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RCHIVO
0€
RE'HISTO~IA L EVANnNA
...\"ERVlC'lO D.EJ NVESTIGN::'JON p REHISTORICA
DE lA t XC~.O IPVTACION p ROVINCIAL DEV ALENCIA.
VOL XI
~LFONSO €'1.
~OORJGO CARO OtL
(NSTITVCJON
lN STITVTO
MAGNAIIIMO
c. S. DE t. c.
VALENCIA MCM.LXVI
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
XI
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INSTITUTO DE ARQUEOLOGIA
"RODRIGO CARO "
CONSEJO
SUPERIOR DE INVESTIGACIONES
CIENTIFICAS
1N STJTUCIOI\: •ALFONSO EL MAGNANIMO•
E X CELENTI S IMA DIPUTACION
VALENCIA
PROVINCIAL
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ARCHIVO
DE
PREHISTORIA LEVANTINA
SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DE LA EXCELENTISIMA DIPUTACION
PROVINCIAL DE VALENCIA
VOL XI
VALENCIA MCMLXVI
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D BdltoriaJ P. OocDencc.h, S. ~. 31.-Vak:ndl
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SALVADOR ESPI MARTI
(1891 - 1965)
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En memoria de Salvador Espí
Triste misi<ña la de recqrdar a las personas entraiiablettumte queridas y que
desapareciertm tk entr11 nosotros. Bn el caso de Salvador Bspl, nusi6u dolorosa,
pues estut10 lagado a lo tne¡or de nuestra tU:tit!idad científica y con il se nos luz
ido algo insustituible. Tan ligado estuw a mí tarea penonal que su desaparici6n
anunCÜ!ba el fin de una parte de mis actiw:lades. Pero rambié>a muí6n obligado,
por no tener Espl UIUJ lobor que sin nuestro afán por darla a cqpaour pudaer1
ser recordada dentro de unos años. Es, pues, justo q11e los que lmmnos la suerte
de tratarle y de ser los beneficiarios de su esfutm:o, hablemos de él para que las
j6venes generacionos de arque6logos no igraor61a su nombre y su obra.
Mi primer trato co11 él clota de 1928. Ewquemos su vida anterior. Salvador
Espl Marti naci6 6ft AdJ:aneta de Alb4ida el día 7 de febrero de 1891 "" el seno
de una familia humilde que se complacia en CfJOcar al contarnos recundos d~ su
infancia y iuwnltul. Su familia era onginaria de B11lús, pero establecida ;m Ad:anero desde el siglo XVUJ. Precisamente un impresioname recuerdo suyo tnno
a formar parle de la serie, que hemo.f tratado de recoger, de amigos que tratar011
a personas que fiÍvioron lo Guerra de la Independencaa. Bn efecto, Salt-Yldor l!spl
conoció a su abuela paterno, la cual, simado muy jOflen, mazó a am soldado ds
Napolc6n que intent6 abusar de ella, cuando m 1812 el Mariscal Suche/ ocup6
el valle de Albaida.
Su padrs, obrero agrícolo que allornaba sus tareas con las de alba>ial, lo inici6
en este oficio. Aquél pasó e ser guarda de las fincas de la fanai/14 Bal/ester y esto
húa que el muclaaclao Saloodor enti'OTa en la 6rbita de una persona de tan acusod4 pcrs011alidad como don Isidro Bailester T armo. Bsze, ma 1908, iniciaba las
excavaciones en el poblado ibérico de "Covalta" (Albaida) y Salvador Bspí fomw
pdrte del gtttpo de obreros que rsalizaron las excavaciones. All! le uaci6 la afici6n
a lo Arqueología en m parle más práctica si no cimtllfica. Durante 20 a>ios ayudó en esta tarea a do11 Isidro Ballestor, tomando parte, además de las de ''Covalta", en excavaciones en "Tossal Red6" y "Tossal del Caldero" (Bellús), "Caml
Real d' Alacant" (Aibaitla), etc., ayudando también en lo limpieza y resrauración
de los objetos hallados, que aque1 guardaba m su CD.Sa de ild:aneta.
La ~~~:tittidad arqueol6gica, naturalmente, no bastaba a procurarle medü•s de
tubsistencia bastantts y hatbo de trabajar en otras rareas y fue pe6n agrícola y
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capattU de algunas obras ¡níblius en su tierra. De 1911 a 1913, wrno so1ckuro,
tueh6 '" Marruecos. Su t:irró11 th •sta guerra, basado ..,, lo expcri•ncio tñt:ido pOI'
el y en la thsconfümza intUIIa tkl español, estaba lk11a de ~rpisodios amargos qw
hn>l>~ws muchas ocasiones tk escuel1ar .,. l4S wlodas tk 'niUStros campamentos
de trabajo. 111 n141/ar lo Gu.rro Europ.a, pas6 a trabajar al SUT d~ Frtmáa y
tombiin su ime~atiw y decisión l11 camñrtilmm m cabno thl grupo.
Ero 11atunzl, pU113, que cuando 1111 1927 lo Excma. Diputación prot:i11cial cre6
el Servicio de r,rvcstigación Prehist6rica y pusa a m frente a su fJerdadllro imciador, do11 Isidro &llester Tormo, contase éste thsde el primer memento con Sa!1/ador Bspi. En julio tk 1928 emp."bo lo primero gnm tarea del Servicio con la
exWflaci6n d11l poblado de "LA Bastida de les Alcuses" d• Mogente, e~•ya publicación detal/4da luz salido al públiw IIOCII ut111s meses, si11 que Salwdor Bspi alcanzara a wrla. UM t>BinleM de obreros de Adzaneto se trasladaron a "La Bastida" y a S1l frente hubo dos capata.as, 7osl G1U1TBYD y Salwdor Espi, dos t..,.._
peranumtos d•l todo diwrsos. Al/! conocl a Salwdor Espf y alll aprecil pronro
SILS ncepcionales auzlidades. Con don Isidro &llester y don Mariano 1ornet,
posamcs tmas semmuu apasionantes. LA excawciÓII era riqufsuna, naustras espenlll.ras m Blfuturo del S.I.P. se aseguraban y a 111/o se unía la ilusí6n de fler cuánto
rique:a snc8mlba el suelo t~olenciano.
A partir de ese monzento Salwdor Espl está ligado a todas las Q(lftnturas y a
todos los #:citos del S.l.P. Con su sorprmthnt~t capacidad tk trabajo y su tesórt,
perfeccionó su talmlo de reconstruetor y a il se tkbcn l4S ..estourociones, a veces
b•rn dJficiles, th untenares de tlaSOS. Pero durante muehos años "" fue sino Wl
jornalero llflmtual, con un jornal mlnirno. Tan sólo dnpuls de la CU8ml pudo
aneglane su situación económico tan diffcil, qau so1o por su rrm• ilusió11 pudo
sobrcllewr. Bn 1939, siendo Diputado Ponmte de Culturo de la Diputación don
Fernando de Rojas, Marqués de Algorfa, y gracias a su int~rés, ingrcs6 sn la plantilla th furrcionaríos dJJ la Corporaci6n, al mismo tiempo que se le reconoeilmm
a efectos legalts los trabajos reali%ados d11sds el JO de mayo de 1929.
En 1929 inicii la excawción de la "Cow del Parpalló" y alll, siendo yo -1 responsable de la nc:aoaci6n y e1 el capataz, y siendo aquil/a tan unsacional, se atoron definitiwmmte los latos que nos habían de unir hasta su m~Urte, duranu
rnás d11 treinta años. He de resistir la tmtaciór1 de alargar estas páginas con el
r~cuerdo de tantas cosas, minúsCIII4S o importantes, pe-rsonales () cimtlficas, cuyo
wocació11 es poro mi entrañable y en las que él desempeña un papel euncial. Del
1929 al 1931 es lo "CO'IIa del Parpa/16", a partir de 1932, San Miguel de Liria;
tras la guerra es nuewm~~~~te Liria (1940) y a partir de 1941 /IQSta 1945, lo "Cuew
th la Cocina". De 1?15 a 1949 as la "COfia de les Mal/aetes". Dor 1951 a 1954,
"Barran& Blanc" de Rótow, y m 1955, "Cow Negra" de 1átiw. Sin mi colob(lYGción, hay que recordar sus campaiiJJs en "Cow Negro", en "La Ereto del Pedregal"
de Naoarrés y en tantos oh'os yacimimtos wúencianos.
Vele la pena que insistamos m sus cualidades. En primer lugar su lealtad aCJ'i,.
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solada. Se pod/4 tener kz seguridad de que no deformaría 1111 dalo, una observa•
ción, aunque 1uzciétrdolo asl perdiera un elogio o wr reconocimiento a su mltodo.
Para don Isidro y para mí, esa lealtad se co11t11rtÚJ etr algo de fletleración que le
impulsaba a ser cokzborador, amigo, ayuda th cómara, hombre protlÍdencial para
todas kzs grandes o pequeñas incomodidades que la flida en el monte y kzs 111CI·
dmcias que estos trabajos llftlan consigo. Por nosotros lwbina Mcho cualquier
sacrificio. T odD ello con un respeto poco frecumte y con U1IO conversación amena, con sus refranes, s11s rekztos de un "sosoit", Sil$ extraordinarios conocimientos
de la Naturaleza obtenidos por su fino espíritu de obsoruación. Me 1ncantoba
partic11lannetrte su preciso conocimiento de las hierbas medici11ales, ton abuuda11·
tes en las sierras del n~r de Vole11cüz, con sr1s típicos flc>mbres populares.
S11 incamable dedicació11. Ninguna otr11 cosa le Dlaba en la flida. Las horas
de trabajo 110 c011taban para e1. Gracias a esto, e011 Úls esCDSOS recursos que kz
Diputación ponfa a nuestro sllnlicio se prulo reali%ar uno kzbor inmenso. Bro siempre el primero en inicror 11110 tarea difícil o peligrosa y siempre ataba dispuesto
o ensmar con compartlo c011 su 11141/Siro y protector don Isidro Bollester, esclat>o de kz aJuteridad administrDiiva. Recordemos el caso de Lirio. Circunstancias políticos ocDsiorraron u1111 crisis en el S.I.P. y lo Diputación redujo a una cifra ridícula la sub~~em:ióu al mismo. No u podkz pensor m 1932 y 1933 etl continuar kzs grandes
exwoaciones que hasta 1931 se hablau realizado. B11tonces fijamos nuestra atm·
rión en el Cerro dl cerca, habi4mos Mjodo de lado. Los domingos, tomaba Salvador 111 tren y colfiÍil Ctll'gado cou un
saco de cerámico que durante kz semana sigui.nte l1mpúlbo. Así nos dimos cuen·
ta de los tesoros que aquel lugar guardaba. But011ces, su jornal (que sólo cobraba
los días kzborables) era tcxknJio de seis pesetas.
Bn los últimos años de su actiflidad, QIISente yo de Valencia, mi11 tuue la Stlert• de c011tar con su colaboración en nrú trabajos de la protlÍncüz de Gerona.
Bn muciiOS ocasiones, kz Dip11tación d
Ampurd6n. Bn varias ocasiones pasó unos días o unas semanas m Bagur. Su ~
riño por mis hijas, que habla conocido desde niñas, su espirilu de mcansable labonosidad., IIOCfan pree~osos aquellos cüas m que record4bamos, etl los Dlordeceres
de la costa ompurdatresa, tantas expenencias arqueológicas y hacfamos pkznes para
que al jubilarse pudiera pasar temporadas a nuestro lado.
De aquelfo colaboración quedan recuerdos. UJJa covaclla sepulcral en .
que él descubrió, recibió el 11ombre de "Roc6 d'e11 Salt~ador". Bl profesor Beltrán
tombiJn requirió sus smñcios c011 motivo d1 las primeras campañas de exCtlfJOCÍ&nes m "El Vado" de Caspe.
Nuestro úllirno campaña C011iunta fue m el año 1959, cuando colflirnos a U·
WOF la "Cova del Parpalló" en compañía de wnos especio!istas y ambos teníomos el Letnor de que fuera nuestra ultimo colaboración en el campo, treinta años
-92
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después de lulón erUlfXIdo ;u¡uel marat~~lloso ytJCimienlo. Por ello go::amos aún
más inlenSCDM7tte ;u¡wllas semanas, en q~ todllfña guardábamos la ltspnanso de
que no seria nuestra última labor común.
Poco después, su salud SI agriJIJ6 y l1uóo de solicilar su jJtóilaci6n, antici(1odonumte, el 30 de oclllbre de 1959. 1·ras ésta, retirado en Ayelo de Malfmt, ¡unto
a su hermano Vicente, no 11w11 ya ocasi6n de 11nle de 1111et10. Y a/11 pas6 penosa·
mente los últimos años de su oido, hasta el 20 de abril de 1965, e11 que falleci6
a (10Co de cumplir 74 años. Los últimos meses de su existencia, (1Crdida la noci6n
de la realidad, se imaginaba estar de nue<1o en el S.I.P., reali::ar ~IJIJIJciones, r&constnnr f>IISOS y tener grand.s cononstJCi0114s con don Isidro Ba/lester y ccntmigo.
La gran caf11JCidad de afecto IÚ Saloador Bspi, frustra® a causo de un ma·
trimonio tksgrat:iado, tksgrtJCia allle la que reaccion6 en forma de eleoada espiri·
tualidad, se w/c6 en todos nosotros, en don Isidro &Uester y en mi, como en
don Domingo PletcMT', don Enrique P/4 y el resto IÜ los colaborador1ts dll S.I.P.
En cierto modo o Saloador Espl se l• puetk considerar como un slmbolo ~
campesino f111lenciano, COflO% de adaptarse a altos menesteres con una Í11111ici6n y
total 1mtrega a u11a labor que u juzgarla incom(1Ten.rible (10ra JI. Bsto es algo
que maravilla a quimes llegamos aquí (1Tocedemes de otros tierras hispánicas.
Bsto y mucho más q11isiéramos decir como pequaño f1CrO etllrailable l•om&naje a su memoria, q11e dcuamos no se oloide por las gcnBracioncs que se SIIC
o esas cerámicas qw~ hábil y (10CÍentemente recompuso tras mil"s de años de pe~
maneen oculw, legadas a la posteridad f1or remotos ante(11JSados suyos.
SI.IS mmros han ido alumbrando los más sorprendentes hallasgos del lejano
(1a1odo tk V a/encia. Bstos hallazgos, que tÜJban (1Testigio al S.I.P., (10ra el hunu1de
y modesto Espi significaban sólo la satisfacci6n Intima de 1111 enamcrado de la
Prelti.rtorio, un enamorado ctl aerta manera fllatónico, pues qmenes obtenúzmos
un (1rooecilo cimtifico y 01111 (>lnotJol de los descubrimimtos lramos los i11f1esti·
gadores (1To/esicntales.
Como ejemplo humano, Salvador Bspí es bien dig11o d1 recuerdo. Su pobre
mfancia que 110 la permitió una (1Teparaci6n intelectual, la desgracia m1 su t~ida
familiar, su nwdlstia, su gra11 coras6n, su oirtud de sincero cristiano, /11 eleoaro11
espiritualmente y /a Prooidencia le compens6 con 11110 dedicaci6n que /e dio lo
que la tlid4 /e negara "" otras aspectos.
LUIS PBRJCOT GARCIA
Director Honorario dd SJ.P
-10 -
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R. P. CHARLES
(Franc.e)
#
Le probleme des négroides europeens
dans la préhistoire méditerranéenne
A la suite de son étude des sujets de la sépulture inférieure de la
Grotte des Enfants, a Grimaldi, les célebres «négro"ides de Grimaldi», R.
Verneau s'est efforcé de montrer qu'll y avait eu, a différentes époques
et en différents points d'Europe, des survivanc.es de ce qu'il appelait la
«race de Grimaldi» ( 1).
Plus recémment, M. Fusté Ara signalait dans des sépultures néollthiques de Catalogne, des sujets présentant de nets caracteres sub-négro"i ·
des (2), qu'll tendait a rapprocher, non pas de vrais négroídes, mais d'hypothétiques Khoisanoides.
Nous-meme avons eu l'occ.asion d'étudier des sujets, également néolithiques, présentant des caracteres analogues, découverts dans )a grotte
de Rouvignoux (Hérault) (3). et nous tendions a rapprocher ces sujets
des «négroides de Grimaldil;; c'est alors que nous avons proposé de dé·
signer sous le nom de Grimaldo"ides, ces «negroides» européens. Un peu
plus tard, nous avons proposé de systématiser ce type en l'incluant dans
(1) R. VERNBAU: "Le• grottco de Grimaldi (ilooussé Roussé), ll; L'Antbropologie",
Monaoo, 1906. Sur les négróides, pp. llS-200, pi. IV-V¡ sur lea survivanccs, pp. 159 ruiv.
(2) M. FUSTE ARA: "Cráneos procedentes de la N=ópolis de San Quin.e de
G•llintn (Barcelona). Cmmibución al problcmn de l<>s "negroides" neoUtioos". Trnbajoo
dcl Instituto Bernardino de Sahagún, vol. XUl, t.• Barcelona, 1952.
(3) Cette étude est CD9Qre ú¡éditc; des notes prélimÍl;lalrcs ont été publiécs dan$
Othiers Ligmes de Préblstolrc et d'An:heologie, n.• 4, Montpellier, 1955, pag. 184, er
n.< $; Montpellicr, 1956, Pllll· 227.
-11 -
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--
2
--------------------
R. P. CHAIUJ!S
le groupe structural B, dont nous considérions que Jes sujets de Grima ldi
représentaient les prototypes paléolíthiques (4), ceci en nous fondant sur
les descriptions e t mensurations publiées par Verneau.
Tout récemment, étant amené a entreprendre des recherches anthro·
pologiques en Egypte, nous nous apercevions que le groupe B, tel c¡ue
l'avait défini F. Falkenburger, promoteur du systéme de classification des
sujets d'apres la structure cranio-faciale (5), devait f:tre scindé en deux.
Le véritable groupe B, celui auquel appartiennent la plupart des habi·
tants de I'Afrique occidentale, est tres rare en Afrique blanche; en re·
vanche, le groupe AB, auquel appartiennent la plupart des habitants de
I'Afrique saharienne, est bien représenté jusqu'a la rive afrlcaine de la
Méditerranée. 11 s'agit de sujets bruns, a pigmentation souvent accusée,
néanmoins beaucoup plus clairs que les véritables Mélano-Afrtcains (6).
Dans de telles conditions, les «negroides» méditerranéens paraissaient
paradoxalement plus nombreux en Europe qu'en Afrique. Une révision
complete de ce groupe devenait nécessalre, en utilisant les méthodes les
plus récemment élaborées pour l'étude systérnatique des cranes (7). Nous
allons exposer ci-dessous les résu ltats de nos recherches dans ce sens, en
donnant les caractéristiques de tous les sujets anciens, découverts en
Europe méditerranéenne, présentant a des degrés divers des caracteres
sub-négroides, puis notre interprétation de cette présence en fonction
des rnouvements dérnographiques se trouvant a !'origine de certaines ci·
vi lisations européennes.
ETUDE SYSTEMATIQUE DES «SUB-NEGROIDES»
MEDITERRANEENS
Pour la bonne compréhension du sujet, nous rappellerons briévement
les éléments de la méthode pratique permettant la détermination des
types crániens. On doit procéder aux operations suivantes :
~Le peuplc:ment de I'Europe médite.rranéenne pendant les ill
avaot Jesus-Christ". Bulletin et Memoires de la Société d'Anthtopologie
ck Paris, sét. Xl, t. r. 1960 (sur le gtOupe ll, pp. 42-58).
(S) P. PALKBNBURGER: "Essai d'une nouvelle classification craniologique dea
anciens habiranrs des Ues Canaries", L'Anthropologle, 49, París, !939-40, pp. 333 eL suJv.
P. FALKENBURGBR: "Croniologie Egiptienoe", Offenbourg, 1?46.
(6) Cf. le puagnapbe sur le gtOupe AB, aord uharieo, ín R. P. CHARLES: "Consid~nuions sur la suuc:nue céphalique des populatloos du distric:t oecídontll! d'Egypte",
BuUecin de la Sllciét~ de Geograpbie d'Egypte, XXXV, Le Calre, 1962, pp. 42-44.
R. P. CHARLES : "Red!en:hcs 'ur l'unit~ de strucwre et d'originc du peuplement
de I'Afrique méditerran~one'', BuDecin de lll Soci~té de Gcographié d'E¡¡ypte, XXXVI,
Le Calre, 1964, P"ll· 41.
(7) R. P. CHARLES: "Proposirion d'une m~thode pratlque .pour lA détellllinatlon
de• cypes crarueos". Comptes-rendus des Séaru:es de l'Academ.ie des Scíenc.s, t. 256,
Parls, 1963, pag. l3S5.
(4) R. P. CHARLES:
et
n millálaltes
-12-
[page-n-15]
3
Ul PJtOBLbu! DU NEGJtOfDU
,,...,;e,.
-
opérotlon. Consodérer l'indlce cronlO-foelal structural, St cet ondou
ou plus 6Qal o '11,9 (chctmleene). 1& sutet opporllent ou troupe A;
comprls ontro '18 el 52,7 (metriene), pouer o lo deuxleme opc!rotion;
ou molns égol a 52,8 (hypsl~ne), posser 6 lo quotrli:me oporotlon.
Ht
Oeu.xieme opfrotlon. Le SUJel eiot metriine; constd~er l'lnd•c• gnath,que de Flo·
..-tr. Si c.e.t •nd•ce tst.
- ou plus 6Qol 6 97,9 (orthognothe), le 5UJOI apport
compro• de 98 o 104,9 (m
-
troisie.me op4rottOn.
ou mo•n• égol
105 (ncttoment PfOgnothe). le •u¡et opportlent ou g roupo
o
B.
Troisibne opórotion. Le suJet est métriine. mflognoth~ ou mod6ré-ment progno ..
the; tonsidértr lo forme de la voóte aónienn.r SI la voOte es1 :
-
plutót boue et lorge, le Wlll opportient ou a roupe AB;
plut6t houte, .pomt trop 61f011t mCU$ 4lventuellemerU (Or~n~e
tlent ou t roupo 8C.
le SUJel
G¡)pOf ..
Quotrieme opérotlon. Le sujet est hypsiene; conSid~rer l'indice gnothique do Flo·
wer. SI cet Indico est:
- ou plus ogol o 98,9 (orthognothe ou foiblement mésognothe), passer 6 lo c1n·
-
qujime opéorat1on;
au rnoons égol o 99 lmésognothe ou Pgi'Othe), posser
o lo
sixoinv apérouon
Claqule"'o opiroth.... le sujet est hypsi~ne, orthognothe ou fo¡blement m nothe; considerer l'indice verticol. Si cet lndice est:
- ou plus ~al 73,9, le sulet opportient ou ero..po AC;
- ou molns
o
Si•iime opírotion.
Le
SUJtl
est hypsii.nc., mésogncuhe ou prognothe; cons,cUfe,
le d6toil du Pfe>gi'Oihoome wr 1'6tude diogrophlque:
- So le 9(ognoth1Stne 50\IS•nosctl n'est pos sen51blernent IU!Mrltur ou prognothiS·
me toc1ol. le SUJet opport lrnt ou 11"0Upo ABC;
- si le prognothisme sous·nosol est semJb3ement lupérteur ou prognathis.me foctol,
le sujet opportient ou groupe
ac.
On voit que la déterminatlon du groupe structural est indépendante
de la valeur de l'indice cranien, auquel on avait ;;ttribué une importante
e>
pe --et en particulier la construction de l'hlstogramme- montre que
les sujets se répartissent, au moins en princ]pe, en trois types, mais dans
des conditions un peu différentes d'un groupe a l'autre, comme suit:
GtouP de 76 o 80.9
o partor do 81
Groupes 8, AB, BC et ABC:
jusqu'a 7'1,9
types 8 1, ABt, BCt ot ASCo
de 15 o 19,9 .
types S,, AS:. BC: et ABCa
o partir de 80
types 8s, A8s, BC. et ABC,
Gro-
AC: Jusqu'6 74,4
de 7'1,5 o 80'4
6 partir de 80,5
Groupo C: 1u'Qu'o 1'1,4 ..
de 7'1,5 o 79,9
o partir de 80 .
-
13-
typo ACt
typo ACt
typo AC.
typo
~ype
c.
e,
typoC,
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R. P. CHAIU.!S
Dans chaque cas, le type ainsi déterminé est un phénotype. le plus
souvent, celuí-cí correspond a un génotype transmis par hérédité, mais
il peut y avoir un --ou plusieurs-- caractere génotypique modifié par le
génotype du conjolnt, ce qui produi t un hybride; aussi, apres la deter·
mlnation du phénotype, on devra vérifier si tous ses caracteres correspon·
dent bien a ceux du génotype, qui sont les suivants:
Groupo A: IIOÓte bosse et lorge, front lorge et peu bombé, loco basse, a
nez vorloble doru ses propertions mols toujours ovec lo bose des é<:honcrures netto; orthognathrsme.
Groupo 8: voUte moyenne, plut6t étroite, fron1 moyen, ncttement botnbé, foce grande
et lgrge, orbl teJ moyennC$, nez lorge ou t~s lorge ovec la base des échon~
c:rures dé.doublée; net prognathiSMé facial, avec: proonothisme sous .. nosa:t
tres occusé.
Gro..-pe C: voúto haute; front nloyen, OVéC oreodes sourcmeres oceusées chez. les kom-
mes; fOC-é haute, ort;Jite.s grandes et hautes, nez étroit; orthognothisme.
Groupe .4.8 : voOte moyenne, p1vt61 lor'ge; front moyen, focc plutót lorge, orbite-s: moyen,-.es; ne-z: lor_ge ovec lo base des échoncrures orrondle sinon dédoublée;
folbk p
Gro~po
AC: voOte moyenl'le, front moyen, loce moyenn• plutot
yennes,
nez_
ollong~.
orbhes roo·
étrolt. o rthogr"'Ithls.me.
Grovpe BC: voOte moyenne, plutot étrolte; lront moyen, ovec les orcodes $)Urclli&res
occ:entuées chez les hommes; foco moyenn.tt, plut6l ollongée~ orbites moye:nnes, nex moyen 6 larg&; foce odhognothe ou mé-sognathe, mas¡ ovec un prognathisme sous-.,asol toujours- stf\Sible.
Groupo ABC: voüt~ moyenne, plut6t haute; front moyen á largo, peu bombé, avec. les
orcode5 sourcllii!res accc..ntui!es eh~ les hommes; foce: grande. et hou·t e,
orbites grandes. nex grond et lorge, faibfe prognathismc fociaL
On devra ten ir compte de ce qu'a l'intérieur de chaque groupe, la
voúte cranienne est d'autant plus large que l'indice cranien est plus é le:
vé, et que la boite craníenne peul' subir de ce fait des variations d'une
certaine amplitude, alors que la structure du massif facial demeure fixe.
Lorsque certains caracteres du phénotype amsi déterminé, s'écartent
de ceux du génotype correspondant, celui-ci devra etre indiqué le premier, et on le fera suivre de l'indication du génotype avec leque l il y a
des interférences; celles-ci pouvant &tre dues a l'hybridation ou a l'existence de sous-types locaux, systématiquement intermédíaires entre deux
groupes principaux. Dans cette étude des sub-négroides européens, nous
verrons que les cas d'hybridation sont fréquents.
En Europe, tous les groupes ne son1 pas représentés, mais pour la
meme structure cranio-faciale, 11 y a parfois plusíeurs types se différen·
ciant le plus souvent par des caracteres descriptifs. Toujours pour la
commodité de l'exposé qui va suivre, nous rappellerons les types rencontres en Europe.
-.14 -
[page-n-17]
U! PBOJIJ.tMJ! DBS NI!CROTDI!S
S
G A: !YPC mMIIorraneen anclen (At)
type alpii'IO-médlterranéen (AJ)
type alpino•d• (A,)
Groupe AC: type oqultano-médoterronée, (AC,), porllculler a I'Occident, remorquable
por l'étf01teue do lo boite ct6:nie:nne;
type 1\eG-rnéd•terronéen (ACn, or•g•na•re d'HeHode, mais répondu dons tout
'" lxasit1 méc!.terr~n des le ChakolothiQ\14! (2600), lo plupon des sujets >Ont mésocr6r1es, moJs il y o oussi des do1ichocr0nes, et mfmes des hyperdolichoctll.nes, con~tttuont
une: vori.été (C1..AC) corrnpondom ou type_ mc.'goltth•que de Coon; us dern1ers Of'lf une
vaüte étrolte, mals 1ls se diHérenclent des Aqultono·médlterraneens por un plus orand
ollongement de lo lace.
type olp.no-dlnoroide (AC,)
Groupo C: Ct type oqulto1n en Occodent; type cardé (avatar du type nordlque¡ en
Orient, ces dernler, 5e dlstlnguant des premie-. por les pluo grandes dlmonslans du
mossil facial et lo mossovlté de la mandlbule.
C.. 1-ypc$ lbérk)ue, coussenctd, séquonlen, donub1en; u différenc•ont les un¡
<1« aunes surtout por des c.oroc-teres non indexobles.
C,: types lotrain, dohque, d.IMroíde; rnols en foir. ce dern1er HUI a.e rm
Le grovpe AB o pu f:tre étudae en Afrique mcchterroné:enne et s.ohcmenne, oU nous
o-.s
pu
d1.sunouor: lt type nord-soharien (ABt),
le type sohoríen (AB,),
le type soh
LES SUJETS DE GRIMALDJ
la construction du nouveau Musée d'Anthropologie Préhtstorique de
Monaco, avec ses laboratoires équipés de la maniere la plus moderne,
devait nous offrir l'occasion et les moyens d'examiner les dewc unégroi·
des», étude qut s'imposait d' autant plus que le pro¡et de la ttpublicatio
princeps» étant antérieur au Congnis lnternationai d'Anthropologie de
Monaco ( 1906), la plupart des mensurations publlées par Verneau, ne
sont pas conformes aux normes admises depuis, et se trouvent de ce fait
etre difficilement utílisables (8)
Cette étude (9) nous a permts de constater que les partie:; osseuses
ont subí des déformations «post-mortem», il y a de nombreux manques,
restitués au plátre et peints, de telle sorte que si l'on n'a pas la possíbilité de prendre les sujets en maín et de les examiner avec soln, on ne
(8) Divcra autcurt, pour pouvoir comparcr d'aulres sujcts '""' "né¡roldes de Grimal-
dr, aat dJl Caín: wa¡¡c de mensura~ priJcs par cux-mémes sur des moula¡es au des
pbotosrapbics; á. p. c. M. BOULE et H. VALLOIS : "L'batmnc fossile d'Asselu"
Ard1ivcs de l'lnsutut de Palcootologie Humainc, Máno~ 9. París, 1932, paa. 82.
(9) L B.-.AAAL et R. P. CHARLES: ''Nouvdles daanéeoo antllropomfiriques ct
p«cisi.ans Nt les a!finltb sys¡bluúqua des ~DegtOtdes de GrimaJdl", BuUmn du Musée
d'Amhropolac¡e PrChirtorique de Mooaoo, 10, Mooaco, 1963, pag. 123.
-
15
[page-n-18]
6
R.
r.
QIARLS$
dtstingue pas les parties originales des restitutions. Une telle maniere de
procéder frise la falsification, ce qut est d'autant plus regrettable sur le
plan scientifique que la reconstitution utilisée par Vemeau co-nporte de
nombreuses imperfections, que nous avons pu déceler par une étude dia·
graphique approfondie. Nous ne pouvons répéter icl tous les détalls de
nos observattons; nous nous bomerons a en indiquer les éléments princlpaux et nos conclusions.
Lo ".;.;ne femme": h;perdotichocrcke (68,5), orthoctóne (70,8; ou poroon: 61,2),
ocroctóne (103,3; ou por~on; 89,2}, c:r6t~ moyennement drWtgentes (86,6), eurvm6IOI>f' (73,7), orthomótope llf7,9), toce lorge par ropport ou ctó~>W (97,3), chorneprosope 174,5), m6trl~,. (50,6}, euryprosope (76,5), mésene (52,0), chotNOCOnque (gouche: 70,4), chommrhlnlen (53,81, prognothe (103,3; anglo de Weisboch et llívat, 69'>¡,
ca1olle 90u é1évée (58,3), icallle du frcntol trl!s développée vera 1'arriere (40,8).
L'odoleKA>nt: hyperdollchocr6ne (69), orthocróne 171,1. ou porl!l'l 62,7), ocroctóne ( 103,0; ou por ion: 91 ), creles tres divergentes (81 ,2}, eurymétope
1,7}, orthométope (89,3), toce moyenne par ropport ou ctóne (93,5), chornzprosope (78,81
m~trien" (50,6), ..uryprcsope (84,3}, nléstne (54,0}, chorn;,oc;""''U" (gouche: 10,81
chorn;erhinien (51,1), mésognothe (1 01 ,0; mors lrl!s prognothe d'opm l'ongle de Welsboch et Rívet, 54•); colott
n
POSITION SYSTEMATIQUE DES SUJETS DE GRIMALOI. - A la lecture de la
valeur des índices et des caractéristiques qui s'en dédutsent, on ne peut
qu'étre frappé par l'homologie des valeurs notées d'un sujet a l'a1.tre,
et l'on comprend que devant une telle similitude, les auteurs anciens
aient pu croire a l'existence d'une soi·dlsante ((race de Grimaldi»; néan·
moins, que celle-ci soit connue par deux représentants seulement n'était
pas sans causer un certain malaise que n'apaisaient nullement les théories tendant a exagérer le caractere exotique de ces índtvodus.
En utilisant la clef dichotomtque, on tendrait a classer ces deux SU·
jets dans le groupe structural BC, dont par allleurs lis ne possedent pas
les caractéristiques; en effet, les sujets du groupe BC doivent avoir une
voOte «plutót haute maís point trop étroite», alors que les sujets de Gri·
maldt ont une boite cranienne plut6t basse et étroite. Cette constatatiOn, s'ajoutant a l'étude diagraphique grace a laquelle on observe que
les corrélations cronio·faciale de Klaatsch et Falkenburger sont mal vé·
rifiées, permet de conclure qu'on se trouve en présence d'une structure
hybride, et 1'on doi t considérer séparément la boite cranienne et le mas·
slf facial.
Chez les deux sujets, la boite cnlnienne est étroite (acrocrime), mais
vuc de profil, elle est moyenne (orthocrane) et plut6t basse (indlce ver·
tical peu supérieur a la limite inférieure de cette classe 70); les cretes
sont moyennement divergentes, et le front est relativement bten déve
-16-
[page-n-19]
7
loppé en largeur par rapport au crane; ce sont la les caractéristoques des
«calvana» de type aquitano-rnéd1terranéen (ACo) ( 10).
Chez les deux sujets, le massif facial est moyennement développé en
hauteur (métriéne); dans ses proportions, il est moyen (mésene), bien
que plus étroit chez l'adolescent que chez la femme. 11 y a un léger prognatisme total chez la femme, alors que l'on n'enregistre que le mesognathisme chez l'adolescent, cette parhcularité pouvant etre due au fait
que le développement du massif facial n'était pas tout-a-fait .1chevé; en
revanche, chez les deux sujets, 11 y a un fort prognathisme sous-nasal.
Chez les deux sujets toujours, le nez est large -mais non point tres
large comme on serait tenté de l'apprécier d'apres la reconstolution défectueuse utilisée par Verneau- et la base des éch;mcrures est dédou·
blée. Ce dernier caractére ne se rencontre normalement pas chez les po·
pulations européennes, si ce n'est chez les rares sujets des groupes que
nous avions qualiflés de grimaldoldes (11) et d'alpino-grimaldoldes (12),
qui font l'objet de la présente étude, et pour lesquels nous pressentions
déja une hétérogénéi té de structure ( 13).
Déja, en discutant sur la position systématique des Canariotes classés
par Falkenburger dans le groupe B, nous avions estimé que ceux-ci devaient plutót appartenir au groupe AB ( 14), qui est celui de la plupart
des habitants de la zone nord du Sahara. En fin d'analyse, le massif facial des su}ets de Grimaldi est a rapprocher, non pas de celui des Mélano-Africains, comme on le fait trop souvent, mais de celui des Nord·
Sahariens (AB1) que l'on rencontre avec une certaine fréquence jusque sur
le~ bords de _la Méditerranée.
En conclusion, les deux sujets de Grimaldi sont des hybrides des ty·
pes, aquitano-méditerranéen (AC•) -bien représenté en Languedoc de·
puis la plus haute antiquité- et nord-sanarien (ABo), bien rep1 ésenté en
Afríque du Nord. Le qualificatlf de négro"ide, généra lement donné a ces
sujets, ne se justif1e pas, et do1t tHre remplacé par celui de «sub--né·
grolde»
Ces précisions permettent de mieux situer !'origine de la migration
dont on trouve ainsi le témoígnage a Grimaldl; 11 s'agit simplement de
1'Afrique médi terranéenne relativement proche, et non d'une lointaine
Afrique Nolre. L'hybridation d'un type nord-africain avec un type du
Languedoc tendrait ¡\ mettre en evidence que les immigrants venus d'A-
(10)
(11)
(12)
(13)
( 14)
CHARLES
CHARLES
CHARLES
CHARLES
CHARLES
Op.
Op.
Op.
Op.
Op.
cit.
c:lt.
cit.
dL
dt.
4, pp. 81-8S.
4, pp. S3-S7.
4, pp. 79-81.
4, po¡. 81.
note 4, pa¡. 4S.
note
note
note
note
- 173
[page-n-20]
a. r.
CIIAIUJIS
t rique son t arrivés jusqu'en Ligurre apres avo~r traversé I'Espagne et le
Languedoc. On n'a malheureusement pas jusqu'ici le témoignage de la
présence de Nord-Africains dans ces régions a une époque aussr reculée,
la datatron des «sub-négroi'des de Grimaldbo du Paléolithique ne pouvant
cHre mise en cause
D'autre part, il peut étre génant d'utíliser pour I'Europe une termino·
logie con~ue pour 1'Afrique saharíenne; nous pensons qu'il n'y a pas
d'inconvénients de continuer a qualifier de «grimaldoides» les «Sub·négroides» européens avec la convention suivante.
type grimaldoide (ABr)
type méso·grimaldolde (ABt)
type brachy·grimaldoide (AB.)
LE SUJET MASCULIN HUM. 4 DE TISUCO
(PROVINCE DE SEGOVIE) (15)
Nous nous devions d'examiner ic1 avec queiques óétarls, le cas de ce
sujet dont nous avrons déja fait une mention spéciale, pensant pouvoir
alors le rattacher au groupe B ( 16) lndlquons tout d'abord que, bien que
décrit et publié comme magdalénien, ce sujet parait en réalité plus récent; les conditlons du gisement plaldent néanmoins en faveur d'une
grande anciennete (17). 11 semble qu'on peut l'attribuer au Néolithique
ancien, ~inon meme au Mésolithique.
C-aroct histlques: méoocTón
divergentes (18,1 ), métnomé!OI)e (68,9), foco ~rroore par roopan ou cróne (89),
c""""'"ne (47,6), méWne (53,-1), cham;,o o mésoconqut londice ou docryon: 84,6),
chornzrhlnlen 1541. orrhognothe (92,7).
"es
D'apres la structure cranio-faciale, ce sujet se classerait dans le «ty·
pe alpino·méditerranéen» (A.), mais les grandes dimensions de l¡¡ boite
cranienne portant, selon la description qu'en donne l'auteur, de fortes
empreintes musculalres, sont une récurrence de structure ~archétyprque»
(ABC), dont i'influence se manifeste aussi par les proportions du nez.
11 n'y a done pas chez ce sujet, contrairement a ce que nous avions
(15) F . OB LAS BARRAS OH ARAGON: "Cdneot del )':ldmoco10 m!gdalmicose
de Tisuco (Scgo~"• Memorias de la Sociedad &pañola de Antropolot¡!a, Emcsnf!a '1
l':chistoria, XII, Madrid, !933, pp. 89-100.
(16) BARRAS 08 ARAGON: Op. ch. note 15, pAa. 44.
(17) C!. S. ALCOBH in "Caalo¡ue des Honunes Fosalles", Qm¡¡rés Gool. l ntem. XIX
...mon, A!Fr. 1952, p_6g. 60.
-
18 -
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1
LB PROBI.bu; 01!$ NIIGROiol!$
9
d'abord pensé, de caractere sub·negro"ide, mais des caracteres archéty
piques, dont nous devons considérer les antécédents dans le Paléolithi·
que européen, car les sujets presentan! de tels caracteres son tres rares
dans cette partie du Monde.
SUJETS DU PALEOLITHIQUE EUROPEEN PRESENTANT
DES CARACTERES ARCHETYPIQUES
Les sujets a caracteres archétypiques (groupe ABC) sont surtout ré·
pandus dans la EOne sub-saharienne d'Afrique. Actuellement, lis repré·
sentent encore le tiers de la population dans le Nord-Ouest de I'Egyp·
te (18); en Afrique du Nord ils sont moons fréquents; a I'Epipaléohthique, ils ne représentent que 15' 10 per 100 de la population, <.e chitfre
étant légerement supérieur au Néolithique, période au cours d~ laquelle
le tau>e atteint 16' 15 per 100 ( 19). En Europe, de tels sujets son tres
rares, c'est cependant dans cette partie du Monde que l'on a découvert
le sujet le plus caractéristique du groupe ABC, et qui a ce point de vue
pourrait étre considéré comme l'archétype de toute l'espoke humaine;
nous voulons parler de «l'homme de Combe·Capelle», dont ce n'est pas
oci de lieu de donner une description détaillée, et dont nous nous bome·
rons a :-appeler les caractéristiques (lO): hyperdolichocráne (66,3), cha·
maecrane (68,8, orthocrane au porion · 58,4), acrocráne ( 103,8; porion:
88,1 ), crétes moyennement divergentes (82,4), métriométope (67 ,6).
orthométope (85,4), face tres large par rapport au crane (102,2), hypsi·
prosope (97), hypsiene (58,9), leptoprosope (95), leptime (57 ,7). chamae·
conque (74'4 et 75,7), chamaerhinien (54,4), mésognathe (102,2).
Des le début, Klaatsch avait voulu voir dans l'homme de Combe-Capelle l'ancétre commun a tous les types humains; ce point de vue, con·
testé ultérieurement par divers auteurs, défendu a nouveau plus récem·
ment (21 ), se trouve confirmé par le> nouvelles méthodes anthropologi·
ques.
(18)
(19)
(20)
tbi$clter
(crrand,
CHARLES: Op. cit. note 6 (le), pog. 6S (tableau).
CHARLE!S: Op. cío., note 6 (2e).
H. KLAATSCH et O. HAUSER: "Romo nurignaecnsis Bawerl, ein pa15olí·
Skelcttfund aus dem untctcn Aurigntcíen dct Station Combc·Capellc bd MontPúigord", Prihi!toritchc Zcittchrift, l. Bttlln, 1910, pp. 273-338.
G. M. MORANT: "Srudlct oC Palacolitbic Man, IV"'. AnDals oC Eu¡eruc:, vol. 4,
Landon, 1930, 1ablc XXII ct ft¡. L.
(21) G. MONTANDON: "l.'h<>mmc Cossile ct les Préhumains", PW., 1943, pq. 80
et pp. 92-94, fi¡. 16.
-19-
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10
R.
r.
CJlARU!$
Dans le Paléolithique d'Europe, il semble n'y avoir que la ccalvaria
de Brux» (ou Brünn· 1891) qui puisse etre classée dans le groupe ABC,
avec les caractéristiques suivantes. hyperdolichocdine (65,7), chamae·
cráne (68,6), acrocráne (104,5).
Le sujet num. 2 (masculin) de la cBarma Grande» (Grimaldi), con·
servé au Musée de Menton, sommaorement reconstitué aprés son rnven·
tion, avart été publié par Verneau avec les autres sujets de Grimaldi. Cet·
te pie
nouvelles mensurations ont été publiées (ll). Les caractéristiques que
l'on peut ainsi mettre en évidence sont les suivantes · dolichocráne (73,4),
hypsicráne (porion: 63,8). acrocráne (porion: 86,9), eurymétope (72,5},
face moyenne par rapport au cráne (93,5), chamaeéne (43,5), euryéne
(46.5}. chamaeconque 166,7). hyperchamaerhinien (60,9), mésognathe
(índice non évalué). Ce sujet étant chamaeene, la structure cranio-faciale
met en évidence le groupe A, mais les sujets a classer dans ce groupe
doivent etre orthognathes, le mésognathisme, ainsi que les vastes dimen·
sions de la boite cranienne et la trés grande largeur du nez, sont reí le
témoignage d'une influence de l'archétype ABC. En fin d'analyse, nous
considérons le sujet num. 2 de la Barmo Grande comme un hybride du types, uméditerranéen ancien» (A,) et de «l'archétypell (ABC).
INVENTAIRE DES RESTES HUMAINS DECOUVERTS EN EUROPE
MEDITERRANEENNE ET PRESENTANT DES CARACTERES
SUB-NEGROIDES
ANDALOUSIE
SANTA CRUZ DE BAZA (Granada) 123) Chalcolilhique ar>el~n fpr~co~nlforme)
Sujot 100-7 (mosculin): dollchocr&.e (12,4), chamiect6ne (porlon: 56,1), ropélno·
e (61 ,1 ), ct.om.eene
(47,8), chama li mésoc:onque jindóce au dacryon· 84.2), chom."rhonien (56,2), onhognothe (96,9; mais pragnothlsme SOUS·no$01).
"Type m~lterro:néen o"'k!n" (Al) d'opr•s lo structure crnnio-fociole; fe prognoth1sme sous-no.sol et la ehom~rhlnie sonr doa lndlces d'une hybridot1on avee le "type
grimofdoide" (AB,) .
(Z2) P. GRAZIOSI : "L'uomo fossilt dclla Barm• Grande al Ba1zi R~Msl nel Musco
di Mcntone~, Atcbivia pc:r I'Anuopologia e la Etnologia, LXXU. F!reoze, 1942, pp. 22-50.
(23) P. DB LAS BARRAS DE ARAGON: "Exploucionn de D. Manuel Góagora",
Mcmoriu dt la Socirdad l!speilob de Anuopologla, Emogn(la y Prth.istoria, Xl. Madrid,
1932, pp. 6-10.
-20
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LB PROBLEMB DES NEGROIDes
CUEVA DE LOS LETREROS.
Chokolitl-uq~e
u
anclen.
Sujet 188 (fémínln): rnésocr6ne (79,4), orthocr6ne (potion: 61,7), lapólnocrone
fporíor>: 71,1 ), crétes moyennement drvergentes (78,6), métriométope ¡6!>,1). foce
cilroite por rapport ou cróne (91,6), choma!er>e (46,8), méséne (51,1 ), rnésoconque (indice ou docryon: 86,1), choma!rhlnlen (54,1 ), ort:,o ó rnésognathe ovec léger progr>athu;me rous-nosol.
"Type olpíno-médlterroJ1éon" (A>) ci'opres lo structure cronlo fociole; le prognothismc SOU$·noso1 et lo c:horn..-erhinle sont des indlces d'hybr•dotlon ovec le "type mé-
!<1-grlmoldo"ide" (ASt ).
VALEN.CIA
CUEVA DE ENGUERA. Néollthlque (24).
Sujet num. 86 (mosculin): soos-dollchocrane (17,~). hy¡>Sicr6ne (parlen : 64), métróoc:rone (porion: 82,6), crétes moyennement divdrgen:e• (83,3), eurymétope (69,4),
chomreene (40,3), chomzconque (índice ou docryon: 76,9), chonurnonien (55,91, orthoonothe (réglon olvéoloíre endommogée).
''Type- olpino-méditerranó'en" (At), d'opres lo struc:ture ctonio-fociole; les vostes dimet~sions. de lo bQite crónicnne et lo chomrerhinie indiquent u,..e influence do "l'orchi·
type" (ABC).
MONTE DE LA BARSELLA. Cholcollthoque (~ec Componiformes) (25).
Sujct nurn. 7 (mosculin): sous-dolíchocrOne 115 ,7), chama!er6ne (68,9), topéinocoOne (90,9), crétes tres dovergentes (70,6). sténometope (65,2), foce moyenne por ropport OU Crone (92,4), chOma!ene (44,5), euryimc (48,1), Cnoma!CO'lQUO n3,1), cnOmi.C•
rhínlen (57,5), orthognothe (95).
"Type rnéditerronée:n anclen" (fq) d'opris l'ensemb1e des coroct~res; lo n.ette dla-.
maerhínio indique u ne hybrídotlon avec le "type méso- grlmoldorde" (ABs).
CUEVA DE BENI SID. Cholcollthíque (26).
Sujot num . 13 (lémlnln): dollchocr6ne (13,2). chamrecrone (68,9), métríocr6n crétes moyennement divergentes (81,3), euryrnétope (73,6), orthornetope (85,3}, lace
tres étroi te por ropport au cróne (86,6), métríenc (50,7}, lepténc (58,6), mésoconque
(84,6), leptorhinien (45,8). mésognothe ( 100).
"Type grímoldoT
dc" (AS,) d'oprcs lo structure cronio-foclole; l'obols ..ment de lo
voGte crón1enne et to forme étroite du nez. lndiquent une hybridocion ovec le "type:
méditerronécn oncienu (A1) .
CUEVA DE LA TORRETA. Cholcolithíque (27).
Su)ct num. 1 (mosculin): sous-dolkhocrane ¡75,41, orthocrone (72,2), métriocrilno
(95,8), crétes tres divergentes (74,6), stenométope (69,2), orthométope (87,7), foce
lres étroíte por ropport ou cr6ne (86,8), chom¡eene (41 ,7), euryene (48,8), chomzconque (70,7 ), chomzrhlníen (5 1,1 ), rnésognothe (99).
(24) F. DB LAS BARRAS DE ARAGON: "Cráneos y otros restos hum.a:DO$ prode la Cue"" de Bngutt11 (Valencia)". Memorias de Ll Sociedad Ilspwlola de Antropología, BtnograCia y Puhistoria, IX. Madrid, 1930, pp. 79-84.
(25) V. LBBZELTER: "Sobre al,guoos etáneos eneolíticos del Este de Bspaño~, Az~dentes
tluvo de Pr
(26) M. FUSTE ARA: "Estudio Ant:ropológico de los pobladores neo-
la región valencia.M". Trabajos Vatios dd Servicio de lnvestig~ción Prehistórica, nUm. 20,
Valencia, 1957.
(J:1) FUSTE: Op. cit. note 26.
-21 -
[page-n-24]
12
R.
r.
CHARLES
"Type médlterronH.n oncien" IA1) d'optk lo structuro cron•O·fodole; lo forme de
lo boite cr6nienne, lo chamzrhinie el fe m6.agnoth•sme lndlquent uno hybri
'o "type méso-g
CUEVA DE LA PASTORA. Cholcohthlque (28).
S•i•t num. 9 (f6mm•n); mkocrone (18), chomaoa6no (69,3), topeinocrilne (88,9),
cr6tes moyennement dlverQenles (83,7/, m6trlométope (68,9), orthométope (88,1 ), lo·
ce trbs étraite por roppor1 ou crone 88,1 ), chomreene !44,4), mósbne (50,4), móS<)..
conque (83,3}, hyperehommrhinien (61,3), mkognoihe (100),
uType oloino·médlterronéen"' (Ad d'opr•s lcr structu.ro cronJo... foelole; l"hypercha·
mmr+,inie et le l't14tso;nothisme indiQuent une hybndotion cvec le "type_ méso.gril'r\Ol·
do•de" (AS,).
BARRAHC DEL SIHC. CholcohthlqUe (29}
Sujet fómin1n: sous-dolichocráne (71,6), ch0f'n<10Crá~ 167), to~•nocn!lne ¡86,3), cr4·
tes tr&s d1vergentes (78,9), stenomótope (64,7), orthométope (85,2), lace étro.te por rop·
port ou crlmo (89,2), métrl~ne (48,9), móslnc (54,8), mésoconque (82,5"), leptorhlnl (45,8), mé!ognothe ( 102,.2).
"Type meso-grlmoldoide" (AB,) d'oprh lo structure cronlo-foclole; l'oboi$SCfllent do
lo voúte crl>nienne •• lo leptorhinle lnd•quont une hybrldotion ovec lo "type olplna·mó·
dltt'ttonéen" (At)
CUENCA
ALCAZAA DEL REY. Neohth1
que (30}
Sujot num. 16 (mosculln): dollchocr6net (72,6}, orthocr6no (70,1), móltlocrOno
¡9e;,4), crétes moyennement divergentes (81,4), eurymótope (7 1,6}, chomzlone 142,6),
chorNoconque (lnd•ce ou óocryon: 65,9), cho'""'rhmien (56,2), orthognoth" (86,3).
"Type méditerronéen anclen" lA.} d'oprés In structure cran•o-foc•ole; lo houteur
un peu plus g
indico• d'un~ hybrldolton avec le "type Qflmoldoide" (A8t}.
Sujrt num . 19 (mosculin): sous-dohchocr6ne (76,6), hyps1cr6N n1,6), mótrlocn!l
no {92,9), cr6iO$ moyonnement d•vergenlo5 (83,8), eurym6tope (70,2), lace elroite por
ropport ou crone (89,'1), métrléne (49,7), lept~ne (58,1 ), mó$0Conque (lndice ou do·
cryon: 85,1), hypercho.,..,rtu nien (58), orthognothe (89,1; mols prognothlsme sousnosol).
" Type méso-grlmoldoide" (ABt) d'oprh !'ensemble dH coroctl:res; lo houteur un
~u plus grande do lo boite crl>nieMe et l'orthognolh•sme lociol lndlquent une hybrldo·
hon ovec le ~, rype 'b4rtQue-f' (C,).
Sujot num. 37 (moscuiln). dolichocrllne (72}, chom.'lecn!lne (pano": 52,1}, top61nocróne (10), crétes moyennoment d•wrgentes (84,8), foce lttrolte por r - r t ou crl>net
(enviran 90), métrl6ne (enviran 49), méoene (54), hypslconque (Indico ou docryan:
90), ehoma!rhinlen (52), mé¡ogno lh• (de 98 b 100).
"Type gr,moldo7do" (A8t}.
Sujet num. 45 (mosculln): sous-dolkhocr<'Jne (16), b voúte surbolssée (cho""""r6no,
topólnocrone), cr6tes moyennement d•verQentes 182), sténometope (60,4), foco étrolto
por ropport ou cr6ne (envlron 89}, mólfil:ne (52.1 ), mósoconque (lndlce ou docryon
87 ,8), chczm.orrh•nien (52,1 ), mósognothe (unpossible o évoluer b cause dn déformot;ons .. post·mort~").
"Type méso-gnmoldoide" (AS,) d'oprh lo structure cronio-foc10le; lo riduction de
(28) FUSTB: Op. ch.. note 26.
(29) FUSTB: Op. cit. note 26.
(30) F. DE LAS BARRAS D1! ARAGON: ''Esrudio ele los eriueos procedente. d e
un yacimimto neolltico de Alcl2ar del Rey (Cumat)", Memorias de la Sociecbd Bspoñola
de Antropologb, EtDOpa!b y Pn:historU., x_ Madrid, 1931, pp. 3-93.
-22-
[page-n-25]
Ul ~ROBI.bu! DES NEGROfDBS
13
lo houteur de lo bohe eronienne Indique une hybrldotoon ove<: le "type o1pmo-m6dito·
uonéen" (Al}
SuJct num. 76 (mosculln): sous-doto
chocrlíno (76,4), hypsicrlíne (77), ocroerone
(100,71. cretes trh divergentes (71,5). me!Tklmétopo (66,1 ), foce omenuoRe (83,8),
chom.:rine (47,8), lepteno (57), chom.le o ~nque (lr>dice au docryon· 85), cha·
""'"'""'en (54), orthognothe (88,4).
""TYPt olpíno-tTl~chterronétn" (A,) d'opti.s lo structure cronto-fociale; les VOIIB
d•mem10m. de lo boite cr6nttnM et lo chotna!rtunttt lnchqutnt W\e récurrenc.e dt 1•of'·
ci-hype CABC).
CAT ALOGI'oiE
SAN QUIRZf DE GALLINERS. Néolithique (3 1).
Sujet num. 1 (mosculon): dolichoc<6ne (74,3), orthocróne (71,1 ), metrioer6ne (95,6),
cr6tes moyennement doverg;ontes (85,9), eurymétopo 170,5), on~topo (89,3), loco
moyenne por rcpport ou cr6ne (92,1), hypsol>f'>SOPe (87,B), metroene (51,1), leptoproso~ (95,3), loptene (55,5), ~ue (B2,1 ), loptomtnien (45,B), ~nothe (1 01)
"Type grimoldoide"" (AB1 d•opres la structure cran.o-foctole~ lo leptorhtnie •nd1que
l
une hybr~datton ove< le "type OQU•1ano,-méd,re:rronée.n" fAC1).
Su jet num. 2 (mosculin); boite cmnienne allong6e ovec YOUie moyenne, orthom6tofoce moyenne o torgo por ropport ou cr6no, métrléne;
mé~ne (52,5). méooconque (77,5), chDIT\il!rhlnien (56.Bl, mésognothe (por estomotlon).
"Type grlmoldoíde" (ABo).
Sujet num. 3 (mosculln): dollchocróne (72,9), voOtc moyenne, eurymétopo (73), o rthométope; loce proboblement moyenne ou bosse; mhorhlnlen (48), prognalhlsme souspe 189,3), \lr01$embloblement,
nosol occusé.
uType: gr1mokfoide" tAS;) d•op,is l'ensembfo des coroctir.s; les proport,ons du nez.
or>dlquent une hybridotlon ovec le "type médohorro~en anclen" (A•)Sujet num.. S (moscultn): fori'Y'Ie de lo boite cr6:nicnne 1nc:onnue; frontal ort~tOpe.
toce moyenne, ne< lorge ovec bow des 6choncrures arrondoo, orognothl$me sous-nascl
c«us6.
"'Groupe grimoldoode" (AB)
Sojot num. 6 (mosculln); boite u6noenne allong6e ovec YI)Ute moyenne lí lorge; ortfow>mét~,
ptognothisrne sous.-nos.oL
"Type grlmoldoode" (AB1) d'opres l'ensemble des corocterH; lnfluenee du "'typc médlterrot1éen anclen" (A,) •• troduisont dans lo morphologie du lroMol.
Sujot num. 7 (mosculln): bolle cr6nionne moyenne, orthacróne (parlan: 60,7), voüto
plutlít lorge, fro nt largo; loco pr.)bobloment movenne. m6soconque (19,5), prognothlsme
~S.. r'!OSol occusé.
"Type méso-grimoldoide"' (ABt).
Sujet """'· 8 (moscultn): dohc:tlocrone, ortho ó hypslcrOne (porion: 63,1), VOÜII moye-nne, eurymétope, orthornétope; foce proboblemmt moyenne, prognathlsme sous-nasot
oecuse.
'"Type grimoldoide" (ABo)
Swjet num. 9 (~onln): dolichocr6ne, chorna>crlíne, m6triocrOne, eurymétape, orthO·
m6tope (84,7), phéno1yge, m6trioprosape, métr~ne, mésoprosope (B4,5), mési!no (51.9),
rno;soconque (17,5), chom.:emtnien (51), prognathe (1 08,6).
lo structure cranio-foclole met en évjdence un .,t}'i)e négrotde" véntoble (81), moi1
l'obal5sement de la voúte c.rllnlenne e$t le 1émoignoge d'une hybrldotion ovec le "type
~dlterronéen
anclen" (At) .
Sujct num. 10 (mosculln): dollcho o mésoer6no, front lorge er bas; foe• moyenne
o bosse, bose des échoncrures nosoles orror>dle, prognothlsme sous-nosol accu..S.
Vroisembloblemenl hybride des types, "grimaldoíde" (ABo) et "méditerro~en an-
coenH lA!)
(31) FUSTE : Op. ch. note l ,
-
23-
[page-n-26]
a.
14
P. QWILI!S
Sujct num. 13 (masculan) SO
ortnométope (87,1), foco movenne por rapport au cróne (94,7), ch""""1'tosope (73,7),
chaJTl.'l!ene (43,6), euryprosope (77,71, euryan "Type olpino-rnédaterro.Wen" (A•) d'oprlls lo wucture cronto-foclolo; la plu• g
houtour de lo voúte crónienno, lo chom.111rhlnle el le mésognothlsme Indiquen! uno hybridollon avec le "type m6so-grlmoldoide" (AB!).
Su jet num. 1S (mosculin): baile cr6nienn
11 y o manlfesrement dlshormon5e de structure cronio-..fociale; IH ~léments conservós
de lo foce oppoMaennent ou "rype grlmoldoade" (ABa), olor$ que la bailo cranlennt! esl
de "type oqultoln" (Ca)
CUEVA DE EL PASTERAL Cholcolhhique ovoc Camponafol'tnH (32).
Sujct moscuRn: dolichocr&.e, hypsacrane, ocroc:téne, euryene, mnoc:onque (76,6),
hyper~anaen (58,6)
"Type médite-rronéen onc•en., (At) d'opres lo structure crcnio...foe•ole; IH YO:Stes di-
mens•ons de lo boite crótuenne tt lo d'-omzrhin•o ind1quent une hybr•dotlon ovec une
forme "orch
PYRENEES
SAINT JlAN-DE-VERGES. N6ollthlque (33).
Sujct mooculin: dollckocr6no (12), hyl)!lcr~n" (porlon: 66,8), ocrocr6ne (poraon: 92,8),
eurymétope (1 1,2), foco lorge por ropport ou erOne (96,4), c:t.omnebne (45,3), eury6ne
(41), c:t.omaM:onque (66,6), hyperc:koiNOrhlnlen (60), prCJ9nolhismo sous-nosol occentué.
•'Tye:te médlterronéen onc.;en" (Al) d'oprti lo suuc:ture c.ron,o·fociOle; lo forme plus
~levf!é de lo boite eronal'llne, lo choma!rhlnie ct1 le P'CJ9""1hisme SOU'I·nosol lndlqu""l
une hybridotlon ovec !.. "typ« grlmoldoideH (ABa).
COVA DE L'ESPERIT
(Pyré~es
Oraentoles). Neolithique cordial (34)
Sujet 11um. 1 (.......cuhn): sous-dolkhoc
rnétraccr6ne (97; -aon: 86,6), cr6t~ MOVénnement davergenles (82,8), eu,..,...;rope
(7 1,51, orthomélope (81 ,6), foce ~traite por rq>port cu crbne (91 ,1 ), rnétratne (48,51.
m
Lo cos de ce su)er pose do• prob"mes tres portículíel'$, cor so d6termlnolion typoJoglque se.ro faite outont, s1non plus, d'opr4s les caracteres non lndeKobles qu'ou moyen
do lo clef dlchotomlque. En effet, d'oprh eello-ci, le sujet se situer:Jal dons 'e typo AC,
qui en Europe, correspond 6 e o que Cool"' oppelolt les "MéditerronCens p6domorphlquas'•
(Nt?o .. Méditerronéens), che:t lesq\Jels on n'o jamoís observé ni "lorus supraclllor;s-·', n1
profil en forme de '1poin-de·svcrc", nt un "'toru.s occip1tolis" oossl occul6 que chet cet
lndlvldv.
la
boite cr~nienne prósent~ tOu!: les crhi!re:s anatorniquC! caractérlson1 "l'ar-
áaétypt>" (ABC); quont o lo ltruchJro du mossif foclol, c'est hors d'Europe qu'on dolt
en recherche:r las homologues, en nous prnsons qu'elle est due b une hybrJdot1on ovec la
"type llbyco-berbllre" (AC.) Ce wjel pr6..,.,te done des coroct~r~ trhs nell de NO«
(32) F. RIURO: "La cueva del P.stual (provincia de Gerona)", Ampurias, lV. Bar«lom, 1942, pá¡. 189.
(33) R. V. V ALLOlS: "Tr~panation pr&útoriquc sur un c:rlne ari~iJ (Sainl·
jcan-de-Vcqes)''. Bulletin A.n:heolot¡iq~ du ComJt¿ de Trav. Hist. rt Scieot., l9l4-3S,
pp. 43l-437.
(34) J. ABE.LANET et R. P. CHARLES: "Un sitc du N6ollthique anden en
Roussillon: Lo Cow de l'l!sp&ít", Cahien Li¡¡u= de Preru.toire er d'Archeolo¡ie, t. 13.
Monrprlli«, 1964, p. tn.
- 24 -
...
[page-n-27]
LE PliOBlbll! O~S h'J:GROJ'oas
LANGUEDOC
SARGELS. Nóolíthtc¡ue (3:)).
Sujct num. 8 (mosculln). sous-brocnycrdno (82,9), nypsicrór>e (77), mótrlocróne
(92,9), cr8tcs moyonnement divergente• (80,1), m(Jtriométope (68,7), tace moyonne o
largo pqr rappqr1 au cnlne, mótrllme, méseno, mésoconque (78), tn0l'n.13rnlnien (56), mtisognathe.
"Type brochy-gnmoldaide" (AB,).
GROTTE NUM. 1 DU RAVIN
(Herault). Néolotnoque (36).
DE
ROUVIGNOUX,
Commune de Montpeyroux
Sujot num. 2 (f~inin): hyperdolicnocróne (69,3), onnocrone (70,71, ocrocrone
(101,8), ""'lnametape (68,3), lace mov•nne par roppart ou cróne (93,81, hypsoene
!>5,31, lept~ne (58,91, chamzconque (13,7), chamzrhlnren (53,6), mO.O e) ptognothe
fd< 102,9 o 103,2), ovec net pragnathrsmc
Ce sujet pr~¡ente des; coroctér~tiQ\h.;.i trh volslncs de celles de- lo "VJeille femme·~
4
1'10•'• (37) quahfic! ce sujet de uorimoldo•de"; en fo•t, 1f se t~·e tres exoetcmenr dot\$
le móm< cos que les sujrn de Grlmold•; e'•"
dore que d'apres lo clef dlchotomlque.
on le closserall dons le groupe BC dont 11 na posside pos la plupart des caractéristtques,
11 s'aglt oco encare d'un hYbride entre le "type gromoldardo'' (AB1 ) et le "type oquotanomedoterrorn!en" (AC,) dont l'tnflu•nce se tradu11 pc¡r l'étroitesse de la boite crónlenne.
Sufct num. 4 (en~anl de 6 ans): lo balto cranlonno manque, mais d'oprb lo forme
du lrontol, on peut la su¡¡poser moyenno; mósbno (50), hypslconc¡ue (81 ,5), chomrorhl·
nlen (55,21, lret net ptognothlsme sous-nasol.
''Type méso-grimaldolde" (AB,).
Sufett """''· 13, 14 ct 15 (frogmentalres), prO.entant un prognathlsmo sous-nasol
ccrocten,tlque de l'mflutnce du groupe AB, mals avec u.ne ouverture piriforme euf'Oo.POrde Ces troos tujets oont done des hybrodes.
Sujct num. 16 (mc>Ssif facial osale): lace largo, nn largo avec base dédo<¡blée, net
progno1h1s.me 50\IS-nasol. Morpho1~1e corocléristique du "groope AB"
o
C::ROTTE DE LA TUl LI ERE, prh de Vollcne
Su jet mGsculin: hypecd:>l•:hoc:TCne (69, 11, charNOCt6ne (68,6}, ocrocrc)ne (99,21,
cr6tes moyennement d•vergentes (81 ,~1. eurymétape (72,"11, arthométope (851, fal!e lor\14 pQt ropport ou cróne (96.21. m.!troéne (52,31. méseno (54,4¡, mósoconque (90,71, hv
perchom
"T)'P.t gnmo1doide" (AB1J d'opr~s l'e.nsemble del coroc-ttre:s,: l'abois~nt de la voUte crónienne et l'obsence de prognothisme facial indiquent une hybtidotion ovec le "ty·
"
pe l'nÓdllerronécn onc1en 1 (A\).
GROTTE DU ROC- OES-FEES. Chclcolithlquo (39).
Sujc t num. 1: brochycróno (89,6) 1 nypslct6no (80,4), topéfnacrane (89,7), sténomótopo (65,3), face étroite por roppc¡rt ou crono (91,8), métrlene (48,3), moheno (52,61.
mtt•oconquo (80), leptarhinlen (45,3), pragnathe f1 05,4).
(3S) M. MARQUIE: "Erude sur I'Anthropologie de I'AveytOD", Touloux, 1949.
(36) R. P. CHARLES: 1954 (meruunuians iotdites).
(3;) R. P. CHARLES: "Lo grane du Ro vio de Rouvigooux, comtmmc de Montpoyrou~", Cahicn Ligures de Prébistain: (38) R. P. CHARLES: "EEude onthrapo!oaiQue de 14 crinc:s nco-ém!olithiques du
G<.td", Cahicn Ligurcs de Pro!histoire et d'Archeoloaie, 9, Mootpcllier, 1960, pp. 114-126,
fi~ 10.
{39) A. VIRE et S. GRONE\VALD DE MORTII..LET: uGrotte ossuaire néolithique
du Roc-des-F6:s au Puech-d'Ambouls prb de N~nt (J\veyroo)", Revue Anthropoloaiquc:,
49, París, 1939, pp. 84-LlS.
-254
[page-n-28]
16
Lo structure ''anio-lacialt ttndroit o mettre en évldenc:e un "~ negroide" (Bol
virrHable, mals Jo Mute:ur de lo YOU:te cr&.nrenne et l'érroítes.se de l'ouverture pirífCH"mt'
•nd1quent une influence
Sujltt num. 2: hyperdollchocr4nt (69,2), orthocróne 170,2), acracr6ne 11 02,3), eurym
1 ), loce étroite por roppott ou cr6ne (90,7 J, rÑttlene (48,4), m.!sina (53,4).
chom;econqoe (13,1 ), hypcr~amil!rhonum (61,3), mésognathe (l 01)
"Type grimotdoide" (ABa\ d'opr~s !o &tructure. cranlo .. foclale; lo formo do la boite
cranlcnne indique une hybridotion ovec le "type OQuitono-módherronéen'' (ACt).
Sujet num, 10: dolochocrc!lno 170,9), chama!cráne (69,3), métrlocrilno (97, 71, curymétope 171,9), foco moyenne por ropport au eran" (92,5), métriline (50). mhbne (54,1 ),
chomll! o mósoconque (15), leptorhonoen (45,7), prognothe (110,9).
Lo strvc-ture cran•o-foclole tendra•t O mettre en évtdence un "type ~rotde" IB1I
vfritobfe1 mais l'étroltesse de l'ouvenu~ piriforme et l~oboiss.ement de lo voUto c:r6nlenne indíquent une hybrtdouon ovec le- ,. type_ méd•terronéen ot\c:ten' lAt).
Sujet """'· 11 : sous-doh~rónt (75,61, orthocrime 1741, mérnocrone (97 ,8), métriométope (67,8), foce lorge por ropport ou cróne (95,7), cha
(50), mésoconqu.. (76,2), chom.1trhonoen (56,51, pcognothe ( 104,71.
Lo strucrure c.ron~tocJcle .ndtqutrott lt "rype l'nto(.iJrerronécn onc•en., CAt) tn011 ceci es1 un fon d'hybridotten co• tOUTo les cutres coroc~res opport1ennent ou ·~type mnogromotdoode~ (AS:)
n
OSSUAIRE DES COTES·DE-ROQUEFORT. Chokollthoque cncoen (4C)
Sujet ..um. 1 (enlont): m.;socr4nt (77,8), orthacróno> (10,5), ropéonocn!tne (90,6),
crétes moyennernent dovergente• (80,2), métriométope (66,8), lace omenuos~r ('71; ca·
ractere pédomo:ophoque). hyperc~one (35,9, coroctére p!domorphoquo), mtl~ne (50,5¡,
chomoecanque (72,6), cham.>!rhlnien (57 ,5), orthognatl;e (94,1), ovec ner prognathlsme
sous.. notal.
"Type alplno-mo!diterronéen" (Al) d'op~' lo structure cranlo-focioto, lo chammrhlnle e t le prognothísmc: sous .. nosol lncUquent une- hybrldotton ovcc: le "type rneso.. grlmat
doide" (ABo).
GROTTE DES TROIS· TERMES, pr~s do Corconne !Gard). Logurlon anclen (Chal tolo ·
rhoque) (4 1).
Sajet nurn. 1 (enlont de 5 ""'' ' vroo.embloblement mé>OCrllne, d'aprts le degré d•
dove
base deo ed>oncrures dédoublú, net pcognoth•sme facial et SOUJ·nasal
~Type rnéio-gt1matdoide~
(AB:l.
OSSUAIRE DES BARASQUETTES,
o
Peyguerolles (Hérault). Ug.:rien anclen (42).
Sujet """'- 1 lmoscu11n): dolochocrone (73,6), orthocráne (71 ), métroocrbne (96,51
foco largo por ropport ou crisne (95,8) métnene 152,3), mé.ene (5-1,6), mésocor>qut
182,5), charm!rhinteo (54) .
"Type grimoldoide" (ABt).
GROTTE D'OULINS, Le Garn ¡Gord). Lo
gurien oocien (43) .
Sujet mo¡culln : hyperdollchocrc!lne (69,7). orthoctOne (71,2), acracr6ne (102, 1), loe~
rreo lorge JXIt rappor1 au cr6ne ( 100), mótrienc (49, 7), choma!conqua (65,9), cham"'·
rhinien (55,1)
"Type grimo1doide" (AS&) d~oprb lo 1truC1ure cronio-fotiole; bolte crllnle-nrw: de
' 1ype oqultono-méditerra~n" (ACtJ
(o40) L. BA.LSA.N et R. P CHARL.ES: 19S6 ('médit).
(41) R. P. CHARLES: ''Erudc deo restes bllD'.ains de b gn>nc des Trois-"fcrmca",
Cabica Lif!U"S de PrB>istoin et d'Atchcoloaie, 6, Manrpdliu, 19S7, 11'11! 31, 6¡. 6.
(42) R. RIQUET: "!.« populatioru neo.bléolithiques du Bas-Lan¡uedoc'', Bulletin
ct Mmloires de 1~ Saci~té d'Anthropolo¡¡ie de Puis, X sér., VJI. Patio, 19S6, 11'111· 3S2.
(43) RIQUET: Op. cit. oote 42, po¡. 3SO.
-26
[page-n-29]
17
GROTTE SEPU LCRAU DE PERN ILLE-CE%1 (Go«!) Uguroen onc•en
Sujet fóminho: dolichoer&ne (72,2), thomliiiCrbnc (65,7), tapetnocr&ne (91,2), foco
mOyenno por ropporr ou ao"" (94,1 ), mfrriéne (50,3), mé~ne (53,4). chotNOConquo
1701, chamerhinion (51) .
.. Type gnmoldoide'' (ABt) d'opres 1o struc:tur6 cronlo .. fociole; influence du "typo
tr~édlterranéen anclen" (A1) se trodulsont por un oba1sstment de lo vOúte c rOnfenne.
AVIN DE L'HOSPITALET-DU-LARZAC (Avoyranl Llgurlen anclen 11 moyen. IChal
cohthlquo 6 Bronu anclen) (44 ).
Sulet mosculin : dolichocr&ne (73,4), orthoerono (porlon: 61,2), moHrlacrbno (porion;
83,4}. triles trb d ivergentes (16,3), sténomotope (62,1 ), orthométope (88,9)
• Colvo"o" de morphologie "orchétyp•que" (ABC).
DOLMEN DE LA MARCONNIERE (ladro). Ugurien
S•Jot mosculin: hyperdolichoeróne (69,5), hypsicrbno (porton: 66,5), ocrocr6ne (po
"""' 95,5), eurym~topo (i 1,1 ), foce rrb largo por ropport ou crbne (98,5), hY9$iino
(53,3), mHine (54,5), mé>oc:anque (83,7). c....,_h,noen (52,4); O
ovoc c>
"foique" (ASC)
PROVENCE
ABRI PENDIMOUN. Néollthique cordial 146).
Sujot mosculin : dollchocrone (71,02), hypslcr6ne (77,43), ocrocrone (109,02), c~tos
trH di ..rgentH (18,18), eurymotopo (68,51), foco étroite por roppon ou etone (91,4),
n\lhrlene (51,61, lept~no (56,45), hypslconQU th~ (91,07), ovec net prognathlsme sou.-nasal.
"Type grtmoldoide" (ABtl d'Gpres l'ensemble des caractarH; la morphologte de lo
boite <:rOnienne •• l'orthognoth
AVEN DES CRANES A BRENON (lfor). llgurten moyen (47).
Sujet num. 1 (movultn): rneoO
crf:es lrh dtvergentes (78,7), eurymétope (69,1 ), fo
metrt.ne, eury-rnéseno (ind•ce voosln de 50), mésoconque (80,5), chomoerhtnion (521,
nWf,OQnothe ovec prognothisme sous·nasol occenlué.
"Type m6so-grlmoldoide" (ABd
AVEN PlERIMOND (lfar). Epoque dot Chomps d'Urnes (Bron:e ftnol) (48).
Sujot num. 1 (mosculin); dollchocrO.ne (74,'1), hypslcr6ne (portan: 65,1\ ocrocr6n•
(porlon: (17,6), crtitos moyennement d ivergente• (80), stónométope (65), lace moyenne
pot rapport au cr6ne (93), chamaoéne (44,7), euryéne (48), hypslconq~ (91), chom,..
rhlnlen (55), mésognothe ovec prognothisme sous-nosal.
"Type grtmaldoide" (ABt) d'oprb l'enumblo des caroctires; lo réductlan de lo houtour de lo foco esr due lo une hybridotlon ovec: le "type méditerronéen oncion" (Ao)
(44) R. P. CHARLES: 1963 (inédtt).
(4S) R. P. CHARLES, 1958 (ia~it).
(46) L. BARRAL: "L'bomme catdial du Castellar, abri Pa>dimoun (A. M.)", Bulletia du Mutk d'Anthropologle Prihistarique de Monacx>, S, Moaac:o, 1958, poa. 1S2,
ft¡. 10-11.
(47) J. BRACCO: "Les bonunes de l'avm des crines, commuru: de BteftOn (Var)",
Bl.lletin du Mutk d'Antbmpologie Prihistcuique de Moruoo, 8, MoMeO, 1961, pog. 22S
(48) J. BRACCO : "Les hommes de l'aven Pl~rimond, commune d'Aups (Var)", Bulleun du Mu.Oe d'Anthropologic Préhistorique de Momeo, 9, Monaco, 1962, pa¡. Z21.
-27
[page-n-30]
18
R. 1'. CHARLES
TUMULUS OU COTEAU-DES-ADRETS. Premoer 6ge du Fer (<19).
Sujct mc:sculin: ~ne (19,4), voüte bosse et étroite; crites 1rCs divergentes
(79,3), eurymétope (70,21, loe~ plut6t :orge e• bo>se; cl>om.zrhtnttn (53,8), net progno
rhrsme sous·nosal.
Hybridt des hc>n, "ofptno..médtterrcnloen•• tA:) er '"méso-grm~ldo1d-eu {ASJl
ITALIE SEPTENTRIONALE
SANGUIHETTO. Neoluhique (50).
Sujet num. 1:
dolichoc-rOne O voUte moyenne; chamzconque
(mdf~
ou docryon .
80,55), chom..,rhínien (55), prognothe.
"Type grlmcldoido" (A81 )
Su jet num. 2: sous·broehycróne (80), lote allongée (Indico do Broce: 7 1,7 ), .:ho·
n,.,.;or>que (indlce ou dcvryon: 82,8), chom.x'rhlnlen (53,3), prognothi•me olvéoloor•.
"Type bro<:hy-grlrno'doode" (AS.).
VEROHE. Uguroen onco A (Néohthlque final
en
o début
du Cholcolithlque) (51) .
Sujct mO>culin: dohchocráne (73,9), Orthocráne (72,8), ocrocráne (98..51, foco rnoyonne, c~m..,pro'D!)e, choma:que (84,9),
chom;rrhoníen (54,6), prognoth>sme sous-no101.
"Type mtidlterf"oné~:n onc1en" (At) d'opr~~ lo structure crOt\lo .. fa~•ole; lo morpkolo
gto de lo boite cr6noon11o, lo chom.,rhlnla et. lo prognot hlsme .aus-no•ol Indiquen! uno
hybrldotlon ov~ le "typo grlmoldoide" (ABt)
POLLERA. Logurlen oncieo (Cholcoluhlque) (52).
A: sous-dolochocróne n1.11 lote rnoyenne, Con prognothlsme sous-nosol
"Type méso-gnrnoldoode" (AS.).
Suj~t
BERGEGI. Liguroen anclen (53)
Sujo~ num. 1: dolíchocr
cruro. dédoublóa, prognothlsme.
"Type grlmoldofde" (ABt!
Sujet num. S: boite cr6nlenne Incompleto, proboblement m~r<'lne á voüte bosse:
~ (851 euryen<> (~8,2), cho,...,rhonien (55), prognoth.,..e.
Hybrode des typ "· "olp.no-medolenon~tn" (A,) et "~·oromoldoide" tAB,).
GROTTA OELLA CARBOHARIA. ltgur~tn moyen (civilosatoon do R
Sujet num. 18 (juv6nilel: sous-dolichocr6ne (71 ,2), orthocráne (71,3), tapéonocráne
t92,4), eurym6-topc (72,7¡, foce élrOole, hypslconque (Indico ou docryon: 94,3), chomrorhlnlen (52,5), orthognothe ovec prognolhl$me SOtJS·nosol,
Hybrlde des tyi)H, "olplno-médlterron«n" (A.! el "méso·grimoldoode" (ABJ!.
(49) R. P. OIAIU.ES: "Non: anthroPQlOJique sur un tutet du pmnicr Jge du Fu
d«Guven d:lns le m•ui( de 14 Soillte-Baume (Var)", Bulletin de 14 Sociité Prthistorique
Frant;aiJI<:, LIII, Paris, 1956, pea. 128.
(SO) R. VERNEAU: Oo. ch. note 1, pag. 173.
(S I) V. GlUFFlUDA-RUGGBRI: "Ommc:nu du N~líthique rEccnt rrouvés A V~
rone", L'Anthropolo~ie, XV, Paris, 1904, paa. 31.
(52) R. VERNEAU: Op. cit. note 1, po.¡. 175.
(53) A. MOCHl : "Conu:ib~I~Qo all'antropologia dei N
AI'C:hivio pcr I'Anuopologia e la Emologi2, XLV. Firenze, 191S, paa. 241.
(54) 11.. ISSEL: "Not~ palemo!ogidte ouUa colleziooe dd Si¡. G. B. Rossi" Parrues, 1$93.
-28-
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LB PROBLB/.11! DES NEGROIDES
19
GROTTA DELLA NOCE (IL POGETTO). (lo
gurlcn mO)Ien) .
Sujet num. 9 {fémlnln): dolichoerlíne (74,9) 1 orlhocráne (70,9), métriocróne (94,8),
métrioméaope (68,7L foce moyenne, chomreene, euryéne (41 . 9), chorn~onque 'u'ldice
•~ docryon: 80,6), chama!rhfnlcn (54,5), orthognatho ovec P'ognathí$me sous·nasol.
Hybrlde des types, 11 medlterronéen oncicn'' (A1) et "grlmoldoide" lA.St) ,
ITALIE MERIDIONALE ET JNSULAIRE
SICILE. Slcul• anclen 1 (Néolithique final o Cholcollthique) (55).
Sujct 726: mesocróne (79,7), orthocróne (74,6), mátriocróne (93,6}. foco moyenne
o large, mélrlenc, mésene (51, 1), chamreconque (indlce au docryan: 81 ), charna>rhlnle•
(51,1 ), prognothe (1 03,1 ).
"Type m~so-gnma ldolde" (AB:).
Sujot 730: mésocróne (18,6), orthocróne (12,2), topáinocrone (91,9), foce mayenne
6 !orge, méll·ienef mé.skne (54,4) , chom.rconquc {indicc ou dotryon: 78), lepthorh.nie-n
(46), mérognothe (1 00).
11
Type méso-grimaldoide" tAB~) d'opr~s lo structute c:ronio... foctole; l'l!lorgissemenr
médit~rronéen"
(A,).
SICILE. S•cule oncicn 11- 11 1 (Cholcolithlque ovec Campaniformes) (56).
Sujet 2758 (masculln): dollchocráne (72,2) á vaute moyenne, foce moycrone o large,
métricnc, m~ne (50,8), choma.conque (índice o u docryon: 81 ), chom..,rhinien (54,7)
mésognathe.
"Type grlmoldoíde" (AB1 ).
VALVISICOLA. Cholcolíthlque (51).
Sous-dalrchacróne (76,7), chomaocrane (69,9), topeinocróne (91,2), cr~.. mO)Iennement diwrgente; (83,9), eurymétepe (14, 3), foce largc, chom.-eene á mé~riene, eury~ne
(48,8), mesaconque. (81,5), chOma)rhinfen (57 ,4). net pragnothisme $0US-nosof.
Hybride des types, "olplno-mécliterronéen" (A:t\ el "méso-grimoldoide" (AB,).
1SNELLO. Branzc moyen (58).
Sujet 2580 (mosculln): dolkhocróne (13,1), Orthocr6ne (10,9), métriocróne (97 ¡
foco cmez lorge, ch
Hybride des types, "médilerranéen oncien" (A1) et "grlmoldoide" (AB,).
Sujet 2 582 (féminin): saus-dalichocróne (75,2), foce p lut6t lorge, métriene, mésoconque (78,9), chomoorl·linlen (52, 1), net prog nothisme sous- nosol.
"Type méso-grimoldotde" (ABJ).
SICIL.E. Aoe du Bronze (59).
Sujet 2221 (láminln): mésocréine (18), arthocróne (13,4), métriocrane {92,8), foce
mcyenne. chOJTim O métriene,. mésCnc (52,4), -ehomcerhinien (.52.2).
Hybride des types, "olpino-méd•lerronéen" (A,) et "meso-grimoldoide" (AB,I .
(SS) G. SERGI: "Cnmi siculi neolitici", Bullettino de Paletnologio luillana, XVD,
Roma, 1891, pag. 1S7.
(56) V. GIUF.FRIDA-RUOGERI : ''Terzo contributo all'Antropo1ogia [isiCil deí Siculi oncolitici", At:ti dalla Societlí RQmana di Annopologia, XI, Roma, l90S, pag. 56.
(S7) G. LANDRA: "Un cranio e fr.unmcnti schclctrici enoolitící' di Valvisic:ol:t (Sern ooneta)", Rivista di Antropología, XXXI, R oma, 1935-37, pa¡¡. 417.
(SS) V. GIUFFRIDA-RUGGI!Rl: "Nuovo matcrialc schdctrico dclla Caverna di
l $neUo", Anl dclla Soclet~ Romana di Antropologlll, JX, Roma, 1903, pag. S.
(59) G. SERGI: "Crnni preistorici dclla SiPJia", Atti dclla Socictá Romana di AnnnpologÍll, VI, Rolllll, 1899, p¡\g. 3.
-
29 -
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20
NOVILARA. Bronte finol (60).
Sujct num. 7 (fémlnln): dollcnocrone (10,6), orlhocro~ (10), ocrocrl>ne (99), foce
large por rappotl au crone, mélrlene, mésenc (52,4), mésoconque (80), charrneerhinien (56,5).
"Type grlmalcloT
de" (AB,) d'op.-M l'e.....,mblo des carocléro>; l'étroltesse do la baile
cr6nienne <><1 due o une hybridotíon ovec le vorlété "mégallthlque" (C1 -AC) du typ~
nl!o·médlteNon~n.
Sujct num, 35 (fóminln) : saus-
ne, métriéne, le¡rtoprasopo (91 ), mé>ene (53), net prognothlsme sous-nasal.
"Type
"méso-gt~maldo•de"
Sujot num.
(AB,).
42 (fémTnln): mésocrllna (19), hypslcr6ne (79), acrocráne (100), face
lcrge por ropport ou cróne; métr1enc (48), ~pe (88), euryér>e (48,8), m6socon ·
que p9l, chammrhlnoen (57), prognathe avec r,.t pragnalhisme sous•na>al.
'Type mésa-grimoldoide" (A~) d'apr•s lo s1ruc1ure cranio-foctole; lo hauteur et
Vetro1te~se de lo boitc crOnieMe lodiquenr une hybrídotion ovec lé Htipe onotoJien" (U,
GRECE CONTINENTALE
MA.RCOPOULON (An,que). liellodk¡ue recent (Sranze moyen) l61).
Sujct num. 18 (mC1$culln) : dollchocr6ne (73,6), ortnocrcine (70,5), métriocrone (95,8),
métriomam3!rh1nler¡ (56,3J, mhsognathe (99, Í ) ,
"Type grJmoldoTde'' (AB 1).
VIEUX PHA.LERE, pres d'Ath~nes. S...b-mycéniefl (Sronxe final) (62).
Sujct num. 15: boite cr6n1e1,,e rres ollongée; c.retes moyenneme.nt divergentes (80,9)1
leptaprosopo (95,2), mhsene (52,8), chcm<~>CCnque (75), chamaorhinien (56); prognechisme sous-nosol.
"Type grimoldoide" (AB11 d'oprh la stru~ture cran•o-faclale; morphologie do la
boite crónienne lnfluet~eee por lo voritlte "mégolithlque" (C1·ACJ du rype r»o-médlle-uonéen.
PELOPONNESE
NECROPOLE DE CHELIOTOMYLOS, prh de Corinthe, liellod¡que oncien (Chalcolo ·
lhic¡ue) (63).
Sujet num. 16 (f
(96,2), otthamétopo (85,'1), lace moyeflne por ropport ou crone (93,21, métrloprosopo
(84,1 ), métriene (48, 5), leptoprosope (90,2), mésene (521, chom:.econque (67,4), ehont;erhlnoen (55,5), prognathe [1 03,1 ),
"Type grlmaldoide" (AB1 ).
(60) G. SB.RGI: "1 sepolcreti w Novilara (Pesara}", Atti della Societa .Romana di
ROlllll, 1907, p•g. 129.
(61) L . J. ANGEL: "Skeletal Materíal from Attica", Hesperia, XIV, Princeton, 1945,
Anuopatoga,
vrn.
¡;og, 279.
(62} l . G. KOUMARIS: ''Kroniologlkru pamtuéseis epi 16a "" koínó t!plto kloioph6ron skeletón rou P. PhJllórou". Athenu, 1915.
(63) R. P. CHAlU.ES: "Les sujeu de Chéliotomylos, pr~• de Corínlhc", Cahlen
l.i¡¡nres de Pn!bistoire et d'Arcbealogie, U, Montpelliu, 1962, pa¡. 229.
-30 -
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LE pROl!LiJ,m DI!:> StGROTO::S
2L
Sujtt n~m . 24 (moscul~n): ~6ne (78,6), orthocr6ne (70,2), tapéinocrone (89,3),
crétts moyennement dovergentes (83,3), métriométope (66), orthamo!tope (88,5), toce
trú ~trolto I)Qr roppOrt ou criine (88,9), chomoeene (44,6), mc!s
(17,6 et 76,7), leptorhlnien (43,7), mó•ogno lht (100).
"Type olpono-módlterran~" (k) pour l'en$Gmble des coroctores; le mésognothllme
indique une •nflutnce du # type m!so-orimoldoldc" (ABs).
Sujot num. 34 lmasculln): dollchocrane (70,6), chomax:r6ne (68,3), m~lrtocr6n~
(96,7), c réteo moycnncment divergentes (83,5), eurymótope (73,7), ortnométope (82,3),
foce moyonne por ropport au crline (93,4), hypsléno (54), loptenc (57 ,7), (nom~t>con
~ (73,9), cnam..rninlen (51,8), mósognot he (98,5).
Voric!tl: "m~olllhfc¡u•" (C 1-AC) du type nl:a-mc!dlterronéen d'oprb lo structurt
cronlo-fociolo; le na Jorge ovec la base des c!choncruces dc!doublee, el le fort prognotl>lsm< 50US·nasol, lndoquent une onfluence du "type gromalclaode" (AB,)
.ASIHE. Hellodoquo rnoyen (8ronze ancien) (64).
Sujet " ""'· 18 (féminin): saus..
yenne 1)0< rappart au aone, plutot boue; mésaconque (82,5), chom.lerhinien (57 ,9),
oragnathosme 50US·r>OSOI.
Hybrode c!es type>, "alpona..-nédoterranéen" 1"'1 et "m~-gromaldoide~ (AB,).
Suft l n~m. 14 (moKulin): mésocr6ne (18), chatNOCrono (69,2), topóinacrone (88,8),
>ic!namo!tope (62,5), lace omenuos.!e !19), chQn\lt'Prasope (711, chomzéne (46,7), lepta·
p!osape (97,5), lepteno (59,2), chom~t>CQnqUo (67,5), chorNerhinien (53,1), mésognothe
(enviran 100)
Hybrido des rypes, "o1pono-módltetronc!en" (Ao) et "méso-grimoldoíde" (A87)
ARGOS. Hellodlque moyen (65).
Sujot """'· 91 (fémínln): hyperdo1ichocr6nc (65,1 ), orthocronc (74,31, ocrocr6ne
( 112,2), cr6tes moyennement divergentes (85,9), ourymo!tope (77 ,4), lace étroote por
rcpport ou cr6ne (89), métriométopo (89,91, métrl~no (48,2), leplopra.ope (94,3). me!·
,.,,. (5•1,4), mc!sac:onque (18,6), chorNerhinlen (54,4); mésognothe ovec prognatnir.me
oous-nosol.
"Typo gnmokloiden (A81, d'o.prL lo struc.ture cronio·fcc:iol, rnorphotog¡e de lo boitt
cr6nitnna lnfluencc!o por lo vor;.)té "mc!oallthlque" (Ct-ACl d" typo néo-médote
Sufot """'· 142 (enfont): dohchocronc, foco omenuosóe (coror;tere pédomotphoque)
,.......,...,.., eury~ne, chorNeconque, chom:erhinlen, prognothe.
Hybude des rypu. "rné
MYCENES. Hellodique réc:ent (Bronu moyen) (66).
s~;ot num. 14 (mOKuhn): clahchoo6ne (14,9), orthocr6no (14,3), ocroCJ6ne (99,31,
ct~tes motennement dovergentes (80,9), mélriométope (66,4), toce moyenM po1 ropport
ou crono (94,3), cho,.,..ene (44.3), ouryen<> (47), mésoconauo (791, ch.,...,rhonoen (56,5),
prognotn.o ( 112,9).
La structure crónienne de ce sujet es! le prodult d'hybrldotions complex.eo; le mossol
t•xiol rr'ICt b lul seul en tlvidence une hybridotion entre le ''tlpc médaterfoneen onc;:ien"
(A 1) ot un "typo né¡¡ro1de" (B.) vroi, et lo bolle cr6nlenne e$1 do "tvpc cardé" (Ct).
OEHDRA. Hellodoo:¡ue rC<:ent (67),
Sujot num. 8 (lémínln): sous-dollchocr6ne (11), voOte moyenne, cretes moyennement dive gente. (81,7), metriomélope (66,4), foco étrOole, c~ne (45,5), meSOCan•
qu~ (81,1 ), chorNerhimen (53,5), mc!so¡¡nathe ovec prognothísme sous- nosal
Hybtide des types, "olpino-rnédolor...,.;enH l"'l ot "rnéso-gromoldoide" (AB¡)
(64) C. M . FORST: "Zur Anthropoloa•• dcr Ptlhí.,oritchen Griechen Argalia", Lundo
1Jn.ivcrsitet1 An$krift, XXVI, 8, Lund, 1930.
(6S) R. P. CHARLES: "Erude anthropolo$lque d-. nóctopoles d'Ar¡os", Bulletin de
Corre
(66) FORST: Op. cit. note 64.
(67) FORST: Op. ciL !lOte 64.
- 31-
[page-n-34]
zz
a. r.
HECROPOLE DE LA OEJRAS (Argos)
QIAIU.I!S
H~lodoqve
Svjct avm. 3 de lo tambo XXX (m=ulon): dolicrochCne o voúte plut61 bosse, foc•
plut6t large, nn lorge a bose dedoublfe, nel prognothi$llle $0US•nOSOI
Hybt~de des types, "médlterronéen anclen" (A1) et "grimoldoide" (A81).
Sujet num. 2 de lo tombo XXXIV (féminln): hyperdollcnocr6no (65,7), ortnocr6ne
(porion: 58), ocrocróne (porion: 88, 1), crétes moyennement divergentes (84,4), eurymó·
lope (75,2), orthométope (83,9), foce moyenne por rapport ou cr6M (93) métriAne
(51,7), masen e (54,5), mc!soconque (82,1 ), chom.,rhfnien (51,8), prognalno 0<1,5).
"'rype grimoldoide" (ABo).
d
HAUPLIE. Hellodique recent 169).
Sujet num. 4 (luv~nile) sous·dollcnocr6nc (75,7), orthoc:r6ne (72,71, cr~tes moyen·
nemenl divergentes (80,1 ), eurymétope (69,31, foce lorge por ropport ou cr6ne (96,1 1,
ct>arnzine (47,7), eurya.>e (49,5), mésoconqu" 182), l>yperch.,..rh•n••n (58,7), mé
_,.,,¡,., (1 00).
"Type- trtédfterranet.n
onci~n"
fA1 J
d•opr~s
lo !tru.ctur& CJQnio- foclole; lo morpholo·
gie de to boite etOnienn&, de I'OI.IYf!rture c>•tifotme et de lo région sout·nasale mette..nt
en ev.d:ence_ une hybfidot10n G't1."C le "type m~-gtimoldoide-u (ABJ)
Sujot nvm, 5 (fóminln): mnocrllne (18,2), hYI'S'rráJw (76,4), métrtocróne (91,6),
crétes trb dlvergenres (79,4), sthnomótopo 163,9), foce tres étrolte por ropport ou cr6·
ne (88), métrlime (48,1 ), rn!s6ne (54,7), m~anque (84,6), choma!rhonoen (53.3) 1 orthognathe (97,8).
"Ty~ néo·médlterron~on" (AC,) d'opres la struclure cronlo-foclole; lo morpnoiog••
de l'ouvorture piriforme indique une hybrldoHon cv<>e le "type móso-grlmoldoodt" (AS.I
ASI HE. Proto-go\omctrfquo ('70)
Sujot num. 32 (mosculln): sous-dolichocr6ne 176,8), choma>cro?me (69,6), topélnocr6ne (91,2.), crétes moye""emont d1vergonte• (82,4), sténométope (61 ), lace largo por
ropport ou cróne (95,6), chomepro!Ope (69,81, ch~ne (42,7), ouryl)r0$0po (73,1 ),
oury~ne (44,6), mesoconquo 179), c:hom.:ethonoon (54,3), ortl>ognotho 195,8), av<>e net
prognothisme sous-nosol.
"Type olpmo-m;d•terronien" (A,) d'oprés lo pluport des caract.res; lcs morphologle
ce l'ouverture pirfforrne" et de to r~ion sous-nasole ¡ndiquent une hybridot 1on ovec le
"type omso-gromoldolde" (AB,).
n
COLUMBARIUM DE CHELIOTOMYLOS, pres de Corintn.,, fooq"" romcone
11
Suj<.t num. 13 mminon) doltcnocrllne (72,6), ortbocróne nO.SI. metriocrllne (96,4) .
aete< moyennement divergentes (84,5), eurym>tope 169,5), orthornotope (87), foce mov~nne por ropport ou cróne (93,1 ), chom;clne (44,9), euryéne (48,2), chomaconqu•
170,2 et 71,4), chom:Nhinoen ($5,4), orthognothe (94,8).
"Typ• médlterronóen onclon" (A1) d'c:pris lo structure aonlo-faclolo; lo morpho1ooie de lo boite ertlnlenne et do l'ouvcrture piriforme lndiquent uno hybridohon ovoc le
"type grimoldoide" (AB¡),
(68) R. P. CHARLES: "Etudc onthropologi 0ue do nécropoln d'A.IliOS (Mlssioo
Etude$ Péloponnésienncs, 111, l!colc ~ d'Athcnes, París, 1963.
(69) r. G. ROUMARIS: UKnutb proistorll<á htpdrotilli Relbdos", Tranux du
Jliuso!e Anlh1opologiquc de I'UniVU1it~ Notionale d'Ath
(70) FORST: Op. cit. ootc 64.
(71) CHARLES: Op. dt. oote 63.
1959)~,
-32-
[page-n-35]
U! PROBLéA!l! óSS NEGROlDllS
23
C RETE (72)
OSSUAIRE NUM. 2 DE PAUIKASTRO. Néoli thtque final
o Sub-néollthlque.
Sujot 145 D (mosculin): "type alptno-....,;dlterronéen' (At) par lo piiiPO" de ses caracteres, mals traces d'hybrldation ovec le "type méso-grlmoldoidc" (AB,¡ d'as>res dlvors criteres morphologiqucs.
KNOSSOS: COLLINE DU PROPHETE ELlE Mir¡oen moy"n (BrO
Sujet do lo tombe en fono 64 (foutlles 195 1; masculin) : dolkhacro•e (72), orrhacr6r.o (parion: 59,3), métrloer6r>e (porion: 82,3), cretes trh divergentes {19,2), métriométope (67 ,3), ortho....,;tope {81,5), foce omenuisóe (85), net. largo avec ~ ómoussé•,
r.et prognothlsme sous ...nosol.
"Type neo .. méditerranéen" (AC:) por lo pluport dM corocti:res, mois la -otructvre ddS
régions: nosa1e et sous·nosole mel en évidence: une hybridotlon ovcc 1e- .,1ype mé:so-gri-
maldoide" (AB,).
Sujet do lo tombo XB (foullle• 1953; féminln): sous-dolichoCiane {76), orthacron>
{11 ,4), mótríacróne {94), criltes moyennement divergentes (82, 1), métTiometope (67 ,3}.
crthomótope (87 ,1), foee tres étroite l"'' ropport au cróne (88,8), cha~n• (47), mésCM (52,9). chom....:or.que (15,6¡, mésori-linlen (48,8), prognotne (103,3).
~'TyQ& o1pino -rn&dit~rranéen" (~} d'oprCs lo structure cronco-fociole; lo morpf:\Oiogu)
de lo boitc cronlenne et de la rógion sous-nosolo lndlquent un<> hybridatlon avec le "type méso-grimoldoíde" (AS,).
Sujo! do lo tambo XXVII (foullles 1953; masculin): sous-dolichocróne (75), hypsi
cróne (TI,2), ocrocróM 1102,9), criites moyennoment divergentes (90,2 ), .urymétope
(18,5). orthomótope (86,5). foce lorQe por roppof! ou cróne (97,8), charmeene (45,61,
cu,yene ('16,6), f'nlhoconque (76,8 et 81,7), ch""""rhlnien (53,3), orthognati-le (97)
ove-e prognothlsm! de Jo région
n
lo structur~ crOnc
-cnne ~ ce sujet cst ~o produit d'hybridotions comptexes; lo boite
cr6.níenne e'$t de "type donubien 11 (C:~); quont ou moss1f fociol, de "type médíterrcnéen
anclen" (A1) 1"'' la pluport de ses caroctéres, 11 reflote une lnfluence du "t)'pe n~
grimoldoide" (AB,), por lo morphologte de lo rógi~~n no•ole.
Suiet de la tombe XXVIII A (foullles 1953; mosculin): dohchocr6ne (i 1,8), orrho-
crc!lne (poríon~ 61), métriocróne (pOriOnt 85), c.rCtes moyenf'ement divergentes (83,9),
métriométas>e !68,9), orti-lornétope (89); foce proboblement moyenne, orbite• plut6t bo•
us, ne.z Jorge O bose timoussée, prognothlsme ~s-nasal.
Mossif facial de " lype grlmoldoide" (AS,) et boite crónienno de "type néo-méditerronáen" (AC.,).
Sujct do lo Lomox 1 A (foullles 1953; masculln): hyperdollchocronr. (68,5), ci-lan¡¡¡ocrone (parían: 51)¡ m~trioeróne {porion: 83,21, crétcs moyi!Jlnement divergentes (83,3),
stónométas>e (67,9, orthométope (89,3), lace laroe por ropport ou cróne (95), métrieroe
(48,9), méshne (51 ,5), cnama!(!onc:¡ue IH,6), chom..rhinien (53,1). net prognathi•m•
sous-nosol.
"Type grlmaldoide" (AS.) d'aprh lo. structure cronlo-foclole; la forme tres allongé"
de la voQte et lo forte $OIIIIe de ~a globelle sont des lndices d'nybrldolíon ovec lo variété "m§.golithique" (C1-AC) du type néo-mediterronéen,
PUITS D'AI
Sujet X. (masculln): sous dolicnocrone p5,1 f, orthocrone (10,9), métrlacr6ne (94,4) ,
Ctétes moycnn.ment dlvergent"s (83,9), sténornétope (65,8), orthométope (89,6). foco
e (80), métrtene (48,8), rnésoproso-
(n) R. P. CHARLES: uAntbropo1ogic archéologíquc de la Crete (Mission 1961)".
Etudes Cr~toiscs, XIV (A l'imprcssion}.
-33-
[page-n-36]
24
mWne (52,6), mesoconque (78 pour les deux orbJt..), mésornínlen (48,9) ,
mésognathc ( 102, 1).
"Type mé50-grimotdo;de .. 'AB:t) dJopre:s la structure c.ro-nlo-focio1e; to relatlve étroitesse de l'ouverture piriforme indique: une: hybridotio" ovec le "type néo-méditerroneen" (AG).
p.. (87),
eNVIRONS D' HIRAKLION. EPOque moderno.
Sujet masculin num. 4: doh~hacróne (11 ,7 ) 1 orthocróne (10). rn<\trocxrbne (97,8),
m.orymétope (70,9), lace moyen"" par ropport ou cr6ne (92.5), métrloprosope (82,8),
métrlene (50), m&saprosopc (89,5), méser>e (Sq), Jeptorhinlen (46,8), mésognalhe (1 01 ).
.,Type orimoldoí de" (AB1) d'opres lo suucture ctonio.- fac!ale; l'etroitesse de la boite
crllnienne et de l'ouvenure piriforme lndlquent une hybridotíon ovec lo vorlété "rnégollthlque" (C1-AC) du lyJ> Sujet mosculin num. 27: rnésocróne (77 ,8), métrlornétope (68,7), lace étroite par
rapport ou <:ronf! (90,3), métrionf! (48,6), mésen "Type néo-rnéditer(oneen" (AC:t) pour !~ensemble des COJ'Qcter"; lo lorgeur de
!'échoncrure piriforme troduít une 11ybridotion OYK le "type rnéso-grimoldoide" (ABs) .
Sujet mosculln " "m. 3 4: mésocroM (78,3), orthocróne ('73,9), métriocráne (94,3),
euryrnétope (73), lace étrojte por roppart ou crónf! (89.4). metrlene (51 ,8), leptene
!57,9), <.hom.,rhínien (54), onnognotl1e (94,1).
"TI'P" néa-rnéditerronéert" (AC.) d'opres ·lo slructure cronlo-foclole; lo morphologle
de la r~1on nCl$Oie trodu1t une mfluence du "type méso-grímoldo;de" (AS.).
Sujet fé mínin n um. 2: sous-dollcnocnone (75,4), orthacrbne (14,2), ocrocrane (98,5),
eurymétope (69), foce étroite por roppOrt ou crone (91,5), métrioprosope (83), nypsler.•
(53,5), leptoprosope (90, 7), leptene (58,5), rnésarhlnien (47,9), n¡t\sagnothe (1 00).
''Type donublel'l" (C,) d'opres l'ern;ernble des caracteres; lo mor-phologle des reglons,
r>o
APPENDICL Oons notro précédente dlscusslon du prablemo des "Négroides" curo3 de Toul-8ros (Morbihon), consi·
dér~ oomme étont d'orlg,,. médllerront\enne (74 ). Les corocterlstiques de ce suíet sont
les suivontes: dolichacrOne (73.7 ). lhypolcróne (15,4), ocro<:rbne (102,2), crétes moyenr.ement divergentes (80,91, eurymétope (72,6), foce tres étrolte par roppon ou Grbne
(86,7), chomreeroe (46,6), mésffle (53,8), hyPSicohqLie (86,1), cnomoornlnie, (52,2).
mesognotke (1 00).
péf!ns (13), nous ovíons évoqué le cos du ~ujet num.
Lo structure- de ee suJet e~ le produit d'hybndotions complexas; le mcsstf foc,ol m6t
en évldence une hybrldotlon de\ types¡ "médlterronfe.n anc.ien" (A1) et "grimaldoide"
(A61 ); QUOnt o lo boite crónienne, elle est typiquemenl "otlanto-nordlque" (C1). Une
lnfluence méditerranúnne chez. ce sujt!f esr done •ndlscutoble~
CONCLUSIONS SUR LE GROUPE AB EN EUROPE
Cette révision du matériel mis au jour en Europe méditerranéenne,
nous a permis de mettre en évldence des caracteres sub-négroídes chez
96 sujets se répartissant comme suit:
11 sujets et 34 hybrides,
Type grima!doTde (AB•) :
fype rnéso-grimaldoide (AB•):
8 sujets et 31 hybrides;
Type brachy-grimaldoíde (AB,) :
1 sujet et 1 hybride.
(73) CHARLES: Qp. cit. note 4.
(74) H. V. VALLOI$: "Les O$Sements brctons de Kcmé, Toui-Bns cr Port-13ara",
Bulletin de la Socit1t Polymathique du Motbiban, 1, 1934.
-34-
[page-n-37]
(
Ll PROBL!ME DES NECROlDE$
Sujets p résentant de
véritable~
caracteres négroides:
B•, 3 hybrides;
Bs, 1 hybride.
Sujets présentant des caracteres archétypiques (ABC) 2 sujets et
4 hybrides.
Dans cette série, seuls les éléments du groupe AB se retrouvent avec
une fréquence suHisante pour permettre une étude statistique des caracteres indexables:
lndtces
vuucal ...
n
..
uansverse ..
94
..
..
rronto-úontal
rronto-puiétal .
rronto-sagittal ...
cranio-racial rransversal
... ..
- -
82
69,1
87,1
93,$
..
48 A 52,7
53,6
77,7
54,9
98 A 104,9
structural
rocinl sup orbiuaite ..
nasal .....
..
¡¡nathique (Flower) ...
o
m
. ..
.
0,8
1,4
1,3
1,6
1,4
1,6
-
0,8
1,7
1,3
-
Cara
onhocdne
mt trioc:ri.nc
aétn moyenncment divu¡entn
mtlrio, et sunout eurym~tope
orlhomttope
r...., moycnne. por rappor1 IU
c:rAne
m aurtout mi:sCnc
surtout mé!OCOru¡uc:
chorruuhíníen
m
Les maximum de fréquence et les écarts-types des caractéristiques
sont presque identiques a ceux que nous avons pu mettre en évidence
pour le groupe AB en Afrique du Nord (75) pendant la période s'étendant sur I'Epipaléolithique et le Néolithique, ce qui indique bien que
tous les sujets du groupe AS, atricains ou européens, ont une origino
commune, ce qui justifie leur classement dans une mame entité systématique; tout au plus peut-on noter qu'en Europe la valeur de l'indice
fronto-pariétal est un peu plus élevée (plus grande frequence d'eurymétopes), en revanche l'indice cranio-facial tranversal a une valeur plus
faible (plus grande fréquence des sujets a lace moyennement dévelop·
pée en largeur); quant a !'índice nasal, s'il a lui aussi une valeur un peu
plus faible, il caractérise toujours un nez franchement large.
En résumé, on peut donner pour ces sub·négroides européens la dlag
nose suivante:
«Les sujets européens du groupe AB se caractérlsent par un aspect
général sub-négroide, mis en évidence par le mésognathisme facial, la
(7S) CHARLES: Op. cit. note 6 (Ume).
-35-
[page-n-38]
26
largeur du nez, et divers caracteres non-indexables que nous décrirons
plus bas.
la boíte criinienne posséde une vOlite moyennement développée en
hauteur et plutot large, 11 y a un méplat post-bregmatique toujours bien
marqué, et d'autan t plus étendu que la valeur de l'indice criinien sera
plus faible. Le front, assez bien développé dans le sens de la largeur, est
tcujours nettement bombé; la glabelle et les arcades sourciliéres sont
peu développées, m~me chez les hommes, ce qui confere au cráne une
certalne gracili té. la face est moyenne par rapport au cráne, généralement plus large chez les hommes que chez les femmes; moyennement
développée en hauteur, elle est dans ses proportions, généralement moyenne chez les hommes et étroite chez les femmes. Les orbites sont
grandes, généralement moyennes dans leurs portions, mais avec une
assez grande latitude de variabilité. Le nez est toujours large. quelquefois tres large, avec la base des échancrures arrondie, et souvPnt méme
dédoublée, mais sans que cela donne naissance a la formation d'une goutt iere pré-nasale. L'indice de Flower met en évidence le mésognathlsme,
quelquefois un léger prognathisme facial; en revanche, le prognathisme
sous-nasal est toujours tres sensible» .
INFLUENCES AFRICAINES DANS LE
NEOLITHIQUE MEDITERRANEEN
REPARTITION DES DOCUMENTS
Considérons tout d'abord la répartition en Europe méditerranéenne,
du taux de !'ensemble des sujets présentant des affinités afrocaines variées
(groupe ABC, AB et B) (76)
Italia
Espagne languadoc Provonca
~tpttAit.
N~olithique
11,91% 7,69%
(Avant 2600)
5,60% 11,75%
-
OUIIcolithique
(2600-1900)
2,S3% 2,o6%
Bronxc ancicn
2,94%
2,26%
2,17%
-
3,13%
3,12 ~
(1900-1500)
BroiUIC moyco
(1 S00-11 SO)
BroiUIC fimJ
(IIS0.7SO)
-
(76) Auxqucl.s oo doit adjoindte le typc
te sqjet n.• 1 de la cava de l'lhpérit (P. 0.).
6 rt oa
~ér,
•t
Atuf•Jr
Conlfr~
-
12,SO% 15,80 %
4,00%
-
-
-
-
-
16,6S %, 4,76 %
16,65 % 1,31 %
liby~e
-36-
Ptfop.
(ACs) qul
IS,OO%
Ortto
1,04%
-
7,70% 2,0S o/o
3,84 '*
0,71%
S<
maDlfette chez.
[page-n-39]
27
L11 PROIII.btl! DE$ SEOROfDES
pul~.
la répartition du taux de chacun des groupes:
Eapagne
Groupc ABe
Ntolitbique
0,98 %
Olakoüthique
langu
0,38 '~
0,64
-
11 a 11 a
6roupe AS
fspagne languedoc Provenca
Soj>C.oiT.
6,<41 o/o
1,69 %
2,94 %
2,17 %
3,13 %
Ntollihique
10,44 %
O.alcolitbique 2,15 o/•
Brooze ancien
Bronz.e moyen
Bronze final
-
Mi<. 11
*
6 r l ea
1
.•,.w,
Co"tta.
-
-
S,6 % li ,7S%
12.5 % lS,S %
2,26 % 4,00%
16,65% 4,76 %
3,12 %
16,65 % 1,31 %
-
-
-
Groupc B
Eof"gne
N
0,49 %
-
OWc:olithlque
ftlop.
-
C
ttct
1,04 %
IS,OO%
7,7 % 2,08 %
0,71 %
3,84 cy.,
-
langutdoc
0,37 %
la lecture de ces tableaux inspire plusieurs re marques:
1.• D'une man iere générale, dans chaque réglon considérée, comme
dans !'ensemble de I'Europe méditerranéenne, le taux des sujets présentant des affinttés africaines diminue du Néolithique a la fin de l'áge du
Bronze.
2 .• Du début du Chalcolithique a la fin de l'llge du Bronze, soit une
période s'étendant de 2600 a 750 av. J.C., les variations du taux de ce~
~ujet$ sont trés faibles, et sans signification statistique; en revanche, 11
y il une grosse différence entre le taux de ces .cAfricamS» au Néolithi·
que et leur taux au Chalcolithique. Ceci indique qu'il ne s' agit pas seulcment de l'arrivée de quelques sujets isolés, mais bien d'une migration
d'une grande ampleur qui doit se situer dans le Néolithique anclen, et
qui pourrait méme avoir débuté dés le Mésollthique.
Ce sont du reste la les conclusions auxquelles nous étions déja parvenu dans notre précédente étude (77 ). la poursuite de nos recherches,
en augmentant souvent le volume du matériel pris en considération, nous
permet de préciser certains points.
(77)
CHARLl!S : Op.
CÍL DOI<
4, pp. 136-137.
-
37 -
[page-n-40]
28
ll. ¡•• OL\RL.ES
11 convient tout d'abord de discuter sur la valeur des chiffres enregostrés: pour I'Espagne un taux de 11'91 %, soit en chiffre rond de ll%
sur 91 sujets, e t pour le Languedoc un taux de 7'69 ~. soit un chiftre rond 8 %, sur 80 sujets, sont des chiffres qui peuvent etre acceptes
tels quels. En revanche, un taux de 5'6 % sur 9 sujets en Provence, n' est
pa~ significatif; les chiffres que l'on enregistre dans cette region aux
periodes ul terieures étant legercment inférieurs a ceux no tés en Languc·
doc, il semble que l'on puisse admettre 5 % comme un ordre de grandeur raisonnable pour le taux des sub-négroides en Provence au Néoli ·
thique. En ltalie, les séries sont tres faibles, et de ce faot, le taux des
sub·négroides se trouve fortuotement un peu fort; pour la partoe méridionale, la plus proche de la Tunisie, le taux des sujets varie de 15'8 a
16'65 %; on peut raisonnablement admettre que le taux a tres peu va·
rié depuis le Néolithique, et proposer 15 % comme ordre de grandeur
(taux un peu plus eleve qu'en Espagne); en revanche, il y a des orregularités dans le Nord, 1 1'75 % sur 17 sujets néolithiques et 12'5 % sur
16 sujets chalcolothlques sont des taux beaucoup trop elevés, un taux
dP 12 % semble representar un ordre de grandeur maximum acceptable
pour le Néolithique. On ne connait que 7 sujets en Grece, antérieur a
I'Helladique anden, parmo lesquels aucun sub-negroide; á I'Helladlque
anclen, on en compte 15 % sur 1O sujets dans le Péloponnése, ou 5'56 '1sur 27 sujets pour toute la Grece; a I'Helladique moyen, on n'en
compte que 7'7 % sur 26 sujets dans le Peloponnése. On peut done dire
que le taux est toujours tres faible, et proposer 5 % comme ordre de
grandeur. En Créte enfin, un taux de 1'04 %, soit 1 % en chiffre rond
sur 48 sujets est un chiffre a conserver
Ainsi, le taux de ces sub·négroides se répartit d'une maniere qui
améne a conclure que la migration de 1'Afrique vers I'Europe s'est faite
par deux voies · la premiare passe pour I'Espagne, le Languedoc, et at·
tPont la Provence; la seconde passe par la Sicile et le Sud de l' ltalie. ou
elle se divise en deux, une vague se dirige vers le Nord de la Péninsule,
et une autre atteint la Gréce, et de la la Crete ou le taux de ces sujets
e~t tres faible.
Par ailleurs, si l'on consid~re les quelques rares sujets présentant des
affinités archétypiques ou vraiment negroides que nous ayions pu inven·
torier, on constate qu'ils proviennent tous d'Espagne et de L>nguedoc,
ce qui précise !'origine mauritano-maghrebine de la migration Jyant em·
¡:runté la voie occidentale, tandis que la migration qui a traversé 1'1 talle.
el dont !'origine ne peut étre située qu'en Tunisie, elle est stroctement
maghrébine.
-38-
[page-n-41]
LB PROnLtM2 DES
~&GROfDES
29
ORIGINE DES PEUPLES VECTEURS DU NEOLITHIQUE ANClEN
Dans notre précedante étude, nous avíons proposé de situer au début du
IY. míllénaíre, ou a la fin du V•, cette arrívée en Europe de populations
afrícaines. Nos recherches récentes sur les populations d'Afrique médíterránéenne pendant I'Epipaléolithíque f>l le Néolithique nou.; permet
tent de préciser certaines données.
Pendant I'Epípaléolitnique, soit une péríode s'étendant du X• au dé·
but du V• míllénaire, le Maghreb a été le théatre de mouvements démo·
grap.'-liques importants, au cours desquels des populations sahariennes
ont atteínt la Méditerranée au sud du golfe de Gabes; puis, se mélant
aux autochtones, les ont entraines dans une migration d'Est en Ouest en
longeant la céte. Que certa~ns éléments aient pu atte1ndre la Sicile pu•s
l'ltalíe dés cette époque reculée, cela est possíble, encore qu'on n'en ait
pas l'attestation.
En Espagne, en revanche, 11 sembleraít qu'on puisse ínterpréter les af·
linités du sujet num. 4 de Tisuco avec l'an:;hétype ABC, comme un incilce de rapport entre la provínce de Ségovíe et le Maroc. Nous avons vu
plus haut combien les sujets archétypíques étaíent rares dans le Paléo·
'ithíque européen; 11 est done peu probable que le sujet num. 4 de Tisuco soít d'origíne autochtone. les cond• tíons du gísement ne permet·
tent malheureusement pas de préciser le mveau archéolog•que exact.
mais une datatíon antéríeure nu V• millénaíre est certa1ne.
Avec le début du Néol.thíque, dans la premíere moítié de V" millénaíre, les mouvements démographiques s'intensífient et deviennent plus
complexes en Afrique du Nord. ti y a un vérltable brassage de populatlons au cours duque! le mouvement d'Est en Ouest se pour~uít; maís
en méme temps, certains éléments de populatíon se dlfígent de la cote
~ers l' íntéríeur des massífs montagneux, tandís que la pressíon des po·
pulations saharíennes vers le Nord et vers la cote s'accentue en d'autres
poínts. la mígratíon qui, en introduisant l'usage de la poterie, a amené
des éléments de populatíon nord-africaíne en Europe medíterranéennc!,
est certainement la resultante de ces mouvements complexes quí atteí·
gnent a lors leur paroxysme dans le Magnreb.
La plupart des restes humains néolithiques proviennent de sépultu·
res collectives, datées par les condl tíons du gisement, sans que l'on puísse
assocíer les squelettes a un type bien défini de cívillsation.
Nous disposons cependant pour le Mídi de la France d'un certain
nombre de sépultures caracterísées par la presence de poteries cardíales,
dont 11 convient de consídérer le matériel humaín en détail.
-
39 -
[page-n-42]
30
R. 1'. CJL\IlU!S
COVA DE L'ESPERIT (Pyrón~-Orientales) (18).
Su¡.t num. 1 (d. ci-dossus): WJet de factb nard-ofrteotn, hybrode du type ltb)'Caberb~re (AC;) et de l'archély1:!e (ABC).
Sujet num. 2: mésocr6ne (76,6 b 78,8), cham;e a ort~r{lne (69,5 <1 ? 1,4), tapéi .
nocróno (90,51, creles tres divergentes (19,2), eurymétope (71,?), ortkomótope (88,21.
foco moyenne par rapport au cr
(80,5), loptorhlnien (42), orhtognotke (96,8).
Hybrlde des types, .. oqutlono-ml!dlterran~n" (ACt) e t "olplno-módlltrranéon" (A,f .
Sujet num. 3: dollckocrano (73,8), ottkocrono (porion: 61,?), mótrlocr6ne (parlan:
83,1), ortkocróne (86).
"Calva" de "tyi>P aquitona-ml!dlterron~n" (AC1).
Sujet num. 4 : dollchoctant (71,8), h)ll»icr6ne (porion: 68,1 ), ocrocr6ne (portan: 94 ,3).
''Colvo.'' de "type oqu1ta1n" (C1 ~
GROTTE SICARD, prO$ de Chlttoouneuf-les-Mortlgues (8. du l
Sujet mtnculin: dohchocrane {12,1), hypsia&>e (75), ocroa&>e 1104,1), crftts "'·
atvergentes (16,1), sténométope (65) , fOCO tri$ lorge por r •iMI<> (53.6), mésene (54,6), rne10<0nquo (76,5), leptorhtnlen (44,3), orthognotko.
''Type oquitcln" (Ct).
Svjet féminln: rn6.oconQue (79), ortkocrone (eriVtron 11-72), tapélnacr6ne (onvtton
91 ), crites rnoyennement divergente< (80,1 ), sténométope (64,7), foco largo b tris lorge por rcpporr ou crone (onvlron 98), métriene (48,9), euryene b mósino (enviran 501,
hypsiconque (88,8), leptorhlnien ('13,1 ), orthognothe.
Hybrtde efe¡ types. ''OQU1tano .. m6
ABRI PENOIMOUN (Alpes Marltirne•) (80).
Hybrtde de• tvoes, "grtmaldoide" (AB1) ot "aquitcin" (Ct).
CONCLUSION SUR LES SUJETS «CARDIAL»
Sur 1 sujets bien conservés, exhumés de sites franc;aís du Cardial,
nous comptons 1 Nord-Afrie<~in certain, 1 hybride de Sub·négroide et
d'Aquitain, 2 Aquitains (sub·autochtones occidentaux), 1 Aquitano-médíterranéen, et 2 hybrides d'Aquitano-méditerranéen et d' Alpino-médt·
terranéen (autochtones).
Nous voyons done qu'environ la moitié des sujets sont des autochlones, environ le tiers sont d'origine plus oecidentale, done sub-autochtones dans la zone méditerranéenne, et le reste est d'orlgine nord-afri caine, soit un taux d'environ 15 1 20 % pour cette influenee maghrébine dans le Midi de la France, Ce taux est tres élevé puisqu'il est supérleur au taux aeeepté pour l'influenee maghrébine dans le Sud de l'ltalie, et eeci da·ns une région ou par la suite, le volume des sub négroides
sera trés faible, étant données les eonditions géographiques.
Ceci perrnet de préeiser deux points encore eontroversés
(78) ABEI.ANET ct CHARLES: Op. ciL oote 34.
09) M. ESCALON DE FONTON et R. P. CHARLES: "Ln ¡rottes ~
du Castellas de Cl>Jiteauncuf-1e$-Marti¡ues (Bouches-du-RI$te). l. La Grane Sica.rd",
Rl•ism di Srudi Liguri, XVll, Bordiabcn, 19Sl, peg. 132.
(80) BA.RRAL : Op. ch. note ~6.
-4.0-
[page-n-43]
U! PROBLtMB DI!S NECROfni!S
31
l.' Tres haute antiquité du Néolithique cardial, et de ce fait longue
durée de la période Néolithlque Ce point de vue a déja été défendu par
M Escalon de Fonton (81), qui attribua1t au Néolith•que une durée de
1500 ans et situa1t le début du Cardial vers 3500. Plus récemment, ce
m4me auteur a proposé de si tuer le début du Cardial vers le VI• millé·
naire (82) Cette proposition nous paraitra•t un peu haute de quelques
siecles; bien que nous n'avons aucun argument décisif a apporter, il nous
semble raisonnable de ne pas falre débuter l'usage de la poterle en Mé·
diterranée occidentale, avant que ce meme usage soit attesté en Egyp·
te, soit la premiere moitié du v• millénaire, et le Néollth1que aurait perduré jusque vers 2600, époque de l'introduction de la métallurgie en
Occídent par les navigateurs heliadiques (83).
2.• La plupart des auteurs espagnols admettent pour le Néolithi·
que ibérique, une origine africaine (84), il n'en va pas de meme pour le
Néol1thique du Midi de la France. J. Arnal et R. Riquet (85), rarlant du
Néol ithique cardial de I'Afrique du Nord, écrlvent: «S'i l paraít hors de
doute qu'il soit a la base de I'H1spano-Maurétan1en, 11 est mo1ns certain
qu'il ait un rapport quelconque avec le Cardial du Midi de la France»
Les résultats de la présente enquete semblent indiquer que non seule·
ment le Cardial fran~ais a des rapports certa1ns avec celul d' Afrique du
Nord, mais encore que cette civ•lisation n'a pu s'établir dans nos régions
qu'avec un apport non négligeable de populations maghrébines.
INFLUENCES AFRICAINES EN EUROPE MED ITERRANEENNE
APRES LE NEOLITHIQUE
Alnsi que nous l'avons dit plus haut, des le début du Chalcolithique
(vers 2600). il y a, sauf dans le Sud de l'ltalie, un effondrement du taux
(81) M. HSCALON DE FONTON: "La wl
¡nphic du N~ithique", Gallia-Ptchistoire, r. Paris, 1958, pag. 19.
(82) M. ESCALON DB FONTON: "Ori¡inc ct divdoppcm.:n1 des civUitations niolithiques mcditerntnéennes en Europe occidcnwe", Q.hiers li¡¡ures de Púhilloirc et d'Arcllt'Olo¡ie, 12, Montpcllier, 1963.
(83) Daos une publication ricen~< Q, ARNAL, G. BAILLOUD et R. RIQUET:
•·l..cJ Jtyles Cil'llmiques du oiolithique rran~is", Prihistoire, XIV. Puis, 1960) on pCW
'~ir, p. 189, un rsbleau ehronologique sltuant !e cardw anclen, et le Rubanc! anclen en
l'uropc ccnuale, cotn: 2.600 et 2.400; sans doute, oos collq¡ucs avaicnt ~ a: tablcau
dtpua plusieun annies en (onction des vues, nujourd'hui périmics, de V. Gordon Ch.ilde,
ur U n'est tenu aucun c:.ompte deJ d:uations rkenu:s au Cl4 en 'Europe ce:ntrale, qui
bSUtent des dJitcs beaucoup plus hautes s'accordant ovcc nos propositlans.
(84) J. MJ\RTINEZ SANTA OLALLA: "Sobre d oeolltico antiguo de España",
Acllls y Mcmoriu de 13 Sociecbd Española de Aotropolog!a, Etnografio y Prehistoria
(Allantis), XVI. MAdñd, 1941, ¡>Ag. 90.
j SAN VALERO: "El nt'Olitit'O y la península Hisp:inicn". Actas y Memorias de la
Sodcdad Espoñoln de Anuopologfn, Etno¡rafln y PrchiSiorill, XXII I, Madrld, 1948.
(SS) Op. cit. no1e 83, pag. 70.
-416
[page-n-44]
32
-42-
[page-n-45]
LB PROBWm DES NEGROIDES
33
des Sub·nég roid es en Europe; rapidement, lis ne représentent p lus qu'un
élément sporadique dont les variations sont tres faibles et sans signifi·
cation sta tistique.
Nous savions déja que pendant les 111• et 11• millénaires, des contacts
de civilisations se sont établis et des échanges de popu lations se sont faits
entre la bassin occidental de la Méditerranée e t le monde helladique,
pll.ls rarement avec l'intérieur de I'Europe (86). Les résultats de la présente enquete confirme que le développement des civí lisatlons du métal
dans cette partie du Monde s'est fait sans nouveaux apports de I'Afrique
du Nord; quelques éléments, lointains descendants des peuple~ vecteurs
de la céramique cardiale, ont pu subsister jusqu'a nos jours, mais leur
volume est sí faíble qu'ils ne comptent pratlquement pas dans la composition de la populat íon.
CONCLUSIONS
Cette enquéte sur les sujets anciens, découverts en Europe méditerranéenne, et présentant des c.aracteres sub-négro'ides plus ou moins accusés, nous a permis de précíser les aftínités systématiques de chacun,
et de mettre en évidence la parenté, mais non la descendance, de la plupart d'entre eux avec les célebres <
Nous avons ainsi pu prend re en considération 96 sujets présentant
des affini1'és nord-africaines. Leur répartition géographique et ,leur d istribution chronologique montrent que ce sont des populations originaires
du Maghreb qui ont introduit en Europe oc.cidenta le les civillsations néoli1n iques avec l'usage de la céramique cardiale, a une époque que l'on
peut si tuer approximativement dans la premiére moitlé du V• millénaire,
mais u ltéríeurement, le développement des civilisations en Europe s'est
fait sans nouvelles influences africaines, aussi les types «sub-négroides»
se sont-ils de moins en moins manifestés au sein des populat1ons d'Europe méditerranéenne, ou íls ne se sont maintenus qu'a l'état d'élérnents
sporadiques, réapparaissant par-el par-la en fonction du jeu complexe de
la Génétique
(86) CHARLES: Op. cit. nQte 4.
J. AUDIDERT: "Les civilisarions cbaloolilhiques du Languedoc occidental", lnstitut
ln
R. P. CHARLES er J. GIDLAINE : "Une ¡¡rotte •épulcrale du Bron~e m1>yen en
Longuedoe : la Grottc au Collier, cammune de La.stours (Aude)", Gallin-Prehistoire, VI.
Puis, 1963 ¡ pug. 149.
R P. CHARLES : "Problemes de chronologie méditumn~enne", Cahiers Ligun:s de
Pttllisroire er d'Arcbeologie, 12, Montpellier, 1963.
-43-
[page-n-46]
[page-n-47]
H. SCHUBART y V PASCUAL
(Alemania)
(Aicoy)
Datación por el carbono 14 de los estratos
con cerámica cardial de la Coveta de I'Or
La ((Coveta de I'Ono se halla en la zona limltrofe entre las provinCtas de Alicante y Valencia (fig. 1), en térmtno de Beniarrés, inmediatamente después de la cual, en lo alto del puerto de carretera que lleva a
Caste116n de Rugat, hay un camino forestal que conduce a las proximtda·
des del yacimiento (fig. 2).
Su entrada se halla en la vertiente sur del monte Benicadell, está
orientada hada el S. O. y tiene unos seis m. de ancho por tres m. de alto.
Nuestra mirada se extiende desde el valle del Serpis, remonta el curso
del rio hasta cerca de Alcoy y le acompaña en su descenso en dirección
o Gandia. La cueva está a una altura, aproximada, de 650 m. s. n. m.
Su tnterior consiste en una oquedad casi oval de unos 40 m. de longit\KI por 20 m. de ancho, con declive hacia el interior, terminando en
una gneta de donde se ha extraído abundante material, evidentemente
arrastrado por las aguas desde partes superiores de la cueva (fig. 3)
Geológicamente pertenece al Cretáceo Superior.
Tras las exploraciones preliminares llevadas a cabo en 1934 por el Ser·
vicio de Investigación Prehistórica de Valencia bajo la direcció.1 del doc·
tor Pericot, consecuencia del descubrimiento de l yacimiento por el señor
Pardo ( 1), volvieron a realizarse nuevas prospecciones en 1954 por don
(1) L BALL!!STER TORMO : ~La labor cid Servicio de Investigación Pl'cbi116tic:8
Musco en el pG. .do •ño de 1934". Valencia, 1935 ¡ pola. 11.
y "'
-4.5 -
[page-n-48]
2
Camilo Visedo (2), y en los años 1955 a 1958 se efectuaron por el Ser vicio de Investigación Prehistórica de Valencia, bajo la dirección de lo~
,... ...........
~.
/
Figura 1
señores San Valero y Pascual, diversas campañas de excavaciones que
dieron por resultado una estratigrafía clara en 1,50 m. de espesor, por
término medio, formada por varias capas (3).
(2) C. VISEDO MOLTO: "Akoy. Geolog!a, Prehútoria". Alcoy, 1959; pág. 40.
C. VISEDO MOLTO: "Coveta de I'Or. Bcniarrés (Alkonte)". Noticiario Arqueol6¡¡iro Iüsp:lnico, V. Mttdrid, 1962; pág. !SS.
(3) E. PLA BALLESTER: "Actívidades del S. l. P. (1946-19SS)". Archivo de Pro·
hi>toria Levantina. Vlilcncia, 1957; pág. 19S.
E. PLA BALLESTER: "Actividades del S. l . P. (1956-1960)". Archivo de Prehistoria Levantina, tK. Voltntip, 1961; pág. 21S.
-
46-
[page-n-49]
DATACJON COVETA Da LtOil
....
•
,.._
"""
....
.X..
3
...,.
a»t
Mn--.
·~----~------~--~------~--Figura 2
-
47 -
[page-n-50]
El abundante material hallado está compuesto por pequeñas hojas de
sílex, microlitos trapezoidales y semi-lunares, gran variedad de puntas
de flecha de aletas y pedúnculo y de formas geométricas, pequeñas ha·
Croquos de la cueva en 1955
• :Punto de donde se extrajeron las mll¡estras
Figuro 3
chuetas, así como una gran variedad de objetos diversos, como huesos,
punzones, espátulas, cucharas, colgantes, anillos, etc.
Destaca, sin embargo. por su especial interés la cerámica cardlal, de
-
48 -
[page-n-51]
DATACION COYl!TA DB L'Oit
S
la que se hallaron fragmentos con decoración onetsa :> con verdugones
Esta cerámica fue encuadrada en el neolítico hispano-mauritano (4).
Sobre la totalidad de los hallazgos obtenidos en las excavaciones se
está preparando una publicación, a la que en este lugar no debemos no
Seclor fl$
Figuro 4
podemos anticipamos. Algún material se halla en el Museo Arqueológico
Municipal de Alcoy (Lárns. 1 y 11). procedente de las prospecciones del
señor Visedo, mientras que el de las prospecciones de 1934 y excavado·
nes de 1955 a 1958, efectuadas por el Servicio de Investigación Prehis·
(4) D. FLETCHER VALLS: '"TondO$ ttrimioos ocolltic:os". Cnlnoc:a del vn ConNocional de Arqueoloala <&=lona, 1961). Zaragoza, 1962; ~- 148 y &S.
D. PLETCHER VALLS : "Nuevos dAtOS sobre los reillciones neolíticas enu-e
corras
1963; pta. 167.
-
¡,.,
-49i
[page-n-52]
6
tórica de Valencia, ha pasado a formar parte del Museo de Prehistoria
de la Diputación de Valencia.
En junio de 1960 y con ocasión de un viaje de estudios de uno de
nosotros (Schubart, del Instituto Arqueológico Alemán, de Madrid), visitó la cCoveta de I'Or», en compañia del capataz de las excavaciones
E" el antiguo perfil de la excavacoón podía reconocerse un almacenamiento de cereal, del que se habían desprendido varios granos De ellos
se sacó una muestra que se remitió al Profesor Schwabedissen, de Color.ia, para que la sometiera a l análisis del radio carbono. Con e l fin de que
este examen se real1zara sobre una base más sólida y amplia, el 2 de
mayo de 1963, los autores de este trabajo volv1mos a la cueva, retirando del perfil una segunda muestra más abundante del cereal y remitiéndola, asimismo, a Colonia. El lugar de donde se extrajeron las dos muestras es claramente reconocible en la fig. 4.
Ambas muestras proceden de la séptima capa, en la quo! también
abundan de modo espec1al los fragmentos de cerámica cardial, cuya fre·
cuencia disminuye conforme se asciende, pero, en todo caso, es la nota
predominante en el conjunto de hallazgos de las cuatro capas inferiores
Lll cerámica con decoración Incisa se presenta ¡unto a la cardial; en las
tres capas superiores se encontró exclusivamente cerámica lisa sin deco·
rar (5)
Consignamos a continuación los resultados obtenidos en los dos análisis, datos que nos fueron comunicados e l 5 de enero de 1965 ·
4.315 ±
4.670 ±
1.• Muestra de 1960
2.• Muestra de 1963 .
75 a. C.
160 a. C.
Si hemos de admitir los métodos del C14 y las fechas que arriba se
indican, doblemente confirmadas en «la Coveta de I'On>, y que todavía
han de ser confirmadas por un tercer análisis, nos encontramo> con que
el punto de partida del Neolltico Inferior en la Penlnsula Ibérica lo cons·
tituye una fecha que hasta el momento apenas se había visto defendida,
pero que encaja perfectamente, tanto en el cuadro de conjunto de las
culturas neolíticas del Medi terráneo, como dentro del marco de su des·
arrollo en la Península.
Entre la datación del Cl4 para los concheros mesoliticos de Moita do
Sebastiao (Muge, Portugal) (5.350 ± 350 a. C.) y la arrojada para la
fortaleza eneolitica de Los Millares (Almería) (2.340 ± 85 a C.) se hallan hoy las nuevas fechas citadas para la cerámica cardial prími tíva del
(S)
FLETCHER : 0po. aL nau anterior.
-
50 -
[page-n-53]
OATACIO~ COVEl'A D.E L' OR
7
litoral español valenciano. Esta comarca costera se halla abierta en toda.
las épocas a influencias orientales; las formas cerámicas de la Penlnsula
Ibérica se explican en relación con las del Mediterráneo Oriental. Las
fechas más altas de Onente admi ten como muy probables las recientes
d.ltaciones del e 1'1 en España
Unicamente esta corriente de relaciones culturales transmttidas du rante el Neolítico Inferior a través del Mediterráneo, explica la expansión
de espelta en la «Coveta de I'Or». La espelta casi sólo se conoce en
Or1
ente y en una zona que abarca hasta e l centro de Europa, por donde
Sil extendió partiendo del Este, no habiéndose encontrado hasta ahora en
la región oc:c:idental del Mediterráneo (6).
Así, pues, los análisis de l e1'1 y el examen del cereal proporcionan
datos esenciales para la htstoria del inieto del Neolítico en la Península
Ibérica, momento que deberá ser objeto de estudio más detallado en
otro lugar (7).
(6) Wase sobre e11t1 C\lcstión el intetc1311te estudio que de la doctora MariJI Hopf oe
publico en el presente Archivo. Agndeccmos a la doctOI'll Hop( ou amable infonmción
previA.
(7) En b actUalldad, dcspuú de HU imponante aportación sobre b Coveta de I'Or,
dilpOnm>OS para las tic:ttu valencianas de
siguieruea anüisís:
- Co\eta de I'Or (pealitico) •
•
4.31S ± 7S a. C.
- Eteto del Pedregal (eneolltic:o broocc)
1.980 ± 2SO a. C.
-Pie deis Corbs (bronce) ..
I.SSI :i: 100 a. C.
m
-51 -
[page-n-54]
[page-n-55]
<;C IIOB.tRT-PASCUAL.- Oa laclón de la Covela d<' I"Or
Vnso~
de c
(T . n.)
LAM. l .
[page-n-56]
SCHUBART- PASCUA L. -Oataeión de la Co•·eta d e I"Or
LA-'1.. 11
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[page-n-57]
MARIA HOPF
(Alemania)
Triticum monococcum L. y Triticum dicoccum
Schübl, en el neolítico antiguo español
En el estrato inferior de un sector de la excavación de la Cov& de I'Or
(Benlarrés, Alicante), se distinguió una pequeña cavidad de provisiones
llena de granos, de la cual el Dr. Schubart, del Instituto Arqueológoco
Alemán en Madrid, extrajo unas muestras de cereales. Como este estrato
solamente contenía cerámica cardial, se fecharon, asimismo, los cereales
en el Neolítico Antiguo ( 1).
Para determinar la fecha, los cereales en cuestión fueron sometodos
" examen mediante el C 14, en el Instituto de Prehistoria de Colonoa,
n6
pero antes de la molienda necesaria para dicho análisis, se determo la
clasificación de los granos, que estaban completamente carbor11zados v
algo deformados y estropeados, pero conservando la forma original y mu
chos rasgos morfológicos Importantes para la identificación.
La muestra pesaba en total 80'8 gr La parte examinada, .-le 23 gr ,
estaba compuesta de .
Triticum monococcum ... ...
frltlcum dlcoccum ...........
Triticum aestivo·compactum..
Hordeum vulgare L (y var.
nudum)
...
...
.
o •••
14
145
198
granos,
•
»
0'14 g.
2' 12 g.
3' 18 g.
233 g. largos 2'95 g .
464 g anchos 7 '35 g.
0'89 %
13'4 7 %
20'20 %
..
18'74 %
46'70 7:~
(1) V&te m eue mí11110 volumen el trabajo de Schuban-Pucual sob"' lo cronoloala
ck Cova de l'Or.
-53-
[page-n-58]
2
M. IIOI'F
Granos rotos
.. .. ........
Carbón vegetal
Arena y desperdicios
..
..
...... .
5' 18 g.
0'30 g.
1'78 g
1.054 granos . . . 23'00 gm.
100'00 %
Trit icum monococcum L. (Esprilla) (Lám. 1, a, tig. 1)
La parte menor de este hallazgo la constituía el T . monococcum (es
prilla), con 14 granos, que median:
(4'6- 6'2) 5'3 mm. x ( 1'4 - 2'5) 2' 1 mm. x ( l ' 9 - 2'8) 2'5 mm
lndices: Largo 1 Ancho= 2'5; Largo f Alto = 2'1; Ancho 1 Alto= 0'83
o
ü
Fig. 1
Por lo tanto eran especialmente estrechos y de dorso alt~;, con el
v•entre muy redondeado. Los granos de escanda, en ocasiones también
tienen la parte combada un poco acentuada, pero sin la vuelta hacia la
base, característiCa de la espelta. Por el desarrollo típico de est~ 14 gra·
nos, cuyos flancos están apretados y los que, en relaci6n con la escanda
t ienen la espalda más elevada demostrando el mayor abultam•1mto pre·
-
54-
[page-n-59]
3
TRIGOS D1l LA COVKTA DB !.'OR
cisamente encíma del germen y, además, con un perfil más o menos
triangular, puede deducirse que no puede haber confusiones erotre espnlla y escanda.
Esto; granos apicales no suelen ser más pequeños que los demás granos de la espiga, la longitud mediana de los granos de esprilla es una
séptima parte menos que la de los granos de escanda.
Tritituftl dit ottUftl St hübl. (Escanda) (L1m. 1, b, fig , 2)
145 granos más largos y más anchos, pero el dorso más llano que en
los mencionados ¡¡nteriormente. Mayor abultamiento del dorso, más en el
centro del grano, vientre cóncavo o llano, flancos más o menos paralelos,
pero no apretados, l¡¡ punta redondeada y casualmente con algunos restO<
peludos.
o
o
o
Fig. 2
Medidas.
n = 25 (5'0-7'6) 6' 1 mm. x (2'3-3'4) 2'99 mm. x (2'0·3'3) 2'52
milímetros.
lndices· L/A
2'04, L/Ait.
2'42; Anch./Aito = 1'18.
=
=
-
55 -
[page-n-60]
M. 1101'1'
Triticum aestivo· compactum Schiem, s. l. (Lám. 1, e, 111, fig . 3)
La mayor parte se componía de granos toscos s•n puntas, la partll
dorsal simétricamente encorvada, la parte del vientre plana, y 11erfil más
o menos cuadrado.
o
Medidas:
(4'4·6'7) 5'64 mm. x (2'6·4'4) 3'35 mm. x (2'2·3'9) 2'82 mm
lndices: L/Anch. = 1'68; L/Ait. = 2'00; Anch.fAito
1'04
=
La mayoría de estos granos rechonchos se diferenciaban por numero
sos indicios de los dos trigos vestidos, y se pueden clasificar, csensu lato•,
como «Binkel», es decir, pertenec.ientes al grupo de trigo de siembra de
espiga tupida.
-
56 -
[page-n-61]
S·
Hordeum vulgaro L. polystichum var. nudum. Cebada desnuda de
varoa~
lineas (Lám. 11 a, 11, e, IV, a; fig 4, 5)
,
Hordeum vulgare L. polystichvm. Cebada vestida de varias lineas (Lám
11, b, 11, d, IV, a)
Había cebada desnuda y vestida, de formas muy variadas La mayoría
de los granos eran rechonchos redondeados; los demás eran delgados y
ópticamente parecían más largos (fig. 5). La clasificación en desnudos y
vestid os es difícil, pero predominan, visiblemente, los primeros.
o
Fig. 4
Medidas generales:
Ancho n
50 (4'5- 6'5) 5'5 x (2'9 • 4'3) 3'8 x 2'0 · 3'1) 2'9 mm.
lndices : l/Anch. = 1'46; l f Ait. = 1'9, Anch./Ait.
1'3.
Estrecho n = 60 (4'7 • 6'8) 5'5 x (2'2 • 4'0) 3' 1 x ( 1'5 • 2' 9) 2.'2
milímetros.
=
=
lndices: l/Anch. = 1'75; LJAit = 2'46; Anch./Ait. = 1'4.
-57 8
[page-n-62]
6
M. ROPP
Cebada desnuda:
Ancho
5'3 x 3'6 mm.; L/ Anch. 1'47.
Estrecho 5'3 x 3'0 mm.; L/ Anch 1'77.
Cebada vestida:
Ancho 5'3 x 3'6 mm.; L(Anch. 1'47.
Estrecho 5 '2. x 2.'6 mm.; L/ Anch 2.'00.
De la confrontación de los índices de los granos gordos con los delgados re51Jit6 que los granos gordos, en conjunto, eran más redondos en
su corte transversal que los otros
o
o
o
Fíg. 5
Una ampliación del ancho con ligera disminución del largo es, gene·
ralmente, el resultado de la acción del calor al carbonizarse los granos
(v. M. Hopf, 1955) En cereales recientes, la merma del tamaño, al ca•·
bonizar, era de 7'8 a 11'1 por 100.
-
58 -
[page-n-63]
7
TRIGOS DB LA COYttA DE L'OR
Corno es de esperar, este cambio se forma en todo cereal prehistóri
co, siempre que esté carbonizado, como, por ejemplo, en la Coveta de
I'Or; por otra parte, se encontró en ésta, además de los granos redondeados rechonchos, cierta cantidad de estrechos, por lo que no pued~
atribuirse el grosor de aquéllos al calor, ya que todos jos granos anali zados eran de la misma muestra y, por tanto, expuestos a la~ mismas
condiciones.
Los anchos no estaban más hinchados y dañados que los delgados y
la long itud era la misma. Por lo tanto hay que deducir que, junto a un
número menor de tipo fino, tenemos ahí un tipo marcadamente grueso,
tanto de cebada desnuda como de vestida. Esto se desprende tambié1,
muy claramente de las indicaciones de peso: los 233 granos delgados
pesan 2'95 gramos mientras que doble cantidad de granos gruesos no
pesaba el doble sino el triple, es decir, 7'35 gramos. Si se mira !a escanda
bajo este aspecto, resulta una concordancia llamativa (solamente un ancho mayor) con los hallazgos de escanda del Norte de España, descrito>
por Téllez y Ciferri (desde luego de la Edad del Hierro). EJ promedio de
los valores de 10 muestras era allí:
6'02 x 2'79 x 2'47 mm.
L/Anch.
=
2'13; LJAit. = 2'43; Anch./Ait.
=
1'13.
Los hallazgos de Triticum aestivum, o sea aestivo compactum men·
cionados por Téllez y Ciferri 1 son, por el contrario, en sus tres dimensio·
nes, más pequeños que los de la Coveta de I'Or, tanto los de la
Edad del Bronce: n = 11 5'02 x 3'08 x 2'83.
L/Anch. = 1'63; L/Ait.
=
1'78; Ancho/Alto= 1'09.
como los de la
Edad del Hierro: n = 9
L/Anch. =
5'18 x 2'99 " 2'52.
1'73; L/Ait = 2'05; Ancho/Alto= 1'08.
Pero los índices (a excepción de) más reducido L/ A en el trigo
común de la Edad del Bronce), concuerdan casi por completo, en la misma especie en los períodos indicados.
Hasta ahora no se había conocido ningún trigo del Neolitico español
Para la Edad del Bronce se había indicado la existencia de trigo desnu ·
do, pero las dos clases de vestido, esprilla y escanda, no hablan aparecido
todavra. Los más antiguos granos de escanda comprobados, provienen del
sig lo IX a. C. mientras que la esprilla faltaba completamente en los tiempos prehistóricos (v. Téllez-Cifem, l. c., pág. 47).
-
59-
[page-n-64]
8
~
HOPP
Teniendo en cuenta este estado de cosas, ccómo deben valorarse e
interpretarse los nuevos hallazgos>
Para estar seguros de que en la identificación de las vancdades dt'
grano no ha habido error alguno, se presentó la cuestión al Dr H l . We'
neck, de Linz, quien llegó al mismo resultado «las clasific.:>ciones de
Tritlcum dicoccum, T. monococcum, Hordeum vulgare, subesp. vulgare
l var. coeleste L., Hordeum vulgare L subesp. vulgare L escanda, espo illa, cebada desnuda, cebada ves toda, son correctOS».
Por lo tanto se impone la pregunta de si la fijación de época puede
ser considerada como segura, es decir, si el estrato del hallazgo estabil
ontacto o si contenía elementos posteroores introducodos, por ejemplt'.
~or el agua o por hombres o animales
Habiendo rogado al Dr Schubart que comprobara este extremo en el
yilCim1ento y que tomara, a ser posible, nuevas muestras del cereal, me
escribió lo siguiente: «He estado en Alcoy y en presencia del encargado
de las excavaciones, don Vicente Pascual Pérez, he sacado una muestra
'Yiayor de la Cova de I'Or El Sr Pascual Pérez confirmó que ést.,, así co·
mo la anterior, pertenecen al más bajo estrato de cerámica cardial, que
está directamente situado sobre el suelo rocoso» .
La segunda muestra pesaba 1 058'30 gramos Después de quitar la
toerra, piedrecillas, trocitos de grcnos Indefinidos y carbón vegetal, quedaron 142'8 gramos, reparhdos de la soguiente manera:
48 granos de T. monococcum . .
0'41 gramos
0'29%
20'15 .y¡,
?.. 187 » de T. dicoccum . .
28'78
57'82 %
" de T aestivum . . . .
82'57
7'62 ;-,
824
» de T aestovo ·compactum
10'88
» de Hordeum vulgare, var.
1 479
))
nudum .
20'16
- 14'12 %
142'80
de éstO$
195 granos
111 granos
1 095 granos
13 granos
Hordeum grueso
Hordeum delgado
Hordeum normal ..
Hordeum de punta redondeada
gruesa
...... ··
9 granos Hordeum de punta redondeada
delgada...
.... . . . ...
. .......
56 granos Hordeum de punta redondeada
normal .....
))
- 100'00%
3'00 gramos
1'35
»
14'81
))
0'20
0'10
))
0'70
20' 16 grilmos
El estado de conservación, forma y tamaños, corresponden a los de
lil primera muestra.
-60-
[page-n-65]
9
TIUGOS DE LA COVBTA OH L'OR
Triticum monococcum L. Esprilla (Lám IV, b, e, fig . 6, 7)
n = 48 (4' 1·6'6) 5 '51 x ( 1'6-2'6) 2' 1O x (2'0-3'0) 2'42 mm.
lndoces. L/Anch
2'62, L/Ait
2'28; Ancho/Alto
0'87
=
=
=
Triticum dícoccum Schübl. Escanda (Lám. V, a, b; fig. 8)
n = 25 (4'4-6'5) 5'55 x (2'2 -3'3) 2'75 x (2'0-2'9) 2'43 mm.
1ndlces· L/Anch = 2'02; L/Ait = 2'28; Ancho/Alto= 1' 13
Fig. 6
Triticum aesti..,um L. Trogo común (Lám V, e, VI, a, fig. 9)
Trlticum aestiYo-compactum Schiem. (Lám. VI, b, e; fig. 10).
Estos dos grupos se cruzan fácilmente, por lo que es dificil definorIO> con exactotud.
Sometidos a medida 50 granos de los más grandes y 50 de los mái
-
61 -
[page-n-66]
M.. ROI'P
10
pequeños, éstos están en proporción más ancha y más alta con los más
largos ejemplares.
n = SO (3'8-6'3) 5'16 x (2'2-3'8) 3'02 x (2'0-3'1) 2'57 mm
2'01; Anch./Ait.
1'17
lndices: L/Anch. = 1'71, L/Ait.
=
=
" = 50 (3'7-5'5) 4'72 x (2'7-3'8) 3'22 x (2'2-3'2) 2'71 mm.
lndices: L/Anch.
1'46; L/Ait.
1'74; Anch.fAit.
1'19.
=
=
=
ü
Q
Fig. 7
Hordeum YUigare L. nr. nudum. Cebada desnuda (Lám. VIl, a, b, e,
VIII, a, b; fig. 11, 12)
En la segunda muestr3 se pudieron identificar con exactitud sola
mente los granos de cebada desnuda; no obstante, es muy probable que
-
6Z-
[page-n-67]
11
TIUCOS DE LA COYJ!TA D.! L'OII
hubiera también cebada vestida; algunos granos estaban tan estropea
dos o hinchados que no se podían definir bien.
En muestras con mezcla de vestida y desnuda, de otras proceden·
cías, se ha comprobado que los granos desnudos sufren más por carbo
nizaci6n, a lmacenamiento, manipulación, etc., que los vestidos, por lo
que se podrfa admitir que, de haber existido granos vestidos, habrlan si·
do identificados. También aqui se encontraron granos extremddamente
anchos y granos delgados
anchos n = 20 (4'3-6'0) 5'20 x (3'1 ·4'4) 3'68 x (2'2-3'0) 2'60 mm
lndices: L/Anch.
delgados n
= 20
=
1'42; L/Alt.
= 2'00; Anch./Ait =
1'41
(4'8-7'3) 5'94 x (2'4-3'4) 2'87 x (1'7-2'7) 2'01 mm
lndices: L/Anch. = 2'07; L/Ait = 2'95; Anch./Alt = 1'43
()
Fig 8
Pero esta vez los gruesos eran bastante más cortos y se parecían aut•
más a la forma de los de las construcciones lacustres, descritos por primera vez por Heer ( 1895) · Hordeum vulgare L sectio Polysticha sanctum
Heer. Un predominio e oncluso presencia exclusiva de cebada desnuda se
comprueba en todos los hallazgos europeos tempranos de Hordeum Sólo
en el curso de la Edad del Bronce aumenta o predomina la proporción
de cebada vestida. Las formas desnudas se han mantenido hoy preteren
temente en territorios retrasados.
-69 -
[page-n-68]
12
M, ICOPP
El término medio de la muestra es:
n = 50 (4'4 -7'0) 5'49 X (2' f -3'8) 3'08 X ( 1'5-2'8) 2'21.
lndtces: L/Anch = 1'78; L/Ait = 2'48; Anch./Ait = 1'39
Los numerosos granos asimétricos (granos laterales de los "TripletStt
del Hordeum vulgare L tetrastichum) han sido medidos aparte:
Desnudo, gordo, asimétrico:
(4'0-5'6) 5'06 x (2'8-3'9) 3'36 x ( 1'7-2'9) 2'41 mm.
1'51 ; L/ Ait = 2'10; Anch./Ait = 1'39
lndices: L/Anch.
=
Desnudo, delgado, astmétrico:
(4'8-6'5) 5'72 x (2'1-3'3) 2'71 x ( 1'3-2'6) 1'86 mm,
lndices: L/Anch. = 2' 12; LJAit
3'10; Anch./Ait -
1'46
Desnudo, regular, asimétrico:
(4'6-6'6) 5'50 x (2'1-3'4} 2'98 x ( 1'4-2'8) 2'17 mm
lndices: L/Anch. - 1'85 ; L¡Ait. = 2'54; Anch./Ait. -
1'37
=
D
Fig 9
Igual que en el material más reciente, también en la muestra neolftica los granos de los lados, en los tres grupos de cebada, eran más
pequeños y flacos que los del centro. SI, en cambio, los grano~ simétri cos provinieron de espigas polistichas o si en Alcoy fue culti·tado tam oién Hordeum d istichum, se podría decidir sólo a base de espigas o trozos de espigas
-
64 -
[page-n-69]
1'RIGOS DB 1.A COVBTA 08 L'OR
13
En la segunda muestra, exceptuando la cebada vestida, est<:ban re·
presentadas las mismas variedades que en la primera y también el esta·
do de conservación y los valores del promedio de medidas eran muy pa recidos. Pero el porcentaje de las diferentes variedades de gra"''O d ifiere
considerablemente del de la primera muestra; si en la primera predomina
1;: cebada (65'44 por 100) en la segunda el trigo consti tuia la parte prin·
o
o
clpal (85'9 por 100) y el trigo desnudo alcanzaba, aproximadamente, el
tt iple que el vestido, mtentras que en la primera muestra, la ;:roporción
de 5:4 era más igualada.
El almacenamiento y las circunstancias del hallazgo no dan ningún
dzto para interpretar esta diferente composición de los cereaies de la
(ova de I'Or.
-859
[page-n-70]
14
M. HOPJ'
Es digno de observar que, contrariamente a los hallazgos de época
m.ís reciente descritos por Téllez y Ciferri, no se encuentran ni trozos
de espigas ni glumas sueltas. A excepctón de pocas astillas de carbón
vegetal, las muestras estabim libres de mezclas orgánicas, por lo tanto no
~61o estaban completamente trilladas, sino que hablan pasado un pro-
o
o
Fig./1
ceso especial de «curtido o de tueste», ya que tampoco los >Jranos con
primitivo fuerte cierre de gluma (muestra 1: cebada vestida, esprilla, esanda; muestra 11 espríll.l, escanda) ofrecen gluma ~lguna
Corno en ambos casos la parte de la especie menos representada
está por encima de los 14 por 100, se puede admitir que tenemos a la
vista una mezcla manifiesta y no casual, de cebada y tngo. Quizá se
trate de! producto de diversos campos o años cltrnáticamente distintO>
pues no es probable que los hombres del «Cardiabt hubiesen cultivado
- 66 -
[page-n-71]
h
TtUGOS DI! LA COVBTA DB L'OR.
y cosechado las diferentes clases de cereal, o por lo menos cebada y
trigo, por separado, para finalmente almacenarlos o utilizarlos juntos
Además, el resultado presente coincide con observaciones ht
hallazgos neolíticos del resto de Europa y Asia; en los má.; anttguos lugares de excavaciones, siempre se encontró una mezcis de cereales, cuya interpretación y formación todavía se tiene que debatir. Solamente
o
o
a
e
Fig .12
con el mayor perfeccionamiento de los métodos de cultivo y elaboraCIÓn
de las edades del Bronce y del Hierro, parece haberse llegado a un cult•vo separado de ambos cereales.
Es posible que se efectuara, entre tanto, a consecuencia del cultiv'l
durante muchos siglos en las mismas reg1ones, una cierta selec-:1ón en la
formación de especies locales, las que se adaptaron de tal manera a las
circunstancias locales (suelo, lluvia, clim.:~, altitud, etc.) que el riesgo de
-
67 -
[page-n-72]
16
M. 1101'1'
una total mala cosecha no fue ya tan grande como en los prim!'ros tiem·
pos del cultivo. Especialmente, en las regiones recién ganadas para la
agricultura, la mejor seguridad contra los riesgos de malas cosechas, era
disponer de un número bastante elevado de diferentes especies. Si faltó
el Triticum dicoccum o el Trlticum aestivum a causa de clima o suelo
no apropiados, pudo sustituirse hasta cierto punto, por el Hordeum o Trincum monococcum.
Después del resultado de la clasificación botánica, totalmente nuevo
peora España, surge la pregunta de la procedencia de los cere:.les halla·
dos. La datación arqueológico-estratigráfica tuvo su complemento y confirmación en los resultados de los análisis de radiocarbono. Según su con·
tenido de Cl4 se dio a la primera muestra la antigüedad de 4.315 ±
7'5 a. C. y a la segunda la de 4.670 ± 160 a. C.
Si por ello debe fijarse la época del material de la Coveta d~ I'Or .?n
el Neolítico temprano, por el hallazgo de las dos clases de tngu vestido
(esprilla y escanda), es necesano volver a reflexionar sobre la op1nión
existente hasta ahora sobre las clases de cereales más antiguos ce la Península Ibérica y sobre sus caminos de llegada.
¿Puede mantenerse todavla la opinión de que España ha rec.lbido SoJ
primer cereal por el camino del Norte de Africa? ¿O hay que dP.clr, llm1
tando la cuestión, que no sólo VInieron por este camino? ¿O puede ad·
mitirse, incluso, que el avance de la agricultura en la Peninsu•a Ibérica
ocurriera sin tocar Africa, o por lo menos partes de la costa afticana~
La tesis antigua se apoyaba tanto en las relaciones culturales generales
entre España y las regiones afncanas cercanas, como en 1., existencia de las
mismas clases de cereales en España y Egipto, es declf, la falta de T. monococcum en ambas regiOI"eS. Ya en 1895 constató G. Busc:han que «el
mundo faraónico no parece haber conocido la esprilla, o por lo menos no
tenemos por ahora ninguna prueba sobre su ex1stenc1a en el antiguo
Egipto. Por otra parte, esta clase de trigo aparece tempranaml'nte en el
A~ia Menor (Troya))>. Estas indicaciones han conservado su vahdez, pues
todos los hallazgos posteriores han hallado confirmación Las Indicaciones
de hallazgos de esprilla en Egipto resultaron erróneas (v. H. Helbaek,
1953 y E. Schiemann, 1954).
La esprilla es el único trigo d1ploide que ha sido cultivado a travé-;
de milenios junto a numerosas tormas tetra y hexapl01deas, pero que,
después de constante retroceso, ha sido desplazada por éstas, c¡¡si com·
¡:-letamente en los últ1mos Cincuenta años; en algunos casos toma un
puesto especial. no es fácil cruzarlo con e_ poliploideo, y cor11parado a
l
otras clases de trigo puede ser definido con toda seguridad, a~.;n a bas'!
c!e granos sueltos, sin gluma Desde 1885 (Kornicke) era co.,ocida la
forma de origen s1lvestre T. boeoticum (en dos subespecies subesp. aeg1-68-
[page-n-73]
'tRJGOS DB LA OOYBTA DB L'OR.
17
lopoides del occidente de Asia Menor y los Balcanes y subespede- Thaou·
dar de la región de Asia Menor hasta Persia, y por primera vez se vio en
forma bien delimitada la posible región de formación de un u igo cultivado. Se obtuvo una buena confirmación de esta observación gGográficc-·
genética, al paso de los decenios, con el hallazgo de esprilla, en los mas
;rariados lugares de excavación, desde el Medíterraneo Oriental, por toda
Europa del S.E. y C. hasta el Sur de Suecia e Inglaterra. Desde el Neolí ·
tico aparece esprilla en el territorio indicado, siempre junto cor> escanda
y/o cebada, es decir, que estas dos clases de cereal, ya están presentes
en las altas culturas tempranas de Mesopotamia y Egipto y por !anto son
consideradas como los cereales cu.ltivados más antiguos.
De acuerdo con el estado actual de nuestros conocimientos, la primitiva especie sllvestre de la escanaa: T. dicoccoides, fue domesticada en
su cuna en el Oriente Medio, en las vertientes del «Creciente Fértil», y
lo mismo puede decirse del cu ltivo de la cebada. Según Hcibaek, se
debe considerar el Hordeum spontaneum de dos Hneas como la forma
originaria de nuestras ceb;;das. Se encuentra extendido, desde el Asia
Menor, por todo Oriente y e l hombre debió domesticar y cultivar este
fruto silvestre de primitiva recolección, al mismo tiempo y en las mis·
mas reglones que la escanda silvestre.
Sobre eJ lugar y modo de formación del hexaploideo trogo desnudo,
T. aestivum L., existen diferentes opiniones. Desde luego es de origen
oriental, aunque posterior y, aJ principio, de menos importan-:ra que la
escand11. Sin embargo, ya se encuentra en Jos hallazgos de lo!> palafr tos
del neolitico tardío y Hjelmquist describe huellas de trozos de espigas y
granos de T. compactum sobre cerámica neolítica sueca. Según Helbaek
«se encontró trigo enano en el bajo Egipto en el neolítico tardio Merim·
de-Beni-Salame y todavía más tarde en el Omari, a veces con escanda,
pero parece haber desaparecido después de Egipto». El trigo hexaploide,
vuelve a aparecer en grandes cantidades en trempos de Ptolorr.eo.
Con posterioridad al VIl mi lenio a. de C., desde esta regrór. de ori·
gen, en el Norte de Palestina, lrak y Sur de Turquía, se exte;dieron en
todas direcciones con .la ayuda del hombre las formas cultivadas más fructiferas, en lugar de las formas silvestres quebradizas y de maduración
irregular: escanda y cebada en las llanuras de Mesopotamia y Egipto, asi
como hacia el Norte y Oeste. Se encuentran siempre juntos en Asia
Africa y Europa. Pero la esprilla, planta de terreno más pobre, seco y
IY'Ontañoso, más dura y de menos exigencias, no encontró condicione;
favorables en los suelos grasos de las tierras de inunda~ión, más cálida•,
dP las depresiones de los ríos. Por esto no tuvo importancia er: los cen·
tros de alta cultura. En Mesopotamia y Egipto no hay ni se e5peran ha·
llazgo de esprll la. Sin embargo, ésta tuvo su prosperidad en las condrcio·
-69 -
[page-n-74]
18
M. HOI'l'
nes primitivas de cultivo del Neolítico europeo donde, por ejemplo, en
Suecia hay más que escanda (Hjelmquist).
El primer avance de cereales de cultivo del Orientl! hacia le Europl
central ocurrió, sin duda, a partir del quinto milenio, con )a expans1ón
de los pueblos de la cerámica de bandas, que se asentaron como verdaderos labradores, en las tierras cálidas, abiertas, preferentemente en el
loess, y por lo tanto apenas se les puede comprobar fuera de esas zonas
que les eran favorables. No se encuentra ninguna radiación de su cultura hacia la Europa occidental y en la literatura antigua se daba por seguro que la Península Ibérica, en sus relaciones culturales con los territorios norteafricanos, obtuvo su primer cereal de cultivo pasando por
Egipto y Norte de Africa, aj no tener su origen ni en España ni en la
Europa central. Pero como testimonian los- mismos géneros de cereales.
no se tuvo en cuenta que e l trigo común falta más o menos en Egipto y
la escanda es ahí, prácticamente, el único de este género, mientras que
en los más antiguos hallazgos españoles el Tritícum aestivum, s. 1., es sencillamente «-el trigo». También A. R Pinto da Silva ( 1954) indica para
Portugal como trigo prehistórico solamente el Triticum comp<:ctum. El
Triticum spelta ha sido traído, probablemente, por los romanos y todavia en el siglo pasado se encontraba especialmente en el Norte de España, mientras que el Triticum monococcum, que se encuentra en la Edad
Media y época Moderna, a menudo en todas )as regiones de terrenos are •
nosos poco fértiles, debió de haber entrado por el Norte ya ~n la Edad
del Hierro prerromana, con los celtas.
Esta reciente esprllla española (Proles ibericum) fue descrita p01
Flaksberger ( 1935) como floja, de pequeña espiga, de madurez temprat'la, difer-enciándola del tipo centroeuropeo (Proles alemannum). de madurez tardía, gruesa espiga y robusta planta, mientras que un rercer tipo
llamado oriental (Proles heothinum), desde la región del Trans:.áucaso y
Anatolia, se distingue también por una planta fina con pequeñit~ espigas,
df: maduración tardía. Una tal diferenciación en una viejil planta cultivada no tiene nada de sorprendente, sino que es naturaL Sin embargo, seria un error sacar de esto conclusiones respecto a especiales 1elaciones
en tiempos prehistóricos entre Anatolia y España.
El problema Triticum dicoccum ha sido abordado de nuevo en los
últimos tiempos. El más antiguo y único hallazgo español (de la Edad del
Bronce) de escanda, procedente de Almizaraque, fue descrito por Netolitzky (1935) a base de una determinación de E. Neuweiler.
La longitud y anchura dio (4'1 - 5'5) 4'9 x (2'0 • 3'0) 2'6 mm. y el
índice long./anch. 1'96.
Téllez y Ciferri (1954). después de comprobar más o menos las mismas medidas en una muestra de Almizaraque procedente del Museo A•-70-
[page-n-75]
1
TRIGOS DB LA COVI!TA DB L'OR
19
queológico Nacional (4'3 - 5'4) 4'9 x (2'5 - 3'1) 2'8; Long./A'1ch. 1'71 .
dicen, en consideración del índice más pequeño que 2, lo sigui ante: «Po
demos afirmar con certeza que su forma corresponde a la de lus grane;
de Tritkum aestivum» y «que no se encontró en aquellos yac.imiento~
del Sudeste de España la especie Triticum dicoccum». El error ha podido
producirse tal ve:t por los repetidos envíos de un lugar a otro ocasionan·
de equivocación en )as etiquetas.
Quedarían, pues, como ciases de cereales de ja Edad del Bronce en
la Península Ibérica Triticum aestivum L. s. l. y Hordeum vulgare L.,
combinación que no se conoce en ninguna otra región del Viejo Mundo
dedicada a la agricultura. La simultánea domesticación y expao~sión, por
lo menos, de escanda y cebada, llevaba en e) Neolítico, según lo que los
hallazgos hasta el presente testimonian, a un cultivo simultáneo de e:i·
tos frutos del campo. La falta de trigo vestido en .la Edad del Bronce
española podria explicarse de dos diferentes maneras:
a) Los cereales llegarían tan sólo en esa época tardía a la Penlnsu
la Ibérica y ya habría habido una separación de las especies, adoptan·
dose solamente el trigo hexaploideo.
b) La «colección>> completa, es decir, también el trigo vestido, lfe·
garia también en una época bastante anterior. Pero en .los lugares de
asentamiento, las condiciones del suelo habrían sido tan destavorablas
para algunos de los componentes, por ejemplo, escanda, que no pudiero.,
arraigar en el país, desapareciendo poco a poco y totalmente de los cam·
pos; o bien los diferentes trigos se habrían sembrado separadamente en
la Edad del Bronce en España y sólo faltan los hallazgo~ que prueben su
existencia.
La primera hipótesis parece muy improbable en vista de la alta antí·
güedad del cultivo de las tierras en todo el Mediterráneo y Europa, asi
como las relaciones culturales comprobadas entre España y otros paíse>
Para la segunda hipótesis deberla postularse hallazgos de cereal del Neolltlco más abundantes que los conocidos de .la Edad del Bro~oce. En el
Neolftico antiguo de Coveta de I'Or se tendría una primera prueba de
que también en la Península Ibérica, en los tempranos tiempos de la cul ·
tura de la cerámica cardial, no sóJo se sembró cereal sino que eran ya
CO:'Iocldas todas las clases existentes en Oriente. La presencia simultánea
de los más antiguos granos de cereal con cerámica cardial en la Coveta
de I'Or, podría ser una ayuda para la Interpretación del origen y ruta de
inm igración de estos cereales. La ruta norteafricana parece dudosa y exige mucho tiempo, aunque no sea preciso que en las relaciones e•1lre Afri·
{a del Norte y España se incluya a Egipto. Pero lamentablemente no hay
hasta ahora hallazgos de vegetales antiguos en Marruecos y Argelia y
-71-
[page-n-76]
20
M. HOI'P
nada puede decirse sobre eventuales cultivos neol íticos de aquellas tierras.
Por otro lado, precisamente la expansión de la cultura da Ja cerá
mica cardial indica que ya en aquellos tiempos tempranos habría relacio·
r;es más o menos directas entre Asia Menor, las regiones costeras de la
Europa Meridional, Sicllia (B. Brea), las costas norteoccidentales de Afri ca y España.
M. Pellicer habla expré!Samente de puntos de partida orient.:Jies, ana ·
t6licos y sirios, y también H. Schubart (por carta, 1963) opina que «Id
posibilidad de que hubiera ya en el V-IV milenio a. C. comunicaciones
por vía rnarftima desde Asia Menor y Siria a Hispania, no está dcscartadi!
en absoluto. Hay, incluso, indicios de ello, aunque no obstante tienen
que ser confirmadas mediante una comprobación exacta». También Gossé
habla de la «invasión de un pueblo de mayor desarrollo cultural cuyas
formas cerámicas se vuelven a encontrar en el Mediterráneo oriental».
Por tanto, es completamente concebible que la primera provrsión completa de cereales como por ejemplo sucedía en Asia Menor, es decir, los
dos trigos vestidos T. monococcum 1 T . dicoccum y además T. aestivum
s 1., así como Hordeum vulgare y Hordeum vulgare var. nudum, llegase
directamente por el camino más corto, en relación con el ava,ce de la
gente cardial, no a lo largo de la costa palestino-egipcia ni a lravés de
la Europa central sino desde el Asia Menor y el Egeo. Este camino es el
que proponen Téllez y Ciferri para el trigo vulgar descrito hasta ahor.:t
., por tanto para el comienzo de la Edad del Bronce, pero las relacione5
debieron ser, como se ve, mucho más antiguas. la tesis de la pE'netración
por separado desde tres diferentes regiones de cultivo: Trlticum aesti·
vum de la región del Danubio, en la Europa central; Hordeum vulgar:!,
vle marítima; Tritícum dicoccum, por el Norte de Africa, parece muy
\
especies, no parece sostenible.
Relaciones ((directas» desde el Mediterráneo oriental hasta España er.
el Neolítico antiguo explicarían de una manera sencilla y satisfactorr.a
el resultado botánico aquí descrito. Por otra parte, el nuevo hallazgo de
cereales podría ser para el prehístoriador una ayuda en la interpretación
de algunas observaciones.
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7310
[page-n-78]
[page-n-79]
HOPF.-'I'rlllcum
monococcum en el n folillco
~spañol
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[page-n-80]
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[page-n-84]
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[page-n-85]
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[page-n-86]
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[page-n-87]
J GUILAINE
(France)
Datations C14 d'un gisement néolithique
du Sud de la France
11 est a présent admis que l'apparition des premieres civilisations néollthiques sur les rives de la Méditerranée occidentaie est plus ancienne
que ce que l'on pensait encore ces dernieres années. Plusieurs datations
par la méthode du Radiocarbone ont en effet remis en question les systi:mes basés sur des chronologies courtes et de nouveaux systémes fondés sur des chronologies plus «étirées» ont été ébauchés ~a et la, se contirmant chaque jour davantage par de nouvelles données.
Dans le Midi de la France de nombreux gisements du Néolithique
ancien (a céramique «cardiale» ou «a impressa») sont connus depuis la
Ugurie jusqu'aux Pyrénées. A coté de quelques «noyaux géogrcphiques))
importants (Provence, vallée du Gardon), le Languedoc occidentai-Roussillon a longtemps fait figure, sur les cartes de répartition, de zone déla•ssée. En fait il n'en est rien puisque des fragments de céram:ques cardiales ou imprimées ont été rencontrés dans plusieurs gisements: grotte
dP Bonnefont (Saint-Etienne d'Aibagnan, Hérault), grotte de Fauzan
(Cesseras, Hérault), Petite Grotte de Bize (Aude), grotte de la Crouza·
de (Gruissan, Aude), grore des Fées (Leucate, Aude), grotte de Gazel
(Salh\les-Cabardés, Aude), grotte de Las Morts (Fougax, Ariége), Cova de
I'Espérit (Salses, Pyrénées-Orientales), Balma Margineda (Andorre), etc.
A ces d ivers sites ayant livré des documents du début des temps néo
lithiques, nous en ajouterons un nouveau qul vient de révéler son an·
c1enneté par une matériel typique de cette période et aussi deux data·
tions au Carbone 14 de haut intérét.
-
'15 -
[page-n-88]
J.
GIJII..UNB
Nous présenterons rapídement le site.
L'abn de Jean-Cros est situé a proximité de la route d'lntérét communal 14 entre les localltés de Clermont-sur-lauquet et de labastideen-Val (Aude), quelques 200 m. au SW de la métairie Jean-Cros.
11 s'agit d'un surplomb constitué dans les poudingues du Lutétien par
un écoulement d'eau provenant du plateau. L'abri a un développement
de 15 m. pour une profondeur moyenne de 7-8 m. Sa voOte, progresstvement tres surbaissée, se confond en petlts divertlcules dont la límite n'a
pu étre exactement fixée
L'alluvionnement a pu se faire par les coulées provenant de la résurgence intermittente (liée aux p)ules} au fond W de la cav1té et également par les dépóts issus au N de la pente topographique accentuée du
type cóne d'éboulis.
Apn?s carroyage de l'abri, un sondage a été entrepris dans les carrés
Vlll -4, VIII-S, IX-4, IX-5 Nous y avons relevé la s tratigr¡¡phie suivante
-a 0,00 m.· sol sableaux végétal,
-a 0,10 m.: lit de galets;
- i l 0,12 m.: arglle tossée et mélée, sur une forte épaisseur, a des
blocs de poudingue de dimensions variables,
- il O, 70 m. foyer a chelíx nemoraliS»;
- a 0,90 m.: argile stérile avec blocaille de poudingue;
- a 1,20 m.: fin du sondage.
Nous n'avons pu poursuivre nos travaux en profondeur car nous sommes arrétés par des blocs ossez volumtneux correspondan! a des chutes
ou éboulements locaux liés a un cycle d'érosion mécanique.
Le foyer néolithique découvert (ntveaux 2a, 2b, 2c) a une épaisseur
moyenne de 0,20 m., sans oucune interruption manlfeste dans le temps.
la terre est naire, grasse, charbonneuse. Elle présente le particularité
d'etre littéralement pétrie d'heli x nemoralis. Les préhistoriques paraissent
avoir aménagé leur foyer dans les mtervalles laissés par les blocs qui parsemaient le site il leur arrivée.
Une étude détalllée du matériel recueilli dans ce foyer sera publiée
ultérieurement. Nous dortnerons seulement ici les caractéristiques essen·
tielles du mobilier
- la céramique, d 'usage VtSibJement limité, SE rédUtt a des tessons
parfois trés fragmentés, toujours assez corrodés. Ces fragments, toujours
inornés, appartiennent, sauf quelques cas, a des récipients d'assez fort
volume. la páte est grossiére, avec éléments dégratssants calcatres parfois vistbles.
- l'outillage lithique est abondant et de taille a tendance microlithique. 11 y a essentiellement de nombreux éclats et quelques lamelles
-76-
[page-n-89]
3
mal venues. Les seules pieces retouchées sont les fleches, toutes tranchantes, mais de deux types. a retouche margonale abrupte, a retouche
r.lemi-cMahlssante. Nous avions un moment pensé que ce deuxieme type
dénotait une influence tardive dans ce néoli thique (dans le styll.' des fié·
ches tranchantes cchasséennes» a retouche couvrante) En fait il s'agit
d'enlevements en écailles gagnant en surface vers le centre de la piece
et seul.!ment sur la face dorsale. Ce type d'armature est connu dans plu·
sieurs si tes mésolithiques attardés d'age déjá néolithoque 11 semble done
que la oetouche abrupte ne soit pas le type exclusif de retouche dans la
technique de taille du Néol ithique ancien.
- 11 n'y a pas d'objets polis dans le matérieJ recueilli a ce jour.
- l'outillage osseux a donné quelques poin~;ons, une belle aiguille
e l un objet double mi-poin~;on mi-spatule taillé vraisemblablement dans
une can1ne de sanglier.
Lil faune, soigneusement étudiée par M. M. Emile Heintz et L. Gins·
burg (du Laboratoire de Paléontologie du Museum National d'Histoire
Naturelle, Paris) -que nous remercions bien vivement- a donné, dans
les niveaux qui nous occupent:
- Cervus elaphus (cerf).
- Capra hircus (chevre).
- Capreolus capreolus (chevreuil).
Bos taurus (boeuf).
- Sus scrofa (sanglier).
- Martes martes (martre).
Les déterminations chronologiques par la méthode du Radiocarbone
ont été réalisées -1Jrace a l'oblogeance de Madame G. Delibroas et de
M. Giot- au laboratoire du Radiocarbone du Commisariat a I'Energie
Atomique du C.N.R.S. (Centre des Faibles Radioactivités de Gif-sur·
Yvette, Seine·et·Oise, France), Elles ont donné comme résul tat:
6.540 ±
soit
300
4.590 avant J. C.
Une premiére préparation aurait donné pour résultat
6.400 ±
soit
300
4.450 avant J. C.
• • *
Est·il besoin de souligner l'mtérét du site languedocien de Jean-Cros?
Ces premiers résul tats apportent une série de données nouvelles dont
nous détacherons l'essentiel.
- Ces datations apportent une confirmation aux systemes fondés
sur des chronologies longues concemant le Néolithique ancoen de la Mé·
diterranée occidentale. 11 est désormais certain que les phénoménes de
-
77-
[page-n-90]
J.
GUtL.UMil
néolithisation ont eu lieu dans ces régions des le Veme millénaore, selon
des méthodes propres aux diverses contrées. Certes les récurrences mésolithiques paraissent fortes autant dans l'équipement que dans le genre
de vie. Nous sommes, semble-t'il, davantage dans un «Pré-néollthique»,
selon l'expression d'Arlette Leroi-Gourhan, que dans un Néolithique accornpll.
- Des cette époque, comme cela a pu étre remarqué dans d'autres
sites, des traces d'élevage sont posslbles (présence de Bos tauous et de
Capra hircus). Ces remarques pourraient pleinement confirmer les obser·
vations de P. Ducos sur la faune des gisements de Chilteauneuf-les-Mar·
ligues et de Roucadour en fonction desquelles la domestication de certaones especes est plus ancienne que ce qui était communément admis.
Dans le cas de l'abri de Jean-Cros il est toutefois possible que nous nous
trouvions en présence d'espéces encore chassées.
l. Roux et Ar. Leroi-Gourhan attribuent a la pratique de l'élevage les
défrichements de la période atlantique. De ce cóté il serait de grand intérét d' avoir les résul tats des déterminations palynologiques de notre gisement (des prélevements ont été eHectués en 1964 et transmi s au Mu seum National d'Histoire Naturelle mais les résultats ne nous ont pas été
communiqués a ce jour).
La présence abondante d'helix nemoralis dans le foyer de Jean·
Cros nous améne a mettre en parallele ce site avec d'autres gisements
a escargots des Pyrénées tels le Mas d' Azil, la Spugo de Ganties ou Aru·
dy. Le Néolithique ancien de Jean-Cros ne serait-il pas contemporain
-tout au moins en partie- de l'Arisien de Piette ou de l'Arudien 11
final de Laplace? Nous touchons en fait ici a un probleme complexe étant
donné la particularité de certains groupes méso- et post-mésolithiques.
L'Arisien de Piette est trop mal défini pour que nous puissions nous en
faire une idée exacte. Dan I'Arudien final de Laplace, la poteroe n'apparait pas et ne se montrera que dans une couche de transition d'áge énéolithique done bien plus tardive que les datations qui nous sont proposées
a Jean-Cros.
Ajoutons a propos des couches a helix que L. Méroc a également ob·
servé dans plusleurs grottes pyrénéennes des amas de coquilles d'escargots dans des contextos archéologiques tardifs en pense a un genre de
vie mésolithique s'étant perpétué longuement dans le Néolithique montagnard. Quoiqu'il en soit, l'abri de Jean-Cros vient allonger, dans le
monde sous-pyrénéen, la liste des sites néolithiques datés a helox et il se
trouve, de plus, étre géographiquement le plus cméditerranéemt de ces
demiers.
- Comme dans la plupart des sites méridionaux du Néolothique an·
cien, l'outillage présente des caracteres tardenoisiens accu•és Or la pré·
-78-
[page-n-91]
S
sence d'une retouche semi-envahissante n'apparait guere a Cháteauneuf
ou les couches néolithlques gardent une 1ndustrie a retouche abrl!pte. Par
centre a la Baume de Montclus, dans le Gard, cette retouche demi-envahissante apparaít de meme qu'a la Cova de I'Espérit en Roussillon (ou
dans les sites de Sauveterre). Ces remarques semblent indiquer que l'in·
dustrie lithique des premiers groupes néolithiques mérídionaux est moins
homogéne que ce que l'on pourrait croire et garde, selon les regions, les
caracteres traditionnels hérités du Mésollthique local.
Ceci a amené M. Escalen de Fonton a parler de civillsation indigene
a propos du cardial proven~al. 11 semble bien, en effet, avec le progres
de nos connaissances, que les civilisations néolithiques de la Méditerranée occidentale procedent, en grande partie, autant dans l'équipement
lithique et osseux que dans le genre de vie, des civilisations indigenes
antérieures. Face a ce la la poterie fait tigure d'élément intrusif dont la
signification et l'importance au sein des civilisations divise encere beaucoup de chercheurs.
En l'état actuel de la question --qul n'est pas tou¡ours tres nettedes phénomenes d'acculturation des civilisations mésolitniques ne sauralent étre écartés. Mais pour bien déterminer, entre Méditerranée el
Garonne plus précisement, lesdits phénomenes, il conviendralt de connaitre exactement ce que répresente le Mésolithique local. Or notre documentation sur ce sujet _!!St pour l'instant, dans le cadre que nous venons d' énoncer, assez: fragmentaire.
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-
79-
[page-n-92]
6
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Cohlors Llgures de Pretu•toire el d'Atchéologle, num. 13, Montpelller, 1964, p. 267
J. GUILAINE: "Lo grotte de Gcnel ll Saltilu-Cobardb (Aude). Note prél
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- 80 -
[page-n-93]
ENRIQUE A. LLOBREGAT
(Valencia)
Estudio de los megalitos portugueses por los
Leisner, y las cuevas de enterramiento
múltiple del país valenciano
El pasado año 1965, ha visto, con la aparición del tercer volumen de
la gran obra de los esposos Leisner sobre los sepulcros megaltticos del
occidente de la península ibérica ( 1). que complementa aquella primera
parte aparecida en los años cuarentas, que se ocupaba de los mismos en
el sur peninsular (2). y que ya mereció abundantes reseñas en su día, el
.Jcabamiento de un estudio trascendental en la bibliografía arqueológica
ibérica. Su importancia y su interés no ha lugar ponderarlos, toda vez
que cualquiera que se haya asomado ligeramente a aquellos densos volú·
menes, habrá podido comprobar la abundancia de datos y la cantidad de
documentación que proporcionan.
Es quizá precisamente porque el país valenciano no registra I.J preser>·
cía de sepulcros megallticos y representa un área con una facies muy
¡::articular dentro del gran complejo de tos enterramientos colectivos del
Calcolitíco peninsular, por lo que un análisis algo pormenonzado de estt'
estudto tiene un singular interés para el mejor conocimiento de esta eta
pa cu ltural, ya que nos permite hacer una serie de comparaciones con el
(1) G. & V. LBISNBR: "Die Mq¡alithgrllbcr der lbcritdlcn Halbinsd. Der W«ten".
Madridcr Foi'$Chun¡en, 1, 1, 19S6; 1, Z, 1959; 1, 3, Tcxt & 1, 3, Ta!
(2) G. & V. l.ElSN'ER: "Die Megalith¡riber der lberilchen Halbirud. Entcr TcU.
De: Südcn", R!Smbcb-Germ.mitdle Forschunacn, 17. BcrUn, 1943.
-8111
[page-n-94]
2
espectro de la cultura material de las cuevas de enterramoento múltiple
que les son paralelas -;:ultural y cronológicamente- en el área valenciana. Veamos en primer lugar la estructura de la cultura •negalítica
de l occidente de la penlnsula según la obra de los Leisner, tal como nos
es presentada en este último tomo (debido tan sólo a Vera leis.,er, pues
su esposo falleció tiempo ha, como es sabido).
En primer lugar, distingue cuatro tipos de sepulcros, de los que, M
rogor, sólo dos puede decirse que sean megalíticos (3), los tholol y las
tumbas megalíticas propiamente dichas, que corresponden a los grupo'>
111 y IV. Los grupos 1 y 11 los constituyen las cuevas costeras, y las cua·
vas artificiales con cúpula perfor.Jda. Con ello encontramos ya un primer
punto de contacto, ya que las cuevas costeras responden ese:-tcialmente
al esquema de distribución interna y a la idea cúltica de las cuevas de
e:-tterramiento múltople valencianas. Parejas a ellas van las cuevas artífi ·
ciales, de las que se ha querodo señalar un caso en Valencia en las sin·
tesis que circulan (4), pero sin fundamento real, pues se trata de
una cueva natural como el resto de sus compañeras de este árec"l
Tras el comentario de estos cuatro tipos y el inventario de los yacimoentos que pertenecen a cada uno de ellos, comienza el aná lisis de lo;
materiales hallados. Con ellos los Leisner han formado cuatro pisos o
estratos teóricos, que agrupan las piezas en cuatro etapas cronológicas
sucesivas.
El primero de estos pisos (1 Stufe) tiene un espectro cultural consti
tuido por los siguoentes materiales: De piedra puloda, hay diversos in.;trumentos de minería, y las tumbas más viejas dan hachas cilíndricas y
azadas planas o azuelas. También hay gubias cilíndricas de filo cóncavo,
y hachas y cinceles de sección cuadrangular. En piedra tallada tenemo:;
trapecios, de tradición microUtica, con base cóncava o con mue~cas en la
base. Hay cuchillos, núcleos y puntas de flecha de cristal de roca tn
cuanto a los objetos de adorno, señalan la presencia de los m1~mos, h~
chos de dientes, o tambl~n de concha, con la que se fabricaron brazale~es, colgantes, botones y cuentas de collar. La cerámic.1 se clasifica sol<'mente como «cerámica neolítica»
(3) ,....unque si aeq>tamcl$ L'l su¡uc:ocla de Tanadcll ("En tomo 1 11 arqwtcctura megalítica: Algunos problemas previos", en ArquitectUra m
llan:doaa, 1.965. pi¡. 17), poclrlamos llamar uanquibm= 1 ble y 1 lOdo d complejo
de C:U<''U del lCVllnte peninrulu, desde Cataluila a Murci2, cultura mepJJtica, drspro\utt' d t&mino de $U IÍ81lificad6n ct.imoló¡pca y convenido en pura
(4) G. r-'JETO GALLO: "la c:ucva aníficial de La Loma de los Pcrcarinos, Alaua·
ns (Murci3)", Ampuriu, XXI Barcd0111, 1959. pig. 189.
B. BERDICHEWSKY SCHER: u Los cntettamicnros en CUCV1ll a.nitieúles del Bron·
ce 1 Bispinko", Bibliotcxa Praehiltorica Hispana, vol. Vl. Mladrid, 1964.
-82-
[page-n-95]
MEGALITOS P01l'TUG11&S&S
3
El prototipo que presentan para el segundo estrato teórico (11 Stuf~).
Que con el tercero parecen ser el momento clásico de la cultura megalí
tica, es la cámara oeste del sepulcro de la Praia das Mac;ás, que:: dio ca
bczas de agujas de hueso, placas de pizarra con decoración puramente
geométrica, puntas de flecha de base triangular, cuentas discoidales di
minutas y hojas de si.l ex sin retoque.
En términos generales, los materiales de este periodo son .:abezas de
agujas torneadas, de hueso; cuentas discoidales diminutas; puntas de lle
cha de base triangular o apuntada, alabardas; puñales con muescas y
lengüeta, hojas sin retoque; ídolos planos de hueso, y placas de p1zarr¡¡
con decoración puramente geométrica, con representaciones del dobiP
si"Tibolo (el par de ojos, o pechos), con la cabeza recortada, o cayados
El tercer piso (111 Stufe) es mucho más rico y complicado en canti
estudia separadamente, y la reseñaré después. De los demás materiales
! e distinguen varios grupos. el de los objetos de caliza e ídolos, en el
que señala la presencia d') cilindros, decorados o sin decorar, que apa
recen en los tholoi, en las cuevas artificiales, en los sepulcros megalltl c;os, en las cuevas naturales y en los castros. Junto a ellos están los semicilíndricos, decorados o s1n decorar; las manos de mortero; las placas d (!
piedra y los grandes colgantes de lo mismo; se plantea el problema de las
dobles hachas, y acto seguido se estudia las plaquetas de piedra, las
nulas, las azuelas votivas, las clavijas con cabeza de piña, los vasos de
piedras varias, tales como caliza, mármol, alabastro. Señala rambién la
presencia de unos objetos curvados sin explicaCión, posible representación
de hoce~. Quedan en fin, todavía de piedra, bolas, y las famosas sanda
lias votivas. El grupo de objetos de adorno lo forman las cuentas de cataita, en oliva o cilíndricas; las de ó!Zabache y los colgantes de lo mismo.
el ámbar, las grandes cuentas de hueso, las grandes cuentas de piedr¡¡,
las cuentas de arcilla, y los colgantes, que pueden ser de piedra, y de
gran tamaño, o de hueso, grandes y pequeños. En sílex tallado hay ala
bardas o grandes puñales; puñales de bases variadas; puñales aplanados.
hoces ovales o arriñonadas de sllex, de una sola pieza, no dientes de ho::,
que sólo aparecerán en etapas posteriores. Por último hay una rica serie
de objetos de hueso, además de los reseñados como piezas de adorno ·
esculturas de animales; peines de dos formas, con el mango decorado o
sin decorar; cajitas, que deben ser pixides o recipientes, bien ll~s o bien
decor¡¡das con un d iseño inciso en forma de red r6mbica; las placas de
hueso decoradas; los !dolos en forma de barra, los c ilindros lisos, sencillos; los ídolos con cabeza y un gran ídolo de hueso; las conocidas falan·
ges, decoradas o sin decorar, agujas, leznas, espátulas planas y clavija,;;
tubos y hasta puñales de hueso.
tu-
- 83 -
[page-n-96]
4
11. U.OBJlEGAT
La cerámica perteneciente a los pisos ll y lll es abundante y rica :m
formas y decoraciohes. Una primera distinción se hace entre cerámie1
lisa y cerámica decorada.
La cerámica lisa presenta une serie de formas que pueden paralelizarse con la que ya fue avanzada en la publicación de las antas de Reguengos de Monsaraz (5). Son cuencos de varias formas, que responden
a los grupos 1 a 4 de Reguengos; vasos esféricos con cuello y borde sa·
liente, correspondientes al grupo 5; vasos de perfil quebrado o bicónicos,
como e l grupo 6; vasos cilíndricos y cónicos con fondo plano, semejan·
res al grupo 7; platos con pie, y platos llanos y platillos, que se enlazan
con el grupo 8. En la cerámica lisa, se encuentran pezones, asas, agarraderos salientes, de varios tipos, tapas, una fusayola. medías lunas de ce·
rámica con un extremo perforado, vasos que permiten ser colyados, vasos con cuello, vasos ultrahemísférlcos.
La cerámica decorada, la distribuye en cuatro grandes apar~ados: la
que se re.laciona con la cerámica neolltic<1 indígena, local; la cerámica
acanalada; la cerámica bruñida o alisada; y la que tiene decoración slm·
bólica o plástica.
Del primer grupo, señala diversas técnicas: los modelos impresos, las
con borde y rayas incisas; y otras decoraciones más bastas, de íncisíone~
verticales, o cruzadas. El segundo grupo es la cerámica acanalada, en la
que se encuentran grandes cuencos y vasos de borde reentrante, con
variantes; otros con bandas de acanalados en raspa dentro de pautas horizontales; otros con bandas en raspa tan sólo; y un tipo finamente puP
do, con decoración de zonas alisadas. De.l tercer grupo no señala ninguna variedad, y lo mismo sucede con el cuarto.
El último piso (Stufe IV) tiene una clara caracterización : la cerámica
de estilo campaniforme. Con ella aparece una serie de adornos de oro:
anillos espiraJes, cuenta; tubu lares, una diadema, pendiente.s, una aguj<~
de cabeza discoidal, y brazaletes. El metal es notablemente rico, tratándose siempre de cobre. De él hay grandes puñales con lengüeta, puña·
litos con lengüeta o rómbicos; puña les con remaches, puntas de flecha
cortas, de forma ancha, leznas y agujas, escorias de cobre; escoplos, una
e~pátula con . argo mango, un plarillo redondo de uso incierto, y adornos
l
varios. Además hay la pieza típica que. acompaña este mundo: el braz"'lete de arquero, de piedra pulida, asi como la otra pieza clásica del complejo campaniforme; el botón de hueso con perforación en V.
(S) G. & V. LEISNER: '' Antas do Concclho de Reguengos de Monsaraz. Matedais
par.~ a Alta Cultura. Lisboa,
1951. Couiróntese p4¡¡. 84, lista de formas cerAtnicas.
para o estudo d.1 cultura megalltJca em Portugal", Instituto
-84 -
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MEGAUTOS POimiGUilSBS
S
Estas son, de una forma superesquemática, las series de materiale;;
que se hallan en los sepulcros megaliticos del occidente peninsular. Una
primera impresión salta a la mente, cuando se parangona estas listas C0'1
las que se pueden establecer de los sepulcros megalíticos meridionales,
con las cuevas de la costa este, y con los sepulcros megalíticos y cueva>
catalanes, pirenaicos, y del país vasco: la extraordinaria variedw de material, y su riqueza. Sin entrar ni salir en el debatido problema del origen
de los !;epukros megalíticos, que sigue coleando sin visos de solución
próxima, es explicable el espejismo occidental de quienes primeramente
propugnaron un origen portugués, cuando se contempla las impresionan·
tes series de materiales que proporciona la cultura mega,lítica portugue ..
sa. Si a ello se añade los frutos de las excavaciones de lugares de habi·
tación, tales como Vi lanova de S. Pedro, por poner un solo ejemplo representativo, y se les compara con lo que proporcionan sus paredros de
l;¡ zona oriental de la peninsu.la, piénsese por ejemplo en Los Millare:.
con eJ que hay estrechos paralelos en la muralla con cubos de planta en
herradura, se advertirá hasta qué punto la riqueza de la actual área por·
tuguesa durante el calcotftico peninsular es fuera de serie.
Una comparación de las series de objetos de los sepulcros megaliticos occidentales con la que proporciona las cuevas de enterramrento múltiple en el país valenciano, será extraordinariamente sugestiva, y evitará
1Jn más amplio comentario. La serie de materiales de las cuevas valencianas, se publica por primera vez en forma exhaustiva. Una primera tabla de objetos, en la que se atendía a los más significativos, a fin de re·
lacio11arlos con sus semejantes del Neolitico y del Bronce Valen•;iano, fuP.
ya construida por Plá (6). La que voy a presentar acto seguido, es la que
yo mismo compuse, tras un análisis exhaustivo de todo el material asequible, en un trabajo que se publicará en su dia (7) . Señalo los grupos
de material por sus notas más generales, distinguiendo entre objetos de
piedra pulimentada, objetos de piedra tallada, objetos metálico>, cerámi·
cas, objetos de hueso, objetos de concha, objetos de adorno personal y
tocado. Veamos ahora qué variedades se encuentran dentro de cada una
de estas categorias.
De piedra pulimentada hay hachas, de sección circular u oval, azuelas,
de sección rectangular o aplanada, percutores, alisadores de figura oblon·
(6) I!. PLA BALLESTER: "La covacha do Ríbera (Cuncr.o-Vulcncia)", Al'cb.i>'O de
Prchi&orin LeVIIIltina, VII. Valencia, 1958, pllgs. 23 a S4.
(7) E. A. LLOBRI!GAT CON ESA; "La• CUC'ias de entcr¡;amlento EneoJJticas en
d Reino de Valo:ncia", Memoria plltll el grado de Licenciatura, Uruversidad de Valencia,
Facultad de Filosofía y Letras, 1963. Obran de lo misma éjemplan:s mccanogrnlilldos en
la Bibliote<:a del l.abonuorio el<: Arqueologlo de la Fotul!ad de Filosofl~ y Letrus de Valencl2, yvinciul dt< V:tle.ocia.
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6
.8. I.LOBREGA'r
ga y sección lenticular o biconvexa, brazaletes de piedra rica pulida, una
paleta de esquisto para afeites, y p)acas perforadas, a modo de colgantes. Donde hay una excepcional serie es en las piezas de piedra tallada, comúnmente silex. En primer lugar las puntas de flecha, de las que
hay una amplísima y variada tipo.logía: de base cóncava, de a latas y pe·
dúnculo, foliáceas, romboidales o de base en ángulo, crucifo•·mes o de
muñones. Cuchillas u hoces de sílex tabular; puñales, cuchiilos sobre
hoja, con retoque y sin él; algún sílex geométrico, de tendencia arcai ·
zante; raspadores y raederas. De meta l, que es siempre, exclusivamente
cobre, hay muy pocas piezas que además, a menudo hay que considerar
como de niveles superiores de los enterramientos, en fechas que ya co·
nccen la edad del bronce valenciano. Hay puña les, puntas de lanza o de
dardo, punzones, cinceles y piezas de adorno: pulseras, anillos y pendien·
tes. En cuanto a la cerámica, la información es mínima Los fragmentos
que han aparecido son escasos, y no se ha tenido nunca la oportunidad
de conocer un vaso completo. Genera lmente es lisa y de baja calidad en
cuanto a la pasta y cocción. Se puede llegar a reconstrucciones gráficas
de formas que dan una tipología simple: cuencos hemisféricos e en cas·
quete esférico, vasos globulares, vasos de paredes rectas o cón•cas y cas•
nada más. La decoración es escasa, se reduce a algún punti llac:\o o peinado, unas guirnaldas incisas, y los clásicos pezones. El vaso campanifom,e apenas aparece en estas cuevas, aunque si en otros tip05 de yacimientos, coetáneos o quizá levemente posteriores. De hueso se pueden
establecer tres apartados : e.l de las piezas de uso industrial y doméstico.
en el que destacan los pum:ones de los que el más común es el obtenido
sobre caña de hueso largo biselando un extremo y conservando en el otro
la apófisis que actúa de mango; otros cilíndricos, macizos; ade-nás espátulas, llamadas punzones de sección aplanada comúnmente, y que quizá
sirvieron para ej tocado, aunque por conservar la articulación en un extremo las he mantenido aqul. Otros objetos de adorno serían las agujas.
de sección circular, con cabeza esférica o acanalada, semejantes a los
colgantes acanalados, a modo de tornillos, rectos o curvos. Hay cilindritos
huecos de hueso que debieron ser cuentas. También de hueso hay un tercer apartado: es el de los objetos cúlticos. Hay los íconos de la Gran
Diosa sobre hueso largo, y otros de placa de hueso, recortados en form3
de violín, o de dos triángulos unidos por los vértices. Conchas diminutas
perforadas, empleadas como cuentas de collar, son frecuentes igualmente
valvas de moluscos mayores a las que se perfora e.l natis por frotamien·
to. Y como cuentas se emplean variadisimas piezas, tanto por sus formas
<"Omo por sus materiales. Las hay discoidales, de varios tamaños, cilfn ·
dricas1 en oliva, esférícas, y botones con perforación en V, que .habrá que
poner en relación con el metal y los niveles superiores.
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MEGAUTOS POlmJGUltSU
7
Como puede verse, aun a pesar de ser abundantes y variados los ma·
teriales que las cuevas valencianas han proporcionado, no pueden ni con
pos y dases que
mucho compararse con la excepcional matización de t 1
presentan las cuevas portuguesas. Tienen sin embargo un Inte rés de o•
den dtstinto, pero capital a mi juicio, al estudiar este momento cultural
La prehistoria valenciana es, en el estado actual de la Investigación, qu izá una de las partes de la prehistoria hispánica mejor conocidas, y ello
por una serie de razones que pueden resumirse en la continu1dad de la
labor realizada por el S. I.P. desde su fundación, a la que se lla sumado
en los úl timos tiempos las tareas del Laboratorio de Arqueología de la
Universidad, a l que e l Profesor Tarradell ha infundido nueva vida. Fruto
de ello son las dos síntesis que e l Profesor Tarradell ha publtcado en re·
dentes fechas {8) y la inédita sobre la prehistoria de la provincia de Ali cante que Plá Ballester ha conduido recientemente, y a quien debo la
gentileza de haber podido verla en manuscnto. Este conocim:ento pro
fundo y moderno de la prehistoria valentina, permite partir de una base
firme cuando se pone en relación con otros mundos semejantes Por ello
he intentado esta comparación, dado que puede resultar sugerente y es·
clarecedora de problemas, de un momento que a la vista de lodos estó
como capital en las etapas de la prehistoria hispánica.
Con el conocimiento profundo del momento cultural en este extreme>
de la península, me parece oportuno contrastar las conclusiones a qut'
SI' llega en el otro extremo. Partimos de la base de que existe -y esto
me parece tan obvio que puede tomarse como postulado-- un.• esenCial
1dentidad entre todos los fenómenos de enterramiento colectivo de la
peninsula en este momento cultural, postulado que se abona por multi·
tud de hechos; la común idea d~ enterramiento múltiple en un mismo
rE'cinto, bien cueva natural, bien megalito, que imita, en arquitectura.
con su túmulo de cubrición, la idea de cueva; la semejanza de ofrenda; .
aue deben sus diversidades a la mayor o menor riqueza de las poblado·
nes enterradas; la coetaneidad, que ha sido con creces prob3da por el
C14, con las fechas para la Ereta del Pedregal, para los Millares, para
Vilanova y Casal do Zambujal (9). Con este cnterio de base, creo q~;e
St' puede establecer alguna distinción con respecto a la periodiución pro·
puesta por los esposos leisner, en esta su gran obra
(8) M. TARRADI!LL MATEU: "EE Pllls Valmc:iano dd Neolldco a la lbcrizacíón.
Emoyo de síntesis", AnaleJ de la Uní,·ersíd:ld de Valencia, vol. XXXVI, cuno 1962.-63,
a.ac:luao Il, Filotofia 1 Letras. Valencia, 1963.
M. TARRADELL MATEU: ~Preblstori> i Antllllllllf", Primc:no parte de "H.isloria
dd Pllls Va!encii", vol. 1, por M. Tarradcll y M. SaochiJ Gll:lmtt. Barcelona, 196S.
(9) J. MENENDEZ AMOR y F. FLORSCHOTZ: "Resultado dd A.n:llisit Pollnico
-
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8
B. LLODREOAT
Al parecer, tal como nos son presentados los cuatro pisos culturales
que establecen, caben dos posibles interpretaciones; que todo el conjunto responda al Calcolítico, con una periodización como la señalada, o que
r•os hallemos ante conjuntos que revelan tres etapas culturales: un neolítico avanzado (el Stufe 1), un calcolítico con dos fases (los Stufen 11 y
111). y un Bronce Inicial (el Stufe IV). Me inclino mucho más por esta
:.cgunda Interpretación, que me parece más acorde con la realidad. El
conocimiento pormenorizado de estas tres etapas en el mundo prehist6
rrco valenciano, y su contraste, que llevo efectuando desde hace bastantí'
tiempo con el resto de los paralelos peninsulare$, apoyan la at;ibución.
El primer piso, puede perfectamente paralelizarse con los materiale~
oue han proporcionado las cuevas neolíticas valencianas, y asinoismo con
las del resto de la costa este y sur peninsular, a grandes trazos. Habría
sin embargo que ver, si este conjunto de piezas responde a una serie de
~epulcros exclusivamente, y sí se encuentra aislado en algún yacimient.:~.
Ante estas estructuras tan perfectamente ordenadas, siempre asalta el
temor de que se trate de creaciones puramente ideales, separando de una
gran masa de materiales las distintas etapas juzgadas por la mera tipo
logia. ES este un reproche que me temo puede hacer~e al estudio que
comento. Con todo habría que realizar --a base de los datos alli propo•
donados-- un estudio de la aparición de estas pieza~. si forman conjunto, y sí se hallan en un determinado tipo de sepulcros. Sí tal, ver en
una tabla evolutiva de formas dónde cabria situar éstos, supuesto que
tenga una validez -lo que fundadamente dudo-- el establecer tabla>
evolutivas de plantas de sepulcros megalíticos. Sólo entonces podría acep ·
tarse la realidad de este piso teórico, que por lo demás, en cuanto a la
tipología de sus materiales, encaja bien en el esquema cultural del neo·
litíco.
Los pisos segundo y tercero, forman, como lo muestra el estudio con
funto de su cerámica, una unidad. Responderían a un Calcolítico pleno,
clásico. ¿Qué decir de esta periodización? El momento se halla por hov
verdaderamente obscuro. De todos los lugares de habitación de esta edad.
de una serie de mucmu de turba reoocidu en la lirets del Pedupl (Navarrés, Valmda)",
Archivo de PrehistoriA Levantina, IX. Valencia, 1961, pjg. 97.
ll. PLA BALLJ!STSR: "Algunos datos para la aonolot~la obiiOiuta de la Prehistoria
valenciana", en Acus del IX Coo¡¡reao Nacional de Arqueolo¡ia {V.Uadolid, 1965), en
prensa.
M. ALMAGRO BASCH: "La primera fecha absoluta para lo cultura de los MUlAres
a base dcl Carbono 14", Ampw:ias, XXI. Barcelona, 1959, 1)42. 249.
V. LEISNER y O. DA VBI.GA FBRREIRA: "Primeins daw de ridioearbor>o 14
pn 1 cultura mepllt.ia ponuguesa", Rcvi,.. de Guimones, LXXIIl. Guimaroes, 1963.
pi¡ina 358.
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[page-n-101]
MEGALITOS PORTUGUBSES
9
del único que se ha publicado hasta el momento una estratigrafía algo
detallada, aunque sumarla, es del poblado de la Ereta del Pedregal ( 10).
Esperamos todavía la publicación de los sondeos de Almizaraque, que pa ·
rece darán abundante luz sobre este problema, conocer ampliamente los
estratos inferiores de las excavaciones de Galera; detalles de !os dos ni·
veles de Vilanova de S. Pedro, y de los otros yacimientos portugueses si
milares en curso de excavación. Es lástima que los Millares, que disfru·
tan de una amplia publicación ( 11), no sirvan a este propósito. faltos de
una exploración amplia del lugar de habitación y de un estudio de 1::~
"stratigrafia sí existe. Por ello, mientras todo esto no se conozca a fondo
es en vano que se intente periodizar esta etapa. A titulo de hipótesis de
trabajo, quizá sea útil aceptar la división propugnada, que corre3ponderia
a un Calcolitico 1 y un Calcolitico 11.
Sensiblemente más claro nos aparece el cuarto piso. El r.:>nacer de
tos estudios sobre e l vaso campaniforme en los últimos tiempos, ha trai ·
do a la luz su problemática de nuevo. No es fáci l sintetizarla, ni es este
el lugar, tanto más cuanto que todavía nos hallamos en un momento de
análisis de hal lazgos, y de conocimiento de nuevos. Con todo, la revisión
de fechas y su bajada hasta un momento inmediatamente anterior a lo1
floración de la gran cultura metalúrgica de El Argar, resultan muy inte·
resantes. No creo, sin embargo, que pueda hablarse de un momento ero
nológico intermedio, entre e l Calcolítico Final y e l Bronce Pleno -un
momento que hubiera sido tentador denominar Bronca Inicial, pues lo
es de hecho, y no como todavía es sustentado por algunos notables auto·
res dar este nombre al Eneolítico o Calcolitico--, antes bien hay que
pensar que el vaso campaniforme, y el típico ajuar que comporta : los pu·
ña les de lengüeta, los brazaletes de arquero, los botones de hueso co,.,
perforación en V, es un material intrusivo, superpuesto, que danza por
la peninsula en el ocaso del Calcolitico y en los albores del Bronce pleno. En unas zonas llega antes, éste quizá sea el caso del mundo occidental que reflejan estos megalitos, en otros llega más tarde, como sucede
er el País Valenciano, donde Pla ha demostrado que el brazaiP.te de ar quero, y el complejo que le acompaña corresponden ya al Bronre Valen·
(10) D. FLETCHE.R VALLS: "L~ Breta del Pcdregnl (Navo.rr~s, Valcnc:ía)", Archlvo de Prehistoria Levantina, IX Valencia, 1961, pás. 79.
D. FLETCBER VALLS, l!. PLA BALLESTER y E. LLOBREGAT CONESA:
"La l!retn dcl Peclrepl (Navan-és-Valendo)", Bxcavnciones Arqueológicas en E.opaful, nú·
mero 42. Madrid, 1964.
(11) M. ALMAGRO BASCH y A. AR.IUBAS PALA U: "EE poblado y la necrópolis
megallticos de Los M!Uates (Sli!Utl Fe de Mondújar, Almería)", Bibliotheca Praehistorica
Fllspana, vol. lli. Mncltid, 1963.
-
12
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10
coano, paralelo cronológocamente de la etapa argaroca del sudeste ( 12)
Es un problema que queda algo en el aore moentras no se dispor.ga de lo;
e~tudios más arriba señalados
En suma, y centrando los problemas planteados por esta ornportantP
periodización propugnada responde a la realidad, y si nos resulta válida,
en términos generales, para estructurar un tanto este momento cultural
en la península. En principio aparece la duda ya expresada d~ que no>
hallemos ante una periodización hecha desde unas bases tipológicas es
trictamente, sin fundame-tto en datos reales, en asociaciones de material ampliamente repetidas. Los cuatros pisos resultan excesivamente acabados, estructurados, perfectos, para que reflejen la realidad de un acontecer que cada nueva excavación nos muestra consoderablemente más
complejo y matizado. Tenemos una esquematizaci6n cultur.:~l excesiv.:1
Y esta misma claridad y notidez del esquema, lo hacen notablemente peligroso. Hay incluso detalles, como es la serie tipológoca de las puntas de
flecha, que no resisten la comparación con series conveniente...,ente estratificadas ( 13). Con todo, pequeñas cuestiones como ésta, no empequeñecen la grandeza del conjunto, considerable por su magnitud y por
la labor realizada. Y hasta que se disponga de estratigrafías gao antes, no
cabe la menor duda que la estructuración tipológica propugnada por los
Leisner nos es válida con miras a estudios semejantes de esta etapa en el
suelo hispánico ( 14)
(U) PLA BALLBSTER, ob. c:it., nota 6.
E. PLA BALLBSTER: "Loo llamodos brualeus de arquero y d Encalllko \":Licnciano", Crónk:a del vru Con¡rno Nacional d< Arqut:ologiJ (Scvilla-Mtlap, 1963), Zaao¡;oxa, 1964, 1'4- 216.
(13) Corxopar.lci6n que •porc:ccri en pr6oimas publiac:ion._ de los motuiales del pobl•do de la Ettta del Pedrc¡:ll, que cuenta con dos niveles encollr~ puros 7 uno de
mnsic:ión al lmmce pleno.
(14) No acostumbrando esta revista a dar rescñu bibliogrific:ls, en la presente ocasión,
y dl\do el Jnt...& excepcional que enc:iuna b obra de los Leimer, hunoa conoiderodo o¡-ortuoo dar en forma de articulo la prcsel'Olc rceemi6n. (N. de b O.)
-90-
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GLORIA TRIAS DE ARRIBAS
(Granada)
Cerámicas griegas de figuras roias
procedentes del « Castell »
(Almenara- Castellón)
La sierra de Almenara desciende de las t1
erras segorbinas y forma una
barrera natural que separa la Plana de Castellón de las llanuras existentes al norte de Sagunto. Sus estribaciones orientales están formadas por
una serie de pequeños cerros aislados que, aun cuando son de poca altu ra (la cota superior alcanza s61o 178 m sobre el nivel del mar), han
significado en todas las épocas un cons1derable obstáculo en las comunicaciones del litoral valenciano y, por lo tanto, han sido siempre uñ pun·
lo estratégico de gran 1mportanc1a
De estos cerros, el más occidental es el de cLa Ccrona» (97 m. de
altura), al que siguen perpendicularmente a la costa el del cCastell» (el
más elevado, con 178 m. de al tol , al NE de la población de Almenara,
el de • Les Forques» (de 75 m.), «El Duc» (de 72. m.), «El Punt del Cid•
(de 1 10 m.), la cMuntanya Blanca» (de 90 m.) y, por último, el «Mont
deis Estanys» (de 2.0 m .), junto al que están los estanques de los que re·
c1be nombre y una amplia zona de marjales que lo separan del mar
De casi todas estas elevaciones se conocen restos arqueol6g1cos, principalmente de la «Muntanya Blanca» y del «Mont deis Estanys», lugare~
en los que la erudición del siglo pasado y comienzos del presente situa·
ron respectivamente los restos de un campamento romano y de un tem·
plo dedicado a Venus (1). También se conocen abundantes noticias de
(1) Véase en este mlsn10 volumCI\ el trabajo de N. MESADO, "Breves notas sobre
las ruinas 1'0111111\.11 de llb EstanysH, donde se mcoc:looa b. bibliot¡rafh anterior.
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2
C. TRIAS
h;~llazgos de lápidas (Hübner recoge 18) y monedas, aun cuando su loca·
lización resulte en la mayor parte de los casos imposible, pues solamente
se mencionan como encontradas en los alrededores de Almenara
Del «Castell» son muy pocas las referencias que se poseen sobre ha·
llazgos arqueológicos En una vis1ta realizada el año 1931 por don Nico·
CASTELLON
VALENCIA
o
lás Primitivo Gómez Serrano se hallaron fragmentos de cerámica ibérica
corriente y de aspecto arcaizante (2) y creemos que esta es la única noticia anterior a la que damos ahora que puede encontrarse en la biblio·
grafla arqueológica valenciana
(2} N. P. GOMI!Z SERRANO (Nicbolau de Cuequa), "Secci6 d'Anuopologia i Prehíst6ria. Resum dds seus treballs dunn1 l'aoy 1931 i del cun de 1931-32", Anales del
Ccn1r0 de Culrun Valenci.tm, VI. Valencia, 1933, p!¡. 31.
-92-
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Cl!R.:\AttCAS GRIEGAS DU ALMENARA
3
Los fragmentos que publicamos fueron donados al Museo de Prehistoria del Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación
de Valencia, donde se conservan, por don Alejandro Braescu, profesor
del Colegio Alemán en esta ciudad, el año 1955 (3), y habían sido hallados por éJ en Ja ladera del «Castell» de Almenara en una excursión
realizada ese mismo año.
De los datos proporcionados por e l señor Braescu se desprende la
existencia en e l monte del «Castell» de un poblado ibérico y, posible·
mente, de una necrópolis situado aquél en la cima y parte alta de la ladera meridional y ésta a mitad altura de Ja ladera, en su vertiente SE.
De la explanada superior, donde existen los restos de unas fortificaciones medievales y modernas, recogió el señor Braescu cerámica ibérica
con decoración geométrica pintada, varias f usayolas, buen número de
pesas de telar y algún objeto metálico. En la ladera SE. y en una 70na
de alrededor de 300 metros cuadrados fueron encontrados, superficialmente, los fragmentos de cerámica ática que estudiamos a contrnuación,
sin duda pertenecientes a una necrópolis, ya que uno de los fondos de
kratera (número 2 del inventario) conserva pegados pequeños trozos de
huesos calcinados. No sabemos en qué relación con el resto de los hallazgos estarán dos cráneos humanos encontrados en la misma ladera,
algo más arriba, sin que presentaran señales de incineración, pero no
hemos de olvidar que en el cerro existen fortificaciones medieva les y modernas.
Por todos estos datos y por la dasificación que hacemos de las cerámicas áticas, la cronología que se puede atribuir al poblado y a la necrópolis es semejante a la que se ha logrado para «la Bastida de les Alcuses» de Mogente, la «Coval ta» de Albaida, «El Puig» de Al coy y otros
yacimientos destrurdos o abandonados- hacia la mitad del siglo IV.
El estudio de las cerámicas que a continuación hacemos se ha efectuado, excepto para la kratera inventariada con el número 1 y los fragrrentos de los números 8 y 1O que vimos directamente hace unos meses
en Valencia, mediante fotografías, por lo que Ja atribución de algunos
fragmentos a determinado tipo de vaso resulta dudosa, como en cada
caso señalamos.
(3) E. PLA BALLESTER, "Actividades del Servicio de 1Ilvesrignci6n Pcchlst6.rica
(1946-1955)", Alclüvo de Prehistori• Levantino, VI. Valencia, !957, p~g. 222.
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G. -rt\L\S
INVENTARIO
1.-Mirod inferior de uno KRATERA d~ compone, Q.,.da lo peana y el pie, así como
oorte de- la t:ono decO(oda del reverso. Re<:.on$trvido y re,stourodo en oorto.
Altura de lo que quemetro del1>ie, 163 mm.
El Interior del vaso bornixodo de negro, muy perdido; el Interior del pie y ck
lo peono, sin barnizar.
Exteriorment~. lo peana y el p!e van barnixodos de negro brillonte y lru lineo'
de lntctsecd6n de los grodos- de éste, exentos.
Uno banda formada por grupos de cuatro grecas ha<:ia la lxquierda seaoro·
dos par un t~Cetóngulo ajedr~::.odo llmtto lo dec:oroción inferlormente. De ésto
quedo .sólo porte de lo correspondi&nte o' reverso, do. la que se ve11 los restos
de uno j)Oimeta con volutas y otros adosados de lo reglÓ<> de yna ck las osas,
que falto, y lo porcí6n Inferior de lo -escena, ton corrie-nt~ en k.rotcrol de esto
epaco, do tres jóvenes cubieitO$ COO himOiíOn Cr\ UMO pofctt TO! los dos de lo
lxqulerdp est6n vueltas nacía el tercero y entre éste y aquéllos so ~e uno
coh.nnno de<:orodo con un motivo esquemctizodo, borroso, de difkil Tntcrpre·
toc:ión, rocimo o o.c:oso fo1o.
Porter>ece al estilo de los kroterol de tos necrópolis ondolu:t<>S (Galero, Teya,
etcétera) y lo consideramos de! segundo cuarto del siglo IV o. de C.
Inventario; Almenara C-1. Lámina 1, l .
e., gradas y comienz.o de •o por-te Inferior del voso
de una KRATERA de tipo semejante o la anterior. Altura de lo que resta, 147
mlllmetros. Oi(>metra del pie, 162 mm. Interior del v'*'• con restos de huesa>
2..-Ffogmento de ta -peana y pie
colcín.odos pegados al fondo. barnizado de
Mgro~
con el born1z. perdído en su
parte cer>trol, donde surge el rojo da la CQfÓmlco. Interior del 1>le y de lo peana, exentos.
El exterior est6 bomizado de negro brillante, eon kls linees de tntcrsec:cion
de los grados del pie exentos.
Del segundo cuarto del siglo IV o. dtt C.
Inventario: Almenara C-2 y C-34. No se reproduce.
3.- Frogmento del borde de una KRATERA de campana. Supe!flcle muy desgastada
Aho, 87 mm. Ancho, '88 mm. Por lo curvatura se ha conseguido un di6metro de boco de 385 mm.
Interior barnizada de negro. Er¡ el exterior, j)Orte de lo cenefa de hoio• de
laurel, hacio lo Jz.qulerda, que exotno el lobío del V0$0.
Tipa de krolero semeJante a lo< ontes inventariados. Segundo cuarta del siglo
IV o. de C.
Inventarla; Almenara C-3. Lamino 1, 2.
4.-Frogmento del barde de una KRATERA do camj)Ona. Alta, 52 mm. Ancho, 12 mm.
lntetior- con bornlz. o'tuolmentc morrón, por deb~litodón dol c:olor neg(o. .fx..
teriar, con porte de lo cenefa horizontal de hojas de lo4rol, hacia ·1!1 lzctUIOr·
da, que decoro el labio del vaso, muy perdida.
De cronol09io semejante al anterior.
Inventarlo; Alm<:naro C-11 . lbmlno 1, 3.
5.-Das fragmentos unidas de lo porte del labio de uno KRATEIVI do comp.:¡oo, ,\lto.
55 mm. Ancho, 11 mm.
En la porte superior del lodo de lo derecho se ve medio agujero de lañado.
lntel'lor con barniz ~gro. Extel'ior c:on porte de fa ccnof-.1 de hojo:s M l.c:urt-1,~
hacia lo derecha, del lobla del vaso.
Inventario; Almenara C-16 y C-29. Lómlno 1, 4
-
94-
[page-n-107]
CERAMICAS GRll!GAS DB Al.\WIARA
b. -FtOomento del labio do uno KRATERA, pa,lblcmcnlc de compono. Alto, 36 mm.
Ancho, 81 mm
En lo arista IJ.Qulerdo superior
y en el extremo derecho de lo Inferior, restos
de agujeros de lanado.
Interior con barnl~ negra. fxte
InventariO: Almenata C-11 Lémona 1, 5.
'1
Trn fragmento. pegado> de una KRATERA do compana Supmocte muy desga•·
Jada. Alto, 76 mm. Ancho, 176 mm.
Interior born•:odo de negro. El extenor llevo parle ~ lo dtcoroción fígurodo
del anverso del """'· olconzando por su port
se ha perdido, qu~ando !iÓlo los huellas de sus arranques y la palmeta ons·
er;ta c¡ue cxistra entre thtos. De lo escono plntodo quedo únlcomcnre porte
de to figuro de un loYcn Sátiro, desnudo, o l porKcr SMtodo~ hocío IQ d~te
cho, con lo cabezo vuolto hoclo olrós; es bien visible el brozo derecho doblado, os.¡ como el cuet no que forma lo ore jo lt.Q\utrdo. Detrás de e110 f¡guro
un objeto muy borroso.
Del segundo cuorto del .. glo IV a. de C.
lnventoroo: Almenota C-4, C-5 y C-6. Lémona 1, 6
11.
FrO'!mento do uno KRATERA. Alto, 72 mm. Ancho, 87 mm.
Interior barni;ado de negro. Exterior: Pone de lo decaraci
que se ve la poetno icz:qu~Crdo y el sexo de un SoH"' (?) con una poel de pon·
rero que le cuolgo ()Or detrás, y o w todo, ol parecer~ 4o pierna detecho,
tombi.bn ff~x:onodo, de otro personaJe y en dirccc•6n oblicua un bastón, ocoso
un thyno. Bornl~ negro brillante con los detalle• lntoriare• do la• llguros pln·
todos en morrón claro diluido.
Del siglo IV o. de C.
Inventario: Almeno ro C-7 Lómona 11. l.
9.
ÑOQmento de una KRATERA. Alto, 54 mm. Ancho, 43 mm.
lnte,rior bornizodo de: nc-o;o. Exterior: Re~tos dt lo dec:oroc1on f•gurodo, de lo
que sólo se d1i11ngue porte dt! uno pierna de un J)('~noje
Del siglo IV a do C.
lnvenrorto: Alrnet~oro C-15. l.émona 11, 2.
10.
frogmcnro de una KRATERA. Superficie muy desgastado Alto, 54 mm Ancho,
81 mm.
Interior con born1t nt!gro bitm conservodo. [)(tonor: Re!.tos de la dKorocl6:"'1
figurado, ca" perdida, de lo que parece dl5tlngulrse parto de uno pierna fl•·
"tonado y, po:¡ibltmenre, detrás, uno piel da pantera colgando
Siglo IV o. de C.
lnvenratio: Almenara C-21 Lómlno 11, 3.
11
Fragmento de una KRAlERA (?). Superfocoe lioeramcntc pocado. Alto, 64 mm.
Ancho, 83 mm.
Bamiz. negro en el lnterioc'. En et extersor, pertenccicnle o; parecu o lo pgrt~
alto de lo coro ontertor de una krotero, se ven los restos de lo deco:ce:•~
figurada conslltentu en lo torga cobellera de uft eue~ro m1rando hor1o lo
d•rccho y blandltnda un palo can la mana do este mismo lado, y, ¡unta o
ésto, QQrte de un f)O$Jbl~ gnfo
Sig'o IV a. do C.
Inventarlo: Almonoro C-23. Lómlno 11 , 4.
12 - Fragmento de uno KRATERA (?). Alto, 43 mm Ancho, 60 mm
lnteroor con barn1z negro alga pocodo. E>cteroor: Patio de la decoroolón flgu·
todo de le que sólo resto uno mínjmo porción de lo qua podría ~er una (l¡...
ce."\O de Symposlon. Perece d•stingt.urse parte de un ~echo con un ptt'l>Ona¡e
recostado hacia la izquterda y una meso sobre la qve se hallan ab¡eros ondeterminodos, entre ellos y pint::::do en b!onco una espec:ie de pastel o tOttD ddl
qve cuelgan unas contos también en blanca.
Siglo IV o. de C.
lnvento11o: Almenara C-27 . Lclmona 11, 5.
-95-
[page-n-108]
6
13.---Fragmento de uno KRAnRA (?) Alto, 57 mm. Ancho, 55 mm.
Interior bomtzodo de neg
dsst~ngu•rse u~ f¡guro, poslbt(mente recostado. con 1..1n0 guirnoldo o corono
en su mono iz.qu•erdo.
Soglo 1V o. de C.
Inventario: Almenara C-28. L6mina 11, 6.
11.--Frogmenta del reverso de una KRAT•BRA do compono. Pertenece o lo :tOnO inmediato inferoor ol Joblo. Alto, 59 mm. Ancho, 91 mm.
Interior
c.otoci6n típico del rever10 do este tipo de vasos~ de la que se ven los 1n1cios
de la cenefa de horas de laurel y, por debajo, la cob..a de un joven vul!lta
hoeio lo derecho y poNe de ..m dssco de los queJ generalmente, acompc:ñon
o estos escenas de jóvenes en lo polestro cubiertos con homotlon.
Del stglo IV o. de C.
lnvMtorio: Almona ro C-24 Lómino 11, 7.
15 .---Fragmento de vaso gronde onodentifocob!e, posoblemente de lo pored de uno I(RA.
TIRA Superfocie muy desgastado. Alto, 9? mm. Ancho, 86 mm.
fntenor tcrt'lfz.odo de negro. Exte.rior COtl lo decoración cosí perdido. ~uizó.s
porte de un ropaje.
Del soglo IV a. de C.
Inventaría: Almenara C-22. Lóminc 11, 8.
16.-Fragmento de una KRATERA. Alto 50 mm. Ancho, 86 mm.
Interior con barniz Mgro muy plcodo. Exterior: Porto de la linea de gr.,...m
que cerraba la decoración figurada por su porte Inferior; encimo, restos do
palmeta vertical a la derecho y porclOnO$ onferlores de motivos frroco~lbiC$.
Del siglo IV o. de C.
tnventorlo: Atrnenoro C-13. Lómlna 11, 9.
n .-Frag
Interior con boml~ negro totol,.,.,nte perdido. Exterior: Superficie muy picado;
parte de to %0ft0 de grKos y rectóngulOi ajedruodos que l!m1ta infeno'!'Tnente
lo de
Del •iglo IV o. de C
lnventoroo: Almenara C-18. Lémona 11, lO.
18.--Frogmento de uno KRAnRA (?) Alto, 55 mm. Ancho, 67 mm.
Interior bom1:odo de ntgro. Exterior con lo deecroclón casi perd.do, po.Stblemente del r~erso del vaso, consistente en los restos de. un himat1on al pa ..
rec:er.
Inventario: Almenoro C-12. L6rnono 11, 11.
19.---Fragmento de una KRATERA (?). Alto, 43 mm. Ancho, 58 mm.
In terior barnizado de negro. Exterior con restos de la decoración flgurodo, o l
parecer del reverso del vo$0, pues se podría identificar lo QUa queda como
porte del himotlon de un joven.
Inventarlo: Almenoro C-20. Lómlno 11, 12.
20.---Frogmento de una KRATERA (?). Alto, 70 mm. Ancho, 53 mm.
lntenor con bomoz negro brillante. Exterior tmnblén bornt~o de negro bri·
llonte excepto uno lineo korixontO: con volutas o ambos lodo~ pintado con
bo.miz rojo diluido, perdido en porte. pero hobtendo dejcdo una huella blancu:co.
Siglo IV a. de C
Inventarlo: Almenara C-8. L6mtno 11, 13.
21.---Frogmento de uno KRATERA. Pertenece a la .xona del arranque de lo peono, IJ cibtendose lo• huellos del tnicoo del fondo del VD$0 o cuenco. Alto, 56 mm
Ancho, 61 mm.
-96-
[page-n-109]
CBRAMICAS GRIJ!ClAS DB AI.MmNAIIA
7
Interior: La mi tod SU1HirfOr, corre.pondicnto al fondo del voso, barnltoda en
negro; lo inferior, pel'tenecicnre o lo poono, oxento.
Exterfor: Bomlt negro casi perdida.
Inventarla: Almenara C-10. Lámina 11, 11
22.-frogmento de uno KRATERA (?), pertenecoente o lo xono lnmedioto ol orranQJe
de uno de los osos. Alto, 51 mm. Ancho, 55 mm.
lnt~ior con bomiz negro muy pic.odo. Extarior con pone de lo decotoción fl ..
ourodo, de Jo que quedon restos d~ u-M palmeta con vo1ut0$.
o.-1 siglo IV o. de C.
Inventario: Almenoro C-9 l.órnino 11, 14.
23.-Fr~gmento
do vaso Indeterminable Alto, 42 mm. Ancho, 40 mm.
lnrerlor con bamh:. negro, Exterior can decoración perdido por complero,
lnv,ntoroa: Almenara C-25. Lámina 11, 15.
24.-frogmento de un SKYPHOS (?), Alto, 38 mm. Ancho, 46 mm.
Interior con born1z M'QfO, excepto una franJo horizontal en reserva. Extorlor:.
Porte de un joven con himotlon vuelto hocio lo •t.quttrda y, delanto, un .,,.
trigllo colgado ol parecer de !o por.-d.
Del siglo IV o. de C.
lnvenrorio: Almenara C-26. Lómono 11, 16
25.-frogmenlo amorfo. Airo, 31 mm, Ancho, 46 mm.
Interior barni•odo de negra. Ex1eriar con restos inldentlficobles de una deca•
roción perdida,
Inventarla: Almenara C- 19. Lómina 11, 18,
26-Frogmento amorfo. Alto, 46 mm. Ancho, 50 mm
lnte.nor y exter•or bornu.odos de negro, con
~o.s
superficies picados v raycdat.
Inventario: ¡t,lmenora C-14. Lámina 11, 19.
21.-frogmenro amorfo, posob4emente de un KYl..IX. Aho, 21 mm. Ancho, 28 mn>.
Interior con barniz. negro.. ext:epto uno fronJO horizontal dejada pol' reJervo.
Exteroor barnllodo de negro con manchas morrón.
Inventario: Almenara C-31 . No se reproduce.
28.- Fragmenro amorfa, Alto, 32 mm. Ancho, 40 mm.
lnrcrior y e.xterlor con barniz. r.egro muy estropeado.
lnvenlotio: Almenara C-32. No so
r~roduce.
29. -Fragmenlo amorfo. Alto, 23 mm. Ancho, 31 mm.
Interior barnlxodo de negro, actualmente can uno ronohdod ollvóc:eo. Exterior
en reservo1 con unos ligeros lineas negros, porte de uno figuro u objeto 1nde·
terminable.
Inventario: Almenara C-33. Sin reproduclr.
30.-fragmento amorfo de •ecco6n en g'on curvatura. Alto, 40 mm. Ancho, 30 mm.
Interior y exterior barnlJ.odos de negro.
lnvenla.rio: Almenara C-30. No se reproduce.
-9713
[page-n-110]
[page-n-111]
r
T IU AS.-Cer:hniras
~riegas
ele Almcnnra
I. AM. l .
[page-n-112]
'llHA .-Cerámicas
gTie~ras
l.ii.M. U.
de Alm enua
J
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5
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y -~/..
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1
16
[page-n-113]
J. J. JULLY et S. NORDSTROM ¡•1
(France)
Les vases
a oreillettes
perforées en France
et leur similaires en Méditerranée Occidentale
11 existe au Musée de Mlle. O. et de M. J. Taffanel a Mallhac (Aude)
des vases a oreíllettes perforét!s d'un type qui, sur le littoral Méditcrra·
néen Fran~ais, n'est pas attesté avant l'apparition des importations ré·
guliéres en provenance de la Méditerranée.
Deux formes sont pré$entes a Mailhac: l'une est sphéroide, l'autr~
est ovoide. Ces formes sont contemporaines et sont présentes a la fois
dans la néc:ropole du Grand Bassin 11 et sur l'habitat du Cayla 11
M. Louis, O. et J. Taffanel ( 1) qualifient la poterie qul comporte ces
oreillettes de «poterie ibérique». Or, entre Rhóne et Pyrénées, cinq au·
tres sites (La Monédlére, Saínt Julíen (2), Pech·Maho, Montlaurés et Rus ·
cino) ont fourni cette sorte de vase. De plus un type de vase tres sem·
blable existe en Espagne (toutefois le type vois•n recueilli a Mallorca et
s Menorca fait partie d'une série différente) D'aflleurs, il faut, dans la
sérle de la Péninsule lbérique, distinguer la poterie faite au tour de la
poterie modelée. En outre, ce type est attesté en Afrique du Nord ou
11 est cependant rare 11 a été signalé en Sardaigne également
Cecl signifie qu'en Méditerranée Occidentale, dans !'aire de commer·
(•) Stipcodiat Hieru-Retxiuo-Stiftclscn Kun¡llp Vetembpubdc:núen y becarla de
b lnstitu<::Km 'IVCMCt-Gren.
(1) M. LOUlS et O. et J. TAPFANEL: "u. pmnier l¡e du Ftr Lan¡uedoc:ico. ll
1.ft Dkropoles l ilx:inentioo". Bordi¡¡j!ua.Montpdlier, 1958, p. 66.
(2) Aimablc autorisarioo de
I~U>ventcUt
-
M. le Chanoine 1. GrRY.
99 -
[page-n-114]
l
11
1
•1
1'
Fig 1.-Mobilier funeraiu de la combe 14 du Grand Bassin U (d'aprñ Schlllc).
Le plan de 110tre travall est le suivant.
Examen des exemplaires de Mailhac (3)
Relevé d'exemplaires typiques qui ont été repérés en l:sp;!gne
Essai d'appréciation de l'originalité du type et de localcsat•on d • •
a~res de c•vilisation ou il a pu prendre naissance.
A la nécropole du Grand Bassin 11 (4), c'est la tombe 14 qui offre,
peut ~tre, !'ensemble funéraire le plus caracténstique en ce qu1 concerne les vases a oreillettes perforées découverts sur le llttoral Méditerraneen Fr<~n~is Nous reproduisons le vase de ce type contenu daos la séa)
b)
e)
(3) Nout rcmcrcions v¡vcmcnt Mllc. Taffmcl pour li
(4) LOUIS ce TA.FFANlll.: Op. eh, norc 1, p. 58 ot 60.
-lOO-
[page-n-115]
VASI!S
A
OliEJLU!Tl'1!S PBIU'OÚES
3
pulture (S) qul est dassée parmi les sépultures «riches» de guerriers (6).
(PI. l,a et fig. 1, num. 1).
Par la présence de céramiques d'importation, par celle d'un bassin en
bronze «a rebord perlé» et par le rlte de la Méditerranée Oríentale et
Centrale du bris des vases au moment de la cérémonie tunebre, cette
sépulture nous parait pouvoir déja bien éclairer le contexte culture! dont
les vases a oreillettes de Mailhac ont été partie intégrante. A une civi·
lisation «indig(me» aux fibules a arbaléte qui se sont répandues du Languedoc et de 1'Aquitaine a la Vallée du Guadalquivir (71 (fig. 1, num. 11)
aux formes de poterie .locale qui ne rentrent plus que rarement dans 1-.:s
types des Champs d'Urnes (fig. 1, num. 2), et aux agrafes de ceinturon
a t rois crochets qui furent trouvés dans des chronologies souvent plus
basses en Espagne (8), s'adjoignent désormais des formes Médlterranéen·
nes typiques: coupe a pied troncoconique et a anses horizontales (fig. 1,
num. 3), et un bassin en bronze qui semble correspondre a une fabrication étrusco-italique (9).
(S) Renuuquer Je sommrt plat du bouton de prtbension du eouvercle. !.e dlameuc
de celui-ci est info!rieu.r ~ cclui de la plupan: des cypes espa¡¡nols et les orcillettes sont
trl:s baut placée$ sur le va"' proprcment diL
Pour la deocriptlon analytique du mobiller volre LOUIS et TAFFANEL, op. dr. note
1. p 67-68. Le vase a ~~~ aussi publié par O. et J. TAPPANBL: "Les dvllisarions prtmmaine.s de !Jo rég:ion de Mailh2c". Etudes Rouss!Uonnaises, V. Perpignan, 19S6, p. 3S,
ll¡. 33 (1).
(6) Noter la ptácnce d'un "soliferrtum" et sa di!position autout de l'ume. Cette
CQUtume de oourbtr circulalrement une anne longue autour de l'urne a été observ~ en
Greco a AtMn<$ vers -900. CC. "'llu! Athenian Agora Guido", p. 149.
(7) W. SCHOLE: "Probleme der Bis=it auf da Ibtrlschen Hnlbinsel''. Jabrbuc:ll
des R!im.iscb-Germanischon Zcntralrnul!eums Mainz, l960, p. 68.
E. CUADRADO: "Preeedmtes y prototipos de la ílbuln anulu bispáni01". Trabajos
de Prehistoria del Serninarlo de Hi"oria Primitiva del Hombre de !Jo Univ.,..idad de
Madrid, vn. Madrid, 1963; pág. 33.
(8) Qne agnúe es( le cype B, 2me cau!goríe de Boscb Gimpera. Elle
~ les habilllts et da"'! les n~opoles "postballstatúennes" d'EsJl4gne au lV-JIIane s.
0\'.
c.
J. M. SOLE et R. MAm!: "L:: necrópolis de Con
Canyis (Ilanyeres, prov. de Turagona)". Trabajos de Prehistoria del Seminario de Historia Primitiva d
Jig. 8. Vleme av. C.
¡, LAPUl!NTE VIDAL: "AiicBnte ea la Edad Antigua". Alicante, 1948.
S. NORDSTROM: "Los cartagineses en la costa aliamúna". Alicante, 1961. Fin
V~m< dtbut IV<. av. C., fig. 6, <.
J. MALUQUER er L. VAZQUEZ DE PARGA: "Avante del ntudio de la necrópolis
de "La Allllny•", Conos de Navaua", Princlpe de Viana, XVIT. Pamplona, 19S6; pág. 389
er suiv., fig. 11. Ouonologie v.mem. s. av. C.
(9) "lnfol'l1llltioo• otcidelles" (J. COURTOIS), Bulletin de la Sod~té Pralist:Oric¡uc
Fra~, LVII. Pnris, 1960, p. 528; et J. COURTOIS: "Fou!Ues de tumulus du premier i!ge diJ l"er ~ Serres et ll Ctabest= (Htes Alpes)''. lbid., LIX, p. 560: daos le tu·
mulus 1 : deux bossins en bronze 1 xebord déoorc!; identité complete ave.: eelui de la
tambo du G. B. 12, pour l'un d'eux.
F. BENOIT: "Les ltinéi'IIÍres rommercinux en Provento dnns l'antlquité". A$$0Ciation
Gu!Uaume Sudé, VIl Constes, Aíx-<:n-Pro"""""• 1963, p. 373.
S. VILASECA ANGUERA,
-
101-
[page-n-116]
4
Outre la sépulture num. 14, la nécropole du G B. 11 a fourno deux
autres sépultures avec des vases a oreillettes perforées. Oans la sépulture
num. 1O le vase ossuaire uen poterie tournée ibérique~ possede deux
7
?
'<~
10
Fig. 2.-1 A 7 et 10: Hl Molar.-8: Cay!Jo ll.- 9: Llano clc l
-102-
[page-n-117]
VASES
l
OlUIILLE'ITES I!ERFORÉES
anses bifides perforées (PI. 1, b) (lO). Un type tres voisin existe a la nécropole d'El Molar (PI. IV, b). Le vase de Mailhac était en contexte avec
une petite coupe incomplete de poterle «grlse», des fragments d'un canthare en bucchero nero, une agrafe de cein turon a deux crochets, ainsl
qu'avec une pointe et un talen de lance a douille en fer ( 11 ).
Dans la tombe l2 de la meme nécropole, íl y avait un couvercle a
oreillettes perforées «en poterie ibérique» (PI. 1, e). Ce couvercle était
a coté d'un «petit tas d'os triés deposés en pleine terre» et protégeait
des débris métalliques parmi lesquels se trouvait une agrafe de ceínturon
3 deux crochets du type mentíonné cl-dessus. Un fragment de poterie
c
A ces ensembles funéraires íl faut ajouter, provenant de Cayla 11,
deux vases entiers, un couvercle orei llettes perforées et des fragment3
de poterie ayant appartenu a ce type de vase. Le vase a pied «ombili,
qué» (PI. 1 d) présente un décor linéaire peint (13). Un autre vase du
meme type est en terre gris·jaumitre (PI. 1 e); il ne possede pas «d'om,
bilic» et est peint de filets noirátres concentriques. Le couvercle peint
comporte un décor rougeatre légérement víoline composé de cercles concentriques avec lignes sécantes (PI. 1, f). Quant au vase sans cou·1ercle
íl présente la particularité suívante que nous n'avons pas vue dans la Pé·
ninsule: cutre les deux oreillettes perforées symétriques, íl posséde deux
anses qui ne sont pas verticales (dísposí tion de tradí tion punique) mais
a
(!O) LOUIS ct TAFFANEL: Op. cit oote 1, Jig. 44.
(11) LOUIS et TAFFANEL: Op. cit. note 1, p. 66.
Nos coUegues espagnols patais,.,nt peme~ que le nombre de croehets n'a pas de valeur
chronologiquc a l'imuieur d'une evolution du rype. Cependnnt il comrnencc il cue reconnu que 1 Pyréné<;s Orientales et la n!gion au Nord de celles ei ont lJU au VIeme
..
~tecle: ovont notre ere ioucr le rO!e de centres ou au moilu de zones secondaircs de diffu..
,;on cultureUe. En cffet, sclon W. KIMMIG: ''Zur Urnenfeldcrkultur in Südwcstcuropa",
FMt:schrift Jür P. Goesslcr, 1956, les plus onciens C. U. de la .li'éninsule lbériquc ne sont
pas plus anciens que les C. U. du Moulin (Mnilhac 1) ct de Millos 1, ct les présences
d'agrnfcs de ccinruron dites ''ibé.dques" qui sont rappe.lées par 1'A. se s.itumt au plus tat
Gans lo chronologie de Millos lll, Mnilhnc li1', Cayla
D'auue part, sans p:lllcr de la
1osterim:ité de la potcrie pcinte de In v.Uée de I'Ebre (pas avant -500) par rappcn b Jo
poterie pcinte de Mnilbsc, la fibule ~ arb:úhc presente dans la tombe G. B. 14, """blable,
r:uA plus anciennes d'Espagne, le peignnrd :i anteones de In nécropole du G. ll. n, surtout
!'a¡¡rafc de cefuturoo ~ ttois crncltcts, identique A oeUe de la tombe G. B. 14 uouvée A
Pouzols e.n contextc avec une coupe attique (Pctits Maitres : 550/540), et une epée a "an·
t<.nnes" constit11cnt des clcmc:nts indiscutables de datation. C'cst en "' référant A cux que
l'on pcut proposer da évaluations chronologiques¡ par exemple sauf un cat isolé, les
ografcs de ceinturon d'Aquitaine soor postérieures il ceUes que nous considerons il Miülhac:.
Le• publications c$pagnolcs prouvcnt, A de rores execptians pres (Can C:myls, El Molllr,
La Atalayo notarnrnent) c¡u'il en cst souvent de mEme en Espogne.
(12) LOUIS et TAFFANEL: Op. cit. note !, p. 66.
(13) LOUIS rt TAFFANEL: Op. cít. note 1, p. 100, fíg:. 67.
R. MARTIN GRANEL: ''Les fouilles de l'oppidum du Cayla b Mllilhao (Aude)".
Gallia D. Puis, 1944, p. 10.
n.
-
103 -
[page-n-118]
6
JUI.U·SORDSTROM
qui sont obliques par rapport a l'épaule du vase (dispo3i tion plus proprement hellénique, a u sens large). Son décor peint consiste en nombreuses bandes paralleles et horizontales qui recouvrent toute la surface
du vase a l'exception de l'épaule qul présente des petites lignes ondées
verticales par groupes de cinq; les anses obliques ont re~u des petits
traíts paralléles peints. Enfin, des fragments plus o moins gros provenant
de vases du meme type exastent encore au Musée de Mailhac (PI. 1, g
et fig. 6, b) ( 14).
Le vase a orelllettes perforées a done connu a Mallhac un emploi qui
n'était pas exceptionnel et dans une chronologie quí semble pouvoir se
placer aux alentours de la moítié du Vléme slécle av. notre ére
Ces vases semblent dasparaitre en meme temps que l'habita t du Cayla 11; ce nlveau est bien caracterisé par une présence tres abondante
d'amphores étrusques et de «bucchero nero», et 11 est «scellé» par une
couche d'incendie et sous cette couche de cendres 11 n'y a aucun tesson
de céramlque attique a figures rouges En ce quí concerne la nécropole
•
e
Fi$. 3.-tl: PyxU a>rinthien (-620 á -590)¡ b: Aryb:llle protooorlnlhkn g&lmctrique
(-7SO A -700)¡ e: Aryb:llle protooorlnlluen (dtbut VII a. CJ,
du G. B. 11 des constatations analogues peuvent ~tre faites : présence de
bucchero nero notamment. Si l'on peut penser que tel ou tel récipient
a pu ~tre conservé d'une génération a une autre, il paralt cependant lmpossible de continuer a tenir ce raisonnement une fois que l'incendae du
debut du Véme siecle av. l'ére a détruit le «village» du Cayln 11 ( 15).
Ajoutons qu'il est communément accepté maintenant que l'exportation
(14) O.
etJ.
TAFFANm.: "Le Cayla de Mailhac'". Bull Soc. Se. Aude, XUl, 1938,
p. 132. lig. 24.
LOUlS et TAFPAN'EL: Op. cit. note 1, 1, p. 99, 6g. 66, 7.
Un c:umcn des ráuves du Mus« de Maillute lait en notro pr~ permet d'ajoutc:r
C:twt autres exemplairea de potories a ortilkttcs. Un de ces tesoons olftc, mus uno cou1:r.e
brune cxt~rieure, une ~t< griS<, la pito memo de la dramlquo ¡¡rite d'Oecident. Noua
vto-ons, plus avant dans le tr•vail, los rapproehemonta rt les hypotb~ que ce simple
f.agment parait autoristr A f•iro.
(15) Pr~ions ducs l l'anublli~ de MUe. Talfat~el qul wh (eorrespondonce 191\3 1964): UMeme si les vases • orcilleues sont dc l'cxtt
m.
-104-
[page-n-119]
7
du bucchero nero ne s'est pas prolongée au dela du premier quart du
Vléme s. av. C. D'ailleurs, un vase non tourné a oreillettes perforées
existe dans la tombe 3 de la nécropole <
laquelle rien n'est plus récent que la premiére moitié du Véme s. av.
l'ére et dont le mobilier funérairc est comparable a celui des sépultures
du G. 6 . JI (16).
Les cinq autres sites du littoral Médi terranéen Fran!;aís, ou la forme
du vase a oreillettes est attestée, sont Ruscino ( 17), Montlaurés ( 18L
Pech-Maho ( 19), La Monédiére (20) et la nécropole de Saint Julien (2 1).
Si en France Méditerranéenne les vases a oreillettes perforées ne pa ·
raissent pas etre répandus, il n'en est pas de meme dans la Pénmsule
lbérique. En effet, du Sud au Nord, surtout le long de la cote Médlter·
ranéene et dans son hinterland, une diftusíon quasi sans «hiatus» peut
étre indiquée.
Deux séries principales existent: une faite au tour et une autre modelée. Une troisiéme série qui ne rentre pas dans le sujet de ce travail
ma is que nous mentionnerons, afln de ne pas etre incomplets, existe dans
tes Saléares.
Le vase étudié est un vase fait pour recevoir un couvercle conique
peu élevé a bouton de préhension dont le sommet est soit plat soit co·
nlque; il s'applique parfaitement sur le bord du vase sans réelle solution
de continuité; une fermeture hermétique «étanche», méme est ainsr
assurée, fermeture <
forées avant cuisson pour laisser passer un Jien qu i a, aujourd'hui, dispa·
ru. Ce vase était destiné a recevoir un «Contenu» précieux constitué par
les os calcinés et les cendres d' un etre humain. Et afín que les cendres,
(16)
ce
M. ALMAGRO: "La necrópolis de Ampuria.s ", ll. Barcclom, 1955; p. 356
~uiv.
(17) Fragments de eouvercles dont un avec "bouton d'altliCbe" (coUec. de I'H6tel de
P<>ms, Perpignan). Aunable renseignement de M. Oausrres.
m-u.
(!8) OreiUettes perfuréi!S de faerure assez grossi
l·rngment recueilll hors srratlgrnphie. Aimable renseJgru:ment de M. le Cllanoine J. Giry.
(19) P 0uille 28 de M. Y. Solier: oreüktte pcdor« de facture soignte sur bo~d de
"-ase non en biseau.
{ZO) Ce frag.ment récolré ancienncmtnt en surfot:e nc foumit aucunc datation süre.
L< déa>r du frngmcnt consiste en de nombrcuses lignes ou bandes parallcles et horizon·
tala pe.intcs d'une coule.ur b:run chocoJat :1vec, au mllieu d'cll.es, une ligne ~e hori..
zontale assez negligée. D s'agit d'unc potc.ric tres .soigné qui o•cst pas ttés cou.rame en
Languedoc. Hilo: presente un lustre qui rappclle les poteries de Castellonl:s de Cenl (faén).
Le &u- de La Moned:iete .se caracu:risc par une rclative. abondance de s6ries de poterie
de cb:a.mique du V!tme S. QY. C. Ct dt tOUt UD groupe de tCSSODS attiQ.UCS 0. figures fUUges anterleurs d la secando moitió du Verne s. av. C.
Ct
(21)
M. le Chanoine
J.
Giry o la
rr~s
grande
Bmllbilit~
de nous fai:re savoir: "Le
frngment du va.se 3 orcillettcs ~ovicnt d'unc tombe A incinération qui par11it uvoir lté
tn~;\ anc.iennemeru boulcverséc: Jc n' y ai, m effct, p;s trouvé d'ossuain:. D'autrc pan, avec
c. fragmenr et dans le mélme
conte~te, il y avait une ansc d'amphorc étru5 et des dcbris de vascs gris d'Asie Mincure scmblo-t-U" (Lettrc du 22-12-1964).
- 10514
[page-n-120]
8
JUU.Y•NORDSTROM
encore chaudes, ne fassent pas édater le vase aínsi fermé «hermétique·
ment», un trou, pratíqué avant cuisson, était fait dans le couvercle.
Ce vase ossualre oreíllettes perforées fut done utíllsé en Espagne
comme en France Médíterranéenne, ce qui ne veut pas dire que cet em·
ploi fut le seul qu'il connut. A ce propos, signalons des malntenant qu' it
semble que ce soient les vases modelés qui soient les plus récents, a
quelques exceptions prés.
Par suite de l'implantation primítive commerciale et colonisatrice, dans
ls Sud de I'Espagne des Phéníciens, le líttoral du Sud de la Pénlnsule lbé·
rique est la région qui parait devoír etre considérée en premleo dés qu'il
s'agit d'une forme de vase aussi exceptíonnelle que celle du vase a oreil·
lettes perforées (22) . En effet, si des
lugs») ont existé des la Préhistoire en Méditerranée Orientalu, comme
en Méditerranée Occidentale, I'Espagne comprise, )a forme comoléte COl"·
siderée ici parait bien étre une forme nouvelle dans la Péninsule.
A Carmona, Vleme s. av, notre ére, du moins a travers les pubiications et dans les collections accessibles, nous n'avons pas rencontré cet·
te forme (23). Par contre, elle se trouve a la nécropole de Villaricos (24)
Elle y paraít cependant peu commune: dans la tombe 377 classée par
Mlle. Astruc dans son groupe 1 (<
4 . a) (25). 11 semble que la sépulture 377 ne soit pas une des tombes
les plus ancienhes de la nécropole. D'ailleurs, dans le groupe J (tardif)
de Mlle. Astruc, un couvercle a oreillettes perforées a été signalé. Siret
a
(22) Nou~ pensotU au commeroe "Phtnicic:n", il est counu en cffct que l'hypotheK
d'unc aone: de "dominion" Ca:rthaginois dnns le. sud de l'E$pJgne n'est pas retenue :lVant
une ~poque rardivc (llie s. av. C.).
(23) J. M. CARRIAZO et K. RADDATZ: "Ergebnisse einor crsten stratignúiscbcn
untenuc:hung in. Carmona''. Madrider Mitteiluogcn, 2, 1961, p. 1()4 ("a partir" du Vlemc s.).
G. BONSOR: "Les colonies agricoles pré-romaines de la V.Uée du Betis", Révuc
Archeologique, XXXV. Paris, 1899.
G. l!ONSOR: "Album grAJico de Carmona". Archivo E>1>añol de Arqueologla, XXVI.
Madrid, 1953 ¡ p. 356, er Ancienne Collc:ction Bonsor au Chateau du Maitena, pres de
Sevílk.
Pour le~ ttouvallles de vasos ~ oreillettes per(or6:s A l'Espngne, voir D. FLETCHER
'V ALLS : "l.¡¡s urnas de orejeras perforad..s". VIU Congr
(Se,·illa-Mlllaga, 1963). Zaragoza, 1964, p. 30S.
(24) Ottonologie 1• plus b,auoe : Wme s. av. C.
P. CINTAS: "Conttibution ~ l'étude de l'exparuion cartlulginoise au Maroc''. Publieations de I'Insútut des Hautes Eludes Mnrocaines, L LVI. P•ds, 1954, p. 76.
A. BLANCO FRlll]EIRO : "Excavaciones arqueológicas m la prov,incia de )a~".
Boletin del Instituto de Esrudios Giennenses, VI, 22. Jaén, 1959, p. 6: cenaines tombcs
~on1 scmblt¡bl.. aux plus pro(ondes de Caotelloncs de Ccnl (VI-Ve s. av. C.).
M. ASTRUC: "La nocrópolis de Villancos". Informes y Momoria• de la Comisatla
General de Escavuciones Arqueológicas, núm. 25, Madrid, 1951: donnnit la dnre du Vli:me
pour c:enaiMJ tombcs.
(25) Remarq_uer le déoor quodtillé de losanges sur l'épaulc; ll est ou meme emplacement daru la "bíchrome IV .~tare" de Cbypre (-700 11 -600). Cl. GJERSTAD, S. C. E.
IV, 2, fig. XXXI (1), d. !ci fig. 4b.
-
106 -
[page-n-121]
9
avait de soo coté donné la reproductlon d'un vase ovoide avec couvercle
et oreillettes perforées (26). Par ailleurs, la forme a existé dans la tombe 277 (27) qui contenait un oeuf d'autruche peint et un petit vase 3
décor linéaire peint d'une forme ovoide aussi mais avec anse courte s'attachant a la h!vre (type 140 de Cintas) (28). 11 faut remarquer que d'apres la photo, le couvercle parait étre une lmitation quelque peu abatardie. Pour ce qui est de la chronologie générale de Villaricos, on a tendance aujourd'hui a ne pas la faire remonter au deJa du Veme s. av. l'ere
•
~
...
,
b
<.
¡,.
..
(}?
Fíg. 4.-.: Víllaricos (377)¡ b: Vase pcjnte (bichrome IV ware, -700 6 -600)¡ e: Vuc
peinte chypriote bichrome (VU-Vt a. C); d: Tugia¡ e: Vue funcralre (VII-VI 1 .
C); r: Vase chypriote de Lapithos, tombe 420.
Dans la Haute-Andalousie, a Castellones de Ceal, Hinojares (Jaén).
un vase pei11t provenant de la nécropole a lncineration parait pouvoir ap·
porter un élément nouveau de datation (29). 11 existe éga lement a Casleliones de Ceal un type de vase de forme ovoide identique a celle des
vases a oreillettes perforées ovoides, mais ce vase ne posséde pas d'oreilletes perforées; son couvercle est cependant du type habitue l dans la sé·
rie des vases a oreillettes (30). 11 fait partie de cette premiére cérami(26) L. SIRET: "Villaricos y Herrerías, antigüedades púnicas, romanas, visigóticas
y Ara bes. Memoria dew!ptiva e histórica". Madrid, 1908 ¡ pl. vm (4).
(27} "M= Arqueológico Nacional". Madrid, 1954. Le mobilier c:ntier de la tombe
cst réproduit sur une plnnche sans numuotngc.
(28) P. CINTAS: "Céramique Puniquc", Patis, 1950¡ pi. LXXVI1 (140) ct p. lll:
dnte: IVtme au Cap Bon commc en Sardaigne, o Cagliari.
(Z9) Sa forme rnppcUe cclle du vase n.• 30.077 du Cayla U de Mallhac, les antes du
\'11Se de CasteUoncs l!Ont vcrtieoles et eeUes du vnse de MaUhnc l!Ont obliqucs.
(30) C. FERNANDBZ CHICARRO: "Prospecciones arqueológiCJ~s en los t~rt11Ín<>O
de Hinojares y La Guardia Oaón}". lloleún del Instituto de Esrudios Gienn=, U,
n.• 6, fig. 6. Jaén, 1955-56.
- 107-
[page-n-122]
10
.JULLY•NORDSTROM
que peinte de type déja ibérique qul, dans cette nécropole ne commence qu'au Véme s. av. C. (31 ). Toutefois 11 est signlficatif que la décoration soit principa)ement linéaire, c'est a dire qu'elle puisse a la fois
etre rapprochée du décor des vases archaiques de Carthage (bande rougeatre limitée par deux filets noirs) (32), de celui des vases «loniens»
et surtout peut•étre du décor des vases Chypriotes, décor simple a bandes et a filets peints horizontaux qui dura plus de six siedes.
Quant aux autres loca 1
isations que nous avons relevées dans le Sud
de I'Espagne, elles ne fournissent pas de chronologie. A Toya un vase
décoré de bandes et filets présente la méme disposition d'anses (par
deux) et d'oreillettes perforées que le vase de Castellones mentionné
précédemment (fig. 4, d) (33).
Si du Sud proprement dit nous passons au Sud-Est et a la cote jus·
qu' a Valencia et Castellon de la Plana, deux nécropoles importantes doivent étre indiquées: celle d1 EI Molar (Alicante) et celle de Solivella (Al·
calá de Chivert, Castellon de la Plana), toutes deux nécropole; a incinération. A nouveau, dans ces nécropoles, le vase a oreiltettes pertorées sert
de vase cinéraire.
La nécropole d'EI Molar (34) a fourni un nombre assez important
d'urnes a oreillettes perforées. La plupart d'entre elles ont sur leurs cou·
vercles la perforation supplémentaire mentionnée précédemment (35)
Certaines urnes sont biconiques écrassées (PI. 11, a); d'autres sphéroides
(31) BLANCO FRHlJBIRO: Op. cit. note 24, p. 16 et viva voc:e: "l'lberique caracterlsé ne commence il C..tcllones de Cea! qu'il In moiú~ du Veme s. a~r. C. C'est au
niveau 11 (-425? a -350?), daté par la cúantique g¡:ecqu,e, que sont présetlts pout lB premiore fois dans cene ~opale, les vases pcínu, vases d'ailleun dont le décor en quasí,
uniquemeot composé de baodes et sunout de rilets. Cluonolog:ie lé¡Ol'emcot ancerieure au
úylo ID; cf. JULLY: "ll.lctnents d'étude comparative de lo potcde pclntc de t;ypc ibé·
tique dluu le Sud de la Celtique et de lo poterie iberique de la Pcninsule lb~ique". VII
Con¡p:eso Nociolllll de Arqueología (Barcelona, 10-15 septictnbte de 1961). Zarogoza, 1962;
p~gioa 300.
(32) Cll'fl'AS: Op. cit. note 28, pi. LXXXIV (212) ct pi. LXXXVI (231).
(33) F. ALVAREZ OSSORIO: "Fübrer durch das archaolo¡¡iS<:bc Museum in Ma·
dtíd", I~e pllttie, 1929, p. 30, pi. 25 en haut il gnuche.
A. GARClA Y BEILIDO: "Arte ibérico". Historia de España Men~dez Pida!, 1, 3.
Madrid, 1954, p. 602, fig. 535 et sur lo méme un autre vase kmble d'aiUeun •voir égnle-
meru deux fones oreillettes perforEc.s; son décor est uniQ:uemeor lineaíre.
F. AL'<1AREZ OSSORlO: "Mus<:o Arqueológico Nacionnl". lV Congte» lntema-
CIOOJII de Arqueología. Bar.atlonn, 192!1; p. 29, lig. 25.
(34) J. •J. SENENT mMmZ: ''Exc:avaciones en la ncet6polls de El Molar". junlJl
Superior de Excavaciones y Antigüedad!!$, núm. gral 107. Madrid, 1930.
J. LAFUENTE VIDAL: "Alicante en Jo Edad Anti¡ua". Allcanre, 1957; pl. U, liT
et IV.
(35) Le trou "d'a~tion" daos le couverclc lnissé suppo>er que ~rte sotte de Yásc
érnit 1\lbriquée s¡Xcinlement a des fins fuo~ires. Etait-U reservé A une cat~gorie s~ale
d< fa oocicté d'alon? n y o des c:as 01) seulement un couvercle a oreil¡cttes ~tées était
ahtls la sépulture. Rarcté de la marcbnndíse ou bien, comme le pensc Mlle. ToUanel,
••tombc pauvrc,.1 t. mbc de NON guc:rric.r?
o
-
108-
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YASI!S
A ORElLLI!J"I'I!S
PBRI'ORW
11
(PI. 11 1, a et fig. 2, 3); d'autres biconiques (PI. 11, b et fig. 2,2) ou en·
core ovo'ides (PI. 111, b et fig. 2,5, et IV, a, fig 2,6) Le. décor est tou·
jours a bandes et a fílets tres nombreux, sauf une urne qui présente des
segments concentrioues. En cutre, a El Molar il y a, d'une part, le type
ovoide a anse bifide perforée (PI. IV, b et fig. 2, 7). comme dans la tom·
be 10 du G. B 11; d'autre part un type rare comportant quatr,. oreillet·
tes perforées disposées symétriquement (PI. V, a et fig. 2,4) Enfln, un
couvercle isolé a été fa~onné avec des oreillettes du type considéré, mals
celles-ci n'ont pas re~u de perforation (PI. V, b et fig 2, 10) (36). Ce
couvercle présonte des filets concentriques et des traits court~ pelnts d
rapprocher de ceux de couvercles d'Ampurias qul paraissent faire partie
d'une tout autre classe de poterie, classe antérieure a celle d'EI Molar
Pi¡¡.
5.-~:
Hoya de Santa Arui (tombc 178); b: Meca; e: Oliva.
Est-ll une réminiscence du type ampuritam? (fíg. 6, e). Dans la sépu lture 16 d'EI Molar deux urnes avec oreillettes perforées furent recueillies; l'une est biconique (notre type C) e t offre un couvercle a bouton de
¡:réhension dont le sommet est plat; l'autre est ovoide (naire type O)
avec anse bifide terminée par des oreillettes perforées, ce qu1 tendratl
a montrer que les divers types que nous venons de passer en revue peu·
vent fort bien avoir été contemporains. La chronologiP. habituellement
donnée pour El Molar est V-IVéme s. av l'ére. Toutefois deux lragments
attlques a figures naires y ont été également trouvés ainsi que des fragments d'aryballe de Naucratis (piite de verre).
(36) R=t:m¡ue: la aor¡e anhabiwdle sur le bouton de pcéhcnsion: a nappccdacr de
b (orme du boutoo de préhcnlion des pyxidc$ du sryle coriDlhic:n; d. F. GINO LO
PORTO: "Ccmni<:a arcaica dalla nccropoli di Tawuo". Annuario ddla Sruola ArchcoJos¡ica di Atcne, XXXVII , 1960, p. 117, 6¡. 92 b: corinthicn moycn: -60S l -570. (a.
icl fia. 3, a.)
-
109 -
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12
JUI.LY•NORDSTliOM
A Solivella, il existe des urnes cinéraires a deux ou bien quatre orell·
lettes perforées et de galbes variés· sphéroides, bicomques, piriformes
notamment. Le type a anses et oreillettes perforées sur le mP.me vaso,
semblable au type de Mailhac, ex•ste aussi dans cette nécropole (fig. 2,
num. 8). La chronologie provisoircment proposée pour !'ensemble de la
nécropole, est la fin du Yeme s. av. l'ére (37). Certains éléments (non
F•B· 6.-Ampw:W.
préc•sés) para•ssent, en eHet, pouvo•r faire penser a une date plus haute.
Prove11ant de la nécropole d'Aranyuel (Castellon de la Plana) unt>
urne a oreillettes a été publiée naguére par Bosch Glmpera (38).
Si, apres ces nécropoles du llttorJI méditerranéen Espagnol du Sud
de la Catalogne, nous considérons celles de l'arríére·pays ainsí que les
découvertes lsolées de cette méme région, mentionnons en premier une
découverte récente faite a Puntal de Salinas (Villena, Alicante). 11 s'aglt
d'une sépulture (num. 33), avec urne cinéraire du type sphéroide (no-
(37) D. FLETCHER VALLS: "Lo necrópoli~ ibérica de Solivclla (AlcaiJI de CbJ.
ven, Castdlón de In Plana)". VD Conareeo Nadcmal de Arqueolo;la (Barcelona, 10-I.S
de teptiembre de 1961). Zaragoza, 1962; p. 263.
D. FLETCHER VALLS: "La necrópolis de La Solivdlt (.Alcali de Qriven)". Suic
de Trabajos Varios del S. l. P ~ núm. 32. Valeada, 196S.
{38) P. BOSCH GIMPERA: "EmoloaJa de la Península lbúia~. &ralnn>, 1932;
pi¡. 49S, 6g. 462.
-
110 -
[page-n-125]
tre type 6), mais avec deux anses trifides dont l'extrémoté supeneure
est perforée. L'urne qui contenait deux petites lames en fer et des os
calcinés, a un couvercle avec la perforatton supplémentaire, le mobilier
funéraire comprenai t en outre une autre urne a bandes horizontales
peintes, un petit vase également troncoconique et un kylix a b.:~sc circ:ulairc l«stem]ess cup») a vernis noir uniforme sauf sous )e pied ou il v
a des cercles concentriques noirs. Signalons qu'il existe au Musée de Vi·
llena un autre vase a oreillettes perforées sans couvercle et sans contex·
te; il provient égale.ment de Puntal do Salinas (39).
A la nécropole Hoya de Santa Ana (Aibacete) les vases a oreollette;
perforées sont assez fréquents er de formes variées: panse écrasée (no·
tre type A), sphéroide (notre type 6), piriforme (notre type Gl Le type
ovoide tres pansu (notre type D) (fig. 2,6) y est ausso avec, sur les deux
ticrs inférieurs du vase, une bande assez large entre de nombr,.ux filet;¡
el, sur l'épaule, des cercles concentriques traversés en leur doametre par
un filet également circulaire. Les deux anses verticales s'appliquent con·
tre les oreillettes d'un tres petit couvercle qui est tort semblable a celuo
du va se 30. 108 de la tombe 14 du G. B. 11. Ce petit couvercle de Hoya
de Santa Ana (sépulture 178) a un bouton de préhension a sommet plat
et il est décoré de filets concentriques sauf au bord o~ il y a une bande
clalre sur laquelle se détachent des segments concentriques par groupo
de six (fig 5, a) (40).
Dans les salles du Musée d'Aibacete se voient d'autres urnes ciné·
raires a oreillettes perforées: provenance Llano de la Consolación, type
a panse écrasée (41), type biconique (PI VI , a); type biconique avec
incurvation vers le fond {type C') (PI. VI, b) (42); type quasi anguleux
proche de la pyxis (type F) (PI. VI, e: et fig. 2,9). Alors que la chronologie de Llano de la Consolación n'est pas antérieure au llléme ~- av. notre ére, celle de Hoya de Santa Ana est lléme-ler s. av. notre ére.
A Meca, un vase a oreillettes perforées a été ancienneme.,t signalé
par P. Paris (43) (fig. 5, b)
Dans la nécropole d'Oiiva (Va lencia) existe le type C (ovo"o'de pansu)
avec couvercle dont le bouton de préhension présente un sommet plat.
(39) Reaseicncm<~~ts du• ~ l'amabilité de l'invcntcur D. Iooi Muía Soler Garcfa.
(40) J. SANCHEZ )IMENEZ: ''Memoria de los tnbojos re:olimdos por 11 Comi·
wfa ProvincW de Excavaciones Arqucolóp:as de Albeccte m 1941". Infotmct 1 Mcnwias de 11 Comisaria Gt:ncml de Exca\11CÍonct Arqucoltlsi<:u, núm. 3. Madrid, 1943.
(41) Ptovicnt de b sépultuno 61 de La Tom:c:ica (invcnt. 3.619). Un aum vate de
l)'[)c B, elÚUe avcc b mEme provmancc au MUJ4!e d'Aibaccte.
(41) S~p. 62 de La Torrccia (inv. 3.812).
(43) P. PARIS: "Es!ai sur l'Anrimjtive", 11. Paris,
1904, p. lOS.
-
111-
[page-n-126]
14
jUU.Y·NORDSl1tQM
la chronologie de !'ensemble de la nécropole est llleme a ler s. av. l'ere.
Un vase sans couvercle est toujours expose dans le vestibule du Musée
Archéologique ele Barcelona (44) (fig. 5, e).
En ce qui concerne les habitats de l'arriere-pays, mentionnons l'habitat de la Serreta (Aicoy, Alicante) (IVeme a llleme s. av. C.) que a fourní des fragments de vases a oreillettes perforées (45).
L'habitat d'Azaíla (Teruel) (llfeme a ler S. av. notre ere) ne semble
pas avoir ognoré totalement cette forme, mals elle paraít ne plus etre
qu'un vague souvenir comme en témoignent des formes lourdes repro·
duites dans le cCorpus» d'Azaila (46).
Dans la méme province de Teruel, provenant de l'habitat d'AIIoza,
est un vase a deux oreillettes non perforées. forme sphéroode, décor
peint; chronologie de destruction du site llleme-llerne s. av. l'ére (47)
Si des deux précédents foyers de clvilisation a l'age du Fer (le puníque prlncopalement au Sud et le mixte, punico-grec, du Cap Palos a l'em·
bcuchure de !'Ebro) (48), nou.s passons a un troisieme foyer, ceiUI du N.E.
avec pour centre Ampurias, nous rencontrons encore dans cette région
des vases a oreltlettes perforées. Bien plus, la chronologie haute qui,
jusqu'icl, faisait défaut, semble apparaitre sur le site grec d'Arnpurias.
Non seulement, en effet, un vase sans couvercle du type étudié a
été trouvé dans la nécropole «Muralla N. E.» d' Ampurias, sép. 3 (fíg. 6,
d) (49), nécropole du type champ d'urnes (50), oü ríen n'est plus récent
que la premiere moitíé du Veme s. av !'ere, maís il existe au «Museo
Monográfico>> a Ampurlas m@me, dans les réserves et en vltríne, troís
couvercles a oreillettes perforées dont la terre cuite n'est pas c
mais ccionienne». De plus, la couleur pille du décor est également typiQue des poteries dites «ioníennes» ou «jonico-focenses». Ce n'est pas
tcut le décor peínt est un décor de cercles concentríques comme sur un
P. BOSCH GIMPERA et ), C. SERRA RAFOLS : ~m Museo An¡ueológioo
rv Congreso Internacional de An¡ueologfa. lbn:dom, 1929, p. 25.
(4S) Aim:ahle nnsci¡nem
(46) J. CABRE AGUILO: "Corpus Vasorum Hisponorum. Cerámica de Amila".
Madrid, 19<14. A u Mu$te de Ba.reelone, couvercle i oreilleues peñor~cs, provenance:
Azaila.
(47) P. ATRlAN JORDAN: "Excavaciones en c:l poblodo ibérico "El Cutelillo"
(J\Ilou, Terutl). Segunda y tcteerl campoila". Teruel, núm. 22. Ttn~el, 1959, p, 228, fic. 2.
(48) Sur le pacte conelu ven -226 entre Asdrobal et le Scnat fixant I'Ebre comme
lunite •u• tctritoit« de Romc et de Carth2ae, d. Tite Uve, XXI, 2. 7, et 60, 3.
(49) Noter les antes 1\'
bhabitucUc qui, joiote au lait que le vase est modc:lé, prouvc une imitntion por nppott
o un type ont~rieur. Cenes ee vase • ~t6 trouvé sans contcxte qui pui"" le doter de
maniúc pr~lse mau des tombes de la mfme ná:topolc conticnncnt du bueehcro nero,
du corlntbicn et de lo cúamiquc gr;.., (cene derniere dot6c du Vúne s. av. notre úe).
Fout-il (aire un rapprocbement avec telle potcric da C. U. urdi!s des Pyrenc!et Fra"9Ü5es?
( SO) M. AL'I
p. 842. Fcr D: ~ A -400.
(44)
de
lbreelona~.
-112-
[page-n-127]
IS
couvercle de pyxis en terre o:ionienne» d'Histria (51). Or, ce décor de
cercles concentriques peints sur couvercle de ce type est, en Médi terranée Occidentale, assez exceptionnel et, en tout cas, signe d'¡¡oc:haisme;
á El Molar, par exemple. De plus l'un des trois couvercles présente, sur
son bouton de préhension aplati, mais faiblement c:oncave, un large filet
clrculaire pelnt. N'y aurai t il pas la, réallséc en terre cuite
l'imitation de modeles corinthiens ou bien de modeles importés a Ampurias de la Grece d'Asie? D'ailleurs ces couvercles sont de domensions
assez. faibles (de 12 a 9 cm. de diametre), nous sommes done portés .l
voir en eux de réels prototypes de vases tournés occodentau>. de plus
grand volume réalísés sur place ici et la (52) L'exception du vase modelé de la sépulture «Muralla N.E. 3» nous parait fournir une indication
ccncordante En effet, les deux fragments de petits couvercles (fig. 6
a, b) et le fragment complet, de dimensions plus grandes, avec trois trous
dans la paroi (fig. 6, e) sont, a nos yeux, antérieurs a tous les vases du
lype considérés précédemment. 11 y a plus · a Ampurias exoste, comme a
Elche, la forme «seconde» de couvercle, ce lle dont le bouton est piriforme. La chronologie de l'exemplaire d'Ampurias est donnée par la c6ramique attique a figures rouges «de la meilleure époque» et .11 figures
noires, et le noveau présente une arglle nolriitre comparable a celle de la
couche des habitations grecques d'Ampurias «des premiers temps» (53).
Une conformation de l'antériorité des trois couvercles d'Ampurias pourrait étre donnée par le fait suivant: a quelques km . d'Ampuna.;, a Ullastret, la forme du vase a oreíllettes a été signalée mais les oreillettes n'ont
¡:as été perforées. Le vase a été recueillo dans le niveau VIl, ce qui semble prouver que cette imitation fut fa.;onnée des une époque haute. Au
meme niveau a été recueillie une agrafe de ceinturon a trois crochets,
semblable a celle de la torr•be G. B. 11, num. 14. 11 est bon également de
rappeler que dans la couche la plus profonde des fouilles de 1959 a été
mis au jour un ensemble de céramiques de la premiére moítié du Vléme
s. av. notre ere (54).
(SI) LAMBRINO: "Les wscs archaíques d'Hisorio". 1938, p. 190, fig. !SS.
(S2) La loi du "erossi=nr" dons les imiraoion• foircs por 1.,. "barbclrn" lorsqu•ils
C()piaient des mod!les de porem, a d~~ ~te bien mite
(S3) M. ALMAGRO: "Ccrimia griega gris de los siglos VI y V a. de J. C. en
Ampuriu" Rivisra di Srudi Liguri, XV. Bordi¡heno, 1949, p. 62 er suiv.
(54) M. OLIVA PRAT: "El=Vllcioncs arqucolG&icu del Plan N:aciooal en la ciuc;od rndikcra o prcrromana de Ullastrcr, Gerona, propiedad de la Excma. Dipuuoción.
Memoria de 1• dkima campaña". Anales del lnstituro d< Estudios G=ndc:nscs, Xlll.
G
A. ARRIBAS et G. TRIAS: "Un interesante ·•halla>;o cerrado'• en el yacimiento
de Ullasoret". Atclúvo &pañol de Arqucolop, XXXIV, Madrid, 1961, p. 18 cr suiv.
16
113-
[page-n-128]
16
IIILLY•NOIIDSTROM
Dans la nécropole Peralada (Port de la Selv.1) existe un c:ouvercle ll
oreillettes perforées (55)
Récemment, dans la nécropole de Can Canyis datée du Vleme s. av
C ou le mobilier funéralre est assez souvent comparable a celui de la
nécropole G. B 11, la forme d'ume cinéraire a oreillettes perfotées a été
trouvée (56).
La forme en question a été aussl signalée Anseresa (Oiius), site du
IVéme s. av. C. (57) (flg. 7, a) et a $erra de I'Espasa (Capsanes), avec
chronologie apparente du lléme s. av notre ere (58).
a
R
u
Fig. 7.-a: An$ere53; b: Cayla; e y d: lbiza: e y f: Pedregar (MaUorca); g: Menon:a;
h: Umc avec dcu~ oreillcnes pcrlor~es ~ proximlt~ du bord (Sal.ammb6, VIII •· C.);
i: Salammbó (VIl-VI a. C.).
(SS) LOUJS
(56) Vll.ASECA: O p. cit. note 8, p. 28 tt suiv.
(S7) J. SERRA VILARO: "El pobbdo ibtrico de San Miguel de Sorb>". Memorias de la Juma Superior de Exca'lciones y Anti¡üedades, n~m. a:raJ 44. Madrid, 1922,
pi. vn, couvercle seul sur un va
scmble-t-il.
(SS) L. VILASECA BORRAS : "El poblndo ibérico dr Serrn de l'BliP•sa, Capune&.
M3.1e:illlts arqueo16¡icosu. Instituto de E.studioJ Tarmc:one:nle$ "Ramón Bc.rcn¡uc:r IV'•,
Centro Coaurcal de Reu.t, Reua, 1958, planche 111 milieu.
-114-
[page-n-129]
YASES
A ORilll.LETrES
PBRPORW
17
A l'ouest de la Catalogne la forme a oreíllettes perforées a atteint
la région de Pamplona. Dans la nécropole a lncinératíon de Valtierra, un
couvercle fait au tour présente la forme caractéristique a bouton conique
et a fortes oreillettes perforées: il est, d'ai lleurs, la seule poterie tournée
trouvée dans cette nécropole (59).
D'autres couvercles faits au tour et présentant des oreil lettes perfo·
rées ont été recueillis l'un dans la sépu lture C 3 de Cortes, l'autre dans
la nécropole de La Atalaya. Pour ces exemplaires, on peut retenlr une
datation, au p lus tót, de la moitié du IVéme s. av. J. C. (60) Dans cette
région du Nord et du Nord Est de l'Espagne, nous C01'1Stato11s que la
datation des vases et couvercles a oreillettes perforées est d'autant plus
basse que la nécropole ou le lieu d'habítat sont p lus éloignés de la cóte
Médlterranéenne. Nous constatons aussi, dans la région de Pamplona,
l'emplol du couvercle et non pas du vase lui-meme. Ce couvercle y a-t-íl
s implement remplacé la «coupelle» d 'obturation (coupelle retoumée) des
vases ossuaires «indígénes»?.
Uhe derniére région, ceJJe du Centre d'Espagne, nous apporte une
nouvelle preuve de la datation basse des poteries a oreillettes perforées
provenant de lieux éloignés de la Méditerranée. En etfet, dans les nécro·
poles posthallstattiennes du Centre, la forme consldérée y est devenue
un type normal, citon.:;, notamment le type d'Aguilar de Anguita (Guada lajara) dont la chronologie va du Veme au IVemes. av. l'ére (6 1).
Nous retrouvons la forme considerée a Ibiza, alors qu'a Mallorca et
Menorca il s'agit d'une série a part dont nous ne conna1ssons pas en Espagne méme d' analogues.
L'i le d'lbíza, colonie punique depuis 654, a done é té tres tót touchée par le commerce punique. Relais en direction de la Péninsu le lbérique et non eloignée de l'aire d' intluence et commerciale massaliote, il
est norma l que la forme du vase a oreillettes perforées y soit représentée.
Cette forme se trouve dans la nécropole de Pulg des Molins: deux urnes
sphéro'ides a couvercle (PI. V I, d), un vase a deux anses verticales biperforées et bord en biseau, un couvercle a bouton de préhension hemis-
(59) J. MALUQUER: "l.a necrópolis de ln Edad del Hierro de la Touua en Valtieua (Novarra)" . Principe de Viana, XIV. Pamplona, 1953, p. Z43 et suiv.
(60) ]. MALUQUER: "Contribución al estudio del cstnn.o superior del poblado
e!~ Cones de N ovarra". Prlndpe de Viana, XVI. Pamplona, 1955, p. 132.
MALUQUER et VAZQUEZ DE PARGA : Op. cit. note 8, p. 44 (tombe AB 29).
(61) E. de AGUILI!RA Y GAMBOA, Marqués de Cermlbo: "Las necrópolis ibc!ricu " . Madrid, 1916, p. 19, fig. S.
Au Musée de Ban:elona (SaUe IX) un couven:le ~ décor o chevrons inclséll ; une ume
A pied marqué et i ore!Uenes perfor~s (provenant prob\lblement de la Meseto) et un va.se
rype A' provcnont de Quintaruu de Go= (ou bien de Osma).
-
115 -
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18
/IILLY•NORDSTROM
phérique; ces deux poteries (62) sont d'une technique soignee et sont
peintes d'un décor linéaire brun roux mat et avec des motifs verticaux
serpentiformes semblables a ceux d'une aiguiére d'Utique (ó3), vieux
theme ornamental qul a des prédécesseurs en Asie Antérieure (Lachísch)
Deux urnes ont, l'une la meme forme ovo"ide que celui de la tombe 10
de Mai lhac (64), et l'autre une panse écrasée, hémisphérique (provenance Cala d'Hort) . Malgré leurs formes caractéristlques, ces vases sont démunis d'oreillettes perforées. 11 faut lndíquer trois vases menticnnés par
Vives Escudero, dont un avec le signe de Tanit incise. Mais le plus important exemplalre provenant d'lbiza est, peut-étre, le tres petit vase
(bijou?) d'argent s ignale aussi par Vives Escudero, «Objet en forme de
marmite», dont le couverde est parfaitement hermétique. 11 ;'agit probablement d'une breloque de collier qui a pu contenir un parfum. Au
Musée Archéologique de Madrid, deux vases proviennent d ' lbiza; l'un
a decor de lignes horizontales peintes, offre des anses verticales perforées
dans leur partie supérieure avec couvercle de forme grossiére a bouton
de préhension conique (fig. 7, e); l'autre sans couvercle et a décor assez
négligé, en partie peint (decor llnéaire et végétal) en partie inc:isé (quadrillage), posséde les memes anses verticales perforées (fig. 7, d) (65)
SI, en l'absence de tout contexte, il est difficile de dater ces exemplalres, il est pourtant possible, d'aprés le décor du dernier. de voir dans celul-cl une oeuvre fort tardlve. Toujours en provenance d'lbiza (Puig des
Molins) se trouve au Musée de Barcelona une grande amphore a anses
verticales attachées prés de la lévre, avec couvercle a bouton arrondí et
a deux oreillettes. Ce type d'amphore parait etre une «imltatiom> en
Médlterranée Ocddentale a l'age du Fer 1> de Martinez SantaOialla (-500/-350). d'amphores de style attique de chronologie fort antérieure (fig. 8, d)
A Méillorca, comme a Menorca, une série tres différente a eté employée, séríe dont les exemplaires sont modelés. 11 s'ag1t de formes tantót
(62) A. VIVES Y ESCUDERO: "Estudio de Arqueología Cánaginesa. La NcerGpoli de Ibiza". Madrid, 1917, 1~"'- XLIT, 8.
(63)
P. CINTAS:
"Deux c:unpagnes de íouillcs a Utique". Knttba•o, IL Par.is, 1951,
1'· 43, fig. 12.
(6~) Notom, puisquc nous sommes dam l'aire punique, le fond cn:ux typique des
potcrics c:ommunes pua.íq_ucs oyam une forme piriforme QU pscudCH)voide mai.s pas de
I.; e!. CTNTAS: Op. cit. note 28; or, lo plupan des excmplaires d'El Molar, !'urce
de la tombe 14 de Mailhac et nombre d'autres urnes de la Péninsul< Ibérique oHrent,
d~prc$$lOn c:n calottc, plus OU moins prononcée,
a W buc, cette
(65:
n s'agit
probablemcnt du
que Vives Escudero publia "" 1917.
VQS<:
-
116 -
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VASI!S
A OREILLB'I"TI!S
19
N!RPOWS
semblables a celle d 'un «pot abeurre» (66), tantot proches de celle d 'une
tres grossiere pyxis (fig. 7, e, f, g) (67).
Ces types, de chronologie parfois lncertaine, pouvant ~tre d'époque
romaine (68), ne paraissent pas pouvoir ~tre reliés a la série qui fait
l'objet essentiel de cette étude. Toutefois le principe de fermeture étant
ldentique, nous avons cru devoir ne pas passer sous silence 1'existence
"
b
e
el
'
f
Hg. 8.-a: Vase pro10geomcttíquc ( f!ouillcs de !'Agora, X a. C.) (h. JO cm.) ; b: Bérbatí
(h. 9 cm.); e: Stomnos stilc géomettíquc de Thero; d: amphorc protogéomettíquc
(cimétim du Cérarnique, tombe 40) (h. 19'7 cm.); e: Cim~tíere du Qrarniquc, tombe 33; r: Peút vose ovec: de suspcnslon patticulic.r l l'Attique (Cim~tlerc du atamique, tombe 13).
de ces vases. Leur singularité et leur caracttl!re «archaique» ou «archai·
sant» ne prouveraient i)s pas, d'une part l'existence d'un transfert de Méditerranée Orientale en Méd iterranée Occidentale a une époque antédeure a celles des vases a oreillettes perforées de la Péninsule lbérique,
d'autre part que ces iles, a la différence d' Ibiza, vécurent, a l'age du Fer,
en circuit plutot fermé?
Les publications dépouillées au sujet de .la Sardaigne ne laissent pa:;
apparaitre la présence de vases a oreillettes perforées dans des chronolo(66) Poblado del Pedregar (Lluelunayor, Mallorca) deus exemplairts: !"un a une
t:ilnple plaque pour couvcrcle (fig. 7, 1); l'auttc pré=te des oteiUcU:e$ éoormes et devenues
rubuloires (flg. 7, e) (Musée de Borcelone). Un wsc de ~• type se trouve aussi au Musée
d'lbizaJ modelé, avce deux ames pecforiics venicaJc:mrnt.
(67) J. MARTINEZ SANTA-OLAU.A: "Elementos paro un eStudio de la cultura
ele los Talllyots en MCllOTca". Actas y Memorias de la Sociedad Bspnoola de Anuopologla,
Emografill y Prehi!toria, XIV. Madrid, 1935, p. 3~, 6g. 6.
(68) J. de C. SBRRA RAFOLS; ".Las ís.las Baleares". tV Congreso Internacional de
Arqueología. Barcelona, 1929, p. 36.
-
117 -
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20
JUU.Y•NORDSTROM
gies hautes. Dans l'état actuel de nos recherches la forme en question
est seulement présente tardiveme("lt, au llléme s. av. C., a Olbla (69).
Toutefois de lointains rapprochements pourraient aussi etre faíts : A Nora
certains couvercles rappelleraient les couvercles a oreallettes. 11 existe
également, a Nora, des petits vases sphéroides, du Verne avant •aotre
ére (70). A une époque antérieure, des mamelons en position horizontale
et perforés turent fa<;onnés (71 ), mais il s'agit d'un type préhistorique.
La forme étudlée est aussl rare en Afrique du Nord. En effet, en de·
hors du Sanctuaire de Salammbó (fig. 7, h, i) (72) et du Sanctuaire de
Sousse (73) (PI. VI, e, f, g) (remarquons, d'ailleurs, dans les deux cas,
la présence des oreillettes perforées non au bord meme du vase mais sur
son épaule) le type en question ne nous semble pas avoir été slgnalé
allleurs en Afrique du Nord sur des sites antiques. Le type de Salammbó
semble, soit par le décor, soit par l'engobe blanc, soit par la couleur de
la ter re, se rapprocher beaucoup des poteries en provenance d' Asie Mineure, spécialement de l'lonie. Pour ce qui est de ceux de Sousse, il s'agit d'une tout autre sorte de terre et de facture. le type de Salammbo
a été c.lassé dans la série «Tanit 11, Classe G11 (VI I/VIéme s. av. l'éreJ
(fig. 4, e); les exemplaires de Sousse, ont été troullés dans la couche su·
périeure du niveau le plus inférieur (V-I Véme s. av. l'ere).
Signalons en outre que ces derniers vases qui n'ont pas de bouton
central, présentent une forme générale voisine de celle des urnes de l'ile
de Motyé, et qu' a u lleu de deux orelllettes perforées, ils en possédent
trois.
En Afrique du Nord par conséquent, rnalgré une certaine variante
dans le type, surtout a Sousse, voici deux chronologies qu1 ne sont pas
basses. Elles son1 avec celles de Mailhac, d'Ampurias, d'UIIastret, de Can
Canyis et peuH~tre celle attribuable (a posteriori) a l'exemplaire de Villaricos publié par Mlle Astruc, les plus hautes que nous ayons rencontrées en Méditerranée Centrale et Occidentale.
(69) D. LEVl: "La neaopoU puniche di Olbia". Studi Sardi, Vlll, 1949, fig. 67.
(70) G. PATRONI: "Nora". Monumenti Antiehl Liru:cl, XIV, 1907, col. 117, lig. 55.
(71) CH. ZERVOS: "La civílisotioo de la SardalBne du début de l'En~lithiquc !
la [in de ID période nouragiquc. lle millCnaire·Ve siecle o.vant notte l!rt:'. Cahíen d•Arr.
París, 1954, flg. 245.
{72) D. HARDEN: "The pottuy from the precinct of Tnoit at Si11Ammb6, Outlulge". Irnq, IV, 1937, p. 70.
CINTAS: Op. cit. note 18, pl. 111, 41 ter; pl. LXVI, 41 ter.
(73) CINTAS: Op. cit. note 18.
P. CINTAS: "Le ..aru:ruaitc punique de Sous~'. Revuc Alricainc, XCI, 1947, p. 7,
fig. 6, 1, 9, JO.
-118-
[page-n-133]
21
Au terme de cet examen de vases a oreillettes perforées présents en
Méditerranée Centrale et Occidentale, nous ne pouvons pas ne pas nous
tourner vers la Médlterranée Orientale afín de tenter de voir si, la aussi,
un type de vase et un emploo analogues ont été attestés.
Nous ne songeons évidemment pas aux «tetons» perforées des pote·
roes préhistoriques (74) ni aux petits vases de do verses matiéres qui fu·
rent employés dans les civilisations de la Méditerranée Orien1ale. Sans
doute cer derniers vascs sont-il parfois, notamment ceux des Cyclades,
assez proches de ceux de la série assez tardive de Mallorca et Menorca.
Mais notre propos n'est pas la (75).
Nous nous bornons aux types qui, en Méditerranée Orientale, se rap·
prochent be<:ucoup de nos vases a oreillettes perforées de lil Médoterranée Centrale et Occidentale. Or, nous sommes frappés par une présence
tres forte de tels vases en Gréce propre.
En effet, a Athénes, le site de !'Agora et celui du Céramoque ont
foumi des petits vases quo paraissent pouvoir a bon droit étre considérés
comme les «précurseurs» sinon, par suite du «hiatus» temporel, comme
les prototypes des vases a oreillettes perforées du bassin occidental de la
Médi terranée.
nci·
Done, dés le Xléme et le Xéme s. av. notre ére, au cimetoore il o
nération du Céramique, les oreillettes perforées, la panse ovoide, le co11·
verde a paroi conique, sont présents avec un décor incisé (fig. S, e) (76)
Méme forme au Xéme S av. notre ére a !'Agora (fig. 8, a).
(74) Des le n.tolithlque 1 J&icbo (ca. -7.000 l -6.500), le tcton hoozontlll <1 pufar IUC poteri<. Méme position borizontole dans le neolitbique de Grke el
crttc fois pr Nord de l'Acropolc. ("11te Athoninn Agora. a Guido", p. 142.)
En 1948, MILOJCrC: "Ole dotiScbe Wanderuna lm Llcbtc der voraeschicbtllcben
Funden". Axcbllologilcbcr Antclgcr, 1948/49, l{fV, col. 12 a propasé do voir dan• les ¡x;tc·
rics modclC.. Cl incist.. Nord Blllkaniqucs, lCJ ancetnl des w.scs l oreUlettes pcrfor«s
do la Grm propre.
MILOJCIC: "Hauptcr¡ebnissc der deutlcben Aus¡rabungcn in Thcssslien", 19H/19S8,
oil est si¡¡molé i Oualti-Ma¡ula, daos J'ava.ot dcrnibe coucbe de la "Puiodc Oirnini"
(-:.700/-2.600) l'cústcnce sur bo«
l.c style gnc Ptotna
(75) C. SCHAEFFER : "Straüarapbic comp3rie et c:bronologie de I'Asic OccidCDtalc
tm et n millinaires)". Londoo, 1948, ti¡:. 304 (12) (-1.400/-1.200).
CH. OUGAS : "La ctram•quc des Cydades", ti¡. 49.
R. OUSSAUO: "Les dvllisations prns le bassln de la mer llaée".
J'arls, 1914, p. 229, flg. 162.
Nous tenons d'ailleura A indiquer que les r r:.ombreuses ; le sujet n'~tam pas le a6tte, nou! n'avons. rctc:nu que quclques cxemples
A
&J¡nificatih.
(76)
H. MULU!R-KARPI! : "Metallhcigabén der rrOhcisenzdtlicben Kcra¡ncikos¡rlifig. 14 ct 16.
N . BEIU>El.ES: En publication r De!. 1963, p. 57, 8), d~ la photoarapbie d'un VlJIC en "buocbero" d'Epoque a rrovmant d'Ataos, vase ovoide l fond dfilé o drux lon¡ues "ordlkttcs" et eouve~ l
boutoo plat qui eu, en rc:allt
t.-r". Jahrhucb des Ocutlcbcn Atcbteolosisches Tnstitut, 77. Ber!Jn, 1963,
-119 -
[page-n-134]
22
Stgnalons encore l'important exemple du couvercle a oreillcttes perforées en terre grise, modelé, provenant du cimetlere Submycénien dans
l'ile de Salamine (77).
Des variantes peintes géométriques sont attestées, entre aulres lieux,
au Céramique (78) (fig. 8, f} et en Argolide, a Berbati (79). A ce propos
mentionnons le petit vase provenant de Berbatl conservé au Musée de
Nauplie (fig. 8, b} 11 présente des oreillettes perforées et un trou d'aé•
ration sur le couvercle. Ce vase est comme le meilleur «modele rédUJtll
des vases cinéraires de la Péninsule lbérique, qui semble pouvoir etre
•encontré dans les collectlons vues en Grece.
Dans une chronologie plus basse, une forme également fort voisine
de certaines formes ovoides de la Péninsule lbérique existe dans l'ile de
Théra (fig. 8, e). Ces deux demiers exemplaires, dans lesquels le vase
proprement dlt n'a pas de «levre», présentent la forme générale qui est
ex
le décor liné
(fig. 3, b et e)
Notons d'ailleurs deux constatations qui pourraient, dans une certalne mesure, tendre a combler le chiatus» entre les vases de la Méditerranée Orientale et ceux de la Occidentale, en premter heu, des couvercles
sans oreillettes mais fort analogues a ceux qui ont dü essaimer en Méditerranée Occidentale et etre a !'origine de nos couvercles, ont exlsté
dans le bassin de la Méditerranée Orientale et dans le mond grec des
époques plus basses que les exemplaires mentionnés précédemment, au
géométrique récent par exemple (80), en second lieu, un couvercle de
plus grandes d•mensions semblable
certains couvercles de Larissa, sur
I'Hermos, recouvrait a Samos un vase trch haut proche par son contour
a
a
(77) C. G. STYRENIUS: "The voses Ccom die Submyccneon Cemetery on Sal•mis".
Opusculo Adlcniensia IV. Acta lnstituti Adlenieru:is Regni Suocioe, VUI. lund, 1962,
pi. Vlll.
(78) Tombe 13 (IX-VIDeme s. av. notre ue).
De l'Agora (tombe XVIJ, n.• P. 326) un autre exanplaire qul n'a pos de 1~ mais
un bord horizon .. t avec arcilleuu.
1\u Mwée Nfttionnl d'l\dlen~. deux vases qui ont d'nssez arandes dimensions p~
lont des oreilleues perforées; ilo sont .res proohes des formet des vases ovoides ~ on:illettea
ptrfOiies de la Peniruule l~rique.
(79) Mus& de Nauplie; CoulUes de M. le Professeur Gósua Siillund (cC. "Escovatiooa
21 Bub:ni", 196S, fla. 69 au =~).
l'oreillene perCor~ 6 l'exterieur de la paroi du ,.... est une partic:ularitE qul ne te
n11c:ontr" qu'cn Ar¡olide. Une exccption a Delpbes. En Auique le porier prU~rait 14~
le percement sur le bord interno et horizontal, c'cat A dire sur la surface auppottant le c:ou•
•ercle qui de son ~~~. était percE a 1!011 bord.
(80) R. S. YOUNG: "Late Geomettic Gnaves and a Sevendl Ccntury Wcll io die
A¡ora". Respuia. Supplement 11, 1.939, p. 90, 6¡. 61 (tombe XVI11).
-120-
[page-n-135]
YAS6S
A OI)JliLU!TI'ES
PI!RFORÉBS
d'un pithos, ayant servl «d'urne cinéraire» (VIeme. s. av. l'ere) (81) . Tou tefois, la forme la plus ancienne, qui est petite, ne parait pas t'itre «indtgene» en Attique; 1'absence de pied, qui n'est pas rare dans ces types
grecs, est également u ne caractéristique non attique. Ces remarques font
ressortlr, semble-t-il, qu'il y a, entre ces types de la Méditerranée Orlenta le et ceux de la Méditerranée Occidentale, des ressemblances mais ausso
de notables différences.
11 existe a Athenes deux vases du type amphore (82), a anses verticales aboutissant a la lévre dont la pa rtie supérieure perforée s"
appllquail
contre une couvercle conique a bouton comportant deux oreillettes per·
forées (fig. 8 , d) . De p)us, le type d'anses perforées est attesté dans la
céramique mycénienne, dans d iverses chronologies; Myc. 111 B ( -1.300
a-1.230); Myc. 11 1 C 1 (- 1.230 a -1.075), Myc. 11 1 C 2 (-1.075;. -1.025).
Furumark (83) souligne que ce type d'attache n'est pas d'origine Mycénienne.
C'est a Chypre qu'il faut, semble-t-il, en chercher !'origine et des
l'age du Bronze ( -1.550 a - 1.050). La «late chypriote pottery·> en comporte dans différentes classes de poteries (84) .
D'ailleurs l'évolution vers .la petite protubérance perforée et placée
au bord meme d'un vase de panse déja ovoide était chose faite au «ChypJiote geométrique 1» (-1 .050 a ca.-950) (fig. 4, f). Bien mieux, au «Cy·
pro-archaic 1» (-650 a -400) il a existé en Chypre des bols en terre gri se et a oreillettes perforées sur le bord meme (85) . A ce détail capital
concernant le mode d'attache de ces vases et l'emplacement de ces oreilletes, 11 faut ajouter, l'emplol d'un décor peint linéaire, décor le plus
fréquen t au Premter Age du Fer, aussi bien sur les cotes Languedociennes que sur les cotes Catalanes ou en Anda lousle. Son utllisation en Grece est bien connue; Protogéométrique, Géornétrique, Protocorinthien (fig
4 . b, e) . Mais il a surtout connu une faveur quasi continue et souvent
exclusive dans les styles de céramique pe inte de l'ile de Chypre : «Whlte Palnted 1 Ware1 (début vers - 1.050); 11 (ca. -950 a ca. -850); 11 1
1
(-350 a -700); IV (-700 a -600); dans le groupe V (ca. -60011 ca. -475)
le meme décor linéaire existe encore. Constatons, comme d'autres l'ont
déjit fait, que ce méme décor uniquement de bandes et de filets peonts
a été courant dans la vaisselle «ionienne» commune répandue au Vleme
(81)
(82)
(83)
(84)
BOEHLAU: "Aus Jooischen und Italiscbcn Nekropolco", 1898, p. 17, fig. 17.
Musée du ctramiquc, tombc 40.
FURUMAR.K: "CI\ronology o! the Myccruoean Ponery", Stoc:ltholm, 1941, p. 95.
E. GJl!RSTAD: "Swedi.lh C)'Jll'us l!xpedlúon", ~ p. 116.
:85) Gjl!RSThO: O p. cit. note 84, IV, XXXI, fig. X:li.'Vl (7).
-
16
121-
[page-n-136]
24
JULLV·NORDS'I'ROhl
s. av. l'ere, des rivages du Pont Euxin aux rlvages «ligures» et «iberes»
du bassin Méditerranéen Occidental (86).
Ain~i, 11 semble probable que, par Chypre parvlnt, des une haute
époque (VIII/VIIeme s. av. l'ere) a Carthage le type du vase a oreillettes perforées ayant serví d'urne au Sanctuaire punique de Salamn·,bQ. Peut
étre en fut-il autant a Sousse, bien qu'il s'agisse, dans le cas des vases
qui nous ~ont parvenus datés des V/IVeme s. av. !'ere, d'un type assez
ditférent moins évolué, a reller plutót a des formes «préhistoriques».
Quant a la Péninsule lbérique il n'est pas improbable qu'un jour a
venir des fouilles nouvelles révelent dans un riveau de la premiere moitié du Vleme s. av. notre ere un «prototype» en terre grise «éolienne¡¡.
En effet, nous nous garderons b ien de sous-estimer le role des importations en provenance de la Grece de I'Est, importatlons déja connues
(pyxides, thymiateria notamment) dans les zones accesible a l'influence
et au cornmerce Phocéens. Nous devons garder en mémoire la présence
non seulement sur les cotes du Golfe du Lion mais aussi a Ibiza, de ce3
oreillettes perforées sur des ceramiques grises (de nature non encare dél·erminée a St. Julien, Pézenas, Phocéenne a Mai lhac, non-Phocéenne
á Ibiza).
D'autre part signalons l'exlstence des oreillet tes perforées a Trole
VII I (VII/VIeme s. av. l'ére) (87), a Larissa (88) (650-500). Dans une
chronologie comprise entre la moitié du Vleme s. et la fin du IVéme ou
le tout débout du ll leme s. av. C., dans la el té de Midas nous trouvons
sur des couvercles en terre grise les perforations dans la paroi me..,e de
la poterie ainsi que des trous d'occlusion sur les bords (89).
De tous les rapprochements fal ts jusqu'lcl comment ne pas croire
qu'une certaine préférence doive étre donnée a ces derniers rapprochements entre la céramique grise d'Orient, d'usage assez souvent cultual
et tl;!lles poteries grises de l'habitat du Cayla 11 et méme d'lbiza?
11 est possible de pensar en effet qu'il n'y aur~it ríen d'étonnant a
ce que les oreillettes perforées du Moyen-Oriant executées sur terre grise
aient eu, dans l'aire de commerce Phocéen, des imitations plus ou moins
«lointaines». 11 ne serait plus étonnant alors, ma lgré les apparences, de
retrouver tardivement dans la cité de Midas comme sur le littoral lbér~que Catalan et Levantin, la prolongation d'usage ,-J.e perforations autre:.
oue calles des oreillettes perforées, perforations dans la parol rneme de
(86) F. VILLAR;D: "Lá cénunique gtoc:que de Ma.rseiUc (Vl~e-IVAm~ si~de).
Essa.i d'bistoi~ ec:onomique". PorJ.s, 1960, p. 43 <1 suiv.
(87) BLEGEN: "'''~oy", IV, 2, p. 297, fig. 313 (4), 319 (13). A 1~ •erité des la fin
de Troie VU b (-1300 c:nv.) le couverc:Je de ICITC euirc pcr!o.ré sur lu bord$ exisrait mTro~.
(88) BOBHLAO ct SCHBFOLD: ''l...atisa am Hent\0$'', m, p. 118.
(89) CH. E. HJ\SPELS: "Ln citó de Midas", p. 71, pis. 27 1, 31 h 3, 32 b 8.
-122 -
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VASES
A OIU!JLLBTII!S
PI!RPOÚES
zs
couvercles, perforations «uti litaires» (?) ou plutot de nature t'schatolo
gique ; perforations qui paraissent avoir eu pour raison d'étre cei!e-la méme qui donna naissance sur les urnes cinéra1res d' Europe Centrale aux
c,trous pour laisser passage a l'iime», les ccSeelenlocher» de nos collégues
Allemands. En effet, la crémation dans les nécropoles danubiennes vers
la fin du Bronze Moyen en Hongrie (90), au Bronze final dans la civili·
sation de la Lusace, provoqua l'emploi répété ccritueh> de perforations
(Seelenl&her) non pas d'ai lleurs dans l'écuelle retournée qul ne fermait
en aucun cas hermétiquement les urnes cinéraires, mais dan; la paroi
meme de ces urnes, perforations apparemment sans utilíté pratique mais
a valeur cultuelle. Dans une chronologie plus proche des exemplaires
lbériques, n'est·il pas significatif d'ai lleurs de rencontrer a Chiusi, sur
vases canopes, ces mémes «Seelenlochen> multipliés? (91 ).
Certes l'importation de vases d'origine proprement grecque a pu éga·
lement contribuer a répandre telle ou telle forme de couvercle ainsi que
le mode de fermeture hermétique alors que les types puniques ¿e potene
ont pu apporter leur contribution avec les anses verticales attachées a
l'épau le des urnes et les bases plus ou moins concaves.
11 est done possible de penser que des influences confluentes ont pu
jouer dans la cccréatiom> des vases a oreillettes perforées (92). Toutefois
les rares exemplaires sur nos cotes Méditerranéennes montrent assez que
le vase a oreillettes perforées sur ce territoire n'a pas du vivre longtemps.
11 en est tout autrement dans la Péninsule lbérique ou il a connu une
faveur certaine et une prolongation d'emploi relativement longue.
(90) V. G. GO.RDON CHILDE ' ~The Danube in Prehlstory•·, Oxford, 1929, p. 210.
(91) G. Q. GIGLIOLI: "L'Ane etrusca". Mil.6n, 193S, pl. LX.
(92) Rappelons que Rusc.ino a ClOnserv~ Wl toponyme puo.ique (d. l'élcment RUS=
c:ap). Mentionnons également divecs searabées proveoam de Montlaurcs, de Peeh-Maho,
de Peyriac-de-Mer, d'Ensúune, de Murvld-les-Monrpe!ller et, loin daos !'hinterland, de
MRndeure dans le Doubs. Cdui de Peyriao-de-Mcr, en páte de veae bleu est comparable
aux numéros 149-150 qui provieonent de la nécropole de Douiml:s et datés des VII-VIernes
par J. VERCOUTER: "Les objtts égyptlem ct cgyptisants du mobilier fWlc!raire Car·
t!lnginois". BibUoth~ue Archéologiquc er Hl5torlque, XL, Paris, 19
Ajoutons, puisque l'aimable autorisatioo nous en est donnée par l'inventeur M. Y.
SOUER, Wl exemple qui pourrait
sorcier" de l'ech-Maho, sq,ulture qul était placée sous les blocs de pierre d'une construction qui, selon Y. SOLIER, a dll avoir une destination cultuelle. Est-U po$$Íble d'expliqucr
etlte stpulture en ha comparant aux sépulturcs-saaifices_, aux u4acrifice$ de fondation" des
édi,fices publics et privés des Cananéens? Cf. H. VINCENT: "Canaan d'apr~s J'exploration r~ t e", Pdris, 1907, p. 192 et s:Uiv.
D. FLBTCHER VALLS: "Un posible sacrificio fundacional en la ciudad ibérica de
Arcbena". Cuadernos de Historia Primitiva, 11, núm.. l. Madrid, 1947, p. 40 et suiv.
n cu bien connu que c'est vcrs la fin du XVIbnc avam notre ere que le• Phénicleos
ont comrnencé a se distinguer de la c:ivilisotion de base qul é!Jiit la leur, 1• clvilisation
Cnrutnéc.nnc:. Par aillcurs, e-t pour en teve::ni.r ll nos cOtes Langucdooiennes, iJ se..mb1e se
confirmer que ht "civttisation punique" ou p}ui6t (4 ib&o-punique'' a marqué fone.mc:nt
tout le littoral A I'Ouest du Mont de S~te , "frontiore" mcntionn~e par Avienus (Ora Mar.
629) des Li¡ures ct des lberes.
-
12-3 -
[page-n-138]
ui
JULLY·l
En conclusion, l'urne clnéralre a oreillettes pertorées semble étre
l'aboutissement de formes qul en Gnke d'Asie et d'Europe et en Chypre,
furent ses prédécesseurs. Mais ce qui est particulier a la Méditerranée
Occidentale c'est l'emploi de ce vase comme urne cinéraire pendant plusieurs siecles. En Grece, en effet, les exemplaires n'ont pas serví a contenir des cendres humalnes¡ leur usage comme vases a parfum ne parait
faire aucun doute.
La faveur certaine que le vase a orelllettes perforées connut dans la
Péninsule lbérique pendant de longs shkles (quatre enviren) a été due
molns a des raisons pratiques ordinalres qu'a la necesslté de son emploi
comme vase ossuaire. Cette «longevité» en Péninsule lbérique falt done,
en une certaine mesure, de ce vase un vase typique non pas du style dlt
«ibéríque», mais de l'age du Fer lbéríque.
D'ailleurs, une forme aussi «composée» et «repensée», aurait-elle pu
íailllr spontanément sous les doigts du potier lbere?
Bien au contralre, ce vase n'est il pas l'épigone occidental, apres des
origines en Méditerranée Orlentale et des relais en Grece propre et en
Asie Mineure, des vases chypriotes de l'age du Bronz<:! et du début de
l'age du Fer, ainsi que des vases Grecs de Troie VIII, de Larissa, de I'Ago·
ra, du Céramique et de Berbati?
A nos yeux et convaincus comme nous le sommes de l'adoption quasi
•mmédiate par des 1dndigimes» intelllgents des perfeccionnements ou
«nouveautés» en provenance de la Médlterranée Orientale, le vase a
oreitlettes perforées en Méditerranée Occidentale á l'age du ¡:er est, ni
plus ni molns, qu'une preuve nouvelle d'un transfert du bassin de la Méditerranée Orientale au bassin de la Médlterranée Occidentale d'une pratique de potler qui avait fait (a d'autres fins) ses preuves: a une essence
aromatique précieuse, «i'lndigene», substitua par un mouvement de l'ame
qui, déja en faisalt un civllisé, un contenu plus précieux encare: les restes incinerés de l'étre qu'll avalt connu et, sans doute, aimé.
-124 -
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J ULL Y- NOROSTROM.-Orclllet les perforées
I.AM. l.
e
a : Grond Uos.~iu 11 (1. 14) (h. 28'6 cm.); b: C rand Bauin 11 (L 10) (h_ 32 cm.) ; e : Grond
a...sln 11 (1. 12) (h. 7 cm.); d: C.ylu (h. 33'S cm.); e : C.yln (h. IZ cm); (: C.ylo
(h. 6'5
(Phor. T affancl ti Jully)
[page-n-140]
J ULLl' -N OitOSTROM.-Orcll lcttes pcrrorécs
LAM . 11.
N
N
¡¡¡
[page-n-141]
Jt:lLY-XORD TROM.-Cre lllettes perrorées
LAM . IIJ.
[page-n-142]
J OLL V-:\OftDSTR0~1.-0rtllle ttes pertorées
LAI\1. IV.
[page-n-143]
J ULL V-.S ORD S TROl\1 .-0rdll~tles perrorées
Ls
\M. V.
a· El Molar (TYJ)<" B) ; b: El Mol:tr (h. 1 an.l
(Pho•.
V~rdu )
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JULL \ ' -NORDSTROI\1.-0rclllelles pcrforées
L;\M. \'1.
o: Llono de In Consolncoon; b : Lu Torrecica, tombe 62 (h. 18 crn. 1 ; e: u Torreeica
\llUIII inv. 38 14) (h. 13 cm.): d : Puig deo Molins (b. 6'5 cm.); e: Snnctuoirc de Sounc
\ V- JV , u. C.) (h IS cno.); f: Snnctuairc de Soussc (V-IV •· n. C.) (h. 14 cm.); ¡¡:
Snnenuire de Soussc (V-IV '· a. C.) (h. 15'S cm.)
(Phot Jully)
[page-n-145]
FRANCISCO ESTEVE GALVEZ
(Castellón)
La necrópolis ibérica de El Bovalar
(Benicarló, Castellón de la Plana)
En marzo de 1942 nos informaba nuestro buen amigo don Manuel
Añó que a fines del verano anterior, al mejorar de cultivo una finca pro
piedad de su padre, situada en el llano de Benicarló, se encontraron varias
«ollas» llenas de cenizas con numerosos objetos de bronce y algunas armas de hierro, que Jos obreros desbarataron y, en parte, destruyeron.
Por el escaso material que él mismo habla recogido y puso amable mente a nuestra disposición, nos dimos cuenta de que se trataba de una
interesante necrópolis ibérica. De ahi nuestro propósito de visitar detenidamente aquel lugar, con ánimo de recoger los posibles despojos que
todavla quedaran en el campo y cuantos datos pudieran estar en relación
con el hallazgo; lo que hicimos aprovechando las siguientes vacaciones
de primavera, acompañados por los señores Añó que tuvieron con nosotros toda suerte de atenciones.
La expresada finca se halla situada a unos cuatro km. de Benicarló,
dentro de la partida de <
l1mitan el llano por el oeste. En «La Tossa Alta)), que es la mas elevada
de esas cimas, se ven restos de un antiguo poblado y acaso por esa circunstancia o mejor aún por su posición dominante sobre un ancho sector
del litoral, se llama también «Vilaman> (fig. 1).
Este poblado de «Vilaman> estaba protegido hacia ej S.E. por tosca
muralla en cuyo extremo oriental se amontonan fas piedras, como señalando el emplazamiento de una torre que defendería la entrada al re- 125-
[page-n-146]
2
-126 -
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3
c•nto fortificado por esa parte, que e~ la más acc.zsib!c d' :o ro\ont<~ña y
aún hoy remonta un sendero hasta alcanzar la cima.
Es lo único que se conserva aparente, pues casi todo el poblado h.,
sido destruido y sus restos, esparcidos ahora por la tierra de labor se re·
ducen a numerosos tiestos de vasos hechos a torno, sin decotar o con
sencilla decoración de bandas, y círculos pintados en rojo oscuro, otros
de barro grosero gris o negruz.co y la cerámica helenística comente, mo·
nócroma, con barniz. negro y palmetas estampadas.
Sin duda fueron los habitantes de esto poblado qu:enes •ncineraron
sus muertos en la necrópolis de «El Bovalar», que se halla situada preci·
samente al p:e de la vertiente meridtonal de la misma loma
LA NECROPOLIS
En septiembre de 1941, roturando aquí una parcela de monte bajo, se
encontraron hasta siete urnas cinerarias (1), cuya disposición y circunstancias del hallaz.go, en parte, todavía pudimos reconstrui r. La primera
sepul tura contenía algunos objetos de bronce, un broche de cinturón,
dos lanz.as de hierro y un cuchillo ólfalcatado, que se ha perdido (fig. 2,
núm. 1) . A unos tres m. de distancia, monte arriba, se encontró el se·
pulcro de otro guerrero (flg. 2, núm. 2), cuyo ajuar conteniól un broche
de cinturón, una fíbula de pie alto, una punta de lanz.a con su corres·
pondtente contera y otra punta larga y mactz.a, ambas dobladas mtencio·
nadamente. A muy corta distancia y siempre en dirección al poblado, se
halló un grupo formado por tres urnas alineadas de E. a O también con
un mobiliario abundantísimo, en el que llamaba poderosamente la aten·
ci6n una esculturilla de bronce que representa la cabeza de un carnero
(fig. 2, núms. 3, 4 y 5). Las dos últimas sepulturas (fíg. 2, núms. 6 y 7)
aparecieron aisladas, algo más lejos, y en una de ellas (la número 7)
se encontró un rico adorno formado por varias cadenillas de btonce, que
los obreros desbarataron. Cadenillas semejantes y brazaletes <
walados y
abiertos, con adornos incisos, se encontraron en casi todas las tumbas,
sobre todo en las dos primeras. Las urnas cinerarias aparecieron casi siem·
pre rotas y algunas aplastadas por efecto de la presión de la tierra, pero
aún así podla reconocerse su forma : eran ovoides, sin cuello ni pie, v
a veces con asas bífidas o nervadas Una de ellas (número 3) por su exi·
guo tamaño sólo pudo contener las cenizas de un niño, y tres, por lo me·
(1) Posic:i6n de los scpulc:rw ibhicos de S BoV'IIar : 40> 26' 15" N. ¡ 4.• 03' 40" E.
del tmridiano de Madrid, o sea 00 48' 32" E. de Gr., según el Mapo Topogrilia> de 1!>po&, del lrutituto ~ y OtlllttrDI, C'ICIIIa l/50.000, lwja 571/571 bit, Modrid, 1947.
-
127-
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P, llStliV2 GALVI!Z
nos, se cubrían con pequeñas losas. Todavía recogimos muchos fragmentos que son de barro fino, amarillento o grisáceo, hechos a torr'lo, s in
decoraci6n alguna, ni incisa, ni pintada
Cuondo en abril de 1942 visitamos aquel lugar, la roturación seguía
o
"
r
Fig. 2.
avanzando lentamente por la garriga, pero dada la pobreza del suelo, demasiado pedregoso y poco profundo, juzgamos que no podía contener
otras sepulturas. Serfan éstas particularmente abundantes más hacia e l E.,
-128 -
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S
liL BOVAL.U
fuera ya de la finca del señor Añó, donde la tierra mejora y por eso ha
sido desmontada y ganada para el cultivo desde hace mucho tiempo, cubriéndose ahora de añosos algarrobos. Fue al reali4ar esas labores profundas cuando debió destruirse lo mejor de la necrópolis y como último ves-
F!g. 3
(1/2)
tigio de los ajuares que pudo contener aún hoy se encuentra, de tarde en
tarde, algún pequeño bronce suelto perdido por el campo. Que sepamo;,
la pie4a más notable es un colgante representando un carnero, hallado
pocos meses después de nuestra visita al Bovalar (Lám. V, 2).
l7
129 -
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6
1'. ESTEVI! GAJ.VEZ
MATERIAL ARQUEOLOGICO
He aqui en conjunto todos los utensilios que, e11 parte recogidos por
los obreros y los Sres. Añó, y en parte recogidos por nosotros, se logra·
ron reunir y gracias a los cuales aún es posible intentar el estudio arqueológico de este interesa,te cementerio.
OBJETOS DE HIERRO
Una larga punta de la11za con fuerte nervio y provista de cubo para
enastada; pudo ser .la contera de la misma lanza un regatón o hierro tubular, tronco-cónico, con agujero y clavo que sirvió para fijarlo al mango
(tig. 3). Dos puntas foliáceas aplanadas, también tubulares. En la mayor
la hoja es relativament~ ancha, en cambio la menor es una pieza sencilla.
de hoja estrecha y delgada (fig. 4, núms. 1 y 2).
Una larga punta de sección cilíndrica, ligeramente aristada hacia el
ápice, que puede estimarse contera de lanza o hierro de arma arrojadiza,
pues al igual que las grandes hojas de lanza se la dobló ritualmente, al
incorporarla al ajuar funerario (fig. 4, núm. 3).
Algunos trozos informes de hierro c. be estimarlos como po$ibles resa
tos de otras armas parecidas.
OBJETOS DE BRONCE
Fragmentos poco aprovechables de láminas delgadas y lisas, que pudieron guarnecer un escudo, cuyo umbo seria un disco cóncavo de hier(o
(Lám. 1); muchas cadenillas que corresponden a diversos adornos difíciles
de identificar; lo corriente es que sean juegos de tres eslabones, el últi·
modelos cuales termina por un apéndice esferoidal (fig. 5; Lám. 11. 4) .
Otras veces las cadenillas se ensartan de tres en tres (fig. 6; Láms. 111
y IV), y en un caso cuelgan de una figurilla e11 forma de ave (fig. 7; Lámina V, núm. 3). Crecido número de fragmentos de brazaletes ovalados
y abiertos, con los extremos terminados en pomos y adornos rectillneos
incisos lfigs. 8 y 9; Lám. VI); restos de cinco arandelas provistas de sendos pares de colgantes esferoidales sujetos por delgadas tiras de metal
con los extremos doblados (fig. 9, 1; Lám. 111, núms. 15, 16, 17); otros
colgant~s sueltos cónico-alargados, en forma de campanilla (fig. 9, 2;
Lám. 111, núms. 2, 3 y 4); una fíbula de arco con botón levantado (figura 10; Lám. 11, 1); dos broches de cinturón sencillos, con un solo garfio
y apéndices laterales rectos, ambos decorados por lineas estampadas que
-130-
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7
1L .BOVALAR
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PI¡ . •
11/Zl
dejan en resalte un pequeño granulado o bien por incisiones a buril que
orlan la cara superior, quedando en el centro, en una de ellos el campo
liso y en el otro esas mismas lineas trazan varios circulas concéntricos
-131 -
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..
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l'lg, 5
(1/1)
(fig 11, Lám. 11, 2 y 3). y ttnalmente, una esculturílla representando una
cabeza de camero cuidadosamente modelada, que por su bello estilo se
aparta de los restantes ob¡etos y muestra claras influenctas mediterrá·
neas (lám V, 1)
-
1!12-
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El. DOVALAJt
CRONOLOGIA
A pesar de la dispersión de los ajuares y la consiguiente confus16n
en los hallazgos, este material arqueológico presenta tal Identidad de ca·
racteres, una amb1entaci6n cultural tan uniforme, que cabe estimarlo
próximamente contemporáneo, lo cual permite suponer que las incine·
raciones descubiertas en el Bovalar se sucedieron en un plazo relativa·
mente corto.
En lo que respecta a Jas armas de hierro esa coincidencia se compren·
de s1 se considera que tan sólo un par de sepulturas eran, efectivamente.
de guerreros. Y además el 1nventario es bastante reducido. gran mona·
rra con nervio central, larga punta maciza, especie de «pilum», y puntas
lolláceas, más cortas, que sirv1eron para armar venablo> o armas arroja ·
dizas. Lo mismo que el cuchillo afalcatado que al decir de los obreros se
halló en la tumba núm. 1, son t ipos ya conoc1dos y muy frecuentes en
los sepulcros ibéricos de estas com¡¡rcas.
Los adornos de bronce, al contrario, dan un hermoso conjunto, claro
exponente de los ricos ajuares que acompañaban a las urnas, pues ya se
ha visto que éstas no eran numerosas y muchos objetos se han perdido
o han llegado hasta nosotros en lamentable estado, especialmente los prl·
meros que se exhumaron que, como suele ocurrir en estos caso., desper·
taron la codicia de los obreros, alucinados por la querencia de hipotéticos
tesoros. Asi, el mejor broche de cinturón que se halló entero, fue roto
intencionadamente y de los numerosos brazaletes sólo contamo~ con trag·
mentos sueltos, que apenas permiten recomponer unas cuatro p1ezas más
o menos completas. Lo cual no obsta para que los conozcamo~ con todo
detalle: son ovalados, de sección redonda y mediano espesor, terminados
por cabezas esferoidales ligeramente aplastadas y suelen estar de·
corados por cortos trazos incisos, transversales o sesgados, como formando zig-zag. Tipol6gicamente deben situarse entre las pieza¡; más pe·
sadas y macizas de los campos de umas de Cataluña («El Molá») (2), o
mejor aún del Bajo Maestrazgo (Salsadella, Tirig) y los finos brazaletes
con los extremos sencillamente recortados de las necrópolis Ibéricas del
llano de Albalat. Su más inmediato paralelo podrían ser los «brazaletes
terminados en pomo» que se exhumaron en la necrópolís de -
(2) S. VU.ASHCA: "El poblado y necr6polu prchlsr6ricos de MolA (Tarn¡ona)" ,
Acta ArqucoiÓIÍC' Hispjnica J. Madrid, 1943.
-
133-
[page-n-154]
10
Flg, 6
-134 -
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EL BOVAl.AR
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let» de Alcosebre, no lejos de Alcalá, descubierta casualmente en 186.3
al explanar la linea férrea de Valencia a Tarragona.
Notables son los adornos de la tumba núm. 2, que hasta el hallazgo
de El Bovalar eran desconocidos en territorio ibérico. Las tiras de metal
con los extremos doblados y sujetos por otra tira enrollada, han apare cido luego en varias necrópolis, unas veces sueltas y otras enlazadas a
modo de eslabones, componiendo en este caso diferentes ;¡dornos. En los
más ricos y complejos, como los de La Solivella, de Alcalá (3). y los de
La Pedrera, de Vallfogona, es lo más probable que se trate de pectorales.
Las pequeñas arandelas sueltas con sólo uno o dos eslabones de los que
penden sendos colgantes esferoidales, aunque de ejecución menos cuida·
da, ya se conocían antes del hallazgo de El Bovalar en la cultura posthallstáttica deJa Meseta (4) .
Ese sabor hallstáttico se acen1úa en las cadenillas que aquí aparecieron con notable profusión. Las tres largas tiras de las que pende un trozo
terminado por dos anillos con apéndices esferoidales, se encontraron extendidas como envolviendo la urna núm. 7. Con ellas apareció la figurilla
en forma de ave que lleva ensartados otros tres colgantes de idéntica
forma, es decir, terminados por un par de anillos con corto vástago y
apéndice esferoidaL En el propio Hallstatt se han exhumado grandes y
hermosas fibulas semilunares con figuras zoomorfas estilizadas, de las
que penden también cadenillas, term inadas por plaquetas repujadas en
lugar de los anillos con apéndices esferoidales (5). Las numerosas series
de tres eslabones con ese mismo apéndice que contenían las tumbas números 2 y 5 ya nos eran conocidas por algunas piezas sueltas encontradas
en poblados ibéricos, pero nunca las hallamos en esta forma masiva; caso
que se ha repetido últimamente en las necrópolis de La Pedrera y Can
Canyis (6). En ese mismo ambiente cultural hay que situar los colgantes
sueltos de forma cónica alargada, que en La Solivella penden de eslabo·
nes hechos con tiras de metal dobladas y sujetas por otras tiras retorcidas en espiral.
(3) D. PLETCHBR VALLS: "Lo necrópolis ibc!rlca de Lo Solivellll (Alcal& dt Chiven, CasteUón de la Plana)". Crónica del VII Congreso Nacional de Atqueologia (BarCt'lona, 1961). Zorngozs, 1962; p:ig. 261.
U. PLETCHBR VALLS: "I.a necrópolis de Lo Solivellll (Alcati de Clúvcrt)''. Trabajos Varios del S. l. P., núm. 32. Valencia, !965.
(4) J, CABRE: "Excavaciones de Las Cogotas, Cardeñosa (Avüa), II. Lo necr6polia".
Mttn<~ria de la Junta Supaior de Excavaciones y Antigüedades núm. 120. Madrid, 1932.
(5) K. KROMER: "Das Griibecfcld von Hallsrat~', Association Intcmationale d'Arcbeologie Classique, monograplúe l . Fir=, 1959. Aparea: esta fíbula en los ajuares dt
las tumbas de incineración núma. 87, 94, 174, 239, 384, 505, 551, 606, 716, 900 y 943.
(6) S. VlLASECA, J. M. SOLE y R. MA¡;jE: "La necrópolis de Can Canyis (Banyeres, prov. de l"IIIIIIgOna)". Trabajos dtl Seminario dt Historia Primitiva del Hombre,
VIU. Madrid, 1963.
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P. IIST1IVa GALV1!Z
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SI. BOVALAQ
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Pero los elementos fundamentales para discutir la probable cronología de esta necrópolis son los broches de cinturón y la fíbula de arco. Al
broche sencillo, provisto de un solo garfio, se le atribuye, con razón, una
fecha bastante temprana. Ya aparece en Agullana, aunque en una de las
tumbas más recientes en la que sus excavadores creen ver probables Influencias greco-romanas (7) y en el túmulo G de El Acebuchal, de Car·
mona, que el Dr. Schüle sitúa en los comienzos de l s. VI a. C. (8) ; pero
con marcadas diferencias en cuanto a su decoración, pues mientras el de
Agu!lana lleva un sencillo burilado en zig-zag, e l de El Acebuchal se decora por incisiones profundas, o mejor aún, con un a ltorrelieve obtenido
directamente del molde al fundir el broche, caso que se repite ecn el Tos·
sal Redó, uno de los poblados ibéricos más antiguos de la Tierra Baja
aragonesa (9). Los broches sencillos exhumados últimamente en las ricas
necrópol is de Can Canyis y La Pedrera, de Vallfogona, nos dan indistintamente ambas técnicas decorativas con un predominio de surcos o inci·
siones profundas. En cambio, en los de El Bovalar los adornos se obtuvieron por el estampado de lfneas que dejan en resalte pequeños circulas
( «grenetis») siguiendo los bordes, o bien trazando un motivo discoidal
en el centro de la pieza. En la base, ia decoración se enriquece ::on
fajas de cortos y finos trazos oblicuos grabados a buril dispuestos en zig ·
zag. Técnica y motivos que serán luego muy característicos de los gran·
des broches de tres garfios y aún de muchas placas de cinturón de la
cultura post-hallstáttica de )a Meseta. La ausencia de estas formas tar·
dlas en El Bovalar es lo más probable que no sea accidental, ya que las
dos tumbas de guerreros que al!! se exhumaron (números 1 y :Z) contenían sendos broches de un solo garfio, idénticos por su forma y decoración. De lo cual inferimos que deben señalar una secuencia mmediata
mente anterior a los de varios garfios; momento de transición en que el
tipo arcaico mejora su técnica y crea un orden decorativo que aquél asi·
mila y lo hace propio. Además, también los hemos de suponer relativamente tardíos porque en ellos el contorno se complica con .los apéndices
laterales que faltan en el tipo anterior.
Al parecer, una cronología más segura podría obtenerse por la fíbula
(7) P. DE PALOL: "Avo.ru:e de los bJII!a2:gos de la nectópolls de Agullana", Ampu-
rins, VI. Borcclon•, 1944; pág. 97.
]. MALUQUER DE MOTES : "Los bronces (de la ncaópolis de Agullana}", Ampunas, VI. Barcelona, 1944; pág. 112.
(8) G . SCHULE: "Las mis anrlgWI$ übulas C:Oil pie alto y b.Uesta", Revista de Accluvos, Bíbliotccas y Museos, LXL'\':, J. Madrid, 1961; pág. 339 y $S.
(9} P. BOSCH GIMPERA: "Q¡mp111ya ai'Cjueológica de l'fnstitut d'Estudis Olta!B.IlS
al limit de Oltalunya i Alllgó (Qlsere!, Ca!accit i MaQllió)". Anuurl de l'lnstitut d'Estudis
Oltalorn, V. lltlredona, 1915 ¡ pág. 8f9.
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P. ~GAL'I'ZZ
PI¡. 8
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SL SOVAL\R
de pie alto, ya que en la tumba núm 9 de la muralla N. E. de Ampurias s~
asocia con cerámica griega clasificada como corintia y situada en la segunda mitad del siglo VI a. C. (10), fecha dada también por ej Dr. Schü·
fe a l ya citado túmulo G de El AcebuchaJ. precisamente basándose .:!n
una hermosa fibula de plata con largo pie y botón levantado.
Ahora bien, aunque la fíbula de El Bovalar es grande, con e l puente
de sección redonda y algo ensanchado, el pie a largado con profunda mor·
taja y el botón levantado, o sea un ejemplar clásico por su tipología y evidentemente antiguo, no creemos pueda retrotraerse hasta los c.omienzo5
del siglo V I a. C. Nos basamos para ello ante todo en la cerámica, que
aquí está siempre hecha a torno mientras que en la tum~ núon. 9 de !a
muralla N.E. de Ampurias los vasos indígenas hechos a mano siguen for·
mas arcaicas y tan sólo lo Importado supone una innovación. Desgracia·
damente, de las urnas de El Bovalar apenas logramos reunir a lgunos fragmentos sueltos que corresponden a porciones medias y sólo sabemos por
referencias que eran ovoides. Pero aún así tienen para nosotros el mérito
de atestiguar el uso de la rueda de alfarero en el E. de la península ya
en una fecha temprana, que, gracias a los ajuares que les acompañaban
podemos remontar hacia mediados del sig lo V a. C. Observación ésta que
hicimos por vez primera en las sepulturas ibéricas de Benicarfó y luego
hemos comprobado plenamente en otras necrópolis, especialmente en fas
inmediaciones de Tirig, donde las urnas, alguna vez hechas a mano y con
más frecuencia a torno, ya dan los perfiles clásicos de esta cerámica e
incluso la decoración de bandas a veces onduladas pintadas en rojo oscu·
ro. Como algunos ajuares son más arcaicos que los de la necrópolis de El
Bovalar, hemos de concluir que la adopción del torno hubo de realizarse
pronto en estas tierras del Este de la Penínslua abiertas al tráfico marl·
timo, y a lo que parece fueron las especies jónicas las que má; influye·
ron en los orígenes de la cerámica Ibérica. A esa misma corriente cul tural
hemos de atribuir también, en e l caso concreto de El Bovalar, la figurilla
de bronce representando una cabeza de carnero que por su bello estilo y
sobrio modelado recuerda poderosamente el arte helénico hacia el
siglo V a. C.
(JO) M. ALMAGRO: ''Las necrópolís de Ampurias''. Vol.
386.
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Barcelona, 19SS; p:l-
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Flg, g
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llL IIOYALAll
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PARALELOS
Desde luego, el poblado de la uTossa Alta» tiene numerosos para
lelos en este sector de la costa oriental de la Península y sobre ello no
vamos a insistir. Pero tampoco son raros ¡¡quí los hallazgos de necrópolis
ibéricas semejantes a la del Bovalar (fig. 12). En el mismo Mnestrazgo
se conocen la do «Eis Espleters», de Salsadella, la de «Les Sitges», de
Torre En Domenech, y el sepulcro de «Mas d'En Rieres», de Cuevas da
Vinromá, en cuyos lugares también existen restos de poblados.
En la necrópolis de Salsadella se encontraron cuatro urnas alineadas
d'! Este a Oeste y una extraña construcción cuyas paredes de piedra seca
cerraban reducidos y hondos espacios cuadrangulares a modo de cistas,
cubiertos por sendas losas. Una de las cámaras sólo contenía cenizas y
huesos calcinados; en la otra se halló una urna esférica hech.:~ a mano,
de amplia boca acampanada y pie cónico postizo, con un ajuar compuesto de un collar tubular de bronce decorado por incisiones estampadas,
una placa de cinturón con incrustaciones de plata, y numerosos brazaletes
lisos recortados en delgadas láminas de cobre, tres cuchillos curvos y una
gran lanza de hierro idéntica a la de uEI Bovalan; ( 11 ).
Más importante todavía era la inmediata necrópolis del «Mas Nou
de Bernabé», que hubo de pertenecer a otro sector del m•smo poblado.
Aquí, durante cerca de veinte años, al mejorar el suelo para el cultivo
se fueron exhumando urnas cinerarias, alguna vez hechas a mano y con
más frecuencia a torno, ovoides, de «cierre hermético», o bien sin tapadera, con ancha boca de borde moldurado, acompañadas de ricos ajuares,
que comprenden un corto inventarlo de armas de hierro y muchos adornos de bronce: cadenillas; fíbulas de doble resorte o de pie alto; sencillos broches de cinturón de un solo garfio decorados alguna vez con incisiones a buril y con más frecuencia por hondos surcos o adornos en
relieve; algún broche más evolucionado provisto de tres garfios con rica
decoración estampada; anillos; colgantes, y numerosos brazaletes recortados en delgadas láminas o de sección cuadrada o en cinta y decorados
por finas lineas paralelas incisas, en fajas tranversas o en bandas angulares.
Los sepulcros de incineración de Torre En Domenech, encontradol
casualmente al roturar un campo y destruidos a continuación, contenían
(11) J. COLOMINAS: "Els mterratmnls deis Esplc1cn a Salaaddla", Anuari de
rinsrirut d'Enudis C.taiAns, VL &rcdona, 1923; pA¡. 616.
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P. 8STI!VE OAJ.VEZ
do~
puntas de lanza, una talcata, un ((SOiiferreum» y otros objetos que St'
nan perdido.
La uma cineraria nallada en el uMas d'En Rieres» entre ~lsadella y
Cuevas de Vinromá, iba acompañada de armas de nierro parecidas y un
anillo de bronce que llevaba grabado un monstruo, especie de león con
cabeza numana (12.).
El profesor Boscn estima que estos sepulcros pertenecen al primer
periodo de la segunda Edad del Hierro, o sea entre los siglos V y IV a.
J. C., notando en ellos fuertes supervivencias nallstátticas que deben
proceder, no de la cultura postnallstáttica del centro de España, sino de
los campos de urnas de la costa catalana, coincidiendo en ello con las
estaciones contemporáneas del Bajo Aragón (13)
Plg. 10
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La extensión de los «urnenfelder» de Cataluña nasta la Plana de Cas
tellón en época temprana ya lo comprobamos nosotros arqueolog•camente en 1924, siquiera fuese tan sólo por escasos fragmentos de cerámica con la típica decoración de surcos acanalados o bien finas lineas •ndsas
que trazan cruces o meandros. Pero como esta cerámica coincide aqui
con la esgrafiada o exCJsa, propia de la cultura de lo; túmulos, nemos
de admitir también un desplazamiento de gentes del interior de la Península, que llegaron a la costa valenciana a través de los macizos ibéricos (14).
Entrando ya de lleno en la Edad del Hierro, los sepulcros de «El Boverob, cerca de Almazora, nos dan una cerámica lisa con interesantes
tipos de umas, entre los que destaca el perfil bicóníco, derivado de una
(12) j. J. SENENT mAAEZ · ~Esucions ibüiqu" entre cl riu Cenia y el MUan
(CasreU6)", An.._ri de l'Irutirur d'l!srudis Caralona, Vl. Barc:clOilJI, 1923; p~¡. 619.
(13) P. BOSCH GIMPERA: "His problcmes on¡ueolóeics de lo provincia de CasteU6", lloletln de In Sociedad Caarelloncnse de Culturo, V. Ca$ttllón, 1924; pllg. 81.
(14) F. ESTl!VB GALVEZ: "Un poblodo de la Primu• Edad del Hierro en la
Plana de Castdlóo", Ampurias VI. Barc:clona, 1944; ¡x\¡¡. 141.
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EL BOVALAR
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forma muy corriente en las necrópolis catalanas y claro precedente de fa
urna de Salsadella. Algunos bronces, como navajas de afeitar y fíbulas
de codo, hallados estos últimos años en la Plana de Castell6n, prueban
la incorporación plena de estas comarcas al gran movimiento cultural que
se observa entonces por un ancho espacio del Occidente de Europa ( 15).
Y ello explica la persistencia de e lementos culturales propios de la primera Edad del Hierro en las más antiguas necrópolis ibéricas del Maes·
trazgo.
Ahora bien, dada la posición geográfica de la necrópolis de «El Bovalar», sus mejores paralelos hay q ue buscarlos a lo largo de la costa: en
la Plana de Caste116n, en la Ribera de Cabanes y en el Llano de Alcalá.
F!g,
u
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Desgraciadamente la mayorfa de los hallazgos que se conocen en estos
lugares son de fecha temprana, cuando nuestra arqueología ibérica era
casi desconocida y además suelen Ir acompañados de noticias bastanN
confusas. Tal ocurre con la necrópolís de «El Pujol» o <;Pujoleh>, cerca
del Grao de Castellón, encontrada casualmente al desmontar un al terón
del suelo que se creyó túmulo, bajo e.l cua.l aparecieron «Cuencos de barro cocido, huesos calcinados, cenizas, dos hebillas de bronce, al parecer
(15} Entre ellos, sólo publicados algunos bronces de una nca6polis destruida cen:a
de Nu!cs, V. ) . MARTINEZ SANTA-OLALLA: "EscondJ:ijo de la E
at!Anríco en Huerta de Aniba (Burgosy•. Actas y Mcmoriu de lll Sociedad Espaiiola de
Antropología, ElDOgrafía y Prehistoria, xvn. Madrid, 1942; pá¡:. 127.
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F. BSTJM! Ghl:VllZ
de correa o ceñidor estrecho, una tacita de tierra gris, bien labrada¡ un
pedazo del mismo barro en forma de cono y taladrado en su centro «que
debió ser una fusayolal> ( 16). De aqui procede también la tan conocida
lámina de plomo con inscripción ibérica que hoy guarda el Museo Arqueológico Nacional ( 17). Las observaciones que hemos realizado en este
lugar ponen en duda el carácter funerario que se le viene atribuyendo. El
«Pujolet» resalta como una mota del suelo firme entre las tierras bajas y
húmedas del litoral y por esa circunstancia fue motivo de atracción para
las poblaciones primitivas. La más vieja ocupación 'orresponde a un Neo·
lítico muy arcaico, que sólo dejó algún fondo de cabaña mal conservado,
con escasos sílex atipicos, cantos de caliza desbastados, huesos de animales y conchas de moluscos marinos. La pieza más notable es un brazalete sin concluir obtenido desgastándole el dorso a una gran va lva de
pectúnculo. Muy por encima, como a unos dos metros, vienen a situarse
los restos de un denso poblado ibérico, con ruinas poco notables, porqu~
la falta de piedra obligó a construir gruesas paredes de cantos rodados y
arcilla apelmazada, y también los solados de las habitaciones suelen estar hechos con guijarros procedentes de la playa inmediata. En la cerámica domina lo fino con decoración pintada de sencilla geometría : ban·
das, triángulos, ondulaciones a peine o círculos concéntricos a compás.
Estas observaciones nuestras se refieren al sector oriental, que venía a ser
como un tercio del montlculo, lo único que se mantuvo sin desmontar
hasta hace un par de decenios. Es muy posible que hacia el N.O., en la
finca del Sr. Gasset, donde se hicteron los hallazgos de 1851, estuvtera
la necrópolis, lo cual explicaría la presencia de cenizas y huesos ca lcinados, aunque el plomo escrito y enrollado, al estilo de los de Covalta, La
Serreta, La Bastida y Liria, hable más en favor de un poblado que de un
cementerio. Pero desde luego debe desecharse la idea de que el monttculo era realmente un túmulo.
Y lo mismo cabe pensar de los otros «pujols» que existen en la Plana, que a raíz del descubrimiento del Grao se suponían también necrópolis. Hoy se les ve tan destruidos que sólo pueden localizarse por el
topónimo y de lo primitivo quedará muy poco, arrasados como están, por
un cultivo intensivo. En alguno, como el de Burgaleta, cerca del camino
de Raf
torno. Hay con todo noticia de que en el Quadro apareció una urna ci-
(16) F. AL MARCHE: "La antigu• civilización lbúlca en el Reino e&. Valencia".
Valencia, 1918; p5g. 35 y 36.
(17) G-. D. LORICHS: "Rech<=hcs numismAtiques concemant princípalcm
mcdaillcs ""WbcciCllll"""· Poris, 1852; hlm. LXXX.
-
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EL DOVAJ.Aa
neraria en el interior de un ligero alter6n del suelo, pero extenso, que
pudo ser un pequeño túmulo (18).
En cambio en el Llano de Albala t, sobre todo hacia su parte media,
Necrópolis Ibéricas
del
"'-.'\,
LITORAL
ILERCAVON ''\,
1a Els Etpt•t~TI (Salsodtllo)
2cMo5 Uou d&t 8•rnabi (SotsacftUa)
3.Mo.s d'EnRí•reS{Cutvas t:f• ~inroP'Id)
'~t•s SIIJ•s (Torrt" EnOonler'I•Ctl)
S.a El Pujot•t (Ca.stt"llén)
h El Ouadro (Cc.s·t-~tót\o)
1• Ton~ d•lo ~a (Coton•l.J
el to
~,.,.,,.,o
(Cebo." u)
9. Flflta d# Tdrr&tlJa (CCbul'ts)
10atu TcrreJ (Ccbcnes)
lht'l Putftlo (Cobc.n.es)
12• it roual~t (Aicoló d• .XlverU
1), Finta dr Bos.ch (>\lcofd de lUvtrO
lt.c Lo Sollvttla (Aica.td dt JhvtrU
1~1 Corro/ d•l R()yo {Aicold d• XiverU
IS.Ccrrttl'fo 111 8crcef4naCAieal4 ):•v•rt)
1~•
f/ Bo~alor O!•ntcer )
18tl>los dt Capuó CTroi,utrc)
lh Lo Cf'IOfa (.\r.'lpo$1c}
20... Lo Potrna flortos.o)
:t:Cotrtortu (Tt"rtosa)
&
Fig, 12.
o sea, en la Ribera de Cabanes, es seguro que en diferentes ocasiones se
han encontrado sepulcros atslados o agrupados en verdaderos cemente·
nos. Los hallazgos se hicieron cerca de eLes Torres» y en las fincas de
(18) V. Memoria d: la Sociedad Arqueolócia
pi.¡¡. 8 y SS.
19
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Val~ndam
en 1878. Valt:ncia, 1879;
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«Tárrega», «Pitaren», «El Pulido», aConfit», e La Se:'lieta» y de formcl
más masiva en las inmediaciones de la «Torre de la Sal», donde se exhu
maron no menos de sesenta sepu lturas ( 19) Las u rnas, siempre hecha~
a tomo y a veces p1ntadas con bandas de lineas paralelas o círculos con·
céntricos, dan formas ibéricas muy típicas, como el vaso ovoide con ta·
padera cónica que se le ajusta por apéndices perforado~ en sentido ver·
tical. El ajuilr consiste también en adornos de bronce: flbulas, anillos en
espora! y brazaletes ovalados sin botones terminales, decorados a vec~s
por finas 1ncisiones.
Mucho más ricas en hal lazgos y mejor conocidas son las necrópolis
obéricas de Alcalá de Ch1vert Las excavaciones que a fines del soglo XVIII
se realizaron por el Príncipe Pio en el «Corral de Royo» pusieron al descubierto cuatro urnas cinerarias acompañadas de a lgunas armas de h ierro,
como cubos de lanza e «ídolos de bronce figurando ciervos paletos» (20)
De una construcción Inmediata procede la lápida estudiada por Masdeu
De la necrópolis del <
Tarragona, tenemos noticias más explicitas. Cada una de las 19 urnas
ocupaba una especie de nicho de toscas piedras, lo que nos hace suponer
que fueron depositadas en pequeñas cistas. Otras dos urnas se encontnl
ron allí cerca con ocasión de abrir un pozo para instalar una noria. Pe; o
sólo cuatro vasos pudieron recogerse enteros, siendo uno estérico, sin
cuel lo y «de tipo primi tivo, mientras los otros tres eran ovoides y con
bordes salientes». El mobiliario comprendía· restos Informes de armas de
hierro, muchos objetos de cobre, entre ellos «una fíbula de arco, anillos
braza letes y cuentas de collar de vidrio con embutidos de past,, y esmal·
IEl» (21 ).
Joulin habla tamb1én de una necrópolis de incineración que se en·
contró cerca de Alcalá en la carretera de Almansa a Tarragona, a unos
SO km. al norte de Castell6n. Las cenizas se habían recogido en vasos
(19) ALMARCHll Op. dt. IIOUI 16, pi¡ 85. Las necrópolis warilln en los c:am·
pn.
detalles en P. BOSCH GIMPERA: "L'esnn octuol dd coneiximeno de 1• dvilitz.lci6 ibéJiet del Recne de Valencia". Anuorl de I'Insrllut d'Esrudis Carabna, VI. Barcelona, 1923;
pi¡¡. 624 y u. Su descubridor, O. JOAQUIN PBRIS, concreta mejor los hallugos m •u
atlfculo: "l!scan:cos arqucol6gicos. CasteU6n 1 !\1$ crreanlu". Boleún de b Sociedad CastUloncme de Cultlltll, 111. Ca$tdl6n, 1922; p:\¡. Z\8.
(ZO) A. VALCARCnt. PIO DE St\BOYA: ''lnsc:ripciones y antigüedadu dd Reino
de Vole~in", Memorias de la Real Ac:ndemin de la Hiatori".L'l;'lll. Madrid, 1852; pag. 10.
(21) j. ZARAGOZA: Conferencia ~brc Alcalá de Ulisvcrt, pronunciada d l de
diciembre de 1876 (Boleún de la Socied>d Geosrifica de Madrid).
1!. CARTAILHAC: "lA ag., pro!bistoriques de I'Espognc ct du Ponupl'', Paris,
1886, pag. 296.
ALMARCitt!: Op. cit. noto 16, pAg. S7.
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14G-
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en forma de olla e iban acompañadas de anillos de hierro, fibulas y brd
zaletes de bronce (22)
Durante el siglo XIX se hicieron otros hallazgos en término efe Alcalá
sin que se sepa el lugar exacto de su procedencia, salvo la notoda de ha·
berse encontrado 16 umas cinerarias cerca de una propoedüd de don DI
mas Bosch, donde parece que hubo importantes ruinas romana~ (23)
Hdce unos años, en la partida de «la Solivella», del mosmo término
de Alcalá, se ha descubierto una nueva 2:ona de necrópolis cuyo estudoo
ha sido recoentemente publicado por el Servicoo de Investigación Prehis·
tórica de Valencia, lo que nos exime de más detallada exposición (24)
En el llano de Benicarl6 la necrópolis de c
único, pues •egún cuenta Mundina Milallave, en el «Mas de Caperó»,
cerca de Traoguera, al roturar un campo se hallaron hasta rrece «ánforas
conerarias» y «en todas ellas se encontró lo mismo. los huesos de un esqueleto humano y una lanza rota» (25)
Dejando las lhlnuras costeras del Maestrazgo y pasando al Bajo Ebr:>,
Amposta nos ha librado estos últimos años dos importantes necrópolis.
que acaso estén en relaco6n con la antigua Hibera, cabez;. de la llerc.1 ·
venia.
La de «la Orlola» se halla a poco más de un km al sur de la ciuda-i
y aunque fue destruida al roturar el suelo en 1926, todavía ha propor
clonado restos de unas treinta sepul tu ras, con urnas ovoides provistas de
t<:~padera cónica que se ajusta al vaso por las típicas orejas; otras abierta~ con reborde moldurado y una curoosa forma ovoide-aplastada con ta
padera <:bollada al iguül que el fondo en lugar del clásico botón termo
nal La decoración es sencilla, de lineas paralelas en bandas horizontales
o bien cortas ondulaciones que cuelgan del borde Los ajuares compren·
den las armas de hierro corrientes en las necrópolis del Maestrazgo; bra·
zaletes muy fragmentados, fíbulas de arco que en dos casos se rodean d un aro constituyendo un tipo de transición de la fíbula de pie alto a lil
anular hispánica, y hermosos óroches de conturón decorados por líneas
estampadas a troquel, todo lo cua l creemos que puede situarse cronoló
gicamente poco después del 450 antes de J . e
(22) L. JOlJUN: ''Les Asea protoluttoriques cbns le Sud de la Fraru:c et cbns la
Pcnfntulc Hispanlque", Re\·ue Archeo!ogique, ll, Pacis, 1910; pog. 202.
(23) Noojcia histódcn de la Academia o rc¡umcn de sus ac:tns desde el n•lo 1821 basto
concluir el de 1831, ltído en IUI Juntas del mes de mar:zo de 1832, poi¡¡. 16.
J. CHILLIOA: "Hnllaxgos arqueolósicos en Alctlá de Chisvcn", Correo Ibérico, número 1.279. 1'onou, 2 de mayo de 1908.
(24) FLI!TCHER: Op. cio. """' 3.
(ZS) B. MUNDrNA M lLALLAVE: "Historia seo¡rifico-esudfstic:oo de 14 provineio
de Oalltcllón". CasteUón, 1873: nrt. Trai¡utn~, póg. 587,
Un~ breve nooo •obn: In nrqucologla de esta comnrca, con 14 primero noticia de lo
cccrópolis del Bovalar en F. BSTEVE GALVEZ: "HAllazgos arqueolclaicos en el Uano
d" lknicarl6", La Zucb, z.• ep., L U, nWn. 14. Tono..., 1956; pág. 265.
-
H7 -
[page-n-168]
24
P. I!STIM! GALVI!Z
De la necrópolis de «La Palma», situada también cerca de Amposta
al otro lado del río, proceden umas semejantes con ajuares mejor conser·
vados por hallarse en campos someramente roturados. El hierro escasea,
pero en cambio los adornos de bronce forman un hermoso conjunto: tor·
oues y brazaletes de sección redonda terminados en pomo; fíbulas de
doble resorte; collares y largas cadenillas Material arqueológico que pre·
senta caracteres algo más arcaicos que el de «La Oriola» y suponemos
de un momento inmediatamente anterior hacia mediados del stglo V an·
tes de J. C.
Por último, más al Norte, ju11to a uCamarles» y en el mismo lugar
donde apareció la supuesta «favissa» con abundantes pebeteros, parece
que hubo también una necrópolis, pues de alli procede un vaso algo tardío, especie de «pyxis» sin tapadera, co11 fina decoración geométrica,
que se halló incompleto pero conteniendo todavla buena parte de las ce
ntzas funerarias.
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EST EVE.-EI Bo,·alar
LAM. l.
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(T . n.)
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T EV f!.- EI Bovnlnr
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(T . n.)
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•
ALEJANDRO RAMOS FOLQUES
(Elche)
Fragmento de escultura ibérica de Elche
Son frecuentes las noticias conservadas relativas a la utilización en
edificios modernos, de materiales procedentes de murallas y otras construcciones de la antigüedad.
Respecto a Elche, nos dice lbarra Manzoni ( 1). refiriéndose a La Al cudia, «que aquel sitio ha servido cual so fuera una inmensa cantera, a
los habitantes de Elche, y es indudable que las casas de las i,medoacio
nes, y las situadas en la mayor parte del término, que cae hacia el me·
diodia del pueblo, sin contar con otras que podríamos señalar, construidas
en nuestros dias, en el interior de Elche, se han levantado a expensas de
aquellas construcciones antiquísimas, que elevara un día el artífice roma·
no. Y cuando consumieron las paredes que descol laban sobre .la superfi·
cie de la tierra, como quiera que los materiales de construcción en Elche
proceden de puntos algo lejanos, ahondaron en busca de lo que entre la
tierra se escondía, llevando la desolación hasta sus mismas entrañas, bo·
rrando así casi por completo, los restos de lo que alli había exi~tido•
El Regidor de esta villa, Cristóbal Sanz (2). expone este mosmo cri·
terio en el año 1621, al decir: «Además de estas piedras (se refiere a
unas inscripciones en piedra procedentes de La Alcudia) tengo noticoa de
haberse hallado, levantando y abriendo unos cimientos de San Salvador,
una piedra picada de altaria de 7 palmos y de 3 de ancho con
(1) A.. mARRA MANZONJ : "lllici, su situad6n y anti¡ilcdadcs". Allcanoe, 1879,
pJgim 134.
(2) C. SAN'l.: "Excelencias de la V"illa de Elche". Ms. del afio 1621 en Archivo
Municipal, p4g. 119.
-
149 -
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2
una figura de hombre armado, de medio relieve, y un letrero en latin
que vertidas sus letras dccian en romance : Jacobo de Bellorbin, hombre
de armas de Julio CéS
Alcudia se halló otra piedra con un rostro y un letrero que decía. VEN IT
AUGUSTUS. Y pocos días ha, abriendo unos cimientos muy hondos ,¡n
casa de Andrés Sorrutto, genovés, se halló un toro de piedra ptcada que
por poca curiosidad de los jornaleros le sacaron hecho cuatro pedazos
como yo le vb> .
En el año 1802 y en el partido de Vizcarra, inmedtato al de La Al·
cudia, fueron encontrados por doña Baltasara Martín Cortés, unas esculturas representando un le6n y una mujer sentada, asi como un relieve
con un jinete, de cuyo hall;~zgo dto cuenta a la Academia de la Historin.
Y entre los «.Pape!es Curiosos», colecctonados por !barra y qup se guardan en el Archivo Municipal de Elche, hay una nota en la que se dice
que «en la casa de doña Baltasara Martín Cortés, se conservab~ un león
de piedra y otra figura. En la calle del Horno se conservaba una figura
di' mujer, la casa está a mano izquierda y la estatua en el corral» Estas
piezas debían ser las encontradas por dicha señora en Vizcarra.
No hace mucho fue hal lada, frente al Parque Municipal de esta ctudad, una leona, la que supongo procedería de La Alcudia, y después, ;:¡J
hacer las zanjas para la cimentación de un edificio en la Glorteta d:! José
Antonio, esquina a la calle de Sagasta, se ha encontrado un fragmento
de escultura ibérica.
Se trata de una pierna vigorosa de un guerrero, desde la rodilla al to·
billo, en piedra arenisca, provista de un guarda-piernas y en su parte Inferior hay los dedos de una mano que la sujeta por el tobillo. La guarda
se halla decorada por un festón de cintas entrelazadas fotmando óvalos
y un punto en el centro de cada uno de ellos. Dicha guarda se sujeta a
la pierna por unas bridas de cuero anudadas a un lado (lám. 1) .
Esta forma de sujetar la guarda tiene un paralelo en otra figura de
La Alcudia; el torso de un guerrero que sujeta el pectoral con la pieza
del dorso por medio de unas br!das muy semejantes a las de la guarda
de la pierna (Lám. 11, a) .
Representaciones de guerreros que lleven guardas en las piernas las
encontramos en el ánfora de And6cides, representando una lucha de heroes. El Marte etrusco, en bronce, del siglo IV antes de J C., que :;e
conserva en el Museo Arqueológico de Florencia, tiene tambtén guardapiernas que arrancan desde más arriba de la rodilla hasta el tobillo, teniendo un festón de puntos a su alrededor y unos sencillos dibujos. También muestran guarda-piernas las estatuas de dioses o héroes etruscos,
en cerámica pintada, en el Museo Metropolitano de Nueva York.
El tema que decora la guarda de la pierna de guerrero qu!' nos ocu
-
150-
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J'AAGMENTO DB I!SCUL'I'UIIA lBI!lUCA
3
pa, la vemos en distintos monumentos. En la basa de columna de la es·
calinata de Sendchirli, que consta de dos toros o almohadones adornados
con molduras colgantes a modo de hojas, entre las cuales hay otro almo·
hadón algo remetido, que lleva un trenzado con rosetas en los ojales. Las
obras exhumadas en Sendchirli, la antigua Samal, llegan desde mediados
del siglo XIII hasta principios del VIl a. J. C. (Lám 11. b).
En un relieve caldeo, de Tello, que se guarda en el Musco del Louvre, hay un trenzado de cintas; como temas de origen tecnico, dice Woermann, son patrimonio de Mesopotamia la cinta y la trenza.
Tambien en el templo antiquísimo de Termo, construido enteramente de madera y cer6mica, dórico arcaico, tiene decorando la cima este
ornamento de cintas en forma de eses enlazadas y en el centro de cada
círculo un punto (Lám. 11, f)
En un vaso de Susa, con la roseta que representa el cáliz: de la flor
femenina de la palmeta, según Pijoan, hay una cenefa en la parte superror formada por cintas enla-zadas, con punto en el interior de cada dr·
culo (Lám 11, e).
El mismo motivo nos ofrece una placa de marfil en la que hay representado un monarca asirio y a los lados de la figura, adornos asirios
de cintas y de granadas (Lám. 11, g).
Las cerámicas asirias tambiél'l nos ofrecen Interesantes paralelos de
este motivo ornamental del guarda-piernas ahora encontrado Procedente
de Kalakh, en Asiria, es una placa de cerámica en la que hay representa do un monarca, y en la parte inferior, la cinta enla:r:ada, con el punto interior (Lám. 11, e) Y lo mismo se puede observar en las placas-clavos,
de cerámica, de tipo religioso o mágico, del revestimiento de un edificio
asirio, hoy en el Museo Británico, según Pijoan (Lám. 11, h, i)
En los adornos de los vasos rodenses se adv1erte la gradual transformación de las espirales en zarcillos. Además, aparece la cinta entrela:r:ada
asiria. En el conocido plato de Euforbo, que se guarda en e l Museo Británico, dos guerreros luchan por el cadáver de un tercero. Las inscripciones anejas delatan que se alude a la lucha de Héctor y de Menelao por
el cadáver de Euforbo. Esta escern~ se halla sobre un friso de cintas enlazadas, según Woermann (Lám. 11, k) (3).
El mismo autor nos dice: «La pintura de Clazomenas, junto a Esmir·
na, es la que aparece a mejor lu:t, entre las ciudades costeras de Asia
Menor».
La marcha de esta pintura se puede seguir hasta el siglo VI. Los
grandes sarcófagos cla:zomenicos de barro, de los que hay varios en el
(3) K. WOERMANN: '"Histori> d
-151-
[page-n-178]
Museo Británico y en el de Berlín, confirman su relación con el arte cerámico rodense el hecho de que el más antiguo de estos sarcófagos procede de Rodas, pero lo confirma ante todo el parentesco de su ornamentución con la de los vasos rodenses. En esta ornamentación encontramos
el meandro en la forma más sencilla y en la más complicada, y también,
las cintas entrelazadas con círculos concéntricos a guisa de «OjOS» (Lámina 11, j).
Ya más simplificado encontramos este tema en un vaso ático procedente de una tumba de Eleusis, de mediados del siglo VIl antes de J . C.,
en eJ que este motivo aparece sin pun to dentro del círculo formado por
una linea blanca y otra negra.
Este motivo de cintas enlazadas se nos ofrece en nuestra península
en Osuna, en un elemento arquitectónico formado por dos sillares, con
elementos decorativos «Cuya ascendencia fenicio-chipriota es evidente.
Sobre la fecha es dificil pronunciarse, dados los pocos elementos de juicio que tenemos sobre las circunstancias de su hallazgo, pero no deben
de datarse en fechas superiores al siglo 111 antes de J. C. Yo me inclino
por una data ya romana» (4) (Lám. 11, d).
También se halla este elemento decorativo, a base de Jineas triples
onduladas, en una urna cineraria con dibujos Incisos de la necrópolis de la
Osera (5); y en un vaso pintado de Numancia con cintas enlazadas, sin
punto en el Interior de los óvalos, del Museo Numantino, en Soria (6).
Sin el punto en el interior de los óvalos y muy esquematizada la cinta, se nos ofrece este tema en un fragmento de cerámica ibérica, encontrada en el nivel inferior de La Alcudia, correspondiente al poblado
en el que, con estas cerámicas, aparecen las esculturas de tipo ibérico al
que corresponde la pierna de guerrero que nos ocupa, y al que en general podemos asignar una data del siglo IV antes de J. C. (Lám. 11, 1).
Este tema decorativo, que también se encuentra en un ánfora griega
decorada en relieve del siglo VI antes de J. C., existente en el Museo
del Louvre, desaparece en los monumentos y vasos de épocas posteriores, reapareciendo más tarde en la tumba de los Pancracios de la Via Latina, en Roma, en el último siglo de la República romana, en la que se
presenta este motivo, pero con ciertas variantes· lineas de puntos al lado de lineas continuas, y los puntos centrales sustituidos por flores, amor•
cilios y otros motivos. Y también, y ya con relativa frecuencia, en mo-
(4) A. GARCIA y BELLIDO: "La Dama de Elc:hc y el c:onjunto de pleas rdngrcsndas c:n Bspañn c:n 1941". Madrid, 1943, p. 119.
(5) J. CABRB, A. MOLINERO y M. BNCARNACION CABRE: "La necrópolls
de la Osera". Soc. &p. Amrop. Bmog. y l'tcht. XI, Cuaderno 1. Madrid, 1932, p. 21.
(6) A. GARCIA y BELLIDO: "Ars Hispani•c", vol. l. Madrid, 1947, fig, 385.
-152 -
[page-n-179]
PIIAG>Uii
oa uan:rou
IJIIIIUCA
5
saicos de 1tálica, Elche y muchos más, de los siglos 11 al IV de nuestra
Era.
Todo ello manifiesta la influencia oriental sobre nuestra cultur
rica, confirmando el origen mediterráneo al entrar en contacto con otros
pueblos de nivel más elevado (7) y como dice San Valero:
no es barbarización de lo romano, sino una asimilación de las culturas de l
Mediterráneo Oriental» (8)
(7) D. FLETOU!R. VALLS : kJ!sudo aaual dd ClOnociaticntD de la cultura il»
r;ca". Primu Symposium de Prehistoria de la P
l'amplona, 1960, p. 19S.
(8} J. SAN VALERO APARISI: "Sobre el origen de la cultura ibécica". Acma de
la IV s«lón de los Con¡resos lruernacioruolea de Cienciu Pre y Ptololúst6cicas (Madrid,
1?54}. Zara¡oza, 19S6, p. 78S.
-15320
[page-n-180]
'
[page-n-181]
RAMOS FOLQU&S.- Esculturn lbhlca de Elch e
LAM. l.
[page-n-182]
R;\MOS FOLQUES.-Escullura lbéllca
d~
f:lcbe
a) Toao de ¡;uerrcro. de La Alcudi• (Elche}.
b) Ba"' d: columna de lo csotlinB e) Vaso procedente de Su.,.,
a) FrogmcnLO nrquitcct6nico de Osuna.
e1 P!acn cerórr.iea procedcmc de Knlah (A•iria).
f) Entllbll\mento del temp!o de Termo.
g) Piczo de r
r.arfll, nsiria,
Jr) PlnCll·clovo, osirla.
i) Plnea-c;Jnvo, asirla.
¡) Sarcófago de Cla~omenns
k) Plato de Eulorbo.
LAi'\1. U.
[page-n-183]
GABRIELA MARTIN y JOAQUIN SALUDES
(Valencia)
Hallazgos arqueológicos submarinos
en la zona de El Saler (Valencia)
Es nuestra Intención recoger todas las noticias sobre hallazgos sub·
marinos en las costas valencianas, estudiando los materiales cuando sea
posible, pues por desgracia, de los abundantísimos restos arqueológicos
que se van recogiendo, cada día en mayor número a consecuencia del Jncremento de la pesca deportiva submarina hoy fácilmente practicable por
la invención de la escafandra autónoma, una buena parte de ellos van a
parar a manos de personas incompetentes o interesadas, que no las entregan a los organismos competentes, perdiéndose así tan interesantes
datos para la investigación. Con la publicación de las noticias que llegan
a nuestro conocim iento intentamos contribuir a la formación del mapa
arqueológico submarino «Forma Maris Antiqui», iniciado por el lstituto
lnternazionale di Studi Ligurl, en el que se pretende situar todos los hallazgos arqueológicos submarinos del Mediterráneo occidental, para poder así determinar la intensidad de la navegación y del comercio en las
distintas épocas históricas.
Hasta ahora, si nos fijamos en las noticias de este tipo de hallazgos
que conocemos en la costa mediterránea, encontramos un vacío considerable entre Tarragona y Cartagena, poco más o menos, como si el litoral
valenciano no hubiese participado del intenso tráfico desarrollado por la
navegación en época de las colonizaciones griega, cartaginesa y romana,
que atestiguan los hallazgos catalanes y del sudeste. Es Indudable que
e~to no es más que consecuencia de la falta de exploraciones sistemáticas en la costa valenciana y de la ocultación de los hallazgos casuales a
la~ autoridades arqueológicas, amparados los inventores en la desorienta·
-155 -
[page-n-184]
2
ción reinante con respecto a la reglamentación legal de los hallazgos sub
marinos de interés arqueológico.
En las siguientes páginas, e iniciando asi nuestro plan de dar publicidad a tales hallazgos, estudiamos los materiales de la Colección Saludes, existente en el Museo de Prehistoria del Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación de Valencia (a excepción del cepo número 1 y del ánfora número 23 que conserva el señor Saludes), y los donados por el GISED al mismo Museo. En este catálogo, cuando en la des
cripción no se dice otra cosa, el objeto inventariado pertenece a la Colección Saludes.
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Fi¡. l .
Todos los objetos que se reseñan se encontraron en la zona de cEI
Salen~, en unos bajos rocosos llamados «fuerzas», a media milla de la
costa y en una franja de unos 200 metros, entre la zona frente a la que
se halla la cCrln: de los Caldos~> y la existente delante de la fábrica «Pie
-158-
[page-n-185]
1
3
xo S. A.», Jugar que desde hace ya mucho tiempo viene prop
abundantes restos arqueológicos, especialmente ánforas y fragmentos de
ellas (fig. 1)
La variedad de los materiales que se estudian, en particular la doversa tipología de las ánforas, nos hace pensar que los objetos no procedan de un solo pecio, sino de varios, aun cuando pOdría tambiéro ser consecuencia de haberse utilizado esta zona como lugar de aguada, dada su
proximidad a cl.a Albufera»
DESCRIPCION DE LOS MATERIALES
CEPOS DE ANCLA
l .-Cepo de ancla en plomo macizo, de 99 cms. de largo por 17'5
de alto y 13'5 de ancho, de 80 Kgs. de peso (fig. 2), con anillo central
1
Fig. l.-Ctpo a 1/10. Ddfines o 1/2.
atravesado por un asa de sujeción para el asta de madera. Lleva en ambos
brazos y caras sendos delfines en relieve mirando hacia el anille- central.
Procedentes de Blanes (Gerona) se conservan, uno en el Museo Ar
queol6gico de Gerona y otro en el Museo Marítimo de Barcelona, dos ce1S7-
•
[page-n-186]
4
MARnN•SALUDI!S
pos de 1'49 m y 1'59 m. respectivamente de longitud, decorados tam
bién con delfines ( 1).
2) Cepo de ancla de plomo macizo, de 105 cms. de largo por 17"5
de alto y 13'5 de ancho, bien conservado, aunque algo corroído por los
ángulos y con el anil lo central erutado por un travesaño (fig. 3 y lámina
1, e).
2
Pi¡. 3.-11 1/10 aproximadamente.
3) Cepo de ancla de plomo macizo, de dimensiones casi iguales que
el anterior (106 cms. de longitud, 17'5 de alto y 11 de ancho), con el
anillo central atravesado también por un travesaño para sujetar el asta
de madera (fig. 4 y lám. 1, d)
3
Fia. 4.-A 1/10 aproxirmd•mcnre
( l) K. PASCUAL GUASCH: "Cepos de anclo romanos recuperados frute a Blanea
(Barcelona)» (sic), en Zephyrv1, X. Sal•manca, 1959, pp. 176-180, figs. 3 y 6.
M. OLIVA PRAT: "Estado actuAl de la arqueolo&la submarina en la Costa Bravo
(Gerona, España). Ultimos prospecciones y hallazgos. Avance para un estudio de conjunto", en Atti dcl n Con¡;re= Intcmaxiollllc di Arcbeologia Sottomorina (Albcnga, 1958).
tsordi&hera, 1961, p. 2.26, fi¡. S.
B. RIPOLL PERELLO: "Notas de Arqueologla de Onalurua '1 Balem:s, U. Gerona :
Blanea", m Ampurias, XXIV. Baro:dona, 1962, p. 321, fig. 41, núms. 3 y 6.
-158 -
[page-n-187]
IIALLAZGOS AJIQOl!Ot.OGICOS SUII.\IAIU'NOS
Estos dos últimos cepos se encontraron juntos, cnnado uno sobre otro
y el número 1 a una distancia de unos treinta metros, por lo que es de
suponer que pertenecerían al mismo barco. No podemos intentar fecharlos, pues carecemos de datos que nos den cronología, ni existe estudio
adelante bajo los números 3 y 5.
4) Pequeño cepo de plomo, algo deteriorado y de factura ~rregular,
de 54 cms. de largo por 9 de alto y 9'5 de ancho. Se encontró próximo
al ánfora número 22, por los inmersores del GISED de Valenc•a (fig. 5
y Lám 1, e)
--g===~J
Fia. S.-A 1/10
aproximadamente.
PIEZA DE ENSAMBLAJE
En el mismo lugar donde se encontraron los cepos, se hall6 también
otra pieza de ancla, la llamada por los franceses «piece d'asson,blage)) y
por los italianos userramento» o «ghiera». Desgraciadamente la pieza se
perdió casi inmediatamente al zozobrar el bote que la transportaba, por
lo que no hemos podido estudiarla ni poseemos fotografía o dibujo de la
misma. Reproducimos aqul {figs. 6 y 7) una pieza de esta clase y la reconstrucción de un ancla en la que se ve la utilización de aquélla, según
Brossard, Lehoux y Ducaruge.
En el Museo Naval de Albenga se ha reconslru•do un ancla con una
pieza de estas y un cepo genuinos, hallados junto a la isla Gallinaria (2).
ANCLAS DE HIERRO
También en esta zona se encontraron dos anclas totalmente de hierro, con el asta larga (1'25 m. y 1'80 m . respectivamente). las uñas finas
y curvadas y arganeo (Lám. 11)
(2) F. BENOIT:
"L'arch~ologie
Bordlgbera,
soua-marine en Proveoce", en Rivina di Studl Li·
1952, pp. 268-269, 6gs. 31 y 32.
N. LAMBOGUA: "Un'Ancora l"OIJl4ml lll';,ola G2.Uinaria", en R.M$to ln¡aUDa • lnttmdi>, XIV Bordlghc,., 1959, p. 31, fiat.. 1 y 2.
¡¡uri, XVII.
159-
[page-n-188]
6
Son semejantes a las de los Farillons (Este de la isla Ma••t o Gers.
Toolon), Drammont (Provenza) y a las halladas en el lago de Neml con
el cepo movible y también arganeo. Las naves de Neml fueron rescatadas en 1930 y habían sido construidas por orden de Caligula (37 a 41 de
J C.), encontrándose en ellas un ancla de madera con cepo de plomo y
otra totalmente de hierro, de cuatro metros de longitud (3).
Fi¡¡. 6.
Fia. 7.
POTALA
No menos interesante es el hallazgo de un anillo de piedra d·~ 43 centímetros de diámetro por 14 de altura (Lám. 1, b). La relación de este
cbjeto con la navegación nos la prueba el hecho de que ya en otras oca-
(3) BENOIT: Op. cit. en la _ , 2, fia. 30.
G. UCRLLI: "Le navl di Nemi", Rol!UI, 1950.
-160-
[page-n-189]
7
HALLAZGOS ARQUEOI.OGICOS SUBMARINOS
sienes se hayan hallado piez.as semejantes junto con c.epos de ancla o en
restos de pecios. Uno de estos anillos de piedra se halló próximo a la isla
Gallinaria de Albenga (4). otra se <
el Groupe de Récherches Archéolog iques et de Plongée d'Agde (5) y
Philippe Diolé (6) publica otra de Cherchel (Argelia). escribiendo a este
respecto: «...estas piedras horadadas, tretoi, líthoi o lithiftai, de las qut1
se han recogido muestras en Marsella, en Grecia y en Cherchel es posible que delimiten una época, que caractericen cierta forma de navegación». Al explicar )a evolución cronológica de las anclas, se ha dicho que
«el primer artificio del que se valió el hombre prehistórico para impedir
que sus embarcaciones fueran arrastradas por las corrientes y el viento,
se reducía a una piedra oblonga a la que se amarraba un cabo firme a
Plg. 8.
bordo. El paso siguiente en la evolución hacia el ancla real consistió en
montar la piedra sobre una cruz de madera (f1g. 8), resui tanda asf de
cuatro uñas; este es el género de rezón que todavía se emplea en Ceilán y
e l Perú, asi como en el NW. de España, por algunos pescadores del lito(4) LAMBOGLIA: Op. oh. c:n 1J1 nom 2, 6¡:. L
(S)
uL~nve.nrure sous-marine.~
ttc:hnic¡ue· et c:x:ploration'', Nouvclle
s
~qe..
nwn.
36.
D=mbrc, 1961-Janvicr, 1962.
(6) PH. DIOLB: "Viajes por los mundos sumergidos", Barcelona, 1953, p. 177, lámina XVI.
-161-
21
[page-n-190]
8
MARTIN•SAL\Illl!S
ral, al que dan el nombre de potala» (7). Es muy posible que estas pie·
dras circulares con agujero central tuvieran una aplicación semejante, y
el mayor o menor diámetro del orificio dependería de que el asta fuera
de madera o de hierro.
PIEDRA DE MOLINO
Pieza activa de molino en e xcelente estado de conservación (fig. 9 y
lám. 1, a). Es una piedra casi cilindrica de 34 crns. de diámetro en su
cara superior y 38 en la inferior, por 18 de alto, con orifocio central de
o
i
1
Fig, 9.
9 cms. que presenta dos ranuras por las que se dejaba caer el grano sobre la pieza pasiva. Presenta también una oquedad lateral cilindrica para
encajar un vástago con el que se hacia girar la piedra. Este tipo de molono debía ser corriente en los barcos romanos, al menos en fechas an teroores al Imperio, pues su hallazgo es frecuente. Citemos, el"tre otras,
las ocho piedras recogidas por el CRIS de Barcelona en el pecio existente
en la Costa Brava, frente a Bagur, varias de las cuales son ldé:"'ticas a la
(7) "llndclopedia Genc:ml cid Mar'", vol. 1, p. 233.
-162-
[page-n-191]
llALL•ZCOS ARQUilOLOG!COS SU!IMAIUNOS
9
nuestra, y que salieron junto con tres cepos de ancla, de plomo. y sesenta ánforas, de las que algunas parecen pertenecer, por lo que se puede
apreciar en la fotografía publicada, al tipo de las olearias de Albenga (8) .
ANFORAS
A continuación darr¡os la descripción de las ánforas, cuyo conjunto
presenta una diversidad de forrnas y una diferenció! de cronología que
indica el intenso tráfico que hubo e11 torno a nuestras costas.
1) Anfora completa con borde inclinado de sección triangular y
cuello cilíndrico, asas ligeramente curvadas y panza redondeada, la unión
dP. ésta con el cuello es suave, sin aristas vivas (fig. 10, núm. 1 y Lám.
11 1, a). Es un tipo anterior al de las ánforas de Albenga Bordes semejantes se encuentran en el estrato VI -B de Albintimilium, de fecha que oscila alrededor del 150 antes de J. C. (9).
2) Anfora completa, de forma Dressel 1C, con el borde rectilfneo
y casi vertica l, asas rectas y cuello cilíndrico alargado; la unión de é.>te
con la panza presenta una arista viva (fig. 10, núm. 2\.
Pertenece al tipo de las ánforas vinarias de Albenga, fechadas a lrededor del año 100 antes de J. C. ( 10). Un cuello idéntico se encuentra
también en e l estrato más antiguo de Vada Sabatia, de fines del siglo 11
antes de J C. ( 11).
De este tipo de ánforas existe en la colección otro ejemplat idéntico.
3) Anfora completa con e l borde redondeado hacia afuera, asas li geramente curvadas hacia el interior en su parte baja y viva arista en Ja
unión del cuello con la panza (fig. 10, núm. 3 y Lám. 111, e) .
Es del grupo de las olearias de Albenga, con pequeñas variantes de ·
bidas posiblemente a proceder de distinto taller ( 12).
Poseemos dos piezas idénticas que presentan el cuello más largo y
recto que las de Albenga y las asas algo curvadas en su parte baja.
4) Anfora rota en su parte inferior, de forma Dressel 10, con borde
exvasado que forma una moldura en su unión con e l cuello, asas curvas
y panza de perfi l oval sin aristas (fig. 1O, núm. 6).
(8) No conocemos de este ballazgo m:ls noticia c¡ue la publicada on "La Glceta Uu•·
ttada", año VIU, núm. 368, de fecha 26 de sept.kmbre de 1963, sin que sepamos si coo
P<'Stcrioricfud ha sido publicado ni cooouamos un cstudlo especializado del hallazgo.
(9) N. LAMBOGLIA: ''La nave roOWla di Albcnga. Stru:ia e viccnde delb scopc.rta",
en Rivista dl Studi Ligurl, XVlU. Borcli¡hera, 1952, p. 163, fig. 21.
(10) LAMBOGLIA: Op. ciL noto anterior, pp. 156-165.
( U) N. LAMBOGUA: "Sulbl c:ronologla delle anCore romane di eti n:pubblic:a.oa
\11-I sccolo A. C.)", en 1Uvista di Stodi l.iguri, XX1. Botdi¡¡heca, 1955, p. 249, lig. 6.
(12) LAM'BOGLIA : Op. cit. nom 9, p. 164, fig. 22.
-
163 -
[page-n-192]
Fi¡¡. 10.-i\ 1{lO.
-
164 -
[page-n-193]
u
BAU.AZGOS ARQUI!OLOGICOS S1lllAW\INOS
Un borde de tipo semejante se encuentra en el estrato VI-A, 3-4 de
Albintimilium, del 90 antes de J. C. (13).
5) Anfora rota en su parte inferior, de caracterfsticas semejantes
a la antes inventariada. El borde exvasado tiene la moldura menos des·
tacada; las asas, que en este ejemplar son rectas, se acercan también
más que las del ánfora anterior al cuello, y el perfil del cuerpo tiende a
ser piriforme (fig. 1O, núm. 5, y Lám. 111, d).
6) Anfora completa de forma Dressel 7, con el borde engrosado saliente formando una moldura en su unión con el cuello, que es tronco·
c6nico; asas rectas y cuerpo de perfil oval alargado sin aristaE e iniciacióñ del pivote de la base, incompleto (fig. 10, núm. 4, y Lám 111, b).
7) Cuello de ánfora con borde en estrecha ala inclinada de sección
10
8
Fig. IJ.-A 1/10.
triangular, de tipo parecido al de la número 1 de este catálogo, aunque
más exenta, asas ligeramente curvadas e iniciación de la panza redondeada, sin aristas (fig. 11, 7).
Puede fecharse hacia la mitad del siglo 11 antes de J. C.
(13) LAMBOGUA: Op. cic. r>ota 9, p. 163, fig. 21.
-
105-
[page-n-194]
12
8 a 11) Cuatro cuellos de ánforas con el borde ligeramenle sallente y redondeado, cuello reentrante en su parte inferior y destacada arista
en la unión de éste con la panza; las asas son segmentiformes, caracterizadas por su ángulo muy marcado que a veces se eleva un poco formando una especie de cuerno (fig. 11, núms. 8 a 11 ).
Las formas 3, 4 y 5 de Dressel llevan este tipo de asas, y 1ambién la
forma 2, aunque menos marcada. Por la forma del borde, podrían fecharse, de acuerdo con Martínez Santa-Oialla ( 14), hacia la segunda milad del siglo 1 de nuestra Era.
12) Cuello de ánfora de borde de sección almendrada poco sallente, parecido a los de las antes inventariadas, pero con el asa cu1va (figura
1 1, núm. 12).
13) Cuello de ánfora, posiblemente de la forma 14 de Dressel, con
el cuello muy abierto en el borde, exvasado y sin destacar (fig. 1 1, nú
mero 13).
Es tipo fechado en el sig lo 1 después de J .
15)
e (
15
Pi¡. 12.-Estampilla a 1/2- Anfora
14}
~
1/10.
Cuello de ánfora con el borde sin destacar del resto del cuello
y asas rectas (fig. 11, núm. 14).
15) Cuello de ánfora con borde vertical destacado, asas rectas y
arista en la unión con la panza. En el borde lleva dos sellos, uno casi borrado e ilegible y el otro bien perceptible y en el que se lee RANI (flg.
12, y Lám. IV, a)
Puede situarse tipol6gicamente dentro de las tres formas primeras de
(14) J. MARTINEZ SANTA-OLALLA: "Sobre el valor cronolósico de las Woru
rcmw>aS", en Cu:~demos de Hi\loria Primitiva, Ill, p. 138, fi¡¡. 2.
( lS) LAMBOGLIA: Op. cit. nolll 11, pp. 242 y 243.
-166-
[page-n-195]
IIAU.Al:GOS AltQUEOI.OGICOS S1111AIAIUNOS
13
Dressel, fechadas en époc.1 republocana, y bordes semejantes, muchos
también con marca, se encuentran abundantes en el estrato VI-A, l-2-3,
de Albintimilium ( 16), fechable a lo largo del siglo 11 antes de J . C.
Fie. 13.-A 1/10.
(16) LAMBOGLii\: Op. cit. nota 11, pp. 2S9, 260 y 261.
-
167-
[page-n-196]
14
16 y 17) Cuerpos de ánforas, carentes de cuello y asas, de perfil
triangular, muy apuntadas en sus partes inferiores (fig. B, num. 16 y 17)
18) Anfora desprovista de cuello, de forma globular alargado (fig
13, núm. 18).
Pertenece al tipo oleario hallado en las costas de la is.la Gallinari¡¡
(Aibenga) y fechado entre los siglos 11 y 1 antes de J . C. ( 17).
19 a 21) Tres ánforas olearias de tipo semejante a la anterior, también desprovistas de cuello, pero de menor tamaño (fig. 13, números 19
a 21 ).
22) Anfora de pequeñas domensiones, cuello corto, de borde salien·
te y redondeado, asas completamente curvas, panza cónico-globular y botón circular en la base (fig. 14, y Llm. IV, b)
Fi¡. 14.-A 1/10.
Quizá sea esta poez:a el hallazgo mas interesante de todo el conjunto,
pues se trata de un ánfora de tipo rodio o massaliota, de características
parecidas a la hallada junto a la isla Gallinaria (18), de la que sólo se di ·
ferencia en que la nuestra tiene las asas algo mas elevadas y el cuerpo
globular menos destacado, tendiendo hacia la forma cónica u ovoide co·
(17) N. LAMBOGLJA: uRilievl e ricuperl atdleologid inoomo .U'isola Galllnada",
. ,, Anl del Il Con.g.res•o Inoemotionalo di Archeologa Sonolt1JlrinA (Aiben¡a, 19S8). Bord.i~hera, 1961, p. 138.
(18) N. LAMBOGLIA: "La pl'ilm c:ampa¡na sonomarina del "Daioo", nelle acque
li¡uri", en Rivist=o lngauna e lnt
Forma Morí• Antiqul. "L'oniviol del C
nd 19S9: Ricerche ed sperienze ncllo acc¡ue di Albengn", en Rlvislll di Swdi U¡url, XXV.
Bordi¡hera, 19S9, p. 298, r111. 7.
-168-
[page-n-197]
H"LUZCOS AIIQIIEOLOGICOS SUBMAJUNOS
IS
mo el de las pescadas en el «plateau des Chevres» en direcció11 a la Isla
de Jarres, en la costa de Marsella y fechadas en el siglo VI a de C. ( 19)
Fue hallada por los inmersores del GISED y entregada al Museo de
Prehistoria de la 01putación.
23) Pequeña anforita de la forma Dressel 33, de cuello corto y bor
de curvo exvasado, asas en arco y panza fusiforme. Las asas ;e diferen
cían de la forma 33 de Dressel por ser más curvas, acercándose al tipo
semicircular de la forma 30 (fig. 15)
Fig. IS.-A 1/10.
Puede considerarse cronológicamente entre los fines del siglo 111 y el
siglo IV después de J. C. (20).
También fue encontrada por miembros del GISED.
Como se ve, la zona cuyos materiales Inventariamos se presentó muy
rica en hallazgos arqueológicos de muy distintas épocas, y además, cono
cemos noticias sobre la existencia de diversos campos de ánforas, que,
afortunadamente, permanecen ignorados de los pescadores aficionados,
destructores de la riqueza arqueológica de nuestras costas.
(19) F. BENOlT. "Amphorts arccques d'onamc ou pro''l:tW!tt mancillaitc", en
Rivis11 di Sl\ldi Li¡url, X:XI. Bordigbcra, 19SS, p. 34, fi¡. S y 6.
(20) LAMBOGLIA: Op. cil. 11011 11, p. 243.
-
169
[page-n-198]
[page-n-199]
'lARTL~·SAI.UilES.
llalla~gO>
en la
~ona
dd Saler
[page-n-200]
:ltAR'l' I!"· SALUDES.
llaU3tgos en la tona clel Saler
Li\JVI. U .
[page-n-201]
1
MARTJN-SA LODES. llallnz,os en In zona del Saler
Lf\M. 111.
[page-n-202]
MA RT I N-SALODt:S.
a)
ll:olllugos t.n la ~onn d~l Salor
w \M. 1\'.
[page-n-203]
ANTONIO GARCIA Y BELLIDO
(Madrid)
Estatua de bronce descubi er t a
en la playa de Pinedo (Valencia)
Entre los hallazgos submarinos de Importancia acaecidos en España
destacan egreg1amente dos: el magnifico sarcófago de marmol con el
mito de Hippólitos y Phaidra ( 1), pieza griega excelente «pescada>> en
Punta de la Mora, cerca de Tarragona en 1946 y hoy gala de su Museo,
y el e~"tupendo éphebos de bronce recientemente rescatado de las arenas
de la playa de Pinedo, sita a unos 6 km. al Sur de El Grao de Valencia.
y ahora en el Museo de la Diputación de la ciudad del Turia (2).
Los hallazgos submarinos vun siempre acompañados de circunstancias
curiosas, hasta novelescas. Asi ocurrió con este de Pinedo, El dia 8 de
diciembre del año 1963 un grupo de nadadores se dedicaban a la pesca
submarina como a unos 300 metros de la orilla y a una profundidad de
uno~ 10 metros cuando uno de ellos se apoyó en algo movedizo que re·
sultó ser un pie humano. Como la estatua yacía entre rocas y estaba cu·
bierta de arena de modo que sólo asomaba el pie, el nadador, creyendo
e-ra el de un cadáver, subió a la superficie para dar cuenta a sus com·
pañeros del macabro encuentro, Descendieron varios y tras limpiar el iu·
gar se hallaron a11te la magnifica estatua broncínea de que vamos a tra ·
tar. Rescatada de l fondo, al dfa siguiente fue trasladada al Museo donde
ingresó el 9 del mismo mes y año. En la misma zona -aunque a l parecer de ctro pecio-- han aparecido varias ánforas romanas y algunos ce·
(1) V6ase mi libro "Esc:ulruras rtnn=u de Es~ y Portugal". Madrid, 1949, n.• 262.
(2) La primera noticia científica de ella la dio don D . Flctcbcr en "Geocralitot". Valencia, núm. 4 y S, 1963-1964, 71 s.
-171-
[page-n-204]
2
A. GARCIA BaLIDO
pos de onda Indicando que el lugar puede aún darnos alguna nueva sor-
presa (3)
La figura es por su tamaño algo menor que el nalural. Mide 1,45 m.
de longitud, pero como la actitud de la estatua es un poco encogida, ello
viene a corresponder a una f1gura que, erguida, medsria corno un metro
y medio, o poco más, lo que hace de ella una imagen algo menor que el
natural. Tiene pátina verde con manchas ocres, verde oscuro y verde claro. El grosor del bronce es, por término medio, de 1 mm. Fueron piez.Js
aparte lcr.; dos brazos y las dos piernas. Muestra multitud de fallos de
fundlci6:-~ que fueron en parte rellenos con piececitas rectangulares embutidas. Son abundantes éstas, sobre todo en la rodilla izquierda y en el
cuello. Los ojos, como es harto frecuente, fueron piezas (¿de pasta vitrea?) aparte y embutidas. Al perderse éstas o descomponerse por su secular sumersión en un med1o corrOSIVO, quedaron las cuencas oculares
vacías, como hoy las vemos (Um. 1 a 111).
Figuras grandes y enteras de bronce, sólo han aparecido en España
(prescindimos, naturalmente, de aquellas otras de las que se t1enen notic•as pero no han llegado los ejemplares a nosotros, así como las de tamaño pequeño o medio), como una media docena nada más. El Apolo de
Tielmes (Soria), en el Museo Arqueológico Nacional (4), el lampadoforo
del Museo de Tarragona (5), varios trozos de la gran estatua de emperador cpescada» en las aguas de Sancti Petri y hoy día en el Museo de
Cádiz (6) y, recientemente, el magnifico Baco joven descubierto en An
tequera (7). Ahora se añade a ellas la de Pinedo.
Representa el ejemplar valenciano a Apolo más bien que a Baco con
el que pudiera, sin embargo, confund•rse y acaso identificarse si con la
est&~tua hubiese aparecido algún atributo que dirimiese el problema. Pero
en lo que hoy nos es dado ver las guedejas que caen en bucles o rizos
sobre los hombros más nos parecen de Apolo que de Baco, tanto m.i:;
cuanto que, de ser este último, su cabeza se hubiese adornado probablemente con corona de yedra o pámpanos de vid, cosa que no parece presentar. Se le figura corno sentado mdolentemente, con la cabeza ligeramente alzada y el brazo derecho en alto, apoyando su mano en la cabeo:a o, más bien, dejándola descansar sobre ella, pues apenas la toca. Probablemente se sentaba sobre una roca de piedra natural, aunque labrada,
(3) V&se en este mismo ''olumcn d t.ntbajo de Martin y Saludu sobn otros ballu-
gos en esta
ZOTJ.L
(4) F . ALVAIU!Z-OSSORIO : "Una visita al MuS
(S) "Etcuutwu", :1'11 citada, mlm. 467.
(6) A. GARCIA Y BELLIDO: "Hcrculcs Gaditaous~. ArchiVo Espoñol de A.rqucoloeia, X:X.X'VI. Madrid, 1963, poi¡. 90 y u.
(7) A GARCIA Y BELUDO : ''El Mdlcphebos en bronce de Antequua". Artlúvo
Español de Arqucolcgf.a, XXXVTT. Madrid, 1964, pág. 22 y u.
[page-n-205]
m. BRONCE
DB PINI!DO
3
al modo que lo están otras figuras similares, también broncíneas y en la
misma actitud, como las de Nápoles El tronco se echa un poco hacia
atrás dando lugar a una curvatura acentuada de la espalda y 11 una depresión equivalente de la región abdominal. Ello haría creer que el asiento (cualquiera que fuese) tenia respaldo, pero tal suposición no parece
viable, al menos juzgando por los casos similares conocidos. La pierna
derecha, que fal ta, se extendía hacia adelante al paso que la izquierda,
que conserva íntegra, se retrae un poco, todo al modo de sus más cerca·
nos paralelos que luego citaremos. Afortunadamente se ha conservado
muy bien el resto y no requiere un gran esfuerzo de imaginación el figurarse la estatua entera, tal corno era a l salir del taller del fundidor (fig. 1).
Flg. 1
Fáltale sólo, para que esta restitución mental sea más exacta, una limpieza cuidada que arranque sin daño para la estatua ni para su bella pátina, las concreciones que la cubren desfigurando sobre todo el rostro.
El día que esto se haga y un escultor bien impuesto le añada la piema
que falta (cosa factible sin menoscabo del respeto debido a la pieza y sin
caer en lo que pudiera parecer mixtificación), la estatua de Pinedo se
presentará ante los ojos del contemplador con toda su real hermosura.
-
173-
[page-n-206]
4
A. GARCIA B1!LLID0
Apolo (si ta l es) se hal la representado aquí según un tipo derivado
de una creación del siglo IV antes de J. C., concretamente de F'raxiteles
Y digo derivado porque no es precisamente el mismo modelo praxitélico
el que se ha seguido aquí, sino una adaptación posterior en la que, con·
servando lo sustancial, es decir, su gesto en brazos y tronco, se le ha re·
presentado no en pie y erguido como en su prototipo, sino sentado, según gusto a lgo posterior que ha de caer ya en plena época helenística.
En efecto, la posición de los brazos y, especialmente el derecho, que apo·
ya sobre la cabeza, aparece en creaciones praxitéllcas, muy particularmente en el llamado Apolo Lykeios. De esta creación es el mejc;r trasun·
to la copia que guardan los UHizl de Florencia (8). Pero hay otras répli·
cas y variantes más o menos próximas como son las dej Albertinum 4e
Dresden, la del Museo Capi talino de Roma, la de Cassel, la del LouyN,
el Apolo de Sutri, en el Museo de las Termas, etc. (9) . Por la posición
de ambos brazos, el bronce de Pinedo sigue muy de cerca este modelo
praxitélico al wal evidentemente imita. Pero aunque Praxíteles cr~6 otras
obras con características similares en el modo de jugar con los br,.zos ( 1O)
no sabemos haya hecho ninguna sentado, como es el caso .de nuestro
bronce. Al parecer es luego cuando se crea (respetando, em~rCJ, la actitud del tronco} la modalidad sedente que inspira a dos fi~uras estrecha·
mente emparentadas con la valenciana. Me refiero al Sátiro ebrio, en
mármol, del Museo de l Vaticano (11) y al Satirillo durmiente de Hercu·
lano (Lám. IV, a} hoy en el Museo de Nápoles, deliciosa obra en bronce
que nos permite reconstruir in mente lo que fuera en su tiempo el Apo·
lo (?) de Plnedo (12},
En estas dos últimas piezas la cabeza está algo más echada hacia
atrás que en la nuestra. Ello es fácilmente explicable por querer repre·
sentar la embriaguez o la somnolencia propia de l embriagado. En la de
Pinedo, que parece figurar a Apolo, esto no era necesario por lo que si·
gue al pie de la letra el prototipo praxitélico, SI bien c.on a lguna mayor
inclinación hacia atrás de ella. Tal postura, un tanto anhelante, sentimental, «doliente}> diríamos mejor, es su mayor diferencia con el topo praxl·
télico que conocemos, principalmente en el ejemplar citado de Florencia.
Este, dada su posición general, debla estar apoyando e.l brazo izquierdo
(8) Vide, por más reciente y cc>mplcta, la exposición de G. A. MANSUELLI: ~Ga
l!rria degü Uffizi. Le sculture 1". Roma, 1958, 74, núm. 46, donde se da toda la bibliografía pen:inenre.
(9) Vide G. E. RIZZO: "Pmssitde». Milán-Roma,
( 10) p. e. Hérmes de Olymoia y Sátiro e$Cilndando
plica en Ton:aoona). Vide mis "Esculturos". dtad., núm.
(11) AMBLONG : "Vatican-Katalog", ll , 463 ss.
(12) RII!ZLER, eo ' 'Brunn-Brukmann Denkmlilcr",
y paralelos • la que remito por brevedad.
-174 -
1932, ltlm$. U9 "(del que tenemos una bella ré81.
l~m.
594 y la lista de r6plkas
[page-n-207]
S
en un soporte. El bronce de Pineda, cuyo brazo siniestro tiene la mosma
postura, debía reposar también sobre algo, pero no hay restos que lo testifiquen. La laxitud de la mano, sin embargo, indica que ésta se apoyaba
suavemente, sin presión ni peso, sobre algo que yo sospecho fuera la lyra
apolínea, que descansaría en el terrazo.
A esta postura sedente y con el brazo derecho en alto responden va·
rios testimonios más que no es preciso enumerar Uno de ellos el torso
recientemente hallado en Barcelona y conservado en el Museo de la Ciu·
dad (13), otro el de Pérgamon, en el Museo de Berlín (14) El broncecito de Elche representando a Hermes, hoy en e l Museo Arqueológico
de Madrid ( 15) (Lám IV, b) es un paralelo muy cercano a la figura de
Pinedo, y en cierto modo también el Hermes sedente en mármol de Mé·
tida (16).
Una pregunta salta a la punta de la pluma, ¿es original o copia? Aunque no es prudente responder a ella antes de la limpieza de la figura, me
atrevería a creer más en una réplica de la escuela de los copostas neoátticos que tanto trabajaron en tiempos de César y de Augusto, que en
un original propiamente dicho. No obstante obedece, en todo caso, a
creaciones tan próximas de sus Imitadores que podria tenerse como pie·
zn poco posterior a los modelos que imita y, por tanto, como un quasl
original
(13) A. BAUL: "Materiala P=l un Corpus de C$CU!tura romana del Convmtw
Español de Arqueología, XXXV. Madrld, 1962, pág. IS3 y
,._, donde ae mumc:rnn algunO$ paralelos.
(1-4) Ver "PUJ1111I16n", VIl, 14m. 26, 10,
{IS) "Escultur.os", l'1l cittda, núm. 70.
{16) Ibidtm núm. 66.
Tnrracooensia (11)". Ald!ívo
-
1?5-
[page-n-208]
[page-n-209]
GMtC'IA l' BELLIDO.- Estat ua de bronu de Pinedo
J.A~1.
l.
[page-n-210]
GAJtOlA Y BELLWO.-Est:o tu a de bron ce de Pluedo
~
'
•
1
LAJ\1. ll.
[page-n-211]
GARClA l' BELLIDO.- Esta!ua rle bronce rl e Plnedo
LAM. I D .
[page-n-212]
OARCIA l' BELLIDO.- Est:ttun ele bronce de Pincdo
LAI\1. IV.
[page-n-213]
NORBERTO MESADO
(Burriana)
Breves notas sobre las ruinas romanas
de «Eis Estanys» (Almenara)
Las pequeñas elevaciones de Almenara forman una barrera natural ,
limitando la gran llanada de la Plana castellonense de los llanos de Sagunto, limite asimismo de las provincias de Castellón y Valencia.
Debido a que corta, casi en su totalidad, la vía costera, su riqueza
arqueológica es grande, viéndose aflorar, en diversos puntos de estos montlcu los, restos de los d iferentes pueblos que por ella transitaron.
Estas lomas solitarias, desmembradas de la bravía sierra de Espadán,
llevando la dirección NO.-SE., fenecen entre lagunajos y grandes almarjales, a tan sólo dos km. del Mediterráneo.
La Corona, el Monte del Castillo (punto más a lto de este pequ~ño
complejo, 178 m. de cota, a los pies del cual en su ladera de mediodla
se asienta el pueblo de Almenara). Les Forques, El Duc, El Cid, Montaña Blanca y los de Els Estanys, fonnan los principales puntos de esta barrera montañosa. Esta última loma, conocida hoy con el nombre de <
C'On cota tan sólo de 29 m., lleva la misma dirección de los montes a los
cuales pertenece. En el la están los restos de los cua les vamos a tratar y
que, aún hoy, se siguen llamando del «Templo de VenUS>¡ (2) .
Estas págmas hubiesen sido imposibles sin la gran recopi lación de no
(1) T. ROJG BAT~: uAlmc:nara en el siglo XVI". Bolctln de la Sociedad
O.srclloru:ose de Cultura, UI. Casrellón, 1922, p6g. 282.
(2) J. SANCHEZ ADELL: "Guía de la Provincia de Casteli6rJ':. VIUaneal, 1965.
18
1'77 -
[page-n-214]
2
N. MRSAOO
tas y bibliografía efectuada por el Dr. Alcina Franch, cuando en 1949
estud•ó estas ruinas, publicando un •nteresante trabajo (3)
Durante estos 16 años transcurridos no se ha vuelto a tratar de ellas
En el verano de 1965, efectué una nueva revisión del monumento, consecuencia de la cual son estas notas, cuya finalidad es lü misma que la
apuntada por el Dr. Alcina hacer ver que es Indispensable una total y
exhaustiva excavación de estos mteresantes restos arquitectónicos.
Descubiertas las ruinas por Pla y Cabrera en la primavera de 1799 y
tras los continuos saqueos de campesinos y curiosos, el monumento había llegado hasta 1949 sin apenas excavación científica alguna. Fue en
esta fecha cuando el Dr. Alcina, del Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Valencia, con los permisos correspondientes y una reducidísima subvención económica, llevó a cabo las únicas excavaciones científicas que hasta el presente se han efectuado, realizando el estudio de la
planta del monumento C. Pero a cnusa del estado en que ~:;taban las
capas de tierra fue imposible fijar una estratigrafía segurn, pues se encontró todo en franco revoltijo y repleto de cerámicas med:evales. El
hallazgo de tres sepulturas en el lado oriental del monumento indujo a su
excavador a opinar que pudiera tratarse de un mausoleo romano de época
•mprecisa.
En su estud10 separa tres puntos de rumas (fig 1) . las que lfama
•:estructura A», sita en e l punto más e levado de la loma, hacia el Oeste;
«estructura B» hacia el Este y el «Monumento C», en la falda merídio·
nal, a tan sólo 1O m. de la estructura anterior, objeto de su estudio en
mayo de 1949 y objeto hoy de estas breves notas.
NOTAS DE PRINCIPIOS DE SIGLO RELATIVAS AL MONUMENTO
Desde que fueron descubiertas las ruinas por Pla y Cabrera a fines
del s XVIII hasta finales del XIX, trataron de ellas diferentes cronistas,
con más o menos fortuna, atribuyéndolas al Templo de Venus Afrodita,
citado por Polib1o, cercano a Sagunto (4). De tiempos Inmemoriales las
calizas de estas ruinas eran aprovechadas para muy diferentes construcciones norias, alquerías, torres, etc. Tanto es asi que al princ1piar nuestro siglo, las diferentes personas que las estudian o nombran, ya no en-
( 3) J. ALCINA FRANOJ: "Lao ruinu romanat de Almc:mno". Boleún de la Soc.cdad Castdlonense de Culmn, XXVI. Castdlón, 1950, pAg. 92.
(4) "Después de intimidar a bs mñus IMricas que hobitaban JUDlo al paso dcl río
lkgaron o b ciudad de Sagun1o y acam.,oron a la distancio de unot ~nra etllldios
e
rc.cunol> por DlJU, y:a que la flota iba costeando con ellos . " Polibio, 111, 97, 2.
-
178 -
[page-n-215]
LAS RUINAS DE. nRLS BSTANYSH
3
cuentran el lugar exacto de la planta que anteriormente habían trazado
los cronistas. Veamos, en prueba de ello. unas notas tomadas del señor
Sarthou Carreres (5}, que al mismo tiempo nos mostrarán con bastante
o o
o o
o o
o o
o o
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Fig, 1.-Plllno de In zom de ''Eis l!stanys".
l.-Estructura A.
J'l.
3.-EI monumento C.
2.-I!SUUCl\101
4.-E.nterra.mitOIOS.
S.-Hc¡rno ccr4mico.
6.-Cab:ada.
].-Carretera.
8.-Cantera.
9.-Eis Es11mys.
10.-Campos de E. Rodrigo.
precisión el estado de estas ruinas en 1923: «Según testimonio del doctor
Bautista Figols, cura de Almenara, toda la cantería de la Torre del Mar
que volaron los ingleses en 1801 (fabricada según decian en el reinado
d;- Carlos V), se transportó de aquel monte, igualmente que toda la obra
(5) C. SARTHOU CARRERES: "Provincia de CasteUón". Geognúla G Reino de Valencin. Dlll'Cclono, s. a., pág. 74S.
-
1'79-
[page-n-216]
nueva d.e la capilla del convento de Almenara, en cuya plaza ~e colocó
una de las grandes bases de columnas traidas de aquel sitio para poner
una cruz; fue tanta la piedra azul labrada transportada de aquel monte
del templo, que ocupaban toda la plaza muchas poedras atallarttadas con
el más perfecto pulimento))
Decíase esto en 1818, pero sig los antes ya habial"' principiado esta
enorme sustracción de los sillares procedentes de «Eis Estanys», pues la
hoy arrasada torre que llamóse Bivalcadim, situada junto a la puerta pri,, copal del castillo para su defensa, todavía conserva parte de las calizas
que interiormente la revestían y que, junto a otras muchas que se ven
por toda la arruinada fábrica del castillo, destacando su buena labra y
azul saguntino de la rojiza coloración de las murallas, son de ractura ro
milna. Entre este material debieron hallarse algunas lápidas con inscrip·
ciones (6).
Sarthou Carreres dice del Templo de Venus: «Sobre la planicie de
una colina de JO pies de elevación por 60 m. de extensión, ~obresalen
los restos del templo, en los que los citados Pío de Saboya, Ch;.bret, Ce·
brián y otros, han apreciado importantes detalles, y nosotros sólo hemos
podido ver el pequeño trozo de muro de argamasa de un m. de altura
que representa el adjunto grabado, un capitel de piedra greco-romano,
piedras esparcidas por la meseta y restos de una escalinata, encarados al
sur.. . PI a y Cabrera vio cinco pedestales de columna en pie, con inscrip·
clones sepulcra les en cuatro de ellos. Y mi difunto tío (Chabret) . .. , a
finales del pasado s iglo, ya vio tan sólo restos de tres pedestales y parte
del pavimento. Hoy ya ni eso... ».
En la misma Geografia, Huguet Segarra escribe: «lo que hoy apare·
ce en estos lugares, sobre el suelo, a la vista de cuantos por ellos pasen,
no es más que un capitel dóriczo, que no acusa gran pureza de estilo, y
algunos paredones, escalinatas y cimientos de mampostería, completándose estos escasos restos romanos con otros insignificantes fragmento~
recogidos por la Comisión de Monumentos, que se conservan en el Mu·
seo Provincial» (7).
El Sr. Sarthou, en las páginas 200 y 743, nos muestra dos interesan
(6) P. PITA : "L~pidu ob Tomgooa". Boletln de la Rt:~l Academia de la Historia, l.XJV, cuaderno U. Madrid,
1914, ~- 193.
O. FU!TCHER y 1. ALCACER: • Avance a una arqueolo¡ía romana de la Ptovincia
de CasteUón". Boletín dr la S«iecbd Casltlkmcntc de Cultura, XXXI. CasteUón, 195S,
p4~~o 331 y os., en donde se reproducen las nums. 3.973 o 3.983 y 6.0S4 a 6.061 (la 3.m/
6.0S4, hoy en Sngunto, y la 6.0S7, boy en Barttlona).
(7) R. HUGUET SEGARRA: "Reseña hitt6tlca del detenvolvlmienoo cullural anls·
1ico". Geografia General del R.c:íno de Valencia, tomo de la Provincia de Cottell6n. Bar·
cdono, s. a., pj¡. 201.
-180 -
[page-n-217]
LAS RUINAS De "SLS ESTA~""\'s''
S
tes fotografías en cuyos pies leemos. <
se suponen del Templo de Venus». Como puede verse en la fotografia
de la página 743, estas ruinas están sobre la loma, o sea, en el complejo
13 y no en la ladera del Mediodía, que es, en realidad, donde se encuen·
tran las ruinas que se suponían del Templo de Venus.
También Roig Bataller (8) apunta : « ...en cuya cúspide aprécianse la~
ruinas del antiguo Templo de Venus Afrodita».
Vemos, pues, cómo a principios de nuestro siglo el monumento C de ·
bf<: estar ya, «convertido en un gran pedregah>, según expresión del doctor Alcina, habiendo pasado su atribución a .las ruinas más visibles sobre
la loma oriental, es decir, el complejo B, que seguramente en un princi·
pio tuvo también su riqueza arquitectónica, pues no se explica que tan
gran cantidad de sillares hubiesen pertenecido únicamente al monumento C. En .la figura de la pág. 200 de la obra de Sarthou. observamos cai·
da una rota base de clásico perfil con el arranque de su estriado fuste y
hacia la derecha restos de muros que parecen conserven sillares, hallán·
dose, en el centro de la plancha, el descarnado muñón de mampostería
de la página 743
Con todo ello podemos apuntar:
l .-Que es indispensable una sistemática excavación del complejo B.
2.-Que el monumento C volvió a permanecer ignorado hasta su redescubrimiento por el Dr. Alcina en 1949.
EL MONUMENTO
PROBABLES ACCESOS
Parece que había cuatro accesos (fig. 2):
Uno (punto e-f del muro AD), según su excavador constaba de un
pavimento y dos peldaños para franquear la puerta por la cara Oeste, la
que no pudo estudiar bien por acabárse le la consignación. Hoy está cu·
bierto de nuevo.
Otra escalinata en el lado sur, que parece la cara frontal del monumento, de la que se aprecia en una longitud de 4,50 m. entre los puntos
O y X, habiendo en éste dos pequeños sillares .~e co)or pardo, distantes
entre si 1,80 m . La escalera parece que tuerza en O haci;l el Oeste. Esta
(8)
ROIG BATALLI!R: Op. cit. nota l.
-
181-
[page-n-218]
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ALMENARA (Castellón )
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2.-Plano de b CollSUUCdón C.
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1
[page-n-219]
7
cara del monumento mira hacia unos campos que al ser roturados han
p roporcionado paredones, huesos, si llares, etc.
Posiblemente hubo otro acceso en la zona Este, pues se advierte una
rampa natural que lleva a los pies del cerro, donde hace unos 30 años
todavía manaba una fuente y empieza la Jaguna mayor Según don Joaqu[n Lapuerta, existían, antes de ser deshechos por la cantera, unos escalones al pie mismo de la rampa, lo que es factible, pues nótanse pegotes de mortero en los puntos más aJtos de ésta, a pocos pasos del muro BC.
La estructura C dista 1O m. de la B Entre ambas aflora la ca liza de l
monte, sobre la que se aprecian pegotes de argamasa rojizo-vinosa, distantes 7 m. del muro H de la planta C. Alcina cree este muro probable
contrafuerte, aunque sólo lo exploró superficialmente. Junto a este posible arranque de muro, a una distancia de 1'45 m. hacia el Oeste, encuéntrase o tro arranque - letra G de nuestra planta- que lo hace paralelo a l anterior, naciendo de l mismo muro AB como un mediano sillarejo «in situ» (Lám. IV, 1). Ambos llevan la d irección ascendente hacia
la estructura B, pasando sobre los pegotes de mortero señalados. El esca~o desn ivel entre las dos plantas, 1'70 m. aproxrmadamente, y el ser los
dos complejos de la misma época, hacen de interés la hipótesis de que
hubiese habido en este punto una comunicación entre los complejos C
y B.
LA PLANTA
D~L
MONUMENTO C
El Dr. Alclna presenta en su citado estudio una planta que llama mo·
numento C, falta de unidad en su z.ona Sur y Este. Guiado por esta ano·
malla, hice minuciosas observaciones, viendo con clarldad que debiera
terminarse de excavar aquellos puntos de capital interés que con seguridad nos darlan mayor lu:t a l respecto.
La nueva planta ( fig. 2). difiere bastante de la tra:tada en mayo de
1949. Ya apreCiamos en ella la que anteriormente halló Pla y Cabrera,
reproducida después por Chabret y Garcia y Bellido
Su forma es la de un perfecto paralelogramo, con dirección aproximada Este-Oeste, de 17,05 m. por 8,45 m., al que hay que añadir )os salientes M y M', éste desaparecido, y por tanto probable, que harían la
extensión total de las caras laterales de l 0,30 m.
Someramente damos unas notas de cada uno de los muros.
MURO A8
Este paredón presenta, por su parte Norte, en G y H, unos probable>
arranques de muro. En A, por ser esquina, existe «in situ» un fuerte si-183-
[page-n-220]
8
S. MI!SADO
llar Sin embargo, en el ángulo formado por este muro con el 1, sólo exos·
te una pequeña caliza de 0,43 m. de larga, por 0,30 de ancha y 0,15 de
alta, ocupando la misma posico6n que el sillarejo, del cual nace el muro
G. ¿Se trata de restos de dos contrafuertes? Ello afirmaría que este pun·
to no es una esquina del monumento. Por otro lado tenemos que para
que desciendan, a ¡partir del muro 1 hacia el se las curvas de nivel (Lámina l. 3) aún quedan por salvar 7,50 m. Realizada una pequeña lim·
pieza del terreno hacia 8, se comprueba que continúa el muro hecho de
los mismos materiales: calizas más o menos escuadradas asentadas sobre
mortero de yeso y arenillas. De la cara de poniente del sillar A hasta el
paramento de levante del muro 1 mide 12,65 m. y 4,40 desde este punto hasta el desaparecido sillar 8, dando una medida total de 17,OS m
MURO
ec
Testigo de este muro es el robusto sillar que queda en pie a 3,35 m.
de 8, sillar que, roto por su cima, aún aflora 0,80 m., siendo su ancho
de 0,45 m.; el resto de este muro nunca se excavó, pero limpiada una
pequeña zona se encontró en e, a una distancia de 5, 10 m. del sillar an·
tenor, restos del muro en cuestión, hecho también de piedras callzas
asentadas sobre la roca del monte, mediante idéntico mortero blanco (Lámina 111, 1)
MURO -'D
Este muro presenta a 2,65 m. del ángulo A una puerta que tiene de
luz 1,40 m Por el Sur, en M, un fuerte conglomerado dl' mortero blan·
co y medianas piedras, que debió estar revestido de sillares, lnterprétase
como machón o pedestal, debiendo haber existido a ambos lados del monumento (puntos M y M') . El sillar f de la puerta de est!l muro es más
largo y estrecho que el inferior o (Lám. 1, 4). teniendo éste, al igual que
el A, más consistencia y robustez. El A mide en su cara Oeste 0,53 m.;
el sillar e en su misma cara 0,48 m. y e l f sólo 0,30 m. A y e tienen, respectivamente, 0,53 y 0,55 m. de lado Sur y f 0,68 m. Ante esta ¡moma·
lía, limpiando la tierra que cubría f por su cara Norte. se comprobó se
trataba de una cornisa (Lám. 111, 4), lo que hace muy hipotética estil
puerta, por lo menos en la primera epoca del monumento
MURO DC
Fue ej más fuerte de todo el monumento, sirvoendo de contención <~1
terrapl~nado que interiormente se hizo para nivelar la planta, situado,
-
184 -
[page-n-221]
J
9
por tanto, donde se inicia un considerable desnivel, por lo quol es el ala
Jel monumento que más ha sufrido la acción devastadora del toempo. Estaba formado por enormes calizas de excelente factura, de las que ~
si tu)) sólo queda una junto al pedestal M. Mide 1,80 m. de larga, 0,4)
de a lta y 0,50 de ancha. Junto a ella, ya caída, vemos otra de dlmensio
nes y factura Iguales, que dt>bió encontrarse junto a la anterior ¡punteado
en la planta). no quedando ya más rastro de este muro DC.
MURO 1
Es un muro interior, arrancando perpendtcularmente del AB, a 11,52
m del sillar A. A 2,05 m de la cara externa del muro AB, se halla un.1
puerta (Lám. 11, 1) de 0,64 m de luz, detalle sólo advertido, al parecer,
por Pla y Cabrera y posteriormente por Chabret Este paso interior cons
ta de cuatro pequeñas calizas, dos a cada lado del portón, cortando per·
pendicUiormente la dirección del muro, asentadas sobre el mismo morte
ro blanr.o que traba toda la ptlmitlva fábrica del monumento, midiendo,
aproximadamente, 0,1 8 m. de grueso por 0,30 de largo, cada unu de ella;.
D•cho ncceso estaba cegado por una pared hecha de piedras vulgares
trabadas con tierra. Hay, pue~. una puerta que da paso a través del mu
ro 1 a lil que parece la cámara principal del monumento, hacíé11dolo por
encima de la tumba 11. Parece ser que en el ángulo formado por los mu
ros 1 y 2 no existe sillar, lo que hace suponer que uno de los dos se pro
longaba.
MURO 2
Presenta en su extremo Oeste dos grandes sillares bien trabajados
(Lám 1, 2), teniendo el inferior ta di rección del probable muro 4. Pudie·
ra ser que, en un principio, otro muro hubiese unido el 2 con el AB,
pues podemos apreciar pegot¡¡s del mortero blanco en estos grandes silla·
res por su cara que mira a AB, con lo cual se habrla formado una cámara
interior cerrada. Su excavador nos da una puerta en este muro 2, muy
probable por el principal lugar que ocupa, a 2,55 m. de la esquina Oeste
del muro. Pero en contra tenemos que es extraño que no se hallasen los
basamentos de las jambas oue, de haber existido, permanecerían, pues
es la zona más resguardada
MURO 3
Arranca perpendicularmente del 2, llevando la dirección Sur. Su cons
trucci6n difiere totalmente de los muros anteriores. Mide 3 m de largo,
24
186 -
[page-n-222]
JO
H. MESADO
presentando en su extremo losas calizas mal asentadas. Está levantado
con co~tras del viejo pavimento y roca.s recibidas con tierra. Su cara orien·
tal está aún oculta por las tierras.
MURO 4
Como hemos visto al tratar del Muro 2, el sillar Inferior de su esquina Oeste, lleva la dirección de este probable muro 4, quedando de él tan
sólo tres pequeñas piedras adheridas fuertemente al sillar con mortero
blanco (Lám.l, 2 letra P).
Aunque en la planta dada por Alcina vemos este muro con una Ion·
gitud de 2 m., lo más seguro es que ya debió encontrarse de<.aparecido
cuando lo excavó.
MURO S
También en la pl.:mta tratada durante las excavacrones de 1949 v~
mos que de la cara Este del sillar e del muro AD nace un paredón, tomando la dirección que sigue el muro 2, aunque un poco desplazado d:?
su linea recta, dándole una longitud de 2, 1O m. (según escala de la fig.
4 de !a publicación de dichas excavaciones); sin embargo este muro no
se dibuja cuando se levanta la sección de la planta por EF.
Examinado el sillar e apreciamos que tiene la cara de donde arranca
el supuesto muro completamente limpia de cualquier resto de cal, au.,
presentando esta cara bastante tosca. Por la superficie mteroor donde ~e
deslizaría el muro, está ya a ogual nivel o más que tendría en ia primera
época este monumento, no comprobándose el menor rastro de él
En el citado estudio del monumento no se mencionan medi-:las ni dis·
tanelas en los muros, teniendo que servirnos para ello de las gráficas. En
éstas, el muro 5 está a 3 m. del paramento interior del muro AB, cuando
ero la realidad está a 3,47 m. Con ello parece ser que se hilya querido
élproximar el imaginario muro 5 a la línea del 2 y formar asl el muro con
dos puertas que García Bellido (9) califica de <
que llevó a decir al Dr. Alcina, que los descubridores del monumento
vieron con tal confusión estas ruinas que no supieron ni oriemarlas.
~URO
6
Como vemos en la planta de la figura 2, este muro une el muro
AB con el 2, mide, por tanto, 2,60 m. permaneciendo oculto su paramen
(9) A. GARCIA Y BBLLLOO: " ~Un =plo romano llf'Clico m Volencis?". Archl"' &pañol de Arqucolo¡!l1, XX. M•drld, 1947. p!tg. 149.
-
186-
[page-n-223]
11
to oriental. El opuesto es plenamente visible; está formado por trozos de
pavimento arrancados del complejo 8, y rocas sin escuadrar; todo mal
asentado con tierra y nódulos de cal recogidos al extraer los pavimentos
El grosor de los muros AB, AD, 1 y 2 es de 0,60 m.
TECH ICAS EMPLEADAS EH LA CDHSTRUCCIDH DE ESTOS MUROS
Como hemos podido apreciar, hay dos clases de técnicas empleada~
Una con las paredes bien tendidas a soga, procurando que en todas las
esquinas una fuerte y bien labrada caliza monolltica preserve y garantice
la duración del monumento. Asimosmo, e. blanco mortero traba con
l
fuerza las calizas, resultando de buena factura esta mamposterfa. Estos
muros son los que van en negro en la planta de la fig. 2, señalando, aso
mismo, las partes hoy visibles. También pertenecen a esta factura las
tumbas 1, 11 y 111, halladas en las excavaciones de 1949.
La otra técnica está empleada sólo en los muros interiores 3 y 6 jun
to con lo tapiado del portón señalado sobre el muro 1 Como ya quedó
advertido, en su fabricación fueron empleados materiales de suma pobreza; no fueron tendidos a soga, resultando el 6 visiblemente abomba do Trozos de pavimento, rocas amorfas y tierra, han dado paredes de
poca consistencia, derrumbándose con suma facilidad sin ayuda de he·
rramientas.
LA PLANTA DE PLA Y CABRERA
Reproducida por Chabret y luego por Garcia y Bellido, queda identificada con bastal'lte precisión en este nuevo trazado. El saguntino Cha·
hret visitaría con frecuencia estas zonas dada su proximidad a Sagunt?.
Si reprodujo, pues, la planta de Pla y Cabrera es porque la daba por bas
tante buena. Alcina Franch nos dice que antes de efectuarse "xcavación
alguna el terreno era un pedregal, aflorando sólo unos trozo; de muro
en la zona norte de estas ruinas. Tenemos, pues, unos visobles muros e1
esta parte superior, estando el resto cubierto por pedregal; en el cono
de deyección habría elementos arquitectónicos que, al Igual que hoy, harían aquel punto más llamativo. Entonces verian con claridad el muro
AB y parte, quizá, del arrasado muro BC hasta el sillar. Además, Pla y
Cabrera reali:z:6 excavaciones. En el muro 1 ya vieron su puerta de comunicación entre lo que creyeron cámara secreta y una nave later<>l del santuario. En el muro AD aflorarían los dos sillares que nos marcan una
puerta, y algo advertirían también, por medio de alguna cata, de la es·
calera de este lado, que en 1949 dejóse sin excavar. Todos estos dato;
les fueron suficientes para trazar todo el complejo que puede verse en
-
187-
[page-n-224]
ll
la mencionada Geografía General del Reino de Valencia (pág 745). en la
que el Sr Sarthou anota. « •.. nos dio el mencionado cronista saguntino
(Chabret) el sigurente croquis y descripción: ceA, vestigio de la escahna·
la que daba acceso al templo por su puerta principal y a su vestíbulo
(pronaos), así también como en B está en pie el muro que dividía el san·
tuario (celia) de la cámara secreta (aditum), con sus dos entradas en los
extremos. En el costado C se ve un pavimento de hormigón de ladrillo
que tenia 50 pasos de longrtud en tiempo del Príncipe Plo, donde aparecieron, al tiempo de verificarse las excavaciones, cinco pedestales d~
mármol azul saguntino, con sepulcrales inscripciones (aunque aparecre·
ron vestigios de haber sido ocho), colocadas paralelamente según rndic1
la figura adjunta" (fig. 3) 110)
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--- -- ---- -Fi¡¡. 3.-Piano
~<'aún
O.abret.
Más dificil es ya la interpretación de este pavimento de 50 pasos de
longitud. Quizá, como apunta el Dr. Alcina, esta plataforma ~61o puede
estar a los pies de la escalera OX, sitio en el que hay una extensa superficie semihorizontal. Al situar los viejos cronistas este pavrmento de
50 pasos junto al monumento, en su cara sur, hipotéticamente c.abria esta
solución. Antes de efectuarse las excavaciones C
vi mento señalado por la linea X · Y y el saliente J ... " (11) Esto podrr;1
(10) Hay que advenir que d limite dd pavimento roto C. 1unto con la ot•cotaeión,
es decir, lo uuado con JUionos, aparece en la plant:l del estudio dd doctor Aldna, pero
no en la de Sanhou; pero por haber •ido amb., na.zadu por Olabrrt u por Jo que
están pRS
(11) ALCINA FRANCH: Op. cit. noto 3.
-188-
[page-n-225]
13
ser también lo que vieron en e l lado sur del monumento Pla y Cabrer,,
junto con Chabret; puesto que también en su planta aparece rota la zo·
nil más meridional de este pavimento, debido al considerabl<> desnivel
que sufre la ladera por esta parte. Luego apreciamos en su planta, ;;1
Oeste del pavimento, cuatro pequeños cuadrados colocados simétricamen
te e iguales, pero con puntos; los vemos en el lado Este. Esto5 dos pun ·
tos pudieron ser los probables pedestales (letras M y M ' de nuestra plan
ta). pues en M , se aprecia aún hoy esta estructura, moentras que en M '
h;; desaparecido, por lo que en la planta de Chabret se trazó por puntos
Esta p lataforma sólo tiene sentido si se terraplenó aquella zona. Sobre
este pavimento estarían las lápidas que encontraron los descub1idores del
monumento Este terraplenado podría ser el que deshizo a fine; del s1gl.,
XIX Vicente Melchor y Polo, pues Alcina nos dice en su estudio: «Este
rico propietario de aquellas tierras para hacer sus huertos de naran¡o>
junto a los estanques extrajo toda la tierra de la falda merklional del
montecillo, encontrando sepulturas, sillares, etc. ~> .
La únoca orientación equivocada parece ser la que trazó L Cebrián
v fue debido con probabilidad a que vería la escalinata que subía por la
rampa de la falda é.ste, ya que nos d •ce: u la escalinata miraba al mar»,
por lo que invirtió toda la planta ( 12)
LOS ENTERRAMIENTOS
Fueron encontrados en las excavaciones realizadas en 1949. Se local•·
zaron al Noroeste de la sala interior del monumento Aún pu~den verse
las estructuras de las tumbas 11 y 111 (Lám. 11, 2). Por el tipo de mate
riales empleados en su construcción y lo apuntado por el Dr. Alcina, no
cabe duda que son de la primera época del monumento. Lo que llama
fuertemente la atención es la carencia total de ajuar funerario en su tn·
terior, cosa más extraña si se tiene en cuenta la gran riqueza del mau·
soleo.
Al ser estudiadas las fosas en 1949, pese a que se hallaron cubiertas
por gran cantodad de tierra y piedras, la tumba 1 estaba cubierta con do~
losas «que no cerraban sino una parte de la tumba». La 11 tenia en la
parte central de la cubierta «una zona del cemento rota>L Limpiada est11
zona quedó al descubierto una gran losa con un pequeño agujf'ro (¿para
ofrendas>). La entrada a esta tumba era por su cara Oeste. El esqueleto
(12) Fuenc apoyo o oodu C$UIS sc:mejanus de lo planra cbda por los vitjOl crOJiliou,
o:s lo cncútil1lll colocación de lo pequcl\a pue.rta que OlabRr da en B, oporedendo m lA rcalicbd 1 oó1o 37 an. del muro 2.
y 111 nuo:smo
-
189 -
[page-n-226]
14
N. AUISAOO
tenía la parte craneana al Oeste y pies al Este. El Dr. Alcina apunta al
respecto que « des superiores se hallaban algo removidas; producto, sin duda, de haber
Intentado averiguar algo por medio de un palo o bastón por el mencio
nado agujero• (13) , diciendo a continuación que la entrada estaba in·
tacta.
Dado que la losa que la cubre tiene un ancho de 1,30 m., un largo
de 1,82 m. y un grueso de O, 16 m., con un pequeño agujero hacia su
centro, es muy d ificil que, con un palo, pudier<~ llegarse hast.1 el lugar
junto a la entrada dond;! estaba la parte superior del enterramiento, que
era la única zona removida. La sepu ltura 111 se hal ló intacta.
Son muy pocos los datos apuntados para inclinarse en favor o en con ·
tra de la hipótesis de una posible violación de las tumbas, en epoca im·
precisa, por gentes que pretendiesen apoderarse del ajuar en ellas contenido.
FINALIDAD DEL MONUMENTO
La más segura parece la apuntada por el Dr. Alcina, o sea, que se
trata de un mausoleo o construcción funeraria de época romana impre·
cisa, en cuyo caso habría de incluirse en lo que Mélída (14) califica de
«Mausoleos en forma de Templo o Templo-Tumbas» que, segúr> este au·
tor, sólo se han encont rado en Villajoyosa, Sagunto, Sádaba, Fabara, Vi la·
rnodona, Manresa y Corbins, a cuya breve lista podría añadirse ¡¡hora este
de «Eis Estanys" de Almenara.
Pero lo único que puede asegurarse de todo este conjunto arqultec·
tónico, mientras no se realicen más excavaciones, es que hasta el Me·
dioevo llegaron unos restos arquitectóntcos de época romana, probilble·
mente tardía, que fueron habitados de nuevo. La zona Este, correspondiente al muro BC, debió encontrarse ya bastante deteriorada; cerr6se
la pequeña puerta del muro y se levantó también, sirviéndose de las
ruinas que había en la cima (complejo 8), la pared 6; y probablemente
se abrió la puerta delantera del muro 2, si es que no lo estabil ya Con
ello se dispuso de una habitación con acceso por esta puerta. Exterior·
mente a esta habitación hizose otro muro, el 3, que pudo haber soste·
nido un cobertizo junto con el 4 .
La habitabilidad de estos complejos arquitectónicos del cerrillo debieron ser tan intensos o más que en época romana. Ello nos lo asegura
(13) ALCJNA FRANCH: O p. cit. nota 3, p6¡. 117.
(14) J, R. MI!LIDA : "El an~ en Es~ duraote. Ja ~pocn roman•", en füstot~ do
Blpath diri¡¡ida por don R. Menéndoz Pidal, vol. II. Madrid, 193S, P's· 649.
-190 -
[page-n-227]
IS
la gran cantidad de cerámicas medjevales que cubren todo el cerro, haciendo prácticamente inexistentes las de culturas anteriores, aflorando
sólo éstas a los pies de la ladera del Mediodía. Pudo también construirse
entonces la puerta lateral del muro AD.
EL TEMPLO DE VENUS
Esta zona es Ideal para que se levantase en ella un pequeño templo.
Las viejas calzadas indígenas, el gran manantial de aguas dulces que man·
tienen las lagunas a muy crecido nivel, la proximidad a Sagunto y el fragmento del texto de Po)ibio, parecen confirmarlo.
A la distancia citada por Polibio, equivocase o no ésta en dos o tres
H l6metros, no existe otro campamento militar, y menos que ofrezca las
ventajas del que se encuentra en la montaña del Cid. Desde su címa dominase espléndidamente la ciudad de Sagunto y corta toda comunicación al dominar la vieja calzada de la costa que, entre "les Forques» y
«el Duc», por el camino llamado «deis Olmefs», llegaba a la acrópolis
sitiada. El texto díce ; «Escogieron un lugar rnuy bien situado». La estrategia que ofrece dicha montaña por lo anteriormente apuntado y para
recibir recursos de la flota «que iba costeando con ellos» es, pues, innegable. En caso de que nunca hubiese existido un puerto en «Eis Estanys»,
el texto de Polibio nos habla bien claro de que era un lugar muy estratégico para acampar cercano a la costa. No existe, pues, otro punto más
apropiado con todo lo dicho, que «el Cid», donde aún hoy se hal lan las
ruinas de un campamento militar aprovechado a lo largo de toda la histeria, incluso hasta nuestra guerra de liberación ( 15). Por tanto tenemos
que aceptar que rnuy cercano a este punto levanl'óse un templo dedicado
a Afrodita; pero exactamente ¿dónde? Quizá sería más razonable buscarlos en los puntos cercanos, por donde las dos viejas calzadas (la que
pasa entre el «Duc» y «les Forques» y la que lo hace entre la «Monta·
nya Blanca» y «Eis Estanys») cortan esta cadena montañosa de Almenara. Si nos fijamos en la planta del monumento A veremos que su orientación no termina de ser la clásica de planta cristiana; y sin embargo, si
se tuvo el cuidado de que su cara frontal mirase a la calzada romana
(15) El pedmcuo de su mutlllla míde 1.262 m., teniendo forma trapezoidal con 18
torres, vi&ldose inttrionncnn: nOoror por doquier tesros de patedon~ .Entre el murallón
do Levante y el de Poniente se extiende un.1 mecllarul vaguada abiertD al Mediodla, llaDll!da hoy ''R.aeó Rumbero", existiendo en ól dlminu10s fragmento• de cer:lmic:a Ibérica_
En las cla{as señnles de excavación que existen J;Obre la loma de Levanre, a 37 m. del
murallón Sur y a 24 m. del muraU6n ll."c, c:n el interior de l1llll habitación, aparederon
un~ valva de pecten y un pequeño íragmemo de ccr:única gris. Bs posible que_., como afirma
el doctor Alcina, se bllllnran cerámicas medievales, pues al igual que QCUITC en el =ro
de "E.Is Estanys'', éstas se cncuennan en otros puntos de estos montes de Almc.na:m, m~
matcri.Jlles y restos de constt.ucdoncs muy primitivos..-
191-
[page-n-228]
16
que, entre este montecillo y la cMontanya Blanc.l», pasa (16) Los mor·
teros que traban las paredes y el pavimento interior parecen iguales a los
del complejo B y C, aunque es difícil juzgar sólo c:de visu» unos mate·
riales que en todo tiempo se han hecho igual. La pla"lta pudo haberse
modificado acoplándola a las exigencias de otra religión Pero parece ser
que la tradición no nos ha dejado el nombre del santo al que se dedicó
la ermita en esta montaña. Si, a lo que se asegura por su planta, es tan
sólo la de un santuario cristiano, cuando éste se construyó es porque
arrastraba la tradición que en aquella zona hubo un lugar conS
remotos tiempos, por el pueblo indígena.
e
Els Estanys
ALMENARA (Castellón)
Zona dr enterramltmlos
EtrttrrDmiMto rt!l
Enttrrami•nto tfl
Oumonl• re-dente-
o
Fia. 4.-Deulk de 1.> :oona • dd pl•n<> de b tia. t.
NUEVOS ENTERRAMIENTOS
Hace tan sólo cuatro años, unos campos de viejos algarrobos, s•tua
dos a ambos lados del camino de la Tallola (fig. 1, 10), se tral"sformaron
en naranjales. El tractor arrancó gran cantidad de enterramientos, de to·
das las formas y clases; pero el informante, don Gregorio Soro, sólo recordaba que salian, entre los esqueletos, hierros casi deshechos. Los en·
terramientos estaban cubiertos por una losa plana, Examinando detenida
mente el corte del reciente desmonte hecho delante del retilo (fig 1,
punto 4 y fig 4). hallé tres nuevos enterramientos
Clnc:u
en el punto más alto de estA cahnda. Su ancho no sobrepasa los tres metros. llo
este punto y en una lon¡itud de 10 m. pueden verse las fuertes sdinlcs de lu ruedas de
!os carros l'OIIIAI>O$, despstc compsrable al exiltorue a ambos lados del puente romauo
d< SAnra Quit:ttia (Almuora), y al del MCamJ d• la Costa", al pie del Molin.U, entre este
n:onte y d momlculo del despoblado ibúico de "La FotQU6" (Borriol).
(16)
~precia
-
192-
[page-n-229]
LAS RUINAS O!
«m.s
ISTANYS"
17
EMTERRAMIENTO 1
Se halla a 7'90 m. de la esquina Oeste del retiro y a 4'50 en ángulo
recto de un viejo algarrobo. Los tres enterramientos presentan parecidas
características: se hallan a 0'60 m. de profundidad y una losa irregular
de 0'40 m. de ancho por 0'06 m. de grueso cubre la sepulturil. Las tres
sepulturas habían sido cortadas perpendicularmente, quedando parte de
la osamenta al exterior. Las osamentas distaban de las losas que cerraban
las fosa~, 0'25 m.
Del enterramiento 1 se descubría la parte superior de las tibias con
sus respectivos peronés (Lám. 111 4). SÓlamente aparecieron dos frag·
mentos cerámicos; e l mayor, de 8 mm. de grosor, está hecho a mano,
siendo su interior negro y su desgrasante finísima arenilla, y su super·
ficle exterior de color siena oscuro con manchas negruzcas, habiéndose
conseguido una cerámica resistente por la cocción y uniformidad de la
pasta. El otro fragmento no llega a tener los 3 cm. en su lado mayor, es
de color siena claro tanto interior como exteriormente, de buena elabo·
ración y hecho a torno.
Estos fragmentos serían de sumo interés para la cronología del ente·
rramiento si se hubiesen encontrado más enteros y formando parte de él;
pero por ser a111bos de diferente cultura y tan pequeños, es probable que
se encontrasen allí cuando se cavó la fosa, por lo que su único valor pue·
de ser el de que el enterramiento sea posterior a estas cerámicas. El frag·
mento mayor parece emparentar más con el Hierro 1 que con el Bronce;
el menor es de factura ibéríca.
ENTERRAMIENTO 2
Se hal la a la derecha del anterior, a sólo 2'50 m. La losa que lo cubre
tiene 40 cm. de ancho por 5 de grueso, habiendo desaparecido total·
mente la parte superior de la fosa . Tanto en esta tumba como en la an·
terior, el cadáver estaba en decúbito supino, con dirección SO -NE. Tras
las fuertes lluvias del mes de octubre, esta sepultura aparecró fuerte ·
mente descarnada por el agua, sobresaliendo del corte vertical del des·
monte parte de los huesos del tronco, que desca11saban robre un pavimento llano de menudos cantos; también lateralmente veíanse piedras
de regular tamaño que parecían trabadas con mortero, formandc:- pared.
ENTERRAMIENTO 3
Se halla a la derecha del anterior. La losa que lo cubría era de ro•
de no.
-193-
[page-n-230]
18
11. M.ESADO
Estos enterram ientos de inhumación, al parecer sin ajuar, tal vez pu dieran refe rirse a baja época romana o incluso medieval.
t< ELS ESTANYS»
<~De la raiz oriental del ú ltimo cerro salen muchas aguas, que forman
tres estanques con comunicación sensible: todos tres desaguan en el azarbe que sigue hasta e l mar, llevando en tiempos regulares de 7 a 8 muelas
de, agua. Desde los estanques hasta e l mar se extienden los marjales
inútiles donde crecen carrizos, eneas y otras plantas ... » . Esta descripción
nos Ja daba Cavanilles entre 1795 y 1797 ( 171 y, como se ve, nada ha
cambiado en los 170 años transcurridos.
De los tres estanques el mayor, que es el central, nace al pie de la
ladera oriental del montículo de «Eis Estanys»; también se le conoce con
el nombre de estanque de los cisnes. Bordeándolo existen construcciones
de mampostería y en el centro una torre normalmente cubierta por las
aguas. Del interior de este estanque se han sacado diversos materiales
arqueológicos ( 18) .
Estos estanques desaguan en el mar por un canal llamado «El Bras»,
en distintos puntos del cual se han encontrado restos de sillería ( 19).
HALLAZGOS VARIOS
PIEDRAS LABRADAS
Muchas debió contener e l monumento. Quizá alguna no lo fuese de
este punto, pudiendo haber pertenecido, como ya advertimos, al complejo B o incluso a alguna de las construcciones ubicadas en lo que hoy son
naranjales al pie meridiona l del cerro, pero no cabe duda que las que revelan riqueza arquitectónica pertenecieron a lo que venia llamándose
Templo de Venus.
Aquí reseñaremos las que siendo de interés para este complejo C, no
fueron citadas en 1949.
Junto al retiro (fig. 41 que a los pie~ de este
montículo existe, se hallaba una pieza de mármoJ blanco (Lám. 111, 3) c.llínPiesa de Mármol. -
(17) A_ J. CAVANlLLES: "Observaciones sobre la Historia Nntuml, Goografla, Agricl!lrum, población y !rutas dellleyno de Valencin". Madrid, 1795.
(18) G. MARTIN: ''El problema de las la~unas de Almenan~. Actas del Ill Congreso lnternacioru¡J de At"queologla Sublllllrina (Barcelona, 1961) (en prenso).
(19) M. CUECO ADRIAN: "Los In$ puenos de Sa¡¡unto". Valcncin Atracción nllmero 300. Valcnci~, 1960.
-
194-
[page-n-231]
LAS RUINAS DB
um.s
ESTANVs''
19
drica, con una altura de 0,56 m. y su diámetro máximo 0,40 m. Del anillo basal arranca en suave apófige, el cuerpo. En su cara supc:>rior tiene
labrada una concavidad ovoide de 0,26 m. de hondo. En su base una li gera perforación de 0,06 m. contiene restos de mortero blanco que ser\
Pilastras estríadas.-Ya se tenia noticia t:l.e la exis.tenci,3 de piedras
procedentes de este monumento. En los reciehl"es desmontes, .:1
los pies de la ladera meridional, fueron halladas más de ocho piedras
igua les estriadas en una sola cara y que fueron empleadas, fraccionándolas, para las paredes de los bancales. Actualmente existen solaMente dos
Una se encuentra a 1,50 m. de la escalera OX, en su lado Oeste (lám. IV.
3) y la otra (Lám. IV, 2) en los corra les de don Joaquín Peris Fuentes,
en Burriana. Ambas son iguales; esta segunda es la jamba basal izquierda
de una puerta, siendo la derecha la que se halla en el cerro. Tienen cinco
estrías en su cara principal rematadas en dos baquetas separadas por
sencilla greca. Ambas miden, en su cara moldurada, 0,33 m. por 0,60 de
altura, y en su cara lateral lisa, un metro; la otra cara lateral presenta
dos planos con una separación de 0,13 m., teniendo el plano superior,
que es el más distante al moldurado, 0,62 m., arrancando de él el muro.
En la base presentan dos perforaciones para las grapas de sujP.d6n.
Por el lugar que ocupa la pieza caída, junto a la escalera OX, es lógico suponer fueran de la puerta principal del muro DC.
~striadas
Basa. - Se encuentra a unos 100 m. de la estación del ferrocarril,
junto a la esquina del almacén que hay al lado derecho de) camino lla mado «Tallola» o «Colomer», que conduce a «Eis Estanys». Es de caliza
azul, de 0,37 m. de altura por 0,30 de diámetro.
Fu s t e.-Lumiares habla de varios fragmentos de fuste de columl"a
en la torre vigía que en 1801 destruyeron los ingleses en la <.osta, sólo
hl' visto un trozo que mide 0,53 m. de longitud y 0,30 m. de diámetro,
a unos 100 m. del retiro en el caminillo que une dicho retiro con el camino de la «Tallola».
Cornisa.- Como hemos visto al tratar del muro AD, se aprove ·
chó una cornisa para basamento de jarnba. La parte moldurada tiene perfil de S, ocupando la porción cóncava la parte superior. Perteneció al entablamento del edificio (lám. 111, 4).
Estas pocas piezas y las nombradas por Cabrera, Ribelles, Cebrián,
Lumiares, etc., son suficientes para deducir la riqueza arquitectónica quo!
poseería el monumento.
-
195-
[page-n-232]
zo
N. MESADO
METAL
H i e rr o.- Encontré tirada, junto a la prez.a de mármol, parte de
una posible talcata ibérica (Um. 111, 2) . Debe proceder del recrente desmonte (frg. '1). en el que se encuentran los tres enterramientos, y donde se tiraron las piedra3 y objetos procedentes de las tierras extraídas.
Abundan los troz.os de tejas romanas, algún sillar y fragmentos de bóveda
craneana. A la falcata le falta el extremo de la hoja y la part\l inferior
del mango; en lo que queda de éste se conserva un roblón para sujetar
la cacha El troz.o conservado mide 0,28 m. y el espesor de su lomo unos
3 mm. Debe proceder de algún enterramiento ibérico.
Mo n e d ¡r s.-Según noticia facilitada por don Joaquln lapuert.:J, hace unos meses, unos chiquillos le mostraron dos monedas romanas, repu·
blicanas, que habían aparecrdo, le dijeron, en unos agujeros del monu·
mento C.
PEDERNAL
Recogí cuatro piezas de sílex blanco, posibles resto~ de las primeras
gentes que llegaron a «Eis Esta!f)'S>> (fig 5). las t, 2 y '1 son de igual
técnica, destacando la perfección de la media luna, con dorso curvo bise-
Fi¡¡. S.-Pic:ua de sücx.
lado. la pieza número 3 difiere de las anteriores, por su fuertP retoque.
más grosor y llevar ligera pátina brillante sobre los dientes, le que nos
habla de gentes conocedoras de la agricultura
..
..
Estas breves notas son bren poca cosa ante la riqueza arqueológrca
que contienen estos montes de Almenara. Con ellas sólo hemos pretendido llamar la atención sobre este núcleo arqueológico de primer orden
para que por los especialistas se salve lo más posible del mismo.
-
186 -
[page-n-233]
l\1ESAD O. -Rulnns romnnn• clt• Almcnaru
I.AM . l.
[page-n-234]
MESADO.-Ruinas romanas d e Almenara
IA~t.
11.
[page-n-235]
J\t t:SAOO~Rulnns
romanas
d~
Almenara
Ll\ l\1. 1JI .
Punto C
del
'Muro 8-C
-'
4
[page-n-236]
l\1 ESA U O. -R ul n~s romn nus tic Almcnn rn
I,AJ\1. 1\'.
[page-n-237]
MARIA DEL CARMEN SENTANOREU GIMENO
(Valencia)
La necrópolis romana de « Les Foies »
(Manuel, Valencia)
Durante la extracción de tierras en un antiguo arroza l, en la partida
de eLes Foien, término de Manuel (Valencia) (fig. 11 (Um. 1, a), los
obreros destruyeron inadvertidamente algunas sepulturas de épce<~ roma·
na. Conocedor de ello el propietario de la finca, don Gonzalo Micó, lo advirtió al Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación
de Valencia, el cual llevó a cabo una excavación de emergencia, del re·
sultado de la cual damos noticia en las siguientes líneas ( 1l.
LA EXPLORACION
Se trata de una necrópolis de inhumación, cuyos enterramientos se
encuentran situados a unos 85 cm. de profundidad.
lil humedad consiguiente a un antiguo arrozal y las labores agrícolas
y de desfonde para la extracción de tierras, destrozaron sepulturas, hue·
sos y vasijas, por lo que pudo recogerse poco material.
En los trabajos de exploración, aparte de las sepulturas que a conti·
nuaclón se detallan, se localizó una posible zona de empedrado con pie·
dras de gran tamaño (flg. 2) (Lám 1, b). También se encontró un piso
(1) Rdereociao a este hoUozgo en :
D. FLETCRER VALLS: ·•t.. !Jibor del S. 1. P. y su MUICO m 19Sl". Valencia, J9S2,
r4gjna ...
D. FLBTCHER VALLS: "Las cxcawciooca del S. l. P. de la Excma. Diputación
Provin<:ial de Valencia durnntc el mo 19SI". Archivo Español de Arqucoloala, XXV. Madrid, 19S2, pp. 174-178.
-
19?-
[page-n-238]
2
M. C:. SANTAXDIU!U
obrado con mortero, en el que apareció un ánfora (Lám. IV, b) Otras
anforas se localizaron en diversos lugares de.l campo antes de la explora·
ci6n efectuada por el S 1 P
LAS SEPULTURAS
No obstante haber sido destrozadas en su mayor parte por las causas
antes indicadas, pudo comprobarse que había enterramientos en fosas
cubiertas con tégulas y en tumulo alargado, de los que por su c.aracterís·
toca constructiva, que los hacia más distinguibles, pudieron salvarse tres,
que fueron estudiados por el S 1 P
···~~-....
···;.
(
\
~
(
l'ig. J
En algun caso los enterramientos fueron dobles, asf, en un resto de
se hal laron dos cráneos de niño, muy juntos, protegidos por
trozos de ánfora panzuda; en una de las sepulturas excavadas también
se encontró más de un esqueleto
~epul tura
SEPULTURA 1.•
El túmulo estaba formado por piedras y tégulas. En uno de los extre
mos se halló hincada una laja que posiblemente hacia el papel de estela
anepígrafa. En la parte central apareció un cuenco y junto a él una lose·
ta de esteatita igualmente hincada, junto a la cual y dentro del túmulo,
descansaba un cráneo situado a la altura de las rodilla~ de otros esque·
letos cuyos cráneos se hallaban junto a la losa citada en primer lugar
-
108 -
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LES FOJES
MANUEL
(Volencic)
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ZA N JA
J
1
F1a. 2.
Albergaba, pues, el enterramtl!!nto, tres cadáveres, aunque el detalle
de la loseta de esteatita, Sttuada en la parte central del mtsmo, el cuenco junto a ella y el aflorar de algunos huesos por la ruptura del túmulo,
r~os hace suponer que uno de los cadáveres fue inhumado con postertoridad a los otros dos, que deboeron serlo al mismo tiempo. Dentro del tú mulo apareció otro pequeño cuenco
199 -
[page-n-240]
4
M. C. SWTANDIU!U
SEPULTURA 2.•
De construcción más cuidada que la anterior, estaba construida con
grandes tégulas hincadas verticalmente, formando un rectángulo, algo
Irregular hacia los pies de la sepultura; en la parte de la cabecera, las
tégulas formaban una resistente caja rellena de piedras y fragmentos de
tejas; por debajo de este conglomerado, salió un piso de tégulas y má.s
abajo otra hilada que cerraba la sepultura. A los pies del cadáver, se
hallaron unos fragmentos de vasija de pasta verde muy porosa
SEPULTURA 3.•
Orientada en el mismo sentido que las dos anteriores, pero el
esqueleto en sentido E.S.E., contrariament.e a las de las otras dos, que
era O. N. O. La sepultura estaba cubierta por cuatro grandes té·
gulas, dislocadas por haber cedido e) terreno; careda de túmulo
(l.ímina 1, e, d) El esqueleto estaba enterrado en decúbito supino, ca·
beza de frente y brazos sobre el pecho. Por todo ajuar se hallaron Vol ·
rios fragmentos de pasta verde de muy defic1ente calidad (lám. 11, a).
dos de ellos bajo el coxis y los otros dos entre )as piernas, las que des·
consaban algo más altas que la cabeza, tal vez por hundimiento del terreno (lám. 1, e).
la tierra que rodeaba el esqueleto ofrecía un aspecto especial, quizás
debido a la descomposición de la materia orgánica, lo que junto a la ca·
renda de clavos y restos de madera, hace suponer la inexistencia de fé·
retro.
Las medidas de las tégulas oscilan entre: 0'63 x 0'4 7 x 0'06; 0'53
x 0'43 x 0'06 y 0'53 x 0'47 x 0'05 metros.
LOS MATERIALES
los materiales conseguidos en esta excavación de eme rgencia y los
recuperados de las sepulturas destrozadas y en superficie, son Jos siguientes:
1) Fragmentos de vasija de cerámica verde muy porosa, estriada (La·
mina 11, a).
2) Gran plato con reborde, asas horizontales y pie destacado, de
deficiente factura y pasta (alt. 9'5 cm.; diámetro, 29 cm.) (lám. 11, e).
3) Cuenco hem isférico de pasta roja (altura 8'2 cm.; diámetro, 17'4
cm.) {lám. 11, d).
4) Pequeña vasija de paredes verticales y base troncocómca, de cerámica grisácea {altura, 8'5 cm.; diámetro, 12 cm.) (lám. IV, e).
-200-
[page-n-241]
Nl!CltOl'OLIS ROMANA DB "LES FOII!S"
S
5) Pequeña vasija de características semejante a la anterior (altura, 10'4 cm.; diámetro, 12'6 cm.) (Lám. IV, d).
6) Jarrita de perfil piriforme con pequeño pie y asa en cinta, de
cerámica rojiza (altura, 16'4 cm.; diámetro, 12 cm.) (Lám. 111, e).
7) Jarrlto de características semejantes al anterior, con cuello más
estrecho (altura, 16'4 cm.; d iámetro, 11'5 cm.) (Lám. 111, f).
8) Cuenco con el borde resaltado y anillo basal, de cerámica rojiza (a ltura, 7 cm.; diámetro, 12'5 cm.) (Lám. 111, e).
9) Cuenco sin ani llo basal ni resalte en el borde. (Altura, 7 cm.;
diámetro, 15 cm.) (Lám. 111, d) .
1O) Cuenco sin resa lte en el borde ni anillo basal, de pasta rojiz.a
(altura, 4'5 cm.; diámetro, 13'5 cm.) (Lám. 11 1 a) .
,
11) Cuenco de barniz rojo perdido, de perfi.l en casquete, sin anillo
basal (altura, 5 cm.; diámetro, 13'1 cm.) (Lám. 111, b).
12) Fragmento de cazo, de bronce (Lám. 11, b).
13) Fragmento de botella de vidrio (grosor, 2 mm.).
14) Anfora de cuerpo ovoide, asas arrancando de la parte baja del
borde, algo curvadas, llegando a.l hombro del cuerpo; borde de sección
triangular, cuello cilíndrico (altura, 88 cm.) (Lám. IV, a) (Tipo 1 Dres·
sel) (Siglo 11 a. C.).
15) Anfora semejante a la anterior (altura 85 cm.) (Lám. IV, el.
i 6) Anfora de pequeño cuello, borde resaltado, dej que arrancan dos
pequeñas asas (altura 67 cm.) (Lám. IV, b) (Tipo Almagro 51, c. Siglo
111 d. de C.).
RESUMEN
La necrópolis de «Les Foies», es de gran pobreza y de característica;
corrientes, por lo que no consideramos necesario extendernos, citando
paralelos para ella. Bástenos recordar las necrópolis de Tarragona (2) y
La Boatella (Valencia) (3), en las que se encuentran semejanzas bien
marcadas; asimismo pueden señalarse relaciones con los materiales de
(2)
J. S ERRA VILARO: "Sepulcros y ataúdes de
la ncaópoli• de San Fructuoso".
lt.mpuriM VI. llan:elwa, 1944, pp. 179-207.
(3)
S. RODA SORIANO: "Aport.acioncs al estudio de la arqueología valenciana".
del Archivo Municipal de Valencia. Valencia, 19SS, p. 36.
~·ublicadones
26
201 -
[page-n-242]
6
-''- C. SANTANDREU
fuera de España, como en Provenza (4), Aquitania (5¡, Pedra~ d'EI Reí
(6), etc., etc.
A la vista de estos paralelos y características podemos datar la necrópolis de «Les Foies» como de fines del siglo 111 después de C.
Obsérvese la distancia cronológica que guardan las ánfora5 14 y 15
halladas esporádicamente por los alrededores, fuera de las sepulturas, pero en la zona de éstas. Es dificil admitir que estas ánforas estuvieran en
uso hasta las postrimerías del siglo 111 d. de C., fecha correspondiente al
resto de los materiales, lo que nos hace pensar en la posibilidad de supervivencias locales de este tipo de ánforas que pudieran alcanzar hasta
los tiempos imperiales avanzados.
(4) "NouvcUes épaves de Provence", Gallla XVJ, 1. Paris, 1958, p. 23, fig. 26.
(S) G. FOUET: "Ptñto funérairc• d'Aquitaine", Gallia XVJ, l. J;!Dris, 1958, p. 126,
figuro 9.
(6) A. VlANA: "Bal.a y 4> neaópoli• de As Pcdrns d'El Reí". Archivo Español de
Arqueología, XXV. Madrid, 1952, pp. 261-285.
-202 -
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S!;I'TANDRF.U.· Les Fole.
LAM. 1
[page-n-244]
St::XTMWREO. -Les Foles
LAM .
n.
[page-n-245]
SE~ TANO REO.- Les
f'oies
LAM. 111.
[page-n-246]
SENTANOREU.-1.~8
Folcs
LAM . 1\'.
[page-n-247]
JOSE MAR IA DOÑATE SEBASTIA
(Villarreal)
Riegos romanos del M iiares
Con la sorpresa inherente al caso, vimos, hace algún tiempo, en un
manuscrito del Archivo Histórico Municipal de Villarreal (un padrón de
pecha del año 1523) la siguiente partida anotada a cargo del moro de
Bechí Juceff Alfaqul Paliar: ltem 1 jovada de tera sequa. Affronte ab
ca mi de Be
no cejamos hasta encontrar, en el mismo archivo, una confirmación que
alejara de nosotros la duda de que se tratara de una fantasía del amanuense o de la comisión de jurados y notarios que periódicamente, por
lo regular cada tres años, tenían a su cargo la confección o revisión de
estos libros. Si la acequia en cuestión figuraba como limite de una finca,
forzosamente tenia que estar en otras partidas. Por otra parte, era ne ·
cesarlo encontrarla en otros padrones, algo alejados cronológicamente del
que acabábamos de ver, para cerciorarnos de que otros ediles .::ceptaban
por su cuenta esta circunstancia y, como sus predecesores, la hadan figurar como dato de referencia.
No logramos el primero de nuestros propósitos, pero si el segundo.
Y así, en el Padrón de 1559, a treinta y seis anos del anteriormente citado, figura a tribuida al rr,ismo moro la misma partida, si bien reducida
a la mitad de su extensión por transmisión o, lo que es más probable, por
?bandoho del resto. Se señala en ella como punto de referencia el citado
camino de Bechi y se añade que la finca affronte ab cequia que anava a
Morvedre.
Por lo demás, el hecho de no prodigarse la cita nO$ hizo pensar que
el emplazamiento señalado debla hallarse bastante alejado del núcleo ur-
203-
[page-n-248]
2
J.
M.• OOiiATS
bano, cosa lógica a nuestro parecer porque sabíamos de ¡¡ntemano que
todas las propiedades de moriscos en el término de Villarreal eHaban en
la periferia, ra~ón apoyada en el presente caso por la filiación bechinense del empadronado. (Villarreal no contaba con moriscos).
Asociamos todo esto al recuerdo de ciertas prospecciones del término
efectuadas hace ya algunos años, cuando la implantación masiva del cultivo del naranjo no le había Impuesto aún su actual fisonomía, y a las indicaciones de los viejos, que situaban alguna que otra ruona en lugares
ya imposibles de reconocer, o ciertas excavaciones en roca que identificaban como auténtica acequia pero que, atendiendo al tópoco de la tierra, atribuían «a tiempos de los moros», aplicándole la cabalishca denominación de Céquia del Diable. Nos chocó, frente a esta ~ular versión, estar en conocimiento de la que .dos moros» tuvieron en su día.
Sin duda alguna ellos habrían oído hablar muy poco de la civill.:ación romana, sobre todo fuera de sus reducidos círculos eruditos, pero sí pudie·
o
·on, los del terruño, seguir su rastro mucho mejor que nosotros, y llegar
con toda garantía de autenticidad a estas afirmaciones que, en principio,
llegaron a sorprendernos.
Nos pareció muy sugestivo todo esto y lo pusimos en conocimiento
del Director del S.I.P., don Domingo Fletcher, quien nos apercibió de la
importancia del asunto, exhortándonos a la reali~ación de una campaña
con miras a la confección de la carta arqueológica de la localidad.
Bien pronto pusimos manos a la obra y hoy día estamoo en pose~oón de datos y materiales que posiblemente nos llevarán a la documen·
tacíón de algunas explotaciones agraroas, poco o nada conocoda.s, y de núcleos distintos de población de importancia y naturaleza que aún tenemos en estudio con la ayuda del personal del S. I.P. (1).
A cuenta pues de este trabajo, que nos permitirá afirmar que el término de Villarreal y hasta quizá en un sentido más lato la Pla,:a, disfrutaron de intensísima actividad en determinado momento de la domina·
clón romana, va hoy esta entrega referida, no a la Céquia del Diable, sino
a «les céquies», porque han resultado ser dos las canalizaciones, obras
ambas que por su monumentalidad nos atrevemos a situar entrE' las más
Importantes y espectaculares de la época en lo que al país valenciano se
refiere y que, sin entrar en discusión sobre el hecho de que llegaran o
nc a Sagunto (técnic.a mente podían, por lo menos una, acceder al térmi-
(1) En lo que a la U>vC$l.ipci6n sobre el tcm:oo se refiere, ooo banoc bcnclldado
de ladndo amor a las cosas de su tierra d pleno coooc:imicruo
del túmino de la localldad. V de la laboriosidad y afición a la arqueolosia de J...ormzo
Gozalbo, campúlcro inseparable de e
-204-
[page-n-249]
J
3
no histórico de la coudad) hemos comprobado que a su paso fertilizaban
una importante zona local, lo suficientemente amplia como para perml·
timos las afirmaciones anteriores.
EL MIJARES
El territorio de Villarreal está enclavado en la comarca de la Plana.
Bajo una ligerisima capa predominantemente arcillosa, el subsuelo está
formado por aluviones cuaternarios, procedentes de las inmediatas mon·
tañas, que se manifiestan por depósitos de cantos rodados, arcillas, arenas, margas y légamos. Pero estos sedomentos, sin permanecer entera ·
mente horizontales, no presentan espesores uniformes ni buzamiento
constante. Muchas veces presentan francas ondulaciones o oncluso forma·
ciones lentoculares, susceptibles de ser seguodas en su sentido crecoent~
y decreciente, como rellenando un vacío de anteriores aportaciones con
cargo a un material completamente distinto. Por tal razón la tenacldild
de los estratos es diferente y responde, por lo general, al cemento que
une los conglomerados, predominantemente silíceos o calizos, según la
zona. En esta última se abrió el rio Mijares su lecho, profundo a la entra·
da del término, en pleno momento de arrastre, y casi superficial a la sa·
lida, en fase de depósito ya, recto al final y sinuoso al principio, con al·
temantes meandros y cambios rápidos y frecuentes de nivel.
La irregular disposición de estos materiales integrantes ha permitido
que en todo su curso abunden los accidentes en forma de ba 1
mas, cuevas,
abrigos en definitiva que el ingenio del hombre ha sabido apro'lechar en
sus distintos estadios culturales (2) o modificar a su anto¡o para const>
guir, tras esfuerzos titánicos, extraer del profundo lecho unas aguas vi·
vificadoras y cargadas de posibilidades.
El primero sin duda de estos esfuerzos, representado por le- que las
generaciones últimas han dado en llamar Céquia del Diable, es el que
hoy nos ocupa.
(2) ]auben de l'usa, que en 1819 VIno • &paña a estudiar el sistema de ri~os,
orocribe al rlo Mijores, ai bien en un tramo algo inferior al que noa ocupa, y dice a propósito de uros nccide01u: "11 n'
pét:rifiées du Mljares: soit qu'oo les consid~rc oomme l'ouvra¡e des caux ou bien comme
edul des bommcs, il est ecrtain que ses pones presentent de oombrcux r~". Vid.
JAUBERT DE PASSA: "Voyogo en Espape..•", 1 París, 1823, p. 132, ooca.
-205-
[page-n-250]
4
CEQUIA DEL DIABLE l. O DE ABNO (3)
A un Km. escaso del mojón que señala el cambio de término, aguas
arriba, es decir, dentro ya del término de Onda, y en la margen derecha
del río, está el viejo caserón que alberga las instalaciones hidroeléctricas
llamadas comúnmente Salto de la Hidro. Y muy cerca de este edificio,
a unos veinticinco metros, dentro de la zona en que las aguas se desbra·
van aún después de accionar las turbinas hay, en el centro Mismo del
'io, unas piedras cuya presencia alll, si casual, se adivina aprovechada
por el hombre. De ellas, dos, las más voluminosas, fueron rectificada~
por corte vertical y paralelo a la corriente, como para estructurar un por·
tillo, prolongado más arriba del nivel de las aguas mediante mamposte
rías de época, de las que aún se observan algunos vestigios, y ¿estinadas
quizá en su tiempo a sostener una pasarela por la que vadear la corrienta
en este paraje. Estos detalles, unidos a la existencia de una breve pero
característica excavación en la roca, a cincuenta metros de alll aguas
c¡bajo, nos autorizan a reconocer en este lugar los restos de lil antigua
toma de aguas que no sabemos si denominar presa, en el sentido que hoy
damos a esta palabra, por cuanto la captación de las aguas se po
tuar allf sin mucho artificio, dado lo inteligente y acertado de la e lección
del lugar.
Desde alll, en suave y relativo ascenso, los restos se delatan, escasos
al principio y más frecuentes poco a poco, a medida que su cauce se ele·
va sobre el del río y es por lo tanto menor su exposición a los efectos
de las peligrosas riadas otoñales. Ora es la roca, mordida por el pico, la
que nos indica su presencia, ora algunos restos de mampostería, «in situ»
o desplazados de su original asiento por corrimientos de la bas'!, los que
asoman aún entre los ulteriores depósitos de gravas entre los que llega
a desaparecer, para volverse a delatar en alguna de las numerosas torren·
ter
derecha. Tras bordear estos accidentes, vuelve otra vez el canal a entrar
en el cauce, apoyado no pocas veces en las plataformas que originó e l
agua a l excavar entre materiales de desigual consistencia. Pero cuando
éstas faltan, no repara el Ingenio latino en atacar la roca de frente.
abriendo galerías de latitud y altura no constantes, en función siempre
dE' la corriente, y de longitud que depende de la del obstáculo, en est~
caso la excesiva verticalidad del acantilado. La dirección es a veces rectl·
linea pero, sorprendentemente, dada la reconocida capacidad técnica del
(3) La termlnologla cmplcacb en bte, como en el siguiente encabcumicnto, es nuesu wamos sólo con la ptetcn•ión de cll•tin¡ulr ambos construcciones, pero sin pararnos a P = en li ca o no relli.
tra.
-
206 -
[page-n-251]
CEQUIA dPI OIABLE 1 o dP ABAJO
Croquis
N
.
,_
1
Ttrmino dP ONDA
1
+
: Tl!rmino
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d•
IVILlARREAL
~ ' /tUTOS /IOioiMtO$
U
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H~HPOl,(IIHA
Q
•
1
CICAY.I(rdN 0 LA•RAQIO LN IHJCA
ltJHtL
=ou~--~ ININtt./IRf./HI11fiA
._...-C8!tlltYACI6N OI:,COHJnu.t.A
(Í)
/'UNTOS Dl OISCRYACUJN
CROQUISl
l.-Portillo de toma de aguas con mamposterio de ~poca (bimlDI t, a).
2.-Hudla de cxcaV3cl6n sobrr el acantilado ()jmina t, b).
3.-Mamposterlas scm1enterradas.
4.-Mamposterlas dcspltmtdas y excavación en la roca.
S.-Túnel de acceso o IJ "Cova del Oiable" O:lmina 1, e, d, y Umiru 11, a, b).
6.-Túnel labrado aprovechando una c:ovacba natunol.
7. Túnel en el acantilado.
s.-Restos diversos.
9.-Bxea>1lci6n IObn: b prrsa del Salto de Villarreal o de Tol.
10.-Excavación, m:unpostcrl.t y túnel (ljmina 11, e, d, y Umina tU,a).
11.-Mampoll
l l a 15.-Excavaci6n en 1• roca (ljmina 111, b).
16.-Ultinu observación del ramal izquierdo (lámina 111, e).
11.-~ Maset de Vida!"; tdnet correspondiente al ramal dc:cccho.
18.-JWlugo de monPdas y c:cdmico, de ticmnos romonos.
19 y 20.-Qbscrvacioncs que ()()l:t<:sponden a "Cequia del Diable 11",
en su u-amo paralelo a "Cequia del Diable f".
[page-n-252]
VILLARREAL
CEOUIES d~l DIABLE
Croquos
N
0
CEOUIA D~l.. 0/AittC 1 •
cr (!) 1"':'\
RAittott. 0( (.,4 CIO(,U. Da (JtA8LL 1•,..1) •
Cf.Ofl4t DEl.
CROQUIS
Dt~lll t 1/ • (Í)
n
G')
@)
n
1.-"Tcrmct" del ermitorio de la Vira
quierdo (croquis I, 16).
2.-Mooedas y cer4oníca romanas.
3.-E.•cavaci6n en la roca, en el octual vertedero municipal de b•sura.
-l.-Acueducto "Pont de la Bruixa", en el "llarranc de S..pascn" (lAmina Ill, d)
S.-Acueducto "llls Afquets" o "Els Ares", en cl "Bamllu: de RJ!tils" (láminA IV, a).
C.-Acueducto sobre cl "Riu Sec" Ollmino IV, b).
~.-Tall2do en la roca (l.únina IV, c. d).
?.-Euavad6n aobrc 11 roca dOftuo del nmal i%qukrdo dcl ''llarranc de Rátils".
l'.l-Restos dc cdificac:ioncs, tegulae, dolía, etc., en la partida del "Cornl de G21indo··
11.-Restos ~crimicos dc época romana en ''El Salt", junto el "Rlu Sec''.
12--''l..D To_mssa", vnto rotmtna, con re"ot de edificaciones, cerinúca, etc.
r
[page-n-253]
&lEGOS RO.w.NOS OBL MIJAKBS
1
elemento constructor, nos encontramos con trayectos sinuosos, como buscando una distancia constante al perfil exterior. Pronto se ve que con
ello se buscaba un filón más blando cuando no un margen de seguridad
frente a posibles desprendimientos de la pared del río, precauc16n que en
nuestros dlas se puede estimar como muy justificada en algunos trechos.
Otras veces los accidentes del terreno son aprovechados al máximo y de
una manera combinada, y así, tras atravesar un túnel, se utiliz.l un trozo
de comisa para penetrar luego en una cueva que se recubre de mampos·
teria y desde la cual se vuelve a internar para reaparecer luego, a más
de un centenar de metros, donde una ladera suave hace posible su cana•
lización mediante mamposterías que en su mayor parte ha destruido o
cubierto el hombre en su afán por utilizar al máximo estos terrenos. Es
allí donde se observa como una veta de hierba que crece más lozana, o
hasta una fila de algarrobos cuyo agradecimiento se aprende a reconocer
ya desde alguna distancia.
COVA OEL OIABLE
Croquis d• la planta
-
~
-
-
~
CROQUIS
m
Y así, con esta alternancia de procedimiento, la acequia se eleva, po·
co a poco, en un trecho no Inferior a los seis kilómetros, salvando un
desnivel relativo de veinte metros mientras el río ha descendido más de
sesenta. Resulta fácil pensar que con mucho menor recorrido pudieron
los constructores haber sacado del cauce fluvial su obra, pero es evidente
que no quisieron hacerlo y la evidencia se manifiesta cuando, recién afio·
rada la conducción en la gran curva anterior al actual azud de Villarreal,
se divide en dos ramales (croquis 1, 15) de proporciones muy semejantes a
-
209 -
[page-n-254]
8
las del acueducto primitivo. Sacrificaron la comodidad al¡¡ capacidad, faciJit¡¡d~ por una mayor pendiente, y lograban al mismo tiempo que las ar·
~illas que con tanta frecuencia colorean el agua del río en cua~quier estación, hasta darle una pastosa apariencia, no se depositaron en su re ·
corrido, c
modas como frecuentes (4).
Uno de los canales secundarios, el derecho, salva mediante excava
ci6n ~ubterránea unos centenares de metros y cambia luego de dirección,
hacia el sur-sudoeste y
!erpenteo que responde muy bien a los accidentes geográficos, por su
parte media, aproximadamente. El último vestigio que hemos localizado
es lo que queda de un acueducto, dentro del cauce del Riu Sec (croquos
11, 6). Después, cerca ya del término de Nules, nos han hablado de cierta roturación efectuada hace ya algunos años en una finca y en la que
se topó con un filón de toerra negra y con algunos restos de mampostería, detalles muy significativos, por lo que no hemos ciudado en señalar
por allf la salida hacia Nules, lugar pródigo en hallazgos de época ro·
mana (5).
El subcanal izquierdo en cambio atlora en seguida y, ceñido al acantilado, llega hasta cerca de la casa del azudero, y se pierde luego, definotivamente, a partir de un punto bocn visible en el llamado Tcrmet del
Ermitorio de la Virgen de Gracia (croquis 1, 16 y 11, 1). Una vieja tradición
local habla de cierto misterioso túnel que desde la Ermita llegaba hasta la
ciudad misma Jamás hasta ahora le dimos crédito, pero hoy la encon·
tramos fundamentada en el hecho de que la acequia tenia que salvar
forzosamente un desnivel de unos cuatro metros, desde el lugar de In
última observación hasta situarse a ras del suelo Y si bien esto se podía
lograr en menos de la tercera parte del trayecto hasta el casco urbano,
pudo dar lugar (y al parecer lo dio) a descubrimoentos esporádocos de su
parte subterránea, que originaron la leyenda, ya que difícilmente imaginarlan los antiguos el origen de la obra. De todas formas, si no existiera
esta tradición nos llevaría al mismo resultado un argumento lógico ba·
sado en dos importantes razones. Primera: Desde el citado punto (croqui-;
1, 16 y Lám. 111, e). la canalización desaparece en las inmediaciones del
cauce del rio, donde hay parajes que permiten observaciones de cierta
garantía y dan un resultado absolutamente negativo. Y segunda, que
aparte la posibilidad de que con sus aguas se regaran tierras pertene-
(4) En la lldad Media lo limpieza de lu accquías cntonm en
UJO
se dccruaba una
y ha•ta dos vc:cea por año.
(S) F. ESTEVB GALVll.Z: "La villa romana de Bcnicató". Pdla¡oloso, núm. 2.
Castell6o, 19S6.
-
210-
[page-n-255]
RIBGOS ROMANOS DBL
9
~IIJARBS
cientes a la villa romana que muy cerca de alli hemos identlf1cado (ero
auis 1, núm 18; croquis 11, núm. 2) que no absorberian en modo a lguno
todo el caudal, la mejor tierra del término, la que se cultivó con cargo
al Mijares desde los tiempos de la fundación (en 1274) y posiblemente
desde época de dominación musulmana por lo menos en algún sector
la que mejor se pagaba en la Edad Media y más se cotiza aún en la ac
tualidad por su calidad y espesor del manto superficial, está en la parte ba ·
ja de la ciudad. Cabe descartar por otra parte la presenc1a de .:~rcunstan ·
das modificadoras del suelo, como podrían haber sido man~mas, por
ejemplo, en época romana, dada la elevación y natural drenaje del mis·
mo. Nos vemos pues forzados a admitir la presencia en esta parte de una
-- --- -- -
-
R/0 H/JARES
.......
-:=..
--
CROQUIS IV
extensa zona de regadío servido por e l ramal hidráulrco que nos ocupa,
sin que diga nada en contra la ausencia de materiales delatores de asen·
tamiento de población en este lugar, habida cuenta de que, hasta ahora,
el muy abundante encontrado y al que aludimos más arriba lo ha sido en
terrenos sin transformar o a lo suma con un cultivo rústico que no ha
r.ecesitado excesivas labores ni remoción de terrenos. Donde esto ha ocu·
rrido (y coma ha sido repetidamente observado se trata siempre de las
-
211
[page-n-256]
J• .M.• DO!!ATE
10
tierras mejores) (6) está todo perdido. Y asi debió ocurrrr en lo que a
esta zona se refiere.
CEQUIA DEL DIABLE 11 O DE ARRIBA
El reconocimiento del terreno nos puso en contacto con los vestigios
de otra acequia, llamada indistintamente del Diable y desconocida totalmente en la localidad, aunque no en la vecina población de Onda, donde
los que sabían algo de esto lo asociaban a los túneles de la cueva del
mismo nombre y de los que hemos hablado ya. En efecto, parece, a juz·
gar por sus caracterlsticas, que sean una misma estas obras sí no se tiene
en cuenta un detalle importante, y es que su enlace debla efectuarse
mediante un salto de casi vernte metros, circunstancia absurd<~ bajo to·
dos los puntos de vrsta. Ya intuimos que fueran re<~lmente dos las ace·
c:¡uias por el problema que nos planteaba el emplazamiento de la finca
del moro Juceff Alfaquí, que no podía, en modo alguno, vincularse al
otro canal. Luego, al observar en el repertorio Fletcher-Alcácer (7) la
cita de los restos <
bre de Aeequia del Diablon... con «un largo trazado frente a la Hidro·
eléctrica del Mijares>>, nos dimos cuenta de que el trazado señalado no
existía, al menos donde en un principio lo buscábamos y era ello donde
debía encontrarse, de tener relación con el que hemos estudrado. Pero
una vez hallada la toma de aguas y algún que otro vestigio del primero,
el' este mismo paraje, pudimos resolver el embrollo con el asesoramiento
de los celadores de la misma central, que nos señalaro=' los restos de la
otra conducción, muy difícil de identificar allí por desprendimientos re·
dentes, pero inconfundrble un poco más abajo, fuera ya del cauce fluvral,
donde se señala en un trecho superior al kilómetro en término de Villarreal ya (1, 19). Alli, a la altura del primer salto antiguamenle llamado
de Tol, toma dirección hacia el cerro de San Antonio, en el otro extremo
del término, que cru:~:a de Norte a Sur a través de una zona que, olvi·
dado el alivio de antaño, fue hasta fecha muy reciente la más árida de
la localidad (11, 8 a 12). Sus vestigios los hemos podido loca lizar en pun·
tos clave, siempre en las vertientes roqueras de los barrancos, únicas zonas peladas que aún quedan, y por su situación se puede afirmar que dio
(6) M. TARRADBLL: "Historia dd pais vaknc:il. Prehistw i a.otl¡uirat". &rcdom, 1965.
(7) D. FLETCHER VALLS y ). ALCACER GRAU: "Ava.oco a un. arqueolq¡la
roman:~ de la Provincia d« Cutdl6n". Boletín de b S. C. de Cultura, >0001. Castdlón,
19S6, pj¡¡. 146. Vbse tambibl S . BRU 1 VID.-\1.: "Les tette$ val
I'Omlltla".
ValCnc:ia, 1963.
-
212-
[page-n-257]
11
roego a tres de las explotaciones agrarias que figuran en e l croquis 11 (en·
c.laves 10, 11 y 12) rústicas dos de ellas y la ultima de alguna suntuo
sidad, como se dirá en su día (8). No hemos podido localizar sm embargo su paso por los barrancos, coS
los anima en esta zona (el mismo Pont de la Bruixa ·11, 4- se conserva
por verdadero milagro y las condiciones son mucho más favorables) ni
RESTOS de ACUEDUCTO R().lANO
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VI LLA RREAL
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CROQUlS V
su paso por el Riu Sec. En éste hemos buscado insistentemente, sobre todo en el trecho por donde debía cruzar, a juzgar por los niveles, llegando siempre en nuestras conclusiones a un paraje denominado e el Salt»,
dentro de los límites o en las inmediaciones de una de l01s finca.s romanas señaladas (croquis 11, núm . 11) donde se forma una catarata que en
(8) P. MENEU: "Arqueolosla Bccbinensr. Errores". Ayez y Hoy t>Um. 41. Cal!cUóo
de 11 Piona, 1903.
-
213
[page-n-258]
J• M.• DOi
tiempos aún recientes ha retrocedido lo suficiente como para suponer
utópica la conservación de vestigio alguno de obra humana.
luego la Torrassa, y seguidamente el término de Nules, imposible
ya de reconocimiento fructlfero, y desde e l cua l, técnícamente, podía el
acueducto llegar, si no al viejo Sagunto, como nos afirmaron en 1523, si
por lo menos a sus campos.
CRONOLOGIA
Ninguna de las circunstancias señaladas nos la puede dar, a l menos
con la precisión deseable. Del examen de las mamposterías se deduce na turalmente su filiación romana. Pero seria tremendamente fatigosa y sin
duda alguna inútil la excavación de los sedimentos, por cierto muy es·
casos, en busca de cerámica o algún otro material datable.
Ahora bien, aceptada su, a nuestro entender, ineludible vinculació11
a las explotaciones agrícolas que hemos indicado, y como de éstas sí que
tenemos material datable, podríamos adelantar que la construcción de
E'Stas obras se debió efectuar, en más o en menos sobre los años inmediatos al cambio de Era. Y que rindió sus buenos serviCIOS durante el largc periodo de la pa:z: llamada Augusta que les sucedió.
-
214 -
[page-n-259]
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A -Ponillo de 10ma de agua (Croquis 1, 1).
ll.-ExcnV1ld6n 10bre el ncmlilndo (Croquis 1, 2).
C.-T únel de acceso o la Cova d~l D ioblc (Croquis T, 5).
0 .-Covn del Diable.
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(Fotos Doñate)
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[page-n-262]
OOSATE. -Rie&:os roma nos del
~lijares
LAM. I V.
[page-n-263]
SANTIAGO BRU Y VIDAL
(Valencia)
Exploraciones arqueológicas en el «fossareb
de la Catedral de Valencia
El Cabildo de la Catedral de Valencia acordó hace unos años la construcción de un Museo Diocesano de planta en la zona del antoguo cemen·
terio parroquial de San Pedro (l), cor;ocido entre los valencianos por el
"Fossareh> y situado en la parte de la catedral recayente a la calle de
Barsella>> (2). Autoriz:ada por la Dirección General de Bellas A•tes dicha
construcción, se realizaron previamente unas exploraciones en aquel lugar (fíg. 1, zona punteada), ya que existía el antecedente de haber apa·
recido restos de construcciones y sepu)cros en el subsuelo de la colindan-
(1) De los siglos xm a XVITI existieron en Vlllcneia cementerios parroquiales, lin•itndos a cntemunicntOI propios de cada parroquia. Ono de ellos fue el do Sw Pedro,
ado~>do al edilicio de la cartdrlll valcnrina y cuya árca se elllend!3 "d
la capilla de San Miguel y el Aula Capirular vieja (hoy, del Santo Cáliz), entrando donno de la mJsma iglosia por la parte donde es hoy parroquia de San Pedro ... ".
MARQUES DE CRUILLES: "Gula urbana de Valencia antigua y moderna". Valencia, 1876, t. n, pág. 82.
]. SANCHIS SIVERA: "Lo
cin, 1909, p:íg. 79.
(2) Con el nombre de "fossar", dado en valc:nciano a los c
cada una de las necrópolis parroquiales citadas, hasta la consuuoción del Cementerio Generlll de Vttlcncia o principios dc:l siglo XIX. m opclativo "fossam" dado al de la catooral hace olusión a su pequeña extensión.
L. TRAMOYBRES: u.Los eemcnlcrios de Valen.cia"- Almannqur. d.: ''Las Provincias'•
para 1895. Valencia, 1894, p:igs. 165-169.
S. BRU Y VIDAL: "El cememe.rio de Valencia y rus antecesores". •'Ln.s PrQvinci:a.s".
Valencia, 1 de nqviembre de 1961.
-215-
[page-n-264]
2
S. DRil VIDAL
te capilla de San Miguel y San Pedro Pascual (3). Si a ello se une la se·
rle de hallazgos habidos en diferentes épocas en el área catedralicia y
sus inmediatas proximidades (4), advertiremos la importancia que la ex·
oloración cobraba para conocer una porción más de lo que fut>ra núcleo
principal de la ciudad romana de Valentía.
Objeto del presente trabajo son los resultados de las exploraciones
~
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Fi;J. l.-Plano d~ la Ca~l de Vokru:ia. En la pene Weriot derecha, d "'foswet" coa
b zom CJ
(3) Al reo&liar obtu de consolidación en esta capilla hace algunos años. Noticia •erbal com•miaada por doo Vic:=te Cutdl, dlrcaor cW Mu- Catednllc:io.
(4) Pan un mayor conocimiento del ir
inmediatos pueden c:onsulwsc, cnu.. otns, lu aiguienteo obras:
J. V. DEL OLMO: "Lhhología o expllcnción de 1u piedras y otna antiglledlldet
hallll.daa en las
que se abrieron pan1 los fundrunentos de la aapUia de N.• Sra. de
los Oes:unpanados de Valeoda ", Valencia, 1653.
J. TEIXJDOR: wAlui¡Oedades de Volmcia. Oboervacloo.. aítiaas donde mn intuu-
'i8•i••
-216-
[page-n-265]
3
llevadas a cabo por el Servicio de Investigación Prehistórica de la Oipu·
tación de Va lencia entre los días 25 de noviembre y 13 de dlc:embre de
1963, en el subsuelo del c
Con anterioridad al comienzo de las exploraciones, por necesidades
de las obras, había sido abierta una gran zanja a lo largo del anttguo «fos·
saret», que dejó al descubierto dos gruesos muros aparecidos casi a ras
del suelo (fig. 2., muros A y B), transversales al corte long itudinal de la
mencionada zanja, muros que dividieron el campo en tres sectores per·
fectamente delimitados (fig. 2, compartimientos 1, 2 y 3). Por circuns·
tanelas diversas solamente pudieron ser llevados a cabo trabajos de exploración en e l sector 3, inicialmente el más reducido de todos (1 '65 m. x
1'20 m.), que luego, por imperativo de los hallazgos en él realizados, fue
ampliada con los subsectores 3 a, 3 b y 3 e (este último comprendiendo
el muro O), con lo que alcanzó la superficie explorada una extensión
total de unos 2'"10 m . x 4'30 m.
Desde el primer momento se pudo apreciar que lo; muros transversales A y B eran de construcción moderna, posibles cimientos de edifi
m
". Valencia, t$95, t. I, pp. 229-230.
P. BBLTRAN VILLAGRASA: "l'!ueva inscripción romana". Ano!es del Cenito de
Cultura Valcndana. I. Valencia, 1928, pp. 169- 170.
N. P. GOME.Z SERR.'\NO: "D'Arqucologja. Excavaclons de Valencia amb moti u dcls
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P. MATBU Y LLOPIS: "Las inacripcion
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P. MATEU Y LLOPIS: ~Halla~~ arqucol6gicos en la plata do la Almoina en 1•
ciudad de Valencia". Archivo de Prehistoria Levantina, m. Valencia, 1952, pp. Z15-227.
J:faa: unos nños, al hacu los clmirntO$ para construir 1• llamada ~c.sa de los Can6rigos", adoll!.da al Palacio Anohispal, en la misma calle de la llan:hilla y a 11D0J diez mt•
=•
rrot del "fossaret", fue.ron b.nllados restos ros:na.nos (cimentAciones, _pavimentos, teias, cer4mica vnrlnda, vidrios, etc.) que extntjo y recogió el Servido de Investigación Arqucol6gica del Ayuolllmiento de Valencia, estando pendiente de su estudio y puhUc:ndóo. En
tlcrnpos del Arzobiapo Mayoral (mediados del siglo XVUJ) ya fueron hrulados restos toll•anos en este mismo lu~r (TEIXIDOR: Op. cit., t. I, p. 2SS).
(S) En 2 de IIlllrzo de 1961, la Comlsarfu Gentnll del Servido de D
encargada de los trabajos de exploración en la carcdral de Valencia, comisión que esmba
irtegrada por don Viceot< Castcll Maiqu.., Dmeficbdo de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana y c!it=or del Musco Diocesano, y don Domingo Fletcher Valls, Apodc.rndo del
Strvicio de D
tiempo se envió • la Dirección General de Bellas Anea el inrorme correspondíente sobre
esm primera cmpa de prospecciones. Váue VICENTE CASTBLL, DOMINGO FLETCHER y SANTIAGO BRU VIDAL: "'nforme oobte la primera elllpa de prospecciones
rnico, vn, l/3. Madrid, 1965, pág. 236.
-21728
[page-n-266]
-218-
[page-n-267]
S
caciones realizadas en la catedral por el siglo XVIII (6). algunos de cuvestigios se advierten todavia en las paredes oriental y occidental
(recayentes, respec tivamente, a la ca lle de la B¡¡rchllla la una y a las ca ·
pillas de San Pedro Pascual y San Francisco de Borja, la otra) .
~
1
2
5
f+-.f+.-rl~..f-..-.;~---4--+-1--
- -2' t1
6
~@~~~~~~~~~7--2'51
· & -2'76
- --
9
~~~~~~~fH,~~~- -
-3'15
~~~~~~~~~~SE~~~~~~~~~~ --10-·3'35
11
!j
F•s- 3.-Cortc esqu&:JÑtico ideal de la ac:aVIIdón.
Comenzados los trabajos en la cuadricula imcial del sector 3, se advirtió
que, en la parte occidental del mismo y tras una primera cap.1 superficial de unos 0'60 m. a 0'65 m. de arena, en la que se entremezclaban
(6) SANCHJS SIVERA: Op. cit.
nota
-
1,
~.
219 -
79 y»-
[page-n-268]
6
So DRU VlDAL
gran cantidad de huesos humanos procedentes del antiguo «Fossaret>¡ y
fragmentos de vasijas medievales y modernas, apareda otra c<~pa finísima, de 3 a 4 cm. de espesor, formada de gravilla de rio (fig. 3) y, po•
debajo de ésta, otra de mayor espesor, unos 0'40 m., con tierra oscura
y apelmazada, en la que habla gran cantidad de escombros de relleno,
encontrándose entre éstos cantos de rio, fragmentos de cerámica roma·
na común de época tardía, trozos de <
de «!erra sigillatall, etc. (7).
' ',
'
1-í¡¡. 4.-Disposición de:! muro romano (C) recubierto de utuoo
muro B lo cona tranSversalmente por su porOón superior,
Por debajo de esta tercera capa afloró otra de un05 6 cm., formada
en su mayor parte por grandes trozos de mortero blancu:?:co, y a continua·
ción de éstos comenzaba una quinta capa de tierra a 1'11 m. de profundidad. Aproximadamente a 1'20 m. apareció la parte alta de un muro
(7) Estos restos ccr:lmicos, al igual que los que a¡¡arecieron en cl!as sueesivos, se ¡uudan, con las •notaciones putiDenkS, en e:! almacén de:! futuro Mu$(() Catedralicio, • arco
de don Vicente Castéll Maiques, para ser expuestos en las salas de:! mismo.
-
220 -
[page-n-269]
7
que al ir descubriéndose se advirtió que iba oblicuo a l corte de la trin·
chera (fig. 2, C) y que tenía embutido en su estructura el fuste de un1
columna de paedra azulada (fig. 2, H y Lám. 1), de 0'57 m . de alto, la
porción superior de este muro está formada en su mayor parte por paedras paralelepipédicas de tamaños diversos, labradas con cierta regulari·
dad algunas de ellas. Practicada la limpieza completa de este muro en
días sucesivos y conocida su altura total (2'30 m.), pudo apreciarse que,
por su cara oriental, estaba enlucido en gran parte con una pasta blancuzca formada por mortero fino y piedras pequeñísimas. El muro trans
versal B cortaba el muro e por su porción superior, discurriendo el resto
de este úl timo bajo los cimientos del B (fig 4)
la capa de tierra oscura que rodeaba la parte superior del muretP
e abarcaba una amplía zona de un metro de altura, situada entre 1'11
m y 2' 11 m. de profundidad. En el la se hallaron, mezclados con la tierra, gran cantidad de fragmentos de «tegulae» planas, con bordes de di
ferentes tipos, algunas de ellas con ampresiones digitales propias de las
tejas de época romana tardía; fragmentos de ánfora, sobre todo picos .,
asas; sigillata clara tardorromana. sin brillo (uno de los fragmentos con
un círculo inciso en la base); trozos de ((imbrlces» de diverso~ tamaños
y cerámica comun de tipos tardíos.
A partir de 2'11 m. y hasta 2'51 m. apareció una sexta capa, de ar
cilla rojiza, en la que se encontraban mezclados con la tierra numerosos
fragmentos pequeños de cerámica, la mayor porte de ellos de cerámica
común y de pasta ciara. Entre lo hallado en esta capa podemos destacar
un trozo de vasija de pasta grisácea, de época indeterminada; tres frag ·
mentos de cerámica estampada rojiza; dos trozos pequeños de estuco
rojo, numerosos de color amarillo (Lám. 11) y un fragmento p"!queño de
sagillata hispánica, brillante y de pasta compacta, de los siglos 11 a 11 1 d .
e (Lám. 11, 8). Aproximadamente a los dos tercios del espesor de esta
misma capa y a una profundidad de unos 2'45 m. hizo su aparición una
especie de suelo apelmazado que adoptaba la forma de triángulo rectán·
gulo (medidas de los catetos: 1 m. y 0'50 m.), formado por grandes b loques de mortero blanco reblandecido a causa de la gran humedaa de esta
zona de la catedral (8); numerosos fragmentos de tégula plana (uno de
ellos con ranura lateral) de paredes gruesas, con la parte llana hacia arriba y a lgún fragmento menor de teja curva de paredes más fines; trozos
de ánforas (paredes, asas y picos) y de otras pequeñas vasijas menores.
(8) Estn humedad ern producida, sin duda, por las proximidad~ de JQs nntigu11 le·
ulnaa canonicales y el poro primitivo dd "fossaret", utilizado desde el siato XIV bul.l
nucsuos cllao.
SANCBJS SlVERA: Op. cit. nota 1, pta. 79, nota 2.
-221-
[page-n-270]
S
S. BRU VW.U.
Al desmontar este nuelo1> o afirmado apareció por debajo del mismo
f:ntre varlos fragmentos de cerám1ca, una capa fina de restos carbonosos
y un gran trozo de tronco vegetal completamente carbonizado. En uno
de los lados y junto a dos bordes de vasija de pasta clara coml:n, apare·
l'ig. S.-Perfiles de fondo• de ,.,..;jos. Tamaño nonmd.
cíeron dos colmillos de jabalí, varios trocitos de estuco y uno mayor (8
cm. x JO cm.) con restos de dibujos policromos verde, verde claro, rojo
y amarillo (Lám. 11, 1).
Entre 2'51 m. y 2'76 m. volvió a aparecer la tierra oscura en la que
se hallaron mezclados los consabidos restos de tégula, aunque en menor
número que en las capas superficiales, fragmentos pequeños de ánfora
y variados restos cerámicos entre los que sobresalen un pequeño frag·
-222-
[page-n-271]
&. "l'OSSJ.RET'' DE LA CATEDRAL
9
mento de borde de vasija campaniente B (fig. 6, a y l.ám. 11, 12), un
pitorro de vaso de sigiltata clara A, de forma 15 (Lám. 11, 9), un frag·
mento de fondo de vaso de paredes fonas, de pasta rojiza, de probable
vigencia entre los siglos 1 y 11 d. C. (fíg 5, a y l.ám. 11, 10); parte de
la base de una vasija de sigillata clara B (flg. 5, by l.ám. 11, 1 ll, un tejo
de cerámica rojiza (l.ám. 111, 3), dos fragmentos de sigillata nispánoca
dE forma 37, uno de ellos borde de vaso (fig. 6, e y Lám. 11, 15) y el
otro con decoración de circunferencias concéntricas en relieve dividida
en dos zonas (Lám 11, 13); un fragmento pequeño de borde de vaso, de
pasta g ris, negruzca por la cara externa y rojiza por la interna lfig. 6, b
y Lám. 11, 16); un fragmento de borde de vaso d e sigíllata clara tardía
(o «imitación de clara») (fig. 8, a), y un trozo de cerámica común de
pasta rojiza.
a
Fig. 6.-Perlilcs de: bordes de vallO&. T>maño natural.
Mediada esta séptima capa, a 2.'63 m., nizo su aparición, pegado al
muro C, un piso de normigón que formaba una especie de p;.vomento
El sistema es el corrientemente usado en infinidad de pavimentos roma ·
nos, con bloques irregulares de mortero con gravil la muy pequeña y cara
plana por arriba, embutidos en una lecnada de mortero de uno$ 20 cm.
de espesor. Mezclado con e l normigón, aparecoó un trozo de «imbrex» de
unos 8 cm. de grueso y un ladrillo pequeño (6 x 9 cm) de :os usados
para pavimentos tipo «spicatum», con mortero pegado en la base y con
señales evidentes de estar coloreado de rojo en la cara superio.La octava capa, muy fina, de uno a dos cm. de espesor, est.1ba cons·
tituida por cenizas y restos carbonosos, procedentes al parecer de algún
•ncendio o restos de nogueras.
Entre 2'78 m. y 3' 15 m. la tierra era más roj iza. En esta capa apa·
reció a una profundidad de 2'98 m. un trozo de estuco de faclura y de·
coración similares al ya conocido de la capa sexta, aunque de "1enor tamaño (Lám. 11, 2) A unos 3 m. surgió un fragmento de cerámica pin·
tada (Lám. 11, 14) y un fragmento de mármol azulado, bruñido que for
maria parte de una plancna de 2 cm. de espesor. Unos 5 cm rr.ás abajo,
o sea, a 3'05 m., nizo su aparición otro piso o afirmado de normig6n y
-
223 -
[page-n-272]
10
S, B1W YIDAL
piedras que abarcaba una superfocie de 0'50 m . x 1'20 m , aoslado del
muro C En esta novena capa se evidenció la disminución de restos cerámicos, aunque los pocos aparecidos superaban en calidad a los abundantes de las capas superiores; apenas estaban representadas ya las «tegulae» fragmentadas, en contraste con la profusión con que aparecían
anteriormente, e igualmente los trozos de ánfora, aunque conlinuaba el
hallazgo de trocitos de estucos rojos y blanquiverdes. Cabe d11stacar la
aparición de un fragmento pequeño de lucerna (Lám. 111, 5), de pasta
rojiza, de época augústea al parecer; tres trocitos de vidrio, el más pe ..
oueño fonisimo y claro; dos fragmentos pequeños de campaniense B, uno
de ellos fondo de vaso con una pequeña corona corcular incisa en el mismo
(Lám 111, 2); un fragmento de sogollata hispánica (Lám. 111, 4); otro
con decoración de dos orlas en relieve (Lám. 111, JO) ; tres trozos de sigillata aretina: el primero liso y con surcos paralelos en la pared externa
(Lám 111, 6); el segundo muy pequeño (Lám. 111, 9) y el tercero, de ma·
yor tamaño, es fondo de vaso en cuya parte onferior se aprecia parte del
sígillum y una orla Ctrcular de estrías paralelas (fig 5, e y Lán> 111, 8),
un fragmento cerámico de pared fina, de pasta roja oscura, con onda~
impresas en la pared externa del vaso (Lám. 111, 7) y uno más pequeño
de pared muy fina, pasta roja y tres estrías paralelas en la parte externa; dos fragmentos de color rojo muy claro, imitación de sigillata tardía
el más pequeño con dos circunferencias concentricas y el mayor, fondo
de vaso (Lám. 111, 11 y fíg. 5, d, respectivamente); un fragmento de sigillata clara B, con barniz exterior y estrlas, producto de la confección,
en la parte interna del vaso de tipo llamado «olpe», al parecer (Lám. 111,
13), por último, dos bordes de vaso de cerámica común y pasta clara (figura 6, d y Lám. 111, 16, respectivamente) y un fragmento de asa, d~
pasta rojiza (Lám. 111, 14).
Una capa de unos 20 cm. de espesor que vino a continuación, situada entre los 3'15 m. y 3'35 m., en la que la tierra apareció más oscura,
die escasos restos, la mayoría de ellos de cerámica campanien!e B y e,
muy pequeños, dando la sensación de haber sido triturados.
A partir de 3'35 la tierra, negruzca, dio muy pocos restos. A los 3'50
terminan los cimientos del muro e, e inmediatamente por debajo de el,
<~pareció leña calcinada, así como tierra con cenizas y materiales carbo·
nizados. Bajo estos cimientos, a 3'65, apareció un bronce Ibérico (9)
(9)
/U de bronee.-1\nverso: Cabezo mosculina, desnuda, mirando a de
trU ddfines (dos delAnte y uno dettds). Reveno: jinete ton palma, y debajo
(1\$~
(CC. A. VIVES: "La moneda hisp!nll:a~. M2drid, 19Z6; vol. 1, pq. !S2, y •'01. D .
14mina LXI, 11).
po<
-224
[page-n-273]
11
(Lám. 111, 1) Alrededor de los 3'70 se halló una especie de empa·
drado que tenía como pieza central y más firme, una piedra de molíno,
volandera, de 0'65 m . de diámetro y 0'20 de altura (flg. 3 y Lám. 1).
3 esta profundidad surgieron las pocas muestras cerámicas de regular lm·
portancia en esta capa final: un pequeño fragmento de paredes finas y
decoración de «piña» a la barbotina (Lám. 111, 15); otro de cerámica co·
mún de coloración rojiza en su cara interna y agrisada en la externa,
dos de pasta gris; uno de pasta agrisada de tonalidad rojiza cl3ra en su
cara externa, en la que se aprecian restos de pintura oscura ¡Lám. 111.
12), Por debajo de los 3'85 m. dejó de obtenerse material arqueológico.
J•ig. 7.-Vooo de pasta clara, hAllado m d sector 3 o, • 2'83 m. de prnfundidad. 1/2.
Terminados los trabajos en el sector 3 y ante la necesidad de ampliar
el mismo, para ver la continuación del muro e y la cara occidental de
éste, se procedió a la ampliación del citado sector, en el que, aprove·
chando el muro e que actuaba de divisoria natural, se establecieron los
subsectores 3 a, 3 b y 3 e (véase croquis fig 2). cuya estratigrafia es afín
a la del sector 3 anteriormente excavado.
En el subsector 3 e, casi al ras del suelo y apena~ omciada la cata
para profundizar la excavación, apareció el muro D, de constitución y
forma parecidas al B ya conocido ( 1'40 m. de a ltura), con el cual se unía
formando un ángulo obtuso (figs. 2 y 4) l..1 parte occidental del muro
e no ofreció ningún onterés especoal, pues era en todo similar a la conocida del lado oriental, aunque sin el enlucido que ésta presenta.
En el curso de la excavación de este subsector, cuya estratigrafía v
rr.ateriales aparecidos son similares a los del sector 3, podemos señalar
como más notable el hallazgo, en la intersección teóroca de lo-; muros e
y D, a 2'83 m. de profundidad, de una vasija completa, de p;¡sta clara
amarillenta, con asa lateral; el diámetro máximo es de O' 162 m y su al·
tura de 0'078 m. (fig. 7 y Lám. IV, 1). Aproximadamente a la misma
profundidad y muy cerca de la anterior vasija apareció un fragmento de
225 -
[page-n-274]
IZ
S. DRU VIDAL
fondo de vaso y pared lateral de siglllata hispánica (forma 37 al parecer),
decorada con metopas, separadas por líneas onduladas y con dobujo ani·
malístico en el interior de la metopa (fig. 5, e y Lám IV, 4), un trozo
de borde de vaso, de imitación de sigillata clara A con barniz rojo interx (fig. 8, b y Lám. IV, 2) y un fragmento más pequeño, también borde
de vaso, de sígillata hispánica clara (fig. 8, e y Lám. IV, 3)
Fig. 8.-Perfilu de bardu de v:uijas. Tllmllño n•oural.
En los sectores 3 a y 3 b se llegó hasta la zanja E, abierto~ en junio
de 1963 antes de que comenzaran los trabajos de excavación, por lo que
ognoramos la cantodad y calidad de los materiales que pudieran aparecer
en ella En el estrato superior, o sea, el comúnmente aprovechado paril
enterramientos en el «Fossareb, se apreció que los hu e~ humanos eran
menos abundantes que en las partes conocidas anteriormente.
Habiéndose llegado a alcanzar la continuación del muro e hacia el
Sur, se comprobó que arrancaba del mismo otro murete más bajo en di·
rección Oeste, es decir, hacia el muro D (fig. 2, F), formando ár1gulo recIo con el e y siendo un poco menos grueso que éste. En la part~ superio·
del muro F, una piedra de forma paralelepipédica (40 cm. x 25 cm. x 22
cm.), con un orificio en la cara superior, daba la impresión de ser la qui ~
cialera de una puerta cuyo posible umbral se vislumbrab:~ (fig . 9 )
Al mismo tiempo se vio que el muro e continuaba hacia el Sur, aunque a un novel más bajo que la parte ya conocida (fig. 2, C' y tig. 9, C')
Los materiales -en los que predominaban los fragmentos de «tegu ·
lae» y de ánforas- aparecieron en estos subsectores 3 a y 3 b muy mez ·
dados hasta los dos metros, debido a que, habiendo sido abierta la zanja E, las lluvias otoñales de 1963 produjeron corrimientos de tlerras, removidas posteriormente por los albañiles de la Catedral Entre le;. hallado
oestacan algunos fragmentos de sigillata aretina e hispánica, que apa·
recieron mezclados con otros de campaniense B y cerámica romana
CO'TlÚn.
226 -
[page-n-275]
EL hFOSSARET'' DR LA CATEDRAL
13
A unos 2'84 m . de profundidad se hallaron dos fragmentos de cerámica de paredes finas, de pasta clara agrisada (Lám. IV, 7 y 1O) y un
trozo de borde de vaso, también de paredes finas, de color <~na ranjado
)' pasta interna muy rojiza (fig. 8, f y Lám. IV, 6), un trocito de sigillata hispánica en el que hay impresa una roseta (Lám. IV, 8) y un pequeño fragmento de aretina de pared muy fina (fig. 8, d y Lám. IV, 9).
C'
F1g. 9.-Dispos.idóo de tos e:Jeme.otos constructivos roJllllllOS de:t sector 3 b,. vistos desde:
d lado Oeste.
El muro F está formado por conglomerados de piedra de rlo, mezcla·
dos con los más diversos materiales para constituir dicho muro: trozos
gruesos de mortero, fragmentos de «laterculum» de diversos tamaños,
asas de ánfora, piedras pequeiias, trozos de cal apelmazada, etc., formande todo el relleno de un <> o tapial romano tan frecuen ·
te en Hispania, según Plinio ( JO). Dicno muro ofreció poca resistencia
31 pico, tal vez por la humedad ambiente en esta zona; su parte más
fuerte y completa es la correspondiente a su próximo empalme con el
muro D (fig. 2), lugar en que se hallaron, a la profundidad de 2 m., vanos fragmentos pequeños de estucos rojos, amarillos, grises y blancos
(algunos de ellos reproducidos en la Lám. 11, 4 a 7).
La cara occidental del muro C', continuación del C, como ya se di¡o
(ver figs. 2 y 9, C'), estaba revestida con una capa de estuco polícromo
(10)
l'lin. Nat. hist. XXXV.
-
22'1 -
[page-n-276]
resuelto en franjas pa ralelas en sentido horizontal blancuzco en la pa•
te superior, a continuación y hacia abajo una banda de color verde oscuro
de 3 cm. de ancha, tras ésta una zona blanca de 12 cm., a la oue sigue
una banda roja de 8 cm. y por debajo de esta última una :ona más am·
plia de color rosado claro (fig. 10). Este estuco, que consthuy<.> un con-
..
..
. .
Fig. IO.-Porci6o occidenbll del murete C' mostrando la I)Orlc utucoda.
junto de bello colorido, apareció muy impregnado de humedad, corno casi
todo lo hallado en esta parte de la Catedral.
Junto a l estuco y en su parte baja apareció, a unos 2'60 m. de pro·
fundidad, un trozo plano de cerámica estampada anaranjada, de fina les
del siglo IV o principios del V, decorado con cuatro circunferencias concéntricas, entre las que queda una amplia zona ocupada por círculos re·
ticulados; el centro lleva un dibujo en forma de roseta (Lám IV, 5).
Al final del muro C, entre los subsectores 3 a y 3 b hizo su aparictón
una especie de desagüe (fig. 2 y fig. 9, G), formado por dos paredes pa·
ralelas de piedras y mortero Sobre estas paredes y como remate hay una
p•edra plana, trabajada aunque no con mucha regularidad. El conjunto de
este desagüe, aunque parece continuación del muro C, no lleva su d i
rección exacta a la de éste, sino que se desvía un tanto hacia el S.E. 1:1
- 228 -
[page-n-277]
IS
suelo del unal se encontraba, aproximadamente, a unos 2'95 m. de pro
fundidad.
La limpieza total de la zanja E y su excavación en la parte baja, per
mitió apreciar, en el talud S W. del subsector 3 b, junto al muro D, una
especie de grueso muro de mortero, en el que se observó que a 0'25 m
Fig. 11.-<::one ..tratígrdtico dcl lado oriental.
y hacia abajo comienza un gran hueco en forma de puerta (o de corredor), de l. m. de ancho por 1'15 m. de altura; por debajo de esta zona
el hueco exuvado en el muro en forma de puerta, torna dirección S.E.
(fig. 11 ). Toda esta porción ahuecada estaba rellena de tierras y restos
diversos y parece obra moderna, al menos apareció por encima de lo que
podemos considerar estratos romanos
- 220 -
[page-n-278]
,.
S. 8&11 VtD.U.
CONCLUSION
Dada la pequeñez del área excavada y el escaso material conseguido.
las conclusiones han de ser, por fuerza, poco amplias. Una co~a se hizo
patente desde la aparición de los primeros niveles: la remoción de tierras que este paraje de la antigua Valentía ha sufrido a través del tiem
po. Como se habrá observado, la estratigrafía no guarda una estrecha re·
ladón con la cronología de los fragmentos cerámicos hallados, prueba
!!vidente de esta mezcla de tierras y destrucción de niveles en otros tiem
pos (11 }. Así, un fragmento de cerámica estampada de finale! del siglo
IV o principios del Y (cronología más baja entre lo hallado} apareció, como se ha dicho, a una profundidad de 2'60 m. -casi al m1smo nivel qu~
un fragmento de campaniense 8-, mientras que por encima dg este nivel hacía su aparición un fragmento de sigillata hispánica datable en los
s1glos 11-111. Con todo, es evidente que en los niveles superiores son más
abundantes las muestras tardias y en los más profundos es mayor el nú·
mero de fragmentos de campaniense B y C, cronología más antigua a que
se ha llegado (finales del siglo 11 y siglo 1 antes de C.). Lo que se aviene
perfectamente con otros hallazgos habidos en Valencia y estudl;;dos cien·
ríficamente.
(11)
SANCHIS SrVBRA : Op. cu. ooua 1, pp. 80-81.
-
230
[page-n-279]
BRU VJ ilAL. 1>1 Fossaret de la Cn l cdrnl
LAllt. l .
[page-n-280]
UK U VIOAI ..
El FossarH tle In Cnl<•dr:tl
I.A~1 .
11.
[page-n-281]
BKU VIOAI,.
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El F ossnrel d r la CatednJ
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Lt\M. IU.
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BRU VIDAL.- El t' ossarel de In Cattdral
1.1\M.
rv.
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ELISEO PALOMARES
(Valencia)
Hallazgos arqueológicos
de Sinarcas y su comarca
ESCENARIO GEOGRAF ICO
La zona de la que nos vamos a ocupar comprende el térmrno municipal de Sinarcas y los términos colindantes de Benagéber, Tuéjar y Alía·
guilla.
El término de Sinarcas tiene uha extensión aproximada de 102 km.
cuadrados y está situado en la parte occidental de la provincia de Valencia. Pertenece al partido judicial de Chelva y tiene sus límites, al N. con
Tuéjar; al E. con dicho pueblo y Benagéber; al S. con Utie,l y Camporrobles y al O. con Aliaguilla y Talayuelas, que pertenecen a la provincia
de Cuenca ( fig. 1).
Las coordenadas del vértice geodésico de Sinarcas son : 899,3 1 m. de
a ltitud, 39'> 44' 3" de latitud N. y 2• 27' 24" de longitlJd oriental del
meridiano de Madrid.
Desde el punto de vis ta geológico, factor drgno de tener en cuenta
en toda labor arqueológica, el pueblo de Sinarcas está situado al borde
de una pequeña mancha diluvial formada por arenas, arcillas a renosas y
calizas disgregadas, que tiehe a poca profundidad un horizonte arcillos?.
Este terreno diluvial está rodeado de fuertes calizas jurásicas con sólo
un pequeño paso de caliza cretácea, que constituyen los terrenos del S.
y E. de la población, y otra capa de rodenos triásicos que forman los ce·
rros, terrenos y cordilleras del N. y O. del término. Estas calizas jurási-
231
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2
B. PALOMo\lU!S
Fig. 1.-Mopa de la Z0N1
-
232 -
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SIN~IIC.\.S
Y SU 00.\IARCA
J
cas, por su impermeabilidad, pues son muy compactas, determo
nan las
cuencas hidrográficas de Sinarcas (rio Turia) y la de Utiel y Caude te (río
Júcar), en cuyos pueblos se presenta una mancha cuaternaria más importante. Casi todos los terrenos que sirven de base y limite a esta mancha
diluvial se han formado a través de toda la Edad Secundaria, como lt)
prueba, además de lo expuesto, la existencia de amonites, terebrátulas
y otros fósiles de moluscos característicos de diversos pa rajes dt:l término
municipal, tales corno las Viñuelas, La Canaleta, Lobos-Lobos, Vallejo de
los Madriles, vertientes del Regajo, etc., etc., así como dos hue~os fósoles
de- gran tamaño, que más adelante describimos.
Topográficamente considerado, el término de Sinarcas es, en líneas
generales, una meseta de unos 850 m. de altitud media, interrumpida
por los cerros Carpoo ( 1.053 m.) y San Cristóbal ( 1.021 m.). situados
junto a la población por su parte S. E y bordeada por el Pocarcho ( 1 305
m.), punto más septentroonal y elevado del término, Peña del Rayo, cerro Mortero y las Blancas, al N.; Valdesierra y la Marica, al E., estriba
coones de la sierra de Utiel a l S. y la Relamina, ill O. Esta meseta se ex·
tiende hasta las proximidades del pico de Ranera ( 1.430 m.), :;otuado en
término de Talayuelas, y está cortada de O. a E. por el arroyo denominado el Regajo, cuyo valle es profundo y muy agreste y esc¡¡rpado, y se ex ·
tiende desde Toba, situada a unos 5 km . al N. de la pobl<~ción. hasta el
Charco Negro, 9 km al N E Cerca de este pintoresco caserfo desaguan
la accidentada rambla de las Surtideras, que corre de S. a N y la del
barranco Borbon Los demás arroyos y torrentes, como el de Raneril
ramblas de la Cobañera, de la Hoz, etc , apenas modifican la planicie por
donde discurren.
En este escenario geográfico ha dejado su huella indeleble el hombre
dt> todas las épocas de nuestra historia, como lo prueban los numerosos
vestigios arqueológicos descubiertos en él y de los que damos una breve
descripción en las lineas siguientes.
11
NOTIC IAS SOBRE LA ANTIGUA SINARCAS
El preclaro hijo de Chelva, Padre Marés, en su Inefable libro titulado
«La Fénix Troyana» (1), atribuye a Sinarcas un origen legendaooo con las
siguientes pintorescas palabras:
(1) V. MARES:
üu
Feni•
tr0)11nil"".
30
Valcocil, 1681
233 -
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4
cSinarcas. Villa en el valle de Chelva, es titulo de Condado, conced ido por el rey Felipe 111 el año 1599. Es fundación de Moro3 y Godos,
según otros. Lo que me maravilla de Escolano es que haciéndolo no le Jé
más antigüedad que del tiempo de los godos; porque de la Arcobriga
fueron fundadores gente de la cuadrilla de Túbal, haciendo cabeza Ar·
caz, hijo quinto de Oslris, uno de los 45 hijos que se atribuyen a Noé,
como dije en el lib. 2, cap. 3 Es mi sentir que esta población tue de los
de la misma cuadrilla que poblaron nuestra Chelva y no quedará satisfecho el lector que no vea lo que diremos más abajo de la fundación de
Chelva, conque mi sentir es que a Sinarcas, la fundaron o Arcaz o su.>
descendientes, o Evandro Arcas, hijo del troyano Eneas, poniéndola el
mismo nombre corrompido con el tiempo la Z en S. Quedó de~truida en
tiempo de los Godos y la reediftcaron los Moros Cenetes, y aludiendo
al nombre de los reedificadores y al que se tenían, le llamaron Cenarcas,
como la nombra Escolano Mas todo esto no fue en el sitto rmsmo que
ahora tiene, sino cerca d~ ella, donde aún en estos tiempos se hallaron y
alcanzaron algunas ruinas, de donde hubo de tomar fundamento Escolano para decir que seria la antigua Arcobriga, por cuanto los más, concuerdan q ue no estaba muy lejos de los contornos del valle de Chelva, por lo
que se infiere de las antiguas memorias de los Obispados. En el tiempo
de la Conquista, D Jatme de Jérica, apartándola un poco de ~u primer
si tio, hallándola arruinada, volvió a edificarla queriendo la llamasen Puebla de San Jaime, como dice Escolano, pero como duraban y estaban muy
vivas las memorias de la vecina Cenarcas, no pudo desarraigarles el nombre. Con esto, casi todo cuanto se ha escrito de Sinarcas, siguiendo mi
!>entir, se concuerda con mucha faciltdad, pues siempre tiene algún fun·
damento, aunque las injurias del tiempo borren las pruebas. Hoy (se re fiere al año 1681) tiene Sinarcas 55 casas. Su Parroquia tiene a más de
1 :~ Rectoría dos beneficios simples. Está a la raya de Castilla, a cuatro leguas de Chelva y a catorce de Valencia»
Muñoz Soliva (2) si túa en este pueblo el famoso templo helénico61cade «Simulacrum Arcas», del que considera se deriva el nombre Sinarcas.
Nicolás Primitivo Gómez Serrano (3), dice textualmente: «Sinarc.as
es un topónimo que me ha preocupado mucho. De momento creo que
significa algo así como «edificaciones elevadas», es decir, «poblado alto
o elevado», y esto daría la probabtlidad de que Sinarcas fuese una de la.s
(.2) R BERNABEU: "Historia etitica y documenlllda de la ciudad de Requena". Requel14, 194S.
(3) N . P. GOMEZ SERRANO, por carta al autor de este anlculo.
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SJNARCAS Y SU COMAliCA
S
poblaciones ibéricas obligadas a bajar al llano por los generales romanos,
posiblemente del cerro de San Cristóbal».
Las afirmaciones del P. Marés, como es natural, no pueden resistir
los argumentos en contrario de la más elemental critica histórica moder na, con la que solamente coinciden en lo referente a la antigüedad del
pueblo, como corroboran los diferentes hallazgos arqueológicos de los
últimos años.
111
HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS
l.-POZO VIEJO
El dla 25 de agosto de 1941, haciendo explanaciones en un terreno
de su propiedad, no lejos del antiqulsimo pozo concejil, el vecino de Si ·
narcas, Alejandro Monterde, halló a la profundidad aproximada de un
metro, una piedra caliza que conserva signos ibéricos encuadrados en una
cartela (fig. 2).
De esta piedra, que actualmente se conserva en el Museo de Prehistoria de la Excma. Diputación de Valencia, hizo un documentado estudio
el docto académico don Pío Beltrán, de cuya mteresantísima monografía (4) entresacamos las siguientes referencias: «la parte conse•vada ttene 78 cm. de alta, 43 cm. de ancha y 12 cm. de gruesa, midiendo la cartela 23 cm. x 23 cm. y teniendo el segmento una altura de 14'50 cm.
Las letras del segmento son de 8'5 cm. y las demás oscilan entre 3'2 y
3'9 cm. Las lineas están separadas por rayas horizontales. La piedra es
de la misma calidad que la utilizada en la construcción del Templo Parroquial, de las canteras del Regajo. Su peso, 85 Kg Es caliza blanda aunque compacta, fácil de labrar y desgastar, por lo cual contieM algunos
signos muy desvanecidos, otros rotos desde antiguo y otros perdtdos más
modernamente al sacarla o trasladarla, como los dos últimos stgnos de 1~
segunda línea.
El epígrafe de Sinarcas contiene 89 signos ibéricos, siendo por lo tan·
to el más largo de los conocidos sobre piedras.
El significado de este escrito es todavía un enigma, pues los conocí-
(4) P. BELTRAN V!LLAGRASA: "La 0$1tb ibbiea de SiiW'CaS. Historia dd ha·
ILuso", Boletin de la Rffi Ac:odemb Española, XXVI, c. CXXJ. Madrid, 1947, p. 245,
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'- r \ LO\i.\U.S
Fia. 2.-Esrelo lbúica de Sinacc...
mientos actuales sobre el lenguaje en que está expresado no han perm: ·
tido nacer una traducción exacta».
Como cerca del lugar donde fue hallada la estela, aparecieron algunas orzas cinerarias, precisamente en las excavaciones que se hicieron
para construir una bodega, podemos suponer que allí estuvo la necrópo·
lis del poblado ibérico de Sinarcas y que la estela, por su formJ y dispo·
sición de los signos, es una lápida funeraria.
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236 -
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SINARCAS Y SU COMARCA
7
Junto a este lugar apareció casualmente un as ibérico de Celsa en
perfecto estado de conservación, y junto al pueblo, en la partida de La
Nevera, el joven Pedro Pérez Hernández encontró el día 1O de mayo de
1956 un as ibérico de Celin (Lám. 111 y IV, 1)
Todavia existen junto al Pozo Viejo dos lápidas romanas que servoan
de pedestal al azulejo de la Virgen de Tejeda, hoy desaparecido, pero
como fueron halladas en la Cañada del Po:r.uelo, las mencion;¡remos en
su lugar.
2. -CERRO DE SAN CRISTOBAL
Estratégicamente situado en el centro de la planicie de Sonarcas, a
unos dos km. al S.E. de la población actual, y de fácil defensa por su pro·
nunciada pendiente junto a la cumbre y porque en la parte meridion:~l,
que es la más accesible, tiene un foso tajado artificialmente ll;¡mado Callejón de los Moros.
En toda su área se han ha llado a flor de tierra y todavía exosten, onfinidad de objetos de diversas épocas, de los que mencionaremos los más
importantes:
a) Máscar;a cerámica.--En mayo de 1960 unos alumnos de Enseñanza Media, hallaron en la ladera septentroonal de este cerro y pr6xim:>
a la cumbre, casi a flor de tierra, huesos humanos y varios trozos de cerámica de épocas diversas, entre los que destacaba por su origll"lal figu·
ra, tosco labrado y antigüedad aparente, un fragmento de máscara de 16
cm. de alto, 11 de ancho y un centímetro de espesor medio, que comprende la nariz con los dos agujeros para respirar, labio superior con orificios para poderle añadir fácilmente plumas, palitos, cerdas, etc., ojos
asimétricos y trente aplastada. El aspecto general es de una máscara grotesca o terrorífica, propia para hacer reir o infundir pavor y la cerámoca
de que está formada es el tosco barro negro con puntit04 brillar.tes en s•J
masa (Lám. 1).
Esta máscara la destinamos al futuro Museo Municipal de Sinarcas, y
caso de no crearse éste, pasará al Museo de Prehistoria de Valencia,
b) Punta do flocha.-Fue hallada casualmente por e.l joven Ismael
Mallea, estudiante de Medicina y vecino de Sinarcas, junto a la cima del
Cerro. De ella se hozo entTega, por el autor de estas líneas, al Musro de
Prehistoria de Valencia, junto con varios fragmentos de cerámica ibérica
de época tardía (fig. 3)
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8
B. P.U.O.\IAJU!S
e) Fíbula de bronce.-Tenemos noticia del hallazgo de una fíbula
de bronce, actualmente en una colección particular.
d) Restos de época romana.-Don Francisco Martínez y Martlnez,
en su artículos «Sinarcas Arqueológica» (5) nos proporciona los siguientes datos:
«En la falda O. del cerro de San Cristóbal se encuentran restos d~
cerámica romana, y que al lí hubo un piso de mosaico romano lo compruE.' ·
ba el fragmento de mosaico que guardamos en nuestra modesta colección
arqueológica, allf recogido, como también los que en las Escuelzs Pías de
Gandía se conservan, encontrados por el ya desaparecido sabio P. Lea•'-
Fig. 3.-Punta de sllex del Cerro de San Cristóbal. de Sinarca5.
dro Calvo, de l Instituto Calasancio, por él también captado en algunas
de sus excursiones investigadoras por aquel territorio. El laboreo de este
punto ha destruido y hecho desaparecer las edificaciones que a llf había.,
existido, en donde se han repetido los hallazgos de objetos, taMbién desaparecidos, pero por los antecedentes se puede afirmar que eran c:f:e la
crvllización romana. Siguiendo .la ascensión se llega a las cimas de los
picos, en donde los restos de cerámica que se encuentra es de tipo ibérrco, no muy abundante en el cerro Carpio, pero si en el de San Cristóbal
que ofrece una singularidad, la de que por bajo su cúspide y en el lado
de mediodía hay un foso tajado en .la peña, artificial. En aquella al tura,
no muy e xtensa, son abundantisimos los restos de cerámica ibérica, destacándose los de ba rro gris muy fino y brillante con la típica coloración
color bistre, de cuyo barro sólo hemos visto en esta estación y en la de
Casa Doñana; piezas enteras pocas; conservamos una pátera y tacita de
barro rosáceo y unas fusayolas de barro negro y ordinario; también se
ven fragmentos de barro neolftico, alguno campaniano y fragmentos de
(S) F. MARTINI!Z Y MARTINEZ : "Sirum:as arquea lógica", Almanaque de "l.u
Provincias". Valencia, 193S, p. 119.
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SINhRCAS Y SU COMhRCA
9
hierro que no se puede deducir por lo pequeños y oxidados a qué objeto
pudieron pertenecer. Por las laderas, vimos en nuestra primera visita pie·
dras de molino de mano, algunas enteras, de la carac:teristica arenisca
roja. Dato interesante; en el colladito que forman los dos picos y con indinación a la ladera de mediodía, se encuentra un pocillo o colocha en
la que mana un mísero caudal de agua al que sin duda abastecía a la
gente de aquel poblado».
El señor Gómez Serrano, en los Anales del Centro de Cultura Valen·
ctana (6), inserta la siguiente noticia:
«Cerro de San Cristóbal de Sinarques.-EI mateix En Senerot va pre·
sentar ceramica ibérica del dit «cerro», recullida en una excursió que va
fer allí. (Materia l dipositat al Centre de Cultura Valenciana)».
La enumeración de restos arqueológicos hallados en este cerro seri!!
interminable, pero como muchos de ellos han desaparecido y otros son
pequeños fragmentos, mencionaremos únicamente las vasijas pequeña>
de cerámica finísima y un mortero con su correspondiente maza termi·
nada en estilizada cabeza de caballo de barro más basto, que conservan
lo!: herederos de Vlctor Agu iJó, y varias monedas Ibéricas, romanas y posteriores (Lám. 11, núm. 4)
3.-CERRO CARPIO
Situado a l E. del Cerro de San Cristóbal y próximo a el, es asimismo
una estación arqueológica interesante. Aunque a simple vista no se observan tantos restos antiguos como en el otro cerro, a finales del pasado
siglo y principios del actua l se hallaron, al roturarlo, varias piezas de ce·
rámica muy fina y monedas, jo que motivó que se hicieran excavaciones
por algunos vecinos, dando como resultado el descubrimiento dP. una pequeña galería cubierta a la que daban acceso unas puertas de madera
gruesa ya podrida con muchos herrajes enmohecidos. En esta galerla se
hallaron infinidad de piezas pequeñas completas de cerámica fina, que
fueron vendidas a varios anticuarios y coleccionistas. Seguramente algu·
nc de los ejemplares de la colección Agulló debe proceder de allí. Todavía
vove el vecino de Sinarcas, Leopoldo Lázaro (sobrino del Sr. Carpio, del
que tomó e l cerro su nombre), que intervino en Las excavaciones, descubrió la citada galería y encontró la mayor parte de los objeto; menc:io·
na dos.
(6) N. P. GOMEZ Sli!RRANO: "Sccci6 d'Alluopologia i Prchistl>rio", Anales del
Ctmro de Cultura ValenciaDa, vtn, 24. Valencia, 1935, p. lSG-192.
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1!. PAI.OMAIU!S
4.-EL MOLINO
Realizando trabajos agrícolas, en 1952, el vecino de Sinarcils, Rlcar·
do Valero, en una finca de su propiedad, si tuada en la partida denomi·
nada El Molino, unos 2 km. al N.O de la población, halló una olla cine·
raria, d~ 34 cm. de altura, con d~ asas y dos salientes perforados, junto
a la boca, y una tapadera, llena de cenizas y tierra calcinada, restos hu·
manos incinerados y un braza lete de bronce, con los extremos rematados
en burdas hemisferas (Lám. 11, 1 y 2).
Este hallazgo se guarda en el Archivo Municopal de Sonarcas.
Junto al lugar de hallazgo de la citada orza se encontraron innume·
rabies fragmentos de cerámica obéroca y muy cerca de allí aparecoó un
molino de mano de piedra rodena.
5.- POCILLO DE BERCERUELA
El año 1926, deshacoendo un robazo en una fonca de su propiedad, del
paraje denominado Berceruela y en las proximidades del Pocillo de Berceruela, 4 km. al Oeste del pueblo, el vecino Leonardo Ramlrez, halló
una posible cabeza incompleta de mujer, esculpida en piedra caliza. Este
fragmento de escultura se encuentra actualmente en el Ayuntamiento de
Sinarcas.
A esta cabeza le falta la frente y tiene mutilada la cara por el arado
y los golpes del pico para extraerla, ya que en un principio no se sospe·
chaba lo que dicha piedra pudiera representar Tiene dos bases planas
triangulares y paralelas, separadas por una distancia de 23 cet1timetros
El lado mayor de la base mide 35 centímetros y la altura del triángulo
20 centlmetros. La parte posterior es una superficie plana rectar.gular de
35 centímetros de base por 23 de altura. Debió formar parte de algun3
columna, friso o grupo escultórico (Lám. 11, 4) Conserva hermosa deco·
ración a base de rosetones hechos a trépano.
Otros objetos de cerámica y piedra tallada de menor importancoa, una
con inscripciones latinas, que conservamos, encon tradas a flor de tierr:t
en aquellos parajes, nos dan la certidumbre de la exi stencia de algun po·
blado o de alguna edificación importante en las proximidades d el hallazgo
No lejos de allí, al pie del cerro denominado La Cabezuela, descubrí·
mos en su parte oriental los restos de un poblado antiguo donde todavía
puede observarse a simple vista la planta de algunas viviendas o edificios
de pequeña extensión, predominando las de forma aparentemente circular u ovalada.
En los mencionados Anales del Centro de Cultura Valenci~na pode-240-
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11
stNARCAS \' SU COMAltCA
mos leer: «Berceruela de Sinarques.-En la mateixa excursió (J. J Senent) va visitar aquest lloc trobant-hi rests del princípi deis metalls, de
la época ibérica i mitgevals (Material dlpositat al C. C. V.)».
6.-CAI'iADA DEL POZUELO
A principios de siglo, en una finca que actualmente posee el vecino
de Sinarcas, Julio Pérez Latorre, en la partida de Cañada del Pozuelo, a
unos 2 km. al Sur del pueblo, en la falda occidental del Cerro San Cris·
tóbal y no lejos de la carretera de Utiel, se hallaron tres lápidas con ins·
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Fig. 4~Upida romana de Cañad:l de
Pozudo, de Sioarcu.
Fi¡. 5.-Upida nxnana de C.nada de
Pozuclo, de Sinan:al.
cripciones latinas y nombres Iberos y romanos; una pila de Esculapio perfectamente labrada y conservada, que desapareció aquella mi~a noche
sin dejar rastro de su paradero; una estatua yacente de mujer con los pechos descubiertos, que también desapareció; algunas monedas romanas y
abundante cerámica fraccionada ibero-romana.
Las aludidas lápidas, dos de las cuales todavia se conservan en las
proximidades del Pozo Viejo, son:
2-U 31
[page-n-294]
12
L P.U.O.\IAUS
(Hübner 4.449)
(Hübner 4.451)
M. HORATIO
MERCVRIALIS
AN LIIX. FABRI
CIA . SERANA .
MARITO. INDVL
GENTISSIMO.
IVNIA
H.S.E.
MARIT
A.S.P.
(fíg, 4)
CVPITA
LACILIV
(N) Phi
ST T L
(fíg 5)
(Hübner 4.450)
L. HORATIVS. M.
F VISERADIN
H.S.E.
que parece referirse a un ta l L. Horacio, hijo de Marco, que conservó el
cognomen ibérico de VISERAD IN Esta lápida se atribuyó a Tarragona
y se ignora su actua l paradero.
7.-LOS CHOTILES
Haciendo hoyos para plantar viña en una finca de su prov1edad, no
lejos de la Cañada del Pozuelo, los hijos de Francisco Navarro, hallaron,
hace cinco años, unas vasijas de cerámica, que se rompieron al extraerlas, que contenían cenizas y restos humanos incinerados, hab1endo sido
clasificada esta cerámica por el S I.P., como ibérica tardía.
También descubrieron una punta de lanza de hierro, con nervios muy
pronunciados en arista (Lám 11, 3).
Cerca de este lugar puede verse gran cantidad de escorias de hierro,
como sucede en muchos lugares de l término mun icipal, lo que prueba
que hubo varias fund1
ciones, bien simultáneas o trasladadas sucP.sivamente de sitio, conforme se Iban agotando los bosques circundantes.
8.-CERRO DE SAN ANTONIO {ALIAGUILLA)
Dominando la llanura que se extiende a! S.E. del térm1n0 de Aliaguilla (Cuenca) y N. de Utiel y Camporrobles, no lejos del término de Sinarcas, el cerro de San Antonio es una fortalezca natural, complet<:da en la
antigüedad con muros formados por bloques de piedra sin arga-nasa, cuyos restos pueden apreciarse en algunos puntos próximos a la c.umbre.
- 242 -
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SrNARCAS Y SV COMARCA
13
Gómez Serrano, en los citados Anales del Centro de Cultura Va lenciana, doce también: «Cerro de San Antonio de Aliaguilla (Cuenca) A d 'aquesta estació arqueol(>gica va trobar el mateix (J J . Senent), ceramica del principo deis metalls». La cerámica que allí se conserva es tos ·
ca, muy antigua y poco variada. Algunos fragmentos están coloreados en
rojo. Esta cerámica ha sido clasificada por el S.I.P. como de fmales de
la Edad del Bronce.
9.- RINCON DE LA MINA (TUEJAR)
Situada en término de Tuéjar pero muy próxima al de Sinarcas y se·
parada del extenso Campo de las Herrerias por la Peña de l Rayo. El Cam·
po de las Herrerias conserva cantidades Ingentes de escorias de hierro
en toda su extensión, lo que prueba la existencia de fundociones en di·
versos lugares.
Esta relatovamente importante mina, explotada en tiempo de la dominación romana y tal vez con anteriorodad, contiene numerOÑIS y pro·
fundas galerías, que no han sido debidamente exploradas porque muchas
se han hundido y resulta peligroso penetrar en ellas.
Según referencias hay una especie de plazoleta o rotonda central con
una pequeña fuente subterránea, y una de las galerías atravoe5a la cordillera del N de Sinarcas y sale por el término de Talayuelas (Cuenca).
De los objetos que se han encontrado dentro de la mona en diversas
ocasiones, hace muchos años (restos de herramientas, cerámica, etc.), no
hemos podido ver ninguno.
10.-LOBOS-LOBOS
Caserío situado a unos 4 Km. al S.E. de la población junto a una fuen·
te y pozo de caudal relativamente importante para aquellos aridos parajes.
En sus proximidades han aparecido restos de edificaciones antiguas, algunas con cimentación completa de piedra labrada, con parte de cuy~
piedras hizo el zócalo de su casa el vecin;, Joaquin Clemente Ramírez.
Según referencias orales y escritas, este paraje se llamab;, «Sacramento», lo que nos hace pensar en la exostencia de alguna ermita o tem·
plo cristiano al que podrían pertenecer dichas piedras labradas
Mucho más interesante desde el punto de vosta arqueológico es el
pcblado antiguo llamado los Casilicios o Casalicios, ya menco
onado por
F. Martinez en el citado Almanaque de «las Provincias» de 1935, en el
que dice textualmente: ccUn tanto separado de la falda de este cerro (Carpio). en la labor de Lobos-Lobos, en un punto que se llama 1o5 «Cacilo-24,3-
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14
E. VALOMAIUlS
cios», se encuentra, a flor de tierra, una linea de restos de edificios cuadrangulares, y en sus proximidades, fragmentos de barro neolítico e ibérico. A poca distancia, y a las espaldas de aquellos restos, están la fuente
y pocillo-fuen te de Lobos-Lobos», donde hay una piedra labrada con la
inscripción 1 H S y debajo 1661.
!l.-RAMBLA DE LAS SURTIDERAS
Lugar donde han aparecido eJ cuerpo de una vértebra y parte de un
hueso de animal fosilizados, de tamaño extraordinario. Hace unos tres
años el vecino de Sinarcas, Eusebio Cremades, halló casualmente en este
paraje una piedra rara por su forma y composición, hallazgo del que nos
dio conocimiento por creer se trataba del tronco de una estatua mutilada, Personados en el lugar del ha llazgo y prosiguiendo la búsqueda en
días sucesivos, apareció casi a flor de tierra el cuerpo de una vértebra
fósil de enorme tamaño y pequeños trozos dispersos del mismo materiaL
Analizado un pequeño fragmento por el docto catedrático de Geología
de la Facultad de Ciencias, don Manuel Marte!, actua l director del Museo Paleontológico «Rodrigo Botet», emitió e l siguiente informe· «Estruc·
tura animal característica de materia 6sea.-Formado por: Materia ósea
susti tuida en parte por carbonatitas, ca lcita y zeolita hidrolizada. - Se
trata de un hueso fósil impregnado en limonitas, que tiene venillas rellenas de calci ta, formadas por fracturación del hueso. - Presenta los
conductos de Havers rellenos por calcita. La limonitizaci6n es !"''ás _
intensa en las osteonas y particularmente en los conductos de Wolkmann. Clasificación: Hueso fósil limonitizado».
Lo más notable de estos fósiles es su enorme tamaño. E) fragmento
d11 hueso perteneciente a una extremidad del animal antediluviano mid~
60 x 40 x 20 cm. y pesa 66 Kg . El cuerpo de vértebra con sólo parte de
,
las apófisis transversales mide 34x 30 x 16 cm. y pesa 12 Kg. (Lám. 11 5) .
Estos huesos pertenecen sin duda a lguna al mismo animal, y por su
forma, tamaño y terreno donde se han hallado corresponden a un dinosaurio de la Edad Secundaria.
12. -LOS CASTILLEJOS (BENAGEBER)
En e l mismo limite de Sinarc:as y Benagéber, frente al caserío del
Charco Negro, 8 Km. al E. del pueblo, se eleva el puntal de Jos Castillejos, dominando el valle del Regaj o en aquella zona. Es un fortín natural,
completado en los sitios de más fácil acceso por muros poco co:1sistentes,
de los que todavía se conservan restos.
-244. -
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IS
A media ladera de este emp1nado montículo existe una profunda y
amplia gruta con estalactitas y estalagmitas, en cuyo tondo parece oírse
desde la rotonda central el curso de una corriente de agua, qu~ bien pu·
diera ser lo de la Fuente de los Baños, situada junto al Regajo y al pie
mismo del montlculo. Si esto fuese asi, los defensores o hab1tantes de
este reducto podrían haberse abastecido de agua sin necesidad de aven·
turarse a bajar al fondo del valle en caso de asedio.
Ll cerámica más antigua recogida en este paraje ha sido clasificada
por el S. l P. como tardo-ibérica, romana y medieval.
13.-VILLANUEVA (BENAGEBER)
L1ndante con el término de S1narcas se halla la aldea de 'V1IIanueva,
perteneciente al municipio de Benagéber En diversos Jugare; próximos
al caserfo hemos pod1do observar a simple vista restos muy fraccionados
de cerámica antigua, probablemente ibérica
14.--CARADA DEL SALITRAR
Desfondando con el tractor una finca propiedad de Florea! Lloria, SI ta en la Cañada del Salltrar, 3 Km. al NO. del pueblo, el tractorista Ru·
bén Darfo Clemente adv1rtió que había destrozado involuntariamente va·
rias vasijas de cerámica que contenían cenizas y restos humanos incine·
rados Av1sados por dicho joven tractorista, nos personamos all í. pudiendo apreciar el destrozo ocasionado, lo que se hubiera podido evitar avisando en cuanto aparecieron dichos restos La erosión había dejado cast
a flor de tierra las urnas cinerarias de esta necrópolis, que hubieran po·
dido extraerse 1ntactas en caso de haber llegado a tiempo. Sin realizar
nuevas excavaciones recogimos algunos fragmentos, env1ándolos al S. I.P
que los ha clasificado como Ibéricos.
15.--CERRITO DE LAS PERAS
Situado a unos 2 Km. al NO. de l pueblo y en el centro de los llama·
dos Cerrltos de Arriba, se halla este escarpado y pequeño montículo que
como lo~ cerritos contiguos, de más fácil acceso, conserva cerámica ibero-romana.
16. -PARTIDA DE SAN MARCOS
En la part1da de San Marcos, 4 Km al N. del pueblo, el joven Domingo Monterde González halló en las prox1midades de una vieja ermita
dedicada a San Marcos Evangelista, una moneda romana de oro de 7'5
-
245 -
[page-n-298]
16
gramos de peso, perfectamente conservada, con el busto de Augusto en
el anverso y las figuras de Cayo y Lucio, de pie, en el reverso. Correspon •
de a la núm. 86 de Cohen (año 11 a. C.). Ignoramos su actual paradero.
17.-FUENTE DE SANTA URSULA
Hallazgos superficiales de cerámica ibénca y de posteriores épocas,
muy fraccionada; gran cantidad de escorias de hierro. Recienten 1ente apa·
recieron los restos de una necrópolis ibérica descubierta por un tractor
al realizar labores de roturación; es de parecidas ca racterísticas a las de
la Cañada del Salitrar.
18.- TEJERIA NUEVA
Estación arqueol6glca próxima a la anterior y de análogas caracterfsticas.
• * •
Con esto terminamos por ahora la enumeración de las estaciones arqueo16gicas de Sinarcas y su comarca, aunque no se nos oculta que de·
ben existir muchas más, pues lo mismo en las proximidades de la población que en los lugares cercanos a pozos o manantiales como la Cana·
leta, la Toba, etc., se ven a simple vista restos de cerámica y de otros
objetos elaborados por nuestros antepasados que, en parte, datarán tam·
bién de épocas remotas.
IV
MONEDAS HALLADAS EN LA COMARCA DE SINARCAS
1.-As de Celin.
2.-As de Celse.
3.-As República romana.
4 .- As de Valentía.
5 y 6.-lmperio romano. Medios bronces de Claudio.
7. -lmperio romano. Medio bronce de Vltelio.
S.- Imperio romano. Medio bronce de Vespasiano.
9.-lmperio romano. Medio bronce de Adriano.
10.-lmperio romano. Gran bronce de Gordiano Pío.
!l.-Imperio romano. Pequeño bronce de Claudio 11 El Gótico.
-246 -
[page-n-299]
SlNARCAS Y SU COMARCA
17
12.-Bronce de los Reyes CatóJicos. Acuñado en Toledo.
13.-Moneda de vellón de Felipe 11, acuñada en Ibiza y contramarcada en Barcelona.
14.---0chavo de Felipe 11 contramarcado en 1655 y otras veces.
15.-Cuatro maravedís de Fel1pe 111 Acuñada en Segovia.
16.-Real valenciano de plata de Felipe 111.
17.---0cho maravedis de Felipe 111. Resellada varias veces en tiempo
de Felipe IV.
18. -Dieciséis maravedís de Felipe IV. Acuñada en Madrid
19.-Sisena de Felipe Y. Acuñada en Valencia.
20.-Real de a ocho de Carlos IV. Acuñada en Méjico.
21.-Cuatro maravedis de Carlos IV. Acuñada en Segovia.
22.-Cuatro cuartos de Barcelona. Ocupación francesa de 18 14.
23.---0cho maravedfs de Fernando VIl. Acuñada er'l Jubia.
24.---0cho maravedís de Isabel 11. Acuñada en Segovia en 1837.
25.---0cho maravedís de Isabel 11. Acuñada en Segovia en 1842
26.-Cuatro maravedís de Isabel 11. Acuñada en Jubia.
27.-Medio real de Isabel 11 . Acuñada en Barcelona.
28. -Moneda de bronce marroquí equivalente a medio ochevo. Siglo
XIX.
-
247 -
[page-n-300]
[page-n-301]
Pi\LOJ\tAnES.-Sinnrcns y ;m comarca
LAl\1. l.
[page-n-302]
PAL O~tARES .-Sln a r c as
y su comarca
I.A :\l. 11.
[page-n-303]
P AL OMAR ES.-Slnnrcas y su coJuarcn
LA M. 111.
[page-n-304]
PALOM t\I!ES.-Sinnrcas y su comarca
l.i\M . I V.
[page-n-305]
JOSE ALCI NA FRANCH
(Sevilla)
Un monolito de Tiahuanaco
en Valencia (España)
La reciente donación de una importante colección arqueológica de
Bolivia, al Museo de Prehistoria de Valencia, donación debida al ex Cónsul de la República Argentina en dicha ciudad, el Licenciado Rubén Vela,
motiva estas lineas, que vienen a destacar una singular pieza d~ esa colección, la cual, por si misma, merece un puesto especial en el Museo
que la conserva actualmente y, sin duda, como veremos en seguida, entre las colecciones tiahuanacotas de todo el mundo.
Ignoramos la mayor parte de los datos que, complementariamente, se
necesitan para situar cualquier pieza arqueológica en su contexto cultural y geográfico: lugar del hallazgo, fecha del descubrimiento, situación
en e.l terreno, nombre del descubridor o vias por las cuales llegó a manos
del Sr. Vela. Tenemos, no obstante, la pieza arqueológica y 111ia misma
es la que nos va a responder a cuestiones de mucha mayor entidad ( 1).
La pieza en cuestión, que actualmente lleva la signatura A·914 en la
colección del Museo de Prehistoria de Valencia es, al parecer, auténtica
y tiene, como vamos a ver a continuación, un valor excepcional para comprender uno de los períodos más interesantes de la estatuaria de la an·
tigua cultura de Tiahuanaco, en el altiplano de Bolivia.
(1) Según Información verbal del dOCto~ Dick Edgar Jbarro Grasso, la pieza qu" e$
objc
del señor Vela, doDMre de l• colección, éste imisti6 en el cadcter de autenticidad de la
pjeza.
-249-
[page-n-306]
2
J.
IU.CINA
DESCRIPCION
La estatua que publicamos está realizada en una pieza monolítica de
58'5 cms. de altura, 25 cms. de anchura máximo y 25'2 cms. de profun·
didad Piedra dura, de color grisáceo oscuro y grano grueso, acaso una
especie de granito o basalto, en la que se ha tallado una figura humana
masculina, arrodillada sobre la pierna Izquierda y con las manos apoya·
da~ sobre ambas rodillas (Lárn. 1)
Su cabeza, de naroz aguileña, ojos resaltados y de figura oval, labios
redondeados dibujando una boca alargada y oval, y barbill¡¡ ligeramente
prominente, se cubre mediante una especie de turbante o gorro circular,
que presenta un adorno en resalte en su parte delantera, dejando al des·
cub1erto dos relieves en zig-zag que representan las orejas.
Ignorando la existenda del cuello -salvo en el plano poste rior- 13
cabeza se asienta directamente sobre unos hombros perfectamente hori zontales, aunque no excesivamente anchos, de los que salen dos brazo~
que se acoplan verticalmente a l torso hasta la altura de los codos, en que
tuercen en un perfecto ángulo recto para ir a descansar las m<>nOs sobre
las rodillas.
El torso, rígido y semicilíndrico, presenta dos pequeños d•scos circu·
lares en relieve que sin duda representan los senos. Lo más Interesante
de la figura se refiere a las piernas: la derecha se hal la doblada, pres~n
tando el pie y la rodilla al frente, mientras la izquierda se apoya direc·
tamente sobre la rodilla, dejando el pie hacia atrás, pie que no ha sido
realizado enteramente. Esa actitud proporciona a la figura un g•an movi·
miento, que contrast¡¡ con la general rigidez de la estatuaria
lf8CO.
COMPARACION
la primera Impresión y el sucesivo estudio del monolito de Valencia,
nos lleva a la comparación con las cinco únicas piezas conocidas del lla·
mado primer periodo o período realista de Posnansky (2). Nos referimos
a las tres estatuas --dos femeninas y una masculina- de Pokotia y a
las dos estatuas de l¡¡ iglesia del pueblo de Tiah uanaco (Lám. 11)
2
(2) A. POSNANSKY: "Tilmamcu. La cuua dd bombrr americano".
York, 1945. Vol. U, p. 169.
1011>0$. N~
-250-
J. J. Augustln,
[page-n-307]
MONOUTO DI TLUIUANACO
J
La actitud de nuestra estatua tiene una apariencia en general semu·
jante al de cuatro de las cinco estatuas mdicadas, ya que en e!>Os cuatro
casos las foguras se hallan aparentemente sentadas, mantenierdo amba>
manos (Láms. 111 y IV) o una solamente (Lám. 11) apoyadas sobre las ro·
dlllas.
Pasando a analizar en detalle cada una de las partes de la estatua de l
Musco de Valencia, podemos observar cómo el gorro con que se cubre.
presenta, una gran semejanza CO'I los di! las estatuas de la Iglesia de
Tiahuanaco (lám. 11) : una especoe de turbante que rodea la c.abeza con
una escarapela o diadema en la parte frontal (3), si bien, tanto el tur
bante como la diadema son mucho más sencollos en la estatua que des ·
cribimos que en las ya conocidas. No debemos perder de vista, por otra
parte, que los gorros de las estatuas femeninas de Pokotia (lám. 111) son,
en líneas generales, también semejantes a los antes d~scritos.
Circunscribiendo el rostro de nuestra estatua, podemos apreciar una
Hnea incisa que, frontalmente, dobuja las cejas (lám. 1), moentras de
perfil viene a señalar acaso la lfnea de un adorno complementario del to·
cado o algo semejante (Lám. 1): acaso una trenza o el pelo, pero de mo·
do muy simplista. Nada parecido hallamos en las otras esculturas salvo
el adorno que deseo ende del turbante en las de Tiahuanaco (Lám, 11) y
en la figura masculina de Pokotia (lám. IV) o en las trenzas talladas con
estilo más realista de las figuras femeninas del mismo lugar (lám 111)
La nariz aguoleña de nuestra estatua solamente es comparable con
una de las figuras femenonas de Pokolia (lám. 111), ya que en las restan·
tes, ese apéndice ha quedado destruodo por los accidentes naturales y no
es apreciable en la actualodad
No ocurre lo mismo con los OJOS, cuyo trazado oval es partocularmen·
te comparable al de una de las figuras femeninas de Pokotia !lám. 111),
sl bien, en general, la doble linea que los circunda aparece coro mayor <>
menor evidencia en casi todas las estatuas de esta serie. Igual ocurre en
lo referente a la boca, cuyo corte genera l es casi idéntico en todas esa>
piezas tiahuanacotas, si bien el labio onferlor recuerda con mayor insos·
tencla la figura femenina mejor conservada de Pokotia (lám. 111)
La proporcí6n general entre el torso y la cabeza es semejante en los
~eis monolitos que estamos comparando· la altura total representa a!go
más de dos veces la altura de la cabl!za (4). si bien, en cuanh) al tama·
ño, la pieza de Valencia es menor.
(3) POSNANSKY: Op. cit. Vol. 1, p. 81
(4) El d
de Tiabu•na:o, 2'ZS. 2.• Idem izquierdo, 2'11. 3.0 Estallla femenina de Pototia, 2'14.
4 • Jdem, de rostro desfigunodo, 2'07. S.• t!stoowa maKUlln:l de Pokotia, 2'Z8. 6.• Estauuo
del Musco de Prehistoria de Valencia, 2'12.
-
251-
[page-n-308]
4
El trazado de los hombros y los brazos de toda esa serie de esculturas
es particularmente semejante, siendo idéntico en espeCial la vista lateral
de una de las faguras femeninas de Pokotia y el monolito de Valencia
(Láms. 1 y 11). De igual modo es semejante e] trazado de las paernas dobladas, sobre todo en las estatuas femeninas de Pokotia y la de Valencia.
Por lo que se refiere a) sexo de nuestra estatua, nada podríamos de cir con seguridad, si nos a tuviésemos a la representación misma, pero
comparando el tipo de senos que presenta nuestra estatua con la evidentemente masculina de Pokotia (Lám. IV) no podemos duoor tampoco en
lo que se refiere al sexo igualmente masculino de la estatua del Museo
de Valencia.
En cuanto al únrco pre representado en nuestro monolito, podemo~
compararlo con los muy semejantes de la estatua masculina de Pokotia
(Lám. IV). Poco o nada podemos decir, sin emba rgo, de las rnanos, y3
que éstas se hallan en general muy deterioradas en las piezas de Tiahuanaco y en casi todas las de Pokotia.
De la comparación que acabamos de establecer entre el monolito del
Museo de Prehistoria de Valencia y Jas estatuas de la iglesia de Trahuanaco y de Pokotia, podemos concluir que .la nueva piez;¡ que hoy publicamos pertenece, sin duda, al mismo grupo de .esculturas ttahuanacota~
an tes aludido. La estructura general, las actitudes, la expresión y buen
número de detalles representativos y estilísticos, nos llevan sin demasiados temores, a esta conclusión. No obstante, si tenemos en cuenta ahora,
el conjunto escultórico constituido por estas seis piezas, la que ahora
publicamos por primera vez tiene sobre las restantes la ventaja, por una
parte, de su mejor conservación -lo que nos permite, por ejemplo, po·
der observar mucho me¡or sus manos- y por otra, un cterto rntento de
expresar ej movimiento, mediante esa asimétrica colocación de pierna y
rodilla izquierda o derecha que implica, por consiguiente, una diferente colocación de brazos y manos. Es posible que una actitud semejante
haya presidido la representación de las dos estatuas de la iglesaa de Tiahuanaco, pero el lamentable estado de conservación de las mismas, no>
impide apreciarlo con tanta perfección como en el caso del monolito
de Valencia.
Importante problema es el que se refiere a la posición cronológicocultural, no sólo de la pieza del Museo de Valencia, sino del grupo de
esculturas al cual pertenece ésta, y en el que debemos finalmente entrar, pese a que el nuevo monolito no pueda proporcionarnos datos aprovechables para aclararlo.
En opinión de Posnansky, tanto las esculturas del atrio de la iglesi.l
de Tiahuanaco como las tres estatuas de Pokotia, pertenecen al primer
periodo de Tiahuanaco que «comenzó con la reproducción re•l ist• en la
-
252-
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MOSOUTO 08 TIAlfUANACO
'
escultura, o como dirían los europeos, con el imJWesionismo, en el qu~
se lm1 ta Ja naturaleza y se procura únicamente dar impresión o concep·
ci6n subje tiva de la realidad» (5). Tal opinión resulta totalmente arbi·
traria y simplista, ya que el conjunto escultórico que estudiamos, por
presentar precisamente caracteres relativamente realistas dentro del es·
tilo escultórico de Tiahuanaco, cabria mejor situarlo dentro de una es·
cala evolutiva en el estadio superior o más reciente, como opinaron In
wards (6) y posteriormente Lehmann (7)
Es, por lo tanto, en una época relativamente reciente, en la que debemos si tuar la pieza del Museo de Valencia, del mismo modo que las
estatuas, ya conocidas, de la iglesia de Tiahvanaco y de Pokotia.
(') POSNANSKY: Op. cit. Vol. 11, p. 169.
(6) R. INWAROS: "Tbe temple ol lht ADcJu••. Loodon, 1884, p. 26.
(7) R. LEHMANN: "Note sur une Nlllt en piure dt Tiahuanac:o~. ""=• de la Prim.,. aeai6n dd XXVII Coagrno lnternac:ional de Amcricanl.sua, tomo 1, pp. 253-260.
lt••tituto Nocio!UI de Anttopologla e Historia. Mfjico, 1939.
-253-
[page-n-310]
[page-n-311]
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[page-n-312]
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[page-n-313]
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[page-n-315]
JOSE DONAT ZOPO
(Grupo Espeleol6gico Vilanova y Piera)
Valencia
Río subterráneo « Túnel del Sumidor»
(Vallada, Valencia)
PREAMBULO
El túnel del Sumidor de Vallada es uno de los fenómenos cárs·
ticos más Importantes de la provtncia de Valencia, tanto por su Ion·
gítud, que en la parte hasta ahora conocida se puede esttmar aproxima·
d11mente en un kilómetro, como por ser un cárst vivo, en yeso, el único
conocido hasta la fecha en nuestra provincia y por 105 problemas que
su exploración y la surgencía de sus aguas han planteado, alguno d~ los
cuales se hallan todavía pendientes.
Como hechos más destacados del procedimiento de su conocimiento,
ftgura e l descubrimiento de sus dos pisos superiores, con las Salas Ban·
cobao y Cavani lles, efectuado por el Grupo Espeleol6gico Vilanova y Pie·
m de la Excma. Diputación Provincial de Valencia, en 1959; la colora·
ción de sus aguas verificada en 1960, junto con el forzamiento del pri·
mer sif6n, con técntca de pulmón libre, y del segundo, con e'cafandra:;
autónomas, realizado por espeleólogos del C. E.V y G.I.S.E D., el des·
censo de las cascadas interiores en 1962, la primera por el citado C. E.V
y el S.A.R del Ejército del Aire, y de la segunda y tercera, realizado
por esta última entidad solamente, y, finalmente, los estudios hidrol6
gicos y morfológicos, realizados en 1963 y 1965, por el citDdo Grupo
Vilanova y Piera.
255 -
[page-n-316]
Fia. 1.
[page-n-317]
TUNHL 01!1.
SU~UDOR
3
SITUACION DE LA CAVIDAD
La boca de acceso a l Túnel del Sumidor se halla en el «Barranc d e
la Saraella» 1 en plena Serra Grossa y término municipal de Vallada (Va·
lencia) (fig. 1); en las vertientes meridionales del picacho denominado
del ffPenyó», exactamente detrás de la «Corda del Castell». Se encuentra en el fondo de un barranco, en su margen izquierda y dr.spués de
pasada una cantera de yesos. Su situación geográfica aproximada es d~
3• 00' 03" de longitud Es te y de 38• 52' 50" de latitud Nortó' (fig. 2)
~ ~
1:81 keu¡;er 13 k.zp-&.u~
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m.
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Flg. 2.
-
257-
16-11.
o
[page-n-318]
J. DO.'
GEOLOGIA LOCAL
La provincia de Valencia se halla situada en la intersección de dos
regiones :e~tónicas de directrices casi normales entre si: la Celtibérica,
al Norte, con sus alineaciones de noroeste a sureste, y la Bética, al Sur,
con sus estructuras orientadas de suroeste a nordeste, exostiendo entre
ümbas una zona de influencias comunes junto con otra de contactos
o enlace de estructuras.
En la :zona del Sur descuella, por su importancia, la Sen a Grossa,
alineación tectónica fundamentalmente Cretácea, integrada por una se·
rie de anticlinales, sinclinales y fallas, paralelos y acordes con la tectó·
nica regional. Esta unidad montañosa, que atraviesa completamente la
Hoja de Canals (794) y penetra en su extremidad Norte en la Hoja de
Játiva (795) y por la Sur en la correspondiente a Onteniente (820), se
halla fallada a lo largo del plano axial de uno de sus anticlin;~les cons·
titutivos, produciéndose a su amparo una tectónica semidlapirica o dia·
porica de segundo orden, con materiales procedentes del Keuper y que
aparecen de forma laminar y discontinua en los asomos de V311ad;~ (en
los que se desarrolla el cárst vivo del Túnel del Sumidor), Montesa,
Cinco Hermanos y el Castlllo de Játiva.
La estratigrafía en torno al Túnel del Sumidor se reduce al Keuper,
al cretáceo, representado por el Cenomanense-Santonense Inferior, y al
terciario, con el Burdigalense.
El Keuper está constituido por margas y arcillas de tonos vinosos
oue, en muchos lugares y en áreas reducidas, pasan a multicolores.
Abundan también y con carácter masivo los yesos, acompañados de los
determinativos jacintos de Compostela, muy numerosos, y de los cuar·
zos ahumados, Incoloros, lechosos, etc., en menor proporción.
El yeso aparece bajo diversas formas y colores: estructuras abigarradas, fibrosas, compactas, etc. En diversos lugares es fácil de aprecoar la
apretada estructura con que se muestran; en otros, tales COIT.O algunos
sitios del Barranco, en las canteras, en el interior del Túnel, etc., se
observa cómo los estratos han sido violentamente plegados, formando
agudos anticlonales, sonclinales, fallas, desgarraduras, resbalamientos, et·
cétera.
Franqueando este ojal triásico, aparece el Cretáceo, piso Cenomanense-Santonense Superior, que está integrado por gruesos bancos de
calizas grisáceas totalmente levantadas, en la región del Cast:llo, como
consecuencia de los empujes diapíricos, bancos que al contacto con el
Keuper se milonitizan, formando potentes dllpósitos calizos, que al que·
dar al descubierto por la más fácil erosión de los materiales d'l Keuper.
-258-
[page-n-319]
Tt1NEL DEL
SU~\tDOa
S
originan estructuras muy peculiares, tales como los Torreones y la Agu·
ja de San Antonio.
Por último, el Mioceno, piso Burdígalense, aparece con las clásicas
margas valencianas, comúnmente denominadas «taps» o «llacorellas»,
constituidos por materiales blanquecinos y grisáceos, y que hacen contacto anormal con la mancha del Keuper de Vallada al Norte del aflora·
miento, probablemente recubriendo algunos de sus asomos.
DESCRIPC ION DE LA CAVERNA
La boca del Túnel del Sumidor, en su estado actual, parece ser la
consecuencia de un doble proceso. Uno, interior y primarro, de erosrón
hacia el exterior y otro, secundario y exterior, producido por las aguas
epigeas que, con carácter circunstancial, puedan discurrir por el mismo
y que debieron aprovechar la existencra de alguna grieta o falla transversal para erosionar en profundidad. Tiene unos 5 m. de longitud, dan ·
do acceso a un pozo de fácil descenso de unos 7 m., a cuyo término se
comprueba discurre un riachuelo cuyo gasto es de unos 300 1./min. en
las épocas de lluvia, calculándose será algo más reducido en las época~
de estiaje
En el mismo lugar de descenso se observa la presencia de dos galerías, que en realidad constituyen una sola dividida en dos por el pozo de
entrada, y que recrben las denominaciones de Río Arriba y Río Abajo
U. primera, tal y como su nombre indica, remonta la corriente y lo verifica con dirección general al Suroeste. Río Abajo es, por igu¡¡l motivo,
la que lleva la dirección de las aguas, discurriendo hacia el Nor·deste.
Remontando el curso del riachuelo, éste se muestra muy ,,ccidenta·
do e irregular, formando pequeños estanques, gours de umbral elástico,
marmitas de bordes, recubiertos por manto calcáreo, grande~ bloques
elásticos, etc. La anchura de la galería es ligeramente variable y oscila
entre los 2'5 m y los 4 m., sin cambios bruscos en la misma. La altura
es mucho más rrregular, variando entre 1'5 y 12 m., mostrando rápidas
alteraciones y produciendo en la caverna un sentido de crecimiento vertí·
cal. preponderante sobre el horizontal.
Para estudiar la caverna detalladamente, dividiremos «Rlo Arriba» en
seis trechos o secciones, según los cambios constitutivos o drreccronales
:¡ue a lo largo del mismo se suceden, debiendo añadir finalmente, para el
conocimiento completo de aquélla, las características de los posos supe·
riores originados sobre la galería principal y de «Río Abajo», con los sí·
fones y cascadas que alli se han formado (fig. 3).
-259-
[page-n-320]
6
J.
A)
ZONA DE «RIO ARRIBA»
DO!IAT ZOPO
l.-Se inic1a la cavidad con dirección media de unos 2500 dur<~nle
un trayecto aproximado de unos 54 m., en el cual la anchura dt la cavidad oscila entre los 2'5 y los 4 m., mientras que la altura, mucho má~
variable, se s itúa entre 1'5 y 1O m. En este tramo se adquiere e-l criterio,
que se confirma en los siguien tes, de que la caverna ha preferido par!l
su crecimiento el sentido de la verticalidad sobre el de la horizontalidad
El curso del riachuelo, muy irregular, disturre tanto por el lado derecho
como por el izquierdo, ocupando el centro o inundando toda la galería v
variando su profundidad entre unos centímetros y el metro y med1o.
IL-A partir de aquí, se acentúa la dirección Suroeste, siendo la d a·
rección media de 2 15' y el recorndo de unos 52 m. 1.<1 anchura oscila
alrededor de los 3 m., y la altura se eleva desde los 2'5 hasta tobrepasar
en algunos puntos los 12 m El curso del agua sigue siendo vilraable, sin
mostrar profundidades de interés. Al término de este segundo tramo se
observa en el techo la presencia de algunos orificios, que posteriormente
se comprobó constituían comunicaciones con departamentos o pisos superiores de la caverna Justamente sobre este tramo se extiende la Sal.1
Cavanilles.
111.-Este tercer tramo, está caracterizado por cambiar varias veces
de dirección en un reducido espacio de recorrido y por corresponder :a
los accesos de los pisos superiores. Su orientación media es de 256•, con
un recorrido de unos 63 m ., siendo el ancho medio de la gale ría de uno;
2 m. Las alturas son análogas a las del tramo anterior, y en el cauce del
~íachuelo aparecen depós1tos de cantos rodados, constituidos por yeso,
pero que aparecen recubiertos por una pellcula de calcáreo: esto hace su·
poner que su deposición es ya algo lejana. En este tramo de caverna que·
dan algunos restos de arrastre y de antiguos cauces cuyas paredes no
llegaron a efectuar su coa lescencla morfológica, quedando hoy colgados
muy por encima del cauce actua l. Al término de este recorrido y por la
pared Izquierda de la galería, se puede efectuar la ascensión a los pisos
y salas superiores de la cavidad.
!V.-Este nuevo recorrido se caracteraza por una anchura mayor que
la ordinaria, entre 5 y 7 m., y por la aparición de algunas terrilzas en el
curso del rio. 1.<1 terraza que se encuentra al término de este trayecto
muestra las sigutentes características: el lado elevado se encu!'ntra a la
derecha del cauce, tiene una amplitud de unos 4 6 5 metros y !>Obre ella
existen cantos rodados cementados en depósito. El cauce actual, que co·
mo hemos .señalado queda en el lado derecho, tiene una anchura de 3 m.,
-
260 -
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TUNI!I. DEL SUMIDOII
7
habiéndose excavado parte de él bajo la terraza, por lo que queda una
comisa de ésta totalmente en el aire y profundiza por ba¡o de ella hasta
un metro
V.- Se origina este trayecto con la llamada «Sala del Desplome»,
continuación de la galería, de unos 30 m. de longitud y cuyo anchura,
bastante variable, alcanza los 8 m., logrando su altura también bastante
discontinua los 10 m. Comienza con un poso llano, aunque sembrado de
grandes bloques elásticos, pero al avanzar nacía el fondo de la misma se
onicia una fuerte pendiente ascendente, entre material elástico en descomposición, causado por el alto grado de humedad que lo empapa, hasta alcanzar en su punto culminante y en relaco6n con el suelo Inicial de>
ascenso, un desnivel positivo de unos 12 m., lo que significa, concretamente, una pendiente del 40 por 100. El cauce se dirige en esta sala
hacia la derecha de la mosma, desapareciendo entre unas rocas. También
en el lado derecho y a medio metro de altura sobre el suelo, apenas iniciada la sala, se encuentra una pequeña fuente de agua dulce, cuyo cau·
dal, si bien muy escaso, ha ido aumentando, según se ha pododr comprobar en las sucesivas v1s1tas efectuadas a la cavidad.
VI.-Este último recorrido comienza a la izquierd<~ de la sala antes
cons1derada, ya en la pendiente que se 1nicia al fondo de la misma, en
donde se presenta un pozo horadado entre materiales elásticos Descendiendo por él hasta su fondo, a unos 3 ó 4 metros, aparece un pequeño
pasadizo que conduce a un laminador de unos 7 m. de longotud, 3'5 m
de anchura y menos de 1 m. de altura, cuyo suelo aparece recubierto de
material arenoso de sedimentación y grava o cantos rodados; a los 7 m.
de recorrido, aproximadamente en el centro, aparece un orificio de salida, pudiéndose continuar bien por él o bien por el laminador (que se
estrecha gradualmente). hasta el final de éste, en donde la cavidad varia
totalmente de aspecto. En este último tramo, de unos 80 m en total
-incluido el laminador-, las formas de la caverna aparecen 'Yiás indecisas, más juveniles, más abortadas, etc., en violento contraste, por ejemplo, con las de la sala grande, que son altamente seniles. Muestra, a partir de ahora, numerosos y bruscos cambios de dirección, pudiéndose, no
cbstante, calcular su orientac16n media en 225•. Los techos ~ mucho
más bajos, las galerías más estrechas y el cauce mucho más trregular,
escondiéndose inclusive en algunos puntos. En uno de sus ángulos existe
una surgencia de agua dulce análoga a la encontrada en la Sal¡¡ del Desplome.
El término conocido de la cavidad se verifica en una galería de reducidas dimensiones, en las que una bóveda descendente entra en contac·
te. con el agua, desconociéndose si la misma posee o no el ca~ácter de
-261-
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8
J•
DO!IAT ZOPO
sifonante. Seria factible, dados ciertos desniveles próximos, abrir un canal de desagüe de la misma, que permitiese adquirir esta seguridad.
B)
PISOS SUPERIORES
El tramo 111 de la cavidad, estaba caracteriz.ado, como se dijo anteriormente, por sus accesos y comunicaciones con los pisos superiores de
la caverna. Utilizando para llegar a ellos el que se encuentra exactamente al final del tramo 111, se puede ascender, mediante una fácil trepa
por la pared izquierda hasta alcanzar un gran anchurón situado aproximadamente a unos 4 m sobre el riachuelo. La marcha se efectúa ahora
en el sentido de aguas abajo, pero desplaz.ados del cauce unos 1O m. como término medio. Este gran ensanchamiento se convierte, nad<> más iniciarse, en una galería de suelo muy regular y formas arqueadas típica:;
d2 la erosión, llamada «Galeria Superior», de unos 8 m. de anchura, que
se va estrechando a lo largo de su recorrido, de unos 40 m., ~iendo su
elevación del orden de los 2 m.
Esta galeria desemboca en la llamada Sala Bancobao, que presenta
unos 20m. de longitud y 7-8 m. de altura. Está formada por una abrup·
ta pendiente de materiales elásticos y orientada en el acceso de Sur a
Norte. Los desniveles son bastante bruscos y al final de los mismos unos
orificios establecen comunicación con el antes visto cauce actual
Exactamente en el extremo nordeste de la Sala aparece lo que es hoy
una gatera de techos muy bajos, en realidad resto de una antigua gale·
ría rellena por los sedimentos, y que tras verificar un antiguo meandro,
con unos 32 m. de recorrido, desemboca en la Sala de Cavanolles. Esta
~la es de menores proporciones que la anterior, pues tiene unos 15 m.
y, en realidad, tanto por su constitución como por su orientación, no es
más que la continuación de la Sala Bancobao. El acceso a la misma se
rtoaliza, tras la salida de la gatera, por medio de unos bloques elásticos
que se empotran sobre el cauce antiguo -que se muestra a ambos lados
de los mismos--, y que reciben la denominación de Puente del Diablo.
Retrocediendo a la Sala BDncobao, en el extremo Noroeste de la misma, aparecen las formas arqueadas de una nueva galerla la llamada uMe·
¿¡a», de unos 40 m. de longitud y en las que se manifiestan algunas in·
teresantes terrazas fluviales o nagelfluh. El ancho de las mismas es de
unos 5 m. y sobre ellas descansa, al igual que en las terraz.as del curso
fluvial actual, un grueso depósito de cantos cementados rodados El cau·
ce, ya abandonado, queda un metro más profundo que la terraza A lo
largo de esta galería, varios pozos la ponen en comunicación con el cauce actual, finaliz.ando en la iniciación de la galería superior.
-
262-
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TUNI!L DI!L SUMUlOR
C)
9
ZONA DE ceRIO ABAJO»
l.-TRAMO ANTERIOR A LOS SIFONE.S
Comienza en el mismo punto de descenso al Túnel y nada más iniciarse nos presenta un corte transversal que nos mues1ra una estratigra ·
fía totalmente vertical, ligeramente volcada a la izquierda, y en cuya
estructura existe predominio de la arquitectura elástica, debido a que los
planos de estratificación del yeso, dada la viscosidad de este material,
especialmente cuando ha absorbido un alto grado de humedad, son incapaces de sustentarse y resbalan sobre sí mismos, originándose ~ntre ellos
estrías análogas a los espejos de falla.
La orientación de la cavema en esta zona es muy regular y, salvo
ligeras alteraciones momentáneas, mantiene constantemente la d irección
nordeste; su longitud, hasta alcanzar la Sala del Salto, donde finaliza este tramo, es de unos 64 m., en tos que se salvan hasta unos cinco de
desnivel descendente. La Sala del Salto presenta ia particularidad de una
pequeña cascada de dos m., en la que hay un variado muestrario de cantos rodados y bloques de yeso.
A mitad del ttinerario de este sector la caverna va mostrando formas
erosivas muy defintdas.
El cauce, que ocupa con frecuencia la totalidad de la galería, mues·
tra abundantes y suaves deposiciones de arena y barro.
II.,.......¡>AREDES Y TECHOS
Desde este punto hasta los stfones, las paredes y techos de la cavidad muestran alternancias de pisos erosivos y elásticos. El perfil de equilibrio es más acusado y aparecen con frecuencia gourgs y marrrttas. Casi
al final de este trayecto se aprecia un tmportante desplome. Los cortes
transversales muestran que la vertical id9d de la estratificación apreciada
t>n tantos lugares de la cavidad, ha cedido a un buzamiento hacta el NW
del orden de los 300, pero que además existe una fractura con desplaza miento aproximado de un metro, siendo más elevado el sector izquierdo
que el derecho. Su longitud es de unos 84 m.
111.-LOS SIFONES
A continuación del citado recorrido Rio Abajo - 150 m. tnl y como
!e ha dicho--, se encuentra el Sifón Sospedra, primero de los dos cono
cídos que se presentan en la galería, que cuenta con una long itud de 2
metros, lo que supone un poco más de recorrido, y con un estrechamien-263 -
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10
J.
DON.\T ZOPO
to máximo de 50 cm. Salvado este sifón, se llega a la llamada Sala del
C.E.V., de reducidas dimensiones, con unos 2 m . de ancha, 5 m de larga
y 2-2'5 m. de al ta, que se encuentra parcialmente inundada, con un ban·
co de a rcilla en su parte central. Concluye con el Sifón Agost, último de
los descubiertos, de una longitud de unos 3 m. y anchura un poco mayor
que la del anterior sifón, y finaliza desembocando en la «Ga lería Nueva».
El nivel del agua en esta sección es de unos 50 cm., siendo la distancia entre la entrada del primer sifón y la salida del segundo de unos
10 metros.
IV.- LA GALERIA NUEVA
Hemos de indicar en primer lugar, que todos los datos de este úl timo
tramo o recorrido son menos concretos, debido a que el estudio geoló·
gico y topográfico del mismo ha sido sacrificado en aras de una mayor
rapidez de exploración, en la que e l problema tiempo era factor primord ial.
No obstante, se ha comprobado que una vez pasado el segundo sifón,
el Túnel presenta características que siguen las lrneas generales anteriores de estratigrafía, tectónica, orientación, etc., continuandp a lo largo
del llamado «Corredor Donderis», de unos 65 m. de longitud, que presenta tres caídas o desniveles fáciles de salvar, de 2, 3 y 4 m. y algunos
embalses de profundidades que oscilan entre los 20 y los 1 lO erro Al final
.
del mismo se presenta una calda transversal a la galería, de unos 40 m.,
que se conoce con el nombre de «Cascada Llopis». Al pie de la misma
se abre una gran estancia, la Sala S.A.R., que se prolonga durante unos
20 m. hasta finalizar en una segunda cascada de lO m. de caída. El río
continúa por una nueva galería de 40 m. de longitud que concluye con
un nuevo salto en la «Cascada Elorriaga», de 30 m., la mayo•· parte dtl
lo~ cuales se descienden en voladizo, al final de la cual se abre una nue va galería de 150 m. de longitud que desemboca en Ja sala
Piera», de grandes proporciones, concretamente 75 x 30 x 20 m., que va
estrechándose hasta continuar por un nuevo corredor de 20 m ., ll amado
«Galería Terminal», por cuyo piso base discurre el riachuelo hasta
desaparecer bajo la bóveda superior, que va inc.linándose hasta tocar
las aguas, al final de este corredor, en el último lugar explorado del Túnel que nos ocupa, ignorándose en qué forma proseguirá la cavióad a partir de este punto.
EL PROBLEMA HIDROLOGICO
Desde que el Túne l del Sumidor de Vallada atrajo la atención de los
espe leólogos, se plantearon inmediatamente varias cuestiones, a cuya so·
lución se orientaron la mayor parte de los esfuerzos:
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'I'UNI!L DHL SUMIJl()R
A)
B)
11
Origen de fas aguas.
¿Surgían al exterior posteriormente? ¿Dónde?
El origen de las aguas es en realidad el problerNl menos Impor tante.
Quiza podría adelantarse algo en su resolución empleando el procedimien to antes indicado de provocar el descenso del nivel del agua de la última
galería. Pero con ello, de obtenerse algún fruto, sería más bien de tfp?
espeleológico que hidrológico. EJ lograr algunos metros más de cavidad
o el disfrutar de acceso a alguna nueva sala, no resolverían nada en absoluto sobre el origen de las aguas. Este debe considerarse como e) resu ltado de la unión de diversas aportaciones activas e intermitentes, cu·
ya reunión da la corriende considerada. a lo que se aduce la prueba práctica
y real de Ja fuente existente en la Sala de) Desplome, y la qu~ se halla
tras el Laminador.
No obstante, no deseo dejar de señalar cómo, remontando el Barranco
de la Saraella, a poca distancia, existen unas amplias torcas, y conocido
el origen de esta clase de manifestaciones basado normalmente en el des ·
plome de bóvedas de cavernas, ocasionadas por la disolución y erosión
del subsue lo por corrientes subterraneas, considero factible rela.;ionar la corriente del Túnel del Sumidor con estas torcas, las cuales podrían constituir una prolongación de la cavidad aguas arriba.
El problema más importante era el de averiguar hacia dónde se en·
caminaban las aguas, es decir, investigar si éstas constituían posteriormente una resurgencia activa o si bien, por el contrario, alimentaban ülgún depósito subterráneo de manifestación no exteriorizada.
Por métodos topográfico-geológicos, se determinó como surgencia activa probable de las aguas del Túnel del Sumidor, la «Font de la Saraella», sita aproximadamente a unos 700 m. del Túnel y a unos 140 m. del
desnivel Para confirmación de esta suposición, se recurrió a la coloración de las aguas de la caverna. Fue efectuada el 16-7-60, a las 22'30
horas, empleándose como indicador 600 grs. de fluoresceína . Fue avistada la c;oloración en la fuente supuesta el 20 de julio, es decir, una;
84 horas después de efectuarse el teñido de las aguas del Túnel, verificado junto a los sifones, en la galería Aguas Abajo. La distancia de re ·
corrido total en linea recta o ideal es de unos 550 m. (posteriormente,
lograron recorrerse unos 350 m. topográfkos en la cavidad) 1 e.l desnivel
de unos 140 m. y la pendiente del 40 por 100, a base de conductos caso
horizontales y bruscas cascadas. La velocidad horaria de recorrido fue
de unos 6 m. escasos, debiéndose probablemente su lentitud a la exis·
tencia de sifones retentivos y bóvedas sifonantes.
Resuelto el problema hidrológico, se planteó inmediatamente otro
el contenido mineralógico de las aguas.
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12
). DONIJ 'ZOPO
En una misma fecha se tomaron tres muestras de las agu~s, correspondiendo a tres lugares distintos. Una de la boca de acceso a la cavidad
Otra en el inicio del Sifón Sospedra, y la tercera en la Fuente de la Sa·
raella. Remitidas por e l Ayuntamiento de Vallada al Laboratorio Químico
del Instituto Provincial de Sanidad de Valencia para su anális:s, los re ·
sultados obtenidos fueron los siguientes:
MATERIA ORGAN ICA
En la boca del Túnel, de fácil acceso a toda clase de residuos vegeta·
les e insectos, la materia orgánica va lorada en líquido ácido y expresada
en oxígeno se manifestaba en 2' 4 mg. por litro. En la boca del Sifón Sos·
pedra, tras un recorrido de unos 150 m, sin recibir aportaciones de material vegetal, la cifra descendía a 2'3 y que finalmente, tras un reco·
rrido mayor por la zona de detrás de los sifones, y su filtrado por el te ·
rreno hasta la reaparición de las aguas en la Fuente de la Saraella, se
r educia sensiblemente a 1'6 mg. litro.
ACIDO SULFUR ICO Y CAL.
Las cifras que respectivamente obtenemos para ambas materias son
en mg. por litro 244/365 en boca del Túnel, 265/396 en Sifón Sospedr3
y 312/418 en la Fuente de la Saraella. SI consideramos que la cavidad
está excavada en material yesoso, estos elevados índices de ácido sulfúrico y ca l pueden considerarse normales, así como su crecimiento.
MAGNESIA
Su lndice de crecimiento es normal y pasa de 118 mg. por li tro en
la boca del Túnel, a 137 en e l Sifón Sospedra y a 192 en la Fuente de
la Saraella. Por otra parte, también la proporción cal-magnesia, en relación con el ácido sulfúrico, parece bastante constante.
CLORO EXPRESADO EN CLORU RO SOD ICO
El grado de crecimiento de este producto entre la boca del Túnel y
el Sifón Sospedra, parece ser bastante normal. Sin análisis exacto, parece
se mantiene también normal entre el Sifón Sospedra y la Galerfa Terminal, siendo entre esta ú.ltima y la Fuente de la Saraella cuando se produce la anormalidad en cuanto a la cantidad de producto disuelto.
El análisis efectuado por e l Instituto Provincial de Sanidad de Valencia, establece para la boca del Túnel la cantidad de 1.216 mg/1, mien -
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TUNE!. DRL SUMIDOR
13
tras que 150 m. después, la con~;entración salina era de 1.411 mg/1.,
lo que suponía un aumento en ese recorrido, de 195 mg/1. de sal, y dado que desde el extremo explorado del Túnel hasta la Font de Ja Saraella
existe un probable recorrido de 600-900 m. de curso, podía cakularse
teóricamente para la surgencia, en condiciones normales, una salinidad
media máxima de 2.581 mg/1. Sin embargo, el análisis de la fuente daba
una concentración de 39.681 mg/1., es decir unos 37.000 mgjl. más de
los calculados; en cambio, las otras cifras indicadoras de las concentraciones de ácido sulfúrico, cal, magnesia, etc., habían crecido proporcional y adecuadamente.
Este desacompasado crecimiento podría efectuarse bajo la condición
de existencia de un domo sa lino a través del cual circula la corriente, o
bien en la presencia de una lámina salina, suposición esta última quizá
mucho más adecuada, dada la tectónica semidiapirica en que se desarrolla
la cavidad.
Calculando una media de 250 l. de agua por minuto, probablemente
corta, ~upondría un gasto, exclusivamente de CINa, del orden de lo;
13.800 Kg. diarios, que anualmente constituirian un vado de unos 2.400
metros cúbicos; es decir, que el equivalente sería una galería de 160 m.
de longitud por 3 y 5 m. de ancha y al ta respectivamente, o a la inversa.
Relacionando e l espacio vacío anualmente dejado por la sal disuelta
con el factor tiempo, se llega a la conclusión de que el terreno montuoso comprendido entre la Galeria Término y la Fuente de Id Saraella
debe presentar oquedades de considerable volumen en su interior, cuya
consecuencia podria ser, en e l transcurso de los años, la formación d torcas al exterior, por hundimiento de bóvedas interiores.
También puede suponerse la existencia de algún afluente al curso
actualmente conocido del TúneJ del Sumidor, pero ello supondría un aumento Importante en el volumen de agua de la Fuente de la Saraella, so·
bre la circulante por el interior de la cavidad, el cual no ha sido apreciado todavía. Por otra parte, el indice de salinidad de este afluente deberí'l
ser todavía más elevado, ya que al producirse la confluencia de ambos.
éste descenderia.
Ahora bien, algunas circunstancias concurrentes fuerzan a pensar que
esta elevada disolución salina es bastante moderna. Par.;¡ ello ;)bundo en
la división de la mecanica hidrológica en dos periodos; el preeoirogéníco
y el epirogénico. La disolución salina, realizada entfe la surgencia primitrva y la actual, corresponde al periodo epirogénico o más reciente, e in·
cluso, dentro de éste, es muy probable que, dado el bajo indice de disolución del yeso en el agua, la disolución salina corresponda a un período
bastante avanzado del mismo.
-
267-
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14
J. DONA'[ ZOPO
ESPELEOGENESIS Y MECANJCA HlDROLOGJCA
El recorrido efectuado a lo largo de toda la cavidad, nos ha propor·
donado elementos de juicio valiosos para el estudio de la misrua.
Las paredes de la caverna, libres de recubrimientos o mantos ca lcáreos, muestran su peculiar estratigrafía, mientras que a lguncs bruscos
cambios de tamaño en las secciones transversa les de la cavidad permiten
apreciar claramente la existencia de un agudo antidinal.
Este es fácilmente observable en la Sala de.l Desplome, pt>ro dond~
muestra mejor todos sus detalles, es en la conjunción de la Galerfa Superior con la Sala Bancobao, cuyo brusco cambio de sección nos mues1 ra
la existencia de un agudo plegamiento concéntrico paralelo, típico de lo.;
materiales viscosoelásticos, y en el que solamente podemos distinguir la
parte de pliegue propia del movimiento vertical. A lo largo de este an ·
1idinal se ha desarrollado ja cavidad, hasta el punto de que la Galería
Superior y las salas Bancobao, Cavanilles, del Desplome, etc., rnanifies·
tan hallarse plenamente practicadas en la charnela del pliegue, mientras
que la Ga lería intermedia y la inferior se extienden por completo en los
flancos verticales y tienen los materiales orientados en dicha posición.
Río Abajo, entre los sectores 1 y 11, se inicia una nueva visión estratigráfica, ya que se observa un buzamiento 30• Norte, asi como la exis·
tencia de una fractura con desplazamiento de una de sus partes, aproxi·
madamente del orden de un metro y, en general, coincidente con el cor·
te longitudinal de la galería.
El elemento constitutivo de la cavidad es el yeso; aparece €•n su ma ·
yor parte en gruesos e interesantes bancos grises; pero también se pre·
sentan con frecuencia los cong lomerados, los yesos rojizos, etc. En algún
lugar hemos podido apreciar la existencia de depósitos de margas yeso·
!>aS, en un estado que podríamos calificar de mi lonitizado.
En conjunto, estas observaciones nos han sido decisivas para deter·
minar la mecánica hidrológica de las aguas del Túnel de l Sumidor y su
génesis, ambas tan ligadas que procederemos conjuntamente a su estudio. Para conseguirlo vamos a referirnos a puntos concretos de )a cavidad y sobre ellos establecer nuestras hipótesis.
El sector Río Arriba, a la a ltura de las galerías Superior y Media, es
un punto idea l para ello. Como es lógico, iniciamos nuestra consideración
imaginando que la corriente hídrica circula por la Galería Supel'ior, des·
emboca en la Sala Bancobao, la atraviesa y se dirige, por la gatera, a la
Sala Canavilles; la prolongación a partir de este punto será comentada
aparte.
Como segunda fase puede considerarse la formación de la Galería in-268 -
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1
'I'UN'R DEL SUMlDOfl
••
1ermedli1, con lo cual, los aportes hidricos abandonan la Galería Supenor
y pasan del nacimiento de esta última a la ontermedia, Sala Bancobao,
gatera y Sala Cavanilles
Esta segunda fase ha iniciado ya un desplazamiento lateral del cauce
del rio, y que se ve apoyado por el pronunciado buzamiento del antlcli·
nal de la Sala Bancobao.
Sigue una tercera fase, en la que la sedimentación supera a la tuer
-:.l erosiva y se forman terrazas muy bien definidas, constituidas por fi
nos materiales detríticos, y que se observan en la Galería Intermedia y
gatera, con acusado régimen laminar en las aguas circulantes. Esto cons
tituye un proceso de formación de un Nagelfluh, bien definido pero
poco potente
Ante la cuarta fase o de rejuvenecimiento del curso acuífero nos podemos plantear las hopótesis de aumento de caudal o de modificación de
la pendiente media.
Un aumento de caudal supondría una fuerza erosiva actuante SO·
bre la totalidad del cauce, especialmente en los casos como este en que
es completamente llano. Por ello, hemos de de~echar esta pos;bilidad ~
oncllnarnos por una alteración del equilibrio de pendientes como solución
al caso, y como característica especial, lo que podemos considerar como
una nueva traslación del cauce, ya que, aún circulando por el rnismo, la~
aguas lo efectúan por el punto más alejado del curso hidrico inicial.
A partir de esta cuarta fase, observamos numerosos pozo; o simas
que ponen en comunicación esta~ galerías elevadas con la actual¡ si exceptuamos aquellas en que hayan podido intervenir los procesos elásticos,
las restantes, de tipo erosivo, no serán sino distontas fases de un proceso
regresivo que culminaria en los pozos existentes en la Galería Medía, y
que en bloque podemos denominar como fase de regresión o quonta fase
Ahora bien : la Galeria Superior se inicia en ella misma, es decir, no
posee prolongación de ningún tipo hacia el interior. Por lo tanto, hern.>s
de considerarla como originada por la acción de las aguas a:.~tóctonas.
Tampoco siguiendo Rio Arriba, ni siquiera en la Sala del Desplome, nos
permite observar la existencia de un piso superior, ni restos morfológicos
que lo atestiguasen. Todo lo contrario ocurre caminando hacia la salida
de la caverna, hasta el punto de que algunas galeo ias o conductos asoman sus bocas todavía inexploradas y cuya Incógnita está aún por desvelar. Estos rest<>s morfológicos adquieren una importancia tal que roos
h&cen prever la existencia, en un momento determonado, de dos corrientes hídricas actuando aisladamente, a saber: una superior originaria de
las galerías Superior y Medía, y otra inferior, correspondiente a la del
cauce actual.
Considerando las galerlas inferoores, en un sector análogo al estudia269-
[page-n-331]
16
¡.
DOIIAT ZOPO
do en las superiores, hallamos un fenómeno parecido al de la G~:~leria Me·
dia, es decir, cortes transversales con bóveda superior amplia y arqueada,
de formas seniles, sobre cuyo piso se ha edificado igualmenre una te·
rrau, Nagelfluh, de bastante espesor y realizado luego una traslacoón
lateral del cauce, con un rápido descendimiento del mismo.
Es decir, que existe tal paralelismo morfológico entre la Galería Medla y la Inferior, que nos hace suponer la existencia de agentes condicionales tan absolutamente idénticos, como podría proporcionarlos una
análoga cronología para ambas cavidades.
La Sala de l Desplome, de elevadas bóvedas, es parcialmente el pro·
dueto de un gran hundimiento, cuyos restos morfológicos se manifoesta'l
en la gran escombrera del fondo de la sala. Dichos materiales se desplomaron sobre el cauce primitivo y forzaron a éste a inicoar un proceso
erosivo sobre los mismos, dando lugar al Laminador, cuya diferencia de
altura en bóvedas con el resto de la cavidad queda explicada por su ma·
yor juventud.
Es decir que, como resumen, podemos señalar que la cavidad ha tenido varios orígenes (actualmente, a un mismo nivel, se conoce un apor·
te hídrico principal y otros dos secundarios), que éstos han pervivido en
cronologías idénticas, y que fenómenos de tipo geológico, ajenos a la
cueva, fusionaron sus aportes hasta que, posteriormente, cesaron los más
elevado$.
ESPELEOCRONOLOGIA
La cárstica valenciana, en cuanto a su cr~nología, dispone de un hecho geológico perfectamente datado y que revolucionó tan profundamen·
te la hidrografía del país, que sus huellas, tanto la hipógea como la episea, se hallan muy patentes.
El cuaternario, durante las fases pluviales, proporcionó a la .:árstica un
régimen estable de plenitud hidrica totalmente favorable para su desarrollo, el cual se manifiesta a través de las innumerables cavidades que
se prodigan por el ámbito geográfico de la provincia, especialmente en
aquellas en que la estratigrafía y la tectónica del terreno eran aptas para
ello, mostrando ora cavidades de tipo surgente, al amparo de f¡¡llas o de
buzamientos estratigráficos adecuados, ora sumideros, mucho~ de gran
desarrollo, consecuentes estos últimos de drenajes epigeos de gran envergadura.
Las fases pluviales cuaternarias fueron paulatinamente reg•esando y
con ello las corrientes hidricas, mermadas en sus caudales, perdieron par·
te de su fuerza erosiva y en algunos puntos desaparecieron, ccn lo qu'!
fenecieron muchas cavidades, entrando en vías de fosilización.
-270-
[page-n-332]
TUNU. DSL S11MIDOR
l7
En muchos cauces, esta disminución de caudales hace que los regímenes hidricos pasen de turbulentos, con gran poder erosivo, a laminares, en los que la potencia de arrastre de las aguas disminuye hasta el
punto de permitir la sedimentación, lo que ocasiona ciertos rt!llenos de
los mismos y la presencia de formas más redondeadas o más se'liles.
En pleno Cuaternario, modernamente, se produce un lento movimiento epirogénico en la provincia de Valencia y parcialmente en las de Castellón y Alicante. Este movimiento produce una paulatina aunque sensible elevación de las costas. Consecuentemente, las corrientes hldricas SI'
ven forzadas a buscar más normales perfiles de equilibrio, Iniciando, para
ello, una nueva fase erosiva. Este movimiento epirogenético, en el cual
parece que nos hallamos todavía, modifica profundamente el perfíl de los
drenajes epigeos, los cuales, de las formas seniles o redondeadas, pasan
rápidamente a agudísimos perfiles en V, creando profundos tajos. En el
subsuelo, las aguas subterráneas que circulaban por las cavernas, se ven
1mpelldas a profundizarse igualmente, originando procesos regresivos y
abandonando cavidades y sistemas ya abiertos al espeleólogo, e inician
nuevos procesos cársticos.
En las zonas del Keuper los materiales a erosionar, yesos, margas,
etcétera, son blandos, siendo la acción erosiva rápida, con lo que los perfiles de equilibrio hidrico son rápidamente alcanzados. Así, la fase pluvial se debió caracterizar por una fuerte erosión; la regresiva, por una
rápida deposición de materiales o sedimentación, y finalmente, la epirogenética, con un nuevo proceso erosivo que se Iniciaría sobre los materiales depositados con anterioridad, marginándose los cauces hidricos con
terrazas laterales, de espesor variable y condicionado a la Importancia de
las corrientes y arrastres de cada una.
Terrazas de este tipo se han podido estudiar, dentro de nuestra región, en las márgenes del Rio Escalona, en la linea regmagenética que
constituye «la Canal de Navarrés», junto con el fenómeno cárstico de
la Cueva del Yeso, originada a posterior! de la fase pluvial, ya p1cnamen
te en medio del proceso de epirogénesls. Ultimamente, se han podido
apreciar estos restos en el «Barranc de la Saraella», con ocasi6t1 de nues·
tro actual estudio y por vez primera en un cauce subterráneo, de form3
que nos ha permitido observar la correlación entre los fenómenos geol6·
glcos últimamente citados.
A este fin, podriamos señalar el origen de las galerías Supe• ior y Media, así como la parte más elevada de la Inferior, como procedentes pro·
bablemente de los pluviales mediterráneos. Aunque también podrían haberse originado en la fase regresiva en los depósitos de material de
arrastre que con carácter elevado hallamos en las galerías Med•~ e Inferior, auténticos Nagelfluh, y finalmente, durante la fase epirogénica, en
-
271 -
[page-n-333]
18
¡, DONAT %0PO
el nuevo proceso erosivo que produce la traslac1ón lateral del cauce y de·
ja colgados los Nagelfluh.
El examen morfológico del Barranco de la Saraella todavía nos seña
la la presencia, a cierta altura, mucho más próximo a la boca del Túnel
que al nacimiento
surgencia abandonada.
Con ello, el mecanismo hodrológico y la cronología del Túnel del Su·
midor se complica más todavía, ya que supone la génesis longitudinal de
la cavidad dividida en dos periodos. Uno más primitivo y en el que las
aguas del Túnel surgidan en este barranco a un n1vel superior al actuill
y otro posterior, coincidente con el período epirogenétlco, y ~n el que
las aguas, al abosmarse, abnesen nuevas galerias, hasta surgir por la ac·
lual fuente de la Saraella. Con ello quedaría demostrado que el proceso
epirogenético había producido descensos de novel (erosión sobre las te
rrazas), consecuencia de su necesidad de abismamiento, compensados a
su vez con la prolongación de las galerías.
CONCLUSION
El Túnel del Sumidor de Vallada es una cavidad alojada entre los pli'l•
gues de un anticlinal yesoso del Keuper, el cual, a su vez, aflora co-.
tectónica semidiapirica en la charnela de un anticlinal cretáceo fallado
longitudinalmente a lo largo de la Serra Grossa.
La caverna, cuyo recorrido es aproximadamente de un kilómetro,
muestra en la actualidad tres cauces a distintos niveles o pisos, debiendo
su origen todos ellos a la acción erosiva y disolvente de las aguas hipé·
geas. Los dos cauces superiores tienen un origen hidrico común y forman
entre ambos un sistema hidrográfico de componentes distintos, aunque
concordantes en su geología, morfología, mecánica hodrológica y crono·
logia, con el cauce inferior. Este, todavía vivo, presenta una surgenciJ
principal y dos secundarias, con algunas manifestaciones dást•cas en su
recorrido, producidas por la absoluta verticalidad de los estratos y la vis·
cosoelasticidad de los materiales yesíferos.
El cauce tiene un desarrollo potencialmente horizontal y la,; diferen·
cías de nivel suele salvarlas mediante escalones y sa ltos, algunos de ellos
de cierta envergadura.
Las aguas que circulan por su interior reaparecen, salvando un tuertP.
desnivel, por la denominada Fuente de la Saraella, sita en el mismo ba·
rranco en que abre su boca el Túnel del Sumidor, conclusión a la qu<'
se llegó primero por métodos topográfico-geológicos, y que se confirmó
posteriormente con el empleo de indicadores y colorantes químicos
-272
[page-n-334]
TUSEL DEL SUMIDOK
19
La diferencia de salinidad entre el agua antes y después de salir de
la cavidad, supone la existencia de un domo o lámina salina, cuyo des·
gaste anual actual es de unos 2.400 metros cúbicos.
Finalmente, y en cuanto a datación de la caverna, se supone que se
inició con anterioridad a los procesos epirogénicos, posiblemente al tér·
mino de los pluviales mediterráneos, acusó en su desarrollo y morfologhl
la fase epirogenética, y como «carsb vtvo, conttnúa desenvolviéndose en
la actualidad.
BIBLIOGRAFIA
-R. BRINKMANN . "Los cod Sup
lnvest. Cu,nrlflcos, lnsr "Luco• Mollodo" Tomo IV, Madrid, 1948.
2.- -8. OAROER PERICAS "Estud>o geológico del S. de lo provincia de Volenclo y N
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Maclrid, 1945.
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G<-upo Espcleológlco "Vllanovo y Plero". Valenclo, 1960.
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cos actuales aplicados al C0<10Cim'"""' del co<>l del Campillo (Tous· Valencia)"
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lógico núm. 794, Canal•, OSGOla 1 : 50.000 del Mapa geológico do Escaño" lnst
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1
J. M. RIOS: "Dioplrlsmo" Bol. lnst. Geol. Min. de E•poño Tomo LX. Maclnd 1948
-
J5
273 -
[page-n-335]
[page-n-336]
OO~AT.-Túncl
del Sumldor
LAl\1. l .
~.-BarrarH:o de la Sr~raclloa.
2.-Rinchuclo de lo Saraelln.
3.-ru l'eny6.
t - Galería dd Túnel del Sumidor.
(Fotos Donat)
[page-n-337]
LAM. 11 .
OONAT.-Tunel del Sumldor
1.-·rerrazas fluviales en d lntcric.lr del Túnel.
2.-Lnminador de 1 ~ Sala del Desplome.
(Foto ~
Siena)
[page-n-338]
OONAT.-Tú n el M I S umlrlor
I.AM. 111.
l.- Fuente de In Soln del Ocsolomc.
z.-Gnlerla rí<> abajo, antes de los Sifones.
3 ~ 4.- 0iver.os nspcct~ de lo bóveda de la Salo del Desplome, donde se npr
exisu~nda
de un anticlinnl.
(Fotos Sierra)
[page-n-339]
OONAT. -Túoel d t l Sumld or
Anliclinal de ll S.úa Bancobao
C
Foro Stc:rra
[page-n-340]
ENRIQUE PLA BALLESTER
(Valencia)
Actividades del Servicio de Investigación
Prehistórica (1961-1965)
Transcurrido un nuevo periodo de cinco años desde la fecha de nuestro último art ículo dedicado a reseñar la labor realizada por el Servicio
de Investigación Prehistórica, damos ahora, en este volumen, un resumen de las actividades desarrolladas durante este quinquenio, que viene a
ser una continuacoón de los tres artículos anteriores, los cuales compren·
dian, respectivamente, los periodos de 1929 a 1945, 1946 a 1955 y 1956 a
1960 ( 1). Las tareas del Servicio son objeto anualmente de una amplia
reseña que se remite a la Secretaría de la Excma. Diputación provincial
para ser incluida en la Memoria general de las actividades de esta Corporación y de la que se nace una amplia tirada de separatas, que se distribuyen entre los centros científicos con los que el S.I.P. mantiene intercambio. Pero debido a su carácter más bien administrativo que no
científico, se creyó conveniente redactar otros oesúmenes comprensivos
de períodos más largos, incluyéndolos en los tomos de «Archivo de Prehistoria Levantina» en los que se diera mayor realce a las actividades
(1) B. PLA BALLI!STER: "Acúvidades dcl S. J. P. E.xcavacion"' y exploraciones
ptllcúeadas desde 1928 o 1945", Archivo de Prehistoria Levantiru, II, 1945, Valencia, 1946,
Idas. 361 a 383.
B. PLA BALLESTER: kActivicbdes del Servicio de Jovestigaci6n Prehistórica (19461!155)", ArdU\'0 de Prehistoria Levantina, VI, Valencia, 1957, p¡lgs. 187-243.
E. PLA BA1J I!STER: "Acúvldadcs dcl Servido de Investigación Prdú!16rica (19561960)", Archivo de Prehistoria Levantina, IX, Valencia, 1961, p6gs. 211-253.
-275-
[page-n-341]
2
SERVICIO INVESTIGACION PREHISTORICA
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Excavaciones y prospe ciones 1961-1965
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[page-n-342]
ACTMDADI!S DBL S.
r.
3
P.
científicas. Esto es .lo que iniciamos en nuestro prfmer trabajo, aparecido en 1946, y hemos venido haciendo desde entonces. completando de
esta manera la información de las actividades que e l S. I.P. realiza, y de
las que se suelen también publicar algunos resúmenes esporádicos en
diversas revistas y periódicos.
BIBLIOGRAFIA: Artlcvlos de corámpr~ndidas
en el presente resumenJ aparte de los Memorios de
~
Dlrec:cl6n elevodas o Jo
Excmo. Oiputoción Provincial ("Lo labor del S. l. P. y su Museo en el pasodo oño") corr~ientos o !os años 1951, 1962, 1963, 1964 y 1965, de las oue sólo hon epa·
reciclo en el
mom~to
de escribir
~stoi
lineas los tres ptimeras (Volendo, 1mpte:nto
Provincial, 1965 y 1966), pueden verse: D. Flotcher Vo!ls: "Servido de lnvestigociÓ'I
Prehistórica", en "Generalitot", número 1, Valencia, 1962, pógs. 86-90.-D. F1etcher
Vo lit.: "Se."'ieío de lhvestlgcxlón Prehistórico11 , e.n "Genorolltot'' r núrnero 2, Valencia,
1963, págs. 99-101.-D. Fleteher VoUs: "Treinta y cinco años de actividades orqueo16glcos de lo Oiputoci6n Provii"'CIDI de Volencio", en "GeneraHtot'' , nú.mcro 2, Volen-
Fletchcr Volls: "Memoria de loo octividodes de lo Delegoci6n Provincial de Excavaciones Arqueológicos en coloboroción con el S.I.P. de lo Excmo. Diputación Provincial duronte ol año 1962", en "Noliciar(o Arqueol6gic:o Hlspóntco", volume.n Vl 1 1962,~ Ma·
drid, 1964, págs. 381-385.-0. Fletcher VoiiS! "El Mtiseo de Prehistoria", eo ''Bole·
tln de Información Municipal", oño XII, número 44 (segundo etapa, núro. 251, V~len
cio, 1965, págs. 40-49.
EXCAVACIONES Y PROSPECCIONES
La tarea que sin duda tiene un interés superior entre todas las que
un centro como el nuestro desarrolla, es la que se realiza en el campo,
y que, por una serie de circunstancias que no son del caso, durante los
últimos años se ha tenido que restringir, atendiendo solamente a aquellos casos de urgencia o de interés excepcional. No obstante, y como consecuencia de las grandes remociones de tierras que la puesta en cultivo
de terrenos hasta la fecha incultos obligan a realizar, o el rebaje de suelos
que la conversión de tierras secanas en campos de regadío exige, han sido
muchas las noticias que de hallazgos se han venido teniendo y que han
forzado a realizar unas rápidas exploraciones e Investigaciones, la mayor
parte de las veces para contemplar la total destrucción de un yacimiento
y recoger tan sólo algunos f ragmentos de cerámica.
En la figura t. • damos un mapa con indicación de aquellos lugares
que se han visitado, explorado o excavado durante el periodo comprendldo entre los años 1961 y 1965.
-
2'1'1 -
[page-n-343]
4
A)
l!. PLA BAU.I!S'I'RR
EXCAVACIONES
1.-«Ereta del Pedregal» (Navarrés)
Interrumpidos los trabajos en este yacimiento desde el verano de
1948, se han reanudado en 1963, realizándose las campañas séptima,
octava y novena durante los veranos de 1963 a 1965. La dirección de las
excavaciones, debidamente autorizadas por la superioridad, fue llevada
por la del S.I.P. y est·uvo a.l frente de los trabajos de campo .el autor de
este artículo, que contó con la colaboración de los señores Pascual Pérez
y Llobregat Conesa. También asistieron a las excavaciones los alumnos
de l Seminario de Antropología Americana de la Facultad de Filosofía y
Letras de Sevilla, don Manuel Hernández Crespo y don Francisco Canterla González, y el a lumno de la Universidad Católica de Lima y becario de l Instituto de Cultura Hispánica, don J uan Carrasco Hermoza. El
resumen de los trabajos realizados es e l siguiente ;
Campaña séptima (1963).-Siendo la primera campaña después de
una interrupción de quince años, durante cuyo tiempo se han vertido las
opiniones más diversas sobre las características de este yacimiento, se
consideró oportuno efectuar unos cortes estratigráficos que nos dieran
una idea completa de la sucesión de niveles y culturas. Fueron dos l.os
cortes realizados, alcanzando respectivamente las profundidades de 1'25
y 1'55 m. y logrando deslindar la existencia de cinco estratos. El 1, hasta 0'60 m. de hondo, de t1erras revue ltas, perteneciente a l Bronce valenciano, en sus momentos primeros; el 11, de 0'60 a 0'85 m. de profundidad aproximada, está asentado sobre un lecho de p1edras y contiene
materiales que pueden ser considerados como de un Eneolltico final, pobre; el 11 1, de 0'85 a 1'25 m., lo forman las tierras de relleno correspondientes al nivel de fondos de cabaña existente a 1'25 m. de profundidad,
y ha sido considerado del Eneolitico avanzado o medio, de difícil preci·
sión por ahora; el IV, de 1'25 a 1'65 de hondo medio, también está formado por tierras de relleno de otra capa de fondos de cabaña que aparece a J '65 m. y que por determinadas características lo hemos clasificado del Eneolítico antiguo, y al que corresponde la fecha de C 14 lograda hace años (1.980 ± 250 a. de C.); y el V, de 1'65 a 1'95 m., inferior al último nivel de fondos de cabaña, en e l que aparece ya la turba,
y que, de momento y sin grandes garantías, hemos considerado del Eneolftico inicial.
Campañas octava y novena (1964 y 1965).-Desllndados los distin tos niveles en las catas estratigráficas real izadas el año anterior, se emprendió en la octava campaña y se h3 proseguido en la novena, la exca-278 -
[page-n-344]
ACl"JVlDADES D.BL S.. J. P.
S
vacoón en extensión, sacándose el primer estrato, el considerado de la
Edad del Bronce, dejando al descubierto la denominada «capa dura» que,
son dud~ alguna, representa un cambio de cultura material en la secuen·
cia estratigráfica del despoblado, y de esta forma poder estudiar detenodamente todos los datos que sobre topografía nos puedan dar los restos
de habitaciones y de hogares que vayan apareciendo.
Los materiales recogidos en estas tres campañas de excavaciones son
los conocodos de años anteriores, sin que hasta el momento se haya pro·
ducido hallazgo alguno que nos obligue a rectificar las conclusiones a
que se había llegado
BIBLIOGRAFIA: E. Pl6 Boll~ter: "Aelo, 1961, pÓgs. 221 .222.
-"La lcbor del S.I.P.... 1963", Volencoo, 1966, pÓg. ti. -M Torrodell M4teu: "Problemas neoHtlcos". en ProMl!r SYT"''''oum de Preno•tono de lo Península lber¡co Seplfi!'T>bre 1959 (Ponencias). Pamplona, 1960, pÓg•. 62 y 63.--M. Torrodell Moteu: "Lo
culturo de los "'PUkros de foso de Cotoluno y ul problema de sus «•lociones r;on Valencia y Almorío", en Soltobi, X, Valencia, 1960. pÓg. 13.--M. Torradell Mateu: "Sobre lo ídentlfococlón de los poblados eneolítocos volet>eionos". en Crónico del VI Congreso Nocional de Arqueologkl tOviede, 1959). Zor~o. 1961. pÓg. 88.--M. Torrodell M..:lteu: "El País Volenciono del Neolitico o lo oberi:toción", Volencoo, 1936, pÓgonos 96 o 102.-0. Fletcher Va lis: "Actovidod~ del Servicio...". Generolltot, núm. 7,
Valencia, 1964, pÓj¡!i. 46 y 47 .-D. Fletcher Va lis, E. Pió Boii<~Ster y E, Llobregol Coneso: "Lo Ero lo del Pedregal (Novorrés-Voiencio)", Excovocio,.,. Arquoológocos en Españo, núm. 42, M4drid, 196-1
2.-«La Solivella» (Alcalá de Chivert)
En el verano de 1961 un tractor que realizaba tareas agrícolas en
unos campos sitos en la partida de «La Solivella» al SE. de Alcalá de
Chivert (provincia de Castellón), en la ladera baja de la Sierra de lrta,
puso al descubierto los restos de una necrópolís de incineración en urnas. Comunicado el hallazgo a las autoridades castellonenses, la Excma.
Diputación de la provincia y el Director de su Museo señor Codina Armengot, encargaron a l señor Fletchef Valls, Director del S.l P., que excavara el yacimiento y estudiara los materiales, contando éste con la co ·
laboraci6n de don Vicente Giner Sospedra, profesor de dibujo.
Los trabajos se realizaron durante los días 12 al 15 del mes de julio
de 1961, poniéndose al descubierto un total de 28 sepulturas y recuperándose los restos cerámicos y metálicos que el tractor había dispersado
por el campo a.l destruir una buena serie de enterramientos.
Los materiales fueron trasladados a los laboratorios del S.I.P. donde
se procedió a su limpieza y reconstrucción, y tras su estudio por el señor
Fletcher han sido devueltos al Museo provincial de Castellón.
En total se recogieron cincuenta y seis urnas y ocho tapaderas de
cerámica, hechas a torno, con sencilla decoración geométrica; en cuanto
a su tipologla predominan los tipos bitroncoc6nicos, existiendo poco más
-279-
[page-n-345]
6
B.
r~ 8A~l.C$TE1t
o menos el mismo porcentaje de las de orejetas que las de borde revuel to, con o sin asas. También se recogieron un jarro y un vaso caliciforme,
aparte de otros fragmentos de vasijas que no se pudoeron reconstruor
Los ajuares estaban formados por brazaletes, anillas, colgantes en cadenilla, discos, botones, fíbulas, broches de cinturón, puntas de lanza, regatones, cuchillos afalcatados, falcatas, sables y un escarabeo. Las fobu las, de bronce, son de doble resorte una, de resorte bilateral varias, anu la res de muelle y anulares de charnela; y los broches de cinturón son
de uno, dos o tres ganchos.
Del estudio del conjunto de este material, el señor Fletcher, en publicación recoente, ha clasoficado la necr6polis como ibérica de) últomo
cuarto del siglo V, posiblemente entre los años 430 y 425 a. de C.
BIBLIOGRAFIA : "Lo labor del Servicio ... 1961", Volcnd o, 1965, póg. 25.
O
Fleoeher Volls: "Lo necrópolis ibérico de Sol.vello (Aicol6 de Chivert, Costel16n de lo
Piona)", en Cr6nico del VIl Congreso Nocional de Arqueologfo (Barcelona, 1961), Zo·
re>gO
en Cr6nico del VIII Congreso Noeo
onol de Arqueología (Sevlllo-M61ogo, 1963), ZoroOO
on Nor, Arq. Ho
s,p., VI, 1962, Madrid, 1964, pógs. 383 y 38'1. -0 . Fletcher Volls· "Loo
nocr6polis de lo Solivcllo (Aicol6 de Chovert)", Serie de Trobojos Varios del S. I.P., nú mero 32, Valencia, 1965.
3.-«L.a Benimaquia» (Denia)
En colaboracrón con el Instituto Arqueológico Alemán, y a ex.pensa$
del mismo, se efec tuaron excavaciones en una serie de resto~ de fortifi caciones existentes en el macizo del Montgó, en término de Denla, Los
trabajos fueron dirigidos por el Dr. Hermanfrid Schubart, del mencoona
do Instituto, por el señor Fletcher Valls, Director del S.I.P., y por don
José Oliver de Cárdenas, y se llevaron a cabo en el alto de «la Benimaquia», al SW de Denia, estribación occidental oel Montgó, y en el •Poc
de 1'Aguila», en la parte SW. del referido macizo.
Los resultados obtenidos han sido resumidos en los siguientes térmi
nos: «Ni en el alto de La Benlmaquia ni en el Pico del Aguila hay hallazgos de cerámica griega. En el alto de La Benimaquia se encuentra
una fortificación de características torres, construida según una trad oción
del Mediterráneo occidental, que puede fecharse entre los siglos V y IV
antes de Cristo. El sistema empleado en las tres murallas del Pico del
Aguila corresponde a una técnica muy avanzada, mostrando una trayectoria con salientes optos para el flanqueo. Puede situarse entre los soglos
111 y 11 antes de Cristo. En la :z:ona del Montgó se percibe un cambio en
el sistema defensivo entre el empleado en los siglos V y IV y el de loz
siglos 111 y 11, cuyo origen puede probablemente atribuorse a la Influencia de los colonizadores del Mediterráneo oriental Los iberos poseyeron
-
280 -
[page-n-346]
ACTtvtD.\DB$ Dl!l. S. L
r.
7
originariamente en el extremo sur de la planicie costera valenciana uno~
pequeña fortaleza en una cumbre poco elevada que era el punto estra·
tégico para dominar la llanura. Posteriormente se trasladó la mtsm.;~ po·
blación a un lugar más alto, más inaccesible, debido a sus cond1ciones
naturales, y de mayor extensión. No obstante, aunque de superior importancia como núcleo de población, poseyó un carácter defensivo más
acentuado. Parece que la primera fortificación corresponde a una estructura más arca1 de la sociedad ibérica que la segunda, y ésta refleja a
ca
su vez una situación evolucionada, ex¡..resión de una organización social
más compleja, surgida como consec:uencta de la presión exterior»
Los materiales se deposi taron en el Museo Arqueológico de Alicante
BIBLIOGRAFIA; H. Scnuborl: "Excovoc•onet ~n IM fortrfic~ del Montg6 cerco de Denio (Aiicc>nle)", ~ Crónoco del VIl Congreso Nocoonol de Arqueologio (Be reo
lono, 1961 ), Zorogo~a, 1962, pógs. 346·35'1.-H. Schuban, O. Fletcher Valls y J Oh
ver v de Córdenos: "Excavociones en los fortifkocoones del Montg.S ~reo de Den•o (AIIcontt)", en Ex
Valls: "Memoria de las octividodes de la Delegocoón ...", en Not. Arq. Hl$1>., VI, 1962,
Me>drld, 1964, póg. 382.-"La labor del Servicio... 1961", Valencia, 1965, póg. H .H. Schubort: "Untersucllunoen an den lbort&ehen Befestlgungen des Montgó bel Oonla
(Prov. Alicante)", en Modrider Mlttellungen, 4, 1963, Heidelberg, 1965, pógs. 51 ·85
4.-«Eis Ebols» (Aicudi;, do Carlet)
En la partida de «Eis Ebols», del lérmino
realizar con tractor el rebaje de unos campos, se destruyó una necrópolis ibérica de la que, cuando se tuvo noticias en el S.l P y se trasladó
al lugar del hallazgo el autor de este articulo con el Delegado de Zona
de Excavaciones Arqueológicas doctor Tarradell, ya no quedaba nada «in
situll.
Al estudiar el terreno, en un campo inmediato, en el que se estaba
realizando la misma operación agrícola, se observaron los restos de unos
muros, que fueron objeto de una rápida excavación por e l que esto escribe, poniendo a l descubierto un par de habitaciones, las únicas que
quedaban, de las que se recogió abundante ceramica ibérica que ha per·
mltido la reconstrucción de algunos vasos, dos de buen tamaño, en for·
ma de tinajas También apareció un par de cuchillos afalcatados de hie·
rro, parte de la empuñadura de una espada y una plancha-reja de arado,
todo en muy malas condiciones de conservación.
Como conclusión preliminar, en espera de un detenido estudoo de los
materiales, podemos decir que se trata de los escasos restos de un poblado ibérico del siglo 111 al 1 a. de C., que en sus tiempos ocuparía una
ligera loma ée la ribera izquierda del Júcar, hoy totalmente enmascarada por las sedimentaciones y por los trabajos agrícolas.
-28136
[page-n-347]
8
B. PLA .BALLBSTER
De Ja necrópolis no se pudo estudiar resto alguno «in situ», pero
por las noticias que se pudieron recoger, era de incinefaciones en urnas,
a dos metros por debajo de _ superficie actual del campo, y aun cuan·
la
do todas las vasijas fueron destiUidas por el tractor, pudieron observar
los obreros que contenlan fragmentos de huesos quemados, y que estaban unas muy juntas a otras y al parecer ya destruidas y desparramadas.
Se pudieron recuperar unas espadas muy oxidadas, varias fíbulas anula·
res hispánicas y algún que otro objeto más_
BIBLIOGRAFIA: D. Fletcner Valls: "Memoria de las octlvidodes
en Not. A~<¡ . Hf!;p., VI, 1962, Madrid, 1964, p6g. 385.-"Lo
1961'', Valen<:lo, 1965, póg. 25.
d~
lo Delegoci(), ... ",
Servi~io .. ..
labor del
5.-«La Moleta deis Frares» (Forcall)
Conocido desde hace muchos años este importante yacimiento, que
ocupa un largo período cronológico, desde los comienzos del Iberismo
hasta bien avanzado e.l Bajo Imperio romano, y que ha sido por algunos
eruditos identificado como la ciudad de Bisgargis mencionada por Pto·
lomeo, ha sido objeto de descripción en muy diversas publicaciones.
Hacia 1959 fue también visitado este yacimiento por don José de
Calasanz Serra Rafols, quien realizó una pequeña cata y pudo estudiar
la magnifica colección de monedas romanas y de entalles sobre piedras
semi-nobles que conservan los propietarios de la «Masía deis Frares o de
Liborio».
Patrocinado por el Centro de Estudios del Maestrazgo se solici tb de
la superioridad permiso para efectuar unas excavaciones, concediéndose
bajo la dirección de los señores San Valero, Fletcher y el autor de estas
líneas, quien personalmente dorigió los trabajos, llevados a efecto duran·
te el mes de agosto de 1961 bajo los auspicios económicos de la Excma.
Diputación provincial de Castellón.
Situada la «Moleta deis Frares» en la parte más septentrional de la
provincia de Castellón, en término municipal de Forcall, ocupa un lugar
estratégico muy importante en la ruta de entrada a las tierras del Maes
trazgo desde la actua l provincia de Teruel.
Realizadas tres catas en puntos diversos, se pudo distinguir una úl·
tima ocupación en época romana tardía, otra anterior que se iniciaría en
tiempos de Augusto y otra u otras anteriores, Ibéricas, desde el siglo V·
IV hasta el 1 a. de C.
Los materiales recogidos, aunque menos espectaculares que las es·
pléndidas colecciones de monedas y entalles que guarda la familia del
propietario de.l terreno, son de gran interés, abundando la cerámica aretina, la siglllata sud-gá lica y la hispánica, asl como la ibérica y la de im·
portación de barniz negro en estTatos más profundos.
-282-
[page-n-348]
ACTlYIDADI!S Dlll. &. l. P
9
Restan en gran parte las murallas que formaban el último reconto,
destacándose las bases de unos fuertes torreones de planta rectangular
adosados a la cara externa de las murallas y una de las puertas de entrada, en pasillo lateral, a la que se llega por un camino donde se ven to·
davfa las huellas de los carros antiguos.
Est;:sndo en preparación el estudio de nuestros trabajos, dejamos po·
ra entonces dar más detalles del yacimiento.
BIBLIOGR"-fl"-: M. Cortos v López: .. Docclonorio Geográfico-Hist6rko de la E
antiguo, torrocon~nse, bétka y lusitano"\ tetno 11 , Modrtd, 1836, póg. 248 ... "Memoria de las trabajas ll<>vados o cabo por lo Sociedad ÑquealógKo Valonclona durono• el
año 1878, po' su Seeretono dan Luis Merlo Ñ lio .. , Vo1enclo, 1879, pág. 10 .-"~emo
rla de los trobojos llevados o cobo por lo Soc•~ad Ñqueológico Valenciano duran•• el
oño 1877, por su Secretona don Jasó Btosco Mogio .. , Volenoo, 1878, póg. 20.
T
ll:mtnto Ohvcre.s: ''Vatencio. 5t.G mon~.Unentos v orte; su naturaleza e histor•o". tomo
1, 8orcelono, 1887, pág. 3 16.-N. fe rrrr y Julve. "VtStlo o los ruo
nos d., 8o$Q~rgls..
en "-lmonoqve de "Los Provincios", Valencio, 1888, p6g. 266.---{:. Sorrhau Corr~res :
.. Geogtelio Gen!llol del Reino de Valenc•o. Provincia de Coslellán'' , Barcelona, s.f., p6.
¡;lno 692.
6.-«Punta do 1' Arenaht (Jávea)
En la finca que eJ Excmo. Sr. don Mariano Navarro Rubio posee en
la partida llamada «Punta de !'Arenal», del término de Jávea (Alicante) ,
inmediata a la desembocadura del rlo Gorgos, aparecieron una seno de
restos de construcciones y cerámicas romanas.
Visitado el lugar de los hallazgos por el Director del Servicio señor
Fletcher, acompañado del Delegado de Zona de Excavaciones Arqueo16·
gicas doctor Tarradell, se pudo ver la existencia de unos restos de construcciones talladas en la roca que hizo suponer hubieran sido de una an·
tigua factoría pesquera.
Decidida la excavac1ón de la parte del terreno que no había sido
edificada, fue concedida por la superioridad al Servicio de Investigación
Prehistórica y a la Delegación de Zona del Servicio de Excavaciones Ar·
queológicas, estando al frente de los trabajos doña Gabriela Marttn de
Castillo, que efectuó dos cortas campañas durante los años 1963 y 1964,
'ealízando varias catas estratigráficas
En espera de la publicación definitiva de estas investigaciones, que
preparan doña Maria Serres de Navarro Rubio y doña Gabriela Martín
de Castillo, podemos decir que se trata de los restos de una villa y de
una instalación industrial dedocada a la conserva de pescado, de las que
quedan cisternas, ~ilos, pozos, dos sarcófagos, restos de fustes, capiteles
y basas de columnas, monedas de época romana tardía, terra sigillata,
ánforas, tejas, dolios y fragmentos de vasijas de cerámica común. Tam·
bién quedan los restos de una especie de piscina tallada en la roca co·
-
283-
[page-n-349]
10
municada con el mar medtante un canal estrecho, que bien podfia haber
sido un vivero de peces. La cerámica más antigua es la sigillata aretina,
de tlpo viejo, y la más moderna alcanza al siglo IV.
Todos los materiales fueron restaurados en los laboratorios de l S.I.P.
Los trabajos se efectuaron bajo el patrocinio económico del exceientlsimo señor Navarro Rubio.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servicio... 1951 ", Valenc.o, 1955, póg. 23~"Lo
labor del Servicio... 1963", Valencia, 1964, póg. 16.-G. Martin de Castillo: "Los lu·
cernas de Punto del Arenal de Jóveo (AI~eonte)", en Crónico dcJ VIII Congreso N<;cio·
nol de Arqueologlo (Scvlllo-Mólogo, 1963), Zaragoxo, 1964, págs, 461-464.-D. Fl~t
cher Valls: "Memoria de los actividades de lo Delegación ...", on Not. Arq. Hl$1>., VI,
1962, Modnd, 1964, pág. 382.-D. Fletcher: "Actividades del Servicio .. .'', en Generalitct, ruirn. 7. Valenclo, 1964, póg, 46.-M. Ponslch y M. Tarrodell: "Gorum et Industries ontiques de so1oison dons lo Médlterronée Occkl
7-
1
,
París, 1965, pág 8 1.
Pinturas rupestres de la <
Por el Grupo Espeleológico «Vilanova y Pierall de la Diputación pro·
vincial de Valencia, colaborador del Servido de Investigación Prehist6·
rica, se descubrieron en la Cuesta de las Viboras del Barranco de Falcón,
de! término de Dos Aguas, en la cuenca a lta del Júcar, unas pinturas
rupestres de tlpo levantino existentes en la «Covacha de las Cabra~» o
«Cueva del Tío Asensio)).
Durante los días 16 a 21 de abril de 1962, una comisión formada
por don Vicente Pascual Pérez, del S.I.P. y por don José Alcañiz, del
Grupo Espeleo16gico mencionado, se dedicó al estudio y copia de las
pinturas, que serán próximamente publicadas en una de las ediciones de
nuestro Servicio.
BIBLIOGRAFIA: O, Fletcher Volls: "Servicio do Investigación Prehistórico", en Gene!alhar, nüm. 1, Valencia, 1962, p
8.-Pintu~as
rupestres de la «Cueva del Barranco de las Ca ñas))
(Milla res)
También por el Grupo Espeleológíco «Vilanova y Piera», e igualmente en fa cuenca alta del Júcar, pero en su ribera izquierda, en térm1no
de Millares, se descubrió en la llamada «Cueva del Barranco de las Cañas», sita en un escarpe de este barranco, otro pequeño grupo de pinturas rupestres de tipo levantino. Los señores Pascua) Pérez y Alcañlz, las
estudiaron y copiaron en la expedición realizada durante los días 16 a
21 de abril de 1962 a que nos hemos referido en el apartado anterior.
Estas pinturas, junto con las ya citadas antes, serán objeto de una
próxima publicación de) Servicio_
BIBWOGRAFIA: Vease la citado en el oportoda onterlor.
-284-
[page-n-350]
11
ACllVlDADES DI!L S. L 1'.
9.-Grabados parietales del rio Bernisa (Rótova)
El Presidente del Centro Excursionista Gandiense don Antonio Sancho comunicó al Delegado del S.I.P en Gandfa don José Camarena Mahiques la existencia de unos grabados en las rocas de los escarpes de la
margen izquierda del rfo Bemisa, término de Rétova.
Transmitida la noticia a este Servocio por el señor Camarena, se tras·
ladó al lugar en cuestoón don Vicente Pascual Pérez, que localizó una
serie de abrigos junto a dicho río con grabados de fuerte Incisión, del
estilo de los existentes junto a la entrada de la «Cova de les Rates Penaes» en el otro margen del mismo río, de los localizados por el propoo
señor Pascual junto al barranco de Escalona en término de Navarrés, y.
al parecer, de características parecidas a los de Ridevides de Vilari~a
(Portugal) y otros lugares.
Fueron estudiados, calcados y fotografiados, para ser objeto de una
futura publicación.
BIBLIOGRAFIA : "lo lobor dol Servicio ...", 1964,
~n
pronso.
41.-«EI Fosureb (Valencia)
Al realizar obras en la parte oriental de la Santa Iglesia Catedral,
pa:a la construcción del futuro Museo Catedralicio, aparecieron unos
muros antiguos y restos de cerámica que aconsejaron realizar una excavación metódica. Bajo la dirección de los señores don Vicente C:~steli,
don Domingo Fletcher y don Santiago Brú, se efectuaron los trabajo~
durante los dfas 25 de noviembre a 13 de diciembre de 1963
El lugar se denomina < Fossareb por haber sido cementerio parro·
·El
quial hasta el siglo XVIII; los restos de este cementeroo aparecen en la
primera capa o estrato que se excavó, que alcanza, poco más o menos,
hasta los 0'65 m. de profundidad, y descansa sobre un lecho de gravillas.
El estrato 11, corresponde a 1a capa de relleno efectuado para cubrir
unos muros de la antigua estructura de la Catedral, y viene a tener un
espesor de alrededor de otros 0'60 m., alcanzando por tanto la profun·
didad media de 1'20 m. Debió realizarse esta explanación para utilizar
el lugar como cementerio
El estrato 111, aproximadamente de 1'20 a 3'50 m. de profundidad,
corresponde al relleno que cubre los restos de unas edificacoones post·
romanas o romanas muy tardías, de las que quedaba un muro de aparejo
irregular hecho con restos arquitectónicos más antiguos, entre ellos un
fuste de columna lisa.
-
285 -
[page-n-351]
B. PLA BAU.BSTBil
El último estrato, el IV, entre 3'50 y 3'85 m., esta formado por una
capa de cenizcas y restos de carbón, muy delgada, por debajo de la cual
se encuentran fragmentos de ceramica romana común, un fragmento de
vaso de paredes finas posiblemente augusteo y una moneda de Celse con
leyenda ibérica. También aparece un empedrado y formando parte de él
un trozo de pieza activa de molino discoidal. Por debajo de los 3'85 met ros no se produjeron hallazgos.
Esta excavación, a pesar de lo revuelto de los estratos, viene a con·
firmar que los restos arqueológicos más antiguos que aparecen en Va·
lencia no sobrepasan nunca e.l año 138 a. de C., fecha de su fundación.
Los materiales fueron restaurados en el laboratorio del Servicio, ha·
biendo sido depositados posteriormente en la Catedral, donde formarán
parte del Museo que se está construyendo. El estudio de los materiales
fue hecho por Jll señor Brú y la clasificación de las cerámicas por doña
Gabriela Ma rtín de Castillo.
BIBLIOGRAFIA: V. Cosrell, D. Fletcbcr y S. Brü: "I nforme sobre lo primero <>topa
.;., praopecclon., reall:todo en el Fossoret de la Santa Iglesia Catedral de Valer>cla", en
Not. Atq. Hispánico, Vil, 1963, Madrid, 1965, pógs. 236 o 241 .-S. Brü Vidol: "E>
romo de Archivo de PrEhistoria Levantino
8)
PROSPECCIONES
10.-«Cova del Parpalló» (Gandia)
Bajo la dirección de don Luis Pericot García, con la colaboración
del Subdirector del S. l. P., del Colaborador del mismo señor Pascual
Pérez y del Ayudante del Capataz, señor Montañana, se realizó
una visita a la «Cova del Parpalló», acompañando a un numeroso grupo
de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona, a los
que les fue detenidamente explicada la labor realizada en ella y la tras·
cendencia de sus materiales.
Aprovechando tal visita, ej Dr. Francisco Juliá, de la Facultad de
Ciencias de Barcelona, y el señor Pascual Pérez, estuvieron tomando da·
tos para el trazado de unos esquemas y aná lisis de suelos de la cueva,
que está realizando aquél en el Instituto Geológico de la Universidad de
Barcelona.
BIBLIOGRAFIA: E. Pió Bollester: "Actlv'ododes del Serv•c•o de lnvesttgceión Prehistórico 1956 ·1960", en Ard'f. Preh. Levantino, IX, Valenclo, 1961, pógs. 214·215.-L.
Pericot Gordo: "L proVIncia medlterr6neo del PoleoHtko superior'', an Ctónico del V
o
Congreso Noeionol de Ar(tueologio (Zaragoza, 1951 ), Zaragoza, 1959, póg. 45.-l. perlcot Gcrcic: "El tipO de punto de mue!co levanlino". en Homenaje al Profe.sor Coye.
'O!"'O de Mergellno, Murcio, 1962, póg. 727.-l. Pericot Gordo: ~'Le Magdolénien dons
I'Est de I'Espagne et ses problemas", en Berkh¡ Obor den V lnternotionales Kongress tür
Vor· und frilh¡¡esc:hicnte (Hamburg, 1958), Berlin, 1961, póg. 662.-L. Pcricot Garcia
"Parpalló, treinta y cinco años deSpUés'', en Pyrer.oe, t Borcelono, 1965, pógs.. 1-20.
-286 -
[page-n-352]
ACtlVJl)ADES D6L $.
t.
P.
1)
11.-uEI Prat» (Liria)
Entre los kilómetros 1 y 2 de la carretera de Liria a Olocau, antes de
llegar a la «Font de Sent Vicent», a la derecha de la carretera, hay unos
terrenos en los que superficialmente se encuentran fragmentos de sileK.
El terreno presenta una ligera ondulación, ahondándose precisamente en
el lugar en que aparecen los sileK, de forma que en períodos de lluvia
queda encharcado. No se ven rastros de cuevas por sus alrededores, por
lo que podrfa pensarse en la posibilidad de que se tratara de una estación al aire libre, muy destruida ya, aunque no hay que descartar la
eventualidad de que los materiales hayan llegado aquí a consecuencia de
arrastres.
Visitado el yacomiento en varias ocasiones por el Servicio, se han
recogido por el Ayudante del Capataz, señor Montañana, una buena
colección de sílex, la mayor parte lascas atípica~ :;fn retoques, pero distinguiéndose algunas láminas con retoques latera:es, tres pequeños raspadores en extremo de lámina de tres facetas, unas hojas de dorso rebaja·
do de carácter epigravetiense, y a lgunas piezas más, atribuibles a un epi·
paleolítico o un neolítico inicial, aun cuando no se haya encontrado ni
un solo fragmento de cerámica.
BIBLIOGRAFIA: "la lobor del Servicio•.. , 1965", en pron
12.-«CoYa de la Sarsn (B«Kiirente)
Con motivo de la visita realtzada a Bocairente de que se habla más
adelante, se efectuó una prospección a la célebre <
excavada hace ya años por el S.l P. y no visitada desde 195 l , fecha en
que se preparó una campaña de eKcavaciones que luego no pudo llevarse
a cabo. El estado de la cueva es poco más o menos eJ mismo que presen
taba en 1951, reforzándo!e por tanto lü opinión mantenida por la Di·
rección del Servicio de la no urgencia de su excavación total, ya que se
conocen y se están efectuando toabajos en otros yacimientos coetáneos
y pr6Kimos, de estratigraffa mucho más segura, como, por ejemplo, la
cCova de I'Or» de Beniarrés.
BIBLIOGRAFIA: E, Pió Ballester: "Actlvldadc• del Servicio de Investigación Prehh·
tóÓIII· 208 y
209.-D. Fletcher Valls: "Tanttles cttrómkas neolitrcosH, en Cr6<·uco óel 1111 Car.gresa
NociOnOI de A Flctc.hef Volls: '*Nuevos datos sobre los relodones neolíticos entre los cos1os es¡><'lño!os
y d~l Medlterr6nea orlentalu. en "A Pedro Bosch Glmpero en el '"l'luagésima on.ver•a•la de su nacimiento", Mé><•co, 1963, págs. l67 y 169.-M. Tarradell Mateu •Pro·
blemas nealft~<:as", "" el
Sympas""" de PrehisiQtia de la Península lb6nca, Pa:n~lono, 1960, pé¡¡o. 45-57..--M. Tarradell Mateu. "El Pars Valencia"" del Nealftlco o
la lberizaclón", Valtnclo, 1963, pógs. 40 a 45.
p,.,,.,
-
28'7-
[page-n-353]
14
13.-«Cova deis Gatu (Banac:a de Aigüesvives, Alcira)
Habiendo encontrado don Julio Escandell cerámicas y huesos huma·
nos en el interior de una cueva sita en terrenos de la Barraca de Aigües
vives, pedanía de Alcira, lo puso en conocimiento del Servicio, que envió
al subdirector que esto escribe y al Ayudante señor Montañana para que
realizaran una prospección.
La «Cova deis Gats» se hal la en unos escarpes que limitan por el NW
el llamado <
de Alcira. Es una gran grieta que en su estado actual podría ser la parte
superior de una cueva de buenas dimensiones, cuya entrada, a nivel más
bajo, se halla tapada. Hay grandes piedras desprendidas que impíden de
momento realizar un trabajo nrqueológico efectivo, y en algunos lugares
quedan bolsadas de trerras con restos humanos muy fragmentados y pedazos de cerámica. En una de ellas encontró el señor Escandell un cuenco cerámico y otros materiales, así como un cráneo humano y huesos
largos.
En una galería inferior, un grupo de jóvenes excursionl~tas encontraron una vasija campaniforme y fragmentos de otras cuatro, un braz.llete de arquero, de piedra, una punta de flecha y un cuchillo de sílex,
que entregaron en el S. l P., donde han podido ser reconstruidos todos
los vasos.
La prospección realizada por el Servicio el día 27 de septiembre de
1965, se limitó a efectuar una cata en un punto rnmediato a la actual
entrada de la cueva, recogiendo fragmentos de cráneo humano, dientes
también de hombre, un colmillo de jabalí, un fragmento de punzón de
hueso y unos pequeños fragmentos de cerámica, lisa y de pasta grosera
con piedrecillas en la masa para la reducción.
Dada la importancia de los hallazgos de vasos campaniformes, tan
escasos en nuestra región, y en vista de las numerosas exploraciones que
los aficionados de la comarca estaban efectuando en el yacimiento, se ha
recabado del Alcalde de Alciro que se tapiara la entrada de la cuev.J, lo
que recientemente ha sido hecho, en espera de que el Servicio pueda
dedicar unos días a su excavación.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servteio... 1965", en prenso~l Mascarell : "Hallazgos arqueológicos y poleonrológicos ~" Alclra", en "LAM!nro", Valencia, 17 de ocrubre de 1965.- 1. Moscorell "Necrópolis ibo;rico (sic) en Alctra ' , en "Levente", Valencia, 28 de navirmbre de 1965.
14.-ccBarranc del Poli»
(J~tiv01)
La partida de «la Teixonera• del término municipal de Játiva, cas1
en los lindes con el de Llosa de Ranes, a unos dos kilómetros de esta
(rltima localidad, tiene unas canteras de yeso en el llamado uBarranc
-288-
[page-n-354]
ACTIVJtlAD2.~
Dll. S. 1.
r.
IS
del Poli», en las que los barrenos destrozaron unas grietas o covachas
con enterramientos Comunicada la noticia al Servicio por don Vicente
Sipán Alborch, de Llosa de Ranes, se efectuó por el que esto escribe una
rápida visita, comprobándose la total destrucción de los enterramiento~
y la pérdida de los materiales arqueológicos que los acompañaban, pudiéndose recoger solamente minúsculos fragmentos de cerámica tosca, hecha
a mano, de carácter eneolitico o de la Edad del Bronce. Los obreros hablan encontrado con anterioridad una hacha de piedra pulida, que fue
entregada al Museo de Játiva y que no hemos podido ver.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servido... , 1962", Volenclo, 1966, póg. 15. O
Flcteher Vo lis: "Servido de Investigación Prehistórico", en uGenerolltot" • núme:o 1.
Volenci~, 1963, póg 89.-0. Flelcher V o lis: "Aclivldodes de lo Delegoclón prOY•nclol "
en Nol. Arq. Hisp., VI, 1962, Modtld, 1964, póg 380.
15.-cu Fuente Negru (Navanés)
Durante los dias que la Comisión de excavaciones del Servocio realizaba trabajos en «la Ereta del Pedregal» de Navarrés, el Ayuntamiento de la localidad estaba efectuando unos ahondamientos en el naci·
miento de agua de la ((Fuente Negra», próximo a «la Ereta», y uno de
los que, en la actualidad canalizado, antiguamente alimentaban de agua
al lago y marjales hoy desecados y puestos en cultivo. Al encontrar durante
tales trabajos unas piezas de sílex y fragmentos de cerámica, fue av•sada la comisión del S. I.P , que se trasladó al lugar del hallazgo recog•endo algunos trozos pequeños de cerámica eneolltica y de la Edad del Bronce y varios fragmentos de sllex, entre ellos una punta de flecha, dientes
de hoz y una media luna de muy buen¡¡ técnica.
Efectuado un estudio del terreno, asf como de las lomas circundan·
tes, sin que se hallara ningún punto próximo de donde pudieran proceder tales materiales, que sin duda se depositaron en el fondo del nacimiento de agua a consecuencia de arrastres, se hubo de concluir la po·
sibilidad de que exista en lugar más alejado un yacimiento, cuyo terreno
vierta aguas a alguno de los barranquillos que desembocan en la hondonada de «Las Fu en tes•
BIBLIOGRAFIA: "Lo lobor del Servicio ... 1965", en P$0.
16.-uu Font d'Almag uer» {Aifarp)
En la partida de cEis Ascopalls» (Aitarp) existen dos montículos en
los que, según noticias del Grupo Espeleol6gico cVilanova y Pi era•, don
Francisco Herrandís había hallado en febrero de 1961 fragmentos de ce·
rámica lisa hecha a mano y piezas de sílex. Fue realizada una prospec-289-
37
[page-n-355]
16
ción al lugar de hallazgos por el D~rector del Servicio, señor Fletcher, el
Delegado de Zona de Excavac1ones, señor Tarradell y el jefe del Grupo
Espeleológico, señor Donat, el dí11 25 de junio de dicho año.
Se comprobó que en uno de los montículos quedaban escasos restos
de un poblado de la Edad del Bronce por debajo de una serie de muros
medievales.
El segundo monticulo resultó mucho más interesante. Ti!mbién por
debajo de construcciones medievales existen los restos de un poblado del
Bronce valenciano, del que se pudo localizar en su mayor parte el trazado de las murallas, que forman un recinto oval, en el centro del cual se
observan grandes zonas negras de cenizas con abundantes frilgmentos de
cerámica lisa, molederas de rodeno, cantos rodados desbastado~. trozos
de adobes y restos de enlucido de barro amasado con paja. Visitado posteriormente este lugar por el señor Rosa Revira recogió. aparte de vanos
fragmentos de cerámica, dos dientes de hoz y varias lascas de sile'C.
Se trata, como se ve, de un pequeño despoblado, típico del Bronce
va lenciano, muy destruido por las labores agrícolas, que han hecho desaparecer en buena parte las construcciones del interior del recinto.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor dol Sorvocio ... 1961", Volencoo, 1965, p6gs. 24 y 25 D. Fletcher Valls: "Memoria do los acllvldaclu de la Dt>legación .. " en Not. Arq. HiSp.,
VI, 1962, Madrid, 1964, pógs. 382 V 383.
17.-«La Mola» (Carlet)
Acompañando al Delegoclo Local de Excavaciones de Carlet, don Andrés Monzó Nogués, v1sotaron el Directo' del Servicio, señor Fletcher, y
el Colaborador, señor Brú, cla Mola», monte de dicho térmono municipal, lugar que por sus características hacia presumir la posobilodad de
que existiera en su c1ma un poblado de la Edad del Bronce La prospección fue totalmente infructuosa, pues entre las tierras, cultivodas desde
hace muchos años, no se encontró objeto arqueológico alguno, ni se pudo
localizar ningún resto de ed oflcación que claramente puedn atribuorse a
epoca prehistórica.
BIBLIOGRAFIA. "La labor del S~rvicia ... 1961", Valencia, 1'i65, pbg. 24. - D.
Fletcl>cr Valls: "Memouo de los actividades de le Delegoci6n... ", en Not Arq. Hl$1>6nlco, VI, 1962, Madrod, 1~, póg 382.
18.-cCou del Tío Gil » (Denia)
Con el Delegado de Zona, señor Tarradell, visitaron esta cueva el
Director y Subdirector del Servicio, acompañados por el Dr. Hermanfrid
Schubart, del Instituto Arqueológico Alemán Se recogieron algunos fragmentos cerámicos y se acordó que por la Comosión que estaba realizilndo
-290 -
[page-n-356]
ACilVlDADBS DBL S. l. P.
17
trabajos arqueológicos en el Montgó, se reunieran aauellos materiales
que se hallaban esparcidos por la cueva, los que, después de ser lavados
y restaurados en lo posible en el Laboratorio del S.l P., fueron depositados en el Museo Arqueológico de Alicante. Con posterioridad, el Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Valencia, bajo la d~tec
ci6n del doctor Tarradell, ha efectuado una campaña de excavaciones en
este yacimiento, con resultados menos interesantes de lo esperado a
consecuencia de lo revueltos que se hallaban los estratos.
Se trata, al parecer, de una cueva en la que se vivió durante largo
trempo, que ha proporcionado ur>as cerámicas prntadas cuya situación
cronológico-cultural plantea graves problemas, ya que por a lgunos arqueólogos han sido consideradas como neollticas, mientras que para o1 ros
no pasan de ser de la Edad del llronce.
BIBLIOGRAFIA: J . San VO:ero Aperos" "Lo Cuevo de la Se,..., (Boco~rente-Valen
cia)", Serie de TrabaJos Varios clel S.I.P, núm 12, Va!oncoo, 1950, póg. 8 . - J San
Votero Aponsi: "Noros paro el esrudoa de lo cerámiCa cordool de lo Cueva de la ~...a
(Volencoo)", en Actos y Memonos de lo ~iedod Española da Antropología, Ernog'lllia
y Prehosloria, XVII , Modrod, 1~42, págs. 100 y 101.-"La labor del Servicio ... 1961"
Valenclo, 1965. pág. 24
19.-«Cabeso Redondo» (Villena)
El Director señor Fletcher y el que esto escribe, acompañando
al Delegado de Zona de Excavacrones señor Tarradell, visitaron el día 5
de febrero de 1962 este rmportante yacimiento arqueológico en el que
se estaban realizando excavaciones por el Delegado local óe Vlllena, señor Soler Garcla, financiadas por la Delegación de Zona y e n colabora·
ci6n con su Delegado.
Se estudió la estructura y los materiales de tan interesante poblado
de la Edad del Bronce, cuyo conocimrento directo es omprescindible para
el cotejo con los yacimientos contemporáneos en los que el S.I.P trabaja, con los que, a pesar de las naturale~ diferencias, presenta también
grandes analogías.
BIBLIOGRAFIA: J. M. Soler Gorclo: "El poblado prehisrórlco del Cabezo Redondo" ,
en Proo;¡ramo oficial de lo Comis.6n de foesros clel Ayuntomoenro, Vlllena, 1949. -J. M.
So:er Gctdo: "Un •nrerrami!:nto ~n urno en f'J ~o Redondo", en "Villeno.... nüm 3,
Vrllena, 1953.-J. M. So'er Gorcio; "VIIIena IAiicontet. Poblado del Cobezo Redondo", en
Nor ArQ. Híspónoco, 1, 1952, Madrod, 1953, pág. 38.-J M Soler Garcio: "Oe Aro.,eoloo;¡lo vollenen.e --<:erómica ornodo de lo Edod del Bronce.-Oos interesanres v del Cabezo Redondo", en "Villeno", núm. 4, Vlllena, 1954. -J M. Soler Gorcio;
"El poblamiento prehistórico del término V.Uenense..', en "Vtlleno", nUm. 1, V1lleno,
1957 .-). M. Soler Gorda: "Primera compaño de t!}Ccavoclones dd Servoeio Nocoonol
•~ el Cobuo Redondo", en "Villeno", núm. 9, Villana, 1959.-J. M. Soler Gordo: "El
Tesoro de Vi lleno y ol Tesorlllo del Cabezo Redondo". on "VIIIeno", núm. 1<1, Vlllono,
1964.-J M. Soler Garcóo< "él Tesoro de Vllleno", E>gs 162-165 y 2 11.--0. Fletc.her Volls: uServic10 de fnvestigooón Preh)st6rico"'. en "Genero1Hot1 ' , núm. 1, Vol en·
el~. 1962, pógs. 88 y 89.-"La lobar de Servocoo... 1962", Valencra, 1966, pág. 13
-
291-
[page-n-357]
18
20.-ccla Bastida de les Alc:usel» {Mogente}
Para comprobar determinados puntos con vistas a la publicación de
la monografía sobre este despoblado excavado por el S.I.P. en parte du
rante Jos años 1928 a 1931, se efectuó una visita el día 5 de febrero de
1962 por el Director, señor Fletcher, el Subdirector y el Delegado de
Excavaciones de la Zona, doctor Tarradell. Se pudo comprobar que a pe·
sar del tiempo transcurrido desde la última fecha que se reallzaron las
excavaciones, e) poblado se halla en buen estado.
BIBLIOGRAFIA: E. 1'16 Bolle>1er: "Actividades del Servlcoo de Jnvestogocoón P•ehis·
tór:co ( 1946-1955)", en Aren. de Preh. Levóntlno, VI, Valencla, .1951, póg. 211.D. Fletchcr Vclls: "Lo Bastida de les AlCllses", en Programe de lo Ferio y Fiest<>< de
Mogento, Mogente, 1963.-D. Fletcl,er Volls, E. Pió Ballester y J. Alcócer Grau: "La
Bastida de les AICllses (Magente-Valencio)", 1, Serie de Trabajos Varios del S.I.P., numero 24, Valencia, 1965.-D. Fletcher Valls: "Actividades de lo Delegación provin·
cial ...", en Nol. Arq. Hlspónica, VI, 1962, Madrid, 1964, p6g. 379.-D. Fletcher Valls:
.,Servicio de lnvestigoci6n Prehistórico"., eh "Generolltot", núm. 1, Volencio, 1962, página 88.--M. A. Voll de Pió : "Lo cadenilla de oro de Le Bastida", en "Levante", Valencia, 22 de julio de 1965~M. A. Voll de Pió: "Le cadenilla de ora d de les Alcuses", en Crónica del V Congreso Noelcncl de Arqueologfa (Zcrogo>a, 1957),
Zcragoxa, 1959, póg, 239.-P. Beltrán Villagrasc: "El plomo escrita de la Bastida de
1 Alcuscs (Magente) (Add ..
numero 23, Valencia, 1962.-"Lc labor del Sérvicio ... 1962", Vol.,cia, 1966, póg, 13.
21.-«La Carenc:ia» (Turi•}
El monte de «la Carencia», próximo a Turis, tuvo uno de los yací·
mientes ibéricos, posteriormente romanizado, más Importantes de toda
la provincia de Valencia, y que por desgracia, conocido desde hace mu·
chos años y expoliado desde siempre, ha quedado casi inútil para la cien·
da. De él se han venido nutriendo una bu~na serie de colecciones priva·
das y sus materiales se han ido perdiendo por no habe~ sido nunca reco·
gidos en un Museo oficial. Se sabe que en cela Carencia» han aparecido
buena cantidad de fíbulas anulares hispánicas de bronce, entre ellas la
muy interesante conservada en el Museo de Bellas Artes de Valencia,
vasijas ibéricas y de terra siglllata; pondus y fusayolas, objetos de hierro,
etcétera, es decir, el material corriente en esta clase de poblados. Tambiér'1 son abundantes )as monedas, habiéndose encontrado varias de Sa·
gunto con la concha y el de lfín, otras con leyenda Ibérica de Saitabi, romanas de Valentía de las primeras emisiones con la cabeza femenina y
la cornucopia, etc.
El Director señor Fletcher, con el De legado de Zona doctor Tarradell,
acompañados por el señor Llorente, buen conocedor del lugar 1 giraron el
dla 6 de mayo de 1962 una detenida visita al poblado, cuyos restos estaban siendo destruidos por )os tractores que preparaban el terreno para
ponerlo en cultivo, especialmente la zona central, llana y muy extensa.
-292-
[page-n-358]
ActlVtDADES Dl!l. S. J, P.
19
Estas labores agrícolas habían hecho aflorar en grandes cantidades la cerámica, que salía revuelta con los sillarejos de los muros derruidos. Se
recogió cerámica ibérica con decoración geométrica, campaniense del tipo
B y escasísimos fragmentos de «terra sigillata»
Por la cerámica campaniense B, así como por las monedas recogtdas
en diversas ocasiones, el poblado tuvo su plenitud desde la segunda mitad del siglo 11 a. de C. hasta el cambio de Era. Si, como se dice, tambtén se han encontrado monedas tmperiales -se cita concretamente una
de Hadriano--, podría alargarse su vida hasta el segundo siglo de nuestra Era, aun cuando ya debió tener menor Importancia, pues son escasos,
si no casi nulos, los hallazgos de fechas tan avanzadas.
BIBUOGRAFJA: T. Llotente Oliwr""· "Valencia, Sus monumentos y artes; tu noturo1uo e historlou, tomo 11, Borc~. 1887, p6g. 566.--A. Piles lbors: "I:J<(Ursrons
o Turís", m ''Los Pto\tinc:ios·', Vale.nc:io, 10 de septtembre de 1900.- J. Martinn Aloy:
u Arqueología Volenciono en 1912", en Alrnonoque de "Los PIOYincros", Valencia , 19 13,
p6g. 265.-L. Trornoyeres Blosco: "le>• fibu!Gs (de Turi• )", en "Los Provincros''. Volenc:io, 7 de rnorw de 1908•.-f. Almcrc.he V6zquez : "lo ontoguo civolizoci6n tbénca
en~ Reino de Valencia", Valencia, 1918, pógs, 153 y 154.--M. Torrodell Moteu. "Preh•stOna \ AntlqUit01u, en u ...hstOrto del Pais Vole.nciOH, vol. 1, Barc:elol"'CC, 1965, fig. 23. D. Fle:tch&r VoUs: "Servicio de lnvesti_ooc:lón ProJ·ustótlco", en ''Generolitat", núm~ro 1,
Valencia, 1962, póg. 89.-D. l'letGhet Volls: "Activododes de lo Dele~ Ión provrnCIOI ...", en Not, Arq, Hl$1)6nlco, VI, 1962, Madrid, 1964, pógs. 379-390.- "la lobor
del Servicio... 1962", Valencia, 1966, póo. 14.
22.-cCerro de la Peladillu (Fuenterrobles)
La existencia de restos arqueológicos en lo alto de este Cerro del
término de Fuenterrobles se conoce desde hace ya muchos años, aun
cuando por lo general en la bibliografía regnícola suele confundirse con
otro cerro de igual nombre existente cerca de Requena, en el que señalara Martínez y Martfnez el hallazgo, Junto con cerámicas tbéricas, de
fragmentos de terra sigillata.
El de Fuenterrobles fue visitado por el Grupo Espeleológico cVilanova y Piera• el día 12 de noviembre de 1962, explorándose, sin resultado
arqueológico alguno, unas galerías existentes en su .ladera. En la cima
del cerro, donde se hallan los restos de un poblado ibérico, aflora buena
cantidad de cerámica, de la que se recogieron unas muestras. Es en su
casi totalidad ibérica sin decorar, exísttendo algunos fragmentos con decoración geométrica y un borde de una vasija de forma 36 de campaniense A.
Sin que se pueda dar una cronología segura, por la existencia del
fragmento de campaniense A, clasificamos provisionalmente el despoblado como propio del siglo 111 al 11 a. de C.
BIBLIOGRAFlA: O. Flotcher Volls: uServocoo de lnvestogocl6n Prehist6nco". tn ~Ge
,_olilot", num. 2 , Valencia, 1963, póg. 100.· "Lo labor del Servicio ... 1962", Yo·
lencio, 1966, p6g, 16.
-293-
[page-n-359]
20
23.-«La Creueta Alta» (Antella)
La
actual pueblo de Antella, cuyas casas se extienden por su falda, e inme·
diato al azud de la Acequia Real del Júcar, en situación estratégica de
importancia, pues es un punto elevado y aislado que domina la salida de
dicho río hacia el valle de Cárcer. En su cima quedan los restos de un
poblado Ibérico, del que se ven aflorar los muros de !as casas y se distingue bien casi todo su recinto amurallado, que presenta en algunos
puntos como restos de torreones, y en uno de sus lados dos grandes piedras formando entrada.
Toda la superficie de la loma, en especial aquellas partes que en la
actualidad son campos agrícolas, está sembrada de fragmentos de cerá·
mica ibérica de buena calidad. algunos coh restos de decoración geomé·
trica pintada. Se ven grandes fragmentos de vasijas de buenas dimensiones y otros de vasos de pasta tosca. Se recogió, en la prospección que
realizara e.l autor de este articulo, con don Francisco Chapa el día 17
de junio de 1965, un fr-agmento de lucerna de barniz negro brillante, de
época republicana.
La Inexistencia de terra sigillata, el tipo de pasta de las vasijas ibéricas y e l fragmento de lucerna mencionado, nos hacen situar cronológicamente este poblado, <:on todas las reservas que e l caso requiere, entre los siglos 111 y 1 a. de C., sin que alcanzara la mitad de este último.
BIBLIOGRAFIA: N. P. Góme% Serror.o: "L'ony orqueologoc volencio", en Almonaque de- "Los Provmcios", Va1e,-.cio, !931, p6g. 427.--N. P. Góme:z Senono: 11 Se-:-:ión
dé Antropología y Prehistoria. Cursos d• 1934-35 y 1935-36", ert Artales del Centra
de Culturo Volenciona, vol. IX, Volencoo, 1942, pógs. 46 y 48.-"La labor del Servido... 1965''. M prenso.
24.-«EI
Castella~l)
(Oliva)
En la parte más baja de la ladera E. de <
d'Estudis Catalans excavó los restos de una necrópolis ibérica. Don José
de Colomines, que fue quien llevó a cabo los trabajos en 1924, sólo pudo ya excavar seis incineraciones en urna, habiendo sido destruido el resto poco antes al realizar trabajos agricolas en los campos, en tiempos
más antiguos al construir la carretera de Oliva a Pego, y, la mayor parte, en 1495 y en 1539, por unos moriscos que buscaban los tesoros es·
condidos por los moros al ser reconquistada la comarca por Jaime 1, los
cuales pusieron al descubierto, según testimonio de Pero Antón Beuter,
no menos de 38 urnas.
-294-
[page-n-360]
ACTIVIDADES DEL S. l. P.
21
Los enterramientos excavados por el señor Colomines eran los que
quedaron cubiertos al construir el camino viejo de Oliva a Pego, ya existente en el siglo XV, y por lo tanto la única zona de toda la necrópolis
que no había sido rebuscada
El día 11 de mayo de 1965, el subdirector del Serv1cio, acompañado
del Delegado de Zona de Excavaciones doctor Tarradell y del señor Llobregat Con esa, realizó una visita al lugar del emplaz:amiEtnto de la necrópolis, pudiendo comprobar la tot<:~ l destrucción de la misma y la •mposibilidad de realizar en ella trabajos fructíferos.
Por los campos aún se veían abundantes fragmentos cerám1cos, la
mayor parte ibéricos corrientes, algunos con restos de decorac1ón pinta·
da. Se pudo recoger un fragmento de cerámica campaniense B, hallazgo
Importante, pues entre los materiales recogidos por el excavador catalán
que se guardan en el Museo Arqueológico de Barcelona, apenas si hay
re~tos que permitan atribuir una cronología precisa a la necrópolis, y aun
los pocos que hay no han sido debidamente valorados. Gracias a nuestro
hallazgo, podemos afirmar con seguridad que el yacimiento debe ser situado cronológicamente hacia la segunda mitad del siglo 11, lo cual coloca ya en un lugar más ::onvenlente de lo que hasta ahora se venia haciendo a los grandes vasos con decoración de escenas humanas allí encontrados, y descarta de una vez: para siempre las supuestas mfluencias
célticas (posthallstátticas) en esta zona de las tierras valencianas
BIBLIOGRAFIA: Pero Antón Beurer: "Coronlco G011orol de todo E$poilo y especlolmi:nle del Reyr.o de Volenclo", Volenc:lo, 1551, copilulo XLVI II. follo CXXXVII. J. Colomonos Roco: "Lo Necr6polls d'Oilvo", en Butllcri do l'ksoc:oció CotQiono d'Antropologon, Etnol. i Preh., 111, Borulono. 1925, pág. 113 --J. Colominas Roeo: "Ob¡e<•~ de lo nocrópohs d'Ohvo ol Museu de Borcelono", en Anuorl de l'lnstitut d'Es!udis
Corolons, VIl, 1921-26, Borcelono, 1931. póg. 186.-J. Colomonas Roca: "Lo n~
.polis o!>Moco de Ohvo lprov!ncoo de Volenciol", en Arnpurios, VI, PÓO. 155.--E. Pió
BoiiHter· "Los Iberos en Ohvo: Descubrimiento en 1495 de uno nec:rópol•s'\ e.n ~nt'
Ano, 111. núms. 21-22, Olivo, mayo-junio de 1964, p6g. 6.--E Pió Ballester: "Uno
visi•o orqueofOgtco o Olivo", en Son1•Anu, IV, núm. 33, Olivo, moyo do 1965, pó9ino
16 -"Lo lobar del Servicio ... 1965", en prenso.
25.-cCoYa deis Santa» (Alcudia de Crespins)
Habiéndose comunicado a l S.I.P. la aparición de vasos cerám1cos rbéricos en una cueva próxima a la población de Alcudia de Cresplns y en
su térm1no municipal, se realizó una prospección por el Subdirector del
Servicio el dia 13 de d1ciembre de 1963 al lugar de los hallazgos. Con
anterlor~dad a esta noticia ya se poseian datos y materiales en el S.l P.
Es una pequeña concavidad, con escaso contenido de tierra, de cuyo
suelo, y entre los Intersticios de las rocas, se encontraban muy fragmen·
tados restos cerámicos, los cuales dieron perfiles de pequeños vasos caliciformes de tipo ibérico, platitos y otros vasos de escaso tamaño.
-295-
[page-n-361]
22
Se ha lla el yacimiento en .los acantilados de la margen derecha del
«Ríu deis Sants», una zona rica en restos ibéricos, teniendo enfrente,
al otro lado del río, un pequeño cerro en ej que también se encuentran,
lo cual hace pensar en la posibilidad de que la cueva sea un establecomiento anejo al pobladíllo, quizás dedicado a algun rito o dest·íno especia. (favíssa?), que de momento no podemos colegir. Por las caracterfs!
ticas de los materiales así como por el lugar en que se hallan, podría
relacionarse estrechamente con el establecimiento íbero-romano de la
«Cova de les Meravelles» de Gan.día y con. la «Coveta» de Domeño
BIBLIOGRAF IA: D. Fletch Servicio ... 1963", Volencio, 1966, !)Óg. 11.
26.-ccl.os Villares» (Caudete de las Fuentes)
Aprovechando el desplazamiento del que esto escribe a la finca «Casa Zapata» de que se hablará más ade lante, se realizó una visita al ya·
cimiento de c
no se han realizado trabajos en él.
El estado de la parte excavada en las tres campañas realizadas los
años 1956, 1957 y 1959, que había quedado al descubierto es malo, a
consecuencia de las lluvias y demás inclemencias del tiempo, habiéndose
perdido casi en su totalidad Jos muros de adobes, y conservándose bastante bien los de piedra, con algún que otro sillarejo caído o fuera de
lugar. También han sufrido depredación los taludes de los cortes estratigráficos que quedaron a l aire libre.
El resto del terreno, adquirido por la Diputación provincial pa ra el
Servicio y en vías de otorgarse la escritura de compraventa, se encuen·
tra en el mismo estado qu;¡ años atrás.
BIBLIOGRAFIA: E. Pió Bollester: "Actividad"' del Servido de Investigación Prehlsrórica 1956-1960", en Arch. de Preh. Levontlna, IX, Valencia, 1961, pógs, 21'1-2 19
-E. P.ló Ballest Crónico del VIl Congreso Nocional de Arqueologfo (Barcelooo, 1961 ), Zorogozo, 1962,
~ginos 233-239.-"Lo labor del Servicio ... 1965", eo prenoo.
27 .-Aibalat de la IUbera
En .la población de Albalat de la Ribera, al abrir las ranjas para el
alcantarillado, aparecieron algunos restos arqueológicos que fueron recogidos por el señor Sarrió, quien, a través de don Amadeo Llácer Castañer, Diputado provincial, lo puso en conocimiento del Servicio.
-296-
[page-n-362]
ACT1Vn>.\DES DBJ; S. 1- 1',
23
El dia 3 de marzo de 1961 se efectuó una visita de inspección por
los Sres. Fletcher, Tarradell y el autor de este articulo, quienes estudiaron
los cortes quedados en varias de las zanjas realizadas, asi como los mate riales recogidos por el Sr $arrió Gon~albo. El corte más claro estaba en
la calle de Peris Mencheta, y en él se pudo ver que por debajo de un .,,vel
de pavimentado actual, aparecía una capa de tierras revueltas con restos
medievales y modernos; a cosa de un metro más abajo, se veía un nivel
de arcilla con los restos arqueológicos, principalmente fragmentos ce·
rámicos ibéricos y romanos y posibles restos de edificaciones.
Los objetos estudiados en casa del señor Sarri6 fueron : una hacha
de piedra pulida; una moneda romana que no pudo leerse; varios ¡:;un·
zones de hueso, romanos; cerámica tosca hecha a torno, ibérica; cerámica ibérica con decoración geométrica y floral, campaniense de tipo 8,
y terra sigillata aretina, sudgálica e hispánica
Debió existir en el lugar, que presentaría una pequeña elevación co
mo aún hoy día puede observarse, un poblamoento ibérico del siglo 11 a
de C., que perduraría hasta bien entrada la romanización
818LIOGRAFIA: D. Fletchor Vallo: "Memoria do los octtvidocles de la Oelej)Oclón ...'',
en Not. Arq, Hi>l)6nlco, VI, 1962, Madrid, 1964, pógs. 381-382---E. M. Sarrió Gon
~albo: "Importante holloxgo arqueológico en Albolol de •lo Rl~ro. ¿Socronem descu ·
bierto?", en "Los Prov.nclot" _ Valencia, 30 de eMro do 1958 .- .. Lo tobor d~ Servf
clo... 1961H, Volenclo, 1965, póg. 23.
2 8.-«Aiteret do la VintiYuitenn
(Aibalat de la Ribera)
Se denomina «Al teret de la Vlntivultena» a una partida, en 1;:~ actu<1
lldad llana, existente junto a la población de Albalat de la Ribera, a l nor·
te de la misma y separada de ella por la carretera que conduce a Sueca
Por el topónimo hay que pensar que antiguamente fuera una pequeñ<~
elevación junto al Júcar, hoy enmascarada por el acondicionamiento d•
los terrenos para su cultivo de naranjos.
A fines del año 1957, al efectuarse en los actuales campos de na·
ranjos unas acequias de d~ena¡e, aparecieron unas grandes piedras, restos
de edificaciones, y buena cantidad de cerámica ibérica y romana, que fu e
recogida por e l señor Sarrí6 Gon<;albo y en parte depositada en el S.I.P
Aprovechando el desplazamiento a Albalat de la Ribera, del que se
ha hecho mención en el apartado anterior, los señores Tarradell, Flet
cher y el que esto escribe visitaron el cAitereb en el que, dado el cul
tivo a que está destinado, es casi imposible realozar cata alguna La su
perflcie del campo, en una extensión mínima de unas cuarenta áreas,
contiene abundantes fragmentos cerámicos, ibéri cos y romanos, con ca-
:a
29'7 -
[page-n-363]
B.
~LI\
BAU.SSTI!R
racteristicas semejantes a los que se encontraron en la población. Por la
proximidad de ambos hallazgos, hay que pen.s ar que los dos puntos debían formar una misma lcx:alrdad, pues los materiales que se recogen en
el «Aiteret» alcanzan en su parte sur las primeras casas del pueblo.
BIBLIOGRAFII\: V'ose lo mern:•onodo en el oportodo onterio•
29.-«Cntillo» (Sagunto)
Por el Director del Servicio y en diversas ocasiones se han realizado
prospecciones por el cerro del «Castillo» de Sagunto, recogiéndose srem·
pre muestras de cerámica rbérica y romana. Entre los fragmentos recogr·
dos los hay de campaniense B, de ibárica con decoración geométrica pintada, de la llamada gris ampuritana, y sigillata aretina sudgálica e hispánica, entre esta última un buen fragmento de una forma 37 tardía.
También se recogr6 un fondo con la marca OF MVRR, del taller de Mu·
rrus o Murus de La Graufesenque, que trabajó en el periodo de Claud10
Vespasiano, durante la segunda mitad del siglo 1 de nuestra Era
BIBLIOGRAFIA: O. Flelc:her Volls: "Servicio de lnvesrloocíón Prehistórica", en "Ge·
nerolilot", núm. 1, Volencio, 1962, ~ 90.-D. Fletcner Volls: "Actividodes de lo
D.Ceooción provincial ...", m Not. Arq. H1sp6nico, VI, 1962, Madrid, 1964, póg" ~S I." Lo labor del ServiCIO ... 1962", Valencia, 1966, póg. 15.~. Mortin de Cotllllo: "lo
ttrroÓ9. 367 .-G. Mortin de Castillo: "Terro 01gillota hlspon¡co de Sogunro", en Reí Creto"e Romance Foutorum, Acto V-VI, 1963-1964, Tongr.., 1964, póg. 37
30. -«.Barranc del Uop» (Barcheta)
A unos tres kil6metrcs del pueblo de Barcheta, en la partida deno ·
minada «Barranc del Llop» o «Cases de Gilet», a escasos metros de la
carretera que conduce de Barcheta a Simat de Valldlgna, apareció a unos
75 cms. de profundidad, una !ápoda romana en la que se lee:
C. CORNELIVS
CF GAL
MVRRANVS
H.S. EST
El hallazgo se produjo a l rebajar el nivel del campo mediante tractor, y junto con la lápida se removieron unos pocos sillares y otra piedra también con inscripción, que, en la prospección que se realizó el día
4 de abril de 1962 por el doctor Tarradell y el autor, no se pudo ver ya
-298-
[page-n-364]
AC'I1V1DADU DI!L S. l. 1'.
Por los restos encontrados, así como por el aspecto general del luga r
y la carencia de otra clase de hallazgos, parece poderse deducor que las
lápidas y los sillares debieron formar un monumento funerario, destruí·
do desde tiempos antiguos.
BIBL.IOGRAFIA: D. Flelcher Valls: "Servicio de lnve•tígacfón Prehistórico", en 'Ge·
neralitot", núm. 1, Valencia, 1962, i>ÓO 89.-0. Fletcher Volls: "Actividades de lo
Deleoación provincial ...", en Nao Arq, Hlspónlca, VI, 1962, Madrid, 1964, pilc¡. 31:11."Lo labor del Servicio... 1962'1 , Volenclu, 1966, póg. 1S.
31.-uCa ñamar» (Turís)
Con ocasión de la visita que realizaran a «la Carencia• de Turis los
señores Tarradell y Fletcher, se visitó la partida de cEI Cañamar•, paraJe próximo a la carretera de Torrente, hacia el kilómetro 10, donde
según noticias aparecidas en varias publicacoones existía una lápida ro·
mana, encontrada el día 31 de agosto de 1900.
Se trata de un tosco cipo sepulcral, incomple to, muy carcomido por
la intemperie, y todavía se nalla en el ángulo SE. de la cerca de una
viña. Se lee lo siguien te:
CAES lA
HSE
Fue incluida por Sancnos Sivera en su repertorio bajo el número 414,
y no figura, dada la fecha de su hallazgo, en el vCorpus» de Hübne r
BIBLIOGRAFIA: C. Sonhou Carrorn. "Geografía G"""ral del Ro•no de Voknc.a
Ptev•nc•o de Volenc•o..,, tcwno 11,. Barcelona, s.f .., pág. 333 {pubhco uno fotogtofío) -J. Sonch•.s Srvero: "EpJgrofio ton"Klno-vcfenc.ano". en "La Diócesis Volenhno. EstudiOJ:
Históricos", Volencio, 1920, p6c¡ 160, núm. 414.--D. Fletc:her Valls: "Servoclo de In·
vesttooc•ón Prehl.l.1&ico"', en "Generolitol", núm. 1, Vof.enc•o. 1962, p6g 89.-0. Fletcher Va lis: "Actividades de lo Deleooc•ón ... ", •n Not. An¡. Hi'!>Ó"ico, VI, 1962, Ma·
drid, 1964, pilc¡. 380.-"Lo lobor del Servicio ... 1962", Volencio, 1966, i>ÓO 15.
32.-((Casa Zapata» (Villargordo del Cabriel)
El Dr. Tarradell comunicó al Servicio que don Alberto Gomlla, pro·
pietarlo de Ja finca «Casa Zapata» del término de Villargordo del Cabriel.
le nabia necho donación de una lápida romana encontrada en dicna fin·
ca y que él, a su vez, hada donación de la piedra al Museo del Servicio
Para recogerla se trasladó a la mencionada finca el Subdirector del
Servicio, que realizó una detenida exploración del lugar en que apare·
clera.
La inscripción se enco:"'tró nacoa T960 en unos campos dedicados al
cultivo de cereales, llanos, con ligeras ondulaciones o inclinaciones. En
el lugar en que el arado extrajo la lápida se ven, superficialmente, abun·
-299-
[page-n-365]
26
dantes fragmentos de cerámrca de distintos tipos, casi toda romana. Se
recogieron unos fragmentos de Ibérica o romana de tradición ibérica, otros
de pasta basta de tipo arcaizante, algunos de cerámica común con franjas rojas pintadas, un borde de cuenco de grandes dimensiones con asa
ondulada horizontal pegada al cuerpo, un fragmento de un vaso de forma 15/17 de sigillata marmorata, fragmentos de sigillata sudgálica, uno
con marca ilegible en el fondo, otros fragmentos de sigíllat11 hispánica
lisa y decorada, unos pocos de sigillata clara A decadente y un fragmen·
to de vaso vidriado verde, posiblemente romano.
La piedra, que será ampliamente estudiada por el Dr. Tarradell, es
prismática rectangular, con pivote infenor para ser encajada, con la cara en que lleva la inscripción alisada y las demás simplemente desbastadas. Mide i '40 m. de ;:ltura, 0'49 de ancho y 0'25 de grueso. En la
cara frontal se ha labrado una cartela superior semicircular limitada j)Or
doble moldura, la interior formando perlas u ovas, que no lleva inscripción, y ctra cartela rectangular inferior, también limitada por doble moldura, la interior igualmente con perlas u ovas, que lleva la dedicatoria
Las letras, muy borrosas, son de mal arte, y con carácter provision~ l. en
espera de que se realice una limpieza más apurada, creemos leer la siguiente inscripción :
IVNIAE L FIL
ANTIQVAE
P VALERIVS ANTI
QVOS MATRI PI
ISSVMA ANN
xxxx ...
No aparece en nrngún repertorio, por lo que permaneció enterrada
en el lugar de hallazgo desde la destrucción de la vill~ romana.
BIBUOGRAFIA: "Lo lobor clol Sorv~
"Lo inscripción clo Cose Zopo re. de Vlllorgordo clol Ccbriel (Voler.clo)", en prenso.
33.- Vislta a Gandía
El Subdirector, acompañando al Delegado de Excavaciones Arqueológicas doctor Tarradell, realizó el día 11 de mayo de 1965 una det.anida
visita a Gandía, donde fue recibida la comisión por el colaborador del
Servicio en dicha localidad señor Camarena Mahiques.
Se visitó en primer lugar el Palacio Ducal, en cuya jardln cprimitrvo»
se conserva una escultura que ha sido considerada por algunos autores
como romana. Es medio cuerpo superior, sin brazos, de un gigante o atlante que debió estar en el ángulo de un edificio o en el quicio de una
-300-
[page-n-366]
AC'1"tVIDAD8S DEL $. l. P.
27
puerta. No es de época romana, stno muy posterior, quozá del stglo XVI
o XVII, y debió ser una de las piedtas que, según las crónicas locales,
se trajeron a Gandia desde e l Real, al destruirse el palacio que en t'Ste
lugar hobla.
Se estudió la lápida romana, conocida de antiguo (Hübner 3.605 y
5.972 y Sanchis Sivera núm. 78), que se conserva empotrada en el ves·
tlbulo del Ayuntamiento, en lugar muy alto, lo que impide que pueda
ser bien leida.
No pudo estudiarse la lápida que se conservaba por los días que se
•ealizó la visita en la calle de la Ltmera, junto al Palacio Ducal (Hübner
3 .601 y Sanchis Sivera 75), ya que estando empotrada en una pared habla sido recubierta por un3 capa de cemento. Con posterioridad a r:ues
tra visita ha sido retirada de donde estaba y guardada en el Ayunta moento.
BIBLIOGRAFI.A: R. Chobós Lloren$; "OroOC!n de Gondio. El onveTSO" , en "El .Archo
vo", 1, C>6os. 273, 281. 289, etc., Cenia, 1886-87 .-R. Chobós Llorens: " ¿Voc:onio Po•
Do~ Voconlo'", • ., "El .Archivo", 11 , Otnio, 1888, pág. 214.-R. Chob6s Llorens: "Lo
lns.cripción de Voconio. Correcciona o Oiogo'', en uel Archivo", 11, Dc:nio., 1887, pó·
o
gtno 68 y ss.--1'. Son.: "Lo lnscrltxi6n do Voconla . Defensa de>! Podre Doogo", en "El
.Arthivo", 11, Denio, 1888, póg. 2 1?. -C. Sorthou Correres: "Geograflo General del
Reino de Valencia. Provincia de Valencia " , toma 11, Barcelona, s.f., pógs. 397 y Wa .
J . Camarono Mahiques: "HI>torio del Distrito de Gondio", Gondio, 1965, pógs. 15- 1?
- "Lo lobor del Servicio... 1965", en prenso
34. -Vilita a Oliu
En la misma jornada en que se realizó la visita a Gandia reseñada en
el apartado anterior, se efectuó otra a Oliva, estudiándose las lápidas
romanas que en esta ciudad se conservan y realizando prospecciones en
diversos puntos de su término municipal, entre otros en «El Castellar»,
antes descritas (véase el número 24).
Se visitó en primer lugar ul'Eicall, partida de gran extensión en la
que se dice, desde tiempos de Gregorio Mayans y Sisear, que hubo una
población romana y en donde aparecieron, en la falda del monte del Al moixich, varias de las lápidas que diera a conocer aquel ilustre pollgrafo. La transformación de los campos, dedicados hoy al cultivo del naran Jo, ha cambiado de tal forma el aspecto del terreno que no se puede, en
una visita rápida como fue la realizada, deducir consecuencias histórtcas
También se realizó una visita a la parttda de San José, en donde
existen los restos de una antigua ermita a la puerta de la cual, formdndO
parte de un banquillo en una especie de pequeña lonja, existe una lá·
pida ya indicada como existente en ese lugar por Hübner (3.603) y
Sanchls Sivera (núm. 177).
-
301 -
[page-n-367]
28
La piedra se halla rota en el ángulo superior izquierdo, faltando la
primera letra (P) que aún pudieron leer Sanchis Sivera y Hübner.
Junto a la pared del edificio se ve un buen fragmento del fuste de
una columna. Como consecuencia de nuestra visita, el Ayuntamiento de
Oliva ha logrado que el propietario de la lápida la donara a la ciudad, y
quedará instalada, junto con las demás recogidas y de que se hablara,
en el edificio de la Corporación municipal.
En los loca les de ésta se pudieron estudiar y fotografiar las lápidas
que allí se han reunido y que estaban empotradas en los muros de la casa
de don Gregorio Mayans y Sisear. No se conservan má$ que tres de las
cuatro que en los repertorios se decía que guardaba Mayans, las números 3.609, 3.613 y 3.614 de Hübner (correspondientes a los números
113, 174 y 172 de Sanchis Sivera), no quedando noticias de la cuarta,
la número 3.6 12 de Hübner ( 175 de Sanchis Slvera).
La parte superior izquierda de la 3.609 está desgastada, faltando
unas letras: M. en la primera linea (M. AC ILIVS) y P I en la segunda
(PILIGNVS) .
Según las lecturas de los autores que la han reproducido con anterioridad, a la 3.6 13 le faltan algunas letras en su parte derecha : una F al
fina l de la primera linea, una S en la tercera y una O en la cuarta.
La ..,úm. 3.614 se conserva completa y la inscripción responde en
todo a las transcripciones hasta ahora publicadas.
En la fecha de nuestra visita a Oliva existían dos lápidas más, no incluidas en e) C. I.L. por haber sido halladas con posterioridad a su publicación. Una, también procedente de la partida de San José, encontrada
en 1905 por el aficionado señor Gui llermottl y conservada por él.
La otra, inédita, se halla empotrada en e.l patio de la Academia de San
José de la Montaña, y fue encontrada hace unos años por un alumno,
en la partida de «L'E ica», donde servía de compuerta a un cajero de acequia, estando por dicha causa borradas las letras de su lado derecho.
Se pudo leer bastante mal por falta de luz, y tampoco pudo ser fotografiada con buen resultado. Esperamos poder estudiarla mejor en otra
ocasión, ya que es pieza inédita, anticlpando que parece leerse:
P.C.LST..
TYCHE...
P.POLY . ..
VCILA ....
ONOR....
A. LX . .. .
Con posterioridad a nuestra visita se nos ha comunicado el hallazgo
de un gran cipo con larga Inscripción que no hemos podido descifrar por
-302-
[page-n-368]
ACTlVIDADES DBL S, ¡, P.
29
la floja 011idad de la fotografía que se nos ha remitido. Trataremos de
este hallazgo en mejor ocas1ón, cuando podamos haber estudiado de visu
la pieza
BIBLIOGRAFIA: J. Soncnis Sovoro: 'Lo Otócesos Valentino, Estudios nlstóru:os", por.
te 11, "Epogrofio romatiO•volenciana", Valencia, 1920, p(Jgs. 92-95.-J. Bloy Navarro:
"Documentos y dotas poro lo Hootoo iO ~ lo Coud
n
35.-«Ereta dets Moros» (Aidaya )
Al realizar trabajos de transformación agrícola mediante tractor en
esta partida del término de Aldaya, se efectuó una prospección comprobándose la casi total destrucción de una importante villa romana así como
el residuo de una necrópolis, también romana, de pequeiia extensión
Por las cerámicas recogidas puede datarse la villa hacia el siglo 111 de
nuestra Era
BIBLIOGRAFIA: D. 1\letcner Volls: ''Servicio do Investigación Prenlstóroco". en ''Go·
nerollto1", número 1, Volendo, 1962, póg. 89.-D. Fletcnor Volls: "AcllvldadH de lo
Delegocoón provincial...", en Not. Arq, Hispánico, VI, 1962, Madrod, 1~. 1)ág. ~7'J.
"Lo labor del Servoc10.. 1962~. Volencoo_ 1966, póg. 14.
36.-«Masía de Castillo» (Chirivella)
El Subdirector del Servicio, con el Delegado de Zona de Ex01vacio·
nes, visitó esta finOJ, situada en plena huerta, y en la que había noticia
de haberse encontrado cerámica romana.
Se pudo ver, a ambos lados de las diversas puertas que tiene el ac·
tual edificio, fustes de columnas recortados en c1llndros de 25 a 30 centlmetros de altura y que hacen las veces de poyos o guarda01ntones. De·
lante de la OJSa, al otro lado del 01mino de entrada y en el borde de
unas huertas, junto a un espacio que debió utilizarse como era, hay tres
basas de columna, dos de ellas exentas y una de ángulo. Las exentas toe·
nen un diámetro de 45 cms., aproximadamente.
En los campos de los alrededores, muy transformados por el cultivo,
no se vieron restos arqueológicos, pero en un 01ballón de unas tablas
dedi01das a huerta, hay restos de tegulae, fragmentos de hormigón y se
recogió medio pondus troncopiramidal plano, roto por el orificio d e ~us
pensión
En un camino próximo a la fin01 se ven tamblér1 restos de horm1gón
como formando parte de una antigua conducción de aguas, que en mu·
chas OOJsiones van paralelos a una acequia actual. Aun cuando no se dis·
-303-
[page-n-369]
30
E. !'LA BAL1ZSTI!ll
tinguen bien las características de la vieja conducción, podría tratarse
de un acueducto romano según parece por la clase de hormigón empleado.
BIBLIOGRAFIA: "lo labor dol Servicio... 1965", en prenso.
37 .- alas Marorras» (Higueruelas)
Habiendo tenido noticias del hallazgo de unos restos romanos en
término de Higueruelas, se desplazó e l Subdirector, con el Delegado de
Zona de Excavaciones, a dicho término municipal, estudiándose en la
partida de «las Mazorras» unos restos de construccione; de época roma na muy destrozados por el a rado y el tractor, al parecer superficial·
mente.
Se recogieron rombos de pavomentación, trozos de do!ium, fragrr.entos de tegu lae e imbrlces y algún fragmento de terra sigi llata hispánica.
También habfa dos grandes piedras con molduras, posibles restos de cornisas de un edificio.
BIBLIOGRAFIA: "lo l<>bor del Servido... 1964", en prenso.- V. Llotos Burgos: "Corto orqueol6glco de Vlllor dDI Arzobispo y su comorco", en Arch.
Valencia, 1957, págs. 167, 172 y 1'73,
38.-«Piesas de la Madera» (Bugarral
En una serie de campos denominados ~
de la carretera de Gesta lgar, al realizarse obras para la cons1rucci6h de
una conducción de aguas, aparecieron varias ánforas romanas, dos casi
completas y dos o tres muy fragmentadas. Las dos ánforas más enteras
fueron recogidas por don Daniel Martínez, de la Junta de Riegos de la
Hoya, entidad que construía la a cequia, y se conservan en su domicilio.
Los fragmentos de las restantes, abandonadas junto al lugar de hallazgo, fueron recogidas por la comisión del Servicio que se desplazó al ya cimiento el dfa 14 de Junio de 1965, y han sido reconstruidas y restauradas en el Laboratorio del S.I.P. Todas las ánforas son de las formas 1
y 3 de Dressel, aunque con características que pueden hacerla,s a lgo posteriores a la época republicana.
Los campos inmediatos al lugar en que se produjeron los hallazgos
están materialmente cubiertos de fragmentos de cerámica,: restos de tegulae, de dolia, sigillata de diversos t ipos, fragmentos de vasos de paredes finas, de otros de paredes arenosas, etc. Entre los fragmentos de sigillata se destacan algunos pequeños trozos de vasos aretinos y un fondo
de plato con la marca «in planta pedis» del alfarero EVHOD IS.
BIBLIOGRAflA: "lo labor del Servicio... 1965", en pt'ens
-30~-
[page-n-370]
ACTtVID.o\DilS OEL S. 1. P
39.-Visita a Bugarra
Con motivo del desplazamiento del Subdirector del Servicio a la partida de fas «Piezas de la Madera» del término de Bugarra, que na quedado resefiado en el apartado anterior, se pud1eron recoger distintas noticias de carácter arqueológico referentes a dlcno término, estudiándose
algunos objetos aparecidos en diversos parajes.
En una finca denom1nada o:Torralba», prepiedad de don Luis Mul e t
Frutos, aparecen sillarejos largos, restos de dolium y media piedra ac.:t1va
de molino, con orificio lateral para engastar un mango. Debe tratarse de
los restos de una villa rústica.
En la «Vereda de Castilla», del «Monte de la Pinada», encontró tam·
bién el señor Mulet, conservándolo en su poder, un bronce de Dorrucia
no, del año 81, en buen estado: a) Cabeza del emperador imberbe lau reada, a la derecna, y leyenda IMP. CAES. OIVI. VESP. F. DOMITIAN
AVG. PM., y r) Minerva de pie a la derecha, con escudo, égida y lanza
SC a sus lados y )a leyenda TRP COS VIl - DES VI 11 PP.
En la partida de «Mezqui ta», algo a lejada del pueblo, junto a la ca
rretera de Casinos, aparecen ladrillos romboidales que, en algunos pun·
tos, aún forman grandes trozos de pavimento, indudablemente de época
romana.
En la calle de En Medio y empotrada en la fachada de la casa del
mencionado señor Mulet, se ve la cuarta parte inferior derecha de una
lápida sepulcral, de letras muy borrosas, en las que con dificultad se lee
... .... . . DIAMI
. ... .. INAE
.. . ...S.FILIAE
... XXX
......CRESCNS
Estuvo hasta 1958 en la esquma del edificio que servía de cárcel y
que era un viejo caserón perteneciente a los señores del pueblo. Es iné·
dita.
También se nos comunicó la existencia de otra lápida, cubierta con
cemento, por lo que no se pudo ver, en el muro frontero de la casa número 1 1 de Ja calle de Calvo Sotelo, esquina con Ja de San Francisco.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servicio .•• 1965", en prenoa.
40.-uCabe~olet»
(Sag unto)
En la partida de «Montiben>, al NE de Sagunto, a unos 100 metros
al NO del camino de Barcelona -por donde debió pasar la vieja vía Au·
gusta-, hay un cerro separado del macizo montañoso por una cañsdita
-305-
39
[page-n-371]
32
E. I'LA BALLESIER
en el que se encuentran con abundancia restos arqueológicos de diversas
épocas. En la ladera SE. se veían hace algunos años muros, restos de
pavimento de hormigón, piedras de molino, cerámica, teselas de mosaicos, etc. En la cima, casi oval, con su eje mayor de SO. a NE., también
se ven restos de muros y se puede recoger cerámica romana, terra sigillata, Ibérica corriente, ibérica basta con piedrecillas para la reducción en
la masa, campaniense, pondus, etc.
En la finca del señor Conde de Trénor, hace algunos años, el Director señor Fletcher estudió unos restos de inscripcione~ romanas, fragmentos de dolía, de terra sigillata, vidrios, y unas monedas de Antonino
Pío y Gordiano, pertenecientes a la villa que existia al pie del cerro.
En el mes de marzo de 1962 el señor Cueco Adrián comunicó al S. I.P.
que en la finca <
destruido los restos de una necrópolis, de la que se recogieron fragmentos de cerámica corriente, algunos de ellos parte de urnas cinerarias con
restos de pintura roja. Fueron estudiados estos vestigios de necrópolis
por el Director del Servicio, señor Fletcher.
De este yacimiento procede también )a cabeza de Hermes Báquico
que se conserva en el Museo Arqueológico de Sagunto.
BIBLIOGRAFIA: E. Pió Ballester: "Actividad~ del Servicio de Investigación Prehistórica ( 19'16-1955)", en Arch. de Preh. Levantino, VI, Valencia, 1951, pág. 213. E. Ptó 8allester ~ ,. Arqueologío del partido de Sogunto11 , én "Gen~r.olltat", núm. 3 , Vo ..
lcnclo, 1963, IJÓg. 39.-"Lo labor del ~rvlclo ... 1962", Valencia, 1966, pág. 13. N. P. Gómez Serrana: "Secci6 d'AntrO;>Oiogla 1 Prehistoria. Resum deis treballs cie lo
Secció duront l'ony 1930", en Anole• del Centro de Culturo Valenciano, IV. Vol•ncio,
1931, págs. 73 y 129.-S. Brú Vldol: "Notos de Arqueologio ~ntino", en Ar
Pre'>. Levantina, VIl, Volenc•a. 1958, págs. 158, 159 y 169-171.-0. Flétcner Volls:
"Servic1o de lnvestlgoc16n Prehistórico", en "Geperolítot". núm. 1, Volendo, 1962,
pógíno 89.-0. Fletchor Volls: "Actlvidc
Arq. Híspónico, VI, 1962, Madrid, 1964, póg. 319.
42.-«Raseaña» (Puebla d e Vallbona)
Junto a la carretera de Valencia a Ademuz, en el kilómetro 20, hectómetro 9, existen una serie de campos que forman la partida de «Rascaña», en los que se encuentra en abundancia cerámica romana, principalmente a unos 300 metros al norte del punto indicado. Realiz.ada
una prospección por el Ayudante señor Montañana, recogió varios fragmentos de un vaso de forma 29 de sigillata hispánica, otros fragmentos
de diversos vasos también hispánicos, bordes de vasijas de cerámica comun, un pondus y un ladrillo romboidal. Aun se veían algunas paredes
de las antiguas construcciones, en vias de destruccíón por las tareas de
transformación de los secanos en tierras de regadío. Al parecer se trataba de los restos de una villa romana rustica.
-306-
[page-n-372]
AcrtVmADES om. s. s. r.
33
Se repitió visi ta al lugAr el día 14 de junio de 1965, por e l subdirec
ror del S.I.P., estudiando y tomando los datos necesanos de una especre
de pila de piedra existente también junto a la carretera de Ademuz, pero
en su parte sur. Es de forma troncocónica, de basalto, con pilón central
de otra clase de piedra. Parece ser algo como parte de un molrno o lagar. Es difícil su atrrbucr6n, tanto respecto al uso que pudo tener corno
referente a su cronología, pero por su aspecto y su proximidad a los restos de la anteci tada villa romana, bien podrla formar parte de alguna
dependencia de ésta.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del !•rvlcío.•. 1965", en
prenso.
43.-uHuerta de Arriba» (Buñol)
Visitados los restos de una necrópolis romana muy tardía el año 1962
por el Director del Servicio señor Fletcher, fue de nuevo estudiad<~ el
día 8 de octubre de 1964 por el autor de estas lineas, con motivo dt! ha·
berse encontrado en el mismo lugar un silo.
Ocupa la necrópolis una serie de campos, en la actualidad ya solares,
al norte de la población de Buñol, lugar llamado «Huerta de Arriba» en
la partrda de «El Pr<~do». Los enterramientos están en fosas rectangula·
res, poco hondas, excavadas en el suelo margoso. Se limpió una de ellas,
en parte ya destruida, que contenía un esqueleto, y del cribado de líe·
rras que se hizo se recogieron unos pequeños fragmentos de cerámica
tardo-romana. Por la superficie del terreno y en los taludes de algunos
campos no rebajados todavía, se ven huellas de numerosas sepulturas.
El silo que fue causa de nuestra prospección está también excavado
en el suelo margoso, es d'! planta ci rcular y de forma semiesférica, con
la entrada por la parte su¡::erlor, situada algo excéntrica con relación a la
base Estaba en parte relleno por las tierras cardas y por los escombros
de unas construcciones que se están realizando en lugar inmediato. El
piso es de tierra, y realizada una cata no dio resultado alguno. Sus dimensiones son bastante superiores a las normales en estos tipos de silo:
7'50 m. de diámetro en el fondo, 5'50 de altura máxima y 1'60 de an·
chura en la e11trada Por la falta de materiales no puede ser clasificado
cronológ icamente, pero por haberse destruido una tumba al construir la
entrada, es de suponer que sea de fecha posterior a la necrópolis, es de·
cir, de época medieval.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servicio... 1962", Volenc:oo, 1966, póg. 14 - "Lo
lobor de1 Serv1C10H. 1964n. en prenso.-D. Fleteher Volls: 40'Se.rvic.io de lrwestlg.xhn
Ptehistóncou~ en "Gtnerollto1u, 1, Vo\encio, 1962, póg. 69.-0. Fletchtor Volls: "Actl·
•ldodes d! lo Delegaelón ptovinc:lol ... ", en No1. Arq. Ho$1)6noco, VI, 1962, Madrid, 1964,
pógono 380.
-307-
[page-n-373]
44.-«Les Llomen (Bocairento)
Estando de visita arqueológica en Boca irente el Subdirector del Servicio con el Delegado de Zona de Excavaciones, tuvieron noticia de que
unos días antes, en una finca próxima a la localidad, había el tractor
puesto al descubaerto una especie de cueva.
Trasladada la comisión al lugar, sito en la f1nca de «Les Llames»,
propiedad de Jos herederos del que fue Presidente de la Diputación de
Valencia, Excmo. Sr. don Francisco Cerdá Reig, pudieron estudiar los
restos de una cripta abovedada, con pilastra central de secca6n rectangular, excavada en el suelo arenoso pero consistente. La pilastra se dejó
exenta al excavarse la cámara, que presenta en sus paredes laterales unas
especies de hornacinas; en uno de los ángulos de la cripta se abre una
galeria que, con un trazado en zig-zag, no totalmente explorado dada
su estrechez, se extiende en dirección norte aproximadamente, presen·
tando en su primer recodo una especie de chimenea que sale a la super·
ficie y que estaba tapada mediante una losa.
No !e encontró material arqueológico alguno en la construcción sub·
te rránea. Pero en las tierras revuel tas del campo, donde habla estado
as
trabajando el tractor los d1 anteriores a nuestra visita, se encontraron
unos pequeños fragmentos de cerámica tardo-romana, al parecer sin rela·
ción alguna con la cripta.
Por el aspecto y características se trata de una de las ya abundantes
construcciones subterráneas de fecha Indeterminada que se encuentran
en nuestra región, muy semejante a las ya exploradas de Sollana, Navarrés, Benegida y otros lugares, de las que el S.I.P. está preparando un
estudio
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del
45.-«Cov~
Servoclo... 1965", en prenso.
de l• Monja»
(Boe<~ irente)
Habiendo llegado noticias al ServiCio del descubrimoento de una cue·
va en término de Bocairente, y que estaba siendo objeto de espol io, se
efectuó una visita a dicha localidad, por el Subdirector del S.I.P. y el Delegado de Zona de Excavaciones Arqueológicas, el dia 6 de octubre de
1965. El Ayuntamiento de la localidad, a instancias del Concejal señor
Uinares Galbis, habla puesto una reja en la entrada de la cueva para
preservarla d e depredaciones.
La «Cova de la Monja» es una amplia cueva de estrecha entrada actual, descubierta poco antes de la visita de la comisión prospectora, que
consta de un vestíbulo de planta irregular, una cámara a la derecna de
-308 -
[page-n-374]
ACITVU>Ailll$ DEL S. J, V,
35
la entrada y una sima ancha y bastante profunda al fondo izquierda. L
entrada, a nivel superior d el p iso del vestíbulo, hace pensar que no sería
la que primitivamente tendría la gruta. El suelo del vestíbulo se inc.lina
hacia el fondo, donde se hunde formando una especie de sima, con una
inclinación muy pronunciada. L
se encontraron unas cerámicas, tiene el piso de roca y sólo en algunos
rincones que conservaban un poco de tierra se hallaron varios tiestos.
No parece que quede estrato arqueológico y la tierra que se conserva en
el vestíbulo debe ser de aportaciones aluviales penetradas por la boca,
deduciéndose lo mismo respecto a los depósitos existentes en la sima.
Los materiales que fueron encontrados, consistían en buen número
de vasijas y fragmentos de vasos medievales, moriscos al parecer, entre
los que se veían platos, ánforas, jarros, lucernas, etc. También salió un
ungüentario de marfil, Indudablemente musulmán.
La clase de vasijas aparecidas y e) fugar en que fueron encontradas
nos hacen pensar en la posibilidad de que fa cueva fuera util izada por
los moriscos en épocas de persecución, cuando, ofícialmente bautizados,
continuaban reuniéndose en lugares ocultos para realizar los ritos de su
re ligión.
BIBLIOGRAFIA. "lo labor del Servicio... 1965", en prenso.
46.- «La Glorieta» (Siete Aguas)
A consecuencia de las ll uvias del invierno de 1964-65, se derrumbó
un muro de contención de «la Glorieta», parque público municipa l de
Siete Aguas, dejando a l descubierto la entrada de unos pozos que, ante
la posibilidad de que fueran de interés arqueológico, fueron estudiados
por e.l Subdirector del Servicio.
Eran tres silos excavados en el suelo cal izo, de forma semiestérica
con entrada circular superior, dos de ellos comunicados entre sí. La entrada de uno de los silos estaba protegida mediante una especie de pórtico pequeño construido con gruesas piedras ma.l desbastadas.
No se encontró material a lguno que pudiera proporcionar datos cronológicos suficientes para clasificar los silos.
BIBI.IOGRAFIA: 1'lo labor del Servlc.;o... 1965", en prenso.
47.-«Tos Pelat» (Bétera)
A) rebajar unos campos de la partida de <
no hay que confundir con el «Tos Pelat» de Moneada, importante yacimiento ibérico), propiedad de don Dalmacio Castellano, salieron unas ce-
309-
[page-n-375]
36
E. PUl BALLES:rER
ramacas que fueron recogidas y depositadas en el Servicio. Trasladados
al lugar del hallazgo, comprobamos que se trataba de una sima o grieta
del terreno cuyo relleno superficial conservaba los fragmentos de cerá mica recogidos, únicos aparecidos, y que son de époc.:a medieval.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servido•.. 1965", en prenso.
11
MUSEO Y LABORATORIO
a)
Personal
En el año 1961 era Director del Servicio de Investigación Prehistórica don Domingo Fletcher Valls, Subdirector don Enrique Plá Ballester.
y Colaboradores: en Valencia, don José Alcácer Grau, doña María Angeles Val! Ojeda y doña María del Carmen Sentandreu Gimeno; en Alcoy,
don Fernando Ponsell Cortés y don Vicente Pascual Pérez; en Gandía,
don José Camarena Mahiques y don Vicente Gurrea Crespo; en ReaJ de
Gandía, don José Abargues Settler; en Villar del Arzobispo, don Vicente
Llatas Burgos; en Pego, don Carmelo Giner Bolufer; en Villena, don José María Soler García, y en Cul lera, don Alfredo His Catalá. Agregado,
en comisión de servicio, continuaba siendo don Santiago Brú Vidal.
Era Director Honorario, el doctor don Luis Pericot Garcia, Catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona
El puesto de Capataz-Reconstructor lo ocupaba don Rafael Fambuena
Lucia y e.l de Ayudante don José María Montaña G¡~rcía.
El día 20 de abril de 1965 falleció el que fue Reconstructor y Capataz del Servicio, don Salvador Espí Marti, tan lntimamente ligado a este Centro desde su fundación . Fue Espí persona que, por sus dotes de
honradez y bondad, su total entrega al Servicio y su extraordinaria capacidad de trabajo, competencia y eficacia, en todas cuantas tareas se le
encomendaron a través de los muchos años que ejerció su cargo, merece
ej imperecedero recuerdo de todos los que tuvimos la suerte de ser sus
.:ompañeros de trabajo. En el entierro de Salvador Espi, que tuvo lugar en
Ayelo de Malferit, a donde se retiró a raíz de su jubilación prematura
por falta de salud, estuvo representado el S.I.P. por su Subdirector, el
actual Capataz-reconstructor y el Ayudante de Capataz. Descanse en paz
el entrañable Salvador.
A propuesta del Director del Servicio, el Consejo Pleno de la Institución «Alfonso el Magnánimo» de la Diputación, en sesión del 13 de
marzo de 1961, nombró miembro honorario de esta Institución al Hono-310 -
[page-n-376]
ACTIVIDADES DBL S. l. P.
37
rabie señor don Rubén A. Vela, como tnbuto de homenaje y reconoci miento por la Importancia de su donación de objetos prehistóricos procedentes de América realizada al Museo de Prehistoria (2). El día 18 de
agosto siguiente, se hizo entrega al señor Vela por la Diputación de la
Medalla de Plata de la Provincia, que le fue 1mpuesta por el Excmo Sr
Presidente de la Corporación.
El día 29 de noviembre de 1961 le fue concedida al Director don
Domingo Fletcher Va lis, el Premio Cerdá Reíg 1961, por su labor investigadora durante los anteriores cuatro años Este premio era la primera
vez que se concedía, por haber sido creado por la Delegación en Valencia del C.S.I.C. al fallecimiento del que fue Presidente de la Diputación
señor Cerdá Reig. El dla 15 de noviembre de 1962, y en el acto de inauguración de Curso de la Institución «Alfonso el Magnánimo», le fue hecha la entrega oficial del premio al señor Fletcher, quien en breves palabras expuso los trabajos que había realizado y que fueron objeto del
galardón.
b)
Museo
La instalación del Museo nunca puede darse por definitiva, ya que
continuamente nuevos ingresos de materiales o reconstrucciones de los
que antes !e tenían obligan a realizar cambios y acoples en las salas de
exposición
Este continuo transformarse ha venido a ser más intenso en los tres
últimos años comprendidos en la presente Memoria, ya que para la habilitación de determinadas oficinas en los pisos superiores del Pai.:JCIO de
la Bailía y para 1i1 restauración de todo el edificio, se han estado realizando obras de albañilerla y decoración continuamente, desde finales de
1962. Aun cuando el objetivo primordial de estas obras era la puesta en
condiciones de los pisos superiores del edificio, cuya planta principal
ocupa el Museo y parte del Servicio, en algunas ocasiones afectaron directamente a las 1nstalaciones de éste, unas veces por tener que ded1car
espacios que ocupaban los almacenes del S.I.P. a otras dependencia.; de
la Diputación, otras por haber de trasladar los accesos a los pisos altos
y otras como consecuencia de obras en todo el edificio.
(2) E. PLA BALLESTER: "Activícbdes del Suvicio de Im·estip:ión Prch1>t6tia
1956-1960", en A. P. L., tx. Valcnci>, 1961, ~ 238-239.
"Cadlogo de Lo Colccci6n Velo (Prehiuoria Americana)", Gonttíbuci6n del S. l. P. al
~"CXVI Congreso lntetnlcioaal de Americanistu. Valcucia, 1964.
-
311 -
[page-n-377]
38
Por ello, y siendo intención de la Dirección del S.I.P. que el
Museo, en todo o en parte, fuera siempre visitable, han menudeado los
cambios de vitrinas, han variado los cri te ríos de exposrción con frecuen
cía y se han realizado instalaciones de manera distinta a como antes estaban. Podemos dec~r que el esfuerzo ha sido efectivo, y que el Museo
no ha estado cerrado al público ni un solo día.
También hubo que cambiar de lugar despachos y la Biblioteca, dedi·
cando mayor espacio a salas de exposición y a almacén, para compensar
el perdido con motivo de las obras.
A finales de 1965 el Museo constaba de ocho salas con un total de
88 vitrinas, exponiéndose materiales que cubren toda la Prehistona re·
gional, desde el Paleolítico hasta la Romanización, asi como otros pro·
cedentes de yacimientos extranjeros o de diversos lugares peninsulares
y los de Prehistoria americana formados por la Colección Vefa.
e)
lngretol
El aumento de las colecciones que el Museo posee viene efectuándo
se continuamente a consecuencia de las excavaciones y prospecciones
que el Servicio realiza. A ellas hay que unir las numerosas donaciones
y depósitos que los aficionados hacen de los materiales encontrados casualmente en sus visitas a los yacimientos. Entre los ingresos más lm·
portantes que durante los años 1961 a 1965 se han realizado reseñamos
los siguientes:
En 1961, don Vicente Pascual Pérez hizo entrega, en depósito, de
una serie de materiales mustenenses de la «Cova del Salb, de Alcoy,
que comprende toda una secuencia estratigráfica del yacimiento.
El Director señor Fletcher hizo entrega de un lote de objetos ame·
ricanos que don Rubén A. Vela le había regalado algún tiempo antes. Se
incorporaron a la Colección Vela.
El Padre Tena, S. J., tambié11 dejó, en depósito, una colección de
objetos prehistóricos procedentes de Sierra d'En Garcerán.
En 1962, el Rvdo. Cura Párroco de Benidorm, don Luis Duart, ::lepo
sító en varías ocasiones materiales arqueológicos por 4!1 recogidos en di versos puntos de aquel término municipal. Una serie está compuesta por
ricas cerámicas ibéricas con decoración pintada floral y con escenas hu·
manas, cerámica campaniense y romana, procedentes de «El Tossal de
la Cala». Y de diversos puntos son otros materiales, entre ellos fragmen·
tos de ánforas y cerámica ibérica y romana.
Don Alberto Debeaux, Director del Colegio Francés en Valencia, re·
galó al Museo un plato-mortero de cerámica ibérica, con piedrecillas In·
-312-
[page-n-378]
,\C'rt\'lo.w.cs om.. s. t. r.
39
crustadas en el fondo, encontrado superficialmente en el o:Castillejo de
los Baños>l de Fortuna (Murcia).
Y don Fernando Ponsell Cortés, Colaborador del S.I.P., hizo entrega
de cuatro cráneos humanos de la «Cova de la Sarsa>> de Bocairente, que
conservaba en su poder desde hace algunos años.
En 1963, la familia del fallecido don Andrés Monzó Nogués, que en
"ida tanto colaboró con el Servicio, al que había regalado una gran colección de materiales arqueológicos, entregó el resto de la misma, con
cerámicas ibéricas y moriscas del término de Carlet.
Don Francisco Romeu también regaló un lote de cerámicas ibéricas
decoradas, procedentes del Cerro de la Cantera de El Puig.
El día 9 de diciembre de 1963 los submarinistas don Ramón Chichell
Trilles, don lgnario Cuartero Fernández, don Joaquln Garda Navajas y
don Francisco Garcia García, depositaron en el Museo una escultura en
bronce que habían extraído el día anterior del mar, en la costa de Pine·
do. Se hallaba a unos diez metros de profundidad y carece de pierna de·
recha, rota de antiguo. La escultura, que mide 1'45 m. de altura, repre•
senta a Apolo sentado, y es, aj parecer, de tiempos de César o Augusto,
derivado de un prototipo praxlteliano. Iniciado expediente, ha sido adquirida por la Dirección General de Bellas Artes para el Museo de Prehistoria de la Excma. Diputación de Valencia con la colaboración económica
de ésta (3).
En 1964, don Jesús Alonso Sentandreu regaló al Museo un plato
ibérico procedente del «Tos Pelat», de Moneada.
En 1965, don Vicente Soler Pastor y esposa hicieron entrega al Museo, que las guarda en depósito, de un millar de monedas de las llamadas «menuts del ramellet», aparecldas en una finca propiedad de los
donantes, en término de Játiva. Según don Pío Beltrán Villagrasa, son
acuñación de Alfonso el Magnánimo.
Don Enrique Pastor Alberola, de Castellón de Rugat, investigador de
la historia de su pueblo, ha venido haciendo entrega en diversas ocasio-
(3) O. FLETCHBR VALLS: "El Apol<> de Pincdo", en "Gencralitat", núm. 4/ 5.
Valencia, 1964, pá!l'- 71-72.
P. GARCIA GARCIA: "Un A polo pescado en el Meditcrrine<>. HnUazgo uqucolósico
de extrootdinario valor en Og:utlS de Valoncia", en "Gnceta llustndo", nUm. 380. Barcelona, 18 de mero de 1964, págs. 12-14.
P. M.• GARIN Y ORTIZ Dl> TARANCO: "Lu obns y los d!as. Un lmllugo en
el mar'', en Archiv<> de Ano Vall:nciano, XXXV. Valencia, 1964, pág. 63.
M. TARRADt!LL MATEU: "Valencia", en Not. Arq. Hispánico, Vll, 1963. Madrid,
1964, pág. 263, lñms. LXVI a L>..'VIII.
A. GARCIA Y BELLIDO: "Estatua de bronce descubitru en la Playa de Pinedo~,
m este volumen de Arcb. de Puh. LeVlUllina.
-31340
[page-n-379]
E, PLA BAllllSTER
nes de objetos arqueológicos aparecidos en su término municipal : una
azuela de piedra pulida del «Pianet», una moneda ibérica de Celse encontrada en una casa del pueblo, fragmento de hacha de piedra pulida
del « Tabaquer», una lucerna romana, cerámica ibérica y romana, etcé·
tera, de diversos puntos de la localidad.
EJ Colaborador del Servicio don Vicente Llatas Burgos, que reitera
las donaciones de objetos encontrados en la comarca de Villar del Ar7.obispo, entregó varias vasijas romanas, aparecidas en término de Dome·
ño, al explanar la carretera que conducirá a Chelva, junto al puente que
se está construyendo sobre el río Tuéjar.
Don José Aparicio, Maestro Nacional de Anna, gran prospector de la
comarca meridional de la Canal de Navarrés, asi como de la Sierra de
Enguera, y que en diversas ocasiones ha hecho entrega al S. I.P. de ma·
teriales arqueológicos de tales zonas, depositó dos cuencos cerámicos, de
la Edad del Bronce, encontrados en «El Castillarejo» de Enguera.
Don Jaime de Scals Aracil, profesor del Instituto Laboral de Algemesi, entregó un vaso campaniforme fragmentado, encontrado casualmente
por los jóvenes don Antonio Salvador Calzada Girbés y don Jaime Gonzalo Fernández Montenegro en una sima sin nombre a la que denomi·
nan «Cova de les Aranyes», situada en la «Serra de les Agulles», en terrenos de la pedanía de la Barraca de Aigüesvives del término de Alcira.
Días después, e.l propio señor Calzada Girbés entregó unos fragmentos de
otros dos vasos campaniformes encontrado. junto con el que se depositó
s
con anterioridad.
Don Enrique Rosa Revira, de Benifayó, también ha venido r<>alizando
continuas donaciones de materiales procedentes de sus excursiones por
el Marquesado de Uombay. La mayor parte son ebjetos (cerámica y sílex) de la Edad del Bronce, de los poblados del «Barranc de Camal los»,
«Barranc deis Calderers>>, ccBarranc de la Font del Baladre» y del «Camí
de la Rambla de Monreal», en término de Catadau; del de la «Font d'AI maguer», de la ccMallá superior» y ja c> y el ccCami de Dos Aigües» del término de Llombay.
Consecuencia de un intercambio de materiales con el Colegio de Jos
PP. Reparadores de Salamanca, realizado a través de los PP. Belda y Rodrigo, ingresó en el Museo un lote muy interesante de cerámicas y
cuarcitas procedentes del «Cerro del Berrueco», del ce Cerro del Berruequillo», del ((Castro de Carpio Bernardo», de «Carpihuelo» y de las terrazas del río Gargavete.
Don José María Bés, de Valencia, hizo donación de un ánfora púnica, encontrada en Villajoyosa, fragmentada e incompleta, que ha sido
reconstruida y restaurada en el Laboratorio del S.I.P.
-
3H -
[page-n-380]
ACTlVtDADl!S Dl!L S. J,
r.
41
Un grupo de jóvenes de Alcira, aficionados al excursionismo, formado por las señoritas doña Amparo Castany, doña Ana Maria Olivares, doña Amparo Parts, doña Mercedes Boluda, doña Josefina España y doña
Juana Ruiz, y los señores don Manuel Vicente Soler, don Antonio Martínez., don José Antonio Pérez, don Enrique Montalvá, don Pedro J. Huerta, don Norberto Blasco y don Casto Martinez, hicieron entrega al Museo
de dos cazuelas, un cuenco y dos vasos, decorados con técnica campaniforme, una punta de flecha romboidal alargada y un cuchillo de sílex y
una pieza de las llamadas cbrazaletes de arquero», de piedra, por ellos
encontrados al realizar una exploración en una galería profunda de la
aCova deis Gats» de la Barraca de Aigüesvives, en término de Alcira, de
la que hemos hablado antes (véase prospección número 13).
De este mismo yacimiento, su descubridor don Julio Escandell Fogués, hizo donación de un cuenc.:> cerámico hecho a mano, buen número
de fragmentos de vasos en su mayoría romanos y medi'!vales, y un cráneo
humano.
Habiendo regalado el señor don Alberto Gomila al doctor Tarradell
Mateu una lápida romana aparecida en la finca de aquél denominada
«Casa Zapata» en término de Villargordo del Cabriel, éste hizo entrega
de ella al Museo. Nos hemos referido ya a esta donación en el apartado
de prospecciones (véase antes, número 32)
Por último, el señor Soler Camarena, uno de los donantes de los vasos campaniformes de la «Cava deis Gats•, hizo otra donación al Museo
de una serie de materiales ibéricos y romanos encontrados en la «Cova
deis Francesos" de Aigüesvives, término de Alcira.
d)
Vlslt11
Contonúan siendo numerosisimas las visitas que anualmente se realizan al Museo, tanto de arqueólogos y prehlstoriadores nacionales y extranjeros, como de personas ajenas a nuestra especialidad y de grupos
de alumnos de distintos centros docentes. Durante lo~ años que reseña·
mos no ha habido variación en el ritmo de visitantes a pesar de la pro·
visionalidad que, durante muchos meses, han tenido las onstalaciones. A
todos se les atendió personalmente por los miembro> del Servicio. La
enumeración es innecesaria y sólo serviría para alargar considerab1emente
este articulo. Digamos sólo que han pasado los alumnos de las Univer·
sidades de Zaragoza, Madrid, Barcelona, Valencia, Freiburg y Koln, con
sus profesores doctores Beltrán, García Bellido, Mariner Bigorra, Rodrí·
guez Adrados, Pericot, Tarradell, Sangmeister, Triessen y Schwabedis..cen.
-
315-
[page-n-381]
42
Damos a continuación un resumen de las
1\.iio
Individuales
1961
1962
1963
1964
1965
1961-65
e)
1.745
2.285
2.214
2.797
6.107
15.148
visitas~
Colectivas:
Número
28
=
42
32
20
23
=
=
=
=
145
=
Toral
857
1.181
1. 152
940
2.602
3.466
3.366
3.401
7.047
4.734
19 .882
604
laboratorio
Los continuos traslados de las vitrinas de unas salas a otras, asl como
la adaptación de los materiales de unos almacenes a los nuevos, el cambio
efectuado en los despachos y la nueva instalación de la biblioteca, han
restado horas a l trabajo de esta sección del Servicio durante los cinco
años que comprende el presente trabajo.
En lo posible, se ha seguido ,la limpieza, reconstrucción y restaura
ción de materiales, tanto de viejas excavaciones como de las que se han
efectuado en los últimos años. En especial se ha dedicado mucho tiempo
a la reconstrucción de los materiales de «la Ereta» de Villafranca del
Cid, de «la Solivella» de Alcalá de Chivert, de «Los Villares» de Caudete de las Fuentes, etc.
El dibujo y trazado de perfiles de los materiales de «la Bastida de
les Alcuses» con vistas a su publicación ha sido tambiéo1 objeto de atención.
Y se han mantenido al día los ficheros de yacimientos, de fotografías,
de tacos de grabado, etc.
Al finalizar el año 1965 existían 4.425 tacos de grabado, es decir,
821 más que el dia primero de enero de 1961; 5.020 negativos fotográ·
ficos, con un incremento respecto a ja misma fecha de l.O12, y 207
diapositivas en color, serie ésta comenzada en 1962.
-318-
[page-n-382]
ACI'IVIDAllllS DEL S. L
r.
111
BIBLIOTECA
El resumen de ingresos en la Biblioteca durante los años que se com·
prenden en este artículo es el siguiente:
Año
Compra
1961
1962
1963
1964
1965
57
38
51
111
1961-65
In=bio
591
591
Nacionales
l!xttmjc.roe
Volúmene$
648
629
225
423
JO
569
126
208
218
234
315
421
439
446
481
680
196
327
3.143
1.260
2.210
3.470
666
717
Los libros extranjeros ingresados durante el período comprendido en·
tre los años 1961 a 1965, ambos inclusive, se distribuyen según su pro·
cedencia como se Indica en el cuadro de la página siguiente.
los libros recib1dos a Intercambio que no tratan de temas propios de
nuestra especialidad o relacionada íntimamente con ella, se rem1ten a
otras b1bliotecas de la Corporación Durante estos año~. se han remitido
a la del Instituto de Estudios Históricos de la InstituciÓn «Alfonso el
Magnánimo», 7 volúmenes, y a la Biblioteca Central de la Diputación, 47
volúmenes, o sea un total de 54 volúmenes.
Se ha proseguido durante estos años el vaciado de revistas, que na·
turalmente va avanzando, aun cuando dada la gran cantidad que conti·
nuamente ingresan, las atrasadas y que no fueron vaciadas en su día, lo
van siendo conforme las disponibilidades de tiempo lo permiten.
La encuadernación de libros ha llevado en este pe1 iodo que relata~
mos un ritmo aún menor que en años anteriores, dadas las limitaciones
económicas. Solamente se han podido encuadernar durante estos cinco
años 104 volúmenes.
-
317-
[page-n-383]
1961
Noción
FronctO
Alemonto
U.S.A.
ltofoa
Gra n Bro1oño ••
.. ..
... ...
..
.. ... ...
Checooslovoqula.. •..
Polonia ..
.. ..
Austr-ia.
.. ..
. ... ...
Suecia . .
.. ...
.
861giCO.
Por1~1
Sul ~o
..
Rumonla.
Yugocstav1o.
Sud-A frica.
l~raal ... ..
M6•ico ..
...
... ...
.. ...
..
Turqula.
R<>P. Argentina•. ..
Argolla ..
.. ..
Marruecos ..
.. .
Ira k ..
...
Siria
. . ..
Dinamarca
...
Holol'!do. .. . ...
Perú
M6naco ..
Roclesoo del Narre ..
Rtp, Dominicano
Hungrio .. . .
..
Austrolio
... ..
. .. ...
. .. ..
.. .... ...
..
8o11vio . . . ...
Senegol •.
... ...
U.R.S.S
... ...
1ndo
o
.. ...
Ve:nnuelo .
Cuba
Grecia .
Irlanda
Ubano.
Chipre
1
•• •
•• 1
•••• o
Canod6.
Congo
Jop6n ..
Jordonoa.
Túne~
To1oles •
.....
... ...
• •
1962
1963
196-1
1965
To..t
110
46
58
44
18
20
15
18
15
12
1
2
92
H
55
40
23
14
29
11
6
4
4
8
6
1
6
3
8
121
48
40
'\9
25
26
20
13
126
68
61
40
113
36
46
59
26
21
23
14
2
13
17
11
14
3
5 68
272
2 60
232
114
109
103
3
7
1
4
3
25
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1
1
1
1
1
1
1
'
423
421
439
-318 -
446
481
2.210
[page-n-384]
ACt;VlDADES DEl. S. L P.
4S
IV
PUBLICACIONES
a)
Publicaciones del S.I.P.
El Servicio ha editado durante los años 1961 a 1965, los siguientes
volúmenes:
En el año 1961 se publicó el tomo IX de «Archivo de Prehistoria Levantina» y un Catálogo de Publicaciones del S.I.P.
Este comprendla una relación detallada de los ocho primeros volúmenes de «Archivo de Prehistoria Levantina», la ficha de veintidós Trabajos Varios, la de 19 Memorias de las Actividades anuales del Servrcio
y la de cuatro publicaciones fuera de serie.
El. tomo IX de «Archivo de Prehistoria Levantina> aparecido en el
>.
mes de agosto de 1961, contiene los siguientes trabajos: «El abate Breuil
y la Prehistoria valenciana», por S. Brú Vida!; «El Paleolítico inferior de
Amér,lca del Sur», por D. E. lbarra Grasso; «Descubrimientos arqueológicos en El Palmar (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia)». por R. A. Vel¡¡;
rrRestos humanos eneollticos procedentes de los dólmenes de Gorafe
(Granada)», por M. García Sánchez; rrla Ereta del Pedregal (Navarrés,
Valencia)>>, por D. Fletcher Valls; <
serie de muestras de turba recogidas en la Ereta del Pedregal (Navarrés,
Valencia)», por J. Menéndez Amor y F. Florschütz; «El Altico de la
Hoya (Navarrés, Valencia)», por J. Alcácer Grau; «El horno romano de
Olocau», por D. Fletcher Valls y J. Alcácer Grau; «Mosaicos romanos de
Sagunto», por M. A. Vall de Plá; «Hallazgos arqueológicos en el cauce
de.l rio Turla (Val.encia)», por M. C. Sentandreu Girneno; «Actividades
del Servicio de Investigación Prehistórica ( 1956- 1960)», por E. Plá, y
«La Cova de les Ratetes (Corbera de Alcira, Valencia)», por J. Donat
Zopo y F. Gaseó Martlnez. Los índices de autores, materias y lugares cierran el volumen, que consta de 286 páginas, 43 láminas y 85 figuras intercaladas en el texto.
En 1962 se editó el número 23 de la Serie de Trabajos Varios del
S.l.P., «El Plomo Escrito de la Bastida de les Alcuses (Mogente) (Addenda et Corrigenda)», por don Pío Beltrán Villagrasa, segunda edición aumentada y corregida del volumen 16 de esta Serie. Consta de 48 páginas,
2 láminas, 2 figuras intercaladas en el texto y un cuadro con los alfabetos ibéricos.
El año 1963 vieron .la Juz dos publicaciones: «la labor del Servicio
de Investigación Prehistórica y su Museo en e) pasado año 1958» (62
-
319 -
[page-n-385]
46
páginas) y el volumen X de «Archivo de Prehistoria Levantina», que
contiene los siguientes artfculos: «las culturas neol íticas de Jericó», por
V. ViJar Hueso; «Sur les statues-menhlrs d1,1 Languedoc-Rouergue», por
J. Arnal y C. Hugues; «Hallazgos prehistóricos en Les Llometes (Alcoy)»,
por V. Pascuaj Pérez; «Ensayo de identificación de las necrópolis del
Bronce valenciano», por M. Tarradell Mateu; «El poblado argárico del
cerro del Culantrillo en Gorafe (Granada)», por M. García Sánchez; <
rámíca ática de barniz negro en la necrópol is de El Cigarralejo (Mula,
Murcia)», por E. Cuadrado Díaz, «Estudio sobre las áreas lingüísticas
pre-romanas de la peninsula ibérica», por J. Untermann; «Consideraciones sobre la fundación de Valencia», por D. Fletcher Valls; «Datos para
el estudio del circo romano de Sagunto», por S. Brú Vidal, y «la Cova
del Cavall de Liria (Valencia)», por J. Donat Zopo y F. Gaseó Martínez.
los fndices de personas, materias y lugares completan el volumen, que
consta de 288 páginas, 36 láminas y 64 figuras en el texto, con 16 ma·
pas y cuadros estadfsticos.
En 1964 aparecieron los siguientes libros: «la labor de l Servicio de
Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1959» (54 páginas) y «Catálogo de la Colección Vela (Prehistoria Americana)», que
se editó a expensas de la Corporación y de la Comisión organizadora del
XXXVI Congreso Internacional de Americanistas, reseñándose los mate•
riales de dicha colección, con más de novecientas piezas, que se conser·
va en el Museo del Servicio. Consta de 40 páginas y 88 láminas. Con
esta publicación contribuyó destacadamente el S. I.P. al mayor éxito de
dicho Congreso.
Y, por último, en 1965, se publicaron los siguientes volúmenes: q[.a
labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado
c;ño» 1960 (76 páginas) y 1961 (28 páginas), y los números 24, 31 y 3i
de la Serie de Trabajos Varios del S.I.P.
El número 24 de ]a Serie de Trabajos Varios es el primer volumen
de «la Bastida de les Alcuses (Mogente-Valencia)>>, del que son autores
los señores D. Fletcher Valls, E. Plá Ballester y J. Alcácer Grau. Junto
con el ya publicado «Problemas de )a Cultura Ibérica», de D. Fletcher
(Trabajo Vario número 22, Valencia, 1960) y los volúmenes en prepá·
ración sobre este yacimiento, constituye el trabai.o por el que se les con·
cedió a Jos autores el «Premio Martorell>l de 1957, del Ayuntamiento
de Barcelona. Para que en la Serie de Trabajos Varios. donde han de ir
apareciendo los diversos volúmenes de esta monografí<~, sigan éstos un
orden correlativo, se han reservado los números 25 a 30, por lo que el
siguiente trabajo que se ha publicado lleva eJ número 31.
El volumen 1 de «la Bastida de les Alcuses» a que nos referimos,
contiene el inventario de los objetos aparecidos en los departamentos 1
-
320 - ·
[page-n-386]
4?
ACllVIDADES DBL S. l. l'.
a SO, en número de 1.08S, de los que se reproducen 944 Consta de 2S6
páginas, con 128 figuras intercaladas en el texto
El número 31 de la misma serie es el tomo IV del «Repertorio de
Bibliografía Arqueológica Valencoana», y son sus recopiladores D. Fletcher Valls, E. Plá Ballester y S. Brú Vida!. Contiene quinientas tichas
bibliográficas (las números 2.001 a 2.500), y consta de 1S9 páginas.
Por último, ya finall:tando el año, apareció ej Trabajo Vario número
32, «La Necrópolis de la Solivella (Alcalá de Chivert)», por D. Fletcher
Valls. Consta de 60 págonas, SO láminas, 22 figuras intercaladas en el
texto y un gran cuadro estadístico.
En resumen, la tarea de publicación del S.I.P. durante los cinco é!ños
que reseñamos alcanza los siguientes resu ltados:
Volúmenes
Páginas ...
Láminas ..
Figuras en el texto .. . .. .
Mapas y Cuadros resúmenes
b)
12
1.364
347
173
18
Public:uiones ajenas al S.I.P.
Damos noticia en este apartado de los trabajos publicados por el personal de l Servicio en libros, revistas y periódicos no editados por el mismo
Don Domingo Fletcher Valls, ha publicado:
uEI Museo de Prehistoria de la Excma Diputación de Valencia», en
«Ecos de España», Oporto, 1 de enero de 1961.
«Un vaso de boca cuadrada en la provoncoa de Valencia., en Crónica
1961, págs. 82-8S.
«Una coleccoón arqueológica de excepciona l interés donada a l Mu~eo de Prehistoria de Valencia», en «Valencia Atracción», núm. 317.
Valencia, 1961 .
e El problema de la Tyros ibérica y la Valentía romana», en e Dos mil
cien años de Valencia», Publicaciones del Ateneo Meocantil de Valencia, Valencia, 1962, págs. 43-S8.
«Toneles cerámicos neolitocos», en Crónica del VIl Congreso Nacional de Arqueología (Barcelona, 1961 ), Zaragoza, 1962, págs. 148-151.
«La necrópolis ibérica de la Solivella (Alcalá de Chivert, Castellón
de la Plana)», en Crónica del VIl Congreso Nacional de Arqueología
(Barcelona, 1961 ), Zaragoza, 1962, págs. 261-264.
-
321 -
[page-n-387]
,
«Algunas consideraciones sobre el nombre TyriS», en cla c•udad romana de Valencia Estudios varios», Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, número 1, Valencia, 1962, págs. 53-59.
«Algunas consideraciones sobre el nombre Tyris», en uSaitabh>, XII,
Valencia, 1962, págs. 53·59.
«Servocio de lnvest•gac•ón Prehistórica», en «Generalitat», número
1, Valencia, diciembre de 1962., págs. 86-90.
uValencia en los textos clásicos», en «Levante», Valencia, 2.9 de abril
de 1962.
«Paralelismo de dos hechos heroicos», en Pragrama de Fiestas. Sagunto, 1962..
«Servicio de Investigación Prehistórica», en cGeneralitat», número
2., Valencia, marzo de 1963, págs. 99-1 Ol.
«Excavaciones en las fortificaciones del Montgó cerca de Denia (Alicante)», en colaboración con J. Oliver y H. Schubart, publicación número 13 de la serie «Excavaciones Arqueológicas en España» de la Dirección General de Bellas Artes, Madrid, 1963.
«Breve historia de las obras de restauración del teatro romano (de
Sagunto)», en «Generalitat», número 3, Va lencia, 1963, págs. 5 1-'57«Nuevos datos sobre las relaciones neolíticas entre las costas españolas y del Mediterráneo oriental», en «A Pedro Bosch Gimpera en el
septuagésimo aniversario de su nacimiento», México, 1963, páginas
167-172.
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25 de agosto al 1! de septiembre. 1963». Mogente, 1963.
«Los hemos cerámicos romanos y su tipología en España., en cActas
del Segundo Congreso Español de Estudios Clásicos» (Madrid, 1961),
Madrid, 1964, págs. 669-672.
•, números 4-5, Valencia,
1961 , págs. 71 -72.
«Tipología de los hornos cerámicos romanos de España», en cArse»,
año VIII, núm. 7, Sagunto, 1964, págs. 6-9.
«Acueductos romanos en el término de Ribarroja del Turia (Valen·
cía)», en «Notas sobre la antigúedad de la agricultura y el regadlo en
tierras valencianas. 1 Congreso Nacional de Comunidades de Regantes»,
Valencia, 1964, págs. 93-102.
clas urnas de orejeras perforadas», en Crónica del VIII Congreso
Nacional de Arqueología (Sevilla-Málaga, 1963), Zaragoza, 1964, páginas 305-3 19.
«Bibliografía arqueológica de Lucentum», en colaboración con E. Piá
Ballester, en ulucentum latinorum10, Publicación VI de la Comisión de
-322 -
[page-n-388]
ACTlYTOAD:SS llal. $. t.
l'.
49
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«Actividades de la Delegación provincial de Excavaciones Arqueológicas de Valencia en el primer semestre del año 1962», en Noticmrio
Arqueológico Hispánico, VI, 1962, Madrid, 1964, págs 379-381.
"Memoria de las actividldes de la Delegación prov1ncial de ExcavaCIOnes Arqueológicas de Valencia en colaboración con el Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputadón durante el año 1962»,
en Noticiario Arqueológico Hispánico, VI, 1962, Madrid, 1964, páginas 381-385.
«Actividades del Servicio de Investigación Prehistórica en 1963», en
«Generalitah>, núm. 7, Valencia, septiembre de 1964, págs. 43-47.
«Sobre fa Valentía lusitana», en «El Miliario Extravagante», número
9, París, 1965, págs. 189-199.
~El Museo de Prehistoria», en Boletín de Información Municipal, año
XII, 4.• trimestre de 1964, número 44, segunda etapa número 25, Valencia, 1965, págs. 40-49.
«la Ereta del Pedregal (Navarrés- Valencia)», en colaboración con
E. Plá Ballester y E. Llobregat Conesa, número 42 de la serie «Excavaciones Arqueológicas en España» de la Dirección General de Bellas Artes,
Madrid, 1965.
C
«El primer restaurador del Teatro Romano de Sagunto», en «Sagunto», núm. 49-50, Sagunto, 1965.
<
Fossaret de la S. l. Catedral de Valencia», en Noticiario Arqueológico
Hispánico, VIl, Madrid, 1965. (En colaboración con los señores Castell
y Brú).
Por su parte, el autor de este artículo ha publicado los siguientes
trabajos en ediciones ajenas al S. l. P.:
«Los Villares», en «Casa-Hogar de Utiel y su comarca. Boletín de
Información», año 111, núm. 25, Valencia, diciembre de 1961.
«Nota preliminar sobre Los Villares (Caudete de las Fuentes-Valencia)>> en Crónica del VI l Congreso Nacional de Arqueología (Barcelona,
,
1961), Zaragoza, 1962, págs. 233-239.
<
«Los cronistas de Valencia y la fundación de fa ciudad> en ,
bi», XII, Valencia, 1962, págs. 61-88.
-
323 -
[page-n-389]
so
1!. PUl BAUESTOII
~tLos
primeros datos para la Historia de Oliva», en «Sant'Ana», año
11, núm. 11 -12, Oliva, julio-agosto, 1963.
«Arqueología del partido de Sagunto», en <
Valencia, 1963, págs. 35-40.
«Los primeros pobladores de Oliva», en «Sant'Ana» . año 111, número
18, OJiva, febrero de 1964, pág. 7.
«Los iberos en Oliva. Descubrimiento en 1495 de una necrópolis»,
en «Sant'Ana11, año 111, núms. 21-22, Oliva, mayo-junio de 1964, pág. 6.
«Los llamados brazaletes de arquero y el Eneolítko valenciano». en
Crón ica del VIII Congreso Nacional de Arqueología {Sevilla - Málaga,
1963), Zaragoza, 1964, págs. 216-225.
«El arado Ibérico de Covalta», en «Notas sobre la antigüedad de la
agricultura y el regadío en tierras valencianas. 1 Congreso Nacional de
Comunidades de Regantes», Valencia, 1964, págs. 79-92.
«Bibliografía arqueológica de Lucentum», en colaboración con D.
Fletcher Va lis, en « Lucentum Latinorum», Publicación VI de la Comí·
sión de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, Alicante, 1964,
páginas 79-96.
«la Ereta del Pedregal (Navarrés- Valencia)», en colaboración con
D. Fletcher Valls y E. Llobregat Conesa, número 42 de «Excavaciones
Arqueológicas en España» de la Dirección General de Bellas Artes, Madrid, 1965.
«U11a visita arqueológica a Oliva», en «5ant 1Ana», año IV, número
33, Olíva, mayo de 1%5, pág. 16
«El Abate BreUJI y Valencia», en «Miscelánea en Homenaje al Abate Breulh>, 11, Barcelona, 1965, págs. 281-286.
Doña María del Carmen Sentandreu Gimeno, ha publicado:
«Un vaso de terra sigillata hispánica procedente de Ampurias en el
Museo del S.I.P. de Valencia», en Crónica del VIl Congreso Nacional de
Arqueología (Barcelona, 1961), Zaragoza, 1962, págs. 381-384.
Y don Santiago Brú Vida!, los siguientes trabajos:
«Breve noticia del Circo romano de Sagunto», en Crónica del VIl
Congreso Nacional de Arqueología (Barcelona, 1961), Zaragoza, 1962,
páginas 375-380.
«Les terres valencianes durant !'época romana», número 3 de la Serie Taronja de «L'Esteil>, Valencia, 1963.
«La huella de Roma en Sagunto», en «Generalítat~, número 3, Valencia, 1963, págs. 44-48.
«Cavanílles y la Arqueología valenciana», en <
lencia, 16 de enero de 1964; «Un nuevo monumento hist6rico-artistlco
en Sagunto: El llamado Templo de Diana», en «Sagunto», IV, núm. 47,
Sagunto, 1963;
-324-
[page-n-390]
ACTIVIDADES DBL S. L P.
SI
Provincias», Valencia, 22 de enero de 1964; «El circo romano de Sa·
gunto», en «SALTUV. Información», 11, núm. 11, Valencia, 1965; «Escultura romana hallada en Sagunto», en «Jornada», Valencia, 14 de ju·
lio de 1965, y numerosos articules más en la prensa de Valencia y Sagunto en los que más o menos marginalmente se trata de asuntos ar·
queológicos.
V
OTRAS ACTIVIDADES
~)
Actos y conferencias
En los locales del Museo de Prehistoria, el Hono~able señor Cónsul
de la República Argentina, don Rubén A. Vela, pronunció el día 22 de
junto de 1961 una conferencia, cuyo tema cla existencia de un Paleolítico inferior en América» venia a ilustrar parte de los materiales de la
colección que el año antenor había regalado al Servicio.
También en estos mismos locales, el Rvdo. Sr. don Vicente Caslell,
Director del Museo Catedralicio, habló el día 8 de novtembre de 1961
sobre «las excavaciones de San Pedro en Roma».
El Director, señor Fletcher Valls, en el ciclo organizado por el Ate·
neo Mercantil con motivo del XXI centenario de la fundación de Valencia, dio una conferencia bajo el tema «El problema de la Tyris ibé:tea y
la Valentía romana». Y en el ciclo organizado por la Casa de la Cultura
de Akoy, otra sobre cla cultura ibérica». También expuso, en breve resumen verbal, el contenido de sus trabajos por los que se le concedió el
uPremio Cerdá Reig», en la solemne sesión de inauguración del Cwso
de la Institución «Alfonso el Magnánimo» para los años 1962-63
El autor de estas lineas pronunció las sigUientes conferencias el día
16 de enero de 1962, en la Agrupación Cultural de Oliva sobre «la Pre·
historia y Oliva»; el 11 de mayo del mismo año y en los locales de la
Casa de la Cultura de Alcoy, sobre «Los primeros hombres prehistóricos
y sus culturaS»¡ y el día 11 de marzo de 1965, en el Ciclo de Conferen ·
cías sobre Temas Valencianos, organizado por el Ateneo Mercantil, habló de «lo que pueden darnos las excavaciones arqueológicas»
El señor Brú, pronunció las siguientes conferencias. el 13 de febrero
de 196 1, en el Ateneo Mercantil, sobre «la arqueología valenciana en
la década 1950- 1960»; el 1O de junio del mismo año, en el Consulado
de la Lonja y para los Cronistas Locales, habló sobre «Antigüedades de
Saguntum y Valentía según un dietario del siglo XVI», el 11 de noviem·
-3.25-
[page-n-391]
S1
bre de ese mismo año, en el Salón de Actos del Centro Cultural de Educación y Descanso de Alcudia de Carlet, sobre el tema «Consideracione~
en torno a la cultura ibérican; el 1.• de junio de 1962, en la Casa de la
Cultura de Alcoy, sobre «Romanización de las tierras lbéric:.ls»; el dia
14 de junio siguiente y en el ciclo organizado por Lo Rat Penat con mo·
tivo del XXI centenario de la fundación de la ciudad de Valencia, habló
ele «les terres valencianes des de !'arribada deis romans a Sertori»; el 6
de de febrero de 1963, en el Centro Excursionista de Valencia, sobre «Cavanilles y la Arqueologla valenciana», y el 8 de marzo del mismo año, en
el Colegio de Nuestra Señora de Begoña del Puerto de Sagunto, sobre
cSagunto a través dt monumentos y documentos».
b)
Charlas e informacioncJ
Son frecuentes las charlas que se dan, unas veces en los locales del
Museo, otras en Colegios Mayores o Academ1as, sobre los fondos del
Museo o sobre las diversas excavaciones realizadas por e l Servicio. También en .las emisoras de radio de la ciudad, u otras de la Cadena REM
de diversas poblaciones de la provincia, suelen darse notas, informaciones y charlas sobre los mismos temas. El Director señor Fletcher, en va rias ocasiones ha grabado interviús para alguna de estas emisoras. La
enumeración aquí de este tipo de información sería superfluo y alargaría excesivamente el presente articulo.
e)
Congresos y cursOJ
En el mes de septiembre de 1961 el Director, el Subdirector y las
Colaboradoras doña Maria Angeles Vall de Plá y doña Maria del Carmen
Sentandreu Gimeno asistieron a las sesiones del VIl Congreso Nacional
de Arqueología, celebrado en Barcelona, en el que presentaron las siguientes comunicaciones: «Toneles cerámicos neolitiCOM> y uLa necrópa·
lis de la Solivella (Alcalá de Chivert, Castellón)» el señor Fletcher Valls;
«Nota preliminar sobre Los Villares (Caudete de las Fuentes, Valenc1a)>1
el Subdirector, y «Un vaso de terra sigillata hispánica procedente de Ampurias en el Museo del S.I.P.», la señorita Sentandreu. También se leyó
la comunicación del señor Brú Vidal, que no pudo asistir, uEI circo romano de Sagunto». El alumno de la Facultad de Filosofla y Letr.1s de
Valencia, don Enrique Llobregat Conesa, presentó una comunicación titulada «Una paleta de piedra de la Cueva de la Pastora, Alcoy, del Mu~eo de Prehistoria de Valencia», preparada en el ServiCIO y tratando, como se ve, de un objeto del Museo.
-326-
[page-n-392]
M. TJVWADIIS DEl. S. 1. P.
;
S3
Durante los días 20 a 25 de octubre, el señor Fletcher y el autor de
este articulo asistieron al VIII Congreso Nacional de Arqueologla, que
tullo lugar en Sevilla y Má laga, presentando las comunocaciones siguoen·
tes: «Urnas de orejeta Ibéricas» el primero y «Los llamados brazaletes
de arquero y el Eneolitico valenciano» el segundo. En las sesiones de.l
Comité de los Congresos Arqueológicos Nacionales, celebradas con mo·
tivo de este Congreso, fue ratificado don Domongo Fletcher Valls como
miembro del Comité, y e l Subdirector del Servicio fue nombrado Delegado de )os Congresos para Valencia.
Durante los dias 17 a 23 de octubre de 1965, el Subdirector tomó
parte en las tareas del IX Congreso Nacional de Arqueología, celebrado
en Vatladolld, Palencia y Santander. Presentó la comunicación «Algunos
datos par
del Director, que no pudo asistir a las sesiones, «Nuevos vasos campaniformes en la provincia de Valencia».
En e l verano de 1961 el autor de estas _líneas dio una serie de leccio·
nes sobre prehistoria en Jos Cursos del Maestrazgo, celebrados en Morella.
Se colaboró con e l XXXVI Congreso Internacional de Americanistas,
celebrado en Barcelona, Madrid y Sevilla los días 31 de agosto a 9 de
septiembre de 1964, editando e_l catálogo de la Colección Vela, de que
se ha hablado en el apartado correspondiente.
Por último, los dias 27 a 31 de octubre de 1965 se asistió a las tareas de la 11 Asamblea Nacional de Instituciones Culturales Provinciales,
celebrada en Valencia, y de cuyo comité organizador formó parte el Di·
rector señor Fletcher
d)
Colaboración c:on otras instihlciones
Debemos consignar en primer lugar la colaboración prestada a las
Cátedras de Antropología y Prehistoria y de Arqueología, Numismática y
Epigrafía de la Facultad de Filosofía y Letras, y a la de Geología de la
Facultad de Ciencias, de la Universidad de Valencia, proporcionando bibliografía y poniendo a d isposición de sus alumnos la Biblioteca del S. I.P.
para la realización de trabajos de curso, tesinas y tesis doctorales.
También hemos de anotar la atención prestada a fos alumnos de ,las
Universidades de otras provincias en sus viajes de estudio a Valencia, a
los que se les explicó el Museo y se les acompañó a diversos puntos de
interés arqueológico de la provincia.
Por último, Ja asistencia a nuestras excavaciones de alumnos del Seminario de Antropologfa Americana de la Universidad de Sevilla, de jos
que se ha hablado antes.
-
32'7-
[page-n-393]
Con la correspondiente autorización de la Diputación, se han prestado en depósito materiales arqueológicos del Servicio a los siguientes
centros: Museo deJ Colegio de Nuestra Señora del Buen Suceso de Lecaroz (Navarra); Hispaníc Society of America, de New York, Ayunta miento de Mogente; Museo deJ Ejército, Madrid; Instituto Central de
Restauración y Reconstrucción, Madrid, y Colegio León Dehon de Salamanca.
Se prestaron objetos del Museo para ser exhibidos en las siguientes
exposiciones: Exposición del Mar, de Pontevedra; Exposición de Hisloria
de Gandia, en el Instituto Laboral de dicha ciudad; Exposición monográ·
fica celebrada con motivo de las reuniones de las Sociedades Anatómicas
Hispano-Luso-Americanas, en Valencia; exposición realizada con mot1v0
del 1 Congreso Nacional de Comunidades de Regantes, en Valencia, y
exposición sobre regadlo celebrada en Madrid, en la Feria Internacional
del Campo.
Se ha colaborado en tareas de excavaciones con las sigu1entes instituciones: en «la Moleta deis Frares» de Forcall con el Centro de Estudios
del Maestrazgo; en «la Benimaquía» de Denia, con e) Instituto Arqueológico Alemán; en la cd lla deis Porros» de Mallorca, con la Fundación
Bryant; en cEI Fossaret» de Valencia con el Cabildo de la Santa Iglesia
Catedral; en «la Punta de !'Arenal• con la Delegación de Zona del Ser·
vicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas, y en la necrópolis de «la
Solivella» de Alcalá de Chivert, con la Excma. Diputación de Caslellón
de la Plana.
También, como ha quedado consign<:do, se colaboró con el Comité
organizador del XXXI Congreso Internacional de Americanistas y con el
de la 1 Asamblea Nacional de Instituciones Culturales Provinciales.
Por último, y para terminar, debemos dejar mención de la estrecha
colaboración que se tiene establecida entre el Servicio de Investigación
Prehistórica, la Delegación de Zona del Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas y el Laboratorio de Arqueología de la Un1versídad,
cuyos traba¡os, conjunta y separadamente, se realizan en una pedecta
conexión que está dando resultados muy satisfactorios.
Esta ha sido la actividad, interna y externa, del Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación provincial de Valencia, du·
rante )os cinco años comprendidos entre 1961 y 1965.
-328-
[page-n-394]
INDICE DE MATERIAS
Abrigos rupe$tre.s: 2&4 y 286.
Acueductos: 203-Zl4, 228, 303 y 304.
Acequias: Véase •Resadlo».
Ado~ : 290 y 296.
Adorno, objetos de: 48, 82, 83, Bli, 86, 130, 133-136, 138-141. 146 y 148.
Afeites: 86.
Agrlcul~urn: 50, 53-'13 y 203-214.
Agujas de cobre: 84; ~ de hueso: 77, 83 y 86; -de hueso de cabeza acanalada: 83
y 86; - de oro de eabe~~a discoidal: 84.
Agujeros de laÜJido: 94 y 95: -en tapaderas de lll'l13; 108. 108, 1ll, 120, 122 y 123.
AJedre~ado, tema decorntlvo: e-l y 86.
AJunrea: 76 y 89: - funerarios: 87, 100.103, 106, ll1, ll4, 127, 129- 133, 139, 141, 146148, 189. 100, 184 y 200.
Alabardas de sllex: 83.
Alabastro, objetos de: 83.
Altareros: 103, 124, 139, 166, 298. 300 y 304.
Alisadores: 85.
Alpinoíde, tipo humano : 15.
AlplnC>odlnarolde; 15 y 26: - Sl'imnldolde: 17: - medlterr!\neo: 15. 18, lH-24, 26, 28,
29, :U-33 y 40,
Aluviones cuaternarios: 206.
Ambar, objetos de: 83.
Amonltes : 233.
Ampurltru>a, cerámica : Véase: cCerim1ca».
Anatollo, tipo hwnatlo: 30.
Ancl11$ romanas: 157-181, 183, 1?1 y 172.
Antoraa átlcas: U6, 121 y 152; - etrusca.o¡: 104 y 105; - olearias: 163 y 168: - protogeométrlcaa: 117; - púnleáB: 116 y 314; - rodlas: 166; - roi11B1188: 157, 159,
183·169, 171, 198, 199, 201, 202, 221, 222, 224, 226, 227, 283, 304 y 312; - vlna·
rlas: 183.
An!Uoo de bronce : 135, 136, 141).142, 148 y 280; - de cobre: 88: - d e hierro: 147; - de
hueso: 48; - de oro: 94.
Antu: 84.
Antropologfa: 11-43.
Aqu!tano, tipo humano: 15, 2~. 21 y •o: - medlterrineo, tipo humano: 1~. 17, 23, 25,
26 y 40.
Arados: 103 y 281.
Arandelas de bronce: 130 y 135.
Arcalsmo: 86, 9Z, U3. IL7 y 139.
Arcilla: 76, 83, 1«. 205, 210, 221, 231, 258, 284 y 291.
Aretlna, cemmlca : Véase rCerámlcat.
Argl!.rlcn, cultura: 89 y 90.
Arl.slenae: ?8,
-
329-
[page-n-395]
Armaa de hierro: ~. 133, 141, 142, t~. 147, l96, 242 1 28G-282
Arqueotogfa submarina: 1155-169, 171 y 313.
Arqult.ectura : 87 '1 152; - romana: 177-198 '1 285.
Arte rupestre levantino: 284•
.Arudlenae: 78.
Ar'lbaUol: 104 y 109.
ASaS de vas!Ju: 84. 103, tOó. 10'1, tu, 112, us. ue, 121, 123, 224, 227 y 300.
Aalrla, cerimlca: VWe cCenímteu.
ASirlo, arl\t, pueblo, etc.: 151.
Atlea, een\mtca: Vúse cCerámleao.
ALianto-nórdlco. tiPO buma.no: 34.
Aves : 130, 135 y 136.
Avestruces: 107.
Azabache, colgantes y cuentas do: 83.
Azadn& de piedra puUda: 82.
Azuelas de piedra puUda: 82, 83, 85 y 314.
BaJo Imperio Romano: 282.
BaJorrelieves: 137, 150, !lit y 157.
BarbOtina, decoraelón a la: ~.
!bu.lto, obJetos de: 250 y 30'1.
Bsaa de oolwnna: 151. 180, 105, 283 y 303.
Boa Taurus: 77 '1 78.
Bot.ellaa de vidrio: 201.
Botones de bueao: 82; - perforados en V: 84, 86 y 89.
Braqul-crllllaldolde: 18, 25, 28 '1 34.
Brazalete& de arquero: 84, 89, 288 y 315; - de bronce: 127, ISO, 133, 133, 140, 141, 146148, 240 y 280; - de concha: 82; - de oro: 84; - de pledrn: 86; - de ¡¡ec.
tl\nculo: 1« .
Brocbea de cinturón: 141 , 147 y 280: - de un ga.ncbo: 127, 130, 133, 137, 141, 143 y
280; - de dos ganchos: 103 y 280; - de tres ¡ancboe: 101, 103, 113, 137, 141 y 280.
Bronce, objetos de: 101, 103, 113, 125, 127, 1.29-143, 146-148, IIW, 171·175, 201, 236.
240, 246. 247, 280, 282, 292 y 313.
Bronce, Edad del: 29, 59, 83, 6'1, 71).72, 121. 124, 193, 243, 278, 279, 289-291 '1 31~ - an·
ucuo: 27, 31, 33, 36, 37, 51 1 88-GO; - final: 27, 30, 36, 37 '1 123; - medio: 27,
~1. 38. 37, 51, 89 y 123; ftlenelano: 85, 86, 89, 278, 279, 290 )' 314.
Buccbero nero: 103, 105 '1 112.
Burdtcalense: 257·259.
OabaAILI: 144 y 278.
Co.braa: 77 y 78.
Cadenilla. de bronce: 127, 130, 132, 134-136, 140, toll, H 8 y 280.
Oajlto.a de hueso: 83.
Colo.lta. cuentas de collar de: 83.
CalcoliUco: V6aae «Eneolltlco».
Caldeo., escultura: Véaae cEsc:ulturot.
Calderos de bronce: 101.
CallcUormes, - : 280 y 295.
oauu.:
t7S.t87, 192. 195, 231, 235, 258 1 3011: - obJetes de: 83, 144 , 235 y 240
CaJZadu romanaa: 178, 1.91. 192 1 283.
Campamentos romanos: 91 '1 1&1.
Campanlense: Véase cCen\mlcu.
Campanlrorme: Véase cCerimlca»,
Campos de urnaa: 27, 101, 103, 100, 112, 133 y 142.
Canalizaciones: Véase cAcueductoao y
Cananeos, pueblos: 123.
Oanarlot.u, tiPO humano: 17.
can!Utra.: 150 y 151.
canopeoa, vaaoa: 123.
~adiot.
Cint.aroa: Vtue cKant.barol».
Capltelel: 180 y 283.
Capra hlrcua: 77 '1 78.
Capreolua eapreolua: 77.
-330-
[page-n-396]
Caracoles: 76 1 ?8.
Carbones: 54, 60, 66, 76, 22a-2'l4 y 286.
Carbono 14: 41, 45-51, 53, 68, 16--RO, 87 y 27a.
Cardial, cerámica: Véase cCerámlca.,
Carneros: 127, 128, 132 y 139.
Cars~: 255. 258. 270 y 273.
Cartaginesa, conquista: 106, 108 y 155.
CarrUa.du: 192 y 283.
Carros: 192 y 283.
Castros: 83.
Cayados de pizarra: 83.
Cazo ele bronce: 201.
Cebada: 53, 57-60, 62-67. 69 y 71.
Celtn, céltico, pueblo, arte, cultura, etc.: 70, ll5 y 295.
Ccnl7.as: 104, 222, 224, 286 y 290; - h\IDilUlD.s: 105, 124, 125, 127, 141, 149. H4, 14G,
148, 240, 242 y 245.
C:Womanen.se-santonense: 257 y 258.
Cepos de anclu: 157-161, 183, 17! y 172,
Cetá1XIIca: 39, 41, 78, 83-86, 68 y 268: - acanalada: 84 y 142; - aretina: 282, 284,
297, 298 y 304; - asirla: 151; - 1\tlca: 108, 118, 119, 123, 150 y 280: - - ele
barniZ negro: 97 y 111; - - d e figuras negras: 103, 109, 113 y 152; - - do
llguras rojas: 91·97, 104, 105 y 113; - ele bandas: 70; - bruiilda: 84; - carupanlenae: 127, 238, 282, 309 y 312; - - ~ 293; - •• B: 223. 224, 226, 220, 293,
295, 297 y 288; - - C: 22t y 230; - campanltorm•: 21, 24, 29, 84, 86, 89, 2118,
314 y 315; - cnrdla.l: 24, 27, 39-u, 43, 45-51, 53, 60, 11, 7?., 75 y 79; - corintia:
104, 109, 112, U3 y 139; - cblpdota: 106, 108, 121 y 124; - decorada: 49. 50.
84, 86, 93, 103, 115, U6, 142 y 148; - etrusca: 104 y 106; - !ocea: 103 y 122;
-geométrica: 104, U7 y 119·121; - gds: 103·105, ll2, 120. 122, 191, 238 y 238:
- - l\lt!Purltana: 298; - - Olitampada: 221; - hechA a mano: 49, 99, 105,
108, 112, 113, U8, H9, 120, 139, 141, ¡44, 243, 286-290, 314 y 315; - beJenls~ica:
127: - Ibérica: 92, 93, 99-1.24, 127, 139, 144, 146-148, !62, 191, 193, 236-240, 242.
244-246, 279, 281, 282, 292·295, 297. 298, 300, 806 y 312-314; - - d e facies arcaica:
gz, 127, 193, 22e. 244. 29-l. 297, 300 y 306¡ - lmprc¡¡a: 75 y 84: - inciSa: 50, 84.
86, 115, 116, 119, 142 y 152; - Jónica: 108, 112, U3, 118, l.!U y 129; - Jonlofocense: 112; - massaUota: 168; - medieval: 178, 101, 220, 248, 309, 310, au
y 315; - mleénlca: 121; - moderna: 220: - neoUtlca: 49, 50, 89, 76, 82, &1,
238 y 291: - oot:d-balcl\nlca: 119; - de paredes arenosss: 304: - de paredes
tinas: 223·225, 227, 268 y 304: - pintada: 93, 103-105, 107·109, 1U-113, 118, 120,
121, 139, 144, 146-148. 150, 152, 223, 279, 281. 283-295. 297, 298, 306. 312 y 313:
proto-corintla: 104, 120 y 121; - proto-geométrlca: U7, 119 y 121; - rodla:
151, 152 y 168; - romana: 117, 157, 159, 183-169, 171, 197·202, 207, 208, 214. 317,
220-230, 238, 241, 243, 245, 292, 283, 28~. 292, 293, 297, 298, 300, 303·307, 312,
314 y 315; - - comful: 200, 201, 22G-226, 283, 288, 300 y 306; - s!glliata: 220.
283, 282-294, 304 y 306; - - aretina: 224, 226, 227, 282, 2&1, 297 y 298; - - clara: 221·224. 226 y 300: --estampada 221. 228, 230 y 2&1: - - hlspánlea: 221·
224, 228, 227, 230, 282, 297, 298, 300, 304 y 306; - - DliU'IDOrata; 300; --&Ud·
gi\Wcn: 282, 297, 298 y 300; - ein decorar: 50, 78, &1, 86, 142, 243 y 283-290:
- uu-do-romana: 221. 228, 230, 284, 307 y 308; -con verdu¡ronea: 49.
C
-
Cerdos: '7'1.
cereales: 50, 51 y 53-73,
Cervus elaphus: '7'1.
Ciervos: 77 y 146.
CUlndros de piedra: 83.
Cinceles de cobre: 85; -ele piedra: 82.
Clnta.s entrellWlda.s. motivo de<:orattvo: 150.1{;2; - representación de: 95.
Clpos: 299 y 302.
Clrcunferoncla8 concéntrlcu, motivo de<:oratlvo: 103, 111·113, 144, 146, 152 y 228.
Clstas: Hl y 146.
CI.sternas: 283.
Olavos de hierro: 130.
Cobre, objetos ele: 84 y 86.
-331-
[page-n-397]
COlglllltea: 83 1 80: - de bronce: 128, 130, 135, 136, 140, 141 y 280; - do but.tO: 48.
82 1 83; - - acaDSlados: 88.
COlmillos: 77, 222 1 288.
COlonJa,¡ púnicas: 115.
COionll:aclonea: 106, 115, 155 y 280
COlumbarios: 32.
ColumntLS: 94, 151, 180, 181, 195, 221, 240, 283, 285, 302 y 303.
coua.res: 82-84, 88. 116, 141, 146 y 148.
COmercio: 99, 100, 106, 115, 122, 139 y 156.
COncba, obJetoa de: 82, 85 1 1«.
COncbsa de molusco: 88, 144 1 191: - per!orada.s: 86.
COncheros mesoUUc.,.: so.
OOndw:clones de &f\1&: Vúae ~dio• 1 «Acueducl
CO~a de pescado: VWe cGarum».
CODBtrucc:lonea: 123, 141, 146, 147, 1~. 1&2. 177-196, 208-215, 220, 221, 22-1-223, 238.
240, W-244, 27~283. 285, 290, 293, 288. 2117, 299, 303, 304. 306 y 308.
COnteros de hlnzl\: 103, 127 y 130.
Copna de certmlea: 101 y 103.
Corintia, ceréJDJca: Vc!Me cCerñmtca..
Comisas: 184, 195 y 304.
Coronas, represent.acl6n de: 96 1 112.
Crlln- human.,.: 11-43, 83, 288, 313 1 316.
Cremaciones: 123.
Cre\Aoeo: 45, 231, 253 1
Crlptna: 308.
Cristal de roca, obJetos de: 82.
Cristianismo: IIH y 192.
O:onolog!a: 38, 37, 39. u. 43, 4~1. 53, eo. 63, 70, 72. 75-80, 82, 86-90, 93-97, 101,
103-123, 133-139, 142, 147, 143, 150.163, 159, 161, 183, 145-169, 174, 193, 201, 202,
214, 230, 246, 2$2, 270.273, 2'18, 280-282, 284, 293-295, 297, 298. 303, 305 y 307.
CUAno: 258.
Cuaternario: 205, 233, 2S7, 2:'10 1 271.
CUcbt.ras de bueao: 43.
Cuchlllas de hierro atalcatados: 127, 133, 280 '1 281; - - curvo.: 141: - de ldlex:
82, 88, 288 1 315.
Cuencos de cer(Unlca: 84, 88, H3, 188, 199, 201, 288, 300, 31t y 315.
Cuevas: 45-51, 76-110, 288, 295, 296 y 308; - arLillelales: 82, 83 y 308: - sepulcrolec:
9, 21-29, BHIO, 288 y 289.
Cuentna de collar: 82, 83 y 86; - - de arcWa: 83: - cUindrleas: 83 y 86; - dlscol·
dllles: 83 y 86; - en rorma de oliva: 83 y 88; - de puta vftrea: 14G; - Lu·
bu1area de eN. 84.
Chaaemse: 77.
Cblprlota, cmmlca: Vüae cCcámlcu.
Danubtanu. necrópolla: 123.
Danublano, tipo humano: 15, 33 y 34.
Dardos de cobre: 80.
Decoración Incisa: 48, so, 86, 115, 116. 110, 121, 130, 133, 187, 141, 142, 146 1 152; - pintada: 03·97, 103·105, 107·109, 111-113, 118, 120. 121, 139, 144, 146-148, 152, 293·295,
297, 288, 300, 300. 312 y 313.
DeUlnes, tema decoralJvo: 157, 158, 224 1 292.
oemogratla: 12, n, 37-311, 42 '1 c.
Deeqlles: Vf!f: cAcUeduet.>o.
Diadema de oro: 114.
Dientes humanoa: 288.
Dientes de h~ de 10ex: 83, 196, 289 '1 290
Dlnarolde: 15.
Dinosaurios: 244..
Dlleol de palestra, representación de : 9G.
Dolla: 208, 283 y 804-3041.
Dólmentll: 27,
Domatk:aclón: 78
D
m
-332-
[page-n-398]
Daraos rebajadoe en 811ex: UIG y 28'1.
EdAd del Bronce: V~aae «Bronce. Edad deb; - del Ht=o: V6Me «Hierro, Edad
del•; - Media: 70, 93, 190, Ull, 194, 210, 211. 234, 241, 247, 290, 297, 307, 300,
310. 313 1 315; - Moderna: 70, 93, 247, 297 y 301 .
!lfebo& en brooee: 171.
Empedradoa: !U, 193, 10'7, 199, 22S y 286.
-litlco: 15, 20-22, 2~. 3&-38. 41-43, 50, 51, 78, 81.00, 278 y 289.
Enlucido: 221, 225 1 290.
Ensamblaje, plezaa de' 1511 y 150.
Entalles: 232.
Ent.erramlentoo: 20-34, 1711, 185, 187, 189-190, 192-1114, 196 y Ul7; - eolecllvos: 21-23,
26, 27, 311 y 81-99: - en cueva: 11, 20-29, 81.00, 288 y 289; - en roaa: 189, 103,
198-200 y 307: - megaJitlcoS: 81-90; - en urnaa: 2711, 280. 282, 294 y 295.
Eplgratla: 144, 149. 150, 180, 188, 235, 237, 240-242, 298-303, 305, 306 y 315.
Eplgravetlense: 207.
Eplpaleolltlco: 19, 35, 39 y 207.
Escanda.: 53-73.
~beos: 123 y 280.
Escoplos de cobl'e: 84.
!l5oorlaa de me\al: 84, 103, 130, 238. 289, 24l. 243 y 244.
Ereudos: 130.
Escultura: 240, 241, 300, 301 1 306; - ealclea: 151; - etrusca: 150: - en huao: 83;
- lbúlu: HS-163; - - en brooee: 127, 130, 132, 135, 139, 146, 150, 171-175 y
313: - - de toro. : 150; - helenlsUca: 174; - neo-Atlca: 175; - tlahWillaeota: 249-263.
Eslabones: Vtase «CadenWM>.
Espadas: 201 y 202; - de antenas: 103.
l!:spátula.s de cobre: 84; -de hueso: 48, n. 83 y 88.
Espeleocronolosla: 2'70.272.
Espeleolosta: ~!;-273.
Espelta: 51 y 54.
Eapl¡aa de cereal: &4, 83, CJe. 89 ., 70,
Eap~ tema deooratlvo: 151.
Jlllplrales de brOnce· 144; - de oro: 84.
Esprllla: 53-73.
Esqueletos hU111an01: 199, 199, 182, 193, 198, 290 1 307.
Esqul.sto, objetos de: CJe.
Estanques: Ult.
Estatua: Véa6e «Eseultura•.
Estatua de bronce, de Plnedo: 171-175 y 313.
Esteatita, objetoe de: 108 y 199.
Estelas aneplgratas: 198; - lbérlca.s: 23!;-237.
Eslrl>tlgratin: 39, 4H1, 53, 60, 68, 76, 89, 90, 178, 219, 225, 229, 230, 21!8, 283. 284, 268,
270, 278, 279, 283, ~207, 290, 294, 3011 y 312.
Estrlgilo, repre.entaclón de: 0'7.
Estuco: 220-224. 227 1 220.
!:Uusca, cerámica y eseultura: Vtase cCenlmlc&• 1 cEseulturu.
Jl!trusco.IWico, arte: 101.
SVBODJS, marca de all~ro: 30t.
EXcavaciones: 44, 49, 40, M, 67, 69, 78, 85, lle, 90, 113. 117, 148, 178, 181, 184-181, 107,
214-230, 236. 239, 278, 277-287, 291, 292 y 326; - en 11> .roea: 204-210. 237·239,
243 y 283.
Explora.elones: v~e.ae cPrQ6Pecelonen.
Exportaclonea: 104.
Paetorlas pe.quCTU: 283.
Palanges de animal: 83.
Paleatas: 142, 196 y 280.
Palos, tema cleooraUvo: 94
Fauna: 77 y 78.
Pavlssa: 146 y 296.
~. eomerelo, e~.: 100. 106, 123 y 1&:1.
~:1~
-333 -
[page-n-399]
F'ibula.ll anulares: 147, 148. 280, 282 y 292; - de o.rco: l30, 137, 139. 142, 146 y 1.!7;
- de boJieata: 101 y 103; - de bronce: 146, 147, 238, 280 '1 m; - de codo:
143; -de ple alto: 127, 139, 141 y 147; - de plata: 139; -semilunares: 135.
Figuras humanas, representaalón de: 94-97, 150, 151, 171-175, 246, 250-252 y 313.
Figuras zoomorfas, representa.clón de: 12'1. 129. 130, 132. 135, 136, 139. 142, 146. 150.
1~1. ~a. 2u, 239 y 292.
Figurillas: Véase ~uttura•.
Flechas: Véase «Puntas de llechu.
Flores. tema decorativo: 151 y 152.
Foceo, comercio, etc.: 103 y 122.
Fondos de caballa: 144 y 2'18.
Fortltleaclones Ibéricas: 127, 242, 2«, 280, 281 y 294.
Fosas: 189, 193, IJ)8..200 y 307.
l"óGDes: 233 y 244.
Fundación de Valencm: 286, 325 y 328.
Fusayolas: 84, 93, 144, 238 y 292.
Flllste.os de columna: 181, 195, 221, 283, 285, 302 y 303.
Galerisa excavada.s en la roca: 206, 207, 209-211, 239, 243 y 308.
G!ll'um: 283 y 284.
Geométrico, llcrlodo: Véase cOerámlcu.
Godos: 234.
Gorros: 250 y 251.
Grabados rupe¡¡tres: 285.
Granadas, tema decorat.lvo: 151.
Gi'anlto, objetos de: 250.
Grecas, motivo decorativo: 94. 96 y 195,
Griego. pueblo, arte, comercio, etc.: 91-97. 100. 1C)I, 108. 109, 112, 113. 123. 139, 152.
155, 171, 234 y 280.
Gritos, repre.~entaclón de: 95.
Grimald1ense, tlpo humano: u y 16-18.
Grlmaldolde, Llpo humano: 11, 17, 18, 2D-34, 46 y 43.
Guarda-piernas: Véase cOanUJerast.
Gubia de piedra: 82.
Guerra de la ·Independencia: 7; -de A!rlca: 8; -Europea: 8.
Guerreros, representación de: 95, 150 y 151; - tumbas de: 101. 108, 12'1, 133 y 137.
Guirnaldas: 96.
Habltnclon.e a: Véase «Oonstrucclone&».
Hachas de piedra.: 48, 82, 85, 289, 297 y 3!4; -dObles: 83.
Hallazgos submarinos: 165-169, 171 y 313.
HallstAttlca, cultura: 135 y 142.
He!Adlco antiguo: 30 y 38; - medio: 31 y 38: - reciente: 30..32.
He!Adlcos, navegantes: 41.
Heléllleo: Véase «Griego>.
lieleDlstica, cerámica y escUltura: Véaoe cCerámlca• y cEscuJturat.
Hellx nemorall$: 76 y 78.
Hidrologia: 26!1-270.
merro, .:dad del: 23, 59, 87, 70, 100, U2. ll6, 117, 121, 124, 142, 143, 193, 241 y 243;
- obJetos de: 101. 103, 111, 125, 127. 130. 131, 133, 141, 142, 1<16-1-18, 159. 180,
192. 196, 238, 239, 242, 243, 246, 280-282 y 292.
Hlmatlón, ffpre.osentnclón de: llf, 96 y 97.
Hoces: 83, 289 y 290; - de allex: 83 y 86.
Hojas de laurel, tema decorativo: 94-96: -de sllex con retoques: 48 y 287; - - sin
retoques: 76 y 83.
Bordeum dlstlcum: 64; - spontsneum: 69; - vulgare: 53, 57, 58-60, 62-64, 68, n y 72.
Hormigón: 188, 223. 303, 304 y 306.
:Barnae!.nas: 308.
Horno cerámico: 179.
Hueso, objetos de: -18, 77, 79, 82, 83, 85, 86, 89, 103, 283 y 297.
Huesos de animal: 48, 77, 144 y 244; - humanos: 93, 94, 105. 1ll, 141, 143, 144. 147,
189, 192, 193, 196-200, 220, 226, 237, 240, 2~2. 2f5, 282 y 288.
Huevos de avestruz: 107.
Ibérico, tipo hUIIUUlo: 15 y 22.
-334.-
[page-n-400]
lbérloo, pueblo, cultura, arte, etc.: ?, 8, 92, 93, 99-153, 191-193, 196, 224. 235-246, 279282, 286, 292-288, 300. 309 y 312-315.
ldOios: 83, 86 y 14.6; -planos de hueso: 83 y 86,
lmbrlces: 221, 223 y 30t.
Imperio romano: 162, 24-6, 282 y 293.
Importaciones ele ceriunlca: 99-Uil, LG4 y i23.
Jnrendio, restos d.e: 104.
Incineraciones: 93, 1~108, us. 119, 122-124. 127. 133. 141, 146-148, 240, 242, 245, 279,
280, 282 y 29i.
lnhumaclon...,: 179, 185, 187, 189-190, 192-194 y 197-202.
Iuscrlpcloncs lbérl.ca.s: 144, 235-237 y 292; - latinas: 150, 180, 188, 237, 240.242, 298303, 305, 306 y 315; - en pledrn : 1~. 150, 180, 188, 235-237, 24().242, 28~03.
305, 306 y 315.
Instrumentos de minero: 82 y 243.
Jabalíes: 77, 222 y 288.
Jacintos de Compostela: 258.
Jarros: 201, 280 y 309.
J.lru)tes lhúlcos, escu1turoa de: 150.
Jónica, cerámica: Véase «Cerámlcat.
JonJ.o.rocense, cenl.mka: Véaae ccerámkat.
Jurásico: 231.
Xantharol: 103.
Xeuper: 257-259, 271 y 272.
Xhol.sanolde, Upo humano: u .
Kra.teral: 93-97.
B:yllkea: 98, 97 y w .
LacuStres, poblados: 03 y 69.
Ladrillos: 188, 223 y 304--306.
Laglll' : 307,
Ltunlnas escritas en plomo : 144
Lampadoforo: 1'72.
Lanza& de cobre: 86; - de hlet'ro: 103, 127, 130, 131, 133, 141, l42, 148. 147, 242 y 280.
La!IJ.\dos: 94 y 85.
Lll.pldM lhúiC88: 235-23?; - rom~U~&S: 92, 148, 180, 188, 189, 237, ~242. 298-303,
305, 306 y 315.
l..llrllrut: 33.
l.&CM de sllex: 78, 287 y 290.
Lechos, representación de: 95.
Leonca, representación de: 14.2 y 150.
Letl'a& Ibéricas: Véa.se cinscrlpclone.u.
e
Lezlla.s de cobre: Si; - d. hueso: 83.
Llblco-bereber, Upo humano: 24, 36 y 40.
Ligur, arte. etc.: l23; - antiguo: 28-28; - medio: 27-29, - re<>lente: 27.
Lineas ondulELdas, tema decorativo: 104, 105, 144 y 147.
IJn apollnea: 176.
Llthlnal: 161.
.Lltbol: 161•
.Loess: ?0.
LOSas: 128, 141, 188, 189, l90, 102, 193 y 308.
Losetas: 198 y 199,
LucernM: 224, 284, 309 ~ 314.
Lánu1as: 83.
l.uteclel)Se : 76•
.Llacorella.: 259.
Magdalenicnu : 18.
Magia: 123.
Mamelone• perrorac!011: U8 y 118.
Manos de mortero: 83 y 239.
Marcas de altarero: 224, 298, 300 y 304; -
aobre ñntoraa: 166 y 167: -
pedl.s: 304.
Marfil, objetes de: 161 y 309.
M:m-gns: 205, 258, 259, 268, 271 y SIYI.
-
335 -
In planta
[page-n-401]
Mármol : 82, 171, 188. 194-196 y 223.
l.l{arta: 77.
Martes !IllU'tes: 77.
MiiScara de cerámica: 337.
Massallota, ceriUnlca: Véase «Cerámlcu; - comercio: ll5.
M'au.soleos romanos: 178, 189. 190 y 299.
Meandros, t.ema decorativo : 142 y 152.
Medla.s tunas de cerámica: 84; - - de s!lex: 48, 196 y 289.
Medlevlll : 93.
MedlteiTÍ\lleo, tipo huma.no: 15, 21)-29 y 31-34.
Meglll!Uco. tipo humano: 15, 30, 3.1. 33 y 34.
Megalltl.smo: 81-90.
Megalitos: 81-90.
• elano-afrlcano, tipo humano: 12 y 17.
M
Menuts del ramellet: 313.
• esM, representaciones de : 95.
M
Mes~lmaldotde, tipo humano: 18 y 21-34.
Mesolltlco: 18, 37, 50 y 77-79.
Metal, objetos de: 84-86, 89, 93, 135 '1 196.
Metalw-g!a: fl, 89, 242 y 243.
Micénica, cerám!ca: Véase «Ceramlca».
Mterolltos de sllex: 48, 76 y 82.
Migraciones huml\11lla: 17. 37-39, 42 y 43.
Mlnetfa: 82 y 243.
Mlnolco: 33.
Mioceno: 259.
MobiUTt\S de hierro: Véa.se «Lanzas de hierro».
Mollnos, piedras de: 162, 163, 225, 239, 240, 288, 290 y 305-30'7.
Moluscos tósUes : 233.
Monedas Ibéricas: 224. 237, 239, 246, 288. 292. 293 '1 314; - romanaa: 92, 196, 20'7. 206.
239, 241, 245. 246, 282, 283, 292, 293, 297, 305 y 306.
Monolitos: 249-253.
Moriscos : 205, 294 y 309.
Moros: 2~. 205, 212, 234 y 294: - cenetes: 234.
Mortero de construcción: 163-187, 192, 193, 195, 198, 220, 221, 223 '1 227·229; - de
.
cerámica; 83, 239 y 312.
Mosaicos: 152, 153, 238 y 306.
Movimientos demográficos: 12, 17, 37-39, 42 y 43.
Mujer, representaciones de: 150, 240, 241 y 251)-252.
Murallas: 85, 105, 125, 149, 191, 242, 280, 283, 290 y 294.
Muros: 141, 144, 180.188, 190.193, 195, 206. 213, 217, 220. 221 , 224-229, 242, 244, ~81 .
285, 280, 293, 294, 296 y 306.
Musterlense: 312.
Navajas de afeitar de bronce: 143.
Navegaciones: 72, 100, 139, 155, 160, 161 y 191.
Navegantes: 41.
Naves roD181ll!.S: 159, 160 y 162.
Necrópolis: 30, 32, 115, 119, 120 y 123; - ibérlcna: 93, 94, 99-114, 125-148, 152, 236, 245.
246, 279-282, 294, 295 y 306; - romanas: 197-202, 303 y 30'1.
Negrolde, tipo humano : U-43.
NC.
Neolltloo: 11, 19, 21-25, 27, 28, 35-39, fl, 43, 85; - antiguo: 18, 24, 27, 37, 39-41, 43.
~51, 63-73, 75-60, 119, 144, 287 y 291: tmpa.no-maurltano: 41 y 49; - Interior: 50; - reciente: 29, 33, 69 y 88.
Neo-mediterráneo, tipo humano: 15, 24 y 3D-34.
Nord-alrleano, tipo humano: 39, 40 y 43.
Nord-balcanloa, cerámica: Véase .Cerám!cat.
Nord-sabarlense, tipo humano: 15 y 17.
Nór Nliol- de s!lex: 82.
OF. MVRR. marca de alfarero: 298.
Olcades : 234.
-
336 -
[page-n-402]
Olpet: 22t.
Ore)ela4 pertorada.s, vaaos de: 911-124, 146, 147 '1 240
oro, objet.oa de: 84, 245 y 246.
Pnlallt.oa: 63 y 89.
Paleollllco: 19, 20, 39, 286, 281 y 312; - hombre: 12, 18-20 y ;¡¡,
Palestra, ueenn pintada: 94 y 96.
Plllelaa do esqul.st.o: 86.
Pallnologla: 78.
Palmetas, tema deeomtlvo: 151: - est.ampadM: 127: - plnt.ada.s: 9~97.
Pan~eru, t.ama decorativo: 95,
Paredes: Véase cMuros~.
P¡¡¡redea arenosas, cerámicA de: V~ tCertLmU:ao: - 1lna8. ceramtca de : Véase tC.
rámlc:u.
Pa8t.a Yltrea: 109, 123, 146, 172 y 280.
Paat.alea, repreaent.acl6n de: 95.
Pavllmnt.oa: 180, 181, Ull>-189, 192, liS, 101, 199, 200, 217, 223, ~. 238, 286. 304-<100
Pebetero~ : 148.
P~: 157, 161, 162 y 1'U.
Pec:ten: 191.
Pec:t.orales: 135 1 150.
Pectunculo: 144.
Pelnea de hueso: 83.
Pendlen~ de cobrt: 86: - de oro: 8t.
Percutorea de piedra: 85.
Perfumea: 116 y 124.
Perlas de collar: VéaJ;e .Cuentas de collaro.
Pe&lll de t.alar: Véase cPonduao.
Pucn: ~~~. 171 y 283.
Pesquerlna: 283 1 284,
Pezones-asa: 84 y 86.
Piedra, Objetos de: 46. 76-79, 82-86, 89. 144, 16().163, 194-196, ~238, 24~24:1. 24s.-U3.
~87-:!90, 297, 307, 312, 314 y 315; - pulida, obJetas de: 48. 77, 82-86, 280, 297 y 314,
PUastrae: 308; - estriadas: 195.
Pllum: 133.
Pintura: 151 y 152; - rupestre: 28t.
PI!Ua de pleclta: 83.
Pllcl.nll 283.
PIUlo!: 121.
Pizarra, objetos de: 83.
P!ncaa de
151; - clavos: 1&1: - decoracla.a: 83; - de nw111: 83 y 151.
-de piedra: 83 1 86; -de pizarra. 83.
Plata, obJet.oa de: 116, 139 y 141.
Plat.os: 200, 295, 304, 309, 312 y 313; - de cobre: 84; -con pie: 84; -planos. &t.
Plomo, objetos de: 144, 157-159 y 183; - eBCTitos aobre: 144.
Poblados del bronce valenciano: 290 y 314; -de la Edad
141, 144, 152, 192, 235. 236, 243. 244, 280.283, 292-294. 206, 297, 312 y 313; - tacust.res: 63 y 69; - romanos: 240 y 301.
Ponc!us: 03, 292, 303 y 306.
PosthaUSI.l\ttlea, cultura, necrc)poUS, etc.: 101, 116, l35, 137, 142 y m
Potala: 16().182.
Pozos: 33, 119, 283 y 309.
=-:
Pre-eampana: Véase ceerámlco.
Pre-ct.mpanlforme: 20.
Pre-neo!!Uco: 78.
Pre-romano: Véa,e clbérb».
Preu. de a¡uu: 206, 20'1 1 212.
Prospeectones: 4ll, 204, 276, 277, 286-310.
Pro~lntla. cen\mll:a: Véale tCeñ.mlcu.
ProWJ~eom6trlco, periOdo: 32, 117, 119 y 121.
Pud~Ra lut.actenses: 76.
Puentea romanos: 192 y 207,
-337 -
[page-n-403]
PuertaS: 181, 18...191, 195. 226, 229, 28J y 294.
Puertos romanos: 191.
Pulseras de cobre: 86.
Ptl.nico. arte, comercio, etc.: 100, 103, 112, us, 116, 122, 123, 155 y 3H.
Puntas de Decha de cobre: 84; - - de erlstal de roe~> : 82; - - de iñlex: 77, 82,
83, 88, 90, 237, 238, 288 y 289;- - - de aletas y pedúnculo: 48 y 8 8 ; - - - do
base cóncava: 88; - - - crucUorme.s: 86: - - - tol!aceas: 88, 237 y 238;
- - - geométricas: 48: - - - romboidales: 86 y 315.
Puntas de tnnza: Véase «Lanza~ .
Punzones de cobre: 88: - de hueso: ~8. 77, 86, 288 y 297.
Put\ales de antenas: 103; - de cobre: 86; - - de lengüeta: 84 y 89; - - rombo!·
dales : 84; - de hueso: 83; -de sllex: 83 y 86; --con muesca y lengüeta~ 83.
Pyxld~s: 104. 109, 111. 113, 117, 122 -y 148; de hueso: 83.
Racimos, tema decorativo: 94.
Radio-Carbono: Véase «Carbono 14~ .
Raedeta.s de silex : 88.
RANI, Dll\l'ca de alfarero: 166.
Raspadores de silex: 88 y 287.
Rega
Regatonc.s de hi.,.ro: ISO y 280.
ReJas de arado: 281.
Religión: 86, 87, 101, 105. 108, 122-124, lb!, 192 y 309.
Repllbllea romana: 152, 162, 167, 196, 246. 294 y 304.
Restos humanos : Véase cHu•so¡,"JO,
Riegos: Véase •Resadlo».
Rios subterráneoo: 255·273.
Rltcls Junerarloo: 87, 101, 105, 108, 122 y 123.
Romano, arte, cultura, etc. : 32, 70. 91, 92, 117, 137, 148, 147, 14.9, 152, 153, 155, 160-169,
171, 177-214, 216, 217, 220-230, 235, 237·243. 245, 248. 282, 283. 285. 286. 292, 29&308, 312, 314 y 315.
Rodada.s de carro: Véa.se cCarrlladas».
Rodenos: 193, 231, 240 y 290.
Rodla, cerll,mlca: Véase cOen\mlcu.
Roseta.s. tema decorativo: 151, 227. 228 y 240.
Rueda de alfarero; 139.
Ruedas, seftales de: Véase cCarrlladan.
Sables de hierro: 280.
Saerlftci05 fundacionales: 123.
Saharllmo, tipo humano: 15 y 39.
Sandalias de piedra: 83.
Santuarios: 118, 122, 177-196.
Sarcófagos de arcilla: 1&1 y 152; - de mármol : 171 y 283.
Secundario: 233 y 244.
seelenllleher: 123.
Sellos: Véa.se OIMar<:a~~ de alfarero•.
Semlclllndros de piedra: 83.
Sepulcros : Véase «Enterramientos• y cSepulturan.
Sepulturas: 102, 178, 198-200 y 215; - colectivas: 39 y 81·90; - de guerreros: ~01,
108, 127, 133 y 137; - neo!ltlcas: u .
sepultura...sacrlflclo: 123.
sexo, representación del: 94, 95 y 252.
Siculo antiguo: 29.
SlgiUat~>: Véase ..Ceramicat.
Silex, obJews de: 48, 77-79, 82, 83, 85, 86, 144, 196. 237, 238, 287-290, 314 y 315.
Sllos: 283. 80'1 y 309.
SJcyphol : 97.
sollferreum: 101 y 142.
stnmnol: 117.
Stemless cup : lll.
SUbmicénleo, periodo: 30 y 120.
SUbnegrolde, ¡lpo humano: 11 , 12-15, 17-36, 38, 10, 42 y 43.
SUbneolltlco: 83.
-338 -
[page-n-404]
8u8 scropha: 77.
Sym)XlSion, representación de: 95.
Ttúlor de sllex al aire Ubre: 287.
Tnp: V~!Me cMar¡a,p
Tapaderas de cerámica· 84, 101, 103, 105-109, LL1·123. 141. 146-148. 240 y m
Tardeno!Siense: 78
Tardo-rollllllltl, cer~lea. Véa.se cCeram!Ca•
Tecl.ónlca: 2.58, 264, 2'10 y 2'12.
Tegulae: 195, 198. 200, 208, 211, 221>-222, 224, 228, 283, 303 y 30l.
TeJos: 223.
Templos: 151, 180, 101 y 234.
Templo crlaUano: 181, 102 y 243: - de Venua: 81, 177-196.
Terciario: 258.
Terebri\tul3S: 233.
Terra slgiUnta: Vó3Se «Ccri\mlca».
Teselas de mosaicos: 306.
Tholol: 82 '1 83.
Tllymaterla : 122.
Thyrso, representaciones de: 95.
TinaJas Ibéricas: 281.
Tocado: 85. 86, 172. 250 y 251
Toponlmla: 123 y 234
Toros: 77 '1 '78; - twrlcos. escultura: 150
Torques de bronce: 148
Torres: 125, 194, 1&5, 280, 283 y 294.
Tort.as, representación do: 85.
Trapecios de sllex : 48 y 82.
Tratado del Ebro: LL2.
Trenza. tema decorativo: 151.
Tretol: 161.
Trlá$lco: 231 y 258.
Trl¡o: 56, SH1 y ~72.
Tr!Ucum aestlvum: 59-(;2 1 6&-72: - aestlvo-compactum: 53, 56 y SH2; - bOeOIJcum:
68 y 69: - dlcoocum: 53-73; - monococcum: 5:1·73.
"l'ubcc de hueso: 83.
TUmbas: Véa&e cEntcmunlentoso y cSepuUurao.
Túmulos: 28, 87, 101, 137, 13&, H2-145. 198-200.
Tllru>les: 207-212.
Turba: 278.
Turbantes: UO y 261.
Ombos de eaeudo: 130.
Urnas cinerarias: 00·126, 127, 133. 135, 139, 14l-144. 146-148, 152, 236, 241>-242, 245. 279,
280, 282, 204 y 306; -esferoides: Sll, 108-111, 115, 141 y 146; -de ore)ct.a.s perforadas: 9!1-U4, 148. 147, 240, 280: - ovokle3' o~. 107, 100-111. ll8, 119, 120, 127,
139, lü, 146 '1 147.
V..-: 64; - bl<:ónlcoa: 84, 108-W y 142; - de bronce: 101; - caUcUormcs: 280 y
295; - CllDOpeoa. 123; - cerúmlcoa: 8, 10, 76 y Si; - cllfn
piedra: 83; -de plata' 116; -con orejeta.s perlondas: Sll-124.
VeU6n: 247.
Venablos; 133.
Vestidos, representllclón de: 96.
Via Augusta: 303.
Vlws romanas: 305.
VIdrio: 201, 217, 224 y 306.
VU!as ramanaa : 208, 211, 213, 214, 283, 299, 300, 303 y 305-307.
VIveros de peces: 284.
Volutas, tema decor&Uvo: 94, 96 '1 9?.
Whlte palnted vases: 121.
Yeso: 255. 257, 258. 260. 263, 267, 268. 2'11, 2'12 '1 286.
ZllrcUios, tema decorativo: 151.
-339-
[page-n-405]
INDICE DE LUGARES
Acebuehal, El: 137 y 139.
AceqUia Real del Jucar (Antena, Valencia): ~.
Acrópolla de Atenas (Grecia): 119.
Ademuz (Valencia): 306 y 307.
Adzaneta de Albaida (Valencia): 7, 8 y 47.
Afrlca: 12, 17-19, 38 y 69; ~Blanca: 12 ; -del Norte: 17. 19, 35, 38, 39, 41-43, 118, 7().17'l,
99, U8 y 123; -Occidental: 12; - &!ptentrlonal: 1:1, 15 y 11; - del Sur: 318.
Agde (Hérault, Franela): 161.
Agora de Amas
Agost, Sifón: Véase t'I'Iinel del Sumldoro.
Agre.5 (Ailcante): 47,
Agullar de Angulta (Ouadalajaral: 115.
AguJa de San Antonio (Játlva-V~Ilada, Villlencla¡: 259.
Agul!ana (Gerona>: 137.
Agulles, Sierra de Les (Aiclra, Valencia) : 314.
Algtie.5vlves, Valle de (Aiclra, Valencia) : 386 y 315.
Alu-a tos (Creta>: 33 y 34.
Albacete, ciudad: 111; - provincia: 102, 111, H6 y 278.
Albaida (Valencia): 7, 47, 93 y 144; - Valle do (Valencia¡: 7 y H.
Albalat de Ca!)anea CCaatellónl: 133 y 145; - de la Ribera (Valencia>: 276 y 296·298.
A1benga Utalla): 159, 181, 163 y 168.
Alblnt.lmlllum, hoy Vent.lmlglln Utlllln>: 163, 165 y 167.
Albufera, Lago de la (Valencia>: 157 y 276.
P,lcalá de Chivcrt (Csstellón): 108, u o. 135. 143, 145-14'1, 276, 279, 280, 316 y 328.
Alcázar del Rey (CUenca): 22 y 23.
Alctra (Valencia>: 276, 268, 314 y 315.
Alco¡:er de l'llanes (Ailcantel: 47.
Alcosebre (Caslellón): 133, 135, 1'ili y 146.
Alcoy (Alicante>: 22, 45-47, 49, 60, 64, 93, 112, 144, 310, 312, 325 y 326.
Alcudia, La (Elche, Alicante): 149·153; - de Car1et
- de Crespina (Valencia): 276, 295 y 296.
-"ldaye. (Valencia): 276 y 303.
AlemanJa: 50, 53, 123, 152, 174, 175, ns y 318.
A!Inrp (Valencia): 276, 386, 290 y 314.
Algarve (l'or~ugall: 202.
Algemelll
Algonc!er, Rambla de (Almazora. Cast.ellónl : 20'1,
Allagullla (Cuenca): 231, 232, 242 y 243.
Allcante, ciudad: 46, 261 y 291; - provlncla; 21, 22, 4&-51, 53·73, 81·90, 93, 102, 103,
106-113, U6, 144, 149·153, 175, 190, 271, 276, 280, 281, 283, 284. 267, 290, 291, 294,
295, 310, 312, 314, 325, 326 y 328.
Atmansa (Aibacete>: 146.
Almazara CCastellón): 142, 207 y 208.
Almenara (Caatellón): 91·97 y 177·196; - Sierra de (Cast.eUón ): &1.
-340-
[page-n-406]
Almeria, l)r'O'fÜlela: 21, 50, ?0, 85, 8'1, 88, 108, 1M '1 118.
Almllla.raque (CUevas de Almanzora, Almena): 70 y 89
Almolxlcb, monte
A1muda1Dt\ (Alicante) : n.
Alpes Marltlmes (Franela); 20, 27 y 40.
Alquerla de Aznn!'" CAlleante): n.
Alquerlaa del Nlflo Perclldo (Vl!lo.rreal, 0Mt.eU6n>: 208.
Alteret de la VIDtlultena CA.lbalat de la Rlbel'"a, Vnlencl:l): !!76. 297 y 298.
AllOf.ll (Teruel): 112.
América del Sur: 249 a 253 y 3 u.
Ampoetn (Tatta¡¡onal: lf.5, 147 y 148.
Ampurditl (Gerona): 9.
Ampurlas CLa Escala, Gerona): 105. 109, 112. 113, 118 y 139.
ADa, rlo: Véase eSe<:. rlo».
Ana tolla I'I'Urquia): 70 l' '12.
Andl\lucla· 20. 21, 94. IM y 121
Andorra: 75.
ADDA (Valencia): 3H.
ADserea& (Ollus, Urlda): 114.
ADtaa (Almena>: 89.
AnteUa (Valencia): 2'18 y 294.
An~era C
M¡\)agal: 112.
Aquttaola CPI'ancll\l: 101, lOO y 202
Arll8ón: 137 y 142.
Aranyea, CUeva de ~s
ArfiDYUOI (CasteU.ón): 110.
Arcóbrtga: 234.
Ares, &!.s (Vlll1trt~al, Castellónl: 208.
ArgBr, El (Antaa. Almerla): 89.
Argelia: 71, 161 y 318.
Ar¡enti.Da. 249, 318 y 325.
Argollda
Argos (Argólida, Grecia): 31, 32, 119 y 120
Arl~e !Franela>: ?5 y 78.
Arquets, Els IVU!arreal, Oa&teUónl: 208
A.rucly IBQ.l~Ua Pyrblées, Pranclal: '18.
A8copalls, Ela (Altarp, Valencia>: 288 y 290,
Asla: 61 y 69; -Menor: 68, 88, '12, 105. 113, 118. 118, 122, 124 y ·~1 .
A.aiDia (Grecia): 31 y 32.
A.alrla: 151.
AtalaJa, ~ de L' ILlombay, Valencia) : 314
Atalay"- Cerro de La : 100 y 115.
At.enaa (Grecia): 30, IOJ, 117, 119, 120, 121 y 124.
At.lco. IOreclal: SO, 117, 120 y 121.
Audo CF'rancla): 75-80, K-105, IM, 100-111, l13, 114, 118, 118, 1:r• • 123.
Aupe CVo.r, Franela): 2'1 y 28.
AWilrallo.: 318.
AWitrla: 60, 136 y 318.
Aveyron (Frnnolal: 25, 26, 21 y 298.
Avlla: 162 y 314.
Ayelo de Ma.!Ierlt (Valenclal; 10 y 310
Ayora
At.alla
Azud de VJ.IJJuTeal (AlmaZora-VUIDJ'Tül, Ca&Ullónl: 207 y 2011
Badajoz, provi.Dcla: 175.
Barur: 9 '1 182
Bajo Ara¡ón: 137 '1 142.
Batcanea: 69 y w.
Baleatlll, Was: 99, 105, 114-U7, 119, 1.22, 247 y 328.
Balma M&Tgineda (AndOrra): Vwe dlati'IDed&»
BancObao, Sala; Véase oTdnel del 8u.m1c!or:o.
Banyere. ('I'arnlgonal: 100, 114, 118, 136 y 131.
3U-
[page-n-407]
Bañoo, FUen~.e de los CBenngéber, Valencia): 245.
Barnsquettes
Barcelonn, ciudad: llZ, 115-117, 157, 16Z, 175, 180, 247, 286. 294, 295, 305, 310, 315, 320,
326 y 327; - prov1ncla: 23, 24, 112, ll5-117, 157, 162, 175, •110. 190, 247, 286. 294,
295, 305, 310, 315, 320, 326 y 327.
Barcheta (Valencia): 276. 298 y 299.
Barlg (Valencia): 8.
Barma Grande (Ventllnlgl!a, Italia>: 20.
Barsella, calle de la (Valencia): 215-217 y 219; - c)lova de la (Torremall%anas, Alicante): 21.
Barraca de AlgUcsvlve,s Wclra., Valencia>: 276, 288, 314 y 315.
Barranc Blanc, cueva del (Rótova. Valencllll: 8: - del Sine: 2~.
Barranco de lns Caflns, cueva del fMU!<>res, Valencia>: 278 y 284.
Basses Pyrénées: 78.
Bastida de les Alcuses, La C
Mogente, Valencia): 8, 93, 144, 276, ?112 y 316.
Baza (Granada): 20.
Bech! CCnsteUónl: 203 y 208.
Bélgica: 318.
Bélgjda CValenc!&J: 47.
Bellús (ValenG!a): 7.
Berul.géber (Valencia): 231, 232, 2« y 245.
Benav!tes (Valencia): 92.
Benegldn (Valencia): 308.
Benlarrés CAUcante): 45-51, 53-73 y 287.
BenlatJar (Valenclal: 47.
Ben!cadell. sierra de !Allcante-Valencls): 45.
Benlcarló
BenldOI'll\
'Benlfnyó (Valencia): 314BenJmnqula, alto de la
Benlmnrfull (Allca.nte): 47.
Benlss!d
BerbaU
Berceruela, partida de (Slnarcas, Valencia): ~32, 240 y 2ot1.
Bergegl (Ligur!a, It.nllal : 28.
Berilo: 152 y 175.
Bernlsa, rlo
• errueco, cerro del CMedlnlUA. Avll:l; El Tejado y Puente de Congosto. SalamanB
cn): 314.
13erruequlllo (El Tejado, Salruna.nca): 314Btssa.n (Héraul~. Franela): 99 y 105.
Bétera (Valenclal: 276, 309 y 310.
'Bt!Ucn, reglón tectónica: 258.
BL!garg!s, cludnd antigua en la llercnvonla: 282.
Blva1oadlm, torre (Almenara, Castellón): 180.
Blze tAude, Franela): 75,
Blanca, Montanya. (Almenara, C asteUónl : 91, 177, 191 y 192.
Blancas, .sierras (Slnaroas, Valencia): 233.
Blnnes (Gerona.): 151.
BoateUa. La
Bocalrente (Valenclal: 276, 287, 308, 309 y 313.
Bolivia: 249-253 y 318.
Bonne!ont (S:únt-Etlenne d'Albagnan, Hémult, Frtmcial : 7&.
Borbón. 13arranco (Slnarcns, Valencia) : 233.
Bordlghera Citallal: 155.
BorrloJ (Castenón>: 192.
Bosch, Jlnca de (Alca!A de Chlvert, Cnstellónl: 145 y 147,
Bouches-du-RhOne (Francia): 40, 78, 79 y 169.
Bovnlar (Benlcarló, Cnstellónl: 125-148.
Boverot, camino y partida (Al.mazora, ca.st.Uóru: 142 y 20'1.
Brns, El (Almenara, Castellónl: 194.
Brenon (Var, Franela>: 27.
-M2-
[page-n-408]
BUI'IIITQ (Valencia): 278, 304 '1 3~
Buftol CValeD(:Ial: 276 '1 3117
Bur¡aleta CCsateUónl: 144.
Burrlnna (CasteUónl: 195 y 208.
Cnbl\Jles ICaateUónl: 133 y 143-110.
Cabe~let !Sagunto, Valenelal : 2'16, 308 y 308.
Cabezo Redondo (VlUena, Alicante) : 270 y 291.
Oabezuoln, Cerro de la (Sinar
Cabras: Vdaae «Covacha de las Cabras..
Cddlz: 172.
OnJa d'Hort (lblzal : 116.
Catacelte !Teruell: 137.
C8ldertl'll. Barranc deis (Cat.adAu, Valencia) : 314
oatt¡ coaatenónl: 125.
CalleJón de 1Gs Moros (Slnareas, VaJeD(:Ia): 237.
Camallos, 8arraD(: de !<::lt&dau, Valenclal: 314
Cemarlta C'l'llrrllgona>: 145 y 148.
camt de la Costa IBarrlol, Castenón): 192; - de Dos Algues U.!ombay, Valenclal:
314; - de la Rambla de Monreal !Catadau, Valmela¡; 314; - Real d'Aiacnn~
!Albaida, Valencia>: 7; - Vell de Bechl (VIIIarreal, Castenónl: 208: - - de
Call¡ !Benlcarló, Castenónl: 1~; - - de Castelló a Ondo IVUiarreal, Ca~~o
tellónl • 2117.
Camporrobles !Valenclal: 231, 232 y 242.
Can Cnnyts !Banyeres, Tamlgona) · 103, 114, 118, 135 y 137.
canadd: 318.
Canal de Navarrés, co•lllll'ea CValenciJLl: 31 4.
cannlo~a. partida de la !B!Juu'cu. Valencia!: 2112. 233 y 246.
Canal/¡ !Valcnebll : 258.
Cantera, camino de In !Onda, C.utellónl: 207; - - - - !VUiarreal, Ca.steUón);
207; - cerro de la CE! Pul¡, Valencta) : 313.
Ontlada del Pm:uel<>, partida de !Slnare31, Valoncbll 232, 237, 2U y 242; - del Sall·
trar ISlnareas, Valenclal: ~32, 246 y 246.
Ca llamar (Turl&, Valenclal : 276 y 299.
Cap Blanc, alma del (V!Uarreal. Ca.&tellónl: ~117.
Capanea l'l'larra¡ona 1: u 4.
Carboruarla, cueva llt&llal: 28.
CAI'Cer (Valencia!: 29<1.
Onrenela, La l'nuis, Valencia): 276, 292, 2$3 '1 289
Carlet
Ollrmona
Carplbuelo
Carplo, cerro !Slnan:a.s, Valencia! . 232, 233, 238, 239 y 243, - &mardo
ea1 : 314.
Carr11.seal, El CSinlln:B$, Valencln): 232.
Cartagen!l
Oarthngo
Onaa Doflnna (Caudete de las Fuentes, VnJencls.l : 228: - Zapata !VIUargordo del
Oabrlel, Vnlencbl): 276, 296, 299, 300 y 315.
Casal do Zambujat CPortugall: 87.
O
Cnaes de OUe~
Cn.llllcloa: Vdase «Casalicloo.
Casinos: 305
Caspe !Zaragoza!: 9.
C.-1 IAiemanlal: 174.
Castell, cerro del !Almenara, CasteUónl: 91J.I7 y 117.
Cas~ar !Alpe:; Marltlmea. PraD(:Ia): 27; -
Ca.!tellón d~ la Plana. ciudad: 10.116 y 279; - provlncla; 81J.I7, 108, 110, 12$-116,
177-198, 203-214. m, 276, m. 280, 282. 283, 3t!l. 318 1 328.
Cn.IU!Uón de Rugat !Valencia): 45, 47, 313 y 314.
Caateuones de Cea! CHinoJares, Jalo> : 11»-108.
O(I.IUUa: 23i.
-343-
[page-n-409]
ca.rtWarejo, El
Oa$tWeJo de loo BallOe (l"'rtuna, Mure!&): 312 y 313.
Oastlllejos, Los (Iknl\léb(r, Veilenclal: 232. 244 1 2t5.
CMtlllo (Játlva, Valencllll: 258: - (Sa¡unt.o, Valencia!: 276, :!118
Catadau
CataluAa: 11, 23, U, 82, 85, 110, 1 lli, 121, 122, 133, 142 y 143.
Catedral de Valencia: 215-230, 285, 286 y 328.
Caudete
CavanWes, sala: Vén.se cT\lnel del Sumldor•.
Cayla (MaUhnc, Au
Cellñn: 161.
Celln. ceca !Wrlca: 237, 248.
Cel.sa, eeca Ibérica: 224, 237, 248, 286 y 314.
CeiUberla, región teeiónlca: 258.
Cenarcas. hoy Slnarcaa: 234.
Cequta del Dlable CODda·VWarreai·Almazonl, caateU6n): 203-214..
Ce~
Cerdetía: 99, 117 ' 118.
Oerr!Loa de Arrlba (Sinarcaa, ValenciAl: 24.5.
Oesseras CHérauiL, Fl'anclal: 75.
C. E. V., sala del: Véase «TTlnel del SumldOMI.
Cid: Véase cPun1 del Clda.
Cinco Hermanos
Clazomene (Esmlrna, Turqula): U l.
Cle.rmont-sur-L1lnquet (Audc, Franela): 75-aO.
Coballera, rambla de (Sinarcaa, Valencia): 233.
Coccnt<úna
Cocina, cueva de La
Oolomer, camino
Colonia: VéMc «Koln•.
Colllbe.Capelle CS:llnt-Avlt-&lnteur, Dordogne, Fran<>laJ: 19.
Oontlt (Cabanea, CaatcUónl· 140
Congo: 318.
Corblns
Corconne
Corda del CaateU. monte IJ&tlva, Valenclal: 257.
Corlnt.o (Grecia1 : 30 y 32.
Corona. cerro de la (Almenara, CaateUánl: 91 y 177.
Corral de Gallndo, partida de
Chlvert. ca.steUónl: 145 1 148.
Cortes (NaVlltTlll: 103 y 115.
costa Brava (Gerona): 162.
Coteau-
Cotes4e-Roquetort
Cova Negra (Jil.tlva, Valench~l: 8,
Covacb¡¡ de las Cabras (Dos All\111.8. Vo.lencl~l : 276 y 284.
Covalta (Albaida, Valencia! : 7, 93 y 144.
Coveta, La (Domeno, Valencia>: 296.
Cranes, cueva (Brenon, Var, 1'\-anclal: 27.
Creelente Fértil: 69.
Creta: 33. 34 y 38-38.
Creueta AltA
Crow:tlde (Grula.san, Aude. Fl"llnclal: 75.
Cruz de los Caldos (Plaza de El Saler, Valencia): 156
CUba: 318.
cuenca. provincia: 22, 23, 231·233, 242, 243 ., 2'76.
Cuesta de las Vllxlraa CDoa A¡uu, Valencia): 284..
CUevas de Alm•n:rnra (Almerfa): 70 y 89; -de VlnromA
Cullera: 310.
Cyclada.s: U9.
Cbamartln de la Sierra lAviJa): 162.
ChArco Ne¡ro, caaerto del !Sinarcaa, Valencia): 233 y 244..
- 344 -
[page-n-410]
ChAteauneu!-les-Mart.lgut'S CBoucbee-
Cheeoelovaqula: 318.
Obello~myloe. 30 y sa.
Cbelva CValenclal: 231, 233, 234 y 314
Obercbel (Ar¡ella): 161.
Ch6vrea, Plateau des (Marsella, Fra.ncla> : 169.
Chipre: 106, 121, 122, 124 y 318.
Oblrlvella (Valencia): 278, 303 y 304.
Chlu.sl Cltallal: 123.
ObotUes, Los !Sinarca.s. Vnlencla> : 232 y 242
Danubio, reglón del: 72 y 123.
Oelra&, La (ArCos, Grecia): 32.
Oellclea, cnmino de les (Onda, CIUlteUOnJ 2cn
Delpboe
Oenclra (Orecia): 31.
Den!&
Deaplome, aala del: Véase c'l'únd del Swnldon.
Olable: Véase ~ del Dlable•.
Dinamarca : 318.
Oomello
Dominicana, Repdbllca: 318.
OcD
Dordoa:ne (Franela>: 19.
OCe AIUé.a (Valencia) : 8, 2'16 y 284.
OOUbs !Franela): 123.
Doulmés (A!rlca dnl Nort.e>: 123.
Orantmom lllllb!a de Salnt-Rapbat'l. Vnr, Frapcla): 1.80.
Dre&don (Alemania): 17~.
Ouc, COI'I'O del I'Aimenara, Ca¡stellónl: 91, 177 y un,
Ebol.s, E4
Ebro, rlo y valle: 103, 112, 1!5 y H7.
Eceo: 72
Eclpto: 12, 19, 41, 68-72 y 108.
EICII, L' !Oliva, Valencia): 301 y 302.
Elche r Allcan~oe>: 113. 149-163 y 17~.
Eleu.sls !Orecial: ~2.
ElorrJ&a::¡, cucada: Vél3e «Túnel del Sumldont.
Emporlon: Véa&e Ampurlal.
En!ants, grotte des !VenUml¡lla. lLalla>: 11.
En¡utra !Valencia): 21 y 3H; - Sierra do IValcnclal: 314.
En MediO, caUe de lllugarra, Vahmelal: 30$.
Enserune CNissan, Hérault, Franela): 123.
Eret.o, 1..4 CVIUa!ranca del Cid, Oa.s~Uónl: 318; - deJa MOrO$
276 y 303; - del Pedregal : 8, 51. 87. 89, 90, 278, 278, 270
y 289.
E:rmlt.o, camino de In (VIUarrenl, Caaloellón): 201 y 208,
Eacaln, La coerona>: 105, 109, 112. 113, 118 y 139.
Escalona, rlo CNavarrés, Va1encln>: 271 y 2~.
Eamlrna (Turqula): 151.
Esp~dl\n• .s)erra de (CasteUOn): 177.
&~paliA: 18, 36-39, 110, 51, 68, '111-72, 90-101, 103, 106, 124, 111 y 172; - medlterrl\nen: &1.
82, ~. 87, 88. 105, 108, 115, 122, 139, 141-143 y 155; - mt!l'ldlonaJ: 81, 8&, 88,
106 y 108; - septentrional: 59, 70, a~. 115 y 161..
Espuen, bnrranc deis (VIUarreal, Caa~Uónl: 206.
E8pérlt, cueva de L' !Salses, Pyrénées Orientales, Pranclal • 24. 36, 40, 75 y N.
EspletenJ, E4 ISalsadella, CuteUónl: 141, 143 y 145.
!:atados Unid
Eatanya, Els (Almenara. Castellón>: 81, 91 '1 117-196.
Europa: 11, 12, H. 111-20, 24, 34-36, 39, 87, G9-72 y 143; - central: 41, 43. 51. 68, 70,
72 y 123; - J:Mdlterninea: 12, 20-39, 41-43 y 72; - occlc:lental: 15 y 70; oriental: 15.
Evora
-
345-
[page-n-411]
Extremndura. (Pórtug&l): 83.
Pnba.ra (Zaragoza); 190.
.Faleón, barranco de (Dos Aguss, Vnlencln): 284..
FarUJons (Isla de Maíre, Toulon, Franela> : 160.
Pnura (Valencia): 92.
FaUZIUl, cueva de C
Cesseraa, Hárault, Franela): 75.
Fées, cueva de Les u.eucatc, Aude, Fr(UlC!al: 71;.
Penlcios, Montanyeta deis : Véase cEstany!, Els».
F!nnJe Cltallal: 28.
Florencia
Poles, partida de Les (Manuel, Valenc ia ) : 197-202.
}?()nt d' Almaguer W!arp, VaJenola): 276, 289. 290 y SH: - de1 B nladre, b arranco
(Catadau, Valencia): 314.
Forcall: 2?6, 282, 283 y 328.
}?()rques, Les (Almenara, Castellónl: 91, 171 y 191: - !Bornol, CaateliOnJ : 192.
FOrtuna (Murclal : 312 y 313.
Possaret, El (Valencln): 215-230, 276, 285, 286 y 328.
Fougux (Ari~ge, Francia) : 7ó,
FranCí!Sos, eova d' .Els (Barraca de Alg(les\'ives, Alcltn, Vlllmt!A): 315,
Francln: 8, 11. 11-:10. 24-28. 34. 36-41, 75-80, 99-124, 1&1. 162, 180, 161. 169. 17-t, 201 .
298 y 318.
Ft-e!burg (Alemania>: 315.
Fuente Negra, La (Navarrés, Valencia> : 2?6 y 269.
Fuentenob1es
Gabes (Alrlca del Norte) : 39.
Galera
G!\lllnal·la Cltalla): ló9, 161 y 168.
Glllldla ( Valenclnl : 8, 9, ~. 238, 276, 285, 286, 296, 300, 301, 310 y 328.
Gard (Franela>: 25-27 y 79.
Gardon (Franela): 75.
Gargavete
Gain, Le (Gard 1 Franola): 26.
Garona
Garray (Sor la) : 152.
Gats, cueva. d'Els (Barrnca de A!g1lesvlve.s, Alolra, Valencia ): ~76, 288 y 31~.
Ga.yanea (Alicante): 47.
Gazel (Sal!eles-Ca~rd~. Aude, Franela): 76.
Gerona, ciudad: 157;- provincia: O, 24, 105, 109, 112-IH, 113, 137, 139, l ó1 y 162.
Gers (Toulon, Vnr, Franela) : 160.
Gesta.Jgar (Valencia) : 304,
Gl!·sut·Yvette CSelne-et-Oise, Franela!: 77.
Glorieta., Le (Elche. Alicante): 150; - (Siete Aguas, Valencllll: 276 y 309.
Golfo de León: Véase CLeón, ¡¡oUo deo.
Qorga CAllean be): 47.
Gorgos, rlo (Allcante): 283.
Gran Bretañ.a: 151, 152 y 318.
Granadn, provlncln: 20, 89 y 94.
Orand Bassln (Mallhac, Aude, Frn.nelal : 99-!05, 109, 111, 113 y 1!4.
Grao de Castellón: 143 y H4; - de Valenc.l a: 171.
Grauteaenquc, La IMlllan. Aveyron. Franela) : 298.
Grecia: lli, 30..34, 36-38, 43, 101, 1171 119-122, 124, IS3, IG1, 174 y 3\8.
Grlmaldl
Grul.5$an (Aude. Franela): 15.
GuadalaJara, provincia: 115.
Guadalquivir: 101.
Enllstatt
Eélade
Eérault (Franela): 11, 25. 26, 76, 99, 105, 122, 123 y 161.
Heteulllllo
Eermos, rlo (Turgulal: 120.
Eerradns, Lns
Herrerlas, campo de las
-
34.6 -
[page-n-412]
Hlbe:ra, ciudad ant.l¡ua en la nercavonLa: 147.
Wguttu~Ja. IValenclal: 278 y 304
Hlno)arta (Jaénl . 105-103
Hlrakllon
Hlstrla: Vb&e cUlrlu.
Bo!anda: 318.
Bospltalet.-
Boya de Santa Ana (Tobarra, Albacetc!l: LU
Boz. rambla de la !Sinareaa, Valencia): 233.
Buttta de ArrllM\ IBul\ol. Valeoclnl · 276 y 30'1
Bun¡ria: 123 y 318.
IbiZa
nercavorua, realón antiguA: 14~ '1 147,
Dla del.s POI'l'OIJ (San!.:> Mar¡arlta, Mll!loreal • 328.
India: 318.
lnglaterrn: 69, 1~1 y 152.
Irnk, 69, 151 y 318.
Irlanda: 318.
lrt.a, alerra de (CaateU6nl· ~'19
Janello Citallal: 23.
Israel: 318.
JJJtrla (Yugoslavia): 118.
Italia: 11, 12, 15-18, 20, 23, 28-30, 3CHI, 43, 72, 16, 09, 11.2, 117, 118, 122, 123, 150, 15~,
155, 1&0·161' 183. 165, 16'1. 168, 173. 174 y 318.
ItóJica (Santlponce, Sevilla1: 153.
Jaén, provincia: 04 y 10&-108.
Japón: 318.
Jaral, El (SIMrena. Valencia): 232
J nrrés (Bouchea-du
Jt\llvn (Vnlenolal: 8, 258, 259, 278, 288, 2811 y 313,
Jt\vea !Ailcl\1\tc!l: 278, 283, 284 y 328.
Jean·Cros, abrl¡o da !Oiermollt.-aur·L4\uquet y LabasUde-en-Val. Aude. Franela!: 75-80
Jericó (Jordanlal · 119.
Jonia: 118.
Jordanla: 119 y 318.
JOcar, rlo· 233. 276, 281, 284, 294 y 297
Kalakh Cirnlcl: 161.
KnOSIOS !Crelal: 33.
Ki!ln (Alemania): 50. 63 y 315.
Labaatlde-en-Val lAude, Pranctal: 711-80.
Laehlsch (Asia>: us.
LclnJUCdoc tPnlnellll: 17, 18, 25-27, 36-33, 75, 101. 105, 121 y L23
Larlasa ITurqulal: 120, 122 y 124
LecaroQ: CNavarrnl: 328.
León. solto de eFranela) : 122.
Lérlda. provincia: 114, 135, 137 1 180.
Letreros. cueva de IOIJ
Leucau tAude, Pranclal 75.
Llb
Llgurla (Jtallal • 18, 28, 75 y 122
Lima CPerul: 278.
Limera, calle de ta (Oandla, Valencia) : 301 .
Llnz 1Austr1~): 60.
Liria
Lobooi-Loboe, cnaerlo de
Lendrea Cin¡laterrnl: 1&1 y 152.
Lot
Lot-et.-Oaronne (l"n\nelll 1: '19.
Lczl:re cPrnnc¡lal: 27.
Lurdllla
Lusncla (Alemanln): 123.
L~a, A
-
347-
[page-n-413]
Llano de la Consolación {Montealegre del Cast.1llo, Albaeete): 102 y 1u.
Lloml!ay. comAl"Ca. marquesado y !l<)blaelón (Valencia): 314.
LloDW~, partida de l... Llop, BaiTonc del (Barcheta, Valencia): 2'16, 298 y 299.
Llopl.s, cascada de: V~3se c\l'\lnel del Sumidor».
Llosa. La CCastellón>: 92; - de Rones IVnlenclnl: 288 y 28!1.
IJucllma,Jor: 114 y U7.
Llualo, flnea de (SB&'IIllto. Valenclal: 306.
Madrid, ciudad: 40. 53, ?1, 107, 116. 144, 172, 175, 247, 315, 327 y 328.
MamNI%4!o ccast.ellón): 133, 141, ua. H7, 282, 327 y 328.
Magbreb : Véase cMogreb•.
Mallhac Caude, Francia): 99-105, 107. 109·111. 113. U{. 116. 118 y 122.
Maíre: Véal!e cOerS».
Malrena: 106.
Mfl.la¡ra: 1'12 y 327.
MallA Interior y Superior (AUIIJ1), Valencia): 314.
Mallaet.es, cueva de tea: 8.
Mallorca CBalenresl: 99, U4-U'I, 119 y 128.
Mandeure (Doubs, Franela): 123.
Manresa (Barealonal: 190.
Manuel {Valencia): !97-2CY.!.
Marconnlére, dolmen de la (LOZére, Franela): 27.
~MarcO!l<)ulon
Marainéda, Balnu\ (AndorraJ: 75.
Marica, cerro de la !Sinarcu, Valencia): 233.
Marruecos: a. 38-41, 43, 71 y 318.
Marsella 'Franela>: 161 y 169.
Mas d'AZII (Arlége, Franela>: 78: - de Caperó CTraliUera, Castellón): H5 y 1.17:
- de la Enquelaa (Oabnnes, Cast.ellónl: 146; - d'En Rieres (Cuevns de VlnromA. Cast.ellónl: 141, 142 y 1~; - deis F'rares (Forcall, Caatellónl: 282: - de
Llborio: Véue aMas deis Frares•: - Nou de Bemabé tSalsildella, CMtellónl:
141 y 145.
Maalo. de Caa~Wo (Cblrivella, Valencia): 278, 303 y S!H.
Maz<>rrns, partida de Las IH!gueruelas, Valencia): 2'16 y SIH.
Meca, monte (Ayora, Valencia): 1U.
Medla. galerla: Véase «Tllnel del Sumido<>.
Médlnllla IAYÜII): 314.
Medlt.errAneo: ll-43, 50, 51, ?1 y 99: -africano: 12, 15, 17 y 39; ~ tro.neé3: 99, 100,
lO!; y 106; - occlden~l: •U, 43, 46, 51, 75, 77, 79, 99-124, 155, 177 y 28G; - oriental: 51, 69, '72. 100. 101. 106. 117. 119-121. 124, 152 y 280.
MéJico: 247 y 318.
Menorca: 99, 1H-ll6 y U9,
Menton (Alpes MarltJmes, Franela): 20.
Meravclles, cueva de Le$
Mérlda :) : 175.
Merimde-benl-&!.Jame CEglpto): 69.
Meset.a Central: u;,, 135. 137 y 142.
MesOP<>tamts: 69 y 151.
Mezquita, partldn ele CBugo.rra, Valencia): 305.
Mlcena, rlo (Valencial: 47.
Micenas (Grecia): 31 y 121.
Mldaa (Asia Menorl : 122.
Mldl (Franela): 39-41 y 75-00.
Mljares, r!o (CasteUónl: l4S, 203·214.
MUlares (Valencia): 2'16 y 284; - Lo.s (Santa .Pe de MondúJar, Almena): 59, 85,
87 y 89.
Millas (Pyrénées Orientales, Franela): 1()3.
Mlllau (Aveyron, Fmncia): 298.
Millena (Allcante): 47.
Mogente {Valenola): 8, 93, 144, Z76, 292, 316 y 328.
Mogreb (Marruecosl: 38-41 y 43.
Molt.l\ do Scba.stlaO (Muge, Portugal) : 50.
-
348
[page-n-414]
Molá (Tart11gonal: 133.
Mola, La
Molar, El
Moleta del& Frarcs (FOrcsll, cas~.euonl: 276, 262. 283 y 328.
MOilnAI, monte (BQrriol, Cut.eUónl : 192.
Molino, partida. del !Sinarca... Va.Jencla) : 232 y 240.
~fón~oo: 16 y 318.
Moneada (Valencia): 309 y 313.
Monedü!re. 14
Monjn, cueva de la CBocalrent.e. Valencia): 276, 308 y 309.
Montaverner (Valencia\ : 47.
Mon~l~re del Castillo CAlbacetel : 102 y !!l.
Montelu.s (Gard, ETanel3) · 79.
Mon~a !Valencia) : 258.
Monteó. mont.e rDenla.Já•·ea, Allcant.el: 280 7 291.
Montlber. pa.ñlda de (Sagunto, Valencia! : 305.
Montlaur6s CNarbonne, Aude. Franela! · 99, 105 7 L2S.
Mon~yroux CHérnult., Franela\ 2$.
Morblban
MO>'ella ICastellón) ; 262 y 32'1.
Mortero, cerro del (SJnarc:as, Valencia!: 233.
Morta, cueva de .I.as IPougax, Arleae. Franela l ; 75
Morvedre: Véase cSagunto•.
Motyé: !18.
Moulln (Mallhac. AUde, Franela): 103,
Muge (Portugal): 50.
Munttlnya Blanca: Véase «Blanco., MUntanyao.
Muntanyeta dcJ.os :sstany" Véa4e «Estanya, Elu: - del.a Fenicios· Véase cEatanys, Elu,
Muralla N. E .• necrópoll.s de In IAmpurlll$, Oerona.l: 105, U2, !13 y 139.
Murcia, provincia: 62, 155, 312 '1 313
Muro r Alleant.e): 47.
Murvlel·les-Montpel]t.er CHérault, Prnnclal 123
Muataua. alerra
Nant
NApolts
NarbOnne lAude, Pranclal ' 99, 105 '1 123.
Naukralls tEtJ!ptol: 109.
Nauplla (Argos, Grecia>: 32 y 120.
Navarra : 103, U5 y 328.
Nl\varré.s. Canal y población de !Valencia): 8, 51, 8'1, 89, 90, 271, 276, 2'18, 270, 285.
289, 308 y 314.
N~a.
N~ml,
cova: V6ase cCova Nesru.
lago de atallal: !50.
Nevera, pnrtlda de la (Slnarcaa, Vlllcnclal: 23~.
NISSan IIUrault, Franela) : 123.
Noce, cueva de la Utallal: 29.
NOtl\ (Cel'dclial: 118.
Novllara (Pesaro, Itallal : 30.
Nueva, saler!a: VEase «1'\lnel del Suntldor•.
Nueva York (U. S. A.): 150 y 828.
NUJes
Numanela (Oarray, Sorlal; 152.
Olbla
Ollu.s ILérlda): 11~.
OUva IValenclal' 1U, 2'16, 294, 295, 301-303 y 32$.
Olmeta, eamiDo de Els (Almenara, Caat.ellón) · 191
Oloeau IValenclal: Z87.
o:.,mpla corec~a>: 174.
Omnrt
Onda
Ont.enlent.e CValench): 258.
Or, cue.•a de L' IBenla!Té$. All<:ant.el 4~1, 53-73 y 281.
349-
[page-n-415]
Oriente Medio: 5~. 69, 70 y 122.
Orlola, La (Ampost.a, Tarragonal: 145, 147 y 148.
osera, La (Chrunartln de la Sierra, Avllal: 152.
Osm" (Sorla) : ll5.
Osurul (Sevlll3l: 152.
Otos (Valonclal : 47.
Ot:zakl-Magull' (Tesa.lla, Greclal : ll9.
OUllnS, ooeva D' íLe Qarn, G~
Pafs Vasco: 85.
P~
Palalkastro (CreLa): 33.
Palencia: 327.
Pnlestlnn: 69 y 72.
Pnlma, La CAmposta, Tnrrngona): 145 y 148.
Palomar CVnlenclal: 47.
Palos, cabo de CMurcJal: 112.
Pan!plona (Navarra): 115.
Parls (Franela): 77, 78, 151, !52 y 174.
Parpalló, cueva del (Gandla. Valencia): 8, 9, 276 y 286.
Parque MunlclpaJ <.Elche, Alicante> : lbO.
Pastoral, cuevn del (La Sellera de Ter, Gerona): 24.
PasLora, cueva de IIL (Aleoy, Allcantel: 22.
Peal de Becerro (Jaén>: 94, 107 y tOS.
Pech-l!aho (Slgenn, Aude, Franela): 99, ¡o.; y 123.
Pedras d' El Rel, As (A Luz, Tnvlra, Portugal\: 202,
Pedregar CLiuchmaior, Mallorca>: ll4 y 117.
Pedrera, La CVaiUogona. Lérlda): 135 y tB7.
Pego (Alicante): 294, 295 y 310.
Pelndllla, cerro de la (Filenterrobles, Valencia): 276 y 293
Peloponeso (Greclnl: 3G-32 y 36-38.
Pendlmoun (Alpes Mruitlrnes, FranelA) : 27 y 40.
Penágulln, rlo (Alicante): 47.
PeniMula Ibérica: Véase «Esp:Uia» y «PorLug:
Penyó, monte del (Vallnd!L, Valencia): 257.
Peña del Rayo (SI.narcM, Valencia): 233 y 2f3.
Peñas, cerro de lrus (Sinarcas, Valencia): 232 y 24~.
Peralada (Port de la SelVa, Gerona): 114.
Pérgnmo (TUrqulal; 175.
Pt!!'ls Menebeta, calle de Wbalat de la Ribera, ValenciA): 297.
PerniUe-Oeze (Gard, Franola): 27.
Perptgnan (Pyrénéu Orientales, Franclnl: 105.
Persta: 69 y 161.
P&-ÍI: 161, 278 y 318.
l'esaro (Italia): 30.
Petlte Grotte (Blze, Aude. Franela) : 75.
Peyguerolles CHérault, FranelA): 26.
Peyrlac-de-Mer lAude, Franela): 123.
Pézenas CHérault, Franela): 99, ¡o,; y 122.
Phaloro VIeJo (Atenas, GJ:ecln): 30.
Pie de !'AguDa (Denia, Alicante): 290 y 261; - elelB Corbs (Sagunto, Valencia) : 5L
Plcarcho, cerro del (Sinarca.s. vatenclnl: 232 y 233.
Piezas de In MILdera (Bugarra, Valencia) : 276, 304 y 305.
Pinada, monte ele La CBugarra, Valencia): 305.
Pineda (ValenciA>: ! 71-175, 276 y 313.
Plnelln, partida ele (VIllarreal, Castellónl: 207.
Pirineos: U, 75, 78, 85, 99 y U2.
Pltarch, linea de (Cabanes, Ca.stellónl: 146.
Pla del Gnllo (Barraca de Algüesvlves, Alclra, ValenciA): 288.
Plana, comarca de La
Planea (Alicante): 47.
Planet, El (Castellón de Rugat, Valencia); 314.
PlérlmoDd
-350 -
[page-n-416]
Poc:Ulo de Bercerueln ISinarca.s, Valmclnl: 240 y Nl
n Otall3.>: 29.
PokoUa (BOllvln); 25().252.
Polonia: 318,
PoU, Barrnne del (Jnttvn, VUienclnl; 276, 288 y 2S9
Pollera CLlgurln, Italia>: 28.
POnL de la Brulxa IVUlarreal, C!l.ltell6nl: 208 y 213
Pontc•·edm: 328.
Ponto Euxlno: 1Z2.
Port de la Selva (Gerona): 114.
PorLugal: 50, 10, 71, 81·90, 202. 28~ y 318.
Pola.Ola lAude, Franela>: 103.
Pozo Vl.ejo (Sinarcas, Valencl:l): 232, 235-23? y 241.
Prado, El (Sinarcas, Valencia): 232:
!Bullo!, Valenelnl: 307
Pral.~ daa ~
PraL, El
Profeta Elfu, col.lna t K n - Creta>: 33.
Provenza
Puebla de San Jaime
Puebla de Vallbona CValencla): 276, 3011 y 30'1
Puec:IHI' Atnboul3 (Nant, Aveyron, FrancL'\l: 25 y ~6.
Puente de Congosto 15alnmanca>: 314.
Puente del Diablo: Véase cTiínel del Sumklon.
Pul¡, El
Pujo!, El (Grao, Cnst.ellón): 143.
Pujolet, El IG.rao, Castellónl: 143-145.
Pulido, El (Cabane.s, c ... tei!Onl: 146 y 146.
Punt del Cid, cerro del IAlrucn Punte de !'Arenal CJO.vea, Allcant.el: 276, 2i3, 284 y 3:18: -de !u Mor,. cTarr!\~OMI: 171
Puntal, El: 110 y 111.
Pyre!Iu!~ Orientales: 24, 38, 40, 76, 79, 103 y 1.05.
Quadrudo, partida del ICastcllOnl: 144 y 145.
Quesa
Qulnt~ de Oormn% (So.rlal: 11&.
Raeó Rumbero: 181
Rafala!ena, camino de !Castellónl: IH.
Rato! de Salem (Valencia>: 47.
Rambla de Monreal, eamino de La. 311.
R;u>uu, barranco de (Sinu.reas, Valtncla); 233: - pico de CTa!nyue.u CUenen t: ~'33
Raacalia. p~ de (Puebla de VaUbona, Valencia>: 278, soo y 3?'1
Ratea Penaes, cueva de Lea tRótova. Valencia): 285.
Ri>tU., barranco de 'Els CVlllarreal, Castell6nl: 208.
Ravln de R.ouv!gnoux (Montpeyroux, Hérault, Franela1: :15.
Real de GancUa (Valencia): 301 y 310.
Rce6 d'En Salvador, covacha (Serii\A, Oeronn): 9.
Regajo, nrroyo y par~lda del (61narc.IUI, Valencia): 232, 233, 235, 2H y 245.
Reguengos ele MO!Illa:rnz IEvoro, Portugal): 84.
RelamiDa, 81err& de la (Sinarc;IUI, Vlllcncll\): 232 y 233.
Remt
~uena CVaJenclnl: 293,
Ribera de Cabanea ICasteUónl: 143 y 145.
R!devldea CVI!ar~. Porl1Jgal) • 285.
Rincón de la Mina ITuc!jar, Valencia): 233 y 243.
Rlo Abajo, galerla: Véase cTdnel del Sumlc!cn: - Aníln, ¡alerta: Vt!~ cTUne1
del SUmldOD.
Roc-
Ródano, rfo CFrantlnl. 99.
Roc!Ba: 152.
Rodeala del Nor.e: 318.
Romn CitaJJal: 112. 152 y 174.
Rótova CValencial : 8, 276 y 285.
Roucadour CLot, Franela! : 78.
Pose~to.
-351-
[page-n-417]
Rou.ssWon (Franela>; 75 y '111.
Rouvtgnoux <
Berault, Franela>: u y 25.
Rugat (Valencia>: 47.
Rumania: 318.
Rusc.lno (Franela): 99, 105 y 123.
Ru.sla; Véase cUR.Ss •.
S!lcramento (Sinnroa.s, Valencia) : 243.
Bádaba l Zaragooa) : 190.
Ssgunto (Valencia): 51, 91, 177, 178, 180. 187, 190, 191. 195, 203, 20i, 214, 276, 292, 298,
30S. 306 y 326.
Sabara IMJlrruecos): 12, 15 y 17-19.
Salnl Avlt-St!nleur {Oordogne, Franela): 19; - Etlenne d' Albsgrum !Hérault, Franela): 75; - Jean.Oe-Vergea (Arlége, Franela) ; 24; - Jullen (·Pézetu18, Hérault,
Franela): 99, 105 y 122; - Rapbnel CVar. Franela): 180; - Rome.de-Cemon
(Aveyr-on, Franela): 25.
Saltabl, boy Játlva : 292.
Salamanca: 314 y 328.
Salamlna (Greolnl: 120.
Salamm!IO, aantuarlo de
Salem
Snlér (Valencia): 155-169.
saunas (Aileante>: uo y 111.
Salsadella
Sa!ses CPyrénées Orientales, Franela): 24, 36, 40, 75 y 79.
Salt. El
Vlllarreal, Castellónl; 207, 208 y 213.
Salto, aala del: Véase <(l'únel del Suml
sau~es-Cabardés (Aude, .fn,ncla): 75.
SalllAl, hoy Sendcblrll (Sirl.al: l.Sl.
Samos (Oree la): 120.
San Antonio, cerro de (VIllarreal, CasLellónl : 212; - - (AIIagullla, CUenca): 232, 242
y 243; - Cristóbal lSinareas, Valenclnl: 232, 233, 235,. 237·239 y 241; - Francisco, c:ille: 301 y 302; - Marcos, partida de (Sinarcns, Valen.
cla): 23~, 245 y 246; - Mlguel, capilla (Catedral, Valencia): 215 y 216; --cerro de U.lrlll. Valencia>: 8, 9 y 1«: - Pedro, parroquia (Valencia): 215: Pedro Pascual, capilla (Catedral, Valencia): 216 y 219; - Qulrze de Oalllners
(Bo.rcelona): 23 y 24; - Salvndor (Elche. Alleantel: 149.
sanoti-Petri (Cádlz): l7Z.
SanguJnetto (Finale. Itaua) : 28.
Santa Cruz. eunltn de
87 y 89; - Margarita (Mallorca); 328; - Qul~erla CAlm:uorn, Castellónl; 192
y 207: - Vrsula, fuente de (SJnarcas, Valenclal; 232 y 246.
Santander; 327.
Santlponee
Santo Domingo; 318.
santa, cueva y rlo: 276, 295 y 296.
S . A. R.1 sala del: Vén.se «TUne! del SurnldOrl>.
Saraclla, bammc de la (Valladn, Valencia): 257, 265, 2'11 y 272; - luente de la (Va·
liada, Valencia): 265-287 y 272.
Sargels (SalnlrRome.de Cemon, Avcyron, Francil>l: 25.
Sarsa, cueva de la CBocalrente, Valencia): 276, 287 y 313.
Sauveterre (Lot-et-Oaronne, Franela>: 79.
Sec. rl.o CVUlarrenl, Castellónl: 208, 210 y 213.
Begovla: 18, 39 y 247.
Selne-et-O!se (Franela) : 77.
Sellera de Ter. La (Gerona): 24.
Sencblrll (Siria): 151.
Senegal: 318.
Senleta, La (Cabanes, Castellón) : 145 y 146.
Sent Vleen~. luente CLirlil, Valencia) : 287,
Serlñá (Oeronal: 9.
-352-
[page-n-418]
Sermonota (Itall~l: 29.
Serpls, rfo (Alicante-Valencia): 45 y n .
Berra de I'Esl>a.sa
Berra G1'05Sa (Valencia>: 257, 258 y 272.
BerTeta, La (Aleoy, Allc&nte): 112 y 114.
Bete, Mont de (Hérault, PrtDcla): 123.
SevUla: 106, 137, 139, 1~2. 153, 278 )' 327.
Sleard, cueva CChAteauneut·lt$-M:artlguea, Boucbo-du·R.hOne. Pranelal: oto
Slellla Ot.allsl: 29, 38. 39 y 72.
Sierra d'Engarcttin
Siete Aguas CValenclal: 278 '1 309.
Sl¡¡ean CAude, Frandal: 09, 106 y 123.
SlmJlt de Valldl¡u~ (Valencia): 298.
Slmulnorum Arcaa, hoy Slnarcas: 234.
Slnarcaa CValenclal: 231·247,
Slrla: 72, 151 y 318.
Slt¡¡es, Les (Torre En Domtnech, Ca.sullónl: 141 y 14~.
SollvellA, La Wca!A de Chlver,, CaatellOn>: 108, 110, 135, 14$, 147, 276, :!"'t. 280, 318
'1 328.
SoUana CValencla>: 308.
Sor!&: 115, 152 '1 172.
Soapedra, sltón de: V~ue cTUnel del Sumldon
Souaae. santuario do CTI\nttl: 118 y 122.
Spu¡¡o de Gantlts cPrancla): 78.
Sudeste espaJíol: 11, tO y 108.
Sueca (Valencia>: m.
Suecia: 69, 70, 1!9 y 318.
Suiza: 318.
Sumldor: V~e cTI)nel del Sumldora.
Superior. gGieria: V~au &'l'únel del Sumldort,
&lrtlderas, rambla de IAa: 233 y 2«.
SUS!\
Tab!quer. p:IJ'Uda de !Caatell6D de Ru¡¡at, Valencia): 314.
TIJa;fuelu (CUenca>: 231-233 y 243.
nJJola !Almenara. CU\ellóol: 192 1 195.
Tarra¡¡ona, ciudad: 135, 148, 155, 171, 112, 114, 201 y :H2; - provincia: 103, 114, 118,
133, 135, 137, 14~148, 155, 171, 172, 174, Ita. 201 '1 242.
TIU're¡¡a, tinca de !Cabanes, Caat.ellónl: 145 y 146.
T&vlra (Algarve, Portugal): 202.
Telxon~ra, partida de La (JAUvn, Valencia): 288.
Tejado, 'El CS!llnmancnl: 3H.
Tejerla Nueva CSin.m:&a. Valencia): 232 y 240.
Tello !Sumerl: 151.
Templo de Venus: V~ase cEstanys, Elb.
Termet d~ la Vlrs~ de Oracla (VI11aneal, CllolteUónJ: 208 y 210.
Terminal. a:alerla' V~ue CTWlel del SliiDidon.
Termo CEtollaJ: 151.
T~ruel: 112, 137, 716 '1 282
Tesalia !Grecia): lit.
Thera (Grecia) : 117 1 120.
Tlahunnaco CBollvla): 24g...2~3.
Tlelmes (Sorlal: 172.
Tlo Aseoslo, cueva del: V61\se «Covacha de lna Cabra.!ll.
Tfo 011. cueva del coenla. AliCMte): 2'16, 290 y 291.
Tlrta: lC&steJJón): 133 y 139.
Tlauco (Segovla): 18 1 39.
TOba CS!narca&, Valencia)· 232, 233 y 248.
Tabarra !Albae~te> : 111.
TOI, n.lto del (VIll&n'eal, C&a~Uónl: 207 y 2l2.
Toledo: 2t7.
Torralb&, !Inca. de I.Bugarra, Valencia>: 306.
Torrasa, parl1da d~ lA (VI.llaJT<,al, CsatellónJ: 208 y 214.
-353-
[page-n-419]
Torre En Doméneeb cc.,steUónl: 141 y 145; - del Mar cAlmen.•""· Caa!A!Uónl t7a:
- de lA Sal tCabanes. Cast.eUónl: 145 y 146.
Torrecica, Laclón, Montealegre del CaaUUo. Albacetel: 111.
Torre!ló, pn.rtlda de tAltru~zor.., Cut.eUónl: 207.
Torremnnzanas !Alleo.ntel: 21.
Torrente (Vo.lencla): 299.
Torreones, LOs tJátlva¡: 259.
Torres, Les coabanes, Caatcllón>: 145.
Torreta, ouevn de La. (C!Uit.ellnovo, Cru;teUóul : 31.
Tos Pelat CBétera, Valencia): 270, 309 y 310; - - C
Mono.ld;L, Valencia>· :oo ; 313.
Tosso. Altn, cerro de L.l
Tossal de la Cala CBMtldorm, Alicante¡ : 312; - del Culdero
- Redó tBeUüs, Valencia!: 7; - - tCo.laceite, Terucl\: 137.
Tossalet. El (Alcoseb~. AlcalA de Cblver~. Casú!Uól: 133, 1», H5 y 14~.
TosselS, =ro de Les CBenlcnrló, Cil.Stellónl: 1~.
Toul·Bras CMorblhan, Franela> 34
Toulon (Var, Pranelal: 160.
Toya (Peal de Becerro, J a~nt. t4. 107 y 108.
TrulgUem tCasteU6nl: 145 y 147.
Trunscauc:LS!a ro. R. S. S.> 70.
Trencades, ctunlno de Le4
Trols-Termes, cueva de 1Coreonne, Onrd. Franela): 26.
Troya (Turqulal: 66, 122 y 124.
TUéjar t ValeneiA>: 231, ~32 y 2U, - tio (Valencltll: 314.
TUIII!l: Vénse
TUIUilre, cueva. de L.' CVU!cneuve-l~s·Avlcnons, Gnrd. Prancln): 2~ .
Túnel del Sumklor (Vnllndn, Vnlenela): 255-273
TWtez: 38, 108, 112. 114, IIU, 118, 122 y 318.
Turla, rio: 171, 232. 233 y 278.
TUrls
Turquia.: 66-70, 72, 120, 122, 124, 161, 175, 318.
UI!Mtret (Gerona): 113 y 118.
U. R. S. S.: 70 y 318.
uuca (Ttlnetl: 118.
Utl!!l: 231·233, 241 y 2~2; - sierra de
Vada Ssbatla, boy Vado t.tcure lltallat· 163.
Vado, El (Caspe, ZamJOUl' O.
Vado LlgUre lltnllal. 183.
Valdes!erra, cerro de (Sinarcu. Valencia): 232 y 233.
Vnlencl3, ciudad: 8, 45, 40, &0, 8$, 87, 93, 135, 146, 147, 156, 153, 1CS, 111, 118, 197, 201,
204, 21~230, 234, 23~. 237, 239. 240, 243, 244, 247, 249-253, 255, 286, 278, 'l'17, 283,
286. 291, 292, 299, 300, 310 y 328: - provincia.: 7-10, 21, 45-17, 51, 81-93, 108. 111,
135. 144, 146, 147, 1$~169, 171-175, 177, 178, 180. 187. 190, 191, 19&, 197·204, 214·
247. 249·253. 25~273 y 276-328.
Vnlentla: 218, 230, 246, 286 y 292.
Va1tlerra (Navarra): 115.
Valvls!cola (Sermonet.a. llnlll>l: 20.
Vall d'Ebo
Vallada (VaJenclnl: 255-273.
Valladolid: 327.
Vallejo de los Mndrlles, parllda de ISIJlo.rcas, Volencln>: 233.
ValltOCOfk~ ILérklal: 135 y 137
Vlll'
Vatlcane>: 174.
Vélez Blanco
V"ne:ruela.: 318.
Venllmlglla malla>. 11, 12, 15-18, 20, 25, 43, 183, 185 '1 Hl'l.
Vereda de Ca.stllla tBuaarro. Vatencla 1: 305.
VerontL fltnllal: 28.
Vla Latina
Vlla.oova y Plera, $!lit\ de: v~ose (1\\nel del sumldon.
vuanova de San Pedro tPort1l¡all: 8$, 87 y 89.
-354-
[page-n-420]
vuar¡p. v'lle de IPortll¡all. 23$.
VDarrodona !Tarra¡ona): 180.
Vllla!rancs del Cid (Caat.eli6DI: 314.
v .l~oyosa
Vlllamar, cerro de IBenlearló, Ca.ste116D): 12!>
\ tllanueva lllt:n•¡~bel'. ValenciA>; 232 y 245.
\'lli Vllll!.rea, Loa: 276, 296 1 316.
Vlll: 2111. 296, m. aoo ., 315.
VtllariCOII IA!m•ril\1; 106, 107 1 118
Vlllarreal CC..IStellónl: 203·214
vwena
VIUcneuv.,.les Avl¡nons
VIJ1uelu, partida de «Sirul.reas. Valencia!: 233.
Vlr¡en de or~cb, ermita de La IVIUarreal, C....Ullónl. 2.07. 208 y 210.
VIuda, rambln de L3 IAhnazora, Caatcillónl: 207 y 208.
Vtzearra (Elche, Allcl\tltel · 150.
Volta, cerro de Ln 'Uenlea.rló, CaateUónl 125.
'leso, cueva ctel cQueaa. Valencia): 271.
Yuroelavla: 113 y 318.
Z..rasooc~. olud~d: 315;
provlncln: IDO.
-355-
[page-n-421]
INDICE DE PERSONAS Y ENTIDADES
Abarluea SetUer, J .: 310.
Abelanet, J.: 24, 40 '1 'le.
Academia «Sao JOI6 de la MOOI.allt.o !Oliva, Valencia)· 302
A!rodlta: Véase cVonuo.
Agrupación Cultul'SI (Oliva, Valencia): 3~.
Agullua '1 Gaml>o&, MllfQUÚ de Cmalbo, E. de: Vé- cCemllbo»
AguiJó, V.: 239.
Akl\cer Grau, J. : 180. 212, 292, 310. 318 y 320.
Aleadlz, J.: 284.
Alclna FraJ>ch, J.: 178, 181, 183. 188-181 y 2411-~ .
Alcobé Noguer, S. : 18.
Altaqul Paliar, Jucett.: 203 1 212.
AltOD.
Algorfa
Almagro Baséh, M.: 88, 88, 105, 112, 113, 1311 y 201.
lt.Jmarche Vázquez, F.: 144, 14e 1 283
Alvarez Osaorlo, 1".: 108 1 l'n.
Alomo Senc.ndreu. J.: 31S.
Amelun¡, W .: 114.
Andoeldes: 150.
An¡el, L. J.: 30.
Antonino Plo: 308.
Afió, lL : 1~. 129 ., 130
Aparlelo, J.: 314.
Apolo: 172, 174 1 313.
Apojo Lyltelcs: 174.
Arcaz, rey !tgendntlo: 234.
Elche, Atlcnn!A!) : 150; - - - tSinArco.a, ValenciA) :
Archl\'O m.t<>rlco Municipal C
240; - - - (VIllarreal, CasJ.eU()n) : 203.
Arljo, L. M.•: 283.
Arnal, J.: 4l y 320.
Anlb~~.J Palau, A.: 89 y ll8.
Aaamblea Nacional de lD.ttltuelooea Culturales Provlllelales, U.•: 327 y 328
As4l'Ubal Barca: 112.
A.ltruc. M.: 106 y ua.
Ateneo MA!rcan\il (Valencia): 326.
Atrlan JardAn. P .: 112.
AUdlbert., J.: 43.
Aucuato: 150, 175, 214, 224, 24f, 282 y 813.
Avlt:no, R. Pesto: 123.
Ayuntamiento de Alelra: 288; - Ba~na : 320; - Bocalrm!A!: 308; - Gandla : 301;
- Mogentt:: 328; - Na'I'&JTÑ: 289; - Olin: 302: - SWareu : 240; - Valencia: 217; - Vt.llllda : 288.
Baco: 172.
Ballloud. o.: n.
-
358 -
[page-n-422]
Balll mana, A.: 175.
Bal$An, L.: 26.
BIU!elter TOrmo, L: 7-10 y 45.
Barra!, L.: 15, 27 y 40.
Bru'I"M de Aragón, F . de tas: 18 y 2~22.
l.larrl~rc, O.: 79.
BeldB, l.: 314.
Beltl'll.n Mart.ín~. A.: 9 y 315.
Beltrlul VUlngtMa, P.; 217, 235, 292. 313 >' 319
Bdlorbln, J. de: 150.
Benolt, P.: 101, 159, 160 y 11111.
Berdetea, N.: l19.
Berdlehewsty Scher, B.: 82
Bemabeu, R.: 23i.
Bemabó Brea, L.: '!2.
Bu, J. IIL•: 314.
Beut.er, p. A.: 294 y 295.
BlbUot.eea Oentrat de la Diputación !Valencia>: 317,
B~ Megia, J .: 289.
Blanoo Pteljelro, A.: 108 7 108.
Blnaoo, N.: 315.
Bla;y Navarro, J.: 303
Blegen, O. W.: 122.
BOehlau, J.: l21 y W
Boluda, M.: 315.
BoD801', 0.: 108.
Boecb, D.: 147.
Boech Glm~rn. P.: 101. 110. 112, 137, 142 y 148.
Boule, 1IL: 15.
Braceo, J .: 27.
Braeaeu. A.: 93.
Brlnkmluln, R.: 273.
Brtttm Mu.seum !Londres): 1&1 '1 l52.
Btouard: 159.
Bru VIdA!, S.: 212, :n~230, 28&, 28&, 290, 308. 310, 31&-321 1 323-32&.
Bulchan, O.: 1!8 y '!2.
C&IIDdo Catednüldo (Valenda): 215.
O.br~ AsW16, J.: U2, 135 7 152.
O&llr~ Herreros, E.: 15l.
Call¡ula: 160.
Calvo, L.: 238.
CalZada Olrbés, A.: 314.
Can1ru-ena Malllque>¡, J .: 28&, 300, 301 y 310.
Canterla Oonzález, P. : 278.
Carlllnl, L.: 20.
Carlos IV: 247; - V. : 179.
CartaUbac, E. de: 146.
Oa:rrll.!CO Hennoza, J .: 278.
Oarrlazo, J. de la 1\L : 108.
Oasa de la Cultura IAlco;v, Allcan~>: 3211 y 3211.
Cutany, A.: 315.
C...teU Malquea, V.: 218, 217, 220, 28&, 2118. 323 '1 325.
Castellano, D.: 309.
oavanmea, A. J.: 194.
Cebr!An Mesqulta, L.: 180, 189 '1 11$.
Centre des Falbles Radlooctlvltá (01!-cur-YveUe, Franela): 'M; - Natlonat de la
Recherche SclmULique (P'rancla): 'M.
Centro de Cultura Valenclana: 239-241 '1 243; - Culwral de E. 1 D . IAlcudla de
Ca.rlet., Valencia): 326; - de Eñudlos del MAestrazgo
1 3211; - R. L S. CBarcelona): 182.
Cerdl\. Retg, P.: 306, 311 y 325.
Ctmllbo CM&rqués del : 115.
-
357-
[page-n-423]
Cé>ar (JuliO): 150, 115 y 313.
Cl!errl. F.: 59, 66, 70, 72 y 73.
ClnLIIS, P .: 106-108, 118 y 118.
Claustres, M. : 105.
Claudio: 241; y 298: - II, el Gó~lco: 2411.
Clemente Rnmfrez, J.: l43.
COdina A.rn1engoL, E. : 279.
COhen. H.: 2.W.
COlección :Bonsor (Malrena, Sevilla): lOO; - 83.ludes
Vela !Mil·
seo de Prehistoria de Valencia): 249-2li3, 31l, 312, 320, 325 y 327.
COlegio Francés C
Valencll\1: 312; - León Debón ISal.anmncal 314 y 328
Colominas Roca, J.: 141, 29-1 y 295.
Collectlon <1e I'HOI~ de Pams
Comlsa:rla General del Servicio de Delenaa del Patrimonio Arlltlk:o Nacional : 217.
congreso Internacional de Amerlcanls~:t.l (XXXVII: 320, 327 ;¡ 328: - - de AnLrOpo!OI!ia de Mónaco: 15; - Nacional d e ArQueolog!a (Vlll: 326:
CVDI '1 IXl: 32'1: - - de Comunidades de Regantes (Valencia) 328
coon, C. E.: 15 1 24.
Cortés y LópeZ, M.: 263
Coulonge5, L.: 79
COurtols. J.: 101.
Couste, R. : 79.
Cremades, E.: 2«.
Crullles (MarqUés de) : 215.
Cuadrado Dlaz, E.: 101 y 320.
curu-uro FernAndez, l. : 313.
CUeto AdriiÍll, M.: 194 y 300.
Chabl\s Llor~. R.: 301.
OhabreL Fraga, A.: 180, 183, 183 y 187·189.
Ohapa. MonLalvá, F .: 29-1.
Charles, R.·P,: 11-43 y 79.
Chlehell Trilles, R.: 313.
Cbllde, V , 0 .: 41 y 123.
ChlUida M ellá, J .: H7.
Oru-der Perleás, B.: 273.
Darlo Clemenu, R. : 245
DebeaW<, A.: 312.
Delegación de Zona del Servicio Nacional de Bxcavaclones : 281. :!83, 291).292, 293, 300,
303. 3Gf. 308 7 323.
~lbrlns. a.: 17.
Ololé, Pb.: 161.
Diputación Provincial de Cutellón: 279. 282 y 328: - - de Valenclll : 8, 9, 50. SS,
93. 156, 169, 111, 197, 211. 235, 255. :ns. m. 2sc. 295. a08, Sto. 311, 313, 317, 320
y 328.
Dirección ~eral de Belll\8 Art.ca: 215, 217 y 313.
Oomlclano: 305.
Oonat Zopo, J.: 265-273, 290, 319 y 320.
DoñaLe Sebastlá, J. M.: 203·214.
Oressel, H.: 163, 165·167, 169. 201 y 304.
Duart, L.: 312.
oucaruge: 159.
OUCOS, P.: 76 '1 79.
Ougas, Ch.: 119.
Dupuy de LOme SAnehez, E.: 273.
Oussaud, R .: 119.
Eneas: 2:H.
EscAl6n de Fon!.ón, M. : 40, tl, 79 y 80.
Eoc:nnden. J.: 288 y 315.
Eaeolano, o.: 234.
Escutaplo: 2-11.
Eepafia, J.: 315.
Eepl Martl, S.: 7-10 y 310.
-
358
[page-n-424]
Est~ve
Calvez, F .: 12>148 7 210
Eutorbo: 151.
Evandro ~. 2M
Evbodls: 304.
Exposición de Histor\.~ de G:mdfa: 328; - del Mar CPonteved~:l): 328.
f\\Cult.ad de Ciencias (Barcelona >: 2llll; - - - !Valencia): 244 y 327;
de Pilosolla y Le~raa (Baroe!Oilll): 280 y 310; - de Fnosofia y Letl'll• CScvWn1 278;
de Fnosotfa y I,et.ras (V
f'álkenbur¡QI', F.: 12, 16 y 17.
Pnmbuen:> Lucln, R.: 310.
F'fllpe U: 247; -m: 234 y 247; - IV: 247; - V: ~7 .
Perle. InterUAcfon&l del Campo (MAdrid): 328.
f\Ornández Chlc11tto y de Dloo, C.: 107
F\rnández Montenegro, J. o 314
Fernando VII: 247.
Perrer y Julve, N.: 283.
Pl¡ola. B.: 1'79.
Plt.o y eo:omé, P.: 180.
Flaksberl:er: 70 y 72.
Plelclltr Valls, D.: 10, 49, 50, 80. 106, 110, 123, 135, 147, 153, 171, 180, lt7, ~. 212.
217, 217, 219-281, 2&9-293, 29&-209. 303. 306, 307, 31~312 y 319-3:!"7.
l"lorscl>Ulz, P.: 87 y 319
F'lower: 13, 3$ y 36.
Pouet, o.: 202.
Fürat, o. M.: 31 y 32.
Futum!U'k: 121.
Fusté Ara, M.: U y 21·23.
Gnrcln y Bellido. A.: 108, 152, 171-175, 183, 180, 18?, 313 y 315.
Onrcln Ga.ro!n, F.: 313.
Garcla Navajas, J.: 3!3.
O~>rcfa 8:\nch~. M.: 31!1 y 320.
Gnrln y Ortlz ~ Taranco, P. M.•: 313
Gaseó Mattinez, P.: 319 y 320
G!¡lloll, O. Q.: 123.
G!ner Boluter, c.: 310.
O!ner Soopedra, V.: 279
OinSblll'l. L.: TI.
Glot, P. R.: TI.
OU'ona, V · ~.
OlrY, J .. 99 y 105.
Glutt:ridll·Runerl. V.: 28 y 29
Gjeratadt, E.: 106 y 121.
Gómez Serrano. N. P.: 93, 217, 234, 239, 243, 294 y 309
Gomlln. A.: 299 y 31~.
Cordlnno: 246 y 300.
G
00\laibo, L.: 204.
Oran Diosa: 86.
Grnziosl, P. : 20.
Orwpe de Réchuches ArchéoiCiiques eL de Plon¡rée
Orllncwnld de MortWet, S.: 25.
Grupo de Investigaclones Suboew\tleaa de E. y D. CValeru:lal: 158, 159, 169 y 255:
- Espeleológleo VIJ.anova y Plem C
Valencl'l) • 255. 284. 289. 290 y ::93
Guerrero, J .: 8.
GullAine, J .: 43 y 75-80.
OuWermoLU Sastre, V.: 302.
Gurrt!a Crespo, V.: 310.
Bndrtano. 2t6, 293.
Hnroen, D.: na.
Bll.apel3. Ch. E.: 122.
Hl\11$Cf, o.: 19.
Héetor: 151.
-
359-
[page-n-425]
Heer, O. : 63 '1 ?3.
!klntz, E.: ??.
Helbnelt, H.: 08, 69 1 ?3.
Herme. : 1?4, 1?5 1 306.
Hernández Crespo, M.: 2'78.
Herro.ndll, P.: 288.
HJerta..Retalu.Stlf~ KunaUca Vetena~tapaatr:ademl~ ISUrclftl: w
HIPóliiOI: 171,
Hls Cata!A, A.: 310.
Hlspanlc Soelet7 of Amtttca
HJelmqubt, H.: 69, 70 y 73.
Hopf, M. : 51 '1 53-73.
BUbner, E. : 92, 242, 299, 301 '1 302.
Huerta, P. J.: 315.
Bu¡ru.,., C.: 320.
Hu¡uet SefalTa, R.: 180.
Horaclo, Luolo: 242.
lbarra OrNIO, D. E.: 249 1 318.
Ibarra Manzonl. A.: 148 1 150.
Inn.rda, R.: ~.
ln.$tltuclúl Alfonao el Mai"An!mo (Valenclal : 310, su. 317 y 3~ ; - Bry:LIIt! 3!8
Instltut d'EIItudll Oatalans
Instituto Arqueológico A.1emAn CM'adrldl : 50, 53, 280, 290 1 328; - Central de Reataurac16n 1 Re<:onstruce16n ()4adrld): 323; - de OUit:ll'l!o Hllpll.nle
2?8: - de Estud.!OS Hlatórleoo de la Institución AlfoMO el MagnAnlmo (Valencia) : 317; - Geol6gleo de la Unlvenld&d !Bill'Celona): 288: - Laboral (Al·
scmeall : 314; - - (Gand!al : 828; - PrOvincial de Hl¡lone !Valenclal: 2GG.
Isabel n: 2n.
Issel, A. 28.
IsLituto Int.unazlonale dl Studl Ltsurl CBordl¡¡hera. ltalln l: 155
Jaime I de An.gón: 294.
J&ubert de Pa&a: 206.
Jérlea, J . de: 234.
Jornet Perales, M.: 8.
Joulln. L.: 148 1 141.
Jullli, P .: 288.
Jull'l, J .
J.: W-124.
Jnnta de Rle¡os de la Hoya (Bu¡arral : 304.
Klmml¡. W.: 103.
Klaatscb, H.: 18 y 19.
Ktlrnlcke, F.: 08 y 73.
Koumarll, 1. a.: so 1 32.
Kromer, K. : 135.
LabOratorio de Arqueolocla de la Unlve... ld&d
Paleontolo¡l& del MUseo Nacional de Historia Natural C
Parlsl: 17; - del Ra·
dlocarbono del Comlsarlado para la Enerifa At.Smlca (PrsnclAI: 17.
Latuente VIda!, J .: 101 y 108.
Lall\bollla, N.: 159, 181. 163 y 166-UIII
Lambrlno, S.: U3.
Le.ndra, a .: 29.
Laptace, a .: ?8 y 80.
Lapuerta, J . : 183 y 198.
Lázaro. L.: 230.
LcMeltcr. v. : 21.
Lebmann. H.: 253.
Lcboux: 159.
Lelsner, a., 81-90
Lctsner, v .: 81-90.
LcrOI.Qourbatl, A.: 73 y 80.
Levl, D.: 118.
Ltvlo. Tito: 112.
Lorlcb.l, o . D.: 1-H.
-
360 -
[page-n-426]
Louls, M. llt·101, 103, 10ol y 114.
Lumlarea
IJI\Ur
A.:
Llat.u Bur¡os, V.. 304. 310 1 314
UIDares Oalbls. V.: 308.
Llobregs~ Con-. E. 81*· 278, m. 285. 323, 324 '1 320.
Lloren~ Olivares, T.: 283 y 2313.
Llorla, P.· 245.
Maluquer de Mocea, J. 101. 115 y 13'1
c..uoo.
m.
Malvealn Pabre. O .· 78
MAUea, l .; 237
MansueU1, O. A.: 174.
Mañé OQeU, R.: 101 y 135
Marés, P.: 233 y 235.
Marin de la BAreen•. A • m
Marlner Bl¡orra, 6.: 315
Marqu!e, M. ; 25
Marte: 150.
Mai'Lel San OU, M .: 2U.
Martln de Cutlllo, O.: 155-UIII, 172, 194, 283, 284, 288 y 2318.
Mnrtln Cortés, B.: 1&0.
Mnrtln Granel, R.. 103.
Martlnez, A.: 315.
Martlncz, O.: 315.
Mart.lnez, D.: 304.
MarUnez Aloy, J.: 293.
Mnrtlnez y Martlnez, P.: 238, 2t3 y 293.
Martlnez S!Uitn..Qial!l\, J.: 41, 13, 117, 143 y 166.
Maaea~ell, I.: 266,
Matcu y Llopla, F .: 21?.
Maytu>, y Sisear, O.: 301 y 302.
Mayoral (AnObl.spol: 217.
Melchor Polo, V.: 189,
Méllda Allnnrl J . R.: 190.
Menelno: 151.
Menéndcz Amor, J .: 87 y 319.
Men6ndez Pida!, R.· 108 y 190.
Meneu. P.: 213.
Me-roe, L.: 78 y 80,
Mesado, N.: 91 y 111·198.
MMeiUer Pardo, J.: 3'13.
Metropolltan MU$eum CNew Yarkl • 150.
Mleó, 0.: 197.
MUojc!c, V.: 119.
Mochl A.: 28,
Moltnero, A.: 152.
Montalvá, E.: 315.
Montandón, 0.: 10.
Montallana Oarcla, J . M.:
~288.
308 '1 310.
Mont~tde, A.:
235.
Mon~rde Oonzález, D. : 245.
Moru:ó Nocués, A.: 290 y 313
Morant, O. M.: 19
Mulet Prutoa, I..: 305.
MUUer·Karpe, H.: liD.
Mundlna MUallne. B.: 147.
Muftoz Sollva: 234,
Murua (O
MUrruJ): 2$8.
Mu.éo d' AnthropolOSie Préhlatorlque CMÓlllleol: 1$; - du Louvre CParlsl: 151, 152
y 174; - de MaiJMc: 89 y 104: - de Menton: 20; - Natiot141 d' Hlstolre NatureUe CPar!Jl: 77 y 78.
-361 -
[page-n-427]
-1
Museo Atberttnum CDreadem: 1?4; - Arqueológico (Barcelona> : 112, 115-117 y 295;
- - de Florencia: 150; - - Monlcl¡ml (Alcoy): 49 y 112; - - (Jút!va): 289-:
- - - d e Sagunto: 19S y 308; - - - d e Vlllena: 111; - - NaclonD.! IMadrldl:
70, 7l, 107. 116, 1~. 172 y 175; --Provincial de Albacete: UI: - - - de Alicante: 281 1 291; - - d e C(ldlr,: 172;- --de Gerona: 157; - - - d e !bl·
za: 117; - - - d e Tarragona: 171 y 172;- de Berlln: 152 y 175; - Brltánlco:
Véase •Brltlsh Mw;eum•: -Cap!tollno !Ro!nlll: 174: -de Cli!Sel: 174; -del Cerámico (Atenas): 121:- de la Ciudad !Barcelona>: 175;- del Colegio de Nues·
tra Sefiora del Buen SUceso
285, 286 y 325;-det Ejérclr.o (Madrid): 328;-de l~ Ese~ PIM (Gandla):
238; - Marlt!mo (Ba~lonal : 157; - Metropollt.ano (New Yorle): Véase «M<>tropolltan Museum•: - Monográfico de AmpuriM: 112: - NaclonnJ de Atenru<:
120: - de N:i.poles: 173 y 174; - de Nauplla: 120; - Naval de Albenga: 159;
Numantino (Sorlal: 152; - Paleontológico Rodrigo Bote~ (Valencia!: 244;
- de Prehistoria del S. l. P . (Valencia>: 50, 93, 156, 163, 171, 235, 237, 249, 251.
252, 299, 31J.S16, 320, 325 y 326; - Provincial de Bellat ArLes !Valencia); 292;
-Provincial de Castell6n: 279;- de 1114 Termas (Roma): 174;- Vatlcll.no: 174.
Napoleón: 7.
NaVIU'TO, F'.: 242.
Navarro Rublo. M. : 269 y 284.
Netollt.zky, P.: 70 y 73.
Neuweller,J!:.: 70.
Nler.o Gallo. G.: 82.
Noé: 234.
NordsttOm, s.: 99-1.24.
Olmo, J. V . del: 216.
Oliva Prat, M.: 113 y 158.
Olivares, A. M.: 315.
Ollver de Cllrdenaa, J.: 280, 281 y 322.
Oslr ls: 234.
PaJol Salellas. P.: 137.
Palomares, E. : 231-247.
Pnncraclos: 152.
Pardo Mlquel, R. : 45.
Parls. P.: lll.
Prats, A.: 315.
Pascual GUru
PMcual Pérez, V.: 45-Sl, 53. 60. 112, 278, 284--288. 310, 312 y 320.
Pu.stor Albetola, E.: 313.
Patronl, G.: 118.
Pelllcer Cstalú, M.: 72 y 73.
Pequefios Mae.¡tt06: 103.
Pérez, J. A.: 315.
Pérez Bernúndez, P.: 237.
Pérez Latorre, J .: 241.
Perlcot Garcht, L.: 7-10 . .:;, 286, 310 y 316.
Perls Fuentes, J .: lt6 y 19li.
Pbaldra : 171.
Plette, E.: ?8 y 80.
Pl)oñn, J.: 151.
Plles Ibars, A.: 293.
Pinto da suva, A. R.: 70 y 73.
Pla Ballester. E.: 10. 46, 85, 87·90, 93, 2?5-328.
Pla Cabrero. V.; 178, 180. 183, 185, 187. 189 1 195.
PUnJo: 227.
Pollblo: 178 y 191.
PO!lS<>ll Cort&, P.: 310 y 313.
l'onslch, M.: 284.
Porto, F. G. Lo: 109.
P08llllnsky, A.: 25G-252.
Proxlteles: 174 y 313.
-362-
[page-n-428]
Ptolomeo: 242; - (~y): 68.
Raddalz, K.. lOS.
RGJnos Polqué.s, A.: \49·153.
R.nmtrez, L.: 240.
R 3t Penal, Lo !Valenclal: 326.
~~ Academla de la Rlstol'la : 150.
Reyea Católicos: 247.
Rll:eii
Rlezler, W .: 174.
Rfoa, J . M.; 273.
Rlpoll ~Uó, E.: 153
Rlquet, R.: 26 y 41
Rlur6 Lla-part, P.: 24.
Rlzu>, o. E.: 174.
Roela Soriano. S.: 201
Rodrigo, E.; 179.
Rodrigo, R,: 314.
Rodrlguez Adrados, P .. 315.
Ro!¡ BataUor, T.: 177 y 181.
RoJas, P de· Véase cAfgorla IM.arqué.s de h .
Romeu. P.· 313.
Rosa Rovfra. E.: 290 y 314.
Roux, J .: 78 y 80.
Rulz, J.: 315.
Sátlund, o.: 120.
Sarom, P.; 204.
Saludes Talbls, J .: 155-169 y 172.
San Valero Aparls~ J .: 41, 46, 163, 282 y 291.
Sáncbez AdeU, J.: 177.
Sancbez J \menez, J.: 111.
Sancbez Lozano, R.: 273.
S:mchls OWU'ller, M.: 87.
Sanobls Slvere., J.: 215, 219, 221. 230. 299 y 301-303.
S~ncbo, A.: 285.
San¡mdst.er. E.: 315.
Sanz, C.: 149
~.P.; 301.
Sarthou Carrerea, 0.: 179·181, 188, 283, 299 y 301.
S.t.rrf6 aoc;albes, E. M. : 296 y 297
&uros: 05 y 174.
Sc&l.s AracU, J .: 314.
Schae!Cor, 0.: ll9.
Sche!old, K.: 122.
Scblemalln, E.: 68, 72 y 73.
Schubart, R.: 45-51, 53, 80, 72, 280, 281, 290 1 322.
SchWe, W.: 101, 137 '1 139.
Schwabedlssen, R.: 50 y 315.
Seminario de Alltropologla Americanallla): 278 y 327.
Senado Romano: 112.
Scnent Ih411ez, J. J .: 108, 142. 239, 241 y 243.
S.ntandreu Olm.eno, M. C.: 197·202. 310, 319. 324 y 32G
Ser¡¡!, o .: 29 y 30.
Serra RaCola. J . de o.: 112. 117 y 282.
SeJTa VUaró, J.: 114 y 201.
Serres de Navarro Rublo. M. : 283.
Servicio de OeCema del PatrimoniO Artlstleo Naelonal. 217; - de Inveatfgac16n Pr~
hlstórlcn !Valencia): 8-10, 45. 46, 49, 50, 85, 87, 93, 147, 156, 169, 171, 197, 198,
20-1, 217, 235, 237, 242, 243, 245, 249 y 276-328; - de Invcstlgaclonea Arqueol6·
gicas del AYuntamlento (Valenc.lsl. 217.
Slpán Alborcb, V.: 2811.
Slret, L.: 108 y 107.
Soclcdnd Arqueológ1ca Vnlenelnna: 145 '1 283.
-383 -
[page-n-429]
Soel~ Analómlcaa Jil¡pano-LUIO-Amer1canaa: 328.
S016 Ca&Sellila, J . M.•: 101 7 135.
SOler Camarena, v.: 315.
SOler 03Yc:la. J . M.: 111, 281 y 310
SOler Pastor, V.: 313.
SOller, Y.: 105 y 123.
SOro, o.: 192.
Sorrutto, A.: 150.
S~)'l'l!nlils, C. O.: 120.
Suohet: 7.
Taffanel, J. y o .: 99-101. 103, 104, 108 y tl4.
Tnnlt: U6.
Tnrradell Mateu. M. : 82, 81, 212. 219, 281, 283, 234, 28'1, 29~293, 295, 297-300, 303,
31M, 308, 313, 315 y 320.
Te!xlda<, J .: 218 y 217.
T611~ R.: 59. 66, 70, 72 'f 73
Ten&. P.: 312.
Tramoyeres BJaoco. L.: 215 1 293.
'n'aver '1 Tomás, V.: 211,
Tr~: 306.
Trlaa de Arribas, 0.: 91-87 7 113.
Trlessen: 315.
TúbaJ: 234.
ueelll, 0.: 160.
Otrlzl, Oalerla de los !Florencia>: 174.
Universidad de Barcelona : 280, 310 7 315; - Cat6llc.~ de Lima: 278: -de ~lbura:
315; - de KOin : 53 y 315; - de Madrid: 315; -de &>vllla: 278 y 3217; - de
Vnlencla: 85, 87, 178, 244, 291, 315, 326, 327 y 328: -de znrnaozn: 310.
Ont.l!r'mann, J.: 320.
ValcAreel Pto de Saboya, A.: Vtase cLuml~ (Conde del».
Valero, R.: 240.
Vall de Pln, M.• A.: 292, 310. 319 y 328.
VaUois, H. V.: 15. 24 y 34.
Vázquez de Parga, L.: 101 y l15.
Veig?. Perrelra, O. da: 88.
Velll, R.: 249, 311, 312, 319 7 325
Venus: 91. 117, 178. 180. 181, 191 y 194
vercouter, J.: 123.
Verneau, R.: u, 12, 16·17, 20 y 28.
V~a.slano : 246 y 298.
Vtana. A.: 202.
Vllnr Hueao, V.: 320.
VIJJlseea Anguera, s.: 101, 114, 133 y 135.
VUaseea Bon'á.s, L.: l14
VUlard, F.: 122.
Vlncent, H.: 123.
VIre, A.: 25.
Vl3edo Molt.ó, c.: 48 y 4.9.
Vlseradln: 242.
Vltello: 246.
VIves Escudero. A.· 116 7 224.
Wenner-Gren Foundatlon for AnUU'OPQlotrleaJ Research: 99.
Werneck. H. L.: 80.
woermann. K.: 151.
Youn¡, R. S.: 120.
Zaragou, J.: 14.6.
Zervos, Cb.: 118.
-364-
,
[page-n-430]
INDICE GENERAL
PERICOT GARCIA, L.: En memoriB de SBivador li:spl
CHARLES, R. P.: Le probltme des ~Idea européens dB:>s la prthlst.olre
mtdlterrl\n~
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cert\mlca cardlal de la Coveta de l'Or ..
HOPF. M. Trlt!cnm monococcum L. y Trltlcum dlcoccum SchObl. en el neoJJtlco anLiguo e~afiol •.
.. .. . .. . ...
(l-11Il.AINE, J.· Oata~lons 01~ d'un gl5ement néollllilc¡Uc du Sud de la Frl\llce
.LLOBREGAT, E. A.: Los me¡Qlltoe portugueses y t.aa cuevl!ll de enterramiento
mllltlp!c del p:ús valenciano
TRlAS DE ARR.IBA.S, G. : Cer6m¡.,s griegas de ll¡uru rojaa procedentes del
.CuteU» IA.lmelara.Caat.ell6nl
.JOLLY. J. J., y NORDSI'ROM, S.: Les vaaes ll orcWetes perforées en France
et leur slmllalres en MédltertBnée Occ!dent.ale ... .. .. ... . ..
ESTI!lVE GALVEZ, F.: Ll\ noor6pol!s de El Bovnlar IBenlcarló, 0Mtell6n de
la Planal ...
.. .. ...
RAMOS FOLQtJES, A.: FrQgmento de uculhlrll Ibérica de Elche
I.IARTIN, O .. y SALtJDES. J.· HQUoz¡¡~ o.rqueolO¡¡Icoe .submarinos en la zona
~ El Saler IValalclal
OARClA Y BELLIDO, A. : EstaLua de bronce desc:ublena en la playa de Plnedo cValenelal ...
.. .. ...
MESADO, N.: Breves notas sobre las ruinas romanas de tEla Eatanye»
IAlmennml
. ... •.. ... . .. ... . .. . .
SI!:N'l'ANDRE'O GIMENO. M. C.: La necróPOIIa romana de «Les Polen !Manuel, Valenclal -·
DORATE SEBAS'I'IA, J. M.: Rle¡os romanos del Mljares
7
u
U
53
75
81
lit
911
125
149
1~
171
177
197
203
BRO VlDAL, S .: &xploraclonea arqueológlcu en el c~ta de lA Cst.edrol de Valencia ... .
. .. .. . .. .
PALOMARES, E.: HallU¡oe arqueológicos de Slnareaa y su comarca
215
291
ALCniA I".R.ANCH, J.: Un monolito de Tlahuanaco en Valencia !Eapafia>
DONAT ZOPO, J.: Rlo eubterrll.neo
U9
255
PJ..A BALLESTER, E.: Aetlvldadca del Servicio de Investl¡aclón Prthl!tó-
rlca 111161-lS&sl
lNDJCES ALFAB.ETIOOS
m
329
-
36&-
[page-n-431]
LAS OPINIONES VERTIDAS EN LOS ANTERIORES TRABAJOS DEBEN
ENTENDERSE COMO JUICIOS PERSONALES DE LOS RESPECTIVOS
AUTORES
...
[page-n-432]
Esto Servlc:Jo dt lnvl.'5tigaci6n Prehbl6rh:o remllo su• publicaciones para establecer y mante,er lnte'rc-omb1o con tos centros cfenlificos y señores. fnvestigoOcres e.n ('Sto cspeciolidod. Por ello espera ser correspondido con el cnvfo de los
~ubljc.ocfones del receptor, entendiendo ca.so contrario que no se deseo sostener
h t~rtambio y suspenderó \Jitedore5 e-milos
Toda la correspondencia dirÍjase al Director del Servido de lnvestogaeión Prehoslórica de lo Exorno. Oipulaco Províncool de Valencia, calle de Caballeros, núón
mero 2, VALENCIA,
[page-n-433]
[page-n-434]
RCHIVO
0€
RE'HISTO~IA L EVANnNA
...\"ERVlC'lO D.EJ NVESTIGN::'JON p REHISTORICA
DE lA t XC~.O IPVTACION p ROVINCIAL DEV ALENCIA.
VOL XI
~LFONSO €'1.
~OORJGO CARO OtL
(NSTITVCJON
lN STITVTO
MAGNAIIIMO
c. S. DE t. c.
VALENCIA MCM.LXVI
[page-n-2]
[page-n-3]
[page-n-4]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
XI
[page-n-5]
INSTITUTO DE ARQUEOLOGIA
"RODRIGO CARO "
CONSEJO
SUPERIOR DE INVESTIGACIONES
CIENTIFICAS
1N STJTUCIOI\: •ALFONSO EL MAGNANIMO•
E X CELENTI S IMA DIPUTACION
VALENCIA
PROVINCIAL
[page-n-6]
ARCHIVO
DE
PREHISTORIA LEVANTINA
SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA
DE LA EXCELENTISIMA DIPUTACION
PROVINCIAL DE VALENCIA
VOL XI
VALENCIA MCMLXVI
[page-n-7]
D BdltoriaJ P. OocDencc.h, S. ~. 31.-Vak:ndl
[page-n-8]
SALVADOR ESPI MARTI
(1891 - 1965)
[page-n-9]
En memoria de Salvador Espí
Triste misi<ña la de recqrdar a las personas entraiiablettumte queridas y que
desapareciertm tk entr11 nosotros. Bn el caso de Salvador Bspl, nusi6u dolorosa,
pues estut10 lagado a lo tne¡or de nuestra tU:tit!idad científica y con il se nos luz
ido algo insustituible. Tan ligado estuw a mí tarea penonal que su desaparici6n
anunCÜ!ba el fin de una parte de mis actiw:lades. Pero rambié>a muí6n obligado,
por no tener Espl UIUJ lobor que sin nuestro afán por darla a cqpaour pudaer1
ser recordada dentro de unos años. Es, pues, justo q11e los que lmmnos la suerte
de tratarle y de ser los beneficiarios de su esfutm:o, hablemos de él para que las
j6venes generacionos de arque6logos no igraor61a su nombre y su obra.
Mi primer trato co11 él clota de 1928. Ewquemos su vida anterior. Salvador
Espl Marti naci6 6ft AdJ:aneta de Alb4ida el día 7 de febrero de 1891 "" el seno
de una familia humilde que se complacia en CfJOcar al contarnos recundos d~ su
infancia y iuwnltul. Su familia era onginaria de B11lús, pero establecida ;m Ad:anero desde el siglo XVUJ. Precisamente un impresioname recuerdo suyo tnno
a formar parle de la serie, que hemo.f tratado de recoger, de amigos que tratar011
a personas que fiÍvioron lo Guerra de la Independencaa. Bn efecto, Salt-Yldor l!spl
conoció a su abuela paterno, la cual, simado muy jOflen, mazó a am soldado ds
Napolc6n que intent6 abusar de ella, cuando m 1812 el Mariscal Suche/ ocup6
el valle de Albaida.
Su padrs, obrero agrícolo que allornaba sus tareas con las de alba>ial, lo inici6
en este oficio. Aquél pasó e ser guarda de las fincas de la fanai/14 Bal/ester y esto
húa que el muclaaclao Saloodor enti'OTa en la 6rbita de una persona de tan acusod4 pcrs011alidad como don Isidro Bailester T armo. Bsze, ma 1908, iniciaba las
excavaciones en el poblado ibérico de "Covalta" (Albaida) y Salvador Bspí fomw
pdrte del gtttpo de obreros que rsalizaron las excavaciones. All! le uaci6 la afici6n
a lo Arqueología en m parle más práctica si no cimtllfica. Durante 20 a>ios ayudó en esta tarea a do11 Isidro Ballestor, tomando parte, además de las de ''Covalta", en excavaciones en "Tossal Red6" y "Tossal del Caldero" (Bellús), "Caml
Real d' Alacant" (Aibaitla), etc., ayudando también en lo limpieza y resrauración
de los objetos hallados, que aque1 guardaba m su CD.Sa de ild:aneta.
La ~~~:tittidad arqueol6gica, naturalmente, no bastaba a procurarle medü•s de
tubsistencia bastantts y hatbo de trabajar en otras rareas y fue pe6n agrícola y
-7-
[page-n-10]
capattU de algunas obras ¡níblius en su tierra. De 1911 a 1913, wrno so1ckuro,
tueh6 '" Marruecos. Su t:irró11 th •sta guerra, basado ..,, lo expcri•ncio tñt:ido pOI'
el y en la thsconfümza intUIIa tkl español, estaba lk11a de ~rpisodios amargos qw
hn>l>~ws muchas ocasiones tk escuel1ar .,. l4S wlodas tk 'niUStros campamentos
de trabajo. 111 n141/ar lo Gu.rro Europ.a, pas6 a trabajar al SUT d~ Frtmáa y
tombiin su ime~atiw y decisión l11 camñrtilmm m cabno thl grupo.
Ero 11atunzl, pU113, que cuando 1111 1927 lo Excma. Diputación prot:i11cial cre6
el Servicio de r,rvcstigación Prehist6rica y pusa a m frente a su fJerdadllro imciador, do11 Isidro &llester Tormo, contase éste thsde el primer memento con Sa!1/ador Bspi. En julio tk 1928 emp."bo lo primero gnm tarea del Servicio con la
exWflaci6n d11l poblado de "LA Bastida de les Alcuses" d• Mogente, e~•ya publicación detal/4da luz salido al públiw IIOCII ut111s meses, si11 que Salwdor Bspi alcanzara a wrla. UM t>BinleM de obreros de Adzaneto se trasladaron a "La Bastida" y a S1l frente hubo dos capata.as, 7osl G1U1TBYD y Salwdor Espi, dos t..,.._
peranumtos d•l todo diwrsos. Al/! conocl a Salwdor Espf y alll aprecil pronro
SILS ncepcionales auzlidades. Con don Isidro &llester y don Mariano 1ornet,
posamcs tmas semmuu apasionantes. LA excawciÓII era riqufsuna, naustras espenlll.ras m Blfuturo del S.I.P. se aseguraban y a 111/o se unía la ilusí6n de fler cuánto
rique:a snc8mlba el suelo t~olenciano.
A partir de ese monzento Salwdor Espl está ligado a todas las Q(lftnturas y a
todos los #:citos del S.l.P. Con su sorprmthnt~t capacidad tk trabajo y su tesórt,
perfeccionó su talmlo de reconstruetor y a il se tkbcn l4S ..estourociones, a veces
b•rn dJficiles, th untenares de tlaSOS. Pero durante muehos años "" fue sino Wl
jornalero llflmtual, con un jornal mlnirno. Tan sólo dnpuls de la CU8ml pudo
aneglane su situación económico tan diffcil, qau so1o por su rrm• ilusió11 pudo
sobrcllewr. Bn 1939, siendo Diputado Ponmte de Culturo de la Diputación don
Fernando de Rojas, Marqués de Algorfa, y gracias a su int~rés, ingrcs6 sn la plantilla th furrcionaríos dJJ la Corporaci6n, al mismo tiempo que se le reconoeilmm
a efectos legalts los trabajos reali%ados d11sds el JO de mayo de 1929.
En 1929 inicii la excawción de la "Cow del Parpalló" y alll, siendo yo -1 responsable de la nc:aoaci6n y e1 el capataz, y siendo aquil/a tan unsacional, se atoron definitiwmmte los latos que nos habían de unir hasta su m~Urte, duranu
rnás d11 treinta años. He de resistir la tmtaciór1 de alargar estas páginas con el
r~cuerdo de tantas cosas, minúsCIII4S o importantes, pe-rsonales () cimtlficas, cuyo
wocació11 es poro mi entrañable y en las que él desempeña un papel euncial. Del
1929 al 1931 es lo "CO'IIa del Parpa/16", a partir de 1932, San Miguel de Liria;
tras la guerra es nuewm~~~~te Liria (1940) y a partir de 1941 /IQSta 1945, lo "Cuew
th la Cocina". De 1?15 a 1949 as la "COfia de les Mal/aetes". Dor 1951 a 1954,
"Barran& Blanc" de Rótow, y m 1955, "Cow Negra" de 1átiw. Sin mi colob(lYGción, hay que recordar sus campaiiJJs en "Cow Negro", en "La Ereto del Pedregal"
de Naoarrés y en tantos oh'os yacimimtos wúencianos.
Vele la pena que insistamos m sus cualidades. En primer lugar su lealtad aCJ'i,.
-8 -
[page-n-11]
solada. Se pod/4 tener kz seguridad de que no deformaría 1111 dalo, una observa•
ción, aunque 1uzciétrdolo asl perdiera un elogio o wr reconocimiento a su mltodo.
Para don Isidro y para mí, esa lealtad se co11t11rtÚJ etr algo de fletleración que le
impulsaba a ser cokzborador, amigo, ayuda th cómara, hombre protlÍdencial para
todas kzs grandes o pequeñas incomodidades que la flida en el monte y kzs 111CI·
dmcias que estos trabajos llftlan consigo. Por nosotros lwbina Mcho cualquier
sacrificio. T odD ello con un respeto poco frecumte y con U1IO conversación amena, con sus refranes, s11s rekztos de un "sosoit", Sil$ extraordinarios conocimientos
de la Naturaleza obtenidos por su fino espíritu de obsoruación. Me 1ncantoba
partic11lannetrte su preciso conocimiento de las hierbas medici11ales, ton abuuda11·
tes en las sierras del n~r de Vole11cüz, con sr1s típicos flc>mbres populares.
S11 incamable dedicació11. Ninguna otr11 cosa le Dlaba en la flida. Las horas
de trabajo 110 c011taban para e1. Gracias a esto, e011 Úls esCDSOS recursos que kz
Diputación ponfa a nuestro sllnlicio se prulo reali%ar uno kzbor inmenso. Bro siempre el primero en inicror 11110 tarea difícil o peligrosa y siempre ataba dispuesto
o ensmar con compartlo c011 su 11141/Siro y protector don Isidro Bollester, esclat>o de kz aJuteridad administrDiiva. Recordemos el caso de Lirio. Circunstancias políticos ocDsiorraron u1111 crisis en el S.I.P. y lo Diputación redujo a una cifra ridícula la sub~~em:ióu al mismo. No u podkz pensor m 1932 y 1933 etl continuar kzs grandes
exwoaciones que hasta 1931 se hablau realizado. B11tonces fijamos nuestra atm·
rión en el Cerro d
saco de cerámico que durante kz semana sigui.nte l1mpúlbo. Así nos dimos cuen·
ta de los tesoros que aquel lugar guardaba. But011ces, su jornal (que sólo cobraba
los días kzborables) era tcxknJio de seis pesetas.
Bn los últimos años de su actiflidad, QIISente yo de Valencia, mi11 tuue la Stlert• de c011tar con su colaboración en nrú trabajos de la protlÍncüz de Gerona.
Bn muciiOS ocasiones, kz Dip11tación d
riño por mis hijas, que habla conocido desde niñas, su espirilu de mcansable labonosidad., IIOCfan pree~osos aquellos cüas m que record4bamos, etl los Dlordeceres
de la costa ompurdatresa, tantas expenencias arqueológicas y hacfamos pkznes para
que al jubilarse pudiera pasar temporadas a nuestro lado.
De aquelfo colaboración quedan recuerdos. UJJa covaclla sepulcral en .
tombiJn requirió sus smñcios c011 motivo d1 las primeras campañas de exCtlfJOCÍ&nes m "El Vado" de Caspe.
Nuestro úllirno campaña C011iunta fue m el año 1959, cuando colflirnos a U·
WOF la "Cova del Parpalló" en compañía de wnos especio!istas y ambos teníomos el Letnor de que fuera nuestra ultimo colaboración en el campo, treinta años
-92
[page-n-12]
después de lulón erUlfXIdo ;u¡uel marat~~lloso ytJCimienlo. Por ello go::amos aún
más inlenSCDM7tte ;u¡wllas semanas, en q~ todllfña guardábamos la ltspnanso de
que no seria nuestra última labor común.
Poco después, su salud SI agriJIJ6 y l1uóo de solicilar su jJtóilaci6n, antici(1odonumte, el 30 de oclllbre de 1959. 1·ras ésta, retirado en Ayelo de Malfmt, ¡unto
a su hermano Vicente, no 11w11 ya ocasi6n de 11nle de 1111et10. Y a/11 pas6 penosa·
mente los últimos años de su oido, hasta el 20 de abril de 1965, e11 que falleci6
a (10Co de cumplir 74 años. Los últimos meses de su existencia, (1Crdida la noci6n
de la realidad, se imaginaba estar de nue<1o en el S.I.P., reali::ar ~IJIJIJciones, r&constnnr f>IISOS y tener grand.s cononstJCi0114s con don Isidro Ba/lester y ccntmigo.
La gran caf11JCidad de afecto IÚ Saloador Bspi, frustra® a causo de un ma·
trimonio tksgrat:iado, tksgrtJCia allle la que reaccion6 en forma de eleoada espiri·
tualidad, se w/c6 en todos nosotros, en don Isidro &Uester y en mi, como en
don Domingo PletcMT', don Enrique P/4 y el resto IÜ los colaborador1ts dll S.I.P.
En cierto modo o Saloador Espl se l• puetk considerar como un slmbolo ~
campesino f111lenciano, COflO% de adaptarse a altos menesteres con una Í11111ici6n y
total 1mtrega a u11a labor que u juzgarla incom(1Ten.rible (10ra JI. Bsto es algo
que maravilla a quimes llegamos aquí (1Tocedemes de otros tierras hispánicas.
Bsto y mucho más q11isiéramos decir como pequaño f1CrO etllrailable l•om&naje a su memoria, q11e dcuamos no se oloide por las gcnBracioncs que se SIIC
maneen oculw, legadas a la posteridad f1or remotos ante(11JSados suyos.
SI.IS mmros han ido alumbrando los más sorprendentes hallasgos del lejano
(1a1odo tk V a/encia. Bstos hallazgos, que tÜJban (1Testigio al S.I.P., (10ra el hunu1de
y modesto Espi significaban sólo la satisfacci6n Intima de 1111 enamcrado de la
Prelti.rtorio, un enamorado ctl aerta manera fllatónico, pues qmenes obtenúzmos
un (1rooecilo cimtifico y 01111 (>lnotJol de los descubrimimtos lramos los i11f1esti·
gadores (1To/esicntales.
Como ejemplo humano, Salvador Bspí es bien dig11o d1 recuerdo. Su pobre
mfancia que 110 la permitió una (1Teparaci6n intelectual, la desgracia m1 su t~ida
familiar, su nwdlstia, su gra11 coras6n, su oirtud de sincero cristiano, /11 eleoaro11
espiritualmente y /a Prooidencia le compens6 con 11110 dedicaci6n que /e dio lo
que la tlid4 /e negara "" otras aspectos.
LUIS PBRJCOT GARCIA
Director Honorario dd SJ.P
-10 -
[page-n-13]
R. P. CHARLES
(Franc.e)
#
Le probleme des négroides europeens
dans la préhistoire méditerranéenne
A la suite de son étude des sujets de la sépulture inférieure de la
Grotte des Enfants, a Grimaldi, les célebres «négro"ides de Grimaldi», R.
Verneau s'est efforcé de montrer qu'll y avait eu, a différentes époques
et en différents points d'Europe, des survivanc.es de ce qu'il appelait la
«race de Grimaldi» ( 1).
Plus recémment, M. Fusté Ara signalait dans des sépultures néollthiques de Catalogne, des sujets présentant de nets caracteres sub-négro"i ·
des (2), qu'll tendait a rapprocher, non pas de vrais négroídes, mais d'hypothétiques Khoisanoides.
Nous-meme avons eu l'occ.asion d'étudier des sujets, également néolithiques, présentant des caracteres analogues, découverts dans )a grotte
de Rouvignoux (Hérault) (3). et nous tendions a rapprocher ces sujets
des «négroides de Grimaldil;; c'est alors que nous avons proposé de dé·
signer sous le nom de Grimaldo"ides, ces «negroides» européens. Un peu
plus tard, nous avons proposé de systématiser ce type en l'incluant dans
(1) R. VERNBAU: "Le• grottco de Grimaldi (ilooussé Roussé), ll; L'Antbropologie",
Monaoo, 1906. Sur les négróides, pp. llS-200, pi. IV-V¡ sur lea survivanccs, pp. 159 ruiv.
(2) M. FUSTE ARA: "Cráneos procedentes de la N=ópolis de San Quin.e de
G•llintn (Barcelona). Cmmibución al problcmn de l<>s "negroides" neoUtioos". Trnbajoo
dcl Instituto Bernardino de Sahagún, vol. XUl, t.• Barcelona, 1952.
(3) Cette étude est CD9Qre ú¡éditc; des notes prélimÍl;lalrcs ont été publiécs dan$
Othiers Ligmes de Préblstolrc et d'An:heologie, n.• 4, Montpellier, 1955, pag. 184, er
n.< $; Montpellicr, 1956, Pllll· 227.
-11 -
[page-n-14]
--
2
--------------------
R. P. CHAIUJ!S
le groupe structural B, dont nous considérions que Jes sujets de Grima ldi
représentaient les prototypes paléolíthiques (4), ceci en nous fondant sur
les descriptions e t mensurations publiées par Verneau.
Tout récemment, étant amené a entreprendre des recherches anthro·
pologiques en Egypte, nous nous apercevions que le groupe B, tel c¡ue
l'avait défini F. Falkenburger, promoteur du systéme de classification des
sujets d'apres la structure cranio-faciale (5), devait f:tre scindé en deux.
Le véritable groupe B, celui auquel appartiennent la plupart des habi·
tants de I'Afrique occidentale, est tres rare en Afrique blanche; en re·
vanche, le groupe AB, auquel appartiennent la plupart des habitants de
I'Afrique saharienne, est bien représenté jusqu'a la rive afrlcaine de la
Méditerranée. 11 s'agit de sujets bruns, a pigmentation souvent accusée,
néanmoins beaucoup plus clairs que les véritables Mélano-Afrtcains (6).
Dans de telles conditions, les «negroides» méditerranéens paraissaient
paradoxalement plus nombreux en Europe qu'en Afrique. Une révision
complete de ce groupe devenait nécessalre, en utilisant les méthodes les
plus récemment élaborées pour l'étude systérnatique des cranes (7). Nous
allons exposer ci-dessous les résu ltats de nos recherches dans ce sens, en
donnant les caractéristiques de tous les sujets anciens, découverts en
Europe méditerranéenne, présentant a des degrés divers des caracteres
sub-négroides, puis notre interprétation de cette présence en fonction
des rnouvements dérnographiques se trouvant a !'origine de certaines ci·
vi lisations européennes.
ETUDE SYSTEMATIQUE DES «SUB-NEGROIDES»
MEDITERRANEENS
Pour la bonne compréhension du sujet, nous rappellerons briévement
les éléments de la méthode pratique permettant la détermination des
types crániens. On doit procéder aux operations suivantes :
~Le peuplc:ment de I'Europe médite.rranéenne pendant les ill
avaot Jesus-Christ". Bulletin et Memoires de la Société d'Anthtopologie
ck Paris, sét. Xl, t. r. 1960 (sur le gtOupe ll, pp. 42-58).
(S) P. PALKBNBURGER: "Essai d'une nouvelle classification craniologique dea
anciens habiranrs des Ues Canaries", L'Anthropologle, 49, París, !939-40, pp. 333 eL suJv.
P. FALKENBURGBR: "Croniologie Egiptienoe", Offenbourg, 1?46.
(6) Cf. le puagnapbe sur le gtOupe AB, aord uharieo, ín R. P. CHARLES: "Consid~nuions sur la suuc:nue céphalique des populatloos du distric:t oecídontll! d'Egypte",
BuUecin de la Sllciét~ de Geograpbie d'Egypte, XXXV, Le Calre, 1962, pp. 42-44.
R. P. CHARLES : "Red!en:hcs 'ur l'unit~ de strucwre et d'originc du peuplement
de I'Afrique méditerran~one'', BuDecin de lll Soci~té de Gcographié d'E¡¡ypte, XXXVI,
Le Calre, 1964, P"ll· 41.
(7) R. P. CHARLES: "Proposirion d'une m~thode pratlque .pour lA détellllinatlon
de• cypes crarueos". Comptes-rendus des Séaru:es de l'Academ.ie des Scíenc.s, t. 256,
Parls, 1963, pag. l3S5.
(4) R. P. CHARLES:
et
n millálaltes
-12-
[page-n-15]
3
Ul PJtOBLbu! DU NEGJtOfDU
,,...,;e,.
-
opérotlon. Consodérer l'indlce cronlO-foelal structural, St cet ondou
ou plus 6Qal o '11,9 (chctmleene). 1& sutet opporllent ou troupe A;
comprls ontro '18 el 52,7 (metriene), pouer o lo deuxleme opc!rotion;
ou molns égol a 52,8 (hypsl~ne), posser 6 lo quotrli:me oporotlon.
Ht
Oeu.xieme opfrotlon. Le SUJel eiot metriine; constd~er l'lnd•c• gnath,que de Flo·
..-tr. Si c.e.t •nd•ce tst.
- ou plus 6Qol 6 97,9 (orthognothe), le 5UJOI apport
troisie.me op4rottOn.
ou mo•n• égol
105 (ncttoment PfOgnothe). le •u¡et opportlent ou g roupo
o
B.
Troisibne opórotion. Le suJet est métriine. mflognoth~ ou mod6ré-ment progno ..
the; tonsidértr lo forme de la voóte aónienn.r SI la voOte es1 :
-
plutót boue et lorge, le Wlll opportient ou a roupe AB;
plut6t houte, .pomt trop 61f011t mCU$ 4lventuellemerU (Or~n~e
tlent ou t roupo 8C.
le SUJel
G¡)pOf ..
Quotrieme opérotlon. Le sujet est hypsiene; conSid~rer l'indice gnothique do Flo·
wer. SI cet Indico est:
- ou plus ogol o 98,9 (orthognothe ou foiblement mésognothe), passer 6 lo c1n·
-
qujime opéorat1on;
au rnoons égol o 99 lmésognothe ou P
o lo
sixoinv apérouon
Claqule"'o opiroth.... le sujet est hypsi~ne, orthognothe ou fo¡blement m nothe; considerer l'indice verticol. Si cet lndice est:
- ou plus ~al 73,9, le sulet opportient ou ero..po AC;
- ou molns
o
Si•iime opírotion.
Le
SUJtl
est hypsii.nc., mésogncuhe ou prognothe; cons,cUfe,
le d6toil du Pfe>gi'Oihoome wr 1'6tude diogrophlque:
- So le 9(ognoth1Stne 50\IS•nosctl n'est pos sen51blernent IU!Mrltur ou prognothiS·
me toc1ol. le SUJet opport lrnt ou 11"0Upo ABC;
- si le prognothisme sous·nosol est semJb3ement lupérteur ou prognathis.me foctol,
le sujet opportient ou groupe
ac.
On voit que la déterminatlon du groupe structural est indépendante
de la valeur de l'indice cranien, auquel on avait ;;ttribué une importante
e>
les sujets se répartissent, au moins en princ]pe, en trois types, mais dans
des conditions un peu différentes d'un groupe a l'autre, comme suit:
GtouP de 76 o 80.9
o partor do 81
Groupes 8, AB, BC et ABC:
jusqu'a 7'1,9
types 8 1, ABt, BCt ot ASCo
de 15 o 19,9 .
types S,, AS:. BC: et ABCa
o partir de 80
types 8s, A8s, BC. et ABC,
Gro-
AC: Jusqu'6 74,4
de 7'1,5 o 80'4
6 partir de 80,5
Groupo C: 1u'Qu'o 1'1,4 ..
de 7'1,5 o 79,9
o partir de 80 .
-
13-
typo ACt
typo ACt
typo AC.
typo
~ype
c.
e,
typoC,
[page-n-16]
R. P. CHAIU.!S
Dans chaque cas, le type ainsi déterminé est un phénotype. le plus
souvent, celuí-cí correspond a un génotype transmis par hérédité, mais
il peut y avoir un --ou plusieurs-- caractere génotypique modifié par le
génotype du conjolnt, ce qui produi t un hybride; aussi, apres la deter·
mlnation du phénotype, on devra vérifier si tous ses caracteres correspon·
dent bien a ceux du génotype, qui sont les suivants:
Groupo A: IIOÓte bosse et lorge, front lorge et peu bombé, loco basse, a
Groupo 8: voUte moyenne, plut6t étroite, fron1 moyen, ncttement botnbé, foce grande
et lgrge, orbl teJ moyennC$, nez lorge ou t~s lorge ovec la base des échon~
c:rures dé.doublée; net prognathiSMé facial, avec: proonothisme sous .. nosa:t
tres occusé.
Gro..-pe C: voúto haute; front nloyen, OVéC oreodes sourcmeres oceusées chez. les kom-
mes; fOC-é haute, ort;Jite.s grandes et hautes, nez étroit; orthognothisme.
Groupe .4.8 : voOte moyenne, p1vt61 lor'ge; front moyen, focc plutót lorge, orbite-s: moyen,-.es; ne-z: lor_ge ovec lo base des échoncrures orrondle sinon dédoublée;
folbk p
AC: voOte moyenl'le, front moyen, loce moyenn• plutot
yennes,
nez_
ollong~.
orbhes roo·
étrolt. o rthogr"'Ithls.me.
Grovpe BC: voOte moyenne, plutot étrolte; lront moyen, ovec les orcodes $)Urclli&res
occ:entuées chez les hommes; foco moyenn.tt, plut6l ollongée~ orbites moye:nnes, nex moyen 6 larg&; foce odhognothe ou mé-sognathe, mas¡ ovec un prognathisme sous-.,asol toujours- stf\Sible.
Groupo ABC: voüt~ moyenne, plut6t haute; front moyen á largo, peu bombé, avec. les
orcode5 sourcllii!res accc..ntui!es eh~ les hommes; foce: grande. et hou·t e,
orbites grandes. nex grond et lorge, faibfe prognathismc fociaL
On devra ten ir compte de ce qu'a l'intérieur de chaque groupe, la
voúte cranienne est d'autant plus large que l'indice cranien est plus é le:
vé, et que la boite craníenne peul' subir de ce fait des variations d'une
certaine amplitude, alors que la structure du massif facial demeure fixe.
Lorsque certains caracteres du phénotype amsi déterminé, s'écartent
de ceux du génotype correspondant, celui-ci devra etre indiqué le premier, et on le fera suivre de l'indication du génotype avec leque l il y a
des interférences; celles-ci pouvant &tre dues a l'hybridation ou a l'existence de sous-types locaux, systématiquement intermédíaires entre deux
groupes principaux. Dans cette étude des sub-négroides européens, nous
verrons que les cas d'hybridation sont fréquents.
En Europe, tous les groupes ne son1 pas représentés, mais pour la
meme structure cranio-faciale, 11 y a parfois plusíeurs types se différen·
ciant le plus souvent par des caracteres descriptifs. Toujours pour la
commodité de l'exposé qui va suivre, nous rappellerons les types rencontres en Europe.
-.14 -
[page-n-17]
U! PBOJIJ.tMJ! DBS NI!CROTDI!S
S
G
type alpii'IO-médlterranéen (AJ)
type alpino•d• (A,)
Groupe AC: type oqultano-médoterronée, (AC,), porllculler a I'Occident, remorquable
por l'étf01teue do lo boite ct6:nie:nne;
type 1\eG-rnéd•terronéen (ACn, or•g•na•re d'HeHode, mais répondu dons tout
'" lxasit1 méc!.terr~n des le ChakolothiQ\14! (2600), lo plupon des sujets >Ont mésocr6r1es, moJs il y o oussi des do1ichocr0nes, et mfmes des hyperdolichoctll.nes, con~tttuont
une: vori.été (C1..AC) corrnpondom ou type_ mc.'goltth•que de Coon; us dern1ers Of'lf une
vaüte étrolte, mals 1ls se diHérenclent des Aqultono·médlterraneens por un plus orand
ollongement de lo lace.
type olp.no-dlnoroide (AC,)
Groupo C: Ct type oqulto1n en Occodent; type cardé (avatar du type nordlque¡ en
Orient, ces dernler, 5e dlstlnguant des premie-. por les pluo grandes dlmonslans du
mossil facial et lo mossovlté de la mandlbule.
C.. 1-ypc$ lbérk)ue, coussenctd, séquonlen, donub1en; u différenc•ont les un¡
<1« aunes surtout por des c.oroc-teres non indexobles.
C,: types lotrain, dohque, d.IMroíde; rnols en foir. ce dern1er HUI a.e rm
o-.s
pu
d1.sunouor: lt type nord-soharien (ABt),
le type sohoríen (AB,),
le type soh
LES SUJETS DE GRIMALDJ
la construction du nouveau Musée d'Anthropologie Préhtstorique de
Monaco, avec ses laboratoires équipés de la maniere la plus moderne,
devait nous offrir l'occasion et les moyens d'examiner les dewc unégroi·
des», étude qut s'imposait d' autant plus que le pro¡et de la ttpublicatio
princeps» étant antérieur au Congnis lnternationai d'Anthropologie de
Monaco ( 1906), la plupart des mensurations publlées par Verneau, ne
sont pas conformes aux normes admises depuis, et se trouvent de ce fait
etre difficilement utílisables (8)
Cette étude (9) nous a permts de constater que les partie:; osseuses
ont subí des déformations «post-mortem», il y a de nombreux manques,
restitués au plátre et peints, de telle sorte que si l'on n'a pas la possíbilité de prendre les sujets en maín et de les examiner avec soln, on ne
(8) Divcra autcurt, pour pouvoir comparcr d'aulres sujcts '""' "né¡roldes de Grimal-
dr, aat dJl Caín: wa¡¡c de mensura~ priJcs par cux-mémes sur des moula¡es au des
pbotosrapbics; á. p. c. M. BOULE et H. VALLOIS : "L'batmnc fossile d'Asselu"
Ard1ivcs de l'lnsutut de Palcootologie Humainc, Máno~ 9. París, 1932, paa. 82.
(9) L B.-.AAAL et R. P. CHARLES: ''Nouvdles daanéeoo antllropomfiriques ct
p«cisi.ans Nt les a!finltb sys¡bluúqua des ~DegtOtdes de GrimaJdl", BuUmn du Musée
d'Amhropolac¡e PrChirtorique de Mooaoo, 10, Mooaco, 1963, pag. 123.
-
15
[page-n-18]
6
R.
r.
QIARLS$
dtstingue pas les parties originales des restitutions. Une telle maniere de
procéder frise la falsification, ce qut est d'autant plus regrettable sur le
plan scientifique que la reconstitution utilisée par Vemeau co-nporte de
nombreuses imperfections, que nous avons pu déceler par une étude dia·
graphique approfondie. Nous ne pouvons répéter icl tous les détalls de
nos observattons; nous nous bomerons a en indiquer les éléments princlpaux et nos conclusions.
Lo ".;.;ne femme": h;perdotichocrcke (68,5), orthoctóne (70,8; ou poroon: 61,2),
ocroctóne (103,3; ou por~on; 89,2}, c:r6t~ moyennement drWtgentes (86,6), eurvm6IOI>f' (73,7), orthomótope llf7,9), toce lorge par ropport ou ctó~>W (97,3), chorneprosope 174,5), m6trl~,. (50,6}, euryprosope (76,5), mésene (52,0), chotNOCOnque (gouche: 70,4), chommrhlnlen (53,81, prognothe (103,3; anglo de Weisboch et llívat, 69'>¡,
ca1olle 90u é1évée (58,3), icallle du frcntol trl!s développée vera 1'arriere (40,8).
L'odoleKA>nt: hyperdollchocr6ne (69), orthocróne 171,1. ou porl!l'l 62,7), ocroctóne ( 103,0; ou por ion: 91 ), creles tres divergentes (81 ,2}, eurymétope
1,7}, orthométope (89,3), toce moyenne par ropport ou ctóne (93,5), chornzprosope (78,81
m~trien" (50,6), ..uryprcsope (84,3}, nléstne (54,0}, chorn;,oc;""''U" (gouche: 10,81
chorn;erhinien (51,1), mésognothe (1 01 ,0; mors lrl!s prognothe d'opm l'ongle de Welsboch et Rívet, 54•); colott
n
POSITION SYSTEMATIQUE DES SUJETS DE GRIMALOI. - A la lecture de la
valeur des índices et des caractéristiques qui s'en dédutsent, on ne peut
qu'étre frappé par l'homologie des valeurs notées d'un sujet a l'a1.tre,
et l'on comprend que devant une telle similitude, les auteurs anciens
aient pu croire a l'existence d'une soi·dlsante ((race de Grimaldi»; néan·
moins, que celle-ci soit connue par deux représentants seulement n'était
pas sans causer un certain malaise que n'apaisaient nullement les théories tendant a exagérer le caractere exotique de ces índtvodus.
En utilisant la clef dichotomtque, on tendrait a classer ces deux SU·
jets dans le groupe structural BC, dont par allleurs lis ne possedent pas
les caractéristiques; en effet, les sujets du groupe BC doivent avoir une
voOte «plutót haute maís point trop étroite», alors que les sujets de Gri·
maldt ont une boite cranienne plut6t basse et étroite. Cette constatatiOn, s'ajoutant a l'étude diagraphique grace a laquelle on observe que
les corrélations cronio·faciale de Klaatsch et Falkenburger sont mal vé·
rifiées, permet de conclure qu'on se trouve en présence d'une structure
hybride, et 1'on doi t considérer séparément la boite cranienne et le mas·
slf facial.
Chez les deux sujets, la boite cnlnienne est étroite (acrocrime), mais
vuc de profil, elle est moyenne (orthocrane) et plut6t basse (indlce ver·
tical peu supérieur a la limite inférieure de cette classe 70); les cretes
sont moyennement divergentes, et le front est relativement bten déve
-16-
[page-n-19]
7
loppé en largeur par rapport au crane; ce sont la les caractéristoques des
«calvana» de type aquitano-rnéd1terranéen (ACo) ( 10).
Chez les deux sujets, le massif facial est moyennement développé en
hauteur (métriéne); dans ses proportions, il est moyen (mésene), bien
que plus étroit chez l'adolescent que chez la femme. 11 y a un léger prognatisme total chez la femme, alors que l'on n'enregistre que le mesognathisme chez l'adolescent, cette parhcularité pouvant etre due au fait
que le développement du massif facial n'était pas tout-a-fait .1chevé; en
revanche, chez les deux sujets, 11 y a un fort prognathisme sous-nasal.
Chez les deux sujets toujours, le nez est large -mais non point tres
large comme on serait tenté de l'apprécier d'apres la reconstolution défectueuse utilisée par Verneau- et la base des éch;mcrures est dédou·
blée. Ce dernier caractére ne se rencontre normalement pas chez les po·
pulations européennes, si ce n'est chez les rares sujets des groupes que
nous avions qualiflés de grimaldoldes (11) et d'alpino-grimaldoldes (12),
qui font l'objet de la présente étude, et pour lesquels nous pressentions
déja une hétérogénéi té de structure ( 13).
Déja, en discutant sur la position systématique des Canariotes classés
par Falkenburger dans le groupe B, nous avions estimé que ceux-ci devaient plutót appartenir au groupe AB ( 14), qui est celui de la plupart
des habitants de la zone nord du Sahara. En fin d'analyse, le massif facial des su}ets de Grimaldi est a rapprocher, non pas de celui des Mélano-Africains, comme on le fait trop souvent, mais de celui des Nord·
Sahariens (AB1) que l'on rencontre avec une certaine fréquence jusque sur
le~ bords de _la Méditerranée.
En conclusion, les deux sujets de Grimaldi sont des hybrides des ty·
pes, aquitano-méditerranéen (AC•) -bien représenté en Languedoc de·
puis la plus haute antiquité- et nord-sanarien (ABo), bien rep1 ésenté en
Afríque du Nord. Le qualificatlf de négro"ide, généra lement donné a ces
sujets, ne se justif1e pas, et do1t tHre remplacé par celui de «sub--né·
grolde»
Ces précisions permettent de mieux situer !'origine de la migration
dont on trouve ainsi le témoígnage a Grimaldl; 11 s'agit simplement de
1'Afrique médi terranéenne relativement proche, et non d'une lointaine
Afrique Nolre. L'hybridation d'un type nord-africain avec un type du
Languedoc tendrait ¡\ mettre en evidence que les immigrants venus d'A-
(10)
(11)
(12)
(13)
( 14)
CHARLES
CHARLES
CHARLES
CHARLES
CHARLES
Op.
Op.
Op.
Op.
Op.
cit.
c:lt.
cit.
dL
dt.
4, pp. 81-8S.
4, pp. S3-S7.
4, pp. 79-81.
4, po¡. 81.
note 4, pa¡. 4S.
note
note
note
note
- 173
[page-n-20]
a. r.
CIIAIUJIS
t rique son t arrivés jusqu'en Ligurre apres avo~r traversé I'Espagne et le
Languedoc. On n'a malheureusement pas jusqu'ici le témoignage de la
présence de Nord-Africains dans ces régions a une époque aussr reculée,
la datatron des «sub-négroi'des de Grimaldbo du Paléolithique ne pouvant
cHre mise en cause
D'autre part, il peut étre génant d'utíliser pour I'Europe une termino·
logie con~ue pour 1'Afrique saharíenne; nous pensons qu'il n'y a pas
d'inconvénients de continuer a qualifier de «grimaldoides» les «Sub·négroides» européens avec la convention suivante.
type grimaldoide (ABr)
type méso·grimaldolde (ABt)
type brachy·grimaldoide (AB.)
LE SUJET MASCULIN HUM. 4 DE TISUCO
(PROVINCE DE SEGOVIE) (15)
Nous nous devions d'examiner ic1 avec queiques óétarls, le cas de ce
sujet dont nous avrons déja fait une mention spéciale, pensant pouvoir
alors le rattacher au groupe B ( 16) lndlquons tout d'abord que, bien que
décrit et publié comme magdalénien, ce sujet parait en réalité plus récent; les conditlons du gisement plaldent néanmoins en faveur d'une
grande anciennete (17). 11 semble qu'on peut l'attribuer au Néolithique
ancien, ~inon meme au Mésolithique.
C-aroct histlques: méoocTón
c""""'"ne (47,6), méWne (53,-1), cham;,o o mésoconqut londice ou docryon: 84,6),
chornzrhlnlen 1541. orrhognothe (92,7).
"es
D'apres la structure cranio-faciale, ce sujet se classerait dans le «ty·
pe alpino·méditerranéen» (A.), mais les grandes dimensions de l¡¡ boite
cranienne portant, selon la description qu'en donne l'auteur, de fortes
empreintes musculalres, sont une récurrence de structure ~archétyprque»
(ABC), dont i'influence se manifeste aussi par les proportions du nez.
11 n'y a done pas chez ce sujet, contrairement a ce que nous avions
(15) F . OB LAS BARRAS OH ARAGON: "Cdneot del )':ldmoco10 m!gdalmicose
de Tisuco (Scgo~"• Memorias de la Sociedad &pañola de Antropolot¡!a, Emcsnf!a '1
l':chistoria, XII, Madrid, !933, pp. 89-100.
(16) BARRAS 08 ARAGON: Op. ch. note 15, pAa. 44.
(17) C!. S. ALCOBH in "Caalo¡ue des Honunes Fosalles", Qm¡¡rés Gool. l ntem. XIX
...mon, A!Fr. 1952, p_6g. 60.
-
18 -
[page-n-21]
1
LB PROBI.bu; 01!$ NIIGROiol!$
9
d'abord pensé, de caractere sub·negro"ide, mais des caracteres archéty
piques, dont nous devons considérer les antécédents dans le Paléolithi·
que européen, car les sujets presentan! de tels caracteres son tres rares
dans cette partie du Monde.
SUJETS DU PALEOLITHIQUE EUROPEEN PRESENTANT
DES CARACTERES ARCHETYPIQUES
Les sujets a caracteres archétypiques (groupe ABC) sont surtout ré·
pandus dans la EOne sub-saharienne d'Afrique. Actuellement, lis repré·
sentent encore le tiers de la population dans le Nord-Ouest de I'Egyp·
te (18); en Afrique du Nord ils sont moons fréquents; a I'Epipaléohthique, ils ne représentent que 15' 10 per 100 de la population, <.e chitfre
étant légerement supérieur au Néolithique, période au cours d~ laquelle
le tau>e atteint 16' 15 per 100 ( 19). En Europe, de tels sujets son tres
rares, c'est cependant dans cette partie du Monde que l'on a découvert
le sujet le plus caractéristique du groupe ABC, et qui a ce point de vue
pourrait étre considéré comme l'archétype de toute l'espoke humaine;
nous voulons parler de «l'homme de Combe·Capelle», dont ce n'est pas
oci de lieu de donner une description détaillée, et dont nous nous bome·
rons a :-appeler les caractéristiques (lO): hyperdolichocráne (66,3), cha·
maecrane (68,8, orthocrane au porion · 58,4), acrocráne ( 103,8; porion:
88,1 ), crétes moyennement divergentes (82,4), métriométope (67 ,6).
orthométope (85,4), face tres large par rapport au crane (102,2), hypsi·
prosope (97), hypsiene (58,9), leptoprosope (95), leptime (57 ,7). chamae·
conque (74'4 et 75,7), chamaerhinien (54,4), mésognathe (102,2).
Des le début, Klaatsch avait voulu voir dans l'homme de Combe-Capelle l'ancétre commun a tous les types humains; ce point de vue, con·
testé ultérieurement par divers auteurs, défendu a nouveau plus récem·
ment (21 ), se trouve confirmé par le> nouvelles méthodes anthropologi·
ques.
(18)
(19)
(20)
tbi$clter
(crrand,
CHARLES: Op. cit. note 6 (le), pog. 6S (tableau).
CHARLE!S: Op. cío., note 6 (2e).
H. KLAATSCH et O. HAUSER: "Romo nurignaecnsis Bawerl, ein pa15olí·
Skelcttfund aus dem untctcn Aurigntcíen dct Station Combc·Capellc bd MontPúigord", Prihi!toritchc Zcittchrift, l. Bttlln, 1910, pp. 273-338.
G. M. MORANT: "Srudlct oC Palacolitbic Man, IV"'. AnDals oC Eu¡eruc:, vol. 4,
Landon, 1930, 1ablc XXII ct ft¡. L.
(21) G. MONTANDON: "l.'h<>mmc Cossile ct les Préhumains", PW., 1943, pq. 80
et pp. 92-94, fi¡. 16.
-19-
[page-n-22]
10
R.
r.
CJlARU!$
Dans le Paléolithique d'Europe, il semble n'y avoir que la ccalvaria
de Brux» (ou Brünn· 1891) qui puisse etre classée dans le groupe ABC,
avec les caractéristiques suivantes. hyperdolichocdine (65,7), chamae·
cráne (68,6), acrocráne (104,5).
Le sujet num. 2 (masculin) de la cBarma Grande» (Grimaldi), con·
servé au Musée de Menton, sommaorement reconstitué aprés son rnven·
tion, avart été publié par Verneau avec les autres sujets de Grimaldi. Cet·
te pie
l'on peut ainsi mettre en évidence sont les suivantes · dolichocráne (73,4),
hypsicráne (porion: 63,8). acrocráne (porion: 86,9), eurymétope (72,5},
face moyenne par rapport au cráne (93,5), chamaeéne (43,5), euryéne
(46.5}. chamaeconque 166,7). hyperchamaerhinien (60,9), mésognathe
(índice non évalué). Ce sujet étant chamaeene, la structure cranio-faciale
met en évidence le groupe A, mais les sujets a classer dans ce groupe
doivent etre orthognathes, le mésognathisme, ainsi que les vastes dimen·
sions de la boite cranienne et la trés grande largeur du nez, sont reí le
témoignage d'une influence de l'archétype ABC. En fin d'analyse, nous
considérons le sujet num. 2 de la Barmo Grande comme un hybride du types, uméditerranéen ancien» (A,) et de «l'archétypell (ABC).
INVENTAIRE DES RESTES HUMAINS DECOUVERTS EN EUROPE
MEDITERRANEENNE ET PRESENTANT DES CARACTERES
SUB-NEGROIDES
ANDALOUSIE
SANTA CRUZ DE BAZA (Granada) 123) Chalcolilhique ar>el~n fpr~co~nlforme)
Sujot 100-7 (mosculin): dollchocr&.e (12,4), chamiect6ne (porlon: 56,1), ropélno·
(47,8), chama li mésoc:onque jindóce au dacryon· 84.2), chom."rhonien (56,2), onhognothe (96,9; mais pragnothlsme SOUS·no$01).
"Type m~lterro:néen o"'k!n" (Al) d'opr•s lo structure crnnio-fociole; fe prognoth1sme sous-no.sol et la ehom~rhlnie sonr doa lndlces d'une hybridot1on avee le "type
grimofdoide" (AB,) .
(Z2) P. GRAZIOSI : "L'uomo fossilt dclla Barm• Grande al Ba1zi R~Msl nel Musco
di Mcntone~, Atcbivia pc:r I'Anuopologia e la Etnologia, LXXU. F!reoze, 1942, pp. 22-50.
(23) P. DB LAS BARRAS DE ARAGON: "Exploucionn de D. Manuel Góagora",
Mcmoriu dt la Socirdad l!speilob de Anuopologla, Emogn(la y Prth.istoria, Xl. Madrid,
1932, pp. 6-10.
-20
[page-n-23]
LB PROBLEMB DES NEGROIDes
CUEVA DE LOS LETREROS.
Chokolitl-uq~e
u
anclen.
Sujet 188 (fémínln): rnésocr6ne (79,4), orthocr6ne (potion: 61,7), lapólnocrone
fporíor>: 71,1 ), crétes moyennement drvergentes (78,6), métriométope ¡6!>,1). foce
cilroite por rapport ou cróne (91,6), choma!er>e (46,8), méséne (51,1 ), rnésoconque (indice ou docryon: 86,1), choma!rhlnlen (54,1 ), ort:,o ó rnésognathe ovec léger progr>athu;me rous-nosol.
"Type olpíno-médlterroJ1éon" (A>) ci'opres lo structure cronlo fociole; le prognothismc SOU$·noso1 et lo c:horn..-erhinle sont des indlces d'hybr•dotlon ovec le "type mé-
!<1-grlmoldo"ide" (ASt ).
VALEN.CIA
CUEVA DE ENGUERA. Néollthlque (24).
Sujet num. 86 (mosculin): soos-dollchocrane (17,~). hy¡>Sicr6ne (parlen : 64), métróoc:rone (porion: 82,6), crétes moyennement divdrgen:e• (83,3), eurymétope (69,4),
chomreene (40,3), chomzconque (índice ou docryon: 76,9), chonurnonien (55,91, orthoonothe (réglon olvéoloíre endommogée).
''Type- olpino-méditerranó'en" (At), d'opres lo struc:ture ctonio-fociole; les vostes dimet~sions. de lo bQite crónicnne et lo chomrerhinie indiquent u,..e influence do "l'orchi·
type" (ABC).
MONTE DE LA BARSELLA. Cholcollthoque (~ec Componiformes) (25).
Sujct nurn. 7 (mosculin): sous-dolíchocrOne 115 ,7), chama!er6ne (68,9), topéinocoOne (90,9), crétes tres dovergentes (70,6). sténometope (65,2), foce moyenne por ropport OU Crone (92,4), chOma!ene (44,5), euryimc (48,1), Cnoma!CO'lQUO n3,1), cnOmi.C•
rhínlen (57,5), orthognothe (95).
"Type rnéditerronée:n anclen" (fq) d'opris l'ensemb1e des coroct~res; lo n.ette dla-.
maerhínio indique u ne hybrídotlon avec le "type méso- grlmoldorde" (ABs).
CUEVA DE BENI SID. Cholcollthíque (26).
Sujot num . 13 (lémlnln): dollchocr6ne (13,2). chamrecrone (68,9), métríocr6n crétes moyennement divergentes (81,3), euryrnétope (73,6), orthornetope (85,3}, lace
tres étroi te por ropport au cróne (86,6), métríenc (50,7}, lepténc (58,6), mésoconque
(84,6), leptorhinien (45,8). mésognothe ( 100).
"Type grímoldoT
dc" (AS,) d'oprcs lo structure cronio-foclole; l'obols ..ment de lo
voGte crón1enne et to forme étroite du nez. lndiquent une hybridocion ovec le "type:
méditerronécn oncienu (A1) .
CUEVA DE LA TORRETA. Cholcolithíque (27).
Su)ct num. 1 (mosculin): sous-dolkhocrane ¡75,41, orthocrone (72,2), métriocrilno
(95,8), crétes tres divergentes (74,6), stenométope (69,2), orthométope (87,7), foce
lres étroíte por ropport ou cr6ne (86,8), chom¡eene (41 ,7), euryene (48,8), chomzconque (70,7 ), chomzrhlníen (5 1,1 ), rnésognothe (99).
(24) F. DB LAS BARRAS DE ARAGON: "Cráneos y otros restos hum.a:DO$ prode la Cue"" de Bngutt11 (Valencia)". Memorias de Ll Sociedad Ilspwlola de Antropología, BtnograCia y Puhistoria, IX. Madrid, 1930, pp. 79-84.
(25) V. LBBZELTER: "Sobre al,guoos etáneos eneolíticos del Este de Bspaño~, Az~dentes
tluvo de Pr
Valencia, 1957.
(J:1) FUSTE: Op. cit. note 26.
-21 -
[page-n-24]
12
R.
r.
CHARLES
"Type médlterronH.n oncien" IA1) d'optk lo structuro cron•O·fodole; lo forme de
lo boite cr6nienne, lo chamzrhinie el fe m6.agnoth•sme lndlquent uno hybri
S•i•t num. 9 (f6mm•n); mkocrone (18), chomaoa6no (69,3), topeinocrilne (88,9),
cr6tes moyennement dlverQenles (83,7/, m6trlométope (68,9), orthométope (88,1 ), lo·
ce trbs étraite por roppor1 ou crone 88,1 ), chomreene !44,4), mósbne (50,4), móS<)..
conque (83,3}, hyperehommrhinien (61,3), mkognoihe (100),
uType oloino·médlterronéen"' (Ad d'opr•s lcr structu.ro cronJo... foelole; l"hypercha·
mmr+,inie et le l't14tso;nothisme indiQuent une hybndotion cvec le "type_ méso.gril'r\Ol·
do•de" (AS,).
BARRAHC DEL SIHC. CholcohthlqUe (29}
Sujet fómin1n: sous-dolichocráne (71,6), ch0f'n<10Crá~ 167), to~•nocn!lne ¡86,3), cr4·
tes tr&s d1vergentes (78,9), stenomótope (64,7), orthométope (85,2), lace étro.te por rop·
port ou crlmo (89,2), métrl~ne (48,9), móslnc (54,8), mésoconque (82,5"), leptorhlnl (45,8), mé!ognothe ( 102,.2).
"Type meso-grlmoldoide" (AB,) d'oprh lo structure cronlo-foclole; l'oboi$SCfllent do
lo voúte crl>nienne •• lo leptorhinle lnd•quont une hybrldotion ovec lo "type olplna·mó·
dltt'ttonéen" (At)
CUENCA
ALCAZAA DEL REY. Neohth1
que (30}
Sujot num. 16 (mosculln): dollchocr6net (72,6}, orthocr6no (70,1), móltlocrOno
¡9e;,4), crétes moyennement divergentes (81,4), eurymótope (7 1,6}, chomzlone 142,6),
chorNoconque (lnd•ce ou óocryon: 65,9), cho'""'rhmien (56,2), orthognoth" (86,3).
"Type méditerronéen anclen" lA.} d'oprés In structure cran•o-foc•ole; lo houteur
un peu plus g
Sujrt num . 19 (mosculin): sous-dohchocr6ne (76,6), hyps1cr6N n1,6), mótrlocn!l
no {92,9), cr6iO$ moyonnement d•vergenlo5 (83,8), eurym6tope (70,2), lace elroite por
ropport ou crone (89,'1), métrléne (49,7), lept~ne (58,1 ), mó$0Conque (lndice ou do·
cryon: 85,1), hypercho.,..,rtu nien (58), orthognothe (89,1; mols prognothlsme sousnosol).
" Type méso-grlmoldoide" (ABt) d'oprh !'ensemble dH coroctl:res; lo houteur un
~u plus grande do lo boite crl>nieMe et l'orthognolh•sme lociol lndlquent une hybrldo·
hon ovec le ~, rype 'b4rtQue-f' (C,).
Sujot num. 37 (moscuiln). dolichocrllne (72}, chom.'lecn!lne (pano": 52,1}, top61nocróne (10), crétes moyennoment d•wrgentes (84,8), foce lttrolte por r - r t ou crl>net
(enviran 90), métrl6ne (enviran 49), méoene (54), hypslconque (Indico ou docryan:
90), ehoma!rhinlen (52), mé¡ogno lh• (de 98 b 100).
"Type gr,moldo7do" (A8t}.
Sujet num. 45 (mosculln): sous-dolkhocr<'Jne (16), b voúte surbolssée (cho""""r6no,
topólnocrone), cr6tes moyennement d•verQentes 182), sténometope (60,4), foco étrolto
por ropport ou cr6ne (envlron 89}, mólfil:ne (52.1 ), mósoconque (lndlce ou docryon
87 ,8), chczm.orrh•nien (52,1 ), mósognothe (unpossible o évoluer b cause dn déformot;ons .. post·mort~").
"Type méso-gnmoldoide" (AS,) d'oprh lo structure cronio-foc10le; lo riduction de
(28) FUSTB: Op. ch.. note 26.
(29) FUSTB: Op. cit. note 26.
(30) F. DE LAS BARRAS D1! ARAGON: ''Esrudio ele los eriueos procedente. d e
un yacimimto neolltico de Alcl2ar del Rey (Cumat)", Memorias de la Sociecbd Bspoñola
de Antropologb, EtDOpa!b y Pn:historU., x_ Madrid, 1931, pp. 3-93.
-22-
[page-n-25]
Ul ~ROBI.bu! DES NEGROfDBS
13
lo houteur de lo bohe eronienne Indique une hybrldotoon ove<: le "type o1pmo-m6dito·
uonéen" (Al}
SuJct num. 76 (mosculln): sous-doto
chocrlíno (76,4), hypsicrlíne (77), ocroerone
(100,71. cretes trh divergentes (71,5). me!Tklmétopo (66,1 ), foce omenuoRe (83,8),
chom.:rine (47,8), lepteno (57), chom.le o ~nque (lr>dice au docryon· 85), cha·
""'"'""'en (54), orthognothe (88,4).
""TYPt olpíno-tTl~chterronétn" (A,) d'opti.s lo structure cronto-fociale; les VOIIB
d•mem10m. de lo boite cr6nttnM et lo chotna!rtunttt lnchqutnt W\e récurrenc.e dt 1•of'·
ci-hype CABC).
CAT ALOGI'oiE
SAN QUIRZf DE GALLINERS. Néolithique (3 1).
Sujet num. 1 (mosculon): dolichoc<6ne (74,3), orthocróne (71,1 ), metrioer6ne (95,6),
cr6tes moyennement doverg;ontes (85,9), eurymétopo 170,5), on~topo (89,3), loco
moyenne por rcpport ou cr6ne (92,1), hypsol>f'>SOPe (87,B), metroene (51,1), leptoproso~ (95,3), loptene (55,5), ~ue (B2,1 ), loptomtnien (45,B), ~nothe (1 01)
"Type grimoldoide"" (AB1 d•opres la structure cran.o-foctole~ lo leptorhtnie •nd1que
l
une hybr~datton ove< le "type OQU•1ano,-méd,re:rronée.n" fAC1).
Su jet num. 2 (mosculin); boite cmnienne allong6e ovec YOUie moyenne, orthom6tofoce moyenne o torgo por ropport ou cr6no, métrléne;
mé~ne (52,5). méooconque (77,5), chDIT\il!rhlnien (56.Bl, mésognothe (por estomotlon).
"Type grlmoldoíde" (ABo).
Sujet num. 3 (mosculln): dollchocróne (72,9), voOtc moyenne, eurymétopo (73), o rthométope; loce proboblement moyenne ou bosse; mhorhlnlen (48), prognalhlsme souspe 189,3), \lr01$embloblement,
nosol occusé.
uType: gr1mokfoide" tAS;) d•op,is l'ensembfo des coroctir.s; les proport,ons du nez.
or>dlquent une hybridotlon ovec le "type médohorro~en anclen" (A•)Sujet num.. S (moscultn): fori'Y'Ie de lo boite cr6:nicnne 1nc:onnue; frontal ort~tOpe.
toce moyenne, ne< lorge ovec bow des 6choncrures arrondoo, orognothl$me sous-nascl
c«us6.
"'Groupe grimoldoode" (AB)
Sojot num. 6 (mosculln); boite u6noenne allong6e ovec YI)Ute moyenne lí lorge; ortfow>mét~,
ptognothisrne sous.-nos.oL
"Type grlmoldoode" (AB1) d'opres l'ensemble des corocterH; lnfluenee du "'typc médlterrot1éen anclen" (A,) •• troduisont dans lo morphologie du lroMol.
Sujot num. 7 (mosculln): bolle cr6nionne moyenne, orthacróne (parlan: 60,7), voüto
plutlít lorge, fro nt largo; loco pr.)bobloment movenne. m6soconque (19,5), prognothlsme
~S.. r'!OSol occusé.
"Type méso-grimoldoide"' (ABt).
Sujet """'· 8 (moscultn): dohc:tlocrone, ortho ó hypslcrOne (porion: 63,1), VOÜII moye-nne, eurymétope, orthornétope; foce proboblemmt moyenne, prognathlsme sous-nasot
oecuse.
'"Type grimoldoide" (ABo)
Swjet num. 9 (~onln): dolichocr6ne, chorna>crlíne, m6triocrOne, eurymétape, orthO·
m6tope (84,7), phéno1yge, m6trioprosape, métr~ne, mésoprosope (B4,5), mési!no (51.9),
rno;soconque (17,5), chom.:emtnien (51), prognathe (1 08,6).
lo structure cranio-foclole met en évjdence un .,t}'i)e négrotde" véntoble (81), moi1
l'obal5sement de la voúte c.rllnlenne e$t le 1émoignoge d'une hybrldotion ovec le "type
~dlterronéen
anclen" (At) .
Sujct num. 10 (mosculln): dollcho o mésoer6no, front lorge er bas; foe• moyenne
o bosse, bose des échoncrures nosoles orror>dle, prognothlsme sous-nosol accu..S.
Vroisembloblemenl hybride des types, "grimaldoíde" (ABo) et "méditerro~en an-
coenH lA!)
(31) FUSTE : Op. ch. note l ,
-
23-
[page-n-26]
a.
14
P. QWILI!S
Sujct num. 13 (masculan) SO
chaJTl.'l!ene (43,6), euryprosope (77,71, euryan "Type olpino-rnédaterro.Wen" (A•) d'oprlls lo wucture cronto-foclolo; la plu• g
Su jet num. 1S (mosculin): baile cr6nienn
de lo foce oppoMaennent ou "rype grlmoldoade" (ABa), olor$ que la bailo cranlennt! esl
de "type oqultoln" (Ca)
CUEVA DE EL PASTERAL Cholcolhhique ovoc Camponafol'tnH (32).
Sujct moscuRn: dolichocr&.e, hypsacrane, ocroc:téne, euryene, mnoc:onque (76,6),
hyper~anaen (58,6)
"Type médite-rronéen onc•en., (At) d'opres lo structure crcnio...foe•ole; IH YO:Stes di-
mens•ons de lo boite crótuenne tt lo d'-omzrhin•o ind1quent une hybr•dotlon ovec une
forme "orch
PYRENEES
SAINT JlAN-DE-VERGES. N6ollthlque (33).
Sujct mooculin: dollckocr6no (12), hyl)!lcr~n" (porlon: 66,8), ocrocr6ne (poraon: 92,8),
eurymétope (1 1,2), foco lorge por ropport ou erOne (96,4), c:t.omnebne (45,3), eury6ne
(41), c:t.omaM:onque (66,6), hyperc:koiNOrhlnlen (60), prCJ9nolhismo sous-nosol occentué.
•'Tye:te médlterronéen onc.;en" (Al) d'oprti lo suuc:ture c.ron,o·fociOle; lo forme plus
~levf!é de lo boite eronal'llne, lo choma!rhlnie ct1 le P'CJ9""1hisme SOU'I·nosol lndlqu""l
une hybridotlon ovec !.. "typ« grlmoldoideH (ABa).
COVA DE L'ESPERIT
(Pyré~es
Oraentoles). Neolithique cordial (34)
Sujet 11um. 1 (.......cuhn): sous-dolkhoc
(7 1,51, orthomélope (81 ,6), foce ~traite por rq>port cu crbne (91 ,1 ), rnétratne (48,51.
m
do lo clef dlchotomlque. En effet, d'oprh eello-ci, le sujet se situer:Jal dons 'e typo AC,
qui en Europe, correspond 6 e o que Cool"' oppelolt les "MéditerronCens p6domorphlquas'•
(Nt?o .. Méditerronéens), che:t lesq\Jels on n'o jamoís observé ni "lorus supraclllor;s-·', n1
profil en forme de '1poin-de·svcrc", nt un "'toru.s occip1tolis" oossl occul6 que chet cet
lndlvldv.
la
boite cr~nienne prósent~ tOu!: les crhi!re:s anatorniquC! caractérlson1 "l'ar-
áaétypt>" (ABC); quont o lo ltruchJro du mossif foclol, c'est hors d'Europe qu'on dolt
en recherche:r las homologues, en nous prnsons qu'elle est due b une hybrJdot1on ovec la
"type llbyco-berbllre" (AC.) Ce wjel pr6..,.,te done des coroct~r~ trhs nell de NO«
(32) F. RIURO: "La cueva del P.stual (provincia de Gerona)", Ampurias, lV. Bar«lom, 1942, pá¡. 189.
(33) R. V. V ALLOlS: "Tr~panation pr&útoriquc sur un c:rlne ari~iJ (Sainl·
jcan-de-Vcqes)''. Bulletin A.n:heolot¡iq~ du ComJt¿ de Trav. Hist. rt Scieot., l9l4-3S,
pp. 43l-437.
(34) J. ABE.LANET et R. P. CHARLES: "Un sitc du N6ollthique anden en
Roussillon: Lo Cow de l'l!sp&ít", Cahien Li¡¡u= de Preru.toire er d'Archeolo¡ie, t. 13.
Monrprlli«, 1964, p. tn.
- 24 -
...
[page-n-27]
LE PliOBlbll! O~S h'J:GROJ'oas
LANGUEDOC
SARGELS. Nóolíthtc¡ue (3:)).
Sujct num. 8 (mosculln). sous-brocnycrdno (82,9), nypsicrór>e (77), mótrlocróne
(92,9), cr8tcs moyonnement divergente• (80,1), m(Jtriométope (68,7), tace moyonne o
largo pqr rappqr1 au cnlne, mótrllme, méseno, mésoconque (78), tn0l'n.13rnlnien (56), mtisognathe.
"Type brochy-gnmoldaide" (AB,).
GROTTE NUM. 1 DU RAVIN
(Herault). Néolotnoque (36).
DE
ROUVIGNOUX,
Commune de Montpeyroux
Sujot num. 2 (f~inin): hyperdolicnocróne (69,3), onnocrone (70,71, ocrocrone
(101,8), ""'lnametape (68,3), lace mov•nne par roppart ou cróne (93,81, hypsoene
!>5,31, lept~ne (58,91, chamzconque (13,7), chamzrhlnren (53,6), mO.O e) ptognothe
fd< 102,9 o 103,2), ovec net pragnathrsmc
4
le móm< cos que les sujrn de Grlmold•; e'•"
dore que d'apres lo clef dlchotomlque.
on le closserall dons le groupe BC dont 11 na posside pos la plupart des caractéristtques,
11 s'aglt oco encare d'un hYbride entre le "type gromoldardo'' (AB1 ) et le "type oquotanomedoterrorn!en" (AC,) dont l'tnflu•nce se tradu11 pc¡r l'étroitesse de la boite crónlenne.
Sufct num. 4 (en~anl de 6 ans): lo balto cranlonno manque, mais d'oprb lo forme
du lrontol, on peut la su¡¡poser moyenno; mósbno (50), hypslconc¡ue (81 ,5), chomrorhl·
nlen (55,21, lret net ptognothlsme sous-nasol.
''Type méso-grimaldolde" (AB,).
Sufett """''· 13, 14 ct 15 (frogmentalres), prO.entant un prognathlsmo sous-nasol
ccrocten,tlque de l'mflutnce du groupe AB, mals avec u.ne ouverture piriforme euf'Oo.POrde Ces troos tujets oont done des hybrodes.
Sujct num. 16 (mc>Ssif facial osale): lace largo, nn largo avec base dédo<¡blée, net
progno1h1s.me 50\IS-nasol. Morpho1~1e corocléristique du "groope AB"
o
C::ROTTE DE LA TUl LI ERE, prh de Vollcne
cr6tes moyennement d•vergentes (81 ,~1. eurymétape (72,"11, arthométope (851, fal!e lor\14 pQt ropport ou cróne (96.21. m.!troéne (52,31. méseno (54,4¡, mósoconque (90,71, hv
perchom
"
pe l'nÓdllerronécn onc1en 1 (A\).
GROTTE DU ROC- OES-FEES. Chclcolithlquo (39).
Sujc t num. 1: brochycróno (89,6) 1 nypslct6no (80,4), topéfnacrane (89,7), sténomótopo (65,3), face étroite por roppc¡rt ou crono (91,8), métrlene (48,3), moheno (52,61.
mtt•oconquo (80), leptarhinlen (45,3), pragnathe f1 05,4).
(3S) M. MARQUIE: "Erude sur I'Anthropologie de I'AveytOD", Touloux, 1949.
(36) R. P. CHARLES: 1954 (meruunuians iotdites).
(3;) R. P. CHARLES: "Lo grane du Ro vio de Rouvigooux, comtmmc de Montpoyrou~", Cahicn Ligures de Prébistain: (38) R. P. CHARLES: "EEude onthrapo!oaiQue de 14 crinc:s nco-ém!olithiques du
G<.td", Cahicn Ligurcs de Pro!histoire et d'Archeoloaie, 9, Mootpcllier, 1960, pp. 114-126,
fi~ 10.
{39) A. VIRE et S. GRONE\VALD DE MORTII..LET: uGrotte ossuaire néolithique
du Roc-des-F6:s au Puech-d'Ambouls prb de N~nt (J\veyroo)", Revue Anthropoloaiquc:,
49, París, 1939, pp. 84-LlS.
-254
[page-n-28]
16
Lo structure ''anio-lacialt ttndroit o mettre en évldenc:e un "~ negroide" (Bol
virrHable, mals Jo Mute:ur de lo YOU:te cr&.nrenne et l'érroítes.se de l'ouverture pirífCH"mt'
•nd1quent une influence
Sujltt num. 2: hyperdollchocr4nt (69,2), orthocróne 170,2), acracr6ne 11 02,3), eurym
chom;econqoe (13,1 ), hypcr~amil!rhonum (61,3), mésognathe (l 01)
"Type grimotdoide" (ABa\ d'opr~s !o &tructure. cranlo .. foclale; lo formo do la boite
cranlcnne indique une hybridotion ovec le "type OQuitono-módherronéen'' (ACt).
Sujet num, 10: dolochocrc!lno 170,9), chama!cráne (69,3), métrlocrilno (97, 71, curymétope 171,9), foco moyenne por ropport au eran" (92,5), métriline (50). mhbne (54,1 ),
chomll! o mósoconque (15), leptorhonoen (45,7), prognothe (110,9).
Lo strvc-ture cran•o-foclole tendra•t O mettre en évtdence un "type ~rotde" IB1I
vfritobfe1 mais l'étroltesse de l'ouvenu~ piriforme et l~oboiss.ement de lo voUto c:r6nlenne indíquent une hybrtdouon ovec le- ,. type_ méd•terronéen ot\c:ten' lAt).
Sujet """'· 11 : sous-doh~rónt (75,61, orthocrime 1741, mérnocrone (97 ,8), métriométope (67,8), foce lorge por ropport ou cróne (95,7), cha
Lo strucrure c.ron~tocJcle .ndtqutrott lt "rype l'nto(.iJrerronécn onc•en., CAt) tn011 ceci es1 un fon d'hybridotten co• tOUTo les cutres coroc~res opport1ennent ou ·~type mnogromotdoode~ (AS:)
n
OSSUAIRE DES COTES·DE-ROQUEFORT. Chokollthoque cncoen (4C)
Sujet ..um. 1 (enlont): m.;socr4nt (77,8), orthacróno> (10,5), ropéonocn!tne (90,6),
crétes moyennernent dovergente• (80,2), métriométope (66,8), lace omenuos~r ('71; ca·
ractere pédomo:ophoque). hyperc~one (35,9, coroctére p!domorphoquo), mtl~ne (50,5¡,
chomoecanque (72,6), cham.>!rhlnien (57 ,5), orthognatl;e (94,1), ovec ner prognathlsme
sous.. notal.
"Type alplno-mo!diterronéen" (Al) d'op~' lo structure cranlo-focioto, lo chammrhlnle e t le prognothísmc: sous .. nosol lncUquent une- hybrldotton ovcc: le "type rneso.. grlmat
doide" (ABo).
GROTTE DES TROIS· TERMES, pr~s do Corconne !Gard). Logurlon anclen (Chal tolo ·
rhoque) (4 1).
Sajet nurn. 1 (enlont de 5 ""'' ' vroo.embloblement mé>OCrllne, d'aprts le degré d•
dove
~Type rnéio-gt1matdoide~
(AB:l.
OSSUAIRE DES BARASQUETTES,
o
Peyguerolles (Hérault). Ug.:rien anclen (42).
Sujet """'- 1 lmoscu11n): dolochocrone (73,6), orthocráne (71 ), métroocrbne (96,51
foco largo por ropport ou crisne (95,8) métnene 152,3), mé.ene (5-1,6), mésocor>qut
182,5), charm!rhinteo (54) .
"Type grimoldoide" (ABt).
GROTTE D'OULINS, Le Garn ¡Gord). Lo
gurien oocien (43) .
Sujet mo¡culln : hyperdollchocrc!lne (69,7). orthoctOne (71,2), acracr6ne (102, 1), loe~
rreo lorge JXIt rappor1 au cr6ne ( 100), mótrienc (49, 7), choma!conqua (65,9), cham"'·
rhinien (55,1)
"Type grimo1doide" (AS&) d~oprb lo 1truC1ure cronio-fotiole; bolte crllnle-nrw: de
' 1ype oqultono-méditerra~n" (ACtJ
(o40) L. BA.LSA.N et R. P CHARL.ES: 19S6 ('médit).
(41) R. P. CHARLES: ''Erudc deo restes bllD'.ains de b gn>nc des Trois-"fcrmca",
Cabica Lif!U"S de PrB>istoin et d'Atchcoloaie, 6, Manrpdliu, 19S7, 11'11! 31, 6¡. 6.
(42) R. RIQUET: "!.« populatioru neo.bléolithiques du Bas-Lan¡uedoc'', Bulletin
ct Mmloires de 1~ Saci~té d'Anthropolo¡¡ie de Puis, X sér., VJI. Patio, 19S6, 11'111· 3S2.
(43) RIQUET: Op. cit. oote 42, po¡. 3SO.
-26
[page-n-29]
17
GROTTE SEPU LCRAU DE PERN ILLE-CE%1 (Go«!) Uguroen onc•en
Sujet fóminho: dolichoer&ne (72,2), thomliiiCrbnc (65,7), tapetnocr&ne (91,2), foco
mOyenno por ropporr ou ao"" (94,1 ), mfrriéne (50,3), mé~ne (53,4). chotNOConquo
1701, chamerhinion (51) .
.. Type gnmoldoide'' (ABt) d'opres 1o struc:tur6 cronlo .. fociole; influence du "typo
tr~édlterranéen anclen" (A1) se trodulsont por un oba1sstment de lo vOúte c rOnfenne.
AVIN DE L'HOSPITALET-DU-LARZAC (Avoyranl Llgurlen anclen 11 moyen. IChal
cohthlquo 6 Bronu anclen) (44 ).
Sulet mosculin : dolichocr&ne (73,4), orthoerono (porlon: 61,2), moHrlacrbno (porion;
83,4}. triles trb d ivergentes (16,3), sténomotope (62,1 ), orthométope (88,9)
• Colvo"o" de morphologie "orchétyp•que" (ABC).
DOLMEN DE LA MARCONNIERE (ladro). Ugurien
"""' 95,5), eurym~topo (i 1,1 ), foce rrb largo por ropport ou crbne (98,5), hY9$iino
(53,3), mHine (54,5), mé>oc:anque (83,7). c....,_h,noen (52,4); O
PROVENCE
ABRI PENDIMOUN. Néollthique cordial 146).
Sujot mosculin : dollchocrone (71,02), hypslcr6ne (77,43), ocrocrone (109,02), c~tos
trH di ..rgentH (18,18), eurymotopo (68,51), foco étroite por roppon ou etone (91,4),
n\lhrlene (51,61, lept~no (56,45), hypslconQU th~ (91,07), ovec net prognathlsme sou.-nasal.
"Type grtmoldoide" (ABtl d'Gpres l'ensemble des caractarH; la morphologte de lo
boite <:rOnienne •• l'orthognoth
AVEN DES CRANES A BRENON (lfor). llgurten moyen (47).
Sujet num. 1 (movultn): rneoO
nWf,OQnothe ovec prognothisme sous·nasol occenlué.
"Type m6so-grlmoldoide" (ABd
AVEN PlERIMOND (lfar). Epoque dot Chomps d'Urnes (Bron:e ftnol) (48).
Sujot num. 1 (mosculin); dollchocrO.ne (74,'1), hypslcr6ne (portan: 65,1\ ocrocr6n•
(porlon: (17,6), crtitos moyennement d ivergente• (80), stónométope (65), lace moyenne
pot rapport au cr6ne (93), chamaoéne (44,7), euryéne (48), hypslconq~ (91), chom,..
rhlnlen (55), mésognothe ovec prognothisme sous-nosal.
"Type grtmaldoide" (ABt) d'oprb l'enumblo des caroctires; lo réductlan de lo houtour de lo foco esr due lo une hybridotlon ovec: le "type méditerronéen oncion" (Ao)
(44) R. P. CHARLES: 1963 (inédtt).
(4S) R. P. CHARLES, 1958 (ia~it).
(46) L. BARRAL: "L'bomme catdial du Castellar, abri Pa>dimoun (A. M.)", Bulletia du Mutk d'Anthropologle Prihistarique de Monacx>, S, Moaac:o, 1958, poa. 1S2,
ft¡. 10-11.
(47) J. BRACCO: "Les bonunes de l'avm des crines, commuru: de BteftOn (Var)",
Bl.lletin du Mutk d'Antbmpologie Prihistcuique de Moruoo, 8, MoMeO, 1961, pog. 22S
(48) J. BRACCO : "Les hommes de l'aven Pl~rimond, commune d'Aups (Var)", Bulleun du Mu.Oe d'Anthropologic Préhistorique de Momeo, 9, Monaco, 1962, pa¡. Z21.
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18
R. 1'. CHARLES
TUMULUS OU COTEAU-DES-ADRETS. Premoer 6ge du Fer (<19).
Sujct mc:sculin: ~ne (19,4), voüte bosse et étroite; crites 1rCs divergentes
(79,3), eurymétope (70,21, loe~ plut6t :orge e• bo>se; cl>om.zrhtnttn (53,8), net progno
rhrsme sous·nosal.
Hybridt des hc>n, "ofptno..médtterrcnloen•• tA:) er '"méso-grm~ldo1d-eu {ASJl
ITALIE SEPTENTRIONALE
SANGUIHETTO. Neoluhique (50).
Sujet num. 1:
dolichoc-rOne O voUte moyenne; chamzconque
(mdf~
ou docryon .
80,55), chom..,rhínien (55), prognothe.
"Type grlmcldoido" (A81 )
Su jet num. 2: sous·broehycróne (80), lote allongée (Indico do Broce: 7 1,7 ), .:ho·
n,.,.;or>que (indlce ou dcvryon: 82,8), chom.x'rhlnlen (53,3), prognothi•me olvéoloor•.
"Type bro<:hy-grlrno'doode" (AS.).
VEROHE. Uguroen onco A (Néohthlque final
en
o début
du Cholcolithlque) (51) .
Sujct mO>culin: dohchocráne (73,9), Orthocráne (72,8), ocrocráne (98..51, foco rnoyonne, c~m..,pro'D!)e, choma:que (84,9),
chom;rrhoníen (54,6), prognoth>sme sous-no101.
"Type mtidlterf"oné~:n onc1en" (At) d'opr~~ lo structure crOt\lo .. fa~•ole; lo morpkolo
gto de lo boite cr6noon11o, lo chom.,rhlnla et. lo prognot hlsme .aus-no•ol Indiquen! uno
hybrldotlon ov~ le "typo grlmoldoide" (ABt)
POLLERA. Logurlen oncieo (Cholcoluhlque) (52).
A: sous-dolochocróne n1.11 lote rnoyenne, Con prognothlsme sous-nosol
"Type méso-gnrnoldoode" (AS.).
Suj~t
BERGEGI. Liguroen anclen (53)
Sujo~ num. 1: dolíchocr
"Type grlmoldofde" (ABt!
Sujet num. S: boite cr6nlenne Incompleto, proboblement m~r<'lne á voüte bosse:
~ (851 euryen<> (~8,2), cho,...,rhonien (55), prognoth.,..e.
Hybrode des typ "· "olp.no-medolenon~tn" (A,) et "~·oromoldoide" tAB,).
GROTTA OELLA CARBOHARIA. ltgur~tn moyen (civilosatoon do R
t92,4), eurym6-topc (72,7¡, foce élrOole, hypslconque (Indico ou docryon: 94,3), chomrorhlnlen (52,5), orthognothe ovec prognolhl$me SOtJS·nosol,
Hybrlde des tyi)H, "olplno-médlterron«n" (A.! el "méso·grimoldoode" (ABJ!.
(49) R. P. OIAIU.ES: "Non: anthroPQlOJique sur un tutet du pmnicr Jge du Fu
d«Guven d:lns le m•ui( de 14 Soillte-Baume (Var)", Bulletin de 14 Sociité Prthistorique
Frant;aiJI<:, LIII, Paris, 1956, pea. 128.
(SO) R. VERNEAU: Oo. ch. note 1, pag. 173.
(S I) V. GlUFFlUDA-RUGGBRI: "Ommc:nu du N~líthique rEccnt rrouvés A V~
rone", L'Anthropolo~ie, XV, Paris, 1904, paa. 31.
(52) R. VERNEAU: Op. cit. note 1, po.¡. 175.
(53) A. MOCHl : "Conu:ib~I~Qo all'antropologia dei N
(54) 11.. ISSEL: "Not~ palemo!ogidte ouUa colleziooe dd Si¡. G. B. Rossi" Parrues, 1$93.
-28-
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LB PROBLB/.11! DES NEGROIDES
19
GROTTA DELLA NOCE (IL POGETTO). (lo
gurlcn mO)Ien) .
Sujet num. 9 {fémlnln): dolichoerlíne (74,9) 1 orlhocráne (70,9), métriocróne (94,8),
métrioméaope (68,7L foce moyenne, chomreene, euryéne (41 . 9), chorn~onque 'u'ldice
•~ docryon: 80,6), chama!rhfnlcn (54,5), orthognatho ovec P'ognathí$me sous·nasol.
Hybrlde des types, 11 medlterronéen oncicn'' (A1) et "grlmoldoide" lA.St) ,
ITALIE MERIDIONALE ET JNSULAIRE
SICILE. Slcul• anclen 1 (Néolithique final o Cholcollthique) (55).
Sujct 726: mesocróne (79,7), orthocróne (74,6), mátriocróne (93,6}. foco moyenne
o large, mélrlenc, mésene (51, 1), chamreconque (indlce au docryan: 81 ), charna>rhlnle•
(51,1 ), prognothe (1 03,1 ).
"Type m~so-gnma ldolde" (AB:).
Sujot 730: mésocróne (18,6), orthocróne (12,2), topáinocrone (91,9), foce mayenne
6 !orge, méll·ienef mé.skne (54,4) , chom.rconquc {indicc ou dotryon: 78), lepthorh.nie-n
(46), mérognothe (1 00).
11
Type méso-grimaldoide" tAB~) d'opr~s lo structute c:ronio... foctole; l'l!lorgissemenr
(A,).
SICILE. S•cule oncicn 11- 11 1 (Cholcolithlque ovec Campaniformes) (56).
Sujet 2758 (masculln): dollchocráne (72,2) á vaute moyenne, foce moycrone o large,
métricnc, m~ne (50,8), choma.conque (índice o u docryon: 81 ), chom..,rhinien (54,7)
mésognathe.
"Type grlmoldoíde" (AB1 ).
VALVISICOLA. Cholcolíthlque (51).
Sous-dalrchacróne (76,7), chomaocrane (69,9), topeinocróne (91,2), cr~.. mO)Iennement diwrgente; (83,9), eurymétepe (14, 3), foce largc, chom.-eene á mé~riene, eury~ne
(48,8), mesaconque. (81,5), chOma)rhinfen (57 ,4). net pragnothisme $0US-nosof.
Hybride des types, "olplno-mécliterronéen" (A:t\ el "méso-grimoldoide" (AB,).
1SNELLO. Branzc moyen (58).
Sujet 2580 (mosculln): dolkhocróne (13,1), Orthocr6ne (10,9), métriocróne (97 ¡
foco cmez lorge, ch
Sujet 2 582 (féminin): saus-dalichocróne (75,2), foce p lut6t lorge, métriene, mésoconque (78,9), chomoorl·linlen (52, 1), net prog nothisme sous- nosol.
"Type méso-grimoldotde" (ABJ).
SICIL.E. Aoe du Bronze (59).
Sujet 2221 (láminln): mésocréine (18), arthocróne (13,4), métriocrane {92,8), foce
mcyenne. chOJTim O métriene,. mésCnc (52,4), -ehomcerhinien (.52.2).
Hybride des types, "olpino-méd•lerronéen" (A,) et "meso-grimoldoide" (AB,I .
(SS) G. SERGI: "Cnmi siculi neolitici", Bullettino de Paletnologio luillana, XVD,
Roma, 1891, pag. 1S7.
(56) V. GIUF.FRIDA-RUOGERI : ''Terzo contributo all'Antropo1ogia [isiCil deí Siculi oncolitici", At:ti dalla Societlí RQmana di Annopologia, XI, Roma, l90S, pag. 56.
(S7) G. LANDRA: "Un cranio e fr.unmcnti schclctrici enoolitící' di Valvisic:ol:t (Sern ooneta)", Rivista di Antropología, XXXI, R oma, 1935-37, pa¡¡. 417.
(SS) V. GIUFFRIDA-RUGGI!Rl: "Nuovo matcrialc schdctrico dclla Caverna di
l $neUo", Anl dclla Soclet~ Romana di Antropologlll, JX, Roma, 1903, pag. S.
(59) G. SERGI: "Crnni preistorici dclla SiPJia", Atti dclla Socictá Romana di AnnnpologÍll, VI, Rolllll, 1899, p¡\g. 3.
-
29 -
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20
NOVILARA. Bronte finol (60).
Sujct num. 7 (fémlnln): dollcnocrone (10,6), orlhocro~ (10), ocrocrl>ne (99), foce
large por rappotl au crone, mélrlene, mésenc (52,4), mésoconque (80), charrneerhinien (56,5).
"Type grlmalcloT
de" (AB,) d'op.-M l'e.....,mblo des carocléro>; l'étroltesse do la baile
cr6nienne <><1 due o une hybridotíon ovec le vorlété "mégallthlque" (C1 -AC) du typ~
nl!o·médlteNon~n.
Sujct num, 35 (fóminln) : saus-
ne, métriéne, le¡rtoprasopo (91 ), mé>ene (53), net prognothlsme sous-nasal.
"Type
"méso-gt~maldo•de"
Sujot num.
(AB,).
42 (fémTnln): mésocrllna (19), hypslcr6ne (79), acrocráne (100), face
lcrge por ropport ou cróne; métr1enc (48), ~pe (88), euryér>e (48,8), m6socon ·
que p9l, chammrhlnoen (57), prognathe avec r,.t pragnalhisme sous•na>al.
'Type mésa-grimoldoide" (A~) d'apr•s lo s1ruc1ure cranio-foctole; lo hauteur et
Vetro1te~se de lo boitc crOnieMe lodiquenr une hybrídotion ovec lé Htipe onotoJien" (U,
GRECE CONTINENTALE
MA.RCOPOULON (An,que). liellodk¡ue recent (Sranze moyen) l61).
Sujct num. 18 (mC1$culln) : dollchocr6ne (73,6), ortnocrcine (70,5), métriocrone (95,8),
métriom
"Type grJmoldoTde'' (AB 1).
VIEUX PHA.LERE, pres d'Ath~nes. S...b-mycéniefl (Sronxe final) (62).
Sujct num. 15: boite cr6n1e1,,e rres ollongée; c.retes moyenneme.nt divergentes (80,9)1
leptaprosopo (95,2), mhsene (52,8), chcm<~>CCnque (75), chamaorhinien (56); prognechisme sous-nosol.
"Type grimoldoide" (AB11 d'oprh la stru~ture cran•o-faclale; morphologie do la
boite crónienne lnfluet~eee por lo voritlte "mégolithlque" (C1·ACJ du rype r»o-médlle-uonéen.
PELOPONNESE
NECROPOLE DE CHELIOTOMYLOS, prh de Corinthe, liellod¡que oncien (Chalcolo ·
lhic¡ue) (63).
Sujet num. 16 (f
(84,1 ), métriene (48, 5), leptoprosope (90,2), mésene (521, chom:.econque (67,4), ehont;erhlnoen (55,5), prognathe [1 03,1 ),
"Type grlmaldoide" (AB1 ).
(60) G. SB.RGI: "1 sepolcreti w Novilara (Pesara}", Atti della Societa .Romana di
ROlllll, 1907, p•g. 129.
(61) L . J. ANGEL: "Skeletal Materíal from Attica", Hesperia, XIV, Princeton, 1945,
Anuopatoga,
vrn.
¡;og, 279.
(62} l . G. KOUMARIS: ''Kroniologlkru pamtuéseis epi 16a "" koínó t!plto kloioph6ron skeletón rou P. PhJllórou". Athenu, 1915.
(63) R. P. CHAlU.ES: "Les sujeu de Chéliotomylos, pr~• de Corínlhc", Cahlen
l.i¡¡nres de Pn!bistoire et d'Arcbealogie, U, Montpelliu, 1962, pa¡. 229.
-30 -
[page-n-33]
LE pROl!LiJ,m DI!:> StGROTO::S
2L
Sujtt n~m . 24 (moscul~n): ~6ne (78,6), orthocr6ne (70,2), tapéinocrone (89,3),
crétts moyennement dovergentes (83,3), métriométope (66), orthamo!tope (88,5), toce
trú ~trolto I)Qr roppOrt ou criine (88,9), chomoeene (44,6), mc!s
"Type olpono-módlterran~" (k) pour l'en$Gmble des coroctores; le mésognothllme
indique une •nflutnce du # type m!so-orimoldoldc" (ABs).
Sujot num. 34 lmasculln): dollchocrane (70,6), chomax:r6ne (68,3), m~lrtocr6n~
(96,7), c réteo moycnncment divergentes (83,5), eurymótope (73,7), ortnométope (82,3),
foce moyonne por ropport au crline (93,4), hypsléno (54), loptenc (57 ,7), (nom~t>con
~ (73,9), cnam..rninlen (51,8), mósognot he (98,5).
Voric!tl: "m~olllhfc¡u•" (C 1-AC) du type nl:a-mc!dlterronéen d'oprb lo structurt
cronlo-fociolo; le na Jorge ovec la base des c!choncruces dc!doublee, el le fort prognotl>lsm< 50US·nasol, lndoquent une onfluence du "type gromalclaode" (AB,)
.ASIHE. Hellodoquo rnoyen (8ronze ancien) (64).
Sujet " ""'· 18 (féminin): saus..
oragnathosme 50US·r>OSOI.
Hybrode c!es type>, "alpona..-nédoterranéen" 1"'1 et "m~-gromaldoide~ (AB,).
Suft l n~m. 14 (moKulin): mésocr6ne (18), chatNOCrono (69,2), topóinacrone (88,8),
>ic!namo!tope (62,5), lace omenuos.!e !19), chQn\lt'Prasope (711, chomzéne (46,7), lepta·
p!osape (97,5), lepteno (59,2), chom~t>CQnqUo (67,5), chorNerhinien (53,1), mésognothe
(enviran 100)
Hybrido des rypes, "o1pono-módltetronc!en" (Ao) et "méso-grimoldoíde" (A87)
ARGOS. Hellodlque moyen (65).
Sujot """'· 91 (fémínln): hyperdo1ichocr6nc (65,1 ), orthocronc (74,31, ocrocr6ne
( 112,2), cr6tes moyennement divergentes (85,9), ourymo!tope (77 ,4), lace étroote por
rcpport ou cr6ne (89), métriométopo (89,91, métrl~no (48,2), leplopra.ope (94,3). me!·
,.,,. (5•1,4), mc!sac:onque (18,6), chorNerhinlen (54,4); mésognothe ovec prognatnir.me
oous-nosol.
"Typo gnmokloiden (A81, d'o.prL lo struc.ture cronio·fcc:iol, rnorphotog¡e de lo boitt
cr6nitnna lnfluencc!o por lo vor;.)té "mc!oallthlque" (Ct-ACl d" typo néo-médote
,.......,...,.., eury~ne, chorNeconque, chom:erhinlen, prognothe.
Hybude des rypu. "rné
s~;ot num. 14 (mOKuhn): clahchoo6ne (14,9), orthocr6no (14,3), ocroCJ6ne (99,31,
ct~tes motennement dovergentes (80,9), mélriométope (66,4), toce moyenM po1 ropport
ou crono (94,3), cho,.,..ene (44.3), ouryen<> (47), mésoconauo (791, ch.,...,rhonoen (56,5),
prognotn.o ( 112,9).
La structure crónienne de ce sujet es! le prodult d'hybrldotions complex.eo; le mossol
t•xiol rr'ICt b lul seul en tlvidence une hybridotion entre le ''tlpc médaterfoneen onc;:ien"
(A 1) ot un "typo né¡¡ro1de" (B.) vroi, et lo bolle cr6nlenne e$1 do "tvpc cardé" (Ct).
OEHDRA. Hellodoo:¡ue rC<:ent (67),
Sujot num. 8 (lémínln): sous-dollchocr6ne (11), voOte moyenne, cretes moyennement dive gente. (81,7), metriomélope (66,4), foco étrOole, c~ne (45,5), meSOCan•
qu~ (81,1 ), chorNerhimen (53,5), mc!so¡¡nathe ovec prognothísme sous- nosal
Hybtide des types, "olpino-rnédolor...,.;enH l"'l ot "rnéso-gromoldoide" (AB¡)
(64) C. M . FORST: "Zur Anthropoloa•• dcr Ptlhí.,oritchen Griechen Argalia", Lundo
1Jn.ivcrsitet1 An$krift, XXVI, 8, Lund, 1930.
(6S) R. P. CHARLES: "Erude anthropolo$lque d-. nóctopoles d'Ar¡os", Bulletin de
Corre
(67) FORST: Op. ciL !lOte 64.
- 31-
[page-n-34]
zz
a. r.
HECROPOLE DE LA OEJRAS (Argos)
QIAIU.I!S
H~lodoqve
Svjct avm. 3 de lo tambo XXX (m=ulon): dolicrochCne o voúte plut61 bosse, foc•
plut6t large, nn lorge a bose dedoublfe, nel prognothi$llle $0US•nOSOI
Hybt~de des types, "médlterronéen anclen" (A1) et "grimoldoide" (A81).
Sujet num. 2 de lo tombo XXXIV (féminln): hyperdollcnocr6no (65,7), ortnocr6ne
(porion: 58), ocrocróne (porion: 88, 1), crétes moyennement divergentes (84,4), eurymó·
lope (75,2), orthométope (83,9), foce moyenne por rapport ou cr6M (93) métriAne
(51,7), masen e (54,5), mc!soconque (82,1 ), chom.,rhfnien (51,8), prognalno 0<1,5).
"'rype grimoldoide" (ABo).
d
HAUPLIE. Hellodique recent 169).
Sujet num. 4 (luv~nile) sous·dollcnocr6nc (75,7), orthoc:r6ne (72,71, cr~tes moyen·
nemenl divergentes (80,1 ), eurymétope (69,31, foce lorge por ropport ou cr6ne (96,1 1,
ct>arnzine (47,7), eurya.>e (49,5), mésoconqu" 182), l>yperch.,..rh•n••n (58,7), mé
_,.,,¡,., (1 00).
"Type- trtédfterranet.n
onci~n"
fA1 J
d•opr~s
lo !tru.ctur& CJQnio- foclole; lo morpholo·
gie de to boite etOnienn&, de I'OI.IYf!rture c>•tifotme et de lo région sout·nasale mette..nt
en ev.d:ence_ une hybfidot10n G't1."C le "type m~-gtimoldoide-u (ABJ)
Sujot nvm, 5 (fóminln): mnocrllne (18,2), hYI'S'rráJw (76,4), métrtocróne (91,6),
crétes trb dlvergenres (79,4), sthnomótopo 163,9), foce tres étrolte por ropport ou cr6·
ne (88), métrlime (48,1 ), rn!s6ne (54,7), m~anque (84,6), choma!rhonoen (53.3) 1 orthognathe (97,8).
"Ty~ néo·médlterron~on" (AC,) d'opres la struclure cronlo-foclole; lo morpnoiog••
de l'ouvorture piriforme indique une hybrldoHon cv<>e le "type móso-grlmoldoodt" (AS.I
ASI HE. Proto-go\omctrfquo ('70)
Sujot num. 32 (mosculln): sous-dolichocr6ne 176,8), choma>cro?me (69,6), topélnocr6ne (91,2.), crétes moye""emont d1vergonte• (82,4), sténométope (61 ), lace largo por
ropport ou cróne (95,6), chomepro!Ope (69,81, ch~ne (42,7), ouryl)r0$0po (73,1 ),
oury~ne (44,6), mesoconquo 179), c:hom.:ethonoon (54,3), ortl>ognotho 195,8), av<>e net
prognothisme sous-nosol.
"Type olpmo-m;d•terronien" (A,) d'oprés lo pluport des caract.res; lcs morphologle
ce l'ouverture pirfforrne" et de to r~ion sous-nasole ¡ndiquent une hybridot 1on ovec le
"type omso-gromoldolde" (AB,).
n
COLUMBARIUM DE CHELIOTOMYLOS, pres de Corintn.,, fooq"" romcone
11
Suj<.t num. 13 mminon) doltcnocrllne (72,6), ortbocróne nO.SI. metriocrllne (96,4) .
aete< moyennement divergentes (84,5), eurym>tope 169,5), orthornotope (87), foce mov~nne por ropport ou cróne (93,1 ), chom;clne (44,9), euryéne (48,2), chomaconqu•
170,2 et 71,4), chom:Nhinoen ($5,4), orthognothe (94,8).
"Typ• médlterronóen onclon" (A1) d'c:pris lo structure aonlo-faclolo; lo morpho1ooie de lo boite ertlnlenne et do l'ouvcrture piriforme lndiquent uno hybridohon ovoc le
"type grimoldoide" (AB¡),
(68) R. P. CHARLES: "Etudc onthropologi 0ue do nécropoln d'A.IliOS (Mlssioo
Etude$ Péloponnésienncs, 111, l!colc ~ d'Athcnes, París, 1963.
(69) r. G. ROUMARIS: UKnutb proistorll<á htpdrotilli Relbdos", Tranux du
Jliuso!e Anlh1opologiquc de I'UniVU1it~ Notionale d'Ath
(71) CHARLES: Op. dt. oote 63.
1959)~,
-32-
[page-n-35]
U! PROBLéA!l! óSS NEGROlDllS
23
C RETE (72)
OSSUAIRE NUM. 2 DE PAUIKASTRO. Néoli thtque final
o Sub-néollthlque.
Sujot 145 D (mosculin): "type alptno-....,;dlterronéen' (At) par lo piiiPO" de ses caracteres, mals traces d'hybrldation ovec le "type méso-grlmoldoidc" (AB,¡ d'as>res dlvors criteres morphologiqucs.
KNOSSOS: COLLINE DU PROPHETE ELlE Mir¡oen moy"n (BrO
Sujet do lo tombe en fono 64 (foutlles 195 1; masculin) : dolkhacro•e (72), orrhacr6r.o (parion: 59,3), métrloer6r>e (porion: 82,3), cretes trh divergentes {19,2), métriométope (67 ,3), ortho....,;tope {81,5), foce omenuisóe (85), net. largo avec ~ ómoussé•,
r.et prognothlsme sous ...nosol.
"Type neo .. méditerranéen" (AC:) por lo pluport dM corocti:res, mois la -otructvre ddS
régions: nosa1e et sous·nosole mel en évidence: une hybridotlon ovcc 1e- .,1ype mé:so-gri-
maldoide" (AB,).
Sujet do lo tombo XB (foullle• 1953; féminln): sous-dolichoCiane {76), orthacron>
{11 ,4), mótríacróne {94), criltes moyennement divergentes (82, 1), métTiometope (67 ,3}.
crthomótope (87 ,1), foee tres étroite l"'' ropport au cróne (88,8), cha~n• (47), mésCM (52,9). chom....:or.que (15,6¡, mésori-linlen (48,8), prognotne (103,3).
~'TyQ& o1pino -rn&dit~rranéen" (~} d'oprCs lo structure cronco-fociole; lo morpf:\Oiogu)
de lo boitc cronlenne et de la rógion sous-nosolo lndlquent un<> hybridatlon avec le "type méso-grimoldoíde" (AS,).
Sujo! do lo tambo XXVII (foullles 1953; masculin): sous-dolichocróne (75), hypsi
cróne (TI,2), ocrocróM 1102,9), criites moyennoment divergentes (90,2 ), .urymétope
(18,5). orthomótope (86,5). foce lorQe por roppof! ou cróne (97,8), charmeene (45,61,
cu,yene ('16,6), f'nlhoconque (76,8 et 81,7), ch""""rhlnien (53,3), orthognati-le (97)
ove-e prognothlsm! de Jo région
n
lo structur~ crOnc
-cnne ~ ce sujet cst ~o produit d'hybridotions comptexes; lo boite
cr6.níenne e'$t de "type donubien 11 (C:~); quont ou moss1f fociol, de "type médíterrcnéen
anclen" (A1) 1"'' la pluport de ses caroctéres, 11 reflote une lnfluence du "t)'pe n~
grimoldoide" (AB,), por lo morphologte de lo rógi~~n no•ole.
Suiet de la tombe XXVIII A (foullles 1953; mosculin): dohchocr6ne (i 1,8), orrho-
crc!lne (poríon~ 61), métriocróne (pOriOnt 85), c.rCtes moyenf'ement divergentes (83,9),
métriométas>e !68,9), orti-lornétope (89); foce proboblement moyenne, orbite• plut6t bo•
us, ne.z Jorge O bose timoussée, prognothlsme ~s-nasal.
Mossif facial de " lype grlmoldoide" (AS,) et boite crónienno de "type néo-méditerronáen" (AC.,).
Sujct do lo Lomox 1 A (foullles 1953; masculln): hyperdollchocronr. (68,5), ci-lan¡¡¡ocrone (parían: 51)¡ m~trioeróne {porion: 83,21, crétcs moyi!Jlnement divergentes (83,3),
stónométas>e (67,9, orthométope (89,3), lace laroe por ropport ou cróne (95), métrieroe
(48,9), méshne (51 ,5), cnama!(!onc:¡ue IH,6), chom..rhinien (53,1). net prognathi•m•
sous-nosol.
"Type grlmaldoide" (AS.) d'aprh lo. structure cronlo-foclole; la forme tres allongé"
de la voQte et lo forte $OIIIIe de ~a globelle sont des lndices d'nybrldolíon ovec lo variété "m§.golithique" (C1-AC) du type néo-mediterronéen,
PUITS D'AI
Sujet X. (masculln): sous dolicnocrone p5,1 f, orthocrone (10,9), métrlacr6ne (94,4) ,
Ctétes moycnn.ment dlvergent"s (83,9), sténornétope (65,8), orthométope (89,6). foco
e (80), métrtene (48,8), rnésoproso-
(n) R. P. CHARLES: uAntbropo1ogic archéologíquc de la Crete (Mission 1961)".
Etudes Cr~toiscs, XIV (A l'imprcssion}.
-33-
[page-n-36]
24
mWne (52,6), mesoconque (78 pour les deux orbJt..), mésornínlen (48,9) ,
mésognathc ( 102, 1).
"Type mé50-grimotdo;de .. 'AB:t) dJopre:s la structure c.ro-nlo-focio1e; to relatlve étroitesse de l'ouverture piriforme indique: une: hybridotio" ovec le "type néo-méditerroneen" (AG).
p.. (87),
eNVIRONS D' HIRAKLION. EPOque moderno.
Sujet masculin num. 4: doh~hacróne (11 ,7 ) 1 orthocróne (10). rn<\trocxrbne (97,8),
m.orymétope (70,9), lace moyen"" par ropport ou cr6ne (92.5), métrloprosope (82,8),
métrlene (50), m&saprosopc (89,5), méser>e (Sq), Jeptorhinlen (46,8), mésognalhe (1 01 ).
.,Type orimoldoí de" (AB1) d'opres lo suucture ctonio.- fac!ale; l'etroitesse de la boite
crllnienne et de l'ouvenure piriforme lndlquent une hybridotíon ovec lo vorlété "rnégollthlque" (C1-AC) du lyJ> Sujet mosculin num. 27: rnésocróne (77 ,8), métrlornétope (68,7), lace étroite par
rapport ou <:ronf! (90,3), métrionf! (48,6), mésen "Type néo-rnéditer(oneen" (AC:t) pour !~ensemble des COJ'Qcter"; lo lorgeur de
!'échoncrure piriforme troduít une 11ybridotion OYK le "type rnéso-grimoldoide" (ABs) .
Sujet mosculln " "m. 3 4: mésocroM (78,3), orthocróne ('73,9), métriocráne (94,3),
euryrnétope (73), lace étrojte por roppart ou crónf! (89.4). metrlene (51 ,8), leptene
!57,9), <.hom.,rhínien (54), onnognotl1e (94,1).
"TI'P" néa-rnéditerronéert" (AC.) d'opres ·lo slructure cronlo-foclole; lo morphologle
de la r~1on nCl$Oie trodu1t une mfluence du "type méso-grímoldo;de" (AS.).
Sujet fé mínin n um. 2: sous-dollcnocnone (75,4), orthacrbne (14,2), ocrocrane (98,5),
eurymétope (69), foce étroite por roppOrt ou crone (91,5), métrioprosope (83), nypsler.•
(53,5), leptoprosope (90, 7), leptene (58,5), rnésarhlnien (47,9), n¡t\sagnothe (1 00).
''Type donublel'l" (C,) d'opres l'ern;ernble des caracteres; lo mor-phologle des reglons,
r>o
dér~ oomme étont d'orlg,,. médllerront\enne (74 ). Les corocterlstiques de ce suíet sont
les suivontes: dolichacrOne (73.7 ). lhypolcróne (15,4), ocro<:rbne (102,2), crétes moyenr.ement divergentes (80,91, eurymétope (72,6), foce tres étrolte par roppon ou Grbne
(86,7), chomreeroe (46,6), mésffle (53,8), hyPSicohqLie (86,1), cnomoornlnie, (52,2).
mesognotke (1 00).
péf!ns (13), nous ovíons évoqué le cos du ~ujet num.
Lo structure- de ee suJet e~ le produit d'hybndotions complexas; le mcsstf foc,ol m6t
en évldence une hybrldotlon de\ types¡ "médlterronfe.n anc.ien" (A1) et "grimaldoide"
(A61 ); QUOnt o lo boite crónienne, elle est typiquemenl "otlanto-nordlque" (C1). Une
lnfluence méditerranúnne chez. ce sujt!f esr done •ndlscutoble~
CONCLUSIONS SUR LE GROUPE AB EN EUROPE
Cette révision du matériel mis au jour en Europe méditerranéenne,
nous a permis de mettre en évldence des caracteres sub-négroídes chez
96 sujets se répartissant comme suit:
11 sujets et 34 hybrides,
Type grima!doTde (AB•) :
fype rnéso-grimaldoide (AB•):
8 sujets et 31 hybrides;
Type brachy-grimaldoíde (AB,) :
1 sujet et 1 hybride.
(73) CHARLES: Qp. cit. note 4.
(74) H. V. VALLOI$: "Les O$Sements brctons de Kcmé, Toui-Bns cr Port-13ara",
Bulletin de la Socit1t Polymathique du Motbiban, 1, 1934.
-34-
[page-n-37]
(
Ll PROBL!ME DES NECROlDE$
Sujets p résentant de
véritable~
caracteres négroides:
B•, 3 hybrides;
Bs, 1 hybride.
Sujets présentant des caracteres archétypiques (ABC) 2 sujets et
4 hybrides.
Dans cette série, seuls les éléments du groupe AB se retrouvent avec
une fréquence suHisante pour permettre une étude statistique des caracteres indexables:
lndtces
vuucal ...
n
..
uansverse ..
94
..
..
rronto-úontal
rronto-puiétal .
rronto-sagittal ...
cranio-racial rransversal
... ..
- -
82
69,1
87,1
93,$
..
48 A 52,7
53,6
77,7
54,9
98 A 104,9
structural
rocinl sup orbiuaite ..
nasal .....
..
¡¡nathique (Flower) ...
o
m
. ..
.
0,8
1,4
1,3
1,6
1,4
1,6
-
0,8
1,7
1,3
-
Cara
mt trioc:ri.nc
aétn moyenncment divu¡entn
mtlrio, et sunout eurym~tope
orlhomttope
r...., moycnne. por rappor1 IU
c:rAne
m aurtout mi:sCnc
surtout mé!OCOru¡uc:
chorruuhíníen
m
Les maximum de fréquence et les écarts-types des caractéristiques
sont presque identiques a ceux que nous avons pu mettre en évidence
pour le groupe AB en Afrique du Nord (75) pendant la période s'étendant sur I'Epipaléolithique et le Néolithique, ce qui indique bien que
tous les sujets du groupe AS, atricains ou européens, ont une origino
commune, ce qui justifie leur classement dans une mame entité systématique; tout au plus peut-on noter qu'en Europe la valeur de l'indice
fronto-pariétal est un peu plus élevée (plus grande frequence d'eurymétopes), en revanche l'indice cranio-facial tranversal a une valeur plus
faible (plus grande fréquence des sujets a lace moyennement dévelop·
pée en largeur); quant a !'índice nasal, s'il a lui aussi une valeur un peu
plus faible, il caractérise toujours un nez franchement large.
En résumé, on peut donner pour ces sub·négroides européens la dlag
nose suivante:
«Les sujets européens du groupe AB se caractérlsent par un aspect
général sub-négroide, mis en évidence par le mésognathisme facial, la
(7S) CHARLES: Op. cit. note 6 (Ume).
-35-
[page-n-38]
26
largeur du nez, et divers caracteres non-indexables que nous décrirons
plus bas.
la boíte criinienne posséde une vOlite moyennement développée en
hauteur et plutot large, 11 y a un méplat post-bregmatique toujours bien
marqué, et d'autan t plus étendu que la valeur de l'indice criinien sera
plus faible. Le front, assez bien développé dans le sens de la largeur, est
tcujours nettement bombé; la glabelle et les arcades sourciliéres sont
peu développées, m~me chez les hommes, ce qui confere au cráne une
certalne gracili té. la face est moyenne par rapport au cráne, généralement plus large chez les hommes que chez les femmes; moyennement
développée en hauteur, elle est dans ses proportions, généralement moyenne chez les hommes et étroite chez les femmes. Les orbites sont
grandes, généralement moyennes dans leurs portions, mais avec une
assez grande latitude de variabilité. Le nez est toujours large. quelquefois tres large, avec la base des échancrures arrondie, et souvPnt méme
dédoublée, mais sans que cela donne naissance a la formation d'une goutt iere pré-nasale. L'indice de Flower met en évidence le mésognathlsme,
quelquefois un léger prognathisme facial; en revanche, le prognathisme
sous-nasal est toujours tres sensible» .
INFLUENCES AFRICAINES DANS LE
NEOLITHIQUE MEDITERRANEEN
REPARTITION DES DOCUMENTS
Considérons tout d'abord la répartition en Europe méditerranéenne,
du taux de !'ensemble des sujets présentant des affinités afrocaines variées
(groupe ABC, AB et B) (76)
Italia
Espagne languadoc Provonca
~tpttAit.
N~olithique
11,91% 7,69%
(Avant 2600)
5,60% 11,75%
-
OUIIcolithique
(2600-1900)
2,S3% 2,o6%
Bronxc ancicn
2,94%
2,26%
2,17%
-
3,13%
3,12 ~
(1900-1500)
BroiUIC moyco
(1 S00-11 SO)
BroiUIC fimJ
(IIS0.7SO)
-
(76) Auxqucl.s oo doit adjoindte le typc
te sqjet n.• 1 de la cava de l'lhpérit (P. 0.).
6 rt oa
~ér,
•t
Atuf•Jr
Conlfr~
-
12,SO% 15,80 %
4,00%
-
-
-
-
-
16,6S %, 4,76 %
16,65 % 1,31 %
liby~e
-36-
Ptfop.
(ACs) qul
IS,OO%
Ortto
1,04%
-
7,70% 2,0S o/o
3,84 '*
0,71%
S<
maDlfette chez.
[page-n-39]
27
L11 PROIII.btl! DE$ SEOROfDES
pul~.
la répartition du taux de chacun des groupes:
Eapagne
Groupc ABe
Ntolitbique
0,98 %
Olakoüthique
langu
0,38 '~
0,64
-
11 a 11 a
6roupe AS
fspagne languedoc Provenca
Soj>C.oiT.
6,<41 o/o
1,69 %
2,94 %
2,17 %
3,13 %
Ntollihique
10,44 %
O.alcolitbique 2,15 o/•
Brooze ancien
Bronz.e moyen
Bronze final
-
Mi<. 11
*
6 r l ea
1
.•,.w,
Co"tta.
-
-
S,6 % li ,7S%
12.5 % lS,S %
2,26 % 4,00%
16,65% 4,76 %
3,12 %
16,65 % 1,31 %
-
-
-
Groupc B
Eof"gne
N
0,49 %
-
OWc:olithlque
ftlop.
-
C
ttct
1,04 %
IS,OO%
7,7 % 2,08 %
0,71 %
3,84 cy.,
-
langutdoc
0,37 %
la lecture de ces tableaux inspire plusieurs re marques:
1.• D'une man iere générale, dans chaque réglon considérée, comme
dans !'ensemble de I'Europe méditerranéenne, le taux des sujets présentant des affinttés africaines diminue du Néolithique a la fin de l'áge du
Bronze.
2 .• Du début du Chalcolithique a la fin de l'llge du Bronze, soit une
période s'étendant de 2600 a 750 av. J.C., les variations du taux de ce~
~ujet$ sont trés faibles, et sans signification statistique; en revanche, 11
y il une grosse différence entre le taux de ces .cAfricamS» au Néolithi·
que et leur taux au Chalcolithique. Ceci indique qu'il ne s' agit pas seulcment de l'arrivée de quelques sujets isolés, mais bien d'une migration
d'une grande ampleur qui doit se situer dans le Néolithique anclen, et
qui pourrait méme avoir débuté dés le Mésollthique.
Ce sont du reste la les conclusions auxquelles nous étions déja parvenu dans notre précédente étude (77 ). la poursuite de nos recherches,
en augmentant souvent le volume du matériel pris en considération, nous
permet de préciser certains points.
(77)
CHARLl!S : Op.
CÍL DOI<
4, pp. 136-137.
-
37 -
[page-n-40]
28
ll. ¡•• OL\RL.ES
11 convient tout d'abord de discuter sur la valeur des chiffres enregostrés: pour I'Espagne un taux de 11'91 %, soit en chiffre rond de ll%
sur 91 sujets, e t pour le Languedoc un taux de 7'69 ~. soit un chiftre rond 8 %, sur 80 sujets, sont des chiffres qui peuvent etre acceptes
tels quels. En revanche, un taux de 5'6 % sur 9 sujets en Provence, n' est
pa~ significatif; les chiffres que l'on enregistre dans cette region aux
periodes ul terieures étant legercment inférieurs a ceux no tés en Languc·
doc, il semble que l'on puisse admettre 5 % comme un ordre de grandeur raisonnable pour le taux des sub-négroides en Provence au Néoli ·
thique. En ltalie, les séries sont tres faibles, et de ce faot, le taux des
sub·négroides se trouve fortuotement un peu fort; pour la partoe méridionale, la plus proche de la Tunisie, le taux des sujets varie de 15'8 a
16'65 %; on peut raisonnablement admettre que le taux a tres peu va·
rié depuis le Néolithique, et proposer 15 % comme ordre de grandeur
(taux un peu plus eleve qu'en Espagne); en revanche, il y a des orregularités dans le Nord, 1 1'75 % sur 17 sujets néolithiques et 12'5 % sur
16 sujets chalcolothlques sont des taux beaucoup trop elevés, un taux
dP 12 % semble representar un ordre de grandeur maximum acceptable
pour le Néolithique. On ne connait que 7 sujets en Grece, antérieur a
I'Helladique anden, parmo lesquels aucun sub-negroide; á I'Helladlque
anclen, on en compte 15 % sur 1O sujets dans le Péloponnése, ou 5'56 '1sur 27 sujets pour toute la Grece; a I'Helladique moyen, on n'en
compte que 7'7 % sur 26 sujets dans le Peloponnése. On peut done dire
que le taux est toujours tres faible, et proposer 5 % comme ordre de
grandeur. En Créte enfin, un taux de 1'04 %, soit 1 % en chiffre rond
sur 48 sujets est un chiffre a conserver
Ainsi, le taux de ces sub·négroides se répartit d'une maniere qui
améne a conclure que la migration de 1'Afrique vers I'Europe s'est faite
par deux voies · la premiare passe pour I'Espagne, le Languedoc, et at·
tPont la Provence; la seconde passe par la Sicile et le Sud de l' ltalie. ou
elle se divise en deux, une vague se dirige vers le Nord de la Péninsule,
et une autre atteint la Gréce, et de la la Crete ou le taux de ces sujets
e~t tres faible.
Par ailleurs, si l'on consid~re les quelques rares sujets présentant des
affinités archétypiques ou vraiment negroides que nous ayions pu inven·
torier, on constate qu'ils proviennent tous d'Espagne et de L>nguedoc,
ce qui précise !'origine mauritano-maghrebine de la migration Jyant em·
¡:runté la voie occidentale, tandis que la migration qui a traversé 1'1 talle.
el dont !'origine ne peut étre située qu'en Tunisie, elle est stroctement
maghrébine.
-38-
[page-n-41]
LB PROnLtM2 DES
~&GROfDES
29
ORIGINE DES PEUPLES VECTEURS DU NEOLITHIQUE ANClEN
Dans notre précedante étude, nous avíons proposé de situer au début du
IY. míllénaíre, ou a la fin du V•, cette arrívée en Europe de populations
afrícaines. Nos recherches récentes sur les populations d'Afrique médíterránéenne pendant I'Epipaléolithíque f>l le Néolithique nou.; permet
tent de préciser certaines données.
Pendant I'Epípaléolitnique, soit une péríode s'étendant du X• au dé·
but du V• míllénaire, le Maghreb a été le théatre de mouvements démo·
grap.'-liques importants, au cours desquels des populations sahariennes
ont atteínt la Méditerranée au sud du golfe de Gabes; puis, se mélant
aux autochtones, les ont entraines dans une migration d'Est en Ouest en
longeant la céte. Que certa~ns éléments aient pu atte1ndre la Sicile pu•s
l'ltalíe dés cette époque reculée, cela est possíble, encore qu'on n'en ait
pas l'attestation.
En Espagne, en revanche, 11 sembleraít qu'on puisse ínterpréter les af·
linités du sujet num. 4 de Tisuco avec l'an:;hétype ABC, comme un incilce de rapport entre la provínce de Ségovíe et le Maroc. Nous avons vu
plus haut combien les sujets archétypíques étaíent rares dans le Paléo·
'ithíque européen; 11 est done peu probable que le sujet num. 4 de Tisuco soít d'origíne autochtone. les cond• tíons du gísement ne permet·
tent malheureusement pas de préciser le mveau archéolog•que exact.
mais une datatíon antéríeure nu V• millénaíre est certa1ne.
Avec le début du Néol.thíque, dans la premíere moítié de V" millénaíre, les mouvements démographiques s'intensífient et deviennent plus
complexes en Afrique du Nord. ti y a un vérltable brassage de populatlons au cours duque! le mouvement d'Est en Ouest se pour~uít; maís
en méme temps, certains éléments de populatíon se dlfígent de la cote
~ers l' íntéríeur des massífs montagneux, tandís que la pressíon des po·
pulations saharíennes vers le Nord et vers la cote s'accentue en d'autres
poínts. la mígratíon qui, en introduisant l'usage de la poterie, a amené
des éléments de populatíon nord-africaíne en Europe medíterranéennc!,
est certainement la resultante de ces mouvements complexes quí atteí·
gnent a lors leur paroxysme dans le Magnreb.
La plupart des restes humains néolithiques proviennent de sépultu·
res collectives, datées par les condl tíons du gisement, sans que l'on puísse
assocíer les squelettes a un type bien défini de cívillsation.
Nous disposons cependant pour le Mídi de la France d'un certain
nombre de sépultures caracterísées par la presence de poteries cardíales,
dont 11 convient de consídérer le matériel humaín en détail.
-
39 -
[page-n-42]
30
R. 1'. CJL\IlU!S
COVA DE L'ESPERIT (Pyrón~-Orientales) (18).
Su¡.t num. 1 (d. ci-dossus): WJet de factb nard-ofrteotn, hybrode du type ltb)'Caberb~re (AC;) et de l'archély1:!e (ABC).
Sujet num. 2: mésocr6ne (76,6 b 78,8), cham;e a ort~r{lne (69,5 <1 ? 1,4), tapéi .
nocróno (90,51, creles tres divergentes (19,2), eurymétope (71,?), ortkomótope (88,21.
foco moyenne par rapport au cr
Hybrlde des types, .. oqutlono-ml!dlterran~n" (ACt) e t "olplno-módlltrranéon" (A,f .
Sujet num. 3: dollckocrano (73,8), ottkocrono (porion: 61,?), mótrlocr6ne (parlan:
83,1), ortkocróne (86).
"Calva" de "tyi>P aquitona-ml!dlterron~n" (AC1).
Sujet num. 4 : dollchoctant (71,8), h)ll»icr6ne (porion: 68,1 ), ocrocr6ne (portan: 94 ,3).
''Colvo.'' de "type oqu1ta1n" (C1 ~
GROTTE SICARD, prO$ de Chlttoouneuf-les-Mortlgues (8. du l
atvergentes (16,1), sténométope (65) , fOCO tri$ lorge por r •iMI<> (53.6), mésene (54,6), rne10<0nquo (76,5), leptorhtnlen (44,3), orthognotko.
''Type oquitcln" (Ct).
Svjet féminln: rn6.oconQue (79), ortkocrone (eriVtron 11-72), tapélnacr6ne (onvtton
91 ), crites rnoyennement divergente< (80,1 ), sténométope (64,7), foco largo b tris lorge por rcpporr ou crone (onvlron 98), métriene (48,9), euryene b mósino (enviran 501,
hypsiconque (88,8), leptorhlnien ('13,1 ), orthognothe.
Hybrtde efe¡ types. ''OQU1tano .. m6
Hybrtde de• tvoes, "grtmaldoide" (AB1) ot "aquitcin" (Ct).
CONCLUSION SUR LES SUJETS «CARDIAL»
Sur 1 sujets bien conservés, exhumés de sites franc;aís du Cardial,
nous comptons 1 Nord-Afrie<~in certain, 1 hybride de Sub·négroide et
d'Aquitain, 2 Aquitains (sub·autochtones occidentaux), 1 Aquitano-médíterranéen, et 2 hybrides d'Aquitano-méditerranéen et d' Alpino-médt·
terranéen (autochtones).
Nous voyons done qu'environ la moitié des sujets sont des autochlones, environ le tiers sont d'origine plus oecidentale, done sub-autochtones dans la zone méditerranéenne, et le reste est d'orlgine nord-afri caine, soit un taux d'environ 15 1 20 % pour cette influenee maghrébine dans le Midi de la France, Ce taux est tres élevé puisqu'il est supérleur au taux aeeepté pour l'influenee maghrébine dans le Sud de l'ltalie, et eeci da·ns une région ou par la suite, le volume des sub négroides
sera trés faible, étant données les eonditions géographiques.
Ceci perrnet de préeiser deux points encore eontroversés
(78) ABEI.ANET ct CHARLES: Op. ciL oote 34.
09) M. ESCALON DE FONTON et R. P. CHARLES: "Ln ¡rottes ~
du Castellas de Cl>Jiteauncuf-1e$-Marti¡ues (Bouches-du-RI$te). l. La Grane Sica.rd",
Rl•ism di Srudi Liguri, XVll, Bordiabcn, 19Sl, peg. 132.
(80) BA.RRAL : Op. ch. note ~6.
-4.0-
[page-n-43]
U! PROBLtMB DI!S NECROfni!S
31
l.' Tres haute antiquité du Néolithique cardial, et de ce fait longue
durée de la période Néolithlque Ce point de vue a déja été défendu par
M Escalon de Fonton (81), qui attribua1t au Néolith•que une durée de
1500 ans et situa1t le début du Cardial vers 3500. Plus récemment, ce
m4me auteur a proposé de si tuer le début du Cardial vers le VI• millé·
naire (82) Cette proposition nous paraitra•t un peu haute de quelques
siecles; bien que nous n'avons aucun argument décisif a apporter, il nous
semble raisonnable de ne pas falre débuter l'usage de la poterle en Mé·
diterranée occidentale, avant que ce meme usage soit attesté en Egyp·
te, soit la premiere moitié du v• millénaire, et le Néollth1que aurait perduré jusque vers 2600, époque de l'introduction de la métallurgie en
Occídent par les navigateurs heliadiques (83).
2.• La plupart des auteurs espagnols admettent pour le Néolithi·
que ibérique, une origine africaine (84), il n'en va pas de meme pour le
Néol1thique du Midi de la France. J. Arnal et R. Riquet (85), rarlant du
Néol ithique cardial de I'Afrique du Nord, écrlvent: «S'i l paraít hors de
doute qu'il soit a la base de I'H1spano-Maurétan1en, 11 est mo1ns certain
qu'il ait un rapport quelconque avec le Cardial du Midi de la France»
Les résultats de la présente enquete semblent indiquer que non seule·
ment le Cardial fran~ais a des rapports certa1ns avec celul d' Afrique du
Nord, mais encore que cette civ•lisation n'a pu s'établir dans nos régions
qu'avec un apport non négligeable de populations maghrébines.
INFLUENCES AFRICAINES EN EUROPE MED ITERRANEENNE
APRES LE NEOLITHIQUE
Alnsi que nous l'avons dit plus haut, des le début du Chalcolithique
(vers 2600). il y a, sauf dans le Sud de l'ltalie, un effondrement du taux
(81) M. HSCALON DE FONTON: "La wl
(82) M. ESCALON DB FONTON: "Ori¡inc ct divdoppcm.:n1 des civUitations niolithiques mcditerntnéennes en Europe occidcnwe", Q.hiers li¡¡ures de Púhilloirc et d'Arcllt'Olo¡ie, 12, Montpcllier, 1963.
(83) Daos une publication ricen~< Q, ARNAL, G. BAILLOUD et R. RIQUET:
•·l..cJ Jtyles Cil'llmiques du oiolithique rran~is", Prihistoire, XIV. Puis, 1960) on pCW
'~ir, p. 189, un rsbleau ehronologique sltuant !e cardw anclen, et le Rubanc! anclen en
l'uropc ccnuale, cotn: 2.600 et 2.400; sans doute, oos collq¡ucs avaicnt ~ a: tablcau
dtpua plusieun annies en (onction des vues, nujourd'hui périmics, de V. Gordon Ch.ilde,
ur U n'est tenu aucun c:.ompte deJ d:uations rkenu:s au Cl4 en 'Europe ce:ntrale, qui
bSUtent des dJitcs beaucoup plus hautes s'accordant ovcc nos propositlans.
(84) J. MJ\RTINEZ SANTA OLALLA: "Sobre d oeolltico antiguo de España",
Acllls y Mcmoriu de 13 Sociecbd Española de Aotropolog!a, Etnografio y Prehistoria
(Allantis), XVI. MAdñd, 1941, ¡>Ag. 90.
j SAN VALERO: "El nt'Olitit'O y la península Hisp:inicn". Actas y Memorias de la
Sodcdad Espoñoln de Anuopologfn, Etno¡rafln y PrchiSiorill, XXII I, Madrld, 1948.
(SS) Op. cit. no1e 83, pag. 70.
-416
[page-n-44]
32
-42-
[page-n-45]
LB PROBWm DES NEGROIDES
33
des Sub·nég roid es en Europe; rapidement, lis ne représentent p lus qu'un
élément sporadique dont les variations sont tres faibles et sans signifi·
cation sta tistique.
Nous savions déja que pendant les 111• et 11• millénaires, des contacts
de civilisations se sont établis et des échanges de popu lations se sont faits
entre la bassin occidental de la Méditerranée e t le monde helladique,
pll.ls rarement avec l'intérieur de I'Europe (86). Les résultats de la présente enquete confirme que le développement des civí lisatlons du métal
dans cette partie du Monde s'est fait sans nouveaux apports de I'Afrique
du Nord; quelques éléments, lointains descendants des peuple~ vecteurs
de la céramique cardiale, ont pu subsister jusqu'a nos jours, mais leur
volume est sí faíble qu'ils ne comptent pratlquement pas dans la composition de la populat íon.
CONCLUSIONS
Cette enquéte sur les sujets anciens, découverts en Europe méditerranéenne, et présentant des c.aracteres sub-négro'ides plus ou moins accusés, nous a permis de précíser les aftínités systématiques de chacun,
et de mettre en évidence la parenté, mais non la descendance, de la plupart d'entre eux avec les célebres <
des affini1'és nord-africaines. Leur répartition géographique et ,leur d istribution chronologique montrent que ce sont des populations originaires
du Maghreb qui ont introduit en Europe oc.cidenta le les civillsations néoli1n iques avec l'usage de la céramique cardiale, a une époque que l'on
peut si tuer approximativement dans la premiére moitlé du V• millénaire,
mais u ltéríeurement, le développement des civilisations en Europe s'est
fait sans nouvelles influences africaines, aussi les types «sub-négroides»
se sont-ils de moins en moins manifestés au sein des populat1ons d'Europe méditerranéenne, ou íls ne se sont maintenus qu'a l'état d'élérnents
sporadiques, réapparaissant par-el par-la en fonction du jeu complexe de
la Génétique
(86) CHARLES: Op. cit. nQte 4.
J. AUDIDERT: "Les civilisarions cbaloolilhiques du Languedoc occidental", lnstitut
ln
Longuedoe : la Grottc au Collier, cammune de La.stours (Aude)", Gallin-Prehistoire, VI.
Puis, 1963 ¡ pug. 149.
R P. CHARLES : "Problemes de chronologie méditumn~enne", Cahiers Ligun:s de
Pttllisroire er d'Arcbeologie, 12, Montpellier, 1963.
-43-
[page-n-46]
[page-n-47]
H. SCHUBART y V PASCUAL
(Alemania)
(Aicoy)
Datación por el carbono 14 de los estratos
con cerámica cardial de la Coveta de I'Or
La ((Coveta de I'Ono se halla en la zona limltrofe entre las provinCtas de Alicante y Valencia (fig. 1), en térmtno de Beniarrés, inmediatamente después de la cual, en lo alto del puerto de carretera que lleva a
Caste116n de Rugat, hay un camino forestal que conduce a las proximtda·
des del yacimiento (fig. 2).
Su entrada se halla en la vertiente sur del monte Benicadell, está
orientada hada el S. O. y tiene unos seis m. de ancho por tres m. de alto.
Nuestra mirada se extiende desde el valle del Serpis, remonta el curso
del rio hasta cerca de Alcoy y le acompaña en su descenso en dirección
o Gandia. La cueva está a una altura, aproximada, de 650 m. s. n. m.
Su tnterior consiste en una oquedad casi oval de unos 40 m. de longit\KI por 20 m. de ancho, con declive hacia el interior, terminando en
una gneta de donde se ha extraído abundante material, evidentemente
arrastrado por las aguas desde partes superiores de la cueva (fig. 3)
Geológicamente pertenece al Cretáceo Superior.
Tras las exploraciones preliminares llevadas a cabo en 1934 por el Ser·
vicio de Investigación Prehistórica de Valencia bajo la direcció.1 del doc·
tor Pericot, consecuencia del descubrimiento de l yacimiento por el señor
Pardo ( 1), volvieron a realizarse nuevas prospecciones en 1954 por don
(1) L BALL!!STER TORMO : ~La labor cid Servicio de Investigación Pl'cbi116tic:8
Musco en el pG. .do •ño de 1934". Valencia, 1935 ¡ pola. 11.
y "'
-4.5 -
[page-n-48]
2
Camilo Visedo (2), y en los años 1955 a 1958 se efectuaron por el Ser vicio de Investigación Prehistórica de Valencia, bajo la dirección de lo~
,... ...........
~.
/
Figura 1
señores San Valero y Pascual, diversas campañas de excavaciones que
dieron por resultado una estratigrafía clara en 1,50 m. de espesor, por
término medio, formada por varias capas (3).
(2) C. VISEDO MOLTO: "Akoy. Geolog!a, Prehútoria". Alcoy, 1959; pág. 40.
C. VISEDO MOLTO: "Coveta de I'Or. Bcniarrés (Alkonte)". Noticiario Arqueol6¡¡iro Iüsp:lnico, V. Mttdrid, 1962; pág. !SS.
(3) E. PLA BALLESTER: "Actívidades del S. l. P. (1946-19SS)". Archivo de Pro·
hi>toria Levantina. Vlilcncia, 1957; pág. 19S.
E. PLA BALLESTER: "Actividades del S. l . P. (1956-1960)". Archivo de Prehistoria Levantina, tK. Voltntip, 1961; pág. 21S.
-
46-
[page-n-49]
DATACJON COVETA Da LtOil
....
•
,.._
"""
....
.X..
3
...,.
a»t
Mn--.
·~----~------~--~------~--Figura 2
-
47 -
[page-n-50]
El abundante material hallado está compuesto por pequeñas hojas de
sílex, microlitos trapezoidales y semi-lunares, gran variedad de puntas
de flecha de aletas y pedúnculo y de formas geométricas, pequeñas ha·
Croquos de la cueva en 1955
• :Punto de donde se extrajeron las mll¡estras
Figuro 3
chuetas, así como una gran variedad de objetos diversos, como huesos,
punzones, espátulas, cucharas, colgantes, anillos, etc.
Destaca, sin embargo. por su especial interés la cerámica cardlal, de
-
48 -
[page-n-51]
DATACION COYl!TA DB L'Oit
S
la que se hallaron fragmentos con decoración onetsa :> con verdugones
Esta cerámica fue encuadrada en el neolítico hispano-mauritano (4).
Sobre la totalidad de los hallazgos obtenidos en las excavaciones se
está preparando una publicación, a la que en este lugar no debemos no
Seclor fl$
Figuro 4
podemos anticipamos. Algún material se halla en el Museo Arqueológico
Municipal de Alcoy (Lárns. 1 y 11). procedente de las prospecciones del
señor Visedo, mientras que el de las prospecciones de 1934 y excavado·
nes de 1955 a 1958, efectuadas por el Servicio de Investigación Prehis·
(4) D. FLETCHER VALLS: '"TondO$ ttrimioos ocolltic:os". Cnlnoc:a del vn ConNocional de Arqueoloala <&=lona, 1961). Zaragoza, 1962; ~- 148 y &S.
D. PLETCHER VALLS : "Nuevos dAtOS sobre los reillciones neolíticas enu-e
corras
-
¡,.,
-49i
[page-n-52]
6
tórica de Valencia, ha pasado a formar parte del Museo de Prehistoria
de la Diputación de Valencia.
En junio de 1960 y con ocasión de un viaje de estudios de uno de
nosotros (Schubart, del Instituto Arqueológico Alemán, de Madrid), visitó la cCoveta de I'Or», en compañia del capataz de las excavaciones
E" el antiguo perfil de la excavacoón podía reconocerse un almacenamiento de cereal, del que se habían desprendido varios granos De ellos
se sacó una muestra que se remitió al Profesor Schwabedissen, de Color.ia, para que la sometiera a l análisis del radio carbono. Con e l fin de que
este examen se real1zara sobre una base más sólida y amplia, el 2 de
mayo de 1963, los autores de este trabajo volv1mos a la cueva, retirando del perfil una segunda muestra más abundante del cereal y remitiéndola, asimismo, a Colonia. El lugar de donde se extrajeron las dos muestras es claramente reconocible en la fig. 4.
Ambas muestras proceden de la séptima capa, en la quo! también
abundan de modo espec1al los fragmentos de cerámica cardial, cuya fre·
cuencia disminuye conforme se asciende, pero, en todo caso, es la nota
predominante en el conjunto de hallazgos de las cuatro capas inferiores
Lll cerámica con decoración Incisa se presenta ¡unto a la cardial; en las
tres capas superiores se encontró exclusivamente cerámica lisa sin deco·
rar (5)
Consignamos a continuación los resultados obtenidos en los dos análisis, datos que nos fueron comunicados e l 5 de enero de 1965 ·
4.315 ±
4.670 ±
1.• Muestra de 1960
2.• Muestra de 1963 .
75 a. C.
160 a. C.
Si hemos de admitir los métodos del C14 y las fechas que arriba se
indican, doblemente confirmadas en «la Coveta de I'On>, y que todavía
han de ser confirmadas por un tercer análisis, nos encontramo> con que
el punto de partida del Neolltico Inferior en la Penlnsula Ibérica lo cons·
tituye una fecha que hasta el momento apenas se había visto defendida,
pero que encaja perfectamente, tanto en el cuadro de conjunto de las
culturas neolíticas del Medi terráneo, como dentro del marco de su des·
arrollo en la Península.
Entre la datación del Cl4 para los concheros mesoliticos de Moita do
Sebastiao (Muge, Portugal) (5.350 ± 350 a. C.) y la arrojada para la
fortaleza eneolitica de Los Millares (Almería) (2.340 ± 85 a C.) se hallan hoy las nuevas fechas citadas para la cerámica cardial prími tíva del
(S)
FLETCHER : 0po. aL nau anterior.
-
50 -
[page-n-53]
OATACIO~ COVEl'A D.E L' OR
7
litoral español valenciano. Esta comarca costera se halla abierta en toda.
las épocas a influencias orientales; las formas cerámicas de la Penlnsula
Ibérica se explican en relación con las del Mediterráneo Oriental. Las
fechas más altas de Onente admi ten como muy probables las recientes
d.ltaciones del e 1'1 en España
Unicamente esta corriente de relaciones culturales transmttidas du rante el Neolítico Inferior a través del Mediterráneo, explica la expansión
de espelta en la «Coveta de I'Or». La espelta casi sólo se conoce en
Or1
ente y en una zona que abarca hasta e l centro de Europa, por donde
Sil extendió partiendo del Este, no habiéndose encontrado hasta ahora en
la región oc:c:idental del Mediterráneo (6).
Así, pues, los análisis de l e1'1 y el examen del cereal proporcionan
datos esenciales para la htstoria del inieto del Neolítico en la Península
Ibérica, momento que deberá ser objeto de estudio más detallado en
otro lugar (7).
(6) Wase sobre e11t1 C\lcstión el intetc1311te estudio que de la doctora MariJI Hopf oe
publico en el presente Archivo. Agndeccmos a la doctOI'll Hop( ou amable infonmción
previA.
(7) En b actUalldad, dcspuú de HU imponante aportación sobre b Coveta de I'Or,
dilpOnm>OS para las tic:ttu valencianas de
siguieruea anüisís:
- Co\eta de I'Or (pealitico) •
•
4.31S ± 7S a. C.
- Eteto del Pedregal (eneolltic:o broocc)
1.980 ± 2SO a. C.
-Pie deis Corbs (bronce) ..
I.SSI :i: 100 a. C.
m
-51 -
[page-n-54]
[page-n-55]
<;C IIOB.tRT-PASCUAL.- Oa laclón de la Covela d<' I"Or
Vnso~
de c
LAM. l .
[page-n-56]
SCHUBART- PASCUA L. -Oataeión de la Co•·eta d e I"Or
LA-'1.. 11
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[page-n-57]
MARIA HOPF
(Alemania)
Triticum monococcum L. y Triticum dicoccum
Schübl, en el neolítico antiguo español
En el estrato inferior de un sector de la excavación de la Cov& de I'Or
(Benlarrés, Alicante), se distinguió una pequeña cavidad de provisiones
llena de granos, de la cual el Dr. Schubart, del Instituto Arqueológoco
Alemán en Madrid, extrajo unas muestras de cereales. Como este estrato
solamente contenía cerámica cardial, se fecharon, asimismo, los cereales
en el Neolítico Antiguo ( 1).
Para determinar la fecha, los cereales en cuestión fueron sometodos
" examen mediante el C 14, en el Instituto de Prehistoria de Colonoa,
n6
pero antes de la molienda necesaria para dicho análisis, se determo la
clasificación de los granos, que estaban completamente carbor11zados v
algo deformados y estropeados, pero conservando la forma original y mu
chos rasgos morfológicos Importantes para la identificación.
La muestra pesaba en total 80'8 gr La parte examinada, .-le 23 gr ,
estaba compuesta de .
Triticum monococcum ... ...
frltlcum dlcoccum ...........
Triticum aestivo·compactum..
Hordeum vulgare L (y var.
nudum)
...
...
.
o •••
14
145
198
granos,
•
»
0'14 g.
2' 12 g.
3' 18 g.
233 g. largos 2'95 g .
464 g anchos 7 '35 g.
0'89 %
13'4 7 %
20'20 %
..
18'74 %
46'70 7:~
(1) V&te m eue mí11110 volumen el trabajo de Schuban-Pucual sob"' lo cronoloala
ck Cova de l'Or.
-53-
[page-n-58]
2
M. IIOI'F
Granos rotos
.. .. ........
Carbón vegetal
Arena y desperdicios
..
..
...... .
5' 18 g.
0'30 g.
1'78 g
1.054 granos . . . 23'00 gm.
100'00 %
Trit icum monococcum L. (Esprilla) (Lám. 1, a, tig. 1)
La parte menor de este hallazgo la constituía el T . monococcum (es
prilla), con 14 granos, que median:
(4'6- 6'2) 5'3 mm. x ( 1'4 - 2'5) 2' 1 mm. x ( l ' 9 - 2'8) 2'5 mm
lndices: Largo 1 Ancho= 2'5; Largo f Alto = 2'1; Ancho 1 Alto= 0'83
o
ü
Fig. 1
Por lo tanto eran especialmente estrechos y de dorso alt~;, con el
v•entre muy redondeado. Los granos de escanda, en ocasiones también
tienen la parte combada un poco acentuada, pero sin la vuelta hacia la
base, característiCa de la espelta. Por el desarrollo típico de est~ 14 gra·
nos, cuyos flancos están apretados y los que, en relaci6n con la escanda
t ienen la espalda más elevada demostrando el mayor abultam•1mto pre·
-
54-
[page-n-59]
3
TRIGOS D1l LA COVKTA DB !.'OR
cisamente encíma del germen y, además, con un perfil más o menos
triangular, puede deducirse que no puede haber confusiones erotre espnlla y escanda.
Esto; granos apicales no suelen ser más pequeños que los demás granos de la espiga, la longitud mediana de los granos de esprilla es una
séptima parte menos que la de los granos de escanda.
Tritituftl dit ottUftl St hübl. (Escanda) (L1m. 1, b, fig , 2)
145 granos más largos y más anchos, pero el dorso más llano que en
los mencionados ¡¡nteriormente. Mayor abultamiento del dorso, más en el
centro del grano, vientre cóncavo o llano, flancos más o menos paralelos,
pero no apretados, l¡¡ punta redondeada y casualmente con algunos restO<
peludos.
o
o
o
Fig. 2
Medidas.
n = 25 (5'0-7'6) 6' 1 mm. x (2'3-3'4) 2'99 mm. x (2'0·3'3) 2'52
milímetros.
lndices· L/A
2'04, L/Ait.
2'42; Anch./Aito = 1'18.
=
=
-
55 -
[page-n-60]
M. 1101'1'
Triticum aestivo· compactum Schiem, s. l. (Lám. 1, e, 111, fig . 3)
La mayor parte se componía de granos toscos s•n puntas, la partll
dorsal simétricamente encorvada, la parte del vientre plana, y 11erfil más
o menos cuadrado.
o
Medidas:
(4'4·6'7) 5'64 mm. x (2'6·4'4) 3'35 mm. x (2'2·3'9) 2'82 mm
lndices: L/Anch. = 1'68; L/Ait. = 2'00; Anch.fAito
1'04
=
La mayoría de estos granos rechonchos se diferenciaban por numero
sos indicios de los dos trigos vestidos, y se pueden clasificar, csensu lato•,
como «Binkel», es decir, pertenec.ientes al grupo de trigo de siembra de
espiga tupida.
-
56 -
[page-n-61]
S·
Hordeum vulgaro L. polystichum var. nudum. Cebada desnuda de
varoa~
lineas (Lám. 11 a, 11, e, IV, a; fig 4, 5)
,
Hordeum vulgare L. polystichvm. Cebada vestida de varias lineas (Lám
11, b, 11, d, IV, a)
Había cebada desnuda y vestida, de formas muy variadas La mayoría
de los granos eran rechonchos redondeados; los demás eran delgados y
ópticamente parecían más largos (fig. 5). La clasificación en desnudos y
vestid os es difícil, pero predominan, visiblemente, los primeros.
o
Fig. 4
Medidas generales:
Ancho n
50 (4'5- 6'5) 5'5 x (2'9 • 4'3) 3'8 x 2'0 · 3'1) 2'9 mm.
lndices : l/Anch. = 1'46; l f Ait. = 1'9, Anch./Ait.
1'3.
Estrecho n = 60 (4'7 • 6'8) 5'5 x (2'2 • 4'0) 3' 1 x ( 1'5 • 2' 9) 2.'2
milímetros.
=
=
lndices: l/Anch. = 1'75; LJAit = 2'46; Anch./Ait. = 1'4.
-57 8
[page-n-62]
6
M. ROPP
Cebada desnuda:
Ancho
5'3 x 3'6 mm.; L/ Anch. 1'47.
Estrecho 5'3 x 3'0 mm.; L/ Anch 1'77.
Cebada vestida:
Ancho 5'3 x 3'6 mm.; L(Anch. 1'47.
Estrecho 5 '2. x 2.'6 mm.; L/ Anch 2.'00.
De la confrontación de los índices de los granos gordos con los delgados re51Jit6 que los granos gordos, en conjunto, eran más redondos en
su corte transversal que los otros
o
o
o
Fíg. 5
Una ampliación del ancho con ligera disminución del largo es, gene·
ralmente, el resultado de la acción del calor al carbonizarse los granos
(v. M. Hopf, 1955) En cereales recientes, la merma del tamaño, al ca•·
bonizar, era de 7'8 a 11'1 por 100.
-
58 -
[page-n-63]
7
TRIGOS DB LA COYttA DE L'OR
Corno es de esperar, este cambio se forma en todo cereal prehistóri
co, siempre que esté carbonizado, como, por ejemplo, en la Coveta de
I'Or; por otra parte, se encontró en ésta, además de los granos redondeados rechonchos, cierta cantidad de estrechos, por lo que no pued~
atribuirse el grosor de aquéllos al calor, ya que todos jos granos anali zados eran de la misma muestra y, por tanto, expuestos a la~ mismas
condiciones.
Los anchos no estaban más hinchados y dañados que los delgados y
la long itud era la misma. Por lo tanto hay que deducir que, junto a un
número menor de tipo fino, tenemos ahí un tipo marcadamente grueso,
tanto de cebada desnuda como de vestida. Esto se desprende tambié1,
muy claramente de las indicaciones de peso: los 233 granos delgados
pesan 2'95 gramos mientras que doble cantidad de granos gruesos no
pesaba el doble sino el triple, es decir, 7'35 gramos. Si se mira !a escanda
bajo este aspecto, resulta una concordancia llamativa (solamente un ancho mayor) con los hallazgos de escanda del Norte de España, descrito>
por Téllez y Ciferri (desde luego de la Edad del Hierro). EJ promedio de
los valores de 10 muestras era allí:
6'02 x 2'79 x 2'47 mm.
L/Anch.
=
2'13; LJAit. = 2'43; Anch./Ait.
=
1'13.
Los hallazgos de Triticum aestivum, o sea aestivo compactum men·
cionados por Téllez y Ciferri 1 son, por el contrario, en sus tres dimensio·
nes, más pequeños que los de la Coveta de I'Or, tanto los de la
Edad del Bronce: n = 11 5'02 x 3'08 x 2'83.
L/Anch. = 1'63; L/Ait.
=
1'78; Ancho/Alto= 1'09.
como los de la
Edad del Hierro: n = 9
L/Anch. =
5'18 x 2'99 " 2'52.
1'73; L/Ait = 2'05; Ancho/Alto= 1'08.
Pero los índices (a excepción de) más reducido L/ A en el trigo
común de la Edad del Bronce), concuerdan casi por completo, en la misma especie en los períodos indicados.
Hasta ahora no se había conocido ningún trigo del Neolitico español
Para la Edad del Bronce se había indicado la existencia de trigo desnu ·
do, pero las dos clases de vestido, esprilla y escanda, no hablan aparecido
todavra. Los más antiguos granos de escanda comprobados, provienen del
sig lo IX a. C. mientras que la esprilla faltaba completamente en los tiempos prehistóricos (v. Téllez-Cifem, l. c., pág. 47).
-
59-
[page-n-64]
8
~
HOPP
Teniendo en cuenta este estado de cosas, ccómo deben valorarse e
interpretarse los nuevos hallazgos>
Para estar seguros de que en la identificación de las vancdades dt'
grano no ha habido error alguno, se presentó la cuestión al Dr H l . We'
neck, de Linz, quien llegó al mismo resultado «las clasific.:>ciones de
Tritlcum dicoccum, T. monococcum, Hordeum vulgare, subesp. vulgare
l var. coeleste L., Hordeum vulgare L subesp. vulgare L escanda, espo illa, cebada desnuda, cebada ves toda, son correctOS».
Por lo tanto se impone la pregunta de si la fijación de época puede
ser considerada como segura, es decir, si el estrato del hallazgo estabil
ontacto o si contenía elementos posteroores introducodos, por ejemplt'.
~or el agua o por hombres o animales
Habiendo rogado al Dr Schubart que comprobara este extremo en el
yilCim1ento y que tomara, a ser posible, nuevas muestras del cereal, me
escribió lo siguiente: «He estado en Alcoy y en presencia del encargado
de las excavaciones, don Vicente Pascual Pérez, he sacado una muestra
'Yiayor de la Cova de I'Or El Sr Pascual Pérez confirmó que ést.,, así co·
mo la anterior, pertenecen al más bajo estrato de cerámica cardial, que
está directamente situado sobre el suelo rocoso» .
La segunda muestra pesaba 1 058'30 gramos Después de quitar la
toerra, piedrecillas, trocitos de grcnos Indefinidos y carbón vegetal, quedaron 142'8 gramos, reparhdos de la soguiente manera:
48 granos de T. monococcum . .
0'41 gramos
0'29%
20'15 .y¡,
?.. 187 » de T. dicoccum . .
28'78
57'82 %
" de T aestivum . . . .
82'57
7'62 ;-,
824
» de T aestovo ·compactum
10'88
» de Hordeum vulgare, var.
1 479
))
nudum .
20'16
- 14'12 %
142'80
de éstO$
195 granos
111 granos
1 095 granos
13 granos
Hordeum grueso
Hordeum delgado
Hordeum normal ..
Hordeum de punta redondeada
gruesa
...... ··
9 granos Hordeum de punta redondeada
delgada...
.... . . . ...
. .......
56 granos Hordeum de punta redondeada
normal .....
))
- 100'00%
3'00 gramos
1'35
»
14'81
))
0'20
0'10
))
0'70
20' 16 grilmos
El estado de conservación, forma y tamaños, corresponden a los de
lil primera muestra.
-60-
[page-n-65]
9
TIUGOS DE LA COVBTA OH L'OR
Triticum monococcum L. Esprilla (Lám IV, b, e, fig . 6, 7)
n = 48 (4' 1·6'6) 5 '51 x ( 1'6-2'6) 2' 1O x (2'0-3'0) 2'42 mm.
lndoces. L/Anch
2'62, L/Ait
2'28; Ancho/Alto
0'87
=
=
=
Triticum dícoccum Schübl. Escanda (Lám. V, a, b; fig. 8)
n = 25 (4'4-6'5) 5'55 x (2'2 -3'3) 2'75 x (2'0-2'9) 2'43 mm.
1ndlces· L/Anch = 2'02; L/Ait = 2'28; Ancho/Alto= 1' 13
Fig. 6
Triticum aesti..,um L. Trogo común (Lám V, e, VI, a, fig. 9)
Trlticum aestiYo-compactum Schiem. (Lám. VI, b, e; fig. 10).
Estos dos grupos se cruzan fácilmente, por lo que es dificil definorIO> con exactotud.
Sometidos a medida 50 granos de los más grandes y 50 de los mái
-
61 -
[page-n-66]
M.. ROI'P
10
pequeños, éstos están en proporción más ancha y más alta con los más
largos ejemplares.
n = SO (3'8-6'3) 5'16 x (2'2-3'8) 3'02 x (2'0-3'1) 2'57 mm
2'01; Anch./Ait.
1'17
lndices: L/Anch. = 1'71, L/Ait.
=
=
" = 50 (3'7-5'5) 4'72 x (2'7-3'8) 3'22 x (2'2-3'2) 2'71 mm.
lndices: L/Anch.
1'46; L/Ait.
1'74; Anch.fAit.
1'19.
=
=
=
ü
Q
Fig. 7
Hordeum YUigare L. nr. nudum. Cebada desnuda (Lám. VIl, a, b, e,
VIII, a, b; fig. 11, 12)
En la segunda muestr3 se pudieron identificar con exactitud sola
mente los granos de cebada desnuda; no obstante, es muy probable que
-
6Z-
[page-n-67]
11
TIUCOS DE LA COYJ!TA D.! L'OII
hubiera también cebada vestida; algunos granos estaban tan estropea
dos o hinchados que no se podían definir bien.
En muestras con mezcla de vestida y desnuda, de otras proceden·
cías, se ha comprobado que los granos desnudos sufren más por carbo
nizaci6n, a lmacenamiento, manipulación, etc., que los vestidos, por lo
que se podrfa admitir que, de haber existido granos vestidos, habrlan si·
do identificados. También aqui se encontraron granos extremddamente
anchos y granos delgados
anchos n = 20 (4'3-6'0) 5'20 x (3'1 ·4'4) 3'68 x (2'2-3'0) 2'60 mm
lndices: L/Anch.
delgados n
= 20
=
1'42; L/Alt.
= 2'00; Anch./Ait =
1'41
(4'8-7'3) 5'94 x (2'4-3'4) 2'87 x (1'7-2'7) 2'01 mm
lndices: L/Anch. = 2'07; L/Ait = 2'95; Anch./Alt = 1'43
()
Fig 8
Pero esta vez los gruesos eran bastante más cortos y se parecían aut•
más a la forma de los de las construcciones lacustres, descritos por primera vez por Heer ( 1895) · Hordeum vulgare L sectio Polysticha sanctum
Heer. Un predominio e oncluso presencia exclusiva de cebada desnuda se
comprueba en todos los hallazgos europeos tempranos de Hordeum Sólo
en el curso de la Edad del Bronce aumenta o predomina la proporción
de cebada vestida. Las formas desnudas se han mantenido hoy preteren
temente en territorios retrasados.
-69 -
[page-n-68]
12
M, ICOPP
El término medio de la muestra es:
n = 50 (4'4 -7'0) 5'49 X (2' f -3'8) 3'08 X ( 1'5-2'8) 2'21.
lndtces: L/Anch = 1'78; L/Ait = 2'48; Anch./Ait = 1'39
Los numerosos granos asimétricos (granos laterales de los "TripletStt
del Hordeum vulgare L tetrastichum) han sido medidos aparte:
Desnudo, gordo, asimétrico:
(4'0-5'6) 5'06 x (2'8-3'9) 3'36 x ( 1'7-2'9) 2'41 mm.
1'51 ; L/ Ait = 2'10; Anch./Ait = 1'39
lndices: L/Anch.
=
Desnudo, delgado, astmétrico:
(4'8-6'5) 5'72 x (2'1-3'3) 2'71 x ( 1'3-2'6) 1'86 mm,
lndices: L/Anch. = 2' 12; LJAit
3'10; Anch./Ait -
1'46
Desnudo, regular, asimétrico:
(4'6-6'6) 5'50 x (2'1-3'4} 2'98 x ( 1'4-2'8) 2'17 mm
lndices: L/Anch. - 1'85 ; L¡Ait. = 2'54; Anch./Ait. -
1'37
=
D
Fig 9
Igual que en el material más reciente, también en la muestra neolftica los granos de los lados, en los tres grupos de cebada, eran más
pequeños y flacos que los del centro. SI, en cambio, los grano~ simétri cos provinieron de espigas polistichas o si en Alcoy fue culti·tado tam oién Hordeum d istichum, se podría decidir sólo a base de espigas o trozos de espigas
-
64 -
[page-n-69]
1'RIGOS DB 1.A COVBTA 08 L'OR
13
En la segunda muestra, exceptuando la cebada vestida, est<:ban re·
presentadas las mismas variedades que en la primera y también el esta·
do de conservación y los valores del promedio de medidas eran muy pa recidos. Pero el porcentaje de las diferentes variedades de gra"''O d ifiere
considerablemente del de la primera muestra; si en la primera predomina
1;: cebada (65'44 por 100) en la segunda el trigo consti tuia la parte prin·
o
o
clpal (85'9 por 100) y el trigo desnudo alcanzaba, aproximadamente, el
tt iple que el vestido, mtentras que en la primera muestra, la ;:roporción
de 5:4 era más igualada.
El almacenamiento y las circunstancias del hallazgo no dan ningún
dzto para interpretar esta diferente composición de los cereaies de la
(ova de I'Or.
-859
[page-n-70]
14
M. HOPJ'
Es digno de observar que, contrariamente a los hallazgos de época
m.ís reciente descritos por Téllez y Ciferri, no se encuentran ni trozos
de espigas ni glumas sueltas. A excepctón de pocas astillas de carbón
vegetal, las muestras estabim libres de mezclas orgánicas, por lo tanto no
~61o estaban completamente trilladas, sino que hablan pasado un pro-
o
o
Fig./1
ceso especial de «curtido o de tueste», ya que tampoco los >Jranos con
primitivo fuerte cierre de gluma (muestra 1: cebada vestida, esprilla, esanda; muestra 11 espríll.l, escanda) ofrecen gluma ~lguna
Corno en ambos casos la parte de la especie menos representada
está por encima de los 14 por 100, se puede admitir que tenemos a la
vista una mezcla manifiesta y no casual, de cebada y tngo. Quizá se
trate de! producto de diversos campos o años cltrnáticamente distintO>
pues no es probable que los hombres del «Cardiabt hubiesen cultivado
- 66 -
[page-n-71]
h
TtUGOS DI! LA COVBTA DB L'OR.
y cosechado las diferentes clases de cereal, o por lo menos cebada y
trigo, por separado, para finalmente almacenarlos o utilizarlos juntos
Además, el resultado presente coincide con observaciones ht
o
o
a
e
Fig .12
con el mayor perfeccionamiento de los métodos de cultivo y elaboraCIÓn
de las edades del Bronce y del Hierro, parece haberse llegado a un cult•vo separado de ambos cereales.
Es posible que se efectuara, entre tanto, a consecuencia del cultiv'l
durante muchos siglos en las mismas reg1ones, una cierta selec-:1ón en la
formación de especies locales, las que se adaptaron de tal manera a las
circunstancias locales (suelo, lluvia, clim.:~, altitud, etc.) que el riesgo de
-
67 -
[page-n-72]
16
M. 1101'1'
una total mala cosecha no fue ya tan grande como en los prim!'ros tiem·
pos del cultivo. Especialmente, en las regiones recién ganadas para la
agricultura, la mejor seguridad contra los riesgos de malas cosechas, era
disponer de un número bastante elevado de diferentes especies. Si faltó
el Triticum dicoccum o el Trlticum aestivum a causa de clima o suelo
no apropiados, pudo sustituirse hasta cierto punto, por el Hordeum o Trincum monococcum.
Después del resultado de la clasificación botánica, totalmente nuevo
peora España, surge la pregunta de la procedencia de los cere:.les halla·
dos. La datación arqueológico-estratigráfica tuvo su complemento y confirmación en los resultados de los análisis de radiocarbono. Según su con·
tenido de Cl4 se dio a la primera muestra la antigüedad de 4.315 ±
7'5 a. C. y a la segunda la de 4.670 ± 160 a. C.
Si por ello debe fijarse la época del material de la Coveta d~ I'Or .?n
el Neolítico temprano, por el hallazgo de las dos clases de tngu vestido
(esprilla y escanda), es necesano volver a reflexionar sobre la op1nión
existente hasta ahora sobre las clases de cereales más antiguos ce la Península Ibérica y sobre sus caminos de llegada.
¿Puede mantenerse todavla la opinión de que España ha rec.lbido SoJ
primer cereal por el camino del Norte de Africa? ¿O hay que dP.clr, llm1
tando la cuestión, que no sólo VInieron por este camino? ¿O puede ad·
mitirse, incluso, que el avance de la agricultura en la Peninsu•a Ibérica
ocurriera sin tocar Africa, o por lo menos partes de la costa afticana~
La tesis antigua se apoyaba tanto en las relaciones culturales generales
entre España y las regiones afncanas cercanas, como en 1., existencia de las
mismas clases de cereales en España y Egipto, es declf, la falta de T. monococcum en ambas regiOI"eS. Ya en 1895 constató G. Busc:han que «el
mundo faraónico no parece haber conocido la esprilla, o por lo menos no
tenemos por ahora ninguna prueba sobre su ex1stenc1a en el antiguo
Egipto. Por otra parte, esta clase de trigo aparece tempranaml'nte en el
A~ia Menor (Troya))>. Estas indicaciones han conservado su vahdez, pues
todos los hallazgos posteriores han hallado confirmación Las Indicaciones
de hallazgos de esprilla en Egipto resultaron erróneas (v. H. Helbaek,
1953 y E. Schiemann, 1954).
La esprilla es el único trigo d1ploide que ha sido cultivado a travé-;
de milenios junto a numerosas tormas tetra y hexapl01deas, pero que,
después de constante retroceso, ha sido desplazada por éstas, c¡¡si com·
¡:-letamente en los últ1mos Cincuenta años; en algunos casos toma un
puesto especial. no es fácil cruzarlo con e_ poliploideo, y cor11parado a
l
otras clases de trigo puede ser definido con toda seguridad, a~.;n a bas'!
c!e granos sueltos, sin gluma Desde 1885 (Kornicke) era co.,ocida la
forma de origen s1lvestre T. boeoticum (en dos subespecies subesp. aeg1-68-
[page-n-73]
'tRJGOS DB LA OOYBTA DB L'OR.
17
lopoides del occidente de Asia Menor y los Balcanes y subespede- Thaou·
dar de la región de Asia Menor hasta Persia, y por primera vez se vio en
forma bien delimitada la posible región de formación de un u igo cultivado. Se obtuvo una buena confirmación de esta observación gGográficc-·
genética, al paso de los decenios, con el hallazgo de esprilla, en los mas
;rariados lugares de excavación, desde el Medíterraneo Oriental, por toda
Europa del S.E. y C. hasta el Sur de Suecia e Inglaterra. Desde el Neolí ·
tico aparece esprilla en el territorio indicado, siempre junto cor> escanda
y/o cebada, es decir, que estas dos clases de cereal, ya están presentes
en las altas culturas tempranas de Mesopotamia y Egipto y por !anto son
consideradas como los cereales cu.ltivados más antiguos.
De acuerdo con el estado actual de nuestros conocimientos, la primitiva especie sllvestre de la escanaa: T. dicoccoides, fue domesticada en
su cuna en el Oriente Medio, en las vertientes del «Creciente Fértil», y
lo mismo puede decirse del cu ltivo de la cebada. Según Hcibaek, se
debe considerar el Hordeum spontaneum de dos Hneas como la forma
originaria de nuestras ceb;;das. Se encuentra extendido, desde el Asia
Menor, por todo Oriente y e l hombre debió domesticar y cultivar este
fruto silvestre de primitiva recolección, al mismo tiempo y en las mis·
mas reglones que la escanda silvestre.
Sobre eJ lugar y modo de formación del hexaploideo trogo desnudo,
T. aestivum L., existen diferentes opiniones. Desde luego es de origen
oriental, aunque posterior y, aJ principio, de menos importan-:ra que la
escand11. Sin embargo, ya se encuentra en Jos hallazgos de lo!> palafr tos
del neolitico tardío y Hjelmquist describe huellas de trozos de espigas y
granos de T. compactum sobre cerámica neolítica sueca. Según Helbaek
«se encontró trigo enano en el bajo Egipto en el neolítico tardio Merim·
de-Beni-Salame y todavía más tarde en el Omari, a veces con escanda,
pero parece haber desaparecido después de Egipto». El trigo hexaploide,
vuelve a aparecer en grandes cantidades en trempos de Ptolorr.eo.
Con posterioridad al VIl mi lenio a. de C., desde esta regrór. de ori·
gen, en el Norte de Palestina, lrak y Sur de Turquía, se exte;dieron en
todas direcciones con .la ayuda del hombre las formas cultivadas más fructiferas, en lugar de las formas silvestres quebradizas y de maduración
irregular: escanda y cebada en las llanuras de Mesopotamia y Egipto, asi
como hacia el Norte y Oeste. Se encuentran siempre juntos en Asia
Africa y Europa. Pero la esprilla, planta de terreno más pobre, seco y
IY'Ontañoso, más dura y de menos exigencias, no encontró condicione;
favorables en los suelos grasos de las tierras de inunda~ión, más cálida•,
dP las depresiones de los ríos. Por esto no tuvo importancia er: los cen·
tros de alta cultura. En Mesopotamia y Egipto no hay ni se e5peran ha·
llazgo de esprll la. Sin embargo, ésta tuvo su prosperidad en las condrcio·
-69 -
[page-n-74]
18
M. HOI'l'
nes primitivas de cultivo del Neolítico europeo donde, por ejemplo, en
Suecia hay más que escanda (Hjelmquist).
El primer avance de cereales de cultivo del Orientl! hacia le Europl
central ocurrió, sin duda, a partir del quinto milenio, con )a expans1ón
de los pueblos de la cerámica de bandas, que se asentaron como verdaderos labradores, en las tierras cálidas, abiertas, preferentemente en el
loess, y por lo tanto apenas se les puede comprobar fuera de esas zonas
que les eran favorables. No se encuentra ninguna radiación de su cultura hacia la Europa occidental y en la literatura antigua se daba por seguro que la Península Ibérica, en sus relaciones culturales con los territorios norteafricanos, obtuvo su primer cereal de cultivo pasando por
Egipto y Norte de Africa, aj no tener su origen ni en España ni en la
Europa central. Pero como testimonian los- mismos géneros de cereales.
no se tuvo en cuenta que e l trigo común falta más o menos en Egipto y
la escanda es ahí, prácticamente, el único de este género, mientras que
en los más antiguos hallazgos españoles el Tritícum aestivum, s. 1., es sencillamente «-el trigo». También A. R Pinto da Silva ( 1954) indica para
Portugal como trigo prehistórico solamente el Triticum comp<:ctum. El
Triticum spelta ha sido traído, probablemente, por los romanos y todavia en el siglo pasado se encontraba especialmente en el Norte de España, mientras que el Triticum monococcum, que se encuentra en la Edad
Media y época Moderna, a menudo en todas )as regiones de terrenos are •
nosos poco fértiles, debió de haber entrado por el Norte ya ~n la Edad
del Hierro prerromana, con los celtas.
Esta reciente esprllla española (Proles ibericum) fue descrita p01
Flaksberger ( 1935) como floja, de pequeña espiga, de madurez temprat'la, difer-enciándola del tipo centroeuropeo (Proles alemannum). de madurez tardía, gruesa espiga y robusta planta, mientras que un rercer tipo
llamado oriental (Proles heothinum), desde la región del Trans:.áucaso y
Anatolia, se distingue también por una planta fina con pequeñit~ espigas,
df: maduración tardía. Una tal diferenciación en una viejil planta cultivada no tiene nada de sorprendente, sino que es naturaL Sin embargo, seria un error sacar de esto conclusiones respecto a especiales 1elaciones
en tiempos prehistóricos entre Anatolia y España.
El problema Triticum dicoccum ha sido abordado de nuevo en los
últimos tiempos. El más antiguo y único hallazgo español (de la Edad del
Bronce) de escanda, procedente de Almizaraque, fue descrito por Netolitzky (1935) a base de una determinación de E. Neuweiler.
La longitud y anchura dio (4'1 - 5'5) 4'9 x (2'0 • 3'0) 2'6 mm. y el
índice long./anch. 1'96.
Téllez y Ciferri (1954). después de comprobar más o menos las mismas medidas en una muestra de Almizaraque procedente del Museo A•-70-
[page-n-75]
1
TRIGOS DB LA COVI!TA DB L'OR
19
queológico Nacional (4'3 - 5'4) 4'9 x (2'5 - 3'1) 2'8; Long./A'1ch. 1'71 .
dicen, en consideración del índice más pequeño que 2, lo sigui ante: «Po
demos afirmar con certeza que su forma corresponde a la de lus grane;
de Tritkum aestivum» y «que no se encontró en aquellos yac.imiento~
del Sudeste de España la especie Triticum dicoccum». El error ha podido
producirse tal ve:t por los repetidos envíos de un lugar a otro ocasionan·
de equivocación en )as etiquetas.
Quedarían, pues, como ciases de cereales de ja Edad del Bronce en
la Península Ibérica Triticum aestivum L. s. l. y Hordeum vulgare L.,
combinación que no se conoce en ninguna otra región del Viejo Mundo
dedicada a la agricultura. La simultánea domesticación y expao~sión, por
lo menos, de escanda y cebada, llevaba en e) Neolítico, según lo que los
hallazgos hasta el presente testimonian, a un cultivo simultáneo de e:i·
tos frutos del campo. La falta de trigo vestido en .la Edad del Bronce
española podria explicarse de dos diferentes maneras:
a) Los cereales llegarían tan sólo en esa época tardía a la Penlnsu
la Ibérica y ya habría habido una separación de las especies, adoptan·
dose solamente el trigo hexaploideo.
b) La «colección>> completa, es decir, también el trigo vestido, lfe·
garia también en una época bastante anterior. Pero en .los lugares de
asentamiento, las condiciones del suelo habrían sido tan destavorablas
para algunos de los componentes, por ejemplo, escanda, que no pudiero.,
arraigar en el país, desapareciendo poco a poco y totalmente de los cam·
pos; o bien los diferentes trigos se habrían sembrado separadamente en
la Edad del Bronce en España y sólo faltan los hallazgo~ que prueben su
existencia.
La primera hipótesis parece muy improbable en vista de la alta antí·
güedad del cultivo de las tierras en todo el Mediterráneo y Europa, asi
como las relaciones culturales comprobadas entre España y otros paíse>
Para la segunda hipótesis deberla postularse hallazgos de cereal del Neolltlco más abundantes que los conocidos de .la Edad del Bro~oce. En el
Neolftico antiguo de Coveta de I'Or se tendría una primera prueba de
que también en la Península Ibérica, en los tempranos tiempos de la cul ·
tura de la cerámica cardial, no sóJo se sembró cereal sino que eran ya
CO:'Iocldas todas las clases existentes en Oriente. La presencia simultánea
de los más antiguos granos de cereal con cerámica cardial en la Coveta
de I'Or, podría ser una ayuda para la Interpretación del origen y ruta de
inm igración de estos cereales. La ruta norteafricana parece dudosa y exige mucho tiempo, aunque no sea preciso que en las relaciones e•1lre Afri·
{a del Norte y España se incluya a Egipto. Pero lamentablemente no hay
hasta ahora hallazgos de vegetales antiguos en Marruecos y Argelia y
-71-
[page-n-76]
20
M. HOI'P
nada puede decirse sobre eventuales cultivos neol íticos de aquellas tierras.
Por otro lado, precisamente la expansión de la cultura da Ja cerá
mica cardial indica que ya en aquellos tiempos tempranos habría relacio·
r;es más o menos directas entre Asia Menor, las regiones costeras de la
Europa Meridional, Sicllia (B. Brea), las costas norteoccidentales de Afri ca y España.
M. Pellicer habla expré!Samente de puntos de partida orient.:Jies, ana ·
t6licos y sirios, y también H. Schubart (por carta, 1963) opina que «Id
posibilidad de que hubiera ya en el V-IV milenio a. C. comunicaciones
por vía rnarftima desde Asia Menor y Siria a Hispania, no está dcscartadi!
en absoluto. Hay, incluso, indicios de ello, aunque no obstante tienen
que ser confirmadas mediante una comprobación exacta». También Gossé
habla de la «invasión de un pueblo de mayor desarrollo cultural cuyas
formas cerámicas se vuelven a encontrar en el Mediterráneo oriental».
Por tanto, es completamente concebible que la primera provrsión completa de cereales como por ejemplo sucedía en Asia Menor, es decir, los
dos trigos vestidos T. monococcum 1 T . dicoccum y además T. aestivum
s 1., así como Hordeum vulgare y Hordeum vulgare var. nudum, llegase
directamente por el camino más corto, en relación con el ava,ce de la
gente cardial, no a lo largo de la costa palestino-egipcia ni a lravés de
la Europa central sino desde el Asia Menor y el Egeo. Este camino es el
que proponen Téllez y Ciferri para el trigo vulgar descrito hasta ahor.:t
., por tanto para el comienzo de la Edad del Bronce, pero las relacione5
debieron ser, como se ve, mucho más antiguas. la tesis de la pE'netración
por separado desde tres diferentes regiones de cultivo: Trlticum aesti·
vum de la región del Danubio, en la Europa central; Hordeum vulgar:!,
vle marítima; Tritícum dicoccum, por el Norte de Africa, parece muy
\
Relaciones ((directas» desde el Mediterráneo oriental hasta España er.
el Neolítico antiguo explicarían de una manera sencilla y satisfactorr.a
el resultado botánico aquí descrito. Por otra parte, el nuevo hallazgo de
cereales podría ser para el prehístoriador una ayuda en la interpretación
de algunas observaciones.
BIBLIOGRAFIA
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7310
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HOPF.-'I'rlllcum
monococcum en el n folillco
~spañol
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[page-n-80]
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[page-n-85]
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[page-n-87]
J GUILAINE
(France)
Datations C14 d'un gisement néolithique
du Sud de la France
11 est a présent admis que l'apparition des premieres civilisations néollthiques sur les rives de la Méditerranée occidentaie est plus ancienne
que ce que l'on pensait encore ces dernieres années. Plusieurs datations
par la méthode du Radiocarbone ont en effet remis en question les systi:mes basés sur des chronologies courtes et de nouveaux systémes fondés sur des chronologies plus «étirées» ont été ébauchés ~a et la, se contirmant chaque jour davantage par de nouvelles données.
Dans le Midi de la France de nombreux gisements du Néolithique
ancien (a céramique «cardiale» ou «a impressa») sont connus depuis la
Ugurie jusqu'aux Pyrénées. A coté de quelques «noyaux géogrcphiques))
importants (Provence, vallée du Gardon), le Languedoc occidentai-Roussillon a longtemps fait figure, sur les cartes de répartition, de zone déla•ssée. En fait il n'en est rien puisque des fragments de céram:ques cardiales ou imprimées ont été rencontrés dans plusieurs gisements: grotte
dP Bonnefont (Saint-Etienne d'Aibagnan, Hérault), grotte de Fauzan
(Cesseras, Hérault), Petite Grotte de Bize (Aude), grotte de la Crouza·
de (Gruissan, Aude), grore des Fées (Leucate, Aude), grotte de Gazel
(Salh\les-Cabardés, Aude), grotte de Las Morts (Fougax, Ariége), Cova de
I'Espérit (Salses, Pyrénées-Orientales), Balma Margineda (Andorre), etc.
A ces d ivers sites ayant livré des documents du début des temps néo
lithiques, nous en ajouterons un nouveau qul vient de révéler son an·
c1enneté par une matériel typique de cette période et aussi deux data·
tions au Carbone 14 de haut intérét.
-
'15 -
[page-n-88]
J.
GIJII..UNB
Nous présenterons rapídement le site.
L'abn de Jean-Cros est situé a proximité de la route d'lntérét communal 14 entre les localltés de Clermont-sur-lauquet et de labastideen-Val (Aude), quelques 200 m. au SW de la métairie Jean-Cros.
11 s'agit d'un surplomb constitué dans les poudingues du Lutétien par
un écoulement d'eau provenant du plateau. L'abri a un développement
de 15 m. pour une profondeur moyenne de 7-8 m. Sa voOte, progresstvement tres surbaissée, se confond en petlts divertlcules dont la límite n'a
pu étre exactement fixée
L'alluvionnement a pu se faire par les coulées provenant de la résurgence intermittente (liée aux p)ules} au fond W de la cav1té et également par les dépóts issus au N de la pente topographique accentuée du
type cóne d'éboulis.
Apn?s carroyage de l'abri, un sondage a été entrepris dans les carrés
Vlll -4, VIII-S, IX-4, IX-5 Nous y avons relevé la s tratigr¡¡phie suivante
-a 0,00 m.· sol sableaux végétal,
-a 0,10 m.: lit de galets;
- i l 0,12 m.: arglle tossée et mélée, sur une forte épaisseur, a des
blocs de poudingue de dimensions variables,
- il O, 70 m. foyer a chelíx nemoraliS»;
- a 0,90 m.: argile stérile avec blocaille de poudingue;
- a 1,20 m.: fin du sondage.
Nous n'avons pu poursuivre nos travaux en profondeur car nous sommes arrétés par des blocs ossez volumtneux correspondan! a des chutes
ou éboulements locaux liés a un cycle d'érosion mécanique.
Le foyer néolithique découvert (ntveaux 2a, 2b, 2c) a une épaisseur
moyenne de 0,20 m., sans oucune interruption manlfeste dans le temps.
la terre est naire, grasse, charbonneuse. Elle présente le particularité
d'etre littéralement pétrie d'heli x nemoralis. Les préhistoriques paraissent
avoir aménagé leur foyer dans les mtervalles laissés par les blocs qui parsemaient le site il leur arrivée.
Une étude détalllée du matériel recueilli dans ce foyer sera publiée
ultérieurement. Nous dortnerons seulement ici les caractéristiques essen·
tielles du mobilier
- la céramique, d 'usage VtSibJement limité, SE rédUtt a des tessons
parfois trés fragmentés, toujours assez corrodés. Ces fragments, toujours
inornés, appartiennent, sauf quelques cas, a des récipients d'assez fort
volume. la páte est grossiére, avec éléments dégratssants calcatres parfois vistbles.
- l'outillage lithique est abondant et de taille a tendance microlithique. 11 y a essentiellement de nombreux éclats et quelques lamelles
-76-
[page-n-89]
3
mal venues. Les seules pieces retouchées sont les fleches, toutes tranchantes, mais de deux types. a retouche margonale abrupte, a retouche
r.lemi-cMahlssante. Nous avions un moment pensé que ce deuxieme type
dénotait une influence tardive dans ce néoli thique (dans le styll.' des fié·
ches tranchantes cchasséennes» a retouche couvrante) En fait il s'agit
d'enlevements en écailles gagnant en surface vers le centre de la piece
et seul.!ment sur la face dorsale. Ce type d'armature est connu dans plu·
sieurs si tes mésolithiques attardés d'age déjá néolithoque 11 semble done
que la oetouche abrupte ne soit pas le type exclusif de retouche dans la
technique de taille du Néol ithique ancien.
- 11 n'y a pas d'objets polis dans le matérieJ recueilli a ce jour.
- l'outillage osseux a donné quelques poin~;ons, une belle aiguille
e l un objet double mi-poin~;on mi-spatule taillé vraisemblablement dans
une can1ne de sanglier.
Lil faune, soigneusement étudiée par M. M. Emile Heintz et L. Gins·
burg (du Laboratoire de Paléontologie du Museum National d'Histoire
Naturelle, Paris) -que nous remercions bien vivement- a donné, dans
les niveaux qui nous occupent:
- Cervus elaphus (cerf).
- Capra hircus (chevre).
- Capreolus capreolus (chevreuil).
Bos taurus (boeuf).
- Sus scrofa (sanglier).
- Martes martes (martre).
Les déterminations chronologiques par la méthode du Radiocarbone
ont été réalisées -1Jrace a l'oblogeance de Madame G. Delibroas et de
M. Giot- au laboratoire du Radiocarbone du Commisariat a I'Energie
Atomique du C.N.R.S. (Centre des Faibles Radioactivités de Gif-sur·
Yvette, Seine·et·Oise, France), Elles ont donné comme résul tat:
6.540 ±
soit
300
4.590 avant J. C.
Une premiére préparation aurait donné pour résultat
6.400 ±
soit
300
4.450 avant J. C.
• • *
Est·il besoin de souligner l'mtérét du site languedocien de Jean-Cros?
Ces premiers résul tats apportent une série de données nouvelles dont
nous détacherons l'essentiel.
- Ces datations apportent une confirmation aux systemes fondés
sur des chronologies longues concemant le Néolithique ancoen de la Mé·
diterranée occidentale. 11 est désormais certain que les phénoménes de
-
77-
[page-n-90]
J.
GUtL.UMil
néolithisation ont eu lieu dans ces régions des le Veme millénaore, selon
des méthodes propres aux diverses contrées. Certes les récurrences mésolithiques paraissent fortes autant dans l'équipement que dans le genre
de vie. Nous sommes, semble-t'il, davantage dans un «Pré-néollthique»,
selon l'expression d'Arlette Leroi-Gourhan, que dans un Néolithique accornpll.
- Des cette époque, comme cela a pu étre remarqué dans d'autres
sites, des traces d'élevage sont posslbles (présence de Bos tauous et de
Capra hircus). Ces remarques pourraient pleinement confirmer les obser·
vations de P. Ducos sur la faune des gisements de Chilteauneuf-les-Mar·
ligues et de Roucadour en fonction desquelles la domestication de certaones especes est plus ancienne que ce qui était communément admis.
Dans le cas de l'abri de Jean-Cros il est toutefois possible que nous nous
trouvions en présence d'espéces encore chassées.
l. Roux et Ar. Leroi-Gourhan attribuent a la pratique de l'élevage les
défrichements de la période atlantique. De ce cóté il serait de grand intérét d' avoir les résul tats des déterminations palynologiques de notre gisement (des prélevements ont été eHectués en 1964 et transmi s au Mu seum National d'Histoire Naturelle mais les résultats ne nous ont pas été
communiqués a ce jour).
La présence abondante d'helix nemoralis dans le foyer de Jean·
Cros nous améne a mettre en parallele ce site avec d'autres gisements
a escargots des Pyrénées tels le Mas d' Azil, la Spugo de Ganties ou Aru·
dy. Le Néolithique ancien de Jean-Cros ne serait-il pas contemporain
-tout au moins en partie- de l'Arisien de Piette ou de l'Arudien 11
final de Laplace? Nous touchons en fait ici a un probleme complexe étant
donné la particularité de certains groupes méso- et post-mésolithiques.
L'Arisien de Piette est trop mal défini pour que nous puissions nous en
faire une idée exacte. Dan I'Arudien final de Laplace, la poteroe n'apparait pas et ne se montrera que dans une couche de transition d'áge énéolithique done bien plus tardive que les datations qui nous sont proposées
a Jean-Cros.
Ajoutons a propos des couches a helix que L. Méroc a également ob·
servé dans plusleurs grottes pyrénéennes des amas de coquilles d'escargots dans des contextos archéologiques tardifs en pense a un genre de
vie mésolithique s'étant perpétué longuement dans le Néolithique montagnard. Quoiqu'il en soit, l'abri de Jean-Cros vient allonger, dans le
monde sous-pyrénéen, la liste des sites néolithiques datés a helox et il se
trouve, de plus, étre géographiquement le plus cméditerranéemt de ces
demiers.
- Comme dans la plupart des sites méridionaux du Néolothique an·
cien, l'outillage présente des caracteres tardenoisiens accu•és Or la pré·
-78-
[page-n-91]
S
sence d'une retouche semi-envahissante n'apparait guere a Cháteauneuf
ou les couches néolithlques gardent une 1ndustrie a retouche abrl!pte. Par
centre a la Baume de Montclus, dans le Gard, cette retouche demi-envahissante apparaít de meme qu'a la Cova de I'Espérit en Roussillon (ou
dans les sites de Sauveterre). Ces remarques semblent indiquer que l'in·
dustrie lithique des premiers groupes néolithiques mérídionaux est moins
homogéne que ce que l'on pourrait croire et garde, selon les regions, les
caracteres traditionnels hérités du Mésollthique local.
Ceci a amené M. Escalen de Fonton a parler de civillsation indigene
a propos du cardial proven~al. 11 semble bien, en effet, avec le progres
de nos connaissances, que les civilisations néolithiques de la Méditerranée occidentale procedent, en grande partie, autant dans l'équipement
lithique et osseux que dans le genre de vie, des civilisations indigenes
antérieures. Face a ce la la poterie fait tigure d'élément intrusif dont la
signification et l'importance au sein des civilisations divise encere beaucoup de chercheurs.
En l'état actuel de la question --qul n'est pas tou¡ours tres nettedes phénomenes d'acculturation des civilisations mésolitniques ne sauralent étre écartés. Mais pour bien déterminer, entre Méditerranée el
Garonne plus précisement, lesdits phénomenes, il conviendralt de connaitre exactement ce que répresente le Mésolithique local. Or notre documentation sur ce sujet _!!St pour l'instant, dans le cadre que nous venons d' énoncer, assez: fragmentaire.
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- 80 -
[page-n-93]
ENRIQUE A. LLOBREGAT
(Valencia)
Estudio de los megalitos portugueses por los
Leisner, y las cuevas de enterramiento
múltiple del país valenciano
El pasado año 1965, ha visto, con la aparición del tercer volumen de
la gran obra de los esposos Leisner sobre los sepulcros megaltticos del
occidente de la península ibérica ( 1). que complementa aquella primera
parte aparecida en los años cuarentas, que se ocupaba de los mismos en
el sur peninsular (2). y que ya mereció abundantes reseñas en su día, el
.Jcabamiento de un estudio trascendental en la bibliografía arqueológica
ibérica. Su importancia y su interés no ha lugar ponderarlos, toda vez
que cualquiera que se haya asomado ligeramente a aquellos densos volú·
menes, habrá podido comprobar la abundancia de datos y la cantidad de
documentación que proporcionan.
Es quizá precisamente porque el país valenciano no registra I.J preser>·
cía de sepulcros megallticos y representa un área con una facies muy
¡::articular dentro del gran complejo de tos enterramientos colectivos del
Calcolitíco peninsular, por lo que un análisis algo pormenonzado de estt'
estudto tiene un singular interés para el mejor conocimiento de esta eta
pa cu ltural, ya que nos permite hacer una serie de comparaciones con el
(1) G. & V. LBISNBR: "Die Mq¡alithgrllbcr der lbcritdlcn Halbinsd. Der W«ten".
Madridcr Foi'$Chun¡en, 1, 1, 19S6; 1, Z, 1959; 1, 3, Tcxt & 1, 3, Ta!
De: Südcn", R!Smbcb-Germ.mitdle Forschunacn, 17. BcrUn, 1943.
-8111
[page-n-94]
2
espectro de la cultura material de las cuevas de enterramoento múltiple
que les son paralelas -;:ultural y cronológicamente- en el área valenciana. Veamos en primer lugar la estructura de la cultura •negalítica
de l occidente de la penlnsula según la obra de los Leisner, tal como nos
es presentada en este último tomo (debido tan sólo a Vera leis.,er, pues
su esposo falleció tiempo ha, como es sabido).
En primer lugar, distingue cuatro tipos de sepulcros, de los que, M
rogor, sólo dos puede decirse que sean megalíticos (3), los tholol y las
tumbas megalíticas propiamente dichas, que corresponden a los grupo'>
111 y IV. Los grupos 1 y 11 los constituyen las cuevas costeras, y las cua·
vas artificiales con cúpula perfor.Jda. Con ello encontramos ya un primer
punto de contacto, ya que las cuevas costeras responden ese:-tcialmente
al esquema de distribución interna y a la idea cúltica de las cuevas de
e:-tterramiento múltople valencianas. Parejas a ellas van las cuevas artífi ·
ciales, de las que se ha querodo señalar un caso en Valencia en las sin·
tesis que circulan (4), pero sin fundamento real, pues se trata de
una cueva natural como el resto de sus compañeras de este árec"l
Tras el comentario de estos cuatro tipos y el inventario de los yacimoentos que pertenecen a cada uno de ellos, comienza el aná lisis de lo;
materiales hallados. Con ellos los Leisner han formado cuatro pisos o
estratos teóricos, que agrupan las piezas en cuatro etapas cronológicas
sucesivas.
El primero de estos pisos (1 Stufe) tiene un espectro cultural consti
tuido por los siguoentes materiales: De piedra puloda, hay diversos in.;trumentos de minería, y las tumbas más viejas dan hachas cilíndricas y
azadas planas o azuelas. También hay gubias cilíndricas de filo cóncavo,
y hachas y cinceles de sección cuadrangular. En piedra tallada tenemo:;
trapecios, de tradición microUtica, con base cóncava o con mue~cas en la
base. Hay cuchillos, núcleos y puntas de flecha de cristal de roca tn
cuanto a los objetos de adorno, señalan la presencia de los m1~mos, h~
chos de dientes, o tambl~n de concha, con la que se fabricaron brazale~es, colgantes, botones y cuentas de collar. La cerámic.1 se clasifica sol<'mente como «cerámica neolítica»
(3) ,....unque si aeq>tamcl$ L'l su¡uc:ocla de Tanadcll ("En tomo 1 11 arqwtcctura megalítica: Algunos problemas previos", en ArquitectUra m
de C:U<''U del lCVllnte peninrulu, desde Cataluila a Murci2, cultura mepJJtica, drspro\utt' d t&mino de $U IÍ81lificad6n ct.imoló¡pca y convenido en pura
ns (Murci3)", Ampuriu, XXI Barcd0111, 1959. pig. 189.
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ce 1 Bispinko", Bibliotcxa Praehiltorica Hispana, vol. Vl. Mladrid, 1964.
-82-
[page-n-95]
MEGALITOS P01l'TUG11&S&S
3
El prototipo que presentan para el segundo estrato teórico (11 Stuf~).
Que con el tercero parecen ser el momento clásico de la cultura megalí
tica, es la cámara oeste del sepulcro de la Praia das Mac;ás, que:: dio ca
bczas de agujas de hueso, placas de pizarra con decoración puramente
geométrica, puntas de flecha de base triangular, cuentas discoidales di
minutas y hojas de si.l ex sin retoque.
En términos generales, los materiales de este periodo son .:abezas de
agujas torneadas, de hueso; cuentas discoidales diminutas; puntas de lle
cha de base triangular o apuntada, alabardas; puñales con muescas y
lengüeta, hojas sin retoque; ídolos planos de hueso, y placas de p1zarr¡¡
con decoración puramente geométrica, con representaciones del dobiP
si"Tibolo (el par de ojos, o pechos), con la cabeza recortada, o cayados
El tercer piso (111 Stufe) es mucho más rico y complicado en canti
estudia separadamente, y la reseñaré después. De los demás materiales
! e distinguen varios grupos. el de los objetos de caliza e ídolos, en el
que señala la presencia d') cilindros, decorados o sin decorar, que apa
recen en los tholoi, en las cuevas artificiales, en los sepulcros megalltl c;os, en las cuevas naturales y en los castros. Junto a ellos están los semicilíndricos, decorados o s1n decorar; las manos de mortero; las placas d (!
piedra y los grandes colgantes de lo mismo; se plantea el problema de las
dobles hachas, y acto seguido se estudia las plaquetas de piedra, las
nulas, las azuelas votivas, las clavijas con cabeza de piña, los vasos de
piedras varias, tales como caliza, mármol, alabastro. Señala rambién la
presencia de unos objetos curvados sin explicaCión, posible representación
de hoce~. Quedan en fin, todavía de piedra, bolas, y las famosas sanda
lias votivas. El grupo de objetos de adorno lo forman las cuentas de cataita, en oliva o cilíndricas; las de ó!Zabache y los colgantes de lo mismo.
el ámbar, las grandes cuentas de hueso, las grandes cuentas de piedr¡¡,
las cuentas de arcilla, y los colgantes, que pueden ser de piedra, y de
gran tamaño, o de hueso, grandes y pequeños. En sílex tallado hay ala
bardas o grandes puñales; puñales de bases variadas; puñales aplanados.
hoces ovales o arriñonadas de sllex, de una sola pieza, no dientes de ho::,
que sólo aparecerán en etapas posteriores. Por último hay una rica serie
de objetos de hueso, además de los reseñados como piezas de adorno ·
esculturas de animales; peines de dos formas, con el mango decorado o
sin decorar; cajitas, que deben ser pixides o recipientes, bien ll~s o bien
decor¡¡das con un d iseño inciso en forma de red r6mbica; las placas de
hueso decoradas; los !dolos en forma de barra, los c ilindros lisos, sencillos; los ídolos con cabeza y un gran ídolo de hueso; las conocidas falan·
ges, decoradas o sin decorar, agujas, leznas, espátulas planas y clavija,;;
tubos y hasta puñales de hueso.
tu-
- 83 -
[page-n-96]
4
11. U.OBJlEGAT
La cerámica perteneciente a los pisos ll y lll es abundante y rica :m
formas y decoraciohes. Una primera distinción se hace entre cerámie1
lisa y cerámica decorada.
La cerámica lisa presenta une serie de formas que pueden paralelizarse con la que ya fue avanzada en la publicación de las antas de Reguengos de Monsaraz (5). Son cuencos de varias formas, que responden
a los grupos 1 a 4 de Reguengos; vasos esféricos con cuello y borde sa·
liente, correspondientes al grupo 5; vasos de perfil quebrado o bicónicos,
como e l grupo 6; vasos cilíndricos y cónicos con fondo plano, semejan·
res al grupo 7; platos con pie, y platos llanos y platillos, que se enlazan
con el grupo 8. En la cerámica lisa, se encuentran pezones, asas, agarraderos salientes, de varios tipos, tapas, una fusayola. medías lunas de ce·
rámica con un extremo perforado, vasos que permiten ser colyados, vasos con cuello, vasos ultrahemísférlcos.
La cerámica decorada, la distribuye en cuatro grandes apar~ados: la
que se re.laciona con la cerámica neolltic<1 indígena, local; la cerámica
acanalada; la cerámica bruñida o alisada; y la que tiene decoración slm·
bólica o plástica.
Del primer grupo, señala diversas técnicas: los modelos impresos, las
con borde y rayas incisas; y otras decoraciones más bastas, de íncisíone~
verticales, o cruzadas. El segundo grupo es la cerámica acanalada, en la
que se encuentran grandes cuencos y vasos de borde reentrante, con
variantes; otros con bandas de acanalados en raspa dentro de pautas horizontales; otros con bandas en raspa tan sólo; y un tipo finamente puP
do, con decoración de zonas alisadas. De.l tercer grupo no señala ninguna variedad, y lo mismo sucede con el cuarto.
El último piso (Stufe IV) tiene una clara caracterización : la cerámica
de estilo campaniforme. Con ella aparece una serie de adornos de oro:
anillos espiraJes, cuenta; tubu lares, una diadema, pendiente.s, una aguj<~
de cabeza discoidal, y brazaletes. El metal es notablemente rico, tratándose siempre de cobre. De él hay grandes puñales con lengüeta, puña·
litos con lengüeta o rómbicos; puña les con remaches, puntas de flecha
cortas, de forma ancha, leznas y agujas, escorias de cobre; escoplos, una
e~pátula con . argo mango, un plarillo redondo de uso incierto, y adornos
l
varios. Además hay la pieza típica que. acompaña este mundo: el braz"'lete de arquero, de piedra pulida, asi como la otra pieza clásica del complejo campaniforme; el botón de hueso con perforación en V.
(S) G. & V. LEISNER: '' Antas do Concclho de Reguengos de Monsaraz. Matedais
par.~ a Alta Cultura. Lisboa,
1951. Couiróntese p4¡¡. 84, lista de formas cerAtnicas.
para o estudo d.1 cultura megalltJca em Portugal", Instituto
-84 -
[page-n-97]
MEGAUTOS POimiGUilSBS
S
Estas son, de una forma superesquemática, las series de materiale;;
que se hallan en los sepulcros megaliticos del occidente peninsular. Una
primera impresión salta a la mente, cuando se parangona estas listas C0'1
las que se pueden establecer de los sepulcros megalíticos meridionales,
con las cuevas de la costa este, y con los sepulcros megalíticos y cueva>
catalanes, pirenaicos, y del país vasco: la extraordinaria variedw de material, y su riqueza. Sin entrar ni salir en el debatido problema del origen
de los !;epukros megalíticos, que sigue coleando sin visos de solución
próxima, es explicable el espejismo occidental de quienes primeramente
propugnaron un origen portugués, cuando se contempla las impresionan·
tes series de materiales que proporciona la cultura mega,lítica portugue ..
sa. Si a ello se añade los frutos de las excavaciones de lugares de habi·
tación, tales como Vi lanova de S. Pedro, por poner un solo ejemplo representativo, y se les compara con lo que proporcionan sus paredros de
l;¡ zona oriental de la peninsu.la, piénsese por ejemplo en Los Millare:.
con eJ que hay estrechos paralelos en la muralla con cubos de planta en
herradura, se advertirá hasta qué punto la riqueza de la actual área por·
tuguesa durante el calcotftico peninsular es fuera de serie.
Una comparación de las series de objetos de los sepulcros megaliticos occidentales con la que proporciona las cuevas de enterramrento múltiple en el país valenciano, será extraordinariamente sugestiva, y evitará
1Jn más amplio comentario. La serie de materiales de las cuevas valencianas, se publica por primera vez en forma exhaustiva. Una primera tabla de objetos, en la que se atendía a los más significativos, a fin de re·
lacio11arlos con sus semejantes del Neolitico y del Bronce Valen•;iano, fuP.
ya construida por Plá (6). La que voy a presentar acto seguido, es la que
yo mismo compuse, tras un análisis exhaustivo de todo el material asequible, en un trabajo que se publicará en su dia (7) . Señalo los grupos
de material por sus notas más generales, distinguiendo entre objetos de
piedra pulimentada, objetos de piedra tallada, objetos metálico>, cerámi·
cas, objetos de hueso, objetos de concha, objetos de adorno personal y
tocado. Veamos ahora qué variedades se encuentran dentro de cada una
de estas categorias.
De piedra pulimentada hay hachas, de sección circular u oval, azuelas,
de sección rectangular o aplanada, percutores, alisadores de figura oblon·
(6) I!. PLA BALLESTER: "La covacha do Ríbera (Cuncr.o-Vulcncia)", Al'cb.i>'O de
Prchi&orin LeVIIIltina, VII. Valencia, 1958, pllgs. 23 a S4.
(7) E. A. LLOBRI!GAT CON ESA; "La• CUC'ias de entcr¡;amlento EneoJJticas en
d Reino de Valo:ncia", Memoria plltll el grado de Licenciatura, Uruversidad de Valencia,
Facultad de Filosofía y Letras, 1963. Obran de lo misma éjemplan:s mccanogrnlilldos en
la Bibliote<:a del l.abonuorio el<: Arqueologlo de la Fotul!ad de Filosofl~ y Letrus de Valencl2, y
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6
.8. I.LOBREGA'r
ga y sección lenticular o biconvexa, brazaletes de piedra rica pulida, una
paleta de esquisto para afeites, y p)acas perforadas, a modo de colgantes. Donde hay una excepcional serie es en las piezas de piedra tallada, comúnmente silex. En primer lugar las puntas de flecha, de las que
hay una amplísima y variada tipo.logía: de base cóncava, de a latas y pe·
dúnculo, foliáceas, romboidales o de base en ángulo, crucifo•·mes o de
muñones. Cuchillas u hoces de sílex tabular; puñales, cuchiilos sobre
hoja, con retoque y sin él; algún sílex geométrico, de tendencia arcai ·
zante; raspadores y raederas. De meta l, que es siempre, exclusivamente
cobre, hay muy pocas piezas que además, a menudo hay que considerar
como de niveles superiores de los enterramientos, en fechas que ya co·
nccen la edad del bronce valenciano. Hay puña les, puntas de lanza o de
dardo, punzones, cinceles y piezas de adorno: pulseras, anillos y pendien·
tes. En cuanto a la cerámica, la información es mínima Los fragmentos
que han aparecido son escasos, y no se ha tenido nunca la oportunidad
de conocer un vaso completo. Genera lmente es lisa y de baja calidad en
cuanto a la pasta y cocción. Se puede llegar a reconstrucciones gráficas
de formas que dan una tipología simple: cuencos hemisféricos e en cas·
quete esférico, vasos globulares, vasos de paredes rectas o cón•cas y cas•
nada más. La decoración es escasa, se reduce a algún punti llac:\o o peinado, unas guirnaldas incisas, y los clásicos pezones. El vaso campanifom,e apenas aparece en estas cuevas, aunque si en otros tip05 de yacimientos, coetáneos o quizá levemente posteriores. De hueso se pueden
establecer tres apartados : e.l de las piezas de uso industrial y doméstico.
en el que destacan los pum:ones de los que el más común es el obtenido
sobre caña de hueso largo biselando un extremo y conservando en el otro
la apófisis que actúa de mango; otros cilíndricos, macizos; ade-nás espátulas, llamadas punzones de sección aplanada comúnmente, y que quizá
sirvieron para ej tocado, aunque por conservar la articulación en un extremo las he mantenido aqul. Otros objetos de adorno serían las agujas.
de sección circular, con cabeza esférica o acanalada, semejantes a los
colgantes acanalados, a modo de tornillos, rectos o curvos. Hay cilindritos
huecos de hueso que debieron ser cuentas. También de hueso hay un tercer apartado: es el de los objetos cúlticos. Hay los íconos de la Gran
Diosa sobre hueso largo, y otros de placa de hueso, recortados en form3
de violín, o de dos triángulos unidos por los vértices. Conchas diminutas
perforadas, empleadas como cuentas de collar, son frecuentes igualmente
valvas de moluscos mayores a las que se perfora e.l natis por frotamien·
to. Y como cuentas se emplean variadisimas piezas, tanto por sus formas
<"Omo por sus materiales. Las hay discoidales, de varios tamaños, cilfn ·
dricas1 en oliva, esférícas, y botones con perforación en V, que .habrá que
poner en relación con el metal y los niveles superiores.
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MEGAUTOS POlmJGUltSU
7
Como puede verse, aun a pesar de ser abundantes y variados los ma·
teriales que las cuevas valencianas han proporcionado, no pueden ni con
pos y dases que
mucho compararse con la excepcional matización de t 1
presentan las cuevas portuguesas. Tienen sin embargo un Inte rés de o•
den dtstinto, pero capital a mi juicio, al estudiar este momento cultural
La prehistoria valenciana es, en el estado actual de la Investigación, qu izá una de las partes de la prehistoria hispánica mejor conocidas, y ello
por una serie de razones que pueden resumirse en la continu1dad de la
labor realizada por el S. I.P. desde su fundación, a la que se lla sumado
en los úl timos tiempos las tareas del Laboratorio de Arqueología de la
Universidad, a l que e l Profesor Tarradell ha infundido nueva vida. Fruto
de ello son las dos síntesis que e l Profesor Tarradell ha publtcado en re·
dentes fechas {8) y la inédita sobre la prehistoria de la provincia de Ali cante que Plá Ballester ha conduido recientemente, y a quien debo la
gentileza de haber podido verla en manuscnto. Este conocim:ento pro
fundo y moderno de la prehistoria valentina, permite partir de una base
firme cuando se pone en relación con otros mundos semejantes Por ello
he intentado esta comparación, dado que puede resultar sugerente y es·
clarecedora de problemas, de un momento que a la vista de lodos estó
como capital en las etapas de la prehistoria hispánica.
Con el conocimiento profundo del momento cultural en este extreme>
de la península, me parece oportuno contrastar las conclusiones a qut'
SI' llega en el otro extremo. Partimos de la base de que existe -y esto
me parece tan obvio que puede tomarse como postulado-- un.• esenCial
1dentidad entre todos los fenómenos de enterramiento colectivo de la
peninsula en este momento cultural, postulado que se abona por multi·
tud de hechos; la común idea d~ enterramiento múltiple en un mismo
rE'cinto, bien cueva natural, bien megalito, que imita, en arquitectura.
con su túmulo de cubrición, la idea de cueva; la semejanza de ofrenda; .
aue deben sus diversidades a la mayor o menor riqueza de las poblado·
nes enterradas; la coetaneidad, que ha sido con creces prob3da por el
C14, con las fechas para la Ereta del Pedregal, para los Millares, para
Vilanova y Casal do Zambujal (9). Con este cnterio de base, creo q~;e
St' puede establecer alguna distinción con respecto a la periodiución pro·
puesta por los esposos leisner, en esta su gran obra
(8) M. TARRADI!LL MATEU: "EE Pllls Valmc:iano dd Neolldco a la lbcrizacíón.
Emoyo de síntesis", AnaleJ de la Uní,·ersíd:ld de Valencia, vol. XXXVI, cuno 1962.-63,
a.ac:luao Il, Filotofia 1 Letras. Valencia, 1963.
M. TARRADELL MATEU: ~Preblstori> i Antllllllllf", Primc:no parte de "H.isloria
dd Pllls Va!encii", vol. 1, por M. Tarradcll y M. SaochiJ Gll:lmtt. Barcelona, 196S.
(9) J. MENENDEZ AMOR y F. FLORSCHOTZ: "Resultado dd A.n:llisit Pollnico
-
87-
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8
B. LLODREOAT
Al parecer, tal como nos son presentados los cuatro pisos culturales
que establecen, caben dos posibles interpretaciones; que todo el conjunto responda al Calcolítico, con una periodización como la señalada, o que
r•os hallemos ante conjuntos que revelan tres etapas culturales: un neolítico avanzado (el Stufe 1), un calcolítico con dos fases (los Stufen 11 y
111). y un Bronce Inicial (el Stufe IV). Me inclino mucho más por esta
:.cgunda Interpretación, que me parece más acorde con la realidad. El
conocimiento pormenorizado de estas tres etapas en el mundo prehist6
rrco valenciano, y su contraste, que llevo efectuando desde hace bastantí'
tiempo con el resto de los paralelos peninsulare$, apoyan la at;ibución.
El primer piso, puede perfectamente paralelizarse con los materiale~
oue han proporcionado las cuevas neolíticas valencianas, y asinoismo con
las del resto de la costa este y sur peninsular, a grandes trazos. Habría
sin embargo que ver, si este conjunto de piezas responde a una serie de
~epulcros exclusivamente, y sí se encuentra aislado en algún yacimient.:~.
Ante estas estructuras tan perfectamente ordenadas, siempre asalta el
temor de que se trate de creaciones puramente ideales, separando de una
gran masa de materiales las distintas etapas juzgadas por la mera tipo
logia. ES este un reproche que me temo puede hacer~e al estudio que
comento. Con todo habría que realizar --a base de los datos alli propo•
donados-- un estudio de la aparición de estas pieza~. si forman conjunto, y sí se hallan en un determinado tipo de sepulcros. Sí tal, ver en
una tabla evolutiva de formas dónde cabria situar éstos, supuesto que
tenga una validez -lo que fundadamente dudo-- el establecer tabla>
evolutivas de plantas de sepulcros megalíticos. Sólo entonces podría acep ·
tarse la realidad de este piso teórico, que por lo demás, en cuanto a la
tipología de sus materiales, encaja bien en el esquema cultural del neo·
litíco.
Los pisos segundo y tercero, forman, como lo muestra el estudio con
funto de su cerámica, una unidad. Responderían a un Calcolítico pleno,
clásico. ¿Qué decir de esta periodización? El momento se halla por hov
verdaderamente obscuro. De todos los lugares de habitación de esta edad.
de una serie de mucmu de turba reoocidu en la lirets del Pedupl (Navarrés, Valmda)",
Archivo de PrehistoriA Levantina, IX. Valencia, 1961, pjg. 97.
ll. PLA BALLJ!STSR: "Algunos datos para la aonolot~la obiiOiuta de la Prehistoria
valenciana", en Acus del IX Coo¡¡reao Nacional de Arqueolo¡ia {V.Uadolid, 1965), en
prensa.
M. ALMAGRO BASCH: "La primera fecha absoluta para lo cultura de los MUlAres
a base dcl Carbono 14", Ampw:ias, XXI. Barcelona, 1959, 1)42. 249.
V. LEISNER y O. DA VBI.GA FBRREIRA: "Primeins daw de ridioearbor>o 14
pn 1 cultura mepllt.ia ponuguesa", Rcvi,.. de Guimones, LXXIIl. Guimaroes, 1963.
pi¡ina 358.
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[page-n-101]
MEGALITOS PORTUGUBSES
9
del único que se ha publicado hasta el momento una estratigrafía algo
detallada, aunque sumarla, es del poblado de la Ereta del Pedregal ( 10).
Esperamos todavía la publicación de los sondeos de Almizaraque, que pa ·
rece darán abundante luz sobre este problema, conocer ampliamente los
estratos inferiores de las excavaciones de Galera; detalles de !os dos ni·
veles de Vilanova de S. Pedro, y de los otros yacimientos portugueses si
milares en curso de excavación. Es lástima que los Millares, que disfru·
tan de una amplia publicación ( 11), no sirvan a este propósito. faltos de
una exploración amplia del lugar de habitación y de un estudio de 1::~
"stratigrafia sí existe. Por ello, mientras todo esto no se conozca a fondo
es en vano que se intente periodizar esta etapa. A titulo de hipótesis de
trabajo, quizá sea útil aceptar la división propugnada, que corre3ponderia
a un Calcolitico 1 y un Calcolitico 11.
Sensiblemente más claro nos aparece el cuarto piso. El r.:>nacer de
tos estudios sobre e l vaso campaniforme en los últimos tiempos, ha trai ·
do a la luz su problemática de nuevo. No es fáci l sintetizarla, ni es este
el lugar, tanto más cuanto que todavía nos hallamos en un momento de
análisis de hal lazgos, y de conocimiento de nuevos. Con todo, la revisión
de fechas y su bajada hasta un momento inmediatamente anterior a lo1
floración de la gran cultura metalúrgica de El Argar, resultan muy inte·
resantes. No creo, sin embargo, que pueda hablarse de un momento ero
nológico intermedio, entre e l Calcolítico Final y e l Bronce Pleno -un
momento que hubiera sido tentador denominar Bronca Inicial, pues lo
es de hecho, y no como todavía es sustentado por algunos notables auto·
res dar este nombre al Eneolítico o Calcolitico--, antes bien hay que
pensar que el vaso campaniforme, y el típico ajuar que comporta : los pu·
ña les de lengüeta, los brazaletes de arquero, los botones de hueso co,.,
perforación en V, es un material intrusivo, superpuesto, que danza por
la peninsula en el ocaso del Calcolitico y en los albores del Bronce pleno. En unas zonas llega antes, éste quizá sea el caso del mundo occidental que reflejan estos megalitos, en otros llega más tarde, como sucede
er el País Valenciano, donde Pla ha demostrado que el brazaiP.te de ar quero, y el complejo que le acompaña corresponden ya al Bronre Valen·
(10) D. FLETCHE.R VALLS: "L~ Breta del Pcdregnl (Navo.rr~s, Valcnc:ía)", Archlvo de Prehistoria Levantina, IX Valencia, 1961, pás. 79.
D. FLETCBER VALLS, l!. PLA BALLESTER y E. LLOBREGAT CONESA:
"La l!retn dcl Peclrepl (Navan-és-Valendo)", Bxcavnciones Arqueológicas en E.opaful, nú·
mero 42. Madrid, 1964.
(11) M. ALMAGRO BASCH y A. AR.IUBAS PALA U: "EE poblado y la necrópolis
megallticos de Los M!Uates (Sli!Utl Fe de Mondújar, Almería)", Bibliotheca Praehistorica
Fllspana, vol. lli. Mncltid, 1963.
-
12
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10
coano, paralelo cronológocamente de la etapa argaroca del sudeste ( 12)
Es un problema que queda algo en el aore moentras no se dispor.ga de lo;
e~tudios más arriba señalados
En suma, y centrando los problemas planteados por esta ornportantP
en términos generales, para estructurar un tanto este momento cultural
en la península. En principio aparece la duda ya expresada d~ que no>
hallemos ante una periodización hecha desde unas bases tipológicas es
trictamente, sin fundame-tto en datos reales, en asociaciones de material ampliamente repetidas. Los cuatros pisos resultan excesivamente acabados, estructurados, perfectos, para que reflejen la realidad de un acontecer que cada nueva excavación nos muestra consoderablemente más
complejo y matizado. Tenemos una esquematizaci6n cultur.:~l excesiv.:1
Y esta misma claridad y notidez del esquema, lo hacen notablemente peligroso. Hay incluso detalles, como es la serie tipológoca de las puntas de
flecha, que no resisten la comparación con series conveniente...,ente estratificadas ( 13). Con todo, pequeñas cuestiones como ésta, no empequeñecen la grandeza del conjunto, considerable por su magnitud y por
la labor realizada. Y hasta que se disponga de estratigrafías gao antes, no
cabe la menor duda que la estructuración tipológica propugnada por los
Leisner nos es válida con miras a estudios semejantes de esta etapa en el
suelo hispánico ( 14)
(U) PLA BALLBSTER, ob. c:it., nota 6.
E. PLA BALLBSTER: "Loo llamodos brualeus de arquero y d Encalllko \":Licnciano", Crónk:a del vru Con¡rno Nacional d< Arqut:ologiJ (Scvilla-Mtlap, 1963), Zaao¡;oxa, 1964, 1'4- 216.
(13) Corxopar.lci6n que •porc:ccri en pr6oimas publiac:ion._ de los motuiales del pobl•do de la Ettta del Pedrc¡:ll, que cuenta con dos niveles encollr~ puros 7 uno de
mnsic:ión al lmmce pleno.
(14) No acostumbrando esta revista a dar rescñu bibliogrific:ls, en la presente ocasión,
y dl\do el Jnt...& excepcional que enc:iuna b obra de los Leimer, hunoa conoiderodo o¡-ortuoo dar en forma de articulo la prcsel'Olc rceemi6n. (N. de b O.)
-90-
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GLORIA TRIAS DE ARRIBAS
(Granada)
Cerámicas griegas de figuras roias
procedentes del « Castell »
(Almenara- Castellón)
La sierra de Almenara desciende de las t1
erras segorbinas y forma una
barrera natural que separa la Plana de Castellón de las llanuras existentes al norte de Sagunto. Sus estribaciones orientales están formadas por
una serie de pequeños cerros aislados que, aun cuando son de poca altu ra (la cota superior alcanza s61o 178 m sobre el nivel del mar), han
significado en todas las épocas un cons1derable obstáculo en las comunicaciones del litoral valenciano y, por lo tanto, han sido siempre uñ pun·
lo estratégico de gran 1mportanc1a
De estos cerros, el más occidental es el de cLa Ccrona» (97 m. de
altura), al que siguen perpendicularmente a la costa el del cCastell» (el
más elevado, con 178 m. de al tol , al NE de la población de Almenara,
el de • Les Forques» (de 75 m.), «El Duc» (de 72. m.), «El Punt del Cid•
(de 1 10 m.), la cMuntanya Blanca» (de 90 m.) y, por último, el «Mont
deis Estanys» (de 2.0 m .), junto al que están los estanques de los que re·
c1be nombre y una amplia zona de marjales que lo separan del mar
De casi todas estas elevaciones se conocen restos arqueol6g1cos, principalmente de la «Muntanya Blanca» y del «Mont deis Estanys», lugare~
en los que la erudición del siglo pasado y comienzos del presente situa·
ron respectivamente los restos de un campamento romano y de un tem·
plo dedicado a Venus (1). También se conocen abundantes noticias de
(1) Véase en este mlsn10 volumCI\ el trabajo de N. MESADO, "Breves notas sobre
las ruinas 1'0111111\.11 de llb EstanysH, donde se mcoc:looa b. bibliot¡rafh anterior.
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2
C. TRIAS
h;~llazgos de lápidas (Hübner recoge 18) y monedas, aun cuando su loca·
lización resulte en la mayor parte de los casos imposible, pues solamente
se mencionan como encontradas en los alrededores de Almenara
Del «Castell» son muy pocas las referencias que se poseen sobre ha·
llazgos arqueológicos En una vis1ta realizada el año 1931 por don Nico·
CASTELLON
VALENCIA
o
lás Primitivo Gómez Serrano se hallaron fragmentos de cerámica ibérica
corriente y de aspecto arcaizante (2) y creemos que esta es la única noticia anterior a la que damos ahora que puede encontrarse en la biblio·
grafla arqueológica valenciana
(2} N. P. GOMI!Z SERRANO (Nicbolau de Cuequa), "Secci6 d'Anuopologia i Prehíst6ria. Resum dds seus treballs dunn1 l'aoy 1931 i del cun de 1931-32", Anales del
Ccn1r0 de Culrun Valenci.tm, VI. Valencia, 1933, p!¡. 31.
-92-
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Cl!R.:\AttCAS GRIEGAS DU ALMENARA
3
Los fragmentos que publicamos fueron donados al Museo de Prehistoria del Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación
de Valencia, donde se conservan, por don Alejandro Braescu, profesor
del Colegio Alemán en esta ciudad, el año 1955 (3), y habían sido hallados por éJ en Ja ladera del «Castell» de Almenara en una excursión
realizada ese mismo año.
De los datos proporcionados por e l señor Braescu se desprende la
existencia en e l monte del «Castell» de un poblado ibérico y, posible·
mente, de una necrópolis situado aquél en la cima y parte alta de la ladera meridional y ésta a mitad altura de Ja ladera, en su vertiente SE.
De la explanada superior, donde existen los restos de unas fortificaciones medievales y modernas, recogió el señor Braescu cerámica ibérica
con decoración geométrica pintada, varias f usayolas, buen número de
pesas de telar y algún objeto metálico. En la ladera SE. y en una 70na
de alrededor de 300 metros cuadrados fueron encontrados, superficialmente, los fragmentos de cerámica ática que estudiamos a contrnuación,
sin duda pertenecientes a una necrópolis, ya que uno de los fondos de
kratera (número 2 del inventario) conserva pegados pequeños trozos de
huesos calcinados. No sabemos en qué relación con el resto de los hallazgos estarán dos cráneos humanos encontrados en la misma ladera,
algo más arriba, sin que presentaran señales de incineración, pero no
hemos de olvidar que en el cerro existen fortificaciones medieva les y modernas.
Por todos estos datos y por la dasificación que hacemos de las cerámicas áticas, la cronología que se puede atribuir al poblado y a la necrópolis es semejante a la que se ha logrado para «la Bastida de les Alcuses» de Mogente, la «Coval ta» de Albaida, «El Puig» de Al coy y otros
yacimientos destrurdos o abandonados- hacia la mitad del siglo IV.
El estudio de las cerámicas que a continuación hacemos se ha efectuado, excepto para la kratera inventariada con el número 1 y los fragrrentos de los números 8 y 1O que vimos directamente hace unos meses
en Valencia, mediante fotografías, por lo que Ja atribución de algunos
fragmentos a determinado tipo de vaso resulta dudosa, como en cada
caso señalamos.
(3) E. PLA BALLESTER, "Actividades del Servicio de 1Ilvesrignci6n Pcchlst6.rica
(1946-1955)", Alclüvo de Prehistori• Levantino, VI. Valencia, !957, p~g. 222.
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G. -rt\L\S
INVENTARIO
1.-Mirod inferior de uno KRATERA d~ compone, Q.,.da lo peana y el pie, así como
oorte de- la t:ono decO(oda del reverso. Re<:.on$trvido y re,stourodo en oorto.
Altura de lo que que
El Interior del vaso bornixodo de negro, muy perdido; el Interior del pie y ck
lo peono, sin barnizar.
Exteriorment~. lo peana y el p!e van barnixodos de negro brillonte y lru lineo'
de lntctsecd6n de los grodos- de éste, exentos.
Uno banda formada por grupos de cuatro grecas ha<:ia la lxquierda seaoro·
dos par un t~Cetóngulo ajedr~::.odo llmtto lo dec:oroción inferlormente. De ésto
quedo .sólo porte de lo correspondi&nte o' reverso, do. la que se ve11 los restos
de uno j)Oimeta con volutas y otros adosados de lo reglÓ<> de yna ck las osas,
que falto, y lo porcí6n Inferior de lo -escena, ton corrie-nt~ en k.rotcrol de esto
epaco, do tres jóvenes cubieitO$ COO himOiíOn Cr\ UMO pofctt TO! los dos de lo
lxqulerdp est6n vueltas nacía el tercero y entre éste y aquéllos so ~e uno
coh.nnno de<:orodo con un motivo esquemctizodo, borroso, de difkil Tntcrpre·
toc:ión, rocimo o o.c:oso fo1o.
Porter>ece al estilo de los kroterol de tos necrópolis ondolu:t<>S (Galero, Teya,
etcétera) y lo consideramos de! segundo cuarto del siglo IV o. de C.
Inventario; Almenara C-1. Lámina 1, l .
e., gradas y comienz.o de •o por-te Inferior del voso
de una KRATERA de tipo semejante o la anterior. Altura de lo que resta, 147
mlllmetros. Oi(>metra del pie, 162 mm. Interior del v'*'• con restos de huesa>
2..-Ffogmento de ta -peana y pie
colcín.odos pegados al fondo. barnizado de
Mgro~
con el born1z. perdído en su
parte cer>trol, donde surge el rojo da la CQfÓmlco. Interior del 1>le y de lo peana, exentos.
El exterior est6 bomizado de negro brillante, eon kls linees de tntcrsec:cion
de los grados del pie exentos.
Del segundo cuarto del siglo IV o. dtt C.
Inventario: Almenara C-2 y C-34. No se reproduce.
3.- Frogmento del borde de una KRATERA de campana. Supe!flcle muy desgastada
Aho, 87 mm. Ancho, '88 mm. Por lo curvatura se ha conseguido un di6metro de boco de 385 mm.
Interior barnizada de negro. Er¡ el exterior, j)Orte de lo cenefa de hoio• de
laurel, hacio lo Jz.qulerda, que exotno el lobío del V0$0.
Tipa de krolero semeJante a lo< ontes inventariados. Segundo cuarta del siglo
IV o. de C.
Inventarla; Almenara C-3. Lamino 1, 2.
4.-Frogmento del barde de una KRATERA do camj)Ona. Alta, 52 mm. Ancho, 12 mm.
lntetior- con bornlz. o'tuolmentc morrón, por deb~litodón dol c:olor neg(o. .fx..
teriar, con porte de lo cenefa horizontal de hojas de lo4rol, hacia ·1!1 lzctUIOr·
da, que decoro el labio del vaso, muy perdida.
De cronol09io semejante al anterior.
Inventarlo; Alm<:naro C-11 . lbmlno 1, 3.
5.-Das fragmentos unidas de lo porte del labio de uno KRATEIVI do comp.:¡oo, ,\lto.
55 mm. Ancho, 11 mm.
En la porte superior del lodo de lo derecho se ve medio agujero de lañado.
lntel'lor con barniz ~gro. Extel'ior c:on porte de fa ccnof-.1 de hojo:s M l.c:urt-1,~
hacia lo derecha, del lobla del vaso.
Inventario; Almenara C-16 y C-29. Lómlno 1, 4
-
94-
[page-n-107]
CERAMICAS GRll!GAS DB Al.\WIARA
b. -FtOomento del labio do uno KRATERA, pa,lblcmcnlc de compono. Alto, 36 mm.
Ancho, 81 mm
En lo arista IJ.Qulerdo superior
y en el extremo derecho de lo Inferior, restos
de agujeros de lanado.
Interior con barnl~ negra. fxte
'1
Trn fragmento. pegado> de una KRATERA do compana Supmocte muy desga•·
Jada. Alto, 76 mm. Ancho, 176 mm.
Interior born•:odo de negro. El extenor llevo parle ~ lo dtcoroción fígurodo
del anverso del """'· olconzando por su port
er;ta c¡ue cxistra entre thtos. De lo escono plntodo quedo únlcomcnre porte
de to figuro de un loYcn Sátiro, desnudo, o l porKcr SMtodo~ hocío IQ d~te
cho, con lo cabezo vuolto hoclo olrós; es bien visible el brozo derecho doblado, os.¡ como el cuet no que forma lo ore jo lt.Q\utrdo. Detrás de e110 f¡guro
un objeto muy borroso.
Del segundo cuorto del .. glo IV a. de C.
lnventoroo: Almenota C-4, C-5 y C-6. Lémona 1, 6
11.
FrO'!mento do uno KRATERA. Alto, 72 mm. Ancho, 87 mm.
Interior barni;ado de negro. Exterior: Pone de lo decaraci
rero que le cuolgo ()Or detrás, y o w todo, ol parecer~ 4o pierna detecho,
tombi.bn ff~x:onodo, de otro personaJe y en dirccc•6n oblicua un bastón, ocoso
un thyno. Bornl~ negro brillante con los detalle• lntoriare• do la• llguros pln·
todos en morrón claro diluido.
Del siglo IV o. de C.
Inventario: Almeno ro C-7 Lómona 11. l.
9.
ÑOQmento de una KRATERA. Alto, 54 mm. Ancho, 43 mm.
lnte,rior bornizodo de: nc-o;o. Exterior: Re~tos dt lo dec:oroc1on f•gurodo, de lo
que sólo se d1i11ngue porte dt! uno pierna de un J)('~noje
Del siglo IV a do C.
lnvenrorto: Alrnet~oro C-15. l.émona 11, 2.
10.
frogmcnro de una KRATERA. Superficie muy desgastado Alto, 54 mm Ancho,
81 mm.
Interior con born1t nt!gro bitm conservodo. [)(tonor: Re!.tos de la dKorocl6:"'1
figurado, ca" perdida, de lo que parece dl5tlngulrse parto de uno pierna fl•·
"tonado y, po:¡ibltmenre, detrás, uno piel da pantera colgando
Siglo IV o. de C.
lnvenratio: Almenara C-21 Lómlno 11, 3.
11
Fragmento de una KRAlERA (?). Superfocoe lioeramcntc pocado. Alto, 64 mm.
Ancho, 83 mm.
Bamiz. negro en el lnterioc'. En et extersor, pertenccicnle o; parecu o lo pgrt~
alto de lo coro ontertor de una krotero, se ven los restos de lo deco:ce:•~
figurada conslltentu en lo torga cobellera de uft eue~ro m1rando hor1o lo
d•rccho y blandltnda un palo can la mana do este mismo lado, y, ¡unta o
ésto, QQrte de un f)O$Jbl~ gnfo
Sig'o IV a. do C.
Inventarlo: Almonoro C-23. Lómlno 11 , 4.
12 - Fragmento de uno KRATERA (?). Alto, 43 mm Ancho, 60 mm
lnteroor con barn1z negro alga pocodo. E>cteroor: Patio de la decoroolón flgu·
todo de le que sólo resto uno mínjmo porción de lo qua podría ~er una (l¡...
ce."\O de Symposlon. Perece d•stingt.urse parte de un ~echo con un ptt'l>Ona¡e
recostado hacia la izquterda y una meso sobre la qve se hallan ab¡eros ondeterminodos, entre ellos y pint::::do en b!onco una espec:ie de pastel o tOttD ddl
qve cuelgan unas contos también en blanca.
Siglo IV o. de C.
lnvento11o: Almenara C-27 . Lclmona 11, 5.
-95-
[page-n-108]
6
13.---Fragmento de uno KRAnRA (?) Alto, 57 mm. Ancho, 55 mm.
Interior bomtzodo de neg
en su mono iz.qu•erdo.
Soglo 1V o. de C.
Inventario: Almenara C-28. L6mina 11, 6.
11.--Frogmenta del reverso de una KRAT•BRA do compono. Pertenece o lo :tOnO inmediato inferoor ol Joblo. Alto, 59 mm. Ancho, 91 mm.
Interior
de la cenefa de horas de laurel y, por debajo, la cob..a de un joven vul!lta
hoeio lo derecho y poNe de ..m dssco de los queJ generalmente, acompc:ñon
o estos escenas de jóvenes en lo polestro cubiertos con homotlon.
Del stglo IV o. de C.
lnvMtorio: Almona ro C-24 Lómino 11, 7.
15 .---Fragmento de vaso gronde onodentifocob!e, posoblemente de lo pored de uno I(RA.
TIRA Superfocie muy desgastado. Alto, 9? mm. Ancho, 86 mm.
fntenor tcrt'lfz.odo de negro. Exte.rior COtl lo decoración cosí perdido. ~uizó.s
porte de un ropaje.
Del soglo IV a. de C.
Inventaría: Almenara C-22. Lóminc 11, 8.
16.-Fragmento de una KRATERA. Alto 50 mm. Ancho, 86 mm.
Interior con barniz Mgro muy plcodo. Exterior: Porto de la linea de gr.,...m
que cerraba la decoración figurada por su porte Inferior; encimo, restos do
palmeta vertical a la derecho y porclOnO$ onferlores de motivos frroco~lbiC$.
Del siglo IV o. de C.
tnventorlo: Atrnenoro C-13. Lómlna 11, 9.
n .-Frag
parte de to %0ft0 de grKos y rectóngulOi ajedruodos que l!m1ta infeno'!'Tnente
lo de
lnventoroo: Almenara C-18. Lémona 11, lO.
18.--Frogmento de uno KRAnRA (?) Alto, 55 mm. Ancho, 67 mm.
Interior bom1:odo de ntgro. Exterior con lo deecroclón casi perd.do, po.Stblemente del r~erso del vaso, consistente en los restos de. un himat1on al pa ..
rec:er.
Inventario: Almenoro C-12. L6rnono 11, 11.
19.---Fragmento de una KRATERA (?). Alto, 43 mm. Ancho, 58 mm.
In terior barnizado de negro. Exterior con restos de la decoración flgurodo, o l
parecer del reverso del vo$0, pues se podría identificar lo QUa queda como
porte del himotlon de un joven.
Inventarlo: Almenoro C-20. Lómlno 11, 12.
20.---Frogmento de una KRATERA (?). Alto, 70 mm. Ancho, 53 mm.
lntenor con bomoz negro brillante. Exterior tmnblén bornt~o de negro bri·
llonte excepto uno lineo korixontO: con volutas o ambos lodo~ pintado con
bo.miz rojo diluido, perdido en porte. pero hobtendo dejcdo una huella blancu:co.
Siglo IV a. de C
Inventarlo: Almenara C-8. L6mtno 11, 13.
21.---Frogmento de uno KRATERA. Pertenece a la .xona del arranque de lo peono, IJ cibtendose lo• huellos del tnicoo del fondo del VD$0 o cuenco. Alto, 56 mm
Ancho, 61 mm.
-96-
[page-n-109]
CBRAMICAS GRIJ!ClAS DB AI.MmNAIIA
7
Interior: La mi tod SU1HirfOr, corre.pondicnto al fondo del voso, barnltoda en
negro; lo inferior, pel'tenecicnre o lo poono, oxento.
Exterfor: Bomlt negro casi perdida.
Inventarla: Almenara C-10. Lámina 11, 11
22.-frogmento de uno KRATERA (?), pertenecoente o lo xono lnmedioto ol orranQJe
de uno de los osos. Alto, 51 mm. Ancho, 55 mm.
lnt~ior con bomiz negro muy pic.odo. Extarior con pone de lo decotoción fl ..
ourodo, de Jo que quedon restos d~ u-M palmeta con vo1ut0$.
o.-1 siglo IV o. de C.
Inventario: Almenoro C-9 l.órnino 11, 14.
23.-Fr~gmento
do vaso Indeterminable Alto, 42 mm. Ancho, 40 mm.
lnrerlor con bamh:. negro, Exterior can decoración perdido por complero,
lnv,ntoroa: Almenara C-25. Lámina 11, 15.
24.-frogmento de un SKYPHOS (?), Alto, 38 mm. Ancho, 46 mm.
Interior con born1z M'QfO, excepto una franJo horizontal en reserva. Extorlor:.
Porte de un joven con himotlon vuelto hocio lo •t.quttrda y, delanto, un .,,.
trigllo colgado ol parecer de !o por.-d.
Del siglo IV o. de C.
lnvenrorio: Almenara C-26. Lómono 11, 16
25.-frogmenlo amorfo. Airo, 31 mm, Ancho, 46 mm.
Interior barni•odo de negra. Ex1eriar con restos inldentlficobles de una deca•
roción perdida,
Inventarla: Almenara C- 19. Lómina 11, 18,
26-Frogmento amorfo. Alto, 46 mm. Ancho, 50 mm
lnte.nor y exter•or bornu.odos de negro, con
~o.s
superficies picados v raycdat.
Inventario: ¡t,lmenora C-14. Lámina 11, 19.
21.-frogmenro amorfo, posob4emente de un KYl..IX. Aho, 21 mm. Ancho, 28 mn>.
Interior con barniz. negro.. ext:epto uno fronJO horizontal dejada pol' reJervo.
Exteroor barnllodo de negro con manchas morrón.
Inventario: Almenara C-31 . No se reproduce.
28.- Fragmenro amorfa, Alto, 32 mm. Ancho, 40 mm.
lnrcrior y e.xterlor con barniz. r.egro muy estropeado.
lnvenlotio: Almenara C-32. No so
r~roduce.
29. -Fragmenlo amorfo. Alto, 23 mm. Ancho, 31 mm.
Interior barnlxodo de negro, actualmente can uno ronohdod ollvóc:eo. Exterior
en reservo1 con unos ligeros lineas negros, porte de uno figuro u objeto 1nde·
terminable.
Inventario: Almenara C-33. Sin reproduclr.
30.-fragmento amorfo de •ecco6n en g'on curvatura. Alto, 40 mm. Ancho, 30 mm.
Interior y exterior barnlJ.odos de negro.
lnvenla.rio: Almenara C-30. No se reproduce.
-9713
[page-n-110]
[page-n-111]
r
T IU AS.-Cer:hniras
~riegas
ele Almcnnra
I. AM. l .
[page-n-112]
'llHA .-Cerámicas
gTie~ras
l.ii.M. U.
de Alm enua
J
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1
16
[page-n-113]
J. J. JULLY et S. NORDSTROM ¡•1
(France)
Les vases
a oreillettes
perforées en France
et leur similaires en Méditerranée Occidentale
11 existe au Musée de Mlle. O. et de M. J. Taffanel a Mallhac (Aude)
des vases a oreíllettes perforét!s d'un type qui, sur le littoral Méditcrra·
néen Fran~ais, n'est pas attesté avant l'apparition des importations ré·
guliéres en provenance de la Méditerranée.
Deux formes sont pré$entes a Mailhac: l'une est sphéroide, l'autr~
est ovoide. Ces formes sont contemporaines et sont présentes a la fois
dans la néc:ropole du Grand Bassin 11 et sur l'habitat du Cayla 11
M. Louis, O. et J. Taffanel ( 1) qualifient la poterie qul comporte ces
oreillettes de «poterie ibérique». Or, entre Rhóne et Pyrénées, cinq au·
tres sites (La Monédlére, Saínt Julíen (2), Pech·Maho, Montlaurés et Rus ·
cino) ont fourni cette sorte de vase. De plus un type de vase tres sem·
blable existe en Espagne (toutefois le type vois•n recueilli a Mallorca et
s Menorca fait partie d'une série différente) D'aflleurs, il faut, dans la
sérle de la Péninsule lbérique, distinguer la poterie faite au tour de la
poterie modelée. En outre, ce type est attesté en Afrique du Nord ou
11 est cependant rare 11 a été signalé en Sardaigne également
Cecl signifie qu'en Méditerranée Occidentale, dans !'aire de commer·
(•) Stipcodiat Hieru-Retxiuo-Stiftclscn Kun¡llp Vetembpubdc:núen y becarla de
b lnstitu<::Km 'IVCMCt-Gren.
(1) M. LOUlS et O. et J. TAPFANEL: "u. pmnier l¡e du Ftr Lan¡uedoc:ico. ll
1.ft Dkropoles l ilx:inentioo". Bordi¡¡j!ua.Montpdlier, 1958, p. 66.
(2) Aimablc autorisarioo de
I~U>ventcUt
-
M. le Chanoine 1. GrRY.
99 -
[page-n-114]
l
11
1
•1
1'
Fig 1.-Mobilier funeraiu de la combe 14 du Grand Bassin U (d'aprñ Schlllc).
Le plan de 110tre travall est le suivant.
Examen des exemplaires de Mailhac (3)
Relevé d'exemplaires typiques qui ont été repérés en l:sp;!gne
Essai d'appréciation de l'originalité du type et de localcsat•on d • •
a~res de c•vilisation ou il a pu prendre naissance.
A la nécropole du Grand Bassin 11 (4), c'est la tombe 14 qui offre,
peut ~tre, !'ensemble funéraire le plus caracténstique en ce qu1 concerne les vases a oreillettes perforées découverts sur le llttoral Méditerraneen Fr<~n~is Nous reproduisons le vase de ce type contenu daos la séa)
b)
e)
(3) Nout rcmcrcions v¡vcmcnt Mllc. Taffmcl pour li
-lOO-
[page-n-115]
VASI!S
A
OliEJLU!Tl'1!S PBIU'OÚES
3
pulture (S) qul est dassée parmi les sépultures «riches» de guerriers (6).
(PI. l,a et fig. 1, num. 1).
Par la présence de céramiques d'importation, par celle d'un bassin en
bronze «a rebord perlé» et par le rlte de la Méditerranée Oríentale et
Centrale du bris des vases au moment de la cérémonie tunebre, cette
sépulture nous parait pouvoir déja bien éclairer le contexte culture! dont
les vases a oreillettes de Mailhac ont été partie intégrante. A une civi·
lisation «indig(me» aux fibules a arbaléte qui se sont répandues du Languedoc et de 1'Aquitaine a la Vallée du Guadalquivir (71 (fig. 1, num. 11)
aux formes de poterie .locale qui ne rentrent plus que rarement dans 1-.:s
types des Champs d'Urnes (fig. 1, num. 2), et aux agrafes de ceinturon
a t rois crochets qui furent trouvés dans des chronologies souvent plus
basses en Espagne (8), s'adjoignent désormais des formes Médlterranéen·
nes typiques: coupe a pied troncoconique et a anses horizontales (fig. 1,
num. 3), et un bassin en bronze qui semble correspondre a une fabrication étrusco-italique (9).
(S) Renuuquer Je sommrt plat du bouton de prtbension du eouvercle. !.e dlameuc
de celui-ci est info!rieu.r ~ cclui de la plupan: des cypes espa¡¡nols et les orcillettes sont
trl:s baut placée$ sur le va"' proprcment diL
Pour la deocriptlon analytique du mobiller volre LOUIS et TAFFANEL, op. dr. note
1. p 67-68. Le vase a ~~~ aussi publié par O. et J. TAPPANBL: "Les dvllisarions prtmmaine.s de !Jo rég:ion de Mailh2c". Etudes Rouss!Uonnaises, V. Perpignan, 19S6, p. 3S,
ll¡. 33 (1).
(6) Noter la ptácnce d'un "soliferrtum" et sa di!position autout de l'ume. Cette
CQUtume de oourbtr circulalrement une anne longue autour de l'urne a été observ~ en
Greco a AtMn<$ vers -900. CC. "'llu! Athenian Agora Guido", p. 149.
(7) W. SCHOLE: "Probleme der Bis=it auf da Ibtrlschen Hnlbinsel''. Jabrbuc:ll
des R!im.iscb-Germanischon Zcntralrnul!eums Mainz, l960, p. 68.
E. CUADRADO: "Preeedmtes y prototipos de la ílbuln anulu bispáni01". Trabajos
de Prehistoria del Serninarlo de Hi"oria Primitiva del Hombre de !Jo Univ.,..idad de
Madrid, vn. Madrid, 1963; pág. 33.
(8) Qne agnúe es( le cype B, 2me cau!goríe de Boscb Gimpera. Elle
0\'.
c.
J. M. SOLE et R. MAm!: "L:: necrópolis de Con
Canyis (Ilanyeres, prov. de Turagona)". Trabajos de Prehistoria del Seminario de Historia Primitiva d
¡, LAPUl!NTE VIDAL: "AiicBnte ea la Edad Antigua". Alicante, 1948.
S. NORDSTROM: "Los cartagineses en la costa aliamúna". Alicante, 1961. Fin
V~m< dtbut IV<. av. C., fig. 6, <.
J. MALUQUER er L. VAZQUEZ DE PARGA: "Avante del ntudio de la necrópolis
de "La Allllny•", Conos de Navaua", Princlpe de Viana, XVIT. Pamplona, 19S6; pág. 389
er suiv., fig. 11. Ouonologie v.mem. s. av. C.
(9) "lnfol'l1llltioo• otcidelles" (J. COURTOIS), Bulletin de la Sod~té Pralist:Oric¡uc
Fra~, LVII. Pnris, 1960, p. 528; et J. COURTOIS: "Fou!Ues de tumulus du premier i!ge diJ l"er ~ Serres et ll Ctabest= (Htes Alpes)''. lbid., LIX, p. 560: daos le tu·
mulus 1 : deux bossins en bronze 1 xebord déoorc!; identité complete ave.: eelui de la
tambo du G. B. 12, pour l'un d'eux.
F. BENOIT: "Les ltinéi'IIÍres rommercinux en Provento dnns l'antlquité". A$$0Ciation
Gu!Uaume Sudé, VIl Constes, Aíx-<:n-Pro"""""• 1963, p. 373.
S. VILASECA ANGUERA,
-
101-
[page-n-116]
4
Outre la sépulture num. 14, la nécropole du G B. 11 a fourno deux
autres sépultures avec des vases a oreillettes perforées. Oans la sépulture
num. 1O le vase ossuaire uen poterie tournée ibérique~ possede deux
7
?
'<~
10
Fig. 2.-1 A 7 et 10: Hl Molar.-8: Cay!Jo ll.- 9: Llano clc l
-102-
[page-n-117]
VASES
l
OlUIILLE'ITES I!ERFORÉES
anses bifides perforées (PI. 1, b) (lO). Un type tres voisin existe a la nécropole d'El Molar (PI. IV, b). Le vase de Mailhac était en contexte avec
une petite coupe incomplete de poterle «grlse», des fragments d'un canthare en bucchero nero, une agrafe de cein turon a deux crochets, ainsl
qu'avec une pointe et un talen de lance a douille en fer ( 11 ).
Dans la tombe l2 de la meme nécropole, íl y avait un couvercle a
oreillettes perforées «en poterie ibérique» (PI. 1, e). Ce couvercle était
a coté d'un «petit tas d'os triés deposés en pleine terre» et protégeait
des débris métalliques parmi lesquels se trouvait une agrafe de ceínturon
3 deux crochets du type mentíonné cl-dessus. Un fragment de poterie
c
deux vases entiers, un couvercle orei llettes perforées et des fragment3
de poterie ayant appartenu a ce type de vase. Le vase a pied «ombili,
qué» (PI. 1 d) présente un décor linéaire peint (13). Un autre vase du
meme type est en terre gris·jaumitre (PI. 1 e); il ne possede pas «d'om,
bilic» et est peint de filets noirátres concentriques. Le couvercle peint
comporte un décor rougeatre légérement víoline composé de cercles concentriques avec lignes sécantes (PI. 1, f). Quant au vase sans cou·1ercle
íl présente la particularité suívante que nous n'avons pas vue dans la Pé·
ninsule: cutre les deux oreillettes perforées symétriques, íl posséde deux
anses qui ne sont pas verticales (dísposí tion de tradí tion punique) mais
a
(!O) LOUIS ct TAFFANEL: Op. cit oote 1, Jig. 44.
(11) LOUIS et TAFFANEL: Op. cit. note 1, p. 66.
Nos coUegues espagnols patais,.,nt peme~ que le nombre de croehets n'a pas de valeur
chronologiquc a l'imuieur d'une evolution du rype. Cependnnt il comrnencc il cue reconnu que 1 Pyréné<;s Orientales et la n!gion au Nord de celles ei ont lJU au VIeme
..
~tecle: ovont notre ere ioucr le rO!e de centres ou au moilu de zones secondaircs de diffu..
,;on cultureUe. En cffet, sclon W. KIMMIG: ''Zur Urnenfeldcrkultur in Südwcstcuropa",
FMt:schrift Jür P. Goesslcr, 1956, les plus onciens C. U. de la .li'éninsule lbériquc ne sont
pas plus anciens que les C. U. du Moulin (Mnilhac 1) ct de Millos 1, ct les présences
d'agrnfcs de ccinruron dites ''ibé.dques" qui sont rappe.lées par 1'A. se s.itumt au plus tat
Gans lo chronologie de Millos lll, Mnilhnc li1', Cayla
D'auue part, sans p:lllcr de la
1osterim:ité de la potcrie pcinte de In v.Uée de I'Ebre (pas avant -500) par rappcn b Jo
poterie pcinte de Mnilbsc, la fibule ~ arb:úhc presente dans la tombe G. B. 14, """blable,
r:uA plus anciennes d'Espagne, le peignnrd :i anteones de In nécropole du G. ll. n, surtout
!'a¡¡rafc de cefuturoo ~ ttois crncltcts, identique A oeUe de la tombe G. B. 14 uouvée A
Pouzols e.n contextc avec une coupe attique (Pctits Maitres : 550/540), et une epée a "an·
t<.nnes" constit11cnt des clcmc:nts indiscutables de datation. C'cst en "' référant A cux que
l'on pcut proposer da évaluations chronologiques¡ par exemple sauf un cat isolé, les
ografcs de ceinturon d'Aquitaine soor postérieures il ceUes que nous considerons il Miülhac:.
Le• publications c$pagnolcs prouvcnt, A de rores execptians pres (Can C:myls, El Molllr,
La Atalayo notarnrnent) c¡u'il en cst souvent de mEme en Espogne.
(12) LOUIS et TAFFANEL: Op. cit. note !, p. 66.
(13) LOUIS rt TAFFANEL: Op. cít. note 1, p. 100, fíg:. 67.
R. MARTIN GRANEL: ''Les fouilles de l'oppidum du Cayla b Mllilhao (Aude)".
Gallia D. Puis, 1944, p. 10.
n.
-
103 -
[page-n-118]
6
JUI.U·SORDSTROM
qui sont obliques par rapport a l'épaule du vase (dispo3i tion plus proprement hellénique, a u sens large). Son décor peint consiste en nombreuses bandes paralleles et horizontales qui recouvrent toute la surface
du vase a l'exception de l'épaule qul présente des petites lignes ondées
verticales par groupes de cinq; les anses obliques ont re~u des petits
traíts paralléles peints. Enfin, des fragments plus o moins gros provenant
de vases du meme type exastent encore au Musée de Mailhac (PI. 1, g
et fig. 6, b) ( 14).
Le vase a orelllettes perforées a done connu a Mallhac un emploi qui
n'était pas exceptionnel et dans une chronologie quí semble pouvoir se
placer aux alentours de la moítié du Vléme slécle av. notre ére
Ces vases semblent dasparaitre en meme temps que l'habita t du Cayla 11; ce nlveau est bien caracterisé par une présence tres abondante
d'amphores étrusques et de «bucchero nero», et 11 est «scellé» par une
couche d'incendie et sous cette couche de cendres 11 n'y a aucun tesson
de céramlque attique a figures rouges En ce quí concerne la nécropole
•
e
Fi$. 3.-tl: PyxU a>rinthien (-620 á -590)¡ b: Aryb:llle protooorlnlhkn g&lmctrique
(-7SO A -700)¡ e: Aryb:llle protooorlnlluen (dtbut VII a. CJ,
du G. B. 11 des constatations analogues peuvent ~tre faites : présence de
bucchero nero notamment. Si l'on peut penser que tel ou tel récipient
a pu ~tre conservé d'une génération a une autre, il paralt cependant lmpossible de continuer a tenir ce raisonnement une fois que l'incendae du
debut du Véme siecle av. l'ére a détruit le «village» du Cayln 11 ( 15).
Ajoutons qu'il est communément accepté maintenant que l'exportation
(14) O.
etJ.
TAFFANm.: "Le Cayla de Mailhac'". Bull Soc. Se. Aude, XUl, 1938,
p. 132. lig. 24.
LOUlS et TAFPAN'EL: Op. cit. note 1, 1, p. 99, 6g. 66, 7.
Un c:umcn des ráuves du Mus« de Maillute lait en notro pr~ permet d'ajoutc:r
C:twt autres exemplairea de potories a ortilkttcs. Un de ces tesoons olftc, mus uno cou1:r.e
brune cxt~rieure, une ~t< griS<, la pito memo de la dramlquo ¡¡rite d'Oecident. Noua
vto-ons, plus avant dans le tr•vail, los rapproehemonta rt les hypotb~ que ce simple
f.agment parait autoristr A f•iro.
(15) Pr~ions ducs l l'anublli~ de MUe. Talfat~el qul wh (eorrespondonce 191\3 1964): UMeme si les vases • orcilleues sont dc l'cxtt
m.
-104-
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7
du bucchero nero ne s'est pas prolongée au dela du premier quart du
Vléme s. av. C. D'ailleurs, un vase non tourné a oreillettes perforées
existe dans la tombe 3 de la nécropole <
l'ére et dont le mobilier funérairc est comparable a celui des sépultures
du G. 6 . JI (16).
Les cinq autres sites du littoral Médi terranéen Fran!;aís, ou la forme
du vase a oreillettes est attestée, sont Ruscino ( 17), Montlaurés ( 18L
Pech-Maho ( 19), La Monédiére (20) et la nécropole de Saint Julien (2 1).
Si en France Méditerranéenne les vases a oreillettes perforées ne pa ·
raissent pas etre répandus, il n'en est pas de meme dans la Pénmsule
lbérique. En effet, du Sud au Nord, surtout le long de la cote Médlter·
ranéene et dans son hinterland, une diftusíon quasi sans «hiatus» peut
étre indiquée.
Deux séries principales existent: une faite au tour et une autre modelée. Une troisiéme série qui ne rentre pas dans le sujet de ce travail
ma is que nous mentionnerons, afln de ne pas etre incomplets, existe dans
tes Saléares.
Le vase étudié est un vase fait pour recevoir un couvercle conique
peu élevé a bouton de préhension dont le sommet est soit plat soit co·
nlque; il s'applique parfaitement sur le bord du vase sans réelle solution
de continuité; une fermeture hermétique «étanche», méme est ainsr
assurée, fermeture <
ru. Ce vase était destiné a recevoir un «Contenu» précieux constitué par
les os calcinés et les cendres d' un etre humain. Et afín que les cendres,
(16)
ce
M. ALMAGRO: "La necrópolis de Ampuria.s ", ll. Barcclom, 1955; p. 356
~uiv.
(17) Fragments de eouvercles dont un avec "bouton d'altliCbe" (coUec. de I'H6tel de
P<>ms, Perpignan). Aunable renseignement de M. Oausrres.
m-u.
(!8) OreiUettes perfuréi!S de faerure assez grossi
(19) P 0uille 28 de M. Y. Solier: oreüktte pcdor« de facture soignte sur bo~d de
"-ase non en biseau.
{ZO) Ce frag.ment récolré ancienncmtnt en surfot:e nc foumit aucunc datation süre.
L< déa>r du frngmcnt consiste en de nombrcuses lignes ou bandes parallcles et horizon·
tala pe.intcs d'une coule.ur b:run chocoJat :1vec, au mllieu d'cll.es, une ligne ~e hori..
zontale assez negligée. D s'agit d'unc potc.ric tres .soigné qui o•cst pas ttés cou.rame en
Languedoc. Hilo: presente un lustre qui rappclle les poteries de Castellonl:s de Cenl (faén).
Le &u- de La Moned:iete .se caracu:risc par une rclative. abondance de s6ries de poterie
de cb:a.mique du V!tme S. QY. C. Ct dt tOUt UD groupe de tCSSODS attiQ.UCS 0. figures fUUges anterleurs d la secando moitió du Verne s. av. C.
Ct
(21)
M. le Chanoine
J.
Giry o la
rr~s
grande
Bmllbilit~
de nous fai:re savoir: "Le
frngment du va.se 3 orcillettcs ~ovicnt d'unc tombe A incinération qui par11it uvoir lté
tn~;\ anc.iennemeru boulcverséc: Jc n' y ai, m effct, p;s trouvé d'ossuain:. D'autrc pan, avec
c. fragmenr et dans le mélme
conte~te, il y avait une ansc d'amphorc étru5 et des dcbris de vascs gris d'Asie Mincure scmblo-t-U" (Lettrc du 22-12-1964).
- 10514
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8
JUU.Y•NORDSTROM
encore chaudes, ne fassent pas édater le vase aínsi fermé «hermétique·
ment», un trou, pratíqué avant cuisson, était fait dans le couvercle.
Ce vase ossualre oreíllettes perforées fut done utíllsé en Espagne
comme en France Médíterranéenne, ce qui ne veut pas dire que cet em·
ploi fut le seul qu'il connut. A ce propos, signalons des malntenant qu' it
semble que ce soient les vases modelés qui soient les plus récents, a
quelques exceptions prés.
Par suite de l'implantation primítive commerciale et colonisatrice, dans
ls Sud de I'Espagne des Phéníciens, le líttoral du Sud de la Pénlnsule lbé·
rique est la région qui parait devoír etre considérée en premleo dés qu'il
s'agit d'une forme de vase aussi exceptíonnelle que celle du vase a oreil·
lettes perforées (22) . En effet, si des
en Méditerranée Occidentale, I'Espagne comprise, )a forme comoléte COl"·
siderée ici parait bien étre une forme nouvelle dans la Péninsule.
A Carmona, Vleme s. av, notre ére, du moins a travers les pubiications et dans les collections accessibles, nous n'avons pas rencontré cet·
te forme (23). Par contre, elle se trouve a la nécropole de Villaricos (24)
Elle y paraít cependant peu commune: dans la tombe 377 classée par
Mlle. Astruc dans son groupe 1 (<
les plus ancienhes de la nécropole. D'ailleurs, dans le groupe J (tardif)
de Mlle. Astruc, un couvercle a oreillettes perforées a été signalé. Siret
a
(22) Nou~ pensotU au commeroe "Phtnicic:n", il est counu en cffct que l'hypotheK
d'unc aone: de "dominion" Ca:rthaginois dnns le. sud de l'E$pJgne n'est pas retenue :lVant
une ~poque rardivc (llie s. av. C.).
(23) J. M. CARRIAZO et K. RADDATZ: "Ergebnisse einor crsten stratignúiscbcn
untenuc:hung in. Carmona''. Madrider Mitteiluogcn, 2, 1961, p. 1()4 ("a partir" du Vlemc s.).
G. BONSOR: "Les colonies agricoles pré-romaines de la V.Uée du Betis", Révuc
Archeologique, XXXV. Paris, 1899.
G. l!ONSOR: "Album grAJico de Carmona". Archivo E>1>añol de Arqueologla, XXVI.
Madrid, 1953 ¡ p. 356, er Ancienne Collc:ction Bonsor au Chateau du Maitena, pres de
Sevílk.
Pour le~ ttouvallles de vasos ~ oreillettes per(or6:s A l'Espngne, voir D. FLETCHER
'V ALLS : "l.¡¡s urnas de orejeras perforad..s". VIU Congr
(24) Ottonologie 1• plus b,auoe : Wme s. av. C.
P. CINTAS: "Conttibution ~ l'étude de l'exparuion cartlulginoise au Maroc''. Publieations de I'Insútut des Hautes Eludes Mnrocaines, L LVI. P•ds, 1954, p. 76.
A. BLANCO FRlll]EIRO : "Excavaciones arqueológicas m la prov,incia de )a~".
Boletin del Instituto de Esrudios Giennenses, VI, 22. Jaén, 1959, p. 6: cenaines tombcs
~on1 scmblt¡bl.. aux plus pro(ondes de Caotelloncs de Ccnl (VI-Ve s. av. C.).
M. ASTRUC: "La nocrópolis de Villancos". Informes y Momoria• de la Comisatla
General de Escavuciones Arqueológicas, núm. 25, Madrid, 1951: donnnit la dnre du Vli:me
pour c:enaiMJ tombcs.
(25) Remarq_uer le déoor quodtillé de losanges sur l'épaulc; ll est ou meme emplacement daru la "bíchrome IV .~tare" de Cbypre (-700 11 -600). Cl. GJERSTAD, S. C. E.
IV, 2, fig. XXXI (1), d. !ci fig. 4b.
-
106 -
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9
avait de soo coté donné la reproductlon d'un vase ovoide avec couvercle
et oreillettes perforées (26). Par ailleurs, la forme a existé dans la tombe 277 (27) qui contenait un oeuf d'autruche peint et un petit vase 3
décor linéaire peint d'une forme ovoide aussi mais avec anse courte s'attachant a la h!vre (type 140 de Cintas) (28). 11 faut remarquer que d'apres la photo, le couvercle parait étre une lmitation quelque peu abatardie. Pour ce qui est de la chronologie générale de Villaricos, on a tendance aujourd'hui a ne pas la faire remonter au deJa du Veme s. av. l'ere
•
~
...
,
b
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¡,.
..
(}?
Fíg. 4.-.: Víllaricos (377)¡ b: Vase pcjnte (bichrome IV ware, -700 6 -600)¡ e: Vuc
peinte chypriote bichrome (VU-Vt a. C); d: Tugia¡ e: Vue funcralre (VII-VI 1 .
C); r: Vase chypriote de Lapithos, tombe 420.
Dans la Haute-Andalousie, a Castellones de Ceal, Hinojares (Jaén).
un vase pei11t provenant de la nécropole a lncineration parait pouvoir ap·
porter un élément nouveau de datation (29). 11 existe éga lement a Casleliones de Ceal un type de vase de forme ovoide identique a celle des
vases a oreillettes perforées ovoides, mais ce vase ne posséde pas d'oreilletes perforées; son couvercle est cependant du type habitue l dans la sé·
rie des vases a oreillettes (30). 11 fait partie de cette premiére cérami(26) L. SIRET: "Villaricos y Herrerías, antigüedades púnicas, romanas, visigóticas
y Ara bes. Memoria dew!ptiva e histórica". Madrid, 1908 ¡ pl. vm (4).
(27} "M= Arqueológico Nacional". Madrid, 1954. Le mobilier c:ntier de la tombe
cst réproduit sur une plnnche sans numuotngc.
(28) P. CINTAS: "Céramique Puniquc", Patis, 1950¡ pi. LXXVI1 (140) ct p. lll:
dnte: IVtme au Cap Bon commc en Sardaigne, o Cagliari.
(Z9) Sa forme rnppcUe cclle du vase n.• 30.077 du Cayla U de Mallhac, les antes du
\'11Se de CasteUoncs l!Ont vcrtieoles et eeUes du vnse de MaUhnc l!Ont obliqucs.
(30) C. FERNANDBZ CHICARRO: "Prospecciones arqueológiCJ~s en los t~rt11Ín<>O
de Hinojares y La Guardia Oaón}". lloleún del Instituto de Esrudios Gienn=, U,
n.• 6, fig. 6. Jaén, 1955-56.
- 107-
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10
.JULLY•NORDSTROM
que peinte de type déja ibérique qul, dans cette nécropole ne commence qu'au Véme s. av. C. (31 ). Toutefois 11 est signlficatif que la décoration soit principa)ement linéaire, c'est a dire qu'elle puisse a la fois
etre rapprochée du décor des vases archaiques de Carthage (bande rougeatre limitée par deux filets noirs) (32), de celui des vases «loniens»
et surtout peut•étre du décor des vases Chypriotes, décor simple a bandes et a filets peints horizontaux qui dura plus de six siedes.
Quant aux autres loca 1
isations que nous avons relevées dans le Sud
de I'Espagne, elles ne fournissent pas de chronologie. A Toya un vase
décoré de bandes et filets présente la méme disposition d'anses (par
deux) et d'oreillettes perforées que le vase de Castellones mentionné
précédemment (fig. 4, d) (33).
Si du Sud proprement dit nous passons au Sud-Est et a la cote jus·
qu' a Valencia et Castellon de la Plana, deux nécropoles importantes doivent étre indiquées: celle d1 EI Molar (Alicante) et celle de Solivella (Al·
calá de Chivert, Castellon de la Plana), toutes deux nécropole; a incinération. A nouveau, dans ces nécropoles, le vase a oreiltettes pertorées sert
de vase cinéraire.
La nécropole d'EI Molar (34) a fourni un nombre assez important
d'urnes a oreillettes perforées. La plupart d'entre elles ont sur leurs cou·
vercles la perforation supplémentaire mentionnée précédemment (35)
Certaines urnes sont biconiques écrassées (PI. 11, a); d'autres sphéroides
(31) BLANCO FRHlJBIRO: Op. cit. note 24, p. 16 et viva voc:e: "l'lberique caracterlsé ne commence il C..tcllones de Cea! qu'il In moiú~ du Veme s. a~r. C. C'est au
niveau 11 (-425? a -350?), daté par la cúantique g¡:ecqu,e, que sont présetlts pout lB premiore fois dans cene ~opale, les vases pcínu, vases d'ailleun dont le décor en quasí,
uniquemeot composé de baodes et sunout de rilets. Cluonolog:ie lé¡Ol'emcot ancerieure au
úylo ID; cf. JULLY: "ll.lctnents d'étude comparative de lo potcde pclntc de t;ypc ibé·
tique dluu le Sud de la Celtique et de lo poterie iberique de la Pcninsule lb~ique". VII
Con¡p:eso Nociolllll de Arqueología (Barcelona, 10-15 septictnbte de 1961). Zarogoza, 1962;
p~gioa 300.
(32) Cll'fl'AS: Op. cit. note 28, pi. LXXXIV (212) ct pi. LXXXVI (231).
(33) F. ALVAREZ OSSORIO: "Fübrer durch das archaolo¡¡iS<:bc Museum in Ma·
dtíd", I~e pllttie, 1929, p. 30, pi. 25 en haut il gnuche.
A. GARClA Y BEILIDO: "Arte ibérico". Historia de España Men~dez Pida!, 1, 3.
Madrid, 1954, p. 602, fig. 535 et sur lo méme un autre vase kmble d'aiUeun •voir égnle-
meru deux fones oreillettes perforEc.s; son décor est uniQ:uemeor lineaíre.
F. AL'<1AREZ OSSORlO: "Mus<:o Arqueológico Nacionnl". lV Congte» lntema-
CIOOJII de Arqueología. Bar.atlonn, 192!1; p. 29, lig. 25.
(34) J. •J. SENENT mMmZ: ''Exc:avaciones en la ncet6polls de El Molar". junlJl
Superior de Excavaciones y Antigüedad!!$, núm. gral 107. Madrid, 1930.
J. LAFUENTE VIDAL: "Alicante en Jo Edad Anti¡ua". Allcanre, 1957; pl. U, liT
et IV.
(35) Le trou "d'a~tion" daos le couverclc lnissé suppo>er que ~rte sotte de Yásc
érnit 1\lbriquée s¡Xcinlement a des fins fuo~ires. Etait-U reservé A une cat~gorie s~ale
d< fa oocicté d'alon? n y o des c:as 01) seulement un couvercle a oreil¡cttes ~tées était
ahtls la sépulture. Rarcté de la marcbnndíse ou bien, comme le pensc Mlle. ToUanel,
••tombc pauvrc,.1 t. mbc de NON guc:rric.r?
o
-
108-
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YASI!S
A ORElLLI!J"I'I!S
PBRI'ORW
11
(PI. 11 1, a et fig. 2, 3); d'autres biconiques (PI. 11, b et fig. 2,2) ou en·
core ovo'ides (PI. 111, b et fig. 2,5, et IV, a, fig 2,6) Le. décor est tou·
jours a bandes et a fílets tres nombreux, sauf une urne qui présente des
segments concentrioues. En cutre, a El Molar il y a, d'une part, le type
ovoide a anse bifide perforée (PI. IV, b et fig. 2, 7). comme dans la tom·
be 10 du G. B 11; d'autre part un type rare comportant quatr,. oreillet·
tes perforées disposées symétriquement (PI. V, a et fig. 2,4) Enfln, un
couvercle isolé a été fa~onné avec des oreillettes du type considéré, mals
celles-ci n'ont pas re~u de perforation (PI. V, b et fig 2, 10) (36). Ce
couvercle présonte des filets concentriques et des traits court~ pelnts d
rapprocher de ceux de couvercles d'Ampurias qul paraissent faire partie
d'une tout autre classe de poterie, classe antérieure a celle d'EI Molar
Pi¡¡.
5.-~:
Hoya de Santa Arui (tombc 178); b: Meca; e: Oliva.
Est-ll une réminiscence du type ampuritam? (fíg. 6, e). Dans la sépu lture 16 d'EI Molar deux urnes avec oreillettes perforées furent recueillies; l'une est biconique (notre type C) e t offre un couvercle a bouton de
¡:réhension dont le sommet est plat; l'autre est ovoide (naire type O)
avec anse bifide terminée par des oreillettes perforées, ce qu1 tendratl
a montrer que les divers types que nous venons de passer en revue peu·
vent fort bien avoir été contemporains. La chronologiP. habituellement
donnée pour El Molar est V-IVéme s. av l'ére. Toutefois deux lragments
attlques a figures naires y ont été également trouvés ainsi que des fragments d'aryballe de Naucratis (piite de verre).
(36) R=t:m¡ue: la aor¡e anhabiwdle sur le bouton de pcéhcnsion: a nappccdacr de
b (orme du boutoo de préhcnlion des pyxidc$ du sryle coriDlhic:n; d. F. GINO LO
PORTO: "Ccmni<:a arcaica dalla nccropoli di Tawuo". Annuario ddla Sruola ArchcoJos¡ica di Atcne, XXXVII , 1960, p. 117, 6¡. 92 b: corinthicn moycn: -60S l -570. (a.
icl fia. 3, a.)
-
109 -
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12
JUI.LY•NORDSTliOM
A Solivella, il existe des urnes cinéraires a deux ou bien quatre orell·
lettes perforées et de galbes variés· sphéroides, bicomques, piriformes
notamment. Le type a anses et oreillettes perforées sur le mP.me vaso,
semblable au type de Mailhac, ex•ste aussi dans cette nécropole (fig. 2,
num. 8). La chronologie provisoircment proposée pour !'ensemble de la
nécropole, est la fin du Yeme s. av. l'ére (37). Certains éléments (non
F•B· 6.-Ampw:W.
préc•sés) para•ssent, en eHet, pouvo•r faire penser a une date plus haute.
Prove11ant de la nécropole d'Aranyuel (Castellon de la Plana) unt>
urne a oreillettes a été publiée naguére par Bosch Glmpera (38).
Si, apres ces nécropoles du llttorJI méditerranéen Espagnol du Sud
de la Catalogne, nous considérons celles de l'arríére·pays ainsí que les
découvertes lsolées de cette méme région, mentionnons en premier une
découverte récente faite a Puntal de Salinas (Villena, Alicante). 11 s'aglt
d'une sépulture (num. 33), avec urne cinéraire du type sphéroide (no-
(37) D. FLETCHER VALLS: "Lo necrópoli~ ibérica de Solivclla (AlcaiJI de CbJ.
ven, Castdlón de In Plana)". VD Conareeo Nadcmal de Arqueolo;la (Barcelona, 10-I.S
de teptiembre de 1961). Zaragoza, 1962; p. 263.
D. FLETCHER VALLS: "La necrópolis de La Solivdlt (.Alcali de Qriven)". Suic
de Trabajos Varios del S. l. P ~ núm. 32. Valeada, 196S.
{38) P. BOSCH GIMPERA: "EmoloaJa de la Península lbúia~. &ralnn>, 1932;
pi¡. 49S, 6g. 462.
-
110 -
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tre type 6), mais avec deux anses trifides dont l'extrémoté supeneure
est perforée. L'urne qui contenait deux petites lames en fer et des os
calcinés, a un couvercle avec la perforatton supplémentaire, le mobilier
funéraire comprenai t en outre une autre urne a bandes horizontales
peintes, un petit vase également troncoconique et un kylix a b.:~sc circ:ulairc l«stem]ess cup») a vernis noir uniforme sauf sous )e pied ou il v
a des cercles concentriques noirs. Signalons qu'il existe au Musée de Vi·
llena un autre vase a oreillettes perforées sans couvercle et sans contex·
te; il provient égale.ment de Puntal do Salinas (39).
A la nécropole Hoya de Santa Ana (Aibacete) les vases a oreollette;
perforées sont assez fréquents er de formes variées: panse écrasée (no·
tre type A), sphéroide (notre type 6), piriforme (notre type Gl Le type
ovoide tres pansu (notre type D) (fig. 2,6) y est ausso avec, sur les deux
ticrs inférieurs du vase, une bande assez large entre de nombr,.ux filet;¡
el, sur l'épaule, des cercles concentriques traversés en leur doametre par
un filet également circulaire. Les deux anses verticales s'appliquent con·
tre les oreillettes d'un tres petit couvercle qui est tort semblable a celuo
du va se 30. 108 de la tombe 14 du G. B. 11. Ce petit couvercle de Hoya
de Santa Ana (sépulture 178) a un bouton de préhension a sommet plat
et il est décoré de filets concentriques sauf au bord o~ il y a une bande
clalre sur laquelle se détachent des segments concentriques par groupo
de six (fig 5, a) (40).
Dans les salles du Musée d'Aibacete se voient d'autres urnes ciné·
raires a oreillettes perforées: provenance Llano de la Consolación, type
a panse écrasée (41), type biconique (PI VI , a); type biconique avec
incurvation vers le fond {type C') (PI. VI, b) (42); type quasi anguleux
proche de la pyxis (type F) (PI. VI, e: et fig. 2,9). Alors que la chronologie de Llano de la Consolación n'est pas antérieure au llléme ~- av. notre ére, celle de Hoya de Santa Ana est lléme-ler s. av. notre ére.
A Meca, un vase a oreillettes perforées a été ancienneme.,t signalé
par P. Paris (43) (fig. 5, b)
Dans la nécropole d'Oiiva (Va lencia) existe le type C (ovo"o'de pansu)
avec couvercle dont le bouton de préhension présente un sommet plat.
(39) Reaseicncm<~~ts du• ~ l'amabilité de l'invcntcur D. Iooi Muía Soler Garcfa.
(40) J. SANCHEZ )IMENEZ: ''Memoria de los tnbojos re:olimdos por 11 Comi·
wfa ProvincW de Excavaciones Arqucolóp:as de Albeccte m 1941". Infotmct 1 Mcnwias de 11 Comisaria Gt:ncml de Exca\11CÍonct Arqucoltlsi<:u, núm. 3. Madrid, 1943.
(41) Ptovicnt de b sépultuno 61 de La Tom:c:ica (invcnt. 3.619). Un aum vate de
l)'[)c B, elÚUe avcc b mEme provmancc au MUJ4!e d'Aibaccte.
(41) S~p. 62 de La Torrccia (inv. 3.812).
(43) P. PARIS: "Es!ai sur l'An
1904, p. lOS.
-
111-
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14
jUU.Y·NORDSl1tQM
la chronologie de !'ensemble de la nécropole est llleme a ler s. av. l'ere.
Un vase sans couvercle est toujours expose dans le vestibule du Musée
Archéologique ele Barcelona (44) (fig. 5, e).
En ce qui concerne les habitats de l'arriere-pays, mentionnons l'habitat de la Serreta (Aicoy, Alicante) (IVeme a llleme s. av. C.) que a fourní des fragments de vases a oreillettes perforées (45).
L'habitat d'Azaíla (Teruel) (llfeme a ler S. av. notre ere) ne semble
pas avoir ognoré totalement cette forme, mals elle paraít ne plus etre
qu'un vague souvenir comme en témoignent des formes lourdes repro·
duites dans le cCorpus» d'Azaila (46).
Dans la méme province de Teruel, provenant de l'habitat d'AIIoza,
est un vase a deux oreillettes non perforées. forme sphéroode, décor
peint; chronologie de destruction du site llleme-llerne s. av. l'ére (47)
Si des deux précédents foyers de clvilisation a l'age du Fer (le puníque prlncopalement au Sud et le mixte, punico-grec, du Cap Palos a l'em·
bcuchure de !'Ebro) (48), nou.s passons a un troisieme foyer, ceiUI du N.E.
avec pour centre Ampurias, nous rencontrons encore dans cette région
des vases a oreltlettes perforées. Bien plus, la chronologie haute qui,
jusqu'icl, faisait défaut, semble apparaitre sur le site grec d'Arnpurias.
Non seulement, en effet, un vase sans couvercle du type étudié a
été trouvé dans la nécropole «Muralla N. E.» d' Ampurias, sép. 3 (fíg. 6,
d) (49), nécropole du type champ d'urnes (50), oü ríen n'est plus récent
que la premiere moitíé du Veme s. av !'ere, maís il existe au «Museo
Monográfico>> a Ampurlas m@me, dans les réserves et en vltríne, troís
couvercles a oreillettes perforées dont la terre cuite n'est pas c
tcut le décor peínt est un décor de cercles concentríques comme sur un
P. BOSCH GIMPERA et ), C. SERRA RAFOLS : ~m Museo An¡ueológioo
rv Congreso Internacional de An¡ueologfa. lbn:dom, 1929, p. 25.
(4S) Aim:ahle nnsci¡nem
Madrid, 19<14. A u Mu$te de Ba.reelone, couvercle i oreilleues peñor~cs, provenance:
Azaila.
(47) P. ATRlAN JORDAN: "Excavaciones en c:l poblodo ibérico "El Cutelillo"
(J\Ilou, Terutl). Segunda y tcteerl campoila". Teruel, núm. 22. Ttn~el, 1959, p, 228, fic. 2.
(48) Sur le pacte conelu ven -226 entre Asdrobal et le Scnat fixant I'Ebre comme
lunite •u• tctritoit« de Romc et de Carth2ae, d. Tite Uve, XXI, 2. 7, et 60, 3.
(49) Noter les antes 1\'
o un type ont~rieur. Cenes ee vase • ~t6 trouvé sans contcxte qui pui"" le doter de
maniúc pr~lse mau des tombes de la mfme ná:topolc conticnncnt du bueehcro nero,
du corlntbicn et de lo cúamiquc gr;.., (cene derniere dot6c du Vúne s. av. notre úe).
Fout-il (aire un rapprocbement avec telle potcric da C. U. urdi!s des Pyrenc!et Fra"9Ü5es?
( SO) M. AL'I
(44)
de
lbreelona~.
-112-
[page-n-127]
IS
couvercle de pyxis en terre o:ionienne» d'Histria (51). Or, ce décor de
cercles concentriques peints sur couvercle de ce type est, en Médi terranée Occidentale, assez exceptionnel et, en tout cas, signe d'¡¡oc:haisme;
á El Molar, par exemple. De plus l'un des trois couvercles présente, sur
son bouton de préhension aplati, mais faiblement c:oncave, un large filet
clrculaire pelnt. N'y aurai t il pas la, réallséc en terre cuite
assez. faibles (de 12 a 9 cm. de diametre), nous sommes done portés .l
voir en eux de réels prototypes de vases tournés occodentau>. de plus
grand volume réalísés sur place ici et la (52) L'exception du vase modelé de la sépulture «Muralla N.E. 3» nous parait fournir une indication
ccncordante En effet, les deux fragments de petits couvercles (fig. 6
a, b) et le fragment complet, de dimensions plus grandes, avec trois trous
dans la paroi (fig. 6, e) sont, a nos yeux, antérieurs a tous les vases du
lype considérés précédemment. 11 y a plus · a Ampurias exoste, comme a
Elche, la forme «seconde» de couvercle, ce lle dont le bouton est piriforme. La chronologie de l'exemplaire d'Ampurias est donnée par la c6ramique attique a figures rouges «de la meilleure époque» et .11 figures
noires, et le noveau présente une arglle nolriitre comparable a celle de la
couche des habitations grecques d'Ampurias «des premiers temps» (53).
Une conformation de l'antériorité des trois couvercles d'Ampurias pourrait étre donnée par le fait suivant: a quelques km . d'Ampuna.;, a Ullastret, la forme du vase a oreíllettes a été signalée mais les oreillettes n'ont
¡:as été perforées. Le vase a été recueillo dans le niveau VIl, ce qui semble prouver que cette imitation fut fa.;onnée des une époque haute. Au
meme niveau a été recueillie une agrafe de ceinturon a trois crochets,
semblable a celle de la torr•be G. B. 11, num. 14. 11 est bon également de
rappeler que dans la couche la plus profonde des fouilles de 1959 a été
mis au jour un ensemble de céramiques de la premiére moítié du Vléme
s. av. notre ere (54).
(SI) LAMBRINO: "Les wscs archaíques d'Hisorio". 1938, p. 190, fig. !SS.
(S2) La loi du "erossi=nr" dons les imiraoion• foircs por 1.,. "barbclrn" lorsqu•ils
C()piaient des mod!les de porem, a d~~ ~te bien mite
Ampuriu" Rivisra di Srudi Liguri, XV. Bordi¡heno, 1949, p. 62 er suiv.
(54) M. OLIVA PRAT: "El=Vllcioncs arqucolG&icu del Plan N:aciooal en la ciuc;od rndikcra o prcrromana de Ullastrcr, Gerona, propiedad de la Excma. Dipuuoción.
Memoria de 1• dkima campaña". Anales del lnstituro d< Estudios G=ndc:nscs, Xlll.
G
de Ullasoret". Atclúvo &pañol de Arqucolop, XXXIV, Madrid, 1961, p. 18 cr suiv.
16
113-
[page-n-128]
16
IIILLY•NOIIDSTROM
Dans la nécropole Peralada (Port de la Selv.1) existe un c:ouvercle ll
oreillettes perforées (55)
Récemment, dans la nécropole de Can Canyis datée du Vleme s. av
C ou le mobilier funéralre est assez souvent comparable a celui de la
nécropole G. B 11, la forme d'ume cinéraire a oreillettes perfotées a été
trouvée (56).
La forme en question a été aussl signalée Anseresa (Oiius), site du
IVéme s. av. C. (57) (flg. 7, a) et a $erra de I'Espasa (Capsanes), avec
chronologie apparente du lléme s. av notre ere (58).
a
R
u
Fig. 7.-a: An$ere53; b: Cayla; e y d: lbiza: e y f: Pedregar (MaUorca); g: Menon:a;
h: Umc avec dcu~ oreillcnes pcrlor~es ~ proximlt~ du bord (Sal.ammb6, VIII •· C.);
i: Salammbó (VIl-VI a. C.).
(SS) LOUJS
(S7) J. SERRA VILARO: "El pobbdo ibtrico de San Miguel de Sorb>". Memorias de la Juma Superior de Exca'lciones y Anti¡üedades, n~m. a:raJ 44. Madrid, 1922,
pi. vn, couvercle seul sur un va
(SS) L. VILASECA BORRAS : "El poblndo ibérico dr Serrn de l'BliP•sa, Capune&.
M3.1e:illlts arqueo16¡icosu. Instituto de E.studioJ Tarmc:one:nle$ "Ramón Bc.rcn¡uc:r IV'•,
Centro Coaurcal de Reu.t, Reua, 1958, planche 111 milieu.
-114-
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YASES
A ORilll.LETrES
PBRPORW
17
A l'ouest de la Catalogne la forme a oreíllettes perforées a atteint
la région de Pamplona. Dans la nécropole a lncinératíon de Valtierra, un
couvercle fait au tour présente la forme caractéristique a bouton conique
et a fortes oreillettes perforées: il est, d'ai lleurs, la seule poterie tournée
trouvée dans cette nécropole (59).
D'autres couvercles faits au tour et présentant des oreil lettes perfo·
rées ont été recueillis l'un dans la sépu lture C 3 de Cortes, l'autre dans
la nécropole de La Atalaya. Pour ces exemplaires, on peut retenlr une
datation, au p lus tót, de la moitié du IVéme s. av. J. C. (60) Dans cette
région du Nord et du Nord Est de l'Espagne, nous C01'1Stato11s que la
datation des vases et couvercles a oreillettes perforées est d'autant plus
basse que la nécropole ou le lieu d'habítat sont p lus éloignés de la cóte
Médlterranéenne. Nous constatons aussi, dans la région de Pamplona,
l'emplol du couvercle et non pas du vase lui-meme. Ce couvercle y a-t-íl
s implement remplacé la «coupelle» d 'obturation (coupelle retoumée) des
vases ossuaires «indígénes»?.
Uhe derniére région, ceJJe du Centre d'Espagne, nous apporte une
nouvelle preuve de la datation basse des poteries a oreillettes perforées
provenant de lieux éloignés de la Méditerranée. En etfet, dans les nécro·
poles posthallstattiennes du Centre, la forme consldérée y est devenue
un type normal, citon.:;, notamment le type d'Aguilar de Anguita (Guada lajara) dont la chronologie va du Veme au IVemes. av. l'ére (6 1).
Nous retrouvons la forme considerée a Ibiza, alors qu'a Mallorca et
Menorca il s'agit d'une série a part dont nous ne conna1ssons pas en Espagne méme d' analogues.
L'i le d'lbíza, colonie punique depuis 654, a done é té tres tót touchée par le commerce punique. Relais en direction de la Péninsu le lbérique et non eloignée de l'aire d' intluence et commerciale massaliote, il
est norma l que la forme du vase a oreillettes perforées y soit représentée.
Cette forme se trouve dans la nécropole de Pulg des Molins: deux urnes
sphéro'ides a couvercle (PI. V I, d), un vase a deux anses verticales biperforées et bord en biseau, un couvercle a bouton de préhension hemis-
(59) J. MALUQUER: "l.a necrópolis de ln Edad del Hierro de la Touua en Valtieua (Novarra)" . Principe de Viana, XIV. Pamplona, 1953, p. Z43 et suiv.
(60) ]. MALUQUER: "Contribución al estudio del cstnn.o superior del poblado
e!~ Cones de N ovarra". Prlndpe de Viana, XVI. Pamplona, 1955, p. 132.
MALUQUER et VAZQUEZ DE PARGA : Op. cit. note 8, p. 44 (tombe AB 29).
(61) E. de AGUILI!RA Y GAMBOA, Marqués de Cermlbo: "Las necrópolis ibc!ricu " . Madrid, 1916, p. 19, fig. S.
Au Musée de Ban:elona (SaUe IX) un couven:le ~ décor o chevrons inclséll ; une ume
A pied marqué et i ore!Uenes perfor~s (provenant prob\lblement de la Meseto) et un va.se
rype A' provcnont de Quintaruu de Go= (ou bien de Osma).
-
115 -
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18
/IILLY•NORDSTROM
phérique; ces deux poteries (62) sont d'une technique soignee et sont
peintes d'un décor linéaire brun roux mat et avec des motifs verticaux
serpentiformes semblables a ceux d'une aiguiére d'Utique (ó3), vieux
theme ornamental qul a des prédécesseurs en Asie Antérieure (Lachísch)
Deux urnes ont, l'une la meme forme ovo"ide que celui de la tombe 10
de Mai lhac (64), et l'autre une panse écrasée, hémisphérique (provenance Cala d'Hort) . Malgré leurs formes caractéristlques, ces vases sont démunis d'oreillettes perforées. 11 faut lndíquer trois vases menticnnés par
Vives Escudero, dont un avec le signe de Tanit incise. Mais le plus important exemplalre provenant d'lbiza est, peut-étre, le tres petit vase
(bijou?) d'argent s ignale aussi par Vives Escudero, «Objet en forme de
marmite», dont le couverde est parfaitement hermétique. 11 ;'agit probablement d'une breloque de collier qui a pu contenir un parfum. Au
Musée Archéologique de Madrid, deux vases proviennent d ' lbiza; l'un
a decor de lignes horizontales peintes, offre des anses verticales perforées
dans leur partie supérieure avec couvercle de forme grossiére a bouton
de préhension conique (fig. 7, e); l'autre sans couvercle et a décor assez
négligé, en partie peint (decor llnéaire et végétal) en partie inc:isé (quadrillage), posséde les memes anses verticales perforées (fig. 7, d) (65)
SI, en l'absence de tout contexte, il est difficile de dater ces exemplalres, il est pourtant possible, d'aprés le décor du dernier. de voir dans celul-cl une oeuvre fort tardlve. Toujours en provenance d'lbiza (Puig des
Molins) se trouve au Musée de Barcelona une grande amphore a anses
verticales attachées prés de la lévre, avec couvercle a bouton arrondí et
a deux oreillettes. Ce type d'amphore parait etre une «imltatiom> en
Médlterranée Ocddentale a l'age du Fer 1
A Méillorca, comme a Menorca, une série tres différente a eté employée, séríe dont les exemplaires sont modelés. 11 s'ag1t de formes tantót
(62) A. VIVES Y ESCUDERO: "Estudio de Arqueología Cánaginesa. La NcerGpoli de Ibiza". Madrid, 1917, 1~"'- XLIT, 8.
(63)
P. CINTAS:
"Deux c:unpagnes de íouillcs a Utique". Knttba•o, IL Par.is, 1951,
1'· 43, fig. 12.
(6~) Notom, puisquc nous sommes dam l'aire punique, le fond cn:ux typique des
potcrics c:ommunes pua.íq_ucs oyam une forme piriforme QU pscudCH)voide mai.s pas de
de la tombe 14 de Mailhac et nombre d'autres urnes de la Péninsul< Ibérique oHrent,
d~prc$$lOn c:n calottc, plus OU moins prononcée,
a W buc, cette
(65:
n s'agit
probablemcnt du
que Vives Escudero publia "" 1917.
VQS<:
-
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VASI!S
A OREILLB'I"TI!S
19
N!RPOWS
semblables a celle d 'un «pot abeurre» (66), tantot proches de celle d 'une
tres grossiere pyxis (fig. 7, e, f, g) (67).
Ces types, de chronologie parfois lncertaine, pouvant ~tre d'époque
romaine (68), ne paraissent pas pouvoir ~tre reliés a la série qui fait
l'objet essentiel de cette étude. Toutefois le principe de fermeture étant
ldentique, nous avons cru devoir ne pas passer sous silence 1'existence
"
b
e
el
'
f
Hg. 8.-a: Vase pro10geomcttíquc ( f!ouillcs de !'Agora, X a. C.) (h. JO cm.) ; b: Bérbatí
(h. 9 cm.); e: Stomnos stilc géomettíquc de Thero; d: amphorc protogéomettíquc
(cimétim du Cérarnique, tombe 40) (h. 19'7 cm.); e: Cim~tíere du Qrarniquc, tombe 33; r: Peút vose ovec: de suspcnslon patticulic.r l l'Attique (Cim~tlerc du atamique, tombe 13).
de ces vases. Leur singularité et leur caracttl!re «archaique» ou «archai·
sant» ne prouveraient i)s pas, d'une part l'existence d'un transfert de Méditerranée Orientale en Méd iterranée Occidentale a une époque antédeure a celles des vases a oreillettes perforées de la Péninsule lbérique,
d'autre part que ces iles, a la différence d' Ibiza, vécurent, a l'age du Fer,
en circuit plutot fermé?
Les publications dépouillées au sujet de .la Sardaigne ne laissent pa:;
apparaitre la présence de vases a oreillettes perforées dans des chronolo(66) Poblado del Pedregar (Lluelunayor, Mallorca) deus exemplairts: !"un a une
t:ilnple plaque pour couvcrcle (fig. 7, 1); l'auttc pré=te des oteiUcU:e$ éoormes et devenues
rubuloires (flg. 7, e) (Musée de Borcelone). Un wsc de ~• type se trouve aussi au Musée
d'lbizaJ modelé, avce deux ames pecforiics venicaJc:mrnt.
(67) J. MARTINEZ SANTA-OLAU.A: "Elementos paro un eStudio de la cultura
ele los Talllyots en MCllOTca". Actas y Memorias de la Sociedad Bspnoola de Anuopologla,
Emografill y Prehi!toria, XIV. Madrid, 1935, p. 3~, 6g. 6.
(68) J. de C. SBRRA RAFOLS; ".Las ís.las Baleares". tV Congreso Internacional de
Arqueología. Barcelona, 1929, p. 36.
-
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20
JUU.Y•NORDSTROM
gies hautes. Dans l'état actuel de nos recherches la forme en question
est seulement présente tardiveme("lt, au llléme s. av. C., a Olbla (69).
Toutefois de lointains rapprochements pourraient aussi etre faíts : A Nora
certains couvercles rappelleraient les couvercles a oreallettes. 11 existe
également, a Nora, des petits vases sphéroides, du Verne avant •aotre
ére (70). A une époque antérieure, des mamelons en position horizontale
et perforés turent fa<;onnés (71 ), mais il s'agit d'un type préhistorique.
La forme étudlée est aussl rare en Afrique du Nord. En effet, en de·
hors du Sanctuaire de Salammbó (fig. 7, h, i) (72) et du Sanctuaire de
Sousse (73) (PI. VI, e, f, g) (remarquons, d'ailleurs, dans les deux cas,
la présence des oreillettes perforées non au bord meme du vase mais sur
son épaule) le type en question ne nous semble pas avoir été slgnalé
allleurs en Afrique du Nord sur des sites antiques. Le type de Salammbó
semble, soit par le décor, soit par l'engobe blanc, soit par la couleur de
la ter re, se rapprocher beaucoup des poteries en provenance d' Asie Mineure, spécialement de l'lonie. Pour ce qui est de ceux de Sousse, il s'agit d'une tout autre sorte de terre et de facture. le type de Salammbo
a été c.lassé dans la série «Tanit 11, Classe G11 (VI I/VIéme s. av. l'éreJ
(fig. 4, e); les exemplaires de Sousse, ont été troullés dans la couche su·
périeure du niveau le plus inférieur (V-I Véme s. av. l'ere).
Signalons en outre que ces derniers vases qui n'ont pas de bouton
central, présentent une forme générale voisine de celle des urnes de l'ile
de Motyé, et qu' a u lleu de deux orelllettes perforées, ils en possédent
trois.
En Afrique du Nord par conséquent, rnalgré une certaine variante
dans le type, surtout a Sousse, voici deux chronologies qu1 ne sont pas
basses. Elles son1 avec celles de Mailhac, d'Ampurias, d'UIIastret, de Can
Canyis et peuH~tre celle attribuable (a posteriori) a l'exemplaire de Villaricos publié par Mlle Astruc, les plus hautes que nous ayons rencontrées en Méditerranée Centrale et Occidentale.
(69) D. LEVl: "La neaopoU puniche di Olbia". Studi Sardi, Vlll, 1949, fig. 67.
(70) G. PATRONI: "Nora". Monumenti Antiehl Liru:cl, XIV, 1907, col. 117, lig. 55.
(71) CH. ZERVOS: "La civílisotioo de la SardalBne du début de l'En~lithiquc !
la [in de ID période nouragiquc. lle millCnaire·Ve siecle o.vant notte l!rt:'. Cahíen d•Arr.
París, 1954, flg. 245.
{72) D. HARDEN: "The pottuy from the precinct of Tnoit at Si11Ammb6, Outlulge". Irnq, IV, 1937, p. 70.
CINTAS: Op. cit. note 18, pl. 111, 41 ter; pl. LXVI, 41 ter.
(73) CINTAS: Op. cit. note 18.
P. CINTAS: "Le ..aru:ruaitc punique de Sous~'. Revuc Alricainc, XCI, 1947, p. 7,
fig. 6, 1, 9, JO.
-118-
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21
Au terme de cet examen de vases a oreillettes perforées présents en
Méditerranée Centrale et Occidentale, nous ne pouvons pas ne pas nous
tourner vers la Médlterranée Orientale afín de tenter de voir si, la aussi,
un type de vase et un emploo analogues ont été attestés.
Nous ne songeons évidemment pas aux «tetons» perforées des pote·
roes préhistoriques (74) ni aux petits vases de do verses matiéres qui fu·
rent employés dans les civilisations de la Méditerranée Orien1ale. Sans
doute cer derniers vascs sont-il parfois, notamment ceux des Cyclades,
assez proches de ceux de la série assez tardive de Mallorca et Menorca.
Mais notre propos n'est pas la (75).
Nous nous bornons aux types qui, en Méditerranée Orientale, se rap·
prochent be<:ucoup de nos vases a oreillettes perforées de lil Médoterranée Centrale et Occidentale. Or, nous sommes frappés par une présence
tres forte de tels vases en Gréce propre.
En effet, a Athénes, le site de !'Agora et celui du Céramoque ont
foumi des petits vases quo paraissent pouvoir a bon droit étre considérés
comme les «précurseurs» sinon, par suite du «hiatus» temporel, comme
les prototypes des vases a oreillettes perforées du bassin occidental de la
Médi terranée.
nci·
Done, dés le Xléme et le Xéme s. av. notre ére, au cimetoore il o
nération du Céramique, les oreillettes perforées, la panse ovoide, le co11·
verde a paroi conique, sont présents avec un décor incisé (fig. S, e) (76)
Méme forme au Xéme S av. notre ére a !'Agora (fig. 8, a).
(74) Des le n.tolithlque 1 J&icbo (ca. -7.000 l -6.500), le tcton hoozontlll <1 pufar IUC poteri<. Méme position borizontole dans le neolitbique de Grke el
crttc fois pr Nord de l'Acropolc. ("11te Athoninn Agora. a Guido", p. 142.)
En 1948, MILOJCrC: "Ole dotiScbe Wanderuna lm Llcbtc der voraeschicbtllcben
Funden". Axcbllologilcbcr Antclgcr, 1948/49, l{fV, col. 12 a propasé do voir dan• les ¡x;tc·
rics modclC.. Cl incist.. Nord Blllkaniqucs, lCJ ancetnl des w.scs l oreUlettes pcrfor«s
do la Grm propre.
MILOJCIC: "Hauptcr¡ebnissc der deutlcben Aus¡rabungcn in Thcssslien", 19H/19S8,
oil est si¡¡molé i Oualti-Ma¡ula, daos J'ava.ot dcrnibe coucbe de la "Puiodc Oirnini"
(-:.700/-2.600) l'cústcnce sur bo«
tm et n millinaires)". Londoo, 1948, ti¡:. 304 (12) (-1.400/-1.200).
CH. OUGAS : "La ctram•quc des Cydades", ti¡. 49.
R. OUSSAUO: "Les dvllisations prns le bassln de la mer llaée".
J'arls, 1914, p. 229, flg. 162.
Nous tenons d'ailleura A indiquer que les r r:.ombreuses ; le sujet n'~tam pas le a6tte, nou! n'avons. rctc:nu que quclques cxemples
A
&J¡nificatih.
(76)
H. MULU!R-KARPI! : "Metallhcigabén der rrOhcisenzdtlicben Kcra¡ncikos¡rlifig. 14 ct 16.
N . BEIU>El.ES: En publication r De!. 1963, p. 57, 8), d~ la photoarapbie d'un VlJIC en "buocbero" d'Epoque a rrovmant d'Ataos, vase ovoide l fond dfilé o drux lon¡ues "ordlkttcs" et eouve~ l
boutoo plat qui eu, en rc:allt
t.-r". Jahrhucb des Ocutlcbcn Atcbteolosisches Tnstitut, 77. Ber!Jn, 1963,
-119 -
[page-n-134]
22
Stgnalons encore l'important exemple du couvercle a oreillcttes perforées en terre grise, modelé, provenant du cimetlere Submycénien dans
l'ile de Salamine (77).
Des variantes peintes géométriques sont attestées, entre aulres lieux,
au Céramique (78) (fig. 8, f} et en Argolide, a Berbati (79). A ce propos
mentionnons le petit vase provenant de Berbatl conservé au Musée de
Nauplie (fig. 8, b} 11 présente des oreillettes perforées et un trou d'aé•
ration sur le couvercle. Ce vase est comme le meilleur «modele rédUJtll
des vases cinéraires de la Péninsule lbérique, qui semble pouvoir etre
•encontré dans les collectlons vues en Grece.
Dans une chronologie plus basse, une forme également fort voisine
de certaines formes ovoides de la Péninsule lbérique existe dans l'ile de
Théra (fig. 8, e). Ces deux demiers exemplaires, dans lesquels le vase
proprement dlt n'a pas de «levre», présentent la forme générale qui est
ex
Notons d'ailleurs deux constatations qui pourraient, dans une certalne mesure, tendre a combler le chiatus» entre les vases de la Méditerranée Orientale et ceux de la Occidentale, en premter heu, des couvercles
sans oreillettes mais fort analogues a ceux qui ont dü essaimer en Méditerranée Occidentale et etre a !'origine de nos couvercles, ont exlsté
dans le bassin de la Méditerranée Orientale et dans le mond grec des
époques plus basses que les exemplaires mentionnés précédemment, au
géométrique récent par exemple (80), en second lieu, un couvercle de
plus grandes d•mensions semblable
certains couvercles de Larissa, sur
I'Hermos, recouvrait a Samos un vase trch haut proche par son contour
a
a
(77) C. G. STYRENIUS: "The voses Ccom die Submyccneon Cemetery on Sal•mis".
Opusculo Adlcniensia IV. Acta lnstituti Adlenieru:is Regni Suocioe, VUI. lund, 1962,
pi. Vlll.
(78) Tombe 13 (IX-VIDeme s. av. notre ue).
De l'Agora (tombe XVIJ, n.• P. 326) un autre exanplaire qul n'a pos de 1~ mais
un bord horizon .. t avec arcilleuu.
1\u Mwée Nfttionnl d'l\dlen~. deux vases qui ont d'nssez arandes dimensions p~
lont des oreilleues perforées; ilo sont .res proohes des formet des vases ovoides ~ on:illettea
ptrfOiies de la Peniruule l~rique.
(79) Mus& de Nauplie; CoulUes de M. le Professeur Gósua Siillund (cC. "Escovatiooa
21 Bub:ni", 196S, fla. 69 au =~).
l'oreillene perCor~ 6 l'exterieur de la paroi du ,.... est une partic:ularitE qul ne te
n11c:ontr" qu'cn Ar¡olide. Une exccption a Delpbes. En Auique le porier prU~rait 14~
le percement sur le bord interno et horizontal, c'cat A dire sur la surface auppottant le c:ou•
•ercle qui de son ~~~. était percE a 1!011 bord.
(80) R. S. YOUNG: "Late Geomettic Gnaves and a Sevendl Ccntury Wcll io die
A¡ora". Respuia. Supplement 11, 1.939, p. 90, 6¡. 61 (tombe XVI11).
-120-
[page-n-135]
YAS6S
A OI)JliLU!TI'ES
PI!RFORÉBS
d'un pithos, ayant servl «d'urne cinéraire» (VIeme. s. av. l'ere) (81) . Tou tefois, la forme la plus ancienne, qui est petite, ne parait pas t'itre «indtgene» en Attique; 1'absence de pied, qui n'est pas rare dans ces types
grecs, est également u ne caractéristique non attique. Ces remarques font
ressortlr, semble-t-il, qu'il y a, entre ces types de la Méditerranée Orlenta le et ceux de la Méditerranée Occidentale, des ressemblances mais ausso
de notables différences.
11 existe a Athenes deux vases du type amphore (82), a anses verticales aboutissant a la lévre dont la pa rtie supérieure perforée s"
appllquail
contre une couvercle conique a bouton comportant deux oreillettes per·
forées (fig. 8 , d) . De p)us, le type d'anses perforées est attesté dans la
céramique mycénienne, dans d iverses chronologies; Myc. 111 B ( -1.300
a-1.230); Myc. 11 1 C 1 (- 1.230 a -1.075), Myc. 11 1 C 2 (-1.075;. -1.025).
Furumark (83) souligne que ce type d'attache n'est pas d'origine Mycénienne.
C'est a Chypre qu'il faut, semble-t-il, en chercher !'origine et des
l'age du Bronze ( -1.550 a - 1.050). La «late chypriote pottery·> en comporte dans différentes classes de poteries (84) .
D'ailleurs l'évolution vers .la petite protubérance perforée et placée
au bord meme d'un vase de panse déja ovoide était chose faite au «ChypJiote geométrique 1» (-1 .050 a ca.-950) (fig. 4, f). Bien mieux, au «Cy·
pro-archaic 1» (-650 a -400) il a existé en Chypre des bols en terre gri se et a oreillettes perforées sur le bord meme (85) . A ce détail capital
concernant le mode d'attache de ces vases et l'emplacement de ces oreilletes, 11 faut ajouter, l'emplol d'un décor peint linéaire, décor le plus
fréquen t au Premter Age du Fer, aussi bien sur les cotes Languedociennes que sur les cotes Catalanes ou en Anda lousle. Son utllisation en Grece est bien connue; Protogéométrique, Géornétrique, Protocorinthien (fig
4 . b, e) . Mais il a surtout connu une faveur quasi continue et souvent
exclusive dans les styles de céramique pe inte de l'ile de Chypre : «Whlte Palnted 1 Ware1 (début vers - 1.050); 11 (ca. -950 a ca. -850); 11 1
1
(-350 a -700); IV (-700 a -600); dans le groupe V (ca. -60011 ca. -475)
le meme décor linéaire existe encore. Constatons, comme d'autres l'ont
déjit fait, que ce méme décor uniquement de bandes et de filets peonts
a été courant dans la vaisselle «ionienne» commune répandue au Vleme
(81)
(82)
(83)
(84)
BOEHLAU: "Aus Jooischen und Italiscbcn Nekropolco", 1898, p. 17, fig. 17.
Musée du ctramiquc, tombc 40.
FURUMAR.K: "CI\ronology o! the Myccruoean Ponery", Stoc:ltholm, 1941, p. 95.
E. GJl!RSTAD: "Swedi.lh C)'Jll'us l!xpedlúon", ~ p. 116.
:85) Gjl!RSThO: O p. cit. note 84, IV, XXXI, fig. X:li.'Vl (7).
-
16
121-
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JULLV·NORDS'I'ROhl
s. av. l'ere, des rivages du Pont Euxin aux rlvages «ligures» et «iberes»
du bassin Méditerranéen Occidental (86).
Ain~i, 11 semble probable que, par Chypre parvlnt, des une haute
époque (VIII/VIIeme s. av. l'ere) a Carthage le type du vase a oreillettes perforées ayant serví d'urne au Sanctuaire punique de Salamn·,bQ. Peut
étre en fut-il autant a Sousse, bien qu'il s'agisse, dans le cas des vases
qui nous ~ont parvenus datés des V/IVeme s. av. !'ere, d'un type assez
ditférent moins évolué, a reller plutót a des formes «préhistoriques».
Quant a la Péninsule lbérique il n'est pas improbable qu'un jour a
venir des fouilles nouvelles révelent dans un riveau de la premiere moitié du Vleme s. av. notre ere un «prototype» en terre grise «éolienne¡¡.
En effet, nous nous garderons b ien de sous-estimer le role des importations en provenance de la Grece de I'Est, importatlons déja connues
(pyxides, thymiateria notamment) dans les zones accesible a l'influence
et au cornmerce Phocéens. Nous devons garder en mémoire la présence
non seulement sur les cotes du Golfe du Lion mais aussi a Ibiza, de ce3
oreillettes perforées sur des ceramiques grises (de nature non encare dél·erminée a St. Julien, Pézenas, Phocéenne a Mai lhac, non-Phocéenne
á Ibiza).
D'autre part signalons l'exlstence des oreillet tes perforées a Trole
VII I (VII/VIeme s. av. l'ére) (87), a Larissa (88) (650-500). Dans une
chronologie comprise entre la moitié du Vleme s. et la fin du IVéme ou
le tout débout du ll leme s. av. C., dans la el té de Midas nous trouvons
sur des couvercles en terre grise les perforations dans la paroi me..,e de
la poterie ainsi que des trous d'occlusion sur les bords (89).
De tous les rapprochements fal ts jusqu'lcl comment ne pas croire
qu'une certaine préférence doive étre donnée a ces derniers rapprochements entre la céramique grise d'Orient, d'usage assez souvent cultual
et tl;!lles poteries grises de l'habitat du Cayla 11 et méme d'lbiza?
11 est possible de pensar en effet qu'il n'y aur~it ríen d'étonnant a
ce que les oreillettes perforées du Moyen-Oriant executées sur terre grise
aient eu, dans l'aire de commerce Phocéen, des imitations plus ou moins
«lointaines». 11 ne serait plus étonnant alors, ma lgré les apparences, de
retrouver tardivement dans la cité de Midas comme sur le littoral lbér~que Catalan et Levantin, la prolongation d'usage ,-J.e perforations autre:.
oue calles des oreillettes perforées, perforations dans la parol rneme de
(86) F. VILLAR;D: "Lá cénunique gtoc:que de Ma.rseiUc (Vl~e-IVAm~ si~de).
Essa.i d'bistoi~ ec:onomique". PorJ.s, 1960, p. 43 <1 suiv.
(87) BLEGEN: "'''~oy", IV, 2, p. 297, fig. 313 (4), 319 (13). A 1~ •erité des la fin
de Troie VU b (-1300 c:nv.) le couverc:Je de ICITC euirc pcr!o.ré sur lu bord$ exisrait mTro~.
(88) BOBHLAO ct SCHBFOLD: ''l...atisa am Hent\0$'', m, p. 118.
(89) CH. E. HJ\SPELS: "Ln citó de Midas", p. 71, pis. 27 1, 31 h 3, 32 b 8.
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VASES
A OIU!JLLBTII!S
PI!RPOÚES
zs
couvercles, perforations «uti litaires» (?) ou plutot de nature t'schatolo
gique ; perforations qui paraissent avoir eu pour raison d'étre cei!e-la méme qui donna naissance sur les urnes cinéra1res d' Europe Centrale aux
c,trous pour laisser passage a l'iime», les ccSeelenlocher» de nos collégues
Allemands. En effet, la crémation dans les nécropoles danubiennes vers
la fin du Bronze Moyen en Hongrie (90), au Bronze final dans la civili·
sation de la Lusace, provoqua l'emploi répété ccritueh> de perforations
(Seelenl&her) non pas d'ai lleurs dans l'écuelle retournée qul ne fermait
en aucun cas hermétiquement les urnes cinéraires, mais dan; la paroi
meme de ces urnes, perforations apparemment sans utilíté pratique mais
a valeur cultuelle. Dans une chronologie plus proche des exemplaires
lbériques, n'est·il pas significatif d'ai lleurs de rencontrer a Chiusi, sur
vases canopes, ces mémes «Seelenlochen> multipliés? (91 ).
Certes l'importation de vases d'origine proprement grecque a pu éga·
lement contribuer a répandre telle ou telle forme de couvercle ainsi que
le mode de fermeture hermétique alors que les types puniques ¿e potene
ont pu apporter leur contribution avec les anses verticales attachées a
l'épau le des urnes et les bases plus ou moins concaves.
11 est done possible de penser que des influences confluentes ont pu
jouer dans la cccréatiom> des vases a oreillettes perforées (92). Toutefois
les rares exemplaires sur nos cotes Méditerranéennes montrent assez que
le vase a oreillettes perforées sur ce territoire n'a pas du vivre longtemps.
11 en est tout autrement dans la Péninsule lbérique ou il a connu une
faveur certaine et une prolongation d'emploi relativement longue.
(90) V. G. GO.RDON CHILDE ' ~The Danube in Prehlstory•·, Oxford, 1929, p. 210.
(91) G. Q. GIGLIOLI: "L'Ane etrusca". Mil.6n, 193S, pl. LX.
(92) Rappelons que Rusc.ino a ClOnserv~ Wl toponyme puo.ique (d. l'élcment RUS=
c:ap). Mentionnons également divecs searabées proveoam de Montlaurcs, de Peeh-Maho,
de Peyriac-de-Mer, d'Ensúune, de Murvld-les-Monrpe!ller et, loin daos !'hinterland, de
MRndeure dans le Doubs. Cdui de Peyriao-de-Mcr, en páte de veae bleu est comparable
aux numéros 149-150 qui provieonent de la nécropole de Douiml:s et datés des VII-VIernes
par J. VERCOUTER: "Les objtts égyptlem ct cgyptisants du mobilier fWlc!raire Car·
t!lnginois". BibUoth~ue Archéologiquc er Hl5torlque, XL, Paris, 19
SOUER, Wl exemple qui pourrait
etlte stpulture en ha comparant aux sépulturcs-saaifices_, aux u4acrifice$ de fondation" des
édi,fices publics et privés des Cananéens? Cf. H. VINCENT: "Canaan d'apr~s J'exploration r~ t e", Pdris, 1907, p. 192 et s:Uiv.
D. FLBTCHER VALLS: "Un posible sacrificio fundacional en la ciudad ibérica de
Arcbena". Cuadernos de Historia Primitiva, 11, núm.. l. Madrid, 1947, p. 40 et suiv.
n cu bien connu que c'est vcrs la fin du XVIbnc avam notre ere que le• Phénicleos
ont comrnencé a se distinguer de la c:ivilisotion de base qul é!Jiit la leur, 1• clvilisation
Cnrutnéc.nnc:. Par aillcurs, e-t pour en teve::ni.r ll nos cOtes Langucdooiennes, iJ se..mb1e se
confirmer que ht "civttisation punique" ou p}ui6t (4 ib&o-punique'' a marqué fone.mc:nt
tout le littoral A I'Ouest du Mont de S~te , "frontiore" mcntionn~e par Avienus (Ora Mar.
629) des Li¡ures ct des lberes.
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12-3 -
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ui
JULLY·l
En conclusion, l'urne clnéralre a oreillettes pertorées semble étre
l'aboutissement de formes qul en Gnke d'Asie et d'Europe et en Chypre,
furent ses prédécesseurs. Mais ce qui est particulier a la Méditerranée
Occidentale c'est l'emploi de ce vase comme urne cinéraire pendant plusieurs siecles. En Grece, en effet, les exemplaires n'ont pas serví a contenir des cendres humalnes¡ leur usage comme vases a parfum ne parait
faire aucun doute.
La faveur certaine que le vase a orelllettes perforées connut dans la
Péninsule lbérique pendant de longs shkles (quatre enviren) a été due
molns a des raisons pratiques ordinalres qu'a la necesslté de son emploi
comme vase ossuaire. Cette «longevité» en Péninsule lbérique falt done,
en une certaine mesure, de ce vase un vase typique non pas du style dlt
«ibéríque», mais de l'age du Fer lbéríque.
D'ailleurs, une forme aussi «composée» et «repensée», aurait-elle pu
íailllr spontanément sous les doigts du potier lbere?
Bien au contralre, ce vase n'est il pas l'épigone occidental, apres des
origines en Méditerranée Orlentale et des relais en Grece propre et en
Asie Mineure, des vases chypriotes de l'age du Bronz<:! et du début de
l'age du Fer, ainsi que des vases Grecs de Troie VIII, de Larissa, de I'Ago·
ra, du Céramique et de Berbati?
A nos yeux et convaincus comme nous le sommes de l'adoption quasi
•mmédiate par des 1dndigimes» intelllgents des perfeccionnements ou
«nouveautés» en provenance de la Médlterranée Orientale, le vase a
oreitlettes perforées en Méditerranée Occidentale á l'age du ¡:er est, ni
plus ni molns, qu'une preuve nouvelle d'un transfert du bassin de la Méditerranée Orientale au bassin de la Médlterranée Occidentale d'une pratique de potler qui avait fait (a d'autres fins) ses preuves: a une essence
aromatique précieuse, «i'lndigene», substitua par un mouvement de l'ame
qui, déja en faisalt un civllisé, un contenu plus précieux encare: les restes incinerés de l'étre qu'll avalt connu et, sans doute, aimé.
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J ULL Y- NOROSTROM.-Orclllet les perforées
I.AM. l.
e
a : Grond Uos.~iu 11 (1. 14) (h. 28'6 cm.); b: C rand Bauin 11 (L 10) (h_ 32 cm.) ; e : Grond
a...sln 11 (1. 12) (h. 7 cm.); d: C.ylu (h. 33'S cm.); e : C.yln (h. IZ cm); (: C.ylo
(h. 6'5
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J ULLl' -N OitOSTROM.-Orcll lcttes pcrrorécs
LAM . 11.
N
N
¡¡¡
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Jt:lLY-XORD TROM.-Cre lllettes perrorées
LAM . IIJ.
[page-n-142]
J OLL V-:\OftDSTR0~1.-0rtllle ttes pertorées
LAI\1. IV.
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J ULL V-.S ORD S TROl\1 .-0rdll~tles perrorées
Ls
\M. V.
a· El Molar (TYJ)<" B) ; b: El Mol:tr (h. 1 an.l
(Pho•.
V~rdu )
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JULL \ ' -NORDSTROI\1.-0rclllelles pcrforées
L;\M. \'1.
o: Llono de In Consolncoon; b : Lu Torrecica, tombe 62 (h. 18 crn. 1 ; e: u Torreeica
\llUIII inv. 38 14) (h. 13 cm.): d : Puig deo Molins (b. 6'5 cm.); e: Snnctuoirc de Sounc
\ V- JV , u. C.) (h IS cno.); f: Snnctuairc de Soussc (V-IV •· n. C.) (h. 14 cm.); ¡¡:
Snnenuire de Soussc (V-IV '· a. C.) (h. 15'S cm.)
(Phot Jully)
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FRANCISCO ESTEVE GALVEZ
(Castellón)
La necrópolis ibérica de El Bovalar
(Benicarló, Castellón de la Plana)
En marzo de 1942 nos informaba nuestro buen amigo don Manuel
Añó que a fines del verano anterior, al mejorar de cultivo una finca pro
piedad de su padre, situada en el llano de Benicarló, se encontraron varias
«ollas» llenas de cenizas con numerosos objetos de bronce y algunas armas de hierro, que Jos obreros desbarataron y, en parte, destruyeron.
Por el escaso material que él mismo habla recogido y puso amable mente a nuestra disposición, nos dimos cuenta de que se trataba de una
interesante necrópolis ibérica. De ahi nuestro propósito de visitar detenidamente aquel lugar, con ánimo de recoger los posibles despojos que
todavla quedaran en el campo y cuantos datos pudieran estar en relación
con el hallazgo; lo que hicimos aprovechando las siguientes vacaciones
de primavera, acompañados por los señores Añó que tuvieron con nosotros toda suerte de atenciones.
La expresada finca se halla situada a unos cuatro km. de Benicarló,
dentro de la partida de <
de esas cimas, se ven restos de un antiguo poblado y acaso por esa circunstancia o mejor aún por su posición dominante sobre un ancho sector
del litoral, se llama también «Vilaman> (fig. 1).
Este poblado de «Vilaman> estaba protegido hacia ej S.E. por tosca
muralla en cuyo extremo oriental se amontonan fas piedras, como señalando el emplazamiento de una torre que defendería la entrada al re- 125-
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2
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3
c•nto fortificado por esa parte, que e~ la más acc.zsib!c d' :o ro\ont<~ña y
aún hoy remonta un sendero hasta alcanzar la cima.
Es lo único que se conserva aparente, pues casi todo el poblado h.,
sido destruido y sus restos, esparcidos ahora por la tierra de labor se re·
ducen a numerosos tiestos de vasos hechos a torno, sin decotar o con
sencilla decoración de bandas, y círculos pintados en rojo oscuro, otros
de barro grosero gris o negruz.co y la cerámica helenística comente, mo·
nócroma, con barniz. negro y palmetas estampadas.
Sin duda fueron los habitantes de esto poblado qu:enes •ncineraron
sus muertos en la necrópolis de «El Bovalar», que se halla situada preci·
samente al p:e de la vertiente meridtonal de la misma loma
LA NECROPOLIS
En septiembre de 1941, roturando aquí una parcela de monte bajo, se
encontraron hasta siete urnas cinerarias (1), cuya disposición y circunstancias del hallaz.go, en parte, todavía pudimos reconstrui r. La primera
sepul tura contenía algunos objetos de bronce, un broche de cinturón,
dos lanz.as de hierro y un cuchillo ólfalcatado, que se ha perdido (fig. 2,
núm. 1) . A unos tres m. de distancia, monte arriba, se encontró el se·
pulcro de otro guerrero (flg. 2, núm. 2), cuyo ajuar conteniól un broche
de cinturón, una fíbula de pie alto, una punta de lanz.a con su corres·
pondtente contera y otra punta larga y mactz.a, ambas dobladas mtencio·
nadamente. A muy corta distancia y siempre en dirección al poblado, se
halló un grupo formado por tres urnas alineadas de E. a O también con
un mobiliario abundantísimo, en el que llamaba poderosamente la aten·
ci6n una esculturilla de bronce que representa la cabeza de un carnero
(fig. 2, núms. 3, 4 y 5). Las dos últimas sepulturas (fíg. 2, núms. 6 y 7)
aparecieron aisladas, algo más lejos, y en una de ellas (la número 7)
se encontró un rico adorno formado por varias cadenillas de btonce, que
los obreros desbarataron. Cadenillas semejantes y brazaletes <
walados y
abiertos, con adornos incisos, se encontraron en casi todas las tumbas,
sobre todo en las dos primeras. Las urnas cinerarias aparecieron casi siem·
pre rotas y algunas aplastadas por efecto de la presión de la tierra, pero
aún así podla reconocerse su forma : eran ovoides, sin cuello ni pie, v
a veces con asas bífidas o nervadas Una de ellas (número 3) por su exi·
guo tamaño sólo pudo contener las cenizas de un niño, y tres, por lo me·
(1) Posic:i6n de los scpulc:rw ibhicos de S BoV'IIar : 40> 26' 15" N. ¡ 4.• 03' 40" E.
del tmridiano de Madrid, o sea 00 48' 32" E. de Gr., según el Mapo Topogrilia> de 1!>po&, del lrutituto ~ y OtlllttrDI, C'ICIIIa l/50.000, lwja 571/571 bit, Modrid, 1947.
-
127-
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P, llStliV2 GALVI!Z
nos, se cubrían con pequeñas losas. Todavía recogimos muchos fragmentos que son de barro fino, amarillento o grisáceo, hechos a torr'lo, s in
decoraci6n alguna, ni incisa, ni pintada
Cuondo en abril de 1942 visitamos aquel lugar, la roturación seguía
o
"
r
Fig. 2.
avanzando lentamente por la garriga, pero dada la pobreza del suelo, demasiado pedregoso y poco profundo, juzgamos que no podía contener
otras sepulturas. Serfan éstas particularmente abundantes más hacia e l E.,
-128 -
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S
liL BOVAL.U
fuera ya de la finca del señor Añó, donde la tierra mejora y por eso ha
sido desmontada y ganada para el cultivo desde hace mucho tiempo, cubriéndose ahora de añosos algarrobos. Fue al reali4ar esas labores profundas cuando debió destruirse lo mejor de la necrópolis y como último ves-
F!g. 3
(1/2)
tigio de los ajuares que pudo contener aún hoy se encuentra, de tarde en
tarde, algún pequeño bronce suelto perdido por el campo. Que sepamo;,
la pie4a más notable es un colgante representando un carnero, hallado
pocos meses después de nuestra visita al Bovalar (Lám. V, 2).
l7
129 -
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6
1'. ESTEVI! GAJ.VEZ
MATERIAL ARQUEOLOGICO
He aqui en conjunto todos los utensilios que, e11 parte recogidos por
los obreros y los Sres. Añó, y en parte recogidos por nosotros, se logra·
ron reunir y gracias a los cuales aún es posible intentar el estudio arqueológico de este interesa,te cementerio.
OBJETOS DE HIERRO
Una larga punta de la11za con fuerte nervio y provista de cubo para
enastada; pudo ser .la contera de la misma lanza un regatón o hierro tubular, tronco-cónico, con agujero y clavo que sirvió para fijarlo al mango
(tig. 3). Dos puntas foliáceas aplanadas, también tubulares. En la mayor
la hoja es relativament~ ancha, en cambio la menor es una pieza sencilla.
de hoja estrecha y delgada (fig. 4, núms. 1 y 2).
Una larga punta de sección cilíndrica, ligeramente aristada hacia el
ápice, que puede estimarse contera de lanza o hierro de arma arrojadiza,
pues al igual que las grandes hojas de lanza se la dobló ritualmente, al
incorporarla al ajuar funerario (fig. 4, núm. 3).
Algunos trozos informes de hierro c. be estimarlos como po$ibles resa
tos de otras armas parecidas.
OBJETOS DE BRONCE
Fragmentos poco aprovechables de láminas delgadas y lisas, que pudieron guarnecer un escudo, cuyo umbo seria un disco cóncavo de hier(o
(Lám. 1); muchas cadenillas que corresponden a diversos adornos difíciles
de identificar; lo corriente es que sean juegos de tres eslabones, el últi·
modelos cuales termina por un apéndice esferoidal (fig. 5; Lám. 11. 4) .
Otras veces las cadenillas se ensartan de tres en tres (fig. 6; Láms. 111
y IV), y en un caso cuelgan de una figurilla e11 forma de ave (fig. 7; Lámina V, núm. 3). Crecido número de fragmentos de brazaletes ovalados
y abiertos, con los extremos terminados en pomos y adornos rectillneos
incisos lfigs. 8 y 9; Lám. VI); restos de cinco arandelas provistas de sendos pares de colgantes esferoidales sujetos por delgadas tiras de metal
con los extremos doblados (fig. 9, 1; Lám. 111, núms. 15, 16, 17); otros
colgant~s sueltos cónico-alargados, en forma de campanilla (fig. 9, 2;
Lám. 111, núms. 2, 3 y 4); una fíbula de arco con botón levantado (figura 10; Lám. 11, 1); dos broches de cinturón sencillos, con un solo garfio
y apéndices laterales rectos, ambos decorados por lineas estampadas que
-130-
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1L .BOVALAR
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dejan en resalte un pequeño granulado o bien por incisiones a buril que
orlan la cara superior, quedando en el centro, en una de ellos el campo
liso y en el otro esas mismas lineas trazan varios circulas concéntricos
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l'lg, 5
(1/1)
(fig 11, Lám. 11, 2 y 3). y ttnalmente, una esculturílla representando una
cabeza de camero cuidadosamente modelada, que por su bello estilo se
aparta de los restantes ob¡etos y muestra claras influenctas mediterrá·
neas (lám V, 1)
-
1!12-
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El. DOVALAJt
CRONOLOGIA
A pesar de la dispersión de los ajuares y la consiguiente confus16n
en los hallazgos, este material arqueológico presenta tal Identidad de ca·
racteres, una amb1entaci6n cultural tan uniforme, que cabe estimarlo
próximamente contemporáneo, lo cual permite suponer que las incine·
raciones descubiertas en el Bovalar se sucedieron en un plazo relativa·
mente corto.
En lo que respecta a Jas armas de hierro esa coincidencia se compren·
de s1 se considera que tan sólo un par de sepulturas eran, efectivamente.
de guerreros. Y además el 1nventario es bastante reducido. gran mona·
rra con nervio central, larga punta maciza, especie de «pilum», y puntas
lolláceas, más cortas, que sirv1eron para armar venablo> o armas arroja ·
dizas. Lo mismo que el cuchillo afalcatado que al decir de los obreros se
halló en la tumba núm. 1, son t ipos ya conoc1dos y muy frecuentes en
los sepulcros ibéricos de estas com¡¡rcas.
Los adornos de bronce, al contrario, dan un hermoso conjunto, claro
exponente de los ricos ajuares que acompañaban a las urnas, pues ya se
ha visto que éstas no eran numerosas y muchos objetos se han perdido
o han llegado hasta nosotros en lamentable estado, especialmente los prl·
meros que se exhumaron que, como suele ocurrir en estos caso., desper·
taron la codicia de los obreros, alucinados por la querencia de hipotéticos
tesoros. Asi, el mejor broche de cinturón que se halló entero, fue roto
intencionadamente y de los numerosos brazaletes sólo contamo~ con trag·
mentos sueltos, que apenas permiten recomponer unas cuatro p1ezas más
o menos completas. Lo cual no obsta para que los conozcamo~ con todo
detalle: son ovalados, de sección redonda y mediano espesor, terminados
por cabezas esferoidales ligeramente aplastadas y suelen estar de·
corados por cortos trazos incisos, transversales o sesgados, como formando zig-zag. Tipol6gicamente deben situarse entre las pieza¡; más pe·
sadas y macizas de los campos de umas de Cataluña («El Molá») (2), o
mejor aún del Bajo Maestrazgo (Salsadella, Tirig) y los finos brazaletes
con los extremos sencillamente recortados de las necrópolis Ibéricas del
llano de Albalat. Su más inmediato paralelo podrían ser los «brazaletes
terminados en pomo» que se exhumaron en la necrópolís de -
(2) S. VU.ASHCA: "El poblado y necr6polu prchlsr6ricos de MolA (Tarn¡ona)" ,
Acta ArqucoiÓIÍC' Hispjnica J. Madrid, 1943.
-
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EL BOVAl.AR
11
let» de Alcosebre, no lejos de Alcalá, descubierta casualmente en 186.3
al explanar la linea férrea de Valencia a Tarragona.
Notables son los adornos de la tumba núm. 2, que hasta el hallazgo
de El Bovalar eran desconocidos en territorio ibérico. Las tiras de metal
con los extremos doblados y sujetos por otra tira enrollada, han apare cido luego en varias necrópolis, unas veces sueltas y otras enlazadas a
modo de eslabones, componiendo en este caso diferentes ;¡dornos. En los
más ricos y complejos, como los de La Solivella, de Alcalá (3). y los de
La Pedrera, de Vallfogona, es lo más probable que se trate de pectorales.
Las pequeñas arandelas sueltas con sólo uno o dos eslabones de los que
penden sendos colgantes esferoidales, aunque de ejecución menos cuida·
da, ya se conocían antes del hallazgo de El Bovalar en la cultura posthallstáttica deJa Meseta (4) .
Ese sabor hallstáttico se acen1úa en las cadenillas que aquí aparecieron con notable profusión. Las tres largas tiras de las que pende un trozo
terminado por dos anillos con apéndices esferoidales, se encontraron extendidas como envolviendo la urna núm. 7. Con ellas apareció la figurilla
en forma de ave que lleva ensartados otros tres colgantes de idéntica
forma, es decir, terminados por un par de anillos con corto vástago y
apéndice esferoidaL En el propio Hallstatt se han exhumado grandes y
hermosas fibulas semilunares con figuras zoomorfas estilizadas, de las
que penden también cadenillas, term inadas por plaquetas repujadas en
lugar de los anillos con apéndices esferoidales (5). Las numerosas series
de tres eslabones con ese mismo apéndice que contenían las tumbas números 2 y 5 ya nos eran conocidas por algunas piezas sueltas encontradas
en poblados ibéricos, pero nunca las hallamos en esta forma masiva; caso
que se ha repetido últimamente en las necrópolis de La Pedrera y Can
Canyis (6). En ese mismo ambiente cultural hay que situar los colgantes
sueltos de forma cónica alargada, que en La Solivella penden de eslabo·
nes hechos con tiras de metal dobladas y sujetas por otras tiras retorcidas en espiral.
(3) D. PLETCHBR VALLS: "Lo necrópolis ibc!rlca de Lo Solivellll (Alcal& dt Chiven, CasteUón de la Plana)". Crónica del VII Congreso Nacional de Atqueologia (BarCt'lona, 1961). Zorngozs, 1962; p:ig. 261.
U. PLETCHBR VALLS: "I.a necrópolis de Lo Solivellll (Alcati de Clúvcrt)''. Trabajos Varios del S. l. P., núm. 32. Valencia, !965.
(4) J, CABRE: "Excavaciones de Las Cogotas, Cardeñosa (Avüa), II. Lo necr6polia".
Mttn<~ria de la Junta Supaior de Excavaciones y Antigüedades núm. 120. Madrid, 1932.
(5) K. KROMER: "Das Griibecfcld von Hallsrat~', Association Intcmationale d'Arcbeologie Classique, monograplúe l . Fir=, 1959. Aparea: esta fíbula en los ajuares dt
las tumbas de incineración núma. 87, 94, 174, 239, 384, 505, 551, 606, 716, 900 y 943.
(6) S. VlLASECA, J. M. SOLE y R. MA¡;jE: "La necrópolis de Can Canyis (Banyeres, prov. de l"IIIIIIgOna)". Trabajos dtl Seminario dt Historia Primitiva del Hombre,
VIU. Madrid, 1963.
-
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11
P. IIST1IVa GALV1!Z
(1/ll
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SI. BOVALAQ
13
Pero los elementos fundamentales para discutir la probable cronología de esta necrópolis son los broches de cinturón y la fíbula de arco. Al
broche sencillo, provisto de un solo garfio, se le atribuye, con razón, una
fecha bastante temprana. Ya aparece en Agullana, aunque en una de las
tumbas más recientes en la que sus excavadores creen ver probables Influencias greco-romanas (7) y en el túmulo G de El Acebuchal, de Car·
mona, que el Dr. Schüle sitúa en los comienzos de l s. VI a. C. (8) ; pero
con marcadas diferencias en cuanto a su decoración, pues mientras el de
Agu!lana lleva un sencillo burilado en zig-zag, e l de El Acebuchal se decora por incisiones profundas, o mejor aún, con un a ltorrelieve obtenido
directamente del molde al fundir el broche, caso que se repite ecn el Tos·
sal Redó, uno de los poblados ibéricos más antiguos de la Tierra Baja
aragonesa (9). Los broches sencillos exhumados últimamente en las ricas
necrópol is de Can Canyis y La Pedrera, de Vallfogona, nos dan indistintamente ambas técnicas decorativas con un predominio de surcos o inci·
siones profundas. En cambio, en los de El Bovalar los adornos se obtuvieron por el estampado de lfneas que dejan en resalte pequeños circulas
( «grenetis») siguiendo los bordes, o bien trazando un motivo discoidal
en el centro de la pieza. En la base, ia decoración se enriquece ::on
fajas de cortos y finos trazos oblicuos grabados a buril dispuestos en zig ·
zag. Técnica y motivos que serán luego muy característicos de los gran·
des broches de tres garfios y aún de muchas placas de cinturón de la
cultura post-hallstáttica de )a Meseta. La ausencia de estas formas tar·
dlas en El Bovalar es lo más probable que no sea accidental, ya que las
dos tumbas de guerreros que al!! se exhumaron (números 1 y :Z) contenían sendos broches de un solo garfio, idénticos por su forma y decoración. De lo cual inferimos que deben señalar una secuencia mmediata
mente anterior a los de varios garfios; momento de transición en que el
tipo arcaico mejora su técnica y crea un orden decorativo que aquél asi·
mila y lo hace propio. Además, también los hemos de suponer relativamente tardíos porque en ellos el contorno se complica con .los apéndices
laterales que faltan en el tipo anterior.
Al parecer, una cronología más segura podría obtenerse por la fíbula
(7) P. DE PALOL: "Avo.ru:e de los bJII!a2:gos de la nectópolls de Agullana", Ampu-
rins, VI. Borcclon•, 1944; pág. 97.
]. MALUQUER DE MOTES : "Los bronces (de la ncaópolis de Agullana}", Ampunas, VI. Barcelona, 1944; pág. 112.
(8) G . SCHULE: "Las mis anrlgWI$ übulas C:Oil pie alto y b.Uesta", Revista de Accluvos, Bíbliotccas y Museos, LXL'\':, J. Madrid, 1961; pág. 339 y $S.
(9} P. BOSCH GIMPERA: "Q¡mp111ya ai'Cjueológica de l'fnstitut d'Estudis Olta!B.IlS
al limit de Oltalunya i Alllgó (Qlsere!, Ca!accit i MaQllió)". Anuurl de l'lnstitut d'Estudis
Oltalorn, V. lltlredona, 1915 ¡ pág. 8f9.
18
137 -
[page-n-158]
14
P. ~GAL'I'ZZ
PI¡. 8
-138-
(1/1)
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lS
SL SOVAL\R
de pie alto, ya que en la tumba núm 9 de la muralla N. E. de Ampurias s~
asocia con cerámica griega clasificada como corintia y situada en la segunda mitad del siglo VI a. C. (10), fecha dada también por ej Dr. Schü·
fe a l ya citado túmulo G de El AcebuchaJ. precisamente basándose .:!n
una hermosa fibula de plata con largo pie y botón levantado.
Ahora bien, aunque la fíbula de El Bovalar es grande, con e l puente
de sección redonda y algo ensanchado, el pie a largado con profunda mor·
taja y el botón levantado, o sea un ejemplar clásico por su tipología y evidentemente antiguo, no creemos pueda retrotraerse hasta los c.omienzo5
del siglo V I a. C. Nos basamos para ello ante todo en la cerámica, que
aquí está siempre hecha a torno mientras que en la tum~ núon. 9 de !a
muralla N.E. de Ampurias los vasos indígenas hechos a mano siguen for·
mas arcaicas y tan sólo lo Importado supone una innovación. Desgracia·
damente, de las urnas de El Bovalar apenas logramos reunir a lgunos fragmentos sueltos que corresponden a porciones medias y sólo sabemos por
referencias que eran ovoides. Pero aún así tienen para nosotros el mérito
de atestiguar el uso de la rueda de alfarero en el E. de la península ya
en una fecha temprana, que, gracias a los ajuares que les acompañaban
podemos remontar hacia mediados del sig lo V a. C. Observación ésta que
hicimos por vez primera en las sepulturas ibéricas de Benicarfó y luego
hemos comprobado plenamente en otras necrópolis, especialmente en fas
inmediaciones de Tirig, donde las urnas, alguna vez hechas a mano y con
más frecuencia a torno, ya dan los perfiles clásicos de esta cerámica e
incluso la decoración de bandas a veces onduladas pintadas en rojo oscu·
ro. Como algunos ajuares son más arcaicos que los de la necrópolis de El
Bovalar, hemos de concluir que la adopción del torno hubo de realizarse
pronto en estas tierras del Este de la Penínslua abiertas al tráfico marl·
timo, y a lo que parece fueron las especies jónicas las que má; influye·
ron en los orígenes de la cerámica Ibérica. A esa misma corriente cul tural
hemos de atribuir también, en e l caso concreto de El Bovalar, la figurilla
de bronce representando una cabeza de carnero que por su bello estilo y
sobrio modelado recuerda poderosamente el arte helénico hacia el
siglo V a. C.
(JO) M. ALMAGRO: ''Las necrópolís de Ampurias''. Vol.
386.
cina
-139-
n.
Barcelona, 19SS; p:l-
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16
Flg, g
(1/ 1)
-
140 -
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llL IIOYALAll
17
PARALELOS
Desde luego, el poblado de la uTossa Alta» tiene numerosos para
lelos en este sector de la costa oriental de la Península y sobre ello no
vamos a insistir. Pero tampoco son raros ¡¡quí los hallazgos de necrópolis
ibéricas semejantes a la del Bovalar (fig. 12). En el mismo Mnestrazgo
se conocen la do «Eis Espleters», de Salsadella, la de «Les Sitges», de
Torre En Domenech, y el sepulcro de «Mas d'En Rieres», de Cuevas da
Vinromá, en cuyos lugares también existen restos de poblados.
En la necrópolis de Salsadella se encontraron cuatro urnas alineadas
d'! Este a Oeste y una extraña construcción cuyas paredes de piedra seca
cerraban reducidos y hondos espacios cuadrangulares a modo de cistas,
cubiertos por sendas losas. Una de las cámaras sólo contenía cenizas y
huesos calcinados; en la otra se halló una urna esférica hech.:~ a mano,
de amplia boca acampanada y pie cónico postizo, con un ajuar compuesto de un collar tubular de bronce decorado por incisiones estampadas,
una placa de cinturón con incrustaciones de plata, y numerosos brazaletes
lisos recortados en delgadas láminas de cobre, tres cuchillos curvos y una
gran lanza de hierro idéntica a la de uEI Bovalan; ( 11 ).
Más importante todavía era la inmediata necrópolis del «Mas Nou
de Bernabé», que hubo de pertenecer a otro sector del m•smo poblado.
Aquí, durante cerca de veinte años, al mejorar el suelo para el cultivo
se fueron exhumando urnas cinerarias, alguna vez hechas a mano y con
más frecuencia a torno, ovoides, de «cierre hermético», o bien sin tapadera, con ancha boca de borde moldurado, acompañadas de ricos ajuares,
que comprenden un corto inventarlo de armas de hierro y muchos adornos de bronce: cadenillas; fíbulas de doble resorte o de pie alto; sencillos broches de cinturón de un solo garfio decorados alguna vez con incisiones a buril y con más frecuencia por hondos surcos o adornos en
relieve; algún broche más evolucionado provisto de tres garfios con rica
decoración estampada; anillos; colgantes, y numerosos brazaletes recortados en delgadas láminas o de sección cuadrada o en cinta y decorados
por finas lineas paralelas incisas, en fajas tranversas o en bandas angulares.
Los sepulcros de incineración de Torre En Domenech, encontradol
casualmente al roturar un campo y destruidos a continuación, contenían
(11) J. COLOMINAS: "Els mterratmnls deis Esplc1cn a Salaaddla", Anuari de
rinsrirut d'Enudis C.taiAns, VL &rcdona, 1923; pA¡. 616.
- 141 -
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11
P. 8STI!VE OAJ.VEZ
do~
puntas de lanza, una talcata, un ((SOiiferreum» y otros objetos que St'
nan perdido.
La uma cineraria nallada en el uMas d'En Rieres» entre ~lsadella y
Cuevas de Vinromá, iba acompañada de armas de nierro parecidas y un
anillo de bronce que llevaba grabado un monstruo, especie de león con
cabeza numana (12.).
El profesor Boscn estima que estos sepulcros pertenecen al primer
periodo de la segunda Edad del Hierro, o sea entre los siglos V y IV a.
J. C., notando en ellos fuertes supervivencias nallstátticas que deben
proceder, no de la cultura postnallstáttica del centro de España, sino de
los campos de urnas de la costa catalana, coincidiendo en ello con las
estaciones contemporáneas del Bajo Aragón (13)
Plg. 10
(1/1)
La extensión de los «urnenfelder» de Cataluña nasta la Plana de Cas
tellón en época temprana ya lo comprobamos nosotros arqueolog•camente en 1924, siquiera fuese tan sólo por escasos fragmentos de cerámica con la típica decoración de surcos acanalados o bien finas lineas •ndsas
que trazan cruces o meandros. Pero como esta cerámica coincide aqui
con la esgrafiada o exCJsa, propia de la cultura de lo; túmulos, nemos
de admitir también un desplazamiento de gentes del interior de la Península, que llegaron a la costa valenciana a través de los macizos ibéricos (14).
Entrando ya de lleno en la Edad del Hierro, los sepulcros de «El Boverob, cerca de Almazora, nos dan una cerámica lisa con interesantes
tipos de umas, entre los que destaca el perfil bicóníco, derivado de una
(12) j. J. SENENT mAAEZ · ~Esucions ibüiqu" entre cl riu Cenia y el MUan
(CasreU6)", An.._ri de l'Irutirur d'l!srudis Caralona, Vl. Barc:clOilJI, 1923; p~¡. 619.
(13) P. BOSCH GIMPERA: "His problcmes on¡ueolóeics de lo provincia de CasteU6", lloletln de In Sociedad Caarelloncnse de Culturo, V. Ca$ttllón, 1924; pllg. 81.
(14) F. ESTl!VB GALVEZ: "Un poblodo de la Primu• Edad del Hierro en la
Plana de Castdlóo", Ampurias VI. Barc:clona, 1944; ¡x\¡¡. 141.
-142-
[page-n-163]
EL BOVALAR
19
forma muy corriente en las necrópolis catalanas y claro precedente de fa
urna de Salsadella. Algunos bronces, como navajas de afeitar y fíbulas
de codo, hallados estos últimos años en la Plana de Castell6n, prueban
la incorporación plena de estas comarcas al gran movimiento cultural que
se observa entonces por un ancho espacio del Occidente de Europa ( 15).
Y ello explica la persistencia de e lementos culturales propios de la primera Edad del Hierro en las más antiguas necrópolis ibéricas del Maes·
trazgo.
Ahora bien, dada la posición geográfica de la necrópolis de «El Bovalar», sus mejores paralelos hay q ue buscarlos a lo largo de la costa: en
la Plana de Caste116n, en la Ribera de Cabanes y en el Llano de Alcalá.
F!g,
u
( 1/1)
Desgraciadamente la mayorfa de los hallazgos que se conocen en estos
lugares son de fecha temprana, cuando nuestra arqueología ibérica era
casi desconocida y además suelen Ir acompañados de noticias bastanN
confusas. Tal ocurre con la necrópolís de «El Pujol» o <;Pujoleh>, cerca
del Grao de Castellón, encontrada casualmente al desmontar un al terón
del suelo que se creyó túmulo, bajo e.l cua.l aparecieron «Cuencos de barro cocido, huesos calcinados, cenizas, dos hebillas de bronce, al parecer
(15} Entre ellos, sólo publicados algunos bronces de una nca6polis destruida cen:a
de Nu!cs, V. ) . MARTINEZ SANTA-OLALLA: "EscondJ:ijo de la E
Antropología, ElDOgrafía y Prehistoria, xvn. Madrid, 1942; pá¡:. 127.
-
143-
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20
F. BSTJM! Ghl:VllZ
de correa o ceñidor estrecho, una tacita de tierra gris, bien labrada¡ un
pedazo del mismo barro en forma de cono y taladrado en su centro «que
debió ser una fusayolal> ( 16). De aqui procede también la tan conocida
lámina de plomo con inscripción ibérica que hoy guarda el Museo Arqueológico Nacional ( 17). Las observaciones que hemos realizado en este
lugar ponen en duda el carácter funerario que se le viene atribuyendo. El
«Pujolet» resalta como una mota del suelo firme entre las tierras bajas y
húmedas del litoral y por esa circunstancia fue motivo de atracción para
las poblaciones primitivas. La más vieja ocupación 'orresponde a un Neo·
lítico muy arcaico, que sólo dejó algún fondo de cabaña mal conservado,
con escasos sílex atipicos, cantos de caliza desbastados, huesos de animales y conchas de moluscos marinos. La pieza más notable es un brazalete sin concluir obtenido desgastándole el dorso a una gran va lva de
pectúnculo. Muy por encima, como a unos dos metros, vienen a situarse
los restos de un denso poblado ibérico, con ruinas poco notables, porqu~
la falta de piedra obligó a construir gruesas paredes de cantos rodados y
arcilla apelmazada, y también los solados de las habitaciones suelen estar hechos con guijarros procedentes de la playa inmediata. En la cerámica domina lo fino con decoración pintada de sencilla geometría : ban·
das, triángulos, ondulaciones a peine o círculos concéntricos a compás.
Estas observaciones nuestras se refieren al sector oriental, que venía a ser
como un tercio del montlculo, lo único que se mantuvo sin desmontar
hasta hace un par de decenios. Es muy posible que hacia el N.O., en la
finca del Sr. Gasset, donde se hicteron los hallazgos de 1851, estuvtera
la necrópolis, lo cual explicaría la presencia de cenizas y huesos ca lcinados, aunque el plomo escrito y enrollado, al estilo de los de Covalta, La
Serreta, La Bastida y Liria, hable más en favor de un poblado que de un
cementerio. Pero desde luego debe desecharse la idea de que el monttculo era realmente un túmulo.
Y lo mismo cabe pensar de los otros «pujols» que existen en la Plana, que a raíz del descubrimiento del Grao se suponían también necrópolis. Hoy se les ve tan destruidos que sólo pueden localizarse por el
topónimo y de lo primitivo quedará muy poco, arrasados como están, por
un cultivo intensivo. En alguno, como el de Burgaleta, cerca del camino
de Raf
(16) F. AL MARCHE: "La antigu• civilización lbúlca en el Reino e&. Valencia".
Valencia, 1918; p5g. 35 y 36.
(17) G-. D. LORICHS: "Rech<=hcs numismAtiques concemant princípalcm
-
144 -
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21
EL DOVAJ.Aa
neraria en el interior de un ligero alter6n del suelo, pero extenso, que
pudo ser un pequeño túmulo (18).
En cambio en el Llano de Albala t, sobre todo hacia su parte media,
Necrópolis Ibéricas
del
"'-.'\,
LITORAL
ILERCAVON ''\,
1a Els Etpt•t~TI (Salsodtllo)
2cMo5 Uou d&t 8•rnabi (SotsacftUa)
3.Mo.s d'EnRí•reS{Cutvas t:f• ~inroP'Id)
'~t•s SIIJ•s (Torrt" EnOonler'I•Ctl)
S.a El Pujot•t (Ca.stt"llén)
h El Ouadro (Cc.s·t-~tót\o)
1• Ton~ d•lo ~a (Coton•l.J
el to
~,.,.,,.,o
(Cebo." u)
9. Flflta d# Tdrr&tlJa (CCbul'ts)
10atu TcrreJ (Ccbcnes)
lht'l Putftlo (Cobc.n.es)
12• it roual~t (Aicoló d• .XlverU
1), Finta dr Bos.ch (>\lcofd de lUvtrO
lt.c Lo Sollvttla (Aica.td dt JhvtrU
1~1 Corro/ d•l R()yo {Aicold d• XiverU
IS.Ccrrttl'fo 111 8crcef4naCAieal4 ):•v•rt)
1~•
f/ Bo~alor O!•ntcer )
18tl>los dt Capuó CTroi,utrc)
lh Lo Cf'IOfa (.\r.'lpo$1c}
20... Lo Potrna flortos.o)
:t:Cotrtortu (Tt"rtosa)
&
Fig, 12.
o sea, en la Ribera de Cabanes, es seguro que en diferentes ocasiones se
han encontrado sepulcros atslados o agrupados en verdaderos cemente·
nos. Los hallazgos se hicieron cerca de eLes Torres» y en las fincas de
(18) V. Memoria d: la Sociedad Arqueolócia
pi.¡¡. 8 y SS.
19
145 -
Val~ndam
en 1878. Valt:ncia, 1879;
[page-n-166]
«Tárrega», «Pitaren», «El Pulido», aConfit», e La Se:'lieta» y de formcl
más masiva en las inmediaciones de la «Torre de la Sal», donde se exhu
maron no menos de sesenta sepu lturas ( 19) Las u rnas, siempre hecha~
a tomo y a veces p1ntadas con bandas de lineas paralelas o círculos con·
céntricos, dan formas ibéricas muy típicas, como el vaso ovoide con ta·
padera cónica que se le ajusta por apéndices perforado~ en sentido ver·
tical. El ajuilr consiste también en adornos de bronce: flbulas, anillos en
espora! y brazaletes ovalados sin botones terminales, decorados a vec~s
por finas 1ncisiones.
Mucho más ricas en hal lazgos y mejor conocidas son las necrópolis
obéricas de Alcalá de Ch1vert Las excavaciones que a fines del soglo XVIII
se realizaron por el Príncipe Pio en el «Corral de Royo» pusieron al descubierto cuatro urnas cinerarias acompañadas de a lgunas armas de h ierro,
como cubos de lanza e «ídolos de bronce figurando ciervos paletos» (20)
De una construcción Inmediata procede la lápida estudiada por Masdeu
De la necrópolis del <
ocupaba una especie de nicho de toscas piedras, lo que nos hace suponer
que fueron depositadas en pequeñas cistas. Otras dos urnas se encontnl
ron allí cerca con ocasión de abrir un pozo para instalar una noria. Pe; o
sólo cuatro vasos pudieron recogerse enteros, siendo uno estérico, sin
cuel lo y «de tipo primi tivo, mientras los otros tres eran ovoides y con
bordes salientes». El mobiliario comprendía· restos Informes de armas de
hierro, muchos objetos de cobre, entre ellos «una fíbula de arco, anillos
braza letes y cuentas de collar de vidrio con embutidos de past,, y esmal·
IEl» (21 ).
Joulin habla tamb1én de una necrópolis de incineración que se en·
contró cerca de Alcalá en la carretera de Almansa a Tarragona, a unos
SO km. al norte de Castell6n. Las cenizas se habían recogido en vasos
(19) ALMARCHll Op. dt. IIOUI 16, pi¡ 85. Las necrópolis warilln en los c:am·
pn.
pi¡¡. 624 y u. Su descubridor, O. JOAQUIN PBRIS, concreta mejor los hallugos m •u
atlfculo: "l!scan:cos arqucol6gicos. CasteU6n 1 !\1$ crreanlu". Boleún de b Sociedad CastUloncme de Cultlltll, 111. Ca$tdl6n, 1922; p:\¡. Z\8.
(ZO) A. VALCARCnt. PIO DE St\BOYA: ''lnsc:ripciones y antigüedadu dd Reino
de Vole~in", Memorias de la Real Ac:ndemin de la Hiatori".L'l;'lll. Madrid, 1852; pag. 10.
(21) j. ZARAGOZA: Conferencia ~brc Alcalá de Ulisvcrt, pronunciada d l de
diciembre de 1876 (Boleún de la Socied>d Geosrifica de Madrid).
1!. CARTAILHAC: "lA ag., pro!bistoriques de I'Espognc ct du Ponupl'', Paris,
1886, pag. 296.
ALMARCitt!: Op. cit. noto 16, pAg. S7.
-
14G-
[page-n-167]
en forma de olla e iban acompañadas de anillos de hierro, fibulas y brd
zaletes de bronce (22)
Durante el siglo XIX se hicieron otros hallazgos en término efe Alcalá
sin que se sepa el lugar exacto de su procedencia, salvo la notoda de ha·
berse encontrado 16 umas cinerarias cerca de una propoedüd de don DI
mas Bosch, donde parece que hubo importantes ruinas romana~ (23)
Hdce unos años, en la partida de «la Solivella», del mosmo término
de Alcalá, se ha descubierto una nueva 2:ona de necrópolis cuyo estudoo
ha sido recoentemente publicado por el Servicoo de Investigación Prehis·
tórica de Valencia, lo que nos exime de más detallada exposición (24)
En el llano de Benicarl6 la necrópolis de c
cerca de Traoguera, al roturar un campo se hallaron hasta rrece «ánforas
conerarias» y «en todas ellas se encontró lo mismo. los huesos de un esqueleto humano y una lanza rota» (25)
Dejando las lhlnuras costeras del Maestrazgo y pasando al Bajo Ebr:>,
Amposta nos ha librado estos últimos años dos importantes necrópolis.
que acaso estén en relaco6n con la antigua Hibera, cabez;. de la llerc.1 ·
venia.
La de «la Orlola» se halla a poco más de un km al sur de la ciuda-i
y aunque fue destruida al roturar el suelo en 1926, todavía ha propor
clonado restos de unas treinta sepul tu ras, con urnas ovoides provistas de
t<:~padera cónica que se ajusta al vaso por las típicas orejas; otras abierta~ con reborde moldurado y una curoosa forma ovoide-aplastada con ta
padera <:bollada al iguül que el fondo en lugar del clásico botón termo
nal La decoración es sencilla, de lineas paralelas en bandas horizontales
o bien cortas ondulaciones que cuelgan del borde Los ajuares compren·
den las armas de hierro corrientes en las necrópolis del Maestrazgo; bra·
zaletes muy fragmentados, fíbulas de arco que en dos casos se rodean d un aro constituyendo un tipo de transición de la fíbula de pie alto a lil
anular hispánica, y hermosos óroches de conturón decorados por líneas
estampadas a troquel, todo lo cua l creemos que puede situarse cronoló
gicamente poco después del 450 antes de J . e
(22) L. JOlJUN: ''Les Asea protoluttoriques cbns le Sud de la Fraru:c et cbns la
Pcnfntulc Hispanlque", Re\·ue Archeo!ogique, ll, Pacis, 1910; pog. 202.
(23) Noojcia histódcn de la Academia o rc¡umcn de sus ac:tns desde el n•lo 1821 basto
concluir el de 1831, ltído en IUI Juntas del mes de mar:zo de 1832, poi¡¡. 16.
J. CHILLIOA: "Hnllaxgos arqueolósicos en Alctlá de Chisvcn", Correo Ibérico, número 1.279. 1'onou, 2 de mayo de 1908.
(24) FLI!TCHER: Op. cio. """' 3.
(ZS) B. MUNDrNA M lLALLAVE: "Historia seo¡rifico-esudfstic:oo de 14 provineio
de Oalltcllón". CasteUón, 1873: nrt. Trai¡utn~, póg. 587,
Un~ breve nooo •obn: In nrqucologla de esta comnrca, con 14 primero noticia de lo
cccrópolis del Bovalar en F. BSTEVE GALVEZ: "HAllazgos arqueolclaicos en el Uano
d" lknicarl6", La Zucb, z.• ep., L U, nWn. 14. Tono..., 1956; pág. 265.
-
H7 -
[page-n-168]
24
P. I!STIM! GALVI!Z
De la necrópolis de «La Palma», situada también cerca de Amposta
al otro lado del río, proceden umas semejantes con ajuares mejor conser·
vados por hallarse en campos someramente roturados. El hierro escasea,
pero en cambio los adornos de bronce forman un hermoso conjunto: tor·
oues y brazaletes de sección redonda terminados en pomo; fíbulas de
doble resorte; collares y largas cadenillas Material arqueológico que pre·
senta caracteres algo más arcaicos que el de «La Oriola» y suponemos
de un momento inmediatamente anterior hacia mediados del stglo V an·
tes de J. C.
Por último, más al Norte, ju11to a uCamarles» y en el mismo lugar
donde apareció la supuesta «favissa» con abundantes pebeteros, parece
que hubo también una necrópolis, pues de alli procede un vaso algo tardío, especie de «pyxis» sin tapadera, co11 fina decoración geométrica,
que se halló incompleto pero conteniendo todavla buena parte de las ce
ntzas funerarias.
-148-
[page-n-169]
EST EVE.-EI Bo,·alar
LAM. l.
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(T . n.)
[page-n-170]
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[page-n-171]
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[page-n-172]
EST EVK- E I Bovnlnr
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(T. n.)
[page-n-173]
LA ~I.
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[page-n-174]
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T EV f!.- EI Bovnlnr
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•
\
(T . n.)
[page-n-175]
•
ALEJANDRO RAMOS FOLQUES
(Elche)
Fragmento de escultura ibérica de Elche
Son frecuentes las noticias conservadas relativas a la utilización en
edificios modernos, de materiales procedentes de murallas y otras construcciones de la antigüedad.
Respecto a Elche, nos dice lbarra Manzoni ( 1). refiriéndose a La Al cudia, «que aquel sitio ha servido cual so fuera una inmensa cantera, a
los habitantes de Elche, y es indudable que las casas de las i,medoacio
nes, y las situadas en la mayor parte del término, que cae hacia el me·
diodia del pueblo, sin contar con otras que podríamos señalar, construidas
en nuestros dias, en el interior de Elche, se han levantado a expensas de
aquellas construcciones antiquísimas, que elevara un día el artífice roma·
no. Y cuando consumieron las paredes que descol laban sobre .la superfi·
cie de la tierra, como quiera que los materiales de construcción en Elche
proceden de puntos algo lejanos, ahondaron en busca de lo que entre la
tierra se escondía, llevando la desolación hasta sus mismas entrañas, bo·
rrando así casi por completo, los restos de lo que alli había exi~tido•
El Regidor de esta villa, Cristóbal Sanz (2). expone este mosmo cri·
terio en el año 1621, al decir: «Además de estas piedras (se refiere a
unas inscripciones en piedra procedentes de La Alcudia) tengo noticoa de
haberse hallado, levantando y abriendo unos cimientos de San Salvador,
una piedra picada de altaria de 7 palmos y de 3 de ancho con
(1) A.. mARRA MANZONJ : "lllici, su situad6n y anti¡ilcdadcs". Allcanoe, 1879,
pJgim 134.
(2) C. SAN'l.: "Excelencias de la V"illa de Elche". Ms. del afio 1621 en Archivo
Municipal, p4g. 119.
-
149 -
[page-n-176]
2
una figura de hombre armado, de medio relieve, y un letrero en latin
que vertidas sus letras dccian en romance : Jacobo de Bellorbin, hombre
de armas de Julio CéS
AUGUSTUS. Y pocos días ha, abriendo unos cimientos muy hondos ,¡n
casa de Andrés Sorrutto, genovés, se halló un toro de piedra ptcada que
por poca curiosidad de los jornaleros le sacaron hecho cuatro pedazos
como yo le vb> .
En el año 1802 y en el partido de Vizcarra, inmedtato al de La Al·
cudia, fueron encontrados por doña Baltasara Martín Cortés, unas esculturas representando un le6n y una mujer sentada, asi como un relieve
con un jinete, de cuyo hall;~zgo dto cuenta a la Academia de la Historin.
Y entre los «.Pape!es Curiosos», colecctonados por !barra y qup se guardan en el Archivo Municipal de Elche, hay una nota en la que se dice
que «en la casa de doña Baltasara Martín Cortés, se conservab~ un león
de piedra y otra figura. En la calle del Horno se conservaba una figura
di' mujer, la casa está a mano izquierda y la estatua en el corral» Estas
piezas debían ser las encontradas por dicha señora en Vizcarra.
No hace mucho fue hal lada, frente al Parque Municipal de esta ctudad, una leona, la que supongo procedería de La Alcudia, y después, ;:¡J
hacer las zanjas para la cimentación de un edificio en la Glorteta d:! José
Antonio, esquina a la calle de Sagasta, se ha encontrado un fragmento
de escultura ibérica.
Se trata de una pierna vigorosa de un guerrero, desde la rodilla al to·
billo, en piedra arenisca, provista de un guarda-piernas y en su parte Inferior hay los dedos de una mano que la sujeta por el tobillo. La guarda
se halla decorada por un festón de cintas entrelazadas fotmando óvalos
y un punto en el centro de cada uno de ellos. Dicha guarda se sujeta a
la pierna por unas bridas de cuero anudadas a un lado (lám. 1) .
Esta forma de sujetar la guarda tiene un paralelo en otra figura de
La Alcudia; el torso de un guerrero que sujeta el pectoral con la pieza
del dorso por medio de unas br!das muy semejantes a las de la guarda
de la pierna (Lám. 11, a) .
Representaciones de guerreros que lleven guardas en las piernas las
encontramos en el ánfora de And6cides, representando una lucha de heroes. El Marte etrusco, en bronce, del siglo IV antes de J C., que :;e
conserva en el Museo Arqueológico de Florencia, tiene tambtén guardapiernas que arrancan desde más arriba de la rodilla hasta el tobillo, teniendo un festón de puntos a su alrededor y unos sencillos dibujos. También muestran guarda-piernas las estatuas de dioses o héroes etruscos,
en cerámica pintada, en el Museo Metropolitano de Nueva York.
El tema que decora la guarda de la pierna de guerrero qu!' nos ocu
-
150-
[page-n-177]
J'AAGMENTO DB I!SCUL'I'UIIA lBI!lUCA
3
pa, la vemos en distintos monumentos. En la basa de columna de la es·
calinata de Sendchirli, que consta de dos toros o almohadones adornados
con molduras colgantes a modo de hojas, entre las cuales hay otro almo·
hadón algo remetido, que lleva un trenzado con rosetas en los ojales. Las
obras exhumadas en Sendchirli, la antigua Samal, llegan desde mediados
del siglo XIII hasta principios del VIl a. J. C. (Lám 11. b).
En un relieve caldeo, de Tello, que se guarda en el Musco del Louvre, hay un trenzado de cintas; como temas de origen tecnico, dice Woermann, son patrimonio de Mesopotamia la cinta y la trenza.
Tambien en el templo antiquísimo de Termo, construido enteramente de madera y cer6mica, dórico arcaico, tiene decorando la cima este
ornamento de cintas en forma de eses enlazadas y en el centro de cada
círculo un punto (Lám. 11, f)
En un vaso de Susa, con la roseta que representa el cáliz: de la flor
femenina de la palmeta, según Pijoan, hay una cenefa en la parte superror formada por cintas enla-zadas, con punto en el interior de cada dr·
culo (Lám 11, e).
El mismo motivo nos ofrece una placa de marfil en la que hay representado un monarca asirio y a los lados de la figura, adornos asirios
de cintas y de granadas (Lám. 11, g).
Las cerámicas asirias tambiél'l nos ofrecen Interesantes paralelos de
este motivo ornamental del guarda-piernas ahora encontrado Procedente
de Kalakh, en Asiria, es una placa de cerámica en la que hay representa do un monarca, y en la parte inferior, la cinta enla:r:ada, con el punto interior (Lám. 11, e) Y lo mismo se puede observar en las placas-clavos,
de cerámica, de tipo religioso o mágico, del revestimiento de un edificio
asirio, hoy en el Museo Británico, según Pijoan (Lám. 11, h, i)
En los adornos de los vasos rodenses se adv1erte la gradual transformación de las espirales en zarcillos. Además, aparece la cinta entrela:r:ada
asiria. En el conocido plato de Euforbo, que se guarda en e l Museo Británico, dos guerreros luchan por el cadáver de un tercero. Las inscripciones anejas delatan que se alude a la lucha de Héctor y de Menelao por
el cadáver de Euforbo. Esta escern~ se halla sobre un friso de cintas enlazadas, según Woermann (Lám. 11, k) (3).
El mismo autor nos dice: «La pintura de Clazomenas, junto a Esmir·
na, es la que aparece a mejor lu:t, entre las ciudades costeras de Asia
Menor».
La marcha de esta pintura se puede seguir hasta el siglo VI. Los
grandes sarcófagos cla:zomenicos de barro, de los que hay varios en el
(3) K. WOERMANN: '"Histori> d
-151-
[page-n-178]
Museo Británico y en el de Berlín, confirman su relación con el arte cerámico rodense el hecho de que el más antiguo de estos sarcófagos procede de Rodas, pero lo confirma ante todo el parentesco de su ornamentución con la de los vasos rodenses. En esta ornamentación encontramos
el meandro en la forma más sencilla y en la más complicada, y también,
las cintas entrelazadas con círculos concéntricos a guisa de «OjOS» (Lámina 11, j).
Ya más simplificado encontramos este tema en un vaso ático procedente de una tumba de Eleusis, de mediados del siglo VIl antes de J . C.,
en eJ que este motivo aparece sin pun to dentro del círculo formado por
una linea blanca y otra negra.
Este motivo de cintas enlazadas se nos ofrece en nuestra península
en Osuna, en un elemento arquitectónico formado por dos sillares, con
elementos decorativos «Cuya ascendencia fenicio-chipriota es evidente.
Sobre la fecha es dificil pronunciarse, dados los pocos elementos de juicio que tenemos sobre las circunstancias de su hallazgo, pero no deben
de datarse en fechas superiores al siglo 111 antes de J. C. Yo me inclino
por una data ya romana» (4) (Lám. 11, d).
También se halla este elemento decorativo, a base de Jineas triples
onduladas, en una urna cineraria con dibujos Incisos de la necrópolis de la
Osera (5); y en un vaso pintado de Numancia con cintas enlazadas, sin
punto en el Interior de los óvalos, del Museo Numantino, en Soria (6).
Sin el punto en el interior de los óvalos y muy esquematizada la cinta, se nos ofrece este tema en un fragmento de cerámica ibérica, encontrada en el nivel inferior de La Alcudia, correspondiente al poblado
en el que, con estas cerámicas, aparecen las esculturas de tipo ibérico al
que corresponde la pierna de guerrero que nos ocupa, y al que en general podemos asignar una data del siglo IV antes de J. C. (Lám. 11, 1).
Este tema decorativo, que también se encuentra en un ánfora griega
decorada en relieve del siglo VI antes de J. C., existente en el Museo
del Louvre, desaparece en los monumentos y vasos de épocas posteriores, reapareciendo más tarde en la tumba de los Pancracios de la Via Latina, en Roma, en el último siglo de la República romana, en la que se
presenta este motivo, pero con ciertas variantes· lineas de puntos al lado de lineas continuas, y los puntos centrales sustituidos por flores, amor•
cilios y otros motivos. Y también, y ya con relativa frecuencia, en mo-
(4) A. GARCIA y BELLIDO: "La Dama de Elc:hc y el c:onjunto de pleas rdngrcsndas c:n Bspañn c:n 1941". Madrid, 1943, p. 119.
(5) J. CABRB, A. MOLINERO y M. BNCARNACION CABRE: "La necrópolls
de la Osera". Soc. &p. Amrop. Bmog. y l'tcht. XI, Cuaderno 1. Madrid, 1932, p. 21.
(6) A. GARCIA y BELLIDO: "Ars Hispani•c", vol. l. Madrid, 1947, fig, 385.
-152 -
[page-n-179]
PIIAG>Uii
oa uan:rou
IJIIIIUCA
5
saicos de 1tálica, Elche y muchos más, de los siglos 11 al IV de nuestra
Era.
Todo ello manifiesta la influencia oriental sobre nuestra cultur
pueblos de nivel más elevado (7) y como dice San Valero:
Mediterráneo Oriental» (8)
(7) D. FLETOU!R. VALLS : kJ!sudo aaual dd ClOnociaticntD de la cultura il»
r;ca". Primu Symposium de Prehistoria de la P
(8} J. SAN VALERO APARISI: "Sobre el origen de la cultura ibécica". Acma de
la IV s«lón de los Con¡resos lruernacioruolea de Cienciu Pre y Ptololúst6cicas (Madrid,
1?54}. Zara¡oza, 19S6, p. 78S.
-15320
[page-n-180]
'
[page-n-181]
RAMOS FOLQU&S.- Esculturn lbhlca de Elch e
LAM. l.
[page-n-182]
R;\MOS FOLQUES.-Escullura lbéllca
d~
f:lcbe
a) Toao de ¡;uerrcro. de La Alcudi• (Elche}.
b) Ba"' d: columna de lo csotlinB e) Vaso procedente de Su.,.,
a) FrogmcnLO nrquitcct6nico de Osuna.
e1 P!acn cerórr.iea procedcmc de Knlah (A•iria).
f) Entllbll\mento del temp!o de Termo.
g) Piczo de r
r.arfll, nsiria,
Jr) PlnCll·clovo, osirla.
i) Plnea-c;Jnvo, asirla.
¡) Sarcófago de Cla~omenns
k) Plato de Eulorbo.
LAi'\1. U.
[page-n-183]
GABRIELA MARTIN y JOAQUIN SALUDES
(Valencia)
Hallazgos arqueológicos submarinos
en la zona de El Saler (Valencia)
Es nuestra Intención recoger todas las noticias sobre hallazgos sub·
marinos en las costas valencianas, estudiando los materiales cuando sea
posible, pues por desgracia, de los abundantísimos restos arqueológicos
que se van recogiendo, cada día en mayor número a consecuencia del Jncremento de la pesca deportiva submarina hoy fácilmente practicable por
la invención de la escafandra autónoma, una buena parte de ellos van a
parar a manos de personas incompetentes o interesadas, que no las entregan a los organismos competentes, perdiéndose así tan interesantes
datos para la investigación. Con la publicación de las noticias que llegan
a nuestro conocim iento intentamos contribuir a la formación del mapa
arqueológico submarino «Forma Maris Antiqui», iniciado por el lstituto
lnternazionale di Studi Ligurl, en el que se pretende situar todos los hallazgos arqueológicos submarinos del Mediterráneo occidental, para poder así determinar la intensidad de la navegación y del comercio en las
distintas épocas históricas.
Hasta ahora, si nos fijamos en las noticias de este tipo de hallazgos
que conocemos en la costa mediterránea, encontramos un vacío considerable entre Tarragona y Cartagena, poco más o menos, como si el litoral
valenciano no hubiese participado del intenso tráfico desarrollado por la
navegación en época de las colonizaciones griega, cartaginesa y romana,
que atestiguan los hallazgos catalanes y del sudeste. Es Indudable que
e~to no es más que consecuencia de la falta de exploraciones sistemáticas en la costa valenciana y de la ocultación de los hallazgos casuales a
la~ autoridades arqueológicas, amparados los inventores en la desorienta·
-155 -
[page-n-184]
2
ción reinante con respecto a la reglamentación legal de los hallazgos sub
marinos de interés arqueológico.
En las siguientes páginas, e iniciando asi nuestro plan de dar publicidad a tales hallazgos, estudiamos los materiales de la Colección Saludes, existente en el Museo de Prehistoria del Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación de Valencia (a excepción del cepo número 1 y del ánfora número 23 que conserva el señor Saludes), y los donados por el GISED al mismo Museo. En este catálogo, cuando en la des
cripción no se dice otra cosa, el objeto inventariado pertenece a la Colección Saludes.
'
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Fi¡. l .
Todos los objetos que se reseñan se encontraron en la zona de cEI
Salen~, en unos bajos rocosos llamados «fuerzas», a media milla de la
costa y en una franja de unos 200 metros, entre la zona frente a la que
se halla la cCrln: de los Caldos~> y la existente delante de la fábrica «Pie
-158-
[page-n-185]
1
3
xo S. A.», Jugar que desde hace ya mucho tiempo viene prop
ellas (fig. 1)
La variedad de los materiales que se estudian, en particular la doversa tipología de las ánforas, nos hace pensar que los objetos no procedan de un solo pecio, sino de varios, aun cuando pOdría tambiéro ser consecuencia de haberse utilizado esta zona como lugar de aguada, dada su
proximidad a cl.a Albufera»
DESCRIPCION DE LOS MATERIALES
CEPOS DE ANCLA
l .-Cepo de ancla en plomo macizo, de 99 cms. de largo por 17'5
de alto y 13'5 de ancho, de 80 Kgs. de peso (fig. 2), con anillo central
1
Fig. l.-Ctpo a 1/10. Ddfines o 1/2.
atravesado por un asa de sujeción para el asta de madera. Lleva en ambos
brazos y caras sendos delfines en relieve mirando hacia el anille- central.
Procedentes de Blanes (Gerona) se conservan, uno en el Museo Ar
queol6gico de Gerona y otro en el Museo Marítimo de Barcelona, dos ce1S7-
•
[page-n-186]
4
MARnN•SALUDI!S
pos de 1'49 m y 1'59 m. respectivamente de longitud, decorados tam
bién con delfines ( 1).
2) Cepo de ancla de plomo macizo, de 105 cms. de largo por 17"5
de alto y 13'5 de ancho, bien conservado, aunque algo corroído por los
ángulos y con el anil lo central erutado por un travesaño (fig. 3 y lámina
1, e).
2
Pi¡. 3.-11 1/10 aproximadamente.
3) Cepo de ancla de plomo macizo, de dimensiones casi iguales que
el anterior (106 cms. de longitud, 17'5 de alto y 11 de ancho), con el
anillo central atravesado también por un travesaño para sujetar el asta
de madera (fig. 4 y lám. 1, d)
3
Fia. 4.-A 1/10 aproxirmd•mcnre
( l) K. PASCUAL GUASCH: "Cepos de anclo romanos recuperados frute a Blanea
(Barcelona)» (sic), en Zephyrv1, X. Sal•manca, 1959, pp. 176-180, figs. 3 y 6.
M. OLIVA PRAT: "Estado actuAl de la arqueolo&la submarina en la Costa Bravo
(Gerona, España). Ultimos prospecciones y hallazgos. Avance para un estudio de conjunto", en Atti dcl n Con¡;re= Intcmaxiollllc di Arcbeologia Sottomorina (Albcnga, 1958).
tsordi&hera, 1961, p. 2.26, fi¡. S.
B. RIPOLL PERELLO: "Notas de Arqueologla de Onalurua '1 Balem:s, U. Gerona :
Blanea", m Ampurias, XXIV. Baro:dona, 1962, p. 321, fig. 41, núms. 3 y 6.
-158 -
[page-n-187]
IIALLAZGOS AJIQOl!Ot.OGICOS SUII.\IAIU'NOS
Estos dos últimos cepos se encontraron juntos, cnnado uno sobre otro
y el número 1 a una distancia de unos treinta metros, por lo que es de
suponer que pertenecerían al mismo barco. No podemos intentar fecharlos, pues carecemos de datos que nos den cronología, ni existe estudio
4) Pequeño cepo de plomo, algo deteriorado y de factura ~rregular,
de 54 cms. de largo por 9 de alto y 9'5 de ancho. Se encontró próximo
al ánfora número 22, por los inmersores del GISED de Valenc•a (fig. 5
y Lám 1, e)
--g===~J
Fia. S.-A 1/10
aproximadamente.
PIEZA DE ENSAMBLAJE
En el mismo lugar donde se encontraron los cepos, se hall6 también
otra pieza de ancla, la llamada por los franceses «piece d'asson,blage)) y
por los italianos userramento» o «ghiera». Desgraciadamente la pieza se
perdió casi inmediatamente al zozobrar el bote que la transportaba, por
lo que no hemos podido estudiarla ni poseemos fotografía o dibujo de la
misma. Reproducimos aqul {figs. 6 y 7) una pieza de esta clase y la reconstrucción de un ancla en la que se ve la utilización de aquélla, según
Brossard, Lehoux y Ducaruge.
En el Museo Naval de Albenga se ha reconslru•do un ancla con una
pieza de estas y un cepo genuinos, hallados junto a la isla Gallinaria (2).
ANCLAS DE HIERRO
También en esta zona se encontraron dos anclas totalmente de hierro, con el asta larga (1'25 m. y 1'80 m . respectivamente). las uñas finas
y curvadas y arganeo (Lám. 11)
(2) F. BENOIT:
"L'arch~ologie
Bordlgbera,
soua-marine en Proveoce", en Rivina di Studl Li·
1952, pp. 268-269, 6gs. 31 y 32.
N. LAMBOGUA: "Un'Ancora l"OIJl4ml lll';,ola G2.Uinaria", en R.M$to ln¡aUDa • lnttmdi>, XIV Bordlghc,., 1959, p. 31, fiat.. 1 y 2.
¡¡uri, XVII.
159-
[page-n-188]
6
Son semejantes a las de los Farillons (Este de la isla Ma••t o Gers.
Toolon), Drammont (Provenza) y a las halladas en el lago de Neml con
el cepo movible y también arganeo. Las naves de Neml fueron rescatadas en 1930 y habían sido construidas por orden de Caligula (37 a 41 de
J C.), encontrándose en ellas un ancla de madera con cepo de plomo y
otra totalmente de hierro, de cuatro metros de longitud (3).
Fi¡¡. 6.
Fia. 7.
POTALA
No menos interesante es el hallazgo de un anillo de piedra d·~ 43 centímetros de diámetro por 14 de altura (Lám. 1, b). La relación de este
cbjeto con la navegación nos la prueba el hecho de que ya en otras oca-
(3) BENOIT: Op. cit. en la _ , 2, fia. 30.
G. UCRLLI: "Le navl di Nemi", Rol!UI, 1950.
-160-
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7
HALLAZGOS ARQUEOI.OGICOS SUBMARINOS
sienes se hayan hallado piez.as semejantes junto con c.epos de ancla o en
restos de pecios. Uno de estos anillos de piedra se halló próximo a la isla
Gallinaria de Albenga (4). otra se <
Philippe Diolé (6) publica otra de Cherchel (Argelia). escribiendo a este
respecto: «...estas piedras horadadas, tretoi, líthoi o lithiftai, de las qut1
se han recogido muestras en Marsella, en Grecia y en Cherchel es posible que delimiten una época, que caractericen cierta forma de navegación». Al explicar )a evolución cronológica de las anclas, se ha dicho que
«el primer artificio del que se valió el hombre prehistórico para impedir
que sus embarcaciones fueran arrastradas por las corrientes y el viento,
se reducía a una piedra oblonga a la que se amarraba un cabo firme a
Plg. 8.
bordo. El paso siguiente en la evolución hacia el ancla real consistió en
montar la piedra sobre una cruz de madera (f1g. 8), resui tanda asf de
cuatro uñas; este es el género de rezón que todavía se emplea en Ceilán y
e l Perú, asi como en el NW. de España, por algunos pescadores del lito(4) LAMBOGLIA: Op. oh. c:n 1J1 nom 2, 6¡:. L
(S)
uL~nve.nrure sous-marine.~
ttc:hnic¡ue· et c:x:ploration'', Nouvclle
s
~qe..
nwn.
36.
D=mbrc, 1961-Janvicr, 1962.
(6) PH. DIOLB: "Viajes por los mundos sumergidos", Barcelona, 1953, p. 177, lámina XVI.
-161-
21
[page-n-190]
8
MARTIN•SAL\Illl!S
ral, al que dan el nombre de potala» (7). Es muy posible que estas pie·
dras circulares con agujero central tuvieran una aplicación semejante, y
el mayor o menor diámetro del orificio dependería de que el asta fuera
de madera o de hierro.
PIEDRA DE MOLINO
Pieza activa de molino en e xcelente estado de conservación (fig. 9 y
lám. 1, a). Es una piedra casi cilindrica de 34 crns. de diámetro en su
cara superior y 38 en la inferior, por 18 de alto, con orifocio central de
o
i
1
Fig, 9.
9 cms. que presenta dos ranuras por las que se dejaba caer el grano sobre la pieza pasiva. Presenta también una oquedad lateral cilindrica para
encajar un vástago con el que se hacia girar la piedra. Este tipo de molono debía ser corriente en los barcos romanos, al menos en fechas an teroores al Imperio, pues su hallazgo es frecuente. Citemos, el"tre otras,
las ocho piedras recogidas por el CRIS de Barcelona en el pecio existente
en la Costa Brava, frente a Bagur, varias de las cuales son ldé:"'ticas a la
(7) "llndclopedia Genc:ml cid Mar'", vol. 1, p. 233.
-162-
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llALL•ZCOS ARQUilOLOG!COS SU!IMAIUNOS
9
nuestra, y que salieron junto con tres cepos de ancla, de plomo. y sesenta ánforas, de las que algunas parecen pertenecer, por lo que se puede
apreciar en la fotografía publicada, al tipo de las olearias de Albenga (8) .
ANFORAS
A continuación darr¡os la descripción de las ánforas, cuyo conjunto
presenta una diversidad de forrnas y una diferenció! de cronología que
indica el intenso tráfico que hubo e11 torno a nuestras costas.
1) Anfora completa con borde inclinado de sección triangular y
cuello cilíndrico, asas ligeramente curvadas y panza redondeada, la unión
dP. ésta con el cuello es suave, sin aristas vivas (fig. 10, núm. 1 y Lám.
11 1, a). Es un tipo anterior al de las ánforas de Albenga Bordes semejantes se encuentran en el estrato VI -B de Albintimilium, de fecha que oscila alrededor del 150 antes de J. C. (9).
2) Anfora completa, de forma Dressel 1C, con el borde rectilfneo
y casi vertica l, asas rectas y cuello cilíndrico alargado; la unión de é.>te
con la panza presenta una arista viva (fig. 10, núm. 2\.
Pertenece al tipo de las ánforas vinarias de Albenga, fechadas a lrededor del año 100 antes de J. C. ( 10). Un cuello idéntico se encuentra
también en e l estrato más antiguo de Vada Sabatia, de fines del siglo 11
antes de J C. ( 11).
De este tipo de ánforas existe en la colección otro ejemplat idéntico.
3) Anfora completa con e l borde redondeado hacia afuera, asas li geramente curvadas hacia el interior en su parte baja y viva arista en Ja
unión del cuello con la panza (fig. 10, núm. 3 y Lám. 111, e) .
Es del grupo de las olearias de Albenga, con pequeñas variantes de ·
bidas posiblemente a proceder de distinto taller ( 12).
Poseemos dos piezas idénticas que presentan el cuello más largo y
recto que las de Albenga y las asas algo curvadas en su parte baja.
4) Anfora rota en su parte inferior, de forma Dressel 10, con borde
exvasado que forma una moldura en su unión con e l cuello, asas curvas
y panza de perfi l oval sin aristas (fig. 1O, núm. 6).
(8) No conocemos de este ballazgo m:ls noticia c¡ue la publicada on "La Glceta Uu•·
ttada", año VIU, núm. 368, de fecha 26 de sept.kmbre de 1963, sin que sepamos si coo
P<'Stcrioricfud ha sido publicado ni cooouamos un cstudlo especializado del hallazgo.
(9) N. LAMBOGLIA: ''La nave roOWla di Albcnga. Stru:ia e viccnde delb scopc.rta",
en Rivista dl Studi Ligurl, XVlU. Borcli¡hera, 1952, p. 163, fig. 21.
(10) LAMBOGLIA: Op. ciL noto anterior, pp. 156-165.
( U) N. LAMBOGUA: "Sulbl c:ronologla delle anCore romane di eti n:pubblic:a.oa
\11-I sccolo A. C.)", en 1Uvista di Stodi l.iguri, XX1. Botdi¡¡heca, 1955, p. 249, lig. 6.
(12) LAM'BOGLIA : Op. cit. nom 9, p. 164, fig. 22.
-
163 -
[page-n-192]
Fi¡¡. 10.-i\ 1{lO.
-
164 -
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u
BAU.AZGOS ARQUI!OLOGICOS S1lllAW\INOS
Un borde de tipo semejante se encuentra en el estrato VI-A, 3-4 de
Albintimilium, del 90 antes de J. C. (13).
5) Anfora rota en su parte inferior, de caracterfsticas semejantes
a la antes inventariada. El borde exvasado tiene la moldura menos des·
tacada; las asas, que en este ejemplar son rectas, se acercan también
más que las del ánfora anterior al cuello, y el perfil del cuerpo tiende a
ser piriforme (fig. 1O, núm. 5, y Lám. 111, d).
6) Anfora completa de forma Dressel 7, con el borde engrosado saliente formando una moldura en su unión con el cuello, que es tronco·
c6nico; asas rectas y cuerpo de perfil oval alargado sin aristaE e iniciacióñ del pivote de la base, incompleto (fig. 10, núm. 4, y Lám 111, b).
7) Cuello de ánfora con borde en estrecha ala inclinada de sección
10
8
Fig. IJ.-A 1/10.
triangular, de tipo parecido al de la número 1 de este catálogo, aunque
más exenta, asas ligeramente curvadas e iniciación de la panza redondeada, sin aristas (fig. 11, 7).
Puede fecharse hacia la mitad del siglo 11 antes de J. C.
(13) LAMBOGUA: Op. cic. r>ota 9, p. 163, fig. 21.
-
105-
[page-n-194]
12
8 a 11) Cuatro cuellos de ánforas con el borde ligeramenle sallente y redondeado, cuello reentrante en su parte inferior y destacada arista
en la unión de éste con la panza; las asas son segmentiformes, caracterizadas por su ángulo muy marcado que a veces se eleva un poco formando una especie de cuerno (fig. 11, núms. 8 a 11 ).
Las formas 3, 4 y 5 de Dressel llevan este tipo de asas, y 1ambién la
forma 2, aunque menos marcada. Por la forma del borde, podrían fecharse, de acuerdo con Martínez Santa-Oialla ( 14), hacia la segunda milad del siglo 1 de nuestra Era.
12) Cuello de ánfora de borde de sección almendrada poco sallente, parecido a los de las antes inventariadas, pero con el asa cu1va (figura
1 1, núm. 12).
13) Cuello de ánfora, posiblemente de la forma 14 de Dressel, con
el cuello muy abierto en el borde, exvasado y sin destacar (fig. 1 1, nú
mero 13).
Es tipo fechado en el sig lo 1 después de J .
15)
e (
15
Pi¡. 12.-Estampilla a 1/2- Anfora
14}
~
1/10.
Cuello de ánfora con el borde sin destacar del resto del cuello
y asas rectas (fig. 11, núm. 14).
15) Cuello de ánfora con borde vertical destacado, asas rectas y
arista en la unión con la panza. En el borde lleva dos sellos, uno casi borrado e ilegible y el otro bien perceptible y en el que se lee RANI (flg.
12, y Lám. IV, a)
Puede situarse tipol6gicamente dentro de las tres formas primeras de
(14) J. MARTINEZ SANTA-OLALLA: "Sobre el valor cronolósico de las Woru
rcmw>aS", en Cu:~demos de Hi\loria Primitiva, Ill, p. 138, fi¡¡. 2.
( lS) LAMBOGLIA: Op. cit. nolll 11, pp. 242 y 243.
-166-
[page-n-195]
IIAU.Al:GOS AltQUEOI.OGICOS S1111AIAIUNOS
13
Dressel, fechadas en époc.1 republocana, y bordes semejantes, muchos
también con marca, se encuentran abundantes en el estrato VI-A, l-2-3,
de Albintimilium ( 16), fechable a lo largo del siglo 11 antes de J . C.
Fie. 13.-A 1/10.
(16) LAMBOGLii\: Op. cit. nota 11, pp. 2S9, 260 y 261.
-
167-
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14
16 y 17) Cuerpos de ánforas, carentes de cuello y asas, de perfil
triangular, muy apuntadas en sus partes inferiores (fig. B, num. 16 y 17)
18) Anfora desprovista de cuello, de forma globular alargado (fig
13, núm. 18).
Pertenece al tipo oleario hallado en las costas de la is.la Gallinari¡¡
(Aibenga) y fechado entre los siglos 11 y 1 antes de J . C. ( 17).
19 a 21) Tres ánforas olearias de tipo semejante a la anterior, también desprovistas de cuello, pero de menor tamaño (fig. 13, números 19
a 21 ).
22) Anfora de pequeñas domensiones, cuello corto, de borde salien·
te y redondeado, asas completamente curvas, panza cónico-globular y botón circular en la base (fig. 14, y Llm. IV, b)
Fi¡. 14.-A 1/10.
Quizá sea esta poez:a el hallazgo mas interesante de todo el conjunto,
pues se trata de un ánfora de tipo rodio o massaliota, de características
parecidas a la hallada junto a la isla Gallinaria (18), de la que sólo se di ·
ferencia en que la nuestra tiene las asas algo mas elevadas y el cuerpo
globular menos destacado, tendiendo hacia la forma cónica u ovoide co·
(17) N. LAMBOGLJA: uRilievl e ricuperl atdleologid inoomo .U'isola Galllnada",
. ,, Anl del Il Con.g.res•o Inoemotionalo di Archeologa Sonolt1JlrinA (Aiben¡a, 19S8). Bord.i~hera, 1961, p. 138.
(18) N. LAMBOGLIA: "La pl'ilm c:ampa¡na sonomarina del "Daioo", nelle acque
li¡uri", en Rivist=o lngauna e lnt
Bordi¡hera, 19S9, p. 298, r111. 7.
-168-
[page-n-197]
H"LUZCOS AIIQIIEOLOGICOS SUBMAJUNOS
IS
mo el de las pescadas en el «plateau des Chevres» en direcció11 a la Isla
de Jarres, en la costa de Marsella y fechadas en el siglo VI a de C. ( 19)
Fue hallada por los inmersores del GISED y entregada al Museo de
Prehistoria de la 01putación.
23) Pequeña anforita de la forma Dressel 33, de cuello corto y bor
de curvo exvasado, asas en arco y panza fusiforme. Las asas ;e diferen
cían de la forma 33 de Dressel por ser más curvas, acercándose al tipo
semicircular de la forma 30 (fig. 15)
Fig. IS.-A 1/10.
Puede considerarse cronológicamente entre los fines del siglo 111 y el
siglo IV después de J. C. (20).
También fue encontrada por miembros del GISED.
Como se ve, la zona cuyos materiales Inventariamos se presentó muy
rica en hallazgos arqueológicos de muy distintas épocas, y además, cono
cemos noticias sobre la existencia de diversos campos de ánforas, que,
afortunadamente, permanecen ignorados de los pescadores aficionados,
destructores de la riqueza arqueológica de nuestras costas.
(19) F. BENOlT. "Amphorts arccques d'onamc ou pro''l:tW!tt mancillaitc", en
Rivis11 di Sl\ldi Li¡url, X:XI. Bordigbcra, 19SS, p. 34, fi¡. S y 6.
(20) LAMBOGLIA: Op. cil. 11011 11, p. 243.
-
169
[page-n-198]
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'lARTL~·SAI.UilES.
llalla~gO>
en la
~ona
dd Saler
[page-n-200]
:ltAR'l' I!"· SALUDES.
llaU3tgos en la tona clel Saler
Li\JVI. U .
[page-n-201]
1
MARTJN-SA LODES. llallnz,os en In zona del Saler
Lf\M. 111.
[page-n-202]
MA RT I N-SALODt:S.
a)
ll:olllugos t.n la ~onn d~l Salor
w \M. 1\'.
[page-n-203]
ANTONIO GARCIA Y BELLIDO
(Madrid)
Estatua de bronce descubi er t a
en la playa de Pinedo (Valencia)
Entre los hallazgos submarinos de Importancia acaecidos en España
destacan egreg1amente dos: el magnifico sarcófago de marmol con el
mito de Hippólitos y Phaidra ( 1), pieza griega excelente «pescada>> en
Punta de la Mora, cerca de Tarragona en 1946 y hoy gala de su Museo,
y el e~"tupendo éphebos de bronce recientemente rescatado de las arenas
de la playa de Pinedo, sita a unos 6 km. al Sur de El Grao de Valencia.
y ahora en el Museo de la Diputación de la ciudad del Turia (2).
Los hallazgos submarinos vun siempre acompañados de circunstancias
curiosas, hasta novelescas. Asi ocurrió con este de Pinedo, El dia 8 de
diciembre del año 1963 un grupo de nadadores se dedicaban a la pesca
submarina como a unos 300 metros de la orilla y a una profundidad de
uno~ 10 metros cuando uno de ellos se apoyó en algo movedizo que re·
sultó ser un pie humano. Como la estatua yacía entre rocas y estaba cu·
bierta de arena de modo que sólo asomaba el pie, el nadador, creyendo
e-ra el de un cadáver, subió a la superficie para dar cuenta a sus com·
pañeros del macabro encuentro, Descendieron varios y tras limpiar el iu·
gar se hallaron a11te la magnifica estatua broncínea de que vamos a tra ·
tar. Rescatada de l fondo, al dfa siguiente fue trasladada al Museo donde
ingresó el 9 del mismo mes y año. En la misma zona -aunque a l parecer de ctro pecio-- han aparecido varias ánforas romanas y algunos ce·
(1) V6ase mi libro "Esc:ulruras rtnn=u de Es~ y Portugal". Madrid, 1949, n.• 262.
(2) La primera noticia científica de ella la dio don D . Flctcbcr en "Geocralitot". Valencia, núm. 4 y S, 1963-1964, 71 s.
-171-
[page-n-204]
2
A. GARCIA BaLIDO
pos de onda Indicando que el lugar puede aún darnos alguna nueva sor-
presa (3)
La figura es por su tamaño algo menor que el nalural. Mide 1,45 m.
de longitud, pero como la actitud de la estatua es un poco encogida, ello
viene a corresponder a una f1gura que, erguida, medsria corno un metro
y medio, o poco más, lo que hace de ella una imagen algo menor que el
natural. Tiene pátina verde con manchas ocres, verde oscuro y verde claro. El grosor del bronce es, por término medio, de 1 mm. Fueron piez.Js
aparte lcr.; dos brazos y las dos piernas. Muestra multitud de fallos de
fundlci6:-~ que fueron en parte rellenos con piececitas rectangulares embutidas. Son abundantes éstas, sobre todo en la rodilla izquierda y en el
cuello. Los ojos, como es harto frecuente, fueron piezas (¿de pasta vitrea?) aparte y embutidas. Al perderse éstas o descomponerse por su secular sumersión en un med1o corrOSIVO, quedaron las cuencas oculares
vacías, como hoy las vemos (Um. 1 a 111).
Figuras grandes y enteras de bronce, sólo han aparecido en España
(prescindimos, naturalmente, de aquellas otras de las que se t1enen notic•as pero no han llegado los ejemplares a nosotros, así como las de tamaño pequeño o medio), como una media docena nada más. El Apolo de
Tielmes (Soria), en el Museo Arqueológico Nacional (4), el lampadoforo
del Museo de Tarragona (5), varios trozos de la gran estatua de emperador cpescada» en las aguas de Sancti Petri y hoy día en el Museo de
Cádiz (6) y, recientemente, el magnifico Baco joven descubierto en An
tequera (7). Ahora se añade a ellas la de Pinedo.
Representa el ejemplar valenciano a Apolo más bien que a Baco con
el que pudiera, sin embargo, confund•rse y acaso identificarse si con la
est&~tua hubiese aparecido algún atributo que dirimiese el problema. Pero
en lo que hoy nos es dado ver las guedejas que caen en bucles o rizos
sobre los hombros más nos parecen de Apolo que de Baco, tanto m.i:;
cuanto que, de ser este último, su cabeza se hubiese adornado probablemente con corona de yedra o pámpanos de vid, cosa que no parece presentar. Se le figura corno sentado mdolentemente, con la cabeza ligeramente alzada y el brazo derecho en alto, apoyando su mano en la cabeo:a o, más bien, dejándola descansar sobre ella, pues apenas la toca. Probablemente se sentaba sobre una roca de piedra natural, aunque labrada,
(3) V&se en este mismo ''olumcn d t.ntbajo de Martin y Saludu sobn otros ballu-
gos en esta
ZOTJ.L
(4) F . ALVAIU!Z-OSSORIO : "Una visita al MuS
(6) A. GARCIA Y BELLIDO: "Hcrculcs Gaditaous~. ArchiVo Espoñol de A.rqucoloeia, X:X.X'VI. Madrid, 1963, poi¡. 90 y u.
(7) A GARCIA Y BELUDO : ''El Mdlcphebos en bronce de Antequua". Artlúvo
Español de Arqucolcgf.a, XXXVTT. Madrid, 1964, pág. 22 y u.
[page-n-205]
m. BRONCE
DB PINI!DO
3
al modo que lo están otras figuras similares, también broncíneas y en la
misma actitud, como las de Nápoles El tronco se echa un poco hacia
atrás dando lugar a una curvatura acentuada de la espalda y 11 una depresión equivalente de la región abdominal. Ello haría creer que el asiento (cualquiera que fuese) tenia respaldo, pero tal suposición no parece
viable, al menos juzgando por los casos similares conocidos. La pierna
derecha, que fal ta, se extendía hacia adelante al paso que la izquierda,
que conserva íntegra, se retrae un poco, todo al modo de sus más cerca·
nos paralelos que luego citaremos. Afortunadamente se ha conservado
muy bien el resto y no requiere un gran esfuerzo de imaginación el figurarse la estatua entera, tal corno era a l salir del taller del fundidor (fig. 1).
Flg. 1
Fáltale sólo, para que esta restitución mental sea más exacta, una limpieza cuidada que arranque sin daño para la estatua ni para su bella pátina, las concreciones que la cubren desfigurando sobre todo el rostro.
El día que esto se haga y un escultor bien impuesto le añada la piema
que falta (cosa factible sin menoscabo del respeto debido a la pieza y sin
caer en lo que pudiera parecer mixtificación), la estatua de Pinedo se
presentará ante los ojos del contemplador con toda su real hermosura.
-
173-
[page-n-206]
4
A. GARCIA B1!LLID0
Apolo (si ta l es) se hal la representado aquí según un tipo derivado
de una creación del siglo IV antes de J. C., concretamente de F'raxiteles
Y digo derivado porque no es precisamente el mismo modelo praxitélico
el que se ha seguido aquí, sino una adaptación posterior en la que, con·
servando lo sustancial, es decir, su gesto en brazos y tronco, se le ha re·
presentado no en pie y erguido como en su prototipo, sino sentado, según gusto a lgo posterior que ha de caer ya en plena época helenística.
En efecto, la posición de los brazos y, especialmente el derecho, que apo·
ya sobre la cabeza, aparece en creaciones praxitéllcas, muy particularmente en el llamado Apolo Lykeios. De esta creación es el mejc;r trasun·
to la copia que guardan los UHizl de Florencia (8). Pero hay otras répli·
cas y variantes más o menos próximas como son las dej Albertinum 4e
Dresden, la del Museo Capi talino de Roma, la de Cassel, la del LouyN,
el Apolo de Sutri, en el Museo de las Termas, etc. (9) . Por la posición
de ambos brazos, el bronce de Pinedo sigue muy de cerca este modelo
praxitélico al wal evidentemente imita. Pero aunque Praxíteles cr~6 otras
obras con características similares en el modo de jugar con los br,.zos ( 1O)
no sabemos haya hecho ninguna sentado, como es el caso .de nuestro
bronce. Al parecer es luego cuando se crea (respetando, em~rCJ, la actitud del tronco} la modalidad sedente que inspira a dos fi~uras estrecha·
mente emparentadas con la valenciana. Me refiero al Sátiro ebrio, en
mármol, del Museo de l Vaticano (11) y al Satirillo durmiente de Hercu·
lano (Lám. IV, a} hoy en el Museo de Nápoles, deliciosa obra en bronce
que nos permite reconstruir in mente lo que fuera en su tiempo el Apo·
lo (?) de Plnedo (12},
En estas dos últimas piezas la cabeza está algo más echada hacia
atrás que en la nuestra. Ello es fácilmente explicable por querer repre·
sentar la embriaguez o la somnolencia propia de l embriagado. En la de
Pinedo, que parece figurar a Apolo, esto no era necesario por lo que si·
gue al pie de la letra el prototipo praxitélico, SI bien c.on a lguna mayor
inclinación hacia atrás de ella. Tal postura, un tanto anhelante, sentimental, «doliente}> diríamos mejor, es su mayor diferencia con el topo praxl·
télico que conocemos, principalmente en el ejemplar citado de Florencia.
Este, dada su posición general, debla estar apoyando e.l brazo izquierdo
(8) Vide, por más reciente y cc>mplcta, la exposición de G. A. MANSUELLI: ~Ga
l!rria degü Uffizi. Le sculture 1". Roma, 1958, 74, núm. 46, donde se da toda la bibliografía pen:inenre.
(9) Vide G. E. RIZZO: "Pmssitde». Milán-Roma,
( 10) p. e. Hérmes de Olymoia y Sátiro e$Cilndando
plica en Ton:aoona). Vide mis "Esculturos". dtad., núm.
(11) AMBLONG : "Vatican-Katalog", ll , 463 ss.
(12) RII!ZLER, eo ' 'Brunn-Brukmann Denkmlilcr",
y paralelos • la que remito por brevedad.
-174 -
1932, ltlm$. U9 "(del que tenemos una bella ré81.
l~m.
594 y la lista de r6plkas
[page-n-207]
S
en un soporte. El bronce de Pineda, cuyo brazo siniestro tiene la mosma
postura, debía reposar también sobre algo, pero no hay restos que lo testifiquen. La laxitud de la mano, sin embargo, indica que ésta se apoyaba
suavemente, sin presión ni peso, sobre algo que yo sospecho fuera la lyra
apolínea, que descansaría en el terrazo.
A esta postura sedente y con el brazo derecho en alto responden va·
rios testimonios más que no es preciso enumerar Uno de ellos el torso
recientemente hallado en Barcelona y conservado en el Museo de la Ciu·
dad (13), otro el de Pérgamon, en el Museo de Berlín (14) El broncecito de Elche representando a Hermes, hoy en e l Museo Arqueológico
de Madrid ( 15) (Lám IV, b) es un paralelo muy cercano a la figura de
Pinedo, y en cierto modo también el Hermes sedente en mármol de Mé·
tida (16).
Una pregunta salta a la punta de la pluma, ¿es original o copia? Aunque no es prudente responder a ella antes de la limpieza de la figura, me
atrevería a creer más en una réplica de la escuela de los copostas neoátticos que tanto trabajaron en tiempos de César y de Augusto, que en
un original propiamente dicho. No obstante obedece, en todo caso, a
creaciones tan próximas de sus Imitadores que podria tenerse como pie·
zn poco posterior a los modelos que imita y, por tanto, como un quasl
original
(13) A. BAUL: "Materiala P=l un Corpus de C$CU!tura romana del Convmtw
Español de Arqueología, XXXV. Madrld, 1962, pág. IS3 y
,._, donde ae mumc:rnn algunO$ paralelos.
(1-4) Ver "PUJ1111I16n", VIl, 14m. 26, 10,
{IS) "Escultur.os", l'1l cittda, núm. 70.
{16) Ibidtm núm. 66.
Tnrracooensia (11)". Ald!ívo
-
1?5-
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GMtC'IA l' BELLIDO.- Estat ua de bronu de Pinedo
J.A~1.
l.
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GAJtOlA Y BELLWO.-Est:o tu a de bron ce de Pluedo
~
'
•
1
LAJ\1. ll.
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GARClA l' BELLIDO.- Esta!ua rle bronce rl e Plnedo
LAM. I D .
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OARCIA l' BELLIDO.- Est:ttun ele bronce de Pincdo
LAI\1. IV.
[page-n-213]
NORBERTO MESADO
(Burriana)
Breves notas sobre las ruinas romanas
de «Eis Estanys» (Almenara)
Las pequeñas elevaciones de Almenara forman una barrera natural ,
limitando la gran llanada de la Plana castellonense de los llanos de Sagunto, limite asimismo de las provincias de Castellón y Valencia.
Debido a que corta, casi en su totalidad, la vía costera, su riqueza
arqueológica es grande, viéndose aflorar, en diversos puntos de estos montlcu los, restos de los d iferentes pueblos que por ella transitaron.
Estas lomas solitarias, desmembradas de la bravía sierra de Espadán,
llevando la dirección NO.-SE., fenecen entre lagunajos y grandes almarjales, a tan sólo dos km. del Mediterráneo.
La Corona, el Monte del Castillo (punto más a lto de este pequ~ño
complejo, 178 m. de cota, a los pies del cual en su ladera de mediodla
se asienta el pueblo de Almenara). Les Forques, El Duc, El Cid, Montaña Blanca y los de Els Estanys, fonnan los principales puntos de esta barrera montañosa. Esta última loma, conocida hoy con el nombre de <
cuales pertenece. En el la están los restos de los cua les vamos a tratar y
que, aún hoy, se siguen llamando del «Templo de VenUS>¡ (2) .
Estas págmas hubiesen sido imposibles sin la gran recopi lación de no
(1) T. ROJG BAT~: uAlmc:nara en el siglo XVI". Bolctln de la Sociedad
O.srclloru:ose de Cultura, UI. Casrellón, 1922, p6g. 282.
(2) J. SANCHEZ ADELL: "Guía de la Provincia de Casteli6rJ':. VIUaneal, 1965.
18
1'77 -
[page-n-214]
2
N. MRSAOO
tas y bibliografía efectuada por el Dr. Alcina Franch, cuando en 1949
estud•ó estas ruinas, publicando un •nteresante trabajo (3)
Durante estos 16 años transcurridos no se ha vuelto a tratar de ellas
En el verano de 1965, efectué una nueva revisión del monumento, consecuencia de la cual son estas notas, cuya finalidad es lü misma que la
apuntada por el Dr. Alcina hacer ver que es Indispensable una total y
exhaustiva excavación de estos mteresantes restos arquitectónicos.
Descubiertas las ruinas por Pla y Cabrera en la primavera de 1799 y
tras los continuos saqueos de campesinos y curiosos, el monumento había llegado hasta 1949 sin apenas excavación científica alguna. Fue en
esta fecha cuando el Dr. Alcina, del Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Valencia, con los permisos correspondientes y una reducidísima subvención económica, llevó a cabo las únicas excavaciones científicas que hasta el presente se han efectuado, realizando el estudio de la
planta del monumento C. Pero a cnusa del estado en que ~:;taban las
capas de tierra fue imposible fijar una estratigrafía segurn, pues se encontró todo en franco revoltijo y repleto de cerámicas med:evales. El
hallazgo de tres sepulturas en el lado oriental del monumento indujo a su
excavador a opinar que pudiera tratarse de un mausoleo romano de época
•mprecisa.
En su estud10 separa tres puntos de rumas (fig 1) . las que lfama
•:estructura A», sita en e l punto más e levado de la loma, hacia el Oeste;
«estructura B» hacia el Este y el «Monumento C», en la falda merídio·
nal, a tan sólo 1O m. de la estructura anterior, objeto de su estudio en
mayo de 1949 y objeto hoy de estas breves notas.
NOTAS DE PRINCIPIOS DE SIGLO RELATIVAS AL MONUMENTO
Desde que fueron descubiertas las ruinas por Pla y Cabrera a fines
del s XVIII hasta finales del XIX, trataron de ellas diferentes cronistas,
con más o menos fortuna, atribuyéndolas al Templo de Venus Afrodita,
citado por Polib1o, cercano a Sagunto (4). De tiempos Inmemoriales las
calizas de estas ruinas eran aprovechadas para muy diferentes construcciones norias, alquerías, torres, etc. Tanto es asi que al princ1piar nuestro siglo, las diferentes personas que las estudian o nombran, ya no en-
( 3) J. ALCINA FRANOJ: "Lao ruinu romanat de Almc:mno". Boleún de la Soc.cdad Castdlonense de Culmn, XXVI. Castdlón, 1950, pAg. 92.
(4) "Después de intimidar a bs mñus IMricas que hobitaban JUDlo al paso dcl río
lkgaron o b ciudad de Sagun1o y acam.,oron a la distancio de unot ~nra etllldios
e
-
178 -
[page-n-215]
LAS RUINAS DE. nRLS BSTANYSH
3
cuentran el lugar exacto de la planta que anteriormente habían trazado
los cronistas. Veamos, en prueba de ello. unas notas tomadas del señor
Sarthou Carreres (5}, que al mismo tiempo nos mostrarán con bastante
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Fig, 1.-Plllno de In zom de ''Eis l!stanys".
l.-Estructura A.
J'l.
3.-EI monumento C.
2.-I!SUUCl\101
4.-E.nterra.mitOIOS.
S.-Hc¡rno ccr4mico.
6.-Cab:ada.
].-Carretera.
8.-Cantera.
9.-Eis Es11mys.
10.-Campos de E. Rodrigo.
precisión el estado de estas ruinas en 1923: «Según testimonio del doctor
Bautista Figols, cura de Almenara, toda la cantería de la Torre del Mar
que volaron los ingleses en 1801 (fabricada según decian en el reinado
d;- Carlos V), se transportó de aquel monte, igualmente que toda la obra
(5) C. SARTHOU CARRERES: "Provincia de CasteUón". Geognúla G Reino de Valencin. Dlll'Cclono, s. a., pág. 74S.
-
1'79-
[page-n-216]
nueva d.e la capilla del convento de Almenara, en cuya plaza ~e colocó
una de las grandes bases de columnas traidas de aquel sitio para poner
una cruz; fue tanta la piedra azul labrada transportada de aquel monte
del templo, que ocupaban toda la plaza muchas poedras atallarttadas con
el más perfecto pulimento))
Decíase esto en 1818, pero sig los antes ya habial"' principiado esta
enorme sustracción de los sillares procedentes de «Eis Estanys», pues la
hoy arrasada torre que llamóse Bivalcadim, situada junto a la puerta pri,, copal del castillo para su defensa, todavía conserva parte de las calizas
que interiormente la revestían y que, junto a otras muchas que se ven
por toda la arruinada fábrica del castillo, destacando su buena labra y
azul saguntino de la rojiza coloración de las murallas, son de ractura ro
milna. Entre este material debieron hallarse algunas lápidas con inscrip·
ciones (6).
Sarthou Carreres dice del Templo de Venus: «Sobre la planicie de
una colina de JO pies de elevación por 60 m. de extensión, ~obresalen
los restos del templo, en los que los citados Pío de Saboya, Ch;.bret, Ce·
brián y otros, han apreciado importantes detalles, y nosotros sólo hemos
podido ver el pequeño trozo de muro de argamasa de un m. de altura
que representa el adjunto grabado, un capitel de piedra greco-romano,
piedras esparcidas por la meseta y restos de una escalinata, encarados al
sur.. . PI a y Cabrera vio cinco pedestales de columna en pie, con inscrip·
clones sepulcra les en cuatro de ellos. Y mi difunto tío (Chabret) . .. , a
finales del pasado s iglo, ya vio tan sólo restos de tres pedestales y parte
del pavimento. Hoy ya ni eso... ».
En la misma Geografia, Huguet Segarra escribe: «lo que hoy apare·
ce en estos lugares, sobre el suelo, a la vista de cuantos por ellos pasen,
no es más que un capitel dóriczo, que no acusa gran pureza de estilo, y
algunos paredones, escalinatas y cimientos de mampostería, completándose estos escasos restos romanos con otros insignificantes fragmento~
recogidos por la Comisión de Monumentos, que se conservan en el Mu·
seo Provincial» (7).
El Sr. Sarthou, en las páginas 200 y 743, nos muestra dos interesan
(6) P. PITA : "L~pidu ob Tomgooa". Boletln de la Rt:~l Academia de la Historia, l.XJV, cuaderno U. Madrid,
1914, ~- 193.
O. FU!TCHER y 1. ALCACER: • Avance a una arqueolo¡ía romana de la Ptovincia
de CasteUón". Boletín dr la S«iecbd Casltlkmcntc de Cultura, XXXI. CasteUón, 195S,
p4~~o 331 y os., en donde se reproducen las nums. 3.973 o 3.983 y 6.0S4 a 6.061 (la 3.m/
6.0S4, hoy en Sngunto, y la 6.0S7, boy en Barttlona).
(7) R. HUGUET SEGARRA: "Reseña hitt6tlca del detenvolvlmienoo cullural anls·
1ico". Geografia General del R.c:íno de Valencia, tomo de la Provincia de Cottell6n. Bar·
cdono, s. a., pj¡. 201.
-180 -
[page-n-217]
LAS RUINAS De "SLS ESTA~""\'s''
S
tes fotografías en cuyos pies leemos. <
de la página 743, estas ruinas están sobre la loma, o sea, en el complejo
13 y no en la ladera del Mediodía, que es, en realidad, donde se encuen·
tran las ruinas que se suponían del Templo de Venus.
También Roig Bataller (8) apunta : « ...en cuya cúspide aprécianse la~
ruinas del antiguo Templo de Venus Afrodita».
Vemos, pues, cómo a principios de nuestro siglo el monumento C de ·
bf<: estar ya, «convertido en un gran pedregah>, según expresión del doctor Alcina, habiendo pasado su atribución a .las ruinas más visibles sobre
la loma oriental, es decir, el complejo B, que seguramente en un princi·
pio tuvo también su riqueza arquitectónica, pues no se explica que tan
gran cantidad de sillares hubiesen pertenecido únicamente al monumento C. En .la figura de la pág. 200 de la obra de Sarthou. observamos cai·
da una rota base de clásico perfil con el arranque de su estriado fuste y
hacia la derecha restos de muros que parecen conserven sillares, hallán·
dose, en el centro de la plancha, el descarnado muñón de mampostería
de la página 743
Con todo ello podemos apuntar:
l .-Que es indispensable una sistemática excavación del complejo B.
2.-Que el monumento C volvió a permanecer ignorado hasta su redescubrimiento por el Dr. Alcina en 1949.
EL MONUMENTO
PROBABLES ACCESOS
Parece que había cuatro accesos (fig. 2):
Uno (punto e-f del muro AD), según su excavador constaba de un
pavimento y dos peldaños para franquear la puerta por la cara Oeste, la
que no pudo estudiar bien por acabárse le la consignación. Hoy está cu·
bierto de nuevo.
Otra escalinata en el lado sur, que parece la cara frontal del monumento, de la que se aprecia en una longitud de 4,50 m. entre los puntos
O y X, habiendo en éste dos pequeños sillares .~e co)or pardo, distantes
entre si 1,80 m . La escalera parece que tuerza en O haci;l el Oeste. Esta
(8)
ROIG BATALLI!R: Op. cit. nota l.
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181-
[page-n-218]
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2.-Plano de b CollSUUCdón C.
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[page-n-219]
7
cara del monumento mira hacia unos campos que al ser roturados han
p roporcionado paredones, huesos, si llares, etc.
Posiblemente hubo otro acceso en la zona Este, pues se advierte una
rampa natural que lleva a los pies del cerro, donde hace unos 30 años
todavía manaba una fuente y empieza la Jaguna mayor Según don Joaqu[n Lapuerta, existían, antes de ser deshechos por la cantera, unos escalones al pie mismo de la rampa, lo que es factible, pues nótanse pegotes de mortero en los puntos más aJtos de ésta, a pocos pasos del muro BC.
La estructura C dista 1O m. de la B Entre ambas aflora la ca liza de l
monte, sobre la que se aprecian pegotes de argamasa rojizo-vinosa, distantes 7 m. del muro H de la planta C. Alcina cree este muro probable
contrafuerte, aunque sólo lo exploró superficialmente. Junto a este posible arranque de muro, a una distancia de 1'45 m. hacia el Oeste, encuéntrase o tro arranque - letra G de nuestra planta- que lo hace paralelo a l anterior, naciendo de l mismo muro AB como un mediano sillarejo «in situ» (Lám. IV, 1). Ambos llevan la d irección ascendente hacia
la estructura B, pasando sobre los pegotes de mortero señalados. El esca~o desn ivel entre las dos plantas, 1'70 m. aproxrmadamente, y el ser los
dos complejos de la misma época, hacen de interés la hipótesis de que
hubiese habido en este punto una comunicación entre los complejos C
y B.
LA PLANTA
D~L
MONUMENTO C
El Dr. Alclna presenta en su citado estudio una planta que llama mo·
numento C, falta de unidad en su z.ona Sur y Este. Guiado por esta ano·
malla, hice minuciosas observaciones, viendo con clarldad que debiera
terminarse de excavar aquellos puntos de capital interés que con seguridad nos darlan mayor lu:t a l respecto.
La nueva planta ( fig. 2). difiere bastante de la tra:tada en mayo de
1949. Ya apreCiamos en ella la que anteriormente halló Pla y Cabrera,
reproducida después por Chabret y Garcia y Bellido
Su forma es la de un perfecto paralelogramo, con dirección aproximada Este-Oeste, de 17,05 m. por 8,45 m., al que hay que añadir )os salientes M y M', éste desaparecido, y por tanto probable, que harían la
extensión total de las caras laterales de l 0,30 m.
Someramente damos unas notas de cada uno de los muros.
MURO A8
Este paredón presenta, por su parte Norte, en G y H, unos probable>
arranques de muro. En A, por ser esquina, existe «in situ» un fuerte si-183-
[page-n-220]
8
S. MI!SADO
llar Sin embargo, en el ángulo formado por este muro con el 1, sólo exos·
te una pequeña caliza de 0,43 m. de larga, por 0,30 de ancha y 0,15 de
alta, ocupando la misma posico6n que el sillarejo, del cual nace el muro
G. ¿Se trata de restos de dos contrafuertes? Ello afirmaría que este pun·
to no es una esquina del monumento. Por otro lado tenemos que para
que desciendan, a ¡partir del muro 1 hacia el se las curvas de nivel (Lámina l. 3) aún quedan por salvar 7,50 m. Realizada una pequeña lim·
pieza del terreno hacia 8, se comprueba que continúa el muro hecho de
los mismos materiales: calizas más o menos escuadradas asentadas sobre
mortero de yeso y arenillas. De la cara de poniente del sillar A hasta el
paramento de levante del muro 1 mide 12,65 m. y 4,40 desde este punto hasta el desaparecido sillar 8, dando una medida total de 17,OS m
MURO
ec
Testigo de este muro es el robusto sillar que queda en pie a 3,35 m.
de 8, sillar que, roto por su cima, aún aflora 0,80 m., siendo su ancho
de 0,45 m.; el resto de este muro nunca se excavó, pero limpiada una
pequeña zona se encontró en e, a una distancia de 5, 10 m. del sillar an·
tenor, restos del muro en cuestión, hecho también de piedras callzas
asentadas sobre la roca del monte, mediante idéntico mortero blanco (Lámina 111, 1)
MURO -'D
Este muro presenta a 2,65 m. del ángulo A una puerta que tiene de
luz 1,40 m Por el Sur, en M, un fuerte conglomerado dl' mortero blan·
co y medianas piedras, que debió estar revestido de sillares, lnterprétase
como machón o pedestal, debiendo haber existido a ambos lados del monumento (puntos M y M') . El sillar f de la puerta de est!l muro es más
largo y estrecho que el inferior o (Lám. 1, 4). teniendo éste, al igual que
el A, más consistencia y robustez. El A mide en su cara Oeste 0,53 m.;
el sillar e en su misma cara 0,48 m. y e l f sólo 0,30 m. A y e tienen, respectivamente, 0,53 y 0,55 m. de lado Sur y f 0,68 m. Ante esta ¡moma·
lía, limpiando la tierra que cubría f por su cara Norte. se comprobó se
trataba de una cornisa (Lám. 111, 4), lo que hace muy hipotética estil
puerta, por lo menos en la primera epoca del monumento
MURO DC
Fue ej más fuerte de todo el monumento, sirvoendo de contención <~1
terrapl~nado que interiormente se hizo para nivelar la planta, situado,
-
184 -
[page-n-221]
J
9
por tanto, donde se inicia un considerable desnivel, por lo quol es el ala
Jel monumento que más ha sufrido la acción devastadora del toempo. Estaba formado por enormes calizas de excelente factura, de las que ~
de a lta y 0,50 de ancha. Junto a ella, ya caída, vemos otra de dlmensio
nes y factura Iguales, que dt>bió encontrarse junto a la anterior ¡punteado
en la planta). no quedando ya más rastro de este muro DC.
MURO 1
Es un muro interior, arrancando perpendtcularmente del AB, a 11,52
m del sillar A. A 2,05 m de la cara externa del muro AB, se halla un.1
puerta (Lám. 11, 1) de 0,64 m de luz, detalle sólo advertido, al parecer,
por Pla y Cabrera y posteriormente por Chabret Este paso interior cons
ta de cuatro pequeñas calizas, dos a cada lado del portón, cortando per·
pendicUiormente la dirección del muro, asentadas sobre el mismo morte
ro blanr.o que traba toda la ptlmitlva fábrica del monumento, midiendo,
aproximadamente, 0,1 8 m. de grueso por 0,30 de largo, cada unu de ella;.
D•cho ncceso estaba cegado por una pared hecha de piedras vulgares
trabadas con tierra. Hay, pue~. una puerta que da paso a través del mu
ro 1 a lil que parece la cámara principal del monumento, hacíé11dolo por
encima de la tumba 11. Parece ser que en el ángulo formado por los mu
ros 1 y 2 no existe sillar, lo que hace suponer que uno de los dos se pro
longaba.
MURO 2
Presenta en su extremo Oeste dos grandes sillares bien trabajados
(Lám 1, 2), teniendo el inferior ta di rección del probable muro 4. Pudie·
ra ser que, en un principio, otro muro hubiese unido el 2 con el AB,
pues podemos apreciar pegot¡¡s del mortero blanco en estos grandes silla·
res por su cara que mira a AB, con lo cual se habrla formado una cámara
interior cerrada. Su excavador nos da una puerta en este muro 2, muy
probable por el principal lugar que ocupa, a 2,55 m. de la esquina Oeste
del muro. Pero en contra tenemos que es extraño que no se hallasen los
basamentos de las jambas oue, de haber existido, permanecerían, pues
es la zona más resguardada
MURO 3
Arranca perpendicularmente del 2, llevando la dirección Sur. Su cons
trucci6n difiere totalmente de los muros anteriores. Mide 3 m de largo,
24
186 -
[page-n-222]
JO
H. MESADO
presentando en su extremo losas calizas mal asentadas. Está levantado
con co~tras del viejo pavimento y roca.s recibidas con tierra. Su cara orien·
tal está aún oculta por las tierras.
MURO 4
Como hemos visto al tratar del Muro 2, el sillar Inferior de su esquina Oeste, lleva la dirección de este probable muro 4, quedando de él tan
sólo tres pequeñas piedras adheridas fuertemente al sillar con mortero
blanco (Lám.l, 2 letra P).
Aunque en la planta dada por Alcina vemos este muro con una Ion·
gitud de 2 m., lo más seguro es que ya debió encontrarse de<.aparecido
cuando lo excavó.
MURO S
También en la pl.:mta tratada durante las excavacrones de 1949 v~
mos que de la cara Este del sillar e del muro AD nace un paredón, tomando la dirección que sigue el muro 2, aunque un poco desplazado d:?
su linea recta, dándole una longitud de 2, 1O m. (según escala de la fig.
4 de !a publicación de dichas excavaciones); sin embargo este muro no
se dibuja cuando se levanta la sección de la planta por EF.
Examinado el sillar e apreciamos que tiene la cara de donde arranca
el supuesto muro completamente limpia de cualquier resto de cal, au.,
presentando esta cara bastante tosca. Por la superficie mteroor donde ~e
deslizaría el muro, está ya a ogual nivel o más que tendría en ia primera
época este monumento, no comprobándose el menor rastro de él
En el citado estudio del monumento no se mencionan medi-:las ni dis·
tanelas en los muros, teniendo que servirnos para ello de las gráficas. En
éstas, el muro 5 está a 3 m. del paramento interior del muro AB, cuando
ero la realidad está a 3,47 m. Con ello parece ser que se hilya querido
élproximar el imaginario muro 5 a la línea del 2 y formar asl el muro con
dos puertas que García Bellido (9) califica de <
vieron con tal confusión estas ruinas que no supieron ni oriemarlas.
~URO
6
Como vemos en la planta de la figura 2, este muro une el muro
AB con el 2, mide, por tanto, 2,60 m. permaneciendo oculto su paramen
(9) A. GARCIA Y BBLLLOO: " ~Un =plo romano llf'Clico m Volencis?". Archl"' &pañol de Arqucolo¡!l1, XX. M•drld, 1947. p!tg. 149.
-
186-
[page-n-223]
11
to oriental. El opuesto es plenamente visible; está formado por trozos de
pavimento arrancados del complejo 8, y rocas sin escuadrar; todo mal
asentado con tierra y nódulos de cal recogidos al extraer los pavimentos
El grosor de los muros AB, AD, 1 y 2 es de 0,60 m.
TECH ICAS EMPLEADAS EH LA CDHSTRUCCIDH DE ESTOS MUROS
Como hemos podido apreciar, hay dos clases de técnicas empleada~
Una con las paredes bien tendidas a soga, procurando que en todas las
esquinas una fuerte y bien labrada caliza monolltica preserve y garantice
la duración del monumento. Asimosmo, e. blanco mortero traba con
l
fuerza las calizas, resultando de buena factura esta mamposterfa. Estos
muros son los que van en negro en la planta de la fig. 2, señalando, aso
mismo, las partes hoy visibles. También pertenecen a esta factura las
tumbas 1, 11 y 111, halladas en las excavaciones de 1949.
La otra técnica está empleada sólo en los muros interiores 3 y 6 jun
to con lo tapiado del portón señalado sobre el muro 1 Como ya quedó
advertido, en su fabricación fueron empleados materiales de suma pobreza; no fueron tendidos a soga, resultando el 6 visiblemente abomba do Trozos de pavimento, rocas amorfas y tierra, han dado paredes de
poca consistencia, derrumbándose con suma facilidad sin ayuda de he·
rramientas.
LA PLANTA DE PLA Y CABRERA
Reproducida por Chabret y luego por Garcia y Bellido, queda identificada con bastal'lte precisión en este nuevo trazado. El saguntino Cha·
hret visitaría con frecuencia estas zonas dada su proximidad a Sagunt?.
Si reprodujo, pues, la planta de Pla y Cabrera es porque la daba por bas
tante buena. Alcina Franch nos dice que antes de efectuarse "xcavación
alguna el terreno era un pedregal, aflorando sólo unos trozo; de muro
en la zona norte de estas ruinas. Tenemos, pues, unos visobles muros e1
esta parte superior, estando el resto cubierto por pedregal; en el cono
de deyección habría elementos arquitectónicos que, al Igual que hoy, harían aquel punto más llamativo. Entonces verian con claridad el muro
AB y parte, quizá, del arrasado muro BC hasta el sillar. Además, Pla y
Cabrera reali:z:6 excavaciones. En el muro 1 ya vieron su puerta de comunicación entre lo que creyeron cámara secreta y una nave later<>l del santuario. En el muro AD aflorarían los dos sillares que nos marcan una
puerta, y algo advertirían también, por medio de alguna cata, de la es·
calera de este lado, que en 1949 dejóse sin excavar. Todos estos dato;
les fueron suficientes para trazar todo el complejo que puede verse en
-
187-
[page-n-224]
ll
la mencionada Geografía General del Reino de Valencia (pág 745). en la
que el Sr Sarthou anota. « •.. nos dio el mencionado cronista saguntino
(Chabret) el sigurente croquis y descripción: ceA, vestigio de la escahna·
la que daba acceso al templo por su puerta principal y a su vestíbulo
(pronaos), así también como en B está en pie el muro que dividía el san·
tuario (celia) de la cámara secreta (aditum), con sus dos entradas en los
extremos. En el costado C se ve un pavimento de hormigón de ladrillo
que tenia 50 pasos de longrtud en tiempo del Príncipe Plo, donde aparecieron, al tiempo de verificarse las excavaciones, cinco pedestales d~
mármol azul saguntino, con sepulcrales inscripciones (aunque aparecre·
ron vestigios de haber sido ocho), colocadas paralelamente según rndic1
la figura adjunta" (fig. 3) 110)
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O.abret.
Más dificil es ya la interpretación de este pavimento de 50 pasos de
longitud. Quizá, como apunta el Dr. Alcina, esta plataforma ~61o puede
estar a los pies de la escalera OX, sitio en el que hay una extensa superficie semihorizontal. Al situar los viejos cronistas este pavrmento de
50 pasos junto al monumento, en su cara sur, hipotéticamente c.abria esta
solución. Antes de efectuarse las excavaciones C
(10) Hay que advenir que d limite dd pavimento roto C. 1unto con la ot•cotaeión,
es decir, lo uuado con JUionos, aparece en la plant:l del estudio dd doctor Aldna, pero
no en la de Sanhou; pero por haber •ido amb., na.zadu por Olabrrt u por Jo que
están pRS
(11) ALCINA FRANCH: Op. cit. noto 3.
-188-
[page-n-225]
13
ser también lo que vieron en e l lado sur del monumento Pla y Cabrer,,
junto con Chabret; puesto que también en su planta aparece rota la zo·
nil más meridional de este pavimento, debido al considerabl<> desnivel
que sufre la ladera por esta parte. Luego apreciamos en su planta, ;;1
Oeste del pavimento, cuatro pequeños cuadrados colocados simétricamen
te e iguales, pero con puntos; los vemos en el lado Este. Esto5 dos pun ·
tos pudieron ser los probables pedestales (letras M y M ' de nuestra plan
ta). pues en M , se aprecia aún hoy esta estructura, moentras que en M '
h;; desaparecido, por lo que en la planta de Chabret se trazó por puntos
Esta p lataforma sólo tiene sentido si se terraplenó aquella zona. Sobre
este pavimento estarían las lápidas que encontraron los descub1idores del
monumento Este terraplenado podría ser el que deshizo a fine; del s1gl.,
XIX Vicente Melchor y Polo, pues Alcina nos dice en su estudio: «Este
rico propietario de aquellas tierras para hacer sus huertos de naran¡o>
junto a los estanques extrajo toda la tierra de la falda merklional del
montecillo, encontrando sepulturas, sillares, etc. ~> .
La únoca orientación equivocada parece ser la que trazó L Cebrián
v fue debido con probabilidad a que vería la escalinata que subía por la
rampa de la falda é.ste, ya que nos d •ce: u la escalinata miraba al mar»,
por lo que invirtió toda la planta ( 12)
LOS ENTERRAMIENTOS
Fueron encontrados en las excavaciones realizadas en 1949. Se local•·
zaron al Noroeste de la sala interior del monumento Aún pu~den verse
las estructuras de las tumbas 11 y 111 (Lám. 11, 2). Por el tipo de mate
riales empleados en su construcción y lo apuntado por el Dr. Alcina, no
cabe duda que son de la primera época del monumento. Lo que llama
fuertemente la atención es la carencia total de ajuar funerario en su tn·
terior, cosa más extraña si se tiene en cuenta la gran riqueza del mau·
soleo.
Al ser estudiadas las fosas en 1949, pese a que se hallaron cubiertas
por gran cantodad de tierra y piedras, la tumba 1 estaba cubierta con do~
losas «que no cerraban sino una parte de la tumba». La 11 tenia en la
parte central de la cubierta «una zona del cemento rota>L Limpiada est11
zona quedó al descubierto una gran losa con un pequeño agujf'ro (¿para
ofrendas>). La entrada a esta tumba era por su cara Oeste. El esqueleto
(12) Fuenc apoyo o oodu C$UIS sc:mejanus de lo planra cbda por los vitjOl crOJiliou,
o:s lo cncútil1lll colocación de lo pequcl\a pue.rta que OlabRr da en B, oporedendo m lA rcalicbd 1 oó1o 37 an. del muro 2.
y 111 nuo:smo
-
189 -
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14
N. AUISAOO
tenía la parte craneana al Oeste y pies al Este. El Dr. Alcina apunta al
respecto que « des superiores se hallaban algo removidas; producto, sin duda, de haber
Intentado averiguar algo por medio de un palo o bastón por el mencio
nado agujero• (13) , diciendo a continuación que la entrada estaba in·
tacta.
Dado que la losa que la cubre tiene un ancho de 1,30 m., un largo
de 1,82 m. y un grueso de O, 16 m., con un pequeño agujero hacia su
centro, es muy d ificil que, con un palo, pudier<~ llegarse hast.1 el lugar
junto a la entrada dond;! estaba la parte superior del enterramiento, que
era la única zona removida. La sepu ltura 111 se hal ló intacta.
Son muy pocos los datos apuntados para inclinarse en favor o en con ·
tra de la hipótesis de una posible violación de las tumbas, en epoca im·
precisa, por gentes que pretendiesen apoderarse del ajuar en ellas contenido.
FINALIDAD DEL MONUMENTO
La más segura parece la apuntada por el Dr. Alcina, o sea, que se
trata de un mausoleo o construcción funeraria de época romana impre·
cisa, en cuyo caso habría de incluirse en lo que Mélída (14) califica de
«Mausoleos en forma de Templo o Templo-Tumbas» que, segúr> este au·
tor, sólo se han encont rado en Villajoyosa, Sagunto, Sádaba, Fabara, Vi la·
rnodona, Manresa y Corbins, a cuya breve lista podría añadirse ¡¡hora este
de «Eis Estanys" de Almenara.
Pero lo único que puede asegurarse de todo este conjunto arqultec·
tónico, mientras no se realicen más excavaciones, es que hasta el Me·
dioevo llegaron unos restos arquitectóntcos de época romana, probilble·
mente tardía, que fueron habitados de nuevo. La zona Este, correspondiente al muro BC, debió encontrarse ya bastante deteriorada; cerr6se
la pequeña puerta del muro y se levantó también, sirviéndose de las
ruinas que había en la cima (complejo 8), la pared 6; y probablemente
se abrió la puerta delantera del muro 2, si es que no lo estabil ya Con
ello se dispuso de una habitación con acceso por esta puerta. Exterior·
mente a esta habitación hizose otro muro, el 3, que pudo haber soste·
nido un cobertizo junto con el 4 .
La habitabilidad de estos complejos arquitectónicos del cerrillo debieron ser tan intensos o más que en época romana. Ello nos lo asegura
(13) ALCJNA FRANCH: O p. cit. nota 3, p6¡. 117.
(14) J, R. MI!LIDA : "El an~ en Es~ duraote. Ja ~pocn roman•", en füstot~ do
Blpath diri¡¡ida por don R. Menéndoz Pidal, vol. II. Madrid, 193S, P's· 649.
-190 -
[page-n-227]
IS
la gran cantidad de cerámicas medjevales que cubren todo el cerro, haciendo prácticamente inexistentes las de culturas anteriores, aflorando
sólo éstas a los pies de la ladera del Mediodía. Pudo también construirse
entonces la puerta lateral del muro AD.
EL TEMPLO DE VENUS
Esta zona es Ideal para que se levantase en ella un pequeño templo.
Las viejas calzadas indígenas, el gran manantial de aguas dulces que man·
tienen las lagunas a muy crecido nivel, la proximidad a Sagunto y el fragmento del texto de Po)ibio, parecen confirmarlo.
A la distancia citada por Polibio, equivocase o no ésta en dos o tres
H l6metros, no existe otro campamento militar, y menos que ofrezca las
ventajas del que se encuentra en la montaña del Cid. Desde su címa dominase espléndidamente la ciudad de Sagunto y corta toda comunicación al dominar la vieja calzada de la costa que, entre "les Forques» y
«el Duc», por el camino llamado «deis Olmefs», llegaba a la acrópolis
sitiada. El texto díce ; «Escogieron un lugar rnuy bien situado». La estrategia que ofrece dicha montaña por lo anteriormente apuntado y para
recibir recursos de la flota «que iba costeando con ellos» es, pues, innegable. En caso de que nunca hubiese existido un puerto en «Eis Estanys»,
el texto de Polibio nos habla bien claro de que era un lugar muy estratégico para acampar cercano a la costa. No existe, pues, otro punto más
apropiado con todo lo dicho, que «el Cid», donde aún hoy se hal lan las
ruinas de un campamento militar aprovechado a lo largo de toda la histeria, incluso hasta nuestra guerra de liberación ( 15). Por tanto tenemos
que aceptar que rnuy cercano a este punto levanl'óse un templo dedicado
a Afrodita; pero exactamente ¿dónde? Quizá sería más razonable buscarlos en los puntos cercanos, por donde las dos viejas calzadas (la que
pasa entre el «Duc» y «les Forques» y la que lo hace entre la «Monta·
nya Blanca» y «Eis Estanys») cortan esta cadena montañosa de Almenara. Si nos fijamos en la planta del monumento A veremos que su orientación no termina de ser la clásica de planta cristiana; y sin embargo, si
se tuvo el cuidado de que su cara frontal mirase a la calzada romana
(15) El pedmcuo de su mutlllla míde 1.262 m., teniendo forma trapezoidal con 18
torres, vi&ldose inttrionncnn: nOoror por doquier tesros de patedon~ .Entre el murallón
do Levante y el de Poniente se extiende un.1 mecllarul vaguada abiertD al Mediodla, llaDll!da hoy ''R.aeó Rumbero", existiendo en ól dlminu10s fragmento• de cer:lmic:a Ibérica_
En las cla{as señnles de excavación que existen J;Obre la loma de Levanre, a 37 m. del
murallón Sur y a 24 m. del muraU6n ll."c, c:n el interior de l1llll habitación, aparederon
un~ valva de pecten y un pequeño íragmemo de ccr:única gris. Bs posible que_., como afirma
el doctor Alcina, se bllllnran cerámicas medievales, pues al igual que QCUITC en el =ro
de "E.Is Estanys'', éstas se cncuennan en otros puntos de estos montes de Almc.na:m, m~
matcri.Jlles y restos de constt.ucdoncs muy primitivos..-
191-
[page-n-228]
16
que, entre este montecillo y la cMontanya Blanc.l», pasa (16) Los mor·
teros que traban las paredes y el pavimento interior parecen iguales a los
del complejo B y C, aunque es difícil juzgar sólo c:de visu» unos mate·
riales que en todo tiempo se han hecho igual. La pla"lta pudo haberse
modificado acoplándola a las exigencias de otra religión Pero parece ser
que la tradición no nos ha dejado el nombre del santo al que se dedicó
la ermita en esta montaña. Si, a lo que se asegura por su planta, es tan
sólo la de un santuario cristiano, cuando éste se construyó es porque
arrastraba la tradición que en aquella zona hubo un lugar conS
e
Els Estanys
ALMENARA (Castellón)
Zona dr enterramltmlos
EtrttrrDmiMto rt!l
Enttrrami•nto tfl
Oumonl• re-dente-
o
Fia. 4.-Deulk de 1.> :oona • dd pl•n<> de b tia. t.
NUEVOS ENTERRAMIENTOS
Hace tan sólo cuatro años, unos campos de viejos algarrobos, s•tua
dos a ambos lados del camino de la Tallola (fig. 1, 10), se tral"sformaron
en naranjales. El tractor arrancó gran cantidad de enterramientos, de to·
das las formas y clases; pero el informante, don Gregorio Soro, sólo recordaba que salian, entre los esqueletos, hierros casi deshechos. Los en·
terramientos estaban cubiertos por una losa plana, Examinando detenida
mente el corte del reciente desmonte hecho delante del retilo (fig 1,
punto 4 y fig 4). hallé tres nuevos enterramientos
Clnc:u
este punto y en una lon¡itud de 10 m. pueden verse las fuertes sdinlcs de lu ruedas de
!os carros l'OIIIAI>O$, despstc compsrable al exiltorue a ambos lados del puente romauo
d< SAnra Quit:ttia (Almuora), y al del MCamJ d• la Costa", al pie del Molin.U, entre este
n:onte y d momlculo del despoblado ibúico de "La FotQU6" (Borriol).
(16)
~precia
-
192-
[page-n-229]
LAS RUINAS O!
«m.s
ISTANYS"
17
EMTERRAMIENTO 1
Se halla a 7'90 m. de la esquina Oeste del retiro y a 4'50 en ángulo
recto de un viejo algarrobo. Los tres enterramientos presentan parecidas
características: se hallan a 0'60 m. de profundidad y una losa irregular
de 0'40 m. de ancho por 0'06 m. de grueso cubre la sepulturil. Las tres
sepulturas habían sido cortadas perpendicularmente, quedando parte de
la osamenta al exterior. Las osamentas distaban de las losas que cerraban
las fosa~, 0'25 m.
Del enterramiento 1 se descubría la parte superior de las tibias con
sus respectivos peronés (Lám. 111 4). SÓlamente aparecieron dos frag·
mentos cerámicos; e l mayor, de 8 mm. de grosor, está hecho a mano,
siendo su interior negro y su desgrasante finísima arenilla, y su super·
ficle exterior de color siena oscuro con manchas negruzcas, habiéndose
conseguido una cerámica resistente por la cocción y uniformidad de la
pasta. El otro fragmento no llega a tener los 3 cm. en su lado mayor, es
de color siena claro tanto interior como exteriormente, de buena elabo·
ración y hecho a torno.
Estos fragmentos serían de sumo interés para la cronología del ente·
rramiento si se hubiesen encontrado más enteros y formando parte de él;
pero por ser a111bos de diferente cultura y tan pequeños, es probable que
se encontrasen allí cuando se cavó la fosa, por lo que su único valor pue·
de ser el de que el enterramiento sea posterior a estas cerámicas. El frag·
mento mayor parece emparentar más con el Hierro 1 que con el Bronce;
el menor es de factura ibéríca.
ENTERRAMIENTO 2
Se hal la a la derecha del anterior, a sólo 2'50 m. La losa que lo cubre
tiene 40 cm. de ancho por 5 de grueso, habiendo desaparecido total·
mente la parte superior de la fosa . Tanto en esta tumba como en la an·
terior, el cadáver estaba en decúbito supino, con dirección SO -NE. Tras
las fuertes lluvias del mes de octubre, esta sepultura aparecró fuerte ·
mente descarnada por el agua, sobresaliendo del corte vertical del des·
monte parte de los huesos del tronco, que desca11saban robre un pavimento llano de menudos cantos; también lateralmente veíanse piedras
de regular tamaño que parecían trabadas con mortero, formandc:- pared.
ENTERRAMIENTO 3
Se halla a la derecha del anterior. La losa que lo cubría era de ro•
de no.
-193-
[page-n-230]
18
11. M.ESADO
Estos enterram ientos de inhumación, al parecer sin ajuar, tal vez pu dieran refe rirse a baja época romana o incluso medieval.
t< ELS ESTANYS»
<~De la raiz oriental del ú ltimo cerro salen muchas aguas, que forman
tres estanques con comunicación sensible: todos tres desaguan en el azarbe que sigue hasta e l mar, llevando en tiempos regulares de 7 a 8 muelas
de, agua. Desde los estanques hasta e l mar se extienden los marjales
inútiles donde crecen carrizos, eneas y otras plantas ... » . Esta descripción
nos Ja daba Cavanilles entre 1795 y 1797 ( 171 y, como se ve, nada ha
cambiado en los 170 años transcurridos.
De los tres estanques el mayor, que es el central, nace al pie de la
ladera oriental del montículo de «Eis Estanys»; también se le conoce con
el nombre de estanque de los cisnes. Bordeándolo existen construcciones
de mampostería y en el centro una torre normalmente cubierta por las
aguas. Del interior de este estanque se han sacado diversos materiales
arqueológicos ( 18) .
Estos estanques desaguan en el mar por un canal llamado «El Bras»,
en distintos puntos del cual se han encontrado restos de sillería ( 19).
HALLAZGOS VARIOS
PIEDRAS LABRADAS
Muchas debió contener e l monumento. Quizá alguna no lo fuese de
este punto, pudiendo haber pertenecido, como ya advertimos, al complejo B o incluso a alguna de las construcciones ubicadas en lo que hoy son
naranjales al pie meridiona l del cerro, pero no cabe duda que las que revelan riqueza arquitectónica pertenecieron a lo que venia llamándose
Templo de Venus.
Aquí reseñaremos las que siendo de interés para este complejo C, no
fueron citadas en 1949.
Junto al retiro (fig. 41 que a los pie~ de este
montículo existe, se hallaba una pieza de mármoJ blanco (Lám. 111, 3) c.llínPiesa de Mármol. -
(17) A_ J. CAVANlLLES: "Observaciones sobre la Historia Nntuml, Goografla, Agricl!lrum, población y !rutas dellleyno de Valencin". Madrid, 1795.
(18) G. MARTIN: ''El problema de las la~unas de Almenan~. Actas del Ill Congreso lnternacioru¡J de At"queologla Sublllllrina (Barcelona, 1961) (en prenso).
(19) M. CUECO ADRIAN: "Los In$ puenos de Sa¡¡unto". Valcncin Atracción nllmero 300. Valcnci~, 1960.
-
194-
[page-n-231]
LAS RUINAS DB
um.s
ESTANVs''
19
drica, con una altura de 0,56 m. y su diámetro máximo 0,40 m. Del anillo basal arranca en suave apófige, el cuerpo. En su cara supc:>rior tiene
labrada una concavidad ovoide de 0,26 m. de hondo. En su base una li gera perforación de 0,06 m. contiene restos de mortero blanco que ser\
procedentes de este monumento. En los reciehl"es desmontes, .:1
los pies de la ladera meridional, fueron halladas más de ocho piedras
igua les estriadas en una sola cara y que fueron empleadas, fraccionándolas, para las paredes de los bancales. Actualmente existen solaMente dos
Una se encuentra a 1,50 m. de la escalera OX, en su lado Oeste (lám. IV.
3) y la otra (Lám. IV, 2) en los corra les de don Joaquín Peris Fuentes,
en Burriana. Ambas son iguales; esta segunda es la jamba basal izquierda
de una puerta, siendo la derecha la que se halla en el cerro. Tienen cinco
estrías en su cara principal rematadas en dos baquetas separadas por
sencilla greca. Ambas miden, en su cara moldurada, 0,33 m. por 0,60 de
altura, y en su cara lateral lisa, un metro; la otra cara lateral presenta
dos planos con una separación de 0,13 m., teniendo el plano superior,
que es el más distante al moldurado, 0,62 m., arrancando de él el muro.
En la base presentan dos perforaciones para las grapas de sujP.d6n.
Por el lugar que ocupa la pieza caída, junto a la escalera OX, es lógico suponer fueran de la puerta principal del muro DC.
~striadas
Basa. - Se encuentra a unos 100 m. de la estación del ferrocarril,
junto a la esquina del almacén que hay al lado derecho de) camino lla mado «Tallola» o «Colomer», que conduce a «Eis Estanys». Es de caliza
azul, de 0,37 m. de altura por 0,30 de diámetro.
Fu s t e.-Lumiares habla de varios fragmentos de fuste de columl"a
en la torre vigía que en 1801 destruyeron los ingleses en la <.osta, sólo
hl' visto un trozo que mide 0,53 m. de longitud y 0,30 m. de diámetro,
a unos 100 m. del retiro en el caminillo que une dicho retiro con el camino de la «Tallola».
Cornisa.- Como hemos visto al tratar del muro AD, se aprove ·
chó una cornisa para basamento de jarnba. La parte moldurada tiene perfil de S, ocupando la porción cóncava la parte superior. Perteneció al entablamento del edificio (lám. 111, 4).
Estas pocas piezas y las nombradas por Cabrera, Ribelles, Cebrián,
Lumiares, etc., son suficientes para deducir la riqueza arquitectónica quo!
poseería el monumento.
-
195-
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zo
N. MESADO
METAL
H i e rr o.- Encontré tirada, junto a la prez.a de mármol, parte de
una posible talcata ibérica (Um. 111, 2) . Debe proceder del recrente desmonte (frg. '1). en el que se encuentran los tres enterramientos, y donde se tiraron las piedra3 y objetos procedentes de las tierras extraídas.
Abundan los troz.os de tejas romanas, algún sillar y fragmentos de bóveda
craneana. A la falcata le falta el extremo de la hoja y la part\l inferior
del mango; en lo que queda de éste se conserva un roblón para sujetar
la cacha El troz.o conservado mide 0,28 m. y el espesor de su lomo unos
3 mm. Debe proceder de algún enterramiento ibérico.
Mo n e d ¡r s.-Según noticia facilitada por don Joaquln lapuert.:J, hace unos meses, unos chiquillos le mostraron dos monedas romanas, repu·
blicanas, que habían aparecrdo, le dijeron, en unos agujeros del monu·
mento C.
PEDERNAL
Recogí cuatro piezas de sílex blanco, posibles resto~ de las primeras
gentes que llegaron a «Eis Esta!f)'S>> (fig 5). las t, 2 y '1 son de igual
técnica, destacando la perfección de la media luna, con dorso curvo bise-
Fi¡¡. S.-Pic:ua de sücx.
lado. la pieza número 3 difiere de las anteriores, por su fuertP retoque.
más grosor y llevar ligera pátina brillante sobre los dientes, le que nos
habla de gentes conocedoras de la agricultura
..
..
Estas breves notas son bren poca cosa ante la riqueza arqueológrca
que contienen estos montes de Almenara. Con ellas sólo hemos pretendido llamar la atención sobre este núcleo arqueológico de primer orden
para que por los especialistas se salve lo más posible del mismo.
-
186 -
[page-n-233]
l\1ESAD O. -Rulnns romnnn• clt• Almcnaru
I.AM . l.
[page-n-234]
MESADO.-Ruinas romanas d e Almenara
IA~t.
11.
[page-n-235]
J\t t:SAOO~Rulnns
romanas
d~
Almenara
Ll\ l\1. 1JI .
Punto C
del
'Muro 8-C
-'
4
[page-n-236]
l\1 ESA U O. -R ul n~s romn nus tic Almcnn rn
I,AJ\1. 1\'.
[page-n-237]
MARIA DEL CARMEN SENTANOREU GIMENO
(Valencia)
La necrópolis romana de « Les Foies »
(Manuel, Valencia)
Durante la extracción de tierras en un antiguo arroza l, en la partida
de eLes Foien, término de Manuel (Valencia) (fig. 11 (Um. 1, a), los
obreros destruyeron inadvertidamente algunas sepulturas de épce<~ roma·
na. Conocedor de ello el propietario de la finca, don Gonzalo Micó, lo advirtió al Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación
de Valencia, el cual llevó a cabo una excavación de emergencia, del re·
sultado de la cual damos noticia en las siguientes líneas ( 1l.
LA EXPLORACION
Se trata de una necrópolis de inhumación, cuyos enterramientos se
encuentran situados a unos 85 cm. de profundidad.
lil humedad consiguiente a un antiguo arrozal y las labores agrícolas
y de desfonde para la extracción de tierras, destrozaron sepulturas, hue·
sos y vasijas, por lo que pudo recogerse poco material.
En los trabajos de exploración, aparte de las sepulturas que a conti·
nuaclón se detallan, se localizó una posible zona de empedrado con pie·
dras de gran tamaño (flg. 2) (Lám 1, b). También se encontró un piso
(1) Rdereociao a este hoUozgo en :
D. FLETCRER VALLS: ·•t.. !Jibor del S. 1. P. y su MUICO m 19Sl". Valencia, J9S2,
r4gjna ...
D. FLBTCHER VALLS: "Las cxcawciooca del S. l. P. de la Excma. Diputación
Provin<:ial de Valencia durnntc el mo 19SI". Archivo Español de Arqucoloala, XXV. Madrid, 19S2, pp. 174-178.
-
19?-
[page-n-238]
2
M. C:. SANTAXDIU!U
obrado con mortero, en el que apareció un ánfora (Lám. IV, b) Otras
anforas se localizaron en diversos lugares de.l campo antes de la explora·
ci6n efectuada por el S 1 P
LAS SEPULTURAS
No obstante haber sido destrozadas en su mayor parte por las causas
antes indicadas, pudo comprobarse que había enterramientos en fosas
cubiertas con tégulas y en tumulo alargado, de los que por su c.aracterís·
toca constructiva, que los hacia más distinguibles, pudieron salvarse tres,
que fueron estudiados por el S 1 P
···~~-....
···;.
(
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(
l'ig. J
En algun caso los enterramientos fueron dobles, asf, en un resto de
se hal laron dos cráneos de niño, muy juntos, protegidos por
trozos de ánfora panzuda; en una de las sepulturas excavadas también
se encontró más de un esqueleto
~epul tura
SEPULTURA 1.•
El túmulo estaba formado por piedras y tégulas. En uno de los extre
mos se halló hincada una laja que posiblemente hacia el papel de estela
anepígrafa. En la parte central apareció un cuenco y junto a él una lose·
ta de esteatita igualmente hincada, junto a la cual y dentro del túmulo,
descansaba un cráneo situado a la altura de las rodilla~ de otros esque·
letos cuyos cráneos se hallaban junto a la losa citada en primer lugar
-
108 -
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(Volencic)
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F1a. 2.
Albergaba, pues, el enterramtl!!nto, tres cadáveres, aunque el detalle
de la loseta de esteatita, Sttuada en la parte central del mtsmo, el cuenco junto a ella y el aflorar de algunos huesos por la ruptura del túmulo,
r~os hace suponer que uno de los cadáveres fue inhumado con postertoridad a los otros dos, que deboeron serlo al mismo tiempo. Dentro del tú mulo apareció otro pequeño cuenco
199 -
[page-n-240]
4
M. C. SWTANDIU!U
SEPULTURA 2.•
De construcción más cuidada que la anterior, estaba construida con
grandes tégulas hincadas verticalmente, formando un rectángulo, algo
Irregular hacia los pies de la sepultura; en la parte de la cabecera, las
tégulas formaban una resistente caja rellena de piedras y fragmentos de
tejas; por debajo de este conglomerado, salió un piso de tégulas y má.s
abajo otra hilada que cerraba la sepultura. A los pies del cadáver, se
hallaron unos fragmentos de vasija de pasta verde muy porosa
SEPULTURA 3.•
Orientada en el mismo sentido que las dos anteriores, pero el
esqueleto en sentido E.S.E., contrariament.e a las de las otras dos, que
era O. N. O. La sepultura estaba cubierta por cuatro grandes té·
gulas, dislocadas por haber cedido e) terreno; careda de túmulo
(l.ímina 1, e, d) El esqueleto estaba enterrado en decúbito supino, ca·
beza de frente y brazos sobre el pecho. Por todo ajuar se hallaron Vol ·
rios fragmentos de pasta verde de muy defic1ente calidad (lám. 11, a).
dos de ellos bajo el coxis y los otros dos entre )as piernas, las que des·
consaban algo más altas que la cabeza, tal vez por hundimiento del terreno (lám. 1, e).
la tierra que rodeaba el esqueleto ofrecía un aspecto especial, quizás
debido a la descomposición de la materia orgánica, lo que junto a la ca·
renda de clavos y restos de madera, hace suponer la inexistencia de fé·
retro.
Las medidas de las tégulas oscilan entre: 0'63 x 0'4 7 x 0'06; 0'53
x 0'43 x 0'06 y 0'53 x 0'47 x 0'05 metros.
LOS MATERIALES
los materiales conseguidos en esta excavación de eme rgencia y los
recuperados de las sepulturas destrozadas y en superficie, son Jos siguientes:
1) Fragmentos de vasija de cerámica verde muy porosa, estriada (La·
mina 11, a).
2) Gran plato con reborde, asas horizontales y pie destacado, de
deficiente factura y pasta (alt. 9'5 cm.; diámetro, 29 cm.) (lám. 11, e).
3) Cuenco hem isférico de pasta roja (altura 8'2 cm.; diámetro, 17'4
cm.) {lám. 11, d).
4) Pequeña vasija de paredes verticales y base troncocómca, de cerámica grisácea {altura, 8'5 cm.; diámetro, 12 cm.) (lám. IV, e).
-200-
[page-n-241]
Nl!CltOl'OLIS ROMANA DB "LES FOII!S"
S
5) Pequeña vasija de características semejante a la anterior (altura, 10'4 cm.; diámetro, 12'6 cm.) (Lám. IV, d).
6) Jarrita de perfil piriforme con pequeño pie y asa en cinta, de
cerámica rojiza (altura, 16'4 cm.; diámetro, 12 cm.) (Lám. 111, e).
7) Jarrlto de características semejantes al anterior, con cuello más
estrecho (altura, 16'4 cm.; d iámetro, 11'5 cm.) (Lám. 111, f).
8) Cuenco con el borde resaltado y anillo basal, de cerámica rojiza (a ltura, 7 cm.; diámetro, 12'5 cm.) (Lám. 111, e).
9) Cuenco sin ani llo basal ni resalte en el borde. (Altura, 7 cm.;
diámetro, 15 cm.) (Lám. 111, d) .
1O) Cuenco sin resa lte en el borde ni anillo basal, de pasta rojiz.a
(altura, 4'5 cm.; diámetro, 13'5 cm.) (Lám. 11 1 a) .
,
11) Cuenco de barniz rojo perdido, de perfi.l en casquete, sin anillo
basal (altura, 5 cm.; diámetro, 13'1 cm.) (Lám. 111, b).
12) Fragmento de cazo, de bronce (Lám. 11, b).
13) Fragmento de botella de vidrio (grosor, 2 mm.).
14) Anfora de cuerpo ovoide, asas arrancando de la parte baja del
borde, algo curvadas, llegando a.l hombro del cuerpo; borde de sección
triangular, cuello cilíndrico (altura, 88 cm.) (Lám. IV, a) (Tipo 1 Dres·
sel) (Siglo 11 a. C.).
15) Anfora semejante a la anterior (altura 85 cm.) (Lám. IV, el.
i 6) Anfora de pequeño cuello, borde resaltado, dej que arrancan dos
pequeñas asas (altura 67 cm.) (Lám. IV, b) (Tipo Almagro 51, c. Siglo
111 d. de C.).
RESUMEN
La necrópolis de «Les Foies», es de gran pobreza y de característica;
corrientes, por lo que no consideramos necesario extendernos, citando
paralelos para ella. Bástenos recordar las necrópolis de Tarragona (2) y
La Boatella (Valencia) (3), en las que se encuentran semejanzas bien
marcadas; asimismo pueden señalarse relaciones con los materiales de
(2)
J. S ERRA VILARO: "Sepulcros y ataúdes de
la ncaópoli• de San Fructuoso".
lt.mpuriM VI. llan:elwa, 1944, pp. 179-207.
(3)
S. RODA SORIANO: "Aport.acioncs al estudio de la arqueología valenciana".
del Archivo Municipal de Valencia. Valencia, 19SS, p. 36.
~·ublicadones
26
201 -
[page-n-242]
6
-''- C. SANTANDREU
fuera de España, como en Provenza (4), Aquitania (5¡, Pedra~ d'EI Reí
(6), etc., etc.
A la vista de estos paralelos y características podemos datar la necrópolis de «Les Foies» como de fines del siglo 111 después de C.
Obsérvese la distancia cronológica que guardan las ánfora5 14 y 15
halladas esporádicamente por los alrededores, fuera de las sepulturas, pero en la zona de éstas. Es dificil admitir que estas ánforas estuvieran en
uso hasta las postrimerías del siglo 111 d. de C., fecha correspondiente al
resto de los materiales, lo que nos hace pensar en la posibilidad de supervivencias locales de este tipo de ánforas que pudieran alcanzar hasta
los tiempos imperiales avanzados.
(4) "NouvcUes épaves de Provence", Gallla XVJ, 1. Paris, 1958, p. 23, fig. 26.
(S) G. FOUET: "Ptñto funérairc• d'Aquitaine", Gallia XVJ, l. J;!Dris, 1958, p. 126,
figuro 9.
(6) A. VlANA: "Bal.a y 4> neaópoli• de As Pcdrns d'El Reí". Archivo Español de
Arqueología, XXV. Madrid, 1952, pp. 261-285.
-202 -
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S!;I'TANDRF.U.· Les Fole.
LAM. 1
[page-n-244]
St::XTMWREO. -Les Foles
LAM .
n.
[page-n-245]
SE~ TANO REO.- Les
f'oies
LAM. 111.
[page-n-246]
SENTANOREU.-1.~8
Folcs
LAM . 1\'.
[page-n-247]
JOSE MAR IA DOÑATE SEBASTIA
(Villarreal)
Riegos romanos del M iiares
Con la sorpresa inherente al caso, vimos, hace algún tiempo, en un
manuscrito del Archivo Histórico Municipal de Villarreal (un padrón de
pecha del año 1523) la siguiente partida anotada a cargo del moro de
Bechí Juceff Alfaqul Paliar: ltem 1 jovada de tera sequa. Affronte ab
ca mi de Be
La noticia, porque en verdad lo era, nos pareció tan intere~nte que
no cejamos hasta encontrar, en el mismo archivo, una confirmación que
alejara de nosotros la duda de que se tratara de una fantasía del amanuense o de la comisión de jurados y notarios que periódicamente, por
lo regular cada tres años, tenían a su cargo la confección o revisión de
estos libros. Si la acequia en cuestión figuraba como limite de una finca,
forzosamente tenia que estar en otras partidas. Por otra parte, era ne ·
cesarlo encontrarla en otros padrones, algo alejados cronológicamente del
que acabábamos de ver, para cerciorarnos de que otros ediles .::ceptaban
por su cuenta esta circunstancia y, como sus predecesores, la hadan figurar como dato de referencia.
No logramos el primero de nuestros propósitos, pero si el segundo.
Y así, en el Padrón de 1559, a treinta y seis anos del anteriormente citado, figura a tribuida al rr,ismo moro la misma partida, si bien reducida
a la mitad de su extensión por transmisión o, lo que es más probable, por
?bandoho del resto. Se señala en ella como punto de referencia el citado
camino de Bechi y se añade que la finca affronte ab cequia que anava a
Morvedre.
Por lo demás, el hecho de no prodigarse la cita nO$ hizo pensar que
el emplazamiento señalado debla hallarse bastante alejado del núcleo ur-
203-
[page-n-248]
2
J.
M.• OOiiATS
bano, cosa lógica a nuestro parecer porque sabíamos de ¡¡ntemano que
todas las propiedades de moriscos en el término de Villarreal eHaban en
la periferia, ra~ón apoyada en el presente caso por la filiación bechinense del empadronado. (Villarreal no contaba con moriscos).
Asociamos todo esto al recuerdo de ciertas prospecciones del término
efectuadas hace ya algunos años, cuando la implantación masiva del cultivo del naranjo no le había Impuesto aún su actual fisonomía, y a las indicaciones de los viejos, que situaban alguna que otra ruona en lugares
ya imposibles de reconocer, o ciertas excavaciones en roca que identificaban como auténtica acequia pero que, atendiendo al tópoco de la tierra, atribuían «a tiempos de los moros», aplicándole la cabalishca denominación de Céquia del Diable. Nos chocó, frente a esta ~ular versión, estar en conocimiento de la que .dos moros» tuvieron en su día.
Sin duda alguna ellos habrían oído hablar muy poco de la civill.:ación romana, sobre todo fuera de sus reducidos círculos eruditos, pero sí pudie·
o
·on, los del terruño, seguir su rastro mucho mejor que nosotros, y llegar
con toda garantía de autenticidad a estas afirmaciones que, en principio,
llegaron a sorprendernos.
Nos pareció muy sugestivo todo esto y lo pusimos en conocimiento
del Director del S.I.P., don Domingo Fletcher, quien nos apercibió de la
importancia del asunto, exhortándonos a la reali~ación de una campaña
con miras a la confección de la carta arqueológica de la localidad.
Bien pronto pusimos manos a la obra y hoy día estamoo en pose~oón de datos y materiales que posiblemente nos llevarán a la documen·
tacíón de algunas explotaciones agraroas, poco o nada conocoda.s, y de núcleos distintos de población de importancia y naturaleza que aún tenemos en estudio con la ayuda del personal del S. I.P. (1).
A cuenta pues de este trabajo, que nos permitirá afirmar que el término de Villarreal y hasta quizá en un sentido más lato la Pla,:a, disfrutaron de intensísima actividad en determinado momento de la domina·
clón romana, va hoy esta entrega referida, no a la Céquia del Diable, sino
a «les céquies», porque han resultado ser dos las canalizaciones, obras
ambas que por su monumentalidad nos atrevemos a situar entrE' las más
Importantes y espectaculares de la época en lo que al país valenciano se
refiere y que, sin entrar en discusión sobre el hecho de que llegaran o
nc a Sagunto (técnic.a mente podían, por lo menos una, acceder al térmi-
(1) En lo que a la U>vC$l.ipci6n sobre el tcm:oo se refiere, ooo banoc bcnclldado
de la
del túmino de la localldad. V de la laboriosidad y afición a la arqueolosia de J...ormzo
Gozalbo, campúlcro inseparable de e
-204-
[page-n-249]
J
3
no histórico de la coudad) hemos comprobado que a su paso fertilizaban
una importante zona local, lo suficientemente amplia como para perml·
timos las afirmaciones anteriores.
EL MIJARES
El territorio de Villarreal está enclavado en la comarca de la Plana.
Bajo una ligerisima capa predominantemente arcillosa, el subsuelo está
formado por aluviones cuaternarios, procedentes de las inmediatas mon·
tañas, que se manifiestan por depósitos de cantos rodados, arcillas, arenas, margas y légamos. Pero estos sedomentos, sin permanecer entera ·
mente horizontales, no presentan espesores uniformes ni buzamiento
constante. Muchas veces presentan francas ondulaciones o oncluso forma·
ciones lentoculares, susceptibles de ser seguodas en su sentido crecoent~
y decreciente, como rellenando un vacío de anteriores aportaciones con
cargo a un material completamente distinto. Por tal razón la tenacldild
de los estratos es diferente y responde, por lo general, al cemento que
une los conglomerados, predominantemente silíceos o calizos, según la
zona. En esta última se abrió el rio Mijares su lecho, profundo a la entra·
da del término, en pleno momento de arrastre, y casi superficial a la sa·
lida, en fase de depósito ya, recto al final y sinuoso al principio, con al·
temantes meandros y cambios rápidos y frecuentes de nivel.
La irregular disposición de estos materiales integrantes ha permitido
que en todo su curso abunden los accidentes en forma de ba 1
mas, cuevas,
abrigos en definitiva que el ingenio del hombre ha sabido apro'lechar en
sus distintos estadios culturales (2) o modificar a su anto¡o para const>
guir, tras esfuerzos titánicos, extraer del profundo lecho unas aguas vi·
vificadoras y cargadas de posibilidades.
El primero sin duda de estos esfuerzos, representado por le- que las
generaciones últimas han dado en llamar Céquia del Diable, es el que
hoy nos ocupa.
(2) ]auben de l'usa, que en 1819 VIno • &paña a estudiar el sistema de ri~os,
orocribe al rlo Mijores, ai bien en un tramo algo inferior al que noa ocupa, y dice a propósito de uros nccide01u: "11 n'
edul des bommcs, il est ecrtain que ses pones presentent de oombrcux r~". Vid.
JAUBERT DE PASSA: "Voyogo en Espape..•", 1 París, 1823, p. 132, ooca.
-205-
[page-n-250]
4
CEQUIA DEL DIABLE l. O DE ABNO (3)
A un Km. escaso del mojón que señala el cambio de término, aguas
arriba, es decir, dentro ya del término de Onda, y en la margen derecha
del río, está el viejo caserón que alberga las instalaciones hidroeléctricas
llamadas comúnmente Salto de la Hidro. Y muy cerca de este edificio,
a unos veinticinco metros, dentro de la zona en que las aguas se desbra·
van aún después de accionar las turbinas hay, en el centro Mismo del
'io, unas piedras cuya presencia alll, si casual, se adivina aprovechada
por el hombre. De ellas, dos, las más voluminosas, fueron rectificada~
por corte vertical y paralelo a la corriente, como para estructurar un por·
tillo, prolongado más arriba del nivel de las aguas mediante mamposte
rías de época, de las que aún se observan algunos vestigios, y ¿estinadas
quizá en su tiempo a sostener una pasarela por la que vadear la corrienta
en este paraje. Estos detalles, unidos a la existencia de una breve pero
característica excavación en la roca, a cincuenta metros de alll aguas
c¡bajo, nos autorizan a reconocer en este lugar los restos de lil antigua
toma de aguas que no sabemos si denominar presa, en el sentido que hoy
damos a esta palabra, por cuanto la captación de las aguas se po
del lugar.
Desde alll, en suave y relativo ascenso, los restos se delatan, escasos
al principio y más frecuentes poco a poco, a medida que su cauce se ele·
va sobre el del río y es por lo tanto menor su exposición a los efectos
de las peligrosas riadas otoñales. Ora es la roca, mordida por el pico, la
que nos indica su presencia, ora algunos restos de mampostería, «in situ»
o desplazados de su original asiento por corrimientos de la bas'!, los que
asoman aún entre los ulteriores depósitos de gravas entre los que llega
a desaparecer, para volverse a delatar en alguna de las numerosas torren·
ter
en el cauce, apoyado no pocas veces en las plataformas que originó e l
agua a l excavar entre materiales de desigual consistencia. Pero cuando
éstas faltan, no repara el Ingenio latino en atacar la roca de frente.
abriendo galerías de latitud y altura no constantes, en función siempre
dE' la corriente, y de longitud que depende de la del obstáculo, en est~
caso la excesiva verticalidad del acantilado. La dirección es a veces rectl·
linea pero, sorprendentemente, dada la reconocida capacidad técnica del
(3) La termlnologla cmplcacb en bte, como en el siguiente encabcumicnto, es nuesu wamos sólo con la ptetcn•ión de cll•tin¡ulr ambos construcciones, pero sin pararnos a P = en li ca o no relli.
tra.
-
206 -
[page-n-251]
CEQUIA dPI OIABLE 1 o dP ABAJO
Croquis
N
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1
Ttrmino dP ONDA
1
+
: Tl!rmino
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d•
IVILlARREAL
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CICAY.I(rdN 0 LA•RAQIO LN IHJCA
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=ou~--~ ININtt./IRf./HI11fiA
._...-C8!tlltYACI6N OI:,COHJnu.t.A
(Í)
/'UNTOS Dl OISCRYACUJN
CROQUISl
l.-Portillo de toma de aguas con mamposterio de ~poca (bimlDI t, a).
2.-Hudla de cxcaV3cl6n sobrr el acantilado ()jmina t, b).
3.-Mamposterlas scm1enterradas.
4.-Mamposterlas dcspltmtdas y excavación en la roca.
S.-Túnel de acceso o IJ "Cova del Oiable" O:lmina 1, e, d, y Umiru 11, a, b).
6.-Túnel labrado aprovechando una c:ovacba natunol.
7. Túnel en el acantilado.
s.-Restos diversos.
9.-Bxea>1lci6n IObn: b prrsa del Salto de Villarreal o de Tol.
10.-Excavación, m:unpostcrl.t y túnel (ljmina 11, e, d, y Umina tU,a).
11.-Mampoll
16.-Ultinu observación del ramal izquierdo (lámina 111, e).
11.-~ Maset de Vida!"; tdnet correspondiente al ramal dc:cccho.
18.-JWlugo de monPdas y c:cdmico, de ticmnos romonos.
19 y 20.-Qbscrvacioncs que ()()l:t<:sponden a "Cequia del Diable 11",
en su u-amo paralelo a "Cequia del Diable f".
[page-n-252]
VILLARREAL
CEOUIES d~l DIABLE
Croquos
N
0
CEOUIA D~l.. 0/AittC 1 •
cr (!) 1"':'\
RAittott. 0( (.,4 CIO(,U. Da (JtA8LL 1•,..1) •
Cf.Ofl4t DEl.
CROQUIS
Dt~lll t 1/ • (Í)
n
G')
@)
n
1.-"Tcrmct" del ermitorio de la Vira
2.-Mooedas y cer4oníca romanas.
3.-E.•cavaci6n en la roca, en el octual vertedero municipal de b•sura.
-l.-Acueducto "Pont de la Bruixa", en el "llarranc de S..pascn" (lAmina Ill, d)
S.-Acueducto "llls Afquets" o "Els Ares", en cl "Bamllu: de RJ!tils" (láminA IV, a).
C.-Acueducto sobre cl "Riu Sec" Ollmino IV, b).
~.-Tall2do en la roca (l.únina IV, c. d).
l'.l-Restos dc cdificac:ioncs, tegulae, dolía, etc., en la partida del "Cornl de G21indo··
11.-Restos ~crimicos dc época romana en ''El Salt", junto el "Rlu Sec''.
12--''l..D To_mssa", vnto rotmtna, con re"ot de edificaciones, cerinúca, etc.
r
[page-n-253]
&lEGOS RO.w.NOS OBL MIJAKBS
1
elemento constructor, nos encontramos con trayectos sinuosos, como buscando una distancia constante al perfil exterior. Pronto se ve que con
ello se buscaba un filón más blando cuando no un margen de seguridad
frente a posibles desprendimientos de la pared del río, precauc16n que en
nuestros dlas se puede estimar como muy justificada en algunos trechos.
Otras veces los accidentes del terreno son aprovechados al máximo y de
una manera combinada, y así, tras atravesar un túnel, se utiliz.l un trozo
de comisa para penetrar luego en una cueva que se recubre de mampos·
teria y desde la cual se vuelve a internar para reaparecer luego, a más
de un centenar de metros, donde una ladera suave hace posible su cana•
lización mediante mamposterías que en su mayor parte ha destruido o
cubierto el hombre en su afán por utilizar al máximo estos terrenos. Es
allí donde se observa como una veta de hierba que crece más lozana, o
hasta una fila de algarrobos cuyo agradecimiento se aprende a reconocer
ya desde alguna distancia.
COVA OEL OIABLE
Croquis d• la planta
-
~
-
-
~
CROQUIS
m
Y así, con esta alternancia de procedimiento, la acequia se eleva, po·
co a poco, en un trecho no Inferior a los seis kilómetros, salvando un
desnivel relativo de veinte metros mientras el río ha descendido más de
sesenta. Resulta fácil pensar que con mucho menor recorrido pudieron
los constructores haber sacado del cauce fluvial su obra, pero es evidente
que no quisieron hacerlo y la evidencia se manifiesta cuando, recién afio·
rada la conducción en la gran curva anterior al actual azud de Villarreal,
se divide en dos ramales (croquis 1, 15) de proporciones muy semejantes a
-
209 -
[page-n-254]
8
las del acueducto primitivo. Sacrificaron la comodidad al¡¡ capacidad, faciJit¡¡d~ por una mayor pendiente, y lograban al mismo tiempo que las ar·
~illas que con tanta frecuencia colorean el agua del río en cua~quier estación, hasta darle una pastosa apariencia, no se depositaron en su re ·
corrido, c
Uno de los canales secundarios, el derecho, salva mediante excava
ci6n ~ubterránea unos centenares de metros y cambia luego de dirección,
hacia el sur-sudoeste y
parte media, aproximadamente. El último vestigio que hemos localizado
es lo que queda de un acueducto, dentro del cauce del Riu Sec (croquos
11, 6). Después, cerca ya del término de Nules, nos han hablado de cierta roturación efectuada hace ya algunos años en una finca y en la que
se topó con un filón de toerra negra y con algunos restos de mampostería, detalles muy significativos, por lo que no hemos ciudado en señalar
por allf la salida hacia Nules, lugar pródigo en hallazgos de época ro·
mana (5).
El subcanal izquierdo en cambio atlora en seguida y, ceñido al acantilado, llega hasta cerca de la casa del azudero, y se pierde luego, definotivamente, a partir de un punto bocn visible en el llamado Tcrmet del
Ermitorio de la Virgen de Gracia (croquis 1, 16 y 11, 1). Una vieja tradición
local habla de cierto misterioso túnel que desde la Ermita llegaba hasta la
ciudad misma Jamás hasta ahora le dimos crédito, pero hoy la encon·
tramos fundamentada en el hecho de que la acequia tenia que salvar
forzosamente un desnivel de unos cuatro metros, desde el lugar de In
última observación hasta situarse a ras del suelo Y si bien esto se podía
lograr en menos de la tercera parte del trayecto hasta el casco urbano,
pudo dar lugar (y al parecer lo dio) a descubrimoentos esporádocos de su
parte subterránea, que originaron la leyenda, ya que difícilmente imaginarlan los antiguos el origen de la obra. De todas formas, si no existiera
esta tradición nos llevaría al mismo resultado un argumento lógico ba·
sado en dos importantes razones. Primera: Desde el citado punto (croqui-;
1, 16 y Lám. 111, e). la canalización desaparece en las inmediaciones del
cauce del rio, donde hay parajes que permiten observaciones de cierta
garantía y dan un resultado absolutamente negativo. Y segunda, que
aparte la posibilidad de que con sus aguas se regaran tierras pertene-
(4) En la lldad Media lo limpieza de lu accquías cntonm en
UJO
se dccruaba una
y ha•ta dos vc:cea por año.
(S) F. ESTEVB GALVll.Z: "La villa romana de Bcnicató". Pdla¡oloso, núm. 2.
Castell6o, 19S6.
-
210-
[page-n-255]
RIBGOS ROMANOS DBL
9
~IIJARBS
cientes a la villa romana que muy cerca de alli hemos identlf1cado (ero
auis 1, núm 18; croquis 11, núm. 2) que no absorberian en modo a lguno
todo el caudal, la mejor tierra del término, la que se cultivó con cargo
al Mijares desde los tiempos de la fundación (en 1274) y posiblemente
desde época de dominación musulmana por lo menos en algún sector
la que mejor se pagaba en la Edad Media y más se cotiza aún en la ac
tualidad por su calidad y espesor del manto superficial, está en la parte ba ·
ja de la ciudad. Cabe descartar por otra parte la presenc1a de .:~rcunstan ·
das modificadoras del suelo, como podrían haber sido man~mas, por
ejemplo, en época romana, dada la elevación y natural drenaje del mis·
mo. Nos vemos pues forzados a admitir la presencia en esta parte de una
-- --- -- -
-
R/0 H/JARES
.......
-:=..
--
CROQUIS IV
extensa zona de regadío servido por e l ramal hidráulrco que nos ocupa,
sin que diga nada en contra la ausencia de materiales delatores de asen·
tamiento de población en este lugar, habida cuenta de que, hasta ahora,
el muy abundante encontrado y al que aludimos más arriba lo ha sido en
terrenos sin transformar o a lo suma con un cultivo rústico que no ha
r.ecesitado excesivas labores ni remoción de terrenos. Donde esto ha ocu·
rrido (y coma ha sido repetidamente observado se trata siempre de las
-
211
[page-n-256]
J• .M.• DO!!ATE
10
tierras mejores) (6) está todo perdido. Y asi debió ocurrrr en lo que a
esta zona se refiere.
CEQUIA DEL DIABLE 11 O DE ARRIBA
El reconocimiento del terreno nos puso en contacto con los vestigios
de otra acequia, llamada indistintamente del Diable y desconocida totalmente en la localidad, aunque no en la vecina población de Onda, donde
los que sabían algo de esto lo asociaban a los túneles de la cueva del
mismo nombre y de los que hemos hablado ya. En efecto, parece, a juz·
gar por sus caracterlsticas, que sean una misma estas obras sí no se tiene
en cuenta un detalle importante, y es que su enlace debla efectuarse
mediante un salto de casi vernte metros, circunstancia absurd<~ bajo to·
dos los puntos de vrsta. Ya intuimos que fueran re<~lmente dos las ace·
c:¡uias por el problema que nos planteaba el emplazamiento de la finca
del moro Juceff Alfaquí, que no podía, en modo alguno, vincularse al
otro canal. Luego, al observar en el repertorio Fletcher-Alcácer (7) la
cita de los restos <
eléctrica del Mijares>>, nos dimos cuenta de que el trazado señalado no
existía, al menos donde en un principio lo buscábamos y era ello donde
debía encontrarse, de tener relación con el que hemos estudrado. Pero
una vez hallada la toma de aguas y algún que otro vestigio del primero,
el' este mismo paraje, pudimos resolver el embrollo con el asesoramiento
de los celadores de la misma central, que nos señalaro=' los restos de la
otra conducción, muy difícil de identificar allí por desprendimientos re·
dentes, pero inconfundrble un poco más abajo, fuera ya del cauce fluvral,
donde se señala en un trecho superior al kilómetro en término de Villarreal ya (1, 19). Alli, a la altura del primer salto antiguamenle llamado
de Tol, toma dirección hacia el cerro de San Antonio, en el otro extremo
del término, que cru:~:a de Norte a Sur a través de una zona que, olvi·
dado el alivio de antaño, fue hasta fecha muy reciente la más árida de
la localidad (11, 8 a 12). Sus vestigios los hemos podido loca lizar en pun·
tos clave, siempre en las vertientes roqueras de los barrancos, únicas zonas peladas que aún quedan, y por su situación se puede afirmar que dio
(6) M. TARRADBLL: "Historia dd pais vaknc:il. Prehistw i a.otl¡uirat". &rcdom, 1965.
(7) D. FLETCHER VALLS y ). ALCACER GRAU: "Ava.oco a un. arqueolq¡la
roman:~ de la Provincia d« Cutdl6n". Boletín de b S. C. de Cultura, >0001. Castdlón,
19S6, pj¡¡. 146. Vbse tambibl S . BRU 1 VID.-\1.: "Les tette$ val
ValCnc:ia, 1963.
-
212-
[page-n-257]
11
roego a tres de las explotaciones agrarias que figuran en e l croquis 11 (en·
c.laves 10, 11 y 12) rústicas dos de ellas y la ultima de alguna suntuo
sidad, como se dirá en su día (8). No hemos podido localizar sm embargo su paso por los barrancos, coS
por verdadero milagro y las condiciones son mucho más favorables) ni
RESTOS de ACUEDUCTO R().lANO
sob re el RIO SECO
VI LLA RREAL
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CROQUlS V
su paso por el Riu Sec. En éste hemos buscado insistentemente, sobre todo en el trecho por donde debía cruzar, a juzgar por los niveles, llegando siempre en nuestras conclusiones a un paraje denominado e el Salt»,
dentro de los límites o en las inmediaciones de una de l01s finca.s romanas señaladas (croquis 11, núm . 11) donde se forma una catarata que en
(8) P. MENEU: "Arqueolosla Bccbinensr. Errores". Ayez y Hoy t>Um. 41. Cal!cUóo
de 11 Piona, 1903.
-
213
[page-n-258]
J• M.• DOi
tiempos aún recientes ha retrocedido lo suficiente como para suponer
utópica la conservación de vestigio alguno de obra humana.
luego la Torrassa, y seguidamente el término de Nules, imposible
ya de reconocimiento fructlfero, y desde e l cua l, técnícamente, podía el
acueducto llegar, si no al viejo Sagunto, como nos afirmaron en 1523, si
por lo menos a sus campos.
CRONOLOGIA
Ninguna de las circunstancias señaladas nos la puede dar, a l menos
con la precisión deseable. Del examen de las mamposterías se deduce na turalmente su filiación romana. Pero seria tremendamente fatigosa y sin
duda alguna inútil la excavación de los sedimentos, por cierto muy es·
casos, en busca de cerámica o algún otro material datable.
Ahora bien, aceptada su, a nuestro entender, ineludible vinculació11
a las explotaciones agrícolas que hemos indicado, y como de éstas sí que
tenemos material datable, podríamos adelantar que la construcción de
E'Stas obras se debió efectuar, en más o en menos sobre los años inmediatos al cambio de Era. Y que rindió sus buenos serviCIOS durante el largc periodo de la pa:z: llamada Augusta que les sucedió.
-
214 -
[page-n-259]
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ll.-ExcnV1ld6n 10bre el ncmlilndo (Croquis 1, 2).
C.-T únel de acceso o la Cova d~l D ioblc (Croquis T, 5).
0 .-Covn del Diable.
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(Fotos Doñate)
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[page-n-261]
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[page-n-262]
OOSATE. -Rie&:os roma nos del
~lijares
LAM. I V.
[page-n-263]
SANTIAGO BRU Y VIDAL
(Valencia)
Exploraciones arqueológicas en el «fossareb
de la Catedral de Valencia
El Cabildo de la Catedral de Valencia acordó hace unos años la construcción de un Museo Diocesano de planta en la zona del antoguo cemen·
terio parroquial de San Pedro (l), cor;ocido entre los valencianos por el
"Fossareh> y situado en la parte de la catedral recayente a la calle de
construcción, se realizaron previamente unas exploraciones en aquel lugar (fíg. 1, zona punteada), ya que existía el antecedente de haber apa·
recido restos de construcciones y sepu)cros en el subsuelo de la colindan-
(1) De los siglos xm a XVITI existieron en Vlllcneia cementerios parroquiales, lin•itndos a cntemunicntOI propios de cada parroquia. Ono de ellos fue el do Sw Pedro,
ado~>do al edilicio de la cartdrlll valcnrina y cuya árca se elllend!3 "d
MARQUES DE CRUILLES: "Gula urbana de Valencia antigua y moderna". Valencia, 1876, t. n, pág. 82.
]. SANCHIS SIVERA: "Lo
(2) Con el nombre de "fossar", dado en valc:nciano a los c
L. TRAMOYBRES: u.Los eemcnlcrios de Valen.cia"- Almannqur. d.: ''Las Provincias'•
para 1895. Valencia, 1894, p:igs. 165-169.
S. BRU Y VIDAL: "El cememe.rio de Valencia y rus antecesores". •'Ln.s PrQvinci:a.s".
Valencia, 1 de nqviembre de 1961.
-215-
[page-n-264]
2
S. DRil VIDAL
te capilla de San Miguel y San Pedro Pascual (3). Si a ello se une la se·
rle de hallazgos habidos en diferentes épocas en el área catedralicia y
sus inmediatas proximidades (4), advertiremos la importancia que la ex·
oloración cobraba para conocer una porción más de lo que fut>ra núcleo
principal de la ciudad romana de Valentía.
Objeto del presente trabajo son los resultados de las exploraciones
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Fi;J. l.-Plano d~ la Ca~l de Vokru:ia. En la pene Weriot derecha, d "'foswet" coa
b zom CJ
(3) Al reo&liar obtu de consolidación en esta capilla hace algunos años. Noticia •erbal com•miaada por doo Vic:=te Cutdl, dlrcaor cW Mu- Catednllc:io.
(4) Pan un mayor conocimiento del ir
J. V. DEL OLMO: "Lhhología o expllcnción de 1u piedras y otna antiglledlldet
hallll.daa en las
que se abrieron pan1 los fundrunentos de la aapUia de N.• Sra. de
los Oes:unpanados de Valeoda ", Valencia, 1653.
J. TEIXJDOR: wAlui¡Oedades de Volmcia. Oboervacloo.. aítiaas donde mn intuu-
'i8•i••
-216-
[page-n-265]
3
llevadas a cabo por el Servicio de Investigación Prehistórica de la Oipu·
tación de Va lencia entre los días 25 de noviembre y 13 de dlc:embre de
1963, en el subsuelo del c
de las obras, había sido abierta una gran zanja a lo largo del anttguo «fos·
saret», que dejó al descubierto dos gruesos muros aparecidos casi a ras
del suelo (fig. 2., muros A y B), transversales al corte long itudinal de la
mencionada zanja, muros que dividieron el campo en tres sectores per·
fectamente delimitados (fig. 2, compartimientos 1, 2 y 3). Por circuns·
tanelas diversas solamente pudieron ser llevados a cabo trabajos de exploración en e l sector 3, inicialmente el más reducido de todos (1 '65 m. x
1'20 m.), que luego, por imperativo de los hallazgos en él realizados, fue
ampliada con los subsectores 3 a, 3 b y 3 e (este último comprendiendo
el muro O), con lo que alcanzó la superficie explorada una extensión
total de unos 2'"10 m . x 4'30 m.
Desde el primer momento se pudo apreciar que lo; muros transversales A y B eran de construcción moderna, posibles cimientos de edifi
m
P. BBLTRAN VILLAGRASA: "l'!ueva inscripción romana". Ano!es del Cenito de
Cultura Valcndana. I. Valencia, 1928, pp. 169- 170.
N. P. GOME.Z SERR.'\NO: "D'Arqucologja. Excavaclons de Valencia amb moti u dcls
amtcrcUnt i cixnmples, an de bell oou portats a la fi". Valc:ncla, 1932.
V. TRAV1!R Y TOMAS: "Palacio Anobi.~pal de Valencia. Memoria r
P. MATBU Y LLOPIS: "Las inacripcion
ginas 139-167.
P. MATEU Y LLOPIS: ~Halla~~ arqucol6gicos en la plata do la Almoina en 1•
ciudad de Valencia". Archivo de Prehistoria Levantina, m. Valencia, 1952, pp. Z15-227.
J:faa: unos nños, al hacu los clmirntO$ para construir 1• llamada ~c.sa de los Can6rigos", adoll!.da al Palacio Anohispal, en la misma calle de la llan:hilla y a 11D0J diez mt•
=•
rrot del "fossaret", fue.ron b.nllados restos ros:na.nos (cimentAciones, _pavimentos, teias, cer4mica vnrlnda, vidrios, etc.) que extntjo y recogió el Servido de Investigación Arqucol6gica del Ayuolllmiento de Valencia, estando pendiente de su estudio y puhUc:ndóo. En
tlcrnpos del Arzobiapo Mayoral (mediados del siglo XVUJ) ya fueron hrulados restos toll•anos en este mismo lu~r (TEIXIDOR: Op. cit., t. I, p. 2SS).
(S) En 2 de IIlllrzo de 1961, la Comlsarfu Gentnll del Servido de D
irtegrada por don Viceot< Castcll Maiqu.., Dmeficbdo de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana y c!it=or del Musco Diocesano, y don Domingo Fletcher Valls, Apodc.rndo del
Strvicio de D
esm primera cmpa de prospecciones. Váue VICENTE CASTBLL, DOMINGO FLETCHER y SANTIAGO BRU VIDAL: "'nforme oobte la primera elllpa de prospecciones
r
-21728
[page-n-266]
-218-
[page-n-267]
S
caciones realizadas en la catedral por el siglo XVIII (6). algunos de cuvestigios se advierten todavia en las paredes oriental y occidental
(recayentes, respec tivamente, a la ca lle de la B¡¡rchllla la una y a las ca ·
pillas de San Pedro Pascual y San Francisco de Borja, la otra) .
~
1
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5
f+-.f+.-rl~..f-..-.;~---4--+-1--
- -2' t1
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11
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F•s- 3.-Cortc esqu&:JÑtico ideal de la ac:aVIIdón.
Comenzados los trabajos en la cuadricula imcial del sector 3, se advirtió
que, en la parte occidental del mismo y tras una primera cap.1 superficial de unos 0'60 m. a 0'65 m. de arena, en la que se entremezclaban
(6) SANCHJS SIVERA: Op. cit.
nota
-
1,
~.
219 -
79 y»-
[page-n-268]
6
So DRU VlDAL
gran cantidad de huesos humanos procedentes del antiguo «Fossaret>¡ y
fragmentos de vasijas medievales y modernas, apareda otra c<~pa finísima, de 3 a 4 cm. de espesor, formada de gravilla de rio (fig. 3) y, po•
debajo de ésta, otra de mayor espesor, unos 0'40 m., con tierra oscura
y apelmazada, en la que habla gran cantidad de escombros de relleno,
encontrándose entre éstos cantos de rio, fragmentos de cerámica roma·
na común de época tardía, trozos de <
' ',
'
1-í¡¡. 4.-Disposición de:! muro romano (C) recubierto de utuoo
Por debajo de esta tercera capa afloró otra de un05 6 cm., formada
en su mayor parte por grandes trozos de mortero blancu:?:co, y a continua·
ción de éstos comenzaba una quinta capa de tierra a 1'11 m. de profundidad. Aproximadamente a 1'20 m. apareció la parte alta de un muro
(7) Estos restos ccr:lmicos, al igual que los que a¡¡arecieron en cl!as sueesivos, se ¡uudan, con las •notaciones putiDenkS, en e:! almacén de:! futuro Mu$(() Catedralicio, • arco
de don Vicente Castéll Maiques, para ser expuestos en las salas de:! mismo.
-
220 -
[page-n-269]
7
que al ir descubriéndose se advirtió que iba oblicuo a l corte de la trin·
chera (fig. 2, C) y que tenía embutido en su estructura el fuste de un1
columna de paedra azulada (fig. 2, H y Lám. 1), de 0'57 m . de alto, la
porción superior de este muro está formada en su mayor parte por paedras paralelepipédicas de tamaños diversos, labradas con cierta regulari·
dad algunas de ellas. Practicada la limpieza completa de este muro en
días sucesivos y conocida su altura total (2'30 m.), pudo apreciarse que,
por su cara oriental, estaba enlucido en gran parte con una pasta blancuzca formada por mortero fino y piedras pequeñísimas. El muro trans
versal B cortaba el muro e por su porción superior, discurriendo el resto
de este úl timo bajo los cimientos del B (fig 4)
la capa de tierra oscura que rodeaba la parte superior del muretP
e abarcaba una amplía zona de un metro de altura, situada entre 1'11
m y 2' 11 m. de profundidad. En el la se hallaron, mezclados con la tierra, gran cantidad de fragmentos de «tegulae» planas, con bordes de di
ferentes tipos, algunas de ellas con ampresiones digitales propias de las
tejas de época romana tardía; fragmentos de ánfora, sobre todo picos .,
asas; sigillata clara tardorromana. sin brillo (uno de los fragmentos con
un círculo inciso en la base); trozos de ((imbrlces» de diverso~ tamaños
y cerámica comun de tipos tardíos.
A partir de 2'11 m. y hasta 2'51 m. apareció una sexta capa, de ar
cilla rojiza, en la que se encontraban mezclados con la tierra numerosos
fragmentos pequeños de cerámica, la mayor porte de ellos de cerámica
común y de pasta ciara. Entre lo hallado en esta capa podemos destacar
un trozo de vasija de pasta grisácea, de época indeterminada; tres frag ·
mentos de cerámica estampada rojiza; dos trozos pequeños de estuco
rojo, numerosos de color amarillo (Lám. 11) y un fragmento p"!queño de
sagillata hispánica, brillante y de pasta compacta, de los siglos 11 a 11 1 d .
e (Lám. 11, 8). Aproximadamente a los dos tercios del espesor de esta
misma capa y a una profundidad de unos 2'45 m. hizo su aparición una
especie de suelo apelmazado que adoptaba la forma de triángulo rectán·
gulo (medidas de los catetos: 1 m. y 0'50 m.), formado por grandes b loques de mortero blanco reblandecido a causa de la gran humedaa de esta
zona de la catedral (8); numerosos fragmentos de tégula plana (uno de
ellos con ranura lateral) de paredes gruesas, con la parte llana hacia arriba y a lgún fragmento menor de teja curva de paredes más fines; trozos
de ánforas (paredes, asas y picos) y de otras pequeñas vasijas menores.
(8) Estn humedad ern producida, sin duda, por las proximidad~ de JQs nntigu11 le·
ulnaa canonicales y el poro primitivo dd "fossaret", utilizado desde el siato XIV bul.l
nucsuos cllao.
SANCBJS SlVERA: Op. cit. nota 1, pta. 79, nota 2.
-221-
[page-n-270]
S
S. BRU VW.U.
Al desmontar este nuelo1> o afirmado apareció por debajo del mismo
f:ntre varlos fragmentos de cerám1ca, una capa fina de restos carbonosos
y un gran trozo de tronco vegetal completamente carbonizado. En uno
de los lados y junto a dos bordes de vasija de pasta clara coml:n, apare·
l'ig. S.-Perfiles de fondo• de ,.,..;jos. Tamaño nonmd.
cíeron dos colmillos de jabalí, varios trocitos de estuco y uno mayor (8
cm. x JO cm.) con restos de dibujos policromos verde, verde claro, rojo
y amarillo (Lám. 11, 1).
Entre 2'51 m. y 2'76 m. volvió a aparecer la tierra oscura en la que
se hallaron mezclados los consabidos restos de tégula, aunque en menor
número que en las capas superficiales, fragmentos pequeños de ánfora
y variados restos cerámicos entre los que sobresalen un pequeño frag·
-222-
[page-n-271]
&. "l'OSSJ.RET'' DE LA CATEDRAL
9
mento de borde de vasija campaniente B (fig. 6, a y l.ám. 11, 12), un
pitorro de vaso de sigiltata clara A, de forma 15 (Lám. 11, 9), un frag·
mento de fondo de vaso de paredes fonas, de pasta rojiza, de probable
vigencia entre los siglos 1 y 11 d. C. (fíg 5, a y l.ám. 11, 10); parte de
la base de una vasija de sigillata clara B (flg. 5, by l.ám. 11, 1 ll, un tejo
de cerámica rojiza (l.ám. 111, 3), dos fragmentos de sigillata nispánoca
dE forma 37, uno de ellos borde de vaso (fig. 6, e y Lám. 11, 15) y el
otro con decoración de circunferencias concéntricas en relieve dividida
en dos zonas (Lám 11, 13); un fragmento pequeño de borde de vaso, de
pasta g ris, negruzca por la cara externa y rojiza por la interna lfig. 6, b
y Lám. 11, 16); un fragmento de borde de vaso d e sigíllata clara tardía
(o «imitación de clara») (fig. 8, a), y un trozo de cerámica común de
pasta rojiza.
a
Fig. 6.-Perlilcs de: bordes de vallO&. T>maño natural.
Mediada esta séptima capa, a 2.'63 m., nizo su aparición, pegado al
muro C, un piso de normigón que formaba una especie de p;.vomento
El sistema es el corrientemente usado en infinidad de pavimentos roma ·
nos, con bloques irregulares de mortero con gravil la muy pequeña y cara
plana por arriba, embutidos en una lecnada de mortero de uno$ 20 cm.
de espesor. Mezclado con e l normigón, aparecoó un trozo de «imbrex» de
unos 8 cm. de grueso y un ladrillo pequeño (6 x 9 cm) de :os usados
para pavimentos tipo «spicatum», con mortero pegado en la base y con
señales evidentes de estar coloreado de rojo en la cara superio.La octava capa, muy fina, de uno a dos cm. de espesor, est.1ba cons·
tituida por cenizas y restos carbonosos, procedentes al parecer de algún
•ncendio o restos de nogueras.
Entre 2'78 m. y 3' 15 m. la tierra era más roj iza. En esta capa apa·
reció a una profundidad de 2'98 m. un trozo de estuco de faclura y de·
coración similares al ya conocido de la capa sexta, aunque de "1enor tamaño (Lám. 11, 2) A unos 3 m. surgió un fragmento de cerámica pin·
tada (Lám. 11, 14) y un fragmento de mármol azulado, bruñido que for
maria parte de una plancna de 2 cm. de espesor. Unos 5 cm rr.ás abajo,
o sea, a 3'05 m., nizo su aparición otro piso o afirmado de normig6n y
-
223 -
[page-n-272]
10
S, B1W YIDAL
piedras que abarcaba una superfocie de 0'50 m . x 1'20 m , aoslado del
muro C En esta novena capa se evidenció la disminución de restos cerámicos, aunque los pocos aparecidos superaban en calidad a los abundantes de las capas superiores; apenas estaban representadas ya las «tegulae» fragmentadas, en contraste con la profusión con que aparecían
anteriormente, e igualmente los trozos de ánfora, aunque conlinuaba el
hallazgo de trocitos de estucos rojos y blanquiverdes. Cabe d11stacar la
aparición de un fragmento pequeño de lucerna (Lám. 111, 5), de pasta
rojiza, de época augústea al parecer; tres trocitos de vidrio, el más pe ..
oueño fonisimo y claro; dos fragmentos pequeños de campaniense B, uno
de ellos fondo de vaso con una pequeña corona corcular incisa en el mismo
(Lám 111, 2); un fragmento de sogollata hispánica (Lám. 111, 4); otro
con decoración de dos orlas en relieve (Lám. 111, JO) ; tres trozos de sigillata aretina: el primero liso y con surcos paralelos en la pared externa
(Lám 111, 6); el segundo muy pequeño (Lám. 111, 9) y el tercero, de ma·
yor tamaño, es fondo de vaso en cuya parte onferior se aprecia parte del
sígillum y una orla Ctrcular de estrías paralelas (fig 5, e y Lán> 111, 8),
un fragmento cerámico de pared fina, de pasta roja oscura, con onda~
impresas en la pared externa del vaso (Lám. 111, 7) y uno más pequeño
de pared muy fina, pasta roja y tres estrías paralelas en la parte externa; dos fragmentos de color rojo muy claro, imitación de sigillata tardía
el más pequeño con dos circunferencias concentricas y el mayor, fondo
de vaso (Lám. 111, 11 y fíg. 5, d, respectivamente); un fragmento de sigillata clara B, con barniz exterior y estrlas, producto de la confección,
en la parte interna del vaso de tipo llamado «olpe», al parecer (Lám. 111,
13), por último, dos bordes de vaso de cerámica común y pasta clara (figura 6, d y Lám. 111, 16, respectivamente) y un fragmento de asa, d~
pasta rojiza (Lám. 111, 14).
Una capa de unos 20 cm. de espesor que vino a continuación, situada entre los 3'15 m. y 3'35 m., en la que la tierra apareció más oscura,
die escasos restos, la mayoría de ellos de cerámica campanien!e B y e,
muy pequeños, dando la sensación de haber sido triturados.
A partir de 3'35 la tierra, negruzca, dio muy pocos restos. A los 3'50
terminan los cimientos del muro e, e inmediatamente por debajo de el,
<~pareció leña calcinada, así como tierra con cenizas y materiales carbo·
nizados. Bajo estos cimientos, a 3'65, apareció un bronce Ibérico (9)
(9)
/U de bronee.-1\nverso: Cabezo mosculina, desnuda, mirando a de
trU ddfines (dos delAnte y uno dettds). Reveno: jinete ton palma, y debajo
(1\$~
(CC. A. VIVES: "La moneda hisp!nll:a~. M2drid, 19Z6; vol. 1, pq. !S2, y •'01. D .
14mina LXI, 11).
po<
-224
[page-n-273]
11
(Lám. 111, 1) Alrededor de los 3'70 se halló una especie de empa·
drado que tenía como pieza central y más firme, una piedra de molíno,
volandera, de 0'65 m . de diámetro y 0'20 de altura (flg. 3 y Lám. 1).
3 esta profundidad surgieron las pocas muestras cerámicas de regular lm·
portancia en esta capa final: un pequeño fragmento de paredes finas y
decoración de «piña» a la barbotina (Lám. 111, 15); otro de cerámica co·
mún de coloración rojiza en su cara interna y agrisada en la externa,
dos de pasta gris; uno de pasta agrisada de tonalidad rojiza cl3ra en su
cara externa, en la que se aprecian restos de pintura oscura ¡Lám. 111.
12), Por debajo de los 3'85 m. dejó de obtenerse material arqueológico.
J•ig. 7.-Vooo de pasta clara, hAllado m d sector 3 o, • 2'83 m. de prnfundidad. 1/2.
Terminados los trabajos en el sector 3 y ante la necesidad de ampliar
el mismo, para ver la continuación del muro e y la cara occidental de
éste, se procedió a la ampliación del citado sector, en el que, aprove·
chando el muro e que actuaba de divisoria natural, se establecieron los
subsectores 3 a, 3 b y 3 e (véase croquis fig 2). cuya estratigrafia es afín
a la del sector 3 anteriormente excavado.
En el subsector 3 e, casi al ras del suelo y apena~ omciada la cata
para profundizar la excavación, apareció el muro D, de constitución y
forma parecidas al B ya conocido ( 1'40 m. de a ltura), con el cual se unía
formando un ángulo obtuso (figs. 2 y 4) l..1 parte occidental del muro
e no ofreció ningún onterés especoal, pues era en todo similar a la conocida del lado oriental, aunque sin el enlucido que ésta presenta.
En el curso de la excavación de este subsector, cuya estratigrafía v
rr.ateriales aparecidos son similares a los del sector 3, podemos señalar
como más notable el hallazgo, en la intersección teóroca de lo-; muros e
y D, a 2'83 m. de profundidad, de una vasija completa, de p;¡sta clara
amarillenta, con asa lateral; el diámetro máximo es de O' 162 m y su al·
tura de 0'078 m. (fig. 7 y Lám. IV, 1). Aproximadamente a la misma
profundidad y muy cerca de la anterior vasija apareció un fragmento de
225 -
[page-n-274]
IZ
S. DRU VIDAL
fondo de vaso y pared lateral de siglllata hispánica (forma 37 al parecer),
decorada con metopas, separadas por líneas onduladas y con dobujo ani·
malístico en el interior de la metopa (fig. 5, e y Lám IV, 4), un trozo
de borde de vaso, de imitación de sigillata clara A con barniz rojo interx (fig. 8, b y Lám. IV, 2) y un fragmento más pequeño, también borde
de vaso, de sígillata hispánica clara (fig. 8, e y Lám. IV, 3)
Fig. 8.-Perfilu de bardu de v:uijas. Tllmllño n•oural.
En los sectores 3 a y 3 b se llegó hasta la zanja E, abierto~ en junio
de 1963 antes de que comenzaran los trabajos de excavación, por lo que
ognoramos la cantodad y calidad de los materiales que pudieran aparecer
en ella En el estrato superior, o sea, el comúnmente aprovechado paril
enterramientos en el «Fossareb, se apreció que los hu e~ humanos eran
menos abundantes que en las partes conocidas anteriormente.
Habiéndose llegado a alcanzar la continuación del muro e hacia el
Sur, se comprobó que arrancaba del mismo otro murete más bajo en di·
rección Oeste, es decir, hacia el muro D (fig. 2, F), formando ár1gulo recIo con el e y siendo un poco menos grueso que éste. En la part~ superio·
del muro F, una piedra de forma paralelepipédica (40 cm. x 25 cm. x 22
cm.), con un orificio en la cara superior, daba la impresión de ser la qui ~
cialera de una puerta cuyo posible umbral se vislumbrab:~ (fig . 9 )
Al mismo tiempo se vio que el muro e continuaba hacia el Sur, aunque a un novel más bajo que la parte ya conocida (fig. 2, C' y tig. 9, C')
Los materiales -en los que predominaban los fragmentos de «tegu ·
lae» y de ánforas- aparecieron en estos subsectores 3 a y 3 b muy mez ·
dados hasta los dos metros, debido a que, habiendo sido abierta la zanja E, las lluvias otoñales de 1963 produjeron corrimientos de tlerras, removidas posteriormente por los albañiles de la Catedral Entre le;. hallado
oestacan algunos fragmentos de sigillata aretina e hispánica, que apa·
recieron mezclados con otros de campaniense B y cerámica romana
CO'TlÚn.
226 -
[page-n-275]
EL hFOSSARET'' DR LA CATEDRAL
13
A unos 2'84 m . de profundidad se hallaron dos fragmentos de cerámica de paredes finas, de pasta clara agrisada (Lám. IV, 7 y 1O) y un
trozo de borde de vaso, también de paredes finas, de color <~na ranjado
)' pasta interna muy rojiza (fig. 8, f y Lám. IV, 6), un trocito de sigillata hispánica en el que hay impresa una roseta (Lám. IV, 8) y un pequeño fragmento de aretina de pared muy fina (fig. 8, d y Lám. IV, 9).
C'
F1g. 9.-Dispos.idóo de tos e:Jeme.otos constructivos roJllllllOS de:t sector 3 b,. vistos desde:
d lado Oeste.
El muro F está formado por conglomerados de piedra de rlo, mezcla·
dos con los más diversos materiales para constituir dicho muro: trozos
gruesos de mortero, fragmentos de «laterculum» de diversos tamaños,
asas de ánfora, piedras pequeiias, trozos de cal apelmazada, etc., formande todo el relleno de un <
te en Hispania, según Plinio ( JO). Dicno muro ofreció poca resistencia
31 pico, tal vez por la humedad ambiente en esta zona; su parte más
fuerte y completa es la correspondiente a su próximo empalme con el
muro D (fig. 2), lugar en que se hallaron, a la profundidad de 2 m., vanos fragmentos pequeños de estucos rojos, amarillos, grises y blancos
(algunos de ellos reproducidos en la Lám. 11, 4 a 7).
La cara occidental del muro C', continuación del C, como ya se di¡o
(ver figs. 2 y 9, C'), estaba revestida con una capa de estuco polícromo
(10)
l'lin. Nat. hist. XXXV.
-
22'1 -
[page-n-276]
resuelto en franjas pa ralelas en sentido horizontal blancuzco en la pa•
te superior, a continuación y hacia abajo una banda de color verde oscuro
de 3 cm. de ancha, tras ésta una zona blanca de 12 cm., a la oue sigue
una banda roja de 8 cm. y por debajo de esta última una :ona más am·
plia de color rosado claro (fig. 10). Este estuco, que consthuy<.> un con-
..
..
. .
Fig. IO.-Porci6o occidenbll del murete C' mostrando la I)Orlc utucoda.
junto de bello colorido, apareció muy impregnado de humedad, corno casi
todo lo hallado en esta parte de la Catedral.
Junto a l estuco y en su parte baja apareció, a unos 2'60 m. de pro·
fundidad, un trozo plano de cerámica estampada anaranjada, de fina les
del siglo IV o principios del V, decorado con cuatro circunferencias concéntricas, entre las que queda una amplia zona ocupada por círculos re·
ticulados; el centro lleva un dibujo en forma de roseta (Lám IV, 5).
Al final del muro C, entre los subsectores 3 a y 3 b hizo su aparictón
una especie de desagüe (fig. 2 y fig. 9, G), formado por dos paredes pa·
ralelas de piedras y mortero Sobre estas paredes y como remate hay una
p•edra plana, trabajada aunque no con mucha regularidad. El conjunto de
este desagüe, aunque parece continuación del muro C, no lleva su d i
rección exacta a la de éste, sino que se desvía un tanto hacia el S.E. 1:1
- 228 -
[page-n-277]
IS
suelo del unal se encontraba, aproximadamente, a unos 2'95 m. de pro
fundidad.
La limpieza total de la zanja E y su excavación en la parte baja, per
mitió apreciar, en el talud S W. del subsector 3 b, junto al muro D, una
especie de grueso muro de mortero, en el que se observó que a 0'25 m
Fig. 11.-<::one ..tratígrdtico dcl lado oriental.
y hacia abajo comienza un gran hueco en forma de puerta (o de corredor), de l. m. de ancho por 1'15 m. de altura; por debajo de esta zona
el hueco exuvado en el muro en forma de puerta, torna dirección S.E.
(fig. 11 ). Toda esta porción ahuecada estaba rellena de tierras y restos
diversos y parece obra moderna, al menos apareció por encima de lo que
podemos considerar estratos romanos
- 220 -
[page-n-278]
,.
S. 8&11 VtD.U.
CONCLUSION
Dada la pequeñez del área excavada y el escaso material conseguido.
las conclusiones han de ser, por fuerza, poco amplias. Una co~a se hizo
patente desde la aparición de los primeros niveles: la remoción de tierras que este paraje de la antigua Valentía ha sufrido a través del tiem
po. Como se habrá observado, la estratigrafía no guarda una estrecha re·
ladón con la cronología de los fragmentos cerámicos hallados, prueba
!!vidente de esta mezcla de tierras y destrucción de niveles en otros tiem
pos (11 }. Así, un fragmento de cerámica estampada de finale! del siglo
IV o principios del Y (cronología más baja entre lo hallado} apareció, como se ha dicho, a una profundidad de 2'60 m. -casi al m1smo nivel qu~
un fragmento de campaniense 8-, mientras que por encima dg este nivel hacía su aparición un fragmento de sigillata hispánica datable en los
s1glos 11-111. Con todo, es evidente que en los niveles superiores son más
abundantes las muestras tardias y en los más profundos es mayor el nú·
mero de fragmentos de campaniense B y C, cronología más antigua a que
se ha llegado (finales del siglo 11 y siglo 1 antes de C.). Lo que se aviene
perfectamente con otros hallazgos habidos en Valencia y estudl;;dos cien·
ríficamente.
(11)
SANCHIS SrVBRA : Op. cu. ooua 1, pp. 80-81.
-
230
[page-n-279]
BRU VJ ilAL. 1>1 Fossaret de la Cn l cdrnl
LAllt. l .
[page-n-280]
UK U VIOAI ..
El FossarH tle In Cnl<•dr:tl
I.A~1 .
11.
[page-n-281]
BKU VIOAI,.
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'
El F ossnrel d r la CatednJ
-..
2
14
Lt\M. IU.
[page-n-282]
BRU VIDAL.- El t' ossarel de In Cattdral
1.1\M.
rv.
[page-n-283]
ELISEO PALOMARES
(Valencia)
Hallazgos arqueológicos
de Sinarcas y su comarca
ESCENARIO GEOGRAF ICO
La zona de la que nos vamos a ocupar comprende el térmrno municipal de Sinarcas y los términos colindantes de Benagéber, Tuéjar y Alía·
guilla.
El término de Sinarcas tiene uha extensión aproximada de 102 km.
cuadrados y está situado en la parte occidental de la provincia de Valencia. Pertenece al partido judicial de Chelva y tiene sus límites, al N. con
Tuéjar; al E. con dicho pueblo y Benagéber; al S. con Utie,l y Camporrobles y al O. con Aliaguilla y Talayuelas, que pertenecen a la provincia
de Cuenca ( fig. 1).
Las coordenadas del vértice geodésico de Sinarcas son : 899,3 1 m. de
a ltitud, 39'> 44' 3" de latitud N. y 2• 27' 24" de longitlJd oriental del
meridiano de Madrid.
Desde el punto de vis ta geológico, factor drgno de tener en cuenta
en toda labor arqueológica, el pueblo de Sinarcas está situado al borde
de una pequeña mancha diluvial formada por arenas, arcillas a renosas y
calizas disgregadas, que tiehe a poca profundidad un horizonte arcillos?.
Este terreno diluvial está rodeado de fuertes calizas jurásicas con sólo
un pequeño paso de caliza cretácea, que constituyen los terrenos del S.
y E. de la población, y otra capa de rodenos triásicos que forman los ce·
rros, terrenos y cordilleras del N. y O. del término. Estas calizas jurási-
231
[page-n-284]
2
B. PALOMo\lU!S
Fig. 1.-Mopa de la Z0N1
-
232 -
[page-n-285]
SIN~IIC.\.S
Y SU 00.\IARCA
J
cas, por su impermeabilidad, pues son muy compactas, determo
nan las
cuencas hidrográficas de Sinarcas (rio Turia) y la de Utiel y Caude te (río
Júcar), en cuyos pueblos se presenta una mancha cuaternaria más importante. Casi todos los terrenos que sirven de base y limite a esta mancha
diluvial se han formado a través de toda la Edad Secundaria, como lt)
prueba, además de lo expuesto, la existencia de amonites, terebrátulas
y otros fósiles de moluscos característicos de diversos pa rajes dt:l término
municipal, tales corno las Viñuelas, La Canaleta, Lobos-Lobos, Vallejo de
los Madriles, vertientes del Regajo, etc., etc., así como dos hue~os fósoles
de- gran tamaño, que más adelante describimos.
Topográficamente considerado, el término de Sinarcas es, en líneas
generales, una meseta de unos 850 m. de altitud media, interrumpida
por los cerros Carpoo ( 1.053 m.) y San Cristóbal ( 1.021 m.). situados
junto a la población por su parte S. E y bordeada por el Pocarcho ( 1 305
m.), punto más septentroonal y elevado del término, Peña del Rayo, cerro Mortero y las Blancas, al N.; Valdesierra y la Marica, al E., estriba
coones de la sierra de Utiel a l S. y la Relamina, ill O. Esta meseta se ex·
tiende hasta las proximidades del pico de Ranera ( 1.430 m.), :;otuado en
término de Talayuelas, y está cortada de O. a E. por el arroyo denominado el Regajo, cuyo valle es profundo y muy agreste y esc¡¡rpado, y se ex ·
tiende desde Toba, situada a unos 5 km . al N. de la pobl<~ción. hasta el
Charco Negro, 9 km al N E Cerca de este pintoresco caserfo desaguan
la accidentada rambla de las Surtideras, que corre de S. a N y la del
barranco Borbon Los demás arroyos y torrentes, como el de Raneril
ramblas de la Cobañera, de la Hoz, etc , apenas modifican la planicie por
donde discurren.
En este escenario geográfico ha dejado su huella indeleble el hombre
dt> todas las épocas de nuestra historia, como lo prueban los numerosos
vestigios arqueológicos descubiertos en él y de los que damos una breve
descripción en las lineas siguientes.
11
NOTIC IAS SOBRE LA ANTIGUA SINARCAS
El preclaro hijo de Chelva, Padre Marés, en su Inefable libro titulado
«La Fénix Troyana» (1), atribuye a Sinarcas un origen legendaooo con las
siguientes pintorescas palabras:
(1) V. MARES:
üu
Feni•
tr0)11nil"".
30
Valcocil, 1681
233 -
[page-n-286]
4
cSinarcas. Villa en el valle de Chelva, es titulo de Condado, conced ido por el rey Felipe 111 el año 1599. Es fundación de Moro3 y Godos,
según otros. Lo que me maravilla de Escolano es que haciéndolo no le Jé
más antigüedad que del tiempo de los godos; porque de la Arcobriga
fueron fundadores gente de la cuadrilla de Túbal, haciendo cabeza Ar·
caz, hijo quinto de Oslris, uno de los 45 hijos que se atribuyen a Noé,
como dije en el lib. 2, cap. 3 Es mi sentir que esta población tue de los
de la misma cuadrilla que poblaron nuestra Chelva y no quedará satisfecho el lector que no vea lo que diremos más abajo de la fundación de
Chelva, conque mi sentir es que a Sinarcas, la fundaron o Arcaz o su.>
descendientes, o Evandro Arcas, hijo del troyano Eneas, poniéndola el
mismo nombre corrompido con el tiempo la Z en S. Quedó de~truida en
tiempo de los Godos y la reediftcaron los Moros Cenetes, y aludiendo
al nombre de los reedificadores y al que se tenían, le llamaron Cenarcas,
como la nombra Escolano Mas todo esto no fue en el sitto rmsmo que
ahora tiene, sino cerca d~ ella, donde aún en estos tiempos se hallaron y
alcanzaron algunas ruinas, de donde hubo de tomar fundamento Escolano para decir que seria la antigua Arcobriga, por cuanto los más, concuerdan q ue no estaba muy lejos de los contornos del valle de Chelva, por lo
que se infiere de las antiguas memorias de los Obispados. En el tiempo
de la Conquista, D Jatme de Jérica, apartándola un poco de ~u primer
si tio, hallándola arruinada, volvió a edificarla queriendo la llamasen Puebla de San Jaime, como dice Escolano, pero como duraban y estaban muy
vivas las memorias de la vecina Cenarcas, no pudo desarraigarles el nombre. Con esto, casi todo cuanto se ha escrito de Sinarcas, siguiendo mi
!>entir, se concuerda con mucha faciltdad, pues siempre tiene algún fun·
damento, aunque las injurias del tiempo borren las pruebas. Hoy (se re fiere al año 1681) tiene Sinarcas 55 casas. Su Parroquia tiene a más de
1 :~ Rectoría dos beneficios simples. Está a la raya de Castilla, a cuatro leguas de Chelva y a catorce de Valencia»
Muñoz Soliva (2) si túa en este pueblo el famoso templo helénico61cade «Simulacrum Arcas», del que considera se deriva el nombre Sinarcas.
Nicolás Primitivo Gómez Serrano (3), dice textualmente: «Sinarc.as
es un topónimo que me ha preocupado mucho. De momento creo que
significa algo así como «edificaciones elevadas», es decir, «poblado alto
o elevado», y esto daría la probabtlidad de que Sinarcas fuese una de la.s
(.2) R BERNABEU: "Historia etitica y documenlllda de la ciudad de Requena". Requel14, 194S.
(3) N . P. GOMEZ SERRANO, por carta al autor de este anlculo.
- 234 -
[page-n-287]
SJNARCAS Y SU COMAliCA
S
poblaciones ibéricas obligadas a bajar al llano por los generales romanos,
posiblemente del cerro de San Cristóbal».
Las afirmaciones del P. Marés, como es natural, no pueden resistir
los argumentos en contrario de la más elemental critica histórica moder na, con la que solamente coinciden en lo referente a la antigüedad del
pueblo, como corroboran los diferentes hallazgos arqueológicos de los
últimos años.
111
HALLAZGOS ARQUEOLOGICOS
l.-POZO VIEJO
El dla 25 de agosto de 1941, haciendo explanaciones en un terreno
de su propiedad, no lejos del antiqulsimo pozo concejil, el vecino de Si ·
narcas, Alejandro Monterde, halló a la profundidad aproximada de un
metro, una piedra caliza que conserva signos ibéricos encuadrados en una
cartela (fig. 2).
De esta piedra, que actualmente se conserva en el Museo de Prehistoria de la Excma. Diputación de Valencia, hizo un documentado estudio
el docto académico don Pío Beltrán, de cuya mteresantísima monografía (4) entresacamos las siguientes referencias: «la parte conse•vada ttene 78 cm. de alta, 43 cm. de ancha y 12 cm. de gruesa, midiendo la cartela 23 cm. x 23 cm. y teniendo el segmento una altura de 14'50 cm.
Las letras del segmento son de 8'5 cm. y las demás oscilan entre 3'2 y
3'9 cm. Las lineas están separadas por rayas horizontales. La piedra es
de la misma calidad que la utilizada en la construcción del Templo Parroquial, de las canteras del Regajo. Su peso, 85 Kg Es caliza blanda aunque compacta, fácil de labrar y desgastar, por lo cual contieM algunos
signos muy desvanecidos, otros rotos desde antiguo y otros perdtdos más
modernamente al sacarla o trasladarla, como los dos últimos stgnos de 1~
segunda línea.
El epígrafe de Sinarcas contiene 89 signos ibéricos, siendo por lo tan·
to el más largo de los conocidos sobre piedras.
El significado de este escrito es todavía un enigma, pues los conocí-
(4) P. BELTRAN V!LLAGRASA: "La 0$1tb ibbiea de SiiW'CaS. Historia dd ha·
ILuso", Boletin de la Rffi Ac:odemb Española, XXVI, c. CXXJ. Madrid, 1947, p. 245,
-235-
[page-n-288]
'- r \ LO\i.\U.S
Fia. 2.-Esrelo lbúica de Sinacc...
mientos actuales sobre el lenguaje en que está expresado no han perm: ·
tido nacer una traducción exacta».
Como cerca del lugar donde fue hallada la estela, aparecieron algunas orzas cinerarias, precisamente en las excavaciones que se hicieron
para construir una bodega, podemos suponer que allí estuvo la necrópo·
lis del poblado ibérico de Sinarcas y que la estela, por su formJ y dispo·
sición de los signos, es una lápida funeraria.
-
236 -
[page-n-289]
SINARCAS Y SU COMARCA
7
Junto a este lugar apareció casualmente un as ibérico de Celsa en
perfecto estado de conservación, y junto al pueblo, en la partida de La
Nevera, el joven Pedro Pérez Hernández encontró el día 1O de mayo de
1956 un as ibérico de Celin (Lám. 111 y IV, 1)
Todavia existen junto al Pozo Viejo dos lápidas romanas que servoan
de pedestal al azulejo de la Virgen de Tejeda, hoy desaparecido, pero
como fueron halladas en la Cañada del Po:r.uelo, las mencion;¡remos en
su lugar.
2. -CERRO DE SAN CRISTOBAL
Estratégicamente situado en el centro de la planicie de Sonarcas, a
unos dos km. al S.E. de la población actual, y de fácil defensa por su pro·
nunciada pendiente junto a la cumbre y porque en la parte meridion:~l,
que es la más accesible, tiene un foso tajado artificialmente ll;¡mado Callejón de los Moros.
En toda su área se han ha llado a flor de tierra y todavía exosten, onfinidad de objetos de diversas épocas, de los que mencionaremos los más
importantes:
a) Máscar;a cerámica.--En mayo de 1960 unos alumnos de Enseñanza Media, hallaron en la ladera septentroonal de este cerro y pr6xim:>
a la cumbre, casi a flor de tierra, huesos humanos y varios trozos de cerámica de épocas diversas, entre los que destacaba por su origll"lal figu·
ra, tosco labrado y antigüedad aparente, un fragmento de máscara de 16
cm. de alto, 11 de ancho y un centímetro de espesor medio, que comprende la nariz con los dos agujeros para respirar, labio superior con orificios para poderle añadir fácilmente plumas, palitos, cerdas, etc., ojos
asimétricos y trente aplastada. El aspecto general es de una máscara grotesca o terrorífica, propia para hacer reir o infundir pavor y la cerámoca
de que está formada es el tosco barro negro con puntit04 brillar.tes en s•J
masa (Lám. 1).
Esta máscara la destinamos al futuro Museo Municipal de Sinarcas, y
caso de no crearse éste, pasará al Museo de Prehistoria de Valencia,
b) Punta do flocha.-Fue hallada casualmente por e.l joven Ismael
Mallea, estudiante de Medicina y vecino de Sinarcas, junto a la cima del
Cerro. De ella se hozo entTega, por el autor de estas líneas, al Musro de
Prehistoria de Valencia, junto con varios fragmentos de cerámica ibérica
de época tardía (fig. 3)
-237 -
[page-n-290]
8
B. P.U.O.\IAJU!S
e) Fíbula de bronce.-Tenemos noticia del hallazgo de una fíbula
de bronce, actualmente en una colección particular.
d) Restos de época romana.-Don Francisco Martínez y Martlnez,
en su artículos «Sinarcas Arqueológica» (5) nos proporciona los siguientes datos:
«En la falda O. del cerro de San Cristóbal se encuentran restos d~
cerámica romana, y que al lí hubo un piso de mosaico romano lo compruE.' ·
ba el fragmento de mosaico que guardamos en nuestra modesta colección
arqueológica, allf recogido, como también los que en las Escuelzs Pías de
Gandía se conservan, encontrados por el ya desaparecido sabio P. Lea•'-
Fig. 3.-Punta de sllex del Cerro de San Cristóbal. de Sinarca5.
dro Calvo, de l Instituto Calasancio, por él también captado en algunas
de sus excursiones investigadoras por aquel territorio. El laboreo de este
punto ha destruido y hecho desaparecer las edificaciones que a llf había.,
existido, en donde se han repetido los hallazgos de objetos, taMbién desaparecidos, pero por los antecedentes se puede afirmar que eran c:f:e la
crvllización romana. Siguiendo .la ascensión se llega a las cimas de los
picos, en donde los restos de cerámica que se encuentra es de tipo ibérrco, no muy abundante en el cerro Carpio, pero si en el de San Cristóbal
que ofrece una singularidad, la de que por bajo su cúspide y en el lado
de mediodía hay un foso tajado en .la peña, artificial. En aquella al tura,
no muy e xtensa, son abundantisimos los restos de cerámica ibérica, destacándose los de ba rro gris muy fino y brillante con la típica coloración
color bistre, de cuyo barro sólo hemos visto en esta estación y en la de
Casa Doñana; piezas enteras pocas; conservamos una pátera y tacita de
barro rosáceo y unas fusayolas de barro negro y ordinario; también se
ven fragmentos de barro neolftico, alguno campaniano y fragmentos de
(S) F. MARTINI!Z Y MARTINEZ : "Sirum:as arquea lógica", Almanaque de "l.u
Provincias". Valencia, 193S, p. 119.
-238-
[page-n-291]
SINhRCAS Y SU COMhRCA
9
hierro que no se puede deducir por lo pequeños y oxidados a qué objeto
pudieron pertenecer. Por las laderas, vimos en nuestra primera visita pie·
dras de molino de mano, algunas enteras, de la carac:teristica arenisca
roja. Dato interesante; en el colladito que forman los dos picos y con indinación a la ladera de mediodía, se encuentra un pocillo o colocha en
la que mana un mísero caudal de agua al que sin duda abastecía a la
gente de aquel poblado».
El señor Gómez Serrano, en los Anales del Centro de Cultura Valen·
ctana (6), inserta la siguiente noticia:
«Cerro de San Cristóbal de Sinarques.-EI mateix En Senerot va pre·
sentar ceramica ibérica del dit «cerro», recullida en una excursió que va
fer allí. (Materia l dipositat al Centre de Cultura Valenciana)».
La enumeración de restos arqueológicos hallados en este cerro seri!!
interminable, pero como muchos de ellos han desaparecido y otros son
pequeños fragmentos, mencionaremos únicamente las vasijas pequeña>
de cerámica finísima y un mortero con su correspondiente maza termi·
nada en estilizada cabeza de caballo de barro más basto, que conservan
lo!: herederos de Vlctor Agu iJó, y varias monedas Ibéricas, romanas y posteriores (Lám. 11, núm. 4)
3.-CERRO CARPIO
Situado a l E. del Cerro de San Cristóbal y próximo a el, es asimismo
una estación arqueológica interesante. Aunque a simple vista no se observan tantos restos antiguos como en el otro cerro, a finales del pasado
siglo y principios del actua l se hallaron, al roturarlo, varias piezas de ce·
rámica muy fina y monedas, jo que motivó que se hicieran excavaciones
por algunos vecinos, dando como resultado el descubrimiento dP. una pequeña galería cubierta a la que daban acceso unas puertas de madera
gruesa ya podrida con muchos herrajes enmohecidos. En esta galerla se
hallaron infinidad de piezas pequeñas completas de cerámica fina, que
fueron vendidas a varios anticuarios y coleccionistas. Seguramente algu·
nc de los ejemplares de la colección Agulló debe proceder de allí. Todavía
vove el vecino de Sinarcas, Leopoldo Lázaro (sobrino del Sr. Carpio, del
que tomó e l cerro su nombre), que intervino en Las excavaciones, descubrió la citada galería y encontró la mayor parte de los objeto; menc:io·
na dos.
(6) N. P. GOMEZ Sli!RRANO: "Sccci6 d'Alluopologia i Prchistl>rio", Anales del
Ctmro de Cultura ValenciaDa, vtn, 24. Valencia, 1935, p. lSG-192.
-239-
[page-n-292]
10
1!. PAI.OMAIU!S
4.-EL MOLINO
Realizando trabajos agrícolas, en 1952, el vecino de Sinarcils, Rlcar·
do Valero, en una finca de su propiedad, si tuada en la partida denomi·
nada El Molino, unos 2 km. al N.O de la población, halló una olla cine·
raria, d~ 34 cm. de altura, con d~ asas y dos salientes perforados, junto
a la boca, y una tapadera, llena de cenizas y tierra calcinada, restos hu·
manos incinerados y un braza lete de bronce, con los extremos rematados
en burdas hemisferas (Lám. 11, 1 y 2).
Este hallazgo se guarda en el Archivo Municopal de Sonarcas.
Junto al lugar de hallazgo de la citada orza se encontraron innume·
rabies fragmentos de cerámica obéroca y muy cerca de allí aparecoó un
molino de mano de piedra rodena.
5.- POCILLO DE BERCERUELA
El año 1926, deshacoendo un robazo en una fonca de su propiedad, del
paraje denominado Berceruela y en las proximidades del Pocillo de Berceruela, 4 km. al Oeste del pueblo, el vecino Leonardo Ramlrez, halló
una posible cabeza incompleta de mujer, esculpida en piedra caliza. Este
fragmento de escultura se encuentra actualmente en el Ayuntamiento de
Sinarcas.
A esta cabeza le falta la frente y tiene mutilada la cara por el arado
y los golpes del pico para extraerla, ya que en un principio no se sospe·
chaba lo que dicha piedra pudiera representar Tiene dos bases planas
triangulares y paralelas, separadas por una distancia de 23 cet1timetros
El lado mayor de la base mide 35 centímetros y la altura del triángulo
20 centlmetros. La parte posterior es una superficie plana rectar.gular de
35 centímetros de base por 23 de altura. Debió formar parte de algun3
columna, friso o grupo escultórico (Lám. 11, 4) Conserva hermosa deco·
ración a base de rosetones hechos a trépano.
Otros objetos de cerámica y piedra tallada de menor importancoa, una
con inscripciones latinas, que conservamos, encon tradas a flor de tierr:t
en aquellos parajes, nos dan la certidumbre de la exi stencia de algun po·
blado o de alguna edificación importante en las proximidades d el hallazgo
No lejos de allí, al pie del cerro denominado La Cabezuela, descubrí·
mos en su parte oriental los restos de un poblado antiguo donde todavía
puede observarse a simple vista la planta de algunas viviendas o edificios
de pequeña extensión, predominando las de forma aparentemente circular u ovalada.
En los mencionados Anales del Centro de Cultura Valenci~na pode-240-
[page-n-293]
11
stNARCAS \' SU COMAltCA
mos leer: «Berceruela de Sinarques.-En la mateixa excursió (J. J Senent) va visitar aquest lloc trobant-hi rests del princípi deis metalls, de
la época ibérica i mitgevals (Material dlpositat al C. C. V.)».
6.-CAI'iADA DEL POZUELO
A principios de siglo, en una finca que actualmente posee el vecino
de Sinarcas, Julio Pérez Latorre, en la partida de Cañada del Pozuelo, a
unos 2 km. al Sur del pueblo, en la falda occidental del Cerro San Cris·
tóbal y no lejos de la carretera de Utiel, se hallaron tres lápidas con ins·
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Fig. 4~Upida romana de Cañad:l de
Pozudo, de Sioarcu.
Fi¡. 5.-Upida nxnana de C.nada de
Pozuclo, de Sinan:al.
cripciones latinas y nombres Iberos y romanos; una pila de Esculapio perfectamente labrada y conservada, que desapareció aquella mi~a noche
sin dejar rastro de su paradero; una estatua yacente de mujer con los pechos descubiertos, que también desapareció; algunas monedas romanas y
abundante cerámica fraccionada ibero-romana.
Las aludidas lápidas, dos de las cuales todavia se conservan en las
proximidades del Pozo Viejo, son:
2-U 31
[page-n-294]
12
L P.U.O.\IAUS
(Hübner 4.449)
(Hübner 4.451)
M. HORATIO
MERCVRIALIS
AN LIIX. FABRI
CIA . SERANA .
MARITO. INDVL
GENTISSIMO.
IVNIA
H.S.E.
MARIT
A.S.P.
(fíg, 4)
CVPITA
LACILIV
(N) Phi
ST T L
(fíg 5)
(Hübner 4.450)
L. HORATIVS. M.
F VISERADIN
H.S.E.
que parece referirse a un ta l L. Horacio, hijo de Marco, que conservó el
cognomen ibérico de VISERAD IN Esta lápida se atribuyó a Tarragona
y se ignora su actua l paradero.
7.-LOS CHOTILES
Haciendo hoyos para plantar viña en una finca de su prov1edad, no
lejos de la Cañada del Pozuelo, los hijos de Francisco Navarro, hallaron,
hace cinco años, unas vasijas de cerámica, que se rompieron al extraerlas, que contenían cenizas y restos humanos incinerados, hab1endo sido
clasificada esta cerámica por el S I.P., como ibérica tardía.
También descubrieron una punta de lanza de hierro, con nervios muy
pronunciados en arista (Lám 11, 3).
Cerca de este lugar puede verse gran cantidad de escorias de hierro,
como sucede en muchos lugares de l término mun icipal, lo que prueba
que hubo varias fund1
ciones, bien simultáneas o trasladadas sucP.sivamente de sitio, conforme se Iban agotando los bosques circundantes.
8.-CERRO DE SAN ANTONIO {ALIAGUILLA)
Dominando la llanura que se extiende a! S.E. del térm1n0 de Aliaguilla (Cuenca) y N. de Utiel y Camporrobles, no lejos del término de Sinarcas, el cerro de San Antonio es una fortalezca natural, complet<:da en la
antigüedad con muros formados por bloques de piedra sin arga-nasa, cuyos restos pueden apreciarse en algunos puntos próximos a la c.umbre.
- 242 -
[page-n-295]
SrNARCAS Y SV COMARCA
13
Gómez Serrano, en los citados Anales del Centro de Cultura Va lenciana, doce también: «Cerro de San Antonio de Aliaguilla (Cuenca) A d 'aquesta estació arqueol(>gica va trobar el mateix (J J . Senent), ceramica del principo deis metalls». La cerámica que allí se conserva es tos ·
ca, muy antigua y poco variada. Algunos fragmentos están coloreados en
rojo. Esta cerámica ha sido clasificada por el S.I.P. como de fmales de
la Edad del Bronce.
9.- RINCON DE LA MINA (TUEJAR)
Situada en término de Tuéjar pero muy próxima al de Sinarcas y se·
parada del extenso Campo de las Herrerias por la Peña de l Rayo. El Cam·
po de las Herrerias conserva cantidades Ingentes de escorias de hierro
en toda su extensión, lo que prueba la existencia de fundociones en di·
versos lugares.
Esta relatovamente importante mina, explotada en tiempo de la dominación romana y tal vez con anteriorodad, contiene numerOÑIS y pro·
fundas galerías, que no han sido debidamente exploradas porque muchas
se han hundido y resulta peligroso penetrar en ellas.
Según referencias hay una especie de plazoleta o rotonda central con
una pequeña fuente subterránea, y una de las galerías atravoe5a la cordillera del N de Sinarcas y sale por el término de Talayuelas (Cuenca).
De los objetos que se han encontrado dentro de la mona en diversas
ocasiones, hace muchos años (restos de herramientas, cerámica, etc.), no
hemos podido ver ninguno.
10.-LOBOS-LOBOS
Caserío situado a unos 4 Km. al S.E. de la población junto a una fuen·
te y pozo de caudal relativamente importante para aquellos aridos parajes.
En sus proximidades han aparecido restos de edificaciones antiguas, algunas con cimentación completa de piedra labrada, con parte de cuy~
piedras hizo el zócalo de su casa el vecin;, Joaquin Clemente Ramírez.
Según referencias orales y escritas, este paraje se llamab;, «Sacramento», lo que nos hace pensar en la exostencia de alguna ermita o tem·
plo cristiano al que podrían pertenecer dichas piedras labradas
Mucho más interesante desde el punto de vosta arqueológico es el
pcblado antiguo llamado los Casilicios o Casalicios, ya menco
onado por
F. Martinez en el citado Almanaque de «las Provincias» de 1935, en el
que dice textualmente: ccUn tanto separado de la falda de este cerro (Carpio). en la labor de Lobos-Lobos, en un punto que se llama 1o5 «Cacilo-24,3-
[page-n-296]
14
E. VALOMAIUlS
cios», se encuentra, a flor de tierra, una linea de restos de edificios cuadrangulares, y en sus proximidades, fragmentos de barro neolítico e ibérico. A poca distancia, y a las espaldas de aquellos restos, están la fuente
y pocillo-fuen te de Lobos-Lobos», donde hay una piedra labrada con la
inscripción 1 H S y debajo 1661.
!l.-RAMBLA DE LAS SURTIDERAS
Lugar donde han aparecido eJ cuerpo de una vértebra y parte de un
hueso de animal fosilizados, de tamaño extraordinario. Hace unos tres
años el vecino de Sinarcas, Eusebio Cremades, halló casualmente en este
paraje una piedra rara por su forma y composición, hallazgo del que nos
dio conocimiento por creer se trataba del tronco de una estatua mutilada, Personados en el lugar del ha llazgo y prosiguiendo la búsqueda en
días sucesivos, apareció casi a flor de tierra el cuerpo de una vértebra
fósil de enorme tamaño y pequeños trozos dispersos del mismo materiaL
Analizado un pequeño fragmento por el docto catedrático de Geología
de la Facultad de Ciencias, don Manuel Marte!, actua l director del Museo Paleontológico «Rodrigo Botet», emitió e l siguiente informe· «Estruc·
tura animal característica de materia 6sea.-Formado por: Materia ósea
susti tuida en parte por carbonatitas, ca lcita y zeolita hidrolizada. - Se
trata de un hueso fósil impregnado en limonitas, que tiene venillas rellenas de calci ta, formadas por fracturación del hueso. - Presenta los
conductos de Havers rellenos por calcita. La limonitizaci6n es !"''ás _
intensa en las osteonas y particularmente en los conductos de Wolkmann. Clasificación: Hueso fósil limonitizado».
Lo más notable de estos fósiles es su enorme tamaño. E) fragmento
d11 hueso perteneciente a una extremidad del animal antediluviano mid~
60 x 40 x 20 cm. y pesa 66 Kg . El cuerpo de vértebra con sólo parte de
,
las apófisis transversales mide 34x 30 x 16 cm. y pesa 12 Kg. (Lám. 11 5) .
Estos huesos pertenecen sin duda a lguna al mismo animal, y por su
forma, tamaño y terreno donde se han hallado corresponden a un dinosaurio de la Edad Secundaria.
12. -LOS CASTILLEJOS (BENAGEBER)
En e l mismo limite de Sinarc:as y Benagéber, frente al caserío del
Charco Negro, 8 Km. al E. del pueblo, se eleva el puntal de Jos Castillejos, dominando el valle del Regaj o en aquella zona. Es un fortín natural,
completado en los sitios de más fácil acceso por muros poco co:1sistentes,
de los que todavía se conservan restos.
-244. -
[page-n-297]
IS
A media ladera de este emp1nado montículo existe una profunda y
amplia gruta con estalactitas y estalagmitas, en cuyo tondo parece oírse
desde la rotonda central el curso de una corriente de agua, qu~ bien pu·
diera ser lo de la Fuente de los Baños, situada junto al Regajo y al pie
mismo del montlculo. Si esto fuese asi, los defensores o hab1tantes de
este reducto podrían haberse abastecido de agua sin necesidad de aven·
turarse a bajar al fondo del valle en caso de asedio.
Ll cerámica más antigua recogida en este paraje ha sido clasificada
por el S. l P. como tardo-ibérica, romana y medieval.
13.-VILLANUEVA (BENAGEBER)
L1ndante con el término de S1narcas se halla la aldea de 'V1IIanueva,
perteneciente al municipio de Benagéber En diversos Jugare; próximos
al caserfo hemos pod1do observar a simple vista restos muy fraccionados
de cerámica antigua, probablemente ibérica
14.--CARADA DEL SALITRAR
Desfondando con el tractor una finca propiedad de Florea! Lloria, SI ta en la Cañada del Salltrar, 3 Km. al NO. del pueblo, el tractorista Ru·
bén Darfo Clemente adv1rtió que había destrozado involuntariamente va·
rias vasijas de cerámica que contenían cenizas y restos humanos incine·
rados Av1sados por dicho joven tractorista, nos personamos all í. pudiendo apreciar el destrozo ocasionado, lo que se hubiera podido evitar avisando en cuanto aparecieron dichos restos La erosión había dejado cast
a flor de tierra las urnas cinerarias de esta necrópolis, que hubieran po·
dido extraerse 1ntactas en caso de haber llegado a tiempo. Sin realizar
nuevas excavaciones recogimos algunos fragmentos, env1ándolos al S. I.P
que los ha clasificado como Ibéricos.
15.--CERRITO DE LAS PERAS
Situado a unos 2 Km. al NO. de l pueblo y en el centro de los llama·
dos Cerrltos de Arriba, se halla este escarpado y pequeño montículo que
como lo~ cerritos contiguos, de más fácil acceso, conserva cerámica ibero-romana.
16. -PARTIDA DE SAN MARCOS
En la part1da de San Marcos, 4 Km al N. del pueblo, el joven Domingo Monterde González halló en las prox1midades de una vieja ermita
dedicada a San Marcos Evangelista, una moneda romana de oro de 7'5
-
245 -
[page-n-298]
16
gramos de peso, perfectamente conservada, con el busto de Augusto en
el anverso y las figuras de Cayo y Lucio, de pie, en el reverso. Correspon •
de a la núm. 86 de Cohen (año 11 a. C.). Ignoramos su actual paradero.
17.-FUENTE DE SANTA URSULA
Hallazgos superficiales de cerámica ibénca y de posteriores épocas,
muy fraccionada; gran cantidad de escorias de hierro. Recienten 1ente apa·
recieron los restos de una necrópolis ibérica descubierta por un tractor
al realizar labores de roturación; es de parecidas ca racterísticas a las de
la Cañada del Salitrar.
18.- TEJERIA NUEVA
Estación arqueol6glca próxima a la anterior y de análogas caracterfsticas.
• * •
Con esto terminamos por ahora la enumeración de las estaciones arqueo16gicas de Sinarcas y su comarca, aunque no se nos oculta que de·
ben existir muchas más, pues lo mismo en las proximidades de la población que en los lugares cercanos a pozos o manantiales como la Cana·
leta, la Toba, etc., se ven a simple vista restos de cerámica y de otros
objetos elaborados por nuestros antepasados que, en parte, datarán tam·
bién de épocas remotas.
IV
MONEDAS HALLADAS EN LA COMARCA DE SINARCAS
1.-As de Celin.
2.-As de Celse.
3.-As República romana.
4 .- As de Valentía.
5 y 6.-lmperio romano. Medios bronces de Claudio.
7. -lmperio romano. Medio bronce de Vltelio.
S.- Imperio romano. Medio bronce de Vespasiano.
9.-lmperio romano. Medio bronce de Adriano.
10.-lmperio romano. Gran bronce de Gordiano Pío.
!l.-Imperio romano. Pequeño bronce de Claudio 11 El Gótico.
-246 -
[page-n-299]
SlNARCAS Y SU COMARCA
17
12.-Bronce de los Reyes CatóJicos. Acuñado en Toledo.
13.-Moneda de vellón de Felipe 11, acuñada en Ibiza y contramarcada en Barcelona.
14.---0chavo de Felipe 11 contramarcado en 1655 y otras veces.
15.-Cuatro maravedís de Fel1pe 111 Acuñada en Segovia.
16.-Real valenciano de plata de Felipe 111.
17.---0cho maravedis de Felipe 111. Resellada varias veces en tiempo
de Felipe IV.
18. -Dieciséis maravedís de Felipe IV. Acuñada en Madrid
19.-Sisena de Felipe Y. Acuñada en Valencia.
20.-Real de a ocho de Carlos IV. Acuñada en Méjico.
21.-Cuatro maravedis de Carlos IV. Acuñada en Segovia.
22.-Cuatro cuartos de Barcelona. Ocupación francesa de 18 14.
23.---0cho maravedfs de Fernando VIl. Acuñada er'l Jubia.
24.---0cho maravedís de Isabel 11. Acuñada en Segovia en 1837.
25.---0cho maravedís de Isabel 11. Acuñada en Segovia en 1842
26.-Cuatro maravedís de Isabel 11. Acuñada en Jubia.
27.-Medio real de Isabel 11 . Acuñada en Barcelona.
28. -Moneda de bronce marroquí equivalente a medio ochevo. Siglo
XIX.
-
247 -
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[page-n-301]
Pi\LOJ\tAnES.-Sinnrcns y ;m comarca
LAl\1. l.
[page-n-302]
PAL O~tARES .-Sln a r c as
y su comarca
I.A :\l. 11.
[page-n-303]
P AL OMAR ES.-Slnnrcas y su coJuarcn
LA M. 111.
[page-n-304]
PALOM t\I!ES.-Sinnrcas y su comarca
l.i\M . I V.
[page-n-305]
JOSE ALCI NA FRANCH
(Sevilla)
Un monolito de Tiahuanaco
en Valencia (España)
La reciente donación de una importante colección arqueológica de
Bolivia, al Museo de Prehistoria de Valencia, donación debida al ex Cónsul de la República Argentina en dicha ciudad, el Licenciado Rubén Vela,
motiva estas lineas, que vienen a destacar una singular pieza d~ esa colección, la cual, por si misma, merece un puesto especial en el Museo
que la conserva actualmente y, sin duda, como veremos en seguida, entre las colecciones tiahuanacotas de todo el mundo.
Ignoramos la mayor parte de los datos que, complementariamente, se
necesitan para situar cualquier pieza arqueológica en su contexto cultural y geográfico: lugar del hallazgo, fecha del descubrimiento, situación
en e.l terreno, nombre del descubridor o vias por las cuales llegó a manos
del Sr. Vela. Tenemos, no obstante, la pieza arqueológica y 111ia misma
es la que nos va a responder a cuestiones de mucha mayor entidad ( 1).
La pieza en cuestión, que actualmente lleva la signatura A·914 en la
colección del Museo de Prehistoria de Valencia es, al parecer, auténtica
y tiene, como vamos a ver a continuación, un valor excepcional para comprender uno de los períodos más interesantes de la estatuaria de la an·
tigua cultura de Tiahuanaco, en el altiplano de Bolivia.
(1) Según Información verbal del dOCto~ Dick Edgar Jbarro Grasso, la pieza qu" e$
objc
pjeza.
-249-
[page-n-306]
2
J.
IU.CINA
DESCRIPCION
La estatua que publicamos está realizada en una pieza monolítica de
58'5 cms. de altura, 25 cms. de anchura máximo y 25'2 cms. de profun·
didad Piedra dura, de color grisáceo oscuro y grano grueso, acaso una
especie de granito o basalto, en la que se ha tallado una figura humana
masculina, arrodillada sobre la pierna Izquierda y con las manos apoya·
da~ sobre ambas rodillas (Lárn. 1)
Su cabeza, de naroz aguileña, ojos resaltados y de figura oval, labios
redondeados dibujando una boca alargada y oval, y barbill¡¡ ligeramente
prominente, se cubre mediante una especie de turbante o gorro circular,
que presenta un adorno en resalte en su parte delantera, dejando al des·
cub1erto dos relieves en zig-zag que representan las orejas.
Ignorando la existenda del cuello -salvo en el plano poste rior- 13
cabeza se asienta directamente sobre unos hombros perfectamente hori zontales, aunque no excesivamente anchos, de los que salen dos brazo~
que se acoplan verticalmente a l torso hasta la altura de los codos, en que
tuercen en un perfecto ángulo recto para ir a descansar las m<>nOs sobre
las rodillas.
El torso, rígido y semicilíndrico, presenta dos pequeños d•scos circu·
lares en relieve que sin duda representan los senos. Lo más Interesante
de la figura se refiere a las piernas: la derecha se hal la doblada, pres~n
tando el pie y la rodilla al frente, mientras la izquierda se apoya direc·
tamente sobre la rodilla, dejando el pie hacia atrás, pie que no ha sido
realizado enteramente. Esa actitud proporciona a la figura un g•an movi·
miento, que contrast¡¡ con la general rigidez de la estatuaria
COMPARACION
la primera Impresión y el sucesivo estudio del monolito de Valencia,
nos lleva a la comparación con las cinco únicas piezas conocidas del lla·
mado primer periodo o período realista de Posnansky (2). Nos referimos
a las tres estatuas --dos femeninas y una masculina- de Pokotia y a
las dos estatuas de l¡¡ iglesia del pueblo de Tiah uanaco (Lám. 11)
2
(2) A. POSNANSKY: "Tilmamcu. La cuua dd bombrr americano".
York, 1945. Vol. U, p. 169.
1011>0$. N~
-250-
J. J. Augustln,
[page-n-307]
MONOUTO DI TLUIUANACO
J
La actitud de nuestra estatua tiene una apariencia en general semu·
jante al de cuatro de las cinco estatuas mdicadas, ya que en e!>Os cuatro
casos las foguras se hallan aparentemente sentadas, mantenierdo amba>
manos (Láms. 111 y IV) o una solamente (Lám. 11) apoyadas sobre las ro·
dlllas.
Pasando a analizar en detalle cada una de las partes de la estatua de l
Musco de Valencia, podemos observar cómo el gorro con que se cubre.
presenta, una gran semejanza CO'I los di! las estatuas de la Iglesia de
Tiahuanaco (lám. 11) : una especoe de turbante que rodea la c.abeza con
una escarapela o diadema en la parte frontal (3), si bien, tanto el tur
bante como la diadema son mucho más sencollos en la estatua que des ·
cribimos que en las ya conocidas. No debemos perder de vista, por otra
parte, que los gorros de las estatuas femeninas de Pokotia (lám. 111) son,
en líneas generales, también semejantes a los antes d~scritos.
Circunscribiendo el rostro de nuestra estatua, podemos apreciar una
Hnea incisa que, frontalmente, dobuja las cejas (lám. 1), moentras de
perfil viene a señalar acaso la lfnea de un adorno complementario del to·
cado o algo semejante (Lám. 1): acaso una trenza o el pelo, pero de mo·
do muy simplista. Nada parecido hallamos en las otras esculturas salvo
el adorno que deseo ende del turbante en las de Tiahuanaco (Lám, 11) y
en la figura masculina de Pokotia (lám. IV) o en las trenzas talladas con
estilo más realista de las figuras femeninas del mismo lugar (lám 111)
La nariz aguoleña de nuestra estatua solamente es comparable con
una de las figuras femenonas de Pokolia (lám. 111), ya que en las restan·
tes, ese apéndice ha quedado destruodo por los accidentes naturales y no
es apreciable en la actualodad
No ocurre lo mismo con los OJOS, cuyo trazado oval es partocularmen·
te comparable al de una de las figuras femeninas de Pokotia !lám. 111),
sl bien, en general, la doble linea que los circunda aparece coro mayor <>
menor evidencia en casi todas las estatuas de esta serie. Igual ocurre en
lo referente a la boca, cuyo corte genera l es casi idéntico en todas esa>
piezas tiahuanacotas, si bien el labio onferlor recuerda con mayor insos·
tencla la figura femenina mejor conservada de Pokotia (lám. 111)
La proporcí6n general entre el torso y la cabeza es semejante en los
~eis monolitos que estamos comparando· la altura total representa a!go
más de dos veces la altura de la cabl!za (4). si bien, en cuanh) al tama·
ño, la pieza de Valencia es menor.
(3) POSNANSKY: Op. cit. Vol. 1, p. 81
(4) El d
4 • Jdem, de rostro desfigunodo, 2'07. S.• t!stoowa maKUlln:l de Pokotia, 2'Z8. 6.• Estauuo
del Musco de Prehistoria de Valencia, 2'12.
-
251-
[page-n-308]
4
El trazado de los hombros y los brazos de toda esa serie de esculturas
es particularmente semejante, siendo idéntico en espeCial la vista lateral
de una de las faguras femeninas de Pokotia y el monolito de Valencia
(Láms. 1 y 11). De igual modo es semejante e] trazado de las paernas dobladas, sobre todo en las estatuas femeninas de Pokotia y la de Valencia.
Por lo que se refiere a) sexo de nuestra estatua, nada podríamos de cir con seguridad, si nos a tuviésemos a la representación misma, pero
comparando el tipo de senos que presenta nuestra estatua con la evidentemente masculina de Pokotia (Lám. IV) no podemos duoor tampoco en
lo que se refiere al sexo igualmente masculino de la estatua del Museo
de Valencia.
En cuanto al únrco pre representado en nuestro monolito, podemo~
compararlo con los muy semejantes de la estatua masculina de Pokotia
(Lám. IV). Poco o nada podemos decir, sin emba rgo, de las rnanos, y3
que éstas se hallan en general muy deterioradas en las piezas de Tiahuanaco y en casi todas las de Pokotia.
De la comparación que acabamos de establecer entre el monolito del
Museo de Prehistoria de Valencia y Jas estatuas de la iglesia de Trahuanaco y de Pokotia, podemos concluir que .la nueva piez;¡ que hoy publicamos pertenece, sin duda, al mismo grupo de .esculturas ttahuanacota~
an tes aludido. La estructura general, las actitudes, la expresión y buen
número de detalles representativos y estilísticos, nos llevan sin demasiados temores, a esta conclusión. No obstante, si tenemos en cuenta ahora,
el conjunto escultórico constituido por estas seis piezas, la que ahora
publicamos por primera vez tiene sobre las restantes la ventaja, por una
parte, de su mejor conservación -lo que nos permite, por ejemplo, po·
der observar mucho me¡or sus manos- y por otra, un cterto rntento de
expresar ej movimiento, mediante esa asimétrica colocación de pierna y
rodilla izquierda o derecha que implica, por consiguiente, una diferente colocación de brazos y manos. Es posible que una actitud semejante
haya presidido la representación de las dos estatuas de la iglesaa de Tiahuanaco, pero el lamentable estado de conservación de las mismas, no>
impide apreciarlo con tanta perfección como en el caso del monolito
de Valencia.
Importante problema es el que se refiere a la posición cronológicocultural, no sólo de la pieza del Museo de Valencia, sino del grupo de
esculturas al cual pertenece ésta, y en el que debemos finalmente entrar, pese a que el nuevo monolito no pueda proporcionarnos datos aprovechables para aclararlo.
En opinión de Posnansky, tanto las esculturas del atrio de la iglesi.l
de Tiahuanaco como las tres estatuas de Pokotia, pertenecen al primer
periodo de Tiahuanaco que «comenzó con la reproducción re•l ist• en la
-
252-
[page-n-309]
MOSOUTO 08 TIAlfUANACO
'
escultura, o como dirían los europeos, con el imJWesionismo, en el qu~
se lm1 ta Ja naturaleza y se procura únicamente dar impresión o concep·
ci6n subje tiva de la realidad» (5). Tal opinión resulta totalmente arbi·
traria y simplista, ya que el conjunto escultórico que estudiamos, por
presentar precisamente caracteres relativamente realistas dentro del es·
tilo escultórico de Tiahuanaco, cabria mejor situarlo dentro de una es·
cala evolutiva en el estadio superior o más reciente, como opinaron In
wards (6) y posteriormente Lehmann (7)
Es, por lo tanto, en una época relativamente reciente, en la que debemos si tuar la pieza del Museo de Valencia, del mismo modo que las
estatuas, ya conocidas, de la iglesia de Tiahvanaco y de Pokotia.
(') POSNANSKY: Op. cit. Vol. 11, p. 169.
(6) R. INWAROS: "Tbe temple ol lht ADcJu••. Loodon, 1884, p. 26.
(7) R. LEHMANN: "Note sur une Nlllt en piure dt Tiahuanac:o~. ""=• de la Prim.,. aeai6n dd XXVII Coagrno lnternac:ional de Amcricanl.sua, tomo 1, pp. 253-260.
lt••tituto Nocio!UI de Anttopologla e Historia. Mfjico, 1939.
-253-
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[page-n-311]
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[page-n-312]
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[page-n-313]
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[page-n-315]
JOSE DONAT ZOPO
(Grupo Espeleol6gico Vilanova y Piera)
Valencia
Río subterráneo « Túnel del Sumidor»
(Vallada, Valencia)
PREAMBULO
El túnel del Sumidor de Vallada es uno de los fenómenos cárs·
ticos más Importantes de la provtncia de Valencia, tanto por su Ion·
gítud, que en la parte hasta ahora conocida se puede esttmar aproxima·
d11mente en un kilómetro, como por ser un cárst vivo, en yeso, el único
conocido hasta la fecha en nuestra provincia y por 105 problemas que
su exploración y la surgencía de sus aguas han planteado, alguno d~ los
cuales se hallan todavía pendientes.
Como hechos más destacados del procedimiento de su conocimiento,
ftgura e l descubrimiento de sus dos pisos superiores, con las Salas Ban·
cobao y Cavani lles, efectuado por el Grupo Espeleol6gico Vilanova y Pie·
m de la Excma. Diputación Provincial de Valencia, en 1959; la colora·
ción de sus aguas verificada en 1960, junto con el forzamiento del pri·
mer sif6n, con técntca de pulmón libre, y del segundo, con e'cafandra:;
autónomas, realizado por espeleólogos del C. E.V y G.I.S.E D., el des·
censo de las cascadas interiores en 1962, la primera por el citado C. E.V
y el S.A.R del Ejército del Aire, y de la segunda y tercera, realizado
por esta última entidad solamente, y, finalmente, los estudios hidrol6
gicos y morfológicos, realizados en 1963 y 1965, por el citDdo Grupo
Vilanova y Piera.
255 -
[page-n-316]
Fia. 1.
[page-n-317]
TUNHL 01!1.
SU~UDOR
3
SITUACION DE LA CAVIDAD
La boca de acceso a l Túnel del Sumidor se halla en el «Barranc d e
la Saraella» 1 en plena Serra Grossa y término municipal de Vallada (Va·
lencia) (fig. 1); en las vertientes meridionales del picacho denominado
del ffPenyó», exactamente detrás de la «Corda del Castell». Se encuentra en el fondo de un barranco, en su margen izquierda y dr.spués de
pasada una cantera de yesos. Su situación geográfica aproximada es d~
3• 00' 03" de longitud Es te y de 38• 52' 50" de latitud Nortó' (fig. 2)
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1:81 keu¡;er 13 k.zp-&.u~
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Flg. 2.
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257-
16-11.
o
[page-n-318]
J. DO.'
GEOLOGIA LOCAL
La provincia de Valencia se halla situada en la intersección de dos
regiones :e~tónicas de directrices casi normales entre si: la Celtibérica,
al Norte, con sus alineaciones de noroeste a sureste, y la Bética, al Sur,
con sus estructuras orientadas de suroeste a nordeste, exostiendo entre
ümbas una zona de influencias comunes junto con otra de contactos
o enlace de estructuras.
En la :zona del Sur descuella, por su importancia, la Sen a Grossa,
alineación tectónica fundamentalmente Cretácea, integrada por una se·
rie de anticlinales, sinclinales y fallas, paralelos y acordes con la tectó·
nica regional. Esta unidad montañosa, que atraviesa completamente la
Hoja de Canals (794) y penetra en su extremidad Norte en la Hoja de
Játiva (795) y por la Sur en la correspondiente a Onteniente (820), se
halla fallada a lo largo del plano axial de uno de sus anticlin;~les cons·
titutivos, produciéndose a su amparo una tectónica semidlapirica o dia·
porica de segundo orden, con materiales procedentes del Keuper y que
aparecen de forma laminar y discontinua en los asomos de V311ad;~ (en
los que se desarrolla el cárst vivo del Túnel del Sumidor), Montesa,
Cinco Hermanos y el Castlllo de Játiva.
La estratigrafía en torno al Túnel del Sumidor se reduce al Keuper,
al cretáceo, representado por el Cenomanense-Santonense Inferior, y al
terciario, con el Burdigalense.
El Keuper está constituido por margas y arcillas de tonos vinosos
oue, en muchos lugares y en áreas reducidas, pasan a multicolores.
Abundan también y con carácter masivo los yesos, acompañados de los
determinativos jacintos de Compostela, muy numerosos, y de los cuar·
zos ahumados, Incoloros, lechosos, etc., en menor proporción.
El yeso aparece bajo diversas formas y colores: estructuras abigarradas, fibrosas, compactas, etc. En diversos lugares es fácil de aprecoar la
apretada estructura con que se muestran; en otros, tales COIT.O algunos
sitios del Barranco, en las canteras, en el interior del Túnel, etc., se
observa cómo los estratos han sido violentamente plegados, formando
agudos anticlonales, sonclinales, fallas, desgarraduras, resbalamientos, et·
cétera.
Franqueando este ojal triásico, aparece el Cretáceo, piso Cenomanense-Santonense Superior, que está integrado por gruesos bancos de
calizas grisáceas totalmente levantadas, en la región del Cast:llo, como
consecuencia de los empujes diapíricos, bancos que al contacto con el
Keuper se milonitizan, formando potentes dllpósitos calizos, que al que·
dar al descubierto por la más fácil erosión de los materiales d'l Keuper.
-258-
[page-n-319]
Tt1NEL DEL
SU~\tDOa
S
originan estructuras muy peculiares, tales como los Torreones y la Agu·
ja de San Antonio.
Por último, el Mioceno, piso Burdígalense, aparece con las clásicas
margas valencianas, comúnmente denominadas «taps» o «llacorellas»,
constituidos por materiales blanquecinos y grisáceos, y que hacen contacto anormal con la mancha del Keuper de Vallada al Norte del aflora·
miento, probablemente recubriendo algunos de sus asomos.
DESCRIPC ION DE LA CAVERNA
La boca del Túnel del Sumidor, en su estado actual, parece ser la
consecuencia de un doble proceso. Uno, interior y primarro, de erosrón
hacia el exterior y otro, secundario y exterior, producido por las aguas
epigeas que, con carácter circunstancial, puedan discurrir por el mismo
y que debieron aprovechar la existencra de alguna grieta o falla transversal para erosionar en profundidad. Tiene unos 5 m. de longitud, dan ·
do acceso a un pozo de fácil descenso de unos 7 m., a cuyo término se
comprueba discurre un riachuelo cuyo gasto es de unos 300 1./min. en
las épocas de lluvia, calculándose será algo más reducido en las época~
de estiaje
En el mismo lugar de descenso se observa la presencia de dos galerías, que en realidad constituyen una sola dividida en dos por el pozo de
entrada, y que recrben las denominaciones de Río Arriba y Río Abajo
U. primera, tal y como su nombre indica, remonta la corriente y lo verifica con dirección general al Suroeste. Río Abajo es, por igu¡¡l motivo,
la que lleva la dirección de las aguas, discurriendo hacia el Nor·deste.
Remontando el curso del riachuelo, éste se muestra muy ,,ccidenta·
do e irregular, formando pequeños estanques, gours de umbral elástico,
marmitas de bordes, recubiertos por manto calcáreo, grande~ bloques
elásticos, etc. La anchura de la galería es ligeramente variable y oscila
entre los 2'5 m y los 4 m., sin cambios bruscos en la misma. La altura
es mucho más rrregular, variando entre 1'5 y 12 m., mostrando rápidas
alteraciones y produciendo en la caverna un sentido de crecimiento vertí·
cal. preponderante sobre el horizontal.
Para estudiar la caverna detalladamente, dividiremos «Rlo Arriba» en
seis trechos o secciones, según los cambios constitutivos o drreccronales
:¡ue a lo largo del mismo se suceden, debiendo añadir finalmente, para el
conocimiento completo de aquélla, las características de los posos supe·
riores originados sobre la galería principal y de «Río Abajo», con los sí·
fones y cascadas que alli se han formado (fig. 3).
-259-
[page-n-320]
6
J.
A)
ZONA DE «RIO ARRIBA»
DO!IAT ZOPO
l.-Se inic1a la cavidad con dirección media de unos 2500 dur<~nle
un trayecto aproximado de unos 54 m., en el cual la anchura dt la cavidad oscila entre los 2'5 y los 4 m., mientras que la altura, mucho má~
variable, se s itúa entre 1'5 y 1O m. En este tramo se adquiere e-l criterio,
que se confirma en los siguien tes, de que la caverna ha preferido par!l
su crecimiento el sentido de la verticalidad sobre el de la horizontalidad
El curso del riachuelo, muy irregular, disturre tanto por el lado derecho
como por el izquierdo, ocupando el centro o inundando toda la galería v
variando su profundidad entre unos centímetros y el metro y med1o.
IL-A partir de aquí, se acentúa la dirección Suroeste, siendo la d a·
rección media de 2 15' y el recorndo de unos 52 m. 1.<1 anchura oscila
alrededor de los 3 m., y la altura se eleva desde los 2'5 hasta tobrepasar
en algunos puntos los 12 m El curso del agua sigue siendo vilraable, sin
mostrar profundidades de interés. Al término de este segundo tramo se
observa en el techo la presencia de algunos orificios, que posteriormente
se comprobó constituían comunicaciones con departamentos o pisos superiores de la caverna Justamente sobre este tramo se extiende la Sal.1
Cavanilles.
111.-Este tercer tramo, está caracterizado por cambiar varias veces
de dirección en un reducido espacio de recorrido y por corresponder :a
los accesos de los pisos superiores. Su orientación media es de 256•, con
un recorrido de unos 63 m ., siendo el ancho medio de la gale ría de uno;
2 m. Las alturas son análogas a las del tramo anterior, y en el cauce del
~íachuelo aparecen depós1tos de cantos rodados, constituidos por yeso,
pero que aparecen recubiertos por una pellcula de calcáreo: esto hace su·
poner que su deposición es ya algo lejana. En este tramo de caverna que·
dan algunos restos de arrastre y de antiguos cauces cuyas paredes no
llegaron a efectuar su coa lescencla morfológica, quedando hoy colgados
muy por encima del cauce actua l. Al término de este recorrido y por la
pared Izquierda de la galería, se puede efectuar la ascensión a los pisos
y salas superiores de la cavidad.
!V.-Este nuevo recorrido se caracteraza por una anchura mayor que
la ordinaria, entre 5 y 7 m., y por la aparición de algunas terrilzas en el
curso del rio. 1.<1 terraza que se encuentra al término de este trayecto
muestra las sigutentes características: el lado elevado se encu!'ntra a la
derecha del cauce, tiene una amplitud de unos 4 6 5 metros y !>Obre ella
existen cantos rodados cementados en depósito. El cauce actual, que co·
mo hemos .señalado queda en el lado derecho, tiene una anchura de 3 m.,
-
260 -
[page-n-321]
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[page-n-322]
TUNI!I. DEL SUMIDOII
7
habiéndose excavado parte de él bajo la terraza, por lo que queda una
comisa de ésta totalmente en el aire y profundiza por ba¡o de ella hasta
un metro
V.- Se origina este trayecto con la llamada «Sala del Desplome»,
continuación de la galería, de unos 30 m. de longitud y cuyo anchura,
bastante variable, alcanza los 8 m., logrando su altura también bastante
discontinua los 10 m. Comienza con un poso llano, aunque sembrado de
grandes bloques elásticos, pero al avanzar nacía el fondo de la misma se
onicia una fuerte pendiente ascendente, entre material elástico en descomposición, causado por el alto grado de humedad que lo empapa, hasta alcanzar en su punto culminante y en relaco6n con el suelo Inicial de>
ascenso, un desnivel positivo de unos 12 m., lo que significa, concretamente, una pendiente del 40 por 100. El cauce se dirige en esta sala
hacia la derecha de la mosma, desapareciendo entre unas rocas. También
en el lado derecho y a medio metro de altura sobre el suelo, apenas iniciada la sala, se encuentra una pequeña fuente de agua dulce, cuyo cau·
dal, si bien muy escaso, ha ido aumentando, según se ha pododr comprobar en las sucesivas v1s1tas efectuadas a la cavidad.
VI.-Este último recorrido comienza a la izquierd<~ de la sala antes
cons1derada, ya en la pendiente que se 1nicia al fondo de la misma, en
donde se presenta un pozo horadado entre materiales elásticos Descendiendo por él hasta su fondo, a unos 3 ó 4 metros, aparece un pequeño
pasadizo que conduce a un laminador de unos 7 m. de longotud, 3'5 m
de anchura y menos de 1 m. de altura, cuyo suelo aparece recubierto de
material arenoso de sedimentación y grava o cantos rodados; a los 7 m.
de recorrido, aproximadamente en el centro, aparece un orificio de salida, pudiéndose continuar bien por él o bien por el laminador (que se
estrecha gradualmente). hasta el final de éste, en donde la cavidad varia
totalmente de aspecto. En este último tramo, de unos 80 m en total
-incluido el laminador-, las formas de la caverna aparecen 'Yiás indecisas, más juveniles, más abortadas, etc., en violento contraste, por ejemplo, con las de la sala grande, que son altamente seniles. Muestra, a partir de ahora, numerosos y bruscos cambios de dirección, pudiéndose, no
cbstante, calcular su orientac16n media en 225•. Los techos ~ mucho
más bajos, las galerías más estrechas y el cauce mucho más trregular,
escondiéndose inclusive en algunos puntos. En uno de sus ángulos existe
una surgencia de agua dulce análoga a la encontrada en la Sal¡¡ del Desplome.
El término conocido de la cavidad se verifica en una galería de reducidas dimensiones, en las que una bóveda descendente entra en contac·
te. con el agua, desconociéndose si la misma posee o no el ca~ácter de
-261-
[page-n-323]
8
J•
DO!IAT ZOPO
sifonante. Seria factible, dados ciertos desniveles próximos, abrir un canal de desagüe de la misma, que permitiese adquirir esta seguridad.
B)
PISOS SUPERIORES
El tramo 111 de la cavidad, estaba caracteriz.ado, como se dijo anteriormente, por sus accesos y comunicaciones con los pisos superiores de
la caverna. Utilizando para llegar a ellos el que se encuentra exactamente al final del tramo 111, se puede ascender, mediante una fácil trepa
por la pared izquierda hasta alcanzar un gran anchurón situado aproximadamente a unos 4 m sobre el riachuelo. La marcha se efectúa ahora
en el sentido de aguas abajo, pero desplaz.ados del cauce unos 1O m. como término medio. Este gran ensanchamiento se convierte, nad<> más iniciarse, en una galería de suelo muy regular y formas arqueadas típica:;
d2 la erosión, llamada «Galeria Superior», de unos 8 m. de anchura, que
se va estrechando a lo largo de su recorrido, de unos 40 m., ~iendo su
elevación del orden de los 2 m.
Esta galeria desemboca en la llamada Sala Bancobao, que presenta
unos 20m. de longitud y 7-8 m. de altura. Está formada por una abrup·
ta pendiente de materiales elásticos y orientada en el acceso de Sur a
Norte. Los desniveles son bastante bruscos y al final de los mismos unos
orificios establecen comunicación con el antes visto cauce actual
Exactamente en el extremo nordeste de la Sala aparece lo que es hoy
una gatera de techos muy bajos, en realidad resto de una antigua gale·
ría rellena por los sedimentos, y que tras verificar un antiguo meandro,
con unos 32 m. de recorrido, desemboca en la Sala de Cavanolles. Esta
~la es de menores proporciones que la anterior, pues tiene unos 15 m.
y, en realidad, tanto por su constitución como por su orientación, no es
más que la continuación de la Sala Bancobao. El acceso a la misma se
rtoaliza, tras la salida de la gatera, por medio de unos bloques elásticos
que se empotran sobre el cauce antiguo -que se muestra a ambos lados
de los mismos--, y que reciben la denominación de Puente del Diablo.
Retrocediendo a la Sala BDncobao, en el extremo Noroeste de la misma, aparecen las formas arqueadas de una nueva galerla la llamada uMe·
¿¡a», de unos 40 m. de longitud y en las que se manifiestan algunas in·
teresantes terrazas fluviales o nagelfluh. El ancho de las mismas es de
unos 5 m. y sobre ellas descansa, al igual que en las terraz.as del curso
fluvial actual, un grueso depósito de cantos cementados rodados El cau·
ce, ya abandonado, queda un metro más profundo que la terraza A lo
largo de esta galería, varios pozos la ponen en comunicación con el cauce actual, finaliz.ando en la iniciación de la galería superior.
-
262-
[page-n-324]
TUNI!L DI!L SUMUlOR
C)
9
ZONA DE ceRIO ABAJO»
l.-TRAMO ANTERIOR A LOS SIFONE.S
Comienza en el mismo punto de descenso al Túnel y nada más iniciarse nos presenta un corte transversal que nos mues1ra una estratigra ·
fía totalmente vertical, ligeramente volcada a la izquierda, y en cuya
estructura existe predominio de la arquitectura elástica, debido a que los
planos de estratificación del yeso, dada la viscosidad de este material,
especialmente cuando ha absorbido un alto grado de humedad, son incapaces de sustentarse y resbalan sobre sí mismos, originándose ~ntre ellos
estrías análogas a los espejos de falla.
La orientación de la cavema en esta zona es muy regular y, salvo
ligeras alteraciones momentáneas, mantiene constantemente la d irección
nordeste; su longitud, hasta alcanzar la Sala del Salto, donde finaliza este tramo, es de unos 64 m., en tos que se salvan hasta unos cinco de
desnivel descendente. La Sala del Salto presenta ia particularidad de una
pequeña cascada de dos m., en la que hay un variado muestrario de cantos rodados y bloques de yeso.
A mitad del ttinerario de este sector la caverna va mostrando formas
erosivas muy defintdas.
El cauce, que ocupa con frecuencia la totalidad de la galería, mues·
tra abundantes y suaves deposiciones de arena y barro.
II.,.......¡>AREDES Y TECHOS
Desde este punto hasta los stfones, las paredes y techos de la cavidad muestran alternancias de pisos erosivos y elásticos. El perfil de equilibrio es más acusado y aparecen con frecuencia gourgs y marrrttas. Casi
al final de este trayecto se aprecia un tmportante desplome. Los cortes
transversales muestran que la vertical id9d de la estratificación apreciada
t>n tantos lugares de la cavidad, ha cedido a un buzamiento hacta el NW
del orden de los 300, pero que además existe una fractura con desplaza miento aproximado de un metro, siendo más elevado el sector izquierdo
que el derecho. Su longitud es de unos 84 m.
111.-LOS SIFONES
A continuación del citado recorrido Rio Abajo - 150 m. tnl y como
!e ha dicho--, se encuentra el Sifón Sospedra, primero de los dos cono
cídos que se presentan en la galería, que cuenta con una long itud de 2
metros, lo que supone un poco más de recorrido, y con un estrechamien-263 -
[page-n-325]
10
J.
DON.\T ZOPO
to máximo de 50 cm. Salvado este sifón, se llega a la llamada Sala del
C.E.V., de reducidas dimensiones, con unos 2 m . de ancha, 5 m de larga
y 2-2'5 m. de al ta, que se encuentra parcialmente inundada, con un ban·
co de a rcilla en su parte central. Concluye con el Sifón Agost, último de
los descubiertos, de una longitud de unos 3 m. y anchura un poco mayor
que la del anterior sifón, y finaliza desembocando en la «Ga lería Nueva».
El nivel del agua en esta sección es de unos 50 cm., siendo la distancia entre la entrada del primer sifón y la salida del segundo de unos
10 metros.
IV.- LA GALERIA NUEVA
Hemos de indicar en primer lugar, que todos los datos de este úl timo
tramo o recorrido son menos concretos, debido a que el estudio geoló·
gico y topográfico del mismo ha sido sacrificado en aras de una mayor
rapidez de exploración, en la que e l problema tiempo era factor primord ial.
No obstante, se ha comprobado que una vez pasado el segundo sifón,
el Túnel presenta características que siguen las lrneas generales anteriores de estratigrafía, tectónica, orientación, etc., continuandp a lo largo
del llamado «Corredor Donderis», de unos 65 m. de longitud, que presenta tres caídas o desniveles fáciles de salvar, de 2, 3 y 4 m. y algunos
embalses de profundidades que oscilan entre los 20 y los 1 lO erro Al final
.
del mismo se presenta una calda transversal a la galería, de unos 40 m.,
que se conoce con el nombre de «Cascada Llopis». Al pie de la misma
se abre una gran estancia, la Sala S.A.R., que se prolonga durante unos
20 m. hasta finalizar en una segunda cascada de lO m. de caída. El río
continúa por una nueva galería de 40 m. de longitud que concluye con
un nuevo salto en la «Cascada Elorriaga», de 30 m., la mayo•· parte dtl
lo~ cuales se descienden en voladizo, al final de la cual se abre una nue va galería de 150 m. de longitud que desemboca en Ja sala
estrechándose hasta continuar por un nuevo corredor de 20 m ., ll amado
«Galería Terminal», por cuyo piso base discurre el riachuelo hasta
desaparecer bajo la bóveda superior, que va inc.linándose hasta tocar
las aguas, al final de este corredor, en el último lugar explorado del Túnel que nos ocupa, ignorándose en qué forma proseguirá la cavióad a partir de este punto.
EL PROBLEMA HIDROLOGICO
Desde que el Túne l del Sumidor de Vallada atrajo la atención de los
espe leólogos, se plantearon inmediatamente varias cuestiones, a cuya so·
lución se orientaron la mayor parte de los esfuerzos:
-264-
[page-n-326]
'I'UNI!L DHL SUMIJl()R
A)
B)
11
Origen de fas aguas.
¿Surgían al exterior posteriormente? ¿Dónde?
El origen de las aguas es en realidad el problerNl menos Impor tante.
Quiza podría adelantarse algo en su resolución empleando el procedimien to antes indicado de provocar el descenso del nivel del agua de la última
galería. Pero con ello, de obtenerse algún fruto, sería más bien de tfp?
espeleológico que hidrológico. EJ lograr algunos metros más de cavidad
o el disfrutar de acceso a alguna nueva sala, no resolverían nada en absoluto sobre el origen de las aguas. Este debe considerarse como e) resu ltado de la unión de diversas aportaciones activas e intermitentes, cu·
ya reunión da la corriende considerada. a lo que se aduce la prueba práctica
y real de Ja fuente existente en la Sala de) Desplome, y la qu~ se halla
tras el Laminador.
No obstante, no deseo dejar de señalar cómo, remontando el Barranco
de la Saraella, a poca distancia, existen unas amplias torcas, y conocido
el origen de esta clase de manifestaciones basado normalmente en el des ·
plome de bóvedas de cavernas, ocasionadas por la disolución y erosión
del subsue lo por corrientes subterraneas, considero factible rela.;ionar la corriente del Túnel del Sumidor con estas torcas, las cuales podrían constituir una prolongación de la cavidad aguas arriba.
El problema más importante era el de averiguar hacia dónde se en·
caminaban las aguas, es decir, investigar si éstas constituían posteriormente una resurgencia activa o si bien, por el contrario, alimentaban ülgún depósito subterráneo de manifestación no exteriorizada.
Por métodos topográfico-geológicos, se determinó como surgencia activa probable de las aguas del Túnel del Sumidor, la «Font de la Saraella», sita aproximadamente a unos 700 m. del Túnel y a unos 140 m. del
desnivel Para confirmación de esta suposición, se recurrió a la coloración de las aguas de la caverna. Fue efectuada el 16-7-60, a las 22'30
horas, empleándose como indicador 600 grs. de fluoresceína . Fue avistada la c;oloración en la fuente supuesta el 20 de julio, es decir, una;
84 horas después de efectuarse el teñido de las aguas del Túnel, verificado junto a los sifones, en la galería Aguas Abajo. La distancia de re ·
corrido total en linea recta o ideal es de unos 550 m. (posteriormente,
lograron recorrerse unos 350 m. topográfkos en la cavidad) 1 e.l desnivel
de unos 140 m. y la pendiente del 40 por 100, a base de conductos caso
horizontales y bruscas cascadas. La velocidad horaria de recorrido fue
de unos 6 m. escasos, debiéndose probablemente su lentitud a la exis·
tencia de sifones retentivos y bóvedas sifonantes.
Resuelto el problema hidrológico, se planteó inmediatamente otro
el contenido mineralógico de las aguas.
-265 -
[page-n-327]
12
). DONIJ 'ZOPO
En una misma fecha se tomaron tres muestras de las agu~s, correspondiendo a tres lugares distintos. Una de la boca de acceso a la cavidad
Otra en el inicio del Sifón Sospedra, y la tercera en la Fuente de la Sa·
raella. Remitidas por e l Ayuntamiento de Vallada al Laboratorio Químico
del Instituto Provincial de Sanidad de Valencia para su anális:s, los re ·
sultados obtenidos fueron los siguientes:
MATERIA ORGAN ICA
En la boca del Túnel, de fácil acceso a toda clase de residuos vegeta·
les e insectos, la materia orgánica va lorada en líquido ácido y expresada
en oxígeno se manifestaba en 2' 4 mg. por litro. En la boca del Sifón Sos·
pedra, tras un recorrido de unos 150 m, sin recibir aportaciones de material vegetal, la cifra descendía a 2'3 y que finalmente, tras un reco·
rrido mayor por la zona de detrás de los sifones, y su filtrado por el te ·
rreno hasta la reaparición de las aguas en la Fuente de la Saraella, se
r educia sensiblemente a 1'6 mg. litro.
ACIDO SULFUR ICO Y CAL.
Las cifras que respectivamente obtenemos para ambas materias son
en mg. por litro 244/365 en boca del Túnel, 265/396 en Sifón Sospedr3
y 312/418 en la Fuente de la Saraella. SI consideramos que la cavidad
está excavada en material yesoso, estos elevados índices de ácido sulfúrico y ca l pueden considerarse normales, así como su crecimiento.
MAGNESIA
Su lndice de crecimiento es normal y pasa de 118 mg. por li tro en
la boca del Túnel, a 137 en e l Sifón Sospedra y a 192 en la Fuente de
la Saraella. Por otra parte, también la proporción cal-magnesia, en relación con el ácido sulfúrico, parece bastante constante.
CLORO EXPRESADO EN CLORU RO SOD ICO
El grado de crecimiento de este producto entre la boca del Túnel y
el Sifón Sospedra, parece ser bastante normal. Sin análisis exacto, parece
se mantiene también normal entre el Sifón Sospedra y la Galerfa Terminal, siendo entre esta ú.ltima y la Fuente de la Saraella cuando se produce la anormalidad en cuanto a la cantidad de producto disuelto.
El análisis efectuado por e l Instituto Provincial de Sanidad de Valencia, establece para la boca del Túnel la cantidad de 1.216 mg/1, mien -
266 -
[page-n-328]
TUNE!. DRL SUMIDOR
13
tras que 150 m. después, la con~;entración salina era de 1.411 mg/1.,
lo que suponía un aumento en ese recorrido, de 195 mg/1. de sal, y dado que desde el extremo explorado del Túnel hasta la Font de Ja Saraella
existe un probable recorrido de 600-900 m. de curso, podía cakularse
teóricamente para la surgencia, en condiciones normales, una salinidad
media máxima de 2.581 mg/1. Sin embargo, el análisis de la fuente daba
una concentración de 39.681 mg/1., es decir unos 37.000 mgjl. más de
los calculados; en cambio, las otras cifras indicadoras de las concentraciones de ácido sulfúrico, cal, magnesia, etc., habían crecido proporcional y adecuadamente.
Este desacompasado crecimiento podría efectuarse bajo la condición
de existencia de un domo sa lino a través del cual circula la corriente, o
bien en la presencia de una lámina salina, suposición esta última quizá
mucho más adecuada, dada la tectónica semidiapirica en que se desarrolla
la cavidad.
Calculando una media de 250 l. de agua por minuto, probablemente
corta, ~upondría un gasto, exclusivamente de CINa, del orden de lo;
13.800 Kg. diarios, que anualmente constituirian un vado de unos 2.400
metros cúbicos; es decir, que el equivalente sería una galería de 160 m.
de longitud por 3 y 5 m. de ancha y al ta respectivamente, o a la inversa.
Relacionando e l espacio vacío anualmente dejado por la sal disuelta
con el factor tiempo, se llega a la conclusión de que el terreno montuoso comprendido entre la Galeria Término y la Fuente de Id Saraella
debe presentar oquedades de considerable volumen en su interior, cuya
consecuencia podria ser, en e l transcurso de los años, la formación d torcas al exterior, por hundimiento de bóvedas interiores.
También puede suponerse la existencia de algún afluente al curso
actualmente conocido del TúneJ del Sumidor, pero ello supondría un aumento Importante en el volumen de agua de la Fuente de la Saraella, so·
bre la circulante por el interior de la cavidad, el cual no ha sido apreciado todavía. Por otra parte, el indice de salinidad de este afluente deberí'l
ser todavía más elevado, ya que al producirse la confluencia de ambos.
éste descenderia.
Ahora bien, algunas circunstancias concurrentes fuerzan a pensar que
esta elevada disolución salina es bastante moderna. Par.;¡ ello ;)bundo en
la división de la mecanica hidrológica en dos periodos; el preeoirogéníco
y el epirogénico. La disolución salina, realizada entfe la surgencia primitrva y la actual, corresponde al periodo epirogénico o más reciente, e in·
cluso, dentro de éste, es muy probable que, dado el bajo indice de disolución del yeso en el agua, la disolución salina corresponda a un período
bastante avanzado del mismo.
-
267-
[page-n-329]
14
J. DONA'[ ZOPO
ESPELEOGENESIS Y MECANJCA HlDROLOGJCA
El recorrido efectuado a lo largo de toda la cavidad, nos ha propor·
donado elementos de juicio valiosos para el estudio de la misrua.
Las paredes de la caverna, libres de recubrimientos o mantos ca lcáreos, muestran su peculiar estratigrafía, mientras que a lguncs bruscos
cambios de tamaño en las secciones transversa les de la cavidad permiten
apreciar claramente la existencia de un agudo antidinal.
Este es fácilmente observable en la Sala de.l Desplome, pt>ro dond~
muestra mejor todos sus detalles, es en la conjunción de la Galerfa Superior con la Sala Bancobao, cuyo brusco cambio de sección nos mues1 ra
la existencia de un agudo plegamiento concéntrico paralelo, típico de lo.;
materiales viscosoelásticos, y en el que solamente podemos distinguir la
parte de pliegue propia del movimiento vertical. A lo largo de este an ·
1idinal se ha desarrollado ja cavidad, hasta el punto de que la Galería
Superior y las salas Bancobao, Cavanilles, del Desplome, etc., rnanifies·
tan hallarse plenamente practicadas en la charnela del pliegue, mientras
que la Ga lería intermedia y la inferior se extienden por completo en los
flancos verticales y tienen los materiales orientados en dicha posición.
Río Abajo, entre los sectores 1 y 11, se inicia una nueva visión estratigráfica, ya que se observa un buzamiento 30• Norte, asi como la exis·
tencia de una fractura con desplazamiento de una de sus partes, aproxi·
madamente del orden de un metro y, en general, coincidente con el cor·
te longitudinal de la galería.
El elemento constitutivo de la cavidad es el yeso; aparece €•n su ma ·
yor parte en gruesos e interesantes bancos grises; pero también se pre·
sentan con frecuencia los cong lomerados, los yesos rojizos, etc. En algún
lugar hemos podido apreciar la existencia de depósitos de margas yeso·
!>aS, en un estado que podríamos calificar de mi lonitizado.
En conjunto, estas observaciones nos han sido decisivas para deter·
minar la mecánica hidrológica de las aguas del Túnel de l Sumidor y su
génesis, ambas tan ligadas que procederemos conjuntamente a su estudio. Para conseguirlo vamos a referirnos a puntos concretos de )a cavidad y sobre ellos establecer nuestras hipótesis.
El sector Río Arriba, a la a ltura de las galerías Superior y Media, es
un punto idea l para ello. Como es lógico, iniciamos nuestra consideración
imaginando que la corriente hídrica circula por la Galería Supel'ior, des·
emboca en la Sala Bancobao, la atraviesa y se dirige, por la gatera, a la
Sala Canavilles; la prolongación a partir de este punto será comentada
aparte.
Como segunda fase puede considerarse la formación de la Galería in-268 -
[page-n-330]
1
'I'UN'R DEL SUMlDOfl
••
1ermedli1, con lo cual, los aportes hidricos abandonan la Galería Supenor
y pasan del nacimiento de esta última a la ontermedia, Sala Bancobao,
gatera y Sala Cavanilles
Esta segunda fase ha iniciado ya un desplazamiento lateral del cauce
del rio, y que se ve apoyado por el pronunciado buzamiento del antlcli·
nal de la Sala Bancobao.
Sigue una tercera fase, en la que la sedimentación supera a la tuer
-:.l erosiva y se forman terrazas muy bien definidas, constituidas por fi
nos materiales detríticos, y que se observan en la Galería Intermedia y
gatera, con acusado régimen laminar en las aguas circulantes. Esto cons
tituye un proceso de formación de un Nagelfluh, bien definido pero
poco potente
Ante la cuarta fase o de rejuvenecimiento del curso acuífero nos podemos plantear las hopótesis de aumento de caudal o de modificación de
la pendiente media.
Un aumento de caudal supondría una fuerza erosiva actuante SO·
bre la totalidad del cauce, especialmente en los casos como este en que
es completamente llano. Por ello, hemos de de~echar esta pos;bilidad ~
oncllnarnos por una alteración del equilibrio de pendientes como solución
al caso, y como característica especial, lo que podemos considerar como
una nueva traslación del cauce, ya que, aún circulando por el rnismo, la~
aguas lo efectúan por el punto más alejado del curso hidrico inicial.
A partir de esta cuarta fase, observamos numerosos pozo; o simas
que ponen en comunicación esta~ galerías elevadas con la actual¡ si exceptuamos aquellas en que hayan podido intervenir los procesos elásticos,
las restantes, de tipo erosivo, no serán sino distontas fases de un proceso
regresivo que culminaria en los pozos existentes en la Galería Medía, y
que en bloque podemos denominar como fase de regresión o quonta fase
Ahora bien : la Galeria Superior se inicia en ella misma, es decir, no
posee prolongación de ningún tipo hacia el interior. Por lo tanto, hern.>s
de considerarla como originada por la acción de las aguas a:.~tóctonas.
Tampoco siguiendo Rio Arriba, ni siquiera en la Sala del Desplome, nos
permite observar la existencia de un piso superior, ni restos morfológicos
que lo atestiguasen. Todo lo contrario ocurre caminando hacia la salida
de la caverna, hasta el punto de que algunas galeo ias o conductos asoman sus bocas todavía inexploradas y cuya Incógnita está aún por desvelar. Estos rest<>s morfológicos adquieren una importancia tal que roos
h&cen prever la existencia, en un momento determonado, de dos corrientes hídricas actuando aisladamente, a saber: una superior originaria de
las galerías Superior y Medía, y otra inferior, correspondiente a la del
cauce actual.
Considerando las galerlas inferoores, en un sector análogo al estudia269-
[page-n-331]
16
¡.
DOIIAT ZOPO
do en las superiores, hallamos un fenómeno parecido al de la G~:~leria Me·
dia, es decir, cortes transversales con bóveda superior amplia y arqueada,
de formas seniles, sobre cuyo piso se ha edificado igualmenre una te·
rrau, Nagelfluh, de bastante espesor y realizado luego una traslacoón
lateral del cauce, con un rápido descendimiento del mismo.
Es decir, que existe tal paralelismo morfológico entre la Galería Medla y la Inferior, que nos hace suponer la existencia de agentes condicionales tan absolutamente idénticos, como podría proporcionarlos una
análoga cronología para ambas cavidades.
La Sala de l Desplome, de elevadas bóvedas, es parcialmente el pro·
dueto de un gran hundimiento, cuyos restos morfológicos se manifoesta'l
en la gran escombrera del fondo de la sala. Dichos materiales se desplomaron sobre el cauce primitivo y forzaron a éste a inicoar un proceso
erosivo sobre los mismos, dando lugar al Laminador, cuya diferencia de
altura en bóvedas con el resto de la cavidad queda explicada por su ma·
yor juventud.
Es decir que, como resumen, podemos señalar que la cavidad ha tenido varios orígenes (actualmente, a un mismo nivel, se conoce un apor·
te hídrico principal y otros dos secundarios), que éstos han pervivido en
cronologías idénticas, y que fenómenos de tipo geológico, ajenos a la
cueva, fusionaron sus aportes hasta que, posteriormente, cesaron los más
elevado$.
ESPELEOCRONOLOGIA
La cárstica valenciana, en cuanto a su cr~nología, dispone de un hecho geológico perfectamente datado y que revolucionó tan profundamen·
te la hidrografía del país, que sus huellas, tanto la hipógea como la episea, se hallan muy patentes.
El cuaternario, durante las fases pluviales, proporcionó a la .:árstica un
régimen estable de plenitud hidrica totalmente favorable para su desarrollo, el cual se manifiesta a través de las innumerables cavidades que
se prodigan por el ámbito geográfico de la provincia, especialmente en
aquellas en que la estratigrafía y la tectónica del terreno eran aptas para
ello, mostrando ora cavidades de tipo surgente, al amparo de f¡¡llas o de
buzamientos estratigráficos adecuados, ora sumideros, mucho~ de gran
desarrollo, consecuentes estos últimos de drenajes epigeos de gran envergadura.
Las fases pluviales cuaternarias fueron paulatinamente reg•esando y
con ello las corrientes hidricas, mermadas en sus caudales, perdieron par·
te de su fuerza erosiva y en algunos puntos desaparecieron, ccn lo qu'!
fenecieron muchas cavidades, entrando en vías de fosilización.
-270-
[page-n-332]
TUNU. DSL S11MIDOR
l7
En muchos cauces, esta disminución de caudales hace que los regímenes hidricos pasen de turbulentos, con gran poder erosivo, a laminares, en los que la potencia de arrastre de las aguas disminuye hasta el
punto de permitir la sedimentación, lo que ocasiona ciertos rt!llenos de
los mismos y la presencia de formas más redondeadas o más se'liles.
En pleno Cuaternario, modernamente, se produce un lento movimiento epirogénico en la provincia de Valencia y parcialmente en las de Castellón y Alicante. Este movimiento produce una paulatina aunque sensible elevación de las costas. Consecuentemente, las corrientes hldricas SI'
ven forzadas a buscar más normales perfiles de equilibrio, Iniciando, para
ello, una nueva fase erosiva. Este movimiento epirogenético, en el cual
parece que nos hallamos todavía, modifica profundamente el perfíl de los
drenajes epigeos, los cuales, de las formas seniles o redondeadas, pasan
rápidamente a agudísimos perfiles en V, creando profundos tajos. En el
subsuelo, las aguas subterráneas que circulaban por las cavernas, se ven
1mpelldas a profundizarse igualmente, originando procesos regresivos y
abandonando cavidades y sistemas ya abiertos al espeleólogo, e inician
nuevos procesos cársticos.
En las zonas del Keuper los materiales a erosionar, yesos, margas,
etcétera, son blandos, siendo la acción erosiva rápida, con lo que los perfiles de equilibrio hidrico son rápidamente alcanzados. Así, la fase pluvial se debió caracterizar por una fuerte erosión; la regresiva, por una
rápida deposición de materiales o sedimentación, y finalmente, la epirogenética, con un nuevo proceso erosivo que se Iniciaría sobre los materiales depositados con anterioridad, marginándose los cauces hidricos con
terrazas laterales, de espesor variable y condicionado a la Importancia de
las corrientes y arrastres de cada una.
Terrazas de este tipo se han podido estudiar, dentro de nuestra región, en las márgenes del Rio Escalona, en la linea regmagenética que
constituye «la Canal de Navarrés», junto con el fenómeno cárstico de
la Cueva del Yeso, originada a posterior! de la fase pluvial, ya p1cnamen
te en medio del proceso de epirogénesls. Ultimamente, se han podido
apreciar estos restos en el «Barranc de la Saraella», con ocasi6t1 de nues·
tro actual estudio y por vez primera en un cauce subterráneo, de form3
que nos ha permitido observar la correlación entre los fenómenos geol6·
glcos últimamente citados.
A este fin, podriamos señalar el origen de las galerías Supe• ior y Media, así como la parte más elevada de la Inferior, como procedentes pro·
bablemente de los pluviales mediterráneos. Aunque también podrían haberse originado en la fase regresiva en los depósitos de material de
arrastre que con carácter elevado hallamos en las galerías Med•~ e Inferior, auténticos Nagelfluh, y finalmente, durante la fase epirogénica, en
-
271 -
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18
¡, DONAT %0PO
el nuevo proceso erosivo que produce la traslac1ón lateral del cauce y de·
ja colgados los Nagelfluh.
El examen morfológico del Barranco de la Saraella todavía nos seña
la la presencia, a cierta altura, mucho más próximo a la boca del Túnel
que al nacimiento
Con ello, el mecanismo hodrológico y la cronología del Túnel del Su·
midor se complica más todavía, ya que supone la génesis longitudinal de
la cavidad dividida en dos periodos. Uno más primitivo y en el que las
aguas del Túnel surgidan en este barranco a un n1vel superior al actuill
y otro posterior, coincidente con el período epirogenétlco, y ~n el que
las aguas, al abosmarse, abnesen nuevas galerias, hasta surgir por la ac·
lual fuente de la Saraella. Con ello quedaría demostrado que el proceso
epirogenético había producido descensos de novel (erosión sobre las te
rrazas), consecuencia de su necesidad de abismamiento, compensados a
su vez con la prolongación de las galerías.
CONCLUSION
El Túnel del Sumidor de Vallada es una cavidad alojada entre los pli'l•
gues de un anticlinal yesoso del Keuper, el cual, a su vez, aflora co-.
tectónica semidiapirica en la charnela de un anticlinal cretáceo fallado
longitudinalmente a lo largo de la Serra Grossa.
La caverna, cuyo recorrido es aproximadamente de un kilómetro,
muestra en la actualidad tres cauces a distintos niveles o pisos, debiendo
su origen todos ellos a la acción erosiva y disolvente de las aguas hipé·
geas. Los dos cauces superiores tienen un origen hidrico común y forman
entre ambos un sistema hidrográfico de componentes distintos, aunque
concordantes en su geología, morfología, mecánica hodrológica y crono·
logia, con el cauce inferior. Este, todavía vivo, presenta una surgenciJ
principal y dos secundarias, con algunas manifestaciones dást•cas en su
recorrido, producidas por la absoluta verticalidad de los estratos y la vis·
cosoelasticidad de los materiales yesíferos.
El cauce tiene un desarrollo potencialmente horizontal y la,; diferen·
cías de nivel suele salvarlas mediante escalones y sa ltos, algunos de ellos
de cierta envergadura.
Las aguas que circulan por su interior reaparecen, salvando un tuertP.
desnivel, por la denominada Fuente de la Saraella, sita en el mismo ba·
rranco en que abre su boca el Túnel del Sumidor, conclusión a la qu<'
se llegó primero por métodos topográfico-geológicos, y que se confirmó
posteriormente con el empleo de indicadores y colorantes químicos
-272
[page-n-334]
TUSEL DEL SUMIDOK
19
La diferencia de salinidad entre el agua antes y después de salir de
la cavidad, supone la existencia de un domo o lámina salina, cuyo des·
gaste anual actual es de unos 2.400 metros cúbicos.
Finalmente, y en cuanto a datación de la caverna, se supone que se
inició con anterioridad a los procesos epirogénicos, posiblemente al tér·
mino de los pluviales mediterráneos, acusó en su desarrollo y morfologhl
la fase epirogenética, y como «carsb vtvo, conttnúa desenvolviéndose en
la actualidad.
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-
J5
273 -
[page-n-335]
[page-n-336]
OO~AT.-Túncl
del Sumldor
LAl\1. l .
~.-BarrarH:o de la Sr~raclloa.
2.-Rinchuclo de lo Saraelln.
3.-ru l'eny6.
t - Galería dd Túnel del Sumidor.
(Fotos Donat)
[page-n-337]
LAM. 11 .
OONAT.-Tunel del Sumldor
1.-·rerrazas fluviales en d lntcric.lr del Túnel.
2.-Lnminador de 1 ~ Sala del Desplome.
(Foto ~
Siena)
[page-n-338]
OONAT.-Tú n el M I S umlrlor
I.AM. 111.
l.- Fuente de In Soln del Ocsolomc.
z.-Gnlerla rí<> abajo, antes de los Sifones.
3 ~ 4.- 0iver.os nspcct~ de lo bóveda de la Salo del Desplome, donde se npr
de un anticlinnl.
(Fotos Sierra)
[page-n-339]
OONAT. -Túoel d t l Sumld or
Anliclinal de ll S.úa Bancobao
C
Foro Stc:rra
[page-n-340]
ENRIQUE PLA BALLESTER
(Valencia)
Actividades del Servicio de Investigación
Prehistórica (1961-1965)
Transcurrido un nuevo periodo de cinco años desde la fecha de nuestro último art ículo dedicado a reseñar la labor realizada por el Servicio
de Investigación Prehistórica, damos ahora, en este volumen, un resumen de las actividades desarrolladas durante este quinquenio, que viene a
ser una continuacoón de los tres artículos anteriores, los cuales compren·
dian, respectivamente, los periodos de 1929 a 1945, 1946 a 1955 y 1956 a
1960 ( 1). Las tareas del Servicio son objeto anualmente de una amplia
reseña que se remite a la Secretaría de la Excma. Diputación provincial
para ser incluida en la Memoria general de las actividades de esta Corporación y de la que se nace una amplia tirada de separatas, que se distribuyen entre los centros científicos con los que el S.I.P. mantiene intercambio. Pero debido a su carácter más bien administrativo que no
científico, se creyó conveniente redactar otros oesúmenes comprensivos
de períodos más largos, incluyéndolos en los tomos de «Archivo de Prehistoria Levantina» en los que se diera mayor realce a las actividades
(1) B. PLA BALLI!STER: "Acúvidades dcl S. J. P. E.xcavacion"' y exploraciones
ptllcúeadas desde 1928 o 1945", Archivo de Prehistoria Levantiru, II, 1945, Valencia, 1946,
Idas. 361 a 383.
B. PLA BALLESTER: kActivicbdes del Servicio de Jovestigaci6n Prehistórica (19461!155)", ArdU\'0 de Prehistoria Levantina, VI, Valencia, 1957, p¡lgs. 187-243.
E. PLA BA1J I!STER: "Acúvldadcs dcl Servido de Investigación Prdú!16rica (19561960)", Archivo de Prehistoria Levantina, IX, Valencia, 1961, p6gs. 211-253.
-275-
[page-n-341]
2
SERVICIO INVESTIGACION PREHISTORICA
•
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Excavaciones y prospe ciones 1961-1965
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ACTMDADI!S DBL S.
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P.
científicas. Esto es .lo que iniciamos en nuestro prfmer trabajo, aparecido en 1946, y hemos venido haciendo desde entonces. completando de
esta manera la información de las actividades que e l S. I.P. realiza, y de
las que se suelen también publicar algunos resúmenes esporádicos en
diversas revistas y periódicos.
BIBLIOGRAFIA: Artlcvlos de corá
en el presente resumenJ aparte de los Memorios de
~
Dlrec:cl6n elevodas o Jo
Excmo. Oiputoción Provincial ("Lo labor del S. l. P. y su Museo en el pasodo oño") corr~ientos o !os años 1951, 1962, 1963, 1964 y 1965, de las oue sólo hon epa·
reciclo en el
mom~to
de escribir
~stoi
lineas los tres ptimeras (Volendo, 1mpte:nto
Provincial, 1965 y 1966), pueden verse: D. Flotcher Vo!ls: "Servido de lnvestigociÓ'I
Prehistórica", en "Generalitot", número 1, Valencia, 1962, pógs. 86-90.-D. F1etcher
Vo lit.: "Se."'ieío de lhvestlgcxlón Prehistórico11 , e.n "Genorolltot'' r núrnero 2, Valencia,
1963, págs. 99-101.-D. Fleteher VoUs: "Treinta y cinco años de actividades orqueo16glcos de lo Oiputoci6n Provii"'CIDI de Volencio", en "GeneraHtot'' , nú.mcro 2, Volen-
drid, 1964, págs. 381-385.-0. Fletcher VoiiS! "El Mtiseo de Prehistoria", eo ''Bole·
tln de Información Municipal", oño XII, número 44 (segundo etapa, núro. 251, V~len
cio, 1965, págs. 40-49.
EXCAVACIONES Y PROSPECCIONES
La tarea que sin duda tiene un interés superior entre todas las que
un centro como el nuestro desarrolla, es la que se realiza en el campo,
y que, por una serie de circunstancias que no son del caso, durante los
últimos años se ha tenido que restringir, atendiendo solamente a aquellos casos de urgencia o de interés excepcional. No obstante, y como consecuencia de las grandes remociones de tierras que la puesta en cultivo
de terrenos hasta la fecha incultos obligan a realizar, o el rebaje de suelos
que la conversión de tierras secanas en campos de regadío exige, han sido
muchas las noticias que de hallazgos se han venido teniendo y que han
forzado a realizar unas rápidas exploraciones e Investigaciones, la mayor
parte de las veces para contemplar la total destrucción de un yacimiento
y recoger tan sólo algunos f ragmentos de cerámica.
En la figura t. • damos un mapa con indicación de aquellos lugares
que se han visitado, explorado o excavado durante el periodo comprendldo entre los años 1961 y 1965.
-
2'1'1 -
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4
A)
l!. PLA BAU.I!S'I'RR
EXCAVACIONES
1.-«Ereta del Pedregal» (Navarrés)
Interrumpidos los trabajos en este yacimiento desde el verano de
1948, se han reanudado en 1963, realizándose las campañas séptima,
octava y novena durante los veranos de 1963 a 1965. La dirección de las
excavaciones, debidamente autorizadas por la superioridad, fue llevada
por la del S.I.P. y est·uvo a.l frente de los trabajos de campo .el autor de
este artículo, que contó con la colaboración de los señores Pascual Pérez
y Llobregat Conesa. También asistieron a las excavaciones los alumnos
de l Seminario de Antropología Americana de la Facultad de Filosofía y
Letras de Sevilla, don Manuel Hernández Crespo y don Francisco Canterla González, y el a lumno de la Universidad Católica de Lima y becario de l Instituto de Cultura Hispánica, don J uan Carrasco Hermoza. El
resumen de los trabajos realizados es e l siguiente ;
Campaña séptima (1963).-Siendo la primera campaña después de
una interrupción de quince años, durante cuyo tiempo se han vertido las
opiniones más diversas sobre las características de este yacimiento, se
consideró oportuno efectuar unos cortes estratigráficos que nos dieran
una idea completa de la sucesión de niveles y culturas. Fueron dos l.os
cortes realizados, alcanzando respectivamente las profundidades de 1'25
y 1'55 m. y logrando deslindar la existencia de cinco estratos. El 1, hasta 0'60 m. de hondo, de t1erras revue ltas, perteneciente a l Bronce valenciano, en sus momentos primeros; el 11, de 0'60 a 0'85 m. de profundidad aproximada, está asentado sobre un lecho de p1edras y contiene
materiales que pueden ser considerados como de un Eneolltico final, pobre; el 11 1, de 0'85 a 1'25 m., lo forman las tierras de relleno correspondientes al nivel de fondos de cabaña existente a 1'25 m. de profundidad,
y ha sido considerado del Eneolitico avanzado o medio, de difícil preci·
sión por ahora; el IV, de 1'25 a 1'65 de hondo medio, también está formado por tierras de relleno de otra capa de fondos de cabaña que aparece a J '65 m. y que por determinadas características lo hemos clasificado del Eneolítico antiguo, y al que corresponde la fecha de C 14 lograda hace años (1.980 ± 250 a. de C.); y el V, de 1'65 a 1'95 m., inferior al último nivel de fondos de cabaña, en e l que aparece ya la turba,
y que, de momento y sin grandes garantías, hemos considerado del Eneolftico inicial.
Campañas octava y novena (1964 y 1965).-Desllndados los distin tos niveles en las catas estratigráficas real izadas el año anterior, se emprendió en la octava campaña y se h3 proseguido en la novena, la exca-278 -
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ACl"JVlDADES D.BL S.. J. P.
S
vacoón en extensión, sacándose el primer estrato, el considerado de la
Edad del Bronce, dejando al descubierto la denominada «capa dura» que,
son dud~ alguna, representa un cambio de cultura material en la secuen·
cia estratigráfica del despoblado, y de esta forma poder estudiar detenodamente todos los datos que sobre topografía nos puedan dar los restos
de habitaciones y de hogares que vayan apareciendo.
Los materiales recogidos en estas tres campañas de excavaciones son
los conocodos de años anteriores, sin que hasta el momento se haya pro·
ducido hallazgo alguno que nos obligue a rectificar las conclusiones a
que se había llegado
BIBLIOGRAFIA: E. Pl6 Boll~ter: "A
-"La lcbor del S.I.P.... 1963", Volencoo, 1966, pÓg. ti. -M Torrodell M4teu: "Problemas neoHtlcos". en ProMl!r SYT"''''oum de Preno•tono de lo Península lber¡co Seplfi!'T>bre 1959 (Ponencias). Pamplona, 1960, pÓg•. 62 y 63.--M. Torrodell Moteu: "Lo
culturo de los "'PUkros de foso de Cotoluno y ul problema de sus «•lociones r;on Valencia y Almorío", en Soltobi, X, Valencia, 1960. pÓg. 13.--M. Torradell Mateu: "Sobre lo ídentlfococlón de los poblados eneolítocos volet>eionos". en Crónico del VI Congreso Nocional de Arqueologkl tOviede, 1959). Zor~o. 1961. pÓg. 88.--M. Torrodell M..:lteu: "El País Volenciono del Neolitico o lo oberi:toción", Volencoo, 1936, pÓgonos 96 o 102.-0. Fletcher Va lis: "Actovidod~ del Servicio...". Generolltot, núm. 7,
Valencia, 1964, pÓj¡!i. 46 y 47 .-D. Fletcher Va lis, E. Pió Boii<~Ster y E, Llobregol Coneso: "Lo Ero lo del Pedregal (Novorrés-Voiencio)", Excovocio,.,. Arquoológocos en Españo, núm. 42, M4drid, 196-1
2.-«La Solivella» (Alcalá de Chivert)
En el verano de 1961 un tractor que realizaba tareas agrícolas en
unos campos sitos en la partida de «La Solivella» al SE. de Alcalá de
Chivert (provincia de Castellón), en la ladera baja de la Sierra de lrta,
puso al descubierto los restos de una necrópolís de incineración en urnas. Comunicado el hallazgo a las autoridades castellonenses, la Excma.
Diputación de la provincia y el Director de su Museo señor Codina Armengot, encargaron a l señor Fletchef Valls, Director del S.l P., que excavara el yacimiento y estudiara los materiales, contando éste con la co ·
laboraci6n de don Vicente Giner Sospedra, profesor de dibujo.
Los trabajos se realizaron durante los días 12 al 15 del mes de julio
de 1961, poniéndose al descubierto un total de 28 sepulturas y recuperándose los restos cerámicos y metálicos que el tractor había dispersado
por el campo a.l destruir una buena serie de enterramientos.
Los materiales fueron trasladados a los laboratorios del S.I.P. donde
se procedió a su limpieza y reconstrucción, y tras su estudio por el señor
Fletcher han sido devueltos al Museo provincial de Castellón.
En total se recogieron cincuenta y seis urnas y ocho tapaderas de
cerámica, hechas a torno, con sencilla decoración geométrica; en cuanto
a su tipologla predominan los tipos bitroncoc6nicos, existiendo poco más
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6
B.
r~ 8A~l.C$TE1t
o menos el mismo porcentaje de las de orejetas que las de borde revuel to, con o sin asas. También se recogieron un jarro y un vaso caliciforme,
aparte de otros fragmentos de vasijas que no se pudoeron reconstruor
Los ajuares estaban formados por brazaletes, anillas, colgantes en cadenilla, discos, botones, fíbulas, broches de cinturón, puntas de lanza, regatones, cuchillos afalcatados, falcatas, sables y un escarabeo. Las fobu las, de bronce, son de doble resorte una, de resorte bilateral varias, anu la res de muelle y anulares de charnela; y los broches de cinturón son
de uno, dos o tres ganchos.
Del estudio del conjunto de este material, el señor Fletcher, en publicación recoente, ha clasoficado la necr6polis como ibérica de) últomo
cuarto del siglo V, posiblemente entre los años 430 y 425 a. de C.
BIBLIOGRAFIA : "Lo labor del Servicio ... 1961", Volcnd o, 1965, póg. 25.
O
Fleoeher Volls: "Lo necrópolis ibérico de Sol.vello (Aicol6 de Chivert, Costel16n de lo
Piona)", en Cr6nico del VIl Congreso Nocional de Arqueologfo (Barcelona, 1961), Zo·
re>gO
onol de Arqueología (Sevlllo-M61ogo, 1963), ZoroOO
s,p., VI, 1962, Madrid, 1964, pógs. 383 y 38'1. -0 . Fletcher Volls· "Loo
nocr6polis de lo Solivcllo (Aicol6 de Chovert)", Serie de Trobojos Varios del S. I.P., nú mero 32, Valencia, 1965.
3.-«L.a Benimaquia» (Denia)
En colaboracrón con el Instituto Arqueológico Alemán, y a ex.pensa$
del mismo, se efec tuaron excavaciones en una serie de resto~ de fortifi caciones existentes en el macizo del Montgó, en término de Denla, Los
trabajos fueron dirigidos por el Dr. Hermanfrid Schubart, del mencoona
do Instituto, por el señor Fletcher Valls, Director del S.I.P., y por don
José Oliver de Cárdenas, y se llevaron a cabo en el alto de «la Benimaquia», al SW de Denia, estribación occidental oel Montgó, y en el •Poc
de 1'Aguila», en la parte SW. del referido macizo.
Los resultados obtenidos han sido resumidos en los siguientes térmi
nos: «Ni en el alto de La Benlmaquia ni en el Pico del Aguila hay hallazgos de cerámica griega. En el alto de La Benimaquia se encuentra
una fortificación de características torres, construida según una trad oción
del Mediterráneo occidental, que puede fecharse entre los siglos V y IV
antes de Cristo. El sistema empleado en las tres murallas del Pico del
Aguila corresponde a una técnica muy avanzada, mostrando una trayectoria con salientes optos para el flanqueo. Puede situarse entre los soglos
111 y 11 antes de Cristo. En la :z:ona del Montgó se percibe un cambio en
el sistema defensivo entre el empleado en los siglos V y IV y el de loz
siglos 111 y 11, cuyo origen puede probablemente atribuorse a la Influencia de los colonizadores del Mediterráneo oriental Los iberos poseyeron
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280 -
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ACTtvtD.\DB$ Dl!l. S. L
r.
7
originariamente en el extremo sur de la planicie costera valenciana uno~
pequeña fortaleza en una cumbre poco elevada que era el punto estra·
tégico para dominar la llanura. Posteriormente se trasladó la mtsm.;~ po·
blación a un lugar más alto, más inaccesible, debido a sus cond1ciones
naturales, y de mayor extensión. No obstante, aunque de superior importancia como núcleo de población, poseyó un carácter defensivo más
acentuado. Parece que la primera fortificación corresponde a una estructura más arca1 de la sociedad ibérica que la segunda, y ésta refleja a
ca
su vez una situación evolucionada, ex¡..resión de una organización social
más compleja, surgida como consec:uencta de la presión exterior»
Los materiales se deposi taron en el Museo Arqueológico de Alicante
BIBLIOGRAFIA; H. Scnuborl: "Excovoc•onet ~n IM fortrfic~ del Montg6 cerco de Denio (Aiicc>nle)", ~ Crónoco del VIl Congreso Nocoonol de Arqueologio (Be reo
lono, 1961 ), Zorogo~a, 1962, pógs. 346·35'1.-H. Schuban, O. Fletcher Valls y J Oh
ver v de Córdenos: "Excavociones en los fortifkocoones del Montg.S ~reo de Den•o (AIIcontt)", en Ex
Me>drld, 1964, póg. 382.-"La labor del Servicio... 1961", Valencia, 1965, póg. H .H. Schubort: "Untersucllunoen an den lbort&ehen Befestlgungen des Montgó bel Oonla
(Prov. Alicante)", en Modrider Mlttellungen, 4, 1963, Heidelberg, 1965, pógs. 51 ·85
4.-«Eis Ebols» (Aicudi;, do Carlet)
En la partida de «Eis Ebols», del lérmino
al lugar del hallazgo el autor de este articulo con el Delegado de Zona
de Excavaciones Arqueológicas doctor Tarradell, ya no quedaba nada «in
situll.
Al estudiar el terreno, en un campo inmediato, en el que se estaba
realizando la misma operación agrícola, se observaron los restos de unos
muros, que fueron objeto de una rápida excavación por e l que esto escribe, poniendo a l descubierto un par de habitaciones, las únicas que
quedaban, de las que se recogió abundante ceramica ibérica que ha per·
mltido la reconstrucción de algunos vasos, dos de buen tamaño, en for·
ma de tinajas También apareció un par de cuchillos afalcatados de hie·
rro, parte de la empuñadura de una espada y una plancha-reja de arado,
todo en muy malas condiciones de conservación.
Como conclusión preliminar, en espera de un detenido estudoo de los
materiales, podemos decir que se trata de los escasos restos de un poblado ibérico del siglo 111 al 1 a. de C., que en sus tiempos ocuparía una
ligera loma ée la ribera izquierda del Júcar, hoy totalmente enmascarada por las sedimentaciones y por los trabajos agrícolas.
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8
B. PLA .BALLBSTER
De Ja necrópolis no se pudo estudiar resto alguno «in situ», pero
por las noticias que se pudieron recoger, era de incinefaciones en urnas,
a dos metros por debajo de _ superficie actual del campo, y aun cuan·
la
do todas las vasijas fueron destiUidas por el tractor, pudieron observar
los obreros que contenlan fragmentos de huesos quemados, y que estaban unas muy juntas a otras y al parecer ya destruidas y desparramadas.
Se pudieron recuperar unas espadas muy oxidadas, varias fíbulas anula·
res hispánicas y algún que otro objeto más_
BIBLIOGRAFIA: D. Fletcner Valls: "Memoria de las octlvidodes
en Not. A~<¡ . Hf!;p., VI, 1962, Madrid, 1964, p6g. 385.-"Lo
1961'', Valen<:lo, 1965, póg. 25.
d~
lo Delegoci(), ... ",
Servi~io .. ..
labor del
5.-«La Moleta deis Frares» (Forcall)
Conocido desde hace muchos años este importante yacimiento, que
ocupa un largo período cronológico, desde los comienzos del Iberismo
hasta bien avanzado e.l Bajo Imperio romano, y que ha sido por algunos
eruditos identificado como la ciudad de Bisgargis mencionada por Pto·
lomeo, ha sido objeto de descripción en muy diversas publicaciones.
Hacia 1959 fue también visitado este yacimiento por don José de
Calasanz Serra Rafols, quien realizó una pequeña cata y pudo estudiar
la magnifica colección de monedas romanas y de entalles sobre piedras
semi-nobles que conservan los propietarios de la «Masía deis Frares o de
Liborio».
Patrocinado por el Centro de Estudios del Maestrazgo se solici tb de
la superioridad permiso para efectuar unas excavaciones, concediéndose
bajo la dirección de los señores San Valero, Fletcher y el autor de estas
líneas, quien personalmente dorigió los trabajos, llevados a efecto duran·
te el mes de agosto de 1961 bajo los auspicios económicos de la Excma.
Diputación provincial de Castellón.
Situada la «Moleta deis Frares» en la parte más septentrional de la
provincia de Castellón, en término municipal de Forcall, ocupa un lugar
estratégico muy importante en la ruta de entrada a las tierras del Maes
trazgo desde la actua l provincia de Teruel.
Realizadas tres catas en puntos diversos, se pudo distinguir una úl·
tima ocupación en época romana tardía, otra anterior que se iniciaría en
tiempos de Augusto y otra u otras anteriores, Ibéricas, desde el siglo V·
IV hasta el 1 a. de C.
Los materiales recogidos, aunque menos espectaculares que las es·
pléndidas colecciones de monedas y entalles que guarda la familia del
propietario de.l terreno, son de gran interés, abundando la cerámica aretina, la siglllata sud-gá lica y la hispánica, asl como la ibérica y la de im·
portación de barniz negro en estTatos más profundos.
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ACTlYIDADI!S Dlll. &. l. P
9
Restan en gran parte las murallas que formaban el último reconto,
destacándose las bases de unos fuertes torreones de planta rectangular
adosados a la cara externa de las murallas y una de las puertas de entrada, en pasillo lateral, a la que se llega por un camino donde se ven to·
davfa las huellas de los carros antiguos.
Est;:sndo en preparación el estudio de nuestros trabajos, dejamos po·
ra entonces dar más detalles del yacimiento.
BIBLIOGR"-fl"-: M. Cortos v López: .. Docclonorio Geográfico-Hist6rko de la E
año 1878, po' su Seeretono dan Luis Merlo Ñ lio .. , Vo1enclo, 1879, pág. 10 .-"~emo
rla de los trobojos llevados o cobo por lo Soc•~ad Ñqueológico Valenciano duran•• el
oño 1877, por su Secretona don Jasó Btosco Mogio .. , Volenoo, 1878, póg. 20.
T
ll:mtnto Ohvcre.s: ''Vatencio. 5t.G mon~.Unentos v orte; su naturaleza e histor•o". tomo
1, 8orcelono, 1887, pág. 3 16.-N. fe rrrr y Julve. "VtStlo o los ruo
nos d., 8o$Q~rgls..
en "-lmonoqve de "Los Provincios", Valencio, 1888, p6g. 266.---{:. Sorrhau Corr~res :
.. Geogtelio Gen!llol del Reino de Valenc•o. Provincia de Coslellán'' , Barcelona, s.f., p6.
¡;lno 692.
6.-«Punta do 1' Arenaht (Jávea)
En la finca que eJ Excmo. Sr. don Mariano Navarro Rubio posee en
la partida llamada «Punta de !'Arenal», del término de Jávea (Alicante) ,
inmediata a la desembocadura del rlo Gorgos, aparecieron una seno de
restos de construcciones y cerámicas romanas.
Visitado el lugar de los hallazgos por el Director del Servicio señor
Fletcher, acompañado del Delegado de Zona de Excavaciones Arqueo16·
gicas doctor Tarradell, se pudo ver la existencia de unos restos de construcciones talladas en la roca que hizo suponer hubieran sido de una an·
tigua factoría pesquera.
Decidida la excavac1ón de la parte del terreno que no había sido
Prehistórica y a la Delegación de Zona del Servicio de Excavaciones Ar·
queológicas, estando al frente de los trabajos doña Gabriela Marttn de
Castillo, que efectuó dos cortas campañas durante los años 1963 y 1964,
'ealízando varias catas estratigráficas
En espera de la publicación definitiva de estas investigaciones, que
preparan doña Maria Serres de Navarro Rubio y doña Gabriela Martín
de Castillo, podemos decir que se trata de los restos de una villa y de
una instalación industrial dedocada a la conserva de pescado, de las que
quedan cisternas, ~ilos, pozos, dos sarcófagos, restos de fustes, capiteles
y basas de columnas, monedas de época romana tardía, terra sigillata,
ánforas, tejas, dolios y fragmentos de vasijas de cerámica común. Tam·
bién quedan los restos de una especie de piscina tallada en la roca co·
-
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10
municada con el mar medtante un canal estrecho, que bien podfia haber
sido un vivero de peces. La cerámica más antigua es la sigillata aretina,
de tlpo viejo, y la más moderna alcanza al siglo IV.
Todos los materiales fueron restaurados en los laboratorios de l S.I.P.
Los trabajos se efectuaron bajo el patrocinio económico del exceientlsimo señor Navarro Rubio.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servicio... 1951 ", Valenc.o, 1955, póg. 23~"Lo
labor del Servicio... 1963", Valencia, 1964, póg. 16.-G. Martin de Castillo: "Los lu·
cernas de Punto del Arenal de Jóveo (AI~eonte)", en Crónico dcJ VIII Congreso N<;cio·
nol de Arqueologlo (Scvlllo-Mólogo, 1963), Zaragoxo, 1964, págs, 461-464.-D. Fl~t
cher Valls: "Memoria de los actividades de lo Delegación ...", on Not. Arq. Hl$1>., VI,
1962, Modnd, 1964, pág. 382.-D. Fletcher: "Actividades del Servicio .. .'', en Generalitct, ruirn. 7. Valenclo, 1964, póg, 46.-M. Ponslch y M. Tarrodell: "Gorum et Industries ontiques de so1oison dons lo Médlterronée Occkl
7-
1
,
París, 1965, pág 8 1.
Pinturas rupestres de la <
Por el Grupo Espeleológico «Vilanova y Pierall de la Diputación pro·
vincial de Valencia, colaborador del Servido de Investigación Prehist6·
rica, se descubrieron en la Cuesta de las Viboras del Barranco de Falcón,
de! término de Dos Aguas, en la cuenca a lta del Júcar, unas pinturas
rupestres de tlpo levantino existentes en la «Covacha de las Cabra~» o
«Cueva del Tío Asensio)).
Durante los días 16 a 21 de abril de 1962, una comisión formada
por don Vicente Pascual Pérez, del S.I.P. y por don José Alcañiz, del
Grupo Espeleo16gico mencionado, se dedicó al estudio y copia de las
pinturas, que serán próximamente publicadas en una de las ediciones de
nuestro Servicio.
BIBLIOGRAFIA: O, Fletcher Volls: "Servicio do Investigación Prehistórico", en Gene!alhar, nüm. 1, Valencia, 1962, p
rupestres de la «Cueva del Barranco de las Ca ñas))
(Milla res)
También por el Grupo Espeleológíco «Vilanova y Piera», e igualmente en fa cuenca alta del Júcar, pero en su ribera izquierda, en térm1no
de Millares, se descubrió en la llamada «Cueva del Barranco de las Cañas», sita en un escarpe de este barranco, otro pequeño grupo de pinturas rupestres de tipo levantino. Los señores Pascua) Pérez y Alcañlz, las
estudiaron y copiaron en la expedición realizada durante los días 16 a
21 de abril de 1962 a que nos hemos referido en el apartado anterior.
Estas pinturas, junto con las ya citadas antes, serán objeto de una
próxima publicación de) Servicio_
BIBWOGRAFIA: Vease la citado en el oportoda onterlor.
-284-
[page-n-350]
11
ACllVlDADES DI!L S. L 1'.
9.-Grabados parietales del rio Bernisa (Rótova)
El Presidente del Centro Excursionista Gandiense don Antonio Sancho comunicó al Delegado del S.I.P en Gandfa don José Camarena Mahiques la existencia de unos grabados en las rocas de los escarpes de la
margen izquierda del rfo Bemisa, término de Rétova.
Transmitida la noticia a este Servocio por el señor Camarena, se tras·
ladó al lugar en cuestoón don Vicente Pascual Pérez, que localizó una
serie de abrigos junto a dicho río con grabados de fuerte Incisión, del
estilo de los existentes junto a la entrada de la «Cova de les Rates Penaes» en el otro margen del mismo río, de los localizados por el propoo
señor Pascual junto al barranco de Escalona en término de Navarrés, y.
al parecer, de características parecidas a los de Ridevides de Vilari~a
(Portugal) y otros lugares.
Fueron estudiados, calcados y fotografiados, para ser objeto de una
futura publicación.
BIBLIOGRAFIA : "lo lobor dol Servicio ...", 1964,
~n
pronso.
41.-«EI Fosureb (Valencia)
Al realizar obras en la parte oriental de la Santa Iglesia Catedral,
pa:a la construcción del futuro Museo Catedralicio, aparecieron unos
muros antiguos y restos de cerámica que aconsejaron realizar una excavación metódica. Bajo la dirección de los señores don Vicente C:~steli,
don Domingo Fletcher y don Santiago Brú, se efectuaron los trabajo~
durante los dfas 25 de noviembre a 13 de diciembre de 1963
El lugar se denomina < Fossareb por haber sido cementerio parro·
·El
quial hasta el siglo XVIII; los restos de este cementeroo aparecen en la
primera capa o estrato que se excavó, que alcanza, poco más o menos,
hasta los 0'65 m. de profundidad, y descansa sobre un lecho de gravillas.
El estrato 11, corresponde a 1a capa de relleno efectuado para cubrir
unos muros de la antigua estructura de la Catedral, y viene a tener un
espesor de alrededor de otros 0'60 m., alcanzando por tanto la profun·
didad media de 1'20 m. Debió realizarse esta explanación para utilizar
el lugar como cementerio
El estrato 111, aproximadamente de 1'20 a 3'50 m. de profundidad,
corresponde al relleno que cubre los restos de unas edificacoones post·
romanas o romanas muy tardías, de las que quedaba un muro de aparejo
irregular hecho con restos arquitectónicos más antiguos, entre ellos un
fuste de columna lisa.
-
285 -
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B. PLA BAU.BSTBil
El último estrato, el IV, entre 3'50 y 3'85 m., esta formado por una
capa de cenizcas y restos de carbón, muy delgada, por debajo de la cual
se encuentran fragmentos de ceramica romana común, un fragmento de
vaso de paredes finas posiblemente augusteo y una moneda de Celse con
leyenda ibérica. También aparece un empedrado y formando parte de él
un trozo de pieza activa de molino discoidal. Por debajo de los 3'85 met ros no se produjeron hallazgos.
Esta excavación, a pesar de lo revuelto de los estratos, viene a con·
firmar que los restos arqueológicos más antiguos que aparecen en Va·
lencia no sobrepasan nunca e.l año 138 a. de C., fecha de su fundación.
Los materiales fueron restaurados en el laboratorio del Servicio, ha·
biendo sido depositados posteriormente en la Catedral, donde formarán
parte del Museo que se está construyendo. El estudio de los materiales
fue hecho por Jll señor Brú y la clasificación de las cerámicas por doña
Gabriela Ma rtín de Castillo.
BIBLIOGRAFIA: V. Cosrell, D. Fletcbcr y S. Brü: "I nforme sobre lo primero <>topa
.;., praopecclon., reall:todo en el Fossoret de la Santa Iglesia Catedral de Valer>cla", en
Not. Atq. Hispánico, Vil, 1963, Madrid, 1965, pógs. 236 o 241 .-S. Brü Vidol: "E>
8)
PROSPECCIONES
10.-«Cova del Parpalló» (Gandia)
Bajo la dirección de don Luis Pericot García, con la colaboración
del Subdirector del S. l. P., del Colaborador del mismo señor Pascual
Pérez y del Ayudante del Capataz, señor Montañana, se realizó
una visita a la «Cova del Parpalló», acompañando a un numeroso grupo
de estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona, a los
que les fue detenidamente explicada la labor realizada en ella y la tras·
cendencia de sus materiales.
Aprovechando tal visita, ej Dr. Francisco Juliá, de la Facultad de
Ciencias de Barcelona, y el señor Pascual Pérez, estuvieron tomando da·
tos para el trazado de unos esquemas y aná lisis de suelos de la cueva,
que está realizando aquél en el Instituto Geológico de la Universidad de
Barcelona.
BIBLIOGRAFIA: E. Pió Bollester: "Actlv'ododes del Serv•c•o de lnvesttgceión Prehistórico 1956 ·1960", en Ard'f. Preh. Levantino, IX, Valenclo, 1961, pógs. 214·215.-L.
Pericot Gordo: "L proVIncia medlterr6neo del PoleoHtko superior'', an Ctónico del V
o
Congreso Noeionol de Ar(tueologio (Zaragoza, 1951 ), Zaragoza, 1959, póg. 45.-l. perlcot Gcrcic: "El tipO de punto de mue!co levanlino". en Homenaje al Profe.sor Coye.
'O!"'O de Mergellno, Murcio, 1962, póg. 727.-l. Pericot Gordo: ~'Le Magdolénien dons
I'Est de I'Espagne et ses problemas", en Berkh¡ Obor den V lnternotionales Kongress tür
Vor· und frilh¡¡esc:hicnte (Hamburg, 1958), Berlin, 1961, póg. 662.-L. Pcricot Garcia
"Parpalló, treinta y cinco años deSpUés'', en Pyrer.oe, t Borcelono, 1965, pógs.. 1-20.
-286 -
[page-n-352]
ACtlVJl)ADES D6L $.
t.
P.
1)
11.-uEI Prat» (Liria)
Entre los kilómetros 1 y 2 de la carretera de Liria a Olocau, antes de
llegar a la «Font de Sent Vicent», a la derecha de la carretera, hay unos
terrenos en los que superficialmente se encuentran fragmentos de sileK.
El terreno presenta una ligera ondulación, ahondándose precisamente en
el lugar en que aparecen los sileK, de forma que en períodos de lluvia
queda encharcado. No se ven rastros de cuevas por sus alrededores, por
lo que podrfa pensarse en la posibilidad de que se tratara de una estación al aire libre, muy destruida ya, aunque no hay que descartar la
eventualidad de que los materiales hayan llegado aquí a consecuencia de
arrastres.
Visitado el yacomiento en varias ocasiones por el Servicio, se han
recogido por el Ayudante del Capataz, señor Montañana, una buena
colección de sílex, la mayor parte lascas atípica~ :;fn retoques, pero distinguiéndose algunas láminas con retoques latera:es, tres pequeños raspadores en extremo de lámina de tres facetas, unas hojas de dorso rebaja·
do de carácter epigravetiense, y a lgunas piezas más, atribuibles a un epi·
paleolítico o un neolítico inicial, aun cuando no se haya encontrado ni
un solo fragmento de cerámica.
BIBLIOGRAFIA: "la lobor del Servicio•.. , 1965", en pron
12.-«CoYa de la Sarsn (B«Kiirente)
Con motivo de la visita realtzada a Bocairente de que se habla más
adelante, se efectuó una prospección a la célebre <
que se preparó una campaña de eKcavaciones que luego no pudo llevarse
a cabo. El estado de la cueva es poco más o menos eJ mismo que presen
taba en 1951, reforzándo!e por tanto lü opinión mantenida por la Di·
rección del Servicio de la no urgencia de su excavación total, ya que se
conocen y se están efectuando toabajos en otros yacimientos coetáneos
y pr6Kimos, de estratigraffa mucho más segura, como, por ejemplo, la
cCova de I'Or» de Beniarrés.
BIBLIOGRAFIA: E, Pió Ballester: "Actlvldadc• del Servicio de Investigación Prehh·
tó
209.-D. Fletcher Valls: "Tanttles cttrómkas neolitrcosH, en Cr6<·uco óel 1111 Car.gresa
NociOnOI de A Flctc.hef Volls: '*Nuevos datos sobre los relodones neolíticos entre los cos1os es¡><'lño!os
y d~l Medlterr6nea orlentalu. en "A Pedro Bosch Glmpero en el '"l'luagésima on.ver•a•la de su nacimiento", Mé><•co, 1963, págs. l67 y 169.-M. Tarradell Mateu •Pro·
blemas nealft~<:as", "" el
Sympas""" de PrehisiQtia de la Península lb6nca, Pa:n~lono, 1960, pé¡¡o. 45-57..--M. Tarradell Mateu. "El Pars Valencia"" del Nealftlco o
la lberizaclón", Valtnclo, 1963, pógs. 40 a 45.
p,.,,.,
-
28'7-
[page-n-353]
14
13.-«Cova deis Gatu (Banac:a de Aigüesvives, Alcira)
Habiendo encontrado don Julio Escandell cerámicas y huesos huma·
nos en el interior de una cueva sita en terrenos de la Barraca de Aigües
vives, pedanía de Alcira, lo puso en conocimiento del Servicio, que envió
al subdirector que esto escribe y al Ayudante señor Montañana para que
realizaran una prospección.
La «Cova deis Gats» se hal la en unos escarpes que limitan por el NW
el llamado <
superior de una cueva de buenas dimensiones, cuya entrada, a nivel más
bajo, se halla tapada. Hay grandes piedras desprendidas que impíden de
momento realizar un trabajo nrqueológico efectivo, y en algunos lugares
quedan bolsadas de trerras con restos humanos muy fragmentados y pedazos de cerámica. En una de ellas encontró el señor Escandell un cuenco cerámico y otros materiales, así como un cráneo humano y huesos
largos.
En una galería inferior, un grupo de jóvenes excursionl~tas encontraron una vasija campaniforme y fragmentos de otras cuatro, un braz.llete de arquero, de piedra, una punta de flecha y un cuchillo de sílex,
que entregaron en el S. l P., donde han podido ser reconstruidos todos
los vasos.
La prospección realizada por el Servicio el día 27 de septiembre de
1965, se limitó a efectuar una cata en un punto rnmediato a la actual
entrada de la cueva, recogiendo fragmentos de cráneo humano, dientes
también de hombre, un colmillo de jabalí, un fragmento de punzón de
hueso y unos pequeños fragmentos de cerámica, lisa y de pasta grosera
con piedrecillas en la masa para la reducción.
Dada la importancia de los hallazgos de vasos campaniformes, tan
escasos en nuestra región, y en vista de las numerosas exploraciones que
los aficionados de la comarca estaban efectuando en el yacimiento, se ha
recabado del Alcalde de Alciro que se tapiara la entrada de la cuev.J, lo
que recientemente ha sido hecho, en espera de que el Servicio pueda
dedicar unos días a su excavación.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servteio... 1965", en prenso~l Mascarell : "Hallazgos arqueológicos y poleonrológicos ~" Alclra", en "LAM!nro", Valencia, 17 de ocrubre de 1965.- 1. Moscorell "Necrópolis ibo;rico (sic) en Alctra ' , en "Levente", Valencia, 28 de navirmbre de 1965.
14.-ccBarranc del Poli»
(J~tiv01)
La partida de «la Teixonera• del término municipal de Játiva, cas1
en los lindes con el de Llosa de Ranes, a unos dos kilómetros de esta
(rltima localidad, tiene unas canteras de yeso en el llamado uBarranc
-288-
[page-n-354]
ACTIVJtlAD2.~
Dll. S. 1.
r.
IS
del Poli», en las que los barrenos destrozaron unas grietas o covachas
con enterramientos Comunicada la noticia al Servicio por don Vicente
Sipán Alborch, de Llosa de Ranes, se efectuó por el que esto escribe una
rápida visita, comprobándose la total destrucción de los enterramiento~
y la pérdida de los materiales arqueológicos que los acompañaban, pudiéndose recoger solamente minúsculos fragmentos de cerámica tosca, hecha
a mano, de carácter eneolitico o de la Edad del Bronce. Los obreros hablan encontrado con anterioridad una hacha de piedra pulida, que fue
entregada al Museo de Játiva y que no hemos podido ver.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servido... , 1962", Volenclo, 1966, póg. 15. O
Flcteher Vo lis: "Servido de Investigación Prehistórico", en uGenerolltot" • núme:o 1.
Volenci~, 1963, póg 89.-0. Flelcher V o lis: "Aclivldodes de lo Delegoclón prOY•nclol "
en Nol. Arq. Hisp., VI, 1962, Modtld, 1964, póg 380.
15.-cu Fuente Negru (Navanés)
Durante los dias que la Comisión de excavaciones del Servocio realizaba trabajos en «la Ereta del Pedregal» de Navarrés, el Ayuntamiento de la localidad estaba efectuando unos ahondamientos en el naci·
miento de agua de la ((Fuente Negra», próximo a «la Ereta», y uno de
los que, en la actualidad canalizado, antiguamente alimentaban de agua
al lago y marjales hoy desecados y puestos en cultivo. Al encontrar durante
tales trabajos unas piezas de sílex y fragmentos de cerámica, fue av•sada la comisión del S. I.P , que se trasladó al lugar del hallazgo recog•endo algunos trozos pequeños de cerámica eneolltica y de la Edad del Bronce y varios fragmentos de sllex, entre ellos una punta de flecha, dientes
de hoz y una media luna de muy buen¡¡ técnica.
Efectuado un estudio del terreno, asf como de las lomas circundan·
tes, sin que se hallara ningún punto próximo de donde pudieran proceder tales materiales, que sin duda se depositaron en el fondo del nacimiento de agua a consecuencia de arrastres, se hubo de concluir la po·
sibilidad de que exista en lugar más alejado un yacimiento, cuyo terreno
vierta aguas a alguno de los barranquillos que desembocan en la hondonada de «Las Fu en tes•
BIBLIOGRAFIA: "Lo lobor del Servicio ... 1965", en P
16.-uu Font d'Almag uer» {Aifarp)
En la partida de cEis Ascopalls» (Aitarp) existen dos montículos en
los que, según noticias del Grupo Espeleol6gico cVilanova y Pi era•, don
Francisco Herrandís había hallado en febrero de 1961 fragmentos de ce·
rámica lisa hecha a mano y piezas de sílex. Fue realizada una prospec-289-
37
[page-n-355]
16
ción al lugar de hallazgos por el D~rector del Servicio, señor Fletcher, el
Delegado de Zona de Excavac1ones, señor Tarradell y el jefe del Grupo
Espeleológico, señor Donat, el dí11 25 de junio de dicho año.
Se comprobó que en uno de los montículos quedaban escasos restos
de un poblado de la Edad del Bronce por debajo de una serie de muros
medievales.
El segundo monticulo resultó mucho más interesante. Ti!mbién por
debajo de construcciones medievales existen los restos de un poblado del
Bronce valenciano, del que se pudo localizar en su mayor parte el trazado de las murallas, que forman un recinto oval, en el centro del cual se
observan grandes zonas negras de cenizas con abundantes frilgmentos de
cerámica lisa, molederas de rodeno, cantos rodados desbastado~. trozos
de adobes y restos de enlucido de barro amasado con paja. Visitado posteriormente este lugar por el señor Rosa Revira recogió. aparte de vanos
fragmentos de cerámica, dos dientes de hoz y varias lascas de sile'C.
Se trata, como se ve, de un pequeño despoblado, típico del Bronce
va lenciano, muy destruido por las labores agrícolas, que han hecho desaparecer en buena parte las construcciones del interior del recinto.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor dol Sorvocio ... 1961", Volencoo, 1965, p6gs. 24 y 25 D. Fletcher Valls: "Memoria do los acllvldaclu de la Dt>legación .. " en Not. Arq. HiSp.,
VI, 1962, Madrid, 1964, pógs. 382 V 383.
17.-«La Mola» (Carlet)
Acompañando al Delegoclo Local de Excavaciones de Carlet, don Andrés Monzó Nogués, v1sotaron el Directo' del Servicio, señor Fletcher, y
el Colaborador, señor Brú, cla Mola», monte de dicho térmono municipal, lugar que por sus características hacia presumir la posobilodad de
que existiera en su c1ma un poblado de la Edad del Bronce La prospección fue totalmente infructuosa, pues entre las tierras, cultivodas desde
hace muchos años, no se encontró objeto arqueológico alguno, ni se pudo
localizar ningún resto de ed oflcación que claramente puedn atribuorse a
epoca prehistórica.
BIBLIOGRAFIA. "La labor del S~rvicia ... 1961", Valencia, 1'i65, pbg. 24. - D.
Fletcl>cr Valls: "Memouo de los actividades de le Delegoci6n... ", en Not Arq. Hl$1>6nlco, VI, 1962, Madrod, 1~, póg 382.
18.-cCou del Tío Gil » (Denia)
Con el Delegado de Zona, señor Tarradell, visitaron esta cueva el
Director y Subdirector del Servicio, acompañados por el Dr. Hermanfrid
Schubart, del Instituto Arqueológico Alemán Se recogieron algunos fragmentos cerámicos y se acordó que por la Comosión que estaba realizilndo
-290 -
[page-n-356]
ACilVlDADBS DBL S. l. P.
17
trabajos arqueológicos en el Montgó, se reunieran aauellos materiales
que se hallaban esparcidos por la cueva, los que, después de ser lavados
y restaurados en lo posible en el Laboratorio del S.l P., fueron depositados en el Museo Arqueológico de Alicante. Con posterioridad, el Laboratorio de Arqueología de la Universidad de Valencia, bajo la d~tec
ci6n del doctor Tarradell, ha efectuado una campaña de excavaciones en
este yacimiento, con resultados menos interesantes de lo esperado a
consecuencia de lo revueltos que se hallaban los estratos.
Se trata, al parecer, de una cueva en la que se vivió durante largo
trempo, que ha proporcionado ur>as cerámicas prntadas cuya situación
cronológico-cultural plantea graves problemas, ya que por a lgunos arqueólogos han sido consideradas como neollticas, mientras que para o1 ros
no pasan de ser de la Edad del llronce.
BIBLIOGRAFIA: J . San VO:ero Aperos" "Lo Cuevo de la Se,..., (Boco~rente-Valen
cia)", Serie de TrabaJos Varios clel S.I.P, núm 12, Va!oncoo, 1950, póg. 8 . - J San
Votero Aponsi: "Noros paro el esrudoa de lo cerámiCa cordool de lo Cueva de la ~...a
(Volencoo)", en Actos y Memonos de lo ~iedod Española da Antropología, Ernog'lllia
y Prehosloria, XVII , Modrod, 1~42, págs. 100 y 101.-"La labor del Servicio ... 1961"
Valenclo, 1965. pág. 24
19.-«Cabeso Redondo» (Villena)
El Director señor Fletcher y el que esto escribe, acompañando
al Delegado de Zona de Excavacrones señor Tarradell, visitaron el día 5
de febrero de 1962 este rmportante yacimiento arqueológico en el que
se estaban realizando excavaciones por el Delegado local óe Vlllena, señor Soler Garcla, financiadas por la Delegación de Zona y e n colabora·
ci6n con su Delegado.
Se estudió la estructura y los materiales de tan interesante poblado
de la Edad del Bronce, cuyo conocimrento directo es omprescindible para
el cotejo con los yacimientos contemporáneos en los que el S.I.P trabaja, con los que, a pesar de las naturale~ diferencias, presenta también
grandes analogías.
BIBLIOGRAFIA: J. M. Soler Gorclo: "El poblado prehisrórlco del Cabezo Redondo" ,
en Proo;¡ramo oficial de lo Comis.6n de foesros clel Ayuntomoenro, Vlllena, 1949. -J. M.
So:er Gctdo: "Un •nrerrami!:nto ~n urno en f'J ~o Redondo", en "Villeno.... nüm 3,
Vrllena, 1953.-J. M. So'er Gorcio; "VIIIena IAiicontet. Poblado del Cobezo Redondo", en
Nor ArQ. Híspónoco, 1, 1952, Madrod, 1953, pág. 38.-J M Soler Garcio: "Oe Aro.,eoloo;¡lo vollenen.e --<:erómica ornodo de lo Edod del Bronce.-Oos interesanres v
"El poblamiento prehistórico del término V.Uenense..', en "Vtlleno", nUm. 1, V1lleno,
1957 .-). M. Soler Gorda: "Primera compaño de t!}Ccavoclones dd Servoeio Nocoonol
•~ el Cobuo Redondo", en "Villeno", núm. 9, Villana, 1959.-J. M. Soler Gordo: "El
Tesoro de Vi lleno y ol Tesorlllo del Cabezo Redondo". on "VIIIeno", núm. 1<1, Vlllono,
1964.-J M. Soler Garcóo< "él Tesoro de Vllleno", E>
el~. 1962, pógs. 88 y 89.-"La lobar de Servocoo... 1962", Valencra, 1966, pág. 13
-
291-
[page-n-357]
18
20.-ccla Bastida de les Alc:usel» {Mogente}
Para comprobar determinados puntos con vistas a la publicación de
la monografía sobre este despoblado excavado por el S.I.P. en parte du
rante Jos años 1928 a 1931, se efectuó una visita el día 5 de febrero de
1962 por el Director, señor Fletcher, el Subdirector y el Delegado de
Excavaciones de la Zona, doctor Tarradell. Se pudo comprobar que a pe·
sar del tiempo transcurrido desde la última fecha que se reallzaron las
excavaciones, e) poblado se halla en buen estado.
BIBLIOGRAFIA: E. 1'16 Bolle>1er: "Actividades del Servlcoo de Jnvestogocoón P•ehis·
tór:co ( 1946-1955)", en Aren. de Preh. Levóntlno, VI, Valencla, .1951, póg. 211.D. Fletchcr Vclls: "Lo Bastida de les AlCllses", en Programe de lo Ferio y Fiest<>< de
Mogento, Mogente, 1963.-D. Fletcl,er Volls, E. Pió Ballester y J. Alcócer Grau: "La
Bastida de les AICllses (Magente-Valencio)", 1, Serie de Trabajos Varios del S.I.P., numero 24, Valencia, 1965.-D. Fletcher Valls: "Actividades de lo Delegación provin·
cial ...", en Nol. Arq. Hlspónica, VI, 1962, Madrid, 1964, p6g. 379.-D. Fletcher Valls:
.,Servicio de lnvestigoci6n Prehistórico"., eh "Generolltot", núm. 1, Volencio, 1962, página 88.--M. A. Voll de Pió : "Lo cadenilla de oro de Le Bastida", en "Levante", Valencia, 22 de julio de 1965~M. A. Voll de Pió: "Le cadenilla de ora d de les Alcuses", en Crónica del V Congreso Noelcncl de Arqueologfa (Zcrogo>a, 1957),
Zcragoxa, 1959, póg, 239.-P. Beltrán Villagrasc: "El plomo escrita de la Bastida de
1 Alcuscs (Magente) (Add ..
numero 23, Valencia, 1962.-"Lc labor del Sérvicio ... 1962", Vol.,cia, 1966, póg, 13.
21.-«La Carenc:ia» (Turi•}
El monte de «la Carencia», próximo a Turis, tuvo uno de los yací·
mientes ibéricos, posteriormente romanizado, más Importantes de toda
la provincia de Valencia, y que por desgracia, conocido desde hace mu·
chos años y expoliado desde siempre, ha quedado casi inútil para la cien·
da. De él se han venido nutriendo una bu~na serie de colecciones priva·
das y sus materiales se han ido perdiendo por no habe~ sido nunca reco·
gidos en un Museo oficial. Se sabe que en cela Carencia» han aparecido
buena cantidad de fíbulas anulares hispánicas de bronce, entre ellas la
muy interesante conservada en el Museo de Bellas Artes de Valencia,
vasijas ibéricas y de terra siglllata; pondus y fusayolas, objetos de hierro,
etcétera, es decir, el material corriente en esta clase de poblados. Tambiér'1 son abundantes )as monedas, habiéndose encontrado varias de Sa·
gunto con la concha y el de lfín, otras con leyenda Ibérica de Saitabi, romanas de Valentía de las primeras emisiones con la cabeza femenina y
la cornucopia, etc.
El Director señor Fletcher, con el De legado de Zona doctor Tarradell,
acompañados por el señor Llorente, buen conocedor del lugar 1 giraron el
dla 6 de mayo de 1962 una detenida visita al poblado, cuyos restos estaban siendo destruidos por )os tractores que preparaban el terreno para
ponerlo en cultivo, especialmente la zona central, llana y muy extensa.
-292-
[page-n-358]
ActlVtDADES Dl!l. S. J, P.
19
Estas labores agrícolas habían hecho aflorar en grandes cantidades la cerámica, que salía revuelta con los sillarejos de los muros derruidos. Se
recogió cerámica ibérica con decoración geométrica, campaniense del tipo
B y escasísimos fragmentos de «terra sigillata»
Por la cerámica campaniense B, así como por las monedas recogtdas
en diversas ocasiones, el poblado tuvo su plenitud desde la segunda mitad del siglo 11 a. de C. hasta el cambio de Era. Si, como se dice, tambtén se han encontrado monedas tmperiales -se cita concretamente una
de Hadriano--, podría alargarse su vida hasta el segundo siglo de nuestra Era, aun cuando ya debió tener menor Importancia, pues son escasos,
si no casi nulos, los hallazgos de fechas tan avanzadas.
BIBUOGRAFJA: T. Llotente Oliwr""· "Valencia, Sus monumentos y artes; tu noturo1uo e historlou, tomo 11, Borc~. 1887, p6g. 566.--A. Piles lbors: "I:J<(Ursrons
o Turís", m ''Los Pto\tinc:ios·', Vale.nc:io, 10 de septtembre de 1900.- J. Martinn Aloy:
u Arqueología Volenciono en 1912", en Alrnonoque de "Los PIOYincros", Valencia , 19 13,
p6g. 265.-L. Trornoyeres Blosco: "le>• fibu!Gs (de Turi• )", en "Los Provincros''. Volenc:io, 7 de rnorw de 1908•.-f. Almcrc.he V6zquez : "lo ontoguo civolizoci6n tbénca
en~ Reino de Valencia", Valencia, 1918, pógs, 153 y 154.--M. Torrodell Moteu. "Preh•stOna \ AntlqUit01u, en u ...hstOrto del Pais Vole.nciOH, vol. 1, Barc:elol"'CC, 1965, fig. 23. D. Fle:tch&r VoUs: "Servicio de lnvesti_ooc:lón ProJ·ustótlco", en ''Generolitat", núm~ro 1,
Valencia, 1962, póg. 89.-D. l'letGhet Volls: "Activododes de lo Dele~ Ión provrnCIOI ...", en Not, Arq, Hl$1)6nlco, VI, 1962, Madrid, 1964, pógs. 379-390.- "la lobor
del Servicio... 1962", Valencia, 1966, póo. 14.
22.-cCerro de la Peladillu (Fuenterrobles)
La existencia de restos arqueológicos en lo alto de este Cerro del
término de Fuenterrobles se conoce desde hace ya muchos años, aun
cuando por lo general en la bibliografía regnícola suele confundirse con
otro cerro de igual nombre existente cerca de Requena, en el que señalara Martínez y Martfnez el hallazgo, Junto con cerámicas tbéricas, de
fragmentos de terra sigillata.
El de Fuenterrobles fue visitado por el Grupo Espeleológico cVilanova y Piera• el día 12 de noviembre de 1962, explorándose, sin resultado
arqueológico alguno, unas galerías existentes en su .ladera. En la cima
del cerro, donde se hallan los restos de un poblado ibérico, aflora buena
cantidad de cerámica, de la que se recogieron unas muestras. Es en su
casi totalidad ibérica sin decorar, exísttendo algunos fragmentos con decoración geométrica y un borde de una vasija de forma 36 de campaniense A.
Sin que se pueda dar una cronología segura, por la existencia del
fragmento de campaniense A, clasificamos provisionalmente el despoblado como propio del siglo 111 al 11 a. de C.
BIBLIOGRAFlA: O. Flotcher Volls: uServocoo de lnvestogocl6n Prehist6nco". tn ~Ge
,_olilot", num. 2 , Valencia, 1963, póg. 100.· "Lo labor del Servicio ... 1962", Yo·
lencio, 1966, p6g, 16.
-293-
[page-n-359]
20
23.-«La Creueta Alta» (Antella)
La
diato al azud de la Acequia Real del Júcar, en situación estratégica de
importancia, pues es un punto elevado y aislado que domina la salida de
dicho río hacia el valle de Cárcer. En su cima quedan los restos de un
poblado Ibérico, del que se ven aflorar los muros de !as casas y se distingue bien casi todo su recinto amurallado, que presenta en algunos
puntos como restos de torreones, y en uno de sus lados dos grandes piedras formando entrada.
Toda la superficie de la loma, en especial aquellas partes que en la
actualidad son campos agrícolas, está sembrada de fragmentos de cerá·
mica ibérica de buena calidad. algunos coh restos de decoración geomé·
trica pintada. Se ven grandes fragmentos de vasijas de buenas dimensiones y otros de vasos de pasta tosca. Se recogió, en la prospección que
realizara e.l autor de este articulo, con don Francisco Chapa el día 17
de junio de 1965, un fr-agmento de lucerna de barniz negro brillante, de
época republicana.
La Inexistencia de terra sigillata, el tipo de pasta de las vasijas ibéricas y e l fragmento de lucerna mencionado, nos hacen situar cronológicamente este poblado, <:on todas las reservas que e l caso requiere, entre los siglos 111 y 1 a. de C., sin que alcanzara la mitad de este último.
BIBLIOGRAFIA: N. P. Góme% Serror.o: "L'ony orqueologoc volencio", en Almonaque de- "Los Provmcios", Va1e,-.cio, !931, p6g. 427.--N. P. Góme:z Senono: 11 Se-:-:ión
dé Antropología y Prehistoria. Cursos d• 1934-35 y 1935-36", ert Artales del Centra
de Culturo Volenciona, vol. IX, Volencoo, 1942, pógs. 46 y 48.-"La labor del Servido... 1965''. M prenso.
24.-«EI
Castella~l)
(Oliva)
En la parte más baja de la ladera E. de <
de Colomines, que fue quien llevó a cabo los trabajos en 1924, sólo pudo ya excavar seis incineraciones en urna, habiendo sido destruido el resto poco antes al realizar trabajos agricolas en los campos, en tiempos
más antiguos al construir la carretera de Oliva a Pego, y, la mayor parte, en 1495 y en 1539, por unos moriscos que buscaban los tesoros es·
condidos por los moros al ser reconquistada la comarca por Jaime 1, los
cuales pusieron al descubierto, según testimonio de Pero Antón Beuter,
no menos de 38 urnas.
-294-
[page-n-360]
ACTIVIDADES DEL S. l. P.
21
Los enterramientos excavados por el señor Colomines eran los que
quedaron cubiertos al construir el camino viejo de Oliva a Pego, ya existente en el siglo XV, y por lo tanto la única zona de toda la necrópolis
que no había sido rebuscada
El día 11 de mayo de 1965, el subdirector del Serv1cio, acompañado
del Delegado de Zona de Excavaciones doctor Tarradell y del señor Llobregat Con esa, realizó una visita al lugar del emplaz:amiEtnto de la necrópolis, pudiendo comprobar la tot<:~ l destrucción de la misma y la •mposibilidad de realizar en ella trabajos fructíferos.
Por los campos aún se veían abundantes fragmentos cerám1cos, la
mayor parte ibéricos corrientes, algunos con restos de decorac1ón pinta·
da. Se pudo recoger un fragmento de cerámica campaniense B, hallazgo
Importante, pues entre los materiales recogidos por el excavador catalán
que se guardan en el Museo Arqueológico de Barcelona, apenas si hay
re~tos que permitan atribuir una cronología precisa a la necrópolis, y aun
los pocos que hay no han sido debidamente valorados. Gracias a nuestro
hallazgo, podemos afirmar con seguridad que el yacimiento debe ser situado cronológicamente hacia la segunda mitad del siglo 11, lo cual coloca ya en un lugar más ::onvenlente de lo que hasta ahora se venia haciendo a los grandes vasos con decoración de escenas humanas allí encontrados, y descarta de una vez: para siempre las supuestas mfluencias
célticas (posthallstátticas) en esta zona de las tierras valencianas
BIBLIOGRAFIA: Pero Antón Beurer: "Coronlco G011orol de todo E$poilo y especlolmi:nle del Reyr.o de Volenclo", Volenc:lo, 1551, copilulo XLVI II. follo CXXXVII. J. Colomonos Roco: "Lo Necr6polls d'Oilvo", en Butllcri do l'ksoc:oció CotQiono d'Antropologon, Etnol. i Preh., 111, Borulono. 1925, pág. 113 --J. Colominas Roeo: "Ob¡e<•~ de lo nocrópohs d'Ohvo ol Museu de Borcelono", en Anuorl de l'lnstitut d'Es!udis
Corolons, VIl, 1921-26, Borcelono, 1931. póg. 186.-J. Colomonas Roca: "Lo n~
.polis o!>Moco de Ohvo lprov!ncoo de Volenciol", en Arnpurios, VI, PÓO. 155.--E. Pió
BoiiHter· "Los Iberos en Ohvo: Descubrimiento en 1495 de uno nec:rópol•s'\ e.n ~nt'
Ano, 111. núms. 21-22, Olivo, mayo-junio de 1964, p6g. 6.--E Pió Ballester: "Uno
visi•o orqueofOgtco o Olivo", en Son1•Anu, IV, núm. 33, Olivo, moyo do 1965, pó9ino
16 -"Lo lobar del Servicio ... 1965", en prenso.
25.-cCoYa deis Santa» (Alcudia de Crespins)
Habiéndose comunicado a l S.I.P. la aparición de vasos cerám1cos rbéricos en una cueva próxima a la población de Alcudia de Cresplns y en
su térm1no municipal, se realizó una prospección por el Subdirector del
Servicio el dia 13 de d1ciembre de 1963 al lugar de los hallazgos. Con
anterlor~dad a esta noticia ya se poseian datos y materiales en el S.l P.
Es una pequeña concavidad, con escaso contenido de tierra, de cuyo
suelo, y entre los Intersticios de las rocas, se encontraban muy fragmen·
tados restos cerámicos, los cuales dieron perfiles de pequeños vasos caliciformes de tipo ibérico, platitos y otros vasos de escaso tamaño.
-295-
[page-n-361]
22
Se ha lla el yacimiento en .los acantilados de la margen derecha del
«Ríu deis Sants», una zona rica en restos ibéricos, teniendo enfrente,
al otro lado del río, un pequeño cerro en ej que también se encuentran,
lo cual hace pensar en la posibilidad de que la cueva sea un establecomiento anejo al pobladíllo, quizás dedicado a algun rito o dest·íno especia. (favíssa?), que de momento no podemos colegir. Por las caracterfs!
ticas de los materiales así como por el lugar en que se hallan, podría
relacionarse estrechamente con el establecimiento íbero-romano de la
«Cova de les Meravelles» de Gan.día y con. la «Coveta» de Domeño
BIBLIOGRAF IA: D. Fletch Servicio ... 1963", Volencio, 1966, !)Óg. 11.
26.-ccl.os Villares» (Caudete de las Fuentes)
Aprovechando el desplazamiento del que esto escribe a la finca «Casa Zapata» de que se hablará más ade lante, se realizó una visita al ya·
cimiento de c
El estado de la parte excavada en las tres campañas realizadas los
años 1956, 1957 y 1959, que había quedado al descubierto es malo, a
consecuencia de las lluvias y demás inclemencias del tiempo, habiéndose
perdido casi en su totalidad Jos muros de adobes, y conservándose bastante bien los de piedra, con algún que otro sillarejo caído o fuera de
lugar. También han sufrido depredación los taludes de los cortes estratigráficos que quedaron a l aire libre.
El resto del terreno, adquirido por la Diputación provincial pa ra el
Servicio y en vías de otorgarse la escritura de compraventa, se encuen·
tra en el mismo estado qu;¡ años atrás.
BIBLIOGRAFIA: E. Pió Bollester: "Actividad"' del Servido de Investigación Prehlsrórica 1956-1960", en Arch. de Preh. Levontlna, IX, Valencia, 1961, pógs, 21'1-2 19
-E. P.ló Ballest Crónico del VIl Congreso Nocional de Arqueologfo (Barcelooo, 1961 ), Zorogozo, 1962,
~ginos 233-239.-"Lo labor del Servicio ... 1965", eo prenoo.
27 .-Aibalat de la IUbera
En .la población de Albalat de la Ribera, al abrir las ranjas para el
alcantarillado, aparecieron algunos restos arqueológicos que fueron recogidos por el señor Sarrió, quien, a través de don Amadeo Llácer Castañer, Diputado provincial, lo puso en conocimiento del Servicio.
-296-
[page-n-362]
ACT1Vn>.\DES DBJ; S. 1- 1',
23
El dia 3 de marzo de 1961 se efectuó una visita de inspección por
los Sres. Fletcher, Tarradell y el autor de este articulo, quienes estudiaron
los cortes quedados en varias de las zanjas realizadas, asi como los mate riales recogidos por el Sr $arrió Gon~albo. El corte más claro estaba en
la calle de Peris Mencheta, y en él se pudo ver que por debajo de un .,,vel
de pavimentado actual, aparecía una capa de tierras revueltas con restos
medievales y modernos; a cosa de un metro más abajo, se veía un nivel
de arcilla con los restos arqueológicos, principalmente fragmentos ce·
rámicos ibéricos y romanos y posibles restos de edificaciones.
Los objetos estudiados en casa del señor Sarri6 fueron : una hacha
de piedra pulida; una moneda romana que no pudo leerse; varios ¡:;un·
zones de hueso, romanos; cerámica tosca hecha a torno, ibérica; cerámica ibérica con decoración geométrica y floral, campaniense de tipo 8,
y terra sigillata aretina, sudgálica e hispánica
Debió existir en el lugar, que presentaría una pequeña elevación co
mo aún hoy día puede observarse, un poblamoento ibérico del siglo 11 a
de C., que perduraría hasta bien entrada la romanización
818LIOGRAFIA: D. Fletchor Vallo: "Memoria do los octtvidocles de la Oelej)Oclón ...'',
en Not. Arq, Hi>l)6nlco, VI, 1962, Madrid, 1964, pógs. 381-382---E. M. Sarrió Gon
~albo: "Importante holloxgo arqueológico en Albolol de •lo Rl~ro. ¿Socronem descu ·
bierto?", en "Los Prov.nclot" _ Valencia, 30 de eMro do 1958 .- .. Lo tobor d~ Servf
clo... 1961H, Volenclo, 1965, póg. 23.
2 8.-«Aiteret do la VintiYuitenn
(Aibalat de la Ribera)
Se denomina «Al teret de la Vlntivultena» a una partida, en 1;:~ actu<1
lldad llana, existente junto a la población de Albalat de la Ribera, a l nor·
te de la misma y separada de ella por la carretera que conduce a Sueca
Por el topónimo hay que pensar que antiguamente fuera una pequeñ<~
elevación junto al Júcar, hoy enmascarada por el acondicionamiento d•
los terrenos para su cultivo de naranjos.
A fines del año 1957, al efectuarse en los actuales campos de na·
ranjos unas acequias de d~ena¡e, aparecieron unas grandes piedras, restos
de edificaciones, y buena cantidad de cerámica ibérica y romana, que fu e
recogida por e l señor Sarrí6 Gon<;albo y en parte depositada en el S.I.P
Aprovechando el desplazamiento a Albalat de la Ribera, del que se
ha hecho mención en el apartado anterior, los señores Tarradell, Flet
cher y el que esto escribe visitaron el cAitereb en el que, dado el cul
tivo a que está destinado, es casi imposible realozar cata alguna La su
perflcie del campo, en una extensión mínima de unas cuarenta áreas,
contiene abundantes fragmentos cerámicos, ibéri cos y romanos, con ca-
:a
29'7 -
[page-n-363]
B.
~LI\
BAU.SSTI!R
racteristicas semejantes a los que se encontraron en la población. Por la
proximidad de ambos hallazgos, hay que pen.s ar que los dos puntos debían formar una misma lcx:alrdad, pues los materiales que se recogen en
el «Aiteret» alcanzan en su parte sur las primeras casas del pueblo.
BIBLIOGRAFII\: V'ose lo mern:•onodo en el oportodo onterio•
29.-«Cntillo» (Sagunto)
Por el Director del Servicio y en diversas ocasiones se han realizado
prospecciones por el cerro del «Castillo» de Sagunto, recogiéndose srem·
pre muestras de cerámica rbérica y romana. Entre los fragmentos recogr·
dos los hay de campaniense B, de ibárica con decoración geométrica pintada, de la llamada gris ampuritana, y sigillata aretina sudgálica e hispánica, entre esta última un buen fragmento de una forma 37 tardía.
También se recogr6 un fondo con la marca OF MVRR, del taller de Mu·
rrus o Murus de La Graufesenque, que trabajó en el periodo de Claud10
Vespasiano, durante la segunda mitad del siglo 1 de nuestra Era
BIBLIOGRAFIA: O. Flelc:her Volls: "Servicio de lnvesrloocíón Prehistórica", en "Ge·
nerolilot", núm. 1, Volencio, 1962, ~ 90.-D. Fletcner Volls: "Actividodes de lo
D.Ceooción provincial ...", m Not. Arq. H1sp6nico, VI, 1962, Madrid, 1964, póg" ~S I." Lo labor del ServiCIO ... 1962", Valencia, 1966, póg. 15.~. Mortin de Cotllllo: "lo
ttrro
30. -«.Barranc del Uop» (Barcheta)
A unos tres kil6metrcs del pueblo de Barcheta, en la partida deno ·
minada «Barranc del Llop» o «Cases de Gilet», a escasos metros de la
carretera que conduce de Barcheta a Simat de Valldlgna, apareció a unos
75 cms. de profundidad, una !ápoda romana en la que se lee:
C. CORNELIVS
CF GAL
MVRRANVS
H.S. EST
El hallazgo se produjo a l rebajar el nivel del campo mediante tractor, y junto con la lápida se removieron unos pocos sillares y otra piedra también con inscripción, que, en la prospección que se realizó el día
4 de abril de 1962 por el doctor Tarradell y el autor, no se pudo ver ya
-298-
[page-n-364]
AC'I1V1DADU DI!L S. l. 1'.
Por los restos encontrados, así como por el aspecto general del luga r
y la carencia de otra clase de hallazgos, parece poderse deducor que las
lápidas y los sillares debieron formar un monumento funerario, destruí·
do desde tiempos antiguos.
BIBL.IOGRAFIA: D. Flelcher Valls: "Servicio de lnve•tígacfón Prehistórico", en 'Ge·
neralitot", núm. 1, Valencia, 1962, i>ÓO 89.-0. Fletcher Volls: "Actividades de lo
Deleoación provincial ...", en Nao Arq, Hlspónlca, VI, 1962, Madrid, 1964, pilc¡. 31:11."Lo labor del Servicio... 1962'1 , Volenclu, 1966, póg. 1S.
31.-uCa ñamar» (Turís)
Con ocasión de la visita que realizaran a «la Carencia• de Turis los
señores Tarradell y Fletcher, se visitó la partida de cEI Cañamar•, paraJe próximo a la carretera de Torrente, hacia el kilómetro 10, donde
según noticias aparecidas en varias publicacoones existía una lápida ro·
mana, encontrada el día 31 de agosto de 1900.
Se trata de un tosco cipo sepulcral, incomple to, muy carcomido por
la intemperie, y todavía se nalla en el ángulo SE. de la cerca de una
viña. Se lee lo siguien te:
CAES lA
HSE
Fue incluida por Sancnos Sivera en su repertorio bajo el número 414,
y no figura, dada la fecha de su hallazgo, en el vCorpus» de Hübne r
BIBLIOGRAFIA: C. Sonhou Carrorn. "Geografía G"""ral del Ro•no de Voknc.a
Ptev•nc•o de Volenc•o..,, tcwno 11,. Barcelona, s.f .., pág. 333 {pubhco uno fotogtofío) -J. Sonch•.s Srvero: "EpJgrofio ton"Klno-vcfenc.ano". en "La Diócesis Volenhno. EstudiOJ:
Históricos", Volencio, 1920, p6c¡ 160, núm. 414.--D. Fletc:her Valls: "Servoclo de In·
vesttooc•ón Prehl.l.1&ico"', en "Generolitol", núm. 1, Vof.enc•o. 1962, p6g 89.-0. Fletcher Va lis: "Actividades de lo Deleooc•ón ... ", •n Not. An¡. Hi'!>Ó"ico, VI, 1962, Ma·
drid, 1964, pilc¡. 380.-"Lo lobor del Servicio ... 1962", Volencio, 1966, i>ÓO 15.
32.-((Casa Zapata» (Villargordo del Cabriel)
El Dr. Tarradell comunicó al Servicio que don Alberto Gomlla, pro·
pietarlo de Ja finca «Casa Zapata» del término de Villargordo del Cabriel.
le nabia necho donación de una lápida romana encontrada en dicna fin·
ca y que él, a su vez, hada donación de la piedra al Museo del Servicio
Para recogerla se trasladó a la mencionada finca el Subdirector del
Servicio, que realizó una detenida exploración del lugar en que apare·
clera.
La inscripción se enco:"'tró nacoa T960 en unos campos dedicados al
cultivo de cereales, llanos, con ligeras ondulaciones o inclinaciones. En
el lugar en que el arado extrajo la lápida se ven, superficialmente, abun·
-299-
[page-n-365]
26
dantes fragmentos de cerámrca de distintos tipos, casi toda romana. Se
recogieron unos fragmentos de Ibérica o romana de tradición ibérica, otros
de pasta basta de tipo arcaizante, algunos de cerámica común con franjas rojas pintadas, un borde de cuenco de grandes dimensiones con asa
ondulada horizontal pegada al cuerpo, un fragmento de un vaso de forma 15/17 de sigillata marmorata, fragmentos de sigillata sudgálica, uno
con marca ilegible en el fondo, otros fragmentos de sigíllat11 hispánica
lisa y decorada, unos pocos de sigillata clara A decadente y un fragmen·
to de vaso vidriado verde, posiblemente romano.
La piedra, que será ampliamente estudiada por el Dr. Tarradell, es
prismática rectangular, con pivote infenor para ser encajada, con la cara en que lleva la inscripción alisada y las demás simplemente desbastadas. Mide i '40 m. de ;:ltura, 0'49 de ancho y 0'25 de grueso. En la
cara frontal se ha labrado una cartela superior semicircular limitada j)Or
doble moldura, la interior formando perlas u ovas, que no lleva inscripción, y ctra cartela rectangular inferior, también limitada por doble moldura, la interior igualmente con perlas u ovas, que lleva la dedicatoria
Las letras, muy borrosas, son de mal arte, y con carácter provision~ l. en
espera de que se realice una limpieza más apurada, creemos leer la siguiente inscripción :
IVNIAE L FIL
ANTIQVAE
P VALERIVS ANTI
QVOS MATRI PI
ISSVMA ANN
xxxx ...
No aparece en nrngún repertorio, por lo que permaneció enterrada
en el lugar de hallazgo desde la destrucción de la vill~ romana.
BIBUOGRAFIA: "Lo lobor clol Sorv~
33.- Vislta a Gandía
El Subdirector, acompañando al Delegado de Excavaciones Arqueológicas doctor Tarradell, realizó el día 11 de mayo de 1965 una det.anida
visita a Gandía, donde fue recibida la comisión por el colaborador del
Servicio en dicha localidad señor Camarena Mahiques.
Se visitó en primer lugar el Palacio Ducal, en cuya jardln cprimitrvo»
se conserva una escultura que ha sido considerada por algunos autores
como romana. Es medio cuerpo superior, sin brazos, de un gigante o atlante que debió estar en el ángulo de un edificio o en el quicio de una
-300-
[page-n-366]
AC'1"tVIDAD8S DEL $. l. P.
27
puerta. No es de época romana, stno muy posterior, quozá del stglo XVI
o XVII, y debió ser una de las piedtas que, según las crónicas locales,
se trajeron a Gandia desde e l Real, al destruirse el palacio que en t'Ste
lugar hobla.
Se estudió la lápida romana, conocida de antiguo (Hübner 3.605 y
5.972 y Sanchis Sivera núm. 78), que se conserva empotrada en el ves·
tlbulo del Ayuntamiento, en lugar muy alto, lo que impide que pueda
ser bien leida.
No pudo estudiarse la lápida que se conservaba por los días que se
•ealizó la visita en la calle de la Ltmera, junto al Palacio Ducal (Hübner
3 .601 y Sanchis Sivera 75), ya que estando empotrada en una pared habla sido recubierta por un3 capa de cemento. Con posterioridad a r:ues
tra visita ha sido retirada de donde estaba y guardada en el Ayunta moento.
BIBLIOGRAFI.A: R. Chobós Lloren$; "OroOC!n de Gondio. El onveTSO" , en "El .Archo
vo", 1, C>6os. 273, 281. 289, etc., Cenia, 1886-87 .-R. Chobós Llorens: " ¿Voc:onio Po•
Do~ Voconlo'", • ., "El .Archivo", 11 , Otnio, 1888, pág. 214.-R. Chob6s Llorens: "Lo
lns.cripción de Voconio. Correcciona o Oiogo'', en uel Archivo", 11, Dc:nio., 1887, pó·
o
gtno 68 y ss.--1'. Son.: "Lo lnscrltxi6n do Voconla . Defensa de>! Podre Doogo", en "El
.Arthivo", 11, Denio, 1888, póg. 2 1?. -C. Sorthou Correres: "Geograflo General del
Reino de Valencia. Provincia de Valencia " , toma 11, Barcelona, s.f., pógs. 397 y Wa .
J . Camarono Mahiques: "HI>torio del Distrito de Gondio", Gondio, 1965, pógs. 15- 1?
- "Lo lobor del Servicio... 1965", en prenso
34. -Vilita a Oliu
En la misma jornada en que se realizó la visita a Gandia reseñada en
el apartado anterior, se efectuó otra a Oliva, estudiándose las lápidas
romanas que en esta ciudad se conservan y realizando prospecciones en
diversos puntos de su término municipal, entre otros en «El Castellar»,
antes descritas (véase el número 24).
Se visitó en primer lugar ul'Eicall, partida de gran extensión en la
que se dice, desde tiempos de Gregorio Mayans y Sisear, que hubo una
población romana y en donde aparecieron, en la falda del monte del Al moixich, varias de las lápidas que diera a conocer aquel ilustre pollgrafo. La transformación de los campos, dedicados hoy al cultivo del naran Jo, ha cambiado de tal forma el aspecto del terreno que no se puede, en
una visita rápida como fue la realizada, deducir consecuencias histórtcas
También se realizó una visita a la parttda de San José, en donde
existen los restos de una antigua ermita a la puerta de la cual, formdndO
parte de un banquillo en una especie de pequeña lonja, existe una lá·
pida ya indicada como existente en ese lugar por Hübner (3.603) y
Sanchls Sivera (núm. 177).
-
301 -
[page-n-367]
28
La piedra se halla rota en el ángulo superior izquierdo, faltando la
primera letra (P) que aún pudieron leer Sanchis Sivera y Hübner.
Junto a la pared del edificio se ve un buen fragmento del fuste de
una columna. Como consecuencia de nuestra visita, el Ayuntamiento de
Oliva ha logrado que el propietario de la lápida la donara a la ciudad, y
quedará instalada, junto con las demás recogidas y de que se hablara,
en el edificio de la Corporación municipal.
En los loca les de ésta se pudieron estudiar y fotografiar las lápidas
que allí se han reunido y que estaban empotradas en los muros de la casa
de don Gregorio Mayans y Sisear. No se conservan má$ que tres de las
cuatro que en los repertorios se decía que guardaba Mayans, las números 3.609, 3.613 y 3.614 de Hübner (correspondientes a los números
113, 174 y 172 de Sanchis Sivera), no quedando noticias de la cuarta,
la número 3.6 12 de Hübner ( 175 de Sanchis Slvera).
La parte superior izquierda de la 3.609 está desgastada, faltando
unas letras: M. en la primera linea (M. AC ILIVS) y P I en la segunda
(PILIGNVS) .
Según las lecturas de los autores que la han reproducido con anterioridad, a la 3.6 13 le faltan algunas letras en su parte derecha : una F al
fina l de la primera linea, una S en la tercera y una O en la cuarta.
La ..,úm. 3.614 se conserva completa y la inscripción responde en
todo a las transcripciones hasta ahora publicadas.
En la fecha de nuestra visita a Oliva existían dos lápidas más, no incluidas en e) C. I.L. por haber sido halladas con posterioridad a su publicación. Una, también procedente de la partida de San José, encontrada
en 1905 por el aficionado señor Gui llermottl y conservada por él.
La otra, inédita, se halla empotrada en e.l patio de la Academia de San
José de la Montaña, y fue encontrada hace unos años por un alumno,
en la partida de «L'E ica», donde servía de compuerta a un cajero de acequia, estando por dicha causa borradas las letras de su lado derecho.
Se pudo leer bastante mal por falta de luz, y tampoco pudo ser fotografiada con buen resultado. Esperamos poder estudiarla mejor en otra
ocasión, ya que es pieza inédita, anticlpando que parece leerse:
P.C.LST..
TYCHE...
P.POLY . ..
VCILA ....
ONOR....
A. LX . .. .
Con posterioridad a nuestra visita se nos ha comunicado el hallazgo
de un gran cipo con larga Inscripción que no hemos podido descifrar por
-302-
[page-n-368]
ACTlVIDADES DBL S, ¡, P.
29
la floja 011idad de la fotografía que se nos ha remitido. Trataremos de
este hallazgo en mejor ocas1ón, cuando podamos haber estudiado de visu
la pieza
BIBLIOGRAFIA: J. Soncnis Sovoro: 'Lo Otócesos Valentino, Estudios nlstóru:os", por.
te 11, "Epogrofio romatiO•volenciana", Valencia, 1920, p(Jgs. 92-95.-J. Bloy Navarro:
"Documentos y dotas poro lo Hootoo iO ~ lo Coud
35.-«Ereta dets Moros» (Aidaya )
Al realizar trabajos de transformación agrícola mediante tractor en
esta partida del término de Aldaya, se efectuó una prospección comprobándose la casi total destrucción de una importante villa romana así como
el residuo de una necrópolis, también romana, de pequeiia extensión
Por las cerámicas recogidas puede datarse la villa hacia el siglo 111 de
nuestra Era
BIBLIOGRAFIA: D. 1\letcner Volls: ''Servicio do Investigación Prenlstóroco". en ''Go·
nerollto1", número 1, Volendo, 1962, póg. 89.-D. Fletcnor Volls: "AcllvldadH de lo
Delegocoón provincial...", en Not. Arq, Hispánico, VI, 1962, Madrod, 1~. 1)ág. ~7'J.
"Lo labor del Servoc10.. 1962~. Volencoo_ 1966, póg. 14.
36.-«Masía de Castillo» (Chirivella)
El Subdirector del Servicio, con el Delegado de Zona de Ex01vacio·
nes, visitó esta finOJ, situada en plena huerta, y en la que había noticia
de haberse encontrado cerámica romana.
Se pudo ver, a ambos lados de las diversas puertas que tiene el ac·
tual edificio, fustes de columnas recortados en c1llndros de 25 a 30 centlmetros de altura y que hacen las veces de poyos o guarda01ntones. De·
lante de la OJSa, al otro lado del 01mino de entrada y en el borde de
unas huertas, junto a un espacio que debió utilizarse como era, hay tres
basas de columna, dos de ellas exentas y una de ángulo. Las exentas toe·
nen un diámetro de 45 cms., aproximadamente.
En los campos de los alrededores, muy transformados por el cultivo,
no se vieron restos arqueológicos, pero en un 01ballón de unas tablas
dedi01das a huerta, hay restos de tegulae, fragmentos de hormigón y se
recogió medio pondus troncopiramidal plano, roto por el orificio d e ~us
pensión
En un camino próximo a la fin01 se ven tamblér1 restos de horm1gón
como formando parte de una antigua conducción de aguas, que en mu·
chas OOJsiones van paralelos a una acequia actual. Aun cuando no se dis·
-303-
[page-n-369]
30
E. !'LA BAL1ZSTI!ll
tinguen bien las características de la vieja conducción, podría tratarse
de un acueducto romano según parece por la clase de hormigón empleado.
BIBLIOGRAFIA: "lo labor dol Servicio... 1965", en prenso.
37 .- alas Marorras» (Higueruelas)
Habiendo tenido noticias del hallazgo de unos restos romanos en
término de Higueruelas, se desplazó e l Subdirector, con el Delegado de
Zona de Excavaciones, a dicho término municipal, estudiándose en la
partida de «las Mazorras» unos restos de construccione; de época roma na muy destrozados por el a rado y el tractor, al parecer superficial·
mente.
Se recogieron rombos de pavomentación, trozos de do!ium, fragrr.entos de tegu lae e imbrlces y algún fragmento de terra sigi llata hispánica.
También habfa dos grandes piedras con molduras, posibles restos de cornisas de un edificio.
BIBLIOGRAFIA: "lo l<>bor del Servido... 1964", en prenso.- V. Llotos Burgos: "Corto orqueol6glco de Vlllor dDI Arzobispo y su comorco", en Arch.
38.-«Piesas de la Madera» (Bugarral
En una serie de campos denominados ~
una conducción de aguas, aparecieron varias ánforas romanas, dos casi
completas y dos o tres muy fragmentadas. Las dos ánforas más enteras
fueron recogidas por don Daniel Martínez, de la Junta de Riegos de la
Hoya, entidad que construía la a cequia, y se conservan en su domicilio.
Los fragmentos de las restantes, abandonadas junto al lugar de hallazgo, fueron recogidas por la comisión del Servicio que se desplazó al ya cimiento el dfa 14 de Junio de 1965, y han sido reconstruidas y restauradas en el Laboratorio del S.I.P. Todas las ánforas son de las formas 1
y 3 de Dressel, aunque con características que pueden hacerla,s a lgo posteriores a la época republicana.
Los campos inmediatos al lugar en que se produjeron los hallazgos
están materialmente cubiertos de fragmentos de cerámica,: restos de tegulae, de dolia, sigillata de diversos t ipos, fragmentos de vasos de paredes finas, de otros de paredes arenosas, etc. Entre los fragmentos de sigillata se destacan algunos pequeños trozos de vasos aretinos y un fondo
de plato con la marca «in planta pedis» del alfarero EVHOD IS.
BIBLIOGRAflA: "lo labor del Servicio... 1965", en pt'ens
[page-n-370]
ACTtVID.o\DilS OEL S. 1. P
39.-Visita a Bugarra
Con motivo del desplazamiento del Subdirector del Servicio a la partida de fas «Piezas de la Madera» del término de Bugarra, que na quedado resefiado en el apartado anterior, se pud1eron recoger distintas noticias de carácter arqueológico referentes a dlcno término, estudiándose
algunos objetos aparecidos en diversos parajes.
En una finca denom1nada o:Torralba», prepiedad de don Luis Mul e t
Frutos, aparecen sillarejos largos, restos de dolium y media piedra ac.:t1va
de molino, con orificio lateral para engastar un mango. Debe tratarse de
los restos de una villa rústica.
En la «Vereda de Castilla», del «Monte de la Pinada», encontró tam·
bién el señor Mulet, conservándolo en su poder, un bronce de Dorrucia
no, del año 81, en buen estado: a) Cabeza del emperador imberbe lau reada, a la derecna, y leyenda IMP. CAES. OIVI. VESP. F. DOMITIAN
AVG. PM., y r) Minerva de pie a la derecha, con escudo, égida y lanza
SC a sus lados y )a leyenda TRP COS VIl - DES VI 11 PP.
En la partida de «Mezqui ta», algo a lejada del pueblo, junto a la ca
rretera de Casinos, aparecen ladrillos romboidales que, en algunos pun·
tos, aún forman grandes trozos de pavimento, indudablemente de época
romana.
En la calle de En Medio y empotrada en la fachada de la casa del
mencionado señor Mulet, se ve la cuarta parte inferior derecha de una
lápida sepulcral, de letras muy borrosas, en las que con dificultad se lee
... .... . . DIAMI
. ... .. INAE
.. . ...S.FILIAE
... XXX
......CRESCNS
Estuvo hasta 1958 en la esquma del edificio que servía de cárcel y
que era un viejo caserón perteneciente a los señores del pueblo. Es iné·
dita.
También se nos comunicó la existencia de otra lápida, cubierta con
cemento, por lo que no se pudo ver, en el muro frontero de la casa número 1 1 de Ja calle de Calvo Sotelo, esquina con Ja de San Francisco.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servicio .•• 1965", en prenoa.
40.-uCabe~olet»
(Sag unto)
En la partida de «Montiben>, al NE de Sagunto, a unos 100 metros
al NO del camino de Barcelona -por donde debió pasar la vieja vía Au·
gusta-, hay un cerro separado del macizo montañoso por una cañsdita
-305-
39
[page-n-371]
32
E. I'LA BALLESIER
en el que se encuentran con abundancia restos arqueológicos de diversas
épocas. En la ladera SE. se veían hace algunos años muros, restos de
pavimento de hormigón, piedras de molino, cerámica, teselas de mosaicos, etc. En la cima, casi oval, con su eje mayor de SO. a NE., también
se ven restos de muros y se puede recoger cerámica romana, terra sigillata, Ibérica corriente, ibérica basta con piedrecillas para la reducción en
la masa, campaniense, pondus, etc.
En la finca del señor Conde de Trénor, hace algunos años, el Director señor Fletcher estudió unos restos de inscripcione~ romanas, fragmentos de dolía, de terra sigillata, vidrios, y unas monedas de Antonino
Pío y Gordiano, pertenecientes a la villa que existia al pie del cerro.
En el mes de marzo de 1962 el señor Cueco Adrián comunicó al S. I.P.
que en la finca <
restos de pintura roja. Fueron estudiados estos vestigios de necrópolis
por el Director del Servicio, señor Fletcher.
De este yacimiento procede también )a cabeza de Hermes Báquico
que se conserva en el Museo Arqueológico de Sagunto.
BIBLIOGRAFIA: E. Pió Ballester: "Actividad~ del Servicio de Investigación Prehistórica ( 19'16-1955)", en Arch. de Preh. Levantino, VI, Valencia, 1951, pág. 213. E. Ptó 8allester ~ ,. Arqueologío del partido de Sogunto11 , én "Gen~r.olltat", núm. 3 , Vo ..
lcnclo, 1963, IJÓg. 39.-"Lo labor del ~rvlclo ... 1962", Valencia, 1966, pág. 13. N. P. Gómez Serrana: "Secci6 d'AntrO;>Oiogla 1 Prehistoria. Resum deis treballs cie lo
Secció duront l'ony 1930", en Anole• del Centro de Culturo Valenciano, IV. Vol•ncio,
1931, págs. 73 y 129.-S. Brú Vldol: "Notos de Arqueologio ~ntino", en Ar
"Servic1o de lnvestlgoc16n Prehistórico", en "Geperolítot". núm. 1, Volendo, 1962,
pógíno 89.-0. Fletchor Volls: "Actlvidc
42.-«Raseaña» (Puebla d e Vallbona)
Junto a la carretera de Valencia a Ademuz, en el kilómetro 20, hectómetro 9, existen una serie de campos que forman la partida de «Rascaña», en los que se encuentra en abundancia cerámica romana, principalmente a unos 300 metros al norte del punto indicado. Realiz.ada
una prospección por el Ayudante señor Montañana, recogió varios fragmentos de un vaso de forma 29 de sigillata hispánica, otros fragmentos
de diversos vasos también hispánicos, bordes de vasijas de cerámica comun, un pondus y un ladrillo romboidal. Aun se veían algunas paredes
de las antiguas construcciones, en vias de destruccíón por las tareas de
transformación de los secanos en tierras de regadío. Al parecer se trataba de los restos de una villa romana rustica.
-306-
[page-n-372]
AcrtVmADES om. s. s. r.
33
Se repitió visi ta al lugAr el día 14 de junio de 1965, por e l subdirec
ror del S.I.P., estudiando y tomando los datos necesanos de una especre
de pila de piedra existente también junto a la carretera de Ademuz, pero
en su parte sur. Es de forma troncocónica, de basalto, con pilón central
de otra clase de piedra. Parece ser algo como parte de un molrno o lagar. Es difícil su atrrbucr6n, tanto respecto al uso que pudo tener corno
referente a su cronología, pero por su aspecto y su proximidad a los restos de la anteci tada villa romana, bien podrla formar parte de alguna
dependencia de ésta.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del !•rvlcío.•. 1965", en
prenso.
43.-uHuerta de Arriba» (Buñol)
Visitados los restos de una necrópolis romana muy tardía el año 1962
por el Director del Servicio señor Fletcher, fue de nuevo estudiad<~ el
día 8 de octubre de 1964 por el autor de estas lineas, con motivo dt! ha·
berse encontrado en el mismo lugar un silo.
Ocupa la necrópolis una serie de campos, en la actualidad ya solares,
al norte de la población de Buñol, lugar llamado «Huerta de Arriba» en
la partrda de «El Pr<~do». Los enterramientos están en fosas rectangula·
res, poco hondas, excavadas en el suelo margoso. Se limpió una de ellas,
en parte ya destruida, que contenía un esqueleto, y del cribado de líe·
rras que se hizo se recogieron unos pequeños fragmentos de cerámica
tardo-romana. Por la superficie del terreno y en los taludes de algunos
campos no rebajados todavía, se ven huellas de numerosas sepulturas.
El silo que fue causa de nuestra prospección está también excavado
en el suelo margoso, es d'! planta ci rcular y de forma semiesférica, con
la entrada por la parte su¡::erlor, situada algo excéntrica con relación a la
base Estaba en parte relleno por las tierras cardas y por los escombros
de unas construcciones que se están realizando en lugar inmediato. El
piso es de tierra, y realizada una cata no dio resultado alguno. Sus dimensiones son bastante superiores a las normales en estos tipos de silo:
7'50 m. de diámetro en el fondo, 5'50 de altura máxima y 1'60 de an·
chura en la e11trada Por la falta de materiales no puede ser clasificado
cronológ icamente, pero por haberse destruido una tumba al construir la
entrada, es de suponer que sea de fecha posterior a la necrópolis, es de·
cir, de época medieval.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servicio... 1962", Volenc:oo, 1966, póg. 14 - "Lo
lobor de1 Serv1C10H. 1964n. en prenso.-D. Fleteher Volls: 40'Se.rvic.io de lrwestlg.xhn
Ptehistóncou~ en "Gtnerollto1u, 1, Vo\encio, 1962, póg. 69.-0. Fletchtor Volls: "Actl·
•ldodes d! lo Delegaelón ptovinc:lol ... ", en No1. Arq. Ho$1)6noco, VI, 1962, Madrid, 1964,
pógono 380.
-307-
[page-n-373]
44.-«Les Llomen (Bocairento)
Estando de visita arqueológica en Boca irente el Subdirector del Servicio con el Delegado de Zona de Excavaciones, tuvieron noticia de que
unos días antes, en una finca próxima a la localidad, había el tractor
puesto al descubaerto una especie de cueva.
Trasladada la comisión al lugar, sito en la f1nca de «Les Llames»,
propiedad de Jos herederos del que fue Presidente de la Diputación de
Valencia, Excmo. Sr. don Francisco Cerdá Reig, pudieron estudiar los
restos de una cripta abovedada, con pilastra central de secca6n rectangular, excavada en el suelo arenoso pero consistente. La pilastra se dejó
exenta al excavarse la cámara, que presenta en sus paredes laterales unas
especies de hornacinas; en uno de los ángulos de la cripta se abre una
galeria que, con un trazado en zig-zag, no totalmente explorado dada
su estrechez, se extiende en dirección norte aproximadamente, presen·
tando en su primer recodo una especie de chimenea que sale a la super·
ficie y que estaba tapada mediante una losa.
No !e encontró material arqueológico alguno en la construcción sub·
te rránea. Pero en las tierras revuel tas del campo, donde habla estado
as
trabajando el tractor los d1 anteriores a nuestra visita, se encontraron
unos pequeños fragmentos de cerámica tardo-romana, al parecer sin rela·
ción alguna con la cripta.
Por el aspecto y características se trata de una de las ya abundantes
construcciones subterráneas de fecha Indeterminada que se encuentran
en nuestra región, muy semejante a las ya exploradas de Sollana, Navarrés, Benegida y otros lugares, de las que el S.I.P. está preparando un
estudio
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del
45.-«Cov~
Servoclo... 1965", en prenso.
de l• Monja»
(Boe<~ irente)
Habiendo llegado noticias al ServiCio del descubrimoento de una cue·
va en término de Bocairente, y que estaba siendo objeto de espol io, se
efectuó una visita a dicha localidad, por el Subdirector del S.I.P. y el Delegado de Zona de Excavaciones Arqueológicas, el dia 6 de octubre de
1965. El Ayuntamiento de la localidad, a instancias del Concejal señor
Uinares Galbis, habla puesto una reja en la entrada de la cueva para
preservarla d e depredaciones.
La «Cova de la Monja» es una amplia cueva de estrecha entrada actual, descubierta poco antes de la visita de la comisión prospectora, que
consta de un vestíbulo de planta irregular, una cámara a la derecna de
-308 -
[page-n-374]
ACITVU>Ailll$ DEL S. J, V,
35
la entrada y una sima ancha y bastante profunda al fondo izquierda. L
la que primitivamente tendría la gruta. El suelo del vestíbulo se inc.lina
hacia el fondo, donde se hunde formando una especie de sima, con una
inclinación muy pronunciada. L
rincones que conservaban un poco de tierra se hallaron varios tiestos.
No parece que quede estrato arqueológico y la tierra que se conserva en
el vestíbulo debe ser de aportaciones aluviales penetradas por la boca,
deduciéndose lo mismo respecto a los depósitos existentes en la sima.
Los materiales que fueron encontrados, consistían en buen número
de vasijas y fragmentos de vasos medievales, moriscos al parecer, entre
los que se veían platos, ánforas, jarros, lucernas, etc. También salió un
ungüentario de marfil, Indudablemente musulmán.
La clase de vasijas aparecidas y e) fugar en que fueron encontradas
nos hacen pensar en la posibilidad de que fa cueva fuera util izada por
los moriscos en épocas de persecución, cuando, ofícialmente bautizados,
continuaban reuniéndose en lugares ocultos para realizar los ritos de su
re ligión.
BIBLIOGRAFIA. "lo labor del Servicio... 1965", en prenso.
46.- «La Glorieta» (Siete Aguas)
A consecuencia de las ll uvias del invierno de 1964-65, se derrumbó
un muro de contención de «la Glorieta», parque público municipa l de
Siete Aguas, dejando a l descubierto la entrada de unos pozos que, ante
la posibilidad de que fueran de interés arqueológico, fueron estudiados
por e.l Subdirector del Servicio.
Eran tres silos excavados en el suelo cal izo, de forma semiestérica
con entrada circular superior, dos de ellos comunicados entre sí. La entrada de uno de los silos estaba protegida mediante una especie de pórtico pequeño construido con gruesas piedras ma.l desbastadas.
No se encontró material a lguno que pudiera proporcionar datos cronológicos suficientes para clasificar los silos.
BIBI.IOGRAFIA: 1'lo labor del Servlc.;o... 1965", en prenso.
47.-«Tos Pelat» (Bétera)
A) rebajar unos campos de la partida de <
309-
[page-n-375]
36
E. PUl BALLES:rER
ramacas que fueron recogidas y depositadas en el Servicio. Trasladados
al lugar del hallazgo, comprobamos que se trataba de una sima o grieta
del terreno cuyo relleno superficial conservaba los fragmentos de cerá mica recogidos, únicos aparecidos, y que son de époc.:a medieval.
BIBLIOGRAFIA: "Lo labor del Servido•.. 1965", en prenso.
11
MUSEO Y LABORATORIO
a)
Personal
En el año 1961 era Director del Servicio de Investigación Prehistórica don Domingo Fletcher Valls, Subdirector don Enrique Plá Ballester.
y Colaboradores: en Valencia, don José Alcácer Grau, doña María Angeles Val! Ojeda y doña María del Carmen Sentandreu Gimeno; en Alcoy,
don Fernando Ponsell Cortés y don Vicente Pascual Pérez; en Gandía,
don José Camarena Mahiques y don Vicente Gurrea Crespo; en ReaJ de
Gandía, don José Abargues Settler; en Villar del Arzobispo, don Vicente
Llatas Burgos; en Pego, don Carmelo Giner Bolufer; en Villena, don José María Soler García, y en Cul lera, don Alfredo His Catalá. Agregado,
en comisión de servicio, continuaba siendo don Santiago Brú Vidal.
Era Director Honorario, el doctor don Luis Pericot Garcia, Catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona
El puesto de Capataz-Reconstructor lo ocupaba don Rafael Fambuena
Lucia y e.l de Ayudante don José María Montaña G¡~rcía.
El día 20 de abril de 1965 falleció el que fue Reconstructor y Capataz del Servicio, don Salvador Espí Marti, tan lntimamente ligado a este Centro desde su fundación . Fue Espí persona que, por sus dotes de
honradez y bondad, su total entrega al Servicio y su extraordinaria capacidad de trabajo, competencia y eficacia, en todas cuantas tareas se le
encomendaron a través de los muchos años que ejerció su cargo, merece
ej imperecedero recuerdo de todos los que tuvimos la suerte de ser sus
.:ompañeros de trabajo. En el entierro de Salvador Espi, que tuvo lugar en
Ayelo de Malferit, a donde se retiró a raíz de su jubilación prematura
por falta de salud, estuvo representado el S.I.P. por su Subdirector, el
actual Capataz-reconstructor y el Ayudante de Capataz. Descanse en paz
el entrañable Salvador.
A propuesta del Director del Servicio, el Consejo Pleno de la Institución «Alfonso el Magnánimo» de la Diputación, en sesión del 13 de
marzo de 1961, nombró miembro honorario de esta Institución al Hono-310 -
[page-n-376]
ACTIVIDADES DBL S. l. P.
37
rabie señor don Rubén A. Vela, como tnbuto de homenaje y reconoci miento por la Importancia de su donación de objetos prehistóricos procedentes de América realizada al Museo de Prehistoria (2). El día 18 de
agosto siguiente, se hizo entrega al señor Vela por la Diputación de la
Medalla de Plata de la Provincia, que le fue 1mpuesta por el Excmo Sr
Presidente de la Corporación.
El día 29 de noviembre de 1961 le fue concedida al Director don
Domingo Fletcher Va lis, el Premio Cerdá Reíg 1961, por su labor investigadora durante los anteriores cuatro años Este premio era la primera
vez que se concedía, por haber sido creado por la Delegación en Valencia del C.S.I.C. al fallecimiento del que fue Presidente de la Diputación
señor Cerdá Reig. El dla 15 de noviembre de 1962, y en el acto de inauguración de Curso de la Institución «Alfonso el Magnánimo», le fue hecha la entrega oficial del premio al señor Fletcher, quien en breves palabras expuso los trabajos que había realizado y que fueron objeto del
galardón.
b)
Museo
La instalación del Museo nunca puede darse por definitiva, ya que
continuamente nuevos ingresos de materiales o reconstrucciones de los
que antes !e tenían obligan a realizar cambios y acoples en las salas de
exposición
Este continuo transformarse ha venido a ser más intenso en los tres
últimos años comprendidos en la presente Memoria, ya que para la habilitación de determinadas oficinas en los pisos superiores del Pai.:JCIO de
la Bailía y para 1i1 restauración de todo el edificio, se han estado realizando obras de albañilerla y decoración continuamente, desde finales de
1962. Aun cuando el objetivo primordial de estas obras era la puesta en
condiciones de los pisos superiores del edificio, cuya planta principal
ocupa el Museo y parte del Servicio, en algunas ocasiones afectaron directamente a las 1nstalaciones de éste, unas veces por tener que ded1car
espacios que ocupaban los almacenes del S.I.P. a otras dependencia.; de
la Diputación, otras por haber de trasladar los accesos a los pisos altos
y otras como consecuencia de obras en todo el edificio.
(2) E. PLA BALLESTER: "Activícbdes del Suvicio de Im·estip:ión Prch1>t6tia
1956-1960", en A. P. L., tx. Valcnci>, 1961, ~ 238-239.
"Cadlogo de Lo Colccci6n Velo (Prehiuoria Americana)", Gonttíbuci6n del S. l. P. al
~"CXVI Congreso lntetnlcioaal de Americanistu. Valcucia, 1964.
-
311 -
[page-n-377]
38
Por ello, y siendo intención de la Dirección del S.I.P. que el
Museo, en todo o en parte, fuera siempre visitable, han menudeado los
cambios de vitrinas, han variado los cri te ríos de exposrción con frecuen
cía y se han realizado instalaciones de manera distinta a como antes estaban. Podemos dec~r que el esfuerzo ha sido efectivo, y que el Museo
no ha estado cerrado al público ni un solo día.
También hubo que cambiar de lugar despachos y la Biblioteca, dedi·
cando mayor espacio a salas de exposición y a almacén, para compensar
el perdido con motivo de las obras.
A finales de 1965 el Museo constaba de ocho salas con un total de
88 vitrinas, exponiéndose materiales que cubren toda la Prehistona re·
gional, desde el Paleolítico hasta la Romanización, asi como otros pro·
cedentes de yacimientos extranjeros o de diversos lugares peninsulares
y los de Prehistoria americana formados por la Colección Vefa.
e)
lngretol
El aumento de las colecciones que el Museo posee viene efectuándo
se continuamente a consecuencia de las excavaciones y prospecciones
que el Servicio realiza. A ellas hay que unir las numerosas donaciones
y depósitos que los aficionados hacen de los materiales encontrados casualmente en sus visitas a los yacimientos. Entre los ingresos más lm·
portantes que durante los años 1961 a 1965 se han realizado reseñamos
los siguientes:
En 1961, don Vicente Pascual Pérez hizo entrega, en depósito, de
una serie de materiales mustenenses de la «Cova del Salb, de Alcoy,
que comprende toda una secuencia estratigráfica del yacimiento.
El Director señor Fletcher hizo entrega de un lote de objetos ame·
ricanos que don Rubén A. Vela le había regalado algún tiempo antes. Se
incorporaron a la Colección Vela.
El Padre Tena, S. J., tambié11 dejó, en depósito, una colección de
objetos prehistóricos procedentes de Sierra d'En Garcerán.
En 1962, el Rvdo. Cura Párroco de Benidorm, don Luis Duart, ::lepo
sító en varías ocasiones materiales arqueológicos por 4!1 recogidos en di versos puntos de aquel término municipal. Una serie está compuesta por
ricas cerámicas ibéricas con decoración pintada floral y con escenas hu·
manas, cerámica campaniense y romana, procedentes de «El Tossal de
la Cala». Y de diversos puntos son otros materiales, entre ellos fragmen·
tos de ánforas y cerámica ibérica y romana.
Don Alberto Debeaux, Director del Colegio Francés en Valencia, re·
galó al Museo un plato-mortero de cerámica ibérica, con piedrecillas In·
-312-
[page-n-378]
,\C'rt\'lo.w.cs om.. s. t. r.
39
crustadas en el fondo, encontrado superficialmente en el o:Castillejo de
los Baños>l de Fortuna (Murcia).
Y don Fernando Ponsell Cortés, Colaborador del S.I.P., hizo entrega
de cuatro cráneos humanos de la «Cova de la Sarsa>> de Bocairente, que
conservaba en su poder desde hace algunos años.
En 1963, la familia del fallecido don Andrés Monzó Nogués, que en
"ida tanto colaboró con el Servicio, al que había regalado una gran colección de materiales arqueológicos, entregó el resto de la misma, con
cerámicas ibéricas y moriscas del término de Carlet.
Don Francisco Romeu también regaló un lote de cerámicas ibéricas
decoradas, procedentes del Cerro de la Cantera de El Puig.
El día 9 de diciembre de 1963 los submarinistas don Ramón Chichell
Trilles, don lgnario Cuartero Fernández, don Joaquln Garda Navajas y
don Francisco Garcia García, depositaron en el Museo una escultura en
bronce que habían extraído el día anterior del mar, en la costa de Pine·
do. Se hallaba a unos diez metros de profundidad y carece de pierna de·
recha, rota de antiguo. La escultura, que mide 1'45 m. de altura, repre•
senta a Apolo sentado, y es, aj parecer, de tiempos de César o Augusto,
derivado de un prototipo praxlteliano. Iniciado expediente, ha sido adquirida por la Dirección General de Bellas Artes para el Museo de Prehistoria de la Excma. Diputación de Valencia con la colaboración económica
de ésta (3).
En 1964, don Jesús Alonso Sentandreu regaló al Museo un plato
ibérico procedente del «Tos Pelat», de Moneada.
En 1965, don Vicente Soler Pastor y esposa hicieron entrega al Museo, que las guarda en depósito, de un millar de monedas de las llamadas «menuts del ramellet», aparecldas en una finca propiedad de los
donantes, en término de Játiva. Según don Pío Beltrán Villagrasa, son
acuñación de Alfonso el Magnánimo.
Don Enrique Pastor Alberola, de Castellón de Rugat, investigador de
la historia de su pueblo, ha venido haciendo entrega en diversas ocasio-
(3) O. FLETCHBR VALLS: "El Apol<> de Pincdo", en "Gencralitat", núm. 4/ 5.
Valencia, 1964, pá!l'- 71-72.
P. GARCIA GARCIA: "Un A polo pescado en el Meditcrrine<>. HnUazgo uqucolósico
de extrootdinario valor en Og:utlS de Valoncia", en "Gnceta llustndo", nUm. 380. Barcelona, 18 de mero de 1964, págs. 12-14.
P. M.• GARIN Y ORTIZ Dl> TARANCO: "Lu obns y los d!as. Un lmllugo en
el mar'', en Archiv<> de Ano Vall:nciano, XXXV. Valencia, 1964, pág. 63.
M. TARRADt!LL MATEU: "Valencia", en Not. Arq. Hispánico, Vll, 1963. Madrid,
1964, pág. 263, lñms. LXVI a L>..'VIII.
A. GARCIA Y BELLIDO: "Estatua de bronce descubitru en la Playa de Pinedo~,
m este volumen de Arcb. de Puh. LeVlUllina.
-31340
[page-n-379]
E, PLA BAllllSTER
nes de objetos arqueológicos aparecidos en su término municipal : una
azuela de piedra pulida del «Pianet», una moneda ibérica de Celse encontrada en una casa del pueblo, fragmento de hacha de piedra pulida
del « Tabaquer», una lucerna romana, cerámica ibérica y romana, etcé·
tera, de diversos puntos de la localidad.
EJ Colaborador del Servicio don Vicente Llatas Burgos, que reitera
las donaciones de objetos encontrados en la comarca de Villar del Ar7.obispo, entregó varias vasijas romanas, aparecidas en término de Dome·
ño, al explanar la carretera que conducirá a Chelva, junto al puente que
se está construyendo sobre el río Tuéjar.
Don José Aparicio, Maestro Nacional de Anna, gran prospector de la
comarca meridional de la Canal de Navarrés, asi como de la Sierra de
Enguera, y que en diversas ocasiones ha hecho entrega al S. I.P. de ma·
teriales arqueológicos de tales zonas, depositó dos cuencos cerámicos, de
la Edad del Bronce, encontrados en «El Castillarejo» de Enguera.
Don Jaime de Scals Aracil, profesor del Instituto Laboral de Algemesi, entregó un vaso campaniforme fragmentado, encontrado casualmente
por los jóvenes don Antonio Salvador Calzada Girbés y don Jaime Gonzalo Fernández Montenegro en una sima sin nombre a la que denomi·
nan «Cova de les Aranyes», situada en la «Serra de les Agulles», en terrenos de la pedanía de la Barraca de Aigüesvives del término de Alcira.
Días después, e.l propio señor Calzada Girbés entregó unos fragmentos de
otros dos vasos campaniformes encontrado. junto con el que se depositó
s
con anterioridad.
Don Enrique Rosa Revira, de Benifayó, también ha venido r<>alizando
continuas donaciones de materiales procedentes de sus excursiones por
el Marquesado de Uombay. La mayor parte son ebjetos (cerámica y sílex) de la Edad del Bronce, de los poblados del «Barranc de Camal los»,
«Barranc deis Calderers>>, ccBarranc de la Font del Baladre» y del «Camí
de la Rambla de Monreal», en término de Catadau; del de la «Font d'AI maguer», de la ccMallá superior» y ja c
Consecuencia de un intercambio de materiales con el Colegio de Jos
PP. Reparadores de Salamanca, realizado a través de los PP. Belda y Rodrigo, ingresó en el Museo un lote muy interesante de cerámicas y
cuarcitas procedentes del «Cerro del Berrueco», del ce Cerro del Berruequillo», del ((Castro de Carpio Bernardo», de «Carpihuelo» y de las terrazas del río Gargavete.
Don José María Bés, de Valencia, hizo donación de un ánfora púnica, encontrada en Villajoyosa, fragmentada e incompleta, que ha sido
reconstruida y restaurada en el Laboratorio del S.I.P.
-
3H -
[page-n-380]
ACTlVtDADl!S Dl!L S. J,
r.
41
Un grupo de jóvenes de Alcira, aficionados al excursionismo, formado por las señoritas doña Amparo Castany, doña Ana Maria Olivares, doña Amparo Parts, doña Mercedes Boluda, doña Josefina España y doña
Juana Ruiz, y los señores don Manuel Vicente Soler, don Antonio Martínez., don José Antonio Pérez, don Enrique Montalvá, don Pedro J. Huerta, don Norberto Blasco y don Casto Martinez, hicieron entrega al Museo
de dos cazuelas, un cuenco y dos vasos, decorados con técnica campaniforme, una punta de flecha romboidal alargada y un cuchillo de sílex y
una pieza de las llamadas cbrazaletes de arquero», de piedra, por ellos
encontrados al realizar una exploración en una galería profunda de la
aCova deis Gats» de la Barraca de Aigüesvives, en término de Alcira, de
la que hemos hablado antes (véase prospección número 13).
De este mismo yacimiento, su descubridor don Julio Escandell Fogués, hizo donación de un cuenc.:> cerámico hecho a mano, buen número
de fragmentos de vasos en su mayoría romanos y medi'!vales, y un cráneo
humano.
Habiendo regalado el señor don Alberto Gomila al doctor Tarradell
Mateu una lápida romana aparecida en la finca de aquél denominada
«Casa Zapata» en término de Villargordo del Cabriel, éste hizo entrega
de ella al Museo. Nos hemos referido ya a esta donación en el apartado
de prospecciones (véase antes, número 32)
Por último, el señor Soler Camarena, uno de los donantes de los vasos campaniformes de la «Cava deis Gats•, hizo otra donación al Museo
de una serie de materiales ibéricos y romanos encontrados en la «Cova
deis Francesos" de Aigüesvives, término de Alcira.
d)
Vlslt11
Contonúan siendo numerosisimas las visitas que anualmente se realizan al Museo, tanto de arqueólogos y prehlstoriadores nacionales y extranjeros, como de personas ajenas a nuestra especialidad y de grupos
de alumnos de distintos centros docentes. Durante lo~ años que reseña·
mos no ha habido variación en el ritmo de visitantes a pesar de la pro·
visionalidad que, durante muchos meses, han tenido las onstalaciones. A
todos se les atendió personalmente por los miembro> del Servicio. La
enumeración es innecesaria y sólo serviría para alargar considerab1emente
este articulo. Digamos sólo que han pasado los alumnos de las Univer·
sidades de Zaragoza, Madrid, Barcelona, Valencia, Freiburg y Koln, con
sus profesores doctores Beltrán, García Bellido, Mariner Bigorra, Rodrí·
guez Adrados, Pericot, Tarradell, Sangmeister, Triessen y Schwabedis..cen.
-
315-
[page-n-381]
42
Damos a continuación un resumen de las
1\.iio
Individuales
1961
1962
1963
1964
1965
1961-65
e)
1.745
2.285
2.214
2.797
6.107
15.148
visitas~
Colectivas:
Número
28
=
42
32
20
23
=
=
=
=
145
=
Toral
857
1.181
1. 152
940
2.602
3.466
3.366
3.401
7.047
4.734
19 .882
604
laboratorio
Los continuos traslados de las vitrinas de unas salas a otras, asl como
la adaptación de los materiales de unos almacenes a los nuevos, el cambio
efectuado en los despachos y la nueva instalación de la biblioteca, han
restado horas a l trabajo de esta sección del Servicio durante los cinco
años que comprende el presente trabajo.
En lo posible, se ha seguido ,la limpieza, reconstrucción y restaura
ción de materiales, tanto de viejas excavaciones como de las que se han
efectuado en los últimos años. En especial se ha dedicado mucho tiempo
a la reconstrucción de los materiales de «la Ereta» de Villafranca del
Cid, de «la Solivella» de Alcalá de Chivert, de «Los Villares» de Caudete de las Fuentes, etc.
El dibujo y trazado de perfiles de los materiales de «la Bastida de
les Alcuses» con vistas a su publicación ha sido tambiéo1 objeto de atención.
Y se han mantenido al día los ficheros de yacimientos, de fotografías,
de tacos de grabado, etc.
Al finalizar el año 1965 existían 4.425 tacos de grabado, es decir,
821 más que el dia primero de enero de 1961; 5.020 negativos fotográ·
ficos, con un incremento respecto a ja misma fecha de l.O12, y 207
diapositivas en color, serie ésta comenzada en 1962.
-318-
[page-n-382]
ACI'IVIDAllllS DEL S. L
r.
111
BIBLIOTECA
El resumen de ingresos en la Biblioteca durante los años que se com·
prenden en este artículo es el siguiente:
Año
Compra
1961
1962
1963
1964
1965
57
38
51
111
1961-65
In=bio
591
591
Nacionales
l!xttmjc.roe
Volúmene$
648
629
225
423
JO
569
126
208
218
234
315
421
439
446
481
680
196
327
3.143
1.260
2.210
3.470
666
717
Los libros extranjeros ingresados durante el período comprendido en·
tre los años 1961 a 1965, ambos inclusive, se distribuyen según su pro·
cedencia como se Indica en el cuadro de la página siguiente.
los libros recib1dos a Intercambio que no tratan de temas propios de
nuestra especialidad o relacionada íntimamente con ella, se rem1ten a
otras b1bliotecas de la Corporación Durante estos año~. se han remitido
a la del Instituto de Estudios Históricos de la InstituciÓn «Alfonso el
Magnánimo», 7 volúmenes, y a la Biblioteca Central de la Diputación, 47
volúmenes, o sea un total de 54 volúmenes.
Se ha proseguido durante estos años el vaciado de revistas, que na·
turalmente va avanzando, aun cuando dada la gran cantidad que conti·
nuamente ingresan, las atrasadas y que no fueron vaciadas en su día, lo
van siendo conforme las disponibilidades de tiempo lo permiten.
La encuadernación de libros ha llevado en este pe1 iodo que relata~
mos un ritmo aún menor que en años anteriores, dadas las limitaciones
económicas. Solamente se han podido encuadernar durante estos cinco
años 104 volúmenes.
-
317-
[page-n-383]
1961
Noción
FronctO
Alemonto
U.S.A.
ltofoa
Gra n Bro1oño ••
.. ..
... ...
..
.. ... ...
Checooslovoqula.. •..
Polonia ..
.. ..
Austr-ia.
.. ..
. ... ...
Suecia . .
.. ...
.
861giCO.
Por1~1
Sul ~o
..
Rumonla.
Yugocstav1o.
Sud-A frica.
l~raal ... ..
M6•ico ..
...
... ...
.. ...
..
Turqula.
R<>P. Argentina•. ..
Argolla ..
.. ..
Marruecos ..
.. .
Ira k ..
...
Siria
. . ..
Dinamarca
...
Holol'!do. .. . ...
Perú
M6naco ..
Roclesoo del Narre ..
Rtp, Dominicano
Hungrio .. . .
..
Austrolio
... ..
. .. ...
. .. ..
.. .... ...
..
8o11vio . . . ...
Senegol •.
... ...
U.R.S.S
... ...
1ndo
o
.. ...
Ve:nnuelo .
Cuba
Grecia .
Irlanda
Ubano.
Chipre
1
•• •
•• 1
•••• o
Canod6.
Congo
Jop6n ..
Jordonoa.
Túne~
To1oles •
.....
... ...
• •
1962
1963
196-1
1965
To..t
110
46
58
44
18
20
15
18
15
12
1
2
92
H
55
40
23
14
29
11
6
4
4
8
6
1
6
3
8
121
48
40
'\9
25
26
20
13
126
68
61
40
113
36
46
59
26
21
23
14
2
13
17
11
14
3
5 68
272
2 60
232
114
109
103
3
7
1
4
3
25
6
7
5
6
5
23
4
1
5
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39
38
36
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5
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1
2
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1
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22
22
1
1
1
1
1
1
1
1
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423
421
439
-318 -
446
481
2.210
[page-n-384]
ACt;VlDADES DEl. S. L P.
4S
IV
PUBLICACIONES
a)
Publicaciones del S.I.P.
El Servicio ha editado durante los años 1961 a 1965, los siguientes
volúmenes:
En el año 1961 se publicó el tomo IX de «Archivo de Prehistoria Levantina» y un Catálogo de Publicaciones del S.I.P.
Este comprendla una relación detallada de los ocho primeros volúmenes de «Archivo de Prehistoria Levantina», la ficha de veintidós Trabajos Varios, la de 19 Memorias de las Actividades anuales del Servrcio
y la de cuatro publicaciones fuera de serie.
El. tomo IX de «Archivo de Prehistoria Levantina> aparecido en el
>.
mes de agosto de 1961, contiene los siguientes trabajos: «El abate Breuil
y la Prehistoria valenciana», por S. Brú Vida!; «El Paleolítico inferior de
Amér,lca del Sur», por D. E. lbarra Grasso; «Descubrimientos arqueológicos en El Palmar (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia)». por R. A. Vel¡¡;
rrRestos humanos eneollticos procedentes de los dólmenes de Gorafe
(Granada)», por M. García Sánchez; rrla Ereta del Pedregal (Navarrés,
Valencia)>>, por D. Fletcher Valls; <
Valencia)», por J. Menéndez Amor y F. Florschütz; «El Altico de la
Hoya (Navarrés, Valencia)», por J. Alcácer Grau; «El horno romano de
Olocau», por D. Fletcher Valls y J. Alcácer Grau; «Mosaicos romanos de
Sagunto», por M. A. Vall de Plá; «Hallazgos arqueológicos en el cauce
de.l rio Turla (Val.encia)», por M. C. Sentandreu Girneno; «Actividades
del Servicio de Investigación Prehistórica ( 1956- 1960)», por E. Plá, y
«La Cova de les Ratetes (Corbera de Alcira, Valencia)», por J. Donat
Zopo y F. Gaseó Martlnez. Los índices de autores, materias y lugares cierran el volumen, que consta de 286 páginas, 43 láminas y 85 figuras intercaladas en el texto.
En 1962 se editó el número 23 de la Serie de Trabajos Varios del
S.l.P., «El Plomo Escrito de la Bastida de les Alcuses (Mogente) (Addenda et Corrigenda)», por don Pío Beltrán Villagrasa, segunda edición aumentada y corregida del volumen 16 de esta Serie. Consta de 48 páginas,
2 láminas, 2 figuras intercaladas en el texto y un cuadro con los alfabetos ibéricos.
El año 1963 vieron .la Juz dos publicaciones: «la labor del Servicio
de Investigación Prehistórica y su Museo en e) pasado año 1958» (62
-
319 -
[page-n-385]
46
páginas) y el volumen X de «Archivo de Prehistoria Levantina», que
contiene los siguientes artfculos: «las culturas neol íticas de Jericó», por
V. ViJar Hueso; «Sur les statues-menhlrs d1,1 Languedoc-Rouergue», por
J. Arnal y C. Hugues; «Hallazgos prehistóricos en Les Llometes (Alcoy)»,
por V. Pascuaj Pérez; «Ensayo de identificación de las necrópolis del
Bronce valenciano», por M. Tarradell Mateu; «El poblado argárico del
cerro del Culantrillo en Gorafe (Granada)», por M. García Sánchez; <
Murcia)», por E. Cuadrado Díaz, «Estudio sobre las áreas lingüísticas
pre-romanas de la peninsula ibérica», por J. Untermann; «Consideraciones sobre la fundación de Valencia», por D. Fletcher Valls; «Datos para
el estudio del circo romano de Sagunto», por S. Brú Vidal, y «la Cova
del Cavall de Liria (Valencia)», por J. Donat Zopo y F. Gaseó Martínez.
los fndices de personas, materias y lugares completan el volumen, que
consta de 288 páginas, 36 láminas y 64 figuras en el texto, con 16 ma·
pas y cuadros estadfsticos.
En 1964 aparecieron los siguientes libros: «la labor de l Servicio de
Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1959» (54 páginas) y «Catálogo de la Colección Vela (Prehistoria Americana)», que
se editó a expensas de la Corporación y de la Comisión organizadora del
XXXVI Congreso Internacional de Americanistas, reseñándose los mate•
riales de dicha colección, con más de novecientas piezas, que se conser·
va en el Museo del Servicio. Consta de 40 páginas y 88 láminas. Con
esta publicación contribuyó destacadamente el S. I.P. al mayor éxito de
dicho Congreso.
Y, por último, en 1965, se publicaron los siguientes volúmenes: q[.a
labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado
c;ño» 1960 (76 páginas) y 1961 (28 páginas), y los números 24, 31 y 3i
de la Serie de Trabajos Varios del S.I.P.
El número 24 de ]a Serie de Trabajos Varios es el primer volumen
de «la Bastida de les Alcuses (Mogente-Valencia)>>, del que son autores
los señores D. Fletcher Valls, E. Plá Ballester y J. Alcácer Grau. Junto
con el ya publicado «Problemas de )a Cultura Ibérica», de D. Fletcher
(Trabajo Vario número 22, Valencia, 1960) y los volúmenes en prepá·
ración sobre este yacimiento, constituye el trabai.o por el que se les con·
cedió a Jos autores el «Premio Martorell>l de 1957, del Ayuntamiento
de Barcelona. Para que en la Serie de Trabajos Varios. donde han de ir
apareciendo los diversos volúmenes de esta monografí<~, sigan éstos un
orden correlativo, se han reservado los números 25 a 30, por lo que el
siguiente trabajo que se ha publicado lleva eJ número 31.
El volumen 1 de «la Bastida de les Alcuses» a que nos referimos,
contiene el inventario de los objetos aparecidos en los departamentos 1
-
320 - ·
[page-n-386]
4?
ACllVIDADES DBL S. l. l'.
a SO, en número de 1.08S, de los que se reproducen 944 Consta de 2S6
páginas, con 128 figuras intercaladas en el texto
El número 31 de la misma serie es el tomo IV del «Repertorio de
Bibliografía Arqueológica Valencoana», y son sus recopiladores D. Fletcher Valls, E. Plá Ballester y S. Brú Vida!. Contiene quinientas tichas
bibliográficas (las números 2.001 a 2.500), y consta de 1S9 páginas.
Por último, ya finall:tando el año, apareció ej Trabajo Vario número
32, «La Necrópolis de la Solivella (Alcalá de Chivert)», por D. Fletcher
Valls. Consta de 60 págonas, SO láminas, 22 figuras intercaladas en el
texto y un gran cuadro estadístico.
En resumen, la tarea de publicación del S.I.P. durante los cinco é!ños
que reseñamos alcanza los siguientes resu ltados:
Volúmenes
Páginas ...
Láminas ..
Figuras en el texto .. . .. .
Mapas y Cuadros resúmenes
b)
12
1.364
347
173
18
Public:uiones ajenas al S.I.P.
Damos noticia en este apartado de los trabajos publicados por el personal de l Servicio en libros, revistas y periódicos no editados por el mismo
Don Domingo Fletcher Valls, ha publicado:
uEI Museo de Prehistoria de la Excma Diputación de Valencia», en
«Ecos de España», Oporto, 1 de enero de 1961.
«Un vaso de boca cuadrada en la provoncoa de Valencia., en Crónica
«Una coleccoón arqueológica de excepciona l interés donada a l Mu~eo de Prehistoria de Valencia», en «Valencia Atracción», núm. 317.
Valencia, 1961 .
e El problema de la Tyros ibérica y la Valentía romana», en e Dos mil
cien años de Valencia», Publicaciones del Ateneo Meocantil de Valencia, Valencia, 1962, págs. 43-S8.
«Toneles cerámicos neolitocos», en Crónica del VIl Congreso Nacional de Arqueología (Barcelona, 1961 ), Zaragoza, 1962, págs. 148-151.
«La necrópolis ibérica de la Solivella (Alcalá de Chivert, Castellón
de la Plana)», en Crónica del VIl Congreso Nacional de Arqueología
(Barcelona, 1961 ), Zaragoza, 1962, págs. 261-264.
-
321 -
[page-n-387]
,
«Algunas consideraciones sobre el nombre TyriS», en cla c•udad romana de Valencia Estudios varios», Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, número 1, Valencia, 1962, págs. 53-59.
«Algunas consideraciones sobre el nombre Tyris», en uSaitabh>, XII,
Valencia, 1962, págs. 53·59.
«Servocio de lnvest•gac•ón Prehistórica», en «Generalitat», número
1, Valencia, diciembre de 1962., págs. 86-90.
uValencia en los textos clásicos», en «Levante», Valencia, 2.9 de abril
de 1962.
«Paralelismo de dos hechos heroicos», en Pragrama de Fiestas. Sagunto, 1962..
«Servicio de Investigación Prehistórica», en cGeneralitat», número
2., Valencia, marzo de 1963, págs. 99-1 Ol.
«Excavaciones en las fortificaciones del Montgó cerca de Denia (Alicante)», en colaboración con J. Oliver y H. Schubart, publicación número 13 de la serie «Excavaciones Arqueológicas en España» de la Dirección General de Bellas Artes, Madrid, 1963.
«Breve historia de las obras de restauración del teatro romano (de
Sagunto)», en «Generalitat», número 3, Va lencia, 1963, págs. 5 1-'57«Nuevos datos sobre las relaciones neolíticas entre las costas españolas y del Mediterráneo oriental», en «A Pedro Bosch Gimpera en el
septuagésimo aniversario de su nacimiento», México, 1963, páginas
167-172.
ula Bastida de Les Alcuses», en «Ferias y Fiestas en honor del Santísimo Cristo del Monte Ca lvario y las Sagradas Reliquias. Mogente. Del
25 de agosto al 1! de septiembre. 1963». Mogente, 1963.
«Los hemos cerámicos romanos y su tipología en España., en cActas
del Segundo Congreso Español de Estudios Clásicos» (Madrid, 1961),
Madrid, 1964, págs. 669-672.
•
1961 , págs. 71 -72.
«Tipología de los hornos cerámicos romanos de España», en cArse»,
año VIII, núm. 7, Sagunto, 1964, págs. 6-9.
«Acueductos romanos en el término de Ribarroja del Turia (Valen·
cía)», en «Notas sobre la antigúedad de la agricultura y el regadlo en
tierras valencianas. 1 Congreso Nacional de Comunidades de Regantes»,
Valencia, 1964, págs. 93-102.
clas urnas de orejeras perforadas», en Crónica del VIII Congreso
Nacional de Arqueología (Sevilla-Málaga, 1963), Zaragoza, 1964, páginas 305-3 19.
«Bibliografía arqueológica de Lucentum», en colaboración con E. Piá
Ballester, en ulucentum latinorum10, Publicación VI de la Comisión de
-322 -
[page-n-388]
ACTlYTOAD:SS llal. $. t.
l'.
49
Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, Alícante, 1964, páginas 79-96.
«Actividades de la Delegación provincial de Excavaciones Arqueológicas de Valencia en el primer semestre del año 1962», en Noticmrio
Arqueológico Hispánico, VI, 1962, Madrid, 1964, págs 379-381.
"Memoria de las actividldes de la Delegación prov1ncial de ExcavaCIOnes Arqueológicas de Valencia en colaboración con el Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputadón durante el año 1962»,
en Noticiario Arqueológico Hispánico, VI, 1962, Madrid, 1964, páginas 381-385.
«Actividades del Servicio de Investigación Prehistórica en 1963», en
«Generalitah>, núm. 7, Valencia, septiembre de 1964, págs. 43-47.
«Sobre fa Valentía lusitana», en «El Miliario Extravagante», número
9, París, 1965, págs. 189-199.
~El Museo de Prehistoria», en Boletín de Información Municipal, año
XII, 4.• trimestre de 1964, número 44, segunda etapa número 25, Valencia, 1965, págs. 40-49.
«la Ereta del Pedregal (Navarrés- Valencia)», en colaboración con
E. Plá Ballester y E. Llobregat Conesa, número 42 de la serie «Excavaciones Arqueológicas en España» de la Dirección General de Bellas Artes,
Madrid, 1965.
C
<
Hispánico, VIl, Madrid, 1965. (En colaboración con los señores Castell
y Brú).
Por su parte, el autor de este artículo ha publicado los siguientes
trabajos en ediciones ajenas al S. l. P.:
«Los Villares», en «Casa-Hogar de Utiel y su comarca. Boletín de
Información», año 111, núm. 25, Valencia, diciembre de 1961.
«Nota preliminar sobre Los Villares (Caudete de las Fuentes-Valencia)>> en Crónica del VI l Congreso Nacional de Arqueología (Barcelona,
,
1961), Zaragoza, 1962, págs. 233-239.
<
bi», XII, Valencia, 1962, págs. 61-88.
-
323 -
[page-n-389]
so
1!. PUl BAUESTOII
~tLos
primeros datos para la Historia de Oliva», en «Sant'Ana», año
11, núm. 11 -12, Oliva, julio-agosto, 1963.
«Arqueología del partido de Sagunto», en <
«Los primeros pobladores de Oliva», en «Sant'Ana» . año 111, número
18, OJiva, febrero de 1964, pág. 7.
«Los iberos en Oliva. Descubrimiento en 1495 de una necrópolis»,
en «Sant'Ana11, año 111, núms. 21-22, Oliva, mayo-junio de 1964, pág. 6.
«Los llamados brazaletes de arquero y el Eneolítko valenciano». en
Crón ica del VIII Congreso Nacional de Arqueología {Sevilla - Málaga,
1963), Zaragoza, 1964, págs. 216-225.
«El arado Ibérico de Covalta», en «Notas sobre la antigüedad de la
agricultura y el regadío en tierras valencianas. 1 Congreso Nacional de
Comunidades de Regantes», Valencia, 1964, págs. 79-92.
«Bibliografía arqueológica de Lucentum», en colaboración con D.
Fletcher Va lis, en « Lucentum Latinorum», Publicación VI de la Comí·
sión de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, Alicante, 1964,
páginas 79-96.
«la Ereta del Pedregal (Navarrés- Valencia)», en colaboración con
D. Fletcher Valls y E. Llobregat Conesa, número 42 de «Excavaciones
Arqueológicas en España» de la Dirección General de Bellas Artes, Madrid, 1965.
«U11a visita arqueológica a Oliva», en «5ant 1Ana», año IV, número
33, Olíva, mayo de 1%5, pág. 16
«El Abate BreUJI y Valencia», en «Miscelánea en Homenaje al Abate Breulh>, 11, Barcelona, 1965, págs. 281-286.
Doña María del Carmen Sentandreu Gimeno, ha publicado:
«Un vaso de terra sigillata hispánica procedente de Ampurias en el
Museo del S.I.P. de Valencia», en Crónica del VIl Congreso Nacional de
Arqueología (Barcelona, 1961), Zaragoza, 1962, págs. 381-384.
Y don Santiago Brú Vida!, los siguientes trabajos:
«Breve noticia del Circo romano de Sagunto», en Crónica del VIl
Congreso Nacional de Arqueología (Barcelona, 1961), Zaragoza, 1962,
páginas 375-380.
«Les terres valencianes durant !'época romana», número 3 de la Serie Taronja de «L'Esteil>, Valencia, 1963.
«La huella de Roma en Sagunto», en «Generalítat~, número 3, Valencia, 1963, págs. 44-48.
«Cavanílles y la Arqueología valenciana», en <
en Sagunto: El llamado Templo de Diana», en «Sagunto», IV, núm. 47,
Sagunto, 1963;
[page-n-390]
ACTIVIDADES DBL S. L P.
SI
Provincias», Valencia, 22 de enero de 1964; «El circo romano de Sa·
gunto», en «SALTUV. Información», 11, núm. 11, Valencia, 1965; «Escultura romana hallada en Sagunto», en «Jornada», Valencia, 14 de ju·
lio de 1965, y numerosos articules más en la prensa de Valencia y Sagunto en los que más o menos marginalmente se trata de asuntos ar·
queológicos.
V
OTRAS ACTIVIDADES
~)
Actos y conferencias
En los locales del Museo de Prehistoria, el Hono~able señor Cónsul
de la República Argentina, don Rubén A. Vela, pronunció el día 22 de
junto de 1961 una conferencia, cuyo tema cla existencia de un Paleolítico inferior en América» venia a ilustrar parte de los materiales de la
colección que el año antenor había regalado al Servicio.
También en estos mismos locales, el Rvdo. Sr. don Vicente Caslell,
Director del Museo Catedralicio, habló el día 8 de novtembre de 1961
sobre «las excavaciones de San Pedro en Roma».
El Director, señor Fletcher Valls, en el ciclo organizado por el Ate·
neo Mercantil con motivo del XXI centenario de la fundación de Valencia, dio una conferencia bajo el tema «El problema de la Tyris ibé:tea y
la Valentía romana». Y en el ciclo organizado por la Casa de la Cultura
de Akoy, otra sobre cla cultura ibérica». También expuso, en breve resumen verbal, el contenido de sus trabajos por los que se le concedió el
uPremio Cerdá Reig», en la solemne sesión de inauguración del Cwso
de la Institución «Alfonso el Magnánimo» para los años 1962-63
El autor de estas lineas pronunció las sigUientes conferencias el día
16 de enero de 1962, en la Agrupación Cultural de Oliva sobre «la Pre·
historia y Oliva»; el 11 de mayo del mismo año y en los locales de la
Casa de la Cultura de Alcoy, sobre «Los primeros hombres prehistóricos
y sus culturaS»¡ y el día 11 de marzo de 1965, en el Ciclo de Conferen ·
cías sobre Temas Valencianos, organizado por el Ateneo Mercantil, habló de «lo que pueden darnos las excavaciones arqueológicas»
El señor Brú, pronunció las siguientes conferencias. el 13 de febrero
de 196 1, en el Ateneo Mercantil, sobre «la arqueología valenciana en
la década 1950- 1960»; el 1O de junio del mismo año, en el Consulado
de la Lonja y para los Cronistas Locales, habló sobre «Antigüedades de
Saguntum y Valentía según un dietario del siglo XVI», el 11 de noviem·
-3.25-
[page-n-391]
S1
bre de ese mismo año, en el Salón de Actos del Centro Cultural de Educación y Descanso de Alcudia de Carlet, sobre el tema «Consideracione~
en torno a la cultura ibérican; el 1.• de junio de 1962, en la Casa de la
Cultura de Alcoy, sobre «Romanización de las tierras lbéric:.ls»; el dia
14 de junio siguiente y en el ciclo organizado por Lo Rat Penat con mo·
tivo del XXI centenario de la fundación de la ciudad de Valencia, habló
ele «les terres valencianes des de !'arribada deis romans a Sertori»; el 6
de de febrero de 1963, en el Centro Excursionista de Valencia, sobre «Cavanilles y la Arqueologla valenciana», y el 8 de marzo del mismo año, en
el Colegio de Nuestra Señora de Begoña del Puerto de Sagunto, sobre
cSagunto a través dt monumentos y documentos».
b)
Charlas e informacioncJ
Son frecuentes las charlas que se dan, unas veces en los locales del
Museo, otras en Colegios Mayores o Academ1as, sobre los fondos del
Museo o sobre las diversas excavaciones realizadas por e l Servicio. También en .las emisoras de radio de la ciudad, u otras de la Cadena REM
de diversas poblaciones de la provincia, suelen darse notas, informaciones y charlas sobre los mismos temas. El Director señor Fletcher, en va rias ocasiones ha grabado interviús para alguna de estas emisoras. La
enumeración aquí de este tipo de información sería superfluo y alargaría excesivamente el presente articulo.
e)
Congresos y cursOJ
En el mes de septiembre de 1961 el Director, el Subdirector y las
Colaboradoras doña Maria Angeles Vall de Plá y doña Maria del Carmen
Sentandreu Gimeno asistieron a las sesiones del VIl Congreso Nacional
de Arqueología, celebrado en Barcelona, en el que presentaron las siguientes comunicaciones: «Toneles cerámicos neolitiCOM> y uLa necrópa·
lis de la Solivella (Alcalá de Chivert, Castellón)» el señor Fletcher Valls;
«Nota preliminar sobre Los Villares (Caudete de las Fuentes, Valenc1a)>1
el Subdirector, y «Un vaso de terra sigillata hispánica procedente de Ampurias en el Museo del S.I.P.», la señorita Sentandreu. También se leyó
la comunicación del señor Brú Vidal, que no pudo asistir, uEI circo romano de Sagunto». El alumno de la Facultad de Filosofla y Letr.1s de
Valencia, don Enrique Llobregat Conesa, presentó una comunicación titulada «Una paleta de piedra de la Cueva de la Pastora, Alcoy, del Mu~eo de Prehistoria de Valencia», preparada en el ServiCIO y tratando, como se ve, de un objeto del Museo.
-326-
[page-n-392]
M. TJVWADIIS DEl. S. 1. P.
;
S3
Durante los días 20 a 25 de octubre, el señor Fletcher y el autor de
este articulo asistieron al VIII Congreso Nacional de Arqueologla, que
tullo lugar en Sevilla y Má laga, presentando las comunocaciones siguoen·
tes: «Urnas de orejeta Ibéricas» el primero y «Los llamados brazaletes
de arquero y el Eneolitico valenciano» el segundo. En las sesiones de.l
Comité de los Congresos Arqueológicos Nacionales, celebradas con mo·
tivo de este Congreso, fue ratificado don Domongo Fletcher Valls como
miembro del Comité, y e l Subdirector del Servicio fue nombrado Delegado de )os Congresos para Valencia.
Durante los dias 17 a 23 de octubre de 1965, el Subdirector tomó
parte en las tareas del IX Congreso Nacional de Arqueología, celebrado
en Vatladolld, Palencia y Santander. Presentó la comunicación «Algunos
datos par
En e l verano de 1961 el autor de estas _líneas dio una serie de leccio·
nes sobre prehistoria en Jos Cursos del Maestrazgo, celebrados en Morella.
Se colaboró con e l XXXVI Congreso Internacional de Americanistas,
celebrado en Barcelona, Madrid y Sevilla los días 31 de agosto a 9 de
septiembre de 1964, editando e_l catálogo de la Colección Vela, de que
se ha hablado en el apartado correspondiente.
Por último, los dias 27 a 31 de octubre de 1965 se asistió a las tareas de la 11 Asamblea Nacional de Instituciones Culturales Provinciales,
celebrada en Valencia, y de cuyo comité organizador formó parte el Di·
rector señor Fletcher
d)
Colaboración c:on otras instihlciones
Debemos consignar en primer lugar la colaboración prestada a las
Cátedras de Antropología y Prehistoria y de Arqueología, Numismática y
Epigrafía de la Facultad de Filosofía y Letras, y a la de Geología de la
Facultad de Ciencias, de la Universidad de Valencia, proporcionando bibliografía y poniendo a d isposición de sus alumnos la Biblioteca del S. I.P.
para la realización de trabajos de curso, tesinas y tesis doctorales.
También hemos de anotar la atención prestada a fos alumnos de ,las
Universidades de otras provincias en sus viajes de estudio a Valencia, a
los que se les explicó el Museo y se les acompañó a diversos puntos de
interés arqueológico de la provincia.
Por último, Ja asistencia a nuestras excavaciones de alumnos del Seminario de Antropologfa Americana de la Universidad de Sevilla, de jos
que se ha hablado antes.
-
32'7-
[page-n-393]
Con la correspondiente autorización de la Diputación, se han prestado en depósito materiales arqueológicos del Servicio a los siguientes
centros: Museo deJ Colegio de Nuestra Señora del Buen Suceso de Lecaroz (Navarra); Hispaníc Society of America, de New York, Ayunta miento de Mogente; Museo deJ Ejército, Madrid; Instituto Central de
Restauración y Reconstrucción, Madrid, y Colegio León Dehon de Salamanca.
Se prestaron objetos del Museo para ser exhibidos en las siguientes
exposiciones: Exposición del Mar, de Pontevedra; Exposición de Hisloria
de Gandia, en el Instituto Laboral de dicha ciudad; Exposición monográ·
fica celebrada con motivo de las reuniones de las Sociedades Anatómicas
Hispano-Luso-Americanas, en Valencia; exposición realizada con mot1v0
del 1 Congreso Nacional de Comunidades de Regantes, en Valencia, y
exposición sobre regadlo celebrada en Madrid, en la Feria Internacional
del Campo.
Se ha colaborado en tareas de excavaciones con las sigu1entes instituciones: en «la Moleta deis Frares» de Forcall con el Centro de Estudios
del Maestrazgo; en «la Benimaquía» de Denia, con e) Instituto Arqueológico Alemán; en la cd lla deis Porros» de Mallorca, con la Fundación
Bryant; en cEI Fossaret» de Valencia con el Cabildo de la Santa Iglesia
Catedral; en «la Punta de !'Arenal• con la Delegación de Zona del Ser·
vicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas, y en la necrópolis de «la
Solivella» de Alcalá de Chivert, con la Excma. Diputación de Caslellón
de la Plana.
También, como ha quedado consign<:do, se colaboró con el Comité
organizador del XXXI Congreso Internacional de Americanistas y con el
de la 1 Asamblea Nacional de Instituciones Culturales Provinciales.
Por último, y para terminar, debemos dejar mención de la estrecha
colaboración que se tiene establecida entre el Servicio de Investigación
Prehistórica, la Delegación de Zona del Servicio Nacional de Excavaciones Arqueológicas y el Laboratorio de Arqueología de la Un1versídad,
cuyos traba¡os, conjunta y separadamente, se realizan en una pedecta
conexión que está dando resultados muy satisfactorios.
Esta ha sido la actividad, interna y externa, del Servicio de Investigación Prehistórica de la Excma. Diputación provincial de Valencia, du·
rante )os cinco años comprendidos entre 1961 y 1965.
-328-
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INDICE DE MATERIAS
Abrigos rupe$tre.s: 2&4 y 286.
Acueductos: 203-Zl4, 228, 303 y 304.
Acequias: Véase •Resadlo».
Ado~ : 290 y 296.
Adorno, objetos de: 48, 82, 83, Bli, 86, 130, 133-136, 138-141. 146 y 148.
Afeites: 86.
Agrlcul~urn: 50, 53-'13 y 203-214.
Agujas de cobre: 84; ~ de hueso: 77, 83 y 86; -de hueso de cabeza acanalada: 83
y 86; - de oro de eabe~~a discoidal: 84.
Agujeros de laÜJido: 94 y 95: -en tapaderas de lll'l13; 108. 108, 1ll, 120, 122 y 123.
AJedre~ado, tema decorntlvo: e-l y 86.
AJunrea: 76 y 89: - funerarios: 87, 100.103, 106, ll1, ll4, 127, 129- 133, 139, 141, 146148, 189. 100, 184 y 200.
Alabardas de sllex: 83.
Alabastro, objetos de: 83.
Altareros: 103, 124, 139, 166, 298. 300 y 304.
Alisadores: 85.
Alpinoíde, tipo humano : 15.
AlplnC>odlnarolde; 15 y 26: - Sl'imnldolde: 17: - medlterr!\neo: 15. 18, lH-24, 26, 28,
29, :U-33 y 40,
Aluviones cuaternarios: 206.
Ambar, objetos de: 83.
Amonltes : 233.
Ampurltru>a, cerámica : Véase: cCerim1ca».
Anatollo, tipo hwnatlo: 30.
Ancl11$ romanas: 157-181, 183, 1?1 y 172.
Antoraa átlcas: U6, 121 y 152; - etrusca.o¡: 104 y 105; - olearias: 163 y 168: - protogeométrlcaa: 117; - púnleáB: 116 y 314; - rodlas: 166; - roi11B1188: 157, 159,
183·169, 171, 198, 199, 201, 202, 221, 222, 224, 226, 227, 283, 304 y 312; - vlna·
rlas: 183.
An!Uoo de bronce : 135, 136, 141).142, 148 y 280; - de cobre: 88: - d e hierro: 147; - de
hueso: 48; - de oro: 94.
Antu: 84.
Antropologfa: 11-43.
Aqu!tano, tipo humano: 15, 2~. 21 y •o: - medlterrineo, tipo humano: 1~. 17, 23, 25,
26 y 40.
Arados: 103 y 281.
Arandelas de bronce: 130 y 135.
Arcalsmo: 86, 9Z, U3. IL7 y 139.
Arcilla: 76, 83, 1«. 205, 210, 221, 231, 258, 284 y 291.
Aretlna, cemmlca : Véase rCerámlcat.
Argl!.rlcn, cultura: 89 y 90.
Arl.slenae: ?8,
-
329-
[page-n-395]
Armaa de hierro: ~. 133, 141, 142, t~. 147, l96, 242 1 28G-282
Arqueotogfa submarina: 1155-169, 171 y 313.
Arqult.ectura : 87 '1 152; - romana: 177-198 '1 285.
Arte rupestre levantino: 284•
.Arudlenae: 78.
Ar'lbaUol: 104 y 109.
ASaS de vas!Ju: 84. 103, tOó. 10'1, tu, 112, us. ue, 121, 123, 224, 227 y 300.
Aalrla, cerimlca: VWe cCenímteu.
ASirlo, arl\t, pueblo, etc.: 151.
Atlea, een\mtca: Vúse cCerámleao.
ALianto-nórdlco. tiPO buma.no: 34.
Aves : 130, 135 y 136.
Avestruces: 107.
Azabache, colgantes y cuentas do: 83.
Azadn& de piedra puUda: 82.
Azuelas de piedra puUda: 82, 83, 85 y 314.
BaJo Imperio Romano: 282.
BaJorrelieves: 137, 150, !lit y 157.
BarbOtina, decoraelón a la: ~.
!bu.lto, obJetos de: 250 y 30'1.
Bsaa de oolwnna: 151. 180, 105, 283 y 303.
Boa Taurus: 77 '1 78.
Bot.ellaa de vidrio: 201.
Botones de bueao: 82; - perforados en V: 84, 86 y 89.
Braqul-crllllaldolde: 18, 25, 28 '1 34.
Brazalete& de arquero: 84, 89, 288 y 315; - de bronce: 127, ISO, 133, 133, 140, 141, 146148, 240 y 280; - de concha: 82; - de oro: 84; - de pledrn: 86; - de ¡¡ec.
tl\nculo: 1« .
Brocbea de cinturón: 141 , 147 y 280: - de un ga.ncbo: 127, 130, 133, 137, 141, 143 y
280; - de dos ganchos: 103 y 280; - de tres ¡ancboe: 101, 103, 113, 137, 141 y 280.
Bronce, objetos de: 101, 103, 113, 125, 127, 1.29-143, 146-148, IIW, 171·175, 201, 236.
240, 246. 247, 280, 282, 292 y 313.
Bronce, Edad del: 29, 59, 83, 6'1, 71).72, 121. 124, 193, 243, 278, 279, 289-291 '1 31~ - an·
ucuo: 27, 31, 33, 36, 37, 51 1 88-GO; - final: 27, 30, 36, 37 '1 123; - medio: 27,
~1. 38. 37, 51, 89 y 123; ftlenelano: 85, 86, 89, 278, 279, 290 )' 314.
Buccbero nero: 103, 105 '1 112.
Burdtcalense: 257·259.
OabaAILI: 144 y 278.
Co.braa: 77 y 78.
Cadenilla. de bronce: 127, 130, 132, 134-136, 140, toll, H 8 y 280.
Oajlto.a de hueso: 83.
Colo.lta. cuentas de collar de: 83.
CalcoliUco: V6aae «Eneolltlco».
Caldeo., escultura: Véaae cEsc:ulturot.
Calderos de bronce: 101.
CallcUormes, - : 280 y 295.
oauu.:
t7S.t87, 192. 195, 231, 235, 258 1 3011: - obJetes de: 83, 144 , 235 y 240
CaJZadu romanaa: 178, 1.91. 192 1 283.
Campamentos romanos: 91 '1 1&1.
Campanlense: Véase cCen\mlcu.
Campanlrorme: Véase cCerimlca»,
Campos de urnaa: 27, 101, 103, 100, 112, 133 y 142.
Canalizaciones: Véase cAcueductoao y
Cananeos, pueblos: 123.
Oanarlot.u, tiPO humano: 17.
can!Utra.: 150 y 151.
canopeoa, vaaoa: 123.
~adiot.
Cint.aroa: Vtue cKant.barol».
Capltelel: 180 y 283.
Capra hlrcua: 77 '1 78.
Capreolua eapreolua: 77.
-330-
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Caracoles: 76 1 ?8.
Carbones: 54, 60, 66, 76, 22a-2'l4 y 286.
Carbono 14: 41, 45-51, 53, 68, 16--RO, 87 y 27a.
Cardial, cerámica: Véase cCerámlca.,
Carneros: 127, 128, 132 y 139.
Cars~: 255. 258. 270 y 273.
Cartaginesa, conquista: 106, 108 y 155.
CarrUa.du: 192 y 283.
Carros: 192 y 283.
Castros: 83.
Cayados de pizarra: 83.
Cazo ele bronce: 201.
Cebada: 53, 57-60, 62-67. 69 y 71.
Celtn, céltico, pueblo, arte, cultura, etc.: 70, ll5 y 295.
Ccnl7.as: 104, 222, 224, 286 y 290; - h\IDilUlD.s: 105, 124, 125, 127, 141, 149. H4, 14G,
148, 240, 242 y 245.
C:Womanen.se-santonense: 257 y 258.
Cepos de anclu: 157-161, 183, 17! y 172,
Cetá1XIIca: 39, 41, 78, 83-86, 68 y 268: - acanalada: 84 y 142; - aretina: 282, 284,
297, 298 y 304; - asirla: 151; - 1\tlca: 108, 118, 119, 123, 150 y 280: - - ele
barniZ negro: 97 y 111; - - d e figuras negras: 103, 109, 113 y 152; - - do
llguras rojas: 91·97, 104, 105 y 113; - ele bandas: 70; - bruiilda: 84; - carupanlenae: 127, 238, 282, 309 y 312; - - ~ 293; - •• B: 223. 224, 226, 220, 293,
295, 297 y 288; - - C: 22t y 230; - campanltorm•: 21, 24, 29, 84, 86, 89, 2118,
314 y 315; - cnrdla.l: 24, 27, 39-u, 43, 45-51, 53, 60, 11, 7?., 75 y 79; - corintia:
104, 109, 112, U3 y 139; - cblpdota: 106, 108, 121 y 124; - decorada: 49. 50.
84, 86, 93, 103, 115, U6, 142 y 148; - etrusca: 104 y 106; - !ocea: 103 y 122;
-geométrica: 104, U7 y 119·121; - gds: 103·105, ll2, 120. 122, 191, 238 y 238:
- - l\lt!Purltana: 298; - - Olitampada: 221; - hechA a mano: 49, 99, 105,
108, 112, 113, U8, H9, 120, 139, 141, ¡44, 243, 286-290, 314 y 315; - beJenls~ica:
127: - Ibérica: 92, 93, 99-1.24, 127, 139, 144, 146-148, !62, 191, 193, 236-240, 242.
244-246, 279, 281, 282, 292·295, 297. 298, 300, 806 y 312-314; - - d e facies arcaica:
gz, 127, 193, 22e. 244. 29-l. 297, 300 y 306¡ - lmprc¡¡a: 75 y 84: - inciSa: 50, 84.
86, 115, 116, 119, 142 y 152; - Jónica: 108, 112, U3, 118, l.!U y 129; - Jonlofocense: 112; - massaUota: 168; - medieval: 178, 101, 220, 248, 309, 310, au
y 315; - mleénlca: 121; - moderna: 220: - neoUtlca: 49, 50, 89, 76, 82, &1,
238 y 291: - oot:d-balcl\nlca: 119; - de paredes arenosss: 304: - de paredes
tinas: 223·225, 227, 268 y 304: - pintada: 93, 103-105, 107·109, 1U-113, 118, 120,
121, 139, 144, 146-148. 150, 152, 223, 279, 281. 283-295. 297, 298, 306. 312 y 313:
proto-corintla: 104, 120 y 121; - proto-geométrlca: U7, 119 y 121; - rodla:
151, 152 y 168; - romana: 117, 157, 159, 183-169, 171, 197·202, 207, 208, 214. 317,
220-230, 238, 241, 243, 245, 292, 283, 28~. 292, 293, 297, 298, 300, 303·307, 312,
314 y 315; - - comful: 200, 201, 22G-226, 283, 288, 300 y 306; - s!glliata: 220.
283, 282-294, 304 y 306; - - aretina: 224, 226, 227, 282, 2&1, 297 y 298; - - clara: 221·224. 226 y 300: --estampada 221. 228, 230 y 2&1: - - hlspánlea: 221·
224, 228, 227, 230, 282, 297, 298, 300, 304 y 306; - - DliU'IDOrata; 300; --&Ud·
gi\Wcn: 282, 297, 298 y 300; - ein decorar: 50, 78, &1, 86, 142, 243 y 283-290:
- uu-do-romana: 221. 228, 230, 284, 307 y 308; -con verdu¡ronea: 49.
C
-
Cerdos: '7'1.
cereales: 50, 51 y 53-73,
Cervus elaphus: '7'1.
Ciervos: 77 y 146.
CUlndros de piedra: 83.
Cinceles de cobre: 85; -ele piedra: 82.
Clnta.s entrellWlda.s. motivo de<:orattvo: 150.1{;2; - representación de: 95.
Clpos: 299 y 302.
Clrcunferoncla8 concéntrlcu, motivo de<:oratlvo: 103, 111·113, 144, 146, 152 y 228.
Clstas: Hl y 146.
CI.sternas: 283.
Olavos de hierro: 130.
Cobre, objetos ele: 84 y 86.
-331-
[page-n-397]
COlglllltea: 83 1 80: - de bronce: 128, 130, 135, 136, 140, 141 y 280; - do but.tO: 48.
82 1 83; - - acaDSlados: 88.
COlmillos: 77, 222 1 288.
COlonJa,¡ púnicas: 115.
COionll:aclonea: 106, 115, 155 y 280
COlumbarios: 32.
ColumntLS: 94, 151, 180, 181, 195, 221, 240, 283, 285, 302 y 303.
coua.res: 82-84, 88. 116, 141, 146 y 148.
COmercio: 99, 100, 106, 115, 122, 139 y 156.
COncba, obJetoa de: 82, 85 1 1«.
COncbsa de molusco: 88, 144 1 191: - per!orada.s: 86.
COncheros mesoUUc.,.: so.
OOndw:clones de &f\1&: Vúae ~dio• 1 «Acueducl
CO~a de pescado: VWe cGarum».
CODBtrucc:lonea: 123, 141, 146, 147, 1~. 1&2. 177-196, 208-215, 220, 221, 22-1-223, 238.
240, W-244, 27~283. 285, 290, 293, 288. 2117, 299, 303, 304. 306 y 308.
COnteros de hlnzl\: 103, 127 y 130.
Copna de certmlea: 101 y 103.
Corintia, ceréJDJca: Vc!Me cCerñmtca..
Comisas: 184, 195 y 304.
Coronas, represent.acl6n de: 96 1 112.
Crlln- human.,.: 11-43, 83, 288, 313 1 316.
Cremaciones: 123.
Cre\Aoeo: 45, 231, 253 1
Crlptna: 308.
Cristal de roca, obJetos de: 82.
Cristianismo: IIH y 192.
O:onolog!a: 38, 37, 39. u. 43, 4~1. 53, eo. 63, 70, 72. 75-80, 82, 86-90, 93-97, 101,
103-123, 133-139, 142, 147, 143, 150.163, 159, 161, 183, 145-169, 174, 193, 201, 202,
214, 230, 246, 2$2, 270.273, 2'18, 280-282, 284, 293-295, 297, 298. 303, 305 y 307.
CUAno: 258.
Cuaternario: 205, 233, 2S7, 2:'10 1 271.
CUcbt.ras de bueao: 43.
Cuchlllas de hierro atalcatados: 127, 133, 280 '1 281; - - curvo.: 141: - de ldlex:
82, 88, 288 1 315.
Cuencos de cer(Unlca: 84, 88, H3, 188, 199, 201, 288, 300, 31t y 315.
Cuevas: 45-51, 76-110, 288, 295, 296 y 308; - arLillelales: 82, 83 y 308: - sepulcrolec:
9, 21-29, BHIO, 288 y 289.
Cuentna de collar: 82, 83 y 86; - - de arcWa: 83: - cUindrleas: 83 y 86; - dlscol·
dllles: 83 y 86; - en rorma de oliva: 83 y 88; - de puta vftrea: 14G; - Lu·
bu1area de eN. 84.
Chaaemse: 77.
Cblprlota, cmmlca: Vüae cCcámlcu.
Danubtanu. necrópolla: 123.
Danublano, tipo humano: 15, 33 y 34.
Dardos de cobre: 80.
Decoración Incisa: 48, so, 86, 115, 116. 110, 121, 130, 133, 187, 141, 142, 146 1 152; - pintada: 03·97, 103·105, 107·109, 111-113, 118, 120. 121, 139, 144, 146-148, 152, 293·295,
297, 288, 300, 300. 312 y 313.
DeUlnes, tema decoralJvo: 157, 158, 224 1 292.
oemogratla: 12, n, 37-311, 42 '1 c.
Deeqlles: Vf!f: cAcUeduet.>o.
Diadema de oro: 114.
Dientes humanoa: 288.
Dientes de h~ de 10ex: 83, 196, 289 '1 290
Dlnarolde: 15.
Dinosaurios: 244..
Dlleol de palestra, representación de : 9G.
Dolla: 208, 283 y 804-3041.
Dólmentll: 27,
Domatk:aclón: 78
D
m
-332-
[page-n-398]
Daraos rebajadoe en 811ex: UIG y 28'1.
EdAd del Bronce: V~aae «Bronce. Edad deb; - del Ht=o: V6Me «Hierro, Edad
del•; - Media: 70, 93, 190, Ull, 194, 210, 211. 234, 241, 247, 290, 297, 307, 300,
310. 313 1 315; - Moderna: 70, 93, 247, 297 y 301 .
!lfebo& en brooee: 171.
Empedradoa: !U, 193, 10'7, 199, 22S y 286.
-litlco: 15, 20-22, 2~. 3&-38. 41-43, 50, 51, 78, 81.00, 278 y 289.
Enlucido: 221, 225 1 290.
Ensamblaje, plezaa de' 1511 y 150.
Entalles: 232.
Ent.erramlentoo: 20-34, 1711, 185, 187, 189-190, 192-1114, 196 y Ul7; - eolecllvos: 21-23,
26, 27, 311 y 81-99: - en cueva: 11, 20-29, 81.00, 288 y 289; - en roaa: 189, 103,
198-200 y 307: - megaJitlcoS: 81-90; - en urnaa: 2711, 280. 282, 294 y 295.
Eplgratla: 144, 149. 150, 180, 188, 235, 237, 240-242, 298-303, 305, 306 y 315.
Eplgravetlense: 207.
Eplpaleolltlco: 19, 35, 39 y 207.
Escanda.: 53-73.
~beos: 123 y 280.
Escoplos de cobl'e: 84.
!l5oorlaa de me\al: 84, 103, 130, 238. 289, 24l. 243 y 244.
Ereudos: 130.
Escultura: 240, 241, 300, 301 1 306; - ealclea: 151; - etrusca: 150: - en huao: 83;
- lbúlu: HS-163; - - en brooee: 127, 130, 132, 135, 139, 146, 150, 171-175 y
313: - - de toro. : 150; - helenlsUca: 174; - neo-Atlca: 175; - tlahWillaeota: 249-263.
Eslabones: Vtase «CadenWM>.
Espadas: 201 y 202; - de antenas: 103.
l!:spátula.s de cobre: 84; -de hueso: 48, n. 83 y 88.
Espeleocronolosla: 2'70.272.
Espeleolosta: ~!;-273.
Espelta: 51 y 54.
Eapl¡aa de cereal: &4, 83, CJe. 89 ., 70,
Eap~ tema deooratlvo: 151.
Jlllplrales de brOnce· 144; - de oro: 84.
Esprllla: 53-73.
Esqueletos hU111an01: 199, 199, 182, 193, 198, 290 1 307.
Esqul.sto, objetos de: CJe.
Estanques: Ult.
Estatua: Véa6e «Eseultura•.
Estatua de bronce, de Plnedo: 171-175 y 313.
Esteatita, objetoe de: 108 y 199.
Estelas aneplgratas: 198; - lbérlca.s: 23!;-237.
Eslrl>tlgratin: 39, 4H1, 53, 60, 68, 76, 89, 90, 178, 219, 225, 229, 230, 21!8, 283. 284, 268,
270, 278, 279, 283, ~207, 290, 294, 3011 y 312.
Estrlgilo, repre.entaclón de: 0'7.
Estuco: 220-224. 227 1 220.
!:Uusca, cerámica y eseultura: Vtase cCenlmlc&• 1 cEseulturu.
Jl!trusco.IWico, arte: 101.
SVBODJS, marca de all~ro: 30t.
EXcavaciones: 44, 49, 40, M, 67, 69, 78, 85, lle, 90, 113. 117, 148, 178, 181, 184-181, 107,
214-230, 236. 239, 278, 277-287, 291, 292 y 326; - en 11> .roea: 204-210. 237·239,
243 y 283.
Explora.elones: v~e.ae cPrQ6Pecelonen.
Exportaclonea: 104.
Paetorlas pe.quCTU: 283.
Palanges de animal: 83.
Paleatas: 142, 196 y 280.
Palos, tema cleooraUvo: 94
Fauna: 77 y 78.
Pavlssa: 146 y 296.
~. eomerelo, e~.: 100. 106, 123 y 1&:1.
~:1~
-333 -
[page-n-399]
F'ibula.ll anulares: 147, 148. 280, 282 y 292; - de o.rco: l30, 137, 139. 142, 146 y 1.!7;
- de boJieata: 101 y 103; - de bronce: 146, 147, 238, 280 '1 m; - de codo:
143; -de ple alto: 127, 139, 141 y 147; - de plata: 139; -semilunares: 135.
Figuras humanas, representaalón de: 94-97, 150, 151, 171-175, 246, 250-252 y 313.
Figuras zoomorfas, representa.clón de: 12'1. 129. 130, 132. 135, 136, 139. 142, 146. 150.
1~1. ~a. 2u, 239 y 292.
Figurillas: Véase ~uttura•.
Flechas: Véase «Puntas de llechu.
Flores. tema decorativo: 151 y 152.
Foceo, comercio, etc.: 103 y 122.
Fondos de caballa: 144 y 2'18.
Fortltleaclones Ibéricas: 127, 242, 2«, 280, 281 y 294.
Fosas: 189, 193, IJ)8..200 y 307.
l"óGDes: 233 y 244.
Fundación de Valencm: 286, 325 y 328.
Fusayolas: 84, 93, 144, 238 y 292.
Flllste.os de columna: 181, 195, 221, 283, 285, 302 y 303.
Galerisa excavada.s en la roca: 206, 207, 209-211, 239, 243 y 308.
G!ll'um: 283 y 284.
Geométrico, llcrlodo: Véase cOerámlcu.
Godos: 234.
Gorros: 250 y 251.
Grabados rupe¡¡tres: 285.
Granadas, tema decorat.lvo: 151.
Gi'anlto, objetos de: 250.
Grecas, motivo decorativo: 94. 96 y 195,
Griego. pueblo, arte, comercio, etc.: 91-97. 100. 1C)I, 108. 109, 112, 113. 123. 139, 152.
155, 171, 234 y 280.
Gritos, repre.~entaclón de: 95.
Grimald1ense, tlpo humano: u y 16-18.
Grlmaldolde, Llpo humano: 11, 17, 18, 2D-34, 46 y 43.
Guarda-piernas: Véase cOanUJerast.
Gubia de piedra: 82.
Guerra de la ·Independencia: 7; -de A!rlca: 8; -Europea: 8.
Guerreros, representación de: 95, 150 y 151; - tumbas de: 101. 108, 12'1, 133 y 137.
Guirnaldas: 96.
Habltnclon.e a: Véase «Oonstrucclone&».
Hachas de piedra.: 48, 82, 85, 289, 297 y 3!4; -dObles: 83.
Hallazgos submarinos: 165-169, 171 y 313.
HallstAttlca, cultura: 135 y 142.
He!Adlco antiguo: 30 y 38; - medio: 31 y 38: - reciente: 30..32.
He!Adlcos, navegantes: 41.
Heléllleo: Véase «Griego>.
lieleDlstica, cerámica y escUltura: Véaoe cCerámlca• y cEscuJturat.
Hellx nemorall$: 76 y 78.
Hidrologia: 26!1-270.
merro, .:dad del: 23, 59, 87, 70, 100, U2. ll6, 117, 121, 124, 142, 143, 193, 241 y 243;
- obJetos de: 101. 103, 111, 125, 127. 130. 131, 133, 141, 142, 1<16-1-18, 159. 180,
192. 196, 238, 239, 242, 243, 246, 280-282 y 292.
Hlmatlón, ffpre.osentnclón de: llf, 96 y 97.
Hoces: 83, 289 y 290; - de allex: 83 y 86.
Hojas de laurel, tema decorativo: 94-96: -de sllex con retoques: 48 y 287; - - sin
retoques: 76 y 83.
Bordeum dlstlcum: 64; - spontsneum: 69; - vulgare: 53, 57, 58-60, 62-64, 68, n y 72.
Hormigón: 188, 223. 303, 304 y 306.
:Barnae!.nas: 308.
Horno cerámico: 179.
Hueso, objetos de: -18, 77, 79, 82, 83, 85, 86, 89, 103, 283 y 297.
Huesos de animal: 48, 77, 144 y 244; - humanos: 93, 94, 105. 1ll, 141, 143, 144. 147,
189, 192, 193, 196-200, 220, 226, 237, 240, 2~2. 2f5, 282 y 288.
Huevos de avestruz: 107.
Ibérico, tipo hUIIUUlo: 15 y 22.
-334.-
[page-n-400]
lbérloo, pueblo, cultura, arte, etc.: ?, 8, 92, 93, 99-153, 191-193, 196, 224. 235-246, 279282, 286, 292-288, 300. 309 y 312-315.
ldOios: 83, 86 y 14.6; -planos de hueso: 83 y 86,
lmbrlces: 221, 223 y 30t.
Imperio romano: 162, 24-6, 282 y 293.
Importaciones ele ceriunlca: 99-Uil, LG4 y i23.
Jnrendio, restos d.e: 104.
Incineraciones: 93, 1~108, us. 119, 122-124. 127. 133. 141, 146-148, 240, 242, 245, 279,
280, 282 y 29i.
lnhumaclon...,: 179, 185, 187, 189-190, 192-194 y 197-202.
Iuscrlpcloncs lbérl.ca.s: 144, 235-237 y 292; - latinas: 150, 180, 188, 237, 240.242, 298303, 305, 306 y 315; - en pledrn : 1~. 150, 180, 188, 235-237, 24().242, 28~03.
305, 306 y 315.
Instrumentos de minero: 82 y 243.
Jabalíes: 77, 222 y 288.
Jacintos de Compostela: 258.
Jarros: 201, 280 y 309.
J.lru)tes lhúlcos, escu1turoa de: 150.
Jónica, cerámica: Véase «Cerámlcat.
JonJ.o.rocense, cenl.mka: Véaae ccerámkat.
Jurásico: 231.
Xantharol: 103.
Xeuper: 257-259, 271 y 272.
Xhol.sanolde, Upo humano: u .
Kra.teral: 93-97.
B:yllkea: 98, 97 y w .
LacuStres, poblados: 03 y 69.
Ladrillos: 188, 223 y 304--306.
Laglll' : 307,
Ltunlnas escritas en plomo : 144
Lampadoforo: 1'72.
Lanza& de cobre: 86; - de hlet'ro: 103, 127, 130, 131, 133, 141, l42, 148. 147, 242 y 280.
La!IJ.\dos: 94 y 85.
Lll.pldM lhúiC88: 235-23?; - rom~U~&S: 92, 148, 180, 188, 189, 237, ~242. 298-303,
305, 306 y 315.
l..llrllrut: 33.
l.&CM de sllex: 78, 287 y 290.
Lechos, representación de: 95.
Leonca, representación de: 14.2 y 150.
Letl'a& Ibéricas: Véa.se cinscrlpclone.u.
e
Lezlla.s de cobre: Si; - d. hueso: 83.
Llblco-bereber, Upo humano: 24, 36 y 40.
Ligur, arte. etc.: l23; - antiguo: 28-28; - medio: 27-29, - re<>lente: 27.
Lineas ondulELdas, tema decorativo: 104, 105, 144 y 147.
IJn apollnea: 176.
Llthlnal: 161.
.Lltbol: 161•
.Loess: ?0.
LOSas: 128, 141, 188, 189, l90, 102, 193 y 308.
Losetas: 198 y 199,
LucernM: 224, 284, 309 ~ 314.
Lánu1as: 83.
l.uteclel)Se : 76•
.Llacorella.: 259.
Magdalenicnu : 18.
Magia: 123.
Mamelone• perrorac!011: U8 y 118.
Manos de mortero: 83 y 239.
Marcas de altarero: 224, 298, 300 y 304; -
aobre ñntoraa: 166 y 167: -
pedl.s: 304.
Marfil, objetes de: 161 y 309.
M:m-gns: 205, 258, 259, 268, 271 y SIYI.
-
335 -
In planta
[page-n-401]
Mármol : 82, 171, 188. 194-196 y 223.
l.l{arta: 77.
Martes !IllU'tes: 77.
MiiScara de cerámica: 337.
Massallota, ceriUnlca: Véase «Cerámlcu; - comercio: ll5.
M'au.soleos romanos: 178, 189. 190 y 299.
Meandros, t.ema decorativo : 142 y 152.
Medla.s tunas de cerámica: 84; - - de s!lex: 48, 196 y 289.
Medlevlll : 93.
MedlteiTÍ\lleo, tipo huma.no: 15, 21)-29 y 31-34.
Meglll!Uco. tipo humano: 15, 30, 3.1. 33 y 34.
Megalltl.smo: 81-90.
Megalitos: 81-90.
• elano-afrlcano, tipo humano: 12 y 17.
M
Menuts del ramellet: 313.
• esM, representaciones de : 95.
M
Mes~lmaldotde, tipo humano: 18 y 21-34.
Mesolltlco: 18, 37, 50 y 77-79.
Metal, objetos de: 84-86, 89, 93, 135 '1 196.
Metalw-g!a: fl, 89, 242 y 243.
Micénica, cerám!ca: Véase «Ceramlca».
Mterolltos de sllex: 48, 76 y 82.
Migraciones huml\11lla: 17. 37-39, 42 y 43.
Mlnetfa: 82 y 243.
Mlnolco: 33.
Mioceno: 259.
MobiUTt\S de hierro: Véa.se «Lanzas de hierro».
Mollnos, piedras de: 162, 163, 225, 239, 240, 288, 290 y 305-30'7.
Moluscos tósUes : 233.
Monedas Ibéricas: 224. 237, 239, 246, 288. 292. 293 '1 314; - romanaa: 92, 196, 20'7. 206.
239, 241, 245. 246, 282, 283, 292, 293, 297, 305 y 306.
Monolitos: 249-253.
Moriscos : 205, 294 y 309.
Moros: 2~. 205, 212, 234 y 294: - cenetes: 234.
Mortero de construcción: 163-187, 192, 193, 195, 198, 220, 221, 223 '1 227·229; - de
.
cerámica; 83, 239 y 312.
Mosaicos: 152, 153, 238 y 306.
Movimientos demográficos: 12, 17, 37-39, 42 y 43.
Mujer, representaciones de: 150, 240, 241 y 251)-252.
Murallas: 85, 105, 125, 149, 191, 242, 280, 283, 290 y 294.
Muros: 141, 144, 180.188, 190.193, 195, 206. 213, 217, 220. 221 , 224-229, 242, 244, ~81 .
285, 280, 293, 294, 296 y 306.
Musterlense: 312.
Navajas de afeitar de bronce: 143.
Navegaciones: 72, 100, 139, 155, 160, 161 y 191.
Navegantes: 41.
Naves roD181ll!.S: 159, 160 y 162.
Necrópolis: 30, 32, 115, 119, 120 y 123; - ibérlcna: 93, 94, 99-114, 125-148, 152, 236, 245.
246, 279-282, 294, 295 y 306; - romanas: 197-202, 303 y 30'1.
Negrolde, tipo humano : U-43.
NC
Neolltloo: 11, 19, 21-25, 27, 28, 35-39, fl, 43, 85; - antiguo: 18, 24, 27, 37, 39-41, 43.
~51, 63-73, 75-60, 119, 144, 287 y 291: tmpa.no-maurltano: 41 y 49; - Interior: 50; - reciente: 29, 33, 69 y 88.
Neo-mediterráneo, tipo humano: 15, 24 y 3D-34.
Nord-alrleano, tipo humano: 39, 40 y 43.
Nord-balcanloa, cerámica: Véase .Cerám!cat.
Nord-sabarlense, tipo humano: 15 y 17.
Nór Nliol- de s!lex: 82.
OF. MVRR. marca de alfarero: 298.
Olcades : 234.
-
336 -
[page-n-402]
Olpet: 22t.
Ore)ela4 pertorada.s, vaaos de: 911-124, 146, 147 '1 240
oro, objet.oa de: 84, 245 y 246.
Pnlallt.oa: 63 y 89.
Paleollllco: 19, 20, 39, 286, 281 y 312; - hombre: 12, 18-20 y ;¡¡,
Palestra, ueenn pintada: 94 y 96.
Plllelaa do esqul.st.o: 86.
Pallnologla: 78.
Palmetas, tema deeomtlvo: 151: - est.ampadM: 127: - plnt.ada.s: 9~97.
Pan~eru, t.ama decorativo: 95,
Paredes: Véase cMuros~.
P¡¡¡redea arenosas, cerámicA de: V~ tCertLmU:ao: - 1lna8. ceramtca de : Véase tC.
rámlc:u.
Pa8t.a Yltrea: 109, 123, 146, 172 y 280.
Paat.alea, repreaent.acl6n de: 95.
Pavllmnt.oa: 180, 181, Ull>-189, 192, liS, 101, 199, 200, 217, 223, ~. 238, 286. 304-<100
Pebetero~ : 148.
P~: 157, 161, 162 y 1'U.
Pec:ten: 191.
Pec:t.orales: 135 1 150.
Pectunculo: 144.
Pelnea de hueso: 83.
Pendlen~ de cobrt: 86: - de oro: 8t.
Percutorea de piedra: 85.
Perfumea: 116 y 124.
Perlas de collar: VéaJ;e .Cuentas de collaro.
Pe&lll de t.alar: Véase cPonduao.
Pucn: ~~~. 171 y 283.
Pesquerlna: 283 1 284,
Pezones-asa: 84 y 86.
Piedra, Objetos de: 46. 76-79, 82-86, 89. 144, 16().163, 194-196, ~238, 24~24:1. 24s.-U3.
~87-:!90, 297, 307, 312, 314 y 315; - pulida, obJetas de: 48. 77, 82-86, 280, 297 y 314,
PUastrae: 308; - estriadas: 195.
Pllum: 133.
Pintura: 151 y 152; - rupestre: 28t.
PI!Ua de pleclta: 83.
Pllcl.nll 283.
PIUlo!: 121.
Pizarra, objetos de: 83.
P!ncaa de
151; - clavos: 1&1: - decoracla.a: 83; - de nw111: 83 y 151.
-de piedra: 83 1 86; -de pizarra. 83.
Plata, obJet.oa de: 116, 139 y 141.
Plat.os: 200, 295, 304, 309, 312 y 313; - de cobre: 84; -con pie: 84; -planos. &t.
Plomo, objetos de: 144, 157-159 y 183; - eBCTitos aobre: 144.
Poblados del bronce valenciano: 290 y 314; -de la Edad
Ponc!us: 03, 292, 303 y 306.
PosthaUSI.l\ttlea, cultura, necrc)poUS, etc.: 101, 116, l35, 137, 142 y m
Potala: 16().182.
Pozos: 33, 119, 283 y 309.
=-:
Pre-eampana: Véase ceerámlco.
Pre-ct.mpanlforme: 20.
Pre-neo!!Uco: 78.
Pre-romano: Véa,e clbérb».
Preu. de a¡uu: 206, 20'1 1 212.
Prospeectones: 4ll, 204, 276, 277, 286-310.
Pro~lntla. cen\mll:a: Véale tCeñ.mlcu.
ProWJ~eom6trlco, periOdo: 32, 117, 119 y 121.
Pud~Ra lut.actenses: 76.
Puentea romanos: 192 y 207,
-337 -
[page-n-403]
PuertaS: 181, 18...191, 195. 226, 229, 28J y 294.
Puertos romanos: 191.
Pulseras de cobre: 86.
Ptl.nico. arte, comercio, etc.: 100, 103, 112, us, 116, 122, 123, 155 y 3H.
Puntas de Decha de cobre: 84; - - de erlstal de roe~> : 82; - - de iñlex: 77, 82,
83, 88, 90, 237, 238, 288 y 289;- - - de aletas y pedúnculo: 48 y 8 8 ; - - - do
base cóncava: 88; - - - crucUorme.s: 86: - - - tol!aceas: 88, 237 y 238;
- - - geométricas: 48: - - - romboidales: 86 y 315.
Puntas de tnnza: Véase «Lanza~ .
Punzones de cobre: 88: - de hueso: ~8. 77, 86, 288 y 297.
Put\ales de antenas: 103; - de cobre: 86; - - de lengüeta: 84 y 89; - - rombo!·
dales : 84; - de hueso: 83; -de sllex: 83 y 86; --con muesca y lengüeta~ 83.
Pyxld~s: 104. 109, 111. 113, 117, 122 -y 148; de hueso: 83.
Racimos, tema decorativo: 94.
Radio-Carbono: Véase «Carbono 14~ .
Raedeta.s de silex : 88.
RANI, Dll\l'ca de alfarero: 166.
Raspadores de silex: 88 y 287.
Rega
ReJas de arado: 281.
Religión: 86, 87, 101, 105. 108, 122-124, lb!, 192 y 309.
Repllbllea romana: 152, 162, 167, 196, 246. 294 y 304.
Restos humanos : Véase cHu•so¡,"JO,
Riegos: Véase •Resadlo».
Rios subterráneoo: 255·273.
Rltcls Junerarloo: 87, 101, 105, 108, 122 y 123.
Romano, arte, cultura, etc. : 32, 70. 91, 92, 117, 137, 148, 147, 14.9, 152, 153, 155, 160-169,
171, 177-214, 216, 217, 220-230, 235, 237·243. 245, 248. 282, 283. 285. 286. 292, 29&308, 312, 314 y 315.
Rodada.s de carro: Véa.se cCarrlladas».
Rodenos: 193, 231, 240 y 290.
Rodla, cerll,mlca: Véase cOen\mlcu.
Roseta.s. tema decorativo: 151, 227. 228 y 240.
Rueda de alfarero; 139.
Ruedas, seftales de: Véase cCarrlladan.
Sables de hierro: 280.
Saerlftci05 fundacionales: 123.
Saharllmo, tipo humano: 15 y 39.
Sandalias de piedra: 83.
Santuarios: 118, 122, 177-196.
Sarcófagos de arcilla: 1&1 y 152; - de mármol : 171 y 283.
Secundario: 233 y 244.
seelenllleher: 123.
Sellos: Véa.se OIMar<:a~~ de alfarero•.
Semlclllndros de piedra: 83.
Sepulcros : Véase «Enterramientos• y cSepulturan.
Sepulturas: 102, 178, 198-200 y 215; - colectivas: 39 y 81·90; - de guerreros: ~01,
108, 127, 133 y 137; - neo!ltlcas: u .
sepultura...sacrlflclo: 123.
sexo, representación del: 94, 95 y 252.
Siculo antiguo: 29.
SlgiUat~>: Véase ..Ceramicat.
Silex, obJews de: 48, 77-79, 82, 83, 85, 86, 144, 196. 237, 238, 287-290, 314 y 315.
Sllos: 283. 80'1 y 309.
SJcyphol : 97.
sollferreum: 101 y 142.
stnmnol: 117.
Stemless cup : lll.
SUbmicénleo, periodo: 30 y 120.
SUbnegrolde, ¡lpo humano: 11 , 12-15, 17-36, 38, 10, 42 y 43.
SUbneolltlco: 83.
-338 -
[page-n-404]
8u8 scropha: 77.
Sym)XlSion, representación de: 95.
Ttúlor de sllex al aire Ubre: 287.
Tnp: V~!Me cMar¡a,p
Tapaderas de cerámica· 84, 101, 103, 105-109, LL1·123. 141. 146-148. 240 y m
Tardeno!Siense: 78
Tardo-rollllllltl, cer~lea. Véa.se cCeram!Ca•
Tecl.ónlca: 2.58, 264, 2'10 y 2'12.
Tegulae: 195, 198. 200, 208, 211, 221>-222, 224, 228, 283, 303 y 30l.
TeJos: 223.
Templos: 151, 180, 101 y 234.
Templo crlaUano: 181, 102 y 243: - de Venua: 81, 177-196.
Terciario: 258.
Terebri\tul3S: 233.
Terra slgiUnta: Vó3Se «Ccri\mlca».
Teselas de mosaicos: 306.
Tholol: 82 '1 83.
Tllymaterla : 122.
Thyrso, representaciones de: 95.
TinaJas Ibéricas: 281.
Tocado: 85. 86, 172. 250 y 251
Toponlmla: 123 y 234
Toros: 77 '1 '78; - twrlcos. escultura: 150
Torques de bronce: 148
Torres: 125, 194, 1&5, 280, 283 y 294.
Tort.as, representación do: 85.
Trapecios de sllex : 48 y 82.
Tratado del Ebro: LL2.
Trenza. tema decorativo: 151.
Tretol: 161.
Trlá$lco: 231 y 258.
Trl¡o: 56, SH1 y ~72.
Tr!Ucum aestlvum: 59-(;2 1 6&-72: - aestlvo-compactum: 53, 56 y SH2; - bOeOIJcum:
68 y 69: - dlcoocum: 53-73; - monococcum: 5:1·73.
"l'ubcc de hueso: 83.
TUmbas: Véa&e cEntcmunlentoso y cSepuUurao.
Túmulos: 28, 87, 101, 137, 13&, H2-145. 198-200.
Tllru>les: 207-212.
Turba: 278.
Turbantes: UO y 261.
Ombos de eaeudo: 130.
Urnas cinerarias: 00·126, 127, 133. 135, 139, 14l-144. 146-148, 152, 236, 241>-242, 245. 279,
280, 282, 204 y 306; -esferoides: Sll, 108-111, 115, 141 y 146; -de ore)ct.a.s perforadas: 9!1-U4, 148. 147, 240, 280: - ovokle3' o~. 107, 100-111. ll8, 119, 120, 127,
139, lü, 146 '1 147.
V..-: 64; - bl<:ónlcoa: 84, 108-W y 142; - de bronce: 101; - caUcUormcs: 280 y
295; - CllDOpeoa. 123; - cerúmlcoa: 8, 10, 76 y Si; - cllfn
VeU6n: 247.
Venablos; 133.
Vestidos, representllclón de: 96.
Via Augusta: 303.
Vlws romanas: 305.
VIdrio: 201, 217, 224 y 306.
VU!as ramanaa : 208, 211, 213, 214, 283, 299, 300, 303 y 305-307.
VIveros de peces: 284.
Volutas, tema decor&Uvo: 94, 96 '1 9?.
Whlte palnted vases: 121.
Yeso: 255. 257, 258. 260. 263, 267, 268. 2'11, 2'12 '1 286.
ZllrcUios, tema decorativo: 151.
-339-
[page-n-405]
INDICE DE LUGARES
Acebuehal, El
AceqUia Real del Jucar (Antena, Valencia): ~.
Acrópolla de Atenas (Grecia): 119.
Ademuz (Valencia): 306 y 307.
Adzaneta de Albaida (Valencia): 7, 8 y 47.
Afrlca: 12, 17-19, 38 y 69; ~Blanca: 12 ; -del Norte: 17. 19, 35, 38, 39, 41-43, 118, 7().17'l,
99, U8 y 123; -Occidental: 12; - &!ptentrlonal: 1:1, 15 y 11; - del Sur: 318.
Agde (Hérault, Franela): 161.
Agora de Amas
Agre.5 (Ailcante): 47,
Agullar de Angulta (Ouadalajaral: 115.
AguJa de San Antonio (Játlva-V~Ilada, Villlencla¡: 259.
Agul!ana (Gerona>: 137.
Agulles, Sierra de Les (Aiclra, Valencia) : 314.
Algtie.5vlves, Valle de (Aiclra, Valencia) : 386 y 315.
Alu-a tos (Creta>: 33 y 34.
Albacete, ciudad: 111; - provincia: 102, 111, H6 y 278.
Albaida (Valencia): 7, 47, 93 y 144; - Valle do (Valencia¡: 7 y H.
Albalat de Ca!)anea CCaatellónl: 133 y 145; - de la Ribera (Valencia>: 276 y 296·298.
A1benga Utalla): 159, 181, 163 y 168.
Alblnt.lmlllum, hoy Vent.lmlglln Utlllln>: 163, 165 y 167.
Albufera, Lago de la (Valencia>: 157 y 276.
P,lcalá de Chivcrt (Csstellón): 108, u o. 135. 143, 145-14'1, 276, 279, 280, 316 y 328.
Alcázar del Rey (CUenca): 22 y 23.
Alctra (Valencia>: 276, 268, 314 y 315.
Alco¡:er de l'llanes (Ailcantel: 47.
Alcosebre (Caslellón): 133, 135, 1'ili y 146.
Alcoy (Alicante>: 22, 45-47, 49, 60, 64, 93, 112, 144, 310, 312, 325 y 326.
Alcudia, La (Elche, Alicante): 149·153; - de Car1et
-"ldaye. (Valencia): 276 y 303.
AlemanJa: 50, 53, 123, 152, 174, 175, ns y 318.
A!Inrp (Valencia): 276, 386, 290 y 314.
Algarve (l'or~ugall: 202.
Algemelll
Allagullla (Cuenca): 231, 232, 242 y 243.
Allcante, ciudad: 46, 261 y 291; - provlncla; 21, 22, 4&-51, 53·73, 81·90, 93, 102, 103,
106-113, U6, 144, 149·153, 175, 190, 271, 276, 280, 281, 283, 284. 267, 290, 291, 294,
295, 310, 312, 314, 325, 326 y 328.
Atmansa (Aibacete>: 146.
Almazara CCastellón): 142, 207 y 208.
Almenara (Caatellón): 91·97 y 177·196; - Sierra de (Cast.eUón ): &1.
-340-
[page-n-406]
Almeria, l)r'O'fÜlela: 21, 50, ?0, 85, 8'1, 88, 108, 1M '1 118.
Almllla.raque (CUevas de Almanzora, Almena): 70 y 89
Almolxlcb, monte
Alpes Marltlmes (Franela); 20, 27 y 40.
Alquerla de Aznn!'" CAlleante): n.
Alquerlaa del Nlflo Perclldo (Vl!lo.rreal, 0Mt.eU6n>: 208.
Alteret de la VIDtlultena CA.lbalat de la Rlbel'"a, Vnlencl:l): !!76. 297 y 298.
AllOf.ll (Teruel): 112.
América del Sur: 249 a 253 y 3 u.
Ampoetn (Tatta¡¡onal: lf.5, 147 y 148.
Ampurditl (Gerona): 9.
Ampurlas CLa Escala, Gerona): 105. 109, 112. 113, 118 y 139.
ADa, rlo: Véase eSe<:. rlo».
Ana tolla I'I'Urquia): 70 l' '12.
Andl\lucla· 20. 21, 94. IM y 121
Andorra: 75.
ADDA (Valencia): 3H.
ADserea& (Ollus, Urlda): 114.
ADtaa (Almena>: 89.
AnteUa (Valencia): 2'18 y 294.
An~era C
M¡\)agal: 112.
Aquttaola CPI'ancll\l: 101, lOO y 202
Arll8ón: 137 y 142.
Aranyea, CUeva de ~s
Arcóbrtga: 234.
Ares, &!.s (Vlll1trt~al, Castellónl: 208.
ArgBr, El (Antaa. Almerla): 89.
Argelia: 71, 161 y 318.
Ar¡enti.Da. 249, 318 y 325.
Argollda
Arl~e !Franela>: ?5 y 78.
Arquets, Els IVU!arreal, Oa&teUónl: 208
A.rucly IBQ.l~Ua Pyrblées, Pranclal: '18.
A8copalls, Ela (Altarp, Valencia>: 288 y 290,
Asla: 61 y 69; -Menor: 68, 88, '12, 105. 113, 118. 118, 122, 124 y ·~1 .
A.aiDia (Grecia): 31 y 32.
A.alrla: 151.
AtalaJa, ~ de L' ILlombay, Valencia) : 314
Atalay"- Cerro de La
At.enaa (Grecia): 30, IOJ, 117, 119, 120, 121 y 124.
At.lco. IOreclal: SO, 117, 120 y 121.
Audo CF'rancla): 75-80, K-105, IM, 100-111, l13, 114, 118, 118, 1:r• • 123.
Aupe CVo.r, Franela): 2'1 y 28.
AWilrallo.: 318.
AWitrla: 60, 136 y 318.
Aveyron (Frnnolal: 25, 26, 21 y 298.
Avlla: 162 y 314.
Ayelo de Ma.!Ierlt (Valenclal; 10 y 310
Ayora
At.alla
Badajoz, provi.Dcla: 175.
Barur
Bajo Ara¡ón: 137 '1 142.
Batcanea: 69 y w.
Baleatlll, Was: 99, 105, 114-U7, 119, 1.22, 247 y 328.
Balma M&Tgineda (AndOrra): Vwe dlati'IDed&»
BancObao, Sala; Véase oTdnel del 8u.m1c!or:o.
Banyere. ('I'arnlgonal: 100, 114, 118, 136 y 131.
3U-
[page-n-407]
Bañoo, FUen~.e de los CBenngéber, Valencia): 245.
Barnsquettes
326 y 327; - prov1ncla: 23, 24, 112, ll5-117, 157, 162, 175, •110. 190, 247, 286. 294,
295, 305, 310, 315, 320, 326 y 327.
Barcheta (Valencia): 276. 298 y 299.
Barlg (Valencia): 8.
Barma Grande (Ventllnlgl!a, Italia>: 20.
Barsella, calle de la (Valencia): 215-217 y 219; - c)lova de la (Torremall%anas, Alicante): 21.
Barraca de AlgUcsvlve,s Wclra., Valencia>: 276, 288, 314 y 315.
Barranc Blanc, cueva del (Rótova. Valencllll: 8: - del Sine
Barranco de lns Caflns, cueva del fMU!<>res, Valencia>: 278 y 284.
Basses Pyrénées
Bastida de les Alcuses, La C
Mogente, Valencia): 8, 93, 144, 276, ?112 y 316.
Baza (Granada): 20.
Bech! CCnsteUónl: 203 y 208.
Bélgica: 318.
Bélgjda CValenc!&J: 47.
Bellús (ValenG!a): 7.
Berul.géber (Valencia): 231, 232, 2« y 245.
Benav!tes (Valencia): 92.
Benegldn (Valencia): 308.
Benlarrés CAUcante): 45-51, 53-73 y 287.
BenlatJar (Valenclal: 47.
Ben!cadell. sierra de !Allcante-Valencls): 45.
Benlcarló
Benlss!d
Bergegl (Ligur!a, It.nllal : 28.
Berilo: 152 y 175.
Bernlsa, rlo
cn): 314.
13erruequlllo (El Tejado, Salruna.nca): 314Btssa.n (Héraul~. Franela): 99 y 105.
Bétera (Valenclal: 276, 309 y 310.
'Bt!Ucn, reglón tectónica: 258.
BL!garg!s, cludnd antigua en la llercnvonla: 282.
Blva1oadlm, torre (Almenara, Castellón): 180.
Blze tAude, Franela): 75,
Blanca, Montanya. (Almenara, C asteUónl : 91, 177, 191 y 192.
Blancas, .sierras (Slnaroas, Valencia): 233.
Blnnes (Gerona.): 151.
BoateUa. La
Bolivia: 249-253 y 318.
Bonne!ont (S:únt-Etlenne d'Albagnan, Hémult, Frtmcial : 7&.
Borbón. 13arranco (Slnarcns, Valencia) : 233.
Bordlghera Citallal: 155.
BorrloJ (Castenón>: 192.
Bosch, Jlnca de (Alca!A de Chlvert, Cnstellónl: 145 y 147,
Bouches-du-RhOne (Francia): 40, 78, 79 y 169.
Bovnlar (Benlcarló, Cnstellónl: 125-148.
Boverot, camino y partida (Al.mazora, ca.st.Uóru: 142 y 20'1.
Brns, El (Almenara, Castellónl: 194.
Brenon (Var, Franela>: 27.
-M2-
[page-n-408]
BUI'IIITQ (Valencia): 278, 304 '1 3~
Buftol CValeD(:Ial: 276 '1 3117
Bur¡aleta CCsateUónl: 144.
Burrlnna (CasteUónl: 195 y 208.
Cnbl\Jles ICaateUónl: 133 y 143-110.
Cabe~let !Sagunto, Valenelal : 2'16, 308 y 308.
Cabezo Redondo (VlUena, Alicante) : 270 y 291.
Oabezuoln, Cerro de la (Sinar
Cddlz: 172.
OnJa d'Hort (lblzal : 116.
Catacelte !Teruell: 137.
C8ldertl'll. Barranc deis (Cat.adAu, Valencia) : 314
oatt¡ coaatenónl: 125.
CalleJón de 1Gs Moros (Slnareas, VaJeD(:Ia): 237.
Camallos, 8arraD(: de !<::lt&dau, Valenclal: 314
Cemarlta C'l'llrrllgona>: 145 y 148.
camt de la Costa IBarrlol, Castenón): 192; - de Dos Algues U.!ombay, Valenclal:
314; - de la Rambla de Monreal !Catadau, Valmela¡; 314; - Real d'Aiacnn~
!Albaida, Valencia>: 7; - Vell de Bechl (VIIIarreal, Castenónl: 208: - - de
Call¡ !Benlcarló, Castenónl: 1~; - - de Castelló a Ondo IVUiarreal, Ca~~o
tellónl • 2117.
Camporrobles !Valenclal: 231, 232 y 242.
Can Cnnyts !Banyeres, Tamlgona) · 103, 114, 118, 135 y 137.
canadd: 318.
Canal de Navarrés, co•lllll'ea CValenciJLl: 31 4.
cannlo~a. partida de la !B!Juu'cu. Valencia!: 2112. 233 y 246.
Canal/¡ !Valcnebll : 258.
Cantera, camino de In !Onda, C.utellónl: 207; - - - - !VUiarreal, Ca.steUón);
207; - cerro de la CE! Pul¡, Valencta) : 313.
Ontlada del Pm:uel<>, partida de !Slnare31, Valoncbll 232, 237, 2U y 242; - del Sall·
trar ISlnareas, Valenclal: ~32, 246 y 246.
Ca llamar (Turl&, Valenclal : 276 y 299.
Cap Blanc, alma del (V!Uarreal. Ca.&tellónl: ~117.
Capanea l'l'larra¡ona 1: u 4.
Carboruarla, cueva llt&llal: 28.
CAI'Cer (Valencia!: 29<1.
Onrenela, La l'nuis, Valencia): 276, 292, 2$3 '1 289
Carlet
Carr11.seal, El CSinlln:B$, Valencln): 232.
Cartagen!l
Oabrlel, Vnlencbl): 276, 296, 299, 300 y 315.
Casal do Zambujat CPortugall: 87.
O
Casinos
Caspe !Zaragoza!: 9.
C.-1 IAiemanlal: 174.
Castell, cerro del !Almenara, CasteUónl: 91J.I7 y 117.
Cas~ar !Alpe:; Marltlmea. PraD(:Ia): 27; -
177-198, 203-214. m, 276, m. 280, 282. 283, 3t!l. 318 1 328.
Cn.IU!Uón de Rugat !Valencia): 45, 47, 313 y 314.
Caateuones de Cea! CHinoJares, Jalo> : 11»-108.
O(I.IUUa: 23i.
-343-
[page-n-409]
ca.rtWarejo, El
Oastlllejos, Los (Iknl\léb(r, Veilenclal: 232. 244 1 2t5.
CMtlllo (Játlva, Valencllll: 258: - (Sa¡unt.o, Valencia!: 276, :!118
Catadau
Catedral de Valencia: 215-230, 285, 286 y 328.
Caudete
Cayla (MaUhnc, Au
Celln. ceca !Wrlca: 237, 248.
Cel.sa, eeca Ibérica: 224, 237, 248, 286 y 314.
CeiUberla, región teeiónlca: 258.
Cenarcas. hoy Slnarcaa: 234.
Cequta del Dlable CODda·VWarreai·Almazonl, caateU6n): 203-214..
Ce~
Oerr!Loa de Arrlba (Sinarcaa, ValenciAl: 24.5.
Oesseras CHérauiL, Fl'anclal: 75.
C. E. V., sala del: Véase «TTlnel del SumldOMI.
Cid: Véase cPun1 del Clda.
Cinco Hermanos
Cle.rmont-sur-L1lnquet (Audc, Franela): 75-aO.
Coballera, rambla de (Sinarcaa, Valencia): 233.
Coccnt<úna
Colllbe.Capelle CS:llnt-Avlt-&lnteur, Dordogne, Fran<>laJ: 19.
Oontlt (Cabanea, CaatcUónl· 140
Congo: 318.
Corblns
Corlnt.o (Grecia1 : 30 y 32.
Corona. cerro de la (Almenara, CaateUánl: 91 y 177.
Corral de Gallndo, partida de
Cortes (NaVlltTlll: 103 y 115.
costa Brava (Gerona): 162.
Coteau-
Covacb¡¡ de las Cabras (Dos All\111.8. Vo.lencl~l : 276 y 284.
Covalta (Albaida, Valencia! : 7, 93 y 144.
Coveta, La (Domeno, Valencia>: 296.
Cranes, cueva (Brenon, Var, 1'\-anclal: 27.
Creelente Fértil: 69.
Creta: 33. 34 y 38-38.
Creueta AltA
Cruz de los Caldos (Plaza de El Saler, Valencia): 156
CUba: 318.
cuenca. provincia: 22, 23, 231·233, 242, 243 ., 2'76.
Cuesta de las Vllxlraa CDoa A¡uu, Valencia): 284..
CUevas de Alm•n:rnra (Almerfa): 70 y 89; -de VlnromA
Cyclada.s: U9.
Cbamartln de la Sierra lAviJa): 162.
ChArco Ne¡ro, caaerto del !Sinarcaa, Valencia): 233 y 244..
- 344 -
[page-n-410]
ChAteauneu!-les-Mart.lgut'S CBoucbee-
Obello~myloe
Cbelva CValenclal: 231, 233, 234 y 314
Obercbel (Ar¡ella): 161.
Ch6vrea, Plateau des (Marsella, Fra.ncla> : 169.
Chipre: 106, 121, 122, 124 y 318.
Oblrlvella (Valencia): 278, 303 y 304.
Chlu.sl Cltallal: 123.
ObotUes, Los !Sinarca.s. Vnlencla> : 232 y 242
Danubio, reglón del: 72 y 123.
Oelra&, La (ArCos, Grecia): 32.
Oellclea, cnmino de les (Onda, CIUlteUOnJ 2cn
Delpboe
Den!&
Olable: Véase ~ del Dlable•.
Dinamarca : 318.
Oomello
OcD
OCe AIUé.a (Valencia) : 8, 2'16 y 284.
OOUbs !Franela): 123.
Doulmés (A!rlca dnl Nort.e>: 123.
Orantmom lllllb!a de Salnt-Rapbat'l. Vnr, Frapcla): 1.80.
Dre&don (Alemania): 17~.
Ouc, COI'I'O del I'Aimenara, Ca¡stellónl: 91, 177 y un,
Ebol.s, E4
Eceo: 72
Eclpto: 12, 19, 41, 68-72 y 108.
EICII, L' !Oliva, Valencia): 301 y 302.
Elche r Allcan~oe>: 113. 149-163 y 17~.
Eleu.sls !Orecial: ~2.
ElorrJ&a::¡, cucada: Vél3e «Túnel del Sumldont.
Emporlon: Véa&e Ampurlal.
En!ants, grotte des !VenUml¡lla. lLalla>: 11.
En¡utra !Valencia): 21 y 3H; - Sierra do IValcnclal: 314.
En MediO, caUe de lllugarra, Vahmelal: 30$.
Enserune CNissan, Hérault, Franela): 123.
Eret.o, 1..4 CVIUa!ranca del Cid, Oa.s~Uónl: 318; - deJa MOrO$
y 289.
E:rmlt.o, camino de In (VIUarrenl, Caaloellón): 201 y 208,
Eacaln, La coerona>: 105, 109, 112. 113, 118 y 139.
Escalona, rlo CNavarrés, Va1encln>: 271 y 2~.
Eamlrna (Turqula): 151.
Esp~dl\n• .s)erra de (CasteUOn): 177.
&~paliA: 18, 36-39, 110, 51, 68, '111-72, 90-101, 103, 106, 124, 111 y 172; - medlterrl\nen: &1.
82, ~. 87, 88. 105, 108, 115, 122, 139, 141-143 y 155; - mt!l'ldlonaJ: 81, 8&, 88,
106 y 108; - septentrional: 59, 70, a~. 115 y 161..
Espuen, bnrranc deis (VIUarreal, Caa~Uónl: 206.
E8pérlt, cueva de L' !Salses, Pyrénées Orientales, Pranclal • 24. 36, 40, 75 y N.
EspletenJ, E4 ISalsadella, CuteUónl: 141, 143 y 145.
!:atados Unid
Europa: 11, 12, H. 111-20, 24, 34-36, 39, 87, G9-72 y 143; - central: 41, 43. 51. 68, 70,
72 y 123; - J:Mdlterninea: 12, 20-39, 41-43 y 72; - occlc:lental: 15 y 70; oriental: 15.
Evora
-
345-
[page-n-411]
Extremndura. (Pórtug&l): 83.
Pnba.ra (Zaragoza); 190.
.Faleón, barranco de (Dos Aguss, Vnlencln): 284..
FarUJons (Isla de Maíre, Toulon, Franela> : 160.
Pnura (Valencia): 92.
FaUZIUl, cueva de C
Cesseraa, Hárault, Franela): 75.
Fées, cueva de Les u.eucatc, Aude, Fr(UlC!al: 71;.
Penlcios, Montanyeta deis : Véase cEstany!, Els».
F!nnJe Cltallal: 28.
Florencia
}?()nt d' Almaguer W!arp, VaJenola): 276, 289. 290 y SH: - de1 B nladre, b arranco
(Catadau, Valencia): 314.
Forcall
}?()rques, Les (Almenara, Castellónl: 91, 171 y 191: - !Bornol, CaateliOnJ : 192.
FOrtuna (Murclal : 312 y 313.
Possaret, El (Valencln): 215-230, 276, 285, 286 y 328.
Fougux (Ari~ge, Francia) : 7ó,
FranCí!Sos, eova d' .Els (Barraca de Alg(les\'ives, Alcltn, Vlllmt!A): 315,
Francln: 8, 11. 11-:10. 24-28. 34. 36-41, 75-80, 99-124, 1&1. 162, 180, 161. 169. 17-t, 201 .
298 y 318.
Ft-e!burg (Alemania>: 315.
Fuente Negra, La (Navarrés, Valencia> : 2?6 y 269.
Fuentenob1es
Galera
Glllldla ( Valenclnl : 8, 9, ~. 238, 276, 285, 286, 296, 300, 301, 310 y 328.
Gard (Franela>: 25-27 y 79.
Gardon (Franela): 75.
Gargavete
Garona
Gats, cueva. d'Els (Barrnca de A!g1lesvlve.s, Alolra, Valencia ): ~76, 288 y 31~.
Ga.yanea (Alicante): 47.
Gazel (Sal!eles-Ca~rd~. Aude, Franela): 76.
Gerona, ciudad: 157;- provincia: O, 24, 105, 109, 112-IH, 113, 137, 139, l ó1 y 162.
Gers (Toulon, Vnr, Franela) : 160.
Gesta.Jgar (Valencia) : 304,
Gl!·sut·Yvette CSelne-et-Oise, Franela!: 77.
Glorieta., Le (Elche. Alicante): 150; - (Siete Aguas, Valencllll: 276 y 309.
Golfo de León: Véase CLeón, ¡¡oUo deo.
Qorga CAllean be): 47.
Gorgos, rlo (Allcante): 283.
Gran Bretañ.a: 151, 152 y 318.
Granadn, provlncln: 20, 89 y 94.
Orand Bassln (Mallhac, Aude, Frn.nelal : 99-!05, 109, 111, 113 y 1!4.
Grao de Castellón: 143 y H4; - de Valenc.l a: 171.
Grauteaenquc, La IMlllan. Aveyron. Franela) : 298.
Grecia: lli, 30..34, 36-38, 43, 101, 1171 119-122, 124, IS3, IG1, 174 y 3\8.
Grlmaldl
GuadalaJara, provincia: 115.
Guadalquivir: 101.
Enllstatt
Heteulllllo
Eerradns, Lns
34.6 -
[page-n-412]
Hlbe:ra, ciudad ant.l¡ua en la nercavonLa: 147.
Wguttu~Ja. IValenclal: 278 y 304
Hlno)arta (Jaénl . 105-103
Hlrakllon
Bo!anda: 318.
Bospltalet.-
Boz. rambla de la !Sinareaa, Valencia): 233.
Buttta de ArrllM\ IBul\ol. Valeoclnl · 276 y 30'1
Bun¡ria: 123 y 318.
IbiZa
Dla del.s POI'l'OIJ (San!.:> Mar¡arlta, Mll!loreal • 328.
India: 318.
lnglaterrn: 69, 1~1 y 152.
Irnk, 69, 151 y 318.
Irlanda: 318.
lrt.a, alerra de (CaateU6nl· ~'19
Janello Citallal: 23.
Israel: 318.
JJJtrla (Yugoslavia): 118.
Italia: 11, 12, 15-18, 20, 23, 28-30, 3CHI, 43, 72, 16, 09, 11.2, 117, 118, 122, 123, 150, 15~,
155, 1&0·161' 183. 165, 16'1. 168, 173. 174 y 318.
ItóJica (Santlponce, Sevilla1: 153.
Jaén, provincia: 04 y 10&-108.
Japón: 318.
Jaral, El (SIMrena. Valencia): 232
J nrrés (Bouchea-du
Jt\vea !Ailcl\1\tc!l: 278, 283, 284 y 328.
Jean·Cros, abrl¡o da !Oiermollt.-aur·L4\uquet y LabasUde-en-Val. Aude. Franela!: 75-80
Jericó (Jordanlal · 119.
Jonia: 118.
Jordanla: 119 y 318.
JOcar, rlo· 233. 276, 281, 284, 294 y 297
Kalakh Cirnlcl: 161.
KnOSIOS !Crelal: 33.
Ki!ln (Alemania): 50. 63 y 315.
Labaatlde-en-Val lAude, Pranctal: 711-80.
Laehlsch (Asia>: us.
LclnJUCdoc tPnlnellll: 17, 18, 25-27, 36-33, 75, 101. 105, 121 y L23
Larlasa ITurqulal: 120, 122 y 124
LecaroQ: CNavarrnl: 328.
León. solto de eFranela) : 122.
Lérlda. provincia: 114, 135, 137 1 180.
Letreros. cueva de IOIJ
Llb
Lima CPerul: 278.
Limera, calle de ta (Oandla, Valencia) : 301 .
Llnz 1Austr1~): 60.
Liria
Lot
Lczl:re cPrnnc¡lal: 27.
Lurdllla
L~a, A
-
347-
[page-n-413]
Llano de la Consolación {Montealegre del Cast.1llo, Albaeete): 102 y 1u.
Lloml!ay. comAl"Ca. marquesado y !l<)blaelón (Valencia): 314.
LloDW~, partida de l... Llop, BaiTonc del (Barcheta, Valencia): 2'16, 298 y 299.
Llopl.s, cascada de: V~3se c\l'\lnel del Sumidor».
Llosa. La CCastellón>: 92; - de Rones IVnlenclnl: 288 y 28!1.
IJucllma,Jor
Llualo, flnea de (SB&'IIllto. Valenclal: 306.
Madrid, ciudad: 40. 53, ?1, 107, 116. 144, 172, 175, 247, 315, 327 y 328.
MamNI%4!o ccast.ellón): 133, 141, ua. H7, 282, 327 y 328.
Magbreb : Véase cMogreb•.
Mallhac Caude, Francia): 99-105, 107. 109·111. 113. U{. 116. 118 y 122.
Maíre: Véal!e cOerS».
Malrena
Mfl.la¡ra: 1'12 y 327.
MallA Interior y Superior (AUIIJ1), Valencia): 314.
Mallaet.es, cueva de tea
Mallorca CBalenresl: 99, U4-U'I, 119 y 128.
Mandeure (Doubs, Franela): 123.
Manresa (Barealonal: 190.
Manuel {Valencia): !97-2CY.!.
Marconnlére, dolmen de la (LOZére, Franela): 27.
~MarcO!l<)ulon
Marica, cerro de la !Sinarcu, Valencia): 233.
Marruecos: a. 38-41, 43, 71 y 318.
Marsella 'Franela>: 161 y 169.
Mas d'AZII (Arlége, Franela>: 78: - de Caperó CTraliUera, Castellón): H5 y 1.17:
- de la Enquelaa (Oabnnes, Cast.ellónl: 146; - d'En Rieres (Cuevns de VlnromA. Cast.ellónl: 141, 142 y 1~; - deis F'rares (Forcall, Caatellónl: 282: - de
Llborio: Véue aMas deis Frares•: - Nou de Bemabé tSalsildella, CMtellónl:
141 y 145.
Maalo. de Caa~Wo (Cblrivella, Valencia): 278, 303 y S!H.
Maz<>rrns, partida de Las IH!gueruelas, Valencia): 2'16 y SIH.
Meca, monte (Ayora, Valencia): 1U.
Medla. galerla: Véase «Tllnel del Sumido<>.
Médlnllla IAYÜII): 314.
Medlt.errAneo: ll-43, 50, 51, ?1 y 99: -africano: 12, 15, 17 y 39; ~ tro.neé3: 99, 100,
lO!; y 106; - occlden~l: •U, 43, 46, 51, 75, 77, 79, 99-124, 155, 177 y 28G; - oriental: 51, 69, '72. 100. 101. 106. 117. 119-121. 124, 152 y 280.
MéJico: 247 y 318.
Menorca
Menton (Alpes MarltJmes, Franela): 20.
Meravclles, cueva de Le$
Merimde-benl-&!.Jame CEglpto): 69.
Meset.a Central: u;,, 135. 137 y 142.
MesOP<>tamts: 69 y 151.
Mezquita, partldn ele CBugo.rra, Valencia): 305.
Mlcena, rlo (Valencial: 47.
Micenas (Grecia): 31 y 121.
Mldaa (Asia Menorl : 122.
Mldl (Franela): 39-41 y 75-00.
Mljares, r!o (CasteUónl: l4S, 203·214.
MUlares (Valencia): 2'16 y 284; - Lo.s (Santa .Pe de MondúJar, Almena): 59, 85,
87 y 89.
Millas (Pyrénées Orientales, Franela): 1()3.
Mlllau (Aveyron, Fmncia): 298.
Millena (Allcante): 47.
Mogente {Valenola): 8, 93, 144, Z76, 292, 316 y 328.
Mogreb (Marruecosl: 38-41 y 43.
Molt.l\ do Scba.stlaO (Muge, Portugal) : 50.
-
348
[page-n-414]
Molá (Tart11gonal: 133.
Mola, La
MOilnAI, monte (BQrriol, Cut.eUónl : 192.
Molino, partida. del !Sinarca... Va.Jencla) : 232 y 240.
~fón~oo: 16 y 318.
Moneada (Valencia): 309 y 313.
Monedü!re. 14
Montaverner (Valencia\ : 47.
Mon~l~re del Castillo CAlbacetel : 102 y !!l.
Montelu.s (Gard, ETanel3) · 79.
Mon~a !Valencia) : 258.
Monteó. mont.e rDenla.Já•·ea, Allcant.el: 280 7 291.
Montlber. pa.ñlda de (Sagunto, Valencia! : 305.
Montlaur6s CNarbonne, Aude. Franela! · 99, 105 7 L2S.
Mon~yroux CHérnult., Franela\ 2$.
Morblban
Mortero, cerro del (SJnarc:as, Valencia!: 233.
Morta, cueva de .I.as IPougax, Arleae. Franela l ; 75
Morvedre: Véase cSagunto•.
Motyé: !18.
Moulln (Mallhac. AUde, Franela): 103,
Muge (Portugal): 50.
Munttlnya Blanca: Véase «Blanco., MUntanyao.
Muntanyeta dcJ.os :sstany" Véa4e «Estanya, Elu: - del.a Fenicios· Véase cEatanys, Elu,
Muralla N. E .• necrópoll.s de In IAmpurlll$, Oerona.l: 105, U2, !13 y 139.
Murcia, provincia: 62, 155, 312 '1 313
Muro r Alleant.e): 47.
Murvlel·les-Montpel]t.er CHérault, Prnnclal 123
Muataua. alerra
Naukralls tEtJ!ptol: 109.
Nauplla (Argos, Grecia>: 32 y 120.
Navarra : 103, U5 y 328.
Nl\varré.s. Canal y población de !Valencia): 8, 51, 8'1, 89, 90, 271, 276, 2'18, 270, 285.
289, 308 y 314.
N~a.
N~ml,
cova: V6ase cCova Nesru.
lago de atallal: !50.
Nevera, pnrtlda de la (Slnarcaa, Vlllcnclal: 23~.
NISSan IIUrault, Franela) : 123.
Noce, cueva de la Utallal: 29.
NOtl\ (Cel'dclial: 118.
Novllara (Pesaro, Itallal : 30.
Nueva, saler!a: VEase «1'\lnel del Suntldor•.
Nueva York (U. S. A.): 150 y 828.
NUJes
Olbla
OUva IValenclal' 1U, 2'16, 294, 295, 301-303 y 32$.
Olmeta, eamiDo de Els (Almenara, Caat.ellón) · 191
Oloeau IValenclal: Z87.
o:.,mpla corec~a>: 174.
Omnrt
Or, cue.•a de L' IBenla!Té$. All<:ant.el 4~1, 53-73 y 281.
349-
[page-n-415]
Oriente Medio: 5~. 69, 70 y 122.
Orlola, La (Ampost.a, Tarragonal: 145, 147 y 148.
osera, La (Chrunartln de la Sierra, Avllal: 152.
Osm" (Sorla) : ll5.
Osurul (Sevlll3l: 152.
Otos (Valonclal : 47.
Ot:zakl-Magull' (Tesa.lla, Greclal : ll9.
OUllnS, ooeva D' íLe Qarn, G~
P~
Palencia: 327.
Pnlestlnn: 69 y 72.
Pnlma, La CAmposta, Tnrrngona): 145 y 148.
Palomar CVnlenclal: 47.
Palos, cabo de CMurcJal: 112.
Pan!plona (Navarra): 115.
Parls (Franela): 77, 78, 151, !52 y 174.
Parpalló, cueva del (Gandla. Valencia): 8, 9, 276 y 286.
Parque MunlclpaJ <.Elche, Alicante> : lbO.
Pastoral, cuevn del (La Sellera de Ter, Gerona): 24.
PasLora, cueva de IIL (Aleoy, Allcantel: 22.
Peal de Becerro (Jaén>: 94, 107 y tOS.
Pech-l!aho (Slgenn, Aude, Franela): 99, ¡o.; y 123.
Pedras d' El Rel, As (A Luz, Tnvlra, Portugal\: 202,
Pedregar CLiuchmaior, Mallorca>: ll4 y 117.
Pedrera, La CVaiUogona. Lérlda): 135 y tB7.
Pego (Alicante): 294, 295 y 310.
Pelndllla, cerro de la (Filenterrobles, Valencia): 276 y 293
Peloponeso (Greclnl: 3G-32 y 36-38.
Pendlmoun (Alpes Mruitlrnes, FranelA) : 27 y 40.
Penágulln, rlo (Alicante): 47.
PeniMula Ibérica: Véase «Esp:Uia» y «PorLug:
Peña del Rayo (SI.narcM, Valencia): 233 y 2f3.
Peñas, cerro de lrus (Sinarcas, Valencia): 232 y 24~.
Peralada (Port de la SelVa, Gerona): 114.
Pérgnmo (TUrqulal; 175.
Pt!!'ls Menebeta, calle de Wbalat de la Ribera, ValenciA): 297.
PerniUe-Oeze (Gard, Franola): 27.
Perptgnan (Pyrénéu Orientales, Franclnl: 105.
Persta: 69 y 161.
P&-ÍI: 161, 278 y 318.
l'esaro (Italia): 30.
Petlte Grotte (Blze, Aude. Franela) : 75.
Peyguerolles CHérault, FranelA): 26.
Peyrlac-de-Mer lAude, Franela): 123.
Pézenas CHérault, Franela): 99, ¡o,; y 122.
Phaloro VIeJo (Atenas, GJ:ecln): 30.
Pie de !'AguDa (Denia, Alicante): 290 y 261; - elelB Corbs (Sagunto, Valencia) : 5L
Plcarcho, cerro del (Sinarca.s. vatenclnl: 232 y 233.
Piezas de In MILdera (Bugarra, Valencia) : 276, 304 y 305.
Pinada, monte ele La CBugarra, Valencia): 305.
Pineda (ValenciA>: ! 71-175, 276 y 313.
Plnelln, partida ele (VIllarreal, Castellónl: 207.
Pirineos: U, 75, 78, 85, 99 y U2.
Pltarch, linea de (Cabanes, Ca.stellónl: 146.
Pla del Gnllo (Barraca de Algüesvlves, Alclra, ValenciA): 288.
Plana, comarca de La
Planet, El (Castellón de Rugat, Valencia); 314.
PlérlmoDd
-350 -
[page-n-416]
Poc:Ulo de Bercerueln ISinarca.s, Valmclnl: 240 y Nl
n Otall3.>: 29.
PokoUa (BOllvln); 25().252.
Polonia: 318,
PoU, Barrnne del (Jnttvn, VUienclnl; 276, 288 y 2S9
Pollera CLlgurln, Italia>: 28.
POnL de la Brulxa IVUlarreal, C!l.ltell6nl: 208 y 213
Pontc•·edm: 328.
Ponto Euxlno: 1Z2.
Port de la Selva (Gerona): 114.
PorLugal: 50, 10, 71, 81·90, 202. 28~ y 318.
Pola.Ola lAude, Franela>: 103.
Pozo Vl.ejo (Sinarcas, Valencl:l): 232, 235-23? y 241.
Prado, El (Sinarcas, Valencia): 232:
!Bullo!, Valenelnl: 307
Pral.~ daa ~
Provenza
Puec:IHI' Atnboul3 (Nant, Aveyron, FrancL'\l: 25 y ~6.
Puente de Congosto 15alnmanca>: 314.
Puente del Diablo: Véase cTiínel del Sumklon.
Pul¡, El
Pujolet, El IG.rao, Castellónl: 143-145.
Pulido, El (Cabane.s, c ... tei!Onl: 146 y 146.
Punt del Cid, cerro del IAlrucn Punte de !'Arenal CJO.vea, Allcant.el: 276, 2i3, 284 y 3:18: -de !u Mor,. cTarr!\~OMI: 171
Puntal, El
Pyre!Iu!~ Orientales
Quadrudo, partida del ICastcllOnl: 144 y 145.
Quesa
Raeó Rumbero
Rafala!ena, camino de !Castellónl: IH.
Rato! de Salem (Valencia>: 47.
Rambla de Monreal, eamino de La
R;u>uu, barranco de (Sinu.reas, Valtncla); 233: - pico de CTa!nyue.u CUenen t: ~'33
Raacalia. p~ de (Puebla de VaUbona, Valencia>: 278, soo y 3?'1
Ratea Penaes, cueva de Lea tRótova. Valencia): 285.
Ri>tU., barranco de 'Els CVlllarreal, Castell6nl: 208.
Ravln de R.ouv!gnoux (Montpeyroux, Hérault, Franela1: :15.
Real de GancUa (Valencia): 301 y 310.
Rce6 d'En Salvador, covacha (Serii\A, Oeronn): 9.
Regajo, nrroyo y par~lda del (61narc.IUI, Valencia): 232, 233, 235, 2H y 245.
Reguengos ele MO!Illa:rnz IEvoro, Portugal): 84.
RelamiDa, 81err& de la (Sinarc;IUI, Vlllcncll\): 232 y 233.
Remt
Ribera de Cabanea ICasteUónl: 143 y 145.
R!devldea CVI!ar~. Porl1Jgal) • 285.
Rincón de la Mina ITuc!jar, Valencia): 233 y 243.
Rlo Abajo, galerla: Véase cTdnel del Sumlc!cn: - Aníln, ¡alerta: Vt!~ cTUne1
del SUmldOD.
Roc-
Roc!Ba: 152.
Rodeala del Nor.e: 318.
Romn CitaJJal: 112. 152 y 174.
Rótova CValencial : 8, 276 y 285.
Roucadour CLot, Franela! : 78.
Pose~to.
-351-
[page-n-417]
Rou.ssWon (Franela>; 75 y '111.
Rouvtgnoux <
Berault, Franela>: u y 25.
Rugat (Valencia>: 47.
Rumania: 318.
Rusc.lno (Franela): 99, 105 y 123.
Ru.sla; Véase cUR.Ss •.
S!lcramento (Sinnroa.s, Valencia) : 243.
Bádaba l Zaragooa) : 190.
Ssgunto (Valencia): 51, 91, 177, 178, 180. 187, 190, 191. 195, 203, 20i, 214, 276, 292, 298,
30S. 306 y 326.
Sabara IMJlrruecos): 12, 15 y 17-19.
Salnl Avlt-St!nleur {Oordogne, Franela): 19; - Etlenne d' Albsgrum !Hérault, Franela): 75; - Jean.Oe-Vergea (Arlége, Franela) ; 24; - Jullen (·Pézetu18, Hérault,
Franela): 99, 105 y 122; - Rapbnel CVar. Franela): 180; - Rome.de-Cemon
(Aveyr-on, Franela): 25.
Saltabl, boy Játlva : 292.
Salamanca: 314 y 328.
Salamlna (Greolnl: 120.
Salamm!IO, aantuarlo de
saunas (Aileante>: uo y 111.
Salsadella
Salt. El
Salto, aala del: Véase <(l'únel del Suml
SalllAl, hoy Sendcblrll (Sirl.al: l.Sl.
Samos (Oree la): 120.
San Antonio, cerro de (VIllarreal, CasLellónl : 212; - - (AIIagullla, CUenca): 232, 242
y 243; - Cristóbal lSinareas, Valenclnl: 232, 233, 235,. 237·239 y 241; - Francisco, c:ille
cla): 23~, 245 y 246; - Mlguel, capilla (Catedral, Valencia): 215 y 216; --cerro de U.lrlll. Valencia>: 8, 9 y 1«: - Pedro, parroquia (Valencia): 215: Pedro Pascual, capilla (Catedral, Valencia): 216 y 219; - Qulrze de Oalllners
(Bo.rcelona): 23 y 24; - Salvndor (Elche. Alleantel: 149.
sanoti-Petri (Cádlz): l7Z.
SanguJnetto (Finale. Itaua) : 28.
Santa Cruz. eunltn de
y 207: - Vrsula, fuente de (SJnarcas, Valenclal; 232 y 246.
Santander; 327.
Santlponee
santa, cueva y rlo
S . A. R.1 sala del: Vén.se «TUne! del SurnldOrl>.
Saraclla, bammc de la (Valladn, Valencia): 257, 265, 2'11 y 272; - luente de la (Va·
liada, Valencia): 265-287 y 272.
Sargels (SalnlrRome.de Cemon, Avcyron, Francil>l: 25.
Sarsa, cueva de la CBocalrente, Valencia): 276, 287 y 313.
Sauveterre (Lot-et-Oaronne, Franela>: 79.
Sec. rl.o CVUlarrenl, Castellónl: 208, 210 y 213.
Begovla: 18, 39 y 247.
Selne-et-O!se (Franela) : 77.
Sellera de Ter. La (Gerona): 24.
Sencblrll (Siria): 151.
Senegal: 318.
Senleta, La (Cabanes, Castellón) : 145 y 146.
Sent Vleen~. luente CLirlil, Valencia) : 287,
Serlñá (Oeronal: 9.
-352-
[page-n-418]
Sermonota (Itall~l: 29.
Serpls, rfo (Alicante-Valencia): 45 y n .
Berra de I'Esl>a.sa
BerTeta, La (Aleoy, Allc&nte): 112 y 114.
Bete, Mont de (Hérault, PrtDcla): 123.
SevUla: 106, 137, 139, 1~2. 153, 278 )' 327.
Sleard, cueva CChAteauneut·lt$-M:artlguea, Boucbo-du·R.hOne. Pranelal: oto
Slellla Ot.allsl: 29, 38. 39 y 72.
Sierra d'Engarcttin
Sl¡¡ean CAude, Frandal: 09, 106 y 123.
SlmJlt de Valldl¡u~ (Valencia): 298.
Slmulnorum Arcaa, hoy Slnarcas: 234.
Slnarcaa CValenclal: 231·247,
Slrla: 72, 151 y 318.
Slt¡¡es, Les (Torre En Domtnech, Ca.sullónl: 141 y 14~.
SollvellA, La Wca!A de Chlver,, CaatellOn>: 108, 110, 135, 14$, 147, 276, :!"'t. 280, 318
'1 328.
SoUana CValencla>: 308.
Sor!&: 115, 152 '1 172.
Soapedra, sltón de: V~ue cTUnel del Sumldon
Souaae. santuario do CTI\nttl: 118 y 122.
Spu¡¡o de Gantlts cPrancla): 78.
Sudeste espaJíol: 11, tO y 108.
Sueca (Valencia>: m.
Suecia: 69, 70, 1!9 y 318.
Suiza: 318.
Sumldor: V~e cTI)nel del Sumldora.
Superior. gGieria: V~au &'l'únel del Sumldort,
&lrtlderas, rambla de IAa
SUS!\
TIJa;fuelu (CUenca>: 231-233 y 243.
nJJola !Almenara. CU\ellóol: 192 1 195.
Tarra¡¡ona, ciudad: 135, 148, 155, 171, 112, 114, 201 y :H2; - provincia: 103, 114, 118,
133, 135, 137, 14~148, 155, 171, 172, 174, Ita. 201 '1 242.
TIU're¡¡a, tinca de !Cabanes, Caat.ellónl: 145 y 146.
T&vlra (Algarve, Portugal): 202.
Telxon~ra, partida de La (JAUvn, Valencia): 288.
Tejado, 'El CS!llnmancnl: 3H.
Tejerla Nueva CSin.m:&a. Valencia): 232 y 240.
Tello !Sumerl: 151.
Templo de Venus: V~ase cEstanys, Elb.
Termet d~ la Vlrs~ de Oracla (VI11aneal, CllolteUónJ: 208 y 210.
Terminal. a:alerla' V~ue CTWlel del SliiDidon.
Termo CEtollaJ: 151.
T~ruel: 112, 137, 716 '1 282
Tesalia !Grecia): lit.
Thera (Grecia) : 117 1 120.
Tlahunnaco CBollvla): 24g...2~3.
Tlelmes (Sorlal: 172.
Tlo Aseoslo, cueva del: V61\se «Covacha de lna Cabra.!ll.
Tfo 011. cueva del coenla. AliCMte): 2'16, 290 y 291.
Tlrta: lC&steJJón): 133 y 139.
Tlauco (Segovla): 18 1 39.
TOba CS!narca&, Valencia)· 232, 233 y 248.
Tabarra !Albae~te> : 111.
TOI, n.lto del (VIll&n'eal, C&a~Uónl: 207 y 2l2.
Toledo: 2t7.
Torralb&, !Inca. de I.Bugarra, Valencia>: 306.
Torrasa, parl1da d~ lA (VI.llaJT<,al, CsatellónJ: 208 y 214.
-353-
[page-n-419]
Torre En Doméneeb cc.,steUónl: 141 y 145; - del Mar cAlmen.•""· Caa!A!Uónl t7a:
- de lA Sal tCabanes. Cast.eUónl: 145 y 146.
Torrecica, La
Torre!ló, pn.rtlda de tAltru~zor.., Cut.eUónl: 207.
Torremnnzanas !Alleo.ntel: 21.
Torrente (Vo.lencla): 299.
Torreones, LOs tJátlva¡: 259.
Torres, Les coabanes, Caatcllón>: 145.
Torreta, ouevn de La. (C!Uit.ellnovo, Cru;teUóul : 31.
Tos Pelat CBétera, Valencia): 270, 309 y 310; - - C
Mono.ld;L, Valencia>· :oo ; 313.
Tosso. Altn, cerro de L.l
Tossalet. El (Alcoseb~. AlcalA de Cblver~. Casú!Uól: 133, 1», H5 y 14~.
TosselS, =ro de Les CBenlcnrló, Cil.Stellónl: 1~.
Toul·Bras CMorblhan, Franela> 34
Toulon (Var, Pranelal: 160.
Toya (Peal de Becerro, J a~nt. t4. 107 y 108.
TrulgUem tCasteU6nl: 145 y 147.
Trunscauc:LS!a ro. R. S. S.> 70.
Trencades, ctunlno de Le4
Troya (Turqulal: 66, 122 y 124.
TUéjar t ValeneiA>: 231, ~32 y 2U, - tio (Valencltll: 314.
TUIII!l: Vénse
Túnel del Sumklor (Vnllndn, Vnlenela): 255-273
TWtez: 38, 108, 112. 114, IIU, 118, 122 y 318.
Turla, rio: 171, 232. 233 y 278.
TUrls
UI!Mtret (Gerona): 113 y 118.
U. R. S. S.: 70 y 318.
uuca (Ttlnetl: 118.
Utl!!l
Vado, El (Caspe, ZamJOUl' O.
Vado LlgUre lltnllal. 183.
Valdes!erra, cerro de (Sinarcu. Valencia): 232 y 233.
Vnlencl3, ciudad: 8, 45, 40, &0, 8$, 87, 93, 135, 146, 147, 156, 153, 1CS, 111, 118, 197, 201,
204, 21~230, 234, 23~. 237, 239. 240, 243, 244, 247, 249-253, 255, 286, 278, 'l'17, 283,
286. 291, 292, 299, 300, 310 y 328: - provincia.: 7-10, 21, 45-17, 51, 81-93, 108. 111,
135. 144, 146, 147, 1$~169, 171-175, 177, 178, 180. 187. 190, 191, 19&, 197·204, 214·
247. 249·253. 25~273 y 276-328.
Vnlentla: 218, 230, 246, 286 y 292.
Va1tlerra (Navarra): 115.
Valvls!cola (Sermonet.a. llnlll>l: 20.
Vall d'Ebo
Valladolid: 327.
Vallejo de los Mndrlles, parllda de ISIJlo.rcas, Volencln>: 233.
ValltOCOfk~ ILérklal: 135 y 137
Vlll'
Vélez Blanco
Venllmlglla malla>. 11, 12, 15-18, 20, 25, 43, 183, 185 '1 Hl'l.
Vereda de Ca.stllla tBuaarro. Vatencla 1: 305.
VerontL fltnllal: 28.
Vla Latina
vuanova de San Pedro tPort1l¡all: 8$, 87 y 89.
-354-
[page-n-420]
vuar¡p. v'lle de IPortll¡all. 23$.
VDarrodona !Tarra¡ona): 180.
Vllla!rancs del Cid (Caat.eli6DI: 314.
v .l~oyosa
\ tllanueva lllt:n•¡~bel'. ValenciA>; 232 y 245.
\'lli Vllll!.rea, Loa
Vlll
VtllariCOII IA!m•ril\1; 106, 107 1 118
Vlllarreal CC..IStellónl: 203·214
vwena
Vlr¡en de or~cb, ermita de La IVIUarreal, C....Ullónl. 2.07. 208 y 210.
VIuda, rambln de L3 IAhnazora, Caatcillónl: 207 y 208.
Vtzearra (Elche, Allcl\tltel · 150.
Volta, cerro de Ln 'Uenlea.rló, CaateUónl 125.
'leso, cueva ctel cQueaa. Valencia): 271.
Yuroelavla: 113 y 318.
Z..rasooc~. olud~d: 315;
provlncln: IDO.
-355-
[page-n-421]
INDICE DE PERSONAS Y ENTIDADES
Abarluea SetUer, J .: 310.
Abelanet, J.: 24, 40 '1 'le.
Academia «Sao JOI6 de la MOOI.allt.o !Oliva, Valencia)· 302
A!rodlta: Véase cVonuo.
Agrupación Cultul'SI (Oliva, Valencia): 3~.
Agullua '1 Gaml>o&, MllfQUÚ de Cmalbo, E. de: Vé- cCemllbo»
AguiJó, V.: 239.
Akl\cer Grau, J. : 180. 212, 292, 310. 318 y 320.
Aleadlz, J.: 284.
Alclna FraJ>ch, J.: 178, 181, 183. 188-181 y 2411-~ .
Alcobé Noguer, S. : 18.
Altaqul Paliar, Jucett.: 203 1 212.
AltOD.
lt.Jmarche Vázquez, F.: 144, 14e 1 283
Alvarez Osaorlo, 1".: 108 1 l'n.
Alomo Senc.ndreu. J.: 31S.
Amelun¡, W .: 114.
Andoeldes: 150.
An¡el, L. J.: 30.
Antonino Plo: 308.
Afió, lL : 1~. 129 ., 130
Aparlelo, J.: 314.
Apolo: 172, 174 1 313.
Apojo Lyltelcs: 174.
Arcaz, rey !tgendntlo: 234.
Elche, Atlcnn!A!) : 150; - - - tSinArco.a, ValenciA) :
Archl\'O m.t<>rlco Municipal C
240; - - - (VIllarreal, CasJ.eU()n) : 203.
Arljo, L. M.•: 283.
Arnal, J.: 4l y 320.
Anlb~~.J Palau, A.: 89 y ll8.
Aaamblea Nacional de lD.ttltuelooea Culturales Provlllelales, U.•: 327 y 328
As4l'Ubal Barca: 112.
A.ltruc. M.: 106 y ua.
Ateneo MA!rcan\il (Valencia): 326.
Atrlan JardAn. P .: 112.
AUdlbert., J.: 43.
Aucuato: 150, 175, 214, 224, 24f, 282 y 813.
Avlt:no, R. Pesto: 123.
Ayuntamiento de Alelra: 288; - Ba~na : 320; - Bocalrm!A!: 308; - Gandla : 301;
- Mogentt:: 328; - Na'I'&JTÑ: 289; - Olin: 302: - SWareu : 240; - Valencia: 217; - Vt.llllda : 288.
Baco: 172.
Ballloud. o.: n.
-
358 -
[page-n-422]
Balll mana, A.: 175.
Bal$An, L.: 26.
BIU!elter TOrmo, L: 7-10 y 45.
Barra!, L.: 15, 27 y 40.
Bru'I"M de Aragón, F . de tas: 18 y 2~22.
l.larrl~rc, O.: 79.
BeldB, l.: 314.
Beltl'll.n Mart.ín~. A.: 9 y 315.
Beltrlul VUlngtMa, P.; 217, 235, 292. 313 >' 319
Bdlorbln, J. de: 150.
Benolt, P.: 101, 159, 160 y 11111.
Berdetea, N.: l19.
Berdlehewsty Scher, B.: 82
Bemabeu, R.: 23i.
Bemabó Brea, L.: '!2.
Bu, J. IIL•: 314.
Beut.er, p. A.: 294 y 295.
BlbUot.eea Oentrat de la Diputación !Valencia>: 317,
B~ Megia, J .: 289.
Blanoo Pteljelro, A.: 108 7 108.
Blnaoo, N.: 315.
Bla;y Navarro, J.: 303
Blegen, O. W.: 122.
BOehlau, J.: l21 y W
Boluda, M.: 315.
BoD801', 0.: 108.
Boecb, D.: 147.
Boech Glm~rn. P.: 101. 110. 112, 137, 142 y 148.
Boule, 1IL: 15.
Braceo, J .: 27.
Braeaeu. A.: 93.
Brlnkmluln, R.: 273.
Brtttm Mu.seum !Londres): 1&1 '1 l52.
Btouard: 159.
Bru VIdA!, S.: 212, :n~230, 28&, 28&, 290, 308. 310, 31&-321 1 323-32&.
Bulchan, O.: 1!8 y '!2.
C&IIDdo Catednüldo (Valenda): 215.
O.br~ AsW16, J.: U2, 135 7 152.
O&llr~ Herreros, E.: 15l.
Call¡ula: 160.
Calvo, L.: 238.
CalZada Olrbés, A.: 314.
Can1ru-ena Malllque>¡, J .: 28&, 300, 301 y 310.
Canterla Oonzález, P. : 278.
Carlllnl, L.: 20.
Carlos IV: 247; - V. : 179.
CartaUbac, E. de: 146.
Oa:rrll.!CO Hennoza, J .: 278.
Oarrlazo, J. de la 1\L : 108.
Oasa de la Cultura IAlco;v, Allcan~>: 3211 y 3211.
Cutany, A.: 315.
C...teU Malquea, V.: 218, 217, 220, 28&, 2118. 323 '1 325.
Castellano, D.: 309.
oavanmea, A. J.: 194.
Cebr!An Mesqulta, L.: 180, 189 '1 11$.
Centre des Falbles Radlooctlvltá (01!-cur-YveUe, Franela): 'M; - Natlonat de la
Recherche SclmULique (P'rancla): 'M.
Centro de Cultura Valenclana: 239-241 '1 243; - Culwral de E. 1 D . IAlcudla de
Ca.rlet., Valencia): 326; - de Eñudlos del MAestrazgo
Cerdl\. Retg, P.: 306, 311 y 325.
Ctmllbo CM&rqués del : 115.
-
357-
[page-n-423]
Cé>ar (JuliO): 150, 115 y 313.
Cl!errl. F.: 59, 66, 70, 72 y 73.
ClnLIIS, P .: 106-108, 118 y 118.
Claustres, M. : 105.
Claudio: 241; y 298: - II, el Gó~lco: 2411.
Clemente Rnmfrez, J.: l43.
COdina A.rn1engoL, E. : 279.
COhen. H.: 2.W.
COlección :Bonsor (Malrena, Sevilla): lOO; - 83.ludes
seo de Prehistoria de Valencia): 249-2li3, 31l, 312, 320, 325 y 327.
COlegio Francés C
Valencll\1: 312; - León Debón ISal.anmncal 314 y 328
Colominas Roca, J.: 141, 29-1 y 295.
Collectlon <1e I'HOI~ de Pams
congreso Internacional de Amerlcanls~:t.l (XXXVII: 320, 327 ;¡ 328: - - de AnLrOpo!OI!ia de Mónaco: 15; - Nacional d e ArQueolog!a (Vlll: 326:
CVDI '1 IXl: 32'1: - - de Comunidades de Regantes (Valencia) 328
coon, C. E.: 15 1 24.
Cortés y LópeZ, M.: 263
Coulonge5, L.: 79
COurtols. J.: 101.
Couste, R. : 79.
Cremades, E.: 2«.
Crullles (MarqUés de) : 215.
Cuadrado Dlaz, E.: 101 y 320.
curu-uro FernAndez, l. : 313.
CUeto AdriiÍll, M.: 194 y 300.
Chabl\s Llor~. R.: 301.
OhabreL Fraga, A.: 180, 183, 183 y 187·189.
Ohapa. MonLalvá, F .: 29-1.
Charles, R.·P,: 11-43 y 79.
Chlehell Trilles, R.: 313.
Cbllde, V , 0 .: 41 y 123.
ChlUida M ellá, J .: H7.
Oru-der Perleás, B.: 273.
Darlo Clemenu, R. : 245
DebeaW<, A.: 312.
Delegación de Zona del Servicio Nacional de Bxcavaclones : 281. :!83, 291).292, 293, 300,
303. 3Gf. 308 7 323.
~lbrlns. a.: 17.
Ololé, Pb.: 161.
Diputación Provincial de Cutellón: 279. 282 y 328: - - de Valenclll : 8, 9, 50. SS,
93. 156, 169, 111, 197, 211. 235, 255. :ns. m. 2sc. 295. a08, Sto. 311, 313, 317, 320
y 328.
Dirección ~eral de Belll\8 Art.ca: 215, 217 y 313.
Oomlclano: 305.
Oonat Zopo, J.: 265-273, 290, 319 y 320.
DoñaLe Sebastlá, J. M.: 203·214.
Oressel, H.: 163, 165·167, 169. 201 y 304.
Duart, L.: 312.
oucaruge: 159.
OUCOS, P.: 76 '1 79.
Ougas, Ch.: 119.
Dupuy de LOme SAnehez, E.: 273.
Oussaud, R .: 119.
Eneas: 2:H.
EscAl6n de Fon!.ón, M. : 40, tl, 79 y 80.
Eoc:nnden. J.: 288 y 315.
Eaeolano, o.: 234.
Escutaplo: 2-11.
Eepafia, J.: 315.
Eepl Martl, S.: 7-10 y 310.
-
358
[page-n-424]
Est~ve
Calvez, F .: 12>148 7 210
Eutorbo: 151.
Evandro ~. 2M
Evbodls: 304.
Exposición de Histor\.~ de G:mdfa: 328; - del Mar CPonteved~:l): 328.
f\\Cult.ad de Ciencias (Barcelona >: 2llll; - - - !Valencia): 244 y 327;
de Pilosolla y Le~raa (Baroe!Oilll): 280 y 310; - de Fnosofia y Letl'll• CScvWn1 278;
de Fnosotfa y I,et.ras (V
Pnmbuen:> Lucln, R.: 310.
F'fllpe U: 247; -m: 234 y 247; - IV: 247; - V: ~7 .
Perle. InterUAcfon&l del Campo (MAdrid): 328.
f\Ornández Chlc11tto y de Dloo, C.: 107
F\rnández Montenegro, J. o 314
Fernando VII: 247.
Perrer y Julve, N.: 283.
Pl¡ola. B.: 1'79.
Plt.o y eo:omé, P.: 180.
Flaksberl:er: 70 y 72.
Plelclltr Valls, D.: 10, 49, 50, 80. 106, 110, 123, 135, 147, 153, 171, 180, lt7, ~. 212.
217, 217, 219-281, 2&9-293, 29&-209. 303. 306, 307, 31~312 y 319-3:!"7.
l"lorscl>Ulz, P.: 87 y 319
F'lower: 13, 3$ y 36.
Pouet, o.: 202.
Fürat, o. M.: 31 y 32.
Futum!U'k: 121.
Fusté Ara, M.: U y 21·23.
Gnrcln y Bellido. A.: 108, 152, 171-175, 183, 180, 18?, 313 y 315.
Onrcln Ga.ro!n, F.: 313.
Garcla Navajas, J.: 3!3.
O~>rcfa 8:\nch~. M.: 31!1 y 320.
Gnrln y Ortlz ~ Taranco, P. M.•: 313
Gaseó Mattinez, P.: 319 y 320
G!¡lloll, O. Q.: 123.
G!ner Boluter, c.: 310.
O!ner Soopedra, V.: 279
OinSblll'l. L.: TI.
Glot, P. R.: TI.
OU'ona, V · ~.
OlrY, J .. 99 y 105.
Glutt:ridll·Runerl. V.: 28 y 29
Gjeratadt, E.: 106 y 121.
Gómez Serrano. N. P.: 93, 217, 234, 239, 243, 294 y 309
Gomlln. A.: 299 y 31~.
Cordlnno: 246 y 300.
G
Oran Diosa: 86.
Grnziosl, P. : 20.
Orwpe de Réchuches ArchéoiCiiques eL de Plon¡rée
Grupo de Investigaclones Suboew\tleaa de E. y D. CValeru:lal: 158, 159, 169 y 255:
- Espeleológleo VIJ.anova y Plem C
Valencl'l) • 255. 284. 289. 290 y ::93
Guerrero, J .: 8.
GullAine, J .: 43 y 75-80.
OuWermoLU Sastre, V.: 302.
Gurrt!a Crespo, V.: 310.
Bndrtano. 2t6, 293.
Hnroen, D.: na.
Bll.apel3. Ch. E.: 122.
Hl\11$Cf, o.: 19.
Héetor: 151.
-
359-
[page-n-425]
Heer, O. : 63 '1 ?3.
!klntz, E.: ??.
Helbnelt, H.: 08, 69 1 ?3.
Herme. : 1?4, 1?5 1 306.
Hernández Crespo, M.: 2'78.
Herro.ndll, P.: 288.
HJerta..Retalu.Stlf~ KunaUca Vetena~tapaatr:ademl~ ISUrclftl: w
HIPóliiOI: 171,
Hls Cata!A, A.: 310.
Hlspanlc Soelet7 of Amtttca
Hopf, M. : 51 '1 53-73.
BUbner, E. : 92, 242, 299, 301 '1 302.
Huerta, P. J.: 315.
Bu¡ru.,., C.: 320.
Hu¡uet SefalTa, R.: 180.
Horaclo, Luolo: 242.
lbarra OrNIO, D. E.: 249 1 318.
Ibarra Manzonl. A.: 148 1 150.
Inn.rda, R.: ~.
ln.$tltuclúl Alfonao el Mai"An!mo (Valenclal : 310, su. 317 y 3~ ; - Bry:LIIt! 3!8
Instltut d'EIItudll Oatalans
scmeall : 314; - - (Gand!al : 828; - PrOvincial de Hl¡lone !Valenclal: 2GG.
Isabel n: 2n.
Issel, A. 28.
IsLituto Int.unazlonale dl Studl Ltsurl CBordl¡¡hera. ltalln l: 155
Jaime I de An.gón: 294.
J&ubert de Pa&a: 206.
Jérlea, J . de: 234.
Jornet Perales, M.: 8.
Joulln. L.: 148 1 141.
Jullli, P .: 288.
Jull'l, J .
J.: W-124.
Jnnta de Rle¡os de la Hoya (Bu¡arral : 304.
Klmml¡. W.: 103.
Klaatscb, H.: 18 y 19.
Ktlrnlcke, F.: 08 y 73.
Koumarll, 1. a.: so 1 32.
Kromer, K. : 135.
LabOratorio de Arqueolocla de la Unlve... ld&d
Parlsl: 17; - del Ra·
dlocarbono del Comlsarlado para la Enerifa At.Smlca (PrsnclAI: 17.
Latuente VIda!, J .: 101 y 108.
Lall\bollla, N.: 159, 181. 163 y 166-UIII
Lambrlno, S.: U3.
Le.ndra, a .: 29.
Laptace, a .: ?8 y 80.
Lapuerta, J . : 183 y 198.
Lázaro. L.: 230.
LcMeltcr. v. : 21.
Lebmann. H.: 253.
Lcboux: 159.
Lelsner, a., 81-90
Lctsner, v .: 81-90.
LcrOI.Qourbatl, A.: 73 y 80.
Levl, D.: 118.
Ltvlo. Tito: 112.
Lorlcb.l, o . D.: 1-H.
-
360 -
[page-n-426]
Louls, M. llt·101, 103, 10ol y 114.
Lumlarea
A.:
Llat.u Bur¡os, V.. 304. 310 1 314
UIDares Oalbls. V.: 308.
Llobregs~ Con-. E. 81*· 278, m. 285. 323, 324 '1 320.
Lloren~ Olivares, T.: 283 y 2313.
Llorla, P.· 245.
Maluquer de Mocea, J. 101. 115 y 13'1
c..uoo.
m.
Malvealn Pabre. O .· 78
MAUea, l .; 237
MansueU1, O. A.: 174.
Mañé OQeU, R.: 101 y 135
Marés, P.: 233 y 235.
Marin de la BAreen•. A • m
Marlner Bl¡orra, 6.: 315
Marqu!e, M. ; 25
Marte: 150.
Mai'Lel San OU, M .: 2U.
Martln de Cutlllo, O.: 155-UIII, 172, 194, 283, 284, 288 y 2318.
Mnrtln Cortés, B.: 1&0.
Mnrtln Granel, R.. 103.
Martlnez, A.: 315.
Martlncz, O.: 315.
Mart.lnez, D.: 304.
MarUnez Aloy, J.: 293.
Mnrtlnez y Martlnez, P.: 238, 2t3 y 293.
Martlnez S!Uitn..Qial!l\, J.: 41, 13, 117, 143 y 166.
Maaea~ell, I.: 266,
Matcu y Llopla, F .: 21?.
Maytu>, y Sisear, O.: 301 y 302.
Mayoral (AnObl.spol: 217.
Melchor Polo, V.: 189,
Méllda Allnnrl J . R.: 190.
Menelno: 151.
Menéndcz Amor, J .: 87 y 319.
Men6ndez Pida!, R.· 108 y 190.
Meneu. P.: 213.
Me-roe, L.: 78 y 80,
Mesado, N.: 91 y 111·198.
MMeiUer Pardo, J.: 3'13.
Metropolltan MU$eum CNew Yarkl • 150.
Mleó, 0.: 197.
MUojc!c, V.: 119.
Mochl A.: 28,
Moltnero, A.: 152.
Montalvá, E.: 315.
Montandón, 0.: 10.
Montallana Oarcla, J . M.:
~288.
308 '1 310.
Mont~tde, A.:
235.
Mon~rde Oonzález, D. : 245.
Moru:ó Nocués, A.: 290 y 313
Morant, O. M.: 19
Mulet Prutoa, I..: 305.
MUUer·Karpe, H.: liD.
Mundlna MUallne. B.: 147.
Muftoz Sollva: 234,
Murua (O
MUrruJ): 2$8.
Mu.éo d' AnthropolOSie Préhlatorlque CMÓlllleol: 1$; - du Louvre CParlsl: 151, 152
y 174; - de MaiJMc: 89 y 104: - de Menton: 20; - Natiot141 d' Hlstolre NatureUe CPar!Jl: 77 y 78.
-361 -
[page-n-427]
-1
Museo Atberttnum CDreadem: 1?4; - Arqueológico (Barcelona> : 112, 115-117 y 295;
- - de Florencia: 150; - - Monlcl¡ml (Alcoy): 49 y 112; - - (Jút!va): 289-:
- - - d e Sagunto: 19S y 308; - - - d e Vlllena: 111; - - NaclonD.! IMadrldl:
70, 7l, 107. 116, 1~. 172 y 175; --Provincial de Albacete: UI: - - - de Alicante: 281 1 291; - - d e C(ldlr,: 172;- --de Gerona: 157; - - - d e !bl·
za: 117; - - - d e Tarragona: 171 y 172;- de Berlln: 152 y 175; - Brltánlco:
Véase •Brltlsh Mw;eum•: -Cap!tollno !Ro!nlll: 174: -de Cli!Sel: 174; -del Cerámico (Atenas): 121:- de la Ciudad !Barcelona>: 175;- del Colegio de Nues·
tra Sefiora del Buen SUceso
238; - Marlt!mo (Ba~lonal : 157; - Metropollt.ano (New Yorle): Véase «M<>tropolltan Museum•: - Monográfico de AmpuriM: 112: - NaclonnJ de Atenru<:
120: - de N:i.poles: 173 y 174; - de Nauplla: 120; - Naval de Albenga: 159;
Numantino (Sorlal: 152; - Paleontológico Rodrigo Bote~ (Valencia!: 244;
- de Prehistoria del S. l. P . (Valencia>: 50, 93, 156, 163, 171, 235, 237, 249, 251.
252, 299, 31J.S16, 320, 325 y 326; - Provincial de Bellat ArLes !Valencia); 292;
-Provincial de Castell6n: 279;- de 1114 Termas (Roma): 174;- Vatlcll.no: 174.
Napoleón: 7.
NaVIU'TO, F'.: 242.
Navarro Rublo. M. : 269 y 284.
Netollt.zky, P.: 70 y 73.
Neuweller,J!:.: 70.
Nler.o Gallo. G.: 82.
Noé: 234.
NordsttOm, s.: 99-1.24.
Olmo, J. V . del: 216.
Oliva Prat, M.: 113 y 158.
Olivares, A. M.: 315.
Ollver de Cllrdenaa, J.: 280, 281 y 322.
Oslr ls: 234.
PaJol Salellas. P.: 137.
Palomares, E. : 231-247.
Pnncraclos: 152.
Pardo Mlquel, R. : 45.
Parls. P.: lll.
Prats, A.: 315.
Pascual GUru
Pu.stor Albetola, E.: 313.
Patronl, G.: 118.
Pelllcer Cstalú, M.: 72 y 73.
Pequefios Mae.¡tt06: 103.
Pérez, J. A.: 315.
Pérez Bernúndez, P.: 237.
Pérez Latorre, J .: 241.
Perlcot Garcht, L.: 7-10 . .:;, 286, 310 y 316.
Perls Fuentes, J .: lt6 y 19li.
Pbaldra : 171.
Plette, E.: ?8 y 80.
Pl)oñn, J.: 151.
Plles Ibars, A.: 293.
Pinto da suva, A. R.: 70 y 73.
Pla Ballester. E.: 10. 46, 85, 87·90, 93, 2?5-328.
Pla Cabrero. V.; 178, 180. 183, 185, 187. 189 1 195.
PUnJo: 227.
Pollblo: 178 y 191.
PO!lS<>ll Cort&, P.: 310 y 313.
l'onslch, M.: 284.
Porto, F. G. Lo: 109.
P08llllnsky, A.: 25G-252.
Proxlteles: 174 y 313.
-362-
[page-n-428]
Ptolomeo: 242; - (~y): 68.
Raddalz, K.. lOS.
RGJnos Polqué.s, A.: \49·153.
R.nmtrez, L.: 240.
R 3t Penal, Lo !Valenclal: 326.
~~ Academla de la Rlstol'la : 150.
Reyea Católicos: 247.
Rll:eii
Rfoa, J . M.; 273.
Rlpoll ~Uó, E.: 153
Rlquet, R.: 26 y 41
Rlur6 Lla-part, P.: 24.
Rlzu>, o. E.: 174.
Roela Soriano. S.: 201
Rodrigo, E.; 179.
Rodrigo, R,: 314.
Rodrlguez Adrados, P .. 315.
Ro!¡ BataUor, T.: 177 y 181.
RoJas, P de· Véase cAfgorla IM.arqué.s de h .
Romeu. P.· 313.
Rosa Rovfra. E.: 290 y 314.
Roux, J .: 78 y 80.
Rulz, J.: 315.
Sátlund, o.: 120.
Sarom, P.; 204.
Saludes Talbls, J .: 155-169 y 172.
San Valero Aparls~ J .: 41, 46, 163, 282 y 291.
Sáncbez AdeU, J.: 177.
Sancbez J \menez, J.: 111.
Sancbez Lozano, R.: 273.
S:mchls OWU'ller, M.: 87.
Sanobls Slvere., J.: 215, 219, 221. 230. 299 y 301-303.
S~ncbo, A.: 285.
San¡mdst.er. E.: 315.
Sanz, C.: 149
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Schubart, R.: 45-51, 53, 80, 72, 280, 281, 290 1 322.
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Seminario de Alltropologla Americana
Senado Romano: 112.
Scnent Ih411ez, J. J .: 108, 142. 239, 241 y 243.
S.ntandreu Olm.eno, M. C.: 197·202. 310, 319. 324 y 32G
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Serra RaCola. J . de o.: 112. 117 y 282.
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Serres de Navarro Rublo. M. : 283.
Servicio de OeCema del PatrimoniO Artlstleo Naelonal. 217; - de Inveatfgac16n Pr~
hlstórlcn !Valencia): 8-10, 45. 46, 49, 50, 85, 87, 93, 147, 156, 169, 171, 197, 198,
20-1, 217, 235, 237, 242, 243, 245, 249 y 276-328; - de Invcstlgaclonea Arqueol6·
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Taffanel, J. y o .: 99-101. 103, 104, 108 y tl4.
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Te!xlda<, J .: 218 y 217.
T611~ R.: 59. 66, 70, 72 'f 73
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Tramoyeres BJaoco. L.: 215 1 293.
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Tr~
Trlaa de Arribas, 0.: 91-87 7 113.
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Otrlzl, Oalerla de los !Florencia>: 174.
Universidad de Barcelona : 280, 310 7 315; - Cat6llc.~ de Lima: 278: -de ~lbura:
315; - de KOin : 53 y 315; - de Madrid: 315; -de &>vllla: 278 y 3217; - de
Vnlencla: 85, 87, 178, 244, 291, 315, 326, 327 y 328: -de znrnaozn: 310.
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ValcAreel Pto de Saboya, A.: Vtase cLuml~ (Conde del».
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Verneau, R.: u, 12, 16·17, 20 y 28.
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Vllnr Hueao, V.: 320.
VIJJlseea Anguera, s.: 101, 114, 133 y 135.
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VIves Escudero. A.· 116 7 224.
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HOPF. M. Trlt!cnm monococcum L. y Trltlcum dlcoccum SchObl. en el neoJJtlco anLiguo e~afiol •.
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U
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lit
911
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149
1~
171
177
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rlca 111161-lS&sl
lNDJCES ALFAB.ETIOOS
m
329
-
36&-
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LAS OPINIONES VERTIDAS EN LOS ANTERIORES TRABAJOS DEBEN
ENTENDERSE COMO JUICIOS PERSONALES DE LOS RESPECTIVOS
AUTORES
...
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Esto Servlc:Jo dt lnvl.'5tigaci6n Prehbl6rh:o remllo su• publicaciones para establecer y mante,er lnte'rc-omb1o con tos centros cfenlificos y señores. fnvestigoOcres e.n ('Sto cspeciolidod. Por ello espera ser correspondido con el cnvfo de los
~ubljc.ocfones del receptor, entendiendo ca.so contrario que no se deseo sostener
h t~rtambio y suspenderó \Jitedore5 e-milos
Toda la correspondencia dirÍjase al Director del Servido de lnvestogaeión Prehoslórica de lo Exorno. Oipulaco Províncool de Valencia, calle de Caballeros, núón
mero 2, VALENCIA,
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Le problème des négroïdes européens dans la préhistoire méditerranéenne
R. P. CharlesPag. 11-44descargarDatación por el C-14 de los estratos con cerámica cardial de la Coveta de l’Or
Hermanfrid Schubart / Vicente Pascual PérezPag. 45-52descargarLos megalitos portugueses y las cuevas de enterramiento múltiple del país valenciano
Enrique Llobregat ConesaPag. 81-90descargarCerámicas griegas de figuras rojas del "Castell" (Almenara, Castellón)
Gloria Trias de ArribasPag. 91-98descargarLes vases à oreilletes perforées en France et leur similaires en Méditerranée Occidentale
J. J. Jully / Solveig NordströmPag. 99-124descargarLa necrópolis de El Bovalar (Benicarló, Castellón de la Plana)
Francesc Esteve i GálvezPag. 125-148descargarHallazgos arqueológicos submarinos en la zona de El Saler (Valencia)
Gabriela Martín Ávila / Joaquín Saludes TalensPag. 155-170descargarEstatua de bronce descubierta en la playa de Pinedo (Valencia)
Antonio García y BellidoPag. 171-178descargarBreves notas sobre las ruinas romanas de "Els Estanys" (Almenara)
Norbert Mesado OliverPag. 177-196descargarLa necrópolis romana de Les Foies (Manuel, Valencia)
Mª Carmen Sentandreu GimenoPag. 197-202descargarExploraciones arqueológicas en el "Fossaret" de la Catedral de Valencia
Santiago Bru VidalPag. 215-230descargar