Restos de cánidos (Canis familiaris ssp.) en yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Alfred Sanchis Serra
Inocencio Sarrión Montañana
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXV (Valencia, 2004)
1
ALFRED SANCHIS* e INOCENCIO SARRIÓN*
RESTOS DE CÁNIDOS (Canis familiaris ssp.) EN YACIMIENTOS
VALENCIANOS DE LA EDAD DEL BRONCE
RESUMEN: En el texto se describen los nuevos hallazgos de perro pertenecientes a yacimientos valencianos del segundo milenio a.C. Algunos de ellos aparecen con testimonios de manipulación antrópica que denotan la práctica de la cinofagia. Se ha podido estimar también la altura
en la cruz de los ejemplares y estudiar su morfología. El conjunto de los datos parece confirmar la
existencia en el área valenciana de una población homogénea de perros mesomorfos desde el
Neolítico y que permanece en el Eneolítico y en la Edad del Bronce.
PALABRAS CLAVE: Edad del Bronce, perros mesomorfos, cinofagia, altura en la cruz.
RÉSUMÉ: Sont présentées dans le texte les récentes trouvailles de chiens appartenants aux
gisements valenciens du second millénaire av. J.-C. Dans certains cas, les restes sont associés à
des traces d'activité antrhopique indiquant la practique de la cynophagie. Ont été aussi évaluée et
etudiée la hauteur au garrot et la morphologie de chaque exemplaire, respectivement. L'ensemble
des donées semble confirmer la présence d'une population homogène de chiens mésomorphes
depuis le Néolitique jusqu'à l’Énéolitique et l’Âge du Bronze.
MOTS CLÉS: Âge du Bronze, chiens mésomorphes, cynophagie, hauteur au garrot.
* Gabinet de Fauna Quaternària. Servei d'Investigació Prehistòrica. Diputació de València. C/ Corona 36, València
46003.
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A. SANCHIS - I. SARRIÓN
INTRODUCCIÓN
Los restos de perro no son frecuentes en los conjuntos de fauna recuperados en los
yacimientos arqueológicos. Habitualmente, esta especie no ha sido explotada por su carne
sino más bien por otros atributos, como ayudante en la caza o en la custodia de rebaños. Su
presencia se atestigua, de manera indirecta, a través de las marcas que sus denticiones han
dejado sobre los huesos de otros animales, elementos que de forma primaria se relacionan
con la alimentación humana.
En el País Valenciano, el registro arqueológico proporciona una desigual representación
de restos de este cánido, siendo escasos en el Neolítico, tal y como demuestran los yacimientos de la Cova de la Sarsa (Driesch y Boessneck, 1980a), Cueva Fosca (Estévez, 1988), Cova
de l’Or (Pérez, 1980), Cova de les Cendres (Pérez, 1981) y Cueva de la Cocina (Pérez, 1987).
Se hacen más presentes, según localidades, en las ocupaciones del tercer milenio y de la Edad
del Bronce. En el caso de las primeras, como atestiguan los yacimientos de Fuente Flores
(Martínez, 1988), Les Jovades y Arenal de la Costa (Martínez, 1993) y la Ereta del Pedregal
(Pérez, 1990), y de las segundas, como ponen de manifiesto los conjuntos de la Illeta dels
Banyets (Benito, 1994), Mola d’Agres (Castaños, 1996), Cabezo Redondo (Driesch y
Boessneck, 1969), Les Planetes (Pérez, 1978), Foia de la Perera y La Horna (Puigcerver,
1992-94), Cueva Soterraña (Sarrión, 1982), Muntanya Assolada (Sarrión, 1983) y la Lloma de
Betxí (Sarrión, 1998). La información recogida hasta el momento también presenta ciertos
sesgos; los datos métricos faltan en yacimientos como la Ereta del Pedregal, Cueva de la
Cocina, Cova de les Cendres, Arenal de la Costa, Foia de la Perera y La Horna, debido a la
deficiente conservación de los materiales y sobre todo a la escasez de efectivos. En general,
las mejores descripciones corresponden a aquellos yacimientos con un número de restos destacado, como Les Jovades y Cabezo Redondo. Este último ha proporcionado huesos largos completos, realizándose estimaciones de cálculo de altura en la cruz y caracterizando a los perros
como de tamaño mediano-pequeño (45-50 cm). Las alteraciones de génesis antrópica también
se localizan sobre los conjuntos que comportan mayor número de restos (incisiones de desarticulación), lo que viene a confirmar que hasta el tercer milenio a.C. no contamos con pruebas
de la posible utilización de estos cánidos con fines alimenticios.
Algunos restos, como los de los niveles acerámicos de Cova Fosca, quedan mal
definidos (cánido grande), pudiendo corresponder a lobos de pequeño tamaño o a perros
grandes. En otros casos, como en los niveles epipaleolíticos de la Cova de la Cocina, los
perros no están representados. Por ello, parece que la presencia de esta especie en el País
Valenciano se confirma a partir del Horizonte Neolítico, considerándola, desde este momento, como fauna banal en esta zona del mediterráneo. La talla y las medidas postcraneales y
de las denticiones nos hablan de una población homogénea de perros mesomorfos presentes
tanto en los yacimientos neolíticos (Cova de l'Or), como eneolíticos (Fuente Flores, Les
Jovades) y de la Edad del Bronce (Muntanya Assolada, Lloma de Betxí, Illeta dels Banyets
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y Cabezo Redondo). Los nuevos hallazgos confirman estos datos y ofrecen otros, relacionados con su manipulación por parte del hombre.
Tras el estudio de los nuevos materiales óseos de los yacimientos del segundo milenio
a.C. de la Lloma de Betxí (Paterna, València) y del Pic dels Corbs (Sagunt, València),1 se ha
determinado un conjunto de huesos de perro que ha proporcionado algunos datos de interés
acerca de su morfología y significación. Junto a éstos últimos, procedentes de excavaciones
que se llevan a cabo en la actualidad, hemos incluido un resto del yacimiento del Picarcho
(Camporrobles, València) –del que se realizó un sondeo en 1981– de reciente estudio.2
Como hemos comentado antes, gran parte de estos huesos, hasta el momento inéditos, presentan marcas o señales que nos indican que han sido manipulados por el hombre. Estas
alteraciones se han determinado a simple vista aunque se ha empleado la lupa binocular para
Yacimientos
Horizonte cultural
NR
Referencia
Cova de l'Or (Beniarrés, Alacant)
Neolítico
10
Pérez, 1980
Cueva de la Cocina (Dos Aguas, València)
Neolítico-Eneolítico
3
Pérez, 1987
Cova de les Cendres (Teulada, Alacant)
Neolítico
1
Pérez, 1981
Cova de la Sarsa (Bocairent, Alacant)
Neolítico
8
Driesch y Boessneck, 1980a
Cova Fosca (Ares del Maestre, Castelló)
Neolítico
4
Estévez, 1988
Ereta del Pedregal (Navarrés, València)
Eneolítico
4
Pérez, 1990
Fuente Flores (Requena, València)
Eneolítico
8
Martínez, 1988
Les Jovades (Cocentaina, Alacant)
Eneolítico
183
Martínez, 1993
Arenal de la Costa (Ontinyent, València)
Eneolítico
2
Martínez, 1993
Muntanya Assolada 1978 (Alzira, València)
Bronce
5
Sarrión, 1983
Lloma de Betxí 1988-91 (Paterna, València)
Bronce
2
Sarrión, 1998
Illeta dels Banyets (Campello, Alacant)
Bronce
3
Benito, 1994
Les Planetes (Benassal, Castelló)
Bronce
14
Pérez, 1978
Foia de la Perera (Castalla, Alacant)
Bronce
1
Puigcerver, 1992-94
La Horna (Aspe, Alacant)
Bronce
8
Puigcerver, 1992-94
Cueva Soterraña (Requena, València)
Bronce
1*
Sarrión, 1982
Cabezo Redondo (Villena, Alacant)
Bronce final
340
Driesch y Boessneck, 1969
Mola d'Agres (Agres, Alacant)
Bronce final-Hierro I
3
Castaños, 1996
* De dudable fiabilidad estratigráfica.
Tab. 1.- Restos de perro (referenciados en la bibliografía) pertenecientes a yacimientos valencianos del Neolítico, Eneolítico
y de la Edad del Bronce.
1. Excavaciones arqueológicas dirigidas por Mª Jesús de Pedro y Amparo Barrachina, respectivamente.
2. Uno de nosotros (Sanchis) realiza en la actualidad el estudio zooarqueológico de los yacimientos de la Lloma de
Betxí y del Pic dels Corbs, que serán publicados próximamente. El análisis faunístico del sondeo practicado en el Picarcho
se encuentra en prensa.
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su confirmación. A continuación describimos estos materiales y la situación de las incisiones, intentando dar una explicación a su origen.
Para poder comparar la talla de los animales, al final del texto se incluyen las medidas
de nuestros ejemplares y las de aquellos correspondientes a yacimientos valencianos ya
publicados (Martínez, 1988, 1993; Driesch y Boessneck, 1969, 1980a; Pérez, 1978, 1980;
Sarrión, 1982, 1983, 1998). También, se presentan otros datos osteométricos, sobre todo de
conjuntos de la mitad meridional peninsular (Boessneck, 1969; Driesch y Boessneck, 1976,
1980b; Driesch et al., 1985; Friesch, 1987; Hain, 1982; Lauk, 1976; Milz, 1986; Peters y
Driesch, 1990; Ziegler, 1990).
DESCRIPCIÓN DE LOS RESTOS
Picarcho. Sondeo de 1981. Cata A, capa 6, 51841
-Fragmento izquierdo de maxilar correspondiente a un individuo juvenil de unos seis
meses de edad (Silver, 1980; Hillson, 1986). El canino se encuentra en fase alveolar, mientras que el P4, el M1 y el M2 ya han erupcionado; el resto de la dentición se ha perdido; el
maxilar está fracturado -de manera fortuita- por su parte anterior, al nivel de la sutura palatina medial y por la posterior (a la altura del P4) por la sutura palatina transversa. No se ha
observado ninguna alteración antrópica (fig. 1a).
Pic dels Corbs. 1993. 1067. K3 IV, B72, BFA, N VI
-Fragmento articular distal derecho de fémur (fig. 1b) perteneciente a un individuo que
supera el año y medio de edad (Silver, 1980). Presenta marcas de carnicería antrópicas en
el cóndilo medial y en la tróclea. Se trata de cuatro incisiones cortas y profundas, más o
menos paralelas al eje de la diáfisis (fig. 1c), y que se han interpretado como consecuencia
del proceso de desarticulación y de corte de los tendones. La fractura es de morfología irregular y se sitúa en el tercio distal de la diáfisis y es de origen antrópico.
Elemento
anatómico
Localización
Tipo de
alteración
Desarticular
Fémur derecho
Zona articular distal
4 incisiones en cóndilo
+
Fémur derecho
1/3 distal diáfisis
Fracturar y/o
extraer médula
y tróclea en norma medial
Fractura
Tab. 2.- Alteraciones en el fémur del Pic dels Corbs 1993.
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+
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5
a
b
c
d
•
-;
Fig. 1.- a: El Picarcho 1981; fragmento izquierdo de maxilar, en norma lateral. b: Pic dels Corbs 1993; fragmento articular
distal derecho de fémur, en norma caudal. c: Pic dels Corbs 1993; cóndilo distal derecho de fémur, en norma medial. d:
Lloma de Betxí 2000; húmero derecho, en norma craneal.
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Lloma de Betxí. 2000. e/29, capa 2, 102980
-Húmero derecho completo (fig. 1d) perteneciente a un individuo que supera los quince
meses de edad (Silver, 1980). El resto presenta marcas carniceras en su tercio distal: una incisión
longitudinal de tendencia oblicua en norma lateral y en la parte distal de la diáfisis (fig. 2a); otra
más corta y oblicua en la misma zona en norma caudal, y otras dos más, también en cara caudal, consecuencia de la acción de un objeto metálico durante el proceso de excavación. En la
parte medial, una gran muesca en el tercio distal de la diáfisis formada por múltiples incisiones
a modo de estrías, en sentido oblicuo, debidas a la utilización de un objeto metálico y de dudosa
fiabilidad cronológica. Relacionamos las dos primeras marcas con el descarnado del hueso.
Elemento anatómico
Localización
Tipo de alteración
Descarnar
Húmero derecho
1/3 distal diáfisis
Incisión en norma lateral
+
Húmero derecho
1/3 distal diáfisis
Incisión en norma lateral
+
Tab. 3.- Alteraciones en el húmero de la Lloma de Betxí 2000.
La preservación de este elemento apendicular ha permitido el cálculo de la altura en la
cruz del individuo, empleando los factores de Koudelka (1885) y Harcourt (1974):
Factor
Longitud desde la cabeza (mm)
Altura estimada (cm)
(a) 3,37 x L
150
50,55
(b) (3,43 x L) - 26,54
150
48,79
Tab. 4.- Cálculo de la altura en la cruz según Koudelka (a) y Harcourt (b). Lloma de Betxí 2000.
Lloma de Betxí. 2001. d-e/24, capa 1/2
-Fragmento derecho de maxilar (fig. 2b) perteneciente a un individuo que supera los
seis o siete meses de edad (Silver, 1980; Hillson, 1986) y cuya dentición presenta poco desgaste. Ésta se conserva desde el P2 (incompleto) hasta el M2. El resto aparece fracturado y
lo vinculamos a una acción antrópica totalmente intencionada.
Elemento anatómico
Localización
Tipo de alteración
Fracturar
Maxilar derecho
Maxilar
Fractura a la altura del M
1
Tab. 5.- Alteraciones en el maxilar de la Lloma de Betxí 2001.
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+
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-·
-,
a
b
·-
c
·-
d
Fig. 2.- a: Lloma de Betxí 2000; húmero derecho, tercio distal de la diáfisis en norma lateral. b: Lloma de Betxí 2001; fragmento derecho de maxilar, en norma lateral. c: Lloma de Betxí 2002; cráneo, en norma lateral derecha. d: Lloma de Betxí
2002; maxilar, en norma ventral palatina.
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Lloma de Betxí. 2002. b-c/21, capa 6
- Individuo parcialmente completo de unos dos años de edad que mantiene su posición
original y la conexión anatómica, con excepción de algunos huesos ligeramente desplazados como consecuencia del proceso de descomposición del cadáver y de alteraciones postdeposicionales responsables de un probable transporte horizontal y vertical. La excavación
se realizó con el máximo cuidado por tratarse de un individuo, a priori, completo y la tierra recogida fue cribada en busca de pequeños huesos carpales o falanges. Con todo, después
de finalizada su extracción, observamos como faltaban algunos elementos anatómicos,
como los metápodos y acrópodos posteriores, el autópodo anterior derecho, el fémur y la
pelvis izquierda, algunas vértebras, incluido el sacro y las caudales de la cola. A pesar de
este hecho, concluimos que se trata de una deposición primaria.
El cráneo se conserva muy fragmentado, aunque se ha podido tomar su longitud máxima y precisar su perfil (fig. 2c). En el maxilar derecho se mantiene toda la dentición, salvo
el M2, y el P4 está parcialmente fracturado. El maxilar izquierdo se ha preservado hasta la
altura del P2, faltando desde el P3 al M2 (fig. 2d). En la hemimandíbula izquierda no están
presentes el I1 (se conserva sólo la raíz desplazada), el I2, el P1, el P2 y el M3, mientras que
en la derecha se han perdido el M2 y el M3. Los molares presentan un desgaste poco importante relacionado con un individuo adulto-joven (fig. 3a). Se observan, sobre el M1, dos islas
de atrición sobre las cúspides del protocónido y del hipocónido, pertenecientes al estadio C
de desgaste y vinculado a un individuo juvenil de uno a dos años de edad (Horard-Herbin,
2000). Tras examinar los incisivos, vemos como el I1 (pinza) aparece rasado, mientras que
el I2 (mediano) todavía no ha perdido la característica forma de flor de lis, por lo que la edad
de muerte del animal podemos situarla alrededor de los dos años. Conviene señalar, que
cualquier variación en la alimentación típica carnívora puede influir negativamente en el
grado de desgaste, condicionando la estimación correcta de la edad de muerte.
De las vértebras, se conserva casi todo el atlas, el axis, la tercera, cuarta, quinta y sexta cervical, seis lumbares, dos torácicas y abundantes pequeños fragmentos de apófisis y de cuerpo.
Respecto a las costillas, aparecen trece fragmentos articulares y otros cincuenta de cuerpo. Las
fracturas de los cuerpos costales son antiguas, asociadas probablemente a la presión sedimentaria. En las escápulas, se mantienen los procesos articulares de ambos lados.
Todos los elementos apendiculares, salvo el fémur izquierdo, están presentes, así como
la patella derecha, ambos calcáneos, los dos astrágalos, dos fragmentos de la pelvis derecha,
los metacarpos I, II, III, IV y V izquierdos; las falanges primeras anteriores izquierdas de
los dedos II, III y IV; las falanges segundas anteriores izquierdas de los dedos II, III y IV; y
las falanges terceras anteriores izquierdas de los dedos III y IV. También aparecen tres elementos del carpo izquierdo: el escafolunar, el piramidal y el grande.
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..
,.
•
9
•r
a
b
c
d
Fig. 3.- a: Lloma de Betxí 2002; mandíbula, en norma craneal oclusal. b: Lloma de Betxí 2002; hemimandíbula izquierda
(norma lateral) y derecha (norma medial). c: Lloma de Betxí 2002; cráneo, en norma dorsal. d: Lloma de Betxí 2002; atlas,
en norma ventral.
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Descripción del cráneo y del maxilar: cráneo mesocéfalo que presenta una frente muy
huidiza (rasgo arcaico), una depresión frontal y una cresta sagital bastante marcadas así
como una protuberancia occipital externa que acaba de forma prominente. En norma frontal,
se observa que el cuerpo del hueso incisivo está muy desarrollado, carácter relacionado con
un hocico ancho pero de longitud moderada. El maxilar posee una anchura mínima palatina amplia y un foramen nasal mayor que el de los perros actuales de similar tamaño.
Presenta un gran diastema entre el P2 y el P3, rasgo típico de los lobos y de los perros antiguos, y en general no posee superposición dental, característica de una manipulación humana
avanzada y de la existencia de tipos de menor tamaño provistos de un hocico más corto. La
mordida respecto a la mandíbula es normal, sin prognatismo. En el yacimiento argárico de
Terrera del Reloj (Milz, 1986) se recuperó un cráneo completo de dimensiones y morfología
muy similar al que presentamos aquí.
Descripción de la mandíbula: (fig. 3b) llama la atención la presencia de algunos rasgos
arcaicos, más relacionados con su agriotipo que con perros modernos de talla parecida. Su
fosa masetérica es bastante profunda; la altura y anchura mandibular, tomadas detrás del M1,
ofrecen valores importantes y si se comparan estas medidas con las tomadas sobre perros
actuales, las primeras comportan mayores valores; los premolares mantienen pequeños
diastemas entre ellos, salvo entre el P1 y el P2; los molares aparecen muy juntos, pero no
superpuestos, como es más habitual entre perros (el P4 y el M1 también lo están); la rama
ascendente tiene una disposición muy vertical (un rasgo típico del género Cuon). En los perros actuales observados, la rama ascendente se sitúa de forma más oblicua respecto a la parte
inferior de la base mandibular, con un ángulo que nunca supera los 75º, mientras que en nuestro individuo esta relación origina un ángulo de 83º, y en el lobo es mucho menor (70º).
Otro rasgo a comentar es la morfología del cóndilo mandibular que en nuestro ejemplar
no es de disposición oblicua en su lado interno, como se observa en los perros actuales,
manteniendo cierta rectitud. Además, la zona medial del cóndilo en nuestro individuo es
mucho más potente (parecida a la del lobo) y la relacionamos con una destacada capacidad
masticadora y de presa.
Koudelka
Factor
Longitud lateral (mm)
Altura estimada (cm)
Húmero*
3,37
140,4
47,31
Radio
3,22
141,6
45,59
Fémur
3,01
157,2
47,31
Harcourt
Factor
Longitud lateral (mm)
Altura estimada (cm)
Húmero*
(3,43 x L) – 26,54
140,4
45,5
Radio
(3,18 x L) + 19,51
141,6
46,97
Fémur
(3,14 x L) – 12,96
157,2
48,06
* Longitud desde la cabeza.
Tab. 6.- Cálculo de la altura en la cruz según Koudelka y Harcourt. Lloma de Betxí 2002.
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a
b
c
d
Fig. 4.- a: Lloma de Betxí 2002; cuarta cervical, en norma ventral. b: Lloma de Betxí 2002; quinta cervical, en norma lateral izquierda. c: Lloma de Betxí 2002; húmero proximal derecho, en norma medial. d: Lloma de Betxí 2002; radio proximal
izquierdo, en norma medial.
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Cálculo de la altura en la cruz: al contar con huesos largos completos ha podido estimarse en tres de ellos su longitud. Se ha aplicado la metodología propuesta por Driesch y
Boessneck (1974) a partir de los factores de cálculo de altura en la cruz definidos por
Koudelka (1885). También, a modo comparativo, se ha estimado la altura a través del método desarrollado por Harcourt (1974).
Descripción de las alteraciones de origen antrópico: se han documentado marcas de
carnicería sobre algunos huesos. En concreto, sobre el cráneo, el atlas, la cuarta, quinta y
sexta cervical, tres lumbares, el húmero derecho e izquierdo, el radio izquierdo, el fémur
derecho, la tibia y pelvis derecha, ambos calcáneos, los dos astrágalos y diez costillas.
-Cráneo: cuatro incisiones cortas y oblicuas en la parte izquierda del frontal y otra, de
mayor longitud, situada en medio de la zona derecha (fig. 3c).
-Atlas: en norma ventral y en la superficie articular craneal aparecen marcas que se
sitúan transversales al eje vertebral. Éstas se localizan en la superficie interna de ambos
lados del proceso articular: en el izquierdo cuatro incisiones someras y paralelas y una quinta mucho más profunda que se sitúa más arriba, y en el derecho, una de mayor profundidad
y otra más corta y somera (fig. 3d). Estas marcas no se proyectan sobre los márgenes del
foramen magnum ni sobre la apófisis odontoides del axis.
-Cuarta cervical: tres incisiones en el proceso transverso izquierdo, situadas en norma
ventral. Están dispuestas longitudinalmente y paralelas al eje del cuerpo. La central es más
corta que las de los extremos y todas son someras (fig. 4a).
-Quinta cervical: incisión longitudinal en la parte central de la base del proceso
espinoso, en cara lateral izquierda. Poco profunda (fig. 4b).
-Sexta cervical: una incisión en el lado izquierdo y dos en el derecho, de tendencia
transversal, en norma dorsal y sobre ambos procesos articulares caudales.
-Lumbar: dos incisiones profundas en el margen anterior del proceso espinoso dorsal.
Se sitúan paralelas y con cierta tendencia oblicua.
-Lumbar: incisión que discurre longitudinalmente al eje del proceso mamilar, en norma
dorsal.
-Lumbar: incisión oblicua sobre el proceso transverso, en norma dorsal.
-Húmero derecho: incisión somera en la cabeza del húmero, en norma medial (fig. 4c).
-Húmero izquierdo: dos incisiones convergentes en la epífisis proximal, en el borde
caudal.
-Radio izquierdo: cinco incisiones bastante profundas en la parte anterior de la epífisis
proximal, en norma medial. Se sitúan paralelas y alguna de ellas más oblicua (fig. 4d).
-Fémur derecho: incisión profunda en la zona del cuello, debajo del caput femorae, situada transversal al eje de la diáfisis y en norma medial (fig. 5a).
-Tibia derecha: dos incisiones muy profundas en la cara dorsal de la epífisis distal. Se
disponen paralelas entre ellas y transversales al eje de la diáfisis (fig. 5b).
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a
b
c
d
Fig. 5.- a: Lloma de Betxí 2002; fémur proximal derecho, en norma medial. b: Lloma de Betxí 2002; tibia distal derecha, en
norma dorsal. c: Lloma de Betxí 2002; pelvis derecha, zona acetabular en norma lateral. d: Lloma de Betxí 2002; calcáneo
derecho, en norma plantar.
—173—
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-Pelvis derecha: en norma lateral, incisión profunda en el borde inferior acetabular. Esta
marca parece ser una prolongación de la efectuada sobre el cuello del fémur (fig. 5c).
-Calcáneo derecho: más de una veintena de incisiones, localizadas todas en el borde plantar corporal. Sólo una se sitúa en la zona proximal del cuerpo y todas las demás en la parte central y distal del mismo. La superposición de diversas marcas ha provocado cortes profundos,
haciendo difícil la distinción de unas y otras. Todas se sitúan de manera transversal al eje del
cuerpo y algunas de forma más oblicua, en sentido medial-lateral o lateral-medial (fig. 5d).
-Calcáneo izquierdo: abundantes marcas, concentradas en el lado lateral corporal.
Todas ellas mantienen una tendencia oblicua, en sentido plantar-dorsal. En el centro del
cuerpo se documentan incisiones oblicuas, paralelas y poco profundas, mientras que en el
borde del proceso coracoides, y proyectadas hacia el cuerpo, se suceden gran número de
marcas de mayor profundidad. Esto último se repite en la zona más distal (fig. 6a).
-Astrágalo derecho: en la cabeza, en el margen dorsal-medial, incisión recta y profunda,
consecuencia de la realización de diversas marcas sobre la misma zona. Por debajo de la anterior, dos incisiones profundas, oblicuas y paralelas, dispuestas en sentido medial-lateral (fig. 6b).
-Astrágalo izquierdo: en la cabeza y en norma plantar, una incisión corta y oblicua en
sentido lateral-medial.
-Costillas: diez fragmentos presentan marcas carniceras, dominando las situadas en la
zona ventral del cuello, cerca de la parte articular. En un caso las marcas están en la zona
dorsal, en otro en la anterior y en otro en la posterior.
- Dos incisiones oblicuas y paralelas en la zona articular, en cara ventral. La más
cercana al borde articular es de mayor longitud y recorre la cabeza de un lado a otro; la
otra es ligeramente más corta y menos profunda que la primera.
- Dos incisiones oblicuas se sitúan en la zona articular, en cara ventral, siendo más
larga y profunda la que se encuentra más próxima a la articulación (fig. 6c).
- Tres incisiones oblicuas en norma ventral, dos de ellas más juntas y paralelas,
mientras que la más cercana a la articulación es más profunda.
- Dos incisiones transversales en cara ventral, la más cercana a la articulación es
más somera y recorre toda la superficie de un extremo al otro. La segunda se dispone
algo más oblicua y es más larga y profunda que la primera (fig. 6d).
- Dos incisiones oblicuas y transversales en norma ventral. La próxima a la articulación de mayor longitud y profundidad que la otra.
- En cara anterior, en la zona cercana a la articulación, abundantes incisiones
oblicuas consecuencia de la superposición de unos trazos sobre otros que han originado alteraciones importantes.
- En cara ventral, en la zona articular, un corte transversal y oblicuo.
- En norma ventral, en la zona articular, un corte muy oblicuo y profundo, casi longitudinal al eje del cuerpo de la costilla.
—174—
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a
b
c
d
Fig. 6.- a: Lloma de Betxí 2002; calcáneo izquierdo, en norma lateral. b: Lloma de Betxí 2002; astrágalo derecho, en norma
medial. c: Lloma de Betxí 2002; costilla, zona articular en norma ventral. d: Lloma de Betxí 2002; costilla, zona articular en
norma ventral.
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- En norma posterior y dorsal, incisión transversal y profunda en la zona articular.
Se trata de una superposición de muchos trazos que ha originado una gran muesca.
Propuesta de reconstrucción del procesado carnicero y de deposición del cuerpo: siguiendo a Harcourt (1974), pensamos que el procesado se realizó colgando al animal por sus extremidades posteriores. A continuación, el cadáver fue colocado en una fosa excavada en la tierra.
a) Despellejado. Se han realizado cortes en las tibias distales, calcáneos y astrágalos,
quedando los tarsos, metatarsos y falanges adheridos a la piel. Se comenzó a tirar de la piel
hacia abajo (como se hace con los conejos y liebres), encontrando algunos puntos anatómicos donde ésta se resistía –sobre todo en zonas con poca carne entre la piel y el hueso– como
en la articulación del fémur con la pelvis derecha, en los procesos espinosos de vértebras
lumbares, sobre algunas costillas en su zona dorsal, en el radio izquierdo proximal, sobre el
húmero derecho e izquierdo proximal, el atlas3 y el cráneo. Se han efectuado cortes en las
manos, similares a los practicados sobre los pies. La zona marginal de la extremidad anterior izquierda no se ha separado del cuerpo (seguramente por la rotura de la piel), mientras
que la mano derecha ha quedado adherida a la piel, que finalmente se extrajo. El problema
que se plantea es qué ocurrió con el fémur, la pelvis, el sacro y las vértebras caudales que
faltan. Es muy probable que el sacro y la cola, dada su localización marginal, se quedaran
unidos a la piel. Más difícil resulta dilucidar la suerte del fémur y la pelvis, que muy probablemente se asocie con algún otro tipo de alteración más potente.
b) Evisceración. No se han encontrado marcas longitudinales de descarnado sobre las
diáfisis, por lo que nos ha parecido más conveniente emplear el término eviscerar que
descarnar. Una vez obtenida la piel, las marcas sobre la zona ventral de las costillas y de
alguna vértebra nos indican que el animal fue vaciado, accediendo con un instrumento cortante por el interior de su caja torácica, y que fueron extraídos los órganos blandos superiores. Como acabamos de mencionar, no existen elementos que evidencien directamente el
descarnado de los huesos, aunque es factible que las partes blandas obtenidas fueran consumidas. No hay que obviar la posibilidad de su relación con algún acto social o ritual, sobre
todo porque este enterramiento acompaña a otro humano.4
c) Deposición del cuerpo. El conjunto se ha hallado en posición primaria, manteniendo
ciertos huesos la conexión anatómica (vértebras cervicales). Algunos elementos se han visto
ligeramente desplazados debido a la propia descomposición (escápula y miembros apendiculares). Otros, han experimentado algún tipo de transporte vertical postdeposicional
(sexta cervical), apareciendo en niveles inferiores. Se han encontrado huesos con fracturas,
sobre todo el cráneo y las costillas, que relacionamos con la presión sedimentaria, el trampling o su propia fragilidad.
3. No desestimamos la idea de que las incisiones descritas sobre la zona ventral del atlas, en su proceso articular craneal y que se han vinculado al despellejado, puedan estar relacionadas con el degollado del animal (Chaix y Méniel, 2001),
lo que abriría la hipótesis de su muerte por causas no naturales.
4. El estudio antropológico lo está llevando a cabo en la actualidad Mª Paz de Miguel (Universidad de Alicante).
—176—
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
Fig. 7.- Excavación en extensión del individuo de la Lloma de Betxí 2002.
—177—
17
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A. SANCHIS - I. SARRIÓN
La situación de los diferentes elementos óseos, su orientación y su división por lados corporales, nos están indicando las características de la deposición (fig. 7): en el margen izquierdo de la imagen puede observarse el cráneo, que descansa sobre su lado izquierdo. Siguiendo
este eje y hacia la derecha se pueden ver las vértebras cervicales. El atlas se sitúa a la izquierda del cráneo, por lo que pensamos que la cabeza se desplazó del raquis por la descomposición. En la parte superior de la imagen puede constatarse la asociación del radio, la ulna y el
húmero del lado derecho (de este último solo se ve su extremo distal). También se observa la
escápula derecha, que se ha desplazado ligeramente hacia un lado. El miembro torácico
izquierdo se encuentra por debajo del derecho, por lo que suponemos que el cuerpo fue colocado de lado sobre su costado izquierdo. En la parte inferior de la lámina se distinguen los
miembros pelvianos, que se colocaron también flexionados, aunque en este caso el miembro
posterior izquierdo por encima del derecho. La mayor exposición del fémur y de la pelvis
izquierda pudo favorecer la acción de otro perro, que sustrajo estos huesos.
Todos estos elementos parecen indicar que el cuerpo fue depositado de espaldas (las
vértebras presentan su cara ventral hacia arriba) y fue girado del lado izquierdo, con las
Elemento
anatómico
Cráneo
Atlas
Cuarta cervical
Quinta cervical
Sexta cervical
Lumbar
Lumbar
Lumbar
Húmero derecho
Húmero izquierdo
Radio izquierdo
Fémur derecho
Tibia derecha
Costillas
Costilla
Costilla
Costilla
Pelvis derecha
Calcáneo derecho
Calcáneo izquierdo
Astrágalo derecho
Astrágalo izquierdo
Localización
Tipo de alteración
Frontal
5 incisiones desde el
proceso cigomático frontal
izquierdo a la línea temporal derecha
3 incisiones en norma ventral
3 incisiones en norma ventral
Incisión
3 incisiones en norma dorsal
Incisión en norma dorsal
Incisión en norma dorsal
2 incisiones en margen anterior
Incisión en norma medial
2 incisiones en el borde caudal
5 incisiones en norma medial
Incisión en el cuello
4 incisiones en norma dorsal
De 1 a 2 incisiones en norma ventral
Proceso articular craneal
Proceso transverso izquierdo
Base proceso espinoso
Proceso articular caudal
Proceso mamilar
Proceso transverso
Proceso espinoso dorsal
Cabeza articular
Cabeza articular
Zona proximal
Zona proximal
Zona distal
7 casos en la zona
ventral del cuello
Zona anterior del cuello
Zona posterior del cuello
Zona dorsal del cuello
Acetábulo
Cuerpo
Zona proximal
Cuerpo
Cabeza
Cabeza
De 1 a 2 incisiones en norma anterior
De 1 a 2 incisiones en norma posterior
De 1 a 2 incisiones en norma dorsal
Incisión en el borde
20 incisiones en borde plantar
Incisión
Abundantes incisiones en norma lateral
3 incisiones en margen dorsal-medial
Incisión en norma plantar
Tab. 7.- Alteraciones en el individuo de la Lloma de Betxí 2002.
—178—
Despellejar
Eviscerar
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
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extremidades flexionadas; hecho que parece responder a una adecuación del cuerpo del
cánido (presionando hacia abajo) a las dimensiones del agujero practicado en la tierra.
VALORACIONES
Los restos de fauna correspondientes a animales que han servido de alimentación al
hombre aparecen en la mayoría de los casos fracturados y con señales carniceras que denotan su procesado, depositándose en vertederos asociados a áreas domésticas. Los huesos y
esqueletos conservados enteros son minoritarios. Los conjuntos aquí descritos, pertenecen
a acumulaciones de génesis diversa: huesos fracturados, no fracturados y esqueletos completos, presentando en algunos casos incisiones carniceras.
Estos caracteres parecen indicarnos que, junto a la disposición y la morfología de las
alteraciones, en la Edad del Bronce en el área valenciana los perros fueron utilizados
(después de su muerte) de formas diversas, además de las funciones en vida que se les
supone y que desarrollan en la actualidad en algunas zonas rurales (perros pastores conductores de rebaños, ayudantes en las tareas cinegéticas o protectores de las zonas de hábitat). Funciones muy condicionadas por la localización de los yacimientos y sobre todo por
el modelo económico desarrollado en cada uno de ellos. Este tipo de actividades no pueden
ser inferidas directamente a través de sus restos, aunque la variabilidad en la talla de algunos
ejemplares podría indicarnos la existencia de diferentes variedades de perros. Por otro lado,
las marcas dejadas por sus denticiones sobre los restos de alimentación de origen antrópico,
nos confirman su presencia aunque sin aportar muchos más datos. Es posible que los perros
presentes en los yacimientos valencianos estudiados, fueran utilizados en una o en varias de
las funciones que se han descrito con anterioridad, independientemente del diferente
tratamiento post mortem dado.
Los nuevos hallazgos nos indican ciertos procesos, entre ellos el descarnado y/o consumo de la carne de perro, en concreto en el húmero de la Lloma de Betxí 2000. También,
el fémur distal del Pic dels Corbs 1993 y el fragmento de maxilar de la Lloma de Betxí
Restos de
Canis familiaris
Con incisiones
carniceras
Probable
utilización
Sin incisiones
carniceras
Probable
utilización
Elemento fracturado
PC 93
Consumo antrópico
LLB 01
¿Consumo antrópico?
Elemento no fracturado
LLB 00
Consumo antrópico
Picarcho 81
No consumo antrópico
Esqueleto completo
LLB 02
Extracción de la piel,
acto social, ritual...
-
-
Tab. 8.- Caracteres de los conjuntos óseos de Canis familiaris descritos en el texto.
—179—
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A. SANCHIS - I. SARRIÓN
2001, denotan su fracturación y contienen además marcas de desarticulación. Estos tres
restos se vinculan al aprovechamiento cárnico. No podemos decir lo mismo del esqueleto
completo de la Lloma de Betxí 2002, que vinculamos más a la obtención de la piel. En la
zona valenciana, encontramos paralelos del procesado de canes, en el yacimiento del
Bronce final del Cabezo Redondo (Driesch y Boessneck, 1969), con marcas de desarticulación sobre un radio proximal, y también en el eneolítico de Les Jovades (Martínez, 1993).
Este yacimiento es la prueba más antigua –en territorio valenciano– de la presencia de
alteraciones carniceras antrópicas de desarticulación sobre huesos de perro, que podemos
relacionar con el consumo de su carne, ya que en los yacimientos neolíticos valencianos no
se han encontrado señales de ningún tipo. Esto puede responder a dos dinámicas: por un
lado, los escasos restos de estos cánidos representados que no contienen marcas, reflejan la
realidad del “no consumo” de su carne durante el Neolítico, desempeñando otras funciones,
y por otro, que el bajo número de fragmentos enmascara las posibles marcas que podrían
estar presentes sobre otros elementos anatómicos que no se han conservado.
Fuera del área valenciana, en los yacimientos argáricos de Castellón Alto y de Terrera
del Reloj (Granada), se han observado marcas carniceras sobre dos vértebras lumbares,
una tibia distal, un atlas y un calcáneo (Milz, 1986). Asimismo, en Los Palacios y Azuer
(Ciudad Real) se han detectado alteraciones sobre un radio proximal, un húmero distal y
en el ramus de una hemimandíbula (Driesch y Boessneck, 1980b). También, en el Cerro
de la Encina (Granada), en niveles argáricos y del Bronce final, se documentan marcas de
desarticulación sobre un fragmento de occipital, un atlas, una hemimandíbula y un
húmero distal (Friesch, 1987). En todos estos yacimientos se presupone la utilización del
perro con fines alimenticios.
En Europa, y más concretamente en Italia, se tiene constancia del consumo de perros
desde el Neolítico hasta época histórica, incluidos los restos de algunos depósitos rituales
de la Edad del Hierro (Wilkens, 1997), con un descenso importante de este hábito en época
romana (De Grossi y Tagliacozzo, 1997). En Francia, desde el Neolítico, hay pruebas de
cinofagia que se hacen más evidentes desde época gala, donde además de por su carne, el
cánido es explotado por su piel y utilizado en sacrificios (Méniel, 1987). En Bélgica, en el
Vicus de Braives y en niveles prerromanos, se tiene constancia del consumo de perro a
través de las incisiones de carnicería presentes sobre cinco de sus huesos, hecho que se relaciona más con hábitos locales que con verdaderas necesidades de alimento (Tarcan et al.,
2000). En el yacimiento suizo del Bronce final de Hauterive-Champréveyres se han hallado incisiones carniceras sobre huesos de perro (sacrificados con menos de cuatro años) que
además han sido fracturados con golpes de hacha, lo que nos indica la existencia de un verdadero procesado del animal con fines alimenticios, similar al practicado sobre otros animales de consumo habitual (Studer, 1988). En Europa central y oriental también hay pruebas del consumo de perros desde el Neolítico hasta el final de la Edad del Bronce (Bökönyi,
—180—
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
21
1974). Las evidencias de la utilización de carne canina pueden tener un origen cultural,
aunque en algunos yacimientos medievales y postmedievales (Carrickfergus, Irlanda del
Norte) responden sobre todo a situaciones concretas, como hambrunas y períodos de
carestía alimenticia relacionados con episodios bélicos, y también a la explotación de sus
pieles. En este lugar se ha llevado a cabo el procesado completo de los animales, desde el
despellejado, al desmembrado y descarnado (Murphy, 2001).
Ante todo esto, cabe preguntarse cuál fue el motivo del consumo de carne de perro
durante el tercer y segundo milenio a.C. en el País Valenciano, ya que no tenemos constancia de esta práctica durante el Neolítico ni tampoco posteriormente (época ibérica y
romana). Una cultura que practica la cinofagia, en teoría debe carecer de otra variedad de
fuentes alternativas de alimentos de origen animal, lo que conduce al sacrificio de estos animales para conseguir su carne, sea cual sea su supuesta utilidad en vida (Harris, 1989). Esto
puede parecer verosímil en otras zonas, pero no en la nuestra y en las cronologías propuestas. Se pudo dar, de manera ocasional, el consumo de carne de perro por un descenso en el
número de ejemplares de la cabaña ganadera destinada a carne (conflicto o enfermedad),
aunque si por algo se caracterizan la mayoría de yacimientos del Bronce Valenciano es por
la importancia de la caza (destacando el ciervo) y su considerable aporte a la dieta cárnica.
Este hecho subsanaría una posible situación de escasez de alimentos de origen animal
procedentes de las explotaciones agropecuarias tradicionales.
Todas estas explicaciones teóricas no parecen aclarar demasiado el motivo del consumo de
carne canina y de si se trata de un hecho puntual o si responde a una pauta cultural definida.
Un elemento a tener en cuenta, es la relación entre la edad de muerte de los ejemplares
y su posible funcionalidad en los yacimientos.
Sólo contamos con datos precisos sobre dos individuos (Picarcho y Lloma de Betxí
2002). En los otros tres, la edad de muerte establecida es aproximada. Una explotación de
perros dedicada a la obtención de carne responderá a un perfil con una abundancia de individuos jovenes. En cambio, un mayor porcentaje de individuos adultos y viejos reflejará una
población de animales vinculada a otros usos en vida. Lamentablemente, los datos de otros
Yacimientos
Elemento anatómico
Edad de muerte
Alteraciones carniceras
Picarcho 81
Fragmento maxilar
6 meses
No
PC 93
Fémur distal
> 18 meses
Sí
LLB 00
Húmero
> 15 meses
Sí
LLB 01
Fragmento maxilar
> 6-7 meses
Sí
LLB 02
Individuo
2 años
Sí
Tab. 9.- Relación entre la edad de muerte de los ejemplares y la aparición de alteraciones carniceras sobre sus restos.
—181—
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A. SANCHIS - I. SARRIÓN
yacimientos valencianos, como Cabezo Redondo y Les Jovades, no son clarificadores. En
el primero, no hay demasiadas referencias, mientras que en el segundo abundan los animales adultos, aunque no se ha precisado a qué grupo de edad pertenecen aquellos huesos
con alteraciones carniceras.
Además de su consumo y de la utilización de sus pieles, diversos elementos han probado que la interacción hombre-perro tuvo también un fuerte carácter social, probablemente
incluso más que alimenticio, como en la tumba de Ein Mallaha (Israel), donde una persona
de edad avanzada se acompaña de un cachorro de tres a cinco meses de perro-lobo (Perrot,
1988). Este conjunto puede ofrecer ciertos paralelos con el de la Lloma de Betxí 2002, ya que
en éste, el animal también se asocia al enterramiento humano, aunque con las sabidas diferencias. Por un lado, cronológicas, ya que el de Ein Mallaha pertenece a la cultura Natufiense.
Por otro, el conjunto asiático se sitúa en una única fosa, mientras que en el nuestro se diferencian claramente la deposición del cánido de la humana. Respecto a la edad de muerte de
ambos animales, el de la Lloma es de mayor edad (dos años) que el cachorro del yacimiento asiático. Además, nuestro perro ha sufrido un proceso de manipulación antrópica para la
obtención de su piel, consumo de sus órganos internos o simplemente ha sido participe en
algún rito de tipo cultual o funerario, vinculado a la muerte del hombre al que acompaña. El
cachorro de Ein Mallaha no fue procesado, apareciendo libre de toda marca carnicera.
Hasta el momento, en territorio valenciano no hay más datos de la presencia de esqueletos completos de perros en contextos de la Edad del Bronce o más antiguos, de ahí la importancia de este nuevo hallazgo. Sí que podemos citar el caso del yacimiento de la Edad del
Bronce de la Loma del Lomo (Guadalajara), donde se depositó a un perro completo en una
hoya próxima al enterramiento nº 9. Estos restos han sido interpretados como ofrendas vinculadas a ajuares funerarios pertenecientes a inhumaciones cercanas (Blasco, 1997).
Otro punto de especial interés es el que hace referencia a la talla. El cálculo de la altura
en la cruz, además de otros caracteres como la morfología del cráneo y del esqueleto postcraneal, es la forma más directa de estimar la variabilidad de la especie. En el País
Valenciano, sólo se conservan huesos largos completos en el Cabezo Redondo, que pueden
compararse con los últimos hallazgos de la Lloma de Betxí, mientras que los demás
yacimientos ofrecen pocos datos métricos. La altura en la cruz obtenida sobre estos huesos
es muy similar a la presente en el Cabezo Redondo, tratándose de individuos con una talla
que oscila entre los 45 y los 50 cm. El resto de medidas estimadas sobre los nuevos hallazgos, también nos permiten afirmar la existencia de una población biométrica homogénea de
perros mesomorfos en la Edad del Bronce (apéndice I).
Desde un punto de vista diacrónico, aplicado a los yacimientos valencianos con restos
de perro, podemos decir que su talla y dimensiones no varían apenas y que el perro de
tamaño mediano-pequeño, caracterizado durante el segundo milenio a.C. está presente en
nuestras tierras desde el Neolítico (apéndice II).
—182—
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En lo referente a los individuos pertenecientes a localidades situadas fuera del territorio valenciano, se han compilado todas las medidas en el apéndice III, donde aparecen citados sobre todo yacimientos de la Edad del Bronce, aunque también se han incorporado otros
del tercer milenio. Las medidas son bastante uniformes tanto en el esqueleto craneal como
postcraneal, con ligeras variaciones en la talla de algunos individuos pero sin observarse
diferencias de tipo diacrónico en los yacimientos. Los cálculos de altura en la cruz no aparecen mencionados en todas las publicaciones, aun así, los datos que se ofrecen nos permiten
realizar ciertas comparaciones con las alturas obtenidas en nuestros materiales. En
Valencina de la Concepción (tercer milenio) se obtiene una variación de 38,7-55,7 cm; en
Los Millares (tercer milenio), 43,5-52 cm; en Los Palacios (Bronce), 46 cm; en Terrera del
Reloj (Argárico), 44,4-49,3 cm (Koudelka, 1885) y 45,3-50,3 cm (Harcourt, 1974); en
Castellón Alto (Argárico), 43,3-51,9 cm (Koudelka, ibid) y 43,9-54,7 cm (Harcourt, ibid);
en Monachil y Purullena (Argárico y Bronce final) se ofrecen dos medidas aproximadas: 40
cm y 60 cm; en Fuente Alamo (Bronce), 38,47 y 47,65 cm (Koudelka, ibid) y 39,95 y 49,01
cm (Harcourt, ibid). Como se puede apreciar, en la mayoría de lugares las alturas obtenidas
se sitúan dentro de la variación de 40-50 cm. Cabe mencionar alguna excepción, como en
Monachil y Purullena donde se ha caracterizado a un perro como de tamaño grande al
obtener una altura de 60 cm, que se aproxima a Canis familiaris intermedius, descrito en los
yacimientos de Europa central (Bökönyi, 1974).
En Francia, se han estudiado restos de perro y se han obtenido buenos resultados referentes a la talla. En concreto, en yacimientos neolíticos como Boury-en-Vexin y Mayry
(Arbogast, Méniel e Yvinec, 1987) aparecen individuos de talla modesta (40-50 cm), que se
diversifica en la Edad del Hierro con perros más grandes (60 cm), apareciendo al final de la
época gala formas muy pequeñas (23-30 cm). Según los autores, las diferencias en la talla
no se ven reflejadas directamente en la morfología craneal que suele ser uniforme y que sólo
variará en época romana con la aparición de ejemplares muy parecidos a las especies
actuales (tipos bien diferenciados), como los perros de los depósitos en Soissons o Arras,
con alturas entre 30 y 60 cm (Méniel, 1987).
En Inglaterra, también existen datos acerca del tamaño de estos cánidos (Clark, 1995),
con poblaciones uniformes (40-60 cm) y una pequeña minoría de individuos menudos en la
Edad del Hierro, y un aumento de la variabilidad de tipos en época romana, sobre todo por
la presencia de perros de reducidas dimensiones.
Los perros de la Edad del Bronce en Europa central y oriental (Bökönyi, 1974) son de
talla media, hecho que ha sido relacionado con un cambio en su funcionalidad respecto a
momentos anteriores: de ayudante en la caza, a guardián de los rebaños y cosechas. En
época romana se produce un desarrollo de la selección de las razas, con perros braquimélicos (Teichert, 1987), enanos y al mismo tiempo grandes animales.
En Italia, hay datos sobre la talla de los animales desde el Neolítico hasta la época
romana (De Grossi y Tagliacozzo, 1997). Se aprecia una gran variabilidad en las dimen—183—
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siones de los indivduos desde el Neolítico, aunque se hace más patente a partir de la Edad
del Bronce. Estas diferencias responden más a un cruce producido al azar que a una manipulación manifiesta. Los grandes perros solo están presentes a partir de la Edad del Hierro,
iniciándose una verdadera selección real. Después, en época romana la variabilidad conduce
también hacia individuos de reducidas dimensiones e incluso a la aparición de desequilibrios entre sus extremidades y el tamaño del cuerpo (De Grossi y Tagliacozzo, 2000).
En Suiza, los ya mencionados restos del Bronce final de Hauterive-Champréveyres,
corresponden a ejemplares de una población homogénea de grandes perros robustos y de
talla importante (50-60 cm).
Como ya se ha señalado, en los yacimientos valencianos las alturas obtenidas entran en
la variación de 40-50 cm. Las estimaciones llevadas a cabo en la Lloma de Betxí sobre dos
individuos (50,55 y 47,31 cm) así lo confirman. Estos datos, junto a los que ofrecen ciertos
yacimientos peninsulares y muchos europeos, nos indican la existencia de una población
homogénea de perros de talla mediana-pequeña (40-50 cm), que en territorio valenciano
está presente desde el Neolítico hasta al menos la Edad del Bronce. Esta homogeneidad en
las poblaciones no permite establecer una relación directa entre la morfología y la utilización de los animales.
En los basureros vinculados a las zonas domésticas, los cráneos y los elementos apendiculares enteros son poco frecuentes. Para poder caracterizar correctamente la talla y la
morfología de nuestros perros, desde el Neolítico a la Edad del Bronce, es necesario contar
con un mayor número de restos y, sobre todo, con nuevos hallazgos de enterramientos de
uno o varios individuos de diferentes edades y sexos, lo que nos permitirá desarrollar estudios a escala poblacional.
Queda por determinar el tamaño y la funcionalidad de estos cánidos en momentos posteriores, donde además de una posible diversificación de los tamaños –sobre todo en época
romana (Altuna y Mariezkurrena, 1992)– será necesario esclarecer si son consumidos o
manipulados por el hombre, o bien si se produce una ruptura en el tratamiento dado a estos
animales en los albores del mundo ibérico (nueva cultura), tal y como parecen confirmar sus
hallazgos en los yacimientos valencianos (Iborra, 2000, 2003).
NOTA: Al final del trabajo se han añadido tres apéndices que recogen las medidas de los
nuevos ejemplares, las de los restos valencianos publicados con anterioridad a este artículo y
otros –a modo comparativo– de yacimientos extravalencianos, sobre todo de la mitad meridional peninsular. Se ha seguido mayoritariamente la metodología propuesta por Driesch (1976).
AGRADECIMIENTOS: Queremos expresar nuestra gratitud a Juan Salazar, Jeroni Valor, Marc
Tiffagom y Angel Sánchez por la elaboración de la parte gráfica. También a Bernat Martí por sus
comentarios, y a Mª Jesús de Pedro y Amparo Barrachina por la cesión de los materiales para la
realización del trabajo.
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A. SANCHIS - I. SARRIÓN
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[page-n-189]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
29
APÉNDICE I. MEDIDAS DE LOS NUEVOS HALLAZGOS DE PERRO
Los números y letras entre paréntesis hacen referencia a las medidas propuestas por Driesch (1976). Las siglas ap. y t. se interpretan como antero-posterior y transversal, respectivamente. Los resultados se expresan en milímetros.
Longitud P1
Cráneo y maxilar
Lloma de Betxí
2002 (Bronce)
157,7
(1) L. prostion-akrokanion
1
2
(15) Longitud P -M alveolar
1
16
(16) Longitud M -M alveolar
1
4
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
45,8
4
4
(19) Longitud P alveolar
1
Anchura P
Anchura P
1
10,9
3
4
1
12,7
5,3
12,6
1
Longitud M
11,5
15,1
2
Longitud borde posterior C-M
7,6
5,8
9,3
2
13
6,9
2
Longitud borde anterior C-M
20,6
Vértebras
3,7
3
Anchura M
12,7
33,2
12,7
30,8
32,3
8,4
5,3
9,6
2
Longitud M
4,9
Diámetro transversal cóndilo mandibular
3,5
2
Anchura M
Anchura P4
5,4
1
Longitud P
8,9
10,6
10,5
1
(20a) Anchura M alveolar
(25) Anchura cóndil. occipitales
(27) Anchura foramen magnum
(35) Anchura min. palatino tras C
(36) Anchura alveolo canino
Longitud canino
Anchura canino
Longitud P
16,7
10,1
4,3
Longitud P4
15,9
(20) Longitud M alveolar
Anchura P
18,6
8,6
9,6
Anchura P3
41,1
15,9
4
(18a) Anchura P
Longitud P
15,4
3,9
Longitud P3
54,6
8,3
Anchura P2
57,7
2
3,1
Longitud P2
Lloma de Betxí Picarcho 1981
2001 (Bronce)
(Bronce)
4,3
Anchura P1
Cráneo y maxilar
10,2
8,7
70
2
2
Longitud prostion-M
Diámetro t arcada incisiva
59,3
66,4
80,4
25,2
78,9
Mandíbula
Mandíbula
Lloma Betxí 2002
(Bronce)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
123,6
(3) Longitud desde infradental hasta entrante entre cóndilo y proc. angular
118,1
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo C
104,1
(5) Longitud desde entrante cóndilo y proceso angular y borde distal alveolo C
101,4
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta borde distal alveolo C
70,9
(8) Longitud P1-M3 alveolar
66
(9) Longitud P2-M3 alveolar
Atlas
Lloma Betxí 2002 (Bronce)
(GL) Longitud máxima
36,1
(LAd) Longitud arco dorsal
13,4
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
35,4
Axis
Lloma Betxí 2002 (Bronce)
(LAPa) Longitud arco incluyendo el proceso art. caudal
46,4
(H) Altura
31,4
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
42,7
Tercera cervical
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(Bpacr) Anchura proceso articular craneal
25,9
(Bpacd) Anchura proceso articular caudal
29,7
(GLPa) Longitud entre procesos
34,1
Cuarta cervical
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(Bpacr) Anchura proceso articular craneal
31,1
(Bpacd) Anchura proceso articular caudal
28,5
(GLPa) Longitud entre procesos
33,8
Quinta cervical
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(Bpacr) Anchura proceso articular craneal
30,5
(Bpacd) Anchura proceso articular caudal
27,1
(GLPa) Longitud entre procesos
29,3
Sexta cervical
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(Bpacr) Anchura proceso articular craneal
28,3
(Bpacd) Anchura proceso articular caudal
26,7
(GLPa) Longitud entre procesos
26,5
Cuarta torácica
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(PL) Longitud fisiológica del cuerpo
15,1
3 vértebras lumbares
Lloma de
(Bronce)
Betxí 2002
(PL) Longitud fisiológica del cuerpo
19,5
24,3
27,2
(H) Altura
29,6
62,2
(10) Longitud M1-M3 alveolar
32
(11) Longitud P1-P4 alveolar
35,5
(12) Longitud P2-P4 alveolar
31,2
(13) Longitud M1
19,7
(13a) Anchura M1
7,4
(14) Longitud M1 alveolar
17,3
(15) Longitud M2
8,5
(15a) Anchura M2
6,1
(18) Altura ramus vertical
(19) Altura mandibular detrás M1
25,8
21,3
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
16,7
Escápula
Escápula izquierda
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
Escápula derecha
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
—189—
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
26,2
21
15,1
21,8
Ll.oma de Betxí 2002 (Bronce)
25,2
20,1
15
21,8
[page-n-190]
30
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Húmero
Astrágalo
Húmero izquierdo
(Dp) Espesor proximal
(Bd) Anchura distal
(GLC) Longitud desde la cabeza
(GL) Longitud
Húmero derecho
(Dp) Espesor proximal
(Bd) Anchura distal
(L) Longitud desde la cabeza
(L) Longitud
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
34,7
26,4
140,4
144,3
Lloma de Betxí 2002
(Bronce)
34,4
28,1
140,4
Lloma de Betxí 2000
(Bronce)
37,5
28,5
150
152,7
Radio
Radio izquierdo
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Ll) Longitud lateral
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
15,6
20,9
143
11,2
141,6
Radio derecho
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Ll) Longitud lateral
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
15,4
21,2
141,9
10,9
140,2
Ulna
Ulna izquierda
(SDO) Espesor mínimo olécranon
(DPA) Espesor proceso anconeo
(GL) Longitud máxima
(Ll) Longitud lateral
Anchura máxima articular
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
18,6
21,6
167
167
15,2
Pelvis
Pelvis derecha
(LA) Longitud acetabular
(SB) Anchura mínima
(LFo) Longitud foramen obturador
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
21,1
7,6
24,4
Fémur
Fémur derecho
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(Dc) Espesor máximo cabeza
(Ll) Longitud lateral
Lloma de Betxí 2002
(Bronce)
33,7
28,8
161,3
16,5
157,2
Pic dels Corbs 1993
(Bronce final antiguo)
28,5
Patella
Patella derecha
(GB) Anchura máxima
Astrágalo izquierdo
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
23,3
Astrágalo derecho
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
23,7
Calcáneo
Calcáneo izquierdo
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
36,9
Calcáneo derecho
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
37,6
Metacarpos
Metacarpo I izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
17,3
4,8
Metacarpo II izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
45,7
8,1
Metacarpo III izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
52,6
7,5
Metacarpo IV izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
52,5
7,3
Metacarpo V izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
44,1
8,1
Falanges
Falange 1 anterior izquierda dedo II
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
17,9
6
7,5
5,1
Falange 1 anterior izquierda dedo III
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
20,2
6,2
7,4
4,9
Falange 1 anterior izquierda dedo IV
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
20,1
6,1
7,1
5,1
Falange 2 anterior izquierda dedo II
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
9,8
6,1
6,5
5,5
Falange 2 anterior izquierda dedo III
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
13,9
6,5
6,7
4,7
Falange 2 anterior izquierda dedo IV
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
13,8
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
9,1
Tibia
Tibia izquierda
(Bp) Anchura proximal
Diámetro antero-posterior proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
30,1
31,6
11,1
Tibia derecha
(Bp) Anchura proximal
Diámetro ap. proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
(Dd) Espesor máximo distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
30,7
31,7
10,8
19,4
9
—190—
[page-n-191]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
6,4
6,5
4,8
31
Carpos
Escafolunar izquierdo
(GB) Anchura máxima
Falange 3 anterior izquierda dedo III
(GL) Longitud máxima
(Bp) Anchura proximal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
12,7
5,8
Falange 3 anterior izquierda dedo IV
(GL) Longitud máxima
(Bp) Anchura proximal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
12,3
5,7
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
19,1
Piramidal izquierdo
(GB) Anchura máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
15,9
Grande izquierdo
Diámetro antero-posterior
Diámetro transversal
(H) Altura
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
10,4
6,8
8
APÉNDICE II. MEDIDAS PUBLICADAS DE RESTOS DE PERRO
DE YACIMIENTOS VALENCIANOS
Or (Neolítico)
L alveolar P1-P4
37
L alveolar M1
19
L M1
20
F. Flores (Eneolítico)
L M1
20,6
A M1
7,7
Lloma de Betxí 1988-91 (Bronce)
L alveolar P1-M3
71,6
L alveolar P1-P4
37,6
(9)
L alveolar M1-M3
35,8
62,5
H ramus diastema
H entre P4-M1
17,8
20,5
Cráneo, maxilar y molares superiores
Jovades (Eneolítico)
1
2
1
2
L P -M
53
LM -M
1
16
4
L P -P
37
Cabezo Redondo (Bronce final)
1
2
(15) Longitud P -M alveolar
1
58
2
(16) Longitud M -M alveolar
1
13,2
15,5
4
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
Longitud M
Anchura M
44,5
4
15,2
2
5,5
6,3
2
Longitud borde post. canino-M2
4
P
Jovades
4
LP
Espesor entre P4-M1
1
16,4
16,8
8,3
4
AP
16,5
8,5
9,4
9
11,1
H ramus ascendente
Diámetrot cóndilo articular
L P2
Eneolítico
15,3
47,7
23,7
8,7
A P2
3,9
11,2
11,9
11,5
10,7
L P3
10,8
12,8
13,1
13,5
12,5
A P3
5
L P4
M
11,5
A P4
5,2
Jovades
1
LM
1
AM
Eneolítico
2
M
Jovades
AM
9,4
8,9
2
Eneolítico
6,4
2
LM
6,6
Canino izquierdo
Altura máxima
Altura corona anterior
Diámetro ap cuello
Diámetro t cuello
Diámetro ap raíz
Diámetro t raíz
L M1
7,3
Cabezo Redondo (Bronce final)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3
hasta borde distal alveolo canino
(8) Longitud P1-M3 alveolar
18,8
18,8
19,1
A M1
6,8
7,3
7,3
8
Variación
131,3 - 130
114 - 99,5
Media
130,65
110,12
5
5
76 - 65,5
71 - 62,3
72,2
66,96
4
66 - 58
63,25
(10) Longitud M1-M3 alveolar
6
34,4 - 27
31,38
(11) Longitud P1-P4 alveolar
5
39,5 - 34
37,04
(12) Longitud P2-P4 alveolar
17,7
nº
2
4
(9) Longitud P2-M3 alveolar
Jovades (Eneolítico)
L M1
A M2
10,2
A M2
Mandíbula
Jovades (Eneolítico)
L M2
8,6
L M2
Les Planetes (Bronce)
41
19
12,1
6,3
10,9
6,2
23
A M1
5
35 - 29,8
32,8
8,8
8,3
(19) Altura mandibular detrás M1
6
24 - 19,6
21,86
6
6
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
5
18,5 - 15,8
17,06
—191—
[page-n-192]
32
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Am columna ilíaca
Escápula
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
nº
3
2
3
3
Jovades (Eneolítico)
(SLC)
(GLP)
Media
25,96
21,95
15,36
22,86
16,7
20,5
19,7
Cabezo Redondo (Bronce final)
(LA) Longitud acetabular
nº
3
17
Cabezo Redondo (Bronce final)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(Dc) Espesor máximo cabeza
(Ll) Longitud lateral
10
36,5
Cueva Soterraña (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
Axis
Cabezo Redondo (Bronce final)
(H) Altura
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
Jovades (Eneolítico)
(LA)
Variación
24 - 20,3
Media
21,6
Variación
35,2 - 30,2
28,5 - 25,3
163,5 - 158
17 - 15,7
159,5 - 155,5
Media
32,23
26,75
160,75
16,16
157,5
Variación
12,8 - 10
21,7 - 18
Media
11,4
19,22
Fémur
Atlas
Cabezo Redondo (Bronce final)
(LAd) Longitud arco dorsal
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
7,9
Sarsa (Neolítico)
(LA)
17,6
22
Sarsa (Neolítico)
(SLC)
(GLP)
Variación
27,4 - 24
22,5 - 21,4
17,5 - 12,8
25 - 20,6
27,6
34
28
41
nº
3
4
2
3
2
38,3
31,4
169,7
Tibia
Cabezo Redondo (Bronce final)
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
Or (Neolítico)
(Bp) Anchura proximal
23,5
31,3
Jovades (Eneolítico)
(Bd) Anchura distal
25,8
M. Assolada 1978 (Bronce)
(Bd) Anchura distal
25,8
16
17,6
F. Flores (Eneolítico)
(Bp) Anchura proximal
(Dp) Espesor proximal
nº
2
4
Or (Neolítico)
(Bd) Anchura distal
Húmero
Cabezo Redondo (Bronce final)
(Dp) Espesor proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
nº
1
7
1
Les Planetes (Bronce)
(Bd) Anchura distal
Fíbula
Cabezo Redondo (Bronce final)
Diámetro antero-posterior maleolo
Variación
32,5
30,6 - 24,3
144
Media
32,5
27,2
144
nº
3
4
1
5
Variación
18 - 13,3
20,5 - 18,5
138
10,9 - 9,7
Media
15,2
19,12
138
10,14
Jovades (Eneolítico)
(DPA)
(SDO)
Lloma de Betxí 1988-91 (Bronce)
Diámetro ap cavidad sigmoidea
nº
1
1
3
15,5
18,8
4,2
9,3
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
nº
3
Variación
23,5 - 21,8
Media
22,86
Les Planetes (Bronce)
Anchura máxima
19
Variación
20
24,6
16,2 - 15,5
Media
20
24,6
15,73
20,4
17
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
nº
3
Variación
39 - 32,5
Media
36,16
Jovades (Eneolítico)
(GL)
34,7
37,7
nº
3
3
Variación
51,9 - 47,8
7,7 - 7,3
Metacarpo II
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
19,1
Metacarpo III
Pelvis
Lloma de Betxí 1988-91 (Bronce)
(LA)
Muntanya Assolada 1978 (Bronce)
Diámetro t maleolo
Diámetro ap maleolo
11,9
Calcáneo
Ulna
Cabezo Redondo (Bronce final)
(SDO) Espesor mínimo olécranon
(DPA) Espesor proceso anconeo
Anchura máxima articular
10,5
Astrágalo
Radio
Cabezo Redondo (Bronce final)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
22,9
24,2
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
—192—
58,5
7,8
Media
50,23
7,5
[page-n-193]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
Metacarpo IV
33
Metatarso V
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
F. Flores (Eneolítico)
58
8,6
(GL) Longitud
48
Les Planetes (Bronce)
Metacarpo V
(GL) Longitud
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
48
7,8
50
7,5
54
Falange 1 posterior dedo II
F. Flores (Eneolítico)
(GL) Longitud
Metatarso II
F. Flores (Eneolítico)
(GL) Longitud
58,9
Les Planetes (Bronce)
(GL) Longitud
52,2
18,2
Falange 1 posterior dedo III
Les Planetes (Bronce)
(GL) Longitud
Metatarso III
21,2
Falange 1 posterior dedo IV
Les Planetes (Bronce)
(GL) Longitud
Les Planetes (Bronce)
58,3
(GL) Longitud
21
Falange 1 posterior dedo V
Metatarso IV
Les Planetes (Bronce)
Les Planetes (Bronce)
(GL) Longitud
60,7
(GL) Longitud
17,2
APÉNDICE III. MEDIDAS PUBLICADAS DE RESTOS DE PERRO DE
ALGUNOS YACIMIENTOS PENINSULARES
Cráneo y maxilar
Zambujal (Eneolítico)
Longitud P
Anchura P
nº
4
Variación
Media
4
19 - 16
16,92
3
4
9,5 - 8,7
8,96
Terrera (Argárico) cráneo completo
(1) L akrokranion-prostion
1
2
(15) Longitud P -M alveolar
1
2
(16) Longitud M -M alveolar
1
4
(17) Longitud P -P alveolar
Azuer (Bronce)
Longitud borde post. canino-M
Longitud prostion-M
2
2
49 - 43
47,12
18 - 16,5
17,08
10,2 - 8
9
(19) Longitud P alveolar
(25) Anchura cóndilos occipitales
(27) Anchura foramen magnum
3
64 - 60,5
61,83
Longitud M
1
4
(18a) Anchura P
5
4
(18a) Anchura P
(18) Longitud P
16,85
4
4
Media
18 - 16,5
6
1
Variación
7
2
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
84,5
84,5
Anchura M
Los Palacios (Bronce)
1
nº
1
4
(17) Longitud P -P alveolar
Variación
Media
2
2
(16) Longitud M -M alveolar
16
16
9
4
Anchura M
1
13
2
6,3
2
9,2
2
Longitud borde post. canino-M
Longitud prostion-M
2
2
42,4 - 37,5
40
Terrera del Reloj (Argárico)
17 - 15,5
16,25
(15) Longitud P -M alveolar
2
4
(18a) Anchura P
8,5
8,5
(16) Longitud M -M alveolar
1
2
1
1
62
62
1
83,5
83,5
nº
Variación
Media
1
2
4
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
4
4
Valencina (Calcolítico)
1
(15) Longitud P -M alveolar
1
2
(16) Longitud M -M alveolar
1
4
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
4
4
(18a) Anchura P
(18a) Anchura P
4
2
1
57,5
57,5
(19) Longitud P alveolar
6
18 - 15
16,7
Longitud M
1
45
45
Anchura M
9
19 - 16,5
17,76
Longitud M
9
8,8 - 7
7,78
Anchura M
—193—
1
1
2
2
16
33,5
17,5
11,5
1
2
4
15
43,5
16,5
4
Longitud M
(18) Longitud P
4
nº
1
(16) Longitud M -M alveolar
156
58,5
nº
Variación
1
52
Media
52
5
16,5 - 13,5
15,4
1
39
39
3
19 - 14,5
16,66
3
8,8 - 8
8,5
5
18 - 14
15,7
3
11,5 - 9,8
10,93
3
16,5 - 12
13,83
3
6,5 - 5,6
6,16
3
9 - 7,7
8,53
[page-n-194]
34
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Castellón Alto (Argárico)
1
2
(16) Longitud M -M alveolar
(18) Longitud P
4
nº
Variación
Media
1
16
16
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(5) Longitud desde entrante cóndilo y proc. ang. y
borde distal alveo. canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3
hasta borde distal alveolo canino
2
105,5
105,5
2
101
101
Anchura M
1
1
78,5
78,5
(9) Longitud P2-M3 alveolar
(10) Longitud M1-M3 alveolar
7
9
73 - 59
38 - 31
64,57
34,16
1
Encina (Argárico)
(18) Longitud P
4
4
(18a) Anchura P
4
(19) Longitud P alveolar
(25) Anchura cóndilos occipitales
(27) Anchura foramen magnum
16,2
3
9,7 - 7
8,73
11,5
11,5
12
12
(11) Longitud P1-P4 alveolar
Longitud M
17,5 - 15
1
(18a) Anchura P
4
1
4
7
41 - 33
36,57
nº
Variación
Media
(12) Longitud P2-P4 alveolar
6
33,5 - 28,5
31,33
4
18,2 - 14,6
16,32
(19) Altura mandibular detrás M1
4
23 - 21
21,07
4
11,3 - 8,1
9,3
6
1
1
17,5 - 14,2
33,5
19
16
33,5
19
nº
1
1
2
Variación
136
120,5
66,5 - 65
Media
136
120,5
65,75
Anchura M
33,5
Encina (Bronce final)
(18) Longitud P
4
4
(18a) Anchura P
Longitud M
Anchura M
1
Longitud M
Anchura M
1
2
2
13,91
(10) Longitud M1-M3 alveolar
2
33,5
6,5 - 6,1
6,33
(11) Longitud P1-P4 alveolar
2
38,5 - 37,5
38
3
2
11,66
15,2 - 12,8
3
2
13 - 10,4
6
1
1
Longitud M
Anchura M
6
10,2 - 9
9,43
(12) Longitud P2-P4 alveolar
2
33,5 - 33
33,25
(13) Longitud M1
Longitud M
Los Palacios (Bronce)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(9) Longitud P2-M3 alveolar
2
21 - 19,5
20,25
nº
Variación
Media
(13a) Anchura M1
2
8,8 - 8,3
18,67
2
16,8 - 16,5
16,65
(19) Altura mandibular detrás M1
2
21,8 - 21,5
21,65
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
2
19,5 - 17
18,25
Valencina (Calcolítico)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
3
6
Variación
126 - 124
116 - 106,5
Media
124,6
111,3
8
74,5 - 68
72,56
(8) Longitud P1-M3 alveolar
(9) Longitud P2-M3 alveolar
11
11
70 - 65
66 - 61
68,23
64,07
2
9-8
8,5
2
12,2 - 8,5
10,35
2
14 - 13,5
13,75
1
6,5
6,5
1
9,2
9,2
Mandíbula
Zambujal (Eneolítico)
Longitud M1
nº
5
Variación
23 - 17,7
Media
20,62
(10) Longitud M1-M3 alveolar
11
35 - 32
33,72
(11) Longitud P1-P4 alveolar
15
42,5 - 33
35,78
Anchura M1
5
8,5 - 7
7,8
(12) Longitud P2-P4 alveolar
16
34 - 27,5
31,2
(13) Longitud M1
13
21 - 18
20,31
Monachil (Argárico)
(7) Longitud desde borde distal alveolo
M3 hasta borde distal alveolo canino
(13a) Anchura M1
13
8,5 - 7,4
7,79
73
(19) Altura mandibular detrás M1
11
25 - 17,5
21,09
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
14
21,5 - 15,5
18,24
Fuente Alamo (Bronce)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
3
4
Variación
138 - 126
122 - 110
Media
130,66
113,37
7
78,5 - 64
71,5
(9) Longitud P2-M3 alveolar
(10) Longitud M1-M3 alveolar
7
15
70 - 57,5
36 - 31
64,21
33,6
(11) Longitud P1-P4 alveolar
19
40 - 32
36,86
(12) Longitud P2-P4 alveolar
6
34,5 - 29
32,75
(13) Longitud M1
12
22,5 - 19
20,25
(13a) Anchura M1
4
8,7 - 7,5
8,35
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
6
19,8 - 16
17,93
Castellón Alto (Argárico)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
1
2
Variación
132
116,5 - 110
Media
132
113,25
1
78
78
(9) Longitud P1-M3 alveolar
(11) Longitud P1-P4 alveolar
5
5
71,5 - 58,5
36 - 30
64,9
32,8
(13) Longitud M1
3
21 - 18
19,83
(13a) Anchura M1
3
8,3 - 7
7,83
(20) Longitud M1 alveolar
3
20 - 17,5
18,83
Altura mandibular detrás M1
1
24,5
24,5
Altura mandibular entre P2 y P3
4
21 - 14,5
16,87
(10) Longitud M1-M3 alveolar
36
33,5
(11) Longitud P1-P4 alveolar
37,9
35
(12) Longitud P2-P4 alveolar
31
(19) Altura mandibular detrás M1
20
Monachil (Bronce final)
(10) Longitud M1-M3 alveolar
33
(11) Longitud P1-P4 alveolar
32
(12) Longitud P2-P4alveolar
28
Purullena (Argárico)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(3) Longitud desde infradental hasta entrante
entre cóndilo y proc. angular
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(5) Longitud desde entrante cóndilo y proc. ang. y
borde distal alveo. canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
(9) Longitud P2-M3 alveolar
(10) Longitud M1-M3 alveolar
nº
3
Variación
135,5 - 120,2
Media
127,23
3
4
129 - 115,2
117 - 107
122,06
112,35
2
109 - 107,5
108,25
1
4
4
78
68,5 - 52,3
35,5 - 31,5
78
62,85
33,8
(11) Longitud P1-P4 alveolar
4
39,8 - 33,3
36,65
(12) Longitud P2-P4 alveolar
4
35,3 - 29,6
32,1
(19) Altura mandibular detrás M1
3
24 - 20,8
21,93
Purullena (Bronce final)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(3) Longitud desde infradental hasta entrante entre
cóndilo y proc. angular
nº
2
Variación
121 - 119,5
Media
120,25
2
115
115
—194—
[page-n-195]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
Terrera del Reloj (Argárico)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
4
5
Variación
123,5 - 117
106,5 - 101
Media
119,62
104,2
7
75,5 - 68,5
71,14
(9) Longitud P1-M3 alveolar
(11) Longitud P1-P4 alveolar
9
8
69 - 62,5
37,5 - 32,5
66
34,62
(13) Longitud M1
5
20,5 - 18,5
19,4
(13a) Anchura M1
5
7,9 - 7,4
7,62
(20) Longitud M1 alveolar
5
19,5 - 18
19,1
Longitud M2
6
8,7 - 8
35
Azuer (Bronce)
(LAPa) Longitud máxima del arco incluyendo
el proceso art. caudal
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
8,51
47,5
43,5
Valencina (Calcolítico)
(LAPa) Longitud máxima del arco incluyendo
el proceso art. caudal
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
nº
Anchura M2
6
6,4 - 5,7
10
21,5 - 18,5
20,05
Altura mandibular entre P2 y P3
9
18 - 15,5
16,38
Encina (Argárico)
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
1
Variación
109
Media
109
1
73,5
2
3
69,5 - 62,2
64,5 - 51,5
65,85
58,1
(10) Longitud M1-M3 alveolar
4
34,2 - 31
32,5
(12) Longitud P2-P4 alveolar
6
39 - 27
31,58
48,5
42
46
73,5
(8) Longitud P1-M3 alveolar
(9) Longitud P2-M3 alveolar
53,5 - 43,5
42
6,15
Altura mandibular detrás M1
Media
2
1
Fuente Alamo (Bronce)
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
Variación
(11) Longitud P1-P4 alveolar
5
40 - 31,1
2
22,7 - 20,4
2
8,3 - 8
8,15
Longitud M2
3
9 - 8,4
8,66
Anchura M2
3
6,8 - 6,3
6,53
Altura mandibular detrás M1
4
21 - 17,3
19,77
Altura mandibular entre P2 y P3
3
17,6 - 15
16,26
Purullena (Bronce final)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
21,55
Anchura M1
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
Zamb.
24
(Eneol.)
23
21,5
14
21
22,2
nº
3
2
3
3
Purull. (Argar.)
27
15,5
24,5
Variación
29,7 - 28
23,5 - 22,8
18,5 - 16,5
27 - 26
Media
28,9
23,1
17,66
26,66
36,04
Longitud M1
Escápula
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
Atlas
Monachil (Bronce final)
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
39,5
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
nº
3
3
Variación
37,5 - 34,5
34,5 - 31,5
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
33
14
38
Castellón Alto (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
nº
1
2
Variación
36
37,5 - 35
Media
36
36,25
Terrera del Reloj (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(LAd) Longitud arco dorsal
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
nº
2
1
1
Variación
37 - 35
8,2
35
Media
36
8,2
35
Encina (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(LAd) Longitud arco dorsal
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
nº
2
3
3
Variación
35,3 - 32,8
14,5 - 13,4
34,5 - 32,7
Media
34,05
13,96
33,86
Media
35,83
33
Valencina (Calcolítico)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
nº
9
11
11
10
Variación
30 - 22,6
28 - 18,3
25,8 - 13,8
27,2 - 20,8
Media
26,74
22,71
17,48
24,26
Fuente Alamo (Bronce)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
nº
3
3
2
2
Variación
28 - 24,5
23,5 - 20
17,3 - 16,5
25,5 - 24
Media
26,5
21,5
16,9
24,75
Terrera del Reloj (Argárico)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
24,5
19,5
16
22
Encina (Argárico)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
nº
5
2
5
5
Variación
28 - 21,7
22 - 19,4
17,1 - 13,4
22,5 - 17
Media
24,52
20,7
14,86
20,04
Húmero
Zam.
(Ene.)
49,5
40,5
26
nº
4
Variación
31,7 - 26,5
Media
28,55
Purullena (Bronce final)
(Bd) Anchura distal
Pur.
(Br.f)
Zambujal (Eneolítico)
(Bd) Anchura distal
Monachil (Argárico)
(Bd) Anchura distal
Axis
(LAPa) Longitud arco incluyendo
proceso art. caudal
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
Azuer (Bronce) Los Palacios (Bronce)
29
24,7
25,5
20
18,5
15
27,5
22,5
nº
7
Variación
31 - 22
Media
26,24
47,5
48
46
44
(Bd) Anchura distal
—195—
Azuer
33,5
(Bronce)
25
Palacios (Bronce)
31,5
[page-n-196]
36
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Valencina (Calcolítico)
(Dp) Espesor proximal
(Bd) Anchura distal
(GLC) Longitud desde la cabeza
(GL) Longitud
nº
12
21
9
9
Variación
41,5 - 25
34 - 21,8
160 - 119,5
164 - 120,5
Media
35,33
28,22
140,66
144,22
Fuente Alamo (Bronce)
(Bd) Anchura distal
nº
8
Variación
31 - 26
Media
27,91
Terrera Reloj (Argárico)
(Bd) Anchura distal
23,5
nº
Variación
Montefrío (Eneolítico)
(Bp) Anchura proximal
Media
2
2
16,9 - 14,7
21,6 - 19
15,8
20,3
15
Ulna
29
Encina (Argárico)
(Bd) Anchura distal
nº
3
Variación
33,2 - 25,9
Media
28,8
Millares (Calcolítico)
(GL) Longitud
nº
4
Variación
159 - 140,5
Media
150,12
Radio
Zambujal (Eneolítico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(SD) Anchura mínima diáfisis
15,4
20,2
11
Monachil (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(SD) Anchura mínima diáfisis
nº
3
2
5
Variación
18,5 - 15,4
21,7 - 20,2
13,6 - 11,4
Media
16,9
20,95
12,26
Purullena (Bronce final)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(SD) Anchura mínima diáfisis
(GL) Longitud
nº
4
1
2
1
Variación
17 - 15,5
20,5
13 - 11
141,5
Media
16,37
20,5
12
141,5
Azuer (Bronce)
(Bd) Anchura distal
nº
5
Variación
24 - 14,5
Media
17,3
Variación
20 - 16,8
26,2 - 19,8
181,5
18,2 - 12,2
Media
19,01
22,75
181,5
151,8
Castellón Alto (Argárico)
(SDO) Espesor mínimo olécranon
(DPA) Espesor proceso anconeo
(GL) Longitud máxima
(BPC) Anchura máxima articular
nº
4
5
1
6
Variación
22 - 16
25,5 - 19
194,5
16,5 - 13
Media
18,5
21,2
194,5
14,5
Valencina (Calcolítico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
nº
13
5
3
9
Variación
18,7 - 14,5
24,8 - 21
169 - 150,5
13 - 10,3
Media
16,6
22,22
160,83
11,73
Fuente Alamo (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
nº
5
10
2
2
Variación
17 - 8
21 - 9,5
148 - 119,5
12 - 7
Media
13,9
17,78
133,75
9,5
Ter.
13
Fémur
Zambujal
(Eneol.)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
Mona.
(Arg)
35,5
26,3
Purul.
(Br. f.)
32
31,4
31,5
Azuer (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
36
Valencina (Calcolítico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(Lc) Longitud desde cabeza
nº
5
11
5
5
Variación
35,5 - 31,8
32 - 26,5
170 - 157,5
165 - 152,5
Media
33,7
29,11
164,2
159,2
nº
4
1
Variación
39,5 - 31,5
21,5
Media
34,75
21,5
Castellón Alto (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
nº
4
4
2
3
Variación
35 - 30
28,5 - 24,5
153,5 - 144
12 - 11
Media
32,87
26,25
148,75
11,66
Encina (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
nº
2
2
Variación
32,2 - 29
27,7 - 27,4
Media
30,6
27,55
nº
2
4
Variación
11
21,2 - 17,6
Media
11
19,2
Tibia
(Ar)
14,5
20,5
18
11
Bronce final
20
Fuente Alamo (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
14,5
18,5
139
10,5
(Ar)
Argárico
21,5
15
10
Los Palacios (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
138
10
nº
6
8
1
8
Encina
(LA) Longitud acetabular
19
13
Cas
Valencina (Calcolítico)
(SDO) Espesor mínimo olécranon
(DPA) Espesor proceso anconeo
(GL) Longitud máxima
(BPC) Anchura máxima articular
Pelvis
Purullena (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bp)Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mín. diáf.
Encina (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
20,5
Zambujal (Eneolítico)
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
10,5
Purullena (Argárico)
(Bd) Anchura distal
—196—
17,5
[page-n-197]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
Monachil (Argárico)
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
nº
3
1
Variación
21,2 - 20,3
29
Media
20,66
29
Purullena (Bronce final)
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
nº
2
8
4
Variación
12 - 10
22 - 17,5
34,5 - 27
Media
11
20,37
29,37
(Bd) Anchura distal
Azuer
(Bronce)
20,5
Palacios (Bronce)
19,5
nº
8
4
5
7
Variación
31,5 - 26,8
173,5 - 143
12,5 - 10,3
22,5 - 18,8
Media
30,07
162,12
11,52
19,98
Fuente Alamo (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
nº
3
4
Variación
35 - 18,5
22,5 - 18,5
Media
28,5
19,87
Encina (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
nº
2
3
Variación
34 - 27,5
20,3 - 18,8
Media
30,75
19,53
Terrera del reloj (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
nº
3
3
3
3
Variación
169 - 152
12,5 - 11
22 - 19
169 - 152
Media
162,5
11,66
20,16
162,5
Azuer (Bronce)
(GL) Longitud máxima
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
25,3
Variación
25 - 22,3
nº
5
Variación
44,5 - 38
Media
41,54
Castellón alto (Argárico)
(GL) Longitud máxima
nº
3
Variación
38 - 33
Media
35
Terrera (Argárico)
(GL) Longitud máxima
nº
4
Variación
42,5 - 37,5
Media
39,25
Metacarpo I
Zambujal (Eneolítico)
(GL) Longitud máxima
17,5
Castellón Alto
(GL) Longitud máxima
19,5
Encina (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
42,8
6,8
Metacarpo II
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Mo.
(Arg.)
72
11,5
Mo.
(Br f.)
60,5
Pur.
(Arg.)
46
7
49
8,5
49,7
7,3
53
9
Caste.
47
8
Pur.
(Br f.)
50,5
9
47,5
7,7
(Arg)
48
7
Terrera (Arg)
51,5
6,5
Media
23,65
Metacarpo III
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
23
Castellón alto (Argárico)
(GL) Longitud máxima
nº
3
Variación
22 - 19,5
Media
21
Terrera (Argárico)
(GL) Longitud máxima
nº
2
Variación
24 - 17,5
Media
20,75
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Zambujal (Eneolítico)
32,5
Zambujal (Eneolítico)
47
8
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Calcáneo
(GL) Longitud máxima
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
Encina (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Monachil (Argárico)
24,3
26
nº
2
Media
40,25
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Astrágalo
Zambujal (Eneolítico)
22,5
Variación
42 - 38,5
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
145
(GL) Longitud máxima
nº
2
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
20,5
Millares (Calcolítico)
(GL) Longitud
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
17,5
Valencina (Calcolítico)
(Bp) Anchura proximal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
Montefrío (Eneolítico)
(Bd) Anchura distal
37
nº
2
2
Purullena (Argárico)
54,5
7
Variación
62,5 - 55,5
8,7 - 8
50,5
8,7
Media
59
8,35
63
9
Monachil (Argárico)
43,8
nº
4
Variación
44 - 40
Media
41,87
Azuer (Bronce)
(GL) Longitud máxima
42
42
38
Castellón Alto (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
nº
3
3
Variación
57 - 53
7,5 - 7
Media
54,83
7,16
Terrera (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Purullena (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
nº
2
3
Variación
56,5 - 52
7
Media
54,25
7
—197—
[page-n-198]
38
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Metacarpo IV
Metacarpo V
Zamb (Ene)
Mon. (Arg.) Purull. (Arg.)
Purull. (Br f)
(GL) Longitud máxima
50,7
55
80,5
58,3
54,7
54
(Bd) Anchura distal
7
8,2
11
7
7
9,5
Mon.(Argar.)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
nº
2
2
Variación
56 - 55,8
8,2 - 8
Media
55,9
8,1
Purull. (Argar.)
45,1
44,5
Purull. (Br. f)
55
7,1
8,5
65,5
8
Terrera (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
55
6,5
Encina (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
62
7,8
nº
Variación
Media
(GL) Longitud máxima
2
52,3 - 45,5
48,9
(Bd) Anchura distal
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Valencina (Calcolítico)
2
10 - 8,3
9,15
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
50,5
(Bd) Anchura distal
8
Castellón Alto (Argárico)
nº
Variación
Media
(GL) Longitud máxima
3
48,5 - 45
46,66
(Bd) Anchura distal
3
9 - 8,5
8,66
—198—
[page-n-199]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXV (Valencia, 2004)
1
ALFRED SANCHIS* e INOCENCIO SARRIÓN*
RESTOS DE CÁNIDOS (Canis familiaris ssp.) EN YACIMIENTOS
VALENCIANOS DE LA EDAD DEL BRONCE
RESUMEN: En el texto se describen los nuevos hallazgos de perro pertenecientes a yacimientos valencianos del segundo milenio a.C. Algunos de ellos aparecen con testimonios de manipulación antrópica que denotan la práctica de la cinofagia. Se ha podido estimar también la altura
en la cruz de los ejemplares y estudiar su morfología. El conjunto de los datos parece confirmar la
existencia en el área valenciana de una población homogénea de perros mesomorfos desde el
Neolítico y que permanece en el Eneolítico y en la Edad del Bronce.
PALABRAS CLAVE: Edad del Bronce, perros mesomorfos, cinofagia, altura en la cruz.
RÉSUMÉ: Sont présentées dans le texte les récentes trouvailles de chiens appartenants aux
gisements valenciens du second millénaire av. J.-C. Dans certains cas, les restes sont associés à
des traces d'activité antrhopique indiquant la practique de la cynophagie. Ont été aussi évaluée et
etudiée la hauteur au garrot et la morphologie de chaque exemplaire, respectivement. L'ensemble
des donées semble confirmer la présence d'une population homogène de chiens mésomorphes
depuis le Néolitique jusqu'à l’Énéolitique et l’Âge du Bronze.
MOTS CLÉS: Âge du Bronze, chiens mésomorphes, cynophagie, hauteur au garrot.
* Gabinet de Fauna Quaternària. Servei d'Investigació Prehistòrica. Diputació de València. C/ Corona 36, València
46003.
—161—
[page-n-162]
2
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
INTRODUCCIÓN
Los restos de perro no son frecuentes en los conjuntos de fauna recuperados en los
yacimientos arqueológicos. Habitualmente, esta especie no ha sido explotada por su carne
sino más bien por otros atributos, como ayudante en la caza o en la custodia de rebaños. Su
presencia se atestigua, de manera indirecta, a través de las marcas que sus denticiones han
dejado sobre los huesos de otros animales, elementos que de forma primaria se relacionan
con la alimentación humana.
En el País Valenciano, el registro arqueológico proporciona una desigual representación
de restos de este cánido, siendo escasos en el Neolítico, tal y como demuestran los yacimientos de la Cova de la Sarsa (Driesch y Boessneck, 1980a), Cueva Fosca (Estévez, 1988), Cova
de l’Or (Pérez, 1980), Cova de les Cendres (Pérez, 1981) y Cueva de la Cocina (Pérez, 1987).
Se hacen más presentes, según localidades, en las ocupaciones del tercer milenio y de la Edad
del Bronce. En el caso de las primeras, como atestiguan los yacimientos de Fuente Flores
(Martínez, 1988), Les Jovades y Arenal de la Costa (Martínez, 1993) y la Ereta del Pedregal
(Pérez, 1990), y de las segundas, como ponen de manifiesto los conjuntos de la Illeta dels
Banyets (Benito, 1994), Mola d’Agres (Castaños, 1996), Cabezo Redondo (Driesch y
Boessneck, 1969), Les Planetes (Pérez, 1978), Foia de la Perera y La Horna (Puigcerver,
1992-94), Cueva Soterraña (Sarrión, 1982), Muntanya Assolada (Sarrión, 1983) y la Lloma de
Betxí (Sarrión, 1998). La información recogida hasta el momento también presenta ciertos
sesgos; los datos métricos faltan en yacimientos como la Ereta del Pedregal, Cueva de la
Cocina, Cova de les Cendres, Arenal de la Costa, Foia de la Perera y La Horna, debido a la
deficiente conservación de los materiales y sobre todo a la escasez de efectivos. En general,
las mejores descripciones corresponden a aquellos yacimientos con un número de restos destacado, como Les Jovades y Cabezo Redondo. Este último ha proporcionado huesos largos completos, realizándose estimaciones de cálculo de altura en la cruz y caracterizando a los perros
como de tamaño mediano-pequeño (45-50 cm). Las alteraciones de génesis antrópica también
se localizan sobre los conjuntos que comportan mayor número de restos (incisiones de desarticulación), lo que viene a confirmar que hasta el tercer milenio a.C. no contamos con pruebas
de la posible utilización de estos cánidos con fines alimenticios.
Algunos restos, como los de los niveles acerámicos de Cova Fosca, quedan mal
definidos (cánido grande), pudiendo corresponder a lobos de pequeño tamaño o a perros
grandes. En otros casos, como en los niveles epipaleolíticos de la Cova de la Cocina, los
perros no están representados. Por ello, parece que la presencia de esta especie en el País
Valenciano se confirma a partir del Horizonte Neolítico, considerándola, desde este momento, como fauna banal en esta zona del mediterráneo. La talla y las medidas postcraneales y
de las denticiones nos hablan de una población homogénea de perros mesomorfos presentes
tanto en los yacimientos neolíticos (Cova de l'Or), como eneolíticos (Fuente Flores, Les
Jovades) y de la Edad del Bronce (Muntanya Assolada, Lloma de Betxí, Illeta dels Banyets
—162—
[page-n-163]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
3
y Cabezo Redondo). Los nuevos hallazgos confirman estos datos y ofrecen otros, relacionados con su manipulación por parte del hombre.
Tras el estudio de los nuevos materiales óseos de los yacimientos del segundo milenio
a.C. de la Lloma de Betxí (Paterna, València) y del Pic dels Corbs (Sagunt, València),1 se ha
determinado un conjunto de huesos de perro que ha proporcionado algunos datos de interés
acerca de su morfología y significación. Junto a éstos últimos, procedentes de excavaciones
que se llevan a cabo en la actualidad, hemos incluido un resto del yacimiento del Picarcho
(Camporrobles, València) –del que se realizó un sondeo en 1981– de reciente estudio.2
Como hemos comentado antes, gran parte de estos huesos, hasta el momento inéditos, presentan marcas o señales que nos indican que han sido manipulados por el hombre. Estas
alteraciones se han determinado a simple vista aunque se ha empleado la lupa binocular para
Yacimientos
Horizonte cultural
NR
Referencia
Cova de l'Or (Beniarrés, Alacant)
Neolítico
10
Pérez, 1980
Cueva de la Cocina (Dos Aguas, València)
Neolítico-Eneolítico
3
Pérez, 1987
Cova de les Cendres (Teulada, Alacant)
Neolítico
1
Pérez, 1981
Cova de la Sarsa (Bocairent, Alacant)
Neolítico
8
Driesch y Boessneck, 1980a
Cova Fosca (Ares del Maestre, Castelló)
Neolítico
4
Estévez, 1988
Ereta del Pedregal (Navarrés, València)
Eneolítico
4
Pérez, 1990
Fuente Flores (Requena, València)
Eneolítico
8
Martínez, 1988
Les Jovades (Cocentaina, Alacant)
Eneolítico
183
Martínez, 1993
Arenal de la Costa (Ontinyent, València)
Eneolítico
2
Martínez, 1993
Muntanya Assolada 1978 (Alzira, València)
Bronce
5
Sarrión, 1983
Lloma de Betxí 1988-91 (Paterna, València)
Bronce
2
Sarrión, 1998
Illeta dels Banyets (Campello, Alacant)
Bronce
3
Benito, 1994
Les Planetes (Benassal, Castelló)
Bronce
14
Pérez, 1978
Foia de la Perera (Castalla, Alacant)
Bronce
1
Puigcerver, 1992-94
La Horna (Aspe, Alacant)
Bronce
8
Puigcerver, 1992-94
Cueva Soterraña (Requena, València)
Bronce
1*
Sarrión, 1982
Cabezo Redondo (Villena, Alacant)
Bronce final
340
Driesch y Boessneck, 1969
Mola d'Agres (Agres, Alacant)
Bronce final-Hierro I
3
Castaños, 1996
* De dudable fiabilidad estratigráfica.
Tab. 1.- Restos de perro (referenciados en la bibliografía) pertenecientes a yacimientos valencianos del Neolítico, Eneolítico
y de la Edad del Bronce.
1. Excavaciones arqueológicas dirigidas por Mª Jesús de Pedro y Amparo Barrachina, respectivamente.
2. Uno de nosotros (Sanchis) realiza en la actualidad el estudio zooarqueológico de los yacimientos de la Lloma de
Betxí y del Pic dels Corbs, que serán publicados próximamente. El análisis faunístico del sondeo practicado en el Picarcho
se encuentra en prensa.
—163—
[page-n-164]
4
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
su confirmación. A continuación describimos estos materiales y la situación de las incisiones, intentando dar una explicación a su origen.
Para poder comparar la talla de los animales, al final del texto se incluyen las medidas
de nuestros ejemplares y las de aquellos correspondientes a yacimientos valencianos ya
publicados (Martínez, 1988, 1993; Driesch y Boessneck, 1969, 1980a; Pérez, 1978, 1980;
Sarrión, 1982, 1983, 1998). También, se presentan otros datos osteométricos, sobre todo de
conjuntos de la mitad meridional peninsular (Boessneck, 1969; Driesch y Boessneck, 1976,
1980b; Driesch et al., 1985; Friesch, 1987; Hain, 1982; Lauk, 1976; Milz, 1986; Peters y
Driesch, 1990; Ziegler, 1990).
DESCRIPCIÓN DE LOS RESTOS
Picarcho. Sondeo de 1981. Cata A, capa 6, 51841
-Fragmento izquierdo de maxilar correspondiente a un individuo juvenil de unos seis
meses de edad (Silver, 1980; Hillson, 1986). El canino se encuentra en fase alveolar, mientras que el P4, el M1 y el M2 ya han erupcionado; el resto de la dentición se ha perdido; el
maxilar está fracturado -de manera fortuita- por su parte anterior, al nivel de la sutura palatina medial y por la posterior (a la altura del P4) por la sutura palatina transversa. No se ha
observado ninguna alteración antrópica (fig. 1a).
Pic dels Corbs. 1993. 1067. K3 IV, B72, BFA, N VI
-Fragmento articular distal derecho de fémur (fig. 1b) perteneciente a un individuo que
supera el año y medio de edad (Silver, 1980). Presenta marcas de carnicería antrópicas en
el cóndilo medial y en la tróclea. Se trata de cuatro incisiones cortas y profundas, más o
menos paralelas al eje de la diáfisis (fig. 1c), y que se han interpretado como consecuencia
del proceso de desarticulación y de corte de los tendones. La fractura es de morfología irregular y se sitúa en el tercio distal de la diáfisis y es de origen antrópico.
Elemento
anatómico
Localización
Tipo de
alteración
Desarticular
Fémur derecho
Zona articular distal
4 incisiones en cóndilo
+
Fémur derecho
1/3 distal diáfisis
Fracturar y/o
extraer médula
y tróclea en norma medial
Fractura
Tab. 2.- Alteraciones en el fémur del Pic dels Corbs 1993.
—164—
+
[page-n-165]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
5
a
b
c
d
•
-;
Fig. 1.- a: El Picarcho 1981; fragmento izquierdo de maxilar, en norma lateral. b: Pic dels Corbs 1993; fragmento articular
distal derecho de fémur, en norma caudal. c: Pic dels Corbs 1993; cóndilo distal derecho de fémur, en norma medial. d:
Lloma de Betxí 2000; húmero derecho, en norma craneal.
—165—
[page-n-166]
6
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Lloma de Betxí. 2000. e/29, capa 2, 102980
-Húmero derecho completo (fig. 1d) perteneciente a un individuo que supera los quince
meses de edad (Silver, 1980). El resto presenta marcas carniceras en su tercio distal: una incisión
longitudinal de tendencia oblicua en norma lateral y en la parte distal de la diáfisis (fig. 2a); otra
más corta y oblicua en la misma zona en norma caudal, y otras dos más, también en cara caudal, consecuencia de la acción de un objeto metálico durante el proceso de excavación. En la
parte medial, una gran muesca en el tercio distal de la diáfisis formada por múltiples incisiones
a modo de estrías, en sentido oblicuo, debidas a la utilización de un objeto metálico y de dudosa
fiabilidad cronológica. Relacionamos las dos primeras marcas con el descarnado del hueso.
Elemento anatómico
Localización
Tipo de alteración
Descarnar
Húmero derecho
1/3 distal diáfisis
Incisión en norma lateral
+
Húmero derecho
1/3 distal diáfisis
Incisión en norma lateral
+
Tab. 3.- Alteraciones en el húmero de la Lloma de Betxí 2000.
La preservación de este elemento apendicular ha permitido el cálculo de la altura en la
cruz del individuo, empleando los factores de Koudelka (1885) y Harcourt (1974):
Factor
Longitud desde la cabeza (mm)
Altura estimada (cm)
(a) 3,37 x L
150
50,55
(b) (3,43 x L) - 26,54
150
48,79
Tab. 4.- Cálculo de la altura en la cruz según Koudelka (a) y Harcourt (b). Lloma de Betxí 2000.
Lloma de Betxí. 2001. d-e/24, capa 1/2
-Fragmento derecho de maxilar (fig. 2b) perteneciente a un individuo que supera los
seis o siete meses de edad (Silver, 1980; Hillson, 1986) y cuya dentición presenta poco desgaste. Ésta se conserva desde el P2 (incompleto) hasta el M2. El resto aparece fracturado y
lo vinculamos a una acción antrópica totalmente intencionada.
Elemento anatómico
Localización
Tipo de alteración
Fracturar
Maxilar derecho
Maxilar
Fractura a la altura del M
1
Tab. 5.- Alteraciones en el maxilar de la Lloma de Betxí 2001.
—166—
+
[page-n-167]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
7
-·
-,
a
b
·-
c
·-
d
Fig. 2.- a: Lloma de Betxí 2000; húmero derecho, tercio distal de la diáfisis en norma lateral. b: Lloma de Betxí 2001; fragmento derecho de maxilar, en norma lateral. c: Lloma de Betxí 2002; cráneo, en norma lateral derecha. d: Lloma de Betxí
2002; maxilar, en norma ventral palatina.
—167—
[page-n-168]
8
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Lloma de Betxí. 2002. b-c/21, capa 6
- Individuo parcialmente completo de unos dos años de edad que mantiene su posición
original y la conexión anatómica, con excepción de algunos huesos ligeramente desplazados como consecuencia del proceso de descomposición del cadáver y de alteraciones postdeposicionales responsables de un probable transporte horizontal y vertical. La excavación
se realizó con el máximo cuidado por tratarse de un individuo, a priori, completo y la tierra recogida fue cribada en busca de pequeños huesos carpales o falanges. Con todo, después
de finalizada su extracción, observamos como faltaban algunos elementos anatómicos,
como los metápodos y acrópodos posteriores, el autópodo anterior derecho, el fémur y la
pelvis izquierda, algunas vértebras, incluido el sacro y las caudales de la cola. A pesar de
este hecho, concluimos que se trata de una deposición primaria.
El cráneo se conserva muy fragmentado, aunque se ha podido tomar su longitud máxima y precisar su perfil (fig. 2c). En el maxilar derecho se mantiene toda la dentición, salvo
el M2, y el P4 está parcialmente fracturado. El maxilar izquierdo se ha preservado hasta la
altura del P2, faltando desde el P3 al M2 (fig. 2d). En la hemimandíbula izquierda no están
presentes el I1 (se conserva sólo la raíz desplazada), el I2, el P1, el P2 y el M3, mientras que
en la derecha se han perdido el M2 y el M3. Los molares presentan un desgaste poco importante relacionado con un individuo adulto-joven (fig. 3a). Se observan, sobre el M1, dos islas
de atrición sobre las cúspides del protocónido y del hipocónido, pertenecientes al estadio C
de desgaste y vinculado a un individuo juvenil de uno a dos años de edad (Horard-Herbin,
2000). Tras examinar los incisivos, vemos como el I1 (pinza) aparece rasado, mientras que
el I2 (mediano) todavía no ha perdido la característica forma de flor de lis, por lo que la edad
de muerte del animal podemos situarla alrededor de los dos años. Conviene señalar, que
cualquier variación en la alimentación típica carnívora puede influir negativamente en el
grado de desgaste, condicionando la estimación correcta de la edad de muerte.
De las vértebras, se conserva casi todo el atlas, el axis, la tercera, cuarta, quinta y sexta cervical, seis lumbares, dos torácicas y abundantes pequeños fragmentos de apófisis y de cuerpo.
Respecto a las costillas, aparecen trece fragmentos articulares y otros cincuenta de cuerpo. Las
fracturas de los cuerpos costales son antiguas, asociadas probablemente a la presión sedimentaria. En las escápulas, se mantienen los procesos articulares de ambos lados.
Todos los elementos apendiculares, salvo el fémur izquierdo, están presentes, así como
la patella derecha, ambos calcáneos, los dos astrágalos, dos fragmentos de la pelvis derecha,
los metacarpos I, II, III, IV y V izquierdos; las falanges primeras anteriores izquierdas de
los dedos II, III y IV; las falanges segundas anteriores izquierdas de los dedos II, III y IV; y
las falanges terceras anteriores izquierdas de los dedos III y IV. También aparecen tres elementos del carpo izquierdo: el escafolunar, el piramidal y el grande.
—168—
[page-n-169]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
..
,.
•
9
•r
a
b
c
d
Fig. 3.- a: Lloma de Betxí 2002; mandíbula, en norma craneal oclusal. b: Lloma de Betxí 2002; hemimandíbula izquierda
(norma lateral) y derecha (norma medial). c: Lloma de Betxí 2002; cráneo, en norma dorsal. d: Lloma de Betxí 2002; atlas,
en norma ventral.
—169—
[page-n-170]
10
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Descripción del cráneo y del maxilar: cráneo mesocéfalo que presenta una frente muy
huidiza (rasgo arcaico), una depresión frontal y una cresta sagital bastante marcadas así
como una protuberancia occipital externa que acaba de forma prominente. En norma frontal,
se observa que el cuerpo del hueso incisivo está muy desarrollado, carácter relacionado con
un hocico ancho pero de longitud moderada. El maxilar posee una anchura mínima palatina amplia y un foramen nasal mayor que el de los perros actuales de similar tamaño.
Presenta un gran diastema entre el P2 y el P3, rasgo típico de los lobos y de los perros antiguos, y en general no posee superposición dental, característica de una manipulación humana
avanzada y de la existencia de tipos de menor tamaño provistos de un hocico más corto. La
mordida respecto a la mandíbula es normal, sin prognatismo. En el yacimiento argárico de
Terrera del Reloj (Milz, 1986) se recuperó un cráneo completo de dimensiones y morfología
muy similar al que presentamos aquí.
Descripción de la mandíbula: (fig. 3b) llama la atención la presencia de algunos rasgos
arcaicos, más relacionados con su agriotipo que con perros modernos de talla parecida. Su
fosa masetérica es bastante profunda; la altura y anchura mandibular, tomadas detrás del M1,
ofrecen valores importantes y si se comparan estas medidas con las tomadas sobre perros
actuales, las primeras comportan mayores valores; los premolares mantienen pequeños
diastemas entre ellos, salvo entre el P1 y el P2; los molares aparecen muy juntos, pero no
superpuestos, como es más habitual entre perros (el P4 y el M1 también lo están); la rama
ascendente tiene una disposición muy vertical (un rasgo típico del género Cuon). En los perros actuales observados, la rama ascendente se sitúa de forma más oblicua respecto a la parte
inferior de la base mandibular, con un ángulo que nunca supera los 75º, mientras que en nuestro individuo esta relación origina un ángulo de 83º, y en el lobo es mucho menor (70º).
Otro rasgo a comentar es la morfología del cóndilo mandibular que en nuestro ejemplar
no es de disposición oblicua en su lado interno, como se observa en los perros actuales,
manteniendo cierta rectitud. Además, la zona medial del cóndilo en nuestro individuo es
mucho más potente (parecida a la del lobo) y la relacionamos con una destacada capacidad
masticadora y de presa.
Koudelka
Factor
Longitud lateral (mm)
Altura estimada (cm)
Húmero*
3,37
140,4
47,31
Radio
3,22
141,6
45,59
Fémur
3,01
157,2
47,31
Harcourt
Factor
Longitud lateral (mm)
Altura estimada (cm)
Húmero*
(3,43 x L) – 26,54
140,4
45,5
Radio
(3,18 x L) + 19,51
141,6
46,97
Fémur
(3,14 x L) – 12,96
157,2
48,06
* Longitud desde la cabeza.
Tab. 6.- Cálculo de la altura en la cruz según Koudelka y Harcourt. Lloma de Betxí 2002.
—170—
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
11
a
b
c
d
Fig. 4.- a: Lloma de Betxí 2002; cuarta cervical, en norma ventral. b: Lloma de Betxí 2002; quinta cervical, en norma lateral izquierda. c: Lloma de Betxí 2002; húmero proximal derecho, en norma medial. d: Lloma de Betxí 2002; radio proximal
izquierdo, en norma medial.
—171—
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12
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Cálculo de la altura en la cruz: al contar con huesos largos completos ha podido estimarse en tres de ellos su longitud. Se ha aplicado la metodología propuesta por Driesch y
Boessneck (1974) a partir de los factores de cálculo de altura en la cruz definidos por
Koudelka (1885). También, a modo comparativo, se ha estimado la altura a través del método desarrollado por Harcourt (1974).
Descripción de las alteraciones de origen antrópico: se han documentado marcas de
carnicería sobre algunos huesos. En concreto, sobre el cráneo, el atlas, la cuarta, quinta y
sexta cervical, tres lumbares, el húmero derecho e izquierdo, el radio izquierdo, el fémur
derecho, la tibia y pelvis derecha, ambos calcáneos, los dos astrágalos y diez costillas.
-Cráneo: cuatro incisiones cortas y oblicuas en la parte izquierda del frontal y otra, de
mayor longitud, situada en medio de la zona derecha (fig. 3c).
-Atlas: en norma ventral y en la superficie articular craneal aparecen marcas que se
sitúan transversales al eje vertebral. Éstas se localizan en la superficie interna de ambos
lados del proceso articular: en el izquierdo cuatro incisiones someras y paralelas y una quinta mucho más profunda que se sitúa más arriba, y en el derecho, una de mayor profundidad
y otra más corta y somera (fig. 3d). Estas marcas no se proyectan sobre los márgenes del
foramen magnum ni sobre la apófisis odontoides del axis.
-Cuarta cervical: tres incisiones en el proceso transverso izquierdo, situadas en norma
ventral. Están dispuestas longitudinalmente y paralelas al eje del cuerpo. La central es más
corta que las de los extremos y todas son someras (fig. 4a).
-Quinta cervical: incisión longitudinal en la parte central de la base del proceso
espinoso, en cara lateral izquierda. Poco profunda (fig. 4b).
-Sexta cervical: una incisión en el lado izquierdo y dos en el derecho, de tendencia
transversal, en norma dorsal y sobre ambos procesos articulares caudales.
-Lumbar: dos incisiones profundas en el margen anterior del proceso espinoso dorsal.
Se sitúan paralelas y con cierta tendencia oblicua.
-Lumbar: incisión que discurre longitudinalmente al eje del proceso mamilar, en norma
dorsal.
-Lumbar: incisión oblicua sobre el proceso transverso, en norma dorsal.
-Húmero derecho: incisión somera en la cabeza del húmero, en norma medial (fig. 4c).
-Húmero izquierdo: dos incisiones convergentes en la epífisis proximal, en el borde
caudal.
-Radio izquierdo: cinco incisiones bastante profundas en la parte anterior de la epífisis
proximal, en norma medial. Se sitúan paralelas y alguna de ellas más oblicua (fig. 4d).
-Fémur derecho: incisión profunda en la zona del cuello, debajo del caput femorae, situada transversal al eje de la diáfisis y en norma medial (fig. 5a).
-Tibia derecha: dos incisiones muy profundas en la cara dorsal de la epífisis distal. Se
disponen paralelas entre ellas y transversales al eje de la diáfisis (fig. 5b).
—172—
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
13
a
b
c
d
Fig. 5.- a: Lloma de Betxí 2002; fémur proximal derecho, en norma medial. b: Lloma de Betxí 2002; tibia distal derecha, en
norma dorsal. c: Lloma de Betxí 2002; pelvis derecha, zona acetabular en norma lateral. d: Lloma de Betxí 2002; calcáneo
derecho, en norma plantar.
—173—
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14
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
-Pelvis derecha: en norma lateral, incisión profunda en el borde inferior acetabular. Esta
marca parece ser una prolongación de la efectuada sobre el cuello del fémur (fig. 5c).
-Calcáneo derecho: más de una veintena de incisiones, localizadas todas en el borde plantar corporal. Sólo una se sitúa en la zona proximal del cuerpo y todas las demás en la parte central y distal del mismo. La superposición de diversas marcas ha provocado cortes profundos,
haciendo difícil la distinción de unas y otras. Todas se sitúan de manera transversal al eje del
cuerpo y algunas de forma más oblicua, en sentido medial-lateral o lateral-medial (fig. 5d).
-Calcáneo izquierdo: abundantes marcas, concentradas en el lado lateral corporal.
Todas ellas mantienen una tendencia oblicua, en sentido plantar-dorsal. En el centro del
cuerpo se documentan incisiones oblicuas, paralelas y poco profundas, mientras que en el
borde del proceso coracoides, y proyectadas hacia el cuerpo, se suceden gran número de
marcas de mayor profundidad. Esto último se repite en la zona más distal (fig. 6a).
-Astrágalo derecho: en la cabeza, en el margen dorsal-medial, incisión recta y profunda,
consecuencia de la realización de diversas marcas sobre la misma zona. Por debajo de la anterior, dos incisiones profundas, oblicuas y paralelas, dispuestas en sentido medial-lateral (fig. 6b).
-Astrágalo izquierdo: en la cabeza y en norma plantar, una incisión corta y oblicua en
sentido lateral-medial.
-Costillas: diez fragmentos presentan marcas carniceras, dominando las situadas en la
zona ventral del cuello, cerca de la parte articular. En un caso las marcas están en la zona
dorsal, en otro en la anterior y en otro en la posterior.
- Dos incisiones oblicuas y paralelas en la zona articular, en cara ventral. La más
cercana al borde articular es de mayor longitud y recorre la cabeza de un lado a otro; la
otra es ligeramente más corta y menos profunda que la primera.
- Dos incisiones oblicuas se sitúan en la zona articular, en cara ventral, siendo más
larga y profunda la que se encuentra más próxima a la articulación (fig. 6c).
- Tres incisiones oblicuas en norma ventral, dos de ellas más juntas y paralelas,
mientras que la más cercana a la articulación es más profunda.
- Dos incisiones transversales en cara ventral, la más cercana a la articulación es
más somera y recorre toda la superficie de un extremo al otro. La segunda se dispone
algo más oblicua y es más larga y profunda que la primera (fig. 6d).
- Dos incisiones oblicuas y transversales en norma ventral. La próxima a la articulación de mayor longitud y profundidad que la otra.
- En cara anterior, en la zona cercana a la articulación, abundantes incisiones
oblicuas consecuencia de la superposición de unos trazos sobre otros que han originado alteraciones importantes.
- En cara ventral, en la zona articular, un corte transversal y oblicuo.
- En norma ventral, en la zona articular, un corte muy oblicuo y profundo, casi longitudinal al eje del cuerpo de la costilla.
—174—
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
15
a
b
c
d
Fig. 6.- a: Lloma de Betxí 2002; calcáneo izquierdo, en norma lateral. b: Lloma de Betxí 2002; astrágalo derecho, en norma
medial. c: Lloma de Betxí 2002; costilla, zona articular en norma ventral. d: Lloma de Betxí 2002; costilla, zona articular en
norma ventral.
—175—
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16
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
- En norma posterior y dorsal, incisión transversal y profunda en la zona articular.
Se trata de una superposición de muchos trazos que ha originado una gran muesca.
Propuesta de reconstrucción del procesado carnicero y de deposición del cuerpo: siguiendo a Harcourt (1974), pensamos que el procesado se realizó colgando al animal por sus extremidades posteriores. A continuación, el cadáver fue colocado en una fosa excavada en la tierra.
a) Despellejado. Se han realizado cortes en las tibias distales, calcáneos y astrágalos,
quedando los tarsos, metatarsos y falanges adheridos a la piel. Se comenzó a tirar de la piel
hacia abajo (como se hace con los conejos y liebres), encontrando algunos puntos anatómicos donde ésta se resistía –sobre todo en zonas con poca carne entre la piel y el hueso– como
en la articulación del fémur con la pelvis derecha, en los procesos espinosos de vértebras
lumbares, sobre algunas costillas en su zona dorsal, en el radio izquierdo proximal, sobre el
húmero derecho e izquierdo proximal, el atlas3 y el cráneo. Se han efectuado cortes en las
manos, similares a los practicados sobre los pies. La zona marginal de la extremidad anterior izquierda no se ha separado del cuerpo (seguramente por la rotura de la piel), mientras
que la mano derecha ha quedado adherida a la piel, que finalmente se extrajo. El problema
que se plantea es qué ocurrió con el fémur, la pelvis, el sacro y las vértebras caudales que
faltan. Es muy probable que el sacro y la cola, dada su localización marginal, se quedaran
unidos a la piel. Más difícil resulta dilucidar la suerte del fémur y la pelvis, que muy probablemente se asocie con algún otro tipo de alteración más potente.
b) Evisceración. No se han encontrado marcas longitudinales de descarnado sobre las
diáfisis, por lo que nos ha parecido más conveniente emplear el término eviscerar que
descarnar. Una vez obtenida la piel, las marcas sobre la zona ventral de las costillas y de
alguna vértebra nos indican que el animal fue vaciado, accediendo con un instrumento cortante por el interior de su caja torácica, y que fueron extraídos los órganos blandos superiores. Como acabamos de mencionar, no existen elementos que evidencien directamente el
descarnado de los huesos, aunque es factible que las partes blandas obtenidas fueran consumidas. No hay que obviar la posibilidad de su relación con algún acto social o ritual, sobre
todo porque este enterramiento acompaña a otro humano.4
c) Deposición del cuerpo. El conjunto se ha hallado en posición primaria, manteniendo
ciertos huesos la conexión anatómica (vértebras cervicales). Algunos elementos se han visto
ligeramente desplazados debido a la propia descomposición (escápula y miembros apendiculares). Otros, han experimentado algún tipo de transporte vertical postdeposicional
(sexta cervical), apareciendo en niveles inferiores. Se han encontrado huesos con fracturas,
sobre todo el cráneo y las costillas, que relacionamos con la presión sedimentaria, el trampling o su propia fragilidad.
3. No desestimamos la idea de que las incisiones descritas sobre la zona ventral del atlas, en su proceso articular craneal y que se han vinculado al despellejado, puedan estar relacionadas con el degollado del animal (Chaix y Méniel, 2001),
lo que abriría la hipótesis de su muerte por causas no naturales.
4. El estudio antropológico lo está llevando a cabo en la actualidad Mª Paz de Miguel (Universidad de Alicante).
—176—
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
Fig. 7.- Excavación en extensión del individuo de la Lloma de Betxí 2002.
—177—
17
[page-n-178]
18
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
La situación de los diferentes elementos óseos, su orientación y su división por lados corporales, nos están indicando las características de la deposición (fig. 7): en el margen izquierdo de la imagen puede observarse el cráneo, que descansa sobre su lado izquierdo. Siguiendo
este eje y hacia la derecha se pueden ver las vértebras cervicales. El atlas se sitúa a la izquierda del cráneo, por lo que pensamos que la cabeza se desplazó del raquis por la descomposición. En la parte superior de la imagen puede constatarse la asociación del radio, la ulna y el
húmero del lado derecho (de este último solo se ve su extremo distal). También se observa la
escápula derecha, que se ha desplazado ligeramente hacia un lado. El miembro torácico
izquierdo se encuentra por debajo del derecho, por lo que suponemos que el cuerpo fue colocado de lado sobre su costado izquierdo. En la parte inferior de la lámina se distinguen los
miembros pelvianos, que se colocaron también flexionados, aunque en este caso el miembro
posterior izquierdo por encima del derecho. La mayor exposición del fémur y de la pelvis
izquierda pudo favorecer la acción de otro perro, que sustrajo estos huesos.
Todos estos elementos parecen indicar que el cuerpo fue depositado de espaldas (las
vértebras presentan su cara ventral hacia arriba) y fue girado del lado izquierdo, con las
Elemento
anatómico
Cráneo
Atlas
Cuarta cervical
Quinta cervical
Sexta cervical
Lumbar
Lumbar
Lumbar
Húmero derecho
Húmero izquierdo
Radio izquierdo
Fémur derecho
Tibia derecha
Costillas
Costilla
Costilla
Costilla
Pelvis derecha
Calcáneo derecho
Calcáneo izquierdo
Astrágalo derecho
Astrágalo izquierdo
Localización
Tipo de alteración
Frontal
5 incisiones desde el
proceso cigomático frontal
izquierdo a la línea temporal derecha
3 incisiones en norma ventral
3 incisiones en norma ventral
Incisión
3 incisiones en norma dorsal
Incisión en norma dorsal
Incisión en norma dorsal
2 incisiones en margen anterior
Incisión en norma medial
2 incisiones en el borde caudal
5 incisiones en norma medial
Incisión en el cuello
4 incisiones en norma dorsal
De 1 a 2 incisiones en norma ventral
Proceso articular craneal
Proceso transverso izquierdo
Base proceso espinoso
Proceso articular caudal
Proceso mamilar
Proceso transverso
Proceso espinoso dorsal
Cabeza articular
Cabeza articular
Zona proximal
Zona proximal
Zona distal
7 casos en la zona
ventral del cuello
Zona anterior del cuello
Zona posterior del cuello
Zona dorsal del cuello
Acetábulo
Cuerpo
Zona proximal
Cuerpo
Cabeza
Cabeza
De 1 a 2 incisiones en norma anterior
De 1 a 2 incisiones en norma posterior
De 1 a 2 incisiones en norma dorsal
Incisión en el borde
20 incisiones en borde plantar
Incisión
Abundantes incisiones en norma lateral
3 incisiones en margen dorsal-medial
Incisión en norma plantar
Tab. 7.- Alteraciones en el individuo de la Lloma de Betxí 2002.
—178—
Despellejar
Eviscerar
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
19
extremidades flexionadas; hecho que parece responder a una adecuación del cuerpo del
cánido (presionando hacia abajo) a las dimensiones del agujero practicado en la tierra.
VALORACIONES
Los restos de fauna correspondientes a animales que han servido de alimentación al
hombre aparecen en la mayoría de los casos fracturados y con señales carniceras que denotan su procesado, depositándose en vertederos asociados a áreas domésticas. Los huesos y
esqueletos conservados enteros son minoritarios. Los conjuntos aquí descritos, pertenecen
a acumulaciones de génesis diversa: huesos fracturados, no fracturados y esqueletos completos, presentando en algunos casos incisiones carniceras.
Estos caracteres parecen indicarnos que, junto a la disposición y la morfología de las
alteraciones, en la Edad del Bronce en el área valenciana los perros fueron utilizados
(después de su muerte) de formas diversas, además de las funciones en vida que se les
supone y que desarrollan en la actualidad en algunas zonas rurales (perros pastores conductores de rebaños, ayudantes en las tareas cinegéticas o protectores de las zonas de hábitat). Funciones muy condicionadas por la localización de los yacimientos y sobre todo por
el modelo económico desarrollado en cada uno de ellos. Este tipo de actividades no pueden
ser inferidas directamente a través de sus restos, aunque la variabilidad en la talla de algunos
ejemplares podría indicarnos la existencia de diferentes variedades de perros. Por otro lado,
las marcas dejadas por sus denticiones sobre los restos de alimentación de origen antrópico,
nos confirman su presencia aunque sin aportar muchos más datos. Es posible que los perros
presentes en los yacimientos valencianos estudiados, fueran utilizados en una o en varias de
las funciones que se han descrito con anterioridad, independientemente del diferente
tratamiento post mortem dado.
Los nuevos hallazgos nos indican ciertos procesos, entre ellos el descarnado y/o consumo de la carne de perro, en concreto en el húmero de la Lloma de Betxí 2000. También,
el fémur distal del Pic dels Corbs 1993 y el fragmento de maxilar de la Lloma de Betxí
Restos de
Canis familiaris
Con incisiones
carniceras
Probable
utilización
Sin incisiones
carniceras
Probable
utilización
Elemento fracturado
PC 93
Consumo antrópico
LLB 01
¿Consumo antrópico?
Elemento no fracturado
LLB 00
Consumo antrópico
Picarcho 81
No consumo antrópico
Esqueleto completo
LLB 02
Extracción de la piel,
acto social, ritual...
-
-
Tab. 8.- Caracteres de los conjuntos óseos de Canis familiaris descritos en el texto.
—179—
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20
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
2001, denotan su fracturación y contienen además marcas de desarticulación. Estos tres
restos se vinculan al aprovechamiento cárnico. No podemos decir lo mismo del esqueleto
completo de la Lloma de Betxí 2002, que vinculamos más a la obtención de la piel. En la
zona valenciana, encontramos paralelos del procesado de canes, en el yacimiento del
Bronce final del Cabezo Redondo (Driesch y Boessneck, 1969), con marcas de desarticulación sobre un radio proximal, y también en el eneolítico de Les Jovades (Martínez, 1993).
Este yacimiento es la prueba más antigua –en territorio valenciano– de la presencia de
alteraciones carniceras antrópicas de desarticulación sobre huesos de perro, que podemos
relacionar con el consumo de su carne, ya que en los yacimientos neolíticos valencianos no
se han encontrado señales de ningún tipo. Esto puede responder a dos dinámicas: por un
lado, los escasos restos de estos cánidos representados que no contienen marcas, reflejan la
realidad del “no consumo” de su carne durante el Neolítico, desempeñando otras funciones,
y por otro, que el bajo número de fragmentos enmascara las posibles marcas que podrían
estar presentes sobre otros elementos anatómicos que no se han conservado.
Fuera del área valenciana, en los yacimientos argáricos de Castellón Alto y de Terrera
del Reloj (Granada), se han observado marcas carniceras sobre dos vértebras lumbares,
una tibia distal, un atlas y un calcáneo (Milz, 1986). Asimismo, en Los Palacios y Azuer
(Ciudad Real) se han detectado alteraciones sobre un radio proximal, un húmero distal y
en el ramus de una hemimandíbula (Driesch y Boessneck, 1980b). También, en el Cerro
de la Encina (Granada), en niveles argáricos y del Bronce final, se documentan marcas de
desarticulación sobre un fragmento de occipital, un atlas, una hemimandíbula y un
húmero distal (Friesch, 1987). En todos estos yacimientos se presupone la utilización del
perro con fines alimenticios.
En Europa, y más concretamente en Italia, se tiene constancia del consumo de perros
desde el Neolítico hasta época histórica, incluidos los restos de algunos depósitos rituales
de la Edad del Hierro (Wilkens, 1997), con un descenso importante de este hábito en época
romana (De Grossi y Tagliacozzo, 1997). En Francia, desde el Neolítico, hay pruebas de
cinofagia que se hacen más evidentes desde época gala, donde además de por su carne, el
cánido es explotado por su piel y utilizado en sacrificios (Méniel, 1987). En Bélgica, en el
Vicus de Braives y en niveles prerromanos, se tiene constancia del consumo de perro a
través de las incisiones de carnicería presentes sobre cinco de sus huesos, hecho que se relaciona más con hábitos locales que con verdaderas necesidades de alimento (Tarcan et al.,
2000). En el yacimiento suizo del Bronce final de Hauterive-Champréveyres se han hallado incisiones carniceras sobre huesos de perro (sacrificados con menos de cuatro años) que
además han sido fracturados con golpes de hacha, lo que nos indica la existencia de un verdadero procesado del animal con fines alimenticios, similar al practicado sobre otros animales de consumo habitual (Studer, 1988). En Europa central y oriental también hay pruebas del consumo de perros desde el Neolítico hasta el final de la Edad del Bronce (Bökönyi,
—180—
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
21
1974). Las evidencias de la utilización de carne canina pueden tener un origen cultural,
aunque en algunos yacimientos medievales y postmedievales (Carrickfergus, Irlanda del
Norte) responden sobre todo a situaciones concretas, como hambrunas y períodos de
carestía alimenticia relacionados con episodios bélicos, y también a la explotación de sus
pieles. En este lugar se ha llevado a cabo el procesado completo de los animales, desde el
despellejado, al desmembrado y descarnado (Murphy, 2001).
Ante todo esto, cabe preguntarse cuál fue el motivo del consumo de carne de perro
durante el tercer y segundo milenio a.C. en el País Valenciano, ya que no tenemos constancia de esta práctica durante el Neolítico ni tampoco posteriormente (época ibérica y
romana). Una cultura que practica la cinofagia, en teoría debe carecer de otra variedad de
fuentes alternativas de alimentos de origen animal, lo que conduce al sacrificio de estos animales para conseguir su carne, sea cual sea su supuesta utilidad en vida (Harris, 1989). Esto
puede parecer verosímil en otras zonas, pero no en la nuestra y en las cronologías propuestas. Se pudo dar, de manera ocasional, el consumo de carne de perro por un descenso en el
número de ejemplares de la cabaña ganadera destinada a carne (conflicto o enfermedad),
aunque si por algo se caracterizan la mayoría de yacimientos del Bronce Valenciano es por
la importancia de la caza (destacando el ciervo) y su considerable aporte a la dieta cárnica.
Este hecho subsanaría una posible situación de escasez de alimentos de origen animal
procedentes de las explotaciones agropecuarias tradicionales.
Todas estas explicaciones teóricas no parecen aclarar demasiado el motivo del consumo de
carne canina y de si se trata de un hecho puntual o si responde a una pauta cultural definida.
Un elemento a tener en cuenta, es la relación entre la edad de muerte de los ejemplares
y su posible funcionalidad en los yacimientos.
Sólo contamos con datos precisos sobre dos individuos (Picarcho y Lloma de Betxí
2002). En los otros tres, la edad de muerte establecida es aproximada. Una explotación de
perros dedicada a la obtención de carne responderá a un perfil con una abundancia de individuos jovenes. En cambio, un mayor porcentaje de individuos adultos y viejos reflejará una
población de animales vinculada a otros usos en vida. Lamentablemente, los datos de otros
Yacimientos
Elemento anatómico
Edad de muerte
Alteraciones carniceras
Picarcho 81
Fragmento maxilar
6 meses
No
PC 93
Fémur distal
> 18 meses
Sí
LLB 00
Húmero
> 15 meses
Sí
LLB 01
Fragmento maxilar
> 6-7 meses
Sí
LLB 02
Individuo
2 años
Sí
Tab. 9.- Relación entre la edad de muerte de los ejemplares y la aparición de alteraciones carniceras sobre sus restos.
—181—
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A. SANCHIS - I. SARRIÓN
yacimientos valencianos, como Cabezo Redondo y Les Jovades, no son clarificadores. En
el primero, no hay demasiadas referencias, mientras que en el segundo abundan los animales adultos, aunque no se ha precisado a qué grupo de edad pertenecen aquellos huesos
con alteraciones carniceras.
Además de su consumo y de la utilización de sus pieles, diversos elementos han probado que la interacción hombre-perro tuvo también un fuerte carácter social, probablemente
incluso más que alimenticio, como en la tumba de Ein Mallaha (Israel), donde una persona
de edad avanzada se acompaña de un cachorro de tres a cinco meses de perro-lobo (Perrot,
1988). Este conjunto puede ofrecer ciertos paralelos con el de la Lloma de Betxí 2002, ya que
en éste, el animal también se asocia al enterramiento humano, aunque con las sabidas diferencias. Por un lado, cronológicas, ya que el de Ein Mallaha pertenece a la cultura Natufiense.
Por otro, el conjunto asiático se sitúa en una única fosa, mientras que en el nuestro se diferencian claramente la deposición del cánido de la humana. Respecto a la edad de muerte de
ambos animales, el de la Lloma es de mayor edad (dos años) que el cachorro del yacimiento asiático. Además, nuestro perro ha sufrido un proceso de manipulación antrópica para la
obtención de su piel, consumo de sus órganos internos o simplemente ha sido participe en
algún rito de tipo cultual o funerario, vinculado a la muerte del hombre al que acompaña. El
cachorro de Ein Mallaha no fue procesado, apareciendo libre de toda marca carnicera.
Hasta el momento, en territorio valenciano no hay más datos de la presencia de esqueletos completos de perros en contextos de la Edad del Bronce o más antiguos, de ahí la importancia de este nuevo hallazgo. Sí que podemos citar el caso del yacimiento de la Edad del
Bronce de la Loma del Lomo (Guadalajara), donde se depositó a un perro completo en una
hoya próxima al enterramiento nº 9. Estos restos han sido interpretados como ofrendas vinculadas a ajuares funerarios pertenecientes a inhumaciones cercanas (Blasco, 1997).
Otro punto de especial interés es el que hace referencia a la talla. El cálculo de la altura
en la cruz, además de otros caracteres como la morfología del cráneo y del esqueleto postcraneal, es la forma más directa de estimar la variabilidad de la especie. En el País
Valenciano, sólo se conservan huesos largos completos en el Cabezo Redondo, que pueden
compararse con los últimos hallazgos de la Lloma de Betxí, mientras que los demás
yacimientos ofrecen pocos datos métricos. La altura en la cruz obtenida sobre estos huesos
es muy similar a la presente en el Cabezo Redondo, tratándose de individuos con una talla
que oscila entre los 45 y los 50 cm. El resto de medidas estimadas sobre los nuevos hallazgos, también nos permiten afirmar la existencia de una población biométrica homogénea de
perros mesomorfos en la Edad del Bronce (apéndice I).
Desde un punto de vista diacrónico, aplicado a los yacimientos valencianos con restos
de perro, podemos decir que su talla y dimensiones no varían apenas y que el perro de
tamaño mediano-pequeño, caracterizado durante el segundo milenio a.C. está presente en
nuestras tierras desde el Neolítico (apéndice II).
—182—
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RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
23
En lo referente a los individuos pertenecientes a localidades situadas fuera del territorio valenciano, se han compilado todas las medidas en el apéndice III, donde aparecen citados sobre todo yacimientos de la Edad del Bronce, aunque también se han incorporado otros
del tercer milenio. Las medidas son bastante uniformes tanto en el esqueleto craneal como
postcraneal, con ligeras variaciones en la talla de algunos individuos pero sin observarse
diferencias de tipo diacrónico en los yacimientos. Los cálculos de altura en la cruz no aparecen mencionados en todas las publicaciones, aun así, los datos que se ofrecen nos permiten
realizar ciertas comparaciones con las alturas obtenidas en nuestros materiales. En
Valencina de la Concepción (tercer milenio) se obtiene una variación de 38,7-55,7 cm; en
Los Millares (tercer milenio), 43,5-52 cm; en Los Palacios (Bronce), 46 cm; en Terrera del
Reloj (Argárico), 44,4-49,3 cm (Koudelka, 1885) y 45,3-50,3 cm (Harcourt, 1974); en
Castellón Alto (Argárico), 43,3-51,9 cm (Koudelka, ibid) y 43,9-54,7 cm (Harcourt, ibid);
en Monachil y Purullena (Argárico y Bronce final) se ofrecen dos medidas aproximadas: 40
cm y 60 cm; en Fuente Alamo (Bronce), 38,47 y 47,65 cm (Koudelka, ibid) y 39,95 y 49,01
cm (Harcourt, ibid). Como se puede apreciar, en la mayoría de lugares las alturas obtenidas
se sitúan dentro de la variación de 40-50 cm. Cabe mencionar alguna excepción, como en
Monachil y Purullena donde se ha caracterizado a un perro como de tamaño grande al
obtener una altura de 60 cm, que se aproxima a Canis familiaris intermedius, descrito en los
yacimientos de Europa central (Bökönyi, 1974).
En Francia, se han estudiado restos de perro y se han obtenido buenos resultados referentes a la talla. En concreto, en yacimientos neolíticos como Boury-en-Vexin y Mayry
(Arbogast, Méniel e Yvinec, 1987) aparecen individuos de talla modesta (40-50 cm), que se
diversifica en la Edad del Hierro con perros más grandes (60 cm), apareciendo al final de la
época gala formas muy pequeñas (23-30 cm). Según los autores, las diferencias en la talla
no se ven reflejadas directamente en la morfología craneal que suele ser uniforme y que sólo
variará en época romana con la aparición de ejemplares muy parecidos a las especies
actuales (tipos bien diferenciados), como los perros de los depósitos en Soissons o Arras,
con alturas entre 30 y 60 cm (Méniel, 1987).
En Inglaterra, también existen datos acerca del tamaño de estos cánidos (Clark, 1995),
con poblaciones uniformes (40-60 cm) y una pequeña minoría de individuos menudos en la
Edad del Hierro, y un aumento de la variabilidad de tipos en época romana, sobre todo por
la presencia de perros de reducidas dimensiones.
Los perros de la Edad del Bronce en Europa central y oriental (Bökönyi, 1974) son de
talla media, hecho que ha sido relacionado con un cambio en su funcionalidad respecto a
momentos anteriores: de ayudante en la caza, a guardián de los rebaños y cosechas. En
época romana se produce un desarrollo de la selección de las razas, con perros braquimélicos (Teichert, 1987), enanos y al mismo tiempo grandes animales.
En Italia, hay datos sobre la talla de los animales desde el Neolítico hasta la época
romana (De Grossi y Tagliacozzo, 1997). Se aprecia una gran variabilidad en las dimen—183—
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A. SANCHIS - I. SARRIÓN
siones de los indivduos desde el Neolítico, aunque se hace más patente a partir de la Edad
del Bronce. Estas diferencias responden más a un cruce producido al azar que a una manipulación manifiesta. Los grandes perros solo están presentes a partir de la Edad del Hierro,
iniciándose una verdadera selección real. Después, en época romana la variabilidad conduce
también hacia individuos de reducidas dimensiones e incluso a la aparición de desequilibrios entre sus extremidades y el tamaño del cuerpo (De Grossi y Tagliacozzo, 2000).
En Suiza, los ya mencionados restos del Bronce final de Hauterive-Champréveyres,
corresponden a ejemplares de una población homogénea de grandes perros robustos y de
talla importante (50-60 cm).
Como ya se ha señalado, en los yacimientos valencianos las alturas obtenidas entran en
la variación de 40-50 cm. Las estimaciones llevadas a cabo en la Lloma de Betxí sobre dos
individuos (50,55 y 47,31 cm) así lo confirman. Estos datos, junto a los que ofrecen ciertos
yacimientos peninsulares y muchos europeos, nos indican la existencia de una población
homogénea de perros de talla mediana-pequeña (40-50 cm), que en territorio valenciano
está presente desde el Neolítico hasta al menos la Edad del Bronce. Esta homogeneidad en
las poblaciones no permite establecer una relación directa entre la morfología y la utilización de los animales.
En los basureros vinculados a las zonas domésticas, los cráneos y los elementos apendiculares enteros son poco frecuentes. Para poder caracterizar correctamente la talla y la
morfología de nuestros perros, desde el Neolítico a la Edad del Bronce, es necesario contar
con un mayor número de restos y, sobre todo, con nuevos hallazgos de enterramientos de
uno o varios individuos de diferentes edades y sexos, lo que nos permitirá desarrollar estudios a escala poblacional.
Queda por determinar el tamaño y la funcionalidad de estos cánidos en momentos posteriores, donde además de una posible diversificación de los tamaños –sobre todo en época
romana (Altuna y Mariezkurrena, 1992)– será necesario esclarecer si son consumidos o
manipulados por el hombre, o bien si se produce una ruptura en el tratamiento dado a estos
animales en los albores del mundo ibérico (nueva cultura), tal y como parecen confirmar sus
hallazgos en los yacimientos valencianos (Iborra, 2000, 2003).
NOTA: Al final del trabajo se han añadido tres apéndices que recogen las medidas de los
nuevos ejemplares, las de los restos valencianos publicados con anterioridad a este artículo y
otros –a modo comparativo– de yacimientos extravalencianos, sobre todo de la mitad meridional peninsular. Se ha seguido mayoritariamente la metodología propuesta por Driesch (1976).
AGRADECIMIENTOS: Queremos expresar nuestra gratitud a Juan Salazar, Jeroni Valor, Marc
Tiffagom y Angel Sánchez por la elaboración de la parte gráfica. También a Bernat Martí por sus
comentarios, y a Mª Jesús de Pedro y Amparo Barrachina por la cesión de los materiales para la
realización del trabajo.
—184—
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[page-n-188]
28
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—188—
[page-n-189]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
29
APÉNDICE I. MEDIDAS DE LOS NUEVOS HALLAZGOS DE PERRO
Los números y letras entre paréntesis hacen referencia a las medidas propuestas por Driesch (1976). Las siglas ap. y t. se interpretan como antero-posterior y transversal, respectivamente. Los resultados se expresan en milímetros.
Longitud P1
Cráneo y maxilar
Lloma de Betxí
2002 (Bronce)
157,7
(1) L. prostion-akrokanion
1
2
(15) Longitud P -M alveolar
1
16
(16) Longitud M -M alveolar
1
4
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
45,8
4
4
(19) Longitud P alveolar
1
Anchura P
Anchura P
1
10,9
3
4
1
12,7
5,3
12,6
1
Longitud M
11,5
15,1
2
Longitud borde posterior C-M
7,6
5,8
9,3
2
13
6,9
2
Longitud borde anterior C-M
20,6
Vértebras
3,7
3
Anchura M
12,7
33,2
12,7
30,8
32,3
8,4
5,3
9,6
2
Longitud M
4,9
Diámetro transversal cóndilo mandibular
3,5
2
Anchura M
Anchura P4
5,4
1
Longitud P
8,9
10,6
10,5
1
(20a) Anchura M alveolar
(25) Anchura cóndil. occipitales
(27) Anchura foramen magnum
(35) Anchura min. palatino tras C
(36) Anchura alveolo canino
Longitud canino
Anchura canino
Longitud P
16,7
10,1
4,3
Longitud P4
15,9
(20) Longitud M alveolar
Anchura P
18,6
8,6
9,6
Anchura P3
41,1
15,9
4
(18a) Anchura P
Longitud P
15,4
3,9
Longitud P3
54,6
8,3
Anchura P2
57,7
2
3,1
Longitud P2
Lloma de Betxí Picarcho 1981
2001 (Bronce)
(Bronce)
4,3
Anchura P1
Cráneo y maxilar
10,2
8,7
70
2
2
Longitud prostion-M
Diámetro t arcada incisiva
59,3
66,4
80,4
25,2
78,9
Mandíbula
Mandíbula
Lloma Betxí 2002
(Bronce)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
123,6
(3) Longitud desde infradental hasta entrante entre cóndilo y proc. angular
118,1
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo C
104,1
(5) Longitud desde entrante cóndilo y proceso angular y borde distal alveolo C
101,4
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta borde distal alveolo C
70,9
(8) Longitud P1-M3 alveolar
66
(9) Longitud P2-M3 alveolar
Atlas
Lloma Betxí 2002 (Bronce)
(GL) Longitud máxima
36,1
(LAd) Longitud arco dorsal
13,4
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
35,4
Axis
Lloma Betxí 2002 (Bronce)
(LAPa) Longitud arco incluyendo el proceso art. caudal
46,4
(H) Altura
31,4
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
42,7
Tercera cervical
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(Bpacr) Anchura proceso articular craneal
25,9
(Bpacd) Anchura proceso articular caudal
29,7
(GLPa) Longitud entre procesos
34,1
Cuarta cervical
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(Bpacr) Anchura proceso articular craneal
31,1
(Bpacd) Anchura proceso articular caudal
28,5
(GLPa) Longitud entre procesos
33,8
Quinta cervical
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(Bpacr) Anchura proceso articular craneal
30,5
(Bpacd) Anchura proceso articular caudal
27,1
(GLPa) Longitud entre procesos
29,3
Sexta cervical
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(Bpacr) Anchura proceso articular craneal
28,3
(Bpacd) Anchura proceso articular caudal
26,7
(GLPa) Longitud entre procesos
26,5
Cuarta torácica
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
(PL) Longitud fisiológica del cuerpo
15,1
3 vértebras lumbares
Lloma de
(Bronce)
Betxí 2002
(PL) Longitud fisiológica del cuerpo
19,5
24,3
27,2
(H) Altura
29,6
62,2
(10) Longitud M1-M3 alveolar
32
(11) Longitud P1-P4 alveolar
35,5
(12) Longitud P2-P4 alveolar
31,2
(13) Longitud M1
19,7
(13a) Anchura M1
7,4
(14) Longitud M1 alveolar
17,3
(15) Longitud M2
8,5
(15a) Anchura M2
6,1
(18) Altura ramus vertical
(19) Altura mandibular detrás M1
25,8
21,3
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
16,7
Escápula
Escápula izquierda
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
Escápula derecha
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
—189—
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
26,2
21
15,1
21,8
Ll.oma de Betxí 2002 (Bronce)
25,2
20,1
15
21,8
[page-n-190]
30
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Húmero
Astrágalo
Húmero izquierdo
(Dp) Espesor proximal
(Bd) Anchura distal
(GLC) Longitud desde la cabeza
(GL) Longitud
Húmero derecho
(Dp) Espesor proximal
(Bd) Anchura distal
(L) Longitud desde la cabeza
(L) Longitud
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
34,7
26,4
140,4
144,3
Lloma de Betxí 2002
(Bronce)
34,4
28,1
140,4
Lloma de Betxí 2000
(Bronce)
37,5
28,5
150
152,7
Radio
Radio izquierdo
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Ll) Longitud lateral
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
15,6
20,9
143
11,2
141,6
Radio derecho
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Ll) Longitud lateral
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
15,4
21,2
141,9
10,9
140,2
Ulna
Ulna izquierda
(SDO) Espesor mínimo olécranon
(DPA) Espesor proceso anconeo
(GL) Longitud máxima
(Ll) Longitud lateral
Anchura máxima articular
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
18,6
21,6
167
167
15,2
Pelvis
Pelvis derecha
(LA) Longitud acetabular
(SB) Anchura mínima
(LFo) Longitud foramen obturador
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
21,1
7,6
24,4
Fémur
Fémur derecho
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(Dc) Espesor máximo cabeza
(Ll) Longitud lateral
Lloma de Betxí 2002
(Bronce)
33,7
28,8
161,3
16,5
157,2
Pic dels Corbs 1993
(Bronce final antiguo)
28,5
Patella
Patella derecha
(GB) Anchura máxima
Astrágalo izquierdo
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
23,3
Astrágalo derecho
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
23,7
Calcáneo
Calcáneo izquierdo
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
36,9
Calcáneo derecho
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
37,6
Metacarpos
Metacarpo I izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
17,3
4,8
Metacarpo II izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
45,7
8,1
Metacarpo III izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
52,6
7,5
Metacarpo IV izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
52,5
7,3
Metacarpo V izquierdo
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
44,1
8,1
Falanges
Falange 1 anterior izquierda dedo II
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
17,9
6
7,5
5,1
Falange 1 anterior izquierda dedo III
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
20,2
6,2
7,4
4,9
Falange 1 anterior izquierda dedo IV
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
20,1
6,1
7,1
5,1
Falange 2 anterior izquierda dedo II
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
9,8
6,1
6,5
5,5
Falange 2 anterior izquierda dedo III
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
13,9
6,5
6,7
4,7
Falange 2 anterior izquierda dedo IV
(GL) Longitud máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
13,8
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
9,1
Tibia
Tibia izquierda
(Bp) Anchura proximal
Diámetro antero-posterior proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
30,1
31,6
11,1
Tibia derecha
(Bp) Anchura proximal
Diámetro ap. proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
(Dd) Espesor máximo distal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
30,7
31,7
10,8
19,4
9
—190—
[page-n-191]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
6,4
6,5
4,8
31
Carpos
Escafolunar izquierdo
(GB) Anchura máxima
Falange 3 anterior izquierda dedo III
(GL) Longitud máxima
(Bp) Anchura proximal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
12,7
5,8
Falange 3 anterior izquierda dedo IV
(GL) Longitud máxima
(Bp) Anchura proximal
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
12,3
5,7
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
19,1
Piramidal izquierdo
(GB) Anchura máxima
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
15,9
Grande izquierdo
Diámetro antero-posterior
Diámetro transversal
(H) Altura
Lloma de Betxí 2002 (Bronce)
10,4
6,8
8
APÉNDICE II. MEDIDAS PUBLICADAS DE RESTOS DE PERRO
DE YACIMIENTOS VALENCIANOS
Or (Neolítico)
L alveolar P1-P4
37
L alveolar M1
19
L M1
20
F. Flores (Eneolítico)
L M1
20,6
A M1
7,7
Lloma de Betxí 1988-91 (Bronce)
L alveolar P1-M3
71,6
L alveolar P1-P4
37,6
(9)
L alveolar M1-M3
35,8
62,5
H ramus diastema
H entre P4-M1
17,8
20,5
Cráneo, maxilar y molares superiores
Jovades (Eneolítico)
1
2
1
2
L P -M
53
LM -M
1
16
4
L P -P
37
Cabezo Redondo (Bronce final)
1
2
(15) Longitud P -M alveolar
1
58
2
(16) Longitud M -M alveolar
1
13,2
15,5
4
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
Longitud M
Anchura M
44,5
4
15,2
2
5,5
6,3
2
Longitud borde post. canino-M2
4
P
Jovades
4
LP
Espesor entre P4-M1
1
16,4
16,8
8,3
4
AP
16,5
8,5
9,4
9
11,1
H ramus ascendente
Diámetrot cóndilo articular
L P2
Eneolítico
15,3
47,7
23,7
8,7
A P2
3,9
11,2
11,9
11,5
10,7
L P3
10,8
12,8
13,1
13,5
12,5
A P3
5
L P4
M
11,5
A P4
5,2
Jovades
1
LM
1
AM
Eneolítico
2
M
Jovades
AM
9,4
8,9
2
Eneolítico
6,4
2
LM
6,6
Canino izquierdo
Altura máxima
Altura corona anterior
Diámetro ap cuello
Diámetro t cuello
Diámetro ap raíz
Diámetro t raíz
L M1
7,3
Cabezo Redondo (Bronce final)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3
hasta borde distal alveolo canino
(8) Longitud P1-M3 alveolar
18,8
18,8
19,1
A M1
6,8
7,3
7,3
8
Variación
131,3 - 130
114 - 99,5
Media
130,65
110,12
5
5
76 - 65,5
71 - 62,3
72,2
66,96
4
66 - 58
63,25
(10) Longitud M1-M3 alveolar
6
34,4 - 27
31,38
(11) Longitud P1-P4 alveolar
5
39,5 - 34
37,04
(12) Longitud P2-P4 alveolar
17,7
nº
2
4
(9) Longitud P2-M3 alveolar
Jovades (Eneolítico)
L M1
A M2
10,2
A M2
Mandíbula
Jovades (Eneolítico)
L M2
8,6
L M2
Les Planetes (Bronce)
41
19
12,1
6,3
10,9
6,2
23
A M1
5
35 - 29,8
32,8
8,8
8,3
(19) Altura mandibular detrás M1
6
24 - 19,6
21,86
6
6
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
5
18,5 - 15,8
17,06
—191—
[page-n-192]
32
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Am columna ilíaca
Escápula
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
nº
3
2
3
3
Jovades (Eneolítico)
(SLC)
(GLP)
Media
25,96
21,95
15,36
22,86
16,7
20,5
19,7
Cabezo Redondo (Bronce final)
(LA) Longitud acetabular
nº
3
17
Cabezo Redondo (Bronce final)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(Dc) Espesor máximo cabeza
(Ll) Longitud lateral
10
36,5
Cueva Soterraña (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
Axis
Cabezo Redondo (Bronce final)
(H) Altura
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
Jovades (Eneolítico)
(LA)
Variación
24 - 20,3
Media
21,6
Variación
35,2 - 30,2
28,5 - 25,3
163,5 - 158
17 - 15,7
159,5 - 155,5
Media
32,23
26,75
160,75
16,16
157,5
Variación
12,8 - 10
21,7 - 18
Media
11,4
19,22
Fémur
Atlas
Cabezo Redondo (Bronce final)
(LAd) Longitud arco dorsal
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
7,9
Sarsa (Neolítico)
(LA)
17,6
22
Sarsa (Neolítico)
(SLC)
(GLP)
Variación
27,4 - 24
22,5 - 21,4
17,5 - 12,8
25 - 20,6
27,6
34
28
41
nº
3
4
2
3
2
38,3
31,4
169,7
Tibia
Cabezo Redondo (Bronce final)
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
Or (Neolítico)
(Bp) Anchura proximal
23,5
31,3
Jovades (Eneolítico)
(Bd) Anchura distal
25,8
M. Assolada 1978 (Bronce)
(Bd) Anchura distal
25,8
16
17,6
F. Flores (Eneolítico)
(Bp) Anchura proximal
(Dp) Espesor proximal
nº
2
4
Or (Neolítico)
(Bd) Anchura distal
Húmero
Cabezo Redondo (Bronce final)
(Dp) Espesor proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
nº
1
7
1
Les Planetes (Bronce)
(Bd) Anchura distal
Fíbula
Cabezo Redondo (Bronce final)
Diámetro antero-posterior maleolo
Variación
32,5
30,6 - 24,3
144
Media
32,5
27,2
144
nº
3
4
1
5
Variación
18 - 13,3
20,5 - 18,5
138
10,9 - 9,7
Media
15,2
19,12
138
10,14
Jovades (Eneolítico)
(DPA)
(SDO)
Lloma de Betxí 1988-91 (Bronce)
Diámetro ap cavidad sigmoidea
nº
1
1
3
15,5
18,8
4,2
9,3
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
nº
3
Variación
23,5 - 21,8
Media
22,86
Les Planetes (Bronce)
Anchura máxima
19
Variación
20
24,6
16,2 - 15,5
Media
20
24,6
15,73
20,4
17
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
nº
3
Variación
39 - 32,5
Media
36,16
Jovades (Eneolítico)
(GL)
34,7
37,7
nº
3
3
Variación
51,9 - 47,8
7,7 - 7,3
Metacarpo II
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
19,1
Metacarpo III
Pelvis
Lloma de Betxí 1988-91 (Bronce)
(LA)
Muntanya Assolada 1978 (Bronce)
Diámetro t maleolo
Diámetro ap maleolo
11,9
Calcáneo
Ulna
Cabezo Redondo (Bronce final)
(SDO) Espesor mínimo olécranon
(DPA) Espesor proceso anconeo
Anchura máxima articular
10,5
Astrágalo
Radio
Cabezo Redondo (Bronce final)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
22,9
24,2
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
—192—
58,5
7,8
Media
50,23
7,5
[page-n-193]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
Metacarpo IV
33
Metatarso V
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
F. Flores (Eneolítico)
58
8,6
(GL) Longitud
48
Les Planetes (Bronce)
Metacarpo V
(GL) Longitud
Cabezo Redondo (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
48
7,8
50
7,5
54
Falange 1 posterior dedo II
F. Flores (Eneolítico)
(GL) Longitud
Metatarso II
F. Flores (Eneolítico)
(GL) Longitud
58,9
Les Planetes (Bronce)
(GL) Longitud
52,2
18,2
Falange 1 posterior dedo III
Les Planetes (Bronce)
(GL) Longitud
Metatarso III
21,2
Falange 1 posterior dedo IV
Les Planetes (Bronce)
(GL) Longitud
Les Planetes (Bronce)
58,3
(GL) Longitud
21
Falange 1 posterior dedo V
Metatarso IV
Les Planetes (Bronce)
Les Planetes (Bronce)
(GL) Longitud
60,7
(GL) Longitud
17,2
APÉNDICE III. MEDIDAS PUBLICADAS DE RESTOS DE PERRO DE
ALGUNOS YACIMIENTOS PENINSULARES
Cráneo y maxilar
Zambujal (Eneolítico)
Longitud P
Anchura P
nº
4
Variación
Media
4
19 - 16
16,92
3
4
9,5 - 8,7
8,96
Terrera (Argárico) cráneo completo
(1) L akrokranion-prostion
1
2
(15) Longitud P -M alveolar
1
2
(16) Longitud M -M alveolar
1
4
(17) Longitud P -P alveolar
Azuer (Bronce)
Longitud borde post. canino-M
Longitud prostion-M
2
2
49 - 43
47,12
18 - 16,5
17,08
10,2 - 8
9
(19) Longitud P alveolar
(25) Anchura cóndilos occipitales
(27) Anchura foramen magnum
3
64 - 60,5
61,83
Longitud M
1
4
(18a) Anchura P
5
4
(18a) Anchura P
(18) Longitud P
16,85
4
4
Media
18 - 16,5
6
1
Variación
7
2
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
84,5
84,5
Anchura M
Los Palacios (Bronce)
1
nº
1
4
(17) Longitud P -P alveolar
Variación
Media
2
2
(16) Longitud M -M alveolar
16
16
9
4
Anchura M
1
13
2
6,3
2
9,2
2
Longitud borde post. canino-M
Longitud prostion-M
2
2
42,4 - 37,5
40
Terrera del Reloj (Argárico)
17 - 15,5
16,25
(15) Longitud P -M alveolar
2
4
(18a) Anchura P
8,5
8,5
(16) Longitud M -M alveolar
1
2
1
1
62
62
1
83,5
83,5
nº
Variación
Media
1
2
4
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
4
4
Valencina (Calcolítico)
1
(15) Longitud P -M alveolar
1
2
(16) Longitud M -M alveolar
1
4
(17) Longitud P -P alveolar
(18) Longitud P
4
4
(18a) Anchura P
(18a) Anchura P
4
2
1
57,5
57,5
(19) Longitud P alveolar
6
18 - 15
16,7
Longitud M
1
45
45
Anchura M
9
19 - 16,5
17,76
Longitud M
9
8,8 - 7
7,78
Anchura M
—193—
1
1
2
2
16
33,5
17,5
11,5
1
2
4
15
43,5
16,5
4
Longitud M
(18) Longitud P
4
nº
1
(16) Longitud M -M alveolar
156
58,5
nº
Variación
1
52
Media
52
5
16,5 - 13,5
15,4
1
39
39
3
19 - 14,5
16,66
3
8,8 - 8
8,5
5
18 - 14
15,7
3
11,5 - 9,8
10,93
3
16,5 - 12
13,83
3
6,5 - 5,6
6,16
3
9 - 7,7
8,53
[page-n-194]
34
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Castellón Alto (Argárico)
1
2
(16) Longitud M -M alveolar
(18) Longitud P
4
nº
Variación
Media
1
16
16
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(5) Longitud desde entrante cóndilo y proc. ang. y
borde distal alveo. canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3
hasta borde distal alveolo canino
2
105,5
105,5
2
101
101
Anchura M
1
1
78,5
78,5
(9) Longitud P2-M3 alveolar
(10) Longitud M1-M3 alveolar
7
9
73 - 59
38 - 31
64,57
34,16
1
Encina (Argárico)
(18) Longitud P
4
4
(18a) Anchura P
4
(19) Longitud P alveolar
(25) Anchura cóndilos occipitales
(27) Anchura foramen magnum
16,2
3
9,7 - 7
8,73
11,5
11,5
12
12
(11) Longitud P1-P4 alveolar
Longitud M
17,5 - 15
1
(18a) Anchura P
4
1
4
7
41 - 33
36,57
nº
Variación
Media
(12) Longitud P2-P4 alveolar
6
33,5 - 28,5
31,33
4
18,2 - 14,6
16,32
(19) Altura mandibular detrás M1
4
23 - 21
21,07
4
11,3 - 8,1
9,3
6
1
1
17,5 - 14,2
33,5
19
16
33,5
19
nº
1
1
2
Variación
136
120,5
66,5 - 65
Media
136
120,5
65,75
Anchura M
33,5
Encina (Bronce final)
(18) Longitud P
4
4
(18a) Anchura P
Longitud M
Anchura M
1
Longitud M
Anchura M
1
2
2
13,91
(10) Longitud M1-M3 alveolar
2
33,5
6,5 - 6,1
6,33
(11) Longitud P1-P4 alveolar
2
38,5 - 37,5
38
3
2
11,66
15,2 - 12,8
3
2
13 - 10,4
6
1
1
Longitud M
Anchura M
6
10,2 - 9
9,43
(12) Longitud P2-P4 alveolar
2
33,5 - 33
33,25
(13) Longitud M1
Longitud M
Los Palacios (Bronce)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(9) Longitud P2-M3 alveolar
2
21 - 19,5
20,25
nº
Variación
Media
(13a) Anchura M1
2
8,8 - 8,3
18,67
2
16,8 - 16,5
16,65
(19) Altura mandibular detrás M1
2
21,8 - 21,5
21,65
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
2
19,5 - 17
18,25
Valencina (Calcolítico)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
3
6
Variación
126 - 124
116 - 106,5
Media
124,6
111,3
8
74,5 - 68
72,56
(8) Longitud P1-M3 alveolar
(9) Longitud P2-M3 alveolar
11
11
70 - 65
66 - 61
68,23
64,07
2
9-8
8,5
2
12,2 - 8,5
10,35
2
14 - 13,5
13,75
1
6,5
6,5
1
9,2
9,2
Mandíbula
Zambujal (Eneolítico)
Longitud M1
nº
5
Variación
23 - 17,7
Media
20,62
(10) Longitud M1-M3 alveolar
11
35 - 32
33,72
(11) Longitud P1-P4 alveolar
15
42,5 - 33
35,78
Anchura M1
5
8,5 - 7
7,8
(12) Longitud P2-P4 alveolar
16
34 - 27,5
31,2
(13) Longitud M1
13
21 - 18
20,31
Monachil (Argárico)
(7) Longitud desde borde distal alveolo
M3 hasta borde distal alveolo canino
(13a) Anchura M1
13
8,5 - 7,4
7,79
73
(19) Altura mandibular detrás M1
11
25 - 17,5
21,09
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
14
21,5 - 15,5
18,24
Fuente Alamo (Bronce)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
3
4
Variación
138 - 126
122 - 110
Media
130,66
113,37
7
78,5 - 64
71,5
(9) Longitud P2-M3 alveolar
(10) Longitud M1-M3 alveolar
7
15
70 - 57,5
36 - 31
64,21
33,6
(11) Longitud P1-P4 alveolar
19
40 - 32
36,86
(12) Longitud P2-P4 alveolar
6
34,5 - 29
32,75
(13) Longitud M1
12
22,5 - 19
20,25
(13a) Anchura M1
4
8,7 - 7,5
8,35
(20) Altura mandibular entre P2 y P3
6
19,8 - 16
17,93
Castellón Alto (Argárico)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
1
2
Variación
132
116,5 - 110
Media
132
113,25
1
78
78
(9) Longitud P1-M3 alveolar
(11) Longitud P1-P4 alveolar
5
5
71,5 - 58,5
36 - 30
64,9
32,8
(13) Longitud M1
3
21 - 18
19,83
(13a) Anchura M1
3
8,3 - 7
7,83
(20) Longitud M1 alveolar
3
20 - 17,5
18,83
Altura mandibular detrás M1
1
24,5
24,5
Altura mandibular entre P2 y P3
4
21 - 14,5
16,87
(10) Longitud M1-M3 alveolar
36
33,5
(11) Longitud P1-P4 alveolar
37,9
35
(12) Longitud P2-P4 alveolar
31
(19) Altura mandibular detrás M1
20
Monachil (Bronce final)
(10) Longitud M1-M3 alveolar
33
(11) Longitud P1-P4 alveolar
32
(12) Longitud P2-P4alveolar
28
Purullena (Argárico)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(3) Longitud desde infradental hasta entrante
entre cóndilo y proc. angular
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(5) Longitud desde entrante cóndilo y proc. ang. y
borde distal alveo. canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
(9) Longitud P2-M3 alveolar
(10) Longitud M1-M3 alveolar
nº
3
Variación
135,5 - 120,2
Media
127,23
3
4
129 - 115,2
117 - 107
122,06
112,35
2
109 - 107,5
108,25
1
4
4
78
68,5 - 52,3
35,5 - 31,5
78
62,85
33,8
(11) Longitud P1-P4 alveolar
4
39,8 - 33,3
36,65
(12) Longitud P2-P4 alveolar
4
35,3 - 29,6
32,1
(19) Altura mandibular detrás M1
3
24 - 20,8
21,93
Purullena (Bronce final)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(3) Longitud desde infradental hasta entrante entre
cóndilo y proc. angular
nº
2
Variación
121 - 119,5
Media
120,25
2
115
115
—194—
[page-n-195]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
Terrera del Reloj (Argárico)
(1) Longitud desde proceso condilar hasta infradental
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
4
5
Variación
123,5 - 117
106,5 - 101
Media
119,62
104,2
7
75,5 - 68,5
71,14
(9) Longitud P1-M3 alveolar
(11) Longitud P1-P4 alveolar
9
8
69 - 62,5
37,5 - 32,5
66
34,62
(13) Longitud M1
5
20,5 - 18,5
19,4
(13a) Anchura M1
5
7,9 - 7,4
7,62
(20) Longitud M1 alveolar
5
19,5 - 18
19,1
Longitud M2
6
8,7 - 8
35
Azuer (Bronce)
(LAPa) Longitud máxima del arco incluyendo
el proceso art. caudal
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
8,51
47,5
43,5
Valencina (Calcolítico)
(LAPa) Longitud máxima del arco incluyendo
el proceso art. caudal
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
nº
Anchura M2
6
6,4 - 5,7
10
21,5 - 18,5
20,05
Altura mandibular entre P2 y P3
9
18 - 15,5
16,38
Encina (Argárico)
(4) Longitud desde cóndilo al borde distal alveolo canino
(7) Longitud desde borde distal alveolo M3 hasta
borde distal alveolo canino
nº
1
Variación
109
Media
109
1
73,5
2
3
69,5 - 62,2
64,5 - 51,5
65,85
58,1
(10) Longitud M1-M3 alveolar
4
34,2 - 31
32,5
(12) Longitud P2-P4 alveolar
6
39 - 27
31,58
48,5
42
46
73,5
(8) Longitud P1-M3 alveolar
(9) Longitud P2-M3 alveolar
53,5 - 43,5
42
6,15
Altura mandibular detrás M1
Media
2
1
Fuente Alamo (Bronce)
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
Variación
(11) Longitud P1-P4 alveolar
5
40 - 31,1
2
22,7 - 20,4
2
8,3 - 8
8,15
Longitud M2
3
9 - 8,4
8,66
Anchura M2
3
6,8 - 6,3
6,53
Altura mandibular detrás M1
4
21 - 17,3
19,77
Altura mandibular entre P2 y P3
3
17,6 - 15
16,26
Purullena (Bronce final)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
21,55
Anchura M1
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
Zamb.
24
(Eneol.)
23
21,5
14
21
22,2
nº
3
2
3
3
Purull. (Argar.)
27
15,5
24,5
Variación
29,7 - 28
23,5 - 22,8
18,5 - 16,5
27 - 26
Media
28,9
23,1
17,66
26,66
36,04
Longitud M1
Escápula
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
Atlas
Monachil (Bronce final)
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
39,5
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
nº
3
3
Variación
37,5 - 34,5
34,5 - 31,5
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
33
14
38
Castellón Alto (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
nº
1
2
Variación
36
37,5 - 35
Media
36
36,25
Terrera del Reloj (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(LAd) Longitud arco dorsal
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
nº
2
1
1
Variación
37 - 35
8,2
35
Media
36
8,2
35
Encina (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(LAd) Longitud arco dorsal
(BFcr) Anchura fac. art. cran.
nº
2
3
3
Variación
35,3 - 32,8
14,5 - 13,4
34,5 - 32,7
Media
34,05
13,96
33,86
Media
35,83
33
Valencina (Calcolítico)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
nº
9
11
11
10
Variación
30 - 22,6
28 - 18,3
25,8 - 13,8
27,2 - 20,8
Media
26,74
22,71
17,48
24,26
Fuente Alamo (Bronce)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
nº
3
3
2
2
Variación
28 - 24,5
23,5 - 20
17,3 - 16,5
25,5 - 24
Media
26,5
21,5
16,9
24,75
Terrera del Reloj (Argárico)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
24,5
19,5
16
22
Encina (Argárico)
(GLP) Longitud máxima proceso articular
(SLC) Longitud mínima cuello
Diámetro ap articular
Diámetro transversal articular
nº
5
2
5
5
Variación
28 - 21,7
22 - 19,4
17,1 - 13,4
22,5 - 17
Media
24,52
20,7
14,86
20,04
Húmero
Zam.
(Ene.)
49,5
40,5
26
nº
4
Variación
31,7 - 26,5
Media
28,55
Purullena (Bronce final)
(Bd) Anchura distal
Pur.
(Br.f)
Zambujal (Eneolítico)
(Bd) Anchura distal
Monachil (Argárico)
(Bd) Anchura distal
Axis
(LAPa) Longitud arco incluyendo
proceso art. caudal
(LCDe) Longitud máxima cuerpo
Azuer (Bronce) Los Palacios (Bronce)
29
24,7
25,5
20
18,5
15
27,5
22,5
nº
7
Variación
31 - 22
Media
26,24
47,5
48
46
44
(Bd) Anchura distal
—195—
Azuer
33,5
(Bronce)
25
Palacios (Bronce)
31,5
[page-n-196]
36
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Valencina (Calcolítico)
(Dp) Espesor proximal
(Bd) Anchura distal
(GLC) Longitud desde la cabeza
(GL) Longitud
nº
12
21
9
9
Variación
41,5 - 25
34 - 21,8
160 - 119,5
164 - 120,5
Media
35,33
28,22
140,66
144,22
Fuente Alamo (Bronce)
(Bd) Anchura distal
nº
8
Variación
31 - 26
Media
27,91
Terrera Reloj (Argárico)
(Bd) Anchura distal
23,5
nº
Variación
Montefrío (Eneolítico)
(Bp) Anchura proximal
Media
2
2
16,9 - 14,7
21,6 - 19
15,8
20,3
15
Ulna
29
Encina (Argárico)
(Bd) Anchura distal
nº
3
Variación
33,2 - 25,9
Media
28,8
Millares (Calcolítico)
(GL) Longitud
nº
4
Variación
159 - 140,5
Media
150,12
Radio
Zambujal (Eneolítico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(SD) Anchura mínima diáfisis
15,4
20,2
11
Monachil (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(SD) Anchura mínima diáfisis
nº
3
2
5
Variación
18,5 - 15,4
21,7 - 20,2
13,6 - 11,4
Media
16,9
20,95
12,26
Purullena (Bronce final)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(SD) Anchura mínima diáfisis
(GL) Longitud
nº
4
1
2
1
Variación
17 - 15,5
20,5
13 - 11
141,5
Media
16,37
20,5
12
141,5
Azuer (Bronce)
(Bd) Anchura distal
nº
5
Variación
24 - 14,5
Media
17,3
Variación
20 - 16,8
26,2 - 19,8
181,5
18,2 - 12,2
Media
19,01
22,75
181,5
151,8
Castellón Alto (Argárico)
(SDO) Espesor mínimo olécranon
(DPA) Espesor proceso anconeo
(GL) Longitud máxima
(BPC) Anchura máxima articular
nº
4
5
1
6
Variación
22 - 16
25,5 - 19
194,5
16,5 - 13
Media
18,5
21,2
194,5
14,5
Valencina (Calcolítico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
nº
13
5
3
9
Variación
18,7 - 14,5
24,8 - 21
169 - 150,5
13 - 10,3
Media
16,6
22,22
160,83
11,73
Fuente Alamo (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
nº
5
10
2
2
Variación
17 - 8
21 - 9,5
148 - 119,5
12 - 7
Media
13,9
17,78
133,75
9,5
Ter.
13
Fémur
Zambujal
(Eneol.)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
Mona.
(Arg)
35,5
26,3
Purul.
(Br. f.)
32
31,4
31,5
Azuer (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
36
Valencina (Calcolítico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(Lc) Longitud desde cabeza
nº
5
11
5
5
Variación
35,5 - 31,8
32 - 26,5
170 - 157,5
165 - 152,5
Media
33,7
29,11
164,2
159,2
nº
4
1
Variación
39,5 - 31,5
21,5
Media
34,75
21,5
Castellón Alto (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
nº
4
4
2
3
Variación
35 - 30
28,5 - 24,5
153,5 - 144
12 - 11
Media
32,87
26,25
148,75
11,66
Encina (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
nº
2
2
Variación
32,2 - 29
27,7 - 27,4
Media
30,6
27,55
nº
2
4
Variación
11
21,2 - 17,6
Media
11
19,2
Tibia
(Ar)
14,5
20,5
18
11
Bronce final
20
Fuente Alamo (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
14,5
18,5
139
10,5
(Ar)
Argárico
21,5
15
10
Los Palacios (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
138
10
nº
6
8
1
8
Encina
(LA) Longitud acetabular
19
13
Cas
Valencina (Calcolítico)
(SDO) Espesor mínimo olécranon
(DPA) Espesor proceso anconeo
(GL) Longitud máxima
(BPC) Anchura máxima articular
Pelvis
Purullena (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bp)Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mín. diáf.
Encina (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
20,5
Zambujal (Eneolítico)
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
10,5
Purullena (Argárico)
(Bd) Anchura distal
—196—
17,5
[page-n-197]
RESTOS DE CÁNIDOS EN YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE
Monachil (Argárico)
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
nº
3
1
Variación
21,2 - 20,3
29
Media
20,66
29
Purullena (Bronce final)
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
(Bp) Anchura proximal
nº
2
8
4
Variación
12 - 10
22 - 17,5
34,5 - 27
Media
11
20,37
29,37
(Bd) Anchura distal
Azuer
(Bronce)
20,5
Palacios (Bronce)
19,5
nº
8
4
5
7
Variación
31,5 - 26,8
173,5 - 143
12,5 - 10,3
22,5 - 18,8
Media
30,07
162,12
11,52
19,98
Fuente Alamo (Bronce)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
nº
3
4
Variación
35 - 18,5
22,5 - 18,5
Media
28,5
19,87
Encina (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(Bd) Anchura distal
nº
2
3
Variación
34 - 27,5
20,3 - 18,8
Media
30,75
19,53
Terrera del reloj (Argárico)
(Bp) Anchura proximal
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
(GL) Longitud
nº
3
3
3
3
Variación
169 - 152
12,5 - 11
22 - 19
169 - 152
Media
162,5
11,66
20,16
162,5
Azuer (Bronce)
(GL) Longitud máxima
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
25,3
Variación
25 - 22,3
nº
5
Variación
44,5 - 38
Media
41,54
Castellón alto (Argárico)
(GL) Longitud máxima
nº
3
Variación
38 - 33
Media
35
Terrera (Argárico)
(GL) Longitud máxima
nº
4
Variación
42,5 - 37,5
Media
39,25
Metacarpo I
Zambujal (Eneolítico)
(GL) Longitud máxima
17,5
Castellón Alto
(GL) Longitud máxima
19,5
Encina (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
42,8
6,8
Metacarpo II
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Mo.
(Arg.)
72
11,5
Mo.
(Br f.)
60,5
Pur.
(Arg.)
46
7
49
8,5
49,7
7,3
53
9
Caste.
47
8
Pur.
(Br f.)
50,5
9
47,5
7,7
(Arg)
48
7
Terrera (Arg)
51,5
6,5
Media
23,65
Metacarpo III
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
23
Castellón alto (Argárico)
(GL) Longitud máxima
nº
3
Variación
22 - 19,5
Media
21
Terrera (Argárico)
(GL) Longitud máxima
nº
2
Variación
24 - 17,5
Media
20,75
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Zambujal (Eneolítico)
32,5
Zambujal (Eneolítico)
47
8
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Calcáneo
(GL) Longitud máxima
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
Encina (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Monachil (Argárico)
24,3
26
nº
2
Media
40,25
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Astrágalo
Zambujal (Eneolítico)
22,5
Variación
42 - 38,5
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
145
(GL) Longitud máxima
nº
2
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
20,5
Millares (Calcolítico)
(GL) Longitud
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
17,5
Valencina (Calcolítico)
(Bp) Anchura proximal
(GL) Longitud
(SD) Anchura mínima diáfisis
(Bd) Anchura distal
Montefrío (Eneolítico)
(Bd) Anchura distal
37
nº
2
2
Purullena (Argárico)
54,5
7
Variación
62,5 - 55,5
8,7 - 8
50,5
8,7
Media
59
8,35
63
9
Monachil (Argárico)
43,8
nº
4
Variación
44 - 40
Media
41,87
Azuer (Bronce)
(GL) Longitud máxima
42
42
38
Castellón Alto (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
nº
3
3
Variación
57 - 53
7,5 - 7
Media
54,83
7,16
Terrera (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Purullena (Bronce final)
(GL) Longitud máxima
nº
2
3
Variación
56,5 - 52
7
Media
54,25
7
—197—
[page-n-198]
38
A. SANCHIS - I. SARRIÓN
Metacarpo IV
Metacarpo V
Zamb (Ene)
Mon. (Arg.) Purull. (Arg.)
Purull. (Br f)
(GL) Longitud máxima
50,7
55
80,5
58,3
54,7
54
(Bd) Anchura distal
7
8,2
11
7
7
9,5
Mon.(Argar.)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Valencina (Calcolítico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
nº
2
2
Variación
56 - 55,8
8,2 - 8
Media
55,9
8,1
Purull. (Argar.)
45,1
44,5
Purull. (Br. f)
55
7,1
8,5
65,5
8
Terrera (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
55
6,5
Encina (Argárico)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
62
7,8
nº
Variación
Media
(GL) Longitud máxima
2
52,3 - 45,5
48,9
(Bd) Anchura distal
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
(Bd) Anchura distal
Valencina (Calcolítico)
2
10 - 8,3
9,15
Fuente Alamo (Bronce)
(GL) Longitud máxima
50,5
(Bd) Anchura distal
8
Castellón Alto (Argárico)
nº
Variación
Media
(GL) Longitud máxima
3
48,5 - 45
46,66
(Bd) Anchura distal
3
9 - 8,5
8,66
—198—
[page-n-199]