contener alguna figura alegórica...
En una habitación que da a la galería oriental apareció otro mosaico parecido pero con dibujos exclusivamente geométricos. Lo notable es que sobre él vino a construirse luego un piso enlucido de cal y arena, y en la débil capa de tierra comprimida entre ambos pavimentos encontráronse utensilios.” (Esteve, 1956: s/p).
Varios han sido los autores que han hecho referencia, más o menos detallada, a este singular mosaico. Casi todos ellos
incluyen descripciones bien precisas acerca de su ornamentación y datos sobre dimensiones, cronología, relaciones estilísticas, etc. Aparte de los textos ya citados remitimos a la lectura de otras publicaciones (Abad, 1985a: 369; Arasa, 1998:
214-218).
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Fig. 1.- Pavimentos de la villa romana de Benicató en Nules. Fotografía
del mosaico con decoración geométrico-floral in situ
realizando trabajos de limpieza (Arasa, 1998: 215, fig. 4).
Fig. 2.- Detalle del mosaico con motivos geométricos
en el momento del hallazgo (Esteve, 1956: s/p).
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describen los diferentes motivos decorativos13 (figs. 3-4). Estos sencillos diseños, no faltos de varias imprecisiones, han sido la base de los diversos estudios efectuados sobre las
piezas y han provocado incluso ciertas interpretaciones que convendría revisar.
Empezaremos describiendo la situación del mosaico con decoración geométrica que
hasta hace algunos años se encontraba recompuesto a secciones en una sala exterior del
antiguo Museo de Bellas Artes de Castellón (VV.AA., 1991: 134-135). Lo que allí encontrábamos era un intento de reconstrucción de la pieza realizada en los años sesenta donde
los fragmentos habían sido colocados sobre soportes de cemento y reforzados con tela
metálica (figs. 5-6). A consecuencia de un mal arranque se perdieron con seguridad
numerosas teselas y muchas zonas fueron reconstruidas; de hecho, se aprecian teselas
nuevas directamente incrustadas sobre el cemento, a diferencia de otras secciones originales donde se evidencia el propio desgaste de la piedra original e incluso daños provocados por quemados, incrustaciones, etc. Quedaba rota así la propia unidad formal del
conjunto, convertido en una especie de puzzle que desvirtúa la verdadera imagen del
mosaico. Hace unos años se inauguró en Castellón el nuevo edificio del Museo de Bellas
Artes y todos los fondos de la antigua sede fueron trasladados; actualmente los fragmentos del mosaico permanecen en depósito en espera de que se lleve a cabo su restauración.
Será necesario entonces realizar un exhaustivo estudio, un replanteamiento de las antiguas intervenciones que se realizaron sobre la pieza y un proyecto adecuado que intente,
en la medida de lo posible, recuperar al máximo su aspecto original. De hecho en lo que
respecta a esta pieza quedan bastantes incógnitas por desvelar; Ferran Arasa realiza unos
interesantes apuntes en su artículo de 1998 comparando el dibujo de F. Sales con los restos que se exhibían en el Museo y constando que, además de pequeños detalles, existen
algunos motivos que se pueden ver en los fragmentos originales conservados y que, sin
embargo, no refleja el dibujante en su diseño. A raíz de esto se han lanzado hipótesis
sobre la posible existencia de otro pavimento bícromo que pudo estar situado en una
habitación próxima (Arasa, 1998: 216). Y se habla incluso de la presencia de alguna pieza
polícroma, a tenor del hallazgo de varias teselas de pasta vítrea en 1987 en una zona de
la vivienda aún no excavada14 (Felip y Vicent, 1991: 18; Arasa, 1998: 215).
No exentas de controversias son las interpretaciones sobre el otro pavimento que apareció en la excavación de 1956 y que hemos comentado en este estudio. Muchos autores
lo daban por perdido, motivados quizás por el hecho de que se encontrase mutilado y en
un peor estado de conservación.15 Sin embargo, hemos descubierto un total de 19 seccio13
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Agradecemos al Dr. Francesc Gusi, director del Servicio de Arqueología de la Diputación de Castellón, por facilitarnos
parte de la documentación gráfica referente a esta villa.
Al tratar los mosaicos de Benicató siempre se ha hecho referencia a dos únicas piezas y sin embargo, es curioso que autores como Bru y Vidal hablen de que fueron tres y no dos las piezas descubiertas (Bru, 1963: 184).
“…por desgracia quedó mutilado por un tractor al roturar el campo” (Navarro, 1977: 155).
“Fins ara la vil·la romana de Benicató ha aportat dos mosaics; lamentablement, un d’ells, potser el més interessant, cal
donar-lo per perdut” (Felip y Vicent, 1991: 14). “El primer mosaic va ser destruït quasi en la seua totalitat pel tractor.”
(Arasa, 1998: 214).
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Fig. 3.- Dibujo realizado por Francisco Sales del mosaico geométrico.
Fig. 4.- Dibujo realizado por Francisco Sales del mosaico
geométrico-floral entorno a un emblema central.
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Figs. 5 y 6.- El mosaico con decoración geométrica de Benicató en la antigua ubicación
del Museo de Bellas Artes de Castellón. Estado de conservación tras el arranque
y las intervenciones de restauración.
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Fig. 7.- Detalle de algunas de las secciones del mosaico geométrico-floral sobre soporte de cemento.
Museo de Bellas Artes de Castellón.
nes de dicho mosaico que actualmente se conservan en los almacenes del Museo de
Bellas Artes de Castellón, junto a una gran cantidad de teselas sueltas. Cuando empezamos esta investigación pensábamos encontrar precisamente secciones del otro mosaico
que no habían sido expuestas, pero nos sorprendimos al comparar los fragmentos originales con el dibujo de F. Sales, y constatar que, todas menos una, pertenecían al otro pavimento que se daba por desaparecido (fig. 7).
Es evidente que quedan varias dudas por aclarar con respecto a los pavimentos de
Benicató que merecen ser investigadas en profundidad. Actualmente estamos inmersos
en este trabajo, comparando los originales con toda la documentación gráfica y de archivo que se conserva de las piezas.
Onda
Las noticias más antiguas de pavimentos musivos en Onda se remontan al siglo XIX
y fueron divulgadas por Cean Bermúdez y el conde de Lumiares.16 Supuestamente a raíz
16
“ONDA... Se descubrieron el año 1760 cerca de su castillo varios pavimentos mosaicos entre profundos subterráneos.”
(Cean, 1832: 102).
“Villa del partido de Villarreal, provincia de Castellón,... antiguamente cree el autor hubo un pueblo, que se llamó
Oronda,... Dice además, que en el año de 1760, se conservan en las inmediaciones del castillo, pavimentos mosaicos en
tres grandes subterráneos”. (Valcárcel, 1852: 76-77).
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de estos datos antiguos otros autores han considerado también la presencia de restos de
mosaicos, pero probablemente sin otros testimonios más concretos (Fletcher y Alcácer,
1956: 157, 163; Bru, 1963: 163; Balil, 1976: 291).
La Vall d’Uixó
Otra de las importantes obras de la musivaria romana halladas en la provincia de
Castellón es un pavimento en opus signinum con decoración geométrica, uno de los
pocos ejemplos de este tipo que se conservan actualmente en nuestra Comunidad.17 La
pieza decoraba una villa romana (L’Horta Seca) en la localidad de La Vall de Uixó, que
fue descubierta en pleno casco urbano durante unas campañas de excavación llevadas a
cabo en 1985 y 1986 (Rovira et al., 1989: 757-767, 1990: 69-71; Arasa, 2003: 166). El
estado de conservación del yacimiento era bastante deficiente ya que, hasta pocos años
antes de su descubrimiento, era una zona dedicada al cultivo y había sufrido numerosas
transformaciones; tampoco podemos olvidar los daños más recientes producidos por las
actividades de urbanización de la zona, que dejaron prácticamente los restos al descubierto al eliminar los niveles de tierra más superficiales. El pavimento, posiblemente
datado en el siglo I a.C., se encontró dentro de una de las habitaciones, asociada a unas
pequeñas termas. Lo decora un sencillo motivo que se dibuja con grandes teselas de
forma bastante irregular18 (fig. 8).
Gracias a la documentación fotográfica, al informe de intervención y a los dibujos en
el plano, tenemos algunos datos acerca del estado de conservación del pavimento; el
mosaico, conservado entre un 60-65% de original, presentaba desgaste superficial, grietas y fisuras, desmoronamiento de los bordes, zonas puntuales con quemados y algunas
reparaciones de época. Pero los mayores daños fueron causados de forma traumática por
la acción humana, durante el tiempo que la zona estuvo dedicada al cultivo del naranjo.
Mª Luisa Rovira, actual directora del Servicio de arqueología de La Vall d’Uixó, nos
comentó también los graves problemas que tuvieron durante los trabajos, al tratarse de
una zona que se estaba urbanizando, a la vez que se realizaba la excavación de urgencia.
17
18
Lorenzo Abad Casal realizó en 1985 un estudio dedicado precisamente a los opus signinum hallados en las tres provincias valencianas (Abad, 1985b: 159-167). Los ejemplos son contados: Sagunto, Elche y Tossal de Manises.
Evidentemente, el autor no incluye esta pieza, aparecida poco después de la publicación de su artículo.
Las noticias del hallazgo nos describen el pavimento con las siguientes palabras: “... se localizó una segunda estancia de
6’60 x 6 m. (39’60 m2), cuyo piso estaba cubierto por un pavimento de “opus signinum” decorado con teselas que formaban en su centro un emblema de “opus tesselatum” (1’10 x 1’10 m.), delimitado por una linea de teselas blancas a la
que se adosa interiormente una orla de espirales en negro. El centro lo constituye un motivo floral de seis hojas lanceoladas simétricas en posición radial, alternando los colores negro, rojo y blanco. En torno a este emblema aparecen sucesivas líneas de teselas negras separadas entre sí 10 cm., delimitadas igualmente por una línea de teselas blancas. El resto
del pavimento está también decorado por líneas de teselas negras que en este caso presentan una separación de 20 cm.
Este pavimento ha llegado hasta nosotros en mal estado, habiéndose perdido parte de él, sobre todo en las zonas S y E”
(Rovira et al., 1989: 759-780).
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Fig. 8.- Dibujo del pavimento en opus signinum de la villa romana de
la Vall d’Uixó (Rovira, 1989: 766, fig. 3).
De hecho, el mosaico fue mutilado en su parte central con una excavadora por los propios obreros que estaban construyendo el bordillo de una acera.19 Ante tal situación, se
solicitó la colaboración de varios especialistas, entre otros José Luis Rodríguez del
Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid, Magdalena
Monraval, G. De Pedro y J.B. Piedecausa. A principio de julio de 1986 comienzan los trabajos de extracción que se detallan en el informe que realizaron los especialistas del propio ICRBC (Rodríguez, 1986),20 trasladándose las 34 secciones a las dependencias del
Museo Arqueológico. Lamentablemente la posterior restauración del mosaico tuvo que
esperar tres años, periodo no exento de dificultades y complicaciones en el almacenaje.21
Finalmente los trabajos definitivos se llevaron a cabo entre julio y diciembre de 1989, y
quedaron reflejados en la memoria que detallaba los diferentes procesos seguidos, así
como la documentación gráfica y fotográfica que complementaba la información (Mon-
19
20
21
Durante los trabajos de extracción el recinto del mosaico se protegió con un vallado, para evitar que se repitieran nuevos
daños como los que hemos comentado.
Este informe se puede consultar en el Servicio de arqueología de la localidad. El mismo autor presentó ese mismo año
una comunicación al VI Congreso Nacional de Conservación, celebrado en Tarragona, pero por error el texto no fue
incluido dentro de las Actas. Sin embargo, en el volumen correspondiente a la VII edición (Vitoria) se incluye un breve
resumen donde se nombran los diferentes estudios previos realizados (Rodríguez, 1991: 576-578).
Magdalena Monraval informó en octubre de 1986 como el fuerte temporal había inundado los almacenes del Museo, afectando especialmente a una de las secciones. El exceso de humedad podía provocar no sólo la pérdida de adhesión de las
telas de agarre, sino la proliferación de microorganismos al haberse empleado una cola de tipo orgánico, por lo que se
aconsejaba de forma responsable la pronta intervención.
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raval, 1989). De todas formas, a causa del espacio expositivo restringido del que disponía el Museo, sólo se intervino sobre la parte central del pavimento, un total de 16 secciones que fueron trasladadas a un nuevo soporte en tres planchas de estratificado de fibra
de vidrio y resina que se expusieron en el Museo Arqueológico de dicho municipio
(VV.AA., 1991: 158) (figs. 9-10); sin embargo, actualmente este local está destinado
como Archivo y Servicio de Arqueología y sus fondos todavía no han sido trasladados.
Desde las últimas legislaturas el Ayuntamiento proyecta la construcción de un nuevo edificio en un solar del que ya dispone, pero al parecer las obras no se han iniciado.
Desde nuestro punto de vista como conservadores podemos establecer algunas conclusiones: en primer lugar, nos tendremos que replantear el empleo de colas de tipo orgánico
si no tenemos la total certeza de que la restauración va a realizarse de forma prácticamente inmediata al arranque; de hecho, durante los largos periodos de almacenaje que a menudo las secciones extraídas tienen que sufrir, cualquier incremento de humedad puede favorecer la proliferación de microorganismos sobre las telas encoladas, con la consiguiente
pérdida de estabilidad y resistencia. No sería de extrañar, por tanto, que los trozos restantes del mosaico, que se encuentran en una pequeña sala-almacén del antiguo museo, acusen este tipo de daño. Necesario es también el replanteamiento expositivo del pavimento
con un proyecto que incluya la restauración y colocación de las secciones que faltan y
mutilan la concepción unitaria original. Quizás, tal y como también expresaba Mª Luisa
Rovira, sea posible contemplar la pieza completa si se busca una adecuada ubicación en el
futuro museo, pero por el momento este proyecto tardará varios años en poderse realizar.
Vila-real
En la colección museográfica de El Termet de Vila-real hay expuesto en una vitrina
un pequeño resto de pavimento tessellatum sobre argamasa, formado por cuatro teselas
blancas de tamaño grande (algunas de más de 2 cm. de lado). La procedencia es totalmente desconocida, aunque quizá pueda tratarse de alguno de los materiales recogidos
por J. M. Doñate. Aún así, con datos tan escasos sería confuso llegar a ningún tipo de conclusión.
La Vilavella
En La Villavella se han podido encontrar en últimas prospecciones algunas teselas
sueltas en blanco y negro que pueden indicarnos la presencia de algún mosaico bícromo
todavía sin excavar. En concreto en el yacimiento conocido como El Secanet, donde ya
se descubrieron ciertos hallazgos de interés cuando la finca agrícola sufrió algunas transformaciones en 1923. Sin embargo, desgraciadamente todo el material que se recogió en
aquella época fue dado por perdido después de la guerra civil (Vicent, 1977: 143-162;
Felip y Vicent, 1991: 10-11; Aranegui, 1996: 152; Arasa, 1998: 221).
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Fig. 9.- El pavimento de La Vall d’Uixó ya restaurado colocado en el Archivo y
Servicio de Arqueología del Ayuntamiento.
Fig. 10.- Detalle de algunos motivos originales y de la reintegración de lagunas.
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Figs. 11 y 12-. Dibujo y vista general del fragmento de opus tessellatum
polícromo descubierto en la excavación del Pujolet de Santa en Alcora.
COMARCA DE L’ALCALATÉN
L’Alcora
En marzo de 2004 se descubrieron los restos de unos fragmentos de mosaico en la
excavación arqueológica del Pujolet de Santa en la localidad castellonense de L’Alcora22
(carretera de L’Alcora a Sant Joan de Moró). Se trata concretamente de algunas porciones de pavimento polícromo opus tessellatum de época imperial, adosado a uno de los
muros del vestíbulo de los baños romanos (figs. 11-12). Representa una banda enmarcada de orlas vegetales con diferentes tamaños de teselas de piedra blancas, negras, ocres y
granates y teselas vítreas de color verde y granate.23 En el centro de los motivos florales
aparece el dibujo de dos pares de sandalias orientadas hacia el interior de la estancia,
justo ante el umbral de entrada, cuya presencia pueda interpretarse en un sentido puramente descriptivo, en referencia a la necesidad de descalzarse antes de entrar en los baños
(figs. 13-14). Muy posiblemente conserve restos de lo que pudiera ser una inscripción,
aunque por el momento es difícil de interpretar.
22
23
Trabajos dirigidos por José Manuel Melchor, Josep Benedito y Mónica Claramonte de la empresa Arete S.L.
Las teselas blancas son de mayor tamaño que las negras, éstas últimas alrededor de 1 cm de lado. Las teselas vítreas, sin
embargo, presentan un formato mucho más reducido y son precisamente las que se encuentran más deterioradas, especialmente las verdes, con graves fenómenos de disgregación.
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Fig. 13.- Detalle de los roleos vegetales con policromía.
Fig. 14.- Particular del diseño de dos pares de sandalias.
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La pieza presentaba deformaciones a consecuencia del derrumbe de algunos elementos de peso, lo cual ocasionó la aparición de lagunas o pérdidas originales de tejido musivo que debilitaban el conjunto. Estas deformaciones fueron también provocadas por la
presencia de raíces entre los morteros de asentamiento, que causaron levantamientos
superficiales en algunas zonas. Los estratos preparatorios del mosaico estaban muy bien
definidos, tal y como pudimos comprobar con algunos cortes que se realizaron; el mosaico se asentaba sobre otro pavimento anterior de opus caementicium y presentaba una
potencia de estratos muy escasa, de aproximadamente 5 cm, aunque en buen estado de
conservación y manteniendo las propiedades de agarre de la superficie de las teselas.
Sobre algunas zonas del nucleus se encontraron algunos restos de sinopia pintada, marcando en tono rojo la zona de colocación de las teselas negras, lo cual será un dato a tener
en cuenta cuando se pretenda realizar un estudio sobre la interpretación de la posible inscripción.
Evidentemente la conservación in situ de los restos musivos hubiera sido la más aceptable de las alternativas; sin embargo tuvimos que recurrir finalmente a su extracción ya
que no se garantizaba su adecuada salvaguarda (Pasíes, 2004; Pasíes, Melchor y
Benedito, en prensa). En la actualidad se ha desviado el trazado de la carretera que afectaba al yacimiento con la finalidad de conservarlo y ponerlo en valor; así pues el mosaico, que hoy en día se encuentra en las dependencias del museo municipal de L’Alcora
en espera de poder ser restaurado, tenga quizás una oportunidad de volver a su lugar de
origen.
COMARCA DE LA PLANA ALTA
Borriol
Una de esas noticias erróneas que en ocasiones encontramos citadas en la bibliografía
y que puedan ocasionar fallos de interpretación nos llevan, en este caso, a la localidad de
Borriol. De aquí existe una referencia en el estudio sobre las villas hispano romanas de
Gorges donde se nombran “mosaicos” en alguna villa no precisada (Gorges, 1979: 244).
Sin embargo, pensamos que se trata de un error del autor que confunde alguno de los
datos de Bru y Vidal (la abreviatura “Mo”, que significa monedas, con “Ms” que se
refiere a los mosaicos).
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21
COMARCA DEL BAIX MAESTRAT
Ballestar
En 1996 se realizaron excavaciones en la partida de La Morranda en busca de un posible yacimiento arqueológico. Encontramos documentación sobre este pequeño hábitat de
época ibérica en un estudio preliminar que realizaron sus descubridores (Flors y Marcos,
1998). Entre los materiales recogidos se depositó en los almacenes de la Diputación de
Castellón una bolsa con algunas teselas sueltas blancas y negras de la campaña realizada
en 1997-1998 que puedan ser quizá el testigo de restos musivos todavía enterrados.
COMARCA DE ELS PORTS
Forcall
En Forcall se localiza el asentamiento de la Moleta dels Frares que fue descubierto en
1876 por Ferrer y Julve, catedrático de Anatomía Quirúrgica de la Facultad de Medicina,
el cual identifica la zona con la antigua Bisgargis y nos habla de la presencia de pavimentos enlosados y teselas, aparte de otros elementos que dan clara muestra de la riqueza del hallazgo (Ferrer, 1888: 266-269). La primera noticia la publica la Sociedad
Arqueológica Valenciana en sus Memorias correspondientes a 1877 y, posteriormente, en
las sucesivas (Sociedad Arqueológica, 1877: 30; 1878: 20; 1880: 5). Ferrer y Julve indica la necesidad de realizar excavaciones en la zona, pero éstas no se llevaron a cabo y la
Sociedad Arqueológica únicamente se limitó a conservar algunos de los objetos recogidos, como monedas, lucernas o teselas. Habría que esperar a 1960 para llevar a cabo la
primera excavación en La Moleta dirigida por Enrique Pla Ballester y a 2001 para que se
reiniciaran las investigaciones por un equipo de la Universidad de Valencia dirigido por
Ferran Arasa, que excavó una casa romana perteneciente al periodo de mayor esplendor
del yacimiento (s. I-II d.C.) (Arasa, 2004: 27-31). Encontramos estudios del yacimiento
y algunas breves referencias sobre restos de mosaicos y teselas sueltas en algunos artículos (Fletcher y Alcácer, 1956: 156-157, 161; Pla Ballester, 1966: 282-283; Goberna,
1985: 24-25; Arasa, 1987a; Aranegui, 1996: 95). Pero las noticias se quedan sólo en eso,
referencias bastante imprecisas. Ferran Arasa sólo da testimonio de un fragmento de
mosaico bícromo que conservaba la colección museográfica local donado al
Ayuntamiento de la localidad por el cronista J. Eixarch (Arasa, 1998: 221). Pero tras
haber escrito su artículo, cuando tuvimos la oportunidad de hablar con él, nos comentó
que este dato era un error, porque ese fragmento de mosaico no es realmente de Forcall,
sino de alguna villa catalana.
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CONCLUSIONES
Podemos concluir una serie de datos: sin duda, las características peculiares de una
zona eminentemente agrícola en nada ha favorecido el descubrimiento y la conservación
de pavimentos musivos. La ubicación de los numerosos hallazgos en partidas rurales
sometidas a labores de cultivo no suele beneficiar la adecuada conservación de los restos
y, desde luego, la provincia de Castellón es una buena muestra de ello. De hecho, de las
numerosas referencias de la provincia aquí reseñadas, sólo cuatro pavimentos (uno en La
Vall d’Uixó, dos en Nules y el más reciente hallazgo de los fragmentos de L’Alcora) se
conservan físicamente en la actualidad y todos ellos precisan algún tipo de intervención
de restauración: en el opus signinum para poder terminar los trabajos en el resto de secciones que quedaron sin hacer; en las piezas de Nules por la urgente necesidad de replantear tratamientos más adecuados que sustituyan los antiguos y pesados soportes de
cemento, si queremos que disfruten de una lectura más correcta y que no desaparezcan
en el anonimato de las salas de almacén; y en el fragmento de L’Alcora porque sin duda
merece una intervención tras el proceso de extracción llevado a cabo recientemente.
Aún así, la gran mayoría siguen siendo noticias de aparición de teselas, piezas desaparecidas en épocas pasadas o todavía no desenterradas en zonas que sólo han sido
prospectadas. Por eso es lógico que, cuando finalmente se logre la consecución de proyectos de arqueología en estos yacimientos no excavados, se prevea igualmente la necesidad de incluir personal especializado que pueda dar respuesta inmediata a la problemática de este tipo de obras, evitando errores del pasado que supusieron la pérdida de
muchas piezas. El ICCM (International Committee for the Conservation of Mosaics)
reconocía ya desde la reunión que celebrara en Soria en 1986 que, cuando un mosaico se
descubre y no es protegido de forma inmediata, se produce rápidamente su destrucción;
también en la conferencia celebrada en Arles en 1999 se especificaron cuáles eran las
principales recomendaciones para el desarrollo de proyectos de áreas arqueológicas con
mosaicos:
1. Desarrollo de programas para conservar y preservar los mosaicos de acuerdo a
un proyecto global de actuación.
2. Este proyecto debería basarse en una cooperación activa de arqueólogos, conservadores, arquitectos y público en general.
3. La premisa fundamental para la preservación de mosaicos es la conservación in
situ y/o su contexto.
4. La elección de la intervención debe basarse en: completa documentación previa
a los tratamientos y durante el proceso; mínima actuación y plan de mantenimiento a largo plazo (Michaelides, 2001: 13; Nardi, 2001: 645-653).
Los criterios a seguir están ya claramente establecidos pero la realidad es bien diver—458—
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sa; apostar por la conservación in situ de los restos es sencillo, pero a menudo no es fácil
llevarlo a cabo; los hallazgos de la provincia de Castellón son, como hemos comprobado, un perfecto ejemplo de esta afirmación. Cuando la conservación in situ no sea posible, será necesario estudiar cuáles son las alternativas que en menor medida afecten al
carácter original de las piezas y garanticen su conservación. Sólo así estaremos asegurando la supervivencia de nuestros mosaicos. Pero no sólo hemos de conservar y restaurar; la conservación no tiene sentido sin la difusión y la exhibición; por eso es necesario
replantear proyectos que permitan a nuestra sociedad la correcta contemplación de estas
obras. Obras que, no lo olvidemos, son ARTE con mayúsculas y el testimonio directo de
una de las manifestaciones culturales más bellas de nuestro pasado histórico.
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXVI (Valencia, 2006)
1
Trinidad PASÍES OVIEDO*
MOSAICOS ROMANOS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN:
ESTUDIO HISTÓRICO Y PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN
RESUMEN: Desde hace años investigamos el estado de los mosaicos de época romana hallados en la Comunidad Valenciana; no sólo su estudio histórico sino, de forma especial, los problemas derivados de su conservación: causas de alteración, antiguas intervenciones de restauración,
falta de proyectos que apuesten por el mantenimiento in situ de los hallazgos, su difusión y exhibición, etc. En este artículo nos centramos en la provincia de Castellón, mostrando el delicado estado
de conservación de muchas de las piezas ya conocidas y, asimismo, nuevas aportaciones inéditas.
PALABRAS CLAVE: Mosaicos romanos, conservación, causas de alteración, tratamientos de
restauración, exhibición.
RÉSUMÉ: Mosaïques romaines de la province de Castellon: étude historique et problèmes de conservation. La situation actuelle des mosaïques d’époque romaine découvertes dans la
Communauté valencienne fait l’objet depuis de nombreuses années de recherches ; non seulement
sur leur étude historique, mais aussi, tout spécialement, sur les problèmes liés à leur conversation :
causes d’altération, précédentes interventions de restauration, manque de projets privilégiant la conservation in situ des trouvailles, leur diffusion et exhibition. Dans cet article, nous traitons exclusivement des découvertes effectuées dans la Province de Castellon, présentant le fragile état de conservation de nombreuses pièces déjà connues ainsi que de nouvelles trouvailles inédites.
MOTS CLÉS: Mosaïques romaines, conservation, causes d’altération, traitements de restauration, présentation.
*
Laboratorio de Restauración del Museo de Prehistoria de Valencia. C/ Corona, 36 - 46003 Valencia.
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2
T. PASÍES OVIEDO
Dentro del complejo mundo de la conservación y restauración de obras de arte, el
campo de las intervenciones sobre patrimonio arqueológico es especialmente delicado;
de ello somos conscientes todos aquellos profesionales que nos dedicamos a esta especialidad. En ella se incluyen, por supuesto, la restauración de los objetos de uso cotidiano pertenecientes a la cultura material de las distintas culturas antiguas, pero también las
actuaciones sobre estructuras arqueológicas que forman parte de su patrimonio arquitectónico y constructivo; incluimos aquí los pavimentos de mosaico que en época romana
ornaron patios y dependencias de las numerosas villas que se reparten por todo nuestro
territorio.
La investigación que desde hace años llevamos desarrollando sobre la problemática de
conservación de los pavimentos de mosaicos romanos en la Comunidad Valenciana se ha
plasmado a lo largo de este periodo en diversas publicaciones,1 en donde hemos intentado profundizar no sólo en los datos arqueológicos e históricos de los mosaicos, sino en
el estudio de su situación actual y sus causas de deterioro. Hemos podido así establecer
unas conclusiones de cara a plantear futuras intervenciones basadas en el respeto al original y en el desarrollo de una política de conservación preventiva fundamental para
garantizar la salvaguarda de muchas piezas. De hecho, la falta de profesionales formados
en este campo, la escasez de proyectos que apuesten por la conservación in situ, las
extracciones indiscriminadas o el precario mantenimiento de áreas arqueológicas son
sólo algunas de las causas que han motivado, a lo largo de los años, los problemas que
afectan actualmente a muchos de los hallazgos.
Precisamente, la provincia de Castellón se encuentra en una situación particular dentro de la Comunidad, ya que estamos hablando de una zona donde los principales descubrimientos se realizan en zonas agrícolas que a menudo no han llegado ni siquiera a ser
excavadas. Es por eso que solemos encontrar referencias que se basan únicamente en sondeos o prospecciones, tal y como nos indica Ferran Arasa, uno de los principales estudiosos de la zona.2
La mayoría de los hallazgos pertenecen a localidades de la comarca de La Plana
Baixa; desde alusiones a pequeños fragmentos de mosaico de los que apenas nada se
sabe, a teselas sueltas que puedan indicar la presencia de algún posible resto, la mayoría
en zonas que sólo han sido prospectadas. En esta situación se encuentran los hallazgos de
muchas poblaciones castellonenses donde ha sido necesario cotejar la validez de la docu-
1
2
En la bibliografía de referencia adjuntamos un listado de las principales publicaciones en las que, de forma general, hemos
ilustrado la panorámica de conservación de los mosaicos en nuestra Comunidad Valenciana y los tratamientos más adecuados para su restauración.
Aparte de las investigaciones realizadas con motivo de su tesis doctoral (Arasa, 1995), este autor ha realizado precisamente un estudio sobre los restos de mosaicos en la zona castellonense (Arasa, 1998).
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MOSAICOS ROMANOS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN
3
mentación existente, muy vaga en la mayoría de los casos;3 Almenara, Ballestar, Betxí,
Forcall, Onda, Vila-real o La Vilavella son algunas de las localidades con estas características. Los principales restos se encuentran en otras localidades de las que sí disponemos de algunos datos más completos, como los pavimentos de la villa de Benicató en
Nules, el opus signinum de La Vall de Uixó o el fragmento tessellatum hallado más
recientemente en L’Alcora, éste de la comarca de L’Alcalaten. En Borriana se localizan
también dos yacimientos donde existen o existieron pavimentos y mosaicos. Pero o bien
se han destruido o todavía no han salido a la luz, como es posible que suceda con los restos aún no excavados de la villa de Sant Gregori. Pasaremos a continuación a describir
con más detalle los diferentes descubrimientos.
COMARCA DE LA PLANA BAIXA
Almenara
Los principales hallazgos en la localidad se ubican en el yacimiento conocido como
La Muntanyeta dels Estanys, del que nos hablan Cean Bermúdez o el conde de Lumiares.4
Este asentamiento, descubierto por Pla y Cabrera a finales del siglo XVIII (Pla y Cabrera
1807, 1821a, 1821b) fue continuamente saqueado y no se realizaron excavaciones hasta
1949 con las investigaciones de Alcina que daría a conocer las primeras ocupaciones
ibero-romanas (Alcina 1950: 92-128).5 Se conocen numeras referencias que nos relatan
el triste devenir de esta zona convertida en un “lamentable ejemplo de abandono y de barbarie” (Arasa, 1999: 310). Finalmente el asentamiento fue destruido en gran parte por las
obras de una cantera. También se ha prospectado una villa ubicada al pie de la parte más
3
4
5
De Alberto Balil encontramos, por ejemplo, una breve noticia sobre los mosaicos de la zona castellonense donde la información es muy escasa: “Las noticias que poseo se refieren a la siguientes localidades: Onda, Bechí, Forcall, Almenara y
Nules. Todo ello muy poco preciso, genérico, probablemente correspondiente a un poblamiento rural que requiere una
precisión en el tiempo y el espacio, un conocimiento de cómo son, o cómo eran tales mosaicos y, sin duda, la existencia
de nuevas localidades.” (Balil, 1976: 291).
“ALMENARA:... los descubrimientos hechos en esta villa manifiestan desde luego que fue población romana: tales son
los cimientos de un monumento sepulcral, parte de un pavimento mosaico, y diferentes monedas de Adriano,... Al oriente de esta villa, y á poco más de media legua de distancia caminando hacia la costa, hay un montecillo llamado Dels
Estans, y en la superficie se encuentran ruinas romanas y otras antigüedades.” (Cean, 1832: 47). “Dice que á distancia de
media legua de la población hacia la costa, se encuentra un montecillo llamado vulgarmente de los Estanques (dels
Estañs), por estar casi lamiendo las aguas del Armajal ó estanque llamado de Almenara: que en la superficie de este cabezo se descubrían ruinas romanas y un pavimento de hormigón de ladrillo rojo con piedrecitas menudas o piñonado, el cual
ocupaba la longitud de cincuenta pasos” (Valcarcel, 1852: 18). Valcarcel muy posiblemente se refiera a un pavimento de
signinum, del que también nos habla Sarthou y Carreres (Sarthou, s/a: 745) al relatar la descripción hecha por Chabret
del conocido como Templo de Venus (Chabret, 1888: 17-18).
Norberto Mesado completaría este estudio en 1966 en su artículo referido a este yacimiento de Els Estanys (Mesado,
1966: 177-196). También, más recientemente, destacamos los estudios de Ferran Arasa que ofrece una nueva interpretación de los antiguos restos (Arasa, 1999: 301-358).
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meridional de la Muntanyeta. Varios autores citan la presencia de pavimentos en esta
villa, de donde se han recogido teselas de algún opus tessellatum (Fletcher y Alcácer,
1955: 327, 1956: 156, 158; Bru, 1963: 187; Balil, 1976: 291; Gorges, 1979: 244;
Llobregat, 1980: 107-108; Aranegui, 1996: 111; Arasa, 1999: 312, 2000: 114). De hecho,
en prospecciones por la zona más residencial de esta villa alto-imperial Ferran Arasa
encontró una tesela vítrea, que pudiera delatar la posible presencia de algún mosaico polícromo todavía sin descubrir (Arasa, 1998: 221; 1999: 320).
Betxí
En esta localidad se han hallado indicios de una villa conocida como La Torrassa que
desgraciadamente fue destruida por las explotaciones agrícolas. La villa romana, a la que
se le asigna una amplia datación entre el siglo I-IV d.C., se encuentra justo en el límite
entre Betxí y Vila-real. Los primeros descubrimientos en la parte de Betxí fueron dados
a conocer por Pascual Meneu (Meneu, 1901). La parcela de Vila-real permanecía dedicada al cultivo del olivo hasta 1937, cuando la zona quedó pendiente de una transformación. Pero la nueva roturación de los campos no se realizó hasta 1968 aproximadamente.
Durante este largo periodo de tiempo la zona estuvo “vigilada” por José Mª Doñate, ante
la falta de colaboración del propietario de la parcela y a la espera de poder salvar algunos restos cuando se iniciaran las nuevas labores agrícolas con utillaje moderno. Cuando
finalmente se iniciaron los trabajos, hacia 1968, las operaciones de salvamento de los
materiales que iban apareciendo se convirtieron en una auténtica aventura detrás del despojo que iba dejando la pala excavadora.6
De entre los materiales logró recuperar, una dudosa tesela de piedra dura, azul prusia
(Doñate, 1969: 232). Este dato es el que ha servido a algunos autores a lanzar la hipótesis de que en la villa existiera algún mosaico (Fletcher y Alcácer, 1956: 156, 159; Bru,
1963: 187; Balil, 1976: 291; Gorges, 1979: 244; Melchor, 1994: 87; Arasa, 1998: 220).
Sin embargo, con los datos de los que disponemos, pensamos que sería muy aventurado
hacer esta afirmación, más incluso cuando en prospecciones recientes realizadas por el
propio Ferran Arasa, no se han encontrado más teselas.
Borriana
Borriana es uno de los centros con referencias más precisas sobre la presencia de pavimentos de mosaico y donde la documentación nos aporta curiosos datos referidos especialmente a la conservación de sus hallazgos. Antes de adentrarnos en las dos áreas más
6
“En una ocasión, en que nos acompañaban don Guillermo Bernat y don Vicente Girona, estuvimos los que se dice “lidiando” a un monstruoso Caterpillar, cuando efectuaba unas pasadas de nivelación, arrancándole de entre las cadenas y durante la marcha fragmentos de lucerna o de terra sigillata.” (Doñate, 1969: 223).
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interesantes en lo que a descubrimientos musivos se refiere (villas de El Palau y Sant
Gregori) mencionaremos también algunos otros datos bastante más imprecisos, tanto que
realmente podemos llegar a desconfiar sobre su veracidad. Nos referimos a la noticia
recogida por Sarthou Carreres, haciéndose eco de las palabras de Pérez Bayer (17711794) que habla del descubrimiento de “mosaicos y sepulturas fenicias hallados en
Burriana” (Sarthou, s/a: 775). A partir de ahí, varios autores han intentado localizar estos
hallazgos, al parecer sin mucho acierto según opinión de Ferran Arasa (Arasa, 1987b:
50), situándolos en el yacimiento conocido como La Regenta, antigua torre dentro del término donde, según algunos autores, se localiza una de las primeras ocupaciones de época
alto imperial documentadas en Borriana (Peris, 1931: 8; Forner, 1933: 254). En cualquier
caso, desconocemos la realidad sobre la existencia de estas piezas, que no dudamos fueran auténticos mosaicos, aún cuando en siglos pasados se les considerase obra de artesanos fenicios en lugar de considerarlos con lógico razonamiento como obras romanas.
Dudas similares podemos tener en cuanto a otros descubrimientos del mismo término
municipal de Borriana. La documentación nos cuenta que al menos dos de sus villas fueron decoradas con mosaicos bícromos de entre los siglos I y II d.C. Norberto Mesado nos
relata precisamente cuál fue la suerte que corrió una de las piezas halladas en la villa
conocida como El Palau, destruida a conciencia para que no paralizasen unas obras.7 Sin
embargo, el director del Museo Arqueológico de Borriana José Manuel Melchor, que realizó excavaciones en El Palau entre 2000 y 2003 (Melchor y Benedito, 2004) nos ha
informado que no apareció ni una sola tesela y sí abundantes fragmentos de spicatum y
signinum, con lo cual opina que habría que poner reservas a la información sobre el
mosaico ya que nadie, excepto los obreros, lo vio. Se tratara o no de un pavimento de
mosaico sabemos que ésta es una situación que, por desgracia, se ha ido repitiendo en el
pasado hasta fechas bastante recientes. Los factores económicos unidos a una falta de
concienciación social hacia el mundo arqueológico han sido, sin duda, algunas de las
principales causas que han provocado la pérdida de gran número de piezas.
Retomando nuevamente los descubrimientos de mosaicos en Borriana, nos quedaría
por referenciar otra de las villas conocidas en la partida rural de Sant Gregori. El yacimiento se conoce desde 1980 cuando comenzaron a realizarse en la zona las primeras
prospecciones (Mesado, 1991: 63). En 1987 se realizó una campaña de excavación de
urgencia, donde la calidad de ciertas estructuras y los materiales hallados, aunque esca-
7
“Por lo que respecta a este último yacimiento, hoy inexistente, poseemos unas interesantísimas declaraciones del veterano arqueólogo castellonense, D. Francisco Esteve Gálvez, las cuales fueron expresadas en los siguientes términos: “hacia
1940 pude saber de la existencia de un mosaico romano recién exhumado por los jornaleros que trabajaban en el “terrer”
de una antigua fábrica de hacer ladrillos; cuando me interesé por él, se destruyó a conciencia por temor a que les parasen
la extracción de arcillas” (Mesado, 1991: 65). Otros autores han incluido citas similares: “A la partida del Palau, el professor F. Esteve assenyala la troballa, en un terrer, d’un mosaic que fou destruït.” (VV.AA., 1997: 109-112). José Manuel
Melchor sitúa el hallazgo en un punto cercano a la alquería del Batle, de donde se extrajo en 1942 una gran cantidad de
arcilla (Melchor, 2004: 67).
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T. PASÍES OVIEDO
sos, permiten identificarlo con una villa romana de entre los siglos I y II (Arasa, 1987b:
53; Verdegal et al., 1990: 115-117; Melchor, 1994: 78, 2004: 54; Aranegui, 1996: 150;
VV.AA, 1997: 109-11). Ya en 1980 se comenta la aparición de teselas sueltas en blanco
y negro, aunque poco abundantes. Sin embargo, los trabajos llevados a cabo en 1987
parece que sacaron a la luz una cantidad de teselas mucho mayor e incluso algún pequeño fragmento.8 En cualquier caso, como la zona excavada ocupa poca superficie, es muy
posible la presencia al menos de algún mosaico bícromo en una zona cercana.
Xilxes
En la villa de El Alter, en Xilxes, se describen también algunos hallazgos interesantes;
la partida se conoce desde hace años y diversos autores habían indicado la existencia de
una cierta cantidad de teselas sueltas en blanco y negro que pueden probar la presencia
de algún resto de opus tessellatum bícromo, todavía no descubierto (Tarradell, 1973: 89;
Gorges, 1979: 245; Melchor, 1994: 92; Aranegui, 1996: 32; Arasa, 1998: 221).
Más recientemente, en la prospección llevada a cabo durante el año 2005 por los
arqueólogos José Manuel Melchor y Josep Benedito, en el sector junto a la autopista, aparecen abundantes teselas de mosaico, fragmentos de tegulae, dolia, opus signinum, cerámica y pintura mural entre abundante material revuelto de una amplia cronología, entre
el siglo I a. C. y el IV p. C. Respecto a las teselas, se recogió una muestra de cuatro teselas grandes de color blanco, diez teselas pequeñas de color blanco (dos de ellas unidas
entre si por el mortero original) y dos teselas pequeñas de color negro. Distintas fuentes
apuntan que pueden ser los restos de los materiales romanos arrasados durante la construcción de la actual autopista AP-7, con lo cual los responsables de la prospección se
pronuncian con natural prudencia sobre la contextualización de los hallazgos.
Nules
En la partida de Torremotxa se documenta el hallazgo de fragmentos de mosaico, cerámicas y algunas bases de columna entre otros materiales (Felip y Vicent, 1991: 11;
Aranegui, 1996: 168; Arasa, 1998: 221). En el Museu d’Història de Nules se conservan
algunas teselas de pasta vítrea azul turquesa y un pequeño fragmento de opus tessellatum
8
En su artículo de 1998, Ferran Arasa sólo menciona que es muy posible la existencia de algún mosaico bícromo por la
abundante cantidad de teselas en blanco y negro halladas en la zona, pero desgraciadamente no se pudo encontrar ninguno durante los trabajos de excavación. Idéntica reseña sobre la aparición de teselas sueltas encontramos en alguna otra
publicación (Verdegal, 1990: 117). El propio Ferran Arasa había afirmado años antes: “A la partida de Sant Gregori, i
també a vora mar, tenim altre establiment romà en què s’ha pogut recollir alguns fragments de mosaic en blanc i negre,...”
(Arasa, 1987b: 53). En el Museo Arqueológico Comarcal de Burriana encontramos representadas algunas teselas blancas
y negras recogidas de la villa de Sant Gregori en la vitrina nº 6 y algunos pequeños fragmentos en depósito.
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7
bícromo con decoración a bandas,9 así como algunas otras teselas blancas de mayor tamaño unidas por argamasa, todas ellas de procedencia desconocida.
Pero si tuviéramos que destacar algún descubrimiento de indudable interés, no sólo en
Nules, sino incluso en la provincia de Castellón, por la importancia de los restos musivos hallados, sin duda tendríamos que referirnos a la villa de Benicató. Las referencias
bibliográficas son en este caso mucho más extensas, ya que esta zona sí ha sido excavada en varias ocasiones y estudiada por numerosos autores. Todos ellos hacen referencia
a los pavimentos de mosaico bícromos que decoraban algunas de sus habitaciones (Bru,
1963: 184; VV.AA., 1970: vol. 3, 427; Balil, 1976: 291; Gorges, 1979: 245; Llobregat,
1980: 107; Fernández, 1982: 116-117; Abad, 1985a: 369, 1986: 159-160; Blanes, 19871988: 585-611; Ramallo, 1990: 147; Aranegui, 1996: 41; Pérez, 1996-1997: 127-128;
VV.AA., 1997: 110; Arasa, 2003: 165-166; Jiménez, 2003: 210). La villa se conoce desde
1883, cuando se realizaron algunos trabajos para nivelar el terreno de cultivo. Pero el
verdadero descubrimiento, tuvo lugar a finales de 1955, de forma casual, mientras se trabajaba con un tractor en la propiedad de D. Salvador Silvestre con motivo de la nueva
política agrícola de aquellos años que aconsejaba el cambio del secano al regadío.
Afortunadamente el labrador que roturaba los campos notó que a unos 45 cm. de profundidad el tractor tropezaba con suelo más duro y, con buen presentimiento, paró los trabajos y llamó al encargado. Rápidamente comprobaron la presencia en el terreno revuelto de teselas de mosaicos y fragmentos de muro. A partir de ese momento las obras se
paralizaron y se avisó a la Diputación Provincial que expropió la finca para que se realizaran las oportunas excavaciones arqueológicas. Éstas darían inicio en enero de 1956 y
fueron dirigidas por el cronista oficial Eduardo Codina y el pintor J. B. Porcar.10 Los trabajos sacaron a la luz la parte central de una villa de época imperial (siglo II d.C.) con
peristilo porticado, impluvium, hypocaustum asociado a alguna zona termal y un gran
número de habitaciones, al menos dos de las cuales aparecieron pavimentadas con
mosaicos. Por los restos y materiales hallados debió tratarse de una vivienda de cierto
lujo, aunque gran parte de los objetos y materiales recogidos en esta primera campaña y
depositados en la Diputación Provincial se dan por desaparecidos (Felip y Vicent, 1991:
11-18).
Esteve Gálvez nos relata en concreto el hallazgo de los dos pavimentos en unas páginas de la revista local Penyagolosa. El primero de ellos quizá fuera figurativo, pero des-
9
10
Forman parte de las piezas reseñadas en el inventario mueble de arqueología de la dirección web de la Generalitat
Valenciana, dentro del Área de Patrimonio Cultural.
No es de extrañar que en estas fechas no existieran profesionales responsables de la conservación en las excavaciones,
sino que fuera a menudo una labor que llevaban a cabo los principales cronistas oficiales o personalidades relevantes en
el campo de la cultura de las diferentes localidades. Son varios los casos similares en otras zonas de la Comunidad y ello
trae consigo, sin duda, evidentes consecuencias en lo referente a la conservación de las piezas halladas, ya que trabajos
de intervención tan delicados como la limpieza o incluso la extracción no solían realizarse por personal especializado,
sino por los propios labradores u obreros que con buena voluntad colaboraban en las campañas de excavación.
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graciadamente no se llegó a conservar el medallón central; el segundo, sin embargo, presentaba decoración exclusivamente geométrica.11 Aunque en forma de breves reseñas,
encontramos en la documentación algunos datos interesantes para nuestra investigación;
la primera de las piezas, con decoración geométrico-floral entorno a un emblema central,
había sufrido daños evidentes a causa de los trabajos agrícolas con el tractor, ya que el
mosaico se descubrió a menos de medio metro de profundidad; quizás por ello diferentes autores consideraban esta pieza como desaparecida o destruida. Una de las fotografías del momento del hallazgo representa a un operario lavando el mosaico con un cepillo
ante la mirada de varias personalidades (fig. 1). El segundo pavimento se conservaba, sin
embargo, en unas condiciones especiales que sin duda le favorecieron (fig. 2). En sucesivas reutilizaciones de la villa se construyó encima del mosaico otro pavimento sencillo
de mortero de cal y arena que afortunadamente le sirvió de eficaz protección con el paso
de los años. Este mosaico bícromo, con decoración geométrica, ha sido una de las piezas
musivas más conocidas e investigadas por diferentes autores.12 Textos enteros dedicados
a su estudio como el realizado Rosario Navarro Sáez en el número 4 de los Cuadernos
de Prehistoria y Arqueología Castellonense, donde nos habla del mosaico como una
pieza “basta y poco cuidada” propia quizás de la mano de un artista local (Navarro, 1977:
155-158).
Las referencias nos indican que, tras realizarse esta primera excavación, los mosaicos
fueron extraídos y el lugar fue abandonado durante casi 20 años con el consiguiente deterioro de todas las estructuras. Los trabajos se volvieron a emprender en 1973 y 1974, dirigidos en este caso por Francesc Gusi y Carmen Olaria, donde se llegaron a descubrir nuevas estancias y se recogieron gran cantidad materiales (Gusi y Olaria, 1977: 101-144). El
yacimiento fue entonces cedido al Ayuntamiento de Nules y de nuevo permaneció abandonado hasta que finalmente, en 1985 y 1986, la propia Olaria dirigió algunas campañas
para la consolidación de los restos y se protegió el solar con una valla.
Pero, ¿qué ha deparado la fortuna a los dos pavimentos descubiertos?; disponemos de
dos dibujos que en el momento del hallazgo realizó a mano Francisco Sales y que nos
11
12
“También lo fue la habitación inmediata, cuyas paredes estaban decoradas con estucos en azul y rojo, y el piso pavimentado con bello mosaico que fue mutilado por el tractor al roturar el campo. Las cenefas, con sus espirales, cuadrados y
rombos es fácil rehacerla; no así el motivo central a modo de medallón, que pudo contener alguna figura alegórica...
En una habitación que da a la galería oriental apareció otro mosaico parecido pero con dibujos exclusivamente geométricos. Lo notable es que sobre él vino a construirse luego un piso enlucido de cal y arena, y en la débil capa de tierra comprimida entre ambos pavimentos encontráronse utensilios.” (Esteve, 1956: s/p).
Varios han sido los autores que han hecho referencia, más o menos detallada, a este singular mosaico. Casi todos ellos
incluyen descripciones bien precisas acerca de su ornamentación y datos sobre dimensiones, cronología, relaciones estilísticas, etc. Aparte de los textos ya citados remitimos a la lectura de otras publicaciones (Abad, 1985a: 369; Arasa, 1998:
214-218).
—444—
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MOSAICOS ROMANOS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN
Fig. 1.- Pavimentos de la villa romana de Benicató en Nules. Fotografía
del mosaico con decoración geométrico-floral in situ
realizando trabajos de limpieza (Arasa, 1998: 215, fig. 4).
Fig. 2.- Detalle del mosaico con motivos geométricos
en el momento del hallazgo (Esteve, 1956: s/p).
—445—
9
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10
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describen los diferentes motivos decorativos13 (figs. 3-4). Estos sencillos diseños, no faltos de varias imprecisiones, han sido la base de los diversos estudios efectuados sobre las
piezas y han provocado incluso ciertas interpretaciones que convendría revisar.
Empezaremos describiendo la situación del mosaico con decoración geométrica que
hasta hace algunos años se encontraba recompuesto a secciones en una sala exterior del
antiguo Museo de Bellas Artes de Castellón (VV.AA., 1991: 134-135). Lo que allí encontrábamos era un intento de reconstrucción de la pieza realizada en los años sesenta donde
los fragmentos habían sido colocados sobre soportes de cemento y reforzados con tela
metálica (figs. 5-6). A consecuencia de un mal arranque se perdieron con seguridad
numerosas teselas y muchas zonas fueron reconstruidas; de hecho, se aprecian teselas
nuevas directamente incrustadas sobre el cemento, a diferencia de otras secciones originales donde se evidencia el propio desgaste de la piedra original e incluso daños provocados por quemados, incrustaciones, etc. Quedaba rota así la propia unidad formal del
conjunto, convertido en una especie de puzzle que desvirtúa la verdadera imagen del
mosaico. Hace unos años se inauguró en Castellón el nuevo edificio del Museo de Bellas
Artes y todos los fondos de la antigua sede fueron trasladados; actualmente los fragmentos del mosaico permanecen en depósito en espera de que se lleve a cabo su restauración.
Será necesario entonces realizar un exhaustivo estudio, un replanteamiento de las antiguas intervenciones que se realizaron sobre la pieza y un proyecto adecuado que intente,
en la medida de lo posible, recuperar al máximo su aspecto original. De hecho en lo que
respecta a esta pieza quedan bastantes incógnitas por desvelar; Ferran Arasa realiza unos
interesantes apuntes en su artículo de 1998 comparando el dibujo de F. Sales con los restos que se exhibían en el Museo y constando que, además de pequeños detalles, existen
algunos motivos que se pueden ver en los fragmentos originales conservados y que, sin
embargo, no refleja el dibujante en su diseño. A raíz de esto se han lanzado hipótesis
sobre la posible existencia de otro pavimento bícromo que pudo estar situado en una
habitación próxima (Arasa, 1998: 216). Y se habla incluso de la presencia de alguna pieza
polícroma, a tenor del hallazgo de varias teselas de pasta vítrea en 1987 en una zona de
la vivienda aún no excavada14 (Felip y Vicent, 1991: 18; Arasa, 1998: 215).
No exentas de controversias son las interpretaciones sobre el otro pavimento que apareció en la excavación de 1956 y que hemos comentado en este estudio. Muchos autores
lo daban por perdido, motivados quizás por el hecho de que se encontrase mutilado y en
un peor estado de conservación.15 Sin embargo, hemos descubierto un total de 19 seccio13
14
15
Agradecemos al Dr. Francesc Gusi, director del Servicio de Arqueología de la Diputación de Castellón, por facilitarnos
parte de la documentación gráfica referente a esta villa.
Al tratar los mosaicos de Benicató siempre se ha hecho referencia a dos únicas piezas y sin embargo, es curioso que autores como Bru y Vidal hablen de que fueron tres y no dos las piezas descubiertas (Bru, 1963: 184).
“…por desgracia quedó mutilado por un tractor al roturar el campo” (Navarro, 1977: 155).
“Fins ara la vil·la romana de Benicató ha aportat dos mosaics; lamentablement, un d’ells, potser el més interessant, cal
donar-lo per perdut” (Felip y Vicent, 1991: 14). “El primer mosaic va ser destruït quasi en la seua totalitat pel tractor.”
(Arasa, 1998: 214).
—446—
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MOSAICOS ROMANOS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN
Fig. 3.- Dibujo realizado por Francisco Sales del mosaico geométrico.
Fig. 4.- Dibujo realizado por Francisco Sales del mosaico
geométrico-floral entorno a un emblema central.
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11
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Figs. 5 y 6.- El mosaico con decoración geométrica de Benicató en la antigua ubicación
del Museo de Bellas Artes de Castellón. Estado de conservación tras el arranque
y las intervenciones de restauración.
—448—
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MOSAICOS ROMANOS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN
13
Fig. 7.- Detalle de algunas de las secciones del mosaico geométrico-floral sobre soporte de cemento.
Museo de Bellas Artes de Castellón.
nes de dicho mosaico que actualmente se conservan en los almacenes del Museo de
Bellas Artes de Castellón, junto a una gran cantidad de teselas sueltas. Cuando empezamos esta investigación pensábamos encontrar precisamente secciones del otro mosaico
que no habían sido expuestas, pero nos sorprendimos al comparar los fragmentos originales con el dibujo de F. Sales, y constatar que, todas menos una, pertenecían al otro pavimento que se daba por desaparecido (fig. 7).
Es evidente que quedan varias dudas por aclarar con respecto a los pavimentos de
Benicató que merecen ser investigadas en profundidad. Actualmente estamos inmersos
en este trabajo, comparando los originales con toda la documentación gráfica y de archivo que se conserva de las piezas.
Onda
Las noticias más antiguas de pavimentos musivos en Onda se remontan al siglo XIX
y fueron divulgadas por Cean Bermúdez y el conde de Lumiares.16 Supuestamente a raíz
16
“ONDA... Se descubrieron el año 1760 cerca de su castillo varios pavimentos mosaicos entre profundos subterráneos.”
(Cean, 1832: 102).
“Villa del partido de Villarreal, provincia de Castellón,... antiguamente cree el autor hubo un pueblo, que se llamó
Oronda,... Dice además, que en el año de 1760, se conservan en las inmediaciones del castillo, pavimentos mosaicos en
tres grandes subterráneos”. (Valcárcel, 1852: 76-77).
—449—
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14
T. PASÍES OVIEDO
de estos datos antiguos otros autores han considerado también la presencia de restos de
mosaicos, pero probablemente sin otros testimonios más concretos (Fletcher y Alcácer,
1956: 157, 163; Bru, 1963: 163; Balil, 1976: 291).
La Vall d’Uixó
Otra de las importantes obras de la musivaria romana halladas en la provincia de
Castellón es un pavimento en opus signinum con decoración geométrica, uno de los
pocos ejemplos de este tipo que se conservan actualmente en nuestra Comunidad.17 La
pieza decoraba una villa romana (L’Horta Seca) en la localidad de La Vall de Uixó, que
fue descubierta en pleno casco urbano durante unas campañas de excavación llevadas a
cabo en 1985 y 1986 (Rovira et al., 1989: 757-767, 1990: 69-71; Arasa, 2003: 166). El
estado de conservación del yacimiento era bastante deficiente ya que, hasta pocos años
antes de su descubrimiento, era una zona dedicada al cultivo y había sufrido numerosas
transformaciones; tampoco podemos olvidar los daños más recientes producidos por las
actividades de urbanización de la zona, que dejaron prácticamente los restos al descubierto al eliminar los niveles de tierra más superficiales. El pavimento, posiblemente
datado en el siglo I a.C., se encontró dentro de una de las habitaciones, asociada a unas
pequeñas termas. Lo decora un sencillo motivo que se dibuja con grandes teselas de
forma bastante irregular18 (fig. 8).
Gracias a la documentación fotográfica, al informe de intervención y a los dibujos en
el plano, tenemos algunos datos acerca del estado de conservación del pavimento; el
mosaico, conservado entre un 60-65% de original, presentaba desgaste superficial, grietas y fisuras, desmoronamiento de los bordes, zonas puntuales con quemados y algunas
reparaciones de época. Pero los mayores daños fueron causados de forma traumática por
la acción humana, durante el tiempo que la zona estuvo dedicada al cultivo del naranjo.
Mª Luisa Rovira, actual directora del Servicio de arqueología de La Vall d’Uixó, nos
comentó también los graves problemas que tuvieron durante los trabajos, al tratarse de
una zona que se estaba urbanizando, a la vez que se realizaba la excavación de urgencia.
17
18
Lorenzo Abad Casal realizó en 1985 un estudio dedicado precisamente a los opus signinum hallados en las tres provincias valencianas (Abad, 1985b: 159-167). Los ejemplos son contados: Sagunto, Elche y Tossal de Manises.
Evidentemente, el autor no incluye esta pieza, aparecida poco después de la publicación de su artículo.
Las noticias del hallazgo nos describen el pavimento con las siguientes palabras: “... se localizó una segunda estancia de
6’60 x 6 m. (39’60 m2), cuyo piso estaba cubierto por un pavimento de “opus signinum” decorado con teselas que formaban en su centro un emblema de “opus tesselatum” (1’10 x 1’10 m.), delimitado por una linea de teselas blancas a la
que se adosa interiormente una orla de espirales en negro. El centro lo constituye un motivo floral de seis hojas lanceoladas simétricas en posición radial, alternando los colores negro, rojo y blanco. En torno a este emblema aparecen sucesivas líneas de teselas negras separadas entre sí 10 cm., delimitadas igualmente por una línea de teselas blancas. El resto
del pavimento está también decorado por líneas de teselas negras que en este caso presentan una separación de 20 cm.
Este pavimento ha llegado hasta nosotros en mal estado, habiéndose perdido parte de él, sobre todo en las zonas S y E”
(Rovira et al., 1989: 759-780).
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MOSAICOS ROMANOS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN
15
Fig. 8.- Dibujo del pavimento en opus signinum de la villa romana de
la Vall d’Uixó (Rovira, 1989: 766, fig. 3).
De hecho, el mosaico fue mutilado en su parte central con una excavadora por los propios obreros que estaban construyendo el bordillo de una acera.19 Ante tal situación, se
solicitó la colaboración de varios especialistas, entre otros José Luis Rodríguez del
Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid, Magdalena
Monraval, G. De Pedro y J.B. Piedecausa. A principio de julio de 1986 comienzan los trabajos de extracción que se detallan en el informe que realizaron los especialistas del propio ICRBC (Rodríguez, 1986),20 trasladándose las 34 secciones a las dependencias del
Museo Arqueológico. Lamentablemente la posterior restauración del mosaico tuvo que
esperar tres años, periodo no exento de dificultades y complicaciones en el almacenaje.21
Finalmente los trabajos definitivos se llevaron a cabo entre julio y diciembre de 1989, y
quedaron reflejados en la memoria que detallaba los diferentes procesos seguidos, así
como la documentación gráfica y fotográfica que complementaba la información (Mon-
19
20
21
Durante los trabajos de extracción el recinto del mosaico se protegió con un vallado, para evitar que se repitieran nuevos
daños como los que hemos comentado.
Este informe se puede consultar en el Servicio de arqueología de la localidad. El mismo autor presentó ese mismo año
una comunicación al VI Congreso Nacional de Conservación, celebrado en Tarragona, pero por error el texto no fue
incluido dentro de las Actas. Sin embargo, en el volumen correspondiente a la VII edición (Vitoria) se incluye un breve
resumen donde se nombran los diferentes estudios previos realizados (Rodríguez, 1991: 576-578).
Magdalena Monraval informó en octubre de 1986 como el fuerte temporal había inundado los almacenes del Museo, afectando especialmente a una de las secciones. El exceso de humedad podía provocar no sólo la pérdida de adhesión de las
telas de agarre, sino la proliferación de microorganismos al haberse empleado una cola de tipo orgánico, por lo que se
aconsejaba de forma responsable la pronta intervención.
—451—
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16
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raval, 1989). De todas formas, a causa del espacio expositivo restringido del que disponía el Museo, sólo se intervino sobre la parte central del pavimento, un total de 16 secciones que fueron trasladadas a un nuevo soporte en tres planchas de estratificado de fibra
de vidrio y resina que se expusieron en el Museo Arqueológico de dicho municipio
(VV.AA., 1991: 158) (figs. 9-10); sin embargo, actualmente este local está destinado
como Archivo y Servicio de Arqueología y sus fondos todavía no han sido trasladados.
Desde las últimas legislaturas el Ayuntamiento proyecta la construcción de un nuevo edificio en un solar del que ya dispone, pero al parecer las obras no se han iniciado.
Desde nuestro punto de vista como conservadores podemos establecer algunas conclusiones: en primer lugar, nos tendremos que replantear el empleo de colas de tipo orgánico
si no tenemos la total certeza de que la restauración va a realizarse de forma prácticamente inmediata al arranque; de hecho, durante los largos periodos de almacenaje que a menudo las secciones extraídas tienen que sufrir, cualquier incremento de humedad puede favorecer la proliferación de microorganismos sobre las telas encoladas, con la consiguiente
pérdida de estabilidad y resistencia. No sería de extrañar, por tanto, que los trozos restantes del mosaico, que se encuentran en una pequeña sala-almacén del antiguo museo, acusen este tipo de daño. Necesario es también el replanteamiento expositivo del pavimento
con un proyecto que incluya la restauración y colocación de las secciones que faltan y
mutilan la concepción unitaria original. Quizás, tal y como también expresaba Mª Luisa
Rovira, sea posible contemplar la pieza completa si se busca una adecuada ubicación en el
futuro museo, pero por el momento este proyecto tardará varios años en poderse realizar.
Vila-real
En la colección museográfica de El Termet de Vila-real hay expuesto en una vitrina
un pequeño resto de pavimento tessellatum sobre argamasa, formado por cuatro teselas
blancas de tamaño grande (algunas de más de 2 cm. de lado). La procedencia es totalmente desconocida, aunque quizá pueda tratarse de alguno de los materiales recogidos
por J. M. Doñate. Aún así, con datos tan escasos sería confuso llegar a ningún tipo de conclusión.
La Vilavella
En La Villavella se han podido encontrar en últimas prospecciones algunas teselas
sueltas en blanco y negro que pueden indicarnos la presencia de algún mosaico bícromo
todavía sin excavar. En concreto en el yacimiento conocido como El Secanet, donde ya
se descubrieron ciertos hallazgos de interés cuando la finca agrícola sufrió algunas transformaciones en 1923. Sin embargo, desgraciadamente todo el material que se recogió en
aquella época fue dado por perdido después de la guerra civil (Vicent, 1977: 143-162;
Felip y Vicent, 1991: 10-11; Aranegui, 1996: 152; Arasa, 1998: 221).
—452—
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Fig. 9.- El pavimento de La Vall d’Uixó ya restaurado colocado en el Archivo y
Servicio de Arqueología del Ayuntamiento.
Fig. 10.- Detalle de algunos motivos originales y de la reintegración de lagunas.
—453—
17
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18
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Figs. 11 y 12-. Dibujo y vista general del fragmento de opus tessellatum
polícromo descubierto en la excavación del Pujolet de Santa en Alcora.
COMARCA DE L’ALCALATÉN
L’Alcora
En marzo de 2004 se descubrieron los restos de unos fragmentos de mosaico en la
excavación arqueológica del Pujolet de Santa en la localidad castellonense de L’Alcora22
(carretera de L’Alcora a Sant Joan de Moró). Se trata concretamente de algunas porciones de pavimento polícromo opus tessellatum de época imperial, adosado a uno de los
muros del vestíbulo de los baños romanos (figs. 11-12). Representa una banda enmarcada de orlas vegetales con diferentes tamaños de teselas de piedra blancas, negras, ocres y
granates y teselas vítreas de color verde y granate.23 En el centro de los motivos florales
aparece el dibujo de dos pares de sandalias orientadas hacia el interior de la estancia,
justo ante el umbral de entrada, cuya presencia pueda interpretarse en un sentido puramente descriptivo, en referencia a la necesidad de descalzarse antes de entrar en los baños
(figs. 13-14). Muy posiblemente conserve restos de lo que pudiera ser una inscripción,
aunque por el momento es difícil de interpretar.
22
23
Trabajos dirigidos por José Manuel Melchor, Josep Benedito y Mónica Claramonte de la empresa Arete S.L.
Las teselas blancas son de mayor tamaño que las negras, éstas últimas alrededor de 1 cm de lado. Las teselas vítreas, sin
embargo, presentan un formato mucho más reducido y son precisamente las que se encuentran más deterioradas, especialmente las verdes, con graves fenómenos de disgregación.
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Fig. 13.- Detalle de los roleos vegetales con policromía.
Fig. 14.- Particular del diseño de dos pares de sandalias.
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19
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20
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La pieza presentaba deformaciones a consecuencia del derrumbe de algunos elementos de peso, lo cual ocasionó la aparición de lagunas o pérdidas originales de tejido musivo que debilitaban el conjunto. Estas deformaciones fueron también provocadas por la
presencia de raíces entre los morteros de asentamiento, que causaron levantamientos
superficiales en algunas zonas. Los estratos preparatorios del mosaico estaban muy bien
definidos, tal y como pudimos comprobar con algunos cortes que se realizaron; el mosaico se asentaba sobre otro pavimento anterior de opus caementicium y presentaba una
potencia de estratos muy escasa, de aproximadamente 5 cm, aunque en buen estado de
conservación y manteniendo las propiedades de agarre de la superficie de las teselas.
Sobre algunas zonas del nucleus se encontraron algunos restos de sinopia pintada, marcando en tono rojo la zona de colocación de las teselas negras, lo cual será un dato a tener
en cuenta cuando se pretenda realizar un estudio sobre la interpretación de la posible inscripción.
Evidentemente la conservación in situ de los restos musivos hubiera sido la más aceptable de las alternativas; sin embargo tuvimos que recurrir finalmente a su extracción ya
que no se garantizaba su adecuada salvaguarda (Pasíes, 2004; Pasíes, Melchor y
Benedito, en prensa). En la actualidad se ha desviado el trazado de la carretera que afectaba al yacimiento con la finalidad de conservarlo y ponerlo en valor; así pues el mosaico, que hoy en día se encuentra en las dependencias del museo municipal de L’Alcora
en espera de poder ser restaurado, tenga quizás una oportunidad de volver a su lugar de
origen.
COMARCA DE LA PLANA ALTA
Borriol
Una de esas noticias erróneas que en ocasiones encontramos citadas en la bibliografía
y que puedan ocasionar fallos de interpretación nos llevan, en este caso, a la localidad de
Borriol. De aquí existe una referencia en el estudio sobre las villas hispano romanas de
Gorges donde se nombran “mosaicos” en alguna villa no precisada (Gorges, 1979: 244).
Sin embargo, pensamos que se trata de un error del autor que confunde alguno de los
datos de Bru y Vidal (la abreviatura “Mo”, que significa monedas, con “Ms” que se
refiere a los mosaicos).
—456—
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MOSAICOS ROMANOS EN LA PROVINCIA DE CASTELLÓN
21
COMARCA DEL BAIX MAESTRAT
Ballestar
En 1996 se realizaron excavaciones en la partida de La Morranda en busca de un posible yacimiento arqueológico. Encontramos documentación sobre este pequeño hábitat de
época ibérica en un estudio preliminar que realizaron sus descubridores (Flors y Marcos,
1998). Entre los materiales recogidos se depositó en los almacenes de la Diputación de
Castellón una bolsa con algunas teselas sueltas blancas y negras de la campaña realizada
en 1997-1998 que puedan ser quizá el testigo de restos musivos todavía enterrados.
COMARCA DE ELS PORTS
Forcall
En Forcall se localiza el asentamiento de la Moleta dels Frares que fue descubierto en
1876 por Ferrer y Julve, catedrático de Anatomía Quirúrgica de la Facultad de Medicina,
el cual identifica la zona con la antigua Bisgargis y nos habla de la presencia de pavimentos enlosados y teselas, aparte de otros elementos que dan clara muestra de la riqueza del hallazgo (Ferrer, 1888: 266-269). La primera noticia la publica la Sociedad
Arqueológica Valenciana en sus Memorias correspondientes a 1877 y, posteriormente, en
las sucesivas (Sociedad Arqueológica, 1877: 30; 1878: 20; 1880: 5). Ferrer y Julve indica la necesidad de realizar excavaciones en la zona, pero éstas no se llevaron a cabo y la
Sociedad Arqueológica únicamente se limitó a conservar algunos de los objetos recogidos, como monedas, lucernas o teselas. Habría que esperar a 1960 para llevar a cabo la
primera excavación en La Moleta dirigida por Enrique Pla Ballester y a 2001 para que se
reiniciaran las investigaciones por un equipo de la Universidad de Valencia dirigido por
Ferran Arasa, que excavó una casa romana perteneciente al periodo de mayor esplendor
del yacimiento (s. I-II d.C.) (Arasa, 2004: 27-31). Encontramos estudios del yacimiento
y algunas breves referencias sobre restos de mosaicos y teselas sueltas en algunos artículos (Fletcher y Alcácer, 1956: 156-157, 161; Pla Ballester, 1966: 282-283; Goberna,
1985: 24-25; Arasa, 1987a; Aranegui, 1996: 95). Pero las noticias se quedan sólo en eso,
referencias bastante imprecisas. Ferran Arasa sólo da testimonio de un fragmento de
mosaico bícromo que conservaba la colección museográfica local donado al
Ayuntamiento de la localidad por el cronista J. Eixarch (Arasa, 1998: 221). Pero tras
haber escrito su artículo, cuando tuvimos la oportunidad de hablar con él, nos comentó
que este dato era un error, porque ese fragmento de mosaico no es realmente de Forcall,
sino de alguna villa catalana.
—457—
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22
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CONCLUSIONES
Podemos concluir una serie de datos: sin duda, las características peculiares de una
zona eminentemente agrícola en nada ha favorecido el descubrimiento y la conservación
de pavimentos musivos. La ubicación de los numerosos hallazgos en partidas rurales
sometidas a labores de cultivo no suele beneficiar la adecuada conservación de los restos
y, desde luego, la provincia de Castellón es una buena muestra de ello. De hecho, de las
numerosas referencias de la provincia aquí reseñadas, sólo cuatro pavimentos (uno en La
Vall d’Uixó, dos en Nules y el más reciente hallazgo de los fragmentos de L’Alcora) se
conservan físicamente en la actualidad y todos ellos precisan algún tipo de intervención
de restauración: en el opus signinum para poder terminar los trabajos en el resto de secciones que quedaron sin hacer; en las piezas de Nules por la urgente necesidad de replantear tratamientos más adecuados que sustituyan los antiguos y pesados soportes de
cemento, si queremos que disfruten de una lectura más correcta y que no desaparezcan
en el anonimato de las salas de almacén; y en el fragmento de L’Alcora porque sin duda
merece una intervención tras el proceso de extracción llevado a cabo recientemente.
Aún así, la gran mayoría siguen siendo noticias de aparición de teselas, piezas desaparecidas en épocas pasadas o todavía no desenterradas en zonas que sólo han sido
prospectadas. Por eso es lógico que, cuando finalmente se logre la consecución de proyectos de arqueología en estos yacimientos no excavados, se prevea igualmente la necesidad de incluir personal especializado que pueda dar respuesta inmediata a la problemática de este tipo de obras, evitando errores del pasado que supusieron la pérdida de
muchas piezas. El ICCM (International Committee for the Conservation of Mosaics)
reconocía ya desde la reunión que celebrara en Soria en 1986 que, cuando un mosaico se
descubre y no es protegido de forma inmediata, se produce rápidamente su destrucción;
también en la conferencia celebrada en Arles en 1999 se especificaron cuáles eran las
principales recomendaciones para el desarrollo de proyectos de áreas arqueológicas con
mosaicos:
1. Desarrollo de programas para conservar y preservar los mosaicos de acuerdo a
un proyecto global de actuación.
2. Este proyecto debería basarse en una cooperación activa de arqueólogos, conservadores, arquitectos y público en general.
3. La premisa fundamental para la preservación de mosaicos es la conservación in
situ y/o su contexto.
4. La elección de la intervención debe basarse en: completa documentación previa
a los tratamientos y durante el proceso; mínima actuación y plan de mantenimiento a largo plazo (Michaelides, 2001: 13; Nardi, 2001: 645-653).
Los criterios a seguir están ya claramente establecidos pero la realidad es bien diver—458—
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23
sa; apostar por la conservación in situ de los restos es sencillo, pero a menudo no es fácil
llevarlo a cabo; los hallazgos de la provincia de Castellón son, como hemos comprobado, un perfecto ejemplo de esta afirmación. Cuando la conservación in situ no sea posible, será necesario estudiar cuáles son las alternativas que en menor medida afecten al
carácter original de las piezas y garanticen su conservación. Sólo así estaremos asegurando la supervivencia de nuestros mosaicos. Pero no sólo hemos de conservar y restaurar; la conservación no tiene sentido sin la difusión y la exhibición; por eso es necesario
replantear proyectos que permitan a nuestra sociedad la correcta contemplación de estas
obras. Obras que, no lo olvidemos, son ARTE con mayúsculas y el testimonio directo de
una de las manifestaciones culturales más bellas de nuestro pasado histórico.
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