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JOSE M.a DOÑATE SEBASTIA
(Vi llarreal)
Arqueología romana de Villarreal {Castellón)
1NTRODUCCION
La comarca de La Plana no ha sido hasta ahora reconocida como rica
en arqueología. Y concretament e Villarreal, situada en el centro geográfico de la misma, por el hecho de su efímera vida oficial pasó desapercibida a los historiadores regionales o locales que partieron siempre de
la Reconquista en sus monografías. Tan sólo los profesores Sos Bainat y
Esteve Gálvez aportaron a la bibliografía sus trabajos en relación con la
estación eneolítica de Villa Filomena, excepcional hallazgo que pudo haber
revalorizado para la Arqueología el nombre de esta ciudad si allá por el
año 1922 cuando pasó a sus manos, no hubiera sido ya torpemente malogrado por los irresponsables de turno. A pesar de ello supieron sacar todo
el fru to ¡posible de cuanto quedaba, y es cuanto hoy día tenemos aprovechable.
Paralelamente, aunque algunos años antes, se había descubierto, en
el curso de una roturación, una villa romana a muy escasa distancia del
citado emplazamiento. Los materiales, por lo que se cuenta, y por cuanto
aún hemos podido ver, debieron ser fabulosos, en cantidad y calidad.
Sobre lo que de aquello quedó, a sesenta años vista, hemos tenido que
reconstruir estas notas referidas a la cultura romana en estas tierras. Y
ec;te ha sido el mejor de los casos, porque en otros ni siquiera contábamos
con un punto de partida. Hoy en día los cultivos lo han invadido todo.
Las observaciones se hacen estremadamente difíciles y no lo decimos en
plan de excusa, sino lamentando más bien el tiempo perdido por la eru-
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J.
M. DOÑATE
dición local en averiguar si determinado personaje hizo o no estancia en
la villa, o si aquel otro pudo o no haber nacido en ella, pasando por alto
indicios valiosísimos capaces de remontar nada menos que un millar de
años de importancia histórica del territorio como medio ambien te, con
las consecuencias que para los estudios generales hubieran podido tener
estas aportaciones.
No obstante, estamos satisfechos del resultado obtenido. Y lo decimos sin modestia porque la presente aportación no nos pertenece total mente, sino que responde a una labor de equipo.
Han sido nuestros colaboradores don Lorenzo Gozalbo Delás, sempiterno compañero en incontables prospecciones y autor del hallazgo de
buena parte de material que aportamos.
La clasificación y estudio de la terra sigi llata hispánica se debe a la
doctora ·doña Gabriela Martín, de la Universidad de Valencia. De ella hemos recogido también, al pie de la letra, las valiosas observaciones sobre
cronología referidas a esta cerámica .
La clasificación y estudio de los hallazgos monetales corrió a cargo
del doctor Mateu y Llopis. Colaboró también en este y en otros aspectos
el doctor Camarena Mahíques, Director del Instituto Valenciano de Estudios Históricos.
Y hemos de agradecer al personal del $ . l. P. de la Diputación de
Valencia su asistencia y conse jos prácticos, a través de con tactos y entrevistas, algunas de ellas sobre el terreno mismo.
LES ARGAMASSES
En el pasado número de este mismo anuario publicamos un estudio
sobre dos acequias romanas de Villarreal ( 1). Eran estas las conocidas
desde antiguo como «Cequia del Diable», en singular por la confusión
en torno a ellas amañada. Pero que constituían, al ramificarse por el término tras abandonar e l río por las cotas 60 y 100 (2) todo un sistema
de irrigación que cubría el actual secano que se extiende por la parte
alta del citado término (fig. 1 ).
Quedaba en pie, y así lo hicimos constar, una importante incógnita,
J. M.•
DO~ATE SEBASTIA: "Riegos romanos del M ijares". Archivo de PreLevantina, XI. Valencia, 1967, pág. 203 y ss.
(2) Bl actua l sistema de aprovechamiento de las aguas del pantano del Sitiar está proyectado, en cuanto a Villarreal se refiere, a base de dos canales que se separarán del río
precisamente por estas cotas. Bsto nos daría una idea del alto nivel de la técnica romana,
si no tuviérarn~ a mano otros valiosos testimonios.
( 1)
hi~toria
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
planteada por una extensa zona conocida actualmente como c
d'horta»,
circunstancia que adquirió con el tiempo categoría de topónimo, y que
abarcando las mejores tierras comprendía la parte baja de la población y
no poco del caserío de Las Alquerías del Niño Perdido y permanecía,
contra toda lógica, al margen de aquel sistema si salvábamos lo alll dicho
l
Almazora
•
Cr • 4 • h
~-.
...... 1 •• ·~
Fig. 1
de un subcanal a todas luces insuficiente, aún aceptando sin ninguna
reserva su presencia, que dábamos por perdido a partir de un determinado
punto junto al Ermitorio de la Virgen de Gracia.
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J. M. OOÑATE
Era preciso que hubiera algo más y si bien por nuestra parte teníamos
la convicción de que aquel sistema de riegos tenía su complemento en
la acequia de antiguo conocida como «les Argamasses», estábamos aún
pendientes de rea lizar el concienzudo reconocimiento que nos autoriza
ahora a incluirlo en este estudio.
El hecho, no por cierto insólito, pero sí poco frecuente, de que este
canal siguiera aún prestando servicio hace menos de una centuria ha hecho que la primitiva obra, oculta bajo sucesivas reconstrucciones, algunas a fondo, permaneciera en su mayor parte oculta. Pero no así la excavación en la roca, trabajo característico y de colosa les proporciones. Se
hiende la roca hasta lograr, dentro mismo del acantilado, una atrevida
plataforma que se reviste exteriormente de argamasa, tal como lo hemos
visto ya, o se perfora un túnel cuando se interpone un obstáculo. Más
tarde en los tramos en que la escasa firmeza de la base o un natural desplome provoca un hundimiento, se levanta desde el fondo mismo del cauce
del río un murallón que se defiende en sucesivas etapas con puntales y
contrafuertes. Etapas fácilmente observables y que nos proporcionan como
resultante, cuando ha perdido ya su sentido utilitario, algo así como un
impresionante monumento al labrador valenciano de todos los tiempos,
desde la época romana de Pax Augusta en que lo emplazamos a la vista
del extenso material aparecido en la localidad y que hoy damos a conocer. (Lámina 1.)
Arranca este canal de la gran curva que el río Mijares describe a su
paso por la Ermita de la Virgen de Gracia, a unos doscientos metros aguas
abajo de la actual pr-esa, y coincidiendo con la que hasta hace poco tomaba
el agua para el llamado Molino de la Ermita. Es la parte más cómoda
puesto que allí bastan unas cuantas piedras en el lecho del río o una
ligera excavación para que las aguas penetren en el canal de conducción
y empiecen prontamente a ganar altura a favor de una acentuada corriente
que experimenta el cauce del río en el citado paraje. (3) Su curso puede
aún seguirse, ininterrumpidamente casi, desde el final del paseo de las
acacias, en el ermitorio, hasta el puente de Santa Quiteria, desapareciendo
sólo en aquellos tramos en que coincide con el nuevo canal. (4) Romana
es toda la labor de excavación en roca y algunas mamposterías o argamasas en las que hemos podido observar, incluida, cerámica industrial de
la época, del tipo de la recientemente aparecida en La Torrassa .
(3) Características que coinciden, en todos sus elementos, con las descritas en el citado
estudio de las acequias "del Diable" 1 y 11. (Vid. nota 1).
(4) El actual canal, construido a fines del pasado siglo (entró en servicio en 1873)
atraviesa dos túneles. Uno tiene su nacinúento en la misma presa y forma como una cuerda del gran arco que describe el cío en el ermitorio. El otro va paralelo al río y es precisamente en la parte coincidente con estos túneles donde se conservan las argamasas.
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ARQUEOLOGfA ROMANA
5
Pero no debemos cerrar estas notas sin aportar o tras de archivo, referentes a l estado de esta obra en la época de la Reconquista. Don Jaime
el Conquistador, al proceder al reparto de tierras y solares durante los
meses inmediatos al otorgamiento de la Carta Puebla (20 de febrero de
1274) hace frecuentes alusiones al sistema de riegos de Villarreal al
emplazarlo como límite de alguna de las donaciones, sistema que, como
se observa en los documentos del reparto y en otros del Archivo His tórico
Municipal, modificó en el sentido de dividir .en dos la vieja acequia, llamándose desde entonces Major a la originaria desde l' hermita als partidors y a partir de estos, en paraje muy inferior al puente de Santa
Quiteria, las acequias se llaman sobirana y jussana en razón de su
situación con respecto a l nivel del terreno que riegan . La que D. Jaime
ordenó construir con cargo a las rentas de Burriana, de las que con este
objeto hizo donación por dos años en 1274, era la Sobirana, única que
podía f avorecer a todo el perímetro urbano por cuanto la Jussana discurría
a nivel inferior (5). En cuanto a la Major o de Les Argamasses, es muy
elocuente la donación contenida en el Registro 19 de Jaime 1 en que se
concede a Pedro Garcés reconstruir o editicar de nuevo en la acequia de
Villarreal, entre A lmazara y
aquel molino desolado y tomar para él agua del río o de la misma acequia,
bajo el supues to de que no fuera ello en perjuicio de terceros (6) .
LA PRESA DEL RIU SEC
En el lugar preciso en que el Camí de les Boltes atraviesa el Riu Sec
hay una vi eja presa que, tendida de parte a parte del estéril cauce, obliga
al camino a dibujar un acusado zig-zag para abordarla de frente, La proximidad de las ruinas del llamado Molí Evaristo de su arranque en la
margen izquierda, ·es sólo casua l (7). Por la derecha la presa termina en
la obra de arranque de una canalización, destinada sin duda alguna a
conducir el agua del río hasta las actualmente llamadas A lquerías de l Niño
Perdido a las que nos referimos más adelante.
(S) Se vendieron estas rentas por 7.000 sueldo~. (A. C. A., Registro 19, de Jaime I,
fol. 128 v.0 ). De que la acequia construida era la "sobirana" dan re numerosas notas del
archivo de Villarreal que podríamos aportar, que hablan de la "cequia nova sobirana".
(6) A. C. A., Registro 19 de Jaime I, fol. 109.
(7) Aportamos este dato para que nadie, ante !a proximidad, se vea tentado a asociar
ambas obras en relación de causa-efecto. Aparte las características muy distintas de ambas
ruina s, la construcción de este molino se autorizó en 1863 a un tal Evaristo Usó, sobre las
ruinas del llamado de Bancarrota, de efímera existencia a su ve:~:, y utilizoron ambos las
aguas de una de L acequias dc:l Mijares.
as
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Sorprende ahora, sobre la aridez de este amplio cauce, observar la
presencia de una presa que los naturales, atribuyen al «t iempo de los
moros». Pero, entre otras razones, un profundo conocimiento de los fon dos medievales del Archivo Municipal de Villarreal nos autoriza a emplazarla en época muy anterior. En efecto, desde los días mismo de la Reconquista, bien documentados en cuanto a riegos se refiere, jamás jugó
papel alguno la citada presa ni conducción alguna con ella relacionada. No
es ci tada ni siquiera como topónimo; no tiene nombre. Ni llevaba entonces
ya agua e l viejo río, al que se le conocía con su actual denominación de
«sec». Hay que remontarse pues a l momento en que el valle de Ahín, con
Artana y Eslida y el térm ino de Alcudia de Veo no uti lizaban, por no
existir en ellos núcleo de población, las aguas de los dos principales afluentes que, al un irse en el extremo meridional del t~ rm ino de Onda, originan
el río. Hay que situarse pues en un momento anterior a la invasión musulmana, y si se analiza en conjunto la presente aportación, no resulta
en modo alguno aventurado, aunque sólo obráramos por exclusión, emplazar más o menos tardíamente, pero siempre en época romana, la cons1rucción de esta obra.
Construida con materiales del terreno la presa no reviste carácter
monumental alguno, ya que no lo permite su propia naturaleza, y estaría
totalmente cubierta por las gravas del río si no aprovechara una falla del
conglomerado sobre el que se apoya. Pero tiene alguna característica técnica realmente curiosa, como la presentada por el sistema de arcos de
medio punto trazados en sentido opuesto a la corriente, solución al hecho
dE' tener que estar construida en línea recta para ceñirse al escalón de
la roca. Solución económica, naturalmente, porque muy otra hubiera sido
la de construir una amplia presa de gravedad. Pero el constructor sabía
bien lo que se llevaba entre manos y lo demostró, sin duda alguna. (Lám.
11, 1 y 2 .)
LA NECROPOLIS DE LAS ALQUERIAS
El conocido epi tafio de Fulvia Filenis debe haber levantado hace ya
mucho tiempo fundadas sospechas sobre la existencia doe una necrópolis
romana en la demarcación de su hallazgo que, fu e envl..ielto an tal velo
de confusión que cada uno de los autores que estudiaron el epígrafe lo
emplazó en lugar distinto. Y como son tres las versiones, nos acogemos
a la más lógica que es la aportada por Chabret y que adopta Mariner Sigorra (8). Dice aquél que el cipo fue encontrado en una finca de la fami(8) S. MAR1NER BIGORRA: "Notas de epigrafía valenciana". Archivo de Prehistoria Levantina, V. Valencia, 1954, pág. 225 y ss. Recoge, en síntesis, lo que sobre este epitafio
publicaron Hübner, Chabret, Sarthou y eJ P. Fita.
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
lia Puchol, tesis admisible por cuanto, desde su hallazgo, la piedra ha permanecido en poder de esta familia, que todavía posee, en las Alquerías
del Niño Perdido, una finca que limita, carretera y canal por medio, con
el cementerio romano que con toda seguridad se adentraba en la citada
finca a juzgar por la abundancia de materiales en superficie en la zona
limítrofe.
Fig. 2
(1/Z)
Sin embargo fue otro el camino que nos situó sobre esta necrópolis.
Como es frecuente en arqueología, la casualidad nos dio la pista al poner
en nuestras manos un vaso (fig. 2) de pasta clara en tan buen estado de
conservación que tal vez por esta circunstancia había pasado desapercibido. Apareció en una barrera o «terrer» en el que el agua de lluvia,
al excavar un regajal, lo había levantado. Rápidamente nos dirigimos al
lugar señalado percatándonos de que, lo que descubría la labor de extracción de tierras, era nada menos que el extremo de un cementerio, con
abundancia de cerámica, tégulas principalmente, si bien en lamentable
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J. 111. DOÑATE
revoltijo en la parte afectada, afortunadamente poco extensa porque las
impurezas de la tierra allí obtenida obligaba a un tamizado que hacía
an tieconómica la explotación, que fue inmediatamente abandonada.
Posteriormente en el curso de una visi ta que al lugar hicimos con
el doctor Camarena Mahíques recogimos a flor de tierra, otro vaso semejante al indicado, pero fragmentado en una treintena de porciones por
la presión de las tierras y que no obstante pudo ser reconstruido en los
laboratorios del Museo de Prehistoria de Valencia. En sucesivas visitas
encontramos algunas muestras de cerámica, principalmenle sigillata hispánica.
No nos fue posible seguir la pista de un importante hallazgo manetal, del que tuvimos noticia, por cuanto al parecer se lo repartieron los
mismos trabajadores, vendiendo luego las piezas. Pero sí logramos la
fotografía de una moneda encontrada por e l estudiante V. R. Petit Rochera. Se trata de un bronce, acuñación de la emperatriz Faustina Joven.
El nivel arqueológico quedó señalado por los trabajos de extracción
de tierras en los alrededores y en el lugar mismo ocupado por los ente-
<)(
tJ
()(
~
Fig. 3
rramientos, en el que como hemos dicho fueron detenidos gracias a que
se utilizaba el ya viejo procedimiento del azadón. Tenemos de él unos
datos bastante precisos y podemos decir que de suma utilidad para el
día de mañana en que se cuente con recursos económicos y legales suficientes para realizar una excavación metódica . Hoy está convertido en
plantación de naranjos, pero el trabajo se ha realizado, casualmente, de
forma tal que el yacimiento apenas si ha sufrido (fig. 3) y ha quedado
de momento a salvo de excavadores fortuitos y curiosos irresponsables.
Lo único que ocurre es que, salvo algún que otro fragm ento cerámico,
cada día más escaso, no es posible ya adivinar qué se oculta bajo aquella
lozana plantación, motivo por el que nos vemos obligados a aportar un
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ARQUEO.LOGÍA ROMANA
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plano de si tuación (fig. 4) capaz de servir a ún para largo plazo y que
·dejará un rastro seguro a los arqueólogos del futuro (Lám. 11, 3 y 4).
La superficie aproximada es de 3500 m~ pero debió ser en su día
muy superior por cuanto la finca de los Pucho!, en la que debía adentrarse, está al otro lado de la carretera y acequia, siendo no obstante
difícil calcular con exactitud la zona de dispersión superfi cial de los ya
ci tados abundantes restos de cerámica romana, reducidos a simples vest igios por las ininterrumpidas labores.
De todas formas la extensión es suficiente como para que pensemos
en algo más que en una simple villa rural y por otra parte demasiado
lejana la necrópolis de la actual o la vieja Nules para vincularla con ella,
si admitimos su identificación con la Noulas romana. Es forzoso admitir
en las cercanías, devorado por los cultivos, un importante núcleo urbano
que t al vez la casualidad nos descubra algún día. En este sentido estimamos interesante el dato de que el sedimento de gravi llas y tierras deposi tado por el Riu Sec en este paraje, sobre el cementerio, tiene un
espesor superior a metro y medio, difícilmente rebasable por las labores
agrícolas ordinarias.
MAT ERIALES
Monedas:
Bronce de Foustino Joven, o la dra. R), Matri Mognae S. C. Cibeles, con corono de
torres, o lo dro. entre leones (Cohen, número 196) (Lám. 111, 1 ).
Cerámica:
Vaso de pasto cloro, entero (fig. 2).
Vaso de pasto cloro. Reconstruido en los laboratorios del S. l. P. de Valencia. Difiere
muy poco del an terior.
Fragmento de pie de sigillota hispánico, formo Dragendorff 37, con decoración de
pequeños circulas concéntricos. El pie muy bajo y poco morcado indico un tipo tardío,
del siglo 11 (fig. 5, núm. 2).
Fragmento de borde de sigillata hispánica , forma Drag. 37, con restos de decoración
de pun tos de flecho horizontales (fig. 5, núm. 3).
Fragmento de sigillota hispánico de formo Drog. 37, de buen tamaño decorado con
motivos grandes a lternando los círculos concéntricos cardados con otros motivos vegetales.
Decoración poco cuidado coroc terístico del s. 111 ( fíg. 5, núm. 4 ).
Fragmento de sígillo to hispánico, Drog. 37, con decoración de círculos concént ricos
cardados.
Fragmento de sígilloto cloro A, forma Lomboglio 3.
Fragm ento de sígilloto cloro A, formo Lombogllo 9.
Fragmento de sígílloto hispánico formo Drog. 37, con decoración de circulas concén tricos alternando con linees verticales (fig 5, núm. 5).
Fragmento de sigllloto hispánico liso.
Fragmen to de sigillota hispánico, formo Drog. 37, con decoración de círculos concéntricos (borde).
CRONOLOGIA
La sigillata hispánica nos da para el conjunto una cronología que
se puede fijar con bastante precisión en la primera mitad del siglo 111,
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J.
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RIO
SECO (ANA)
POLIGONO 45
N
FINCA Y
ALOUEI?IA DE
LOS PUCHOL.
POLIGONO 21
Fig. 4
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Fig. 5
( 1/1)
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ya que los dos fragmentos de sigillata
larga duración que alcanzan hasta el
Cronología que encaja perfectamente
moneda, que puede cifrarse entre el
larga vida del bronce.
clara A corresponden a formas de
siglo 111 en sus primeras épocas.
con la fecha de acuñación de la
170- 175 d . C., habida cuenta la
EXPLOTACIONES AGRARIAS
FINCA DE MANRIQUE
En la partida del Madrigal, muy cerca del ermitorio de la Virgen de
Gracia, entre los cam inos de la Ermita y Vell de Castelló a Onda pero
lindante con el primero, a 270 metros de la cruz de término si tuada en
el punto de arranque o vértice de ambos, hay una parcela que figura en
el plano del Catastro con el número 287 de l polígono 1 (9) . En la pared
de piedra seca que limita con el camino hay, incluida, gran can t idad de
cerámica industrial romana.
En el año 1908, al roturarla, se encontraron diseminadas pero en el
corto espacio de un metro cuadrado, sobre lo que al parecer era el pavi mento de una habitación, algunas monedas que el propietario a la sazón,
don Salvador Manrique conservó en buena parte después del «obligado»
reparto a favor de erudi tos y curiosos de la numismática . Le quedaron
l1 que llevó a la Exposición de Valencia de 1909 obteniendo, como exposi tor, una medalla de bronce. Por cortesía de doña Concepción Manrique
Miró, heredera de la finca y deposi taria del lote moneta l, lo pudimos
fo tografiar, enviando una copia al doctor don Felipe Mateu y Llopis, quien
procedió a su estudio pub.licándolo en «Numario Hispánico» ( 10).
En diversas prospecciones hemos tenido ocasión aún de recoger abundantes fragmentos de sigillata hispánica. Pero el material que publicamos nos lo cedió doña Concepción Manrique, cuyas atenciones agradecemos desde estas líneas.
MATERIALES
Moncdot:
As bilingüe de S-a-i-ti (Vives; XX, núm. 11 ).
Oupondio de Ti. Claudius Caesor Aug. P. M. Tr. P. Imp. busto lau reado o lo dro.;
rev. Constontiae Augusti, S. C. (Cohen, núm. 13, año 41 ).
(9) Todas las referencias topográficas se refieren al Mapa Nacional Topográfico Parcelado, escala 1 : 2.000, del Instituto Geográfico y Catastral.
( 10) F. MATEU Y LLOPIS : "Hallazgos monetarios XX". Numario Hispánico, XI.
Madrid, 1967, p3g. 45 y ss.
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
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1
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Fig. 6
( l/1)
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As del mismo Ti. Cloudius Coesor Aug. Imp. P. M. Tr. P. Cobezo o lo izqdo.;
rev. Vesta S. C. (Cohen, núm. 100, oño 41).
As del mismo Ti. Cloudius Coesor Aug. P. M . Tr. P. Imp. P. P. Cabezo o izqdo.;
rev. Constontioe Augusti S. C. joven, según Eckhel, con asto (Cohen, núm. 14, año 41 ).
Dupondío de Imp. Caes. Vesp. Aug. P. M. T. P. Cos. 111 Cens. Cabezo laureado o
dro.; rev. Aequitos August. S. C. lo Equidad o izqdo. con lo balanza (Cohen, núm. 8,
año 71 ).
Bronce del mismo Imp. Caes. Vesp. Aug. P. M . Tr. P. Cos VIII. Cabezo o izqdo.;
rev. Ceres August. S. C. (Cohen, variante del núm. 57, años 77-78).
As de Imp. Caes. Domit. Aug. Germ. Cos. XI, Cens. Pat. P. P. busto o dro.;
rev. Fortunoe August. S. C. lo Fortuna o izqdo. con timón y cornucopia (Cohen, 118).
Fig. 7
( 1/ 1)
Bronce del mismo, Imp. Caes. Domit. Aug. Germ. Cos. XII, Cens. Per. P. P. Cabezo
laureado o dro.; rev. Virtuti Aug. S. C. El Valor o dro. pie sobre cosco, "porozonium"
(Cohen, núm. 647, oño 86).
Bronce de Imp. Coesor Tro. Hodrionus Aug. Cabezo laureado o dro.; rev. Pietos
Aug. S. C. Pont. Mox. Tr. Pot. Cos. 111, lo Piedad de frente y altor (Cohen, núm. 1.021,
año 117).
Otros del mismo Hodrionus Aug. Cos. 111, su busto o dro.; rev. Troionus Hodrionus
Aug. busto o dro.; Annono Aug. Pont. Mox. Tr. Pat. Cos. 11, S. C. lo Abundancia, cuerno de Amolteo y "modius" (Cohen, núm. 179, oño 118).
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ARQUEOLOGIA ROM,\NA
LS
Hadrianus Augustus P. P. busto a dra.; rev. Cos. 111 , Palos a dra. con escudo y jabalina (Cohen, núm. 298).
Had rianus Aug. Cos. 111, P. P. Cabezo laureada o dra.; rev. Vesta S. C., sentado o
izqdo. (variante :lel núm. 1.450 de Cohen).
Bronce de Aurelius Coesor Aug. Pii F. Cos. Cabezo desnudo o dro.; rev. Pietos
Aug. secéspito, ospérgilo, preofericu1um, lituo y simpulo S. C. (Cohen, p. 47).
Otro de Faustino Augusto, busto o dro. Annio Foustino hijo de Anton ino y Foustino
esposo de Morco Aurelio; rev. luna S. C. (Cohen, núm. 123, año 175) .
Dos bronces imperiales casi frustras, coetáneos de los anteriores, uno de Hod riono,
de lo Abundancia, S. C. y otro, Aug. P. M. Tr. P... rev. al parecer de Concordia exerci tuum
y los dos monos.
Fig. 8
( l/2)
Ccrómica :
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 30, con decoración en grandes metopos encuad rados por Uneos de puntos de fl echo. Se aprecio porte de uno metopa con
lo figuro de un ciervo acosado por dos perros. Aunque lo figuro seo distin to, recuerdo
el motivo de otro formo 30 procedente de Almendrolejo (Mezquiriz, 11 , l óm. 30, núm. 1
y 59, núm. 335 y 336). Puede fechorse en lo segundo mitad del siglo 1 de lo Ero (fig. 6,
núm. 6) .
¿Fusoyolo? de pasto cloro (fig. 6, núm. 7).
Pie de copo, de formo indeterminable, de sigilloto hispánico (fig. 7, núm. 8).
Pie de vaso, de pasto cloro, con un grafito en lo base (fig. 6, núm. 9).
Tres pondus, de posta cloro, preparada con algún descuido. Se reproduce uno (figuro 7, núm. 10).
Dos tubos (fig. 8) semejantes o los estudiados por Fletcher y Alcócer en el horno
romano de Olocou. En el presente coso util izados tal vez como lumbreras; indican muy
posiblemente lo presencio de un alfar.
Fragmentos de dalla, teguloe, ánfora, etc., incluidos en uno pared de piedra seco.
Otros materiales:
Tan sólo podemos destocar un fragmento de canto rodado, de arenisca, con barniz
cerámico superficial, especie de esmalte, de colar blanco con matices verdes.
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CRONOLOGIA
El único fragmento de sigillata hispánica utilizable (fig. 6, núm. 6)
nos la establece en la segunda mitad del siglo 1 o principios del 11. Hecho
que se confirma con el conjunto monetal, prolongándola (las acuñaciones
están comprendidas entre el año 41 y el 175) hasta finales del siglo 11 por
lo menos. Ahora bien, creemos que se debe proceder con cierta cautela, al
prolongar la vivencia de la explotación, dado el estado en que se encontró
el tesorillo, como desparramado por la habitación, lo que puede indicar
un fina l violento, con incendio quizá (nos indican, los que del ha llazgo
guardan algún recuerdo, que con las monedas apareció abundante ma t eria orgánica carbonizada) y subsiguiente ocultación bajo los escombros.
En circunstancias paralelas a las descritas por el doctor Esteve Gálvez
para las halladas en la villa de Benicató.
CORRAL DE GALI NDO
En la partida denominada Pinella, a ochocientos metros en línea
recta de la carretera de Villarreal a Onda y algo más de 1 kilómetro ·del
límite del término con el de Bechí, existe un viejo corral llamado de
Galindo y construido a l parecer para encerrar ganado. Desde allí y hasta
el camino vie jo de Bechí va, en sentido descendente y paralelo en algunos
tramos al ramal izquierdo del Barranco de Ráti ls, el Camino del Al jub
llamado así por el que hay a su derecha, y aproximadamente en su tramo
medio, en el cauce mismo del barranco. A su izquierda y en este mismo
paraje se extiende una extensa zona con abundante cerámica y restos
de construcciones, apenas reconocibles ya más que por el hecho de que
la piedra, abundante en la part ida en estado de fácil utilización, no fue
ulteriormente aprovechada y está aún, amontonada, junto con algunas
pellas de argamasa y abundantes fragmentos de cerámica industrial romana (tegulae, dolía) permi t iendo distinguir lo que fueron sin duda
alguna habitaciones o cobertizos. Ocupa esta zona las parcelas 245, 342-a
y 243-b del polígono 38 (hoja 2.• y última) del plano del Ca tastro de
1952. No obstante la cerámica que más abundn, en el espacio citado y
en sus alrededores, sobre todo en una extensa cuña que penetra hasta el
corral de Galindo, es una indígena muy tardía y que, conservando en
alguno de sus elementos formas clásicas, trasciende a veces hacia lo que
en otros sitios hemos visto como netamente árabe. Lo típicamente romano está muy localizado en las parcelas señaladas. La sigillata apareció
en muy contadas muestras, suficientes para su identificación pero demasiado pequeñas para su estudio, por lo q ue no se reproducen. En cambio la cronología nos la da una moneda (Lám. 111, 2) aparecida en una
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
17
de estas fincas, al excavar un hueco para una alberca. Acuñada por Antonino Pío nos da también una segunda mitad del siglo 11 d . C.
Se trata al parecer de una explotación agrícola, sin construcción
alguna suntuaria, y cuya proximidad a la acequia del Diable 11 (unos doscientos metros) a limenta la hipót esis de que uti lizara sus aguas. Y creemos que debió ser en su tiempo mucho más extensa de lo que hoy se
puede estimar porque los terrenos son mucho más ricos a medida que
se alejan del cauce del barranco, causa de que estén supercultivados
desde hace largos años por los que resulta imposible en la actualidad
cua lquier observación fructífera.
MATERIALES
Poco se puede oñodir o lo yo indicado en el texto sobre el particular. Como material
dotoble cabe hoblor ton sólo de lo monedo yo citado:
Bronce de Antonino Pío. Cabezo o lo derecho. Anv. Antoninus Pius... Tr. P. Cos
Rev. Aug. S. C. (Lóm. 111, 2).
EL SALT
Características semejantes las observamos en otro yacimiento situado
en la misma partida de Pinella, subpartida llamada el Salt por un accidente geológico que en el inmediato Riu Sec provoca una catarata cuando
las aguas de lluvia le dan algún caudal. Pero con la agravante aquí de
que todas las fincas han sido ya roturadas y las observaciones se hacen
d ificilísimas. Tan sólo en una parcela se observa, muy fragmentada, cerá mica del tipo indígena descrito anteriormente. La romana está representada por tipos industriales (tegulae, dolia) y se observa en los montones de piedra que los labradores han ido arrojando al lecho del río o
incluyendo en los muros de defensa.
El acceso a este yacimiento se puede practicar por el camino de las
Alquerías del Niño Perdido a Bechí, tomando en el límite de ambos términos el llamado de la Ralla hasta situarse en la margen izquierda del
Riu Sec. Desde allí y ciñéndose a los ribazos y muros de contención, a
trescientos metros se pueden observar ya los pobres test imonios que
aportamos. Como en e l caso anterior se puede sospechar que utilizó para
su riego las aguas de la Acequia del Diable 11 .
LA TORRASSA
El pasado año 1967 nos deparó la ocasión de asistir a la última oportunidad del más importante yacimiento arqueológico de la zona y que
pudo haber sido, de llevarse las cosas bien desde los primeros escarceos
practicados a comienzos del actual siglo, uno de los más interesantes de
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18
J.
M. DOÑATE
la región. Se trata de la vi lla romana de La Torrassa, llamada así por
algunos restos de construcción de los que son aún testigos los ancianos
y que daban nombre a la partida dentro del amplio Pla Redó, que comprende las tierras de secano de más allá del Riu Sec. ( 11 ).
A caballo sobre la línea divisoria de los términos Bechí-Villarreal,
en cuanto al de Bechí se refiere fue en su día dado a conocer este
yacimiento por don Pascual Meneu quien en 1901 publicó en el «Heraldo de Castellón» unas notas que luego rectificó en «Ayer y Hoy»,
revista editada en la misma capit al (12). En un rasgo de ejemplar honradez el señor Meneu confesó que los materiales que él había emplazado en la época «greco-romana antigua» eran burdas fa lsificaciones
colocadas en el tajo por «mano criminal». Aunque sólo fuera por esto
nos veríamos obligados a tomar con grandes reservas el resto de la aportación de Meneu quien nos habla de «sepulturas, esculturas, monedas,
etcétera» confirmadas a pesar de todo por otras fuentes ( 13) . Por nuestra parte, aunque no utilicemos aquí otro material que el obtenido en
esta última etapa, debemos afirmar que las monedas aisladamente recogidas por Mene u en su excavación ( 14) enca jan con las que encontramos
nosotros.
Ultimamente de la villa sólo se reconocían unas cimentaciones pero
quedaba pendiente de roturación una parcela dentro del término de
Villarreal, junto al mojón de término del camino de la Ralla y formando
ángulo con el arranque del camino del Pa lmeral. Es la 125 del polígono
3 1 del plano del Catastro de 1952 (fig. 9). Plantada de olivar perdió
este cultivo en el año 1937 quedando yerma y pendiente de una labor
de transformación, fáci l dado su aparente buen nivel de tierra.
A la espera de que en el momento menos pensado se iniciaran las
labores, montamos vigi lancia a cargo de los guardas jurados del término, contando de antemano con la escasa colaboración de l propietario.
Se hizo tan larga la espera que transcurrieron la rgos años, hasta que la
intensiva fase actual de roturación con moderno ut il laje apareció en el
( 11) En realidad la partida la constituye el llamado " Pia Redó", pero dentro de ella
forman como um subpanida las tierras que se riegan del pozo aJ que titularon " La T oc.rassa" precisamente por construirse en las inmediaciones de estas ruinas.
{12) P. MENEU: " Arqueología bechinense. Errores". Ayer y Hoy, Revista de Castellón, año II, núm. 41. CasteUón, 1903.
( 13) M. FERRANDIS I RLES: "Noticias históricas de Bechí. II Ermita de San Antonio". Ayer y Hoy, revista de Castellón, año I, núm. ! l. CasteUón, 1902.
D ice Ferrandis que cerca de San Antonio de Bechí " se han encontrado restos de una
población romana" afirmando que se trata de Sopelaco.
(14) Dice Meneu que encontró seis monedas, pertenecientes a acuñaciones de Domiciano, Trajano, Adriano, Maximino I, Claudio II el Gótico y Constantino el Grande.
Obsérvese al firul cómo encaja también su cronología con la que nos da el estudio de la
terra sigillata.
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ARQUEOLOGfA ROMANA
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término hace escasamente un lustro. Entonces se hizo cargo de la vigilancia nuestro compañero don Lorenzo Gozalbo Delás aprovechando sus
visitas frecuentes a una propiedad cercana. Así pues, el pasado año pudimos sorprender los trabajos apenas iniciados, pero cuando ya los tractores habían efectuado unas pasadas por toda la superficie. A partir de
POLIGONO 31
8 ZONA FÉRTIL
C HALLAZGOS ESCA~OS
D ZONA ESTÉRIL
2
f
CILINDRO ENTERRADO
J MOJÓN Dé TÉRMINO
~
CILINDROS AFLORADOS
LA T oRRASS~
Fig. 9
este momento y en guardia casi permanente, dispuestos a sacar el máximo partido de la situación, fuimos recogiendo abundante material, que
en parte reseñamos, pero naturalmente en el lamentable estado que
cabe suponer ( 15).
(15) En realidad salió todo muy fragmentado de origen. Lo más lamentable fue no
haber podido casar ninguna pieza dadas las desfavorables circunstancias en que se trabajó.
E n una ocasión, en que nos acompañaban don Guillermo Bernat y don Vicente Girona,
estuvimos lo que se dice "lidiando" a un mostruoso Caterpillar, cuando efectuaba unas
pasadas de nivelación, arrancándole de entre las cadenas y durante la marcha fragmentos
de lucerna o de terra sigillata.
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J. M. DOÑATE
La parte levantada por la roturación era casi toda de labor, contando
sólo en la parte E. con una fa ja de unos doce met ros con cobertizos
utilitarios, en los que había un lagar. Aparecieron en él dos ci lindros
(fig. 19, 57 y Lám. IV) de piedra caliza que consideramos piezas principa les
de una prensa de extracción de aceite ( 16). Otro de ellos quedó aún
enterrado en e l camino de la Ralla, a tres metros del mojón de término,
Posteriormente tuvimos ocasión de ver en Bechí, en la casa que habitó
el señor Meneu, dos más de estos cilindros, idéntico uno y otro del mismo
diámetro pero sólo de 55 centímetros de altura.
Esta ,parte edificada tenía una de sus paredes cimentada con sillares
calizos traídos probablemente, como los cilindros, de la escasa distancia
de un kilómetro a que está la montañita o cerro de San Antonio, donde
sabemos que durante la Edad Media se explotó una cantera. Estaba
techada con la clásica tégula, y del piso se conserva un fragmento de
medio metro cuadrado, oculto en la base de un ribazo. Estaba formado
por losetas de barro cocido, rectangulares, y de dimensiones que, aún
difiriendo en cada caso, ya que se trata de una labor más bien basta, se
aproximan a los 1O X 6 X 2'5 cm. colocados en sentido vertical y for mando espiga. Otro ladrillo que apareció, aunque con escasa fre cuencia, era cuadrado, de 21 cm. de lado y con un espesor de cuatro a
cinco, según los casos. Aunque parece estar concebido para piso, lo hemos visto en una mampostería en la acequia de Les Argamasses que
estudiamos al principio. De dolium no llegamos a ver más que grandes
fragmentos . Casi todos ellos daban la impresión de estar ya rotos con
anterioridad a la acción de las máquinas. La terra sigillata se mostró
abundante, asi como fragmentos de ánfora. Y algo que llamaba la atención era la superabundancia
muestras.
Las monedas encontradas fueron cuatro, una de ellas totalmente
reducida a óxido, pero las otras tres en perfecto estado tras una elemental restauración .
Como riego pudo uti lizar el de la Acequia del Diable 11, por cuanto
la finca está por debajo de la cota 60, ya directamente o mediante la
Bassa Seca, estanque artificial
y que no dudamos en relacionar con esta explotación, aunque hasta el
momento presente no le hemos podido dedicar un detenido estudio.
(16) Coincidteron en esta apreciación todos los labradores a quienes interrogamos, si
bien ninguno de eUos dijo haber visto en los pueblos cercanos ninguna prensa que utilizara
piedras de este tipo.
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ARQUEOLOGÍA RO~IANA
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MATERIALES
Lo descripción detollodo de los moterloles recuperados se horio interminable. Nos
limitaremos, pues, o reseñarlos someramente, deteniéndonos sólo en aquellos pie:z:o.s o
elementos copoces de aportar algo al trabajo, bien en el sentido cronológico, bien en
el técnico o de uno manero general capaces de contribuir al mejor conocimiento del
yacimiento.
Monedos:
Los tres que pudieron ser restaurados pertenecen o Golieno, dos de ellos, y lo tercero o Claudia 11 el Gótico. Anv. busto o lo derecho, Gollienus Aug. Rev. Fortuna ReduK,
lo Fortuna, con timón y S en campo (Lám. 111, 4). Anv. busto o lo derecho, Goll ienus
Aug. Rev. Aequi tos Avg. lo Equidad con bolon:z:o y cornucopia y VI (Lám. 111, 5).
Anv. busto o lo derecho, Imp. C. Clovdius Avg. Rev. lo Equidad con bolon:z:o y cornu capio (Lám. 111, 6).
Cerámico:
Los fragmentos de á nfora, dolium y otros pie:z:os industriales son innumerables, y no
insistimos sobre ellos por haberlo ya indicado en el te~tto. De cerámico corriente de
posto cloro, reproducimos tres fragmentos (figs. 1O, 11 y 12) osi como otros pertene-
Fig. 10
Fig. 11
( l/2)
(1/2)
cientes o lucerna (fig. 15, núms. 32 y 33; fig . 16, núm. 39). Un fragmento de cerámico
estampado o base de anillos {fig. 15, núm. 35). En lo fig. 16, núms. 37 y 38, se reproducen
perfiles de cerámico muy fino, de pasto cloro o rosado más bien, y en otros cosos de
pasto gris, por fuerte cocdón, pero con un engobe superficial rosado. En el coso del
número 38, decoración impreso, o ruedo. El anillo de lo fig. 15, núm. 34 parece ser,
o pesor del e~tcesivo cuidado puesto en su manufacturo, uno de los pie:z:os que se interponen entre los que von o ser cocidos, en el horno, poro lo mejor circulación de los
fuegos. De lo presencio de un horno cerámico nos do ideo, aporte de este elemento, lo
presencio de abundan tes fragmentos de tubo de lumbrera, como los encontrados en lo
finco de Monrique y descritos en este mismo trobojo.
29
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J.
o\1. DOÑATE
Terro sigilloto
Pie de un cuenco de sigilloto hispánico liso.
Fragmento de pie de sigilloto hispánico.
Fragmento de borde de sigilloto cloro B, con decoración o lo ruedeclllo; posiblemente
uno formo 2 . Es impor tante señolor este fragmento por lo escasez de lo variedad B de
sigilloto cloro en Espoño (fig. 13, núm. 22) .
Pie de vosijo grande de sigilloto hispánico (fig. 13, núm. 16).
•
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1
1
Fig. 12
(1/2)
Pie de copo de sigilloto hispánico, de fino calidad, posiblemente uno formo Drogendorff 24/25 o Drog. 27. Segundo mitad del sig lo 1 ol siglo 111 .
Fragmento de fondo de sigilloto hispánico. Pie muy bajo de tipo tardío (fig. 13, número 17)
Fragmento de sig illoto hispánico, formo Drog. 37.
Fragmento de fondo, con pie muy boja, de sigilloto hispán ico liso.
Fragmento de potero de sigi llota, Drog. 15/17. De l año 50 ol 350. Por lo formo,
d ebe ser de los siglos l / 11.
Fragmento semejante ol anterior.
Fragmento de fuente de sig illoto cloro C.
Fondo de potero de sigilloto hispánico, con morco roto. Sólo se lee EX ... , posible
comienzo de EX. OF ...
Fragmento de borde de sigilloto hispán ico, posible formo Drog. 15/17.
Fragmento de sigilloto hispóni~o con decoración de círculos y rosetas en su coro
interior (Mezquiriz, 11, lóm. 91) (fig. 13, núm . 20).
Fragmento de sigilloto hispánico con el barniz muy perdido y decoración de líneas
verticales y puntos de flecho, seguramente separando metopas (fig. 13, núm. 21 ).
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37, con decorocíón o dos franjas de
círculos cordodos alternando con motivo vertical; en el interior del c írculo, roseta de
srete pétalos; en lo franjo inferior los círculos son concéntricos. Fines del siglo 1 o
srglos 11 (fig. 14, núm. 23).
Pequeño fragmento de sigilloto con decoración vegetal (fig. 15, núm. 26).
Fondo de pátero de sigilloto hispánico (fig. 13, núm. 18).
Fragmento de sigilloto hispánico de formo Drog. 37, con decoración de círculos.
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ARQUI!OLOGfA ROMAr-/A
Fig. 13
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J.
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JI!. DOÑATE
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Fig. 14
(1/1)
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
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Es de un tipo oigo mós tardío que los fragmentos anteriores. Siglo 11/111 (fig. 14, núm. 24).
Fragmento de sigilloto hispánico, copo de formo Drog. 27.
Fragmento de borde de sigilloto hispánico, forma Drog. 37 tordfo.
Fragmento de borde de sigilloto cloro A, formo Lomboglio 1.
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37.
Fragmento de sigilloto cloro A, formo Lomboglio 1O o.
Fragmento de sigilloto hispánico con decoración de puntos de flecho.
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 29, con cenefa de ovos por debajo
del borde. Segundo mitad del siglo 1 o comienzos del 11 (fig. 14, núm. 27).
Fragmento de sigilloto hispánico liso.
Fragmento de sigllloto hispánico con decoración de circulas con roseta interno de
cuatro pétalos, alternando con mot ivo vertical (fig. 15, núm. 28).
Fragmentos de sigilloto hispánico, formo Drog 37.
Fragmento de sigilloto hispánico liso.
Fragmentos de sigilloto hispánico, formo Drag. 37, con decoración de drculos concéntricos.
Fragmenta de sigillato claro A, formo Lomboglio 2.
Fragmento de sigllloto cloro A, formo Lomboglio l.
Fragmento de slgilloto hispónica (lig. 14, núm. 25}.
Fragmento de sigllloto hispánico, formo Drog. 37, con decoración de circulas.
Fragmento de sigilloto hispónico, con decoración de círculos.
Fragmento de sigilloto hispánico con decoración de columnlllos (lig. 15, núm. 29).
Fragmento de borde de sigilloto cloro A, formo Lombogllo 2 c.
Fragmento de borde de sigilloto hispánico liso.
Fragmento de sigilloto hispánico, con uno roseta de cinco pétalos (fog. 15, núm. 30).
Fragmento de borde de copa de sigo ilota his¡¡ónico, Drog. 27.
,fragmento de sigllloto hispánico.
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37, de paredes muy finas, con decoración de círculos concéntricos en espigo (fig. 15, núm. 31 ).
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37, con decorac ión de pequeños
círculos concéntricos.
Fragmento de gran fuente de "barniz rojo interno pompeyano". Es un tipo de vasija
fechoble durante el siglo 1 o C. y hasta lo época de Augusto.
Fragmentos de sigilloto cloro C, formo Lomboglio 40.
Fragmento de pie de sigilloto hispánico.
Fragmento de sigilloto hispánico, forma Drog. 37, con decoración de cfrculos con cén tricos.
Fragmento de barde de sigillato hispánica.
Fragmento de sigilloto cloro A.
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37.
Fragmento de pó tero de siglllato !>ispánica, forma Drog. 15{17.
Fragmento de copo de sigillato hispánica, formo Drog. 27.
Fragmento de gran plato de borde plano de sigilloto hispánico, formo Mezqulriz 4/5.
Fragmento de sigilloto hispánico, fo,ma Drog. 37, con decoración de circulas.
Fragmento de pie de sigi!loto hispánica, posiblemente con marco de la que sólo
se aprecian los círculos que encuadraban lo cartela.
Fragmento de sigilloto hispánico liso, f;)•ma de paredes curvos, can lo marco del
alfarero AGILIAINI, marco que, asimismo, se encuentro en Mérido 1Ver Mezqulriz, 1, 45
y 164, 11, 8), Lo Serreta (Aicoy) y Sogunto (fig. 13, núm. 19).
Componiense
Fragmento de pótera de campaniense B, forma Lomboglio 36.
época imperial (fig. 16, núm. 36).
Del 150 a. C. hasta
Metal:
Hierro
Un clavo, de seccoon rectangular y cabezo tal vez redondo originariamente, pero
rectangular actualmente, formando cruz con el vástago. Longitud, 12 centímetros.
Restos muy oxidados de otros siete clavos. Pieza rectangular de 14 por 5'5 centímetros,
formado por das lóminas superpuestos (unidos mediante dos remaches) de cuatro milímetros de espesor.
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J.
M. DOÑ'ATE
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Fig. 15
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ARQUJ;;OLOGfA ROMANA
Fig. 16
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Bronce
Uno pieza rectangular de 24 por 4 centíme tros y espesor, originariamente, de
uno o dos milímetros, con nueve remaches del mismo metal. Fragmentos varios
d e bronce laminado. Tres clavos de sección rectangular, sin cabezo. Un clavo de sección
rectangular y cabezo redondo, con punto oplonodo. Pieza de fundición (fig. 18, núm. 48).
¿Seguramente lo topo de uno lucerna? Disco de bronce laminado (fig. 18, núm. 49) en
formo de platillo, con perforación central. Recuerdo los usados en algunos Instrumentos musicales. Asilo {fíg. 18, núm. 50). Alambre con anillo forjado en un extremo y
oplonomíento en el otro (fig. 18, núm. 51). Bisturí (fíg. 18, núm. 5 2).
Plomo
Varios fragmentos de lómin'O, de espesor Inferior o l medio milímetro, uno de ellos con
un remache adherido. Uno tiro rectangular de 12 X 2'5 cm. y espesor de 3 mm.,
con tres orificios rectangulares originados por clavos. Un anillo de 1O cms. de diómetro
exterior y unos 7, en e l interior, cilíndrico, de <1'5 cm. de a ltura y peso de 1'700 Kg.,
que formaba lo unión de dos tuberías.
Piedra:
Cínco fragmentos de mórmol trabajado, seguramente revestimiento de columnas. Destocamos el representado en lo figuro 21, cedido por don Guillermo Bernot Crespi. Un
alisador de arenisco. Un canto rodado, de arenisco blanco, con lo coro superior esmaltado en blanco con vetos verdosos en distintos motices. Un canto rodado (?) de arenisco del país, de formo esférico con el polo superior achatado y el inferior casi plano,
usado tal vez como ponderal, con un peso de 700 gramos. Vorios fragmentos de
pizarra. Escorias de fundición. Uno lasco atípico de sílex de importación, color
escorloto (fig. 19, núm. 55). Uno tesela (?) de piedra duro, azul prusio (fig, 19, número 56). Tres cilindros de piedra calizo, de uso industrial, de los que yo se habló
(fig. 19, núm. 57 y Lóm. IV). A los que se deben oñodir los dos que tiene lo familia
Meneu, en Bechí.
Vidrio:
Hemos destocado lo abundancia de vidrio, hecho que yo fue puesto de relieve por
Meneu. Los matices más acusados son, en uno extenso gamo, los verdes. Abundan los
cloros (incoloros) y sólo hemos visto un ejemplar violado.
Hoy fragmentos de grandes fuentes. En lo figuro 17, núms. <10 o 47 reproducimos osos,
cuellos y bordes. Lo 46 es un fragmento de pulsera (o oso) d e color negro.
Hueso:
Apa recen los de los animales de convivencia o consumo. (ovidos, cópridos, équidos,
suidos) siendo destacable lo abu ndancia de co lmillos de jabalí.
Entre los trabajados destoco el que·se labró poro formar porte de uno bisagra (fíg. 19,
número 53) y a lgunos ¡palillos muy semejantes o los que actualmente se usan, de modero,
en lo meso (fíg. 19, núm. 54).
Marfil:
Porte superior de un có lomus (fíg. 19, núm. 58).
CRONOLOGIA
El con junto presenta una cronología entre la segunda mitad del
siglo 11 y el siglo 111, después .eJe J . C., con algunos materiales del siglo 1
a. C. como el fragmento de rojo pompeyano interno y e l campaniense B.
Cronología que, obtenida mediante el estudio de la cerámica da table,
encaja perfectamente con la aportada por las monedas encontradas.
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ARQUEOLOGÍA ROMAI'IA
..
Fig. 17
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J.
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M. DOÑATE
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
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LA CIMA DE CAP BLANC
Aunque extraño este emplazamiento al término de Villarrea l, no podemos omitirlo aquí por estar si tuado precisamente sobre la presa de la
Acequia del Diable 1, y pasar casi por dent ro de él la 11 . Se trata ahora
de un poblado, muy pobre en apariencia, y que ocupaba una extensa zona
sobre la que se extiende abundantemente la cerámica indígena tardía,
que hemos descrito ya y suele acompañar casi siempre a la romana, incluso a la sigi lla ta con la que alterna y algunas veces se superpone. Es
aquí donde se hace más patent-e esta confusión, si bien la sigillata ocupa
sólo una reducida parte del poblado. Es talmente como si en el lugar hubiese habitado una reducida guarnición militar, administrativa o técnica,
que no llegara a construir sino que se limitara a vivir al estilo indígena,
o a utilizar tan solo alguno de sus particulares elementos, como tegu lae,
de las que se observan fragmentos, así como algún dolium, cuyos pedazos
se pueden contar.
En el término de Onda, a 800 metros de la línea de separación de
éste del de Villarrea l, en una extensión de casi un ki lómetro por la margen derecha del Mijares y a ambos lados del Camí de les Trencades se
extiende la zona en que superficialmen te puede encontrarse cerámica.
No obstant·e el poblado, cuyas vivi endas se pueden aún individuali zar,
ocupa un espacio más reducido, en las proximidades de la central de la
Hidroeléctrica y en lugar fácilmente reconocible por algunos murallones
que le dan la seme janza de un poblado del Bronce.
Su economía no parece que pudo ser próspera. El regadío no la podía
favorecer y sin duda alguna se basaba en cultivos de secano y, a juzgar
por algunos espacios cerrados sin t raza alguna de vivienda, la práctica de
la ganadería tendría gran importancia en su vida. Ultimamente hemos
asist ido al descubrimiento de nueve silos enterrados, de forma ovoide, de
los llamados en el país sitjes. Apareció en su interior alguna cerámica de
la descrita como indígena tardía.
Damos estas notas por los motivos arriba indicados y sólo a título informativo ya que creemos que el poblado podrá dar mucho de sí cuando
se pueda hacer en él algo más que las prospecciones, reiteradas pero
siempre superficiales, a las que hasta ahora nos hemos visto limitados.
MATERIALES
Cerámico:
Aparece, en cantidades verdaderamente notables, lo cerámico indígena, cuyo estudio
dejamos por ohoro en suspenso, limitándonos ol de lo terro sigilloto en cuyo campo hemos
hollado uno eficaz colaboración. No debemos omitir, sin embargo, lo yo ci tado presencio
de cerámico industrial (do lio, teguloe) así como un pondus de formo troncopiromidol. No
se ho ho llado meta l alguno, ni vidrio, ni vest iglo alg uno que diera ideo de uno minimo
concesión ol lujo, si exceptuamos lo sigilloto hispánico que posamos o describir.
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53
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-p":'· ""'
o
/
/
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57
54
Fig. 19
53, 54, 55, 56 y 58 1. n. 57 se mdican medidas.
o
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33
ARQUEOLOGÍA ROMA.NA
Fragmento de sigilloto hispánico de formo Drog. 37, con decoración de círculos con
figuro onimol muy borroso en su interior (¿cobollo o ciervo?) corriendo (fig. 20).
Fragmento de borde de sigilloto hispánica de formo Drog. 15- 17.
Fragmento de sigilloto hispánica de formo indeterminado, quizá botella, con orronque
de oso y sin barniz interior.
Fragmento de sigilloto hispónico, con .decoración de circulo, con roseta interior.
Fragmento de sigilloto hispánico de formo Drag·. 15- 17.
F ig. 20
( 1/1)
Fragmento de fondo de formo de paredes curvos, liso, de sigilloto hispónico, con
lo marco del alfarero Sentus: OF. SENTI . Hoy uno del mismo nombre en Lo Groufesenque,
de époco de Tiberio. El de esto morco es hispánico, y se encuentran estampi llas en Sogunto, en Monostil (Eido) y también en Bonoso y Uxus (Museos de Robot y de Tóngerl.
CRONOLOG IA
Es difíci l establecerla pues las formas que se han determinado (37
decorada y 151 17) son -de larga perduración, ent re 50 y el 250. Pero una
de las estampillas del norte de Africa, la de Lixus, está sobre una patera
de forma 18, que restringe est e período a los años comprendidos entre
el 50 y 150/ 175. (17) .
(17) J. BOUBE: "La terra sigillata hispanique en Mauretanie Tingitane. 1, Les marques de potiers". Rabat, 1965, pág. 202 y 203.
-237 -
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34
J.
M. DOÑATE
CASCO URBANO
No se ha efectuado, ni cabe esperarlo, h allazgo alguno de importancia
referido a la época romana dentro del casco urbano de Villarreal. De realizarse sólo indicaría la presencia de algún emplazamiento del tipo de los
estudiados y ta l podría ser el delatado por una pieza acuñada por Antonino
Pío, hallada en la excavación de los cimientos de la casa número 24 de la
calle Calvo Sotelo, esquina a la de Sarthou. Como la moneda nos fue
mostrada cuando e l edificio estaba ya casi terminado, no nos fue posible
examinar el nivel ni la tierra extraí-da, por lo que debe quedar aquí como
Fig. 21
( 1/2)
hallazgo aislado, con la garant ía que nos ofrece la seriedad de los autores
del hallazgo, entre ellos el propietario del inmueble, don Manuel Batalla,
quien afirma que fue encontrada a 1'70 m. de profundidad.
-238 -
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
35
Descripción: Gran bronce. Anv. busto a la derecha. T. Aelius Caesar.
Rev. Tri. Pot. Co. S. 11 l. Concordia. S. C. (Cohen, número 131) (Lámina 111, 3).
La cronología nos la sitúa pues dentro del amplio complejo estudiado.
CONCLUSION
Hemos visto cómo los materiales aportados ajustan perfectamente y
hasta se complementan en todos los yacimientos estudiados. La más baja
cronología nos la dan los de la Cima de Cap Blanc, yacimiento que
siempre hemos considerado como «en la base» de todo el sistema de
riegos, y por ende de todo el «desarrollo)), por utilizar una terminología
actual. Todo encaja, y de tal forma que se puede afirmar que la comarca
tuvo un papel importantísimo en la economía de la época, entre mediados
d el siglo 1 y finales del 111 d . C.
-239-
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OOÑATE. -Arqueología r omana de Villarreal
LAJ"\t. l.
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DO~ATE .-A r qu eologi'\
rom a n a d e Villa nea l
LAM. 11.
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OO~ATE.-A rque ologí ,l
romana de Villaneal
LAM. JJI.
4
5
2
6
l . --Las
alquería~
2.-Corral de Galindo.
3.--Casco urbanl)
4, 5 y 6.-Torrassa.
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DOÑATE. -Arqueolo&"í:.t r omana d e Vlllarreal
LAM. IV.
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JOSE M.a DOÑATE SEBASTIA
(Vi llarreal)
Arqueología romana de Villarreal {Castellón)
1NTRODUCCION
La comarca de La Plana no ha sido hasta ahora reconocida como rica
en arqueología. Y concretament e Villarreal, situada en el centro geográfico de la misma, por el hecho de su efímera vida oficial pasó desapercibida a los historiadores regionales o locales que partieron siempre de
la Reconquista en sus monografías. Tan sólo los profesores Sos Bainat y
Esteve Gálvez aportaron a la bibliografía sus trabajos en relación con la
estación eneolítica de Villa Filomena, excepcional hallazgo que pudo haber
revalorizado para la Arqueología el nombre de esta ciudad si allá por el
año 1922 cuando pasó a sus manos, no hubiera sido ya torpemente malogrado por los irresponsables de turno. A pesar de ello supieron sacar todo
el fru to ¡posible de cuanto quedaba, y es cuanto hoy día tenemos aprovechable.
Paralelamente, aunque algunos años antes, se había descubierto, en
el curso de una roturación, una villa romana a muy escasa distancia del
citado emplazamiento. Los materiales, por lo que se cuenta, y por cuanto
aún hemos podido ver, debieron ser fabulosos, en cantidad y calidad.
Sobre lo que de aquello quedó, a sesenta años vista, hemos tenido que
reconstruir estas notas referidas a la cultura romana en estas tierras. Y
ec;te ha sido el mejor de los casos, porque en otros ni siquiera contábamos
con un punto de partida. Hoy en día los cultivos lo han invadido todo.
Las observaciones se hacen estremadamente difíciles y no lo decimos en
plan de excusa, sino lamentando más bien el tiempo perdido por la eru-
205 -
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2
J.
M. DOÑATE
dición local en averiguar si determinado personaje hizo o no estancia en
la villa, o si aquel otro pudo o no haber nacido en ella, pasando por alto
indicios valiosísimos capaces de remontar nada menos que un millar de
años de importancia histórica del territorio como medio ambien te, con
las consecuencias que para los estudios generales hubieran podido tener
estas aportaciones.
No obstante, estamos satisfechos del resultado obtenido. Y lo decimos sin modestia porque la presente aportación no nos pertenece total mente, sino que responde a una labor de equipo.
Han sido nuestros colaboradores don Lorenzo Gozalbo Delás, sempiterno compañero en incontables prospecciones y autor del hallazgo de
buena parte de material que aportamos.
La clasificación y estudio de la terra sigi llata hispánica se debe a la
doctora ·doña Gabriela Martín, de la Universidad de Valencia. De ella hemos recogido también, al pie de la letra, las valiosas observaciones sobre
cronología referidas a esta cerámica .
La clasificación y estudio de los hallazgos monetales corrió a cargo
del doctor Mateu y Llopis. Colaboró también en este y en otros aspectos
el doctor Camarena Mahíques, Director del Instituto Valenciano de Estudios Históricos.
Y hemos de agradecer al personal del $ . l. P. de la Diputación de
Valencia su asistencia y conse jos prácticos, a través de con tactos y entrevistas, algunas de ellas sobre el terreno mismo.
LES ARGAMASSES
En el pasado número de este mismo anuario publicamos un estudio
sobre dos acequias romanas de Villarreal ( 1). Eran estas las conocidas
desde antiguo como «Cequia del Diable», en singular por la confusión
en torno a ellas amañada. Pero que constituían, al ramificarse por el término tras abandonar e l río por las cotas 60 y 100 (2) todo un sistema
de irrigación que cubría el actual secano que se extiende por la parte
alta del citado término (fig. 1 ).
Quedaba en pie, y así lo hicimos constar, una importante incógnita,
J. M.•
DO~ATE SEBASTIA: "Riegos romanos del M ijares". Archivo de PreLevantina, XI. Valencia, 1967, pág. 203 y ss.
(2) Bl actua l sistema de aprovechamiento de las aguas del pantano del Sitiar está proyectado, en cuanto a Villarreal se refiere, a base de dos canales que se separarán del río
precisamente por estas cotas. Bsto nos daría una idea del alto nivel de la técnica romana,
si no tuviérarn~ a mano otros valiosos testimonios.
( 1)
hi~toria
-206-
[page-n-207]
3
ARQUEOLOGÍA ROMANA
planteada por una extensa zona conocida actualmente como c
d'horta»,
circunstancia que adquirió con el tiempo categoría de topónimo, y que
abarcando las mejores tierras comprendía la parte baja de la población y
no poco del caserío de Las Alquerías del Niño Perdido y permanecía,
contra toda lógica, al margen de aquel sistema si salvábamos lo alll dicho
l
Almazora
•
Cr • 4 • h
~-.
...... 1 •• ·~
Fig. 1
de un subcanal a todas luces insuficiente, aún aceptando sin ninguna
reserva su presencia, que dábamos por perdido a partir de un determinado
punto junto al Ermitorio de la Virgen de Gracia.
-207 -
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4
J. M. OOÑATE
Era preciso que hubiera algo más y si bien por nuestra parte teníamos
la convicción de que aquel sistema de riegos tenía su complemento en
la acequia de antiguo conocida como «les Argamasses», estábamos aún
pendientes de rea lizar el concienzudo reconocimiento que nos autoriza
ahora a incluirlo en este estudio.
El hecho, no por cierto insólito, pero sí poco frecuente, de que este
canal siguiera aún prestando servicio hace menos de una centuria ha hecho que la primitiva obra, oculta bajo sucesivas reconstrucciones, algunas a fondo, permaneciera en su mayor parte oculta. Pero no así la excavación en la roca, trabajo característico y de colosa les proporciones. Se
hiende la roca hasta lograr, dentro mismo del acantilado, una atrevida
plataforma que se reviste exteriormente de argamasa, tal como lo hemos
visto ya, o se perfora un túnel cuando se interpone un obstáculo. Más
tarde en los tramos en que la escasa firmeza de la base o un natural desplome provoca un hundimiento, se levanta desde el fondo mismo del cauce
del río un murallón que se defiende en sucesivas etapas con puntales y
contrafuertes. Etapas fácilmente observables y que nos proporcionan como
resultante, cuando ha perdido ya su sentido utilitario, algo así como un
impresionante monumento al labrador valenciano de todos los tiempos,
desde la época romana de Pax Augusta en que lo emplazamos a la vista
del extenso material aparecido en la localidad y que hoy damos a conocer. (Lámina 1.)
Arranca este canal de la gran curva que el río Mijares describe a su
paso por la Ermita de la Virgen de Gracia, a unos doscientos metros aguas
abajo de la actual pr-esa, y coincidiendo con la que hasta hace poco tomaba
el agua para el llamado Molino de la Ermita. Es la parte más cómoda
puesto que allí bastan unas cuantas piedras en el lecho del río o una
ligera excavación para que las aguas penetren en el canal de conducción
y empiecen prontamente a ganar altura a favor de una acentuada corriente
que experimenta el cauce del río en el citado paraje. (3) Su curso puede
aún seguirse, ininterrumpidamente casi, desde el final del paseo de las
acacias, en el ermitorio, hasta el puente de Santa Quiteria, desapareciendo
sólo en aquellos tramos en que coincide con el nuevo canal. (4) Romana
es toda la labor de excavación en roca y algunas mamposterías o argamasas en las que hemos podido observar, incluida, cerámica industrial de
la época, del tipo de la recientemente aparecida en La Torrassa .
(3) Características que coinciden, en todos sus elementos, con las descritas en el citado
estudio de las acequias "del Diable" 1 y 11. (Vid. nota 1).
(4) El actual canal, construido a fines del pasado siglo (entró en servicio en 1873)
atraviesa dos túneles. Uno tiene su nacinúento en la misma presa y forma como una cuerda del gran arco que describe el cío en el ermitorio. El otro va paralelo al río y es precisamente en la parte coincidente con estos túneles donde se conservan las argamasas.
-208-
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ARQUEOLOGfA ROMANA
5
Pero no debemos cerrar estas notas sin aportar o tras de archivo, referentes a l estado de esta obra en la época de la Reconquista. Don Jaime
el Conquistador, al proceder al reparto de tierras y solares durante los
meses inmediatos al otorgamiento de la Carta Puebla (20 de febrero de
1274) hace frecuentes alusiones al sistema de riegos de Villarreal al
emplazarlo como límite de alguna de las donaciones, sistema que, como
se observa en los documentos del reparto y en otros del Archivo His tórico
Municipal, modificó en el sentido de dividir .en dos la vieja acequia, llamándose desde entonces Major a la originaria desde l' hermita als partidors y a partir de estos, en paraje muy inferior al puente de Santa
Quiteria, las acequias se llaman sobirana y jussana en razón de su
situación con respecto a l nivel del terreno que riegan . La que D. Jaime
ordenó construir con cargo a las rentas de Burriana, de las que con este
objeto hizo donación por dos años en 1274, era la Sobirana, única que
podía f avorecer a todo el perímetro urbano por cuanto la Jussana discurría
a nivel inferior (5). En cuanto a la Major o de Les Argamasses, es muy
elocuente la donación contenida en el Registro 19 de Jaime 1 en que se
concede a Pedro Garcés reconstruir o editicar de nuevo en la acequia de
Villarreal, entre A lmazara y
bajo el supues to de que no fuera ello en perjuicio de terceros (6) .
LA PRESA DEL RIU SEC
En el lugar preciso en que el Camí de les Boltes atraviesa el Riu Sec
hay una vi eja presa que, tendida de parte a parte del estéril cauce, obliga
al camino a dibujar un acusado zig-zag para abordarla de frente, La proximidad de las ruinas del llamado Molí Evaristo de su arranque en la
margen izquierda, ·es sólo casua l (7). Por la derecha la presa termina en
la obra de arranque de una canalización, destinada sin duda alguna a
conducir el agua del río hasta las actualmente llamadas A lquerías de l Niño
Perdido a las que nos referimos más adelante.
(S) Se vendieron estas rentas por 7.000 sueldo~. (A. C. A., Registro 19, de Jaime I,
fol. 128 v.0 ). De que la acequia construida era la "sobirana" dan re numerosas notas del
archivo de Villarreal que podríamos aportar, que hablan de la "cequia nova sobirana".
(6) A. C. A., Registro 19 de Jaime I, fol. 109.
(7) Aportamos este dato para que nadie, ante !a proximidad, se vea tentado a asociar
ambas obras en relación de causa-efecto. Aparte las características muy distintas de ambas
ruina s, la construcción de este molino se autorizó en 1863 a un tal Evaristo Usó, sobre las
ruinas del llamado de Bancarrota, de efímera existencia a su ve:~:, y utilizoron ambos las
aguas de una de L acequias dc:l Mijares.
as
27
209 -
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6
J.
M. DOÑATE
Sorprende ahora, sobre la aridez de este amplio cauce, observar la
presencia de una presa que los naturales, atribuyen al «t iempo de los
moros». Pero, entre otras razones, un profundo conocimiento de los fon dos medievales del Archivo Municipal de Villarreal nos autoriza a emplazarla en época muy anterior. En efecto, desde los días mismo de la Reconquista, bien documentados en cuanto a riegos se refiere, jamás jugó
papel alguno la citada presa ni conducción alguna con ella relacionada. No
es ci tada ni siquiera como topónimo; no tiene nombre. Ni llevaba entonces
ya agua e l viejo río, al que se le conocía con su actual denominación de
«sec». Hay que remontarse pues a l momento en que el valle de Ahín, con
Artana y Eslida y el térm ino de Alcudia de Veo no uti lizaban, por no
existir en ellos núcleo de población, las aguas de los dos principales afluentes que, al un irse en el extremo meridional del t~ rm ino de Onda, originan
el río. Hay que situarse pues en un momento anterior a la invasión musulmana, y si se analiza en conjunto la presente aportación, no resulta
en modo alguno aventurado, aunque sólo obráramos por exclusión, emplazar más o menos tardíamente, pero siempre en época romana, la cons1rucción de esta obra.
Construida con materiales del terreno la presa no reviste carácter
monumental alguno, ya que no lo permite su propia naturaleza, y estaría
totalmente cubierta por las gravas del río si no aprovechara una falla del
conglomerado sobre el que se apoya. Pero tiene alguna característica técnica realmente curiosa, como la presentada por el sistema de arcos de
medio punto trazados en sentido opuesto a la corriente, solución al hecho
dE' tener que estar construida en línea recta para ceñirse al escalón de
la roca. Solución económica, naturalmente, porque muy otra hubiera sido
la de construir una amplia presa de gravedad. Pero el constructor sabía
bien lo que se llevaba entre manos y lo demostró, sin duda alguna. (Lám.
11, 1 y 2 .)
LA NECROPOLIS DE LAS ALQUERIAS
El conocido epi tafio de Fulvia Filenis debe haber levantado hace ya
mucho tiempo fundadas sospechas sobre la existencia doe una necrópolis
romana en la demarcación de su hallazgo que, fu e envl..ielto an tal velo
de confusión que cada uno de los autores que estudiaron el epígrafe lo
emplazó en lugar distinto. Y como son tres las versiones, nos acogemos
a la más lógica que es la aportada por Chabret y que adopta Mariner Sigorra (8). Dice aquél que el cipo fue encontrado en una finca de la fami(8) S. MAR1NER BIGORRA: "Notas de epigrafía valenciana". Archivo de Prehistoria Levantina, V. Valencia, 1954, pág. 225 y ss. Recoge, en síntesis, lo que sobre este epitafio
publicaron Hübner, Chabret, Sarthou y eJ P. Fita.
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7
ARQUEOLOGÍA ROMANA
lia Puchol, tesis admisible por cuanto, desde su hallazgo, la piedra ha permanecido en poder de esta familia, que todavía posee, en las Alquerías
del Niño Perdido, una finca que limita, carretera y canal por medio, con
el cementerio romano que con toda seguridad se adentraba en la citada
finca a juzgar por la abundancia de materiales en superficie en la zona
limítrofe.
Fig. 2
(1/Z)
Sin embargo fue otro el camino que nos situó sobre esta necrópolis.
Como es frecuente en arqueología, la casualidad nos dio la pista al poner
en nuestras manos un vaso (fig. 2) de pasta clara en tan buen estado de
conservación que tal vez por esta circunstancia había pasado desapercibido. Apareció en una barrera o «terrer» en el que el agua de lluvia,
al excavar un regajal, lo había levantado. Rápidamente nos dirigimos al
lugar señalado percatándonos de que, lo que descubría la labor de extracción de tierras, era nada menos que el extremo de un cementerio, con
abundancia de cerámica, tégulas principalmente, si bien en lamentable
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8
J. 111. DOÑATE
revoltijo en la parte afectada, afortunadamente poco extensa porque las
impurezas de la tierra allí obtenida obligaba a un tamizado que hacía
an tieconómica la explotación, que fue inmediatamente abandonada.
Posteriormente en el curso de una visi ta que al lugar hicimos con
el doctor Camarena Mahíques recogimos a flor de tierra, otro vaso semejante al indicado, pero fragmentado en una treintena de porciones por
la presión de las tierras y que no obstante pudo ser reconstruido en los
laboratorios del Museo de Prehistoria de Valencia. En sucesivas visitas
encontramos algunas muestras de cerámica, principalmenle sigillata hispánica.
No nos fue posible seguir la pista de un importante hallazgo manetal, del que tuvimos noticia, por cuanto al parecer se lo repartieron los
mismos trabajadores, vendiendo luego las piezas. Pero sí logramos la
fotografía de una moneda encontrada por e l estudiante V. R. Petit Rochera. Se trata de un bronce, acuñación de la emperatriz Faustina Joven.
El nivel arqueológico quedó señalado por los trabajos de extracción
de tierras en los alrededores y en el lugar mismo ocupado por los ente-
<)(
tJ
()(
~
Fig. 3
rramientos, en el que como hemos dicho fueron detenidos gracias a que
se utilizaba el ya viejo procedimiento del azadón. Tenemos de él unos
datos bastante precisos y podemos decir que de suma utilidad para el
día de mañana en que se cuente con recursos económicos y legales suficientes para realizar una excavación metódica . Hoy está convertido en
plantación de naranjos, pero el trabajo se ha realizado, casualmente, de
forma tal que el yacimiento apenas si ha sufrido (fig. 3) y ha quedado
de momento a salvo de excavadores fortuitos y curiosos irresponsables.
Lo único que ocurre es que, salvo algún que otro fragm ento cerámico,
cada día más escaso, no es posible ya adivinar qué se oculta bajo aquella
lozana plantación, motivo por el que nos vemos obligados a aportar un
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ARQUEO.LOGÍA ROMANA
9
plano de si tuación (fig. 4) capaz de servir a ún para largo plazo y que
·dejará un rastro seguro a los arqueólogos del futuro (Lám. 11, 3 y 4).
La superficie aproximada es de 3500 m~ pero debió ser en su día
muy superior por cuanto la finca de los Pucho!, en la que debía adentrarse, está al otro lado de la carretera y acequia, siendo no obstante
difícil calcular con exactitud la zona de dispersión superfi cial de los ya
ci tados abundantes restos de cerámica romana, reducidos a simples vest igios por las ininterrumpidas labores.
De todas formas la extensión es suficiente como para que pensemos
en algo más que en una simple villa rural y por otra parte demasiado
lejana la necrópolis de la actual o la vieja Nules para vincularla con ella,
si admitimos su identificación con la Noulas romana. Es forzoso admitir
en las cercanías, devorado por los cultivos, un importante núcleo urbano
que t al vez la casualidad nos descubra algún día. En este sentido estimamos interesante el dato de que el sedimento de gravi llas y tierras deposi tado por el Riu Sec en este paraje, sobre el cementerio, tiene un
espesor superior a metro y medio, difícilmente rebasable por las labores
agrícolas ordinarias.
MAT ERIALES
Monedas:
Bronce de Foustino Joven, o la dra. R), Matri Mognae S. C. Cibeles, con corono de
torres, o lo dro. entre leones (Cohen, número 196) (Lám. 111, 1 ).
Cerámica:
Vaso de pasto cloro, entero (fig. 2).
Vaso de pasto cloro. Reconstruido en los laboratorios del S. l. P. de Valencia. Difiere
muy poco del an terior.
Fragmento de pie de sigillota hispánico, formo Dragendorff 37, con decoración de
pequeños circulas concéntricos. El pie muy bajo y poco morcado indico un tipo tardío,
del siglo 11 (fig. 5, núm. 2).
Fragmento de borde de sigillata hispánica , forma Drag. 37, con restos de decoración
de pun tos de flecho horizontales (fig. 5, núm. 3).
Fragmento de sigillota hispánico de formo Drog. 37, de buen tamaño decorado con
motivos grandes a lternando los círculos concéntricos cardados con otros motivos vegetales.
Decoración poco cuidado coroc terístico del s. 111 ( fíg. 5, núm. 4 ).
Fragmento de sígillo to hispánico, Drog. 37, con decoración de círculos concént ricos
cardados.
Fragmento de sígilloto cloro A, forma Lomboglio 3.
Fragm ento de sígilloto cloro A, formo Lombogllo 9.
Fragmento de sígílloto hispánico formo Drog. 37, con decoración de circulas concén tricos alternando con linees verticales (fig 5, núm. 5).
Fragmento de sigllloto hispánico liso.
Fragmen to de sigillota hispánico, formo Drog. 37, con decoración de círculos concéntricos (borde).
CRONOLOGIA
La sigillata hispánica nos da para el conjunto una cronología que
se puede fijar con bastante precisión en la primera mitad del siglo 111,
-213-
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10
J.
M. DOÑATE
RIO
SECO (ANA)
POLIGONO 45
N
FINCA Y
ALOUEI?IA DE
LOS PUCHOL.
POLIGONO 21
Fig. 4
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Fig. 5
( 1/1)
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J. M. DOÑATE
12
ya que los dos fragmentos de sigillata
larga duración que alcanzan hasta el
Cronología que encaja perfectamente
moneda, que puede cifrarse entre el
larga vida del bronce.
clara A corresponden a formas de
siglo 111 en sus primeras épocas.
con la fecha de acuñación de la
170- 175 d . C., habida cuenta la
EXPLOTACIONES AGRARIAS
FINCA DE MANRIQUE
En la partida del Madrigal, muy cerca del ermitorio de la Virgen de
Gracia, entre los cam inos de la Ermita y Vell de Castelló a Onda pero
lindante con el primero, a 270 metros de la cruz de término si tuada en
el punto de arranque o vértice de ambos, hay una parcela que figura en
el plano del Catastro con el número 287 de l polígono 1 (9) . En la pared
de piedra seca que limita con el camino hay, incluida, gran can t idad de
cerámica industrial romana.
En el año 1908, al roturarla, se encontraron diseminadas pero en el
corto espacio de un metro cuadrado, sobre lo que al parecer era el pavi mento de una habitación, algunas monedas que el propietario a la sazón,
don Salvador Manrique conservó en buena parte después del «obligado»
reparto a favor de erudi tos y curiosos de la numismática . Le quedaron
l1 que llevó a la Exposición de Valencia de 1909 obteniendo, como exposi tor, una medalla de bronce. Por cortesía de doña Concepción Manrique
Miró, heredera de la finca y deposi taria del lote moneta l, lo pudimos
fo tografiar, enviando una copia al doctor don Felipe Mateu y Llopis, quien
procedió a su estudio pub.licándolo en «Numario Hispánico» ( 10).
En diversas prospecciones hemos tenido ocasión aún de recoger abundantes fragmentos de sigillata hispánica. Pero el material que publicamos nos lo cedió doña Concepción Manrique, cuyas atenciones agradecemos desde estas líneas.
MATERIALES
Moncdot:
As bilingüe de S-a-i-ti (Vives; XX, núm. 11 ).
Oupondio de Ti. Claudius Caesor Aug. P. M. Tr. P. Imp. busto lau reado o lo dro.;
rev. Constontiae Augusti, S. C. (Cohen, núm. 13, año 41 ).
(9) Todas las referencias topográficas se refieren al Mapa Nacional Topográfico Parcelado, escala 1 : 2.000, del Instituto Geográfico y Catastral.
( 10) F. MATEU Y LLOPIS : "Hallazgos monetarios XX". Numario Hispánico, XI.
Madrid, 1967, p3g. 45 y ss.
-216 -
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
1 1
1
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1 1
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1
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1
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Fig. 6
( l/1)
28
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14
J.
M. DOÑATE
As del mismo Ti. Cloudius Coesor Aug. Imp. P. M. Tr. P. Cobezo o lo izqdo.;
rev. Vesta S. C. (Cohen, núm. 100, oño 41).
As del mismo Ti. Cloudius Coesor Aug. P. M . Tr. P. Imp. P. P. Cabezo o izqdo.;
rev. Constontioe Augusti S. C. joven, según Eckhel, con asto (Cohen, núm. 14, año 41 ).
Dupondío de Imp. Caes. Vesp. Aug. P. M. T. P. Cos. 111 Cens. Cabezo laureado o
dro.; rev. Aequitos August. S. C. lo Equidad o izqdo. con lo balanza (Cohen, núm. 8,
año 71 ).
Bronce del mismo Imp. Caes. Vesp. Aug. P. M . Tr. P. Cos VIII. Cabezo o izqdo.;
rev. Ceres August. S. C. (Cohen, variante del núm. 57, años 77-78).
As de Imp. Caes. Domit. Aug. Germ. Cos. XI, Cens. Pat. P. P. busto o dro.;
rev. Fortunoe August. S. C. lo Fortuna o izqdo. con timón y cornucopia (Cohen, 118).
Fig. 7
( 1/ 1)
Bronce del mismo, Imp. Caes. Domit. Aug. Germ. Cos. XII, Cens. Per. P. P. Cabezo
laureado o dro.; rev. Virtuti Aug. S. C. El Valor o dro. pie sobre cosco, "porozonium"
(Cohen, núm. 647, oño 86).
Bronce de Imp. Coesor Tro. Hodrionus Aug. Cabezo laureado o dro.; rev. Pietos
Aug. S. C. Pont. Mox. Tr. Pot. Cos. 111, lo Piedad de frente y altor (Cohen, núm. 1.021,
año 117).
Otros del mismo Hodrionus Aug. Cos. 111, su busto o dro.; rev. Troionus Hodrionus
Aug. busto o dro.; Annono Aug. Pont. Mox. Tr. Pat. Cos. 11, S. C. lo Abundancia, cuerno de Amolteo y "modius" (Cohen, núm. 179, oño 118).
-218-
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ARQUEOLOGIA ROM,\NA
LS
Hadrianus Augustus P. P. busto a dra.; rev. Cos. 111 , Palos a dra. con escudo y jabalina (Cohen, núm. 298).
Had rianus Aug. Cos. 111, P. P. Cabezo laureada o dra.; rev. Vesta S. C., sentado o
izqdo. (variante :lel núm. 1.450 de Cohen).
Bronce de Aurelius Coesor Aug. Pii F. Cos. Cabezo desnudo o dro.; rev. Pietos
Aug. secéspito, ospérgilo, preofericu1um, lituo y simpulo S. C. (Cohen, p. 47).
Otro de Faustino Augusto, busto o dro. Annio Foustino hijo de Anton ino y Foustino
esposo de Morco Aurelio; rev. luna S. C. (Cohen, núm. 123, año 175) .
Dos bronces imperiales casi frustras, coetáneos de los anteriores, uno de Hod riono,
de lo Abundancia, S. C. y otro, Aug. P. M. Tr. P... rev. al parecer de Concordia exerci tuum
y los dos monos.
Fig. 8
( l/2)
Ccrómica :
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 30, con decoración en grandes metopos encuad rados por Uneos de puntos de fl echo. Se aprecio porte de uno metopa con
lo figuro de un ciervo acosado por dos perros. Aunque lo figuro seo distin to, recuerdo
el motivo de otro formo 30 procedente de Almendrolejo (Mezquiriz, 11 , l óm. 30, núm. 1
y 59, núm. 335 y 336). Puede fechorse en lo segundo mitad del siglo 1 de lo Ero (fig. 6,
núm. 6) .
¿Fusoyolo? de pasto cloro (fig. 6, núm. 7).
Pie de copo, de formo indeterminable, de sigilloto hispánico (fig. 7, núm. 8).
Pie de vaso, de pasto cloro, con un grafito en lo base (fig. 6, núm. 9).
Tres pondus, de posta cloro, preparada con algún descuido. Se reproduce uno (figuro 7, núm. 10).
Dos tubos (fig. 8) semejantes o los estudiados por Fletcher y Alcócer en el horno
romano de Olocou. En el presente coso util izados tal vez como lumbreras; indican muy
posiblemente lo presencio de un alfar.
Fragmentos de dalla, teguloe, ánfora, etc., incluidos en uno pared de piedra seco.
Otros materiales:
Tan sólo podemos destocar un fragmento de canto rodado, de arenisca, con barniz
cerámico superficial, especie de esmalte, de colar blanco con matices verdes.
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16
J.
M. DOÑATE
CRONOLOGIA
El único fragmento de sigillata hispánica utilizable (fig. 6, núm. 6)
nos la establece en la segunda mitad del siglo 1 o principios del 11. Hecho
que se confirma con el conjunto monetal, prolongándola (las acuñaciones
están comprendidas entre el año 41 y el 175) hasta finales del siglo 11 por
lo menos. Ahora bien, creemos que se debe proceder con cierta cautela, al
prolongar la vivencia de la explotación, dado el estado en que se encontró
el tesorillo, como desparramado por la habitación, lo que puede indicar
un fina l violento, con incendio quizá (nos indican, los que del ha llazgo
guardan algún recuerdo, que con las monedas apareció abundante ma t eria orgánica carbonizada) y subsiguiente ocultación bajo los escombros.
En circunstancias paralelas a las descritas por el doctor Esteve Gálvez
para las halladas en la villa de Benicató.
CORRAL DE GALI NDO
En la partida denominada Pinella, a ochocientos metros en línea
recta de la carretera de Villarreal a Onda y algo más de 1 kilómetro ·del
límite del término con el de Bechí, existe un viejo corral llamado de
Galindo y construido a l parecer para encerrar ganado. Desde allí y hasta
el camino vie jo de Bechí va, en sentido descendente y paralelo en algunos
tramos al ramal izquierdo del Barranco de Ráti ls, el Camino del Al jub
llamado así por el que hay a su derecha, y aproximadamente en su tramo
medio, en el cauce mismo del barranco. A su izquierda y en este mismo
paraje se extiende una extensa zona con abundante cerámica y restos
de construcciones, apenas reconocibles ya más que por el hecho de que
la piedra, abundante en la part ida en estado de fácil utilización, no fue
ulteriormente aprovechada y está aún, amontonada, junto con algunas
pellas de argamasa y abundantes fragmentos de cerámica industrial romana (tegulae, dolía) permi t iendo distinguir lo que fueron sin duda
alguna habitaciones o cobertizos. Ocupa esta zona las parcelas 245, 342-a
y 243-b del polígono 38 (hoja 2.• y última) del plano del Ca tastro de
1952. No obstante la cerámica que más abundn, en el espacio citado y
en sus alrededores, sobre todo en una extensa cuña que penetra hasta el
corral de Galindo, es una indígena muy tardía y que, conservando en
alguno de sus elementos formas clásicas, trasciende a veces hacia lo que
en otros sitios hemos visto como netamente árabe. Lo típicamente romano está muy localizado en las parcelas señaladas. La sigillata apareció
en muy contadas muestras, suficientes para su identificación pero demasiado pequeñas para su estudio, por lo q ue no se reproducen. En cambio la cronología nos la da una moneda (Lám. 111, 2) aparecida en una
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
17
de estas fincas, al excavar un hueco para una alberca. Acuñada por Antonino Pío nos da también una segunda mitad del siglo 11 d . C.
Se trata al parecer de una explotación agrícola, sin construcción
alguna suntuaria, y cuya proximidad a la acequia del Diable 11 (unos doscientos metros) a limenta la hipót esis de que uti lizara sus aguas. Y creemos que debió ser en su tiempo mucho más extensa de lo que hoy se
puede estimar porque los terrenos son mucho más ricos a medida que
se alejan del cauce del barranco, causa de que estén supercultivados
desde hace largos años por los que resulta imposible en la actualidad
cua lquier observación fructífera.
MATERIALES
Poco se puede oñodir o lo yo indicado en el texto sobre el particular. Como material
dotoble cabe hoblor ton sólo de lo monedo yo citado:
Bronce de Antonino Pío. Cabezo o lo derecho. Anv. Antoninus Pius... Tr. P. Cos
Rev. Aug. S. C. (Lóm. 111, 2).
EL SALT
Características semejantes las observamos en otro yacimiento situado
en la misma partida de Pinella, subpartida llamada el Salt por un accidente geológico que en el inmediato Riu Sec provoca una catarata cuando
las aguas de lluvia le dan algún caudal. Pero con la agravante aquí de
que todas las fincas han sido ya roturadas y las observaciones se hacen
d ificilísimas. Tan sólo en una parcela se observa, muy fragmentada, cerá mica del tipo indígena descrito anteriormente. La romana está representada por tipos industriales (tegulae, dolia) y se observa en los montones de piedra que los labradores han ido arrojando al lecho del río o
incluyendo en los muros de defensa.
El acceso a este yacimiento se puede practicar por el camino de las
Alquerías del Niño Perdido a Bechí, tomando en el límite de ambos términos el llamado de la Ralla hasta situarse en la margen izquierda del
Riu Sec. Desde allí y ciñéndose a los ribazos y muros de contención, a
trescientos metros se pueden observar ya los pobres test imonios que
aportamos. Como en e l caso anterior se puede sospechar que utilizó para
su riego las aguas de la Acequia del Diable 11 .
LA TORRASSA
El pasado año 1967 nos deparó la ocasión de asistir a la última oportunidad del más importante yacimiento arqueológico de la zona y que
pudo haber sido, de llevarse las cosas bien desde los primeros escarceos
practicados a comienzos del actual siglo, uno de los más interesantes de
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J.
M. DOÑATE
la región. Se trata de la vi lla romana de La Torrassa, llamada así por
algunos restos de construcción de los que son aún testigos los ancianos
y que daban nombre a la partida dentro del amplio Pla Redó, que comprende las tierras de secano de más allá del Riu Sec. ( 11 ).
A caballo sobre la línea divisoria de los términos Bechí-Villarreal,
en cuanto al de Bechí se refiere fue en su día dado a conocer este
yacimiento por don Pascual Meneu quien en 1901 publicó en el «Heraldo de Castellón» unas notas que luego rectificó en «Ayer y Hoy»,
revista editada en la misma capit al (12). En un rasgo de ejemplar honradez el señor Meneu confesó que los materiales que él había emplazado en la época «greco-romana antigua» eran burdas fa lsificaciones
colocadas en el tajo por «mano criminal». Aunque sólo fuera por esto
nos veríamos obligados a tomar con grandes reservas el resto de la aportación de Meneu quien nos habla de «sepulturas, esculturas, monedas,
etcétera» confirmadas a pesar de todo por otras fuentes ( 13) . Por nuestra parte, aunque no utilicemos aquí otro material que el obtenido en
esta última etapa, debemos afirmar que las monedas aisladamente recogidas por Mene u en su excavación ( 14) enca jan con las que encontramos
nosotros.
Ultimamente de la villa sólo se reconocían unas cimentaciones pero
quedaba pendiente de roturación una parcela dentro del término de
Villarreal, junto al mojón de término del camino de la Ralla y formando
ángulo con el arranque del camino del Pa lmeral. Es la 125 del polígono
3 1 del plano del Catastro de 1952 (fig. 9). Plantada de olivar perdió
este cultivo en el año 1937 quedando yerma y pendiente de una labor
de transformación, fáci l dado su aparente buen nivel de tierra.
A la espera de que en el momento menos pensado se iniciaran las
labores, montamos vigi lancia a cargo de los guardas jurados del término, contando de antemano con la escasa colaboración de l propietario.
Se hizo tan larga la espera que transcurrieron la rgos años, hasta que la
intensiva fase actual de roturación con moderno ut il laje apareció en el
( 11) En realidad la partida la constituye el llamado " Pia Redó", pero dentro de ella
forman como um subpanida las tierras que se riegan del pozo aJ que titularon " La T oc.rassa" precisamente por construirse en las inmediaciones de estas ruinas.
{12) P. MENEU: " Arqueología bechinense. Errores". Ayer y Hoy, Revista de Castellón, año II, núm. 41. CasteUón, 1903.
( 13) M. FERRANDIS I RLES: "Noticias históricas de Bechí. II Ermita de San Antonio". Ayer y Hoy, revista de Castellón, año I, núm. ! l. CasteUón, 1902.
D ice Ferrandis que cerca de San Antonio de Bechí " se han encontrado restos de una
población romana" afirmando que se trata de Sopelaco.
(14) Dice Meneu que encontró seis monedas, pertenecientes a acuñaciones de Domiciano, Trajano, Adriano, Maximino I, Claudio II el Gótico y Constantino el Grande.
Obsérvese al firul cómo encaja también su cronología con la que nos da el estudio de la
terra sigillata.
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ARQUEOLOGfA ROMANA
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término hace escasamente un lustro. Entonces se hizo cargo de la vigilancia nuestro compañero don Lorenzo Gozalbo Delás aprovechando sus
visitas frecuentes a una propiedad cercana. Así pues, el pasado año pudimos sorprender los trabajos apenas iniciados, pero cuando ya los tractores habían efectuado unas pasadas por toda la superficie. A partir de
POLIGONO 31
8 ZONA FÉRTIL
C HALLAZGOS ESCA~OS
D ZONA ESTÉRIL
2
f
CILINDRO ENTERRADO
J MOJÓN Dé TÉRMINO
~
CILINDROS AFLORADOS
LA T oRRASS~
Fig. 9
este momento y en guardia casi permanente, dispuestos a sacar el máximo partido de la situación, fuimos recogiendo abundante material, que
en parte reseñamos, pero naturalmente en el lamentable estado que
cabe suponer ( 15).
(15) En realidad salió todo muy fragmentado de origen. Lo más lamentable fue no
haber podido casar ninguna pieza dadas las desfavorables circunstancias en que se trabajó.
E n una ocasión, en que nos acompañaban don Guillermo Bernat y don Vicente Girona,
estuvimos lo que se dice "lidiando" a un mostruoso Caterpillar, cuando efectuaba unas
pasadas de nivelación, arrancándole de entre las cadenas y durante la marcha fragmentos
de lucerna o de terra sigillata.
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J. M. DOÑATE
La parte levantada por la roturación era casi toda de labor, contando
sólo en la parte E. con una fa ja de unos doce met ros con cobertizos
utilitarios, en los que había un lagar. Aparecieron en él dos ci lindros
(fig. 19, 57 y Lám. IV) de piedra caliza que consideramos piezas principa les
de una prensa de extracción de aceite ( 16). Otro de ellos quedó aún
enterrado en e l camino de la Ralla, a tres metros del mojón de término,
Posteriormente tuvimos ocasión de ver en Bechí, en la casa que habitó
el señor Meneu, dos más de estos cilindros, idéntico uno y otro del mismo
diámetro pero sólo de 55 centímetros de altura.
Esta ,parte edificada tenía una de sus paredes cimentada con sillares
calizos traídos probablemente, como los cilindros, de la escasa distancia
de un kilómetro a que está la montañita o cerro de San Antonio, donde
sabemos que durante la Edad Media se explotó una cantera. Estaba
techada con la clásica tégula, y del piso se conserva un fragmento de
medio metro cuadrado, oculto en la base de un ribazo. Estaba formado
por losetas de barro cocido, rectangulares, y de dimensiones que, aún
difiriendo en cada caso, ya que se trata de una labor más bien basta, se
aproximan a los 1O X 6 X 2'5 cm. colocados en sentido vertical y for mando espiga. Otro ladrillo que apareció, aunque con escasa fre cuencia, era cuadrado, de 21 cm. de lado y con un espesor de cuatro a
cinco, según los casos. Aunque parece estar concebido para piso, lo hemos visto en una mampostería en la acequia de Les Argamasses que
estudiamos al principio. De dolium no llegamos a ver más que grandes
fragmentos . Casi todos ellos daban la impresión de estar ya rotos con
anterioridad a la acción de las máquinas. La terra sigillata se mostró
abundante, asi como fragmentos de ánfora. Y algo que llamaba la atención era la superabundancia
Las monedas encontradas fueron cuatro, una de ellas totalmente
reducida a óxido, pero las otras tres en perfecto estado tras una elemental restauración .
Como riego pudo uti lizar el de la Acequia del Diable 11, por cuanto
la finca está por debajo de la cota 60, ya directamente o mediante la
Bassa Seca, estanque artificial
momento presente no le hemos podido dedicar un detenido estudio.
(16) Coincidteron en esta apreciación todos los labradores a quienes interrogamos, si
bien ninguno de eUos dijo haber visto en los pueblos cercanos ninguna prensa que utilizara
piedras de este tipo.
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ARQUEOLOGÍA RO~IANA
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MATERIALES
Lo descripción detollodo de los moterloles recuperados se horio interminable. Nos
limitaremos, pues, o reseñarlos someramente, deteniéndonos sólo en aquellos pie:z:o.s o
elementos copoces de aportar algo al trabajo, bien en el sentido cronológico, bien en
el técnico o de uno manero general capaces de contribuir al mejor conocimiento del
yacimiento.
Monedos:
Los tres que pudieron ser restaurados pertenecen o Golieno, dos de ellos, y lo tercero o Claudia 11 el Gótico. Anv. busto o lo derecho, Gollienus Aug. Rev. Fortuna ReduK,
lo Fortuna, con timón y S en campo (Lám. 111, 4). Anv. busto o lo derecho, Goll ienus
Aug. Rev. Aequi tos Avg. lo Equidad con bolon:z:o y cornucopia y VI (Lám. 111, 5).
Anv. busto o lo derecho, Imp. C. Clovdius Avg. Rev. lo Equidad con bolon:z:o y cornu capio (Lám. 111, 6).
Cerámico:
Los fragmentos de á nfora, dolium y otros pie:z:os industriales son innumerables, y no
insistimos sobre ellos por haberlo ya indicado en el te~tto. De cerámico corriente de
posto cloro, reproducimos tres fragmentos (figs. 1O, 11 y 12) osi como otros pertene-
Fig. 10
Fig. 11
( l/2)
(1/2)
cientes o lucerna (fig. 15, núms. 32 y 33; fig . 16, núm. 39). Un fragmento de cerámico
estampado o base de anillos {fig. 15, núm. 35). En lo fig. 16, núms. 37 y 38, se reproducen
perfiles de cerámico muy fino, de pasto cloro o rosado más bien, y en otros cosos de
pasto gris, por fuerte cocdón, pero con un engobe superficial rosado. En el coso del
número 38, decoración impreso, o ruedo. El anillo de lo fig. 15, núm. 34 parece ser,
o pesor del e~tcesivo cuidado puesto en su manufacturo, uno de los pie:z:os que se interponen entre los que von o ser cocidos, en el horno, poro lo mejor circulación de los
fuegos. De lo presencio de un horno cerámico nos do ideo, aporte de este elemento, lo
presencio de abundan tes fragmentos de tubo de lumbrera, como los encontrados en lo
finco de Monrique y descritos en este mismo trobojo.
29
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J.
o\1. DOÑATE
Terro sigilloto
Pie de un cuenco de sigilloto hispánico liso.
Fragmento de pie de sigilloto hispánico.
Fragmento de borde de sigilloto cloro B, con decoración o lo ruedeclllo; posiblemente
uno formo 2 . Es impor tante señolor este fragmento por lo escasez de lo variedad B de
sigilloto cloro en Espoño (fig. 13, núm. 22) .
Pie de vosijo grande de sigilloto hispánico (fig. 13, núm. 16).
•
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1
Fig. 12
(1/2)
Pie de copo de sigilloto hispánico, de fino calidad, posiblemente uno formo Drogendorff 24/25 o Drog. 27. Segundo mitad del sig lo 1 ol siglo 111 .
Fragmento de fondo de sigilloto hispánico. Pie muy bajo de tipo tardío (fig. 13, número 17)
Fragmento de sig illoto hispánico, formo Drog. 37.
Fragmento de fondo, con pie muy boja, de sigilloto hispán ico liso.
Fragmento de potero de sigi llota, Drog. 15/17. De l año 50 ol 350. Por lo formo,
d ebe ser de los siglos l / 11.
Fragmento semejante ol anterior.
Fragmento de fuente de sig illoto cloro C.
Fondo de potero de sigilloto hispánico, con morco roto. Sólo se lee EX ... , posible
comienzo de EX. OF ...
Fragmento de borde de sigilloto hispán ico, posible formo Drog. 15/17.
Fragmento de sigilloto hispóni~o con decoración de círculos y rosetas en su coro
interior (Mezquiriz, 11, lóm. 91) (fig. 13, núm . 20).
Fragmento de sigilloto hispánico con el barniz muy perdido y decoración de líneas
verticales y puntos de flecho, seguramente separando metopas (fig. 13, núm. 21 ).
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37, con decorocíón o dos franjas de
círculos cordodos alternando con motivo vertical; en el interior del c írculo, roseta de
srete pétalos; en lo franjo inferior los círculos son concéntricos. Fines del siglo 1 o
srglos 11 (fig. 14, núm. 23).
Pequeño fragmento de sigilloto con decoración vegetal (fig. 15, núm. 26).
Fondo de pátero de sigilloto hispánico (fig. 13, núm. 18).
Fragmento de sigilloto hispánico de formo Drog. 37, con decoración de círculos.
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ARQUI!OLOGfA ROMAr-/A
Fig. 13
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J.
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JI!. DOÑATE
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Fig. 14
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
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Es de un tipo oigo mós tardío que los fragmentos anteriores. Siglo 11/111 (fig. 14, núm. 24).
Fragmento de sigilloto hispánico, copo de formo Drog. 27.
Fragmento de borde de sigilloto hispánico, forma Drog. 37 tordfo.
Fragmento de borde de sigilloto cloro A, formo Lomboglio 1.
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37.
Fragmento de sigilloto cloro A, formo Lomboglio 1O o.
Fragmento de sigilloto hispánico con decoración de puntos de flecho.
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 29, con cenefa de ovos por debajo
del borde. Segundo mitad del siglo 1 o comienzos del 11 (fig. 14, núm. 27).
Fragmento de sigilloto hispánico liso.
Fragmento de sigllloto hispánico con decoración de circulas con roseta interno de
cuatro pétalos, alternando con mot ivo vertical (fig. 15, núm. 28).
Fragmentos de sigilloto hispánico, formo Drog 37.
Fragmento de sigilloto hispánico liso.
Fragmentos de sigilloto hispánico, formo Drag. 37, con decoración de drculos concéntricos.
Fragmenta de sigillato claro A, formo Lomboglio 2.
Fragmento de sigllloto cloro A, formo Lomboglio l.
Fragmento de slgilloto hispónica (lig. 14, núm. 25}.
Fragmento de sigllloto hispánico, formo Drog. 37, con decoración de circulas.
Fragmento de sigilloto hispónico, con decoración de círculos.
Fragmento de sigilloto hispánico con decoración de columnlllos (lig. 15, núm. 29).
Fragmento de borde de sigilloto cloro A, formo Lombogllo 2 c.
Fragmento de borde de sigilloto hispánico liso.
Fragmento de sigilloto hispánico, con uno roseta de cinco pétalos (fog. 15, núm. 30).
Fragmento de borde de copa de sigo ilota his¡¡ónico, Drog. 27.
,fragmento de sigllloto hispánico.
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37, de paredes muy finas, con decoración de círculos concéntricos en espigo (fig. 15, núm. 31 ).
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37, con decorac ión de pequeños
círculos concéntricos.
Fragmento de gran fuente de "barniz rojo interno pompeyano". Es un tipo de vasija
fechoble durante el siglo 1 o C. y hasta lo época de Augusto.
Fragmentos de sigilloto cloro C, formo Lomboglio 40.
Fragmento de pie de sigilloto hispánico.
Fragmento de sigilloto hispánico, forma Drog. 37, con decoración de cfrculos con cén tricos.
Fragmento de barde de sigillato hispánica.
Fragmento de sigilloto cloro A.
Fragmento de sigilloto hispánico, formo Drog. 37.
Fragmento de pó tero de siglllato !>ispánica, forma Drog. 15{17.
Fragmento de copo de sigillato hispánica, formo Drog. 27.
Fragmento de gran plato de borde plano de sigilloto hispánico, formo Mezqulriz 4/5.
Fragmento de sigilloto hispánico, fo,ma Drog. 37, con decoración de circulas.
Fragmento de pie de sigi!loto hispánica, posiblemente con marco de la que sólo
se aprecian los círculos que encuadraban lo cartela.
Fragmento de sigilloto hispánico liso, f;)•ma de paredes curvos, can lo marco del
alfarero AGILIAINI, marco que, asimismo, se encuentro en Mérido 1Ver Mezqulriz, 1, 45
y 164, 11, 8), Lo Serreta (Aicoy) y Sogunto (fig. 13, núm. 19).
Componiense
Fragmento de pótera de campaniense B, forma Lomboglio 36.
época imperial (fig. 16, núm. 36).
Del 150 a. C. hasta
Metal:
Hierro
Un clavo, de seccoon rectangular y cabezo tal vez redondo originariamente, pero
rectangular actualmente, formando cruz con el vástago. Longitud, 12 centímetros.
Restos muy oxidados de otros siete clavos. Pieza rectangular de 14 por 5'5 centímetros,
formado por das lóminas superpuestos (unidos mediante dos remaches) de cuatro milímetros de espesor.
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J.
M. DOÑ'ATE
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Fig. 15
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ARQUJ;;OLOGfA ROMANA
Fig. 16
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Bronce
Uno pieza rectangular de 24 por 4 centíme tros y espesor, originariamente, de
uno o dos milímetros, con nueve remaches del mismo metal. Fragmentos varios
d e bronce laminado. Tres clavos de sección rectangular, sin cabezo. Un clavo de sección
rectangular y cabezo redondo, con punto oplonodo. Pieza de fundición (fig. 18, núm. 48).
¿Seguramente lo topo de uno lucerna? Disco de bronce laminado (fig. 18, núm. 49) en
formo de platillo, con perforación central. Recuerdo los usados en algunos Instrumentos musicales. Asilo {fíg. 18, núm. 50). Alambre con anillo forjado en un extremo y
oplonomíento en el otro (fig. 18, núm. 51). Bisturí (fíg. 18, núm. 5 2).
Plomo
Varios fragmentos de lómin'O, de espesor Inferior o l medio milímetro, uno de ellos con
un remache adherido. Uno tiro rectangular de 12 X 2'5 cm. y espesor de 3 mm.,
con tres orificios rectangulares originados por clavos. Un anillo de 1O cms. de diómetro
exterior y unos 7, en e l interior, cilíndrico, de <1'5 cm. de a ltura y peso de 1'700 Kg.,
que formaba lo unión de dos tuberías.
Piedra:
Cínco fragmentos de mórmol trabajado, seguramente revestimiento de columnas. Destocamos el representado en lo figuro 21, cedido por don Guillermo Bernot Crespi. Un
alisador de arenisco. Un canto rodado, de arenisco blanco, con lo coro superior esmaltado en blanco con vetos verdosos en distintos motices. Un canto rodado (?) de arenisco del país, de formo esférico con el polo superior achatado y el inferior casi plano,
usado tal vez como ponderal, con un peso de 700 gramos. Vorios fragmentos de
pizarra. Escorias de fundición. Uno lasco atípico de sílex de importación, color
escorloto (fig. 19, núm. 55). Uno tesela (?) de piedra duro, azul prusio (fig, 19, número 56). Tres cilindros de piedra calizo, de uso industrial, de los que yo se habló
(fig. 19, núm. 57 y Lóm. IV). A los que se deben oñodir los dos que tiene lo familia
Meneu, en Bechí.
Vidrio:
Hemos destocado lo abundancia de vidrio, hecho que yo fue puesto de relieve por
Meneu. Los matices más acusados son, en uno extenso gamo, los verdes. Abundan los
cloros (incoloros) y sólo hemos visto un ejemplar violado.
Hoy fragmentos de grandes fuentes. En lo figuro 17, núms. <10 o 47 reproducimos osos,
cuellos y bordes. Lo 46 es un fragmento de pulsera (o oso) d e color negro.
Hueso:
Apa recen los de los animales de convivencia o consumo. (ovidos, cópridos, équidos,
suidos) siendo destacable lo abu ndancia de co lmillos de jabalí.
Entre los trabajados destoco el que·se labró poro formar porte de uno bisagra (fíg. 19,
número 53) y a lgunos ¡palillos muy semejantes o los que actualmente se usan, de modero,
en lo meso (fíg. 19, núm. 54).
Marfil:
Porte superior de un có lomus (fíg. 19, núm. 58).
CRONOLOGIA
El con junto presenta una cronología entre la segunda mitad del
siglo 11 y el siglo 111, después .eJe J . C., con algunos materiales del siglo 1
a. C. como el fragmento de rojo pompeyano interno y e l campaniense B.
Cronología que, obtenida mediante el estudio de la cerámica da table,
encaja perfectamente con la aportada por las monedas encontradas.
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ARQUEOLOGÍA ROMAI'IA
..
Fig. 17
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
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LA CIMA DE CAP BLANC
Aunque extraño este emplazamiento al término de Villarrea l, no podemos omitirlo aquí por estar si tuado precisamente sobre la presa de la
Acequia del Diable 1, y pasar casi por dent ro de él la 11 . Se trata ahora
de un poblado, muy pobre en apariencia, y que ocupaba una extensa zona
sobre la que se extiende abundantemente la cerámica indígena tardía,
que hemos descrito ya y suele acompañar casi siempre a la romana, incluso a la sigi lla ta con la que alterna y algunas veces se superpone. Es
aquí donde se hace más patent-e esta confusión, si bien la sigillata ocupa
sólo una reducida parte del poblado. Es talmente como si en el lugar hubiese habitado una reducida guarnición militar, administrativa o técnica,
que no llegara a construir sino que se limitara a vivir al estilo indígena,
o a utilizar tan solo alguno de sus particulares elementos, como tegu lae,
de las que se observan fragmentos, así como algún dolium, cuyos pedazos
se pueden contar.
En el término de Onda, a 800 metros de la línea de separación de
éste del de Villarrea l, en una extensión de casi un ki lómetro por la margen derecha del Mijares y a ambos lados del Camí de les Trencades se
extiende la zona en que superficialmen te puede encontrarse cerámica.
No obstant·e el poblado, cuyas vivi endas se pueden aún individuali zar,
ocupa un espacio más reducido, en las proximidades de la central de la
Hidroeléctrica y en lugar fácilmente reconocible por algunos murallones
que le dan la seme janza de un poblado del Bronce.
Su economía no parece que pudo ser próspera. El regadío no la podía
favorecer y sin duda alguna se basaba en cultivos de secano y, a juzgar
por algunos espacios cerrados sin t raza alguna de vivienda, la práctica de
la ganadería tendría gran importancia en su vida. Ultimamente hemos
asist ido al descubrimiento de nueve silos enterrados, de forma ovoide, de
los llamados en el país sitjes. Apareció en su interior alguna cerámica de
la descrita como indígena tardía.
Damos estas notas por los motivos arriba indicados y sólo a título informativo ya que creemos que el poblado podrá dar mucho de sí cuando
se pueda hacer en él algo más que las prospecciones, reiteradas pero
siempre superficiales, a las que hasta ahora nos hemos visto limitados.
MATERIALES
Cerámico:
Aparece, en cantidades verdaderamente notables, lo cerámico indígena, cuyo estudio
dejamos por ohoro en suspenso, limitándonos ol de lo terro sigilloto en cuyo campo hemos
hollado uno eficaz colaboración. No debemos omitir, sin embargo, lo yo ci tado presencio
de cerámico industrial (do lio, teguloe) así como un pondus de formo troncopiromidol. No
se ho ho llado meta l alguno, ni vidrio, ni vest iglo alg uno que diera ideo de uno minimo
concesión ol lujo, si exceptuamos lo sigilloto hispánico que posamos o describir.
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J.
l\1. DOÑATE
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57
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Fig. 19
53, 54, 55, 56 y 58 1. n. 57 se mdican medidas.
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ARQUEOLOGÍA ROMA.NA
Fragmento de sigilloto hispánico de formo Drog. 37, con decoración de círculos con
figuro onimol muy borroso en su interior (¿cobollo o ciervo?) corriendo (fig. 20).
Fragmento de borde de sigilloto hispánica de formo Drog. 15- 17.
Fragmento de sigilloto hispánica de formo indeterminado, quizá botella, con orronque
de oso y sin barniz interior.
Fragmento de sigilloto hispónico, con .decoración de circulo, con roseta interior.
Fragmento de sigilloto hispánico de formo Drag·. 15- 17.
F ig. 20
( 1/1)
Fragmento de fondo de formo de paredes curvos, liso, de sigilloto hispónico, con
lo marco del alfarero Sentus: OF. SENTI . Hoy uno del mismo nombre en Lo Groufesenque,
de époco de Tiberio. El de esto morco es hispánico, y se encuentran estampi llas en Sogunto, en Monostil (Eido) y también en Bonoso y Uxus (Museos de Robot y de Tóngerl.
CRONOLOG IA
Es difíci l establecerla pues las formas que se han determinado (37
decorada y 151 17) son -de larga perduración, ent re 50 y el 250. Pero una
de las estampillas del norte de Africa, la de Lixus, está sobre una patera
de forma 18, que restringe est e período a los años comprendidos entre
el 50 y 150/ 175. (17) .
(17) J. BOUBE: "La terra sigillata hispanique en Mauretanie Tingitane. 1, Les marques de potiers". Rabat, 1965, pág. 202 y 203.
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J.
M. DOÑATE
CASCO URBANO
No se ha efectuado, ni cabe esperarlo, h allazgo alguno de importancia
referido a la época romana dentro del casco urbano de Villarreal. De realizarse sólo indicaría la presencia de algún emplazamiento del tipo de los
estudiados y ta l podría ser el delatado por una pieza acuñada por Antonino
Pío, hallada en la excavación de los cimientos de la casa número 24 de la
calle Calvo Sotelo, esquina a la de Sarthou. Como la moneda nos fue
mostrada cuando e l edificio estaba ya casi terminado, no nos fue posible
examinar el nivel ni la tierra extraí-da, por lo que debe quedar aquí como
Fig. 21
( 1/2)
hallazgo aislado, con la garant ía que nos ofrece la seriedad de los autores
del hallazgo, entre ellos el propietario del inmueble, don Manuel Batalla,
quien afirma que fue encontrada a 1'70 m. de profundidad.
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ARQUEOLOGÍA ROMANA
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Descripción: Gran bronce. Anv. busto a la derecha. T. Aelius Caesar.
Rev. Tri. Pot. Co. S. 11 l. Concordia. S. C. (Cohen, número 131) (Lámina 111, 3).
La cronología nos la sitúa pues dentro del amplio complejo estudiado.
CONCLUSION
Hemos visto cómo los materiales aportados ajustan perfectamente y
hasta se complementan en todos los yacimientos estudiados. La más baja
cronología nos la dan los de la Cima de Cap Blanc, yacimiento que
siempre hemos considerado como «en la base» de todo el sistema de
riegos, y por ende de todo el «desarrollo)), por utilizar una terminología
actual. Todo encaja, y de tal forma que se puede afirmar que la comarca
tuvo un papel importantísimo en la economía de la época, entre mediados
d el siglo 1 y finales del 111 d . C.
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OOÑATE. -Arqueología r omana de Villarreal
LAJ"\t. l.
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DO~ATE .-A r qu eologi'\
rom a n a d e Villa nea l
LAM. 11.
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OO~ATE.-A rque ologí ,l
romana de Villaneal
LAM. JJI.
4
5
2
6
l . --Las
alquería~
2.-Corral de Galindo.
3.--Casco urbanl)
4, 5 y 6.-Torrassa.
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DOÑATE. -Arqueolo&"í:.t r omana d e Vlllarreal
LAM. IV.
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