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SALVADOR ESPI MARTI
(1891 - 1965)
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En memoria de Salvador Espí
Triste misi<ña la de recqrdar a las personas entraiiablettumte queridas y que
desapareciertm tk entr11 nosotros. Bn el caso de Salvador Bspl, nusi6u dolorosa,
pues estut10 lagado a lo tne¡or de nuestra tU:tit!idad científica y con il se nos luz
ido algo insustituible. Tan ligado estuw a mí tarea penonal que su desaparici6n
anunCÜ!ba el fin de una parte de mis actiw:lades. Pero rambié>a muí6n obligado,
por no tener Espl UIUJ lobor que sin nuestro afán por darla a cqpaour pudaer1
ser recordada dentro de unos años. Es, pues, justo q11e los que lmmnos la suerte
de tratarle y de ser los beneficiarios de su esfutm:o, hablemos de él para que las
j6venes generacionos de arque6logos no igraor61a su nombre y su obra.
Mi primer trato co11 él clota de 1928. Ewquemos su vida anterior. Salvador
Espl Marti naci6 6ft AdJ:aneta de Alb4ida el día 7 de febrero de 1891 "" el seno
de una familia humilde que se complacia en CfJOcar al contarnos recundos d~ su
infancia y iuwnltul. Su familia era onginaria de B11lús, pero establecida ;m Ad:anero desde el siglo XVUJ. Precisamente un impresioname recuerdo suyo tnno
a formar parle de la serie, que hemo.f tratado de recoger, de amigos que tratar011
a personas que fiÍvioron lo Guerra de la Independencaa. Bn efecto, Salt-Yldor l!spl
conoció a su abuela paterno, la cual, simado muy jOflen, mazó a am soldado ds
Napolc6n que intent6 abusar de ella, cuando m 1812 el Mariscal Suche/ ocup6
el valle de Albaida.
Su padrs, obrero agrícolo que allornaba sus tareas con las de alba>ial, lo inici6
en este oficio. Aquél pasó e ser guarda de las fincas de la fanai/14 Bal/ester y esto
húa que el muclaaclao Saloodor enti'OTa en la 6rbita de una persona de tan acusod4 pcrs011alidad como don Isidro Bailester T armo. Bsze, ma 1908, iniciaba las
excavaciones en el poblado ibérico de "Covalta" (Albaida) y Salvador Bspí fomw
pdrte del gtttpo de obreros que rsalizaron las excavaciones. All! le uaci6 la afici6n
a lo Arqueología en m parle más práctica si no cimtllfica. Durante 20 a>ios ayudó en esta tarea a do11 Isidro Ballestor, tomando parte, además de las de ''Covalta", en excavaciones en "Tossal Red6" y "Tossal del Caldero" (Bellús), "Caml
Real d' Alacant" (Aibaitla), etc., ayudando también en lo limpieza y resrauración
de los objetos hallados, que aque1 guardaba m su CD.Sa de ild:aneta.
La ~~~:tittidad arqueol6gica, naturalmente, no bastaba a procurarle medü•s de
tubsistencia bastantts y hatbo de trabajar en otras rareas y fue pe6n agrícola y
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capattU de algunas obras ¡níblius en su tierra. De 1911 a 1913, wrno so1ckuro,
tueh6 '" Marruecos. Su t:irró11 th •sta guerra, basado ..,, lo expcri•ncio tñt:ido pOI'
el y en la thsconfümza intUIIa tkl español, estaba lk11a de ~rpisodios amargos qw
hn>l>~ws muchas ocasiones tk escuel1ar .,. l4S wlodas tk 'niUStros campamentos
de trabajo. 111 n141/ar lo Gu.rro Europ.a, pas6 a trabajar al SUT d~ Frtmáa y
tombiin su ime~atiw y decisión l11 camñrtilmm m cabno thl grupo.
Ero 11atunzl, pU113, que cuando 1111 1927 lo Excma. Diputación prot:i11cial cre6
el Servicio de r,rvcstigación Prehist6rica y pusa a m frente a su fJerdadllro imciador, do11 Isidro &llester Tormo, contase éste thsde el primer memento con Sa!1/ador Bspi. En julio tk 1928 emp."bo lo primero gnm tarea del Servicio con la
exWflaci6n d11l poblado de "LA Bastida de les Alcuses" d• Mogente, e~•ya publicación detal/4da luz salido al públiw IIOCII ut111s meses, si11 que Salwdor Bspi alcanzara a wrla. UM t>BinleM de obreros de Adzaneto se trasladaron a "La Bastida" y a S1l frente hubo dos capata.as, 7osl G1U1TBYD y Salwdor Espi, dos t..,.._
peranumtos d•l todo diwrsos. Al/! conocl a Salwdor Espf y alll aprecil pronro
SILS ncepcionales auzlidades. Con don Isidro &llester y don Mariano 1ornet,
posamcs tmas semmuu apasionantes. LA excawciÓII era riqufsuna, naustras espenlll.ras m Blfuturo del S.I.P. se aseguraban y a 111/o se unía la ilusí6n de fler cuánto
rique:a snc8mlba el suelo t~olenciano.
A partir de ese monzento Salwdor Espl está ligado a todas las Q(lftnturas y a
todos los #:citos del S.l.P. Con su sorprmthnt~t capacidad tk trabajo y su tesórt,
perfeccionó su talmlo de reconstruetor y a il se tkbcn l4S ..estourociones, a veces
b•rn dJficiles, th untenares de tlaSOS. Pero durante muehos años "" fue sino Wl
jornalero llflmtual, con un jornal mlnirno. Tan sólo dnpuls de la CU8ml pudo
aneglane su situación económico tan diffcil, qau so1o por su rrm• ilusió11 pudo
sobrcllewr. Bn 1939, siendo Diputado Ponmte de Culturo de la Diputación don
Fernando de Rojas, Marqués de Algorfa, y gracias a su int~rés, ingrcs6 sn la plantilla th furrcionaríos dJJ la Corporaci6n, al mismo tiempo que se le reconoeilmm
a efectos legalts los trabajos reali%ados d11sds el JO de mayo de 1929.
En 1929 inicii la excawción de la "Cow del Parpalló" y alll, siendo yo -1 responsable de la nc:aoaci6n y e1 el capataz, y siendo aquil/a tan unsacional, se atoron definitiwmmte los latos que nos habían de unir hasta su m~Urte, duranu
rnás d11 treinta años. He de resistir la tmtaciór1 de alargar estas páginas con el
r~cuerdo de tantas cosas, minúsCIII4S o importantes, pe-rsonales () cimtlficas, cuyo
wocació11 es poro mi entrañable y en las que él desempeña un papel euncial. Del
1929 al 1931 es lo "CO'IIa del Parpa/16", a partir de 1932, San Miguel de Liria;
tras la guerra es nuewm~~~~te Liria (1940) y a partir de 1941 /IQSta 1945, lo "Cuew
th la Cocina". De 1?15 a 1949 as la "COfia de les Mal/aetes". Dor 1951 a 1954,
"Barran& Blanc" de Rótow, y m 1955, "Cow Negra" de 1átiw. Sin mi colob(lYGción, hay que recordar sus campaiiJJs en "Cow Negro", en "La Ereto del Pedregal"
de Naoarrés y en tantos oh'os yacimimtos wúencianos.
Vele la pena que insistamos m sus cualidades. En primer lugar su lealtad aCJ'i,.
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solada. Se pod/4 tener kz seguridad de que no deformaría 1111 dalo, una observa•
ción, aunque 1uzciétrdolo asl perdiera un elogio o wr reconocimiento a su mltodo.
Para don Isidro y para mí, esa lealtad se co11t11rtÚJ etr algo de fletleración que le
impulsaba a ser cokzborador, amigo, ayuda th cómara, hombre protlÍdencial para
todas kzs grandes o pequeñas incomodidades que la flida en el monte y kzs 111CI·
dmcias que estos trabajos llftlan consigo. Por nosotros lwbina Mcho cualquier
sacrificio. T odD ello con un respeto poco frecumte y con U1IO conversación amena, con sus refranes, s11s rekztos de un "sosoit", Sil$ extraordinarios conocimientos
de la Naturaleza obtenidos por su fino espíritu de obsoruación. Me 1ncantoba
partic11lannetrte su preciso conocimiento de las hierbas medici11ales, ton abuuda11·
tes en las sierras del n~r de Vole11cüz, con sr1s típicos flc>mbres populares.
S11 incamable dedicació11. Ninguna otr11 cosa le Dlaba en la flida. Las horas
de trabajo 110 c011taban para e1. Gracias a esto, e011 Úls esCDSOS recursos que kz
Diputación ponfa a nuestro sllnlicio se prulo reali%ar uno kzbor inmenso. Bro siempre el primero en inicror 11110 tarea difícil o peligrosa y siempre ataba dispuesto
o ensmar con compartlo c011 su 11141/Siro y protector don Isidro Bollester, esclat>o de kz aJuteridad administrDiiva. Recordemos el caso de Lirio. Circunstancias políticos ocDsiorraron u1111 crisis en el S.I.P. y lo Diputación redujo a una cifra ridícula la sub~~em:ióu al mismo. No u podkz pensor m 1932 y 1933 etl continuar kzs grandes
exwoaciones que hasta 1931 se hablau realizado. B11tonces fijamos nuestra atm·
rión en el Cerro dl cerca, habi4mos Mjodo de lado. Los domingos, tomaba Salvador 111 tren y colfiÍil Ctll'gado cou un
saco de cerámico que durante kz semana sigui.nte l1mpúlbo. Así nos dimos cuen·
ta de los tesoros que aquel lugar guardaba. But011ces, su jornal (que sólo cobraba
los días kzborables) era tcxknJio de seis pesetas.
Bn los últimos años de su actiflidad, QIISente yo de Valencia, mi11 tuue la Stlert• de c011tar con su colaboración en nrú trabajos de la protlÍncüz de Gerona.
Bn muciiOS ocasiones, kz Dip11tación d
Ampurd6n. Bn varias ocasiones pasó unos días o unas semanas m Bagur. Su ~
riño por mis hijas, que habla conocido desde niñas, su espirilu de mcansable labonosidad., IIOCfan pree~osos aquellos cüas m que record4bamos, etl los Dlordeceres
de la costa ompurdatresa, tantas expenencias arqueológicas y hacfamos pkznes para
que al jubilarse pudiera pasar temporadas a nuestro lado.
De aquelfo colaboración quedan recuerdos. UJJa covaclla sepulcral en .
que él descubrió, recibió el 11ombre de "Roc6 d'e11 Salt~ador". Bl profesor Beltrán
tombiJn requirió sus smñcios c011 motivo d1 las primeras campañas de exCtlfJOCÍ&nes m "El Vado" de Caspe.
Nuestro úllirno campaña C011iunta fue m el año 1959, cuando colflirnos a U·
WOF la "Cova del Parpalló" en compañía de wnos especio!istas y ambos teníomos el Letnor de que fuera nuestra ultimo colaboración en el campo, treinta años
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después de lulón erUlfXIdo ;u¡uel marat~~lloso ytJCimienlo. Por ello go::amos aún
más inlenSCDM7tte ;u¡wllas semanas, en q~ todllfña guardábamos la ltspnanso de
que no seria nuestra última labor común.
Poco después, su salud SI agriJIJ6 y l1uóo de solicilar su jJtóilaci6n, antici(1odonumte, el 30 de oclllbre de 1959. 1·ras ésta, retirado en Ayelo de Malfmt, ¡unto
a su hermano Vicente, no 11w11 ya ocasi6n de 11nle de 1111et10. Y a/11 pas6 penosa·
mente los últimos años de su oido, hasta el 20 de abril de 1965, e11 que falleci6
a (10Co de cumplir 74 años. Los últimos meses de su existencia, (1Crdida la noci6n
de la realidad, se imaginaba estar de nue<1o en el S.I.P., reali::ar ~IJIJIJciones, r&constnnr f>IISOS y tener grand.s cononstJCi0114s con don Isidro Ba/lester y ccntmigo.
La gran caf11JCidad de afecto IÚ Saloador Bspi, frustra® a causo de un ma·
trimonio tksgrat:iado, tksgrtJCia allle la que reaccion6 en forma de eleoada espiri·
tualidad, se w/c6 en todos nosotros, en don Isidro &Uester y en mi, como en
don Domingo PletcMT', don Enrique P/4 y el resto IÜ los colaborador1ts dll S.I.P.
En cierto modo o Saloador Espl se l• puetk considerar como un slmbolo ~
campesino f111lenciano, COflO% de adaptarse a altos menesteres con una Í11111ici6n y
total 1mtrega a u11a labor que u juzgarla incom(1Ten.rible (10ra JI. Bsto es algo
que maravilla a quimes llegamos aquí (1Tocedemes de otros tierras hispánicas.
Bsto y mucho más q11isiéramos decir como pequaño f1CrO etllrailable l•om&naje a su memoria, q11e dcuamos no se oloide por las gcnBracioncs que se SIIC
o esas cerámicas qw~ hábil y (10CÍentemente recompuso tras mil"s de años de pe~
maneen oculw, legadas a la posteridad f1or remotos ante(11JSados suyos.
SI.IS mmros han ido alumbrando los más sorprendentes hallasgos del lejano
(1a1odo tk V a/encia. Bstos hallazgos, que tÜJban (1Testigio al S.I.P., (10ra el hunu1de
y modesto Espi significaban sólo la satisfacci6n Intima de 1111 enamcrado de la
Prelti.rtorio, un enamorado ctl aerta manera fllatónico, pues qmenes obtenúzmos
un (1rooecilo cimtifico y 01111 (>lnotJol de los descubrimimtos lramos los i11f1esti·
gadores (1To/esicntales.
Como ejemplo humano, Salvador Bspí es bien dig11o d1 recuerdo. Su pobre
mfancia que 110 la permitió una (1Teparaci6n intelectual, la desgracia m1 su t~ida
familiar, su nwdlstia, su gra11 coras6n, su oirtud de sincero cristiano, /11 eleoaro11
espiritualmente y /a Prooidencia le compens6 con 11110 dedicaci6n que /e dio lo
que la tlid4 /e negara "" otras aspectos.
LUIS PBRJCOT GARCIA
Director Honorario dd SJ.P
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SALVADOR ESPI MARTI
(1891 - 1965)
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En memoria de Salvador Espí
Triste misi<ña la de recqrdar a las personas entraiiablettumte queridas y que
desapareciertm tk entr11 nosotros. Bn el caso de Salvador Bspl, nusi6u dolorosa,
pues estut10 lagado a lo tne¡or de nuestra tU:tit!idad científica y con il se nos luz
ido algo insustituible. Tan ligado estuw a mí tarea penonal que su desaparici6n
anunCÜ!ba el fin de una parte de mis actiw:lades. Pero rambié>a muí6n obligado,
por no tener Espl UIUJ lobor que sin nuestro afán por darla a cqpaour pudaer1
ser recordada dentro de unos años. Es, pues, justo q11e los que lmmnos la suerte
de tratarle y de ser los beneficiarios de su esfutm:o, hablemos de él para que las
j6venes generacionos de arque6logos no igraor61a su nombre y su obra.
Mi primer trato co11 él clota de 1928. Ewquemos su vida anterior. Salvador
Espl Marti naci6 6ft AdJ:aneta de Alb4ida el día 7 de febrero de 1891 "" el seno
de una familia humilde que se complacia en CfJOcar al contarnos recundos d~ su
infancia y iuwnltul. Su familia era onginaria de B11lús, pero establecida ;m Ad:anero desde el siglo XVUJ. Precisamente un impresioname recuerdo suyo tnno
a formar parle de la serie, que hemo.f tratado de recoger, de amigos que tratar011
a personas que fiÍvioron lo Guerra de la Independencaa. Bn efecto, Salt-Yldor l!spl
conoció a su abuela paterno, la cual, simado muy jOflen, mazó a am soldado ds
Napolc6n que intent6 abusar de ella, cuando m 1812 el Mariscal Suche/ ocup6
el valle de Albaida.
Su padrs, obrero agrícolo que allornaba sus tareas con las de alba>ial, lo inici6
en este oficio. Aquél pasó e ser guarda de las fincas de la fanai/14 Bal/ester y esto
húa que el muclaaclao Saloodor enti'OTa en la 6rbita de una persona de tan acusod4 pcrs011alidad como don Isidro Bailester T armo. Bsze, ma 1908, iniciaba las
excavaciones en el poblado ibérico de "Covalta" (Albaida) y Salvador Bspí fomw
pdrte del gtttpo de obreros que rsalizaron las excavaciones. All! le uaci6 la afici6n
a lo Arqueología en m parle más práctica si no cimtllfica. Durante 20 a>ios ayudó en esta tarea a do11 Isidro Ballestor, tomando parte, además de las de ''Covalta", en excavaciones en "Tossal Red6" y "Tossal del Caldero" (Bellús), "Caml
Real d' Alacant" (Aibaitla), etc., ayudando también en lo limpieza y resrauración
de los objetos hallados, que aque1 guardaba m su CD.Sa de ild:aneta.
La ~~~:tittidad arqueol6gica, naturalmente, no bastaba a procurarle medü•s de
tubsistencia bastantts y hatbo de trabajar en otras rareas y fue pe6n agrícola y
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capattU de algunas obras ¡níblius en su tierra. De 1911 a 1913, wrno so1ckuro,
tueh6 '" Marruecos. Su t:irró11 th •sta guerra, basado ..,, lo expcri•ncio tñt:ido pOI'
el y en la thsconfümza intUIIa tkl español, estaba lk11a de ~rpisodios amargos qw
hn>l>~ws muchas ocasiones tk escuel1ar .,. l4S wlodas tk 'niUStros campamentos
de trabajo. 111 n141/ar lo Gu.rro Europ.a, pas6 a trabajar al SUT d~ Frtmáa y
tombiin su ime~atiw y decisión l11 camñrtilmm m cabno thl grupo.
Ero 11atunzl, pU113, que cuando 1111 1927 lo Excma. Diputación prot:i11cial cre6
el Servicio de r,rvcstigación Prehist6rica y pusa a m frente a su fJerdadllro imciador, do11 Isidro &llester Tormo, contase éste thsde el primer memento con Sa!1/ador Bspi. En julio tk 1928 emp."bo lo primero gnm tarea del Servicio con la
exWflaci6n d11l poblado de "LA Bastida de les Alcuses" d• Mogente, e~•ya publicación detal/4da luz salido al públiw IIOCII ut111s meses, si11 que Salwdor Bspi alcanzara a wrla. UM t>BinleM de obreros de Adzaneto se trasladaron a "La Bastida" y a S1l frente hubo dos capata.as, 7osl G1U1TBYD y Salwdor Espi, dos t..,.._
peranumtos d•l todo diwrsos. Al/! conocl a Salwdor Espf y alll aprecil pronro
SILS ncepcionales auzlidades. Con don Isidro &llester y don Mariano 1ornet,
posamcs tmas semmuu apasionantes. LA excawciÓII era riqufsuna, naustras espenlll.ras m Blfuturo del S.I.P. se aseguraban y a 111/o se unía la ilusí6n de fler cuánto
rique:a snc8mlba el suelo t~olenciano.
A partir de ese monzento Salwdor Espl está ligado a todas las Q(lftnturas y a
todos los #:citos del S.l.P. Con su sorprmthnt~t capacidad tk trabajo y su tesórt,
perfeccionó su talmlo de reconstruetor y a il se tkbcn l4S ..estourociones, a veces
b•rn dJficiles, th untenares de tlaSOS. Pero durante muehos años "" fue sino Wl
jornalero llflmtual, con un jornal mlnirno. Tan sólo dnpuls de la CU8ml pudo
aneglane su situación económico tan diffcil, qau so1o por su rrm• ilusió11 pudo
sobrcllewr. Bn 1939, siendo Diputado Ponmte de Culturo de la Diputación don
Fernando de Rojas, Marqués de Algorfa, y gracias a su int~rés, ingrcs6 sn la plantilla th furrcionaríos dJJ la Corporaci6n, al mismo tiempo que se le reconoeilmm
a efectos legalts los trabajos reali%ados d11sds el JO de mayo de 1929.
En 1929 inicii la excawción de la "Cow del Parpalló" y alll, siendo yo -1 responsable de la nc:aoaci6n y e1 el capataz, y siendo aquil/a tan unsacional, se atoron definitiwmmte los latos que nos habían de unir hasta su m~Urte, duranu
rnás d11 treinta años. He de resistir la tmtaciór1 de alargar estas páginas con el
r~cuerdo de tantas cosas, minúsCIII4S o importantes, pe-rsonales () cimtlficas, cuyo
wocació11 es poro mi entrañable y en las que él desempeña un papel euncial. Del
1929 al 1931 es lo "CO'IIa del Parpa/16", a partir de 1932, San Miguel de Liria;
tras la guerra es nuewm~~~~te Liria (1940) y a partir de 1941 /IQSta 1945, lo "Cuew
th la Cocina". De 1?15 a 1949 as la "COfia de les Mal/aetes". Dor 1951 a 1954,
"Barran& Blanc" de Rótow, y m 1955, "Cow Negra" de 1átiw. Sin mi colob(lYGción, hay que recordar sus campaiiJJs en "Cow Negro", en "La Ereto del Pedregal"
de Naoarrés y en tantos oh'os yacimimtos wúencianos.
Vele la pena que insistamos m sus cualidades. En primer lugar su lealtad aCJ'i,.
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solada. Se pod/4 tener kz seguridad de que no deformaría 1111 dalo, una observa•
ción, aunque 1uzciétrdolo asl perdiera un elogio o wr reconocimiento a su mltodo.
Para don Isidro y para mí, esa lealtad se co11t11rtÚJ etr algo de fletleración que le
impulsaba a ser cokzborador, amigo, ayuda th cómara, hombre protlÍdencial para
todas kzs grandes o pequeñas incomodidades que la flida en el monte y kzs 111CI·
dmcias que estos trabajos llftlan consigo. Por nosotros lwbina Mcho cualquier
sacrificio. T odD ello con un respeto poco frecumte y con U1IO conversación amena, con sus refranes, s11s rekztos de un "sosoit", Sil$ extraordinarios conocimientos
de la Naturaleza obtenidos por su fino espíritu de obsoruación. Me 1ncantoba
partic11lannetrte su preciso conocimiento de las hierbas medici11ales, ton abuuda11·
tes en las sierras del n~r de Vole11cüz, con sr1s típicos flc>mbres populares.
S11 incamable dedicació11. Ninguna otr11 cosa le Dlaba en la flida. Las horas
de trabajo 110 c011taban para e1. Gracias a esto, e011 Úls esCDSOS recursos que kz
Diputación ponfa a nuestro sllnlicio se prulo reali%ar uno kzbor inmenso. Bro siempre el primero en inicror 11110 tarea difícil o peligrosa y siempre ataba dispuesto
o ensmar con compartlo c011 su 11141/Siro y protector don Isidro Bollester, esclat>o de kz aJuteridad administrDiiva. Recordemos el caso de Lirio. Circunstancias políticos ocDsiorraron u1111 crisis en el S.I.P. y lo Diputación redujo a una cifra ridícula la sub~~em:ióu al mismo. No u podkz pensor m 1932 y 1933 etl continuar kzs grandes
exwoaciones que hasta 1931 se hablau realizado. B11tonces fijamos nuestra atm·
rión en el Cerro d
saco de cerámico que durante kz semana sigui.nte l1mpúlbo. Así nos dimos cuen·
ta de los tesoros que aquel lugar guardaba. But011ces, su jornal (que sólo cobraba
los días kzborables) era tcxknJio de seis pesetas.
Bn los últimos años de su actiflidad, QIISente yo de Valencia, mi11 tuue la Stlert• de c011tar con su colaboración en nrú trabajos de la protlÍncüz de Gerona.
Bn muciiOS ocasiones, kz Dip11tación d
riño por mis hijas, que habla conocido desde niñas, su espirilu de mcansable labonosidad., IIOCfan pree~osos aquellos cüas m que record4bamos, etl los Dlordeceres
de la costa ompurdatresa, tantas expenencias arqueológicas y hacfamos pkznes para
que al jubilarse pudiera pasar temporadas a nuestro lado.
De aquelfo colaboración quedan recuerdos. UJJa covaclla sepulcral en .
tombiJn requirió sus smñcios c011 motivo d1 las primeras campañas de exCtlfJOCÍ&nes m "El Vado" de Caspe.
Nuestro úllirno campaña C011iunta fue m el año 1959, cuando colflirnos a U·
WOF la "Cova del Parpalló" en compañía de wnos especio!istas y ambos teníomos el Letnor de que fuera nuestra ultimo colaboración en el campo, treinta años
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después de lulón erUlfXIdo ;u¡uel marat~~lloso ytJCimienlo. Por ello go::amos aún
más inlenSCDM7tte ;u¡wllas semanas, en q~ todllfña guardábamos la ltspnanso de
que no seria nuestra última labor común.
Poco después, su salud SI agriJIJ6 y l1uóo de solicilar su jJtóilaci6n, antici(1odonumte, el 30 de oclllbre de 1959. 1·ras ésta, retirado en Ayelo de Malfmt, ¡unto
a su hermano Vicente, no 11w11 ya ocasi6n de 11nle de 1111et10. Y a/11 pas6 penosa·
mente los últimos años de su oido, hasta el 20 de abril de 1965, e11 que falleci6
a (10Co de cumplir 74 años. Los últimos meses de su existencia, (1Crdida la noci6n
de la realidad, se imaginaba estar de nue<1o en el S.I.P., reali::ar ~IJIJIJciones, r&constnnr f>IISOS y tener grand.s cononstJCi0114s con don Isidro Ba/lester y ccntmigo.
La gran caf11JCidad de afecto IÚ Saloador Bspi, frustra® a causo de un ma·
trimonio tksgrat:iado, tksgrtJCia allle la que reaccion6 en forma de eleoada espiri·
tualidad, se w/c6 en todos nosotros, en don Isidro &Uester y en mi, como en
don Domingo PletcMT', don Enrique P/4 y el resto IÜ los colaborador1ts dll S.I.P.
En cierto modo o Saloador Espl se l• puetk considerar como un slmbolo ~
campesino f111lenciano, COflO% de adaptarse a altos menesteres con una Í11111ici6n y
total 1mtrega a u11a labor que u juzgarla incom(1Ten.rible (10ra JI. Bsto es algo
que maravilla a quimes llegamos aquí (1Tocedemes de otros tierras hispánicas.
Bsto y mucho más q11isiéramos decir como pequaño f1CrO etllrailable l•om&naje a su memoria, q11e dcuamos no se oloide por las gcnBracioncs que se SIIC
maneen oculw, legadas a la posteridad f1or remotos ante(11JSados suyos.
SI.IS mmros han ido alumbrando los más sorprendentes hallasgos del lejano
(1a1odo tk V a/encia. Bstos hallazgos, que tÜJban (1Testigio al S.I.P., (10ra el hunu1de
y modesto Espi significaban sólo la satisfacci6n Intima de 1111 enamcrado de la
Prelti.rtorio, un enamorado ctl aerta manera fllatónico, pues qmenes obtenúzmos
un (1rooecilo cimtifico y 01111 (>lnotJol de los descubrimimtos lramos los i11f1esti·
gadores (1To/esicntales.
Como ejemplo humano, Salvador Bspí es bien dig11o d1 recuerdo. Su pobre
mfancia que 110 la permitió una (1Teparaci6n intelectual, la desgracia m1 su t~ida
familiar, su nwdlstia, su gra11 coras6n, su oirtud de sincero cristiano, /11 eleoaro11
espiritualmente y /a Prooidencia le compens6 con 11110 dedicaci6n que /e dio lo
que la tlid4 /e negara "" otras aspectos.
LUIS PBRJCOT GARCIA
Director Honorario dd SJ.P
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