Alt del Fort. Cullera. 1968
01-07-196817-07-1968Enrique Pla Ballester
En enero del 1968 se comunicó al Servicio que una de las carreteras que se estaban construyendo en este monte por la empresa urbanizadora estaba a punto de llegar al lugar del yacimiento, peligrando por tanto la existencia del mismo. Para su estudio la "Empresa Urbanizadora de Cullera, S. A.", de carácter municipal, había destinado una cantidad para trabajos arqueológicos.
Los restos de muralla que se habían empezado a estudiar en la campaña anterior fueron objeto de detenida excavación. Se localizaron dos tramos, uno de 12'50 metros y el otro de unos 70 metros, que fueron denominados "A" y "B". Se componían de una doble hilada de sillares formando una muralla de un metro de ancho y que en algunos puntos alcanzaba los 0'60 de altura, mientras que en otros apenas si se veían las cimentaciones. Al parecer ambos muros estaban en relación aun cuando su dirección era diferente: NO. a SE. el primero y O. a E. el segundo. El primero presentó en su parte S., mirando hacia poniente, cinco sillares encajados, posiblemente arranque de muros que se han perdido. El muro "B" debió tener en su parte interna, es decir en la zona sur del mismo, las habitaciones del poblado, pues se hallan algunos restos de sillares y bolsas de tierra ennegrecida que contenían materiales arqueológicos.
La excavación de las zonas próximas al primer muro, o sea el "A", solo dio una fusayola, un arito de cobre y restos de vasijas de cerámica, en buena parte ática de barniz negro y en menor cantidad la clásica ibérica con decoración pintada de tipo geométrico simple
La excavación de la amplia zona al sur del muro "B" proporcionó material arqueológico pero ningún dato de carácter arquitectónico que pueda indicar si existían edificaciones y su tipo. Los materiales recogidos, si se exceptúa la cerámica, no fueron abundantes, aunque sí de interés. Los restos de vasijas dieron una preponderancia a las de tipo ibérico con decoración pintada geométrica, y en cantidad menor, los fragmentos de vasijas áticas de barniz negro. Solo se dio, como en la zona excavada en el otro muro, una fusayola. De bronce aparecieron dos fíbulas, una de tipo La Tène, con resorte bilateral largo y la otra circular hispánica de charnela y resorte también largo, ésta incompleta. Por último se encontró un pendiente de oro, de tipo amorcillado y ornado.
Para completar el conocimiento de este poblado ibérico y su posible extensión, se llevó a efecto una cata en las ruinas del antiguo fuerte -que estuvo en uso hasta el siglo XIX- encontrándose por debajo del piso un nivel mezclado de diversas épocas, medievales y modernas, y por debajo de éste otro ibérico con tierra abundante en materia orgánica y restos de vasijas ibéricas y áticas de barniz negro, como las del resto del yacimiento, y un pequeño punzón de metal, al parecer de cobre.
Se interrumpió la excavación en vista de que las obras de urbanización no hacían peligrar, de momento, las partes más interesantes del yacimiento. Los resultados de esta segunda campaña de excavaciones confirman los que provisionalmente se establecieron en su día: la existencia de un establecimiento fortificado en lo alto del cerro actualmente llamado "Alt del Fort", cuyo momento de máxima importancia debió ser anterior a la mitad del siglo IV y durante todo el resto de este siglo.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1968, pp.77-79)
Los restos de muralla que se habían empezado a estudiar en la campaña anterior fueron objeto de detenida excavación. Se localizaron dos tramos, uno de 12'50 metros y el otro de unos 70 metros, que fueron denominados "A" y "B". Se componían de una doble hilada de sillares formando una muralla de un metro de ancho y que en algunos puntos alcanzaba los 0'60 de altura, mientras que en otros apenas si se veían las cimentaciones. Al parecer ambos muros estaban en relación aun cuando su dirección era diferente: NO. a SE. el primero y O. a E. el segundo. El primero presentó en su parte S., mirando hacia poniente, cinco sillares encajados, posiblemente arranque de muros que se han perdido. El muro "B" debió tener en su parte interna, es decir en la zona sur del mismo, las habitaciones del poblado, pues se hallan algunos restos de sillares y bolsas de tierra ennegrecida que contenían materiales arqueológicos.
La excavación de las zonas próximas al primer muro, o sea el "A", solo dio una fusayola, un arito de cobre y restos de vasijas de cerámica, en buena parte ática de barniz negro y en menor cantidad la clásica ibérica con decoración pintada de tipo geométrico simple
La excavación de la amplia zona al sur del muro "B" proporcionó material arqueológico pero ningún dato de carácter arquitectónico que pueda indicar si existían edificaciones y su tipo. Los materiales recogidos, si se exceptúa la cerámica, no fueron abundantes, aunque sí de interés. Los restos de vasijas dieron una preponderancia a las de tipo ibérico con decoración pintada geométrica, y en cantidad menor, los fragmentos de vasijas áticas de barniz negro. Solo se dio, como en la zona excavada en el otro muro, una fusayola. De bronce aparecieron dos fíbulas, una de tipo La Tène, con resorte bilateral largo y la otra circular hispánica de charnela y resorte también largo, ésta incompleta. Por último se encontró un pendiente de oro, de tipo amorcillado y ornado.
Para completar el conocimiento de este poblado ibérico y su posible extensión, se llevó a efecto una cata en las ruinas del antiguo fuerte -que estuvo en uso hasta el siglo XIX- encontrándose por debajo del piso un nivel mezclado de diversas épocas, medievales y modernas, y por debajo de éste otro ibérico con tierra abundante en materia orgánica y restos de vasijas ibéricas y áticas de barniz negro, como las del resto del yacimiento, y un pequeño punzón de metal, al parecer de cobre.
Se interrumpió la excavación en vista de que las obras de urbanización no hacían peligrar, de momento, las partes más interesantes del yacimiento. Los resultados de esta segunda campaña de excavaciones confirman los que provisionalmente se establecieron en su día: la existencia de un establecimiento fortificado en lo alto del cerro actualmente llamado "Alt del Fort", cuyo momento de máxima importancia debió ser anterior a la mitad del siglo IV y durante todo el resto de este siglo.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1968, pp.77-79)