La arqueología romana en la labor del Servicio de Investigación Prehistórica (1927-2002)
María Jesús de Pedro Michó
2003
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LA ARQUEOLOGÍA ROMANA EN LA LABOR
DEL SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA (1927-2002)
M.ª JESÚS DE PEDRO Y JOAQUIM JUAN CABANILLES
Servicio de Investigación Prehistórica. Diputación de Valencia
Tras un periodo inicial marcado, sobre todo, por el interés despertado por los grandes hallazgos
de la arqueología prehistórica, la arqueología romana ha ido ocupando un lugar crecientemente importante en la vida cotidiana de la institución, como bien refleja la extensa nómina de yacimientos
romanos que hoy forman sus colecciones. Por acuerdo de la Comisión Provincial Permanente de la
Diputación de Valencia, el Museo de Prehistoria fue creado el 20 de octubre de 1927 como parte inseparable del Servicio de Investigación Prehistórica. Su primer director, Isidro Ballester, y un excepcional grupo de colaboradores, entre los que destaca Luis Pericot, impulsaron la creación de un centro
dedicado al estudio y recuperación del patrimonio arqueológico valenciano. Desde entonces, el SIP
ha dedicado sus principales esfuerzos a la realización de campañas de excavaciones arqueológicas
en diversos yacimientos valencianos, con el fin de construir un Museo de Prehistoria, centro de investigación y archivo documental de todas aquellas sociedades humanas que vivieron en las actuales tierras valencianas, desde el Paleolítico a la Romanización.
Se conmemora ahora, en 2002, el 75 aniversario de la institución, que coincide con la remodelación y ampliación de las salas permanentes de Época Romana, después de su instalación en 1995 en
la actual sede del Museu de Prehistòria, la antigua Casa de Beneficencia.
La historia del SIP y su Museo y la formación de las colecciones han sido tratadas con anterioridad. Nos ocuparemos ahora de los materiales de época romana, señalando el hecho de que I. Ballester, a la hora de concretar el nombre de la institución, dijera «si la Excma. Diputación Provincial decide,
pues, la creación de un Museo Arqueológico, seguramente que lo hará como parte de un Servicio de Investigaciones Arqueológicas que necesariamente, por la fuerza de las cosas, habrá de comprender aunque sea modestamente tres secciones: excavaciones, museo y publicaciones», y matiza: «Para lo Arqueológico, tan amplio, precisaría muchisimos miles de duros. El Museo Provincial de Prehistoria se puede montar gastando unos miles
de duros en excavaciones y algunas compras, acabando por ser así una cosa digna. El de Arqueología exigiría
no pocos millones de pesetas para merecer tal nombre. Quien mucho abarca… Así pues, a mi juicio los impresos han de llevar “Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación Provincial de Valencia”. De
aquí a un par de años… se debe cambiar la denominación dicha por Museo y Servicio de Investigación Prehistórica». Ello explica que, en sus primeros cincuenta años de actividad, cuando las excavaciones arqueológicas responden sobre todo a un programa de investigación y las intervenciones de salvamento son todavía escasas, sean las cuevas paleolíticas o neolíticas, los poblados de la Edad del
Bronce o las impresionantes ciudades ibéricas las que atraen la atención del SIP, mientras los yacimientos romanos y tardorromanos excavados no superen la docena. En efecto «el SIP se ocupó
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mayormente de la Prehistoria del País Valenciano pero intervino asimismo en la
salvación de algunos de los materiales arqueológicos de la ciudad, como los aparecidos con motivo de la ampliación del Palau de la Generalitat». La creación
del Servicio de Investigación Arqueológica Municipal (SIAM) del
Ayuntamiento de Valencia, en 1948, limitó en buena medida dichas
intervenciones.
Aparte de las excavaciones, han sido frecuentes los hallazgos
casuales, donaciones y materiales procedentes de prospección, sin
olvidar las compras realizadas durante los primeros años. Las noticias recogidas por E. Pla en las «Actividades del SIP» y las memorias anuales redactadas por la dirección en «La labor del SIP y su
Museo», así como los diferentes artículos, cartas arqueológicas, catálogos de materiales y monografías publicados en la serie Trabajos Varios
o en la revista Archivo de Prehistoria Levantina, nos han permitido reconstruir esta historia de formación de las colecciones hasta bien entrados
los años 80 del pasado siglo. La documentación interna de la Institución,
es decir, los archivos y ficheros de yacimientos, registro, catalogación y
fotografía, han sido también de gran ayuda.
Lucerna procedente de Empúries
(Girona). Siglos II-III. Colección
Cazurro. [Museo de Prehistoria
de Valencia].
Estátera de bronce procedente de
Vélez Blanco (Almería). Colección Motos. [Museo de Prehistoria de Valencia].
La primera etapa, bajo la dirección de Isidro Ballester, está marcada por
la compra de materiales, concebida siempre como complemento del núcleo
propio. Así, en 1929 se adquiere la Colección Motos de la que forma parte
la estátera romana de bronce de Vélez Blanco. Y, en sesión de 21 de enero
de 1930, «se acordó adquirir un importante lote de objetos prehistóricos de Ampúrias que está formado por vasos, objetos de bronce y piezas de marfil y hueso griegos, ibéricos y romanos, producto de las excavaciones practicadas en la Colonia
Hispano-Griega de Ampúrias; y autorizar al Sr. Director del Servicio de Investigación Prehistórica de esta Corporación, para que adquiera dicho lote, y que su importe que es de 2.500 pesetas se satisfaga con cargo a la consignación especial que
por este concepto figura en el Presupuesto de Gastos del corriente año». Se trata
de los materiales de Empúries de la Colección Cazurro: vasos de terra sigillata y de paredes finas; ungüentarios, olpes y lucernas; colgantes, fíbulas,
instrumental médico romano, objetos de metal y piezas de marfil y hueso
diversas. Por último, la Colección Pérez Cabrero, comprada en 1930, y la
Colección Martínez y Martínez, de 1937, comprenden ungüentarios romanos de vidrio, cerámica sigillata y barniz negro campaniense, lucernas y lacrimatorios de cerámica, todo ello de Eivissa.
Diversas donaciones vienen a incrementar los fondos del Museo,
como la realizada por Martí Garcerán de la cueva y poblado de la Torre
del Mal Paso (Castellnovo), en 1943. Con posterioridad D. Fletcher y
F. Jordá excavaron la cueva, en 1946 y 1947, recuperando cuentas de collar de pasta vítrea, cerámicas ibéricas y romanas, lucernas, monedas y
objetos de bronce; y una cadenilla de oro. La exploración del poblado, en
1946, aportó igualmente cerámica ibérica decorada y terra sigillata hispánica, cerámica estampada y gris, y agujas de hueso. De la Cova de les Meravelles (Gandia) procede un lote de 34 monedas ibéricas y romanas, así
como lucernas e idolillos antropomorfos de cerámica, pertenecientes a la
Colección Ballester. Y de la necrópolis de Gaià (Pego), dos botellas de ce-
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LA ARQUEOLOGÍA ROMANA EN LA LABOR DEL SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA • M.ª JESÚS DE PEDRO Y JOAQUIM JUAN CABANILLES
rámica descubiertas en 1944-45 y donadas al SIP por C. Giner Bolufer, datadas entre finales del siglo
VI e inicios del VII. Además, podemos citar los hallazgos casuales de 1950 en Casa Perot (Barxeta): vidrios, una sortija de oro y otros restos. O la visita de D. Fletcher a Guadasséquies, donde se recuperaron ánforas y tapones de ánfora, dolia, sillarejos y una estampilla circular en arcilla decorada con
una liebre y un racimo de uvas.
Las excavaciones realizadas en Valencia con motivo de trabajos en el subsuelo del Palau de la Generalitat, en 1929 y 1932, y posteriormente en las obras de ampliación del mismo, en 1945, dirigidas
por N. P. Gómez Serrano bajo la supervisión del SIP, dieron como resultado el hallazgo de construcciones republicanas y de época imperial, muros de opus incertum trabado
con arcilla. Los materiales asociados son cerámica campaniense, terra
sigillata aretina, sudgálica e hispánica, sigillata clara, cerámica común, lucernas y ánforas.
Entre 1950 y 1987 asistimos a un periodo de intensa actividad de
la institución, bajo la dirección de Domingo Fletcher y Enrique Pla,
que incluye la época de mayor estabilidad por lo que se refiere a la exposición de sus colecciones permanentes en el Palau de la Batlia, hasta
su traslado en 1982 a la Casa de Beneficencia. Se abandona la política inicial de compra y se incrementa el trabajo de campo. Las donaciones y los
hallazgos casuales, pero sobre todo las excavaciones y prospecciones serán
fundamentales en el crecimiento de las colecciones de materiales romanos.
Nos referiremos, en primer lugar, a las donaciones. De 1952 data
la Colección Jornet, de yacimientos de la Vall d’Albaida, en la que
destacan los vasos de terra sigillata con marcas de alfarero del Tossalet, Beniprí y Camí de la Pedrera (Bèlgida); la inscripción funeraria
de Otos y la cantimplora de bronce con decoración de pasta vítrea en
amarillo, verde y azul, de Bèlgida. Y la Colección Monzó, de yacimientos del Camp de Morvedre, que consta de cerámica ibérica, campaniense y terra sigillata de Els Arcs y Sabató (Estivella), Muntanyeta
de les Panses, Partida del Calvari, el Planet y Muntanya Redona (Albalat dels Tarongers). Entre 1952 y 1954 ingresan en el museo diferentes ánforas procedentes de la costa entre Eivissa y Dénia, concretamente dos ejemplares de Dressel 20 con marcas y estampilla. De los
años 60 es la donación de Luis Zalbidea de moldes y fragmentos de vasijas romanas del taller de terra sigillata de El Endrinal (Bronchales, Teruel); la Colección Saludes compuesta por cuatro cepos de ancla y veintidós ánforas procedentes de la zona de El Saler; y la colección donada por
E. Pastor Alberola, de Castelló de Rugat, formada por cerámica sigillata
aretina, hispánica y clara, ánforas, monedas, tegulae y dolia, de los yacimientos de Lauro, Ofra, Alt de la Perdiu, Xarxet, Pinar, entre otros.
Escultura femenina de mármol.
València la Vella (Riba-roja de
Túria). Siglos II-III. [Museo de
Prehistoria de Valencia].
En 1963 se produce un hallazgo extraordinario en aguas cercanas a la playa de Pinedo, una estatua de bronce descubierta en una zona en la que anteriormente se han hallado ánforas y cepos de
ancla. Se trata de la estatua conocida en adelante como el Apolo de Pinedo, expuesto desde entonces
en las salas del Museo y objeto de una exposición monográfica del SIP en 1994, tras su limpieza y
restauración y tras habérsele reintegrado su pierna izquierda.
Las donaciones se suceden durante todo este periodo, de lo que son ejemplo: un osculatorio de la
Cova dels Francesos (Alzira); un amuleto fálico de bronce de Benibaire Alt (Carcaixent); una pequeña
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pátera de barniz negro de Despenyaperros (Paterna); una
tegula con estampilla L HERENNI procedente del poblado de
Sant Antoni (Bocairent), además de cerámica sigillata,
paredes finas y marmorata; la estatuilla femenina de
piedra, de 30 cm de altura, procedente de Riba-roja de
Túria y donada por el Colegio María de Iciar de dicha
localidad en 1975; los materiales procedentes de las
prospecciones de N. P. Gómez Serrano, donados por
sus herederos en 1976; o las cerámicas romanas procedentes de varios puntos de Alzira, donadas por A.
Martínez Pérez en 1981, como principales referencias.
Las visitas a yacimientos realizadas por los
miembros del SIP, como comprobación de noticias
de hallazgos casuales y como documentación de restos arqueológicos diversos, permiten recuperar diversos materiales de época romana en Les Paretetes
dels Moros (Montcada), València la Vella (Riba-roja
de Túria), y la Solana (Utiel), donde se recogen ánforas, tegulae y cerámica sigillata hispánica. En Els Xarcons
(Montserrat) se excava una sepultura romana
Estela funeraria de época imperial. El Reguero (Pedralba,
tardía
y se recuperan cuentas de collar de vidrio y
Valencia). [Museo de Prehistoria de Valencia].
piedra, agujas y aretes de bronce, y una botella cerámica con asa, todo ello de época visigoda. Y en la
Falquia (Beneixida), procedentes de unas galerías subterráneas, se encuentran dos lucernas, vasijas,
cuentas de collar de pasta vítrea y una fíbula, de época tardorromana o visigoda.
De la Ereta dels Moros (Aldaia) procede un mármol decorado con una hoja de acanto. Y una visita realizada a Casa Zapata (Villargordo del Cabriel) motiva el ingreso, en 1965, de la inscripción romana IVNIAE L FIL ANTIQVAE, además de cerámica romana e ibérica. En las villas romanas de la Encolla
(Xiva) y Cambrillas (Xest) se recogen numerosos fragmentos de cerámica romana y una moneda de
Marco Antonio Gordiano Pio. Y en 1967 se produce el hallazgo en El Reguero (Pedralba) de una villa
romana en la que aparecieron fragmentos de cerámica sigillata hispánica y clara, cerámica común, fíbulas, dolia y dos lápidas romanas con inscripción funeraria.
Las excavaciones llevadas a cabo en estos años son, entre otras, la necrópolis de Les Foies (Manuel), del siglo III-IV, en la que se exhuman tres sepulturas en 1951; los materiales hallados compren-
Cuencos de terra sigillata hispánica. Llíria
(Valencia). [Museo de Prehistoria de Valencia].
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den jarritos, cuencos y pequeños vasos cerámicos, un fragmento de cazo de bronce, una botella de
vidrio y ánforas. La cripta de El Romaní (Sollana), excavada en 1952 por D. Fletcher y E. Pla, en la
que se hallaron cuatro individuos y parte de su ajuar: una botella cerámica, un pendiente y tres anillos, uno de ellos de bronce con chatón decorado con una cruz, de época visigoda. El horno cerámico
de la Cargadora (Olocau), excavado por J. Alcácer en 1953, que aporta numerosos fragmentos de dolia,
vasijas de cerámica común y terra sigillata con marcas de alfarero, vasos de paredes finas y jarros. Y la
excavación de M. Tarradell, D. Fletcher y E. Pla en 1955, en Punta de l’Illa (Cullera), que permite identificar un edificio de carácter religioso y departamentos destinados a almacén. La intervención aquí
continúa en 1957 y 1966, y entre los materiales destacan las ánforas tardorromanas procedentes del
norte de África y de Siria, de Palestina y del Mar Negro, de los siglos IV a VI, y también hallazgos diversos como lucernas, tegulae, ampollas, un «Baco» de bronce, dos cruces de bronce del siglo VI, además de un conjunto de monedas vándalas.
Los trabajos de excavación se extienden, asimismo, a la Moleta dels Frares (Forcall),
cuya amplia cronología alcanza la segunda mitad del siglo III, de acuerdo
con los materiales recuperados: cerámicas ibéricas y campanienses, sigillata aretina, sudgálica, hispánica y clara, cerámica común romana, ánforas, objetos metálicos y monedas. Al Castell de Cullera, bajo la dirección
de E. Pla, en la zona del monasterio y en la parte baja de la ladera SO. Y
al Pla de l’Arc (Llíria), trabajos dirigidos por M. Gil-Mascarell, que ponen al descubierto una serie de construcciones de época augustea y
posterior; de aquí procede un oscillum de mármol blanco en una de cuyas caras hay una máscara trágica y en la otra una liebre agazapada,
además de cerámica sigillata y común, lucernas y vidrios.
Todos estos materiales y otros, como monedas e inscripciones
de diversas procedencias, ingresaron en el Museo y estuvieron expuestos en las salas del Palau de la Batlia, hasta 1982. Pero el SIP estuvo presente también en otras excavaciones cuyos materiales, por
diversos motivos, no fueron ingresados en el Museo. Así, en la factoría pesquera de la Punta de l’Arenal (Xàbia), hallazgos que pasaron a
formar parte de una colección particular; en el Fossaret de la Catedral
(Valencia), materiales –cerámica de barniz negro, terra sigillata, ceráÁnfora palestina hallada en
mica común, cerámica estampada y monedas– que se depositaron en el
Punta de l’Illa (Cullera, Valencia). Siglo VI. [Museo de PrehisMuseo Catedralicio; o en el horno de ánforas de Oliva, cuyos hallazgos,
toria de Valencia].
sobre todo ánforas que imitan las formas Dressel 2-4, fueron depositados
en el Ayuntamiento de dicha localidad. Mientras, el Departamento de Arqueología de la Universidad de Valencia asumía la dirección de las excavaciones en la ciudad, realizándose entre 1966-68 los trabajos en la Plaça de la Reina, dirigidos por M. Tarradell y G. Martín, cuyos resultados, en su mayoría, permanecen inéditos.
Entre los años setenta y ochenta, continuando con la labor de campo realizada por el SIP, se llevan a cabo algunas excavaciones con carácter de urgencia en la Balsa (Camporrobles), en Benibaire
(Carcaixent), en la villa romana de la Catorzena/la Campina (Potries), en el Pla de Penilla (Sumacàrcer), de donde proceden monedas y una lucerna, y en la necrópolis de Tisneres (Alzira), recientemente publicada. En Benifaraig (Alberic), aparecieron tres balsas de carácter artesano-industrial de
planta rectangular y pavimento de opus spicatum; los materiales recuperados son vasos de terra sigillata sudgálica, hispánica, clara A, lucente y clara D, lucernas, cerámica africana de cocina y común,
ánforas, dolia, material de construcción y diversas monedas de los emperadores Augusto, Adriano,
Claudio II y Constantino I, así como un ara funeraria de caliza gris con las letras picadas.
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Detalle del Mosaico procedente de la villa de Font de Mussa (Benifaió, Valencia). Siglo I-II. [Museo de Prehistoria de Valencia].
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Los trabajos en València la Vella (Riba-roja de Túria), a cargo de
G. Pereira y de C. Aranegui, entre 1978-80, permiten identificar una
compleja edificación interpretada recientemente como parte de
una instalación defensiva del siglo VI; y la excavación del Pla de
Nadal (Riba-roja de Túria), por E. Juan, pone al descubierto un
importante edificio de carácter civil de época visigoda y ha permitido la recuperación de numerosos elementos arquitectónicos y
decorativos, como arcos, frisos, sillares, columnas y capiteles, cruces y estelas.
A partir de 1987, con Bernat Martí en la dirección, después del traslado de la institución a la Casa de Beneficencia y la recuperación de los
espacios necesarios para almacenes, laboratorios, biblioteca y salas de
exposición, prosiguen las excavaciones y publicaciones y, sobre todo,
las tareas de inventario y catalogación de las colecciones y la gestión
de los archivos documentales, gráfico, fotográfico y de yacimientos. El
objetivo es ya el de atender al conjunto de fondos de época romana y,
si bien en 1991 la exposición «Un segle d’Arqueologia Valenciana»
muestra los resultados de lo que había sido una fructífera labor de investigación sobre nuestra Prehistoria y Cultura Ibérica hasta los límites
de la Romanización, las nuevas perspectivas se manifiestan poco
tiempo después, en 1994, cuando se dedica una exposición monográfica al «Apolo de Pinedo» y se inician los trabajos para el montaje de
las salas permanentes del Museu de Prehistòria, que serán inauguradas en 1995, con una sala dedicada a las colecciones de Época Romana
y a la Numismática.
Pendiente de oro de época imperial. C/ Embajador Vich (Valencia). [Museo de Prehistoria de
Valencia].
Las últimas adquisiciones, procedentes tanto de donaciones particulares como de excavaciones,
son la Colección Pallarés compuesta por un centenar de piezas, terracotas, inscripciones imperiales y
bajoimperiales, lucernas, cerámica común, barniz negro campaniense y terra sigillata, material de
construcción y esculturas de mármol, procedentes de Roma; las lápidas con inscripción procedentes
de Llíria, donadas por la familia Porcar; el tesoro de Monforte B, compuesto por 101 bronces datados entre los siglos I y IV; las cerámicas de los pozos votivos y el tesoro de Llíria, procedente de la
Calle Duc de Llíria, de más de seis mil denarios de los siglos I a principios del III; las agujas de
hueso para el cabello y otros materiales procedentes de la excavación de Los Tunos (Requena), villa
romana en la que destaca un conjunto termal; los elementos de construcción recuperados en los hor-
Áureo de Tiberio de la ceca de Lugdunum.
[Museo de Prehistoria de Valencia].
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nos romanos de Castelló de la Ribera; además de los materiales procedentes de las excavaciones
efectuadas en los últimos años en la Font de Mussa (Benifaió), villa romana imperial de la que se
conservan en el SIP cerámicas, objetos metálicos y óseos, restos de pintura mural y un mosaico. Materiales que, en adelante, pasarán a formar parte del nuevo montaje expositivo.
El impulso dado por el Ayuntamiento de Valencia a la arqueología de la ciudad, hacia la mitad de
la década de los ochenta, con la incorporación del nuevo SIAM a las excavaciones urbanas, bajo la
dirección de Albert Ribera, así como la importante labor investigadora de las universidades valencianas, y la gran actividad excavadora desarrollada igualmente por los museos locales y por la arqueología de gestión, en las últimas décadas, completan la tarea emprendida por el SIP hace setenta
y cinco años en el transcurso de los cuales la arqueología clásica, pese a no ser el objetivo primordial
de la institución, ha sido siempre atendida. Prueba de ello son los numerosos conjuntos inventariados y catalogados y el gran volumen de publicaciones dedicadas al tema.
Las exposiciones de los últimos años, como «Monedes d’ahir, tresors de hui» y «Els diners van i
vénen», o la elaboración de una Guía Didáctica sobre Numismática, pueden ser el exponente de la
permanente inquietud del SIP que, ahora bajo la dirección de Helena Bonet, acomete la ampliación y
remodelación de las salas de Época Romana y Visigoda, las cuales contarán en adelante con un espacio expositivo mayor, estructurado en función de una arquitectura interior diseñada de forma coherente con los contenidos a exponer que incorpora, además, las nuevas tecnologías de la información
y los recursos didácticos adecuados.
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DEL SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA (1927-2002)
M.ª JESÚS DE PEDRO Y JOAQUIM JUAN CABANILLES
Servicio de Investigación Prehistórica. Diputación de Valencia
Tras un periodo inicial marcado, sobre todo, por el interés despertado por los grandes hallazgos
de la arqueología prehistórica, la arqueología romana ha ido ocupando un lugar crecientemente importante en la vida cotidiana de la institución, como bien refleja la extensa nómina de yacimientos
romanos que hoy forman sus colecciones. Por acuerdo de la Comisión Provincial Permanente de la
Diputación de Valencia, el Museo de Prehistoria fue creado el 20 de octubre de 1927 como parte inseparable del Servicio de Investigación Prehistórica. Su primer director, Isidro Ballester, y un excepcional grupo de colaboradores, entre los que destaca Luis Pericot, impulsaron la creación de un centro
dedicado al estudio y recuperación del patrimonio arqueológico valenciano. Desde entonces, el SIP
ha dedicado sus principales esfuerzos a la realización de campañas de excavaciones arqueológicas
en diversos yacimientos valencianos, con el fin de construir un Museo de Prehistoria, centro de investigación y archivo documental de todas aquellas sociedades humanas que vivieron en las actuales tierras valencianas, desde el Paleolítico a la Romanización.
Se conmemora ahora, en 2002, el 75 aniversario de la institución, que coincide con la remodelación y ampliación de las salas permanentes de Época Romana, después de su instalación en 1995 en
la actual sede del Museu de Prehistòria, la antigua Casa de Beneficencia.
La historia del SIP y su Museo y la formación de las colecciones han sido tratadas con anterioridad. Nos ocuparemos ahora de los materiales de época romana, señalando el hecho de que I. Ballester, a la hora de concretar el nombre de la institución, dijera «si la Excma. Diputación Provincial decide,
pues, la creación de un Museo Arqueológico, seguramente que lo hará como parte de un Servicio de Investigaciones Arqueológicas que necesariamente, por la fuerza de las cosas, habrá de comprender aunque sea modestamente tres secciones: excavaciones, museo y publicaciones», y matiza: «Para lo Arqueológico, tan amplio, precisaría muchisimos miles de duros. El Museo Provincial de Prehistoria se puede montar gastando unos miles
de duros en excavaciones y algunas compras, acabando por ser así una cosa digna. El de Arqueología exigiría
no pocos millones de pesetas para merecer tal nombre. Quien mucho abarca… Así pues, a mi juicio los impresos han de llevar “Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación Provincial de Valencia”. De
aquí a un par de años… se debe cambiar la denominación dicha por Museo y Servicio de Investigación Prehistórica». Ello explica que, en sus primeros cincuenta años de actividad, cuando las excavaciones arqueológicas responden sobre todo a un programa de investigación y las intervenciones de salvamento son todavía escasas, sean las cuevas paleolíticas o neolíticas, los poblados de la Edad del
Bronce o las impresionantes ciudades ibéricas las que atraen la atención del SIP, mientras los yacimientos romanos y tardorromanos excavados no superen la docena. En efecto «el SIP se ocupó
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mayormente de la Prehistoria del País Valenciano pero intervino asimismo en la
salvación de algunos de los materiales arqueológicos de la ciudad, como los aparecidos con motivo de la ampliación del Palau de la Generalitat». La creación
del Servicio de Investigación Arqueológica Municipal (SIAM) del
Ayuntamiento de Valencia, en 1948, limitó en buena medida dichas
intervenciones.
Aparte de las excavaciones, han sido frecuentes los hallazgos
casuales, donaciones y materiales procedentes de prospección, sin
olvidar las compras realizadas durante los primeros años. Las noticias recogidas por E. Pla en las «Actividades del SIP» y las memorias anuales redactadas por la dirección en «La labor del SIP y su
Museo», así como los diferentes artículos, cartas arqueológicas, catálogos de materiales y monografías publicados en la serie Trabajos Varios
o en la revista Archivo de Prehistoria Levantina, nos han permitido reconstruir esta historia de formación de las colecciones hasta bien entrados
los años 80 del pasado siglo. La documentación interna de la Institución,
es decir, los archivos y ficheros de yacimientos, registro, catalogación y
fotografía, han sido también de gran ayuda.
Lucerna procedente de Empúries
(Girona). Siglos II-III. Colección
Cazurro. [Museo de Prehistoria
de Valencia].
Estátera de bronce procedente de
Vélez Blanco (Almería). Colección Motos. [Museo de Prehistoria de Valencia].
La primera etapa, bajo la dirección de Isidro Ballester, está marcada por
la compra de materiales, concebida siempre como complemento del núcleo
propio. Así, en 1929 se adquiere la Colección Motos de la que forma parte
la estátera romana de bronce de Vélez Blanco. Y, en sesión de 21 de enero
de 1930, «se acordó adquirir un importante lote de objetos prehistóricos de Ampúrias que está formado por vasos, objetos de bronce y piezas de marfil y hueso griegos, ibéricos y romanos, producto de las excavaciones practicadas en la Colonia
Hispano-Griega de Ampúrias; y autorizar al Sr. Director del Servicio de Investigación Prehistórica de esta Corporación, para que adquiera dicho lote, y que su importe que es de 2.500 pesetas se satisfaga con cargo a la consignación especial que
por este concepto figura en el Presupuesto de Gastos del corriente año». Se trata
de los materiales de Empúries de la Colección Cazurro: vasos de terra sigillata y de paredes finas; ungüentarios, olpes y lucernas; colgantes, fíbulas,
instrumental médico romano, objetos de metal y piezas de marfil y hueso
diversas. Por último, la Colección Pérez Cabrero, comprada en 1930, y la
Colección Martínez y Martínez, de 1937, comprenden ungüentarios romanos de vidrio, cerámica sigillata y barniz negro campaniense, lucernas y lacrimatorios de cerámica, todo ello de Eivissa.
Diversas donaciones vienen a incrementar los fondos del Museo,
como la realizada por Martí Garcerán de la cueva y poblado de la Torre
del Mal Paso (Castellnovo), en 1943. Con posterioridad D. Fletcher y
F. Jordá excavaron la cueva, en 1946 y 1947, recuperando cuentas de collar de pasta vítrea, cerámicas ibéricas y romanas, lucernas, monedas y
objetos de bronce; y una cadenilla de oro. La exploración del poblado, en
1946, aportó igualmente cerámica ibérica decorada y terra sigillata hispánica, cerámica estampada y gris, y agujas de hueso. De la Cova de les Meravelles (Gandia) procede un lote de 34 monedas ibéricas y romanas, así
como lucernas e idolillos antropomorfos de cerámica, pertenecientes a la
Colección Ballester. Y de la necrópolis de Gaià (Pego), dos botellas de ce-
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rámica descubiertas en 1944-45 y donadas al SIP por C. Giner Bolufer, datadas entre finales del siglo
VI e inicios del VII. Además, podemos citar los hallazgos casuales de 1950 en Casa Perot (Barxeta): vidrios, una sortija de oro y otros restos. O la visita de D. Fletcher a Guadasséquies, donde se recuperaron ánforas y tapones de ánfora, dolia, sillarejos y una estampilla circular en arcilla decorada con
una liebre y un racimo de uvas.
Las excavaciones realizadas en Valencia con motivo de trabajos en el subsuelo del Palau de la Generalitat, en 1929 y 1932, y posteriormente en las obras de ampliación del mismo, en 1945, dirigidas
por N. P. Gómez Serrano bajo la supervisión del SIP, dieron como resultado el hallazgo de construcciones republicanas y de época imperial, muros de opus incertum trabado
con arcilla. Los materiales asociados son cerámica campaniense, terra
sigillata aretina, sudgálica e hispánica, sigillata clara, cerámica común, lucernas y ánforas.
Entre 1950 y 1987 asistimos a un periodo de intensa actividad de
la institución, bajo la dirección de Domingo Fletcher y Enrique Pla,
que incluye la época de mayor estabilidad por lo que se refiere a la exposición de sus colecciones permanentes en el Palau de la Batlia, hasta
su traslado en 1982 a la Casa de Beneficencia. Se abandona la política inicial de compra y se incrementa el trabajo de campo. Las donaciones y los
hallazgos casuales, pero sobre todo las excavaciones y prospecciones serán
fundamentales en el crecimiento de las colecciones de materiales romanos.
Nos referiremos, en primer lugar, a las donaciones. De 1952 data
la Colección Jornet, de yacimientos de la Vall d’Albaida, en la que
destacan los vasos de terra sigillata con marcas de alfarero del Tossalet, Beniprí y Camí de la Pedrera (Bèlgida); la inscripción funeraria
de Otos y la cantimplora de bronce con decoración de pasta vítrea en
amarillo, verde y azul, de Bèlgida. Y la Colección Monzó, de yacimientos del Camp de Morvedre, que consta de cerámica ibérica, campaniense y terra sigillata de Els Arcs y Sabató (Estivella), Muntanyeta
de les Panses, Partida del Calvari, el Planet y Muntanya Redona (Albalat dels Tarongers). Entre 1952 y 1954 ingresan en el museo diferentes ánforas procedentes de la costa entre Eivissa y Dénia, concretamente dos ejemplares de Dressel 20 con marcas y estampilla. De los
años 60 es la donación de Luis Zalbidea de moldes y fragmentos de vasijas romanas del taller de terra sigillata de El Endrinal (Bronchales, Teruel); la Colección Saludes compuesta por cuatro cepos de ancla y veintidós ánforas procedentes de la zona de El Saler; y la colección donada por
E. Pastor Alberola, de Castelló de Rugat, formada por cerámica sigillata
aretina, hispánica y clara, ánforas, monedas, tegulae y dolia, de los yacimientos de Lauro, Ofra, Alt de la Perdiu, Xarxet, Pinar, entre otros.
Escultura femenina de mármol.
València la Vella (Riba-roja de
Túria). Siglos II-III. [Museo de
Prehistoria de Valencia].
En 1963 se produce un hallazgo extraordinario en aguas cercanas a la playa de Pinedo, una estatua de bronce descubierta en una zona en la que anteriormente se han hallado ánforas y cepos de
ancla. Se trata de la estatua conocida en adelante como el Apolo de Pinedo, expuesto desde entonces
en las salas del Museo y objeto de una exposición monográfica del SIP en 1994, tras su limpieza y
restauración y tras habérsele reintegrado su pierna izquierda.
Las donaciones se suceden durante todo este periodo, de lo que son ejemplo: un osculatorio de la
Cova dels Francesos (Alzira); un amuleto fálico de bronce de Benibaire Alt (Carcaixent); una pequeña
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
pátera de barniz negro de Despenyaperros (Paterna); una
tegula con estampilla L HERENNI procedente del poblado de
Sant Antoni (Bocairent), además de cerámica sigillata,
paredes finas y marmorata; la estatuilla femenina de
piedra, de 30 cm de altura, procedente de Riba-roja de
Túria y donada por el Colegio María de Iciar de dicha
localidad en 1975; los materiales procedentes de las
prospecciones de N. P. Gómez Serrano, donados por
sus herederos en 1976; o las cerámicas romanas procedentes de varios puntos de Alzira, donadas por A.
Martínez Pérez en 1981, como principales referencias.
Las visitas a yacimientos realizadas por los
miembros del SIP, como comprobación de noticias
de hallazgos casuales y como documentación de restos arqueológicos diversos, permiten recuperar diversos materiales de época romana en Les Paretetes
dels Moros (Montcada), València la Vella (Riba-roja
de Túria), y la Solana (Utiel), donde se recogen ánforas, tegulae y cerámica sigillata hispánica. En Els Xarcons
(Montserrat) se excava una sepultura romana
Estela funeraria de época imperial. El Reguero (Pedralba,
tardía
y se recuperan cuentas de collar de vidrio y
Valencia). [Museo de Prehistoria de Valencia].
piedra, agujas y aretes de bronce, y una botella cerámica con asa, todo ello de época visigoda. Y en la
Falquia (Beneixida), procedentes de unas galerías subterráneas, se encuentran dos lucernas, vasijas,
cuentas de collar de pasta vítrea y una fíbula, de época tardorromana o visigoda.
De la Ereta dels Moros (Aldaia) procede un mármol decorado con una hoja de acanto. Y una visita realizada a Casa Zapata (Villargordo del Cabriel) motiva el ingreso, en 1965, de la inscripción romana IVNIAE L FIL ANTIQVAE, además de cerámica romana e ibérica. En las villas romanas de la Encolla
(Xiva) y Cambrillas (Xest) se recogen numerosos fragmentos de cerámica romana y una moneda de
Marco Antonio Gordiano Pio. Y en 1967 se produce el hallazgo en El Reguero (Pedralba) de una villa
romana en la que aparecieron fragmentos de cerámica sigillata hispánica y clara, cerámica común, fíbulas, dolia y dos lápidas romanas con inscripción funeraria.
Las excavaciones llevadas a cabo en estos años son, entre otras, la necrópolis de Les Foies (Manuel), del siglo III-IV, en la que se exhuman tres sepulturas en 1951; los materiales hallados compren-
Cuencos de terra sigillata hispánica. Llíria
(Valencia). [Museo de Prehistoria de Valencia].
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LA ARQUEOLOGÍA ROMANA EN LA LABOR DEL SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA • M.ª JESÚS DE PEDRO Y JOAQUIM JUAN CABANILLES
den jarritos, cuencos y pequeños vasos cerámicos, un fragmento de cazo de bronce, una botella de
vidrio y ánforas. La cripta de El Romaní (Sollana), excavada en 1952 por D. Fletcher y E. Pla, en la
que se hallaron cuatro individuos y parte de su ajuar: una botella cerámica, un pendiente y tres anillos, uno de ellos de bronce con chatón decorado con una cruz, de época visigoda. El horno cerámico
de la Cargadora (Olocau), excavado por J. Alcácer en 1953, que aporta numerosos fragmentos de dolia,
vasijas de cerámica común y terra sigillata con marcas de alfarero, vasos de paredes finas y jarros. Y la
excavación de M. Tarradell, D. Fletcher y E. Pla en 1955, en Punta de l’Illa (Cullera), que permite identificar un edificio de carácter religioso y departamentos destinados a almacén. La intervención aquí
continúa en 1957 y 1966, y entre los materiales destacan las ánforas tardorromanas procedentes del
norte de África y de Siria, de Palestina y del Mar Negro, de los siglos IV a VI, y también hallazgos diversos como lucernas, tegulae, ampollas, un «Baco» de bronce, dos cruces de bronce del siglo VI, además de un conjunto de monedas vándalas.
Los trabajos de excavación se extienden, asimismo, a la Moleta dels Frares (Forcall),
cuya amplia cronología alcanza la segunda mitad del siglo III, de acuerdo
con los materiales recuperados: cerámicas ibéricas y campanienses, sigillata aretina, sudgálica, hispánica y clara, cerámica común romana, ánforas, objetos metálicos y monedas. Al Castell de Cullera, bajo la dirección
de E. Pla, en la zona del monasterio y en la parte baja de la ladera SO. Y
al Pla de l’Arc (Llíria), trabajos dirigidos por M. Gil-Mascarell, que ponen al descubierto una serie de construcciones de época augustea y
posterior; de aquí procede un oscillum de mármol blanco en una de cuyas caras hay una máscara trágica y en la otra una liebre agazapada,
además de cerámica sigillata y común, lucernas y vidrios.
Todos estos materiales y otros, como monedas e inscripciones
de diversas procedencias, ingresaron en el Museo y estuvieron expuestos en las salas del Palau de la Batlia, hasta 1982. Pero el SIP estuvo presente también en otras excavaciones cuyos materiales, por
diversos motivos, no fueron ingresados en el Museo. Así, en la factoría pesquera de la Punta de l’Arenal (Xàbia), hallazgos que pasaron a
formar parte de una colección particular; en el Fossaret de la Catedral
(Valencia), materiales –cerámica de barniz negro, terra sigillata, ceráÁnfora palestina hallada en
mica común, cerámica estampada y monedas– que se depositaron en el
Punta de l’Illa (Cullera, Valencia). Siglo VI. [Museo de PrehisMuseo Catedralicio; o en el horno de ánforas de Oliva, cuyos hallazgos,
toria de Valencia].
sobre todo ánforas que imitan las formas Dressel 2-4, fueron depositados
en el Ayuntamiento de dicha localidad. Mientras, el Departamento de Arqueología de la Universidad de Valencia asumía la dirección de las excavaciones en la ciudad, realizándose entre 1966-68 los trabajos en la Plaça de la Reina, dirigidos por M. Tarradell y G. Martín, cuyos resultados, en su mayoría, permanecen inéditos.
Entre los años setenta y ochenta, continuando con la labor de campo realizada por el SIP, se llevan a cabo algunas excavaciones con carácter de urgencia en la Balsa (Camporrobles), en Benibaire
(Carcaixent), en la villa romana de la Catorzena/la Campina (Potries), en el Pla de Penilla (Sumacàrcer), de donde proceden monedas y una lucerna, y en la necrópolis de Tisneres (Alzira), recientemente publicada. En Benifaraig (Alberic), aparecieron tres balsas de carácter artesano-industrial de
planta rectangular y pavimento de opus spicatum; los materiales recuperados son vasos de terra sigillata sudgálica, hispánica, clara A, lucente y clara D, lucernas, cerámica africana de cocina y común,
ánforas, dolia, material de construcción y diversas monedas de los emperadores Augusto, Adriano,
Claudio II y Constantino I, así como un ara funeraria de caliza gris con las letras picadas.
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
Detalle del Mosaico procedente de la villa de Font de Mussa (Benifaió, Valencia). Siglo I-II. [Museo de Prehistoria de Valencia].
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LA ARQUEOLOGÍA ROMANA EN LA LABOR DEL SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA • M.ª JESÚS DE PEDRO Y JOAQUIM JUAN CABANILLES
Los trabajos en València la Vella (Riba-roja de Túria), a cargo de
G. Pereira y de C. Aranegui, entre 1978-80, permiten identificar una
compleja edificación interpretada recientemente como parte de
una instalación defensiva del siglo VI; y la excavación del Pla de
Nadal (Riba-roja de Túria), por E. Juan, pone al descubierto un
importante edificio de carácter civil de época visigoda y ha permitido la recuperación de numerosos elementos arquitectónicos y
decorativos, como arcos, frisos, sillares, columnas y capiteles, cruces y estelas.
A partir de 1987, con Bernat Martí en la dirección, después del traslado de la institución a la Casa de Beneficencia y la recuperación de los
espacios necesarios para almacenes, laboratorios, biblioteca y salas de
exposición, prosiguen las excavaciones y publicaciones y, sobre todo,
las tareas de inventario y catalogación de las colecciones y la gestión
de los archivos documentales, gráfico, fotográfico y de yacimientos. El
objetivo es ya el de atender al conjunto de fondos de época romana y,
si bien en 1991 la exposición «Un segle d’Arqueologia Valenciana»
muestra los resultados de lo que había sido una fructífera labor de investigación sobre nuestra Prehistoria y Cultura Ibérica hasta los límites
de la Romanización, las nuevas perspectivas se manifiestan poco
tiempo después, en 1994, cuando se dedica una exposición monográfica al «Apolo de Pinedo» y se inician los trabajos para el montaje de
las salas permanentes del Museu de Prehistòria, que serán inauguradas en 1995, con una sala dedicada a las colecciones de Época Romana
y a la Numismática.
Pendiente de oro de época imperial. C/ Embajador Vich (Valencia). [Museo de Prehistoria de
Valencia].
Las últimas adquisiciones, procedentes tanto de donaciones particulares como de excavaciones,
son la Colección Pallarés compuesta por un centenar de piezas, terracotas, inscripciones imperiales y
bajoimperiales, lucernas, cerámica común, barniz negro campaniense y terra sigillata, material de
construcción y esculturas de mármol, procedentes de Roma; las lápidas con inscripción procedentes
de Llíria, donadas por la familia Porcar; el tesoro de Monforte B, compuesto por 101 bronces datados entre los siglos I y IV; las cerámicas de los pozos votivos y el tesoro de Llíria, procedente de la
Calle Duc de Llíria, de más de seis mil denarios de los siglos I a principios del III; las agujas de
hueso para el cabello y otros materiales procedentes de la excavación de Los Tunos (Requena), villa
romana en la que destaca un conjunto termal; los elementos de construcción recuperados en los hor-
Áureo de Tiberio de la ceca de Lugdunum.
[Museo de Prehistoria de Valencia].
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ROMANOS Y VISIGODOS EN TIERRAS VALENCIANAS
nos romanos de Castelló de la Ribera; además de los materiales procedentes de las excavaciones
efectuadas en los últimos años en la Font de Mussa (Benifaió), villa romana imperial de la que se
conservan en el SIP cerámicas, objetos metálicos y óseos, restos de pintura mural y un mosaico. Materiales que, en adelante, pasarán a formar parte del nuevo montaje expositivo.
El impulso dado por el Ayuntamiento de Valencia a la arqueología de la ciudad, hacia la mitad de
la década de los ochenta, con la incorporación del nuevo SIAM a las excavaciones urbanas, bajo la
dirección de Albert Ribera, así como la importante labor investigadora de las universidades valencianas, y la gran actividad excavadora desarrollada igualmente por los museos locales y por la arqueología de gestión, en las últimas décadas, completan la tarea emprendida por el SIP hace setenta
y cinco años en el transcurso de los cuales la arqueología clásica, pese a no ser el objetivo primordial
de la institución, ha sido siempre atendida. Prueba de ello son los numerosos conjuntos inventariados y catalogados y el gran volumen de publicaciones dedicadas al tema.
Las exposiciones de los últimos años, como «Monedes d’ahir, tresors de hui» y «Els diners van i
vénen», o la elaboración de una Guía Didáctica sobre Numismática, pueden ser el exponente de la
permanente inquietud del SIP que, ahora bajo la dirección de Helena Bonet, acomete la ampliación y
remodelación de las salas de Época Romana y Visigoda, las cuales contarán en adelante con un espacio expositivo mayor, estructurado en función de una arquitectura interior diseñada de forma coherente con los contenidos a exponer que incorpora, además, las nuevas tecnologías de la información
y los recursos didácticos adecuados.
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