Publicacions diverses
Cova de l'Or (Beniarrés, Alicante): nota informativa
Bernat Martí Oliver
1981
, ISBN 84-00-03592-5
978-84-00-03592-1 , 12 p.
[page-n-1]
BERNARDO MARTI OLIVER
(BENIARRES, AUCANTE)
NOTA INFORMATIVA
SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DIPUTACION PROVINCIAL
VALENCIA
19 8 1
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BERNARDO MARTI OLIVER
(BENIARRES, ALICANTE)
NOTA INFORMATIVA
SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DIPUTACION PROVI NCIA L
VAL ENCI A
l 981
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La Cova de I'Or se encuentra e n las estribaciones sur-occidenta les
de la sierra de Benicadell, a 650 metros sobre el nivel del mar. Orientada hacia el SO., domina el valle de Perpunxent por el que discurre
el río Serpis que, aguas abajo del yacimiento, se encaja en el Estret de
Lorxa para abrirse paso hacia la zona de Gandía.
Es una cueva espaciosa formada por una gran sala de veinticuatro
por ocho metros aproximadamente, con ligera inclinación hacia el
interior y bien iluminada en su primera mitad. La sedimentación arqueológica cubre la mayor parte de su superficie con una potencia variable
que llega a sobrepasar los dos metros en algunas de las zonas excavadas.
Las noticias referentes a la Cova de l'Or son escasas hasta 1933, año
en que fue prospectada por R. Pardo. Sin embargo, el yacimiento no
sería objeto de atención y estudio sistemático hasta los años cincuenta.
Por en tonces, V. Pascual realizó una exploración minuciosa, recogiendo
una importante colección de materiales arqueológicos neolíticos que
incluían vasos cerámicos con decoración impresa ca~·d ial, industria
lítica y elementos de adorno. Estos hallazgos revelaron la gran riqueza
de la Cova de I'Or, así como su semejanza con otro importante yacimiento neolítico valenciano, la Cova de la Sarsa (Bocairent), motivando
el inicio de las campañas de excavación por parte del Servicio de
Investigación Prehistórica de la Diputación Provincial de Valencia. La
primera campaña fue realizada en 1955, estando al frente de los trabajos V. Pascual y J. San Valero. En 1956, 1957 y 1958 se realizarían
otras campañas bajo la dirección de V. Pascual.
Desde entonces la Cova de I'Or ha sido considerada como uno de
los yacimientos más representativos del Neolítico en la zona oriental
de la Península Ibérica, con numerosos y precisos paralelos en el
ámbito del Mediterráneo Occidental. Por ello, a medida que avanzaba
3
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el estudio de sus materiales fue haciéndose más patente la necesidad
de reanudar las campañas de excavación a la vez que se iniciaba su
publicación. Y así, en 1975 el Servicio de Investigación Prehistórica
continuaba los trabajos en el yacimiento bajo la dirección de V. Pascual
y B. Martí, prosiguiéndose por éste desde 1976 junto a un amplio equipo
interdisciplinar en el que participan P. Fumanal (Sedimentología),
M. Pérez (Paleontología), M. P. López (Paleobotánica), M. Dupré (Palinología), J. D. Acuña y F. Robles (Malacofauna) y M. D. Gallart (Tecnología cerámica).
La Cova de l'Or resume en s u estratigrafia la evolución del Neolítico
valenciano, desde los inicios del quinto milenio antes de Cristo con la
aparición del cultivo de los cereales y de los animales domésticos, así
como de la cerámica y otros elementos de la cultura material. hasta
la generalización del habitat de poblados en la primera mitad del tercer
milenio, momento en que .l a cueva dejara de habitarse para ser frecuentada en adelante muy esporádicamente.
La primera fase de s u ocupación corresponde al Neolítico antiguo
o de las cerámicas impresas y, de acuerdo con la complejidad de la
cultura material y los numerosos testimonios de su economía de producción, ofrece la imagen de una comunidad plenamente neolítica que
no hunde sus raíces en las culturas anteriores documentadas en la Península Ibérica; lo que también puede aplicarse a sus amplios paralelos
en el Mediterráneo Occidental, desprovistos de los antecedentes que
permitan suponer un desarrollo autónomo.
La cerámica muestra el predominio de la decoración impresa cardial,
decoración que ha sido tradicionalmente destacada como característica
del Neolítico antiguo. Junto a ella encontramos también una buena
representación de vasos ornados con cordones lisos, o con digitaciones,
ungulaciones, impresiones e incisiones diversas; cordones hechos con
la misma pasta de las paredes de los vasos y no por sobreposición. Las
impresiones de instrumentos dentados a modo de peines, las incisiones
y los pequeños mamelones o resaltes no destinados a la prehensión,
en muy pequeño número, completan los tipos decorativos.
Al barroquismo de las decoraciones hay que sumar la variedad de
las formas de los vasos y de los elementos de prehensión, así como su
gran perfección técnica, manifestada en la depuración de sus pastas y
en el esmerado tratamiento de las superficies, en su mayor parte intensamente bruñidas. Encontramos vasos globulares con o sin cuello, que
suele ser estrecho y alargado; formas ovoides y troncocónicas con mamelones y asas combinados en la parte superior del vaso; cuencos
4
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hemiesféricos, cubiletes de base plana, pequeños cucharones, grandes
recipientes ovoides con cuello y otros de amplia boca, etc.; especialmente característicos pueden considerarse los pequeños vasitos de
cuerpo globular y cuello estrecho, semejantes a pequeñas botellas, y
los toneletes. Entre los elementos de prehensión encontramos amplias
asas de cinta, pequeñas asas anulares, mamelones, asas tubulares y
asas-pitorro, formadas por un pitón destinado a la salida del Jíquido
y un puente que lo une a la pared del vaso. Destacaremos finalmente
la abundancia de las perforaciones de lañado destinadas a reparar las
grietas y roturas de los vasos, perforaciones que debieron unirse mediante fibras vegetales o tendones de animales.
La industria de sílex muestra un importante componente laminar
y la aparición de los tipos que veremos perdurar a Jo largo de todo el
Neolítico: hojas y hojitas retocadas o con señales de uso, perforadores,
trapecios y segmentos de círculo, así como lascas retocadas. Especial
importancia poseen los elementos de hoz como tipo funcional que vemos
asociado a hojas y hojitas retocadas, truncaduras oblícuas e incluso
trapecios y segmentos. Estos elementos de hoz se caracterizan por un
fuerte brillo en su filo llamado «lustre de cereales» o «pátina de siega>>,
debido a su utilización para cortar los tallos de los cereales en los
trabajos de recolección.
AJ igual que en caso de la cerámka, con un notable grado de perfección desde su aparición en nuestras tierras, la industria ósea, el conjunto de los elementos de adorno y Jos útiles de piedra pulida, están
desprovistos de cualquier relación genética con la cultura material de
los grupos mesolíticos que pudieran constituir el substrato de la neolitización. Punzones, cucharas, discos, colgantes y anillos de hueso, son
elementos característicos de nuestras primeras comunida9.es neolíticas;
así como las espátulas dentadas a modo de peines, empleadas en la
decoración de los vasos cerámicos. Proliferan ahora Jos adornos realizados sobre conchas de Columbella rustica, Conus mediterraneus, Theodoxus fluviatilis, Dentalium sp., Luria lurida, diversos cardíidos, etc.,
formando un amplio conjunto ornamental malacológico que si bien
incluye especies más o menos frecuentes en las costas mediterráneas
peninsulares, por su clara selección y por las relaciones con otros conjuntos ornamentales exóticos, prueba igualmente la trascendencia geográfica de esta manifestación cultural.
Los elementos descritos hasta aquí, además de señalar la existencia
de estímulos o contactos exteriores, han de relacionarse necesariamente
con cambios importantes en las características de las comunidades
5
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humanas prehistédcas, singularmente quizá con un aumento de su
tamaño, del número de personas que las componen. Y en estrecha
conexión con ello ha de estar la aparición en nuestras tierras de la
economía de producción, ampliamente atestiguada por los restos de
cereales y los animales domésticos presentes en el nivel inferior de la
Cova de l'Or.
Las abundantes semillas de cereales carbonizados, que se supone
sufrieron un proceso de tueste previo a su almacenaje para asegurar
una más larga conservación, lo que ha permitido que llegaran hasta
nosotros, revelan el cultivo de diversas especies de trigo como la
esprilla, la escanda, el trigo común, así como la cebada vestida y desnuda. Junto a los granos no se encuentran trozos de espiga ni glumas
sueltas, si no tan sólo algunas astillas de carbón vegetal, lo que indica
que estaban completamente trillados. La composición de las muestras
estudiadas prueba que en la Península Ibérica, en los tempranos tiempos de la cultura de la cerámica impresa cardial, no sólo se cultivaban
cereales sino que eran ya conocidas las distintas vadedades existentes
en el Próximo Oriente.
Por lo que se refiere a la fauna de vertebrados, Jos restos correspondientes a los animales domésticos soponen casi las tres cuartas partes
del total. Entre ellos y por especies, el predominio de la oveja es notable, superando ampliamente la mitad del total los que corresponden a
oveja y/o cabra. El cerdo aparece bien representado y muy escasamente
el buey y el perro. Entre las especies salvajes, cazadas por los hombres
neolíticos como complemento de su economía, sólo el conejo y, en
menor medida, el ciervo, alcanzan cierta entidad; el corzo y la libre
poseen una débil representación.
En la actualidad poseemos cuatro dataciones absolutas obtenidas
por el método del C. 14 para este horizonte inicial de la habitación de
la Cova de I'Or, que hemos atribuido al Neolítico antiguo:
= 4.315
a. de C.
K-1754/1008
6.265 ±
KN-51
6.510 ± 160 B.P.
4.560 a. de C.
GANOP-CI2
6.630 ± 290 B.P.
4.680 a. de C.
GANOP-Cl3
6.720 ± 380 B.P.
4.770 a. de C.
75 B.P.
Las dos primeras fechas fueron realizadas sobre granos carbonizados
de trigo y cebada, mientras las dos últimas lo fueron sobre fragmentos
de carbón. En conjunto confirman la atribución del primer horizonte
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neolítico a los inicios del quinto milenio antes de Cristo, cronologfa
acorde con los res ultados obtenidos e n el Mediterráneo Occidental.
Siguiendo con la evolución del yacimiento, tras este primer horizonte
asistimos a una pérdida paulatina de la impor tancia alca nzada por las
cerámicas con decoración impresa cardial, de manera que en los momentos finales del quin to milenio o principios del cuarto antes de
Cristo estarían ya en trance de extinción. Ello coincide con una mayor
presencia de las decoraciones impresas no cardiales, Jos cordones digitados o ungulados, las incisiones y las acanaladuras, aunque la representación alcanzada por estos tipos decorativos nunca puede equipararse con la que antes tuvieron las impresiones cardiales.
La industria de sílex mantiene los tipos anteriores, a l igual que los
útiles de piedra pulida. En el conjunto de la industria ósea y de Jos
elementos de adorno, la evolución es pareja a la de las cerámicas con
decoración impresa cardial, es decir, una paulatina me nor impo•·tancia
y la desaparición de algunos de sus tipos.
En lo que se refiere a la actividad económica, las semillas de cereales
y la composición de los restos de la fauna de vertebrados siguen a tes tiguando la importancia de la agricultura y de la ga nade ría.
En té rminos de evolución cultural, todo ello se interpreta como el
final del Neolítico antiguo y la trans ición al Neolítico medio, momento
para el que disponemos de otra datación absoluta según e l método
del C.l4.
GANOP-Cll
5.980 ± 260 B.P.
= 4.030 a.
de C.
A lo largo del cua r to milenio antes de Cris to se desarrolla el Neolítico
medio, sobre el que la Cova de l'Or ha proporcionado igualmente una
valiosa información que durante años no pudo ser justamente a preciada en razón de la fascinación que la riqueza del Neolítico antiguo
ejerció sobre los investigadores. El principal eleme nto diferenciador
en el momento presente es la decoración cerámica que muestra una
significativa variación en s us tipos, además de un descenso notable.
Dentro de la relativa escasez de las decoraciones, predominan las incisiones, con una pequeña proporción de las impresiones de diversos
tipos y de los cordones lisos o decorados.
Por otra parte, el estudio de la tecnología cerámica sitúa en los
momentos iniciales del cuarto mile nio la aparición de las cerámicas
con cristales de calcita como dese ngrasante de su pasta; con ellas puede
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decirse que aparecen por vez primera u nos recipientes verdaderamente
aptos para las actividades culinarias, capaces de resistir satisfactoriamente la acción directa de las llamas. El que ello coincida con un descenso de las decoraciones y con un tratamiento de las superficies de
los vasos, que pasan a estas mayoritariamente alisadas y no bruñidas,
nos revela el sentido profundo de la evolución cerámica durante el
Neolítico.
En lo que se refiere a la agricultura y ganadería, las variaciones
parecen menores. No hay indicios de cambio en las plantas cultivadas,
el trigo y la cebada. La fauna parece ofrecer un ligero descenso en la
proporción de animales domésticos. entre los que la oveja sigue ocupando un lugar destacado, al igual que el conjunto de los restos atribuibles a oveja y/o cabra, seguidas del cerdo, el perro y el buey. Entre
los animales salvajes se advierte una mayor variación, destacando los
restos de conejo y corzo, y con menos presencia, el ciervo, la cabra
pirenaica, el 'jabalí, el caballo, el uro, el gato montés, el lince y la liebre.
La intensa ocupación de la Cova de l'Or termina durante el Neolítico final, con una cronología estimada en los últimos siglos del cuarto
y primeros del tercer milenio antes de Cristo. Esta fase del yacimiento
ha sido objeto de especial atención durante las más recientes campañas
de excavación, ante la necesidad de llenar el vacío sobre el que parecía
descansar el rico Eneolítico valenciano.
Aparecen ahora nuevos elementos de la cul tura material que veremos perdurar ampliamente durante el Eneolítico. Entre los más significativos mencionaremos las puntas de flecha de sílex de retoque bifacial, a las que parece asociarse inicialmente la utilización del sílex
tabular, la buena representación de las truncaduras oblícuas retocadas
y las hojas de sílex con frente de raspador; así como las placas rectangulares de piedra con una perforación. En la industria ósea se afianza
el punzón biselado, fabricado en gran número sobre huesos de conejo,
y también el punzón o aguja p lana, que tienden a sustituir a aquellos
otros fabricados sobre la mitad longitudinal de los metapodios de ovicápridos con la punta de sección circular, tan abundantes en las fases
anteriores.
Por Jo que se refiere a la cerámica, además de una cierta continuidad de las decoraciones anteriores cada vez en proporción más
exigua, son propias de este horizonte las cerámicas con decoración
esgrafiada o grabada, asociadas a formas carenadas, y los vasos con
superficies peinadas, tratamiento que aparecerá bien representado en
los poblados y cuevas sepulcrales eneolíticas posteriores.
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Otros muchos datos contenidos en el registro arqueológico de la
Cova de I'Or, aunque bien conocidos, no pueden ser expuestos aquí en
bien de la brevedad: sus potentes y numerosos hogares, Jos testimonios
de la fabricación cerámica en el mismo yacimiento, los pasos seguidos
en la confección de la industria ósea, la abundancia del polvo de ocre
en el interior de algunos vasos o tiñendo las molederas de arenisca,
etcétera. Por el contrario, determinados aspectos son objeto de atención
preferente en e) momento actual, resul tando prematuro adelan tar conclusiones; entre ellos destaca la reconstrucción del medio-ambiente a
través de los estudios sedimentológicos y polínicos, en conjunción
con los restos paleontológicos y paleobotánicos.
En todo caso, la excavación y estudio del yacimientro continúa en
el marco de una fecunda colaboración interdisciplinar con la esperanza
de seguir profundizando en la comprensión del Neolítico valenciano.
9
[page-n-11]
[page-n-12]
BIBLIOGR AFIA
D. FLETCHER: «Nuevos datos sobre las relaciones neolíticas entre las costas
español as y del Mediterráneo Orien ta l». Homenaje a P. Bosch Gimpera,
Méj ico. 1963, págs. 167-172.
H. SCHUBART y V. PASCUAL: «Datación por el C-14 de los estrato con cerámica cardial de la Coveta de l'Or». Archivo de Prehistoria Levantina, XI.
Valencia, 1966, págs. 45-51.
M. HOPF: «Triticum monococcum L. y Triticum dicoccum Schübl, en el
Neolítico antiguo español». Archivo de Prehistoria Levantina, XI . Valencia, 1966, págs. 53-73.
J . FORTEA: «Los complejos microlaminares y geométricos del Epipaleolítico
mediterráneo español». Memorias del Seminario de Prehistoria y Arqueología, 4, Salamanca, 1973, 550 págs.
B. MARTI, con la colaboración de J. M. SEGURA y R. PARDO: «Cova de
I'Or (Beniarrés, Alicante)». Vol. I. Trabajos Var ios del Servicio de Investigación Prehistórica, 51, Valencia, 1977, 94 págs.
B.MARTI , V. PASCUAL, M. D.GALLART,P. LOPEZ, M. PEREZ, J .D.ACU&A
y F. ROBLES: «Cova de l'Or (Beniarrés, Alicante)». Vol. 11. Trabajos Varios
del Servicio de Investiga~ión Prehistórica, 65, Valencia, 1980, 302 págs.
11
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Situación del yacimiento.
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[page-n-15]
Industria de Sllex: Geométricos, perforadores, elementos de
hoz y hojas retocadas (tamaño natural).
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Industria de hueso y concha (tamaño natural).
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[page-n-17]
Industria de hueso: cucharas. punzón, anillo y disco (aproximadamente
a cuatro quintos de su tamaño).
[page-n-18]
Vasos con decoración incisa e impresa ca¡-dial (aproximadamente a dos
quintos de su tamaño).
[page-n-19]
[page-n-20]
------------------------------------------------------------------
[page-n-21]
Imp. ORTIZA - Azcárraga, 22 - Tel. 325 02 17 - Valencia- 8
Depósito Legal: V. 1.349 - 1981 - l. S. B. N. 84-5004585-1
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SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DIPUTACION PROVI NCIA L
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La Cova de I'Or se encuentra e n las estribaciones sur-occidenta les
de la sierra de Benicadell, a 650 metros sobre el nivel del mar. Orientada hacia el SO., domina el valle de Perpunxent por el que discurre
el río Serpis que, aguas abajo del yacimiento, se encaja en el Estret de
Lorxa para abrirse paso hacia la zona de Gandía.
Es una cueva espaciosa formada por una gran sala de veinticuatro
por ocho metros aproximadamente, con ligera inclinación hacia el
interior y bien iluminada en su primera mitad. La sedimentación arqueológica cubre la mayor parte de su superficie con una potencia variable
que llega a sobrepasar los dos metros en algunas de las zonas excavadas.
Las noticias referentes a la Cova de l'Or son escasas hasta 1933, año
en que fue prospectada por R. Pardo. Sin embargo, el yacimiento no
sería objeto de atención y estudio sistemático hasta los años cincuenta.
Por en tonces, V. Pascual realizó una exploración minuciosa, recogiendo
una importante colección de materiales arqueológicos neolíticos que
incluían vasos cerámicos con decoración impresa ca~·d ial, industria
lítica y elementos de adorno. Estos hallazgos revelaron la gran riqueza
de la Cova de I'Or, así como su semejanza con otro importante yacimiento neolítico valenciano, la Cova de la Sarsa (Bocairent), motivando
el inicio de las campañas de excavación por parte del Servicio de
Investigación Prehistórica de la Diputación Provincial de Valencia. La
primera campaña fue realizada en 1955, estando al frente de los trabajos V. Pascual y J. San Valero. En 1956, 1957 y 1958 se realizarían
otras campañas bajo la dirección de V. Pascual.
Desde entonces la Cova de I'Or ha sido considerada como uno de
los yacimientos más representativos del Neolítico en la zona oriental
de la Península Ibérica, con numerosos y precisos paralelos en el
ámbito del Mediterráneo Occidental. Por ello, a medida que avanzaba
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el estudio de sus materiales fue haciéndose más patente la necesidad
de reanudar las campañas de excavación a la vez que se iniciaba su
publicación. Y así, en 1975 el Servicio de Investigación Prehistórica
continuaba los trabajos en el yacimiento bajo la dirección de V. Pascual
y B. Martí, prosiguiéndose por éste desde 1976 junto a un amplio equipo
interdisciplinar en el que participan P. Fumanal (Sedimentología),
M. Pérez (Paleontología), M. P. López (Paleobotánica), M. Dupré (Palinología), J. D. Acuña y F. Robles (Malacofauna) y M. D. Gallart (Tecnología cerámica).
La Cova de l'Or resume en s u estratigrafia la evolución del Neolítico
valenciano, desde los inicios del quinto milenio antes de Cristo con la
aparición del cultivo de los cereales y de los animales domésticos, así
como de la cerámica y otros elementos de la cultura material. hasta
la generalización del habitat de poblados en la primera mitad del tercer
milenio, momento en que .l a cueva dejara de habitarse para ser frecuentada en adelante muy esporádicamente.
La primera fase de s u ocupación corresponde al Neolítico antiguo
o de las cerámicas impresas y, de acuerdo con la complejidad de la
cultura material y los numerosos testimonios de su economía de producción, ofrece la imagen de una comunidad plenamente neolítica que
no hunde sus raíces en las culturas anteriores documentadas en la Península Ibérica; lo que también puede aplicarse a sus amplios paralelos
en el Mediterráneo Occidental, desprovistos de los antecedentes que
permitan suponer un desarrollo autónomo.
La cerámica muestra el predominio de la decoración impresa cardial,
decoración que ha sido tradicionalmente destacada como característica
del Neolítico antiguo. Junto a ella encontramos también una buena
representación de vasos ornados con cordones lisos, o con digitaciones,
ungulaciones, impresiones e incisiones diversas; cordones hechos con
la misma pasta de las paredes de los vasos y no por sobreposición. Las
impresiones de instrumentos dentados a modo de peines, las incisiones
y los pequeños mamelones o resaltes no destinados a la prehensión,
en muy pequeño número, completan los tipos decorativos.
Al barroquismo de las decoraciones hay que sumar la variedad de
las formas de los vasos y de los elementos de prehensión, así como su
gran perfección técnica, manifestada en la depuración de sus pastas y
en el esmerado tratamiento de las superficies, en su mayor parte intensamente bruñidas. Encontramos vasos globulares con o sin cuello, que
suele ser estrecho y alargado; formas ovoides y troncocónicas con mamelones y asas combinados en la parte superior del vaso; cuencos
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hemiesféricos, cubiletes de base plana, pequeños cucharones, grandes
recipientes ovoides con cuello y otros de amplia boca, etc.; especialmente característicos pueden considerarse los pequeños vasitos de
cuerpo globular y cuello estrecho, semejantes a pequeñas botellas, y
los toneletes. Entre los elementos de prehensión encontramos amplias
asas de cinta, pequeñas asas anulares, mamelones, asas tubulares y
asas-pitorro, formadas por un pitón destinado a la salida del Jíquido
y un puente que lo une a la pared del vaso. Destacaremos finalmente
la abundancia de las perforaciones de lañado destinadas a reparar las
grietas y roturas de los vasos, perforaciones que debieron unirse mediante fibras vegetales o tendones de animales.
La industria de sílex muestra un importante componente laminar
y la aparición de los tipos que veremos perdurar a Jo largo de todo el
Neolítico: hojas y hojitas retocadas o con señales de uso, perforadores,
trapecios y segmentos de círculo, así como lascas retocadas. Especial
importancia poseen los elementos de hoz como tipo funcional que vemos
asociado a hojas y hojitas retocadas, truncaduras oblícuas e incluso
trapecios y segmentos. Estos elementos de hoz se caracterizan por un
fuerte brillo en su filo llamado «lustre de cereales» o «pátina de siega>>,
debido a su utilización para cortar los tallos de los cereales en los
trabajos de recolección.
AJ igual que en caso de la cerámka, con un notable grado de perfección desde su aparición en nuestras tierras, la industria ósea, el conjunto de los elementos de adorno y Jos útiles de piedra pulida, están
desprovistos de cualquier relación genética con la cultura material de
los grupos mesolíticos que pudieran constituir el substrato de la neolitización. Punzones, cucharas, discos, colgantes y anillos de hueso, son
elementos característicos de nuestras primeras comunida9.es neolíticas;
así como las espátulas dentadas a modo de peines, empleadas en la
decoración de los vasos cerámicos. Proliferan ahora Jos adornos realizados sobre conchas de Columbella rustica, Conus mediterraneus, Theodoxus fluviatilis, Dentalium sp., Luria lurida, diversos cardíidos, etc.,
formando un amplio conjunto ornamental malacológico que si bien
incluye especies más o menos frecuentes en las costas mediterráneas
peninsulares, por su clara selección y por las relaciones con otros conjuntos ornamentales exóticos, prueba igualmente la trascendencia geográfica de esta manifestación cultural.
Los elementos descritos hasta aquí, además de señalar la existencia
de estímulos o contactos exteriores, han de relacionarse necesariamente
con cambios importantes en las características de las comunidades
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humanas prehistédcas, singularmente quizá con un aumento de su
tamaño, del número de personas que las componen. Y en estrecha
conexión con ello ha de estar la aparición en nuestras tierras de la
economía de producción, ampliamente atestiguada por los restos de
cereales y los animales domésticos presentes en el nivel inferior de la
Cova de l'Or.
Las abundantes semillas de cereales carbonizados, que se supone
sufrieron un proceso de tueste previo a su almacenaje para asegurar
una más larga conservación, lo que ha permitido que llegaran hasta
nosotros, revelan el cultivo de diversas especies de trigo como la
esprilla, la escanda, el trigo común, así como la cebada vestida y desnuda. Junto a los granos no se encuentran trozos de espiga ni glumas
sueltas, si no tan sólo algunas astillas de carbón vegetal, lo que indica
que estaban completamente trillados. La composición de las muestras
estudiadas prueba que en la Península Ibérica, en los tempranos tiempos de la cultura de la cerámica impresa cardial, no sólo se cultivaban
cereales sino que eran ya conocidas las distintas vadedades existentes
en el Próximo Oriente.
Por lo que se refiere a la fauna de vertebrados, Jos restos correspondientes a los animales domésticos soponen casi las tres cuartas partes
del total. Entre ellos y por especies, el predominio de la oveja es notable, superando ampliamente la mitad del total los que corresponden a
oveja y/o cabra. El cerdo aparece bien representado y muy escasamente
el buey y el perro. Entre las especies salvajes, cazadas por los hombres
neolíticos como complemento de su economía, sólo el conejo y, en
menor medida, el ciervo, alcanzan cierta entidad; el corzo y la libre
poseen una débil representación.
En la actualidad poseemos cuatro dataciones absolutas obtenidas
por el método del C. 14 para este horizonte inicial de la habitación de
la Cova de I'Or, que hemos atribuido al Neolítico antiguo:
= 4.315
a. de C.
K-1754/1008
6.265 ±
KN-51
6.510 ± 160 B.P.
4.560 a. de C.
GANOP-CI2
6.630 ± 290 B.P.
4.680 a. de C.
GANOP-Cl3
6.720 ± 380 B.P.
4.770 a. de C.
75 B.P.
Las dos primeras fechas fueron realizadas sobre granos carbonizados
de trigo y cebada, mientras las dos últimas lo fueron sobre fragmentos
de carbón. En conjunto confirman la atribución del primer horizonte
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neolítico a los inicios del quinto milenio antes de Cristo, cronologfa
acorde con los res ultados obtenidos e n el Mediterráneo Occidental.
Siguiendo con la evolución del yacimiento, tras este primer horizonte
asistimos a una pérdida paulatina de la impor tancia alca nzada por las
cerámicas con decoración impresa cardial, de manera que en los momentos finales del quin to milenio o principios del cuarto antes de
Cristo estarían ya en trance de extinción. Ello coincide con una mayor
presencia de las decoraciones impresas no cardiales, Jos cordones digitados o ungulados, las incisiones y las acanaladuras, aunque la representación alcanzada por estos tipos decorativos nunca puede equipararse con la que antes tuvieron las impresiones cardiales.
La industria de sílex mantiene los tipos anteriores, a l igual que los
útiles de piedra pulida. En el conjunto de la industria ósea y de Jos
elementos de adorno, la evolución es pareja a la de las cerámicas con
decoración impresa cardial, es decir, una paulatina me nor impo•·tancia
y la desaparición de algunos de sus tipos.
En lo que se refiere a la actividad económica, las semillas de cereales
y la composición de los restos de la fauna de vertebrados siguen a tes tiguando la importancia de la agricultura y de la ga nade ría.
En té rminos de evolución cultural, todo ello se interpreta como el
final del Neolítico antiguo y la trans ición al Neolítico medio, momento
para el que disponemos de otra datación absoluta según e l método
del C.l4.
GANOP-Cll
5.980 ± 260 B.P.
= 4.030 a.
de C.
A lo largo del cua r to milenio antes de Cris to se desarrolla el Neolítico
medio, sobre el que la Cova de l'Or ha proporcionado igualmente una
valiosa información que durante años no pudo ser justamente a preciada en razón de la fascinación que la riqueza del Neolítico antiguo
ejerció sobre los investigadores. El principal eleme nto diferenciador
en el momento presente es la decoración cerámica que muestra una
significativa variación en s us tipos, además de un descenso notable.
Dentro de la relativa escasez de las decoraciones, predominan las incisiones, con una pequeña proporción de las impresiones de diversos
tipos y de los cordones lisos o decorados.
Por otra parte, el estudio de la tecnología cerámica sitúa en los
momentos iniciales del cuarto mile nio la aparición de las cerámicas
con cristales de calcita como dese ngrasante de su pasta; con ellas puede
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decirse que aparecen por vez primera u nos recipientes verdaderamente
aptos para las actividades culinarias, capaces de resistir satisfactoriamente la acción directa de las llamas. El que ello coincida con un descenso de las decoraciones y con un tratamiento de las superficies de
los vasos, que pasan a estas mayoritariamente alisadas y no bruñidas,
nos revela el sentido profundo de la evolución cerámica durante el
Neolítico.
En lo que se refiere a la agricultura y ganadería, las variaciones
parecen menores. No hay indicios de cambio en las plantas cultivadas,
el trigo y la cebada. La fauna parece ofrecer un ligero descenso en la
proporción de animales domésticos. entre los que la oveja sigue ocupando un lugar destacado, al igual que el conjunto de los restos atribuibles a oveja y/o cabra, seguidas del cerdo, el perro y el buey. Entre
los animales salvajes se advierte una mayor variación, destacando los
restos de conejo y corzo, y con menos presencia, el ciervo, la cabra
pirenaica, el 'jabalí, el caballo, el uro, el gato montés, el lince y la liebre.
La intensa ocupación de la Cova de l'Or termina durante el Neolítico final, con una cronología estimada en los últimos siglos del cuarto
y primeros del tercer milenio antes de Cristo. Esta fase del yacimiento
ha sido objeto de especial atención durante las más recientes campañas
de excavación, ante la necesidad de llenar el vacío sobre el que parecía
descansar el rico Eneolítico valenciano.
Aparecen ahora nuevos elementos de la cul tura material que veremos perdurar ampliamente durante el Eneolítico. Entre los más significativos mencionaremos las puntas de flecha de sílex de retoque bifacial, a las que parece asociarse inicialmente la utilización del sílex
tabular, la buena representación de las truncaduras oblícuas retocadas
y las hojas de sílex con frente de raspador; así como las placas rectangulares de piedra con una perforación. En la industria ósea se afianza
el punzón biselado, fabricado en gran número sobre huesos de conejo,
y también el punzón o aguja p lana, que tienden a sustituir a aquellos
otros fabricados sobre la mitad longitudinal de los metapodios de ovicápridos con la punta de sección circular, tan abundantes en las fases
anteriores.
Por Jo que se refiere a la cerámica, además de una cierta continuidad de las decoraciones anteriores cada vez en proporción más
exigua, son propias de este horizonte las cerámicas con decoración
esgrafiada o grabada, asociadas a formas carenadas, y los vasos con
superficies peinadas, tratamiento que aparecerá bien representado en
los poblados y cuevas sepulcrales eneolíticas posteriores.
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Otros muchos datos contenidos en el registro arqueológico de la
Cova de I'Or, aunque bien conocidos, no pueden ser expuestos aquí en
bien de la brevedad: sus potentes y numerosos hogares, Jos testimonios
de la fabricación cerámica en el mismo yacimiento, los pasos seguidos
en la confección de la industria ósea, la abundancia del polvo de ocre
en el interior de algunos vasos o tiñendo las molederas de arenisca,
etcétera. Por el contrario, determinados aspectos son objeto de atención
preferente en e) momento actual, resul tando prematuro adelan tar conclusiones; entre ellos destaca la reconstrucción del medio-ambiente a
través de los estudios sedimentológicos y polínicos, en conjunción
con los restos paleontológicos y paleobotánicos.
En todo caso, la excavación y estudio del yacimientro continúa en
el marco de una fecunda colaboración interdisciplinar con la esperanza
de seguir profundizando en la comprensión del Neolítico valenciano.
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1\ CO VA DE
Situación del yacimiento.
L
'DR
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Industria de Sllex: Geométricos, perforadores, elementos de
hoz y hojas retocadas (tamaño natural).
[page-n-16]
;.
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...
'o
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(f)
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(J]
Industria de hueso y concha (tamaño natural).
)
[page-n-17]
Industria de hueso: cucharas. punzón, anillo y disco (aproximadamente
a cuatro quintos de su tamaño).
[page-n-18]
Vasos con decoración incisa e impresa ca¡-dial (aproximadamente a dos
quintos de su tamaño).
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------------------------------------------------------------------
[page-n-21]
Imp. ORTIZA - Azcárraga, 22 - Tel. 325 02 17 - Valencia- 8
Depósito Legal: V. 1.349 - 1981 - l. S. B. N. 84-5004585-1
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