Serie de Trabajos Varios 129
Subsistencia neandertal en los valles de Alcoi: análisis de los conjuntos faunísticos del yacimiento de El Salt (Alicante)
Leopoldo Jesús Pérez Luis
2023
Museu de Prehistòria de València , ISBN 978-84-7795-097-4 , 193 p.
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SE RV IC IO D E IN VESTI GACI ÓN PREHI STÓRI CA
D E L MU S E O D E PREHI STORI A DE VALENCI A
S E R I E D E T R A B A J O S VA R I O S
Núm. 129
Subsistencia neandertal
en los valles de Alcoi
Análisis de los conjuntos faunísticos
del yacimiento de El Salt (Alicante)
Leopoldo Jesús Pérez Luis
DIP UTA C IÓN DE VAL E NC IA
2023
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SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
DEL MUSEO DE PREHISTORIA DE VALENCIA
S E R I E D E T R A B A J O S VA R I O S
Núm. 129
Subsistencia neandertal
en los valles de Alcoi
Análisis de los conjuntos faunísticos
del yacimiento de El Salt (Alicante)
Leopoldo Jesús Pérez Luis
DIPUTACIÓN DE VALENCIA
2023
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DIPUTACIÓN DE VALENCIA
SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
DEL MUSEO DE PREHISTORIA DE VALENCIA
S E R I E D E T R A B A J O S VA R I O S
Núm. 129
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ISBN: 978-84-7795-097-4
eISSN: 1989-540
Depósito legal: V-4205-2023
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Imprime: Artes Gráficas J. Aguilar, S.L.
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A Juan Ramón, mi padre,
con la añoranza de sentir
tu ilusión por este trabajo.
A Bertila, mi maestra,
por darme la oportunidad de
dedicarme a esta profesión.
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Prólogo
Conocer la manera en que los grupos humanos se relacionaron con sus territorios vitales y, específicamente, profundizar en las estrategias de gestión que desplegaron sobre los animales de su entorno
supone adentrarse en el núcleo gordiano de cualquier sociedad cazadora-recolectora. Como ejercicio
intelectual, implica desentrañar los mecanismos sociales que estos grupos activaron para cubrir sus
necesidades elementales de subsistencia y así favorecer la propia reproducción.
En esencia, este es el tema que se aborda en el libro que usted tienee entre sus manos, bajo el título
Subsistencia neandertal en los valles de Alcoi. D
Desde dicha perspectiva, resulta fácil intuir que su autor,
Leopoldo Jesús Pérez Luis, se adentra de lleno en el epicentro del modo de vida cazador-recolector, el
cual ha caracterizado a la humanidad durante la mayor parte de su trayectoria histórica, desgranando
en detalle algunas de sus características fundamentales, a partir del registro faunístico procedente del
yacimiento de El Salt.
Los últimos grupos neandertales que se movieron a lo largo del Serpis, durante el MIS 3, entre ca.
60 y 40 Ka. son protagonistas indiscutibles de este trabajo. Se trata de las personas pioneras en habitar la
montaña alicantina, un territorio que, actualmente, conserva de manera muy especial, a través de su rico
y diversificado patrimonio histórico, las huellas arqueológicas de un pasado remoto en el que el paisaje
y la vida en poco se parecían a lo que hoy podemos contemplar.
Esta obra, bien pertrechada de datos, explicaciones y teorías, con una destacada claridad expositiva,
nos traslada a un valle abierto de paisaje variado, con biotopos diversos, plagado de cérvidos, caprinos
y équidos, grandes bóvidos, lepóridos, tortugas, jabalíes, rebecos y perdices, rinocerontes, algunos carnívoros y otros animales, que coexistían con las bandas neandertales. Mujeres y hombres de todas las
edades que desplegaban dinámicas de alta movilidad territorial con asentamientos en enclaves concretos
y heterogéneos, a los que se volvía recurrentemente, a lo largo de sucesivas generaciones. En el caso
de El Salt, durante casi 20.000 años, concretamente, los últimos de la existencia como especie de estos
homininos.
No me cabe la menor duda de que, con este trabajo de síntesis, la arqueología pleistocénica de la
región central del Mediterráneo ibérico está de enhorabuena. Sus páginas vienen a cubrir, de manera
rigurosa y exhaustiva, un vacío documental y de conocimiento sobre las etapas finales del Paleolítico
medio, que el propio autor explica y justifica en el primer capítulo.
Efectivamente, Leopoldo Pérez nos brinda una rigurosa investigación, producto de su Tesis Doctoral, con una mirada panorámica que se nutre de la zooarqueología, la tafonomía y la paleoecología.
Son tres pilares metodológicos que, combinados aquí de una manera magistral, le permiten dibujar las
actividades cinegéticas de las últimas poblaciones neandertales en la cuenca del Serpis y desvelar cómo
fueron los patrones de transporte, procesado y consumo de las biomasas animales. El autor realiza este
ejercicio con la nitidez que proporcionan unos datos expuestos exhaustivamente a través de tablas, gráficos e imágenes, sin escatimar en detalles. Además, nos muestra con gran precisión analítica, los procesos de formación y transformación de los registros zooarqueológicos y reflexiona con cautela sobre su
repercusión en el estudio de la variabilidad del comportamiento humano, una realidad que a menudo se
esconde a la sombra del efecto palimpsesto, muchas veces percibido y asumido como un problema sin
solución en gran parte de la arqueología paleolítica.
No puede explicarse la existencia de este trabajo sin remontarse a la década de los ochenta del pasado siglo XX, cuando una joven Bertila Galván, profesora de la Universidad de La Laguna, incorporaba
una línea de estudios Paleolíticos a esta institución académica. Esta investigadora culminaba su Tesis
Doctoral, dirigida por el profesor Barandiarán, sobre el Paleolítico medio en Alicante, centrada fundamentalmente en tres yacimientos neandertales, dos de ellos en los Valles de Alcoy: El Salt y el Abric del
Pastor y un tercero en la cuenca del Vinalopó: la Cueva del Cochino.
Su determinación inmutable significaba abrir puertas y oportunidades, desde la periferia universitaria, que se prolongan hasta hoy, con una proyección de futuro muy sólida. Casi 40 años después, los
yacimientos alcoyanos se siguen excavando y se han convertido en referentes de primer orden para el
Paleolítico medio en el Mediterráneo occidental. La formación del autor de este libro, su concepción del
VII
[page-n-9]
pasado, su compromiso con el Patrimonio y, en consecuencia, este trabajo son herederos indiscutibles
del camino trazado por la profesora Galván y de la propia inquietud de Leopoldo Pérez por ampliar
las fronteras, lo que le llevó a convertirse en Doctor en Arqueología del Cuaternario por la Universitat
Rovira i Virgili (Tarragona) y el Muséum National d’Histoire Naturelle (París), de la mano de la citada
investigadora, de Robert Sala y de Alfred Sanchis.
Quien lea esta obra tiene la oportunidad de sumergirse en una apasionante historia de neandertales,
con el yacimiento de El Salt como escenario principal, un lugar en el mundo que nos permite conectar
con seres humanos cuya relación con el planeta revestía formas muy distintas a las tejidas hoy por
nuestras generaciones. Me gusta pensar que trabajos como este, producto de un concienzudo proceso de
investigación científica, contribuyen a desarrollar lo que el profesor Carbonell ha denominado: conciencia crítica de especie y lo mejor de todo es que no se trata de una historia acabada, sino de un evocador
conjunto de preguntas que abren ante nuestros ojos la necesidad de seguir construyendo el futuro.
Cristo M. Hernández Gómez
Universidad de La Laguna
VIII
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Índice
PRÓLOGO
VII
1. INTRODUCCIÓN
1
1.1. Objetivos
2
1.2. Presentación de los contenidos
2
2. TERRITORIO Y COMPORTAMIENTO DE LOS GRUPOS NEANDERTALES
2.1. Contexto biogeográfico del Pleistoceno superior
3
3
2.1.1. Generalidades
3
2.1.2. La península ibérica y su vertiente mediterránea
4
2.2. Subsistencia y comportamiento neandertal
6
2.2.1. Gestión del entorno y de los recursos animales
6
2.2.2. Estrategias de transporte y desecho de las carcasas
7
2.2.3. Modelos de ocupación
7
2.2.4. Control y uso del fuego
8
2.2.5. El final del Paleolítico medio en la península ibérica
8
3. CONTEXTO ARQUEOLÓGICO
3.1. Los valles de Alcoi
11
11
3.1.1. Situación geográfica y geomorfología
11
3.1.2. Características climáticas y ambientales
13
3.1.3. Registro paleontológico
14
3.1.4. Yacimientos arqueológicos
16
3.2. El yacimiento de El Salt
17
3.2.1. Localización
17
3.2.2. Historia de las excavaciones
17
3.2.3. Secuencia estratigráfica y marco cronológico
20
3.2.4. Paleoambiente y paleoclima
22
3.2.5. La disección de las ocupaciones humanas
23
3.2.6. El registro material de origen antrópico
24
IX
[page-n-11]
4. MATERIAL Y MÉTODOS
29
4.1. Recogida de datos
29
4.1.1. Trabajo de campo y laboratorio
29
4.1.2. Registro en la base de datos
29
4.2. Estudio zooarqueológico
4.2.1. Identificación de los restos
31
4.2.2. Clasificación anatómica y taxonómica
31
4.2.3. Osteometría
32
4.2.4. Sexo
32
4.2.5. Edades de muerte y estacionalidad
32
4.2.6. Perfiles de mortalidad
34
4.2.7. Cuantificación
36
4.2.8. Integridad de las muestras
37
4.2.9. Índices de utilidad económica
37
4.3. Estudio tafonómico
39
4.3.1. Fragmentación y fractura
39
4.3.2. Morfotipos de fractura
40
4.3.3. Modificaciones bioestratinómicas
43
4.3.4. Modificaciones postdeposicionales
52
4.4. Estudio paleoecológico
55
4.4.1. Métodos taxonómicos
56
4.4.2. Métodos independientes de la taxonomía
58
5. RESULTADOS
5.1. La secuencia faunística, Unidades Estratigráficas XB a V-Sup
X
31
61
61
5.1.1. Condiciones del depósito
61
5.1.2. Cantidad de restos óseos
61
5.1.3. Integridad de la muestra y generalidades tafonómicas
63
5.1.4. Perfiles de mortalidad y estacionalidad
67
5.1.5. Características paleoecológicas
70
5.2. Unidad Estratigráfica XA
78
5.3. Unidad Estratigráfica IX
98
5.4. Unidad Estratigráfica VIII
110
5.5. Unidad Estratigráfica VII-VIII
122
5.6. Unidad Estratigráfica VII
129
5.7. Unidad Estratigráfica VI
137
5.8. Unidad Estratigráfica V-Inf
147
5.9. Unidad Estratigráfica V-Sup
152
[page-n-12]
6. DISCUSIÓN
159
6.1. Clima y ambiente en los valles alcoyanos al final del Paleolítico medio
159
6.2. Evolución taxonómica
160
6.3. Estrategias de subsistencia durante el Paleolítico medio en el yacimiento de El Salt
161
6.3.1. Taxones principales
161
6.3.2. Taxones secundarios
163
6.4. La importancia de los predadores no humanos
164
6.5. La subsistencia de los neandertales en la vertiente del Mediterráneo ibérico
164
6.6. La subsistencia humana y su marco espacio-temporal
170
7. CONCLUSIONES
173
BIBLIOGRAFÍA
175
XI
[page-n-13]
[page-n-14]
1
Introducción
El existente vacío documental sobre las pautas de subsistencia
de los últimos grupos neandertales que ocuparon los valles alcoyanos, al interior de la actual provincia de Alicante, es la motivación fundamental para la publicación de la presente monografía. Un estudio enfocado en términos de alimentación, gestión
del territorio y movilidad que es resultado de la síntesis y revisión de la tesis doctoral presentada en el año 2019 en la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona, España), en cotutela con el
Museum National d’Histoire Naturelle (París, Francia), bajo el
título “Estrategias de subsistencia y dinámicas de asentamiento
en los valles alcoyanos durante el Paleolítico medio. Estudio
zooarqueológico, tafonómico y paleoecológico de la secuencia
arqueológica de El Salt (Alcoi, Alicante)” (Pérez, 2019).
Para entender la necesidad de este trabajo, es necesario poner en contexto los estudios que se han venido realizando en la
comarca de l’Alcoià y relativos a la excavación y publicación
de las investigaciones realizadas en contextos paleolíticos,
concretamente en el yacimiento de El Salt y el Abric del Pastor. En el año 1986 empezaron los trabajos de excavación y publicación en el primero de ellos por parte del Departamento de
Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad
de La Laguna, con la creación del grupo de investigación “Sociedades Cazadoras-Recolectoras Paleolíticas. Se llevan a cabo
ahora las primeras labores de excavación del yacimiento de
forma regular y en extensión, si bien este había sido muestreado en los años sesenta del siglo XX con el fin de conocer
su secuencia arqueológica. El interés por el registro faunístico surgió desde un primer momento, si bien inicialmente con
propósitos de sistemática y de aproximación cronológica, pasando con posterioridad dicho interés a la obtención de datos
paleoambientales y cronoestratigráficos. La irrupción real de
los trabajos de carácter zooarqueológico y tafonómico llegará
iniciado el siglo XXI, aspecto que comentaremos con mayor
detalle en los siguientes apartados.
Tras décadas de trabajo, a día de hoy se cuenta con un volumen destacado de restos faunísticos, con una clara repercusión de
la información obtenida en el desarrollo de los distintos proyectos de investigación y publicaciones del equipo. Con la intención
de seguir contribuyendo en tal sentido, se ha creído necesaria la
publicación del trabajo que aquí presentamos, constituyéndose
como un primer compendio de información sobre la gestión de
los recursos faunísticos en los valles alcoyanos por parte de los
neandertales durante el MIS 3. Esto supone suplir parcialmente el vacío de información que existe tanto a escala local como
regional, donde contamos tan solo con datos parciales de los vecinos yacimientos del Abric del Pastor (Alcoi, Alicante) y Cova
Beneito (Muro d’Alcoi, Alicante), además de los más alejados
del Abrigo de la Quebrada (Chelva, Valencia), Cova Negra (Xàtiva, Valencia) y Cueva Antón (Mula, Murcia). Por este motivo,
los resultados expresados tanto aquí como en la tesis doctoral de
origen, han sido necesariamente puestos en relación con las principales líneas de investigación y publicaciones de carácter multidisciplinar que se vienen desarrollando tanto en el yacimiento
de El Salt, como en el resto de enclaves arqueológicos de similar
cronología ubicados en la zona central del Mediterráneo ibérico.
Indudablemente, el trabajo que a continuación se presenta,
no podría haber sido realizado sin el apoyo de toda una serie
de personas e instituciones implicadas desde la propia labor de
campo hasta el análisis de los conjuntos, la financiación para su
desarrollo y la puesta a disposición de medios técnicos y espacios
para su publicación. En este sentido, agradecer el trabajo y apoyo del equipo de excavaciones e investigación del yacimiento de
El Salt, especialmente a sus directores Bertila Galván, Carolina
Mallol y Cristo Manuel Hernández. Agradecimiento extensible
al Museu Arqueológic Municipal de Alcoi Camil Visedo Moltó,
con especial mención a José María Segura y Palmira Torregrosa,
al propio Ajuntament de Alcoi por su constante disponibilidad
y soporte en las labores de campo en los yacimientos de El Salt
y Abric del Pastor. A los compañeros dels Parcs Naturals de la
1
[page-n-15]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Font Roja y Serra de Mariola por su interés e integración de buena parte de nuestros resultados en sus jornadas de divulgación
científica. A todas y cada una de las instituciones de acogida,
que han permitido llevar a término esta tesis doctoral, el Institut
Català de Paleoecología Humana i Evolución Social (IPHES),
la Universitat Rovira i Virgili, el Muséum National d’Histoire
Naturelle, la Universidad de La Laguna y, sobre todo, gracias
al Museu de Prehistòria de València y el Servei d’Investigació
Prehistòrica por habernos abierto sus puertas desde el primer
momento en que se inició esta investigación, sintiendo una gran
acogida e interés que esperamos devolver con este trabajo que ve
ahora la luz. Para finalizar, agradecer a toda una serie de personas que han sido una referencia y servido de inspiración a la hora
de afrontar esta investigación, en un campo en el que fueron
pioneros nuestros compañeros Manuel Pérez Ripoll e Inocencio
Sarrión. A los directores y cotutores de la tesis doctoral de la que
deriva este trabajo, Robert Sala, Alfred Sanchis, Bertila Galván
y François Sémah. Al tribunal de tesis y revisores externos por la
labor realizada y su inestimable valoración, Jordi Nadal, Isabel
Cáceres, Jean Philip Brugal, Eugene Morin y Erella Hovers. A
los compañeros que me acogieron en Valencia y siguen haciéndolo desde un primer momento, Cristina Real y Juan Vicente
Morales. A mis amigos, a mi familia, a mis hermanos y ante todo
mis padres, Juan Ramón y María del Carmen.
1.1. OBJETIVOS
A día de hoy, la investigación llevada a cabo en la vertiente mediterránea de la península ibérica se constituye como uno de
los fundamentos básicos sobre el debate de las capacidades y
modos de vida de los grupos neandertales a escala euroasiática. En este sentido, destacan los trabajos realizados en los yacimientos de la Cova Beneito (Alicante), la Cova del Bolomor y
Cova Negra (Valencia), Cueva Antón (Murcia), Abric Romaní,
Cova de Teixoneres y Cova del Gegant (Barcelona), Cova Gran
(Lleida), entre otros muchos. Por su parte, el comportamiento
de los grupos neandertales que habitaron la región central del
Mediterráneo ibérico hace más de 200 Ka ha sido ampliamente
investigado desde múltiples aproximaciones, sean de carácter
tecnológico, paleoantropológico, económico o paleoecológico.
Sin embargo, una atención especial han recibido los temas relacionados con la subsistencia durante el Pleistoceno medio y
el Pleistoceno superior inicial, cuya investigación pone de manifiesto la consolidación de comportamientos iniciados hace
más de 400 Ka por parte de los miembros del linaje neandertal,
señalando una alta capacidad de adaptación a las condiciones
cambiantes del entorno y una tendencia hacia prácticas cinegéticas diversificadas, con especial atención por los grupos de
ungulados de tamaño medio, junto a puntuales eventos de prácticas oportunistas y el inicio de un aprovechamiento esporádico
de las pequeñas presas. Los trabajos dedicados al estudio de esta
temática son cada vez más numerosos en la vertiente central del
Mediterráneo ibérico, basados principalmente en revisiones de
conjuntos previamente estudiados o en publicaciones derivadas
de los proyectos de investigación en marcha.
2
Dadas estas condiciones, queda claro el motivo de por qué
la principal área de investigación de este trabajo es la zona central del Mediterráneo ibérico, utilizando para tal fin el conjunto
faunístico de las Unidades Estratigráficas Xb a V-Sup (ca. 52-42
Ka) del yacimiento del Paleolítico medio de El Salt (Alcoi, Alicante). Se trata de uno de los pocos enclaves arqueológicos que
contiene una secuencia completa y amplia sobre los momentos
finales de la existencia de los grupos neandertales en la península ibérica (MIS 3), constituido como un referente de estudio y
comparación. Concretamente, en este trabajo pretendemos exponer el estudio realizado sobre el registro faunístico recuperado en la secuencia musteriense del yacimiento, con la intención
de ofrecer nueva y detallada información sobre al comportamiento y prácticas de subsistencia de los grupos neandertales
que habitaron la actual montaña alicantina, las características
paleoecológicas del entorno que habitaron, así como la necesaria revisión de las pautas observadas desde una perspectiva temporal de alta resolución. Si bien, este último aspecto tratado con
mayor profundidad en distintas investigaciones que citaremos
a lo largo del libro, no será parte principal del presente trabajo.
En este punto cabe anotar que, debido al carácter de síntesis
de la presente monografía, buena parte de la información original se ha compendiado para dar mayor dinamismo a su lectura.
Motivo por el que instamos a quienes quieran profundizar en los
datos, acudir al trabajo original citado en la bibliografía (Pérez,
2019) y accesible vía online en la web de Tesis Doctorales en
Xarxa (TDX) bajo el siguiente enlace web: http://hdl.handle.
net/10803/668396.
1.2. PRESENTACIÓN DE LOS CONTENIDOS
Este trabajo se compone de siete capítulos que atienden desde
los aspectos más formales, caso de este primer capítulo, a los
aspectos relacionados con el contenido teórico, el corpus metodológico y resultados de la investigación llevada a cabo. Así,
el segundo capítulo se divide en dos grandes apartados donde
tratamos el contexto biogeográfico del Pleistoceno superior en
Europa y específicamente la península ibérica, junto a los datos
de partida sobre los modelos de subsistencia y comportamiento de los grupos neandertales durante el Paleolítico medio. En
el tercer capítulo se expone de forma minuciosa, a la vez que
sintética, el contexto geográfico y arqueológico de los valles alcoyanos, además de un apartado dedicado a la presentación del
yacimiento de El Salt. El conjunto de metodologías empleadas
durante el proceso de investigación se encuentra detallado en
el cuarto capítulo, en el que se integran todos los datos relativos a la recuperación y estudio zooarqueológico, tafonómico y
paleoecológico. El quinto capítulo se ocupa de los resultados
de investigación obtenidos, presentando el estudio del material
faunístico de la secuencia de El Salt. Los capítulos sexto y séptimo corresponden con los apartados de discusión y las conclusiones, enmarcando a modo de síntesis los principales resultados obtenidos con las propuestas y problemáticas existentes
en la disciplina sobre el estudio de la subsistencia neandertal.
Finalmente, se encontrará un amplio apartado donde se citan en
orden alfabético las referencias bibliográficas empleadas a lo
largo del manuscrito.
[page-n-16]
2
Territorio y comportamiento de los grupos neandertales
2.1. CONTEXTO BIOGEOGRÁFICO DEL PLEISTOCENO
SUPERIOR
2.1.1. generalidades
En el continente europeo, el último periodo de la Serie Pleistocena o Pleistoceno superior, tuvo su inicio en el interglaciar Eemiense hace ca. 126 Ka (MIS 5e), prolongándose hasta el Dryas
reciente ca. 11,7 Ka BP (MIS 1), momento en que da paso a la denominada Serie Holocena. Dado su larga duración, su principal
característica es la continua sucesión de cambios a nivel climático y ecológico, reflejados perfectamente en los depósitos glaciares del norte de Europa (Greenland Cores) y los sondeos marinos para la extracción de la curva de relación de los isótopos de
oxígeno (18O y 16O) de los foraminíferos planctónicos (Marine
Isotope Stage o MIS). Durante el Pleistoceno superior se suceden cinco periodos glaciares (MIS 5 a MIS 1), cada uno de ellos
subdivididos a su vez según las pulsaciones climáticas que se
van alternando, especialmente durante el MIS 3 (ca. 60 – 24 Ka),
con oscilaciones internas caracterizadas por eventos fríos (eventos Heinrich) y eventos templados (ciclos Dansgaard-Oeschger)
(Burjachs et al., 2012; Carbonell, 2011; Dansgaard et al., 1993;
Ehlers et al., 2007; Fletcher et al., 2010; González-Sampériz et
al., 2010; Heinrich, 1988; Sánchez-Goñi y D’Errico, 2005).
Durante este último periodo glacial en las llanuras centrales europeas se extendió la pradera y la tundra arbustiva, en el
noroeste se implementó la tundra arbustiva/boscosa, en el oeste
y las regiones alpinas se desarrolló el bosque boreal, mientras
en el sur europeo se produjo la aparición de bosques templados
abiertos y discontinuos, siendo escasos los lugares con presencia de vegetación de clima temperado/cálido (Finlayson y Carrión, 2007). La razón de esta distribución se ha explicado a
partir de un desplazamiento hacia el sur del límite del bosque
templado durante las fases interestadiales, llegando a situarse en
torno a los 45º N, mientras que actualmente el límite está en los
60º N. Aun así, para algunos autores las diferencias con el registro oriental de Europa, donde el bosque templado se situaba en
los 70º N, hace plantearse la pregunta de si esta distribución es
debida a los gradientes climáticos o a desequilibrios en el clima
y la vegetación a causa de la altitud, variaciones estacionales,
la influencia del régimen de vientos del Atlántico Norte, etc.
(Fletcher et al., 2010). Estos cambios son especialmente significativos durante la rápida secuencia de eventos fríos y templados
que caracteriza el MIS 3, provocando el retraimiento y expansión de la vegetación termófila, al menos hasta el evento Heinrich 5 (ca. 45 Ka), momento en que se da un marcado descenso
de las temperaturas, la reducción de la masa boscosa y la expansión de la estepa herbácea, así como una acusada tendencia a la
aridez en los entornos mediterráneos (Bocherens et al., 2014;
Harrison y Sanchez-Goñi, 2010; Müller et al., 2011).
En este contexto climático, la comunidad animal del Pleistoceno superior estaba compuesta por una amplia variedad de
taxones, cuya relación con el registro paleoambiental no siempre es coincidente (tabla 1). Mientras en el norte y centro de
Europa es posible constatar una alternancia de faunas frías y
temperadas durante periodos glaciares e interglaciares, en la
Europa más meridional los animales característicos de periodos
interglaciares están presentes durante todo el periodo. Además,
toda una serie de remanentes faunísticos del Pleistoceno medio seguirán presentes, sobre todo en el caso de los grandes
mamíferos como Elephas antiquus, Mammuthus primigenius,
Stephanorhinus hemitoechus, Coelodonta antiquitatis y Megaloceros giganteus, cada vez más debilitados dados las continuas
oscilaciones climáticas (Finlayson y Carrión, 2007) hasta la
desaparición de algunos taxones a lo largo del Último Máximo
Glaciar (ca. 26,5 – 14,5 Ka).
No obstante, sus patrones de distribución se vieron muy
condicionados por la expansión y contracción de los nichos
ecológicos a causa de los cambios climáticos, diferenciándose
generalmente entre el Mid-Latitude Belt (MLB) de las montañas
3
[page-n-17]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 1. Lista de las principales especies europeas presentes durante el Pleistoceno superior (a partir de Carbonell, 2011 y Galobart et
al., 2002).
Primates
Perissodactyla
Artiodactyla
Lagomorpha
Testudines
Homo neanderthalensis Alopex lagopus
Carnivora
C. antiquitatis
Alces alces
Lepus sp.
Emys orbicularis
Homo sapiens sapiens
Canis lupus
Dicerorhinus mercki
Bison bonasus
O. cuniculus
Mauremys leprosa
Macaca sylvanus
C. crocuta (spelaea) Equus ferus
Bison priscus
Cuon alpinus
Equus hydruntinus
Bos primigenius
Cuon priscus
S. hemitoechus
Bubalus murrensis
Cyrnaonyx antiqua
S. kirchbergensis
Capra caucasica
Felis sylvestris
Capra ibex
Gulo sp.
Capra pyrenaica
Hyaena
Capreolus capreolus
Lutra lutra
Capreolus priscus
Lynx lynx
Cervus elaphus
Lynx pardinus
Dama dama
Lynx spelaea
Dama mesopotamica
Martes foina
H. mediterraneus
Martes martes
Hemitragus sp.
Meles meles
Hippopotamus antiquus
Mustela sp.
Megaloceros giganteus
P. leo (spelaea)
Myotragus sp.
Panthera pardus
Ovibos moschatus
Ursus arctos
Ovibos suessenbornensis
Ursus maritimus
Rangifer tarandus
Ursus spelaeus
Rupicapra rupicapra
Ursus thibetanus
Saiga saiga
Vulpes praeglacialis
Saiga tatarica
Vulpes vulpes
Sus scrofa
situadas a lo largo de la región paleártica, las planicies del norte,
los valles, los roquedos y los desiertos del sur (Demars, 2008).
En la primera zona destacan representantes de faunas cálidas
junto a algunos remanentes del Pleistoceno medio, mientras que
en las planicies dominará la fauna adaptada al frío y las estepas,
además de un conjunto de carnívoros entre los que sobresalen
Crocuta spelaea y Canis lupus. Sin embargo, en las penínsulas
del sur se mantuvo una relativa homogeneidad taxonómica, siendo raras las ocasiones en que llegaron a entrar especies típicas
de regiones frías, a excepción del área cantábrica debido a sus
especiales condiciones ecológicas, donde por ejemplo se constata la entrada del reno, liebre ártica o el glotón tras el Last Glacial Maximum (Álvarez-Lao y Méndez, 2016). En las zonas de
bosque y roquedo es donde preferentemente se sitúan los representantes de la especie Cervus elaphus y Capra pyrenaica/ibex,
sistemáticamente cazados por los homínidos de este periodo, al
igual que Equus ferus, Rangifer tarandus y Bison priscus. Junto
a todo ello, debemos tener en cuenta también que el gradiente de
temperatura N-S y W-E condicionaría la distribución de taxo4
Testudo hermanni
nes, con manifiestas diferencias entre las faunas de la vertiente
atlántica, como por ejemplo el reno, el mamut, el rinoceronte, o
el antílope, frente a la vertiente mediterránea con presencia del
ciervo, la cabra, el gamo, el caballo, el asno o el jabalí (ÁlvarezLao y Méndez, 2016; Demars, 2008).
2.1.2. la península ibérica y su vertiente mediterránea
En el caso concreto de la península ibérica, durante el Pleistoceno superior se identifican en el territorio unas características
diferentes al resto de Europa, funcionando como uno de los
pocos “refugios glaciares” del territorio continental junto con
las penínsulas itálica y balcánica (Canessa, 2021; Jones, 2021;
Pedreschi et al., 2019; Real et al., 2021). Consideración diferente es el caso de la cornisa cantábrica, con unas condiciones
biogeográficas propias de un área de carácter transicional entre
el continente europeo y las penínsulas del sur. Así pues, frente al continuo trasvase de faunas frías en la región cantábrica
a través del corredor pirenaico, también conocidas como la
comunidad Mammoth faunas o Mammuthus-Coelodonta fau-
[page-n-18]
territorio y comportamiento de los grupos neandertales
nal complex (Kahlke, 2014), el resto de la península ibérica
se encuentra claramente separada a nivel paleoecológico del
continente, ejerciendo los Pirineos de barrera a la dispersión
faunística (Álvarez-Lao y Méndez, 2016; Rivals y ÁlvarezLao, 2018).
Gracias a los sondeos marinos recogidos en el marco del
programa International Marine Global Change Study (IMAGES), se comenzó a tener un registro polínico destacado para
los últimos 500 Ka que aporta una rica información sobre los
ecosistemas del norte y sur de la península ibérica, demostrando
su respuesta a los cambios climáticos del Atlántico nororiental para los últimos 140 Ka (Sánchez-Goñi y D’Errico, 2005).
No obstante, hemos de ser conscientes que la cantidad de registros para los momentos iniciales del Pleistoceno superior son
escasos, siendo sobre todo a partir del MIS 3 cuando contamos
con mayor cantidad de información polínica y macrobotánica
(González-Sampériz et al., 2010).
En términos generales, con el inicio del MIS 5 se registra en
la zona norte una mejoría climática ligada a la fase de deshielo
(132-128 Ka), produciendo el desarrollo de un bosque abierto
de enebro, abedul y roble (bosque caducifolio), que posteriormente se vería sustituido por un máximo desarrollo del bosque
de roble y carpe durante el periodo Eemiense (126-116 Ka).
Mientras, una fuerte expansión del bosque mediterráneo se
produce en el suroeste entre 126-110 Ka. A partir de entonces,
entre 110-74 Ka se suceden cuatro periodos fríos caracterizados
por la formación de estepa, alternándose con cuatro periodos
cálidos donde se extendieron las formaciones de bosque abierto, dominadas en el norte por roble y carpe, mientras en el sur
dominaba el roble y encina. Desde entonces y hasta los 60 Ka
se produce un periodo de enfriamiento y reducción de la insolación estival en el hemisferio norte, con el correspondiente
retraimiento del nivel del mar cientos de metros por debajo del
actual y una bajada general de las temperaturas, dando lugar a
un incipiente desarrollo de plantas semi-desérticas. Solo tras los
63 Ka empieza a darse una mejora climática, sin llegar a permitir el crecimiento del bosque caducifolio e incluso llegando
a generar unas condiciones de aridez extrema en el sur de la
península ibérica hace 61 Ka, mientras se produce un dominio
de las formaciones esteparias en el norte peninsular.
Para los últimos 60 Ka, los estudios realizados permiten
identificar con claridad toda una serie de cambios en la vegetación, coincidentes con la sucesión D-O, sobre todo para el caso
de la zona meridional de la peninsula ibérica (Sánchez-Goñi y
D’Errico, 2005). Durante los episodios fríos se produce el desarrollo de una vegetación semi-desértica en la zona suroeste y
vegetaciones estépicas en el norte, mientras que en los episodios
templados se da una expansión de bosques abiertos mediterráneos en el sur y una expansión de roble y pino en los territorios
septentrionales. De especial interés son los últimos resultados
obtenidos para el interior de la península ibérica, poniendo en
relación la desaparición de los neandertales de la zona hace
unos 42 Ka con el desarrollo de unas condiciones medioambientales de gran aridez, ligadas al desarrollo de depósitos loésicos
en momentos previos al evento Heinrich 4 (Wolf et al., 2018).
En el conjunto del territorio peninsular solo contamos con una
pequeña cantidad de yacimientos paleontológicos del Pleistoceno superior (Álvarez-Lao y Méndez, 2016; Castaños et al., 2017;
Suárez-Bilbao et al., 2017). La variabilidad de grandes mamífe-
ros identificada en los distintos yacimientos arqueológicos permite hacernos una idea de los taxones presentes, las características
del entorno y sobre todo la preferencia por determinadas presas
(ungulados de tamaño medio-grande) por parte de los grupos
neandertales. A partir de este registro, podemos confirmar que los
taxones euritermos son los predominantes entre los herbívoros
(géneros Bos, Equus, Cervus, Dama, Capra, Rupicapra, Stephanorhinus) y los carnívoros (géneros Ursus, Panthera, Crocuta,
Canis lupus, Cuon, Lynx), con muy pocos representantes de faunas frías (géneros Coelodonta, Mammuthus, Rangifer), limitados
principalmente a la mitad norte peninsular, por encima del paralelo 40º norte (Álvarez-Lao et al., 2017; Álvarez-Lao y García,
2011, 2010; Álvarez Lao et al., 2011).
En el caso concreto de la vertiente mediterránea durante
el MIS 3, marco cronológico de nuestro trabajo, los estudios
realizados atestiguan una amplia diversidad de paisajes que
van desde pastizales de montaña, estepas bajas, sabanas de coníferas y bosques de media altitud, con varios refugios de poblaciones de árboles y arbustos en las zonas costeras y valles
intra-montanos durante las fases más frías. Los datos de vegetación confirman también una amplia biodiversidad de paisajes, estando presentes desde los bosques de pinos con o sin
enebros, a formaciones mediterráneas con termofitos, árboles
deciduos, pastizales y estepas. Concretamente, el yacimiento
de Cova Beneito (Muro d’Alcoi, Alicante) contiene un registro polínico donde se identifica un predominio del pino negro
(Pinus nigra), junto con la presencia de Juniperus, Fabaceae,
Buxus sempervirens, Pistacia terebinthus y Pistacia lentiscus,
Olea europea var. sylvestris, Ephedra, Rhamnus, Crataegus,
Fraxinus oxyphylla, Ficus y Cistus (Badal, 1991; GonzálezSampériz et al., 2010).
A partir de los estudios zooarqueológicos realizados en
diversos yacimientos del MIS 3 en nuestra zona de estudio Abrigo de la Quebrada (Chelva, Valencia), Cova Beneito (Muro
d’Alcoi, Alicante), Abric del Pastor y El Salt (Alcoi, Alicante),
Cueva Antón, Cueva de los Aviones, Sima de las Palomas del
Cabezo Gordo y Cueva Perneras (Murcia) - se identifica una
amplia diversidad de recursos terrestres que aprovecharán con
intensidad los grupos neandertales. Especialmente destacan los
cérvidos (Cervus elaphus), caprinos (Capra pyrenaica) y équidos (Equus ferus), taxones predominantes en el territorio, junto
con la presencia de animales de gran talla como el rinoceronte
de estepa (Stephanorhinus hemitoechus) y el uro (Bos primigenius), o de tamaño medio y pequeño, como el rebeco (Rupicapra rupicapra), el jabalí (Sus scrofa) (Eixea et al., 2014;
Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle, 1996; Mochales, 1997;
Montes-Bernárdez, 1992; Pérez et al., 2017a; Sanchis et al.,
2013; Walker et al., 2013, 2012; Zilhao et al., 2010). A ellos se
suma la presencia de toda una serie de carnívoros de variado
tamaño como son el oso (Ursus arctos), el león de las cavernas
(Panthera leo spelaea), el leopardo (Panthera pardus), la hiena
(Crocuta crocuta), el lobo (Canis lupus), el cuón (Cuon sp.),
el lince (Lynx sp.) o el zorro (Vulpes vulpes) (Martínez-Valle,
1995, 1996, Pérez-Ripoll, 1977; Pérez-Ripoll y Martínez-Valle,
2001; Sanchis, 2015). Por otro lado, taxones de talla muy pequeña como los conejos (Oryctolagus cuniculus) y la tortuga
mediterránea (Testudo hermanni) también están presentes en
este amplio territorio (Morales y Sanchis, 2009; Sanchis, 2012;
Sanchis et al., 2015a).
5
[page-n-19]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
2.2. SUBSISTENCIA Y
COMPORTAMIENTO NEANDERTAL
2.2.1. gestión del entorno y de los recursos animales
Desde su descubrimiento a inicios del siglo XIX, el estudio de
los modos de vida y comportamiento de los grupos neandertales
se ha recogido en una abundante literatura científica y divulgativa. En los primeros momentos, los trabajos desarrollados estaban ligados a la ideología imperante en la comunidad científica,
conectada en los primeros momentos a la moralidad y religiosidad cristiana, provocando una visión muy sesgada de los modos de vida de estos homininos (Monclova, 2013). No obstante, los avances en la investigación prehistórica, especialmente
tras mediados del siglo XX con el desarrollo de la Arqueología
Procesual, permitieron ir superando las viejas visiones del ser
humano, si bien, hasta no hace mucho aún se entendía a los
neandertales como un grupo inferior en la escala evolutiva respecto a los Humanos Anatómicamente Modernos (HAM). A día
de hoy, la mayoría de la comunidad científica les concibe como
un tipo humano con capacidad para realizar el mismo elenco
de actividades que los Humanos Anatómicamente Modernos, a
excepción del siempre discutido mundo simbólico a través de
la expresión artística, a pesar de que las últimas novedades al
respecto están haciendo replantearse este paradigma (Camarós
et al., 2017; Hoffmann et al., 2018; Ontañon y Utrilla, 2017;
Pearce y Bonneau, 2018; Slimak et al., 2018; Speth, 2004).
Frente a las antiguas propuestas que asociaban una forma
de vida carroñera y oportunista a los neandertales (Binford,
1981; Davidson, 1989), la mayoría de investigaciones actuales ponen de manifiesto su capacidad cooperativa y flexibilidad
estratégica para la captura directa de sus presas (Chase, 1989,
1987, 1986; Gaudzinski, 2009; Stiner, 2013), ampliando además su selección no solo a los ungulados de talla media y grande, sino también a presas de tamaño pequeño como los lepóridos, aves y tortugas (e.g. Aura et al., 2002; Blasco, 2011, 2008;
Blasco et al., 2014; Blasco y Fernández, 2012a, 2012b; Brugal y Desse, 2004; Cochard, 2004; Cochard et al., 2012; Finlayson et al., 2012; Morin et al., 2019; Nabais y Zilhão, 2019; Peresani et al., 2011; Romero, 2018; Rufà, 2017; Sanchis, 2012; Sanchis et al., 2015a; Sanchis y Fernández Peris, 2008; Stiner, 1994;
Stiner et al., 2000; Villaverde et al., 1996), además de diversos
recursos marinos (Roselló y Morales, 2005; Stringer et al., 2008;
Zilhao et al., 2010) en el marco de la teoría de la Optimal Foraging Theory (OFT), la Broad Spectrum Revolution (BSR) o las
nuevas propuestas de la Natural Ecology. La OFT se basa en la
creencia que cualquier grupo cazador-recolector optaría por aquellos alimentos más ricos denominados “nutrientes de alto rango”,
en base al coste-beneficio energético para su adquisición, por lo
que la ausencia de estos nutrientes en los conjuntos arqueológicos se venía a explicar a razón de cambios ecológicos, climáticos
o demográficos, que provocarían que los grupos humanos opten
por recursos de un rango nutritivo menor. Si bien es cierto que
buena parte de las estrategias cinegéticas de los neandertales se
dirigen a la captura de ungulados con una elevada tasa de retorno energético, existen evidencias de que no siempre fueron los
únicos alimentos. Como respuesta a la existencia de nutrientes
de baja energía en los conjuntos arqueológicos pleistocenos, se
empieza a aplicar y entender la BSR como el modelo más exitoso
para suplir las necesidades alimentarias y permitir un éxito en la
6
supervivencia a causa de los cambios ecológicos o demográficos
que pudieron hacer menos accesible o más escasos los nutrientes
de alto rango. Frente a estas propuestas, recientemente, la Natural Ecology viene a proponer que la elección de los alimentos
no siempre tuvo por qué venir dada por los preceptos relativos
a la mayor o menor calidad de los alimentos. Buena parte de los
alimentos considerados de bajo rango, proporcionan una cantidad
de nutrientes esenciales como son las vitaminas o micronutrientes, fundamentales para la supervivencia de los individuos, de ahí
que los grupos neandertales también hicieran un uso recurrente
de los mismos.
A pesar de todas las evidencias existentes y de la reformulación de estos planteamientos, lo cierto es que sigue existiendo la duda entre algunos investigadores sobre las capacidades
de los grupos neandertales para practicar de manera consciente
y no oportunista, este tipo de estrategias de máximo aprovechamiento de los recursos (Delpech and Grayson, 2007; Fa et
al., 2013). En este contexto, son destacables las evidencias de
la captura esporádica de grandes y pequeños carnívoros, para
un uso no solo nutritivo, tecnológico u ornamental, sino con
consecuencias directas en la competencia por las presas (Gabucio, 2017; Gabucio et al., 2014; Gómez-Olivencia et al., 2018;
Morin et al., 2016), así como los recientes estudios isotópicos
que confirman una dieta de altos niveles tróficos entre los neandertales, relacionada con un consumo elevado de carne fresca
de ungulados, tal y como han venido demostrando los estudios
zooarqueológicos (Jaouen et al., 2019), si bien muy discutidos
por los posibles sesgos de las muestras y la aparición de nuevas
evidencias que hablan claramente de una dieta omnívora mucho
más amplia en el sentido estricto (Fiorenza et al., 2015).
Dados los numerosos milenios que los neandertales estuvieron presentes el continente euroasiático, las formas de
adquisición de recursos animales han variado en el tiempo y
espacio. Consideradas herederas de las actividades realizadas
a mediados del Pleistoceno medio, se observa en la mayoría
de conjuntos arqueológicos una preferencia por ungulados de
talla media y grande (équidos, cérvidos y bóvidos) de edades comprendidas entre adultos-jóvenes (Morin et al., 2016).
Para algunos autores, solo a partir de hace ca. 55 Ka se producen diferencias en las estrategias de subsistencia, planteando
que los nichos ecológicos flexibles y variables se tornan más
especializados e intensivos (Stiner, 1994). Sin embargo, recientes trabajos demuestran que esta especialización pudo haber
estado presente con anterioridad, tanto entre los grupos neandertales, como entre otros miembros del linaje neandertal (Carrión y Walker, 2018; Rodríguez-Hidalgo, 2015; RodríguezHidalgo et al., 2016), atribuyendoles unas capacidades adaptativas excepcionales, sobre todo debido a la gran diversidad de
territorio que ocuparon y la biodiversidad contenida en ellos.
Las estrategias de caza descritas en la bibliografía varían
desde las capturas de carácter simple o secuencial, que puede
ser diversa o monoespecífica, a una caza comunal de origen
adaptativo u oportunista dependiente de los recursos disponibles. Las estrategias de carácter monoespecífico se registran
sobre todo en la Europa central y el suroeste francés (Rendu
et al., 2012), caracterizándose por estar centrada en un taxón,
asociada de forma inequívoca en numerosas ocasiones con un
tipo de estrategias de subsistencia compleja o “caza especializada”, aspecto criticado y argumentado conceptualmente por
[page-n-20]
territorio y comportamiento de los grupos neandertales
distintos autores (Discamps et al., 2011; Speth, 2004). La segunda, documentada principalmente en el Norte europeo, está
especialmente condicionada por los periodos de migración
de manadas o presencia de grandes ungulados (Gaudzinski y
Kindler, 2012). El caso de la Europa meridional se muestra
algo diferente, con unas comunidades animales más dinámicas, sobre las que los neandertales practicarían la caza simple
o secuencial, que iría desde la captura de grandes y medianos
herbívoros, a todo un conjunto de pequeñas presas como lepóridos, tortugas, aves y distintos recursos marinos (ver supra).
Dada la diversidad de estrategias de caza reconocidas, Discamps y colegas (2011) proponen la existencia de al menos
tres factores que explican los cambios en la fauna capturada
por los grupos prehistóricos: 1) La adaptación de los grupos
humanos a los distintos ambientes; 2) La adaptación a las fluctuaciones en la disponibilidad de las presas; 3) El cambio deliberado en las estrategias de subsistencia.
Todos estos datos parecen indicar que la complementariedad a la hora de captar bienes y la plasticidad en su adquisición
dependiendo de condicionantes externos, fue una constante en
el quehacer diario de los grupos neandertales. Esto supone la
explotación tanto de recursos animales como vegetales, a pesar
de que los valores isotópicos obtenidos a partir de restos dentales de varios enclaves otorguen una gran importancia de la carne en la dieta de estas poblaciones (Blasco, 2011; Bocherens,
2009; Bocherens et al., 2005, 2001; Henry et al., 2014; Morin
et al., 2016; Salazar-García et al., 2013; Sistiaga et al., 2014;
Stiner, 2013). Unos recursos, por otro lado, que no se reducen
únicamente al ámbito dietético, sino que en gran cantidad de
yacimientos han sido empleados como herramientas o combustible (Pérez et al., 2019). A ello hay que sumar el hecho de
que la biodiversidad existente durante el Pleistoceno europeo
esconde diferencias significativas en el poblamiento de mamíferos de cada región, aspecto condicionado principalmente por
variables de tipo climático, que a su vez provocan una clara
diferencia en los modos de ocupación y en las actividades de
los grupos humanos durante la Prehistoria (Brugal e Yravedra,
2005; Stiner, 2013).
2.2.2. estrategias de transporte y desecho de las carcasas
Las estrategias de transporte y gestión de las carcasas animales
realizadas por los grupos humanos prehistóricos han sido una
parcela importante de la investigación zooarqueológica. En este
marco se explica que durante la década de 1970 se desarrollaran toda una serie de trabajos de carácter etnográfico, con la
finalidad de registrar las prácticas alimenticias de distintos grupos de cazadores-recolectores contemporáneos, principalmente
los Inuit y los Hadza (e.g. Binford, 1978, 1977; Bunn, 2001;
Bunn et al., 1988; Lupo, 2011; Monahan, 1998; Morin, 2007;
O’Connell et al., 1988).
Tras ellos, se llegó a concluir cómo el transporte de las presas está íntimamente relacionado con el tipo de acceso por parte
de los homínidos a las carcasas y la posible competencia con
otros predadores. Años más tarde, durante la década de 1990,
se propuso la existencia de dos tipos de modalidad posible de
acceso a las presas previamente abatidas: activa, cuando existía
enfrentamiento con otro predador, o pasiva, cuando el enfrentamiento estaba ausente. A su vez, se diferencia entre un acceso
primario o secundario a las carcasas que condicionaría la canti-
dad de nutrientes aprovechables. Finalmente, el tiempo entre la
muerte y la adquisición de la presa también podía variar, siendo
desde inmediato a tardío (Bunn y Ezzo, 1993).
Por otro lado, el estudio de los perfiles esqueléticos y su
relación con una teórica utilidad alimentaria de los elementos
anatómicos permitió plantear distintas estrategias de transporte (Binford, 1978; Faith y Gordon, 2007; Rodríguez-Hidalgo,
2015): bulk, gourmet, unbiased, unconstrained y el denominado patrón reverse. Durante el Paleolítico medio, los perfiles
esqueléticos predominantes en los conjuntos arqueológicos se
caracterizan por una escasez de elementos axiales, frente a un
predominio del esqueleto apendicular y craneal, planteándose
la posibilidad de un transporte diferencial desde los lugares de
matanza a los lugares de residencia a partir de las tallas de peso
de las presas (Marín et al., 2016; Stiner, 2013), con una destacada preferencia por aquellos elementos con un mayor contenido
medular (Morin y Ready, 2013). Se supone de esta manera, que
se llevará a cabo la entrada parcial de partes anatómicas de grandes ungulados, frente a un transporte prácticamente completo de
las carcasas de mediados y pequeños ungulados y el transporte íntegro de pequeñas presas. No obstante, la multiplicidad de
factores que influyen en las decisiones a la hora de transportar
una presa puede condicionar enormemente este patrón general:
utilidad económica real, relación coste-beneficio, número de
porteadores, tamaño de la presa, número de presas, distancias,
variabilidad cultural, entre otros (Domínguez-Rodrigo, 1998).
Más aún, si tenemos en cuenta que nuestros depósitos arqueológicos están formados en su mayoría por la suma de eventos de
transporte y depósito (Monahan, 1998).
Sin embargo, la gestión de las carcasas no se reduce a la
captura y transporte, sino también a su procesado y desecho en
el propio yacimiento. Prácticamente, todos los yacimientos de
ocupación neandertales muestran claras evidencias de procesado carnicero de las carcasas animales (Morin et al., 2016; Stiner,
2013), contando con evidencias de desarticulación, fileteado y
eliminación del periostio, para continuar con las tareas de fracturación y acceso a la médula ósea, dando paso finalmente a
actividades de cocinado y al posterior desecho. Este último puede tener un origen muy variado, desde su depósito en el suelo
de ocupación tras la actividad realizada (consumo, trabajo técnico, etc.), o bien de forma agrupada o reagrupada de manera
intencional, ya sea por la retirada de fragmentos de mayores
dimensiones a las zonas externas (Fernández-Laso, 2010; Gabucio, 2014; Gabucio et al., 2017; Rosell et al., 2012), o bien
por su acumulación en los propios hogares y su aprovechamiento como combustible dadas sus cualidades para mantener el calor (Costamagno et al., 2005, 1999; Théry-Parisot et al., 2005;
Théry-Parisot, 2002, 2001; Villa et al., 2002).
2.2.3. modelos de ocupación
Tradicionalmente, las interpretaciones sobre las dinámicas de
asentamiento durante el Paleolítico medio parten de dos modelos o unidades hipotéticas de trabajo: a) ocupaciones efímeras
en grupos de alta movilidad territorial; b) ocupaciones de mayor
duración caracterizadas por la acumulación de gran cantidad de
materiales en los depósitos arqueológicos. Ambas se relacionan
con la sucesión de momentos de entrada y salida de los grupos
humanos de forma recurrente, por lo que no implica un asentamiento aislado o continuo a lo largo de un lapso dilatado de
7
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
tiempo. De hecho, las ocupaciones resultan compatibles con la
entrada puntual de carnívoros a los mismos lugares, fenómeno atestiguado en gran cantidad de yacimientos del Paleolítico
medio (Gabucio et al., 2016; Machado et al., 2015; Real et al.,
2018). De igual manera, a la hora de definir los tipos y duración
de los asentamientos pleistocenos se recurre a la asociación entre la manufactura de herramientas, la existencia de hogares y
la explotación de las presas, a pesar de que estudios recientes
planteen la posibilidad de entradas a los yacimientos con fines
más concretos, como pueden ser la captación de materias primas o la reutilización de útiles, sin ningún otro tipo de actividad
de subsistencia complementaria (Machado y Pérez, 2016, Vaquero et al., 2015). Por otro lado, nuevas aproximaciones como
el desgaste dental y la cementocronología sobre ungulados que
han sido presas de los grupos prehistóricos, aportan una información relevante a la hora de fijar la recurrencia de ocupaciones
en un mismo lugar durante un periodo más o menos dilatado
en el tiempo (Livraghi et al., 2022; Rivals et al., 2015, 2021;
Sánchez-Hernández et al., 2020).
Hemos de tener en cuenta que estos modelos están condicionados no solo por la movilidad, estrategias y cantidad de
miembros del grupo, sino también por la naturaleza de palimpsestos de la gran mayoría de yacimientos pleistocenos y
la capacidad de los investigadores para diferenciar los distintos
eventos de ocupación.
2.2.4. control y uso del fuego
Desde aproximadamente los últimos 400-300 Ka se constata un
uso habitual del fuego en los yacimientos de Europa y de Próximo Oriente (Chazan, 2017). No obstante, si nos basamos en los
cuatro estadios de interacción fijados por Sorensen en su trabajo
de 2017, solo a partir de los 200 Ka realmente se alcanza control
activo por parte de los grupos neandertales. Ello no implicaría
una presencia continuada de hogares en todos los yacimientos
a partir de estas fechas, caso por ejemplo de la Cova del Bolomor para nuestra zona de estudio (Fernández Peris et al., 2012;
Sañudo et al., 2016; Vidal-Matutano et al., 2017a). Por el contrario, a partir del MIS 5 su frecuencia es mucho mayor, dándose un uso generalizado por gran parte del continente euroasiático (Sandgathe, 2017). Tras superar el antiguo debate sobre
las capacidades de los homínidos del Paleolítico medio para
generar fuego, las nuevas líneas de investigación se centran en
conocer hasta qué punto el empleo del fuego fue una constante
entre los grupos neandertales, cuáles son las variaciones territoriales y cronológicas, relacionadas sobre todo con la alternancia
de periodos fríos y cálidos, o si realmente el valor que tuvo el
fuego entre estas poblaciones está sobreestimado y su empleo
no solo tenga que ver con necesidades inmediatas para la subsistencia, sino que también se encuentre condicionado culturalmente (Dibble et al., 2018; Sandgathe et al., 2011; Sorensen,
2017). En definitiva, si los neandertales fueron o no usuarios
obligatorios del fuego.
Aunque desconocemos a ciencia cierta el uso real de los
fuegos u hogares, su uso tiene que ver con toda una serie de
labores de procesado alimenticio (carnicero o vegetal), la ayuda
en el tratamiento térmico de la tecnología (lítica o madera), la
protección ante otros predadores, la labor profiláctica, la proporción de calor y una ampliación de las horas de luz. En este
último caso, la existencia de hogares sin cantidades elevadas de
8
restos materiales afectados por el fuego, nos permite hablar de
la existencia de espacios de socialización en torno a los mismos (Carbonell y Rosell, 2001; Dunbar y Gowlett, 2014; Henry
et al., 2018; Wiessner, 2014), aspecto que llevó décadas atrás
a emplear el concepto de home-base y food-sharing (Chazan,
2017; Isaac, 1978).
Por lo que afecta al material óseo, su relación con el fuego
durante el Paleolítico medio es verdaderamente amplia, estando
ligada eminentemente a las actividades culinarias, además de su
empleo como combustible al permitir un fuego más duradero
y constante, así como su quema como medio de saneamiento
de los lugares de habitación, o incluso su afección no intencional por el uso recurrente de un emplazamiento (e.g. Asmussen,
2009; Gifford-Gonzalez, 2018; Morin, 2010; Smolderen, 2016;
Smolderen y Jimenez, 2016; Théry-Parisot, 2001; Théry-Parisot
et al., 2010; Yravedra y Uzquiano, 2013).
2.2.5. el final del paleolítico medio en la península ibérica
La desaparición de los neandertales en Eurasia se produciría
de forma radical entre aproximadamente 41-39 Ka cal. BP, con
ciertos fenómenos de coexistencia con los Humanos Anatómicamente Modernos en algunas regiones, mientras en otras parece no haber existido contacto alguno (Higham et al., 2014;
Staubwasser et al., 2018; Villa y Roebroeks, 2014). Los motivos reales del desvanecimiento neandertal no están del todo
claros, pudiendo verse afectados por los procesos de hibridación, las oscilaciones climáticas y la consecuente pérdida de
biodiversidad a nivel ecológico, la competencia por el medio
de los dos grupos humanos, e incluso el colapso biológico de
la única especie que habitó Europa cerca de unos 300 Ka (e.g.
Banks et al., 2008; Finlayson y Carrión, 2007; Green et al.,
2010; Houldcroft y Underdown, 2016; Kolodny y Feldman,
2017; Müller et al., 2011).
En el caso concreto de la península ibérica, a pesar de los
problemas relativos a la falta de restos paleontológicos diagnósticos en contextos bien datados, junto a la existencia de algunos
depósitos cuya secuencia estratigráfica, adscripción cronológica
y tecno-tipológica no son del todo claras1, las últimas fechas
para el Paleolítico medio se sitúan en torno a los 45-42 Ka cal.
BP, proponiéndose la no coexistencia de neandertales y HAM
en esta área en base a las nuevas observaciones geocronológicas
y arqueoestratigráficas (Álvarez-Alonso et al., 2016; CucartMora et al., 2018; Gutiérrez-Zugasti et al., 2018; Higham et
al., 2014; Machado et al., 2015; Mallol et al., 2012; Maroto et
al., 2012; Martínez Moreno et al., 2010; Menéndez et al., 2018;
Mora et al., 2018; Rey-Rodriguez et al., 2016; Santamaría y
Rasilla, 2013; Wolf et al., 2018; Wood et al., 2014, 2013). De
especial interés es el caso de la vertiente cantábrica, para donde
recientes trabajos de datación radiocarbónica plantean la desaparición del Musteriense entre ca. 47-45 Ka cal BP, mientras
que los materiales adscritos al Chatelperroniense (ca. 42-41 Ka
1
Véase los casos de Oliveira 8 y Foz do Enxarrique (Portugal),
Cueva del Higueral (Andalucía), Las Fuentes de San Cristobal
(Cataluña), Peña Miel (La Rioja), Esquilleu 6-3 y Morín 10
(Cantabria), Labeko Kova (País Vasco), Cueva Antón (Murcia) y
Gorham’s cave (Gibraltar) (Carrión et al., 2018; Doerschner et al.,
2019; Finlayson et al., 2008; Galván et al., 2014b; Mallol et al.,
2012; Strauss, 2018; Zilhão et al., 2017).
[page-n-22]
territorio y comportamiento de los grupos neandertales
Figura 1. Mapa de los principales yacimientos del Paleolítico medio localizados en la vertiente mediterránea ibérica.
cal BP) y Auriñaciense (ca. 43-40 Ka cal BP) muestran cierto solapamiento (Marín-Arroyo et al., 2018). En la vertiente
mediterránea, aunque la cantidad de yacimientos es abundante
(figura 1), los depósitos con suficiente entidad son relativamente
escasos, la información derivada de la Cova Beneito, El Salt,
el Abrigo de la Quebrada, la Sima de Las Palomas, la Cova de
Teixoneres, el Abric Romaní y Cova Gran, apunta a una desaparición del Musteriense no más tardía de ca. 40 Ka BP. No
obstante, cabe tener en cuenta las nuevas dataciones realizadas
en la Cova Foradada (Tarragona), con el reconocimiento de
niveles de adscripción Chatelperroniense ca. 42-38 Ka cal BP
y Auriñacience reciente ca. 39-35 Ka cal BP (Morales et al.,
2019), o bien los niveles de transición de la Cueva de Bajondillo
(Málaga), proponiendo la posible existencia de tecnocomplejos
Proto-Auriñacienses o Auriñacienses tempranos ca. 43 Ka BP
(Cortés-Sánchez et al., 2019).
En El Salt, las últimas evidencias paleoantropológicas neandertales coinciden con el final de la secuencia musteriense, el
colapso de la visera de protección y el comienzo de una sedimentación estéril arqueológicamente, localizada en la UE V-Superior,
con una cronología de 44,7 ± 3,2 Ka por OSL (Galván et al.,
2014a, 2014b; Garralda et al., 2014). Esta fecha es coincidente
con un cambio paleoambiental notable en el territorio peninsular,
caracterizado por un aumento de la aridez y el desarrollo de de-
pósitos de loess durante el Heinrich 5, tratándose además de un
momento previo al dramático cambio hacia un clima más frío y
seco que caracteriza el Heinrich 4 en las vertientes Este y Oeste
de la península ibérica (Sanchez-Goñi et al., 2008; Sanchez-Goñi
y Harrison, 2010; Wolf et al., 2018). En el resto del territorio peninsular, desde los yacimientos más cercanos como Cova Beneito (Alicante), hasta los más alejados como la cueva de A Valiña
(Galicia), se ha podido comprobar la repetición de estos hiatos
sedimentarios, arqueológicamente estériles, entre las unidades
Musterienses y Chatelperronienses respecto a los niveles Auriñacienses. Como excepción, contamos con las evidencias de la Cueva del Conde en Asturias, Covalejos y el Pendo en Cantabria, y
Lezetxiki en País Vasco, donde unidades estratigráficas muestran
un contacto irregular y erosivo entre los tecnocomplejos anteriores (Mallol et al., 2012; Strauss, 2018).
A pesar de la relevante coincidencia cronológica entre las
últimas evidencias neandertales y los cambios paleoambientales sufridos durante el H5 y H4, no podemos afirmar que exista
un principio de causa-efecto para la desaparición de este grupo
humano en la península ibérica, ni tan siquiera a escala regional.
Por el contrario, una gran diversidad de factores han de tenerse
en cuenta a la hora de poder plantear una teoría sólida sobre su
desaparición en nuestra área de estudio.
9
[page-n-23]
[page-n-24]
3
Contexto arqueológico
3.1. LOS VALLES DE ALCOI
3.1.1. situación geográfica y geomorfología
Los valles alcoyanos o subcomarca de les Valls d’Alcoi, forman parte de la comarca de l’Alcoià, (Alicante, España). La
Hoja 821 (29-32), correspondiente al Mapa Geológico de España E. 1:50.000 (MAGNA 50, 2ª Serie) del Instituto Geológico y
Minero de España proporciona su posición cartográfica exacta.
Geológicamente están situados en el Sistema Prebético oriental,
en el domino o unidad geológica del Prebético de Jijona-AspeAlicante, en un ambiente sedimentario originado en el Mioceno inferior-medio (ca. 23-13 Ma), el cual actualmente alcanza
las cotas topográficas más elevadas de la región (figura 2). La
geografía es muy accidentada como consecuencia de procesos
tectónicos en ámbitos paleogeográficos diversos que varían desde plataforma carbonatada somera a sedimentación pelágica, la
elevada actividad diapírica, una fuerte compresión final y una
desigual erosión. Como resultado, abundan las zonas abruptas
con profundos valles encajados, grandes sierras formadas por
carbonatos mesozoicos y cenozoicos aisladas o semiaisladas en
el paisaje, junto a la existencia de áreas llanas o de escaso relieve (Molina, 2016) (figura 3).
La historia geológica del término municipal de Alcoi se remonta al Triásico (ca. 252-201 Ma). Por aquel entonces se trataba de un territorio drenado por grandes ríos y lagunas de aguas
provenientes del norte peninsular. Durante el Jurásico y hasta
finales del Paleogeno (ca. 201-23 Ma), este territorio emergido
se cubrió por las aguas del océano de Tethys. Estas depositaron
gran cantidad de lodo carbonatado, mezclado ocasionalmente
con arcillas y arenas, lo que daría origen a un depósito de varios
metros de espesor constituido por calizas, dolomías y margas.
Estas rocas carbonatadas son las que a día de hoy conforman
gran parte de las sierras alicantinas. Las primeras grandes formaciones montañosas no obstante se originarían a partir de los
20 Ma, a causa del plegamiento alpino. Derivado de este se
produce una retirada paulatina del mar hacia el sur y el este,
dejando totalmente emergido el territorio de Alcoi durante el
Tortoniense (ca. 11-7 Ma). Esta situación dio origen durante el
Plioceno a un gran lago en su zona más deprimida, conocida
como la Hoya de Alcoi o l’Alcoià (ca. 5 Ma), gracias a los aportes de agua proveniente de las sierras circundantes. En su borde
oeste se produjo una gran acumulación de sedimentos carbonosos que en la actualidad afloran en la antigua mina de lignitos
de Alcoi, pudiendo reconocerse abundantes fósiles de microvertebrados y macrovertebrados del periodo, los cuales trataremos
en apartados posteriores. Entre finales del Plioceno e inicios del
Pleistoceno (ca. 2,58 Ma) la cabecera del río Serpis se apropia
de la cuenca de Alcoi, drenando el lago y dando comienzo a la
erosión de sus sedimentos, encajándose desde entonces la cuenca del Serpis y sus afluentes (VV.AA., 2015).
A nivel geomorfológico, el área de estudio está formada por
diversos sistemas montañosos y cuencas fluviales que producen una geografía muy quebrada y abrupta, característicos de la
zona conocida regionalmente como “montaña alicantina”, con
su punto más alto en la Serra d’Aitana (1556 m s.n.m.). En el
territorio destacan por las dimensiones los valles alcoyanos y del
Vinalopó, dos grandes depresiones de origen tectónico drenadas
por los cursos fluviales del río Serpis (SO-NE) y del río Vinalopó
(NO-SE) respectivamente, además de toda una serie de pequeños cursos fluviales de menor recorrido. En nuestro caso es de
especial interés la cuenca del río Serpis, delimitada por sistemas
montañosos en algunos casos superiores a los 1000 m s.n.m.,
con un recorrido de 54 km en dirección NE, cuyo origen se encuentra en la Serra de Mariola, tras la confluencia del río Barxell
con el río Polop. En la primera parte de su recorrido recibe aporte hídrico de sus tributarios, el rio Molinar y el Barranc del Cinc,
dentro del área urbana de Alcoi, para posteriormente encajarse
en las calizas jurásicas del desfiladero de l’Orxa y finalmente llegar a la llanura litoral, confluyendo con el río Vernissa y desem11
[page-n-25]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 2. Mapa geológico de las Cordilleras Béticas y sus principales dominios y sistemas. Fuente: Sanz de Galdeano, C. y López Garrido,
A.C. (2016).
Figura 3. Visión panorámica de los valles alcoyanos desde la cima del Menejador (1352 m), Parc Natural de la Font Roja.
12
[page-n-26]
contexto arqueológico
bocando finalmente en Gandía. Próximo a su cabecera se genera
un gran salto de agua provocado por una falla tectónica que da
al lugar el nombre de “El Salt”. Debido a distintos fenómenos
erosivos a causa del sustrato margoso y pendiente de la cuenca
del río Serpis, se han generado durante el Cuaternario al menos
tres niveles de terraza: G3-T3: +70-100 m perteneciente al Pleistoceno antiguo, G2-T2: +23-28 m del Pleistoceno medio y T1:
+15-18 m, correspondiente al Pleistoceno superior-Holoceno.
Entre los relieves prebéticos son destacables por la proximidad al yacimiento los Parques Naturales del Carrascal de la
Font Roja y de la Serra Mariola. El primero de ellos se localiza
en la comarca de L’Alcoià, se extiende en dirección E-O, con
forma alargada, originando dos vertientes bien marcadas: umbría y solana. Al norte está delimitada por los cursos de los ríos
Polop y Molinar, al oeste por el Barranc dels Molins y al sur por
el sinclinal de La Canal y el Port d’Ibi. La máxima altitud se
alcanza en la cumbre del Menejador (1352 m s.n.m.). La sierra
se encuentra formada principalmente por caliza nummulítica
que ha sufrido procesos kársticos con la formación de cavidades y simas, así como canchales en las laderas. Su parte Este
está constituida por margas y calizas del Oligoceno superior,
mientras otros afloramientos de menor extensión corresponden
al triásico o al Mioceno inferior. Por otro lado, la Serra Mariola
se extiende por las comarcas de la Vall d’Albaida, L’Alcoià y El
Comtat, siendo uno de los macizos más extensos de la Comunidad Valenciana. Está formada por una gran bóveda fracturada
en sentido N-S por la falla que se extiende entre Muro d’Alcoi y
Cocentaina. El límite norte es una estructura de glacis que conforma un corredor de dirección NE-O, llamado Estret d’Agres,
cuyo río marca el límite de Mariola. Al sur la fosa de Alcoi,
formada por las depresiones de Barxell y Polop, limitan a la Serra Mariola de la Font Roja. El flanco SE viene delimitado por
la falla Castellar-Cocentaina, un área fuertemente tectonizada
con profusión de afloramientos diapíricos triásicos y fracturas
tectónicas entre las que destaca el Barranc del Cinc. La altura máxima la encontramos en el Montcabrer (1389 m s.n.m.),
acompañado de altiplanos situados a unos 1000 m s.n.m.
3.1.2. características climáticas y ambientales
Desde un punto de vista climático, en la actualidad los valles
alcoyanos se circunscriben al macroclima mediterráneo y el termotipo mesomediterráneo (figura 4), con una temperatura media
mínima de 7 ºC ± 0,8 y máxima de 22,7ºC ± 0,7. La temperatura
media anual es de 13,3 ºC ± 0,8. Por su parte, el registro pluviométrico sitúa a Alcoi en un ombrotipo seco superior, con un
índice ombrotérmico de 2,84 y una precipitación media anual de
525 mm ± 34 (Ninyerola et al., 2005; Rivas-Martínez, 1987)2.
El área de estudio se caracteriza actualmente por la presencia de ambientes de monte, bosque y matorral, además de zonas
fluviales y lacustres, con importantes relictos de monte mediterráneo y espacios naturales protegidos, como son los mencionados parques naturales de la Font Roja y de la Serra de Mariola.
A nivel peninsular este tipo de hábitats presentan una enorme
diversidad de especies animales, entre las que predominan en
términos de abundancia los habitantes de la zona de montaña
(33%), seguidos de los que frecuentan el monte mediterráneo
2
Parte de los datos han sido obtenidos por medio del visor de Atlas
Climático de la península y baleares [Consulta: 21/09/2017]
(29%), las especies de carácter mixto (21%) y finalmente las de
los páramos y estepas (17%)3. No obstante, esta distribución no
es del todo idéntica para nuestro territorio de estudio.
La vegetación actual de Alcoi, está altamente antropizada y
poco tiene que ver con los registros conocidos para el Pleistoceno (figura 5), especialmente en las zonas próximas al yacimiento de El Salt debido a cultivos de olivo y almendro. No obstante, en el mismo entorno se encuentra un amplio pinar de pino
carrasco (Pinus halepensis) sobre el matorral de aliaga (Ulex
parviflorus), romero (Rosmarinus officinalis), genista (Genista
scorpius), con presencia frecuente de coscoja (Quercus coccifera), algún ejemplar de cornicabra (Pistacia terebinthus) y
aladierno (Rhamnus alaternus). En los márgenes de caminos es
frecuente encontrar el endrino (Prunus spinosa), el espino albar (Crataegus monogyna) y la zarzamora (Rubus ulmifolius),
especies vegetales de las que se recolectan frutos comestibles.
En las proximidades al río, las zarzamoras forman densas masas
acompañadas de juncos, chopos (Populus alba) y algún olmo
(Ulmus minor) (Vidal-Matutano, 2016a).
Por lo que atañe a los parques naturales, el Carrascal de la
Font Roja muestra una vegetación diferente en cada vertiente de
la sierra: la de umbría (cara N), de abundante y estratificada vegetación, se compone de plantas con altos requerimientos de humedad, mantenidos gracias a los vientos que transcurren por los
valles litorales desde el Mediterráneo y se condensan a esta altura generando nubes de precipitación horizontal; la vertiente de
solana, con plantas xérófilas (figura 6). A nivel arbóreo y arbustivo se da un predominio de las rosáceas (Crataegus monogyna,
Prunus spinosa y diversas especies del género Rosa), mientras
que la robleda (Fraxino orni-Quercetum faginae) presenta una
gran extensión, exclusiva de las comarcas centrales valencianas.
Se encuentra dominada por quejigo (Quercus faginea) y relictos
de roble (Quercus cerrioides y Quercus pubescens). Por otro
lado, la Font Roja contiene un importante bosque mixto (Fraxino orni-Aceretum granatensis) en su vertiente de umbría, relicto
de una vegetación de tipo eurosiberiana de especial interés para
comparar con el paisaje de época glaciar. Este bosque se compone de fresno en flor (Fraxinus ornus), arce (Acer opalus subsp.
granatense), serbal (Sorbus aria y Sorbus torminalis) y tejo (Taxus baccata). Junto a ellos aparecen mezclados el quejigo, la
carrasca (Quercus rotundifolia) y arbustos como el espino albar
(Crataegus monogyna) y el guillomo (Amelanchier ovalis).
En la Serra de Mariola encontramos una alta diversidad florística de especies aromáticas y medicinales, junto a una posición predominante del pino carrasco (Pinus halepensis) en la
vertiente de solana, de aliaga, romero y jaras. Entre los 800-900
m s.n.m. se forma un bosque mixto mediterráneo compuesto por
carrasca (Quercus rotundifolia) y árboles caducifolios como el
arce (Acer campestre, Acer monspessulanum), el serbal blanco
(Sorbus aria) y el roble pubescente (Quercus pubescens). En
las zonas limítrofes y formaciones relictas se pueden encontrar
tejos (Taxus baccata), mientras que en las cumbres de la sierra
aparece de forma muy reducida el pino salgareño (Pinus nigra
subsp. salzmanii), el cual parece haber abundando en el territorio durante el Pleistoceno (Vidal-Matutano, 2016a).
3
Datos extraídos de www.faunaiberica.org
13
[page-n-27]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
PISOS BIOCLIMÁTICOS
Supramediterráneo
Mesomediterráneo
Termomediterráneo
Perfil transbético
Figura 4. Distribución de termotipos en la zona del Prebético alicantino. La transecta transbética se correlaciona con el perfil
de altitud presente en la parte inferior de la imagen. Fuente: Fagoaga et al. (2017b).
3.1.3. registro paleontológico
El entorno de los valles alcoyanos alberga un interesante registro
paleontológico y una historia geológica de gran interés que ha atraído la atención de numerosos investigadores desde mediados del
siglo XIX, momento en que François Louis Paul Gervais se interesa por el registro paleontológico de la zona (Gervais, 1853). Derivado de estos descubrimientos, el Museu Arqueològic Municipal
Camil Visedo Moltó de Alcoi alberga actualmente una importante
cantidad de fósiles de edad Mesozoica y Cenozoica (Montoya y
Sánchez, 2000), a los que se suma la colección del recientemente
creado Museo Paleontológico y de las Ciencias Isurus de Alcoi4.
Centrándonos exclusivamente en el registro de macro y microvertebrados, las evidencias más conocidas en la zona presentan una antigüedad que va desde finales del Mioceno a inicios del
4
14
Se puede consultar parte de su contenido a través de: http://paleoisurus.com/_MUSEO/index.htm
Plioceno (ca. 23-5 Ma, MN13 a MN15), gracias a los hallazgos
paleontológicos en los sitios de Alcoi-Barranco, Alcoi-N, Alcoi4B, Alcoi-2c y Alcoi 2D. En el caso de estos últimos, los recientes estudios sobre su microfauna muestran la existencia, a inicios
del Plioceno, de un bosque en mosaico, debido a la presencia
conjunta de taxones propios de hábitats abiertos y herbáceos, con
taxones de ambientes húmedos, en el marco de un clima temperado como apunta el reconocimiento de otras especies con requerimientos fríos y cálidos (Mansino et al., 2013). Por otro lado, fuera
de la Comarca de la l’Alcoià, aunque en un área cercana, disponemos de los trabajos realizados en el complejo kárstico de La
Pedrera (Albaida) y el yacimiento de La Salema (Fageca), que
han permitido disponer de un registro paleontológico del Pleistoceno superior y Holoceno que sirve de comparativa con el material faunístico recuperado en contextos arqueológicos (Colomina
et al., 2014; Fagoaga et al., 2017a; Marquina et al., 2016; Ponsoda et al., 2017). No obstante, en el caso concreto del registro de
micromamíferos y herpetofauna para el Pleistoceno superior, los
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contexto arqueológico
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Qu Qu Qu Bu Fa He Pi Ep M Sa Ul
Bosque de ribera
Porcentaje >1%
Figura 5. Diagrama antracológico de El Salt. Fuente: Vidal-Matutano (2018).
Figura 6. Efecto foehn sobre el carrascal de la Font Roja. Fuente:
Geolodía 15.
mayores datos provienen de los trabajos que se viene realizando en el yacimiento de El Salt y Abric del Pastor, sobre los que
hablaremos con mayor profundidad en los siguientes apartados.
La mayor parte de material paleontológico de macrovertebrados ha sido recuperado en la antigua mina de lignito localizada en el área de El Barranc de Gormaget, esencialmente
en el yacimiento conocido como Alcoi-Mina, donde se ha podido identificar dos taxones de úrsidos (Agriotherium insigne,
Ursus boeckhi), un proboscídeo (Anancus arvernensis), dos
perisodáctilos (Hipparion crassum, Dihoplus schleiermacheri), un suido (Sus arvernensis) y dos artiodáctilos (Alephis
boodon, Trafoportax sp.). Estas faunas estarían asociadas al
gran lago que ocupó l’Alcoià a inicios del Plioceno (ca. 5 Ma,
Rusciniense, MN14), posiblemente por aquel entonces caracterizado por unas condiciones ambientales más húmedas que
las reconocidas en otros yacimientos de la región (Montoya
et al., 2006). Otros hallazgos paleontológicos asociados al
periodo Neógeno y Cuaternario, aunque de naturaleza aislada, también han sido registrados en torno a la cuenca del río
Serpis, caso de dos molares de mamut (Mammuthus meridionalis) recuperados en el Molí de Serelles (Cocentaina), varios
fragmentos de molares de Microtinae y algunos fragmentos
aislados de carnívoro en el Barranco del Molinar, y dientes
aislados de rinoceronte (Dicerorhinus cf. mercki) en la formación detrítica de El Molinar, entre otros (Aguirre et al., 1975).
No obstante, los mayores datos que se conocen a día de hoy
para el periodo Cuaternario, principalmente del Pleistoceno
superior, provienen de la excavación sistemática de los yacimientos de Abric del Pastor, El Salt y Cova Beneito, con
unos registros caracterizados por la presencia de taxones muy
diversos, tales como: Equus ferus, Equus hydruntinus, Rhinocerotidae, Sus scrofa, Capra pyrenaica, Rupicapra rupicapra,
Bos primigenius, Cervus elaphus, Capreolus cf. capreolus,
Panthera pardus, Lynx sp., Canis cf. lupus, Cuon sp., Testudo
hermanni, Oryctolagus cuniculus, Lepus sp., entre toda una
serie de taxones de muy pequeñas dimensiones, principalmente roedores y aves (Iturbe et al., 1993; Machado et al., 2013;
Machado y Pérez, 2016; Martínez-Valle, 1996; Pérez et al.,
2017a; Pérez y Sanchis, 2021; Sanchis et al., 2015a, 2015b;
Sarrión, 1990).
15
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Para finalizar, cabe destacar el importante conjunto fósil recuperado en el yacimiento del Pleistoceno medio y superior de
la Cova de Molí Mató (Agres). En este yacimiento de naturaleza
arqueo-paleontológica son especialmente abundantes los restos
de caprinos determinados por Inocencio Sarrión como Capra cf.
camburgensis, acompañados de un menor número de restos de
Equus ferus, Equus hydruntinus, Bos primigenius, Ursus prearctos, Ursus arctos, Stephanorhinus hemitoechus, Cervus elaphus,
Dama cf. clactoniana, Capreolus capreolus, Oryctolagus cuniculus, Crocuta spelaea, Panthera spelaea, Canis lupus, Vulpes
vulpes, Sus scrofa, Testudo cf. hermanni, además de un pequeño
conjunto de micromamíferos también estudiado (Martínez-Valle
y Guillem, 2015; Sarrión, 2010; Sarrion et al., 1987).
3.1.4. yacimientos arqueológicos
El término municipal de Alcoi no es solo rico a nivel paleontológico, sino que también alberga numerosas evidencias arqueológicas que ponen de manifiesto su ocupación por los grupos
humanos desde el Pleistoceno medio. Este hecho se exterioriza
en la gran cantidad de intervenciones arqueológicas realizadas
desde finales del siglo XIX en la zona, la distribución de algunos
materiales por distintas instituciones museísticas y de investigación de diversas partes del mundo, así como el rico patrimonio
conservado en el Museu Arqueològic Municipal Camil Visedo
Moltó fundado en 1945 (Aura y Segura, 2000).
La gran mayoría de yacimientos descubiertos hasta el momento en los valles alcoyanos presentan cronologías mucho
más recientes que las tratadas en el marco de este libro, principalmente de los periodos Epipaleolítico-Mesolítico y otros eminentemente holocenos (Aura, 2000). Aun así, son relativamente
importantes los hallazgos de cronología pleistocena, tanto en
contexto de cueva o abrigo como al aire libre (Molina et al.,
2016; Molina, 2016). Al margen del yacimiento de El Salt, el
cual trataremos con relativa profundidad en el siguiente apartado, existen otros emplazamientos en cuevas y abrigos rocosos
de gran importancia en los propios valles y territorios cercanos,
claramente adscritos al Pleistoceno superior: el Abric del Pastor,
Cova Beneito, Coves d’Estroig y Cueva del Cochino.
Abric del Pastor: es un abrigo rocoso situado en el macizo
calcáreo de origen mioceno que conforma la Serra Mariola, a una
altitud de 820 m s.n.m., ubicado al margen derecho del Barranc
del Cinc, con orientación NE y con una superficie cercana a 60
m2 (figura 7). Geológicamente se trata de un paleotubo kárstico
erosionado a expensas de una formación caliza conglomerática,
en un contexto de calcirruditas bioclásticas del Tortoniense. Los
primeros trabajos arqueológicos fueron realizados por Mario
Brotons en 1953 bajo la dirección del profesor Francisco Jordá,
paralizándose hasta su nueva puesta en valor a partir del año 2005
bajo la dirección de Bertila Galván (Hernández et al., 2014). Su
registro material se compone de un importante conjunto de industria lítica, principalmente sobre sílex, con evidencias de talla
in situ y un gran número de elementos retocados que lo asocian
claramente al Paleolítico medio (Galván et al., 2008; Molina et
al., 2010). A nivel faunístico se registra una importante actividad cinegética sobre cabra, ciervo y caballo, pero especialmente
sobre la tortuga mediterránea, taxón que predomina en la fauna recuperada (Morales y Sanchis, 2009; Sanchis et al., 2015a,
Pérez et al., 2017a). Del mismo modo, se han podido registrar
un número importante de estructuras de combustión, principal16
mente reconocidas por su impacto térmico sobre el sustrato. No
obstante, el registro antracológico se muestra muy rico en el yacimiento (Vidal-Matutano, 2016a, 2015; Vidal-Matutano et al.,
2015). La excavación en extensión del yacimiento y un trabajo
minucioso de campo y laboratorio a través de técnicas arqueoestratigráfícas, ha permitido la identificación de ocupaciones
cortas y dilatadas en el tiempo, con un nivel de aproximación
temporal que en pocos yacimientos del Paleolítico medio es imposible alcanzar (Machado et al., 2013; Sossa-Ríos et al, 2022).
Hasta el momento ha sido posible reconocer seis unidades estratigráficas, datadas por ESR/U-Series y OSL entre 48 ± 5 Ka y
62 ± 10/-9 Ka (Connolly et al., 2019; Mallol et al., 2019).
Cova Beneito: es un yacimiento en cueva ubicado en el término municipal de Mur d’Alcoi, concretamente en la vertiente
sur de la Serra del Benicadell a una altitud de 650 m s.n.m. y una
orientación O-SO (figura 8). Geológicamente se ubica en un paquete de dolomías grises en los alrededores de l’Alt dels Volcadors, conformando un abrigo de grandes dimensiones cuya visera actualmente se encuentra desprendida. A partir de 1980, los
trabajos arqueológicos realizados dieron a conocer una de las
secuencias pleistocenas más largas de la zona, con distintos niveles que se extienden desde el Paleolítico medio (Nivel XII-X)
al Paleolítico superior inicial y Gravetiense (Nivel IX-V), Solutrense (Nivel IV-III) y Solutreogravetiense (Nivel II), hasta
una importante secuencia Holocena (Nivel I) (Domènech-Faus
et al., 2012, 2014, Domènech-Faus, 2005, 2004; Iturbe et al.,
1993). Los principales trabajos se han centrado en la secuencia
de Paleolítico superior, proponiendo importantes conclusiones
sobre los modos de vida y comportamientos de los grupos humanos que ocuparon esta región (Alamar, 2002; Iturbe et al.,
1993; Martínez-Valle, 1996).
Coves d’Estroig: se trata de un abrigo situado en la cabecera del Barranc de Vilanova (Cocentaina) y descubierto en el año
1948 (Faus et al., 1987; Segura y Cortel, 1984), los estudios realizados en el depósito de ladera exterior han permitido identificar
un conjunto disperso de industria lítica de características musterienses, considerando su posible origen en el relleno sedimentario procedente del abrigo (Faus, 2000; Galván, 1986; Villaverde,
1984). Los análisis macroscópicos explican su origen como zona
de aprovisionamiento de sílex por parte de los grupos humanos
prehistóricos, principalmente de los conglomerados tortonienses
que afloran en la mencionada ladera (Molina, 2016).
Cueva del Cochino: se trata de un yacimiento en cueva
localizado en la vertiente meridional de la Sierra del Morrón
(Villena), excavado en los años 50 del siglo XX por José María Soler García (Soler, 1956). A pesar de la escasez de datos
arqueoestratigráficos, el análisis de sus conjuntos líticos del
Nivel III permitió fijar su adscripción cronológica y cultural al
Paleolítico medio. No obstante, junto a ellos han sido recuperados restos de sílex y cerámica de época reciente, posiblemente
debido a remociones de los niveles superiores e incorporación
de material del paquete musteriense a los Niveles II y I. Recientes trabajos sobre las materias primas han permitido identificar
cómo parte del sílex utilizado no se corresponde con productos
locales, identificándose el uso de un total de cinco tipos de materia prima silícea (Molina, 2016).
Respecto a los yacimientos al aire libre, el minucioso trabajo de campo realizado por el Javier Molina nos ha permitido
disponer de un amplísimo corpus de yacimientos en superficie
[page-n-30]
contexto arqueológico
lo de Michael Barton sobre el Valle del Polop y su modelización
sobre ecología humana, uso y asentamiento, comparando las
evidencias arqueológicas existentes desde el Paleolítico medio
al Neolítico en la zona (Barton, 2006).
3.2. EL YACIMIENTO DE EL SALT
3.2.1. localización
Figura 7. Vista general del yacimiento de Abric del Pastor.
El yacimiento de El Salt, localizado en el término municipal de
Alcoi, Comarca de l’Alcoià (Lat. 38º 41’13’’– Long. 0º 30’33’’W)
(figura 9), es un asentamiento de abrigo al aire libre ubicado
en la cabecera del río Serpis y estribaciones surorientales de
la Serra Mariola, a una altura de 680 m s.n.m. El yacimiento
se sitúa bajo una gran pared de 38 metros de altura, vinculada a un salto de falla que provocó el cabalgamiento de calizas
paleocenas sobre conglomerados oligocenos, integrada en una
gran formación travertínica posterior que ha sido identificada a
lo largo de 2,5 km en las estribaciones de la Serra de Mariola.
Este importante edificio travertínico se ha formado a expensas
del caudal del Barxell que vertía aguas sobre el salto de falla
durante el Pleistoceno, además de un paleolago conformado a
espaldas de las calizas paleocenas verticalizadas, que funcionaron como represa natural. Aunque el espacio habitado llegó a
estar cubierto casi al completo, el capuchón travertínico sufrió
varios derrumbes, tanto en fases previas a las ocupaciones humanas del yacimiento como durante ellas (Galván et al., 2014a;
Ordóñez et al., 2016) (figura10).
El entorno circundante al yacimiento se caracterizaba por una
amplia diversidad de los recursos abióticos y bióticos de origen
animal y vegetal, que permitieron la subsistencia de los grupos
neandertales, gracias sobre todo a la existencia de áreas de roquedo, alta montaña, llanuras o praderas y cursos fluviales (Molina, 2016; Vidal-Matutano, 2016a). Este hecho se pone de manifiesto en la relativa abundancia de enclaves pleistocenos localizados en cuevas, abrigos y al aire libre en nuestra área de estudio.
3.2.2. historia de las excavaciones
Figura 8. Vista aérea del yacimiento de Cova Beneito. Fotografía:
Javier Molina.
con evidencias de industria lítica, no exclusivamente ligados al
aprovisionamiento de materia prima, sino también muy posiblemente a otro tipo de recursos bióticos (Molina, 2016). Este es el
caso de los conjuntos para el aprovisionamiento mixto, lítico y
biótico, localizados en el Fondo d’Alfàs (Castalla), el Valle Alto
de Polop (Alcoi), T2 del Barxell (Alcoi-Bocairent), T1 y T2 del
Serpis (Benàmer, Benimarfull), la Albufera de Gaianes, terraza TGB del Vinalopó, o bien los conjuntos de “uso exclusivo”
para la explotación de recursos naturales no silíceos, como los
localizados en La Capella (Benifallim), el Barranc del Regall
(Xixona), la Albufera de Gaianes y el Barranc Fondo (Planes),
la cuenca del río Verd o Montnegre, la cuenca de Albaida o el
yacimiento de Casa Turrià (Onil), entre otros (Molina, 2016).
Otros trabajos han sido realizados desde el ámbito de la Arqueología espacial, intentando explicar el uso y explotación por
parte de los grupos humanos de los valles alcoyanos desde el
Pleistoceno a tiempos recientes. De especial interés es el capítu-
Las primeras noticias sobre el potencial arqueológico del yacimiento de El Salt se deben a Juan Faus Cardona, erudito natural
de Alcoi e interesado por la arqueología local, quien en el año
1959 descubre algunas evidencias de industria lítica musteriense en los entonces jardines de la finca de Villa Vicenta5, a pesar
de que en 1913 el Abate Henry Breuil lo visitara con motivo de
su viaje a la comarca para visitar el abrigo de La Sarga, recién
descubierto, sin que le confiriese un valor arqueológico relevante, probablemente dado el origen de su traslado en busca de
pinturas. Los descubrimientos de Faus fueron dados a conocer
al entonces conservador del Museu Arqueològic Municipal de
Alcoi, Vicente Pascual Pérez, quien se puso en contacto con
Lluís Pericot, profesor de la Universitat de Barcelona. Ello supuso la realización de dos cortas campañas de excavación entre
los años 1960 y 1961, codirigidas por Vicente Pascual y Ricardo
Martín, gracias a la financiación de la Werner Green Foundation. Por su parte, otro erudito local y excavador asociado al
Servei d’Investigació Prehistòrica de Valencia (SIP), Fernando
5
Antigua finca perteneciente a la familia del Poeta Juan Gil Albert, en
la cual se encuentra emplazado el yacimiento de El Salt.
17
[page-n-31]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 9. Localización geográfica en la península ibérica y mapas topográficos de relieve de los valles alcoyanos, especificando la altura
de los principales hitos geológicos, la ciudad de Alcoi y el yacimiento de El Salt. Autoría: Ana Fagoaga.
Ponsell Cortés, realizó en el año 1962 una amplia cata en la
zona interna del actual yacimiento, de la cual extrajo numerosos
materiales arqueológicos. Gran parte del material recuperado
en estas intervenciones fue depositado en el Museu Arqueològc
Municipal de Alcoi, mientras que se realizó el envío de pequeñas colecciones al Museo Arqueológico de Barcelona, al Museu de Prehistòria de València y la Wenner-Gren Foundation en
agradecimiento de su ayuda.
Desde 1986 la excavación del yacimiento se vino realizando de forma sistemática bajo la dirección de Bertila Galván en
primera instancia y más reciente por Cristo Manuel Hernández
y Carolina Mallol, adscritos a la Universidad de La Laguna
(Tenerife). Debido a las intervenciones de los años sesenta, la
mayor parte de los trabajos se han centrado durante estas últimas décadas en el denominado Sector I, lugar donde se localiza
la secuencia de Paleolítico medio. No obstante, en las últimas
campañas y con especial énfasis tras el año 2007, las labores de
18
excavación se han extendido también al denominado Sector II,
donde se conserva aún un importante depósito holoceno sobre
los sedimentos del Pleistoceno, de gran interés de cara a estudiar
el período que comprende el final del Paleolítico medio y los
inicios del Paleolítico superior en la zona, a partir de un enfoque
multianalítico e interdisciplinar (Galván et al., 2014a).
Dado el largo recorrido de las campañas de excavación, los
objetivos de investigación definidos para el yacimiento han variado de manera considerable desde sus inicios. Así pues, en un
primer momento existía un especial interés por el conocimiento
de la secuencia estratigráfica y cronología del yacimiento, así
como del tipo de materiales que lo conformaban. Este interés
se tradujo en la generación de informes y publicación de varios
trabajos que daban a conocer tanto el yacimiento como parte
de su contenido arqueológico (Alamar, 2002; Fumanal, 1994;
Galván, 1992; Garralda, 2005; Rodríguez et al., 2002; Sarrión,
1990). No obstante, fue a partir de la entrada del nuevo mile-
[page-n-32]
contexto arqueológico
Figura 10. Yacimiento de El Salt, su entorno inmediato y superficie durante las excavaciones de la Unidad Estratigráfica Xa.
19
[page-n-33]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
nio cuando los objetivos se ampliaron, preocupados no solo por
dar a conocer los materiales recuperados y su relación con las
formas de gestión de los grupos humanos asentados en el territorio (Dorta et al., 2010; Fagoaga et al., 2016; Garralda et al.,
2014; Molina et al., 2016, 2014, 2010; Morales et al., 2008;
Pérez et al., 2017a, 2015, Vidal-Matutano et al., 2017b, 2018),
sino también por definir desde una perspectiva más concreta en
el tiempo las distintas ocupaciones humanas que se sucedieron
en El Salt, empezando a desarrollarse un trabajo multidisciplinar centrado en los procesos de formación del depósito y más
recientemente la aplicación de técnicas dirigidas a la disección
de palimpsestos arqueológicos (Afonso, 2013; Galván et al.,
2014a, 2014b; Gómez et al., Leierer et al., 2020; 2010; Machado, 2016; Machado et al., 2016, 2011; Machado y Pérez, 2016;
Mallol et al., 2013a, 2013b; Marrero et al., 2011; Pérez et al.,
2017b, 2020; Rodríguez-Cintas y Cabanes, 2015; Sistiaga et al.,
2014; Vidal-Matutano, 2016b).
3.2.3. secuencia estratigráfica y marco cronológico
El yacimiento se compone de trece unidades litoestratigráficas y
cinco segmentos en un depósito de 6,3 metros de espesor, definidas en un primer momento por María Pilar Fumanal (Fumanal,
1994) y posteriormente redefinidas de acuerdo con las características texturales macroscópicas y su contenido arqueológico
(figura 11). La secuencia ha sido datada por distintos métodos
radiométricos, proporcionándonos una horquilla temporal que
se inicia en 81,5 ± 2,7 Ka / 80,175 ± 4 Ka (U/Th) para la base
carbonatada, sin ocupación humana (UE XIII), y continúa entre
los 60,7 ± 8,9 Ka (TL) hasta los 44,7 ± 3,2 Ka (OSL) (Galván et
al., 2014a, 2014b), donde se concentra la ocupación neandertal.
Se presenta a continuación una breve descripción de cada uno
de los segmentos.
Unidad XIII: Conjunto de estratos litoquímicos, de espesor
total desconocido (>1,20 m) y arqueológicamente estéril, datado
en su tramo más reciente por James L. Bischoff, profesor del
Geological Survey (EE.UU.) mediante TH/U en 81,5 ± 2,7 Ka y
80,1 ± 4 Ka. (MIS 5a). Se presenta como una amplia plataforma
subhorizontal, localizada al pie de la falla en distintos puntos del
yacimiento. Está integrado por una sucesión de costras de distintas características entre las que se disponen arenas calcíticas de
espesor variable (entre 2 y 10 cm). Sobre este conjunto se asienta
el depósito arqueológico. Hasta ahora, la única evidencia de actividad antrópica asociada a esta unidad consiste en un impacto
térmico de morfología subcircular (0,60 m de diámetro) identificado a techo del estrato y en contacto directo con la UE XII.
Unidades XII a IX: presentan un espesor medio de 1,5 m y
se caracterizan por una sedimentación limosa o limo-arenosa,
con abundantes restos arqueológicos y testimonios de combustión. En su base se documentó una facies constituida por
la acumulación de grandes bloques travertínicos, de varias toneladas de peso, junto con una gran cantidad de bloques de
tamaños inferiores, que se interpreta como un primer episodio
de caída de la visera. Se apoya directamente sobre el estrato
litoquímico (UE XIII), por tanto, esta caída fue previa a las
primeras ocupaciones humanas detectadas en El Salt, puesto
que la UE XII lo cubre. Por su parte, las UE XII a IX se caracterizan por la presencia de numerosas estructuras de combustión
planas, de dimensiones variables (0,20 m a 1 m de diámetro).
Su localización varía a lo largo de la secuencia, pero siempre
se concentran en el espacio comprendido entre la acumulación
de bloques del primer colapso y la pared travertínica. Habitualmente se asocian a ellas ricos conjuntos arqueológicos integrados por abundantes restos de fauna de aportación humana,
industria lítica, cantos de caliza con huellas de uso, etc. Este
Figura 11. Columna estratigráfica con esquema estratigráfico de la secuencia de El Salt.
20
[page-n-34]
contexto arqueológico
tramo del depósito arqueosedimentario se configura como un
denso palimpsesto de ocupaciones humanas recurrentes, integrado por una amalgama de acumulaciones de materiales cuya
estructuración espacial responde al modelo genérico de Hearth-Related Assemblage (Vaquero y Pastó, 2001; Dorta et al.,
2010). Esta parte de la secuencia está datada por TL entre 60,7
± 8,9 y 52,3 ± Ka.
En lo que respecta a la UE X, se trata de depósito de naturaleza predominantemente arqueológica, con una cronología de
ca. 52,3 ± 4,6 Ka. Fue descrita por María Pilar Fumanal (1994)
como un nivel “en contacto neto, su potencia es variable y oscila
entre unos 20 cm en el corte A, 15 en el B y 35 en el C. La base
es de trazado subhorizontal al suelo y el techo muestra una geometría suavemente ondulada. La textura es limoarcillosa, con
mínima presencia de cantos en los perfiles A y B, aunque se
agrupan ligeramente en C. Estructura masiva en B y C, pero la
intercalación puntual de líneas oscuras de origen antrópico pertenecientes a restos de combustión, presta un aspecto laminar
en A”. La autora asocia esta unidad a la estructura sedimentaria denominada Unidad-D, caracterizada por sedimentos finos,
oscuros, ricos en materia orgánica y de disposición horizontal.
Según la autora, se trata además de una unidad con un ligero deterioro de las temperaturas generales respecto con fases
anteriores. Esta primera descripción realizada tan solo a través
del estudio de los perfiles, fue confirmada a posteriori una vez
iniciado el proceso de excavación de la UE-X en el año 2006,
constatándose la presencia de diversos procesos hídricos sobre
la superficie y la existencia de importantes eventos de combustión. Se trata además de un nivel heterogéneo en su composición
y con naturaleza de palimpsesto, concentrándose en el área interna toda una sucesión de estructuras de combustión separadas
por finas laminaciones de limos naranjas y otras facies sedimentarias (SCa-R, Zlg, Lm), cuyo origen está en estudio mediante
un proceso analítico multidisciplinar (micromorfología de suelos, análisis químico de la materia orgánica, FTIR, paleomagnetismo, etc.). Hasta la actualidad se han registrado un mínimo de
77 hogares en toda la unidad, diferenciándose dos subunidades
principales en contacto neto:
• Subnivel Xa: textura limo-arcillosa (tonalidad 7.5 YR 3/2
Munsell soil color chart), con inclusiones de laminaciones negras, una potencia de 13-18 cm y localizada por
toda el área de excavación.
• Subnivel Xb: textura arcillo-limosa (tonalidad clara), con
inclusiones de laminaciones marrones-negras, una potencia de 13-18 cm y localizada en determinadas zonas del
área de excavación.
Los estudios de química orgánica llevados a cabo, ponen
de manifiesto el alto contenido lipídico (ácidos grasos) y de hidrocarburos (n-alcanos, esteroles y terpenos) en sus sedimentos,
especialmente en las estructuras de combustión. Ello ha permitido la identificación de biomarcadores de materia fecal animal
y humana en alguna de las estructuras recuperadas en la UE Xa
y Xb, siendo en el caso de los humanos la evidencia más antigua de este tipo de registro (Sistiaga et al., 2014). Derivado de
este estudio se ha podido observar cómo, a pesar del importante
consumo de carne en estas poblaciones, identificado gracias a
los altos porcentajes de coprostanol de las muestras, los gru-
pos neandertales que ocuparon El Salt también realizaban un
consumo recurrente de vegetales, atestiguado en la presencia de
5β-stigmastanol.
Unidades VIII a V-Inferior: su espesor fluctúa entre 1,5 y
2,8 m y está conformado por la acumulación horizontal de un
sedimento arenoso predominantemente geogénico. Este tramo
de la secuencia registra un progresivo decrecimiento de las evidencias de origen humano. La disminución de las estructuras de
combustión resulta muy elocuente en este sentido, donde sólo se
han identificado siete, frente a las decenas de hogares que han
sido excavados en las UE IX y X. Además, por lo general, aquellos son de menor tamaño y espesor que estos últimos. El resto del registro arqueológico presenta un comportamiento muy
semejante, acorde con la hipótesis de paulatino debilitamiento
de la presencia humana. A techo de la unidad VI se identifica
una nueva acumulación de grandes bloques, que evidencia un
segundo episodio de desmantelamiento de la cubierta protectora del abrigo. Este segmento ofrece una cronología por TL
entre 52,3 +/- 4,6 a 47,2 +/- 4,4 Ka. El V inferior (V-Inf) ha sido
datado por OSL entre 47,2 +/- 4,4 Ka (base UE) y 45,2 +/- 3,4
Ka (techo UE). Concretamente, en este último tramo, durante la
campaña de excavación del año 1987 fueron recuperadas seis
piezas dentarias, presumiblemente pertenecientes a un único individuo adulto-joven Neandertal de sexo masculino. Estas piezas se corresponden con dos molares (M1 derecho y M2 derecho)
y un pequeño fragmento de un tercero, dos premolares (P3 y P4
derecho) y un incisivo (I1 derecho) (Garralda, 2005; Garralda
et al., 2006a, 2006b, 2014). Debido a su posición estratigráfica,
presumiblemente en depósito primario, y su cronología, estos
restos humanos pertenecieron a un miembro de las últimas poblaciones neandertales que hasta la actualidad se conocen en las
montañas alicantinas.
Unidad V-Superior: conserva unos 0,50 m de espesor, al hallarse parcialmente truncada por un episodio erosivo de edad
holocena. Está constituida por una sedimentación masiva, limoarenosa, que incorpora una fracción gruesa de gravas heterogéneas a techo. La unidad V-Superior (V-Sup) es arqueológicamente estéril, excepto en el tramo superior de 0,20 m en el
que se han localizado dos láminas de sílex, una serie de piezas
líticas no diagnósticas y una pequeña estructura de combustión
a la que se asocia un rico conjunto de microcarbones. El tramo
estéril de la unidad ha sido datado por OSL en 44,7 +/- 3,2 Ka.
Unidades IV a I: es un segmento de 1,3 m de espesor consistente en una superposición de diferentes facies integradas
básicamente por cantos y gravas en una matriz limo-arcillosa.
El contacto entre las diferentes facies suele ser erosivo. Este
depósito, de edad holocena está ligado en su origen a la reactivación kárstica producida en el periodo comprendido entre los
9000-5000 BP en diversos enclaves de la vertiente oriental de
la península ibérica (Afonso, 2013). Se sitúa en contacto erosivo con la Unidad V superior, generando una importante cicatriz
que afectó de manera diferencial al depósito pleistoceno. Contiene materiales de cronología diversa en posición secundaria
adscritos al Paleolítico superior final, al Epipaleolítico/Mesolítico y al Neolítico antiguo.
En términos generales, de la extensión de casi 300 m2 que conforma el yacimiento de El Salt, la superficie de excavación perteneciente a cronologías del Paleolítico medio ocupa unos 60 m2.
Esto se debe en principio a varios motivos, siendo el primero
21
[page-n-35]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
de ellos el corte estratigráfico realizado durante dos campañas
de corta duración entre 1960 y 1961 bajo la codirección de Vicente Pascual y Ricardo Martín. Estas labores afectaron a gran
parte del área de excavación actual, llegando incluso a la base
geológica del yacimiento y sin que se estudiaran sus materiales
hasta que en los años ochenta del siglo XX iniciara su tesis doctoral Bertila Galván (1986) e Inocencio Sarrión realizara algunos análisis faunísticos preliminares (Sarrión, 1990). El último
condicionante de la actual superficie de excavación, es la carbonatación característica de las bandas 10 hasta la 17, lo que ha
supuesto que las principales tareas de investigación se centren
en la zona interna (bandas 9 a 2), donde el yacimiento muestra
una mayor complejidad y riqueza.
3.2.4. paleoambiente y paleoclima
El estudio del material antracológico y carpológico se ha realizado a partir de un muestreo sistemático por medio de la
flotación, cribado y recogida manual en el yacimiento (VidalMatutano, 2016a). A lo largo del depósito arqueológico se ha
identificado una tendencia general dominada por la utilización
del pino (Pinus nigra-sylvestris) con un 75-85% de representación, seguido de la presencia de enebro (Juniperus sp.), arce
(Acer sp.) y roble (Quercus perennifolio y caducifolio), además de la entrada puntual de taxones como el boj, fabáceas,
rosáceas, Pistacia, Hedera, monocotiledóneas, Ephedra, Ulmus y Salix-Populus (Vidal-Matutano et al., 2018). El importante porcentaje de pino de media-alta montaña invita a pensar
en la destacada posición de los bosques criófilos en los valles
alcoyanos durante el MIS 3, con unas condiciones más frías,
semejantes a las que actualmente se encuentran en las áreas
de alta montaña de la región y territorio circundante, sobre
todo en el Sistema Ibérico. Así pues, la reconstrucción vegetal
llevada a cabo, indica la existencia de un paisaje dominado por
extensos bosques de Pinus nigra y/o Pinus sylvestris, junto a
una vegetación típicamente submediterránea de tipo arbustivo
como son el boj, las rosáceas, enebros/sabinas, arces y fagáceas. Además, en las zonas cercanas a los cursos fluviales y
zonas umbrías se podrían encontrar taxones hidrófilos como
Salix-Populus y Ulmaceae.
Por lo que respecta al registro polínico, los primeros datos
que se conocen provienen del informe realizado por Michèle
Dupré el año 1992. La autora identificó en su trabajo diversas
fases ricas en polen (UE XII, VIII, VII), junto a otras totalmente
estériles (UE XI, X, IX, VI, V). En aquellas para las que existe
información, se reconocen unos parámetros paleoambientales
algo diferentes. Así pues, para la UE XII los datos informan
de un clima cálido, templado y húmedo, caracterizado por la
expansión del bosque mixto mesófilo de Quercus perennifolios
y caducifolios, junto a una menor presencia del pinar y otros
taxones típicamente mediterráneos como el olivo, el labiérnago
y el lentisco. Las herbáceas son variadas y están dominadas por
gramíneas. Posteriormente, en la UE VIII se determinan en torno a 21 taxones, continuando el predominio de la base arbórea,
aunque con una desaparición de los Quercus caducifolios y una
reducción de los taxones mediterráneos. Climáticamente, no
obstante, se trataría de un periodo cálido, quizás algo más seco
que el precedente. Finalmente, la UE VII muestra una tendencia hacia la aridez, pero dentro de unas condiciones templadas,
donde el número de taxones se reduce a trece y se genera un
22
pinar poco denso con presencia de encinas. Actualmente nuevos
trabajos sobre el registro polínico están en curso, proporcionándonos en el futuro datos con los que comparar estos resultados.
Respecto a la microfauna, la abundancia de micromamíferos en el yacimiento de El Salt se dio a conocer por primera vez
y de manera parcial por Inocencio Sarrión en los años noventa,
publicando entonces una pequeña lista taxonómica donde se
mencionaba la presencia de Microtus brecciensis/dentatus, Microtus arvalis, Pitymys duodecimcostatus, Arvicola sapidus y
Crocidura russula (Sarrión, 1990). Años más tarde se llevaría
a cabo un nuevo análisis por parte de Pere Guillem, quien pone
en relación el registro del yacimiento con otros registros del
Pleistoceno medio, superior y Holoceno en la zona valenciana
(Guillem, 1995). Actualmente, los estudios sobre micromamíferos siguen en curso, proporcionando importantes datos de
carácter paleoclimático y paleoambiental. A través de un muestreo realizado en toda la secuencia, se ha podido observar una
distribución dispar de la riqueza taxonómica, correlacionable
con la intensidad de las ocupaciones humanas. Esta se muestra
mucho mayor entre las UE VI a XI que en la UE V, denotando
cambios en las condiciones del medio, en concordancia con los
estudios sedimentológicos y cronológicos realizados que ponen en relación la UE V con el evento Heinrich 5 (Fagoaga et
al., 2015). Por otro lado, en la UE Xb han sido reconocidos a
nivel taxonómico siete especies de roedores (Microtus arvalis,
M. agrestis, M. (Terricola) duodecimcostatus, M. (Iberomys)
cabrerae, Arvicola sapidus, Eliomys quercinus, Apodemus sylvaticus), cuatro insectívoros (Erinaceus cf. europaeus, Crocidura sp., Sorex sp. y Talpidae) y un lagomorfo (Oryctolagus
cf. cuniculus). La aplicación del Mutual Ecogeographic Range
(MER) and Habitat Weighting Methods (HWM) ha permitido
proponer la existencia de unas condiciones supramediterráneas, relativamente más frías (-3.3 ºC) y más húmedas (+113.3
mm), para el entorno del yacimiento hace ca. 52 Ka, en comparación con las condiciones mesomediterráneas actuales. Además de indicar la existencia de un ambiente caracterizado por el
dominio de los bosques abiertos (55%), junto a presencia de las
praderas secas (19%) y húmedas (16%) (Fagoaga et al., 2021,
2019, 2017, 2016).
Finalmente, los trabajos realizados sobre herpetofauna han
permitido determinar siete taxones diferentes en la UE Xb de
El Salt: tres anfibios (Alytes obstetricans, Bufo bufo s.l., Epidalea calamita) y cuatro reptiles (Blanus cinereus s.l., Chalcides
bedriagai, cf. Acanthodactylus erythrurus y cf. Rhinechis scalaris) (Marquina et al., 2017, 2021). Este registro pleistoceno es
coincidente con el corotipo Mediterráneo, que actualmente se
mantiene en la zona de estudio. La aplicación del HWM indica
un predominio del hábitat abierto de áreas húmedas y secas, junto a la presencia de zonas de matorral y bosque. Sin embargo,
los resultados del Mutual Climatic Range (MCR) y el MER,
a pesar de que entran dentro del bioclima mediterráneo, señalan unas condiciones climáticas relativamente diferentes para
el MIS 3 a las obtenidas sobre micromamíferos, coincidentes
con un periodo cálido que puede corresponderse con el evento
DO14. Esto puede deberse al propio método y distribución de
los taxones, teniendo la herpetofauna un mayor rango de distribución. No obstante, sí que existe coincidencia en la MAP
de ambos registros, informando de unas condiciones algo más
húmedas para MIS 3 en la zona (figura 12).
[page-n-36]
contexto arqueológico
Figura 12. NorthGRIP y correspondencia de la secuencia estratigráfica de El Salt. Fuente: Fagoaga et al. (2017b).
3.2.5. la disección de las ocupaciones humanas
A la hora de interpretar el comportamiento de los grupos humanos del pasado, estamos inexorablemente condicionados por la
dimensión temporal en la que tales grupos operaron y el contexto arqueosedimentario donde finalmente quedaron registradas
sus actividades. Un contexto al que nosotros accedemos desde
una escala temporal mucho más amplia (geológica) a partir de
métodos radiométricos y estratigráficos (Vaquero, 2008). Se trata además de un contexto dinámico, donde toda una serie de
procesos de formación/transformación se sucedieron a lo largo
de un dilatado espacio de tiempo, afectando al registro arqueológico que contiene (Galanidou, 1997; Holdaway y Wandsnider,
2008; Leroi-Gourhan y Brézillon, 1972; Schiffer, 1987). Resolver esta desconexión temporal entre el “tiempo etnográfico” de
las actividades humanas y el tiempo geológico en que se forman
los depósitos que las contienen, se presenta como uno de los
objetivos primordiales en la investigación arqueológica actual o
High-Resolution Archaeology, procurando poner orden en cada
evento de depósito, desmantelamiento o transformación de los
materiales implicados en la formación de un yacimiento y en
consecuente formación de palimpsestos arqueológicos (Bailey,
2008; Goldberg y MacPhail, 2006; Harding, 2005; Henry, 2012;
Lucas, 2010; Machado, 2016; Machado et al., 2016; Romagnoli
et al., 2018; Vaquero et al., 2012).
Para superar estas limitaciones, ha sido necesaria la aplicación de un protocolo metodológico multidisciplinar dirigido
al establecimiento de nuevas unidades mínimas de análisis, caracterizadas por una mayor resolución temporal, que permiten
evaluar mucho mejor la variabilidad de la conducta humana en
escalas de tiempo corto. Esto posibilita el planteamiento de un
modelo de investigación que aspire a explicar las características singulares de las múltiples ocupaciones humanas presentes
en un yacimiento concreto. Se diferencia ampliamente de los
tradicionales estudios globales de las antiguas unidades estratigráficas o niveles arqueológicos, útiles en el caso de que nuestra
intención fuera llevar a cabo una interpretación conductual de
larga temporalidad (Bailey, 1981, 1983). La arqueoestratigrafía
(estudio de la distribución tridimensional del registro mediante
Sistemas de Información Geográfica, remontajes de materia-
les, etc.), la microestratigrafía y algunas técnicas específicas
como el arqueomagnetismo, la dimensión espacial de los estudios antracológicos o el estudio del desgaste dental en distintos
animales y los análisis de isotopía constituyen actualmente los
baluartes fundamentales a partir de los que poder acometer este
tipo de aproximaciones que exigen, sobre todo, la integración
de múltiples proxis.
El carácter de palimpsesto arqueológico (palimpsest effect)
y sus características fueron establecidas por primera vez por
Geoff Bailey (2007). La inmensa mayoría de yacimientos pleistocenos entran dentro de alguna categoría de palimpsesto, siendo los más recurrentes las secuencias de palimpsestos acumulativos. Esto quiere decir que el depósito sedimentario no es otra
cosa que la superposición de materiales de origen antrópico o
natural, acumulados a lo largo de un tiempo relativamente largo,
viéndose afectados a su vez por distintos procesos de alteración.
Afortunadamente, los avances en la disección de palimpsesto
nos han permitido diferenciar eventos de depósito y establecer
nuevas unidades mínimas de análisis, aunque a día de hoy la
máxima aproximación espacio-temporal alcanzada ha sido el
aislamiento de un lecho de materiales presuntamente contemporáneos, en base a criterios estratigráficos y sedimentarios. En
esta línea, el equipo de investigación de El Salt y el Abric del
Pastor ha desempeñado un papel muy activo, debido principalmente al mayor potencial informativo de tales unidades respecto a los comportamientos humanos del pasado, frente al que se
puede generar a partir del empleo de las unidades estratigráficas
o niveles arqueológicos como marcos de referencia (Bargalló et
al., 2015; Bencomo et al., 2023; Bordes, 1975; Brochier, 1999;
Eixea et al., 2014; Gabucio et al., 2016; Henry, 2012; Hovers
et al., 2011; Lourdeau, 2011; Machado et al., 2013, 2016; Machado y Pérez, 2016; Malinsky-Buller et al., 2011; Mallol et al.,
2013a; Martínez Moreno et al., 2004; Morin et al., 2005; Rosell
et al., 2012; Sañudo et al., 2016; Sullivan, 1992; Vallverdú et
al., 2005; Vaquero, 2008; Vaquero et al., 2012; Vaquero y Pastó,
2001).
La investigación realizada ha permitido proponer la ausencia de ocupaciones largas en El Salt, frente a una recurrencia de
ocupaciones cortas, algunas centradas en el aprovisionamiento
de materias primas y actividades de talla in situ, junto a momentos de entrada puntual ligadas a la transformación de los recursos líticos. Además, los primeros resultados que combinan la información tecnológica, zooarqueológica y tafonómica, apoyan
la recurrencia de las ocupaciones cortas, con la identificación
de dos tipos de eventos de depósito: los ligados a la realización
de actividades de subsistencia tipo Hearth-Related Assemblage
(procesado y consumo de carcasas animales, producción y mantenimiento de la industria lítica, generación de fuegos en torno
a los que se articulan las actividades) y las entradas puntuales
para el aprovisionamiento exclusivo de materia prima lítica
(Machado y Pérez, 2016; Pérez et al., 2020).
No obstante, hemos de considerar que la escala geológica a
la que continúan actuando tales criterios no asegura la sincronía real del registro (Mallol y Hernández, 2016). Este hecho se
constata de manera recurrente en la aparición de comportamientos humanos que reflejan cierta diacronía en la acumulación de
los conjuntos, tales como la aportación de un número mínimo
de animales demasiado amplio para una única ocupación, o en
ocasiones la aportación de distintas materias primas litológicas,
23
[page-n-37]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
diversidad de estructuras de combustión, procesos de reciclaje,
etc. Aspectos conductuales que, por otro lado, no pueden ser
percibidos desde criterios puramente estratigráficos.
Los avances conseguidos permiten, además, poner de manifiesto la particularidad de cada depósito y la necesidad de adaptar
los métodos de excavación y procedimientos analíticos a la hora
de explorar la temporalidad de nuestros conjuntos arqueológicos.
La presencia de hogares
Los altos niveles de conservación de estructuras de combustión
recuperadas en el yacimiento de El Salt, hacen de este uno de los
yacimientos claves para el estudio del uso y control del fuego durante el Pleistoceno superior en Europa, junto a conocidos yacimientos como el Abric Romaní y la Cova de Bolomor (península
ibérica), Saint Cesaire, La Quina, Pech de l’Azé y Roc del Marsal (Francia), o Tabun, Kebara y Hayonim (Próximo Oriente).
Por lo que se refiere a las estructuras de combustión identificadas, todas son hogares planos, con unas dimensiones que
oscilan entre 0,20 y 1 metro de diámetro, generalmente relacionadas con otras hogueras, siendo rara su aparición de forma
aislada (figura 13). Muchas de estas estructuras han sido recuperadas intactas, caracterizadas por una fina capa cenicienta que
presenta una estructura celular pseudomórfica similar a la del
pino. Otras se recuperan parcialmente desmanteladas, con rasgos estructurales de pisoteo, según se ha podido determinar a
través del estudio micromorfológico. Su emplazamiento muestra un patrón espacial redundante, debido a su localización preferente en las inmediaciones de la pared travertínica. Por otro
lado, el estudio de la termoalteración de los travertinos, calizas,
sílex y fauna recuperada en ellas revela temperaturas de hasta
700-800ºC en algunos casos, aunque generalmente no superarían los 500ºC (Dorta et al., 2010; Mallol et al., 2013a, 2013b;
Pérez et al., 2017b; Rodríguez-Cintas y Cabanes, 2015).
Junto a la evidencia directa de los hogares, se ha registrado
toda una serie de facies termoalteradas, cuya resolución a nivel
espacial y temporal es fundamental a la hora de establecer relaciones de sincronía/diacronía entre los conjuntos de materiales
que conforman el palimpsesto de El Salt. Ejemplo de ello es
el amplio trabajo experimental realizado en los últimos años
en el marco del proyecto Neanderthal Fire Technology y su
comparativa con el registro arqueológico. Entre los resultados
más relevantes, está la identificación y caracterización de las
black layers o suelos termoaltetrados, capas con un espesor de
entre 1-3 cm sobre las que se realizarían posteriormente las hogueras, ya sea por los grupos neandertales en el caso arqueológico o por el equipo de investigación en las experimentaciones
(Mallol et al., 2013a, 2013b). De acuerdo con los estudios micromorfológicos, los fitolitos y el análisis lipídico, estos suelos
presentan un grado de termoalteración inferior a los 400ºC y
se componen principalmente de materia orgánica (MOS, hojas,
tallos, raíces, tejido lignificado, partículas orgánicas amorfas,
hongos, esporas) en una matriz arenosa bioturbada, con abundantes microfragmentos óseos, restos coprolíticos y frutos de
Celtis sp. Por el contrario, las microlascas de sílex, carbones
y restos óseos de fauna son escasos en las capas al tratarse de
facies poco antropizadas.
Respecto a los análisis de fitolitos y FTIR, el estudio comparativo de diversas muestras provenientes de estructuras de
combustión de la UE Xb, ha permitido distinguir aportes producidos por los grupos humanos, de otros producidos por agentes
naturales. Así pues, se ha constatado el uso de madera y corteza
como combustible, junto a una alta presencia de monocotiledóneas y restos vegetales depositados de manera natural, caso
sobre todo de los restos provenientes de frutos y semillas de
Celtis sp. Posiblemente, esto es así debido al depósito continuo
de guano derivado de la defecación de las aves. Por otro lado,
con el análisis mineralógico se ha confirmado la presencia de
cenizas de origen antrópico, además de arcillas termoalteradas
y minerales fosfáticos en la composición de los sedimentos (Rodríguez-Cintas y Cabanes, 2015).
3.2.6. el registro material de origen antrópico
La producción lítica tallada
Figura 13. Superficie de excavación de la UE Xa de El Salt con la
presencia de hogares paleolíticos y su excavación.
24
La industria lítica recuperada en El Salt está realizada, eminentemente, sobre sílex local. No obstante, se ha identificado un
empleo puntual de sílex de origen alóctono y materiales calizos
para la producción de herramientas y desarrollo de actividades
diarias: percutores, retocadores y yunques. La gran mayoría de
formaciones silíceas explotadas en los valles alcoyanos provienen de niveles mesozoicos y cenozoicos del Prebético Alicantino y sur de Valencia, formados en un ambiente marino de
plataforma o arrecifal/pararrecifal, con una especial recurrencia
sobre las cuencas neógenas del territorio. Su captación se realizó
tanto en niveles geológicos con sílex primario, como en niveles
geológicos detríticos con sílex secundario (conglomerados, calizas bioclásticas, etc.). Hasta el momento, se han identificado un
total de seis grandes tipos o variedades de sílex local explotadas,
entre los cuales existe además una cierta variabilidad interna:
Beniaia, Font Roja, Mariola, Serreta, Escobella y Catamarruc
(figura 14). El tipo Serreta se fija como la variedad más utilizada
en el yacimiento de El Salt, además de en otros enclaves arqueológicos de la región hasta bien entrado el Neolítico, teniendo
lugar su captación en depósitos detríticos del Oligoceno (Mayor
et al., 2022; Molina et al., 2016, 2011; Molina, 2016).
[page-n-38]
contexto arqueológico
Figura 14. Mapa de distribución de los recursos silíceos del Prebético y cuencas neógenas de Alicante y sur de Valencia. Fuente: Molina
(2015).
La producción lítica sobre sílex registrada en El Salt se basa
en la explotación de bloques, nódulos y lascas mediante el método Levallois, aunque también se ha identificado un uso puntual
de otras formas de reducción, caso entre otros de la talla bifacial
y multipolar (Machado et al., 2016; Mayor et al., 2019. Estos
trabajos están ligados al desarrollo de actividades de procesado
carnicero y vegetal, trabajo de la piel y la madera (Rodríguez et
al., 2002), además de acciones de preparación de filos. Entre los
elementos retocados, son especialmente abundantes las raederas, manteniéndose de forma constante toda la producción en la
secuencia adscrita al Paleolítico medio. Solo a partir de la zona
superior de la UE V, sobre un nivel de sedimento estéril de 30
cm de grosor, empiezan a aparecer algunas láminas adscritas a
la talla laminar propia del Paleolítico superior. Muchos de los
utensilios, fueran retocados o no, parecen haber sido aportados
al yacimiento previamente configurados, mientras otros se recolectan y reutilizan en el propio asentamiento.
Los cantos con huellas
Junto a las evidencias anteriores, entre el material recuperado
en El Salt se dispone de un amplio conjunto piezas líticas no
tallados de aportación antrópica, relacionados básicamente con
las actividades de percusión. Estos consisten mayoritariamente
en cantos rodados de caliza y bloques, aunque estos últimos en
proporción mucho menor. Las materias primas relacionadas con
tales instrumentos de trabajo son principalmente calizas detríticas (fosilíferas, micríticas y esparíticas, e incluso micrítico-esparíticas), en forma de cantos rodados. Tales litologías de origen
cuaternario abundan en los conglomerados de la parte superior
de la propia pared travertínica del yacimiento, presentando las
mejores condiciones para su uso como instrumental de percusión al ser de grano fino y no propiciar las roturas accidentales
durante el trabajo. No obstante, estas también están presentes
en el entorno más inmediato y cuencas cercanas al yacimiento.
Puntualmente se registran algunos cantos de arenisca, recolectados muy probablemente en el contexto fluvial. Por su parte, los
bloques son también de naturaleza caliza y parecen proceder del
propio yacimiento, indicando una captación de recursos con un
coste energético mínimo o muy bajo.
Este conjunto, actualmente se encuentra en proceso de investigación pluridisciplinar, implicando el desarrollo de un
programa experimental y análisis traceológico. Las investigaciones en curso deben dilucidar el problema latente del posible uso de baja intensidad de este instrumental de percusión,
25
[page-n-39]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
dejando trazas de actividad muy débiles o imperceptibles, que
invisibilizan el uso antrópico por distintas razones: material de
contacto suave, pocas repeticiones de la acción, corta duración,
aplicación de poca fuerza. Hasta el momento, se ha llevado a
cabo un primer análisis microscópico de huellas de uso sobre
una corta serie de ellos en la UE Xa (Rodríguez et al., 2002), así
como el estudio de los materiales de percusión procedentes de
las UE X-IX. En estas últimas unidades el conjunto de materiales confirma la presencia de huellas (pulido, abrasión, impactos
de percusión y estrías) en 134 cantos y 53 bloques, 2 lascas de
canto y 29 lascas de bloque.
Las tareas de percusión son claramente activas, con el uso
de percutores, y pasivas, mediante el empleo de yunques. El
instrumental activo está integrado por los percutores sobre cantos de caliza, que exhiben marcas de impactos en los extremos
(además de otros estigmas), con mayor o menor desarrollo en
función del uso. Tienen una presencia recurrente y aparecen
asociados a un amplio registro lítico tallado y faunístico, que se
complementa con numerosos hogares y evidencias de combustión. Todo ello nos permite documentar su intervención directa
en ambas actividades, cuyo desarrollo en buena parte ha tenido
lugar in situ. Por otro lado, los yunques son los instrumentos
pasivos de la percusión sobre bloques de tendencia plana, rotos
de forma natural, debido a su uso como mesa de trabajo.
El combustible leñoso
Los trabajos de investigación de naturaleza arqueoestratigráfica y comportamental a partir del registro antracológico, han
aportado resultados muy interesantes de cara a comprender la
gestión llevada a cabo por los grupos neandertales en el entorno
ambiental previamente comentado, así como la organización a
nivel intrasite en El Salt (Vidal-Matutano, 2016b; Vidal-Matutano et al., 2017). Los análisis de distribución espacial de taxones y análisis espacial plantean un radio teórico de entre 1 a
5 km para la madera, coincidente con el área básica planteada
para el aprovisionamiento del sílex, lo que refuerza la idea de El
Salt como un punto estratégico en el entorno de los valles alcoyanos. Por otro lado, a nivel intrasite, debemos destacar cómo
el estudio de los patrones de degradación por actividad fúngica
sobre la madera empleada en diversas estructuras de combustión de la UE Xb (H50, H57), se pone en relación con su empleo consciente por parte de los grupos humanos en las tareas de
ahumado, proponiendo además su uso en otoño-invierno a partir
del registro de semillas de arce (Vidal-Matutano et al., 2018,
2017). Por otro lado, la colecta de taxones como las legumbres,
el enebro y semillas de arce, se asocian a un consumo antrópico
a final de primavera e inicios del verano, dada su riqueza en
carbohidratos y proteínas en los meses previos a que los árboles
frutales generan una mayor cantidad de frutos. Finalmente, la
presencia de semillas de tejo (Taxus baccata) no carbonizadas
y la ausencia de restos antracológicos de este taxón en El Salt,
abre la posibilidad de un uso del tejo para otras actividades no
relacionadas con el consumo, en contraposición a su uso como
combustible en el yacimiento cercano de Abric del Pastor (Vidal-Matutano, 2015).
Las semillas y frutos
El registro de semillas y frutos, aunque escaso, también ha sido
estudiado en el yacimiento, determinándose al menos siete taxones a partir de material termoalterado disperso y concentrado en
26
estructuras de combustión: Acer sp., Celtis australis, Fabacea,
Galium sp., Juniperus sabina, Rubus cf. laciniatus, Taxus baccata. Parte de los materiales reconocidos pudieron haber sido
lanzados al fuego junto a la madera como combustible, aunque también se plantea el uso intencional de algunas semillas
(Vidal-Matutano et al., 2018).
La fauna de macrovertebrados
Aunque a lo largo del libro nos centraremos en exponer aspectos relacionados con los fragmentos animales reconocidos en El
Salt, explicaremos a continuación los distintos trabajos de investigación realizados hasta el momento, así como una primera
exposición del listado taxonómico determinado.
Los primeros análisis faunísticos del yacimiento fueron
realizados por Inocencio Sarrión a inicios de los años noventa, incluyendo la fauna de El Salt como elemento comparativo
en su estudio sobre el yacimiento del Pleistoceno medio de la
Cova del Corb (Ondara, Alicante) (Sarrión, 1990). Previamente
a esta publicación, durante 1982 y 1989 Sarrión realiza varios
trabajos inéditos de los materiales faunísticos recuperados durante las campañas de 1960 y 1961. Estos informes tendrían un
carácter eminentemente paleontológico, centrados en la osteometría comparativa de Oryctolagus cuniculus, Capra pyrenaica, Cervus elaphus, Equus caballus, Equus hydruntinus, Bos
primigenius, Sus scropha, Felix (Lynx) spelaea, Dicerorhinus
sp. (cf. hemitoechus), Testudo hermanni y diversos taxones de
mustélidos, aves y micromamíferos. No será hasta la primera
década del siglo XXI cuando los estudios faunísticos de El Salt
se retoman, junto a las nuevas evidencias del Abric del Pastor,
ahora de la mano del Juan Vicente Morales Pérez, en colaboración con Jean-Philip Brugal y Alfred Sanchis. Estos llevarán
a cabo una revisión del material recuperado en las campañas
dirigidas por Bertila Galván, generando diversos informes sobre
las colecciones antiguas del Abric del Pastor y los materiales
recuperados en la secuencia del Paleolítico medio de El Salt,
así como algunas publicaciones de carácter zooarqueológico
sobre los procesos de fracturación/fragmentación en huesos
largos indeterminados (Morales et al., 2008) y la rarificación
de la tortuga mediterránea en el oeste mediterráneo (Morales
y Sanchis, 2009). A partir del año 2013 comenzamos a generar
nuevos datos a nivel zooarqueológico y tafonómico (Machado
y Pérez, 2016; Mallol et al., 2013b; Pérez, 2019; Pérez et al.,
2015, 2017a, 2017b, 2019, 2020; Pérez y Sanchis, 2021; Pérez,
2014, 2015; Sanchis et al., 2015a).
En términos de composición faunística, El Salt presenta una
variabilidad de especies dominada por taxones con preferencia
por climas cálidos o temperados y ambientes abiertos, así como
de taxones de caracteres euritermos, no habiéndose recuperado
hasta el momento ningún taxón de claros requerimientos fríos.
A su vez, la diversidad específica en El Salt es relativamente
amplia, con un predominio de ungulados de talla media/pequeña (Cervus elaphus, Capra pyrenaica) y de talla grande (Equus
ferus), cuyo depósito es inequívocamente antrópico dada la gran
cantidad de marcas de corte, impactos de percusión, termoalteraciones y gestión diferencial de las partes esqueléticas reconocidas. No obstante, junto a ellos aparecen otros taxones cuya
introducción al yacimiento no es del todo clara, a excepción del
conejo (Oryctolagus cuniculus), cuyo origen se debe principalmente al aporte de las aves rapaces y pequeños carnívoros, con
escasos ejemplos de introducción antrópica. Bovinos, rupica-
[page-n-40]
contexto arqueológico
prinos, suidos, rinocerontes, testudinos, pequeñas aves y carnívoros forman parte de este elenco de animales que aparecen de
forma menos recurrente en el yacimiento y en muchos casos,
posiblemente sin tener que ver con un aporte antrópico. En el
caso concreto de los carnívoros, cabe destacar como a pesar del
escaso número de restos recuperados, se ha podido determinar
la presencia de dos especies de cánidos (Canis cf. lupus, Cuon
sp.) y otras dos especies de félidos (Panthera pardus, Lynx sp.).
Sin embargo, no se ha reconocido una intervención destacada
sobre el conjunto por parte de estos (Pérez y Sanchis, 2021).
Los restos con evidencias de mordedura, arrastres, punciones y
digestiones por la actividad de carnívoros son escasos.
27
[page-n-41]
[page-n-42]
4
Material y métodos
4.1. RECOGIDA DE DATOS
4.1.1. trabajo de campo y laboratorio
Durante las campañas de excavación sucedidas entre los años
1987 y 2014, se llevó a cabo la recogida del material que compone este trabajo a través de dos técnicas básicas: coordenado y cribado (figura 15). La superficie de trabajo ocupó una
extensión de 60 m2 y una profundidad de 2 m, excavada a
partir de cuadrículas de 1 m2 y de subcuadros de 50x50 cm. La
excavación se ha regido por el criterio estratigráfico, siguiendo las distintas facies de depósito a partir de su pendiente
natural, identificada en el apoyo del material arqueológico y
litológico.
Todo el registro arqueológico mayor de 2 cm, así como el material determinable de especial interés (huesos termoalterados en
contexto de hogar, fragmentos dentales, restos neonatales, etc.)
que no se tratase de conejo (Oryctolagus cuniculus) y/o micromamíferos, fue registrado tridimensionalmente (x, y, z) a través
del empleo de una estación total para su posterior tratamiento
en coordenadas UTM. El material de criba fue recuperado por
medio de tamizado en agua (luz de malla de 5 mm, 2 mm y 1
mm). Tras el secado, se procedió a su separación en base a la
naturaleza del material (lítica, sílex, carbón, fauna, microfauna,
malacofauna, ictiofauna) y luz de malla empleada. En nuestro
caso, gran parte del material óseo recuperado con dimensiones
mayores de 5 mm y excepcionalmente de 2 mm fue procesado,
reservando los restos de menor tamaño para los trabajos dedicados a la microfauna.
El siguiente paso consistió en el lavado y siglado del material coordenado para su estudio. En el laboratorio se acometieron las tareas de limpieza mecánica a través del empleo de agua
destilada y útiles suaves (brocha, hisopos, material de dentista).
Excepcionalmente, las piezas con altos niveles de concreción y
de gran riqueza informativa fueron limpiadas de forma mecánica con útiles de mayor potencia (cinceles, vibroincisor). Otros
materiales, debido a su deficiente grado de conservación, fueron sometidos a un proceso de restauración en los laboratorios
del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social
(IPHES). Actualmente, todo el material arqueológico que integra esta investigación está depositado en el Museu Arqueològic
Municipal Camil Visedo Moltó (Alcoi, Alicante).
4.1.2. registro en la base de datos
Siguiendo las líneas de trabajo establecidas por Cristina Real y
Juan Vicente Morales en sus respectivas tesis doctorales (Morales, 2015; Real, 2016), el empleo de una base de datos (BD) de
contenidos comunes y estandarizados, donde poder almacenar
toda la información zooarqueológica y tafonómica (registro básico, taxonomía, anatomía, osteometría, alteraciones bioestratinómicas y alteraciones diagenéticas, etc.) ha constituido una
parte central de nuestro trabajo. Así mismo, el manejo de toda
una serie de códigos de registro alfa-numéricos integrados en la
BD ha facilitado el registro de información. Sus características
centradas exclusivamente en la descripción morfológica de los
fragmentos y modificaciones, dejando para pasos posteriores la
interpretación de los conjuntos, permiten dar objetividad al análisis del material y llevar a cabo una comparación directa con
otras muestras trabajadas a partir de los mismos criterios. En los
apartados correspondientes llevaremos a cabo la explicación de
cada uno de los códigos empleados para el registro.
De esta manera, la necesidad de una interfaz dinámica, rápida y de fácil manejo ha sido el principal factor que nos ha llevado a decantarnos por el empleo de la base de datos desarrollada
en la Universitat de València (figura 16), cuya publicación se ha
realizado recientemente (Real et al., 2022).
29
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 15. Técnicas de coordenación, cribado y selección de materiales durante las campañas de excavación en el yacimiento de El Salt.
Fotografía: Sven Kleinhapl Vandermeersch.
Figura 16. Interfaz de la BD Principal (superior) y la BD Marcas (inferior) empleadas para el registro de datos.
30
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material y métodos
4.2. ESTUDIO ZOOARQUEOLÓGICO
4.2.1. identificación de los restos
A la hora de llevar a cabo nuestros análisis zooarqueológicos,
hemos partido de una clasificación de los restos según fueran
identificables o no identificables. Dicha distinción está relacionada con la posibilidad de ejecutar su adscripción anatómica y
taxonómica, dependiendo del grado de conservación de la pieza, presencia de elementos diagnósticos y la propia experiencia
del investigador:
• Restos identificados: se trata de las piezas cuya identificación anatómica y taxonómica ha sido posible efectuar.
• Restos no identificados: hemos de distinguir entre aquellos que nos ha resultado imposible su determinación
anatómica y taxonómica (fragmentos de huesos largos,
huesos planos, huesos articulares, huesos esponjosos e
indeterminados), de aquellos identificados únicamente a
nivel anatómico.
La importancia de los restos no identificados en los conjuntos pleistocenos se ha puesto de manifiesto en distintos artículos, dado que en ocasiones llegan a componer el 70-95% de
las muestras (Daujeard, 2004; Geiling et al., 2017). Su estudio
implica por tanto no solo una ampliación de la información obtenida entre el material identificable anatómica y taxonómicamente, sino también una comprobación de los resultados y un
acercamiento más certero a las actividades antrópicas realizadas
en el sitio (Morales et al., 2008).
En este trabajo, gran parte de estos restos ha sido posible
asociarlos a una talla esquelética o de peso corporal estimado
en base a la robustez, radio de circunferencia y espesor de la
superficie cortical. Partiendo de la clasificación empleada de
manera tradicional en los conjuntos zooarqueológicos (Bunn,
1986; Uerpmann, 1973), aunque adaptándola a las características de nuestro conjunto y el peso estimado para los representantes adultos de los taxones determinados en base a referentes
actuales (Palomo et al., 2007), hemos establecido para el material faunístico de El Salt cuatro tallas de peso: grande (> 300
Kg), media (100-300 kg), pequeña (5-100 kg) y muy pequeña
(< 5 Kg). La práctica ausencia de taxones de gran envergadura
en el conjunto (> 1000/1500 kg), a excepción de los fragmentos dentales de rinocerótidos, es el motivo por el cual no se ha
establecido una talla superior, aunque esta deberá considerarse
en los futuros análisis en caso de la aparición de un mayor número de restos y taxones. Por otro lado, dependiendo del grado
de madurez de cada especie, es posible la coincidencia de un
mismo taxón en distintas tallas de peso, por ejemplo, un caballo
infantil como talla media; un caballo adulto como talla grande.
Sin embargo, dada la dificultad para determinar la edad y taxonomía a partir de este tipo de fragmentos óseos, hemos optado
por generalizar los grupos de talla y las especies identificadas
en el yacimiento en base a los estándares de los individuos
adultos (tabla 2).
Esta clasificación debe ser tomada con cierta cautela, dado
que para su creación partimos de referentes taxonómicos actuales, cuya talla de peso puede ser distinta a sus homólogos pleistocenos según la zona geográfica o fase climática en la que nos
encontremos, así como el desarrollo ontogénico y edad de cada
animal (Davis, 1987; O’Connor, 2000; Yravedra, 2006a).
4.2.2. clasificación anatómica y taxonómica
Para la determinación anatómica y taxonómica de los restos se
ha recurrido principalmente a las colecciones osteológicas del
Gabinete de Fauna Cuaternaria Innocenci Sarrión del Museu de
Prehistòria de València (Valencia), el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Tarragona) y el Laboratoire
Méditerranéen de Préhistoire Europe Afrique (Aix-en-Provence, Francia). Por otro lado, se ha realizado la consulta de distintos atlas de anatomía comparada, (Barone, 1976; Hillson, 2005,
1995; Hue, 1907; Lavocat, 1966; Pales y Garcia, 1981; Pales y
Lambert, 1971; Schmid, 1972; Varela y Rodríguez, 2004) monografías (Gallego, 1992, 1987; Guérin y Patou-Mathis, 1996;
Melendez, 1995, 1992) y trabajos especializados centrados en
Tabla 2. Distribución de las tallas de peso aplicadas en este trabajo.
Talla de peso
Kilogramos
Espesor cortical
Taxón
Grado de madurez
Grande
> 300 kg
> 8 mm
Rhinocerotidae
Bos/Bison
Equus ferus
Joven, subadulto,
adulto, senil
Media
100-300 kg
5-8 mm
Cervus elaphus
Sus scrofa
Joven, subadulto,
adulto, senil
Pequeña
5-100 kg
2-5 mm
Capra pyrenaica
Rupicapra sp.
Canis lupus
Cuon sp.
Panthera pardus
Lynx sp.
Infantil, joven,
subadulto, adulto,
senil
Muy pequeña
< 5 kg
< 2 mm
O. cuniculus
Testudo hermanni
Avifauna
Micromamíferos
Neonato, infantil,
joven, subadulto,
adulto, senil
31
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
équidos, bóvidos, cérvidos, suidos, lepóridos y quelonios (Boneta-Jiménez, 2022; Bull y Payne, 1982; Castaños, 2014, 1986;
De Marfà, 2009; Eisenmann et al., 1988; Hervet, 2000; Prummel, 1987; Rivals, 2002; Sanchis, 2012). De igual modo, se ha
empleado toda una serie de recursos online a la hora de obtener
material de comparación y datos relativos a la taxonomía y distribución de las especies en la actualidad.
El registro de la información taxonómica en la BD se lleva a
cabo en la pantalla principal, donde se dispone de cinco campos
para el contenido taxonómico, dependiendo de nuestro grado de
identificación: Orden, Familia, Subfamilia, Género y Especie.
Los restos indeterminados se registran en su campo específico
según su talla de peso, siempre que sea posible, duplicados de
manera automática en el campo de Género, al ser empleado en
la vinculación entre las distintas bases de datos.
Respecto a la determinación anatómica, todos los elementos determinables han sido registrados a partir de cinco grupos
anatómicos: esqueleto craneal (C), esqueleto axial (A), miembro anterior (Ma), miembro posterior (Mp), extremidades (E)
y el elemento anatómico concreto. Para facilitar este proceso
se han empleado toda una serie de abreviaturas que se exponen
en la tabla 3.
4.2.3. osteometría
Dado el alto grado de fragmentación del conjunto y como medio para cuantificarlo, la mayoría de medidas atienden a la longitud y anchura mayor conservada de los restos. En el caso
de los huesos largos, siempre que los niveles de conservación
fueran óptimos, se ha tomado también el espesor de la parte
cortical, medida a partir de la cual hemos podido asimilar parte del registro a una talla de peso concreta. Aunque escasos,
se han recuperado algunos elementos anatómicos enteros y/o
parcialmente enteros, registrándose sus medidas en la BD Osteométrica siguiendo las pautas establecidas por Angela von
den Driesch (1976).
En el caso de los dientes, el grado de conservación es mucho mayor que en el esqueleto postcraneal, lo que unido a su
valor informativo sobre la edad de muerte de los animales y estacionalidad de las ocupaciones humanas, se han registrado sus
dimensiones y medidas específicas en la BD Dientes, siguiendo
las propuestas de Crégut-Bonnoure (1995) y Rivals (2002) para
caprinos y cérvidos, Castaños (1986) para équidos, Testu (2006)
para carnívoros y Lacombat (2005) para rinocerontes.
4.2.4. sexo
La atribución sexual de un resto óseo recuperado en contexto
arqueológico es quizás una de las tareas más difíciles de lograr
a causa de los sesgos propios del conjunto, la fragmentación del
material, indefinición ante el dimorfismo sexual de los animales
prehistóricos, problemas patológicos, adaptaciones ecológicas,
etc. Así pues, los estudios centrados en la determinación sexual
sobre conjuntos arqueológicos suelen ser escasos y siempre sometidos a una dura crítica. No obstante, algunos autores han intentado establecer diferencias sexuales a través de los patrones
de osificación de especímenes actuales, llegando a resultados
interesantes (Altuna, 1978; Arceredillo, 2015; Arceredillo et
al., 2011; Prummel y Frisch, 1986; Serrano et al., 2006). De
cara a abordar la distinción sexual en los conjuntos sería ne32
cesario contar con una cantidad de elementos o partes articulares completas. Sin embargo, la casi ausencia de estos datos
en el depósito arqueológico de El Salt, imposibilita que aquí
expongamos resultados, más allá de pequeñas aproximaciones
en conjuntos específicos.
4.2.5. edades de muerte y estacionalidad
Para la obtención de datos sobre la edad de muerte de los individuos y su correlación con la estacionalidad de las ocupaciones
humanas, hemos empleado dos recursos metodológicos básicos:
patrones de erupción y desgaste dental (tabla 4) y patrones de
osificación de las partes articulares (tabla 5). La mayoría de publicaciones realizadas al respecto se han llevado a cabo sobre
especies salvajes y domésticas actuales, por lo que su comparación con el material pleistoceno debe ser cautelosa. Salvando
esta limitación, hemos utilizado diversos manuales y atlas generales donde se tratan de forma puntual los patrones de osificación y erupción-desgaste dental en distintas especies (Barone,
1976; Hillson, 2005; Reitz y Wing, 2008; Schmid, 1972; Silver,
1969), junto a toda una serie de trabajos específicos centrados
en la Capra pyrenaica (Greenfield y Arnold, 2008; Pérez-Ripoll, 1988; Serrano et al., 2006, 2004), Cervus elaphus (Azorit
et al., 2002; Brown y Chapman, 1991; Mariezkurrena, 1983;
Mariezkurrena y Altuna, 1983), Rupicapra rupicapra (PérezBarbería, 1994), Equus ferus (Castaños, 1986; Eisenmann et
al., 1988; Fernandez y Legendre, 2003), Oryctolagus cuniculus
(Jones, 2006; Sanchis, 2012), Sus scrofa (Bull y Payne, 1982),
Panthera pardus (Stander, 1997) y Lynx lynx (Marti y RyserDegiorgis, 2018).
Para su registro en la BD hemos fijado un campo de Edad
Estimada, donde se registra la edad posible de los individuos,
según su grado de erupción, desgaste dental y osificación del
esqueleto postcraneal, diferenciando entre seis niveles de
edad (tabla 6).
Por otro lado, la osificación de las partes articulares se ha
codificado con el fin de homogeneizar las muestras y permitir
su posterior comparación. El código consta de dos partes: la primera hace referencia a la epífisis proximal y la segunda a la epífisis distal. En ambas se pueden combinar cuatro opciones: “2”
(fusionado), “1” (parcialmente fusionado), “0” (no fusionado) y
“X” cuando es un fragmento que no tiene presente alguna de las
articulaciones (tabla 7).
Dado el grado de fragmentación del conjunto, la gran mayoría de datos se han obtenido a partir del material dentario, con
el problema añadido de que son escasos los dientes incluidos
en maxilares o mandíbulas, siendo la gran mayoría piezas aisladas. En algunos casos, especialmente para el caso del conejo,
ha sido posible emplear de manera recurrente los criterios de
osificación articular.
Por último, una vez conocida la edad de muerte de los individuos, se ha llevado a cabo los estudios de estacionalidad,
teniendo en cuenta los periodos de apareamiento, gestación, nacimiento, madurez sexual y muerte natural estimada, según referentes actuales (Discamps y Costamagno, 2015; Morin, 2012;
Palomo et al., 2007; Rendu et al., 2012). Este conjunto de datos
es el que nos sirve de base para más tarde organizar nuestros
conjuntos y crear los perfiles de mortalidad. Encontraremos un
compendio de estos datos en la tabla 8.
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material y métodos
Tabla 3. Abreviaturas empleadas para los grupos anatómicos y elementos anatómicos.
Grupo anatómico
Restos determinados
Sigla
C (craneal)
Clavija córnea
Cráneo
A (miembro axial)
MA (miembro anterior)
Grupo anatómico
Restos determinados
Sigla
Cc
Metatarso
Mt
Cr
Metatarso 1
Mt1
Maxilar
Mx
Metatarso 2
Mt2
Hemimandíbula
Hem
Diente aislado sup.
Das
Metatarso 3
Mt3
Diente aislado inf.
Dai
Metatarso 4
Mt4
Diente aislado
Da
Metatarso 5
Mt5
Incisivo superior
Is
Patella
Pa
Incisivo inferior
Ii
Astrágalo
As
Molar superior
Ms
Calcáneo
Ca
Molar inferior
Mi
Falange
Fa
Premolar superior
Ps
Falange residual
Fa R
Premolar inferior
Pi
Falange 1
Fa1
Clavícula
Cl
Falange 2
Fa2
Vértebra cervical
Vc
Falange 3
Fa3
Vértebra torácica
Vt
Falange 4
Fa 4
Vértebra lumbar
Vl
Falange 5
Fa 5
Sacro
Vs
Sesamoideos
Se
Sinsacro
Ss
Metapodio indeterminado
Mtp
Vértebra caudal
Vcd
Vértebra indeter.
V
Apófisis vertebral
Va
Costillas
Ct
Esternón
Et
Escápula
E
Húmero
H
Radio
R
Ulna
U
Coracoides
E (extremidades)
Metapodio residual
Mtp R
Largo indeterminado
Lt
Largo tipo 1
Lt1
Largo tipo 2
Lt2
Largo tipo 3
Lt3
Plano
Pl
Compacto
Com
Esponjoso
E
Co
Articular
Art
Carpo
Cp
Esquirla
Esq
Carpo-metacarpo
Cp-Mc
Plaqueta indeterminada
PT
Metacarpo
Mc
Espaldar indeterminado
PTES
Metacarpo 1
Mc1
Nucal
PTNu
Metacarpo 2
Mc2
Neural
PTN
Metacarpo 3
Mc3
Metacarpo 4
Mc4
Costal / Pleural
PTPle
Metacarpo 5
Mc5
Marginal / Periférica
PTPer
Suprapygal
PTSpy
Pygal
PTPy
Plastrón indeterminado
PTPL
Epiplastrón
PTEpi
Entoplastrón
PTEnto
Hioplastrón
PTHio
Hipoplastrón
PTHipo
Xiphiplastrón
PTX
MP (miembro posterior) Coxal
In (indeterminado)
ES (espaldar)
Cx
Báculo
Ba
Fémur
F
Tibia
T
Fíbula
Fi
Tibio-tarso
T-Ta
Tarsos
Ta
Tarso-metatarso
Ta-Mt
PL (plastrón)
33
[page-n-47]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 4. Edades de erupción dental en base a estudios actualistas para diferentes taxones.
Equus ferus
Diente
Cervus elaphus
Capra pyrenaica
Rupicapra pyrenaica
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
I1
Nacimiento
30-36 meses
Nacimiento
14-15 meses
Nacimiento
15 meses
-
13-15 meses
I2
3-4 semanas
42-48 meses
Nacimiento
16-17 meses
Nacimiento
21-27 meses
-
25-28 meses
I3
5-9 semanas
54-60 meses
Nacimiento
19-20 meses
Nacimiento
27-36 meses
-
36-39 meses
C
Excepcional
42-60 meses
Nacimiento
18-20 meses
Nacimiento
36-40 meses
-
36-49 meses
P1
Excepcional
Excepcional
-
-
-
-
-
-
DP2
Nacimiento
-
3-5 meses
-
3 meses
-
-
-
DP3
Nacimiento
-
3-5 meses
-
3 meses
-
-
-
DP4
Nacimiento
-
3-5 meses
-
3 meses
-
-
-
P2
-
26-34 meses
-
25-26 meses
-
17-30 meses
-
25-29 meses
P3
-
30-42 meses
-
25-26 meses
-
17-30 meses
-
25-29 meses
P4
-
40-50 meses
-
25-26 meses
-
17-30 meses
-
25-29 meses
M1
-
7-14 meses
-
5-12 meses
-
5-6 meses
-
2-3 meses
M2
-
12-18 meses
-
14-15 meses
-
8-12 meses
-
9-13 meses
M3
-
42-54 meses
-
27-30 meses
-
18-30 meses
-
22-25 meses
Bos taurus
Diente
Panthera pardus
Lynx lynx
Oryctolacus cuniculus
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
I1
Nacimiento
14-25 meses
-
8-10 meses
Nacimiento
4 meses
-
1-2 semanas
I2
Nacimiento
17-36 meses
-
8-10 meses
Nacimiento
4 meses
-
-
I3
Nacimiento
22-40 meses
-
8-10 meses
Nacimiento
4 meses
-
-
C
Nacimiento
32-48 meses
-
18-24 meses
Nacimiento
5-6 meses
-
-
P1
Excepcional
Excepcional
-
-
-
-
-
-
DP2
3 semanas
-
-
-
-
-
-
-
DP3
4 semanas
-
-
-
1 mes
7-8 meses
-
-
DP4
5 semanas
-
-
-
1 mes
7-8 meses
-
-
P2
-
24-30 meses
-
8-10 meses
-
-
-
-
P3
-
18-30 meses
-
8-10 meses
-
7-8 meses
-
4 semanas
P4
-
28-36 meses
-
8-10 meses
-
7-8 meses
-
4 semanas
M1
-
5-6 meses
-
8-10 meses
-
5-7 meses
-
2-3 semanas
M2
-
15-18 meses
-
-
-
-
-
2-3 semanas
M3
-
24-30 meses
-
-
-
-
-
3-4 semanas
4.2.6. perfiles de mortalidad
Derivado de los análisis previamente comentados, se ha podido
aplicar los Gráficos Triangulares Modificados o Ternary Diagrams con la finalidad de conocer cuál es la estructura de edades de los conjuntos y su posible origen vinculado a la actividad antrópica, de otros depredadores o muertes naturales. En
estos gráficos se clasifican los taxones a partir de tres clases de
edad (juvenil, madura y senil) mediante el análisis de bootstrap
(10.000 remuestreos), a un intervalo de confianza del 95%. Fueron propuestos originalmente por Mary C. Stiner (1990, 1994)
34
y modificados por Steele y Weaver (Steele y Weaver, 2002). El
análisis de bootstrapping permite un mejor conteo de la muestra
y aproximar los intervalos de confianza a una estructura de edad.
No obstante, es un método de simulación únicamente basado en
los datos observados, normalmente utilizado cuando la inferencia
por estándares paramétricos no son del todo útiles.
Los perfiles de mortalidad o estructura de la edad informan
sobre el modo de muerte o depósito de los taxones, partiendo de
dos modelos teóricos: a) perfil catastrófico, que hace referencia a la estructura de edad que se encuentra en una población
viva y que han sufrido un proceso de muerte no usual; b) perfil
[page-n-48]
material y métodos
Tabla 5. Edades de fusión de partes articulares en base a estudios actualistas para diferentes taxones.
Parte anatómica
Zona
Equus ferus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica
Oryctolagus cuniculus
Vértebra
Epífisis
4,5-5 años
-
4-5 años
-
Escápula
Proceso coracoides
10-12 meses
20-32 meses
5-7 meses
-
Húmero
Proximal
42 meses
-
25-36 meses
9-10 meses
Distal
15-18 meses
8-20 meses
3-4 meses
ca. 3 meses
Proximal
15-18 meses
8-20 meses
3-6 meses
ca. 3 meses
Distal
42 meses
-
23-30 meses
9-10 meses
Olécranon
42 meses
-
25-35 meses
ca. 5 meses
Distal
2-3 meses (al radio) -
26-32 meses
9-10 meses
Proximal
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Distal
15 meses
-
16-18 meses
-
Proximal
12-15 meses
20-32 meses
7-10 meses
-
Distal
Antes nacimiento
-
13-16 meses
-
Proximal
10-12 meses
20-32 meses
6-8 meses
-
Distal
Antes nacimiento
-
13-16 meses
-
Hueso púbico-acetabular
10-12 meses
-
5 meses
-
Tuberosidad isquio-ciática
4,5 años
-
4-5 años
-
Cresta ilíaca
4,5-5 años
-
4-5 años
-
Proximal
36 meses
-
20-26 meses
9-10 meses
Distal
42 meses
-
18-26 meses
ca. 5 meses
Proximal
42 meses
-
20-26 meses
9-10 meses
Distal
24 meses
20-32 meses
12-18 meses
ca. 5 meses
Calcáneo
Tuber calcis
36 meses
-
36 meses
-
Metatarso
Proximal
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Distal
15 meses
-
16-18 meses
-
Radio
Ulna
Metacarpo
Falange 1
Falange 2
Coxal
Fémur
Tibia
Tabla 6. Características dentales y postcraneales asociadas a las distintas edades estimadas.
Edad estimada
Dentición
Esqueleto postcraneal
Neonato
Decidual, sin erupción total ni desgaste.
Fase de osificación temprana.
Infantil
Decidual y germen de dentición permanente.
Fase de osificación temprana.
Joven
Decidual y algunas piezas definitivas con
incipiente desgaste (ej M1).
Huesos de tamaño adulto, sin osificación completa.
Subadulto
Definitiva, con signos de desgaste.
Huesos de tamaño adulto, sin osificación completa.
Adulto
Definitiva, con distintos grados de desgaste por cada
pieza dentaria.
Huesos totalmente fusionados.
Senil
Definitiva, con alto índice de desgaste.
Huesos totalmente fusionados, tejido esponjoso
debilitado. Posibles malformaciones o patologías
por edad.
35
[page-n-49]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 7. Códigos de registro de las fases de fusión ósea a partir de
las zonas articulares.
4.2.7. cuantificación
22
Entero con articulaciones fusionadas.
11
Entero con articulaciones casi fusionadas.
12
Articulación proximal casi fusionada y distal fusionada.
21
Articulación proximal fusionada y distal casi fusionada.
00
Entero sin articulaciones fusionadas.
02
Articulación proximal sin fusionar y distal fusionada.
01
Articulación proximal sin fusionar y distal
casi fusionada.
10
Articulación proximal casi fusionada y distal
sin fusionar.
En un conjunto arqueológico podemos encontrarnos desde los
elementos anatómicos de una carcasa completa a partes anatómicas concretas de un animal. No obstante, con mayor frecuencia
lo que encontramos son fragmentos de distintos elementos anatómicos pertenecientes a una amplia diversidad de taxones. Por
este motivo, cuantificar la abundancia de cada una de las partes y
el número posible de individuos a los que pertenecen es una tarea
indispensable a la hora de interpretar un conjunto zooarqueológico. El conteo se lleva a cabo a partir de distintas medidas de abundancia, entre las que en este trabajo hemos empleado las cuatro siguientes: el Número de Restos (NR), el Número de Especímenes
Identificados (NISP), el Número Mínimo de Elementos (NME) y
el Número Mínimo de Individuos (NMI) (Grayson, 1984; Klein y
Cruz-Uribe, 1984; Lyman, 1994; Reitz y Wing, 2008).
X2
Sin articulación proximal y distal fusionada.
Número de restos (NR y NISP)
2X
Sin articulación distal y proximal fusionada.
X1
Sin articulación proximal y distal casi fusionada.
1X
Sin articulación distal y proximal casi fusionada.
X0
Sin articulación proximal y distal sin fusionar.
0X
Sin articulación distal y proximal sin fusionar.
El NR es la unidad básica de conteo, donde se tiene en cuenta el
total de piezas estudiadas, independientemente de su grado de
conservación y determinación. No obstante, en algunos casos
tan solo interesa mostrar el número de elementos determinados
pertenecientes a un taxón, grupo o elemento anatómico, para
lo que empleamos el NISP. La ventaja de este tipo de conteos
se esconde en que pueden ser aplicados sobre todas las partes
anatómicas, especies, tallas de peso, etc., si bien existen diferencias y problemas que provocan sesgos en los conjuntos
como la cantidad de huesos por especie, recogidas selectivas,
fragmentación reciente, etc.
Código Definición
atricional, que hace referencia a la estructura de edad presente
entre cada clase de edad en una población viva, generalmente
afectando a jóvenes y seniles y dando como resultado un perfil
en “U”. No obstante, el número de individuos juveniles puede
estar sesgado en el último caso.
En el caso de conjuntos claramente antrópicos, la distribución de las clases de edad nos puede estar indicando una
tendencia por determinados tipos de edad dentro del perfil atricional. Emmanuel Discamps y Sandrine Costamagno (2015)
hacen una revisión de las propuestas de Stiner y definen nuevas zonas dentro de los ternary diagrams con el fin de obtener una mejor interpretación de los patrones de mortalidad en
conjuntos arqueozoologicos, más allá de la clasificación entre
perfil catastrófico o atricional. Se plantea de esta forma distintos puntos dentro del diagrama donde se encuentra la posición
exactamente proporcionada para juveniles (Pjc), adultos (Ppc)
e individuos seniles (Poc). Realizan además una clasificación
por especies partiendo de referentes etológicos actuales de
especies salvajes. En nuestro trabajo aplicamos esta última
aproximación, al creer en su mayor utilidad a la hora de estudiar el posible comportamiento humano que dio origen a los
conjuntos óseos.
Número mínimo de elementos (NME y %NME)
El NME hace referencia al número mínimo de elementos anatómicos de un único taxón que podemos identificar, sea a partir de fragmentos o huesos completos. Para su cálculo se tienen en cuenta las
diferentes partes identificadas sobre un fragmento óseo y su solapamiento: zona del hueso (epífisis proximal, diáfisis, epífisis distal),
cara (dorsal, palmar, lateral, medial) y porcentaje de circunferencia
conservada. En los casos que es posible, se pueden completar los
datos con la lateralidad del elemento anatómico y edad estimada
del individuo. Este método permite reducir las cantidades obtenidas por NR y NISP, al contabilizar solo el número mínimo de cada
elemento anatómico por taxón. Se emplea generalmente para distinguir entre procesos carniceros, de consumo o depredación, considerando que la frecuencia de cada hueso en el esqueleto no es
igual.
Número mínimo de individuos (NMI)
El NMI es el último escalón, cuantificándose la cantidad mínima de individuos que pudieron componer existir en un conjunto, tanto por frecuencia (NMIf) como por combinación (NMIc).
Tabla 8. Periodos de apareamiento, gestación y nacimiento en poblaciones salvajes actuales (Palomo et al., 2007).
Taxón
Apareamiento
Gestación
Nacimiento
Cervus elaphus
Septiembre-Octubre
235 días (8,5 meses)
Mayo-Junio
Capra pyrenaica
Diciembre-Enero
150-180 días (5-6 meses)
Abril-Junio
Equus ferus
Abril-Mayo
335-350 días (11-12 meses)
Abril-Junio
Oryctolagus cuniculus
Noviembre-Junio
28-33 días (1 mes)
2 a 4 partos anuales
36
[page-n-50]
material y métodos
Para el cálculo de la frecuencia se emplea la lateralidad del elemento más abundante, mientras que para el análisis de combinación se añade la edad estimada y sexo del individuo, siempre
que sea posible. Como desventaja, con este tipo de conteo se
produce una enfatización de aquellos taxones con un bajo número de restos. Igualmente, este método no se refiere a la cantidad de individuos reales del conjunto, ni a que sus carcasas
entrasen de forma íntegra al yacimiento.
4.2.8. integridad de las muestras
Con el fin de explorar las condiciones tafonómicas en las que
se encuentran los conjuntos, es necesario llevar a cabo conteos
como la tasa de fragmentación, la abundancia relativa (%RA),
el Número Mínimo de Unidades Animales (MAU y %MAU) y
distintos análisis de conservación diferencial.
Tasa de fragmentación
Para conocer de manera estandarizada el grado de fragmentación de cada elemento anatómico de un taxón o un grupo de
taxones, debemos dividir el NISP entre el NME. Cuanto más
alejado a 1 sea el resultado, mayor nivel de fragmentación existe
(Bar-Oz y Munro, 2007). Este es un método complementario de
la distribución porcentual de los restos por intervalos de tamaño, como en posteriores apartados analizaremos.
Abundancia relativa (%AR)
Este estadístico (también conocido bajo el nombre de Índice
de Supervivencia Esquelética o ISu) está diseñado para evaluar el grado de conservación diferencial de un conjunto óseo,
analizando los elementos mejor representados en relación a los
ausentes o estimados. Para su obtención se combina el NME,
NMI y el número total de elementos anatómicos de un esqueleto
(NMEi) bajo la siguiente fórmula:
%AR = (NME x 100) / (NMEi x NMI)
El resultado obtenido nos indica el grado de integridad
de nuestra muestra, sin considerar otros aspectos como son el
transporte intencional, fenómenos atricionales, destrucción diagenética, etc. Por ese motivo, necesita de cálculos complementarios para ser útil en la explicación de los conjuntos.
En la sección de resultados de esta monografía, tanto el
%AR, el MAU y el %MAU (ver infra), se han obtenido a partir
de la suma del total de elementos que conforman los distintos
grupos anatómicos presentes en las tablas. Para ampliar la información a elementos anatómicos específicos, se deberá acudir al
trabajo original citado (Pérez, 2019).
Número mínimo de unidades animales (MAU y %MAU)
El MAU es el equivalente al NME normalizado por el número
de veces que un elemento aparece en un esqueleto completo
de un animal. Fue establecido por Binford (1978, 1984) para
identificar patrones de transporte y conservación diferencial por
medio de la abundancia relativa de los elementos conservados.
Para calcularlo se deben emplear los NME totales de cada elemento anatómico, el número de elementos anatómicos de un
esqueleto completo (NMEe) y el NMI hallado para cada taxón
bajo la siguiente fórmula:
MAU = NME / (NMEe * NMI)
Para su estandarización (%MAU) se toma como referencia el
elemento anatómico con el valor MAU más alto, siendo dividido el MAU de cada elemento anatómico por dicho valor máximo multiplicado por cien. Este resultado será luego empleado
como elemento comparativo con los Índices de Utilidad General con el fin de analizar las estrategias de transporte y procesos
atricionales. La fórmula empleada es la siguiente:
% MAU = MAU / (MAUmax * 100)
Análisis de conservación diferencial
Para conocer si un conjunto tiene un origen ligado a actividades carniceras, intervención de carnívoros, sesgos diagenéticos o de otro tipo, se llevan a cabo los análisis de conservación
diferencial. Estos se basan en la densidad ósea de los distintos
elementos por taxón o talla, demostrando que cada uno tiene una densidad ósea concreta, aunque variable por tamaño y
taxón, parte del hueso y el paso de los años (Lam y Pearson,
2005, 2004).
En nuestro trabajo nos hemos basado en las medidas proporcionadas por Kreutser (1992) para el bisonte y el ciervo, Lam
y colegas (1999) para el caballo, Lyman (1985, 1984) para la
oveja, y Pavao y Stahl (1999) para el conejo. A pesar de que en
nuestro conjunto no tengamos evidencias de bisonte y oveja,
hemos seleccionado estas medidas dada la mayor relación biológica de estos animales con otros taxones que sí tenemos registrados, caso del uro (Bos primigenius) y la cabra montés (Capra
pyrenaica). A nivel general, hemos seleccionado como medida
a seguir la referencia más alta del Mean Volume Densities (VD)
por elemento y no por porción (tabla 9). La razón está en que
es el único dato aportado por la totalidad de los autores y nos
permite establecer comparativa entre taxones, realizándose para
ello su estandarización.
Para el cálculo estadístico, dependiendo de la normalidad
de las muestras analizadas, se han calculado los coeficientes
de correlación R de Pearson (datos normales), Spearman’s rs y
Kendall’s tau (datos no normales) entre las medidas de densidad
mineral y el %MAU de nuestros conjuntos por talla de peso.
4.2.9. índices de utilidad económica
Derivados del Índice Modificado de Utilidad General (MGUI)
desarrollado por Binford (1978, 1981), se han creado nuevos
índices que miden la utilidad general a partir de las frecuencias
esqueléticas reconocidas en los conjuntos zooarqueológicos
(Emerson, 1993; Friesen, 2001; Madrigal, 2004; Metcalfe y Jones, 1988; Morin, 2007; Outram, 1998, 2001). Estos se emplean
con la intención de conocer la utilidad nutritiva en términos de
cantidad de carne, médula o grasa del conjunto esquelético. A
través de trabajos etnoarqueológicos, Binford planteó la existencia de varias estrategias de transporte que guardaban correspondencia entre la utilidad alimentaria de los elementos anatómicos y el patrón esquelético de los conjuntos (Binford, 1978;
Hodgkins et al., 2016). Esto dio como resultado distintas curvas
de utilidad vinculadas con tres tipos de estrategias de transporte:
bulk (todas las porciones de una carcasa se transportan, excepto
las de baja utilidad), gourmet (solo porciones de gran utilidad son
transportadas), unbiased (las porciones son transportadas en
37
[page-n-51]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
correlación directa con su utilidad). Posteriormente, Faith y
Gordon han propuesto una nueva estrategia (unconstrained
strategy) que define el transporte o abandono completo de las
carcasas (Faith y Gordon, 2007). A todas, debemos sumar además el patrón reverse, caracterizado por la presencia o escasez
de todos los elementos salvo los de menor utilidad, generalmente asociado a lugares de matanza y procesado de los animales (Rodríguez-Hidalgo, 2015). Aun así, ninguna de estas
curvas está única y exclusivamente ligada a un tipo de estrategia, dada la multiplicidad de factores que pueden influir en
las decisiones del grupo para el transporte: utilidad económica,
relación coste-beneficio, número de porteadores, tamaño de la
presa, número de presas, distancias, variabilidad cultural, etc.
(Domínguez-Rodrigo, 1998)
En este trabajo hemos aplicado los seis índices siguientes:
Utilidad General (S)AVGFUI, Utilidad Alimenticia (S)FUI,
Contenido de Grasa (S)MAVGTF, Volumen medular (S)AVGMAR, Grasa insaturada y médula UMI y Curado de Carne MDI
(tabla 10). Para establecer la relación entre la representación
anatómica de los distintos conjuntos en base al %MAU y la utilidad alimentaria de las carcasas, hemos empleado los coeficientes de correlación R de Pearson o Spearman’s rs y Kendall’s tau,
dependiendo de la normalidad estadística de las muestras. Se
han excluido los taxones de talla muy pequeña dado su escaso
número y origen heterogéneo. Adicionalmente, hemos aplicado
el índice de homogeneidad de Shannon (E) para el tratamiento
de gráficos bivariantes (%MAU / Índice de Utilidad) con el fin
de dar una mayor objetividad a los resultados (Faith y Gordon,
2007), bajo la fórmula:
Evenness (E) = (-∑ pi * ln pi) / ln S
Donde “S” es el número de clases de elementos (e.g. escápulas o tibias) y “pi” la proporción estandarizada de los elementos identificados por cada “i” elemento identificado en la
muestra. Su valor solo puede variar entre 0 y 1, suponiendo los
resultados más próximos a “1” una distribución más homogénea
de los elementos anatómicos, frente a los resultados más cercanos a “0” donde hay predominio de algún elemento. Hemos
de tener presente que necesitamos de un número relativamente
alto de elementos anatómicos reconocidos para que su aplicación sea estadísticamente válida (entre 50-250 especímenes),
considerando además que este índice solo nos indica la mayor o
menor uniformidad de la muestra, sin tener que ver con el tipo
de estrategia de transporte practicada.
Tabla 9. Índices de densidad ósea a partir del Mean Volumen Densities (VD) y su estandarización a partir de Kreutser (1992), Lyman
(1994) Lam et al., (1999) y Pavao y Stahl (1999).
Parte
anatómica
(VD)
Densidad
Bison
(S)
Densidad
Bison
(BMD1)
Densidad
Equus
(S)
Densidad
Equus
(VD)
Densidad
Cervus
(S)
Densidad
Cervus
(VD)
Densidad
Ovis
(S)
Densidad
Ovis
(VD)
(S)
Densidad
Densidad
Oryctolagus Oryctolagus
Mandíbula
0,79
81,44
0,99
100
0,61
82,43
-
-
0,74
100
Costillas
0,57
58,76
0,55
55,56
0,40
54,05
-
-
0,07
9,46
V. cervicales 0,97
100
0,50
50,51
0,19
25,68
0,13
19,12
0,46
62,16
V. torácicas 0,42
43,30
0,49
49,49
0,27
36,49
0,24
35,29
-
-
V. lumbares 0,39
40,21
0,48
48,48
0,30
40,54
0,26
38,24
0,35
47,30
V. sacrales
0,27
27,84
0,37
37,37
0,19
25,68
0,20
29,41
0,43
58,11
Escápula
0,50
51,55
0,67
67,68
0,49
66,22
0,33
48,53
0,33
44,59
Húmero
0,48
49,48
0,64
64,65
0,63
85,14
0,42
61,76
0,43
58,11
Radio
0,62
63,92
0,84
84,85
0,68
91,89
0,52
76,47
0,14
18,92
Ulna
0,69
71,13
0,65
65,66
0,45
60,81
0,26
38,24
0,23
31,08
Carpos
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Metacarpos 0,69
71,13
0,84
84,85
0,72
97,30
0,67
98,53
0,13
17,57
Coxal
0,55
56,70
0,83
83,84
0,49
66,22
0,49
72,06
0,45
60,81
Fémur
0,45
46,39
0,59
59,60
0,57
77,03
0,36
52,94
0,41
55,41
Tibia
0,76
78,35
0,82
82,83
0,74
100
0,59
86,76
0,54
72,97
Astrágalo
0,72
74,23
0,67
67,68
0,61
82,43
0,63
92,65
0,28
37,84
Calcáneo
0,80
82,47
0,72
72,73
0,64
86,49
0,58
85,29
0,34
45,95
Tarsos
-
-
-
-
-
-
-
-
0,34
45,95
Metatarsos
0,67
69,07
0,91
91,92
0,74
100
0,68
100
0,12
16,22
Falange 1
0,48
49,48
0,67
67,68
0,57
77,03
0,55
80,88
0,01
1,35
Falange 2
0,48
49,48
0,62
62,63
0,35
47,30
0,42
61,76
0,01
1,35
Falange 3
0,32
32,99
0,57
57,58
0,25
33,78
0,30
44,12
0,01
1,35
38
[page-n-52]
material y métodos
4.3. ESTUDIO TAFONÓMICO
Cuando nos referimos a las alteraciones de la superficie, modificaciones y daños producidos por la acción de agentes antrópicos o naturales, estamos haciendo mención a la transformación
de las características originales que presenta un resto óseo o
dental.
Partiendo del trabajo realizado por Efremov durante la
primera mitad del siglo XX (Efremov, 1940), empieza a existir una preocupación por explicar el estado de preservación y
origen de los conjuntos óseos, siendo muchas las definiciones
sobre los estadios y procesos tafonómicos que actúan en su
conservación (Denys y Patou-Mathis, 2014: 13-30). No obstante, en nuestro trabajo hemos preferido seguir la propuesta
de Behrensmeyer y Kidwell (1985), dada su mayor amplitud a
la hora de clasificar dichos procesos en al menos tres fases: a)
La fase necrobiótica, que atiende a los procesos de agonía y tipos de muerte de los organismos, dando en ocasiones una rica
información del entorno donde sucedió la tragedia: muertes
naturales, muertes accidentales, muertes catastróficas, depredación y cacería; b) La fase bioestratinómica, que engloba los
procesos que experimentan los organismos una vez han muerto hasta la fase de enterramiento; c) La fase fosildiagenética,
que incluye todos los fenómenos que afectan a los organismos
desde su enterramiento hasta el momento de su recuperación
(Behrensmeyer y Kidwell, 1985; Martinell, 1997; Shipman,
1981).
Para un correcto estudio, todos los restos han sido analizados a nivel macroscópico y microscópico con el empleo de
lupas de mano de hasta 20x (Leuchtturm), lupas binoculares de
hasta 120 x (Olympus SZ11 y estereomicroscopio Leica M165C acoplado a la cámara Leica MC170-HD), además de microscopios ópticos de alta resolución (Hirox KH-8700) en los análisis que necesitaban de una magnificación mayor a 140x para
determinadas alteraciones.
4.3.1. fragmentación y fractura
Parte de los fragmentos de hueso que recuperamos en los yacimientos arqueológicos pueden tener un origen ligado a la acción antrópica, de otros agentes biológicos y/o por fenómenos
naturales. Por este motivo, a nivel metodológico diferenciamos
entre fragmento y fractura, refiriéndose el primer caso a aquellos restos que han sufrido un proceso de reducción en el momento previo, sincrónico o posterior a su depósito por agentes
bióticos o abióticos. Por el contrario, los huesos fracturados
se relacionan exclusivamente con la acción intencional realizada por agentes biológicos (humanos y animales) en momentos
previos o sincrónicos a su depósito, con un fin nutritivo o tecnológico (Morales et al., 2008, Vettese et al., 2020). También
podemos entender un fragmento como el resultado de la acción de un proceso de fractura, registrando estigmas de dicho
proceso, por ejemplo, un fragmento producido por la presión
sedimentaria.
Tabla 10. Índices de Utilidad económica estandarizados (S) para distintos taxones a partir de Binford (1978), Metcalfe y Jones (1988),
Emerson (1993), Outram y Rowley (1998), Friesen (2001) y Morin (2007).
Parte
anatómica
(S)AVGFUI
Utilidad
general
Bison
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
Rangifer
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
Equus
(S)MGUI
Utilidad
general
Ovis
(S)MAVGTF (S)AVGMAR UMI
Grasa
Volumen
Grasa
Bison
medular
insaturada
Bison
y médula
(S)MDI
Curado de
la carne
Cráneo
25,3
9,1
17,9
12,9
-
-
-
0,3
Mandíbula
-
31,1
7,4
11,7
-
-
-
8,9
Vértebra
25,1
32,0
43,9
35,6
44,2
0,0
-
26,4
Costilla
62,3
51,6
-
100,0
93,0
0,0
-
100,0
Esternón
32,4
66,6
-
90,5
58,6
0,0
-
26,2
Escápula
27,5
44,7
15,0
45,1
30,4
1,3
-
12,0
Húmero
27,5
36,8
15,0
37,3
30,4
79,8
22,8
2,5
Radio-Ulna
19,2
25,8
8,7
24,3
22,0
58,9
26,3
2,2
Carpos
10,7
12,7
3,1
13,4
13,0
0,0
0,9
-
Metacarpos
6,5
9,0
1,6
10,1
8,4
17,3
19,6
2,1
Coxal
34,7
49,3
53,0
81,5
54,0
3,9
-
26,4
Fémur
100,0
100,0
45,4
80,6
76,7
87,0
34,0
2,3
Tibia
57,7
62,8
25,3
52,0
48,6
100,0
51,1
1,7
Astrágalo
-
-
7,6
23,1
-
-
0,9
-
Calcáneo
-
-
7,6
23,1
-
-
2,6
-
Tarsos
30,0
27,7
7,6
-
26,9
0,0
0,9
-
Metatarsos
16,1
37,0
3,8
15,8
16,1
21,1
46,5
1,5
Falanges
8,8
19,4
0,9
8,2
9,2
3,5
3,7
9,0
39
[page-n-53]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Según el origen de la acción la fragmentación se puede dar
en estado fresco, cuando el hueso conserva sus propiedades
elásticas, siendo la fuerza del impacto absorbida por la fracción
orgánica (colágeno) y mineral (hidroxiapatita) hasta una situación de estrés que supere su límite de resistencia, produciendo
una ruptura que sigue las líneas de debilidad u osteones; o bien
en estado seco, cuando el hueso ha perdido sus propiedades
elásticas a causa de la desaparición de la fracción orgánica, teniendo mayor propensión a la fractura a partir de la microestructura mineral del hueso (Blasco-Sancho, 1992; Lyman, 1994).
Para el registro de la morfología general de los huesos en la
BD principal, hemos empleado una serie de códigos alfa-numéricos (figuras 17 y 18) que posteriormente servirán para el cálculo del NME y NMI. Nos basamos para ello en la combinación
de los cinco campos que presentamos a continuación:
• Fragmento de hueso: se especifica el porcentaje de hueso
conservado, teniendo en cuenta todas sus partes anatómicas mediante la combinación de tres dígitos. El primero
se refiere a la parte proximal, el segundo a la diáfisis o
zona media en huesos no largos y el tercero a la parte distal. La conservación de cada una de ellas se expresa mediante la combinación de números y letras: “1” cuando
está completa, “5” cuando está fragmentada, “0” cuando
no está presente y “x” cuando no está presente a causa
de la osificación articular. Tanto metápodos, falanges,
calcáneos como astrágalos se tratan como huesos largos.
En el caso de la pelvis, escápula y mandíbula se ha realizado una correspondencia con estas tres zonas. Sobre los
huesos compactos (carpo, tarso, maléolo, sesamoideo) se
toma la parte más larga para hacer su división. Finalmente, en las vértebras la división viene regida por el eje que
va desde el disco vertebral más próximo a la zona craneal
hasta el más alejado.
• Circunferencia: se especifica el porcentaje de circunferencia de la diáfisis conservada en los huesos largos,
distinguiendo entre cinco posibilidades: 1 (< 25%),
2 (25-50%), 3 (50%), 4 (> 50%), 5 (100%). En el caso de
los huesos sin diáfisis, se ha podido aplicar este criterio
teniendo en cuenta su cavidad medular.
• Longitud de la diáfisis: se especifica el porcentaje de
diáfisis conservada en los huesos largos, distinguiendo
entre siete posibilidades: 1 (hasta 10%), 2 (hasta 25%), 3
(hasta 50%), 4 (hasta 75%), 5 (entre 75-99%), 6 (100%),
7 (fragmento indeterminado).
• Parte anatómica: apartado creado únicamente para los
fragmentos de diáfisis, se especifica la zona a la que
el fragmento pertenece: proximal (PX), medial (DF),
distal (DT).
• Cara del hueso: se especifica con mayor precisión la
localización exacta del fragmento en el elemento anatómico: d (dorsal/craneal), c (caudal/palmar), l (lateral),
m (medial).
4.3.2. morfotipos de fractura
La diferencia de resultados provocada por la fracturación de
huesos en estado fresco y seco es un criterio aceptado por todos los zooarqueólogos. Tras el trabajo de Bunn que lleva al
establecimiento del Índice de fragmentación (Bunn, 1983), pos40
teriormente ampliados por Paola Villa y Eric Mahieu (1991),
se establece el método para distinguir entre roturas de los huesos en estado fresco y seco a partir del ángulo, línea, borde de
fractura, circunferencia/longitud conservada y anchura/longitud
de fractura. En nuestro caso, la información relativa a la fragmentación y la fractura se ha registrado en la BD a través del
campo “origen de la fractura” y “morfotipo de fractura”. En el
primero de ellos, se diferencia entre los fragmentos con roturas
previas a su excavación o antiguas (A), de los que han sufrido
una fractura reciente (R) o son indeterminables (I). En el caso
de las fracturas recientes, los morfotipos no se especifican, al no
darnos una información real sobre el origen tafonómico de los
conjuntos. Mientras, entre las fracturas antiguas se diferencia
entre las producidas en estado fresco, seco o mixto:
• Fracturas en fresco: con morfologías curvas o curvo-espirales, combinadas con formas en “V” o puntiagudas, de
ángulos oblicuos y bordes de aspecto suave o liso.
• Fracturas en seco: con morfologías transversales, de ángulos rectos y bordes de aspecto irregular o rugosos.
• Fracturas mixtas: generadas por distintos agentes y/o
en distintos momentos, se caracterizan por una morfología que mezcla los rasgos anteriores. No obstante, no
siempre es posible llegar a determinar el tipo de fractura
en el registro arqueológico, dada la aparición de morfologías no correspondientes con los patrones definidos,
presencia de zonas esponjosas o compactas, poca resistencia de huesos de taxones muy pequeños, etc. Para estos casos, hemos empleado el campo de indeterminados
(I), sobre el que sí se aplicarán los morfotipos con el
fin de analizar posteriormente la posible aparición de un
patrón o recurrencia.
Respecto al registro del “morfotipo de fractura”, en la metodología empleada en la BD hemos adaptado los criterios anteriores para registrar de una forma rápida y estandarizada las
morfologías de fractura a partir de morfotipos codificados. Estos han sido creados de manera específica tanto para huesos largos como para mandíbula/maxilar, escápula, vértebras y pelvis
(Real, 2021, Real et al., 2022). Cada código se compone de entre dos a tres dígitos. El primero hace referencia al origen de las
fracturas: seca (I), fresca (II), mixta (III), indeterminada (IV).
El segundo y tercer dígito se corresponden con casos concretos
dependientes de la morfología, identificados con números arábigos del “1” al “6” y conteniendo hasta tres dígitos dependiendo
de los subgrupos. Cada uno de estos números hace referencia a
una morfología concreta de cada elemento anatómico, como a
continuación pasamos a comentar.
Morfotipos de diáfisis
Se compone de dos dígitos, tratándose el primero de un número
romano que atiende al origen de la fractura en el plano transversal: seco = I, fresco = II, mixto = III. El segundo dígito se compone de un número arábigo que se corresponde con las siguientes características: “1” para fragmentos cilíndricos con diáfisis
completa, “2,3,4” se corresponden con fragmentos de distinta
forma y circunferencia de la diáfisis incompleta. Ejemplo: I.4.2
= hueso con fractura en seco y forma tabular y circunferencia
incompleta (figura 19).
[page-n-54]
material y métodos
Figura 17. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de hueso según la parte anatómica y cantidad conservada.
41
[page-n-55]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 18. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de las características de las diáfisis según la circunferencia, longitud,
parte y zona conservada.
Morfotipos de partes articulares
Morfotipos de mandíbula
Se componen de tres dígitos, reservando para el primero la numeración romana relacionada con el origen de la fractura: seco
= I, fresco = II, mixto = III. El segundo dígito se focaliza en la
cantidad de diáfisis conservada según su longitud total: 1 = <
25%, 2 = 25-50%, 3 = 50%, 4 = 50-75%, 5 = 100%. El tercer
dígito indica la cantidad de epífisis conservada: 1 = < 25%, 2
= 25-50%, 3 = 50-75%, 5 = 100%. Para casos concretos y más
recurrentes como la parte proximal del fémur se ha establecido
un dígito más para su registro específico. Ejemplos: II.2.1.2. =
hueso (fémur) con fractura en fresco, entre 25-50 % de diáfisis
conservada, hasta 25% de epífisis conservada, concretamente
un fragmento del gran trocánter (figura 20).
Las fracturas se han tratado desde los extremos (diastema y ramus). Se componen de tres dígitos, reservando para el primero
la numeración romana relacionada con el origen de la fractura:
seco = I, fresco = II, mixto = III. A continuación, los dígitos del
1 al 3 hacen referencia a la cantidad de mandíbula conservada,
insertando un dígito cuando la fractura se encuentra en la zona
distal y añadiendo un “1” cuando está en la zona proximal. Los
dígitos del “4” al “6” se corresponden con cada parte anatómica
en las que se ha dividido la mandíbula: diastema, cavidad alveolar y ramus respectivamente. En caso de conservarse enteros se
emplea un número único, pero si se trata de fragmentos se convierte en un binomio añadiendo siempre “1”. Ejemplo: III.4.1 =
fractura mixta sobre un fragmento de diastema (figura 21).
42
[page-n-56]
material y métodos
Morfotipos de escápula
Se componen de tres dígitos, reservando para el primero la numeración romana relacionada con el origen de la fractura: seco
= I, fresco = II, mixto = III. Para el segundo dígito la escápula
se ha dividido longitudinalmente en tres zonas que comprenden
siempre la parte articular y una porción del resto del hueso, siendo “1” solo la epífisis, “2” la epífisis con fragmento de < mitad
del cuerpo, “3” la epífisis con fragmento de > mitad del cuerpo. Se reserva el número “4” para el caso en que aparezca un
fragmento del cuerpo sin epífisis. A su vez todos, se dividen en
razón de si existe o no fractura longitudinal: del “1” al “4” con
fractura transversal, al que se le añade un dígito más si existe
una fractura longitudinal que provoca que ni epífisis ni cuerpo
estén completos. Ejemplo: 4.1.4.2 = fractura indeterminada sobre un fragmento del borde del cuerpo de la escapula sin epífisis
conservada (figura 22).
Morfotipos de coxal
Se componen de tres dígitos, reservando para el primero la numeración romana relacionada con el origen de la fractura: seco
= I, fresco = II, mixto = III. A continuación, se sigue el mismo
patrón empleado para la mandíbula, reservando los dígitos del
“1” al “3” para las fracturas que van desde los extremos (ilion,
isquion) en combinación con varias partes anatómicas completas o fragmentadas. El número “4” se reserva para el ilion e
isquion completo, mientras el “5” atiende a cada una de sus partes anatómicas fragmentadas. El número “6” se emplea para la
presencia del acetábulo completo y la cantidad de ilion e isquion
restante. Ejemplo: II. 2.2. = fractura en fresco sobre un fragmento de isquion con acetábulo completo (figura 23).
•
•
•
•
•
Morfotipos de vértebras
La codificación es más simple, diferenciándose cuatro grupos
generales: vértebra completa (1), zona del arco (2), zona del
cuerpo (3) y apófisis (4). A estos dígitos se las añade un “1”
cuando la zona está completa, y un “2” cuando se trata de un
fragmento (figura 24).
4.3.3. modificaciones bioestratinómicas
El registro de las modificaciones sucedidas durante la fase
bioestratinómica se ha llevado a cabo en la BD Principal y la
BD Marcas. En la primera de ella simplemente se hace constancia de su presencia, dando paso a generar una ficha individual en
la segunda BD para cada una de las marcas identificadas en un
mismo fragmento, asignando un Nº de Registro de Marca propio, vinculado al Nª de Registro de la BD Principal. A lo largo
de 10 campos se lleva a cabo la descripción de las características
de cada tipo de marca, además de un apartado de observaciones
donde anotar impresiones o aspectos más específicos:
• Origen: acción o tipo de material que ha causado la marca, tales como el uso de una herramienta lítica, percusión
o mordedura.
• Agente: siempre que sea determinable, se ha intentado
vincular la marca al agente causante (antrópico, carnívoro, ave rapaz). A ello se añade la posibilidad de añadir el
agente específico de dicha modificación si es conocido.
• Localización: a partir de un código de dos dígitos que
atiende a la “parte anatómica” y “cara del hueso”, se re-
•
•
gistra el lugar exacto en que se encuentra la modificación. No obstante, no siempre es posible determinar la
cara en la que se encuentra el fragmento al no disponer
de información sobre lateralidad, acudiendo a un registro
más general: parte proximal (px), parte distal (dt), parte
superior de la articulación (11) o parte inferior de la articulación (33) (figura 25).
Tipología: se registra el tipo de modificación, distinguiéndose entre incisión, raspado, muesca, arrastre, punción, horadación, hundimiento, peeling, furrowing y corrosión digestiva.
Morfología: se distinguen entre la morfología de las
marcas según sean largas, cortas, planas (en el caso de
las incisiones, raspados y arrastres); o si son circulares,
triangulares, rectangulares, cuadrangulares (en el caso de
las marcas dentales y muescas).
Distribución: se especifica si la modificación se encuentra tan solo en una parte del fragmento (unilateral) o en
varias caras relacionadas con la misma acción (bilateral).
Dirección: indica la dirección de la marca respecto al eje
longitudinal de los huesos largos y el eje más largo entre
los huesos irregulares (ej. mandíbula, astrágalo) y planos.
Se diferencia entre una dirección longitudinal, transversal y oblicua, o la combinación de ellas.
Intensidad: se distingue entre las modificaciones en base
a nuestra capacidad de observación de las mismas a partir
de la simple vista o el uso de lupa binocular: leve (necesitan de un instrumento óptico para ser vistas), media (observables a simple vista tras su identificación con un instrumento óptico) e intensa (reconocibles a simple vista).
En el caso de las modificaciones de otros depredadores
(ej. horadaciones, punciones, impactos de pico), varían
con respecto al grado en que profundizan en la superficie
cortical: leve (poco profundas), media (han atravesado
la superficie) e intensa (han penetrado profundamente).
Finalmente, las intensidades de las modificaciones por
corrosión digestiva se definen partiendo de los grados establecidos por Andrews (Andrews, 1990), posteriormente adaptado por Lloveras (Lloveras et al., 2008a, 2008b)
y Sanchis (2012) a través de cuatro niveles: ligero, moderado, fuerte y extremo.
Cantidad: se diferencia entre las modificaciones simples
(de naturaleza aislada) y las múltiples (conjunto de modificaciones similares sobre un mismo espécimen).
Medidas: se toma siempre que sea posible la longitud y
anchura de las incisiones, muescas, punciones, horadaciones y hundimientos. En el caso de que no sea posible
a simple vista, estas se toman a partir de las fotografías
obtenidas con instrumentos ópticos.
Modificaciones por actividad antrópica
Marcas de corte
Las marcas de corte se entienden como una de las principales
evidencias relacionadas con la intervención de los grupos humanos sobre conjuntos óseos. Su origen está relacionado eminentemente con la preparación de la presa para su posterior
consumo (despellejamiento, evisceración, desarticulación,
descuartizamiento, descarnado, raspado del periostio, extracción
43
[page-n-57]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 19. Códigos alfa-numéricos, establecidos a partir del origen de la fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado)
y morfotipos específicos (números arábigos). Abreviaturas: 1 = cilindros diafisarios, 2 = fragmentos de morfología rectangular, 3 = fragmentos de morfología triangular, 4 = fragmentos de morfología irregular.
44
[page-n-58]
material y métodos
Figura 20. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos que conservan partes articulares según la combinación
del origen de la fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado), cantidad de diáfisis conservada (1 = 0%, 2 = 1-49%), 3 =
50%, 4 = 51-99 %, 5 = 100 %), cantidad de epífisis conservada (1 = < 25%, 2 = 25-50%, 3 = 50-99%, 4 = 100%).
Figura 21. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de mandíbulas según la combinación del origen de
la fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado) y morfotipos específicos. Abreviaturas: 1 = parte incisiva + cuerpo +
fragmento de ramus, 1.1 = fragmento de parte incisiva + cuerpo + ramus, 2 = fragmento de parte incisiva + cuerpo + fragmento de ramus,
2.1 = parte incisiva + cuerpo, 2.1 = cuerpo + ramus, 3 = parte incisiva + medio cuerpo, 3.1 = parte incisiva + parte premolar, 3.2 = medio
cuerpo + ramus, 3.3 = fragmento de parte incisiva + cuerpo, 3.4 = cuerpo + fragmento de ramus, 4 = parte incisiva, 4.1 = fragmento de
parte incisiva, 5 = cuerpo, 5.1 = fragmento de cuerpo, 6 = ramus, 6.1 = fragmento de ramus.
Figura 22. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de escápula según la combinación del origen de la
fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado) y morfotipos específicos. Abreviaturas: 1 = epífisis completa, 1.1 = fragmento de epífisis, 2 = epífisis + medio cuerpo, 2.1 = fragmento de epífisis + medio cuerpo, 3 = epífisis + (>)medio cuerpo, 3.1 = fragmento
de epífisis + medio cuerpo, 3.2 = epífisis + borde de cuerpo, 4 = cuerpo sin epífisis, 4.1 = fragmento de cuerpo sin epífisis, 4.2 = fragmento
de borde de cuerpo, 4.3 = fragmento de epífisis + cuerpo, 5 = fragmento de cuerpo sin epífisis.
45
[page-n-59]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 23. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de coxal según la combinación del origen de la
fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado) y morfotipos específicos. Abreviaturas: 1.1 = ilion + medio isquion, 1.2 =
isquion + medio ilion, 1.3 = ilion + acetábulo + (<)medio isquion, 1.4 = isquion + acetábulo + (<)medio ilion, 2.1 = ilion + acetábulo, 2.2
= isquion + acetábulo, 3.1 = ilion + medio acetábulo, 3.2 = isquion + medio acetábulo, 4.1 = ilion completo, 4.2 = isquion completo, 5.1
= fragmento de ilion, 5.2 = fragmento de isquion, 5.3 = fragmento de acetábulo, 6 = acetábulo completo, 6.1 = acetábulo + fragmento de
ilion + fragmento de isquion.
Figura 24. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de vértebras según la combinación del origen de la
fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado) y morfotipos específicos. Abreviaturas: 1.1 = vértebra completa sin apófisis,
1.2 = fragmento vertebral indeterminado, 2.1 = arco vertebral, 2.2 = fragmento de arco vertebral, 3.1 = cuerpo vertebral, 3.2 = fragmento
cuerpo vertebral, 4.1 = proceso espinoso, 4.2 = fragmento proceso espinoso, 5.1 = proceso articular, 5.2 = fragmento proceso articular.
de grasa/médula) (tabla 11, figura 26), aunque en otros contextos
su presencia también puede estar vinculada con ámbitos no tan
cercanos a la subsistencia, como la preparación de cadáveres o la
antropofagia en el caso de los restos humanos (Blasco-Sancho,
1992; Carbonell et al., 2010; Morales et al., 2017). No obstante, no
en todos los restos procesados están presentes este tipo de alteraciones, dado que son síntoma de una acción no intencional a la hora
de realizar las labores carniceras, entrando en contacto el útil con
el hueso, en muchas ocasiones también relacionado con la intensidad del procesado.
En el caso del Pleistoceno europeo, este tipo de marcas quedan reducidas al uso de herramientas líticas, preferentemente el
sílex y excepcionalmente otro tipo de materias primas como la
46
caliza, el cuarzo, la cuarcita, el cristal de roca, el basalto y la obsidiana. En nuestro caso, la mayoría de incisiones reconocidas
sobre el material óseo se vinculan con el sílex, principal materia
prima empleada en el yacimiento de El Salt.
A nivel historiográfico, a partir de los trabajos de Binford
(1981), Shipman (1981), Shipman y Rose (1983), DomínguezRodrigo e Yravedra (2009), entre otros, se empiezan a definir y
clasificar de manera sistemática qué se entiende por una marca
de corte y su funcionalidad respecto a su posición en los distintos
elementos anatómicos. En sentido genérico, las marcas de corte
se definen como unas “estrías con sección en V, de longitudes
variables, con múltiples y paralelos trazos en los valles internos
de la marca y con una orientación transversal o longitudinal”
[page-n-60]
material y métodos
Figura 25. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de localización de las modificaciones según la parte y zona de hueso en
la que se localice.
Tabla 11. Clasificación y características de los tipos de actividad llevadas a cabo por los grupos humanos sobre una carcasa animal para
su transporte y consumo.
Actividad
Características
Despellejado
Localizada en partes con escaso tejido o donde la piel está en contacto directo con el hueso. Generalmente
sobre cráneo, mandíbula, metápodos, carpos/tarsos, falanges y vértebras caudales.
Desmembrado
Concentradas en zonas articulares, de morfología corta y profunda, en sentido transversal o longitudinal.
Retirada de tendones
Presentes en diversos elementos esqueléticos, pero normalmente en escaso número.
Retirada del periostio
Generalmente longitudinales y con una distribución heterogénea, respecto por ejemplo a las marcas longitudinales focalizadas en la extracción de carne.
Descarnado
De morfología corta, transversales u oblicuas, localizadas en la diáfisis de huesos largos, sobre todo cerca de
zonas de músculos e inserciones de los tendones. Rara vez se producen marcas longitudinales.
Fileteado
De tendencia longitudinal. Contrario al descarnado al buscar la producción de porciones de carne más estandarizadas para su posterior almacenaje.
(Yravedra, 2006a: 188). Junto a estos caracteres, en determinadas
ocasiones podemos encontrar microestriaciones internas, barbs o
lengüetas (estrías finas y cortas, dobles o múltiples, que se producen al inicio o al final de la marca de corte debido al movimiento repetido de la mano durante el corte), estrías secundarias o
Shoulder effect (provocadas por la irregularidad del útil), y conos
hercianos (respuesta indirecta del hueso a la hora de fracturarse).
Junto a estos últimos, el grosor de la estría principal y la presencia de microescalones pueden darnos datos respecto a la direccionalidad del gesto (Pickering y Hensley-Marschand, 2008).
No obstante, la morfología de las marcas de corte puede ser
relativamente variable, dependiendo de su disposición y dimensiones, el tipo de acción realizada (fuerza empleada y ángulo de
trabajo), el útil empleado (tipo de materia prima, dimensiones,
presencia de retoque o no), y las características propias del animal o elemento anatómico (talla y peso del animal, presencia de
tendones, ligamentos y paquetes musculares, zona anatómica,
etc.). A nivel general se habla de cuatro tipos de marcas de corte,
tal y como definimos en la tabla 12.
Marcas de percusión
Las marcas de percusión se asocian a la actividad antrópica
de fracturar un hueso, ya sea con un fin nutritivo (acceso a
la cavidad medular) o con una finalidad tecnológica (producción de útiles). Al contrario de las marcas de corte, es por
tanto una actividad que genera de manera intencional unos
estigmas muy concretos.
La manera de fracturar un hueso puede ser distinta, yendo
desde la percusión directa (el hueso se golpea contra un objeto
de mayor dureza), la percusión lanzada (el hueso es lanzado
contra un objeto de mayor dureza) y la percusión indirecta (el
hueso es apoyado en el suelo o un yunque para ser golpeado
con un útil más duro sobre su superficie) (Yravedra, 2006a).
Además, este tipo de actividades en ocasiones puede llevar
asociados trabajos anteriores sobre el material para facilitar
su ruptura, caso de un ligero calentamiento (Cáceres et al.,
2002; Outram, 2002). Generalmente las marcas producidas
por la percusión son bastante regulares, diferenciándose entre
diversos tipos (tabla 12, figura 27).
47
[page-n-61]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
En el caso de los humanos, las marcas de mordedura suelen ir
asociadas a la presencia de marcas de corte o percusión que confirman la actuación antrópica sobre los restos, aunque no siempre
en el caso de las pequeñas presas sucede (Landt, 2007). Diversos estudios zooarqueológicos y etnográficos (Aura et al., 2002;
Cochard, 2004; Landt, 2007; Pérez-Ripoll, 2004; Saladié et al.,
2013b; Sanchis y Fernández-Peris, 2008) demuestran su vinculación al consumo de la médula y la carne adherida al hueso, sobre
todo en animales de talla pequeña, compartiendo algunos rasgos
típicos de las marcas y fracturas generadas por carnívoros, como
por ejemplo es la formación de diáfisis y la ausencia de epífisis.
Por esta razón, en diversos estudios experimentales realizados
sobre huesos de conejo (Oryctolagus cuniculus) se ha propuesto
una tipología básica para identificar las marcas generadas por
los humanos, normalmente asociadas a fracturas (Pérez-Ripoll,
2005; Romero et al., 2015; Sanchis et al., 2011).
Termoalteraciones
Figura 26. Acciones de descarnado mediante lasca de sílex y fracturación por percusión experimental del proyecto Neanderthal Fire
Technology (Leakey Foundation) llevado a cabo en el yacimiento
de El Salt en 2010.
Mordeduras
Por mordedura entendemos la acción de presionar o arrastrar
los dientes sobre una superficie, generando distintos tipos de
alteraciones y modificando su estructura original. En el caso del
material arqueológico, los agentes que generan las mordeduras
se clasifican tradicionalmente entre antrópicos y otros agentes
biológicos (carnívoros, roedores y herbívoros).
Como norma general, las mordeduras tienen un aspecto
sinuoso, con sección en U, fondo plano, bordes redondeados,
y con una longitud y anchura variable. Frente a las marcas
de corte, no tienen microestriaciones internas, son más anchas que profundas, se pueden realizar sobre cualquier parte
del hueso y suelen presentar una orientación transversal (tabla 12). Sin embargo, no siempre nos encontramos con estas
características debido a los distintos tipos de mordedura por
cada agente, así como el diente concreto empleado. Debemos
tener en cuenta que las mordeduras pueden llegar a ocultar
otras evidencias tafonómicas, o en el mejor de los casos darnos la secuencia de intervención de distintos agentes sobre
los restos.
48
Las evidencias de termoalteración se han entendido tradicionalmente como una muestra inequívoca de la actividad antrópica en un yacimiento, aunque esto no implique realmente una
acción intencional en todos los casos (Asmussen, 2009; Bennett, 1999; Bietti et al., 1995; Cain, 2005; Mallol et al., 2013b;
Smolderen y Jimenez, 2016; Spennemann y Colley, 1989). Sin
embargo, su presencia puede estar relacionada con una multiplicidad de actividades, que van desde el procesado cárnico al
desecho y reutilización del material, eventos de carácter ritual
o fenómenos diagenéticos (Cáceres et al., 2002; Costamagno
et al., 1999, 2005, 2009; Joly et al., 2005; Outram, 2001; Sergant et al., 2006; Shahack-Gross et al., 1997; Stiner et al., 2001;
Théry-Parisot et al., 2005; Théry-Parisot, 2002; Thompson,
2004; Villa et al., 2002; Yravedra et al., 2005, 2016; Yravedra
y Uzquiano, 2013).
En el caso de El Salt, la alta frecuencia de hogares registrados tiene como consecuencia directa una alta proporción de
material termoalterado, pero no siempre afectado de manera intencional. Así pues, la presencia de suelos termoalterados y la
determinación de material óseo aportado por las aves rapaces
con signos de termoalteración publicado en diversos trabajos
(Mallol et al., 2013b; Pérez et al., 2017b) nos ha impulsado a
realizar un concienzudo análisis a nivel macro y microscópico
del material de estudio.
En el análisis macroscópico, se ha seguido el método de caracterización desarrollado por varios autores, basado en la definición de los cambios de coloración, craquelados, pérdida ósea,
debilidad y posible reducción del tamaño de los elementos (Castillo et al., 2013; Ellingham et al., 2015; Hiller et al., 2003; Shahack-Gross et al., 1997; Stiner et al., 2001; Surovell y Stiner, 2001;
Thompson et al., 2013; Weiner y Bar-Yosef, 1990) (tabla 13). A
la hora de la asignación de un grado de termoalteración en base al
color de las superficies, hemos empleado la escala propuesta por
Rebecca Nicholson (1993) y Mary C. Stiner y colegas (1995) distinguiendo entre alteraciones simples, dobles o triples (tabla 14,
figuras 28 y 29). Para su registro en la BD Principal se dispone
de una sección específica, donde se indica el estadio de coloración, la parte donde se localiza la afección (total, parte aislada,
punto aislado), la localización anatómica y las posibles modificaciones (deformación, escamaciones, grietas, pérdida ósea y
porosidad). En caso de que se registre más de un color en el
mismo elemento, hay posibilidad de incluir un segundo registro.
[page-n-62]
material y métodos
Tabla 12. Clasificación y características de los tipos de marcas producidas por los grupos humanos sobre un conjunto óseo.
Modificación
Tipos
Características
Marcas de
corte
Incisión
Estrías finas, de longitud, profundidad y anchura variable, producidas por un movimiento simple
y repetitivo. Aparecen aisladas o en grupos, con orientación longitudinal, oblicua o transversal al
hueso y con disposición recta, curva o sinuosa.
Raspado
Estrías anchas y poco profundas producidas por un movimiento simple, utilizando el filo del
útil de forma oblicua y en sentido transversal al hueso. Se vinculan a la extracción de los restos
cárnicos y la eliminación del periostio o grasa superficial para facilitar la percusión.
Aserrados
Estrías finas, concentradas y superpuestas, producidas por el movimiento de vaivén del útil sobre
la superficie ósea sin llegar a levantarse. Generalmente dispuestas de forma transversal u oblicua
al hueso.
Tajos
Pequeños cortes, profundos y relativamente anchos, generados por el golpe del filo de un útil
contra el hueso. Se asocian a la desarticulación de las zonas con presencia de tendones, principalmente las partes articulares.
Marcas de
percusión
Mordeduras
Puntos o estigmas Hundimientos en la cortical del hueso, producidos por un impacto que no llegó a tener la suficide percusión
ente fuerza para producir la fractura. Se caracterizan por una morfología circular u ovalada, la
compactación del tejido óseo, la presencia de microsurcos internos y de estrías laterales. Siguen
la misma lógica que una mordedura, por lo que en ocasiones pueden llegar a ser confundidos con
la actividad de algún carnívoro.
Impactos de
percusión
Hundimientos en la cortical del hueso, producidos por un golpe lo suficientemente fuerte para
producir la fractura del elemento. Se caracterizan por una morfología semicircular, trapezoidal
o triangular, desde la que se forman distintas superficies o líneas de fractura. Además presentan
microestrías concéntricas al punto de impacto. En un mismo elemento anatómico nos podemos
encontrar con varios puntos de impacto, localizados de manera consecutiva, correlativa, sobrepuesta y opuesta.
Contragolpes
Estigmas presentes en la cara contraria al impacto de percusión, producidos por el apoyo del
hueso sobre un yunque (percusión pasiva).
Conos de
percusión
Lascas de pequeñas dimensiones desprendidas en el área de percusión. Se caracterizan por una
morfología cónica, mayormente compuestas por tejido medular y una fina capa de la superficie
cortical. Presentan un bulbo y talón derivado del impacto de percusión.
Lascas
medulares
Lascas de pequeñas dimensiones desprendidas próximas al área de percusión. Comparte las características de los conos de percusión, pero están ausentes de bulbo y talón. Al desprenderse
dejan negativos en la cara medular del hueso.
Lascas
corticales
Lascas desprendidas a causa del impacto de percusión. Se caracterizan por una morfología variable y un alto contenido de la superficie cortical.
Esquirlas
parásitas
Lascas adheridas al hueso, concretamente en la zona de percusión, que no se han terminado de
desprender tras el impacto. Se caracterizan por una morfología trapezoidal o elíptica.
Flexión
Fractura generada a partir de la combinación del mordisqueo y la flexión del hueso con las manos. Consiste en la sujeción de un extremo del hueso con los molares, mientras que la presión
manual en el otro extremo provoca la fractura. Se caracteriza por el astillamiento de los extremos
del hueso, presentando una forma irregular y fibrosa, además de producirse un borde escalonado
(ausente en fracturas sin flexión).
Muescas
La fractura por una mordedura humana suele dejar muescas (individuales o en parejas) derivadas
de la presión de las cúspides de los premolares y molares, con un carácter contrapuesto.
Mordisqueo
Acción de realizar movimientos laterales y longitudinales repetitivos, normalmente con los incisivos, con el fin de limpiar la carne adherida al hueso, dejando marcas leves y de incisiones
suaves, planas, cortas y en sentido transversal.
Por otro lado, con el fin de realizar una exploración microscópica de la superficie, sin recurrir a técnicas más caras y lentas
como el FTIR, Rayos-X o los análisis químicos, hemos realizado
una observación de las superficies siguiendo las propuestas de
Brit Asmussen (2009), Rebecca Nicholson (1993), Pat Shipman
y colegas (1984), Megan Hanson y Chester R. Cain (2007) y
Rafael F. Castillo y colegas (2013). Para su ello se ha empleado
el estéreo microscopio Leica M165-C, con el acople de una cámara Leica MC170 HD, y el microscopio de luz reflejada Hirox
KH8700 con el fin de analizar los fragmentos entre 10x y 700x.
49
[page-n-63]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
cial interés en los estigmas relacionados con este tipo
de piezas.
• Análisis tecnológico: se ha realizado la determinación
taxonómica y anatómica de la pieza a través del uso de
atlas y colecciones de referencia, así como su estudio
morfométrico y de las zonas de uso tomando nota de su
longitud, anchura, espesor y perímetro.
• Análisis funcional: se ha llevado a cabo la caracterización,
contabilización y medida de los estigmas de preparación y
huellas de uso, distinguiéndose entre impresiones lineales,
en triedro, estrías y desconchados masivos. Igualmente, la
posición de las zonas de uso y su distancia desde el centro
a los bordes de la pieza ha sido registrada con el fin de establecer el Índice de lateralidad de los útiles, complementado
con un análisis factorial de Componentes Principales. Finalmente, se han considerado posibles reacondicionamientos del elemento y posibles fenómenos de reciclaje (Rosell
et al., 2015). Tanto para el análisis tecnológico como funcional nos hemos ayudado del microscopio óptico Hirox
KH8700 a bajo aumento (5x – 35x) y su posterior tratamiento mediante el software Hirox KH8700 EZ-View©.
Figura 27. Esquema de la fracturación ósea de origen antrópico y
estigmas asociados.
Para finalizar, los fragmentos estudiados han podido clasificarse en cada uno de los estadios de transformación
por alteración térmica propuestos por Thompson (2004):
1) deshidratación, 2) descomposición, 3) inversión y 4) fusión.
Producción ósea: retocadores
Entre la relativa diversidad de utillaje óseo que surge durante
el Pleistoceno, los retocadores óseos se sitúan como uno de los
útiles más recurrentes en el tool-kit de los grupos humanos, con
especial presencia en los yacimientos de ocupación neandertal (Daujeard et al., 2014; Mozota, 2012; Patou-Mathis, 2002;
Vincent, 1993). El tipo de taxones y elementos anatómicos
empleados para la realización de estos útiles es una constante
desde el Pleistoceno medio, centrado esencialmente en ungulados de talla media o grande (Bos, Bison, Equus, Cervus) sobre
fragmentos de diáfisis de huesos largos como el húmero, radio,
fémur, tibia, metápodos, siendo ocasional el uso de falanges,
dientes hipsodontos y caninos de grandes carnívoros, así como
costillas de animales de gran talla (Castel et al., 2003; Gaudzinski, 1999; Leroy-Prost, 2002; Valensi, 2002).
Aunque no son abundantes los retocadores óseos identificados en el yacimiento de El Salt, la calidad de las piezas reconocidas nos ha impulsado a acometer un análisis de las mismas
y llevar a cabo su comparativa con parte del registro europeo
(Pérez et al., 2019). La metodología de estudio tecno-funcional
propuesta por Mozota-Holgueras (Mozota, 2015, 2012) constituye la base de trabajo, la cual consta de un análisis tafonómico,
tecnológico y funcional:
• Análisis tafonómico: se ha llevado a cabo un estudio macroscópico y con lupa binocular del fragmento con el fin
de identificar posibles alteraciones bioestratinómicas, tal
y como se ha descrito en apartados anteriores, con espe50
Modificaciones por agentes no antrópicos
Carnívoros
La relación de homínidos y carnívoros en el pasado ha estado marcada eminentemente por la competencia por las mismas presas y
ocupación del territorio, siendo ocasionalmente presas unos de otros
(Sala y Arsuaga, 2018). Por este motivo, gran parte de los depósitos pleistocenos contienen evidencias de la intervención de ambos
agentes, dificultando en muchos casos la identificación del agente
productor de la acumulación, o al menos cual ha sido la secuencia
de acceso al conjunto óseo (Bunn y Ezzo, 1993). A este problema,
se suma el hecho de que los carnívoros actúan en muchas ocasiones
como saqueadores, modificando o alterando los conjuntos creados
previamente, lo que Binford (1981) definió bajo el término ravaging, empleado a partir de entonces en numerosos trabajos (Blasco y Rosell, 2009; Brain, 1981; Camarós et al., 2013; Marean y
Spencer, 1991).
La cuestión se complica cuando tenemos en cuenta la gran
variedad de carnívoros que pueden actuar sobre un conjunto
óseo. A nivel metodológico, los especialistas hacen distinción
entre los grandes y los pequeños carnívoros, cada uno de ellos
con una etología diferenciada respecto a la manera de capturar, consumir y desechar sus presas. A su vez, pueden darse
diferencias incluso dentro de un mismo predador, dada que la
conducta de los mismos depende de multitud de factores como
son la disponibilidad de las presas, la competencia con otros
predadores, el estrés nutricional, la funcionalidad de los lugares
de ocupación, etc.
A nivel etológico, uno de los principales criterios empleados para diferenciar grandes y pequeños carnívoros es el consumo in situ de las presas o su transporte, junto a su capacidad
para consumir huesos o durofagia (Domínguez-Rodrigo, 1994a,
1994b; Stiner, 1999) (tabla 15). En este sentido, también hemos
de tener en cuenta que, dentro de los pequeños carnívoros, el
consumo de pequeños huesos puede generar un patrón de digestión similar al de las aves rapaces, haciendo más compleja la
búsqueda del agente generador de nuestros conjuntos.
[page-n-64]
material y métodos
Tabla 13. Grados de alteración en restos termoalterados en condiciones subaéreas. Información recopilada de Kizley (1973), Shipman et
al., (1984), Johnson (1985), Shipman (1988), Nicholson (1993), Stiner et al., (1995), Thompson (2004), Castillo et al., (2013) y Ellingham
et al., (2015).
Coloración
(VV.AA.)
Modificaciones hueso cortical
(Ellingham et al., 2015;
Nicholson, 1993)
Modificaciones
histológicas
(Castillo et al., 2013)
0 ºC
Neutra, Amarilla
Sin cambios.
Deformación de las fibras de
colágeno.
100 ºC
Neutra, Amarilla
Microfracturas en hueso trabecular y cortical. Deformación de
canales haversianos.
200 ºC
Amarilla, Marrón
300 ºC
Marrón-Negra,
Negra, Grisácea
Deformación del hueso trabecular y cortical, además de la aparición de pequeñas fracturas.
400 ºC
Marrón-Negra,
Negra, Grisácea
Carbonización del hueso.
Aumento del grosor y longitud
de los cristales, con formaciones
cristalínas vítreas y polímeros
cristalinos.
Estadio de
transformación
(Thompson, 2004)
Deshidratación
Tª
Negra-Gris, Negra,
Grisácea, Grisácea-Azulada
600 ºC
Negra, Grisácea,
Grisácea-Azulada
Incremento de rugosidad del
hueso trabecular, primeros signos
de craquelado.
700 ºC
Blanca-Amarilla,
Grisácea, Grisácea-Azulada
Incipiente calcinación y craquelado.
Presencia de cristables redondeados y cúbicos, con pérdida de
homogeneidad.
Inversión
500 ºC
Descomposición
Reducción de materia orgánica.
Desaparición casi total de la
materia orgánica.
Blanca-Amarilla,
Disminución del hueso trabecular
Blanca, Grisácea,
en formas granulares. Craquelado
Grisácea-Azulada en parches general.
900 ºC
Blanca, Grisácea,
Craquelado y calcinación total
Grisácea-Azulada en parches del hueso, con pérdidas óseas.
Superficie granular y disminución del espacio inter-cristalino.
1000 ºC
Blanca, Grisácea,
Grisácea-Azulada en parches
Desaparición de estructura
granular e inicio de compactación de los microcristales.
Todo este elenco de predadores produce unos tipos de modificaciones concretas en los huesos, diferenciándose desde un
punto de vista metodológico entre las de naturaleza física y las
de naturaleza química (tabla 16, figura 30). En el caso concreto de las marcas de mordedura, las metodologías para su estudio han variado a lo largo del tiempo, siempre registrando las
diferentes morfologías e impresiones en el hueso trabecular.
Esto ha permitido distinguir entre impresiones más cuadradas
o rectangulares propias de los úrsidos, de aquellas cónicas propias de cánidos y hiénidos, o alargadas en forma de “V” típicas
de los felinos (Haynes, 1983; Sala y Arsuaga, 2018). Estudios
posteriores han permitido afinar en la determinación, considerando que no solo el tamaño de las marcas, sino la densidad
del hueso, pueden influir en el tipo de marca, distinguiendo
Fusión
800 ºC
aquellas entre hueso trabecular y cortical (Selvaggio y Wilder,
2001). El problema en este punto está en que el tamaño de
las improntas es tan amplio que pueden ser varios los agentes que las producen, aunque se puede llegar a discriminar,
por ejemplo, entre pequeños/medianos carnívoros y grandes
carnívoros, dado que los primeros nunca llegarán a producir
una marca de las dimensiones a las que pueden llegar estos
últimos. Complementariamente, los patrones de fractura y especialmente los grados de modificación por consumo aportan
información decisiva a la hora de discriminar el tipo o tipos de
agentes carnívoros generadores de un conjunto. Varios estudios han sido publicados a este respecto, estableciendo rangos
de modificación que van desde estadios donde el daño es residual, a estadios donde hay una altísima modificación de las
51
[page-n-65]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 14. Escala de colores identificados en el material termoalterado y abreviaturas empleadas.
Tipo
Color
Abreviatura
Simple
Sin termoalteración
ST
Marrón
M
Negro
N
Gris
G
Blanco
B
Sin termoalteración - Marrón
ST-M
Sin termoalteración - Negro
ST-N
Marrón - Negro
M-N
Negro - Gris
N-G
Gris - Blanco
G-B
Sin termoalteración - Marrón - Negro
ST-M-N
Marrón - Negro - Gris
M-N-G
Negro - Gris - Blanco
N-G-B
Doble
Triple
100ºC
400ºC
200ºC
300ºC
500ºC
>600ºC
carcasas (Campmas y Beauval, 2008; Domínguez-Rodrigo et
al., 2015; Fourvel, 2012; Haynes, 1981, 1982; Sala y Arsuaga,
2018; Saladié et al., 2013a).
Aves rapaces
La presencia de aves rapaces en un yacimiento arqueológico suele estar relacionada con la existencia de nidos, posaderos o zonas
de descanso, sea en entornos cercanos o sobre las mismas viseras
de la cueva o abrigo (Andrews, 1990). Es en ellos donde se produce la mayor parte de la alimentación de los propios predadores
o de sus crías, desechando tanto restos ingeridos (regurgitado,
defecado) como no ingeridos. Para el caso del sur de Europa y
principalmente para la península ibérica, la diversidad de estudios
realizados ha permitido identificar cuáles fueron las principales
aves rapaces que intervinieron en la formación de distintos conjuntos arqueofaunísticos, tanto diurnas (águila imperial - Aquila
adalberti -, águila real - Aquila chrysaetos -, águila perdicera Aquila fasciata -, aguilucho pálido - Circus cyaneus -, alimoche
- Neophron percnopterus -, quebrantahuesos - Gypaetus barbatus
-) como nocturnas (búho real - Bubo bubo -, lechuza -Tyto alba
-, búho nival - Bubo scandiacus -) (Lloveras et al., 2008a, 2009,
2012, 2014a, 2014b; Margalida, 2008; Marín-Arroyo et al., 2009;
Marín-Arroyo y Margalida, 2012; Royer et al., 2019; Sanchis et
al., 2014; Sanchis, 2000, 2012; Yravedra, 2004).
Las alteraciones dejadas por estos predadores suelen ser relativamente fáciles de identificar, aunque existiendo diferencias
a la hora de cómo actúan los distintos taxones. Así pues, las rapaces diurnas tienden a desmembrar con el pico sus presas e ingerir partes concretas de ellas (figura 30), mientras que las rapaces nocturnas pueden llegar a ingerirlas al completo. Del mismo
modo, los niveles de digestión varían, siendo mucho más ácidos
entre las rapaces diurnas que entre las nocturnas, provocando
por tanto una mayor alteración en los huesos digeridos por parte
de las primeras, aunque el NME afectado sea menor (Lloveras y
Nadal, 2015; Rufà, 2017). Del mismo modo, las rapaces jóvenes
52
1 cm
Figura 28. Gradación de la coloración sobre la superficie cortical de
los huesos por afección térmica en base a la temperatura alcanzada.
Material arqueológico proveniente de la UE Xa de El Salt.
producen una mayor alteración en los huesos durante la digestión que las rapaces adultas (Sanchis, 2012). Se puede encontrar
un resumen de las distintas alteraciones en la tabla 17.
4.3.4. modificaciones postdeposicionales
Entre las modificaciones diagenéticas que pueden darse sobre
un conjunto óseo, en el yacimiento de El Salt hemos identificado siete grandes tipos (tabla 18, figura 31). Para el registro
de cada una de ellas se ha empleado la BD Principal, concretamente en el apartado dedicado a alteraciones diagenéticas.
Dentro del mismo, a la hora de cuantificar la intensidad de la
modificación causada por cada uno de los fenómenos anteriores
se ha establecido una codificación que va de “1” a “5”, donde
“1” se corresponde con el grado de modificación más leve de la
superficie cortical, mientras el “5” se corresponde con el grado
de alteración más intenso, hasta el punto de hacer imposible la
observación de la superficie cortical.
Veamos a continuación las características de cada una de
las modificaciones, considerando que esta información se
presenta con una mayor profundidad en los diversos manua-
[page-n-66]
material y métodos
A
B
Figura 29. Capturas fotográficas macroscópicas (A) y microscópicas (B) de huesos termoalterados en distinto grado, recuperados en las
capas negras de diversos hogares del El Salt (Pérez et al., 2017b). Fotografías de micromorfología: Carolina Mallol.
53
[page-n-67]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 15. Características de alimentación durófaga y transporte entre grandes y pequeños carnívoros. Información recopilada a partir de
varios trabajos por Sauqué y Sanchis (2017) y Sala y Arsuaga (2018).
Talla
Taxón
Durofagia
Transporte Acumulación ósea
Grande
Hienas (C. crocuta, H. brunnea, H. hyaena)
Presente
Sí
Sí (refugios y cubiles)
Lobo (Canis lupus)
Sí
Ocasional (refugios de cría y cubiles)
Cuón (Cuon alpinus)
Sí
Ocasional
Dudoso
Dudoso
No
No
Leopardo (Panthera pardus)
Sí
Sí (árboles y cubiles)
Linces (Lynx sp.)
Sí
Ocasional (refugios de cría y letrinas)
Osos (Ursus spelaeus, Ursus arctos)
Sí
No
Licaón (Lycaon pictus)
León (Panthera leo)
Pequeña
Ausente
Zorro (Vulpes vulpes)
Presente
Sí
Sí (refugios y cubiles)
Gato salvaje (Felis sylvestris)
Ausente
Sí
Ocasional (refugios de cría)
Lince ibérico (Lynx pardinus)
Sí
Ocasional (refugios de cría y letrinas )
Mustélidos
Sí
Dudoso
Tabla 16. Clasificación y características de los tipos de marcas producidas por los carnívoros.
Naturaleza Modificación
Física
Química
Mordeduras
Características
Dentelladas
Negativo del diente empleado, con forma de picos y valles internos.
Perforaciones
Perforaciones o depresiones circulares o irregulares que colapsan la cortical. Resultado de la presión dentaria sobre el tejido esponjoso. Diferencia entre puntos de
impacto o chipped bones, shallow pitting (epífisis y elementos axiales) y bordes
crenulados o irregulares. Se asocian a surcos con normalidad.
Depresiones
Mordisqueo generalizado, sin llegar a colapsar la cortical. Depresiones poco profundas, de márgenes gruesos, sección en “U” y eje redondeado-alargado.
Improntas
Huellas dentarias de las cúspides de un molar. Informan del tipo de agente y diente
empleado.
Mordisqueo
Realizado sobre epífisis, diáfisis y elementos axiales. Se asocia a depresiones lineales y surcos que llegan a colapsar la cortical. Diferencia entre furrows (roído de
tejido óseo blando), furrowing (sobre diáfisis y metáfisis y relacionadas con el colapso epifisario).
Surcos
Depresiones lineales, alargadas y profundas, con bordes redondeados y sección en
“U”. Más anchas que largas. Superficie interior irregular y poco definida. No colapsan la cortical y se asocian a depresiones. Sobre diáfisis y epífisis.
Acanaladuras
Canales estrechos y cortos sobre la cortical, distribuidos de forma paralela o transversal. Fondo rugoso.
Vaciados
Resultado del mordisqueo extremo, supone la desaparición de parte del hueso esponjoso. Genera redondeamientos de los bordes (cuando se accede a la cavidad medular) o bordes con muescas (cuando no se accede a la cavidad medular).
Fracturas
Fracturas en espiral o helicoidal a causa de la presión mandibular. Generan lascas corticales y medulares, microdenticulado en bordes de fractura. También por reducción de epífisis en huesos largos. Posible
confusión con actividad antrópica.
Ácidos gástricos
Derivados de la ingestión de fragmentos óseos. Genera bordes suaves y superficies porosas con presencia de pequeñas cúpulas.
Enzimas salivares Derivadas de la acción de mordisqueo y movimiento del hueso en la boca. Genera pulidos, redondeamientos y pequeñas depresiones en los bordes de fractura.
54
[page-n-68]
material y métodos
Figura 30. Ejemplos de acción de mordisqueo por carnívoros (Canis lupus) y consumo por aves rapaces (Gyps fulvus) sobre una carcasa
animal. Fotografías: Tambako the Jaguar (izquierda) y Ana Fagoaga (derecha).
Tabla 17. Clasificación y características de los tipos de marcas producidas por las aves rapaces.
Naturaleza
Modificaciones
Características
Física
Impactos de pico
A la hora de consumir sus presas, las aves actúan por medio de picotazos, con los cuales retiran
parte del contenido cárnico que necesitan (además de fragmentos de hueso, plumas, pelo, etc.),
aunque también se producen picotazos durante la desarticulación de las presas para su posterior ingesta. Dependiendo de la morfología de su pico, los estigmas que quedan sobre los huesos pueden
ir desde formas triangulares a formas más redondeadas, siempre producidos en un lado del resto
cuando hablamos de huesos largos, o perforaciones en el caso de huesos planos.
Fragmentación
En el momento de fragmentar la carcasa, diversos autores plantean que entre las aves rapaces
generalmente se produce un mayor consumo de los miembros posteriores debido a su mayor contenido cárnico, aunque esto no es compartido por todos los autores (Yravedra, 2006a). Además,
dependiendo del predador y del elemento anatómico que se trate, los grados de fracturación varían
desde proporciones bastante elevadas (80-95%) para el caso de pelvis y escápulas, a proporciones
relativamente bajas (25-50%) para el caso de huesos largos. E incluso, proporciones diferenciales
(5-85%) en el caso de las vértebras.
Corrosión digestiva
La ingestión por parte de las aves rapaces provoca que todos aquellos elementos no digeribles
(huesos, pelo o plumas sean expulsados a partir del regurgitado (egagrópilas). Durante su digestión
los huesos se ven afectados por el proceso digestivo, provocando sobre sus superficies fenómenos
de corrosión y pulido, caracterizándose a la hora de su identificación por la presencia de pérdidas
óseas, destrucción y lustre brillante de la superficie cortical. Diversos autores han tipificado las
alteraciones digestivas en distintos grados - ligero, moderado, fuerte e intenso - tanto sobre huesos
como dientes . La definición de los mismos es imporante a la hora de poder diferenciar entre aves
rapaces diurnas y nocturnas, así como asignar una tafocenosis a un predador concreto.
Química
les disponibles sobre la disciplina (Denys y Patou-Mathis,
2014; Fernández-Jalvo y Andrews, 2016; Lyman, 1994; Yravedra, 2006a).
4.4. ESTUDIO PALEOECOLÓGICO
Las aproximaciones paleoecológicas a partir de macro-vertebrados se reducen en la literatura científica a dos grandes corpus
metodológicos o referentes de estudio: la auteología, centrada
en una única especie; la sinecología, centrada en el conjunto
de especies de una comunidad. Al aplicar cualquiera de ellas
siempre se asume un cierto sesgo actualista, puesto que se des-
conocen en detalle los factores abióticos y bióticos que pudieron
afectar a las comunidades animales de estudio. A su vez, en el
caso concreto de los conjuntos arqueofaunísticos, partimos de
una selección taxonómica/anatómica derivada de la preferencia
y actividades realizadas por los grupos humanos sobre determinados animales, a lo que hay que sumar los efectos de los
procesos de fosilización del conjunto.
En nuestro caso, para llevar a cabo una aproximación paleoecológica sobre el material analizado, nos hemos servido de
dos tipos de metodologías de carácter sinecológico. En primer
lugar, los análisis basados en el actualismo y centrados en las
55
[page-n-69]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 18. Clasificación y características de los tipos de modificaciones fosildiagenéticas.
Modificación
Características
Corrosión
química
Modificación de naturaleza físico-química, la cual puede producirse por una amplia variedad de procesos: disolución química (modifica la estabilidad de los componentes minerales del hueso), descomposición de los tejidos
óseos (provoca desmineralización y pérdida de colágeno), PH y composición química del sedimento (afecta al
estado iónico del hueso y genera solubilidad de la hydroxiopatita), lixiviación (pérdida de material soluble),
enriquecimiento (aparición de corrosiones y cambios de color en la superficie ósea), etc. Este tipo de alteraciones químicas producen cambios a nivel macroscópico y microscópico, que pueden llegar a afectar a los análisis
de paleodietas que se realicen sobre los materiales. En general el hueso presenta una superficie alterada, con
rugosidades y pérdida de tejido óseo, de manera similar al tipo de alteraciones que se pueden ver en los huesos
digeridos por carnívoros, distinguiéndose de estas gracias a que afectan a gran parte o la totalidad del hueso y no
a una zona determinada.
Concreción
Modificación de naturaleza físico-química, producida principalmente por cambios en las condiciones de humedad
sedimentaria, provocando que parte del sedimento se vaya adhiriendo al hueso.
Pulidos y
microestriaciones
Modificación de naturaleza física, producida principalmente por el transporte hídrico o eólico de un resto óseo,
causando la erosión o abrasión de su superficie. El origen de la modificación está en la fricción de las partículas
sedimentarias con la superficie del hueso, produciendo redondeamientos, pulidos y microestrías. A la hora de
diferenciar uno u otro agente, se suele asociar una modificación completa del resto al transporte hídrico, mientras
que una modificación parcial está más relacionada con procesos eólicos.
Pigmentación
por óxidos
Proceso químico derivado de la presencia de bacterias que se nutren del contenido óseo, provocando la aparición
de óxidos de manganeso en la superficie ósea. Se caracterizan por generar cambios de coloración en la superficie
de los restos a partir de pequeños puntos de color negruzco, distribuidos de forma dispersa y caótica, o en zonas
de concentración. Dichos cambios se producen principalmente bajo condiciones de alta humedad, baja exposición
solar y niveles de pH neutro en el sedimento (Shahack-Gross et al., 1997).
Grietas y
exfoliaciones
Modificación de naturaleza físico-química generada por la meteorización, exposición subaérea o weathering. Se
produce por la descomposición del colágeno y pérdida de la hydroxiapatita de un hueso tras su abandono, quedando expuesto a los distintos agentes atmosféricos (lluvia, calor, cambios de temperatura, solifluxión, etc.). A partir
del trabajo experimental realizado por Anan K. Behrensmeyer (1978) en la cuenca de Amboseli (Kenia), se define
una base teórica sobre la que reconocer los fenómenos de meteorización en los huesos, aunque también Peter
Andrews (1990) proporciona nuevos datos para el caso de los pequeños mamíferos. Entre las principales modificaciones están los agrietamientos longitudinales y en mosaico, las exfoliaciones y las pérdidas de tejido óseo.
Muescas, fracturas
y agrietamientos
Modificación de naturaleza física, provocada por el tránsito (pisoteo) de distintos agentes biológicos sobre la
superficie que contiene los restos óseos. Así pues, al igual que en la abrasión, es la fricción generada por el movimiento de las partículas sedimentarias el motivo de las modificaciones, provocando desde incisiones finas e
impresiones poco profundas, a fragmentación longitudinal y desplazamiento horizontal y/o vertical del material.
Su distribución sobre la superficie ósea suele ser irregular, llegando a generar pequeñas muescas en los bordes de
huesos fracturados (Blasco et al., 2008), o incluso confundirse con otro tipo de alteraciones como las marcas de
corte en restos químicamente alterados (Pineda et al., 2014). No obstante, algunos estudios han demostrado como
no en todos los medios sedimentarios se manifiestan estas alteraciones (Olsen y Shipman, 1988).
Vermiculaciones
Modificación de naturaleza físico-química, producida por el crecimiento de raíces en el sedimento, que a través
de la acción de los ácidos vegetales produce la disolución química de la superficie ósea (Fernández-Laso, 2010).
Este fenómeno provoca la existencia de negativos sobre la cortical de un hueso, con una longitud, anchura y distribución variable, y generalmente con fondo en “U”.
especies, también denominados métodos taxonómicos. En segundo lugar, los análisis independientes de la taxonomía, dedicados al estudio de las características ecológicas o eco-fisiológicas de las especies según sus nichos ecológicos.
4.4.1. métodos taxonómicos
Especies indicadoras
Se realiza una clasificación de los restos faunísticos teniendo en
cuenta los requerimientos ecológicos de las especies actuales y fósiles (tabla 19), así como el hábitat, bioma o clima a partir del conteo de cada especie representada. Este tipo de análisis tiene sus li56
mitaciones en la aparición de especies con requerimientos ecológicos distintos en la actualidad, pero cuyos fósiles se han recuperado
en un mismo conjunto, así como especies fósiles sin descendientes
directos o análogos actuales. Ambos aspectos pueden tener relación
con episodios climáticos sin correspondencia con las condiciones
presentes o con un largo tiempo de depósito de estos materiales, a
pesar de localizarse en una misma unidad estratigráfica.
Diversidad específica
Se analiza la distribución porcentual de las especies reconocidas en cada conjunto o yacimiento arqueológico o paleontológico a partir del número de restos identificados (NISP) o el
[page-n-70]
material y métodos
A
B
D
C
E
2 cm
Figura 31. Principales tipos de alteraciones postdeposicionales identificadas en el conjunto de El Salt. A) Signos de concreción
por carbonato cálcico; B) Vermiculaciones; C) Pigmentación por óxidos de manganeso; D) Pérdida ósea por corrosión química; E) Presión sedimentaria.
57
[page-n-71]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 19. Características ecológicas de las especies determinadas en la secuencia de El Salt.
Taxón
Clima
Paisaje
Hábitat
Capra pyrenaica
Indiferente
Abierto
Bosque y matorral de alta-media montaña
Cervus elaphus
Indiferente
Cerrado
Pradera, bosque, monte y matorral
Sus scrofa
Indiferente
Abierto
Bosque y matorral de alta-media montaña; marismas
Bos primigenius
Indiferente
Abierto
Pradera
Equus ferus
Indiferente
Abierto
Pradera
Equus hydruntinus
Indiferente
Abierto
Pradera y tundra
Stephanorhinus hemitoechus
Cálido
Abierto
Pradera
Vulpes vulpes
Indiferente
Abierto
Praderas, bosque, monte y matorral
Canis lupus
Indiferente
Ambos
Praderas, bosque, monte y matorral
Cuon alpinus
Indiferente
Cerrado
Praderas, bosque, monte y matorral
Lynx sp.
Cálido
Cerrado
Praderas, bosque, monte y matorral
Panthera pardus
Indiferente
Abierto
Praderas
Testudo hermanni
Cálido
Cerrado
Bosque y matorral
Oryctolagus cuniculus
Cálido
Abierto
Matorral
Pyrrhocorax sp.
Cálido
Abierto
Costa y montaña con acantilados
Alectoris rufa
Indiferente
Abierto
Bosque, monte y matorral
Bufo bufo
Indiferente
Cerrado
Bosques y praderas húmedas
Erinaceus europaeus
Indiferente
Abierto
Matorrales y praderas
número mínimo de individuos (NMI). En nuestro caso, hemos
utilizado el primero al no disponer del segundo para todas las
unidades estudiadas.
dez, 2001, 2006; Hernández-Fernández y Peláez-Campomanes,
2003, 2005). Todo ello dará como resultado el zonobioma más
probable para nuestra asociación faunística.
Modelos bioclimáticos
4.4.2 métodos independientes de la taxonomía
Son la formalización del empleo de las especies indicadoras
a partir de una clasificación bioclimática por los zonobiomas
que ha sido establecida por Hernández-Fernández (2001), Rodríguez (2013) y Walter (1973). Para su obtención se realiza
una tabla con la distribución teórica de la presencia de especies reconocidas por cada zonobioma o Índice de Restricción
Climática (IRC). La distribución en los trabajos de referencia
está establecida actualmente para especies de mamíferos, por
lo que en nuestro trabajo hemos incluido la distribución teórica
por zonobioma de otros taxones registrado en el conjunto, caso
de las aves y tortugas.
Alcanzado el IRC, se obtiene el componente bioclimático
(CB) del conjunto para cada zonobioma mediante la fórmula:
CB = (∑IRCi)*100/S
Donde S es el número de especies e IRCi el índice de restricción climática de cada una de las especies. El conjunto de CB
para todos los zonobiomas informa del espectro bioclimático
del conjunto estudiado, sobre el que se aplican funciones discriminantes calculadas previamente a partir de una amplia base
de datos de localidades y especies actuales (Hernández-Fernán58
Curvas de rarefacción
Permiten comprobar la viabilidad de la muestra para la reconstrucción paleoecológica cuando no se dispone de datos concretos a nivel de especie, comparando el número de taxones o
NTAXA (eje Y) con el NISP (eje X). La estabilización o no
de la curva resultante nos indicará la pertinencia de continuar
o no añadiendo más muestras a nuestro estudio para obtener mayor información taxonómica (Grayson, 1984; Lyman,
2008; Rodríguez, 2013). En el caso de conjuntos arqueológicos, en el que sustituiremos NTAXA por el número de Familias o NFamilias, también puede estar indicándonos la
variabilidad de taxones y número de presas de las distintas unidades de estudio, pudiendo establecerse comparativas de rango
subsistencia. Para su análisis se ha recurrido al software libre
Past©, aplicando el análisis de rarefacción individual sobre el
conjunto de unidades estratigráficas del yacimiento.
Índices de diversidad ecológica
Basándose en los componentes de riqueza/heterogeneidad y
abundancia/equidad que conforman la diversidad específica,
los índices de diversidad ecológica comprueban el equilibrio
[page-n-72]
material y métodos
entre especies o el predominio de una a partir de la comparación del NTAXA y el número de individuos identificados
(NMI) (Grayson, 1984; Lyman, 2008). Existen dos métodos
básicos para su obtención:
• Índice de Shannon (H’): calculado a partir de la fórmula:
H’ = s∑ (ni/N) ln (ni/N)
Donde “ni” es el NMI de “i” especies de la muestra y “N” es
el total del NMI de todas las especies de la muestra. Los resultados se expresan en un número positivo, generalmente variante entre 0,5 y 5, considerando los valores superiores a 3 representantes
de una mayor diversidad y por tanto mayor equilibrio existe en
las especies representadas, sin predominio de una sobre el resto.
Los valores inferiores a 2 reflejarían todo lo contrario, una menor
diversidad y predominio de una especie sobre el resto.
• Índice de Simpson (λ), calculado a partir de la fórmula:
λ = [s∑ (ni (ni-1)) / N (N-1)]
Donde “ni” es el NMI de “i” especies de la muestra, “N” es
el total del NMI de todas las especies de la muestra y “S” es el
número de especies de la muestra. A mayor aumento del índice
mayor predominio existe de una especie representada sobre el
resto. Para su análisis se ha recurrido al software libre Past©,
aplicando los análisis de Diversity indices y Diversity t test.
Espectros de diversidad ecológica
Desarrollado por Flemming (1973) y adaptado por Andrews y
colegas (1979), este método permite definir el nicho ecológico
de cada especie a partir de cuatro histogramas (taxonomía, alimentación, locomoción y peso) que tienen en cuenta la presencia
de las especies según sus adaptaciones ecológicas, sin tener en
consideración su abundancia o proporción relativa. El resultado
supone la representación de la estructura de la paleocomunidad
animal, la cual puede ser comparable con los histogramas obtenidos para las comunidades actuales e intuir ambientes similares. No obstante, esta información la hemos adaptado a nuestro
trabajo con la finalidad de comprobar y exponer de forma gráfica las preferencias de los grupos humanos por determinados
tipos de presas a nivel taxonómico, zonas de posible captación
y tallas de peso. Para ello, sustituiremos los datos del NTAXA
por el NISP, con el fin de corregir posibles sesgos en la representación. En este sentido, debemos aclarar que no se obtendrá
la representación de la estructura de la paleocomunidad animal,
dada la falta de datos de micromamíferos que amplíen nuestro
registro para la secuencia del yacimiento.
59
[page-n-73]
[page-n-74]
5
Resultados
5.1. LA SECUENCIA FAUNÍSTICA, UNIDADES
ESTRATIGRÁFICAS XB A V-SUP
5.1.1. condiciones del depósito
En el yacimiento de El Salt las ocupaciones asociadas al Paleolítico medio se enmarcan cronológicamente entre los ca. 60,7
Ka (UE XII) y los ca. 44,7 Ka (UE V), en plena coincidencia
con el desarrollo del MIS 3. Más de quince mil años concentrados en un depósito de aproximadamente 3 metros de espesor y una extensión de excavación de en torno a 60m2, donde
la cantidad de material óseo es abundante, con más de 12.000
restos recuperados tridimensionalmente y otros miles obtenidos
mediante el cribado del sedimento.
El espacio, cercano de la pared del cantil travertínico, presenta
a día de hoy unas características diferentes a las que tenía en el
momento de ocupación neandertal. Así pues, la gran cubierta
que protegía el lugar de las inclemencias del tiempo sufrió un
derrumbe en un momento cercano al término de la formación
de la UE V, tras una caída previa de grandes bloques reconocida
sobre la superficie de la UE XIII. Este acortamiento de la visera
es el motivo por el que actualmente distinguimos tres zonas en
la sección horizontal del depósito, relacionadas íntimamente
con la capacidad protectora de la formación travertínica original
y consecuentemente con la conservación de los restos. Una
primera zona situada al interior, totalmente resguardada, donde
la preservación del material es excepcional, hasta el punto de
conservar el área cenicienta en los hogares identificados. No
obstante, una pequeña parte de esta zona sufrió un proceso
erosivo con el inicio del Holoceno y la reactivación de corrientes
en la formación kárstica, provocando la apertura de una pequeña
covacha en la parte superior del yacimiento que arrasó con parte
de la secuencia superior y afectó en el proceso a las filas 1-4
y columnas E-A, al menos hasta la UE XII. Posteriormente
encontramos una segunda zona o área intermedia, donde se
pasa de las cualidades anteriores a un sedimento con menores
diferencias arqueosedimentarias y una reducción del número
de hogares, pero donde aún se preservan en perfecto estado
la mayoría de los materiales. Finalmente, una tercera zona,
en la parte externa y sin protección de la visera travertínica,
fuertemente carbonatada, con una casi inexistente presencia de
hogares y unos materiales fuertemente cementados (figura 32).
A la hora de analizar el conjunto faunístico de cada unidad,
cabe tener en cuenta la situación de los materiales en cada una
de las zonas, con el fin de explicar diferencias en los niveles
de identificación anatómica, taxonómica y de alteraciones
diagenéticas.
5.1.2. cantidad de restos óseos
Un total de 9601 restos óseos coordenados han sido analizados
en la secuencia del Paleolítico medio de El Salt (tabla 20), entre
los que un 38,4% (3689 NR) han sido incluidos dentro de alguna
categoría taxonómica, ya sea a nivel de orden, en el caso de las
más dudosas, o a nivel de especie para aquellas con presencia
de claros elementos diagnósticos (Gállego, 1987; Gállego et al.,
1992, 1987; Meléndez, 1992, 1995). Entre ellos prevalecen los
lagomorfos (34%, 2304 NR), aunque su origen está más ligado a
la actividad de aves rapaces y pequeños carnívoros que a su aprovechamiento antrópico, como ha podido demostrarse para el caso
de los micromamíferos en el trabajo realizado recientemente por
Marín-Monfort et al. (2021). Tras ellos, abundan los taxones con
evidencias de manipulación antrópica, caso de los artiodáctilos
(15,4%, 1034 NR), especialmente los cérvidos (557 NR) y caprinos (411 NR), seguidos de los perisodáctilos (3,7%, 246 NR), con
una presencia casi unánime de los équidos (243 NR) si no fuera
por la aparición puntual de fragmentos dentales de rinoceronte (3
NR). La representación de carnívoros en la secuencia es realmente baja (0,7%, 46 NR) a pesar de haberse identificado tres familias
diferentes, cánidos, félidos y úrsidos. Finalmente, las aves (0,7%,
61
[page-n-75]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 32. Esquema geoarqueológico de la formación kárstica y el depósito sedimentario de El Salt.
Tabla 20. Cantidad de NR estimados en la secuencia estratigráfica de El Salt. Abreviaturas: Descontextualizados (Desc.).
Taxón
V-Sup
V
VI
VII
VII-VIII VIII
IX
Xa
Xb
Desc.
Total
% Total
Artiodactyla
2
8
75
69
23
134
114
571
34
1
1031
15,34
Bovidae
-
-
-
-
-
-
-
3
-
-
3
0,04
Bovidae/Bovinae
1
-
3
2
1
7
-
9
0
-
23
0,34
Bovidae/Caprinae
1
1
26
13
8
33
32
276
18
-
408
6,07
Cervidae
-
5
40
51
14
85
78
271
12
1
557
8,29
Suidae
-
-
-
1
-
-
1
3
-
-
5
0,07
Artiodactyla indet.
-
2
6
2
-
9
3
9
4
-
35
0,52
Perissodactyla
2
1
7
8
9
24
21
149
24
1
246
3,66
Equidae
2
1
7
8
9
23
21
147
24
1
243
3,62
Rhinocerotidae
-
-
-
-
-
1
-
2
-
-
3
0,04
Carnivora
-
4
3
-
-
4
5
29
-
1
46
0,68
Canidae
-
3
-
-
-
-
-
4
-
-
7
0,10
Felidae
-
-
3
-
-
1
5
16
-
-
25
0,37
Ursidae
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
0,01
Carnivora indet.
-
1
-
-
-
3
-
9
-
-
13
0,19
Lagomorpha
454
1
41
208
42
102
112
901
443
-
2304
34,29
Avifauna
7
-
-
1
2
3
9
11
15
-
48
0,71
Ave indet.
-
-
-
-
-
1
-
3
1
-
5
0,07
Anatidae
-
-
-
-
-
-
2
3
1
-
6
0,09
Columbidae
-
-
-
-
-
1
-
-
2
-
3
0,04
Phasianidae
4
-
-
-
-
1
4
4
8
-
21
0,31
Passeriforme indet. 2
-
-
1
-
-
2
-
-
-
5
0,07
Corvidae
1
-
-
-
2
-
1
1
3
-
8
0,12
Testudines
-
-
-
-
-
-
-
9
-
-
9
0,13
Micromamíferos
1
-
-
-
-
-
-
1
-
-
2
0,03
Erinaceidae
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
0,01
Bufonidae
-
-
-
-
-
-
-
1
-
-
1
0,01
Total NISP
466
14
126
286
76
267
261
1671
516
3
3686
54,86
62
[page-n-76]
resultados
Tabla 20. Cantidad de NR estimados en la secuencia estratigráfica de El Salt. Abreviaturas: Descontextualizados (Desc.) (continuación).
Taxón
V-Sup
V
VI
VII
VII-VIII VIII
IX
Xa
Xb
Desc.
Total
% Total
Talla grande
3
1
20
19
4
25
17
205
11
1
308
4,58
Talla media
7
9
82
80
13
130
142
620
82
2
1280
19,05
Talla pequeña
4
1
21
35
8
54
85
254
17
-
479
7,13
Talla muy pequeña 3
1
3
14
18
16
3
178
63
-
299
4,45
Indeterminado
83
2
58
26
6
51
41
460
55
-
782
11,64
Total NR
100
14
184
174
49
276
288
1717
228
3
3033
45,14
Total NISP + NR
566
28
310
460
125
543
549
3388
744
6
6719
100
48 NR), tortugas terrestres (0,1%, 9 NR) y un pequeño grupo de
microvertebrados (0,03%, 2 NR) completan el elenco de taxones
reconocidos.
El 61,6% de huesos restantes se dividen entre fragmentos
de hueso no determinados a nivel taxonómico e incluidas en
las diferentes categorías de tallas de peso (2251 NR), restos
indeterminados mayores de 3 cm (782 NR) y toda una serie
de fragmentos menores de 3 cm (2882 NR). Entre las tallas de
peso, son abundantes los restos asociados a animales de talla
mediana (17%, 1172 NR), seguidos de los de talla pequeña
(7%, 474 NR), talla grande (4,5%, 306 NR) y finalmente los
de talla muy pequeña (4%, 299 NR). Respecto a los restos
menores de 3 cm, han sido analizados únicamente desde una
perspectiva tafonómica con el fin de valorar las afecciones
sufridas a causa del fuego. Al tratarse de pequeñas esquirlas y
haberse recuperado tan solo en la UE Xa, no las incluiremos
en los análisis específicos de cada unidad estratigráfica con
el fin de evitar un sesgo entre las mismas a la hora de su
comparación.
Por otro lado, debemos aclarar que solo una parte del material
que compone la UE Xb ha sido estudiado (744 NR), con el objetivo de realizar un análisis arqueoestratigráfico sobre el origen
del depósito de lagomorfos e identificar posibles hiatos de desocupación humana. No obstante, dada la gran cantidad de restos
que componen esta unidad y el hecho de que su excavación esté
finalizando, creemos recomendable dejar al margen los resultados
obtenidos, los cuales serán presentados en futuros trabajos. Únicamente, dada la estabilidad de la muestra y el alto número de
taxones identificados, hemos empleado el conteo de la UE Xb
en los análisis paleoecológicos de la secuencia estratigráfica.
5.1.3. integridad de la muestra y generalidades tafonómicas
Considerando que en los consecutivos apartados trataremos con
mayor detalle el grado de conservación de los conjuntos asociados a cada unidad estratigráfica, damos a conocer a continuación
un breve análisis con la finalidad de tenerlo en cuenta de cara a
futuras interpretaciones económicas y comportamentales.
En términos de tasa de fragmentación, el conjunto de
taxones y tallas de peso en la secuencia alcanza la cifra de
índice 2,4. Este se traduce en una muestra bastante alterada que
explica el no disponer de un mayor porcentaje de determinación
taxonómica. No obstante, si nos ceñimos al material identificado taxonómicamente, la tasa de fragmentación disminuye
a un 1,2 (tabla 21).
Tabla 21. Cantidad de NR, NISP y NME estimados en la secuencia
estratigráfica de El Salt, empleados en el conteo de la tasa de fragmentación (TF).
UE
NRt
NME NISP NME % TF-Total % TF-NISP
V-Sup
566
449
466
446
1,27
1,04
V-Inf
27
14
14
14
1,93
1,00
VI
310
120
126
102
3,04
1,24
VII
460
270
286
248
1,85
1,15
71
74
71
1,73
1,04
VII-VIII 123
VIII
545
254
269
227
2,40
1,19
IX
549
225
261
200
2,75
1,31
Xa
3388 1340 1671 1227 2,76
1,36
Total
5968 2743 3167 2535 2,35
1,25
En términos de conservación diferencial, entre las tallas
grandes, medias y muy pequeñas son recurrentes los coeficientes
de correlación con valores positivos y estadísticamente significativos que oscilan entre el 0,45 y 0,70 derivado de la
comparativa de la densidad ósea y el %MAU. Mientras, en
el caso de las tallas pequeñas no parece existir ningún sesgo
por fenómenos postdeposicionales. No obstante, debemos
de ser cautos a la hora de realizar interpretaciones sobre los
conjuntos, dado el reducido número de restos óseos (< 250
NR) que componen cada una de las tallas de peso identificadas
por unidad estratigráfica, con excepción de la talla media en
la UE Xa.
Respecto a los niveles de alteración diagenética, estos
afectan a la totalidad de los materiales, en ocasiones con más
de un tipo de modificación sobre un mismo fragmento. Así,
existe un alto número de restos afectados por la concreción
(36,8%), la pigmentación por óxidos de manganeso (33,3%) y
la acción de las raíces (18,5%). No obstante, el 80,3% de ellos
se encuentran en los grados más bajos de afección (tabla 22).
Dado el amplio número de restos con signos de afección
por fuego, a continuación, detallaremos algunas pinceladas
sobre sus cantidades y distribución en las distintas unidades
de la secuencia y facies de afección concretas. En este
sentido, a lo largo de las Unidades Estratigráficas V-Sup a
Xa se ha reconocido un total de 2306 restos termoalterados,
provenientes tanto de material recuperado tridimensionalmente
63
[page-n-77]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 22. Distribución del tipo de alteraciones diagenéticas (superior) y grado de afección (inferior) según las distintas unidades estratigráficas.
UE
Meteorización
Erosión
Concreción
Presión
Corrosión
Pigmentación
Vermiculaciones
V-Sup
3
51
224
1
1
462
32
V-Inf
-
1
9
-
-
10
12
VI
16
22
257
3
2
88
110
VII
21
24
169
-
4
181
98
VII-VIII
2
5
43
-
2
18
22
VIII
25
46
91
-
5
209
114
IX
25
21
88
-
4
227
129
Xa
103
303
1564
-
70
1022
712
Total
195
473
2445
4
88
2217
1229
% Total
2,9
7,1
36,8
0,1
1,3
33,3
18,5
UE
Grado 1
Grado 2
Grado 3
Grado 4
Grado 5
Total < G3
Total > G3
V-Sup
448
205
81
46
1
734
47
V-Inf
19
5
8
-
-
32
0
VI
160
111
98
10
7
369
17
VII
231
174
83
9
-
488
9
VII-VIII
36
49
7
-
-
92
0
VIII
294
136
53
7
-
483
7
IX
299
143
39
12
1
481
13
Xa
1697
1252
529
243
53
3478
296
Total
3184
2075
898
327
62
6157
389
% Total
48,64
31,70
13,72
5,00
0,95
94,06
5,94
como en criba. Las piezas coordenadas y parte de la criba
serán analizadas en los capítulos posteriores para cada una
de las unidades estratigráficas. Sin embargo, otra parte del
material de criba, cuya determinación taxonómica y anatómica
no ha podido realizarse debido a sus pequeñas dimensiones y
nivel de fracturación, se tratan a continuación junto al resto
de piezas termoalteradas. Esto nos permite conocer mejor su
distribución en la superficie de estudio e identificar patrones
que puedan ayudar a la disección del palimpsesto que conforma
el yacimiento de El Salt.
De entre el total de piezas analizadas (2353 NR) con signos
de afección, un 57,7% han sido recuperadas de forma dispersa
en la superficie de las distintas Unidades Estratigráficas,
mientras que el 42,3% restante han sido recogidas en contexto
de hogares (tabla 23). En este último caso, hemos analizado
los materiales provenientes de un hogar en la UE V-Inf, cuatro
hogares en la UE VIII, cinco en la UE IX, y veinte hogares en
la UE Xa.
Material concentrado
La distribución del material recuperado en los hogares (1364
NR), es heterogénea si atendemos a las distintas facies arqueosedimentarias: la superficie del área blanca, el área blanca, el
área negra o la sedimentación bajo esta última. A este respecto, debemos tener en cuenta que el 72,8% (954 NR) de dichas piezas están afectadas térmicamente, junto a un 27,2%
64
sin ningún signo de termoalteración (tabla 24), a pesar de encontrarse en estructuras de combustión o en facies afectadas
por las mismas.
Entre el material termoalterado, en la superficie del área
blanca reconocemos el mayor número de fragmentos, donde
abundan los colores Marrón-Negro y Negro. Estos son seguidos por los recuperados en el área negra, con predominio de la
coloración Marrón-Negra y Negra, aunque debemos anotar la
presencia de unos pocos fragmentos (26 NR) con un grado de
afección mayor y cercano a la calcinación. Curiosamente, entre
los restos termoalterados en el área blanca no abundan los fragmentos calcinados o blancos (3 NR), aunque es relativamente
destacable la coloración gris (27 NR), repitiéndose el patrón
expresado para las otras facies con el dominio del MarrónNegro y Negro. Finalmente, la presencia de restos termoalterados en la base del área negra se caracteriza por una coloración
preferentemente Negra.
Por su parte, el material no termoalterado repite la distribución previa, con una mayoría situado en la superficie, seguida
de los materiales localizados en el área negra, el área blanca y
en la base del área negra o suelo termoalterado (figura 33).
En cuanto a sus dimensiones, el 82,7% de los materiales
tienen una longitud menor de los 3 cm, repitiendo una
distribución por facies similar a la previamente comentada:
superficie 46,3%, área negra 28,1%, área blanca 14,8%,
base del área negra 0,8%. El resto de materiales presentan
[page-n-78]
resultados
Tabla 23. Distribución del material termoalterado en las distintas unidades estratigráficas según su origen (disperso o concentrado) y medio
de recuperación en campo.
UE
Tipo
Coordenado
Criba
Total
% Disperso
% Concentrado
V-Sup
Disperso
18
5
23
0,98
0,00
V-Inf
Disperso
3
-
3
0,13
0,00
EC 5
3
-
3
0,00
0,13
VI
Disperso
36
6
42
1,78
0,00
VII
Disperso
47
-
47
2,00
0,00
VII-VIII
Disperso
20
-
20
0,85
0,00
VIII
Disperso
69
1
70
2,97
0,00
EC1A8Z8X1
8
-
8
0,00
0,34
EC0
1
-
1
0,00
0,04
EC00
1
-
1
0,00
0,04
H1
1
-
1
0,00
0,04
Disperso
111
3
114
4,84
0,00
EC E
12
-
12
0,00
0,51
EC F
10
-
10
0,00
0,42
EC 9
1
-
1
0,00
0,04
EC 10
2
-
2
0,00
0,08
EC 11
11
-
11
0,00
0,47
H1B
2
-
2
0,00
0,08
Disperso
646
392
1038
44,11
0,00
EC1A1X8
2
-
2
0,00
0,08
EC1A4X8
8
-
8
0,00
0,34
EC1A5X7
20
390
410
0,00
17,42
EC1A8X8
10
51
61
0,00
2,59
EC1B4B5X8
10
-
10
0,00
0,42
EC1B5X8
4
1
5
0,00
0,21
EC1Y2-3X7
5
-
5
0,00
0,21
EC1YX3X8
12
-
12
0,00
0,51
EC1Z3X7
6
-
6
0,00
0,25
EC1Z3X8
8
-
8
0,00
0,34
EC1Z3Z4X7
47
92
139
0,00
5,91
EC1Z4X6
45
-
45
0,00
1,91
EC1Z9X8
2
-
2
0,00
0,08
EC1ZY3
2
-
2
0,00
0,08
EC2A5X7
12
200
212
0,00
9,01
EC2A5X8
9
-
9
0,00
0,38
EC2B5X8
1
-
1
0,00
0,04
EC3Y3X7
3
-
3
0,00
0,13
US2 7 Ln
1
-
1
0,00
0,04
USN-II
3
-
3
0,00
0,13
1212
1141
2353
57,67
42,33
IX
Xa
Total
65
[page-n-79]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 24. Distribución del material termoalterado (T) y no termoalterado (ST) en contexto de hogar para cada una de las unidades estratigráficas, especificándose la cantidad recuperada en cada una de las facies afectadas por el fuego. Abreviaturas: Área Blanca (AB) y Área
Negra (AN).
UE
Hogar
Superficie AB
AB
AN
Base
Total
T
ST
T
ST
T
ST
T
ST
V-Inf
EC 5
-
-
-
-
3
-
-
-
3
VIII
EC0
1
-
-
-
-
-
-
-
1
EC00
1
2
-
-
-
-
-
-
3
EC1A8Z8X1 8
10
-
-
-
-
-
-
18
H1
1
2
-
-
-
-
-
-
3
EC E
3
2
-
-
8
-
1
1
15
EC F
-
-
-
-
10
5
-
-
15
EC 9
-
-
-
-
1
1
-
-
2
EC10
1
-
-
-
-
-
1
5
7
EC11
8
5
-
-
3
1
-
-
17
EC1A1X8
2
10
-
-
-
-
-
-
12
EC1A4X8
6
6
-
-
2
-
-
-
14
EC1A5X7
257
77
75
16
78
72
-
-
575
EC1A8X8
61
34
-
-
-
-
-
-
95
EC1B4B5X8 -
-
4
-
5
1
-
-
10
EC1B5X8
1
12
-
-
4
2
-
-
19
EC1Y23X7
5
-
-
-
-
-
-
-
5
EC1YX3X8
-
-
6
3
6
-
-
-
15
IX
Xa
Total
EC1Z3X7
6
2
-
-
-
-
-
-
8
EC1Z3X8
-
-
-
-
7
1
1
-
9
EC1Z3Z4X7
99
5
6
5
34
14
-
1
164
EC1Z4X6
39
3
1
-
-
-
5
5
53
EC1Z9X8
-
-
-
-
2
-
-
-
2
EC1ZY3
-
-
-
-
2
-
-
-
2
EC2A5X7
-
-
65
26
147
18
-
-
256
EC2A5X8
-
-
-
-
9
-
-
-
9
EC2B5X8
1
10
-
-
-
12
-
-
23
EC3Y3X7
-
1
2
-
1
-
-
-
4
US2 7 Ln
1
-
-
-
-
-
-
-
1
USN-II
3
1
-
-
-
-
-
-
4
504
182
159
50
322
127
8
12
1364
unas dimensiones mayores de los 3 cm y se han recuperado
principalmente en el área negra (4,8%), la superficie (3,8%), la
base del área negra (0,6%) y el área blanca (0,6%) (tabla 25).
Material disperso
Si atendemos al material recuperado en las superficies de las distintas unidades estratigráficas (un total de 7524 fragmentos óseos),
los grados de coloración son relativamente variables, aunque sin
66
perder de vista que el 82% (6172 NR) de los fragmentos no muestran signos de afección térmica (tabla 26). El 18% restante (1352
NR) muestran sobre todo grados de coloración Negra (36,1%),
Marrón-Negra (26,4%) y Marrón (15,2%), mientras que los huesos
que alcanzan coloraciones Grises y Blancas en conjunto suponen
el 22,3% (figuras 34 y 35). Cabe decir que las UE Xa, IX y VIII
son las que mayor cantidad de material termoalterado contienen, en
consonancia con la cantidad de hogares reconocidos en las mismas.
[page-n-80]
resultados
Superficie AB
AB
1% 1% 1%
3%
8%
24%
28%
34%
23%
1%
5%
1%
0%
4%
10%
26%
30%
AN
1%
Base
5%
1%
20%
29%
0,5%
27%
4%
8%
5%
63%
37%
ST
G
N-G
M
B
G-B
N
M-N
N-G-B
Figura 33. Distribución porcentual de los grados de coloración en cada una de las facies afectadas por el
fuego para el conjunto de hogares identificados en el Salt. Abreviaturas: Tabla 14.
5.1.4. perfiles de mortalidad y estacionalidad
El patrón de mortalidad obtenido para la secuencia estratigráfica de El Salt, da como resultado unos conjuntos con predominio
de los individuos juveniles (56,9%), seguidos de cerca por los
adultos (40,7%) y muy pocos representantes seniles (2,4%). Estos porcentajes se corrigen en términos de subsistencia humana
si eliminamos de nuestro conteo a los lepóridos, dado su escaso
origen antrópico, situando en un 58% a los individuos juveniles,
37,7% a los individuos adultos y 4,3% a los individuos seniles
(tabla 27). A nivel taxonómico, con excepción de los 54 individuos de conejo cuyo rango de edad ha podido determinarse (30
juveniles y 24 adultos), son los caprinos, cérvidos y équidos los
taxones que proporcionan mayor información. En el caso de los
primeros, un total de 10 individuos juveniles fueron aportados al
yacimiento, frente a tan solo 5 individuos adultos. En el caso de
los cérvidos el reparto se invierte, contabilizándose 5 individuos
infantiles y 9 individuos adultos. Finalmente, entre los équidos
son 9 los individuos juveniles identificados y solo 4 los adultos.
Al margen de ellos, destacan los restos asociados a los artiodáctilos indeterminados, donde se han podido fijar un mínimo de 6
individuos juveniles y 3 adultos. En el caso de los demás taxones
(bovinos, suidos y carnívoros), la proporción de individuos por
rango de edad es muy baja, dándose una correspondencia entre la
cantidad de individuos juveniles e individuos adultos.
Atendiendo a la distribución de rangos de edad en las distintas
unidades estratigráficas, la ordenación previa se mantiene en las
UE V-Sup, VII, VIII, IX y Xa. No obstante, en las UE V-Inf
67
[page-n-81]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 25. Distribución del material termoalterado y no termoalterado según sus dimensiones en contexto de hogar para cada una de las
unidades estratigráficas, especificándose la cantidad recuperada en cada una de las facies afectadas por el fuego. Abreviaturas: Área Blanca
(AB) y Área Negra (AN).
UE
Hogar
Superficie AB
AB
AN
Base
Total
< 30 mm > 30 mm < 30 mm > 30 mm < 30 mm > 30 mm < 30 mm > 30 mm < 30 mm > 30 mm
V-Inf
EC 5
-
-
-
-
-
3
-
-
0
3
VIII
EC0
-
1
-
-
-
-
-
-
0
1
EC00
1
EC1A8Z8X1 15
IX
Xa
-
-
-
-
-
-
1
2
-
-
-
-
-
-
15
3
H1
3
-
-
-
-
-
-
-
3
0
EC E
2
3
-
-
1
7
-
2
3
12
EC F
-
-
-
-
4
11
-
-
4
11
EC 9
-
-
-
-
1
1
-
-
1
1
EC10
1
0
-
-
-
-
2
4
3
4
EC11
8
5
-
-
3
1
-
-
11
6
EC1A1X8
11
1
-
-
-
-
-
-
11
1
EC1A4X8
9
3
-
-
1
1
-
-
10
4
EC1A5X7
323
9
92
-
145
6
-
-
560
15
EC1A8X8
89
EC1B4B5X8 -
Total
2
3
6
-
-
-
-
-
-
89
6
-
4
-
3
3
-
-
7
3
EC1B5X8
13
-
-
-
1
5
-
-
14
5
EC1Y23X7
4
1
-
-
-
-
-
-
4
1
EC1YX3X8
-
-
6
3
4
2
-
-
10
5
EC1Z3X7
5
3
-
-
-
-
-
-
5
3
EC1Z3X8
-
-
-
-
6
2
1
-
7
2
EC1Z3Z4X7
96
8
8
3
35
13
-
1
139
25
EC1Z4X6
39
3
1
-
-
-
8
2
48
5
EC1Z9X8
-
-
-
-
-
2
-
-
0
2
EC1ZY3
-
-
-
-
1
1
-
-
1
1
EC2A5X7
-
-
91
-
161
4
-
-
252
4
EC2A5X8
-
-
-
-
7
2
-
-
7
2
EC2B5X8
10
1
-
-
11
1
-
-
21
2
EC3Y3X7
1
-
-
2
-
1
-
-
1
3
US2 7 Ln
1
-
-
-
-
-
-
-
1
0
USN-II
1
3
-
-
-
-
-
-
1
3
632
52
202
8
384
66
11
9
1229
135
y VII-VIII los individuos juveniles son los únicos reconocidos
o bien suponen la práctica totalidad del porcentaje en el caso
de la UE VI. Excepcionalmente, solo un pequeño porcentaje de
individuos seniles se ha determinado en la UE Xa (figura 36).
El empleo de estos mismos resultados sobre un diagrama
ternario, nos permite reconocer una distribución centrada en
lo que Discamps y Costamagno (2015) denominan los perfiles
JPO (Juveniles-Prime-Old) y P (Prime). Se trata de nuevas
zonaciones para las principales especies apresadas por los
grupos humanos en el pasado, adaptadas a partir de la propuesta
original de Stiner (1990). Las zonas JPO y P se relacionan con
un tipo de perfil de mortalidad predominantemente atricional
68
en forma de L, una pequeña parte de mortalidad catastrófica en
forma de U y una estrategia de caza de tipo selectiva o Ambush,
con una preferencia por los individuos jóvenes y adultos frente
a los seniles en el primer caso, y una total preferencia por los
individuos adultos en el segundo caso. En este sentido, dada
la práctica ausencia de individuos seniles, nuestro conjunto se
sitúa entre ambas zonas, con una preferencia por el perfil JPO si
tratamos los rangos de edad por unidades estratigráficas, frente
al empleo de los taxones y tallas de peso concretas (figura 37).
La traducción de los datos anteriores en términos de estacionalidad, nos ha permitido establecer un periodo mínimo
de muerte, y por tanto de ocupación humana, en las distintas
[page-n-82]
resultados
Tabla 26. Distribución del material termoalterado (T) y no termoalterado (ST) en las distintas unidades estratigráficas según su origen y
grado de coloración. Abreviaturas: Área Blanca (AB), Área Negra (AN) y coloraciones en Tabla 14.
UE
Tipo
Localización ST
M
N
G
V-Sup
Disperso
Superficie
548
2
16
1
V-Inf
Disperso
Superficie
22
EC5
AN
VI
Disperso
Superficie
274
VII
Disperso
Superficie
VII-VIII Disperso
VIII
IX
Xa
B
1
2
1
4
11
7
413
13
9
9
Superficie
103
2
10
1
Disperso
Superficie
465
3
19
12
EC0
Sup AB
EC00
Sup AB
1
1
M-N N-G
%T
% ST
3
1
G-B
M-N-G N-G-B Total
571
0,26
6,19
1
1
25
0,03
0,25
3
0,03
0,00
12
5
2
316
0,47
3,10
13
2
1
460
0,53
4,67
5
1
123
0,23
1,16
24
7
530
0,73
5,25
1
0,01
0,00
3
0,01
0,02
18
0,09
0,11
3
0,01
0,02
514
1,29
4,52
5
0,03
0,02
8
0,09
0,00
2
0,01
0,01
15
0,11
0,06
2
0,01
0,01
1
1
0,01
0,00
1
6
0,01
0,06
3
13
0,09
0,06
2
4
0,03
0,01
4985
11,73 44,59
12
0,02
0,11
1
12
0,07
0,07
2
2
0,02
0,00
334
2,88
0,87
91
0,85
0,18
150
0,88
0,81
95
0,69
0,38
4
0,02
0,00
6
0,05
0,01
13
0,01
0,14
6
0,05
0,02
1
5
0,06
0,00
2
9
0,07
0,03
3
0,03
0,00
8
0,07
0,02
8
0,08
0,01
1
0,08
0,01
104
1,06
0,06
11
0,07
0,06
1
2
1
EC1A8Z8X1 Sup AB
10
8
H1
Sup AB
2
1
Disperso
Superficie
400
12
EC.E
Sup AB
2
2
EC.E
AN
EC.E
Base
1
1
ECF
AN
5
5
EC 9
AN
1
EC10
Sup AB
EC10
Base
5
EC11
Sup AB
5
EC11
AN
1
1
Disperso
Superficie
3947 170
379
EC1A1X8
Sup AB
10
EC1A4X8
Sup AB
6
EC1A4X8
AN
EC1A5X7
Sup AB
77
3
105
15
EC1A5X7
AB
16
1
39
8
EC1A5X7
AN
72
8
33
EC1A8X8
Sup AB
34
6
29
43
10
1
33
10
4
1
1
3
4
1
4
1
1
3
1
1
100
18
266
64
1
1
3
EC1B4B5X8 AB
22
9
10
1
1
133
1
2
17
3
10
1
26
4
4
13
3
5
1
1
4
EC1B4B5X8 AN
1
4
EC1B5X8
Sup AB
12
1
EC1B5X8
AN
2
EC1Y2-3X7
Sup AB
EC1YX3X8
AB
EC1YX3X8
AN
EC1Z3X7
Sup AB
2
EC1Z3X8
AN
1
EC1Z3X8
Base AN
EC1Z3Z4X7
Sup AB
5
EC1Z3Z4X7
AB
5
1
4
3
3
2
1
1
1
2
1
1
5
3
4
1
16
18
58
4
3
3
3
69
[page-n-83]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 26. Distribución del material termoalterado (T) y no termoalterado (ST) en las distintas unidades estratigráficas según su origen y
grado de coloración. Abreviaturas: Área Blanca (AB), Área Negra (AN) y coloraciones en Tabla 14 (continuación).
UE
Total
Tipo
Localización ST
M
N
G
EC1Z3Z4X7
AN
14
5
13
2
EC1Z3Z4X7
Base
1
EC1Z4X6
Sup AB
3
EC1Z4X6
AB
EC1Z4X6
Base
EC1Z9X8
AN
EC1ZY3
AN
EC2A5X7
AB
26
2
17
8
EC2A5X7
AN
18
8
101
3
EC2A5X8
AN
4
3
EC2B5X8
Sup AB
10
EC2B5X8
AN
EC3Y3X7
Sup AB
EC3Y3X7
AB
EC3Y3X7
AN
US2 7 Ln
Sup AB
USN-II
Sup AB
6
M-N N-G
12
8
19
G-B
M-N-G N-G-B Total
2
2
4
1
5
5
2
2
1
27
9
1
%T
% ST
48
0,34
0,16
1
0,00
0,01
42
0,20
0,03
1
0,01
0,00
10
0,06
0,06
2
0,02
0,00
2
0,02
0,00
91
0,73
0,29
34
1
165
1,66
0,20
1
1
9
0,10
0,00
11
0,01
0,11
12
12
0,00
0,14
1
1
0,00
0,01
2
0,02
0,00
1
0,01
0,00
1
0,01
0,00
4
0,03
0,01
8885
26,1
73,9
1
2
1
1
1
1
6543 285
1
906
1
204
unidades estratigráficas (tabla 28). Para su análisis hemos recopilado los datos derivados de la erupción y desgaste dental de
las principales especies de ungulados, junto a su comparativa
con referencias actualistas sobre reproducción, gestación y nacimiento de las crías en dichas especies (Palomo et al., 2007).
En el caso concreto de los neonatos, la información ha sido
extraída del patrón de osificación, indicando como referencia el
primer mes de vida de los mismos y el momento de su muerte.
Hemos de tener en cuenta que las anualidades especificadas
tienen que ver con la edad de muerte de los individuos determinados en términos de NMI, por lo que, por ejemplo, tener x
individuos de 2 años y x individuos de 5 años capturados en
la primavera-verano, pueden hacer referencia tanto a capturas
realizadas en momentos distintos, como a capturas realizadas
en un “mismo” periodo.
En la UE V-Sup el consumo de un individuo de uro (Bos
sp.) se produjo presumiblemente entre la primavera y el otoño, mientras que en la UE-Inf se produjo la captura de un
équido en el periodo otoñal. En la UE VI las capturas se extenderían durante una anualidad, de un otoño al siguiente,
para el caso de los caprinos, mientras que los ciervos fueron
obtenidos durante el verano y los équidos a finales del otoño.
En la UE VII contamos con el aporte de un mayor número de
taxones de las principales especies de ungulados, capturados
durante el final del invierno, la primavera y verano, con la
captura concreta de neonatos en la primavera. En la UE VIII
se produce la captura de caprinos durante el otoño, junto a la
captura puntual de cérvidos en verano y de équidos entre el
otoño y la primavera, además de neonatos en primavera. En
70
B
30
725
121
38
10
23
la UE IX los ciervos en cambio se capturan entre invierno y
primavera, al igual que los équidos, mientras que los jabalíes fueron obtenidos entre finales del verano y comienzos
del invierno. La mayor cantidad de información estacional la
obtenemos para la UE Xa, donde los grandes bóvidos fueron
capturados entre el verano y el otoño, mientras que los caprinos y équidos se pudieron haber capturado en toda la anualidad, con la excepción de los rebecos obtenidos también entre
verano y otoño. Los cérvidos por su parte se capturan entre
verano y otoño. Los jabalíes por su parte fueron capturados
entre finales de verano y comienzos del otoño. Finalmente,
los neonatos de caprinos y de cérvidos fueron apresados en
la primavera.
5.1.5. características paleoecológicas
Variabilidad y diversidad específica
La variabilidad de especies identificadas en el yacimiento de
El Salt en base a su clasificación ecológica, nos informa sobre
unas condiciones ambientales diversas en el entorno de los valles alcoyanos durante el Pleistoceno superior. La presencia de
taxones con preferencia por los climas cálidos y de ambientes
abiertos es predominante, junto a la presencia puntual de algunos taxones propios de hábitats más cerrados. Partiendo de
las condiciones actuales, dichos taxones se sitúan en paisajes
dominados por praderas y ambientes abiertos (43,6%), bosques
(20,5%), montes y matorrales (18% respectivamente). Sin embargo, a lo largo de la secuencia arqueológica no se ha identificado ningún taxón de preferencias por climas fríos.
[page-n-84]
resultados
V-Sup
V-Inf
3% 0,2% 1% 0,2%
0,4%
4%
4%
VII
4%
2%
3%
96%
1%
90%
88%
VII-VIII
8%
0,4%
2% 3%
0,2%
VIII
1% 4% 1%
1%
1%
4%
IX
1%
2% 4%
0,2%
2%
7%
2% 1% 0,2%
8%
2%
84%
78%
88%
Xa
1% 1% 0,2%
0,2%
0,4% 5%
2%
8%
4%
ST
M-N
M-N-G
M
N-G
N-G-B
N
G-B
G
79%
B
Figura 34. Distribución porcentual de los grados de coloración para cada unidad estratigráfica que compone el depósito arqueológico de
El Salt. Abreviaturas: Tabla 14.
Respecto a la diversidad específica, partiendo del NISP
observamos que la secuencia está dominada por ungulados
de talla media/pequeña (Cervus elaphus, Capra pyrenaica)
y talla grande (Equus ferus), además de una alta presencia
de restos de conejo (Oryctolagus cuniculus), debido
esencialmente a su aporte por aves rapaces. El resto de los
taxones identificados tienen una presencia residual, caso de
los grandes bóvidos, rupicaprinos, suidos, rinocerontes, aves,
testudinos y carnívoros. Sin embargo, para el caso concreto
de estos últimos, la diversidad taxonómica es amplia a pesar
del escaso número de restos, sobre todo para la UE Xa con
presencia de dos tipos de cánidos (Canis cf. lupus y cf. Cuon
sp.) y dos tipos de félidos (Panthera pardus y Lynx sp.) (Pérez
y Sanchis, 2021).
71
[page-n-85]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
V-Sup
4,3%
V-Inf
VII
4,3% 2,1%
8,7%
13%
33%
28%
34%
4,3%
28%
19%
70%
33%
VII-VIII
5%
19%
VIII
10%
11%
IX
3% 0,9%
5%
9%
25%
10%
29%
37%
5%
29%
50%
38%
5%
0,9%
18%
Xa
6%
2% 0,9%
1,0%
16%
26%
36%
1,7%
10%
M
M-N
M-N-G
N
N-G
N-G-B
G
G-B
B
Figura 35. Distribución porcentual de los grados de coloración del material exclusivamente termoalterado para cada unidad estratigráfica
que compone el depósito arqueológico de El Salt. Abreviaturas: Tabla 14.
Como forma de controlar la viabilidad de las muestras a
la hora de realizar una reconstrucción paleoecológica, hemos
llevado a cabo distintas curvas de rarefacción para cada una de
las unidades estratigráficas del yacimiento. El gráfico obtenido
empleando el NTAXA por NR (figura 38) indica estabilidad de
la curva a un cut-off de 125 en el eje X para los conjuntos de la
UE VII-VIII, así como una tendencia a la estabilización para
72
el resto de las unidades, dando viabilidad al empleo de estas
unidades estratigráficas de cara a una posible reconstrucción
paleoecológica. La excepción se encuentra en la UE V-Inf,
que ni siquiera llegar a alcanzar el corte establecido debido al
bajo número de restos que la compone. Con el fin de calibrar
el empleo del NTAXA, y eliminando las categorías de talla de
peso del recuento, la realización de nuevas curvas empleadas
[page-n-86]
resultados
100%
80%
60%
40%
20%
0%
V-Sup
V-Inf
VI
VII
VII-VIII
VIII
IX
Xa
Figura 36. Histograma con la distribución porcentual de los individuos juveniles, adultos y seniles en las diferentes unidades estratigráficas
de El Salt. Rojo: juvenil, Beige: adulto, Verde: senil.
Tabla 27. Cantidad de individuos juveniles, adultos y seniles reconocidos para el conjunto de El Salt. Se especifica el porcentaje para
el conjunto de taxones y para el conjunto sin lepóridos.
Taxón y tallas de peso
Juvenil
Adulto
Senil
Total
Artiodactyla
6
2
-
8
Caprinae
4
-
-
4
Capra pyrenaica
6
4
-
10
Rupicapra rupicapra
-
1
-
1
Cervidae
1
-
-
1
Cervus elaphus
4
8
1
13
Bos sp.
1
1
-
2
Equidae
4
-
-
4
Equus ferus
5
4
-
9
Sus scrofa
1
1
1
3
Carnivora
2
-
-
2
Panthera pardus
1
1
-
2
Lynx lynx
-
3
-
3
cf. Cuon sp.
-
1
-
1
Vulpes vulpes
1
-
-
1
Oryctolagus cuniculus
30
24
-
54
Talla grande
1
-
-
1
Talla media
1
-
-
1
Talla pequeña
1
-
-
1
Indeterminados
1
-
-
1
Total
70
50
2
122
% Total
56,91
40,65
2,44
100
% Total sin lepóridos
57,97
37,68
4,35
100
el NFamilia por NISP (figura 38) viene a corroborar los datos
anteriores, mostrando si cabe una mayor estabilización en
todas las unidades estratigráficas a un cut-off de 70 en el eje X,
excepto la V-Inf nuevamente.
Espectros de diversidad ecológica
El espectro de diversidad ecológica, íntimamente relacionado
con la definición del nicho ecológico, nos indica para la
secuencia de El Salt una diversidad taxonómica dominada por
los lagomorfos, seguido por los artiodáctilos y los perisodáctilos,
con una alta presencia de mamíferos fosores y otros de pequeño
tamaño, de hábitos pastadores, con un peso que oscila entre
1-10 kg y 45-180 kg. A nivel paleoambiental, el análisis de estos
conjuntos partiendo del número de taxones pone de manifiesto la
existencia de un territorio en mosaico en el entorno de los valles
alcoyanos, con amplia diversidad de biotopos en un entorno
cercano, altamente explotado por los grupos neandertales que
ocuparon estos paisajes (figura 39).
Modelos bioclimáticos
Los resultados de la aplicación del modelo bioclimático (tabla 29), tras el estudio del componente bioclimático sobre el
registro faunístico de El Salt, da como resultado la presencia
mayoritaria del zonobioma tipo IV para toda la secuencia (36%),
caracterizado por un clima de inviernos húmedos y veranos
secos, con vegetación típica mediterránea. Del mismo modo,
el zonobioma tipo V destaca con un 13% de representatividad,
caracterizado por un clima templado cálido y una vegetación
dominada por bosques templados perennifolios. No obstante,
otros zonobiomas que han resultado más destacados a nivel
de cada unidad estratigráfica, caso del tipo VII, se muestran
menos representados en el conjunto (figura 40). Por otro lado,
la aplicación de las funciones discriminantes sobre el espectro
obtenido establece una TMA de 17,4 ± 3,6 ºC para el periodo
de la secuencia estudiado, con una PMA de 401,8 ± 558,7 mm.
73
[page-n-87]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Seniles
>12
Sus scrofa
Vulpes vulpes
Juveniles
0-3
Artiodactyla indet.
Carnivora
Equidae
Cervidae
Caprinae
Cervus elaphus
Indeterminados Capra pyrenaica
Equus ferus
Talla grande
Oryctolagus cuniculus
Talla media
Talla pequeña
Bos sp.
Panthera pardus
cf. Cuon sp.
Lynx lynx
Rupicapra rupicapra
Adultos
3 - 12
Seniles
>12
Juveniles
0-3
Xa
V-Inf
VII-VIII
VI
IX
VIII
V-Sup
VII
Adultos
3 - 12
Figura 37. Diagramas ternarios con la distribución de los individuos juveniles, adultos y seniles para el conjunto de El Salt (superior) y
posición global de cada unidad estratigráfica (inferior).
74
[page-n-88]
resultados
Tabla 28. Resumen con los posibles periodos de muerte de las principales especies de ungulados por unidad estratigráfica. La información de
referencia se toma a partir de la erupción y desgaste dental, junto a los datos de reproducción, gestación y nacimientos proporcionados por Palomo
et al., (2007). Abreviaturas taxonómicas: Neontatos (N); Abreviaturas meses: marzo, abril, mayo (M-M), junio, julio, agosto (J-A), septiembre,
octubre, noviembre (S-N), diciembre, enero, febrero (D-F); Abreviaturas estaciones: primavera (P), verano (V), otoño (O), invierno (I).
75
[page-n-89]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
27
24
21
NTaxa
18
15
12
9
6
3
0
400
800
1200
1600
2000
2400
2800
3200
NR
18
NFamilia
16
14
12
10
8
6
4
2
0
200
400
600
800
1000
1200
1400
1600
NR
Figura 38. Curvas de rarefacción a partir del NTaxa (superior) y NFamilias (inferior).
Taxonomía
Locomoción
2500
2500
2000
2000
1500
1500
1000
1000
500
500
0
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
0
Ae
Ar
Tre
Alimentación
2500
2000
2000
1500
1500
1000
1000
500
500
Car
Ins
Past
Ram
Gmt
Fos
Acu
Peso
2500
0
Pmt
Fu
Omn
0
ab
c
d
ef
gh
Figura 39. Histogramas de diversidad ecológica a partir de los datos totales del depósito de El Salt.
76
[page-n-90]
resultados
Tabla 29. Resultados del modelo bioclimático del depósito de El Salt.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
S. scrofa
0,14
0,14
0,14
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
1
D. bicornis
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. lupus
0,00
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
1
C. alpinus
0,17
0,17
0,17
0,00
0,17
0,17
0,17
0,00
0,00
0,00
1
V. vulpes
0,00
0,00
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pardus
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
0,00
1
U. arctos
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,00
0,25
0,25
0,25
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
T. hermanni
0,00
0,00
0,00
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. rufa
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. palumbus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
A. platyrhynchos
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
E. europaeus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,50
0,00
0,50
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,45
1,06
1,06
1,40
5,79
2,12
1,54
1,56
0,75
0,25
16,00
CB
2,83
6,65
6,65
8,73
36,18
13,27
9,63
9,77
4,71
1,59
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 17,40 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 26,3 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 10,03 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 16,00 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 37,93 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 379,56 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): 0,03 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 411,79 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 6,38 (SD 1,47).
V
13%
VII
10%
IV
36%
VIII
5%
Otros
25%
IX
1%
III
9%
II/III
7%
II
7%
I
3%
VI
9%
Figura 40. Distribución porcentual de zonobiomas a partir de los datos totales del depósito de El Salt.
77
[page-n-91]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
5.2. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA XA
Cérvidos
5.2.1. conteo taxonómico
271 restos han sido identificados como cérvidos, con un total
de 153 NME y 9 NMI (tabla 31). Cervus elaphus es el único
taxón reconocido, con un 70,5% de representación, mientras el
29,5% restante ha sido asociado a la subfamilia Cervinae. A nivel esquelético el miembro posterior y el anterior son los más
abundantes, con una representación del 39,1% y 30,6% respectivamente, seguidos del esqueleto craneal (13,7%), las extremidades (12,9%) y el esqueleto axial (3,7%).
Tras aplicar el %MAU observamos que la distribución
esquelética se mantiene, aunque destacando por su alta representación los elementos del miembro posterior, anterior (radio,
fémur, tibia y metatarsos), con porcentajes entre el 69-100%,
mientras que los restos del esqueleto craneal y axial se sitúan en
torno entre el 5% y el 18% de representatividad.
3388 restos óseos se han recuperado en la UE Xa (tabla 30),
entre los que el material identificado taxonómica y anatómicamente supone un 49,3%, con un total de 1227 NME y 86 NMI.
Entre los taxones identificados hay predominio de lagomorfos
(53,9%), seguidos de los caprinos (16,5%), cérvidos (16,2%),
équidos (8,8%) y carnívoros (1,7%), junto a toda una serie de
taxones que suponen menos del 1% respectivamente, caso de
los bovinos, aves, suidos, rinocerótidos, tortugas y artiodáctilos
indeterminados (figura 41).
Los restos no identificados se corresponden con el 50,7%
de material restante, donde los fragmentos asociados a alguna
talla de peso suponen el 73,2% y las piezas totalmente indeterminadas un 26,8%. Entre los primeros son las tallas media
y media/grande las predominantes (36,1%), seguidas de las
tallas pequeña y pequeña/media con un 14,8%, las tallas grandes y muy grandes con un 11,9% y finalmente las tallas muy
pequeñas con un 10,4%.
5.2.2. representación anatómica
Bovinos
12 restos se han determinado dentro de la subfamilia Bovinae,
con un total de 12 NME y 3 NMI (tabla 31). En términos taxonómicos se compone de Bos primigenius (66,7%), Bos/Bison
(8,3%) y otros restos únicamente asociados a la familia Bovinae
(25%). Su representación esquelética se caracteriza por un predominio de los restos craneales (33,3%), seguidos del miembro
anterior (25%), esqueleto axial (16,7%), extremidades (16,7%)
y el miembro posterior (8,3%).
El %MAU confirma la alta presencia de los restos del
miembro anterior y posterior que alcanzan en su mayoría el
100% de representatividad, mientras se relativiza la presencia
del esqueleto axial en torno al 12% y el esqueleto craneal en
torno al 20%.
Caprinos
276 restos se han determinado como caprinos, con un total de
193 NME y 14 NMI (tabla 31). A nivel taxonómico se componen de Capra pyrenaica (41,7%), Rupicapra rupicapra (2,5%)
y otros fragmentos asociados a la subfamilia Caprinae (55,8%).
En términos esqueléticos, son los restos del miembro posterior
y extremidades los más abundantes con un 36,6% y 20,7% respectivamente, seguidos de cerca por fragmentos del miembro
anterior (18,8%), esqueleto craneal (18,1%) y finalmente el esqueleto axial (5,8%).
La aplicación del %MAU confirma parcialmente la anterior distribución esquelética, con una presencia de entre el
65-100% para distintos elementos del miembro anterior y posterior (fémur, tibia y calcáneo), disminuyendo la presencia de
restos de las extremidades, donde solo las primeras falanges
alcanzan un 25% de representatividad. Entre los elementos
más representados en el resto de los grupos anatómicos encontramos las hemimandíbulas y segundos molares, si bien en
conjunto no superan el 17% de representatividad. Un poco por
debajo encontramos los restos del esqueleto axial, que tan solo
suponen un 7%.
78
Équidos
Un total de 147 restos se han determinado como équidos, con un
total de 102 NME y 4 NMI (tabla 31). Equus ferus es el único
taxón reconocido (84,4%), mientras que el resto de los fragmentos se han adscrito a la subfamilia Equinae (15,6%). Entre ellos,
el esqueleto craneal y el miembro posterior suponen el 37,4% y
25,9% respectivamente, seguidos del miembro anterior (17%),
extremidades (10,9%) y restos del esqueleto axial (8,8%).
El %MAU relativiza la alta representatividad de todos los
elementos del miembro posterior, alcanzando el 100%. En el
miembro anterior también encontramos que el conjunto de
elementos representa a un 72%. Los elementos del esqueleto
craneal, con un elevado número de piezas dentarias, no llegan
a superar el 18% de representatividad. Finalmente, en el miembro axial destaca el 100% de representación de los hioides, elemento que no supera el 4% de presencia en el conjunto.
Lagomorfos
Como taxón más abundante en el conjunto, los lagomorfos implican un total de 901 restos, 705 NME y 35 NMI (tabla 31). A nivel
taxonómico Oryctolagus cuniculus supone el 91,4%, mientras
que los restos determinados como Oryctolagus/Lepus supone un
2,9% y los adscritos a la familia Leporidae un 5,7%. Su representación esquelética está encabezada por el miembro posterior (39%),
seguido del esqueleto axial (19,8%), el esqueleto craneal (15,3%),
el miembro anterior (14,4%) y las extremidades (11,5%).
El %MAU modifica la distribución previa, siendo los elementos anatómicos más representados el coxal, la tibia, el
fémur y el húmero con un 83-100% de presencia, mientras
que la mayoría de las partes esqueléticas restantes tienen una
representación menor del 24%, si bien a nivel de cada elemento
individual estos porcentajes se pueden ver alterados.
Carnívoros
Tan solo 29 restos han sido determinados como carnívoros en la
UE Xa, implicando un total de 27 NME y 8 NMI (tabla 31). Taxonómicamente el grupo se compone de Lynx sp. (48,3%), Canis
cf. lupus (6,9%), Panthera pardus (6,9%), cf. Cuon sp. (3,4%) y
un 31% de fragmentos adscritos únicamente al orden Carnivora.
Dado el escaso número de elementos, el %MAU indica valores de representatividad muy altos (68-100%) en el esqueleto
craneal y miembro anterior, seguidos por los elementos que componen el miembro posterior (40%) y el esqueleto axial (23%).
[page-n-92]
resultados
Tabla 30. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE Xa.
Taxón
NISP
% NISP NME
NMIf
NMIc
Neonato Infantil Joven
Subadulto Adulto
Senil
Artiodactyla
9
0,54
8
1
3
-
1
-
-
1
1
Bovidae
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
-
Bos primigenius
8
0,48
8
1
1
-
-
-
1
-
-
Bos/Bison
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Caprinae
154
9,22
99
8
8
1
-
1
-
-
-
Capra pyrenaica
115
6,88
87
3
5
-
-
2
1
2
-
Rupicapra rupicapra
7
0,42
7
1
1
-
-
-
-
1
-
Cervinae
80
4,79
43
2
2
-
-
-
-
-
-
Cervus elaphus
191
11,43
110
5
7
1
-
1
2
2
1
Sus scrofa
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
1
Equinae indet.
23
1,38
15
1
1
-
-
1
-
-
-
Equus ferus
124
7,42
87
3
3
-
-
1
1
1
-
Rhinocerotidae
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Stephanorhinus hemitoechus
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Carnivora
9
0,54
7
1
1
-
-
1
-
-
-
Caninae
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
cf. Canis lupus
2
0,12
2
1
1
-
-
-
-
-
-
cf. Cuon sp.
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
1
-
Lynx sp.
14
0,84
14
2
2
-
-
-
-
2
-
Panthera pardus
2
0,12
2
1
2
-
-
1
-
1
-
Leporidae
17
1,02
16
2
2
-
-
1
-
-
-
Oryctolagus cuniculus
883
52,84
688
32
32
-
7
8
4
7
-
Oryctolagus / Lepus
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Testudo hermanni
9
0,54
9
1
1
-
-
-
-
-
-
Ave
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
-
Anatinae
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
-
Phasianidae
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Alectoris rufa
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
-
Pyrrhocorax sp.
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Bufo bufo
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Total NISP
1671
100
1227
79
86
2
8
17
9
18
3
Talla grande
205
11,88
24
1
1
1
-
-
-
-
-
Talla media
620
36,10
54
1
1
1
-
-
-
-
-
Talla pequeña
254
14,80
17
1
1
1
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
178
10,37
3
-
-
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
460
26,79
15
1
1
1
-
-
-
-
-
Total NR
1717
100
113
4
4
4
Testudinos
Rinocerótidos
9 restos, correspondientes a 9 NME y 1 NMI (tabla 31) de Testudo hermanni han podido identificarse. Los restos corresponden a
2 plaquetas indeterminadas, 2 plaquetas del espaldar, 1 periférica
octava, 1 pleural indeterminada y 2 fragmentos de plastrón.
2 fragmentos de molares de rinoceronte han sido identificados,
posiblemente pertenecientes a 1 NMI de Stephanorhinus hemitoechus (tabla 31). El %MAU muestran una representatividad
del 100% por individuo.
79
[page-n-93]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
A
B
D
C
E
F
G
2 cm
Figura 41. Ejemplos de materiales identificables taxonómica y anatómicamente en la Unidad Estratigráfica Xa. A) Fragmentos de maxilar izquierdo y derecho junto a falange 3ª de ciervo (Cervus elaphus); B) Ramus de hemimandíbula izquierda, M3 superior derecho, M2
superior izquierdo, M1 y P4 inferior derecho de cabra (Capra pyrenaica), articulación distal de metacarpo de caprino juvenil y cuerpo de
húmero sin fusionar de caprino neonato; C) M3 superior izquierdo y M1 inferior izquierdo de caballo (Equus ferus); D) Maxilar derecho, P3
y P4 superior derecho y I4 derecho, junto a fragmento proximal de ulna derecha y fragmento diafisario de ulna izquierda, falanges terceras,
falange 2ª-IV, falange 1ª-I/V, fragmento distal de falange 1ª y cuneiforme tercero izquierdo de lince (Lynx sp.); E) escápula derecha de
leopardo (Panthera pardus) y articulación distal de tibia sin osificar de leopardo juvenil; F) Proceso condilar de hemimandíbula izquierda
y falange 2ª de lobo (cf. Canis lupus); G) Articulación proximal de fémur izquierdo de cuón (cf. Cuon sp.).
80
[page-n-94]
resultados
Tabla 31. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE Xa. Se
indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
C
3
33,33
3
3,03
0,03
18,18
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Suidae
MA
3
33,33
3
16,67
0,17
100
E
3
33,33
2
4,17
0,04
25,00
C
4
33,33
4
3,33
0,03
20,00
A
2
16,67
2
2,02
0,02
12,12
MA
3
25,00
3
16,67
0,17
100
MP
1
8,33
1
16,67
0,17
100
E
2
16,67
2
16,67
0,17
100
C
50
18,12
40
1,50
0,01
17,10
A
16
5,80
14
0,68
0,01
7,83
MA
52
18,84
30
4,87
0,05
55,68
MP
101
36,59
60
8,75
0,09
100
E
57
20,65
49
4,38
0,04
50,02
C
37
13,65
29
3,58
0,04
18,13
A
10
3,69
7
0,98
0,01
4,98
MA
83
30,63
37
13,70
0,14
69,38
MP
106
39,11
48
19,75
0,20
100
E
35
12,92
32
3,29
0,03
16,67
C
55
37,41
53
5,41
0,05
18,93
A
13
8,84
7
1,22
0,01
4,28
MA
25
17,01
15
20,83
0,21
72,92
MP
38
25,85
16
28,57
0,29
100
E
16
10,88
11
13,75
0,14
48,13
C
138
15,32
83
3,00
0,03
23,93
A
178
19,76
160
2,58
0,03
20,59
MA
130
14,43
103
10,51
0,11
83,80
MP
351
38,96
259
12,54
0,13
100
E
104
11,54
100
2,27
0,02
18,08
C
5
17,20
5
5,68
0,06
68,18
A
6
20,70
4
1,92
0,02
23,08
MA
4
13,90
4
8,33
0,08
100
MP
5
17,20
5
3,47
0,03
41,67
E
9
31,00
9
1,13
0,01
13,50
A
1
9,10
1
0,71
0,01
6,25
MA
8
80,70
8
11,43
0,11
100
MP
2
18,20
2
10,00
0,10
87,50
C
1
33,33
1
50,00
0,50
100
MA
1
33,33
1
50,00
0,50
100
E
1
33,33
1
6,25
0,06
12,50
Rhinocerotidae
C
2
100
2
4,17
0,04
100,00
Testudines
ES
7
77,80
7
3,51
0,04
37,59
PL
Totales
2
22,00
2
9,33
0,09
100
1670
100
1225
-
-
-
81
[page-n-95]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Suidos
Entre los suidos se han recuperado 3 restos (M superior, radio
y falange 3ª), correspondientes a 3 NME y 1 NMI de Sus scrofa
(tabla 31). El %MAU muestra una representatividad del 100%
por individuo en el caso de molares y radio, mientras desciende
a un 12,5% en la falange 3ª.
3
Tabla 32. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE Xa.
Talla de peso
Grupo anatómico NR
%NR
NME
Grande
C
4,88
8
Aves
Entre las aves hemos recuperado un total de 11 restos, correspondientes a 11 NME y 5 NMI (tabla 31). A nivel taxonómico
se ha diferenciado entre Alectoris rufa (27,3%) y Pyrrhocorax
sp. (9,1%), mientras que el resto se ha determinado a nivel de
la subfamilia Anatinae (27,3%), la familia Phasianidae (9,1%)
y algunos restos de avifauna indeterminados (27,3%). En todos los casos, el %MAU muestra una representatividad del
100% del miembro anterior, con una representación menor del
miembro posterior cercano el 87% y una reducida presencia de
las vértebras (6%).
Indeterminados
Los restos que no hemos podido llegar a determinar a nivel
taxonómico en la UE Xa ascienden a un total de 1726, de los
que se ha podido fijar un NME de 122 gracias a la identificación anatómica de algunas piezas. (tabla 32). El 53,4% de
ellos se tratan de fragmentos de hueso largo, principalmente
de talla grande, media y pequeña, que junto a otros elementos
de las extremidades o indeterminados suponen el 84,8% del
conjunto. Entre aquellos restos determinados anatómicamente, un 7,4% pertenecen al esqueleto axial, un 4,1% al craneal,
un 2,2% al miembro posterior y un 1,6% al anterior.
Dentro del grupo de los indeterminados, si bien categorizados a nivel taxonómico como Artiodáctilos, creemos conveniente mencionar la presencia de 9 NR pertenecientes al esqueleto craneal, miembro anterior y extremidades, con un porcentaje de representación del 33% cada uno. Si bien, el %MAU en
este caso da un predominio del 100% de los restos del miembro
anterior frente al resto situado por debajo del 25%.
5.2.3. edad y patrón de mortalidad
Los datos disponibles a partir de la fusión ósea y erupción
dental en la UE Xa son abundantes si los comparamos con
el resto de las unidades estratigráficas. Centrándonos en primer lugar en la osificación de los ungulados (tabla 30), hemos
podido determinar 1 neonato y 1 individuo joven de Caprinae, 1 joven y 1 adulto de Capra pyrenaica, 1 individuo joven de Cervus elaphus y 1 individuo infantil entre los artiodáctilos indeterminados. Por lo que atiende a los carnívoros,
1 individuo joven de Carnivora y otro de Panthera pardus ha
sido establecido, junto otro individuo de leopardo adulto y
1 de cf. Cuon sp. En el caso de los lepóridos nos encontramos
ante el taxón con mayor cantidad de datos relacionados con la
edad de muerte en la UE Xa. La combinación de los análisis
de fusión ósea y erupción dental nos han permitido reconocer
un total de 7 individuos infantiles, 8 jóvenes, 4 subadultos y
7 adultos de Oryctolagus cuniculus, además de 1 individuo joven de la familia Leporidae.
La erupción dental nos ofrece una mayor cantidad de información para el caso de los ungulados, indicándonos la presencia
de 1 neonato de Caprinae, 2 individuos jóvenes, 1 subadulto y 1
82
Media
Pequeña
A
24
11,71
9
MA
4
1,95
3
MP
5
2,44
3
E
162
79,02
-
C
25
4,03
9
A
66
10,65
23
MA
14
2,26
8
MP
24
3,87
13
E
491
79,19
-
C
2
0,79
2
A
24
9,45
9
MA
4
1,57
2
MP
7
2,76
4
E
217
85,43
-
4
2,25
2
MP
1
0,56
1
E
173
97,19
-
19
4,13
6
Muy pequeña A
Indeterminada C
Totales
10
A
9
1,96
6
MA
2
0,43
2
MP
1
0,22
1
E
429
93,26
-
1717
100
111
adulto de Capra pyrenacia, además de otro individuo adulto de
Rupicapra rupicapra. Entre los ciervos se reconoce también un
neonato, 2 subadultos, 2 adultos y 1 senil de Cervus elaphus, al
igual que se suman 1 subadulto y 1 adulto a los artiodáctilos indeterminados, otro individuo adulto de Bos primigenius, 1 senil de
Sus scrofa, y entre los équidos otro individuo joven, 1 subadulto
y 1 adulto de Equus ferus. Entre los carnívoros hemos podido reconocer 2 nuevos individuos adultos, en este caso de Lynx sp.
5.2.4. fragmentación y conservación diferencial
El grado de fragmentación de la UE Xa está repartido de forma
muy equitativa entre los distintos intervalos de longitud máxima
de los restos, con un 22% de piezas < 1cm, un 19,8% de entre
1-2 cm, un 18,7% de 2-3 cm, un 14,6% de entre 3-4 cm, un 8,2%
de 4-5 cm y finalmente un 16,8% > 5 cm. La tasa de fragmentación en el conjunto asciende a 2,8, mientras que para el material
determinado a nivel taxonómico disminuye a un 1,4.
La conservación a nivel esquelético es variable según los
distintos grupos taxonómicos y tallas de peso. De esta forma, el
material fragmentado alcanza el 86,3% en los caprinos, el 97,6%
en los cérvidos y el 100% entre los équidos (tabla 33), tratándo-
[page-n-96]
resultados
Tabla 33. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE Xa.
Taxón
Artiodactila
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Indet.
C
3
33,33
-
-
-
-
1
-
MA
3
33,33
-
-
2
1
-
-
E
3
33,33
-
-
2
-
-
-
C
4
33,33
-
-
-
-
-
-
A
2
16,67
-
-
-
-
1
-
MA
3
25,00
-
-
2
1
-
-
MP
1
8,33
-
-
1
-
-
-
E
2
16,67
-
-
-
-
1
-
C
48
17,39
2
0,72
7
3
-
-
A
15
5,43
1
0,36
1
4
1
-
MA
51
18,48
-
-
29
1
13
-
MP
94
34,06
7
2,54
69
2
19
-
E
34
12,32
24
8,70
21
-
2
-
C
36
13,28
2
0,74
5
5
1
-
A
10
3,69
-
-
2
-
-
-
MA
83
30,63
-
-
62
-
13
-
MP
105
38,75
1
0,37
94
-
8
-
E
31
11,44
3
1,11
18
5
3
-
C
55
37,41
-
-
1
2
-
-
A
13
8,84
-
-
4
2
-
-
MA
25
17,01
-
-
18
-
6
-
MP
38
25,85
-
-
27
3
4
-
E
16
10,88
-
-
11
-
3
-
Rhinocerotidae
C
2
100
-
-
-
-
-
3
Suidae
C
1
33,33
-
-
-
-
-
-
MA
1
33,33
-
-
-
-
-
-
E
1
33,33
-
-
-
-
-
-
A
1
9,09
-
-
-
-
-
-
MA
7
63,64
1
9,09
2
2
-
-
MP
2
18,18
-
-
1
-
1
-
C
5
17,24
-
-
1
-
-
-
A
6
20,69
-
-
-
6
-
-
MA
5
17,24
-
-
2
-
1
-
MP
4
13,79
2
6,90
-
2
1
-
E
6
20,69
1
3,45
1
1
1
-
C
138
15,32
-
-
6
6
-
12
A
154
17,09
24
2,66
4
-
-
2
MA
122
13,54
8
0,89
29
16
3
3
MP
302
33,52
49
5,44
92
26
18
-
E
44
4,88
60
6,66
3
5
2
-
ES
7
77,78
-
-
1
2
-
-
PL
2
22,22
-
-
1
-
-
-
1485
88,92
185
11,08
519
95
103
20
Avifauna
Carnivora
Leporidae
Testudines
Total
83
[page-n-97]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
se la mayoría de los restos de fragmentos de diáfisis tipo “050” y
circunferencia conservada tipo “2”. Entre los carnívoros la fragmentación alcanza el 85,2%, sin darse un predominio de una
tipología de fragmento, conservando la mayoría de ellos alguna
de las zonas epifisarias, aunque es abundante la circunferencia
tipo “4”. Por su parte, entre los lagomorfos la fragmentación alcanza el 84,1%, con una abundante presencia de fragmentos de
diáfisis tipo “050” y diáfisis con epífisis parcial conservada tipos
“550”, “555” y “005”, abundando las circunferencias tipo “4”.
Finalmente, en el caso del material indeterminado y tallas de
peso, el 99,9% está totalmente fragmentado (tabla 34) con una
altísima presencia de fragmentos de huesos largos tipo “050” y
circunferencia tipo “1”.
Los resultados obtenidos sobre la conservación diferencial
por densidad ósea, partiendo del %MAU y su correlación estadística con los distintos índices de densidad por tallas de peso,
indican una correspondencia en las tallas grande, media y muy
pequeña, con coeficientes de correlación de 0,47 y 0,69 y una
significatividad estadística < 0,05 (tabla 35).
5.2.5. fracturación
Entre las fracturas reconocidas, un 77% tienen un origen antiguo, aunque contamos con un 13,7% de fracturas recientes debido a los procesos de excavación y un 9,3% indeterminadas.
En el caso de las primeras, la cantidad de fracturas producidas
mientras los huesos estaban en estado fresco ascienden a 1381
NR, mientras que las producidas en estado seco se reducen a
197 NR y las de carácter mixto a 317 NR.
A nivel de morfotipos, tanto en los bovinos, caprinos, cérvidos, équidos como lagomorfos abundan las fracturas producidas en fresco, dominando los fragmentos de diáfisis con
circunferencia incompleta tipo II.4.2. en los tres primeros,
mientras que en los lagomorfos la variedad de morfotipos es
mucho mayor, con una presencia destacada de los asociados a
fracturas en estado seco y mixtas. Entre los carnívoros, aves,
testudinos y rinocerótidos hay una distribución equitativa de
fracturas producidas en estado seco y fresco, principalmente
tratándose de distintos morfotipos de diáfisis. En el caso del
material indeterminado, abundan como hemos avanzado los
Tabla 34. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE Xa.
Talla de peso
Grupo anatómico Fragmentados
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Indet.
Grande
C
11
5,37
-
-
4
3
1
-
A
24
11,71
-
-
4
5
2
-
MA
4
1,95
-
-
4
-
-
-
MP
5
2,44
-
-
3
-
1
-
E
161
78,54
-
-
129
3
8
-
C
28
4,52
1
0,16
8
6
2
-
A
66
10,65
-
-
15
11
3
-
MA
14
2,26
-
-
7
1
2
-
MP
24
3,87
-
-
16
2
6
-
E
487
78,55
-
-
359
18
48
1
C
2
0,79
-
-
-
1
-
-
A
24
9,45
-
-
8
10
3
-
MA
4
1,57
-
-
3
1
-
-
MP
7
2,76
-
-
6
1
-
-
E
217
85,43
-
-
152
11
39
-
A
4
2,25
-
-
-
-
-
-
MP
1
0,56
-
-
-
-
-
-
E
173
97,19
-
-
39
-
24
-
C
26
5,65
-
-
57
1
1
-
A
9
1,96
-
-
3
3
-
-
MA
2
0,43
-
-
2
-
1
-
MP
1
0,22
-
-
1
-
-
-
E
421
91,52
1
0,22
32
36
38
2
1715
99,88
2
0,12
852
113
179
3
Media
Pequeña
Muy pequeña
Indeterminada
Total
84
Completos
Fracturas antiguas
[page-n-98]
resultados
fragmentos de hueso largo, sobre todo los morfotipos II.4 y
II.4.2, junto a una presencia algo más reducida del morfotipo
de fractura mixta tipo III.2.
5.2.6. índices de utilidad económica
A partir de la asociación por tallas de peso, el %MAU y su correlación estadística con los índices de utilidad económica por R de
Pearson, identificamos una alta correlación positiva entre las tallas
grande, media y pequeña, y el volumen medular (AVGMAR) y la
grasa insaturada y médula (UMI), con coeficientes de correlación
entre el 0,66 y 0,88 y significatividad estadística < 0,05 (tabla 36,
figura 42). Para el resto de los índices, aunque existen correlaciones
positivas elevadas, el valor de la significación estadística no alcanza el mínimo de 0,05 que confirme su correlación real.
5.2.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
Un total de 1153 alteraciones relacionadas con la actividad humana se han determinado en toda la UE Xa (tabla 37 y 38), distribuidas de forma heterogénea en cuanto a su tipo y asociación
por taxones y tallas de peso determinadas.
Entre los bóvidos, principalmente caprinos, identificamos el
10,4% de las alteraciones, donde la termoalteración es la más abundante, seguida de las incisiones, raspados, muescas y hundimientos. Las evidencias de alteración térmica afectan a todas las partes
del esqueleto, generalmente incluyendo la totalidad de la pieza, con
una intensidad que oscila desde el M al B, aunque con un predominio el grado de color M/N. Las incisiones por su parte se localizan
en las hemimandíbulas, costillas, húmeros, radios, metacarpos, fémur, tibias, metatarsos y falanges, por norma general sobre la zona
dorsal o palmar de la zona central de las diáfisis, con morfologías
cortas y largas, dirección principalmente oblicua o transversal/
oblicua e intensidad leve o media. Los raspados se localizan sobre
costillas, húmeros, radios, metacarpos, fémures, tibias, metatarsos,
metápodos y falanges, principalmente sobre la zona central de la
diáfisis, con morfología corta, dirección oblicua e intensidad principalmente media. Las muescas a causa de la percusión se sitúan
también en la zona central de las diáfisis, con morfología semicircular o trapezoidal, dirección longitudinal al eje mayor e intensidad
media o alta. Por último, un único hundimiento vinculado a una
mordedura humana se ha determinado sobre un radio de caprino,
aunque se trata de un hecho excepcional que debe ser revisable
junto a nuevas evidencias con características similares.
Tabla 35. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE Xa. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande Cervus
Talla media
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
62,50
82,43
50,00
0,00
38,50
100
34,40
Ct
55,56
3,50
54,05
5,60
0,00
5,30
9,46
1,30
Vc
50,51
7,10
25,68
3,20
19,12
2,20
62,16
12,90
Vt
49,49
2,80
36,49
2,60
35,29
1,20
0,00
7,60
Vl
48,48
0,00
40,54
6,30
38,24
0,00
47,30
20,50
Vs
37,37
25,00
25,68
0,00
29,41
15,40
58,11
9,40
E
67,68
12,50
66,22
11,10
48,53
11,50
44,59
31,30
H
64,65
87,50
85,14
55,60
61,76
53,80
58,11
67,20
R
84,85
25,00
91,89
66,70
76,47
26,90
18,92
14,10
U
65,66
25,00
60,81
55,60
38,24
15,40
31,08
21,90
Mc
84,85
87,50
97,30
55,60
98,53
38,50
17,57
6,90
Cx
83,84
0,00
66,22
77,80
72,06
7,70
60,81
100
F
59,60
62,50
77,03
66,70
52,94
100
55,41
96,90
T
82,83
100
100
100
86,76
76,90
72,97
95,30
As
67,68
0,00
82,43
5,60
92,65
3,80
37,84
6,30
Ca
72,73
0,00
86,49
11,10
85,29
11,50
45,95
42,20
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
7,70
45,95
3,10
Mt
91,92
62,50
100
94,40
100
30,80
16,22
22,70
Fa1
67,68
12,50
77,03
5,60
80,88
13,50
1,35
7,60
Fa2
62,63
6,30
47,30
11,10
61,76
12,50
1,35
3,60
Fa3
57,58
6,30
33,78
9,70
44,12
4,80
1,35
0,90
R de Pearson
0,4730
0,6968
0,2551
0,5845
P
0,0304
0,0004
0,2645
0,0054
85
[page-n-99]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 36. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE Xa. Se destaca las tallas con un coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
(S) AVGFUI
Utilidad
general
(S) FUI
Utilidad
alimenticia
(S) MAVGTF
Grasa
(S) AVGMAR
Volumen
medular
(UMI)
Grasa insaturada
y médula
(S) MDI
Curado de la
carne
0,1696
0,1355
-0,1109
0,6729
0,6971
-0,3358
P
0,5012
0,5919
0,6613
0,0022
0,0013
0,1731
R de Pearson
0,2456
0,3390
0,0587
0,6686
0,8061
-0,2641
P
0,3260
0,1688
0,8171
0,0024
0,0001
0,2896
0,0780
0,5187
0,1988
0,8807
0,7633
-0,3106
0,7585
0,0274
0,4291
0,0000
0,0002
0,2098
Grande R de Pearson
Media
Pequeña R de Pearson
P
Talla grande
100
Mc
T
H
60
RU
40
Fa
20
E
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
Mc
H
60
RU
40
0
Mt
Fa
0
0
40
60
UMI
40
60
80
(S)AVGMAR
Talla media
Mt
80
100
RU
Mc
Fa
Mt
E
Cx
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
F
T
60
H
40
40
60
UMI
80
100
0
100
Talla pequeña
Fa
20
20
RU
Mc
80
F
Fa
0
H
40
100
T
H
Ca
As
Car
T
60
0
100
40
0
F
20
20
60
20
20
H
Fa
80
F
F
40
100
T
20
Mc
Talla pequeña
100
80
RU
60
0
100
Talla grande
80
Cx
20
100
%MAU
F
%MAU
Mt
T
Mt
80
%MAU
%MAU
80
0
Talla media
100
%MAU
Estadísticos
%MAU
Talla
0
Ca
Tar
As
Mc
20
RU
Mt
40
60
UMI
80
100
Figura 42. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE Xa.
Un 9,6% de alteraciones antrópicas se reconocen sobre los
cérvidos, donde la termoalteración es la principal, seguida por las
incisiones, las muescas, los raspados, los arrastres y finalmente
los hundimientos y pérdida ósea (figura 43). Las alteraciones
por fuego afectan a la superficie total de los fragmentos, salvo
algunas excepciones donde solo les afecta parcialmente, con una
coloración que oscila entre el N y G/B, aunque la mayoría se concentra en los estadios de carbonización M/N y N. Las incisiones
se dan sobre las hemimandíbulas, costillas, vértebras, húmeros,
radios, ulnas, metacarpos, coxales, fémures, tibias y metatarsos,
principalmente en la parte central de la diáfisis y sus caras palmares, dorsales y laterales, con morfología corta, dirección oblicua
o transversal/oblicua e intensidad leve o media. Las muescas por
percusión se limitan al radios/ulna, metacarpos, fémures, tibia y
86
metatarsos, localizadas en la zona central de las diáfisis, con morfología semicircular o triangular, dirección longitudinal e intensidad media o alta, ya sean simples muescas aisladas o múltiples
sobre un mismo elemento. Las ulnas, los coxales, los metatarsos
y las falanges son los únicos elementos donde observamos raspados, todos ellos de morfología corta, con dirección transversal u
oblicua e intensidad leve o media. 2 arrastres a causa de la percusión se han identificado sobre metatarsos de ciervo, concretamente en la zona dorsal de la parte media de la diáfisis, de morfología
corta, dirección transversal e intensidad alta. 1 hundimiento por
percusión se reconoce sobre un metatarso de ciervo, en la cara
lateral de la diáfisis, de morfología circular e intensidad alta. El
único signo de pérdida ósea se observa sobre una falange 3ª que
a su vez presenta signos de termoalteración en uno de sus bordes.
[page-n-100]
resultados
Tabla 37. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
en la UE Xa.
Taxón
Artiodactyla
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Testudines
Total
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Raspado
Muesca
Hundimiento
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
C
3
0,96
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
E
2
0,64
-
-
-
-
-
-
-
-
C
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
A
2
0,64
2
2,15
1
3,85
-
-
-
-
MA
-
-
6
6,45
2
7,69
1
2,27
1
50,00
MP
-
-
12
12,90
3
11,54
6
13,64
-
-
E
1
0,32
-
-
3
11,54
2
4,55
-
-
C
9
2,89
-
-
-
-
-
-
-
-
A
4
1,29
-
-
1
3,85
-
-
-
-
MA
10
3,22
3
3,23
1
3,85
1
2,27
-
-
MP
21
6,75
4
4,30
2
7,69
4
9,09
-
-
E
16
5,14
3
3,23
-
-
-
-
-
-
C
3
0,96
1
1,08
-
-
-
-
-
-
A
-
-
3
3,23
-
-
-
-
-
-
MA
15
4,82
17
18,28
2
7,69
8
18,18
-
-
MP
14
4,50
18
19,35
4
15,38
11
25,00
1
50,00
E
8
2,57
2
2,15
2
7,69
-
-
-
-
C
15
4,82
1
1,08
-
-
1
2,27
-
-
A
4
1,29
3
3,23
-
-
-
-
-
-
MA
7
2,25
5
5,38
4
15,38
2
4,55
-
-
MP
7
2,25
7
7,53
1
3,85
6
13,64
-
-
E
3
0,96
4
4,30
-
-
2
4,55
-
-
C
20
6,43
-
-
-
-
-
-
-
-
A
36
11,58
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
24
7,72
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
62
19,94
2
2,15
-
-
-
-
-
-
E
10
3,22
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
E
4
1,29
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
ES
4
1,29
-
-
-
-
-
-
-
-
PL
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
311
100
93
100
26
100
44
100
2
100
Entre los équidos se registra un 6,2% de las modificaciones
antrópicas, entre las que abundan las termoalteraciones, incisiones y muescas, con una baja proporción de raspados y pérdida
ósea. Las modificaciones por fuego afectan a restos craneales,
axiales y apendiculares, en la inmensa mayoría sobre la superficie íntegra de los fragmentos, con una coloración que oscila
entre el M y G, aunque nuevamente predominan los estadios de
carbonización M/N y N. Las incisiones se han registrado sobre
las hemimandíbulas, hioides, vértebras, húmeros, radios/ulna,
fémures, tibias y metatarsos, todas sobre la zona central de las
diáfisis en el caso de los huesos largos, de morfología principalmente corta, dirección oblicua e intensidad leve o media.
Las muescas se dan sobre distintos restos de húmero, fémur,
tibia y metatarso, además de en la raíz de un premolar, segu87
[page-n-101]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 38. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e
indeterminados recuperados en la UE Xa.
Talla de peso
Grande
Media
Pequeña
Muy pequeña
Indeterminada
Total
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Muesca
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
C
2
0,37
-
-
-
-
-
-
A
11
2,02
3
3,41
1
3,70
-
-
MA
-
-
-
-
1
3,70
-
-
MP
-
-
1
1,14
-
-
-
-
E
40
7,34
13
14,77
4
14,81
3
17,65
C
7
1,28
-
-
-
-
-
-
A
22
4,04
5
5,68
-
-
-
-
MA
2
0,37
2
2,27
-
-
-
-
MP
7
1,28
2
2,27
-
-
1
5,88
E
154
28,26
37
42,05
9
33,33
10
58,82
A
8
1,47
3
3,41
-
-
-
-
MA
1
0,18
1
1,14
-
-
-
-
MP
4
0,73
2
2,27
-
-
-
-
E
78
14,31
9
10,23
10
37,04
3
17,65
A
1
0,18
-
-
-
-
-
-
E
60
11,01
-
-
-
-
-
-
C
3
0,55
-
-
-
-
-
-
A
2
0,37
-
-
1
3,70
-
-
E
143
26,24
10
11,36
1
3,70
-
-
545
100
88
100
27
100
17
100
ramente derivadas de la actividad de percusión sobre la hemimandíbula. En el caso del miembro apendicular, estas muescas
se caracterizan por una morfología semicircular o triangular,
con dirección longitudinal e intensidad media o alta, tanto de
naturaleza simple como múltiple. Los raspados se registran
únicamente sobre la ulna, concretamente en la zona 2m, de
morfología larga, dirección oblicua e intensidad leve. Finalmente, un fragmento de costilla es el único que muestra signos
de pérdida ósea a causa del fuego.
En los lagomorfos, las alteraciones de origen antrópico suponen un 13,3%, entre las que los signos de termoalteración
es prácticamente la única afección, a excepción de dos incisiones (figura 44). Estas últimas se localizan sobre dos fragmentos de coxal, con morfología corta, dirección oblicua y
transversal respectivamente, e intensidad leve. En el caso de la
afección por fuego, encontramos signos en todas las partes del
esqueleto, en la inmensa mayoría cubriendo la totalidad de la
superficie de los fragmentos y con un claro predominio de la
coloración M/N y N, siendo raros los casos donde se alcanzan
los grados de color G o B.
Entre los carnívoros registramos el 0,5% de alteraciones
antrópicas, limitadas a la termoalteración de fragmentos de
ulna, tibia y falanges, afectando a la totalidad de la superficie y con una coloración M o N. Para el resto de los taxones
(aves y tortugas) identificamos el 0,6% de alteraciones, donde
la termoalteración vuelve a ser la predominante, seguida de la
88
Raspado
presencia de incisiones y raspados. El fuego afecta a prácticamente la totalidad de las superficies de húmeros, metatarsos
y plaquetas, con coloración M, N y M/N. Las incisiones solo
se localizan sobre un fragmento de húmero de Alectoris rufa
y una plaqueta periférica 8ª de Testudo hermanni, ambas de
morfología corta y dirección oblicua. Los raspados solo se dan
sobre el mismo fragmento de húmero de Alectoris rufa, en su
cara palmar, con morfología corta, dirección oblicua e intensidad leve.
El 58,8% de las alteraciones antrópicas se dan sobre los
restos taxonómicamente indeterminados, repitiendo la distribución previamente comentada con un predominio de las
afecciones provocadas por el fuego, la presencia de incisiones,
raspados, muescas y excepcionalmente algún borde crenulado.
Las termoalteraciones afectan de nuevo tanto a fragmentos del
esqueleto craneal, axial como apendicular, generalmente a la
totalidad de las superficies, con coloraciones que oscilan desde
el M al B, con preeminencia del grado de carbonización M/N
y N, junto a la presencia de algunas coloraciones triples. En el
caso de las incisiones, se localizan en las costillas, radio, ulna,
coxal, fémur, tibia, fragmentos de hueso largo y algunos restos indeterminados, localizadas sobre múltiples zonas, aunque
la mayoría se concentra en la zona central de los fragmentos
de diáfisis, de morfología tanto corta como larga, dirección
oblicua o transversal, siendo tanto incisiones simples como
múltiples sobre un mismo fragmento. Los raspados han sido
[page-n-102]
resultados
A
B
C
2 cm
D
Figura 43. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica Xa. A) Fragmentos diafisarios y falanges de ciervo (Cervus elaphus), cabra (Capra pyrenaica) y ungulados de talla media con signos de percusión y fracturas en
estado fresco; B) Evidencias de incisiones y raspados sobre un retocador óseo de talla grande, fragmentos diafisarios de ungulados de talla
media y un fragmento vertebral de caballo (Equus ferus); C) Termoalteraciones sobre costilla de ungulado de talla media, plaqueta ósea de
tortuga (Testudo hermanni), fragmento de vértebra caudal de caballo y falange 2ª de cabra; D) Evidencias de incisiones y raspados sobre
restos de ungulados en vista microscópica.
89
[page-n-103]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
5 mm
Figura 44. Evidencias de actividad antrópica – incisiones y termoalteraciones - sobre restos de conejo (Oryctolagus cuniculus) identificadas en la Unidad Estratigráfica Xa.
reconocidos sobre costillas, huesos largos de varias tallas de
peso y fragmentos de hueso plano, todos ellos en la zona central de las diáfisis, de morfología principalmente corta, dirección transversal o transversal/oblicua, intensidad leve o media
y cantidad múltiple. Las muescas a causa de la percusión se
dan sobre algunos fragmentos de fémur, tibia y huesos largos,
de morfología semicircular o triangular, dirección longitudinal e intensidad media o alta, siendo desde muescas simples a
múltiples. Un borde crenulado se ha podido determinar sobre
un fragmento de hueso largo de talla grande, presumiblemente
derivado de las labores de percusión, presentando una morfología triangular y dirección transversal al eje principal.
La producción de retocadores óseos
La unidad estratigráfica Xa compuesta por más de tres mil
restos, incluye únicamente seis retocadores óseos, que suponen el 0,18% del NISP (Pérez et al., 2019). Tres de ellos
corresponden a fragmentos de metatarsos, junto a un fragmento de la cara dorso-lateral de tibia de caballo (Equus ferus), conservando todos ellos entre un 25-50% de su circunferencia original. Los dos artefactos restantes corresponden
a un fragmento dorso-medial de metatarso de ciervo (Cervus
elaphus) y un fragmento dorso-lateral de la diáfisis de un
gran mamífero, ambos también con un 25-50% de su circunferencia conservada (tabla 39, figura 45).
Todos los retocadores tienen fracturas antiguas realizadas
en estado fresco, correspondientes al morfotipo II.4.2 para
huesos largos, es decir, fragmentos con fracturas frescas en
todos los bordes y cilindro diafisario incompleto. En términos generales, las muescas de percusión se localizan en la
cara lateral y dorsal de los huesos de las extremidades, con
distribución unilateral y dirección longitudinal/transversal e
intensidad media. A excepción de la pieza nº 3700, el resto
de retocadores tienen puntos de impacto relacionados con tareas de percusión para acceder a la médula antes de ser usados
90
como herramienta. Especial interés tiene la pieza nº 3542 por
presentar tres extracciones intencionadas superpuestas y un
contragolpe en el eje mayor. Las marcas de corte se localizan
en la cara dorsal, palmar y lateral de los huesos de las extremidades, caracterizadas por morfología corta (<10 mm), dirección oblicua e intensidad media, relacionadas con las tareas de
desollado, descarnado y remoción de periostio.
En cuanto a sus características tecnológicas y morfométricas, el largo y ancho promedio de los retocadores óseos es
de 105,03 ± 22,3 mm y 26,73 ± 9,64 mm respectivamente, sin
identificar diferencias por especie o elemento anatómico. Las
zonas de uso se concentran en los extremos de las piezas. A
excepción del metatarso de ciervo nº 3700, que tiene dos zonas
de uso activo, los útiles presentan una única zona de actividad,
con un área media de 0,29 cm2 (tabla 40).
Al mismo tiempo, la morfología de las zonas de uso es
algo variable según los taxones, con una tendencia más ovalada en équidos y más circular en ciervos, aunque el fragmento
nº 3542, correspondiente a un metatarso de caballo, y el hueso
de la extremidad fragmento nº 992, parecen más redondas que
elípticas. En total se registraron 431 huellas de impacto en los
seis retocadores óseos (figura 46). Hay un claro predominio de
impresiones lineales dentro de las zonas de uso (85,8%), con
orientaciones oblicuo-transversales y una longitud media de
1,49 mm. Solo unas pocas impresiones lineales se localizan
fuera de las zonas de uso (3,9%). Las impresiones en triedro
también se reconocen en las zonas de uso (10,2%). Las estrías
por raspado sólo están presentes en la pieza nº 4755. Por otro
lado, el desconchado masivo provocado por el uso intenso de
la misma zona se ha identificado en los huesos nº 3700 y nº
3412, aunque no es del todo concluyente en este último artefacto. Además, todos los retocadores, excepto el nº 3700,
presentan fracturas largas paralelas al eje longitudinal propias
de su uso recurrente, además de presentar un alto grado de
alteración diagenética por presión sedimentaria. Identificamos
varias impresiones superpuestas características del uso de las
piezas tanto en estado fresco como seco en el caso de los nº
3689 y nº 3700. El índice de lateralización define una tendencia de zonas de actividad situadas en el lado derecho de la
herramienta (57%). aunque tres de las zonas de uso (nº 37002, 3689 y 4755) se sitúan en una posición intermedia en los
diagramas de dispersión (Pérez et al., 2017).
Actividad de otros agentes biológicos
87 alteraciones producidas por otros agentes biológicos distintos a los humanos o de tipo indeterminado han sido contabilizadas en la unidad (tabla 41, figura 47).
Entre los caprinos se han reconocido 3 arrastres sobre un
metatarso, generados por mordedura, presentando una morfología corta, dirección longitudinal e intensidad media, aunque desconocemos el posible agente generador. Igualmente
se ha identificado 1 aparente incisión y 1 muesca sobre dos
fragmentos de tibia, cuyo origen y agente también desconocemos. La primera es de morfología corta, dirección longitudinal e intensidad leve, mientras la segunda presenta una
morfología circular, con dirección longitudinal e intensidad
alta. Por último, 3 punciones generadas por la mordedura de
un carnívoro se han identificado en otro fragmento de tibia y
de metatarso, con morfología circular, dirección transversal/
oblicua e intensidad media.
[page-n-104]
resultados
Tabla 39. Principales características de los retocadores óseos recuperados en la UE Xa de El Salt. Abreviaturas: C (Circunferencia), Ca
(Cara), Mf (Morfotipo fractura), L (Longitud), A (Anchura), Gc (Grosor cortical), ZU (Zona de uso), Mc (Marca de corte), R (Raspado),
Mu (Muescas), T (Termoalteración).
Nº ID Taxón / Talla
Hueso
992
Ca
Mf
L
A
Gc
ZU
Mc
R
Mu
Hueso largo 2
Lateral
II.4.2
76,26
28,44
10,10
1
3412 Equidae
Metatarso
2
Dorsal
II.4.2
118,88
33,82
9,62
1
3542 Equidae
Metatarso
2
Lateral
II.4.2
135,62
36,16
11,68
1
x
x
3689 Equidae
Tibia
2
Dorsal
II.4.2
104,42
30,19
7,56
1
x
x
3700 Cervidae
Metatarso
2
Dorso/medial II.4.2
112,87
22,01
4,37
2
x
4755 Equidae
Metatarso
2
Dorsal
82,15
9,76
34,91
1
x
A
Grande
C
II.4.2
x
T
x
x
x
x
x
x
B
C
D
E
F
2 cm
Figura 45. Conjunto de retocadores óseos recuperados en la Unidad Estratigráfica Xa. A) Fragmento de diáfisis de individuo de talla grande (nº 992); B, C y D) Fragmentos de metatarso de équido (nº 3412, nº 3542, nº 4755); E) Fragmento de metatarso de cérvido (nº 3700);
F) Fragmento de tibia de équido (nº 3689).
91
[page-n-105]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 40. Medidas de las zonas de uso de los retocadores óseos identificados en la UE Xa de El Salt. Todas las dimensiones se expresan
en milímetros (mm), excepto el área que es expresada en cm2.
Nº ID
Longitud
Anchura
Área cm2
Distancia
eje proximal
Distancia
eje distal
Distancia
eje derecho
Distancia
eje izquierdo
992
12,18
7,44
0,13
16,90
57,90
6,80
9,80
3412
30,16
19,85
0,47
18,10
76,01
17,80
3,50
3542
14,39
10,66
0,24
17,01
79,60
5,30
7,80
3689
23,90
14,90
0,24
13,20
66,50
8,10
6,80
3700_1
13,54
10,07
0,22
19,50
63,70
10,90
1,60
3700_2
13,75
10,4
0,26
83,40
12,10
5,80
2,20
4755
25,21
16,28
0,49
4,70
40,10
9,01
7,10
Nº ID
Distancia eje
derecho a centro
Distancia eje
izquierdo a centro
Índice de
lateralización
Impresiones lineales
Impresiones lineales
fuera de zona de uso
992
10,20
13,80
-3,60
32
2
3412
14,20
18,10
-3,90
45
0
3542
23,10
8,60
14,50
36
3
3689
12,50
13,10
-0,60
74
3
3700_1
15,20
6,60
8,60
23
3
3700_2
11,10
8,80
2,30
25
0
4755
16,30
15,30
1,00
135
6
Nº ID
Impresiones
en triédro
Longitud media
de impresiones
Estrías
Orientación
Desconchados
masivos
Fracturas
de uso
Reciclado
992
14
0,77
No
Transversal
No
No
No
3412
3
2,46
No
Transversal
Dudoso
Si
No
3542
2
1,57
No
Transversal
No
Sí
No
3689
9
1,29
No
Transversal
No
Sí
Sí
3700_1
1
1,99
No
Transversal
Sí
Dudoso
No
3700_2
6
0,88
No
Transversal
No
Dudoso
Sí
4755
9
1,50
Sí
Transversal
No
Sí (Incipiente)
No
En los cérvidos hemos reconocido 2 bordes crenulados sobre un húmero y un radio de Cervus elaphus, cuyo origen y
agente no se ha determinado en el primer elemento, mientras
que en el radio parecen relacionarse con la mordedura de un
carnívoro. También desconocemos una alteración similar a un
raspado sobre la zona central de la diáfisis de un metacarpo,
con dirección transversal e intensidad leve, aunque sin tener del
todo claro si su origen está ligado a las actividades de carnicería.
Entre los équidos se han reconocido un total de 7 alteraciones naturales. 3 punciones se sitúan sobre un húmero y dos
metatarsos, provocadas por dientes, aunque de agente indeterminado, con una morfología circular, distribución unilateral e
intensidad alta. Por otro lado, 3 arrastres sobre la zona central
de la tibia y metatarso provocados por dientes también han
sido identificados, aunque sin agente definido. Finalmente, 1
muesca de morfología semicircular y dirección longitudinal se
ha determinado sobre la cara lateral de un fragmento de fémur.
92
Entre los carnívoros hemos podido identificar 2 punciones sobre el único fémur de cf. Cuon sp., provocadas por la
mordedura de otro carnívoro en la línea intertrocantérea, de
una intensidad bastante alta. En este mismo fragmento se ha
podido reconocer 1 borde crenulado, seguramente asociado
a la actividad del mismo carnívoro que generó las punciones
(figura 48).
Un total de 37 alteraciones naturales se localizan sobre lagomorfos, entre los que las muescas parecen haber sido provocadas tanto por mordedura de pequeños carnívoros como
impactos de pico que provocan morfologías semicirculares y
triangulares, con dirección longitudinal al eje principal e intensidad leve o media. No obstante, la corrosión digestiva es la
modificación más abundante, provocada tanto por la actividad
de rapaces como de pequeños carnívoros, principalmente concentrada en los bordes de los fragmentos con intensidad ligera
o moderada. La pérdida ósea afecta a 8 fragmentos, aunque en
[page-n-106]
resultados
A
B
C
D
E
F
Figura 46. Detalle de las zonas de uso de los retocadores óseos. A) nº 992; B) nº 3412; C) nº 3542; D) nº 4755; E) nº 3700; F) nº 3689.
93
[page-n-107]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 41. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por carnívoros, aves rapaces y agentes naturales indeterminados de los restos faunísticos recuperados en la UE Xa.
Carnívoros
Taxón / Talla de peso Grupo anatómico Punción
Arrastre
Borde crenulado Muesca
Digestión
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Caprinae
MP
3
30,00
3
17,65
-
-
1
50,00
-
-
Cervidae
MA
-
-
-
-
2
50,00
-
-
-
-
Equidae
MA
1
10,00
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
2
20,00
3
17,65
-
-
1
50,00
-
-
MA
-
-
-
-
-
-
-
-
2
16,67
MP
-
-
1
5,88
1
25,00
-
7
58,33
Carnivora
MP
2
20,00
-
-
1
25,00
-
-
-
Grande
E
-
-
5
29,41
-
-
-
-
-
-
Media
E
2
20,00
3
17,65
-
-
-
-
3
25,00
Pequeña
E
-
-
2
11,76
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
In
-
-
1
-
-
-
-
-
-
-
10
100
17
100
4
100
2
100
12
100
Leporidae
Total
Aves
Taxón / Talla de peso Grupo anatómico Picotazo
Leporidae
Muy pequeña
Muesca
Digestión
NR
%
NR
%
NR
%
C
2
100
-
-
-
-
MA
-
-
-
-
2
25,00
MP
-
-
6
85,71
6
75,00
E
-
-
1
14,29
-
-
2
100
7
100
8
100
Total
Agente indeterminado
Taxón / Talla de peso Grupo anatómico Incisión / Raspado Pérdida ósea
Peeling
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Caprinae
MP
1
16,67
-
-
1
11,11
-
-
Cervidae
MA
1
16,67
-
-
-
-
-
-
Leporidae
C
1
16,67
-
-
-
-
-
-
A
-
-
1
12,50
-
-
-
-
MA
-
-
3
37,50
-
-
-
-
MP
1
16,67
4
50,00
-
-
-
-
Grande
E
2
33,33
-
-
1
11,11
-
-
Media
A
-
-
-
-
1
11,11
-
-
MP
-
-
-
-
1
11,11
-
-
E
-
-
-
-
4
44,44
1
50,00
Muy pequeña
E
-
-
-
-
-
1
50,00
Indeterminado
In
-
-
-
-
1
-
6
100,0
8
100
9
Total
94
Muesca
88,9
2
100
[page-n-108]
resultados
A
B
C
D
E
F
G
H
Figura 47. Restos de conejo (Oryctolagus cuniculus) y fragmentos óseos indeterminados con marcas de origen natural identificadas en la
Unidad Estratigráfica Xa.. A, B y C) Signos de digestión; D, F y G) arrastres; E) punciones; H) marcas indeterminadas.
95
[page-n-109]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
1 cm
Figura 48. Articulación proximal de fémur cuón (Cuon sp.) recuperado en la Unidad Estratigráfica Xa sobre la que destacan dos marcas de
punción sobre su cara dorsal y se indican sus dimensiones en vista microscópica.
su caso tanto la acción como el agente generador se desconocen. Finalmente, 2 pequeñas incisiones de morfología irregular e intensidad leve y media se localizan sobre un fragmento
del cráneo y un coxal, sin tener claro su origen y agente, al
igual que 1 pequeño arrastre sobre un fémur por la mordedura
de un predador desconocido y 1 borde crenulado sobre otro
fragmento de fémur de intensidad media.
Por último, entre el material indeterminado o asociado
a alguna talla de peso hemos reconocido 29 modificaciones
naturales e indeterminadas. En el caso de las tallas medias
se ha identificado muescas de origen indeterminado sobre
costilla, fémur y huesos planos, junto a signos de peeling
sobre un fragmento de metápodo, además de punciones,
arrastres y corrosión digestiva sobre fragmentos de hueso
largo. Esta última ha podido vincularse a la actividad de
carnívoros por mordedura, al igual que 2 punciones. Entre
las tallas grandes los arrastres son la alteración más común,
todos sobre fragmentos de hueso largo, de morfología larga,
dirección transversal u oblicua e intensidad media o alta.
2 incisiones de naturaleza indeterminada se han reconocido sobre fragmentos de hueso largo, así como 1 muesca
de morfología circular. Entre las tallas pequeñas solo se ha
reconocido 2 arrastres sobre un fragmento de hueso largo,
de morfología corta, dirección oblicua e intensidad media.
Por su parte, en las tallas muy pequeñas hemos reconocido
peeling en un fragmento de hueso largo y 1 muesca provocada por la actividad de las aves rapaces, con morfología triangular, distribución transversal e intensidad media.
Finalmente, entre los restos totalmente indeterminados se
ha identificado 1 arrastre y 1 muesca, cuyo posible agente
también nos es desconocido.
96
5.2.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 3861 alteraciones de carácter diagenético se han identificado en la UE Xa, con una gran presencia de la concreción
(40,5%), pigmentación por óxidos de manganeso (26,4%) y vermiculaciones (20,8%), quedando los signos de erosión reducidos
al 7,8%, la meteorización al 2,7% y la corrosión química al 1,8%.
De entre todas ellas, los grados de afección más abundantes son el
1 y 2 con un 78,1%, mientras que el grado 3 representa un 14% y
los grados 4 y 5 se reducen al 7,8%. Este hecho facilita una buena
identificación de marcas de origen bioestratinómico en el conjunto, a pesar de la abundancia de modificaciones diagenéticas.
A nivel anatómico, los restos de las extremidades presentan un 54,9% de las alteraciones, seguidos de los fragmentos
del miembro posterior (19%), miembro anterior (10%), esqueleto axial (9,2%) y craneal (6,7%). En términos taxonómicos,
al margen de las tallas de peso y restos totalmente indeterminados que suponen el 56,1%, los lagomorfos son el taxón
con mayor cantidad de modificaciones (17,5%), seguidos de
los cérvidos (10,7%), caprinos (8,6%), équidos (4,9%), carnívoros (0,8%), artiodáctilos indeterminados (0,4%), avifauna
(0,3%), testudinos (0,2%), suidos (0,1%) y bufónidos (0,03%).
5.2.9. paleoecología
La UE Xa se trata de la unidad con mayor diversidad específica del depósito de El Salt, con una curva de rarefacción
totalmente estabilizada a un cut-off de 500 en el eje X. Se
conforma de especies de requerimientos cálidos y ambientes
de pradera, bosques, montes y matorrales. Por su parte, los
índices de Simpson (λ) y de Shannon (H’), con un 0,75 y 1,84
respectivamente, indican el predominio de un taxón sobre el
resto, ligado en este caso a la alta presencia de lagomorfos.
[page-n-110]
resultados
A partir del NISP, la diversidad ecológica de la unidad está
caracterizada por el predominio de lagomorfos y artiodáctilos, con una abrumadora presencia de individuos de hábitos
pastadores, principalmente mamíferos de pequeño tamaño,
animales fosores y de forma más limitada mamíferos de gran
tamaño, con pesos que oscilan de los 1-10kg a > 180 kg (figura 49). El modelo bioclimático a partir del empleo del componente bioclimático (CB), muestra un claro predominio del
1000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
1000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Avi
Alimentación
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
Car
Ins
Past
Ram
Fru
zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de
vegetación mediterránea) con un 38%, junto a una presencia
algo menor de los zonobiomas V, VI y prácticamente reducida
del resto de zonobiomas (figura 50). Tras aplicar las funciones
discriminantes sobre estos datos, hemos obtenido para la UE
Xa una TMA de 18,8ºC ± 3,7ºC y una PMA de 503,6 mm ±
558,7 mm (tabla 42).
1000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Omn
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 49. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica Xa.
V
16%
VII
8%
IV
38%
Otros
21%
VIII
2%
VI
10%
III
8%
II/III
7%
II
7%
IX
1%
I
3%
Figura 50. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica Xa.
97
[page-n-111]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 42. Resultados del modelo bioclimático en la UE Xa.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
S. scrofa
0,14
0,14
0,14
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
1
D. bicornis
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. lupus
0,00
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
1
C. alpinus
0,17
0,17
0,17
0,00
0,17
0,17
0,17
0,00
0,00
0,00
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pardus
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
T. hermanni
0,00
0,00
0,00
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. rufa
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. platyrhynchos
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,45
1,06
1,06
1,25
5,73
2,31
1,48
1,17
0,36
0,11
15,00
CB
3,02
7,09
7,09
8,35
38,20
15,42
9,87
7,80
2,41
0,74
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 18,81 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 26,41 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 12,70 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 13,71 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 442,37 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 416,81 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): 0,41 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 503,63 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 6,37 (SD 1,47).
5.3. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA IX
5.3.1. conteo taxonómico
Un total de 549 restos conforman la UE IX (tabla 43), entre
los que el material identificado taxonómica y anatómicamente
supone el 47,5%, con un total de 200 NME y 32 NMI. Entre
los taxones identificados predominan los lagomorfos (42,9%),
seguidos de los cérvidos (29,9%), caprinos (12,3%), équidos
(8%), distintos tipos de aves (3,4%), carnívoros (1,9%) y artiodáctilos indeterminados (1,1%).
Los restos no identificados suponen el 52,5% de material
restante, donde los fragmentos de las distintas tallas de peso implican el 85,8%, siendo los fragmentos totalmente indeterminados un 14,2%. Entre las primeras, los animales de talla media
y media/grande ascienden a un 49,3%, los de talla pequeña o
pequeña/media a un 29,5%, los de talla grande a un 5,9% y por
último los de talla muy pequeña a un 1%.
5.3.2. representación anatómica
Caprinos
Entre la familia de los bóvidos tan solo hemos reconocido 32 restos pertenecientes a caprinos, con un total de 11 NME y 5 NMI
(tabla 44). En términos taxonómicos, la familia se compone de
98
Capra pyrenaica (71,9%), Capra sp. (3,1%) y otros restos asociados únicamente a la subfamilia Caprinae (28,1%). A nivel
esquelético, el miembro anterior y extremidades son los más
abundantes (37,5% y 31,3% respectivamente), seguidos de
fragmentos del miembro posterior (21,9%) y axial (9,4%). Ningún elemento del esqueleto craneal se ha reconocido.
El %MAU confirman la alta representatividad de distintos
elementos del miembro anterior y posterior (86-100%), mientras relativizan la existente en las extremidades, únicamente alcanzando el 38% de presencia. El resto de los elementos pertenecientes al esqueleto axial suponen un 13% de representación,
con algunos casos excepcionales a nivel de grupo anatómico,
donde se alcanza el 66,7% en hioides, mientras otros ni siquiera
llegan al 16,7% (costillas, vértebras, falanges).
Cérvidos
Los restos de cérvidos tienen una mayor presencia en el conjunto, ascendiendo a 78 NR, con un total de 49 NME y 5 NMI (tabla 44). Taxonómicamente, Cervus elaphus es la única especie
reconocida, con un 84,6% de representación, mientras el 15,4%
restante tan solo ha sido asociado a la subfamilia Cervinae. A
nivel esquelético, son los fragmentos del miembro posterior
los más abundantes (46,2%), seguidos del miembro anterior
(28,2%), para finalmente dar paso a restos del esqueleto craneal
(10,3%), extremidades (9%) y del esqueleto axial (6,4%).
[page-n-112]
resultados
Los resultados del %MAU confirman la anterior distribución en términos de representación por individuo, relativizada
entre algunos elementos que alcanzan cotas de representación
elevadas (100%) a pesar de no pertenecer al miembro posterior,
como por ejemplo los metacarpos. Por su parte, los restos del
esqueleto axial quedan reducidos a una representación del 4%.
Équidos
21 restos de la unidad han sido determinados entre los équidos,
con un total de 17 NME y 2 NMI (tabla 44). Equus ferus es
la única especie reconocida (57,1%), mientras que la otra parte
del conjunto se ha adscrito a la subfamilia Equinae (42,9%).
Entre ellos, los fragmentos del miembro posterior son los más
abundantes (33,3%), seguidos de los restos del miembro anterior (23,8%), extremidades (19%), esqueleto craneal (14,3%) y
esqueleto axial (9,5%).
El %MAU confirman de nuevo esta representación esquelética de los grupos anatómicos, repitiéndose la elevada presencia del miembro posterior y anterior en el conjunto (93-100%),
seguidos muy de lejos por los restos craneales y axiales que se
sitúan por debajo del 7% de representatividad.
Carnívoros
Únicamente 5 restos han sido determinados como carnívoros
en el conjunto, con 5 NME y 2 NMI (tabla 44, figura 51).
Taxonómicamente, el orden se compone de Lynx sp. (80%)
y Panthera cf. pardus (20%), donde reconocemos restos del
miembro posterior y craneal (40% respectivamente) y de las
extremidades (20%). El %MAU en cambio, demuestra el predominio de los restos craneales (100%) frente al miembro posterior (75%).
Lagomorfos
Los conejos son el taxón más abundante en la UE IX, con un
total de 112 NR, 82 NME y 11 NMI (tabla 44). Oryctolagus
cuniculus es el único taxón identificado con un 97,3%, mientras que el 2,7% restante tan solo se ha determinado a nivel
de la familia Leporidae. En este caso hay un altísimo predominio de los fragmentos del miembro posterior (57,1%),
para luego dar paso a las extremidades (16,1%), esqueleto
craneal (13,4%), el miembro anterior (8,9%) y el esqueleto
axial (4,5%).
Tabla 43. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE IX.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Infantil
Joven
Subadulto Adulto
Artiodactyla
3
1,15
3
1
1
-
-
-
-
Caprinae
8
3,07
6
1
1
-
-
-
-
Capra sp.
1
0,38
1
1
1
-
-
-
-
Capra pyrenaica
23
8,81
18
3
3
1
1
-
-
Cervinae
13
4,98
9
1
1
-
-
-
-
Cervus elaphus
65
24,90
40
4
4
-
1
-
1
Sus scrofa
1
0,38
1
1
1
-
-
-
1
Equinae
9
3,45
7
1
1
-
1
-
-
Equus ferus
12
4,60
10
1
1
-
1
-
-
Lynx sp.
4
1,53
4
1
1
-
-
-
1
Panthera pardus
1
0,38
1
1
1
-
-
-
-
Leporidae
3
1,15
3
1
1
-
1
-
-
Oryctolagus cuniculus
109
41,76
88
10
10
-
2
1
-
Phasianidae
1
0,38
1
1
1
-
-
-
-
Alectoris rufa
3
1,15
3
1
1
-
-
-
-
Passeriformes
2
0,77
2
1
1
-
-
-
-
Pyrrhocorax sp.
1
0,38
1
1
1
-
-
-
-
Anatinae
2
0,77
2
1
1
-
-
-
-
Total NISP
261
100
200
32
32
1
7
1
3
Talla grande
17
5,90
4
-
-
-
-
-
-
Talla media
142
49,30
8
-
-
-
-
-
-
Talla pequeña
85
29,50
9
-
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
3
1,04
2
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
41
14,24
4
-
-
-
-
-
-
Total NR
288
100
27
-
-
-
-
-
-
99
[page-n-113]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Esta representación esquelética se altera al aplicar el %MAU,
donde los distintos elementos del miembro posterior tienen una
representatividad del 57%, mientras que los fragmentos craneales
alcanzan el 100% de representatividad, quedando muy por debajo
el miembro anterior (22%) y el esqueleto axial (1%).
Suidos
Aves
Entre los restos que no han podido ser identificados taxonómicamente tenemos un total de 288 NR, de los que se ha podido
fijar un NME de 27 (tabla 45) dada la posible determinación
anatómica de ciertos fragmentos. En su inmensa mayoría se tratan de fragmentos de diáfisis de hueso largo de talla media y
pequeña, además de otros elementos de las extremidades que
en conjunto supone el 86,6% del total. Entre los fragmentos determinados anatómicamente, un 4,8% pertenecen al esqueleto
axial, un 3,4% al miembro posterior, un 3,1% al miembro anterior y un 2,1% al craneal.
Entre las aves reconocemos 9 restos, con 9 NME y 5 NMI (tabla
44). A nivel taxonómico se ha diferenciado entre Alectoris rufa
(33,3%), Pyrrhocorax sp. (11,1%), algunos otros restos a nivel de
familia, como los faisánidos y anátidos (11,1% respectivamente),
y otros a nivel de orden, como los Paseriformes (22,2%). Entre
los distintos elementos reconocemos coracoides y húmeros, junto
a un metacarpo, una ulna y una tibia, todos ellos muestran un
100% de representación por individuo aplicando el %MAU.
Entre los suidos tan solo hemos recuperado 1 fragmento de hemimandíbula de Sus scrofa que conserva el P3, P4 y M1, asociada
naturalmente a 1 NME y 1 NMI (tabla 44).
Indeterminados
Tabla 44. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la
UE IX. Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%RA
MAU
%MAU
Artiodactyla
C
1
33,33
1
3,13
0,03
6,25
A
1
33,33
1
14,29
0,14
28,57
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Suidae
Total
100
MP
1
33,33
1
50,00
0,50
100
A
3
9,38
3
1,76
0,02
13,73
MA
12
37,50
9
12,86
0,13
100
MP
7
21,88
5
11,11
0,11
86,42
E
10
31,25
8
5,00
0,05
38,89
C
8
10,26
6
17,14
0,17
51,43
A
5
6,41
4
1,38
0,01
4,14
MA
22
28,21
15
18,75
0,19
56,25
MP
36
46,15
20
33,33
0,33
100
E
7
8,97
4
3,33
0,03
10,00
C
3
14,29
3
2,27
0,02
6,82
A
2
9,52
1
1,39
0,01
4,17
MA
5
23,81
5
31,25
0,31
93,75
MP
7
33,33
4
33,33
0,33
100
E
4
19,05
4
25,00
0,25
75,00
C
15
13,39
15
45,45
0,45
100
A
5
4,46
5
0,52
0,01
1,15
MA
10
8,93
9
10,23
0,10
22,50
MP
64
57,14
52
26,26
0,26
57,78
E
18
16,07
1
0,51
0,01
1,11
C
2
40,00
2
33,33
0,33
100
MP
2
40,00
2
25,00
0,25
75,00
E
1
20,00
1
2,78
0,03
8,33
MA
8
88,89
8
10,00
0,10
100
MP
1
11,11
1
10,00
0,10
100
C
1
100
1
50,00
0,50
100
261
100
191
-
-
-
[page-n-114]
resultados
5.3.3. edad y patrón de mortalidad
A
B
2 cm
Figura 51. Restos de felinos recuperados en la Unidad Estratigráfica
IX. A) Hemimandíbula izquierda con signos de termoalteración y
Falange 1ª-I/V de lince (Lynx sp); B) Trapezoide izquierdo de leopardo (Panthera pardus).
Tabla 45. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE IX.
Talla de peso
Grupo anatómico NR
%NR
NME
Grande
A
3
17,65
2
MA
2
11,76
2
E
12
70,6
-
C
1
0,70
1
Media
Pequeña
A
5
3,52
3
MA
2
1,41
2
MP
6
4,23
4
E
128
90,14
-
C
1
1,18
1
A
4
4,71
4
MA
4
4,71
3
MP
3
3,53
1
E
73
85,88
-
Muy pequeña E
3
100
-
Indeterminada C
3
7,32
2
Total
A
1
2,44
1
MA
1
2,44
1
E
36
87,80
-
288
100
27
Nuevamente, en el caso de los restos de artiodáctilos indeterminados, hemos recuperado en la UE IX un total de 3 NR
pertenecientes al esqueleto craneal, axial y miembro posterior,
con un porcentaje de representación del 33% respectivamente.
No obstante, el %MAU muestra un predominio del miembro
posterior (100%) frente al resto situado por debajo del 30%.
A partir de la fusión ósea hemos obtenido datos para establecer el momento de muerte de ciertos
cierto individuos que conforman
el conjunto de la UE IX (tabla 43). Entre los caprinos, hemos
podido fijar la existencia de 1 individuo infantil y 1 individuo
joven. En los cérvidos hemos reconocido también un fragmento
de tibia de 1 juvenil. En el caso del lince, otro fragmento de tibia
nos indica la existencia de 1 individuo adulto. Como en otras
unidades, la mayor información la obtenemos a partir de los
conejos, donde distintos fragmentos de húmero, fémur y tibia
nos han permitido fijar la existencia de al menos 3 individuos
jóvenes y 1 subadulto.
Si atendemos a la erupción dental, la información anterior
se corrobora entre los caprinos, cérvidos y lagomorfos. Pero,
además, hemos obtenido datos que nos hablan de la existencia
de 1 individuo adulto (19-23 meses) para el único resto de suido
recuperado, así como 2 individuos jóvenes entre los équidos. En
el caso del lince, la comparativa entre la fusión ósea y la erupción dental nos hacen decantarnos por la existencia de 1 único
individuo adulto.
5.3.4. fragmentación y conservación diferencial
El grado de fragmentación en la UE IX es relativamente homogéneo en cuanto a distribución de longitud de los restos, con un
23,7% de piezas de entre 2-3 cm, un 25,9% de entre 3-4 cm,
un 14,9% las situadas entre 4-5 cm y un 23,9% aquellas < 5
cm, quedando los restos menores de 2 cm relegados a un 11,8%
de representatividad. La tasa de fragmentación en el conjunto
asciende a 2,7, mientras que para el material taxonómicamente
determinado disminuye a un 1,3.
La conservación esquelética no obstante es variable atendiendo a los grupos taxonómicos y tallas de peso. Entre los caprinos el 93,8% del material se encuentra fragmentado (tabla 46),
principalmente tratándose de fragmentos de diáfisis tipo “050”
y una circunferencia conservada tipo “2” (figura 52). En los
cérvidos el material fragmentado es el 100%, repitiéndose la importancia de los fragmentos tipo 050 y circunferencia
tipo 2. En los équidos el material fragmentado alcanza el 95,8%
de las piezas, la mayoría fragmentos de diáfisis tipo 050 y circunferencias tipo 2. Los carnívoros por su parte muestran un 80%
de huesos fragmentados, mientras que los suidos son el 100%
(solo un resto) y las aves un 66,7%. Entre los lagomorfos, un
90,1% del material está fragmentado, tratándose principalmente de fragmentos de diáfisis con partes epifisarias tipo “555” y
“051”, junto a fragmentos aislados de diáfisis tipo “050” y circunferencias que oscilan entre el tipo “2” y tipo “4”. Por último, el
material indeterminado presenta un 100% de fragmentación, con
una abundantísima presencia de fragmentos de diáfisis tipo “050”
y circunferencias tipo “1” y “2” (tabla 47).
En cuanto a la conservación diferencial por densidad ósea,
partiendo del %MAU y su correlación estadística con los índices de densidad de las distintas tallas de peso, tan solo entre
las tallas medias y las tallas muy pequeñas observamos un coeficiente de correlación elevado (> 0,63) y significativamente
estadístico (< 0,05). Las tallas grandes y tallas pequeñas sin embargo muestran un coeficiente bastante bajo y sin ningún tipo de
significación (tabla 48).
101
[page-n-115]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 46. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE IX.
Taxón
Artiodactyla
Caprinae
Cervidae
Equidae
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
C
1
33,33
-
-
-
-
-
A
1
33,33
-
-
1
-
-
MP
1
33,33
-
-
-
-
-
A
3
9,38
-
-
1
2
-
MA
12
37,50
-
-
10
-
2
MP
6
18,75
1
3,13
5
1
-
E
10
31,25
-
-
7
-
-
C
8
10,26
-
-
2
-
1
A
5
6,41
-
-
1
1
-
MA
22
28,21
-
-
15
-
3
MP
36
46,15
-
-
29
1
6
E
7
8,97
-
-
2
-
1
C
3
14,29
-
-
-
-
-
A
2
9,52
-
-
1
-
-
MA
5
23,81
-
-
5
-
1
MP
7
33,33
-
-
6
1
-
E
3
14,29
1
4,76
2
-
-
Suidae
C
1
100,0
-
-
1
-
-
Carnivora
C
2
40,00
-
-
1
-
-
MP
1
20,00
1
20,00
-
1
-
E
1
20,00
-
-
-
-
-
C
15
13,39
-
-
2
8
1
Leporidae
Avifauna
A
5
4,46
-
-
2
1
-
MA
10
8,93
-
-
4
3
-
MP
54
48,21
10
8,93
28
8
4
E
17
15,18
1
0,89
1
-
16
MA
5
55,56
3
33,33
1
-
-
MP
Total
1
11,11
-
-
1
-
-
244
93,49
17
6,51
128
27
35
2 cm
Figura 52. Astrágalo izquierdo de cabra (Capra pyrenaica) recuperado en la Unidad Estratigráfica IX.
102
[page-n-116]
resultados
Tabla 47. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE IX.
Talla de peso
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
A
3
17,65
-
-
1
1
-
MA
2
11,76
-
-
2
-
-
E
12
70,59
-
-
10
1
-
C
1
0,70
-
-
-
1
-
A
5
3,52
-
-
1
1
-
MA
2
1,41
-
-
-
-
2
MP
6
4,23
-
-
4
-
2
E
128
90,14
-
-
88
12
18
C
1
1,18
-
-
1
-
-
A
4
4,71
-
-
1
2
-
MA
4
4,71
-
-
3
1
-
MP
3
3,53
-
-
1
1
-
E
73
85,88
-
-
39
10
15
E
3
100
-
-
1
1
-
Indeterminados C
3
7,32
-
-
-
1
-
A
1
2,44
-
-
-
-
1
MA
1
2,44
-
-
-
-
-
E
36
87,80
-
-
10
9
3
288
100
-
-
162
41
41
Grande
Media
Pequeña
Muy pequeña
Total
5.3.5. fracturación
5.3.6. índices de utilidad económica
El 88,3% de las fracturas reconocidas en la UE IX tienen un
origen antiguo, quedando limitadas las fracturas recientes por el
proceso de excavación a un 11,5% o las indeterminadas a un
0,2%. Entre las primeras, la cantidad de fracturas producidas
mientras los huesos estaban en estado fresco asciende a 289 NR,
mientras que las producidas cuando el material estaba seco se
encuentran en 72 NR, junto a un 78 NR con fracturas de carácter
mixto.
Entre los morfotipos determinados, en los caprinos, cérvidos
y équidos destacan las fracturas en fresco, principalmente sobre fragmentos de diáfisis con circunferencias incompletas tipo
II.4.2. Sin embargo, en el caso de los carnívoros se dan fracturas
en seco (I.2.4) y mixtas (III.3), mientras que entre los suidos y la
avifauna encontramos morfotipos de fractura en seco y mixtas.
En los lagomorfos, abundan tanto los morfotipos de fractura en
fresco sobre hueso largo con parte de la epífisis conservada, por
ejemplo, el tipo II.4.4, junto a gran cantidad de restos con morfotipos de fractura en seco y mixtas. En el material indeterminado abundan los morfotipos de huesos largos, principalmente los
fragmentos de diáfisis con circunferencia incompleta tipo II.4.2,
junto a una menor presencia de morfotipos de fractura en seco
tipo I.4 y mixto III.2.
A partir de la asociación por tallas de peso, el %MAU y su correlación estadística con los índices de utilidad económica por
R de Pearson, hemos obtenido como resultado una alta correlación positiva (entre 0,60 y 0,85) y significativamente estadística (< 0,05) entre los animales de talla grande y media respecto
al volumen medular (AVGMAR) y grasa insaturada y médula
(UMI). En las tallas pequeñas esta correlación positiva (0,57) y
significativa tan solo la hallamos respecto al volumen medular
(tabla 49, figura 53). El resto de los índices, aunque con correlaciones positivas, o incluso negativas para el curado de carne,
no tienen una significación estadística que permita proponerlos
como posible explicación en la explotación del conjunto óseo.
5.3.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
218 alteraciones relacionadas con la acción humana se han
determinado en esta unidad, con diferencias en cuanto a
su tipo y distribución por taxones y tallas de peso (tabla 50,
figura 54).
En el caso concreto de los caprinos, hemos registrado el
6,9% de las alteraciones de naturaleza antrópica, donde la termoalteración es la más abundante, seguida de la presencia de
103
[page-n-117]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 48. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE IX. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande Cervus
Talla media Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
0,00
82,43
33,33
0,00
28,57
100
63,64
Ct
55,56
1,85
54,05
5,13
0,00
2,20
9,46
0,00
Vc
50,51
1,42
25,68
0,46
19,12
4,08
62,16
0,80
Vt
49,49
0,00
36,49
0,00
35,29
1,79
0,00
0,00
Vl
48,48
0,00
40,54
7,41
38,24
0,00
47,30
0,00
Vs
37,37
0,00
25,68
0,00
29,41
0,00
58,11
9,09
E
67,68
33,33
66,22
11,11
48,53
0,00
44,59
13,64
H
64,65
100
85,14
55,56
61,76
100
58,11
31,82
R
84,85
33,33
91,89
22,22
76,47
28,57
18,92
4,55
U
65,66
66,67
60,81
44,44
38,24
28,57
31,08
9,09
Mc
84,85
0,00
97,30
55,56
98,53
14,29
17,57
4,55
Cx
83,84
0,00
66,22
22,22
72,06
28,57
60,81
100
F
59,60
33,33
77,03
44,44
52,94
28,57
55,41
54,55
T
82,83
100
100
100
86,76
28,57
72,97
77,27
As
67,68
0,00
82,43
0,00
92,65
14,29
37,84
0,00
Ca
72,73
0,00
86,49
0,00
85,29
14,29
45,95
27,27
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
0,00
Mt
91,92
0,00
100
88,89
100
14,29
16,22
31,80
Fa1
67,68
33,33
77,03
0,00
80,88
14,29
1,35
0,51
Fa2
62,63
0,00
47,30
2,78
61,76
3,57
1,35
0,00
Fa3
57,58
0,00
33,78
2,78
44,12
3,57
1,35
0,00
R de Pearson
0,1840
0,6570
0,2392
0,6352
P
0,4246
0,0012
0,2964
0,0020
las muescas y los hundimientos. Las modificaciones a causa del
fuego se localizan sobre húmeros, metacarpos, coxales, falanges y metápodos indeterminados, afectando a la totalidad del
fragmento con una intensidad que oscila entre la coloración M
y G/B. Las muescas se identifican sobre varios fragmentos de
húmero, ulna, fémur y tibia, principalmente en la cara 2l de la
zona central de la diáfisis, con morfología trapezoidal o triangular, dirección longitudinal e intensidad media. Por último, los
hundimientos se registran sobre un fragmento de húmero y de
metacarpo, localizándose en su borde y cara 2pl respectivamente, con morfología semicircular, dirección longitudinal e intensidad alta y media.
Los cérvidos contienen el 15% de las alteraciones antrópicas, siendo nuevamente la termoalteración la más abundante,
seguida de las muescas, incisiones, raspados, incisiones/raspado y hundimientos. Las primeras se localizan sobre fragmentos
craneales, axiales y apendiculares, afectando a la totalidad de
los mismos, con una intensidad que oscila entre la coloración
M y G/B, aunque no superando la mayoría el grado de carbonización. Las muescas por su parte se localizan exclusivamente
sobre fragmentos apendiculares, originadas por la actividad de
104
percusión, principalmente sobre la cara 2l y 2m, con morfología
trapezoidal y semicircular, dirección longitudinal e intensidad
media/alta, siendo en su mayoría una muesca aislada. En cuanto
a las incisiones, se registran sobre el húmero, ulna, tibia y metatarso, sobre todas las caras de la parte central de la diáfisis, de
morfología corta, dirección preferentemente oblicua e intensidad leve, tratándose en todos los casos de marcas múltiples. El
único caso determinado como incisión/raspado se da en la cara
2pl de un fémur, con una morfología corta, dirección oblicua e
intensidad leve. Los raspados se localizan sobre un fragmento
de tibia y de metatarso, en sus caras 2dl y 2d respectivamente, ambos de morfología corta, dirección transversal/oblicua e
intensidad alta y leve. Finalmente, 1 único hundimiento se ha
registrado sobre la cara 2dl de un húmero, de morfología trapezoidal, dirección longitudinal e intensidad alta.
Entre los équidos registramos otro 6,9% de las modificaciones de origen antrópico, repitiéndose el predominio de la
termoalteración, seguida de las muescas, raspados, incisiones y
hundimientos. La termoalteración se identifica sobre el húmero, ulna, fémur, tibia y falanges, afectando a la totalidad de la
superficie de cada fragmento, con una intensidad que oscila en-
[page-n-118]
resultados
Tabla 49. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE IX. Se destaca las tallas con un coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla
Estadísticos
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
(S)MAVGTF (S)AVGMAR
Grasa
Volumen
medular
0,3054
0,1330
0,1570
0,8517
0,6003
-0,2133
0,2179
0,5987
0,5339
0,0000
0,0084
0,3954
R de Pearson
0,2253
0,2147
-0,0471
0,6590
0,8332
-0,3092
P
0,3688
0,3922
0,8527
0,0029
0,0000
0,2118
-0,0850
0,0141
-0,1161
0,5790
0,3095
-0,2933
0,7373
0,9556
0,6466
0,0118
0,2114
0,2376
Grande R de Pearson
P
Media
Pequeña R de Pearson
P
Talla grande
100
H
T
F
Fa
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
Talla grande
100
F
RU
Cx
H
60
40
E
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
0
T
Cx
Fa
20
Mc
0
20
Mt
RU
40
60
80
(S)AVGMAR
F
100
Talla media
100
T
H
H
40
0
100
Talla pequeña
100
80
Mc
60
20
20
Mt
T
80
80
RU
60
40
%MAU
%MAU
T
%MAU
E
%MAU
%MAU
RU
60
0
Mt
80
80
40
Talla media
100
(UMI)
(S)MDI
Grasa insaturada Curado de la
y médula
carne
F
Fa
60
F
40
20
20
0
0
0
20
40
60
UMI
80
100
Mc H
RU
Fa
0
20
40
60
UMI
80
100
Figura 53. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE IX.
tre la coloración M/N y G. Las muescas se registran igualmente
sobre el húmero, tibia y falanges, todas localizadas en la cara
2d, con morfología semicircular, triangular y cuadrangular,
dirección preferentemente longitudinal/oblicua e intensidad
media/alta, tratándose en todos los casos de muescas simples.
Los raspados se dan sobre un fragmento de ulna y de tibia, en
ambos casos en la cara 2p, de morfología corta, orientación
transversal/oblicua e intensidad leve. Varias incisiones se registran sobre un único fragmento de costilla, concretamente en
el cuello articular, con una morfología corta, dirección longitudinal/oblicua e intensidad media. Para acabar, el único hundimiento se reconoce sobre un fragmento de tibia, concretamente
en su cara 2d, con morfología irregular, dirección longitudinal
e intensidad media.
Los lagomorfos contienen el 11,5% de las alteraciones antrópicas, limitándose exclusivamente a la termoalteración. Se
localizan tanto en fragmentos craneales, axiales como apendiculares, afectando en todos los casos a la superficie total de
las piezas, con una intensidad que oscila entre la coloración
M y G, aunque la mayoría de los restos no superan el grado
de carbonización.
Entre el resto de los taxones (Lynx sp., Sus scrofa, avifauna), encontramos un 3,7% de las alteraciones antrópicas, con
signos de termoalteración predominantes y una muesca como
única evidencia restante. En el primer caso, la afección por fuego se localiza sobre una hemimandíbula de lince y otra de jabalí, un coracoides y un carpo-metacarpo de perdiz, un fragmento
de tibia de lince y otro de córvido, y una falange 1ª de lince.
105
[page-n-119]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 50. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
en la UE IX.
Taxón
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Raspado
Muesca
Hundimiento
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Artiodactyla MP
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
Caprinae
MA
2
3,28
-
-
-
-
2
18,18
1
7,69
MP
1
1,64
-
-
-
-
3
27,27
1
7,69
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Suidae
Total
E
5
8,20
-
-
-
-
-
-
-
-
C
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
4
6,56
2
33,33
-
-
3
23,08
MP
7
11,48
3
50,00
3
60,00
-
-
7
53,85
E
2
3,28
-
-
-
-
-
-
-
-
A
-
-
1
16,67
-
-
-
-
-
-
MA
2
3,28
-
-
1
20,00
2
18,18
-
-
MP
3
4,92
-
-
1
20,00
2
18,18
1
7,69
E
1
1,64
-
-
-
-
1
9,09
-
-
C
4
6,56
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
5
8,20
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
14
22,95
-
-
-
-
-
-
-
-
E
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
C
1
1,64
-
-
-
-
1
9,09
-
-
MP
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
E
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
2
3,28
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
C
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
61
100
6
100
5
100
11
100
13
100
Todos ellos presentan la totalidad de la superficie afectada por
el fuego, con una intensidad que oscila entre la coloración M y
M/N. En el caso de la muesca, se registra sobre hemimandíbula de lince, ligada a una percusión directa que provocó su rotura, con morfología irregular y dirección longitudinal/oblicua.
Finalmente, entre el material indeterminado encontramos
el 56% de las modificaciones de origen antrópico restante
(tabla 51), donde nuevamente las termoalteraciones predominan, seguidas de las incisiones, las muescas, los hundimientos, raspados, incisión/raspado y peeling. Las alteraciones por acción del fuego afectan a distintos fragmentos
del esqueleto craneal, axial y apendicular, aunque en mayor
medida a estos últimos, ya sea bien de forma parcial o sobre
la totalidad de la superficie, con una intensidad que oscila
entre la coloración M y B, con especial presencia de los niveles cercanos a la carbonización. En cuanto a las muescas,
se registran solamente sobre fragmentos de hueso largo de
individuos de talla media y grande, preferentemente en la
106
cara 2l, con morfología triangular en su mayoría, orientación transversal y longitudinal e intensidad media, tratándose
tanto de muescas simples como múltiples en una misma pieza. Los hundimientos se localizan sobre tres fragmentos de
hueso largo de individuos de talla media, concretamente en
la zona central de la diáfisis, con morfología irregular, dirección transversal/oblicua y longitudinal, e intensidad media.
Los raspados en cambio, se sitúan en la zona central de las
diáfisis de dos fragmentos de hueso largo de individuos de
talla grande, con morfología corta, dirección oblicua e intensidad media. La única marca determinada como incisión/
raspado se ha registrado sobre la cara 2pl de un fragmento de
tibia de un artiodáctilo, con una morfología alargada, dirección longitudinal/oblicua e intensidad alta. Por último, una
única fractura por peeling ha sido reconocida sobre un fragmento de hueso largo de talla media, posiblemente a causa de
la percusión, con dirección longitudinal e intensidad media.
[page-n-120]
resultados
A
B
C
2 cm
D
Figura 54. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica IX. A) Fragmento diafisario de ungulado de talla media y parte incisiva, fragmento articular de húmero y zona articular de costilla de ciervo (Cervus elaphus) con
signos de percusión y fracturas en estado fresco; B) Fragmentos diafisarios de ungulados de talla media con signos de termoalteración en
diferente grado; C) Fragmento diafisario con evidencias de raspado y detalle del mismo en vista microscópica; D) Evidencias de incisiones
y raspados sobre fragmentos óseos de individuos de talla media.
Actividad de otros agentes biológicos
Únicamente 20 alteraciones producidas por agentes no antrópicos o de tipo indeterminado han sido reconocidas en el conjunto de la UE IX (tabla 52).
Entre los lagomorfos, se ha podido registrar 1 horadación sobre un fragmento de tibia, concretamente en su zona central-lateral de la diáfisis, provocada por el impacto del pico de una rapaz,
con morfología irregular y un grado de intensidad extremo. Por
otro lado, 13 muescas relacionadas también con la actividad de
aves rapaces y 1 muesca provocada por un agente indeterminado
han sido registradas, localizadas tanto en la hemimandíbula, el
coxal, el fémur y la tibia, generalmente de morfología triangular,
distribución unilateral, dirección transversal e intensidad media.
Respecto al material indeterminado, 2 pequeños hundimientos
se han identificado sobre fragmentos de hueso largo de talla media, con una distribución unilateral, dirección transversal/oblicua
107
[page-n-121]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 51. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e
indeterminados recuperados en la UE IX.
Talla de peso Grupo anatómico Termoalteración Incisión
Grande
Media
Pequeña
Raspado
Muesca
Hundimiento
Borde crenulado
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
A
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
E
2
2,33
2
10,53
2
100
4
40,00
-
-
-
-
A
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
2
2,33
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
E
44
51,16
12
63,16
-
-
5
50,00
4
100
1
100
C
1
1,16
1
5,26
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
1
1,16
1
5,26
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
E
21
24,42
1
5,26
-
-
1
10,00
-
-
-
-
Indeterminada C
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
-
-
1
5,26
-
-
-
-
-
-
-
-
E
10
11,63
1
5,26
-
-
-
-
-
-
-
-
86
100
19
100
2
100
10
100
4
100
1
100
Total
Tabla 52. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por carnívoros, aves rapaces y agentes naturales indeterminados
de los restos faunísticos recuperados en la UE IX.
Taxón / Talla de peso Agente
Leporidae
Media
Grupo anatómico Arrastre
Horadación
Muesca
Peeling
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
C
-
-
-
-
-
-
1
7,14
-
-
MA
-
-
-
-
-
-
1
7,14
-
-
MP
-
-
-
-
1
100
11
78,57 -
-
Indeterminado MP
-
-
-
-
-
-
1
7,14
-
-
Carnívoro
E
2
100
-
-
-
-
-
-
-
-
Indeterminado E
-
-
2
100
-
-
-
-
1
100
2
100
2
100
1
100
14
100
1
100
Rapaz
Total
e intensidad media. Por otro lado, 2 arrastres se han observado
también sobre huesos largos de talla media, de morfología irregular, distribución unilateral e intensidad leve-media, siendo uno de
ellos provocado también por la acción de un carnívoro.
5.3.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 494 alteraciones de carácter diagenético se han identificado en la UE IX, con un gran predominio de la pigmentación por óxidos de manganeso (45,9%), las vermiculaciones
(26,1%) y la concreción (17,8%), siendo muy limitadas las alteraciones a causa de la meteorización (5,1%), erosión (4,2%) y
corrosión química (0,8%). De todas ellas, los grados de afección
más abundantes son el 1 y 2 con un 89,5%, mientras que un
7,9% presenta alteraciones de grado 3, un 2,4% en grado 4 y
solo un 0,2% en grado 5.
A nivel anatómico, los elementos de las extremidades son
los que tienen una mayor concentración de alteraciones (50,6%),
seguidos de los fragmentos del miembro posterior (26,5%), el
108
Hundimiento
miembro anterior (13,2%), el esqueleto axial y craneal (4,9%
respectivamente). Entre los distintos taxones, son las tallas de
peso las más afectadas (43,7%), seguidas de los lagomorfos
(23,3%), los cérvidos (17,2%), caprinos (5,9%), restos indeterminados (4,2%), équidos (3%), avifauna (1,4%), carnívoros
(0,8%), suidos (0,2%) y artiodáctilos indeterminados (0,2%).
5.3.9. paleoecología
La diversidad específica de la UE IX es bastante alta, con una curva
de rarefacción prácticamente estabilizada. Su composición la forman especies de requerimientos cálidos y de ambientes de pradera,
bosques, montes y matorrales. En base a los índices de Simpson
(λ) y de Shannon (H’), con un 0,20 y 0,79 respectivamente, vemos
claramente el predominio de un taxón sobre el resto en nuestro conjunto, en este caso claramente ligado a los lagomorfos.
Basándonos en el NISP, la diversidad ecológica de la unidad
se caracteriza por el predominio de artiodáctilos y lagomorfos
prácticamente al mismo nivel, entre los que abundan los indi-
[page-n-122]
resultados
viduos de hábitos pastadores, principalmente mamíferos de pequeño tamaño y animales fosores, con pesos que oscilan entre
los 1-10 kg y los 45-180 kg (figura 55).
El modelo bioclimático obtenido a partir del empleo del
componente bioclimático (CB), muestra un predominio del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vege-
Taxonomía
120
120
100
80
80
60
60
40
40
20
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Locomoción
140
100
0
tación mediterránea) con un 50%, junto a una presencia menos
destacada de los zonobiomas tipo V, III y VI (figura 56). Tras
aplicar las funciones discriminantes sobre estos datos, hemos
obtenido para la UE IX una TMA de 20,9ºC ± 3,8ºC y una PMA
de 358,1 mm ± 558,7 mm (tabla 53).
20
Art
Per
Car
Tes
Lag
0
Avi
Alimentación
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
140
120
100
80
60
40
20
Car
Ins
Past
Ram
Fru
0
Omn
ab
c
d
ef
gh
Figura 55. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica IX.
V
13%
VII
8%
IV
50%
Otros
17%
III
11%
II/III
3%
II
3%
I
3%
VI
9%
Figura 56. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica IX.
109
[page-n-123]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 53. Resultados del modelo bioclimático en la UE IX.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
S. scrofa
0,14
0,14
0,14
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pardus
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. rufa
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. platyrhynchos
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,29
0,29
0,29
1,14
4,95
1,29
0,95
0,81
0,00
0,00
10,00
CB
2,86
2,86
2,86
11,42
49,52
12,85
9,52
8,09
0,00
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 20,93 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,88 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 16,07 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 11,80 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 531,05 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 470,36 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -1,18 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 358,11 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,85 (SD 1,47).
5.4. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA VIII
5.4.1. conteo taxonómico
La UE VIII está compuesta por un total de 545 restos (tabla 54),
de los que el material identificado taxonómica y anatómicamente son el 49,4%, con un total de 227 NME y 33 NMIf y 34
NMIc. Entre los taxones identificados predominan los lagomorfos (37,9%), seguidos de cerca por los cérvidos (31,6%), dando
paso finalmente a los bóvidos (14,9%), équidos (8,6%), artiodáctilos indeterminados (3,3%), aves (1,9%), carnívoros (1,5%)
y rinocerótidos (0,4%) (figura 57).
Los restos indeterminados suponen el 50,6% restante, entre
los que los fragmentos asociados a distintas tallas de peso son el
81,5%, mientras que los fragmentos totalmente indeterminados
implican al 18,5%. Entre ellos, los animales de talla media o
media/grande alcanzan un 47,1% de representación, los de talla
pequeña o pequeña/media un 19,6%, los de talla grande un 9,1%
y finalmente los de talla muy pequeña un 5,8%.
5.4.2. representación anatómica
Bovinos y caprinos
Entre los bóvidos contamos con un total de 40 restos, con un
total de 37 NME y 6 NMI (tabla 55). A nivel taxonómico, la
familia se compone de Bos cf. primigenius (15%), Capra pyrenaica (50%), Capra sp. (2,5%), Rupicapra rupicapra (2,5%) y
algunos restos asociados a las subfamilias Caprinae (27,5%) y
Bovinae (2,5%). Entre todos ellos, a nivel esquelético abundan
restos del miembro posterior con un 47,5% de representación,
reduciéndose principalmente a fémures y tibias, seguidos de
110
partes del miembro anterior con un 25% de presencia, fragmentos de las extremidades (15%), el esqueleto craneal (7,5%)
y axial (5%).
Los resultados del %MAU relativizan los datos anteriores, dando una alta representatividad a la mayoría de partes
anatómicas del esqueleto anterior y posterior, con porcentajes
que oscilan entre el 66% y 100% entre ambos grupos taxonómicos, mientras que los restos craneales y axiales, tan solo
reconocidos en los caprinos se sitúan por debajo del 16% de
representación.
Cérvidos
Un total de 85 restos conforman este grupo, con un total de
60 NME y 6 NMI (tabla 55). A nivel taxonómico Cervus elaphus ha sido la única especie identificada, con un 88,2% de representación, estando adscrito el 10,6% restante a la subfamilia
Cervinae. En términos esqueléticos, se da una fuerte presencia
de fragmentos del miembro posterior (52,9%), seguida de restos
del miembro anterior (22,4%), el esqueleto craneal y extremidades (10,6% respectivamente) y el esqueleto axial (3,5%).
La aplicación del %MAU mantiene la distribución anterior, si bien corrige porcentualmente esta representación, sobre
todo en términos de elementos anatómicos individuales. Esto
lleva a una elevada importancia a los metatarsos y fragmentos
craneales con un porcentaje del 100% de presencia por individuo, así como de tibias y fémures situadas entre un 57,1% y
71,4% de representación. El resto de fragmentos no supera el
30% de presencia e incluso llega a porcentajes muy bajos en
el caso de la falange 3ª o las vértebras con menos de un 3,6%
de representación.
[page-n-124]
resultados
Tabla 54. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE VIII.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Neonato
Joven
Subadulto Adulto
Artiodactyla
9
3,35
8
2
3
1
1
-
1
Bovinae
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Bos primigenius
6
2,23
6
1
1
-
-
-
-
Caprinae
11
4,09
10
1
1
-
1
-
-
Capra pyrenaica
21
7,81
19
2
2
-
1
-
1
Rupicapra rupicapra
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Cervinae
10
3,72
8
2
2
-
-
-
-
Cervus elaphus
75
27,88
52
4
4
-
-
-
1
Equinae
7
2,60
7
1
1
-
1
-
-
Equus ferus
16
5,95
16
3
3
-
1
-
1
Rhinocerotidae
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Carnivora
3
1,12
2
1
1
-
-
-
-
Lynx sp.
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Leporidae
14
5,20
12
2
2
-
2
-
-
Oryctolagus cuniculus
88
32,71
78
6
6
-
2
2
1
Phasianidae
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Pyrrhocorax sp.
2
0,74
2
1
1
-
-
-
-
Columba cf. livia
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Ave indet.
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Total NISP
269
100
227
33
34
1
9
2
5
Talla grande
25
9,06
7
-
-
-
-
-
-
Talla media
130
47,10
13
-
-
-
-
-
-
Talla pequeña
54
19,60
6
-
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
16
5,80
1
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
51
18,48
-
-
-
-
-
-
-
Total NR
276
100
27
A
B
C
2 cm
Figura 57. Materiales identificables taxonómica y anatómicamente en la Unidad Estratigráfica VIII. A y B) Fragmentos
de asta y candil de ciervo (Cervus elaphus); C) Falange 1ª de cabra (Capra pyrenaica) y articulación distal de tibia de caprino neonatal.
111
[page-n-125]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Équidos
23 restos han sido identificados, con un total de 23 NME y 4
NMI (tabla 55). Taxonómicamente, Equus ferus es la única especie determinada, con un 69,6% de presencia, quedando el 30,4%
restante vinculado a la subfamilia Equinae. En su representación esquelética predomina curiosamente el esqueleto craneal
con un 39,1% de presencia, seguido por fragmentos del miembro posterior (34,8%) y finalmente los fragmentos del
miembro anterior, esqueleto axial y extremidades con
un 8,7% respectivamente.
La aplicación del %MAU confirma la alta representación
del esqueleto craneal (aunque no en todos los elementos), junto
a una importante presencia de las tibias, que alcanzan el 100%
por individuo, y una representación de entre el 10-40% para el
resto de elementos anatómicos identificados.
Lagomorfos
El grupo taxonómico más abundante son los lagomorfos, con un total de 102 restos, 90 NME y 8 NMI (tabla 55). Taxonómicamente, Oryctolagus cuniculus su-
Tabla 55. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE VIII.
Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
C
1
11,11
1,00
33,33
0,33
100
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Rhinocerotidae
Total
112
A
1
11,11
1,00
1,28
0,01
3,85
MA
2
22,22
2,00
33,33
0,33
100
MP
3
33,33
3,00
25,00
0,25
75,00
E
2
22,22
2,00
8,33
0,08
25,00
MA
3
42,86
3,00
37,50
0,38
100
MP
4
57,14
4,00
25,00
0,25
66,67
C
3
9,09
3,00
2,68
0,03
16,07
A
2
6,06
2,00
1,56
0,02
9,38
MA
7
21,21
7,00
12,50
0,13
75,00
MP
15
45,45
12,00
16,67
0,17
100
E
6
18,18
6,00
7,50
0,08
45,00
C
9
10,59
7,00
10,61
0,11
50,00
A
3
3,53
3,00
0,57
0,01
2,71
MA
19
22,35
13,00
13,54
0,14
63,84
MP
45
52,94
28,00
21,21
0,21
100
E
9
10,59
9,00
4,17
0,04
19,64
C
9
39,13
9,00
2,96
0,03
10,36
A
2
8,70
2,00
0,98
0,01
3,43
MA
2
8,70
2,00
12,50
0,13
43,75
MP
8
34,78
8,00
28,57
0,29
100
E
2
8,70
2,00
6,25
0,06
21,88
C
8
7,84
8,00
25,00
0,25
81,63
A
16
15,69
16,00
1,67
0,02
5,44
MA
17
16,67
16,00
25,00
0,25
81,63
MP
60
58,82
49,00
30,63
0,31
100
E
1
0,98
1,00
0,69
0,01
2,27
A
2
50,00
1,00
3,85
0,04
7,69
MA
1
25,00
1,00
50,00
0,50
100
E
1
25,00
1,00
5,00
0,05
10,00
A
1
20,00
1,00
0,89
0,01
14,29
MA
2
40,00
2,00
6,25
0,06
100
MP
2
40,00
2,00
6,25
0,06
100
C
1
100
1,00
2,78
0,03
100
269
100
228
-
-
-
[page-n-126]
resultados
pone el 86,3%, mientras que el 12,7% restante ha sido
determinado únicamente en la familia Leporidae. A nivel esquelético, el miembro posterior es el más abundante con un 58,8% de presencia, seguido muy de lejos por
el miembro anterior (16,7%), el esqueleto axial (15,7%),
el craneal (7,8%) y el resto de fragmentos de las extremidades (1%).
El %MAU matiza estos resultados, confirmando una presencia del 100% del coxal, fémur y tibias, junto a un elevado porcentaje de representación en el caso de los fragmentos
craneales y miembro anterior (81% respectivamente), frente
a una muy baja presencia de restos del esqueleto axial que no
supera el 5% de representatividad.
Tabla 56. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE VIII.
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
C
2
8,00
2
A
5
20,00
3
MP
3
12,00
2
E
15
60,00
-
C
1
0,77
1
A
8
6,15
5
Media
MA
7
5,38
5
Carnívoros
MP
7
5,38
4
4 restos de carnívoros, correspondientes a 3 NME y 2 NMI
(tabla 55) se registran en la UE VIII. Son 2 fragmentos de
costilla y un 1 fragmento de metápodo de carnívoro indeterminado, junto a un fragmento de ulna de Lynx sp. El %MAU
confirma el 100% de representatividad del miembro posterior, frente al esqueleto axial y extremidades situados por
debajo del 10%.
E
107
82,31
-
A
4
7,41
2
MA
1
1,85
1
MP
4
7,41
3
E
45
83,33
-
1
6,25
1
15
93,75
-
Indeterminada C
1
1,96
1
A
1
1,96
1
MP
1
1,96
1
E
48
94,12
-
276
100
32
Rinocerótidos
Un único fragmento de diente, ha podido ser reconocido como
rinocerótido, presumiblemente un molar, que supone consecuentemente 1 NME y 1 NMI (tabla 55).
Aves
5 restos asociados a distintas familias han podido reconocerse,
suponiendo un total de 5 NME y 4 NMI (tabla 55). Entre los
taxones hemos reconocido un fragmento de húmero y tibia de
Pyrrhocorax sp., un carpo-metacarpo de Columba cf. livia, un
metatarso de Phasianidae y un fragmento de vértebra de un
ave indeterminada. El %MAU pone de manifiesto la representación del 100% para el miembro anterior y posterior, frente a
un 14% para los elementos del esqueleto axial.
Indeterminados
Los restos no identificados a nivel taxonómico ascienden a un
total de 276, entre los que se ha podido establecer un NME de
40 (tabla 56). En su mayoría se tratan de fragmentos de diáfisis de hueso largo, principalmente de talla media o pequeña,
que junto a otros elementos indeterminados de las extremidades suponen el 69,5%. Los restos totalmente indeterminados
ascienden a un 12,3%, principalmente fragmentos de hueso
plano y esponjoso. Sin embargo, los fragmentos que se han
podido vincular a algún grupo anatómico más concreto tienen
una baja presencia, con un 6,7% para el esqueleto axial, un 6%
para el miembro posterior, un 3,5% para el miembro anterior y
un 2,1% para el esqueleto craneal.
En el caso de los restos de Artiodáctilos indeterminados,
su número asciende a un total de 9 NR, distribuidos entre el
miembro posterior (33%), el miembro anterior y extremidades (22% respectivamente), y el esqueleto craneal y axial
(11% respectivamente). La aplicación del %MAU muestra un
predominio sin embargo de los restos del esqueleto craneal,
del miembro anterior y posterior con porcentajes entre un 75100% de representatividad, frente a una presencia menor al
25% para las extremidades y el esqueleto axial.
Pequeña
Muy pequeña C
E
Total
5.4.3. edad y patrón de mortalidad
La información derivada de la fusión ósea nos proporciona sobre
todo datos para el conjunto de los lagomorfos, mientras que contamos con muy pocos elementos para los ungulados (tabla 54).
Únicamente cinco fragmentos (1 radio, 2 fémures, 1 tibia y 1 falange 1ª) nos indican la presencia de 2 artiodáctilos neonatos,
1 infantil y 1 juvenil, además de 1 individuo joven de Capra
pyrenaica. En el caso del conejo, los distintos fragmentos de
húmero, fémur y tibia nos indican la presencia de un mínimo de
2 individuos jóvenes, 2 subadultos y 1 adulto. Por su parte, la
erupción dental nos da más de información para el caso de los
ungulados, permitiendo confirmar la presencia de 1 individuo
de Capra pyrenaica y 1 caprino indeterminado juvenil, 1 individuo de Cervus elaphus y 1 artiodáctilo indeterminado adulto, 1
perisodáctilo indeterminado joven, así como 1 individuo joven
y otro adulto de Equus ferus.
5.4.4. fragmentación y conservación diferencial
La mayoría de fragmentos recuperados presentan unas dimensiones de entre 2 a 5 cm de longitud (47%), siendo mayores de los 5 cm el 30,5% y menores de los 2 cm el 22,6%.
Su conservación esquelética es variable, dándose entre
los bóvidos un porcentaje de huesos fragmentados del 89,7%
y un 10,3% de huesos completos (tabla 57), con un predominio de los fragmentos de diáfisis tipo “050” y circunferencia
conservada tipo “2”. En el caso de los cérvidos, el porcentaje
113
[page-n-127]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 57. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE VIII.
Taxón
Grupo anatómico Fragmentados
NR
Artiodactyla
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Completos
%
NR
Fracturas antiguas
%
Fresco
Seco
Mixto
C
-
-
1
11,11
-
-
-
A
1
11,11
-
-
-
-
-
MA
2
22,22
-
-
1
-
-
MP
3
33,33
-
-
1
-
-
E
2
22,22
-
-
-
-
-
MA
3
42,86
-
-
3
-
-
MP
4
57,14
-
-
1
-
2
C
3
9,09
-
-
-
-
-
A
2
6,06
-
-
-
1
-
MA
7
21,21
-
-
4
-
3
MP
14
42,42
1
3,03
9
3
1
E
3
9,09
3
9,09
2
1
-
C
9
10,47
-
-
1
-
-
A
3
3,49
-
-
2
1
-
MA
19
22,09
-
-
10
1
6
MP
45
52,33
-
-
35
1
7
E
9
10,47
1
1,16
6
2
-
C
9
39,13
-
-
1
-
-
A
2
8,70
-
-
-
-
1
MA
2
8,70
-
-
2
-
-
MP
8
34,78
-
-
6
-
1
E
2
8,70
-
-
1
-
-
Rhinocerotidae
C
1
100
-
-
-
-
-
Carnivora
A
2
50,00
-
-
-
-
-
Leporidae
Avifauna
MA
1
25,00
-
-
-
-
1
E
1
25,00
-
-
1
-
-
C
8
7,84
-
-
-
4
-
A
7
6,86
9
8,82
1
3
-
MA
15
14,71
2
1,96
2
3
1
MP
52
50,98
8
7,84
11
17
3
E
-
-
1
0,98
-
-
-
A
-
-
1
20,00
-
-
-
MA
1
20,00
1
20,00
-
1
-
MP
Total
2
40,00
-
-
-
-
-
242
89,63
28
10,37
100
38
26
de huesos fragmentados alcanza el 98,8% y solo un 1,2% de
los huesos están completos, concretamente cuatro falanges
2ª. Entre el material fragmentado abundan nuevamente los
restos de diáfisis tipo “050” y circunferencia tipo “2”. Entre
los équidos todos los huesos identificados están fragmentados, predominando también los restos diafisarios tipo “050”
con circunferencia conservada tipo “2”. Sin embargo, entre
los lagomorfos el porcentaje de restos fragmentados supone
el 80,4%, con un 19,6% de restos completos, principalmente
vértebras, húmeros, tibias, calcáneos y metápodos. Entre el
114
material fragmentado destacan los fragmentos de diáfisis que
conservan una parte articular, tipos “150” y “051”. Para el
resto de taxones (rinocerótidos, carnívoros y aves) un 80%
del material está fragmentado, principalmente diáfisis tipo
“050” y únicamente un tipo “2” de circunferencia conservada. El 20% de huesos enteros restantes se tratan de una
vértebra y una carpo-metacarpo de paloma.
En el caso del material indeterminado, el 99,6% está
fragmentado, contando solo con un fragmento entero (0,4%),
compuesto de varias piezas de la zona basal del hueso occi-
[page-n-128]
resultados
Tabla 58. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE VIII.
Talla de peso
Grande
Media
Muy pequeña
Indeterminada
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
C
2
8,00
-
-
-
1
-
A
5
20,00
-
-
1
4
-
MP
2
8,00
-
-
2
-
-
E
16
64,00
-
-
7
3
4
C
1
0,77
-
-
-
-
-
A
8
6,15
-
-
-
4
1
MA
7
5,38
-
-
5
1
-
MP
7
5,38
-
-
6
-
1
E
107
82,31
-
-
60
11
29
A
4
7,41
-
-
-
2
-
MA
1
1,85
-
-
-
-
1
MP
4
7,41
-
-
2
1
1
E
45
83,33
-
-
20
8
9
C
1
6,25
-
-
-
-
-
E
15
93,75
-
-
2
9
1
C
1
1,96
-
-
-
1
-
A
1
1,96
-
-
-
-
1
MP
1
1,96
-
-
1
-
-
E
Total
48
94,12
-
-
7
15
3
276
100
-
-
113
60
51
pital de un artiodáctilo. Abundan los fragmentos de diáfisis
incompleta tipo “050” y las circunferencias tipo “1” y “2”
(tabla 58).
En términos de conservación diferencial por densidad
ósea partiendo del %MAU, y utilizando como referencia la
asociación de taxones y material anatómicamente determinado por tallas de peso, únicamente los animales de talla media y muy pequeña muestran un coeficiente de correlación
positivo y elevado (0,54) y significativamente estadístico
(<0,05), que nos indica un posible sesgo en el conjunto por
cuestiones de preservación tafonómica. El resto de tallas sin
embargo presenta una correlación positiva menor y en ningún caso estadísticamente significativa (tabla 59).
5.4.5. fracturación
Entre las fracturas reconocidas en la UE VIII, las de origen
antiguo tienen un peso del 84,6%, quedando las fracturas recientes limitadas a un 14,1% e indeterminadas a un 1,3%. En
el caso concreto de las fracturas antiguas, la mayoría se produjeron mientras los huesos se encontraban aún frescos (211
NR), aunque hay un número bastante elevado de fracturas
sobre huesos secos (100 NR) y unos pocos menos de carácter
mixto (79 NR).
Entre los morfotipos reconocidos, en el caso de los bóvidos, cérvidos y équidos abundan las fracturas en fresco,
sobre todo en fragmentos de diáfisis con circunferencia in-
completa tipo II.4.2. En cambio, entre los lagomorfos hay
un mayor predominio de fracturas en estado seco, sobre todo
el tipo I.1 y I.4.4, donde encontramos muchos huesos largos
que aún conservan alguna de las epífisis y una circunferencia
completa. Entre los carnívoros solo hemos podido reconocer
un morfotipo de fractura tipo mixto III.2, localizado sobre
un fragmento de ulna de Lynx sp. Respecto al material indeterminado, abundan sobre todo los morfotipos de fractura en
fresco, sobre todo los fragmentos de diáfisis con circunferencia incompleta tipo II.4.2., junto a una importante presencia
de morfotipos de fractura en seco tipo I.4 y mixto III.3.
5.4.6. índices de utilidad económica
Partiendo de la asociación por tallas de peso, el uso del
%MAU y su correlación estadística con los distintos índices
de utilidad económica a través de la R de Pearson, hemos observado una alta correlación positiva (entre 0,68 y 0,85) y significativamente estadística (< 0,05) en todos los animales de
talla grande, media y pequeña respecto al volumen medular
(AVGMAR) y la grasa insaturada y médula (UMI). Del mismo
modo, en las tallas pequeñas se da también una correlación estadística elevada (0,58) y significativamente estadística con la
utilidad alimentaria (FUI) (tabla 60, figura 58). Sin embargo,
para el resto de índices de utilidad, aunque en algunos casos el
coeficiente de correlación es alto, no llega a superar el 0,53,
sin mostrar una significación estadística suficiente.
115
[page-n-129]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 59. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE VIII. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
caballo
Talla grande ciervo
Talla media oveja
Talla pequeña conejo
Talla muy peq.
Hem
100
14,29
82,43
7,69
0,00
11,11
100
42,86
Ct
55,56
1,59
54,05
2,37
0,00
2,56
9,46
0,00
Vc
50,51
0,00
25,68
0,00
19,12
0,00
62,16
14,29
Vt
49,49
0,00
36,49
1,18
35,29
0,00
0,00
2,38
Vl
48,48
0,00
40,54
0,00
38,24
3,70
47,30
6,12
Vs
37,37
0,00
25,68
15,38
29,41
0,00
58,11
14,29
E
67,68
14,29
66,22
7,69
48,53
0,00
44,59
14,29
H
64,65
28,57
85,14
53,85
61,76
33,33
58,11
64,29
R
84,85
28,57
91,89
38,46
76,47
22,22
18,92
21,43
U
65,66
0,00
60,81
30,77
38,24
33,33
31,08
14,29
Mc
84,85
0,00
97,30
23,08
98,53
11,11
17,57
0,00
Cx
83,84
28,57
66,22
0,00
72,06
100
60,81
100
F
59,60
14,29
77,03
100
52,94
55,56
55,41
114,29
T
82,83
100
100
92,31
86,76
0,00
72,97
100
As
67,68
0,00
82,43
0,00
92,65
11,11
37,84
0,00
Ca
72,73
0,00
86,49
0,00
85,29
0,00
45,95
28,57
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
0,00
Mt
91,92
7,14
100
69,23
100
11,11
16,22
57,10
Fa1
67,68
0,00
77,03
19,23
80,88
8,33
1,35
0,80
Fa2
62,63
0,00
47,30
15,38
61,76
2,78
1,35
0,00
Fa3
57,58
7,14
33,78
3,85
44,12
0,00
1,35
0,00
R de Pearson
0,3629
0,5444
0,1925
0,5478
P
0,1060
0,0107
0,4031
0,0102
5.4.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
137 alteraciones vinculadas con la acción humana han sido
identificadas en la unidad (tabla 61), aunque su distribución no
es homogénea entre todos los taxones o las tallas de peso identificadas en la unidad.
Entre los bóvidos se reconoce el 12,4% de las alteraciones,
siendo la termoalteración la más abundante, seguida de las incisiones, muescas, raspados y hundimientos. Las termoalteraciones se localizan en el radio, fémur, tibia, metacarpos y calcáneo,
afectando generalmente a la totalidad del fragmento con una
intensidad que oscila entre la coloración M/N y G. Las incisiones ocupan todos los elementos anteriores, a excepción del
calcáneo, además de la ulna, localizadas principalmente en la
zona de las diáfisis 2m y 2p, de morfología corta, dirección longitudinal u oblicua, yendo desde incisiones simples a múltiples
sobre un mismo fragmento. Al igual que ellas, las muescas se
localizan en las zonas 2m, 2p y 2d del radio, fémur y tibia, con
una morfología semicircular, en dirección longitudinal e intensidad media-alta. Los raspados solo se han identificado sobre
un fragmento de radio y otro de tibia, localizados en las caras
2m y 2l respectivamente, de morfología corta, dirección longi116
tudinal/oblicua e intensidad leve. Por último, se ha reconocido 1
hundimiento por percusión sobre un fragmento de tibia de Bos
cf. primigenius, localizado en la cara dorsal de la diáfisis (2d),
morfología semicircular e intensidad alta.
Los cérvidos contienen el 11,7% de las alteraciones (figura 59), en este caso con una mayor presencia de incisiones, seguidas de la termoalteración y muescas. Las incisiones se han
identificado sobre húmero, radio, metacarpos, fémur, tibia,
metatarsos y falanges, principalmente en las caras 2p y 2d, de
morfología larga, unilaterales, con dirección preferentemente
transversal y oblicua e intensidad leve-media, tanto simples
como múltiples sobre un mismo fragmento. Los fragmentos
termoalterados en cambio incluyen partes del cráneo, vértebras,
tibias, metatarsos y falanges, afectando prácticamente a la totalidad de los fragmentos con una intensidad que oscila entre
la coloración M/N y G. Finalmente, las muescas se localizan
sobre el fémur, tibia y metatarso, principalmente en la cara dorsal (2d), de morfología semicircular, distribución longitudinal e
intensidad alta, a veces muescas aisladas o en otros casos varias
muescas sobre un mismo fragmento.
En los équidos se registra el 3% de las alteraciones, limitadas a la termoalteración, muescas e incisiones. La acción del fuego se localiza sobre un fragmento de escápula y
otro de coxal, afectando en el primero a la totalidad del resto
[page-n-130]
resultados
Tabla 60. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE VIII. Se destaca las tallas con un
coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla
Estadísticos
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
(S)MAVGTF
Grasa
(S)AVGMAR
Volumen
medular
(UMI)
Grasa insaturada
y médula
(S)MDI
Curado de la
carne
Grande
R de Pearson
0,3202
0,3330
0,1337
0,6862
0,6841
-0,1923
P
0,1951
0,1769
0,5968
0,0017
0,0017
0,4447
R de Pearson
0,5304
0,4468
0,1510
0,7987
0,8258
-0,3154
P
0,0236
0,0631
0,5498
0,0001
0,0000
0,2023
R de Pearson
0,2286
0,5897
0,3181
0,8576
0,6752
-0,2568
P
0,3616
0,0100
0,1983
0,0000
0,0021
0,3036
Media
Pequeña
Talla grande
100
T
40
Mt
Cx
20
RU
H
F
E
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
60
H
40
0
100
Talla grande
RU
Fa
Mc
E
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
Talla media
F
%MAU
40
H
20
Fa Car
0
20
RU
Mt
T
40
60
UMI
60
H
40
80
100
0
RU H
Cr
Mc Fa Hem Mt
V
0
20
Ct
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Talla pequeña
F
80
Mt
Fa
RU
Mc
20
F
T
40
100
80
60
60
0
100
%MAU
80
F
20
100
T
Talla pequeña
100
80
Mt
20
Fa
100
%MAU
T
%MAU
60
0
F
80
%MAU
%MAU
80
0
Talla media
100
0
20
60
T
40
RU
20
40
60
UMI
80
100
0
Fa
Mc
0
H
Mt
20
Ct
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Figura 58. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE VIII.
con una coloración N/G y al segundo solo parcialmente con
la misma coloración. Las muescas se identifican sobre un
mismo fragmento de tibia, concretamente en su cara palmar
(2p), con una dirección longitudinal e intensidad alta. Finalmente, las incisiones se encuentran en la zona distal-medial
(3m) de un húmero, de morfología larga, dirección longitudinal/oblicua, intensidad leve, siendo varias las localizadas en
el mismo fragmento.
Los lagomorfos registran también un 12,4% de alteraciones
antrópicas, reducidas exclusivamente a las termoalteraciones.
Estas se localizan tanto en fragmentos del esqueleto craneal, el
miembro anterior, el miembro posterior y autopodios, afectando
en su totalidad con coloración M/N y N.
Entre los carnívoros, una ulna de Lynx sp. es el único resto
con alteraciones generadas por los humanos, suponiendo un 0,9%
del total. A pesar de ser una única pieza, en ella se ha identificado
la termoalteración en toda la superficie con coloración M/N, además de raspados y varias incisiones en su cara dorsal (2d), todas
de morfología corta, dirección oblicua e intensidad media.
Por último, entre los restos indeterminados, manteniendo
al margen el 4,4% relativo a los artiodáctilos indeterminados,
encontramos el 42,5% de alteraciones antrópicas restantes. Las
termoalteraciones son las modificaciones más abundantes con
un 56,9%, seguidas de las incisiones (25%), muescas (9,7%),
raspados (6,9%) y hundimientos (1,5%) (tabla 62). Las primeras se localizan en fragmentos del esqueleto craneal, vértebras,
tibias y sobre todo fragmentos de hueso largo de individuos
de talla media, en la mayoría de los casos afectando a la totalidad de la superficie, con una intensidad que oscila desde la
coloración M/N a G, sin evidencias de modificaciones secundarias asociadas. Las incisiones se localizan tanto en vértebras,
costillas, tibias como fragmentos de hueso largo de individuos
117
[page-n-131]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 61. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
en la UE VIII.
Taxón
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Raspado
Muesca
Hundimiento
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Artiodactyla MP
-
-
2
10,00
-
-
4
33,33
-
-
Bovinae
MA
-
-
1
5,00
1
33,33
1
8,33
-
-
MP
-
-
-
-
-
-
1
8,33
1
100
Caprinae
MA
2
5,13
2
10,00
-
-
-
-
-
-
MP
6
15,38
1
5,00
1
33,33
-
-
-
-
Cervidae
C
1
2,56
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
2,56
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
-
-
2
10,00
-
-
-
-
-
-
MP
6
15,38
8
40,00
-
-
5
-
-
-
E
3
7,69
2
10,00
-
-
-
-
-
-
MA
1
2,56
1
5,00
-
-
-
-
-
-
MP
1
2,56
-
-
-
-
1
-
-
-
C
2
5,13
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
2
5,13
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
12
30,77
-
-
-
-
-
-
-
-
E
1
2,56
-
-
-
-
-
-
-
-
Equidae
Leporidae
Carnivora
Total
MA
1
2,56
1
5,00
1
33,33
-
-
-
-
39
100
20
100
3
100
12
50
1
100
de talla media y grande, afectando principalmente a la zona
central de la diáfisis, en dirección transversal/oblicua, longitudinal/oblicua y exclusivamente oblicua, con una intensidad
leve-media, siendo desde cortes simples a múltiples incisiones
sobre un mismo fragmento. Las muescas derivadas en algunos
casos de la percusión intencional y otras con un origen indeterminado, se encuentran sobre el fémur y fragmentos de hueso
largo, también en la zona central de las diáfisis, con morfología
semicircular o triangular y dirección longitudinal o longitudinal/oblicua e intensidad generalmente alta, siendo desde muescas simples a múltiples. Los raspados se localizan en tibias y
fragmentos de hueso largo de talla media y pequeña, localizados en la zona central de las diáfisis, de morfología corta,
dirección transversal y oblicua e intensidad leve-media. Finalmente, 1 hundimiento se ha reconocido sobre un fragmento de
diáfisis de talla grande, derivado de la percusión directa en la
zona central, de morfología semicircular, dirección longitudinal e intensidad media.
Actividad de otros agentes biológicos
Únicamente se han reconocido 14 alteraciones donde no se
ha podido establecer quién o qué ha sido el agente biológico
o fenómeno natural dado lo reducido de la muestra (tabla 63).
1 muesca de morfología circular se ha identificado sobre la
cara 2p un fémur de caprino, mientras 2 muescas de morfología
semicircular han sido reconocidas sobre la cara 2d de un fémur
y una tibia de cérvido, además de 2 incisiones de morfología
118
larga, sentido transversal/oblicuo e intensidad leve en un radio y
un metacarpo de cérvido. Entre los lagomorfos se han reconocido 1 pequeña horadación sobre un calcáneo. Por otro lado, se ha
identificado corrosión digestiva de intensidad moderada sobre
la zona distal-dorsal de un fragmento de fémur.
Respecto al material indeterminado, 1 hundimiento se ha
reconocido sobre un fragmento de diáfisis de un individuo de
talla media, de morfología irregular, dirección longitudinal e intensidad media. Evidencias similares a una incisión/raspado se
observan sobre la zona central de dos fragmentos de hueso largo
de un individuo de talla media, de morfología larga, dirección
longitudinal e intensidad leve. Signos de arrastre se dan sobre
un fragmento diafisario de un individuo de talla pequeña, con
una intensidad fuerte (tabla 64).
5.4.8. alteraciones diagenéticas
490 alteraciones diagenéticas han podido ser identificadas en
toda la UE VIII, con un alto porcentaje de presencia de la pigmentación por óxidos de manganeso (42,7%), seguida por la
presencia de vermiculaciones (23,3%), concreción (18,6%),
erosión (9,4%), meteorización (5,1%) y corrosión química
(1%). El grado de afección en cualquier caso no es elevado, con
un 87,8% de alteraciones en grado 1 y 2, un 10,8% en grado 3 y
únicamente un 1,4% en grado 4.
En términos anatómicos, los elementos que más se han visto
afectados son las extremidades (47,6%), seguidas por el miembro posterior (28,2%), el miembro anterior (11,4%), el esquele-
[page-n-132]
resultados
A
B
C
2 cm
D
Figura 59. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica VIII. A) Fragmento de tibia
de caballo (Equus ferus), fragmento diafisario con circunferencia casi completa de rebeco (Rupicapra rupicapra) y fragmento termoalterado de metacarpo de ciervo (Cervus elaphus) con signos de percusión y fracturas en estado fresco; B) Fragmento distal de metatarso de uro
(Bos sp.) y fragmento distal de falange 1ª de ciervo (Cervus elaphus) con signos de fracturas en fresco; C) Fragmento diafisario de ungulado
de talla media y fragmento de metacarpo distal de cabra (Capra pyrenaica) con signos de termoalteración y detalle de marcas de corte en
vista microscópica; D) Incisiones y raspados sobre fragmento de ulna de lince (Lynx sp.) con signos de termoalteración.
119
[page-n-133]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 62. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e
indeterminados recuperados en la UE VIII.
Talla de peso
Grupo anatómico Termoalteración
NR
Grande
Media
Pequeña
Incisión
%
NR
Raspado
%
NR
Muesca
%
NR
Hundimiento
%
NR
%
C
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
2,44
1
6,67
-
-
-
-
-
-
MP
-
-
-
-
-
-
1
100
-
-
E
1
2,44
1
6,67
-
-
-
-
1
100
C
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
12
29,27
1
6,67
-
-
-
-
-
-
E
9
21,95
8
53,33
2
50,00
A
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
-
-
-
-
1
25,00
-
-
-
-
E
6
14,63
4
26,67
1
25,00
-
-
-
-
Muy pequeña E
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
Indeterminada E
7
17,07
-
-
-
-
-
-
-
-
Total
41
100
15
100
4
100
1
100
1
100
Tabla 63. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por agentes naturales indeterminados de los restos faunísticos
recuperados en la UE VIII.
Taxón
Agente
Grupo anatómico Horadación
Muesca
Corrosión digestiva Incisión / Raspado
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Artiodactyla Indeterminado
MP
-
-
-
-
1
50,00
-
-
Caprinae
Indeterminado
MP
-
-
1
33,33
-
-
-
-
Cervinae
Indeterminado
MA
-
-
-
-
-
-
2
100
MP
-
-
2
66,67
-
-
-
-
Leporidae
Indeterminado
MP
Total
1
100
-
-
1
50,00
-
-
1
100
3
100
2
100,00
2
100
Tabla 64. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por agentes naturales indeterminados de los restos indeterminados y tallas de peso recuperados en la UE VIII.
Talla de peso
Media
Pequeña
Total
120
Agente
Indeterminado
Indeterminado
Grupo anatómico Arrastre
Hundimiento
Muesca
NR
NR
%
NR
A
-
-
-
E
-
-
1
E
1
100
-
1
100
1
%
Incisión / Raspado
%
NR
%
1
33,33
100
1
33,33
1
33,33
100
3
100
100
1
100
1
-
[page-n-134]
resultados
to axial (8,8%) y el esqueleto craneal (4,1%). A nivel taxonómico, los animales asociados a distintas tallas de peso son los más
afectados (46,5%), seguidos de cérvidos (17,1%) y lagomorfos
(16,9%). El resto de taxones, debido también a su número, tienen unos porcentajes de afección menores al 10%.
5.4.9. paleoecología
La diversidad específica de la UE VIII se muestra relativamente alta, con una curva de rarefacción bastante estabilizada. Se compone como ocurre para el resto de unidades por
160
140
120
100
80
60
40
20
0
200
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
especies de requerimientos cálidos, habitantes de ambientes
de pradera, bosques, montes y matorrales. Basándonos en
los índices de Simpson (λ) y de Shannon (H’), con un 0,85
y 2,03 respectivamente, nos encontramos ante un conjunto
equilibrado.
A partir del NISP, la diversidad ecológica para la unidad se
caracteriza por un predominio de los artiodáctilos y lagomorfos,
abundando entre ellos los animales pastadores, principalmente
mamíferos de pequeño tamaño y fosores, con pesos que oscilan
entre 1-10 kg hasta los 180 kg (figura 60).
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Avi
Alimentación
Car
Ins
Past
Ram
Fru
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Omn
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 60. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica VIII.
V
10%
IV
48%
VII
10%
Otros
23%
VI
10%
III
7%
II/III
6%
VIII
3%
II
6%
Figura 61. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica VIII.
121
[page-n-135]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 65. Resultados del modelo bioclimático en la UE VIII.
Especies
C. hircus
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
D. bicornis
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. palumbus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,50
0,50
0,67
4,33
0,92
0,92
0,92
0,25
0,00
9,00
CB
0,00
5,56
5,56
7,40
48,15
10,18
10,18
10,18
2,78
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 19,15 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,22 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 13,00 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 14,21 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 451,88 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 422,44 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -1,44 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 275,66 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,58 (SD 1,47).
El modelo bioclimático, resultante del empleo del componente bioclimático (CB), indica una presencia del 48% del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vegetación mediterránea), junto a una presencia puntual de un 10%
de los zonobiomas V, VI y VII respectivamente (figura 61).
Tras la aplicación de las funciones discriminantes sobre estos
datos, hemos obtenido para la UE VIII una TMA de 19,1ºC ±
3,8ºC y una PMA de 275,7 mm ± 558,7 mm (tabla 65).
5.5. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA VII-VIII
5.5.1. conteo taxonómico
Un total de 123 restos integran la UE VII-VIII (tabla 66),
suponiendo el material identificado taxonómica y anatómicamente el 60,2%, con un total de 71 NME y 11 NMI. Los
lagomorfos son el taxón predominante, con un 56,8% de representación, seguido de los cérvidos (18,9%), bóvidos y équidos
(12,2% respectivamente).
El material indeterminado asciende a un 39,8%, entre los
que los fragmentos vinculados a las tallas de peso suponen el
87,8%, mientras el 12,2% restante lo forman aquellos restos
que no se han podido clasificar en ninguna categoría. Los
animales de talla muy pequeña ascienden a un 36,7%, los de
talla media a un 26,5%, los de talla pequeña a un 16,3%, y
finalmente los de talla grande a un 8,2%.
elementos del miembro posterior los más abundantes con un
33,3% de representación, seguidos de los pertenecientes al
miembro anterior y esqueleto axial con 22,2% respectivamente y finalmente el esqueleto craneal y las extremidades
con un 11,1% cada uno.
El %MAU indica esa alta representación del miembro posterior (100%), miembro anterior y esqueleto craneal (61% respectivamente). Si bien, a escala de cada elemento anatómico
por individuo, diversos restos del esqueleto craneal, húmeros
y metápodos alcanzan máximas cotas de representación, frente
a una reducción de otros elementos del miembro posterior. En
términos generales, el esqueleto axial se sitúa por debajo del
10% y solo ha sido reconocido entre los caprinos.
Cérvidos
5.5.2. representación anatómica
14 restos conforman este taxón, correspondientes a 14 NME y
2 NMI (tabla 67). Taxonómicamente Cervus elaphus es la única
especie reconocida con un 71,4% de representación, mientras el
28,6% restante tan solo se ha determinado a nivel de la subfamilia Cervinae. En términos generales, predominan los elementos
del miembro anterior con un 42,9% de representación, aunque
le siguen muy de cerca restos asociados a las extremidades
(35,7%) y el miembro posterior (21,4%).
El %MAU muestra a su vez una distribución muy equitativa en términos de representación esquelética del miembro
posterior y anterior, con representación del 100%, frente a
los restos indeterminados de las extremidades que solo alcanzan el 41%.
Bovinos y caprinos
Équidos
Únicamente 9 restos del conjunto han sido identificados
como bóvidos, con un total de 9 NME y 3 NMI (tabla 67).
En términos taxonómicos, la familia se compone de restos
asociados a Bos cf. primigenius (11,1%), Capra pyrenaica
(33,3%) y Caprinae (55,6%). A nivel esquelético, son los
Entre los caballos tan solo hemos podido reconocer 9 restos
en el conjunto, los que se asocian a 7 NME y 2 NMI (tabla
67). Equus ferus es el único taxón identificado con un 100%
de representación, aunque siendo únicamente recuperados
elementos del miembro posterior (55,6%) y miembro anterior
122
[page-n-136]
resultados
Tabla 66. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE VII-VIII.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Joven
cf. Bos primigenius
1
1,35
1
1
1
-
Caprinae
4
5,41
5
1
1
-
Capra pyrenaica
4
5,41
2
1
1
-
Cervinae
4
5,41
4
1
1
-
Cervus elaphus
10
13,51
10
1
1
-
Equus ferus
9
12,16
7
2
2
-
Leporidae
4
5,41
4
1
1
-
Oryctolagus cuniculus
37
50,00
37
2
2
1
cf. Lepus
1
1,35
1
1
1
Total NISP
74
100
71
11
11
1
Talla grande
4
8,16
-
-
-
-
Talla media
13
26,50
-
-
-
-
Talla pequeña
8
16,30
-
-
-
-
Talla muy pequeña
18
36,73
-
-
-
-
Indeterminado
6
12,24
-
-
-
-
Total NR
49
100
-
-
-
-
Tabla 67. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE VII-VIII.
Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Bovinae
MP
1
100
1
50,00
0,04
100
Caprinae
C
1
12,50
1
25,00
0,25
66,67
A
2
25,00
2
3,85
0,04
10,26
MA
2
25,00
2
25,00
0,25
66,67
MP
2
25,00
2
37,50
0,38
100
E
1
12,50
1
12,50
0,13
33,33
MA
6
42,86
6
30,00
0,30
100
MP
3
21,43
3
30,00
0,30
100
E
5
35,71
5
12,50
0,13
41,67
MA
4
44,44
3
37,50
0,38
100
MP
5
55,56
4
28,57
0,29
76,19
C
4
9,52
4
2,63
0,03
17,54
A
2
4,76
2
1,61
0,02
10,75
MA
6
14,29
6
15,00
0,15
100
MP
18
42,86
17
14,17
0,14
94,44
E
12
28,57
12
2,78
0,03
18,52
74
100
71
-
-
-
Cervidae
Equidae
Leporidae
Total
(44,4%). Entre los distintos elementos anatómicos abundan
los fragmentos de húmero y tibia, con un 33,3% de presencia respectivamente.
Del mismo modo, el %MAU indica una alta representación
de todos los elementos por número de individuo, especialmente
del miembro anterior (100%) frente al miembro posterior (76%).
Lagomorfos
Los lepóridos son el grupo taxonómico con mayor presencia
de la UE VII-VIII, con 42 restos que suponen 41 NME y 3
NMI (tabla 67). Oryctolagus cuniculus es la especie predominante con un 88,1%, frente al 9,5% de restos determinados
como Leporidae y un 2,4% que supone el único elemento
123
[page-n-137]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
identificado como cf. Lepus. Los huesos del miembro posterior son los más abundantes (42,9%), con una representación muy homogénea entre ellos. Tras ellos, los restos de
las extremidades tienen una importante presencia (28,6%),
seguidos del miembro anterior (14,3%), el esqueleto craneal
(9,5%) y el axial (4,8%).
El %MAU atestigua una representatividad elevada para la
mayoría de los elementos anatómicos respecto al número de
individuos, si bien su distribución por grupos anatómicos fija
a los miembros apendiculares entre un 94-100% de representatividad, frente a un porcentaje por debajo del 20% en el caso
de los restos axiales, craneales y de las extremidades indeterminadas.
Tabla 68. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE VII-VIII.
Indeterminados
5.5.4. fragmentación y conservación diferencial
49 restos no han sido posible identificar taxonómicamente, integrándose en la categoría de indeterminados o alguna talla
de peso (tabla 68). La inmensa mayoría se tratan de fragmentos de diáfisis de hueso largo, principalmente de talla media
o pequeña, que suponen el 94% del conjunto, junto algunos
fragmentos de hueso plano (2%), esponjoso (2%) o indeterminados (2%).
5.5.3. edad y patrón de mortalidad
La información relativa a la edad de muerte para la UE VII-VIII
se reduce a la fusión ósea de 7 restos de Oryctolagus cuniculus,
de los cuales tan solo dos, un húmero y una tibia, nos indica que
se tratan de individuos jóvenes. Desafortunadamente, no disponemos de ningún dato para taxones claramente aportados por
los grupos humanos (tabla 66).
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
E
4
100
1
Media
E
13
100
1
Pequeña
E
8
100
1
Muy pequeña
E
18
100
1
Indeterminada
E
6
100
2
49
100
6
Total
La mayoría de los fragmentos recuperados en la UE VII-VIII
presentan unas dimensiones menores a los 2 cm de longitud
(50,4%), seguidos curiosamente por fragmentos de dimensiones
mayores a los 5 cm (29,3%) y finalmente los que se sitúan entre
los 2-5 cm (20,3%). La tasa de fragmentación en el conjunto
de la unidad asciende a 1,7, mientras que se reduce a 1 para el
material taxonómicamente determinado.
A nivel de conservación esquelética, en el caso de los bóvidos todos los restos están fragmentados, con predominio de los
fragmentos de diáfisis tipo “050” y circunferencias tipo “1” y
“2” (tabla 69). Los cérvidos y équidos presentan características
similares, con la excepción de un sesamoideo completo de ciervo y algunos fragmentos de diáfisis con circunferencia tipo “3”.
Los lagomorfos en cambio cuentan con un total de 19 huesos
completos, principalmente metápodos y falanges, además de
Tabla 69. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la
UE VII-VIII.
Taxón
Grupo anatómico Fragmentados
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Bovinae
MP
1
100
-
-
1
-
-
Caprinae
C
1
12,50
-
-
-
-
-
Cervidae
Completos
Fracturas antiguas
A
2
25,00
-
-
-
1
1
MA
2
25,00
-
-
2
-
-
MP
2
25,00
-
-
1
-
1
E
1
12,50
-
-
1
-
-
MA
6
42,86
-
-
2
1
1
MP
3
21,43
-
-
2
1
-
E
4
28,57
1,0
7,14
3
-
-
Equidae
MA
4
44,44
-
-
4
-
-
MP
5
55,56
-
-
5
-
-
Leporidae
C
4
9,52
-
-
-
-
-
A
2
4,76
-
-
-
-
-
MA
3
7,14
3
7,14
1
-
-
MP
10
23,81
8
19,05
1
1
-
E
Total
124
4
9,52
8
19,05
-
-
-
54
72,97
20
27,03
23
4
3
[page-n-138]
resultados
Tabla 70. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE VII-VIII.
Talla de peso
Grupo anatómico
Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Grande
E
4
100,0
-
-
2
2
-
Media
E
13
100,0
-
-
5
3
5
Pequeña
E
8
100,0
-
-
1
2
4
Muy pequeña
E
18
100,0
-
-
-
-
18
Indeterminada
E
Total
6
100,0
-
-
2
-
1
49
100,0
-
-
10
7
28
Tabla 71. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE VII-VIII. Se destaca las tallas con un
coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Cervus
Talla media Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
0,00
82,43
0,00
0,00
50,00
100
25,00
Ct
55,56
0,00
54,05
0,00
0,00
0,00
9,46
2,08
Vc
50,51
0,00
25,68
0,00
19,12
0,00
62,16
7,14
Vt
49,49
0,00
36,49
0,00
35,29
15,40
0,00
0,00
Vl
48,48
0,00
40,54
0,00
38,24
0,00
47,30
0,00
Vs
37,37
0,00
25,68
0,00
29,41
0,00
58,11
0,00
E
67,68
0,00
66,22
0,00
48,53
0,00
44,59
25,00
H
64,65
66,67
85,14
100
61,76
100
58,11
50,00
R
84,85
33,33
91,89
50,00
76,47
0,00
18,92
25,00
U
65,66
0,00
60,81
50,00
38,24
0,00
31,08
25,00
Mc
84,85
0,00
97,30
100
98,53
0,00
17,57
50,00
Cx
83,84
66,67
66,22
100
72,06
0,00
60,81
100
F
59,60
0,00
77,03
50,00
52,94
100
55,41
50,00
T
82,83
100
100
0,00
86,76
0,00
72,97
75,00
As
67,68
0,00
82,43
0,00
92,65
0,00
37,84
50,00
Ca
72,73
0,00
86,49
0,00
85,29
0,00
45,95
75,00
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
3,57
Mt
91,92
33,33
100
50,00
100
25,00
16,22
75,00
Fa1
67,68
0,00
77,03
0,00
80,88
0,00
1,35
0,00
Fa2
62,63
0,00
47,30
0,00
61,76
0,00
1,35
0,00
Fa3
57,58
0,00
33,78
12,50
44,12
0,00
1,35
0,00
R de Pearson
0,3742
0,4340
-0,0499
0,3594
P
0,0947
0,0494
0,8300
0,1096
otros fragmentos de diáfisis incompleta con y sin epífisis conservada. En el caso del material indeterminado, todos los restos
son fragmentos de diáfisis incompleta tipo “050” y circunferencias tipo “1” y “2” (tabla 70).
Los análisis de conservación diferencial por densidad ósea
y %MAU, hallados a partir de la asociación de los taxones y el
material anatómicamente determinado en tallas de peso, únicamente muestran una correlación significativa para los animales
de talla media. Así pues, el coeficiente de correlación por R de
Pearson, dada la normalidad estadística de los datos, informa
de una correlación positiva del 0,43 y una probabilidad < 0,05
(tabla 71). Mientras, el resto de las tallas de peso presentan una
correlación positiva menor, e incluso negativa en el caso de la
talla pequeña, sin ninguna significación estadística.
5.5.5. fracturación
Entre el total de fracturas de la UE VII-VIII, el mayor porcentaje lo tienen las fracturas antiguas (84,9%), seguidas de fracturas indeterminadas (14%) y recientes (1,1%). En el caso de
las primeras, la mayoría se produjeron mientras los huesos aún
125
[page-n-139]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
estaban frescos (33 NR), aunque también abundan las fracturas
de tipo mixto (34 NR) y son pocas las reconocidas en huesos
totalmente secos (12 NR).
A nivel de morfotipos, en los bóvidos destacan las fracturas
en fresco sobre diáfisis con circunferencia incompleta II.4.2.,
II.1.2., II.1.3. Entre los cérvidos y équidos hay una menor diversidad de morfotipos, destacando sobre todo las fracturas en fresco
de diáfisis con circunferencia incompleta II.4.2. En el caso de los
lagomorfos tan solo se han reconocido los morfotipos de fractura en seco I.2.3. y fractura en fresco II.4.4. Finalmente, entre los
restos indeterminados hay una variedad más amplia de morfotipos, abundando las fracturas mixtas tipo III.2.
5.5.6. índices de utilidad económica
A partir de la asociación por tallas de peso, el uso del
%MAU y su correlación estadística con los distintos índices de utilidad económica por medio de la R de Pearson, los
resultados obtenidos indican una alta correlación positiva
(> 0,55) y significativamente estadística (< 0,05) entre los animales de talla grande y talla pequeña con el volumen medular
(AVGMAR), además de con la grasa insaturada y médula (UMI)
en los animales de talla grande (tabla 72, figura 62). Los coeficientes de correlación son positivos en el resto de los índices pero no
son del todo elevados. Destaca que la correlación con el curado
de carne (MDI) sea siempre negativa en todas las tallas, a pesar
de su baja significación estadística.
5.5.7. alteraciones bioestratinómicas
27 alteraciones bioestratinómicas vinculadas exclusivamente
con la actividad antrópica han sido identificadas en el conjunto, con el predominio de la termoalteración, seguida de
incisiones y muescas (figura 63). Las termoalteraciones se
reconocen entre los cérvidos, caprinos, équidos, lagomorfos
y las tallas media y pequeña, afectando a la superficie total de
los huesos, con una intensidad que oscila entre la coloración
M/N y B, aunque son principalmente los estadios de carbonización los más representados. Las incisiones se localizan
sobre un húmero de cabra, dos huesos largos de talla media y
un hueso largo de talla pequeña, localizadas en el parte central
de la diáfisis, de morfología principalmente larga y orientación oblicua. Finalmente, las muescas se localizan sobre dos
fragmentos de coxal y un fragmento de tibia de caballo, con
morfología triangular en los dos primeros casos y semicircular en el tercero, con dirección longitudinal e intensidad alta
(tabla 73).
5.5.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 92 alteraciones diagenéticas han sido determinadas en la UE VII-VIII, con un claro predominio de la concreción (46,7%), las vermiculaciones (23,9%) y la pigmentación
por óxidos de manganeso (19,6%), quedando los signos de
erosión (5,4%), meteorización (2,2%) y corrosión (2,2%)
relegados a los últimos puestos. Sin embargo, el grado de
Tabla 72. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE VII-VIII. Se destaca las tallas con un
coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla
Estadísticos
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
(S)MAVGTF (S)AVGMAR
Grasa
Volumen
medular
Grande
R de Pearson
0,2276
0,3555
0,1993
P
0,3638
0,1477
0,4280
0,0027
0,0068
0,6418
Media
R de Pearson
0,0780
0,1218
0,0803
0,3882
0,3700
-0,1379
P
0,7583
0,6303
0,7514
0,1114
0,1307
0,5853
Pequeña
R de Pearson
0,1464
0,4634
0,2054
0,5726
0,3546
-0,1639
P
0,5620
0,0528
0,4135
0,0130
0,1488
0,5158
Talla grande
100
T
Mt
%MAU
%MAU
40
RU
20
H
60
40
RU
Mt
20
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
0
Talla pequeña
H F
80
H
60
-0,1177
100
T
80
Cx
0
0,6132
%MAU
80
0,6627
Talla media
100
(UMI)
(S)MDI
Grasa insaturada Curado de la
y médula
carne
60
40
Mt
20
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
0
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Figura 62. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE VII-VIII.
126
[page-n-140]
resultados
A
B
C
D
2 cm
Figura 63. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica VII-VIII. A) Percusión
sobre un fragmento de tibia de uro (Bos sp.); B) Termoalteraciones sobre un fragmento de hueso largo de talla media y vértebra torácica de
caprino; C) Detalle de incisiones sobre cara palmar de húmero de cabra (Capra pyrenaica); D) Signos de percusión y lasca parásita sobre
un fragmento de tibia de caballo (Equus ferus).
Tabla 73. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con
identificación taxonómica y tallas de peso en la UE VII-VIII.
Taxón / Talla de peso Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Muesca
NR
%
NR
%
NR
%
A
2
10,00
-
-
-
-
MA
1
5,00
1
25,00
-
-
MP
1
5,00
-
-
-
-
Cervidae
E
2
10,00
Equidae
MA
1
5,00
-
-
3
100
Caprinae
Leporidae
Media
C
1
5,00
-
-
-
-
MA
1
5,00
-
-
-
-
MP
1
5,00
-
-
-
-
E
1
5,00
-
-
-
-
E
3
15,00
2
50,00
Pequeña
E
5
25,00
1
25,00
Indeterminada
E
1
5,00
-
-
-
-
20
100
4
100
3
100
Total
127
[page-n-141]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
afección no es muy elevado, con un 92,4% de modificaciones de grado 1 y 2, siendo el 7,6% restante modificaciones
de grado 3.
A nivel anatómico, los elementos de las extremidades son los
más afectados (59,8%), seguidos del miembro posterior (19,6%)
y anterior (16,3%), en comparación con el esqueleto craneal y
axial (2,2% respectivamente). En términos taxonómicos, los
fragmentos asociados a las tallas de peso son los más afectados
(55,4%), mientras que entre las familias identificadas los cérvidos
destacan con un 15,2%, frente a los caprinos y équidos (10,9%
respectivamente), lagomorfos (5,5%) y bovinos (1,1%).
45
40
35
30
25
20
15
5
0
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
70
60
50
40
30
20
10
0
Car
Ins
Past
Ram
Fru
Omn
5.5.9. paleoecología
La diversidad específica en la UE VII-VIII es muy baja en términos taxonómicos, a pesar de mostrar una curva de rarefacción tendente a la estabilización. Principalmente se compone
de especies con requerimientos cálidos, habitantes de ambientes
de pradera, bosques, montes y matorrales. En base al índice de
Simpson (λ) y el índice de Shannon (H’) con un 0,78 y 1,56
respectivamente, estamos ante un conjunto equilibrado, aunque
con el predominio de un taxón sobre el resto, en este caso relacionado con los lepóridos.
45
40
35
30
25
20
15
5
0
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
ab
V
5%
c
d
ef
VII
18%
Otros
35%
VI
12%
VIII
5%
III
7%
Figura 65. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica VII-VIII.
128
Acu
Peso
Figura 64. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica VII-VIII.
IV
53%
Fos
gh
[page-n-142]
resultados
A partir del empleo del NISP, la diversidad ecológica indica
un predominio de lagomorfos y artiodáctilos, con una menor
presencia de perisodáctilos. A nivel alimenticio abundan los individuos pastadores, principalmente mamíferos de pequeño tamaño y animales fosores con un rango de peso que oscila entre
1-10 kg hasta los 180 kg (figura 64).
El modelo bioclimático obtenido, partiendo del componente bioclimático (CB), indica el predominio del zonobioma tipo
IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vegetación mediterránea) con un 53% de representación, junto a una presencia
puntual y destacada del zonobioma tipo VII (18%) (figura 65).
Tras aplicar las funciones discriminantes, hemos obtenido para
la unidad un TMA de 16,7ºC ± 3,8ºC y una PMA de 109,6 mm
con una desviación estándar de 558,7 mm (tabla 74).
5.6. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA VII
5.6.1. conteo taxonómico
460 restos conforman la UE VII (tabla 75), suponiendo el material identificado taxonómica y anatómicamente un 62,2%, con
un total de 248 NME, 29 NMIf y 30 NMIc.
Tabla 74. Resultados del modelo bioclimático en la UE VII-VIII.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,00
0,00
0,33
2,67
0,25
0,58
0,92
0,25
0,00
5,00
CB
0,00
0,00
0,00
6,66
53,34
5,00
11,66
18,33
5,00
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 16,77 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 26,95 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 8,56 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 18,38 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 339,29 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 352,28 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -2,91 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 109,62 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,55 (SD 1,47).
Tabla 75. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE VII.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Neonato
Infantil
Joven
Subadulto Adulto
Artiodactyla
2
0,70
2
1
2
1
-
1
-
-
Bos primigenius
2
0,70
2
1
1
-
-
-
-
-
Caprinae
7
2,45
6
2
2
-
-
1
-
-
Capra pyrenaica
6
2,10
5
2
2
-
-
-
-
-
Cervinae
2
0,70
2
1
1
-
-
-
-
-
Cervus elaphus
49
17,13
35
3
3
-
-
-
1
-
Sus scrofa
1
0,35
1
1
1
-
-
1
-
-
Equus ferus
8
2,80
8
2
2
-
1
-
-
1
Leporidae
5
1,75
2
1
1
-
-
-
-
-
Oryctolagus cuniculus
203
70,98
184
14
14
-
-
3
3
3
Passeriformes
1
0,35
1
1
1
-
-
-
-
-
Total NISP
286
100
248
29
30
1
1
6
4
4
Talla grande
19
10,92
2
-
-
-
-
-
-
-
Talla media
80
46,00
10
-
-
-
-
-
-
-
Talla pequeña
35
20,10
5
-
-
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
14
8,05
3
-
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
26
14,94
2
-
-
-
-
-
-
-
Total NR
174
100
22
129
[page-n-143]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Los lagomorfos son nuevamente el taxón más abundante, con
un 72,7% de representación, seguidos por los cérvidos (17,8%),
bóvidos (5,2%) y équidos (2,8%). El resto de los taxones tiene
un porcentaje de representación muy reducido: artiodáctilos indeterminados (0,7%), suidos (0,3%) y paseriformes (0,3%).
El material indeterminado supone el 37,8% restante, entre
los que los fragmentos asociados a alguna de las tallas de peso
son el 32,2% y únicamente el 5,6% restante se forma por los
restos sobre los que no se ha podido llegar a ningún tipo de
determinación. Los animales de talla media engloban el 46% de
los restos indeterminados, los de talla pequeña el 20,1%, los de
talla grande el 10,9% y los de talla muy pequeña el 8%.
los elementos del miembro posterior son los que más abundan
con un 46,7%, con especial representación del fémur que supone el 26,7% del NISP. El miembro anterior también es abundante (33,3%), compuesto únicamente de fragmentos de radio.
Finalmente, las extremidades y esqueleto craneal integran el
13,3% y 6,7% de material respectivamente.
El %MAU indica una alta representatividad en la gran mayoría de elementos y grupos anatómicos identificados respecto
al NMI, alcanzando porcentajes superiores al 66%, con la excepción de los restos de las extremidades que no superan el 22%
de representación.
5.6.2. representación anatómica
Entre los ciervos ha podido determinarse un total de 51 restos, correspondientes a 37 NME y 4 NMI (tabla 76). Cervus
elaphus es el único taxón establecido, con un 96,1% de representación, mientras que los restos determinados como Cervinae son el 3,9% restante. Entre todos ellos el miembro posterior es el más abundante (52,9%), con una alta presencia de
tibias (23,5%), fémures (13,7%) y metatarsos (13,7%). El
Bovinos y caprinos
15 restos han sido identificados como bóvidos, con un total de
13 NME y 5 NMI (tabla 76). A nivel taxonómico la familia se
compone de fragmentos asociados a Bos primigenius (13,3%),
Capra pyrenaica (40%) y Caprinae (46,7%). A nivel general,
Cérvidos
Tabla 76. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE VII.
Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
MA
1
50,00
1
25,00
0,25
100
MP
1
50,00
1
25,00
0,25
100
MA
1
50,00
1
50,00
0,50
100
MP
1
50,00
1
50,00
0,50
100
C
1
7,69
1
12,50
0,13
66,67
MA
4
30,77
3
18,75
0,19
100
MP
6
46,15
5
15,63
0,16
83,33
E
2
15,38
2
4,17
0,04
22,22
C
4
7,84
4
16,67
0,17
62,75
A
1
1,96
1
3,57
0,04
13,45
MA
15
29,41
11
19,64
0,20
73,95
MP
27
52,94
17
26,56
0,27
100
E
4
7,84
4
5,00
0,05
18,82
C
2
25,00
2
2,38
0,02
9,52
MA
3
37,50
3
25,00
0,25
100
MP
2
25,00
2
25,00
0,25
100
E
1
12,50
1
12,50
0,13
50,00
C
23
11,06
17
12,59
0,13
75,99
A
31
14,90
31
1,65
0,02
9,98
MA
33
15,87
30
14,29
0,14
86,21
MP
115
55,29
87
16,57
0,17
100,00
E
6
2,88
6
1,11
0,01
6,70
Suidae
C
1
100
1
100
1,00
100
Avifauna
MA
1
100
1
50,00
0,50
100
286
100
233
-
-
-
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Total
130
[page-n-144]
resultados
miembro anterior desciende hasta el 29,4% de representación,
donde los húmeros, radios y metacarpos implican el 9,8% respectivamente. El esqueleto craneal y las extremidades ocupan
el 7,8% de los restantes materiales, junto a un 2% asociado al
esqueleto axial.
En términos de presencia por individuo, el %MAU demuestra que la mayoría de los elementos del miembro posterior
(100%) y anterior (73%), así como del esqueleto craneal (62%)
tienen una alta representatividad. No obstante, el esqueleto axial
y restos de las extremidades tienen una representatividad por
individuo menor que se sitúa por debajo del 20%.
Indeterminados
Équidos
5.6.3. edad y patrón de mortalidad
8 restos han sido determinados como équidos, con una misma
cantidad de NME y un 2 NMI (tabla 76). Equus ferus es el único taxón reconocido, entre el que los elementos del miembro
anterior son los más abundantes (37,5%), seguidos del miembro posterior (25%), esqueleto craneal (25%) y extremidades
(12,5%). Ningún resto del esqueleto axial se ha recuperado en
toda la unidad.
El %MAU indica una representación por individuo de prácticamente el 100% para todos los elementos del esqueleto apendicular, a excepción de un fragmento aislado de diente que hace
descender la representación del esqueleto craneal al 9%.
Lagomorfos
Un total de 208 restos de conejo han sido recuperados en la UE VII,
reducidos a 171 NME y 15 NMI (tabla 76). Oryctolagus cuniculus es el único taxón identificado, con un 97,6% de representación, completado con un 2,4% de elementos asociados
únicamente a la familia Leporidae. En general, el miembro
posterior es el más abundante con un 55,3%, donde el fémur
(15,4%), tibia (12,5%) y coxal (11,1%) son los elementos más
representativos. El miembro anterior (15,9%), el esqueleto
axial (14,9%) y craneal (11,1%) le siguen en representación,
quedando relegados los elementos de las extremidades al último lugar (2,9%).
Atendiendo al %MAU, la representación de cada elemento por individuo es distinta a la establecida por los grupos
anatómicos, donde además la presencia de restos apendiculares es bastante elevada (86-100%), seguida de fragmentos
del esqueleto craneal (76%), axial y extremidades, estos últimos por debajo del 10%. En el caso de los elementos individuales, los fragmentos del cráneo y fémur, son los que mayor representación muestran (100%), seguidos de las tibias
(76,9%), calcáneos (61,5%), metatarsos (61,5%) y coxales
(46,2%). En menor proporción abundan restos del maxilar
y hemimandíbula, húmero, radio y escápula. Las falanges,
vértebras y fragmentos dentales están escasamente representados dado el alto número de elementos que suponen en el
esqueleto.
Aves
1 fragmento de ulna de passeriforme es también el único elemento reconocido para este orden (1 NME, 1 NMI).
Suidos
1 fragmento de maxilar es el único elemento reconocido taxonómicamente como Sus scrofa (1 NME, 1 NMI) en la UE VII.
174 fragmentos han sido incluidos en la categoría de indeterminados, incluyendo 2 NR adscritos a los artiodáctilos genéricos, 148 NR a las tallas de peso y 26 NR a restos totalmente
indeterminados (tabla 77). Las extremidades forman el 85,2%,
predominando los huesos largos de talla media (Lt1) con un
51,1%. El esqueleto craneal los sigue en representación con un
7,4%, para posteriormente dar paso al esqueleto axial (2,8%),
miembro posterior (2,8%) y anterior (1,7%).
Los restos de Artiodáctilos indeterminados del conjunto se
reducen a dos fragmentos del miembro apendicular.
Los resultados de la fusión ósea proporcionan sobre todo información para el conjunto de lagomorfos, con muy pocos datos
para los ungulados (tabla 75). Entre estos últimos encontramos
un fragmento de escápula de neonato de artiodáctilo, una falange 1ª de 1 individuo infantil de équido, un fragmento de tibia
de 1 artiodáctilo juvenil, además de un fémur y tibia juvenil
de caprino, junto a un fragmento de ulna de 1 juvenil de talla
pequeña/media. Entre los conejos la cantidad de restos es mayor, permitiendo reconocerse al menos 3 individuos jóvenes, 3
subadultos y 3 adultos.
La erupción dental nos provee de información complementaria, con una hemimandíbula y un M1 de 1 individuo joven de
Cervus elaphus, un maxilar de Sus scrofa juvenil y un P4 de
Equus ferus adulto.
Tabla 77. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE VII.
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
C
1
5,26
1
A
1
5,26
1
E
17
89,47
-
C
6
7,50
5
Media
Pequeña
A
2
2,50
2
MA
1
1,25
1
MP
4
5,00
2
E
67
83,75
-
C
1
2,86
1
A
1
2,86
1
MA
1
2,86
1
MP
1
2,86
1
E
31
88,57
-
Muy pequeña C
3
21,43
2
A
1
7,14
1
E
10
71,43
-
Indeterminada C
E
Total
2
7,69
2
24
92,31
-
174
100
21
131
[page-n-145]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 78. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE VII.
Taxón
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
1
33,33
-
-
-
1
-
Artiodactyla
MA
MP
1
33,33
1
33,33
-
-
-
Bovinae
MA
1
50,00
-
-
-
-
1
MP
1
50,00
-
-
1
-
-
C
1
7,69
-
-
-
-
-
MA
4
30,77
-
-
3
-
1
MP
6
46,15
-
-
2
-
2
Caprinae
Cervidae
Equidae
E
2
15,38
-
-
-
-
1
C
4
7,55
-
-
-
-
1
A
1
1,89
-
-
1
-
-
MA
15
28,30
-
-
13
-
1
MP
27
50,94
1
1,89
19
1
6
E
4
7,55
1
1,89
2
1
-
C
2
25,00
-
-
-
-
-
MA
3
37,50
-
-
2
1
-
MP
2
25,00
-
-
2
-
-
E
1
12,50
-
-
-
-
-
Suidae
C
1
100
-
-
-
-
-
Leporidae
C
22
10,58
1
0,48
-
8
-
Avifauna
Total
A
27
12,98
4
1,92
-
14
-
MA
28
13,46
6
2,88
6
12
-
MP
88
42,31
26
12,50
27
30
5
E
-
-
6
2,88
-
-
-
MA
1
100
-
-
-
1
-
243
84,08
46
15,92
78
69
18
5.6.4. fragmentación y conservación diferencial
En el conjunto de la UE VII el 29,3% de los fragmentos tienen
unas dimensiones menores a los 2 cm, mientras que aquellos
entre los 2-5 cm alcanzan el 51,5% de la muestra, quedando un
19,1% de fragmentos < 5 cm. La tasa de fragmentación en el
conjunto asciende a 1,9, mientras para el material taxonómicamente determinado disminuye a un 1,2.
En términos de conservación, entre los bóvidos no contamos
con ningún elemento completo, predominando los fragmentos
de diáfisis tipo “050” y las circunferencias tipo “2” (tabla 78).
Los cérvidos cuentan con un calcáneo y un sesamoideo entero
(4,3%), mientras el resto de los elementos están fragmentados
(95,7%), prevaleciendo nuevamente los fragmentos de diáfisis tipo “050” y las circunferencias tipo “2”. Entre los équidos
todos los restos están fragmentados, con una repetición en el
predominio de los fragmentos de diáfisis tipo “050” y circunferencias tipo “1” y “2”. En el caso de los lepóridos, el porcentaje de elementos enteros es mucho más alto, con un 20,8% de
huesos completos, principalmente calcáneos, metápodos, falan132
ges y vértebras. Entre el material fragmentado (79,2%) destacan los fragmentos tipo “555”, “051”, “550” y “050”, con una
alta proporción de elementos con circunferencia tipo “4”. En
otros taxones (suidos y paseriformes) abundan los fragmentos
tipo “050” y circunferencia tipo “3”. Finalmente, entre el material indeterminado contamos con un 2,4% de huesos enteros,
aunque se tratan de porciones del cráneo u otros elementos que
no se han llegado a determinar. Entre el material fragmentado
(97,6%) abundan los fragmentos de diáfisis tipo “050” y las circunferencias tipo “1” y “2” (tabla 79).
Los análisis de conservación diferencial llevados a cabo por
densidad ósea y %MAU se han hallado a partir de la asociación
de los distintos taxones y material anatómicamente determinado en distintas tallas de peso, estableciéndose cuatro categorías:
talla grande, media, pequeña y muy pequeña. Los resultados del
coeficiente de correlación aplicando la R de Pearson, dada la normalidad estadística de los datos, informa de una baja correlación
para los individuos de talla grande y talla muy pequeña, aunque
con una significación estadística significativa (< 0,05). En el ca-
[page-n-146]
resultados
Tabla 79. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE VII.
Talla de peso
Grande
Media
Pequeña
Muy pequeña
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
C
-
-
1
5,26
-
-
-
A
1
5,26
-
-
-
-
1
E
17
89,47
-
-
12
-
1
C
6
7,50
-
-
-
4
-
A
2
2,50
-
-
-
2
-
MA
1
1,25
-
-
1
-
-
MP
3
3,75
-
-
2
1
-
E
68
85,00
-
-
38
11
13
C
1
2,86
-
-
-
1
-
A
1
2,86
-
-
-
1
-
MA
1
2,86
-
-
-
1
-
MP
1
2,86
-
-
1
-
-
E
30
85,71
-
1
19
5
6
C
2
14,29
1,0
7,14
-
-
-
A
1
7,14
-
-
-
-
-
E
10
71,43
-
-
3
-
3
Indeterminados C
E
Total
2
7,69
-
-
-
-
-
24
92,31
-
-
-
10
2
171
98,84
2
1,16
76
36
26
so de la talla media, la correlación es algo más alta, con probabilidad significativa nuevamente. Únicamente en el caso
de los individuos de talla pequeña no se ha encontrado correlación entre la densidad ósea y el %MAU, además de contar con una probabilidad estadísticamente nada significativa
(> 0,05) (tabla 80).
también por una amplia variabilidad de los morfotipos, aunque predominan las fracturas en estado fresco, principalmente
sobre diáfisis con circunferencia incompleta tipo II.4.2 y fracturas mixtas tipo III.2.
5.6.5. fracturación
A partir del %MAU obtenido previamente tras la asociación de
nuestro conjunto por tallas de peso y su correlación estadística con
los distintos índices de utilidad económica empleando la R de Pearson, los resultados indican para el caso de los individuos de talla
grande y mediana una destacada correlación positiva y significativamente estadística del volumen medular (AVGMAR) y
la grasa insaturada y médula (UMI). En las tallas medias esta
correlación tan solo se reconoce con una probabilidad significativa en el caso del volumen medular (tabla 81, figura 66). El
resto de los resultados, a pesar de mostrar correlaciones tanto
positivas como negativas, no alcanza a obtener una probabilidad
estadística fiable.
El conjunto óseo de la UE VII presenta un elevado porcentaje
de fracturas antiguas (82,6%), mientras que las fracturas indeterminadas y recientes alcanzan el 16,4% y 1% respectivamente. Entre las antiguas, la gran mayoría fueron producidas
mientras los huesos estaban en estado fresco (154 NR), aunque
también hay una alta cantidad de elementos fracturados en estado seco (108 NR), frente a una muy baja cantidad con fracturación mixta (45 NR).
A nivel de morfotipos, entre los bóvidos destacan las
fracturas sobre diáfisis con circunferencia incompleta II.4.2,
tratándose el resto de las fracturas de carácter mixto. En los
cérvidos en cambio, aunque continúa abundando el tipo II.4.2,
hay una mayor variedad de morfotipos, con fracturas generadas tanto en estado seco como mixto. Los équidos presentan principalmente fracturas en fresco tipo II.4.2 nuevamente,
mientras que en los lepóridos se registra una enorme diversidad de morfotipos, principalmente de fracturas en estado seco.
El resto de los taxones y material indeterminado se caracteriza
5.6.6. índices de utilidad económica
5.6.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
Un total de 74 alteraciones bioestratinómicas relacionadas con
la actividad humana han sido identificadas en la UE VII (tabla 82, figura 67), con distribución desigual según los diferentes
taxones y tallas de peso establecidas.
133
[page-n-147]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 80. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE VII. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande Cervus
Talla media
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
52,27
82,43
63,28
0,00
50,00
100
38,90
Ct
55,56
3,85
54,05
0,00
0,00
0,00
9,46
0,30
Vc
50,51
0,00
25,68
3,57
19,12
1,20
62,16
6,30
Vt
49,49
0,00
36,49
0,00
35,29
0,00
0,00
0,00
Vl
48,48
0,00
40,54
0,00
38,24
0,00
47,30
13,80
Vs
37,37
0,00
25,68
0,00
29,41
0,00
58,11
7,40
E
67,68
0,00
66,22
12,50
48,53
0,00
44,59
22,20
H
64,65
50,00
85,14
6,30
61,76
0,00
58,11
25,90
R
84,85
100
91,89
50,00
76,47
75,00
18,92
25,90
U
65,66
50,00
60,81
12,50
38,24
25,00
31,08
18,50
Mc
84,85
0,00
97,30
50,00
98,53
0,00
17,57
18,50
Cx
83,84
0,00
66,22
0,00
72,06
0,00
60,81
44,40
F
59,60
50,00
77,03
75,00
52,94
100
55,41
100
T
82,83
50,00
100
100
86,76
25,00
72,97
74,10
As
67,68
0,00
82,43
0,00
92,65
0,00
37,84
0,00
Ca
72,73
0,00
86,49
12,50
85,29
25,00
45,95
63,00
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
0,50
Mt
91,92
50,00
100
50,00
100
0,00
16,22
59,30
Fa1
67,68
25,00
77,03
0,00
80,88
0,00
1,35
1,60
Fa2
62,63
0,00
47,30
3,13
61,76
0,00
1,35
0,40
Fa3
57,58
0,00
33,78
3,13
44,12
6,30
1,35
0,00
R de Pearson
0,4765
0,6327
0,0087
0,4623
P
0,0290
0,0021
0,9702
0,0349
En los caprinos se registra el 2,7% de las alteraciones. Las
incisiones han sido reconocidas sobre un radio y un fémur de
Capra pyrenaica, en sus caras lateral y dorsal respectivamente,
de morfología corta y larga, con dirección longitudinal/oblicua
y transversal/oblicua e intensidad leve. Únicamente 1 muesca
se localiza sobre otro fémur, concretamente en su cara dorsal,
con morfología semicircular, dirección longitudinal e intensidad
leve. Finalmente, signos de alteración se han reconocido sobre
otro fragmento de fémur, afectando a la totalidad del mismo con
una coloración G/B.
Los cérvidos contienen el 14,7% de las alteraciones, principalmente incisiones, termoalteraciones, muescas y raspados.
Las termoalteraciones se registran de forma total o parcial en los
distintos elementos, con una intensidad que oscila entre la coloración M/G a G. Las incisiones están localizadas en la zona
dorsal, medial, lateral y palmar de las diáfisis de distintos huesos largos, de morfología larga y corta, distribuidas preferentemente de forma unilateral, oblicuas e intensidad media o leve.
1 único raspado se ha podido identificar sobre un metatarso, con
unas características similares a las incisiones. Las muescas de percusión a su vez solo se reconocen en un fragmento de húmero, con134
cretamente en la zona lateral de la diáfisis, con morfología triangular, distribución unilateral, longitudinalmente e intensidad alta.
Entre los lagomorfos únicamente las termoalteraciones
(17,6%) tienen nexo con la actividad antrópica. Generalmente
los huesos afectados (humero, radio, coxal, fémur, tibia, calcáneo y metatarsos) lo están en su totalidad, con una intensidad
que oscila de la coloración M a G.
Por último, entre los restos indeterminados se ha registrado
el 77% de las alteraciones por actividad antrópica (tabla 83). Entre ellas la termoalteración es la más abundante con un 60,4%,
seguida de las incisiones (29,2%), raspados (6,2%), incisiones/
raspados (2,1%) y muescas (2,1%). Las afecciones por la acción
del fuego se identifican tanto en restos del esqueleto craneal,
axial como apendicular, modificando prácticamente el total de la
superficie de los fragmentos con coloraciones que oscilan entre
el M y el G. Las incisiones por el contrario se centran en fragmentos del esqueleto apendicular (a excepción de las costillas),
afectando a las zonas laterales y dorsales de la zona central de
la diáfisis, con morfologías tanto largas como cortas, distribuidas de manera unilateral y con intensidad leve o media.
El único raspado identificado se localiza en un fragmento de radio
[page-n-148]
resultados
Tabla 81. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE VII. Se destaca las tallas con un coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla de peso Estadísticos
Grande
Media
Pequeña
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
R de Pearson
0,1358
0,0504
-0,1725
0,5080
0,4733
-0,2979
0,5910
0,8425
0,4937
0,0314
0,0473
0,2298
R de Pearson
0,3123
0,2883
-0,0516
0,6121
0,7049
-0,3440
P
0,2070
0,2460
0,8389
0,0069
0,0011
0,1621
R de Pearson
0,1264
0,4279
0,1642
0,5591
0,3945
-0,2080
P
0,6172
0,0765
0,5150
0,0159
0,1052
0,4076
Talla grande
H
Mt
F
T
Fa
20
0
Mc
40
20
20
40
60
80
(S)AVGMAR
0
100
Talla grande
100
E
RU
Mt
Fa
0
F
Mt
40
%MAU
H
T
Fa
20
0
40
60
UMI
80
100
40
Cx
40
60
80
(S)AVGMAR
100
0
T
Fa
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Talla media
T
F
60
Mc RU
Mt
40
20
20
60
H
20
80
60
RU
20
100
RU
80
%MAU
60
F
80
F
%MAU
60
Talla pequeña
100
T
80
%MAU
%MAU
80
0
Talla media
100
RU
40
(UMI)
(S)MDI
Grasa insaturada Curado de la
y médula
carne
P
100
0
(S)MAVGTF (S)AVGMAR
Grasa
Volumen
medular
0
Ca Fa
Car
0
20
H
40
60
UMI
80
100
Figura 66. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística (<
0,05) en la UE VII.
Tabla 82. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos con identificación
identifi
taxonómica en la UE VII.
Taxón
Artiodactyla
Caprinae
Cervidae
Leporidae
Grupo anatómico
MP
Incisión
NR
%
NR
%
NR
Raspado
%
NR
Muesca
%
-
-
1
14,29
-
-
1
50,00
MA
-
-
1
14,29
-
-
-
-
MP
1
5,56
-
-
-
-
-
-
MA
1
5,56
1
14,29
-
-
1
50,00
MP
3
16,67
4
57,14
1
100
-
-
A
2
11,11
-
-
-
-
-
-
MA
2
11,11
-
-
-
-
-
-
MP
Total
Termoalteración
9
50,00
-
-
-
-
-
-
18
100
7
100
1
100
2
100
135
[page-n-149]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
A
D
B
C
2 cm
Figura 67. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica VII. A) Presencia de incisiones, raspados y fracturas en cilindro sobre restos de talla media y ciervo (Cervus elaphus); B) Signos de termoalteración en fragmentos
esponjosos de individuos de talla grande y media; C) Muescas de percusión sobre un fragmento de radio de ciervo (Cervus elaphus); D)
Evidencias de incisiones y raspados sobre restos de ungulados en vista microscópica.
136
[page-n-150]
resultados
Tabla 83. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e
indeterminados recuperados en la UE VII.
Talla de peso
Grande
Media
Pequeña
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Raspado
Muesca
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
A
-
-
1
7,69
-
-
-
-
E
1
3,45
4
30,77
-
-
-
-
C
2
6,90
-
-
-
-
-
-
A
1
3,45
-
-
-
-
-
-
MA
-
-
-
-
1
33,33
-
-
MP
1
3,45
-
-
-
E
9
31,03
7
53,85
1
33,33
1
100
A
1
3,45
-
-
-
-
-
-
E
-
10
34,48
1
7,69
1
33,33
-
Indeterminada E
4
13,79
-
-
-
-
-
-
Total
29
100
13
100
3
100
1
100
de una talla media/grande, concretamente en la cara dorsal de la
diáfisis, de morfología larga, unilateral, dirección oblicua e intensidad alta. Igualmente, 1 única muesca claramente vinculada a
percusión antrópica se identifica sobre un fragmento de hueso largo de talla media, localizada en la zona central de la diáfisis, con
morfología triangular, orientación longitudinal e intensidad alta.
Actividad de otros agentes biológicos
Tan solo 11 alteraciones bioestratinómicas ligadas a la actividad de agentes biológicos distintos a los humanos o alteraciones
indeterminadas se han reconocido. Los lagomorfos registran la
mayoría de alteraciones (tabla 84, figura 68), entre las que predominan la corrosión digestiva, muescas, perdida ósea y horadaciones, aunque no conocemos el agente que las pudo producir.
El resto de las alteraciones por fenómenos naturales o indeterminados se encuentran sobre restos de ciervo, individuos de talla
media y talla pequeña, tratándose principalmente de muescas indeterminadas, arrastres y posibles incisiones. En la gran mayoría
de los casos, dada la escasez de evidencias que permitan establecer algún tipo de patrón, no contamos con más información
sobre los agentes que provocaron estas alteraciones.
5.6.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 497 alteraciones de origen diagenético se han podido identificar en la UE VII. Son predominantes la pigmentación
por óxidos de manganeso (36,4%) y concreciones (34%), seguidas de la presencia de vermiculaciones (19,7%), erosión (4,8%),
meteorización (4,2%) y corrosión química (0,8%). No obstante,
como para el resto de las unidades, el grado de afectación no es
muy elevado, con un 81,5% de modificaciones situadas en los
grados 1 y 2, frente al 16,7% que registran un grado 3 y un 1,8%
restante con grado 4 y 5.
A nivel anatómico, son principalmente los elementos del
miembro posterior y extremidades los más afectados con un
40,4% y 28,8%. Mientras, en términos de familia son los lepóridos el taxón más afectado con un 45,7% de representación,
seguido por la asociación de las distintas tallas de peso (31,4%)
y los artiodáctilos (18,5%).
5.6.9. paleoecología
La diversidad específica reconocida para el conjunto faunístico
de la UE VII se caracteriza por una relativa diversidad de taxones, con una curva de rarefacción tendente a la estabilización.
Al igual que las otras, esta unidad está compuesta esencialmente
por taxones de requerimientos cálidos, habitantes de espacios
dominados por las praderas, bosques, montes y matorrales. Basándonos en los resultados del índice de Simpson (λ) y el índice
de Shannon (H’) con un 0,68 y 1,54 respectivamente, nos encontramos ante un conjunto donde a pesar de un cierto equilibrio de las especies reconocidas, hay un predominio de una de
ellas, ligado a la alta presencia de restos de lagomorfos.
La diversidad ecológica a partir del NISP nos informa por
otro lado de un predominio de los lagomorfos y artiodáctilos
sobre el resto de los taxones. A su vez, a nivel alimentario son
los individuos pastadores y ramoneadores los que abundan,
sobre todo animales fosores y mamíferos de pequeño tamaño,
con un rango de peso que oscila entre < 1 kg a >180 kg (figura
69).
Los resultados del modelo bioclimático partiendo del componente bioclimático (CB), indican una mayor presencia en el
entorno del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos
secos, de vegetación mediterránea) con un 45%, así como la
presencia puntual de característica propias de los zonobiomas
tipo VII (15%), tipo VI, tipo V y tipo III (10% respectivamente) (figura 70). La aplicación de las funciones discriminantes
nos ofrece para estos momentos una TMA de 17,7ºC ± 3,8ºC
y una PMA de 259,8 mm y una desviación estándar de 558,7
mm (tabla 85).
5.7. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA VI
5.7.1. conteo taxonómico
310 restos componen la UE VI (tabla 86), correspondiendo el
40,6% al material identificado taxonómica y anatómicamente,
estableciéndose un total de 102 NME, con un resultado NMI de
11 individuos (figura 71).
137
[page-n-151]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 84. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por agentes naturales indeterminados de los restos faunísticos
recuperados en la UE VII.
Taxón /
Talla de peso
Cervinae
Agente
Grupo
anatómico
Indeterminado
MA
Arrastre
Horadación
Muesca
Corrosión
digestiva
Pérdida ósea Incisión
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
50,00
Leporidae
Indeterminado
MP
-
-
1
100
2
66,67 3
100
1
100
-
-
Media
Indeterminado
E
1
100
-
-
1
33,33 -
-
-
-
-
-
Pequeña
Indeterminado
MP
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
50,00
1
100
1
100
3
100
3
100
1
100
2
100
Total
B
A
2 cm
Figura 68. Restos de conejo (Oryctolagus cuniculus) con signos de consumo por agentes naturales. A) Fracturaciones sobre fémur y coxal;
B) Corrosiones por digestión sobre fémur y calcáneo.
Taxonomía
250
200
200
150
150
100
100
50
50
0
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
250
0
200
150
150
100
100
50
50
Car
Ins
Past
Ram
Ae
Ar
Tre
Fru
Omn
0
Pmt
Gmt
ab
c
d
Figura 69. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica VII.
138
Fos
Acu
Peso
250
200
0
Locomoción
250
ef
gh
[page-n-152]
resultados
V
10%
VII
15%
IV
45%
Otros
29%
III
10%
II/III
2%
II
2%
VIII
4%
VI
10%
I
2%
Figura 70. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica VII.
Tabla 85. Resultados del modelo bioclimático en la UE VII.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
S. scrofa
0,14
0,14
0,14
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,14
0,14
0,14
0,67
3,14
0,73
0,73
1,06
0,25
0,00
7,00
CB
2,04
2,04
2,04
9,52
44,90
10,37
10,37
15,13
3,57
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 17,78 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,13 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 9,99 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 17,13 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 378,05 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 386,40 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -1,94 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 259,77 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,15 (SD 1,47).
Los lagomorfos son el taxón predominante con un 32,5%
de representación, seguidos por los cérvidos (31,7%) y bóvidos
(20,6%). El resto de los taxones muestra una representación mucho menor: équidos un 5,6%, bovinos un 2,4%, carnívoros un
2,4% y artiodáctilos indeterminados un 4,8%.
El material indeterminado supone un 59,4%, entre el que los
fragmentos vinculados a alguna talla de peso ascienden también
a un 40,6%, siendo el 18,7% restante restos sobre los que no se
ha podido establecer ningún tipo de determinación. Los animales de talla media suponen un 44,6% del total de indeterminados, mientras la talla pequeña representa un 11,4%, la grande un
10,9% y la muy pequeña un 1,6%.
5.7.2. representación anatómica
Bovinos y caprinos
29 restos de bóvidos han sido identificados, estableciéndose un
total de 26 NME y 3 NMI (tabla 87). Esta familia se compone a nivel taxonómico por Bos sp. (10,3%), Capra pyrenaica
(48,3%) y restos de Caprinae (41,4%). El miembro posterior
es el mejor representado con un 48,3%, estando especialmente
representado el fémur con un 24,1% del NISP. El miembro anterior y esqueleto craneal suponen un 17,2% respectivamente,
compuesto este último esencialmente por piezas dentarias. Las
extremidades suponen un 10,3% y el esqueleto axial un 6,9%.
139
[page-n-153]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 86. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE VI.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Infantil
Joven
Subadulto
Artiodactyla
6
4,76
4
1
1
1
-
-
Bos sp.
3
2,38
3
1
1
-
-
-
Caprinae
12
9,52
10
1
1
-
-
-
Capra pyrenaica
14
11,11
13
1
1
-
1
Cervus elaphus
40
31,75
27
2
2
-
1
1
Equus ferus
7
5,56
6
1
1
-
1
-
Lynx sp.
3
2,38
3
1
1
-
-
-
Oryctolagus cuniculus
41
32,54
36
3
3
-
-
-
Total NISP
126
100
102
11
11
1
3
1
Talla muy grande
1
0,54
-
-
-
-
-
-
Talla grande
19
10,33
3
-
-
-
-
-
Talla media
82
44,60
5
-
-
-
-
-
Talla pequeña
21
11,40
2
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
3
1,63
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
58
31,52
8
-
-
-
-
-
Total NR
184
100
18
-
-
-
-
-
A
B
C
D
2 cm
Figura 71. Ejemplos de materiales identificables taxonómica y anatómicamente en la Unidad Estratigráfica VI. A) Fragmento de candil de
ciervo (Cervus elaphus); B) Fragmento distal de metatarso y patela de cabra (Capra pyrenaica), C) Astrágalo derecho de uro (Bos sp.); D)
Falange 1ª y 1ª-III de lince (Lynx sp.).
Los resultados del %MAU muestran como los elementos
del miembro posterior y anterior son los que tienen una mayor
presencia por individuo, con porcentajes de entre el 58-100%
en la mayoría de los casos, mientras que el esqueleto craneal tan
solo supone un 16% y el axial un 6%.
En el caso de los cérvidos, el %MAU es bastante equitativo entre los elementos, generalmente entre el 50-100% para
los grupos anatómicos apendiculares y craneales, quedando
muy por debajo los restos del esqueleto axial que no supera el
6% de representatividad.
Cérvidos
Équidos
Entre los cérvidos se han recuperado un total de 40 NR, correspondiéndose con un total de 27 NME y 2 NMI (tabla 87).
Cervus elaphus es el único taxón establecido, en el que destaca
una alta presencia de elementos del miembro posterior (62,5%),
sobre todo tibias (27,5%) y metatarsos (22,5%). El miembro
anterior supone el 20% del conjunto, mientras el esqueleto craneal se limita al 7% y el esqueleto axial y extremidades a un
5% respectivamente.
Únicamente se han reconocido 7 restos de équidos, 6 NME
y 1 NMI (tabla 87). Equus ferus es el único taxón establecido. El miembro anterior es el predominante (57,1%), sobre
todo en el caso de los húmeros con un 42,9% de presencia.
El miembro anterior se reduce al 28,6% y el esqueleto craneal
al 14,3%. El %MAU indica una representación predominante
del miembro posterior (100%), frente una menor presencia del
miembro anterior (75%) y sobre todo del esqueleto craneal (4%).
140
[page-n-154]
resultados
Tabla 87. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE VI. Se
indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
C
3
50,00
3
9,38
0,09
100
A
2
33,33
1
7,69
0,08
100
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Total
E
1
16,67
-
-
-
-
MA
1
33,33
1
50,00
0,50
100
MP
2
66,67
2
50,00
0,50
100
C
5
19,23
5
6,94
0,07
16,20
A
2
7,69
2
2,56
0,03
5,98
MA
4
15,38
4
25,00
0,25
58,33
MP
12
46,15
9
42,86
0,43
100
E
3
11,54
3
5,36
0,05
12,50
C
3
7,50
3
25,00
0,25
50,00
A
2
5,00
2
12,50
0,13
25,00
MA
8
20,00
7
29,17
0,29
58,33
MP
25
62,50
13
50,00
0,50
100
E
2
5,00
2
6,25
0,06
12,50
C
1
14,29
1
4,17
0,04
4,17
MA
4
57,14
3
75,00
0,75
75,00
MP
2
28,57
2
100
1,00
100
C
4
9,76
3
33,33
0,33
65,22
A
3
7,32
3
1,96
0,02
3,84
MA
5
12,20
5
27,78
0,28
54,35
MP
23
56,10
19
51,11
0,51
100
E
6
14,63
6
3,70
0,04
7,25
MA
1
33,33
1
50,00
0,50
100
E
2
66,67
2
11,11
0,11
22,22
126
100
102
-
-
-
Carnívoros
Indeterminados
Los restos de carnívoros se reducen a 3 NME de Lynx sp., con
un %NISP muy alto en el caso de las falanges 1 (66,7%), pero
un %MAU invertido a un único fragmento de ulna (tabla 87).
Los fragmentos indeterminados ascienden a un total de 184
(tabla 88), incluyendo los adscritos a los artiodáctilos genéricos, las tallas de peso y restos totalmente indeterminados. Los
restos de las extremidades suponen el 8,8% del conjunto, predominando entre ellos los huesos Lt1 con un 40%. El esqueleto axial es el segundo grupo anatómico más representado, con
un 6,8%, mientras que el esqueleto craneal implica al 5,8% de
los restos y el miembro anterior y miembro posterior al 1,1% y
0,5% respectivamente. 6 NR de artiodáctilos indeterminados
han sido también identificados en la UE VI, pertenecientes al
esqueleto craneal (50%), axial (33%) y extremidades (17%).
Lagomorfos
41 restos de Oryctolagus cuniculus se han recuperado en la
unidad, suponiendo un NME de 36 y un NMI de 3 (tabla 87).
Nuevamente es el miembro posterior el más representado con
un 56,1%, siendo el fémur, coxal, calcáneo y metatarsos los
elementos más recurrentes. Las extremidades y el miembro
anterior suponen un 14,6% y 12,2% respectivamente, mientras
el esqueleto craneal llega al 9,8% y el esqueleto axial al 7,3%.
Si acudimos al %MAU, los elementos del miembro posterior
siguen abundando (100%), especialmente tibias y calcáneos. El esqueleto craneal alcanza un 65% de representatividad, mientras que
el miembro posterior queda restringido a un 54%. Finalmente, los
restos del esqueleto axial suponen únicamente un 3% del conjunto.
5.7.3. edad y patrón de mortalidad
Los datos relacionados con la fusión ósea en el conjunto se limitan a dos restos que generan muy poca información: un hueso
largo no fusionado de artiodáctilo infantil/joven y una vértebra
de 1 subadulto de Cervus elaphus fusionada en la zona proxi141
[page-n-155]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 88. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE VI.
Entre el material indeterminado, los fragmentos suponen el
99,5%, con un claro predominio de las diáfisis tipo “050” (175
NR) y circunferencia tipo “1”. El único resto completo se trata
de un fragmento de una pieza no identificada, la que a su vez no
muestra ningún signo de fragmentación (tabla 90).
Los análisis de conservación diferencial por densidad ósea
partiendo del %MAU y su correlación estadística con los índices de densidad por tallas de peso, indican a nivel general
una baja correlación en todas las tallas y escasa probabilidad
estadística. Únicamente la talla media alcanza un 0,61 de correlación, mientras la talla grande obtiene un 0,47, ambas con
una probabilidad estadísticamente significativa por debajo de
0,05 (tabla 91).
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
C
1
5,00
1
A
4
20,00
2
MA
1
5,00
1
E
14
70,00
-
C
1
1,22
1
A
5
6,10
3
MA
1
1,22
1
E
75
-
-
5.7.5. fracturación
A
1
4,76
1
MP
1
4,76
1
E
19
90,48
-
Muy pequeña E
3
100
-
Indeterminada C
6
10,34
6
A
1
1,72
1
MP
1
1,72
1
E
50
86,21
-
184
100
19
En términos generales, los taxones y restos indeterminados presentan un alto porcentaje de fracturas antiguas (81,3%), frente a
un 15,8% que no se han podido determinar y un 2,9% que han
sido producidas recientemente. Las fracturas antiguas fueron realizadas tanto en estado seco (81 NR) como fresco (78 NR), además de algunos ejemplos de fracturación de tipo mixto (35 NR).
Entre los bóvidos y cérvidos reconocemos distintos morfotipos de fractura, aunque predominan las fracturas sobre diáfisis de circunferencia incompleta tipo II.4.2. Los lagomorfos
sin embargo muestran una mayor variabilidad de morfotipos,
al igual que los équidos y carnívoros. Entre el material indeterminado vuelven a destacar los fragmentos de diáfisis II.4.2,
aunque con el predominio del morfotipo I.4.1.
Media
Pequeña
Total
mal. La erupción dental proporciona algo más de información.
Contamos con un fragmento de I1 y un P2 de Capra pyrenaica,
asociados a 1 individuo joven (15-30 meses). Por otro lado, se
ha reconocido un P3 de Cervus elaphus juvenil (25-26 meses) y
un fragmento de M/P de Equus ferus juvenil (ca. 2,5 años) (tabla
86). Ningún dato relativo al desgaste dental ha podido extraerse
del conjunto.
5.7.4. fragmentación y conservación diferencial
El 45,8% de los fragmentos presentan unas dimensiones menores de 2 cm, mientras que los restos entre 2-5 cm suponen el
34,5% y los fragmentos < 5 cm un 19,7%. La tasa de fragmentación del conjunto es de 3, mientras que en el material taxonómicamente determinado desciende a un 1,2.
A nivel de conservación, entre los bóvidos tan solo contamos con 1 astrágalo completo, mientras el resto de material está
fragmentado (96,6%), con una distribución porcentual similar a
la representación anatómica, donde predominan los fragmentos
de diáfisis tipo “050” y las circunferencias tipo “2” (tabla 89).
Los cérvidos y équidos muestran una fragmentación del 100%,
con dominio de los fragmentos de diáfisis tipo “050” y circunferencia tipo “2”. Los lagomorfos se caracterizan por una mayor
presencia de restos completos (26,8%), mientras que entre los
fragmentos hay una mayor variedad de morfotipos representados, con predominio del “550” y “050” y circunferencia tipo
“4”. Por último, en el caso del lince el porcentaje de restos completos es predominante (66,7%) que representan las falanges.
Solo un resto de ulna se encuentra fragmentado, de tipo “050” y
circunferencia tipo 3.
142
5.7.6. índices de utilidad económica
Partiendo del %MAU obtenido tras la asociación del conjunto por tallas de peso y los distintos índices de utilidad económica, se ha llevado a cabo un análisis de correlación estadística por R de Pearson. Los resultados indican para todas
las tallas una alta correlación positiva del volumen medular
(AVGMAR) y la grasa insaturada (UMI) con el perfil esquelético conservado, teniendo ambos índices una alta probabilidad a nivel estadístico (< 0.05) (tabla 92, figura 72). El resto
de resultado, además de mostrar en muchas ocasiones una
correlación negativa, no alcanzan a obtener una probabilidad
estadística totalmente fiable.
5.7.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
Un total de 47 alteraciones de carácter bioestratinómico han sido
posible identificar en el conjunto, con una distribución desigual
atendiendo a los diferentes taxones (tabla 93, figura 73).
Entre los caprinos se registra el 12,8% de las alteraciones, identificándose incisiones, termoalteraciones y muescas de percusión. Las incisiones se localizan en la zona
medial de las diáfisis del fémur, tibia, metacarpo y metatarso, en sus caras dorsales, palmares y laterales, de morfología corta en la mayoría de los casos, dirección oblicua e
intensidad leve, ya sea de carácter múltiple o simples. Las
muescas sin embargo únicamente se localizan sobre diáfisis del fémur en su cara dorsal, de morfología semicircular o triangular, distribuidas unilateralmente con dirección
[page-n-156]
resultados
Tabla 89. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE VI.
Taxón
Artiodactyla
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Carnivora
Leporidae
Total
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Indet.
C
3
50,00
-
-
-
-
-
-
A
2
33,33
-
-
1
-
-
-
E
1
16,67
-
-
-
1
-
-
MA
1
33,33
-
-
1
-
-
-
MP
1
33,33
1
33,33
1
-
-
-
C
5
19,23
-
-
-
-
-
-
A
2
7,69
-
-
-
1
1
-
MA
4
15,38
-
-
2
-
1
-
MP
12
46,15
-
-
9
2
-
-
E
3
11,54
-
-
1
1
-
-
C
3
7,50
-
-
-
1
-
-
A
2
5,00
-
-
1
2
-
-
MA
8
20,00
-
-
4
-
3
-
MP
25
62,50
-
-
13
3
4
-
E
2
5,00
-
-
1
-
-
-
C
1
14,29
-
-
-
-
-
-
MA
4
57,14
-
-
2
-
2
-
MP
2
28,57
-
-
2
-
-
-
A
-
-
-
-
-
-
1
-
MA
1
33,33
1
33,33
-
-
-
-
E
-
-
1
33,33
-
-
-
-
C
4
9,76
-
-
-
-
-
1
A
3
7,32
-
-
-
-
-
-
MA
4
9,76
1
2,44
-
3
-
-
MP
17
41,46
6
14,63
2
7
-
-
E
2
4,88
4
9,76
-
-
-
-
112
88,89
14
11,11
40
21
12
1
longitudinal e intensidad media. En cuanto a las termoalteraciones, se registran sobre fragmentos de metacarpos,
metápodos y falanges, afectando prácticamente a la totalidad del fragmento y con coloración M y M/N, sin otros signos de modificación.
Entre los cérvidos se registra otro 12,8% de alteraciones,
reducidas principalmente a las termoalteraciones e incisiones.
La única incisión registrada se localiza sobre la cara dorsal de
un metacarpo, con una morfología larga, dirección longitudinal e intensidad media. Las termoalteraciones se registran en
fragmentos de asta, húmero, fémur, tibia y metatarso, afectando
generalmente a la totalidad de la superficie de los restos, con
coloraciones M, M/N, N y G.
Los fragmentos de lagomorfos, équidos y carnívoros contienen el 10,6% de las alteraciones, limitadas a termoalteraciones
y muescas. Entre los primeros solo se registra termoalteración
en un fragmento de tibia y una costilla, afectando a la superficie
total con coloración N y N/G. Los équidos por su parte solo
presentan 2 muescas en un fragmento de tibia, concretamente
en su cara dorsal, de morfología semicircular, dirección longitudinal e intensidad media. Finalmente, se identifica una ulna de
lince termoalterada en su totalidad, con una coloración N/G sin
ningún otro tipo de modificación.
En el material indeterminado se registra el 57,4% de las alteraciones bioestratinómicas (tabla 94). La termoalteración es la
afección predominante, seguida por las incisiones. Estas últimas
se identifican sobre fragmentos de hueso largo de talla media
y grande, generalmente de morfología corta, dirección Tr/Ob
e intensidad leve, pudiendo ser múltiples o simples. La termoalteración en cambio se registra en algunas costillas, huesos largos de diferentes tallas, huesos planos e indeterminados, afectando prácticamente a la totalidad de las superficies con colores
que oscilan entre el M, M/N, N, G, G/B y B, sin ningún otro
tipo de modificación identificada, salvo unas pequeñas grietas
en un Lt1 calcinado.
143
[page-n-157]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 90. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en
la UE VI.
Talla de peso
Grande
Media
Pequeña
Muy pequeña
Indeterminada
Grupo anatómico
C
Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Indet.
1
5,00
-
-
1
-
-
-
A
4
20,00
-
-
-
2
1
1
MA
1
5,00
-
-
1
-
-
-
E
14
70,00
-
-
7
4
1
-
C
1
1,22
-
-
-
-
-
-
A
5
6,10
-
-
-
3
-
-
MA
1
1,22
-
-
-
-
-
-
E
75
91,46
-
-
19
30
12
2
A
1
4,76
-
-
-
1
-
-
MP
1
4,76
-
-
1
-
-
-
E
19
90,48
-
-
4
8
4
-
E
3
100
-
-
-
1
-
-
C
10
17,24
-
-
2
-
-
-
A
1
1,72
-
-
-
1
-
-
E
Total
46
79,31
1
1,72
3
9
1
-
183
99,46
1
0,54
38
59
19
3
Tabla 91. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE VI. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande Cervus
Talla media
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
50,00
82,43
16,70
0,00
0,00
100
16,70
Ct
55,56
3,80
54,05
2,60
0,00
2,60
9,46
0,00
Vc
50,51
0,00
25,68
4,80
19,12
0,00
62,16
0,00
Vt
49,49
0,00
36,49
5,10
35,29
2,60
0,00
0,00
Vl
48,48
16,70
40,54
0,00
38,24
0,00
47,30
4,80
Vs
37,37
0,00
25,68
0,00
29,41
0,00
58,11
33,30
E
67,68
0,00
66,22
0,00
48,53
0,00
44,59
0,00
H
64,65
100
85,14
66,70
61,76
0,00
58,11
33,30
R
84,85
50,00
91,89
16,70
76,47
33,30
18,92
33,30
U
65,66
0,00
60,81
16,70
38,24
16,70
31,08
0,00
Mc
84,85
50,00
97,30
33,30
98,53
33,30
17,57
16,70
Cx
83,84
0,00
66,22
33,30
72,06
0,00
60,81
100
F
59,60
0,00
77,03
50,00
52,94
83,30
55,41
33,30
T
82,83
100
100
83,30
86,76
33,30
72,97
83,30
As
67,68
50,00
82,43
0,00
92,65
0,00
37,84
16,70
Ca
72,73
0,00
86,49
0,00
85,29
0,00
45,95
83,30
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
0,00
Mt
91,92
50,00
100
66,70
100
33,30
16,22
50,00
Fa1
67,68
0,00
77,03
4,20
80,88
3,70
1,35
5,60
Fa2
62,63
0,00
47,30
0,00
61,76
0,00
1,35
3,70
Fa3
57,58
0,00
33,78
4,20
44,12
0,00
1,35
0,00
R de Pearson
0,4746
0,6118
0,3340
0,3952
P
0,0297
0,0032
0,1390
0,0762
144
[page-n-158]
resultados
Tabla 92. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE VI. Se destaca las tallas con un coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla de peso Estadísticos
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
(S)MAVGTF (S)AVGMAR
Grasa
Volumen
medular
Grande
R de Pearson
-0,0077
-0,0156
-0,1570
0,6398
0,6431
-0,3012
P
0,9759
0,9511
0,5339
0,0042
0,0040
0,2245
Media
R de Pearson
0,3004
0,3883
0,1033
0,7817
0,8797
-0,2696
P
0,2259
0,1113
0,6834
0,0001
0,0000
0,2793
Pequeña
R de Pearson
0,0599
0,4797
0,1663
0,6255
0,7083
-0,2388
P
0,8133
0,0440
0,5095
0,0055
0,0010
0,3400
T
80
60
Mc Mt
%MAU
%MAU
80
RU
40
20
0
0
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Talla grande
Cx
RU
Mc
Fa
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
60
RU
As
40
Mt
Mc
0
0
0
20
40
60
UMI
80
100
RU
40
Mt
Hem
Mc
T
0
20
V
Ct
40
60
80
(S)AVGMAR
RU
Mc
100
Talla pequeña
80
F
F
60
RU
40
Mc Mt
T
20
Fa
Car
0
Fa
100
H
40
20
100
T
Mt
60
20
60
0
Talla media
80
%MAU
80
F
80
20
100
T
H
H
F
40
Talla pequeña
100
T
Mt
60
20
100
%MAU
Talla media
100
%MAU
H
%MAU
Talla grande
100
(UMI)
(S)MDI
Grasa insaturada Curado de la
y médula
carne
Fa
20
40
60
UMI
80
100
0
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Figura 72. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE VI.
Actividad de otros agentes biológicos
Ningún tipo de alteración ligada a otros agentes biológicos que
no fueran los humanos se ha determinado en la UE VI.
5.7.8. alteraciones diagenéticas
403 alteraciones de carácter diagenético han sido identificadas
en el conjunto de la UE VI. Predomina la concreción con un
54,6%, seguida de las vermiculaciones con un 20,1%, la pigmentación por óxidos de manganeso (17,1%), la erosión (4,2%),
la meteorización (2,7%), las fracturas por presión sedimentaria
(0,7%) y la corrosión química (0,5%). Sin embargo, la intensidad no es elevada, con un 70,2% situadas en los grados 1 y 2,
un 25,4% en el grado 3 y únicamente un 4,4% con grados 4 y 5.
Los fragmentos de las extremidades y miembro posterior
son los más afectados, con un 50,4% y 26,1% respectivamente.
A su vez, los artiodáctilos son los taxones que mayor cantidad
de modificaciones presentan con un 47,4% de representatividad, seguidos por la asociación de las distintas tallas de peso
(32,1%) y lagomorfos (10%).
5.7.9. paleoecología
La diversidad específica en la UE VI muestra una destacada
variedad de taxones, con una curva de rarefacción tendente a la
estabilización. Se trata nuevamente de una unidad compuesta
por taxones de requerimientos cálidos, habitantes de espacios
dominados por praderas, bosques, montes y matorrales. En base
145
[page-n-159]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 93. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
en la UE VI.
Taxón
Grupo anatómico
Termoalteración
Incisión
NR
%
NR
%
NR
Muesca
%
Artiodactyla
MP
-
-
2
40,00
1
25,00
Caprinae
MA
1
9,09
1
20,00
-
-
MP
-
-
1
20,00
1
25,00
E
2
18,18
-
-
-
-
Cervidae
C
1
9,09
-
-
-
-
MA
1
9,09
1
20,00
-
-
MP
3
27,27
-
-
-
-
Equidae
MP
-
-
-
-
2
50,00
Carnivora
MA
1
9,09
-
-
-
-
Leporidae
MP
Total
2
18,18
-
-
-
-
11
100
5
100
4
100
Figura 73. Evidencias de incisiones de carácter débil identificadas sobre fragmentos óseos de ungulados recuperados en la Unidad Estratigráfica VI.
146
[page-n-160]
resultados
Tabla 94. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de
origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de
peso e indeterminados recuperados en la UE VI.
Talla de peso
Grupo anatómico Termoalteración Incisión
NR
%
NR
%
Grande
E
2
8,00
1
50,00
Media
A
1
4,00
-
-
E
8
32,00
1
50,00
A
1
4,00
-
-
Pequeña
E
8
32,00
-
-
Indeterminada A
1
4
-
-
E
4
16,00
-
-
25
100
2
100
Total
al índice de Simpson (λ) con un resultado de 0,82, reconocemos
el predominio de un taxón sobre el resto, confirmado por el índice de Shannon (H’) con un resultado de 1,84, ligado a una
menor diversidad y equilibrio entre las especies reconocidas
en el conjunto.
La diversidad ecológica a partir del NISP muestra un predominio de los artiodactilos y lagomorfos sobre el resto de los
taxones. A nivel alimentario, los individuos pastadores y ramoneadores son los que abundan, sobre todo mamíferos de pequeño tamaño y animales fosores, con un rango de peso que varía
desde 1-10 kg a > 180 kg (figura 74).
El modelo bioclimático de esta unidad, partiendo del componente bioclimático (CB) indica el predominio del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vegetación
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
120
100
80
60
40
20
0
Car
Ins
Past
Ram
Fru
Omn
mediterránea) con un 61%, seguido de una presencia algo menor del zonobioma tipo VII con un 15% (figura 75). Tras aplicar las funciones discriminantes, se ha obtenido una TMA de
17,9 ± 3,8ºC y una PMA de -14,1 mm y desviación estándar de
558,7 mm (tabla 95).
5.8. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA V-INF
En el conjunto de la Unidad Estratigráfica V se han analizado
un total de 594 fragmentos óseos, de los cuales el 95,3% forman parte de la UE V-Sup y únicamente el 4,7% pertenecen a
la UE V-Inf. No obstante, dada las particularidades propias de
cada una de estas subunidades y su relación con el final de la
secuencia de Paleolítico medio en El Salt, haremos su presentación por separado, comenzando por la UE V-Inf.
5.8.1. conteo taxonómico
28 restos componen esta pequeña unidad, tanto el material
identificado a nivel anatómico y taxonómico, como el material
no identificado, suponen un 50% respectivamente (tabla 96).
Entre el material determinado se ha reconocido un total de 14
NME, dando como resultado un NMI de 9. Los cérvidos son
el taxón predominante (35,7%), seguidos por huesos de Vulpes
vulpes (21,4%) y artiodáctilos genéricos (14%). Mientras, los
caprinos, équidos, carnívoros genéricos y lagomorfos suponen
un 7,1% respectivamente.
Del material indeterminado, el 85,7% ha sido posible asignarlo a una talla de peso, siendo los individuos de tamaño medio
un 64,3% y los de talla grande, pequeña y muy pequeña un 7,1%
respectivamente. El material totalmente indeterminado compone un 14,3% del conjunto analizado.
80
70
60
50
40
30
20
10
0
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 74. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica VI.
147
[page-n-161]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
V
4%
IV
61%
VII
15%
Otros
29%
VIII
4%
VI
10%
III
6%
Figura 75. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica VI.
Tabla 95. Resultados del modelo bioclimático en la UE VI.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,00
0,00
0,33
3,67
0,25
0,58
0,92
0,25
0,00
6,00
CB
0,00
0,00
0,00
5,55
61,12
4,17
9,72
15,27
4,17
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 17,93 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,63 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 10,81 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 16,81 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 395,92 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 387,18 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -4,54 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): -14,10 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 8,31 (SD 1,47).
5.8.2. representación anatómica
Taxones determinados
De los 14 NR de restos determinados taxonómica y anatómicamente se ha obtenido el mismo NME, coincidiendo ambos
índices en la abundancia de elementos del miembro anterior y
posterior (28,6 respectivamente), seguidos del esqueleto craneal (24,4%), las extremidades (14,3%) y el esqueleto axial
(7,14%) (tabla 97).
El %MAU se muestra equitativo para todos los elementos
del conjunto, con una representación que oscila entre el 66100% en la mayoría de los grupos anatómicos, motivado por
148
el escaso número de restos que componen el conjunto, con la
excepción de algunos fragmentos axiales y de las extremidades situados por debajo del 10% de representatividad.
Indeterminados
Entre el material indeterminado (14 NR), ningún fragmento
ha podido determinarse a nivel anatómico. No obstante, se ha
podido diferenciar un 85,7% de fragmentos de hueso largo
asociados a las distintas tallas de peso, mientras que los fragmentos de hueso plano e indeterminados suponen un 7,1%
respectivamente (tabla 98). 2 NR de Artiodáctilo indeterminado han sido recuperados en la UE V-Inf, pertenecientes al
[page-n-162]
resultados
Tabla 96. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE V-Inf.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Infantil
Joven
Artiodactyla
2
14,29
2
1
1
-
-
Cervidae
2
14,29
2
1
1
1
-
Cervus elaphus
3
21,43
3
1
1
-
-
cf. Capra pyrenaica
1
7,14
1
1
1
-
-
Equidae
1
7,14
1
1
1
-
1
Carnivora
1
7,14
1
1
1
-
1
Vulpes vulpes
3
21,43
3
1
1
-
1
Oryctolagus cuniculus
1
7,14
1
1
1
-
-
Total NISP
14
100
14
8
8
1
3
Talla grande
1
7,14
-
-
-
-
-
Talla media
9
64,29
-
-
-
-
-
Talla pequeña
1
7,14
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
1
7,14
-
-
-
-
-
Indeterminado
2
14,29
-
-
-
-
-
Total NR
14
100
-
-
-
-
-
Tabla 97. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE V-Inf. Se
indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
A
1
50,00
1
3,13
0,03
6,25
MP
1
50,00
1
50,00
0,50
100
Caprinae
E
1
100
1
12,50
0,13
100
Cervidae
MA
4
80,00
4
25,00
0,25
100
MP
1
20,00
1
25,00
0,25
100
Equidae
C
1
100
1
50,00
0,50
100
Leporidae
MP
1
100
1
100
1,00
100
Carnivora
C
2
50,00
2
16,67
0,17
66,67
MP
1
25,00
1
25,00
0,25
100
E
1
25,00
1
2,50
0,03
10,00
14
100
14
-
-
-
Total
Tabla 98. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE V-Inf.
esqueleto axial y al miembro posterior. El %MAU da un predominio del 100% de representatividad a este último, frente
a un 6% para el único resto de vértebra recuperado.
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
5.8.3. edad y patrón de mortalidad
Grande
E
1
100
-
Media
E
9
100
-
Pequeña
E
1
100
-
Muy pequeña
E
1
100
-
Indeterminada
E
2
100
-
14
100
-
Total
Únicamente disponemos de información relativa a la edad
de muerte por fusión ósea en un fragmento de húmero de ciervo joven (tabla 96). La ausencia de epífisis osificadas y la porosidad de la superficie cortical son los parámetros empleados para su clasificación. En el caso
de la erupción dental, tenemos un P2 de 1 équido joven
(ca. 2,5 años), un I3 de 1 pequeño carnívoro joven (ca. 5 meses)
y una hemimandíbula de Vulpes vulpes perteneciente a 1 individuo (5,5-6 meses).
149
[page-n-163]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
5.8.4. fragmentación y conservación diferencial
Los fragmentos menores de 2 cm suponen un 32,1% del
conjunto, mientras que las piezas que oscilan entre los
2-5 cm ascienden al 46,4% y las mayores de 5 cm un
21,4%. La tasa de fragmentación del conjunto alcanza a 1,9,
mientras que entre el material taxonómicamente determinado dicha tasa disminuye a un 1.
El 92,9% del material se trata de fragmentos de hueso, con
una especial presencia de los fragmentos de diáfisis tipo “050”
y circunferencia parcial tipo 1. Únicamente un 7,1% (2 NR) de
los materiales se han recuperado enteros, correspondiéndose
con un I3 y un astrágalo de Vulpes vulpes (tabla 99 y 100, figura 76). Los análisis de conservación diferencial por densidad
ósea y %MAU no han sido hallados debido al reducido número
de materiales.
5.8.5. fracturación
De los 28 elementos que presentan fracturación, el 71,4% se
tratan de fracturas antiguas, el 17,9% fracturas recientes y
el 10,7% restante indeterminadas. Entre las primeras encon-
tramos fracturas de naturaleza muy variada, tanto en estado
fresco (8 NR), seco (9 NR) y mixto (3 NR). La mayoría se
localizan en diáfisis de huesos largos, destacando los morfotipos de diáfisis con circunferencia incompleta tipo I.4.1.
y II.4.2.
5.8.6. índices de utilidad económica
No ha sido posible aplicar en esta unidad el análisis de los Índices de Utilidad Económica debido a la baja cantidad de restos
(< 250 NR por talla de peso) para la obtención de resultados
estadísticos sólidos.
5.8.7. alteraciones bioestratinómicas
12 modificaciones de origen antrópico y 1 modificación natural
han sido determinadas en la unidad. Entre ellas las incisiones
y las termoalteraciones son las afecciones más comunes, con
una representación de un 28,6% y un 21,4% respectivamente.
Las muescas suponen un 14,3%, mientras que los raspados y la
corrosión digestiva desciende a un 7,1% respectivamente.
Tabla 99. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica
taxonó
recuperados en la UE V-Inf.
Taxón
Artiodactyla
Caprinae
Cervidae
Grupo anatómico
Fragmentados
Completos
NR
%
NR
%
Fresco
Fracturas antiguas
Seco
Mixto
A
1
50,00
-
-
-
1
-
MP
1
50,00
-
-
1
-
-
E
1
100
-
-
-
-
-
MA
4
80,00
-
-
1
2
1
MP
1
20,00
-
-
1
-
-
Equidae
C
1
100
-
-
-
-
-
Carnivora
C
1
50,00
1
50,00
-
1
-
MP
-
-
1
50,00
-
-
-
E
1
50,00
-
-
-
1
-
Leporidae
MP
Total
1
100
-
-
-
-
1
12
85,71
2
14,29
3
5
2
Tabla 100. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE V-Inf.
Talla de peso
Grupo anatómico
Fragmentados
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Grande
E
1
100
-
-
1
-
-
Media
MA
1
11,11
-
-
-
-
-
E
8
88,89
-
-
4
1
1
E
1
100
-
-
-
1
-
Pequeña
Completos
Fracturas antiguas
Muy pequeña
E
1
100
-
-
-
1
-
Indeterminada
E
2
100
-
-
-
1
-
14
100
-
-
5
4
1
Total
150
[page-n-164]
resultados
Actividad antrópica
La afección térmica se reconoce en todos los casos en la totalidad de la superficie ósea, con niveles de coloración que oscilan
entre el M/N, N y G, provocando en algunos casos pérdida ósea.
Los cérvidos, las tallas medias y los lagomorfos son las categorías taxonómicas más afectadas.
Las marcas de corte identificadas se reducen a tres restos con
incisiones y un resto con signos de raspado. Las primeras se han
registrado sobre una vértebra y un fémur de artiodáctilo y una tibia
de Cervus elaphus, con morfología corta, unilaterales, de dirección oblicua e intensidad leve/media. El único raspado se ha determinado sobre la cara lateral de una tibia de cérvido, también de
morfología corta, dirección oblicua e intensidad leve (tabla 101).
Actividad de otros agentes biológicos
Un fragmento de hueso largo de un individuo de talla muy pequeña es el único con signos de corrosión digestiva, aunque
desconocemos su origen y agente generador. A este se suma un
fragmento de hemimandíbula de zorro con una posible incisión,
si bien no es del todo clara.
5.8.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 31 alteraciones diagenéticas han sido reconocidas,
afectando un 68,8% a restos de las extremidades, un 15,6% a
partes del miembro anterior, un 12,5% a fragmentos del poste-
rior y un 3,1% al esqueleto axial. No obstante, la intensidad de
las alteraciones no es elevada, prevaleciendo el grado 1 con un
59,4% y no superando el grado 3 en ningún caso. Las vermiculaciones (37,5%), la pigmentación (31,3%) y la concreción
(25%) son las alteraciones principales, quedando relegada a un
3,1% la erosión.
5.8.9. paleoecología
En términos de diversidad específica, la V-Inf se muestra también especialmente variada, a pesar de la escasa cantidad de
material que la compone y la total falta de estabilización en la
curva de rarefacción. Nos encontramos ante un conjunto compuesto por taxones de requerimientos cálidos y habitantes de
espacios dominados por praderas, bosques, montes y matorrales. Basándonos en el índice de Simpson (λ) con un resultado
de 0,79, observamos el predominio de un taxón sobre el resto,
confirmado por el índice de Shannon (H’) con un resultado de
1,67 ligado a una menor diversidad y equilibrio entre las especies reconocidas.
La diversidad ecológica obtenida partiendo del NISP, nos
informa del predominio de los artiodáctilos y carnívoros, seguidos de una representación equitativa de los équidos y lagomorfos. A nivel alimentario, son los taxones pastadores los más
abundantes, entre los que abundan los pequeños mamíferos terrestres, con un rango de peso variable que va desde los 1-10 kg
hasta los > 180 Kg (figura 77).
1 cm
Figura 76. Fragmento de hemimandíbula derecha, astrágalo derecho y fragmento distal de metápodo de zorro (Vulpes vulpes) recuperados
en la Unidad Estratigráfica V-Inferior. Únicos restos de carnívoros determinados en la citada unidad.
Tabla 101. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica y tallas de peso en la UE V-Inf.
Taxón / Talla de peso
Grupo anatómico
Termoalteración
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Artiodactyla
A
1
16,67
1
33,33
-
-
-
-
MP
-
1
33,33
-
-
-
-
MA
1
16,67
-
-
-
-
1
50,00
MP
-
-
1
33,33
1
100
-
-
MP
1
16,67
-
-
-
-
-
Cervidae
Leporidae
Incisión
Raspado
Muesca
Media
E
2
33,33
1
50,00
Indeterminada
E
1
16,67
-
-
-
-
-
-
6
100
3
100
1
100
2
100
Total
151
[page-n-165]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
El modelo bioclimático obtenido en este caso es también
similar a la V-Sup, obteniendo a partir del componente bioclimático (CB) un predominio del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vegetación mediterránea).
Se repite la representación del 20% del zonobioma tipo VII (figura 78). Tras aplicar las funciones discriminantes, hemos obtenido
para la unidad una TMA de 16,2 ± 3,8ºC y una PMA de 172,1
mm y desviación estándar de 558,7 mm, imitando totalmente los
resultados de la unidad previamente presentada (tabla 102).
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
5.9. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA V-SUP
5.9.1. conteo taxonómico
566 restos forman parte de esta subunidad, donde el material
identificado anatómica y taxonómicamente supone un 82,3%
(466 NR), mientras el 17,7% restante (100 NR) son fragmentos
no identificados (tabla 103). A partir de los primeros, se han reconocido un total de 446 NME, dando como resultado un NMI
por frecuencia y combinación de 18.
Taxonomía
Locomoción
14
12
10
8
6
4
2
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
Car
Ins
Past
Ram
Fru
Omn
0
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 77. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica V-Inferior.
V
3%
VII
20%
IV
45%
Otros
40%
VI
12%
III
12%
VIII
4%
IX
4%
I
0%
Figura 78. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica V-Inferior.
152
Acu
[page-n-166]
resultados
Tabla 102. Resultados del modelo bioclimático en la UE V-Inf.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
V. vulpes
0,00
0,00
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
1
O.cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,00
0,00
0,48
1,81
0,14
0,48
0,81
0,14
0,14
4,00
CB
0,00
0,00
0,00
11,90
45,24
3,58
11,90
20,23
3,58
3,58
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 16,16 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 25,72 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 7,93 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 17,79 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 320,49 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 321,47 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): 0,38 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 172,11 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,88 (SD 1,47).
Tabla 103. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE V-Sup.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Joven
Subadulto
Adulto
Bos sp.
1
0,21
1
1
1
1
-
-
Capra pyrenaica
1
0,21
1
1
1
-
-
-
Equidae
2
0,43
1
1
1
-
-
-
Lagomorpha
4
0,86
4
1
1
-
-
-
Oryctolagus cuniculus
448
96,14
431
8
8
3
2
1
Oryctolagus/Lepus
2
0,43
2
1
1
-
-
-
Galliforme
1
0,21
1
1
1
-
-
-
Alectoris rufa
3
0,64
2
1
1
-
-
-
Passeriformes
2
0,43
1
1
1
-
-
-
Pyrrhocorax sp.
1
0,21
1
1
1
-
-
-
Erinaceus europaeus
1
0,21
1
1
1
-
-
-
Total NISP
466
100
446
18
18
4
2
1
Talla grande
3
3,00
-
-
-
-
-
-
Talla media
7
7,00
1
-
-
-
-
-
Talla pequeña
4
4,00
-
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
3
3,00
2
-
-
-
-
-
Indeterminados
83
83,00
-
-
-
-
-
-
Total NR
100
100
3
-
-
-
-
-
Entre el material identificado son predominantes los huesos de lagomorfos (97,4%), seguidos en un porcentaje muy bajo
los restos de aves (1,5%), équidos (0,4%), caprinos y bovinos
(0,2% respectivamente), además del único representante del
género Erinaceus (0,2%) de toda la secuencia del yacimiento.
Concretamente, en el grupo de las aves ha sido posible reconocer un total de 4 galliformes (1 Galliforme indeteterminado, 3
Alectoris rufa) y 3 paseriformes (2 Passeriformes indeterminados, 1 Pyrrhocorax sp.). Entre los ungulados se han identificado
únicamente dos fragmentos de costilla de équido, una vértebra
torácica de Capra pyrenaica y un fragmento hemimandibular de
Bos sp. (figura 79).
Entre los restos indeterminados, un 83% ha sido imposible
de asignar a una talla de peso, abundando los fragmentos de
pequeño tamaño, huesos largos y esponjosos. El 17% de elementos restantes, identificados a nivel anatómico, se distribuyen
entre las categorías de talla media (7%), pequeña (4%), grande y
muy pequeña (3% respectivamente).
153
[page-n-167]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
(80%), seguidos muy de cerca por el maxilar, metatarso 2º, escápula, húmero y astrágalo con valores de más del 60% en cada
uno de ellos. El metacarpo 2º, fémur, tibia, metatarsos 3º y 4º y
falanges 2ª oscilan en representación entre un 40-55%, estando
el resto de los elementos identificados por debajo de este porcentaje. El %MAU en el caso de los lagomorfos es algo distinto, haciendo de los elementos del miembro anterior, miembro
posterior y extremidades grupos anatómicos más homogéneos,
con representaciones que oscilan entre el 79-100% frente a lo
que ocurre con los restos del esqueleto craneal y axial, situados
por debajo del 7% de representatividad.
Indeterminados
1 cm
Figura 79. P2 de uro (Bos sp.) recuperado en la Unidad Estratigráfica V-Superior.
5.9.2. representación anatómica
Taxones determinados
De los 12 NR y 10 NME establecidos en el material identificado, sin contar los restos de lagomorfos, el %NISP y NME
coinciden en la abundancia de elementos del miembro anterior (50%), especialmente los húmeros, seguidos del esqueleto
axial (25%), craneal (16,7%) y finalmente el miembro posterior
(8,3%) (tabla 104). El %MAU indica un conjunto bastante homogéneo, con una representación de entre el 80-100% para la
gran mayoría de elementos respecto al número de individuos.
454 NR de conejo, con un NME de 416 elementos anatómicos, componen el restante material identificado (tabla 104).
El %NISP muestra una abundancia de huesos del autopodio
(45,6%), el miembro posterior (24,7%), el miembro anterior
(14,1%), axial (10,6%) y craneal (5,1%). Sin embargo, acudiendo al %AR podemos observar una distribución anatómica
más realista, donde predominan los calcáneos (95%) y coxales
Un total de 100 NR no se ha podido identificar, llegando solo
a un 3% de determinación anatómica (tabla 105). El 97% restante pertenece a fragmentos indeterminados (56%), así como
fragmentos de hueso largo (38%), esponjoso (2%) y articular
(1%). Según la categoría por talla de peso, un 7% del total de
indeterminados pertenecen a individuos de talla media, un 4%
a los de talla pequeña y un 3% a los de talla grande y talla muy
pequeña respectivamente, siendo el 83% restante restos totalmente indeterminados.
5.9.3. edad y patrón de mortalidad
En el conjunto analizado, tan solo ha sido posible obtener datos relativos a la edad de muerte entre lagomorfos en base a la
fusión de los huesos largos (tabla 103). Así, se han reconocido
un total de 21 elementos anatómicos de la misma cantidad de
individuos jóvenes (< 5 meses), 10 de individuos subadultos
(entre 5 y 9 meses) y 1 único elemento totalmente fusionado que
pertenece a un individuo adulto (> 9 meses). Con un NMIc de
8, los elementos anteriores se corresponden con un mínimo de 3
individuos jóvenes, 2 subadultos y 1 adulto.
Un fragmento de hemimandíbula de Bos sp. es el único elemento que nos informa sobre la erupción dental, conteniendo un
P2 de un individuo joven (24-30 meses).
Tabla 104. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE V-Sup.
Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Bovinae
C
1
100
1
50,00
0,50
100
Caprinae
A
1
100
1
7,69
0,08
100
Equidae
A
2
100
1
2,78
0,03
100
Leporidae
C
23
5,07
10
2,63
0,03
7,26
A
48
10,57
46
2,27
0,02
6,25
MA
64
14,10
58
36,25
0,36
100
MP
112
24,67
94
29,38
0,29
81,03
Avifauna
Total
154
E
207
45,59
207
28,75
0,29
79,31
MA
6
85,71
5
15,63
0,16
100
MP
1
14,29
1
12,50
0,13
80,00
465
100
424
-
-
-
[page-n-168]
resultados
Tabla 105. Cantidades y porcentajes de representación anatómica
de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados en la UE V-Sup.
Los análisis de conservación obtenidos para los huesos de
conejo indican una baja correlación positiva entre la densidad
ósea y el %MAU (0,20), con una probabilidad estadística no
significativa (> 0,05). No se han aplicado estos análisis sobre el
resto de los materiales debido a su bajo número.
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
E
3
100
-
Media
A
1
14,29
1
5.9.5. fracturación
E
6
85,71
-
Pequeña
E
4
100
-
Muy pequeña
C
1
33,33
1
A
1
33,33
1
E
1
33,33
-
E
83
100
-
100
100
3
Respecto a los niveles de fracturación, se han determinado un
total de 248 evidencias, entre las que el 29,4% se tratan de
fracturas recientes, el 62,9% son antiguas y el 7,7% son fracturas indeterminadas. Entre las segundas, se registran casos de
fracturación en estado fresco (22 NR), seco (23 NR) y mixto
(11 NR). La mayoría de ellas se han producido sobre huesos de
conejos, destacando los morfotipos sobre diáfisis I.3.4., II.4.2.
y II.4.4.
Indeterminada
Total
5.9.6. índices de utilidad económica
5.9.4. fragmentación y conservación diferencial
El 88,5% de fragmentos recuperados en la UE V-Sup tienen
unas dimensiones menores de 2 cm de longitud, contando tan
solo con un 10,2% de fragmentos entre 2 y 5 cm y un 1,2% de
piezas con dimensiones superiores a los 5 cm. La tasa de fragmentación en el conjunto asciende a 1,3, mientras que para el
material taxonómicamente determinado disminuye a 1.
En términos generales, excluyendo los lepóridos, el 94,9%
de las diáfisis conservadas (37 NR) son fragmentos de hueso
con distinta morfología, donde predominan los fragmentos de
diáfisis tipo “050”, con circunferencia parcial tipo 1 (tabla 106
y 107). Solo un 5,1% de las piezas se han recuperado enteras
(2 coracoides). En el caso del conejo, la proporción entre huesos fragmentados y completos es más equitativa, con un 51,2%
(222 NR) y 48,8% (212 NR) respectivamente. Entre los primeros abundan los fragmentos tipo “555” y circunferencias 3 y
4, mientras que en los elementos completos hay una altísima
presencia de falanges (159 NR).
No ha sido posible aplicar en esta unidad el análisis de los Índices de Utilidad Económica debido a la baja cantidad de restos
(< 250 NR por talla de peso) para la obtención de resultados
estadísticos sólidos según establecen Faith y Gordon (2007).
5.9.7. alteraciones bioestratinómicas
40 modificaciones relacionadas con la fase bioestratinómica,
estando un 57,5% ligados a la actividad antrópica y el 42,5%
restante a otros agentes naturales.
Actividad antrópica
La termoalteración es la principal modificación, seguida muy
de lejos por las incisiones, raspados y muescas por peeling. La
afección térmica se reconoce generalmente en la totalidad de
la superficie ósea, con niveles que oscilan entre la coloración
marrón y marrón/negra a la gris, generando en algunos casos
grietas y pérdidas óseas. Los restos de lagomorfos son los más
afectados, aunque también se registra en algunas categorías de
tallas de peso y fragmentos indeterminados.
Tabla 106. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica
taxonó
recuperados en la UE V-Sup.
Taxón
Grupo anatómico
Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Bovinae
C
1
100
-
-
-
-
-
Caprinae
A
1
100
-
-
-
-
-
Equidae
A
2
100
-
-
-
-
-
Leporidae
C
23
5,07
-
-
-
-
-
A
39
8,59
9
1,98
-
1
-
MA
51
11,23
13
2,86
6
7
2
MP
86
18,94
26
5,73
6
11
2
Avifauna
Total
E
43
9,47
164
36,12
-
3
4
MA
4
57,14
2
28,57
2
-
-
MP
1
14,29
-
-
-
-
-
251
53,98
214
46,02
14
22
8
155
[page-n-169]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 107. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE V-Sup.
Talla de peso
Grupo anatómico
Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Grande
E
3
100
-
-
2
-
-
Media
A
1
14,29
-
-
-
-
-
E
6
85,71
-
-
1
-
1
Pequeña
E
4
100
-
-
1
-
-
Muy pequeña
C
1
33,33
-
-
-
-
-
A
-
-
1
33,33
-
-
-
E
1
33,33
-
-
-
-
-
E
83
100
-
-
4
-
1
99
99,00
1
1,00
8
0
2
Indeterminada
Total
Tabla 108. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
y tallas de peso en la UE V-Sup.
Taxón / Talla de peso
Equidae
Leporidae
Grupo anatómico
A
Termoalteración
Incisión
Raspado
Peeling
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
-
-
1
33,33
-
-
-
-
C
2
11,11
-
-
-
-
-
-
A
2
11,11
-
-
-
-
-
-
MP
-
-
1
33,33
-
-
1
100
E
1
5,56
-
1
100
-
Grande
E
-
-
1
33,33
-
-
-
-
Media
E
1
5,56
-
-
-
-
-
-
Pequeña
E
1
5,56
-
-
-
-
-
-
Indeterminada
E
11
11
-
-
-
-
-
-
18
49,89
3
100
1
100
1
100
Total
Tabla 109. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por carnívoros y agentes naturales indeterminados de los
restos faunísticos recuperados en la UE V-Sup.
Taxón / Talla de peso
Agente
Grupo anatómico
Arrastre
Pérdida ósea
Raspado
NR
%
NR
%
NR
%
Caprinae
Indeterminado
A
-
-
1
6,67
-
-
Leporidae
Indeterminado
A
-
-
1
6,67
-
-
Grande
Total
156
Carnívoro
MA
-
-
1
6,67
-
-
MP
-
-
12
80,00
-
-
E
-
-
-
-
1
100
E
1
100
-
-
-
-
1
100
15
100
1
100
[page-n-170]
resultados
Las marcas de corte se reducen a 1 incisión sobre una costilla de équido, otra sobre un fragmento de tibia de conejo, un
raspado sobre un fragmento de extremidad de lepórido y una
incisión sobre un fragmento de hueso largo de talla grande, localizadas en la parte central de la diáfisis, de morfología larga
y orientación longitudinal/oblicua en las costillas y oblicua/
transversal en los huesos largos, con intensidad media en todos
ellos. Únicamente 1 fractura por peeling ha sido determinada en un fragmento de tibia de conejo, asociada a flexión por
mordedura antrópica, con morfología rectangular e intensidad
media (tabla 108).
Actividad de otros agentes biológicos
La pérdida ósea es la señal más abundante, localizada de forma
parcial en los fragmentos y con intensidad leve, aunque desconocemos el posible agente generador. Por su parte, las evidencias de arrastre por actividad de carnívoros tan solo se han
localizado en un hueso articular de talla grande, con distribución unilateral y de intensidad leve. El único raspado supone el
restante porcentaje, localizado en la cara dorsal de una falange
1ª de conejo, con morfología corta y orientación oblicua, de intensidad leve (tabla 109).
5.9.8. alteraciones diagenéticas
781 alteraciones de carácter diagenético han sido identificadas,
afectando a restos de las extremidades o indeterminados (46%),
así como el miembro apendicular posterior (24,3%), siendo menor la alteración en los restos del miembro apendicular anterior
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
Car
Ins
Past
Ram
Fru
Omn
(15,2%), esqueleto axial (10,1%) y craneal (4,4%). Esta gran
cantidad de alteraciones en un conjunto compuesto por tan solo
566 elementos indica unos altos niveles de diagénesis, si bien es
cierto que la intensidad no es elevada, predominado los grados
1 (57,4%) y 2 (26,2%), hecho que ha permitido realizar una observación muy completa de la superficie cortical.
La pigmentación se establece como la alteración predominante en el conjunto con un 59,2% de representación, seguida
tan solo de forma relevante por la concreción (28,7%). En su
conjunto, el resto de las alteraciones como la meteorización,
erosión, presión sedimentaria y vermiculaciones alcanzan a
afectar a un 12,2% del material.
5.9.9. paleoecología
La diversidad específica determinada en la V-Sup nos informa
de un conjunto relativamente rico, a pesar del bajo número de
representantes y su falta de estabilización en la curva de rarefacción. En términos generales nos encontramos con taxones
de requerimientos cálidos, habitantes de paisajes dominados
por las praderas, bosques, montes y matorrales. No obstante,
el claro predominio de los lagomorfos sin claros signos de
aporte antrópico sobre el resto del conjunto nos informa de
un depósito eminentemente natural. En este sentido, el índice de Simpson (λ) con un resultado de 0,61 indica el predominio de un taxón sobre el resto. Del mismo modo, el índice
de Shannon (H’) muestra también un resultado de 1,37 que se
relaciona con una menor diversidad y equilibrio entre las especies representadas.
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 80. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica V-Superior.
157
[page-n-171]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
V
13 %
VII
8%
IV
50%
Otros
23%
VIII
4%
VI
11%
III
14%
Figura 81. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica V-Superior.
Tabla 110. Resultados del modelo bioclimático en la UE V-Sup.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
Capra hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
Bison bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
Equus onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
Erinaceus europaeus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,50
0,00
0,50
0,00
0,00
0,00
1
Oryctolagus cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
Alectoris rufa
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
Pyrrhocorax pyrrhocorax 0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,00
0,00
1,00
3,50
0,92
0,75
0,58
0,25
0,00
7,00
CB
0,00
0,00
0,00
14,28
50,01
13,09
10,72
8,33
3,57
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 19,64 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,96 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 13,34 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 14,61 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 463,57 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 436,15 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -2,24 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 222,18 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,94 (SD 1,47).
Respecto a la diversidad ecológica y su relación con el nicho ecológico reconocido en la unidad, partiendo del NISP,
observamos que existe un predominio de los lagomorfos a
nivel taxonómico. A su vez, los taxones con requerimientos
pastadores son los que más abundan, destacando entre ellos
los animales fosores. En las categorías de peso existe una distribución más equitativa, si bien, destaca sobre todo el rango
de 1-10 kg (figura 80).
Para finalizar, el modelo bioclimático obtenido para la V-Sup
a partir del componente bioclimático (CB) fija el zonobioma de
tipo IV como el predominante con un 45%, caracterizado por
158
inviernos húmedos y veranos secos, con una vegetación típica
mediterránea. No obstante, cabe destacar el 20% de representación del zonobioma tipo VII, característico de un clima templado
árido con una vegetación de estepa y desiertos fríos (figura 81).
Tras la aplicación de las funciones discriminantes sobre el anterior espectro bioclimático, hemos obtenido una temperatura
media anual (TMA) de 19,6 ± 3,8ºC y una precipitación media
anual (PMA) de 222,2 mm, un resultado bastante bajo respecto
al cómputo general de la secuencia, a pesar de que cuenta con
una desviación estándar de 558,7 mm (tabla 110).
[page-n-172]
6
Discusión
La discusión final se estructurará en una primera interpretación
de la secuencia de El Salt como contexto de estudio, pasando a
continuación al estudio y análisis de las estrategias de subsistencia de los grupos neandertales de la montaña alicantina y su contextualización con respecto a otros yacimientos musterienses de
la vertiente mediterránea de la península ibérica.
A modo de resumen introductorio, los datos obtenidos del
estudio zooarqueológico, tafonómico y paleoecológico del yacimiento de El Salt, ponen de manifiesto el carácter eminentemente antrópico de su conjunto óseo, especialmente de ungulados, revelando un elevado control del medio por parte de los
grupos neandertales que habitaron los valles alcoyanos. Estas
conductas cinegéticas se identifican en la variedad de taxones
capturados y la posición del yacimiento a modo de centro referencial en la cabecera del río Serpis, lugar desde donde se
dispone de un amplio control del entorno y un rápido acceso
a los biotopos de montaña, bosque, matorral y praderas que lo
rodean. Su explotación se produjo a lo largo de distintos momentos del año (Sánchez-Hernández et al., 2020), no limitando la presencia de los homínidos a las estaciones con mejores
condiciones climáticas, fenómeno que reafirma las capacidades
de adaptación de los neandertales a una amplia diversidad de
situaciones y hábitats.
6.1. CLIMA Y AMBIENTE EN LOS VALLES
ALCOYANOS AL FINAL DEL PALEOLÍTICO MEDIO
Como adelantábamos en apartados anteriores, el estudio paleoecológico obtenido para cada uno de las unidades estratigráficas
de El Salt, nos habla de pequeñas diferencias respecto a los resultados obtenidos a partir de la microfauna y el registro antracológico. A este respecto, debemos tener en cuenta que las unidades
que hemos analizado tienen un sesgo provocado por el origen
antrópico en el aporte de los taxones, generándose unos conjuntos compuestos por especies con características más ubicuas
que los micromamíferos y las especies vegetales, que sin duda
presentan una mayor sensibilidad a los cambios ambientales.
La información que aportan los microvertebrados a escala paleoambiental, desarrollada a partir del uso de Habitat
Weighting Method en la UE Xb de El Salt, indican un predominio de ambientes boscosos (55%), con presencia también
de ambientes abiertos similares a la pradera seca (19%) y la
pradera húmeda (16%) (Fagoaga et al., 2017, 2019; Fagoaga, 2019, Marquina-Blasco et al., 2017). La clasificación de
los macrovertebrados partiendo de los mismos preceptos, nos
indica un predominio de los ambientes abiertos tipo pradera y
zonas de marjal (43,6%), seguidas en representación por ambientes boscosos (20,5%), montes (18%) y matorral (18%).
Por otro lado, las fases antracológicas determinadas en el yacimiento (S3 a S1) y su comparativa con los datos sedimentológicos y palinológicos disponibles, expresan un cambio significativo en el paisaje vegetal de los valles alcoyanos durante
el MIS 3, frente al reconocido para momentos anteriores en el
cercano yacimiento de Abric del Pastor (MIS 4). Se produjo
entonces una sustitución de enebros y sabinas por bosques de
pinos criófilos, asociados a unas condiciones más húmedas.
Además, se identifica una tendencia clara hacia la aridez entre
los ca. 52-50 Ka (fase antracológica S3) Ka y 49-44 Ka (fase
antracológica S2), con un bosque mixto más amplio que las
formaciones abiertas para las primeras fechas y su posterior
reducción junto a un aumento de Juniperus en la segunda fase
(Vidal-Matutano, 2016a).
Los datos climáticos derivados del estudio de micromamíferos en las UE V-Sup y Xb, junto al registro macrobotánico de las
UE VIII a Xb de El Salt, indican que durante el Paleolítico medio
las condiciones climáticas del entorno circundante al yacimien159
[page-n-173]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
to distan de los parámetros actuales (13,6 ± 0,8ºC), reflejando
mayores cotas de frío y humedad propias de unas condiciones
supramediterráneas, actualmente tan solo registradas en el Parc
Natural de la Font Roja. A través de la microfauna se ha podido identificar en la UE Xb una TMA de en torno a 10 ± 1,3 ºC
y una PMA de entre 617,4 ± 155,2 mm, mientras que para la UE
V-Sup se ha determinado una TMA de 11,2 ± 1,4ºC y una PMA de
en torno a 549,4 ± 154,6 mm (Fagoaga et al., 2016, 2017, 2021;
Fagoaga, 2019), dato asociado según los referentes actuales a un
ombroclima sub-húmedo y no al ombroclima seco que caracteriza actualmente los valles alcoyanos. Por otro lado, el estudio
antracológico en su conjunto da como resultado unas condiciones
supramediterráneas subhúmedas, con diferencias en los patrones
de lluvia entre las distintas unidades estratigráficas dada la distribución porcentual de taxones, indicando una mayor humedad
en los niveles más antiguos (Vidal-Matutano, 2016a; Vidal-Matutano et al., 2018). Estas condiciones serían similares a las que
actualmente se registran en la Sierra de Javalambre (Teruel) con
unas TMA de 8-10ºC y una PMA de entre 500-700 mm. A partir del estudio paleoecológico de los macrovertebrados, teniendo
en cuenta el menor nivel de resolución climática, hemos podido establecer una TMA de en torno a los 17ºC y una PMA de
400 mm para el conjunto de la secuencia, bajo unas condiciones
predominantemente mediterráneas, enclavadas en los termotipos
mesomediterráneo inferior y termomediterráneo superior, bajo un
ombrotipo de carácter hiperárido. Sin embargo, cuando nos movemos en cada una de las unidades estratigráficas observamos oscilaciones muy marcadas en temperatura, pluviometría y aridez,
siendo las unidades estratigráficas Xa, IX, VIII y V-Sup las que
alcanzan mayores cotas de temperatura y precipitaciones, frente
a las unidades estratigráficas VII-VIII, VII, VI y V-Inf, con un
marcado descenso de tales parámetros climáticos (tabla 111). En
este sentido, el estudio integral de la fauna de macrovertebrados y
microvertebrados de El Salt, presumiblemente, permitirá corregir
estos datos, con una posible tendencia a una menor temperatura
media anual y unos índices pluviométricos algo más elevados,
propios de condiciones más humedas y secas.
Por otro lado, a partir de los resultados zooarqueológicos
y la distribución de especies indicadoras, podemos reconocer
una alta diversidad ambiental durante del MIS 3, con nume-
rosas áreas de bosque, matorral, praderas y toda una serie de
entornos fluvio-lacustres, bajo unas condiciones climáticas
no muy alejadas de las que actualmente se reconocen para la
región, si bien algo más húmedas y frías. El macroclima mediterráneo es constante en todos los análisis, alternándose el
termotipo entre termo/meso y supra-mediterráneo. Estas condiciones mantendrían un ecosistema diverso y estable, compuesto por un elenco de mamíferos de talla pequeña, mediana
y grande, tanto herbívoros como carnívoros, además de aves,
reptiles y una amplia diversidad de micromamíferos. Evidencias paleoambientales similares se encuentran en otros depósitos cercanos, como el Abric del Pastor, Cova Beneito, el
Abrigo de la Quebrada, Cueva Antón, Cueva de los Aviones,
Sima de las Palomas del Cabezo Gordo y Cueva Perneras (Badal, 1991; González-Sampériz et al., 2010; Iturbe et al., 1993;
Martínez-Valle, 1996; Mochales, 1997; Montes-Bernárwdez,
1992; Pérez et al., 2017; Real et al., 2018; Sanz et al., 2019;
Zilhão et al., 2016, 2017; Zilhão et al., 2010). No obstante,
hace aproximadamente 49-45 Ka identificamos una serie de
cambios en el territorio, periodo para el que el registro de las
unidades estratigráficas VI, V-inf y V-sup da como resultado
una TMA 2ºC más baja y PMA de entorno a los 100-200 mm
a partir de los análisis paleoecológicos de la macrofauna y el
estudio paleobotánico. Estos datos son correlacionables con
los cambios climáticos acontecidos con el advenimiento del
Heinrich 5 (ca. 48-45 Ka BP), implicando una importante pérdida de biodiversidad en la zona, teniendo como consecuencia
más inmediata una reducción de las presas y los ambientes
explotados por parte de los grupos neandertales.
6.2. EVOLUCIÓN TAXONÓMICA
Desde una perspectiva diacrónica, los cambios en la composición faunística de El Salt parecen estar ligados a la variable nutricional, si bien esta depende de la disponibilidad de presas en
los valles. En este sentido, partiendo exclusivamente del NISP,
la distribución porcentual de los grupos taxonómicos respecto
el total de restos determinados es cambiante entre las distintas
unidades estratigráficas, siendo relevante el rango de variación
de los lagomorfos, entre un 7-97%. No obstante, si eliminamos
Tabla 111. Resultado de los parámetros climáticos para cada una de las unidades estratigráficas estudiadas en El Salt. Datos de temperatura
expresados en grados celcius (ºC) y de pluviometría en milímetros (mm).
Parámetro bioclimático
Xa
IX
VIII
VII-VIII VII
VI
V-Inf
V-Sup
Promedio
Temperatura media (TMA)
18,81
20,93
19,15
16,77
17,78
17,93
16,16
19,64
17,40
Tº media mes más calido (Tmax)
26,41
27,88
27,22
26,95
27,13
27,63
25,72
27,96
26,03
Tº media mes más frío (Tmin)
12,70
16,07
13,00
8,56
9,99
10,81
7,93
13,34
10,03
Amplitud térmica media anual (IC)
13,71
11,80
14,21
18,38
17,13
16,81
17,79
14,61
16,00
Índice de termicidad (It)
442,37
531,05
451,88
339,29
378,05
395,92
320,49
463,57
374,93
Índice de termicidad compensado (Itc)
416,81
470,36
422,44
352,28
386,40
387,18
321,47
436,15
379,56
Invierno (meses TMA < 0ºC)
-1,11
-2,05
-1,56
-0,96
-0,79
-1,53
-0,22
-1,62
-0,41
Índice ombrotérmico (Io)
0,41
-1,18
-1,44
-2,91
-1,94
-4,54
0,38
-2,24
0,03
Precipitación media (PMA)
503,63
358,11
275,66
109,62
259,77
-14,10
172,11
222,18
411,79
Duración de la aridez (meses)
6,37
7,85
7,58
7,55
7,15
8,31
7,88
7,94
6,38
160
[page-n-174]
discusión
al conejo de nuestra valoración debido a su escaso origen antrópico, la distribución porcentual del resto de grupos taxonómicos
aumenta considerablemente, situando a los ungulados entre un
33-100%, a los carnívoros entre un 2-33%, y al resto de taxones
entre un 1-66%.
En este sentido, la captura de las tres principales familias
de ungulados (cérvidos, caprinos y équidos) es proporcional en
todas las unidades, a pesar de que sus porcentajes oscilen entre
el 16-65% en los ciervos, entre 7-35% en los caprinos y entre un
7-33% en los caballos. En el caso concreto de estos últimos, es
significativa su progresiva reducción a partir de la UE VII-VIII,
en equilibrio con el aumento de bovinos en las unidades estratigráficas más recientes, vinculadas cronológicamente al desarrollo del Heinrich 5, fenómeno que podría estar relacionado con
un cambio en el medioambiente de los valles.
Teniendo en cuenta los índices de diversidad ecológica
Simpson y Shannon obtenidos para cada unidad, los resultados
revelan un claro predominio de un taxón sobre el resto en los
conjuntos, debido en este caso al conteo de los lepóridos a la
hora de realizar cada uno de estos índices. No obstante, si eliminamos a estos de los análisis, los valores obtenidos se mantienen muy similares, conservando el predominio de un taxón
sobre el resto e indicando una baja diversidad en la muestra
(tabla 112). Este resultado podría ser sinónimo de la preferencia hacia un tipo animal por los grupos neandertales, presumiblemente el ciervo y la cabra, sin que ello implique una
caza especializada o centrada exclusivamente en este taxón en
detrimento del resto de ungulados, como ocurrirá durante el
Paleolítico superior. Así pues, desconocemos la abundancia
y diversidad taxonómica real de los valles alcoyanos durante
el MIS 3, que en términos estrictamente paleoecológicos nos
permitan afirmar tal preferencia. El descubrimiento y examen
de acumulaciones o trampas de origen natural, como es por
ejemplo el caso de Artazu VII en el País Vasco para cronologías del MIS 5c (Castaños et al., 2017; Suárez-Bilbao et al.,
2017), serían de gran ayuda para comprender de forma más
fehaciente el repertorio faunístico de nuestra zona de estudio
durante el Paleolítico, una tarea altamente viable dado el patrimonio paleontológico del territorio.
6.3. ESTRATEGIAS DE SUBSISTENCIA
DURANTE EL PALEOLÍTICO MEDIO EN EL
YACIMIENTO DE EL SALT
La explotación de ungulados con un alto valor nutritivo, la
preferencia por los individuos jóvenes y adultos, el desarrollo de cacerías no selectivas y el transporte de buena parte
de las carcasas a un entorno de ocupación recurrente, sitúan
a El Salt dentro del conjunto de yacimientos caracterizados
por estrategias de subsistencia propias del Paleolítico medio,
especialmente desarrolladas a partir del MIS 5-MIS 3 (Morin
et al., 2016; Stiner, 2013). Con excepción de la UE V-Sup, el
resto de unidades que componen la secuencia paleolítica de
El Salt tienen un carácter eminentemente antrópico, siendo
estas sobre las que centraremos esta sección de la discusión,
dejando al margen los resultados obtenidos en el depósito
superior y que retomaremos al hablar del conjunto de lagomorfos (figura 82).
Tabla 112. Índices de diversidad ecológica Simpson y Shannon obtenidos para el conjunto de unidades estratigráficas de El Salt. Se
distingue entre el resultado del conjunto de taxones y del conjunto
exceptuando los lepóridos (LP).
UE
Taxones
Taxones sin LP
Simpson
Shannon
Simpson
Shannon
V-Sup
0,61
1,37
0,81
1,73
V-Inf
0,79
1,67
0,75
1,49
VI
0,82
1,84
0,81
1,73
VII
0,68
1,54
0,79
1,74
VII-VIII
0,78
1,56
0,73
1,35
VIII
0,85
2,03
0,84
1,95
IX
0,79
1,79
0,81
1,77
Xa
0,75
1,84
0,84
2,07
Promedio
0,76
1,71
0,80
1,73
6.3.1. taxones principales
Cérvidos, caprinos y équidos son los grupos taxonómicos sobre los que los homínidos que frecuentaban nuestro territorio
de estudio centraban la mayor parte de sus estrategias de subsistencia. Si bien, existen ciertas diferencias según la unidad
estratigráfica respecto a la cantidad de individuos capturados,
modalidades de transporte y procesamiento de las carcasas en
el yacimiento. En la escala de preferencia por las presas, los
cérvidos son el grupo de origen antrópico con mayor NISP
para todas las unidades estratigráficas (figura 83). No obstante,
si tomamos como referencia el NMI comparten la misma posición que los caprinos en las UE VI, VII y VII-VIII, o incluso
quedan relegados a un segundo lugar en la UE Xa. Los équidos
en cambio ocupan la tercera posición, independientemente del
tipo de conteo.
En cuanto a sus perfiles anatómicos, a pesar de la mayor proporción de fragmentos apendiculares, ha sido posible reconocer todos los grupos anatómicos en el depósito y
prácticamente la mayor parte de los huesos que componen su
esqueleto. Este fenómeno revela unas estrategias de transporte y máximo aprovechamiento de las capturas, siempre
que concibamos la interpretación de los conjuntos desde una
perspectiva temporal larga, además de demostrar la ausencia
de especialización en determinadas partes de las carcasas a
nivel diacrónico. Hemos de considerar que posiblemente el
apresamiento de los animales no se realizaría siempre en los
territorios más cercanos o alejados dependiendo de la talla
del taxón o la búsqueda de los elementos anatómicos más nutritivos, pues en tal caso se identificaría un sesgo recurrente
provocado por el efecto Schleep, sobre todo entre los individuos de mayor porte. Del mismo modo, esta visión no implica que se produjera la selección y transporte de determinadas
partes anatómicas durante las ocupaciones concretas o más
acotadas a un tiempo etnográfico, ni siquiera incluso durante
largos periodos de tiempo, como puede identificarse en la
ausencia de restos craneales de los caprinos en la unidad estratigráfica IX, y de restos axiales de los taxones principales
en las unidades estratigráficas VII y VII-VIII.
161
[page-n-175]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 82. Extracto del informe inédito llevado a cabo por Inocencio Sarrión en 1982 sobre la fauna recuperada en las excavaciones de
1960 y 1961 en el yacimiento de El Salt. Con su trabajo pone de manifiesto, por primera vez, el origen antrópico de buena parte del conjunto, destacando la presencia abundante de “fragmentos de diáfisis de grandes mamíferos” y de “incisiones y raspaduras” relacionadas
con las actividades de procesado carnicero.
Figura 83. Reconstrucción artística de la actividad de talla lítica y procesado de un ciervo por parte de un individuo Neandertal. Autoría
de la ilustración: Pep Cantó.
162
[page-n-176]
discusión
El análisis de los índices de utilidad económica corrige en
parte los resultados anteriores, dado que en la mayoría de los
casos donde la correlación es significativa entre los índices y
el %MAU existe una preferencia por los elementos anatómicos
más ricos en volumen medular, grasa insaturada y médula, con
pocas evidencias de una utilidad alimentaria más generalista,
como sí ocurre entre las tallas pequeñas en la UE VIII y VI. Por
su parte, estos resultados son recíprocos con el tipo y disposición de marcas de carnicería, a partir de las que hemos identificado las labores de despellejamiento y evisceración en aquellos
restos donde los cortes se concentran en las ramas mandibulares, falanges y costillas (especialmente en la UE Xa), junto a
tareas más recurrentes como el desmembrado y fileteado, evidenciado en una amplia cantidad de incisiones y raspados en las
distintas caras de los elementos apendiculares y principalmente
en la zona central. Igualmente, el acceso a la médula ósea a
través de la fracturación es el fenómeno más abundante, demostrado en la presencia de un altísimo porcentaje de fragmentos
óseos, lascas derivadas de la percusión y negativos de impactos.
En este sentido, el porcentaje de fragmentación es muy elevado
para los taxones principales en todas las unidades, oscilando en
el caso de los caprinos entre un 87-97%, entre los cérvidos un
93-100% y entre los équidos un 95-100%.
En el caso concreto del índice de curado de carne (MDI), a
lo largo de la secuencia hemos obtenido como resultado una correlación negativa con los datos del %MAU, si bien no significativa, que podría suponer que tal actividad a través del ahumado
no fuera una práctica habitual. Este dato llamativo, dadas las
evidencias paleobotánicas que plantean la realización de hogares con el fin de generar abundante humo en la UE Xb (VidalMatutano et al., 2017). Una vez ampliemos el estudio faunístico
a dicha unidad estratigráfica, debemos confirmar nuestros resultados de cara a dar una posible explicación sobre la funcionalidad de tales hogueras y plantear la exclusividad o no de la práctica en eventos muy puntuales de la secuencia. Por el contrario,
lo que hemos demostrado es el uso continuado que los grupos
neandertales hacían del fuego en el yacimiento El Salt. De este
modo, un 26% del registro óseo tiene signos de termoalteración,
reconociendo entre los caprinos un rango de variación porcentual según la unidad de entre un 33-53% de material termoalterado, entre los cérvidos de un 31-83% y entre los équidos de un
40-49%. Su origen no es otro que el cocinado de aquellas partes
anatómicas con contenido cárnico y la alteración intencionada
de las diáfisis para facilitar la recuperación de la médula, así
como el desecho de parte de los materiales en las propias hogueras, tanto como medio de limpieza como por su posible aprovechamiento como combustible. En este sentido, nuevos análisis
han de ser planteados, incluyendo el estudio íntegro del material
recuperado mediante la criba con el fin de comprobar qué cantidad de diáfisis y fragmentos esponjosos existen en contexto de
hogares, dada su práctica ausencia en el resto del depósito.
Por último, debemos poner de manifiesto que el grado de
aprovechamiento de los principales taxones no se reduce solo al
ámbito nutritivo, sino también al tecnológico. En este sentido,
la producción de retocadores óseos a partir de fragmentos diafisarios en la UE Xa (Pérez et al., 2019), muestra la capacidad
de estos homínidos para obtener la máxima rentabilidad de sus
presas y demás recursos del entorno. El cruce de todos los datos
anteriores sitúa las estrategias realizadas por los neandertales en
El Salt dentro del marco de la teoría del forrajeo óptimo (Optimal Foraging Theory), a escala dietética y subsistencial en su
máximo significado.
6.3.2. taxones secundarios
Entre los taxones minoritarios, para el caso de los grandes bóvidos (Bos primigenius) contamos con un registro esquelético significativo en distintas unidades estratigráficas, aunque tan solo
hemos determinado signos de manipulación antrópica (muescas, incisiones, raspados y termoalteraciones) sobre fragmentos
apendiculares y axiales en las UE VIII y Xa, puestos en relación
con un transporte de parte de las carcasas al yacimiento para su
posterior procesamiento y consumo. El resto de especies, si bien
se reparten de forma heterogénea en el depósito, su contribución
a nivel nutritivo en la dieta de los homínidos no alcanza el valor
de los taxones principales. Entre ellos nos encontramos a un
pequeño conjunto de lepóridos, tortugas, jabalíes, rebecos y perdices, con marcas de procesado antrópico, así como un reducido
conjunto de piezas dentales de rinocerótidos. Para estos últimos,
no contamos con datos suficientes con los que dar una explicación sobre su depósito, debido principalmente a la ausencia de
un mayor número de partes esqueléticas que se relacionen con
su explotación por parte de los homínidos, o bien con la muerte
natural de algún individuo en el entorno cercano. En el caso de
los lepóridos, dejando al margen las termoalteraciones por no
considerarlas una modificación del todo intencional e inequívocamente afín al procesamiento antrópico (Pérez et al., 2017),
se reconocen escasos signos de haber sido explotados por los
neandertales en las UE V-Sup y Xa. Las marcas, reducidas a
tres incisiones y una fractura por peeling sobre tibias y coxales,
indican un consumo muy puntual por parte de los homínidos. En
el caso de los jabalíes y rebecos, a pesar de su escaso registro,
en la UE VIII y Xa contamos con restos del esqueleto craneal y
apendicular con signos de termoalteración intencional, raspados
y fracturación en fresco, manifestando el consumo antrópico de
los paquetes cárnicos y contenido medular. Para las aves, hemos podido reconocer un fragmento de húmero de perdiz con
marcas de incisión y raspado muy débiles en la UE Xa, que
puede indicar también un aprovechamiento puntual de estas pequeñas presas, tal y como ha sido constatado en otros yacimientos asociados al linaje neandertal como Cova Negra, la Cova
de Bolomor, Gorham’s cave, Axlor, Les Fieux, Payre, Abri des
Pêcheurs, Kaprina, entre otros (Gómez-Olivencia et al., 2018).
Un tratamiento aparte merece el reducido número de fragmentos de tortuga mediterránea (Testudo hermanni), recuperados exclusivamente en la UE Xa, sobre todo teniendo en cuenta
su abundancia durante el MIS 4-5 en el yacimiento cercano del
Abric del Pastor (Sanchis et al., 2015a). En este sentido, la reducida explotación de un recurso nutritivo de tan fácil captación,
ligado a un periodo de bonanza climática como el MIS 3 que se
presupone ideal para la supervivencia de este tipo de quelonios,
nos lleva a plantear dos posibles situaciones: a) una recesión de
la especie en los valles alcoyanos anterior a la fecha propuesta
para el resto de yacimientos de la región mediterránea, donde
existen claras evidencias de su consumo hasta ca. 45 Ka (Morales y Sanchis, 2009; Sanchis et al., 2015a); b) un cambio en
las estrategias de subsistencia de los grupos de homínidos del
MIS 3, respecto a las que se pueden observar en depósitos del
MIS 4 y MIS 5 en el territorio, caso de los yacimientos de Abric
163
[page-n-177]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
del Pastor y la Cova del Bolomor (Blasco, 2008). Este fenómeno
contrasta además con el registro de otros yacimientos cercanos
de similar cronología a El Salt, como el Abrigo de la Quebrada,
donde la tortuga constituye uno de los taxones principales aportados por los grupos humanos (Real et al., 2018).
Finalmente, otro pequeño conjunto de taxones pertenecientes al orden de los carnívoros, las aves y los microvertebrados,
no muestran ningún signo de manipulación antrópica en el yacimiento, por lo que es más que probable que su depósito esté
relacionado con muertes naturales y la predación de agentes
no antrópicos (Pérez y Sanchis, 2021). Es destacable el que no
haya aparecido ningún resto de cánido o felino con señales de
manipulación antrópica, como sí sucede para el caso del cuón y
el leopardo en Cova Negra (Sanchis et al., 2015b), o del león, el
zorro y el lince en el nivel IV de la Cova del Bolomor (Blasco y
Fernández, 2012b), cuyo aprovechamiento se pone en relación
con el consumo de su carne y uso de la piel.
6.4. LA IMPORTANCIA DE LOS PREDADORES
NO HUMANOS
A lo largo de cada unidad estratigráfica de El Salt, hemos podido
comprobar la práctica ausencia de restos óseos de los principales
predadores: humanos, carnívoros y aves rapaces. Por el contrario,
tenemos un elevado número de evidencias que confirman su presencia en el lugar, ya sea a través de los restos de ungulados
con signos de manipulación antrópica, o bien gracias al elevado
número de restos de lagomorfos aportados por aves rapaces y
pequeños carnívoros. Así pues, aunque tratemos el registro óseo
de El Salt como un conjunto eminentemente antrópico, no hay
que desdeñar el valor del material de origen natural en términos
de abundancia (35% NISP). En este sentido, El Salt se asimila
a buena parte de los depósitos arqueológicos del MIS 3 ampliamente estudiados para la vertiente mediterránea, donde la actividad de carnívoros es muy baja o nula, caso por ejemplo de la
parte superior de la secuencia del Abrigo de la Quebrada o para
el conjunto del Abric Romaní (Gabucio, 2017; Gabucio et al.,
2016; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013). A pesar del reducido número de restos de carnívoros (0,5% NISP), la cantidad de
taxones determinados es destacable y buen ejemplo del catálogo
de predadores presentes en la región para este periodo. Entre ellos
hemos reconocido desde grandes carnívoros como el leopardo y
el lobo, a carnívoros de mediano y pequeño tamaño como el lince, el cuón y el zorro. Junto a ellos, a pesar de su dieta omnívora,
disponemos de un resto de úrsido, desafortunadamente descontextualizado estratigráficamente. Por el contrario, no contamos
con registro de otros grandes carnívoros de la época, tales como
el león de las cavernas o la hiena (Pérez y Sanchis, 2021). La
competencia por las presas no ha podido ser atestiguada a partir
del registro analizado, siendo nulos los restos con signos de manipulación antrópica y muy escasos los restos de ungulados con
marcas de descarnado y posterior actividad de los carnívoros, o
viceversa. Por el contrario, aunque de forma anecdótica, sí que tenemos certeza de competencia interespecífica gracias a un fémur
de cuón con dos claras punciones provocadas por otro carnívoro,
aunque desconocemos el motivo y desenlace de su muerte al no
contar con un número mayor de materiales. Sea como fuere, el
método de caza practicado tanto por humanos como por el resto
de depredadores, se muestra preferentemente pasivo y con un ac164
ceso primario en el yacimiento de El Salt si seguimos la nomenclatura clásica (Bunn y Ezzo, 1993). Si bien, no podemos negar
el posible aprovechamiento de los grupos humanos de aquellas
carcasas dejadas por los carnívoros en el territorio.
En términos de ocupación del yacimiento, mientras que la
introducción de restos por parte de los carnívoros es prácticamente nula, la contribución de las aves rapaces al depósito es
más alta incluso que la de los grupos humanos, con una predación constante de lagomorfos que genera abundantes acumulaciones en todas las unidades, de una forma similar a los casos
registrados en Cueva Antón y Cueva de los Aviones (Sanchis,
2012; Zilhão et al., 2016), la Cueva del Boquete de Zafarraya
(Barroso et al., 2003, 2006), la Cova de les Teixoneres (Rufà et
al., 2014, 2015), la Cova de l’Arbreda (Lloveras et al., 2010) o
la Gruta do Caldeirão (Lloveras et al., 2011). La presencia de
lagomorfos es tal, que buena parte del material ha sido modificado por los hogares producidos por los grupos humanos, encontrándonos con un elevado número de restos termoalterados
sin ningún otro tipo de señal que los relacione con un origen
antrópico (Pérez et al., 2017). Este hecho, tiene implicaciones
relevantes a la hora llevar a cabo una correcta disección de los
palimpsestos arqueológicos y el posterior estudio comportamental de nuestros conjuntos. En este punto, debemos indicar
que en este trabajo no se ha llevado a cabo un estudio tafonómico lo suficientemente amplio que permita aclarar qué ave rapaz
fue el principal agente predador, un trabajo pendiente para el
futuro cuya relevancia ha sido puesta de manifiesto en recientes
publicaciones (Lloveras y Nadal, 2015).
6.5. LA SUBSISTENCIA DE LOS NEANDERTALES EN
LA VERTIENTE DEL MEDITERRÁNEO IBÉRICO
Una dieta de amplio espectro centrada en la caza de ungulados de talla media/grande, intercalada por prácticas de carácter oportunista en determinados momentos, definen gran parte
del comportamiento alimenticio identificado en los conjuntos
arqueológicos del Paleolítico medio. Un aprovechamiento generalista que si lo comparamos con el registro cinegético del
Paleolítico superior en etapas avanzadas - donde predomina una
o dos especies entre ciervos y/o caprinos - (Aura et al., 2002;
Villaverde et al., 1996, 2012), se caracteriza por la ausencia
de especialización y una relativa diversidad en la captura de
ungulados. No obstante, en algunos contextos ha sido posible
comprobar la existencia de prácticas cinegéticas monoespecíficas durante el Paleolítico medio, centradas sobre todo en la
captura masiva, tal y como sucede en los yacimientos de La
Borde, Mauran, Les Pradelles, Coudolous I, Jonzac, Wallertheim site y Saltzgitter Lebenstedt (Rendu et al., 2012), o bien una
intensa explotación de determinados grupos taxonómicos, como
es el caso de los caprinos en niveles concretos de El Esquilleu
(Uzquiano et al., 2012, Yravedra, 2006b). Recientes resultados
isotópicos confirman el elevado consumo de carne de ungulados
entre los grupos neandertales (Jaouen et al., 2019), si bien deben
ser comprendidos dentro de una dieta omnívora donde existe
un importante consumo de nutrientes de origen vegetal en función del ciclo estacional, tal y como exhiben las investigaciones
realizadas en otros depósitos del entorno mediterráneo en base
a evidencias isotópicas, el cálculo dental y la química orgánica
(Power et al., 2018; Salazar-García et al., 2013). En este últi-
[page-n-178]
discusión
mo caso, contamos además con evidencias directas en El Salt, a
partir de la identificación y estudio de la materia fecal de origen
humano recuperada en la UE Xa (Sistiaga et al., 2014).
A partir del conjunto de datos sobre subsistencia comentados, podemos afirmar que los conjuntos faunísticos recuperados
a lo largo de la secuencia de El Salt comparten características
comunes con buena parte de los depósitos con cronologías del
MIS 3 de nuestro ámbito más cercano y gran parte de Eurasia
(tabla 113), demostrando el alto interés de los neandertales por
la explotación de la carne y médula de los principales grupos de
ungulados: cérvidos, caprinos, équidos y bovinos. No obstante,
la explotación de unos taxones en preferencia de otros es variable según cada yacimiento, e incluso cada unidad estratigráfica,
aspecto relacionado con su localización, el carácter de las ocupaciones humanas y la disponibilidad de presas en razón de los
ritmos anuales y condiciones climáticas. Por ejemplo, mientras
que los cérvidos son una de las principales presas en todas las
secuencias, la explotación de caprinos queda prácticamente limitada a los yacimientos emplazados en zonas de montaña de la
región central del Mediterráneo ibérico, con algunas evidencias
en los niveles más recientes del Abric Romaní y Cova Gran,
donde luego disminuye su consumo a medida que nos alejamos
en el tiempo, dando paso al aprovechamiento de grandes ungulados como el caballo o el uro. No obstante, si acudimos al
registro del norte peninsular, podemos notar que las dinámicas
de subsistencia son distintas, demostrándose por ejemplo para
esta zona una elevada cantidad de caprinos en los conjuntos de
origen no antrópico, que hemos de poner en relación con una
mayor competencia por las presas entre predadores, a excepción de yacimientos como El Esquilleu y Valdegoba donde su
explotación por parte de los grupos humanos ha sido demostrada (Arceredillo, 2009; Sanchis et al., 2019; Yravedra, 2006b;
Yravedra et al., 2014; Yravedra y Cobo, 2015). Otras cuestiones
como la preferencia de los grupos humanos por determinados
tipos animales, o incluso la ausencia de explotación de taxones
en el entorno cercano, son comportamientos que pueden estar
condicionando las estrategias cinegéticas, aunque de difícil medición a través del análisis exclusivo de conjuntos zooarqueológicos. En este sentido, la disponibilidad de yacimientos paleontológicos de comparación como Artazu VII en el País Vasco o
los aven-piège en Francia (Castaños et al., 2017; Costamagno,
1999; Coumont, 2008; Coumont et al., 2013), son totalmente
necesarios a la hora de conseguir una visión paleoecológica más
realista de la que podemos obtener a través de las secuencias
arqueológicas en sentido estricto.
En este punto, debemos considerar que los niveles de identificación en los depósitos mediterráneos son altamente cambiantes, con porcentajes que oscilan desde un 1,3% de mínimo en el
Abrigo de la Quebrada a un 80,7% en L’Arbreda, condicionando
en buena medida la distribución taxonómica original, sobre todo
si tenemos en cuenta que parte de los depósitos no cuentan con
un análisis tafonómico detallado. La intensidad del procesado y
consumo de biomasas animales parece estar relacionado también
con los niveles de identificación, dado que los porcentajes de
NISP más bajos se reconocen en los depósitos con mayor grado
de fragmentación, sobre los que además están actuando toda una
serie de fenómenos fosildiagenéticos. Por ejemplo, mientras que
en El Salt identificamos unos niveles muy altos de fragmentación
vinculados al consumo humano atendiendo a las dimensiones de
los restos, en el Abric Romaní con una composición taxonómica y prácticas de comportamiento similares, la intensidad en el
procesado y consumo de animales no es tan elevada, derivado
probablemente de prácticas y necesidades nutritivas desiguales entre ambas poblaciones. Esta variedad comportamental es
también reconocible en las limitadas evidencias de retocadores
para toda la vertiente mediterránea, manifestando un aprovechamiento de las carcasas animales que va más allá de la obtención
de nutrientes en algunos niveles de El Salt, Teixoneres, el Abric
Romaní o la Cova del Bolomor (Pérez et al., 2019), sin llegar no
obstante a la importancia que estos útiles tienen en los yacimientos musterienses de la cornisa cantábrica y sur de Francia, donde
los condicionantes tecnológicos parecen ser distintos (Daujeard,
2018; Mozota, 2012). Nuevos estudios tafonómicos sobre el
resto de los conjuntos mediterráneos deberían ser realizados, de
cara a confirmar tal sesgo en la presencia de retocadores.
Por otro lado, en El Salt hemos identificado una serie de taxones cuyo origen antrópico es dudoso o inexistente, caso de los
carnívoros, lepóridos, avifauna y rinocerótidos. En este sentido,
el yacimiento no puede ser tomado como ejemplo de competición por las presas entre los humanos y carnívoros, como sí
sucede para el caso de algunos niveles de Cova Beneito, Cova
Negra, la Cova del Bolomor, la Cova del Gegant, Teixoneres y
L’Arbreda. No obstante, la identificación de un fémur de cuón
con signos de mordedura de otro carnívoro en la unidad estratigráfica Xa de El Salt nos permite confirmar la competencia
interespecífica en el territorio. A este respecto, debemos tener
en cuenta que el desarrollo de los grandes carnívoros en la zona
mediterránea es muy inferior al resto de la península ibérica,
especialmente la región cantábrica y la Meseta, manifestado por
ejemplo en la diferencia porcentual de la cantidad de carnívoros recuperados en los niveles basales de Cova Beneito y Cova
Negra respecto a los depósitos cantábricos y de la meseta. Evidencias de carnívoros que, por otro lado, para nuestra región de
estudio se limitan a unos pocos restos anatómicos y la presencia de coprolitos de hienas en contextos sin nuevas dataciones,
frente a la riqueza de materiales recuperados en los otros territorios. Tal es así que a nivel taxonómico no ha podido reconocerse
por ejemplo restos de oso de las cavernas (Ursus spelaeus) en
la zona mediterránea, o bien son pocos los restos de león de
las cavernas (Panthera leo spelaea) y hiena (Crocuta crocuta),
mientras que en la zona norte abundan durante el Pleistoceno
superior (Villaluenga, 2013, 2009). Este hecho invita a pensar
en los condicionantes biogeográficos y cronológicos como la
explicación más plausible para la distribución de los carnívoros
en el territorio peninsular, con una presencia más destacada en
el ámbito mediterráneo de los carnívoros de talla media/grande
como leopardos, cuones y lobos a medida que avanza el Pleistoceno superior, respecto a otros grandes carnívoros como leones
y hienas muy bien distribuidos en las zonas del norte y centro
peninsular. Tal distribución podría estar indicando unos niveles
de competencia muy diferentes según la región, fenómeno que
afectaría a las estrategias de subsistencia y dinámicas de ocupación de los grupos humanos.
En otros términos, la investigación llevada a cabo en El Salt
permite caracterizar al yacimiento como depósito de formación
mixta, donde participan casi por igual los humanos, las aves
rapaces y/o pequeños carnívoros. Aunque estos agentes pudieron ocupar el lugar durante momentos diferentes, también cabe
165
[page-n-179]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 113. Listado de yacimientos con niveles del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica con estudios detallados a nivel de subsistencia. Referencias (Ref.): 1) Machado et al., 2013; Pérez et al., 2017; Sossa-Ríos et al., 2022. 2) Vaquero, 1997; Aïmene, 1998; Cáceres
et al., 1998; Rosell, 2001; Cáceres, 2002; Carbonell, 2002; Fernández-Laso, 2010; Rosell et al., 2012; Gabucio, 2014; Marín et al, 2016;
Gabucio et al, 2017; Marín et al, 2017. 3) Eixea et al., 2015; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013. 4) Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle,
1996; Real et al., 2018. 5) Sanz et al., 2015. 6) Mora et al., 2018; Samper-Carro, 2014. 7) Sanchis, 2012; Zilhao et al., 2016, 2017; Sanz
et al., 2019. 8) Galván et al., 2014; Machado et al., 2016; Pérez, 2019. 9) Maroto et al., 2017; Lloveras et al., 2018; Soler, 2014; Lloveras
et al., 2010; Kehl et al., 2010; Estévez, 1978. 10) Rosell et al., 2017; Álvarez-Lao et al., 2017.
Yacimiento Nivel Datación
Método
Restos óseos
Taxones
> 50% NISP
Abric del
Pastor
(Alcoi,
Alicante)
TL
OSL
1225 NR
3% NISP
Testudo hermanni Equinae,
Capra pyrenaica Rhinocerotidae,
Cervus elaphus Leporidae, Suidae,
Canidae, Pantherinae
15
1
43,5 ± 1,2 Ka BP C14 AMS
29,23 ± 0,5 Ka BP
200 NR
54,5% NISP
Equus ferus
Ursus sp., Canis lupus,
Cervus elaphus Lynx pardina, Crocuta
Capra pyrenaica crocuta
Rupicapra
rupicapra
1
2
C
44,9 ± 2,5 ka BP
44,6 ± 3,7 Ka BP
44,2 ± 2,8 Ka BP
U/Th
126 NR
34,1% NISP
Equus ferus
Cervus elaphus
Bovidae
Suidae, Canidae,
Hienidae
1
D
40,6 ± 0,9 Ka BP
C14 AMS
197 NR
Equus ferus/
27,92% NISP hydruntinus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica,
Panthera pardus, Felis
silvestris
1
E
43,2 ± 1,1 ka BP
C14 AMS
2662 NR
12,4% NISP
11
Bos primigenius, Proboscidea, Canis
lupus, Lynx sp., Crocuta
Rupicapra
crocuta
rupicapra
Cervus elaphus
Equus ferus
H
46,6 ± 1,7 Ka BP
45,1 ± 3,1 Ka BP
44,5 ± 1,2 Ka BP
U/Th
C14 AMS
1165 NR
13,5% NISP
Cervus elaphus,
Equus ferus
Rhinocerotidae,
Panthera leo spelaea
10
I
48,6 ± 2,3 Ka BP
45,1 ± 3,1 ka BP
U/Th
1939 NR
16,1% NISP
Leporidae
Cervus elaphus
Equus ferus
Bos primigenius
16
J
50,4 ± 1,6 Ka BP
49,3 ± 1,6 Ka BP
47 ± 2,1 Ka BP
U-series
C14 AMS
8505 NR
14,9% NISP
Equus ferus/
hydruntinus
Cervus elaphus
60
Stephanorhinus
hemitoechus, Bos
primigenius, Rupicapra
pyrenaica
K
51 ± 9 Ka BP
50 ± 1,6 Ka BP
U-Series
2564 NR
15,8% NISP
Cervus elaphus
Equus ferus
Leporidae, Bos
primigenius
25
L
52,5 ± 1 Ka BP
U-Series
1002 NR
13,6% NISP
Cervus elaphus
Equus ferus
Bos primigenius
23
M
55,8 ± 2,3 Ka BP
51,8 ± 1,4 Ka BP
U-Series
334 NR
19,3% NISP
Cervus elaphus
Equus ferus
Testudinidae
Bos primigenius
37
Leporidae,
Stephanorhinus
hemitoechus, Ursus sp.,
Crocuta crocuta, Felis
silvestris
O
54,6 Ka BP
U-Series
9299 NR
5,7% NISP
Cervus elaphus
Felis silvestris
Bos primigenius
Equus ferus
Oryctolagus cuniculus, 63
Stephanorhinus
hemitoechus, Rupicapra
rupicarpa, Ursus
spelaeus, Avifauna
51,6 Ka BP
43,9 ± 0,7 Ka BP
C14 AMS
100,907 NR
1,3% NISP
Caprinae
Testudinidae
Equidae
Cervidae
Leporidae,
Suidae, Avifauna,
Rhinocerotidae, Vulpes
vulpes, Lynx sp.
IVa-d 48 ± 5 Ka BP
63 ± 5 Ka BP
Abric
B
Romaní
(Capellades,
Barcelona)
Abrigo de IV
la Quebrada
(Chelva,
Valencia)
166
Taxones
< 50% NISP
Nº Hogares Ref.
29
3
[page-n-180]
discusión
Tabla 113. Listado de yacimientos con niveles del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica con estudios detallados a nivel de subsistencia. Referencias (Ref.): 1) Machado et al., 2013; Pérez et al., 2017; Sossa-Ríos et al., 2022. 2) Vaquero, 1997; Aïmene, 1998; Cáceres
et al., 1998; Rosell, 2001; Cáceres, 2002; Carbonell, 2002; Fernández-Laso, 2010; Rosell et al., 2012; Gabucio, 2014; Marín et al, 2016;
Gabucio et al, 2017; Marín et al, 2017. 3) Eixea et al., 2015; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013. 4) Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle,
1996; Real et al., 2018. 5) Sanz et al., 2015. 6) Mora et al., 2018; Samper-Carro, 2014. 7) Sanchis, 2012; Zilhao et al., 2016, 2017; Sanz
et al., 2019. 8) Galván et al., 2014; Machado et al., 2016; Pérez, 2019. 9) Maroto et al., 2017; Lloveras et al., 2018; Soler, 2014; Lloveras
et al., 2010; Kehl et al., 2010; Estévez, 1978. 10) Rosell et al., 2017; Álvarez-Lao et al., 2017 (continuación).
Yacimiento Nivel Datación
Método
Cova
Beneito
(Muro
d'Alcoi,
Alicante)
X (D1, Relativa
D2)
(Würm III)
XI
(D3)
XII
(D4)
Taxones
> 50% NISP
Taxones
< 50% NISP
Cronocultural 3231 NR
y
28,8% NISP
Biocronología
Oryctolagus
cuniculus
Capra pyrenaica
Cervus elaphus
1
Rupicapra rupicapra,
Bos primigenius, Equus
ferus, Sus scrofa, Canis
lupus, Crocuta crocuta,
Lynx sp.
Relativa
(Würm III)
Cronocultural 476 NR
y
18,3% NISP
Biocronología
Rupicapra rupicapra,
Oryctolagus
cuniculus
Bos primigenius, Canis
Capra pyrenaica lupus
Cervus elaphus
Relativa
(Würm III)
Cronocultural 6264 NR
y
18,3% NISP
Biocronología
Oryctolagus
cuniculus
1
Capra pyrenaica,
Rupicapra rupicapra,
Cervus elaphus, Equus
ferus, Dicerorhinus
hemitoechus, Sus scrofa,
Canis lupus, Lynx sp.
60 ± 3,9 Ka BP
49,4 ± 1,8 Ka BP
U/Th
OSL
113 NR
65,5% NISP
Lynx sp.
Felis silvestris
Equus ferus, Canis cf.
lupus, Cervus elaphus
Dispersos
5
Cova Gran S1B-D 43,3 Ka BP
(Santa
42,2 ka BP
Linya,
Lleida)
C14 AMS
TL
49981 NR
2,7% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Equus ferus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica
Bos/Bison, Equus
hydruntinus, Sus
scrofa, Stephanorhinus
hemitoechus, Avifauna,
Canis lupus, Vulpes
vulpes, Felis silvestris
28
6
Cueva
Antón
(Mula,
Murcia)
III-b/d MIS 3
Biocronología 231 NR
y C14 AMS
46,7% NISP
Cervus elaphus
Testudinidae, Capra
ibex, Capreolus
capreolus, Equus ferus
0
7
III-i/j MIS 3
430 NR
35,3% NISP
Cervus elaphus
Testudinidae
Capra ibex,
Rhinocerotidae, Equus
ferus, Capreolus
capreolus, Ursus sp.
2
II-k /
II-l
6972 NR
99,7% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus, Equus
ferus
0
IIIa
Cova del
Gegant
(Sitges,
Barcelona)
El Salt
(Alcoi,
Alicante)
MIS 5a
Restos óseos
Nº Hogares Ref.
4
?
V-Sup 44,7 ± 3,2 Ka BP
45,2 ± 3,4 Ka BP
TL
OSL
566 NR
82,3% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Avifauna, Equidae,
Capra pyrenaica, Bos
sp.
0
V-Inf
44,7 ± 3,2 Ka BP
45,2 ± 3,4 Ka BP
TL
OSL
28 NR
50% NISP
Cervus elaphus
Vulpes vulpes
cf. Capra pyrenaica,
Equidae, Carnivora,
Oryctolagus cuniculus
1
VI
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
310 NR
40,6% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica, Equus 0
ferus, Bos sp., Lynx sp.
VII
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
460 NR
62,2% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus, Capra
pyrenaica, Equus
ferus, Bos primigenius,
Sus scrofa, cf. Lepus,
Passeriformes
8
0
167
[page-n-181]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 113. Listado de yacimientos con niveles del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica con estudios detallados a nivel de subsistencia. Referencias (Ref.): 1) Machado et al., 2013; Pérez et al., 2017; Sossa-Ríos et al., 2022. 2) Vaquero, 1997; Aïmene, 1998; Cáceres
et al., 1998; Rosell, 2001; Cáceres, 2002; Carbonell, 2002; Fernández-Laso, 2010; Rosell et al., 2012; Gabucio, 2014; Marín et al, 2016;
Gabucio et al, 2017; Marín et al, 2017. 3) Eixea et al., 2015; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013. 4) Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle,
1996; Real et al., 2018. 5) Sanz et al., 2015. 6) Mora et al., 2018; Samper-Carro, 2014. 7) Sanchis, 2012; Zilhao et al., 2016, 2017; Sanz
et al., 2019. 8) Galván et al., 2014; Machado et al., 2016; Pérez, 2019. 9) Maroto et al., 2017; Lloveras et al., 2018; Soler, 2014; Lloveras
et al., 2010; Kehl et al., 2010; Estévez, 1978. 10) Rosell et al., 2017; Álvarez-Lao et al., 2017 (continuación).
Yacimiento Nivel Datación
L'Arbreda
(Serinyà,
Girona)
168
Método
Restos óseos
Taxones
> 50% NISP
Taxones
< 50% NISP
Nº Hogares Ref.
VIIVIII
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
123 NR
60,2% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus, Equus 0
ferus, Capra pyrenaica,
cf. Bos primigenius
VIII
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
545 NR
47,7% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica, Equus 4
ferus, Bos primigenius,
Rupicapra rupicapra,
Rhinocerotidae, Lynx
sp., Phasianidae,
Pyrrhocorax sp.,
Columba cf. livia,
Avifauna
IX
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
549 NR
47,5% NISP
Oryctolagus
cuniculus,
Cervus elaphus
Capra pyrenaica,
Sus scrofa, Lynx sp.,
Panthera pardus,
Phasianidae, Anatinae,
Alectoris rufa,
Pyrrhocorax sp.
Xa
52,3 ± 4,6 Ka BP
TL
OSL
3388 NR
49,3% NISP
Oryctolagus
cuniculus
47
Cervus elaphus,
Capra pyrenaica,
Equus ferus, Sus
scrofa, Stephanorhinus
hemitoechus, Testudo
hermanni, Oryctolagus/
Lepus, Canis cf.
lupus, cf. Cuon sp.,
Lynx sp., Panthera
pardus, Phasianidae,
Anatinae, Alectoris rufa,
Pyrrhocorax sp., Bufo
bufo
I
44,4 ± 1,9 Ka BP
32,1 ± 0,4 Ka BP
C14 AMS
9252 NR
80,7% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Ursus spelaeus
Cervus elaphus
cf. Bos
primigenius
Equus ferus
Avifauna
Sin datos
Lepus sp., Equus
hydruntinus, cf. Bos
primigenius, Capreolus
capreolus, Lynx
pardinus, Canis lupus,
Vulpes vulpes, Felis
silvestris, Panthera
pardus, Crocuta crocuta,
Mammuthus primigenius
J
Musteriense
Cronocultural 9257 NR
42,3% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Ursus spelaeus
Cervus elaphus
Sin datos
Lepus europaeus,
Bison priscus,
Bos primigenius,
Equus ferus, Equus
hydruntinus, Capra
pyrenaica, Carnivora,
Canis lupus, Vulpes
vulpes, Crocuta crocuta,
Mammuthus primigenius
8
9
[page-n-182]
discusión
Tabla 113. Listado de yacimientos con niveles del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica con estudios detallados a nivel de subsistencia. Referencias (Ref.): 1) Machado et al., 2013; Pérez et al., 2017; Sossa-Ríos et al., 2022. 2) Vaquero, 1997; Aïmene, 1998; Cáceres
et al., 1998; Rosell, 2001; Cáceres, 2002; Carbonell, 2002; Fernández-Laso, 2010; Rosell et al., 2012; Gabucio, 2014; Marín et al, 2016;
Gabucio et al, 2017; Marín et al, 2017. 3) Eixea et al., 2015; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013. 4) Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle,
1996; Real et al., 2018. 5) Sanz et al., 2015. 6) Mora et al., 2018; Samper-Carro, 2014. 7) Sanchis, 2012; Zilhao et al., 2016, 2017; Sanz
et al., 2019. 8) Galván et al., 2014; Machado et al., 2016; Pérez, 2019. 9) Maroto et al., 2017; Lloveras et al., 2018; Soler, 2014; Lloveras
et al., 2010; Kehl et al., 2010; Estévez, 1978. 10) Rosell et al., 2017; Álvarez-Lao et al., 2017 (continuación).
Yacimiento Nivel Datación
Método
Restos óseos
Taxones
> 50% NISP
Taxones
< 50% NISP
Nº Hogares Ref.
Sin datos
K
Musteriense
Cronocultural 9285 NR
4,9% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Ursus spelaeus
Lepus europaeus,
Bison priscus, Bos
primigenius, Cervus
elaphus, Equus ferus,
Equus hydruntinus,
Capra pyrenaica,
Carnivora, Canis lupus
L
Musteriense
Cronocultural 9225 NR
0,9% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus
Equus ferus
Sin datos
Lepus eruopaeus, Bos
primigenius, Carnivora,
Canis lupus, Crocuta
crocuta,
Ursus spelaeus
M
Musteriense
Cronocultural 9216 NR
11,1% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Bos primigenius, Cervus Sin datos
elaphus, Equus ferus,
Carnivora
N
Musteriense
Cronocultural 9294 NR
10,2% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Bison priscus, Bos
primigenius, Cervus
elaphus, Equus ferus
Cervus elaphus
Oryctolagus
cuniculus
Equus ferus
3
Bos/Bison,
Equus hydruntinus,
Coelodonta antiquitatis,
Capreolus capreolus,
Sus scrofa, Mammuthus
primigenius Ursus
spelaeus, Crocuta
spelaeus
Cova de les III
Teixoneres
(Moià,
Barcelona)
100,3 ± 6,1 Ka BP U-Series
14 Ka BP
19780 NR
18,3% NISP
considerar la posibilidad de que las aves rapaces aprovecharan
las cavidades de la pared travertínica como reposadero y/o nido
en el mismo momento en el que los homínidos llevaban a cabo
sus tareas, provocando la caída de restos de conejo y otros microvertebrados sobre la superficie que aquellos ocupaban. Sin
embargo, al igual que sucede para los carnívoros, no podemos
identificar niveles de competencia entre humanos y rapaces en el
yacimiento, debido por un lado al catálogo de potenciales presas
de cada uno de ellos, así como a los modos de captura específicos de cada agente. No por ello debemos olvidar que en El Salt
existe un aprovechamiento esporádico de las pequeñas presas
como conejos y tortugas por los grupos neandertales, aunque
sin alcanzar la importancia determinada en otros yacimientos
del Paleolítico medio como la Cova del Bolomor (niveles Ia, IV,
XI y XII) para el caso de los lagomorfos, aves y tortugas, o en
la unidad estratigráfica IV del Abric del Pastor exclusivamente
para la tortuga (Blasco, 2008; Blasco et al., 2012a; Real et al.,
2018; Sanchis, 2010; Sanchis et al., 2013, 2015a). Este contexto
pone de manifiesto la adaptabilidad y dieta generalista practicada por los homínidos del Paleolítico medio, siendo cada vez
más recurrente el aprovechamiento de las presas de pequeño ta-
Sin datos
10
maño, aunque en porcentajes no comparables con el registro del
Paleolítico superior a escala regional, preferentemente a partir
del Gravetiense (Pérez-Ripoll y Villaverde, 2015; Real, 2020;
Sanchis et al., 2016).
A nivel paleoambiental, es destacable la riqueza en biotopos
identificados en los los valles alcoyanos durante tiempos prehistóricos, aspecto que permitiría a los grupos humanos la captura
de taxones de pradera, bosque o montaña casi en igual proporción. Ello explica en parte las dinámicas previas y la posición
del yacimiento de El Salt, desde donde es posible acceder a una
amplia diversidad de hábitats y fuentes de aprovisionamiento
para la recolección de materia vegetal y litológica a muy pocos
kilómetros (Molina, 2016; Molina et al., 2014; Vidal-Matutano,
2016a). En algunos otros yacimientos mediterráneos como puede ser Cova Beneito, encontramos un emplazamiento en lugares relativamente elevados desde donde se posee un importante
control del territorio circundante, todo lo contrario de aquellos
cuya función parece estar limitada a la captación inmediata de
presas en sus inmediaciones. Esta es la interpretación dada por
ejemplo el Abrigo de la Quebrada y el Abric del Pastor, situados
ambos en el margen de barrancos o gargantas sin capacidad de
169
[page-n-183]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
control del resto del territorio e interpretados como “altos en el
camino” o enclaves de función variable durante los periodos de
movilidad de los grupos humanos (Machado et al., 2019; Real
et al., 2018). Sin embargo, la mayoría de los yacimientos de
la vertiente mediterránea se sitúan a una cota más baja que los
anteriores, localizados en puntos intermedios desde donde acceder a una amplia variedad de ambientes con una rica diversidad
biológica y geológica.
6.6. LA SUBSISTENCIA HUMANA Y SU MARCO
ESPACIO-TEMPORAL
La investigación centrada en unidades de análisis de mayor resolución temporal dentro del palimpsesto acumulativo que caracteriza a El Salt, ha permitido plantear a lo largo de trabajos
paralelos (véase el apartado “La disección de las ocupaciones
humanas”) la importancia de las escalas de análisis con las que
realizar un estudio del comportamiento humano y las dinámicas
de asentamiento durante la Prehistoria. En este sentido, se puede
analizar los conjuntos desde dos aproximaciones, la primera de
ellas centrada en la observación de dinámicas generales (Long
time-span) respecto a la explotación de los animales, movilidad
territorial y modelos de ocupación, siendo un claro ejemplo este
trabajo. En segundo lugar, podemos realizar una aproximación
centrada exclusivamente en desenmarañar los eventos particulares que existen en distintas unidades arqueoestratigráficas, así
como remarcar aquellos fenómenos concretos en depósitos más
extensos, analizando cuestiones cercanas al tiempo etnográfico (Short time-span) y la diversidad de comportamientos que
conforman las dinámicas generales de los grupos humanos del
pasado. La distinción entre eventos de ocupación de larga o corta duración nos ofrece una visión mucho más compleja sobre la
gestión del territorio y el quehacer diario de los grupos neandertales en los valles alcoyanos, con especial atención a la adquisición de nutrientes de origen animal en nuestro caso. En esta línea, otros yacimientos de similar cronología como el Abrigo de
la Quebrada, Abric Romaní, la Cova de les Teixoneres, el Abric
del Pastor o la Cova de Bolomor, cuentan con análisis de similar naturaleza, dentro de una preocupación en la disciplina por
alcanzar una mayor resolución temporal a la hora de interpretar
los modos de vida de las poblaciones del pasado (e.g. Bargalló
et al., 2015; Cascalheira, J. y Picin, A., 2020; Chacón et al.,
2015; Eixea et al., 2014; Gabucio et al., 2017, 2016; Machado
et al., 2013; Real et al., 2018; Rosell et al., 2010; Sánchez-Hernández et al., 2014; Sañudo et al., 2016; Vallverdú et al., 2005;
Vaquero et al., 2012; Villaverde et al., 2015).
La aplicación de las dos aproximaciones anteriores en el
estudio del material faunístico de El Salt, unido a la publicación previa de trabajos dedicados a la micromorfología,
arqueoestratigrafía, industria lítica y antracología, ponen de
manifiesto el carácter corto y recurrente de sus ocupaciones
humanas. Estos eventos de ocupación además se extienden a
lo largo de toda la anualidad, donde a pesar de la alta frecuentación durante los meses de primavera-verano en repetidas
ocasiones, también se dan periodos donde la distancia entre
las ocupaciones es más corta dentro de un mismo año. De esta
forma, el depósito de El Salt se formaría por una continua superposición de material de origen antrópico, entremezclado
con un aporte continuo de restos óseos de lepóridos y micro170
mamíferos que han sido presas de las aves rapaces y pequeños
carnívoros, en un contexto geoarqueológico caracterizado por
una ratio de sedimentación muy lenta.
Por lo que se refiere a las habilidades cinegéticas de los
neandertales, si bien es cierto que se centran en estrategias pluriespecíficas o de amplio espectro a escala general, con la perspectiva de la alta resolución temporal ha sido posible comprobar
la diversidad de acciones realizadas a un grado más próximo
al tiempo “etnográfico”, respondiendo de una manera más realista a las condiciones del momento, tanto a nivel grupal como
ambiental. Este fenómeno ha podido identificarse tanto en El
Salt como en el Abric Romaní, donde se ha demostrado que las
estrategias de transporte no son constantes en un mismo nivel
o unidad de análisis, seguramente a causa de cuestiones logísticas relacionadas con la cantidad de porteadores, necesidades del
grupo y distancia al lugar de ocupación, conllevando por ejemplo un transporte diferencial según los eventos (Marín et al.,
2016). Junto a ello, hay otro tipo de evidencias que ilustran una
amplia diversidad de actividades concretas, caso por ejemplo
del aprovechamiento particular de taxones escasamente consumidos como son los carnívoros en el Abric Romaní (Gabucio
et al., 2014) o el conejo y la tortuga mediterránea en El Salt, e
incluso la elevada cantidad de individuos de distintas especies
en las unidades de análisis, como ocurre por ejemplo en el nivel
IV del Abrigo de la Quebrada (Real et al., 2018). Tal número de
individuos supone una cantidad desmesurada de kilogramos de
biomasa animal, que hacen imposible concebir una captura “simultánea” durante una misma ocupación si actuamos desde la
lógica de un grupo cazador-recolector, con la excepción de los
yacimientos europeos donde se practica la captura monoespecífica y masiva para un consumo diferido de los nutrientes. Todo
ello sumado a la variabilidad de materias primas explotadas, la
falta de cadenas operativas completas e introducción de útiles
preconfigurados, la organización y superposición de hogueras
en un mismo espacio, el uso puntual de especies vegetales poco
utilizadas en determinadas prácticas, o la producción de un número limitado de retocadores óseos, confirman el carácter corto
y estacional de las ocupaciones humanas durante la Prehistoria,
demostrándose para el caso de El Salt su empleo tanto de lugar
de habitación, como de un área para el aprovisionamiento de
recursos biológicos y geológicos. En el caso del resto de los yacimientos del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica, recientes trabajos de investigación empiezan a plantear también que la
sucesión de ocupaciones cortas es la dinámica común, con tan
solo algunos depósitos de ocupaciones muy esporádicas (Abric
del Pastor o Cova del Gegant) y aún menos con ocupaciones
“largas”, solo mantenidas por el momento para el nivel J del
Abric Romaní como manifestación de recurrentes ocupaciones
en un muy corto espacio de tiempo, con un mismo patrón de
organización y actividades que puede indicar la pervivencia de
tradiciones.
Por todos estos motivos, se hace necesario reafirmar la relevancia de desvincular las dinámicas generales de las secuencias
y de las distintas unidades estratigráficas de las actividades humanas concretas, hasta el punto de desvirtuar las ocupaciones
durante la Prehistoria como un todo compuesto por las actividades de consumo, la creación de hogueras y la preparación de herramientas u otros productos secundarios en un mismo espacio
y tiempo (Machado y Pérez, 2016; Vaquero et al., 2012; Turq et
[page-n-184]
discusión
al., 2013). Dentro de un depósito con naturaleza de palimpsesto existen ocupaciones de carácter habitacional en el sentido
clásico, donde todas las tareas de subsistencia se realizan de
forma “sincrónica” y existiría un hogar como eje vertebrador,
caso de las acumulaciones tipo Hearth-Related Assemblages del
Paleolítico (Vaquero y Pastó, 2001), consideradas la mejor evidencia material de un único evento de ocupación y basadas en
los conjuntos tipo Household del registro etnográfico (Binford,
1980; O’Connell, 1987; Yellen, 1977). Sin embargo, este mismo
depósito de palimpsesto puede contener entradas puntuales y
exclusivas al lugar para el tratamiento tecnológico de las materias primas líticas, su captación y el reciclado de soportes del
depósito, el aprovisionamiento de elementos anatómicos o de
materia vegetal para la producción de útiles, etc.
171
[page-n-185]
[page-n-186]
7
Conclusiones
Con este libro hemos querido dar a conocer cuál fue el origen y
qué caracteriza al conjunto faunístico recuperado en las cronologías asociadas al Paleolítico medio del yacimiento de El Salt
(Alcoi, Alicante), desde su Unidad Estratigráfica Xa a la Unidad
Estratigráfica V-Sup. El motivo de acometer esta investigación
radica en la falta de información relativa al comportamiento
cinegético de los grupos neandertales en la montaña alicantina durante el MIS 3 (ca. 60-45 Ka), ligado al envejecimiento
de las cronologías de yacimientos cercanos como Cova Negra,
la antigüedad y carácter preliminar de otros estudios como los
realizados para Cova Beneito, o la lejanía de los enclaves presumiblemente contemporáneos como el Abrigo de la Quebrada
y Cueva Antón.
Para alcanzar nuestros objetivos, se ha llevado a cabo el estudio de miles de restos óseos, sobre los que se ha realizado una
investigación de carácter zooarqueológico y tafonómico. Por
otro lado, dada la limitada información que a nivel paleoambiental se conoce para el entorno de los valles alcoyanos durante el Pleistoceno superior, derivada principalmente de los
estudios de micromamíferos y antracología, hemos elaborado
una interpretación paleoecológicoa basada en el registro de macrovertebrados, punto de partida del inicio de una nueva línea
de investigación sobre las condiciones ambientales del territorio
durante tiempos pretéritos.
A continuación, presentamos las principales conclusiones
derivadas de este trabajo:
1. La ratificación del yacimiento de El Salt como un enclave arqueológico con altos niveles de antropización,
a pesar de tratarse de un depósito de formación mixta
dada la importante cantidad de restos de lagomorfos introducidos por las aves rapaces y pequeños carnívoros.
La constante presencia de los tres agentes a lo largo de la
secuencia provocaría una superposición de actividades y
alteraciones no intencionadas sobre parte del material,
diferenciadas gracias al estudio tafonómico de las alteraciones bioestratinómicas y especialmente de los procesos de termoalteración, así como a través de métodos
arqueoestratigráficos.
2. Las dinámicas de ocupación y estrategias de subsistencia reconocidas confirman la flexibilidad y adaptación de
los grupos neandertales a los distintos entornos y condiciones climáticas de los valles alcoyanos, cuya principal
particularidad es el desarrollo de prácticas cinegéticas
diversas y una dieta de amplio espectro, si bien centrada
en la captura de los cérvidos, caprinos y équidos frente al
resto de ungulados. Se confirma el alto interés por la carne y médula para la mayoría de animales adquiridos, con
escasos datos sobre el uso general de los mismos. Taxones como los carnívoros, rinocerontes, aves y lepóridos
tienen un origen ligado a fenómenos de muerte natural y
depredación por agentes no antrópicos.
3. Los modelos de transporte, intensidad del procesado,
consumo y desecho de las presas son repetitivos y constantes, basándonos en una perspectiva temporal larga del
estudio de los conjuntos. No obstante, existen claras diferencias cuando se realiza la aproximación desde una
perspectiva de mayor resolución temporal, manifestando
el carácter cambiante de las ocupaciones humanas en El
Salt y una gestión diferente a nivel intra e interespecífico
de las presas.
4. La identificación de una baja competencia entre especies
a lo largo de la secuencia se puede extrapolar al conjunto
del territorio, revelando una menor presencia de grandes
carnívoros en la vertiente mediterránea ibérica si la comparamos con las evidencias de la Cornisa Cantábrica y
173
[page-n-187]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
la Meseta peninsular. Cuestiones biogeográficas, cronológicas y de idoneidad de las ocupaciones por los carnívoros deben ser consideradas a la hora de cuestionar su
limitada presencia en la zona de estudio.
5. El entorno de los valles alcoyanos se muestra altamente
diverso en términos ambientales para el Paleolítico medio, con la existencia de biotopos de bosque, pradera y
montaña, donde la situación privilegiada de El Salt permitiría un control y acceso rápido a recursos biológicos
(animales y plantas) y geológicos. A partir de las unidades estratigráficas VI y V se constata un cambio en la
lista taxonómica y el modelo bioclimático, que, junto a
otros proxis paleobotánicos y sedimentológicos, se ha
puesto en relación con el advenimiento del Heinrich 5
(48-45 Ka) y una tendencia hacia la pérdida de biodiversidad en el territorio.
6. Se pone de manifiesto la necesidad del estudio sobre las
estrategias de subsistencia y las dinámicas de ocupación
desde una perspectiva espacio-temporal, apoyando los
resultados de investigación previamente publicados por
parte del equipo de investigación del yacimiento. Esto
permite una mayor comprensión de los modos de vida
de los grupos neandertales en el territorio, acercándonos
al tiempo “etnográfico” de las conductas humanas y su
comparación con otros yacimientos del entorno mediterráneo como ámbito de estudio.
Derivado de todos estos resultados, se abre ante nosotros una
nueva serie de problemáticas específicas a resolver para conocer
mejor las dinámicas de subsistencia de los grupos neandertales
en la región sureste de la península ibérica. En este sentido, la
174
ampliación de los análisis a la Unidad Estratigráfica Xb deberán
ser comprendidos dentro de una perspectiva espacio-temporal,
dada la gran cantidad de trabajos que se han realizado por parte
de otros especialistas en tal unidad. De igual manera, una aproximación arqueoestratigráfica centrada en los remontajes óseos resulta apremiante si nuestra intención es comprender realmente el
palimpsesto acumulativo de El Salt y ofrecer una visión espacial
del procesado faunístico, tal y como se ha puesto de manifiesto en numerosos yacimientos. Respecto al material recuperado
mediante la criba, se deberá realizar un estudio íntegro con el
fin afinar en la descripción de los resultados presentados en este
trabajo y ampliar la información tafonómica relativa al aporte de
lagomorfos al yacimiento, así como de la presencia de pequeños
carnívoros que pueden estar quedando ocultos. Por otro lado, la
realización de aproximaciones paleoecológicas en un sentido
mucho más amplio que el aquí presentado se creen necesarias,
integrando en un mismo análisis los datos derivados de la micro
y macrofauna, antracología, palinología, estudios isotópicos, etc.
En este sentido, el estudio de desgaste dental que se ha llevado a
cabo, deberá completarse con el análisis de cementocronología e
isotopía aplicada al estudio de la estacionalidad, con la intención
de conocer mejor las dinámicas de ocupación y movilidad territorial de los grupos humanos en la montaña alicantina.
A modo de colofón, plantemos este trabajo exclusivamente
como punto de partida a una amplia cantidad de tareas pendientes en la zona de estudio y especialmente en el yacimiento de
El Salt, de manera que el vacío de información con el que nos
hemos encontrado sea cada vez menor y nos permita adentrarnos con mayor detalle en los modos de vida de unos grupos
humanos que ocuparon cerca de 200.000 años un territorio que
hoy conceptualizamos nuestro.
[page-n-188]
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SE RV IC IO D E IN VESTI GACI ÓN PREHI STÓRI CA
D E L MU S E O D E PREHI STORI A DE VALENCI A
S E R I E D E T R A B A J O S VA R I O S
Núm. 129
Subsistencia neandertal
en los valles de Alcoi
Análisis de los conjuntos faunísticos
del yacimiento de El Salt (Alicante)
Leopoldo Jesús Pérez Luis
DIP UTA C IÓN DE VAL E NC IA
2023
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SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
DEL MUSEO DE PREHISTORIA DE VALENCIA
S E R I E D E T R A B A J O S VA R I O S
Núm. 129
Subsistencia neandertal
en los valles de Alcoi
Análisis de los conjuntos faunísticos
del yacimiento de El Salt (Alicante)
Leopoldo Jesús Pérez Luis
DIPUTACIÓN DE VALENCIA
2023
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DIPUTACIÓN DE VALENCIA
SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
DEL MUSEO DE PREHISTORIA DE VALENCIA
S E R I E D E T R A B A J O S VA R I O S
Núm. 129
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(Cultural Anthropology or Ethnology, Physical Anthropology or Human Palaeontology, Palaeolinguistics, Epigraphy, Numismatics,
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eISSN: 1989-540
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Imprime: Artes Gráficas J. Aguilar, S.L.
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A Juan Ramón, mi padre,
con la añoranza de sentir
tu ilusión por este trabajo.
A Bertila, mi maestra,
por darme la oportunidad de
dedicarme a esta profesión.
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Prólogo
Conocer la manera en que los grupos humanos se relacionaron con sus territorios vitales y, específicamente, profundizar en las estrategias de gestión que desplegaron sobre los animales de su entorno
supone adentrarse en el núcleo gordiano de cualquier sociedad cazadora-recolectora. Como ejercicio
intelectual, implica desentrañar los mecanismos sociales que estos grupos activaron para cubrir sus
necesidades elementales de subsistencia y así favorecer la propia reproducción.
En esencia, este es el tema que se aborda en el libro que usted tienee entre sus manos, bajo el título
Subsistencia neandertal en los valles de Alcoi. D
Desde dicha perspectiva, resulta fácil intuir que su autor,
Leopoldo Jesús Pérez Luis, se adentra de lleno en el epicentro del modo de vida cazador-recolector, el
cual ha caracterizado a la humanidad durante la mayor parte de su trayectoria histórica, desgranando
en detalle algunas de sus características fundamentales, a partir del registro faunístico procedente del
yacimiento de El Salt.
Los últimos grupos neandertales que se movieron a lo largo del Serpis, durante el MIS 3, entre ca.
60 y 40 Ka. son protagonistas indiscutibles de este trabajo. Se trata de las personas pioneras en habitar la
montaña alicantina, un territorio que, actualmente, conserva de manera muy especial, a través de su rico
y diversificado patrimonio histórico, las huellas arqueológicas de un pasado remoto en el que el paisaje
y la vida en poco se parecían a lo que hoy podemos contemplar.
Esta obra, bien pertrechada de datos, explicaciones y teorías, con una destacada claridad expositiva,
nos traslada a un valle abierto de paisaje variado, con biotopos diversos, plagado de cérvidos, caprinos
y équidos, grandes bóvidos, lepóridos, tortugas, jabalíes, rebecos y perdices, rinocerontes, algunos carnívoros y otros animales, que coexistían con las bandas neandertales. Mujeres y hombres de todas las
edades que desplegaban dinámicas de alta movilidad territorial con asentamientos en enclaves concretos
y heterogéneos, a los que se volvía recurrentemente, a lo largo de sucesivas generaciones. En el caso
de El Salt, durante casi 20.000 años, concretamente, los últimos de la existencia como especie de estos
homininos.
No me cabe la menor duda de que, con este trabajo de síntesis, la arqueología pleistocénica de la
región central del Mediterráneo ibérico está de enhorabuena. Sus páginas vienen a cubrir, de manera
rigurosa y exhaustiva, un vacío documental y de conocimiento sobre las etapas finales del Paleolítico
medio, que el propio autor explica y justifica en el primer capítulo.
Efectivamente, Leopoldo Pérez nos brinda una rigurosa investigación, producto de su Tesis Doctoral, con una mirada panorámica que se nutre de la zooarqueología, la tafonomía y la paleoecología.
Son tres pilares metodológicos que, combinados aquí de una manera magistral, le permiten dibujar las
actividades cinegéticas de las últimas poblaciones neandertales en la cuenca del Serpis y desvelar cómo
fueron los patrones de transporte, procesado y consumo de las biomasas animales. El autor realiza este
ejercicio con la nitidez que proporcionan unos datos expuestos exhaustivamente a través de tablas, gráficos e imágenes, sin escatimar en detalles. Además, nos muestra con gran precisión analítica, los procesos de formación y transformación de los registros zooarqueológicos y reflexiona con cautela sobre su
repercusión en el estudio de la variabilidad del comportamiento humano, una realidad que a menudo se
esconde a la sombra del efecto palimpsesto, muchas veces percibido y asumido como un problema sin
solución en gran parte de la arqueología paleolítica.
No puede explicarse la existencia de este trabajo sin remontarse a la década de los ochenta del pasado siglo XX, cuando una joven Bertila Galván, profesora de la Universidad de La Laguna, incorporaba
una línea de estudios Paleolíticos a esta institución académica. Esta investigadora culminaba su Tesis
Doctoral, dirigida por el profesor Barandiarán, sobre el Paleolítico medio en Alicante, centrada fundamentalmente en tres yacimientos neandertales, dos de ellos en los Valles de Alcoy: El Salt y el Abric del
Pastor y un tercero en la cuenca del Vinalopó: la Cueva del Cochino.
Su determinación inmutable significaba abrir puertas y oportunidades, desde la periferia universitaria, que se prolongan hasta hoy, con una proyección de futuro muy sólida. Casi 40 años después, los
yacimientos alcoyanos se siguen excavando y se han convertido en referentes de primer orden para el
Paleolítico medio en el Mediterráneo occidental. La formación del autor de este libro, su concepción del
VII
[page-n-9]
pasado, su compromiso con el Patrimonio y, en consecuencia, este trabajo son herederos indiscutibles
del camino trazado por la profesora Galván y de la propia inquietud de Leopoldo Pérez por ampliar
las fronteras, lo que le llevó a convertirse en Doctor en Arqueología del Cuaternario por la Universitat
Rovira i Virgili (Tarragona) y el Muséum National d’Histoire Naturelle (París), de la mano de la citada
investigadora, de Robert Sala y de Alfred Sanchis.
Quien lea esta obra tiene la oportunidad de sumergirse en una apasionante historia de neandertales,
con el yacimiento de El Salt como escenario principal, un lugar en el mundo que nos permite conectar
con seres humanos cuya relación con el planeta revestía formas muy distintas a las tejidas hoy por
nuestras generaciones. Me gusta pensar que trabajos como este, producto de un concienzudo proceso de
investigación científica, contribuyen a desarrollar lo que el profesor Carbonell ha denominado: conciencia crítica de especie y lo mejor de todo es que no se trata de una historia acabada, sino de un evocador
conjunto de preguntas que abren ante nuestros ojos la necesidad de seguir construyendo el futuro.
Cristo M. Hernández Gómez
Universidad de La Laguna
VIII
[page-n-10]
Índice
PRÓLOGO
VII
1. INTRODUCCIÓN
1
1.1. Objetivos
2
1.2. Presentación de los contenidos
2
2. TERRITORIO Y COMPORTAMIENTO DE LOS GRUPOS NEANDERTALES
2.1. Contexto biogeográfico del Pleistoceno superior
3
3
2.1.1. Generalidades
3
2.1.2. La península ibérica y su vertiente mediterránea
4
2.2. Subsistencia y comportamiento neandertal
6
2.2.1. Gestión del entorno y de los recursos animales
6
2.2.2. Estrategias de transporte y desecho de las carcasas
7
2.2.3. Modelos de ocupación
7
2.2.4. Control y uso del fuego
8
2.2.5. El final del Paleolítico medio en la península ibérica
8
3. CONTEXTO ARQUEOLÓGICO
3.1. Los valles de Alcoi
11
11
3.1.1. Situación geográfica y geomorfología
11
3.1.2. Características climáticas y ambientales
13
3.1.3. Registro paleontológico
14
3.1.4. Yacimientos arqueológicos
16
3.2. El yacimiento de El Salt
17
3.2.1. Localización
17
3.2.2. Historia de las excavaciones
17
3.2.3. Secuencia estratigráfica y marco cronológico
20
3.2.4. Paleoambiente y paleoclima
22
3.2.5. La disección de las ocupaciones humanas
23
3.2.6. El registro material de origen antrópico
24
IX
[page-n-11]
4. MATERIAL Y MÉTODOS
29
4.1. Recogida de datos
29
4.1.1. Trabajo de campo y laboratorio
29
4.1.2. Registro en la base de datos
29
4.2. Estudio zooarqueológico
4.2.1. Identificación de los restos
31
4.2.2. Clasificación anatómica y taxonómica
31
4.2.3. Osteometría
32
4.2.4. Sexo
32
4.2.5. Edades de muerte y estacionalidad
32
4.2.6. Perfiles de mortalidad
34
4.2.7. Cuantificación
36
4.2.8. Integridad de las muestras
37
4.2.9. Índices de utilidad económica
37
4.3. Estudio tafonómico
39
4.3.1. Fragmentación y fractura
39
4.3.2. Morfotipos de fractura
40
4.3.3. Modificaciones bioestratinómicas
43
4.3.4. Modificaciones postdeposicionales
52
4.4. Estudio paleoecológico
55
4.4.1. Métodos taxonómicos
56
4.4.2. Métodos independientes de la taxonomía
58
5. RESULTADOS
5.1. La secuencia faunística, Unidades Estratigráficas XB a V-Sup
X
31
61
61
5.1.1. Condiciones del depósito
61
5.1.2. Cantidad de restos óseos
61
5.1.3. Integridad de la muestra y generalidades tafonómicas
63
5.1.4. Perfiles de mortalidad y estacionalidad
67
5.1.5. Características paleoecológicas
70
5.2. Unidad Estratigráfica XA
78
5.3. Unidad Estratigráfica IX
98
5.4. Unidad Estratigráfica VIII
110
5.5. Unidad Estratigráfica VII-VIII
122
5.6. Unidad Estratigráfica VII
129
5.7. Unidad Estratigráfica VI
137
5.8. Unidad Estratigráfica V-Inf
147
5.9. Unidad Estratigráfica V-Sup
152
[page-n-12]
6. DISCUSIÓN
159
6.1. Clima y ambiente en los valles alcoyanos al final del Paleolítico medio
159
6.2. Evolución taxonómica
160
6.3. Estrategias de subsistencia durante el Paleolítico medio en el yacimiento de El Salt
161
6.3.1. Taxones principales
161
6.3.2. Taxones secundarios
163
6.4. La importancia de los predadores no humanos
164
6.5. La subsistencia de los neandertales en la vertiente del Mediterráneo ibérico
164
6.6. La subsistencia humana y su marco espacio-temporal
170
7. CONCLUSIONES
173
BIBLIOGRAFÍA
175
XI
[page-n-13]
[page-n-14]
1
Introducción
El existente vacío documental sobre las pautas de subsistencia
de los últimos grupos neandertales que ocuparon los valles alcoyanos, al interior de la actual provincia de Alicante, es la motivación fundamental para la publicación de la presente monografía. Un estudio enfocado en términos de alimentación, gestión
del territorio y movilidad que es resultado de la síntesis y revisión de la tesis doctoral presentada en el año 2019 en la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona, España), en cotutela con el
Museum National d’Histoire Naturelle (París, Francia), bajo el
título “Estrategias de subsistencia y dinámicas de asentamiento
en los valles alcoyanos durante el Paleolítico medio. Estudio
zooarqueológico, tafonómico y paleoecológico de la secuencia
arqueológica de El Salt (Alcoi, Alicante)” (Pérez, 2019).
Para entender la necesidad de este trabajo, es necesario poner en contexto los estudios que se han venido realizando en la
comarca de l’Alcoià y relativos a la excavación y publicación
de las investigaciones realizadas en contextos paleolíticos,
concretamente en el yacimiento de El Salt y el Abric del Pastor. En el año 1986 empezaron los trabajos de excavación y publicación en el primero de ellos por parte del Departamento de
Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad
de La Laguna, con la creación del grupo de investigación “Sociedades Cazadoras-Recolectoras Paleolíticas. Se llevan a cabo
ahora las primeras labores de excavación del yacimiento de
forma regular y en extensión, si bien este había sido muestreado en los años sesenta del siglo XX con el fin de conocer
su secuencia arqueológica. El interés por el registro faunístico surgió desde un primer momento, si bien inicialmente con
propósitos de sistemática y de aproximación cronológica, pasando con posterioridad dicho interés a la obtención de datos
paleoambientales y cronoestratigráficos. La irrupción real de
los trabajos de carácter zooarqueológico y tafonómico llegará
iniciado el siglo XXI, aspecto que comentaremos con mayor
detalle en los siguientes apartados.
Tras décadas de trabajo, a día de hoy se cuenta con un volumen destacado de restos faunísticos, con una clara repercusión de
la información obtenida en el desarrollo de los distintos proyectos de investigación y publicaciones del equipo. Con la intención
de seguir contribuyendo en tal sentido, se ha creído necesaria la
publicación del trabajo que aquí presentamos, constituyéndose
como un primer compendio de información sobre la gestión de
los recursos faunísticos en los valles alcoyanos por parte de los
neandertales durante el MIS 3. Esto supone suplir parcialmente el vacío de información que existe tanto a escala local como
regional, donde contamos tan solo con datos parciales de los vecinos yacimientos del Abric del Pastor (Alcoi, Alicante) y Cova
Beneito (Muro d’Alcoi, Alicante), además de los más alejados
del Abrigo de la Quebrada (Chelva, Valencia), Cova Negra (Xàtiva, Valencia) y Cueva Antón (Mula, Murcia). Por este motivo,
los resultados expresados tanto aquí como en la tesis doctoral de
origen, han sido necesariamente puestos en relación con las principales líneas de investigación y publicaciones de carácter multidisciplinar que se vienen desarrollando tanto en el yacimiento
de El Salt, como en el resto de enclaves arqueológicos de similar
cronología ubicados en la zona central del Mediterráneo ibérico.
Indudablemente, el trabajo que a continuación se presenta,
no podría haber sido realizado sin el apoyo de toda una serie
de personas e instituciones implicadas desde la propia labor de
campo hasta el análisis de los conjuntos, la financiación para su
desarrollo y la puesta a disposición de medios técnicos y espacios
para su publicación. En este sentido, agradecer el trabajo y apoyo del equipo de excavaciones e investigación del yacimiento de
El Salt, especialmente a sus directores Bertila Galván, Carolina
Mallol y Cristo Manuel Hernández. Agradecimiento extensible
al Museu Arqueológic Municipal de Alcoi Camil Visedo Moltó,
con especial mención a José María Segura y Palmira Torregrosa,
al propio Ajuntament de Alcoi por su constante disponibilidad
y soporte en las labores de campo en los yacimientos de El Salt
y Abric del Pastor. A los compañeros dels Parcs Naturals de la
1
[page-n-15]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Font Roja y Serra de Mariola por su interés e integración de buena parte de nuestros resultados en sus jornadas de divulgación
científica. A todas y cada una de las instituciones de acogida,
que han permitido llevar a término esta tesis doctoral, el Institut
Català de Paleoecología Humana i Evolución Social (IPHES),
la Universitat Rovira i Virgili, el Muséum National d’Histoire
Naturelle, la Universidad de La Laguna y, sobre todo, gracias
al Museu de Prehistòria de València y el Servei d’Investigació
Prehistòrica por habernos abierto sus puertas desde el primer
momento en que se inició esta investigación, sintiendo una gran
acogida e interés que esperamos devolver con este trabajo que ve
ahora la luz. Para finalizar, agradecer a toda una serie de personas que han sido una referencia y servido de inspiración a la hora
de afrontar esta investigación, en un campo en el que fueron
pioneros nuestros compañeros Manuel Pérez Ripoll e Inocencio
Sarrión. A los directores y cotutores de la tesis doctoral de la que
deriva este trabajo, Robert Sala, Alfred Sanchis, Bertila Galván
y François Sémah. Al tribunal de tesis y revisores externos por la
labor realizada y su inestimable valoración, Jordi Nadal, Isabel
Cáceres, Jean Philip Brugal, Eugene Morin y Erella Hovers. A
los compañeros que me acogieron en Valencia y siguen haciéndolo desde un primer momento, Cristina Real y Juan Vicente
Morales. A mis amigos, a mi familia, a mis hermanos y ante todo
mis padres, Juan Ramón y María del Carmen.
1.1. OBJETIVOS
A día de hoy, la investigación llevada a cabo en la vertiente mediterránea de la península ibérica se constituye como uno de
los fundamentos básicos sobre el debate de las capacidades y
modos de vida de los grupos neandertales a escala euroasiática. En este sentido, destacan los trabajos realizados en los yacimientos de la Cova Beneito (Alicante), la Cova del Bolomor y
Cova Negra (Valencia), Cueva Antón (Murcia), Abric Romaní,
Cova de Teixoneres y Cova del Gegant (Barcelona), Cova Gran
(Lleida), entre otros muchos. Por su parte, el comportamiento
de los grupos neandertales que habitaron la región central del
Mediterráneo ibérico hace más de 200 Ka ha sido ampliamente
investigado desde múltiples aproximaciones, sean de carácter
tecnológico, paleoantropológico, económico o paleoecológico.
Sin embargo, una atención especial han recibido los temas relacionados con la subsistencia durante el Pleistoceno medio y
el Pleistoceno superior inicial, cuya investigación pone de manifiesto la consolidación de comportamientos iniciados hace
más de 400 Ka por parte de los miembros del linaje neandertal,
señalando una alta capacidad de adaptación a las condiciones
cambiantes del entorno y una tendencia hacia prácticas cinegéticas diversificadas, con especial atención por los grupos de
ungulados de tamaño medio, junto a puntuales eventos de prácticas oportunistas y el inicio de un aprovechamiento esporádico
de las pequeñas presas. Los trabajos dedicados al estudio de esta
temática son cada vez más numerosos en la vertiente central del
Mediterráneo ibérico, basados principalmente en revisiones de
conjuntos previamente estudiados o en publicaciones derivadas
de los proyectos de investigación en marcha.
2
Dadas estas condiciones, queda claro el motivo de por qué
la principal área de investigación de este trabajo es la zona central del Mediterráneo ibérico, utilizando para tal fin el conjunto
faunístico de las Unidades Estratigráficas Xb a V-Sup (ca. 52-42
Ka) del yacimiento del Paleolítico medio de El Salt (Alcoi, Alicante). Se trata de uno de los pocos enclaves arqueológicos que
contiene una secuencia completa y amplia sobre los momentos
finales de la existencia de los grupos neandertales en la península ibérica (MIS 3), constituido como un referente de estudio y
comparación. Concretamente, en este trabajo pretendemos exponer el estudio realizado sobre el registro faunístico recuperado en la secuencia musteriense del yacimiento, con la intención
de ofrecer nueva y detallada información sobre al comportamiento y prácticas de subsistencia de los grupos neandertales
que habitaron la actual montaña alicantina, las características
paleoecológicas del entorno que habitaron, así como la necesaria revisión de las pautas observadas desde una perspectiva temporal de alta resolución. Si bien, este último aspecto tratado con
mayor profundidad en distintas investigaciones que citaremos
a lo largo del libro, no será parte principal del presente trabajo.
En este punto cabe anotar que, debido al carácter de síntesis
de la presente monografía, buena parte de la información original se ha compendiado para dar mayor dinamismo a su lectura.
Motivo por el que instamos a quienes quieran profundizar en los
datos, acudir al trabajo original citado en la bibliografía (Pérez,
2019) y accesible vía online en la web de Tesis Doctorales en
Xarxa (TDX) bajo el siguiente enlace web: http://hdl.handle.
net/10803/668396.
1.2. PRESENTACIÓN DE LOS CONTENIDOS
Este trabajo se compone de siete capítulos que atienden desde
los aspectos más formales, caso de este primer capítulo, a los
aspectos relacionados con el contenido teórico, el corpus metodológico y resultados de la investigación llevada a cabo. Así,
el segundo capítulo se divide en dos grandes apartados donde
tratamos el contexto biogeográfico del Pleistoceno superior en
Europa y específicamente la península ibérica, junto a los datos
de partida sobre los modelos de subsistencia y comportamiento de los grupos neandertales durante el Paleolítico medio. En
el tercer capítulo se expone de forma minuciosa, a la vez que
sintética, el contexto geográfico y arqueológico de los valles alcoyanos, además de un apartado dedicado a la presentación del
yacimiento de El Salt. El conjunto de metodologías empleadas
durante el proceso de investigación se encuentra detallado en
el cuarto capítulo, en el que se integran todos los datos relativos a la recuperación y estudio zooarqueológico, tafonómico y
paleoecológico. El quinto capítulo se ocupa de los resultados
de investigación obtenidos, presentando el estudio del material
faunístico de la secuencia de El Salt. Los capítulos sexto y séptimo corresponden con los apartados de discusión y las conclusiones, enmarcando a modo de síntesis los principales resultados obtenidos con las propuestas y problemáticas existentes
en la disciplina sobre el estudio de la subsistencia neandertal.
Finalmente, se encontrará un amplio apartado donde se citan en
orden alfabético las referencias bibliográficas empleadas a lo
largo del manuscrito.
[page-n-16]
2
Territorio y comportamiento de los grupos neandertales
2.1. CONTEXTO BIOGEOGRÁFICO DEL PLEISTOCENO
SUPERIOR
2.1.1. generalidades
En el continente europeo, el último periodo de la Serie Pleistocena o Pleistoceno superior, tuvo su inicio en el interglaciar Eemiense hace ca. 126 Ka (MIS 5e), prolongándose hasta el Dryas
reciente ca. 11,7 Ka BP (MIS 1), momento en que da paso a la denominada Serie Holocena. Dado su larga duración, su principal
característica es la continua sucesión de cambios a nivel climático y ecológico, reflejados perfectamente en los depósitos glaciares del norte de Europa (Greenland Cores) y los sondeos marinos para la extracción de la curva de relación de los isótopos de
oxígeno (18O y 16O) de los foraminíferos planctónicos (Marine
Isotope Stage o MIS). Durante el Pleistoceno superior se suceden cinco periodos glaciares (MIS 5 a MIS 1), cada uno de ellos
subdivididos a su vez según las pulsaciones climáticas que se
van alternando, especialmente durante el MIS 3 (ca. 60 – 24 Ka),
con oscilaciones internas caracterizadas por eventos fríos (eventos Heinrich) y eventos templados (ciclos Dansgaard-Oeschger)
(Burjachs et al., 2012; Carbonell, 2011; Dansgaard et al., 1993;
Ehlers et al., 2007; Fletcher et al., 2010; González-Sampériz et
al., 2010; Heinrich, 1988; Sánchez-Goñi y D’Errico, 2005).
Durante este último periodo glacial en las llanuras centrales europeas se extendió la pradera y la tundra arbustiva, en el
noroeste se implementó la tundra arbustiva/boscosa, en el oeste
y las regiones alpinas se desarrolló el bosque boreal, mientras
en el sur europeo se produjo la aparición de bosques templados
abiertos y discontinuos, siendo escasos los lugares con presencia de vegetación de clima temperado/cálido (Finlayson y Carrión, 2007). La razón de esta distribución se ha explicado a
partir de un desplazamiento hacia el sur del límite del bosque
templado durante las fases interestadiales, llegando a situarse en
torno a los 45º N, mientras que actualmente el límite está en los
60º N. Aun así, para algunos autores las diferencias con el registro oriental de Europa, donde el bosque templado se situaba en
los 70º N, hace plantearse la pregunta de si esta distribución es
debida a los gradientes climáticos o a desequilibrios en el clima
y la vegetación a causa de la altitud, variaciones estacionales,
la influencia del régimen de vientos del Atlántico Norte, etc.
(Fletcher et al., 2010). Estos cambios son especialmente significativos durante la rápida secuencia de eventos fríos y templados
que caracteriza el MIS 3, provocando el retraimiento y expansión de la vegetación termófila, al menos hasta el evento Heinrich 5 (ca. 45 Ka), momento en que se da un marcado descenso
de las temperaturas, la reducción de la masa boscosa y la expansión de la estepa herbácea, así como una acusada tendencia a la
aridez en los entornos mediterráneos (Bocherens et al., 2014;
Harrison y Sanchez-Goñi, 2010; Müller et al., 2011).
En este contexto climático, la comunidad animal del Pleistoceno superior estaba compuesta por una amplia variedad de
taxones, cuya relación con el registro paleoambiental no siempre es coincidente (tabla 1). Mientras en el norte y centro de
Europa es posible constatar una alternancia de faunas frías y
temperadas durante periodos glaciares e interglaciares, en la
Europa más meridional los animales característicos de periodos
interglaciares están presentes durante todo el periodo. Además,
toda una serie de remanentes faunísticos del Pleistoceno medio seguirán presentes, sobre todo en el caso de los grandes
mamíferos como Elephas antiquus, Mammuthus primigenius,
Stephanorhinus hemitoechus, Coelodonta antiquitatis y Megaloceros giganteus, cada vez más debilitados dados las continuas
oscilaciones climáticas (Finlayson y Carrión, 2007) hasta la
desaparición de algunos taxones a lo largo del Último Máximo
Glaciar (ca. 26,5 – 14,5 Ka).
No obstante, sus patrones de distribución se vieron muy
condicionados por la expansión y contracción de los nichos
ecológicos a causa de los cambios climáticos, diferenciándose
generalmente entre el Mid-Latitude Belt (MLB) de las montañas
3
[page-n-17]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 1. Lista de las principales especies europeas presentes durante el Pleistoceno superior (a partir de Carbonell, 2011 y Galobart et
al., 2002).
Primates
Perissodactyla
Artiodactyla
Lagomorpha
Testudines
Homo neanderthalensis Alopex lagopus
Carnivora
C. antiquitatis
Alces alces
Lepus sp.
Emys orbicularis
Homo sapiens sapiens
Canis lupus
Dicerorhinus mercki
Bison bonasus
O. cuniculus
Mauremys leprosa
Macaca sylvanus
C. crocuta (spelaea) Equus ferus
Bison priscus
Cuon alpinus
Equus hydruntinus
Bos primigenius
Cuon priscus
S. hemitoechus
Bubalus murrensis
Cyrnaonyx antiqua
S. kirchbergensis
Capra caucasica
Felis sylvestris
Capra ibex
Gulo sp.
Capra pyrenaica
Hyaena
Capreolus capreolus
Lutra lutra
Capreolus priscus
Lynx lynx
Cervus elaphus
Lynx pardinus
Dama dama
Lynx spelaea
Dama mesopotamica
Martes foina
H. mediterraneus
Martes martes
Hemitragus sp.
Meles meles
Hippopotamus antiquus
Mustela sp.
Megaloceros giganteus
P. leo (spelaea)
Myotragus sp.
Panthera pardus
Ovibos moschatus
Ursus arctos
Ovibos suessenbornensis
Ursus maritimus
Rangifer tarandus
Ursus spelaeus
Rupicapra rupicapra
Ursus thibetanus
Saiga saiga
Vulpes praeglacialis
Saiga tatarica
Vulpes vulpes
Sus scrofa
situadas a lo largo de la región paleártica, las planicies del norte,
los valles, los roquedos y los desiertos del sur (Demars, 2008).
En la primera zona destacan representantes de faunas cálidas
junto a algunos remanentes del Pleistoceno medio, mientras que
en las planicies dominará la fauna adaptada al frío y las estepas,
además de un conjunto de carnívoros entre los que sobresalen
Crocuta spelaea y Canis lupus. Sin embargo, en las penínsulas
del sur se mantuvo una relativa homogeneidad taxonómica, siendo raras las ocasiones en que llegaron a entrar especies típicas
de regiones frías, a excepción del área cantábrica debido a sus
especiales condiciones ecológicas, donde por ejemplo se constata la entrada del reno, liebre ártica o el glotón tras el Last Glacial Maximum (Álvarez-Lao y Méndez, 2016). En las zonas de
bosque y roquedo es donde preferentemente se sitúan los representantes de la especie Cervus elaphus y Capra pyrenaica/ibex,
sistemáticamente cazados por los homínidos de este periodo, al
igual que Equus ferus, Rangifer tarandus y Bison priscus. Junto
a todo ello, debemos tener en cuenta también que el gradiente de
temperatura N-S y W-E condicionaría la distribución de taxo4
Testudo hermanni
nes, con manifiestas diferencias entre las faunas de la vertiente
atlántica, como por ejemplo el reno, el mamut, el rinoceronte, o
el antílope, frente a la vertiente mediterránea con presencia del
ciervo, la cabra, el gamo, el caballo, el asno o el jabalí (ÁlvarezLao y Méndez, 2016; Demars, 2008).
2.1.2. la península ibérica y su vertiente mediterránea
En el caso concreto de la península ibérica, durante el Pleistoceno superior se identifican en el territorio unas características
diferentes al resto de Europa, funcionando como uno de los
pocos “refugios glaciares” del territorio continental junto con
las penínsulas itálica y balcánica (Canessa, 2021; Jones, 2021;
Pedreschi et al., 2019; Real et al., 2021). Consideración diferente es el caso de la cornisa cantábrica, con unas condiciones
biogeográficas propias de un área de carácter transicional entre
el continente europeo y las penínsulas del sur. Así pues, frente al continuo trasvase de faunas frías en la región cantábrica
a través del corredor pirenaico, también conocidas como la
comunidad Mammoth faunas o Mammuthus-Coelodonta fau-
[page-n-18]
territorio y comportamiento de los grupos neandertales
nal complex (Kahlke, 2014), el resto de la península ibérica
se encuentra claramente separada a nivel paleoecológico del
continente, ejerciendo los Pirineos de barrera a la dispersión
faunística (Álvarez-Lao y Méndez, 2016; Rivals y ÁlvarezLao, 2018).
Gracias a los sondeos marinos recogidos en el marco del
programa International Marine Global Change Study (IMAGES), se comenzó a tener un registro polínico destacado para
los últimos 500 Ka que aporta una rica información sobre los
ecosistemas del norte y sur de la península ibérica, demostrando
su respuesta a los cambios climáticos del Atlántico nororiental para los últimos 140 Ka (Sánchez-Goñi y D’Errico, 2005).
No obstante, hemos de ser conscientes que la cantidad de registros para los momentos iniciales del Pleistoceno superior son
escasos, siendo sobre todo a partir del MIS 3 cuando contamos
con mayor cantidad de información polínica y macrobotánica
(González-Sampériz et al., 2010).
En términos generales, con el inicio del MIS 5 se registra en
la zona norte una mejoría climática ligada a la fase de deshielo
(132-128 Ka), produciendo el desarrollo de un bosque abierto
de enebro, abedul y roble (bosque caducifolio), que posteriormente se vería sustituido por un máximo desarrollo del bosque
de roble y carpe durante el periodo Eemiense (126-116 Ka).
Mientras, una fuerte expansión del bosque mediterráneo se
produce en el suroeste entre 126-110 Ka. A partir de entonces,
entre 110-74 Ka se suceden cuatro periodos fríos caracterizados
por la formación de estepa, alternándose con cuatro periodos
cálidos donde se extendieron las formaciones de bosque abierto, dominadas en el norte por roble y carpe, mientras en el sur
dominaba el roble y encina. Desde entonces y hasta los 60 Ka
se produce un periodo de enfriamiento y reducción de la insolación estival en el hemisferio norte, con el correspondiente
retraimiento del nivel del mar cientos de metros por debajo del
actual y una bajada general de las temperaturas, dando lugar a
un incipiente desarrollo de plantas semi-desérticas. Solo tras los
63 Ka empieza a darse una mejora climática, sin llegar a permitir el crecimiento del bosque caducifolio e incluso llegando
a generar unas condiciones de aridez extrema en el sur de la
península ibérica hace 61 Ka, mientras se produce un dominio
de las formaciones esteparias en el norte peninsular.
Para los últimos 60 Ka, los estudios realizados permiten
identificar con claridad toda una serie de cambios en la vegetación, coincidentes con la sucesión D-O, sobre todo para el caso
de la zona meridional de la peninsula ibérica (Sánchez-Goñi y
D’Errico, 2005). Durante los episodios fríos se produce el desarrollo de una vegetación semi-desértica en la zona suroeste y
vegetaciones estépicas en el norte, mientras que en los episodios
templados se da una expansión de bosques abiertos mediterráneos en el sur y una expansión de roble y pino en los territorios
septentrionales. De especial interés son los últimos resultados
obtenidos para el interior de la península ibérica, poniendo en
relación la desaparición de los neandertales de la zona hace
unos 42 Ka con el desarrollo de unas condiciones medioambientales de gran aridez, ligadas al desarrollo de depósitos loésicos
en momentos previos al evento Heinrich 4 (Wolf et al., 2018).
En el conjunto del territorio peninsular solo contamos con una
pequeña cantidad de yacimientos paleontológicos del Pleistoceno superior (Álvarez-Lao y Méndez, 2016; Castaños et al., 2017;
Suárez-Bilbao et al., 2017). La variabilidad de grandes mamífe-
ros identificada en los distintos yacimientos arqueológicos permite hacernos una idea de los taxones presentes, las características
del entorno y sobre todo la preferencia por determinadas presas
(ungulados de tamaño medio-grande) por parte de los grupos
neandertales. A partir de este registro, podemos confirmar que los
taxones euritermos son los predominantes entre los herbívoros
(géneros Bos, Equus, Cervus, Dama, Capra, Rupicapra, Stephanorhinus) y los carnívoros (géneros Ursus, Panthera, Crocuta,
Canis lupus, Cuon, Lynx), con muy pocos representantes de faunas frías (géneros Coelodonta, Mammuthus, Rangifer), limitados
principalmente a la mitad norte peninsular, por encima del paralelo 40º norte (Álvarez-Lao et al., 2017; Álvarez-Lao y García,
2011, 2010; Álvarez Lao et al., 2011).
En el caso concreto de la vertiente mediterránea durante
el MIS 3, marco cronológico de nuestro trabajo, los estudios
realizados atestiguan una amplia diversidad de paisajes que
van desde pastizales de montaña, estepas bajas, sabanas de coníferas y bosques de media altitud, con varios refugios de poblaciones de árboles y arbustos en las zonas costeras y valles
intra-montanos durante las fases más frías. Los datos de vegetación confirman también una amplia biodiversidad de paisajes, estando presentes desde los bosques de pinos con o sin
enebros, a formaciones mediterráneas con termofitos, árboles
deciduos, pastizales y estepas. Concretamente, el yacimiento
de Cova Beneito (Muro d’Alcoi, Alicante) contiene un registro polínico donde se identifica un predominio del pino negro
(Pinus nigra), junto con la presencia de Juniperus, Fabaceae,
Buxus sempervirens, Pistacia terebinthus y Pistacia lentiscus,
Olea europea var. sylvestris, Ephedra, Rhamnus, Crataegus,
Fraxinus oxyphylla, Ficus y Cistus (Badal, 1991; GonzálezSampériz et al., 2010).
A partir de los estudios zooarqueológicos realizados en
diversos yacimientos del MIS 3 en nuestra zona de estudio Abrigo de la Quebrada (Chelva, Valencia), Cova Beneito (Muro
d’Alcoi, Alicante), Abric del Pastor y El Salt (Alcoi, Alicante),
Cueva Antón, Cueva de los Aviones, Sima de las Palomas del
Cabezo Gordo y Cueva Perneras (Murcia) - se identifica una
amplia diversidad de recursos terrestres que aprovecharán con
intensidad los grupos neandertales. Especialmente destacan los
cérvidos (Cervus elaphus), caprinos (Capra pyrenaica) y équidos (Equus ferus), taxones predominantes en el territorio, junto
con la presencia de animales de gran talla como el rinoceronte
de estepa (Stephanorhinus hemitoechus) y el uro (Bos primigenius), o de tamaño medio y pequeño, como el rebeco (Rupicapra rupicapra), el jabalí (Sus scrofa) (Eixea et al., 2014;
Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle, 1996; Mochales, 1997;
Montes-Bernárdez, 1992; Pérez et al., 2017a; Sanchis et al.,
2013; Walker et al., 2013, 2012; Zilhao et al., 2010). A ellos se
suma la presencia de toda una serie de carnívoros de variado
tamaño como son el oso (Ursus arctos), el león de las cavernas
(Panthera leo spelaea), el leopardo (Panthera pardus), la hiena
(Crocuta crocuta), el lobo (Canis lupus), el cuón (Cuon sp.),
el lince (Lynx sp.) o el zorro (Vulpes vulpes) (Martínez-Valle,
1995, 1996, Pérez-Ripoll, 1977; Pérez-Ripoll y Martínez-Valle,
2001; Sanchis, 2015). Por otro lado, taxones de talla muy pequeña como los conejos (Oryctolagus cuniculus) y la tortuga
mediterránea (Testudo hermanni) también están presentes en
este amplio territorio (Morales y Sanchis, 2009; Sanchis, 2012;
Sanchis et al., 2015a).
5
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
2.2. SUBSISTENCIA Y
COMPORTAMIENTO NEANDERTAL
2.2.1. gestión del entorno y de los recursos animales
Desde su descubrimiento a inicios del siglo XIX, el estudio de
los modos de vida y comportamiento de los grupos neandertales
se ha recogido en una abundante literatura científica y divulgativa. En los primeros momentos, los trabajos desarrollados estaban ligados a la ideología imperante en la comunidad científica,
conectada en los primeros momentos a la moralidad y religiosidad cristiana, provocando una visión muy sesgada de los modos de vida de estos homininos (Monclova, 2013). No obstante, los avances en la investigación prehistórica, especialmente
tras mediados del siglo XX con el desarrollo de la Arqueología
Procesual, permitieron ir superando las viejas visiones del ser
humano, si bien, hasta no hace mucho aún se entendía a los
neandertales como un grupo inferior en la escala evolutiva respecto a los Humanos Anatómicamente Modernos (HAM). A día
de hoy, la mayoría de la comunidad científica les concibe como
un tipo humano con capacidad para realizar el mismo elenco
de actividades que los Humanos Anatómicamente Modernos, a
excepción del siempre discutido mundo simbólico a través de
la expresión artística, a pesar de que las últimas novedades al
respecto están haciendo replantearse este paradigma (Camarós
et al., 2017; Hoffmann et al., 2018; Ontañon y Utrilla, 2017;
Pearce y Bonneau, 2018; Slimak et al., 2018; Speth, 2004).
Frente a las antiguas propuestas que asociaban una forma
de vida carroñera y oportunista a los neandertales (Binford,
1981; Davidson, 1989), la mayoría de investigaciones actuales ponen de manifiesto su capacidad cooperativa y flexibilidad
estratégica para la captura directa de sus presas (Chase, 1989,
1987, 1986; Gaudzinski, 2009; Stiner, 2013), ampliando además su selección no solo a los ungulados de talla media y grande, sino también a presas de tamaño pequeño como los lepóridos, aves y tortugas (e.g. Aura et al., 2002; Blasco, 2011, 2008;
Blasco et al., 2014; Blasco y Fernández, 2012a, 2012b; Brugal y Desse, 2004; Cochard, 2004; Cochard et al., 2012; Finlayson et al., 2012; Morin et al., 2019; Nabais y Zilhão, 2019; Peresani et al., 2011; Romero, 2018; Rufà, 2017; Sanchis, 2012; Sanchis et al., 2015a; Sanchis y Fernández Peris, 2008; Stiner, 1994;
Stiner et al., 2000; Villaverde et al., 1996), además de diversos
recursos marinos (Roselló y Morales, 2005; Stringer et al., 2008;
Zilhao et al., 2010) en el marco de la teoría de la Optimal Foraging Theory (OFT), la Broad Spectrum Revolution (BSR) o las
nuevas propuestas de la Natural Ecology. La OFT se basa en la
creencia que cualquier grupo cazador-recolector optaría por aquellos alimentos más ricos denominados “nutrientes de alto rango”,
en base al coste-beneficio energético para su adquisición, por lo
que la ausencia de estos nutrientes en los conjuntos arqueológicos se venía a explicar a razón de cambios ecológicos, climáticos
o demográficos, que provocarían que los grupos humanos opten
por recursos de un rango nutritivo menor. Si bien es cierto que
buena parte de las estrategias cinegéticas de los neandertales se
dirigen a la captura de ungulados con una elevada tasa de retorno energético, existen evidencias de que no siempre fueron los
únicos alimentos. Como respuesta a la existencia de nutrientes
de baja energía en los conjuntos arqueológicos pleistocenos, se
empieza a aplicar y entender la BSR como el modelo más exitoso
para suplir las necesidades alimentarias y permitir un éxito en la
6
supervivencia a causa de los cambios ecológicos o demográficos
que pudieron hacer menos accesible o más escasos los nutrientes
de alto rango. Frente a estas propuestas, recientemente, la Natural Ecology viene a proponer que la elección de los alimentos
no siempre tuvo por qué venir dada por los preceptos relativos
a la mayor o menor calidad de los alimentos. Buena parte de los
alimentos considerados de bajo rango, proporcionan una cantidad
de nutrientes esenciales como son las vitaminas o micronutrientes, fundamentales para la supervivencia de los individuos, de ahí
que los grupos neandertales también hicieran un uso recurrente
de los mismos.
A pesar de todas las evidencias existentes y de la reformulación de estos planteamientos, lo cierto es que sigue existiendo la duda entre algunos investigadores sobre las capacidades
de los grupos neandertales para practicar de manera consciente
y no oportunista, este tipo de estrategias de máximo aprovechamiento de los recursos (Delpech and Grayson, 2007; Fa et
al., 2013). En este contexto, son destacables las evidencias de
la captura esporádica de grandes y pequeños carnívoros, para
un uso no solo nutritivo, tecnológico u ornamental, sino con
consecuencias directas en la competencia por las presas (Gabucio, 2017; Gabucio et al., 2014; Gómez-Olivencia et al., 2018;
Morin et al., 2016), así como los recientes estudios isotópicos
que confirman una dieta de altos niveles tróficos entre los neandertales, relacionada con un consumo elevado de carne fresca
de ungulados, tal y como han venido demostrando los estudios
zooarqueológicos (Jaouen et al., 2019), si bien muy discutidos
por los posibles sesgos de las muestras y la aparición de nuevas
evidencias que hablan claramente de una dieta omnívora mucho
más amplia en el sentido estricto (Fiorenza et al., 2015).
Dados los numerosos milenios que los neandertales estuvieron presentes el continente euroasiático, las formas de
adquisición de recursos animales han variado en el tiempo y
espacio. Consideradas herederas de las actividades realizadas
a mediados del Pleistoceno medio, se observa en la mayoría
de conjuntos arqueológicos una preferencia por ungulados de
talla media y grande (équidos, cérvidos y bóvidos) de edades comprendidas entre adultos-jóvenes (Morin et al., 2016).
Para algunos autores, solo a partir de hace ca. 55 Ka se producen diferencias en las estrategias de subsistencia, planteando
que los nichos ecológicos flexibles y variables se tornan más
especializados e intensivos (Stiner, 1994). Sin embargo, recientes trabajos demuestran que esta especialización pudo haber
estado presente con anterioridad, tanto entre los grupos neandertales, como entre otros miembros del linaje neandertal (Carrión y Walker, 2018; Rodríguez-Hidalgo, 2015; RodríguezHidalgo et al., 2016), atribuyendoles unas capacidades adaptativas excepcionales, sobre todo debido a la gran diversidad de
territorio que ocuparon y la biodiversidad contenida en ellos.
Las estrategias de caza descritas en la bibliografía varían
desde las capturas de carácter simple o secuencial, que puede
ser diversa o monoespecífica, a una caza comunal de origen
adaptativo u oportunista dependiente de los recursos disponibles. Las estrategias de carácter monoespecífico se registran
sobre todo en la Europa central y el suroeste francés (Rendu
et al., 2012), caracterizándose por estar centrada en un taxón,
asociada de forma inequívoca en numerosas ocasiones con un
tipo de estrategias de subsistencia compleja o “caza especializada”, aspecto criticado y argumentado conceptualmente por
[page-n-20]
territorio y comportamiento de los grupos neandertales
distintos autores (Discamps et al., 2011; Speth, 2004). La segunda, documentada principalmente en el Norte europeo, está
especialmente condicionada por los periodos de migración
de manadas o presencia de grandes ungulados (Gaudzinski y
Kindler, 2012). El caso de la Europa meridional se muestra
algo diferente, con unas comunidades animales más dinámicas, sobre las que los neandertales practicarían la caza simple
o secuencial, que iría desde la captura de grandes y medianos
herbívoros, a todo un conjunto de pequeñas presas como lepóridos, tortugas, aves y distintos recursos marinos (ver supra).
Dada la diversidad de estrategias de caza reconocidas, Discamps y colegas (2011) proponen la existencia de al menos
tres factores que explican los cambios en la fauna capturada
por los grupos prehistóricos: 1) La adaptación de los grupos
humanos a los distintos ambientes; 2) La adaptación a las fluctuaciones en la disponibilidad de las presas; 3) El cambio deliberado en las estrategias de subsistencia.
Todos estos datos parecen indicar que la complementariedad a la hora de captar bienes y la plasticidad en su adquisición
dependiendo de condicionantes externos, fue una constante en
el quehacer diario de los grupos neandertales. Esto supone la
explotación tanto de recursos animales como vegetales, a pesar
de que los valores isotópicos obtenidos a partir de restos dentales de varios enclaves otorguen una gran importancia de la carne en la dieta de estas poblaciones (Blasco, 2011; Bocherens,
2009; Bocherens et al., 2005, 2001; Henry et al., 2014; Morin
et al., 2016; Salazar-García et al., 2013; Sistiaga et al., 2014;
Stiner, 2013). Unos recursos, por otro lado, que no se reducen
únicamente al ámbito dietético, sino que en gran cantidad de
yacimientos han sido empleados como herramientas o combustible (Pérez et al., 2019). A ello hay que sumar el hecho de
que la biodiversidad existente durante el Pleistoceno europeo
esconde diferencias significativas en el poblamiento de mamíferos de cada región, aspecto condicionado principalmente por
variables de tipo climático, que a su vez provocan una clara
diferencia en los modos de ocupación y en las actividades de
los grupos humanos durante la Prehistoria (Brugal e Yravedra,
2005; Stiner, 2013).
2.2.2. estrategias de transporte y desecho de las carcasas
Las estrategias de transporte y gestión de las carcasas animales
realizadas por los grupos humanos prehistóricos han sido una
parcela importante de la investigación zooarqueológica. En este
marco se explica que durante la década de 1970 se desarrollaran toda una serie de trabajos de carácter etnográfico, con la
finalidad de registrar las prácticas alimenticias de distintos grupos de cazadores-recolectores contemporáneos, principalmente
los Inuit y los Hadza (e.g. Binford, 1978, 1977; Bunn, 2001;
Bunn et al., 1988; Lupo, 2011; Monahan, 1998; Morin, 2007;
O’Connell et al., 1988).
Tras ellos, se llegó a concluir cómo el transporte de las presas está íntimamente relacionado con el tipo de acceso por parte
de los homínidos a las carcasas y la posible competencia con
otros predadores. Años más tarde, durante la década de 1990,
se propuso la existencia de dos tipos de modalidad posible de
acceso a las presas previamente abatidas: activa, cuando existía
enfrentamiento con otro predador, o pasiva, cuando el enfrentamiento estaba ausente. A su vez, se diferencia entre un acceso
primario o secundario a las carcasas que condicionaría la canti-
dad de nutrientes aprovechables. Finalmente, el tiempo entre la
muerte y la adquisición de la presa también podía variar, siendo
desde inmediato a tardío (Bunn y Ezzo, 1993).
Por otro lado, el estudio de los perfiles esqueléticos y su
relación con una teórica utilidad alimentaria de los elementos
anatómicos permitió plantear distintas estrategias de transporte (Binford, 1978; Faith y Gordon, 2007; Rodríguez-Hidalgo,
2015): bulk, gourmet, unbiased, unconstrained y el denominado patrón reverse. Durante el Paleolítico medio, los perfiles
esqueléticos predominantes en los conjuntos arqueológicos se
caracterizan por una escasez de elementos axiales, frente a un
predominio del esqueleto apendicular y craneal, planteándose
la posibilidad de un transporte diferencial desde los lugares de
matanza a los lugares de residencia a partir de las tallas de peso
de las presas (Marín et al., 2016; Stiner, 2013), con una destacada preferencia por aquellos elementos con un mayor contenido
medular (Morin y Ready, 2013). Se supone de esta manera, que
se llevará a cabo la entrada parcial de partes anatómicas de grandes ungulados, frente a un transporte prácticamente completo de
las carcasas de mediados y pequeños ungulados y el transporte íntegro de pequeñas presas. No obstante, la multiplicidad de
factores que influyen en las decisiones a la hora de transportar
una presa puede condicionar enormemente este patrón general:
utilidad económica real, relación coste-beneficio, número de
porteadores, tamaño de la presa, número de presas, distancias,
variabilidad cultural, entre otros (Domínguez-Rodrigo, 1998).
Más aún, si tenemos en cuenta que nuestros depósitos arqueológicos están formados en su mayoría por la suma de eventos de
transporte y depósito (Monahan, 1998).
Sin embargo, la gestión de las carcasas no se reduce a la
captura y transporte, sino también a su procesado y desecho en
el propio yacimiento. Prácticamente, todos los yacimientos de
ocupación neandertales muestran claras evidencias de procesado carnicero de las carcasas animales (Morin et al., 2016; Stiner,
2013), contando con evidencias de desarticulación, fileteado y
eliminación del periostio, para continuar con las tareas de fracturación y acceso a la médula ósea, dando paso finalmente a
actividades de cocinado y al posterior desecho. Este último puede tener un origen muy variado, desde su depósito en el suelo
de ocupación tras la actividad realizada (consumo, trabajo técnico, etc.), o bien de forma agrupada o reagrupada de manera
intencional, ya sea por la retirada de fragmentos de mayores
dimensiones a las zonas externas (Fernández-Laso, 2010; Gabucio, 2014; Gabucio et al., 2017; Rosell et al., 2012), o bien
por su acumulación en los propios hogares y su aprovechamiento como combustible dadas sus cualidades para mantener el calor (Costamagno et al., 2005, 1999; Théry-Parisot et al., 2005;
Théry-Parisot, 2002, 2001; Villa et al., 2002).
2.2.3. modelos de ocupación
Tradicionalmente, las interpretaciones sobre las dinámicas de
asentamiento durante el Paleolítico medio parten de dos modelos o unidades hipotéticas de trabajo: a) ocupaciones efímeras
en grupos de alta movilidad territorial; b) ocupaciones de mayor
duración caracterizadas por la acumulación de gran cantidad de
materiales en los depósitos arqueológicos. Ambas se relacionan
con la sucesión de momentos de entrada y salida de los grupos
humanos de forma recurrente, por lo que no implica un asentamiento aislado o continuo a lo largo de un lapso dilatado de
7
[page-n-21]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
tiempo. De hecho, las ocupaciones resultan compatibles con la
entrada puntual de carnívoros a los mismos lugares, fenómeno atestiguado en gran cantidad de yacimientos del Paleolítico
medio (Gabucio et al., 2016; Machado et al., 2015; Real et al.,
2018). De igual manera, a la hora de definir los tipos y duración
de los asentamientos pleistocenos se recurre a la asociación entre la manufactura de herramientas, la existencia de hogares y
la explotación de las presas, a pesar de que estudios recientes
planteen la posibilidad de entradas a los yacimientos con fines
más concretos, como pueden ser la captación de materias primas o la reutilización de útiles, sin ningún otro tipo de actividad
de subsistencia complementaria (Machado y Pérez, 2016, Vaquero et al., 2015). Por otro lado, nuevas aproximaciones como
el desgaste dental y la cementocronología sobre ungulados que
han sido presas de los grupos prehistóricos, aportan una información relevante a la hora de fijar la recurrencia de ocupaciones
en un mismo lugar durante un periodo más o menos dilatado
en el tiempo (Livraghi et al., 2022; Rivals et al., 2015, 2021;
Sánchez-Hernández et al., 2020).
Hemos de tener en cuenta que estos modelos están condicionados no solo por la movilidad, estrategias y cantidad de
miembros del grupo, sino también por la naturaleza de palimpsestos de la gran mayoría de yacimientos pleistocenos y
la capacidad de los investigadores para diferenciar los distintos
eventos de ocupación.
2.2.4. control y uso del fuego
Desde aproximadamente los últimos 400-300 Ka se constata un
uso habitual del fuego en los yacimientos de Europa y de Próximo Oriente (Chazan, 2017). No obstante, si nos basamos en los
cuatro estadios de interacción fijados por Sorensen en su trabajo
de 2017, solo a partir de los 200 Ka realmente se alcanza control
activo por parte de los grupos neandertales. Ello no implicaría
una presencia continuada de hogares en todos los yacimientos
a partir de estas fechas, caso por ejemplo de la Cova del Bolomor para nuestra zona de estudio (Fernández Peris et al., 2012;
Sañudo et al., 2016; Vidal-Matutano et al., 2017a). Por el contrario, a partir del MIS 5 su frecuencia es mucho mayor, dándose un uso generalizado por gran parte del continente euroasiático (Sandgathe, 2017). Tras superar el antiguo debate sobre
las capacidades de los homínidos del Paleolítico medio para
generar fuego, las nuevas líneas de investigación se centran en
conocer hasta qué punto el empleo del fuego fue una constante
entre los grupos neandertales, cuáles son las variaciones territoriales y cronológicas, relacionadas sobre todo con la alternancia
de periodos fríos y cálidos, o si realmente el valor que tuvo el
fuego entre estas poblaciones está sobreestimado y su empleo
no solo tenga que ver con necesidades inmediatas para la subsistencia, sino que también se encuentre condicionado culturalmente (Dibble et al., 2018; Sandgathe et al., 2011; Sorensen,
2017). En definitiva, si los neandertales fueron o no usuarios
obligatorios del fuego.
Aunque desconocemos a ciencia cierta el uso real de los
fuegos u hogares, su uso tiene que ver con toda una serie de
labores de procesado alimenticio (carnicero o vegetal), la ayuda
en el tratamiento térmico de la tecnología (lítica o madera), la
protección ante otros predadores, la labor profiláctica, la proporción de calor y una ampliación de las horas de luz. En este
último caso, la existencia de hogares sin cantidades elevadas de
8
restos materiales afectados por el fuego, nos permite hablar de
la existencia de espacios de socialización en torno a los mismos (Carbonell y Rosell, 2001; Dunbar y Gowlett, 2014; Henry
et al., 2018; Wiessner, 2014), aspecto que llevó décadas atrás
a emplear el concepto de home-base y food-sharing (Chazan,
2017; Isaac, 1978).
Por lo que afecta al material óseo, su relación con el fuego
durante el Paleolítico medio es verdaderamente amplia, estando
ligada eminentemente a las actividades culinarias, además de su
empleo como combustible al permitir un fuego más duradero
y constante, así como su quema como medio de saneamiento
de los lugares de habitación, o incluso su afección no intencional por el uso recurrente de un emplazamiento (e.g. Asmussen,
2009; Gifford-Gonzalez, 2018; Morin, 2010; Smolderen, 2016;
Smolderen y Jimenez, 2016; Théry-Parisot, 2001; Théry-Parisot
et al., 2010; Yravedra y Uzquiano, 2013).
2.2.5. el final del paleolítico medio en la península ibérica
La desaparición de los neandertales en Eurasia se produciría
de forma radical entre aproximadamente 41-39 Ka cal. BP, con
ciertos fenómenos de coexistencia con los Humanos Anatómicamente Modernos en algunas regiones, mientras en otras parece no haber existido contacto alguno (Higham et al., 2014;
Staubwasser et al., 2018; Villa y Roebroeks, 2014). Los motivos reales del desvanecimiento neandertal no están del todo
claros, pudiendo verse afectados por los procesos de hibridación, las oscilaciones climáticas y la consecuente pérdida de
biodiversidad a nivel ecológico, la competencia por el medio
de los dos grupos humanos, e incluso el colapso biológico de
la única especie que habitó Europa cerca de unos 300 Ka (e.g.
Banks et al., 2008; Finlayson y Carrión, 2007; Green et al.,
2010; Houldcroft y Underdown, 2016; Kolodny y Feldman,
2017; Müller et al., 2011).
En el caso concreto de la península ibérica, a pesar de los
problemas relativos a la falta de restos paleontológicos diagnósticos en contextos bien datados, junto a la existencia de algunos
depósitos cuya secuencia estratigráfica, adscripción cronológica
y tecno-tipológica no son del todo claras1, las últimas fechas
para el Paleolítico medio se sitúan en torno a los 45-42 Ka cal.
BP, proponiéndose la no coexistencia de neandertales y HAM
en esta área en base a las nuevas observaciones geocronológicas
y arqueoestratigráficas (Álvarez-Alonso et al., 2016; CucartMora et al., 2018; Gutiérrez-Zugasti et al., 2018; Higham et
al., 2014; Machado et al., 2015; Mallol et al., 2012; Maroto et
al., 2012; Martínez Moreno et al., 2010; Menéndez et al., 2018;
Mora et al., 2018; Rey-Rodriguez et al., 2016; Santamaría y
Rasilla, 2013; Wolf et al., 2018; Wood et al., 2014, 2013). De
especial interés es el caso de la vertiente cantábrica, para donde
recientes trabajos de datación radiocarbónica plantean la desaparición del Musteriense entre ca. 47-45 Ka cal BP, mientras
que los materiales adscritos al Chatelperroniense (ca. 42-41 Ka
1
Véase los casos de Oliveira 8 y Foz do Enxarrique (Portugal),
Cueva del Higueral (Andalucía), Las Fuentes de San Cristobal
(Cataluña), Peña Miel (La Rioja), Esquilleu 6-3 y Morín 10
(Cantabria), Labeko Kova (País Vasco), Cueva Antón (Murcia) y
Gorham’s cave (Gibraltar) (Carrión et al., 2018; Doerschner et al.,
2019; Finlayson et al., 2008; Galván et al., 2014b; Mallol et al.,
2012; Strauss, 2018; Zilhão et al., 2017).
[page-n-22]
territorio y comportamiento de los grupos neandertales
Figura 1. Mapa de los principales yacimientos del Paleolítico medio localizados en la vertiente mediterránea ibérica.
cal BP) y Auriñaciense (ca. 43-40 Ka cal BP) muestran cierto solapamiento (Marín-Arroyo et al., 2018). En la vertiente
mediterránea, aunque la cantidad de yacimientos es abundante
(figura 1), los depósitos con suficiente entidad son relativamente
escasos, la información derivada de la Cova Beneito, El Salt,
el Abrigo de la Quebrada, la Sima de Las Palomas, la Cova de
Teixoneres, el Abric Romaní y Cova Gran, apunta a una desaparición del Musteriense no más tardía de ca. 40 Ka BP. No
obstante, cabe tener en cuenta las nuevas dataciones realizadas
en la Cova Foradada (Tarragona), con el reconocimiento de
niveles de adscripción Chatelperroniense ca. 42-38 Ka cal BP
y Auriñacience reciente ca. 39-35 Ka cal BP (Morales et al.,
2019), o bien los niveles de transición de la Cueva de Bajondillo
(Málaga), proponiendo la posible existencia de tecnocomplejos
Proto-Auriñacienses o Auriñacienses tempranos ca. 43 Ka BP
(Cortés-Sánchez et al., 2019).
En El Salt, las últimas evidencias paleoantropológicas neandertales coinciden con el final de la secuencia musteriense, el
colapso de la visera de protección y el comienzo de una sedimentación estéril arqueológicamente, localizada en la UE V-Superior,
con una cronología de 44,7 ± 3,2 Ka por OSL (Galván et al.,
2014a, 2014b; Garralda et al., 2014). Esta fecha es coincidente
con un cambio paleoambiental notable en el territorio peninsular,
caracterizado por un aumento de la aridez y el desarrollo de de-
pósitos de loess durante el Heinrich 5, tratándose además de un
momento previo al dramático cambio hacia un clima más frío y
seco que caracteriza el Heinrich 4 en las vertientes Este y Oeste
de la península ibérica (Sanchez-Goñi et al., 2008; Sanchez-Goñi
y Harrison, 2010; Wolf et al., 2018). En el resto del territorio peninsular, desde los yacimientos más cercanos como Cova Beneito (Alicante), hasta los más alejados como la cueva de A Valiña
(Galicia), se ha podido comprobar la repetición de estos hiatos
sedimentarios, arqueológicamente estériles, entre las unidades
Musterienses y Chatelperronienses respecto a los niveles Auriñacienses. Como excepción, contamos con las evidencias de la Cueva del Conde en Asturias, Covalejos y el Pendo en Cantabria, y
Lezetxiki en País Vasco, donde unidades estratigráficas muestran
un contacto irregular y erosivo entre los tecnocomplejos anteriores (Mallol et al., 2012; Strauss, 2018).
A pesar de la relevante coincidencia cronológica entre las
últimas evidencias neandertales y los cambios paleoambientales sufridos durante el H5 y H4, no podemos afirmar que exista
un principio de causa-efecto para la desaparición de este grupo
humano en la península ibérica, ni tan siquiera a escala regional.
Por el contrario, una gran diversidad de factores han de tenerse
en cuenta a la hora de poder plantear una teoría sólida sobre su
desaparición en nuestra área de estudio.
9
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[page-n-24]
3
Contexto arqueológico
3.1. LOS VALLES DE ALCOI
3.1.1. situación geográfica y geomorfología
Los valles alcoyanos o subcomarca de les Valls d’Alcoi, forman parte de la comarca de l’Alcoià, (Alicante, España). La
Hoja 821 (29-32), correspondiente al Mapa Geológico de España E. 1:50.000 (MAGNA 50, 2ª Serie) del Instituto Geológico y
Minero de España proporciona su posición cartográfica exacta.
Geológicamente están situados en el Sistema Prebético oriental,
en el domino o unidad geológica del Prebético de Jijona-AspeAlicante, en un ambiente sedimentario originado en el Mioceno inferior-medio (ca. 23-13 Ma), el cual actualmente alcanza
las cotas topográficas más elevadas de la región (figura 2). La
geografía es muy accidentada como consecuencia de procesos
tectónicos en ámbitos paleogeográficos diversos que varían desde plataforma carbonatada somera a sedimentación pelágica, la
elevada actividad diapírica, una fuerte compresión final y una
desigual erosión. Como resultado, abundan las zonas abruptas
con profundos valles encajados, grandes sierras formadas por
carbonatos mesozoicos y cenozoicos aisladas o semiaisladas en
el paisaje, junto a la existencia de áreas llanas o de escaso relieve (Molina, 2016) (figura 3).
La historia geológica del término municipal de Alcoi se remonta al Triásico (ca. 252-201 Ma). Por aquel entonces se trataba de un territorio drenado por grandes ríos y lagunas de aguas
provenientes del norte peninsular. Durante el Jurásico y hasta
finales del Paleogeno (ca. 201-23 Ma), este territorio emergido
se cubrió por las aguas del océano de Tethys. Estas depositaron
gran cantidad de lodo carbonatado, mezclado ocasionalmente
con arcillas y arenas, lo que daría origen a un depósito de varios
metros de espesor constituido por calizas, dolomías y margas.
Estas rocas carbonatadas son las que a día de hoy conforman
gran parte de las sierras alicantinas. Las primeras grandes formaciones montañosas no obstante se originarían a partir de los
20 Ma, a causa del plegamiento alpino. Derivado de este se
produce una retirada paulatina del mar hacia el sur y el este,
dejando totalmente emergido el territorio de Alcoi durante el
Tortoniense (ca. 11-7 Ma). Esta situación dio origen durante el
Plioceno a un gran lago en su zona más deprimida, conocida
como la Hoya de Alcoi o l’Alcoià (ca. 5 Ma), gracias a los aportes de agua proveniente de las sierras circundantes. En su borde
oeste se produjo una gran acumulación de sedimentos carbonosos que en la actualidad afloran en la antigua mina de lignitos
de Alcoi, pudiendo reconocerse abundantes fósiles de microvertebrados y macrovertebrados del periodo, los cuales trataremos
en apartados posteriores. Entre finales del Plioceno e inicios del
Pleistoceno (ca. 2,58 Ma) la cabecera del río Serpis se apropia
de la cuenca de Alcoi, drenando el lago y dando comienzo a la
erosión de sus sedimentos, encajándose desde entonces la cuenca del Serpis y sus afluentes (VV.AA., 2015).
A nivel geomorfológico, el área de estudio está formada por
diversos sistemas montañosos y cuencas fluviales que producen una geografía muy quebrada y abrupta, característicos de la
zona conocida regionalmente como “montaña alicantina”, con
su punto más alto en la Serra d’Aitana (1556 m s.n.m.). En el
territorio destacan por las dimensiones los valles alcoyanos y del
Vinalopó, dos grandes depresiones de origen tectónico drenadas
por los cursos fluviales del río Serpis (SO-NE) y del río Vinalopó
(NO-SE) respectivamente, además de toda una serie de pequeños cursos fluviales de menor recorrido. En nuestro caso es de
especial interés la cuenca del río Serpis, delimitada por sistemas
montañosos en algunos casos superiores a los 1000 m s.n.m.,
con un recorrido de 54 km en dirección NE, cuyo origen se encuentra en la Serra de Mariola, tras la confluencia del río Barxell
con el río Polop. En la primera parte de su recorrido recibe aporte hídrico de sus tributarios, el rio Molinar y el Barranc del Cinc,
dentro del área urbana de Alcoi, para posteriormente encajarse
en las calizas jurásicas del desfiladero de l’Orxa y finalmente llegar a la llanura litoral, confluyendo con el río Vernissa y desem11
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 2. Mapa geológico de las Cordilleras Béticas y sus principales dominios y sistemas. Fuente: Sanz de Galdeano, C. y López Garrido,
A.C. (2016).
Figura 3. Visión panorámica de los valles alcoyanos desde la cima del Menejador (1352 m), Parc Natural de la Font Roja.
12
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contexto arqueológico
bocando finalmente en Gandía. Próximo a su cabecera se genera
un gran salto de agua provocado por una falla tectónica que da
al lugar el nombre de “El Salt”. Debido a distintos fenómenos
erosivos a causa del sustrato margoso y pendiente de la cuenca
del río Serpis, se han generado durante el Cuaternario al menos
tres niveles de terraza: G3-T3: +70-100 m perteneciente al Pleistoceno antiguo, G2-T2: +23-28 m del Pleistoceno medio y T1:
+15-18 m, correspondiente al Pleistoceno superior-Holoceno.
Entre los relieves prebéticos son destacables por la proximidad al yacimiento los Parques Naturales del Carrascal de la
Font Roja y de la Serra Mariola. El primero de ellos se localiza
en la comarca de L’Alcoià, se extiende en dirección E-O, con
forma alargada, originando dos vertientes bien marcadas: umbría y solana. Al norte está delimitada por los cursos de los ríos
Polop y Molinar, al oeste por el Barranc dels Molins y al sur por
el sinclinal de La Canal y el Port d’Ibi. La máxima altitud se
alcanza en la cumbre del Menejador (1352 m s.n.m.). La sierra
se encuentra formada principalmente por caliza nummulítica
que ha sufrido procesos kársticos con la formación de cavidades y simas, así como canchales en las laderas. Su parte Este
está constituida por margas y calizas del Oligoceno superior,
mientras otros afloramientos de menor extensión corresponden
al triásico o al Mioceno inferior. Por otro lado, la Serra Mariola
se extiende por las comarcas de la Vall d’Albaida, L’Alcoià y El
Comtat, siendo uno de los macizos más extensos de la Comunidad Valenciana. Está formada por una gran bóveda fracturada
en sentido N-S por la falla que se extiende entre Muro d’Alcoi y
Cocentaina. El límite norte es una estructura de glacis que conforma un corredor de dirección NE-O, llamado Estret d’Agres,
cuyo río marca el límite de Mariola. Al sur la fosa de Alcoi,
formada por las depresiones de Barxell y Polop, limitan a la Serra Mariola de la Font Roja. El flanco SE viene delimitado por
la falla Castellar-Cocentaina, un área fuertemente tectonizada
con profusión de afloramientos diapíricos triásicos y fracturas
tectónicas entre las que destaca el Barranc del Cinc. La altura máxima la encontramos en el Montcabrer (1389 m s.n.m.),
acompañado de altiplanos situados a unos 1000 m s.n.m.
3.1.2. características climáticas y ambientales
Desde un punto de vista climático, en la actualidad los valles
alcoyanos se circunscriben al macroclima mediterráneo y el termotipo mesomediterráneo (figura 4), con una temperatura media
mínima de 7 ºC ± 0,8 y máxima de 22,7ºC ± 0,7. La temperatura
media anual es de 13,3 ºC ± 0,8. Por su parte, el registro pluviométrico sitúa a Alcoi en un ombrotipo seco superior, con un
índice ombrotérmico de 2,84 y una precipitación media anual de
525 mm ± 34 (Ninyerola et al., 2005; Rivas-Martínez, 1987)2.
El área de estudio se caracteriza actualmente por la presencia de ambientes de monte, bosque y matorral, además de zonas
fluviales y lacustres, con importantes relictos de monte mediterráneo y espacios naturales protegidos, como son los mencionados parques naturales de la Font Roja y de la Serra de Mariola.
A nivel peninsular este tipo de hábitats presentan una enorme
diversidad de especies animales, entre las que predominan en
términos de abundancia los habitantes de la zona de montaña
(33%), seguidos de los que frecuentan el monte mediterráneo
2
Parte de los datos han sido obtenidos por medio del visor de Atlas
Climático de la península y baleares [Consulta: 21/09/2017]
(29%), las especies de carácter mixto (21%) y finalmente las de
los páramos y estepas (17%)3. No obstante, esta distribución no
es del todo idéntica para nuestro territorio de estudio.
La vegetación actual de Alcoi, está altamente antropizada y
poco tiene que ver con los registros conocidos para el Pleistoceno (figura 5), especialmente en las zonas próximas al yacimiento de El Salt debido a cultivos de olivo y almendro. No obstante, en el mismo entorno se encuentra un amplio pinar de pino
carrasco (Pinus halepensis) sobre el matorral de aliaga (Ulex
parviflorus), romero (Rosmarinus officinalis), genista (Genista
scorpius), con presencia frecuente de coscoja (Quercus coccifera), algún ejemplar de cornicabra (Pistacia terebinthus) y
aladierno (Rhamnus alaternus). En los márgenes de caminos es
frecuente encontrar el endrino (Prunus spinosa), el espino albar (Crataegus monogyna) y la zarzamora (Rubus ulmifolius),
especies vegetales de las que se recolectan frutos comestibles.
En las proximidades al río, las zarzamoras forman densas masas
acompañadas de juncos, chopos (Populus alba) y algún olmo
(Ulmus minor) (Vidal-Matutano, 2016a).
Por lo que atañe a los parques naturales, el Carrascal de la
Font Roja muestra una vegetación diferente en cada vertiente de
la sierra: la de umbría (cara N), de abundante y estratificada vegetación, se compone de plantas con altos requerimientos de humedad, mantenidos gracias a los vientos que transcurren por los
valles litorales desde el Mediterráneo y se condensan a esta altura generando nubes de precipitación horizontal; la vertiente de
solana, con plantas xérófilas (figura 6). A nivel arbóreo y arbustivo se da un predominio de las rosáceas (Crataegus monogyna,
Prunus spinosa y diversas especies del género Rosa), mientras
que la robleda (Fraxino orni-Quercetum faginae) presenta una
gran extensión, exclusiva de las comarcas centrales valencianas.
Se encuentra dominada por quejigo (Quercus faginea) y relictos
de roble (Quercus cerrioides y Quercus pubescens). Por otro
lado, la Font Roja contiene un importante bosque mixto (Fraxino orni-Aceretum granatensis) en su vertiente de umbría, relicto
de una vegetación de tipo eurosiberiana de especial interés para
comparar con el paisaje de época glaciar. Este bosque se compone de fresno en flor (Fraxinus ornus), arce (Acer opalus subsp.
granatense), serbal (Sorbus aria y Sorbus torminalis) y tejo (Taxus baccata). Junto a ellos aparecen mezclados el quejigo, la
carrasca (Quercus rotundifolia) y arbustos como el espino albar
(Crataegus monogyna) y el guillomo (Amelanchier ovalis).
En la Serra de Mariola encontramos una alta diversidad florística de especies aromáticas y medicinales, junto a una posición predominante del pino carrasco (Pinus halepensis) en la
vertiente de solana, de aliaga, romero y jaras. Entre los 800-900
m s.n.m. se forma un bosque mixto mediterráneo compuesto por
carrasca (Quercus rotundifolia) y árboles caducifolios como el
arce (Acer campestre, Acer monspessulanum), el serbal blanco
(Sorbus aria) y el roble pubescente (Quercus pubescens). En
las zonas limítrofes y formaciones relictas se pueden encontrar
tejos (Taxus baccata), mientras que en las cumbres de la sierra
aparece de forma muy reducida el pino salgareño (Pinus nigra
subsp. salzmanii), el cual parece haber abundando en el territorio durante el Pleistoceno (Vidal-Matutano, 2016a).
3
Datos extraídos de www.faunaiberica.org
13
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
PISOS BIOCLIMÁTICOS
Supramediterráneo
Mesomediterráneo
Termomediterráneo
Perfil transbético
Figura 4. Distribución de termotipos en la zona del Prebético alicantino. La transecta transbética se correlaciona con el perfil
de altitud presente en la parte inferior de la imagen. Fuente: Fagoaga et al. (2017b).
3.1.3. registro paleontológico
El entorno de los valles alcoyanos alberga un interesante registro
paleontológico y una historia geológica de gran interés que ha atraído la atención de numerosos investigadores desde mediados del
siglo XIX, momento en que François Louis Paul Gervais se interesa por el registro paleontológico de la zona (Gervais, 1853). Derivado de estos descubrimientos, el Museu Arqueològic Municipal
Camil Visedo Moltó de Alcoi alberga actualmente una importante
cantidad de fósiles de edad Mesozoica y Cenozoica (Montoya y
Sánchez, 2000), a los que se suma la colección del recientemente
creado Museo Paleontológico y de las Ciencias Isurus de Alcoi4.
Centrándonos exclusivamente en el registro de macro y microvertebrados, las evidencias más conocidas en la zona presentan una antigüedad que va desde finales del Mioceno a inicios del
4
14
Se puede consultar parte de su contenido a través de: http://paleoisurus.com/_MUSEO/index.htm
Plioceno (ca. 23-5 Ma, MN13 a MN15), gracias a los hallazgos
paleontológicos en los sitios de Alcoi-Barranco, Alcoi-N, Alcoi4B, Alcoi-2c y Alcoi 2D. En el caso de estos últimos, los recientes estudios sobre su microfauna muestran la existencia, a inicios
del Plioceno, de un bosque en mosaico, debido a la presencia
conjunta de taxones propios de hábitats abiertos y herbáceos, con
taxones de ambientes húmedos, en el marco de un clima temperado como apunta el reconocimiento de otras especies con requerimientos fríos y cálidos (Mansino et al., 2013). Por otro lado, fuera
de la Comarca de la l’Alcoià, aunque en un área cercana, disponemos de los trabajos realizados en el complejo kárstico de La
Pedrera (Albaida) y el yacimiento de La Salema (Fageca), que
han permitido disponer de un registro paleontológico del Pleistoceno superior y Holoceno que sirve de comparativa con el material faunístico recuperado en contextos arqueológicos (Colomina
et al., 2014; Fagoaga et al., 2017a; Marquina et al., 2016; Ponsoda et al., 2017). No obstante, en el caso concreto del registro de
micromamíferos y herpetofauna para el Pleistoceno superior, los
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contexto arqueológico
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Qu Qu Qu Bu Fa He Pi Ep M Sa Ul
Bosque de ribera
Porcentaje >1%
Figura 5. Diagrama antracológico de El Salt. Fuente: Vidal-Matutano (2018).
Figura 6. Efecto foehn sobre el carrascal de la Font Roja. Fuente:
Geolodía 15.
mayores datos provienen de los trabajos que se viene realizando en el yacimiento de El Salt y Abric del Pastor, sobre los que
hablaremos con mayor profundidad en los siguientes apartados.
La mayor parte de material paleontológico de macrovertebrados ha sido recuperado en la antigua mina de lignito localizada en el área de El Barranc de Gormaget, esencialmente
en el yacimiento conocido como Alcoi-Mina, donde se ha podido identificar dos taxones de úrsidos (Agriotherium insigne,
Ursus boeckhi), un proboscídeo (Anancus arvernensis), dos
perisodáctilos (Hipparion crassum, Dihoplus schleiermacheri), un suido (Sus arvernensis) y dos artiodáctilos (Alephis
boodon, Trafoportax sp.). Estas faunas estarían asociadas al
gran lago que ocupó l’Alcoià a inicios del Plioceno (ca. 5 Ma,
Rusciniense, MN14), posiblemente por aquel entonces caracterizado por unas condiciones ambientales más húmedas que
las reconocidas en otros yacimientos de la región (Montoya
et al., 2006). Otros hallazgos paleontológicos asociados al
periodo Neógeno y Cuaternario, aunque de naturaleza aislada, también han sido registrados en torno a la cuenca del río
Serpis, caso de dos molares de mamut (Mammuthus meridionalis) recuperados en el Molí de Serelles (Cocentaina), varios
fragmentos de molares de Microtinae y algunos fragmentos
aislados de carnívoro en el Barranco del Molinar, y dientes
aislados de rinoceronte (Dicerorhinus cf. mercki) en la formación detrítica de El Molinar, entre otros (Aguirre et al., 1975).
No obstante, los mayores datos que se conocen a día de hoy
para el periodo Cuaternario, principalmente del Pleistoceno
superior, provienen de la excavación sistemática de los yacimientos de Abric del Pastor, El Salt y Cova Beneito, con
unos registros caracterizados por la presencia de taxones muy
diversos, tales como: Equus ferus, Equus hydruntinus, Rhinocerotidae, Sus scrofa, Capra pyrenaica, Rupicapra rupicapra,
Bos primigenius, Cervus elaphus, Capreolus cf. capreolus,
Panthera pardus, Lynx sp., Canis cf. lupus, Cuon sp., Testudo
hermanni, Oryctolagus cuniculus, Lepus sp., entre toda una
serie de taxones de muy pequeñas dimensiones, principalmente roedores y aves (Iturbe et al., 1993; Machado et al., 2013;
Machado y Pérez, 2016; Martínez-Valle, 1996; Pérez et al.,
2017a; Pérez y Sanchis, 2021; Sanchis et al., 2015a, 2015b;
Sarrión, 1990).
15
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Para finalizar, cabe destacar el importante conjunto fósil recuperado en el yacimiento del Pleistoceno medio y superior de
la Cova de Molí Mató (Agres). En este yacimiento de naturaleza
arqueo-paleontológica son especialmente abundantes los restos
de caprinos determinados por Inocencio Sarrión como Capra cf.
camburgensis, acompañados de un menor número de restos de
Equus ferus, Equus hydruntinus, Bos primigenius, Ursus prearctos, Ursus arctos, Stephanorhinus hemitoechus, Cervus elaphus,
Dama cf. clactoniana, Capreolus capreolus, Oryctolagus cuniculus, Crocuta spelaea, Panthera spelaea, Canis lupus, Vulpes
vulpes, Sus scrofa, Testudo cf. hermanni, además de un pequeño
conjunto de micromamíferos también estudiado (Martínez-Valle
y Guillem, 2015; Sarrión, 2010; Sarrion et al., 1987).
3.1.4. yacimientos arqueológicos
El término municipal de Alcoi no es solo rico a nivel paleontológico, sino que también alberga numerosas evidencias arqueológicas que ponen de manifiesto su ocupación por los grupos
humanos desde el Pleistoceno medio. Este hecho se exterioriza
en la gran cantidad de intervenciones arqueológicas realizadas
desde finales del siglo XIX en la zona, la distribución de algunos
materiales por distintas instituciones museísticas y de investigación de diversas partes del mundo, así como el rico patrimonio
conservado en el Museu Arqueològic Municipal Camil Visedo
Moltó fundado en 1945 (Aura y Segura, 2000).
La gran mayoría de yacimientos descubiertos hasta el momento en los valles alcoyanos presentan cronologías mucho
más recientes que las tratadas en el marco de este libro, principalmente de los periodos Epipaleolítico-Mesolítico y otros eminentemente holocenos (Aura, 2000). Aun así, son relativamente
importantes los hallazgos de cronología pleistocena, tanto en
contexto de cueva o abrigo como al aire libre (Molina et al.,
2016; Molina, 2016). Al margen del yacimiento de El Salt, el
cual trataremos con relativa profundidad en el siguiente apartado, existen otros emplazamientos en cuevas y abrigos rocosos
de gran importancia en los propios valles y territorios cercanos,
claramente adscritos al Pleistoceno superior: el Abric del Pastor,
Cova Beneito, Coves d’Estroig y Cueva del Cochino.
Abric del Pastor: es un abrigo rocoso situado en el macizo
calcáreo de origen mioceno que conforma la Serra Mariola, a una
altitud de 820 m s.n.m., ubicado al margen derecho del Barranc
del Cinc, con orientación NE y con una superficie cercana a 60
m2 (figura 7). Geológicamente se trata de un paleotubo kárstico
erosionado a expensas de una formación caliza conglomerática,
en un contexto de calcirruditas bioclásticas del Tortoniense. Los
primeros trabajos arqueológicos fueron realizados por Mario
Brotons en 1953 bajo la dirección del profesor Francisco Jordá,
paralizándose hasta su nueva puesta en valor a partir del año 2005
bajo la dirección de Bertila Galván (Hernández et al., 2014). Su
registro material se compone de un importante conjunto de industria lítica, principalmente sobre sílex, con evidencias de talla
in situ y un gran número de elementos retocados que lo asocian
claramente al Paleolítico medio (Galván et al., 2008; Molina et
al., 2010). A nivel faunístico se registra una importante actividad cinegética sobre cabra, ciervo y caballo, pero especialmente
sobre la tortuga mediterránea, taxón que predomina en la fauna recuperada (Morales y Sanchis, 2009; Sanchis et al., 2015a,
Pérez et al., 2017a). Del mismo modo, se han podido registrar
un número importante de estructuras de combustión, principal16
mente reconocidas por su impacto térmico sobre el sustrato. No
obstante, el registro antracológico se muestra muy rico en el yacimiento (Vidal-Matutano, 2016a, 2015; Vidal-Matutano et al.,
2015). La excavación en extensión del yacimiento y un trabajo
minucioso de campo y laboratorio a través de técnicas arqueoestratigráfícas, ha permitido la identificación de ocupaciones
cortas y dilatadas en el tiempo, con un nivel de aproximación
temporal que en pocos yacimientos del Paleolítico medio es imposible alcanzar (Machado et al., 2013; Sossa-Ríos et al, 2022).
Hasta el momento ha sido posible reconocer seis unidades estratigráficas, datadas por ESR/U-Series y OSL entre 48 ± 5 Ka y
62 ± 10/-9 Ka (Connolly et al., 2019; Mallol et al., 2019).
Cova Beneito: es un yacimiento en cueva ubicado en el término municipal de Mur d’Alcoi, concretamente en la vertiente
sur de la Serra del Benicadell a una altitud de 650 m s.n.m. y una
orientación O-SO (figura 8). Geológicamente se ubica en un paquete de dolomías grises en los alrededores de l’Alt dels Volcadors, conformando un abrigo de grandes dimensiones cuya visera actualmente se encuentra desprendida. A partir de 1980, los
trabajos arqueológicos realizados dieron a conocer una de las
secuencias pleistocenas más largas de la zona, con distintos niveles que se extienden desde el Paleolítico medio (Nivel XII-X)
al Paleolítico superior inicial y Gravetiense (Nivel IX-V), Solutrense (Nivel IV-III) y Solutreogravetiense (Nivel II), hasta
una importante secuencia Holocena (Nivel I) (Domènech-Faus
et al., 2012, 2014, Domènech-Faus, 2005, 2004; Iturbe et al.,
1993). Los principales trabajos se han centrado en la secuencia
de Paleolítico superior, proponiendo importantes conclusiones
sobre los modos de vida y comportamientos de los grupos humanos que ocuparon esta región (Alamar, 2002; Iturbe et al.,
1993; Martínez-Valle, 1996).
Coves d’Estroig: se trata de un abrigo situado en la cabecera del Barranc de Vilanova (Cocentaina) y descubierto en el año
1948 (Faus et al., 1987; Segura y Cortel, 1984), los estudios realizados en el depósito de ladera exterior han permitido identificar
un conjunto disperso de industria lítica de características musterienses, considerando su posible origen en el relleno sedimentario procedente del abrigo (Faus, 2000; Galván, 1986; Villaverde,
1984). Los análisis macroscópicos explican su origen como zona
de aprovisionamiento de sílex por parte de los grupos humanos
prehistóricos, principalmente de los conglomerados tortonienses
que afloran en la mencionada ladera (Molina, 2016).
Cueva del Cochino: se trata de un yacimiento en cueva
localizado en la vertiente meridional de la Sierra del Morrón
(Villena), excavado en los años 50 del siglo XX por José María Soler García (Soler, 1956). A pesar de la escasez de datos
arqueoestratigráficos, el análisis de sus conjuntos líticos del
Nivel III permitió fijar su adscripción cronológica y cultural al
Paleolítico medio. No obstante, junto a ellos han sido recuperados restos de sílex y cerámica de época reciente, posiblemente
debido a remociones de los niveles superiores e incorporación
de material del paquete musteriense a los Niveles II y I. Recientes trabajos sobre las materias primas han permitido identificar
cómo parte del sílex utilizado no se corresponde con productos
locales, identificándose el uso de un total de cinco tipos de materia prima silícea (Molina, 2016).
Respecto a los yacimientos al aire libre, el minucioso trabajo de campo realizado por el Javier Molina nos ha permitido
disponer de un amplísimo corpus de yacimientos en superficie
[page-n-30]
contexto arqueológico
lo de Michael Barton sobre el Valle del Polop y su modelización
sobre ecología humana, uso y asentamiento, comparando las
evidencias arqueológicas existentes desde el Paleolítico medio
al Neolítico en la zona (Barton, 2006).
3.2. EL YACIMIENTO DE EL SALT
3.2.1. localización
Figura 7. Vista general del yacimiento de Abric del Pastor.
El yacimiento de El Salt, localizado en el término municipal de
Alcoi, Comarca de l’Alcoià (Lat. 38º 41’13’’– Long. 0º 30’33’’W)
(figura 9), es un asentamiento de abrigo al aire libre ubicado
en la cabecera del río Serpis y estribaciones surorientales de
la Serra Mariola, a una altura de 680 m s.n.m. El yacimiento
se sitúa bajo una gran pared de 38 metros de altura, vinculada a un salto de falla que provocó el cabalgamiento de calizas
paleocenas sobre conglomerados oligocenos, integrada en una
gran formación travertínica posterior que ha sido identificada a
lo largo de 2,5 km en las estribaciones de la Serra de Mariola.
Este importante edificio travertínico se ha formado a expensas
del caudal del Barxell que vertía aguas sobre el salto de falla
durante el Pleistoceno, además de un paleolago conformado a
espaldas de las calizas paleocenas verticalizadas, que funcionaron como represa natural. Aunque el espacio habitado llegó a
estar cubierto casi al completo, el capuchón travertínico sufrió
varios derrumbes, tanto en fases previas a las ocupaciones humanas del yacimiento como durante ellas (Galván et al., 2014a;
Ordóñez et al., 2016) (figura10).
El entorno circundante al yacimiento se caracterizaba por una
amplia diversidad de los recursos abióticos y bióticos de origen
animal y vegetal, que permitieron la subsistencia de los grupos
neandertales, gracias sobre todo a la existencia de áreas de roquedo, alta montaña, llanuras o praderas y cursos fluviales (Molina, 2016; Vidal-Matutano, 2016a). Este hecho se pone de manifiesto en la relativa abundancia de enclaves pleistocenos localizados en cuevas, abrigos y al aire libre en nuestra área de estudio.
3.2.2. historia de las excavaciones
Figura 8. Vista aérea del yacimiento de Cova Beneito. Fotografía:
Javier Molina.
con evidencias de industria lítica, no exclusivamente ligados al
aprovisionamiento de materia prima, sino también muy posiblemente a otro tipo de recursos bióticos (Molina, 2016). Este es el
caso de los conjuntos para el aprovisionamiento mixto, lítico y
biótico, localizados en el Fondo d’Alfàs (Castalla), el Valle Alto
de Polop (Alcoi), T2 del Barxell (Alcoi-Bocairent), T1 y T2 del
Serpis (Benàmer, Benimarfull), la Albufera de Gaianes, terraza TGB del Vinalopó, o bien los conjuntos de “uso exclusivo”
para la explotación de recursos naturales no silíceos, como los
localizados en La Capella (Benifallim), el Barranc del Regall
(Xixona), la Albufera de Gaianes y el Barranc Fondo (Planes),
la cuenca del río Verd o Montnegre, la cuenca de Albaida o el
yacimiento de Casa Turrià (Onil), entre otros (Molina, 2016).
Otros trabajos han sido realizados desde el ámbito de la Arqueología espacial, intentando explicar el uso y explotación por
parte de los grupos humanos de los valles alcoyanos desde el
Pleistoceno a tiempos recientes. De especial interés es el capítu-
Las primeras noticias sobre el potencial arqueológico del yacimiento de El Salt se deben a Juan Faus Cardona, erudito natural
de Alcoi e interesado por la arqueología local, quien en el año
1959 descubre algunas evidencias de industria lítica musteriense en los entonces jardines de la finca de Villa Vicenta5, a pesar
de que en 1913 el Abate Henry Breuil lo visitara con motivo de
su viaje a la comarca para visitar el abrigo de La Sarga, recién
descubierto, sin que le confiriese un valor arqueológico relevante, probablemente dado el origen de su traslado en busca de
pinturas. Los descubrimientos de Faus fueron dados a conocer
al entonces conservador del Museu Arqueològic Municipal de
Alcoi, Vicente Pascual Pérez, quien se puso en contacto con
Lluís Pericot, profesor de la Universitat de Barcelona. Ello supuso la realización de dos cortas campañas de excavación entre
los años 1960 y 1961, codirigidas por Vicente Pascual y Ricardo
Martín, gracias a la financiación de la Werner Green Foundation. Por su parte, otro erudito local y excavador asociado al
Servei d’Investigació Prehistòrica de Valencia (SIP), Fernando
5
Antigua finca perteneciente a la familia del Poeta Juan Gil Albert, en
la cual se encuentra emplazado el yacimiento de El Salt.
17
[page-n-31]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 9. Localización geográfica en la península ibérica y mapas topográficos de relieve de los valles alcoyanos, especificando la altura
de los principales hitos geológicos, la ciudad de Alcoi y el yacimiento de El Salt. Autoría: Ana Fagoaga.
Ponsell Cortés, realizó en el año 1962 una amplia cata en la
zona interna del actual yacimiento, de la cual extrajo numerosos
materiales arqueológicos. Gran parte del material recuperado
en estas intervenciones fue depositado en el Museu Arqueològc
Municipal de Alcoi, mientras que se realizó el envío de pequeñas colecciones al Museo Arqueológico de Barcelona, al Museu de Prehistòria de València y la Wenner-Gren Foundation en
agradecimiento de su ayuda.
Desde 1986 la excavación del yacimiento se vino realizando de forma sistemática bajo la dirección de Bertila Galván en
primera instancia y más reciente por Cristo Manuel Hernández
y Carolina Mallol, adscritos a la Universidad de La Laguna
(Tenerife). Debido a las intervenciones de los años sesenta, la
mayor parte de los trabajos se han centrado durante estas últimas décadas en el denominado Sector I, lugar donde se localiza
la secuencia de Paleolítico medio. No obstante, en las últimas
campañas y con especial énfasis tras el año 2007, las labores de
18
excavación se han extendido también al denominado Sector II,
donde se conserva aún un importante depósito holoceno sobre
los sedimentos del Pleistoceno, de gran interés de cara a estudiar
el período que comprende el final del Paleolítico medio y los
inicios del Paleolítico superior en la zona, a partir de un enfoque
multianalítico e interdisciplinar (Galván et al., 2014a).
Dado el largo recorrido de las campañas de excavación, los
objetivos de investigación definidos para el yacimiento han variado de manera considerable desde sus inicios. Así pues, en un
primer momento existía un especial interés por el conocimiento
de la secuencia estratigráfica y cronología del yacimiento, así
como del tipo de materiales que lo conformaban. Este interés
se tradujo en la generación de informes y publicación de varios
trabajos que daban a conocer tanto el yacimiento como parte
de su contenido arqueológico (Alamar, 2002; Fumanal, 1994;
Galván, 1992; Garralda, 2005; Rodríguez et al., 2002; Sarrión,
1990). No obstante, fue a partir de la entrada del nuevo mile-
[page-n-32]
contexto arqueológico
Figura 10. Yacimiento de El Salt, su entorno inmediato y superficie durante las excavaciones de la Unidad Estratigráfica Xa.
19
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
nio cuando los objetivos se ampliaron, preocupados no solo por
dar a conocer los materiales recuperados y su relación con las
formas de gestión de los grupos humanos asentados en el territorio (Dorta et al., 2010; Fagoaga et al., 2016; Garralda et al.,
2014; Molina et al., 2016, 2014, 2010; Morales et al., 2008;
Pérez et al., 2017a, 2015, Vidal-Matutano et al., 2017b, 2018),
sino también por definir desde una perspectiva más concreta en
el tiempo las distintas ocupaciones humanas que se sucedieron
en El Salt, empezando a desarrollarse un trabajo multidisciplinar centrado en los procesos de formación del depósito y más
recientemente la aplicación de técnicas dirigidas a la disección
de palimpsestos arqueológicos (Afonso, 2013; Galván et al.,
2014a, 2014b; Gómez et al., Leierer et al., 2020; 2010; Machado, 2016; Machado et al., 2016, 2011; Machado y Pérez, 2016;
Mallol et al., 2013a, 2013b; Marrero et al., 2011; Pérez et al.,
2017b, 2020; Rodríguez-Cintas y Cabanes, 2015; Sistiaga et al.,
2014; Vidal-Matutano, 2016b).
3.2.3. secuencia estratigráfica y marco cronológico
El yacimiento se compone de trece unidades litoestratigráficas y
cinco segmentos en un depósito de 6,3 metros de espesor, definidas en un primer momento por María Pilar Fumanal (Fumanal,
1994) y posteriormente redefinidas de acuerdo con las características texturales macroscópicas y su contenido arqueológico
(figura 11). La secuencia ha sido datada por distintos métodos
radiométricos, proporcionándonos una horquilla temporal que
se inicia en 81,5 ± 2,7 Ka / 80,175 ± 4 Ka (U/Th) para la base
carbonatada, sin ocupación humana (UE XIII), y continúa entre
los 60,7 ± 8,9 Ka (TL) hasta los 44,7 ± 3,2 Ka (OSL) (Galván et
al., 2014a, 2014b), donde se concentra la ocupación neandertal.
Se presenta a continuación una breve descripción de cada uno
de los segmentos.
Unidad XIII: Conjunto de estratos litoquímicos, de espesor
total desconocido (>1,20 m) y arqueológicamente estéril, datado
en su tramo más reciente por James L. Bischoff, profesor del
Geological Survey (EE.UU.) mediante TH/U en 81,5 ± 2,7 Ka y
80,1 ± 4 Ka. (MIS 5a). Se presenta como una amplia plataforma
subhorizontal, localizada al pie de la falla en distintos puntos del
yacimiento. Está integrado por una sucesión de costras de distintas características entre las que se disponen arenas calcíticas de
espesor variable (entre 2 y 10 cm). Sobre este conjunto se asienta
el depósito arqueológico. Hasta ahora, la única evidencia de actividad antrópica asociada a esta unidad consiste en un impacto
térmico de morfología subcircular (0,60 m de diámetro) identificado a techo del estrato y en contacto directo con la UE XII.
Unidades XII a IX: presentan un espesor medio de 1,5 m y
se caracterizan por una sedimentación limosa o limo-arenosa,
con abundantes restos arqueológicos y testimonios de combustión. En su base se documentó una facies constituida por
la acumulación de grandes bloques travertínicos, de varias toneladas de peso, junto con una gran cantidad de bloques de
tamaños inferiores, que se interpreta como un primer episodio
de caída de la visera. Se apoya directamente sobre el estrato
litoquímico (UE XIII), por tanto, esta caída fue previa a las
primeras ocupaciones humanas detectadas en El Salt, puesto
que la UE XII lo cubre. Por su parte, las UE XII a IX se caracterizan por la presencia de numerosas estructuras de combustión
planas, de dimensiones variables (0,20 m a 1 m de diámetro).
Su localización varía a lo largo de la secuencia, pero siempre
se concentran en el espacio comprendido entre la acumulación
de bloques del primer colapso y la pared travertínica. Habitualmente se asocian a ellas ricos conjuntos arqueológicos integrados por abundantes restos de fauna de aportación humana,
industria lítica, cantos de caliza con huellas de uso, etc. Este
Figura 11. Columna estratigráfica con esquema estratigráfico de la secuencia de El Salt.
20
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contexto arqueológico
tramo del depósito arqueosedimentario se configura como un
denso palimpsesto de ocupaciones humanas recurrentes, integrado por una amalgama de acumulaciones de materiales cuya
estructuración espacial responde al modelo genérico de Hearth-Related Assemblage (Vaquero y Pastó, 2001; Dorta et al.,
2010). Esta parte de la secuencia está datada por TL entre 60,7
± 8,9 y 52,3 ± Ka.
En lo que respecta a la UE X, se trata de depósito de naturaleza predominantemente arqueológica, con una cronología de
ca. 52,3 ± 4,6 Ka. Fue descrita por María Pilar Fumanal (1994)
como un nivel “en contacto neto, su potencia es variable y oscila
entre unos 20 cm en el corte A, 15 en el B y 35 en el C. La base
es de trazado subhorizontal al suelo y el techo muestra una geometría suavemente ondulada. La textura es limoarcillosa, con
mínima presencia de cantos en los perfiles A y B, aunque se
agrupan ligeramente en C. Estructura masiva en B y C, pero la
intercalación puntual de líneas oscuras de origen antrópico pertenecientes a restos de combustión, presta un aspecto laminar
en A”. La autora asocia esta unidad a la estructura sedimentaria denominada Unidad-D, caracterizada por sedimentos finos,
oscuros, ricos en materia orgánica y de disposición horizontal.
Según la autora, se trata además de una unidad con un ligero deterioro de las temperaturas generales respecto con fases
anteriores. Esta primera descripción realizada tan solo a través
del estudio de los perfiles, fue confirmada a posteriori una vez
iniciado el proceso de excavación de la UE-X en el año 2006,
constatándose la presencia de diversos procesos hídricos sobre
la superficie y la existencia de importantes eventos de combustión. Se trata además de un nivel heterogéneo en su composición
y con naturaleza de palimpsesto, concentrándose en el área interna toda una sucesión de estructuras de combustión separadas
por finas laminaciones de limos naranjas y otras facies sedimentarias (SCa-R, Zlg, Lm), cuyo origen está en estudio mediante
un proceso analítico multidisciplinar (micromorfología de suelos, análisis químico de la materia orgánica, FTIR, paleomagnetismo, etc.). Hasta la actualidad se han registrado un mínimo de
77 hogares en toda la unidad, diferenciándose dos subunidades
principales en contacto neto:
• Subnivel Xa: textura limo-arcillosa (tonalidad 7.5 YR 3/2
Munsell soil color chart), con inclusiones de laminaciones negras, una potencia de 13-18 cm y localizada por
toda el área de excavación.
• Subnivel Xb: textura arcillo-limosa (tonalidad clara), con
inclusiones de laminaciones marrones-negras, una potencia de 13-18 cm y localizada en determinadas zonas del
área de excavación.
Los estudios de química orgánica llevados a cabo, ponen
de manifiesto el alto contenido lipídico (ácidos grasos) y de hidrocarburos (n-alcanos, esteroles y terpenos) en sus sedimentos,
especialmente en las estructuras de combustión. Ello ha permitido la identificación de biomarcadores de materia fecal animal
y humana en alguna de las estructuras recuperadas en la UE Xa
y Xb, siendo en el caso de los humanos la evidencia más antigua de este tipo de registro (Sistiaga et al., 2014). Derivado de
este estudio se ha podido observar cómo, a pesar del importante
consumo de carne en estas poblaciones, identificado gracias a
los altos porcentajes de coprostanol de las muestras, los gru-
pos neandertales que ocuparon El Salt también realizaban un
consumo recurrente de vegetales, atestiguado en la presencia de
5β-stigmastanol.
Unidades VIII a V-Inferior: su espesor fluctúa entre 1,5 y
2,8 m y está conformado por la acumulación horizontal de un
sedimento arenoso predominantemente geogénico. Este tramo
de la secuencia registra un progresivo decrecimiento de las evidencias de origen humano. La disminución de las estructuras de
combustión resulta muy elocuente en este sentido, donde sólo se
han identificado siete, frente a las decenas de hogares que han
sido excavados en las UE IX y X. Además, por lo general, aquellos son de menor tamaño y espesor que estos últimos. El resto del registro arqueológico presenta un comportamiento muy
semejante, acorde con la hipótesis de paulatino debilitamiento
de la presencia humana. A techo de la unidad VI se identifica
una nueva acumulación de grandes bloques, que evidencia un
segundo episodio de desmantelamiento de la cubierta protectora del abrigo. Este segmento ofrece una cronología por TL
entre 52,3 +/- 4,6 a 47,2 +/- 4,4 Ka. El V inferior (V-Inf) ha sido
datado por OSL entre 47,2 +/- 4,4 Ka (base UE) y 45,2 +/- 3,4
Ka (techo UE). Concretamente, en este último tramo, durante la
campaña de excavación del año 1987 fueron recuperadas seis
piezas dentarias, presumiblemente pertenecientes a un único individuo adulto-joven Neandertal de sexo masculino. Estas piezas se corresponden con dos molares (M1 derecho y M2 derecho)
y un pequeño fragmento de un tercero, dos premolares (P3 y P4
derecho) y un incisivo (I1 derecho) (Garralda, 2005; Garralda
et al., 2006a, 2006b, 2014). Debido a su posición estratigráfica,
presumiblemente en depósito primario, y su cronología, estos
restos humanos pertenecieron a un miembro de las últimas poblaciones neandertales que hasta la actualidad se conocen en las
montañas alicantinas.
Unidad V-Superior: conserva unos 0,50 m de espesor, al hallarse parcialmente truncada por un episodio erosivo de edad
holocena. Está constituida por una sedimentación masiva, limoarenosa, que incorpora una fracción gruesa de gravas heterogéneas a techo. La unidad V-Superior (V-Sup) es arqueológicamente estéril, excepto en el tramo superior de 0,20 m en el
que se han localizado dos láminas de sílex, una serie de piezas
líticas no diagnósticas y una pequeña estructura de combustión
a la que se asocia un rico conjunto de microcarbones. El tramo
estéril de la unidad ha sido datado por OSL en 44,7 +/- 3,2 Ka.
Unidades IV a I: es un segmento de 1,3 m de espesor consistente en una superposición de diferentes facies integradas
básicamente por cantos y gravas en una matriz limo-arcillosa.
El contacto entre las diferentes facies suele ser erosivo. Este
depósito, de edad holocena está ligado en su origen a la reactivación kárstica producida en el periodo comprendido entre los
9000-5000 BP en diversos enclaves de la vertiente oriental de
la península ibérica (Afonso, 2013). Se sitúa en contacto erosivo con la Unidad V superior, generando una importante cicatriz
que afectó de manera diferencial al depósito pleistoceno. Contiene materiales de cronología diversa en posición secundaria
adscritos al Paleolítico superior final, al Epipaleolítico/Mesolítico y al Neolítico antiguo.
En términos generales, de la extensión de casi 300 m2 que conforma el yacimiento de El Salt, la superficie de excavación perteneciente a cronologías del Paleolítico medio ocupa unos 60 m2.
Esto se debe en principio a varios motivos, siendo el primero
21
[page-n-35]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
de ellos el corte estratigráfico realizado durante dos campañas
de corta duración entre 1960 y 1961 bajo la codirección de Vicente Pascual y Ricardo Martín. Estas labores afectaron a gran
parte del área de excavación actual, llegando incluso a la base
geológica del yacimiento y sin que se estudiaran sus materiales
hasta que en los años ochenta del siglo XX iniciara su tesis doctoral Bertila Galván (1986) e Inocencio Sarrión realizara algunos análisis faunísticos preliminares (Sarrión, 1990). El último
condicionante de la actual superficie de excavación, es la carbonatación característica de las bandas 10 hasta la 17, lo que ha
supuesto que las principales tareas de investigación se centren
en la zona interna (bandas 9 a 2), donde el yacimiento muestra
una mayor complejidad y riqueza.
3.2.4. paleoambiente y paleoclima
El estudio del material antracológico y carpológico se ha realizado a partir de un muestreo sistemático por medio de la
flotación, cribado y recogida manual en el yacimiento (VidalMatutano, 2016a). A lo largo del depósito arqueológico se ha
identificado una tendencia general dominada por la utilización
del pino (Pinus nigra-sylvestris) con un 75-85% de representación, seguido de la presencia de enebro (Juniperus sp.), arce
(Acer sp.) y roble (Quercus perennifolio y caducifolio), además de la entrada puntual de taxones como el boj, fabáceas,
rosáceas, Pistacia, Hedera, monocotiledóneas, Ephedra, Ulmus y Salix-Populus (Vidal-Matutano et al., 2018). El importante porcentaje de pino de media-alta montaña invita a pensar
en la destacada posición de los bosques criófilos en los valles
alcoyanos durante el MIS 3, con unas condiciones más frías,
semejantes a las que actualmente se encuentran en las áreas
de alta montaña de la región y territorio circundante, sobre
todo en el Sistema Ibérico. Así pues, la reconstrucción vegetal
llevada a cabo, indica la existencia de un paisaje dominado por
extensos bosques de Pinus nigra y/o Pinus sylvestris, junto a
una vegetación típicamente submediterránea de tipo arbustivo
como son el boj, las rosáceas, enebros/sabinas, arces y fagáceas. Además, en las zonas cercanas a los cursos fluviales y
zonas umbrías se podrían encontrar taxones hidrófilos como
Salix-Populus y Ulmaceae.
Por lo que respecta al registro polínico, los primeros datos
que se conocen provienen del informe realizado por Michèle
Dupré el año 1992. La autora identificó en su trabajo diversas
fases ricas en polen (UE XII, VIII, VII), junto a otras totalmente
estériles (UE XI, X, IX, VI, V). En aquellas para las que existe
información, se reconocen unos parámetros paleoambientales
algo diferentes. Así pues, para la UE XII los datos informan
de un clima cálido, templado y húmedo, caracterizado por la
expansión del bosque mixto mesófilo de Quercus perennifolios
y caducifolios, junto a una menor presencia del pinar y otros
taxones típicamente mediterráneos como el olivo, el labiérnago
y el lentisco. Las herbáceas son variadas y están dominadas por
gramíneas. Posteriormente, en la UE VIII se determinan en torno a 21 taxones, continuando el predominio de la base arbórea,
aunque con una desaparición de los Quercus caducifolios y una
reducción de los taxones mediterráneos. Climáticamente, no
obstante, se trataría de un periodo cálido, quizás algo más seco
que el precedente. Finalmente, la UE VII muestra una tendencia hacia la aridez, pero dentro de unas condiciones templadas,
donde el número de taxones se reduce a trece y se genera un
22
pinar poco denso con presencia de encinas. Actualmente nuevos
trabajos sobre el registro polínico están en curso, proporcionándonos en el futuro datos con los que comparar estos resultados.
Respecto a la microfauna, la abundancia de micromamíferos en el yacimiento de El Salt se dio a conocer por primera vez
y de manera parcial por Inocencio Sarrión en los años noventa,
publicando entonces una pequeña lista taxonómica donde se
mencionaba la presencia de Microtus brecciensis/dentatus, Microtus arvalis, Pitymys duodecimcostatus, Arvicola sapidus y
Crocidura russula (Sarrión, 1990). Años más tarde se llevaría
a cabo un nuevo análisis por parte de Pere Guillem, quien pone
en relación el registro del yacimiento con otros registros del
Pleistoceno medio, superior y Holoceno en la zona valenciana
(Guillem, 1995). Actualmente, los estudios sobre micromamíferos siguen en curso, proporcionando importantes datos de
carácter paleoclimático y paleoambiental. A través de un muestreo realizado en toda la secuencia, se ha podido observar una
distribución dispar de la riqueza taxonómica, correlacionable
con la intensidad de las ocupaciones humanas. Esta se muestra
mucho mayor entre las UE VI a XI que en la UE V, denotando
cambios en las condiciones del medio, en concordancia con los
estudios sedimentológicos y cronológicos realizados que ponen en relación la UE V con el evento Heinrich 5 (Fagoaga et
al., 2015). Por otro lado, en la UE Xb han sido reconocidos a
nivel taxonómico siete especies de roedores (Microtus arvalis,
M. agrestis, M. (Terricola) duodecimcostatus, M. (Iberomys)
cabrerae, Arvicola sapidus, Eliomys quercinus, Apodemus sylvaticus), cuatro insectívoros (Erinaceus cf. europaeus, Crocidura sp., Sorex sp. y Talpidae) y un lagomorfo (Oryctolagus
cf. cuniculus). La aplicación del Mutual Ecogeographic Range
(MER) and Habitat Weighting Methods (HWM) ha permitido
proponer la existencia de unas condiciones supramediterráneas, relativamente más frías (-3.3 ºC) y más húmedas (+113.3
mm), para el entorno del yacimiento hace ca. 52 Ka, en comparación con las condiciones mesomediterráneas actuales. Además de indicar la existencia de un ambiente caracterizado por el
dominio de los bosques abiertos (55%), junto a presencia de las
praderas secas (19%) y húmedas (16%) (Fagoaga et al., 2021,
2019, 2017, 2016).
Finalmente, los trabajos realizados sobre herpetofauna han
permitido determinar siete taxones diferentes en la UE Xb de
El Salt: tres anfibios (Alytes obstetricans, Bufo bufo s.l., Epidalea calamita) y cuatro reptiles (Blanus cinereus s.l., Chalcides
bedriagai, cf. Acanthodactylus erythrurus y cf. Rhinechis scalaris) (Marquina et al., 2017, 2021). Este registro pleistoceno es
coincidente con el corotipo Mediterráneo, que actualmente se
mantiene en la zona de estudio. La aplicación del HWM indica
un predominio del hábitat abierto de áreas húmedas y secas, junto a la presencia de zonas de matorral y bosque. Sin embargo,
los resultados del Mutual Climatic Range (MCR) y el MER,
a pesar de que entran dentro del bioclima mediterráneo, señalan unas condiciones climáticas relativamente diferentes para
el MIS 3 a las obtenidas sobre micromamíferos, coincidentes
con un periodo cálido que puede corresponderse con el evento
DO14. Esto puede deberse al propio método y distribución de
los taxones, teniendo la herpetofauna un mayor rango de distribución. No obstante, sí que existe coincidencia en la MAP
de ambos registros, informando de unas condiciones algo más
húmedas para MIS 3 en la zona (figura 12).
[page-n-36]
contexto arqueológico
Figura 12. NorthGRIP y correspondencia de la secuencia estratigráfica de El Salt. Fuente: Fagoaga et al. (2017b).
3.2.5. la disección de las ocupaciones humanas
A la hora de interpretar el comportamiento de los grupos humanos del pasado, estamos inexorablemente condicionados por la
dimensión temporal en la que tales grupos operaron y el contexto arqueosedimentario donde finalmente quedaron registradas
sus actividades. Un contexto al que nosotros accedemos desde
una escala temporal mucho más amplia (geológica) a partir de
métodos radiométricos y estratigráficos (Vaquero, 2008). Se trata además de un contexto dinámico, donde toda una serie de
procesos de formación/transformación se sucedieron a lo largo
de un dilatado espacio de tiempo, afectando al registro arqueológico que contiene (Galanidou, 1997; Holdaway y Wandsnider,
2008; Leroi-Gourhan y Brézillon, 1972; Schiffer, 1987). Resolver esta desconexión temporal entre el “tiempo etnográfico” de
las actividades humanas y el tiempo geológico en que se forman
los depósitos que las contienen, se presenta como uno de los
objetivos primordiales en la investigación arqueológica actual o
High-Resolution Archaeology, procurando poner orden en cada
evento de depósito, desmantelamiento o transformación de los
materiales implicados en la formación de un yacimiento y en
consecuente formación de palimpsestos arqueológicos (Bailey,
2008; Goldberg y MacPhail, 2006; Harding, 2005; Henry, 2012;
Lucas, 2010; Machado, 2016; Machado et al., 2016; Romagnoli
et al., 2018; Vaquero et al., 2012).
Para superar estas limitaciones, ha sido necesaria la aplicación de un protocolo metodológico multidisciplinar dirigido
al establecimiento de nuevas unidades mínimas de análisis, caracterizadas por una mayor resolución temporal, que permiten
evaluar mucho mejor la variabilidad de la conducta humana en
escalas de tiempo corto. Esto posibilita el planteamiento de un
modelo de investigación que aspire a explicar las características singulares de las múltiples ocupaciones humanas presentes
en un yacimiento concreto. Se diferencia ampliamente de los
tradicionales estudios globales de las antiguas unidades estratigráficas o niveles arqueológicos, útiles en el caso de que nuestra
intención fuera llevar a cabo una interpretación conductual de
larga temporalidad (Bailey, 1981, 1983). La arqueoestratigrafía
(estudio de la distribución tridimensional del registro mediante
Sistemas de Información Geográfica, remontajes de materia-
les, etc.), la microestratigrafía y algunas técnicas específicas
como el arqueomagnetismo, la dimensión espacial de los estudios antracológicos o el estudio del desgaste dental en distintos
animales y los análisis de isotopía constituyen actualmente los
baluartes fundamentales a partir de los que poder acometer este
tipo de aproximaciones que exigen, sobre todo, la integración
de múltiples proxis.
El carácter de palimpsesto arqueológico (palimpsest effect)
y sus características fueron establecidas por primera vez por
Geoff Bailey (2007). La inmensa mayoría de yacimientos pleistocenos entran dentro de alguna categoría de palimpsesto, siendo los más recurrentes las secuencias de palimpsestos acumulativos. Esto quiere decir que el depósito sedimentario no es otra
cosa que la superposición de materiales de origen antrópico o
natural, acumulados a lo largo de un tiempo relativamente largo,
viéndose afectados a su vez por distintos procesos de alteración.
Afortunadamente, los avances en la disección de palimpsesto
nos han permitido diferenciar eventos de depósito y establecer
nuevas unidades mínimas de análisis, aunque a día de hoy la
máxima aproximación espacio-temporal alcanzada ha sido el
aislamiento de un lecho de materiales presuntamente contemporáneos, en base a criterios estratigráficos y sedimentarios. En
esta línea, el equipo de investigación de El Salt y el Abric del
Pastor ha desempeñado un papel muy activo, debido principalmente al mayor potencial informativo de tales unidades respecto a los comportamientos humanos del pasado, frente al que se
puede generar a partir del empleo de las unidades estratigráficas
o niveles arqueológicos como marcos de referencia (Bargalló et
al., 2015; Bencomo et al., 2023; Bordes, 1975; Brochier, 1999;
Eixea et al., 2014; Gabucio et al., 2016; Henry, 2012; Hovers
et al., 2011; Lourdeau, 2011; Machado et al., 2013, 2016; Machado y Pérez, 2016; Malinsky-Buller et al., 2011; Mallol et al.,
2013a; Martínez Moreno et al., 2004; Morin et al., 2005; Rosell
et al., 2012; Sañudo et al., 2016; Sullivan, 1992; Vallverdú et
al., 2005; Vaquero, 2008; Vaquero et al., 2012; Vaquero y Pastó,
2001).
La investigación realizada ha permitido proponer la ausencia de ocupaciones largas en El Salt, frente a una recurrencia de
ocupaciones cortas, algunas centradas en el aprovisionamiento
de materias primas y actividades de talla in situ, junto a momentos de entrada puntual ligadas a la transformación de los recursos líticos. Además, los primeros resultados que combinan la información tecnológica, zooarqueológica y tafonómica, apoyan
la recurrencia de las ocupaciones cortas, con la identificación
de dos tipos de eventos de depósito: los ligados a la realización
de actividades de subsistencia tipo Hearth-Related Assemblage
(procesado y consumo de carcasas animales, producción y mantenimiento de la industria lítica, generación de fuegos en torno
a los que se articulan las actividades) y las entradas puntuales
para el aprovisionamiento exclusivo de materia prima lítica
(Machado y Pérez, 2016; Pérez et al., 2020).
No obstante, hemos de considerar que la escala geológica a
la que continúan actuando tales criterios no asegura la sincronía real del registro (Mallol y Hernández, 2016). Este hecho se
constata de manera recurrente en la aparición de comportamientos humanos que reflejan cierta diacronía en la acumulación de
los conjuntos, tales como la aportación de un número mínimo
de animales demasiado amplio para una única ocupación, o en
ocasiones la aportación de distintas materias primas litológicas,
23
[page-n-37]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
diversidad de estructuras de combustión, procesos de reciclaje,
etc. Aspectos conductuales que, por otro lado, no pueden ser
percibidos desde criterios puramente estratigráficos.
Los avances conseguidos permiten, además, poner de manifiesto la particularidad de cada depósito y la necesidad de adaptar
los métodos de excavación y procedimientos analíticos a la hora
de explorar la temporalidad de nuestros conjuntos arqueológicos.
La presencia de hogares
Los altos niveles de conservación de estructuras de combustión
recuperadas en el yacimiento de El Salt, hacen de este uno de los
yacimientos claves para el estudio del uso y control del fuego durante el Pleistoceno superior en Europa, junto a conocidos yacimientos como el Abric Romaní y la Cova de Bolomor (península
ibérica), Saint Cesaire, La Quina, Pech de l’Azé y Roc del Marsal (Francia), o Tabun, Kebara y Hayonim (Próximo Oriente).
Por lo que se refiere a las estructuras de combustión identificadas, todas son hogares planos, con unas dimensiones que
oscilan entre 0,20 y 1 metro de diámetro, generalmente relacionadas con otras hogueras, siendo rara su aparición de forma
aislada (figura 13). Muchas de estas estructuras han sido recuperadas intactas, caracterizadas por una fina capa cenicienta que
presenta una estructura celular pseudomórfica similar a la del
pino. Otras se recuperan parcialmente desmanteladas, con rasgos estructurales de pisoteo, según se ha podido determinar a
través del estudio micromorfológico. Su emplazamiento muestra un patrón espacial redundante, debido a su localización preferente en las inmediaciones de la pared travertínica. Por otro
lado, el estudio de la termoalteración de los travertinos, calizas,
sílex y fauna recuperada en ellas revela temperaturas de hasta
700-800ºC en algunos casos, aunque generalmente no superarían los 500ºC (Dorta et al., 2010; Mallol et al., 2013a, 2013b;
Pérez et al., 2017b; Rodríguez-Cintas y Cabanes, 2015).
Junto a la evidencia directa de los hogares, se ha registrado
toda una serie de facies termoalteradas, cuya resolución a nivel
espacial y temporal es fundamental a la hora de establecer relaciones de sincronía/diacronía entre los conjuntos de materiales
que conforman el palimpsesto de El Salt. Ejemplo de ello es
el amplio trabajo experimental realizado en los últimos años
en el marco del proyecto Neanderthal Fire Technology y su
comparativa con el registro arqueológico. Entre los resultados
más relevantes, está la identificación y caracterización de las
black layers o suelos termoaltetrados, capas con un espesor de
entre 1-3 cm sobre las que se realizarían posteriormente las hogueras, ya sea por los grupos neandertales en el caso arqueológico o por el equipo de investigación en las experimentaciones
(Mallol et al., 2013a, 2013b). De acuerdo con los estudios micromorfológicos, los fitolitos y el análisis lipídico, estos suelos
presentan un grado de termoalteración inferior a los 400ºC y
se componen principalmente de materia orgánica (MOS, hojas,
tallos, raíces, tejido lignificado, partículas orgánicas amorfas,
hongos, esporas) en una matriz arenosa bioturbada, con abundantes microfragmentos óseos, restos coprolíticos y frutos de
Celtis sp. Por el contrario, las microlascas de sílex, carbones
y restos óseos de fauna son escasos en las capas al tratarse de
facies poco antropizadas.
Respecto a los análisis de fitolitos y FTIR, el estudio comparativo de diversas muestras provenientes de estructuras de
combustión de la UE Xb, ha permitido distinguir aportes producidos por los grupos humanos, de otros producidos por agentes
naturales. Así pues, se ha constatado el uso de madera y corteza
como combustible, junto a una alta presencia de monocotiledóneas y restos vegetales depositados de manera natural, caso
sobre todo de los restos provenientes de frutos y semillas de
Celtis sp. Posiblemente, esto es así debido al depósito continuo
de guano derivado de la defecación de las aves. Por otro lado,
con el análisis mineralógico se ha confirmado la presencia de
cenizas de origen antrópico, además de arcillas termoalteradas
y minerales fosfáticos en la composición de los sedimentos (Rodríguez-Cintas y Cabanes, 2015).
3.2.6. el registro material de origen antrópico
La producción lítica tallada
Figura 13. Superficie de excavación de la UE Xa de El Salt con la
presencia de hogares paleolíticos y su excavación.
24
La industria lítica recuperada en El Salt está realizada, eminentemente, sobre sílex local. No obstante, se ha identificado un
empleo puntual de sílex de origen alóctono y materiales calizos
para la producción de herramientas y desarrollo de actividades
diarias: percutores, retocadores y yunques. La gran mayoría de
formaciones silíceas explotadas en los valles alcoyanos provienen de niveles mesozoicos y cenozoicos del Prebético Alicantino y sur de Valencia, formados en un ambiente marino de
plataforma o arrecifal/pararrecifal, con una especial recurrencia
sobre las cuencas neógenas del territorio. Su captación se realizó
tanto en niveles geológicos con sílex primario, como en niveles
geológicos detríticos con sílex secundario (conglomerados, calizas bioclásticas, etc.). Hasta el momento, se han identificado un
total de seis grandes tipos o variedades de sílex local explotadas,
entre los cuales existe además una cierta variabilidad interna:
Beniaia, Font Roja, Mariola, Serreta, Escobella y Catamarruc
(figura 14). El tipo Serreta se fija como la variedad más utilizada
en el yacimiento de El Salt, además de en otros enclaves arqueológicos de la región hasta bien entrado el Neolítico, teniendo
lugar su captación en depósitos detríticos del Oligoceno (Mayor
et al., 2022; Molina et al., 2016, 2011; Molina, 2016).
[page-n-38]
contexto arqueológico
Figura 14. Mapa de distribución de los recursos silíceos del Prebético y cuencas neógenas de Alicante y sur de Valencia. Fuente: Molina
(2015).
La producción lítica sobre sílex registrada en El Salt se basa
en la explotación de bloques, nódulos y lascas mediante el método Levallois, aunque también se ha identificado un uso puntual
de otras formas de reducción, caso entre otros de la talla bifacial
y multipolar (Machado et al., 2016; Mayor et al., 2019. Estos
trabajos están ligados al desarrollo de actividades de procesado
carnicero y vegetal, trabajo de la piel y la madera (Rodríguez et
al., 2002), además de acciones de preparación de filos. Entre los
elementos retocados, son especialmente abundantes las raederas, manteniéndose de forma constante toda la producción en la
secuencia adscrita al Paleolítico medio. Solo a partir de la zona
superior de la UE V, sobre un nivel de sedimento estéril de 30
cm de grosor, empiezan a aparecer algunas láminas adscritas a
la talla laminar propia del Paleolítico superior. Muchos de los
utensilios, fueran retocados o no, parecen haber sido aportados
al yacimiento previamente configurados, mientras otros se recolectan y reutilizan en el propio asentamiento.
Los cantos con huellas
Junto a las evidencias anteriores, entre el material recuperado
en El Salt se dispone de un amplio conjunto piezas líticas no
tallados de aportación antrópica, relacionados básicamente con
las actividades de percusión. Estos consisten mayoritariamente
en cantos rodados de caliza y bloques, aunque estos últimos en
proporción mucho menor. Las materias primas relacionadas con
tales instrumentos de trabajo son principalmente calizas detríticas (fosilíferas, micríticas y esparíticas, e incluso micrítico-esparíticas), en forma de cantos rodados. Tales litologías de origen
cuaternario abundan en los conglomerados de la parte superior
de la propia pared travertínica del yacimiento, presentando las
mejores condiciones para su uso como instrumental de percusión al ser de grano fino y no propiciar las roturas accidentales
durante el trabajo. No obstante, estas también están presentes
en el entorno más inmediato y cuencas cercanas al yacimiento.
Puntualmente se registran algunos cantos de arenisca, recolectados muy probablemente en el contexto fluvial. Por su parte, los
bloques son también de naturaleza caliza y parecen proceder del
propio yacimiento, indicando una captación de recursos con un
coste energético mínimo o muy bajo.
Este conjunto, actualmente se encuentra en proceso de investigación pluridisciplinar, implicando el desarrollo de un
programa experimental y análisis traceológico. Las investigaciones en curso deben dilucidar el problema latente del posible uso de baja intensidad de este instrumental de percusión,
25
[page-n-39]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
dejando trazas de actividad muy débiles o imperceptibles, que
invisibilizan el uso antrópico por distintas razones: material de
contacto suave, pocas repeticiones de la acción, corta duración,
aplicación de poca fuerza. Hasta el momento, se ha llevado a
cabo un primer análisis microscópico de huellas de uso sobre
una corta serie de ellos en la UE Xa (Rodríguez et al., 2002), así
como el estudio de los materiales de percusión procedentes de
las UE X-IX. En estas últimas unidades el conjunto de materiales confirma la presencia de huellas (pulido, abrasión, impactos
de percusión y estrías) en 134 cantos y 53 bloques, 2 lascas de
canto y 29 lascas de bloque.
Las tareas de percusión son claramente activas, con el uso
de percutores, y pasivas, mediante el empleo de yunques. El
instrumental activo está integrado por los percutores sobre cantos de caliza, que exhiben marcas de impactos en los extremos
(además de otros estigmas), con mayor o menor desarrollo en
función del uso. Tienen una presencia recurrente y aparecen
asociados a un amplio registro lítico tallado y faunístico, que se
complementa con numerosos hogares y evidencias de combustión. Todo ello nos permite documentar su intervención directa
en ambas actividades, cuyo desarrollo en buena parte ha tenido
lugar in situ. Por otro lado, los yunques son los instrumentos
pasivos de la percusión sobre bloques de tendencia plana, rotos
de forma natural, debido a su uso como mesa de trabajo.
El combustible leñoso
Los trabajos de investigación de naturaleza arqueoestratigráfica y comportamental a partir del registro antracológico, han
aportado resultados muy interesantes de cara a comprender la
gestión llevada a cabo por los grupos neandertales en el entorno
ambiental previamente comentado, así como la organización a
nivel intrasite en El Salt (Vidal-Matutano, 2016b; Vidal-Matutano et al., 2017). Los análisis de distribución espacial de taxones y análisis espacial plantean un radio teórico de entre 1 a
5 km para la madera, coincidente con el área básica planteada
para el aprovisionamiento del sílex, lo que refuerza la idea de El
Salt como un punto estratégico en el entorno de los valles alcoyanos. Por otro lado, a nivel intrasite, debemos destacar cómo
el estudio de los patrones de degradación por actividad fúngica
sobre la madera empleada en diversas estructuras de combustión de la UE Xb (H50, H57), se pone en relación con su empleo consciente por parte de los grupos humanos en las tareas de
ahumado, proponiendo además su uso en otoño-invierno a partir
del registro de semillas de arce (Vidal-Matutano et al., 2018,
2017). Por otro lado, la colecta de taxones como las legumbres,
el enebro y semillas de arce, se asocian a un consumo antrópico
a final de primavera e inicios del verano, dada su riqueza en
carbohidratos y proteínas en los meses previos a que los árboles
frutales generan una mayor cantidad de frutos. Finalmente, la
presencia de semillas de tejo (Taxus baccata) no carbonizadas
y la ausencia de restos antracológicos de este taxón en El Salt,
abre la posibilidad de un uso del tejo para otras actividades no
relacionadas con el consumo, en contraposición a su uso como
combustible en el yacimiento cercano de Abric del Pastor (Vidal-Matutano, 2015).
Las semillas y frutos
El registro de semillas y frutos, aunque escaso, también ha sido
estudiado en el yacimiento, determinándose al menos siete taxones a partir de material termoalterado disperso y concentrado en
26
estructuras de combustión: Acer sp., Celtis australis, Fabacea,
Galium sp., Juniperus sabina, Rubus cf. laciniatus, Taxus baccata. Parte de los materiales reconocidos pudieron haber sido
lanzados al fuego junto a la madera como combustible, aunque también se plantea el uso intencional de algunas semillas
(Vidal-Matutano et al., 2018).
La fauna de macrovertebrados
Aunque a lo largo del libro nos centraremos en exponer aspectos relacionados con los fragmentos animales reconocidos en El
Salt, explicaremos a continuación los distintos trabajos de investigación realizados hasta el momento, así como una primera
exposición del listado taxonómico determinado.
Los primeros análisis faunísticos del yacimiento fueron
realizados por Inocencio Sarrión a inicios de los años noventa, incluyendo la fauna de El Salt como elemento comparativo
en su estudio sobre el yacimiento del Pleistoceno medio de la
Cova del Corb (Ondara, Alicante) (Sarrión, 1990). Previamente
a esta publicación, durante 1982 y 1989 Sarrión realiza varios
trabajos inéditos de los materiales faunísticos recuperados durante las campañas de 1960 y 1961. Estos informes tendrían un
carácter eminentemente paleontológico, centrados en la osteometría comparativa de Oryctolagus cuniculus, Capra pyrenaica, Cervus elaphus, Equus caballus, Equus hydruntinus, Bos
primigenius, Sus scropha, Felix (Lynx) spelaea, Dicerorhinus
sp. (cf. hemitoechus), Testudo hermanni y diversos taxones de
mustélidos, aves y micromamíferos. No será hasta la primera
década del siglo XXI cuando los estudios faunísticos de El Salt
se retoman, junto a las nuevas evidencias del Abric del Pastor,
ahora de la mano del Juan Vicente Morales Pérez, en colaboración con Jean-Philip Brugal y Alfred Sanchis. Estos llevarán
a cabo una revisión del material recuperado en las campañas
dirigidas por Bertila Galván, generando diversos informes sobre
las colecciones antiguas del Abric del Pastor y los materiales
recuperados en la secuencia del Paleolítico medio de El Salt,
así como algunas publicaciones de carácter zooarqueológico
sobre los procesos de fracturación/fragmentación en huesos
largos indeterminados (Morales et al., 2008) y la rarificación
de la tortuga mediterránea en el oeste mediterráneo (Morales
y Sanchis, 2009). A partir del año 2013 comenzamos a generar
nuevos datos a nivel zooarqueológico y tafonómico (Machado
y Pérez, 2016; Mallol et al., 2013b; Pérez, 2019; Pérez et al.,
2015, 2017a, 2017b, 2019, 2020; Pérez y Sanchis, 2021; Pérez,
2014, 2015; Sanchis et al., 2015a).
En términos de composición faunística, El Salt presenta una
variabilidad de especies dominada por taxones con preferencia
por climas cálidos o temperados y ambientes abiertos, así como
de taxones de caracteres euritermos, no habiéndose recuperado
hasta el momento ningún taxón de claros requerimientos fríos.
A su vez, la diversidad específica en El Salt es relativamente
amplia, con un predominio de ungulados de talla media/pequeña (Cervus elaphus, Capra pyrenaica) y de talla grande (Equus
ferus), cuyo depósito es inequívocamente antrópico dada la gran
cantidad de marcas de corte, impactos de percusión, termoalteraciones y gestión diferencial de las partes esqueléticas reconocidas. No obstante, junto a ellos aparecen otros taxones cuya
introducción al yacimiento no es del todo clara, a excepción del
conejo (Oryctolagus cuniculus), cuyo origen se debe principalmente al aporte de las aves rapaces y pequeños carnívoros, con
escasos ejemplos de introducción antrópica. Bovinos, rupica-
[page-n-40]
contexto arqueológico
prinos, suidos, rinocerontes, testudinos, pequeñas aves y carnívoros forman parte de este elenco de animales que aparecen de
forma menos recurrente en el yacimiento y en muchos casos,
posiblemente sin tener que ver con un aporte antrópico. En el
caso concreto de los carnívoros, cabe destacar como a pesar del
escaso número de restos recuperados, se ha podido determinar
la presencia de dos especies de cánidos (Canis cf. lupus, Cuon
sp.) y otras dos especies de félidos (Panthera pardus, Lynx sp.).
Sin embargo, no se ha reconocido una intervención destacada
sobre el conjunto por parte de estos (Pérez y Sanchis, 2021).
Los restos con evidencias de mordedura, arrastres, punciones y
digestiones por la actividad de carnívoros son escasos.
27
[page-n-41]
[page-n-42]
4
Material y métodos
4.1. RECOGIDA DE DATOS
4.1.1. trabajo de campo y laboratorio
Durante las campañas de excavación sucedidas entre los años
1987 y 2014, se llevó a cabo la recogida del material que compone este trabajo a través de dos técnicas básicas: coordenado y cribado (figura 15). La superficie de trabajo ocupó una
extensión de 60 m2 y una profundidad de 2 m, excavada a
partir de cuadrículas de 1 m2 y de subcuadros de 50x50 cm. La
excavación se ha regido por el criterio estratigráfico, siguiendo las distintas facies de depósito a partir de su pendiente
natural, identificada en el apoyo del material arqueológico y
litológico.
Todo el registro arqueológico mayor de 2 cm, así como el material determinable de especial interés (huesos termoalterados en
contexto de hogar, fragmentos dentales, restos neonatales, etc.)
que no se tratase de conejo (Oryctolagus cuniculus) y/o micromamíferos, fue registrado tridimensionalmente (x, y, z) a través
del empleo de una estación total para su posterior tratamiento
en coordenadas UTM. El material de criba fue recuperado por
medio de tamizado en agua (luz de malla de 5 mm, 2 mm y 1
mm). Tras el secado, se procedió a su separación en base a la
naturaleza del material (lítica, sílex, carbón, fauna, microfauna,
malacofauna, ictiofauna) y luz de malla empleada. En nuestro
caso, gran parte del material óseo recuperado con dimensiones
mayores de 5 mm y excepcionalmente de 2 mm fue procesado,
reservando los restos de menor tamaño para los trabajos dedicados a la microfauna.
El siguiente paso consistió en el lavado y siglado del material coordenado para su estudio. En el laboratorio se acometieron las tareas de limpieza mecánica a través del empleo de agua
destilada y útiles suaves (brocha, hisopos, material de dentista).
Excepcionalmente, las piezas con altos niveles de concreción y
de gran riqueza informativa fueron limpiadas de forma mecánica con útiles de mayor potencia (cinceles, vibroincisor). Otros
materiales, debido a su deficiente grado de conservación, fueron sometidos a un proceso de restauración en los laboratorios
del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social
(IPHES). Actualmente, todo el material arqueológico que integra esta investigación está depositado en el Museu Arqueològic
Municipal Camil Visedo Moltó (Alcoi, Alicante).
4.1.2. registro en la base de datos
Siguiendo las líneas de trabajo establecidas por Cristina Real y
Juan Vicente Morales en sus respectivas tesis doctorales (Morales, 2015; Real, 2016), el empleo de una base de datos (BD) de
contenidos comunes y estandarizados, donde poder almacenar
toda la información zooarqueológica y tafonómica (registro básico, taxonomía, anatomía, osteometría, alteraciones bioestratinómicas y alteraciones diagenéticas, etc.) ha constituido una
parte central de nuestro trabajo. Así mismo, el manejo de toda
una serie de códigos de registro alfa-numéricos integrados en la
BD ha facilitado el registro de información. Sus características
centradas exclusivamente en la descripción morfológica de los
fragmentos y modificaciones, dejando para pasos posteriores la
interpretación de los conjuntos, permiten dar objetividad al análisis del material y llevar a cabo una comparación directa con
otras muestras trabajadas a partir de los mismos criterios. En los
apartados correspondientes llevaremos a cabo la explicación de
cada uno de los códigos empleados para el registro.
De esta manera, la necesidad de una interfaz dinámica, rápida y de fácil manejo ha sido el principal factor que nos ha llevado a decantarnos por el empleo de la base de datos desarrollada
en la Universitat de València (figura 16), cuya publicación se ha
realizado recientemente (Real et al., 2022).
29
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 15. Técnicas de coordenación, cribado y selección de materiales durante las campañas de excavación en el yacimiento de El Salt.
Fotografía: Sven Kleinhapl Vandermeersch.
Figura 16. Interfaz de la BD Principal (superior) y la BD Marcas (inferior) empleadas para el registro de datos.
30
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material y métodos
4.2. ESTUDIO ZOOARQUEOLÓGICO
4.2.1. identificación de los restos
A la hora de llevar a cabo nuestros análisis zooarqueológicos,
hemos partido de una clasificación de los restos según fueran
identificables o no identificables. Dicha distinción está relacionada con la posibilidad de ejecutar su adscripción anatómica y
taxonómica, dependiendo del grado de conservación de la pieza, presencia de elementos diagnósticos y la propia experiencia
del investigador:
• Restos identificados: se trata de las piezas cuya identificación anatómica y taxonómica ha sido posible efectuar.
• Restos no identificados: hemos de distinguir entre aquellos que nos ha resultado imposible su determinación
anatómica y taxonómica (fragmentos de huesos largos,
huesos planos, huesos articulares, huesos esponjosos e
indeterminados), de aquellos identificados únicamente a
nivel anatómico.
La importancia de los restos no identificados en los conjuntos pleistocenos se ha puesto de manifiesto en distintos artículos, dado que en ocasiones llegan a componer el 70-95% de
las muestras (Daujeard, 2004; Geiling et al., 2017). Su estudio
implica por tanto no solo una ampliación de la información obtenida entre el material identificable anatómica y taxonómicamente, sino también una comprobación de los resultados y un
acercamiento más certero a las actividades antrópicas realizadas
en el sitio (Morales et al., 2008).
En este trabajo, gran parte de estos restos ha sido posible
asociarlos a una talla esquelética o de peso corporal estimado
en base a la robustez, radio de circunferencia y espesor de la
superficie cortical. Partiendo de la clasificación empleada de
manera tradicional en los conjuntos zooarqueológicos (Bunn,
1986; Uerpmann, 1973), aunque adaptándola a las características de nuestro conjunto y el peso estimado para los representantes adultos de los taxones determinados en base a referentes
actuales (Palomo et al., 2007), hemos establecido para el material faunístico de El Salt cuatro tallas de peso: grande (> 300
Kg), media (100-300 kg), pequeña (5-100 kg) y muy pequeña
(< 5 Kg). La práctica ausencia de taxones de gran envergadura
en el conjunto (> 1000/1500 kg), a excepción de los fragmentos dentales de rinocerótidos, es el motivo por el cual no se ha
establecido una talla superior, aunque esta deberá considerarse
en los futuros análisis en caso de la aparición de un mayor número de restos y taxones. Por otro lado, dependiendo del grado
de madurez de cada especie, es posible la coincidencia de un
mismo taxón en distintas tallas de peso, por ejemplo, un caballo
infantil como talla media; un caballo adulto como talla grande.
Sin embargo, dada la dificultad para determinar la edad y taxonomía a partir de este tipo de fragmentos óseos, hemos optado
por generalizar los grupos de talla y las especies identificadas
en el yacimiento en base a los estándares de los individuos
adultos (tabla 2).
Esta clasificación debe ser tomada con cierta cautela, dado
que para su creación partimos de referentes taxonómicos actuales, cuya talla de peso puede ser distinta a sus homólogos pleistocenos según la zona geográfica o fase climática en la que nos
encontremos, así como el desarrollo ontogénico y edad de cada
animal (Davis, 1987; O’Connor, 2000; Yravedra, 2006a).
4.2.2. clasificación anatómica y taxonómica
Para la determinación anatómica y taxonómica de los restos se
ha recurrido principalmente a las colecciones osteológicas del
Gabinete de Fauna Cuaternaria Innocenci Sarrión del Museu de
Prehistòria de València (Valencia), el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Tarragona) y el Laboratoire
Méditerranéen de Préhistoire Europe Afrique (Aix-en-Provence, Francia). Por otro lado, se ha realizado la consulta de distintos atlas de anatomía comparada, (Barone, 1976; Hillson, 2005,
1995; Hue, 1907; Lavocat, 1966; Pales y Garcia, 1981; Pales y
Lambert, 1971; Schmid, 1972; Varela y Rodríguez, 2004) monografías (Gallego, 1992, 1987; Guérin y Patou-Mathis, 1996;
Melendez, 1995, 1992) y trabajos especializados centrados en
Tabla 2. Distribución de las tallas de peso aplicadas en este trabajo.
Talla de peso
Kilogramos
Espesor cortical
Taxón
Grado de madurez
Grande
> 300 kg
> 8 mm
Rhinocerotidae
Bos/Bison
Equus ferus
Joven, subadulto,
adulto, senil
Media
100-300 kg
5-8 mm
Cervus elaphus
Sus scrofa
Joven, subadulto,
adulto, senil
Pequeña
5-100 kg
2-5 mm
Capra pyrenaica
Rupicapra sp.
Canis lupus
Cuon sp.
Panthera pardus
Lynx sp.
Infantil, joven,
subadulto, adulto,
senil
Muy pequeña
< 5 kg
< 2 mm
O. cuniculus
Testudo hermanni
Avifauna
Micromamíferos
Neonato, infantil,
joven, subadulto,
adulto, senil
31
[page-n-45]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
équidos, bóvidos, cérvidos, suidos, lepóridos y quelonios (Boneta-Jiménez, 2022; Bull y Payne, 1982; Castaños, 2014, 1986;
De Marfà, 2009; Eisenmann et al., 1988; Hervet, 2000; Prummel, 1987; Rivals, 2002; Sanchis, 2012). De igual modo, se ha
empleado toda una serie de recursos online a la hora de obtener
material de comparación y datos relativos a la taxonomía y distribución de las especies en la actualidad.
El registro de la información taxonómica en la BD se lleva a
cabo en la pantalla principal, donde se dispone de cinco campos
para el contenido taxonómico, dependiendo de nuestro grado de
identificación: Orden, Familia, Subfamilia, Género y Especie.
Los restos indeterminados se registran en su campo específico
según su talla de peso, siempre que sea posible, duplicados de
manera automática en el campo de Género, al ser empleado en
la vinculación entre las distintas bases de datos.
Respecto a la determinación anatómica, todos los elementos determinables han sido registrados a partir de cinco grupos
anatómicos: esqueleto craneal (C), esqueleto axial (A), miembro anterior (Ma), miembro posterior (Mp), extremidades (E)
y el elemento anatómico concreto. Para facilitar este proceso
se han empleado toda una serie de abreviaturas que se exponen
en la tabla 3.
4.2.3. osteometría
Dado el alto grado de fragmentación del conjunto y como medio para cuantificarlo, la mayoría de medidas atienden a la longitud y anchura mayor conservada de los restos. En el caso
de los huesos largos, siempre que los niveles de conservación
fueran óptimos, se ha tomado también el espesor de la parte
cortical, medida a partir de la cual hemos podido asimilar parte del registro a una talla de peso concreta. Aunque escasos,
se han recuperado algunos elementos anatómicos enteros y/o
parcialmente enteros, registrándose sus medidas en la BD Osteométrica siguiendo las pautas establecidas por Angela von
den Driesch (1976).
En el caso de los dientes, el grado de conservación es mucho mayor que en el esqueleto postcraneal, lo que unido a su
valor informativo sobre la edad de muerte de los animales y estacionalidad de las ocupaciones humanas, se han registrado sus
dimensiones y medidas específicas en la BD Dientes, siguiendo
las propuestas de Crégut-Bonnoure (1995) y Rivals (2002) para
caprinos y cérvidos, Castaños (1986) para équidos, Testu (2006)
para carnívoros y Lacombat (2005) para rinocerontes.
4.2.4. sexo
La atribución sexual de un resto óseo recuperado en contexto
arqueológico es quizás una de las tareas más difíciles de lograr
a causa de los sesgos propios del conjunto, la fragmentación del
material, indefinición ante el dimorfismo sexual de los animales
prehistóricos, problemas patológicos, adaptaciones ecológicas,
etc. Así pues, los estudios centrados en la determinación sexual
sobre conjuntos arqueológicos suelen ser escasos y siempre sometidos a una dura crítica. No obstante, algunos autores han intentado establecer diferencias sexuales a través de los patrones
de osificación de especímenes actuales, llegando a resultados
interesantes (Altuna, 1978; Arceredillo, 2015; Arceredillo et
al., 2011; Prummel y Frisch, 1986; Serrano et al., 2006). De
cara a abordar la distinción sexual en los conjuntos sería ne32
cesario contar con una cantidad de elementos o partes articulares completas. Sin embargo, la casi ausencia de estos datos
en el depósito arqueológico de El Salt, imposibilita que aquí
expongamos resultados, más allá de pequeñas aproximaciones
en conjuntos específicos.
4.2.5. edades de muerte y estacionalidad
Para la obtención de datos sobre la edad de muerte de los individuos y su correlación con la estacionalidad de las ocupaciones
humanas, hemos empleado dos recursos metodológicos básicos:
patrones de erupción y desgaste dental (tabla 4) y patrones de
osificación de las partes articulares (tabla 5). La mayoría de publicaciones realizadas al respecto se han llevado a cabo sobre
especies salvajes y domésticas actuales, por lo que su comparación con el material pleistoceno debe ser cautelosa. Salvando
esta limitación, hemos utilizado diversos manuales y atlas generales donde se tratan de forma puntual los patrones de osificación y erupción-desgaste dental en distintas especies (Barone,
1976; Hillson, 2005; Reitz y Wing, 2008; Schmid, 1972; Silver,
1969), junto a toda una serie de trabajos específicos centrados
en la Capra pyrenaica (Greenfield y Arnold, 2008; Pérez-Ripoll, 1988; Serrano et al., 2006, 2004), Cervus elaphus (Azorit
et al., 2002; Brown y Chapman, 1991; Mariezkurrena, 1983;
Mariezkurrena y Altuna, 1983), Rupicapra rupicapra (PérezBarbería, 1994), Equus ferus (Castaños, 1986; Eisenmann et
al., 1988; Fernandez y Legendre, 2003), Oryctolagus cuniculus
(Jones, 2006; Sanchis, 2012), Sus scrofa (Bull y Payne, 1982),
Panthera pardus (Stander, 1997) y Lynx lynx (Marti y RyserDegiorgis, 2018).
Para su registro en la BD hemos fijado un campo de Edad
Estimada, donde se registra la edad posible de los individuos,
según su grado de erupción, desgaste dental y osificación del
esqueleto postcraneal, diferenciando entre seis niveles de
edad (tabla 6).
Por otro lado, la osificación de las partes articulares se ha
codificado con el fin de homogeneizar las muestras y permitir
su posterior comparación. El código consta de dos partes: la primera hace referencia a la epífisis proximal y la segunda a la epífisis distal. En ambas se pueden combinar cuatro opciones: “2”
(fusionado), “1” (parcialmente fusionado), “0” (no fusionado) y
“X” cuando es un fragmento que no tiene presente alguna de las
articulaciones (tabla 7).
Dado el grado de fragmentación del conjunto, la gran mayoría de datos se han obtenido a partir del material dentario, con
el problema añadido de que son escasos los dientes incluidos
en maxilares o mandíbulas, siendo la gran mayoría piezas aisladas. En algunos casos, especialmente para el caso del conejo,
ha sido posible emplear de manera recurrente los criterios de
osificación articular.
Por último, una vez conocida la edad de muerte de los individuos, se ha llevado a cabo los estudios de estacionalidad,
teniendo en cuenta los periodos de apareamiento, gestación, nacimiento, madurez sexual y muerte natural estimada, según referentes actuales (Discamps y Costamagno, 2015; Morin, 2012;
Palomo et al., 2007; Rendu et al., 2012). Este conjunto de datos
es el que nos sirve de base para más tarde organizar nuestros
conjuntos y crear los perfiles de mortalidad. Encontraremos un
compendio de estos datos en la tabla 8.
[page-n-46]
material y métodos
Tabla 3. Abreviaturas empleadas para los grupos anatómicos y elementos anatómicos.
Grupo anatómico
Restos determinados
Sigla
C (craneal)
Clavija córnea
Cráneo
A (miembro axial)
MA (miembro anterior)
Grupo anatómico
Restos determinados
Sigla
Cc
Metatarso
Mt
Cr
Metatarso 1
Mt1
Maxilar
Mx
Metatarso 2
Mt2
Hemimandíbula
Hem
Diente aislado sup.
Das
Metatarso 3
Mt3
Diente aislado inf.
Dai
Metatarso 4
Mt4
Diente aislado
Da
Metatarso 5
Mt5
Incisivo superior
Is
Patella
Pa
Incisivo inferior
Ii
Astrágalo
As
Molar superior
Ms
Calcáneo
Ca
Molar inferior
Mi
Falange
Fa
Premolar superior
Ps
Falange residual
Fa R
Premolar inferior
Pi
Falange 1
Fa1
Clavícula
Cl
Falange 2
Fa2
Vértebra cervical
Vc
Falange 3
Fa3
Vértebra torácica
Vt
Falange 4
Fa 4
Vértebra lumbar
Vl
Falange 5
Fa 5
Sacro
Vs
Sesamoideos
Se
Sinsacro
Ss
Metapodio indeterminado
Mtp
Vértebra caudal
Vcd
Vértebra indeter.
V
Apófisis vertebral
Va
Costillas
Ct
Esternón
Et
Escápula
E
Húmero
H
Radio
R
Ulna
U
Coracoides
E (extremidades)
Metapodio residual
Mtp R
Largo indeterminado
Lt
Largo tipo 1
Lt1
Largo tipo 2
Lt2
Largo tipo 3
Lt3
Plano
Pl
Compacto
Com
Esponjoso
E
Co
Articular
Art
Carpo
Cp
Esquirla
Esq
Carpo-metacarpo
Cp-Mc
Plaqueta indeterminada
PT
Metacarpo
Mc
Espaldar indeterminado
PTES
Metacarpo 1
Mc1
Nucal
PTNu
Metacarpo 2
Mc2
Neural
PTN
Metacarpo 3
Mc3
Metacarpo 4
Mc4
Costal / Pleural
PTPle
Metacarpo 5
Mc5
Marginal / Periférica
PTPer
Suprapygal
PTSpy
Pygal
PTPy
Plastrón indeterminado
PTPL
Epiplastrón
PTEpi
Entoplastrón
PTEnto
Hioplastrón
PTHio
Hipoplastrón
PTHipo
Xiphiplastrón
PTX
MP (miembro posterior) Coxal
In (indeterminado)
ES (espaldar)
Cx
Báculo
Ba
Fémur
F
Tibia
T
Fíbula
Fi
Tibio-tarso
T-Ta
Tarsos
Ta
Tarso-metatarso
Ta-Mt
PL (plastrón)
33
[page-n-47]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 4. Edades de erupción dental en base a estudios actualistas para diferentes taxones.
Equus ferus
Diente
Cervus elaphus
Capra pyrenaica
Rupicapra pyrenaica
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
I1
Nacimiento
30-36 meses
Nacimiento
14-15 meses
Nacimiento
15 meses
-
13-15 meses
I2
3-4 semanas
42-48 meses
Nacimiento
16-17 meses
Nacimiento
21-27 meses
-
25-28 meses
I3
5-9 semanas
54-60 meses
Nacimiento
19-20 meses
Nacimiento
27-36 meses
-
36-39 meses
C
Excepcional
42-60 meses
Nacimiento
18-20 meses
Nacimiento
36-40 meses
-
36-49 meses
P1
Excepcional
Excepcional
-
-
-
-
-
-
DP2
Nacimiento
-
3-5 meses
-
3 meses
-
-
-
DP3
Nacimiento
-
3-5 meses
-
3 meses
-
-
-
DP4
Nacimiento
-
3-5 meses
-
3 meses
-
-
-
P2
-
26-34 meses
-
25-26 meses
-
17-30 meses
-
25-29 meses
P3
-
30-42 meses
-
25-26 meses
-
17-30 meses
-
25-29 meses
P4
-
40-50 meses
-
25-26 meses
-
17-30 meses
-
25-29 meses
M1
-
7-14 meses
-
5-12 meses
-
5-6 meses
-
2-3 meses
M2
-
12-18 meses
-
14-15 meses
-
8-12 meses
-
9-13 meses
M3
-
42-54 meses
-
27-30 meses
-
18-30 meses
-
22-25 meses
Bos taurus
Diente
Panthera pardus
Lynx lynx
Oryctolacus cuniculus
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
Deciduo
Definitivo
I1
Nacimiento
14-25 meses
-
8-10 meses
Nacimiento
4 meses
-
1-2 semanas
I2
Nacimiento
17-36 meses
-
8-10 meses
Nacimiento
4 meses
-
-
I3
Nacimiento
22-40 meses
-
8-10 meses
Nacimiento
4 meses
-
-
C
Nacimiento
32-48 meses
-
18-24 meses
Nacimiento
5-6 meses
-
-
P1
Excepcional
Excepcional
-
-
-
-
-
-
DP2
3 semanas
-
-
-
-
-
-
-
DP3
4 semanas
-
-
-
1 mes
7-8 meses
-
-
DP4
5 semanas
-
-
-
1 mes
7-8 meses
-
-
P2
-
24-30 meses
-
8-10 meses
-
-
-
-
P3
-
18-30 meses
-
8-10 meses
-
7-8 meses
-
4 semanas
P4
-
28-36 meses
-
8-10 meses
-
7-8 meses
-
4 semanas
M1
-
5-6 meses
-
8-10 meses
-
5-7 meses
-
2-3 semanas
M2
-
15-18 meses
-
-
-
-
-
2-3 semanas
M3
-
24-30 meses
-
-
-
-
-
3-4 semanas
4.2.6. perfiles de mortalidad
Derivado de los análisis previamente comentados, se ha podido
aplicar los Gráficos Triangulares Modificados o Ternary Diagrams con la finalidad de conocer cuál es la estructura de edades de los conjuntos y su posible origen vinculado a la actividad antrópica, de otros depredadores o muertes naturales. En
estos gráficos se clasifican los taxones a partir de tres clases de
edad (juvenil, madura y senil) mediante el análisis de bootstrap
(10.000 remuestreos), a un intervalo de confianza del 95%. Fueron propuestos originalmente por Mary C. Stiner (1990, 1994)
34
y modificados por Steele y Weaver (Steele y Weaver, 2002). El
análisis de bootstrapping permite un mejor conteo de la muestra
y aproximar los intervalos de confianza a una estructura de edad.
No obstante, es un método de simulación únicamente basado en
los datos observados, normalmente utilizado cuando la inferencia
por estándares paramétricos no son del todo útiles.
Los perfiles de mortalidad o estructura de la edad informan
sobre el modo de muerte o depósito de los taxones, partiendo de
dos modelos teóricos: a) perfil catastrófico, que hace referencia a la estructura de edad que se encuentra en una población
viva y que han sufrido un proceso de muerte no usual; b) perfil
[page-n-48]
material y métodos
Tabla 5. Edades de fusión de partes articulares en base a estudios actualistas para diferentes taxones.
Parte anatómica
Zona
Equus ferus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica
Oryctolagus cuniculus
Vértebra
Epífisis
4,5-5 años
-
4-5 años
-
Escápula
Proceso coracoides
10-12 meses
20-32 meses
5-7 meses
-
Húmero
Proximal
42 meses
-
25-36 meses
9-10 meses
Distal
15-18 meses
8-20 meses
3-4 meses
ca. 3 meses
Proximal
15-18 meses
8-20 meses
3-6 meses
ca. 3 meses
Distal
42 meses
-
23-30 meses
9-10 meses
Olécranon
42 meses
-
25-35 meses
ca. 5 meses
Distal
2-3 meses (al radio) -
26-32 meses
9-10 meses
Proximal
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Distal
15 meses
-
16-18 meses
-
Proximal
12-15 meses
20-32 meses
7-10 meses
-
Distal
Antes nacimiento
-
13-16 meses
-
Proximal
10-12 meses
20-32 meses
6-8 meses
-
Distal
Antes nacimiento
-
13-16 meses
-
Hueso púbico-acetabular
10-12 meses
-
5 meses
-
Tuberosidad isquio-ciática
4,5 años
-
4-5 años
-
Cresta ilíaca
4,5-5 años
-
4-5 años
-
Proximal
36 meses
-
20-26 meses
9-10 meses
Distal
42 meses
-
18-26 meses
ca. 5 meses
Proximal
42 meses
-
20-26 meses
9-10 meses
Distal
24 meses
20-32 meses
12-18 meses
ca. 5 meses
Calcáneo
Tuber calcis
36 meses
-
36 meses
-
Metatarso
Proximal
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Antes nacimiento
Distal
15 meses
-
16-18 meses
-
Radio
Ulna
Metacarpo
Falange 1
Falange 2
Coxal
Fémur
Tibia
Tabla 6. Características dentales y postcraneales asociadas a las distintas edades estimadas.
Edad estimada
Dentición
Esqueleto postcraneal
Neonato
Decidual, sin erupción total ni desgaste.
Fase de osificación temprana.
Infantil
Decidual y germen de dentición permanente.
Fase de osificación temprana.
Joven
Decidual y algunas piezas definitivas con
incipiente desgaste (ej M1).
Huesos de tamaño adulto, sin osificación completa.
Subadulto
Definitiva, con signos de desgaste.
Huesos de tamaño adulto, sin osificación completa.
Adulto
Definitiva, con distintos grados de desgaste por cada
pieza dentaria.
Huesos totalmente fusionados.
Senil
Definitiva, con alto índice de desgaste.
Huesos totalmente fusionados, tejido esponjoso
debilitado. Posibles malformaciones o patologías
por edad.
35
[page-n-49]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 7. Códigos de registro de las fases de fusión ósea a partir de
las zonas articulares.
4.2.7. cuantificación
22
Entero con articulaciones fusionadas.
11
Entero con articulaciones casi fusionadas.
12
Articulación proximal casi fusionada y distal fusionada.
21
Articulación proximal fusionada y distal casi fusionada.
00
Entero sin articulaciones fusionadas.
02
Articulación proximal sin fusionar y distal fusionada.
01
Articulación proximal sin fusionar y distal
casi fusionada.
10
Articulación proximal casi fusionada y distal
sin fusionar.
En un conjunto arqueológico podemos encontrarnos desde los
elementos anatómicos de una carcasa completa a partes anatómicas concretas de un animal. No obstante, con mayor frecuencia
lo que encontramos son fragmentos de distintos elementos anatómicos pertenecientes a una amplia diversidad de taxones. Por
este motivo, cuantificar la abundancia de cada una de las partes y
el número posible de individuos a los que pertenecen es una tarea
indispensable a la hora de interpretar un conjunto zooarqueológico. El conteo se lleva a cabo a partir de distintas medidas de abundancia, entre las que en este trabajo hemos empleado las cuatro siguientes: el Número de Restos (NR), el Número de Especímenes
Identificados (NISP), el Número Mínimo de Elementos (NME) y
el Número Mínimo de Individuos (NMI) (Grayson, 1984; Klein y
Cruz-Uribe, 1984; Lyman, 1994; Reitz y Wing, 2008).
X2
Sin articulación proximal y distal fusionada.
Número de restos (NR y NISP)
2X
Sin articulación distal y proximal fusionada.
X1
Sin articulación proximal y distal casi fusionada.
1X
Sin articulación distal y proximal casi fusionada.
X0
Sin articulación proximal y distal sin fusionar.
0X
Sin articulación distal y proximal sin fusionar.
El NR es la unidad básica de conteo, donde se tiene en cuenta el
total de piezas estudiadas, independientemente de su grado de
conservación y determinación. No obstante, en algunos casos
tan solo interesa mostrar el número de elementos determinados
pertenecientes a un taxón, grupo o elemento anatómico, para
lo que empleamos el NISP. La ventaja de este tipo de conteos
se esconde en que pueden ser aplicados sobre todas las partes
anatómicas, especies, tallas de peso, etc., si bien existen diferencias y problemas que provocan sesgos en los conjuntos
como la cantidad de huesos por especie, recogidas selectivas,
fragmentación reciente, etc.
Código Definición
atricional, que hace referencia a la estructura de edad presente
entre cada clase de edad en una población viva, generalmente
afectando a jóvenes y seniles y dando como resultado un perfil
en “U”. No obstante, el número de individuos juveniles puede
estar sesgado en el último caso.
En el caso de conjuntos claramente antrópicos, la distribución de las clases de edad nos puede estar indicando una
tendencia por determinados tipos de edad dentro del perfil atricional. Emmanuel Discamps y Sandrine Costamagno (2015)
hacen una revisión de las propuestas de Stiner y definen nuevas zonas dentro de los ternary diagrams con el fin de obtener una mejor interpretación de los patrones de mortalidad en
conjuntos arqueozoologicos, más allá de la clasificación entre
perfil catastrófico o atricional. Se plantea de esta forma distintos puntos dentro del diagrama donde se encuentra la posición
exactamente proporcionada para juveniles (Pjc), adultos (Ppc)
e individuos seniles (Poc). Realizan además una clasificación
por especies partiendo de referentes etológicos actuales de
especies salvajes. En nuestro trabajo aplicamos esta última
aproximación, al creer en su mayor utilidad a la hora de estudiar el posible comportamiento humano que dio origen a los
conjuntos óseos.
Número mínimo de elementos (NME y %NME)
El NME hace referencia al número mínimo de elementos anatómicos de un único taxón que podemos identificar, sea a partir de fragmentos o huesos completos. Para su cálculo se tienen en cuenta las
diferentes partes identificadas sobre un fragmento óseo y su solapamiento: zona del hueso (epífisis proximal, diáfisis, epífisis distal),
cara (dorsal, palmar, lateral, medial) y porcentaje de circunferencia
conservada. En los casos que es posible, se pueden completar los
datos con la lateralidad del elemento anatómico y edad estimada
del individuo. Este método permite reducir las cantidades obtenidas por NR y NISP, al contabilizar solo el número mínimo de cada
elemento anatómico por taxón. Se emplea generalmente para distinguir entre procesos carniceros, de consumo o depredación, considerando que la frecuencia de cada hueso en el esqueleto no es
igual.
Número mínimo de individuos (NMI)
El NMI es el último escalón, cuantificándose la cantidad mínima de individuos que pudieron componer existir en un conjunto, tanto por frecuencia (NMIf) como por combinación (NMIc).
Tabla 8. Periodos de apareamiento, gestación y nacimiento en poblaciones salvajes actuales (Palomo et al., 2007).
Taxón
Apareamiento
Gestación
Nacimiento
Cervus elaphus
Septiembre-Octubre
235 días (8,5 meses)
Mayo-Junio
Capra pyrenaica
Diciembre-Enero
150-180 días (5-6 meses)
Abril-Junio
Equus ferus
Abril-Mayo
335-350 días (11-12 meses)
Abril-Junio
Oryctolagus cuniculus
Noviembre-Junio
28-33 días (1 mes)
2 a 4 partos anuales
36
[page-n-50]
material y métodos
Para el cálculo de la frecuencia se emplea la lateralidad del elemento más abundante, mientras que para el análisis de combinación se añade la edad estimada y sexo del individuo, siempre
que sea posible. Como desventaja, con este tipo de conteo se
produce una enfatización de aquellos taxones con un bajo número de restos. Igualmente, este método no se refiere a la cantidad de individuos reales del conjunto, ni a que sus carcasas
entrasen de forma íntegra al yacimiento.
4.2.8. integridad de las muestras
Con el fin de explorar las condiciones tafonómicas en las que
se encuentran los conjuntos, es necesario llevar a cabo conteos
como la tasa de fragmentación, la abundancia relativa (%RA),
el Número Mínimo de Unidades Animales (MAU y %MAU) y
distintos análisis de conservación diferencial.
Tasa de fragmentación
Para conocer de manera estandarizada el grado de fragmentación de cada elemento anatómico de un taxón o un grupo de
taxones, debemos dividir el NISP entre el NME. Cuanto más
alejado a 1 sea el resultado, mayor nivel de fragmentación existe
(Bar-Oz y Munro, 2007). Este es un método complementario de
la distribución porcentual de los restos por intervalos de tamaño, como en posteriores apartados analizaremos.
Abundancia relativa (%AR)
Este estadístico (también conocido bajo el nombre de Índice
de Supervivencia Esquelética o ISu) está diseñado para evaluar el grado de conservación diferencial de un conjunto óseo,
analizando los elementos mejor representados en relación a los
ausentes o estimados. Para su obtención se combina el NME,
NMI y el número total de elementos anatómicos de un esqueleto
(NMEi) bajo la siguiente fórmula:
%AR = (NME x 100) / (NMEi x NMI)
El resultado obtenido nos indica el grado de integridad
de nuestra muestra, sin considerar otros aspectos como son el
transporte intencional, fenómenos atricionales, destrucción diagenética, etc. Por ese motivo, necesita de cálculos complementarios para ser útil en la explicación de los conjuntos.
En la sección de resultados de esta monografía, tanto el
%AR, el MAU y el %MAU (ver infra), se han obtenido a partir
de la suma del total de elementos que conforman los distintos
grupos anatómicos presentes en las tablas. Para ampliar la información a elementos anatómicos específicos, se deberá acudir al
trabajo original citado (Pérez, 2019).
Número mínimo de unidades animales (MAU y %MAU)
El MAU es el equivalente al NME normalizado por el número
de veces que un elemento aparece en un esqueleto completo
de un animal. Fue establecido por Binford (1978, 1984) para
identificar patrones de transporte y conservación diferencial por
medio de la abundancia relativa de los elementos conservados.
Para calcularlo se deben emplear los NME totales de cada elemento anatómico, el número de elementos anatómicos de un
esqueleto completo (NMEe) y el NMI hallado para cada taxón
bajo la siguiente fórmula:
MAU = NME / (NMEe * NMI)
Para su estandarización (%MAU) se toma como referencia el
elemento anatómico con el valor MAU más alto, siendo dividido el MAU de cada elemento anatómico por dicho valor máximo multiplicado por cien. Este resultado será luego empleado
como elemento comparativo con los Índices de Utilidad General con el fin de analizar las estrategias de transporte y procesos
atricionales. La fórmula empleada es la siguiente:
% MAU = MAU / (MAUmax * 100)
Análisis de conservación diferencial
Para conocer si un conjunto tiene un origen ligado a actividades carniceras, intervención de carnívoros, sesgos diagenéticos o de otro tipo, se llevan a cabo los análisis de conservación
diferencial. Estos se basan en la densidad ósea de los distintos
elementos por taxón o talla, demostrando que cada uno tiene una densidad ósea concreta, aunque variable por tamaño y
taxón, parte del hueso y el paso de los años (Lam y Pearson,
2005, 2004).
En nuestro trabajo nos hemos basado en las medidas proporcionadas por Kreutser (1992) para el bisonte y el ciervo, Lam
y colegas (1999) para el caballo, Lyman (1985, 1984) para la
oveja, y Pavao y Stahl (1999) para el conejo. A pesar de que en
nuestro conjunto no tengamos evidencias de bisonte y oveja,
hemos seleccionado estas medidas dada la mayor relación biológica de estos animales con otros taxones que sí tenemos registrados, caso del uro (Bos primigenius) y la cabra montés (Capra
pyrenaica). A nivel general, hemos seleccionado como medida
a seguir la referencia más alta del Mean Volume Densities (VD)
por elemento y no por porción (tabla 9). La razón está en que
es el único dato aportado por la totalidad de los autores y nos
permite establecer comparativa entre taxones, realizándose para
ello su estandarización.
Para el cálculo estadístico, dependiendo de la normalidad
de las muestras analizadas, se han calculado los coeficientes
de correlación R de Pearson (datos normales), Spearman’s rs y
Kendall’s tau (datos no normales) entre las medidas de densidad
mineral y el %MAU de nuestros conjuntos por talla de peso.
4.2.9. índices de utilidad económica
Derivados del Índice Modificado de Utilidad General (MGUI)
desarrollado por Binford (1978, 1981), se han creado nuevos
índices que miden la utilidad general a partir de las frecuencias
esqueléticas reconocidas en los conjuntos zooarqueológicos
(Emerson, 1993; Friesen, 2001; Madrigal, 2004; Metcalfe y Jones, 1988; Morin, 2007; Outram, 1998, 2001). Estos se emplean
con la intención de conocer la utilidad nutritiva en términos de
cantidad de carne, médula o grasa del conjunto esquelético. A
través de trabajos etnoarqueológicos, Binford planteó la existencia de varias estrategias de transporte que guardaban correspondencia entre la utilidad alimentaria de los elementos anatómicos y el patrón esquelético de los conjuntos (Binford, 1978;
Hodgkins et al., 2016). Esto dio como resultado distintas curvas
de utilidad vinculadas con tres tipos de estrategias de transporte:
bulk (todas las porciones de una carcasa se transportan, excepto
las de baja utilidad), gourmet (solo porciones de gran utilidad son
transportadas), unbiased (las porciones son transportadas en
37
[page-n-51]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
correlación directa con su utilidad). Posteriormente, Faith y
Gordon han propuesto una nueva estrategia (unconstrained
strategy) que define el transporte o abandono completo de las
carcasas (Faith y Gordon, 2007). A todas, debemos sumar además el patrón reverse, caracterizado por la presencia o escasez
de todos los elementos salvo los de menor utilidad, generalmente asociado a lugares de matanza y procesado de los animales (Rodríguez-Hidalgo, 2015). Aun así, ninguna de estas
curvas está única y exclusivamente ligada a un tipo de estrategia, dada la multiplicidad de factores que pueden influir en
las decisiones del grupo para el transporte: utilidad económica,
relación coste-beneficio, número de porteadores, tamaño de la
presa, número de presas, distancias, variabilidad cultural, etc.
(Domínguez-Rodrigo, 1998)
En este trabajo hemos aplicado los seis índices siguientes:
Utilidad General (S)AVGFUI, Utilidad Alimenticia (S)FUI,
Contenido de Grasa (S)MAVGTF, Volumen medular (S)AVGMAR, Grasa insaturada y médula UMI y Curado de Carne MDI
(tabla 10). Para establecer la relación entre la representación
anatómica de los distintos conjuntos en base al %MAU y la utilidad alimentaria de las carcasas, hemos empleado los coeficientes de correlación R de Pearson o Spearman’s rs y Kendall’s tau,
dependiendo de la normalidad estadística de las muestras. Se
han excluido los taxones de talla muy pequeña dado su escaso
número y origen heterogéneo. Adicionalmente, hemos aplicado
el índice de homogeneidad de Shannon (E) para el tratamiento
de gráficos bivariantes (%MAU / Índice de Utilidad) con el fin
de dar una mayor objetividad a los resultados (Faith y Gordon,
2007), bajo la fórmula:
Evenness (E) = (-∑ pi * ln pi) / ln S
Donde “S” es el número de clases de elementos (e.g. escápulas o tibias) y “pi” la proporción estandarizada de los elementos identificados por cada “i” elemento identificado en la
muestra. Su valor solo puede variar entre 0 y 1, suponiendo los
resultados más próximos a “1” una distribución más homogénea
de los elementos anatómicos, frente a los resultados más cercanos a “0” donde hay predominio de algún elemento. Hemos
de tener presente que necesitamos de un número relativamente
alto de elementos anatómicos reconocidos para que su aplicación sea estadísticamente válida (entre 50-250 especímenes),
considerando además que este índice solo nos indica la mayor o
menor uniformidad de la muestra, sin tener que ver con el tipo
de estrategia de transporte practicada.
Tabla 9. Índices de densidad ósea a partir del Mean Volumen Densities (VD) y su estandarización a partir de Kreutser (1992), Lyman
(1994) Lam et al., (1999) y Pavao y Stahl (1999).
Parte
anatómica
(VD)
Densidad
Bison
(S)
Densidad
Bison
(BMD1)
Densidad
Equus
(S)
Densidad
Equus
(VD)
Densidad
Cervus
(S)
Densidad
Cervus
(VD)
Densidad
Ovis
(S)
Densidad
Ovis
(VD)
(S)
Densidad
Densidad
Oryctolagus Oryctolagus
Mandíbula
0,79
81,44
0,99
100
0,61
82,43
-
-
0,74
100
Costillas
0,57
58,76
0,55
55,56
0,40
54,05
-
-
0,07
9,46
V. cervicales 0,97
100
0,50
50,51
0,19
25,68
0,13
19,12
0,46
62,16
V. torácicas 0,42
43,30
0,49
49,49
0,27
36,49
0,24
35,29
-
-
V. lumbares 0,39
40,21
0,48
48,48
0,30
40,54
0,26
38,24
0,35
47,30
V. sacrales
0,27
27,84
0,37
37,37
0,19
25,68
0,20
29,41
0,43
58,11
Escápula
0,50
51,55
0,67
67,68
0,49
66,22
0,33
48,53
0,33
44,59
Húmero
0,48
49,48
0,64
64,65
0,63
85,14
0,42
61,76
0,43
58,11
Radio
0,62
63,92
0,84
84,85
0,68
91,89
0,52
76,47
0,14
18,92
Ulna
0,69
71,13
0,65
65,66
0,45
60,81
0,26
38,24
0,23
31,08
Carpos
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Metacarpos 0,69
71,13
0,84
84,85
0,72
97,30
0,67
98,53
0,13
17,57
Coxal
0,55
56,70
0,83
83,84
0,49
66,22
0,49
72,06
0,45
60,81
Fémur
0,45
46,39
0,59
59,60
0,57
77,03
0,36
52,94
0,41
55,41
Tibia
0,76
78,35
0,82
82,83
0,74
100
0,59
86,76
0,54
72,97
Astrágalo
0,72
74,23
0,67
67,68
0,61
82,43
0,63
92,65
0,28
37,84
Calcáneo
0,80
82,47
0,72
72,73
0,64
86,49
0,58
85,29
0,34
45,95
Tarsos
-
-
-
-
-
-
-
-
0,34
45,95
Metatarsos
0,67
69,07
0,91
91,92
0,74
100
0,68
100
0,12
16,22
Falange 1
0,48
49,48
0,67
67,68
0,57
77,03
0,55
80,88
0,01
1,35
Falange 2
0,48
49,48
0,62
62,63
0,35
47,30
0,42
61,76
0,01
1,35
Falange 3
0,32
32,99
0,57
57,58
0,25
33,78
0,30
44,12
0,01
1,35
38
[page-n-52]
material y métodos
4.3. ESTUDIO TAFONÓMICO
Cuando nos referimos a las alteraciones de la superficie, modificaciones y daños producidos por la acción de agentes antrópicos o naturales, estamos haciendo mención a la transformación
de las características originales que presenta un resto óseo o
dental.
Partiendo del trabajo realizado por Efremov durante la
primera mitad del siglo XX (Efremov, 1940), empieza a existir una preocupación por explicar el estado de preservación y
origen de los conjuntos óseos, siendo muchas las definiciones
sobre los estadios y procesos tafonómicos que actúan en su
conservación (Denys y Patou-Mathis, 2014: 13-30). No obstante, en nuestro trabajo hemos preferido seguir la propuesta
de Behrensmeyer y Kidwell (1985), dada su mayor amplitud a
la hora de clasificar dichos procesos en al menos tres fases: a)
La fase necrobiótica, que atiende a los procesos de agonía y tipos de muerte de los organismos, dando en ocasiones una rica
información del entorno donde sucedió la tragedia: muertes
naturales, muertes accidentales, muertes catastróficas, depredación y cacería; b) La fase bioestratinómica, que engloba los
procesos que experimentan los organismos una vez han muerto hasta la fase de enterramiento; c) La fase fosildiagenética,
que incluye todos los fenómenos que afectan a los organismos
desde su enterramiento hasta el momento de su recuperación
(Behrensmeyer y Kidwell, 1985; Martinell, 1997; Shipman,
1981).
Para un correcto estudio, todos los restos han sido analizados a nivel macroscópico y microscópico con el empleo de
lupas de mano de hasta 20x (Leuchtturm), lupas binoculares de
hasta 120 x (Olympus SZ11 y estereomicroscopio Leica M165C acoplado a la cámara Leica MC170-HD), además de microscopios ópticos de alta resolución (Hirox KH-8700) en los análisis que necesitaban de una magnificación mayor a 140x para
determinadas alteraciones.
4.3.1. fragmentación y fractura
Parte de los fragmentos de hueso que recuperamos en los yacimientos arqueológicos pueden tener un origen ligado a la acción antrópica, de otros agentes biológicos y/o por fenómenos
naturales. Por este motivo, a nivel metodológico diferenciamos
entre fragmento y fractura, refiriéndose el primer caso a aquellos restos que han sufrido un proceso de reducción en el momento previo, sincrónico o posterior a su depósito por agentes
bióticos o abióticos. Por el contrario, los huesos fracturados
se relacionan exclusivamente con la acción intencional realizada por agentes biológicos (humanos y animales) en momentos
previos o sincrónicos a su depósito, con un fin nutritivo o tecnológico (Morales et al., 2008, Vettese et al., 2020). También
podemos entender un fragmento como el resultado de la acción de un proceso de fractura, registrando estigmas de dicho
proceso, por ejemplo, un fragmento producido por la presión
sedimentaria.
Tabla 10. Índices de Utilidad económica estandarizados (S) para distintos taxones a partir de Binford (1978), Metcalfe y Jones (1988),
Emerson (1993), Outram y Rowley (1998), Friesen (2001) y Morin (2007).
Parte
anatómica
(S)AVGFUI
Utilidad
general
Bison
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
Rangifer
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
Equus
(S)MGUI
Utilidad
general
Ovis
(S)MAVGTF (S)AVGMAR UMI
Grasa
Volumen
Grasa
Bison
medular
insaturada
Bison
y médula
(S)MDI
Curado de
la carne
Cráneo
25,3
9,1
17,9
12,9
-
-
-
0,3
Mandíbula
-
31,1
7,4
11,7
-
-
-
8,9
Vértebra
25,1
32,0
43,9
35,6
44,2
0,0
-
26,4
Costilla
62,3
51,6
-
100,0
93,0
0,0
-
100,0
Esternón
32,4
66,6
-
90,5
58,6
0,0
-
26,2
Escápula
27,5
44,7
15,0
45,1
30,4
1,3
-
12,0
Húmero
27,5
36,8
15,0
37,3
30,4
79,8
22,8
2,5
Radio-Ulna
19,2
25,8
8,7
24,3
22,0
58,9
26,3
2,2
Carpos
10,7
12,7
3,1
13,4
13,0
0,0
0,9
-
Metacarpos
6,5
9,0
1,6
10,1
8,4
17,3
19,6
2,1
Coxal
34,7
49,3
53,0
81,5
54,0
3,9
-
26,4
Fémur
100,0
100,0
45,4
80,6
76,7
87,0
34,0
2,3
Tibia
57,7
62,8
25,3
52,0
48,6
100,0
51,1
1,7
Astrágalo
-
-
7,6
23,1
-
-
0,9
-
Calcáneo
-
-
7,6
23,1
-
-
2,6
-
Tarsos
30,0
27,7
7,6
-
26,9
0,0
0,9
-
Metatarsos
16,1
37,0
3,8
15,8
16,1
21,1
46,5
1,5
Falanges
8,8
19,4
0,9
8,2
9,2
3,5
3,7
9,0
39
[page-n-53]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Según el origen de la acción la fragmentación se puede dar
en estado fresco, cuando el hueso conserva sus propiedades
elásticas, siendo la fuerza del impacto absorbida por la fracción
orgánica (colágeno) y mineral (hidroxiapatita) hasta una situación de estrés que supere su límite de resistencia, produciendo
una ruptura que sigue las líneas de debilidad u osteones; o bien
en estado seco, cuando el hueso ha perdido sus propiedades
elásticas a causa de la desaparición de la fracción orgánica, teniendo mayor propensión a la fractura a partir de la microestructura mineral del hueso (Blasco-Sancho, 1992; Lyman, 1994).
Para el registro de la morfología general de los huesos en la
BD principal, hemos empleado una serie de códigos alfa-numéricos (figuras 17 y 18) que posteriormente servirán para el cálculo del NME y NMI. Nos basamos para ello en la combinación
de los cinco campos que presentamos a continuación:
• Fragmento de hueso: se especifica el porcentaje de hueso
conservado, teniendo en cuenta todas sus partes anatómicas mediante la combinación de tres dígitos. El primero
se refiere a la parte proximal, el segundo a la diáfisis o
zona media en huesos no largos y el tercero a la parte distal. La conservación de cada una de ellas se expresa mediante la combinación de números y letras: “1” cuando
está completa, “5” cuando está fragmentada, “0” cuando
no está presente y “x” cuando no está presente a causa
de la osificación articular. Tanto metápodos, falanges,
calcáneos como astrágalos se tratan como huesos largos.
En el caso de la pelvis, escápula y mandíbula se ha realizado una correspondencia con estas tres zonas. Sobre los
huesos compactos (carpo, tarso, maléolo, sesamoideo) se
toma la parte más larga para hacer su división. Finalmente, en las vértebras la división viene regida por el eje que
va desde el disco vertebral más próximo a la zona craneal
hasta el más alejado.
• Circunferencia: se especifica el porcentaje de circunferencia de la diáfisis conservada en los huesos largos,
distinguiendo entre cinco posibilidades: 1 (< 25%),
2 (25-50%), 3 (50%), 4 (> 50%), 5 (100%). En el caso de
los huesos sin diáfisis, se ha podido aplicar este criterio
teniendo en cuenta su cavidad medular.
• Longitud de la diáfisis: se especifica el porcentaje de
diáfisis conservada en los huesos largos, distinguiendo
entre siete posibilidades: 1 (hasta 10%), 2 (hasta 25%), 3
(hasta 50%), 4 (hasta 75%), 5 (entre 75-99%), 6 (100%),
7 (fragmento indeterminado).
• Parte anatómica: apartado creado únicamente para los
fragmentos de diáfisis, se especifica la zona a la que
el fragmento pertenece: proximal (PX), medial (DF),
distal (DT).
• Cara del hueso: se especifica con mayor precisión la
localización exacta del fragmento en el elemento anatómico: d (dorsal/craneal), c (caudal/palmar), l (lateral),
m (medial).
4.3.2. morfotipos de fractura
La diferencia de resultados provocada por la fracturación de
huesos en estado fresco y seco es un criterio aceptado por todos los zooarqueólogos. Tras el trabajo de Bunn que lleva al
establecimiento del Índice de fragmentación (Bunn, 1983), pos40
teriormente ampliados por Paola Villa y Eric Mahieu (1991),
se establece el método para distinguir entre roturas de los huesos en estado fresco y seco a partir del ángulo, línea, borde de
fractura, circunferencia/longitud conservada y anchura/longitud
de fractura. En nuestro caso, la información relativa a la fragmentación y la fractura se ha registrado en la BD a través del
campo “origen de la fractura” y “morfotipo de fractura”. En el
primero de ellos, se diferencia entre los fragmentos con roturas
previas a su excavación o antiguas (A), de los que han sufrido
una fractura reciente (R) o son indeterminables (I). En el caso
de las fracturas recientes, los morfotipos no se especifican, al no
darnos una información real sobre el origen tafonómico de los
conjuntos. Mientras, entre las fracturas antiguas se diferencia
entre las producidas en estado fresco, seco o mixto:
• Fracturas en fresco: con morfologías curvas o curvo-espirales, combinadas con formas en “V” o puntiagudas, de
ángulos oblicuos y bordes de aspecto suave o liso.
• Fracturas en seco: con morfologías transversales, de ángulos rectos y bordes de aspecto irregular o rugosos.
• Fracturas mixtas: generadas por distintos agentes y/o
en distintos momentos, se caracterizan por una morfología que mezcla los rasgos anteriores. No obstante, no
siempre es posible llegar a determinar el tipo de fractura
en el registro arqueológico, dada la aparición de morfologías no correspondientes con los patrones definidos,
presencia de zonas esponjosas o compactas, poca resistencia de huesos de taxones muy pequeños, etc. Para estos casos, hemos empleado el campo de indeterminados
(I), sobre el que sí se aplicarán los morfotipos con el
fin de analizar posteriormente la posible aparición de un
patrón o recurrencia.
Respecto al registro del “morfotipo de fractura”, en la metodología empleada en la BD hemos adaptado los criterios anteriores para registrar de una forma rápida y estandarizada las
morfologías de fractura a partir de morfotipos codificados. Estos han sido creados de manera específica tanto para huesos largos como para mandíbula/maxilar, escápula, vértebras y pelvis
(Real, 2021, Real et al., 2022). Cada código se compone de entre dos a tres dígitos. El primero hace referencia al origen de las
fracturas: seca (I), fresca (II), mixta (III), indeterminada (IV).
El segundo y tercer dígito se corresponden con casos concretos
dependientes de la morfología, identificados con números arábigos del “1” al “6” y conteniendo hasta tres dígitos dependiendo
de los subgrupos. Cada uno de estos números hace referencia a
una morfología concreta de cada elemento anatómico, como a
continuación pasamos a comentar.
Morfotipos de diáfisis
Se compone de dos dígitos, tratándose el primero de un número
romano que atiende al origen de la fractura en el plano transversal: seco = I, fresco = II, mixto = III. El segundo dígito se compone de un número arábigo que se corresponde con las siguientes características: “1” para fragmentos cilíndricos con diáfisis
completa, “2,3,4” se corresponden con fragmentos de distinta
forma y circunferencia de la diáfisis incompleta. Ejemplo: I.4.2
= hueso con fractura en seco y forma tabular y circunferencia
incompleta (figura 19).
[page-n-54]
material y métodos
Figura 17. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de hueso según la parte anatómica y cantidad conservada.
41
[page-n-55]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 18. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de las características de las diáfisis según la circunferencia, longitud,
parte y zona conservada.
Morfotipos de partes articulares
Morfotipos de mandíbula
Se componen de tres dígitos, reservando para el primero la numeración romana relacionada con el origen de la fractura: seco
= I, fresco = II, mixto = III. El segundo dígito se focaliza en la
cantidad de diáfisis conservada según su longitud total: 1 = <
25%, 2 = 25-50%, 3 = 50%, 4 = 50-75%, 5 = 100%. El tercer
dígito indica la cantidad de epífisis conservada: 1 = < 25%, 2
= 25-50%, 3 = 50-75%, 5 = 100%. Para casos concretos y más
recurrentes como la parte proximal del fémur se ha establecido
un dígito más para su registro específico. Ejemplos: II.2.1.2. =
hueso (fémur) con fractura en fresco, entre 25-50 % de diáfisis
conservada, hasta 25% de epífisis conservada, concretamente
un fragmento del gran trocánter (figura 20).
Las fracturas se han tratado desde los extremos (diastema y ramus). Se componen de tres dígitos, reservando para el primero
la numeración romana relacionada con el origen de la fractura:
seco = I, fresco = II, mixto = III. A continuación, los dígitos del
1 al 3 hacen referencia a la cantidad de mandíbula conservada,
insertando un dígito cuando la fractura se encuentra en la zona
distal y añadiendo un “1” cuando está en la zona proximal. Los
dígitos del “4” al “6” se corresponden con cada parte anatómica
en las que se ha dividido la mandíbula: diastema, cavidad alveolar y ramus respectivamente. En caso de conservarse enteros se
emplea un número único, pero si se trata de fragmentos se convierte en un binomio añadiendo siempre “1”. Ejemplo: III.4.1 =
fractura mixta sobre un fragmento de diastema (figura 21).
42
[page-n-56]
material y métodos
Morfotipos de escápula
Se componen de tres dígitos, reservando para el primero la numeración romana relacionada con el origen de la fractura: seco
= I, fresco = II, mixto = III. Para el segundo dígito la escápula
se ha dividido longitudinalmente en tres zonas que comprenden
siempre la parte articular y una porción del resto del hueso, siendo “1” solo la epífisis, “2” la epífisis con fragmento de < mitad
del cuerpo, “3” la epífisis con fragmento de > mitad del cuerpo. Se reserva el número “4” para el caso en que aparezca un
fragmento del cuerpo sin epífisis. A su vez todos, se dividen en
razón de si existe o no fractura longitudinal: del “1” al “4” con
fractura transversal, al que se le añade un dígito más si existe
una fractura longitudinal que provoca que ni epífisis ni cuerpo
estén completos. Ejemplo: 4.1.4.2 = fractura indeterminada sobre un fragmento del borde del cuerpo de la escapula sin epífisis
conservada (figura 22).
Morfotipos de coxal
Se componen de tres dígitos, reservando para el primero la numeración romana relacionada con el origen de la fractura: seco
= I, fresco = II, mixto = III. A continuación, se sigue el mismo
patrón empleado para la mandíbula, reservando los dígitos del
“1” al “3” para las fracturas que van desde los extremos (ilion,
isquion) en combinación con varias partes anatómicas completas o fragmentadas. El número “4” se reserva para el ilion e
isquion completo, mientras el “5” atiende a cada una de sus partes anatómicas fragmentadas. El número “6” se emplea para la
presencia del acetábulo completo y la cantidad de ilion e isquion
restante. Ejemplo: II. 2.2. = fractura en fresco sobre un fragmento de isquion con acetábulo completo (figura 23).
•
•
•
•
•
Morfotipos de vértebras
La codificación es más simple, diferenciándose cuatro grupos
generales: vértebra completa (1), zona del arco (2), zona del
cuerpo (3) y apófisis (4). A estos dígitos se las añade un “1”
cuando la zona está completa, y un “2” cuando se trata de un
fragmento (figura 24).
4.3.3. modificaciones bioestratinómicas
El registro de las modificaciones sucedidas durante la fase
bioestratinómica se ha llevado a cabo en la BD Principal y la
BD Marcas. En la primera de ella simplemente se hace constancia de su presencia, dando paso a generar una ficha individual en
la segunda BD para cada una de las marcas identificadas en un
mismo fragmento, asignando un Nº de Registro de Marca propio, vinculado al Nª de Registro de la BD Principal. A lo largo
de 10 campos se lleva a cabo la descripción de las características
de cada tipo de marca, además de un apartado de observaciones
donde anotar impresiones o aspectos más específicos:
• Origen: acción o tipo de material que ha causado la marca, tales como el uso de una herramienta lítica, percusión
o mordedura.
• Agente: siempre que sea determinable, se ha intentado
vincular la marca al agente causante (antrópico, carnívoro, ave rapaz). A ello se añade la posibilidad de añadir el
agente específico de dicha modificación si es conocido.
• Localización: a partir de un código de dos dígitos que
atiende a la “parte anatómica” y “cara del hueso”, se re-
•
•
gistra el lugar exacto en que se encuentra la modificación. No obstante, no siempre es posible determinar la
cara en la que se encuentra el fragmento al no disponer
de información sobre lateralidad, acudiendo a un registro
más general: parte proximal (px), parte distal (dt), parte
superior de la articulación (11) o parte inferior de la articulación (33) (figura 25).
Tipología: se registra el tipo de modificación, distinguiéndose entre incisión, raspado, muesca, arrastre, punción, horadación, hundimiento, peeling, furrowing y corrosión digestiva.
Morfología: se distinguen entre la morfología de las
marcas según sean largas, cortas, planas (en el caso de
las incisiones, raspados y arrastres); o si son circulares,
triangulares, rectangulares, cuadrangulares (en el caso de
las marcas dentales y muescas).
Distribución: se especifica si la modificación se encuentra tan solo en una parte del fragmento (unilateral) o en
varias caras relacionadas con la misma acción (bilateral).
Dirección: indica la dirección de la marca respecto al eje
longitudinal de los huesos largos y el eje más largo entre
los huesos irregulares (ej. mandíbula, astrágalo) y planos.
Se diferencia entre una dirección longitudinal, transversal y oblicua, o la combinación de ellas.
Intensidad: se distingue entre las modificaciones en base
a nuestra capacidad de observación de las mismas a partir
de la simple vista o el uso de lupa binocular: leve (necesitan de un instrumento óptico para ser vistas), media (observables a simple vista tras su identificación con un instrumento óptico) e intensa (reconocibles a simple vista).
En el caso de las modificaciones de otros depredadores
(ej. horadaciones, punciones, impactos de pico), varían
con respecto al grado en que profundizan en la superficie
cortical: leve (poco profundas), media (han atravesado
la superficie) e intensa (han penetrado profundamente).
Finalmente, las intensidades de las modificaciones por
corrosión digestiva se definen partiendo de los grados establecidos por Andrews (Andrews, 1990), posteriormente adaptado por Lloveras (Lloveras et al., 2008a, 2008b)
y Sanchis (2012) a través de cuatro niveles: ligero, moderado, fuerte y extremo.
Cantidad: se diferencia entre las modificaciones simples
(de naturaleza aislada) y las múltiples (conjunto de modificaciones similares sobre un mismo espécimen).
Medidas: se toma siempre que sea posible la longitud y
anchura de las incisiones, muescas, punciones, horadaciones y hundimientos. En el caso de que no sea posible
a simple vista, estas se toman a partir de las fotografías
obtenidas con instrumentos ópticos.
Modificaciones por actividad antrópica
Marcas de corte
Las marcas de corte se entienden como una de las principales
evidencias relacionadas con la intervención de los grupos humanos sobre conjuntos óseos. Su origen está relacionado eminentemente con la preparación de la presa para su posterior
consumo (despellejamiento, evisceración, desarticulación,
descuartizamiento, descarnado, raspado del periostio, extracción
43
[page-n-57]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 19. Códigos alfa-numéricos, establecidos a partir del origen de la fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado)
y morfotipos específicos (números arábigos). Abreviaturas: 1 = cilindros diafisarios, 2 = fragmentos de morfología rectangular, 3 = fragmentos de morfología triangular, 4 = fragmentos de morfología irregular.
44
[page-n-58]
material y métodos
Figura 20. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos que conservan partes articulares según la combinación
del origen de la fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado), cantidad de diáfisis conservada (1 = 0%, 2 = 1-49%), 3 =
50%, 4 = 51-99 %, 5 = 100 %), cantidad de epífisis conservada (1 = < 25%, 2 = 25-50%, 3 = 50-99%, 4 = 100%).
Figura 21. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de mandíbulas según la combinación del origen de
la fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado) y morfotipos específicos. Abreviaturas: 1 = parte incisiva + cuerpo +
fragmento de ramus, 1.1 = fragmento de parte incisiva + cuerpo + ramus, 2 = fragmento de parte incisiva + cuerpo + fragmento de ramus,
2.1 = parte incisiva + cuerpo, 2.1 = cuerpo + ramus, 3 = parte incisiva + medio cuerpo, 3.1 = parte incisiva + parte premolar, 3.2 = medio
cuerpo + ramus, 3.3 = fragmento de parte incisiva + cuerpo, 3.4 = cuerpo + fragmento de ramus, 4 = parte incisiva, 4.1 = fragmento de
parte incisiva, 5 = cuerpo, 5.1 = fragmento de cuerpo, 6 = ramus, 6.1 = fragmento de ramus.
Figura 22. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de escápula según la combinación del origen de la
fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado) y morfotipos específicos. Abreviaturas: 1 = epífisis completa, 1.1 = fragmento de epífisis, 2 = epífisis + medio cuerpo, 2.1 = fragmento de epífisis + medio cuerpo, 3 = epífisis + (>)medio cuerpo, 3.1 = fragmento
de epífisis + medio cuerpo, 3.2 = epífisis + borde de cuerpo, 4 = cuerpo sin epífisis, 4.1 = fragmento de cuerpo sin epífisis, 4.2 = fragmento
de borde de cuerpo, 4.3 = fragmento de epífisis + cuerpo, 5 = fragmento de cuerpo sin epífisis.
45
[page-n-59]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 23. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de coxal según la combinación del origen de la
fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado) y morfotipos específicos. Abreviaturas: 1.1 = ilion + medio isquion, 1.2 =
isquion + medio ilion, 1.3 = ilion + acetábulo + (<)medio isquion, 1.4 = isquion + acetábulo + (<)medio ilion, 2.1 = ilion + acetábulo, 2.2
= isquion + acetábulo, 3.1 = ilion + medio acetábulo, 3.2 = isquion + medio acetábulo, 4.1 = ilion completo, 4.2 = isquion completo, 5.1
= fragmento de ilion, 5.2 = fragmento de isquion, 5.3 = fragmento de acetábulo, 6 = acetábulo completo, 6.1 = acetábulo + fragmento de
ilion + fragmento de isquion.
Figura 24. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de los fragmentos de vértebras según la combinación del origen de la
fractura (I = seco, II = fresco, III = mixto, IV = indeterminado) y morfotipos específicos. Abreviaturas: 1.1 = vértebra completa sin apófisis,
1.2 = fragmento vertebral indeterminado, 2.1 = arco vertebral, 2.2 = fragmento de arco vertebral, 3.1 = cuerpo vertebral, 3.2 = fragmento
cuerpo vertebral, 4.1 = proceso espinoso, 4.2 = fragmento proceso espinoso, 5.1 = proceso articular, 5.2 = fragmento proceso articular.
de grasa/médula) (tabla 11, figura 26), aunque en otros contextos
su presencia también puede estar vinculada con ámbitos no tan
cercanos a la subsistencia, como la preparación de cadáveres o la
antropofagia en el caso de los restos humanos (Blasco-Sancho,
1992; Carbonell et al., 2010; Morales et al., 2017). No obstante, no
en todos los restos procesados están presentes este tipo de alteraciones, dado que son síntoma de una acción no intencional a la hora
de realizar las labores carniceras, entrando en contacto el útil con
el hueso, en muchas ocasiones también relacionado con la intensidad del procesado.
En el caso del Pleistoceno europeo, este tipo de marcas quedan reducidas al uso de herramientas líticas, preferentemente el
sílex y excepcionalmente otro tipo de materias primas como la
46
caliza, el cuarzo, la cuarcita, el cristal de roca, el basalto y la obsidiana. En nuestro caso, la mayoría de incisiones reconocidas
sobre el material óseo se vinculan con el sílex, principal materia
prima empleada en el yacimiento de El Salt.
A nivel historiográfico, a partir de los trabajos de Binford
(1981), Shipman (1981), Shipman y Rose (1983), DomínguezRodrigo e Yravedra (2009), entre otros, se empiezan a definir y
clasificar de manera sistemática qué se entiende por una marca
de corte y su funcionalidad respecto a su posición en los distintos
elementos anatómicos. En sentido genérico, las marcas de corte
se definen como unas “estrías con sección en V, de longitudes
variables, con múltiples y paralelos trazos en los valles internos
de la marca y con una orientación transversal o longitudinal”
[page-n-60]
material y métodos
Figura 25. Códigos alfa-numéricos establecidos para la definición de localización de las modificaciones según la parte y zona de hueso en
la que se localice.
Tabla 11. Clasificación y características de los tipos de actividad llevadas a cabo por los grupos humanos sobre una carcasa animal para
su transporte y consumo.
Actividad
Características
Despellejado
Localizada en partes con escaso tejido o donde la piel está en contacto directo con el hueso. Generalmente
sobre cráneo, mandíbula, metápodos, carpos/tarsos, falanges y vértebras caudales.
Desmembrado
Concentradas en zonas articulares, de morfología corta y profunda, en sentido transversal o longitudinal.
Retirada de tendones
Presentes en diversos elementos esqueléticos, pero normalmente en escaso número.
Retirada del periostio
Generalmente longitudinales y con una distribución heterogénea, respecto por ejemplo a las marcas longitudinales focalizadas en la extracción de carne.
Descarnado
De morfología corta, transversales u oblicuas, localizadas en la diáfisis de huesos largos, sobre todo cerca de
zonas de músculos e inserciones de los tendones. Rara vez se producen marcas longitudinales.
Fileteado
De tendencia longitudinal. Contrario al descarnado al buscar la producción de porciones de carne más estandarizadas para su posterior almacenaje.
(Yravedra, 2006a: 188). Junto a estos caracteres, en determinadas
ocasiones podemos encontrar microestriaciones internas, barbs o
lengüetas (estrías finas y cortas, dobles o múltiples, que se producen al inicio o al final de la marca de corte debido al movimiento repetido de la mano durante el corte), estrías secundarias o
Shoulder effect (provocadas por la irregularidad del útil), y conos
hercianos (respuesta indirecta del hueso a la hora de fracturarse).
Junto a estos últimos, el grosor de la estría principal y la presencia de microescalones pueden darnos datos respecto a la direccionalidad del gesto (Pickering y Hensley-Marschand, 2008).
No obstante, la morfología de las marcas de corte puede ser
relativamente variable, dependiendo de su disposición y dimensiones, el tipo de acción realizada (fuerza empleada y ángulo de
trabajo), el útil empleado (tipo de materia prima, dimensiones,
presencia de retoque o no), y las características propias del animal o elemento anatómico (talla y peso del animal, presencia de
tendones, ligamentos y paquetes musculares, zona anatómica,
etc.). A nivel general se habla de cuatro tipos de marcas de corte,
tal y como definimos en la tabla 12.
Marcas de percusión
Las marcas de percusión se asocian a la actividad antrópica
de fracturar un hueso, ya sea con un fin nutritivo (acceso a
la cavidad medular) o con una finalidad tecnológica (producción de útiles). Al contrario de las marcas de corte, es por
tanto una actividad que genera de manera intencional unos
estigmas muy concretos.
La manera de fracturar un hueso puede ser distinta, yendo
desde la percusión directa (el hueso se golpea contra un objeto
de mayor dureza), la percusión lanzada (el hueso es lanzado
contra un objeto de mayor dureza) y la percusión indirecta (el
hueso es apoyado en el suelo o un yunque para ser golpeado
con un útil más duro sobre su superficie) (Yravedra, 2006a).
Además, este tipo de actividades en ocasiones puede llevar
asociados trabajos anteriores sobre el material para facilitar
su ruptura, caso de un ligero calentamiento (Cáceres et al.,
2002; Outram, 2002). Generalmente las marcas producidas
por la percusión son bastante regulares, diferenciándose entre
diversos tipos (tabla 12, figura 27).
47
[page-n-61]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
En el caso de los humanos, las marcas de mordedura suelen ir
asociadas a la presencia de marcas de corte o percusión que confirman la actuación antrópica sobre los restos, aunque no siempre
en el caso de las pequeñas presas sucede (Landt, 2007). Diversos estudios zooarqueológicos y etnográficos (Aura et al., 2002;
Cochard, 2004; Landt, 2007; Pérez-Ripoll, 2004; Saladié et al.,
2013b; Sanchis y Fernández-Peris, 2008) demuestran su vinculación al consumo de la médula y la carne adherida al hueso, sobre
todo en animales de talla pequeña, compartiendo algunos rasgos
típicos de las marcas y fracturas generadas por carnívoros, como
por ejemplo es la formación de diáfisis y la ausencia de epífisis.
Por esta razón, en diversos estudios experimentales realizados
sobre huesos de conejo (Oryctolagus cuniculus) se ha propuesto
una tipología básica para identificar las marcas generadas por
los humanos, normalmente asociadas a fracturas (Pérez-Ripoll,
2005; Romero et al., 2015; Sanchis et al., 2011).
Termoalteraciones
Figura 26. Acciones de descarnado mediante lasca de sílex y fracturación por percusión experimental del proyecto Neanderthal Fire
Technology (Leakey Foundation) llevado a cabo en el yacimiento
de El Salt en 2010.
Mordeduras
Por mordedura entendemos la acción de presionar o arrastrar
los dientes sobre una superficie, generando distintos tipos de
alteraciones y modificando su estructura original. En el caso del
material arqueológico, los agentes que generan las mordeduras
se clasifican tradicionalmente entre antrópicos y otros agentes
biológicos (carnívoros, roedores y herbívoros).
Como norma general, las mordeduras tienen un aspecto
sinuoso, con sección en U, fondo plano, bordes redondeados,
y con una longitud y anchura variable. Frente a las marcas
de corte, no tienen microestriaciones internas, son más anchas que profundas, se pueden realizar sobre cualquier parte
del hueso y suelen presentar una orientación transversal (tabla 12). Sin embargo, no siempre nos encontramos con estas
características debido a los distintos tipos de mordedura por
cada agente, así como el diente concreto empleado. Debemos
tener en cuenta que las mordeduras pueden llegar a ocultar
otras evidencias tafonómicas, o en el mejor de los casos darnos la secuencia de intervención de distintos agentes sobre
los restos.
48
Las evidencias de termoalteración se han entendido tradicionalmente como una muestra inequívoca de la actividad antrópica en un yacimiento, aunque esto no implique realmente una
acción intencional en todos los casos (Asmussen, 2009; Bennett, 1999; Bietti et al., 1995; Cain, 2005; Mallol et al., 2013b;
Smolderen y Jimenez, 2016; Spennemann y Colley, 1989). Sin
embargo, su presencia puede estar relacionada con una multiplicidad de actividades, que van desde el procesado cárnico al
desecho y reutilización del material, eventos de carácter ritual
o fenómenos diagenéticos (Cáceres et al., 2002; Costamagno
et al., 1999, 2005, 2009; Joly et al., 2005; Outram, 2001; Sergant et al., 2006; Shahack-Gross et al., 1997; Stiner et al., 2001;
Théry-Parisot et al., 2005; Théry-Parisot, 2002; Thompson,
2004; Villa et al., 2002; Yravedra et al., 2005, 2016; Yravedra
y Uzquiano, 2013).
En el caso de El Salt, la alta frecuencia de hogares registrados tiene como consecuencia directa una alta proporción de
material termoalterado, pero no siempre afectado de manera intencional. Así pues, la presencia de suelos termoalterados y la
determinación de material óseo aportado por las aves rapaces
con signos de termoalteración publicado en diversos trabajos
(Mallol et al., 2013b; Pérez et al., 2017b) nos ha impulsado a
realizar un concienzudo análisis a nivel macro y microscópico
del material de estudio.
En el análisis macroscópico, se ha seguido el método de caracterización desarrollado por varios autores, basado en la definición de los cambios de coloración, craquelados, pérdida ósea,
debilidad y posible reducción del tamaño de los elementos (Castillo et al., 2013; Ellingham et al., 2015; Hiller et al., 2003; Shahack-Gross et al., 1997; Stiner et al., 2001; Surovell y Stiner, 2001;
Thompson et al., 2013; Weiner y Bar-Yosef, 1990) (tabla 13). A
la hora de la asignación de un grado de termoalteración en base al
color de las superficies, hemos empleado la escala propuesta por
Rebecca Nicholson (1993) y Mary C. Stiner y colegas (1995) distinguiendo entre alteraciones simples, dobles o triples (tabla 14,
figuras 28 y 29). Para su registro en la BD Principal se dispone
de una sección específica, donde se indica el estadio de coloración, la parte donde se localiza la afección (total, parte aislada,
punto aislado), la localización anatómica y las posibles modificaciones (deformación, escamaciones, grietas, pérdida ósea y
porosidad). En caso de que se registre más de un color en el
mismo elemento, hay posibilidad de incluir un segundo registro.
[page-n-62]
material y métodos
Tabla 12. Clasificación y características de los tipos de marcas producidas por los grupos humanos sobre un conjunto óseo.
Modificación
Tipos
Características
Marcas de
corte
Incisión
Estrías finas, de longitud, profundidad y anchura variable, producidas por un movimiento simple
y repetitivo. Aparecen aisladas o en grupos, con orientación longitudinal, oblicua o transversal al
hueso y con disposición recta, curva o sinuosa.
Raspado
Estrías anchas y poco profundas producidas por un movimiento simple, utilizando el filo del
útil de forma oblicua y en sentido transversal al hueso. Se vinculan a la extracción de los restos
cárnicos y la eliminación del periostio o grasa superficial para facilitar la percusión.
Aserrados
Estrías finas, concentradas y superpuestas, producidas por el movimiento de vaivén del útil sobre
la superficie ósea sin llegar a levantarse. Generalmente dispuestas de forma transversal u oblicua
al hueso.
Tajos
Pequeños cortes, profundos y relativamente anchos, generados por el golpe del filo de un útil
contra el hueso. Se asocian a la desarticulación de las zonas con presencia de tendones, principalmente las partes articulares.
Marcas de
percusión
Mordeduras
Puntos o estigmas Hundimientos en la cortical del hueso, producidos por un impacto que no llegó a tener la suficide percusión
ente fuerza para producir la fractura. Se caracterizan por una morfología circular u ovalada, la
compactación del tejido óseo, la presencia de microsurcos internos y de estrías laterales. Siguen
la misma lógica que una mordedura, por lo que en ocasiones pueden llegar a ser confundidos con
la actividad de algún carnívoro.
Impactos de
percusión
Hundimientos en la cortical del hueso, producidos por un golpe lo suficientemente fuerte para
producir la fractura del elemento. Se caracterizan por una morfología semicircular, trapezoidal
o triangular, desde la que se forman distintas superficies o líneas de fractura. Además presentan
microestrías concéntricas al punto de impacto. En un mismo elemento anatómico nos podemos
encontrar con varios puntos de impacto, localizados de manera consecutiva, correlativa, sobrepuesta y opuesta.
Contragolpes
Estigmas presentes en la cara contraria al impacto de percusión, producidos por el apoyo del
hueso sobre un yunque (percusión pasiva).
Conos de
percusión
Lascas de pequeñas dimensiones desprendidas en el área de percusión. Se caracterizan por una
morfología cónica, mayormente compuestas por tejido medular y una fina capa de la superficie
cortical. Presentan un bulbo y talón derivado del impacto de percusión.
Lascas
medulares
Lascas de pequeñas dimensiones desprendidas próximas al área de percusión. Comparte las características de los conos de percusión, pero están ausentes de bulbo y talón. Al desprenderse
dejan negativos en la cara medular del hueso.
Lascas
corticales
Lascas desprendidas a causa del impacto de percusión. Se caracterizan por una morfología variable y un alto contenido de la superficie cortical.
Esquirlas
parásitas
Lascas adheridas al hueso, concretamente en la zona de percusión, que no se han terminado de
desprender tras el impacto. Se caracterizan por una morfología trapezoidal o elíptica.
Flexión
Fractura generada a partir de la combinación del mordisqueo y la flexión del hueso con las manos. Consiste en la sujeción de un extremo del hueso con los molares, mientras que la presión
manual en el otro extremo provoca la fractura. Se caracteriza por el astillamiento de los extremos
del hueso, presentando una forma irregular y fibrosa, además de producirse un borde escalonado
(ausente en fracturas sin flexión).
Muescas
La fractura por una mordedura humana suele dejar muescas (individuales o en parejas) derivadas
de la presión de las cúspides de los premolares y molares, con un carácter contrapuesto.
Mordisqueo
Acción de realizar movimientos laterales y longitudinales repetitivos, normalmente con los incisivos, con el fin de limpiar la carne adherida al hueso, dejando marcas leves y de incisiones
suaves, planas, cortas y en sentido transversal.
Por otro lado, con el fin de realizar una exploración microscópica de la superficie, sin recurrir a técnicas más caras y lentas
como el FTIR, Rayos-X o los análisis químicos, hemos realizado
una observación de las superficies siguiendo las propuestas de
Brit Asmussen (2009), Rebecca Nicholson (1993), Pat Shipman
y colegas (1984), Megan Hanson y Chester R. Cain (2007) y
Rafael F. Castillo y colegas (2013). Para su ello se ha empleado
el estéreo microscopio Leica M165-C, con el acople de una cámara Leica MC170 HD, y el microscopio de luz reflejada Hirox
KH8700 con el fin de analizar los fragmentos entre 10x y 700x.
49
[page-n-63]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
cial interés en los estigmas relacionados con este tipo
de piezas.
• Análisis tecnológico: se ha realizado la determinación
taxonómica y anatómica de la pieza a través del uso de
atlas y colecciones de referencia, así como su estudio
morfométrico y de las zonas de uso tomando nota de su
longitud, anchura, espesor y perímetro.
• Análisis funcional: se ha llevado a cabo la caracterización,
contabilización y medida de los estigmas de preparación y
huellas de uso, distinguiéndose entre impresiones lineales,
en triedro, estrías y desconchados masivos. Igualmente, la
posición de las zonas de uso y su distancia desde el centro
a los bordes de la pieza ha sido registrada con el fin de establecer el Índice de lateralidad de los útiles, complementado
con un análisis factorial de Componentes Principales. Finalmente, se han considerado posibles reacondicionamientos del elemento y posibles fenómenos de reciclaje (Rosell
et al., 2015). Tanto para el análisis tecnológico como funcional nos hemos ayudado del microscopio óptico Hirox
KH8700 a bajo aumento (5x – 35x) y su posterior tratamiento mediante el software Hirox KH8700 EZ-View©.
Figura 27. Esquema de la fracturación ósea de origen antrópico y
estigmas asociados.
Para finalizar, los fragmentos estudiados han podido clasificarse en cada uno de los estadios de transformación
por alteración térmica propuestos por Thompson (2004):
1) deshidratación, 2) descomposición, 3) inversión y 4) fusión.
Producción ósea: retocadores
Entre la relativa diversidad de utillaje óseo que surge durante
el Pleistoceno, los retocadores óseos se sitúan como uno de los
útiles más recurrentes en el tool-kit de los grupos humanos, con
especial presencia en los yacimientos de ocupación neandertal (Daujeard et al., 2014; Mozota, 2012; Patou-Mathis, 2002;
Vincent, 1993). El tipo de taxones y elementos anatómicos
empleados para la realización de estos útiles es una constante
desde el Pleistoceno medio, centrado esencialmente en ungulados de talla media o grande (Bos, Bison, Equus, Cervus) sobre
fragmentos de diáfisis de huesos largos como el húmero, radio,
fémur, tibia, metápodos, siendo ocasional el uso de falanges,
dientes hipsodontos y caninos de grandes carnívoros, así como
costillas de animales de gran talla (Castel et al., 2003; Gaudzinski, 1999; Leroy-Prost, 2002; Valensi, 2002).
Aunque no son abundantes los retocadores óseos identificados en el yacimiento de El Salt, la calidad de las piezas reconocidas nos ha impulsado a acometer un análisis de las mismas
y llevar a cabo su comparativa con parte del registro europeo
(Pérez et al., 2019). La metodología de estudio tecno-funcional
propuesta por Mozota-Holgueras (Mozota, 2015, 2012) constituye la base de trabajo, la cual consta de un análisis tafonómico,
tecnológico y funcional:
• Análisis tafonómico: se ha llevado a cabo un estudio macroscópico y con lupa binocular del fragmento con el fin
de identificar posibles alteraciones bioestratinómicas, tal
y como se ha descrito en apartados anteriores, con espe50
Modificaciones por agentes no antrópicos
Carnívoros
La relación de homínidos y carnívoros en el pasado ha estado marcada eminentemente por la competencia por las mismas presas y
ocupación del territorio, siendo ocasionalmente presas unos de otros
(Sala y Arsuaga, 2018). Por este motivo, gran parte de los depósitos pleistocenos contienen evidencias de la intervención de ambos
agentes, dificultando en muchos casos la identificación del agente
productor de la acumulación, o al menos cual ha sido la secuencia
de acceso al conjunto óseo (Bunn y Ezzo, 1993). A este problema,
se suma el hecho de que los carnívoros actúan en muchas ocasiones
como saqueadores, modificando o alterando los conjuntos creados
previamente, lo que Binford (1981) definió bajo el término ravaging, empleado a partir de entonces en numerosos trabajos (Blasco y Rosell, 2009; Brain, 1981; Camarós et al., 2013; Marean y
Spencer, 1991).
La cuestión se complica cuando tenemos en cuenta la gran
variedad de carnívoros que pueden actuar sobre un conjunto
óseo. A nivel metodológico, los especialistas hacen distinción
entre los grandes y los pequeños carnívoros, cada uno de ellos
con una etología diferenciada respecto a la manera de capturar, consumir y desechar sus presas. A su vez, pueden darse
diferencias incluso dentro de un mismo predador, dada que la
conducta de los mismos depende de multitud de factores como
son la disponibilidad de las presas, la competencia con otros
predadores, el estrés nutricional, la funcionalidad de los lugares
de ocupación, etc.
A nivel etológico, uno de los principales criterios empleados para diferenciar grandes y pequeños carnívoros es el consumo in situ de las presas o su transporte, junto a su capacidad
para consumir huesos o durofagia (Domínguez-Rodrigo, 1994a,
1994b; Stiner, 1999) (tabla 15). En este sentido, también hemos
de tener en cuenta que, dentro de los pequeños carnívoros, el
consumo de pequeños huesos puede generar un patrón de digestión similar al de las aves rapaces, haciendo más compleja la
búsqueda del agente generador de nuestros conjuntos.
[page-n-64]
material y métodos
Tabla 13. Grados de alteración en restos termoalterados en condiciones subaéreas. Información recopilada de Kizley (1973), Shipman et
al., (1984), Johnson (1985), Shipman (1988), Nicholson (1993), Stiner et al., (1995), Thompson (2004), Castillo et al., (2013) y Ellingham
et al., (2015).
Coloración
(VV.AA.)
Modificaciones hueso cortical
(Ellingham et al., 2015;
Nicholson, 1993)
Modificaciones
histológicas
(Castillo et al., 2013)
0 ºC
Neutra, Amarilla
Sin cambios.
Deformación de las fibras de
colágeno.
100 ºC
Neutra, Amarilla
Microfracturas en hueso trabecular y cortical. Deformación de
canales haversianos.
200 ºC
Amarilla, Marrón
300 ºC
Marrón-Negra,
Negra, Grisácea
Deformación del hueso trabecular y cortical, además de la aparición de pequeñas fracturas.
400 ºC
Marrón-Negra,
Negra, Grisácea
Carbonización del hueso.
Aumento del grosor y longitud
de los cristales, con formaciones
cristalínas vítreas y polímeros
cristalinos.
Estadio de
transformación
(Thompson, 2004)
Deshidratación
Tª
Negra-Gris, Negra,
Grisácea, Grisácea-Azulada
600 ºC
Negra, Grisácea,
Grisácea-Azulada
Incremento de rugosidad del
hueso trabecular, primeros signos
de craquelado.
700 ºC
Blanca-Amarilla,
Grisácea, Grisácea-Azulada
Incipiente calcinación y craquelado.
Presencia de cristables redondeados y cúbicos, con pérdida de
homogeneidad.
Inversión
500 ºC
Descomposición
Reducción de materia orgánica.
Desaparición casi total de la
materia orgánica.
Blanca-Amarilla,
Disminución del hueso trabecular
Blanca, Grisácea,
en formas granulares. Craquelado
Grisácea-Azulada en parches general.
900 ºC
Blanca, Grisácea,
Craquelado y calcinación total
Grisácea-Azulada en parches del hueso, con pérdidas óseas.
Superficie granular y disminución del espacio inter-cristalino.
1000 ºC
Blanca, Grisácea,
Grisácea-Azulada en parches
Desaparición de estructura
granular e inicio de compactación de los microcristales.
Todo este elenco de predadores produce unos tipos de modificaciones concretas en los huesos, diferenciándose desde un
punto de vista metodológico entre las de naturaleza física y las
de naturaleza química (tabla 16, figura 30). En el caso concreto de las marcas de mordedura, las metodologías para su estudio han variado a lo largo del tiempo, siempre registrando las
diferentes morfologías e impresiones en el hueso trabecular.
Esto ha permitido distinguir entre impresiones más cuadradas
o rectangulares propias de los úrsidos, de aquellas cónicas propias de cánidos y hiénidos, o alargadas en forma de “V” típicas
de los felinos (Haynes, 1983; Sala y Arsuaga, 2018). Estudios
posteriores han permitido afinar en la determinación, considerando que no solo el tamaño de las marcas, sino la densidad
del hueso, pueden influir en el tipo de marca, distinguiendo
Fusión
800 ºC
aquellas entre hueso trabecular y cortical (Selvaggio y Wilder,
2001). El problema en este punto está en que el tamaño de
las improntas es tan amplio que pueden ser varios los agentes que las producen, aunque se puede llegar a discriminar,
por ejemplo, entre pequeños/medianos carnívoros y grandes
carnívoros, dado que los primeros nunca llegarán a producir
una marca de las dimensiones a las que pueden llegar estos
últimos. Complementariamente, los patrones de fractura y especialmente los grados de modificación por consumo aportan
información decisiva a la hora de discriminar el tipo o tipos de
agentes carnívoros generadores de un conjunto. Varios estudios han sido publicados a este respecto, estableciendo rangos
de modificación que van desde estadios donde el daño es residual, a estadios donde hay una altísima modificación de las
51
[page-n-65]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 14. Escala de colores identificados en el material termoalterado y abreviaturas empleadas.
Tipo
Color
Abreviatura
Simple
Sin termoalteración
ST
Marrón
M
Negro
N
Gris
G
Blanco
B
Sin termoalteración - Marrón
ST-M
Sin termoalteración - Negro
ST-N
Marrón - Negro
M-N
Negro - Gris
N-G
Gris - Blanco
G-B
Sin termoalteración - Marrón - Negro
ST-M-N
Marrón - Negro - Gris
M-N-G
Negro - Gris - Blanco
N-G-B
Doble
Triple
100ºC
400ºC
200ºC
300ºC
500ºC
>600ºC
carcasas (Campmas y Beauval, 2008; Domínguez-Rodrigo et
al., 2015; Fourvel, 2012; Haynes, 1981, 1982; Sala y Arsuaga,
2018; Saladié et al., 2013a).
Aves rapaces
La presencia de aves rapaces en un yacimiento arqueológico suele estar relacionada con la existencia de nidos, posaderos o zonas
de descanso, sea en entornos cercanos o sobre las mismas viseras
de la cueva o abrigo (Andrews, 1990). Es en ellos donde se produce la mayor parte de la alimentación de los propios predadores
o de sus crías, desechando tanto restos ingeridos (regurgitado,
defecado) como no ingeridos. Para el caso del sur de Europa y
principalmente para la península ibérica, la diversidad de estudios
realizados ha permitido identificar cuáles fueron las principales
aves rapaces que intervinieron en la formación de distintos conjuntos arqueofaunísticos, tanto diurnas (águila imperial - Aquila
adalberti -, águila real - Aquila chrysaetos -, águila perdicera Aquila fasciata -, aguilucho pálido - Circus cyaneus -, alimoche
- Neophron percnopterus -, quebrantahuesos - Gypaetus barbatus
-) como nocturnas (búho real - Bubo bubo -, lechuza -Tyto alba
-, búho nival - Bubo scandiacus -) (Lloveras et al., 2008a, 2009,
2012, 2014a, 2014b; Margalida, 2008; Marín-Arroyo et al., 2009;
Marín-Arroyo y Margalida, 2012; Royer et al., 2019; Sanchis et
al., 2014; Sanchis, 2000, 2012; Yravedra, 2004).
Las alteraciones dejadas por estos predadores suelen ser relativamente fáciles de identificar, aunque existiendo diferencias
a la hora de cómo actúan los distintos taxones. Así pues, las rapaces diurnas tienden a desmembrar con el pico sus presas e ingerir partes concretas de ellas (figura 30), mientras que las rapaces nocturnas pueden llegar a ingerirlas al completo. Del mismo
modo, los niveles de digestión varían, siendo mucho más ácidos
entre las rapaces diurnas que entre las nocturnas, provocando
por tanto una mayor alteración en los huesos digeridos por parte
de las primeras, aunque el NME afectado sea menor (Lloveras y
Nadal, 2015; Rufà, 2017). Del mismo modo, las rapaces jóvenes
52
1 cm
Figura 28. Gradación de la coloración sobre la superficie cortical de
los huesos por afección térmica en base a la temperatura alcanzada.
Material arqueológico proveniente de la UE Xa de El Salt.
producen una mayor alteración en los huesos durante la digestión que las rapaces adultas (Sanchis, 2012). Se puede encontrar
un resumen de las distintas alteraciones en la tabla 17.
4.3.4. modificaciones postdeposicionales
Entre las modificaciones diagenéticas que pueden darse sobre
un conjunto óseo, en el yacimiento de El Salt hemos identificado siete grandes tipos (tabla 18, figura 31). Para el registro
de cada una de ellas se ha empleado la BD Principal, concretamente en el apartado dedicado a alteraciones diagenéticas.
Dentro del mismo, a la hora de cuantificar la intensidad de la
modificación causada por cada uno de los fenómenos anteriores
se ha establecido una codificación que va de “1” a “5”, donde
“1” se corresponde con el grado de modificación más leve de la
superficie cortical, mientras el “5” se corresponde con el grado
de alteración más intenso, hasta el punto de hacer imposible la
observación de la superficie cortical.
Veamos a continuación las características de cada una de
las modificaciones, considerando que esta información se
presenta con una mayor profundidad en los diversos manua-
[page-n-66]
material y métodos
A
B
Figura 29. Capturas fotográficas macroscópicas (A) y microscópicas (B) de huesos termoalterados en distinto grado, recuperados en las
capas negras de diversos hogares del El Salt (Pérez et al., 2017b). Fotografías de micromorfología: Carolina Mallol.
53
[page-n-67]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 15. Características de alimentación durófaga y transporte entre grandes y pequeños carnívoros. Información recopilada a partir de
varios trabajos por Sauqué y Sanchis (2017) y Sala y Arsuaga (2018).
Talla
Taxón
Durofagia
Transporte Acumulación ósea
Grande
Hienas (C. crocuta, H. brunnea, H. hyaena)
Presente
Sí
Sí (refugios y cubiles)
Lobo (Canis lupus)
Sí
Ocasional (refugios de cría y cubiles)
Cuón (Cuon alpinus)
Sí
Ocasional
Dudoso
Dudoso
No
No
Leopardo (Panthera pardus)
Sí
Sí (árboles y cubiles)
Linces (Lynx sp.)
Sí
Ocasional (refugios de cría y letrinas)
Osos (Ursus spelaeus, Ursus arctos)
Sí
No
Licaón (Lycaon pictus)
León (Panthera leo)
Pequeña
Ausente
Zorro (Vulpes vulpes)
Presente
Sí
Sí (refugios y cubiles)
Gato salvaje (Felis sylvestris)
Ausente
Sí
Ocasional (refugios de cría)
Lince ibérico (Lynx pardinus)
Sí
Ocasional (refugios de cría y letrinas )
Mustélidos
Sí
Dudoso
Tabla 16. Clasificación y características de los tipos de marcas producidas por los carnívoros.
Naturaleza Modificación
Física
Química
Mordeduras
Características
Dentelladas
Negativo del diente empleado, con forma de picos y valles internos.
Perforaciones
Perforaciones o depresiones circulares o irregulares que colapsan la cortical. Resultado de la presión dentaria sobre el tejido esponjoso. Diferencia entre puntos de
impacto o chipped bones, shallow pitting (epífisis y elementos axiales) y bordes
crenulados o irregulares. Se asocian a surcos con normalidad.
Depresiones
Mordisqueo generalizado, sin llegar a colapsar la cortical. Depresiones poco profundas, de márgenes gruesos, sección en “U” y eje redondeado-alargado.
Improntas
Huellas dentarias de las cúspides de un molar. Informan del tipo de agente y diente
empleado.
Mordisqueo
Realizado sobre epífisis, diáfisis y elementos axiales. Se asocia a depresiones lineales y surcos que llegan a colapsar la cortical. Diferencia entre furrows (roído de
tejido óseo blando), furrowing (sobre diáfisis y metáfisis y relacionadas con el colapso epifisario).
Surcos
Depresiones lineales, alargadas y profundas, con bordes redondeados y sección en
“U”. Más anchas que largas. Superficie interior irregular y poco definida. No colapsan la cortical y se asocian a depresiones. Sobre diáfisis y epífisis.
Acanaladuras
Canales estrechos y cortos sobre la cortical, distribuidos de forma paralela o transversal. Fondo rugoso.
Vaciados
Resultado del mordisqueo extremo, supone la desaparición de parte del hueso esponjoso. Genera redondeamientos de los bordes (cuando se accede a la cavidad medular) o bordes con muescas (cuando no se accede a la cavidad medular).
Fracturas
Fracturas en espiral o helicoidal a causa de la presión mandibular. Generan lascas corticales y medulares, microdenticulado en bordes de fractura. También por reducción de epífisis en huesos largos. Posible
confusión con actividad antrópica.
Ácidos gástricos
Derivados de la ingestión de fragmentos óseos. Genera bordes suaves y superficies porosas con presencia de pequeñas cúpulas.
Enzimas salivares Derivadas de la acción de mordisqueo y movimiento del hueso en la boca. Genera pulidos, redondeamientos y pequeñas depresiones en los bordes de fractura.
54
[page-n-68]
material y métodos
Figura 30. Ejemplos de acción de mordisqueo por carnívoros (Canis lupus) y consumo por aves rapaces (Gyps fulvus) sobre una carcasa
animal. Fotografías: Tambako the Jaguar (izquierda) y Ana Fagoaga (derecha).
Tabla 17. Clasificación y características de los tipos de marcas producidas por las aves rapaces.
Naturaleza
Modificaciones
Características
Física
Impactos de pico
A la hora de consumir sus presas, las aves actúan por medio de picotazos, con los cuales retiran
parte del contenido cárnico que necesitan (además de fragmentos de hueso, plumas, pelo, etc.),
aunque también se producen picotazos durante la desarticulación de las presas para su posterior ingesta. Dependiendo de la morfología de su pico, los estigmas que quedan sobre los huesos pueden
ir desde formas triangulares a formas más redondeadas, siempre producidos en un lado del resto
cuando hablamos de huesos largos, o perforaciones en el caso de huesos planos.
Fragmentación
En el momento de fragmentar la carcasa, diversos autores plantean que entre las aves rapaces
generalmente se produce un mayor consumo de los miembros posteriores debido a su mayor contenido cárnico, aunque esto no es compartido por todos los autores (Yravedra, 2006a). Además,
dependiendo del predador y del elemento anatómico que se trate, los grados de fracturación varían
desde proporciones bastante elevadas (80-95%) para el caso de pelvis y escápulas, a proporciones
relativamente bajas (25-50%) para el caso de huesos largos. E incluso, proporciones diferenciales
(5-85%) en el caso de las vértebras.
Corrosión digestiva
La ingestión por parte de las aves rapaces provoca que todos aquellos elementos no digeribles
(huesos, pelo o plumas sean expulsados a partir del regurgitado (egagrópilas). Durante su digestión
los huesos se ven afectados por el proceso digestivo, provocando sobre sus superficies fenómenos
de corrosión y pulido, caracterizándose a la hora de su identificación por la presencia de pérdidas
óseas, destrucción y lustre brillante de la superficie cortical. Diversos autores han tipificado las
alteraciones digestivas en distintos grados - ligero, moderado, fuerte e intenso - tanto sobre huesos
como dientes . La definición de los mismos es imporante a la hora de poder diferenciar entre aves
rapaces diurnas y nocturnas, así como asignar una tafocenosis a un predador concreto.
Química
les disponibles sobre la disciplina (Denys y Patou-Mathis,
2014; Fernández-Jalvo y Andrews, 2016; Lyman, 1994; Yravedra, 2006a).
4.4. ESTUDIO PALEOECOLÓGICO
Las aproximaciones paleoecológicas a partir de macro-vertebrados se reducen en la literatura científica a dos grandes corpus
metodológicos o referentes de estudio: la auteología, centrada
en una única especie; la sinecología, centrada en el conjunto
de especies de una comunidad. Al aplicar cualquiera de ellas
siempre se asume un cierto sesgo actualista, puesto que se des-
conocen en detalle los factores abióticos y bióticos que pudieron
afectar a las comunidades animales de estudio. A su vez, en el
caso concreto de los conjuntos arqueofaunísticos, partimos de
una selección taxonómica/anatómica derivada de la preferencia
y actividades realizadas por los grupos humanos sobre determinados animales, a lo que hay que sumar los efectos de los
procesos de fosilización del conjunto.
En nuestro caso, para llevar a cabo una aproximación paleoecológica sobre el material analizado, nos hemos servido de
dos tipos de metodologías de carácter sinecológico. En primer
lugar, los análisis basados en el actualismo y centrados en las
55
[page-n-69]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 18. Clasificación y características de los tipos de modificaciones fosildiagenéticas.
Modificación
Características
Corrosión
química
Modificación de naturaleza físico-química, la cual puede producirse por una amplia variedad de procesos: disolución química (modifica la estabilidad de los componentes minerales del hueso), descomposición de los tejidos
óseos (provoca desmineralización y pérdida de colágeno), PH y composición química del sedimento (afecta al
estado iónico del hueso y genera solubilidad de la hydroxiopatita), lixiviación (pérdida de material soluble),
enriquecimiento (aparición de corrosiones y cambios de color en la superficie ósea), etc. Este tipo de alteraciones químicas producen cambios a nivel macroscópico y microscópico, que pueden llegar a afectar a los análisis
de paleodietas que se realicen sobre los materiales. En general el hueso presenta una superficie alterada, con
rugosidades y pérdida de tejido óseo, de manera similar al tipo de alteraciones que se pueden ver en los huesos
digeridos por carnívoros, distinguiéndose de estas gracias a que afectan a gran parte o la totalidad del hueso y no
a una zona determinada.
Concreción
Modificación de naturaleza físico-química, producida principalmente por cambios en las condiciones de humedad
sedimentaria, provocando que parte del sedimento se vaya adhiriendo al hueso.
Pulidos y
microestriaciones
Modificación de naturaleza física, producida principalmente por el transporte hídrico o eólico de un resto óseo,
causando la erosión o abrasión de su superficie. El origen de la modificación está en la fricción de las partículas
sedimentarias con la superficie del hueso, produciendo redondeamientos, pulidos y microestrías. A la hora de
diferenciar uno u otro agente, se suele asociar una modificación completa del resto al transporte hídrico, mientras
que una modificación parcial está más relacionada con procesos eólicos.
Pigmentación
por óxidos
Proceso químico derivado de la presencia de bacterias que se nutren del contenido óseo, provocando la aparición
de óxidos de manganeso en la superficie ósea. Se caracterizan por generar cambios de coloración en la superficie
de los restos a partir de pequeños puntos de color negruzco, distribuidos de forma dispersa y caótica, o en zonas
de concentración. Dichos cambios se producen principalmente bajo condiciones de alta humedad, baja exposición
solar y niveles de pH neutro en el sedimento (Shahack-Gross et al., 1997).
Grietas y
exfoliaciones
Modificación de naturaleza físico-química generada por la meteorización, exposición subaérea o weathering. Se
produce por la descomposición del colágeno y pérdida de la hydroxiapatita de un hueso tras su abandono, quedando expuesto a los distintos agentes atmosféricos (lluvia, calor, cambios de temperatura, solifluxión, etc.). A partir
del trabajo experimental realizado por Anan K. Behrensmeyer (1978) en la cuenca de Amboseli (Kenia), se define
una base teórica sobre la que reconocer los fenómenos de meteorización en los huesos, aunque también Peter
Andrews (1990) proporciona nuevos datos para el caso de los pequeños mamíferos. Entre las principales modificaciones están los agrietamientos longitudinales y en mosaico, las exfoliaciones y las pérdidas de tejido óseo.
Muescas, fracturas
y agrietamientos
Modificación de naturaleza física, provocada por el tránsito (pisoteo) de distintos agentes biológicos sobre la
superficie que contiene los restos óseos. Así pues, al igual que en la abrasión, es la fricción generada por el movimiento de las partículas sedimentarias el motivo de las modificaciones, provocando desde incisiones finas e
impresiones poco profundas, a fragmentación longitudinal y desplazamiento horizontal y/o vertical del material.
Su distribución sobre la superficie ósea suele ser irregular, llegando a generar pequeñas muescas en los bordes de
huesos fracturados (Blasco et al., 2008), o incluso confundirse con otro tipo de alteraciones como las marcas de
corte en restos químicamente alterados (Pineda et al., 2014). No obstante, algunos estudios han demostrado como
no en todos los medios sedimentarios se manifiestan estas alteraciones (Olsen y Shipman, 1988).
Vermiculaciones
Modificación de naturaleza físico-química, producida por el crecimiento de raíces en el sedimento, que a través
de la acción de los ácidos vegetales produce la disolución química de la superficie ósea (Fernández-Laso, 2010).
Este fenómeno provoca la existencia de negativos sobre la cortical de un hueso, con una longitud, anchura y distribución variable, y generalmente con fondo en “U”.
especies, también denominados métodos taxonómicos. En segundo lugar, los análisis independientes de la taxonomía, dedicados al estudio de las características ecológicas o eco-fisiológicas de las especies según sus nichos ecológicos.
4.4.1. métodos taxonómicos
Especies indicadoras
Se realiza una clasificación de los restos faunísticos teniendo en
cuenta los requerimientos ecológicos de las especies actuales y fósiles (tabla 19), así como el hábitat, bioma o clima a partir del conteo de cada especie representada. Este tipo de análisis tiene sus li56
mitaciones en la aparición de especies con requerimientos ecológicos distintos en la actualidad, pero cuyos fósiles se han recuperado
en un mismo conjunto, así como especies fósiles sin descendientes
directos o análogos actuales. Ambos aspectos pueden tener relación
con episodios climáticos sin correspondencia con las condiciones
presentes o con un largo tiempo de depósito de estos materiales, a
pesar de localizarse en una misma unidad estratigráfica.
Diversidad específica
Se analiza la distribución porcentual de las especies reconocidas en cada conjunto o yacimiento arqueológico o paleontológico a partir del número de restos identificados (NISP) o el
[page-n-70]
material y métodos
A
B
D
C
E
2 cm
Figura 31. Principales tipos de alteraciones postdeposicionales identificadas en el conjunto de El Salt. A) Signos de concreción
por carbonato cálcico; B) Vermiculaciones; C) Pigmentación por óxidos de manganeso; D) Pérdida ósea por corrosión química; E) Presión sedimentaria.
57
[page-n-71]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 19. Características ecológicas de las especies determinadas en la secuencia de El Salt.
Taxón
Clima
Paisaje
Hábitat
Capra pyrenaica
Indiferente
Abierto
Bosque y matorral de alta-media montaña
Cervus elaphus
Indiferente
Cerrado
Pradera, bosque, monte y matorral
Sus scrofa
Indiferente
Abierto
Bosque y matorral de alta-media montaña; marismas
Bos primigenius
Indiferente
Abierto
Pradera
Equus ferus
Indiferente
Abierto
Pradera
Equus hydruntinus
Indiferente
Abierto
Pradera y tundra
Stephanorhinus hemitoechus
Cálido
Abierto
Pradera
Vulpes vulpes
Indiferente
Abierto
Praderas, bosque, monte y matorral
Canis lupus
Indiferente
Ambos
Praderas, bosque, monte y matorral
Cuon alpinus
Indiferente
Cerrado
Praderas, bosque, monte y matorral
Lynx sp.
Cálido
Cerrado
Praderas, bosque, monte y matorral
Panthera pardus
Indiferente
Abierto
Praderas
Testudo hermanni
Cálido
Cerrado
Bosque y matorral
Oryctolagus cuniculus
Cálido
Abierto
Matorral
Pyrrhocorax sp.
Cálido
Abierto
Costa y montaña con acantilados
Alectoris rufa
Indiferente
Abierto
Bosque, monte y matorral
Bufo bufo
Indiferente
Cerrado
Bosques y praderas húmedas
Erinaceus europaeus
Indiferente
Abierto
Matorrales y praderas
número mínimo de individuos (NMI). En nuestro caso, hemos
utilizado el primero al no disponer del segundo para todas las
unidades estudiadas.
dez, 2001, 2006; Hernández-Fernández y Peláez-Campomanes,
2003, 2005). Todo ello dará como resultado el zonobioma más
probable para nuestra asociación faunística.
Modelos bioclimáticos
4.4.2 métodos independientes de la taxonomía
Son la formalización del empleo de las especies indicadoras
a partir de una clasificación bioclimática por los zonobiomas
que ha sido establecida por Hernández-Fernández (2001), Rodríguez (2013) y Walter (1973). Para su obtención se realiza
una tabla con la distribución teórica de la presencia de especies reconocidas por cada zonobioma o Índice de Restricción
Climática (IRC). La distribución en los trabajos de referencia
está establecida actualmente para especies de mamíferos, por
lo que en nuestro trabajo hemos incluido la distribución teórica
por zonobioma de otros taxones registrado en el conjunto, caso
de las aves y tortugas.
Alcanzado el IRC, se obtiene el componente bioclimático
(CB) del conjunto para cada zonobioma mediante la fórmula:
CB = (∑IRCi)*100/S
Donde S es el número de especies e IRCi el índice de restricción climática de cada una de las especies. El conjunto de CB
para todos los zonobiomas informa del espectro bioclimático
del conjunto estudiado, sobre el que se aplican funciones discriminantes calculadas previamente a partir de una amplia base
de datos de localidades y especies actuales (Hernández-Fernán58
Curvas de rarefacción
Permiten comprobar la viabilidad de la muestra para la reconstrucción paleoecológica cuando no se dispone de datos concretos a nivel de especie, comparando el número de taxones o
NTAXA (eje Y) con el NISP (eje X). La estabilización o no
de la curva resultante nos indicará la pertinencia de continuar
o no añadiendo más muestras a nuestro estudio para obtener mayor información taxonómica (Grayson, 1984; Lyman,
2008; Rodríguez, 2013). En el caso de conjuntos arqueológicos, en el que sustituiremos NTAXA por el número de Familias o NFamilias, también puede estar indicándonos la
variabilidad de taxones y número de presas de las distintas unidades de estudio, pudiendo establecerse comparativas de rango
subsistencia. Para su análisis se ha recurrido al software libre
Past©, aplicando el análisis de rarefacción individual sobre el
conjunto de unidades estratigráficas del yacimiento.
Índices de diversidad ecológica
Basándose en los componentes de riqueza/heterogeneidad y
abundancia/equidad que conforman la diversidad específica,
los índices de diversidad ecológica comprueban el equilibrio
[page-n-72]
material y métodos
entre especies o el predominio de una a partir de la comparación del NTAXA y el número de individuos identificados
(NMI) (Grayson, 1984; Lyman, 2008). Existen dos métodos
básicos para su obtención:
• Índice de Shannon (H’): calculado a partir de la fórmula:
H’ = s∑ (ni/N) ln (ni/N)
Donde “ni” es el NMI de “i” especies de la muestra y “N” es
el total del NMI de todas las especies de la muestra. Los resultados se expresan en un número positivo, generalmente variante entre 0,5 y 5, considerando los valores superiores a 3 representantes
de una mayor diversidad y por tanto mayor equilibrio existe en
las especies representadas, sin predominio de una sobre el resto.
Los valores inferiores a 2 reflejarían todo lo contrario, una menor
diversidad y predominio de una especie sobre el resto.
• Índice de Simpson (λ), calculado a partir de la fórmula:
λ = [s∑ (ni (ni-1)) / N (N-1)]
Donde “ni” es el NMI de “i” especies de la muestra, “N” es
el total del NMI de todas las especies de la muestra y “S” es el
número de especies de la muestra. A mayor aumento del índice
mayor predominio existe de una especie representada sobre el
resto. Para su análisis se ha recurrido al software libre Past©,
aplicando los análisis de Diversity indices y Diversity t test.
Espectros de diversidad ecológica
Desarrollado por Flemming (1973) y adaptado por Andrews y
colegas (1979), este método permite definir el nicho ecológico
de cada especie a partir de cuatro histogramas (taxonomía, alimentación, locomoción y peso) que tienen en cuenta la presencia
de las especies según sus adaptaciones ecológicas, sin tener en
consideración su abundancia o proporción relativa. El resultado
supone la representación de la estructura de la paleocomunidad
animal, la cual puede ser comparable con los histogramas obtenidos para las comunidades actuales e intuir ambientes similares. No obstante, esta información la hemos adaptado a nuestro
trabajo con la finalidad de comprobar y exponer de forma gráfica las preferencias de los grupos humanos por determinados
tipos de presas a nivel taxonómico, zonas de posible captación
y tallas de peso. Para ello, sustituiremos los datos del NTAXA
por el NISP, con el fin de corregir posibles sesgos en la representación. En este sentido, debemos aclarar que no se obtendrá
la representación de la estructura de la paleocomunidad animal,
dada la falta de datos de micromamíferos que amplíen nuestro
registro para la secuencia del yacimiento.
59
[page-n-73]
[page-n-74]
5
Resultados
5.1. LA SECUENCIA FAUNÍSTICA, UNIDADES
ESTRATIGRÁFICAS XB A V-SUP
5.1.1. condiciones del depósito
En el yacimiento de El Salt las ocupaciones asociadas al Paleolítico medio se enmarcan cronológicamente entre los ca. 60,7
Ka (UE XII) y los ca. 44,7 Ka (UE V), en plena coincidencia
con el desarrollo del MIS 3. Más de quince mil años concentrados en un depósito de aproximadamente 3 metros de espesor y una extensión de excavación de en torno a 60m2, donde
la cantidad de material óseo es abundante, con más de 12.000
restos recuperados tridimensionalmente y otros miles obtenidos
mediante el cribado del sedimento.
El espacio, cercano de la pared del cantil travertínico, presenta
a día de hoy unas características diferentes a las que tenía en el
momento de ocupación neandertal. Así pues, la gran cubierta
que protegía el lugar de las inclemencias del tiempo sufrió un
derrumbe en un momento cercano al término de la formación
de la UE V, tras una caída previa de grandes bloques reconocida
sobre la superficie de la UE XIII. Este acortamiento de la visera
es el motivo por el que actualmente distinguimos tres zonas en
la sección horizontal del depósito, relacionadas íntimamente
con la capacidad protectora de la formación travertínica original
y consecuentemente con la conservación de los restos. Una
primera zona situada al interior, totalmente resguardada, donde
la preservación del material es excepcional, hasta el punto de
conservar el área cenicienta en los hogares identificados. No
obstante, una pequeña parte de esta zona sufrió un proceso
erosivo con el inicio del Holoceno y la reactivación de corrientes
en la formación kárstica, provocando la apertura de una pequeña
covacha en la parte superior del yacimiento que arrasó con parte
de la secuencia superior y afectó en el proceso a las filas 1-4
y columnas E-A, al menos hasta la UE XII. Posteriormente
encontramos una segunda zona o área intermedia, donde se
pasa de las cualidades anteriores a un sedimento con menores
diferencias arqueosedimentarias y una reducción del número
de hogares, pero donde aún se preservan en perfecto estado
la mayoría de los materiales. Finalmente, una tercera zona,
en la parte externa y sin protección de la visera travertínica,
fuertemente carbonatada, con una casi inexistente presencia de
hogares y unos materiales fuertemente cementados (figura 32).
A la hora de analizar el conjunto faunístico de cada unidad,
cabe tener en cuenta la situación de los materiales en cada una
de las zonas, con el fin de explicar diferencias en los niveles
de identificación anatómica, taxonómica y de alteraciones
diagenéticas.
5.1.2. cantidad de restos óseos
Un total de 9601 restos óseos coordenados han sido analizados
en la secuencia del Paleolítico medio de El Salt (tabla 20), entre
los que un 38,4% (3689 NR) han sido incluidos dentro de alguna
categoría taxonómica, ya sea a nivel de orden, en el caso de las
más dudosas, o a nivel de especie para aquellas con presencia
de claros elementos diagnósticos (Gállego, 1987; Gállego et al.,
1992, 1987; Meléndez, 1992, 1995). Entre ellos prevalecen los
lagomorfos (34%, 2304 NR), aunque su origen está más ligado a
la actividad de aves rapaces y pequeños carnívoros que a su aprovechamiento antrópico, como ha podido demostrarse para el caso
de los micromamíferos en el trabajo realizado recientemente por
Marín-Monfort et al. (2021). Tras ellos, abundan los taxones con
evidencias de manipulación antrópica, caso de los artiodáctilos
(15,4%, 1034 NR), especialmente los cérvidos (557 NR) y caprinos (411 NR), seguidos de los perisodáctilos (3,7%, 246 NR), con
una presencia casi unánime de los équidos (243 NR) si no fuera
por la aparición puntual de fragmentos dentales de rinoceronte (3
NR). La representación de carnívoros en la secuencia es realmente baja (0,7%, 46 NR) a pesar de haberse identificado tres familias
diferentes, cánidos, félidos y úrsidos. Finalmente, las aves (0,7%,
61
[page-n-75]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 32. Esquema geoarqueológico de la formación kárstica y el depósito sedimentario de El Salt.
Tabla 20. Cantidad de NR estimados en la secuencia estratigráfica de El Salt. Abreviaturas: Descontextualizados (Desc.).
Taxón
V-Sup
V
VI
VII
VII-VIII VIII
IX
Xa
Xb
Desc.
Total
% Total
Artiodactyla
2
8
75
69
23
134
114
571
34
1
1031
15,34
Bovidae
-
-
-
-
-
-
-
3
-
-
3
0,04
Bovidae/Bovinae
1
-
3
2
1
7
-
9
0
-
23
0,34
Bovidae/Caprinae
1
1
26
13
8
33
32
276
18
-
408
6,07
Cervidae
-
5
40
51
14
85
78
271
12
1
557
8,29
Suidae
-
-
-
1
-
-
1
3
-
-
5
0,07
Artiodactyla indet.
-
2
6
2
-
9
3
9
4
-
35
0,52
Perissodactyla
2
1
7
8
9
24
21
149
24
1
246
3,66
Equidae
2
1
7
8
9
23
21
147
24
1
243
3,62
Rhinocerotidae
-
-
-
-
-
1
-
2
-
-
3
0,04
Carnivora
-
4
3
-
-
4
5
29
-
1
46
0,68
Canidae
-
3
-
-
-
-
-
4
-
-
7
0,10
Felidae
-
-
3
-
-
1
5
16
-
-
25
0,37
Ursidae
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
1
0,01
Carnivora indet.
-
1
-
-
-
3
-
9
-
-
13
0,19
Lagomorpha
454
1
41
208
42
102
112
901
443
-
2304
34,29
Avifauna
7
-
-
1
2
3
9
11
15
-
48
0,71
Ave indet.
-
-
-
-
-
1
-
3
1
-
5
0,07
Anatidae
-
-
-
-
-
-
2
3
1
-
6
0,09
Columbidae
-
-
-
-
-
1
-
-
2
-
3
0,04
Phasianidae
4
-
-
-
-
1
4
4
8
-
21
0,31
Passeriforme indet. 2
-
-
1
-
-
2
-
-
-
5
0,07
Corvidae
1
-
-
-
2
-
1
1
3
-
8
0,12
Testudines
-
-
-
-
-
-
-
9
-
-
9
0,13
Micromamíferos
1
-
-
-
-
-
-
1
-
-
2
0,03
Erinaceidae
1
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
0,01
Bufonidae
-
-
-
-
-
-
-
1
-
-
1
0,01
Total NISP
466
14
126
286
76
267
261
1671
516
3
3686
54,86
62
[page-n-76]
resultados
Tabla 20. Cantidad de NR estimados en la secuencia estratigráfica de El Salt. Abreviaturas: Descontextualizados (Desc.) (continuación).
Taxón
V-Sup
V
VI
VII
VII-VIII VIII
IX
Xa
Xb
Desc.
Total
% Total
Talla grande
3
1
20
19
4
25
17
205
11
1
308
4,58
Talla media
7
9
82
80
13
130
142
620
82
2
1280
19,05
Talla pequeña
4
1
21
35
8
54
85
254
17
-
479
7,13
Talla muy pequeña 3
1
3
14
18
16
3
178
63
-
299
4,45
Indeterminado
83
2
58
26
6
51
41
460
55
-
782
11,64
Total NR
100
14
184
174
49
276
288
1717
228
3
3033
45,14
Total NISP + NR
566
28
310
460
125
543
549
3388
744
6
6719
100
48 NR), tortugas terrestres (0,1%, 9 NR) y un pequeño grupo de
microvertebrados (0,03%, 2 NR) completan el elenco de taxones
reconocidos.
El 61,6% de huesos restantes se dividen entre fragmentos
de hueso no determinados a nivel taxonómico e incluidas en
las diferentes categorías de tallas de peso (2251 NR), restos
indeterminados mayores de 3 cm (782 NR) y toda una serie
de fragmentos menores de 3 cm (2882 NR). Entre las tallas de
peso, son abundantes los restos asociados a animales de talla
mediana (17%, 1172 NR), seguidos de los de talla pequeña
(7%, 474 NR), talla grande (4,5%, 306 NR) y finalmente los
de talla muy pequeña (4%, 299 NR). Respecto a los restos
menores de 3 cm, han sido analizados únicamente desde una
perspectiva tafonómica con el fin de valorar las afecciones
sufridas a causa del fuego. Al tratarse de pequeñas esquirlas y
haberse recuperado tan solo en la UE Xa, no las incluiremos
en los análisis específicos de cada unidad estratigráfica con
el fin de evitar un sesgo entre las mismas a la hora de su
comparación.
Por otro lado, debemos aclarar que solo una parte del material
que compone la UE Xb ha sido estudiado (744 NR), con el objetivo de realizar un análisis arqueoestratigráfico sobre el origen
del depósito de lagomorfos e identificar posibles hiatos de desocupación humana. No obstante, dada la gran cantidad de restos
que componen esta unidad y el hecho de que su excavación esté
finalizando, creemos recomendable dejar al margen los resultados
obtenidos, los cuales serán presentados en futuros trabajos. Únicamente, dada la estabilidad de la muestra y el alto número de
taxones identificados, hemos empleado el conteo de la UE Xb
en los análisis paleoecológicos de la secuencia estratigráfica.
5.1.3. integridad de la muestra y generalidades tafonómicas
Considerando que en los consecutivos apartados trataremos con
mayor detalle el grado de conservación de los conjuntos asociados a cada unidad estratigráfica, damos a conocer a continuación
un breve análisis con la finalidad de tenerlo en cuenta de cara a
futuras interpretaciones económicas y comportamentales.
En términos de tasa de fragmentación, el conjunto de
taxones y tallas de peso en la secuencia alcanza la cifra de
índice 2,4. Este se traduce en una muestra bastante alterada que
explica el no disponer de un mayor porcentaje de determinación
taxonómica. No obstante, si nos ceñimos al material identificado taxonómicamente, la tasa de fragmentación disminuye
a un 1,2 (tabla 21).
Tabla 21. Cantidad de NR, NISP y NME estimados en la secuencia
estratigráfica de El Salt, empleados en el conteo de la tasa de fragmentación (TF).
UE
NRt
NME NISP NME % TF-Total % TF-NISP
V-Sup
566
449
466
446
1,27
1,04
V-Inf
27
14
14
14
1,93
1,00
VI
310
120
126
102
3,04
1,24
VII
460
270
286
248
1,85
1,15
71
74
71
1,73
1,04
VII-VIII 123
VIII
545
254
269
227
2,40
1,19
IX
549
225
261
200
2,75
1,31
Xa
3388 1340 1671 1227 2,76
1,36
Total
5968 2743 3167 2535 2,35
1,25
En términos de conservación diferencial, entre las tallas
grandes, medias y muy pequeñas son recurrentes los coeficientes
de correlación con valores positivos y estadísticamente significativos que oscilan entre el 0,45 y 0,70 derivado de la
comparativa de la densidad ósea y el %MAU. Mientras, en
el caso de las tallas pequeñas no parece existir ningún sesgo
por fenómenos postdeposicionales. No obstante, debemos
de ser cautos a la hora de realizar interpretaciones sobre los
conjuntos, dado el reducido número de restos óseos (< 250
NR) que componen cada una de las tallas de peso identificadas
por unidad estratigráfica, con excepción de la talla media en
la UE Xa.
Respecto a los niveles de alteración diagenética, estos
afectan a la totalidad de los materiales, en ocasiones con más
de un tipo de modificación sobre un mismo fragmento. Así,
existe un alto número de restos afectados por la concreción
(36,8%), la pigmentación por óxidos de manganeso (33,3%) y
la acción de las raíces (18,5%). No obstante, el 80,3% de ellos
se encuentran en los grados más bajos de afección (tabla 22).
Dado el amplio número de restos con signos de afección
por fuego, a continuación, detallaremos algunas pinceladas
sobre sus cantidades y distribución en las distintas unidades
de la secuencia y facies de afección concretas. En este
sentido, a lo largo de las Unidades Estratigráficas V-Sup a
Xa se ha reconocido un total de 2306 restos termoalterados,
provenientes tanto de material recuperado tridimensionalmente
63
[page-n-77]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 22. Distribución del tipo de alteraciones diagenéticas (superior) y grado de afección (inferior) según las distintas unidades estratigráficas.
UE
Meteorización
Erosión
Concreción
Presión
Corrosión
Pigmentación
Vermiculaciones
V-Sup
3
51
224
1
1
462
32
V-Inf
-
1
9
-
-
10
12
VI
16
22
257
3
2
88
110
VII
21
24
169
-
4
181
98
VII-VIII
2
5
43
-
2
18
22
VIII
25
46
91
-
5
209
114
IX
25
21
88
-
4
227
129
Xa
103
303
1564
-
70
1022
712
Total
195
473
2445
4
88
2217
1229
% Total
2,9
7,1
36,8
0,1
1,3
33,3
18,5
UE
Grado 1
Grado 2
Grado 3
Grado 4
Grado 5
Total < G3
Total > G3
V-Sup
448
205
81
46
1
734
47
V-Inf
19
5
8
-
-
32
0
VI
160
111
98
10
7
369
17
VII
231
174
83
9
-
488
9
VII-VIII
36
49
7
-
-
92
0
VIII
294
136
53
7
-
483
7
IX
299
143
39
12
1
481
13
Xa
1697
1252
529
243
53
3478
296
Total
3184
2075
898
327
62
6157
389
% Total
48,64
31,70
13,72
5,00
0,95
94,06
5,94
como en criba. Las piezas coordenadas y parte de la criba
serán analizadas en los capítulos posteriores para cada una
de las unidades estratigráficas. Sin embargo, otra parte del
material de criba, cuya determinación taxonómica y anatómica
no ha podido realizarse debido a sus pequeñas dimensiones y
nivel de fracturación, se tratan a continuación junto al resto
de piezas termoalteradas. Esto nos permite conocer mejor su
distribución en la superficie de estudio e identificar patrones
que puedan ayudar a la disección del palimpsesto que conforma
el yacimiento de El Salt.
De entre el total de piezas analizadas (2353 NR) con signos
de afección, un 57,7% han sido recuperadas de forma dispersa
en la superficie de las distintas Unidades Estratigráficas,
mientras que el 42,3% restante han sido recogidas en contexto
de hogares (tabla 23). En este último caso, hemos analizado
los materiales provenientes de un hogar en la UE V-Inf, cuatro
hogares en la UE VIII, cinco en la UE IX, y veinte hogares en
la UE Xa.
Material concentrado
La distribución del material recuperado en los hogares (1364
NR), es heterogénea si atendemos a las distintas facies arqueosedimentarias: la superficie del área blanca, el área blanca, el
área negra o la sedimentación bajo esta última. A este respecto, debemos tener en cuenta que el 72,8% (954 NR) de dichas piezas están afectadas térmicamente, junto a un 27,2%
64
sin ningún signo de termoalteración (tabla 24), a pesar de encontrarse en estructuras de combustión o en facies afectadas
por las mismas.
Entre el material termoalterado, en la superficie del área
blanca reconocemos el mayor número de fragmentos, donde
abundan los colores Marrón-Negro y Negro. Estos son seguidos por los recuperados en el área negra, con predominio de la
coloración Marrón-Negra y Negra, aunque debemos anotar la
presencia de unos pocos fragmentos (26 NR) con un grado de
afección mayor y cercano a la calcinación. Curiosamente, entre
los restos termoalterados en el área blanca no abundan los fragmentos calcinados o blancos (3 NR), aunque es relativamente
destacable la coloración gris (27 NR), repitiéndose el patrón
expresado para las otras facies con el dominio del MarrónNegro y Negro. Finalmente, la presencia de restos termoalterados en la base del área negra se caracteriza por una coloración
preferentemente Negra.
Por su parte, el material no termoalterado repite la distribución previa, con una mayoría situado en la superficie, seguida
de los materiales localizados en el área negra, el área blanca y
en la base del área negra o suelo termoalterado (figura 33).
En cuanto a sus dimensiones, el 82,7% de los materiales
tienen una longitud menor de los 3 cm, repitiendo una
distribución por facies similar a la previamente comentada:
superficie 46,3%, área negra 28,1%, área blanca 14,8%,
base del área negra 0,8%. El resto de materiales presentan
[page-n-78]
resultados
Tabla 23. Distribución del material termoalterado en las distintas unidades estratigráficas según su origen (disperso o concentrado) y medio
de recuperación en campo.
UE
Tipo
Coordenado
Criba
Total
% Disperso
% Concentrado
V-Sup
Disperso
18
5
23
0,98
0,00
V-Inf
Disperso
3
-
3
0,13
0,00
EC 5
3
-
3
0,00
0,13
VI
Disperso
36
6
42
1,78
0,00
VII
Disperso
47
-
47
2,00
0,00
VII-VIII
Disperso
20
-
20
0,85
0,00
VIII
Disperso
69
1
70
2,97
0,00
EC1A8Z8X1
8
-
8
0,00
0,34
EC0
1
-
1
0,00
0,04
EC00
1
-
1
0,00
0,04
H1
1
-
1
0,00
0,04
Disperso
111
3
114
4,84
0,00
EC E
12
-
12
0,00
0,51
EC F
10
-
10
0,00
0,42
EC 9
1
-
1
0,00
0,04
EC 10
2
-
2
0,00
0,08
EC 11
11
-
11
0,00
0,47
H1B
2
-
2
0,00
0,08
Disperso
646
392
1038
44,11
0,00
EC1A1X8
2
-
2
0,00
0,08
EC1A4X8
8
-
8
0,00
0,34
EC1A5X7
20
390
410
0,00
17,42
EC1A8X8
10
51
61
0,00
2,59
EC1B4B5X8
10
-
10
0,00
0,42
EC1B5X8
4
1
5
0,00
0,21
EC1Y2-3X7
5
-
5
0,00
0,21
EC1YX3X8
12
-
12
0,00
0,51
EC1Z3X7
6
-
6
0,00
0,25
EC1Z3X8
8
-
8
0,00
0,34
EC1Z3Z4X7
47
92
139
0,00
5,91
EC1Z4X6
45
-
45
0,00
1,91
EC1Z9X8
2
-
2
0,00
0,08
EC1ZY3
2
-
2
0,00
0,08
EC2A5X7
12
200
212
0,00
9,01
EC2A5X8
9
-
9
0,00
0,38
EC2B5X8
1
-
1
0,00
0,04
EC3Y3X7
3
-
3
0,00
0,13
US2 7 Ln
1
-
1
0,00
0,04
USN-II
3
-
3
0,00
0,13
1212
1141
2353
57,67
42,33
IX
Xa
Total
65
[page-n-79]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 24. Distribución del material termoalterado (T) y no termoalterado (ST) en contexto de hogar para cada una de las unidades estratigráficas, especificándose la cantidad recuperada en cada una de las facies afectadas por el fuego. Abreviaturas: Área Blanca (AB) y Área
Negra (AN).
UE
Hogar
Superficie AB
AB
AN
Base
Total
T
ST
T
ST
T
ST
T
ST
V-Inf
EC 5
-
-
-
-
3
-
-
-
3
VIII
EC0
1
-
-
-
-
-
-
-
1
EC00
1
2
-
-
-
-
-
-
3
EC1A8Z8X1 8
10
-
-
-
-
-
-
18
H1
1
2
-
-
-
-
-
-
3
EC E
3
2
-
-
8
-
1
1
15
EC F
-
-
-
-
10
5
-
-
15
EC 9
-
-
-
-
1
1
-
-
2
EC10
1
-
-
-
-
-
1
5
7
EC11
8
5
-
-
3
1
-
-
17
EC1A1X8
2
10
-
-
-
-
-
-
12
EC1A4X8
6
6
-
-
2
-
-
-
14
EC1A5X7
257
77
75
16
78
72
-
-
575
EC1A8X8
61
34
-
-
-
-
-
-
95
EC1B4B5X8 -
-
4
-
5
1
-
-
10
EC1B5X8
1
12
-
-
4
2
-
-
19
EC1Y23X7
5
-
-
-
-
-
-
-
5
EC1YX3X8
-
-
6
3
6
-
-
-
15
IX
Xa
Total
EC1Z3X7
6
2
-
-
-
-
-
-
8
EC1Z3X8
-
-
-
-
7
1
1
-
9
EC1Z3Z4X7
99
5
6
5
34
14
-
1
164
EC1Z4X6
39
3
1
-
-
-
5
5
53
EC1Z9X8
-
-
-
-
2
-
-
-
2
EC1ZY3
-
-
-
-
2
-
-
-
2
EC2A5X7
-
-
65
26
147
18
-
-
256
EC2A5X8
-
-
-
-
9
-
-
-
9
EC2B5X8
1
10
-
-
-
12
-
-
23
EC3Y3X7
-
1
2
-
1
-
-
-
4
US2 7 Ln
1
-
-
-
-
-
-
-
1
USN-II
3
1
-
-
-
-
-
-
4
504
182
159
50
322
127
8
12
1364
unas dimensiones mayores de los 3 cm y se han recuperado
principalmente en el área negra (4,8%), la superficie (3,8%), la
base del área negra (0,6%) y el área blanca (0,6%) (tabla 25).
Material disperso
Si atendemos al material recuperado en las superficies de las distintas unidades estratigráficas (un total de 7524 fragmentos óseos),
los grados de coloración son relativamente variables, aunque sin
66
perder de vista que el 82% (6172 NR) de los fragmentos no muestran signos de afección térmica (tabla 26). El 18% restante (1352
NR) muestran sobre todo grados de coloración Negra (36,1%),
Marrón-Negra (26,4%) y Marrón (15,2%), mientras que los huesos
que alcanzan coloraciones Grises y Blancas en conjunto suponen
el 22,3% (figuras 34 y 35). Cabe decir que las UE Xa, IX y VIII
son las que mayor cantidad de material termoalterado contienen, en
consonancia con la cantidad de hogares reconocidos en las mismas.
[page-n-80]
resultados
Superficie AB
AB
1% 1% 1%
3%
8%
24%
28%
34%
23%
1%
5%
1%
0%
4%
10%
26%
30%
AN
1%
Base
5%
1%
20%
29%
0,5%
27%
4%
8%
5%
63%
37%
ST
G
N-G
M
B
G-B
N
M-N
N-G-B
Figura 33. Distribución porcentual de los grados de coloración en cada una de las facies afectadas por el
fuego para el conjunto de hogares identificados en el Salt. Abreviaturas: Tabla 14.
5.1.4. perfiles de mortalidad y estacionalidad
El patrón de mortalidad obtenido para la secuencia estratigráfica de El Salt, da como resultado unos conjuntos con predominio
de los individuos juveniles (56,9%), seguidos de cerca por los
adultos (40,7%) y muy pocos representantes seniles (2,4%). Estos porcentajes se corrigen en términos de subsistencia humana
si eliminamos de nuestro conteo a los lepóridos, dado su escaso
origen antrópico, situando en un 58% a los individuos juveniles,
37,7% a los individuos adultos y 4,3% a los individuos seniles
(tabla 27). A nivel taxonómico, con excepción de los 54 individuos de conejo cuyo rango de edad ha podido determinarse (30
juveniles y 24 adultos), son los caprinos, cérvidos y équidos los
taxones que proporcionan mayor información. En el caso de los
primeros, un total de 10 individuos juveniles fueron aportados al
yacimiento, frente a tan solo 5 individuos adultos. En el caso de
los cérvidos el reparto se invierte, contabilizándose 5 individuos
infantiles y 9 individuos adultos. Finalmente, entre los équidos
son 9 los individuos juveniles identificados y solo 4 los adultos.
Al margen de ellos, destacan los restos asociados a los artiodáctilos indeterminados, donde se han podido fijar un mínimo de 6
individuos juveniles y 3 adultos. En el caso de los demás taxones
(bovinos, suidos y carnívoros), la proporción de individuos por
rango de edad es muy baja, dándose una correspondencia entre la
cantidad de individuos juveniles e individuos adultos.
Atendiendo a la distribución de rangos de edad en las distintas
unidades estratigráficas, la ordenación previa se mantiene en las
UE V-Sup, VII, VIII, IX y Xa. No obstante, en las UE V-Inf
67
[page-n-81]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 25. Distribución del material termoalterado y no termoalterado según sus dimensiones en contexto de hogar para cada una de las
unidades estratigráficas, especificándose la cantidad recuperada en cada una de las facies afectadas por el fuego. Abreviaturas: Área Blanca
(AB) y Área Negra (AN).
UE
Hogar
Superficie AB
AB
AN
Base
Total
< 30 mm > 30 mm < 30 mm > 30 mm < 30 mm > 30 mm < 30 mm > 30 mm < 30 mm > 30 mm
V-Inf
EC 5
-
-
-
-
-
3
-
-
0
3
VIII
EC0
-
1
-
-
-
-
-
-
0
1
EC00
1
EC1A8Z8X1 15
IX
Xa
-
-
-
-
-
-
1
2
-
-
-
-
-
-
15
3
H1
3
-
-
-
-
-
-
-
3
0
EC E
2
3
-
-
1
7
-
2
3
12
EC F
-
-
-
-
4
11
-
-
4
11
EC 9
-
-
-
-
1
1
-
-
1
1
EC10
1
0
-
-
-
-
2
4
3
4
EC11
8
5
-
-
3
1
-
-
11
6
EC1A1X8
11
1
-
-
-
-
-
-
11
1
EC1A4X8
9
3
-
-
1
1
-
-
10
4
EC1A5X7
323
9
92
-
145
6
-
-
560
15
EC1A8X8
89
EC1B4B5X8 -
Total
2
3
6
-
-
-
-
-
-
89
6
-
4
-
3
3
-
-
7
3
EC1B5X8
13
-
-
-
1
5
-
-
14
5
EC1Y23X7
4
1
-
-
-
-
-
-
4
1
EC1YX3X8
-
-
6
3
4
2
-
-
10
5
EC1Z3X7
5
3
-
-
-
-
-
-
5
3
EC1Z3X8
-
-
-
-
6
2
1
-
7
2
EC1Z3Z4X7
96
8
8
3
35
13
-
1
139
25
EC1Z4X6
39
3
1
-
-
-
8
2
48
5
EC1Z9X8
-
-
-
-
-
2
-
-
0
2
EC1ZY3
-
-
-
-
1
1
-
-
1
1
EC2A5X7
-
-
91
-
161
4
-
-
252
4
EC2A5X8
-
-
-
-
7
2
-
-
7
2
EC2B5X8
10
1
-
-
11
1
-
-
21
2
EC3Y3X7
1
-
-
2
-
1
-
-
1
3
US2 7 Ln
1
-
-
-
-
-
-
-
1
0
USN-II
1
3
-
-
-
-
-
-
1
3
632
52
202
8
384
66
11
9
1229
135
y VII-VIII los individuos juveniles son los únicos reconocidos
o bien suponen la práctica totalidad del porcentaje en el caso
de la UE VI. Excepcionalmente, solo un pequeño porcentaje de
individuos seniles se ha determinado en la UE Xa (figura 36).
El empleo de estos mismos resultados sobre un diagrama
ternario, nos permite reconocer una distribución centrada en
lo que Discamps y Costamagno (2015) denominan los perfiles
JPO (Juveniles-Prime-Old) y P (Prime). Se trata de nuevas
zonaciones para las principales especies apresadas por los
grupos humanos en el pasado, adaptadas a partir de la propuesta
original de Stiner (1990). Las zonas JPO y P se relacionan con
un tipo de perfil de mortalidad predominantemente atricional
68
en forma de L, una pequeña parte de mortalidad catastrófica en
forma de U y una estrategia de caza de tipo selectiva o Ambush,
con una preferencia por los individuos jóvenes y adultos frente
a los seniles en el primer caso, y una total preferencia por los
individuos adultos en el segundo caso. En este sentido, dada
la práctica ausencia de individuos seniles, nuestro conjunto se
sitúa entre ambas zonas, con una preferencia por el perfil JPO si
tratamos los rangos de edad por unidades estratigráficas, frente
al empleo de los taxones y tallas de peso concretas (figura 37).
La traducción de los datos anteriores en términos de estacionalidad, nos ha permitido establecer un periodo mínimo
de muerte, y por tanto de ocupación humana, en las distintas
[page-n-82]
resultados
Tabla 26. Distribución del material termoalterado (T) y no termoalterado (ST) en las distintas unidades estratigráficas según su origen y
grado de coloración. Abreviaturas: Área Blanca (AB), Área Negra (AN) y coloraciones en Tabla 14.
UE
Tipo
Localización ST
M
N
G
V-Sup
Disperso
Superficie
548
2
16
1
V-Inf
Disperso
Superficie
22
EC5
AN
VI
Disperso
Superficie
274
VII
Disperso
Superficie
VII-VIII Disperso
VIII
IX
Xa
B
1
2
1
4
11
7
413
13
9
9
Superficie
103
2
10
1
Disperso
Superficie
465
3
19
12
EC0
Sup AB
EC00
Sup AB
1
1
M-N N-G
%T
% ST
3
1
G-B
M-N-G N-G-B Total
571
0,26
6,19
1
1
25
0,03
0,25
3
0,03
0,00
12
5
2
316
0,47
3,10
13
2
1
460
0,53
4,67
5
1
123
0,23
1,16
24
7
530
0,73
5,25
1
0,01
0,00
3
0,01
0,02
18
0,09
0,11
3
0,01
0,02
514
1,29
4,52
5
0,03
0,02
8
0,09
0,00
2
0,01
0,01
15
0,11
0,06
2
0,01
0,01
1
1
0,01
0,00
1
6
0,01
0,06
3
13
0,09
0,06
2
4
0,03
0,01
4985
11,73 44,59
12
0,02
0,11
1
12
0,07
0,07
2
2
0,02
0,00
334
2,88
0,87
91
0,85
0,18
150
0,88
0,81
95
0,69
0,38
4
0,02
0,00
6
0,05
0,01
13
0,01
0,14
6
0,05
0,02
1
5
0,06
0,00
2
9
0,07
0,03
3
0,03
0,00
8
0,07
0,02
8
0,08
0,01
1
0,08
0,01
104
1,06
0,06
11
0,07
0,06
1
2
1
EC1A8Z8X1 Sup AB
10
8
H1
Sup AB
2
1
Disperso
Superficie
400
12
EC.E
Sup AB
2
2
EC.E
AN
EC.E
Base
1
1
ECF
AN
5
5
EC 9
AN
1
EC10
Sup AB
EC10
Base
5
EC11
Sup AB
5
EC11
AN
1
1
Disperso
Superficie
3947 170
379
EC1A1X8
Sup AB
10
EC1A4X8
Sup AB
6
EC1A4X8
AN
EC1A5X7
Sup AB
77
3
105
15
EC1A5X7
AB
16
1
39
8
EC1A5X7
AN
72
8
33
EC1A8X8
Sup AB
34
6
29
43
10
1
33
10
4
1
1
3
4
1
4
1
1
3
1
1
100
18
266
64
1
1
3
EC1B4B5X8 AB
22
9
10
1
1
133
1
2
17
3
10
1
26
4
4
13
3
5
1
1
4
EC1B4B5X8 AN
1
4
EC1B5X8
Sup AB
12
1
EC1B5X8
AN
2
EC1Y2-3X7
Sup AB
EC1YX3X8
AB
EC1YX3X8
AN
EC1Z3X7
Sup AB
2
EC1Z3X8
AN
1
EC1Z3X8
Base AN
EC1Z3Z4X7
Sup AB
5
EC1Z3Z4X7
AB
5
1
4
3
3
2
1
1
1
2
1
1
5
3
4
1
16
18
58
4
3
3
3
69
[page-n-83]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 26. Distribución del material termoalterado (T) y no termoalterado (ST) en las distintas unidades estratigráficas según su origen y
grado de coloración. Abreviaturas: Área Blanca (AB), Área Negra (AN) y coloraciones en Tabla 14 (continuación).
UE
Total
Tipo
Localización ST
M
N
G
EC1Z3Z4X7
AN
14
5
13
2
EC1Z3Z4X7
Base
1
EC1Z4X6
Sup AB
3
EC1Z4X6
AB
EC1Z4X6
Base
EC1Z9X8
AN
EC1ZY3
AN
EC2A5X7
AB
26
2
17
8
EC2A5X7
AN
18
8
101
3
EC2A5X8
AN
4
3
EC2B5X8
Sup AB
10
EC2B5X8
AN
EC3Y3X7
Sup AB
EC3Y3X7
AB
EC3Y3X7
AN
US2 7 Ln
Sup AB
USN-II
Sup AB
6
M-N N-G
12
8
19
G-B
M-N-G N-G-B Total
2
2
4
1
5
5
2
2
1
27
9
1
%T
% ST
48
0,34
0,16
1
0,00
0,01
42
0,20
0,03
1
0,01
0,00
10
0,06
0,06
2
0,02
0,00
2
0,02
0,00
91
0,73
0,29
34
1
165
1,66
0,20
1
1
9
0,10
0,00
11
0,01
0,11
12
12
0,00
0,14
1
1
0,00
0,01
2
0,02
0,00
1
0,01
0,00
1
0,01
0,00
4
0,03
0,01
8885
26,1
73,9
1
2
1
1
1
1
6543 285
1
906
1
204
unidades estratigráficas (tabla 28). Para su análisis hemos recopilado los datos derivados de la erupción y desgaste dental de
las principales especies de ungulados, junto a su comparativa
con referencias actualistas sobre reproducción, gestación y nacimiento de las crías en dichas especies (Palomo et al., 2007).
En el caso concreto de los neonatos, la información ha sido
extraída del patrón de osificación, indicando como referencia el
primer mes de vida de los mismos y el momento de su muerte.
Hemos de tener en cuenta que las anualidades especificadas
tienen que ver con la edad de muerte de los individuos determinados en términos de NMI, por lo que, por ejemplo, tener x
individuos de 2 años y x individuos de 5 años capturados en
la primavera-verano, pueden hacer referencia tanto a capturas
realizadas en momentos distintos, como a capturas realizadas
en un “mismo” periodo.
En la UE V-Sup el consumo de un individuo de uro (Bos
sp.) se produjo presumiblemente entre la primavera y el otoño, mientras que en la UE-Inf se produjo la captura de un
équido en el periodo otoñal. En la UE VI las capturas se extenderían durante una anualidad, de un otoño al siguiente,
para el caso de los caprinos, mientras que los ciervos fueron
obtenidos durante el verano y los équidos a finales del otoño.
En la UE VII contamos con el aporte de un mayor número de
taxones de las principales especies de ungulados, capturados
durante el final del invierno, la primavera y verano, con la
captura concreta de neonatos en la primavera. En la UE VIII
se produce la captura de caprinos durante el otoño, junto a la
captura puntual de cérvidos en verano y de équidos entre el
otoño y la primavera, además de neonatos en primavera. En
70
B
30
725
121
38
10
23
la UE IX los ciervos en cambio se capturan entre invierno y
primavera, al igual que los équidos, mientras que los jabalíes fueron obtenidos entre finales del verano y comienzos
del invierno. La mayor cantidad de información estacional la
obtenemos para la UE Xa, donde los grandes bóvidos fueron
capturados entre el verano y el otoño, mientras que los caprinos y équidos se pudieron haber capturado en toda la anualidad, con la excepción de los rebecos obtenidos también entre
verano y otoño. Los cérvidos por su parte se capturan entre
verano y otoño. Los jabalíes por su parte fueron capturados
entre finales de verano y comienzos del otoño. Finalmente,
los neonatos de caprinos y de cérvidos fueron apresados en
la primavera.
5.1.5. características paleoecológicas
Variabilidad y diversidad específica
La variabilidad de especies identificadas en el yacimiento de
El Salt en base a su clasificación ecológica, nos informa sobre
unas condiciones ambientales diversas en el entorno de los valles alcoyanos durante el Pleistoceno superior. La presencia de
taxones con preferencia por los climas cálidos y de ambientes
abiertos es predominante, junto a la presencia puntual de algunos taxones propios de hábitats más cerrados. Partiendo de
las condiciones actuales, dichos taxones se sitúan en paisajes
dominados por praderas y ambientes abiertos (43,6%), bosques
(20,5%), montes y matorrales (18% respectivamente). Sin embargo, a lo largo de la secuencia arqueológica no se ha identificado ningún taxón de preferencias por climas fríos.
[page-n-84]
resultados
V-Sup
V-Inf
3% 0,2% 1% 0,2%
0,4%
4%
4%
VII
4%
2%
3%
96%
1%
90%
88%
VII-VIII
8%
0,4%
2% 3%
0,2%
VIII
1% 4% 1%
1%
1%
4%
IX
1%
2% 4%
0,2%
2%
7%
2% 1% 0,2%
8%
2%
84%
78%
88%
Xa
1% 1% 0,2%
0,2%
0,4% 5%
2%
8%
4%
ST
M-N
M-N-G
M
N-G
N-G-B
N
G-B
G
79%
B
Figura 34. Distribución porcentual de los grados de coloración para cada unidad estratigráfica que compone el depósito arqueológico de
El Salt. Abreviaturas: Tabla 14.
Respecto a la diversidad específica, partiendo del NISP
observamos que la secuencia está dominada por ungulados
de talla media/pequeña (Cervus elaphus, Capra pyrenaica)
y talla grande (Equus ferus), además de una alta presencia
de restos de conejo (Oryctolagus cuniculus), debido
esencialmente a su aporte por aves rapaces. El resto de los
taxones identificados tienen una presencia residual, caso de
los grandes bóvidos, rupicaprinos, suidos, rinocerontes, aves,
testudinos y carnívoros. Sin embargo, para el caso concreto
de estos últimos, la diversidad taxonómica es amplia a pesar
del escaso número de restos, sobre todo para la UE Xa con
presencia de dos tipos de cánidos (Canis cf. lupus y cf. Cuon
sp.) y dos tipos de félidos (Panthera pardus y Lynx sp.) (Pérez
y Sanchis, 2021).
71
[page-n-85]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
V-Sup
4,3%
V-Inf
VII
4,3% 2,1%
8,7%
13%
33%
28%
34%
4,3%
28%
19%
70%
33%
VII-VIII
5%
19%
VIII
10%
11%
IX
3% 0,9%
5%
9%
25%
10%
29%
37%
5%
29%
50%
38%
5%
0,9%
18%
Xa
6%
2% 0,9%
1,0%
16%
26%
36%
1,7%
10%
M
M-N
M-N-G
N
N-G
N-G-B
G
G-B
B
Figura 35. Distribución porcentual de los grados de coloración del material exclusivamente termoalterado para cada unidad estratigráfica
que compone el depósito arqueológico de El Salt. Abreviaturas: Tabla 14.
Como forma de controlar la viabilidad de las muestras a
la hora de realizar una reconstrucción paleoecológica, hemos
llevado a cabo distintas curvas de rarefacción para cada una de
las unidades estratigráficas del yacimiento. El gráfico obtenido
empleando el NTAXA por NR (figura 38) indica estabilidad de
la curva a un cut-off de 125 en el eje X para los conjuntos de la
UE VII-VIII, así como una tendencia a la estabilización para
72
el resto de las unidades, dando viabilidad al empleo de estas
unidades estratigráficas de cara a una posible reconstrucción
paleoecológica. La excepción se encuentra en la UE V-Inf,
que ni siquiera llegar a alcanzar el corte establecido debido al
bajo número de restos que la compone. Con el fin de calibrar
el empleo del NTAXA, y eliminando las categorías de talla de
peso del recuento, la realización de nuevas curvas empleadas
[page-n-86]
resultados
100%
80%
60%
40%
20%
0%
V-Sup
V-Inf
VI
VII
VII-VIII
VIII
IX
Xa
Figura 36. Histograma con la distribución porcentual de los individuos juveniles, adultos y seniles en las diferentes unidades estratigráficas
de El Salt. Rojo: juvenil, Beige: adulto, Verde: senil.
Tabla 27. Cantidad de individuos juveniles, adultos y seniles reconocidos para el conjunto de El Salt. Se especifica el porcentaje para
el conjunto de taxones y para el conjunto sin lepóridos.
Taxón y tallas de peso
Juvenil
Adulto
Senil
Total
Artiodactyla
6
2
-
8
Caprinae
4
-
-
4
Capra pyrenaica
6
4
-
10
Rupicapra rupicapra
-
1
-
1
Cervidae
1
-
-
1
Cervus elaphus
4
8
1
13
Bos sp.
1
1
-
2
Equidae
4
-
-
4
Equus ferus
5
4
-
9
Sus scrofa
1
1
1
3
Carnivora
2
-
-
2
Panthera pardus
1
1
-
2
Lynx lynx
-
3
-
3
cf. Cuon sp.
-
1
-
1
Vulpes vulpes
1
-
-
1
Oryctolagus cuniculus
30
24
-
54
Talla grande
1
-
-
1
Talla media
1
-
-
1
Talla pequeña
1
-
-
1
Indeterminados
1
-
-
1
Total
70
50
2
122
% Total
56,91
40,65
2,44
100
% Total sin lepóridos
57,97
37,68
4,35
100
el NFamilia por NISP (figura 38) viene a corroborar los datos
anteriores, mostrando si cabe una mayor estabilización en
todas las unidades estratigráficas a un cut-off de 70 en el eje X,
excepto la V-Inf nuevamente.
Espectros de diversidad ecológica
El espectro de diversidad ecológica, íntimamente relacionado
con la definición del nicho ecológico, nos indica para la
secuencia de El Salt una diversidad taxonómica dominada por
los lagomorfos, seguido por los artiodáctilos y los perisodáctilos,
con una alta presencia de mamíferos fosores y otros de pequeño
tamaño, de hábitos pastadores, con un peso que oscila entre
1-10 kg y 45-180 kg. A nivel paleoambiental, el análisis de estos
conjuntos partiendo del número de taxones pone de manifiesto la
existencia de un territorio en mosaico en el entorno de los valles
alcoyanos, con amplia diversidad de biotopos en un entorno
cercano, altamente explotado por los grupos neandertales que
ocuparon estos paisajes (figura 39).
Modelos bioclimáticos
Los resultados de la aplicación del modelo bioclimático (tabla 29), tras el estudio del componente bioclimático sobre el
registro faunístico de El Salt, da como resultado la presencia
mayoritaria del zonobioma tipo IV para toda la secuencia (36%),
caracterizado por un clima de inviernos húmedos y veranos
secos, con vegetación típica mediterránea. Del mismo modo,
el zonobioma tipo V destaca con un 13% de representatividad,
caracterizado por un clima templado cálido y una vegetación
dominada por bosques templados perennifolios. No obstante,
otros zonobiomas que han resultado más destacados a nivel
de cada unidad estratigráfica, caso del tipo VII, se muestran
menos representados en el conjunto (figura 40). Por otro lado,
la aplicación de las funciones discriminantes sobre el espectro
obtenido establece una TMA de 17,4 ± 3,6 ºC para el periodo
de la secuencia estudiado, con una PMA de 401,8 ± 558,7 mm.
73
[page-n-87]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Seniles
>12
Sus scrofa
Vulpes vulpes
Juveniles
0-3
Artiodactyla indet.
Carnivora
Equidae
Cervidae
Caprinae
Cervus elaphus
Indeterminados Capra pyrenaica
Equus ferus
Talla grande
Oryctolagus cuniculus
Talla media
Talla pequeña
Bos sp.
Panthera pardus
cf. Cuon sp.
Lynx lynx
Rupicapra rupicapra
Adultos
3 - 12
Seniles
>12
Juveniles
0-3
Xa
V-Inf
VII-VIII
VI
IX
VIII
V-Sup
VII
Adultos
3 - 12
Figura 37. Diagramas ternarios con la distribución de los individuos juveniles, adultos y seniles para el conjunto de El Salt (superior) y
posición global de cada unidad estratigráfica (inferior).
74
[page-n-88]
resultados
Tabla 28. Resumen con los posibles periodos de muerte de las principales especies de ungulados por unidad estratigráfica. La información de
referencia se toma a partir de la erupción y desgaste dental, junto a los datos de reproducción, gestación y nacimientos proporcionados por Palomo
et al., (2007). Abreviaturas taxonómicas: Neontatos (N); Abreviaturas meses: marzo, abril, mayo (M-M), junio, julio, agosto (J-A), septiembre,
octubre, noviembre (S-N), diciembre, enero, febrero (D-F); Abreviaturas estaciones: primavera (P), verano (V), otoño (O), invierno (I).
75
[page-n-89]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
27
24
21
NTaxa
18
15
12
9
6
3
0
400
800
1200
1600
2000
2400
2800
3200
NR
18
NFamilia
16
14
12
10
8
6
4
2
0
200
400
600
800
1000
1200
1400
1600
NR
Figura 38. Curvas de rarefacción a partir del NTaxa (superior) y NFamilias (inferior).
Taxonomía
Locomoción
2500
2500
2000
2000
1500
1500
1000
1000
500
500
0
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
0
Ae
Ar
Tre
Alimentación
2500
2000
2000
1500
1500
1000
1000
500
500
Car
Ins
Past
Ram
Gmt
Fos
Acu
Peso
2500
0
Pmt
Fu
Omn
0
ab
c
d
ef
gh
Figura 39. Histogramas de diversidad ecológica a partir de los datos totales del depósito de El Salt.
76
[page-n-90]
resultados
Tabla 29. Resultados del modelo bioclimático del depósito de El Salt.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
S. scrofa
0,14
0,14
0,14
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
1
D. bicornis
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. lupus
0,00
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
1
C. alpinus
0,17
0,17
0,17
0,00
0,17
0,17
0,17
0,00
0,00
0,00
1
V. vulpes
0,00
0,00
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pardus
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
0,00
1
U. arctos
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,00
0,25
0,25
0,25
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
T. hermanni
0,00
0,00
0,00
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. rufa
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. palumbus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
A. platyrhynchos
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
E. europaeus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,50
0,00
0,50
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,45
1,06
1,06
1,40
5,79
2,12
1,54
1,56
0,75
0,25
16,00
CB
2,83
6,65
6,65
8,73
36,18
13,27
9,63
9,77
4,71
1,59
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 17,40 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 26,3 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 10,03 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 16,00 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 37,93 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 379,56 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): 0,03 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 411,79 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 6,38 (SD 1,47).
V
13%
VII
10%
IV
36%
VIII
5%
Otros
25%
IX
1%
III
9%
II/III
7%
II
7%
I
3%
VI
9%
Figura 40. Distribución porcentual de zonobiomas a partir de los datos totales del depósito de El Salt.
77
[page-n-91]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
5.2. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA XA
Cérvidos
5.2.1. conteo taxonómico
271 restos han sido identificados como cérvidos, con un total
de 153 NME y 9 NMI (tabla 31). Cervus elaphus es el único
taxón reconocido, con un 70,5% de representación, mientras el
29,5% restante ha sido asociado a la subfamilia Cervinae. A nivel esquelético el miembro posterior y el anterior son los más
abundantes, con una representación del 39,1% y 30,6% respectivamente, seguidos del esqueleto craneal (13,7%), las extremidades (12,9%) y el esqueleto axial (3,7%).
Tras aplicar el %MAU observamos que la distribución
esquelética se mantiene, aunque destacando por su alta representación los elementos del miembro posterior, anterior (radio,
fémur, tibia y metatarsos), con porcentajes entre el 69-100%,
mientras que los restos del esqueleto craneal y axial se sitúan en
torno entre el 5% y el 18% de representatividad.
3388 restos óseos se han recuperado en la UE Xa (tabla 30),
entre los que el material identificado taxonómica y anatómicamente supone un 49,3%, con un total de 1227 NME y 86 NMI.
Entre los taxones identificados hay predominio de lagomorfos
(53,9%), seguidos de los caprinos (16,5%), cérvidos (16,2%),
équidos (8,8%) y carnívoros (1,7%), junto a toda una serie de
taxones que suponen menos del 1% respectivamente, caso de
los bovinos, aves, suidos, rinocerótidos, tortugas y artiodáctilos
indeterminados (figura 41).
Los restos no identificados se corresponden con el 50,7%
de material restante, donde los fragmentos asociados a alguna
talla de peso suponen el 73,2% y las piezas totalmente indeterminadas un 26,8%. Entre los primeros son las tallas media
y media/grande las predominantes (36,1%), seguidas de las
tallas pequeña y pequeña/media con un 14,8%, las tallas grandes y muy grandes con un 11,9% y finalmente las tallas muy
pequeñas con un 10,4%.
5.2.2. representación anatómica
Bovinos
12 restos se han determinado dentro de la subfamilia Bovinae,
con un total de 12 NME y 3 NMI (tabla 31). En términos taxonómicos se compone de Bos primigenius (66,7%), Bos/Bison
(8,3%) y otros restos únicamente asociados a la familia Bovinae
(25%). Su representación esquelética se caracteriza por un predominio de los restos craneales (33,3%), seguidos del miembro
anterior (25%), esqueleto axial (16,7%), extremidades (16,7%)
y el miembro posterior (8,3%).
El %MAU confirma la alta presencia de los restos del
miembro anterior y posterior que alcanzan en su mayoría el
100% de representatividad, mientras se relativiza la presencia
del esqueleto axial en torno al 12% y el esqueleto craneal en
torno al 20%.
Caprinos
276 restos se han determinado como caprinos, con un total de
193 NME y 14 NMI (tabla 31). A nivel taxonómico se componen de Capra pyrenaica (41,7%), Rupicapra rupicapra (2,5%)
y otros fragmentos asociados a la subfamilia Caprinae (55,8%).
En términos esqueléticos, son los restos del miembro posterior
y extremidades los más abundantes con un 36,6% y 20,7% respectivamente, seguidos de cerca por fragmentos del miembro
anterior (18,8%), esqueleto craneal (18,1%) y finalmente el esqueleto axial (5,8%).
La aplicación del %MAU confirma parcialmente la anterior distribución esquelética, con una presencia de entre el
65-100% para distintos elementos del miembro anterior y posterior (fémur, tibia y calcáneo), disminuyendo la presencia de
restos de las extremidades, donde solo las primeras falanges
alcanzan un 25% de representatividad. Entre los elementos
más representados en el resto de los grupos anatómicos encontramos las hemimandíbulas y segundos molares, si bien en
conjunto no superan el 17% de representatividad. Un poco por
debajo encontramos los restos del esqueleto axial, que tan solo
suponen un 7%.
78
Équidos
Un total de 147 restos se han determinado como équidos, con un
total de 102 NME y 4 NMI (tabla 31). Equus ferus es el único
taxón reconocido (84,4%), mientras que el resto de los fragmentos se han adscrito a la subfamilia Equinae (15,6%). Entre ellos,
el esqueleto craneal y el miembro posterior suponen el 37,4% y
25,9% respectivamente, seguidos del miembro anterior (17%),
extremidades (10,9%) y restos del esqueleto axial (8,8%).
El %MAU relativiza la alta representatividad de todos los
elementos del miembro posterior, alcanzando el 100%. En el
miembro anterior también encontramos que el conjunto de
elementos representa a un 72%. Los elementos del esqueleto
craneal, con un elevado número de piezas dentarias, no llegan
a superar el 18% de representatividad. Finalmente, en el miembro axial destaca el 100% de representación de los hioides, elemento que no supera el 4% de presencia en el conjunto.
Lagomorfos
Como taxón más abundante en el conjunto, los lagomorfos implican un total de 901 restos, 705 NME y 35 NMI (tabla 31). A nivel
taxonómico Oryctolagus cuniculus supone el 91,4%, mientras
que los restos determinados como Oryctolagus/Lepus supone un
2,9% y los adscritos a la familia Leporidae un 5,7%. Su representación esquelética está encabezada por el miembro posterior (39%),
seguido del esqueleto axial (19,8%), el esqueleto craneal (15,3%),
el miembro anterior (14,4%) y las extremidades (11,5%).
El %MAU modifica la distribución previa, siendo los elementos anatómicos más representados el coxal, la tibia, el
fémur y el húmero con un 83-100% de presencia, mientras
que la mayoría de las partes esqueléticas restantes tienen una
representación menor del 24%, si bien a nivel de cada elemento
individual estos porcentajes se pueden ver alterados.
Carnívoros
Tan solo 29 restos han sido determinados como carnívoros en la
UE Xa, implicando un total de 27 NME y 8 NMI (tabla 31). Taxonómicamente el grupo se compone de Lynx sp. (48,3%), Canis
cf. lupus (6,9%), Panthera pardus (6,9%), cf. Cuon sp. (3,4%) y
un 31% de fragmentos adscritos únicamente al orden Carnivora.
Dado el escaso número de elementos, el %MAU indica valores de representatividad muy altos (68-100%) en el esqueleto
craneal y miembro anterior, seguidos por los elementos que componen el miembro posterior (40%) y el esqueleto axial (23%).
[page-n-92]
resultados
Tabla 30. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE Xa.
Taxón
NISP
% NISP NME
NMIf
NMIc
Neonato Infantil Joven
Subadulto Adulto
Senil
Artiodactyla
9
0,54
8
1
3
-
1
-
-
1
1
Bovidae
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
-
Bos primigenius
8
0,48
8
1
1
-
-
-
1
-
-
Bos/Bison
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Caprinae
154
9,22
99
8
8
1
-
1
-
-
-
Capra pyrenaica
115
6,88
87
3
5
-
-
2
1
2
-
Rupicapra rupicapra
7
0,42
7
1
1
-
-
-
-
1
-
Cervinae
80
4,79
43
2
2
-
-
-
-
-
-
Cervus elaphus
191
11,43
110
5
7
1
-
1
2
2
1
Sus scrofa
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
1
Equinae indet.
23
1,38
15
1
1
-
-
1
-
-
-
Equus ferus
124
7,42
87
3
3
-
-
1
1
1
-
Rhinocerotidae
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Stephanorhinus hemitoechus
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Carnivora
9
0,54
7
1
1
-
-
1
-
-
-
Caninae
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
cf. Canis lupus
2
0,12
2
1
1
-
-
-
-
-
-
cf. Cuon sp.
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
1
-
Lynx sp.
14
0,84
14
2
2
-
-
-
-
2
-
Panthera pardus
2
0,12
2
1
2
-
-
1
-
1
-
Leporidae
17
1,02
16
2
2
-
-
1
-
-
-
Oryctolagus cuniculus
883
52,84
688
32
32
-
7
8
4
7
-
Oryctolagus / Lepus
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Testudo hermanni
9
0,54
9
1
1
-
-
-
-
-
-
Ave
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
-
Anatinae
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
-
Phasianidae
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Alectoris rufa
3
0,18
3
1
1
-
-
-
-
-
-
Pyrrhocorax sp.
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Bufo bufo
1
0,06
1
1
1
-
-
-
-
-
-
Total NISP
1671
100
1227
79
86
2
8
17
9
18
3
Talla grande
205
11,88
24
1
1
1
-
-
-
-
-
Talla media
620
36,10
54
1
1
1
-
-
-
-
-
Talla pequeña
254
14,80
17
1
1
1
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
178
10,37
3
-
-
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
460
26,79
15
1
1
1
-
-
-
-
-
Total NR
1717
100
113
4
4
4
Testudinos
Rinocerótidos
9 restos, correspondientes a 9 NME y 1 NMI (tabla 31) de Testudo hermanni han podido identificarse. Los restos corresponden a
2 plaquetas indeterminadas, 2 plaquetas del espaldar, 1 periférica
octava, 1 pleural indeterminada y 2 fragmentos de plastrón.
2 fragmentos de molares de rinoceronte han sido identificados,
posiblemente pertenecientes a 1 NMI de Stephanorhinus hemitoechus (tabla 31). El %MAU muestran una representatividad
del 100% por individuo.
79
[page-n-93]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
A
B
D
C
E
F
G
2 cm
Figura 41. Ejemplos de materiales identificables taxonómica y anatómicamente en la Unidad Estratigráfica Xa. A) Fragmentos de maxilar izquierdo y derecho junto a falange 3ª de ciervo (Cervus elaphus); B) Ramus de hemimandíbula izquierda, M3 superior derecho, M2
superior izquierdo, M1 y P4 inferior derecho de cabra (Capra pyrenaica), articulación distal de metacarpo de caprino juvenil y cuerpo de
húmero sin fusionar de caprino neonato; C) M3 superior izquierdo y M1 inferior izquierdo de caballo (Equus ferus); D) Maxilar derecho, P3
y P4 superior derecho y I4 derecho, junto a fragmento proximal de ulna derecha y fragmento diafisario de ulna izquierda, falanges terceras,
falange 2ª-IV, falange 1ª-I/V, fragmento distal de falange 1ª y cuneiforme tercero izquierdo de lince (Lynx sp.); E) escápula derecha de
leopardo (Panthera pardus) y articulación distal de tibia sin osificar de leopardo juvenil; F) Proceso condilar de hemimandíbula izquierda
y falange 2ª de lobo (cf. Canis lupus); G) Articulación proximal de fémur izquierdo de cuón (cf. Cuon sp.).
80
[page-n-94]
resultados
Tabla 31. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE Xa. Se
indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
C
3
33,33
3
3,03
0,03
18,18
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Suidae
MA
3
33,33
3
16,67
0,17
100
E
3
33,33
2
4,17
0,04
25,00
C
4
33,33
4
3,33
0,03
20,00
A
2
16,67
2
2,02
0,02
12,12
MA
3
25,00
3
16,67
0,17
100
MP
1
8,33
1
16,67
0,17
100
E
2
16,67
2
16,67
0,17
100
C
50
18,12
40
1,50
0,01
17,10
A
16
5,80
14
0,68
0,01
7,83
MA
52
18,84
30
4,87
0,05
55,68
MP
101
36,59
60
8,75
0,09
100
E
57
20,65
49
4,38
0,04
50,02
C
37
13,65
29
3,58
0,04
18,13
A
10
3,69
7
0,98
0,01
4,98
MA
83
30,63
37
13,70
0,14
69,38
MP
106
39,11
48
19,75
0,20
100
E
35
12,92
32
3,29
0,03
16,67
C
55
37,41
53
5,41
0,05
18,93
A
13
8,84
7
1,22
0,01
4,28
MA
25
17,01
15
20,83
0,21
72,92
MP
38
25,85
16
28,57
0,29
100
E
16
10,88
11
13,75
0,14
48,13
C
138
15,32
83
3,00
0,03
23,93
A
178
19,76
160
2,58
0,03
20,59
MA
130
14,43
103
10,51
0,11
83,80
MP
351
38,96
259
12,54
0,13
100
E
104
11,54
100
2,27
0,02
18,08
C
5
17,20
5
5,68
0,06
68,18
A
6
20,70
4
1,92
0,02
23,08
MA
4
13,90
4
8,33
0,08
100
MP
5
17,20
5
3,47
0,03
41,67
E
9
31,00
9
1,13
0,01
13,50
A
1
9,10
1
0,71
0,01
6,25
MA
8
80,70
8
11,43
0,11
100
MP
2
18,20
2
10,00
0,10
87,50
C
1
33,33
1
50,00
0,50
100
MA
1
33,33
1
50,00
0,50
100
E
1
33,33
1
6,25
0,06
12,50
Rhinocerotidae
C
2
100
2
4,17
0,04
100,00
Testudines
ES
7
77,80
7
3,51
0,04
37,59
PL
Totales
2
22,00
2
9,33
0,09
100
1670
100
1225
-
-
-
81
[page-n-95]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Suidos
Entre los suidos se han recuperado 3 restos (M superior, radio
y falange 3ª), correspondientes a 3 NME y 1 NMI de Sus scrofa
(tabla 31). El %MAU muestra una representatividad del 100%
por individuo en el caso de molares y radio, mientras desciende
a un 12,5% en la falange 3ª.
3
Tabla 32. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE Xa.
Talla de peso
Grupo anatómico NR
%NR
NME
Grande
C
4,88
8
Aves
Entre las aves hemos recuperado un total de 11 restos, correspondientes a 11 NME y 5 NMI (tabla 31). A nivel taxonómico
se ha diferenciado entre Alectoris rufa (27,3%) y Pyrrhocorax
sp. (9,1%), mientras que el resto se ha determinado a nivel de
la subfamilia Anatinae (27,3%), la familia Phasianidae (9,1%)
y algunos restos de avifauna indeterminados (27,3%). En todos los casos, el %MAU muestra una representatividad del
100% del miembro anterior, con una representación menor del
miembro posterior cercano el 87% y una reducida presencia de
las vértebras (6%).
Indeterminados
Los restos que no hemos podido llegar a determinar a nivel
taxonómico en la UE Xa ascienden a un total de 1726, de los
que se ha podido fijar un NME de 122 gracias a la identificación anatómica de algunas piezas. (tabla 32). El 53,4% de
ellos se tratan de fragmentos de hueso largo, principalmente
de talla grande, media y pequeña, que junto a otros elementos
de las extremidades o indeterminados suponen el 84,8% del
conjunto. Entre aquellos restos determinados anatómicamente, un 7,4% pertenecen al esqueleto axial, un 4,1% al craneal,
un 2,2% al miembro posterior y un 1,6% al anterior.
Dentro del grupo de los indeterminados, si bien categorizados a nivel taxonómico como Artiodáctilos, creemos conveniente mencionar la presencia de 9 NR pertenecientes al esqueleto craneal, miembro anterior y extremidades, con un porcentaje de representación del 33% cada uno. Si bien, el %MAU en
este caso da un predominio del 100% de los restos del miembro
anterior frente al resto situado por debajo del 25%.
5.2.3. edad y patrón de mortalidad
Los datos disponibles a partir de la fusión ósea y erupción
dental en la UE Xa son abundantes si los comparamos con
el resto de las unidades estratigráficas. Centrándonos en primer lugar en la osificación de los ungulados (tabla 30), hemos
podido determinar 1 neonato y 1 individuo joven de Caprinae, 1 joven y 1 adulto de Capra pyrenaica, 1 individuo joven de Cervus elaphus y 1 individuo infantil entre los artiodáctilos indeterminados. Por lo que atiende a los carnívoros,
1 individuo joven de Carnivora y otro de Panthera pardus ha
sido establecido, junto otro individuo de leopardo adulto y
1 de cf. Cuon sp. En el caso de los lepóridos nos encontramos
ante el taxón con mayor cantidad de datos relacionados con la
edad de muerte en la UE Xa. La combinación de los análisis
de fusión ósea y erupción dental nos han permitido reconocer
un total de 7 individuos infantiles, 8 jóvenes, 4 subadultos y
7 adultos de Oryctolagus cuniculus, además de 1 individuo joven de la familia Leporidae.
La erupción dental nos ofrece una mayor cantidad de información para el caso de los ungulados, indicándonos la presencia
de 1 neonato de Caprinae, 2 individuos jóvenes, 1 subadulto y 1
82
Media
Pequeña
A
24
11,71
9
MA
4
1,95
3
MP
5
2,44
3
E
162
79,02
-
C
25
4,03
9
A
66
10,65
23
MA
14
2,26
8
MP
24
3,87
13
E
491
79,19
-
C
2
0,79
2
A
24
9,45
9
MA
4
1,57
2
MP
7
2,76
4
E
217
85,43
-
4
2,25
2
MP
1
0,56
1
E
173
97,19
-
19
4,13
6
Muy pequeña A
Indeterminada C
Totales
10
A
9
1,96
6
MA
2
0,43
2
MP
1
0,22
1
E
429
93,26
-
1717
100
111
adulto de Capra pyrenacia, además de otro individuo adulto de
Rupicapra rupicapra. Entre los ciervos se reconoce también un
neonato, 2 subadultos, 2 adultos y 1 senil de Cervus elaphus, al
igual que se suman 1 subadulto y 1 adulto a los artiodáctilos indeterminados, otro individuo adulto de Bos primigenius, 1 senil de
Sus scrofa, y entre los équidos otro individuo joven, 1 subadulto
y 1 adulto de Equus ferus. Entre los carnívoros hemos podido reconocer 2 nuevos individuos adultos, en este caso de Lynx sp.
5.2.4. fragmentación y conservación diferencial
El grado de fragmentación de la UE Xa está repartido de forma
muy equitativa entre los distintos intervalos de longitud máxima
de los restos, con un 22% de piezas < 1cm, un 19,8% de entre
1-2 cm, un 18,7% de 2-3 cm, un 14,6% de entre 3-4 cm, un 8,2%
de 4-5 cm y finalmente un 16,8% > 5 cm. La tasa de fragmentación en el conjunto asciende a 2,8, mientras que para el material
determinado a nivel taxonómico disminuye a un 1,4.
La conservación a nivel esquelético es variable según los
distintos grupos taxonómicos y tallas de peso. De esta forma, el
material fragmentado alcanza el 86,3% en los caprinos, el 97,6%
en los cérvidos y el 100% entre los équidos (tabla 33), tratándo-
[page-n-96]
resultados
Tabla 33. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE Xa.
Taxón
Artiodactila
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Indet.
C
3
33,33
-
-
-
-
1
-
MA
3
33,33
-
-
2
1
-
-
E
3
33,33
-
-
2
-
-
-
C
4
33,33
-
-
-
-
-
-
A
2
16,67
-
-
-
-
1
-
MA
3
25,00
-
-
2
1
-
-
MP
1
8,33
-
-
1
-
-
-
E
2
16,67
-
-
-
-
1
-
C
48
17,39
2
0,72
7
3
-
-
A
15
5,43
1
0,36
1
4
1
-
MA
51
18,48
-
-
29
1
13
-
MP
94
34,06
7
2,54
69
2
19
-
E
34
12,32
24
8,70
21
-
2
-
C
36
13,28
2
0,74
5
5
1
-
A
10
3,69
-
-
2
-
-
-
MA
83
30,63
-
-
62
-
13
-
MP
105
38,75
1
0,37
94
-
8
-
E
31
11,44
3
1,11
18
5
3
-
C
55
37,41
-
-
1
2
-
-
A
13
8,84
-
-
4
2
-
-
MA
25
17,01
-
-
18
-
6
-
MP
38
25,85
-
-
27
3
4
-
E
16
10,88
-
-
11
-
3
-
Rhinocerotidae
C
2
100
-
-
-
-
-
3
Suidae
C
1
33,33
-
-
-
-
-
-
MA
1
33,33
-
-
-
-
-
-
E
1
33,33
-
-
-
-
-
-
A
1
9,09
-
-
-
-
-
-
MA
7
63,64
1
9,09
2
2
-
-
MP
2
18,18
-
-
1
-
1
-
C
5
17,24
-
-
1
-
-
-
A
6
20,69
-
-
-
6
-
-
MA
5
17,24
-
-
2
-
1
-
MP
4
13,79
2
6,90
-
2
1
-
E
6
20,69
1
3,45
1
1
1
-
C
138
15,32
-
-
6
6
-
12
A
154
17,09
24
2,66
4
-
-
2
MA
122
13,54
8
0,89
29
16
3
3
MP
302
33,52
49
5,44
92
26
18
-
E
44
4,88
60
6,66
3
5
2
-
ES
7
77,78
-
-
1
2
-
-
PL
2
22,22
-
-
1
-
-
-
1485
88,92
185
11,08
519
95
103
20
Avifauna
Carnivora
Leporidae
Testudines
Total
83
[page-n-97]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
se la mayoría de los restos de fragmentos de diáfisis tipo “050” y
circunferencia conservada tipo “2”. Entre los carnívoros la fragmentación alcanza el 85,2%, sin darse un predominio de una
tipología de fragmento, conservando la mayoría de ellos alguna
de las zonas epifisarias, aunque es abundante la circunferencia
tipo “4”. Por su parte, entre los lagomorfos la fragmentación alcanza el 84,1%, con una abundante presencia de fragmentos de
diáfisis tipo “050” y diáfisis con epífisis parcial conservada tipos
“550”, “555” y “005”, abundando las circunferencias tipo “4”.
Finalmente, en el caso del material indeterminado y tallas de
peso, el 99,9% está totalmente fragmentado (tabla 34) con una
altísima presencia de fragmentos de huesos largos tipo “050” y
circunferencia tipo “1”.
Los resultados obtenidos sobre la conservación diferencial
por densidad ósea, partiendo del %MAU y su correlación estadística con los distintos índices de densidad por tallas de peso,
indican una correspondencia en las tallas grande, media y muy
pequeña, con coeficientes de correlación de 0,47 y 0,69 y una
significatividad estadística < 0,05 (tabla 35).
5.2.5. fracturación
Entre las fracturas reconocidas, un 77% tienen un origen antiguo, aunque contamos con un 13,7% de fracturas recientes debido a los procesos de excavación y un 9,3% indeterminadas.
En el caso de las primeras, la cantidad de fracturas producidas
mientras los huesos estaban en estado fresco ascienden a 1381
NR, mientras que las producidas en estado seco se reducen a
197 NR y las de carácter mixto a 317 NR.
A nivel de morfotipos, tanto en los bovinos, caprinos, cérvidos, équidos como lagomorfos abundan las fracturas producidas en fresco, dominando los fragmentos de diáfisis con
circunferencia incompleta tipo II.4.2. en los tres primeros,
mientras que en los lagomorfos la variedad de morfotipos es
mucho mayor, con una presencia destacada de los asociados a
fracturas en estado seco y mixtas. Entre los carnívoros, aves,
testudinos y rinocerótidos hay una distribución equitativa de
fracturas producidas en estado seco y fresco, principalmente
tratándose de distintos morfotipos de diáfisis. En el caso del
material indeterminado, abundan como hemos avanzado los
Tabla 34. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE Xa.
Talla de peso
Grupo anatómico Fragmentados
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Indet.
Grande
C
11
5,37
-
-
4
3
1
-
A
24
11,71
-
-
4
5
2
-
MA
4
1,95
-
-
4
-
-
-
MP
5
2,44
-
-
3
-
1
-
E
161
78,54
-
-
129
3
8
-
C
28
4,52
1
0,16
8
6
2
-
A
66
10,65
-
-
15
11
3
-
MA
14
2,26
-
-
7
1
2
-
MP
24
3,87
-
-
16
2
6
-
E
487
78,55
-
-
359
18
48
1
C
2
0,79
-
-
-
1
-
-
A
24
9,45
-
-
8
10
3
-
MA
4
1,57
-
-
3
1
-
-
MP
7
2,76
-
-
6
1
-
-
E
217
85,43
-
-
152
11
39
-
A
4
2,25
-
-
-
-
-
-
MP
1
0,56
-
-
-
-
-
-
E
173
97,19
-
-
39
-
24
-
C
26
5,65
-
-
57
1
1
-
A
9
1,96
-
-
3
3
-
-
MA
2
0,43
-
-
2
-
1
-
MP
1
0,22
-
-
1
-
-
-
E
421
91,52
1
0,22
32
36
38
2
1715
99,88
2
0,12
852
113
179
3
Media
Pequeña
Muy pequeña
Indeterminada
Total
84
Completos
Fracturas antiguas
[page-n-98]
resultados
fragmentos de hueso largo, sobre todo los morfotipos II.4 y
II.4.2, junto a una presencia algo más reducida del morfotipo
de fractura mixta tipo III.2.
5.2.6. índices de utilidad económica
A partir de la asociación por tallas de peso, el %MAU y su correlación estadística con los índices de utilidad económica por R de
Pearson, identificamos una alta correlación positiva entre las tallas
grande, media y pequeña, y el volumen medular (AVGMAR) y la
grasa insaturada y médula (UMI), con coeficientes de correlación
entre el 0,66 y 0,88 y significatividad estadística < 0,05 (tabla 36,
figura 42). Para el resto de los índices, aunque existen correlaciones
positivas elevadas, el valor de la significación estadística no alcanza el mínimo de 0,05 que confirme su correlación real.
5.2.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
Un total de 1153 alteraciones relacionadas con la actividad humana se han determinado en toda la UE Xa (tabla 37 y 38), distribuidas de forma heterogénea en cuanto a su tipo y asociación
por taxones y tallas de peso determinadas.
Entre los bóvidos, principalmente caprinos, identificamos el
10,4% de las alteraciones, donde la termoalteración es la más abundante, seguida de las incisiones, raspados, muescas y hundimientos. Las evidencias de alteración térmica afectan a todas las partes
del esqueleto, generalmente incluyendo la totalidad de la pieza, con
una intensidad que oscila desde el M al B, aunque con un predominio el grado de color M/N. Las incisiones por su parte se localizan
en las hemimandíbulas, costillas, húmeros, radios, metacarpos, fémur, tibias, metatarsos y falanges, por norma general sobre la zona
dorsal o palmar de la zona central de las diáfisis, con morfologías
cortas y largas, dirección principalmente oblicua o transversal/
oblicua e intensidad leve o media. Los raspados se localizan sobre
costillas, húmeros, radios, metacarpos, fémures, tibias, metatarsos,
metápodos y falanges, principalmente sobre la zona central de la
diáfisis, con morfología corta, dirección oblicua e intensidad principalmente media. Las muescas a causa de la percusión se sitúan
también en la zona central de las diáfisis, con morfología semicircular o trapezoidal, dirección longitudinal al eje mayor e intensidad
media o alta. Por último, un único hundimiento vinculado a una
mordedura humana se ha determinado sobre un radio de caprino,
aunque se trata de un hecho excepcional que debe ser revisable
junto a nuevas evidencias con características similares.
Tabla 35. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE Xa. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande Cervus
Talla media
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
62,50
82,43
50,00
0,00
38,50
100
34,40
Ct
55,56
3,50
54,05
5,60
0,00
5,30
9,46
1,30
Vc
50,51
7,10
25,68
3,20
19,12
2,20
62,16
12,90
Vt
49,49
2,80
36,49
2,60
35,29
1,20
0,00
7,60
Vl
48,48
0,00
40,54
6,30
38,24
0,00
47,30
20,50
Vs
37,37
25,00
25,68
0,00
29,41
15,40
58,11
9,40
E
67,68
12,50
66,22
11,10
48,53
11,50
44,59
31,30
H
64,65
87,50
85,14
55,60
61,76
53,80
58,11
67,20
R
84,85
25,00
91,89
66,70
76,47
26,90
18,92
14,10
U
65,66
25,00
60,81
55,60
38,24
15,40
31,08
21,90
Mc
84,85
87,50
97,30
55,60
98,53
38,50
17,57
6,90
Cx
83,84
0,00
66,22
77,80
72,06
7,70
60,81
100
F
59,60
62,50
77,03
66,70
52,94
100
55,41
96,90
T
82,83
100
100
100
86,76
76,90
72,97
95,30
As
67,68
0,00
82,43
5,60
92,65
3,80
37,84
6,30
Ca
72,73
0,00
86,49
11,10
85,29
11,50
45,95
42,20
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
7,70
45,95
3,10
Mt
91,92
62,50
100
94,40
100
30,80
16,22
22,70
Fa1
67,68
12,50
77,03
5,60
80,88
13,50
1,35
7,60
Fa2
62,63
6,30
47,30
11,10
61,76
12,50
1,35
3,60
Fa3
57,58
6,30
33,78
9,70
44,12
4,80
1,35
0,90
R de Pearson
0,4730
0,6968
0,2551
0,5845
P
0,0304
0,0004
0,2645
0,0054
85
[page-n-99]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 36. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE Xa. Se destaca las tallas con un coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
(S) AVGFUI
Utilidad
general
(S) FUI
Utilidad
alimenticia
(S) MAVGTF
Grasa
(S) AVGMAR
Volumen
medular
(UMI)
Grasa insaturada
y médula
(S) MDI
Curado de la
carne
0,1696
0,1355
-0,1109
0,6729
0,6971
-0,3358
P
0,5012
0,5919
0,6613
0,0022
0,0013
0,1731
R de Pearson
0,2456
0,3390
0,0587
0,6686
0,8061
-0,2641
P
0,3260
0,1688
0,8171
0,0024
0,0001
0,2896
0,0780
0,5187
0,1988
0,8807
0,7633
-0,3106
0,7585
0,0274
0,4291
0,0000
0,0002
0,2098
Grande R de Pearson
Media
Pequeña R de Pearson
P
Talla grande
100
Mc
T
H
60
RU
40
Fa
20
E
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
Mc
H
60
RU
40
0
Mt
Fa
0
0
40
60
UMI
40
60
80
(S)AVGMAR
Talla media
Mt
80
100
RU
Mc
Fa
Mt
E
Cx
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
F
T
60
H
40
40
60
UMI
80
100
0
100
Talla pequeña
Fa
20
20
RU
Mc
80
F
Fa
0
H
40
100
T
H
Ca
As
Car
T
60
0
100
40
0
F
20
20
60
20
20
H
Fa
80
F
F
40
100
T
20
Mc
Talla pequeña
100
80
RU
60
0
100
Talla grande
80
Cx
20
100
%MAU
F
%MAU
Mt
T
Mt
80
%MAU
%MAU
80
0
Talla media
100
%MAU
Estadísticos
%MAU
Talla
0
Ca
Tar
As
Mc
20
RU
Mt
40
60
UMI
80
100
Figura 42. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE Xa.
Un 9,6% de alteraciones antrópicas se reconocen sobre los
cérvidos, donde la termoalteración es la principal, seguida por las
incisiones, las muescas, los raspados, los arrastres y finalmente
los hundimientos y pérdida ósea (figura 43). Las alteraciones
por fuego afectan a la superficie total de los fragmentos, salvo
algunas excepciones donde solo les afecta parcialmente, con una
coloración que oscila entre el N y G/B, aunque la mayoría se concentra en los estadios de carbonización M/N y N. Las incisiones
se dan sobre las hemimandíbulas, costillas, vértebras, húmeros,
radios, ulnas, metacarpos, coxales, fémures, tibias y metatarsos,
principalmente en la parte central de la diáfisis y sus caras palmares, dorsales y laterales, con morfología corta, dirección oblicua
o transversal/oblicua e intensidad leve o media. Las muescas por
percusión se limitan al radios/ulna, metacarpos, fémures, tibia y
86
metatarsos, localizadas en la zona central de las diáfisis, con morfología semicircular o triangular, dirección longitudinal e intensidad media o alta, ya sean simples muescas aisladas o múltiples
sobre un mismo elemento. Las ulnas, los coxales, los metatarsos
y las falanges son los únicos elementos donde observamos raspados, todos ellos de morfología corta, con dirección transversal u
oblicua e intensidad leve o media. 2 arrastres a causa de la percusión se han identificado sobre metatarsos de ciervo, concretamente en la zona dorsal de la parte media de la diáfisis, de morfología
corta, dirección transversal e intensidad alta. 1 hundimiento por
percusión se reconoce sobre un metatarso de ciervo, en la cara
lateral de la diáfisis, de morfología circular e intensidad alta. El
único signo de pérdida ósea se observa sobre una falange 3ª que
a su vez presenta signos de termoalteración en uno de sus bordes.
[page-n-100]
resultados
Tabla 37. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
en la UE Xa.
Taxón
Artiodactyla
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Testudines
Total
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Raspado
Muesca
Hundimiento
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
C
3
0,96
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
E
2
0,64
-
-
-
-
-
-
-
-
C
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
A
2
0,64
2
2,15
1
3,85
-
-
-
-
MA
-
-
6
6,45
2
7,69
1
2,27
1
50,00
MP
-
-
12
12,90
3
11,54
6
13,64
-
-
E
1
0,32
-
-
3
11,54
2
4,55
-
-
C
9
2,89
-
-
-
-
-
-
-
-
A
4
1,29
-
-
1
3,85
-
-
-
-
MA
10
3,22
3
3,23
1
3,85
1
2,27
-
-
MP
21
6,75
4
4,30
2
7,69
4
9,09
-
-
E
16
5,14
3
3,23
-
-
-
-
-
-
C
3
0,96
1
1,08
-
-
-
-
-
-
A
-
-
3
3,23
-
-
-
-
-
-
MA
15
4,82
17
18,28
2
7,69
8
18,18
-
-
MP
14
4,50
18
19,35
4
15,38
11
25,00
1
50,00
E
8
2,57
2
2,15
2
7,69
-
-
-
-
C
15
4,82
1
1,08
-
-
1
2,27
-
-
A
4
1,29
3
3,23
-
-
-
-
-
-
MA
7
2,25
5
5,38
4
15,38
2
4,55
-
-
MP
7
2,25
7
7,53
1
3,85
6
13,64
-
-
E
3
0,96
4
4,30
-
-
2
4,55
-
-
C
20
6,43
-
-
-
-
-
-
-
-
A
36
11,58
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
24
7,72
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
62
19,94
2
2,15
-
-
-
-
-
-
E
10
3,22
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
E
4
1,29
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
ES
4
1,29
-
-
-
-
-
-
-
-
PL
1
0,32
-
-
-
-
-
-
-
-
311
100
93
100
26
100
44
100
2
100
Entre los équidos se registra un 6,2% de las modificaciones
antrópicas, entre las que abundan las termoalteraciones, incisiones y muescas, con una baja proporción de raspados y pérdida
ósea. Las modificaciones por fuego afectan a restos craneales,
axiales y apendiculares, en la inmensa mayoría sobre la superficie íntegra de los fragmentos, con una coloración que oscila
entre el M y G, aunque nuevamente predominan los estadios de
carbonización M/N y N. Las incisiones se han registrado sobre
las hemimandíbulas, hioides, vértebras, húmeros, radios/ulna,
fémures, tibias y metatarsos, todas sobre la zona central de las
diáfisis en el caso de los huesos largos, de morfología principalmente corta, dirección oblicua e intensidad leve o media.
Las muescas se dan sobre distintos restos de húmero, fémur,
tibia y metatarso, además de en la raíz de un premolar, segu87
[page-n-101]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 38. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e
indeterminados recuperados en la UE Xa.
Talla de peso
Grande
Media
Pequeña
Muy pequeña
Indeterminada
Total
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Muesca
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
C
2
0,37
-
-
-
-
-
-
A
11
2,02
3
3,41
1
3,70
-
-
MA
-
-
-
-
1
3,70
-
-
MP
-
-
1
1,14
-
-
-
-
E
40
7,34
13
14,77
4
14,81
3
17,65
C
7
1,28
-
-
-
-
-
-
A
22
4,04
5
5,68
-
-
-
-
MA
2
0,37
2
2,27
-
-
-
-
MP
7
1,28
2
2,27
-
-
1
5,88
E
154
28,26
37
42,05
9
33,33
10
58,82
A
8
1,47
3
3,41
-
-
-
-
MA
1
0,18
1
1,14
-
-
-
-
MP
4
0,73
2
2,27
-
-
-
-
E
78
14,31
9
10,23
10
37,04
3
17,65
A
1
0,18
-
-
-
-
-
-
E
60
11,01
-
-
-
-
-
-
C
3
0,55
-
-
-
-
-
-
A
2
0,37
-
-
1
3,70
-
-
E
143
26,24
10
11,36
1
3,70
-
-
545
100
88
100
27
100
17
100
ramente derivadas de la actividad de percusión sobre la hemimandíbula. En el caso del miembro apendicular, estas muescas
se caracterizan por una morfología semicircular o triangular,
con dirección longitudinal e intensidad media o alta, tanto de
naturaleza simple como múltiple. Los raspados se registran
únicamente sobre la ulna, concretamente en la zona 2m, de
morfología larga, dirección oblicua e intensidad leve. Finalmente, un fragmento de costilla es el único que muestra signos
de pérdida ósea a causa del fuego.
En los lagomorfos, las alteraciones de origen antrópico suponen un 13,3%, entre las que los signos de termoalteración
es prácticamente la única afección, a excepción de dos incisiones (figura 44). Estas últimas se localizan sobre dos fragmentos de coxal, con morfología corta, dirección oblicua y
transversal respectivamente, e intensidad leve. En el caso de la
afección por fuego, encontramos signos en todas las partes del
esqueleto, en la inmensa mayoría cubriendo la totalidad de la
superficie de los fragmentos y con un claro predominio de la
coloración M/N y N, siendo raros los casos donde se alcanzan
los grados de color G o B.
Entre los carnívoros registramos el 0,5% de alteraciones
antrópicas, limitadas a la termoalteración de fragmentos de
ulna, tibia y falanges, afectando a la totalidad de la superficie y con una coloración M o N. Para el resto de los taxones
(aves y tortugas) identificamos el 0,6% de alteraciones, donde
la termoalteración vuelve a ser la predominante, seguida de la
88
Raspado
presencia de incisiones y raspados. El fuego afecta a prácticamente la totalidad de las superficies de húmeros, metatarsos
y plaquetas, con coloración M, N y M/N. Las incisiones solo
se localizan sobre un fragmento de húmero de Alectoris rufa
y una plaqueta periférica 8ª de Testudo hermanni, ambas de
morfología corta y dirección oblicua. Los raspados solo se dan
sobre el mismo fragmento de húmero de Alectoris rufa, en su
cara palmar, con morfología corta, dirección oblicua e intensidad leve.
El 58,8% de las alteraciones antrópicas se dan sobre los
restos taxonómicamente indeterminados, repitiendo la distribución previamente comentada con un predominio de las
afecciones provocadas por el fuego, la presencia de incisiones,
raspados, muescas y excepcionalmente algún borde crenulado.
Las termoalteraciones afectan de nuevo tanto a fragmentos del
esqueleto craneal, axial como apendicular, generalmente a la
totalidad de las superficies, con coloraciones que oscilan desde
el M al B, con preeminencia del grado de carbonización M/N
y N, junto a la presencia de algunas coloraciones triples. En el
caso de las incisiones, se localizan en las costillas, radio, ulna,
coxal, fémur, tibia, fragmentos de hueso largo y algunos restos indeterminados, localizadas sobre múltiples zonas, aunque
la mayoría se concentra en la zona central de los fragmentos
de diáfisis, de morfología tanto corta como larga, dirección
oblicua o transversal, siendo tanto incisiones simples como
múltiples sobre un mismo fragmento. Los raspados han sido
[page-n-102]
resultados
A
B
C
2 cm
D
Figura 43. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica Xa. A) Fragmentos diafisarios y falanges de ciervo (Cervus elaphus), cabra (Capra pyrenaica) y ungulados de talla media con signos de percusión y fracturas en
estado fresco; B) Evidencias de incisiones y raspados sobre un retocador óseo de talla grande, fragmentos diafisarios de ungulados de talla
media y un fragmento vertebral de caballo (Equus ferus); C) Termoalteraciones sobre costilla de ungulado de talla media, plaqueta ósea de
tortuga (Testudo hermanni), fragmento de vértebra caudal de caballo y falange 2ª de cabra; D) Evidencias de incisiones y raspados sobre
restos de ungulados en vista microscópica.
89
[page-n-103]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
5 mm
Figura 44. Evidencias de actividad antrópica – incisiones y termoalteraciones - sobre restos de conejo (Oryctolagus cuniculus) identificadas en la Unidad Estratigráfica Xa.
reconocidos sobre costillas, huesos largos de varias tallas de
peso y fragmentos de hueso plano, todos ellos en la zona central de las diáfisis, de morfología principalmente corta, dirección transversal o transversal/oblicua, intensidad leve o media
y cantidad múltiple. Las muescas a causa de la percusión se
dan sobre algunos fragmentos de fémur, tibia y huesos largos,
de morfología semicircular o triangular, dirección longitudinal e intensidad media o alta, siendo desde muescas simples a
múltiples. Un borde crenulado se ha podido determinar sobre
un fragmento de hueso largo de talla grande, presumiblemente
derivado de las labores de percusión, presentando una morfología triangular y dirección transversal al eje principal.
La producción de retocadores óseos
La unidad estratigráfica Xa compuesta por más de tres mil
restos, incluye únicamente seis retocadores óseos, que suponen el 0,18% del NISP (Pérez et al., 2019). Tres de ellos
corresponden a fragmentos de metatarsos, junto a un fragmento de la cara dorso-lateral de tibia de caballo (Equus ferus), conservando todos ellos entre un 25-50% de su circunferencia original. Los dos artefactos restantes corresponden
a un fragmento dorso-medial de metatarso de ciervo (Cervus
elaphus) y un fragmento dorso-lateral de la diáfisis de un
gran mamífero, ambos también con un 25-50% de su circunferencia conservada (tabla 39, figura 45).
Todos los retocadores tienen fracturas antiguas realizadas
en estado fresco, correspondientes al morfotipo II.4.2 para
huesos largos, es decir, fragmentos con fracturas frescas en
todos los bordes y cilindro diafisario incompleto. En términos generales, las muescas de percusión se localizan en la
cara lateral y dorsal de los huesos de las extremidades, con
distribución unilateral y dirección longitudinal/transversal e
intensidad media. A excepción de la pieza nº 3700, el resto
de retocadores tienen puntos de impacto relacionados con tareas de percusión para acceder a la médula antes de ser usados
90
como herramienta. Especial interés tiene la pieza nº 3542 por
presentar tres extracciones intencionadas superpuestas y un
contragolpe en el eje mayor. Las marcas de corte se localizan
en la cara dorsal, palmar y lateral de los huesos de las extremidades, caracterizadas por morfología corta (<10 mm), dirección oblicua e intensidad media, relacionadas con las tareas de
desollado, descarnado y remoción de periostio.
En cuanto a sus características tecnológicas y morfométricas, el largo y ancho promedio de los retocadores óseos es
de 105,03 ± 22,3 mm y 26,73 ± 9,64 mm respectivamente, sin
identificar diferencias por especie o elemento anatómico. Las
zonas de uso se concentran en los extremos de las piezas. A
excepción del metatarso de ciervo nº 3700, que tiene dos zonas
de uso activo, los útiles presentan una única zona de actividad,
con un área media de 0,29 cm2 (tabla 40).
Al mismo tiempo, la morfología de las zonas de uso es
algo variable según los taxones, con una tendencia más ovalada en équidos y más circular en ciervos, aunque el fragmento
nº 3542, correspondiente a un metatarso de caballo, y el hueso
de la extremidad fragmento nº 992, parecen más redondas que
elípticas. En total se registraron 431 huellas de impacto en los
seis retocadores óseos (figura 46). Hay un claro predominio de
impresiones lineales dentro de las zonas de uso (85,8%), con
orientaciones oblicuo-transversales y una longitud media de
1,49 mm. Solo unas pocas impresiones lineales se localizan
fuera de las zonas de uso (3,9%). Las impresiones en triedro
también se reconocen en las zonas de uso (10,2%). Las estrías
por raspado sólo están presentes en la pieza nº 4755. Por otro
lado, el desconchado masivo provocado por el uso intenso de
la misma zona se ha identificado en los huesos nº 3700 y nº
3412, aunque no es del todo concluyente en este último artefacto. Además, todos los retocadores, excepto el nº 3700,
presentan fracturas largas paralelas al eje longitudinal propias
de su uso recurrente, además de presentar un alto grado de
alteración diagenética por presión sedimentaria. Identificamos
varias impresiones superpuestas características del uso de las
piezas tanto en estado fresco como seco en el caso de los nº
3689 y nº 3700. El índice de lateralización define una tendencia de zonas de actividad situadas en el lado derecho de la
herramienta (57%). aunque tres de las zonas de uso (nº 37002, 3689 y 4755) se sitúan en una posición intermedia en los
diagramas de dispersión (Pérez et al., 2017).
Actividad de otros agentes biológicos
87 alteraciones producidas por otros agentes biológicos distintos a los humanos o de tipo indeterminado han sido contabilizadas en la unidad (tabla 41, figura 47).
Entre los caprinos se han reconocido 3 arrastres sobre un
metatarso, generados por mordedura, presentando una morfología corta, dirección longitudinal e intensidad media, aunque desconocemos el posible agente generador. Igualmente
se ha identificado 1 aparente incisión y 1 muesca sobre dos
fragmentos de tibia, cuyo origen y agente también desconocemos. La primera es de morfología corta, dirección longitudinal e intensidad leve, mientras la segunda presenta una
morfología circular, con dirección longitudinal e intensidad
alta. Por último, 3 punciones generadas por la mordedura de
un carnívoro se han identificado en otro fragmento de tibia y
de metatarso, con morfología circular, dirección transversal/
oblicua e intensidad media.
[page-n-104]
resultados
Tabla 39. Principales características de los retocadores óseos recuperados en la UE Xa de El Salt. Abreviaturas: C (Circunferencia), Ca
(Cara), Mf (Morfotipo fractura), L (Longitud), A (Anchura), Gc (Grosor cortical), ZU (Zona de uso), Mc (Marca de corte), R (Raspado),
Mu (Muescas), T (Termoalteración).
Nº ID Taxón / Talla
Hueso
992
Ca
Mf
L
A
Gc
ZU
Mc
R
Mu
Hueso largo 2
Lateral
II.4.2
76,26
28,44
10,10
1
3412 Equidae
Metatarso
2
Dorsal
II.4.2
118,88
33,82
9,62
1
3542 Equidae
Metatarso
2
Lateral
II.4.2
135,62
36,16
11,68
1
x
x
3689 Equidae
Tibia
2
Dorsal
II.4.2
104,42
30,19
7,56
1
x
x
3700 Cervidae
Metatarso
2
Dorso/medial II.4.2
112,87
22,01
4,37
2
x
4755 Equidae
Metatarso
2
Dorsal
82,15
9,76
34,91
1
x
A
Grande
C
II.4.2
x
T
x
x
x
x
x
x
B
C
D
E
F
2 cm
Figura 45. Conjunto de retocadores óseos recuperados en la Unidad Estratigráfica Xa. A) Fragmento de diáfisis de individuo de talla grande (nº 992); B, C y D) Fragmentos de metatarso de équido (nº 3412, nº 3542, nº 4755); E) Fragmento de metatarso de cérvido (nº 3700);
F) Fragmento de tibia de équido (nº 3689).
91
[page-n-105]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 40. Medidas de las zonas de uso de los retocadores óseos identificados en la UE Xa de El Salt. Todas las dimensiones se expresan
en milímetros (mm), excepto el área que es expresada en cm2.
Nº ID
Longitud
Anchura
Área cm2
Distancia
eje proximal
Distancia
eje distal
Distancia
eje derecho
Distancia
eje izquierdo
992
12,18
7,44
0,13
16,90
57,90
6,80
9,80
3412
30,16
19,85
0,47
18,10
76,01
17,80
3,50
3542
14,39
10,66
0,24
17,01
79,60
5,30
7,80
3689
23,90
14,90
0,24
13,20
66,50
8,10
6,80
3700_1
13,54
10,07
0,22
19,50
63,70
10,90
1,60
3700_2
13,75
10,4
0,26
83,40
12,10
5,80
2,20
4755
25,21
16,28
0,49
4,70
40,10
9,01
7,10
Nº ID
Distancia eje
derecho a centro
Distancia eje
izquierdo a centro
Índice de
lateralización
Impresiones lineales
Impresiones lineales
fuera de zona de uso
992
10,20
13,80
-3,60
32
2
3412
14,20
18,10
-3,90
45
0
3542
23,10
8,60
14,50
36
3
3689
12,50
13,10
-0,60
74
3
3700_1
15,20
6,60
8,60
23
3
3700_2
11,10
8,80
2,30
25
0
4755
16,30
15,30
1,00
135
6
Nº ID
Impresiones
en triédro
Longitud media
de impresiones
Estrías
Orientación
Desconchados
masivos
Fracturas
de uso
Reciclado
992
14
0,77
No
Transversal
No
No
No
3412
3
2,46
No
Transversal
Dudoso
Si
No
3542
2
1,57
No
Transversal
No
Sí
No
3689
9
1,29
No
Transversal
No
Sí
Sí
3700_1
1
1,99
No
Transversal
Sí
Dudoso
No
3700_2
6
0,88
No
Transversal
No
Dudoso
Sí
4755
9
1,50
Sí
Transversal
No
Sí (Incipiente)
No
En los cérvidos hemos reconocido 2 bordes crenulados sobre un húmero y un radio de Cervus elaphus, cuyo origen y
agente no se ha determinado en el primer elemento, mientras
que en el radio parecen relacionarse con la mordedura de un
carnívoro. También desconocemos una alteración similar a un
raspado sobre la zona central de la diáfisis de un metacarpo,
con dirección transversal e intensidad leve, aunque sin tener del
todo claro si su origen está ligado a las actividades de carnicería.
Entre los équidos se han reconocido un total de 7 alteraciones naturales. 3 punciones se sitúan sobre un húmero y dos
metatarsos, provocadas por dientes, aunque de agente indeterminado, con una morfología circular, distribución unilateral e
intensidad alta. Por otro lado, 3 arrastres sobre la zona central
de la tibia y metatarso provocados por dientes también han
sido identificados, aunque sin agente definido. Finalmente, 1
muesca de morfología semicircular y dirección longitudinal se
ha determinado sobre la cara lateral de un fragmento de fémur.
92
Entre los carnívoros hemos podido identificar 2 punciones sobre el único fémur de cf. Cuon sp., provocadas por la
mordedura de otro carnívoro en la línea intertrocantérea, de
una intensidad bastante alta. En este mismo fragmento se ha
podido reconocer 1 borde crenulado, seguramente asociado
a la actividad del mismo carnívoro que generó las punciones
(figura 48).
Un total de 37 alteraciones naturales se localizan sobre lagomorfos, entre los que las muescas parecen haber sido provocadas tanto por mordedura de pequeños carnívoros como
impactos de pico que provocan morfologías semicirculares y
triangulares, con dirección longitudinal al eje principal e intensidad leve o media. No obstante, la corrosión digestiva es la
modificación más abundante, provocada tanto por la actividad
de rapaces como de pequeños carnívoros, principalmente concentrada en los bordes de los fragmentos con intensidad ligera
o moderada. La pérdida ósea afecta a 8 fragmentos, aunque en
[page-n-106]
resultados
A
B
C
D
E
F
Figura 46. Detalle de las zonas de uso de los retocadores óseos. A) nº 992; B) nº 3412; C) nº 3542; D) nº 4755; E) nº 3700; F) nº 3689.
93
[page-n-107]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 41. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por carnívoros, aves rapaces y agentes naturales indeterminados de los restos faunísticos recuperados en la UE Xa.
Carnívoros
Taxón / Talla de peso Grupo anatómico Punción
Arrastre
Borde crenulado Muesca
Digestión
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Caprinae
MP
3
30,00
3
17,65
-
-
1
50,00
-
-
Cervidae
MA
-
-
-
-
2
50,00
-
-
-
-
Equidae
MA
1
10,00
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
2
20,00
3
17,65
-
-
1
50,00
-
-
MA
-
-
-
-
-
-
-
-
2
16,67
MP
-
-
1
5,88
1
25,00
-
7
58,33
Carnivora
MP
2
20,00
-
-
1
25,00
-
-
-
Grande
E
-
-
5
29,41
-
-
-
-
-
-
Media
E
2
20,00
3
17,65
-
-
-
-
3
25,00
Pequeña
E
-
-
2
11,76
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
In
-
-
1
-
-
-
-
-
-
-
10
100
17
100
4
100
2
100
12
100
Leporidae
Total
Aves
Taxón / Talla de peso Grupo anatómico Picotazo
Leporidae
Muy pequeña
Muesca
Digestión
NR
%
NR
%
NR
%
C
2
100
-
-
-
-
MA
-
-
-
-
2
25,00
MP
-
-
6
85,71
6
75,00
E
-
-
1
14,29
-
-
2
100
7
100
8
100
Total
Agente indeterminado
Taxón / Talla de peso Grupo anatómico Incisión / Raspado Pérdida ósea
Peeling
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Caprinae
MP
1
16,67
-
-
1
11,11
-
-
Cervidae
MA
1
16,67
-
-
-
-
-
-
Leporidae
C
1
16,67
-
-
-
-
-
-
A
-
-
1
12,50
-
-
-
-
MA
-
-
3
37,50
-
-
-
-
MP
1
16,67
4
50,00
-
-
-
-
Grande
E
2
33,33
-
-
1
11,11
-
-
Media
A
-
-
-
-
1
11,11
-
-
MP
-
-
-
-
1
11,11
-
-
E
-
-
-
-
4
44,44
1
50,00
Muy pequeña
E
-
-
-
-
-
1
50,00
Indeterminado
In
-
-
-
-
1
-
6
100,0
8
100
9
Total
94
Muesca
88,9
2
100
[page-n-108]
resultados
A
B
C
D
E
F
G
H
Figura 47. Restos de conejo (Oryctolagus cuniculus) y fragmentos óseos indeterminados con marcas de origen natural identificadas en la
Unidad Estratigráfica Xa.. A, B y C) Signos de digestión; D, F y G) arrastres; E) punciones; H) marcas indeterminadas.
95
[page-n-109]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
1 cm
Figura 48. Articulación proximal de fémur cuón (Cuon sp.) recuperado en la Unidad Estratigráfica Xa sobre la que destacan dos marcas de
punción sobre su cara dorsal y se indican sus dimensiones en vista microscópica.
su caso tanto la acción como el agente generador se desconocen. Finalmente, 2 pequeñas incisiones de morfología irregular e intensidad leve y media se localizan sobre un fragmento
del cráneo y un coxal, sin tener claro su origen y agente, al
igual que 1 pequeño arrastre sobre un fémur por la mordedura
de un predador desconocido y 1 borde crenulado sobre otro
fragmento de fémur de intensidad media.
Por último, entre el material indeterminado o asociado
a alguna talla de peso hemos reconocido 29 modificaciones
naturales e indeterminadas. En el caso de las tallas medias
se ha identificado muescas de origen indeterminado sobre
costilla, fémur y huesos planos, junto a signos de peeling
sobre un fragmento de metápodo, además de punciones,
arrastres y corrosión digestiva sobre fragmentos de hueso
largo. Esta última ha podido vincularse a la actividad de
carnívoros por mordedura, al igual que 2 punciones. Entre
las tallas grandes los arrastres son la alteración más común,
todos sobre fragmentos de hueso largo, de morfología larga,
dirección transversal u oblicua e intensidad media o alta.
2 incisiones de naturaleza indeterminada se han reconocido sobre fragmentos de hueso largo, así como 1 muesca
de morfología circular. Entre las tallas pequeñas solo se ha
reconocido 2 arrastres sobre un fragmento de hueso largo,
de morfología corta, dirección oblicua e intensidad media.
Por su parte, en las tallas muy pequeñas hemos reconocido
peeling en un fragmento de hueso largo y 1 muesca provocada por la actividad de las aves rapaces, con morfología triangular, distribución transversal e intensidad media.
Finalmente, entre los restos totalmente indeterminados se
ha identificado 1 arrastre y 1 muesca, cuyo posible agente
también nos es desconocido.
96
5.2.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 3861 alteraciones de carácter diagenético se han identificado en la UE Xa, con una gran presencia de la concreción
(40,5%), pigmentación por óxidos de manganeso (26,4%) y vermiculaciones (20,8%), quedando los signos de erosión reducidos
al 7,8%, la meteorización al 2,7% y la corrosión química al 1,8%.
De entre todas ellas, los grados de afección más abundantes son el
1 y 2 con un 78,1%, mientras que el grado 3 representa un 14% y
los grados 4 y 5 se reducen al 7,8%. Este hecho facilita una buena
identificación de marcas de origen bioestratinómico en el conjunto, a pesar de la abundancia de modificaciones diagenéticas.
A nivel anatómico, los restos de las extremidades presentan un 54,9% de las alteraciones, seguidos de los fragmentos
del miembro posterior (19%), miembro anterior (10%), esqueleto axial (9,2%) y craneal (6,7%). En términos taxonómicos,
al margen de las tallas de peso y restos totalmente indeterminados que suponen el 56,1%, los lagomorfos son el taxón
con mayor cantidad de modificaciones (17,5%), seguidos de
los cérvidos (10,7%), caprinos (8,6%), équidos (4,9%), carnívoros (0,8%), artiodáctilos indeterminados (0,4%), avifauna
(0,3%), testudinos (0,2%), suidos (0,1%) y bufónidos (0,03%).
5.2.9. paleoecología
La UE Xa se trata de la unidad con mayor diversidad específica del depósito de El Salt, con una curva de rarefacción
totalmente estabilizada a un cut-off de 500 en el eje X. Se
conforma de especies de requerimientos cálidos y ambientes
de pradera, bosques, montes y matorrales. Por su parte, los
índices de Simpson (λ) y de Shannon (H’), con un 0,75 y 1,84
respectivamente, indican el predominio de un taxón sobre el
resto, ligado en este caso a la alta presencia de lagomorfos.
[page-n-110]
resultados
A partir del NISP, la diversidad ecológica de la unidad está
caracterizada por el predominio de lagomorfos y artiodáctilos, con una abrumadora presencia de individuos de hábitos
pastadores, principalmente mamíferos de pequeño tamaño,
animales fosores y de forma más limitada mamíferos de gran
tamaño, con pesos que oscilan de los 1-10kg a > 180 kg (figura 49). El modelo bioclimático a partir del empleo del componente bioclimático (CB), muestra un claro predominio del
1000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
1000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Avi
Alimentación
1600
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
Car
Ins
Past
Ram
Fru
zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de
vegetación mediterránea) con un 38%, junto a una presencia
algo menor de los zonobiomas V, VI y prácticamente reducida
del resto de zonobiomas (figura 50). Tras aplicar las funciones
discriminantes sobre estos datos, hemos obtenido para la UE
Xa una TMA de 18,8ºC ± 3,7ºC y una PMA de 503,6 mm ±
558,7 mm (tabla 42).
1000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Omn
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 49. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica Xa.
V
16%
VII
8%
IV
38%
Otros
21%
VIII
2%
VI
10%
III
8%
II/III
7%
II
7%
IX
1%
I
3%
Figura 50. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica Xa.
97
[page-n-111]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 42. Resultados del modelo bioclimático en la UE Xa.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
S. scrofa
0,14
0,14
0,14
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
1
D. bicornis
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. lupus
0,00
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
0,11
1
C. alpinus
0,17
0,17
0,17
0,00
0,17
0,17
0,17
0,00
0,00
0,00
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pardus
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
T. hermanni
0,00
0,00
0,00
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. rufa
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. platyrhynchos
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,45
1,06
1,06
1,25
5,73
2,31
1,48
1,17
0,36
0,11
15,00
CB
3,02
7,09
7,09
8,35
38,20
15,42
9,87
7,80
2,41
0,74
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 18,81 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 26,41 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 12,70 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 13,71 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 442,37 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 416,81 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): 0,41 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 503,63 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 6,37 (SD 1,47).
5.3. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA IX
5.3.1. conteo taxonómico
Un total de 549 restos conforman la UE IX (tabla 43), entre
los que el material identificado taxonómica y anatómicamente
supone el 47,5%, con un total de 200 NME y 32 NMI. Entre
los taxones identificados predominan los lagomorfos (42,9%),
seguidos de los cérvidos (29,9%), caprinos (12,3%), équidos
(8%), distintos tipos de aves (3,4%), carnívoros (1,9%) y artiodáctilos indeterminados (1,1%).
Los restos no identificados suponen el 52,5% de material
restante, donde los fragmentos de las distintas tallas de peso implican el 85,8%, siendo los fragmentos totalmente indeterminados un 14,2%. Entre las primeras, los animales de talla media
y media/grande ascienden a un 49,3%, los de talla pequeña o
pequeña/media a un 29,5%, los de talla grande a un 5,9% y por
último los de talla muy pequeña a un 1%.
5.3.2. representación anatómica
Caprinos
Entre la familia de los bóvidos tan solo hemos reconocido 32 restos pertenecientes a caprinos, con un total de 11 NME y 5 NMI
(tabla 44). En términos taxonómicos, la familia se compone de
98
Capra pyrenaica (71,9%), Capra sp. (3,1%) y otros restos asociados únicamente a la subfamilia Caprinae (28,1%). A nivel
esquelético, el miembro anterior y extremidades son los más
abundantes (37,5% y 31,3% respectivamente), seguidos de
fragmentos del miembro posterior (21,9%) y axial (9,4%). Ningún elemento del esqueleto craneal se ha reconocido.
El %MAU confirman la alta representatividad de distintos
elementos del miembro anterior y posterior (86-100%), mientras relativizan la existente en las extremidades, únicamente alcanzando el 38% de presencia. El resto de los elementos pertenecientes al esqueleto axial suponen un 13% de representación,
con algunos casos excepcionales a nivel de grupo anatómico,
donde se alcanza el 66,7% en hioides, mientras otros ni siquiera
llegan al 16,7% (costillas, vértebras, falanges).
Cérvidos
Los restos de cérvidos tienen una mayor presencia en el conjunto, ascendiendo a 78 NR, con un total de 49 NME y 5 NMI (tabla 44). Taxonómicamente, Cervus elaphus es la única especie
reconocida, con un 84,6% de representación, mientras el 15,4%
restante tan solo ha sido asociado a la subfamilia Cervinae. A
nivel esquelético, son los fragmentos del miembro posterior
los más abundantes (46,2%), seguidos del miembro anterior
(28,2%), para finalmente dar paso a restos del esqueleto craneal
(10,3%), extremidades (9%) y del esqueleto axial (6,4%).
[page-n-112]
resultados
Los resultados del %MAU confirman la anterior distribución en términos de representación por individuo, relativizada
entre algunos elementos que alcanzan cotas de representación
elevadas (100%) a pesar de no pertenecer al miembro posterior,
como por ejemplo los metacarpos. Por su parte, los restos del
esqueleto axial quedan reducidos a una representación del 4%.
Équidos
21 restos de la unidad han sido determinados entre los équidos,
con un total de 17 NME y 2 NMI (tabla 44). Equus ferus es
la única especie reconocida (57,1%), mientras que la otra parte
del conjunto se ha adscrito a la subfamilia Equinae (42,9%).
Entre ellos, los fragmentos del miembro posterior son los más
abundantes (33,3%), seguidos de los restos del miembro anterior (23,8%), extremidades (19%), esqueleto craneal (14,3%) y
esqueleto axial (9,5%).
El %MAU confirman de nuevo esta representación esquelética de los grupos anatómicos, repitiéndose la elevada presencia del miembro posterior y anterior en el conjunto (93-100%),
seguidos muy de lejos por los restos craneales y axiales que se
sitúan por debajo del 7% de representatividad.
Carnívoros
Únicamente 5 restos han sido determinados como carnívoros
en el conjunto, con 5 NME y 2 NMI (tabla 44, figura 51).
Taxonómicamente, el orden se compone de Lynx sp. (80%)
y Panthera cf. pardus (20%), donde reconocemos restos del
miembro posterior y craneal (40% respectivamente) y de las
extremidades (20%). El %MAU en cambio, demuestra el predominio de los restos craneales (100%) frente al miembro posterior (75%).
Lagomorfos
Los conejos son el taxón más abundante en la UE IX, con un
total de 112 NR, 82 NME y 11 NMI (tabla 44). Oryctolagus
cuniculus es el único taxón identificado con un 97,3%, mientras que el 2,7% restante tan solo se ha determinado a nivel
de la familia Leporidae. En este caso hay un altísimo predominio de los fragmentos del miembro posterior (57,1%),
para luego dar paso a las extremidades (16,1%), esqueleto
craneal (13,4%), el miembro anterior (8,9%) y el esqueleto
axial (4,5%).
Tabla 43. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE IX.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Infantil
Joven
Subadulto Adulto
Artiodactyla
3
1,15
3
1
1
-
-
-
-
Caprinae
8
3,07
6
1
1
-
-
-
-
Capra sp.
1
0,38
1
1
1
-
-
-
-
Capra pyrenaica
23
8,81
18
3
3
1
1
-
-
Cervinae
13
4,98
9
1
1
-
-
-
-
Cervus elaphus
65
24,90
40
4
4
-
1
-
1
Sus scrofa
1
0,38
1
1
1
-
-
-
1
Equinae
9
3,45
7
1
1
-
1
-
-
Equus ferus
12
4,60
10
1
1
-
1
-
-
Lynx sp.
4
1,53
4
1
1
-
-
-
1
Panthera pardus
1
0,38
1
1
1
-
-
-
-
Leporidae
3
1,15
3
1
1
-
1
-
-
Oryctolagus cuniculus
109
41,76
88
10
10
-
2
1
-
Phasianidae
1
0,38
1
1
1
-
-
-
-
Alectoris rufa
3
1,15
3
1
1
-
-
-
-
Passeriformes
2
0,77
2
1
1
-
-
-
-
Pyrrhocorax sp.
1
0,38
1
1
1
-
-
-
-
Anatinae
2
0,77
2
1
1
-
-
-
-
Total NISP
261
100
200
32
32
1
7
1
3
Talla grande
17
5,90
4
-
-
-
-
-
-
Talla media
142
49,30
8
-
-
-
-
-
-
Talla pequeña
85
29,50
9
-
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
3
1,04
2
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
41
14,24
4
-
-
-
-
-
-
Total NR
288
100
27
-
-
-
-
-
-
99
[page-n-113]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Esta representación esquelética se altera al aplicar el %MAU,
donde los distintos elementos del miembro posterior tienen una
representatividad del 57%, mientras que los fragmentos craneales
alcanzan el 100% de representatividad, quedando muy por debajo
el miembro anterior (22%) y el esqueleto axial (1%).
Suidos
Aves
Entre los restos que no han podido ser identificados taxonómicamente tenemos un total de 288 NR, de los que se ha podido
fijar un NME de 27 (tabla 45) dada la posible determinación
anatómica de ciertos fragmentos. En su inmensa mayoría se tratan de fragmentos de diáfisis de hueso largo de talla media y
pequeña, además de otros elementos de las extremidades que
en conjunto supone el 86,6% del total. Entre los fragmentos determinados anatómicamente, un 4,8% pertenecen al esqueleto
axial, un 3,4% al miembro posterior, un 3,1% al miembro anterior y un 2,1% al craneal.
Entre las aves reconocemos 9 restos, con 9 NME y 5 NMI (tabla
44). A nivel taxonómico se ha diferenciado entre Alectoris rufa
(33,3%), Pyrrhocorax sp. (11,1%), algunos otros restos a nivel de
familia, como los faisánidos y anátidos (11,1% respectivamente),
y otros a nivel de orden, como los Paseriformes (22,2%). Entre
los distintos elementos reconocemos coracoides y húmeros, junto
a un metacarpo, una ulna y una tibia, todos ellos muestran un
100% de representación por individuo aplicando el %MAU.
Entre los suidos tan solo hemos recuperado 1 fragmento de hemimandíbula de Sus scrofa que conserva el P3, P4 y M1, asociada
naturalmente a 1 NME y 1 NMI (tabla 44).
Indeterminados
Tabla 44. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la
UE IX. Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%RA
MAU
%MAU
Artiodactyla
C
1
33,33
1
3,13
0,03
6,25
A
1
33,33
1
14,29
0,14
28,57
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Suidae
Total
100
MP
1
33,33
1
50,00
0,50
100
A
3
9,38
3
1,76
0,02
13,73
MA
12
37,50
9
12,86
0,13
100
MP
7
21,88
5
11,11
0,11
86,42
E
10
31,25
8
5,00
0,05
38,89
C
8
10,26
6
17,14
0,17
51,43
A
5
6,41
4
1,38
0,01
4,14
MA
22
28,21
15
18,75
0,19
56,25
MP
36
46,15
20
33,33
0,33
100
E
7
8,97
4
3,33
0,03
10,00
C
3
14,29
3
2,27
0,02
6,82
A
2
9,52
1
1,39
0,01
4,17
MA
5
23,81
5
31,25
0,31
93,75
MP
7
33,33
4
33,33
0,33
100
E
4
19,05
4
25,00
0,25
75,00
C
15
13,39
15
45,45
0,45
100
A
5
4,46
5
0,52
0,01
1,15
MA
10
8,93
9
10,23
0,10
22,50
MP
64
57,14
52
26,26
0,26
57,78
E
18
16,07
1
0,51
0,01
1,11
C
2
40,00
2
33,33
0,33
100
MP
2
40,00
2
25,00
0,25
75,00
E
1
20,00
1
2,78
0,03
8,33
MA
8
88,89
8
10,00
0,10
100
MP
1
11,11
1
10,00
0,10
100
C
1
100
1
50,00
0,50
100
261
100
191
-
-
-
[page-n-114]
resultados
5.3.3. edad y patrón de mortalidad
A
B
2 cm
Figura 51. Restos de felinos recuperados en la Unidad Estratigráfica
IX. A) Hemimandíbula izquierda con signos de termoalteración y
Falange 1ª-I/V de lince (Lynx sp); B) Trapezoide izquierdo de leopardo (Panthera pardus).
Tabla 45. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE IX.
Talla de peso
Grupo anatómico NR
%NR
NME
Grande
A
3
17,65
2
MA
2
11,76
2
E
12
70,6
-
C
1
0,70
1
Media
Pequeña
A
5
3,52
3
MA
2
1,41
2
MP
6
4,23
4
E
128
90,14
-
C
1
1,18
1
A
4
4,71
4
MA
4
4,71
3
MP
3
3,53
1
E
73
85,88
-
Muy pequeña E
3
100
-
Indeterminada C
3
7,32
2
Total
A
1
2,44
1
MA
1
2,44
1
E
36
87,80
-
288
100
27
Nuevamente, en el caso de los restos de artiodáctilos indeterminados, hemos recuperado en la UE IX un total de 3 NR
pertenecientes al esqueleto craneal, axial y miembro posterior,
con un porcentaje de representación del 33% respectivamente.
No obstante, el %MAU muestra un predominio del miembro
posterior (100%) frente al resto situado por debajo del 30%.
A partir de la fusión ósea hemos obtenido datos para establecer el momento de muerte de ciertos
cierto individuos que conforman
el conjunto de la UE IX (tabla 43). Entre los caprinos, hemos
podido fijar la existencia de 1 individuo infantil y 1 individuo
joven. En los cérvidos hemos reconocido también un fragmento
de tibia de 1 juvenil. En el caso del lince, otro fragmento de tibia
nos indica la existencia de 1 individuo adulto. Como en otras
unidades, la mayor información la obtenemos a partir de los
conejos, donde distintos fragmentos de húmero, fémur y tibia
nos han permitido fijar la existencia de al menos 3 individuos
jóvenes y 1 subadulto.
Si atendemos a la erupción dental, la información anterior
se corrobora entre los caprinos, cérvidos y lagomorfos. Pero,
además, hemos obtenido datos que nos hablan de la existencia
de 1 individuo adulto (19-23 meses) para el único resto de suido
recuperado, así como 2 individuos jóvenes entre los équidos. En
el caso del lince, la comparativa entre la fusión ósea y la erupción dental nos hacen decantarnos por la existencia de 1 único
individuo adulto.
5.3.4. fragmentación y conservación diferencial
El grado de fragmentación en la UE IX es relativamente homogéneo en cuanto a distribución de longitud de los restos, con un
23,7% de piezas de entre 2-3 cm, un 25,9% de entre 3-4 cm,
un 14,9% las situadas entre 4-5 cm y un 23,9% aquellas < 5
cm, quedando los restos menores de 2 cm relegados a un 11,8%
de representatividad. La tasa de fragmentación en el conjunto
asciende a 2,7, mientras que para el material taxonómicamente
determinado disminuye a un 1,3.
La conservación esquelética no obstante es variable atendiendo a los grupos taxonómicos y tallas de peso. Entre los caprinos el 93,8% del material se encuentra fragmentado (tabla 46),
principalmente tratándose de fragmentos de diáfisis tipo “050”
y una circunferencia conservada tipo “2” (figura 52). En los
cérvidos el material fragmentado es el 100%, repitiéndose la importancia de los fragmentos tipo 050 y circunferencia
tipo 2. En los équidos el material fragmentado alcanza el 95,8%
de las piezas, la mayoría fragmentos de diáfisis tipo 050 y circunferencias tipo 2. Los carnívoros por su parte muestran un 80%
de huesos fragmentados, mientras que los suidos son el 100%
(solo un resto) y las aves un 66,7%. Entre los lagomorfos, un
90,1% del material está fragmentado, tratándose principalmente de fragmentos de diáfisis con partes epifisarias tipo “555” y
“051”, junto a fragmentos aislados de diáfisis tipo “050” y circunferencias que oscilan entre el tipo “2” y tipo “4”. Por último, el
material indeterminado presenta un 100% de fragmentación, con
una abundantísima presencia de fragmentos de diáfisis tipo “050”
y circunferencias tipo “1” y “2” (tabla 47).
En cuanto a la conservación diferencial por densidad ósea,
partiendo del %MAU y su correlación estadística con los índices de densidad de las distintas tallas de peso, tan solo entre
las tallas medias y las tallas muy pequeñas observamos un coeficiente de correlación elevado (> 0,63) y significativamente
estadístico (< 0,05). Las tallas grandes y tallas pequeñas sin embargo muestran un coeficiente bastante bajo y sin ningún tipo de
significación (tabla 48).
101
[page-n-115]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 46. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE IX.
Taxón
Artiodactyla
Caprinae
Cervidae
Equidae
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
C
1
33,33
-
-
-
-
-
A
1
33,33
-
-
1
-
-
MP
1
33,33
-
-
-
-
-
A
3
9,38
-
-
1
2
-
MA
12
37,50
-
-
10
-
2
MP
6
18,75
1
3,13
5
1
-
E
10
31,25
-
-
7
-
-
C
8
10,26
-
-
2
-
1
A
5
6,41
-
-
1
1
-
MA
22
28,21
-
-
15
-
3
MP
36
46,15
-
-
29
1
6
E
7
8,97
-
-
2
-
1
C
3
14,29
-
-
-
-
-
A
2
9,52
-
-
1
-
-
MA
5
23,81
-
-
5
-
1
MP
7
33,33
-
-
6
1
-
E
3
14,29
1
4,76
2
-
-
Suidae
C
1
100,0
-
-
1
-
-
Carnivora
C
2
40,00
-
-
1
-
-
MP
1
20,00
1
20,00
-
1
-
E
1
20,00
-
-
-
-
-
C
15
13,39
-
-
2
8
1
Leporidae
Avifauna
A
5
4,46
-
-
2
1
-
MA
10
8,93
-
-
4
3
-
MP
54
48,21
10
8,93
28
8
4
E
17
15,18
1
0,89
1
-
16
MA
5
55,56
3
33,33
1
-
-
MP
Total
1
11,11
-
-
1
-
-
244
93,49
17
6,51
128
27
35
2 cm
Figura 52. Astrágalo izquierdo de cabra (Capra pyrenaica) recuperado en la Unidad Estratigráfica IX.
102
[page-n-116]
resultados
Tabla 47. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE IX.
Talla de peso
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
A
3
17,65
-
-
1
1
-
MA
2
11,76
-
-
2
-
-
E
12
70,59
-
-
10
1
-
C
1
0,70
-
-
-
1
-
A
5
3,52
-
-
1
1
-
MA
2
1,41
-
-
-
-
2
MP
6
4,23
-
-
4
-
2
E
128
90,14
-
-
88
12
18
C
1
1,18
-
-
1
-
-
A
4
4,71
-
-
1
2
-
MA
4
4,71
-
-
3
1
-
MP
3
3,53
-
-
1
1
-
E
73
85,88
-
-
39
10
15
E
3
100
-
-
1
1
-
Indeterminados C
3
7,32
-
-
-
1
-
A
1
2,44
-
-
-
-
1
MA
1
2,44
-
-
-
-
-
E
36
87,80
-
-
10
9
3
288
100
-
-
162
41
41
Grande
Media
Pequeña
Muy pequeña
Total
5.3.5. fracturación
5.3.6. índices de utilidad económica
El 88,3% de las fracturas reconocidas en la UE IX tienen un
origen antiguo, quedando limitadas las fracturas recientes por el
proceso de excavación a un 11,5% o las indeterminadas a un
0,2%. Entre las primeras, la cantidad de fracturas producidas
mientras los huesos estaban en estado fresco asciende a 289 NR,
mientras que las producidas cuando el material estaba seco se
encuentran en 72 NR, junto a un 78 NR con fracturas de carácter
mixto.
Entre los morfotipos determinados, en los caprinos, cérvidos
y équidos destacan las fracturas en fresco, principalmente sobre fragmentos de diáfisis con circunferencias incompletas tipo
II.4.2. Sin embargo, en el caso de los carnívoros se dan fracturas
en seco (I.2.4) y mixtas (III.3), mientras que entre los suidos y la
avifauna encontramos morfotipos de fractura en seco y mixtas.
En los lagomorfos, abundan tanto los morfotipos de fractura en
fresco sobre hueso largo con parte de la epífisis conservada, por
ejemplo, el tipo II.4.4, junto a gran cantidad de restos con morfotipos de fractura en seco y mixtas. En el material indeterminado abundan los morfotipos de huesos largos, principalmente los
fragmentos de diáfisis con circunferencia incompleta tipo II.4.2,
junto a una menor presencia de morfotipos de fractura en seco
tipo I.4 y mixto III.2.
A partir de la asociación por tallas de peso, el %MAU y su correlación estadística con los índices de utilidad económica por
R de Pearson, hemos obtenido como resultado una alta correlación positiva (entre 0,60 y 0,85) y significativamente estadística (< 0,05) entre los animales de talla grande y media respecto
al volumen medular (AVGMAR) y grasa insaturada y médula
(UMI). En las tallas pequeñas esta correlación positiva (0,57) y
significativa tan solo la hallamos respecto al volumen medular
(tabla 49, figura 53). El resto de los índices, aunque con correlaciones positivas, o incluso negativas para el curado de carne,
no tienen una significación estadística que permita proponerlos
como posible explicación en la explotación del conjunto óseo.
5.3.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
218 alteraciones relacionadas con la acción humana se han
determinado en esta unidad, con diferencias en cuanto a
su tipo y distribución por taxones y tallas de peso (tabla 50,
figura 54).
En el caso concreto de los caprinos, hemos registrado el
6,9% de las alteraciones de naturaleza antrópica, donde la termoalteración es la más abundante, seguida de la presencia de
103
[page-n-117]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 48. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE IX. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande Cervus
Talla media Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
0,00
82,43
33,33
0,00
28,57
100
63,64
Ct
55,56
1,85
54,05
5,13
0,00
2,20
9,46
0,00
Vc
50,51
1,42
25,68
0,46
19,12
4,08
62,16
0,80
Vt
49,49
0,00
36,49
0,00
35,29
1,79
0,00
0,00
Vl
48,48
0,00
40,54
7,41
38,24
0,00
47,30
0,00
Vs
37,37
0,00
25,68
0,00
29,41
0,00
58,11
9,09
E
67,68
33,33
66,22
11,11
48,53
0,00
44,59
13,64
H
64,65
100
85,14
55,56
61,76
100
58,11
31,82
R
84,85
33,33
91,89
22,22
76,47
28,57
18,92
4,55
U
65,66
66,67
60,81
44,44
38,24
28,57
31,08
9,09
Mc
84,85
0,00
97,30
55,56
98,53
14,29
17,57
4,55
Cx
83,84
0,00
66,22
22,22
72,06
28,57
60,81
100
F
59,60
33,33
77,03
44,44
52,94
28,57
55,41
54,55
T
82,83
100
100
100
86,76
28,57
72,97
77,27
As
67,68
0,00
82,43
0,00
92,65
14,29
37,84
0,00
Ca
72,73
0,00
86,49
0,00
85,29
14,29
45,95
27,27
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
0,00
Mt
91,92
0,00
100
88,89
100
14,29
16,22
31,80
Fa1
67,68
33,33
77,03
0,00
80,88
14,29
1,35
0,51
Fa2
62,63
0,00
47,30
2,78
61,76
3,57
1,35
0,00
Fa3
57,58
0,00
33,78
2,78
44,12
3,57
1,35
0,00
R de Pearson
0,1840
0,6570
0,2392
0,6352
P
0,4246
0,0012
0,2964
0,0020
las muescas y los hundimientos. Las modificaciones a causa del
fuego se localizan sobre húmeros, metacarpos, coxales, falanges y metápodos indeterminados, afectando a la totalidad del
fragmento con una intensidad que oscila entre la coloración M
y G/B. Las muescas se identifican sobre varios fragmentos de
húmero, ulna, fémur y tibia, principalmente en la cara 2l de la
zona central de la diáfisis, con morfología trapezoidal o triangular, dirección longitudinal e intensidad media. Por último, los
hundimientos se registran sobre un fragmento de húmero y de
metacarpo, localizándose en su borde y cara 2pl respectivamente, con morfología semicircular, dirección longitudinal e intensidad alta y media.
Los cérvidos contienen el 15% de las alteraciones antrópicas, siendo nuevamente la termoalteración la más abundante,
seguida de las muescas, incisiones, raspados, incisiones/raspado y hundimientos. Las primeras se localizan sobre fragmentos
craneales, axiales y apendiculares, afectando a la totalidad de
los mismos, con una intensidad que oscila entre la coloración
M y G/B, aunque no superando la mayoría el grado de carbonización. Las muescas por su parte se localizan exclusivamente
sobre fragmentos apendiculares, originadas por la actividad de
104
percusión, principalmente sobre la cara 2l y 2m, con morfología
trapezoidal y semicircular, dirección longitudinal e intensidad
media/alta, siendo en su mayoría una muesca aislada. En cuanto
a las incisiones, se registran sobre el húmero, ulna, tibia y metatarso, sobre todas las caras de la parte central de la diáfisis, de
morfología corta, dirección preferentemente oblicua e intensidad leve, tratándose en todos los casos de marcas múltiples. El
único caso determinado como incisión/raspado se da en la cara
2pl de un fémur, con una morfología corta, dirección oblicua e
intensidad leve. Los raspados se localizan sobre un fragmento
de tibia y de metatarso, en sus caras 2dl y 2d respectivamente, ambos de morfología corta, dirección transversal/oblicua e
intensidad alta y leve. Finalmente, 1 único hundimiento se ha
registrado sobre la cara 2dl de un húmero, de morfología trapezoidal, dirección longitudinal e intensidad alta.
Entre los équidos registramos otro 6,9% de las modificaciones de origen antrópico, repitiéndose el predominio de la
termoalteración, seguida de las muescas, raspados, incisiones y
hundimientos. La termoalteración se identifica sobre el húmero, ulna, fémur, tibia y falanges, afectando a la totalidad de la
superficie de cada fragmento, con una intensidad que oscila en-
[page-n-118]
resultados
Tabla 49. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE IX. Se destaca las tallas con un coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla
Estadísticos
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
(S)MAVGTF (S)AVGMAR
Grasa
Volumen
medular
0,3054
0,1330
0,1570
0,8517
0,6003
-0,2133
0,2179
0,5987
0,5339
0,0000
0,0084
0,3954
R de Pearson
0,2253
0,2147
-0,0471
0,6590
0,8332
-0,3092
P
0,3688
0,3922
0,8527
0,0029
0,0000
0,2118
-0,0850
0,0141
-0,1161
0,5790
0,3095
-0,2933
0,7373
0,9556
0,6466
0,0118
0,2114
0,2376
Grande R de Pearson
P
Media
Pequeña R de Pearson
P
Talla grande
100
H
T
F
Fa
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
Talla grande
100
F
RU
Cx
H
60
40
E
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
0
T
Cx
Fa
20
Mc
0
20
Mt
RU
40
60
80
(S)AVGMAR
F
100
Talla media
100
T
H
H
40
0
100
Talla pequeña
100
80
Mc
60
20
20
Mt
T
80
80
RU
60
40
%MAU
%MAU
T
%MAU
E
%MAU
%MAU
RU
60
0
Mt
80
80
40
Talla media
100
(UMI)
(S)MDI
Grasa insaturada Curado de la
y médula
carne
F
Fa
60
F
40
20
20
0
0
0
20
40
60
UMI
80
100
Mc H
RU
Fa
0
20
40
60
UMI
80
100
Figura 53. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE IX.
tre la coloración M/N y G. Las muescas se registran igualmente
sobre el húmero, tibia y falanges, todas localizadas en la cara
2d, con morfología semicircular, triangular y cuadrangular,
dirección preferentemente longitudinal/oblicua e intensidad
media/alta, tratándose en todos los casos de muescas simples.
Los raspados se dan sobre un fragmento de ulna y de tibia, en
ambos casos en la cara 2p, de morfología corta, orientación
transversal/oblicua e intensidad leve. Varias incisiones se registran sobre un único fragmento de costilla, concretamente en
el cuello articular, con una morfología corta, dirección longitudinal/oblicua e intensidad media. Para acabar, el único hundimiento se reconoce sobre un fragmento de tibia, concretamente
en su cara 2d, con morfología irregular, dirección longitudinal
e intensidad media.
Los lagomorfos contienen el 11,5% de las alteraciones antrópicas, limitándose exclusivamente a la termoalteración. Se
localizan tanto en fragmentos craneales, axiales como apendiculares, afectando en todos los casos a la superficie total de
las piezas, con una intensidad que oscila entre la coloración
M y G, aunque la mayoría de los restos no superan el grado
de carbonización.
Entre el resto de los taxones (Lynx sp., Sus scrofa, avifauna), encontramos un 3,7% de las alteraciones antrópicas, con
signos de termoalteración predominantes y una muesca como
única evidencia restante. En el primer caso, la afección por fuego se localiza sobre una hemimandíbula de lince y otra de jabalí, un coracoides y un carpo-metacarpo de perdiz, un fragmento
de tibia de lince y otro de córvido, y una falange 1ª de lince.
105
[page-n-119]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 50. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
en la UE IX.
Taxón
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Raspado
Muesca
Hundimiento
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Artiodactyla MP
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
Caprinae
MA
2
3,28
-
-
-
-
2
18,18
1
7,69
MP
1
1,64
-
-
-
-
3
27,27
1
7,69
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Suidae
Total
E
5
8,20
-
-
-
-
-
-
-
-
C
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
4
6,56
2
33,33
-
-
3
23,08
MP
7
11,48
3
50,00
3
60,00
-
-
7
53,85
E
2
3,28
-
-
-
-
-
-
-
-
A
-
-
1
16,67
-
-
-
-
-
-
MA
2
3,28
-
-
1
20,00
2
18,18
-
-
MP
3
4,92
-
-
1
20,00
2
18,18
1
7,69
E
1
1,64
-
-
-
-
1
9,09
-
-
C
4
6,56
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
5
8,20
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
14
22,95
-
-
-
-
-
-
-
-
E
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
C
1
1,64
-
-
-
-
1
9,09
-
-
MP
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
E
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
2
3,28
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
C
1
1,64
-
-
-
-
-
-
-
-
61
100
6
100
5
100
11
100
13
100
Todos ellos presentan la totalidad de la superficie afectada por
el fuego, con una intensidad que oscila entre la coloración M y
M/N. En el caso de la muesca, se registra sobre hemimandíbula de lince, ligada a una percusión directa que provocó su rotura, con morfología irregular y dirección longitudinal/oblicua.
Finalmente, entre el material indeterminado encontramos
el 56% de las modificaciones de origen antrópico restante
(tabla 51), donde nuevamente las termoalteraciones predominan, seguidas de las incisiones, las muescas, los hundimientos, raspados, incisión/raspado y peeling. Las alteraciones por acción del fuego afectan a distintos fragmentos
del esqueleto craneal, axial y apendicular, aunque en mayor
medida a estos últimos, ya sea bien de forma parcial o sobre
la totalidad de la superficie, con una intensidad que oscila
entre la coloración M y B, con especial presencia de los niveles cercanos a la carbonización. En cuanto a las muescas,
se registran solamente sobre fragmentos de hueso largo de
individuos de talla media y grande, preferentemente en la
106
cara 2l, con morfología triangular en su mayoría, orientación transversal y longitudinal e intensidad media, tratándose
tanto de muescas simples como múltiples en una misma pieza. Los hundimientos se localizan sobre tres fragmentos de
hueso largo de individuos de talla media, concretamente en
la zona central de la diáfisis, con morfología irregular, dirección transversal/oblicua y longitudinal, e intensidad media.
Los raspados en cambio, se sitúan en la zona central de las
diáfisis de dos fragmentos de hueso largo de individuos de
talla grande, con morfología corta, dirección oblicua e intensidad media. La única marca determinada como incisión/
raspado se ha registrado sobre la cara 2pl de un fragmento de
tibia de un artiodáctilo, con una morfología alargada, dirección longitudinal/oblicua e intensidad alta. Por último, una
única fractura por peeling ha sido reconocida sobre un fragmento de hueso largo de talla media, posiblemente a causa de
la percusión, con dirección longitudinal e intensidad media.
[page-n-120]
resultados
A
B
C
2 cm
D
Figura 54. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica IX. A) Fragmento diafisario de ungulado de talla media y parte incisiva, fragmento articular de húmero y zona articular de costilla de ciervo (Cervus elaphus) con
signos de percusión y fracturas en estado fresco; B) Fragmentos diafisarios de ungulados de talla media con signos de termoalteración en
diferente grado; C) Fragmento diafisario con evidencias de raspado y detalle del mismo en vista microscópica; D) Evidencias de incisiones
y raspados sobre fragmentos óseos de individuos de talla media.
Actividad de otros agentes biológicos
Únicamente 20 alteraciones producidas por agentes no antrópicos o de tipo indeterminado han sido reconocidas en el conjunto de la UE IX (tabla 52).
Entre los lagomorfos, se ha podido registrar 1 horadación sobre un fragmento de tibia, concretamente en su zona central-lateral de la diáfisis, provocada por el impacto del pico de una rapaz,
con morfología irregular y un grado de intensidad extremo. Por
otro lado, 13 muescas relacionadas también con la actividad de
aves rapaces y 1 muesca provocada por un agente indeterminado
han sido registradas, localizadas tanto en la hemimandíbula, el
coxal, el fémur y la tibia, generalmente de morfología triangular,
distribución unilateral, dirección transversal e intensidad media.
Respecto al material indeterminado, 2 pequeños hundimientos
se han identificado sobre fragmentos de hueso largo de talla media, con una distribución unilateral, dirección transversal/oblicua
107
[page-n-121]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 51. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e
indeterminados recuperados en la UE IX.
Talla de peso Grupo anatómico Termoalteración Incisión
Grande
Media
Pequeña
Raspado
Muesca
Hundimiento
Borde crenulado
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
A
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
E
2
2,33
2
10,53
2
100
4
40,00
-
-
-
-
A
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
2
2,33
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
E
44
51,16
12
63,16
-
-
5
50,00
4
100
1
100
C
1
1,16
1
5,26
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
1
1,16
1
5,26
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
E
21
24,42
1
5,26
-
-
1
10,00
-
-
-
-
Indeterminada C
1
1,16
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
-
-
1
5,26
-
-
-
-
-
-
-
-
E
10
11,63
1
5,26
-
-
-
-
-
-
-
-
86
100
19
100
2
100
10
100
4
100
1
100
Total
Tabla 52. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por carnívoros, aves rapaces y agentes naturales indeterminados
de los restos faunísticos recuperados en la UE IX.
Taxón / Talla de peso Agente
Leporidae
Media
Grupo anatómico Arrastre
Horadación
Muesca
Peeling
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
C
-
-
-
-
-
-
1
7,14
-
-
MA
-
-
-
-
-
-
1
7,14
-
-
MP
-
-
-
-
1
100
11
78,57 -
-
Indeterminado MP
-
-
-
-
-
-
1
7,14
-
-
Carnívoro
E
2
100
-
-
-
-
-
-
-
-
Indeterminado E
-
-
2
100
-
-
-
-
1
100
2
100
2
100
1
100
14
100
1
100
Rapaz
Total
e intensidad media. Por otro lado, 2 arrastres se han observado
también sobre huesos largos de talla media, de morfología irregular, distribución unilateral e intensidad leve-media, siendo uno de
ellos provocado también por la acción de un carnívoro.
5.3.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 494 alteraciones de carácter diagenético se han identificado en la UE IX, con un gran predominio de la pigmentación por óxidos de manganeso (45,9%), las vermiculaciones
(26,1%) y la concreción (17,8%), siendo muy limitadas las alteraciones a causa de la meteorización (5,1%), erosión (4,2%) y
corrosión química (0,8%). De todas ellas, los grados de afección
más abundantes son el 1 y 2 con un 89,5%, mientras que un
7,9% presenta alteraciones de grado 3, un 2,4% en grado 4 y
solo un 0,2% en grado 5.
A nivel anatómico, los elementos de las extremidades son
los que tienen una mayor concentración de alteraciones (50,6%),
seguidos de los fragmentos del miembro posterior (26,5%), el
108
Hundimiento
miembro anterior (13,2%), el esqueleto axial y craneal (4,9%
respectivamente). Entre los distintos taxones, son las tallas de
peso las más afectadas (43,7%), seguidas de los lagomorfos
(23,3%), los cérvidos (17,2%), caprinos (5,9%), restos indeterminados (4,2%), équidos (3%), avifauna (1,4%), carnívoros
(0,8%), suidos (0,2%) y artiodáctilos indeterminados (0,2%).
5.3.9. paleoecología
La diversidad específica de la UE IX es bastante alta, con una curva
de rarefacción prácticamente estabilizada. Su composición la forman especies de requerimientos cálidos y de ambientes de pradera,
bosques, montes y matorrales. En base a los índices de Simpson
(λ) y de Shannon (H’), con un 0,20 y 0,79 respectivamente, vemos
claramente el predominio de un taxón sobre el resto en nuestro conjunto, en este caso claramente ligado a los lagomorfos.
Basándonos en el NISP, la diversidad ecológica de la unidad
se caracteriza por el predominio de artiodáctilos y lagomorfos
prácticamente al mismo nivel, entre los que abundan los indi-
[page-n-122]
resultados
viduos de hábitos pastadores, principalmente mamíferos de pequeño tamaño y animales fosores, con pesos que oscilan entre
los 1-10 kg y los 45-180 kg (figura 55).
El modelo bioclimático obtenido a partir del empleo del
componente bioclimático (CB), muestra un predominio del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vege-
Taxonomía
120
120
100
80
80
60
60
40
40
20
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Locomoción
140
100
0
tación mediterránea) con un 50%, junto a una presencia menos
destacada de los zonobiomas tipo V, III y VI (figura 56). Tras
aplicar las funciones discriminantes sobre estos datos, hemos
obtenido para la UE IX una TMA de 20,9ºC ± 3,8ºC y una PMA
de 358,1 mm ± 558,7 mm (tabla 53).
20
Art
Per
Car
Tes
Lag
0
Avi
Alimentación
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
140
120
100
80
60
40
20
Car
Ins
Past
Ram
Fru
0
Omn
ab
c
d
ef
gh
Figura 55. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica IX.
V
13%
VII
8%
IV
50%
Otros
17%
III
11%
II/III
3%
II
3%
I
3%
VI
9%
Figura 56. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica IX.
109
[page-n-123]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 53. Resultados del modelo bioclimático en la UE IX.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
S. scrofa
0,14
0,14
0,14
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pardus
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. rufa
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
A. platyrhynchos
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,29
0,29
0,29
1,14
4,95
1,29
0,95
0,81
0,00
0,00
10,00
CB
2,86
2,86
2,86
11,42
49,52
12,85
9,52
8,09
0,00
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 20,93 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,88 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 16,07 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 11,80 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 531,05 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 470,36 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -1,18 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 358,11 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,85 (SD 1,47).
5.4. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA VIII
5.4.1. conteo taxonómico
La UE VIII está compuesta por un total de 545 restos (tabla 54),
de los que el material identificado taxonómica y anatómicamente son el 49,4%, con un total de 227 NME y 33 NMIf y 34
NMIc. Entre los taxones identificados predominan los lagomorfos (37,9%), seguidos de cerca por los cérvidos (31,6%), dando
paso finalmente a los bóvidos (14,9%), équidos (8,6%), artiodáctilos indeterminados (3,3%), aves (1,9%), carnívoros (1,5%)
y rinocerótidos (0,4%) (figura 57).
Los restos indeterminados suponen el 50,6% restante, entre
los que los fragmentos asociados a distintas tallas de peso son el
81,5%, mientras que los fragmentos totalmente indeterminados
implican al 18,5%. Entre ellos, los animales de talla media o
media/grande alcanzan un 47,1% de representación, los de talla
pequeña o pequeña/media un 19,6%, los de talla grande un 9,1%
y finalmente los de talla muy pequeña un 5,8%.
5.4.2. representación anatómica
Bovinos y caprinos
Entre los bóvidos contamos con un total de 40 restos, con un
total de 37 NME y 6 NMI (tabla 55). A nivel taxonómico, la
familia se compone de Bos cf. primigenius (15%), Capra pyrenaica (50%), Capra sp. (2,5%), Rupicapra rupicapra (2,5%) y
algunos restos asociados a las subfamilias Caprinae (27,5%) y
Bovinae (2,5%). Entre todos ellos, a nivel esquelético abundan
restos del miembro posterior con un 47,5% de representación,
reduciéndose principalmente a fémures y tibias, seguidos de
110
partes del miembro anterior con un 25% de presencia, fragmentos de las extremidades (15%), el esqueleto craneal (7,5%)
y axial (5%).
Los resultados del %MAU relativizan los datos anteriores, dando una alta representatividad a la mayoría de partes
anatómicas del esqueleto anterior y posterior, con porcentajes
que oscilan entre el 66% y 100% entre ambos grupos taxonómicos, mientras que los restos craneales y axiales, tan solo
reconocidos en los caprinos se sitúan por debajo del 16% de
representación.
Cérvidos
Un total de 85 restos conforman este grupo, con un total de
60 NME y 6 NMI (tabla 55). A nivel taxonómico Cervus elaphus ha sido la única especie identificada, con un 88,2% de representación, estando adscrito el 10,6% restante a la subfamilia
Cervinae. En términos esqueléticos, se da una fuerte presencia
de fragmentos del miembro posterior (52,9%), seguida de restos
del miembro anterior (22,4%), el esqueleto craneal y extremidades (10,6% respectivamente) y el esqueleto axial (3,5%).
La aplicación del %MAU mantiene la distribución anterior, si bien corrige porcentualmente esta representación, sobre
todo en términos de elementos anatómicos individuales. Esto
lleva a una elevada importancia a los metatarsos y fragmentos
craneales con un porcentaje del 100% de presencia por individuo, así como de tibias y fémures situadas entre un 57,1% y
71,4% de representación. El resto de fragmentos no supera el
30% de presencia e incluso llega a porcentajes muy bajos en
el caso de la falange 3ª o las vértebras con menos de un 3,6%
de representación.
[page-n-124]
resultados
Tabla 54. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE VIII.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Neonato
Joven
Subadulto Adulto
Artiodactyla
9
3,35
8
2
3
1
1
-
1
Bovinae
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Bos primigenius
6
2,23
6
1
1
-
-
-
-
Caprinae
11
4,09
10
1
1
-
1
-
-
Capra pyrenaica
21
7,81
19
2
2
-
1
-
1
Rupicapra rupicapra
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Cervinae
10
3,72
8
2
2
-
-
-
-
Cervus elaphus
75
27,88
52
4
4
-
-
-
1
Equinae
7
2,60
7
1
1
-
1
-
-
Equus ferus
16
5,95
16
3
3
-
1
-
1
Rhinocerotidae
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Carnivora
3
1,12
2
1
1
-
-
-
-
Lynx sp.
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Leporidae
14
5,20
12
2
2
-
2
-
-
Oryctolagus cuniculus
88
32,71
78
6
6
-
2
2
1
Phasianidae
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Pyrrhocorax sp.
2
0,74
2
1
1
-
-
-
-
Columba cf. livia
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Ave indet.
1
0,37
1
1
1
-
-
-
-
Total NISP
269
100
227
33
34
1
9
2
5
Talla grande
25
9,06
7
-
-
-
-
-
-
Talla media
130
47,10
13
-
-
-
-
-
-
Talla pequeña
54
19,60
6
-
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
16
5,80
1
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
51
18,48
-
-
-
-
-
-
-
Total NR
276
100
27
A
B
C
2 cm
Figura 57. Materiales identificables taxonómica y anatómicamente en la Unidad Estratigráfica VIII. A y B) Fragmentos
de asta y candil de ciervo (Cervus elaphus); C) Falange 1ª de cabra (Capra pyrenaica) y articulación distal de tibia de caprino neonatal.
111
[page-n-125]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Équidos
23 restos han sido identificados, con un total de 23 NME y 4
NMI (tabla 55). Taxonómicamente, Equus ferus es la única especie determinada, con un 69,6% de presencia, quedando el 30,4%
restante vinculado a la subfamilia Equinae. En su representación esquelética predomina curiosamente el esqueleto craneal
con un 39,1% de presencia, seguido por fragmentos del miembro posterior (34,8%) y finalmente los fragmentos del
miembro anterior, esqueleto axial y extremidades con
un 8,7% respectivamente.
La aplicación del %MAU confirma la alta representación
del esqueleto craneal (aunque no en todos los elementos), junto
a una importante presencia de las tibias, que alcanzan el 100%
por individuo, y una representación de entre el 10-40% para el
resto de elementos anatómicos identificados.
Lagomorfos
El grupo taxonómico más abundante son los lagomorfos, con un total de 102 restos, 90 NME y 8 NMI (tabla 55). Taxonómicamente, Oryctolagus cuniculus su-
Tabla 55. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE VIII.
Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
C
1
11,11
1,00
33,33
0,33
100
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Avifauna
Rhinocerotidae
Total
112
A
1
11,11
1,00
1,28
0,01
3,85
MA
2
22,22
2,00
33,33
0,33
100
MP
3
33,33
3,00
25,00
0,25
75,00
E
2
22,22
2,00
8,33
0,08
25,00
MA
3
42,86
3,00
37,50
0,38
100
MP
4
57,14
4,00
25,00
0,25
66,67
C
3
9,09
3,00
2,68
0,03
16,07
A
2
6,06
2,00
1,56
0,02
9,38
MA
7
21,21
7,00
12,50
0,13
75,00
MP
15
45,45
12,00
16,67
0,17
100
E
6
18,18
6,00
7,50
0,08
45,00
C
9
10,59
7,00
10,61
0,11
50,00
A
3
3,53
3,00
0,57
0,01
2,71
MA
19
22,35
13,00
13,54
0,14
63,84
MP
45
52,94
28,00
21,21
0,21
100
E
9
10,59
9,00
4,17
0,04
19,64
C
9
39,13
9,00
2,96
0,03
10,36
A
2
8,70
2,00
0,98
0,01
3,43
MA
2
8,70
2,00
12,50
0,13
43,75
MP
8
34,78
8,00
28,57
0,29
100
E
2
8,70
2,00
6,25
0,06
21,88
C
8
7,84
8,00
25,00
0,25
81,63
A
16
15,69
16,00
1,67
0,02
5,44
MA
17
16,67
16,00
25,00
0,25
81,63
MP
60
58,82
49,00
30,63
0,31
100
E
1
0,98
1,00
0,69
0,01
2,27
A
2
50,00
1,00
3,85
0,04
7,69
MA
1
25,00
1,00
50,00
0,50
100
E
1
25,00
1,00
5,00
0,05
10,00
A
1
20,00
1,00
0,89
0,01
14,29
MA
2
40,00
2,00
6,25
0,06
100
MP
2
40,00
2,00
6,25
0,06
100
C
1
100
1,00
2,78
0,03
100
269
100
228
-
-
-
[page-n-126]
resultados
pone el 86,3%, mientras que el 12,7% restante ha sido
determinado únicamente en la familia Leporidae. A nivel esquelético, el miembro posterior es el más abundante con un 58,8% de presencia, seguido muy de lejos por
el miembro anterior (16,7%), el esqueleto axial (15,7%),
el craneal (7,8%) y el resto de fragmentos de las extremidades (1%).
El %MAU matiza estos resultados, confirmando una presencia del 100% del coxal, fémur y tibias, junto a un elevado porcentaje de representación en el caso de los fragmentos
craneales y miembro anterior (81% respectivamente), frente
a una muy baja presencia de restos del esqueleto axial que no
supera el 5% de representatividad.
Tabla 56. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE VIII.
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
C
2
8,00
2
A
5
20,00
3
MP
3
12,00
2
E
15
60,00
-
C
1
0,77
1
A
8
6,15
5
Media
MA
7
5,38
5
Carnívoros
MP
7
5,38
4
4 restos de carnívoros, correspondientes a 3 NME y 2 NMI
(tabla 55) se registran en la UE VIII. Son 2 fragmentos de
costilla y un 1 fragmento de metápodo de carnívoro indeterminado, junto a un fragmento de ulna de Lynx sp. El %MAU
confirma el 100% de representatividad del miembro posterior, frente al esqueleto axial y extremidades situados por
debajo del 10%.
E
107
82,31
-
A
4
7,41
2
MA
1
1,85
1
MP
4
7,41
3
E
45
83,33
-
1
6,25
1
15
93,75
-
Indeterminada C
1
1,96
1
A
1
1,96
1
MP
1
1,96
1
E
48
94,12
-
276
100
32
Rinocerótidos
Un único fragmento de diente, ha podido ser reconocido como
rinocerótido, presumiblemente un molar, que supone consecuentemente 1 NME y 1 NMI (tabla 55).
Aves
5 restos asociados a distintas familias han podido reconocerse,
suponiendo un total de 5 NME y 4 NMI (tabla 55). Entre los
taxones hemos reconocido un fragmento de húmero y tibia de
Pyrrhocorax sp., un carpo-metacarpo de Columba cf. livia, un
metatarso de Phasianidae y un fragmento de vértebra de un
ave indeterminada. El %MAU pone de manifiesto la representación del 100% para el miembro anterior y posterior, frente a
un 14% para los elementos del esqueleto axial.
Indeterminados
Los restos no identificados a nivel taxonómico ascienden a un
total de 276, entre los que se ha podido establecer un NME de
40 (tabla 56). En su mayoría se tratan de fragmentos de diáfisis de hueso largo, principalmente de talla media o pequeña,
que junto a otros elementos indeterminados de las extremidades suponen el 69,5%. Los restos totalmente indeterminados
ascienden a un 12,3%, principalmente fragmentos de hueso
plano y esponjoso. Sin embargo, los fragmentos que se han
podido vincular a algún grupo anatómico más concreto tienen
una baja presencia, con un 6,7% para el esqueleto axial, un 6%
para el miembro posterior, un 3,5% para el miembro anterior y
un 2,1% para el esqueleto craneal.
En el caso de los restos de Artiodáctilos indeterminados,
su número asciende a un total de 9 NR, distribuidos entre el
miembro posterior (33%), el miembro anterior y extremidades (22% respectivamente), y el esqueleto craneal y axial
(11% respectivamente). La aplicación del %MAU muestra un
predominio sin embargo de los restos del esqueleto craneal,
del miembro anterior y posterior con porcentajes entre un 75100% de representatividad, frente a una presencia menor al
25% para las extremidades y el esqueleto axial.
Pequeña
Muy pequeña C
E
Total
5.4.3. edad y patrón de mortalidad
La información derivada de la fusión ósea nos proporciona sobre
todo datos para el conjunto de los lagomorfos, mientras que contamos con muy pocos elementos para los ungulados (tabla 54).
Únicamente cinco fragmentos (1 radio, 2 fémures, 1 tibia y 1 falange 1ª) nos indican la presencia de 2 artiodáctilos neonatos,
1 infantil y 1 juvenil, además de 1 individuo joven de Capra
pyrenaica. En el caso del conejo, los distintos fragmentos de
húmero, fémur y tibia nos indican la presencia de un mínimo de
2 individuos jóvenes, 2 subadultos y 1 adulto. Por su parte, la
erupción dental nos da más de información para el caso de los
ungulados, permitiendo confirmar la presencia de 1 individuo
de Capra pyrenaica y 1 caprino indeterminado juvenil, 1 individuo de Cervus elaphus y 1 artiodáctilo indeterminado adulto, 1
perisodáctilo indeterminado joven, así como 1 individuo joven
y otro adulto de Equus ferus.
5.4.4. fragmentación y conservación diferencial
La mayoría de fragmentos recuperados presentan unas dimensiones de entre 2 a 5 cm de longitud (47%), siendo mayores de los 5 cm el 30,5% y menores de los 2 cm el 22,6%.
Su conservación esquelética es variable, dándose entre
los bóvidos un porcentaje de huesos fragmentados del 89,7%
y un 10,3% de huesos completos (tabla 57), con un predominio de los fragmentos de diáfisis tipo “050” y circunferencia
conservada tipo “2”. En el caso de los cérvidos, el porcentaje
113
[page-n-127]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 57. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE VIII.
Taxón
Grupo anatómico Fragmentados
NR
Artiodactyla
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Completos
%
NR
Fracturas antiguas
%
Fresco
Seco
Mixto
C
-
-
1
11,11
-
-
-
A
1
11,11
-
-
-
-
-
MA
2
22,22
-
-
1
-
-
MP
3
33,33
-
-
1
-
-
E
2
22,22
-
-
-
-
-
MA
3
42,86
-
-
3
-
-
MP
4
57,14
-
-
1
-
2
C
3
9,09
-
-
-
-
-
A
2
6,06
-
-
-
1
-
MA
7
21,21
-
-
4
-
3
MP
14
42,42
1
3,03
9
3
1
E
3
9,09
3
9,09
2
1
-
C
9
10,47
-
-
1
-
-
A
3
3,49
-
-
2
1
-
MA
19
22,09
-
-
10
1
6
MP
45
52,33
-
-
35
1
7
E
9
10,47
1
1,16
6
2
-
C
9
39,13
-
-
1
-
-
A
2
8,70
-
-
-
-
1
MA
2
8,70
-
-
2
-
-
MP
8
34,78
-
-
6
-
1
E
2
8,70
-
-
1
-
-
Rhinocerotidae
C
1
100
-
-
-
-
-
Carnivora
A
2
50,00
-
-
-
-
-
Leporidae
Avifauna
MA
1
25,00
-
-
-
-
1
E
1
25,00
-
-
1
-
-
C
8
7,84
-
-
-
4
-
A
7
6,86
9
8,82
1
3
-
MA
15
14,71
2
1,96
2
3
1
MP
52
50,98
8
7,84
11
17
3
E
-
-
1
0,98
-
-
-
A
-
-
1
20,00
-
-
-
MA
1
20,00
1
20,00
-
1
-
MP
Total
2
40,00
-
-
-
-
-
242
89,63
28
10,37
100
38
26
de huesos fragmentados alcanza el 98,8% y solo un 1,2% de
los huesos están completos, concretamente cuatro falanges
2ª. Entre el material fragmentado abundan nuevamente los
restos de diáfisis tipo “050” y circunferencia tipo “2”. Entre
los équidos todos los huesos identificados están fragmentados, predominando también los restos diafisarios tipo “050”
con circunferencia conservada tipo “2”. Sin embargo, entre
los lagomorfos el porcentaje de restos fragmentados supone
el 80,4%, con un 19,6% de restos completos, principalmente
vértebras, húmeros, tibias, calcáneos y metápodos. Entre el
114
material fragmentado destacan los fragmentos de diáfisis que
conservan una parte articular, tipos “150” y “051”. Para el
resto de taxones (rinocerótidos, carnívoros y aves) un 80%
del material está fragmentado, principalmente diáfisis tipo
“050” y únicamente un tipo “2” de circunferencia conservada. El 20% de huesos enteros restantes se tratan de una
vértebra y una carpo-metacarpo de paloma.
En el caso del material indeterminado, el 99,6% está
fragmentado, contando solo con un fragmento entero (0,4%),
compuesto de varias piezas de la zona basal del hueso occi-
[page-n-128]
resultados
Tabla 58. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE VIII.
Talla de peso
Grande
Media
Muy pequeña
Indeterminada
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
C
2
8,00
-
-
-
1
-
A
5
20,00
-
-
1
4
-
MP
2
8,00
-
-
2
-
-
E
16
64,00
-
-
7
3
4
C
1
0,77
-
-
-
-
-
A
8
6,15
-
-
-
4
1
MA
7
5,38
-
-
5
1
-
MP
7
5,38
-
-
6
-
1
E
107
82,31
-
-
60
11
29
A
4
7,41
-
-
-
2
-
MA
1
1,85
-
-
-
-
1
MP
4
7,41
-
-
2
1
1
E
45
83,33
-
-
20
8
9
C
1
6,25
-
-
-
-
-
E
15
93,75
-
-
2
9
1
C
1
1,96
-
-
-
1
-
A
1
1,96
-
-
-
-
1
MP
1
1,96
-
-
1
-
-
E
Total
48
94,12
-
-
7
15
3
276
100
-
-
113
60
51
pital de un artiodáctilo. Abundan los fragmentos de diáfisis
incompleta tipo “050” y las circunferencias tipo “1” y “2”
(tabla 58).
En términos de conservación diferencial por densidad
ósea partiendo del %MAU, y utilizando como referencia la
asociación de taxones y material anatómicamente determinado por tallas de peso, únicamente los animales de talla media y muy pequeña muestran un coeficiente de correlación
positivo y elevado (0,54) y significativamente estadístico
(<0,05), que nos indica un posible sesgo en el conjunto por
cuestiones de preservación tafonómica. El resto de tallas sin
embargo presenta una correlación positiva menor y en ningún caso estadísticamente significativa (tabla 59).
5.4.5. fracturación
Entre las fracturas reconocidas en la UE VIII, las de origen
antiguo tienen un peso del 84,6%, quedando las fracturas recientes limitadas a un 14,1% e indeterminadas a un 1,3%. En
el caso concreto de las fracturas antiguas, la mayoría se produjeron mientras los huesos se encontraban aún frescos (211
NR), aunque hay un número bastante elevado de fracturas
sobre huesos secos (100 NR) y unos pocos menos de carácter
mixto (79 NR).
Entre los morfotipos reconocidos, en el caso de los bóvidos, cérvidos y équidos abundan las fracturas en fresco,
sobre todo en fragmentos de diáfisis con circunferencia in-
completa tipo II.4.2. En cambio, entre los lagomorfos hay
un mayor predominio de fracturas en estado seco, sobre todo
el tipo I.1 y I.4.4, donde encontramos muchos huesos largos
que aún conservan alguna de las epífisis y una circunferencia
completa. Entre los carnívoros solo hemos podido reconocer
un morfotipo de fractura tipo mixto III.2, localizado sobre
un fragmento de ulna de Lynx sp. Respecto al material indeterminado, abundan sobre todo los morfotipos de fractura en
fresco, sobre todo los fragmentos de diáfisis con circunferencia incompleta tipo II.4.2., junto a una importante presencia
de morfotipos de fractura en seco tipo I.4 y mixto III.3.
5.4.6. índices de utilidad económica
Partiendo de la asociación por tallas de peso, el uso del
%MAU y su correlación estadística con los distintos índices
de utilidad económica a través de la R de Pearson, hemos observado una alta correlación positiva (entre 0,68 y 0,85) y significativamente estadística (< 0,05) en todos los animales de
talla grande, media y pequeña respecto al volumen medular
(AVGMAR) y la grasa insaturada y médula (UMI). Del mismo
modo, en las tallas pequeñas se da también una correlación estadística elevada (0,58) y significativamente estadística con la
utilidad alimentaria (FUI) (tabla 60, figura 58). Sin embargo,
para el resto de índices de utilidad, aunque en algunos casos el
coeficiente de correlación es alto, no llega a superar el 0,53,
sin mostrar una significación estadística suficiente.
115
[page-n-129]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 59. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE VIII. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
caballo
Talla grande ciervo
Talla media oveja
Talla pequeña conejo
Talla muy peq.
Hem
100
14,29
82,43
7,69
0,00
11,11
100
42,86
Ct
55,56
1,59
54,05
2,37
0,00
2,56
9,46
0,00
Vc
50,51
0,00
25,68
0,00
19,12
0,00
62,16
14,29
Vt
49,49
0,00
36,49
1,18
35,29
0,00
0,00
2,38
Vl
48,48
0,00
40,54
0,00
38,24
3,70
47,30
6,12
Vs
37,37
0,00
25,68
15,38
29,41
0,00
58,11
14,29
E
67,68
14,29
66,22
7,69
48,53
0,00
44,59
14,29
H
64,65
28,57
85,14
53,85
61,76
33,33
58,11
64,29
R
84,85
28,57
91,89
38,46
76,47
22,22
18,92
21,43
U
65,66
0,00
60,81
30,77
38,24
33,33
31,08
14,29
Mc
84,85
0,00
97,30
23,08
98,53
11,11
17,57
0,00
Cx
83,84
28,57
66,22
0,00
72,06
100
60,81
100
F
59,60
14,29
77,03
100
52,94
55,56
55,41
114,29
T
82,83
100
100
92,31
86,76
0,00
72,97
100
As
67,68
0,00
82,43
0,00
92,65
11,11
37,84
0,00
Ca
72,73
0,00
86,49
0,00
85,29
0,00
45,95
28,57
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
0,00
Mt
91,92
7,14
100
69,23
100
11,11
16,22
57,10
Fa1
67,68
0,00
77,03
19,23
80,88
8,33
1,35
0,80
Fa2
62,63
0,00
47,30
15,38
61,76
2,78
1,35
0,00
Fa3
57,58
7,14
33,78
3,85
44,12
0,00
1,35
0,00
R de Pearson
0,3629
0,5444
0,1925
0,5478
P
0,1060
0,0107
0,4031
0,0102
5.4.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
137 alteraciones vinculadas con la acción humana han sido
identificadas en la unidad (tabla 61), aunque su distribución no
es homogénea entre todos los taxones o las tallas de peso identificadas en la unidad.
Entre los bóvidos se reconoce el 12,4% de las alteraciones,
siendo la termoalteración la más abundante, seguida de las incisiones, muescas, raspados y hundimientos. Las termoalteraciones se localizan en el radio, fémur, tibia, metacarpos y calcáneo,
afectando generalmente a la totalidad del fragmento con una
intensidad que oscila entre la coloración M/N y G. Las incisiones ocupan todos los elementos anteriores, a excepción del
calcáneo, además de la ulna, localizadas principalmente en la
zona de las diáfisis 2m y 2p, de morfología corta, dirección longitudinal u oblicua, yendo desde incisiones simples a múltiples
sobre un mismo fragmento. Al igual que ellas, las muescas se
localizan en las zonas 2m, 2p y 2d del radio, fémur y tibia, con
una morfología semicircular, en dirección longitudinal e intensidad media-alta. Los raspados solo se han identificado sobre
un fragmento de radio y otro de tibia, localizados en las caras
2m y 2l respectivamente, de morfología corta, dirección longi116
tudinal/oblicua e intensidad leve. Por último, se ha reconocido 1
hundimiento por percusión sobre un fragmento de tibia de Bos
cf. primigenius, localizado en la cara dorsal de la diáfisis (2d),
morfología semicircular e intensidad alta.
Los cérvidos contienen el 11,7% de las alteraciones (figura 59), en este caso con una mayor presencia de incisiones, seguidas de la termoalteración y muescas. Las incisiones se han
identificado sobre húmero, radio, metacarpos, fémur, tibia,
metatarsos y falanges, principalmente en las caras 2p y 2d, de
morfología larga, unilaterales, con dirección preferentemente
transversal y oblicua e intensidad leve-media, tanto simples
como múltiples sobre un mismo fragmento. Los fragmentos
termoalterados en cambio incluyen partes del cráneo, vértebras,
tibias, metatarsos y falanges, afectando prácticamente a la totalidad de los fragmentos con una intensidad que oscila entre
la coloración M/N y G. Finalmente, las muescas se localizan
sobre el fémur, tibia y metatarso, principalmente en la cara dorsal (2d), de morfología semicircular, distribución longitudinal e
intensidad alta, a veces muescas aisladas o en otros casos varias
muescas sobre un mismo fragmento.
En los équidos se registra el 3% de las alteraciones, limitadas a la termoalteración, muescas e incisiones. La acción del fuego se localiza sobre un fragmento de escápula y
otro de coxal, afectando en el primero a la totalidad del resto
[page-n-130]
resultados
Tabla 60. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE VIII. Se destaca las tallas con un
coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla
Estadísticos
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
(S)MAVGTF
Grasa
(S)AVGMAR
Volumen
medular
(UMI)
Grasa insaturada
y médula
(S)MDI
Curado de la
carne
Grande
R de Pearson
0,3202
0,3330
0,1337
0,6862
0,6841
-0,1923
P
0,1951
0,1769
0,5968
0,0017
0,0017
0,4447
R de Pearson
0,5304
0,4468
0,1510
0,7987
0,8258
-0,3154
P
0,0236
0,0631
0,5498
0,0001
0,0000
0,2023
R de Pearson
0,2286
0,5897
0,3181
0,8576
0,6752
-0,2568
P
0,3616
0,0100
0,1983
0,0000
0,0021
0,3036
Media
Pequeña
Talla grande
100
T
40
Mt
Cx
20
RU
H
F
E
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
60
H
40
0
100
Talla grande
RU
Fa
Mc
E
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
Talla media
F
%MAU
40
H
20
Fa Car
0
20
RU
Mt
T
40
60
UMI
60
H
40
80
100
0
RU H
Cr
Mc Fa Hem Mt
V
0
20
Ct
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Talla pequeña
F
80
Mt
Fa
RU
Mc
20
F
T
40
100
80
60
60
0
100
%MAU
80
F
20
100
T
Talla pequeña
100
80
Mt
20
Fa
100
%MAU
T
%MAU
60
0
F
80
%MAU
%MAU
80
0
Talla media
100
0
20
60
T
40
RU
20
40
60
UMI
80
100
0
Fa
Mc
0
H
Mt
20
Ct
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Figura 58. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE VIII.
con una coloración N/G y al segundo solo parcialmente con
la misma coloración. Las muescas se identifican sobre un
mismo fragmento de tibia, concretamente en su cara palmar
(2p), con una dirección longitudinal e intensidad alta. Finalmente, las incisiones se encuentran en la zona distal-medial
(3m) de un húmero, de morfología larga, dirección longitudinal/oblicua, intensidad leve, siendo varias las localizadas en
el mismo fragmento.
Los lagomorfos registran también un 12,4% de alteraciones
antrópicas, reducidas exclusivamente a las termoalteraciones.
Estas se localizan tanto en fragmentos del esqueleto craneal, el
miembro anterior, el miembro posterior y autopodios, afectando
en su totalidad con coloración M/N y N.
Entre los carnívoros, una ulna de Lynx sp. es el único resto
con alteraciones generadas por los humanos, suponiendo un 0,9%
del total. A pesar de ser una única pieza, en ella se ha identificado
la termoalteración en toda la superficie con coloración M/N, además de raspados y varias incisiones en su cara dorsal (2d), todas
de morfología corta, dirección oblicua e intensidad media.
Por último, entre los restos indeterminados, manteniendo
al margen el 4,4% relativo a los artiodáctilos indeterminados,
encontramos el 42,5% de alteraciones antrópicas restantes. Las
termoalteraciones son las modificaciones más abundantes con
un 56,9%, seguidas de las incisiones (25%), muescas (9,7%),
raspados (6,9%) y hundimientos (1,5%) (tabla 62). Las primeras se localizan en fragmentos del esqueleto craneal, vértebras,
tibias y sobre todo fragmentos de hueso largo de individuos
de talla media, en la mayoría de los casos afectando a la totalidad de la superficie, con una intensidad que oscila desde la
coloración M/N a G, sin evidencias de modificaciones secundarias asociadas. Las incisiones se localizan tanto en vértebras,
costillas, tibias como fragmentos de hueso largo de individuos
117
[page-n-131]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 61. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
en la UE VIII.
Taxón
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Raspado
Muesca
Hundimiento
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Artiodactyla MP
-
-
2
10,00
-
-
4
33,33
-
-
Bovinae
MA
-
-
1
5,00
1
33,33
1
8,33
-
-
MP
-
-
-
-
-
-
1
8,33
1
100
Caprinae
MA
2
5,13
2
10,00
-
-
-
-
-
-
MP
6
15,38
1
5,00
1
33,33
-
-
-
-
Cervidae
C
1
2,56
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
2,56
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
-
-
2
10,00
-
-
-
-
-
-
MP
6
15,38
8
40,00
-
-
5
-
-
-
E
3
7,69
2
10,00
-
-
-
-
-
-
MA
1
2,56
1
5,00
-
-
-
-
-
-
MP
1
2,56
-
-
-
-
1
-
-
-
C
2
5,13
-
-
-
-
-
-
-
-
MA
2
5,13
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
12
30,77
-
-
-
-
-
-
-
-
E
1
2,56
-
-
-
-
-
-
-
-
Equidae
Leporidae
Carnivora
Total
MA
1
2,56
1
5,00
1
33,33
-
-
-
-
39
100
20
100
3
100
12
50
1
100
de talla media y grande, afectando principalmente a la zona
central de la diáfisis, en dirección transversal/oblicua, longitudinal/oblicua y exclusivamente oblicua, con una intensidad
leve-media, siendo desde cortes simples a múltiples incisiones
sobre un mismo fragmento. Las muescas derivadas en algunos
casos de la percusión intencional y otras con un origen indeterminado, se encuentran sobre el fémur y fragmentos de hueso
largo, también en la zona central de las diáfisis, con morfología
semicircular o triangular y dirección longitudinal o longitudinal/oblicua e intensidad generalmente alta, siendo desde muescas simples a múltiples. Los raspados se localizan en tibias y
fragmentos de hueso largo de talla media y pequeña, localizados en la zona central de las diáfisis, de morfología corta,
dirección transversal y oblicua e intensidad leve-media. Finalmente, 1 hundimiento se ha reconocido sobre un fragmento de
diáfisis de talla grande, derivado de la percusión directa en la
zona central, de morfología semicircular, dirección longitudinal e intensidad media.
Actividad de otros agentes biológicos
Únicamente se han reconocido 14 alteraciones donde no se
ha podido establecer quién o qué ha sido el agente biológico
o fenómeno natural dado lo reducido de la muestra (tabla 63).
1 muesca de morfología circular se ha identificado sobre la
cara 2p un fémur de caprino, mientras 2 muescas de morfología
semicircular han sido reconocidas sobre la cara 2d de un fémur
y una tibia de cérvido, además de 2 incisiones de morfología
118
larga, sentido transversal/oblicuo e intensidad leve en un radio y
un metacarpo de cérvido. Entre los lagomorfos se han reconocido 1 pequeña horadación sobre un calcáneo. Por otro lado, se ha
identificado corrosión digestiva de intensidad moderada sobre
la zona distal-dorsal de un fragmento de fémur.
Respecto al material indeterminado, 1 hundimiento se ha
reconocido sobre un fragmento de diáfisis de un individuo de
talla media, de morfología irregular, dirección longitudinal e intensidad media. Evidencias similares a una incisión/raspado se
observan sobre la zona central de dos fragmentos de hueso largo
de un individuo de talla media, de morfología larga, dirección
longitudinal e intensidad leve. Signos de arrastre se dan sobre
un fragmento diafisario de un individuo de talla pequeña, con
una intensidad fuerte (tabla 64).
5.4.8. alteraciones diagenéticas
490 alteraciones diagenéticas han podido ser identificadas en
toda la UE VIII, con un alto porcentaje de presencia de la pigmentación por óxidos de manganeso (42,7%), seguida por la
presencia de vermiculaciones (23,3%), concreción (18,6%),
erosión (9,4%), meteorización (5,1%) y corrosión química
(1%). El grado de afección en cualquier caso no es elevado, con
un 87,8% de alteraciones en grado 1 y 2, un 10,8% en grado 3 y
únicamente un 1,4% en grado 4.
En términos anatómicos, los elementos que más se han visto
afectados son las extremidades (47,6%), seguidas por el miembro posterior (28,2%), el miembro anterior (11,4%), el esquele-
[page-n-132]
resultados
A
B
C
2 cm
D
Figura 59. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica VIII. A) Fragmento de tibia
de caballo (Equus ferus), fragmento diafisario con circunferencia casi completa de rebeco (Rupicapra rupicapra) y fragmento termoalterado de metacarpo de ciervo (Cervus elaphus) con signos de percusión y fracturas en estado fresco; B) Fragmento distal de metatarso de uro
(Bos sp.) y fragmento distal de falange 1ª de ciervo (Cervus elaphus) con signos de fracturas en fresco; C) Fragmento diafisario de ungulado
de talla media y fragmento de metacarpo distal de cabra (Capra pyrenaica) con signos de termoalteración y detalle de marcas de corte en
vista microscópica; D) Incisiones y raspados sobre fragmento de ulna de lince (Lynx sp.) con signos de termoalteración.
119
[page-n-133]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 62. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e
indeterminados recuperados en la UE VIII.
Talla de peso
Grupo anatómico Termoalteración
NR
Grande
Media
Pequeña
Incisión
%
NR
Raspado
%
NR
Muesca
%
NR
Hundimiento
%
NR
%
C
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
2,44
1
6,67
-
-
-
-
-
-
MP
-
-
-
-
-
-
1
100
-
-
E
1
2,44
1
6,67
-
-
-
-
1
100
C
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
A
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
12
29,27
1
6,67
-
-
-
-
-
-
E
9
21,95
8
53,33
2
50,00
A
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
MP
-
-
-
-
1
25,00
-
-
-
-
E
6
14,63
4
26,67
1
25,00
-
-
-
-
Muy pequeña E
1
2,44
-
-
-
-
-
-
-
-
Indeterminada E
7
17,07
-
-
-
-
-
-
-
-
Total
41
100
15
100
4
100
1
100
1
100
Tabla 63. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por agentes naturales indeterminados de los restos faunísticos
recuperados en la UE VIII.
Taxón
Agente
Grupo anatómico Horadación
Muesca
Corrosión digestiva Incisión / Raspado
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Artiodactyla Indeterminado
MP
-
-
-
-
1
50,00
-
-
Caprinae
Indeterminado
MP
-
-
1
33,33
-
-
-
-
Cervinae
Indeterminado
MA
-
-
-
-
-
-
2
100
MP
-
-
2
66,67
-
-
-
-
Leporidae
Indeterminado
MP
Total
1
100
-
-
1
50,00
-
-
1
100
3
100
2
100,00
2
100
Tabla 64. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por agentes naturales indeterminados de los restos indeterminados y tallas de peso recuperados en la UE VIII.
Talla de peso
Media
Pequeña
Total
120
Agente
Indeterminado
Indeterminado
Grupo anatómico Arrastre
Hundimiento
Muesca
NR
NR
%
NR
A
-
-
-
E
-
-
1
E
1
100
-
1
100
1
%
Incisión / Raspado
%
NR
%
1
33,33
100
1
33,33
1
33,33
100
3
100
100
1
100
1
-
[page-n-134]
resultados
to axial (8,8%) y el esqueleto craneal (4,1%). A nivel taxonómico, los animales asociados a distintas tallas de peso son los más
afectados (46,5%), seguidos de cérvidos (17,1%) y lagomorfos
(16,9%). El resto de taxones, debido también a su número, tienen unos porcentajes de afección menores al 10%.
5.4.9. paleoecología
La diversidad específica de la UE VIII se muestra relativamente alta, con una curva de rarefacción bastante estabilizada. Se compone como ocurre para el resto de unidades por
160
140
120
100
80
60
40
20
0
200
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
especies de requerimientos cálidos, habitantes de ambientes
de pradera, bosques, montes y matorrales. Basándonos en
los índices de Simpson (λ) y de Shannon (H’), con un 0,85
y 2,03 respectivamente, nos encontramos ante un conjunto
equilibrado.
A partir del NISP, la diversidad ecológica para la unidad se
caracteriza por un predominio de los artiodáctilos y lagomorfos,
abundando entre ellos los animales pastadores, principalmente
mamíferos de pequeño tamaño y fosores, con pesos que oscilan
entre 1-10 kg hasta los 180 kg (figura 60).
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Avi
Alimentación
Car
Ins
Past
Ram
Fru
160
140
120
100
80
60
40
20
0
Omn
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 60. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica VIII.
V
10%
IV
48%
VII
10%
Otros
23%
VI
10%
III
7%
II/III
6%
VIII
3%
II
6%
Figura 61. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica VIII.
121
[page-n-135]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 65. Resultados del modelo bioclimático en la UE VIII.
Especies
C. hircus
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
D. bicornis
0,00
0,50
0,50
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. palumbus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,50
0,50
0,67
4,33
0,92
0,92
0,92
0,25
0,00
9,00
CB
0,00
5,56
5,56
7,40
48,15
10,18
10,18
10,18
2,78
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 19,15 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,22 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 13,00 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 14,21 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 451,88 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 422,44 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -1,44 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 275,66 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,58 (SD 1,47).
El modelo bioclimático, resultante del empleo del componente bioclimático (CB), indica una presencia del 48% del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vegetación mediterránea), junto a una presencia puntual de un 10%
de los zonobiomas V, VI y VII respectivamente (figura 61).
Tras la aplicación de las funciones discriminantes sobre estos
datos, hemos obtenido para la UE VIII una TMA de 19,1ºC ±
3,8ºC y una PMA de 275,7 mm ± 558,7 mm (tabla 65).
5.5. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA VII-VIII
5.5.1. conteo taxonómico
Un total de 123 restos integran la UE VII-VIII (tabla 66),
suponiendo el material identificado taxonómica y anatómicamente el 60,2%, con un total de 71 NME y 11 NMI. Los
lagomorfos son el taxón predominante, con un 56,8% de representación, seguido de los cérvidos (18,9%), bóvidos y équidos
(12,2% respectivamente).
El material indeterminado asciende a un 39,8%, entre los
que los fragmentos vinculados a las tallas de peso suponen el
87,8%, mientras el 12,2% restante lo forman aquellos restos
que no se han podido clasificar en ninguna categoría. Los
animales de talla muy pequeña ascienden a un 36,7%, los de
talla media a un 26,5%, los de talla pequeña a un 16,3%, y
finalmente los de talla grande a un 8,2%.
elementos del miembro posterior los más abundantes con un
33,3% de representación, seguidos de los pertenecientes al
miembro anterior y esqueleto axial con 22,2% respectivamente y finalmente el esqueleto craneal y las extremidades
con un 11,1% cada uno.
El %MAU indica esa alta representación del miembro posterior (100%), miembro anterior y esqueleto craneal (61% respectivamente). Si bien, a escala de cada elemento anatómico
por individuo, diversos restos del esqueleto craneal, húmeros
y metápodos alcanzan máximas cotas de representación, frente
a una reducción de otros elementos del miembro posterior. En
términos generales, el esqueleto axial se sitúa por debajo del
10% y solo ha sido reconocido entre los caprinos.
Cérvidos
5.5.2. representación anatómica
14 restos conforman este taxón, correspondientes a 14 NME y
2 NMI (tabla 67). Taxonómicamente Cervus elaphus es la única
especie reconocida con un 71,4% de representación, mientras el
28,6% restante tan solo se ha determinado a nivel de la subfamilia Cervinae. En términos generales, predominan los elementos
del miembro anterior con un 42,9% de representación, aunque
le siguen muy de cerca restos asociados a las extremidades
(35,7%) y el miembro posterior (21,4%).
El %MAU muestra a su vez una distribución muy equitativa en términos de representación esquelética del miembro
posterior y anterior, con representación del 100%, frente a
los restos indeterminados de las extremidades que solo alcanzan el 41%.
Bovinos y caprinos
Équidos
Únicamente 9 restos del conjunto han sido identificados
como bóvidos, con un total de 9 NME y 3 NMI (tabla 67).
En términos taxonómicos, la familia se compone de restos
asociados a Bos cf. primigenius (11,1%), Capra pyrenaica
(33,3%) y Caprinae (55,6%). A nivel esquelético, son los
Entre los caballos tan solo hemos podido reconocer 9 restos
en el conjunto, los que se asocian a 7 NME y 2 NMI (tabla
67). Equus ferus es el único taxón identificado con un 100%
de representación, aunque siendo únicamente recuperados
elementos del miembro posterior (55,6%) y miembro anterior
122
[page-n-136]
resultados
Tabla 66. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE VII-VIII.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Joven
cf. Bos primigenius
1
1,35
1
1
1
-
Caprinae
4
5,41
5
1
1
-
Capra pyrenaica
4
5,41
2
1
1
-
Cervinae
4
5,41
4
1
1
-
Cervus elaphus
10
13,51
10
1
1
-
Equus ferus
9
12,16
7
2
2
-
Leporidae
4
5,41
4
1
1
-
Oryctolagus cuniculus
37
50,00
37
2
2
1
cf. Lepus
1
1,35
1
1
1
Total NISP
74
100
71
11
11
1
Talla grande
4
8,16
-
-
-
-
Talla media
13
26,50
-
-
-
-
Talla pequeña
8
16,30
-
-
-
-
Talla muy pequeña
18
36,73
-
-
-
-
Indeterminado
6
12,24
-
-
-
-
Total NR
49
100
-
-
-
-
Tabla 67. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE VII-VIII.
Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Bovinae
MP
1
100
1
50,00
0,04
100
Caprinae
C
1
12,50
1
25,00
0,25
66,67
A
2
25,00
2
3,85
0,04
10,26
MA
2
25,00
2
25,00
0,25
66,67
MP
2
25,00
2
37,50
0,38
100
E
1
12,50
1
12,50
0,13
33,33
MA
6
42,86
6
30,00
0,30
100
MP
3
21,43
3
30,00
0,30
100
E
5
35,71
5
12,50
0,13
41,67
MA
4
44,44
3
37,50
0,38
100
MP
5
55,56
4
28,57
0,29
76,19
C
4
9,52
4
2,63
0,03
17,54
A
2
4,76
2
1,61
0,02
10,75
MA
6
14,29
6
15,00
0,15
100
MP
18
42,86
17
14,17
0,14
94,44
E
12
28,57
12
2,78
0,03
18,52
74
100
71
-
-
-
Cervidae
Equidae
Leporidae
Total
(44,4%). Entre los distintos elementos anatómicos abundan
los fragmentos de húmero y tibia, con un 33,3% de presencia respectivamente.
Del mismo modo, el %MAU indica una alta representación
de todos los elementos por número de individuo, especialmente
del miembro anterior (100%) frente al miembro posterior (76%).
Lagomorfos
Los lepóridos son el grupo taxonómico con mayor presencia
de la UE VII-VIII, con 42 restos que suponen 41 NME y 3
NMI (tabla 67). Oryctolagus cuniculus es la especie predominante con un 88,1%, frente al 9,5% de restos determinados
como Leporidae y un 2,4% que supone el único elemento
123
[page-n-137]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
identificado como cf. Lepus. Los huesos del miembro posterior son los más abundantes (42,9%), con una representación muy homogénea entre ellos. Tras ellos, los restos de
las extremidades tienen una importante presencia (28,6%),
seguidos del miembro anterior (14,3%), el esqueleto craneal
(9,5%) y el axial (4,8%).
El %MAU atestigua una representatividad elevada para la
mayoría de los elementos anatómicos respecto al número de
individuos, si bien su distribución por grupos anatómicos fija
a los miembros apendiculares entre un 94-100% de representatividad, frente a un porcentaje por debajo del 20% en el caso
de los restos axiales, craneales y de las extremidades indeterminadas.
Tabla 68. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE VII-VIII.
Indeterminados
5.5.4. fragmentación y conservación diferencial
49 restos no han sido posible identificar taxonómicamente, integrándose en la categoría de indeterminados o alguna talla
de peso (tabla 68). La inmensa mayoría se tratan de fragmentos de diáfisis de hueso largo, principalmente de talla media
o pequeña, que suponen el 94% del conjunto, junto algunos
fragmentos de hueso plano (2%), esponjoso (2%) o indeterminados (2%).
5.5.3. edad y patrón de mortalidad
La información relativa a la edad de muerte para la UE VII-VIII
se reduce a la fusión ósea de 7 restos de Oryctolagus cuniculus,
de los cuales tan solo dos, un húmero y una tibia, nos indica que
se tratan de individuos jóvenes. Desafortunadamente, no disponemos de ningún dato para taxones claramente aportados por
los grupos humanos (tabla 66).
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
E
4
100
1
Media
E
13
100
1
Pequeña
E
8
100
1
Muy pequeña
E
18
100
1
Indeterminada
E
6
100
2
49
100
6
Total
La mayoría de los fragmentos recuperados en la UE VII-VIII
presentan unas dimensiones menores a los 2 cm de longitud
(50,4%), seguidos curiosamente por fragmentos de dimensiones
mayores a los 5 cm (29,3%) y finalmente los que se sitúan entre
los 2-5 cm (20,3%). La tasa de fragmentación en el conjunto
de la unidad asciende a 1,7, mientras que se reduce a 1 para el
material taxonómicamente determinado.
A nivel de conservación esquelética, en el caso de los bóvidos todos los restos están fragmentados, con predominio de los
fragmentos de diáfisis tipo “050” y circunferencias tipo “1” y
“2” (tabla 69). Los cérvidos y équidos presentan características
similares, con la excepción de un sesamoideo completo de ciervo y algunos fragmentos de diáfisis con circunferencia tipo “3”.
Los lagomorfos en cambio cuentan con un total de 19 huesos
completos, principalmente metápodos y falanges, además de
Tabla 69. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la
UE VII-VIII.
Taxón
Grupo anatómico Fragmentados
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Bovinae
MP
1
100
-
-
1
-
-
Caprinae
C
1
12,50
-
-
-
-
-
Cervidae
Completos
Fracturas antiguas
A
2
25,00
-
-
-
1
1
MA
2
25,00
-
-
2
-
-
MP
2
25,00
-
-
1
-
1
E
1
12,50
-
-
1
-
-
MA
6
42,86
-
-
2
1
1
MP
3
21,43
-
-
2
1
-
E
4
28,57
1,0
7,14
3
-
-
Equidae
MA
4
44,44
-
-
4
-
-
MP
5
55,56
-
-
5
-
-
Leporidae
C
4
9,52
-
-
-
-
-
A
2
4,76
-
-
-
-
-
MA
3
7,14
3
7,14
1
-
-
MP
10
23,81
8
19,05
1
1
-
E
Total
124
4
9,52
8
19,05
-
-
-
54
72,97
20
27,03
23
4
3
[page-n-138]
resultados
Tabla 70. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE VII-VIII.
Talla de peso
Grupo anatómico
Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Grande
E
4
100,0
-
-
2
2
-
Media
E
13
100,0
-
-
5
3
5
Pequeña
E
8
100,0
-
-
1
2
4
Muy pequeña
E
18
100,0
-
-
-
-
18
Indeterminada
E
Total
6
100,0
-
-
2
-
1
49
100,0
-
-
10
7
28
Tabla 71. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE VII-VIII. Se destaca las tallas con un
coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Cervus
Talla media Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
0,00
82,43
0,00
0,00
50,00
100
25,00
Ct
55,56
0,00
54,05
0,00
0,00
0,00
9,46
2,08
Vc
50,51
0,00
25,68
0,00
19,12
0,00
62,16
7,14
Vt
49,49
0,00
36,49
0,00
35,29
15,40
0,00
0,00
Vl
48,48
0,00
40,54
0,00
38,24
0,00
47,30
0,00
Vs
37,37
0,00
25,68
0,00
29,41
0,00
58,11
0,00
E
67,68
0,00
66,22
0,00
48,53
0,00
44,59
25,00
H
64,65
66,67
85,14
100
61,76
100
58,11
50,00
R
84,85
33,33
91,89
50,00
76,47
0,00
18,92
25,00
U
65,66
0,00
60,81
50,00
38,24
0,00
31,08
25,00
Mc
84,85
0,00
97,30
100
98,53
0,00
17,57
50,00
Cx
83,84
66,67
66,22
100
72,06
0,00
60,81
100
F
59,60
0,00
77,03
50,00
52,94
100
55,41
50,00
T
82,83
100
100
0,00
86,76
0,00
72,97
75,00
As
67,68
0,00
82,43
0,00
92,65
0,00
37,84
50,00
Ca
72,73
0,00
86,49
0,00
85,29
0,00
45,95
75,00
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
3,57
Mt
91,92
33,33
100
50,00
100
25,00
16,22
75,00
Fa1
67,68
0,00
77,03
0,00
80,88
0,00
1,35
0,00
Fa2
62,63
0,00
47,30
0,00
61,76
0,00
1,35
0,00
Fa3
57,58
0,00
33,78
12,50
44,12
0,00
1,35
0,00
R de Pearson
0,3742
0,4340
-0,0499
0,3594
P
0,0947
0,0494
0,8300
0,1096
otros fragmentos de diáfisis incompleta con y sin epífisis conservada. En el caso del material indeterminado, todos los restos
son fragmentos de diáfisis incompleta tipo “050” y circunferencias tipo “1” y “2” (tabla 70).
Los análisis de conservación diferencial por densidad ósea
y %MAU, hallados a partir de la asociación de los taxones y el
material anatómicamente determinado en tallas de peso, únicamente muestran una correlación significativa para los animales
de talla media. Así pues, el coeficiente de correlación por R de
Pearson, dada la normalidad estadística de los datos, informa
de una correlación positiva del 0,43 y una probabilidad < 0,05
(tabla 71). Mientras, el resto de las tallas de peso presentan una
correlación positiva menor, e incluso negativa en el caso de la
talla pequeña, sin ninguna significación estadística.
5.5.5. fracturación
Entre el total de fracturas de la UE VII-VIII, el mayor porcentaje lo tienen las fracturas antiguas (84,9%), seguidas de fracturas indeterminadas (14%) y recientes (1,1%). En el caso de
las primeras, la mayoría se produjeron mientras los huesos aún
125
[page-n-139]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
estaban frescos (33 NR), aunque también abundan las fracturas
de tipo mixto (34 NR) y son pocas las reconocidas en huesos
totalmente secos (12 NR).
A nivel de morfotipos, en los bóvidos destacan las fracturas
en fresco sobre diáfisis con circunferencia incompleta II.4.2.,
II.1.2., II.1.3. Entre los cérvidos y équidos hay una menor diversidad de morfotipos, destacando sobre todo las fracturas en fresco
de diáfisis con circunferencia incompleta II.4.2. En el caso de los
lagomorfos tan solo se han reconocido los morfotipos de fractura en seco I.2.3. y fractura en fresco II.4.4. Finalmente, entre los
restos indeterminados hay una variedad más amplia de morfotipos, abundando las fracturas mixtas tipo III.2.
5.5.6. índices de utilidad económica
A partir de la asociación por tallas de peso, el uso del
%MAU y su correlación estadística con los distintos índices de utilidad económica por medio de la R de Pearson, los
resultados obtenidos indican una alta correlación positiva
(> 0,55) y significativamente estadística (< 0,05) entre los animales de talla grande y talla pequeña con el volumen medular
(AVGMAR), además de con la grasa insaturada y médula (UMI)
en los animales de talla grande (tabla 72, figura 62). Los coeficientes de correlación son positivos en el resto de los índices pero no
son del todo elevados. Destaca que la correlación con el curado
de carne (MDI) sea siempre negativa en todas las tallas, a pesar
de su baja significación estadística.
5.5.7. alteraciones bioestratinómicas
27 alteraciones bioestratinómicas vinculadas exclusivamente
con la actividad antrópica han sido identificadas en el conjunto, con el predominio de la termoalteración, seguida de
incisiones y muescas (figura 63). Las termoalteraciones se
reconocen entre los cérvidos, caprinos, équidos, lagomorfos
y las tallas media y pequeña, afectando a la superficie total de
los huesos, con una intensidad que oscila entre la coloración
M/N y B, aunque son principalmente los estadios de carbonización los más representados. Las incisiones se localizan
sobre un húmero de cabra, dos huesos largos de talla media y
un hueso largo de talla pequeña, localizadas en el parte central
de la diáfisis, de morfología principalmente larga y orientación oblicua. Finalmente, las muescas se localizan sobre dos
fragmentos de coxal y un fragmento de tibia de caballo, con
morfología triangular en los dos primeros casos y semicircular en el tercero, con dirección longitudinal e intensidad alta
(tabla 73).
5.5.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 92 alteraciones diagenéticas han sido determinadas en la UE VII-VIII, con un claro predominio de la concreción (46,7%), las vermiculaciones (23,9%) y la pigmentación
por óxidos de manganeso (19,6%), quedando los signos de
erosión (5,4%), meteorización (2,2%) y corrosión (2,2%)
relegados a los últimos puestos. Sin embargo, el grado de
Tabla 72. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE VII-VIII. Se destaca las tallas con un
coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla
Estadísticos
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
(S)MAVGTF (S)AVGMAR
Grasa
Volumen
medular
Grande
R de Pearson
0,2276
0,3555
0,1993
P
0,3638
0,1477
0,4280
0,0027
0,0068
0,6418
Media
R de Pearson
0,0780
0,1218
0,0803
0,3882
0,3700
-0,1379
P
0,7583
0,6303
0,7514
0,1114
0,1307
0,5853
Pequeña
R de Pearson
0,1464
0,4634
0,2054
0,5726
0,3546
-0,1639
P
0,5620
0,0528
0,4135
0,0130
0,1488
0,5158
Talla grande
100
T
Mt
%MAU
%MAU
40
RU
20
H
60
40
RU
Mt
20
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
0
Talla pequeña
H F
80
H
60
-0,1177
100
T
80
Cx
0
0,6132
%MAU
80
0,6627
Talla media
100
(UMI)
(S)MDI
Grasa insaturada Curado de la
y médula
carne
60
40
Mt
20
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
0
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Figura 62. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE VII-VIII.
126
[page-n-140]
resultados
A
B
C
D
2 cm
Figura 63. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica VII-VIII. A) Percusión
sobre un fragmento de tibia de uro (Bos sp.); B) Termoalteraciones sobre un fragmento de hueso largo de talla media y vértebra torácica de
caprino; C) Detalle de incisiones sobre cara palmar de húmero de cabra (Capra pyrenaica); D) Signos de percusión y lasca parásita sobre
un fragmento de tibia de caballo (Equus ferus).
Tabla 73. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con
identificación taxonómica y tallas de peso en la UE VII-VIII.
Taxón / Talla de peso Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Muesca
NR
%
NR
%
NR
%
A
2
10,00
-
-
-
-
MA
1
5,00
1
25,00
-
-
MP
1
5,00
-
-
-
-
Cervidae
E
2
10,00
Equidae
MA
1
5,00
-
-
3
100
Caprinae
Leporidae
Media
C
1
5,00
-
-
-
-
MA
1
5,00
-
-
-
-
MP
1
5,00
-
-
-
-
E
1
5,00
-
-
-
-
E
3
15,00
2
50,00
Pequeña
E
5
25,00
1
25,00
Indeterminada
E
1
5,00
-
-
-
-
20
100
4
100
3
100
Total
127
[page-n-141]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
afección no es muy elevado, con un 92,4% de modificaciones de grado 1 y 2, siendo el 7,6% restante modificaciones
de grado 3.
A nivel anatómico, los elementos de las extremidades son los
más afectados (59,8%), seguidos del miembro posterior (19,6%)
y anterior (16,3%), en comparación con el esqueleto craneal y
axial (2,2% respectivamente). En términos taxonómicos, los
fragmentos asociados a las tallas de peso son los más afectados
(55,4%), mientras que entre las familias identificadas los cérvidos
destacan con un 15,2%, frente a los caprinos y équidos (10,9%
respectivamente), lagomorfos (5,5%) y bovinos (1,1%).
45
40
35
30
25
20
15
5
0
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
70
60
50
40
30
20
10
0
Car
Ins
Past
Ram
Fru
Omn
5.5.9. paleoecología
La diversidad específica en la UE VII-VIII es muy baja en términos taxonómicos, a pesar de mostrar una curva de rarefacción tendente a la estabilización. Principalmente se compone
de especies con requerimientos cálidos, habitantes de ambientes
de pradera, bosques, montes y matorrales. En base al índice de
Simpson (λ) y el índice de Shannon (H’) con un 0,78 y 1,56
respectivamente, estamos ante un conjunto equilibrado, aunque
con el predominio de un taxón sobre el resto, en este caso relacionado con los lepóridos.
45
40
35
30
25
20
15
5
0
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
ab
V
5%
c
d
ef
VII
18%
Otros
35%
VI
12%
VIII
5%
III
7%
Figura 65. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica VII-VIII.
128
Acu
Peso
Figura 64. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica VII-VIII.
IV
53%
Fos
gh
[page-n-142]
resultados
A partir del empleo del NISP, la diversidad ecológica indica
un predominio de lagomorfos y artiodáctilos, con una menor
presencia de perisodáctilos. A nivel alimenticio abundan los individuos pastadores, principalmente mamíferos de pequeño tamaño y animales fosores con un rango de peso que oscila entre
1-10 kg hasta los 180 kg (figura 64).
El modelo bioclimático obtenido, partiendo del componente bioclimático (CB), indica el predominio del zonobioma tipo
IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vegetación mediterránea) con un 53% de representación, junto a una presencia
puntual y destacada del zonobioma tipo VII (18%) (figura 65).
Tras aplicar las funciones discriminantes, hemos obtenido para
la unidad un TMA de 16,7ºC ± 3,8ºC y una PMA de 109,6 mm
con una desviación estándar de 558,7 mm (tabla 74).
5.6. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA VII
5.6.1. conteo taxonómico
460 restos conforman la UE VII (tabla 75), suponiendo el material identificado taxonómica y anatómicamente un 62,2%, con
un total de 248 NME, 29 NMIf y 30 NMIc.
Tabla 74. Resultados del modelo bioclimático en la UE VII-VIII.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,00
0,00
0,33
2,67
0,25
0,58
0,92
0,25
0,00
5,00
CB
0,00
0,00
0,00
6,66
53,34
5,00
11,66
18,33
5,00
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 16,77 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 26,95 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 8,56 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 18,38 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 339,29 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 352,28 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -2,91 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 109,62 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,55 (SD 1,47).
Tabla 75. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE VII.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Neonato
Infantil
Joven
Subadulto Adulto
Artiodactyla
2
0,70
2
1
2
1
-
1
-
-
Bos primigenius
2
0,70
2
1
1
-
-
-
-
-
Caprinae
7
2,45
6
2
2
-
-
1
-
-
Capra pyrenaica
6
2,10
5
2
2
-
-
-
-
-
Cervinae
2
0,70
2
1
1
-
-
-
-
-
Cervus elaphus
49
17,13
35
3
3
-
-
-
1
-
Sus scrofa
1
0,35
1
1
1
-
-
1
-
-
Equus ferus
8
2,80
8
2
2
-
1
-
-
1
Leporidae
5
1,75
2
1
1
-
-
-
-
-
Oryctolagus cuniculus
203
70,98
184
14
14
-
-
3
3
3
Passeriformes
1
0,35
1
1
1
-
-
-
-
-
Total NISP
286
100
248
29
30
1
1
6
4
4
Talla grande
19
10,92
2
-
-
-
-
-
-
-
Talla media
80
46,00
10
-
-
-
-
-
-
-
Talla pequeña
35
20,10
5
-
-
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
14
8,05
3
-
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
26
14,94
2
-
-
-
-
-
-
-
Total NR
174
100
22
129
[page-n-143]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Los lagomorfos son nuevamente el taxón más abundante, con
un 72,7% de representación, seguidos por los cérvidos (17,8%),
bóvidos (5,2%) y équidos (2,8%). El resto de los taxones tiene
un porcentaje de representación muy reducido: artiodáctilos indeterminados (0,7%), suidos (0,3%) y paseriformes (0,3%).
El material indeterminado supone el 37,8% restante, entre
los que los fragmentos asociados a alguna de las tallas de peso
son el 32,2% y únicamente el 5,6% restante se forma por los
restos sobre los que no se ha podido llegar a ningún tipo de
determinación. Los animales de talla media engloban el 46% de
los restos indeterminados, los de talla pequeña el 20,1%, los de
talla grande el 10,9% y los de talla muy pequeña el 8%.
los elementos del miembro posterior son los que más abundan
con un 46,7%, con especial representación del fémur que supone el 26,7% del NISP. El miembro anterior también es abundante (33,3%), compuesto únicamente de fragmentos de radio.
Finalmente, las extremidades y esqueleto craneal integran el
13,3% y 6,7% de material respectivamente.
El %MAU indica una alta representatividad en la gran mayoría de elementos y grupos anatómicos identificados respecto
al NMI, alcanzando porcentajes superiores al 66%, con la excepción de los restos de las extremidades que no superan el 22%
de representación.
5.6.2. representación anatómica
Entre los ciervos ha podido determinarse un total de 51 restos, correspondientes a 37 NME y 4 NMI (tabla 76). Cervus
elaphus es el único taxón establecido, con un 96,1% de representación, mientras que los restos determinados como Cervinae son el 3,9% restante. Entre todos ellos el miembro posterior es el más abundante (52,9%), con una alta presencia de
tibias (23,5%), fémures (13,7%) y metatarsos (13,7%). El
Bovinos y caprinos
15 restos han sido identificados como bóvidos, con un total de
13 NME y 5 NMI (tabla 76). A nivel taxonómico la familia se
compone de fragmentos asociados a Bos primigenius (13,3%),
Capra pyrenaica (40%) y Caprinae (46,7%). A nivel general,
Cérvidos
Tabla 76. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE VII.
Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
MA
1
50,00
1
25,00
0,25
100
MP
1
50,00
1
25,00
0,25
100
MA
1
50,00
1
50,00
0,50
100
MP
1
50,00
1
50,00
0,50
100
C
1
7,69
1
12,50
0,13
66,67
MA
4
30,77
3
18,75
0,19
100
MP
6
46,15
5
15,63
0,16
83,33
E
2
15,38
2
4,17
0,04
22,22
C
4
7,84
4
16,67
0,17
62,75
A
1
1,96
1
3,57
0,04
13,45
MA
15
29,41
11
19,64
0,20
73,95
MP
27
52,94
17
26,56
0,27
100
E
4
7,84
4
5,00
0,05
18,82
C
2
25,00
2
2,38
0,02
9,52
MA
3
37,50
3
25,00
0,25
100
MP
2
25,00
2
25,00
0,25
100
E
1
12,50
1
12,50
0,13
50,00
C
23
11,06
17
12,59
0,13
75,99
A
31
14,90
31
1,65
0,02
9,98
MA
33
15,87
30
14,29
0,14
86,21
MP
115
55,29
87
16,57
0,17
100,00
E
6
2,88
6
1,11
0,01
6,70
Suidae
C
1
100
1
100
1,00
100
Avifauna
MA
1
100
1
50,00
0,50
100
286
100
233
-
-
-
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Total
130
[page-n-144]
resultados
miembro anterior desciende hasta el 29,4% de representación,
donde los húmeros, radios y metacarpos implican el 9,8% respectivamente. El esqueleto craneal y las extremidades ocupan
el 7,8% de los restantes materiales, junto a un 2% asociado al
esqueleto axial.
En términos de presencia por individuo, el %MAU demuestra que la mayoría de los elementos del miembro posterior
(100%) y anterior (73%), así como del esqueleto craneal (62%)
tienen una alta representatividad. No obstante, el esqueleto axial
y restos de las extremidades tienen una representatividad por
individuo menor que se sitúa por debajo del 20%.
Indeterminados
Équidos
5.6.3. edad y patrón de mortalidad
8 restos han sido determinados como équidos, con una misma
cantidad de NME y un 2 NMI (tabla 76). Equus ferus es el único taxón reconocido, entre el que los elementos del miembro
anterior son los más abundantes (37,5%), seguidos del miembro posterior (25%), esqueleto craneal (25%) y extremidades
(12,5%). Ningún resto del esqueleto axial se ha recuperado en
toda la unidad.
El %MAU indica una representación por individuo de prácticamente el 100% para todos los elementos del esqueleto apendicular, a excepción de un fragmento aislado de diente que hace
descender la representación del esqueleto craneal al 9%.
Lagomorfos
Un total de 208 restos de conejo han sido recuperados en la UE VII,
reducidos a 171 NME y 15 NMI (tabla 76). Oryctolagus cuniculus es el único taxón identificado, con un 97,6% de representación, completado con un 2,4% de elementos asociados
únicamente a la familia Leporidae. En general, el miembro
posterior es el más abundante con un 55,3%, donde el fémur
(15,4%), tibia (12,5%) y coxal (11,1%) son los elementos más
representativos. El miembro anterior (15,9%), el esqueleto
axial (14,9%) y craneal (11,1%) le siguen en representación,
quedando relegados los elementos de las extremidades al último lugar (2,9%).
Atendiendo al %MAU, la representación de cada elemento por individuo es distinta a la establecida por los grupos
anatómicos, donde además la presencia de restos apendiculares es bastante elevada (86-100%), seguida de fragmentos
del esqueleto craneal (76%), axial y extremidades, estos últimos por debajo del 10%. En el caso de los elementos individuales, los fragmentos del cráneo y fémur, son los que mayor representación muestran (100%), seguidos de las tibias
(76,9%), calcáneos (61,5%), metatarsos (61,5%) y coxales
(46,2%). En menor proporción abundan restos del maxilar
y hemimandíbula, húmero, radio y escápula. Las falanges,
vértebras y fragmentos dentales están escasamente representados dado el alto número de elementos que suponen en el
esqueleto.
Aves
1 fragmento de ulna de passeriforme es también el único elemento reconocido para este orden (1 NME, 1 NMI).
Suidos
1 fragmento de maxilar es el único elemento reconocido taxonómicamente como Sus scrofa (1 NME, 1 NMI) en la UE VII.
174 fragmentos han sido incluidos en la categoría de indeterminados, incluyendo 2 NR adscritos a los artiodáctilos genéricos, 148 NR a las tallas de peso y 26 NR a restos totalmente
indeterminados (tabla 77). Las extremidades forman el 85,2%,
predominando los huesos largos de talla media (Lt1) con un
51,1%. El esqueleto craneal los sigue en representación con un
7,4%, para posteriormente dar paso al esqueleto axial (2,8%),
miembro posterior (2,8%) y anterior (1,7%).
Los restos de Artiodáctilos indeterminados del conjunto se
reducen a dos fragmentos del miembro apendicular.
Los resultados de la fusión ósea proporcionan sobre todo información para el conjunto de lagomorfos, con muy pocos datos
para los ungulados (tabla 75). Entre estos últimos encontramos
un fragmento de escápula de neonato de artiodáctilo, una falange 1ª de 1 individuo infantil de équido, un fragmento de tibia
de 1 artiodáctilo juvenil, además de un fémur y tibia juvenil
de caprino, junto a un fragmento de ulna de 1 juvenil de talla
pequeña/media. Entre los conejos la cantidad de restos es mayor, permitiendo reconocerse al menos 3 individuos jóvenes, 3
subadultos y 3 adultos.
La erupción dental nos provee de información complementaria, con una hemimandíbula y un M1 de 1 individuo joven de
Cervus elaphus, un maxilar de Sus scrofa juvenil y un P4 de
Equus ferus adulto.
Tabla 77. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE VII.
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
C
1
5,26
1
A
1
5,26
1
E
17
89,47
-
C
6
7,50
5
Media
Pequeña
A
2
2,50
2
MA
1
1,25
1
MP
4
5,00
2
E
67
83,75
-
C
1
2,86
1
A
1
2,86
1
MA
1
2,86
1
MP
1
2,86
1
E
31
88,57
-
Muy pequeña C
3
21,43
2
A
1
7,14
1
E
10
71,43
-
Indeterminada C
E
Total
2
7,69
2
24
92,31
-
174
100
21
131
[page-n-145]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 78. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE VII.
Taxón
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
1
33,33
-
-
-
1
-
Artiodactyla
MA
MP
1
33,33
1
33,33
-
-
-
Bovinae
MA
1
50,00
-
-
-
-
1
MP
1
50,00
-
-
1
-
-
C
1
7,69
-
-
-
-
-
MA
4
30,77
-
-
3
-
1
MP
6
46,15
-
-
2
-
2
Caprinae
Cervidae
Equidae
E
2
15,38
-
-
-
-
1
C
4
7,55
-
-
-
-
1
A
1
1,89
-
-
1
-
-
MA
15
28,30
-
-
13
-
1
MP
27
50,94
1
1,89
19
1
6
E
4
7,55
1
1,89
2
1
-
C
2
25,00
-
-
-
-
-
MA
3
37,50
-
-
2
1
-
MP
2
25,00
-
-
2
-
-
E
1
12,50
-
-
-
-
-
Suidae
C
1
100
-
-
-
-
-
Leporidae
C
22
10,58
1
0,48
-
8
-
Avifauna
Total
A
27
12,98
4
1,92
-
14
-
MA
28
13,46
6
2,88
6
12
-
MP
88
42,31
26
12,50
27
30
5
E
-
-
6
2,88
-
-
-
MA
1
100
-
-
-
1
-
243
84,08
46
15,92
78
69
18
5.6.4. fragmentación y conservación diferencial
En el conjunto de la UE VII el 29,3% de los fragmentos tienen
unas dimensiones menores a los 2 cm, mientras que aquellos
entre los 2-5 cm alcanzan el 51,5% de la muestra, quedando un
19,1% de fragmentos < 5 cm. La tasa de fragmentación en el
conjunto asciende a 1,9, mientras para el material taxonómicamente determinado disminuye a un 1,2.
En términos de conservación, entre los bóvidos no contamos
con ningún elemento completo, predominando los fragmentos
de diáfisis tipo “050” y las circunferencias tipo “2” (tabla 78).
Los cérvidos cuentan con un calcáneo y un sesamoideo entero
(4,3%), mientras el resto de los elementos están fragmentados
(95,7%), prevaleciendo nuevamente los fragmentos de diáfisis tipo “050” y las circunferencias tipo “2”. Entre los équidos
todos los restos están fragmentados, con una repetición en el
predominio de los fragmentos de diáfisis tipo “050” y circunferencias tipo “1” y “2”. En el caso de los lepóridos, el porcentaje de elementos enteros es mucho más alto, con un 20,8% de
huesos completos, principalmente calcáneos, metápodos, falan132
ges y vértebras. Entre el material fragmentado (79,2%) destacan los fragmentos tipo “555”, “051”, “550” y “050”, con una
alta proporción de elementos con circunferencia tipo “4”. En
otros taxones (suidos y paseriformes) abundan los fragmentos
tipo “050” y circunferencia tipo “3”. Finalmente, entre el material indeterminado contamos con un 2,4% de huesos enteros,
aunque se tratan de porciones del cráneo u otros elementos que
no se han llegado a determinar. Entre el material fragmentado
(97,6%) abundan los fragmentos de diáfisis tipo “050” y las circunferencias tipo “1” y “2” (tabla 79).
Los análisis de conservación diferencial llevados a cabo por
densidad ósea y %MAU se han hallado a partir de la asociación
de los distintos taxones y material anatómicamente determinado en distintas tallas de peso, estableciéndose cuatro categorías:
talla grande, media, pequeña y muy pequeña. Los resultados del
coeficiente de correlación aplicando la R de Pearson, dada la normalidad estadística de los datos, informa de una baja correlación
para los individuos de talla grande y talla muy pequeña, aunque
con una significación estadística significativa (< 0,05). En el ca-
[page-n-146]
resultados
Tabla 79. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE VII.
Talla de peso
Grande
Media
Pequeña
Muy pequeña
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
C
-
-
1
5,26
-
-
-
A
1
5,26
-
-
-
-
1
E
17
89,47
-
-
12
-
1
C
6
7,50
-
-
-
4
-
A
2
2,50
-
-
-
2
-
MA
1
1,25
-
-
1
-
-
MP
3
3,75
-
-
2
1
-
E
68
85,00
-
-
38
11
13
C
1
2,86
-
-
-
1
-
A
1
2,86
-
-
-
1
-
MA
1
2,86
-
-
-
1
-
MP
1
2,86
-
-
1
-
-
E
30
85,71
-
1
19
5
6
C
2
14,29
1,0
7,14
-
-
-
A
1
7,14
-
-
-
-
-
E
10
71,43
-
-
3
-
3
Indeterminados C
E
Total
2
7,69
-
-
-
-
-
24
92,31
-
-
-
10
2
171
98,84
2
1,16
76
36
26
so de la talla media, la correlación es algo más alta, con probabilidad significativa nuevamente. Únicamente en el caso
de los individuos de talla pequeña no se ha encontrado correlación entre la densidad ósea y el %MAU, además de contar con una probabilidad estadísticamente nada significativa
(> 0,05) (tabla 80).
también por una amplia variabilidad de los morfotipos, aunque predominan las fracturas en estado fresco, principalmente
sobre diáfisis con circunferencia incompleta tipo II.4.2 y fracturas mixtas tipo III.2.
5.6.5. fracturación
A partir del %MAU obtenido previamente tras la asociación de
nuestro conjunto por tallas de peso y su correlación estadística con
los distintos índices de utilidad económica empleando la R de Pearson, los resultados indican para el caso de los individuos de talla
grande y mediana una destacada correlación positiva y significativamente estadística del volumen medular (AVGMAR) y
la grasa insaturada y médula (UMI). En las tallas medias esta
correlación tan solo se reconoce con una probabilidad significativa en el caso del volumen medular (tabla 81, figura 66). El
resto de los resultados, a pesar de mostrar correlaciones tanto
positivas como negativas, no alcanza a obtener una probabilidad
estadística fiable.
El conjunto óseo de la UE VII presenta un elevado porcentaje
de fracturas antiguas (82,6%), mientras que las fracturas indeterminadas y recientes alcanzan el 16,4% y 1% respectivamente. Entre las antiguas, la gran mayoría fueron producidas
mientras los huesos estaban en estado fresco (154 NR), aunque
también hay una alta cantidad de elementos fracturados en estado seco (108 NR), frente a una muy baja cantidad con fracturación mixta (45 NR).
A nivel de morfotipos, entre los bóvidos destacan las
fracturas sobre diáfisis con circunferencia incompleta II.4.2,
tratándose el resto de las fracturas de carácter mixto. En los
cérvidos en cambio, aunque continúa abundando el tipo II.4.2,
hay una mayor variedad de morfotipos, con fracturas generadas tanto en estado seco como mixto. Los équidos presentan principalmente fracturas en fresco tipo II.4.2 nuevamente,
mientras que en los lepóridos se registra una enorme diversidad de morfotipos, principalmente de fracturas en estado seco.
El resto de los taxones y material indeterminado se caracteriza
5.6.6. índices de utilidad económica
5.6.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
Un total de 74 alteraciones bioestratinómicas relacionadas con
la actividad humana han sido identificadas en la UE VII (tabla 82, figura 67), con distribución desigual según los diferentes
taxones y tallas de peso establecidas.
133
[page-n-147]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 80. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE VII. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande Cervus
Talla media
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
52,27
82,43
63,28
0,00
50,00
100
38,90
Ct
55,56
3,85
54,05
0,00
0,00
0,00
9,46
0,30
Vc
50,51
0,00
25,68
3,57
19,12
1,20
62,16
6,30
Vt
49,49
0,00
36,49
0,00
35,29
0,00
0,00
0,00
Vl
48,48
0,00
40,54
0,00
38,24
0,00
47,30
13,80
Vs
37,37
0,00
25,68
0,00
29,41
0,00
58,11
7,40
E
67,68
0,00
66,22
12,50
48,53
0,00
44,59
22,20
H
64,65
50,00
85,14
6,30
61,76
0,00
58,11
25,90
R
84,85
100
91,89
50,00
76,47
75,00
18,92
25,90
U
65,66
50,00
60,81
12,50
38,24
25,00
31,08
18,50
Mc
84,85
0,00
97,30
50,00
98,53
0,00
17,57
18,50
Cx
83,84
0,00
66,22
0,00
72,06
0,00
60,81
44,40
F
59,60
50,00
77,03
75,00
52,94
100
55,41
100
T
82,83
50,00
100
100
86,76
25,00
72,97
74,10
As
67,68
0,00
82,43
0,00
92,65
0,00
37,84
0,00
Ca
72,73
0,00
86,49
12,50
85,29
25,00
45,95
63,00
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
0,50
Mt
91,92
50,00
100
50,00
100
0,00
16,22
59,30
Fa1
67,68
25,00
77,03
0,00
80,88
0,00
1,35
1,60
Fa2
62,63
0,00
47,30
3,13
61,76
0,00
1,35
0,40
Fa3
57,58
0,00
33,78
3,13
44,12
6,30
1,35
0,00
R de Pearson
0,4765
0,6327
0,0087
0,4623
P
0,0290
0,0021
0,9702
0,0349
En los caprinos se registra el 2,7% de las alteraciones. Las
incisiones han sido reconocidas sobre un radio y un fémur de
Capra pyrenaica, en sus caras lateral y dorsal respectivamente,
de morfología corta y larga, con dirección longitudinal/oblicua
y transversal/oblicua e intensidad leve. Únicamente 1 muesca
se localiza sobre otro fémur, concretamente en su cara dorsal,
con morfología semicircular, dirección longitudinal e intensidad
leve. Finalmente, signos de alteración se han reconocido sobre
otro fragmento de fémur, afectando a la totalidad del mismo con
una coloración G/B.
Los cérvidos contienen el 14,7% de las alteraciones, principalmente incisiones, termoalteraciones, muescas y raspados.
Las termoalteraciones se registran de forma total o parcial en los
distintos elementos, con una intensidad que oscila entre la coloración M/G a G. Las incisiones están localizadas en la zona
dorsal, medial, lateral y palmar de las diáfisis de distintos huesos largos, de morfología larga y corta, distribuidas preferentemente de forma unilateral, oblicuas e intensidad media o leve.
1 único raspado se ha podido identificar sobre un metatarso, con
unas características similares a las incisiones. Las muescas de percusión a su vez solo se reconocen en un fragmento de húmero, con134
cretamente en la zona lateral de la diáfisis, con morfología triangular, distribución unilateral, longitudinalmente e intensidad alta.
Entre los lagomorfos únicamente las termoalteraciones
(17,6%) tienen nexo con la actividad antrópica. Generalmente
los huesos afectados (humero, radio, coxal, fémur, tibia, calcáneo y metatarsos) lo están en su totalidad, con una intensidad
que oscila de la coloración M a G.
Por último, entre los restos indeterminados se ha registrado
el 77% de las alteraciones por actividad antrópica (tabla 83). Entre ellas la termoalteración es la más abundante con un 60,4%,
seguida de las incisiones (29,2%), raspados (6,2%), incisiones/
raspados (2,1%) y muescas (2,1%). Las afecciones por la acción
del fuego se identifican tanto en restos del esqueleto craneal,
axial como apendicular, modificando prácticamente el total de la
superficie de los fragmentos con coloraciones que oscilan entre
el M y el G. Las incisiones por el contrario se centran en fragmentos del esqueleto apendicular (a excepción de las costillas),
afectando a las zonas laterales y dorsales de la zona central de
la diáfisis, con morfologías tanto largas como cortas, distribuidas de manera unilateral y con intensidad leve o media.
El único raspado identificado se localiza en un fragmento de radio
[page-n-148]
resultados
Tabla 81. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE VII. Se destaca las tallas con un coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla de peso Estadísticos
Grande
Media
Pequeña
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
R de Pearson
0,1358
0,0504
-0,1725
0,5080
0,4733
-0,2979
0,5910
0,8425
0,4937
0,0314
0,0473
0,2298
R de Pearson
0,3123
0,2883
-0,0516
0,6121
0,7049
-0,3440
P
0,2070
0,2460
0,8389
0,0069
0,0011
0,1621
R de Pearson
0,1264
0,4279
0,1642
0,5591
0,3945
-0,2080
P
0,6172
0,0765
0,5150
0,0159
0,1052
0,4076
Talla grande
H
Mt
F
T
Fa
20
0
Mc
40
20
20
40
60
80
(S)AVGMAR
0
100
Talla grande
100
E
RU
Mt
Fa
0
F
Mt
40
%MAU
H
T
Fa
20
0
40
60
UMI
80
100
40
Cx
40
60
80
(S)AVGMAR
100
0
T
Fa
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Talla media
T
F
60
Mc RU
Mt
40
20
20
60
H
20
80
60
RU
20
100
RU
80
%MAU
60
F
80
F
%MAU
60
Talla pequeña
100
T
80
%MAU
%MAU
80
0
Talla media
100
RU
40
(UMI)
(S)MDI
Grasa insaturada Curado de la
y médula
carne
P
100
0
(S)MAVGTF (S)AVGMAR
Grasa
Volumen
medular
0
Ca Fa
Car
0
20
H
40
60
UMI
80
100
Figura 66. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística (<
0,05) en la UE VII.
Tabla 82. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos con identificación
identifi
taxonómica en la UE VII.
Taxón
Artiodactyla
Caprinae
Cervidae
Leporidae
Grupo anatómico
MP
Incisión
NR
%
NR
%
NR
Raspado
%
NR
Muesca
%
-
-
1
14,29
-
-
1
50,00
MA
-
-
1
14,29
-
-
-
-
MP
1
5,56
-
-
-
-
-
-
MA
1
5,56
1
14,29
-
-
1
50,00
MP
3
16,67
4
57,14
1
100
-
-
A
2
11,11
-
-
-
-
-
-
MA
2
11,11
-
-
-
-
-
-
MP
Total
Termoalteración
9
50,00
-
-
-
-
-
-
18
100
7
100
1
100
2
100
135
[page-n-149]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
A
D
B
C
2 cm
Figura 67. Evidencias de actividad antrópica sobre restos de ungulados identificadas en la Unidad Estratigráfica VII. A) Presencia de incisiones, raspados y fracturas en cilindro sobre restos de talla media y ciervo (Cervus elaphus); B) Signos de termoalteración en fragmentos
esponjosos de individuos de talla grande y media; C) Muescas de percusión sobre un fragmento de radio de ciervo (Cervus elaphus); D)
Evidencias de incisiones y raspados sobre restos de ungulados en vista microscópica.
136
[page-n-150]
resultados
Tabla 83. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e
indeterminados recuperados en la UE VII.
Talla de peso
Grande
Media
Pequeña
Grupo anatómico Termoalteración
Incisión
Raspado
Muesca
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
A
-
-
1
7,69
-
-
-
-
E
1
3,45
4
30,77
-
-
-
-
C
2
6,90
-
-
-
-
-
-
A
1
3,45
-
-
-
-
-
-
MA
-
-
-
-
1
33,33
-
-
MP
1
3,45
-
-
-
E
9
31,03
7
53,85
1
33,33
1
100
A
1
3,45
-
-
-
-
-
-
E
-
10
34,48
1
7,69
1
33,33
-
Indeterminada E
4
13,79
-
-
-
-
-
-
Total
29
100
13
100
3
100
1
100
de una talla media/grande, concretamente en la cara dorsal de la
diáfisis, de morfología larga, unilateral, dirección oblicua e intensidad alta. Igualmente, 1 única muesca claramente vinculada a
percusión antrópica se identifica sobre un fragmento de hueso largo de talla media, localizada en la zona central de la diáfisis, con
morfología triangular, orientación longitudinal e intensidad alta.
Actividad de otros agentes biológicos
Tan solo 11 alteraciones bioestratinómicas ligadas a la actividad de agentes biológicos distintos a los humanos o alteraciones
indeterminadas se han reconocido. Los lagomorfos registran la
mayoría de alteraciones (tabla 84, figura 68), entre las que predominan la corrosión digestiva, muescas, perdida ósea y horadaciones, aunque no conocemos el agente que las pudo producir.
El resto de las alteraciones por fenómenos naturales o indeterminados se encuentran sobre restos de ciervo, individuos de talla
media y talla pequeña, tratándose principalmente de muescas indeterminadas, arrastres y posibles incisiones. En la gran mayoría
de los casos, dada la escasez de evidencias que permitan establecer algún tipo de patrón, no contamos con más información
sobre los agentes que provocaron estas alteraciones.
5.6.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 497 alteraciones de origen diagenético se han podido identificar en la UE VII. Son predominantes la pigmentación
por óxidos de manganeso (36,4%) y concreciones (34%), seguidas de la presencia de vermiculaciones (19,7%), erosión (4,8%),
meteorización (4,2%) y corrosión química (0,8%). No obstante,
como para el resto de las unidades, el grado de afectación no es
muy elevado, con un 81,5% de modificaciones situadas en los
grados 1 y 2, frente al 16,7% que registran un grado 3 y un 1,8%
restante con grado 4 y 5.
A nivel anatómico, son principalmente los elementos del
miembro posterior y extremidades los más afectados con un
40,4% y 28,8%. Mientras, en términos de familia son los lepóridos el taxón más afectado con un 45,7% de representación,
seguido por la asociación de las distintas tallas de peso (31,4%)
y los artiodáctilos (18,5%).
5.6.9. paleoecología
La diversidad específica reconocida para el conjunto faunístico
de la UE VII se caracteriza por una relativa diversidad de taxones, con una curva de rarefacción tendente a la estabilización.
Al igual que las otras, esta unidad está compuesta esencialmente
por taxones de requerimientos cálidos, habitantes de espacios
dominados por las praderas, bosques, montes y matorrales. Basándonos en los resultados del índice de Simpson (λ) y el índice
de Shannon (H’) con un 0,68 y 1,54 respectivamente, nos encontramos ante un conjunto donde a pesar de un cierto equilibrio de las especies reconocidas, hay un predominio de una de
ellas, ligado a la alta presencia de restos de lagomorfos.
La diversidad ecológica a partir del NISP nos informa por
otro lado de un predominio de los lagomorfos y artiodáctilos
sobre el resto de los taxones. A su vez, a nivel alimentario son
los individuos pastadores y ramoneadores los que abundan,
sobre todo animales fosores y mamíferos de pequeño tamaño,
con un rango de peso que oscila entre < 1 kg a >180 kg (figura
69).
Los resultados del modelo bioclimático partiendo del componente bioclimático (CB), indican una mayor presencia en el
entorno del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos
secos, de vegetación mediterránea) con un 45%, así como la
presencia puntual de característica propias de los zonobiomas
tipo VII (15%), tipo VI, tipo V y tipo III (10% respectivamente) (figura 70). La aplicación de las funciones discriminantes
nos ofrece para estos momentos una TMA de 17,7ºC ± 3,8ºC
y una PMA de 259,8 mm y una desviación estándar de 558,7
mm (tabla 85).
5.7. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA VI
5.7.1. conteo taxonómico
310 restos componen la UE VI (tabla 86), correspondiendo el
40,6% al material identificado taxonómica y anatómicamente,
estableciéndose un total de 102 NME, con un resultado NMI de
11 individuos (figura 71).
137
[page-n-151]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 84. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por agentes naturales indeterminados de los restos faunísticos
recuperados en la UE VII.
Taxón /
Talla de peso
Cervinae
Agente
Grupo
anatómico
Indeterminado
MA
Arrastre
Horadación
Muesca
Corrosión
digestiva
Pérdida ósea Incisión
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
50,00
Leporidae
Indeterminado
MP
-
-
1
100
2
66,67 3
100
1
100
-
-
Media
Indeterminado
E
1
100
-
-
1
33,33 -
-
-
-
-
-
Pequeña
Indeterminado
MP
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
1
50,00
1
100
1
100
3
100
3
100
1
100
2
100
Total
B
A
2 cm
Figura 68. Restos de conejo (Oryctolagus cuniculus) con signos de consumo por agentes naturales. A) Fracturaciones sobre fémur y coxal;
B) Corrosiones por digestión sobre fémur y calcáneo.
Taxonomía
250
200
200
150
150
100
100
50
50
0
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
250
0
200
150
150
100
100
50
50
Car
Ins
Past
Ram
Ae
Ar
Tre
Fru
Omn
0
Pmt
Gmt
ab
c
d
Figura 69. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica VII.
138
Fos
Acu
Peso
250
200
0
Locomoción
250
ef
gh
[page-n-152]
resultados
V
10%
VII
15%
IV
45%
Otros
29%
III
10%
II/III
2%
II
2%
VIII
4%
VI
10%
I
2%
Figura 70. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica VII.
Tabla 85. Resultados del modelo bioclimático en la UE VII.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
S. scrofa
0,14
0,14
0,14
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
P. pyrrhocorax
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,14
0,14
0,14
0,67
3,14
0,73
0,73
1,06
0,25
0,00
7,00
CB
2,04
2,04
2,04
9,52
44,90
10,37
10,37
15,13
3,57
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 17,78 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,13 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 9,99 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 17,13 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 378,05 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 386,40 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -1,94 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 259,77 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,15 (SD 1,47).
Los lagomorfos son el taxón predominante con un 32,5%
de representación, seguidos por los cérvidos (31,7%) y bóvidos
(20,6%). El resto de los taxones muestra una representación mucho menor: équidos un 5,6%, bovinos un 2,4%, carnívoros un
2,4% y artiodáctilos indeterminados un 4,8%.
El material indeterminado supone un 59,4%, entre el que los
fragmentos vinculados a alguna talla de peso ascienden también
a un 40,6%, siendo el 18,7% restante restos sobre los que no se
ha podido establecer ningún tipo de determinación. Los animales de talla media suponen un 44,6% del total de indeterminados, mientras la talla pequeña representa un 11,4%, la grande un
10,9% y la muy pequeña un 1,6%.
5.7.2. representación anatómica
Bovinos y caprinos
29 restos de bóvidos han sido identificados, estableciéndose un
total de 26 NME y 3 NMI (tabla 87). Esta familia se compone a nivel taxonómico por Bos sp. (10,3%), Capra pyrenaica
(48,3%) y restos de Caprinae (41,4%). El miembro posterior
es el mejor representado con un 48,3%, estando especialmente
representado el fémur con un 24,1% del NISP. El miembro anterior y esqueleto craneal suponen un 17,2% respectivamente,
compuesto este último esencialmente por piezas dentarias. Las
extremidades suponen un 10,3% y el esqueleto axial un 6,9%.
139
[page-n-153]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 86. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE VI.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Infantil
Joven
Subadulto
Artiodactyla
6
4,76
4
1
1
1
-
-
Bos sp.
3
2,38
3
1
1
-
-
-
Caprinae
12
9,52
10
1
1
-
-
-
Capra pyrenaica
14
11,11
13
1
1
-
1
Cervus elaphus
40
31,75
27
2
2
-
1
1
Equus ferus
7
5,56
6
1
1
-
1
-
Lynx sp.
3
2,38
3
1
1
-
-
-
Oryctolagus cuniculus
41
32,54
36
3
3
-
-
-
Total NISP
126
100
102
11
11
1
3
1
Talla muy grande
1
0,54
-
-
-
-
-
-
Talla grande
19
10,33
3
-
-
-
-
-
Talla media
82
44,60
5
-
-
-
-
-
Talla pequeña
21
11,40
2
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
3
1,63
-
-
-
-
-
-
Indeterminado
58
31,52
8
-
-
-
-
-
Total NR
184
100
18
-
-
-
-
-
A
B
C
D
2 cm
Figura 71. Ejemplos de materiales identificables taxonómica y anatómicamente en la Unidad Estratigráfica VI. A) Fragmento de candil de
ciervo (Cervus elaphus); B) Fragmento distal de metatarso y patela de cabra (Capra pyrenaica), C) Astrágalo derecho de uro (Bos sp.); D)
Falange 1ª y 1ª-III de lince (Lynx sp.).
Los resultados del %MAU muestran como los elementos
del miembro posterior y anterior son los que tienen una mayor
presencia por individuo, con porcentajes de entre el 58-100%
en la mayoría de los casos, mientras que el esqueleto craneal tan
solo supone un 16% y el axial un 6%.
En el caso de los cérvidos, el %MAU es bastante equitativo entre los elementos, generalmente entre el 50-100% para
los grupos anatómicos apendiculares y craneales, quedando
muy por debajo los restos del esqueleto axial que no supera el
6% de representatividad.
Cérvidos
Équidos
Entre los cérvidos se han recuperado un total de 40 NR, correspondiéndose con un total de 27 NME y 2 NMI (tabla 87).
Cervus elaphus es el único taxón establecido, en el que destaca
una alta presencia de elementos del miembro posterior (62,5%),
sobre todo tibias (27,5%) y metatarsos (22,5%). El miembro
anterior supone el 20% del conjunto, mientras el esqueleto craneal se limita al 7% y el esqueleto axial y extremidades a un
5% respectivamente.
Únicamente se han reconocido 7 restos de équidos, 6 NME
y 1 NMI (tabla 87). Equus ferus es el único taxón establecido. El miembro anterior es el predominante (57,1%), sobre
todo en el caso de los húmeros con un 42,9% de presencia.
El miembro anterior se reduce al 28,6% y el esqueleto craneal
al 14,3%. El %MAU indica una representación predominante
del miembro posterior (100%), frente una menor presencia del
miembro anterior (75%) y sobre todo del esqueleto craneal (4%).
140
[page-n-154]
resultados
Tabla 87. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE VI. Se
indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
C
3
50,00
3
9,38
0,09
100
A
2
33,33
1
7,69
0,08
100
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Leporidae
Carnivora
Total
E
1
16,67
-
-
-
-
MA
1
33,33
1
50,00
0,50
100
MP
2
66,67
2
50,00
0,50
100
C
5
19,23
5
6,94
0,07
16,20
A
2
7,69
2
2,56
0,03
5,98
MA
4
15,38
4
25,00
0,25
58,33
MP
12
46,15
9
42,86
0,43
100
E
3
11,54
3
5,36
0,05
12,50
C
3
7,50
3
25,00
0,25
50,00
A
2
5,00
2
12,50
0,13
25,00
MA
8
20,00
7
29,17
0,29
58,33
MP
25
62,50
13
50,00
0,50
100
E
2
5,00
2
6,25
0,06
12,50
C
1
14,29
1
4,17
0,04
4,17
MA
4
57,14
3
75,00
0,75
75,00
MP
2
28,57
2
100
1,00
100
C
4
9,76
3
33,33
0,33
65,22
A
3
7,32
3
1,96
0,02
3,84
MA
5
12,20
5
27,78
0,28
54,35
MP
23
56,10
19
51,11
0,51
100
E
6
14,63
6
3,70
0,04
7,25
MA
1
33,33
1
50,00
0,50
100
E
2
66,67
2
11,11
0,11
22,22
126
100
102
-
-
-
Carnívoros
Indeterminados
Los restos de carnívoros se reducen a 3 NME de Lynx sp., con
un %NISP muy alto en el caso de las falanges 1 (66,7%), pero
un %MAU invertido a un único fragmento de ulna (tabla 87).
Los fragmentos indeterminados ascienden a un total de 184
(tabla 88), incluyendo los adscritos a los artiodáctilos genéricos, las tallas de peso y restos totalmente indeterminados. Los
restos de las extremidades suponen el 8,8% del conjunto, predominando entre ellos los huesos Lt1 con un 40%. El esqueleto axial es el segundo grupo anatómico más representado, con
un 6,8%, mientras que el esqueleto craneal implica al 5,8% de
los restos y el miembro anterior y miembro posterior al 1,1% y
0,5% respectivamente. 6 NR de artiodáctilos indeterminados
han sido también identificados en la UE VI, pertenecientes al
esqueleto craneal (50%), axial (33%) y extremidades (17%).
Lagomorfos
41 restos de Oryctolagus cuniculus se han recuperado en la
unidad, suponiendo un NME de 36 y un NMI de 3 (tabla 87).
Nuevamente es el miembro posterior el más representado con
un 56,1%, siendo el fémur, coxal, calcáneo y metatarsos los
elementos más recurrentes. Las extremidades y el miembro
anterior suponen un 14,6% y 12,2% respectivamente, mientras
el esqueleto craneal llega al 9,8% y el esqueleto axial al 7,3%.
Si acudimos al %MAU, los elementos del miembro posterior
siguen abundando (100%), especialmente tibias y calcáneos. El esqueleto craneal alcanza un 65% de representatividad, mientras que
el miembro posterior queda restringido a un 54%. Finalmente, los
restos del esqueleto axial suponen únicamente un 3% del conjunto.
5.7.3. edad y patrón de mortalidad
Los datos relacionados con la fusión ósea en el conjunto se limitan a dos restos que generan muy poca información: un hueso
largo no fusionado de artiodáctilo infantil/joven y una vértebra
de 1 subadulto de Cervus elaphus fusionada en la zona proxi141
[page-n-155]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 88. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE VI.
Entre el material indeterminado, los fragmentos suponen el
99,5%, con un claro predominio de las diáfisis tipo “050” (175
NR) y circunferencia tipo “1”. El único resto completo se trata
de un fragmento de una pieza no identificada, la que a su vez no
muestra ningún signo de fragmentación (tabla 90).
Los análisis de conservación diferencial por densidad ósea
partiendo del %MAU y su correlación estadística con los índices de densidad por tallas de peso, indican a nivel general
una baja correlación en todas las tallas y escasa probabilidad
estadística. Únicamente la talla media alcanza un 0,61 de correlación, mientras la talla grande obtiene un 0,47, ambas con
una probabilidad estadísticamente significativa por debajo de
0,05 (tabla 91).
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
C
1
5,00
1
A
4
20,00
2
MA
1
5,00
1
E
14
70,00
-
C
1
1,22
1
A
5
6,10
3
MA
1
1,22
1
E
75
-
-
5.7.5. fracturación
A
1
4,76
1
MP
1
4,76
1
E
19
90,48
-
Muy pequeña E
3
100
-
Indeterminada C
6
10,34
6
A
1
1,72
1
MP
1
1,72
1
E
50
86,21
-
184
100
19
En términos generales, los taxones y restos indeterminados presentan un alto porcentaje de fracturas antiguas (81,3%), frente a
un 15,8% que no se han podido determinar y un 2,9% que han
sido producidas recientemente. Las fracturas antiguas fueron realizadas tanto en estado seco (81 NR) como fresco (78 NR), además de algunos ejemplos de fracturación de tipo mixto (35 NR).
Entre los bóvidos y cérvidos reconocemos distintos morfotipos de fractura, aunque predominan las fracturas sobre diáfisis de circunferencia incompleta tipo II.4.2. Los lagomorfos
sin embargo muestran una mayor variabilidad de morfotipos,
al igual que los équidos y carnívoros. Entre el material indeterminado vuelven a destacar los fragmentos de diáfisis II.4.2,
aunque con el predominio del morfotipo I.4.1.
Media
Pequeña
Total
mal. La erupción dental proporciona algo más de información.
Contamos con un fragmento de I1 y un P2 de Capra pyrenaica,
asociados a 1 individuo joven (15-30 meses). Por otro lado, se
ha reconocido un P3 de Cervus elaphus juvenil (25-26 meses) y
un fragmento de M/P de Equus ferus juvenil (ca. 2,5 años) (tabla
86). Ningún dato relativo al desgaste dental ha podido extraerse
del conjunto.
5.7.4. fragmentación y conservación diferencial
El 45,8% de los fragmentos presentan unas dimensiones menores de 2 cm, mientras que los restos entre 2-5 cm suponen el
34,5% y los fragmentos < 5 cm un 19,7%. La tasa de fragmentación del conjunto es de 3, mientras que en el material taxonómicamente determinado desciende a un 1,2.
A nivel de conservación, entre los bóvidos tan solo contamos con 1 astrágalo completo, mientras el resto de material está
fragmentado (96,6%), con una distribución porcentual similar a
la representación anatómica, donde predominan los fragmentos
de diáfisis tipo “050” y las circunferencias tipo “2” (tabla 89).
Los cérvidos y équidos muestran una fragmentación del 100%,
con dominio de los fragmentos de diáfisis tipo “050” y circunferencia tipo “2”. Los lagomorfos se caracterizan por una mayor
presencia de restos completos (26,8%), mientras que entre los
fragmentos hay una mayor variedad de morfotipos representados, con predominio del “550” y “050” y circunferencia tipo
“4”. Por último, en el caso del lince el porcentaje de restos completos es predominante (66,7%) que representan las falanges.
Solo un resto de ulna se encuentra fragmentado, de tipo “050” y
circunferencia tipo 3.
142
5.7.6. índices de utilidad económica
Partiendo del %MAU obtenido tras la asociación del conjunto por tallas de peso y los distintos índices de utilidad económica, se ha llevado a cabo un análisis de correlación estadística por R de Pearson. Los resultados indican para todas
las tallas una alta correlación positiva del volumen medular
(AVGMAR) y la grasa insaturada (UMI) con el perfil esquelético conservado, teniendo ambos índices una alta probabilidad a nivel estadístico (< 0.05) (tabla 92, figura 72). El resto
de resultado, además de mostrar en muchas ocasiones una
correlación negativa, no alcanzan a obtener una probabilidad
estadística totalmente fiable.
5.7.7. alteraciones bioestratinómicas
Actividad antrópica
Un total de 47 alteraciones de carácter bioestratinómico han sido
posible identificar en el conjunto, con una distribución desigual
atendiendo a los diferentes taxones (tabla 93, figura 73).
Entre los caprinos se registra el 12,8% de las alteraciones, identificándose incisiones, termoalteraciones y muescas de percusión. Las incisiones se localizan en la zona
medial de las diáfisis del fémur, tibia, metacarpo y metatarso, en sus caras dorsales, palmares y laterales, de morfología corta en la mayoría de los casos, dirección oblicua e
intensidad leve, ya sea de carácter múltiple o simples. Las
muescas sin embargo únicamente se localizan sobre diáfisis del fémur en su cara dorsal, de morfología semicircular o triangular, distribuidas unilateralmente con dirección
[page-n-156]
resultados
Tabla 89. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica recuperados en la UE VI.
Taxón
Artiodactyla
Bovinae
Caprinae
Cervidae
Equidae
Carnivora
Leporidae
Total
Grupo anatómico Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Indet.
C
3
50,00
-
-
-
-
-
-
A
2
33,33
-
-
1
-
-
-
E
1
16,67
-
-
-
1
-
-
MA
1
33,33
-
-
1
-
-
-
MP
1
33,33
1
33,33
1
-
-
-
C
5
19,23
-
-
-
-
-
-
A
2
7,69
-
-
-
1
1
-
MA
4
15,38
-
-
2
-
1
-
MP
12
46,15
-
-
9
2
-
-
E
3
11,54
-
-
1
1
-
-
C
3
7,50
-
-
-
1
-
-
A
2
5,00
-
-
1
2
-
-
MA
8
20,00
-
-
4
-
3
-
MP
25
62,50
-
-
13
3
4
-
E
2
5,00
-
-
1
-
-
-
C
1
14,29
-
-
-
-
-
-
MA
4
57,14
-
-
2
-
2
-
MP
2
28,57
-
-
2
-
-
-
A
-
-
-
-
-
-
1
-
MA
1
33,33
1
33,33
-
-
-
-
E
-
-
1
33,33
-
-
-
-
C
4
9,76
-
-
-
-
-
1
A
3
7,32
-
-
-
-
-
-
MA
4
9,76
1
2,44
-
3
-
-
MP
17
41,46
6
14,63
2
7
-
-
E
2
4,88
4
9,76
-
-
-
-
112
88,89
14
11,11
40
21
12
1
longitudinal e intensidad media. En cuanto a las termoalteraciones, se registran sobre fragmentos de metacarpos,
metápodos y falanges, afectando prácticamente a la totalidad del fragmento y con coloración M y M/N, sin otros signos de modificación.
Entre los cérvidos se registra otro 12,8% de alteraciones,
reducidas principalmente a las termoalteraciones e incisiones.
La única incisión registrada se localiza sobre la cara dorsal de
un metacarpo, con una morfología larga, dirección longitudinal e intensidad media. Las termoalteraciones se registran en
fragmentos de asta, húmero, fémur, tibia y metatarso, afectando
generalmente a la totalidad de la superficie de los restos, con
coloraciones M, M/N, N y G.
Los fragmentos de lagomorfos, équidos y carnívoros contienen el 10,6% de las alteraciones, limitadas a termoalteraciones
y muescas. Entre los primeros solo se registra termoalteración
en un fragmento de tibia y una costilla, afectando a la superficie
total con coloración N y N/G. Los équidos por su parte solo
presentan 2 muescas en un fragmento de tibia, concretamente
en su cara dorsal, de morfología semicircular, dirección longitudinal e intensidad media. Finalmente, se identifica una ulna de
lince termoalterada en su totalidad, con una coloración N/G sin
ningún otro tipo de modificación.
En el material indeterminado se registra el 57,4% de las alteraciones bioestratinómicas (tabla 94). La termoalteración es la
afección predominante, seguida por las incisiones. Estas últimas
se identifican sobre fragmentos de hueso largo de talla media
y grande, generalmente de morfología corta, dirección Tr/Ob
e intensidad leve, pudiendo ser múltiples o simples. La termoalteración en cambio se registra en algunas costillas, huesos largos de diferentes tallas, huesos planos e indeterminados, afectando prácticamente a la totalidad de las superficies con colores
que oscilan entre el M, M/N, N, G, G/B y B, sin ningún otro
tipo de modificación identificada, salvo unas pequeñas grietas
en un Lt1 calcinado.
143
[page-n-157]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 90. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en
la UE VI.
Talla de peso
Grande
Media
Pequeña
Muy pequeña
Indeterminada
Grupo anatómico
C
Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Indet.
1
5,00
-
-
1
-
-
-
A
4
20,00
-
-
-
2
1
1
MA
1
5,00
-
-
1
-
-
-
E
14
70,00
-
-
7
4
1
-
C
1
1,22
-
-
-
-
-
-
A
5
6,10
-
-
-
3
-
-
MA
1
1,22
-
-
-
-
-
-
E
75
91,46
-
-
19
30
12
2
A
1
4,76
-
-
-
1
-
-
MP
1
4,76
-
-
1
-
-
-
E
19
90,48
-
-
4
8
4
-
E
3
100
-
-
-
1
-
-
C
10
17,24
-
-
2
-
-
-
A
1
1,72
-
-
-
1
-
-
E
Total
46
79,31
1
1,72
3
9
1
-
183
99,46
1
0,54
38
59
19
3
Tabla 91. Resultados del análisis por densidad mineral para las distintas tallas de peso en la UE VI. Se destaca las tallas con un coeficiente
de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Elemento
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Equus
Talla grande Cervus
Talla media
(S)Densidad %MAU
(S)Densidad %MAU
Ovis
Talla pequeña Oryctolagus Talla muy peq.
Hem
100
50,00
82,43
16,70
0,00
0,00
100
16,70
Ct
55,56
3,80
54,05
2,60
0,00
2,60
9,46
0,00
Vc
50,51
0,00
25,68
4,80
19,12
0,00
62,16
0,00
Vt
49,49
0,00
36,49
5,10
35,29
2,60
0,00
0,00
Vl
48,48
16,70
40,54
0,00
38,24
0,00
47,30
4,80
Vs
37,37
0,00
25,68
0,00
29,41
0,00
58,11
33,30
E
67,68
0,00
66,22
0,00
48,53
0,00
44,59
0,00
H
64,65
100
85,14
66,70
61,76
0,00
58,11
33,30
R
84,85
50,00
91,89
16,70
76,47
33,30
18,92
33,30
U
65,66
0,00
60,81
16,70
38,24
16,70
31,08
0,00
Mc
84,85
50,00
97,30
33,30
98,53
33,30
17,57
16,70
Cx
83,84
0,00
66,22
33,30
72,06
0,00
60,81
100
F
59,60
0,00
77,03
50,00
52,94
83,30
55,41
33,30
T
82,83
100
100
83,30
86,76
33,30
72,97
83,30
As
67,68
50,00
82,43
0,00
92,65
0,00
37,84
16,70
Ca
72,73
0,00
86,49
0,00
85,29
0,00
45,95
83,30
Ta
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
45,95
0,00
Mt
91,92
50,00
100
66,70
100
33,30
16,22
50,00
Fa1
67,68
0,00
77,03
4,20
80,88
3,70
1,35
5,60
Fa2
62,63
0,00
47,30
0,00
61,76
0,00
1,35
3,70
Fa3
57,58
0,00
33,78
4,20
44,12
0,00
1,35
0,00
R de Pearson
0,4746
0,6118
0,3340
0,3952
P
0,0297
0,0032
0,1390
0,0762
144
[page-n-158]
resultados
Tabla 92. Resultados del análisis de los Índices de Utilidad para las distintas tallas de peso en la UE VI. Se destaca las tallas con un coeficiente de correlación positiva y significación estadística (< 0,05).
Talla de peso Estadísticos
(S)AVGFUI
Utilidad
general
(S)FUI
Utilidad
alimenticia
(S)MAVGTF (S)AVGMAR
Grasa
Volumen
medular
Grande
R de Pearson
-0,0077
-0,0156
-0,1570
0,6398
0,6431
-0,3012
P
0,9759
0,9511
0,5339
0,0042
0,0040
0,2245
Media
R de Pearson
0,3004
0,3883
0,1033
0,7817
0,8797
-0,2696
P
0,2259
0,1113
0,6834
0,0001
0,0000
0,2793
Pequeña
R de Pearson
0,0599
0,4797
0,1663
0,6255
0,7083
-0,2388
P
0,8133
0,0440
0,5095
0,0055
0,0010
0,3400
T
80
60
Mc Mt
%MAU
%MAU
80
RU
40
20
0
0
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Talla grande
Cx
RU
Mc
Fa
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
60
RU
As
40
Mt
Mc
0
0
0
20
40
60
UMI
80
100
RU
40
Mt
Hem
Mc
T
0
20
V
Ct
40
60
80
(S)AVGMAR
RU
Mc
100
Talla pequeña
80
F
F
60
RU
40
Mc Mt
T
20
Fa
Car
0
Fa
100
H
40
20
100
T
Mt
60
20
60
0
Talla media
80
%MAU
80
F
80
20
100
T
H
H
F
40
Talla pequeña
100
T
Mt
60
20
100
%MAU
Talla media
100
%MAU
H
%MAU
Talla grande
100
(UMI)
(S)MDI
Grasa insaturada Curado de la
y médula
carne
Fa
20
40
60
UMI
80
100
0
0
20
40
60
80
(S)AVGMAR
100
Figura 72. Gráficos de correlación por elementos anatómicos de los Índices de Utilidad con correlación positiva y significación estadística
(< 0,05) en la UE VI.
Actividad de otros agentes biológicos
Ningún tipo de alteración ligada a otros agentes biológicos que
no fueran los humanos se ha determinado en la UE VI.
5.7.8. alteraciones diagenéticas
403 alteraciones de carácter diagenético han sido identificadas
en el conjunto de la UE VI. Predomina la concreción con un
54,6%, seguida de las vermiculaciones con un 20,1%, la pigmentación por óxidos de manganeso (17,1%), la erosión (4,2%),
la meteorización (2,7%), las fracturas por presión sedimentaria
(0,7%) y la corrosión química (0,5%). Sin embargo, la intensidad no es elevada, con un 70,2% situadas en los grados 1 y 2,
un 25,4% en el grado 3 y únicamente un 4,4% con grados 4 y 5.
Los fragmentos de las extremidades y miembro posterior
son los más afectados, con un 50,4% y 26,1% respectivamente.
A su vez, los artiodáctilos son los taxones que mayor cantidad
de modificaciones presentan con un 47,4% de representatividad, seguidos por la asociación de las distintas tallas de peso
(32,1%) y lagomorfos (10%).
5.7.9. paleoecología
La diversidad específica en la UE VI muestra una destacada
variedad de taxones, con una curva de rarefacción tendente a la
estabilización. Se trata nuevamente de una unidad compuesta
por taxones de requerimientos cálidos, habitantes de espacios
dominados por praderas, bosques, montes y matorrales. En base
145
[page-n-159]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 93. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
en la UE VI.
Taxón
Grupo anatómico
Termoalteración
Incisión
NR
%
NR
%
NR
Muesca
%
Artiodactyla
MP
-
-
2
40,00
1
25,00
Caprinae
MA
1
9,09
1
20,00
-
-
MP
-
-
1
20,00
1
25,00
E
2
18,18
-
-
-
-
Cervidae
C
1
9,09
-
-
-
-
MA
1
9,09
1
20,00
-
-
MP
3
27,27
-
-
-
-
Equidae
MP
-
-
-
-
2
50,00
Carnivora
MA
1
9,09
-
-
-
-
Leporidae
MP
Total
2
18,18
-
-
-
-
11
100
5
100
4
100
Figura 73. Evidencias de incisiones de carácter débil identificadas sobre fragmentos óseos de ungulados recuperados en la Unidad Estratigráfica VI.
146
[page-n-160]
resultados
Tabla 94. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de
origen antrópico de los restos faunísticos clasificados en tallas de
peso e indeterminados recuperados en la UE VI.
Talla de peso
Grupo anatómico Termoalteración Incisión
NR
%
NR
%
Grande
E
2
8,00
1
50,00
Media
A
1
4,00
-
-
E
8
32,00
1
50,00
A
1
4,00
-
-
Pequeña
E
8
32,00
-
-
Indeterminada A
1
4
-
-
E
4
16,00
-
-
25
100
2
100
Total
al índice de Simpson (λ) con un resultado de 0,82, reconocemos
el predominio de un taxón sobre el resto, confirmado por el índice de Shannon (H’) con un resultado de 1,84, ligado a una
menor diversidad y equilibrio entre las especies reconocidas
en el conjunto.
La diversidad ecológica a partir del NISP muestra un predominio de los artiodactilos y lagomorfos sobre el resto de los
taxones. A nivel alimentario, los individuos pastadores y ramoneadores son los que abundan, sobre todo mamíferos de pequeño tamaño y animales fosores, con un rango de peso que varía
desde 1-10 kg a > 180 kg (figura 74).
El modelo bioclimático de esta unidad, partiendo del componente bioclimático (CB) indica el predominio del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vegetación
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
120
100
80
60
40
20
0
Car
Ins
Past
Ram
Fru
Omn
mediterránea) con un 61%, seguido de una presencia algo menor del zonobioma tipo VII con un 15% (figura 75). Tras aplicar las funciones discriminantes, se ha obtenido una TMA de
17,9 ± 3,8ºC y una PMA de -14,1 mm y desviación estándar de
558,7 mm (tabla 95).
5.8. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA V-INF
En el conjunto de la Unidad Estratigráfica V se han analizado
un total de 594 fragmentos óseos, de los cuales el 95,3% forman parte de la UE V-Sup y únicamente el 4,7% pertenecen a
la UE V-Inf. No obstante, dada las particularidades propias de
cada una de estas subunidades y su relación con el final de la
secuencia de Paleolítico medio en El Salt, haremos su presentación por separado, comenzando por la UE V-Inf.
5.8.1. conteo taxonómico
28 restos componen esta pequeña unidad, tanto el material
identificado a nivel anatómico y taxonómico, como el material
no identificado, suponen un 50% respectivamente (tabla 96).
Entre el material determinado se ha reconocido un total de 14
NME, dando como resultado un NMI de 9. Los cérvidos son
el taxón predominante (35,7%), seguidos por huesos de Vulpes
vulpes (21,4%) y artiodáctilos genéricos (14%). Mientras, los
caprinos, équidos, carnívoros genéricos y lagomorfos suponen
un 7,1% respectivamente.
Del material indeterminado, el 85,7% ha sido posible asignarlo a una talla de peso, siendo los individuos de tamaño medio
un 64,3% y los de talla grande, pequeña y muy pequeña un 7,1%
respectivamente. El material totalmente indeterminado compone un 14,3% del conjunto analizado.
80
70
60
50
40
30
20
10
0
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 74. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica VI.
147
[page-n-161]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
V
4%
IV
61%
VII
15%
Otros
29%
VIII
4%
VI
10%
III
6%
Figura 75. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica VI.
Tabla 95. Resultados del modelo bioclimático en la UE VI.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
B. bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
L. pardinus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
O. cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,00
0,00
0,33
3,67
0,25
0,58
0,92
0,25
0,00
6,00
CB
0,00
0,00
0,00
5,55
61,12
4,17
9,72
15,27
4,17
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 17,93 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,63 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 10,81 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 16,81 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 395,92 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 387,18 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -4,54 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): -14,10 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 8,31 (SD 1,47).
5.8.2. representación anatómica
Taxones determinados
De los 14 NR de restos determinados taxonómica y anatómicamente se ha obtenido el mismo NME, coincidiendo ambos
índices en la abundancia de elementos del miembro anterior y
posterior (28,6 respectivamente), seguidos del esqueleto craneal (24,4%), las extremidades (14,3%) y el esqueleto axial
(7,14%) (tabla 97).
El %MAU se muestra equitativo para todos los elementos
del conjunto, con una representación que oscila entre el 66100% en la mayoría de los grupos anatómicos, motivado por
148
el escaso número de restos que componen el conjunto, con la
excepción de algunos fragmentos axiales y de las extremidades situados por debajo del 10% de representatividad.
Indeterminados
Entre el material indeterminado (14 NR), ningún fragmento
ha podido determinarse a nivel anatómico. No obstante, se ha
podido diferenciar un 85,7% de fragmentos de hueso largo
asociados a las distintas tallas de peso, mientras que los fragmentos de hueso plano e indeterminados suponen un 7,1%
respectivamente (tabla 98). 2 NR de Artiodáctilo indeterminado han sido recuperados en la UE V-Inf, pertenecientes al
[page-n-162]
resultados
Tabla 96. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE V-Inf.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Infantil
Joven
Artiodactyla
2
14,29
2
1
1
-
-
Cervidae
2
14,29
2
1
1
1
-
Cervus elaphus
3
21,43
3
1
1
-
-
cf. Capra pyrenaica
1
7,14
1
1
1
-
-
Equidae
1
7,14
1
1
1
-
1
Carnivora
1
7,14
1
1
1
-
1
Vulpes vulpes
3
21,43
3
1
1
-
1
Oryctolagus cuniculus
1
7,14
1
1
1
-
-
Total NISP
14
100
14
8
8
1
3
Talla grande
1
7,14
-
-
-
-
-
Talla media
9
64,29
-
-
-
-
-
Talla pequeña
1
7,14
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
1
7,14
-
-
-
-
-
Indeterminado
2
14,29
-
-
-
-
-
Total NR
14
100
-
-
-
-
-
Tabla 97. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE V-Inf. Se
indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Artiodactyla
A
1
50,00
1
3,13
0,03
6,25
MP
1
50,00
1
50,00
0,50
100
Caprinae
E
1
100
1
12,50
0,13
100
Cervidae
MA
4
80,00
4
25,00
0,25
100
MP
1
20,00
1
25,00
0,25
100
Equidae
C
1
100
1
50,00
0,50
100
Leporidae
MP
1
100
1
100
1,00
100
Carnivora
C
2
50,00
2
16,67
0,17
66,67
MP
1
25,00
1
25,00
0,25
100
E
1
25,00
1
2,50
0,03
10,00
14
100
14
-
-
-
Total
Tabla 98. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de
los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados
en la UE V-Inf.
esqueleto axial y al miembro posterior. El %MAU da un predominio del 100% de representatividad a este último, frente
a un 6% para el único resto de vértebra recuperado.
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
5.8.3. edad y patrón de mortalidad
Grande
E
1
100
-
Media
E
9
100
-
Pequeña
E
1
100
-
Muy pequeña
E
1
100
-
Indeterminada
E
2
100
-
14
100
-
Total
Únicamente disponemos de información relativa a la edad
de muerte por fusión ósea en un fragmento de húmero de ciervo joven (tabla 96). La ausencia de epífisis osificadas y la porosidad de la superficie cortical son los parámetros empleados para su clasificación. En el caso
de la erupción dental, tenemos un P2 de 1 équido joven
(ca. 2,5 años), un I3 de 1 pequeño carnívoro joven (ca. 5 meses)
y una hemimandíbula de Vulpes vulpes perteneciente a 1 individuo (5,5-6 meses).
149
[page-n-163]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
5.8.4. fragmentación y conservación diferencial
Los fragmentos menores de 2 cm suponen un 32,1% del
conjunto, mientras que las piezas que oscilan entre los
2-5 cm ascienden al 46,4% y las mayores de 5 cm un
21,4%. La tasa de fragmentación del conjunto alcanza a 1,9,
mientras que entre el material taxonómicamente determinado dicha tasa disminuye a un 1.
El 92,9% del material se trata de fragmentos de hueso, con
una especial presencia de los fragmentos de diáfisis tipo “050”
y circunferencia parcial tipo 1. Únicamente un 7,1% (2 NR) de
los materiales se han recuperado enteros, correspondiéndose
con un I3 y un astrágalo de Vulpes vulpes (tabla 99 y 100, figura 76). Los análisis de conservación diferencial por densidad
ósea y %MAU no han sido hallados debido al reducido número
de materiales.
5.8.5. fracturación
De los 28 elementos que presentan fracturación, el 71,4% se
tratan de fracturas antiguas, el 17,9% fracturas recientes y
el 10,7% restante indeterminadas. Entre las primeras encon-
tramos fracturas de naturaleza muy variada, tanto en estado
fresco (8 NR), seco (9 NR) y mixto (3 NR). La mayoría se
localizan en diáfisis de huesos largos, destacando los morfotipos de diáfisis con circunferencia incompleta tipo I.4.1.
y II.4.2.
5.8.6. índices de utilidad económica
No ha sido posible aplicar en esta unidad el análisis de los Índices de Utilidad Económica debido a la baja cantidad de restos
(< 250 NR por talla de peso) para la obtención de resultados
estadísticos sólidos.
5.8.7. alteraciones bioestratinómicas
12 modificaciones de origen antrópico y 1 modificación natural
han sido determinadas en la unidad. Entre ellas las incisiones
y las termoalteraciones son las afecciones más comunes, con
una representación de un 28,6% y un 21,4% respectivamente.
Las muescas suponen un 14,3%, mientras que los raspados y la
corrosión digestiva desciende a un 7,1% respectivamente.
Tabla 99. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica
taxonó
recuperados en la UE V-Inf.
Taxón
Artiodactyla
Caprinae
Cervidae
Grupo anatómico
Fragmentados
Completos
NR
%
NR
%
Fresco
Fracturas antiguas
Seco
Mixto
A
1
50,00
-
-
-
1
-
MP
1
50,00
-
-
1
-
-
E
1
100
-
-
-
-
-
MA
4
80,00
-
-
1
2
1
MP
1
20,00
-
-
1
-
-
Equidae
C
1
100
-
-
-
-
-
Carnivora
C
1
50,00
1
50,00
-
1
-
MP
-
-
1
50,00
-
-
-
E
1
50,00
-
-
-
1
-
Leporidae
MP
Total
1
100
-
-
-
-
1
12
85,71
2
14,29
3
5
2
Tabla 100. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE V-Inf.
Talla de peso
Grupo anatómico
Fragmentados
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Grande
E
1
100
-
-
1
-
-
Media
MA
1
11,11
-
-
-
-
-
E
8
88,89
-
-
4
1
1
E
1
100
-
-
-
1
-
Pequeña
Completos
Fracturas antiguas
Muy pequeña
E
1
100
-
-
-
1
-
Indeterminada
E
2
100
-
-
-
1
-
14
100
-
-
5
4
1
Total
150
[page-n-164]
resultados
Actividad antrópica
La afección térmica se reconoce en todos los casos en la totalidad de la superficie ósea, con niveles de coloración que oscilan
entre el M/N, N y G, provocando en algunos casos pérdida ósea.
Los cérvidos, las tallas medias y los lagomorfos son las categorías taxonómicas más afectadas.
Las marcas de corte identificadas se reducen a tres restos con
incisiones y un resto con signos de raspado. Las primeras se han
registrado sobre una vértebra y un fémur de artiodáctilo y una tibia
de Cervus elaphus, con morfología corta, unilaterales, de dirección oblicua e intensidad leve/media. El único raspado se ha determinado sobre la cara lateral de una tibia de cérvido, también de
morfología corta, dirección oblicua e intensidad leve (tabla 101).
Actividad de otros agentes biológicos
Un fragmento de hueso largo de un individuo de talla muy pequeña es el único con signos de corrosión digestiva, aunque
desconocemos su origen y agente generador. A este se suma un
fragmento de hemimandíbula de zorro con una posible incisión,
si bien no es del todo clara.
5.8.8. alteraciones diagenéticas
Un total de 31 alteraciones diagenéticas han sido reconocidas,
afectando un 68,8% a restos de las extremidades, un 15,6% a
partes del miembro anterior, un 12,5% a fragmentos del poste-
rior y un 3,1% al esqueleto axial. No obstante, la intensidad de
las alteraciones no es elevada, prevaleciendo el grado 1 con un
59,4% y no superando el grado 3 en ningún caso. Las vermiculaciones (37,5%), la pigmentación (31,3%) y la concreción
(25%) son las alteraciones principales, quedando relegada a un
3,1% la erosión.
5.8.9. paleoecología
En términos de diversidad específica, la V-Inf se muestra también especialmente variada, a pesar de la escasa cantidad de
material que la compone y la total falta de estabilización en la
curva de rarefacción. Nos encontramos ante un conjunto compuesto por taxones de requerimientos cálidos y habitantes de
espacios dominados por praderas, bosques, montes y matorrales. Basándonos en el índice de Simpson (λ) con un resultado
de 0,79, observamos el predominio de un taxón sobre el resto,
confirmado por el índice de Shannon (H’) con un resultado de
1,67 ligado a una menor diversidad y equilibrio entre las especies reconocidas.
La diversidad ecológica obtenida partiendo del NISP, nos
informa del predominio de los artiodáctilos y carnívoros, seguidos de una representación equitativa de los équidos y lagomorfos. A nivel alimentario, son los taxones pastadores los más
abundantes, entre los que abundan los pequeños mamíferos terrestres, con un rango de peso variable que va desde los 1-10 kg
hasta los > 180 Kg (figura 77).
1 cm
Figura 76. Fragmento de hemimandíbula derecha, astrágalo derecho y fragmento distal de metápodo de zorro (Vulpes vulpes) recuperados
en la Unidad Estratigráfica V-Inferior. Únicos restos de carnívoros determinados en la citada unidad.
Tabla 101. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica y tallas de peso en la UE V-Inf.
Taxón / Talla de peso
Grupo anatómico
Termoalteración
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
Artiodactyla
A
1
16,67
1
33,33
-
-
-
-
MP
-
1
33,33
-
-
-
-
MA
1
16,67
-
-
-
-
1
50,00
MP
-
-
1
33,33
1
100
-
-
MP
1
16,67
-
-
-
-
-
Cervidae
Leporidae
Incisión
Raspado
Muesca
Media
E
2
33,33
1
50,00
Indeterminada
E
1
16,67
-
-
-
-
-
-
6
100
3
100
1
100
2
100
Total
151
[page-n-165]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
El modelo bioclimático obtenido en este caso es también
similar a la V-Sup, obteniendo a partir del componente bioclimático (CB) un predominio del zonobioma tipo IV (inviernos húmedos y veranos secos, de vegetación mediterránea).
Se repite la representación del 20% del zonobioma tipo VII (figura 78). Tras aplicar las funciones discriminantes, hemos obtenido
para la unidad una TMA de 16,2 ± 3,8ºC y una PMA de 172,1
mm y desviación estándar de 558,7 mm, imitando totalmente los
resultados de la unidad previamente presentada (tabla 102).
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
5.9. UNIDAD ESTRATIGRÁFICA V-SUP
5.9.1. conteo taxonómico
566 restos forman parte de esta subunidad, donde el material
identificado anatómica y taxonómicamente supone un 82,3%
(466 NR), mientras el 17,7% restante (100 NR) son fragmentos
no identificados (tabla 103). A partir de los primeros, se han reconocido un total de 446 NME, dando como resultado un NMI
por frecuencia y combinación de 18.
Taxonomía
Locomoción
14
12
10
8
6
4
2
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
Car
Ins
Past
Ram
Fru
Omn
0
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 77. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica V-Inferior.
V
3%
VII
20%
IV
45%
Otros
40%
VI
12%
III
12%
VIII
4%
IX
4%
I
0%
Figura 78. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica V-Inferior.
152
Acu
[page-n-166]
resultados
Tabla 102. Resultados del modelo bioclimático en la UE V-Inf.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
C. hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
C. elaphus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,33
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
1
E. onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
V. vulpes
0,00
0,00
0,00
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
0,14
1
O.cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,00
0,00
0,48
1,81
0,14
0,48
0,81
0,14
0,14
4,00
CB
0,00
0,00
0,00
11,90
45,24
3,58
11,90
20,23
3,58
3,58
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 16,16 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 25,72 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 7,93 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 17,79 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 320,49 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 321,47 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): 0,38 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 172,11 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,88 (SD 1,47).
Tabla 103. Cantidad de NR, NME, NMI y distribución por edades estimadas en la UE V-Sup.
Taxón
NISP
% NISP
NME
NMIf
NMIc
Joven
Subadulto
Adulto
Bos sp.
1
0,21
1
1
1
1
-
-
Capra pyrenaica
1
0,21
1
1
1
-
-
-
Equidae
2
0,43
1
1
1
-
-
-
Lagomorpha
4
0,86
4
1
1
-
-
-
Oryctolagus cuniculus
448
96,14
431
8
8
3
2
1
Oryctolagus/Lepus
2
0,43
2
1
1
-
-
-
Galliforme
1
0,21
1
1
1
-
-
-
Alectoris rufa
3
0,64
2
1
1
-
-
-
Passeriformes
2
0,43
1
1
1
-
-
-
Pyrrhocorax sp.
1
0,21
1
1
1
-
-
-
Erinaceus europaeus
1
0,21
1
1
1
-
-
-
Total NISP
466
100
446
18
18
4
2
1
Talla grande
3
3,00
-
-
-
-
-
-
Talla media
7
7,00
1
-
-
-
-
-
Talla pequeña
4
4,00
-
-
-
-
-
-
Talla muy pequeña
3
3,00
2
-
-
-
-
-
Indeterminados
83
83,00
-
-
-
-
-
-
Total NR
100
100
3
-
-
-
-
-
Entre el material identificado son predominantes los huesos de lagomorfos (97,4%), seguidos en un porcentaje muy bajo
los restos de aves (1,5%), équidos (0,4%), caprinos y bovinos
(0,2% respectivamente), además del único representante del
género Erinaceus (0,2%) de toda la secuencia del yacimiento.
Concretamente, en el grupo de las aves ha sido posible reconocer un total de 4 galliformes (1 Galliforme indeteterminado, 3
Alectoris rufa) y 3 paseriformes (2 Passeriformes indeterminados, 1 Pyrrhocorax sp.). Entre los ungulados se han identificado
únicamente dos fragmentos de costilla de équido, una vértebra
torácica de Capra pyrenaica y un fragmento hemimandibular de
Bos sp. (figura 79).
Entre los restos indeterminados, un 83% ha sido imposible
de asignar a una talla de peso, abundando los fragmentos de
pequeño tamaño, huesos largos y esponjosos. El 17% de elementos restantes, identificados a nivel anatómico, se distribuyen
entre las categorías de talla media (7%), pequeña (4%), grande y
muy pequeña (3% respectivamente).
153
[page-n-167]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
(80%), seguidos muy de cerca por el maxilar, metatarso 2º, escápula, húmero y astrágalo con valores de más del 60% en cada
uno de ellos. El metacarpo 2º, fémur, tibia, metatarsos 3º y 4º y
falanges 2ª oscilan en representación entre un 40-55%, estando
el resto de los elementos identificados por debajo de este porcentaje. El %MAU en el caso de los lagomorfos es algo distinto, haciendo de los elementos del miembro anterior, miembro
posterior y extremidades grupos anatómicos más homogéneos,
con representaciones que oscilan entre el 79-100% frente a lo
que ocurre con los restos del esqueleto craneal y axial, situados
por debajo del 7% de representatividad.
Indeterminados
1 cm
Figura 79. P2 de uro (Bos sp.) recuperado en la Unidad Estratigráfica V-Superior.
5.9.2. representación anatómica
Taxones determinados
De los 12 NR y 10 NME establecidos en el material identificado, sin contar los restos de lagomorfos, el %NISP y NME
coinciden en la abundancia de elementos del miembro anterior (50%), especialmente los húmeros, seguidos del esqueleto
axial (25%), craneal (16,7%) y finalmente el miembro posterior
(8,3%) (tabla 104). El %MAU indica un conjunto bastante homogéneo, con una representación de entre el 80-100% para la
gran mayoría de elementos respecto al número de individuos.
454 NR de conejo, con un NME de 416 elementos anatómicos, componen el restante material identificado (tabla 104).
El %NISP muestra una abundancia de huesos del autopodio
(45,6%), el miembro posterior (24,7%), el miembro anterior
(14,1%), axial (10,6%) y craneal (5,1%). Sin embargo, acudiendo al %AR podemos observar una distribución anatómica
más realista, donde predominan los calcáneos (95%) y coxales
Un total de 100 NR no se ha podido identificar, llegando solo
a un 3% de determinación anatómica (tabla 105). El 97% restante pertenece a fragmentos indeterminados (56%), así como
fragmentos de hueso largo (38%), esponjoso (2%) y articular
(1%). Según la categoría por talla de peso, un 7% del total de
indeterminados pertenecen a individuos de talla media, un 4%
a los de talla pequeña y un 3% a los de talla grande y talla muy
pequeña respectivamente, siendo el 83% restante restos totalmente indeterminados.
5.9.3. edad y patrón de mortalidad
En el conjunto analizado, tan solo ha sido posible obtener datos relativos a la edad de muerte entre lagomorfos en base a la
fusión de los huesos largos (tabla 103). Así, se han reconocido
un total de 21 elementos anatómicos de la misma cantidad de
individuos jóvenes (< 5 meses), 10 de individuos subadultos
(entre 5 y 9 meses) y 1 único elemento totalmente fusionado que
pertenece a un individuo adulto (> 9 meses). Con un NMIc de
8, los elementos anteriores se corresponden con un mínimo de 3
individuos jóvenes, 2 subadultos y 1 adulto.
Un fragmento de hemimandíbula de Bos sp. es el único elemento que nos informa sobre la erupción dental, conteniendo un
P2 de un individuo joven (24-30 meses).
Tabla 104. Cantidades y porcentajes de representación anatómica de los restos faunísticos con identificación taxonómica en la UE V-Sup.
Se indica el %RA, MAU y %MAU máximo del conjunto de elementos que conforman los grupos anatómicos (véase Pérez, 2019).
Taxón
Grupo anatómico
NISP
% NISP
NME
%AR
MAU
%MAU
Bovinae
C
1
100
1
50,00
0,50
100
Caprinae
A
1
100
1
7,69
0,08
100
Equidae
A
2
100
1
2,78
0,03
100
Leporidae
C
23
5,07
10
2,63
0,03
7,26
A
48
10,57
46
2,27
0,02
6,25
MA
64
14,10
58
36,25
0,36
100
MP
112
24,67
94
29,38
0,29
81,03
Avifauna
Total
154
E
207
45,59
207
28,75
0,29
79,31
MA
6
85,71
5
15,63
0,16
100
MP
1
14,29
1
12,50
0,13
80,00
465
100
424
-
-
-
[page-n-168]
resultados
Tabla 105. Cantidades y porcentajes de representación anatómica
de los restos faunísticos clasificados en tallas de peso e indeterminados en la UE V-Sup.
Los análisis de conservación obtenidos para los huesos de
conejo indican una baja correlación positiva entre la densidad
ósea y el %MAU (0,20), con una probabilidad estadística no
significativa (> 0,05). No se han aplicado estos análisis sobre el
resto de los materiales debido a su bajo número.
Talla de peso
Grupo anatómico
NR
%NR
NME
Grande
E
3
100
-
Media
A
1
14,29
1
5.9.5. fracturación
E
6
85,71
-
Pequeña
E
4
100
-
Muy pequeña
C
1
33,33
1
A
1
33,33
1
E
1
33,33
-
E
83
100
-
100
100
3
Respecto a los niveles de fracturación, se han determinado un
total de 248 evidencias, entre las que el 29,4% se tratan de
fracturas recientes, el 62,9% son antiguas y el 7,7% son fracturas indeterminadas. Entre las segundas, se registran casos de
fracturación en estado fresco (22 NR), seco (23 NR) y mixto
(11 NR). La mayoría de ellas se han producido sobre huesos de
conejos, destacando los morfotipos sobre diáfisis I.3.4., II.4.2.
y II.4.4.
Indeterminada
Total
5.9.6. índices de utilidad económica
5.9.4. fragmentación y conservación diferencial
El 88,5% de fragmentos recuperados en la UE V-Sup tienen
unas dimensiones menores de 2 cm de longitud, contando tan
solo con un 10,2% de fragmentos entre 2 y 5 cm y un 1,2% de
piezas con dimensiones superiores a los 5 cm. La tasa de fragmentación en el conjunto asciende a 1,3, mientras que para el
material taxonómicamente determinado disminuye a 1.
En términos generales, excluyendo los lepóridos, el 94,9%
de las diáfisis conservadas (37 NR) son fragmentos de hueso
con distinta morfología, donde predominan los fragmentos de
diáfisis tipo “050”, con circunferencia parcial tipo 1 (tabla 106
y 107). Solo un 5,1% de las piezas se han recuperado enteras
(2 coracoides). En el caso del conejo, la proporción entre huesos fragmentados y completos es más equitativa, con un 51,2%
(222 NR) y 48,8% (212 NR) respectivamente. Entre los primeros abundan los fragmentos tipo “555” y circunferencias 3 y
4, mientras que en los elementos completos hay una altísima
presencia de falanges (159 NR).
No ha sido posible aplicar en esta unidad el análisis de los Índices de Utilidad Económica debido a la baja cantidad de restos
(< 250 NR por talla de peso) para la obtención de resultados
estadísticos sólidos según establecen Faith y Gordon (2007).
5.9.7. alteraciones bioestratinómicas
40 modificaciones relacionadas con la fase bioestratinómica,
estando un 57,5% ligados a la actividad antrópica y el 42,5%
restante a otros agentes naturales.
Actividad antrópica
La termoalteración es la principal modificación, seguida muy
de lejos por las incisiones, raspados y muescas por peeling. La
afección térmica se reconoce generalmente en la totalidad de
la superficie ósea, con niveles que oscilan entre la coloración
marrón y marrón/negra a la gris, generando en algunos casos
grietas y pérdidas óseas. Los restos de lagomorfos son los más
afectados, aunque también se registra en algunas categorías de
tallas de peso y fragmentos indeterminados.
Tabla 106. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas con identificación taxonómica
taxonó
recuperados en la UE V-Sup.
Taxón
Grupo anatómico
Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Bovinae
C
1
100
-
-
-
-
-
Caprinae
A
1
100
-
-
-
-
-
Equidae
A
2
100
-
-
-
-
-
Leporidae
C
23
5,07
-
-
-
-
-
A
39
8,59
9
1,98
-
1
-
MA
51
11,23
13
2,86
6
7
2
MP
86
18,94
26
5,73
6
11
2
Avifauna
Total
E
43
9,47
164
36,12
-
3
4
MA
4
57,14
2
28,57
2
-
-
MP
1
14,29
-
-
-
-
-
251
53,98
214
46,02
14
22
8
155
[page-n-169]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 107. Cantidades de restos fragmentados, completos y con fracturas antiguas clasificados en tallas de peso e indeterminados recuperados en la UE V-Sup.
Talla de peso
Grupo anatómico
Fragmentados
Completos
Fracturas antiguas
NR
%
NR
%
Fresco
Seco
Mixto
Grande
E
3
100
-
-
2
-
-
Media
A
1
14,29
-
-
-
-
-
E
6
85,71
-
-
1
-
1
Pequeña
E
4
100
-
-
1
-
-
Muy pequeña
C
1
33,33
-
-
-
-
-
A
-
-
1
33,33
-
-
-
E
1
33,33
-
-
-
-
-
E
83
100
-
-
4
-
1
99
99,00
1
1,00
8
0
2
Indeterminada
Total
Tabla 108. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones de origen antrópico de los restos faunísticos con identificación taxonómica
y tallas de peso en la UE V-Sup.
Taxón / Talla de peso
Equidae
Leporidae
Grupo anatómico
A
Termoalteración
Incisión
Raspado
Peeling
NR
%
NR
%
NR
%
NR
%
-
-
1
33,33
-
-
-
-
C
2
11,11
-
-
-
-
-
-
A
2
11,11
-
-
-
-
-
-
MP
-
-
1
33,33
-
-
1
100
E
1
5,56
-
1
100
-
Grande
E
-
-
1
33,33
-
-
-
-
Media
E
1
5,56
-
-
-
-
-
-
Pequeña
E
1
5,56
-
-
-
-
-
-
Indeterminada
E
11
11
-
-
-
-
-
-
18
49,89
3
100
1
100
1
100
Total
Tabla 109. Cantidades y distribución porcentual de alteraciones provocadas por carnívoros y agentes naturales indeterminados de los
restos faunísticos recuperados en la UE V-Sup.
Taxón / Talla de peso
Agente
Grupo anatómico
Arrastre
Pérdida ósea
Raspado
NR
%
NR
%
NR
%
Caprinae
Indeterminado
A
-
-
1
6,67
-
-
Leporidae
Indeterminado
A
-
-
1
6,67
-
-
Grande
Total
156
Carnívoro
MA
-
-
1
6,67
-
-
MP
-
-
12
80,00
-
-
E
-
-
-
-
1
100
E
1
100
-
-
-
-
1
100
15
100
1
100
[page-n-170]
resultados
Las marcas de corte se reducen a 1 incisión sobre una costilla de équido, otra sobre un fragmento de tibia de conejo, un
raspado sobre un fragmento de extremidad de lepórido y una
incisión sobre un fragmento de hueso largo de talla grande, localizadas en la parte central de la diáfisis, de morfología larga
y orientación longitudinal/oblicua en las costillas y oblicua/
transversal en los huesos largos, con intensidad media en todos
ellos. Únicamente 1 fractura por peeling ha sido determinada en un fragmento de tibia de conejo, asociada a flexión por
mordedura antrópica, con morfología rectangular e intensidad
media (tabla 108).
Actividad de otros agentes biológicos
La pérdida ósea es la señal más abundante, localizada de forma
parcial en los fragmentos y con intensidad leve, aunque desconocemos el posible agente generador. Por su parte, las evidencias de arrastre por actividad de carnívoros tan solo se han
localizado en un hueso articular de talla grande, con distribución unilateral y de intensidad leve. El único raspado supone el
restante porcentaje, localizado en la cara dorsal de una falange
1ª de conejo, con morfología corta y orientación oblicua, de intensidad leve (tabla 109).
5.9.8. alteraciones diagenéticas
781 alteraciones de carácter diagenético han sido identificadas,
afectando a restos de las extremidades o indeterminados (46%),
así como el miembro apendicular posterior (24,3%), siendo menor la alteración en los restos del miembro apendicular anterior
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
Taxonomía
Art
Per
Car
Tes
Lag
Avi
Alimentación
Car
Ins
Past
Ram
Fru
Omn
(15,2%), esqueleto axial (10,1%) y craneal (4,4%). Esta gran
cantidad de alteraciones en un conjunto compuesto por tan solo
566 elementos indica unos altos niveles de diagénesis, si bien es
cierto que la intensidad no es elevada, predominado los grados
1 (57,4%) y 2 (26,2%), hecho que ha permitido realizar una observación muy completa de la superficie cortical.
La pigmentación se establece como la alteración predominante en el conjunto con un 59,2% de representación, seguida
tan solo de forma relevante por la concreción (28,7%). En su
conjunto, el resto de las alteraciones como la meteorización,
erosión, presión sedimentaria y vermiculaciones alcanzan a
afectar a un 12,2% del material.
5.9.9. paleoecología
La diversidad específica determinada en la V-Sup nos informa
de un conjunto relativamente rico, a pesar del bajo número de
representantes y su falta de estabilización en la curva de rarefacción. En términos generales nos encontramos con taxones
de requerimientos cálidos, habitantes de paisajes dominados
por las praderas, bosques, montes y matorrales. No obstante,
el claro predominio de los lagomorfos sin claros signos de
aporte antrópico sobre el resto del conjunto nos informa de
un depósito eminentemente natural. En este sentido, el índice de Simpson (λ) con un resultado de 0,61 indica el predominio de un taxón sobre el resto. Del mismo modo, el índice
de Shannon (H’) muestra también un resultado de 1,37 que se
relaciona con una menor diversidad y equilibrio entre las especies representadas.
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
500
450
400
350
300
250
200
150
100
50
0
Locomoción
Ae
Ar
Tre
Pmt
Gmt
Fos
Acu
Peso
ab
c
d
ef
gh
Figura 80. Histogramas de diversidad ecológica de la Unidad Estratigráfica V-Superior.
157
[page-n-171]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
V
13 %
VII
8%
IV
50%
Otros
23%
VIII
4%
VI
11%
III
14%
Figura 81. Distribución porcentual de zonobiomas de la Unidad Estratigráfica V-Superior.
Tabla 110. Resultados del modelo bioclimático en la UE V-Sup.
Especies
Zonobiomas (clima + tipo de vegetación principal)
I
II
II/III
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
Total
Capra hircus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
Bison bison
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,25
0,25
0,25
0,25
0,00
1
Equus onager
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,00
0,00
0,33
0,00
0,00
1
Erinaceus europaeus
0,00
0,00
0,00
0,00
0,50
0,00
0,50
0,00
0,00
0,00
1
Oryctolagus cuniculus
0,00
0,00
0,00
0,00
1,00
0,00
0,00
0,00
0,00
0,00
1
Alectoris rufa
0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
Pyrrhocorax pyrrhocorax 0,00
0,00
0,00
0,33
0,33
0,33
0,00
0,00
0,00
0,00
1
IRC
0,00
0,00
0,00
1,00
3,50
0,92
0,75
0,58
0,25
0,00
7,00
CB
0,00
0,00
0,00
14,28
50,01
13,09
10,72
8,33
3,57
0,00
100
Parámetros climáticos. Temperatura media anual (TMA): 19,64 (SD 3,75); Temperatura media del mes más cálido (Tmax): 27,96 (SD
4,73); Temperatura media del mes más frío (Tmin): 13,34 (SD 5,94); Amplitud térmica media anual (IC): 14,61 (SD 6,70); Índice de
termicidad (It): 463,57 (SD 140,07); Índice de termicidad compensado (Itc): 436,15 (SD 100,93); Índice ombrotérmico (Io): -2,24 (SD
6,50); Precipitación media anual (PMA): 222,18 (SD 558,71); Duración de la aridez en meses: 7,94 (SD 1,47).
Respecto a la diversidad ecológica y su relación con el nicho ecológico reconocido en la unidad, partiendo del NISP,
observamos que existe un predominio de los lagomorfos a
nivel taxonómico. A su vez, los taxones con requerimientos
pastadores son los que más abundan, destacando entre ellos
los animales fosores. En las categorías de peso existe una distribución más equitativa, si bien, destaca sobre todo el rango
de 1-10 kg (figura 80).
Para finalizar, el modelo bioclimático obtenido para la V-Sup
a partir del componente bioclimático (CB) fija el zonobioma de
tipo IV como el predominante con un 45%, caracterizado por
158
inviernos húmedos y veranos secos, con una vegetación típica
mediterránea. No obstante, cabe destacar el 20% de representación del zonobioma tipo VII, característico de un clima templado
árido con una vegetación de estepa y desiertos fríos (figura 81).
Tras la aplicación de las funciones discriminantes sobre el anterior espectro bioclimático, hemos obtenido una temperatura
media anual (TMA) de 19,6 ± 3,8ºC y una precipitación media
anual (PMA) de 222,2 mm, un resultado bastante bajo respecto
al cómputo general de la secuencia, a pesar de que cuenta con
una desviación estándar de 558,7 mm (tabla 110).
[page-n-172]
6
Discusión
La discusión final se estructurará en una primera interpretación
de la secuencia de El Salt como contexto de estudio, pasando a
continuación al estudio y análisis de las estrategias de subsistencia de los grupos neandertales de la montaña alicantina y su contextualización con respecto a otros yacimientos musterienses de
la vertiente mediterránea de la península ibérica.
A modo de resumen introductorio, los datos obtenidos del
estudio zooarqueológico, tafonómico y paleoecológico del yacimiento de El Salt, ponen de manifiesto el carácter eminentemente antrópico de su conjunto óseo, especialmente de ungulados, revelando un elevado control del medio por parte de los
grupos neandertales que habitaron los valles alcoyanos. Estas
conductas cinegéticas se identifican en la variedad de taxones
capturados y la posición del yacimiento a modo de centro referencial en la cabecera del río Serpis, lugar desde donde se
dispone de un amplio control del entorno y un rápido acceso
a los biotopos de montaña, bosque, matorral y praderas que lo
rodean. Su explotación se produjo a lo largo de distintos momentos del año (Sánchez-Hernández et al., 2020), no limitando la presencia de los homínidos a las estaciones con mejores
condiciones climáticas, fenómeno que reafirma las capacidades
de adaptación de los neandertales a una amplia diversidad de
situaciones y hábitats.
6.1. CLIMA Y AMBIENTE EN LOS VALLES
ALCOYANOS AL FINAL DEL PALEOLÍTICO MEDIO
Como adelantábamos en apartados anteriores, el estudio paleoecológico obtenido para cada uno de las unidades estratigráficas
de El Salt, nos habla de pequeñas diferencias respecto a los resultados obtenidos a partir de la microfauna y el registro antracológico. A este respecto, debemos tener en cuenta que las unidades
que hemos analizado tienen un sesgo provocado por el origen
antrópico en el aporte de los taxones, generándose unos conjuntos compuestos por especies con características más ubicuas
que los micromamíferos y las especies vegetales, que sin duda
presentan una mayor sensibilidad a los cambios ambientales.
La información que aportan los microvertebrados a escala paleoambiental, desarrollada a partir del uso de Habitat
Weighting Method en la UE Xb de El Salt, indican un predominio de ambientes boscosos (55%), con presencia también
de ambientes abiertos similares a la pradera seca (19%) y la
pradera húmeda (16%) (Fagoaga et al., 2017, 2019; Fagoaga, 2019, Marquina-Blasco et al., 2017). La clasificación de
los macrovertebrados partiendo de los mismos preceptos, nos
indica un predominio de los ambientes abiertos tipo pradera y
zonas de marjal (43,6%), seguidas en representación por ambientes boscosos (20,5%), montes (18%) y matorral (18%).
Por otro lado, las fases antracológicas determinadas en el yacimiento (S3 a S1) y su comparativa con los datos sedimentológicos y palinológicos disponibles, expresan un cambio significativo en el paisaje vegetal de los valles alcoyanos durante
el MIS 3, frente al reconocido para momentos anteriores en el
cercano yacimiento de Abric del Pastor (MIS 4). Se produjo
entonces una sustitución de enebros y sabinas por bosques de
pinos criófilos, asociados a unas condiciones más húmedas.
Además, se identifica una tendencia clara hacia la aridez entre
los ca. 52-50 Ka (fase antracológica S3) Ka y 49-44 Ka (fase
antracológica S2), con un bosque mixto más amplio que las
formaciones abiertas para las primeras fechas y su posterior
reducción junto a un aumento de Juniperus en la segunda fase
(Vidal-Matutano, 2016a).
Los datos climáticos derivados del estudio de micromamíferos en las UE V-Sup y Xb, junto al registro macrobotánico de las
UE VIII a Xb de El Salt, indican que durante el Paleolítico medio
las condiciones climáticas del entorno circundante al yacimien159
[page-n-173]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
to distan de los parámetros actuales (13,6 ± 0,8ºC), reflejando
mayores cotas de frío y humedad propias de unas condiciones
supramediterráneas, actualmente tan solo registradas en el Parc
Natural de la Font Roja. A través de la microfauna se ha podido identificar en la UE Xb una TMA de en torno a 10 ± 1,3 ºC
y una PMA de entre 617,4 ± 155,2 mm, mientras que para la UE
V-Sup se ha determinado una TMA de 11,2 ± 1,4ºC y una PMA de
en torno a 549,4 ± 154,6 mm (Fagoaga et al., 2016, 2017, 2021;
Fagoaga, 2019), dato asociado según los referentes actuales a un
ombroclima sub-húmedo y no al ombroclima seco que caracteriza actualmente los valles alcoyanos. Por otro lado, el estudio
antracológico en su conjunto da como resultado unas condiciones
supramediterráneas subhúmedas, con diferencias en los patrones
de lluvia entre las distintas unidades estratigráficas dada la distribución porcentual de taxones, indicando una mayor humedad
en los niveles más antiguos (Vidal-Matutano, 2016a; Vidal-Matutano et al., 2018). Estas condiciones serían similares a las que
actualmente se registran en la Sierra de Javalambre (Teruel) con
unas TMA de 8-10ºC y una PMA de entre 500-700 mm. A partir del estudio paleoecológico de los macrovertebrados, teniendo
en cuenta el menor nivel de resolución climática, hemos podido establecer una TMA de en torno a los 17ºC y una PMA de
400 mm para el conjunto de la secuencia, bajo unas condiciones
predominantemente mediterráneas, enclavadas en los termotipos
mesomediterráneo inferior y termomediterráneo superior, bajo un
ombrotipo de carácter hiperárido. Sin embargo, cuando nos movemos en cada una de las unidades estratigráficas observamos oscilaciones muy marcadas en temperatura, pluviometría y aridez,
siendo las unidades estratigráficas Xa, IX, VIII y V-Sup las que
alcanzan mayores cotas de temperatura y precipitaciones, frente
a las unidades estratigráficas VII-VIII, VII, VI y V-Inf, con un
marcado descenso de tales parámetros climáticos (tabla 111). En
este sentido, el estudio integral de la fauna de macrovertebrados y
microvertebrados de El Salt, presumiblemente, permitirá corregir
estos datos, con una posible tendencia a una menor temperatura
media anual y unos índices pluviométricos algo más elevados,
propios de condiciones más humedas y secas.
Por otro lado, a partir de los resultados zooarqueológicos
y la distribución de especies indicadoras, podemos reconocer
una alta diversidad ambiental durante del MIS 3, con nume-
rosas áreas de bosque, matorral, praderas y toda una serie de
entornos fluvio-lacustres, bajo unas condiciones climáticas
no muy alejadas de las que actualmente se reconocen para la
región, si bien algo más húmedas y frías. El macroclima mediterráneo es constante en todos los análisis, alternándose el
termotipo entre termo/meso y supra-mediterráneo. Estas condiciones mantendrían un ecosistema diverso y estable, compuesto por un elenco de mamíferos de talla pequeña, mediana
y grande, tanto herbívoros como carnívoros, además de aves,
reptiles y una amplia diversidad de micromamíferos. Evidencias paleoambientales similares se encuentran en otros depósitos cercanos, como el Abric del Pastor, Cova Beneito, el
Abrigo de la Quebrada, Cueva Antón, Cueva de los Aviones,
Sima de las Palomas del Cabezo Gordo y Cueva Perneras (Badal, 1991; González-Sampériz et al., 2010; Iturbe et al., 1993;
Martínez-Valle, 1996; Mochales, 1997; Montes-Bernárwdez,
1992; Pérez et al., 2017; Real et al., 2018; Sanz et al., 2019;
Zilhão et al., 2016, 2017; Zilhão et al., 2010). No obstante,
hace aproximadamente 49-45 Ka identificamos una serie de
cambios en el territorio, periodo para el que el registro de las
unidades estratigráficas VI, V-inf y V-sup da como resultado
una TMA 2ºC más baja y PMA de entorno a los 100-200 mm
a partir de los análisis paleoecológicos de la macrofauna y el
estudio paleobotánico. Estos datos son correlacionables con
los cambios climáticos acontecidos con el advenimiento del
Heinrich 5 (ca. 48-45 Ka BP), implicando una importante pérdida de biodiversidad en la zona, teniendo como consecuencia
más inmediata una reducción de las presas y los ambientes
explotados por parte de los grupos neandertales.
6.2. EVOLUCIÓN TAXONÓMICA
Desde una perspectiva diacrónica, los cambios en la composición faunística de El Salt parecen estar ligados a la variable nutricional, si bien esta depende de la disponibilidad de presas en
los valles. En este sentido, partiendo exclusivamente del NISP,
la distribución porcentual de los grupos taxonómicos respecto
el total de restos determinados es cambiante entre las distintas
unidades estratigráficas, siendo relevante el rango de variación
de los lagomorfos, entre un 7-97%. No obstante, si eliminamos
Tabla 111. Resultado de los parámetros climáticos para cada una de las unidades estratigráficas estudiadas en El Salt. Datos de temperatura
expresados en grados celcius (ºC) y de pluviometría en milímetros (mm).
Parámetro bioclimático
Xa
IX
VIII
VII-VIII VII
VI
V-Inf
V-Sup
Promedio
Temperatura media (TMA)
18,81
20,93
19,15
16,77
17,78
17,93
16,16
19,64
17,40
Tº media mes más calido (Tmax)
26,41
27,88
27,22
26,95
27,13
27,63
25,72
27,96
26,03
Tº media mes más frío (Tmin)
12,70
16,07
13,00
8,56
9,99
10,81
7,93
13,34
10,03
Amplitud térmica media anual (IC)
13,71
11,80
14,21
18,38
17,13
16,81
17,79
14,61
16,00
Índice de termicidad (It)
442,37
531,05
451,88
339,29
378,05
395,92
320,49
463,57
374,93
Índice de termicidad compensado (Itc)
416,81
470,36
422,44
352,28
386,40
387,18
321,47
436,15
379,56
Invierno (meses TMA < 0ºC)
-1,11
-2,05
-1,56
-0,96
-0,79
-1,53
-0,22
-1,62
-0,41
Índice ombrotérmico (Io)
0,41
-1,18
-1,44
-2,91
-1,94
-4,54
0,38
-2,24
0,03
Precipitación media (PMA)
503,63
358,11
275,66
109,62
259,77
-14,10
172,11
222,18
411,79
Duración de la aridez (meses)
6,37
7,85
7,58
7,55
7,15
8,31
7,88
7,94
6,38
160
[page-n-174]
discusión
al conejo de nuestra valoración debido a su escaso origen antrópico, la distribución porcentual del resto de grupos taxonómicos
aumenta considerablemente, situando a los ungulados entre un
33-100%, a los carnívoros entre un 2-33%, y al resto de taxones
entre un 1-66%.
En este sentido, la captura de las tres principales familias
de ungulados (cérvidos, caprinos y équidos) es proporcional en
todas las unidades, a pesar de que sus porcentajes oscilen entre
el 16-65% en los ciervos, entre 7-35% en los caprinos y entre un
7-33% en los caballos. En el caso concreto de estos últimos, es
significativa su progresiva reducción a partir de la UE VII-VIII,
en equilibrio con el aumento de bovinos en las unidades estratigráficas más recientes, vinculadas cronológicamente al desarrollo del Heinrich 5, fenómeno que podría estar relacionado con
un cambio en el medioambiente de los valles.
Teniendo en cuenta los índices de diversidad ecológica
Simpson y Shannon obtenidos para cada unidad, los resultados
revelan un claro predominio de un taxón sobre el resto en los
conjuntos, debido en este caso al conteo de los lepóridos a la
hora de realizar cada uno de estos índices. No obstante, si eliminamos a estos de los análisis, los valores obtenidos se mantienen muy similares, conservando el predominio de un taxón
sobre el resto e indicando una baja diversidad en la muestra
(tabla 112). Este resultado podría ser sinónimo de la preferencia hacia un tipo animal por los grupos neandertales, presumiblemente el ciervo y la cabra, sin que ello implique una
caza especializada o centrada exclusivamente en este taxón en
detrimento del resto de ungulados, como ocurrirá durante el
Paleolítico superior. Así pues, desconocemos la abundancia
y diversidad taxonómica real de los valles alcoyanos durante
el MIS 3, que en términos estrictamente paleoecológicos nos
permitan afirmar tal preferencia. El descubrimiento y examen
de acumulaciones o trampas de origen natural, como es por
ejemplo el caso de Artazu VII en el País Vasco para cronologías del MIS 5c (Castaños et al., 2017; Suárez-Bilbao et al.,
2017), serían de gran ayuda para comprender de forma más
fehaciente el repertorio faunístico de nuestra zona de estudio
durante el Paleolítico, una tarea altamente viable dado el patrimonio paleontológico del territorio.
6.3. ESTRATEGIAS DE SUBSISTENCIA
DURANTE EL PALEOLÍTICO MEDIO EN EL
YACIMIENTO DE EL SALT
La explotación de ungulados con un alto valor nutritivo, la
preferencia por los individuos jóvenes y adultos, el desarrollo de cacerías no selectivas y el transporte de buena parte
de las carcasas a un entorno de ocupación recurrente, sitúan
a El Salt dentro del conjunto de yacimientos caracterizados
por estrategias de subsistencia propias del Paleolítico medio,
especialmente desarrolladas a partir del MIS 5-MIS 3 (Morin
et al., 2016; Stiner, 2013). Con excepción de la UE V-Sup, el
resto de unidades que componen la secuencia paleolítica de
El Salt tienen un carácter eminentemente antrópico, siendo
estas sobre las que centraremos esta sección de la discusión,
dejando al margen los resultados obtenidos en el depósito
superior y que retomaremos al hablar del conjunto de lagomorfos (figura 82).
Tabla 112. Índices de diversidad ecológica Simpson y Shannon obtenidos para el conjunto de unidades estratigráficas de El Salt. Se
distingue entre el resultado del conjunto de taxones y del conjunto
exceptuando los lepóridos (LP).
UE
Taxones
Taxones sin LP
Simpson
Shannon
Simpson
Shannon
V-Sup
0,61
1,37
0,81
1,73
V-Inf
0,79
1,67
0,75
1,49
VI
0,82
1,84
0,81
1,73
VII
0,68
1,54
0,79
1,74
VII-VIII
0,78
1,56
0,73
1,35
VIII
0,85
2,03
0,84
1,95
IX
0,79
1,79
0,81
1,77
Xa
0,75
1,84
0,84
2,07
Promedio
0,76
1,71
0,80
1,73
6.3.1. taxones principales
Cérvidos, caprinos y équidos son los grupos taxonómicos sobre los que los homínidos que frecuentaban nuestro territorio
de estudio centraban la mayor parte de sus estrategias de subsistencia. Si bien, existen ciertas diferencias según la unidad
estratigráfica respecto a la cantidad de individuos capturados,
modalidades de transporte y procesamiento de las carcasas en
el yacimiento. En la escala de preferencia por las presas, los
cérvidos son el grupo de origen antrópico con mayor NISP
para todas las unidades estratigráficas (figura 83). No obstante,
si tomamos como referencia el NMI comparten la misma posición que los caprinos en las UE VI, VII y VII-VIII, o incluso
quedan relegados a un segundo lugar en la UE Xa. Los équidos
en cambio ocupan la tercera posición, independientemente del
tipo de conteo.
En cuanto a sus perfiles anatómicos, a pesar de la mayor proporción de fragmentos apendiculares, ha sido posible reconocer todos los grupos anatómicos en el depósito y
prácticamente la mayor parte de los huesos que componen su
esqueleto. Este fenómeno revela unas estrategias de transporte y máximo aprovechamiento de las capturas, siempre
que concibamos la interpretación de los conjuntos desde una
perspectiva temporal larga, además de demostrar la ausencia
de especialización en determinadas partes de las carcasas a
nivel diacrónico. Hemos de considerar que posiblemente el
apresamiento de los animales no se realizaría siempre en los
territorios más cercanos o alejados dependiendo de la talla
del taxón o la búsqueda de los elementos anatómicos más nutritivos, pues en tal caso se identificaría un sesgo recurrente
provocado por el efecto Schleep, sobre todo entre los individuos de mayor porte. Del mismo modo, esta visión no implica que se produjera la selección y transporte de determinadas
partes anatómicas durante las ocupaciones concretas o más
acotadas a un tiempo etnográfico, ni siquiera incluso durante
largos periodos de tiempo, como puede identificarse en la
ausencia de restos craneales de los caprinos en la unidad estratigráfica IX, y de restos axiales de los taxones principales
en las unidades estratigráficas VII y VII-VIII.
161
[page-n-175]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Figura 82. Extracto del informe inédito llevado a cabo por Inocencio Sarrión en 1982 sobre la fauna recuperada en las excavaciones de
1960 y 1961 en el yacimiento de El Salt. Con su trabajo pone de manifiesto, por primera vez, el origen antrópico de buena parte del conjunto, destacando la presencia abundante de “fragmentos de diáfisis de grandes mamíferos” y de “incisiones y raspaduras” relacionadas
con las actividades de procesado carnicero.
Figura 83. Reconstrucción artística de la actividad de talla lítica y procesado de un ciervo por parte de un individuo Neandertal. Autoría
de la ilustración: Pep Cantó.
162
[page-n-176]
discusión
El análisis de los índices de utilidad económica corrige en
parte los resultados anteriores, dado que en la mayoría de los
casos donde la correlación es significativa entre los índices y
el %MAU existe una preferencia por los elementos anatómicos
más ricos en volumen medular, grasa insaturada y médula, con
pocas evidencias de una utilidad alimentaria más generalista,
como sí ocurre entre las tallas pequeñas en la UE VIII y VI. Por
su parte, estos resultados son recíprocos con el tipo y disposición de marcas de carnicería, a partir de las que hemos identificado las labores de despellejamiento y evisceración en aquellos
restos donde los cortes se concentran en las ramas mandibulares, falanges y costillas (especialmente en la UE Xa), junto a
tareas más recurrentes como el desmembrado y fileteado, evidenciado en una amplia cantidad de incisiones y raspados en las
distintas caras de los elementos apendiculares y principalmente
en la zona central. Igualmente, el acceso a la médula ósea a
través de la fracturación es el fenómeno más abundante, demostrado en la presencia de un altísimo porcentaje de fragmentos
óseos, lascas derivadas de la percusión y negativos de impactos.
En este sentido, el porcentaje de fragmentación es muy elevado
para los taxones principales en todas las unidades, oscilando en
el caso de los caprinos entre un 87-97%, entre los cérvidos un
93-100% y entre los équidos un 95-100%.
En el caso concreto del índice de curado de carne (MDI), a
lo largo de la secuencia hemos obtenido como resultado una correlación negativa con los datos del %MAU, si bien no significativa, que podría suponer que tal actividad a través del ahumado
no fuera una práctica habitual. Este dato llamativo, dadas las
evidencias paleobotánicas que plantean la realización de hogares con el fin de generar abundante humo en la UE Xb (VidalMatutano et al., 2017). Una vez ampliemos el estudio faunístico
a dicha unidad estratigráfica, debemos confirmar nuestros resultados de cara a dar una posible explicación sobre la funcionalidad de tales hogueras y plantear la exclusividad o no de la práctica en eventos muy puntuales de la secuencia. Por el contrario,
lo que hemos demostrado es el uso continuado que los grupos
neandertales hacían del fuego en el yacimiento El Salt. De este
modo, un 26% del registro óseo tiene signos de termoalteración,
reconociendo entre los caprinos un rango de variación porcentual según la unidad de entre un 33-53% de material termoalterado, entre los cérvidos de un 31-83% y entre los équidos de un
40-49%. Su origen no es otro que el cocinado de aquellas partes
anatómicas con contenido cárnico y la alteración intencionada
de las diáfisis para facilitar la recuperación de la médula, así
como el desecho de parte de los materiales en las propias hogueras, tanto como medio de limpieza como por su posible aprovechamiento como combustible. En este sentido, nuevos análisis
han de ser planteados, incluyendo el estudio íntegro del material
recuperado mediante la criba con el fin de comprobar qué cantidad de diáfisis y fragmentos esponjosos existen en contexto de
hogares, dada su práctica ausencia en el resto del depósito.
Por último, debemos poner de manifiesto que el grado de
aprovechamiento de los principales taxones no se reduce solo al
ámbito nutritivo, sino también al tecnológico. En este sentido,
la producción de retocadores óseos a partir de fragmentos diafisarios en la UE Xa (Pérez et al., 2019), muestra la capacidad
de estos homínidos para obtener la máxima rentabilidad de sus
presas y demás recursos del entorno. El cruce de todos los datos
anteriores sitúa las estrategias realizadas por los neandertales en
El Salt dentro del marco de la teoría del forrajeo óptimo (Optimal Foraging Theory), a escala dietética y subsistencial en su
máximo significado.
6.3.2. taxones secundarios
Entre los taxones minoritarios, para el caso de los grandes bóvidos (Bos primigenius) contamos con un registro esquelético significativo en distintas unidades estratigráficas, aunque tan solo
hemos determinado signos de manipulación antrópica (muescas, incisiones, raspados y termoalteraciones) sobre fragmentos
apendiculares y axiales en las UE VIII y Xa, puestos en relación
con un transporte de parte de las carcasas al yacimiento para su
posterior procesamiento y consumo. El resto de especies, si bien
se reparten de forma heterogénea en el depósito, su contribución
a nivel nutritivo en la dieta de los homínidos no alcanza el valor
de los taxones principales. Entre ellos nos encontramos a un
pequeño conjunto de lepóridos, tortugas, jabalíes, rebecos y perdices, con marcas de procesado antrópico, así como un reducido
conjunto de piezas dentales de rinocerótidos. Para estos últimos,
no contamos con datos suficientes con los que dar una explicación sobre su depósito, debido principalmente a la ausencia de
un mayor número de partes esqueléticas que se relacionen con
su explotación por parte de los homínidos, o bien con la muerte
natural de algún individuo en el entorno cercano. En el caso de
los lepóridos, dejando al margen las termoalteraciones por no
considerarlas una modificación del todo intencional e inequívocamente afín al procesamiento antrópico (Pérez et al., 2017),
se reconocen escasos signos de haber sido explotados por los
neandertales en las UE V-Sup y Xa. Las marcas, reducidas a
tres incisiones y una fractura por peeling sobre tibias y coxales,
indican un consumo muy puntual por parte de los homínidos. En
el caso de los jabalíes y rebecos, a pesar de su escaso registro,
en la UE VIII y Xa contamos con restos del esqueleto craneal y
apendicular con signos de termoalteración intencional, raspados
y fracturación en fresco, manifestando el consumo antrópico de
los paquetes cárnicos y contenido medular. Para las aves, hemos podido reconocer un fragmento de húmero de perdiz con
marcas de incisión y raspado muy débiles en la UE Xa, que
puede indicar también un aprovechamiento puntual de estas pequeñas presas, tal y como ha sido constatado en otros yacimientos asociados al linaje neandertal como Cova Negra, la Cova
de Bolomor, Gorham’s cave, Axlor, Les Fieux, Payre, Abri des
Pêcheurs, Kaprina, entre otros (Gómez-Olivencia et al., 2018).
Un tratamiento aparte merece el reducido número de fragmentos de tortuga mediterránea (Testudo hermanni), recuperados exclusivamente en la UE Xa, sobre todo teniendo en cuenta
su abundancia durante el MIS 4-5 en el yacimiento cercano del
Abric del Pastor (Sanchis et al., 2015a). En este sentido, la reducida explotación de un recurso nutritivo de tan fácil captación,
ligado a un periodo de bonanza climática como el MIS 3 que se
presupone ideal para la supervivencia de este tipo de quelonios,
nos lleva a plantear dos posibles situaciones: a) una recesión de
la especie en los valles alcoyanos anterior a la fecha propuesta
para el resto de yacimientos de la región mediterránea, donde
existen claras evidencias de su consumo hasta ca. 45 Ka (Morales y Sanchis, 2009; Sanchis et al., 2015a); b) un cambio en
las estrategias de subsistencia de los grupos de homínidos del
MIS 3, respecto a las que se pueden observar en depósitos del
MIS 4 y MIS 5 en el territorio, caso de los yacimientos de Abric
163
[page-n-177]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
del Pastor y la Cova del Bolomor (Blasco, 2008). Este fenómeno
contrasta además con el registro de otros yacimientos cercanos
de similar cronología a El Salt, como el Abrigo de la Quebrada,
donde la tortuga constituye uno de los taxones principales aportados por los grupos humanos (Real et al., 2018).
Finalmente, otro pequeño conjunto de taxones pertenecientes al orden de los carnívoros, las aves y los microvertebrados,
no muestran ningún signo de manipulación antrópica en el yacimiento, por lo que es más que probable que su depósito esté
relacionado con muertes naturales y la predación de agentes
no antrópicos (Pérez y Sanchis, 2021). Es destacable el que no
haya aparecido ningún resto de cánido o felino con señales de
manipulación antrópica, como sí sucede para el caso del cuón y
el leopardo en Cova Negra (Sanchis et al., 2015b), o del león, el
zorro y el lince en el nivel IV de la Cova del Bolomor (Blasco y
Fernández, 2012b), cuyo aprovechamiento se pone en relación
con el consumo de su carne y uso de la piel.
6.4. LA IMPORTANCIA DE LOS PREDADORES
NO HUMANOS
A lo largo de cada unidad estratigráfica de El Salt, hemos podido
comprobar la práctica ausencia de restos óseos de los principales
predadores: humanos, carnívoros y aves rapaces. Por el contrario,
tenemos un elevado número de evidencias que confirman su presencia en el lugar, ya sea a través de los restos de ungulados
con signos de manipulación antrópica, o bien gracias al elevado
número de restos de lagomorfos aportados por aves rapaces y
pequeños carnívoros. Así pues, aunque tratemos el registro óseo
de El Salt como un conjunto eminentemente antrópico, no hay
que desdeñar el valor del material de origen natural en términos
de abundancia (35% NISP). En este sentido, El Salt se asimila
a buena parte de los depósitos arqueológicos del MIS 3 ampliamente estudiados para la vertiente mediterránea, donde la actividad de carnívoros es muy baja o nula, caso por ejemplo de la
parte superior de la secuencia del Abrigo de la Quebrada o para
el conjunto del Abric Romaní (Gabucio, 2017; Gabucio et al.,
2016; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013). A pesar del reducido número de restos de carnívoros (0,5% NISP), la cantidad de
taxones determinados es destacable y buen ejemplo del catálogo
de predadores presentes en la región para este periodo. Entre ellos
hemos reconocido desde grandes carnívoros como el leopardo y
el lobo, a carnívoros de mediano y pequeño tamaño como el lince, el cuón y el zorro. Junto a ellos, a pesar de su dieta omnívora,
disponemos de un resto de úrsido, desafortunadamente descontextualizado estratigráficamente. Por el contrario, no contamos
con registro de otros grandes carnívoros de la época, tales como
el león de las cavernas o la hiena (Pérez y Sanchis, 2021). La
competencia por las presas no ha podido ser atestiguada a partir
del registro analizado, siendo nulos los restos con signos de manipulación antrópica y muy escasos los restos de ungulados con
marcas de descarnado y posterior actividad de los carnívoros, o
viceversa. Por el contrario, aunque de forma anecdótica, sí que tenemos certeza de competencia interespecífica gracias a un fémur
de cuón con dos claras punciones provocadas por otro carnívoro,
aunque desconocemos el motivo y desenlace de su muerte al no
contar con un número mayor de materiales. Sea como fuere, el
método de caza practicado tanto por humanos como por el resto
de depredadores, se muestra preferentemente pasivo y con un ac164
ceso primario en el yacimiento de El Salt si seguimos la nomenclatura clásica (Bunn y Ezzo, 1993). Si bien, no podemos negar
el posible aprovechamiento de los grupos humanos de aquellas
carcasas dejadas por los carnívoros en el territorio.
En términos de ocupación del yacimiento, mientras que la
introducción de restos por parte de los carnívoros es prácticamente nula, la contribución de las aves rapaces al depósito es
más alta incluso que la de los grupos humanos, con una predación constante de lagomorfos que genera abundantes acumulaciones en todas las unidades, de una forma similar a los casos
registrados en Cueva Antón y Cueva de los Aviones (Sanchis,
2012; Zilhão et al., 2016), la Cueva del Boquete de Zafarraya
(Barroso et al., 2003, 2006), la Cova de les Teixoneres (Rufà et
al., 2014, 2015), la Cova de l’Arbreda (Lloveras et al., 2010) o
la Gruta do Caldeirão (Lloveras et al., 2011). La presencia de
lagomorfos es tal, que buena parte del material ha sido modificado por los hogares producidos por los grupos humanos, encontrándonos con un elevado número de restos termoalterados
sin ningún otro tipo de señal que los relacione con un origen
antrópico (Pérez et al., 2017). Este hecho, tiene implicaciones
relevantes a la hora llevar a cabo una correcta disección de los
palimpsestos arqueológicos y el posterior estudio comportamental de nuestros conjuntos. En este punto, debemos indicar
que en este trabajo no se ha llevado a cabo un estudio tafonómico lo suficientemente amplio que permita aclarar qué ave rapaz
fue el principal agente predador, un trabajo pendiente para el
futuro cuya relevancia ha sido puesta de manifiesto en recientes
publicaciones (Lloveras y Nadal, 2015).
6.5. LA SUBSISTENCIA DE LOS NEANDERTALES EN
LA VERTIENTE DEL MEDITERRÁNEO IBÉRICO
Una dieta de amplio espectro centrada en la caza de ungulados de talla media/grande, intercalada por prácticas de carácter oportunista en determinados momentos, definen gran parte
del comportamiento alimenticio identificado en los conjuntos
arqueológicos del Paleolítico medio. Un aprovechamiento generalista que si lo comparamos con el registro cinegético del
Paleolítico superior en etapas avanzadas - donde predomina una
o dos especies entre ciervos y/o caprinos - (Aura et al., 2002;
Villaverde et al., 1996, 2012), se caracteriza por la ausencia
de especialización y una relativa diversidad en la captura de
ungulados. No obstante, en algunos contextos ha sido posible
comprobar la existencia de prácticas cinegéticas monoespecíficas durante el Paleolítico medio, centradas sobre todo en la
captura masiva, tal y como sucede en los yacimientos de La
Borde, Mauran, Les Pradelles, Coudolous I, Jonzac, Wallertheim site y Saltzgitter Lebenstedt (Rendu et al., 2012), o bien una
intensa explotación de determinados grupos taxonómicos, como
es el caso de los caprinos en niveles concretos de El Esquilleu
(Uzquiano et al., 2012, Yravedra, 2006b). Recientes resultados
isotópicos confirman el elevado consumo de carne de ungulados
entre los grupos neandertales (Jaouen et al., 2019), si bien deben
ser comprendidos dentro de una dieta omnívora donde existe
un importante consumo de nutrientes de origen vegetal en función del ciclo estacional, tal y como exhiben las investigaciones
realizadas en otros depósitos del entorno mediterráneo en base
a evidencias isotópicas, el cálculo dental y la química orgánica
(Power et al., 2018; Salazar-García et al., 2013). En este últi-
[page-n-178]
discusión
mo caso, contamos además con evidencias directas en El Salt, a
partir de la identificación y estudio de la materia fecal de origen
humano recuperada en la UE Xa (Sistiaga et al., 2014).
A partir del conjunto de datos sobre subsistencia comentados, podemos afirmar que los conjuntos faunísticos recuperados
a lo largo de la secuencia de El Salt comparten características
comunes con buena parte de los depósitos con cronologías del
MIS 3 de nuestro ámbito más cercano y gran parte de Eurasia
(tabla 113), demostrando el alto interés de los neandertales por
la explotación de la carne y médula de los principales grupos de
ungulados: cérvidos, caprinos, équidos y bovinos. No obstante,
la explotación de unos taxones en preferencia de otros es variable según cada yacimiento, e incluso cada unidad estratigráfica,
aspecto relacionado con su localización, el carácter de las ocupaciones humanas y la disponibilidad de presas en razón de los
ritmos anuales y condiciones climáticas. Por ejemplo, mientras
que los cérvidos son una de las principales presas en todas las
secuencias, la explotación de caprinos queda prácticamente limitada a los yacimientos emplazados en zonas de montaña de la
región central del Mediterráneo ibérico, con algunas evidencias
en los niveles más recientes del Abric Romaní y Cova Gran,
donde luego disminuye su consumo a medida que nos alejamos
en el tiempo, dando paso al aprovechamiento de grandes ungulados como el caballo o el uro. No obstante, si acudimos al
registro del norte peninsular, podemos notar que las dinámicas
de subsistencia son distintas, demostrándose por ejemplo para
esta zona una elevada cantidad de caprinos en los conjuntos de
origen no antrópico, que hemos de poner en relación con una
mayor competencia por las presas entre predadores, a excepción de yacimientos como El Esquilleu y Valdegoba donde su
explotación por parte de los grupos humanos ha sido demostrada (Arceredillo, 2009; Sanchis et al., 2019; Yravedra, 2006b;
Yravedra et al., 2014; Yravedra y Cobo, 2015). Otras cuestiones
como la preferencia de los grupos humanos por determinados
tipos animales, o incluso la ausencia de explotación de taxones
en el entorno cercano, son comportamientos que pueden estar
condicionando las estrategias cinegéticas, aunque de difícil medición a través del análisis exclusivo de conjuntos zooarqueológicos. En este sentido, la disponibilidad de yacimientos paleontológicos de comparación como Artazu VII en el País Vasco o
los aven-piège en Francia (Castaños et al., 2017; Costamagno,
1999; Coumont, 2008; Coumont et al., 2013), son totalmente
necesarios a la hora de conseguir una visión paleoecológica más
realista de la que podemos obtener a través de las secuencias
arqueológicas en sentido estricto.
En este punto, debemos considerar que los niveles de identificación en los depósitos mediterráneos son altamente cambiantes, con porcentajes que oscilan desde un 1,3% de mínimo en el
Abrigo de la Quebrada a un 80,7% en L’Arbreda, condicionando
en buena medida la distribución taxonómica original, sobre todo
si tenemos en cuenta que parte de los depósitos no cuentan con
un análisis tafonómico detallado. La intensidad del procesado y
consumo de biomasas animales parece estar relacionado también
con los niveles de identificación, dado que los porcentajes de
NISP más bajos se reconocen en los depósitos con mayor grado
de fragmentación, sobre los que además están actuando toda una
serie de fenómenos fosildiagenéticos. Por ejemplo, mientras que
en El Salt identificamos unos niveles muy altos de fragmentación
vinculados al consumo humano atendiendo a las dimensiones de
los restos, en el Abric Romaní con una composición taxonómica y prácticas de comportamiento similares, la intensidad en el
procesado y consumo de animales no es tan elevada, derivado
probablemente de prácticas y necesidades nutritivas desiguales entre ambas poblaciones. Esta variedad comportamental es
también reconocible en las limitadas evidencias de retocadores
para toda la vertiente mediterránea, manifestando un aprovechamiento de las carcasas animales que va más allá de la obtención
de nutrientes en algunos niveles de El Salt, Teixoneres, el Abric
Romaní o la Cova del Bolomor (Pérez et al., 2019), sin llegar no
obstante a la importancia que estos útiles tienen en los yacimientos musterienses de la cornisa cantábrica y sur de Francia, donde
los condicionantes tecnológicos parecen ser distintos (Daujeard,
2018; Mozota, 2012). Nuevos estudios tafonómicos sobre el
resto de los conjuntos mediterráneos deberían ser realizados, de
cara a confirmar tal sesgo en la presencia de retocadores.
Por otro lado, en El Salt hemos identificado una serie de taxones cuyo origen antrópico es dudoso o inexistente, caso de los
carnívoros, lepóridos, avifauna y rinocerótidos. En este sentido,
el yacimiento no puede ser tomado como ejemplo de competición por las presas entre los humanos y carnívoros, como sí
sucede para el caso de algunos niveles de Cova Beneito, Cova
Negra, la Cova del Bolomor, la Cova del Gegant, Teixoneres y
L’Arbreda. No obstante, la identificación de un fémur de cuón
con signos de mordedura de otro carnívoro en la unidad estratigráfica Xa de El Salt nos permite confirmar la competencia
interespecífica en el territorio. A este respecto, debemos tener
en cuenta que el desarrollo de los grandes carnívoros en la zona
mediterránea es muy inferior al resto de la península ibérica,
especialmente la región cantábrica y la Meseta, manifestado por
ejemplo en la diferencia porcentual de la cantidad de carnívoros recuperados en los niveles basales de Cova Beneito y Cova
Negra respecto a los depósitos cantábricos y de la meseta. Evidencias de carnívoros que, por otro lado, para nuestra región de
estudio se limitan a unos pocos restos anatómicos y la presencia de coprolitos de hienas en contextos sin nuevas dataciones,
frente a la riqueza de materiales recuperados en los otros territorios. Tal es así que a nivel taxonómico no ha podido reconocerse
por ejemplo restos de oso de las cavernas (Ursus spelaeus) en
la zona mediterránea, o bien son pocos los restos de león de
las cavernas (Panthera leo spelaea) y hiena (Crocuta crocuta),
mientras que en la zona norte abundan durante el Pleistoceno
superior (Villaluenga, 2013, 2009). Este hecho invita a pensar
en los condicionantes biogeográficos y cronológicos como la
explicación más plausible para la distribución de los carnívoros
en el territorio peninsular, con una presencia más destacada en
el ámbito mediterráneo de los carnívoros de talla media/grande
como leopardos, cuones y lobos a medida que avanza el Pleistoceno superior, respecto a otros grandes carnívoros como leones
y hienas muy bien distribuidos en las zonas del norte y centro
peninsular. Tal distribución podría estar indicando unos niveles
de competencia muy diferentes según la región, fenómeno que
afectaría a las estrategias de subsistencia y dinámicas de ocupación de los grupos humanos.
En otros términos, la investigación llevada a cabo en El Salt
permite caracterizar al yacimiento como depósito de formación
mixta, donde participan casi por igual los humanos, las aves
rapaces y/o pequeños carnívoros. Aunque estos agentes pudieron ocupar el lugar durante momentos diferentes, también cabe
165
[page-n-179]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 113. Listado de yacimientos con niveles del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica con estudios detallados a nivel de subsistencia. Referencias (Ref.): 1) Machado et al., 2013; Pérez et al., 2017; Sossa-Ríos et al., 2022. 2) Vaquero, 1997; Aïmene, 1998; Cáceres
et al., 1998; Rosell, 2001; Cáceres, 2002; Carbonell, 2002; Fernández-Laso, 2010; Rosell et al., 2012; Gabucio, 2014; Marín et al, 2016;
Gabucio et al, 2017; Marín et al, 2017. 3) Eixea et al., 2015; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013. 4) Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle,
1996; Real et al., 2018. 5) Sanz et al., 2015. 6) Mora et al., 2018; Samper-Carro, 2014. 7) Sanchis, 2012; Zilhao et al., 2016, 2017; Sanz
et al., 2019. 8) Galván et al., 2014; Machado et al., 2016; Pérez, 2019. 9) Maroto et al., 2017; Lloveras et al., 2018; Soler, 2014; Lloveras
et al., 2010; Kehl et al., 2010; Estévez, 1978. 10) Rosell et al., 2017; Álvarez-Lao et al., 2017.
Yacimiento Nivel Datación
Método
Restos óseos
Taxones
> 50% NISP
Abric del
Pastor
(Alcoi,
Alicante)
TL
OSL
1225 NR
3% NISP
Testudo hermanni Equinae,
Capra pyrenaica Rhinocerotidae,
Cervus elaphus Leporidae, Suidae,
Canidae, Pantherinae
15
1
43,5 ± 1,2 Ka BP C14 AMS
29,23 ± 0,5 Ka BP
200 NR
54,5% NISP
Equus ferus
Ursus sp., Canis lupus,
Cervus elaphus Lynx pardina, Crocuta
Capra pyrenaica crocuta
Rupicapra
rupicapra
1
2
C
44,9 ± 2,5 ka BP
44,6 ± 3,7 Ka BP
44,2 ± 2,8 Ka BP
U/Th
126 NR
34,1% NISP
Equus ferus
Cervus elaphus
Bovidae
Suidae, Canidae,
Hienidae
1
D
40,6 ± 0,9 Ka BP
C14 AMS
197 NR
Equus ferus/
27,92% NISP hydruntinus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica,
Panthera pardus, Felis
silvestris
1
E
43,2 ± 1,1 ka BP
C14 AMS
2662 NR
12,4% NISP
11
Bos primigenius, Proboscidea, Canis
lupus, Lynx sp., Crocuta
Rupicapra
crocuta
rupicapra
Cervus elaphus
Equus ferus
H
46,6 ± 1,7 Ka BP
45,1 ± 3,1 Ka BP
44,5 ± 1,2 Ka BP
U/Th
C14 AMS
1165 NR
13,5% NISP
Cervus elaphus,
Equus ferus
Rhinocerotidae,
Panthera leo spelaea
10
I
48,6 ± 2,3 Ka BP
45,1 ± 3,1 ka BP
U/Th
1939 NR
16,1% NISP
Leporidae
Cervus elaphus
Equus ferus
Bos primigenius
16
J
50,4 ± 1,6 Ka BP
49,3 ± 1,6 Ka BP
47 ± 2,1 Ka BP
U-series
C14 AMS
8505 NR
14,9% NISP
Equus ferus/
hydruntinus
Cervus elaphus
60
Stephanorhinus
hemitoechus, Bos
primigenius, Rupicapra
pyrenaica
K
51 ± 9 Ka BP
50 ± 1,6 Ka BP
U-Series
2564 NR
15,8% NISP
Cervus elaphus
Equus ferus
Leporidae, Bos
primigenius
25
L
52,5 ± 1 Ka BP
U-Series
1002 NR
13,6% NISP
Cervus elaphus
Equus ferus
Bos primigenius
23
M
55,8 ± 2,3 Ka BP
51,8 ± 1,4 Ka BP
U-Series
334 NR
19,3% NISP
Cervus elaphus
Equus ferus
Testudinidae
Bos primigenius
37
Leporidae,
Stephanorhinus
hemitoechus, Ursus sp.,
Crocuta crocuta, Felis
silvestris
O
54,6 Ka BP
U-Series
9299 NR
5,7% NISP
Cervus elaphus
Felis silvestris
Bos primigenius
Equus ferus
Oryctolagus cuniculus, 63
Stephanorhinus
hemitoechus, Rupicapra
rupicarpa, Ursus
spelaeus, Avifauna
51,6 Ka BP
43,9 ± 0,7 Ka BP
C14 AMS
100,907 NR
1,3% NISP
Caprinae
Testudinidae
Equidae
Cervidae
Leporidae,
Suidae, Avifauna,
Rhinocerotidae, Vulpes
vulpes, Lynx sp.
IVa-d 48 ± 5 Ka BP
63 ± 5 Ka BP
Abric
B
Romaní
(Capellades,
Barcelona)
Abrigo de IV
la Quebrada
(Chelva,
Valencia)
166
Taxones
< 50% NISP
Nº Hogares Ref.
29
3
[page-n-180]
discusión
Tabla 113. Listado de yacimientos con niveles del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica con estudios detallados a nivel de subsistencia. Referencias (Ref.): 1) Machado et al., 2013; Pérez et al., 2017; Sossa-Ríos et al., 2022. 2) Vaquero, 1997; Aïmene, 1998; Cáceres
et al., 1998; Rosell, 2001; Cáceres, 2002; Carbonell, 2002; Fernández-Laso, 2010; Rosell et al., 2012; Gabucio, 2014; Marín et al, 2016;
Gabucio et al, 2017; Marín et al, 2017. 3) Eixea et al., 2015; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013. 4) Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle,
1996; Real et al., 2018. 5) Sanz et al., 2015. 6) Mora et al., 2018; Samper-Carro, 2014. 7) Sanchis, 2012; Zilhao et al., 2016, 2017; Sanz
et al., 2019. 8) Galván et al., 2014; Machado et al., 2016; Pérez, 2019. 9) Maroto et al., 2017; Lloveras et al., 2018; Soler, 2014; Lloveras
et al., 2010; Kehl et al., 2010; Estévez, 1978. 10) Rosell et al., 2017; Álvarez-Lao et al., 2017 (continuación).
Yacimiento Nivel Datación
Método
Cova
Beneito
(Muro
d'Alcoi,
Alicante)
X (D1, Relativa
D2)
(Würm III)
XI
(D3)
XII
(D4)
Taxones
> 50% NISP
Taxones
< 50% NISP
Cronocultural 3231 NR
y
28,8% NISP
Biocronología
Oryctolagus
cuniculus
Capra pyrenaica
Cervus elaphus
1
Rupicapra rupicapra,
Bos primigenius, Equus
ferus, Sus scrofa, Canis
lupus, Crocuta crocuta,
Lynx sp.
Relativa
(Würm III)
Cronocultural 476 NR
y
18,3% NISP
Biocronología
Rupicapra rupicapra,
Oryctolagus
cuniculus
Bos primigenius, Canis
Capra pyrenaica lupus
Cervus elaphus
Relativa
(Würm III)
Cronocultural 6264 NR
y
18,3% NISP
Biocronología
Oryctolagus
cuniculus
1
Capra pyrenaica,
Rupicapra rupicapra,
Cervus elaphus, Equus
ferus, Dicerorhinus
hemitoechus, Sus scrofa,
Canis lupus, Lynx sp.
60 ± 3,9 Ka BP
49,4 ± 1,8 Ka BP
U/Th
OSL
113 NR
65,5% NISP
Lynx sp.
Felis silvestris
Equus ferus, Canis cf.
lupus, Cervus elaphus
Dispersos
5
Cova Gran S1B-D 43,3 Ka BP
(Santa
42,2 ka BP
Linya,
Lleida)
C14 AMS
TL
49981 NR
2,7% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Equus ferus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica
Bos/Bison, Equus
hydruntinus, Sus
scrofa, Stephanorhinus
hemitoechus, Avifauna,
Canis lupus, Vulpes
vulpes, Felis silvestris
28
6
Cueva
Antón
(Mula,
Murcia)
III-b/d MIS 3
Biocronología 231 NR
y C14 AMS
46,7% NISP
Cervus elaphus
Testudinidae, Capra
ibex, Capreolus
capreolus, Equus ferus
0
7
III-i/j MIS 3
430 NR
35,3% NISP
Cervus elaphus
Testudinidae
Capra ibex,
Rhinocerotidae, Equus
ferus, Capreolus
capreolus, Ursus sp.
2
II-k /
II-l
6972 NR
99,7% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus, Equus
ferus
0
IIIa
Cova del
Gegant
(Sitges,
Barcelona)
El Salt
(Alcoi,
Alicante)
MIS 5a
Restos óseos
Nº Hogares Ref.
4
?
V-Sup 44,7 ± 3,2 Ka BP
45,2 ± 3,4 Ka BP
TL
OSL
566 NR
82,3% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Avifauna, Equidae,
Capra pyrenaica, Bos
sp.
0
V-Inf
44,7 ± 3,2 Ka BP
45,2 ± 3,4 Ka BP
TL
OSL
28 NR
50% NISP
Cervus elaphus
Vulpes vulpes
cf. Capra pyrenaica,
Equidae, Carnivora,
Oryctolagus cuniculus
1
VI
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
310 NR
40,6% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica, Equus 0
ferus, Bos sp., Lynx sp.
VII
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
460 NR
62,2% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus, Capra
pyrenaica, Equus
ferus, Bos primigenius,
Sus scrofa, cf. Lepus,
Passeriformes
8
0
167
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subsistencia neandertal en los valles de alcoi
Tabla 113. Listado de yacimientos con niveles del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica con estudios detallados a nivel de subsistencia. Referencias (Ref.): 1) Machado et al., 2013; Pérez et al., 2017; Sossa-Ríos et al., 2022. 2) Vaquero, 1997; Aïmene, 1998; Cáceres
et al., 1998; Rosell, 2001; Cáceres, 2002; Carbonell, 2002; Fernández-Laso, 2010; Rosell et al., 2012; Gabucio, 2014; Marín et al, 2016;
Gabucio et al, 2017; Marín et al, 2017. 3) Eixea et al., 2015; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013. 4) Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle,
1996; Real et al., 2018. 5) Sanz et al., 2015. 6) Mora et al., 2018; Samper-Carro, 2014. 7) Sanchis, 2012; Zilhao et al., 2016, 2017; Sanz
et al., 2019. 8) Galván et al., 2014; Machado et al., 2016; Pérez, 2019. 9) Maroto et al., 2017; Lloveras et al., 2018; Soler, 2014; Lloveras
et al., 2010; Kehl et al., 2010; Estévez, 1978. 10) Rosell et al., 2017; Álvarez-Lao et al., 2017 (continuación).
Yacimiento Nivel Datación
L'Arbreda
(Serinyà,
Girona)
168
Método
Restos óseos
Taxones
> 50% NISP
Taxones
< 50% NISP
Nº Hogares Ref.
VIIVIII
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
123 NR
60,2% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus, Equus 0
ferus, Capra pyrenaica,
cf. Bos primigenius
VIII
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
545 NR
47,7% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus
Capra pyrenaica, Equus 4
ferus, Bos primigenius,
Rupicapra rupicapra,
Rhinocerotidae, Lynx
sp., Phasianidae,
Pyrrhocorax sp.,
Columba cf. livia,
Avifauna
IX
47,2 ± 4,4 Ka BP
49,2 ± 4,8 Ka BP
TL
OSL
549 NR
47,5% NISP
Oryctolagus
cuniculus,
Cervus elaphus
Capra pyrenaica,
Sus scrofa, Lynx sp.,
Panthera pardus,
Phasianidae, Anatinae,
Alectoris rufa,
Pyrrhocorax sp.
Xa
52,3 ± 4,6 Ka BP
TL
OSL
3388 NR
49,3% NISP
Oryctolagus
cuniculus
47
Cervus elaphus,
Capra pyrenaica,
Equus ferus, Sus
scrofa, Stephanorhinus
hemitoechus, Testudo
hermanni, Oryctolagus/
Lepus, Canis cf.
lupus, cf. Cuon sp.,
Lynx sp., Panthera
pardus, Phasianidae,
Anatinae, Alectoris rufa,
Pyrrhocorax sp., Bufo
bufo
I
44,4 ± 1,9 Ka BP
32,1 ± 0,4 Ka BP
C14 AMS
9252 NR
80,7% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Ursus spelaeus
Cervus elaphus
cf. Bos
primigenius
Equus ferus
Avifauna
Sin datos
Lepus sp., Equus
hydruntinus, cf. Bos
primigenius, Capreolus
capreolus, Lynx
pardinus, Canis lupus,
Vulpes vulpes, Felis
silvestris, Panthera
pardus, Crocuta crocuta,
Mammuthus primigenius
J
Musteriense
Cronocultural 9257 NR
42,3% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Ursus spelaeus
Cervus elaphus
Sin datos
Lepus europaeus,
Bison priscus,
Bos primigenius,
Equus ferus, Equus
hydruntinus, Capra
pyrenaica, Carnivora,
Canis lupus, Vulpes
vulpes, Crocuta crocuta,
Mammuthus primigenius
8
9
[page-n-182]
discusión
Tabla 113. Listado de yacimientos con niveles del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica con estudios detallados a nivel de subsistencia. Referencias (Ref.): 1) Machado et al., 2013; Pérez et al., 2017; Sossa-Ríos et al., 2022. 2) Vaquero, 1997; Aïmene, 1998; Cáceres
et al., 1998; Rosell, 2001; Cáceres, 2002; Carbonell, 2002; Fernández-Laso, 2010; Rosell et al., 2012; Gabucio, 2014; Marín et al, 2016;
Gabucio et al, 2017; Marín et al, 2017. 3) Eixea et al., 2015; Real et al., 2018; Sanchis et al., 2013. 4) Iturbe et al., 1993; Martínez-Valle,
1996; Real et al., 2018. 5) Sanz et al., 2015. 6) Mora et al., 2018; Samper-Carro, 2014. 7) Sanchis, 2012; Zilhao et al., 2016, 2017; Sanz
et al., 2019. 8) Galván et al., 2014; Machado et al., 2016; Pérez, 2019. 9) Maroto et al., 2017; Lloveras et al., 2018; Soler, 2014; Lloveras
et al., 2010; Kehl et al., 2010; Estévez, 1978. 10) Rosell et al., 2017; Álvarez-Lao et al., 2017 (continuación).
Yacimiento Nivel Datación
Método
Restos óseos
Taxones
> 50% NISP
Taxones
< 50% NISP
Nº Hogares Ref.
Sin datos
K
Musteriense
Cronocultural 9285 NR
4,9% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Ursus spelaeus
Lepus europaeus,
Bison priscus, Bos
primigenius, Cervus
elaphus, Equus ferus,
Equus hydruntinus,
Capra pyrenaica,
Carnivora, Canis lupus
L
Musteriense
Cronocultural 9225 NR
0,9% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Cervus elaphus
Equus ferus
Sin datos
Lepus eruopaeus, Bos
primigenius, Carnivora,
Canis lupus, Crocuta
crocuta,
Ursus spelaeus
M
Musteriense
Cronocultural 9216 NR
11,1% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Bos primigenius, Cervus Sin datos
elaphus, Equus ferus,
Carnivora
N
Musteriense
Cronocultural 9294 NR
10,2% NISP
Oryctolagus
cuniculus
Bison priscus, Bos
primigenius, Cervus
elaphus, Equus ferus
Cervus elaphus
Oryctolagus
cuniculus
Equus ferus
3
Bos/Bison,
Equus hydruntinus,
Coelodonta antiquitatis,
Capreolus capreolus,
Sus scrofa, Mammuthus
primigenius Ursus
spelaeus, Crocuta
spelaeus
Cova de les III
Teixoneres
(Moià,
Barcelona)
100,3 ± 6,1 Ka BP U-Series
14 Ka BP
19780 NR
18,3% NISP
considerar la posibilidad de que las aves rapaces aprovecharan
las cavidades de la pared travertínica como reposadero y/o nido
en el mismo momento en el que los homínidos llevaban a cabo
sus tareas, provocando la caída de restos de conejo y otros microvertebrados sobre la superficie que aquellos ocupaban. Sin
embargo, al igual que sucede para los carnívoros, no podemos
identificar niveles de competencia entre humanos y rapaces en el
yacimiento, debido por un lado al catálogo de potenciales presas
de cada uno de ellos, así como a los modos de captura específicos de cada agente. No por ello debemos olvidar que en El Salt
existe un aprovechamiento esporádico de las pequeñas presas
como conejos y tortugas por los grupos neandertales, aunque
sin alcanzar la importancia determinada en otros yacimientos
del Paleolítico medio como la Cova del Bolomor (niveles Ia, IV,
XI y XII) para el caso de los lagomorfos, aves y tortugas, o en
la unidad estratigráfica IV del Abric del Pastor exclusivamente
para la tortuga (Blasco, 2008; Blasco et al., 2012a; Real et al.,
2018; Sanchis, 2010; Sanchis et al., 2013, 2015a). Este contexto
pone de manifiesto la adaptabilidad y dieta generalista practicada por los homínidos del Paleolítico medio, siendo cada vez
más recurrente el aprovechamiento de las presas de pequeño ta-
Sin datos
10
maño, aunque en porcentajes no comparables con el registro del
Paleolítico superior a escala regional, preferentemente a partir
del Gravetiense (Pérez-Ripoll y Villaverde, 2015; Real, 2020;
Sanchis et al., 2016).
A nivel paleoambiental, es destacable la riqueza en biotopos
identificados en los los valles alcoyanos durante tiempos prehistóricos, aspecto que permitiría a los grupos humanos la captura
de taxones de pradera, bosque o montaña casi en igual proporción. Ello explica en parte las dinámicas previas y la posición
del yacimiento de El Salt, desde donde es posible acceder a una
amplia diversidad de hábitats y fuentes de aprovisionamiento
para la recolección de materia vegetal y litológica a muy pocos
kilómetros (Molina, 2016; Molina et al., 2014; Vidal-Matutano,
2016a). En algunos otros yacimientos mediterráneos como puede ser Cova Beneito, encontramos un emplazamiento en lugares relativamente elevados desde donde se posee un importante
control del territorio circundante, todo lo contrario de aquellos
cuya función parece estar limitada a la captación inmediata de
presas en sus inmediaciones. Esta es la interpretación dada por
ejemplo el Abrigo de la Quebrada y el Abric del Pastor, situados
ambos en el margen de barrancos o gargantas sin capacidad de
169
[page-n-183]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
control del resto del territorio e interpretados como “altos en el
camino” o enclaves de función variable durante los periodos de
movilidad de los grupos humanos (Machado et al., 2019; Real
et al., 2018). Sin embargo, la mayoría de los yacimientos de
la vertiente mediterránea se sitúan a una cota más baja que los
anteriores, localizados en puntos intermedios desde donde acceder a una amplia variedad de ambientes con una rica diversidad
biológica y geológica.
6.6. LA SUBSISTENCIA HUMANA Y SU MARCO
ESPACIO-TEMPORAL
La investigación centrada en unidades de análisis de mayor resolución temporal dentro del palimpsesto acumulativo que caracteriza a El Salt, ha permitido plantear a lo largo de trabajos
paralelos (véase el apartado “La disección de las ocupaciones
humanas”) la importancia de las escalas de análisis con las que
realizar un estudio del comportamiento humano y las dinámicas
de asentamiento durante la Prehistoria. En este sentido, se puede
analizar los conjuntos desde dos aproximaciones, la primera de
ellas centrada en la observación de dinámicas generales (Long
time-span) respecto a la explotación de los animales, movilidad
territorial y modelos de ocupación, siendo un claro ejemplo este
trabajo. En segundo lugar, podemos realizar una aproximación
centrada exclusivamente en desenmarañar los eventos particulares que existen en distintas unidades arqueoestratigráficas, así
como remarcar aquellos fenómenos concretos en depósitos más
extensos, analizando cuestiones cercanas al tiempo etnográfico (Short time-span) y la diversidad de comportamientos que
conforman las dinámicas generales de los grupos humanos del
pasado. La distinción entre eventos de ocupación de larga o corta duración nos ofrece una visión mucho más compleja sobre la
gestión del territorio y el quehacer diario de los grupos neandertales en los valles alcoyanos, con especial atención a la adquisición de nutrientes de origen animal en nuestro caso. En esta línea, otros yacimientos de similar cronología como el Abrigo de
la Quebrada, Abric Romaní, la Cova de les Teixoneres, el Abric
del Pastor o la Cova de Bolomor, cuentan con análisis de similar naturaleza, dentro de una preocupación en la disciplina por
alcanzar una mayor resolución temporal a la hora de interpretar
los modos de vida de las poblaciones del pasado (e.g. Bargalló
et al., 2015; Cascalheira, J. y Picin, A., 2020; Chacón et al.,
2015; Eixea et al., 2014; Gabucio et al., 2017, 2016; Machado
et al., 2013; Real et al., 2018; Rosell et al., 2010; Sánchez-Hernández et al., 2014; Sañudo et al., 2016; Vallverdú et al., 2005;
Vaquero et al., 2012; Villaverde et al., 2015).
La aplicación de las dos aproximaciones anteriores en el
estudio del material faunístico de El Salt, unido a la publicación previa de trabajos dedicados a la micromorfología,
arqueoestratigrafía, industria lítica y antracología, ponen de
manifiesto el carácter corto y recurrente de sus ocupaciones
humanas. Estos eventos de ocupación además se extienden a
lo largo de toda la anualidad, donde a pesar de la alta frecuentación durante los meses de primavera-verano en repetidas
ocasiones, también se dan periodos donde la distancia entre
las ocupaciones es más corta dentro de un mismo año. De esta
forma, el depósito de El Salt se formaría por una continua superposición de material de origen antrópico, entremezclado
con un aporte continuo de restos óseos de lepóridos y micro170
mamíferos que han sido presas de las aves rapaces y pequeños
carnívoros, en un contexto geoarqueológico caracterizado por
una ratio de sedimentación muy lenta.
Por lo que se refiere a las habilidades cinegéticas de los
neandertales, si bien es cierto que se centran en estrategias pluriespecíficas o de amplio espectro a escala general, con la perspectiva de la alta resolución temporal ha sido posible comprobar
la diversidad de acciones realizadas a un grado más próximo
al tiempo “etnográfico”, respondiendo de una manera más realista a las condiciones del momento, tanto a nivel grupal como
ambiental. Este fenómeno ha podido identificarse tanto en El
Salt como en el Abric Romaní, donde se ha demostrado que las
estrategias de transporte no son constantes en un mismo nivel
o unidad de análisis, seguramente a causa de cuestiones logísticas relacionadas con la cantidad de porteadores, necesidades del
grupo y distancia al lugar de ocupación, conllevando por ejemplo un transporte diferencial según los eventos (Marín et al.,
2016). Junto a ello, hay otro tipo de evidencias que ilustran una
amplia diversidad de actividades concretas, caso por ejemplo
del aprovechamiento particular de taxones escasamente consumidos como son los carnívoros en el Abric Romaní (Gabucio
et al., 2014) o el conejo y la tortuga mediterránea en El Salt, e
incluso la elevada cantidad de individuos de distintas especies
en las unidades de análisis, como ocurre por ejemplo en el nivel
IV del Abrigo de la Quebrada (Real et al., 2018). Tal número de
individuos supone una cantidad desmesurada de kilogramos de
biomasa animal, que hacen imposible concebir una captura “simultánea” durante una misma ocupación si actuamos desde la
lógica de un grupo cazador-recolector, con la excepción de los
yacimientos europeos donde se practica la captura monoespecífica y masiva para un consumo diferido de los nutrientes. Todo
ello sumado a la variabilidad de materias primas explotadas, la
falta de cadenas operativas completas e introducción de útiles
preconfigurados, la organización y superposición de hogueras
en un mismo espacio, el uso puntual de especies vegetales poco
utilizadas en determinadas prácticas, o la producción de un número limitado de retocadores óseos, confirman el carácter corto
y estacional de las ocupaciones humanas durante la Prehistoria,
demostrándose para el caso de El Salt su empleo tanto de lugar
de habitación, como de un área para el aprovisionamiento de
recursos biológicos y geológicos. En el caso del resto de los yacimientos del MIS 3 de la vertiente mediterránea ibérica, recientes trabajos de investigación empiezan a plantear también que la
sucesión de ocupaciones cortas es la dinámica común, con tan
solo algunos depósitos de ocupaciones muy esporádicas (Abric
del Pastor o Cova del Gegant) y aún menos con ocupaciones
“largas”, solo mantenidas por el momento para el nivel J del
Abric Romaní como manifestación de recurrentes ocupaciones
en un muy corto espacio de tiempo, con un mismo patrón de
organización y actividades que puede indicar la pervivencia de
tradiciones.
Por todos estos motivos, se hace necesario reafirmar la relevancia de desvincular las dinámicas generales de las secuencias
y de las distintas unidades estratigráficas de las actividades humanas concretas, hasta el punto de desvirtuar las ocupaciones
durante la Prehistoria como un todo compuesto por las actividades de consumo, la creación de hogueras y la preparación de herramientas u otros productos secundarios en un mismo espacio
y tiempo (Machado y Pérez, 2016; Vaquero et al., 2012; Turq et
[page-n-184]
discusión
al., 2013). Dentro de un depósito con naturaleza de palimpsesto existen ocupaciones de carácter habitacional en el sentido
clásico, donde todas las tareas de subsistencia se realizan de
forma “sincrónica” y existiría un hogar como eje vertebrador,
caso de las acumulaciones tipo Hearth-Related Assemblages del
Paleolítico (Vaquero y Pastó, 2001), consideradas la mejor evidencia material de un único evento de ocupación y basadas en
los conjuntos tipo Household del registro etnográfico (Binford,
1980; O’Connell, 1987; Yellen, 1977). Sin embargo, este mismo
depósito de palimpsesto puede contener entradas puntuales y
exclusivas al lugar para el tratamiento tecnológico de las materias primas líticas, su captación y el reciclado de soportes del
depósito, el aprovisionamiento de elementos anatómicos o de
materia vegetal para la producción de útiles, etc.
171
[page-n-185]
[page-n-186]
7
Conclusiones
Con este libro hemos querido dar a conocer cuál fue el origen y
qué caracteriza al conjunto faunístico recuperado en las cronologías asociadas al Paleolítico medio del yacimiento de El Salt
(Alcoi, Alicante), desde su Unidad Estratigráfica Xa a la Unidad
Estratigráfica V-Sup. El motivo de acometer esta investigación
radica en la falta de información relativa al comportamiento
cinegético de los grupos neandertales en la montaña alicantina durante el MIS 3 (ca. 60-45 Ka), ligado al envejecimiento
de las cronologías de yacimientos cercanos como Cova Negra,
la antigüedad y carácter preliminar de otros estudios como los
realizados para Cova Beneito, o la lejanía de los enclaves presumiblemente contemporáneos como el Abrigo de la Quebrada
y Cueva Antón.
Para alcanzar nuestros objetivos, se ha llevado a cabo el estudio de miles de restos óseos, sobre los que se ha realizado una
investigación de carácter zooarqueológico y tafonómico. Por
otro lado, dada la limitada información que a nivel paleoambiental se conoce para el entorno de los valles alcoyanos durante el Pleistoceno superior, derivada principalmente de los
estudios de micromamíferos y antracología, hemos elaborado
una interpretación paleoecológicoa basada en el registro de macrovertebrados, punto de partida del inicio de una nueva línea
de investigación sobre las condiciones ambientales del territorio
durante tiempos pretéritos.
A continuación, presentamos las principales conclusiones
derivadas de este trabajo:
1. La ratificación del yacimiento de El Salt como un enclave arqueológico con altos niveles de antropización,
a pesar de tratarse de un depósito de formación mixta
dada la importante cantidad de restos de lagomorfos introducidos por las aves rapaces y pequeños carnívoros.
La constante presencia de los tres agentes a lo largo de la
secuencia provocaría una superposición de actividades y
alteraciones no intencionadas sobre parte del material,
diferenciadas gracias al estudio tafonómico de las alteraciones bioestratinómicas y especialmente de los procesos de termoalteración, así como a través de métodos
arqueoestratigráficos.
2. Las dinámicas de ocupación y estrategias de subsistencia reconocidas confirman la flexibilidad y adaptación de
los grupos neandertales a los distintos entornos y condiciones climáticas de los valles alcoyanos, cuya principal
particularidad es el desarrollo de prácticas cinegéticas
diversas y una dieta de amplio espectro, si bien centrada
en la captura de los cérvidos, caprinos y équidos frente al
resto de ungulados. Se confirma el alto interés por la carne y médula para la mayoría de animales adquiridos, con
escasos datos sobre el uso general de los mismos. Taxones como los carnívoros, rinocerontes, aves y lepóridos
tienen un origen ligado a fenómenos de muerte natural y
depredación por agentes no antrópicos.
3. Los modelos de transporte, intensidad del procesado,
consumo y desecho de las presas son repetitivos y constantes, basándonos en una perspectiva temporal larga del
estudio de los conjuntos. No obstante, existen claras diferencias cuando se realiza la aproximación desde una
perspectiva de mayor resolución temporal, manifestando
el carácter cambiante de las ocupaciones humanas en El
Salt y una gestión diferente a nivel intra e interespecífico
de las presas.
4. La identificación de una baja competencia entre especies
a lo largo de la secuencia se puede extrapolar al conjunto
del territorio, revelando una menor presencia de grandes
carnívoros en la vertiente mediterránea ibérica si la comparamos con las evidencias de la Cornisa Cantábrica y
173
[page-n-187]
subsistencia neandertal en los valles de alcoi
la Meseta peninsular. Cuestiones biogeográficas, cronológicas y de idoneidad de las ocupaciones por los carnívoros deben ser consideradas a la hora de cuestionar su
limitada presencia en la zona de estudio.
5. El entorno de los valles alcoyanos se muestra altamente
diverso en términos ambientales para el Paleolítico medio, con la existencia de biotopos de bosque, pradera y
montaña, donde la situación privilegiada de El Salt permitiría un control y acceso rápido a recursos biológicos
(animales y plantas) y geológicos. A partir de las unidades estratigráficas VI y V se constata un cambio en la
lista taxonómica y el modelo bioclimático, que, junto a
otros proxis paleobotánicos y sedimentológicos, se ha
puesto en relación con el advenimiento del Heinrich 5
(48-45 Ka) y una tendencia hacia la pérdida de biodiversidad en el territorio.
6. Se pone de manifiesto la necesidad del estudio sobre las
estrategias de subsistencia y las dinámicas de ocupación
desde una perspectiva espacio-temporal, apoyando los
resultados de investigación previamente publicados por
parte del equipo de investigación del yacimiento. Esto
permite una mayor comprensión de los modos de vida
de los grupos neandertales en el territorio, acercándonos
al tiempo “etnográfico” de las conductas humanas y su
comparación con otros yacimientos del entorno mediterráneo como ámbito de estudio.
Derivado de todos estos resultados, se abre ante nosotros una
nueva serie de problemáticas específicas a resolver para conocer
mejor las dinámicas de subsistencia de los grupos neandertales
en la región sureste de la península ibérica. En este sentido, la
174
ampliación de los análisis a la Unidad Estratigráfica Xb deberán
ser comprendidos dentro de una perspectiva espacio-temporal,
dada la gran cantidad de trabajos que se han realizado por parte
de otros especialistas en tal unidad. De igual manera, una aproximación arqueoestratigráfica centrada en los remontajes óseos resulta apremiante si nuestra intención es comprender realmente el
palimpsesto acumulativo de El Salt y ofrecer una visión espacial
del procesado faunístico, tal y como se ha puesto de manifiesto en numerosos yacimientos. Respecto al material recuperado
mediante la criba, se deberá realizar un estudio íntegro con el
fin afinar en la descripción de los resultados presentados en este
trabajo y ampliar la información tafonómica relativa al aporte de
lagomorfos al yacimiento, así como de la presencia de pequeños
carnívoros que pueden estar quedando ocultos. Por otro lado, la
realización de aproximaciones paleoecológicas en un sentido
mucho más amplio que el aquí presentado se creen necesarias,
integrando en un mismo análisis los datos derivados de la micro
y macrofauna, antracología, palinología, estudios isotópicos, etc.
En este sentido, el estudio de desgaste dental que se ha llevado a
cabo, deberá completarse con el análisis de cementocronología e
isotopía aplicada al estudio de la estacionalidad, con la intención
de conocer mejor las dinámicas de ocupación y movilidad territorial de los grupos humanos en la montaña alicantina.
A modo de colofón, plantemos este trabajo exclusivamente
como punto de partida a una amplia cantidad de tareas pendientes en la zona de estudio y especialmente en el yacimiento de
El Salt, de manera que el vacío de información con el que nos
hemos encontrado sea cada vez menor y nos permita adentrarnos con mayor detalle en los modos de vida de unos grupos
humanos que ocuparon cerca de 200.000 años un territorio que
hoy conceptualizamos nuestro.
[page-n-188]
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