Serie de Trabajos Varios 68
Los Villares (Caudete de las Fuentes, Valencia)
Enrique Pla Ballester
1980
, ISBN 84-500-4168-6
978-84-500-4168-2 , 156 p.
[page-n-1]
SERVICIO DE INVESTl GACION PRE HIST OR ICA
DIPUTACJON PROVINCIAL DE
VALENC I A
eJ:RIl!i DJ: TRABAJ08 VARIOB
Núm . 68
LOS
VILLARES
(CAUDETE DE LAS FUENTES· VALENCIA)
por
ENRIQUE PLA BALLESTER
COD la colaboración de
ALBERT RIBERA LACOMBA
VALENC IA
19 8O
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SERVICIO DE INVESTl GACION PRE HIST OR ICA
DIPUTACJON PROVINCIAL DE
VALENC I A
eJ:RIl!i DJ: TRABAJ08 VARIOB
Núm . 68
LOS
VILLARES
(CAUDETE DE LAS FUENTES· VALENCIA)
por
ENRIQUE PLA BALLESTER
COD la colaboración de
ALBERT RIBERA LACOMBA
VALENC IA
19 8O
[page-n-5]
ISSN 1989-0540
ISSN
DIPCTACIOtf PROVINCIAL DI: YALENCIA.
SERVICIO
DE
Itf8TtTUCIO K ALPOtfSO KL IlAOKAlUMO
INVESTIGACION
PREHISTORICA
81:CC ION DE PRJ:HJ.8TORU I:.N VALENC IA DKL COtfSUO 8UPERIO. DE
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SERIE
DE
TRABAJOS
VARIOS
Núm . 68
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A D. Lurs GARerA DE FUENTES
propulsor de fas excavaciones en
los ViIlares.
rN MEMORIAM
[
GENERALIDADES
El municipio de Caudete de las Fuentes se halla en la zona central de la
comarca de la Plana de Utiel o Altiplano de Requena . l a comarca está constituida fundamentalmente por una meseta que bascula de noroeste a sureste,
con altura media entre los 600 y 900 metros y que forma parte de una unidad
geomorfol6g ica superior, la Gran Cuenca Terciaria del Tajo o Submeseta
Meridiona l, cuya parte extremo orienta l ocupa. La Plana de Utiel que se
halla en la parte occidental de la provincia de Valencia constituye a su vez
una unidad geográfica delimitada por el valle del río Cabriel, que corre por
sus partes occidental y meridional formando un gigantesco arco que le sirve
de límite natural con el resto de la Submeseta y separada del resto de las
t ierras valencianas por una serie de plegamientos pertenecientes al Sistema
Ibérico. El centro de la comarca, apenas accidentado por la sierra de la Ceja
que divide las cuencas de los ríos Magro y Cabriel, está constituida por una
gran mancha de depósitos terciarios y cuaternarios en los que dominan los
materiales detríticos margoso-arcillosos y rojizos del Mioceno continental y
los calizos arcillosos de los glacis pleistocénicos. Hidrográficamente la meseta
se halla dividida en dos cuencas completamente diferentes: la del Turia a la
que pertenece una rnfima parte de su superficie en la zona septentrional del
término de Requena, y la del Júcar, a la que corresponde el resto de las aguas
principalmente recogidas por el río Magro que se forma en Utiel a base de
varias ramblas y del río Madre de Cabañas que nace en término de fuentenobles y atraviesa de oeste a este todo el de Caudete de la Fuentes l.
El térm ino de Caudete de las Fuentes es de superficie relativamente
(1) J. PIQUERAS HABA: .Plana de Utiel_. Gran Enciclopedia de la Re¡ión Valenciana IX. Valencia, 1976, ~g. SS.
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•
E. PLA BALLESTER
llana aunque tiene elevaciones que pasan de los 800 metros sin superar
los 860. El rl0 Madre de Cabañas que, como hemos dicho, lo atraviesa de
oeste a este, pasa por el sur de la poblaci6n. {pmiendo sus casas, donde
aumenta considerablemente de caudal por la aportación de tres importantes
fuentes de las que le viene la adjetivación a su tOpÓnimo actual.
FI¡ura J
la comarca en su franja central es una de las vías naturales de comu.
nicaci6n entre la Meseta Central y el Mediterráneo, y está atravesada de
oeste a este por la carretera nacional de Madrid a Valencia.
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LOS
VILLARES
1
la loma de los Villa res se halla al suroeste de la población, al sur del
río Madre de Cabañas, a partir de cuyo n ivel va elevándose ligeramente
hasta alcanzar los Boo metros, con un desnivel respecto a aquél de alrededor
d e los 30 metros y terminando en unos escarpes cortados muy abruptamente
que hacen imposi ble el acceso a la superficie de la loma por esta parte. la
loma, pues, se halla limitada al norte por el río, al este por un camino vecinal
q ue va desde la poblaci6n al monte d e la Atalaya, al sur por los escarpes
antes mencionados y al oeste por la carretera local de Caudete de las Fuentes
a los Isidros (figs. 1 y 2) .
....... '
Su situaci6n en la hoja núm. 693 del mapa del Instituto Geográfico y
Catastral a escala 1:50.000, es entre los 20 24' 5" y los ~ 24' 15" de longitud
este respecto al meridiano d e Madrid y los 39" 33' y los 39" 33' 20" de
latitud norte.
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II
ANTECEDENTES
El propio top6nimo de los Vi lla res ya señala la ex istencia de restos d e
edificaciones ant iguas en este cerro d esde t iempo inmemorial. construcciones
que por el paso de los años fueron desa pareciendo, aprovechándose los
sillares para la habilitación d e hormas al abancalarse el terreno y hasta para
la ed ificación de muchas casas de l pueblo.
Desde la m itad del siglo XVIII se tiene ya idea de la ubicación en este
lugar de una población antig ua. Estrada l , a fines d e la primera mitad de
d icho siglo, ya señaló la existencia de "una ciudad destruida por las llamas"
en los Villares, a la que denominó Waldin. Para Ba llesteros Viana 1 esta pobla.
ci6n ant igua debi6 ser la de Putea que "d ispuesta en pequeños grupos de
viviendas llegaba desde los Vi llares hasta Caudete", afirmación que para
nosotros sólo tiene el va lor de señalar la existencia de rui nas en toda la extensión de la colina, en su total superf icie que antes hemos deli mitado.
A partir d e f ines del siglo pasado hasta 1918 este yaci m iento es objeto
de continuas exploraciones y rebusca s por los aficionados a las ant ig üedades,
principalmente por [os coleccionistas de monedas y A lmarche 4 da las siguientes noticias: " ... ha sido explorada ( ... ) con más afán de buscar monedas y cerámica, una pequeña coli na ( ... ) en la que se d escu bren a simple
vista gran número de ruinas, p iedras, t iestos y argama sa. l a exp loración d e
(2) ESTRADA: . Población General de Espafta_, 11 . 1748. Obra no consultada directa·
mente.
(3) M. BALLESTEROS VIANA: . Historia y anal es de la Muy L:al, Muy Noble y Fidelfsima Villa de Uticb. Valencia, 1899, págs. 24 y 25.
(4) F. ALMARCHE VAZQUEZ: .r. aDli gua civilización ¡ ~rica en el Reino de Valencia•.
..a
Valencia, 1918, págs. 89 a 92.
2
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10
B. PLA BALLaSTBR
esta estación data desde mitad del siglo pasado, en que ya Madoz nos d ice
que d io un gran contingente de monedas ibéricas y vasijas primitivas ( ... ).
Varios aficionados locales recog ieron gran número de ellas que ha n ido a
parar ( . .. ) a manos de ( ... ) D. M iguel MarU Esteve, que ha enriquecido su
muy numeroso monetario con varios centenares de ellas, entre las cuales
abundan las de Saetabis, $agunto y las de Seg6briga y Valencia", Desgraciadamente para nosotros esta excepcional colección del señor Martí Esteve
se desperdigó a su muerte en 1939. siendo imposible hoy sacar conclusión
alguna de las pocas que se han podido identificar como procedentes de tal
colección.
Según el mismo A lmarche las diferentes colecciones habían sido vendidas en su t iempo y da noticia de la enagenaci6n en 1913, en Madrid, de
un tesoro de oro y plata entre cuyos objetos habla un collar de oro "que
acusaba gran semejanza con las joyas del tesoro de Jávea" y unas f íbulas
de p lata incompletas con adornos escult6ricos. Entre los objetos que aún
pudo ver A lmarche hablan numerosas fusayolas y algunos pequeños vasos
entre los que los había decorados con temas geométricos pintados.
Con posterioridad han sido numerosas las exploraciones que aficionados
y coleccionistas han efectuado en el yacimiento y son bastantes los objetos
recogidos, principal mente monedas, aunque éstas ya no en tan gran número
como decía A lmarche que se habían hallado en su época. Entre tales exploradores sabemos de D. Manuel de Fuentes Castillblanque, aficionado de la
localidad y de D. Francisco Martínez y Martínez, erudito valenciano.
De excepcional interés es el posible hallazgo en esta zona o en sus
proximidades de un casco de p lata, actua lmente conservado en el Museo del
Instituto de Valencia de Don Juan, en Madrid, dado a conocer por el pro.
fesor Julio Martínez Santa-Olalla en 1934 s Sin embargo respecto a la procedencia de esta p ieza han existido, y todavía existen, dudas. Don Manuel
Gómez Moreno que, sin duda, intervino en la adquisici6n de ella por el
Instit uto de Valencia de D. Juan hacia 1933, man ifest6 en varias ocasiones
que había aparecido en la provincia de Caste1l6n y d e aqul la atribuci6n al
término de Coves de Vinroma que le da el profesor Juan Maluquer de
Motes 6. Pero el Dr. Martínez Santa-Olalla, que real iz6 pesquisas sobre el
lugar del hallazgo IIeg6 a la conclusión, por noticias adquiridas de cuya
garantía no podía, lógicamente, responder, que se había encontrado, a principios de siglo, en el término de Caudete d e las Fuentes. Nosotros, por nuestra parte, también hemos rea lizado varias tentativas para averiguar su procedencia, sin que podamos responder, tamJXl(.O, de la veracidad de las noticias
(5) J . MARTINEZ SANTA.()I..AI..L.A: _Casco de plata dltiw de la primera Edad del
Hierro_. Investigación y Progreso, año VIII, Madrid, 1934, pip. 22 a 25.
(6) J. MALUQUER DE MOTES: _Desarrollo de la orlebrerfa prerromana en la Penín·
sula I ~rjca •. Pyrenae, 6, Barcelona, 1910, páa. 98. nota 32.
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LOS VILLARBS
11
que hemos recogido. Hemos sabido que el casco f ue comprado por el Insti·
tuto de Valencia de D. Juan a un comerciante de antigüedades de la ciudad
de Valencia, el cual, en alguna ocasión, manifestó a personas que asf nos
lo han dicho que lo había adquirido de un chatarrero que le dijo que los
objetos del lote que le vendía procedían de la zona alta de la provincia,
entre Caudete de las Fuentes y Sinarcas, aunque creía que era de la primera
localidad de donde lo había adquirido. Hemos personalmente efectuado pes·
quisas en esta población y nos han afirmado que el casco se encontró en un
campo próximo a la [ama de los Villares, cuyo punto exacto ya no sabían por
haber fallecido la 'persona que [o encontró, a fines del primer cuarto del
presente siglo y que lo conservaron, sin sospechar nunca que fuera de plata,
en el corral de la casa con otros trastos más que, hacia 1930, vendieron a un
chatarrero. Así, pues, los resultados obtenidos, que no consideramos d e una
certeza absoluta, coinciden con los que alcanzó a conocer el profesor Mar·
tinez Santa-O[alla y que tenemos como muy posibles pues en los Villares,
como diremos, existe un n ivel atribuible a la primera Edad del Hierro.
Ul' imamente los aficionados locales D. Francisco Gabaldón Valle y D. Rafael Gabaldón Sierra, que habitualmente recorren las zonas de la loma de
los Villares que no pertenecen al Servicio de Investigación Prehistórica y que,
por lo tanto, no están acotadas, han efectuado interesantes hallazgos, que
depositan en el Museo Histórico local, entre los que hemos de destacar dos
importantes vasijas ibéricas con decoración pintada con escenas en las que
se ven figuras humanas y de animales fantásticos, que pueden situarse en
fecha s posteriores al siglo 111 a. de C. y de los que damos noticia en el apénd ice II de este volumen, varias inscripciones ibéricas sobre p lomo 1 y un vaso
con decoración incisa al que hemos dado una cronología situable a [o largo
de todo el siglo VI a. de C.I.
ro
D. FLETCHER VALLS: .Cinco inscripciones ibéricas de Los VilJares (Caudete de las
Fuentes) (Valencia)• . Archivo de Prehistoria Levantina, XV. Valencia, 1978, pá¡s. 191 a 20&.
(8) E. PLA BALLESTER y M. GrL-MASCARELL BOSCA: .Un interesante vaso de Los
Villares (Caudete de las Fuentes - Valencia) •. Archivo de Prehistoria Levantina, XV, Valencia, 1978, pá¡s. lJ7 a 145.
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III
LAS
EXCAVACIONES
A requerimientos de D. Luis García Ejarque, actualmente Jefe de la O f i·
cina Técnica del Centro Nacional de la lectura del Ministerio de Cultura y
nalural de Caudete de las Fuentes, conocedor de [os antecedentes que antes
hemos dado sobre la riqueza arqueológica del cerro y aún directamente de
este mismo, efectuamos comisionados por la dirección del Servicio de Inves_
tigación Prehist6rica, una prospección a los Villares, e l día 30 de agosto
d e 1955. Los resultados obtenidos en esta corta visita y el aspecto genera l
que presentaba el yacimiento f ueron lo suficientemente interesantes para
que propusiéramos al mencionado S. I.P. la iniciaci6n de unas excavaciones.
Aceptada nuestra propuesta por la d irección de éste, el siguiente año 1956,
llevamos a cabo la 1 campaña. l as excavaciones se han proseguido desde
"
entonces, realizándose cuatro campañas más durante los años 1957, 1959,
1975 y 1979. l os gastos de las tres pri meras, las de 1956, 1957 y 1959,
corrieron Integra mente a cargo del S. I.P. mientras que las dos úl timas, las
de 1975 y 1979, fueron sufragadas en parte con la ayuda econ6mica de la
Subdirecci6n General d e Arqueología, la q ue igualmente colabor6 en los
costes de la cerca metálica con la que se ha proteg ido el yacimiento.
A continuaci6n damos un resumen detallado del resultado de cada una
de las campañas e fectuadas.
PRIMERA CAMPAÑA 1956
l a primera campaña tuvo lugar durante los días 20 a 27 de ayosto de 1956.
l os trabajos de este año se limitaron a realizar d iversas catas para fija r
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'4
B. PLA aALLeSTaa
un plan lotal de excavaciones en el terreno en el que aún era posible hacerlas
con cierta probabilidad de encontrar una estratigrafía út il.
la loma estaba en parte p lantada de almendros y viñas. quedando única_
mente una extensión en la parte central de su zona más alta, que llegaba
hasta los escarpes que la limitan por el sur, exenta de p lantaciones y que, al
parecer, só[o se había dedicado desde tiempo inmemorial, a las labores de
sementera o sea a cu ltivos relativamente superficiales. Esta zona fue. lógicamente, la que elegimos para nuestros traba jos y la que, posteriormente adquirió la Excma. Diputación Provincial, para dedicarla a excavaciones.
En este espacio yermo se real izaron cuatro catas que describimos a cont inuación:
Cata 1.-Se abrió en la parte más alta del campo, cerca de los escarpes,
apareciendo casi superficialmente un muro de dos metros de longitud y algunos materiales cerámicos, no abundantes: bordes, asas y otros fragmentos
de vasijas ibéricas, algunos decorados con franjas y f iletes horizontales y
otros motivos geométricos sencillos p intados. También se dieron varios fragmentos de vasijas de pasta grosera con granos de desgrasante en la masa
y unos pocos, hechos a mano, con cordones en relieve decorados con digitaciones y hoyuelos impresos.
Cata 2.-Fue a la que más tiempo se dedicó y a la que nos referimos con
detalle más adelante; se llevó a cabo en la parte central del campo, a unos
veinte metros de los escarpes en dirección noroeste.
Cata 3.-A mitad de distancia entre la Cata 2 y el borde del ca mpo sin
cultivar, hacia el norte. Apareci6 un gran conjunto de piedras que presentaron mal aspecto constructivo, siendo escasos los restos que se pudieron
recoger.
Cata 4.-Abierta en la parte norte del campo excavable, junto al límite
de la zona del cerro plantada de viñas. Muy superficialmente aparecieron
las partes superiores de unos muros, una capa con restos de adobes y de
techumbre, trozos de enlucido de pared, abundantes manchas de t ierras cenicientas, y numerosos fragmentos de cerámica ibérica, algunos de aspecto
arcaizante. Destacamos un vaso caliciforme grande ( Iám. 111, 1) y una pátera
de buen tamaño con p ie destacado (Iám. XVIII, 1). en cerámica ibérica y una
pequeña jarra de borde revertido con pico vertedero y amplia asa vertical
( Iám. XVI, 2) en cerámica grosera de t ipo arcaizante. Dada la premura del
tiempcl se tapó la zanja prospectada dejando señales del lugar para reanudar
en esta zona la excavaci6n en la sigu iente campaña.
las únicas catas que dieron resultados interesantes fueron la 2 y la 4.
Como en ésta se reanudó el traba jo durante la 11- Campaña de excavaciones
no consideramos interesante describ ir ahora sus resu ltados que quedarán
[page-n-16]
LOS VlLLARBS
15
englobados al hacerlo de los departamentos 2 y 4 . Aq uf nos limitaremos a
dar nota de las investigaciones de la Cata 2.
CATA
2
Se abri6, como hemos d icho, en la parte central del campo yermo, a unos
veinte metros de los escarpes meridiona les de la loma, hacia el noroeste.
LOS VILLARES
C audete de la s Fu entes- Valencia
aM de 1956
.
N
"
,
.
.
".;"
...
CATA
En diversas fases quedó descubierto un rectángulo d e 11'30 metros de
largo en d irección oeste-este y de 7'70 metros de ancho en dirección norte-su r
(véase figura 3).
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.- Hasta 0'15/0'20 m. de profundidad media. Tierra pardo roj iza
muy removida por las labores agrícolas.
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16
B. PLA BALLBSTBR
Estrato n.-AlcanzÓ" una ' profundidad de O!80 rn: Tierra castaño rojiza con
manchas de cenizas y tierra quemada Y. hacia la base del estrato, zonas de·
piedras sueltas d ispuestas muy irregularmente como si fueran empedrados.
l a parte inferior del estrato la constituía un piso de arcilla endurecida del que
se encontró una buena porción al sur de la pared N.
Estrato III.-lIegaba hasta 1'25 de hondo medio. Por debajo del nivel
sobre el que se asientan los muros N, b y e, tierras de características seme-
jantes a las del estrato anterior pero más compactas y oscuras. Escaso material en alguna zona y ninguno en buena parte. l a base del estrato estaba
formada por una especie de piso de tierra endurecida sembrado de piedras
medianas aunque éstas no parecían formar un empedrado regu lar.
Estrato IV.- Hasta 1'40 m. de profund idad med ia. Tierra parda uniforme
con alguna piedra mediana. Casi estéril. Su base la componían unas ti.erras
compactas rojizo pedregosas, al parecer suelo natural de la loma.
ESTRUCTURAS
al Entre 15 y 20 cm. de profundidad respecto a la superficie natural del
terreno, o sea en la parte superior del Estrato 11 aparecieron las partes altas
de varios muros. Casi paralelo al borde de levante de la cata, ligeramente
divergente hacia el noroeste, un muro de 0'40 m. de espesor, de piedras de
mediano tamaño, careadas. Esta pared formaba en su extremo sur un ángulo
recto con otra, la que denominamos muro N, de algo más de 5 m. de longi.
tud en direcci6n este·oeste, de características constructivas semejantes a las
del muro anterior y que, hacia su parte med ia, presentó un vano que no se
pudo averiguar si era una puerta o si se Irataba de un tramo de pared
derruido. Ambos muros parecían corresponder a las paredes este y sur de un
departamento más o menos rectangular del que no se lograron encontrar las
otras dos. Saliendo del muro N, hacia el norte, a cosa de un metro de distancia de la pared de levante, había un corto murete de 0'20 a 0'25 m. de
espesor y de unos 0'40 m. de largo, cuya funcionalidad no se lIeg6 a dilucidar.
En el interior de este posible recinto, junto al muro de levanle y en su parle
inmed iata al borde septentrional de la cata apareció una especie de empedrado
irregular, y en la parte exterior de este posible departamento, junto al
muro N, un piso de arcilla endurecida que formaba la base del Estrato 11 y
sobre el que se asentaba este muro, y a una profundidad semejante, también
el de levante.
b) A la misma profundidad de entre 0'15 a 0'20 m., pero en la parte
meridional de la cata apareció otro conjunto de construcciones. Un largo muro
en dirección oeste-este, al que se denominó muro b, ligeramente divergente
del borde sur de la cata, del que se descubrieron 11 '10 m. de longitud y
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LOS VILLAII.ES
17
cuyos extremos continuaban por ambas lados en las zonas latera les no exca·
vadas. Era de buena construcción, teniendo en su tramo occidental 0 '40 m.
de espesor y en e l resto 0'35 m. Hacia la mitad de la extensi6n conocida de
esta pared y de su cara norte surgía una especie de plataforma y un murete
que formando ángulo recto se unía a e lla y al que se denominó muro a,
entre el cual y el b quedaba un espacio rectangular de 3 m. de largo por
0'40 de ancho, de finali dad desconocida para nosotros. la plataforma mid i6
1'20 m. de largo por 1'15 de ancho, y el muro a, 3'40 m. de long itud por O'SO
de espesor. El b se asentaba sobre el suelo de tierra relativamente endure·
cida, a 0'60 m. de profundidad y por tanto al mismo nivel que los muros N
y de levante, es decir, en la base del Estrato 11 . l a plataforma y e l muro a,
cuyas partes superiores aparecieron a la misma altura que la del b, estaban
formados solamente por una, o a lo sumo dos, tongadas de piedras, con una
altura d e unos d iez centímetros y apoyados sobre una base de tierra. En el
ángulo noreste del muro a apareci6 una gran mancha de cenizas con abun·
dantes carbones.
c) Por último y surgiendo su parte superior también a una profund idad
media de 0'15 a 0'20 m., apan~d6 otra pared, a la que denominamos muro c,
que saliendo del ta lud del borde occidental de la cata se dirigía hacia el
este con ligera inclinación hacia el noreste y por lo tanto divergente respecto
al muro b. Midi6 una long itud de 3'70 m. perdiéndose o term inando a la
a ltura del ángulo noroeste de la plataforma. Tenía entre 0'35 y 0'40 m. de
espesor y estaba formado, como los anteriores, por piedras de mediano
tamaño, careadas, apoyándose, como los de levante, N y b, en el suelo rela·
tivamente endurecido que aparecía a O'BO m, de hondo, o sea en la base del
Estrato 11. Rodeando la parte inferior de este muro y llenando la zona exis·
tente entre el mismo, la cara norte del muro b y la oeste de la plataforma,
apareci6 un empedrado irregular que, seguramente, se continuaba por debajo
del talud del borde occidental de la cata.
MATERIALES
los hallazgos de materiales se dieron en su mayor parte en el Estrato 11,
siendo muy escasos en los restantes.
Estrato l.-Escasos fragmentos de cerámica, en su mayor parte de tipo
ibérico, con y sin decoraci6n y algunos pocos de pasta grosera, de tipo
arcaizante, hechos a torno por lo general, todos muy fragmentados.
Estrato II .--fue estrato muy fértil en varias zonas, pero por circunstancias
que desconocemos la mayor parte del material apareci6 revuelto y fueron
pocas las piezas que pudimos considerar que se hallaban in situ . las zonas
pr incipales de hallazgos fueron dos: la existente al noreste de la pared a, en
3
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18
2 . PLA BALLBST e.a
un gran sedor de cen izas, y la interior del ángulo formado por Jos muros N
y de levante. También se d ieron algunos materiales al sur del tramo de
levante del muro N, sobre el piso endurecido, en la parte exterior d el posible
recinto, junto al muro de levante en su sector más septentrional, inmediata
al empedrado. y en una zona centra l de la parte este de dicho posible departamento.
En la zona al norte y noroeste de la pared a, o sea por donde aparecían
abundantes cenizas y carbones, salieron. entre numerosos fragmentos de
cerámica ibérica, algunos decorados con motivos geométricos pintados y unos
cuantos restos de vasijas de tipo arca izante, generalmente hechos a torno,
dos manas de mortero, tres fusayolas, tres pequeñas páteras, un oinochoe
( Iám. VII. 1). d os caliciformes (Iám. JI, 4) y una pequeña copa d e p ie bajo
( Iám. X, 1) todo de cerámica ibérica; partes d el fondo y del bord e con asa
d e un kyl ix ático de figuras rojas ( Iám. XXV, 1 y 2). una campaniJla de
bronce incompleta y un par de afiladoras de piedra .
A l sur del muro N, sobre la porci6n d e p iso endurecido, entre otros fragmentos cerámicos d estacamos la existencia de una hermosa mano d e mortero
con sus caras decoradas incisamente con cenefas de tipo geométrico ( lámina
XVII, 2). un vaso caliciforme ibérico (lám. JI, 3). un fragmento de asa de
kylix át ico y una pequeña azuela de p iedra p ulida.
En el interior del posible recinto, en la zona más inmediata al norte del
muro N en su porción d e levante, f ueron muy abundantes los restos cerámicos, en su mayoría de t ipo ibérico, aunque también se dieron otros d e
tipo arcaizante. Entre ellos destacamos dos ma nos de mortero, dos fusayolas
de cabeza en botón, dos páteras ibéricas, dos cal iciformes igualmente ibéricos ( Iá m. JI, 1 y 2). un oinochoe de muy buena calidad (lám. VII, 2). un
pequeño vasito b itroncoc6nico decorado (Iám. V, 5). una orza mediana
( Iám. Xl, 2). dos braseriJlos de pasta de t ipo arcaizante hechos a torno y en
forma de pequeñas copas de pie bajo con asa y con las paredes perforadas
mediante orif icios cuadrados y triangu lares (Iám. XXII, 1 y 2). dos tapaderas
tamb ién de pasta arcaizante hechas a torno y un pondus (Jám. XVII , 3). De
cerá mica importada s610 apareció un pequeño f ragmento d el borde de un
kyl ix át ico de f iguras rojas ( Iá m. XXV, 3 ) . Igualmente se recogieron algunas
piezas de hierro muy oxidadas entre las que se dist inguieron un par de clavos
grandes, unas barritas, una anilla y un fragmento d e hoja de hoz.
Junto a la cara interna del muro de levante, en su tramo más al norte,
inmediata al empedrado, sali6 una zona con escaso material: algunos tiestos
ibér icos, parte de una copa de p ie bajo con asa de dob le bucle pegada al
cuerpo y d ecorada con franjas y fi letes pintados y dos percutores de p iedra.
y hacia el centro del posible recinto, en su mitad oriental, junto con numerosos fragmentos cerámicos ibér icos y arcaizantes, aparecieron un vaso cal ici forme, una pátera y un pequeño vaso b itroncoc6nico de<:orado con franja
[page-n-20]
LOS VILLA.SS
19
y filetes pintados, todo en cerámica ibérica, y tres tapaderas de cerámica
arcaizante hechas a tomo.
Estrato III.-Fue escaso el material que se p udo recoger, todo cerámico.
formado por vasos y fragmentos de pasta grosera con abundantes piedrecillas
para la reducci6n, generalmente hechos a torno, aunque también salieron
algunos hechos a mano. Entre el material hallado hemos de destacar media
orza de cerámica gris negruzca hecha a torno con dos filetes incisos por
debajo del cuello, aparecida en el sitio q ue, en el estrato anterior, salía una
gran mancha de cenizas en el ángulo noreste de la pared a y otra orza incompleta de pasta arcaizante amarillo-rojiza al exterior y oscura al interior, también con dos lineas incisas por debajo de l cuello y encontrada en la zona
que en el estrato superior correspondía a la parte del sur del muro N.
Estrato IV. Prácticamente estéril. Sólo dio una par de pequeños fragmentos de cerámica de pasta negra y superficie bruñida brillante, hechos
a mano.
SEGUNDA Y TERCERA CAMPAÑAS 1957 Y 1959
Tras la 1 Campaña de excavaciones, que acabamos de reseñar, y conocidas
las condiciones del terreno, se decidi6 emprender una tarea sistemática para,
con el tiempo, dejar completamente estudiada toda la superficie susceptible
de excavaci6n, o sea el campo q ue ocupa la parte más a lta del cerro de los
Villares y q ue como también se ha d icho estaba yermo desde hacia bastantes
años. Se lIeg6 a un acuerdo con el dueño de la finca, don Miguel de Fuentes,
para que no efectuara sin nuestro conocimiento plantaciones ni labores agrícolas de ninguna clase en él.
Segunda Campaña 1957
Se IIev6 a cabo d urante los d ías 26 a 31 de agosto de 1957. los traba jos
se iniciaron en la zona más septentrional del campo yermo, junto al limite
con otro plantado de viñas, en el lugar donde el año anterior se había efectuado la Cata 4, que dio resultados muy prometedores. Se acord6 empezar
por este punto porque, aparte de que así lo aconsejaban los resultados de
la mencionada cata, desde aquí se podía ir traba jando sin soluci6n de continuidad hacia el sur hasta dejar investigado todo el terreno, si así lo aconsejaban los resultados de los trabajos.
En esta campaña q uedaron excavados en sus Estratos 1 y 11 los departamentos que señalamos con los números 1, 2, 3 y 4, el número 5, del que
sólo se explor6 su parte occidental en sus Estratos 1 y 11, y una zona, la que
se seña l6 con el número 6, que s61 q ued6 superficialmente rozada. Además,
0
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E. PLA BALLESTER
sospechando que por debajo del piso que aparec.ia en el fondo del Estrato 11
continuaban los niveles fértiles, en el departamento 4 se profundizó hasta
llegar al suelo estéril.
Tercera Campaña 1959
Esta 111- Campaña se efectuó durante los días 2 a 30 de agosto de 1959.
Dados los interesantes resultados obtenidos en la excavación total del departa.
mento 4, realizada el año anterior, se exploraron en profundidad los departa·
mentas 1, 2 y 3 y se prosiguieron los trabajos descubriendo los 7 a 15 ambos
inclusive, en los que se alcanzaron distintas profundidades, según los casos,
como se d irá a continuación. Además, la zona a la que el año anterior se
le dio el número b y que quedó solamente explorada superficialmente, fue
objeto de investigación durante la presente ca mpaña, descubriéndose una
calle, que se denominó Calle A, Que transversalmente discurría de poniente
a levante y de la que, cerca de su tramo último, surgía otra perpendicular,
la Cal le B, entre los departamentos 11 y 13, en dirección norte a sur. Véase
en la f igura 4 el plano de los departamentos excavados durante estas dos
campañas.
EXCAVACION DE LOS DEPARTAMENTOS
DEPARTAMENTO 1
Fue excavado durante los días 2b a 28 d e agosto de 1957 y 14 a 21 del
mismo mes de 1959. Era un recinto ligeramente ·trapezoidal de 2'SO rn. de
ancho med io por 3'80 de largo medio, que lindaba por norte con el ta lud de la
zona sin excavar, por levante con el departamento 2, por sur con la Calle A
y por poniente con el departamento 3. Véase las fjguras 4 y 5 y la lámina
1,1 y 2.
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.-De 0'20 m. de espesor medio. Tierra revuelta por las labores
agrícolas, d e color pardusco, con fragmentos de cerámica, de techumbre y
de adobes. A 0'10 m. de hondo afloraron las caras superiores de dos muros.
Grandes manchas de t ierra oscura que, en algunos puntos, era casi negra .
Estrato n.- De 0'20 a 0'55 m. de profundidad media. Tierra de coloración
semejante a la d e la capa anterior, pero más consistente. Las manchas oscuras
aumentaron de exlensión. Entre 0'25 y 0'30 de profundidad apareció la parle
superior de un muro de adobes que cerraba por levante el d epartamento.
A lrededor de los 0'55 m. de hondo se encontró un p iso de t ierra endurecida,
sobre el que se apoyaban los muros.
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LOS VILLARES
21
Estrato III.-Oe 0'55 a 1'10 m. de hondo medio. En la parte septentrional
del recinto salió tierra amarillo-.rojiza, hueca, muy suelta en las capas inferiores. El resto del departamento presentaba zonas de tierra como endurecida
por el fuego y con el aspecto de cocha y otras de tierras menos consistentes,
de coloración pardusca. Estas últimas parecieron bolsadas correspondientes
al estrato superior que rompiendo la capa de tierra como cocha se introduclan en el Estrato 11 1. la base de éste la formaban varios suelos de caracterlsticas d istintas: hacia el centro del departamento y 8 un metro de profund idad salió un piso de gran dureza, gris-oscuro, como de cemento, del que
solamente quedaba un pedazo irregular de poco más o menos 0'60 m. de
largo por 0'45 de ancho, y junto al mismo, pero en un nivel ligeramente
inferior, a cosa de siete centímetros más hondo, aparecieron otros dos tipos
de suelo: uno de tierra gris clara apisonada, que apareció muy troceado y
otro de ti.erra arcillosa muy roja y fuerte, también apisonada. El de aspecto
de cemento, a unos siete centímetros de desnivel respecto al de tierra gris
clara, presentaba en las zonas d e contacto un corte vertical, hecho ex profeso al parecer, como un escalón, que podía corresponder a un desnivel en
el piso primitivo.
Estrato IV. -De 1'10 a 1'35 m. de profundidad media. Por d ebajo del
piso que formaba la base del Estrato III aparecieron unos gruesos muros. El
resto del espacio correspondía a un relleno que, según zonas, presentaba
d iferentes características. Inmediatamente por debajo del piso con aspecto
de cemento habla una capa de grava mezclada con tierra arcillosa muy roja
e inferior a ella, otra de tierra apisonada y endurecida al fuego; alrededor
de éstas habla un cerco de piedras medianas como para sostener la capa de
grava. Inferior al piso superior restante aparecieron unas capas superpuestas
de tierra muy dura mezclada en alguna ocasión con graviJlas de diámetro
muy pequeño, como si se hubieran ido haciendo sucesivamente unas capas
de arcilla bastante pura o mezclada con piedrecillas, apisonadas. El fondo del
estrato lo formaba una capa d e tierra suelta sobre otra de tierra arcillosa,
endurecida. En este suelo y hacia el centro de l departamento salió un hoyo
de superficie ova l, de 0'25 m. de ancho por 0'40 de largo q ue penetraba
unos tre inta centímetros en el Estrato V: sólo contenía tierras y cenizas. También en la base del estrato que reseñamos afloraron unos muros, correspondientes al nivel inferior.
Estrato V.- Por debajo de 1'35 m. de hondo. Tierra gris muy suelta. la
base del estrato arqueológico estaba, poco más o menos, según zonas, por
deba jo de 175 m. de profundidad, donde salla la tierra que consideramos
propia de la colina. En este estrato aparecieron hasta 170 m. poco más o
menos d e hondo. unos muros. Por deba jo, tierra estéril de relleno y la que
hemos dicho tierra del monte.
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22
B. PLA BALLESTER
ESTRUCTURAS
a) En el Estrato 11 aparecieron cuatro muros (véase figuras 4 y 5) que
formaban un departamento de planta ligeramente trapezoidal: el muro norte
_ B
- - - - -11
P lanta y corle da los departamentos' 1-4
...... '
apareció en el mismo tal ud de la parte excavada en comunicación con la
zona sin excavar; el de levante. totalmente de adobes y de poco más de O'2J
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LOS VILLARIIS
23
metros de espesor, servla de separación de este departamento con el número
2 y surgiendo del muro sur en d irección norte terminaba a unos 0'60 m. de
d istancia de la pared septentriona l, dejando como un vano de comunicación
entre ambos d epartamentos; el muro sur, que separaba el recinto de la
Calle A, era de piedra mediana, más bien grande, perfectamente careada,
bien trabada y de buena calidad, d e 0'45 m. de espesor, y de igual calidad
aunque ligeramente más estrecho, de casi 0'40 m. de grueso, era el muro
d e poniente, medianero con el departa mento 3. Todas estas estructuras se
apoyaban inferiormente en la base del Estrato 11, a unos 0'55 metros de
profund idad.
b ) En el Estrato 111 no aparecieron muros ni ninguna otra clase de
estructuras.
cl En el Estrato IV, inmediatamente por debajo de la base del Estrato 111,
apareció un conjunto de gruesos muros de bastante buena calidad aunque
inferior a los del Estrato 11: eran de piedras gruesas, irregularmente careadas
aquellas que formaban las caras laterales de los muros y débilmente trabadas.
Uno de ellos corría casi parale lo al talud norte, de oeste a este, surgiendo
de la zona inferior en la que, en el Estrato 11, estaba la pared de poniente y
metiéndose por debajo de la que, en el mismo estrato, se levantaba la pared
de adobes medianera con el departamento 2: tenia un ancho de cerca de
0'50 m. Este muro estaba perpendicularmente cruzado por otro de calidad
semejante y de unos 0'70 m. de grosor, que saliendo del talud norte tras
cruzar el que acabamos de describir, se prolongaba hacia el sur unos dos
metros, perd iéndose por rotura a esta d istancia : su cara de levante quedaba
por deba jo de la zona en la que, también en el Estrato 11, se alzaba el muro
de adobes. Por último, en el ángulo sureste d el recinto y metiéndose por
debajo de los ta ludes quedados inferiormente a los muros de adobes y el de
piedra separatorio de la Calle A, sa lió otro de características semejantes a los
anteriores y que con ligera inclinación se dirigia de oeste a este. Todas las
paredes alcanzaban por debajo una profundidad de algo más de "25 metros,
sin llegar por lo tanto a la base de l estrato.
d) Por último, en el Estrato V salieron otros dos muros: uno inmed iatamente inferior al que en el Estrato IV corría de oeste a este y, al parecer, más
ancho - posiblemente de algo más d e 0'60 m. de espesor-, cuyas partes
laterales sobresalían unos d iez centímetros por cada lado del muro superior,
y en el espacio sureste del recinto, otra pequeña porción de muro que se
d irigía hacia el noreste, saliendo de deba jo del último descrito en el apartado
anterior y metiéndose por debajo de la zona en la que en el Estrato 11 estaba
la pared de adobes. Este muro se continuaba al mismo nivel en el departamento 2. Ambos eran de construcción basta, de piedras de med iano tamaño,
más bien gruesas, sin labrar y trabadas en seco.
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B. PLA BALLaSTe.
MATERtALU
l os principales materia les arqueológicos encontrados en [os distintos estratos f ueron [os siguientes:
Estrato l.-Algunos fragmentos de vasos ibéricos corrientes, en su mayor
parte pertenecientes a vasijas de gran tamaño.
Estrato II.-Restos cerámicos ibéricos, otros de t ipo arcaizante, algunos
de barniz negro, unos pocos ejemplares de útiles de metal y media piedra
de moli no.
l a cerámica ibérica era de pasta de buena cal idad por lo genera l y con
coloraciones d iversas: amarilla, amari llo-rosácea, gris, gris-amarillenta, gris
castaño y castaño amarillenta entre otras tonalidades. A lgunos fragmentos
presentaban una decoración de t ipo geométrico simple pintada en color rojo,
oscurec ido por el paso del tiempo. las formas fueron las corrientes en la
cerámica ibérica y entre los vasos que han pod ido ident ificarse mencionamos
los siguientes: varios g lobulares de muy dist intos tamaños, algunos grandes,
con o sin pie, de boca revertida con borde algunas veces moldurado (Iáms. XII,
2, XIII, 2 y XVI, 1); entre ellos destacamos ahora uno pequeño con cenefa
incisa de lineas sinuosas próximas al cuello (Iám. V, 3). una candiota de
mediano tamaño de cuerpo bitroncocónico y pitorro para el vertido de líquidos
pr6ximo a la base (Iám. XIV, 2). una orza de cuerpo globular achatado
( Iám. X, 2), un vaso con tendencia al tipo caliciforme pero sin aristas en el
galbo con ligero resalte entre el cuello y el cuerpo ( Iám. 111, 2). una copa de
cuerpo troncoc6nico achatado con asas horizontales en dob le bucle cubierto
de pintura o barniz rojo vinoso en la actualidad casi negro (Iám. IX, 2), una
airosa botella de cuerpo piriforme de pie abierto y boca en ancha tulipa
( Iá m. VI, 1). d iversas páteras entre las que hay una con 6nfalo saliente central, varias de bordes en ala curva revertida y otras de borde reentrante, entre
las que existen dos, pequeñas, con decoración geométrica pintada y una, de
medianas dimensiones, igualmente decorada de la misma forma ( lámina XIX,
1 a 3).
De cerámica común se recogieron varias fusayolas y unos pocos pondus.
Oe cerámica de t ipo arcaizante, de pasta grosera con abundantes piedrecillas de reducci6n en la masa, de coloraci6n castaño gris, castaño de varias
tona lidades y gris, a veces muy oscura, siempre' pertenecientes a vasos hechos
a torno, destacamos una tapadera y una orza de cuerpo b itroncoc6nico, base
plana y borde sa liente con reborde, que presenta dos resaltes del imitando el
cuello superior e inferiormente ( Iám. XX, 2).
Entre la escasa cerámica d e barn iz negro se ha podido reconstru ir en gran
parte una pátera de fa forma lambogl ia 28, de 5' 1 cms. de altura, 13'1 de
diámetro en la boca y 6'2 en el pie. Es de arcilla dura, compacta, bien depu-
[page-n-27]
LOS VILLARES
2S
rada de color gris y fractura hojosa. Sus superficies son lisas, t inas al tacto
y su barniz, que cubre la totalidad del vaso, es negro ligeramente brillante
y uniforme en el interior, presentando en su cara externa algunas zonas gri.
sáceas oscuras, al parecer por desgaste. Está algo picado en algunos puntos
d e ambas caras. Su pie es recto, ligera mente oblicuo; el fondo externo del
mismo está a igual nivel con relaci6n al p lano de reposo que el punto de
unión de las paredes externas del pie y de [a copa. En el ángulo d e unión de
la pared de la copa con la cara externa del pie corre un surco hecho con instrumento d e punta roma, invadido en parte por el barniz negro y exento en
algunos tramos. Uña destacada a lo largo de todo el perímetro de la super·
ficie de reposo del pie. En el f ondo interno del cuenco, cuatro palmetas en
relieve, sueltas e irregularmente dispuestas, rodeadas por una circunferencia
de estrías cortas y gruesas que a su vez es concéntrica a otra de linea cont inua
e incisa también con instrumento de punta roma (lám. XXVII, 2). Como dice
Sanmartí Grego' al describir una p ieza del A lmacén Gandía de Ampurias
que presenta grandes analogías con la de los VilIares, a pesar de la forma
y de su decoración no se puede de ningún modo considerar este vaso como
de cerámica campaniense A, por lo que como d icho autor hace para el de
Ampurias, hemos de postular una fecha de hacia mediados del siglo 111 a. de C.
De meta l únicamente podemos mencionar una f íbu la anular hispánica de
bronce, pues por lo genera l los restos metá licos aparecían en un estado tal
de corrosión que impedía identificar los tipos de piezas a que pertenecieron.
Por último, mencionemos la existencia de media piedra activa de molino
circu lar, encontrada en el ángulo noroeste del departamento.
Estrato III.-Por debajo del piso superior: escasos fragmentos de t ipo
ibérico, algunos con decoración geométrica simple pintada en rojo vinoso,
unos fragmentos de pondus, varios t iestos d e cerámica arca izante hecha a
torno y a mano, entre estos últimos dos con cordón en relieve con hoyuelos o
digitaciones.
Estrato IV.-Cerá mica arcaizante hecha a torno V a mano, más abundante
la hecha a mano. Parte de un vaso a torno con decoraci6n pintada de franjas
V filetes rojos, de pasta grosera con piedrecillas en la masa. Entre Jos hechos
a mano, de superficies negras brillantes por espatulado, salieron unos pocos
con decoración incisa de l ipo geométrico.
Estrato V.-Escasos fragmentos de cerá mica, basta, con piedrecillas en
la masa para la reducci6n, todos hechos a mano V de muy pequeño tamaño.
(9) E. SANMARTI GREGO: _La cerámica campaniensc de Emporion y Rhode_, I y 11.
Mono¡rafies Emporitanes. IV. Barcelona. 1978. pá¡. 60, número 40. l'mina 4 y pá¡. 679,
núm. 45, lám. 95.
4
[page-n-28]
26
E. PLA BALLBSTlIR
DEPARTAMENTO 2
Se excav6 los días 26 a 28 de agosto de 1957 y 3, 10, 13, 14, 22, 24 y 27
del mismo mes de 1959. Es un espacio ligeramente trapezoidal al sur d el
departamento 4 que se prolonga hacia el norte mediante estrecho pasi llo
que corre a poniente. la parte trapezoidal tenía unas d imensiones medias
de 3'25 de largo por 2'10 m. de ancho y el pasillo tenía una longitud de 2 m.
por 0'75 de ancho. lindaba por el norte con el departamento 4, por esle con
el 5, por sur con la Calle A y por poniente con el recinto número 1. Véanse
las figuras 4 y 5.
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'20 m. de profundidad media. Tierra removida por las
labores agrícolas, de color pardusco con restos de adobes, d e techumbre y
algunas cerámicas. Quitada la capa más superficial, a unos diez centímetros
de hondo afloraron las partes superiores de los muros norte, este y sur.
Manchas d e t ierras oscuras, casi negras en algunos puntos.
Estrato II.-De 0'20 a 0'55 m. de profundidad media. Tierra de coloración
pardusca con abundantes manchas oscuras que, conforme se ahondaba
aumentaban d e extensión, llegando a tener algunas una tonalidad franca mente negra. En la superficie del estrato afloraron, como se ha d icho, los
muros de levante, norte y sur y a cosa de unos 0'30 m. otros dos muros, en
ángulo, sepa ratorios del departamento 4, hechos de adobes. la base estaba
formada por una especie de suelo de tierra roj iza endurecida sobre la que
se asentaban los muros.
Estrato III.-De 0'55 a 1'10 m. de hondo medio. En la parte más alta del
estrato, en su plano de contacto con la base d el superior, apareció un muro,
único existente en este estrato. Tierra pardo-rojiza, oscura, suelta, con muchos pedruscos y fragmen tos de cerámica, los que iban escaseando conforme
se ahondaba.
Estrato IV.-De 1'10 a 1'35 m. de hondo medio. Inmediatamente por
debajo del estrato anterior surgen dos muros. El relleno estaba formado por
tierra suelta, pardo-rojiza, oscura, con ampl ias zonas negruzcas formadas por
cenizas y carbones.
Estrato V.-Por debajo de 1'35 m. de profundidad. A partir de la base del
Estrato IV, o sea a cosa de 1'35 m. de hondo surgieron otros restos de
construcciones que se apoyaban sobre una especie de suelo de tierra gris
apisonada bastante regular. El relleno estaba formado por una tierra suelta,
pardo-rojiza-oscura y en su parte inferior, junto a la base de unos de los
muros, hacia los 1'65 a 170 m. de profundidad, apareció una gran mancha
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LOS VIL LARBS
de cenizas y pequeños carbones. Por debajo tierra estéril de relleno y la que
hemos consid erado propia del monte.
ESTRUCTURAS
a) Cuando se inició la excavación de este departamento se conocía ya el
muro de adobes que lo cerraba parcialmente por poniente, aparecido al vaciar
el departamento 1. En la última capa del Estrato I y más claramente en el
Estrato 11 quedaron aislados otros muros que completaban el recinto: el
existente al norte del pasillo, era cont inuación del muro septentrional del
depa rtamento 1, en el mismo talud de la parte excavada con la zona sin
excavar; el de levante del mismo pasillo, colindante con el departamento 4,
totalmente hecho de adobes y de 0'25 m. de espesor que formando un
ángulo recto continuaba hacia el este hasta llegar al muro de separación con
el departamento 5, sirviendo igualmente de colindante entre los departamentos 4 y 2. la pared de cierre del recinto por levante era de adobes en
su p3rte superior y de piedra careada y bien trabada en su porción inferior,
teniendo cerca de 0'30 m. de grosor y metiéndose su base unos cinco a d iez
centímetros en el estrato inferior; es el muro que separa el d epartamento
que describimos del número 5. Por último, el muro sur, separatorio entre el
recinto y la Calle A, continuación del mismo muro del departamento 1 era
de piedra pequeña y mediana, bien careada y trabada, de 0'45 m. de espesor
y que, en el 'ramo más a levante tenía unas ahiladas de adobes en su parte
superior, lo que parecía indicar que todo este muro que separa la Calle A
del grupo de habitaciones que hay en su parte norte -las números 3, 1, 2
y 5- era de p iedra en su parte más baja y de adob~s hasta arriba. Respecto
al muro de cierre por el oeste ya se dieron sus características al d escri b irlo
en el d eparta mento 1. Todas estas paredes, con la exce~ ¡ón ya indicada
del de levante, se apoyaban interiormente en la base del Estrato 11, a cosa
de 0'55 m. de prof undidad.
b) En el Estra to III s610 apareci6 un muro que cruzaba de norte a sur
todo el recin to. En su parte más hacia el norte salió su cara de levante por
debajo del muro de adobes que en el Estrato 11 separaba este reci nto d el
número 4. era de piedra mediana, careada y bien asentada, ligeramente más
basto que los muros de piedra del nivel superior.
c) En el Estrato IV, inmediatamente por debajo de la base del estrato
anterior. salieron otros dos muros: uno en dirección norte·sur ligeramente
d ivergente en relación con el de levante del recinto ibérico, surg iendo de la
zona inferior en la que en el Estrato IJ corría el muro de adobes y metiéndose
por debajo de la zona en la que en dicho Estrato I1 se asentaba la pared
merid ional ; y otro, en el ángulo suroeste del departamento, continuación
indudable del que a [a misma profund idad salía en el rincón sureste del
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28
E. PL': BALLESTER
departamento 1 y que, tras un corfo tramo se perdía por debajo del muro del
Estrato rrr. Ambas paredes eran de piedras gruesas, irregularmente careadas
las que formaban sus lados y débilmente trabadas : el ancho de la que
corrla de norte a sur era de casi 0'35 m. de espesor. Estos dos muros alcanzaban en su parte inferior una profundidad de algo más de 1'25 m. sin
llegar por lo tanto a la base del estrato.
d) Finalmente, a una profundidad aproximada de 1'35 a 1'40 m. aparecieron los restos de otros tres muros. Unos en direcci6n noroeste-sureste
que apareciendo por debajo de la zona en la que en el Estrato 11 se levantaba
la pared sur del recinto se dirigía hacia el noroeste por debajo del muro del
Estrato IV, otro, que ya se in iciaba en el ángulo sureste del departamento 1
y que oblicuamente iba hacia el noreste, surgiendo por debajo del tramo de
muro que en esta zona salia en el Estrato IV y metiéndose por debajo de la
en que en el Estrato 111 iba de norte a sur, terminando o perdiéndose por
debajo del sector que en el Estrato IV estaba la pared este-oeste, y, por
último, un pequeño tramo de muro cuyos restos se meten por debajo de la
zona en la que en el Estrato ti estaba la pared de adobes separatoria de los
departamentos 2 y 4. lodos estos muros eran muy bastos, de piedra sin
labrar y trabada en seco, estando su base a 1'65 aproximadamente de profundidad. El que iba de suroeste a noreste era excepcionalmente grueso,
d e casi un metro de espesor.
MATERIALES
Estrato I.-Fragmentos de vasos ibéricos corrientes, entre ellos algunos
decorados con temas geométricos sencillos pintados. Una buena parte de
estos tiestos señalan su pertenencia a vasijas de mediano y gran tamaño y
entre ellos se pudo reconstruir una ánfora ibérica de paredes algo curvas
con borde en resalte exvasado, panza de perfil algo curvo con irregularidades
y base ancha y convexa, que conservaba los restos de una de sus dos asas
(figura 6). Pertenece al t ipo 1 de la tipología de Ribera, quien le da una
-6
cronología correspondiente a los siglos 11- 1 a. de C. l~. En la base del estrato
salió una fíbula de bronce de las de apéndice caudal, que por rotura impide
identificarla con ningún tipo, arco en forma de hoja alargada con acanaladuras en su cara externa y aguja sujeta por un muelle bilateral cuya cuerda
pasa por debajo del arco: creemos que puede situarse dentro del grupo de
la l ene " hacia finales del siglo IV o comienzos del 111 a. de C.
Estrato n.-Restos de abundantes vasijas ibéricas corr ientes y algunos
fragmentos de t ipo arcaizante, generalmente hechos a torno; fueron relativa(10) A. RIBERA UCOMBA: .Las ánforas prerromanas en el País Valenciano. Fenicias,
IWricas y púnicas_o En preparación.
[page-n-31]
LOS VILLARES
mente numerosos los tiestos de vasijas de barniz negro y aparecieron algunos
de un kylix-skyphos ático de figuras rojas. El metal fue escaso, aunque algo
más abundante que en el estrato correspondiente del departamento 1.
la cerámica fue de características semejantes a las aparecidas en el Estrato 11 del departamento que acabamos de menciona r. Entre las piezas recog idas destacamos: una tinaja globular alargada de repié ligeramente destacado y boca de borde revertido, con un baquet6n que separa el cuello del
cuerpo y del que salen, d ia metralmente opuestas, dos asas verticales en
cinta (lám. XIV, 1); otra tina ja grande de cuerpo bitroncoc6nico, estrecha
Ft(UJ1ll 6.-Rcducld• • 1/10.
base con repié ligeramente destacado y boca de borde saliente, teniendo en
la zona que sepa ra el cuello del cuerpo unas lineas horizontales incisas (lámina XV, 2); una tinaj illa g lobular achatada sin pie y con borde saliente
de canto moldurado (Iám. XI, 1) ; dos pequeños vasos bitronc0c6nicos con
base en reborde y boca estrecha revertida (Iám. V, 1); varios vasitos caliciformes, de ellos uno con destacado baquet6n hacia la parte central del
cuello (Iám. 11. 7): un oinochoe de cuerpo bitroncoc6nico y estrecho cuello
destacado, base ancha con reborde poco saliente y boca tri lobulada, que
lleva un resalte en la uni6n del cuello con el cuerpo, careciendo de asa por
rotura (Iám. VII, 3); otro oinochoe de cuerpo cilíndrico, base plana, cuello
[page-n-32]
30
B. PLA BALLIISTBR
destacado y boca trilobulada al que le fa lta por rotura el asa y que va decorado con motivos geométricos pintados en rojo vinoso (llIm. VII, 4). y varias
páteras pequeñas, unas con borde reentrante y otras que lo t ienen en ala
curva reve rtida.
También de cerámica corriente aparecieron varias fusayo las de tipos d iver4
sos y algunos pondus.
De cerám ica de t ipo arcaizante fueron relativamente abundantes los frag-
mentos recogidos, en su mayoría pertenecientes a vasos hechos a torno. De
las piezas he<:has a mano debemos d estacar una pátera de fondo plano y
borde vertical con dos asas d ia metra lmente opuestas de secció:1 circula r que
se destacan horizontalmente.
l a cerámica de importación estuvo bastante bien representada. Citemos
en primer lugar un kylix· skyphos con el interior barnizado de negro excepto
en el borde donde va adornado con una cenefa de hojas de yedra exentas
y frutos con p intura blanca; en e l fondo de l vaso cuatro palmetas impresas;
y en la cara exterior, también barnizada de negro en las parles no decoradas
y exentos el canto del p ie y la base, en cuyo centro hay un circulillo en
negro con punto en medio; palmetas en ambos lados de las asas y debajo
de ellas y en el espacio quedado libre en cada cara del vaso la misma
escena: Eros hacia la derecha con estríg iles en la mano y frente a él un muchacho envuelto en su himation y apoyado en un bastón, en el fondo, entre
las dos figuras, dos halteras enfrentadas, apoyadas en la pared (Iám. XXIV).
Según G:oria Trías JI se relaciona con piezas de Ampurias y del Cabezo del
Tío Pío de Archena, atribuyéndolo al pintor Q, de principios del siglo IV
a. de C. Además hay que mencionar la existencia de tres páteras de barniz
negro, dos de ellas de la forma l amboglia 24, de pared gruesa y reentrante,
p ie muy ancho con uña en el plano de reposo, una d e pasta gris clara y
barniz negro muy bri llante y la otra de pasta amari llo-grisácea y barniz negro
d iscretamente brillante muy picado en su cara interna (Iám. XXVI, 1 y 2); y
la terce ra, de la forma l amboglia 25, de pasta gris casi negra, barniz intensamente negro pero poco brillante, cuerpo ligeramente alto y pie estrecho
oblicuo y recto de pared f ina (lám. XXVI, 3): las primeras piezas pueden
situarse dentro del siglo IV y la otra, que creemos que se halla en el comienzo
de la transición hacia la forma lamboglia 34, en tiempos ligeramente posteriores al de las anteriores, qu izá entre el últ imo cuarto del siglo IV y la
mitad del sig lo 111 a. de C.
De metal aparecieron numerosos restos aunque en su mayoría por el
avanzad o estado de oxidación fueron pocos los que dieron formas ident ificables. De éstos mencionaremos un ponderal d e bronce de t ipo discoidal
(11) G. TRIAS DE ARRIBAS: .Cerámicas &riegas en la Península Ibérica_, l . Valen·
cia, 1967, pá¡. 322 y 11 , Valencia, 1968, 1m. CLVIlI.
[page-n-33]
LOS VILLARBS
31
plano con taladro central cuadrado; una ancha cinta de cobre arrollada y, de
hierro, los siguientes objetos: una hoja grande de lanza, una anilla, dos
fragmentos de hoja de hoz, una lezna de la forma XLI de nuestra tipología IJ,
un martillo-hacha y parte de otro semejante de la forma XXX I y un fragmento de hoja ancha de serrucho de la forma XVIII, A.
Estrato IU.--la cerámica, que no fue muy abundante en este estrato y
escase6 hacia la base del mismo, era en parte de tipo ibérico perteneciente
en algunos casos a vasos decorados con motivos pintados geométricos simples,
franjas y filetes y, en otra parte, de tipo arcaizante por lo genera l hecha a
torno, pero viéndose algunos fragmentos hechos a mano. No se ha podido
reconstruir ningún vaso. De metal apareci6 solamente una varilla de bronce
de sección cuadrada.
Estrato IV. -Toda la cerámica recogida, que no fue mucha, era de tipo
arcaizante y hecha a mano, excepto unos escasos tiestos de pasta de tipo
ibérico, hechos a torno. la cerámica es de pasta grosera, de coloraciones que
van desde el rojo hasta el negro, con abundantes piedrecillas de reducción y,
en algún caso, con fuerte brillo por espatulado o bruñ ido en la cara que
suponemos externa. Entre estos fragmentos destacamos uno de borde al
parecer de cuenco de med ia no tamaño y paredes a ltas, decorado interior y
exteriormente med iante cenefa incisa de triángulos rellenos de trazos paralelos; varios trozos de otro vaso de cue llo carenado co n series de lineas en
zig-zag incisas con instrumento de punta roma, y parte de una vasija de
buen tamaño con cordón en relieve decorado con hoyuelos.
De metal sólo apareció un anillo de bronce abierto con los extremos
superpuestos.
Estrato V.-No dio mucha cerámica y toda d e tipo arcaizante hecha a
mano. los fragmentos recogidos fueron de muy pequeño tamaño y no d ieron
formas de vasijas, aunque parece que en su mayor parte pertenecían a cuencos y cazuelas. Destacamos la existencia de un fragmento con muñón vertical
perforado transversalmente.
DEPARTAMENTO 3
Fue excavado durante los días 28 de agosto de 1957 y 3, 17, 18 y 25 del
mismo mes de 1959. Es un recinto práct icamente rectangular de 2 m. de ancho
por 3'65 de largo que se halla a poniente del departamento 1, al sur de la
zona sin excavar, al norte de la Calle A y a levante de un espacio relleno
de t ierras y piedras que lo separa del departamento 7 (Véanse figuras 4 y 5).
(12) E. PLA BALLESTER: _Instromentos de trabajo ibéricos en la región valeociana..
Estudios de ecooomfa antigua de la Peofnsula Ibérica. Barcelona. 1968, págs. 10 a 190.
[page-n-34]
..
32
!l. PLI. BALLeSTBa
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.-De un espesor med io de 0'20 m. Tierras rojas revueltas por las
labores agrícolas, can escaso material arqueol6gico. la coloraci6n rojiza de
estas t ierras, frente a la tonalidad pardusca que se veía en el mismo estrato
de los departamentos descritos hasta ahora, se debía ind udablemente, a la
de los adobes caídos de las paredes que, prácticamente. formaban el relleno.
Estrato II.-Oe 0'20 a O'SO m. de profundidad media. En la capa superior
surgen los muros que delimitan el d epartamento por sus cuatro lados. las
tierras seguían siendo rojizas pero algo más oscuras que en e l Estrato l. casi
pardas en algunas zonas. Forma un relleno de restos de adobes caldos y de
fragmentos de techumbre desplomada. Había n muchos trozos de enlucido
de pared de una coloraci6n gris clara que, al humedecerse, adquiría una tonalidad amarilla. El fondo estaba formado por una especie de suelo de t ierra
apisonada que apareci6 muy destrozado y sobre el que se apoyaban las
partes bajas de los muros.
Estrato III.-Oe un espesor medio entre los 0'55 y 1'10 m. de hondo. En
la capa de contacto de este estrato con el piso del anterior surge la parte
superior de un muro. Tierra arcillosa con algunos puntos de cal y en algunas
zonas manchas oscuras casi negras. Esta capa llega hasta los 0'75 m. de profundidad, por debajo de la cual y hasta el metro, sale también t ierra rojiza
pero muy pedregosa. A esta ú lt ima profundidad sa li6 un piso bastante fuerte
y de poco espesor apoyado sobre amplia capa de tierra como cocha, roj iza
y suelta.
Estrato IV.-Oe 1'10 a 1'30 m. de profundidad media. En la parte superior aparecieron unos muros. Relleno de t ierra pardo rojiza apelmazada que,
conforme se ahondó se f ue haciendo más suelta. la base del estrato estaba
formada por un suelo muy duro d e coloración gris que parecía hecho de
cemento.
Estrato V.- Por debajo de los 1'35 m. de hondo. También en la parte
mlls alta del estrato aparecen los restos de unos muros. Tierra arcillosa con
bastante grava. Hacia los 1'70 a 1'75 de profundidad sali61a tierra que corresJX>nde a la propia de [a colina.
ESTRUCTURAS
a) En el Estrato 1J aparecieron los cuatro muros que delimitaban el
espacio que se denominó departamento 3. El muro norte como ocurría en el
departamento 1, dio s610 su cara meridional quedando el resto met ido en
el talud que formaba la parte excavada y la sin excavar: era de p iedra
med iana, bien careada en su parte inferior y de adobes en la superior, estando
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LOS VILLAREs
enlucida con una especie de estuco de coloración gris que en las partes húmedas adquiría una tonalidad amarillenta. El muro de levante, separatorio
de este d epartamento con el 1, era de p iedra mediana, más bien grande
perfectamente careada y bien trabada, de buena calidad y de cerca de 0'40
metros de espesor. la pared sur, que separaba el departamento de la Calle A,
era de las mismas caracterlsticas pero algo más ancha, de unos 0'45 m. de
grosor. y el muro de poniente, como el norte, de piedras y adobes, con enlucido de igual dase; no dio la cara posterior, la que mira al oeste, ya que con
otra pared paralela que só[o dio la cara que mira a poniente en el departamento 7, formaba un espacio de casi 1 '50 m. de ancho relleno de piedras y
tierras. l os cuatro muros descritos descansaban en el suelo de tierra apisonada
que formaba la base del estrato a 0'55 m. de profundidad.
b) E[ Estrato 111 sólo dio un muro, paralelo a otro semejante que salió
en el estrato correspondiente del departamento 2. Surgía por deba jo del
muro sur del Estrato 11 y se dirigía en dirección norte hasta 2'40 m., donde
se acababa o se perdía; su lado oeste iba por debajo del muro de poniente
del departamento. Era de p iedras medianas, careadas y bien asentadas, pero
de construcción menos perfecta que la de las paredes del Estrato 11.
c) Dos fueron los restos constructivos aparecidos en el Estrato IV, cuyas
partes altas estaban por debajo inmed iata mente de la última capa del
anterior. Uno, en d irección oeste-este, ligeramente convergente de [a pared
septentrional del departamento, salía de la parte infer ior de la zona en la
que en el Estrato 11 se levantaba el muro d e poniente y cruzando todo el
espacio se metía por debajo de la del muro este, separatorio del departamento 1: este grueso muro, de cerca de O'SO m. de ancho, era continuación
del que en la misma d irecci6n apareció a igual profundidad en dicho departamento. El otro, de corta longitud, corría paralelo al muro sur del espacio,
surgiendo por deba jo de la pared norte-sur del Estrato 111 y perdiéndose a
unos 0'90 cms. hacia el este: su porción merid ional quedaba metida d entro
del talud dejado por debajo del muro sur mencionado. Ambas estructuras
eran de piedras gruesas, irregularmente careadas s610 aquellas que formaban
las caras laterales y débilmente trabadas.
d) y en el Estrato V aparecieron otros tres muros. El inferior al oesteeste del Estrato IV, continuación también del que a igual profundidad aparecía en el departamento 1; otro, en la misma direcc ión, de 0'40 m. de ancho,
que sale de debajo del talud inferior del muro sur-norte del Estrato 111 y que
se perdía, por d estrucción al parecer, a unos 0'45 m. hacia levante, y un
tercero, en la parte más meridional del d epartamento, en d irección oesfeeste, que saliendo de debajo del muro del Estrato 111 y del muro corto reseñado en el Estrato IV se pierde por deba jo del ta lud de la pared de levante
del departa mento; la cara sur de este muro quedaba debajo de la zona en la
que en el Estrato 11 se levantaba el muro merid ional d el espacio. Estos tres
5
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34
B. PLA BALLBSTBa
muros eran de construcci6n deficiente, de piedras medianas y gruesas sin
desbastar y asentadas en seco, alcanzando sus partes inferiores una profund idad media de 1'65 m.
MATERIALES
Estrato l.-Escasos fragmentos de vasos ibéricos corrientes. entre ellos
unos pocos con decoración geométrica pintada de temas simples.
Estrato II.--Casi en la base del estrato, a O'SO m. de profundidad y en el
mismo rincón formado por el ángulo noroeste d el d eparta mento, apoyado
sobre una pequeña losa colocada horizontalmente. apareció un vaso de pequeñas dimensiones, ibérico, que contenia un pequeño tesoro. Este se camponla d e las siguientes piezas: Dos pendientes de oro en forma de arete sin
cerrar, terminados sus extremos en afi ladas puntas V ten iendo el cuerpo progresivamente de mayor d iá metro hasta su parte central, o sea ligeramente
amorcillados, portando en las partes cercanas a los extremos un finísimo hilo,
tamb ién de oro, arrollado (Iám. XXIX, 6); una sortija del mismo metal, for·
mada por una cinta de sección rectangu lar aplanada, lisa, arrollada en espiral
(Iám. dicha, 6 bajo); una sortija de plata con cha t6n decorado en bajorrelieve
representando un grifo o un pegaso (la misma lám. 3), otras dos sortijas
de plata formadas por cinta arrollada en espiral, una presentando en la cara
externa acanaladuras y la otra una serie de pequeños trazos incisos (Iám.
citada, 1); un pequeño conjunto de diminutos fragmentos de laminillas de
oro, observándose en algunos de ellos y en relieve unas pequeñas ovas, como
d iminutos alveolos para engarzar cabujones, por lo que las consideramos
como partes de algún objeto de adorno, posiblemente diadema o collar
(Iám. XXIX, 7); dos pequeñas cuentas de collar, de plata, bitroncoc6nicas;
un didracma de plata, de los llamados quadrigatus, con cabeza janiforme,
laureada, de los Di6scuros en el anverso y Júpiter con rayo y cetro montado
en una cuadriga conducida por una Victoria y cartela inferior con la leyenda
ROMA incusa en el reverso: presenta la particularidad de llevar un orificio
próximo al borde como hecho para ser suspendida y, además, estar atravesada en su centro por un pequeño vástago de h ierro, lo que podría significar
su uso como adorno en un momento posterior a su acuñación y, quizá, cuando
ya no estaba en uso (Iám. mencionada, 4) ; su peso es de 6'47 gramos y su
m6dulo de 23'42 mm.; una dracma ampuritana de p lata, de las de tipo de
cabeza femenina a la derecha en el anverso y Pegaso a la derecha con parte
de la leyenda en caracteres griegos (EMPO)RITON y gráfila de puntos en
el reverso (Iám. dicha, 5), y dos fragmentos de otras dos dracmas de piafa,
de t ipo semejante a la descrita antes, al parecer (Iám. citada, 2), siendo de
destacar que en las fracturas que ambas monedas presentan se ve que tenían
el alma de plomo y que solamente estaban recubiertas por una no muy espesa
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LOS VILLARIlS
3S
capa de plata. Por la cronología de la moneda romana --2.25 a 212 a. de
J . C.- y de las dracmas ampuritanas -218 a 120-- el tesorillo pudo ser
ocultado durante la segunda guerra púnica o qu izá, aún en tiempos más
tardíos u.
El resto del material era casi exclusivamente cerámico: de vasijas de tipo
ibérico aparecieron numerosos fragmentos aunque bastantes menos de los
encontrados en el estrato correspondiente de los departamentos 1 y 2: sus
características de pasta, formas y, en su caso, decoraci6n eran semejantes
a las descritas al reseñar las de los mencionados departamentos, destacando
unos vasitos ca liciformes y varias pequeñas páteras. También se vieron unos
pocos fragmentos de vasos de cerámica arcaizante, la mayor parte pertenecientes a vasijas hechas a torno. Además apareci6 una f usayola y una cuenta
de collar esférica aplanada de pasta vítrea polícroma. El meta l que pudo detectarse estaba en tal estado de corrosi6n que no se pudo identificar ningún
t ipo de arma o utensilio.
Estrato III.-Dio muy poca cerámica, de t ipo ibérico en su mayorla, apareciendo la casi tota lidad de lo hallado en la primera capa del estrato, de unos
diez centímetros de espesor: entre ellos destacan unos cuantos t iestos pertenecientes a una gran vasija de doble asa y con decoraci6n geométrica pintada. Más escasos aún fueron los fragmenos de cerámica hecha a mano, de
pasta grosera con piedrecillas para la reducci6n, de coloraciones que van
del rojo oscuro al negro. los t iestos fueron escaseando conforme se profund izaba hasta ser prácticamente estériles las capas más hondas.
Estrato IV.-Escasos restos arqueológicos. Todavla menos fragmentos
cerámicos que en el estrato anterior y todos de vasijas hechas a mano de
cerámica grosera y con p iedrecillas en la masa para la reducci6n. Entre ellos
se destacaron varios pertenecientes a una vasija con cord6n horizontal en
relieve d ecorado con impresiones digitales, posiblemente correspondientes
al mismo vaso del que ya salieron fragmentos en los departamentos 1 y 2.
Estrato V.- Prácticamente estéri l. Algún escaso fragmento de vasija hecha
a mano, de pasta grosera con piedrecillas en la masa y de coloraci6n casi
negra, muy pequeños.
DEPARTAMENTO 4
Su excavaci6n se lIev6 a cabo durante los días 29 a 31 de agosto de 1957.
Era un espacio ligeramente trapezoidal, de 2'30 m. de largo por 2 de ancho
que en real idad parecía un compartimento del número 2 en cuyo ángulo
(IJ)
P. P. RIPOLLES ALEGRE: d..a circulación monelana en las Ilerras valencianas
duranle la anli¡Uedad-. Tesis de Lieencialura leida en la Universidad de Valencia en el
eurso 1978 - 79.
[page-n-38]
36
El. PLA BALLI! S TI!R
noreste se hallaba. lindaba por norte con el talud dejado si n excavar, por
este con el departamento 5 y por sur y oeste con el departamento 2 d el que
lo separan dos muros e n ángulo casi recto hechos d e adobes. Véase figuras
4 y 5.
ESTRATlGRAFIA
Estrato l.-De unos 0'20 m. de espesor med io. Tierras revueltas por el
laboreo agrícola de color pardusco con restos de adobes. techumbre y muy
poca cerámica. A lrededor de los d iez centímetros de hondo aparecieron las
partes superiores de las paredes norte y este.
Estrato n,-Desde 0'20 a 0'55 m. de profundidad, poco más o menos.
Tierra d e coloración pardo-rojiza con muchos restos de adobes caídos y de
techumbre desplomada. Hacia los 0'30 m. de hondo afloraron otros dos muros en ángulo casi recto. hechos de adobes y que constituían las paredes res·
tantes. l a base del estrato, en la que se apoyaban los muros, era una especie
de suelo de t ierra apisonada endurecida al fuego.
Estrato III.-De 0'55 a 1'10 m. de hondo medio. Capa irregular de t ierra
rojiza con abundantes cerá micas en la que se vio una zona gris-blancuzca
que contenía numerosos fragmentos d e carbón; por debajo, entre 0'75 y 1 m.,
aparecieron en algunos sectores, principal mente en los inmediatos a la pared
de poniente muchas piedras e inferior a esta capa había otra de tierra amarillenta.
Estrato IV.-De 1'10 a 1'35 m. de profund idad media. En la capa superior
se encontraron las partes altas de dos muros en ángulo recto cuya base
estaba de , '25 a 1'30 de hondo. El relleno estaba formado en sus capas de
arriba por t ierra suelta, pardo-roj iza oscura, con zonas negruzcas compues·
tas de cenizas y carbones con bastantes p iedras y, por debajo aún había una
capa de tierra amarillo-rojiza.
Estrato V.-De 1'35 m. de profundidad en ad elante. En contacto con la
base del Estrato IV aparecieron las partes superiores d e tres muros cuyas
bases alcanzaron los 1'65 a 1'70 m. de profund idad y que se apoyaban sobre
un suelo de t ierra gris apisonada algo irregular. El relleno estaba formado
por t ierras sueltas, pardo-amari llentas oscuras. y más abajo de 1'70 a 1'75
salía ya la tierra estéril propia de la colina.
ESTRUCTURAS
a) En el Estrato 11 aparecieron los cuatro muros que delimitaban el
departamento, espacio ligera mente trapezoidal. El muro norte era continuación del septentrional de los departamentos 3, 1 y 2 aunque haciendo una
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LOS VILLARlIS
37
ligera inflex i6n hacia el noreste y también estaba en el mismo ta lud de la
parte en comunicaci6n con la zona sin excavar: era de piedra media na b ien
careada en la parte inferior y de adobes en la superior, estando recubierta
de un enlucido gris que amari lleaba al humedecerse; el muro de levante,
cont inuaci6n hacia el norte del que cerraba por esta orientaci6n el departamento 2, era de adobes en su parte alta y de p iedra mediana, careada y bien
trabada en su parte inferior, teniendo unos 0'30 m. de espesor su mitad
meridional y metiéndose el resto en el ta lud formado por la parte sin excavar;
y los muros sur y oeste, med ianeros ambos con el departamento 2, estaban
totalmente hechos de adobes y tenían una anchura media de 0'25 m. l os
cuatro muros se apoyaba n en fa base del estrato, a cosa d e 0'55 m. de
profundidad.
bl En el Estrato 111 no aparecieron estructuras arquitect6nicas d e ninguna clase.
cl En el Estrato IV, en la capa inmediatamente inferior a la base del
Estrato 1Il, aparecieron las partes superiores de dos muros que formaban
un ángulo casi recto en el centro d el departamento y cuyas bases estaban
a 1'25/ 1'30 de hondo. Uno de ellos, de casi O'SO m. de espesor corria en
direcci6n oeste-este, surgiendo de d ebajo del talud quedado inferiormente
al muro de adobes de poniente y alcanzando 1'60 m. de largo hasta donde
estaba la esquina que forma éste y el que sal i6 en direcci6n norte sur, siendo
indudablemente continuaci6n del muro oeste-este que aparecía a la misma
profund idad en los departamentos 3, 1 y 2; el otro, que formaba ángulo
con éste y que, como hemos dicho, corría de norte a sur, era de casi 0'35 m.
de ancho y surgía por debajo de la zona que en el Estrato JI estaba la pared
d e adobes separaforia de este departamento con el número 2 y llegaba hasta
la uni6n en ángulo casi recto con el anterior, con una longitud de 1'60 m. y
siendo, si n duda, continuaci6n del que en la misma direcci6n salia en el
estrato correspondiente del mencionado departamento 2. Ambos muros eran
d e piedras gruesas, irregularmente careadas las que formaban sus lados y
débi lmente trabadas.
d) Yen el Eslrato V, el más hondo, salieron también los restos de tres
muros, muy bastos, de piedras sin carear y trabadas en seco, cuyas partes
inferiores alcanzaban los 1'65 m. de profundidad. Uno, del que solamente
sali6 una pequeña porción en el ángulo suroeste del espacio, surgía por
debajo de la zona en la que en el Estrato 1I estaban los muros oeste y sur
y se perdía por debajo de la pared oeste-este del estrato anterior: era cont inuaci6n del grueso muro que oblicuamente se dirigía de suroeste a noreste
en el estrato correspondiente del departamento 2 y del que ya había apare_
cido una pequeña porción en el rincón sureste del mismo estrato del departamento 1. Olro muro, en dirección sureste-noreste, salla por debajo d e la
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38
B. PLA BALLESTBR
pared norte-sur del estrato anterior V, estando en su cara de levante por
d ebajo de la misma, se perdía en la zona inferior del muro oesfe·este del
mismo Estrato IV, siendo continuación del que en el estrato correspondiente
d el departamento 2 corría en la misma dirección. Por ú ltimo, un tercero del
que sólo quedaba una pequeña porción de algo más de 0'20 m. de largo por
casi 0'30 d e ancho, que surgía d e debajo del talud del muro sur, hacia el
norte y que era la parte que restaba en este departamento que ahora descri·
bimos del q ue a igual profundidad apareci6 en el departamento 2.
MAURIALES
Estrato l.-Fue casi estéril. Solamente se recogieron unos pocos fragmentos de vaso cerámicos ibéricos.
Estrato II.-Proporcionó muy escaso material, en su casi totalidad fragmentos de cerámica ibérica, algunos con restos d e d ecoración geométrica
p intada y por lo general muy troceada y d ispersa : sólo podemos destacar e l
hallazgo en e l rincón noroeste del departamento de dos vasijas caliciformes,
de ellas una completa. Además, se recogieron unos fragmentos de vasos de
pasta arcaizante hechos a torno en su mayoría y algunas muestras de metal
completamente corroído por el óxido.
Estrato III.-En la zona en q ue aparecía la tierra gris-blancuzca se encontraron muchos fragmentos de cerámica de tipo arcaizante, de pasta negra o
rojiza, basta, con piedrecillas para la reducción en su masa y en su mayor
parte hecha a mano: entre e lla destacamos varios fondos de vasijas de base
plana, parte de una orza de cuerpo glo bular y boca de borde revertido y
una buena porción de copa q ue conservaba el p ie en forma d e tulipa invertida y la parte inferior del cuenco, con cuello estrecho entre uno y otro.
También d e pasta grosera, negra, se encontró una fusayola d iscoidal y la
mayor parte de una mano de mortero tronco-piramidal cuadrada. Caso excepcional hasta ahora, señalamos el hallazgo, casi e n la base del estrato, de unos
pocos huesos de animales: fragm entos de mandíbulas de cabra, un hueso
largo al parecer de la misma especie animal y una gruesa taba.
Estrato IV.-Bastante cerámica muy fragmentada y toda de pasta grasera, ro ja o negra, con p iedrecillas en la masa, hecha a mano; entre ella se
d ieron unos pocos fragmentos de pasta negra con la superficie brillante,
como si hubiera sido espatulada.
Estrato V.--Casi estéril. Solamente se dieron unos escasos restos de vasos
cerámicos de pasta muy grosera, con coloraciones que van d el rojo al negro
y con abundantes p iedrecil las para la reducción en la masa.
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LOS VILLAR8S
39
DEPARTAMENTO 5
Este d epartamento por d iversas causas, especialmente por las circuns·
tancias y condiciones del terreno, sólamente se excav6 parcialmente en su
parte occidental. Se trabaj6 en él durante los días 29 y 31 d e agosto de 1957.
Por lo que se puso al d escubierto debfa ser un recinto rectangular de unos
3'60 m. de long itud de norte a sur y con una anchura desconocida de momento a causa de la interrupci6n d e los trabajos, pero que tendrfa más de
2'50 m. de oeste a este. Sus lindes eran: por el norte la zona sin excavar que
se d ej6 en toda esta parte del terreno, por este la que también se dej6 si n
excavar al interrumpirse la exploraci6n del recinto, por el su r la Calle A y por
oeste los d epartamentos 2 y 4. Véase figura 4.
ESTRATIGRAflA
Estrato l.- Hasta 0'20 m. d e profundidad med ia. Tierra de coloraci6n par·
dusca revuelta por las labores agrícolas. Prácticamente estéri l.
Estrato II.-Aproximadamente de 0'20 a 0'55 m. de hondo. Tierras sueltas
de coloraci6n pardo.rojizas f ormadas principa lmente por los adobes caldos
d e las paredes y por los restos de techumbre desplomada. A una profundidad
aproximada de 0'30 m. aparecieron las partes superiores de los muros norte,
sur y poniente que se asentaban sobre el suelo de t ierra apisonada, endur&cida por el fuego.
No se profundiz6 por debajo de los 0'55 m. en espera de hacerlo cuando
el departamento quede totalmente d elimitado.
ESTRUCTURAS
En el Estrato 11 y a cosa de 0'30 m. de profundidad empezaron a asomar
tres de las paredes d el departamento, las norte, sur y oeste; la de levante
no se lIeg6 a alcanzar cuando se interrumpi6 la excavaci6n d el recinto. El
muro norte era de piedra mediana, b ien careada y trabada, que aparecía en
el mismo talud de la parte septentrional, pero que no era cont inuaci6n del
que por esta orientaci6n cerraba los departamentos 3, 1. 2 y 4, sino que f or·
maba una especie de entran te en relaci6n con aquél. la pared sur, que sepa·
raba el departamento d e la Calle A era continuaci6n del correspondiente
de los demás d epartamentos de este grupo constructivo, de igual ca lidad, o
sea de piedras med ianas y grandes, careadas y b ien trabadas, pero de menor
anchura, de casi 0'40 m. de espesor. y la pared oeste, que separaba este
espacio de los departamentos 2 y 4 era, como ya se dijo al tratar de ella
cuando se describ ieron éstos, de adobes en su parte superior y de piedra
careada y b ien trabada, de tamaño medio, en su porci6n inferior, ten iendo
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E. 1'LA BALL ES TER
cerca de 0'30 m. d e espesor. las tres paredes se asentaban, hacia los 0'55 m.
de hondo, sobre el suelo de tierra apisonada endurecida por el fuego.
MATERIALES
Estrato I.-Prácticamente estéril. Muy pocos y muy pequeños fragmentos
de cerámica ibérica entre [os que se vieron unos cuantos con decoración
pintada de tipo geométrico simple.
Estrato n.- También proporcion6 escaso material, exclusivamente formado
por cerámica ibérica y entre la que se dieron unos pocos fragmentos p intados con decoración geométrica sencilla. En general [os tiestos eran de pequeño tamaño y se hallaba n muy d ispersos, por lo que no podemos señalar
la existencia de ningún tipo específico de vasi ja.
DEPARTAMENTO 6
Se le d io en princip io esta denominación a la zona comenzada a excavar
el d ía 30 de agosto de 1957 a l sur del departamento 2. Como al profundizar
hasta 0'20 m. se o bservó q ue no se trataba de ningún recinto cerrado sino
q ue era un amplio espacio empedrado con señales de carri ladas que se continuaba hacia poniente y levante, se llegó a la conclusi6n, posteriormente
confirmada, de q ue se trataba de una calle, la Calle A, de la que daremos
cuenta luego, cuando se d escriban ésta y la Calle B, perpendicular a la misma
y situada más hacia poniente.
DEPARTAMENTO 7
Fue excavado durante los d ías 4 y 10 a 12 de agosto de 1959. Tampoco
se trata de un departamento sino de un espacio existente a poniente del
número 3, de l que se encontraron sus [imites este y oeste, mientras que por
el sur q uedaba cortado por la Calle A y por el norte continuaba metiéndose
por debajo del ta lud de [a zona sin excavar. El límite oeste debía tener un
muro, pero sólo se encontraron de él ligeros vestig ios. Así, pues, los lindes del
espacio tal y como los dejamos al interrumpir su excavación, fueron los sigu ientes: por e l norte el talud mencionado, por el este el espacio existente
entre este d epartamento y e[ número 3, por e l sur la Calle A y por pon iente
otro amplio espacio q ue lo separa del departamento 8. En d ifinit iva, era una
especie de pasillo estrecho, de 1' 30 a 1'60 m. de ancho según la zona. Véase
figura 4.
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LO S VILLARBS
41
ESTRATIORAflA
Estrato l.-Hasta 0'20 m. de profundidad media. Tierras parduscas muy
revueltas por las labores agrícolas.
Estrato n.- De 0'20 hasta 0'55 m. de hondo medio. Desde la superficie
hasta el fondo apareció un relleno con abundantes piedras med ianas mezcladas con t ierras pardo-oscuras. Sa lieron las paredes este y oeste que se
asentaban en la misma base del estrato.
Estrato III.-De 0'55 a 1' 10 m. de profundidad media. Tierra rojiza con
algunas manchas oscuras, bastante pedregosa. l os pedruscos aparecieron con
mayor abundancia conforme se profundizaba.
Estrato IV.-De 1'10 a , '30 m. de hondo medio. En la capa superior
aparecieron las partes altas d e unos muros. Tierra pardo-rojiza con abundantes piedras sueltas, las que aumentaban en número y tamaño conforme
se iba profundizando. En las últ imas capas el eslrato se h izo total mente
estéril, por lo que alrededor de los 1'30 m. de hondo se interrumpió la
excavación.
ESTRUCTURAS
a) En el Estrato 11, como se ha dicho, aparecieron dos muros, el de
levante y el de pon iente. Surgieron a cosa de 0'25 m. de hondo y se asentaban sobre el fondo, a 0'55 m. de profund idad. El de levante, que se descubrió en una longitud de casi 5'SO m. d e norte a sur, quedaba interrumpido
septentrionalmente por el ta lud de l campo sin excavar, mientras que por el
sur parece que terminaba en el mismo limite del pasillo con la Calle A ; su cara
este, que quedó perfectamente limpia, mostraba una estructura de buena
ca lidad, de p iedras medianas, careadas y bien trabadas, mientras que su cara
de poniente no se descubrió por quedar metida en el amplio espacio existente
entre este departamento o pasillo y el departamento 3: catas realizadas a este
lado nos mostraron que sólo tenía la cara de levante, mientras que por el
lado opuesto se real izó un relleno' de t ierras y piedras que formaban la zona
de separación con el mencionado departamento 3. Del muro de poniente
apenas si se encontraron vest igios, hallándose en su casi tota lidad destru ido;
al igual que ocu rría con el muro de levante, la cara opuesta a la que daba
al espacio que ahora describimos, que no estaba careada, la const ituía un
relleno que formaba una amplia zona de separación entre este departamento
y el número 8, zona que tenía de 2'50 a 3 m. d e ancho, según el lugar.
b)
turas.
6
En el Estrato 111 no aparecieron muros ni ninguna otra clase de estruc-
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42
H. PLA BAlLI!SrER
e) En el Estrafo IV, como ocurría en el correspondiente de los departa.
mentas 1 a 4, aparecieron parte de dos muros de gruesas piedras irregular·
mente careadas só[o en las partes lalerales y débilmente trabadas. Ambos
corrían paralelos de noroeste a sureste y estaban en parte metidos en la zona
en la que en el Estrato 11 se levantaban [as paredes de levante y de poniente
del d epartamento. El muro oeste, salía de deba jo del ta lud de la Calle A y
oblicuamente s.e metía por debajo del de la pared del mismo lado del Estra·
lo 11 ; el este, surgía del talud dejado en la parte norte del espacio y se perdía
por debajo de la zona en la que en el estrato últimamente citado estaba el
muro de levante. Del muro de poniente sólo se vio parte de su lado este, que·
dando buena porción debajo de las zonas indicadas. l o mismo ocurría en el
otro, cuya mayor parte quedó oculta debajo d e la pared este.
MATERIALES
Estrato l.- Fue prácticamente estéril no apareciendo más que algunos
escasos y pequeños fragm entos de cerámica de tipo ibérico.
Estrato II.-Dio muy poco material. Algunos fragmentos de cerámica de
tipos ibéricos y arcaizante y un clavo de hierro, largo, muy oxidado. la cerá·
mica no permit ió d istinguir formas de vasija alguna.
Estrato IIJ.-Abundó más la cerámica que en los estratos superiores. En
su mayor parte era de tipo arcaizante, aunque también salieron unos pocos
fragmentos de t ipo ibérico. Sólo podemos destacar el hallazgo de un mo.
rrillo de pasta grosera con piedrecirtas en la masa, de sección prismático.
triangu lar.
Estrato IV.-Toda la cerámica que se recogi6 era de tipo arcaizante y
en su mayor parte perteneciente a vasos hechos a mano. Destacamos un
fragmento de pequeña olla de cuerpo globular con boca de borde revertido
con franja horizontal formada por un cordón en relieve con d igitaciones y
de superficie brillante como si estuviera espatulada, y un tiesto con decora·
ción incisa compuesta por filetes y líneas oblicuas entre e llos. De metal hay
que destacar el hallazgo de una pulsera de bronce de sección circu lar, abierta
y con semiesferillas achatadas en los extremos.
DEPARTAMENTO 8
Se excavó durante los días 5 a 7 de agosto de 1959. Es un recinto ligeramente trapezoidal de 3'70 m. de longitud media por 2'45 m. de ancho medio.
Sus limites son: por norte, talud de la zona sin excavar; por levante, el espacio formado por un amplio pedrizal, de 2'50 m., que lo separa del departamento 7; por sur, la Calle A, y por oeste, el departamento 9. Véase figura 4.
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LOS VILLA.RES
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ESTRATlGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'20 m. de hondo medio. Tierra suelta de coloraci6n pardusca, con abundantes piedras y revuelta por las labores agrícolas.
Estrato n.-De 0'20 a 0'55 m. de profundidad media. Relleno formado
por el derrumbamiento de las paredes y el desplome de la techumbre. Alre-
dedor de los 0'30 m. aparecieron las partes superiores de los muros q ue delimitaban el recinto. En las capas más altas, piedras caídas de las paredes formando como un pedrizal, mezcladas con restos de adobes. Debajo de este
nivel, tierras rojas con adobes deshechos y techumbre con muchos carbones
y grandes manchas de cenizas. Entre los O'SO y 0'55 m. de profundidad
apareci6 un piso de tierra endurecida que en algunos puntos presentaba
unos círculos de cenizas que señalaban la existencia de hoyos que atravesaban el piso y que una vez vaciados sólo dieron cenizas y carbones, como si
hubieran servido de base a unos postes de madera.
Por debajo de 0'55 m. de profundidad no se prosigu i6 la excavación.
ESTRUCTURAS
En el Estrato 11 estaban los cuatro muros que cerraban el departamento.
Eran de buena calidad constructiva, de piedras medianas, más bien grandes,
careadas y bien trabadas. El muro norte solamente presentó su cara meridional quedando la opuesta metida en el tal ud de la zona sin excavar; lo
mismo ocurría con el muro de levante que, además, apareció incompleto,
seguramente perdido su tramo central por derrumbe; la pared sur, lindante
con la Calle A, tenfa casi 0'40 m. de espesor y, la de poniente, colindante
con el departamento 9, era de cerca de O'SO m, de ancho. Todos estos muros
se apoyaban en el piso de tierra endurecida que saHa en la base del estrato,
a 0'55 m. de profundidad media.
MATERIALES
Estrato l.-Numerosos fragmentos pequeños de cerámica; f ue más abundante la ibérica, siendo frecuentes los tiestos con decoración de temas geométricos pintados, pero también fueron bastantes los pertenecientes a vasijas
de tipo arcaizante.
Estrato n. -Numerosos tiestos de cerámica ibérica con y sin decoración,
un par de piezas de vasos áticos y abundantes fragmentos de tipo arcaizante
entre los que había algunos hechos a mano. También se dieron unas pocas
muestras de metal muy oxidado.
De cerámica ibérica de tipo corriente en este yacimiento se destacaron
varias páteras de tamaño pequeño, algunos fragmentos que señalaban la
existencia de vasos de base plana y otros pertenecientes a vasijas de mediano
tamaño,
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E. PLA BALLBSTBR
De cerámica ática se encontró la base de un posible kylix-skyphos de pie
relativamente alto y moldurado en su cara externa, de pasta de excelente
calidad, gris roj iza, cubierta de barniz negro brillante y regularmente aplicado
en toda su superficie excepto en la cara inferior que se dejó en reserva
pintándose en ella, también en negro brillante, una franja circular y un
filete concéntrico en la parte cercana a la pared interna del p ie y un punto
rodeado por una diminuta circunferencia en el centro; en el fondo interno
iban cuatro palmetas simétricas impresas alrededor de una pequeña circunferencia incisa con instrumento de punta roma e inscrita a otra circunferencia exterior también incisa con punzón de punta roma (Iám. XXV, 4). Esta
pieza creemos que puede situarse en el primer cuarto del siglo IV a. de C.
De cerámica precampaniense apareció otra base, quizá perteneciente a
una pátera de la f orma lamboglia 21, de pasta gris amarillenta, barniz negro
fino y brillante que en su fondo interno tomó una coloración rojiza seguramente a consecuencia de la util ización de la vasija, algo picado en la cara
externa de la base, que cubría toda la superficie excepto el surco que corre
por la unión de la copa con el pie y la uña existente en el plano de apoyo
de la base, que se dejaron en reserva, pie vertical algo convexo en su cara
externa con uña destacada en el borde infer ior y ónfalo saliente en su fondo
externo; en el interno decoración de palmetas ligadas impresas ( lámina
XXV, 5). Podemos situar esta pieza hacia la mitad del siglo IV a. de C.
También se encontró, en la parte más honda d el estrato, en su r incón
noroeste, un fragmento de vaso de forma indeterminada tota lmente cubierto
en su cara externa de pintura o barniz rojo de buena calidad.
Por último, en lo que respecta a hallazgos cerámicos, consignamos la
presencia de dos manos de mortero de tres brazos.
De metal sólo se distinguieron, entre los fragmentos muy oxidados e indeterminables, cuatro clavos y una barrita de sección rectangular, de hierro y
la agu ja de una fíbula anular, de bronce.
DEPARTAMENTO 9
No resultó ser un departamento sino un espacio estrecho y alargado, una
especie de pasillo, existente entre los departamentos 8 y 10, cuya parte sur
quedaba cortada por la Calle A y su porción norte continuaba por debajo
del talud de la zona sin excavar. Esta especie de pasillo tenía entre 070 y
0'85 m. de anchura. Véase figura 4.
UfRATIO.AFIA
Estralo l.-Hasta 0'20 aproximadamente de profundidad. Tierra superf icial, pardo-rojiza, revuelta por las labores agrícolas.
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lOS
VlllARES
45
Estra to n.- De 0'20 a 0'55 m. de profundidad media. Relleno f ormado por
tierras rojizas casi exclusivamente compuestas d e restos de adobes y piedras,
conten iendo numerosos fragmentos de cerámica.
N o se profundizó la excavación de este espacio por debajo de los 0'55 m.
d e hondo.
ESTRUCTURAS
En el Estrato I1 solamente salieron dos muros que al corresponder a los de
pon iente del departamento 8 y levante del 10, no describimos aqul. 5610
queremos destacar que la cara oeste del muro que separa esta espede de
pasillo d el d epartamento 8 conservaba en algunos puntos un buen enlucido
gr isáceo.
MATERIALES
Sólo se recogieron cerámicas, en su mayoría ibéricas, muy fragmentadas
y entre las que no se pudo ident if icar n inguna pieza de interés.
DEPARTAMENTO 10
Este departamento, último p::>r p::>niente de los dos conjuntos de edificaciones que se exhumaron al norte de la Calle A , fue excavado durante los
días 8 y 10 de agosto de 1959. Era un espacio algo trapezoidal de 2'10 m. d e
ancho medio por 3'70 de longitud media. lindaba p::>r el norte con una de
las zonas sin excavar, por el este con el p::>sible pasillo al que hemos dado
el número 9, por el sur con la Calle A y por oeste con el resto d el campo si n
excavar. Véase f igura 4.
ESTRATIORAFIA
Estrato l. -Hasta 0'15 m. de hondo poco más o menos, Tierras pardoroj izas revueltas por las labores agrícolas, con abundantes fragmentos cerámicos,
Estrato II.- De 0'15 a 0'55 m. de profund idad med ia. En la capa superior
aparecen las partes altas d e los cuatro muros que delimitan el recinto, Tierras
rojizas muy sueltas, p::>r debajo de las cuales apareció una capa de espesor
irregu lar gris oscura, cenicienta, que conforme se ahondaba tomaba una tonalidad roj iza.
Estrato III.-De 0'55 a 1 m, de hondo medio. Tierra formada por restos
de adobes con abundantes p iedras. En su base apareció un piso de t ierra muy
dura .
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E. PLA BALLESTER
Estrato IV.--Oe 1 a 1'35 m. de profundidad media. Relleno de piedras y
tierra cenicienta. En algunas zonas las cenizas a causa de su mezcla con
t ierras arcillosas, tomaban una tonalidad rojiza.
Estrato V. -De 1'35 a 175 m. de profund idad media. A lrededor de los
1'40 m. de hondo apareci6 la parte superior de un muro. El resto estaba formado por un relleno de t ierras semejantes a las del estrato anterior, más
pedregosas y de coloraci6n más rojiza.
ESTRUCTURAS
a)
En el Estrato 11 salieron cuatro muros cuyas parles altas aparecían
a 0'15 m. de hondo aproximadamente. De ellos, el norte s610 dio su cara
meridional por estar el resto metido en el talud de la parte del campo sin
excavar; el de levante, medianero con el recinto número 9, tenia 0'40 m. d e
espesor y salió incompleto, terminando por el sur a 3'25 m. de su arranque,
antes de llegar a la altura del muro merid ional ; éste, separatorio del departamento con la Calle A, tenía 0'35 m. de ancho y también apareci6 incompleto,
perdiéndose a los 1'40 m. de su arranque occidental, y el muro de poniente
s610 mostrÓ su cara que daba al interior del recinto quedando el resto debajo
del talud de otra zona sin excavar. Asi, pues, qued6 conformado el departamento con una planta ligera mente trapezoidal cuyo perímetro quedaba incompleto, por rotura, en su ángulo sureste.
b) En los Estratos 111 y IV no aparecieron estructuras arqu itectónicas de
ninguna clase.
c) En el Estrato V, en el rinc6n suroeste ya unos 1'40 metros de profundidad media aparecieron los restos de un muro, basto, de piedras sin
carear y trabadas en seco, que saliendo de la parte inferior del talud que
quedaba por debajo del ángulo formado por los muros sur y oeste del
Estrato 11 , se dir igía hacia el norte, algo convergente respecto al talud occidental, hasta meterse tota lmene en él. S610 se descubri6, pues, la parte
oriental de este muro, quedando el resto dentro de los taludes mencionados.
Debía tener un espesor grande, pues en su porci6n sur sobresa lía ya 0'60 m.
y la longitud del tramo que quedó al descubierto alcanz6 algo más de 2'50 m.
La base de esta pared estaba a 1'65 m. de profundidad. También, y por
debajo de la zona central del talud norte surgieron los restos de otro posib le
muro del que solamente se encontró un tramo de 0'65 m. de ancho por
O'SO m. de largo, siendo sus característ icas semejantes a las del muro anterior.
MATERIALES
Estrato l.-Abundaron los fragmentos d e cerámica ibérica, muy troceada
y dispersa y se vieron algunos t iestos de tipo arcaizante.
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LO S VILLA RES
47
Estrato II.-Muy pocos restos cerám icos y todos en fragmentos muy pe_
queños: entre ellos la ma yoría eran de vasos ibéricos, algunos con restos de
decoraci6n geométrica pintada. los escasos de tipo arca izante q ue aparecieron perteneclan a vasos hechos a torno.
Estrato III.-Restos todavía más escasos que en e l estrato anterior. Predominan entre las cerámicas las d e tipo arcaizante, principa lmente las pertenecientes a vasijas hechas a torno y todavía aparecieron algunos fragmentos
de tipo ibérico.
Estrato IV.- Pocos fragmentos cerámicos aunque algo más abundantes que
en el estrato anterior. Todos son de cerámica basta, d e coloraciones q ue van
desde e l rojo al negro, con piedrecillas en la masa y en su mayor parte pertenecientes a vasijas hechas a mano.
Estrato V.- Fue relativamente abundante la cerámica q ue se recogi6 toda
de pasta g rosera, roj iza o negruzca, con piedrecillas para la reducci6n en la
masa y correspond iente a vasos hechos a mano. Entre los fra gmentos encontrados pudimos identifica r varios cuencos, una cazuela d e boca revertida con
estrangulamiento por debajo del borde, una orza de base c6ncava, el fondo
completamente plano d e un vaso de forma indeterminable y la mayor parte
de una ollita de cuerpo g lobular con ancho muñ6n vertical horadado horizontalmente.
Además salieron dos discos de cerámica de la misma calidad q ue la de los
vasos descritos, como tejuelos, recortados quizá sobre fragmentos de vasijas
grand es y con taladro circular central.
Por óltimo. d ebemos mencionar la existencia de un punz6n de hueso
hecho sobre metapodio de ovicáprido cortado lo ngitudinalmente.
CAllES A Y B
Al excavar al sur del departamento 2 apareci6 un gran empedrado que,
como se dijo al dar noticia d el espacio número 6, se continuaba hacia levante
y poniente. Este mismo empedrado sali6 a l sur de los departamentos 1 y 3 y,
al ser descubierto y limpiado, se vio que correspondía a una calle, la Calle A;
esto qued6 confirmado al estudiar su prolongaci6n hacia poniente, por la
zona merid ional d e los departamentos 7 a 10.
Esta Calle A, pues, qued6 descubierta en un tramo d e 23 metros y tenia
una anchura que osci laba. midiendo entre las caras externas de las habitaciones enfrentadas, d e 2'60 m. hasta casi cuatro. Su piso estaba formado por un
e mped rado irregu lar de piedras de med iano tamaño y pequeñas fuertemente
fijadas a l suelo y sin labrar, notándose claramente en muchos casos e l d es-
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I!. PLA BALLESTEa
gaste que en las piedras produjo el paso de los vehículos, que formaban dos
,
carriladas paralelas separadas entre sf de 1'30 a 1'40 m. (Iám. 1 4) . A esta
calle desembocaba, por delante de la zona en q ue están los d epartamentos
7 y 8, otra, la Calle S, más ancha, entre 4 y 4'SO m. que abocaba a aquella
entre los departamentos 11 y 13 del grupo merid ional de edificaciones excavadas, y de la que se descubrieron casi 8 m. de longitud (figura 4) .
las carriladas que se veían en la Calle A mostraban una curva que enfilaba la Calle S, doblando la esqu ina del departamento 13.
Hemos de anotar la particularidad de la existencia, junto a las fachadas
de las casas que daban a la Calle A, de unas ahiladas de piedras grandes,
generalmente aplanadas en sus caras superiores, como si formaran sendas
aceras.
También es interesante destacar que la superficie de las calles salla a
O'SO m. de profund idad y por lo tanto a un nivel ligeramente superior al de
los fondos de las casas, desnivel que en dos de ellas, las números 13 y 14,
se salvaba mediante un esca l6n que se describirá en el lugar oportuno.
la excavaci6n y estudio de las dos calles se IIev6 a cabo durante los días
30 y 31 de agosto de 1957 y 4,7 y 14 del mismo mes de 1959.
E 5 TRATlGRAFIA
Estrato l.- Hasta 0'15 a 0'20 de hondo medio. Tierra superficial pardusca
en la mitad oriental, pardo-rojiza en su zona central y casi roja hacia poniente.
Algunos fragmen tos de cerámica.
Estrato II.-De 0'15/ 0'20 a 0'60/ 0'70 m. de profundidad media. Hasta los
O'SO m. de hondo apareci6 un relleno de tierras parduscas que, según zonas,
mostraba unos amplios sectores de cenizas y carbones que, al sur del departamento 3 constituían una amplia y espesa capa de tierra negra y, al sur de los
7 a 10, eran algo más claras pero con abundante mezcla de cenizas. Estos
restos de tierras con cenizas y las zonas en las que además se velan carbones
estaban siempre en contacto con e l empedrado de la ca lle. El empedrado
salía a los O'SO m. de hondo medio y se apoyaba, según se pudo comprobar
en unos puntos en los que se estudi6, sobre un lecho de media nas y pequeñas piedras, gravi llas y tierra, encontrándose entre este relleno a lgún frag mento cerámico.
Para no destruir el empedrado de la calle no se profund iz6, de momento,
por debajo del mismo.
MATERIALES
Estrato r.- pocos fragmentos de cerámica, en general de tipo ibérico,
decorados y sin decorar, con algún tiesto de carácter arcaizante.
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LO S VILLA RES
••
Estrato II.--fue irregular el hallazgo de restos arqueológicos. A l sur d el
departamento 2 abundó la cerámica de t ipo ibérico, muy fragmentada, entre
la que se vio un vasito caliciforme, un pequeño pondus, una fusayola y una
mano de mortero de tres ramas. La zona meridional del departamento 3 dio
poca cerámica y la p ieza talonera de un acicate de hierro. Y en la zona al
sur de los departamentos 7 a 10, también fue abundante la cerámica recogida,
en su casi totalidad ibérica y entre la que se vieron numerosos fragmentos
de vasijas de gran tamaño y otros pertenecientes a vasos decorados con temas
g eométr icos senci llos en pintura roja y rojo-vinosa. Entre los ejemplares cerámicos ibéricos hemos de destacar la presencia de un gran oinochoe de cuerpo
piriforme, base en ligero resalte y boca trilobulada que ll eva un resalte en la
zona de unión del cuello con el cuerpo (Iám. VIII, 2) .
También d ebemos mencionar la existencia de un kylix ático de barn iz
negro, sin peana, de paredes oblicuas bastante finas con labio marcado en
el interior y exterior y pie normal con surco en la cara externa del borde; es
d e pasta roja de buena ca lidad y el barniz negro, muy bril lante, cubre toda
la superficie interna y externa excepto la parte interior de las asas, la zona
existente entre los arranques d e ellas, el canto del pie y la zona inferior de
la base que se dejaron en reserva, y decorada esta última con un punto
negro central rodeado por una pequeña ci rcunferencia (Iám. XXVI, 4) . Se
sitúa este vaso a principios del siglo IV a. de C.
E igualmente de cerámica de barniz negro se recogió el borde de una
pequeña crátera de la que no se puede afirmar a qué t ipo de la forma Lambog lia 40 pueda pertenecer pero al que se le puede dar una cronología
amplia, dentro del siglo IV a. de C.
Fueron escasos los fragmentos de vasi jas de tipo arcaizante, hechas a
torno. Y entre las cerámicas no propiamente ibéricas debemos señalar la
existencia de un fragmento de borde de vasija de forma indeterminable, de
paredes finas y pasta amari lla porosa con decoración pintada bicroma : una
ancha franja y una zona de finos filetes horizontales de color rojo vinoso y
una franja en el mismo borde, otra delimitando inferiormente la ancha zona
rojo vinosa, serie de semicircunferencias concéntricas colgando de ella y un
filete inferior, todo en color castaño negro.
DEPARTAMENTO 11
Se excav6 durante los dias 10 a 15 de agosto de 1959 si n que se pudiera
d escubrir todo su perimetro. Es de dimensiones anorma les por su extensi6n
y de planta irregular: de norte a sur se ve un primer espacio casi rectangular,
de 2'50 m. de ancho por 2 de largo, seguido por otro semejante pero más
ancho, de 2'80 m. y de casi la misma longitud, y de un tercero que aún se
7
[page-n-52]
so
B. PLA. BALLBSTBR
ensancha más hacia poniente, sin que se alcanzara a encontrar sus muros
sur y oeste. la extensi6n lotal excavada fue de siete metros de norte a sur
V de los indicados de este a oeste. En su estado actual linda por norte con la
Calle A, por este con la Calle B, por sur con zona no excavada y por oeste con
el departamento 12 y zona sin excavar. Véase figura 4.
ESTR,ATlGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'15 de profundidad media. Tierra pardusca revuelta
por las labores agrícolas.
Estrato H
.-De 0'15 a 0'40/0'50 m. de hondo med io. Entre los 0'15 m. V
los 0'20 de hondo aparecieron las partes superiores de los muros norte, este
y oeste que descansaban sobre el suelo de tierra endurecida que salía entre
los 0'40 y O'SO m. de profundidad. El relleno estaba formado por tierras muy
oscuras con amplias y numerosas zonas de cenizas y carbones.
!'-Jo se profund izó por debajo del p iso que salía a 0'50 metros, poco más
r, menos, de hondo.
ES T R UCTU R AS
En el Estrato 11 salieron, como se ha dicho, las paredes norte, este y oeste.
la sur, así como la que cerraba por poniente el ensanchamiento merid ional
del espacio excavado, no llegaron a localizarse. Excepto e l tramo septentrional
de la pared oeste, q ue era de p iedra en su parte inferior y de adobes en la
superior, el resto eran muros de piedra de tamaño med iano, b ien careadas y
trabadas. El muro norte, que da a la Calle A, tenia casi 0'50 m. de ancho; el
este, que formaba ángulo con e l anterior, se d irigía hacia el sur hasta los
4'70 m. en donde formando un codo se continuaba hasta perderse en el
talud de la zona sin excavar dos metros más adelante, y el oeste, presentaba
tres tramos: el primero, que formaba ángulo recto con la pared norte, de
1'90 m. de longitud, donde formaba un ángulo recto hac ia poniente de
0'40 m. ya partir de éste, siguiendo otra vez la d irección norte-sur durante
un tramo de casi dos metros, desde donde haciendo otro ángulo, éste obtuso,
se d irigía hacia el suroeste hasta perderse en el talud de la parte si n excavar
a 1 '85 m. d e recorrido. A mitad de distancia poco más o menos entre la
esquina en ángulo obtuso del muro oeste y el saliente del muro de levante,
por la zona que debe ser el centro del departamento, salió una p lataforma
circu lar de p iedras casi planas en su cara superior que debía ser el asentamiento de una columna de madera que serviría de sostén del techo, necesaria en una habitación tan extensa.
M A TERIALES
Estrato l.-Abundante cerámica en su casi totalidad formada por frag-
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LOS VILLARBS
'1
mentos de vasos ibéricos. Algunos tiestos de tipo arcaizante hechos a mano.
Un pondus de gran tamaño troncopiramidal de secci6n rectangular con orificios en sus cacas anchas que atraviesan el cuerpo de parte a parte.
Estrato II.-Numerosos restos arqueológicos. l a mayor parte de los materiales aparecieron principa lmente en la zona en que se encontr6 la base de
la posible columna. Fueron abundantísimos los tiestos pertenecientes a vasos
ibéricos, con frecuencia decorados con motivos geométricos simples pintados
y, respecto a piezas pequeñas fueron bastantes los vasitos que salieron completos o casi completos. Se dieron igualmente numerosos fragmentos de
vasos de cerámica arcaizante hechos a torno, unos pocos de barniz negro y
algunos e jemplares de objetos de metal.
De cerámica ibérica destacamos los siguientes ejemplares: Una tinaja de
cuerpo oval alargado con base sin pie y boca de borde saliente con dos asas
verticales d iametralmente opuestas: va decorada con grupos de franjas y
filetes horizontales (Iám. XV, 1). Otra tina ja grande de cuerpo cilfndrico,
base con p ie ligeramente saliente y boca de borde destacado con dos pequeñas asas de secci6n circular diametralmente puestas (Iám. XIII, 1) . Una gran
cazuela de cuerpo globular achatado, base con ligero repié y boca con borde
muy saliente (Iám. XII, 1). Pequeño vaso bitroncoc6nico de pasta gris sin
repié y con boca de borde oblicuo. Una pequeña pátera de pie destacado y
borde reentrante con dos orificios cerca del mismo para la suspensi6n (lámina XVIII , 3); otra pátera grande y plana con pie destacado, de pasta gris
amarillenta y decorada en su cara interna mediante temas de tipo geométrico
p intados, y una tercera pátera, grande, de pie destacado y ancha ala casi
p lana, de pasta amaril lenta porosa y con decoraci6n interior de motivos
geométricos, no de tipo corriente, pintados. Una escudilla de paredes oblicuas y destacado pie, con sendas lineas pintadas cerca del borde, interior y
exteriormente (Iám. XVIII, 2) . Una botellita de pequeñas dimensiones de
cuerpo globular y cuello y pie estrechos, con borde destacado (Iám. V, 6).
y un cal ici for me pequeño, un vasito bitroncoc6nico de boca ancha (Iám. V, 4)
y una orcita de cuerpo globular y borde saliente.
De cerámica que no presenta totalmente las características de los vasos
ibéricos, mencionamos: Un vaso de mediano tamaño de cuerpo bitroncoc6nico
a largado, base en repié tronc0c6nico, cuello casi cilíndrico y boca de borde
revertido, que en la uni6n del cuello con el cuerpo lleva un destacado
baquetón, con dos asas q ue naciendo en el mismo reborde terminan sobre
el baquet6n formando un tosco rizo (Iám. VI, 2). Una cazuela de mediano
tamaño sin repié en la base y boca de borde revertido, de pasta amarilla,
que lleva pintado en rojo vinoso una franja central flanqueada por dos
filetes y el canto del borde (IAm. XI, 3). Otro vaso de med iano tamaño de
cuerpo b itroncocónico, base c6ncava sin repié, cuello relativamente angosto
y boca amplia de borde revertido: es de pasta gris oscura y superfice algo
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52
B. PLA. BALLESTER
brillante en la que se notan las sinuosidades d el moldurado a torno (lámina
XX, 1) . Una pequeña copa de pie bajo y cuerpo carenado con borde sal iente.
en pasta gris amarillenta: el cuerpo va decorado con pintura castaño oscura
mediante gruesa franja que corre en la unión d el borde con el cuerpo Y.
debajo, series de grupos de arcos concéntricos contrapuestos (Iám. IV, 2).
Otra pequeña copa d e pie bajo estrecho, de borde saliente. cuerpo carenado
y boca de borde revertido: su pasta es gris porosa y pulveru lenta y el cuerpo
va cubierto con un barniz o una pintura de color rojo ladrillo (Iám. IV, 1) .
Y un pequeño vaso de imitación de barniz rojo de la forma Cuadrado d. de
pasta gris amarillenta porosa con escasas piedrecillas oscuras en su masa y
con la mitad superior cubierta de barn iz rojo vinoso oscuro (Iám. V, 2).
Entre los fragmentos de vasos de tipo arcaizante se pudieron reconstruir
d os pequeñas orzas de cuerpo bitroncocónico achatado con base cóncava sin
repié y boca de borde revertido (lá m. XXI, 2 y 3 ) y una orza de med iano
tamaño y cuerpo bitroncocónico con boca saliente y resalte en el cuello (Iá.
mina XXI. 1) .
Fueron, en proporción, escasas las muestras de vasijas de barniz negro:
parte de una pequeña copa semiesférica poco carenada y de p ie relativamente alto y oblicuo, de la forma l amboglia 25, con barniz negro que cubre
toda la superficie del vaso y pasta gris oscura, q ue consideramos puede
situarse a fines del sig lo IV o principios de tu a. de C., y varios fragmentos
de una copa d e la forma lambog lia 49, con el pie oblicuo y moldurado, cuyas
asas han d esaparecido, en cerámica rojiza y con barniz negro intenso y
brillante q ue consideramos q ue podemos situar en la primera mitad d el
siglo IU a. de C.
Como ejemplares cerámicos de carácter excepcional citaremos las dos
p iezas siguientes:
Vaso plástico en forma de pie derecho con cuello vertical en lo que podría
ser el arranque de la pantorrilla y term inado en boca de paredes oblicuas
lige ramente abiertas; el borde lleva en su parte izquierda un pequeño pico
vertedero e interiormente y cerca del borde tiene una cazoleta con o rificio
central; asa vertica l de sección circular en la parte izquierda del cuello y,
en e l extremo del pie ligeramente señalados de forma muy basta los d edos.
Pasta grisácea amarillenta, porosa, de gránulo muy fino con puntos brillantes.
Cubierta toda la superficie externa de un barniz color castaño oscuro descascarillado en algunos puntos (Iám. XXIII, 1) .
y otro vaso p lástico semejante al anterior pero correspondiente al pie
izquierdo. l e faltan algunos pequeños fragmentos q ue no afectan a su forma.
El vertedero del borde está en la parte d erecha de la boca y el asa a la izquierda d el cuello. l a p lanta del p ie es en su parte delantera algo cóncava. Pasta
rojiza de gránulo fino, porosa, con puntos b lancos bri llantes e n su masa que,
en la parte correspol1diente a la boca, es g ris amarillenta. Cub ierta totalmente
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LOS VILLARtlS
53
la superficie exterior con un barniz, que en la zona d el cue llo y del tal6n es
castaño oscuro, mientras que en e l resto adopta una tonalidad rojiza (Iá.
mina XXIII, 2). No conocemos piezas seme jantes en todo e l mundo ibérico
y como antecedente de su forma podemos mencionar un vaso e n forma de
pie derecho encontrado en Thebas de Beocia y actual mente en el Museum
of Fine Arts de Boston, publ icado por 1. K. Raubitschek, del pintor Gryton,
perteneciente a la clase de vasos áticos de figuras negras y con una cronolog ía de la primera mitad de l siglo VI a. de c., co nsiderado por la autora como
pie con sandal ia pero q ue su modelado, escaso en detalles, no señala la existencia de las correas del calzado 14. l os nuestros solamente presentan relaciones formales con éste, por lo q ue su cronología no puede considerarse
apropiada para e llos. Es, pues, d ifícil atribuirles una fecha, aunq ue teniendo
en cuenta las que dan las piezas que se encuentran en el Estrato 11 de este
de partamento, podemos incluirlos de momento, dentro de l sig lo IV ·a. de c.,
quizá a principios de éste.
De cerámica aparecieron también una mano d e mortero de tres ramas,
cuatro fusayolas y una gran cantidad de pesas de telar, más de veinticinco,
entre las q ue las había tronco-piramidales de secci6n rectangular y esféricas
aplanadas, aparecidas e n su mayoría agrupadas en la zona existente al sur
de la plataforma circular que hemos considerado base d e pilar y el último
tramo de la pared este.
De metal se vieron abundantes restos e ntre los que d istinguimos un
arco de fíbula d e buen tamaño, de bronce y un bot6n plano y perfo rado,
tri lobulado, form ado por tres líneas en eses combinadas, también de bronce,
y de hierro, un leg6n, parte de unos trébedes y una contera d e asta de lanza.
Por último mencionaremos la existencia d e un fragmento de piedra de
molino activa.
DEPARTAMENTO 12
Parcialmente excavado durante los días 15 y 24 de agosto de 1959. Es,
la parte excavada, un espacio irregular d e unos 4 m. de longitud d el q ue s610
se sac6 su sector de levante en una anchura med ia d e 2 m. Sus lindes son,
por ahora, los siguientes : por norte, la Calle A, por este y sur, el departamento 11 y por oeste, talud de la parte d el campo sin excavar. Vease fig. 4.
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'15 m. de profundidad media. Tierra de coloraci6n pard usca revuelta por las labores agrícolas.
(1 4) J. K. RAUB ITSCHEK: .. Early bcotian polten_. Hesperia, XXXV, 2, Princcton, 1966,
pá¡s. 155 y 156, lám. 43, c/d.
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54
B. PLA 8..t.LLBSTBR
Estrato n.- De 0'15 a 0'45 m. de hondo medio. En las capas superiores
aparecen las caras altas de las tres paredes que delimitaban por norte, este
y sur el departamento. El retleno estaba formado por dos n iveles claramente
d iferenci ados: el superior de tierra rojiza con sectores pardo-rojizos, formado
por la mezcla de la tierra con los restos de adobes caídos de las paredes y
el inferior, en contacto con el p iso, de tierras negras, muy negras en algunas
zonas, con cenizas, carbones y restos de maderas más o menos carbonizadas,
seguramente formado por el desplome de la techumbre incendiada. El p iso,
de t ierra apisonada. apareci6 a una profundidad med ia d e 0'45 m.
ESTRUCTURAS
A 0'15 de profundidad aproximada asomaron las paredes norte, este y
sur, que desca nsaban sobre e l piso a 0'45 m. de hondo. El muro de poniente
no se encontró, quedando posiblemente debajo d e la parte del campo sin
excavar. la pared norte, divisoria del d epa rtamento con la Calle A, era de
p iedra mediana, careada y b ien trabada, teniendo un ancho de 0'45 m. la
pared este que se dirigía de norte a sur presentó dos tramos: el merid ional,
de , '40 m. de largo hasta e l saliente que forma con el segundo tramo, era de
adobes en su parte alta y de p iedras de igua les características que las del
muro norte, en la de debajo, teniendo O'SO m. de espesor, y el septentrional,
de 2'05 m. de largo, era de piedra seme jante a los dos anteriores y tenía
0'40 m. de ancho. la pared sur, ligeramente oblicua, derivando hacia el suroeste, era semejante a las de p iedra mencionadas y d e ella sólo se excavó
un tramo de , '60 m. d e largo, ten iendo 0'45 m. de espesor.
Además, junto al primer tramo de la pared este, ocupando el entrante
que formaba respecto al resto del muro, salió, a 0'30 m. de profundidad una
especie de banco corrido adosado a aquella y que tenía una anchura de
0'37 m. y, también adosada a la misma pared. pero ya en el tramo seg undo,
e igualmente a 0'30 m. de hondo, apareció una especie de plataforma semicircular, de , '37 m. de longitud por 0'48 de ancho máximo. l as caras superiores de estos dos elementos constructivos estaban formadas por losetas
de superficie más o menos p lana.
MATERIALES
Estrato l.-Abundante cerámica muy fragmentada y en su casi totalidad
de tipo ibérico, con algunas muestras de vasos decorados con temas geomé-.
tricos p intados. También se recog ieron unos pocos tiestos pertenecientes a
vasos de tipo arca izante hechos a torno.
Estrato II.-Nurnerosos ejemplares de cerámica ibérica con y sin decoración. Entre el los destacamos [os restos de grandes tina jas, un oinochoe de
cuerpo globular, panzudo, con la boca trilobulada, varios platos y unas pocas
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LOS
VILLARI!S
ss
páteras, de e llas alguna de borde reentrante y varias tapaderas, éstas todas
de cerámica de tipo arcaizante hechas a torno. También de cerámica salió
una mano d e mortero de tipo corriente y una fusayola tronc0c6n ica.
DEPARTAMENTO 13
Se excavó d urante los días 18 a 20, 25 y 27 de agosto de 1959. Es un
gran recinto trapezoidal de 7 metros de longitud media por cinco de ancho
medio que comunica por el norte con la Calle A mediante un vano d el que
queda e l quicio de un escalón y con e l d epartamento 14, colindante, por
otro vano de un metro de ancho. l a parte meridional del espacio interior
queda d ivid ido mediante un murete de 2'40 m. de largo en dos subdeparta~
mentos. l os lindes del conjunto son: por norte con la calle A, por este con
el departamento 14, por sur con parte del campo sin excavar y por oeste
con la Calle B. Véase figura 4.
ESTRATlGRAFIA
Estrato l.- Hasta 0'15 m. de hondo. Tierra superficial pardusca, revuelta
por las labores agrícolas.
Estrato II.-De 0'15 a 0'40 de hondo medio. Tierras pardo rojizas oscuras
con restos de adobes y muchas piedras medianas en su capa superior y
negras en la que está en contacto con el piso, con abundantes cenizas y
carbones, algunos fragmentos de madera carbonizada o semicarbonizada y
otros restos de techumbre. El suelo estaba formado por una estrecha capa de
tierra endurecida. los muros aparecieron alrededor d e los 0'15 m. de profundidad y descansaban en el suelo mencionado q ue aparecía a 0'40 m. de
hondo medio.
No se ahondó por deba jo de este piso que cerraba el estrato a unos
0'40 m. de profundidad.
ESTRUCTURAS
En el Estrato 11 y a 0'15 m. de hondo medio surgieron los cuatro muros
que delimitaban el departamento y a 0'20 m. apareció otro muro, corto, que
d iv id ía la mitad merid ional del recinto en dos subdepartamentos. las cuatro
paredes que formaban el perímetro eran d e piedras medianas, en alguna
ocasión grandes, careadas y bien trabadas. El norte, q ue daba a la Calle A,
tenía un espesor de 0'54 m. y mostraba en su sector central el quicio de una
puerta con un escalón para salir a la calle q ue, como hemos d icho, se hallaba
a un n ivel ligeramente superior al del piso de la casa. El de levante, med¡a~
nero con el departamento 14, con un espesor de 0'30 a 0'35 m. según el
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56
B. PLA BALLBSTBR
tramo, tenia un vano cenfral de un metro de ancho que comunicaba este
espacio con la habitación colindante. El sur, d ividido en dos tramos por un
muro perpendicular que a su vez formaba dos compartimentos, tenia su
parte meridional dentro del talud del terreno sin excavar; el muro perpendicu lar, de casi 2'50 m. de largo, era de adobes y presentaba ambas caras
enlucidas. teniendo un espesor de 0'33 rn. Por último, el muro oeste, que
separaba el departamento de la Ca lle B, tenia 1'30 rn. de longitud y 0'32 de
ancho: presentaba la part icularidad de que la piedra esquinera con las dos
calles. de tamaño grande, tenía su cara externa redondeada como para facili tar el tránsito por aquellas. Junto a la parte próxima al rincón que formaba
este muro con el norte apareci6 una plataforma casi cuadrada de 0'80 m. de
lado sobresaliendo 0'65 del muro y junto a ella y también pegada a la pared
otra, más pequeña, de 0'25 por 0'40 m. de lados.
MATERIALES
Estrato I.---Cerámica revuelta y dispersa en pequeños fragmentos, casi
en su totalidad ibérica pintada y sin pintar. Algunos tiestos pertenecientes
a vasijas de tipo arcaizante.
Estrato II.-Abundante cerámica ibérica y de tipo arcaizante hecha a torno.
Destacamos la presencia de tres vasitos caliciformes; varias páteras, de ellas
una honda con p ie destacado y borde saliente con surcos en la parte inferior
del cuenco, otra de pasta y superficies rojas, de borde saliente, una tercera
de borde reentrante y otra de borde en ala curva saliente; un pequeño vaso
de cuerpo g lobular achatado (Iám. V, 7); un interesante vasito de pasta roja
y cubierto d e una pintura roja o barniz, de cuerpo cillndrico corto, hombro
y base t roncoc6nicos, pie saliente y cuello estrecho de boca abierta que pre·
senta en el hombro unas molduras en las que van series de circulitos, espigas
y ovas incisas y en la parte alta del cuerpo, también incisas, series de dobles
eses (Iám. XVII, 1) ; y un oinochoe de cuerpo piriforme, base con reborde
y boca t rilobulada al que le falta, por rotura, el asa: va decorado con series
de temas geométricos pintados (Iám. VIII, 1).
De cerámica no ibérica destacamos el pie de forma semejante al de las
cráteras de campana áticas de figuras rojas pero de tamaño mucho más pe·
queño -ó'6 cms. de d iámetro-, que, por la calidad de la pasta, roja, podría
también tratarse de la parte de una vasi ja ática, del siglo V o quizá de principios del siglo IV a. de C.
De cerámica arcaizante, hechas a torno, dos tapaderas, una pequeña orza
de cuerpo globular con boca de borde destacado y una oUita sin repié con
moldura saliente en el cuello.
Igualmente de cerámica son dos manos de mortero, una de tres brazos
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LOS lIILLARES
57
y la otra normal y un número indeterminado de pesos de telar troncopiramida les que salieron amontonados y muy deshechos.
Fueron relativamente numerosos los restos de objetos de metal, que aparecieron muy oxidados. Entre ellos pudimos identificar una contera de ástil de
lanza de hierro, una espátula de hoja oval y vástago de sección cuadrada, de
bronce y parte de una f íbula, también de bronce, con apéndice caudal con
disco para el cabujón en el pie levantado, de tipo La rene I y posiblemente
si tuable en la segunda mitad del siglo IV a. de C.
DEPARTAMENTO 14
Fue excavado durante los días 21, 22 y 24 de agosto de 1959. Es un amplio
espacio trapezoidal cuyos muros miden: el norte, 5'20 m., el este, 5'45, el
sur 4'47 y el oeste 5'79. Un murete perpendicular a la pared sur divide la
mitad meridional del departamento en dos subdeparta mentos y el muro oeste
presenta en su tramo central un vano que comunica esta habitación con el
departamento 13. Un quicio de un escal6n en la parte orienta l de la pared
norte permite el acceso desde la habitaci6n a la Calle A. l os lindes son, por
el norte con la Calle A, por este con el departamento 15, por sur con el talud
de la zona sin excavar y por oeste con el departamento 13. Véase f igura 4.
E STRATlGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'15 m. de profundidad media. Tierras parduscas muy
revueltas por las labores agrícolas.
Estrato II.-Oe 0'15 a 0'40 de hondo medio. Sus capas altas presentaban
una coloraciÓn pardo rojiza consecuencia de la mezcla de las tierras corrientes con abundantes restos de adobes caídos de las paredes, y numerosas piedras de tamaño mediano; las capas inferiores, ya en contacto con el suelo de
la habitaci6n, adoptaban una tonalidad oscura, en algunas zonas muy negra,
con abundantes cenizas y carbones, consecuencia del desplome de la techumbre. El piso estaba formado por un suelo de tierra apisonada y, al parecer,
endurecido al fuego. A 0'15 m. de profund idad salieron las partes superiores
de las cuatro paredes y a cosa de 0'20, la perpendicular al muro sur, descansando los cinco muros en el suelo del departamento que aparecía a 0'40 m.
de hondo med io.
No se excav6 por debajo de los 0'40 m. de profundidad, o sea inferiormente al p iso mencionado.
ESTR UCTURAS
En el Estrato 11 salieron, como se ha dicho, cinco muros: las cuatro paredes
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B. PLA. 8ALL US TI!R
que forman el recinto del departa mento y la perpendicular al muro sur. Aque_
Itas eran de piedra med iana. más bien grande en algunos tramos, perfectame nte careada y bien trabada; ésta, de adobes, que e n varios tramos mostraba
restos d e enlucido. El m uro norte, cuya cara exterior daba a la Calle A,
media 0'50 m. de ancho y tenía en su parte más oriental un quicio con un
escal6n; el muro de levante medía de 0'35 a 0'47 de espesor, según los
tramos; el su r s610 presentó su cara interior ya que la opuesta q uedó debajo
del ta lud de la zona sin excavar y de su parte central salía. perpendicular-
mente y hada el norte, un muro de adobes de 0'30 m. de grueso y 2'45 de
longitud que d ivid ía esta zona de la habitación en dos subdepartamentos, y
el muro oeste, medianero con el d epartamento 13, ha sido ya descrito a l
tratar de tal espacio. En la parte cenlral de la zona norte se encontró una
amp lia plataforma casi cuadrada, de 1 '60 por 1 '40 m. de longitudes, formada
por unos m uretes latera les y relleno de piedras y tierra, encima de la cual,
que era de superficie rela tivamente plana, salió una capa de nsa de cen izas
y ca rbones, como si h ubiera servi do de base para el asentamiento de a lgo
de madera.
MATERIALES
Estrato l.-Numerosos fragme ntos de cerámica, en su mayoría de tipo
ibérico con y sin deco ración pintada y algunos pertenecientes a vasijas arca;·
zantes hechas a torno.
Estrato II.-fueron muy abundantes los restos de cerám ica ibérica, esca·
sos los tiestos pertenecientes a vasos de tipo arcaizante y un único ejemplar
de cerámica de barniz negro. También fueron numerosos los restos d e metal,
muy oxidados y, general mente, informes.
De cerámica ibérica aparecieron varias pate ritas, unas de borde reentrante
y otras de ala curva exvasada; tres vasitos cal iciformes (Iá m. 11, 5 y 6) y un
vaso troncocónico, mediano, de cuello vertica l, base sin pie y boca d e borde
saliente, q ue lleva entre e l cuello y el cue rpo una zona resaltada : el cuello
lo lleva cub ierto de p intura rojo vinosa oscura, un fil ete del mismo color en
la parte central de la zona resaltada y sendas franjas también en pintura rojo
vinosa oscura, una en la parte superior del cuerpo y otra hacia la mitad del
mismo ( Iám. IX, 1) . Junto a la pared sur aparecieron muchos fragmentos
cerámicos pertenecientes a vasijas de gran tamaño.
De cerámica corriente se encontraron, en el rincón noroeste de la habita·
ción, seis fusayolas de t ipo variado y, de cerámica grosera d e fiJXl arcaizante,
dos pesas de telar d iscoida les.
De cerám ica de barniz negro se recogi6 una copa d e cuerpo cilíndrico y
pie ob licuo con una moldura en su parte a lfa , con dos asas curvas con len·
güela, de la forma lamboglia 49; es de pasta castaño g ris clara, compacta,
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LOS VI LLAR E S
59
de buena ca lidad y barn iz negro de superficie rugosa y poco brillante q ue cubre todo el vaso excepto la planta del p ie y su pared interior (Iám. XXVII, 1) .
l amboglia Ij sitúa esta forma entre los productos proto-campan ienses y sanmartí w. ha fechado una pieza muy parecida procedente de Ampurias (Almacén Gandía) en la primera mitad d el siglo 111 a. de C. Por ú ltimo, entre los
relativamente abundantes restos de metal, en avanzado estado de oxidación
generalmente, señalemos una hoja de lanza muy corroída, de h ierro, y una
dob le hacha del mismo metal del tipo XXVI de nuestra tipología 17, y el anillo
de una fíbula hispánica de bronce que al parecer tenia el arco de hierro.
DEPARTAMENTO 15
Se excavó incompletamente durante los días 24 y 27 de agosto de 1959.
Era, al parecer, un recinto ligeramente trapezoidal, subd ivid ido por dos muros
perpendicu lares en tres sectores, uno en la mitad septentrional y dos en la
merid ional. la superficie excavada alcanzó los 5'90 m. de norte a sur y los
2'70 de este a oeste; siendo sus lindes, por la parte norte la Calle A, por las
este y sur, zonas sin excavar y por la oeste el departamento 14. Véase fig . 4.
ESTRATIGRAFIA
Estrato I.-Hasta 0'20 m. de hondo medio. Tierra pardusca muy revuelta
por las labores agrícolas.
Estrato II.---De 0'20 a 0'70 m. de profund idad med ia. las capas superiores
d ieron tierras pardo roj izas can abundantes restos de adobes y numerosas
piedras med ianas. las capas inferiores, hasta el p iso d e tierra endurecida,
fu eron haciéndose más oscuras hasta llegar a ser en algunas zonas casi
negras, producto de la descomposición de la techumbre desp lomada y, q uizá,
incend iada : se veran numerosos carbones y fragmentos de madera semicarbonizada. El piso salió a 0'60 m. de hondo, a un n ivel por lo tanto ligeramente inferior que el de los demás departamentos d e este grupo d e viviendas.
No se excavó por debajo de los 0'70 m. de profund idad.
ESTRUCTURAS
En el Estrato 11 y e ntre los 0'15 y 0'20 m. de hondo aparecieron los muros
que formaban parte de este departamento. 5610 se encontró completo el muro
(15) N. lAMBOGLIA: . Pcr una classific:u.iOl!e preliminare dclla c.eramica campana_o
Bordi¡hcra, 1952, pág. 195.
(16) SANMARTl GRECO, op, ci t. en la nota 9, pág. 14, núm. 116, b\m. 9 y pal. 679,
núm . 45, Iám. 95.
(17) PU BALLESTER, op. cit. el! la nota 12, págs. 157 y 1&1.
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!l. PLA. B.o\LLBSTBR
de poniente, colindante con el departamento 14. las paredes norte, sur, el
transversal y el perpendicular a éste tenlan sus finales de levante y sur
ocultos por los taludes de las zonas inmediatas sin excavar. El muro norte,
que daba a la Calle A. s610 se descubrió en un tramo de 2'50 rn. y tenia un
espesor de 0'50 m.; del muro sur se excavó en un tramo de 1'40 m., que·
dando su cara meridional y su porción de levante debajo de la parte del
terreno sin excavar, y el muro de poniente, lindante con el d epartamento 14
ya fue descrito al tratar de éste. l os tres son de piedra careada, med iana
o algo grande, bien trabada. A 3'30 rn. del rincón noroeste surg ió transversalmente una pared de piedra en su parte inferior y de adobes en la superior
que divid ra el departamento en dos mitades v, de este muro, a 1'60 m. de
la pared de poniente, apareci6 otro, semejante y perpendicular a él que
subdividía esta mitad sur en otros dos subdepartamentos. El muro transversal
se descu bri6 en un tramo de 2'80 m. ten iendo en su porci6n que daba al
subdepartamento oeste 0'55 m. de espesor y en el resto 0'35 m. Del muro
perpendicu lar s610 fue descubierto un tramo de 1'50 m. y tenía un espesor
de 0'40. Por último y también surgiendo de la pared de poniente, a 1'80 m.
del rinc6n noroeste apareci6 el comienzo de un murete de piedra d e 0'30 m.
de ancho del que s610 se descubri6 un tramo de O'bO m.
MATERIALES
Estrato I.-Escasos fragmentos de cerámica ibérica, pequeños y d ispersos,
decorados y sin decorar, y unos pocos de vasijas de tipo arcaizante.
Estrato II.-Materiales arqueológicos no muy abundantes en la capa d~
t ierra y adobes y algo más numerosos en la oscura con carbones y cenizas.
En su mayoría fueron fragmentos de cerámica ibérica, algunos con restos
de decoración geométrica simple pintada y ofros que señalaban su pertenen.
cia a vasijas de gran tamaño. Igualmente aparecieron unos pocos fragmentos
de vasos de t ipo arcaizante hechos a torno. Sólo podemos destacar la presencia de dos f usayolas completas, una fragmentada, y un vasito caliciforme
(Iám. 11, 8). Igualmente aparecieron fragmentos de objetos de hierro tan
oxidados que fue imposible su identificación.
CUARTA CAMPAI
Después de 1959 y por razones que no son del caso exponer, se interrumpieron los traba jos de excavación hasta el 1.0 de julio de 1975.
Durante este periodo fueron fre<:uentes las visitas que anualmente realiz6
el personal del Servicio de Investigación Preh istórica, comprobándose, especia lmente durante el último de<:enio, las numerosas y cada vez más intensas
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LOS VILLARES
61
rebuscas que venían efectuando excavadores clandestinos. Ello planteó el
pi"oblema de la adquisición y posterior protección d el yacimiento.
El terreno excavable, o sea la parte más elevada de la colina de los
Vi llares en la que no se habían realizado p lantaciones y que era en donde
se habían efectuado las excavaciones de años anteriores, f ue adquirido por
la Excma. Diputación Provincial de Valencia, el día 9 de octubre de 1967,
quedando a d isposición del Servicio de Investigación Prehistórica para efectuar en él las investigaciones necesarias.
la protección del terreno se proyectó inmediatamente. Se planeó rodearlo
de una valla de tela metálica, pero su elevado coste no permitió instalarla
hasta que, en 1974, la entonces Direcc ión Genera l de Bellas Artes a través
de la Comisaría Genera l de Excavaciones consignó una cantidad al efecto.
No obstante, ni siquiera con esta ayuda pudo el Servicio de Investigación
Prehistórica efectuar el cierre completo del terreno de su propiedad limitándose, a fines del mencionado año a cercar la parte septentrional del campo
mediante 295 m. de tela metálica galvanizada de dos metros de altura, comprendiendo la superficie protegida la zona en la que se habían efectuado los
trabajos durante los años 1957 y 1959.
LA EXCAVACION
la IV· campaña de excavaciones se llevó a cabo durante los días 1 a 17 de
julio de 1975, estando al frente de los trabajos el Subdirector del Servicio
de Investigación Prehistórica que suscribe. Estos se realizaron con la colaboración económica de la entonces Comisaría Genera l de Excavaciones.
Se iniciaron los traba jos por la roza y limpieza de la zona excavada en
las 11- y 111- ca mpañas pues, tras catorce años de no haberle d edicado ningún
cuidado al terreno, la maleza cubría tupida mente tanto las depresiones en
que se habían convertido las zonas excavadas como el resto de la parte
cercada. El sector en el que estaban los departamentos 1 a 5, en el que se
profundizó entonces hasta más del metro y medio, dejando los muros del
poblado que sale en el Estrato 11 sostenidos solamente por la tierra que había
debajo d e ellos, era el que más se habla deteriorado, habiendo desaparecido
prácticamente los restos de las edificaciones. El sector al sur de la Calle A o
sea el espacio ocupado por los departamentos 11 a 15, conservaba las suficientes alineaciones de p iedras que, con ayuda del plano que entonces se
trazó, pueden quedar b ien visibles sus estructuras. También hablan desaparecido todos los muros de adobes quedados al d escubierto y que las
lluvias habían ido deshaciendo.
Para facilitar la excavación se trazó un cuadriculado de cuadros de cinco
metros de lado dentro del cual quedaban incluidas todas las edificaciones
excavadas hasta el momento.
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62
E. PLA BALLESTER
DEPARTAMENTO 15
Se reanudó el trabajo en el lugar en donde fue interrumpido el año 1959.
es decir en el espacio que denominamos departamento 15, en su zona mer;·
dianal. Este espacio comprende parte del cuadro XI y el cuadro XVI y en
este últ imo fue donde se continuaron los trabajos. Véase en la parte corres-
pondiente a la tu- campaña el estado en que hebra quedado el departamento
al f inalizar los traba jos.
ESTRATIGRAFIA
lógicamente la estratigrafía fue la misma que la que ya quedó consignad a
al describir la campaña de 1959.
Solamente debemos señalar la d iferencia que se produjo en el sul:x:le-
partamento de levante de la parte merid ional del recinto, en donde no aparecieron las t ierras oscuras, estando relleno en todo su espesor por un amontonamiento de adobes de los que salieron algunos casi completos.
A O'SO m. de hondo y hasta una profundidad med ia de 0'70 metros iba
disminuyendo el componente de adobes y apareci6 una tierra roj iza con
muy pocos materiales arqueol6gicos.
ESTRUCTUR A S
El muro transversal, que separaba las zonas norte y sur del departamento
no se vio en la parte excavada en la presente campaña, siendo muy posible
que se hubiera derruido a juzgar por los grandes amontonamientos de adobes
que salieron en el lugar por donde 16gicamente debía seguir aquél. Y lo
mismo ocurrió con el muro perpendicular, también terminado por un amontonamiento de restos de adobes.
MATERIALES
Estrato l.-Poca cerámica y en su mayor parte perteneciente al parecer
a una vasija bastante grande. De hierro, entre varios fragmentos de útiles
indeterminables por su avanzado estado de descomposici6n se vio un clavo.
y de bronce, una moneda de Arse en mal estado de conservación, de l tipo
d e cabeza de Pallas a la derecha y proa de nave con leyenda en t ipos ibéricos
y posiblemente encuadrable en el primer cuarto del siglo I a. de C.
Estrato II.-Escasos restos cerámicos, en su mayor parte de tipo ibérico.
A O'SO m. de profundidad y cerca del ángulo sureste del cuadro XVI sali6
comp:eto, aunque fragmentado, un oinochoe de pasta rojizo-amarillenta, de
cuerpo piriforme panzudo con repié en la base poco destacado y boca trilobu lada.
De metal se d istinguieron dos varillas, una contera y un clavo de hierro,
una rama de pinzas de bronce y un disco de plomo.
[page-n-65]
LOS V I LLARES
6J
QUINTA CAMPAÑA 1979
Entre f inales de la campaña de 1975 y com ienzos de la de 1979 estuvieron
suspendidos los traba jos en los Villares.
En 1978 y con la ayuda económica de la Subdirección General de Excava·
ciones Arqueológicas de la Dirección General del Patrimonio Artístico, Ar·
ch ivos y Museos, se com pletó el cierre del terreno propiedad d e la Excelen·
tísima Diputación Prov incial de Valencia. Se realiz6 med iante una cerca de
tela metálica galvanizada de las mismas características que la que se puso
en 1974.
LA EXCAVACION
La V· campaña de excavac iones se realiz6 durante los d ías 14 a 27 de
septiembre de 1979 bajo la dirección del que suscribe, con la colaboración
de la Dra. Milagro GiI-Mascarell Boscá, profesora de la Facultad de Geografía
e Historia de la Universidad de Valencia y de María Angeles Val! Ojeda,
colaboradora del S.I.P. y contando además con la ayuda de un grupo de
alumnos d e la mencionada Facultad.
Se eligió para su excavación el cuadro XXI, contiguo por el sur al XVI que
fue excavado en parte durante la campaña anterior.
CUADRO XXI
Este cuadro se subdividió en cuadrículas de un metro de lado, excavándose
durante la campaña que reseñamos las quince correspondientes a las tres
franjas septentrionales, denominándose de norle a sur, con las letras a, b y e,
las q ue a su vez se numeraron de este a oeste con los números 1 a 5. Por
razones d ebidas a la aparición de un muro en la parte meridional de la franja,
b, que iba de noroeste a sureste, d escr ibimos la excavación de estas cuadrículas consideradas en dos grupos: el primero comprensivo de las cuadrículas a/ 1, a/2, a/3, a/4, a/5, b/1, b/2, b/3, b/4 y b/ 5, y luego, las
e/ l . e/ 2. e/3. e/4 ye/5 (Iám. l. 3).
CUADRICULAS a/ 1 a 5 y bl l a 5
ESTAATIGR A FIA
Estrato l.-Hasta 0'30 de profundidad med ia. Tierra roja removida por
las labores agrícolas.
[page-n-66]
64
E. PLA BALLESTER
Estrato II. -De 0'30 a 0'80 m. de hondo med io. Tierra roja ligeramente
más dara que la del estrato anterior, de gran d ureza, agravada en la presente
campaña por la sequedad d el suelo. Relleno formado en parte por la descomposici6n de adobes y otros materiales provenientes del derrumbe d e
las paredes y del d esplome de la techumbre. Junto a los muros aparecieron
abundantes restos de enlucido.
Estrato lit- De 0'80 a 1' 10 m. d e profund idad media. Tierra oscura, negruzca, de origen orgánico con abundancia de carbones. algunos d e ellos de
gran tamaño, cenizas, trozos de adobes y piedras con señales de haber sido
expuestas al fuego.
Estrato IV.--Oe 1'10 a 1'25 m. de hondo medio. Tierra roja. dura, con
bolsadas d e tierra castaño suelta con carboncillos. Piedras de tamaño med iano
V pequeño que se acumulan especial mente en las cuadricu las a/2 V 3 V
b/2 y 3.
Estrato V.-De 1'25 a , 'SO de profund idad med ia. Tierra castaño ro jiza,
suelta, con bolsadas de t ierra roja, compacta V restos de adobes.
Se suspende la excavación a l 'SO m. de profundidad media, si n haber
alcanzado el suelo natura l de la colina.
ESTRUCTURAS
a) A 0'30 m. aproximadamente de hondo comenzaron a salir dos muros
q ue seguían d irección sureste-noroeste V noreste-suroeste respect ivamente.
Era de piedra med iana, mal escuadrada V fl oja mente trabada, presentando por
ello unas caras irregu lares, que estaban recubiertas por una especie de enlucido q ue, al parecer, estaba p intado de rojo. la anchura media de ambos
muros era de 0'40 m. V se continuaba n por d ebajo de l estrato 11 hasta llegar
a 1 '10, o sea hasta la base del Estrato 111.
b) A una profundidad de entre 1'20 a 1'25 m., o sea en la parte alta
del Estrato V, comienza a aparecer en las cuadriculas a/2 V 3, junto al talud
noreste, una alineación de piedras, posible muro, d e una longitud de 1 '20 m.
V cuya cara opuesta a la q ue da al inferior de la cuadricula q ueda debajo del
ta lud mencionado. Su verdadera naturaleza no se ha llegado a averiguar, por
lo que habrá q ue esperar a la excavación del cuadro cont iguo.
e) En la base del Estrato IV, e n las cuadrículas b/2 y 3, se encontraron
los restos de un posible hogar, formados por una Qran acumulación d e cenizas que descansaban sobre una capa de arcilla quemada, endurecida, todo
ello rodeado de piedras siguiendo una al ineación aproximadamente semicircu lar y cuyos d iámetros máximos fueron d e , '90 m. por O'SO.
[page-n-67]
LOS VILLARBS
65
MATERIALES
Estrato l.- Fragmentos muy pequeños de cerámica de tipo ibérico.
Estrato II.- Nivel de relleno prácticamente estéril.
Estrato III.-Abundantes fragmentos de cerámica, predominando las ibé·
ricas hechas a torno y entre ellas se ven algunas decoradas con temas geométricos simp les pintados. Parece poderse reconocer numerosos fragmentos
correspondientes a vasos grandes y entre ellos algunos con p itorro derramador próximo a la base, posiblemente pertenecientes a grandes candiotas.
También se recogieron dos fusayolas.
Estrato IV. -l a cerámica sigue siendo el elemento exclusivo de los hallazgos, aunque su cantidad decrece respecto al estrato anterior. Abundan los
fragmentos de vasijas hechas a torno, de tipo ibérico, de pastas y superficies
grises y rojizas, y junto a ellos otros de vasos hechos a mano, generalmente
de pasta depurada y con las superficies bruñidas o decoradas med iante
incisiones.
Destacamos también la aparición de dos fusayolas de cerámica corriente.
Y, por último, la aparición de restos de fauna, totalmente ausentes en los
estratos superiores y casi en el resto d el yacimiento.
CUADRICULAS c/1 a 5
A diferencia de lo observado en las cuadrículas q ue acabamos de describir, la estratigrafía de las que ahora nos ocupamos se presenta de forma
muy poco clara y segura, reduciéndose por lo general a simples matizaciones
de coloración de las tierras. Esto, unido a la poca extensión del área excavada,
hace que los resultados que se han pod ido obtener sean completamente
provisionales, en espera de que futuros trabajos amplien la zona.
l a aparición de abundantes piedras a unas profundidades de 0'86 y 0'66
en las cuadrículas c/1 y c/4 y 5, respectivamente, obligó a interrumpir en
ellas la excavación, con la finalidad de poder observar con mayor perspectiva
estas acumulaciones cuando se cuente con una mayor área descubierta. En
la cuadrícula c/2 se llegó a 1'71 m. de profundidad y en la e/3, a 1 '16 sin que
se alcanzara en ninguna de las dos el suelo natural del monte.
ESTRAT IGR AFIA
Estrato l.- Tierra roja removida por las labores agrícolas. Se llegó a una
p rofund idad de 0'30 m. aproximadamente.
Estrato II.-De 0'30 a 0'91 m. de hondo medio. Tierra roja compacta con
diminutas p iedras .
•
[page-n-68]
66
8. PLA 8ALLESTea
Estrato III.-De 0'91 a 1'07 de profundidad media. Tierras de coloración
castaño, muy sueltas. con manchas de cenizas. carbones y restos de adobes.
Estrato IV.--De 1'07 a "18 m. de hondo medio. Tierras castaño grisáceas
con pequeños carbones y bolsadas de tierra compacta de color rojo y castaño.
Estrato V.-De 1'18 a 171 de profundidad med ia. En una primera capa
que alcanza 1'66 m. de hondo, tierras color castaño sueltas con bolsadas de
otras de tonalidad gris, con carboncillos. En la base de esta primera capa
aparece un suelo de t ierra apisonada. Por debajo de 1'66 V hasta 1'71, sigue
saliendo tierra de color castaño con pequeñas piedras.
No se llegó al suelo natura! de la colina.
EST RU C TU R AS
Las características técnicas del muro sureste-noroeste, descritas anteriormente, son aplicables lógicamente a su cara recayente a estas cuadriculas.
No obstante debemos destacar el hecho de que en esta parte no aparecieron
restos de enlucido o revestimiento como ocurría en las cuadriculas a y b. Por
la zona que ahora describimos este muro acaba inferiormente también en
la base del Estrato 111.
. En la cuadricula c/5, entre la acumulación de piedras, se vieron tres de
gran tamaño, puestas de perfil y alineadas entre si. Su posible funcionalidad
no es de momento determinable.
A 1 '66 m. de profundidad en la cuadricula c/2, salió un pavimento de
tierra batida que descansaba sobre una capa de gravillas de un espesor total
d e seis centímetros. Aunque este suelo debía extenderse por toda la zona,
sólo se encontró en la mitad noreste de la cuadricula, habiéndose destrozado
en el resto en donde se vieron rastros del mismo.
MATERIALES
Estrato l.-Aparecieron bastantes fragmentos de cerámica de tipo ibérico.
Estrato II. -Dio cerámica, meta l y restos de fauna. Entre la cerámica, en
su inmensa mayoría de tipo ibérico, fueron abundantes los fragmentos grandes de diversos t ipos de vasijas. Destacamos la presencia de un vasito caliciforme casi completo.
De metal, algunos fragmentos informes de hierro muy oxidado, y un
fíbula anular hispánica y una varilla de bronce.
También apareció una moledera de piedra.
Estrato III.--I..os materiales aparecidos, relativamente abundantes, g uardan
gran relación con los del estrato superior, excepto las dos p iezas que luego
describimos. la cerámica, toda hecha a torno y en su mayor parte de tipo
[page-n-69]
LOS V1L.LAIlES
67
ibérico, f ue muy numerosa. Entre las p iezas no propiamente ibéricas hemos
de destacar las dos siguientes.
Una pequeña tapadera de urna de orejetas, de pasta amarilla clara, porosa,
con bundanfes p iedrecillas en la masa que, por sus características no nos
parece producto ibérico ( Iám. XXVIII, 3). Es de forma de casquete esférico
terminado por arriba en disco d e superficie convexa separado del casquete
mediante una ligera extrangulaci6n; junto a este asidero lleva una pequeña
perforaci6n que la atraviesa para facili tar, según Fletcher 11 la salida d el aire
caliente del interior de la vasija durante el proceso de cocci6n; las ore jetas
pri smático cuadradas y perforadas se destacan junto al borde, diametralmente
opuestas, obl icuamente al plano de reposo. Va decorada, en p intu ra rojo
vinosa ya algo desvahlda, mediante cinco eslrechas franjas concéntricas al
dlsco-agarradero y en la cara superior de éste se ven cuatro trazos diametrales cruzados entre s!. Su cronología es difícil de f ijar : teniendo en cuenta
nuestra creencia d e que no se trata de un producto típica mente ibérico y que,
además, apareci6 junto a la pieza que describimos a continuaci6n, opinamos
que puede fijarse hacia [a mitad del siglo V a. de C.
F1¡ura 7.-Reduclda • IIZ.
la otra pieza de excepcional interés es una cua rta parte, en la que va
incluido todo el ga lbo, de una copa j6nica de barniz negro del t ipo 8-2 de
Villard y Va llet 1', de pasta amarillo castaño, f ina, con pequeñísimos puntos
brillantes en la masa. Va cubierta interior V exteriormente de barniz negro
bril lante, ap licado al parecer a pincel, excepto un fino f ilete en el borde
interno y dos amplias franjas en el exterior, una en el la bio V la otra en la
parte superior del cuenco, dejados por reserva en el color de la cerámica
(fig.7 y lá m. XXVIII, 1 V 2). Según estos autores ta l t ipo d e copa t iene una
(18) D. FLETCHER VAU..S: cLa!¡ urnas de orejetas perroradas_. Crónica del VII I
Congreso Nacional de Arqueologia (Sevilla· Málaga, 1963). Zara¡ou, 1964. pág. lOS.
(I9) F. VIU,ARD y G. VALLET: cMegara Hyblaea. V. Lampes du VJI- 5ikle ct chronol<>IÍe des coupe$ ionieM es • . Mélanges de rEcole Francai5e de Rome, LXVII, París, 1955,
~¡inas 7 a 34.
[page-n-70]
68
B . PLA BALLI!STEa
vida corta, entre los años 580 y 540 a. de
e,
pero últimamente Morel m, aun
aceptando en conjuno la datación propuesta por aquellos, especia lmente
para los ejemplares importados en Occid ente de Oriente, opina que, en la
Campania por lo menos, se mant ienen en algún caso hasta fines del siglo VI.
l amentablemente la pieza de l os Villares apareció en un espacio d e la cuae sumamente reducido y del cual no podemos sacar consecuencias
dricula
firmes válidas hasta que, en fu turas campañas. se excave una mayor extensión. De todas formas. e l hecho d e salir junto con la tapad era de urna de
orejetas que se ha descrito antes y teniendo en cuenta la ubicación geográf ica del poblado, tan alejado de las rufas de navegación greco-orientaJes,
puede permitirnos postu la r, provisiona lmente, una fecha para la utilización
de la copa aún más avanzada, en las primeras décadas del siglo V a. de C.
De hierro se encontr6 un fragmento de forma rectangular y de imposible
identificación y un amontonamiento de aspecto c6nico de trozos informes
o escorias que d escansaba sobre una esterilla d e esparto trenzado de forma
posib lemente circular.
Estrato IV.-Siguen saliendo materiales cerámicos, pero en escasa cantidad, reduciéndose a fragmentos hechos a torno V también otros hechos a
mano, estando estos últimos decorados incisamente o presentando las superficies bruñidas.
Estrato V.-Continúan apareciendo fragmentos cerá micos de los mismos
tipos V clases q ue en el estrato anterior. Además se encontr6 una esquirla de
silex atípica.
Por d ebajo del pavimento, o sea desde 1'66 m. de profundidad en adelante, salen frag mentos de cerámica pertenec ientes a vasos hechos a mano, de
pasta grosera V con las superficies tratadas V un punz6n de hueso.
(20) J . P. MOREL: c ~ cérarnique archaique de Vclia. et quelques probll:mes connexes_
Simposio Internacional de Colonizaciones (Barcelona, 1971). Barcelona, 1974, págs. 139 a 147.
[page-n-71]
IV
C ONCLUSIONES
Del resultado de las excavaciones que acabamos de reseñar as! como de
un primer estudio de los materiales recogidos podemos d istinguir en la loma
de los Villares d e Caudete de las Fuentes la existencia de cinco asentamientos
humanos sucesivos que describimos a continuación.
1J
Poblado d el f inal de la Edad de l Bronce
Aparecen los restos de este primer estableci miento humano en los Villa res
en la parte d e sedimentación que hemos denominado Estrato v. el asenla·
miento se hizo sobre la misma superficie natural del terreno simplemente
igualando las irregu laridades del suelo mediante un ligero relleno de tierras
en el que se asentaron los muros de las edificaciones, los que a su vez fueron
corlados superiormente al hacer la explanaci6n para levantar el poblado de
la Primera Edad del Hierro que se edi ficó encima y del q ue trataremos luego.
Los restos de estructuras que aparecen en este poblado de la Edad del
Bronce fueron una serie de muros bastos, de p iedra med iana o grande, sin
desbastar y trabada en seco que, en a lgún caso, mostraban un gran espesor.
No hay posibilidades de sacar conclusiones sobre las caracterlsticas arqu itect6nicas de las edificaciones excepto, quizá, el hecho de que fueran d e planta
más o menos rectangu lar, a juzgar por los restos de paredes exhumados que
son todos rectos. Como se ha d icho, las edif icaciones se apoyaban generalmente sobre la base de tierra de relleno que nivelaba la superf icie natural
de la colina, aunque los restos de muros aparecidos en los espacios 2 y 4 lo
hadan sobre p isos de tierra gris apisonada bastante regulares.
[page-n-72]
7.
B. PLA BALLBSTBR
No f ueron muy abundantes los restos arqueológicos recogidos, consis-
tentes todos, excepto un punzón de hueso hecho sobre meta podio de oveja
o cabra, en fragmentos cerámicos por lo general de muy pequeño tamaño.
Escasearon en casi todas las zonas: solamente en la correspond iente al número 10 fueron más numerosos y característicos. Pertenecen a vasos hechos
a mano y son de pasta grosera con abundantes granos de desgrasante en la
masa y de tonalidades que oscilan entre el rojo y el negro, por lo común de
superficies rugosas. El tamaño de los tiestos no permite distinguir las formas
de las vasijas, por lo que solamente diremos que hay cuencos, cazuelas y
orzas, señalándose la existencia de vasos de fondo plano y otros que llevaban
muñones perforados próximos al borde.
Por las características de la calidad de las cerámicas y ante el hecho de
que todas pertenezcan a vasijas hechas a mano no hay dudas sobre la inclu·
sión de este primitivo asentamiento dentro de la Edad del Bronce, en un
momento final, sin que presente las característ icas especificas de la cultura
del Bronce Valenciano.
2}
Poblado de la Primera Edad de l Hierro
En el Estrato IV, que se inicia poco más o menos a 1'10 m. de profun·
d idad, aparecieron los restos de unas edificaciones pertenecientes indudablemente a un asentamiento humano que debió perdurar hasta fechas bastante
avanzadas del siglo VI a. de C.
En los espacios correspondientes a los departamentos 1 a 4 V 7 del poblado
del Estrato 11 se encontraron varios muros que señalaban la existencia de
unos amplios recintos: se vio uno que iba en dirección aproximada esteoeste V del q ue se descubrieron ocho metros de longitud, que en su extremo
de levante formaba ángulo recto con otro, más estrecho, que en dirección
norte-sur recorría cerca de cuatro metros, V que, en su primer tramo, a cosa
de 2'SO m. hacia poniente, estaba cruzado por otro que se sacó incompleto
por estar ya destruido al quedar enterrado. Del poblado de esta misma época
salieron varias estructuras más: dos tramos de muros paralelos en el espacio
correspondiente al departamento 7 del poblado del Estrato 11, un corto trozo
en dirección este-oeste en el que corresponde al departamento 3 y otro
tramo, muy corto, entre los 1 y 2. A pesar de ser bastante numerosos y
grandes estos restos, no podemos sacar ninguna conclusión respecto a la
ordenación urbana de este poblado excepto que sus habitaciones deblan ser
de planta rectangular, bastante espaciosas y formadas por gruesas paredes
de p iedra ligeramente labrada que solian llevar careadas irregularmente las
piedras que formaban los lados. Todos estos elementos constructivos fueron
cortados por sus partes superiores al acondicionar el terreno en el que asen-
[page-n-73]
LOS VILLARI!S
71
tar el poblado que se construyó encima y del que trataremos luego, y se
apoyaban en la base del Estrato IV, sobre una capa de tierras de dist intas
calidades que, en los espacios correspondientes a los números 1 y 2 V a una
profundidad media de 1 '35, conservaban unos pisos de t ierra endurecida.
Quedó, pues, perfectamente delimitado el estrato correspondiente a este
asentamiento humano, entre los suelos que formaban la base del Estralo III y
los que cierran el Estrato IV inferiormente,
l os materiales recogidos muestran en su conjunto claras diferencias respedo a los de los asentamientos superior y de la Edad del Bronce. Abunda
la cerámica hecha a mano, de pasta grosera, con piedrecillas en la masa,
pero presentando las superficies alisadas, espatuladas o bruñidas, en algunos
casos decoradas con motivos geométricos incisos, de incisión fina a veces o
hecha con instrumento de punta roma en otras ocasiones; aunque escasos
también aparecieron fragmentos de vasijas ornadas mediante cordones en
relieve con hoyuelos, que presentaban un carácter más arcaico que las mencionadas antes. Igualmente fueron numerosos los fragmentos de vasijas hechas a torno de pasta de igual calidad que la de los vasos hechos a mano:
entre ellos hay un fragmento decorado mediante franjas y filetes pintados
en rojo, De cerámica hecha a torno aparecieron unos pocos fragmentos de
pasta amarilla porosa con finos granos de desgrasante, de bastante buena
cal idad. El escaso metal recogido, un anillo y una pulsera de bronce, corresponde sin duda a un momento cultural semejante al que nos señalan las
cerám icas.
Por el contexto material, especialmente señalado por las cerámicas hechas
a mano espatu ladas y bruñidas decoradas con motivos geoméln ... -,s incisos,
creemos que este asentamiento puede situarse en la Primera Edad del Hierro,
en un momento final, en una fa se evolucionada a juzgar por la presencia de
restos de vasijas hechas a torno. Su cronología absoluta nos atrevemos a
fi jarla a lo largo del siglo VII, llegando posiblemente a principios del siglo
VI a. d e C.
3)
Poblado ibérico arcaico
En el Estrato 111 se encontraron pisos y muros que nos indican la existencia de un establecimiento totalmente diferenciado del que aparece en el
Estrato 11 y que describiremos en el siguiente apartado y del perteneciente
a la Primera Edad del Hierro del que acabamos de ocuparnos.
En los espacios correspondientes a los departamentos 2 y 3 del poblado
del Estrato 11 aparecieron dos muros que corrían en d irección norte-sur paralelos entre sI pero separados más de cinco metros uno del otro. Fueron cortados superiormente para allanar la superficie del terreno en la que edif icar
[page-n-74]
72
E. PLA BALLESTER
las habitaciones del poblado superior, y su base se apoya, a cosa de 1 m.
de profundidad, sobre rellenos de t ierras y gravillas que, excepto en las
zonas correspondientes a tos departamentos 1, 3 y 10, sellaban por debajo
el estrato. En gran parte del suelo de los mencionados espacios 1, 3 y 10,
aparecieron una serie de suelos, entre 1 y 1'10 m. de hondo medio. de d iversas calidades aunque todos de gran consistencia.
Sin embargo, a pesar de tener bien aislado este Estrato 111, las conclus iones
que respecto a su determinación cronol6gico-cultural podemos deducir son,
de momento, muy imprecisas.
En general pa rece una sed imentación de relleno que conserva restos cerámicos no muy abundantes. En su mayoría son de pasta grosera, de coloraciones que van del rojo al negro, con abundantes piedrecillas en la masa y
hechos a torno, aunque los había también, en menor proporción, pertenecientes a vasijas hechas a mano. Junto con ellos, aunque menos abundantes,
se vieron ya restos de vasos de pasta de buena ca lidad, bien d epurada, por
lo general porosa y, a veces, decorados con f iletes y franias pintados en raio,
siempre hechos a torno y que en muchas ocasiones presentan las característ icas de la cerámica ibérica, aunque en muchas otras no parecen serlo.
A este horizonte cultural pertenece la copa jonia de barniz negro que
apareció a 0'96 m. de profundidad en la cuadrícula c/3 del cuadro XXI d e la
campaña de 1979 aunque, por no haber sido terminado de excavar, las
conclusiones que de él se deducen son, por ahora, inseguras.
Así, pues, en consideración a la inexistencia de cerámicas con decoraciones incisas y hechas a mano que aparecen en el poblado que hemos
clasificado de la Primera Edad del Hierro así como por la falta también de
restos de vasos át icos que tan abundantes son en el estrato superior, este
asentamiento humano del que ahora tratamos d ei6 de existir a fines del
siglo V o principios del siglo IV a. de C. y se estableci6 cuando ya habían
dejado de ser características las vasijas con d ecoraci6n incisa. Teni endo además
en cuenta la presencia de la copa jonia de barniz negra sabemos que ya podía
existir a f ines del siglo VI o comienzos del V a. de C., por lo que en términos
generales creemos que debi6 desarrollar su existencia durante todo el siglo
última mente mencionado.
Culturalmente también podemos proponer que debe encuadrarse en un
periodo primitivo de la cultura ibérica, en cuyo momento todavía se ven
elementos que podríamos considerar de un periodo de formaci6n. opini6r:'1
que exponemos con toda clase de reservas en espera de que los resultados
que nos den las excavaciones estratigráficas que estamos efectuando nos lo
confirmen.
[page-n-75]
LO S
4)
VILLA RES
73
Poblado ibérico pleno
En el Estrato II o sea entre unas pro f undidades aproximadas entre los
0'20 y 0'55 m., aparecen los restos de un gran poblado, propio de la cultura
ibérica ya plenamente formada. la delimitación inferior de este estrato estaba,
en la mayor parte de los departamentos excavados, perfectamente marcada
por la existencia de p isos, genera lmente de t ierra batida y endurecida por el
fuego, p isos que casi siempre descansaban sobre el relleno del Estrato 111 y
que, en algún caso, estaban hechos inmed iatamente encima de los muros que
apareclan en éste, cortados intencionalmente .para la nive laci6n del suelo.
l a parte más alta del estrato fue destruida por las labores agrlcolas.
l os restos de este poblado ibérico hasta ahora exhumados, sin tener en
cuenta los aparecidos en la cata efectuada durante la primera campaña y los
que asoman en la excavaci6n incompleta del cuadro XXI, forman tres grandes
grupos de casas separados por dos calles. Un grupo, en la parte norte de la
Ca lle A, que t ienen sus fachadas meridionales dando a ésta; los otros dos
gru pos están al sur de dicha calle y separados entre si por la Calle B. Por lo
genera l las habitaciones son de planta más o menos rectangular sin que de
momento podamos decir cuántos departamentos pertenecen a una misma
vivienda. Es muy posible que el hecho de que los departamentos 1 y 2 estén
comunicados, s610 separados en parte por una pared de adobes, nos permita
pensar que ambos fueran sendas habitaciones de una misma casa, a la que
también debla pertenecer el departamento 4 que parece f ormar como un
cubículo del número 2, del que igualmente está separado por paredes de
adobes. También el hecho de que los departamentos 13 y 14 se comuniquen
por un amplio vano puede hacernos pensar en la posibilidad de que f ueran
pertenencias de una misma vivienda. Estos dos d epartamentos presentan la
particularidad ya indicada de comun icarse con el exterior, con la Calle A ,
mediante puertas de las que se descubrieron los quicios con un escal6n, pues,
como también hemos dejado dicho antes, la superficie de la calle estaba a un
nivel ligeramente más alto que el fondo de los departamentos. A lgunos
recintos mostraban bancos corridos adosados a la pared y unas especies de
plataformas que quizá sirvieran de base a elementos constructivos de madera.
Igualmente en diversos puntos se localizaron hoyos y bases de piedra que
hemos supuesto que sirvieron para el asentamiento de postes de madera que,
creemos, sostenian la techumbre de las casas.
l os d istintos departamentos estaban delimitados por muros y paredes o
tabiques: aquéllos, como es frecuente en los poblados ibéricos, eran de
piedras medianas o grandes hasta determ inada altura, que calculamos alrededor del med io metro, completándose hasta donde descansaria la techumbre mediante adobes, de los que se encuentran abundantísimos restos que,
normalmente, f orman el relleno superior del Estrato 11 . También algunas
10
[page-n-76]
74
8. PL4 B4LU!STSa
caras de estos muros llevaban un revestimiento o enlucido que, por Jo gene-
ral, aparecfa desprendido junto a ellos. Las paredes o tabiques, siempre en
el inferior de los recintos a los que dividían en compartimentos, estaban
hechos d e adobes por completo e iban igual mente revestidos de un revoque
o enlucido. Todos los muros y tabiques descansaban directamente sobre los
pisos de tierra endurecida de que antes hemos hecho mención.
la atribuci6n cronológico-cultural de este asentamiento está bastante clara.
5610 en este estrato aparecieron cerámicas importadas áticas y protocampanienses. sin que hayamos detectado ningún ejemplar que se pueda incluir
entre las cerámicas campanienses de barniz negro. l a cerámica ática de figuras rojas no fue abundante, limitándose a varios fragmentos de kyliques,
un kylix-skyphos y la posible base de otro, que nos dan una cronología para
el comienzo del poblado en los principios del siglo IV a. de C. y entre los
vasos de barniz negro aparecieron una pátera de la forma lambogl ia 21 atribu ible a la primera mitad del mismo siglo, dos copas de la forma 24 que
pueden situarse en cualquier momento de d icho siglo, otras dos de la forma 25 que ya pueden llegar hasta la primera mitad del siglo 111, en donde
pueden situarse las dos de la forma 49 y, hacia mitad del siglo 111 o a lgo
posterior, una pátera de la forma 28. Estos hallazgos nos encuadran b ien la
cronología del poblado que aparece en el Estrato 11, entre el año 500 y algo
después del 250 a. de C. Una precisión mayor del momento f ina l. el de
d estrucción o abandono, del poblado es dificil de señalar: ind udablemente
fue posterior al año 250 y anterior a la d ifusión de la campaniense A por
Occidente. Un indicio que podría servirnos para aproximarnos a ese momento
f ina l nos lo podría dar la fecha de ocultación del tesorillo aparecido en el
departamento 3, que hay que situar cuando el poblado se hallaba abandonado, antes de su ú ltima reconstrucción : en este caso habremos de tener en
cuenta la datación de las dracmas ampuritanas que son las monedas más
modernas del conjunto y cuya cronología más aceptada es la de los años
218-120, por lo que bien pudo ser escond ido el tesoro por un orfebre o
platero en el transcurso d e la segunda guerra púnica o algo después, lo que
puede hacernos pensar que fue durante dicha guerra o en las convu lsiones
PDllticas que la precedieron cuando se destruiría o abandonaría el poblado.
la contemporaneidad de las calles respecto a las edificaciones está probada por la aparición inmed iatamente encima del empedrado de la Calle A
de un kylix ático sin peana, de barniz negro, cuya cronología lo sitúa a principios del siglo IV a. de C.
El resto del material nos muestra un conjunto característico de los poblad OS ibéricos que conocemos de esta época, tanto hac ia la costa mediterránea
como hacia tierras interiores, aunque a nuestro parecer tiene mayores similitudes con los yacimientos manchegos.
[page-n-77]
LOS VILLARIIS
'"
Asi, pues, el poblado q ue se descubre en el Estrato 11 de los Villares per-
tenece a la cultura ibérica ya plenamente formada y se estableci6 en el
cerro a comienzos del sig lo V a. de c., perdurando hasta la segunda mitad
del sig lo 111, q uizá hasta los primeros momentos de la aventura bárquida en
nuestras tierras.
5)
Poblado ibérico reciente
Consecuencia de la puesta en cultivo de la colina, sus superf icies sufrieron
una serie de transformaciones que, en la parte correspondiente a la zona que
hemos excavado hasta ahora, barrieron las edificaciones y los restos arqueol6gicos. d e un asentamiento que, por los datos conocidos de otras zonas más
ba jas y de las laderas de la misma colina, debi6 establecerse después de las
guerras púnicas y llegar hasta poco más o menos e l cambio de Era. En nuestras excavaciones solamente hemos encontrado rasgos indicativos de esta
última ocupaci6n de los Villares en el Estrato 1 es decir en la capa super,
ficial de tierras revueltas por las labores agrícolas, donde apareci6 una moneda ibérica de la ceca de Arse, situable en el primer cuarto del siglo I
a. d e C. y los restos d e una ánfora ibérica que corresponde a los siglos 11 _ I
anteriores a la era. la fecha inicial de este establec imiento ha de ser posterior
al a ño 150 a. de C., ya que la fecha tardía de la moneda ampuritana q ue
for maba parte del tesorillo aparecido en el Estrato 11 al que nos hemos referido
en repetidas ocasiones es, según Guadán, el año 120 antes de la Era.
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APE N DI CE
1
EL MUSEO ARQUEOLOGICO MUNICIPAL
DE CAUDErE DE LAS FUENTES
Por Albert Ribera lacomba
Con el fin de dar la mayor información sobre el yacimiento de los Villares
de Caudete de ras Fuentes, incluímos a continuación una breve reseña de los
materiales que se guardan en el Museo Arqueológico M unicipa l d e dicha
población.
Este pequeño Museo se inauguró por el Ayuntamiento de Caudete de
ras Fuentes en el mes de febrero de 1979, formándose excl usivamente con
materiales recogidos en la loma de los Villares por los aficionados locales don
Rafael Gabald6n Sierra y don Francisco Gabaldón Valle y por don Enrique
Morán González, de Buñol. que desi nteresadamente han depositado en él
los principales objetos que superficial mente han ido recogiendo a lo largo
de los años d e los campos que forman el yacimiento, al rededor de la zona
que el Servicio de Investigaci6n Prehist6rica tiene acotada.
Su instalaci6n, catalogaci6n y ordenaci6n se IIev6 a efecto por el Servicio
d e Investigaci6n Preh ist6rica de Valencia, específicamente por el Subdirector
don Enrique Pla Ballester y por la Dra. M ilagro Gi l-MascareJl Boscá con un
equ ipo de colaboradores.
Se exponen, aparte de una buena colección de monedas ibéricas y romanas de distintas procedencias, trescientos cincuenta y nueve objetos, d e
los que doscientos cuarenta y cuatro pertenecen a la colecci6n de don Francisco Gaba ld6n. noventa y cuatro a la d e don Rafael Gabald6n y veint iuno
a la de don Enrique Morán. De la tota lidad de materiales expuestos, dos-
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78
U. PLA BALLESTBR
cientos sesenta y tres objetos son de cerámica, veintid6s de pasta vrtrea,
cincuenta y nueve de metal, seis de piedra y nueve de hueso.
De cerámica. en su mayoría de tipo ibérico y en número más reducido
de pasta grosera con piedrecillas en la masa hechos a torno, pueden verse.
sin contar los vasos importados de cerámica de figuras rojas y de barniz
negro que luego serán deta lladamente estudiados, cincuenta y una páteras
de d istintos t ipos y tamaños. diecisiete p latos y plat itos, cuarenta y siete
vasos caliciformes, dieciocho tapaderas. d os oinochoes. tres braserillos, seis
botellitas, cuatro ungüentarios, dos lucernas, veinticuatro manos de mortero,
cuarenta y nueve fusayolas. siefe pondus y otros vasas d e diversos t ipos y
tamaños. En este lote, aparte de los ejemplares más interesantes q ue se relaciona n luego, hay que incluir un vaso con decoración incisa que fue publicado hace algún t iempo por Enrique Pla Ba llester y Milagro Gil -Mascarell y
dos importantes vasos ibéricos decorados que se describen en el apéndice 11.
De pasta vítrea hay veinte cuentas de colla r y dos fragmentos de otras
tantas.
Son cincuenta y nueve los objetos de metal que se exponen. Aparte de
a lguna fíbula incompleta de bronce y unos fragmentos más o menos ident ificab les del mismo metal, el resto es de hierro. Entre estos últimos objetos
se d istinguen un cincel, una hacha, un pico, un ponderal troco-piramidal,
varios clavos y varillas, piezas de bocado de ca ballo, puntas y cuchillos.
Además hay seis fragmentos de piedra, cuatro de ellos partes d e afi ladoras y los dos restantes cantos rodados horadados.
V, por último, se muestran nueve p eq ueños astrágalos de hueso.
A continuación damos una breve re lación de los objetos más interesantes
de este Museo.
l . -Kylix de pie b.jo casi completo. le fa lta parte de una lisa y una porciÓn del borde.
Paredes medianamente gruews, cuenco de perfil curvo, sin inflexiones y borde sin labios.
Inventario Ra -62. Oi6metro de la boca, 16 cms. O¡6metro de la bue, 9'5 cms. Altura.
9'5 cms. (111m. XXX).
Bam l:!: rojo salmón, con :!:o nas de otras tonalidades. que cubre toda la superfic ie InteriO(,
excepto algunos de talles del meda llón central dejadllS en reserva , lBS lisas y la superficie
exterio r menos la parte de la base que queda en el interior del arete basal.
Decoración interior: El medallón central, limilado exteriormente por circunferencias
incompleru, contiene la cabeza de una joven mirando a la izquierda, peinada con mafia
y amplias patillas y tocada con una corona de laurel; un bvc::le a largado le pende por el
cuello. de$de det,b de la ore ja.
Decoración externa: Se limita a dos circunferencias concentricas con punto central, hechas
en la :!:Qna dejada en reserva con el m ismo barni:!: que cubre la mayo r parte de l vaso.
la particularidad que presenta la colo rac ión del b.miz, fe nómef"lO poco frecuente
aunque no excepcional, ha sido explicada por Giselll M. A. Richter 21, según la cual, usando
(21) G. M. A. RICHTER: _Accidental a nd intencional red gla u: on a thcnia n vases_.
Thc Annllnl of the Britis h School al Athcns, XLVI , !.ondon 1951, págs. 143 a 150 y lámi·
nas 14 a 17.
[page-n-81]
LOS VILLARBS
79
con h.bitldad el barroiZlldo, Iplicarodo capas de barniz mis o menos gruesls o dej'rodolo
de .plicar puede conseguirse una u oTr. coloración, negr. o roja y Iogrerse efecTos decora' ivos. Aunque en otlSiooes lIS disT¡roTIS T
onalidades no son mis que corl$ecuencia de
un accidenTe: quedar Tapa da casualmente un. pc!fción del VISO en el protero de reducción
que Impide la llegada de h umO$, la existencia de un chorro de aire que Impide igva lmenTe
la llegada de la Itmósfera reductora, el olvido en la Iplicación del b.rni, dvranle unil
segunda elapa de barnizado o la deficienle aplicación de l mismo, al quedar en el h orno
dO$ varos pegadQ,S, elC. CreemO$ en el caso p.resenle q ue la tonarrdad roja apareció, como
ocurre Ilmbi'n en vn kyllx de la Covillla de Albaida 22, I consecuencia de la aplicación
de una delglda capa de barniz que en el proceso de re-oxidación h Izo aparecer de nuevo
el color rojo.
El lem. de la cabeza feme nina mirando a la izquierda es muy frecvente en kylikes y
plalos 61icos y campanienses de figvras rojas, aunque no hemO$ encontrado ningún paralelo
p r6x imo al VISO de los Villares. Relaciones con ésle podrfan estar en e l fragmento de base
del Penyll d' lfac 2J, y, mis remotamente, con los d os kylikes de AmpvrilS conservados en
el Mvseo de Prehistoril de Valencia 24 y muy empare ntado s con los del grupo de Genucilia.
Podemos apuntar, con toda cine de reservas, sv origen il'dlco, pos iblemenle cempano,
con une cronoloo la qve puede sltuilrse a lo largo del siglo IV a. de C.
2. -lekylhO$ de barniz negro, de cuerpo troncocónico, ho mbro que se va estrechendo
en embudo hastl el arranque del cuello, esTrecho e incompleto. Pie ligeramente destacado,
s in peana y base pl.ne. Restos del arranque inferior de l as.&. le falta hta , parle del cuello
y por complelo la boca.
Inventario Re -63. Oi6metro mbimo, 67 cms. Oi6metro del pie, J 'ó cms. Altura de lo
que quede, 8'8 cms. (Um¡~ XXXI, 1).
Paredes de mediano espesor, de cer6miCll amarillenta. Va pc!f co mpleTO cvbierto exTeriormente de barniz negro, mate, mel conservado, muy picado, que en alguroas zo nlS
presenta m.nches de tonalidad castaño O:Kura.
Es forma poco free vente en este tipo de vasos. Por le calidad de .sv pasla podrra ser
prodvcto 'Tlco o de vn taller occidental ero el que se imitara le producción 6tice y que,
con toda clase de rnerves, sil Vilrfllmos en el siglo IV a. de C.
J . -P6tera 'tica de barniz negro de la forme lambogl ia 22, de la qve rol. mente qued.
parte de le bese y unos pocos fr.gmentos del borde. Erl de paredes curvlS con reborde
exterior en su parte superior y pie ¡¡ge r.m ente cvrvo, vertica l, con vr'ie destlCede ero la
perle m6s Interior de l pleno de apoyo.
Inventario Ra-ó5. l ongitvd mbime del fragmen to de la base, 14 cms. Alt ura del pie en
su cara extern., 2'2 cms. Di6melro aproximado del pie, 12'4 cms. (l6minl XXXII ).
Cerámica gris pardvsca y barniz negro brillante de buenl calidld que cubre todo el
veso, interior y exterio rmente, excepto vna estrec he fr.nja qve corre por debajo del reborde,
otr. en II unión de l cuenco con el pie, l. cara interna de hte y todo e l fondo limitado por
el anillo basal, que se dejaron por reserva e ro la coloración de la pasle.
(22) M.- A. VALL DE PU: _El poblado ibérico de Cavalla (A lbaida·Valencia). l . El
poblndo, las excavaciones y las cerámicas de barniz negro_. Serie de Trabajos Varios del
Servicio de Inves tigación Prehist6 rica, núm. 41. Valencia, 1971, págs. 81 a 84 y Y lám. VII, 45.
(23) C. ARANEGUI GASCO: _Avance de la problemática de las imitaciones en cerámica
de barniz negro del Peñón de Ifac_. AJ'chéo1ogie e n Langucdoc, l . Sete, 1978, página 17,
(igura 1. núm. 1.
(24) D. FLETCHER VALLS: _Musco de Prehistoria de la Diputld6n Provineial de
Valc:nda _. Valencia, 1974, pág'. 17S.
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80
B. PLA. BALLESTB1\
Decoración inlerior. En el fondo del cuenco bella ornamenl.c¡6n Impreu formada por
tres series de palmet4S liglldn • .M!parlldas por banda de pequef'ill$ ovas limiTadas superior
e Interformente por circunferencias concéntricas.
Decoraci6n exterior. Aparte de tas dos franjas dej.des por reserva en l. colOf'lIción
de t. ardlla I que enles nos hemos referido, e l circulo quedado en el inlerior del arete
basal lleva, pintado con el mismo tipo de barniz que recubre el VIlSO, un punlo cenlral
c¡rcun5Crilo por una pequeña circunferencia, V una amplia franja conc~nlricl a vnl! fina
circunferenc!a inmediatas al arranque del pie.
•
L. forma V l. decoración son frecuentes entre los produclc» precampanienses que
aparecen en los yacimientos ibéricos de los siglos IV y tri l. de e.. como en la Bastida de
les Alcvsts de Moixen t lS, e l Cerro de San Migue l de LUria 26 V le nec rópolis del Cigarraleja de Mule n, entre otros. El ejemple r que ehore presentamos, por le celided de su pesta
V bern i1:, poi'" le rique1:e de su decoreción imprese V por la de l cfrculo de la Ufe externe
de le bese, le situemos en le pr imere mited del siglo IV e. de e., quid en su primer cue rto.
4.-Cra'ere de berni1: negro de le forme l emboglia 40, de borde colgente V agetlonam iento en le pen1:e. le falta gren perle del cuello V complete mente el borde.
Inven/erio Re-62. Di'metro de la bese del cuello, 10 cms. Oiametro del pie, 5'9 cms.
Alture, 13 cms. (lÁmina XXXI, 2).
De peredes grue$as, peste gris V barni1: negro mete de muv buene tetided que cubre
to te lmente le pieza.
Es t ipo frecuente en los pobledos ibéricos de los siglos IV y 111 e . de C., como la
Bastide de les Alcuses de Moixent D, el Pun/el deis 1I0 ps del Colmenar de Oloceu lJ, le
necr6polis del Cigerrelejo de Mule XI, etc. crO(lol6gicemenle situebles en los siglos menC;O(Iedos.
s .-Gvttus de berni1: negro, variente de te forma lIImboglia 4s ll , CO(l el cuerpo liso,
encho en la perte cercana e le bese qve se ve estrechando e n su perte superior, sea de
perfil piriforme echetedo, ca1:olete superior con cue tro perforeciones, una central V tres
rlldia les, y pitorro en cabeu de león horadede, e la izquierda del ese. Amplia bese CO(l
le cere externa del repié vertical vese en cinta de secciÓn planO-CO(lvexe.
Inventerio F-l06. Oi'melro mb imo, 11 cms. Oiame tro del pie, 7'5 cms. Alture, 6'6 cms.
(L'mine Xxxttt, 1 V 2).
Cerll mice de coloraci6n cutaño-orisacee. lleve la superficie totalme nte cubierta de
bern i1: negro mete de buene celidad, picedo en elgunas ZO(les.
En el Pers Velenciano se conocen fo rm as semejantes 80allon8das V de perfi l más cibica
en el Cerro de San Migue l de L1fria II V en el Pu ntel deis Llops de Olocau JJ. fuera de
°
(25) N. LAMBOGLIA: .r.a cerámica precampana della Bastida •. Archivo de Prehistoria
Levantina, V, Valencia. 1954. págs. 120 a 122.
(26) M.· A. MEZQUlRIZ DE CATALAN: _La cerámica de importación en San Miguel
de Li ria •. Archivo de Prehistoria Levantina, V, Vale ncia, 1954, págs. 164 y 165.
(27) E. CUADRADO DIAZ: _Cerámica ática de barniz nelro de la necrópolis de E l
Clgarralejo (Mu1a, Murcia) •. Archivo de Prehistoria levantina, X, Valencia, 1963, páginas lOO a lII, 136 Y 137 y 152 a 154.
(28) LAMBOGLIA, op. cit. en la nota 25. pág. 124.
(29) H. BONET ROSADO y C. MATA PARRERO: _E l poblado i~rico del Puntal deis
UOp$ (Olocau, Valencia)., en preparaciórJ para publicarse en la Serie de Trabajos Varios
del Servicio de Investigación Prehistórica de Valencia.
(30) CUADRADO DIAZ. op. cit. en la nola 27. págs. 114 a 121 y 157 a 160.
(31) LAMBOGLIA, op. cit. en la nota 15. págs. 192 a 193.
(32) MEZQUIRIZ, op. ci t. en la nOla 26, pág. 170.
(lJ) BONET y MATA, op. cit. en la DOta 29.
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LOS VILLARBS
81
lierres "elendenas el mis perecido al de los Villeres es el gutlus de la ne<:rópolis de
Clbrere del Mar (Sarcelona)14 del que sólo se diferencie por la coloración de la arcilla;
muy perecidos $OI'l dos de Ampuries (fondos del Almecé n Gandla) lS y el aparecido en
un pecio de la Isle de Cebrera (Saleares)l6, y parecidos aIras 'res de Ampuries (Iambién
del AJmecén Gendla) ".
A pesar de que tembogfie considera que es forma muy común en el siglo IV a. de C. y
més raro en el siglo 111, después del esludio de fernend Senoit de los malerieles del pecio
del Gre nd Conglové:' y de los recientes estudios de Sanmerl! Grego, sin dejar de considerar que algún ejempler pueda siluarse ye en di cno siglo IV, la mayor parle de los
nallngos de este forme son de la .segunde miled del siglo 111 y, en .Igu"e ocesión, de
les primeras décadas del siglo 11 a. de C. El gullus de los ViJlares, JXX Ja ceJidad de le
pasla, que no es cempllniense, lo consideremos posible mente, como pllrece .ser que ocurre
con el egallonado de Ampurias, fabricado en un tall er occldentel que trabejade en la
segunda miled del siglo 111 a. de C.
Ó.-COPe, profunde, de bllmiz: negro, con pie bestenle elto, cónlto, provisto de un
bequet6n e"guloso, lISa brfida anudede trensversalme"le en su parle superior y ecenllladure en III care e¡¡teme po¡- debajo de l borde. Corresponde e re forme 68 c, identifiCllda
por Jelln -Paul Morel en 1965 », que la sitúa entre la producción Cll mpan le nse A. Restaurada
e incompleta, falténdoJe Unit de sus esas CIIS; por completo y parle del borde y cuerpo.
Inventario f -107. Diémetro de la boca, 10'4 cms. Oiémetro de la base, 5'5 cms. Altura,
8'5 cml. (tAminll XXXIII, 3 y fig urit S ).
Cerémice de color cestaño-gri$Acea escure. Cubierle la totalidad de l. copa de barniz:
negro mate, de superficie éspere, que en elgunes z:ones del pie na degeneredo dejendo
.1 descubierto mancnas .narenjadas.
Es pien de le que se conocen baslantes parelelos en Ampuries, tanto en el Almadn
Gendíe como en la necr6polis de les Corls (incineracIones números 21 y 158) y en le
cese romene número 1, todes de paste mis o menos rosade y siluedes por Sanmartr Grego
en el ligio 11 a. de C., entre el .segundo y lercer cuarto de siglo tOo Jeen-Paul Morel que
desde
princi pio cOflsideró esta forma como propie de le producción cempaniense A,
últ imemenle ha propuesto su cronologlll alrededor del eño 175 a. de C.. en vista de su
presencie en el pecio del Grllnd Cong/oué, entre olros factores tI.
As r, pues, como le cop!! de los Villares por su paste de color casteño-gridceo oscuro
no podemos incluirle entre les de la producción campanlense A, ebogamos por considerarla
de fabricación de un laller occidental que debió trabajar en la primera mlted de l siglo 11
e. de C.
U"
(34) J . BARBERA FARRAS: .[.a necrópolis ibérica de Cabrera del Mar (Colección
Rubio de la St:ma) •. Ampurias, XXX, Barcelona, 1958, págs. 108 a 11 0. fil. 6. numo 7.1 45.
(35) SANMARTI GREGO: 01'. cit. en la nota 9, pág. 88, núm. 128 y pág. 161, nú m. 161.
(36) C. VENY MELlA y D. CERDA JUAN: cMateria1es erquc:ol6gicos de dos pecios de
la isla de: Cabrera (Baleares) •. Trabajos de Prehis toria, vol. 29 de la Nueva Serie, Ma·
drid . 1972, p ..i.g. 319 y fil!. 6. a y b.
(37) SANMARTl GRECO: op. cit. en la nota 9, pág. 56, núm. 29, págs. 67 y 68, núm. 63
y págs. 74 y 75, núm. 83.
(38\ F. BENOIT: oFouilles sous-marines. U!pave du Grand Conglout a Marseilleo. XIV
Suppltment 11. Gallia, PaTÚ, 1961 , págs. 82 a 84, lám. VI.
(39) J . P. MOREL: .Céramique: a vcrnis noir de Pompl!io. Res Cretariae Romanae Fau·
loru m, Acta VII , 196.5, págs. U y 88, fig. 1, 5.
(40) SANMARTI GREGO: 01'. cit. en la nota 9, ph. 52, núm. IS, pág. 53, núm. 20,
pág. 64, núm. SI , pá¡. 65, núm. SS, pág. 180, núm. 445, pá,. 189, nUm. 476 y pág. 211,
números S40 y 541.
(41) J. P. MOREL: .A propas des céramiques campanienne:s de France et d' Espa¡neo.
ArcMolo¡ie en Languedoc:, 1. St:1I~, 1978, pág. 160.
11
[page-n-84]
"
11. PLA BALLESTER
J.-lucern. helenl,tiuo de paredes r«tn V orifido con reborde en depresión, de ,"
forma Deneauve XIII. Pito IIr'ICho y bastante lergo, cuerpo circul,r con el d isto ventr.I
l i~r.menle c6nuvo y base plana ,ireul.r. El inlerlO( es c60cavo. Complet., f.ltlindole
ónicamente el apéndice later.I4Z.
Inventario f ·10S. longitud, 7'S cms. Oi1lrnetro del disco, 4'7 cms. Altura, 2'7 cml.
(Figura 8 ).
Cerlimita de color U!slll"o clillro. La ,up.rficie externa presenta une lOOll lidad castaño
oscura.
Según Deneeuve es un lipo de lucerna propio del siglo 11 l. de e., cuyo oriO,en debe
buscarse 111'1 el mundo púnico ya que hay ejemplares que lIevlln signos de Tani! u olros
simbolismos CIIrlllgi neses.
8.-Anfera romana de ¡as llamadas 'vinarias', de re forme Oressel 1. de bQrde corto
e IncUnado, cuello cillndrico largo que se ensancha algo hacia la boca, ases ligeramente
curvadas, h ombro en 'ngulo y cuerpo bajo, tiPD al que Lamboglia le dio la signatura 1 A,
denomin'ndola "'nfora de Ma rsella" (J. Le falta el extremo in fer ior, por lo que no pode mos
sabe r como era el pivote.
Sin número de inventario. Di' metro de la boca, 16 cml. Di'melro m"'imo, 33'5 cms.
Altura de lo cOl'lservado, 96 cm!. (Figura 8).
Es un tipo de 'nfora típ ico del siglo 11 a. de C. 44, al que Lamboglia le dio una c, onolo'Ol la entre los al'ios 170 y 150, aunque parece ser que puede alargarse este periodo hasta
bien entrado el último cuarto de dicho $iglo.
9.-Cubilete de pIIredes finas, de cuerpo fusiforme COl'l el bc:x'de abierto y oblicuo y
base cóncava y elevada, de l. forma Mayet U u.
Inventario Ra·39. Di'metro de la boca, 9'3 cms. Di.!imetro de la ba58, 5'8 cms. Altura,
14 cms. (Figura 8).
Ce,'mica de coloración gris oscura. Superficie externa de tonalidad gris d.ra e interna
gris oscura.
Fram;oi58 Mayet, que sel'iala dos piezas de esta forma procedentes de Sagunlo, la
at,ibuye una cronología del último cuarlo del siglo 11 y primero de l I a. de C.
10. -Anfora de perfil ligeramente curvo y base redo ndeada. El bDrde forma un pequel'io
abultamien to en e l hombro, e l cual presenta una inclinación de unos 400. Entre I!ste y la
panla lleva dos asas de sección redonda en cuya parte supe rior aparece una marca impresa
e n fo rma de espina de pescado en 'ngul0 recto y si ml!trica, cuyos espacios entre la espina
van re hund idos y !!sil en relieve. Corresponde a la forma 1·6 de nuestra lipologra '6.
Sin número de inventario. Dilimelro de la boca, 12'8 cms. Dilimelro m6ximo, 30'8 cms.
Altura, 82'3 cms. (Figura 8).
La superficie presenta una coloración anaranlada dara y su cer'mita es también
anaranjada pero de tonalidad algo más oscu ra .
A esla forma cerámica le hemos atribuido una cronolog la indu ible dentro de los
(42) J. DENEAUVE: d.amJ)eS de Carlha¡e_. Par1s, 1969, págs. 61 a 66 y Iá ms. IX)' XXXI.
(43) N. LAMBOGLIA: .Sulla cronologia delle enrore romane di eta repubblicaoa (11·1
serolo a. C.)•. Rivista di Studi Liguri, XXI. Bordighen., 1955, p1gs. 246 )' 241, fig. 3.
(44) J . P. JONCHERAY: .Classification des amphores découvertes 101"5 de {ouilles sousmarines_o Saint Raphael , 1971, pág. 13.
(45) F. MAYET: .Les céramiques :.. parois fines d31lS la PénlllSule Ibérique •. Publications du Centre Pierre París, 1. Perú, 1m, págs. 2.6 • 29, lám. 11 .
(46) RIBERA LACOMBA: op. cit. en la n o ta 10.
[page-n-85]
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E. PLA BALLESTER
siglos 11 Y I 11. de C. y se encuenlran paralelos en el Cerro de San Miguel de Llrria·J , en
la Serreta de Al<:oy y en el Castellar de Hortuna de Requena 41,
11.-\Jrna globular con carena, con la parte superior abombada V la inferior, de eSCIISII
iIIllura, cónica, ligeramente c6ncavII, la base es también cóncava. l leva el lerdo superior
del cue rpo cubierto por un barniz rojo vinoso. Es pie za que consideramos imitación de la
formll Cuadrado 4",
Inventario Ra-29. Dillmelro de la beCII, 5'1, Dillmel ro de la b/lse, 3 cms. Altura, 9'3 cms.
( Figura 9).
CerllmiclI gris verdosa, y de igual coloración presenla su superficie externa.
Según Cuadrado es forma muy corriente que epa rece desde Itliliea hasla Calalui'ia,
principalmente en la cuenca del Segura y en e l Alto Guadalquivir. En este mismo yacimiento de los Villares, encontrado en el Departamento 11, en un ho ri;¡:onte que Pla Ballester' sitúa en el siglo IV y comienzos del 111 a. de C. apareció aIra urnita semejante (Iám. V, 2) .
12.-Oinoc::hoe ibérico de boc::a trilobulada, cuerpo troncoc6nico estrecho y alargado y
carena muy ba ja igualmente troc::oc6nica, de la que nace la base, que falta , al parecer de pie
vertical. Ampli:, asa que nace en el mismo borde de la boca y termina hacia la mitad del
cuerpo.
Inventario F-81. Di6metro de la boca, 8'2 cms. Di~metro milximo, 8 '9 cms. Altura de
lo que queda, 17'5 cms. (Figura 9) .
Pasta de coloraci6n amarillenta y de la misma ton alidad la superficie externa.
Decorado con grupo de filetes horizonta les, dos por debajo de l arranqu e del asa y
tres, el central algo m6s ancho, en las proximidades de la carena, e n color rojo vinoso.
No hemos encontrado ninguna pieza que más o menos nos parezca semejante. Po r la
calidad de la cer~mica y por la decoraci6n parece perte necer al horizonte ibérico pleno
de este yacimiento.
13. -Botella de C\Jerpa globular, algo piriforme, cuell o relativamen te estrecho y boca
de borde muy exvasado. La base, ligeramente destacada, es en su parte infe rior casi
plana con un reborde que forma el pie. Reco nstruida, falté.ndole una tercera parle.
Inventario Ra-37. Oié.metro de la boca, 9'3 cms. Dilimetro mlix imo, 11 '2 cms. Diá metro
del pie, 6'2 cms. Altura, 14 cms. (Figura 9) .
Pasta y superficie de color rojo anaranjado.
Decorada con mo tivos pintados en color rojo vin~o: series de traz~ gruesos inclinados
en la zona de l cuello hasta el borde, fra nja de eses g ruesas en la mitad superior de l cuerpo
y el resto, hasta los dos tercios del mismo, con tres filetes horizon tales superiores a una
gruesa franja también ho rizon ta l limi tada interiormente por otro fi lete paralelo.
Es forma Que aparece en los més viejos poblados ibé ricos "!'Ilen cial'l<:ls como la Bastida
de les Alcuses de Moixent, pero por las caracterlstkas de la base asl como por la deco raci6n consideramos que debe acercarse mh a los productos tard fos de talleres ibéricos. En
(47) I. BALLESTER TORMO, D. FLETCHER VALLS, E. PLA BALLESTER, F. JORDA
CERDA y J . ALCACER GRAU : _Corpus Vasorum H ispanorum. Cenlmica del Cerro de San
Miguel, Liria. Museo de la Excma. Di put:lción de Valencia •. Madrid, 1954, pág. 11 , 16m. IV, 6.
(48) J . APARICIO PER EZ y F. LATORRE NUEVALOS: .Catálogo-gula del Museo Arqueológico de Requena (Valencia-España) •. Serie ArQucol6giea, numo 1. del Departamento
de H isto ria Anti gua de la Unive rs idad de Valencia, Requena , 1977, págs. 31 y 38.
(49) E . CUADRADO DlAZ: .Origen y desarrollo de la cerámica de barniz rojG en el
m undo tartésioo •. Tarlessos y s us problemas. V Symposium Internacional de Prehistoria
Penins ular (Jerez de la Frontera, Septiembre 1968). 8arcelGna. 1969.
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lO
8 . PL.A BALLESTBa
len Vill.res podre. pertenecer ,1 horizonte ibérico m6s re<;ienle, que Itegl, como se ha
dicho, • ¡iampen rOrmlnos republicanos.
14.-Urn. de mediar'lO 'amaño, de cer6mica best., con el cuerpo bitrococ6nico globular,
boca revert id. V borde de canto externo moldurado; ligero pie V bue c6ncev • .
Invenllrio Ra · 38. Oi6metro de la boui, 12 cms. Oi6melro mbimo, 17 cml. Oi6melro del
pie, 7'2 cms. Al tur., 13', crru¡. (F igura 9) .
Pesta grO$er. de color gris oscuro con ebund."tes granos c.lizos de desgnnanle. muy
vi sibl es.
Por $U forma V ,.lidld de la pul. liel"\e muchos p.r.lelos en lodos los poblados ibéricos
de los siglos 1 V 111 l. de C. En esle m ismo vacl miento de 105 Villare$ existen ejemplares
11
que pueden pllf.leliz.rse con el que ahora Inventarr.mos (Vene, por ejemplo, "mina XXI ).
15. -Pequello v.so f;8liciforme de cuerpo globul.r . ch.lado, cuello Ironcoc6nico invertido que se .bre en amplia boca exc.vad., pie poco desllc.do y base c6nceve.
Invent.rio M-9. Dillmetro d e l. boce, 9'4 cms. Dillmetro máximo de l cuerpo, 7'2 cms.
Dillmetro del p ie, 3'8 cms. Allura 6 cms. (Um ine XXXV I, 1 y f igure 9) .
P.redes bastente fin.s de ce,lImica de colOt cast.l'lo oscuro. lleva le superficie exterior
b rul'lid • .
los V'S<» f;8lidformes iIOn muy .bund.ntes en todos los y.cimientO$ ibéricos, I.nto
pobl.dos y necr6polis como cuevas de I.s consideradas como probables lugares de culto.
En este m ismo yacimiento de los Villares han .parecido vari" docen'l: vé.nse en le
IlIm in. JI ocho ejemplares procedentes de les excav.ciones y en el m ismo Museo de
Cauclete de las Fuentes, del que .hOta damos noticia, se exponen mb de cu.renla. Es,
también, u n. forma de I.rga perduración, desde fines del sig lo V o comienzos del IV
hasta bien entr.do el siglo I a. de C.
16.-Vuo ca liciforme de medi.no I.mal'lo, cuello .110 vertic.1 lige ramenle cOnf;8vO,
boca exv.s.d., panl' .bombade, pie oblicuo y base cónc.ve bastente pl.n'.
Inve nllrio Re -70. DilImetro de l. boca, 9 cms. DilImelro mbimo de l cuerpo, 8 '2 cms.
DilIme tro del pie, 4'1 cml. Altura, 10' 5 cms. (Figura 9) .
Cerllmic. de color cast.ño claro. Sus s upe rf icies present.n l. m lsm. coloración que
le pasla.
Decoración pintade de tonelid.d c.stel'io-rojil', El inlerior del borde lIev. une b.nd.
que cubre el mis mo canto y parte de l. pared y un filete Inmediato paralelo e l. mism~.
le cara externa presenta una bande desde el mismo borde en l. l one mh elle del cuello
y dos file tes para lelos . ell.; o tros dos file tes horilonleles clrcund.n l. parte inferior de l
'cuello; entre los superiores y éstos, ocupando l. m'yor parte del cuello hey un. franja
de IIne.s en lig-ng .I.rgades. l . parte superiOt del cuerpo estll cubierta por un• • neh.
f r.nj. lim it.d. inferiormente por dos filetes paralelos.
Es VISO que por su I.maño no es muy frecuente en los yacimientos ibéricos v.lenci.nos.
L. forma y el IImal'io se d.n en e5le mismo pobl.do de los Villares procedenle de l.
Cale 4 (vé.se ¡lImine 11, 1) . Vasos que pueden relacionarle con ésle 10$ vemO$ en L.
Escuera de S.n Fulgendo y en l. Alcud i. de Elx, entre otros. El que .hor. demos •
conocer debe eslar entre el f in.1 del ibérico pleno y los com ie nzO$ del ibérico rec ie nte.
17.-011. de cuerpo b itroncoc6nico con lendenci• • 0'1.1 con ligero estrangul.miento
,
form.ndo el cuello y boce revertid. sin borde destec.do, pie en .nillo poco resa llldo y
base eónc.v. con 6nfelo saliente central.
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LOS VILLARI!S
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Invent.rio M-13. Diámetro de l. boc., 9'8 cms. Diámetro mbimo, 13'2 cms. Diámetro
de l p ie, 6'1 cms. Altura, 11'5 cms. (lámina XXXVI, 4 y figure 10) .
P.SIe de buen. ulid.d, cestaño-rojin. la supeificie exterior, cuidada y alisada, pte·
$enta daras hueUas del torneado que forman como unas eslrech.s bandas hori!ontales.
Excepto por el pie saliente es forma que .bund. en todos los poblados i~ricos del
P.ls Valenci.no.
1 8.-Peque~. p,6ter. de borde revuelto y pie en .nUlo bu.1 molde.do en su ura
externa y ónfalo ligeramente saliente en el fondo interno.
Invent.rlo M-6. DiAmetro de la boca, 7'2 cms. Diámetro mb imo, 7'6 cms. Di'metro de l
pie, 3'9 cms. Altur., 3 cms. (Umina XXXV t, 2 y 3, y figura 10).
Cer'mica de tonalidad rosado-amarillent. con la superficie externa cuidad. V . Iisada.
Decor.d. la c.ra interior del cuenco con dos fr .njas diametrales en cru! fl .nqueadas
por uno o dos filetes pintados de color castllño oscuro.
Form. muy corriente en l. vajiUa ibérica de todas In épocas. La decoraci6n es frecuente sobre agarraderos de tllpaderas terminadas en bot6n mb o menos pl.nos y, a
veces, en fondos e¡(fernos de v.sos~. En pjteras sólo lo hemos encontrado en l. c.r.
interna de une pieze del Tossal de res Ten.Ues de Sid.munt (Ue id.) ", aunque creemos
que deben haber muchas mb muestras que, por su sencillez, no suelen reprodveirse.
19. -Pequetle p,6tere de borde exvasado, 6nf.lo destaudo en el fondo interior, pie
alto con repié muy uliente de IImplio plano de reposo y fondo externo cóncavo con
peque~o 6of.lo centr.1.
¡nvent.rio R.-l1. Diámetro de l. boca, 7'4 cms. Di6metro del pie, 5'3 cms. Altura.
3'2 cms. (Figura 10) .
Cerámiu de coloraci6o casl.ño. las superficies tienen l. misma tonelided.
Pieu d. perfil poco corriente en l. cerámiu ib6riUl. El pie recuerda .Igunos de la
prodveción camPlniense terdl., en formas de muy distintos g.lbos.
20.-P'ter. muy ebierte de borde saliente en .Ia curva, pie en .nUlo poco des tecedo
y ligeramente oblicuo y bese cóncava.
Invenllrio F-49. Diámetro máximo 13'9 cms. Diámetro del pie, 4'9 cm!. Altura, 3'7 cms.
(Fi gura 10).
Puta de coloraci6n anaranjada que en las superficies presenta una textura J.bonosa.
L. forma es muy parecida a la l amboglie 36 en cerámica campaniense A, frecuente en
los yecimientos de los siglos I Y 11 a. de C. Entre los vasos ibéricos los que mb se .semej.n
• éste de los Vilt.res son los de la forma P. 12 b, del Cigarrale jo .unque en cerámiu mlis
basta v con las paredes mucho más gruesas y.
21.- Vuo cnrndrico completamente cem,do con cuello estrangulado V borde saliente
obl ic uamente, liger.mente convexo en su cara exlern., .sa en cinl. '1 base c6ncav• . L.
pared que clerr. por arriba el vaso, IlImbién .Igo c6ncava, presenta numerosos orificios
circulares hechos .nles de l. cocci6n, a modo de colad",. En el centro de l. u,. izquierda
.1 .se V debajo mismo de la arista en qu ~ se inicia el cuerpo lIev. un pilorro troncoc6nico
horadado.
(SO) BALLESTER TORMO y otros: QP. cit. en la nota 47, pAg. 107, tema decorativo 300.
(SI) L.. PERICOT GARCIA: .Cerámica lbérica_. Barcelona, 1979, pAgo 200. fig. 314.
(S2) E. CUADRADO DIAZ: .Tipología de la cerámica ib6rica fina de El Cigarralejo,
Mula (Murcia)_. Trabajos de Prehistoria, vol. 29 de la Nueva Serie, Madrid, 1972, págs. 146
'1 187. tabla XX IV, P 12 b.
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Invenlerlo M-18_ O¡6melro de le bOCl, 97 cms. Oi6metro med io del cuerpo, 11' 5 cms.
Alture, 10 cms. (l6mina XXXIV) .
Pasle de color ClStaño clero, al igual que la superficie.
~orado con fil eles y bendas horizonta les de tonalidad Qlsla/lo oscura: un filete
corre por encima de l estrangulamienlo del cuello, una banda cubre el hombro, otro fi lete
es" cerca de la base, a la altura del arranque inferior del ISa y otra banda corre
paralele e inmedielemente inferior a aquél.
Es fo rma muy rara en la cer6mica ibérica y de pe rfil semejante no le he mos encontrado.
Emele rio Cuadrado a una pieza de cverpo tamb ién cmnd rko y parle supe rior tro ncocónica
de lab ique p lano horedado, con algunas varianles respeclo a la de los Villares, hallada
en e l Cígafrale/o, le denomine · tetera- o vaso pare infusiones, at ribuyéndole la forma 359.
También con disco superior horadado y pilorro derramado r, de perfi l diferenle al q ue
ahore presenlamos y al del Cigarralejo, existe olro VISO que deb i6 lener le m isma utilidad
q ue éslos, e n el Cabecico de l Tesoro de Verdola y (Murcia) s.
Respec to el uso que le atribuye Cuadrado al ejempler de l Cigerrelejo y que debi6 .ser
el m ismo e que se desline rfan los de Caudele de las Fuentes y Verdolay, nos parece poco
pro bable, ye que el estar el reci piente tolelme nle cerredo serfe Imposible lanto el introducir
les h ierbes u hojes para la infusión, asl como extreerl es una vez utilizades. Propo nemos le
posibilided de que fuera une aceilera para la conse rveci6n de eceile une vez: uudo.
22. -Plelo muy abierlo y de poco fo ndo, con ela plene qu e for me una débil inflex i6n
respecto el cvenco, pie en enillo beul y fondo con 6nfalo selienle. lleve en el ele dos
orificios para le suspensión.
Inve nterio M-11 . Oi6met ro m6x imo, 20'2 cms. Oi6 met ro del pie, 3'2 cms. Altura, 4'2 cms.
(l6mina XXXV, 1) .
Ce r6m lce de color g ris claro. las superficies, lento interne como externe, de la misma
coloración con manchas casla ño ro jiHs.
Oecorado en su cara interne con motivos geomé tricos simples en pinture cutello rOjiH
oscu re. l os temas decorelivos son los siguientes: Rosel6n ce ntrel li mitedo exteriormenle por
un file te circu ler y conten iendo dos grupos de Uneas onduladas diametrales fo rmando cruz;
otro file te corre por el punto de inters&ción del cuenco con el labio y de él pende una
leo rla de grup::n de .semicircunfe re ncias concé ntricas, y e n el ale se repite esle mOlivo
por -debejo de otro filete pintado en el m ismo borde del pleto.
Es pie za que ta nlo po r su perfil como por su decoraci6n es frecuente en los poblados
~bériCO$ desde el siglo V huta el I a. de C.
23.-Pleto muy ebierto y de poco fondo, de ele con leblo Interior que fo rme respecto
el cue nco une inflexi6n bien destaceda, pie de grueso anillo y bese con pronu nciedo 6nfalo.
Inventario M-1 2. Oi6 melro m6x imo, 22 cms. Oi6 metro del pie 6'4 cms. Allure, 4'6 cml.
(L6m ina XXXV, 2).
El plato, el parece r, fue in tensamente etecado por el fuego posl-cocci6n, presenlendo
por e llo, ta nlo la cer6mka como las superficies, une coloreción gr is.
Decorado con molivos geométricos s imples en pintura que, e consecuencia de la acci6n
del fuego, prese nta una lonelidad g r is oscura . La decoración consisle, en su cara inlerna,
por un rosetón cenlrel formado p:¡r un f ilele circule r que lleva inscrila$ dos bandas d iametra les de lineas $inuosas oblicuamente colocadas y olre bande semejante pero $Clemenle
red¡al; exlerior a esle conjunto viln olros dos fi leles circuleres entre los que corre unll
serie de grupos de lineas ondullldas verticales, cenefe qve ocupe parle del cuenco por
(53) CUADRAOO; op. d I. en la nota a nterior , págs. 135 y 175, tabla XVII, 35.
(54) PERICOT; Op. d I. en la nota SI, pág. 19, fig. 14.
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debajo de l al'\gu lo formado pof' Ible con el labio; por "llimo. en el ala V pendiendo de
otro filele p intado en el mismo borde. van grupos de CUillrlO$ de circunferencias concénlritos. La cara externa solamente Iteve una banda circular.
Como el plalo anteriormente descriTo es una forma cer'mica V una decoración muy
frecvenle en el mundo ibérico.
24.-601 de cuenco perfecTamente curvo. en "'$quele esférico, con el fondo interno
plano V rugo so. anillo basal de pie oblicuo satiente y base ~nca\lll con protuberancia
cenlral V un ligero caballón rodeándola.
Invenlllrio R.-25. Diámetro de la bOCII, 15'2 cms. Diámetro del pie, 5' 1 cms. Altura,
5'7 cms. (Figura 10).
Pasta gris muy clara con visibles granos de desgrasanle de cuarzo en la masa. Superf ide blanquecina elisada.
Decorado en su interior con bandas pintadas en rojo vinoso, unll en el mismo borde,
otra hacia e l centro del cuenco y una tercera pr6xima al fondo.
Tambi6n es pieu que se encuentra en muchos yacimi e ntos ibéricos de los siglos IV
y 111 a. de C.
25._8raserillo de cuerpo bitroncoc6nico, borde ligeramente exvasado, anillo basal de
pie oblicuo saliente y base c6ncava. lleva un asa de sección circular, una moldura en la
parte cóncava fo rmada por la uni6r1 del borde con el cuerpo, ta pared de 6s le con perforaciones triangu la res grandes y o tra ligera moldura en la parte superior del p ie.
Inventario F-78. O¡lImel ro de la boca, 10'6 cms. Oiámelro mb imo, 11 ' 1 cms. Oiilmelro
d el p ie, 8'2 cms. Altura, 9'6 cms. (Figura 10).
Pasta grosera de color gr is de varias tonalidades con granos de desgrasanle calizo bien
visibles. Superficies granulosas grises.
En esle mismo Museo existen otros dos ejemplares menos com plelos (Inventario F-79
y Ra-36) yen las excavaciones de los Villares aparecieron o lros dO$ (IIImina XXII, 1 Y 2),
de los que uno es casi igual al que ahora damos a conocer, aparecidos en el estrato 11 de
la cala 2. Tambi6n en el Cerro de San Miguel de Ufria se encontr6 un braserillo que s610
se diferencia de 10$ de los Villares en su borde, que es saliente, y en la base que es
Irlpode ss.
26.-Taza de cue rpo globular, cuello reentrante de perfil c6ncavo, borde de secci6n
tri angular, pie saliente, recio y oblicuo y base cóncava. En el fondo inte rior lleva una
pequel'ia concavidad bien destacada. Asa de secciÓn circula r que arranca del borde y llega
a la parte mAs saliente del cuerpo. le falta una porcl6n del borde.
Inventario F-104. Oillmetro de la bQCa, S'S cms. oillmetro mbimo, 8'S ems. oiémelro
del pie, 3'7 cml. Altura, 7'3 cms. (F igura 10) .
Pasta gris oscura y superficies de la mis ma tonalidad.
Decorado mediante lineas incisas verticales formando como un falso agallonamiento.
Forma de vaso a la que no nemO$ encontrado paralelo alguno. Podrla ser una b urda
imitación de la vajilla metálica.
27. -Tapadera trOl'lcoc:6niea plana eO<'l borde inferior ablerlo y ligeramente h orizontal
y agarradero corto y casi cilfndrico con agujero cenlral.
Inventario F-55. Diámetro mbimo, 16'1 cms. Oiimetro del agarradero, 3'4 cms. A ltura,
4 cms. (Figura 10).
(55)
BAl.LESTER TORMO y otros: Op. cit. en la nota 47, pál. lO, n úm. 10 y lám . n , 10.
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LO S VILLARl!S
Cer'mic. de color.ciÓf'l ii1n.r.nj.diil clara y de la m isma tonalidad
Es una forma mvy común en 1 poblados ibérkos. En este mismo
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otras d iecioc"'o tapaderas semejiilntes de las que algunas son de pasta
cillas para ra reducción. Tamb ién en las ellcavaciones del poblado se
una y otra clase, varias.
son las superficies.
Museo se COl"l~rvan
grosera con p iedrehan encor"ltrado, de
28.-Vertedero de gran vasija, al parecer, en cabeza da anima l de dificil Identificación,
un -carnenler- sin duda, quid un jaball. Tiene ta boca ebierta con fuertes dientes y lleva
te lengua saliente. los ojos son dos semiesferas destacadas y se ven los arranques de las
orejas. Ab ie rto por detrb, se limita su cabeza mediante un grueso cordón retorcido e n
espi ral. La rotura, en la parle infe ri or poslrera parece indicar que estaba situad. en el
borde de una vasija de amplia boca.
Inven tario F-162. Lo ngitud mb ima, 11'9 cms. Anc"'o mbimo, 13 cms. Alt ura, 6 cms.
(L'mlnas XXXVIII y XXXIX) .
Cer'mica roji za de buena calidad, bien moldurada.
Decoraci6n pinlada en roj o·castaño oscuro. El cord6n poste rior lleva rellenas las espirllS
de pintura; la parte superior de 101 ciilbeza, desde el eord6n hasla el hocico, esta decorada
medianle un cuadriculado irregular formad o por cinco gruesu lineas longitudinales cruzadas por quime fin.s líneu transversales y limit.da por arriba medi.nte o tra grues.
transvers.l; lu sem iesferas que forman los ojos esl'n circund.d.s por una pequen. circ un ferencia y llevan un grueso punlo en su parte central; la cara izquierda lleva, bordeando
las fauces, una serie de Irazos gruesos e irregulares en la supe rior y en el borde de la
inferior una gruesa Une. de l. que siillen triilzos oblicuos finos, y en l. parte baja posterior
de l. cara un. cenefa de lriangulos mili trazados; y en el laleral derecho, en el borde de
las fauces, otra Une. de l. que salen oblic..... mente tr.zos butllnle f inos; por óltimo, en l.
ZOOIl baja posterior ot ra ce nefll de tr¡angulos mili trllzados como l. que "'lIbra en la parte
correspondiente de l. olrll cara.
Es piezll que creemos ónk. e n l. ceramicll ibérica. Por l. calidad de l. pasla y por l.
de su decoración cOl"lsideriilmos que puede siluarse ya en el periodo Ibérico reciente de esle
yacim ien to.
29.-Figura fem enina de barro cocido, incomplet. en su porción Inferior. La cara ligeramente s.lien te en l. p.rte superior del cuello cilíndrico, se molde6 medi.nte l. presión
de los dedos que dejaron en medio uniil cres ta • modo de n.r iz y produjo dos depresiones
laterales en lu que se pusieron, para representar 105 ojos, send.s p.stillas discoidale!
pl.nas; la boca esta indicada mediante un corte ho rizont.1 por deb.jo de r. nariz, y la
ba rb iU. saliente queda muy destacada. El cuerpo, cilfndrico hueco, tiene des tacadamenle
represenlados los pec"'os, cubiertos por r. s miilnos de sendos brazos arqueados: los dedos
q uedan indicados mediiilnte fuertes Irazos indsos. Le falt. el brazo derec"'o y lodll 111
parte Inferior, en la que se ve el inicio de 111 clldera derecha.
Inventario R.-SS . Anc"'o mbimo comprendiendo los br.zos, 11 '2 cms. Altur. de lo
Que qued., 15'2 cms. (Lámin. XXXVII, 1 y 2).
Cer4mica gris oscura y de !a misma tonalidad l. superficie interior; gris
con
manchas ropus en la su~rf kie elllerniil.
En la coroplhtica ibérica es muy abundante l. diversid.d de form as y tipos, por lo
que es de momento muy diffcil emont,.r par.lelos próximos • c.da pieu. Respecto. la
Que ....or. describimos "'emos "'all.do parecidas form.s de Ir.l.r l. cara en algun.s pie zll$
del s.anluario ibérico de l. Serretiil de Alcoi 36 y en la damif. del Cerro de San Miguel de
cI.,.
(.56) C. VISEDO MOLTO: .. Eltcavaciones en el monte La Serreta, próximo a AICQy
(Alicante) •. Memo rias de la Junta Superior de E:o:cavaciones y AntigUedades, núm. 41 , Madrid, 1922, lám. V, l . derecha.
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E. PLA BALLESTEa
Uf,i, n , lAI figura femenina con 10$ brazos arqueados cogl'ndOM 10$ pechQ,s liene un
p.r. telo en br~ en un exvoto del Castellar de Sanlisteban (Je6n) St,
3O.--Fr,gmenlo del tronco de una figura femenina de ,."mica con 10$ brazos crUlados
por l. cintuf' V con los pe
hueco V los brillOS, s in ind iCildÓfl de 10$ dedO$ de lIS manos, eS/jo logrados med ianle
sendas cintas d. sección oval aplicadas. le f.ltll la cabeu y toda t. PIIrte infer ior.
Inventario F-94. Ancho mbimo. 3'5 cml. Altura, 7 cml. (L'mina XXXVII, 3).
Pasla de color anaranjado y superficie exterior. de l. misma coloraci6n, IIsplIluladll.
Se podrla repet ir IIqul lo dicho par" ,. figura inventariada IInles. Fr.gmentos de figuras
femeninas de barro cocido con los briZOS cruzados por debajo de los pechos existen en
e l santuerio de le Serreta de Aleoi".
En la anterior selección de piezas de l Museo de Caudete, todas procedentes de la loma de los Villares, hemos procurado incluir aquellas que son
únicas o de especial interés y muestras de otras más corrientes y que, por
lo general, están representadas por más de un ejemplar en las colecciones
que componen los fondos del mismo. En las d escripciones se indica la colección a que pertenecen cada una de las piezas : los números del inventario
precedidos de las letras Ra. son de la co lección de don Rafael Gaba ldón Sierra,
los que van precedidos de una F. son de la de don Francisco Gaba ldón Valle
y los que llevan una M. corresponden a la de don Enrique Morán González.
Voluntariamente se han d ejado de incluir tres piezas de excepciona l interés : un \,laso inciso y otros dos, ibéricos, con espléndidas d ecoraciones pintadas. El primero ha sido ya publicado por la Dra. Milagros Gil-Mascarell
Boscá y por don Enrique Pla Bal lester /lO y d e los otros dos se da nota d etal lada
por este último a continuación, en el apéndice 11.
Para terminar sólo queremos añadir q ue, aunque los objetos d escritos
son producto de hallazgos casuales y esporádicos por lo que d esconocemos
el contexto arqueológico que los acompañaba, se pueden situar, con relativa
seguridad, en uno de los dos últimos periodos d e v ida en la loma de los
Villa res determinados por Pla Ballester, en el capítulo IV d el presente libro,
es d ecir, en los establecimientos que se asentaron en este lugar desde el
año 500 hasta el 50 a. de c., aproximadamente.
(57) l . BALLESTER TORMO: .Notas sobre las últimas excavaciones de San Miguel
de Li ria_. Archivo Español de Arqueología, núm , 44, Madrid, 1941 , págs, 436 a 438, ngs. 4 y S.
(58) M. TARRADELL MATE U: . ArlC~ lbérico_. Barcelona, 1968, pág, 174, rig. 109,
(59) VISEDO MOLTO: Op. cit. en la nota 55, !ám. lV, 1 y 2.
(60) PLA BALLESTER y GIL-MASCARELL: Op. cit. en la nota 8.
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APE N DI CE
rr
DOS VASOS IBERICOS DECORADOS DEL MUSEO
DE CAUDETE DE LAS FUENTES
Por Enrique Pla Ballesfer
A f ines del año 1978 fueron depositados en el Servicio de Investigación
Preh istórica de la Excma. Dipu tación Provincial de Valencia los fragmentos de
dos vasos ibéricos hallados casualmente en la Joma de los Villares de Caudete
d e las Fuentes por [os aficionados locales don Rafael Gabald6n Sierra y don
Francisco Gabald6n Valle, para su limpieza y reconstrucción.
Según nos comunicaron los descubridores fueron encontrados en los cam·
pos inmed iatos a la zona propiedad de la Excma. Diputaci6n q ue se halla
acotada y cercada. uno, la tinaja, en una parcela colindante a e lla, plantada
de viñas. al noroeste de la m ism3 y junto a la cerca, y el otro, la urna, en
aira pa rcela no muy alejada d el lugar en que se rea lizan las excavaciones,
hacia e l noreste.
En princi pio sólo se recogieron unos pocos tiestos superficiales, pero en
vista de su riqueza decorat iva se realizaron unas pequeñas catas en busca
del resto de las vasijas.
l os dos vasos han sido reconstru idos en el laboratorio del Servicio de
Investigación Prehist6rica y se hallan en él depositados para ser remitidos
al Museo d e Caudete de las Fuentes cuando se tengan las vitrinas apropiadas
para su buena exposición.
Dada la importancia de las d ecoraciones pintadas sobre estos dos vasos
damos a continuación nota d etallada de ellos, a la que acompañamos las
correspondientes fotografías y los calcos d e los desarrollos d e las cenefas,
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.
B . PlA BALLBSTlla
hechos estos últimos por las colaboradoras Helena 60net Rosado y Consuelo
Mata Parreño.
l.-Urna bitroncoc6nka con borde recto, oblicuo, ligeramente saliente, pie
poco resa ltado, base cóncava y dos asas, d ia metra lmente colocadas, en cinta
acana lada . Presenta la part icula ridad de llevar en la mitad inferior del cuerpo,
casi d ebaio de una de las asas, un orificio perfectamente circular. de 5'5 cms.
de diámetro med io. hecho en la vasija post cocción: los bordes d el agujero
están limados. limadura q ue afectó algo a la superficie exte rna de las zonas
circundantes.
Sin número de inventario. Diámetro de la boca, 15'5 cms. Oiámetro
máximo, 23'1 cms. Diá metro del pie, 9'5 cms. Altura, 23'2 cms. (Láminas Xl
y XLI y f igura 11 ).
Cerámica amarillo rojiza clara. Interior y exterior de la misma coloración
con zonas algo más rojizas y otras ligeramente oscuras con tendencia a una
tona lidad gris. la cara externa fue debidamente preparada para pintar en
ella la decoración, en pintura castaño rojiza oscura, bien conservada. l e fa lta n unos pequeños fragmentos. Reconstruido.
La decoración forma una cenefa que rodea todo el perímetro y que ocupa
una zona que va desde deba jo mismo del cuello hasta la parle de su d iámetro
máximo. En ella se representan dos escenas de temática semejante q ue van
separadas por las asas, las cua les están igualmente decoradas con trazos horizontales, sin que exista mot ivo decorativo alguno q ue las limite superior e
infe riormente.
Cara A (lámina Xl).- AsI denominamos la existente entre el asa que
hay por encima del agujero del que antes hemos hecho menc ión y la opuesta.
El mot ivo principa l lo const ituye la lucha entre una figura humana de gran
tamaño y otras dos mucho más pequeñas: la relación entre una y las otras
es de casi el d oble. la figura grande, e n posición horizontal, como nadando
o flotando en el ai re y al parecer avanzando hacia la derecha, presenta las
piernas abiertas, la derecha arriba y la izquierda debajo, como realizando un
movimiento de impulsión y los brazos, terminados en manos de largos dedos
que da n la impresión de garras, también separados y atacando, con el derecho, a una especie de cabra a la que parece intentar agarrar por el lomo y
con el izquierdo a un personaje, que igualmente parece esta r nadando o
flotando en el aire por debajo de la figu ra grande, al que agarra por la parte
superior d e la cabeza; una tercera figu ra humana, nadando o flotando por
encima de la grande, pero hacia la izquierda, ataca a ésta con un largo puñal
que ase con su mano diestra y que intenta clavarle por la corva de su pierna
de ese lado; además, se ve un animal de fuertes mandíbulas, lobo o perro al
parecer, q ue ataca también a la figura grande por su horcajadura y, por últi-
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LOS VILLARES
.s
mo, hay una tercera figura zoomorfa, de boca en largo pico apuntado, que
igualmente parece atacar el pie derecho de la figura grande.
Esta es, sin duda, representación de un ser humano, aunque provisto de
algo como garras y con la barbilla proteg ida por una especie de babera que
le da un aspecto anómalo. lleva el cuer.po cubierto de p intura excepto unas
franjas que rodean las pantorrillas, otra alrededor de la cintura y la cara,
d ejadas por reserva en el color del vaso: así, pues, parece que e l persona je
llevaba altas botas hasta las pantorrillas provistas de largas cintas a modo
de tiradores, cubria el cuerpo con ceñido vestido que le tapaba desde el cuello
hasta casi las botas y se tocaba con una especie de capucha; además, llevaba
una sobreveste representada por una línea que circunda la figura desde la
frente hasta la cadera derecha y desde el cuello hasta la cadera izquierda.
l a faja o banda que rodea la cintura va rellena de un entrecruzado de lineas
verticales y oblicuas, y la cara, de perfil en el que se marcan bien la nariz y
los labios, de barbilla prominente y ojo casi oval con punto en med io, va
protegida, como se ha d icho, por una capucha, por debajo de la cual aparecen
un par de rizos y por una babera.
l a figura humana superior, de la mitad de tamaño aproximadamente que
la que acabamos de describir, también se halla en posición horizontal, dirig ida hacia la izquierda, y como hemos dicho ataca a aquélla con un puña l
o cuchillo largo que empuña con la mano derecha; su cuerpo va totalmente
cubierto de pintura sin señalarse el final del vestido y la iniciación de las
botas, provistas éstas igualmente de cintas tiradores: por lo demás e l vestido,
las botas, el cinturón y la sobreveste son ig uales que los de la figura grande.
la cabeza, de larga nariz, b ien señalados labios y barbilla normal, lleva el
ojo representado por un grueso punto sobre el que se ve una línea sinuosa
y fX)r debajo del cual hay otra línea curva y va tocada con una especie de
capacete del que sobresale una guedeja terminada en dos rizos, a no ser que
uno de ellos qu iera representar la oreja.
La tercera figura humana ocupa una situación inferior delantera respecto
a la figura grande, es también de mucho menor tamaño que ella y está igualmente en posición horizontal hacia la derecha. Como las dos anteriores lleva
un vestido que la cubre desde el cuello hasta las pantorrillas, altas botas con
largas cintas tiradores, sobreveste y cinturón cuadricu lado por trazos oblícuos.
l a cabeza de perfil marcado y ojo semejante al de la figura anterior, va tocada
con una especie de casco que sobresale algo por la nuca y d el que igualmente
surgen dos rizos del pelo. No le indicaron los brazos, por lo que hay que
pensar que los llevaba pegados al cuerfX). Este personaje es atacado por la
figura central que parece intentar agarrarle la cabeza con su mano izquierda.
El vestido que ciñe el cuerpo de las tres figuras parece que formaba una
sola pieza con las partes que cubrían las cabezas, y los cinturones van puestos
por encima de las sobrevestes.
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S. PLA BALLSSTsa
El resto de la escena lo ocupan tres figuras zoomorfas, alguna de difícil
identificación con ningún animal conocido y posiblemente de carácter fabuloso.
la primera, junto al asa, está en posición vertical con la cabeza dirigida
hacia arriba y representa un animal quimérico de gran boca entreabierta formada por dos largos picos triangulares, ojo con punto en el centro coincidente de dos circunferencias secantes, cuerpo de lomo arqueado y dos patas,
una delantera larga y curvada terminada en tres dedos y otra trasera, también
curva y acabada igua lmente en tres dedos: este animal parece intentar morder el p ie derecho de la figura grande.
El segundo animal se halla entre las piernas de la fi gura grande, con
apariencia de querer atacarla por la horcajadura: es una especie de perro o
lobo de fuertes mandíbulas, de las que se destaca perfectamente la inferior,
con las fauces de robustos dientes entreabiertas y por las que asoma una
larga y curvada lengua, orejas puntiagudas y ojo de punto central a una
circunferencia inscrita en un círculo dejado por reserva en el color del vaso.
las cuatro patas terminan en tres o cuatro dedos o garras: las d elanteras las
lleva separadas, adelantada una y atrasada la otra, mientras que lás dos tráseras, en posición paralela, llevan entre ellas el f ina l de una larga cola que
nace en la parte superior trasera del cuerpo. Por último, en la parte centra l
de éste se representó una especie de faja formada por un entrecruzado de
lineas oblicuas trazadas sobre una zona dejada en reserva.
Finalmente, entre los dos brazos de la figura humana grande hay otro
animal, en posición oblicua hacia abajo, de dificil identificación pero de aspecto capriforme, que es atacado por aquella, que intenta agarrarla por el
lomo. Este anima l, de corto rabo, con las patas traseras paralelas y las delanteras separadas y curvas, una en posición adelantada y la otra hacia abajo,
tiene una cabeza de aspecto singular: mandíbula redondeada, hocico alargado, ojo formado por punto concéntrico a círcu lo dejado por reserva en la
coloración del vaso y tres apéndices superiores, uno que parece un cuernecillo
y los otros dos que podrían representar las orejas.
Como motivo decorativo ajeno a la escena representada sola mente existe
un pequeño grupo de trazos irregulares e informes por detrás del pie que
se halla en posición inferior de la tercera de las figuras humanas descritas.
Cara B (L1Imina XLI) . Es la que hay entre el asa opuesta a la que existe
por encima del agujero circular y ésta. Como en la anterior el motivo principal de la escena p intada en ella es una lucha entre una f igura humana de
gran tamaño y otra más pequeña, como dos tercios respecto a aquella y con
una serie de an imales más o menos fabulosos. la figura grande se halla
exactamente en la misma !X>sición y con la misma actitud que la correspondiente de la Cara A, atacando con su mano izquierda a una especie de perro,
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LOS VILLARI!S
mientras que con la derecha intenta agarrar por la cabeza a la figura humana
pequeña, en ,posición horizontal supina, la que a su vez se defiende atacándola con una espada de hoja lanceolada que empuña con su mano derecha
e intenta clavarle en el pecho; además, un an imal con cabeza humana, una
especie de centauro, parece atacar con su pata delantera derecha el brazo
izquierdo de la figura grande; hay también una especie de pez y unos motivos d ecorativos geométrico-florales que completan la escena.
las dos figuras humanas llevan el vestido, las botas, la sobreveste, el cinturón y el tocado iguales que los de las figuras correspondientes de la Cara A,
con algunas pequeñas diferencias : la grande lleva en la parte baja del tocado
una zona dejada en reserva y amada mediante trazos ob Ucuos y carece de
babera; la menor muestra la vaina de la espada saliendo de la parte superior
del cinturón y su tocado termina por detrás de la cabeza en un trazo divergen_
te, qu izá representativo del final por esta parte del casquete que la protegía.
También son tres las figuras zoomorfas que completan la escena: una
especie de pez, un perro y algo como un centauro.
Entre las piernas de la figura grande está el animal que creemos posib le
identificar con un pez. Es de cabeza ovalada con ojo en la parte superior
trasera del espacio quedado por reserva en el color de la cerámica, cuerpo
fu siforme relleno de p intura y formando ángulo con la cabeza, cola larga de
tres apéndices, aleta dorsal y b igote delantero formado por dos trazos que
se curvan hacia abajo.
la figura de una especie de perro se encuentra entre los brazos del personaje mayor y parece que éste lo agarra con su brazo izqu ierdo. Está en
posición casi vertical y, a l parecer, se halla a punto de morder d icho brazo.
El perfil de este animal, muy parecido al del que en la Cara A hemos considerado que podría ser una cabra, se diferencia del mismo, y de aqu! la consideraciÓn de perro que atribuimos a éste, en que sólo tiene dos apéndices
superiores en la cabeza, triangu lares, que creemos que representan las orejas,
larga cola que se curva hacia abajo hasta cerca de los pies, una franja en el
cuerpo dejada en reserva y rellena de trazos ligeramente curvos y relativamente larga lengua que asoma entre sus fauces y está en contacto con el
brazo izqui erdo de la figura grande q ue intenta cogerle.
la tercera figura zoomorfa está enfrentada a la tantas veces mencionada
figura grande y se halla ya debajo mismo de l asa, entre ésta y el agujero
circular. Es la representación de una figura fabulosa con cuerpo de an imal y
cabeza de hombre. El cuerpo alargado presenta bien las d iversas curvaturas
que forman el lomo y las caderas y tiene cuatro patas, las dos de atrás casi
paralelas y en posición de reposo, la delantera izquierda en la misma posición
y la delantera derecha, de trazo arqueado, se ha lla levantada como atacando
el brazo izquierdo de la gran figura; las cuatro patas terminan en tres dedos.
la cabeza, mirando a la izquierda, es de perfil correcto, con nariz, labios y
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B. PLA DALLI!STI!R
barbilla correctamente d ib ujados y lleva un casquete silueteado del que sobre·
salen por la parte inferior trasera unos rizos del pelo. El ojo se representó
mediante un punto y una sem icircunferencia inmed iata . A esta f igura la
hemos considerado, con toda clase de reservas, como representativa de un
centauro: para serlo, según la iconografía clásica, le faltan los brazos y la coja.
Al contrario de 10 q ue ocurría en la cenefa de la Cara A, en ésta se han
rellenado los espacios vacíos con diversos motivos decorativos:
En el espacio trasero superior de la f igura grande se ve un extraño mo-
t ivo formado por una semicircunferencia de base cóncava que por su parte
derecha se prolonga en un triángulo isósceles alargado; de la punta de éste
salen dos trazos por ambos lados y ligeramente d ivergentes que terminan
el sup erior en rizo hacia dentro y el inferior confundiéndose su extremo con
el trazo de la sobreveste de la figura: la semicircunferencia se lIen6 con
cuatro grupos de tres trazos, paralelos y ob licuos los dos primeros que se
cruzan entre sí y abiertos en ángu lo con el vértice en la parle inferior los
olros dos; por último el triángu lo lleva algunos trazos ob licuos.
Otro mot ivo decorativo se halla por debajo d e la p ierna izquierda de la
misma figura y parece representar una gran f lor formada por una linea
ligeramente sinuosa en su parte inferior y otra de cinco 16bulos en la superior.
El 16bulo centra l, casi una circunferencia, está relleno por un entrecruzado
de líneas verticales y oblícuas; a su izquierda se extiende una a modo de
hoja muy apuntada con d os lomos, rellena de grupos d e trazos, unos para·
lelos y otros en ángulo, formando diversas zonas; a la derecha del 16bulo
central hay olros dos casi semicirculares, el último con la base ligeramente
c6ncava, rellenos el primero con dos semicircunferencias concéntricas de las
que la inferior está cubierta por trazos obl icuos y d e trazos ta mbién oblícuos
la segunda.
El tercer motivo decorativo se halla en el espacio que queda entre la
rodilla d e la figura grande y la espada empuñada por la otra. Consiste en
dos hojas unidas por un tallo, la primera lanceolada, larga y ligeramente
curvada, que termina por un rizo en su base y la segunda, igualmente curva,
de extremo redondeado, acabada en una especie d e fl or con tres apéndices;
d el nacimiento del ta llo d e la primera hoja sale un pequeño ramo y otro en
el arranque de la segunda. la hoja lanceolada va rellena d e pintura y perf ilada con una linea fina y la otra lleva su mitad super ior también reltena
de p intura y la inferior cruzada por trazos horizontales.
Por último, entre las patas del supuesto centauro se ve un grulX> de
lineas en zig-zag, y d iversos trazos informes, unos rectos y otros curvos,
aparecen desordenadamente puestos en el espacio que hay entre la espalda
de la figura humana menor hasta el agujero circular que, al ser abierto, cort6
uno d e fa les trazos.
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LOS V ILL ARSS
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II.- Tina ja d e cuerpo bitroncocónico, base cóncava con corto repié en
pestaña y asas de trip le nervatura. Desconocemos como terminaba por arriba
al faltarle la boca, por rotura.
Sin número de inventario. Diámetro máximo 56 cms. Diámetro del p ie,
14'8 cms. Altura de lo q ue q ueda, 58 cms. (láminas XLI I, XLIII y XLIV y
figura 12).
Cerámica amarillo rojiza clara que en los cortes presenta una capa gris
e n medio de otras dos de la coloración indicada. l as pared es son extremadamente finas, de un espesor d e 4 a 5 mm. la superficie interior es d e la misma
tonalidad , con acanaladuras horizontales d el torneado. l a exterior, muy lisa,
fue preparada para pintar en ella, en color rojo castaño oscuro, la decoración:
es d e color amarillo rojizo y se ven amplias zonas algo oscu ras, con tendencia
al g ris, por defecto de cocción y otras ligeramente rozadas y con algunas
p icaduras. Reconstruida la vasija, a la que falta todo el borde, la parte superior
del cuerpo y algún que otro pequeño fragmento de las paredes. Conserva
las dos asas, de triple nervatura como se ha dicho, pero una no ha podido
ser colocada en su lugar por faltar el plano de unión.
l a decoración pintada se d esarrolla en una amplia banda que rodea todo
el perímetro d el vaso, desde el cuello hasta a lgo por debajo de la zona de
su máximo d iámetro. A su vez esta banda decorada se d ivide en dos cenefas
paralelas, una superior, en la que se desarrolla la decoración zoomorfa y
vegetal y otra inferior, meramente geométrica. Para la descripción de la cenefa
su perior consideramos el vaso divid ido en dos caras, la A, comprendida entre
el asa que se conserva en la reconstrucción del vaso y la zona en la que iba
la opuesta, y la B, formada por la otra mitad de la vasija. l as asas van decoradas med iante trazos horizontales espaciados.
Cara A (l áminas XLII y XLIV, arriba).-la d ecoración consiste en dos
h ipocampos enfre ntados sosteniendo con las patas un ánfora, en composición heráld ica. El espacio restante se rellen6 con varios y complicados motivos d ecorativos de tipo geométrico-floral.
El hipocampo de la izquierda, que se d irige hacia la d erecha, es de grueso
cuerpo, cabeza term inada en largo y estrecho hocico y se prolonga por d etrás
en una larga y sinuosa cola de pez que acaba curvándose hacia arriba en una
amplia aleta. Además, saliendo de la parte posterior del cuello y casi apoyándose en el dorso del anima l hay un semicírculo que consideramos que representa una ala. Partiendo también del arranque de la cola y por encima de
e lla, va un grueso trazo para lelo que hacia el final se abre en varios trazos,
fo rmando como un rabo. Por último, en la parte inferior del cuerpo, poco
má s o menos en la zona en que se inicia la cola hay un sa liente en arco d e
círculo de d ifícil identificaci6n pero que posib lemente, teniendo en cuenta
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100
E. "LA Bj\LLE STIlR
una representaci6n semejante en otro hipocampo de la Cara B. podría rePTe.
sentar los 6rganos genitales.
El hipocampo que se enfrenta al que acabamos de describir y que por lo
tanto se d irige hacia la izquierda, es esencialmente semejante a éste.
Ambos animales sujetan, con las patas levantadas, una ánfora de cuerpo
fusiforme, boca exvasada y amplias asas. El primero la sostiene con las dos
patas mientras que el segundo solamente con una llevando la otra levantada
por encima de la vasija.
l as cabezas de ambos hipocampos son de gruesa cara y hocico largo y
estrecho de cuya parte inferior trasera salen las riendas que en el de la
derecha se cont inúan hasta la parle posterior del cuello, por una estrecha
zona dejada por reserva en la colaboraci6n del vaso. llevan en la frente una
especie de cuernecillo curvado hacia arriba, quizá representación de las fronta_
leras, y el de la derecha, además, en la parte superior del punto en que se
inicia el hocico, un pequeño trazo que se bifurca en sendos arcos, posiblemente representativos de otro adorno de la cabezada del animal. los ojos se
representan mediante amplio círculo dejado por reserva en el color del vaso
en cuyo interior va una circunferencia de grueso trazo y con pequeños segmentos radia les con punto central. Además, en el nacimiento del hocico se
dejó una banda en reserva llenada por uno o dos trazos horizontales.
El cuerpo es grueso, de potente pecho redondeado y va relleno de p intura excepto una fran ja vertical dejada en reserva y ocupada por un trazo
espinoso: en el animal de la jzquierda ésta va desde debajo de la cabeza
hasta la parte inferior del cuerpo mientras que en el de la derecha se inicia
por debajo de las riendas y alcanza también la parte inferior del cuerpo. El
cuello de este último está bien destacado mediante una línea paralela al
borde delantero d ejada en reserva y otra Ifnea igual en la parte de d etrás
señala la separación d el cuello y la supuesta ala.
la cola está rellena de pintura hasta una zona próx ima a su parte final
y va perfilada por gruesa ¡¡nea: en la figura de la izquierda lleva, poco más
o menos en su zona de iniciación, una faja en reserva rellenada por dos
líneas para lelas y en el tramo final, ya en contacto con la aleta termina l.
dejado también en el color de la vasija, hay un grupo de líneas paralelas
transversales. Esta aleta debía term inar, tras ensancharse, en dos rizos opuestos. la cola del animal de la derecha es seme jante a la del anterior, pero su
parte última, con trazos transversales, es más corta, ocupando sólo la aleta
y presenta en la iniciación de ésta y a ambos lados sendos rizos dobles. En
el de la izquierda aparece una especie de largo rabo terminado en varios
apéndices en la parte superior de la cola; por rotura no podemos saber si e l
otro también lo llevaba.
El ala, que se ve bastante bien en el hipocampo de la izquierda, nace por
detrás de su cabeza apoyándose ligeramente en el lomo y se cont inúa más
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LOS
VILL.\R6S
101
allá de la rotura por donde terminaba con un trazo de f inal curvado hacia
abajo: está formada por un semicírculo perfilado por doble linea, relleno de
p intura excepto en una franja central dejada en reserva y ocupada por tres
rayas paralelas verticales. El ala del otro animal apenas si se ve, por rotura,
perO debía ser diferente a la d el anterior : en la zona en que estaba sólo se
adivina un grueso trazo para lelo al perfil del cuello que se divide en una
plura lidad d e trazos cu rvos V finos, por debajo de los cuales hay un circulo
que penetra en parte del cuerpo dejado por reserva en el color del vaso y
que se rellenó con líneas paralelas.
Hemos indicado antes que el hipocampo d e la izquierda lleva en la parte
inferior del cuerpo, por la zona en que empieza la cola, un sal iente en sector
de circulo relleno de pintura que está, anterior y posteriormente, perfi lado
por una doble línea que no se cierra en la parte inferior y del que hemos
apuntado la posibilidad de que representara los órganos genitales: al f altar
este aditamento en el animal de la derecha, pero no, como veremos, en el
pintado en la Cara B, pensamos si esta carencia será indicativa de que éste
sea un h ipocampo hembra, pareja del anterior.
Por último las patas, los brazos en este caso, con los que ambas f iguras
sujetan un ánfora, están dobladas y terminan en cascos en los que se señalan
dos apénd ices, como espolones, en su parte superior. El brazo inferior del
d e la izquierda lleva muy señalado el jarrete.
l os espacios que quedaron sin ocupar por estas dos grandes f iguras se
llenó con diversos motivos decorat ivos.
Junto al asa y por detrás de la cola del hipocampo d e la izquierda se puso
un pequeño semicirculo relleno de pintura y terminado en su lado recto por
dos trazos, uno oblicuo y el otro perpend icu lar ; por debajo se pintaron dos
cortas Ifneas paralelas.
Ocupando toda la franja inferior a dicho animal, desde debajo del f ina l
de la cola hasta la zona en la que se encuentra el ánfora, existe un largo y
rico mot ivo flOral extendido horizonta lmente y formado por un tallo si nuoso
que nace, en la parle derecha, del filete horizontal superior de la cenefa de
tema geométrico que ocupa la zona baja de la decoración V termina en
espira l d e tres vueltas en la parte izqu ierda; del tallo, a uno y otro lado,
saliendo de los senos que forman las sinuosidades, se pintaron fl ores o capullos terminados, en las partes opuestas a sus arranques, en rizos y están formados por sem¡óvalos de base estrecha y alargada ocupados por un semicírculo relleno de p intura y líneas horizontales; de todos los ángulos que
f orman los diversos lemas brotan trazos rectos o curvos, como pequeñas
ramas, algunos de los cua les terminan en rizo, en f lorecillas ramificada s y
en otros mot ivos d ecorativos.
En la parte superior de lo que queda del vaso y entre las cabezas de los
dos hipocampos se ve un tema vegetal del que sólo queda la terminación
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.02
S. PLA BALLBSTEa
inferior : dos rizos de curva opuesta y en medio de ellos el apéndice de lo
que puede ser una hoja apuntada.
Ocupando toda la zona inferior de l animal de la derecha, desde la parte
de deba jo del ánfora hasta el mot ivo de líneas entrecruzadas que cierra la
cenefa junto al asa. se desarrolla horizonta lmente también, airo mot ivo geométrico-f loral. Está formado igualmente por un largo tallo si nuoso que acaba
por la izq uierda en dos ramas apuntadas cruzadas por sendos pares d e trazos
transversales, y por la derecha, en rama apuntada cruzada transversa lmente
también por dos cortas líneas paralelas. junto a las cuales salen dos taHítos
que tras curvarse terminan en rizo de curvatura opuesta. l a parte central de
este motivo decorativo se ve mal por estar bastante rozada la superficie del
vaso: en el seno más bajo del tallo hay una especie de ojal que podría ser
una yema o capullo; un fragmento d e línea serpentiforme corre junto al tallo
y, algo más arriba, sale de él, por la izqu ierda, una especie d e hoja ovalada,
q uizá ligeramente acorazonada, perfitada y terminada en dos rizos, con nervatura centra l. A continuación, hacia la d erecha, en el último seno superior, el
ta llo principal se arrolla forma ndo una circunferencia de trazo grueso en cuyo
interior y en aspa van dos líneas dobles diametra les y cuatro vírgulas q ue
ocupan los cuartos de círculo libres. De esta circunferencia sale, hacia arriba,
una gran flor de cuerpo lobular con larga hoja lateral. De los d iversos ángulos formados por el tallo, las ramas y las flores, brotan en d istintas direcciones
líneas sinuosas, otras curvas a modo de pequeñas ramas y una terminada
en rizo.
la cenefa de esta Cara A queda limitada, a la izquierda de la zona en
donde estaba el asa que fa lta, por un mot ivo d ecorat ivo geométrico formado
por d iez rayas verticales, la quinta conlando desde la izquierda mucho más
g ruesa q ue las restantes, cruzadas por otras, corlas y paralelas.
Cara B (láminas XLIII y XLIV, ba jo) . -Es la opuesta a la que acabamos
de describir, comprendida entre la zona en la que estaba el asa que falta y
la en que está la que se conserva . Se desarrolla en ella una cenefa formada
por un h ipocampo que se dirige hacia la derecha y un caballo con jinete que,
igual mente, corre en la misma d irección, posib lemente huyendo de aquél.
Por deba jo del hipocampo se extiende un largo motivo geométrico-floral;
entre las patas delanteras y traseras del caballo hay un extraño animal que
se parece a una foca y los demás espacios vacíos están ocupados por d iversos
temas decorativos.
la f igura de la izqu ierda, muy incompleta a causa d e las roturas de l vaso,
es otro hipocampo del que sólo resta la parte inferior del cuerpo y la iniciación de la cola. Aquél, rel leno de pintura, lleva cuatro zonas dejadas por
reserva en e l color del vaso, tres d e ellas ocupadas por líneas lig eramente
curvas, parale las y transversa les y la cuarta por una línea vertical en espina.
[page-n-106]
LOS VILLARES
103
Una de las zonas rayadas se ve junto al pecho y paralela a ella está la ocupada
por la línea en espina, la tercera se halla en la parte inferior trasera del cuerpo
V la última en el nacimiento de [a cola. Por encima de esta parte de la figura
hay una protuberancia triangular rellena de pintura que va pzrfilada por
ambos lados mediante sendas líneas paralelas a los bordes. Otra protuberancia
semejante se halla en la parte inferior del ángulo que forma el cuerpo del
animal con la cola V que es casi igual que la que se veía en lugar equivalente
del h ipocampo de la izqu ierda de la decoración de la Cara A V q ue, con toda
clase de reservas, hemos apuntado la posi bilidad de que represente los
órganos genitales. Las patas, en posición de carrera, son finas V están dobladas
por las rodillas que, en la que queda completa, se representa mediante un
grueso circulo; también en los lugares correspondientes a los jarretes van
sendos círculos gruesos como queriendo representarlos y los cascos, bien
se ñalados, llevan a lgo más arriba del nacimiento de las pezuñas V en la parte
posterior de las patas, unos apéndices a modo de espolones, tres en uno V
dos en otro. Una rot ura en la pared del vaso impide saber como era la parte
d elantera del hipocampo, así como su relación con el caballo montado por
un jinete q ue le precede.
De este caballo sólo q ueda la parte delantera d e la cabeza, el cuerpo V la
porc ión infer ior de los cuartos traseros. Del jinete, la parte posterior del
tronco, un brazo V la p ierna derecha . El caballo va totalmente cubierto de
p intura excepto unos pequeños detalles de la cabeza, una banda q ue cruza
la parte inferior del cuello en la q ue se ven las riendas, otra banda perpen·
d icular a ésta q ue sale por deba jo d e la misma y que llega hasta la mitad del
cuerpo rellena por una serie de pequeños ángulos en columna, una zona
hacia la mitad del cuerpo en la que se representó la pierna derecha del
jinete V otra zona en la parte de la bragada izquierda q ue se rellenó med iante
lineas para lelas ligeramente curvas. En la cabeza no se llega a d istinguir el
ojo que queda en la parte superior de la rotura V hay un pequeño espacio
de jado por reserva en la coloración del vaso ocu pado por una linea horizontal;
se ve parte de la frontalera va lgo como una cucarda que tras curvarse en S
termina en una especie de fl or muy esquemática. Por detrás de las ancas hay
parte de la larga coja formada por tres líneas verticales sinuosas que se juntan
en su parte terminal. En las patas se hicieron notar bien los cascos y, a lgo
por enci ma de ellos, dos o tres apéndices como espolones.
0
Del jinete s61 queda, como se ha d icho, la parte posterior del torso, un
brazo V su pierna derecha . El torso, por lo poco que se ve, iba relleno de
p intura con los d etalles de la indumentaria marcados por fina s lineas dejadas
en reserva V también se dejó en e l color del vaso una pequeña zona por
encima de la cadera rellena d e cortos trazos verticales a modo d e fa ldellín.
l a p ierna va silueteada y es de gran tamaño, desproporcionada respecto al
cuerpo y el pie, que sobresale por d ebajo del vientre d el caballo, va ca lzado
[page-n-107]
HK
E. PLA BALL I!S T BR
con bota d e poca altura con largas cintas tiradores, grueso tal6n, empeine
seña lado y lleva en la parte inferior de la punta una especie de pequeño
gancho. El único brazo que queda va extendido oblicuamente hacia atrás y
termina en tres largos dedos. Es curioso indicar, por 10 que se ve, que este
jinete no iba armado, pues el brazo que se perdió por rotura sujetaba [as
riendas ya que en el nacimiento de éstas, en la parte dorsal del cuello, se ve
la mano que las empuñaba.
El tercer a nima l, q ue está entre las patas delanteras y las traseras del
caballo es de cuerpo fusiforme arq ueado, con la cabeza apuntada hacia arriba
y la parte posterior terminada en cola de pez de doble alelas, curvada hacia
abajo. Va relleno de pintu ra excepto en la parte de la cabeza, donde se dej6
por reserva en la coloraci6n d el vaso un triángu lo en el que se trazaron tres
rayas paralelas ligeramente curvadas y se p uso, para representar el ojo, un
punto en el espacio superior; también se dej6 en reserva una zona en la
parte central d el cuerpo, rellenada con cortos trazos curvos paralelos. lleva
este animal dos largas extremidades anteriores, como aletas, formadas por
sendas lineas gruesas de las que salen dorsa lmente cortos segmentos de
línea más fina a modo de pelos: nacen estas aletas en la parte ventral del
animal y una se extiende hacia delante mienlras que la otra se curva hacia
atrás. Dos cortas patas angu ladas y terminadas en dedos o garras están situadas en la parte trasera, y una especie de pico representado por un corlo trazo
acabado en gancho, sale del extremo anterior de la cabeza. El aspecto de este
animal hace pensar inmediatamente en una foca, interpretaci6n que hacemos
con toda clase de reservas, ya que en tal caso seria la única de esta especie
anima l en el mundo ibérico y, creemos, en toda la antigüedad. De todas formas, focas las había y todavía las hay en el litoral mediterráneo peninsular:
la especie Monachus monachu s (o Monachus albiventer) vulgarmente conocida como "foca fraile" y, en tierras valencianas, como "vedell marí", existe,
aunque en franca regresión, en la Costa Brava y en las de Al icante y Málaga;
igual mente se encuentran en varios puntos de las costas baleáricas 61.
El resto de la cenefa está ocupado por diversos motivos decorativos geométrico- f lorales.
En la parte izquierda, llenando toda la zona inf erior al h ipoca mpo, corre
un largo motivo decorativo muy parecido al que había debajo del animal
de la derecha d e la cenefa de la Cara A. Está formado por una gran circunferencia central de trazo grueso ocupada inter iormente por d os diámetros
de doble línea cruzados en aspa, de la que salen hacia ambos lados sendas
fl ores con capullos señalados mediante líneas transversales arqueadas y terminadas en dos ta llos que se curvan y acaban en punta ornada por unos
trazos curvos terminados en rizo, como si f ueran perfiles de liras, llevando
(61) F. H . VAN DEN BRINK: _Gula de campo de los ma.núfcros salvajes de Europa
Occidenlal •. Barcelona. 1971. págs. 153 y 155.
[page-n-108]
LOS VILLARES
105
además el ta llo central apuntado dos o tres segmentos transversales. Entre
el nacimiento de la f lor de la derecha y la curva de la circunferencia centra l
hay como un capullo o yema consegu ido med iante arcos paralelos, y de
algunos d e . los ángulos que forman los diversos temas decorativos salen
como ramitas rectas o sinuosas.
Entre la cola y la pata d erecha del caballo hay una flor triangular con
capullo lobular, dos ramas latera les en ángulo acabadas en rizo y dos pares
de lineas rectas que salen de los lados de l capullo.
Entre las dos patas traseras del caballo hay un pequeño mot ivo decorat ivo
compuesto por un triángulo curvado en forma de cuernecillo con dos trazos
laterales, uno en línea serpentiforma y el otro curvado en r izo.
Por encima de la supuesta foca y detrás del pie del jinete, hay una línea
en zig·zag con apéndice saliente del ángulo central.
Situado enfre la aleta posterior y la cola del mismo an imal, se puso un
corto trazo en forma de S horizontal.
Delante del caballo, desde la parte del pecho hasta cerca del casco de la
pata más avanzada se ven dos [argos trazos en forma de cayado de curvatura opuesta separados por un espacio en el que se pusieron cuatro pequeños
trazos paralelos e inclinados.
Ocupando todo el ancho de la cenefa hay otro largo motivo vertical com·
puesto por un extenso tallo sinuoso del que salen a ambos lados sendas f lores
de capullo lobular con ramas laterales terminadas por un costado en rizo y
por el otro en trazo curvo. De Jos diversos ángulos surgen grupos de líneas
en abanico, airas curvas y unas terceras serpent iformes.
Entre este motivo y el casco delantero del caballo hay un grueso trazo
en zig-zag con apéndice saliente similar al que ya hemos descri to que está
detrás del pie del jinete.
Por ú ltimo, cerrando la cenefa por la derecha, junto al asa, hay un largo
motivo geométrico formado por un conjunto de diez lineas verticales, la
qu inta contando desde la izq uierda mucho más gruesa que las restantes,
cru zado por otras Ilneas hor izontales, formando una especie de cuadriculado.
Cenefa inferior. -Rodeando todo el perímetro del vaso en una ancha
zona que va desde la parte inferior del arranque de las asas hasta algo por
debajo del diámetro máximo, corre una cenefa de tema geométrico limitada,
superior e inferiormente, por sendas bandas horizonta les anchas flanqueadas
por pares de fi letes parale los. l a cenefa, d ividida en metopas por grupos de
líneas verticales paralelas entre las que hay dos de mucho mayor grosor que
las demás, consiste en grupos de tres cuartas partes de circunferencias coneén·
tricas con los sectores que f altan puestos en la parte superior, de las que una
o dos son de mayor grueso que las restantes, Son quinee las metopas en que
se dividi6 la cenefa, catorce de ellas como las que acabamos d e describir y una
14
[page-n-109]
l'Ipn
u.-wed
'1,.
liS.
[page-n-110]
106
I!.
PL ... 8ALU!S T EIt
que, por fa lta de espacio consecuente al ma l cálculo del decorador, quedó
más estrecha y fue ocupada por un grupo de arcos concéntricos, entre los
q ue tamb ién uno es de trazo mucho más grueso q ue los d emás.
Estos dos vasos con d ecoraciones tan interesante e inusitadas en el arte
ibérico p lantean, principalmente. dos grandes problemas: el de su fi liación
estética y el de la interpretación de las escenas .pintadas.
Respecto al primero, hemos de manifestar que por la forma de representar
las cabezas humanas y por algún que otro deta lle decorativo podrlan emparen.
tarse con ciertas fig uras y ornamentaciones de los vasos del Cerro de Sa n
Miguel de lIíria 6J. Sin embargo, la impresión general que estas decoraciones
prod ucen, as! como por la forma de tratar los pequeños animales e n la urna
descrita en p rimer lugar, especialmente los extremos de las patas terminados
en d edos o garras, nos acercan más a las de los vasos d e El Castelillo de
Alloza, en la provincia de Teruel ü. Así, pues, d e igua l forma que Purif icaci6n Atrián viene a sit uar esti lísticamente los vasos de Alloza como intermedios entre los de Azaila y los d el Cerro de San Mig uel d e l líria, nosotros
colocaremos los de los Villares entre los de El Caste lillo y los del Cerro de
San Miguel.
l a cronología que podemos d ar a estas dos vasijas es insegura al no haber
aparecido en excavaciones estratigráficas, pero por su forma y decoración,
asl como por otras razones q ue se desprend en de lo d icho anteriormente, en
la primera parte de este li bro, deben pertenecer al último horizonte cultural
q ue hemos identificado, al poblado ibérico reciente, con una cronología a lgo
posterior al año 150 a. de c., es d ecir que las vasijas podrían situarse hacia
fines del siglo IJ o principios del I anteriores a la era.
Respecto a la interpretación de las escenas pintadas los prob lemas e incógn itas que presentan estos dos vasos son múltiples y de d ifíci l solución.
No cabe duda que la decoración de la urna, vasija descrita en primer lugar,
representa una g igantomaqu ia, una lucha entre g igantes y hombres. Si record amos q ue en todas las mitologías los gigantes encarnan la idea de fuerzas
violentas y destructivas de la naturaleza, podemos pensar que en la d ecoración d e esta urna de los Villa res los hombres en su lucha contra los gigantes
recibieron la ayuda de otros seres q ue igualmente se sentían atacados: dos
perros o lobos, una cabra, una especie d e pez y dos anima les quiméricos, un
centauro y otro de largo p ico. q ue podían ser hab itua les en la mitología
indlgena como convivientes entre los hombres. Además, si tenemos en cuenta
BALLESTER y otros, op. cit. en la no ta 47, Pa5sim.
(63) P. ATRIAN lORDAN: .Primel'1il campaila de excavaciones en el poblado ibérico El
CUlelillo (Alloza, Teruel) •. Teruel, DUm$. 17·18, Teruel, 1951, páp. 20) a 228, ¡ánu. XXI,
XXII y XXIV.
(62)
[page-n-111]
LOS VILLARI!:S
107
que en tiempos helenísticos y hasta bien entrada la romanización las gigan.
tomaquias toman un carácter po[it ico, de lucha del helenismo contra la bar·
barie, podemos pensar que en los Villares los gigantes represen tarían a gen·
tes extrañas al mundo ibérico que, en algún momento, constituyeron un grave
pel igro para la pervivencia de su cultura.
Dificil es también decidirse en el caso de este vaso sobre el medio en
que se desarrol 16 la lucha. las f iguras, tanto las de los g igantes como las de
los seres humanos, en posici6n horizonta l, están si n d uda f lotando e, igual·
mente, n inguno de los an imales que completan la decoraci6n se halla en
act itud de estar posando sobre un suelo firme. Si están nadando o f lotando
en el aire es cosa que no podemos afirmar, aunque nuestra opini6n es, con
toda clase de reservas, que la lucha se d esarrol16 en un escenario acuático.
Creemos que el hecho de que ning ún ser, gigantes, hombres o animales,
lleve alas puede reforzar nuestra opini6n.
Figu ras humanas nadando no las conocemos en el arte ibérico, pero en
un fragment o de El Castelillo de Al loza hay un guerrero o cazador, con cabeza
en perfil de ave, en situaci6n horizontal, que por la posición de los brazos
y manos y hasta por la de la cabeza, parece que esté nadando. Purif icación
Atrián tI, que dio a conocer este fragmento, considera que la f igura es la de
un hombre muerto.
Tampoco conocemos representaciones de centauros en las decoraciones
p intadas sobre vasos ibéricos. Sólo hemos v islo un ejemplar, grabado en la
pátera de p lata de Tivissa.
la interpretación de las decoraciones de la t inaja no es tan problemática,
ya que no forman escenas narrativas de ninguna clase, a no ser que la d e [a
Cara B, incompleta por rotura precisamente en la parte que nos podría ilustrar
al efecto, represente un h ipocampo persigu iendo a un jinete.
las figuras de hipocampos en el arte ibérico creemos que no exist ían
hasta ahora, l os tres de la t inaja de los Villa res no ofrecen dudas respecto
a su ident if icac ión. El único problema está en saber si tenlan alas o no: si
nuestra interpretación de d eterminados d etal les es acertada, consideramos
que los de este vaso eran alados, detalle extraño ya que la representación de
hipocampos con alas en el arte clásico es muy antigua, no sobrepasando al
parecer el período de la cerámica ática de figuras negras y los de nuestra
t inaja no pueden ser anteriores al año 150 a. de C.
l a posición heráldica de dos an ima les a un lado y otro de una ánfora,
también creemos que es única en el arte ibérico. Anima les, especialmente
aves, en tal posición pero a los lados d e una f lor u otro elemento geométrico
o floral, existen en la cerámica del Cerro de San M iguel de Ulria. Anima les a
ambos lados de un hombre son frecuentes en la escu ltura y en la p intura
(64) ATRIAN JORDAN, op. d I. en la no ta anterior, páp. 220 Y 221, lt.m.. XX, 6.
[page-n-112]
108
B. PLA BALLBSTBR.
ibéricas: los bajorrelieves de despotes hippon de Sagunto, Balones. llano de
la Consolación, Mogón y Villaricos 6S y la decoraci6n de un vaso de la Alcudia
de Elx " , por e jemplo. Figuras humanas a ambos lados d e una flor existen
en Aza lla 61 y creemos que a un lado V otro d e una ánfora en El CasteJillo de
Alloza, aunque Te6genes Ortega, que dio a conocer el fragmento cerámico
en que se halla d icha representación ", la interpretó como dos fig uras huma·
nas enfrentadas, con el brazo en alto en actitud de saludo, a ambos lados de
"un gigantesco frufo fusiforme" : como precisamente está roto el fragmento
en la parte correspond iente al f inal de los brazos y a la parte superior del
motivo fusiforme, no podemos saber si éste era parte del cuerpo de una
ánfora y si estaba asida por los dos personajes, cosa que consideramos más
que probable.
l a escena de la Cara B de la tinaja podría representar, como hemos dicho,
a un jinete huyendo d e un hipocampo, aunque precisamente fa lta la parte
que nos podria resol.... er la duda, por rotura de la pared del ....aso. y en esta
cenefa lo q ue no podemos explicar es el papel q ue juega la posible foca .
Para terminar diremos que estos dos ....asos de los Villares nos muestran
una mentalidad distinta de la q ue se d esprende de las decoraciones ibéricas
de la Edetania y de la Contestania. Su aparición cerca del límite del País Va lenciano con la Meseta ¡x>dría de a lgún modo expl icar tal cambio de menta lidad,
alejada ya del realismo del arte del Cerro de San Miguel de Uiria, del Castellar de O li ....a, de la Serreta de Alcoi y de las d emás d ecoraciones que conocemos en poblados y necrópolis de tierras ....alencianas y murcianas.
l o que no se puede dejar de reconocer es que la temática de las escenas
descritas se inserta en una mitología indudablemente clásica, llegada a nuestras tierras Mediterráneo adelante.
(6,5) J. M.· Bi.J\ZQUEZ MARTlNEZ: .Diccionario de las reli,iones pre rro manas de
Hispania_. Madrid, 1915, p¡\gs. 80 y 81.
(66) PERICOT, op. cit. en la nota 51, pág. 87, fig. 109.
(67) J. CABRE AGU lLO: . Corpus Vasorum Hispanorum. Cerámica de Azaila. Muscos
Arqueol6¡.icos de Madrid, Barcelona y Zaragoza_. Madrid, 1944, ~. 64 a 66, figs. 46 y
48,1 y I¡\m. 32,1.
PERICOT, op . cit. en la nota SI, pá,. 255, fig. 411 .
(68) T. ORTEGO FRIAS: .EI poblado ibérico del CasteliUo, Alloza (Teruel),.. Ampu·
rias, VII-VIII. Barcelona, 1946, págs. 195 y 191, I¡\m. III, B.
ATRlAN JORDAN, op. cit. en la nota 63, pág. 220, I¡\m. XIX, lO
.
PERICOT, op. cit . en la nota. 51, pág. 257, fi,. 413.
[page-n-113]
BIBLlOGRAFIA
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ENRIQUE PLA BAllE5TER: "Aclividades del Servicio de Invest igaciÓn Prehistór ica (1956·
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Villenciil, 1978.
[page-n-114]
110
2 . PLA BALLESTEa
ENRIQUE PLA BAlLESTER y MILAGRO GIL-MASCARELl BOSCA: ' Un interesante vaso
de LO$ Viii_res (Ca udele de las Fuentes, Ve lencia) · , en Archivo de Prehistoria l ev.nli"",
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PERf PAU RIPOllES ALEGRE: "La ceCtl de Celin. Su posible loc.I¡~.,i6n en relación con
los hallazgos numismáticos", en Saguntum. Papeles del Labor.torio de Arqueologla de
V.renci a, núm, 14, pigs. 127 a 138. Va lencia, 1979.
[page-n-115]
INDICE GENERAL
Págs.
L-Generalidades
It.-Antecedentes
o •••••
o •••••
tilo - las excavaciones
o ••
o •••••
o ••
o •••• ,
".
Primera campaña 1956
o ••
o ••
"
.
o •••• •
o •••••
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o ••
O"
•••
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o.,
5
9
13
o..
13
Cala2 .. . .. .. ..........................•........•.....
15
Segunda y tercera campaña ... ... ... ... ... ... .. . ... ... ...
19
Excavación de los departamentos ... ... .. • ... ... ... ... ... ...
20
o ••
o ••
o ••
o ••
o ••
o ••
o ••
o ••
o .....
o ••
Departamento
1
...
... ... ...
Departamento
2
...
Departamento
3 ...
Departamento
4 ...
35
Departamento
5 ...
39
20
26
. . . ...
...
31
[page-n-116]
112
E. PLA BALLBSTBR
Págs.
Departamento
6
40
Departamento
7
40
Departamento
8 ...
42
Departamento
9 ...
44
Departamento
10
45
47
CaUes A y B
Departamento
11
49
Departamento
12 ...
53
Departamento
13 ...
55
Departamento
14 ...
57
Departamento 15 ...
59
Cuarta campaña 1975 ...
60
Quinta campaña 1979
63
IV.---Conclusiones
o ••
o
••
69
o ••••
Apénd ice l.-El Museo Arqueológico Municipa l de Caudete
de las Fuentes. por Albert Ribera l acomba ...
77
Apéndice II.-Oos vasos Ibéricos decorados del Museo de
Caudete de las Fuentes. por Enrique Pla BalIester o.. ••. • . • .••••••• o•••••••••.• _,_ ••• •
93
Bibliografía sobre los Villares
lndice
o ••
o ••
o ••
o ••••••••
o ••
o ••
o ••
o ••
o ••
o •••••
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o ••
o •••••
o ••
o. ,
o ••
o ••
o ••
o ••
o.,
o.,
"..
•
o •••••
o • •
o..
109
111
[page-n-117]
LAMINAS
15
[page-n-118]
PU BALLESTER -
LAM. I
Lo. Vlllaru
2
1
~
__3
1. Talud oe, te del departamento J. Campaña de "57.-2. Conjunto de lo, departamento,
1, 2 y 4. Campatla de "".-3. El Cuadro XXI en excavación. Campaña de 1",.-4. Vlsta
de la Calle A. Campana de 195'.
[page-n-119]
PLA BAUESTER -
lAM. 11
Los VlUara
..".--4
I a 4: Cata 2.-5 y 6: Departamenlo 14.-1: DepartamenlO 2..-8: Departamento 15.
5
(213)
[page-n-120]
PU BAU.ESTER - Lo, Vmaru
1: Cata 4.--2: Departamento 1.
LAI\I. JlI
(1/ 2)
[page-n-121]
PLA BALLESTER -
Los VlIlares
lAM. IV
"
Departamento 11.
(VI)
[page-n-122]
PlA BAU.ESTER _ Los VIIIara
1: Departame nto 2.-2. 4 y 6: Departamento 11.-3: Departanwnto l .
.5: Cata 2..-7: Departamento 13.
LAM. V
(213)
[page-n-123]
PlA BALLESTER -
Los Vmaru
lAM. VI
•
J
J
J
[page-n-124]
PLA BAllESTER -
Lo, VIDare.
I Y 2: Cata 2.-3 Y 4: Departamento 2.
16
LAM. VII
(113)
[page-n-125]
PLA BALLESTER -
t.o. vrnaru
lAM. V111
J
•
•
¡
1
[page-n-126]
PU BALLESTER -
Lo. Vi1IlU"U
1: Departamento 14.-l: Departamenlo 1.
lAM. IX
(213)
[page-n-127]
PLA BAU.E.STER _ Los VilIara
1: Cata 2.--2: Departamento l .
LAM. X
(113)
[page-n-128]
PLA BALLESTER -
Lo. VllIaru
LAM. XI
1"
•
Ji'
1
1
1: Deparlamenlo 2.-2: Cala 2.-3: Departamento 11.
(213)
[page-n-129]
PLA BAUESTER -
Loa VllIarea
1: Departamento 11 (1/2).-2: Departamento 1 (213).
1AM. XII
[page-n-130]
PLA BALLESTER -
Lo, Vlllarq
LAM. Xlii
•
)
1:
!
[page-n-131]
PU : BAllESTER -
Los VlIIares
LAM. XIV
g
j
3
•
j
[page-n-132]
PU BALLESTER -
Lo. Vlllare.
lAM. XV
...
•
j
1
=
17
[page-n-133]
PLA. BALLESTER -
Los VIllaru
1: DepartameDto I (I1Z).-2: Cal. 4 (l/l).
UM. XVI
[page-n-134]
PU BAllESTER -
LAM. XVII
Lo. VllIarea
-~-- ':":;-'""' 1
2
1: Departamento 13.-2 y 3: Cala 2.
(1/ 1)
[page-n-135]
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Vmar~
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1: Cata 4 (l12).-Z y J: Oepar1amento 11 (11l).
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VllIara
lAM. XIX
Departammlo I (4/ 5).
[page-n-137]
PLA BAU.ESTER -
Los Vlllaru
1: Departamento II_Z: Departamento l .
LAM. XX
(Zl3)
[page-n-138]
PLA BALLESTER -
Lo. Vlllaru
Departamento 11 (415).
LAM. XXI
[page-n-139]
PLA BALLESTER _ Los VOlara
LAM. XXII
Cala 1 (4/ 5).
[page-n-140]
PLA BALLESTER -
,.
Lo.
Vllla~.
Departamento 11 (VI).
LAM. XXIII
[page-n-141]
PLA. 8Al.J..ESTER -
Lo. Vlllaru
Departamento 1 (4 / S).
IAM. XXIV
[page-n-142]
LAM. XXV
1
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[page-n-143]
PLA BALLESTER _
Lo. VilLal'eI
LAM. XXVI
[page-n-144]
PU BALLESTER -
l.ot Vmarn
LAM. XXVII
V
1: Departamento 14.-2: Departamento 1
(111)
[page-n-145]
PU BALLESTER _ Los VlIlaru
LAM. XXVUI
J
Cuadro XXI..........campah de
1m.
[page-n-146]
PU BALLESTER -
-
1
Lo, VUlal"Q
lAM . XXIX
I
1
2
I
1
I
L_
3
5
4
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TelOrlllo del
departa~llto
3 (1/ 1).
[page-n-147]
PLA BALLESTER -
Lo. VUlaru
r
I
Museo de Caudele de la. Fuenlel.-KyUx de fI¡ura. roja.
(Foto J . V . Rodrf¡uez)
LAM. XXX
[page-n-148]
PlA BALLESTER _ Lo. VUlarq
lAM. XXXI
•
MUHO de Caudele de las Fuentet..-Lekylhot )' balera de barnh nelro.
(Fotos J . V. Rodrf,UC:Z)
[page-n-149]
PLA BALLESTER -
Los Vlllaru
LAM. XXXII
Museo de Caudete de las Fuenlu.-Fondo de p'tera de bamb: nearo.
(Fotos J . V. Rodrf~eJ:)
[page-n-150]
PLA BALLESTER -
Lo. Vlllaret
LAM. XXXIII
l·
MURO de Caudete de 181 Fuentet.-Gullutl (1 y 2) y copa ron .... de nudo (3) ,
de barniz negro. (Fotos J . V. RodrfJUe%).
[page-n-151]
PLA BAllESTER _ Los VIllaau
LAM. XXXIV
---
'1
2
L _
_ _ __
MUKC) de Caudete de ... Fuenlet.-ValO colador lbúlc:o.
[page-n-152]
PLA 8ALLESTER -
Lo. Vlllaru
LAM. XXXV
[page-n-153]
PU BALLESTER -
Lo. VlIlare,
LAM. XXXVI
1
MUltO de Caudete de t.. Futnta.-cc,rámle:a IWrica: 1. Vaso ca1IclJorme; 2 · 3, Pequel\a
páten decol'llda; 4, Vaso a1
obular.
[page-n-154]
PLA BALLESTER _ Los Vlllares
LAM. XXXVII
M useo de Caude te de las Fuentel.-FI¡urlllas d e barro cocido.
(1 y 2, fotol J . V. Rodrf¡uer.)
[page-n-155]
PLA BALLESTER -
Lo. Villare,
LAM. XXXVIII
Museo de Caudete de las Fuenlet.-Cabua de Jabal1, posible vertedero de aran vasiJa.
[page-n-156]
PLA BALLESTER -
Loa Vlllaru
LAM. XXXIX
I\fuaeo de Caudete de las Fuentu.-Do. upeclol de la pieza reprodudda
e n la lámina anterior.
20
[page-n-157]
PLA
BALLESTER -
Lo. VUlares
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PLA BALLESTI?R _ Lo, VUlare.
LAM. XLII
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Lo, VUIara
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PLA BALLESTER _ Lo. Vlllaret
LAM. XLIV
Museo de Caudele de I..u Fuenlel.-OelallH de la decoración de la linaJa reproduc:lda
e n la. do. lámlnat anlerlorel.
[page-n-162]
[page-n-163]
SERVICIO DE INVESTl GACION PRE HIST OR ICA
DIPUTACJON PROVINCIAL DE
VALENC I A
eJ:RIl!i DJ: TRABAJ08 VARIOB
Núm . 68
LOS
VILLARES
(CAUDETE DE LAS FUENTES· VALENCIA)
por
ENRIQUE PLA BALLESTER
COD la colaboración de
ALBERT RIBERA LACOMBA
VALENC IA
19 8O
[page-n-2]
[page-n-3]
[page-n-4]
SERVICIO DE INVESTl GACION PRE HIST OR ICA
DIPUTACJON PROVINCIAL DE
VALENC I A
eJ:RIl!i DJ: TRABAJ08 VARIOB
Núm . 68
LOS
VILLARES
(CAUDETE DE LAS FUENTES· VALENCIA)
por
ENRIQUE PLA BALLESTER
COD la colaboración de
ALBERT RIBERA LACOMBA
VALENC IA
19 8O
[page-n-5]
ISSN 1989-0540
ISSN
DIPCTACIOtf PROVINCIAL DI: YALENCIA.
SERVICIO
DE
Itf8TtTUCIO K ALPOtfSO KL IlAOKAlUMO
INVESTIGACION
PREHISTORICA
81:CC ION DE PRJ:HJ.8TORU I:.N VALENC IA DKL COtfSUO 8UPERIO. DE
I NVE8TJ OACI ON&8 CII:MTIP¡ CAB
SERIE
DE
TRABAJOS
VARIOS
Núm . 68
I mpre DU OR TIZA· Admp, U· TU't. U5 0211 · Val lD clw
D!'p6aIto Le,aI : V. 2.1Z7 • 18SO _
l . 8. B . K . ....
* ... IU ..
[page-n-6]
A D. Lurs GARerA DE FUENTES
propulsor de fas excavaciones en
los ViIlares.
rN MEMORIAM
[
GENERALIDADES
El municipio de Caudete de las Fuentes se halla en la zona central de la
comarca de la Plana de Utiel o Altiplano de Requena . l a comarca está constituida fundamentalmente por una meseta que bascula de noroeste a sureste,
con altura media entre los 600 y 900 metros y que forma parte de una unidad
geomorfol6g ica superior, la Gran Cuenca Terciaria del Tajo o Submeseta
Meridiona l, cuya parte extremo orienta l ocupa. La Plana de Utiel que se
halla en la parte occidental de la provincia de Valencia constituye a su vez
una unidad geográfica delimitada por el valle del río Cabriel, que corre por
sus partes occidental y meridional formando un gigantesco arco que le sirve
de límite natural con el resto de la Submeseta y separada del resto de las
t ierras valencianas por una serie de plegamientos pertenecientes al Sistema
Ibérico. El centro de la comarca, apenas accidentado por la sierra de la Ceja
que divide las cuencas de los ríos Magro y Cabriel, está constituida por una
gran mancha de depósitos terciarios y cuaternarios en los que dominan los
materiales detríticos margoso-arcillosos y rojizos del Mioceno continental y
los calizos arcillosos de los glacis pleistocénicos. Hidrográficamente la meseta
se halla dividida en dos cuencas completamente diferentes: la del Turia a la
que pertenece una rnfima parte de su superficie en la zona septentrional del
término de Requena, y la del Júcar, a la que corresponde el resto de las aguas
principalmente recogidas por el río Magro que se forma en Utiel a base de
varias ramblas y del río Madre de Cabañas que nace en término de fuentenobles y atraviesa de oeste a este todo el de Caudete de la Fuentes l.
El térm ino de Caudete de las Fuentes es de superficie relativamente
(1) J. PIQUERAS HABA: .Plana de Utiel_. Gran Enciclopedia de la Re¡ión Valenciana IX. Valencia, 1976, ~g. SS.
[page-n-7]
•
E. PLA BALLESTER
llana aunque tiene elevaciones que pasan de los 800 metros sin superar
los 860. El rl0 Madre de Cabañas que, como hemos dicho, lo atraviesa de
oeste a este, pasa por el sur de la poblaci6n. {pmiendo sus casas, donde
aumenta considerablemente de caudal por la aportación de tres importantes
fuentes de las que le viene la adjetivación a su tOpÓnimo actual.
FI¡ura J
la comarca en su franja central es una de las vías naturales de comu.
nicaci6n entre la Meseta Central y el Mediterráneo, y está atravesada de
oeste a este por la carretera nacional de Madrid a Valencia.
[page-n-8]
LOS
VILLARES
1
la loma de los Villa res se halla al suroeste de la población, al sur del
río Madre de Cabañas, a partir de cuyo n ivel va elevándose ligeramente
hasta alcanzar los Boo metros, con un desnivel respecto a aquél de alrededor
d e los 30 metros y terminando en unos escarpes cortados muy abruptamente
que hacen imposi ble el acceso a la superficie de la loma por esta parte. la
loma, pues, se halla limitada al norte por el río, al este por un camino vecinal
q ue va desde la poblaci6n al monte d e la Atalaya, al sur por los escarpes
antes mencionados y al oeste por la carretera local de Caudete de las Fuentes
a los Isidros (figs. 1 y 2) .
....... '
Su situaci6n en la hoja núm. 693 del mapa del Instituto Geográfico y
Catastral a escala 1:50.000, es entre los 20 24' 5" y los ~ 24' 15" de longitud
este respecto al meridiano d e Madrid y los 39" 33' y los 39" 33' 20" de
latitud norte.
[page-n-9]
[page-n-10]
II
ANTECEDENTES
El propio top6nimo de los Vi lla res ya señala la ex istencia de restos d e
edificaciones ant iguas en este cerro d esde t iempo inmemorial. construcciones
que por el paso de los años fueron desa pareciendo, aprovechándose los
sillares para la habilitación d e hormas al abancalarse el terreno y hasta para
la ed ificación de muchas casas de l pueblo.
Desde la m itad del siglo XVIII se tiene ya idea de la ubicación en este
lugar de una población antig ua. Estrada l , a fines d e la primera mitad de
d icho siglo, ya señaló la existencia de "una ciudad destruida por las llamas"
en los Villares, a la que denominó Waldin. Para Ba llesteros Viana 1 esta pobla.
ci6n ant igua debi6 ser la de Putea que "d ispuesta en pequeños grupos de
viviendas llegaba desde los Vi llares hasta Caudete", afirmación que para
nosotros sólo tiene el va lor de señalar la existencia de rui nas en toda la extensión de la colina, en su total superf icie que antes hemos deli mitado.
A partir d e f ines del siglo pasado hasta 1918 este yaci m iento es objeto
de continuas exploraciones y rebusca s por los aficionados a las ant ig üedades,
principalmente por [os coleccionistas de monedas y A lmarche 4 da las siguientes noticias: " ... ha sido explorada ( ... ) con más afán de buscar monedas y cerámica, una pequeña coli na ( ... ) en la que se d escu bren a simple
vista gran número de ruinas, p iedras, t iestos y argama sa. l a exp loración d e
(2) ESTRADA: . Población General de Espafta_, 11 . 1748. Obra no consultada directa·
mente.
(3) M. BALLESTEROS VIANA: . Historia y anal es de la Muy L:al, Muy Noble y Fidelfsima Villa de Uticb. Valencia, 1899, págs. 24 y 25.
(4) F. ALMARCHE VAZQUEZ: .r. aDli gua civilización ¡ ~rica en el Reino de Valencia•.
..a
Valencia, 1918, págs. 89 a 92.
2
[page-n-11]
10
B. PLA BALLaSTBR
esta estación data desde mitad del siglo pasado, en que ya Madoz nos d ice
que d io un gran contingente de monedas ibéricas y vasijas primitivas ( ... ).
Varios aficionados locales recog ieron gran número de ellas que ha n ido a
parar ( . .. ) a manos de ( ... ) D. M iguel MarU Esteve, que ha enriquecido su
muy numeroso monetario con varios centenares de ellas, entre las cuales
abundan las de Saetabis, $agunto y las de Seg6briga y Valencia", Desgraciadamente para nosotros esta excepcional colección del señor Martí Esteve
se desperdigó a su muerte en 1939. siendo imposible hoy sacar conclusión
alguna de las pocas que se han podido identificar como procedentes de tal
colección.
Según el mismo A lmarche las diferentes colecciones habían sido vendidas en su t iempo y da noticia de la enagenaci6n en 1913, en Madrid, de
un tesoro de oro y plata entre cuyos objetos habla un collar de oro "que
acusaba gran semejanza con las joyas del tesoro de Jávea" y unas f íbulas
de p lata incompletas con adornos escult6ricos. Entre los objetos que aún
pudo ver A lmarche hablan numerosas fusayolas y algunos pequeños vasos
entre los que los había decorados con temas geométricos pintados.
Con posterioridad han sido numerosas las exploraciones que aficionados
y coleccionistas han efectuado en el yacimiento y son bastantes los objetos
recogidos, principal mente monedas, aunque éstas ya no en tan gran número
como decía A lmarche que se habían hallado en su época. Entre tales exploradores sabemos de D. Manuel de Fuentes Castillblanque, aficionado de la
localidad y de D. Francisco Martínez y Martínez, erudito valenciano.
De excepcional interés es el posible hallazgo en esta zona o en sus
proximidades de un casco de p lata, actua lmente conservado en el Museo del
Instituto de Valencia de Don Juan, en Madrid, dado a conocer por el pro.
fesor Julio Martínez Santa-Olalla en 1934 s Sin embargo respecto a la procedencia de esta p ieza han existido, y todavía existen, dudas. Don Manuel
Gómez Moreno que, sin duda, intervino en la adquisici6n de ella por el
Instit uto de Valencia de D. Juan hacia 1933, man ifest6 en varias ocasiones
que había aparecido en la provincia de Caste1l6n y d e aqul la atribuci6n al
término de Coves de Vinroma que le da el profesor Juan Maluquer de
Motes 6. Pero el Dr. Martínez Santa-Olalla, que real iz6 pesquisas sobre el
lugar del hallazgo IIeg6 a la conclusión, por noticias adquiridas de cuya
garantía no podía, lógicamente, responder, que se había encontrado, a principios de siglo, en el término de Caudete d e las Fuentes. Nosotros, por nuestra parte, también hemos rea lizado varias tentativas para averiguar su procedencia, sin que podamos responder, tamJXl(.O, de la veracidad de las noticias
(5) J . MARTINEZ SANTA.()I..AI..L.A: _Casco de plata dltiw de la primera Edad del
Hierro_. Investigación y Progreso, año VIII, Madrid, 1934, pip. 22 a 25.
(6) J. MALUQUER DE MOTES: _Desarrollo de la orlebrerfa prerromana en la Penín·
sula I ~rjca •. Pyrenae, 6, Barcelona, 1910, páa. 98. nota 32.
[page-n-12]
LOS VILLARBS
11
que hemos recogido. Hemos sabido que el casco f ue comprado por el Insti·
tuto de Valencia de D. Juan a un comerciante de antigüedades de la ciudad
de Valencia, el cual, en alguna ocasión, manifestó a personas que asf nos
lo han dicho que lo había adquirido de un chatarrero que le dijo que los
objetos del lote que le vendía procedían de la zona alta de la provincia,
entre Caudete de las Fuentes y Sinarcas, aunque creía que era de la primera
localidad de donde lo había adquirido. Hemos personalmente efectuado pes·
quisas en esta población y nos han afirmado que el casco se encontró en un
campo próximo a la [ama de los Villares, cuyo punto exacto ya no sabían por
haber fallecido la 'persona que [o encontró, a fines del primer cuarto del
presente siglo y que lo conservaron, sin sospechar nunca que fuera de plata,
en el corral de la casa con otros trastos más que, hacia 1930, vendieron a un
chatarrero. Así, pues, los resultados obtenidos, que no consideramos d e una
certeza absoluta, coinciden con los que alcanzó a conocer el profesor Mar·
tinez Santa-O[alla y que tenemos como muy posibles pues en los Villares,
como diremos, existe un n ivel atribuible a la primera Edad del Hierro.
Ul' imamente los aficionados locales D. Francisco Gabaldón Valle y D. Rafael Gabaldón Sierra, que habitualmente recorren las zonas de la loma de
los Villares que no pertenecen al Servicio de Investigación Prehistórica y que,
por lo tanto, no están acotadas, han efectuado interesantes hallazgos, que
depositan en el Museo Histórico local, entre los que hemos de destacar dos
importantes vasijas ibéricas con decoración pintada con escenas en las que
se ven figuras humanas y de animales fantásticos, que pueden situarse en
fecha s posteriores al siglo 111 a. de C. y de los que damos noticia en el apénd ice II de este volumen, varias inscripciones ibéricas sobre p lomo 1 y un vaso
con decoración incisa al que hemos dado una cronología situable a [o largo
de todo el siglo VI a. de C.I.
ro
D. FLETCHER VALLS: .Cinco inscripciones ibéricas de Los VilJares (Caudete de las
Fuentes) (Valencia)• . Archivo de Prehistoria Levantina, XV. Valencia, 1978, pá¡s. 191 a 20&.
(8) E. PLA BALLESTER y M. GrL-MASCARELL BOSCA: .Un interesante vaso de Los
Villares (Caudete de las Fuentes - Valencia) •. Archivo de Prehistoria Levantina, XV, Valencia, 1978, pá¡s. lJ7 a 145.
[page-n-13]
[page-n-14]
III
LAS
EXCAVACIONES
A requerimientos de D. Luis García Ejarque, actualmente Jefe de la O f i·
cina Técnica del Centro Nacional de la lectura del Ministerio de Cultura y
nalural de Caudete de las Fuentes, conocedor de [os antecedentes que antes
hemos dado sobre la riqueza arqueológica del cerro y aún directamente de
este mismo, efectuamos comisionados por la dirección del Servicio de Inves_
tigación Prehist6rica, una prospección a los Villares, e l día 30 de agosto
d e 1955. Los resultados obtenidos en esta corta visita y el aspecto genera l
que presentaba el yacimiento f ueron lo suficientemente interesantes para
que propusiéramos al mencionado S. I.P. la iniciaci6n de unas excavaciones.
Aceptada nuestra propuesta por la d irección de éste, el siguiente año 1956,
llevamos a cabo la 1 campaña. l as excavaciones se han proseguido desde
"
entonces, realizándose cuatro campañas más durante los años 1957, 1959,
1975 y 1979. l os gastos de las tres pri meras, las de 1956, 1957 y 1959,
corrieron Integra mente a cargo del S. I.P. mientras que las dos úl timas, las
de 1975 y 1979, fueron sufragadas en parte con la ayuda econ6mica de la
Subdirecci6n General d e Arqueología, la q ue igualmente colabor6 en los
costes de la cerca metálica con la que se ha proteg ido el yacimiento.
A continuaci6n damos un resumen detallado del resultado de cada una
de las campañas e fectuadas.
PRIMERA CAMPAÑA 1956
l a primera campaña tuvo lugar durante los días 20 a 27 de ayosto de 1956.
l os trabajos de este año se limitaron a realizar d iversas catas para fija r
[page-n-15]
'4
B. PLA aALLeSTaa
un plan lotal de excavaciones en el terreno en el que aún era posible hacerlas
con cierta probabilidad de encontrar una estratigrafía út il.
la loma estaba en parte p lantada de almendros y viñas. quedando única_
mente una extensión en la parte central de su zona más alta, que llegaba
hasta los escarpes que la limitan por el sur, exenta de p lantaciones y que, al
parecer, só[o se había dedicado desde tiempo inmemorial, a las labores de
sementera o sea a cu ltivos relativamente superficiales. Esta zona fue. lógicamente, la que elegimos para nuestros traba jos y la que, posteriormente adquirió la Excma. Diputación Provincial, para dedicarla a excavaciones.
En este espacio yermo se real izaron cuatro catas que describimos a cont inuación:
Cata 1.-Se abrió en la parte más alta del campo, cerca de los escarpes,
apareciendo casi superficialmente un muro de dos metros de longitud y algunos materiales cerámicos, no abundantes: bordes, asas y otros fragmentos
de vasijas ibéricas, algunos decorados con franjas y f iletes horizontales y
otros motivos geométricos sencillos p intados. También se dieron varios fragmentos de vasijas de pasta grosera con granos de desgrasante en la masa
y unos pocos, hechos a mano, con cordones en relieve decorados con digitaciones y hoyuelos impresos.
Cata 2.-Fue a la que más tiempo se dedicó y a la que nos referimos con
detalle más adelante; se llevó a cabo en la parte central del campo, a unos
veinte metros de los escarpes en dirección noroeste.
Cata 3.-A mitad de distancia entre la Cata 2 y el borde del ca mpo sin
cultivar, hacia el norte. Apareci6 un gran conjunto de piedras que presentaron mal aspecto constructivo, siendo escasos los restos que se pudieron
recoger.
Cata 4.-Abierta en la parte norte del campo excavable, junto al límite
de la zona del cerro plantada de viñas. Muy superficialmente aparecieron
las partes superiores de unos muros, una capa con restos de adobes y de
techumbre, trozos de enlucido de pared, abundantes manchas de t ierras cenicientas, y numerosos fragmentos de cerámica ibérica, algunos de aspecto
arcaizante. Destacamos un vaso caliciforme grande ( Iám. 111, 1) y una pátera
de buen tamaño con p ie destacado (Iám. XVIII, 1). en cerámica ibérica y una
pequeña jarra de borde revertido con pico vertedero y amplia asa vertical
( Iám. XVI, 2) en cerámica grosera de t ipo arcaizante. Dada la premura del
tiempcl se tapó la zanja prospectada dejando señales del lugar para reanudar
en esta zona la excavaci6n en la sigu iente campaña.
las únicas catas que dieron resultados interesantes fueron la 2 y la 4.
Como en ésta se reanudó el traba jo durante la 11- Campaña de excavaciones
no consideramos interesante describ ir ahora sus resu ltados que quedarán
[page-n-16]
LOS VlLLARBS
15
englobados al hacerlo de los departamentos 2 y 4 . Aq uf nos limitaremos a
dar nota de las investigaciones de la Cata 2.
CATA
2
Se abri6, como hemos d icho, en la parte central del campo yermo, a unos
veinte metros de los escarpes meridiona les de la loma, hacia el noroeste.
LOS VILLARES
C audete de la s Fu entes- Valencia
aM de 1956
.
N
"
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.
.
".;"
...
CATA
En diversas fases quedó descubierto un rectángulo d e 11'30 metros de
largo en d irección oeste-este y de 7'70 metros de ancho en dirección norte-su r
(véase figura 3).
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.- Hasta 0'15/0'20 m. de profundidad media. Tierra pardo roj iza
muy removida por las labores agrícolas.
[page-n-17]
16
B. PLA BALLBSTBR
Estrato n.-AlcanzÓ" una ' profundidad de O!80 rn: Tierra castaño rojiza con
manchas de cenizas y tierra quemada Y. hacia la base del estrato, zonas de·
piedras sueltas d ispuestas muy irregularmente como si fueran empedrados.
l a parte inferior del estrato la constituía un piso de arcilla endurecida del que
se encontró una buena porción al sur de la pared N.
Estrato III.-lIegaba hasta 1'25 de hondo medio. Por debajo del nivel
sobre el que se asientan los muros N, b y e, tierras de características seme-
jantes a las del estrato anterior pero más compactas y oscuras. Escaso material en alguna zona y ninguno en buena parte. l a base del estrato estaba
formada por una especie de piso de tierra endurecida sembrado de piedras
medianas aunque éstas no parecían formar un empedrado regu lar.
Estrato IV.- Hasta 1'40 m. de profund idad med ia. Tierra parda uniforme
con alguna piedra mediana. Casi estéril. Su base la componían unas ti.erras
compactas rojizo pedregosas, al parecer suelo natural de la loma.
ESTRUCTURAS
al Entre 15 y 20 cm. de profundidad respecto a la superficie natural del
terreno, o sea en la parte superior del Estrato 11 aparecieron las partes altas
de varios muros. Casi paralelo al borde de levante de la cata, ligeramente
divergente hacia el noroeste, un muro de 0'40 m. de espesor, de piedras de
mediano tamaño, careadas. Esta pared formaba en su extremo sur un ángulo
recto con otra, la que denominamos muro N, de algo más de 5 m. de longi.
tud en direcci6n este·oeste, de características constructivas semejantes a las
del muro anterior y que, hacia su parte med ia, presentó un vano que no se
pudo averiguar si era una puerta o si se Irataba de un tramo de pared
derruido. Ambos muros parecían corresponder a las paredes este y sur de un
departamento más o menos rectangular del que no se lograron encontrar las
otras dos. Saliendo del muro N, hacia el norte, a cosa de un metro de distancia de la pared de levante, había un corto murete de 0'20 a 0'25 m. de
espesor y de unos 0'40 m. de largo, cuya funcionalidad no se lIeg6 a dilucidar.
En el interior de este posible recinto, junto al muro de levanle y en su parle
inmed iata al borde septentrional de la cata apareció una especie de empedrado
irregular, y en la parte exterior de este posible departamento, junto al
muro N, un piso de arcilla endurecida que formaba la base del Estrato 11 y
sobre el que se asentaba este muro, y a una profundidad semejante, también
el de levante.
b) A la misma profundidad de entre 0'15 a 0'20 m., pero en la parte
meridional de la cata apareció otro conjunto de construcciones. Un largo muro
en dirección oeste-este, al que se denominó muro b, ligeramente divergente
del borde sur de la cata, del que se descubrieron 11 '10 m. de longitud y
[page-n-18]
LOS VILLAII.ES
17
cuyos extremos continuaban por ambas lados en las zonas latera les no exca·
vadas. Era de buena construcción, teniendo en su tramo occidental 0 '40 m.
de espesor y en e l resto 0'35 m. Hacia la mitad de la extensi6n conocida de
esta pared y de su cara norte surgía una especie de plataforma y un murete
que formando ángulo recto se unía a e lla y al que se denominó muro a,
entre el cual y el b quedaba un espacio rectangular de 3 m. de largo por
0'40 de ancho, de finali dad desconocida para nosotros. la plataforma mid i6
1'20 m. de largo por 1'15 de ancho, y el muro a, 3'40 m. de long itud por O'SO
de espesor. El b se asentaba sobre el suelo de tierra relativamente endure·
cida, a 0'60 m. de profundidad y por tanto al mismo nivel que los muros N
y de levante, es decir, en la base del Estrato 11 . l a plataforma y e l muro a,
cuyas partes superiores aparecieron a la misma altura que la del b, estaban
formados solamente por una, o a lo sumo dos, tongadas de piedras, con una
altura d e unos d iez centímetros y apoyados sobre una base de tierra. En el
ángulo noreste del muro a apareci6 una gran mancha de cenizas con abun·
dantes carbones.
c) Por último y surgiendo su parte superior también a una profund idad
media de 0'15 a 0'20 m., apan~d6 otra pared, a la que denominamos muro c,
que saliendo del ta lud del borde occidental de la cata se dirigía hacia el
este con ligera inclinación hacia el noreste y por lo tanto divergente respecto
al muro b. Midi6 una long itud de 3'70 m. perdiéndose o term inando a la
a ltura del ángulo noroeste de la plataforma. Tenía entre 0'35 y 0'40 m. de
espesor y estaba formado, como los anteriores, por piedras de mediano
tamaño, careadas, apoyándose, como los de levante, N y b, en el suelo rela·
tivamente endurecido que aparecía a O'BO m, de hondo, o sea en la base del
Estrato 11. Rodeando la parte inferior de este muro y llenando la zona exis·
tente entre el mismo, la cara norte del muro b y la oeste de la plataforma,
apareci6 un empedrado irregular que, seguramente, se continuaba por debajo
del talud del borde occidental de la cata.
MATERIALES
los hallazgos de materiales se dieron en su mayor parte en el Estrato 11,
siendo muy escasos en los restantes.
Estrato l.-Escasos fragmentos de cerámica, en su mayor parte de tipo
ibérico, con y sin decoraci6n y algunos pocos de pasta grosera, de tipo
arcaizante, hechos a torno por lo general, todos muy fragmentados.
Estrato II .--fue estrato muy fértil en varias zonas, pero por circunstancias
que desconocemos la mayor parte del material apareci6 revuelto y fueron
pocas las piezas que pudimos considerar que se hallaban in situ . las zonas
pr incipales de hallazgos fueron dos: la existente al noreste de la pared a, en
3
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18
2 . PLA BALLBST e.a
un gran sedor de cen izas, y la interior del ángulo formado por Jos muros N
y de levante. También se d ieron algunos materiales al sur del tramo de
levante del muro N, sobre el piso endurecido, en la parte exterior d el posible
recinto, junto al muro de levante en su sector más septentrional, inmediata
al empedrado. y en una zona centra l de la parte este de dicho posible departamento.
En la zona al norte y noroeste de la pared a, o sea por donde aparecían
abundantes cenizas y carbones, salieron. entre numerosos fragmentos de
cerámica ibérica, algunos decorados con motivos geométricos pintados y unos
cuantos restos de vasijas de tipo arca izante, generalmente hechos a torno,
dos manas de mortero, tres fusayolas, tres pequeñas páteras, un oinochoe
( Iám. VII. 1). d os caliciformes (Iám. JI, 4) y una pequeña copa d e p ie bajo
( Iám. X, 1) todo de cerámica ibérica; partes d el fondo y del bord e con asa
d e un kyl ix ático de figuras rojas ( Iám. XXV, 1 y 2). una campaniJla de
bronce incompleta y un par de afiladoras de piedra .
A l sur del muro N, sobre la porci6n d e p iso endurecido, entre otros fragmentos cerámicos d estacamos la existencia de una hermosa mano d e mortero
con sus caras decoradas incisamente con cenefas de tipo geométrico ( lámina
XVII, 2). un vaso caliciforme ibérico (lám. JI, 3). un fragmento de asa de
kylix át ico y una pequeña azuela de p iedra p ulida.
En el interior del posible recinto, en la zona más inmediata al norte del
muro N en su porción d e levante, f ueron muy abundantes los restos cerámicos, en su mayoría de t ipo ibérico, aunque también se dieron otros d e
tipo arcaizante. Entre ellos destacamos dos ma nos de mortero, dos fusayolas
de cabeza en botón, dos páteras ibéricas, dos cal iciformes igualmente ibéricos ( Iá m. JI, 1 y 2). un oinochoe de muy buena calidad (lám. VII, 2). un
pequeño vasito b itroncoc6nico decorado (Iám. V, 5). una orza mediana
( Iám. Xl, 2). dos braseriJlos de pasta de t ipo arcaizante hechos a torno y en
forma de pequeñas copas de pie bajo con asa y con las paredes perforadas
mediante orif icios cuadrados y triangu lares (Iám. XXII, 1 y 2). dos tapaderas
tamb ién de pasta arcaizante hechas a torno y un pondus (Jám. XVII , 3). De
cerá mica importada s610 apareció un pequeño f ragmento d el borde de un
kyl ix át ico de f iguras rojas ( Iá m. XXV, 3 ) . Igualmente se recogieron algunas
piezas de hierro muy oxidadas entre las que se dist inguieron un par de clavos
grandes, unas barritas, una anilla y un fragmento d e hoja de hoz.
Junto a la cara interna del muro de levante, en su tramo más al norte,
inmediata al empedrado, sali6 una zona con escaso material: algunos tiestos
ibér icos, parte de una copa de p ie bajo con asa de dob le bucle pegada al
cuerpo y d ecorada con franjas y fi letes pintados y dos percutores de p iedra.
y hacia el centro del posible recinto, en su mitad oriental, junto con numerosos fragmentos cerámicos ibér icos y arcaizantes, aparecieron un vaso cal ici forme, una pátera y un pequeño vaso b itroncoc6nico de<:orado con franja
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LOS VILLA.SS
19
y filetes pintados, todo en cerámica ibérica, y tres tapaderas de cerámica
arcaizante hechas a tomo.
Estrato III.-Fue escaso el material que se p udo recoger, todo cerámico.
formado por vasos y fragmentos de pasta grosera con abundantes piedrecillas
para la reducci6n, generalmente hechos a torno, aunque también salieron
algunos hechos a mano. Entre el material hallado hemos de destacar media
orza de cerámica gris negruzca hecha a torno con dos filetes incisos por
debajo del cuello, aparecida en el sitio q ue, en el estrato anterior, salía una
gran mancha de cenizas en el ángulo noreste de la pared a y otra orza incompleta de pasta arcaizante amarillo-rojiza al exterior y oscura al interior, también con dos lineas incisas por debajo de l cuello y encontrada en la zona
que en el estrato superior correspondía a la parte del sur del muro N.
Estrato IV. Prácticamente estéril. Sólo dio una par de pequeños fragmentos de cerámica de pasta negra y superficie bruñida brillante, hechos
a mano.
SEGUNDA Y TERCERA CAMPAÑAS 1957 Y 1959
Tras la 1 Campaña de excavaciones, que acabamos de reseñar, y conocidas
las condiciones del terreno, se decidi6 emprender una tarea sistemática para,
con el tiempo, dejar completamente estudiada toda la superficie susceptible
de excavaci6n, o sea el campo q ue ocupa la parte más a lta del cerro de los
Villares y q ue como también se ha d icho estaba yermo desde hacia bastantes
años. Se lIeg6 a un acuerdo con el dueño de la finca, don Miguel de Fuentes,
para que no efectuara sin nuestro conocimiento plantaciones ni labores agrícolas de ninguna clase en él.
Segunda Campaña 1957
Se IIev6 a cabo d urante los d ías 26 a 31 de agosto de 1957. los traba jos
se iniciaron en la zona más septentrional del campo yermo, junto al limite
con otro plantado de viñas, en el lugar donde el año anterior se había efectuado la Cata 4, que dio resultados muy prometedores. Se acord6 empezar
por este punto porque, aparte de que así lo aconsejaban los resultados de
la mencionada cata, desde aquí se podía ir traba jando sin soluci6n de continuidad hacia el sur hasta dejar investigado todo el terreno, si así lo aconsejaban los resultados de los trabajos.
En esta campaña q uedaron excavados en sus Estratos 1 y 11 los departamentos que señalamos con los números 1, 2, 3 y 4, el número 5, del que
sólo se explor6 su parte occidental en sus Estratos 1 y 11, y una zona, la que
se seña l6 con el número 6, que s61 q ued6 superficialmente rozada. Además,
0
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E. PLA BALLESTER
sospechando que por debajo del piso que aparec.ia en el fondo del Estrato 11
continuaban los niveles fértiles, en el departamento 4 se profundizó hasta
llegar al suelo estéril.
Tercera Campaña 1959
Esta 111- Campaña se efectuó durante los días 2 a 30 de agosto de 1959.
Dados los interesantes resultados obtenidos en la excavación total del departa.
mento 4, realizada el año anterior, se exploraron en profundidad los departa·
mentas 1, 2 y 3 y se prosiguieron los trabajos descubriendo los 7 a 15 ambos
inclusive, en los que se alcanzaron distintas profundidades, según los casos,
como se d irá a continuación. Además, la zona a la que el año anterior se
le dio el número b y que quedó solamente explorada superficialmente, fue
objeto de investigación durante la presente ca mpaña, descubriéndose una
calle, que se denominó Calle A, Que transversalmente discurría de poniente
a levante y de la que, cerca de su tramo último, surgía otra perpendicular,
la Cal le B, entre los departamentos 11 y 13, en dirección norte a sur. Véase
en la f igura 4 el plano de los departamentos excavados durante estas dos
campañas.
EXCAVACION DE LOS DEPARTAMENTOS
DEPARTAMENTO 1
Fue excavado durante los días 2b a 28 d e agosto de 1957 y 14 a 21 del
mismo mes de 1959. Era un recinto ligeramente ·trapezoidal de 2'SO rn. de
ancho med io por 3'80 de largo medio, que lindaba por norte con el ta lud de la
zona sin excavar, por levante con el departamento 2, por sur con la Calle A
y por poniente con el departamento 3. Véase las fjguras 4 y 5 y la lámina
1,1 y 2.
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.-De 0'20 m. de espesor medio. Tierra revuelta por las labores
agrícolas, d e color pardusco, con fragmentos de cerámica, de techumbre y
de adobes. A 0'10 m. de hondo afloraron las caras superiores de dos muros.
Grandes manchas de t ierra oscura que, en algunos puntos, era casi negra .
Estrato n.- De 0'20 a 0'55 m. de profundidad media. Tierra de coloración
semejante a la d e la capa anterior, pero más consistente. Las manchas oscuras
aumentaron de exlensión. Entre 0'25 y 0'30 de profundidad apareció la parle
superior de un muro de adobes que cerraba por levante el d epartamento.
A lrededor de los 0'55 m. de hondo se encontró un p iso de t ierra endurecida,
sobre el que se apoyaban los muros.
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LOS VILLARES
21
Estrato III.-Oe 0'55 a 1'10 m. de hondo medio. En la parte septentrional
del recinto salió tierra amarillo-.rojiza, hueca, muy suelta en las capas inferiores. El resto del departamento presentaba zonas de tierra como endurecida
por el fuego y con el aspecto de cocha y otras de tierras menos consistentes,
de coloración pardusca. Estas últimas parecieron bolsadas correspondientes
al estrato superior que rompiendo la capa de tierra como cocha se introduclan en el Estrato 11 1. la base de éste la formaban varios suelos de caracterlsticas d istintas: hacia el centro del departamento y 8 un metro de profund idad salió un piso de gran dureza, gris-oscuro, como de cemento, del que
solamente quedaba un pedazo irregular de poco más o menos 0'60 m. de
largo por 0'45 de ancho, y junto al mismo, pero en un nivel ligeramente
inferior, a cosa de siete centímetros más hondo, aparecieron otros dos tipos
de suelo: uno de tierra gris clara apisonada, que apareció muy troceado y
otro de ti.erra arcillosa muy roja y fuerte, también apisonada. El de aspecto
de cemento, a unos siete centímetros de desnivel respecto al de tierra gris
clara, presentaba en las zonas d e contacto un corte vertical, hecho ex profeso al parecer, como un escalón, que podía corresponder a un desnivel en
el piso primitivo.
Estrato IV. -De 1'10 a 1'35 m. de profundidad media. Por d ebajo del
piso que formaba la base del Estrato III aparecieron unos gruesos muros. El
resto del espacio correspondía a un relleno que, según zonas, presentaba
d iferentes características. Inmediatamente por debajo del piso con aspecto
de cemento habla una capa de grava mezclada con tierra arcillosa muy roja
e inferior a ella, otra de tierra apisonada y endurecida al fuego; alrededor
de éstas habla un cerco de piedras medianas como para sostener la capa de
grava. Inferior al piso superior restante aparecieron unas capas superpuestas
de tierra muy dura mezclada en alguna ocasión con graviJlas de diámetro
muy pequeño, como si se hubieran ido haciendo sucesivamente unas capas
de arcilla bastante pura o mezclada con piedrecillas, apisonadas. El fondo del
estrato lo formaba una capa d e tierra suelta sobre otra de tierra arcillosa,
endurecida. En este suelo y hacia el centro de l departamento salió un hoyo
de superficie ova l, de 0'25 m. de ancho por 0'40 de largo q ue penetraba
unos tre inta centímetros en el Estrato V: sólo contenía tierras y cenizas. También en la base del estrato que reseñamos afloraron unos muros, correspondientes al nivel inferior.
Estrato V.- Por debajo de 1'35 m. de hondo. Tierra gris muy suelta. la
base del estrato arqueológico estaba, poco más o menos, según zonas, por
deba jo de 175 m. de profundidad, donde salla la tierra que consideramos
propia de la colina. En este estrato aparecieron hasta 170 m. poco más o
menos d e hondo. unos muros. Por deba jo, tierra estéril de relleno y la que
hemos dicho tierra del monte.
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22
B. PLA BALLESTER
ESTRUCTURAS
a) En el Estrato 11 aparecieron cuatro muros (véase figuras 4 y 5) que
formaban un departamento de planta ligeramente trapezoidal: el muro norte
_ B
- - - - -11
P lanta y corle da los departamentos' 1-4
...... '
apareció en el mismo tal ud de la parte excavada en comunicación con la
zona sin excavar; el de levante. totalmente de adobes y de poco más de O'2J
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LOS VILLARIIS
23
metros de espesor, servla de separación de este departamento con el número
2 y surgiendo del muro sur en d irección norte terminaba a unos 0'60 m. de
d istancia de la pared septentriona l, dejando como un vano de comunicación
entre ambos d epartamentos; el muro sur, que separaba el recinto de la
Calle A, era de piedra mediana, más bien grande, perfectamente careada,
bien trabada y de buena calidad, d e 0'45 m. de espesor, y de igual calidad
aunque ligeramente más estrecho, de casi 0'40 m. de grueso, era el muro
d e poniente, medianero con el departa mento 3. Todas estas estructuras se
apoyaban inferiormente en la base del Estrato 11, a unos 0'55 metros de
profund idad.
b ) En el Estrato 111 no aparecieron muros ni ninguna otra clase de
estructuras.
cl En el Estrato IV, inmediatamente por debajo de la base del Estrato 111,
apareció un conjunto de gruesos muros de bastante buena calidad aunque
inferior a los del Estrato 11: eran de piedras gruesas, irregularmente careadas
aquellas que formaban las caras laterales de los muros y débilmente trabadas.
Uno de ellos corría casi parale lo al talud norte, de oeste a este, surgiendo
de la zona inferior en la que, en el Estrato 11, estaba la pared de poniente y
metiéndose por debajo de la que, en el mismo estrato, se levantaba la pared
de adobes medianera con el departamento 2: tenia un ancho de cerca de
0'50 m. Este muro estaba perpendicularmente cruzado por otro de calidad
semejante y de unos 0'70 m. de grosor, que saliendo del talud norte tras
cruzar el que acabamos de describir, se prolongaba hacia el sur unos dos
metros, perd iéndose por rotura a esta d istancia : su cara de levante quedaba
por deba jo de la zona en la que, también en el Estrato 11, se alzaba el muro
de adobes. Por último, en el ángulo sureste d el recinto y metiéndose por
debajo de los ta ludes quedados inferiormente a los muros de adobes y el de
piedra separatorio de la Calle A, sa lió otro de características semejantes a los
anteriores y que con ligera inclinación se dirigia de oeste a este. Todas las
paredes alcanzaban por debajo una profundidad de algo más de "25 metros,
sin llegar por lo tanto a la base de l estrato.
d) Por último, en el Estrato V salieron otros dos muros: uno inmed iatamente inferior al que en el Estrato IV corría de oeste a este y, al parecer, más
ancho - posiblemente de algo más d e 0'60 m. de espesor-, cuyas partes
laterales sobresalían unos d iez centímetros por cada lado del muro superior,
y en el espacio sureste del recinto, otra pequeña porción de muro que se
d irigía hacia el noreste, saliendo de deba jo del último descrito en el apartado
anterior y metiéndose por debajo de la zona en la que en el Estrato 11 estaba
la pared de adobes. Este muro se continuaba al mismo nivel en el departamento 2. Ambos eran de construcción basta, de piedras de med iano tamaño,
más bien gruesas, sin labrar y trabadas en seco.
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B. PLA BALLaSTe.
MATERtALU
l os principales materia les arqueológicos encontrados en [os distintos estratos f ueron [os siguientes:
Estrato l.-Algunos fragmentos de vasos ibéricos corrientes, en su mayor
parte pertenecientes a vasijas de gran tamaño.
Estrato II.-Restos cerámicos ibéricos, otros de t ipo arcaizante, algunos
de barniz negro, unos pocos ejemplares de útiles de metal y media piedra
de moli no.
l a cerámica ibérica era de pasta de buena cal idad por lo genera l y con
coloraciones d iversas: amarilla, amari llo-rosácea, gris, gris-amarillenta, gris
castaño y castaño amarillenta entre otras tonalidades. A lgunos fragmentos
presentaban una decoración de t ipo geométrico simple pintada en color rojo,
oscurec ido por el paso del tiempo. las formas fueron las corrientes en la
cerámica ibérica y entre los vasos que han pod ido ident ificarse mencionamos
los siguientes: varios g lobulares de muy dist intos tamaños, algunos grandes,
con o sin pie, de boca revertida con borde algunas veces moldurado (Iáms. XII,
2, XIII, 2 y XVI, 1); entre ellos destacamos ahora uno pequeño con cenefa
incisa de lineas sinuosas próximas al cuello (Iám. V, 3). una candiota de
mediano tamaño de cuerpo bitroncocónico y pitorro para el vertido de líquidos
pr6ximo a la base (Iám. XIV, 2). una orza de cuerpo globular achatado
( Iám. X, 2), un vaso con tendencia al tipo caliciforme pero sin aristas en el
galbo con ligero resalte entre el cuello y el cuerpo ( Iám. 111, 2). una copa de
cuerpo troncoc6nico achatado con asas horizontales en dob le bucle cubierto
de pintura o barniz rojo vinoso en la actualidad casi negro (Iám. IX, 2), una
airosa botella de cuerpo piriforme de pie abierto y boca en ancha tulipa
( Iá m. VI, 1). d iversas páteras entre las que hay una con 6nfalo saliente central, varias de bordes en ala curva revertida y otras de borde reentrante, entre
las que existen dos, pequeñas, con decoración geométrica pintada y una, de
medianas dimensiones, igualmente decorada de la misma forma ( lámina XIX,
1 a 3).
De cerámica común se recogieron varias fusayolas y unos pocos pondus.
Oe cerámica de t ipo arcaizante, de pasta grosera con abundantes piedrecillas de reducci6n en la masa, de coloraci6n castaño gris, castaño de varias
tona lidades y gris, a veces muy oscura, siempre' pertenecientes a vasos hechos
a torno, destacamos una tapadera y una orza de cuerpo b itroncoc6nico, base
plana y borde sa liente con reborde, que presenta dos resaltes del imitando el
cuello superior e inferiormente ( Iám. XX, 2).
Entre la escasa cerámica d e barn iz negro se ha podido reconstru ir en gran
parte una pátera de fa forma lambogl ia 28, de 5' 1 cms. de altura, 13'1 de
diámetro en la boca y 6'2 en el pie. Es de arcilla dura, compacta, bien depu-
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LOS VILLARES
2S
rada de color gris y fractura hojosa. Sus superficies son lisas, t inas al tacto
y su barniz, que cubre la totalidad del vaso, es negro ligeramente brillante
y uniforme en el interior, presentando en su cara externa algunas zonas gri.
sáceas oscuras, al parecer por desgaste. Está algo picado en algunos puntos
d e ambas caras. Su pie es recto, ligera mente oblicuo; el fondo externo del
mismo está a igual nivel con relaci6n al p lano de reposo que el punto de
unión de las paredes externas del pie y de [a copa. En el ángulo d e unión de
la pared de la copa con la cara externa del pie corre un surco hecho con instrumento d e punta roma, invadido en parte por el barniz negro y exento en
algunos tramos. Uña destacada a lo largo de todo el perímetro de la super·
ficie de reposo del pie. En el f ondo interno del cuenco, cuatro palmetas en
relieve, sueltas e irregularmente dispuestas, rodeadas por una circunferencia
de estrías cortas y gruesas que a su vez es concéntrica a otra de linea cont inua
e incisa también con instrumento de punta roma (lám. XXVII, 2). Como dice
Sanmartí Grego' al describir una p ieza del A lmacén Gandía de Ampurias
que presenta grandes analogías con la de los VilIares, a pesar de la forma
y de su decoración no se puede de ningún modo considerar este vaso como
de cerámica campaniense A, por lo que como d icho autor hace para el de
Ampurias, hemos de postular una fecha de hacia mediados del siglo 111 a. de C.
De meta l únicamente podemos mencionar una f íbu la anular hispánica de
bronce, pues por lo genera l los restos metá licos aparecían en un estado tal
de corrosión que impedía identificar los tipos de piezas a que pertenecieron.
Por último, mencionemos la existencia de media piedra activa de molino
circu lar, encontrada en el ángulo noroeste del departamento.
Estrato III.-Por debajo del piso superior: escasos fragmentos de t ipo
ibérico, algunos con decoración geométrica simple pintada en rojo vinoso,
unos fragmentos de pondus, varios t iestos d e cerámica arca izante hecha a
torno y a mano, entre estos últimos dos con cordón en relieve con hoyuelos o
digitaciones.
Estrato IV.-Cerá mica arcaizante hecha a torno V a mano, más abundante
la hecha a mano. Parte de un vaso a torno con decoraci6n pintada de franjas
V filetes rojos, de pasta grosera con piedrecillas en la masa. Entre Jos hechos
a mano, de superficies negras brillantes por espatulado, salieron unos pocos
con decoración incisa de l ipo geométrico.
Estrato V.-Escasos fragmentos de cerá mica, basta, con piedrecillas en
la masa para la reducci6n, todos hechos a mano V de muy pequeño tamaño.
(9) E. SANMARTI GREGO: _La cerámica campaniensc de Emporion y Rhode_, I y 11.
Mono¡rafies Emporitanes. IV. Barcelona. 1978. pá¡. 60, número 40. l'mina 4 y pá¡. 679,
núm. 45, lám. 95.
4
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26
E. PLA BALLBSTlIR
DEPARTAMENTO 2
Se excav6 los días 26 a 28 de agosto de 1957 y 3, 10, 13, 14, 22, 24 y 27
del mismo mes de 1959. Es un espacio ligeramente trapezoidal al sur d el
departamento 4 que se prolonga hacia el norte mediante estrecho pasi llo
que corre a poniente. la parte trapezoidal tenía unas d imensiones medias
de 3'25 de largo por 2'10 m. de ancho y el pasillo tenía una longitud de 2 m.
por 0'75 de ancho. lindaba por el norte con el departamento 4, por esle con
el 5, por sur con la Calle A y por poniente con el recinto número 1. Véanse
las figuras 4 y 5.
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'20 m. de profundidad media. Tierra removida por las
labores agrícolas, de color pardusco con restos de adobes, d e techumbre y
algunas cerámicas. Quitada la capa más superficial, a unos diez centímetros
de hondo afloraron las partes superiores de los muros norte, este y sur.
Manchas d e t ierras oscuras, casi negras en algunos puntos.
Estrato II.-De 0'20 a 0'55 m. de profundidad media. Tierra de coloración
pardusca con abundantes manchas oscuras que, conforme se ahondaba
aumentaban d e extensión, llegando a tener algunas una tonalidad franca mente negra. En la superficie del estrato afloraron, como se ha d icho, los
muros de levante, norte y sur y a cosa de unos 0'30 m. otros dos muros, en
ángulo, sepa ratorios del departamento 4, hechos de adobes. la base estaba
formada por una especie de suelo de tierra roj iza endurecida sobre la que
se asentaban los muros.
Estrato III.-De 0'55 a 1'10 m. de hondo medio. En la parte más alta del
estrato, en su plano de contacto con la base d el superior, apareció un muro,
único existente en este estrato. Tierra pardo-rojiza, oscura, suelta, con muchos pedruscos y fragmen tos de cerámica, los que iban escaseando conforme
se ahondaba.
Estrato IV.-De 1'10 a 1'35 m. de hondo medio. Inmediatamente por
debajo del estrato anterior surgen dos muros. El relleno estaba formado por
tierra suelta, pardo-rojiza, oscura, con ampl ias zonas negruzcas formadas por
cenizas y carbones.
Estrato V.-Por debajo de 1'35 m. de profundidad. A partir de la base del
Estrato IV, o sea a cosa de 1'35 m. de hondo surgieron otros restos de
construcciones que se apoyaban sobre una especie de suelo de tierra gris
apisonada bastante regular. El relleno estaba formado por una tierra suelta,
pardo-rojiza-oscura y en su parte inferior, junto a la base de unos de los
muros, hacia los 1'65 a 170 m. de profundidad, apareció una gran mancha
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LOS VIL LARBS
de cenizas y pequeños carbones. Por debajo tierra estéril de relleno y la que
hemos consid erado propia del monte.
ESTRUCTURAS
a) Cuando se inició la excavación de este departamento se conocía ya el
muro de adobes que lo cerraba parcialmente por poniente, aparecido al vaciar
el departamento 1. En la última capa del Estrato I y más claramente en el
Estrato 11 quedaron aislados otros muros que completaban el recinto: el
existente al norte del pasillo, era cont inuación del muro septentrional del
depa rtamento 1, en el mismo talud de la parte excavada con la zona sin
excavar; el de levante del mismo pasillo, colindante con el departamento 4,
totalmente hecho de adobes y de 0'25 m. de espesor que formando un
ángulo recto continuaba hacia el este hasta llegar al muro de separación con
el departamento 5, sirviendo igualmente de colindante entre los departamentos 4 y 2. la pared de cierre del recinto por levante era de adobes en
su p3rte superior y de piedra careada y bien trabada en su porción inferior,
teniendo cerca de 0'30 m. de grosor y metiéndose su base unos cinco a d iez
centímetros en el estrato inferior; es el muro que separa el d epartamento
que describimos del número 5. Por último, el muro sur, separatorio entre el
recinto y la Calle A, continuación del mismo muro del departamento 1 era
de piedra pequeña y mediana, bien careada y trabada, de 0'45 m. de espesor
y que, en el 'ramo más a levante tenía unas ahiladas de adobes en su parte
superior, lo que parecía indicar que todo este muro que separa la Calle A
del grupo de habitaciones que hay en su parte norte -las números 3, 1, 2
y 5- era de p iedra en su parte más baja y de adob~s hasta arriba. Respecto
al muro de cierre por el oeste ya se dieron sus características al d escri b irlo
en el d eparta mento 1. Todas estas paredes, con la exce~ ¡ón ya indicada
del de levante, se apoyaban interiormente en la base del Estrato 11, a cosa
de 0'55 m. de prof undidad.
b) En el Estra to III s610 apareci6 un muro que cruzaba de norte a sur
todo el recin to. En su parte más hacia el norte salió su cara de levante por
debajo del muro de adobes que en el Estrato 11 separaba este reci nto d el
número 4. era de piedra mediana, careada y bien asentada, ligeramente más
basto que los muros de piedra del nivel superior.
c) En el Estrato IV, inmediatamente por debajo de la base del estrato
anterior. salieron otros dos muros: uno en dirección norte·sur ligeramente
d ivergente en relación con el de levante del recinto ibérico, surg iendo de la
zona inferior en la que en el Estrato IJ corría el muro de adobes y metiéndose
por debajo de la zona en la que en dicho Estrato I1 se asentaba la pared
merid ional ; y otro, en el ángulo suroeste del departamento, continuación
indudable del que a [a misma profund idad salía en el rincón sureste del
[page-n-30]
28
E. PL': BALLESTER
departamento 1 y que, tras un corfo tramo se perdía por debajo del muro del
Estrato rrr. Ambas paredes eran de piedras gruesas, irregularmente careadas
las que formaban sus lados y débilmente trabadas : el ancho de la que
corrla de norte a sur era de casi 0'35 m. de espesor. Estos dos muros alcanzaban en su parte inferior una profundidad de algo más de 1'25 m. sin
llegar por lo tanto a la base del estrato.
d) Finalmente, a una profundidad aproximada de 1'35 a 1'40 m. aparecieron los restos de otros tres muros. Unos en direcci6n noroeste-sureste
que apareciendo por debajo de la zona en la que en el Estrato 11 se levantaba
la pared sur del recinto se dirigía hacia el noroeste por debajo del muro del
Estrato IV, otro, que ya se in iciaba en el ángulo sureste del departamento 1
y que oblicuamente iba hacia el noreste, surgiendo por debajo del tramo de
muro que en esta zona salia en el Estrato IV y metiéndose por debajo de la
en que en el Estrato 111 iba de norte a sur, terminando o perdiéndose por
debajo del sector que en el Estrato IV estaba la pared este-oeste, y, por
último, un pequeño tramo de muro cuyos restos se meten por debajo de la
zona en la que en el Estrato ti estaba la pared de adobes separatoria de los
departamentos 2 y 4. lodos estos muros eran muy bastos, de piedra sin
labrar y trabada en seco, estando su base a 1'65 aproximadamente de profundidad. El que iba de suroeste a noreste era excepcionalmente grueso,
d e casi un metro de espesor.
MATERIALES
Estrato I.-Fragmentos de vasos ibéricos corrientes, entre ellos algunos
decorados con temas geométricos sencillos pintados. Una buena parte de
estos tiestos señalan su pertenencia a vasijas de mediano y gran tamaño y
entre ellos se pudo reconstruir una ánfora ibérica de paredes algo curvas
con borde en resalte exvasado, panza de perfil algo curvo con irregularidades
y base ancha y convexa, que conservaba los restos de una de sus dos asas
(figura 6). Pertenece al t ipo 1 de la tipología de Ribera, quien le da una
-6
cronología correspondiente a los siglos 11- 1 a. de C. l~. En la base del estrato
salió una fíbula de bronce de las de apéndice caudal, que por rotura impide
identificarla con ningún tipo, arco en forma de hoja alargada con acanaladuras en su cara externa y aguja sujeta por un muelle bilateral cuya cuerda
pasa por debajo del arco: creemos que puede situarse dentro del grupo de
la l ene " hacia finales del siglo IV o comienzos del 111 a. de C.
Estrato n.-Restos de abundantes vasijas ibéricas corr ientes y algunos
fragmentos de t ipo arcaizante, generalmente hechos a torno; fueron relativa(10) A. RIBERA UCOMBA: .Las ánforas prerromanas en el País Valenciano. Fenicias,
IWricas y púnicas_o En preparación.
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LOS VILLARES
mente numerosos los tiestos de vasijas de barniz negro y aparecieron algunos
de un kylix-skyphos ático de figuras rojas. El metal fue escaso, aunque algo
más abundante que en el estrato correspondiente del departamento 1.
la cerámica fue de características semejantes a las aparecidas en el Estrato 11 del departamento que acabamos de menciona r. Entre las piezas recog idas destacamos: una tinaja globular alargada de repié ligeramente destacado y boca de borde revertido, con un baquet6n que separa el cuello del
cuerpo y del que salen, d ia metralmente opuestas, dos asas verticales en
cinta (lám. XIV, 1); otra tina ja grande de cuerpo bitroncoc6nico, estrecha
Ft(UJ1ll 6.-Rcducld• • 1/10.
base con repié ligeramente destacado y boca de borde saliente, teniendo en
la zona que sepa ra el cuello del cuerpo unas lineas horizontales incisas (lámina XV, 2); una tinaj illa g lobular achatada sin pie y con borde saliente
de canto moldurado (Iám. XI, 1) ; dos pequeños vasos bitronc0c6nicos con
base en reborde y boca estrecha revertida (Iám. V, 1); varios vasitos caliciformes, de ellos uno con destacado baquet6n hacia la parte central del
cuello (Iám. 11. 7): un oinochoe de cuerpo bitroncoc6nico y estrecho cuello
destacado, base ancha con reborde poco saliente y boca tri lobulada, que
lleva un resalte en la uni6n del cuello con el cuerpo, careciendo de asa por
rotura (Iám. VII, 3); otro oinochoe de cuerpo cilíndrico, base plana, cuello
[page-n-32]
30
B. PLA BALLIISTBR
destacado y boca trilobulada al que le fa lta por rotura el asa y que va decorado con motivos geométricos pintados en rojo vinoso (llIm. VII, 4). y varias
páteras pequeñas, unas con borde reentrante y otras que lo t ienen en ala
curva reve rtida.
También de cerámica corriente aparecieron varias fusayo las de tipos d iver4
sos y algunos pondus.
De cerám ica de t ipo arcaizante fueron relativamente abundantes los frag-
mentos recogidos, en su mayoría pertenecientes a vasos hechos a torno. De
las piezas he<:has a mano debemos d estacar una pátera de fondo plano y
borde vertical con dos asas d ia metra lmente opuestas de secció:1 circula r que
se destacan horizontalmente.
l a cerámica de importación estuvo bastante bien representada. Citemos
en primer lugar un kylix· skyphos con el interior barnizado de negro excepto
en el borde donde va adornado con una cenefa de hojas de yedra exentas
y frutos con p intura blanca; en e l fondo de l vaso cuatro palmetas impresas;
y en la cara exterior, también barnizada de negro en las parles no decoradas
y exentos el canto del p ie y la base, en cuyo centro hay un circulillo en
negro con punto en medio; palmetas en ambos lados de las asas y debajo
de ellas y en el espacio quedado libre en cada cara del vaso la misma
escena: Eros hacia la derecha con estríg iles en la mano y frente a él un muchacho envuelto en su himation y apoyado en un bastón, en el fondo, entre
las dos figuras, dos halteras enfrentadas, apoyadas en la pared (Iám. XXIV).
Según G:oria Trías JI se relaciona con piezas de Ampurias y del Cabezo del
Tío Pío de Archena, atribuyéndolo al pintor Q, de principios del siglo IV
a. de C. Además hay que mencionar la existencia de tres páteras de barniz
negro, dos de ellas de la forma l amboglia 24, de pared gruesa y reentrante,
p ie muy ancho con uña en el plano de reposo, una d e pasta gris clara y
barniz negro muy bri llante y la otra de pasta amari llo-grisácea y barniz negro
d iscretamente brillante muy picado en su cara interna (Iám. XXVI, 1 y 2); y
la terce ra, de la forma l amboglia 25, de pasta gris casi negra, barniz intensamente negro pero poco brillante, cuerpo ligeramente alto y pie estrecho
oblicuo y recto de pared f ina (lám. XXVI, 3): las primeras piezas pueden
situarse dentro del siglo IV y la otra, que creemos que se halla en el comienzo
de la transición hacia la forma lamboglia 34, en tiempos ligeramente posteriores al de las anteriores, qu izá entre el últ imo cuarto del siglo IV y la
mitad del sig lo 111 a. de C.
De metal aparecieron numerosos restos aunque en su mayoría por el
avanzad o estado de oxidación fueron pocos los que dieron formas ident ificables. De éstos mencionaremos un ponderal d e bronce de t ipo discoidal
(11) G. TRIAS DE ARRIBAS: .Cerámicas &riegas en la Península Ibérica_, l . Valen·
cia, 1967, pá¡. 322 y 11 , Valencia, 1968, 1m. CLVIlI.
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LOS VILLARBS
31
plano con taladro central cuadrado; una ancha cinta de cobre arrollada y, de
hierro, los siguientes objetos: una hoja grande de lanza, una anilla, dos
fragmentos de hoja de hoz, una lezna de la forma XLI de nuestra tipología IJ,
un martillo-hacha y parte de otro semejante de la forma XXX I y un fragmento de hoja ancha de serrucho de la forma XVIII, A.
Estrato IU.--la cerámica, que no fue muy abundante en este estrato y
escase6 hacia la base del mismo, era en parte de tipo ibérico perteneciente
en algunos casos a vasos decorados con motivos pintados geométricos simples,
franjas y filetes y, en otra parte, de tipo arcaizante por lo genera l hecha a
torno, pero viéndose algunos fragmentos hechos a mano. No se ha podido
reconstruir ningún vaso. De metal apareci6 solamente una varilla de bronce
de sección cuadrada.
Estrato IV. -Toda la cerámica recogida, que no fue mucha, era de tipo
arcaizante y hecha a mano, excepto unos escasos tiestos de pasta de tipo
ibérico, hechos a torno. la cerámica es de pasta grosera, de coloraciones que
van desde el rojo hasta el negro, con abundantes piedrecillas de reducción y,
en algún caso, con fuerte brillo por espatulado o bruñ ido en la cara que
suponemos externa. Entre estos fragmentos destacamos uno de borde al
parecer de cuenco de med ia no tamaño y paredes a ltas, decorado interior y
exteriormente med iante cenefa incisa de triángulos rellenos de trazos paralelos; varios trozos de otro vaso de cue llo carenado co n series de lineas en
zig-zag incisas con instrumento de punta roma, y parte de una vasija de
buen tamaño con cordón en relieve decorado con hoyuelos.
De metal sólo apareció un anillo de bronce abierto con los extremos
superpuestos.
Estrato V.-No dio mucha cerámica y toda d e tipo arcaizante hecha a
mano. los fragmentos recogidos fueron de muy pequeño tamaño y no d ieron
formas de vasijas, aunque parece que en su mayor parte pertenecían a cuencos y cazuelas. Destacamos la existencia de un fragmento con muñón vertical
perforado transversalmente.
DEPARTAMENTO 3
Fue excavado durante los días 28 de agosto de 1957 y 3, 17, 18 y 25 del
mismo mes de 1959. Es un recinto práct icamente rectangular de 2 m. de ancho
por 3'65 de largo que se halla a poniente del departamento 1, al sur de la
zona sin excavar, al norte de la Calle A y a levante de un espacio relleno
de t ierras y piedras que lo separa del departamento 7 (Véanse figuras 4 y 5).
(12) E. PLA BALLESTER: _Instromentos de trabajo ibéricos en la región valeociana..
Estudios de ecooomfa antigua de la Peofnsula Ibérica. Barcelona. 1968, págs. 10 a 190.
[page-n-34]
..
32
!l. PLI. BALLeSTBa
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.-De un espesor med io de 0'20 m. Tierras rojas revueltas por las
labores agrícolas, can escaso material arqueol6gico. la coloraci6n rojiza de
estas t ierras, frente a la tonalidad pardusca que se veía en el mismo estrato
de los departamentos descritos hasta ahora, se debía ind udablemente, a la
de los adobes caídos de las paredes que, prácticamente. formaban el relleno.
Estrato II.-Oe 0'20 a O'SO m. de profundidad media. En la capa superior
surgen los muros que delimitan el d epartamento por sus cuatro lados. las
tierras seguían siendo rojizas pero algo más oscuras que en e l Estrato l. casi
pardas en algunas zonas. Forma un relleno de restos de adobes caldos y de
fragmentos de techumbre desplomada. Había n muchos trozos de enlucido
de pared de una coloraci6n gris clara que, al humedecerse, adquiría una tonalidad amarilla. El fondo estaba formado por una especie de suelo de t ierra
apisonada que apareci6 muy destrozado y sobre el que se apoyaban las
partes bajas de los muros.
Estrato III.-Oe un espesor medio entre los 0'55 y 1'10 m. de hondo. En
la capa de contacto de este estrato con el piso del anterior surge la parte
superior de un muro. Tierra arcillosa con algunos puntos de cal y en algunas
zonas manchas oscuras casi negras. Esta capa llega hasta los 0'75 m. de profundidad, por debajo de la cual y hasta el metro, sale también t ierra rojiza
pero muy pedregosa. A esta ú lt ima profundidad sa li6 un piso bastante fuerte
y de poco espesor apoyado sobre amplia capa de tierra como cocha, roj iza
y suelta.
Estrato IV.-Oe 1'10 a 1'30 m. de profundidad media. En la parte superior aparecieron unos muros. Relleno de t ierra pardo rojiza apelmazada que,
conforme se ahondó se f ue haciendo más suelta. la base del estrato estaba
formada por un suelo muy duro d e coloración gris que parecía hecho de
cemento.
Estrato V.- Por debajo de los 1'35 m. de hondo. También en la parte
mlls alta del estrato aparecen los restos de unos muros. Tierra arcillosa con
bastante grava. Hacia los 1'70 a 1'75 de profundidad sali61a tierra que corresJX>nde a la propia de [a colina.
ESTRUCTURAS
a) En el Estrato 1J aparecieron los cuatro muros que delimitaban el
espacio que se denominó departamento 3. El muro norte como ocurría en el
departamento 1, dio s610 su cara meridional quedando el resto met ido en
el talud que formaba la parte excavada y la sin excavar: era de p iedra
med iana, bien careada en su parte inferior y de adobes en la superior, estando
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LOS VILLAREs
enlucida con una especie de estuco de coloración gris que en las partes húmedas adquiría una tonalidad amarillenta. El muro de levante, separatorio
de este d epartamento con el 1, era de p iedra mediana, más bien grande
perfectamente careada y bien trabada, de buena calidad y de cerca de 0'40
metros de espesor. la pared sur, que separaba el departamento de la Calle A,
era de las mismas caracterlsticas pero algo más ancha, de unos 0'45 m. de
grosor. y el muro de poniente, como el norte, de piedras y adobes, con enlucido de igual dase; no dio la cara posterior, la que mira al oeste, ya que con
otra pared paralela que só[o dio la cara que mira a poniente en el departamento 7, formaba un espacio de casi 1 '50 m. de ancho relleno de piedras y
tierras. l os cuatro muros descritos descansaban en el suelo de tierra apisonada
que formaba la base del estrato a 0'55 m. de profundidad.
b) E[ Estrato 111 sólo dio un muro, paralelo a otro semejante que salió
en el estrato correspondiente del departamento 2. Surgía por deba jo del
muro sur del Estrato 11 y se dirigía en dirección norte hasta 2'40 m., donde
se acababa o se perdía; su lado oeste iba por debajo del muro de poniente
del departamento. Era de p iedras medianas, careadas y bien asentadas, pero
de construcción menos perfecta que la de las paredes del Estrato 11.
c) Dos fueron los restos constructivos aparecidos en el Estrato IV, cuyas
partes altas estaban por debajo inmed iata mente de la última capa del
anterior. Uno, en d irección oeste-este, ligeramente convergente de [a pared
septentrional del departamento, salía de la parte infer ior de la zona en la
que en el Estrato 11 se levantaba el muro d e poniente y cruzando todo el
espacio se metía por debajo de la del muro este, separatorio del departamento 1: este grueso muro, de cerca de O'SO m. de ancho, era continuación
del que en la misma d irecci6n apareció a igual profundidad en dicho departamento. El otro, de corta longitud, corría paralelo al muro sur del espacio,
surgiendo por deba jo de la pared norte-sur del Estrato 111 y perdiéndose a
unos 0'90 cms. hacia el este: su porción merid ional quedaba metida d entro
del talud dejado por debajo del muro sur mencionado. Ambas estructuras
eran de piedras gruesas, irregularmente careadas s610 aquellas que formaban
las caras laterales y débilmente trabadas.
d) y en el Estrato V aparecieron otros tres muros. El inferior al oesteeste del Estrato IV, continuación también del que a igual profundidad aparecía en el departamento 1; otro, en la misma direcc ión, de 0'40 m. de ancho,
que sale de debajo del talud inferior del muro sur-norte del Estrato 111 y que
se perdía, por d estrucción al parecer, a unos 0'45 m. hacia levante, y un
tercero, en la parte más meridional del d epartamento, en d irección oesfeeste, que saliendo de debajo del muro del Estrato 111 y del muro corto reseñado en el Estrato IV se pierde por deba jo del ta lud de la pared de levante
del departa mento; la cara sur de este muro quedaba debajo de la zona en la
que en el Estrato 11 se levantaba el muro merid ional d el espacio. Estos tres
5
[page-n-36]
34
B. PLA BALLBSTBa
muros eran de construcci6n deficiente, de piedras medianas y gruesas sin
desbastar y asentadas en seco, alcanzando sus partes inferiores una profund idad media de 1'65 m.
MATERIALES
Estrato l.-Escasos fragmentos de vasos ibéricos corrientes. entre ellos
unos pocos con decoración geométrica pintada de temas simples.
Estrato II.--Casi en la base del estrato, a O'SO m. de profundidad y en el
mismo rincón formado por el ángulo noroeste d el d eparta mento, apoyado
sobre una pequeña losa colocada horizontalmente. apareció un vaso de pequeñas dimensiones, ibérico, que contenia un pequeño tesoro. Este se camponla d e las siguientes piezas: Dos pendientes de oro en forma de arete sin
cerrar, terminados sus extremos en afi ladas puntas V ten iendo el cuerpo progresivamente de mayor d iá metro hasta su parte central, o sea ligeramente
amorcillados, portando en las partes cercanas a los extremos un finísimo hilo,
tamb ién de oro, arrollado (Iám. XXIX, 6); una sortija del mismo metal, for·
mada por una cinta de sección rectangu lar aplanada, lisa, arrollada en espiral
(Iám. dicha, 6 bajo); una sortija de plata con cha t6n decorado en bajorrelieve
representando un grifo o un pegaso (la misma lám. 3), otras dos sortijas
de plata formadas por cinta arrollada en espiral, una presentando en la cara
externa acanaladuras y la otra una serie de pequeños trazos incisos (Iám.
citada, 1); un pequeño conjunto de diminutos fragmentos de laminillas de
oro, observándose en algunos de ellos y en relieve unas pequeñas ovas, como
d iminutos alveolos para engarzar cabujones, por lo que las consideramos
como partes de algún objeto de adorno, posiblemente diadema o collar
(Iám. XXIX, 7); dos pequeñas cuentas de collar, de plata, bitroncoc6nicas;
un didracma de plata, de los llamados quadrigatus, con cabeza janiforme,
laureada, de los Di6scuros en el anverso y Júpiter con rayo y cetro montado
en una cuadriga conducida por una Victoria y cartela inferior con la leyenda
ROMA incusa en el reverso: presenta la particularidad de llevar un orificio
próximo al borde como hecho para ser suspendida y, además, estar atravesada en su centro por un pequeño vástago de h ierro, lo que podría significar
su uso como adorno en un momento posterior a su acuñación y, quizá, cuando
ya no estaba en uso (Iám. mencionada, 4) ; su peso es de 6'47 gramos y su
m6dulo de 23'42 mm.; una dracma ampuritana de p lata, de las de tipo de
cabeza femenina a la derecha en el anverso y Pegaso a la derecha con parte
de la leyenda en caracteres griegos (EMPO)RITON y gráfila de puntos en
el reverso (Iám. dicha, 5), y dos fragmentos de otras dos dracmas de piafa,
de t ipo semejante a la descrita antes, al parecer (Iám. citada, 2), siendo de
destacar que en las fracturas que ambas monedas presentan se ve que tenían
el alma de plomo y que solamente estaban recubiertas por una no muy espesa
[page-n-37]
LOS VILLARIlS
3S
capa de plata. Por la cronología de la moneda romana --2.25 a 212 a. de
J . C.- y de las dracmas ampuritanas -218 a 120-- el tesorillo pudo ser
ocultado durante la segunda guerra púnica o qu izá, aún en tiempos más
tardíos u.
El resto del material era casi exclusivamente cerámico: de vasijas de tipo
ibérico aparecieron numerosos fragmentos aunque bastantes menos de los
encontrados en el estrato correspondiente de los departamentos 1 y 2: sus
características de pasta, formas y, en su caso, decoraci6n eran semejantes
a las descritas al reseñar las de los mencionados departamentos, destacando
unos vasitos ca liciformes y varias pequeñas páteras. También se vieron unos
pocos fragmentos de vasos de cerámica arcaizante, la mayor parte pertenecientes a vasijas hechas a torno. Además apareci6 una f usayola y una cuenta
de collar esférica aplanada de pasta vítrea polícroma. El meta l que pudo detectarse estaba en tal estado de corrosi6n que no se pudo identificar ningún
t ipo de arma o utensilio.
Estrato III.-Dio muy poca cerámica, de t ipo ibérico en su mayorla, apareciendo la casi tota lidad de lo hallado en la primera capa del estrato, de unos
diez centímetros de espesor: entre ellos destacan unos cuantos t iestos pertenecientes a una gran vasija de doble asa y con decoraci6n geométrica pintada. Más escasos aún fueron los fragmenos de cerámica hecha a mano, de
pasta grosera con piedrecillas para la reducci6n, de coloraciones que van
del rojo oscuro al negro. los t iestos fueron escaseando conforme se profund izaba hasta ser prácticamente estériles las capas más hondas.
Estrato IV.-Escasos restos arqueológicos. Todavla menos fragmentos
cerámicos que en el estrato anterior y todos de vasijas hechas a mano de
cerámica grosera y con p iedrecillas en la masa para la reducci6n. Entre ellos
se destacaron varios pertenecientes a una vasija con cord6n horizontal en
relieve d ecorado con impresiones digitales, posiblemente correspondientes
al mismo vaso del que ya salieron fragmentos en los departamentos 1 y 2.
Estrato V.- Prácticamente estéri l. Algún escaso fragmento de vasija hecha
a mano, de pasta grosera con piedrecillas en la masa y de coloraci6n casi
negra, muy pequeños.
DEPARTAMENTO 4
Su excavaci6n se lIev6 a cabo durante los días 29 a 31 de agosto de 1957.
Era un espacio ligeramente trapezoidal, de 2'30 m. de largo por 2 de ancho
que en real idad parecía un compartimento del número 2 en cuyo ángulo
(IJ)
P. P. RIPOLLES ALEGRE: d..a circulación monelana en las Ilerras valencianas
duranle la anli¡Uedad-. Tesis de Lieencialura leida en la Universidad de Valencia en el
eurso 1978 - 79.
[page-n-38]
36
El. PLA BALLI! S TI!R
noreste se hallaba. lindaba por norte con el talud dejado si n excavar, por
este con el departamento 5 y por sur y oeste con el departamento 2 d el que
lo separan dos muros e n ángulo casi recto hechos d e adobes. Véase figuras
4 y 5.
ESTRATlGRAFIA
Estrato l.-De unos 0'20 m. de espesor med io. Tierras revueltas por el
laboreo agrícola de color pardusco con restos de adobes. techumbre y muy
poca cerámica. A lrededor de los d iez centímetros de hondo aparecieron las
partes superiores de las paredes norte y este.
Estrato n,-Desde 0'20 a 0'55 m. de profundidad, poco más o menos.
Tierra d e coloración pardo-rojiza con muchos restos de adobes caídos y de
techumbre desplomada. Hacia los 0'30 m. de hondo afloraron otros dos muros en ángulo casi recto. hechos de adobes y que constituían las paredes res·
tantes. l a base del estrato, en la que se apoyaban los muros, era una especie
de suelo de t ierra apisonada endurecida al fuego.
Estrato III.-De 0'55 a 1'10 m. de hondo medio. Capa irregular de t ierra
rojiza con abundantes cerá micas en la que se vio una zona gris-blancuzca
que contenía numerosos fragmentos d e carbón; por debajo, entre 0'75 y 1 m.,
aparecieron en algunos sectores, principal mente en los inmediatos a la pared
de poniente muchas piedras e inferior a esta capa había otra de tierra amarillenta.
Estrato IV.-De 1'10 a 1'35 m. de profund idad media. En la capa superior
se encontraron las partes altas de dos muros en ángulo recto cuya base
estaba de , '25 a 1'30 de hondo. El relleno estaba formado en sus capas de
arriba por t ierra suelta, pardo-roj iza oscura, con zonas negruzcas compues·
tas de cenizas y carbones con bastantes p iedras y, por debajo aún había una
capa de tierra amarillo-rojiza.
Estrato V.-De 1'35 m. de profundidad en ad elante. En contacto con la
base del Estrato IV aparecieron las partes superiores d e tres muros cuyas
bases alcanzaron los 1'65 a 1'70 m. de profund idad y que se apoyaban sobre
un suelo de t ierra gris apisonada algo irregular. El relleno estaba formado
por t ierras sueltas, pardo-amari llentas oscuras. y más abajo de 1'70 a 1'75
salía ya la tierra estéril propia de la colina.
ESTRUCTURAS
a) En el Estrato 11 aparecieron los cuatro muros que delimitaban el
departamento, espacio ligera mente trapezoidal. El muro norte era continuación del septentrional de los departamentos 3, 1 y 2 aunque haciendo una
[page-n-39]
LOS VILLARlIS
37
ligera inflex i6n hacia el noreste y también estaba en el mismo ta lud de la
parte en comunicaci6n con la zona sin excavar: era de piedra media na b ien
careada en la parte inferior y de adobes en la superior, estando recubierta
de un enlucido gris que amari lleaba al humedecerse; el muro de levante,
cont inuaci6n hacia el norte del que cerraba por esta orientaci6n el departamento 2, era de adobes en su parte alta y de p iedra mediana, careada y bien
trabada en su parte inferior, teniendo unos 0'30 m. de espesor su mitad
meridional y metiéndose el resto en el ta lud formado por la parte sin excavar;
y los muros sur y oeste, med ianeros ambos con el departamento 2, estaban
totalmente hechos de adobes y tenían una anchura media de 0'25 m. l os
cuatro muros se apoyaba n en fa base del estrato, a cosa d e 0'55 m. de
profundidad.
bl En el Estrato 111 no aparecieron estructuras arquitect6nicas d e ninguna clase.
cl En el Estrato IV, en la capa inmediatamente inferior a la base del
Estrato 1Il, aparecieron las partes superiores de dos muros que formaban
un ángulo casi recto en el centro d el departamento y cuyas bases estaban
a 1'25/ 1'30 de hondo. Uno de ellos, de casi O'SO m. de espesor corria en
direcci6n oeste-este, surgiendo de d ebajo del talud quedado inferiormente
al muro de adobes de poniente y alcanzando 1'60 m. de largo hasta donde
estaba la esquina que forma éste y el que sal i6 en direcci6n norte sur, siendo
indudablemente continuaci6n del muro oeste-este que aparecía a la misma
profund idad en los departamentos 3, 1 y 2; el otro, que formaba ángulo
con éste y que, como hemos dicho, corría de norte a sur, era de casi 0'35 m.
de ancho y surgía por debajo de la zona que en el Estrato JI estaba la pared
d e adobes separaforia de este departamento con el número 2 y llegaba hasta
la uni6n en ángulo casi recto con el anterior, con una longitud de 1'60 m. y
siendo, si n duda, continuaci6n del que en la misma direcci6n salia en el
estrato correspondiente del mencionado departamento 2. Ambos muros eran
d e piedras gruesas, irregularmente careadas las que formaban sus lados y
débi lmente trabadas.
d) Yen el Eslrato V, el más hondo, salieron también los restos de tres
muros, muy bastos, de piedras sin carear y trabadas en seco, cuyas partes
inferiores alcanzaban los 1'65 m. de profundidad. Uno, del que solamente
sali6 una pequeña porción en el ángulo suroeste del espacio, surgía por
debajo de la zona en la que en el Estrato 1I estaban los muros oeste y sur
y se perdía por debajo de la pared oeste-este del estrato anterior: era cont inuaci6n del grueso muro que oblicuamente se dirigía de suroeste a noreste
en el estrato correspondiente del departamento 2 y del que ya había apare_
cido una pequeña porción en el rincón sureste del mismo estrato del departamento 1. Olro muro, en dirección sureste-noreste, salla por debajo d e la
[page-n-40]
38
B. PLA BALLESTBR
pared norte-sur del estrato anterior V, estando en su cara de levante por
d ebajo de la misma, se perdía en la zona inferior del muro oesfe·este del
mismo Estrato IV, siendo continuación del que en el estrato correspondiente
d el departamento 2 corría en la misma dirección. Por ú ltimo, un tercero del
que sólo quedaba una pequeña porción de algo más de 0'20 m. de largo por
casi 0'30 d e ancho, que surgía d e debajo del talud del muro sur, hacia el
norte y que era la parte que restaba en este departamento que ahora descri·
bimos del q ue a igual profundidad apareci6 en el departamento 2.
MAURIALES
Estrato l.-Fue casi estéril. Solamente se recogieron unos pocos fragmentos de vaso cerámicos ibéricos.
Estrato II.-Proporcionó muy escaso material, en su casi totalidad fragmentos de cerámica ibérica, algunos con restos d e d ecoración geométrica
p intada y por lo general muy troceada y d ispersa : sólo podemos destacar e l
hallazgo en e l rincón noroeste del departamento de dos vasijas caliciformes,
de ellas una completa. Además, se recogieron unos fragmentos de vasos de
pasta arcaizante hechos a torno en su mayoría y algunas muestras de metal
completamente corroído por el óxido.
Estrato III.-En la zona en q ue aparecía la tierra gris-blancuzca se encontraron muchos fragmentos de cerámica de tipo arcaizante, de pasta negra o
rojiza, basta, con piedrecillas para la reducción en su masa y en su mayor
parte hecha a mano: entre e lla destacamos varios fondos de vasijas de base
plana, parte de una orza de cuerpo glo bular y boca de borde revertido y
una buena porción de copa q ue conservaba el p ie en forma d e tulipa invertida y la parte inferior del cuenco, con cuello estrecho entre uno y otro.
También d e pasta grosera, negra, se encontró una fusayola d iscoidal y la
mayor parte de una mano de mortero tronco-piramidal cuadrada. Caso excepcional hasta ahora, señalamos el hallazgo, casi e n la base del estrato, de unos
pocos huesos de animales: fragm entos de mandíbulas de cabra, un hueso
largo al parecer de la misma especie animal y una gruesa taba.
Estrato IV.-Bastante cerámica muy fragmentada y toda de pasta grasera, ro ja o negra, con p iedrecillas en la masa, hecha a mano; entre ella se
d ieron unos pocos fragmentos de pasta negra con la superficie brillante,
como si hubiera sido espatulada.
Estrato V.--Casi estéril. Solamente se dieron unos escasos restos de vasos
cerámicos de pasta muy grosera, con coloraciones que van d el rojo al negro
y con abundantes p iedrecil las para la reducción en la masa.
[page-n-41]
LOS VILLAR8S
39
DEPARTAMENTO 5
Este d epartamento por d iversas causas, especialmente por las circuns·
tancias y condiciones del terreno, sólamente se excav6 parcialmente en su
parte occidental. Se trabaj6 en él durante los días 29 y 31 d e agosto de 1957.
Por lo que se puso al d escubierto debfa ser un recinto rectangular de unos
3'60 m. de long itud de norte a sur y con una anchura desconocida de momento a causa de la interrupci6n d e los trabajos, pero que tendrfa más de
2'50 m. de oeste a este. Sus lindes eran: por el norte la zona sin excavar que
se d ej6 en toda esta parte del terreno, por este la que también se dej6 si n
excavar al interrumpirse la exploraci6n del recinto, por el su r la Calle A y por
oeste los d epartamentos 2 y 4. Véase figura 4.
ESTRATIGRAflA
Estrato l.- Hasta 0'20 m. d e profundidad med ia. Tierra de coloraci6n par·
dusca revuelta por las labores agrícolas. Prácticamente estéri l.
Estrato II.-Aproximadamente de 0'20 a 0'55 m. de hondo. Tierras sueltas
de coloraci6n pardo.rojizas f ormadas principa lmente por los adobes caldos
d e las paredes y por los restos de techumbre desplomada. A una profundidad
aproximada de 0'30 m. aparecieron las partes superiores de los muros norte,
sur y poniente que se asentaban sobre el suelo de t ierra apisonada, endur&cida por el fuego.
No se profundiz6 por debajo de los 0'55 m. en espera de hacerlo cuando
el departamento quede totalmente d elimitado.
ESTRUCTURAS
En el Estrato 11 y a cosa de 0'30 m. de profundidad empezaron a asomar
tres de las paredes d el departamento, las norte, sur y oeste; la de levante
no se lIeg6 a alcanzar cuando se interrumpi6 la excavaci6n d el recinto. El
muro norte era de piedra mediana, b ien careada y trabada, que aparecía en
el mismo talud de la parte septentrional, pero que no era cont inuaci6n del
que por esta orientaci6n cerraba los departamentos 3, 1. 2 y 4, sino que f or·
maba una especie de entran te en relaci6n con aquél. la pared sur, que sepa·
raba el departamento d e la Calle A era continuaci6n del correspondiente
de los demás d epartamentos de este grupo constructivo, de igual ca lidad, o
sea de piedras med ianas y grandes, careadas y b ien trabadas, pero de menor
anchura, de casi 0'40 m. de espesor. y la pared oeste, que separaba este
espacio de los departamentos 2 y 4 era, como ya se dijo al tratar de ella
cuando se describ ieron éstos, de adobes en su parte superior y de piedra
careada y b ien trabada, de tamaño medio, en su porci6n inferior, ten iendo
[page-n-42]
E. 1'LA BALL ES TER
cerca de 0'30 m. d e espesor. las tres paredes se asentaban, hacia los 0'55 m.
de hondo, sobre el suelo de tierra apisonada endurecida por el fuego.
MATERIALES
Estrato I.-Prácticamente estéril. Muy pocos y muy pequeños fragmentos
de cerámica ibérica entre [os que se vieron unos cuantos con decoración
pintada de tipo geométrico simple.
Estrato n.- También proporcion6 escaso material, exclusivamente formado
por cerámica ibérica y entre la que se dieron unos pocos fragmentos p intados con decoración geométrica sencilla. En general [os tiestos eran de pequeño tamaño y se hallaba n muy d ispersos, por lo que no podemos señalar
la existencia de ningún tipo específico de vasi ja.
DEPARTAMENTO 6
Se le d io en princip io esta denominación a la zona comenzada a excavar
el d ía 30 de agosto de 1957 a l sur del departamento 2. Como al profundizar
hasta 0'20 m. se o bservó q ue no se trataba de ningún recinto cerrado sino
q ue era un amplio espacio empedrado con señales de carri ladas que se continuaba hacia poniente y levante, se llegó a la conclusi6n, posteriormente
confirmada, de q ue se trataba de una calle, la Calle A, de la que daremos
cuenta luego, cuando se d escriban ésta y la Calle B, perpendicular a la misma
y situada más hacia poniente.
DEPARTAMENTO 7
Fue excavado durante los d ías 4 y 10 a 12 de agosto de 1959. Tampoco
se trata de un departamento sino de un espacio existente a poniente del
número 3, de l que se encontraron sus [imites este y oeste, mientras que por
el sur q uedaba cortado por la Calle A y por el norte continuaba metiéndose
por debajo del ta lud de [a zona sin excavar. El límite oeste debía tener un
muro, pero sólo se encontraron de él ligeros vestig ios. Así, pues, los lindes del
espacio tal y como los dejamos al interrumpir su excavación, fueron los sigu ientes: por e l norte el talud mencionado, por el este el espacio existente
entre este d epartamento y e[ número 3, por e l sur la Calle A y por pon iente
otro amplio espacio q ue lo separa del departamento 8. En d ifinit iva, era una
especie de pasillo estrecho, de 1' 30 a 1'60 m. de ancho según la zona. Véase
figura 4.
[page-n-43]
LO S VILLARBS
41
ESTRATIORAflA
Estrato l.-Hasta 0'20 m. de profundidad media. Tierras parduscas muy
revueltas por las labores agrícolas.
Estrato n.- De 0'20 hasta 0'55 m. de hondo medio. Desde la superficie
hasta el fondo apareció un relleno con abundantes piedras med ianas mezcladas con t ierras pardo-oscuras. Sa lieron las paredes este y oeste que se
asentaban en la misma base del estrato.
Estrato III.-De 0'55 a 1' 10 m. de profundidad media. Tierra rojiza con
algunas manchas oscuras, bastante pedregosa. l os pedruscos aparecieron con
mayor abundancia conforme se profundizaba.
Estrato IV.-De 1'10 a , '30 m. de hondo medio. En la capa superior
aparecieron las partes altas d e unos muros. Tierra pardo-rojiza con abundantes piedras sueltas, las que aumentaban en número y tamaño conforme
se iba profundizando. En las últ imas capas el eslrato se h izo total mente
estéril, por lo que alrededor de los 1'30 m. de hondo se interrumpió la
excavación.
ESTRUCTURAS
a) En el Estrato 11, como se ha dicho, aparecieron dos muros, el de
levante y el de pon iente. Surgieron a cosa de 0'25 m. de hondo y se asentaban sobre el fondo, a 0'55 m. de profund idad. El de levante, que se descubrió en una longitud de casi 5'SO m. d e norte a sur, quedaba interrumpido
septentrionalmente por el ta lud de l campo sin excavar, mientras que por el
sur parece que terminaba en el mismo limite del pasillo con la Calle A ; su cara
este, que quedó perfectamente limpia, mostraba una estructura de buena
ca lidad, de p iedras medianas, careadas y bien trabadas, mientras que su cara
de poniente no se descubrió por quedar metida en el amplio espacio existente
entre este departamento o pasillo y el departamento 3: catas realizadas a este
lado nos mostraron que sólo tenía la cara de levante, mientras que por el
lado opuesto se real izó un relleno' de t ierras y piedras que formaban la zona
de separación con el mencionado departamento 3. Del muro de poniente
apenas si se encontraron vest igios, hallándose en su casi tota lidad destru ido;
al igual que ocu rría con el muro de levante, la cara opuesta a la que daba
al espacio que ahora describimos, que no estaba careada, la const ituía un
relleno que formaba una amplia zona de separación entre este departamento
y el número 8, zona que tenía de 2'50 a 3 m. d e ancho, según el lugar.
b)
turas.
6
En el Estrato 111 no aparecieron muros ni ninguna otra clase de estruc-
[page-n-44]
42
H. PLA BAlLI!SrER
e) En el Estrafo IV, como ocurría en el correspondiente de los departa.
mentas 1 a 4, aparecieron parte de dos muros de gruesas piedras irregular·
mente careadas só[o en las partes lalerales y débilmente trabadas. Ambos
corrían paralelos de noroeste a sureste y estaban en parte metidos en la zona
en la que en el Estrato 11 se levantaban [as paredes de levante y de poniente
del d epartamento. El muro oeste, salía de deba jo del ta lud de la Calle A y
oblicuamente s.e metía por debajo del de la pared del mismo lado del Estra·
lo 11 ; el este, surgía del talud dejado en la parte norte del espacio y se perdía
por debajo de la zona en la que en el estrato últimamente citado estaba el
muro de levante. Del muro de poniente sólo se vio parte de su lado este, que·
dando buena porción debajo de las zonas indicadas. l o mismo ocurría en el
otro, cuya mayor parte quedó oculta debajo d e la pared este.
MATERIALES
Estrato l.- Fue prácticamente estéril no apareciendo más que algunos
escasos y pequeños fragm entos de cerámica de tipo ibérico.
Estrato II.-Dio muy poco material. Algunos fragmentos de cerámica de
tipos ibéricos y arcaizante y un clavo de hierro, largo, muy oxidado. la cerá·
mica no permit ió d istinguir formas de vasija alguna.
Estrato IIJ.-Abundó más la cerámica que en los estratos superiores. En
su mayor parte era de tipo arcaizante, aunque también salieron unos pocos
fragmentos de t ipo ibérico. Sólo podemos destacar el hallazgo de un mo.
rrillo de pasta grosera con piedrecirtas en la masa, de sección prismático.
triangu lar.
Estrato IV.-Toda la cerámica que se recogi6 era de tipo arcaizante y
en su mayor parte perteneciente a vasos hechos a mano. Destacamos un
fragmento de pequeña olla de cuerpo globular con boca de borde revertido
con franja horizontal formada por un cordón en relieve con d igitaciones y
de superficie brillante como si estuviera espatulada, y un tiesto con decora·
ción incisa compuesta por filetes y líneas oblicuas entre e llos. De metal hay
que destacar el hallazgo de una pulsera de bronce de sección circu lar, abierta
y con semiesferillas achatadas en los extremos.
DEPARTAMENTO 8
Se excavó durante los días 5 a 7 de agosto de 1959. Es un recinto ligeramente trapezoidal de 3'70 m. de longitud media por 2'45 m. de ancho medio.
Sus limites son: por norte, talud de la zona sin excavar; por levante, el espacio formado por un amplio pedrizal, de 2'50 m., que lo separa del departamento 7; por sur, la Calle A, y por oeste, el departamento 9. Véase figura 4.
[page-n-45]
LOS VILLA.RES
43
ESTRATlGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'20 m. de hondo medio. Tierra suelta de coloraci6n pardusca, con abundantes piedras y revuelta por las labores agrícolas.
Estrato n.-De 0'20 a 0'55 m. de profundidad media. Relleno formado
por el derrumbamiento de las paredes y el desplome de la techumbre. Alre-
dedor de los 0'30 m. aparecieron las partes superiores de los muros q ue delimitaban el recinto. En las capas más altas, piedras caídas de las paredes formando como un pedrizal, mezcladas con restos de adobes. Debajo de este
nivel, tierras rojas con adobes deshechos y techumbre con muchos carbones
y grandes manchas de cenizas. Entre los O'SO y 0'55 m. de profundidad
apareci6 un piso de tierra endurecida que en algunos puntos presentaba
unos círculos de cenizas que señalaban la existencia de hoyos que atravesaban el piso y que una vez vaciados sólo dieron cenizas y carbones, como si
hubieran servido de base a unos postes de madera.
Por debajo de 0'55 m. de profundidad no se prosigu i6 la excavación.
ESTRUCTURAS
En el Estrato 11 estaban los cuatro muros que cerraban el departamento.
Eran de buena calidad constructiva, de piedras medianas, más bien grandes,
careadas y bien trabadas. El muro norte solamente presentó su cara meridional quedando la opuesta metida en el tal ud de la zona sin excavar; lo
mismo ocurría con el muro de levante que, además, apareció incompleto,
seguramente perdido su tramo central por derrumbe; la pared sur, lindante
con la Calle A, tenfa casi 0'40 m. de espesor y, la de poniente, colindante
con el departamento 9, era de cerca de O'SO m, de ancho. Todos estos muros
se apoyaban en el piso de tierra endurecida que saHa en la base del estrato,
a 0'55 m. de profundidad media.
MATERIALES
Estrato l.-Numerosos fragmentos pequeños de cerámica; f ue más abundante la ibérica, siendo frecuentes los tiestos con decoración de temas geométricos pintados, pero también fueron bastantes los pertenecientes a vasijas
de tipo arcaizante.
Estrato n. -Numerosos tiestos de cerámica ibérica con y sin decoración,
un par de piezas de vasos áticos y abundantes fragmentos de tipo arcaizante
entre los que había algunos hechos a mano. También se dieron unas pocas
muestras de metal muy oxidado.
De cerámica ibérica de tipo corriente en este yacimiento se destacaron
varias páteras de tamaño pequeño, algunos fragmentos que señalaban la
existencia de vasos de base plana y otros pertenecientes a vasijas de mediano
tamaño,
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E. PLA BALLBSTBR
De cerámica ática se encontró la base de un posible kylix-skyphos de pie
relativamente alto y moldurado en su cara externa, de pasta de excelente
calidad, gris roj iza, cubierta de barniz negro brillante y regularmente aplicado
en toda su superficie excepto en la cara inferior que se dejó en reserva
pintándose en ella, también en negro brillante, una franja circular y un
filete concéntrico en la parte cercana a la pared interna del p ie y un punto
rodeado por una diminuta circunferencia en el centro; en el fondo interno
iban cuatro palmetas simétricas impresas alrededor de una pequeña circunferencia incisa con instrumento de punta roma e inscrita a otra circunferencia exterior también incisa con punzón de punta roma (Iám. XXV, 4). Esta
pieza creemos que puede situarse en el primer cuarto del siglo IV a. de C.
De cerámica precampaniense apareció otra base, quizá perteneciente a
una pátera de la f orma lamboglia 21, de pasta gris amarillenta, barniz negro
fino y brillante que en su fondo interno tomó una coloración rojiza seguramente a consecuencia de la util ización de la vasija, algo picado en la cara
externa de la base, que cubría toda la superficie excepto el surco que corre
por la unión de la copa con el pie y la uña existente en el plano de apoyo
de la base, que se dejaron en reserva, pie vertical algo convexo en su cara
externa con uña destacada en el borde infer ior y ónfalo saliente en su fondo
externo; en el interno decoración de palmetas ligadas impresas ( lámina
XXV, 5). Podemos situar esta pieza hacia la mitad del siglo IV a. de C.
También se encontró, en la parte más honda d el estrato, en su r incón
noroeste, un fragmento de vaso de forma indeterminada tota lmente cubierto
en su cara externa de pintura o barniz rojo de buena calidad.
Por último, en lo que respecta a hallazgos cerámicos, consignamos la
presencia de dos manos de mortero de tres brazos.
De metal sólo se distinguieron, entre los fragmentos muy oxidados e indeterminables, cuatro clavos y una barrita de sección rectangular, de hierro y
la agu ja de una fíbula anular, de bronce.
DEPARTAMENTO 9
No resultó ser un departamento sino un espacio estrecho y alargado, una
especie de pasillo, existente entre los departamentos 8 y 10, cuya parte sur
quedaba cortada por la Calle A y su porción norte continuaba por debajo
del talud de la zona sin excavar. Esta especie de pasillo tenía entre 070 y
0'85 m. de anchura. Véase figura 4.
UfRATIO.AFIA
Estralo l.-Hasta 0'20 aproximadamente de profundidad. Tierra superf icial, pardo-rojiza, revuelta por las labores agrícolas.
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lOS
VlllARES
45
Estra to n.- De 0'20 a 0'55 m. de profundidad media. Relleno f ormado por
tierras rojizas casi exclusivamente compuestas d e restos de adobes y piedras,
conten iendo numerosos fragmentos de cerámica.
N o se profundizó la excavación de este espacio por debajo de los 0'55 m.
d e hondo.
ESTRUCTURAS
En el Estrato I1 solamente salieron dos muros que al corresponder a los de
pon iente del departamento 8 y levante del 10, no describimos aqul. 5610
queremos destacar que la cara oeste del muro que separa esta espede de
pasillo d el d epartamento 8 conservaba en algunos puntos un buen enlucido
gr isáceo.
MATERIALES
Sólo se recogieron cerámicas, en su mayoría ibéricas, muy fragmentadas
y entre las que no se pudo ident if icar n inguna pieza de interés.
DEPARTAMENTO 10
Este departamento, último p::>r p::>niente de los dos conjuntos de edificaciones que se exhumaron al norte de la Calle A , fue excavado durante los
días 8 y 10 de agosto de 1959. Era un espacio algo trapezoidal de 2'10 m. d e
ancho medio por 3'70 de longitud media. lindaba p::>r el norte con una de
las zonas sin excavar, por el este con el p::>sible pasillo al que hemos dado
el número 9, por el sur con la Calle A y por oeste con el resto d el campo si n
excavar. Véase f igura 4.
ESTRATIORAFIA
Estrato l. -Hasta 0'15 m. de hondo poco más o menos, Tierras pardoroj izas revueltas por las labores agrícolas, con abundantes fragmentos cerámicos,
Estrato II.- De 0'15 a 0'55 m. de profund idad med ia. En la capa superior
aparecen las partes altas d e los cuatro muros que delimitan el recinto, Tierras
rojizas muy sueltas, p::>r debajo de las cuales apareció una capa de espesor
irregu lar gris oscura, cenicienta, que conforme se ahondaba tomaba una tonalidad roj iza.
Estrato III.-De 0'55 a 1 m, de hondo medio. Tierra formada por restos
de adobes con abundantes p iedras. En su base apareció un piso de t ierra muy
dura .
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E. PLA BALLESTER
Estrato IV.--Oe 1 a 1'35 m. de profundidad media. Relleno de piedras y
tierra cenicienta. En algunas zonas las cenizas a causa de su mezcla con
t ierras arcillosas, tomaban una tonalidad rojiza.
Estrato V. -De 1'35 a 175 m. de profund idad media. A lrededor de los
1'40 m. de hondo apareci6 la parte superior de un muro. El resto estaba formado por un relleno de t ierras semejantes a las del estrato anterior, más
pedregosas y de coloraci6n más rojiza.
ESTRUCTURAS
a)
En el Estrato 11 salieron cuatro muros cuyas parles altas aparecían
a 0'15 m. de hondo aproximadamente. De ellos, el norte s610 dio su cara
meridional por estar el resto metido en el talud de la parte del campo sin
excavar; el de levante, medianero con el recinto número 9, tenia 0'40 m. d e
espesor y salió incompleto, terminando por el sur a 3'25 m. de su arranque,
antes de llegar a la altura del muro merid ional ; éste, separatorio del departamento con la Calle A, tenía 0'35 m. de ancho y también apareci6 incompleto,
perdiéndose a los 1'40 m. de su arranque occidental, y el muro de poniente
s610 mostrÓ su cara que daba al interior del recinto quedando el resto debajo
del talud de otra zona sin excavar. Asi, pues, qued6 conformado el departamento con una planta ligera mente trapezoidal cuyo perímetro quedaba incompleto, por rotura, en su ángulo sureste.
b) En los Estratos 111 y IV no aparecieron estructuras arqu itectónicas de
ninguna clase.
c) En el Estrato V, en el rinc6n suroeste ya unos 1'40 metros de profundidad media aparecieron los restos de un muro, basto, de piedras sin
carear y trabadas en seco, que saliendo de la parte inferior del talud que
quedaba por debajo del ángulo formado por los muros sur y oeste del
Estrato 11 , se dir igía hacia el norte, algo convergente respecto al talud occidental, hasta meterse tota lmene en él. S610 se descubri6, pues, la parte
oriental de este muro, quedando el resto dentro de los taludes mencionados.
Debía tener un espesor grande, pues en su porci6n sur sobresa lía ya 0'60 m.
y la longitud del tramo que quedó al descubierto alcanz6 algo más de 2'50 m.
La base de esta pared estaba a 1'65 m. de profundidad. También, y por
debajo de la zona central del talud norte surgieron los restos de otro posib le
muro del que solamente se encontró un tramo de 0'65 m. de ancho por
O'SO m. de largo, siendo sus característ icas semejantes a las del muro anterior.
MATERIALES
Estrato l.-Abundaron los fragmentos d e cerámica ibérica, muy troceada
y dispersa y se vieron algunos t iestos de tipo arcaizante.
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LO S VILLA RES
47
Estrato II.-Muy pocos restos cerám icos y todos en fragmentos muy pe_
queños: entre ellos la ma yoría eran de vasos ibéricos, algunos con restos de
decoraci6n geométrica pintada. los escasos de tipo arca izante q ue aparecieron perteneclan a vasos hechos a torno.
Estrato III.-Restos todavía más escasos que en e l estrato anterior. Predominan entre las cerámicas las d e tipo arcaizante, principa lmente las pertenecientes a vasijas hechas a torno y todavía aparecieron algunos fragmentos
de tipo ibérico.
Estrato IV.- Pocos fragmentos cerámicos aunque algo más abundantes que
en el estrato anterior. Todos son de cerámica basta, d e coloraciones q ue van
desde e l rojo al negro, con piedrecillas en la masa y en su mayor parte pertenecientes a vasijas hechas a mano.
Estrato V.- Fue relativamente abundante la cerámica q ue se recogi6 toda
de pasta g rosera, roj iza o negruzca, con piedrecillas para la reducci6n en la
masa y correspond iente a vasos hechos a mano. Entre los fra gmentos encontrados pudimos identifica r varios cuencos, una cazuela d e boca revertida con
estrangulamiento por debajo del borde, una orza de base c6ncava, el fondo
completamente plano d e un vaso de forma indeterminable y la mayor parte
de una ollita de cuerpo g lobular con ancho muñ6n vertical horadado horizontalmente.
Además salieron dos discos de cerámica de la misma calidad q ue la de los
vasos descritos, como tejuelos, recortados quizá sobre fragmentos de vasijas
grand es y con taladro circular central.
Por óltimo. d ebemos mencionar la existencia de un punz6n de hueso
hecho sobre metapodio de ovicáprido cortado lo ngitudinalmente.
CAllES A Y B
Al excavar al sur del departamento 2 apareci6 un gran empedrado que,
como se dijo al dar noticia d el espacio número 6, se continuaba hacia levante
y poniente. Este mismo empedrado sali6 a l sur de los departamentos 1 y 3 y,
al ser descubierto y limpiado, se vio que correspondía a una calle, la Calle A;
esto qued6 confirmado al estudiar su prolongaci6n hacia poniente, por la
zona merid ional d e los departamentos 7 a 10.
Esta Calle A, pues, qued6 descubierta en un tramo d e 23 metros y tenia
una anchura que osci laba. midiendo entre las caras externas de las habitaciones enfrentadas, d e 2'60 m. hasta casi cuatro. Su piso estaba formado por un
e mped rado irregu lar de piedras de med iano tamaño y pequeñas fuertemente
fijadas a l suelo y sin labrar, notándose claramente en muchos casos e l d es-
[page-n-50]
I!. PLA BALLESTEa
gaste que en las piedras produjo el paso de los vehículos, que formaban dos
,
carriladas paralelas separadas entre sf de 1'30 a 1'40 m. (Iám. 1 4) . A esta
calle desembocaba, por delante de la zona en q ue están los d epartamentos
7 y 8, otra, la Calle S, más ancha, entre 4 y 4'SO m. que abocaba a aquella
entre los departamentos 11 y 13 del grupo merid ional de edificaciones excavadas, y de la que se descubrieron casi 8 m. de longitud (figura 4) .
las carriladas que se veían en la Calle A mostraban una curva que enfilaba la Calle S, doblando la esqu ina del departamento 13.
Hemos de anotar la particularidad de la existencia, junto a las fachadas
de las casas que daban a la Calle A, de unas ahiladas de piedras grandes,
generalmente aplanadas en sus caras superiores, como si formaran sendas
aceras.
También es interesante destacar que la superficie de las calles salla a
O'SO m. de profund idad y por lo tanto a un nivel ligeramente superior al de
los fondos de las casas, desnivel que en dos de ellas, las números 13 y 14,
se salvaba mediante un esca l6n que se describirá en el lugar oportuno.
la excavaci6n y estudio de las dos calles se IIev6 a cabo durante los días
30 y 31 de agosto de 1957 y 4,7 y 14 del mismo mes de 1959.
E 5 TRATlGRAFIA
Estrato l.- Hasta 0'15 a 0'20 de hondo medio. Tierra superficial pardusca
en la mitad oriental, pardo-rojiza en su zona central y casi roja hacia poniente.
Algunos fragmen tos de cerámica.
Estrato II.-De 0'15/ 0'20 a 0'60/ 0'70 m. de profundidad media. Hasta los
O'SO m. de hondo apareci6 un relleno de tierras parduscas que, según zonas,
mostraba unos amplios sectores de cenizas y carbones que, al sur del departamento 3 constituían una amplia y espesa capa de tierra negra y, al sur de los
7 a 10, eran algo más claras pero con abundante mezcla de cenizas. Estos
restos de tierras con cenizas y las zonas en las que además se velan carbones
estaban siempre en contacto con e l empedrado de la ca lle. El empedrado
salía a los O'SO m. de hondo medio y se apoyaba, según se pudo comprobar
en unos puntos en los que se estudi6, sobre un lecho de media nas y pequeñas piedras, gravi llas y tierra, encontrándose entre este relleno a lgún frag mento cerámico.
Para no destruir el empedrado de la calle no se profund iz6, de momento,
por debajo del mismo.
MATERIALES
Estrato r.- pocos fragmentos de cerámica, en general de tipo ibérico,
decorados y sin decorar, con algún tiesto de carácter arcaizante.
[page-n-51]
LO S VILLA RES
••
Estrato II.--fue irregular el hallazgo de restos arqueológicos. A l sur d el
departamento 2 abundó la cerámica de t ipo ibérico, muy fragmentada, entre
la que se vio un vasito caliciforme, un pequeño pondus, una fusayola y una
mano de mortero de tres ramas. La zona meridional del departamento 3 dio
poca cerámica y la p ieza talonera de un acicate de hierro. Y en la zona al
sur de los departamentos 7 a 10, también fue abundante la cerámica recogida,
en su casi totalidad ibérica y entre la que se vieron numerosos fragmentos
de vasijas de gran tamaño y otros pertenecientes a vasos decorados con temas
g eométr icos senci llos en pintura roja y rojo-vinosa. Entre los ejemplares cerámicos ibéricos hemos de destacar la presencia de un gran oinochoe de cuerpo
piriforme, base en ligero resalte y boca trilobulada que ll eva un resalte en la
zona de unión del cuello con el cuerpo (Iám. VIII, 2) .
También d ebemos mencionar la existencia de un kylix ático de barn iz
negro, sin peana, de paredes oblicuas bastante finas con labio marcado en
el interior y exterior y pie normal con surco en la cara externa del borde; es
d e pasta roja de buena ca lidad y el barniz negro, muy bril lante, cubre toda
la superficie interna y externa excepto la parte interior de las asas, la zona
existente entre los arranques d e ellas, el canto del pie y la zona inferior de
la base que se dejaron en reserva, y decorada esta última con un punto
negro central rodeado por una pequeña ci rcunferencia (Iám. XXVI, 4) . Se
sitúa este vaso a principios del siglo IV a. de C.
E igualmente de cerámica de barniz negro se recogió el borde de una
pequeña crátera de la que no se puede afirmar a qué t ipo de la forma Lambog lia 40 pueda pertenecer pero al que se le puede dar una cronología
amplia, dentro del siglo IV a. de C.
Fueron escasos los fragmentos de vasi jas de tipo arcaizante, hechas a
torno. Y entre las cerámicas no propiamente ibéricas debemos señalar la
existencia de un fragmento de borde de vasija de forma indeterminable, de
paredes finas y pasta amari lla porosa con decoración pintada bicroma : una
ancha franja y una zona de finos filetes horizontales de color rojo vinoso y
una franja en el mismo borde, otra delimitando inferiormente la ancha zona
rojo vinosa, serie de semicircunferencias concéntricas colgando de ella y un
filete inferior, todo en color castaño negro.
DEPARTAMENTO 11
Se excav6 durante los dias 10 a 15 de agosto de 1959 si n que se pudiera
d escubrir todo su perimetro. Es de dimensiones anorma les por su extensi6n
y de planta irregular: de norte a sur se ve un primer espacio casi rectangular,
de 2'50 m. de ancho por 2 de largo, seguido por otro semejante pero más
ancho, de 2'80 m. y de casi la misma longitud, y de un tercero que aún se
7
[page-n-52]
so
B. PLA. BALLBSTBR
ensancha más hacia poniente, sin que se alcanzara a encontrar sus muros
sur y oeste. la extensi6n lotal excavada fue de siete metros de norte a sur
V de los indicados de este a oeste. En su estado actual linda por norte con la
Calle A, por este con la Calle B, por sur con zona no excavada y por oeste con
el departamento 12 y zona sin excavar. Véase figura 4.
ESTR,ATlGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'15 de profundidad media. Tierra pardusca revuelta
por las labores agrícolas.
Estrato H
.-De 0'15 a 0'40/0'50 m. de hondo med io. Entre los 0'15 m. V
los 0'20 de hondo aparecieron las partes superiores de los muros norte, este
y oeste que descansaban sobre el suelo de tierra endurecida que salía entre
los 0'40 y O'SO m. de profundidad. El relleno estaba formado por tierras muy
oscuras con amplias y numerosas zonas de cenizas y carbones.
!'-Jo se profund izó por debajo del p iso que salía a 0'50 metros, poco más
r, menos, de hondo.
ES T R UCTU R AS
En el Estrato 11 salieron, como se ha dicho, las paredes norte, este y oeste.
la sur, así como la que cerraba por poniente el ensanchamiento merid ional
del espacio excavado, no llegaron a localizarse. Excepto e l tramo septentrional
de la pared oeste, q ue era de p iedra en su parte inferior y de adobes en la
superior, el resto eran muros de piedra de tamaño med iano, b ien careadas y
trabadas. El muro norte, que da a la Calle A, tenia casi 0'50 m. de ancho; el
este, que formaba ángulo con e l anterior, se d irigía hacia el sur hasta los
4'70 m. en donde formando un codo se continuaba hasta perderse en el
talud de la zona sin excavar dos metros más adelante, y el oeste, presentaba
tres tramos: el primero, que formaba ángulo recto con la pared norte, de
1'90 m. de longitud, donde formaba un ángulo recto hac ia poniente de
0'40 m. ya partir de éste, siguiendo otra vez la d irección norte-sur durante
un tramo de casi dos metros, desde donde haciendo otro ángulo, éste obtuso,
se d irigía hacia el suroeste hasta perderse en el talud de la parte si n excavar
a 1 '85 m. d e recorrido. A mitad de distancia poco más o menos entre la
esquina en ángulo obtuso del muro oeste y el saliente del muro de levante,
por la zona que debe ser el centro del departamento, salió una p lataforma
circu lar de p iedras casi planas en su cara superior que debía ser el asentamiento de una columna de madera que serviría de sostén del techo, necesaria en una habitación tan extensa.
M A TERIALES
Estrato l.-Abundante cerámica en su casi totalidad formada por frag-
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LOS VILLARBS
'1
mentos de vasos ibéricos. Algunos tiestos de tipo arcaizante hechos a mano.
Un pondus de gran tamaño troncopiramidal de secci6n rectangular con orificios en sus cacas anchas que atraviesan el cuerpo de parte a parte.
Estrato II.-Numerosos restos arqueológicos. l a mayor parte de los materiales aparecieron principa lmente en la zona en que se encontr6 la base de
la posible columna. Fueron abundantísimos los tiestos pertenecientes a vasos
ibéricos, con frecuencia decorados con motivos geométricos simples pintados
y, respecto a piezas pequeñas fueron bastantes los vasitos que salieron completos o casi completos. Se dieron igualmente numerosos fragmentos de
vasos de cerámica arcaizante hechos a torno, unos pocos de barniz negro y
algunos e jemplares de objetos de metal.
De cerámica ibérica destacamos los siguientes ejemplares: Una tinaja de
cuerpo oval alargado con base sin pie y boca de borde saliente con dos asas
verticales d iametralmente opuestas: va decorada con grupos de franjas y
filetes horizontales (Iám. XV, 1). Otra tina ja grande de cuerpo cilfndrico,
base con p ie ligeramente saliente y boca de borde destacado con dos pequeñas asas de secci6n circular diametralmente puestas (Iám. XIII, 1) . Una gran
cazuela de cuerpo globular achatado, base con ligero repié y boca con borde
muy saliente (Iám. XII, 1). Pequeño vaso bitroncoc6nico de pasta gris sin
repié y con boca de borde oblicuo. Una pequeña pátera de pie destacado y
borde reentrante con dos orificios cerca del mismo para la suspensi6n (lámina XVIII , 3); otra pátera grande y plana con pie destacado, de pasta gris
amarillenta y decorada en su cara interna mediante temas de tipo geométrico
p intados, y una tercera pátera, grande, de pie destacado y ancha ala casi
p lana, de pasta amaril lenta porosa y con decoraci6n interior de motivos
geométricos, no de tipo corriente, pintados. Una escudilla de paredes oblicuas y destacado pie, con sendas lineas pintadas cerca del borde, interior y
exteriormente (Iám. XVIII, 2) . Una botellita de pequeñas dimensiones de
cuerpo globular y cuello y pie estrechos, con borde destacado (Iám. V, 6).
y un cal ici for me pequeño, un vasito bitroncoc6nico de boca ancha (Iám. V, 4)
y una orcita de cuerpo globular y borde saliente.
De cerámica que no presenta totalmente las características de los vasos
ibéricos, mencionamos: Un vaso de mediano tamaño de cuerpo bitroncoc6nico
a largado, base en repié tronc0c6nico, cuello casi cilíndrico y boca de borde
revertido, que en la uni6n del cuello con el cuerpo lleva un destacado
baquetón, con dos asas q ue naciendo en el mismo reborde terminan sobre
el baquet6n formando un tosco rizo (Iám. VI, 2). Una cazuela de mediano
tamaño sin repié en la base y boca de borde revertido, de pasta amarilla,
que lleva pintado en rojo vinoso una franja central flanqueada por dos
filetes y el canto del borde (IAm. XI, 3). Otro vaso de med iano tamaño de
cuerpo b itroncocónico, base c6ncava sin repié, cuello relativamente angosto
y boca amplia de borde revertido: es de pasta gris oscura y superfice algo
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52
B. PLA. BALLESTER
brillante en la que se notan las sinuosidades d el moldurado a torno (lámina
XX, 1) . Una pequeña copa de pie bajo y cuerpo carenado con borde sal iente.
en pasta gris amarillenta: el cuerpo va decorado con pintura castaño oscura
mediante gruesa franja que corre en la unión d el borde con el cuerpo Y.
debajo, series de grupos de arcos concéntricos contrapuestos (Iám. IV, 2).
Otra pequeña copa d e pie bajo estrecho, de borde saliente. cuerpo carenado
y boca de borde revertido: su pasta es gris porosa y pulveru lenta y el cuerpo
va cubierto con un barniz o una pintura de color rojo ladrillo (Iám. IV, 1) .
Y un pequeño vaso de imitación de barniz rojo de la forma Cuadrado d. de
pasta gris amarillenta porosa con escasas piedrecillas oscuras en su masa y
con la mitad superior cubierta de barn iz rojo vinoso oscuro (Iám. V, 2).
Entre los fragmentos de vasos de tipo arcaizante se pudieron reconstruir
d os pequeñas orzas de cuerpo bitroncocónico achatado con base cóncava sin
repié y boca de borde revertido (lá m. XXI, 2 y 3 ) y una orza de med iano
tamaño y cuerpo bitroncocónico con boca saliente y resalte en el cuello (Iá.
mina XXI. 1) .
Fueron, en proporción, escasas las muestras de vasijas de barniz negro:
parte de una pequeña copa semiesférica poco carenada y de p ie relativamente alto y oblicuo, de la forma l amboglia 25, con barniz negro que cubre
toda la superficie del vaso y pasta gris oscura, q ue consideramos puede
situarse a fines del sig lo IV o principios de tu a. de C., y varios fragmentos
de una copa d e la forma lambog lia 49, con el pie oblicuo y moldurado, cuyas
asas han d esaparecido, en cerámica rojiza y con barniz negro intenso y
brillante q ue consideramos q ue podemos situar en la primera mitad d el
siglo IU a. de C.
Como ejemplares cerámicos de carácter excepcional citaremos las dos
p iezas siguientes:
Vaso plástico en forma de pie derecho con cuello vertical en lo que podría
ser el arranque de la pantorrilla y term inado en boca de paredes oblicuas
lige ramente abiertas; el borde lleva en su parte izquierda un pequeño pico
vertedero e interiormente y cerca del borde tiene una cazoleta con o rificio
central; asa vertica l de sección circular en la parte izquierda del cuello y,
en e l extremo del pie ligeramente señalados de forma muy basta los d edos.
Pasta grisácea amarillenta, porosa, de gránulo muy fino con puntos brillantes.
Cubierta toda la superficie externa de un barniz color castaño oscuro descascarillado en algunos puntos (Iám. XXIII, 1) .
y otro vaso p lástico semejante al anterior pero correspondiente al pie
izquierdo. l e faltan algunos pequeños fragmentos q ue no afectan a su forma.
El vertedero del borde está en la parte d erecha de la boca y el asa a la izquierda d el cuello. l a p lanta del p ie es en su parte delantera algo cóncava. Pasta
rojiza de gránulo fino, porosa, con puntos b lancos bri llantes e n su masa que,
en la parte correspol1diente a la boca, es g ris amarillenta. Cub ierta totalmente
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LOS VILLARtlS
53
la superficie exterior con un barniz, que en la zona d el cue llo y del tal6n es
castaño oscuro, mientras que en e l resto adopta una tonalidad rojiza (Iá.
mina XXIII, 2). No conocemos piezas seme jantes en todo e l mundo ibérico
y como antecedente de su forma podemos mencionar un vaso e n forma de
pie derecho encontrado en Thebas de Beocia y actual mente en el Museum
of Fine Arts de Boston, publ icado por 1. K. Raubitschek, del pintor Gryton,
perteneciente a la clase de vasos áticos de figuras negras y con una cronolog ía de la primera mitad de l siglo VI a. de c., co nsiderado por la autora como
pie con sandal ia pero q ue su modelado, escaso en detalles, no señala la existencia de las correas del calzado 14. l os nuestros solamente presentan relaciones formales con éste, por lo q ue su cronología no puede considerarse
apropiada para e llos. Es, pues, d ifícil atribuirles una fecha, aunq ue teniendo
en cuenta las que dan las piezas que se encuentran en el Estrato 11 de este
de partamento, podemos incluirlos de momento, dentro de l sig lo IV ·a. de c.,
quizá a principios de éste.
De cerámica aparecieron también una mano d e mortero de tres ramas,
cuatro fusayolas y una gran cantidad de pesas de telar, más de veinticinco,
entre las q ue las había tronco-piramidales de secci6n rectangular y esféricas
aplanadas, aparecidas e n su mayoría agrupadas en la zona existente al sur
de la plataforma circular que hemos considerado base d e pilar y el último
tramo de la pared este.
De metal se vieron abundantes restos e ntre los que d istinguimos un
arco de fíbula d e buen tamaño, de bronce y un bot6n plano y perfo rado,
tri lobulado, form ado por tres líneas en eses combinadas, también de bronce,
y de hierro, un leg6n, parte de unos trébedes y una contera d e asta de lanza.
Por último mencionaremos la existencia d e un fragmento de piedra de
molino activa.
DEPARTAMENTO 12
Parcialmente excavado durante los días 15 y 24 de agosto de 1959. Es,
la parte excavada, un espacio irregular d e unos 4 m. de longitud d el q ue s610
se sac6 su sector de levante en una anchura med ia d e 2 m. Sus lindes son,
por ahora, los siguientes : por norte, la Calle A, por este y sur, el departamento 11 y por oeste, talud de la parte d el campo sin excavar. Vease fig. 4.
ESTRATIGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'15 m. de profundidad media. Tierra de coloraci6n pard usca revuelta por las labores agrícolas.
(1 4) J. K. RAUB ITSCHEK: .. Early bcotian polten_. Hesperia, XXXV, 2, Princcton, 1966,
pá¡s. 155 y 156, lám. 43, c/d.
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54
B. PLA 8..t.LLBSTBR
Estrato n.- De 0'15 a 0'45 m. de hondo medio. En las capas superiores
aparecen las caras altas de las tres paredes que delimitaban por norte, este
y sur el departamento. El retleno estaba formado por dos n iveles claramente
d iferenci ados: el superior de tierra rojiza con sectores pardo-rojizos, formado
por la mezcla de la tierra con los restos de adobes caídos de las paredes y
el inferior, en contacto con el p iso, de tierras negras, muy negras en algunas
zonas, con cenizas, carbones y restos de maderas más o menos carbonizadas,
seguramente formado por el desplome de la techumbre incendiada. El p iso,
de t ierra apisonada. apareci6 a una profundidad med ia d e 0'45 m.
ESTRUCTURAS
A 0'15 de profundidad aproximada asomaron las paredes norte, este y
sur, que desca nsaban sobre e l piso a 0'45 m. de hondo. El muro de poniente
no se encontró, quedando posiblemente debajo d e la parte del campo sin
excavar. la pared norte, divisoria del d epa rtamento con la Calle A, era de
p iedra mediana, careada y b ien trabada, teniendo un ancho de 0'45 m. la
pared este que se dirigía de norte a sur presentó dos tramos: el merid ional,
de , '40 m. de largo hasta e l saliente que forma con el segundo tramo, era de
adobes en su parte alta y de p iedras de igua les características que las del
muro norte, en la de debajo, teniendo O'SO m. de espesor, y el septentrional,
de 2'05 m. de largo, era de piedra seme jante a los dos anteriores y tenía
0'40 m. de ancho. la pared sur, ligeramente oblicua, derivando hacia el suroeste, era semejante a las de p iedra mencionadas y d e ella sólo se excavó
un tramo de , '60 m. d e largo, ten iendo 0'45 m. de espesor.
Además, junto al primer tramo de la pared este, ocupando el entrante
que formaba respecto al resto del muro, salió, a 0'30 m. de profundidad una
especie de banco corrido adosado a aquella y que tenía una anchura de
0'37 m. y, también adosada a la misma pared. pero ya en el tramo seg undo,
e igualmente a 0'30 m. de hondo, apareció una especie de plataforma semicircular, de , '37 m. de longitud por 0'48 de ancho máximo. l as caras superiores de estos dos elementos constructivos estaban formadas por losetas
de superficie más o menos p lana.
MATERIALES
Estrato l.-Abundante cerámica muy fragmentada y en su casi totalidad
de tipo ibérico, con algunas muestras de vasos decorados con temas geomé-.
tricos p intados. También se recog ieron unos pocos tiestos pertenecientes a
vasos de tipo arca izante hechos a torno.
Estrato II.-Nurnerosos ejemplares de cerámica ibérica con y sin decoración. Entre el los destacamos [os restos de grandes tina jas, un oinochoe de
cuerpo globular, panzudo, con la boca trilobulada, varios platos y unas pocas
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LOS
VILLARI!S
ss
páteras, de e llas alguna de borde reentrante y varias tapaderas, éstas todas
de cerámica de tipo arcaizante hechas a torno. También de cerámica salió
una mano d e mortero de tipo corriente y una fusayola tronc0c6n ica.
DEPARTAMENTO 13
Se excavó d urante los días 18 a 20, 25 y 27 de agosto de 1959. Es un
gran recinto trapezoidal de 7 metros de longitud media por cinco de ancho
medio que comunica por el norte con la Calle A mediante un vano d el que
queda e l quicio de un escalón y con e l d epartamento 14, colindante, por
otro vano de un metro de ancho. l a parte meridional del espacio interior
queda d ivid ido mediante un murete de 2'40 m. de largo en dos subdeparta~
mentos. l os lindes del conjunto son: por norte con la calle A, por este con
el departamento 14, por sur con parte del campo sin excavar y por oeste
con la Calle B. Véase figura 4.
ESTRATlGRAFIA
Estrato l.- Hasta 0'15 m. de hondo. Tierra superficial pardusca, revuelta
por las labores agrícolas.
Estrato II.-De 0'15 a 0'40 de hondo medio. Tierras pardo rojizas oscuras
con restos de adobes y muchas piedras medianas en su capa superior y
negras en la que está en contacto con el piso, con abundantes cenizas y
carbones, algunos fragmentos de madera carbonizada o semicarbonizada y
otros restos de techumbre. El suelo estaba formado por una estrecha capa de
tierra endurecida. los muros aparecieron alrededor d e los 0'15 m. de profundidad y descansaban en el suelo mencionado q ue aparecía a 0'40 m. de
hondo medio.
No se ahondó por deba jo de este piso que cerraba el estrato a unos
0'40 m. de profundidad.
ESTRUCTURAS
En el Estrato 11 y a 0'15 m. de hondo medio surgieron los cuatro muros
que delimitaban el departamento y a 0'20 m. apareció otro muro, corto, que
d iv id ía la mitad merid ional del recinto en dos subdepartamentos. las cuatro
paredes que formaban el perímetro eran d e piedras medianas, en alguna
ocasión grandes, careadas y bien trabadas. El norte, q ue daba a la Calle A,
tenía un espesor de 0'54 m. y mostraba en su sector central el quicio de una
puerta con un escalón para salir a la calle q ue, como hemos d icho, se hallaba
a un n ivel ligeramente superior al del piso de la casa. El de levante, med¡a~
nero con el departamento 14, con un espesor de 0'30 a 0'35 m. según el
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56
B. PLA BALLBSTBR
tramo, tenia un vano cenfral de un metro de ancho que comunicaba este
espacio con la habitación colindante. El sur, d ividido en dos tramos por un
muro perpendicular que a su vez formaba dos compartimentos, tenia su
parte meridional dentro del talud del terreno sin excavar; el muro perpendicu lar, de casi 2'50 m. de largo, era de adobes y presentaba ambas caras
enlucidas. teniendo un espesor de 0'33 rn. Por último, el muro oeste, que
separaba el departamento de la Ca lle B, tenia 1'30 rn. de longitud y 0'32 de
ancho: presentaba la part icularidad de que la piedra esquinera con las dos
calles. de tamaño grande, tenía su cara externa redondeada como para facili tar el tránsito por aquellas. Junto a la parte próxima al rincón que formaba
este muro con el norte apareci6 una plataforma casi cuadrada de 0'80 m. de
lado sobresaliendo 0'65 del muro y junto a ella y también pegada a la pared
otra, más pequeña, de 0'25 por 0'40 m. de lados.
MATERIALES
Estrato I.---Cerámica revuelta y dispersa en pequeños fragmentos, casi
en su totalidad ibérica pintada y sin pintar. Algunos tiestos pertenecientes
a vasijas de tipo arcaizante.
Estrato II.-Abundante cerámica ibérica y de tipo arcaizante hecha a torno.
Destacamos la presencia de tres vasitos caliciformes; varias páteras, de ellas
una honda con p ie destacado y borde saliente con surcos en la parte inferior
del cuenco, otra de pasta y superficies rojas, de borde saliente, una tercera
de borde reentrante y otra de borde en ala curva saliente; un pequeño vaso
de cuerpo g lobular achatado (Iám. V, 7); un interesante vasito de pasta roja
y cubierto d e una pintura roja o barniz, de cuerpo cillndrico corto, hombro
y base t roncoc6nicos, pie saliente y cuello estrecho de boca abierta que pre·
senta en el hombro unas molduras en las que van series de circulitos, espigas
y ovas incisas y en la parte alta del cuerpo, también incisas, series de dobles
eses (Iám. XVII, 1) ; y un oinochoe de cuerpo piriforme, base con reborde
y boca t rilobulada al que le falta, por rotura, el asa: va decorado con series
de temas geométricos pintados (Iám. VIII, 1).
De cerámica no ibérica destacamos el pie de forma semejante al de las
cráteras de campana áticas de figuras rojas pero de tamaño mucho más pe·
queño -ó'6 cms. de d iámetro-, que, por la calidad de la pasta, roja, podría
también tratarse de la parte de una vasi ja ática, del siglo V o quizá de principios del siglo IV a. de C.
De cerámica arcaizante, hechas a torno, dos tapaderas, una pequeña orza
de cuerpo globular con boca de borde destacado y una oUita sin repié con
moldura saliente en el cuello.
Igualmente de cerámica son dos manos de mortero, una de tres brazos
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LOS lIILLARES
57
y la otra normal y un número indeterminado de pesos de telar troncopiramida les que salieron amontonados y muy deshechos.
Fueron relativamente numerosos los restos de objetos de metal, que aparecieron muy oxidados. Entre ellos pudimos identificar una contera de ástil de
lanza de hierro, una espátula de hoja oval y vástago de sección cuadrada, de
bronce y parte de una f íbula, también de bronce, con apéndice caudal con
disco para el cabujón en el pie levantado, de tipo La rene I y posiblemente
si tuable en la segunda mitad del siglo IV a. de C.
DEPARTAMENTO 14
Fue excavado durante los días 21, 22 y 24 de agosto de 1959. Es un amplio
espacio trapezoidal cuyos muros miden: el norte, 5'20 m., el este, 5'45, el
sur 4'47 y el oeste 5'79. Un murete perpendicular a la pared sur divide la
mitad meridional del departamento en dos subdeparta mentos y el muro oeste
presenta en su tramo central un vano que comunica esta habitación con el
departamento 13. Un quicio de un escal6n en la parte orienta l de la pared
norte permite el acceso desde la habitaci6n a la Calle A. l os lindes son, por
el norte con la Calle A, por este con el departamento 15, por sur con el talud
de la zona sin excavar y por oeste con el departamento 13. Véase f igura 4.
E STRATlGRAFIA
Estrato l.-Hasta 0'15 m. de profundidad media. Tierras parduscas muy
revueltas por las labores agrícolas.
Estrato II.-Oe 0'15 a 0'40 de hondo medio. Sus capas altas presentaban
una coloraciÓn pardo rojiza consecuencia de la mezcla de las tierras corrientes con abundantes restos de adobes caídos de las paredes, y numerosas piedras de tamaño mediano; las capas inferiores, ya en contacto con el suelo de
la habitaci6n, adoptaban una tonalidad oscura, en algunas zonas muy negra,
con abundantes cenizas y carbones, consecuencia del desplome de la techumbre. El piso estaba formado por un suelo de tierra apisonada y, al parecer,
endurecido al fuego. A 0'15 m. de profund idad salieron las partes superiores
de las cuatro paredes y a cosa de 0'20, la perpendicular al muro sur, descansando los cinco muros en el suelo del departamento que aparecía a 0'40 m.
de hondo med io.
No se excav6 por debajo de los 0'40 m. de profundidad, o sea inferiormente al p iso mencionado.
ESTR UCTURAS
En el Estrato 11 salieron, como se ha dicho, cinco muros: las cuatro paredes
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B. PLA. 8ALL US TI!R
que forman el recinto del departa mento y la perpendicular al muro sur. Aque_
Itas eran de piedra med iana. más bien grande en algunos tramos, perfectame nte careada y bien trabada; ésta, de adobes, que e n varios tramos mostraba
restos d e enlucido. El m uro norte, cuya cara exterior daba a la Calle A,
media 0'50 m. de ancho y tenía en su parte más oriental un quicio con un
escal6n; el muro de levante medía de 0'35 a 0'47 de espesor, según los
tramos; el su r s610 presentó su cara interior ya que la opuesta q uedó debajo
del ta lud de la zona sin excavar y de su parte central salía. perpendicular-
mente y hada el norte, un muro de adobes de 0'30 m. de grueso y 2'45 de
longitud que d ivid ía esta zona de la habitación en dos subdepartamentos, y
el muro oeste, medianero con el d epartamento 13, ha sido ya descrito a l
tratar de tal espacio. En la parte cenlral de la zona norte se encontró una
amp lia plataforma casi cuadrada, de 1 '60 por 1 '40 m. de longitudes, formada
por unos m uretes latera les y relleno de piedras y tierra, encima de la cual,
que era de superficie rela tivamente plana, salió una capa de nsa de cen izas
y ca rbones, como si h ubiera servi do de base para el asentamiento de a lgo
de madera.
MATERIALES
Estrato l.-Numerosos fragme ntos de cerámica, en su mayoría de tipo
ibérico con y sin deco ración pintada y algunos pertenecientes a vasijas arca;·
zantes hechas a torno.
Estrato II.-fueron muy abundantes los restos de cerám ica ibérica, esca·
sos los tiestos pertenecientes a vasos de tipo arcaizante y un único ejemplar
de cerámica de barniz negro. También fueron numerosos los restos d e metal,
muy oxidados y, general mente, informes.
De cerámica ibérica aparecieron varias pate ritas, unas de borde reentrante
y otras de ala curva exvasada; tres vasitos cal iciformes (Iá m. 11, 5 y 6) y un
vaso troncocónico, mediano, de cuello vertica l, base sin pie y boca d e borde
saliente, q ue lleva entre e l cuello y el cue rpo una zona resaltada : el cuello
lo lleva cub ierto de p intura rojo vinosa oscura, un fil ete del mismo color en
la parte central de la zona resaltada y sendas franjas también en pintura rojo
vinosa oscura, una en la parte superior del cuerpo y otra hacia la mitad del
mismo ( Iám. IX, 1) . Junto a la pared sur aparecieron muchos fragmentos
cerámicos pertenecientes a vasijas de gran tamaño.
De cerámica corriente se encontraron, en el rincón noroeste de la habita·
ción, seis fusayolas de t ipo variado y, de cerámica grosera d e fiJXl arcaizante,
dos pesas de telar d iscoida les.
De cerám ica de barniz negro se recogi6 una copa d e cuerpo cilíndrico y
pie ob licuo con una moldura en su parte a lfa , con dos asas curvas con len·
güela, de la forma lamboglia 49; es de pasta castaño g ris clara, compacta,
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LOS VI LLAR E S
59
de buena ca lidad y barn iz negro de superficie rugosa y poco brillante q ue cubre todo el vaso excepto la planta del p ie y su pared interior (Iám. XXVII, 1) .
l amboglia Ij sitúa esta forma entre los productos proto-campan ienses y sanmartí w. ha fechado una pieza muy parecida procedente de Ampurias (Almacén Gandía) en la primera mitad d el siglo 111 a. de C. Por ú ltimo, entre los
relativamente abundantes restos de metal, en avanzado estado de oxidación
generalmente, señalemos una hoja de lanza muy corroída, de h ierro, y una
dob le hacha del mismo metal del tipo XXVI de nuestra tipología 17, y el anillo
de una fíbula hispánica de bronce que al parecer tenia el arco de hierro.
DEPARTAMENTO 15
Se excavó incompletamente durante los días 24 y 27 de agosto de 1959.
Era, al parecer, un recinto ligeramente trapezoidal, subd ivid ido por dos muros
perpendicu lares en tres sectores, uno en la mitad septentrional y dos en la
merid ional. la superficie excavada alcanzó los 5'90 m. de norte a sur y los
2'70 de este a oeste; siendo sus lindes, por la parte norte la Calle A, por las
este y sur, zonas sin excavar y por la oeste el departamento 14. Véase fig . 4.
ESTRATIGRAFIA
Estrato I.-Hasta 0'20 m. de hondo medio. Tierra pardusca muy revuelta
por las labores agrícolas.
Estrato II.---De 0'20 a 0'70 m. de profund idad med ia. las capas superiores
d ieron tierras pardo roj izas can abundantes restos de adobes y numerosas
piedras med ianas. las capas inferiores, hasta el p iso d e tierra endurecida,
fu eron haciéndose más oscuras hasta llegar a ser en algunas zonas casi
negras, producto de la descomposición de la techumbre desp lomada y, q uizá,
incend iada : se veran numerosos carbones y fragmentos de madera semicarbonizada. El piso salió a 0'60 m. de hondo, a un n ivel por lo tanto ligeramente inferior que el de los demás departamentos d e este grupo d e viviendas.
No se excavó por debajo de los 0'70 m. de profund idad.
ESTRUCTURAS
En el Estrato 11 y e ntre los 0'15 y 0'20 m. de hondo aparecieron los muros
que formaban parte de este departamento. 5610 se encontró completo el muro
(15) N. lAMBOGLIA: . Pcr una classific:u.iOl!e preliminare dclla c.eramica campana_o
Bordi¡hcra, 1952, pág. 195.
(16) SANMARTl GRECO, op, ci t. en la nota 9, pág. 14, núm. 116, b\m. 9 y pal. 679,
núm . 45, Iám. 95.
(17) PU BALLESTER, op. cit. el! la nota 12, págs. 157 y 1&1.
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60
!l. PLA. B.o\LLBSTBR
de poniente, colindante con el departamento 14. las paredes norte, sur, el
transversal y el perpendicular a éste tenlan sus finales de levante y sur
ocultos por los taludes de las zonas inmediatas sin excavar. El muro norte,
que daba a la Calle A. s610 se descubrió en un tramo de 2'50 rn. y tenia un
espesor de 0'50 m.; del muro sur se excavó en un tramo de 1'40 m., que·
dando su cara meridional y su porción de levante debajo de la parte del
terreno sin excavar, y el muro de poniente, lindante con el d epartamento 14
ya fue descrito al tratar de éste. l os tres son de piedra careada, med iana
o algo grande, bien trabada. A 3'30 rn. del rincón noroeste surg ió transversalmente una pared de piedra en su parte inferior y de adobes en la superior
que divid ra el departamento en dos mitades v, de este muro, a 1'60 m. de
la pared de poniente, apareci6 otro, semejante y perpendicular a él que
subdividía esta mitad sur en otros dos subdepartamentos. El muro transversal
se descu bri6 en un tramo de 2'80 m. ten iendo en su porci6n que daba al
subdepartamento oeste 0'55 m. de espesor y en el resto 0'35 m. Del muro
perpendicu lar s610 fue descubierto un tramo de 1'50 m. y tenía un espesor
de 0'40. Por último y también surgiendo de la pared de poniente, a 1'80 m.
del rinc6n noroeste apareci6 el comienzo de un murete de piedra d e 0'30 m.
de ancho del que s610 se descubri6 un tramo de O'bO m.
MATERIALES
Estrato I.-Escasos fragmentos de cerámica ibérica, pequeños y d ispersos,
decorados y sin decorar, y unos pocos de vasijas de tipo arcaizante.
Estrato II.-Materiales arqueológicos no muy abundantes en la capa d~
t ierra y adobes y algo más numerosos en la oscura con carbones y cenizas.
En su mayoría fueron fragmentos de cerámica ibérica, algunos con restos
de decoración geométrica simple pintada y ofros que señalaban su pertenen.
cia a vasijas de gran tamaño. Igualmente aparecieron unos pocos fragmentos
de vasos de t ipo arcaizante hechos a torno. Sólo podemos destacar la presencia de dos f usayolas completas, una fragmentada, y un vasito caliciforme
(Iám. 11, 8). Igualmente aparecieron fragmentos de objetos de hierro tan
oxidados que fue imposible su identificación.
CUARTA CAMPAI
Después de 1959 y por razones que no son del caso exponer, se interrumpieron los traba jos de excavación hasta el 1.0 de julio de 1975.
Durante este periodo fueron fre<:uentes las visitas que anualmente realiz6
el personal del Servicio de Investigación Preh istórica, comprobándose, especia lmente durante el último de<:enio, las numerosas y cada vez más intensas
[page-n-63]
LOS VILLARES
61
rebuscas que venían efectuando excavadores clandestinos. Ello planteó el
pi"oblema de la adquisición y posterior protección d el yacimiento.
El terreno excavable, o sea la parte más elevada de la colina de los
Vi llares en la que no se habían realizado p lantaciones y que era en donde
se habían efectuado las excavaciones de años anteriores, f ue adquirido por
la Excma. Diputación Provincial de Valencia, el día 9 de octubre de 1967,
quedando a d isposición del Servicio de Investigación Prehistórica para efectuar en él las investigaciones necesarias.
la protección del terreno se proyectó inmediatamente. Se planeó rodearlo
de una valla de tela metálica, pero su elevado coste no permitió instalarla
hasta que, en 1974, la entonces Direcc ión Genera l de Bellas Artes a través
de la Comisaría Genera l de Excavaciones consignó una cantidad al efecto.
No obstante, ni siquiera con esta ayuda pudo el Servicio de Investigación
Prehistórica efectuar el cierre completo del terreno de su propiedad limitándose, a fines del mencionado año a cercar la parte septentrional del campo
mediante 295 m. de tela metálica galvanizada de dos metros de altura, comprendiendo la superficie protegida la zona en la que se habían efectuado los
trabajos durante los años 1957 y 1959.
LA EXCAVACION
la IV· campaña de excavaciones se llevó a cabo durante los días 1 a 17 de
julio de 1975, estando al frente de los trabajos el Subdirector del Servicio
de Investigación Prehistórica que suscribe. Estos se realizaron con la colaboración económica de la entonces Comisaría Genera l de Excavaciones.
Se iniciaron los traba jos por la roza y limpieza de la zona excavada en
las 11- y 111- ca mpañas pues, tras catorce años de no haberle d edicado ningún
cuidado al terreno, la maleza cubría tupida mente tanto las depresiones en
que se habían convertido las zonas excavadas como el resto de la parte
cercada. El sector en el que estaban los departamentos 1 a 5, en el que se
profundizó entonces hasta más del metro y medio, dejando los muros del
poblado que sale en el Estrato 11 sostenidos solamente por la tierra que había
debajo d e ellos, era el que más se habla deteriorado, habiendo desaparecido
prácticamente los restos de las edificaciones. El sector al sur de la Calle A o
sea el espacio ocupado por los departamentos 11 a 15, conservaba las suficientes alineaciones de p iedras que, con ayuda del plano que entonces se
trazó, pueden quedar b ien visibles sus estructuras. También hablan desaparecido todos los muros de adobes quedados al d escubierto y que las
lluvias habían ido deshaciendo.
Para facilitar la excavación se trazó un cuadriculado de cuadros de cinco
metros de lado dentro del cual quedaban incluidas todas las edificaciones
excavadas hasta el momento.
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62
E. PLA BALLESTER
DEPARTAMENTO 15
Se reanudó el trabajo en el lugar en donde fue interrumpido el año 1959.
es decir en el espacio que denominamos departamento 15, en su zona mer;·
dianal. Este espacio comprende parte del cuadro XI y el cuadro XVI y en
este últ imo fue donde se continuaron los trabajos. Véase en la parte corres-
pondiente a la tu- campaña el estado en que hebra quedado el departamento
al f inalizar los traba jos.
ESTRATIGRAFIA
lógicamente la estratigrafía fue la misma que la que ya quedó consignad a
al describir la campaña de 1959.
Solamente debemos señalar la d iferencia que se produjo en el sul:x:le-
partamento de levante de la parte merid ional del recinto, en donde no aparecieron las t ierras oscuras, estando relleno en todo su espesor por un amontonamiento de adobes de los que salieron algunos casi completos.
A O'SO m. de hondo y hasta una profundidad med ia de 0'70 metros iba
disminuyendo el componente de adobes y apareci6 una tierra roj iza con
muy pocos materiales arqueol6gicos.
ESTRUCTUR A S
El muro transversal, que separaba las zonas norte y sur del departamento
no se vio en la parte excavada en la presente campaña, siendo muy posible
que se hubiera derruido a juzgar por los grandes amontonamientos de adobes
que salieron en el lugar por donde 16gicamente debía seguir aquél. Y lo
mismo ocurrió con el muro perpendicular, también terminado por un amontonamiento de restos de adobes.
MATERIALES
Estrato l.-Poca cerámica y en su mayor parte perteneciente al parecer
a una vasija bastante grande. De hierro, entre varios fragmentos de útiles
indeterminables por su avanzado estado de descomposici6n se vio un clavo.
y de bronce, una moneda de Arse en mal estado de conservación, de l tipo
d e cabeza de Pallas a la derecha y proa de nave con leyenda en t ipos ibéricos
y posiblemente encuadrable en el primer cuarto del siglo I a. de C.
Estrato II.-Escasos restos cerámicos, en su mayor parte de tipo ibérico.
A O'SO m. de profundidad y cerca del ángulo sureste del cuadro XVI sali6
comp:eto, aunque fragmentado, un oinochoe de pasta rojizo-amarillenta, de
cuerpo piriforme panzudo con repié en la base poco destacado y boca trilobu lada.
De metal se d istinguieron dos varillas, una contera y un clavo de hierro,
una rama de pinzas de bronce y un disco de plomo.
[page-n-65]
LOS V I LLARES
6J
QUINTA CAMPAÑA 1979
Entre f inales de la campaña de 1975 y com ienzos de la de 1979 estuvieron
suspendidos los traba jos en los Villares.
En 1978 y con la ayuda económica de la Subdirección General de Excava·
ciones Arqueológicas de la Dirección General del Patrimonio Artístico, Ar·
ch ivos y Museos, se com pletó el cierre del terreno propiedad d e la Excelen·
tísima Diputación Prov incial de Valencia. Se realiz6 med iante una cerca de
tela metálica galvanizada de las mismas características que la que se puso
en 1974.
LA EXCAVACION
La V· campaña de excavac iones se realiz6 durante los d ías 14 a 27 de
septiembre de 1979 bajo la dirección del que suscribe, con la colaboración
de la Dra. Milagro GiI-Mascarell Boscá, profesora de la Facultad de Geografía
e Historia de la Universidad de Valencia y de María Angeles Val! Ojeda,
colaboradora del S.I.P. y contando además con la ayuda de un grupo de
alumnos d e la mencionada Facultad.
Se eligió para su excavación el cuadro XXI, contiguo por el sur al XVI que
fue excavado en parte durante la campaña anterior.
CUADRO XXI
Este cuadro se subdividió en cuadrículas de un metro de lado, excavándose
durante la campaña que reseñamos las quince correspondientes a las tres
franjas septentrionales, denominándose de norle a sur, con las letras a, b y e,
las q ue a su vez se numeraron de este a oeste con los números 1 a 5. Por
razones d ebidas a la aparición de un muro en la parte meridional de la franja,
b, que iba de noroeste a sureste, d escr ibimos la excavación de estas cuadrículas consideradas en dos grupos: el primero comprensivo de las cuadrículas a/ 1, a/2, a/3, a/4, a/5, b/1, b/2, b/3, b/4 y b/ 5, y luego, las
e/ l . e/ 2. e/3. e/4 ye/5 (Iám. l. 3).
CUADRICULAS a/ 1 a 5 y bl l a 5
ESTAATIGR A FIA
Estrato l.-Hasta 0'30 de profundidad med ia. Tierra roja removida por
las labores agrícolas.
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64
E. PLA BALLESTER
Estrato II. -De 0'30 a 0'80 m. de hondo med io. Tierra roja ligeramente
más dara que la del estrato anterior, de gran d ureza, agravada en la presente
campaña por la sequedad d el suelo. Relleno formado en parte por la descomposici6n de adobes y otros materiales provenientes del derrumbe d e
las paredes y del d esplome de la techumbre. Junto a los muros aparecieron
abundantes restos de enlucido.
Estrato lit- De 0'80 a 1' 10 m. d e profund idad media. Tierra oscura, negruzca, de origen orgánico con abundancia de carbones. algunos d e ellos de
gran tamaño, cenizas, trozos de adobes y piedras con señales de haber sido
expuestas al fuego.
Estrato IV.--Oe 1'10 a 1'25 m. de hondo medio. Tierra roja. dura, con
bolsadas d e tierra castaño suelta con carboncillos. Piedras de tamaño med iano
V pequeño que se acumulan especial mente en las cuadricu las a/2 V 3 V
b/2 y 3.
Estrato V.-De 1'25 a , 'SO de profund idad med ia. Tierra castaño ro jiza,
suelta, con bolsadas de t ierra roja, compacta V restos de adobes.
Se suspende la excavación a l 'SO m. de profundidad media, si n haber
alcanzado el suelo natura l de la colina.
ESTRUCTURAS
a) A 0'30 m. aproximadamente de hondo comenzaron a salir dos muros
q ue seguían d irección sureste-noroeste V noreste-suroeste respect ivamente.
Era de piedra med iana, mal escuadrada V fl oja mente trabada, presentando por
ello unas caras irregu lares, que estaban recubiertas por una especie de enlucido q ue, al parecer, estaba p intado de rojo. la anchura media de ambos
muros era de 0'40 m. V se continuaba n por d ebajo de l estrato 11 hasta llegar
a 1 '10, o sea hasta la base del Estrato 111.
b) A una profundidad de entre 1'20 a 1'25 m., o sea en la parte alta
del Estrato V, comienza a aparecer en las cuadriculas a/2 V 3, junto al talud
noreste, una alineación de piedras, posible muro, d e una longitud de 1 '20 m.
V cuya cara opuesta a la q ue da al inferior de la cuadricula q ueda debajo del
ta lud mencionado. Su verdadera naturaleza no se ha llegado a averiguar, por
lo que habrá q ue esperar a la excavación del cuadro cont iguo.
e) En la base del Estrato IV, e n las cuadrículas b/2 y 3, se encontraron
los restos de un posible hogar, formados por una Qran acumulación d e cenizas que descansaban sobre una capa de arcilla quemada, endurecida, todo
ello rodeado de piedras siguiendo una al ineación aproximadamente semicircu lar y cuyos d iámetros máximos fueron d e , '90 m. por O'SO.
[page-n-67]
LOS VILLARBS
65
MATERIALES
Estrato l.- Fragmentos muy pequeños de cerámica de tipo ibérico.
Estrato II.- Nivel de relleno prácticamente estéril.
Estrato III.-Abundantes fragmentos de cerámica, predominando las ibé·
ricas hechas a torno y entre ellas se ven algunas decoradas con temas geométricos simp les pintados. Parece poderse reconocer numerosos fragmentos
correspondientes a vasos grandes y entre ellos algunos con p itorro derramador próximo a la base, posiblemente pertenecientes a grandes candiotas.
También se recogieron dos fusayolas.
Estrato IV. -l a cerámica sigue siendo el elemento exclusivo de los hallazgos, aunque su cantidad decrece respecto al estrato anterior. Abundan los
fragmentos de vasijas hechas a torno, de tipo ibérico, de pastas y superficies
grises y rojizas, y junto a ellos otros de vasos hechos a mano, generalmente
de pasta depurada y con las superficies bruñidas o decoradas med iante
incisiones.
Destacamos también la aparición de dos fusayolas de cerámica corriente.
Y, por último, la aparición de restos de fauna, totalmente ausentes en los
estratos superiores y casi en el resto d el yacimiento.
CUADRICULAS c/1 a 5
A diferencia de lo observado en las cuadrículas q ue acabamos de describir, la estratigrafía de las que ahora nos ocupamos se presenta de forma
muy poco clara y segura, reduciéndose por lo general a simples matizaciones
de coloración de las tierras. Esto, unido a la poca extensión del área excavada,
hace que los resultados que se han pod ido obtener sean completamente
provisionales, en espera de que futuros trabajos amplien la zona.
l a aparición de abundantes piedras a unas profundidades de 0'86 y 0'66
en las cuadrículas c/1 y c/4 y 5, respectivamente, obligó a interrumpir en
ellas la excavación, con la finalidad de poder observar con mayor perspectiva
estas acumulaciones cuando se cuente con una mayor área descubierta. En
la cuadrícula c/2 se llegó a 1'71 m. de profundidad y en la e/3, a 1 '16 sin que
se alcanzara en ninguna de las dos el suelo natural del monte.
ESTRAT IGR AFIA
Estrato l.- Tierra roja removida por las labores agrícolas. Se llegó a una
p rofund idad de 0'30 m. aproximadamente.
Estrato II.-De 0'30 a 0'91 m. de hondo medio. Tierra roja compacta con
diminutas p iedras .
•
[page-n-68]
66
8. PLA 8ALLESTea
Estrato III.-De 0'91 a 1'07 de profundidad media. Tierras de coloración
castaño, muy sueltas. con manchas de cenizas. carbones y restos de adobes.
Estrato IV.--De 1'07 a "18 m. de hondo medio. Tierras castaño grisáceas
con pequeños carbones y bolsadas de tierra compacta de color rojo y castaño.
Estrato V.-De 1'18 a 171 de profundidad med ia. En una primera capa
que alcanza 1'66 m. de hondo, tierras color castaño sueltas con bolsadas de
otras de tonalidad gris, con carboncillos. En la base de esta primera capa
aparece un suelo de t ierra apisonada. Por debajo de 1'66 V hasta 1'71, sigue
saliendo tierra de color castaño con pequeñas piedras.
No se llegó al suelo natura! de la colina.
EST RU C TU R AS
Las características técnicas del muro sureste-noroeste, descritas anteriormente, son aplicables lógicamente a su cara recayente a estas cuadriculas.
No obstante debemos destacar el hecho de que en esta parte no aparecieron
restos de enlucido o revestimiento como ocurría en las cuadriculas a y b. Por
la zona que ahora describimos este muro acaba inferiormente también en
la base del Estrato 111.
. En la cuadricula c/5, entre la acumulación de piedras, se vieron tres de
gran tamaño, puestas de perfil y alineadas entre si. Su posible funcionalidad
no es de momento determinable.
A 1 '66 m. de profundidad en la cuadricula c/2, salió un pavimento de
tierra batida que descansaba sobre una capa de gravillas de un espesor total
d e seis centímetros. Aunque este suelo debía extenderse por toda la zona,
sólo se encontró en la mitad noreste de la cuadricula, habiéndose destrozado
en el resto en donde se vieron rastros del mismo.
MATERIALES
Estrato l.-Aparecieron bastantes fragmentos de cerámica de tipo ibérico.
Estrato II. -Dio cerámica, meta l y restos de fauna. Entre la cerámica, en
su inmensa mayoría de tipo ibérico, fueron abundantes los fragmentos grandes de diversos t ipos de vasijas. Destacamos la presencia de un vasito caliciforme casi completo.
De metal, algunos fragmentos informes de hierro muy oxidado, y un
fíbula anular hispánica y una varilla de bronce.
También apareció una moledera de piedra.
Estrato III.--I..os materiales aparecidos, relativamente abundantes, g uardan
gran relación con los del estrato superior, excepto las dos p iezas que luego
describimos. la cerámica, toda hecha a torno y en su mayor parte de tipo
[page-n-69]
LOS V1L.LAIlES
67
ibérico, f ue muy numerosa. Entre las p iezas no propiamente ibéricas hemos
de destacar las dos siguientes.
Una pequeña tapadera de urna de orejetas, de pasta amarilla clara, porosa,
con bundanfes p iedrecillas en la masa que, por sus características no nos
parece producto ibérico ( Iám. XXVIII, 3). Es de forma de casquete esférico
terminado por arriba en disco d e superficie convexa separado del casquete
mediante una ligera extrangulaci6n; junto a este asidero lleva una pequeña
perforaci6n que la atraviesa para facili tar, según Fletcher 11 la salida d el aire
caliente del interior de la vasija durante el proceso de cocci6n; las ore jetas
pri smático cuadradas y perforadas se destacan junto al borde, diametralmente
opuestas, obl icuamente al plano de reposo. Va decorada, en p intu ra rojo
vinosa ya algo desvahlda, mediante cinco eslrechas franjas concéntricas al
dlsco-agarradero y en la cara superior de éste se ven cuatro trazos diametrales cruzados entre s!. Su cronología es difícil de f ijar : teniendo en cuenta
nuestra creencia d e que no se trata de un producto típica mente ibérico y que,
además, apareci6 junto a la pieza que describimos a continuaci6n, opinamos
que puede fijarse hacia [a mitad del siglo V a. de C.
F1¡ura 7.-Reduclda • IIZ.
la otra pieza de excepcional interés es una cua rta parte, en la que va
incluido todo el ga lbo, de una copa j6nica de barniz negro del t ipo 8-2 de
Villard y Va llet 1', de pasta amarillo castaño, f ina, con pequeñísimos puntos
brillantes en la masa. Va cubierta interior V exteriormente de barniz negro
bril lante, ap licado al parecer a pincel, excepto un fino f ilete en el borde
interno y dos amplias franjas en el exterior, una en el la bio V la otra en la
parte superior del cuenco, dejados por reserva en el color de la cerámica
(fig.7 y lá m. XXVIII, 1 V 2). Según estos autores ta l t ipo d e copa t iene una
(18) D. FLETCHER VAU..S: cLa!¡ urnas de orejetas perroradas_. Crónica del VII I
Congreso Nacional de Arqueologia (Sevilla· Málaga, 1963). Zara¡ou, 1964. pág. lOS.
(I9) F. VIU,ARD y G. VALLET: cMegara Hyblaea. V. Lampes du VJI- 5ikle ct chronol<>IÍe des coupe$ ionieM es • . Mélanges de rEcole Francai5e de Rome, LXVII, París, 1955,
~¡inas 7 a 34.
[page-n-70]
68
B . PLA BALLI!STEa
vida corta, entre los años 580 y 540 a. de
e,
pero últimamente Morel m, aun
aceptando en conjuno la datación propuesta por aquellos, especia lmente
para los ejemplares importados en Occid ente de Oriente, opina que, en la
Campania por lo menos, se mant ienen en algún caso hasta fines del siglo VI.
l amentablemente la pieza de l os Villares apareció en un espacio d e la cuae sumamente reducido y del cual no podemos sacar consecuencias
dricula
firmes válidas hasta que, en fu turas campañas. se excave una mayor extensión. De todas formas. e l hecho d e salir junto con la tapad era de urna de
orejetas que se ha descrito antes y teniendo en cuenta la ubicación geográf ica del poblado, tan alejado de las rufas de navegación greco-orientaJes,
puede permitirnos postu la r, provisiona lmente, una fecha para la utilización
de la copa aún más avanzada, en las primeras décadas del siglo V a. de C.
De hierro se encontr6 un fragmento de forma rectangular y de imposible
identificación y un amontonamiento de aspecto c6nico de trozos informes
o escorias que d escansaba sobre una esterilla d e esparto trenzado de forma
posib lemente circular.
Estrato IV.-Siguen saliendo materiales cerámicos, pero en escasa cantidad, reduciéndose a fragmentos hechos a torno V también otros hechos a
mano, estando estos últimos decorados incisamente o presentando las superficies bruñidas.
Estrato V.-Continúan apareciendo fragmentos cerá micos de los mismos
tipos V clases q ue en el estrato anterior. Además se encontr6 una esquirla de
silex atípica.
Por d ebajo del pavimento, o sea desde 1'66 m. de profundidad en adelante, salen frag mentos de cerámica pertenec ientes a vasos hechos a mano, de
pasta grosera V con las superficies tratadas V un punz6n de hueso.
(20) J . P. MOREL: c ~ cérarnique archaique de Vclia. et quelques probll:mes connexes_
Simposio Internacional de Colonizaciones (Barcelona, 1971). Barcelona, 1974, págs. 139 a 147.
[page-n-71]
IV
C ONCLUSIONES
Del resultado de las excavaciones que acabamos de reseñar as! como de
un primer estudio de los materiales recogidos podemos d istinguir en la loma
de los Villares d e Caudete de las Fuentes la existencia de cinco asentamientos
humanos sucesivos que describimos a continuación.
1J
Poblado d el f inal de la Edad de l Bronce
Aparecen los restos de este primer estableci miento humano en los Villa res
en la parte d e sedimentación que hemos denominado Estrato v. el asenla·
miento se hizo sobre la misma superficie natural del terreno simplemente
igualando las irregu laridades del suelo mediante un ligero relleno de tierras
en el que se asentaron los muros de las edificaciones, los que a su vez fueron
corlados superiormente al hacer la explanaci6n para levantar el poblado de
la Primera Edad del Hierro que se edi ficó encima y del q ue trataremos luego.
Los restos de estructuras que aparecen en este poblado de la Edad del
Bronce fueron una serie de muros bastos, de p iedra med iana o grande, sin
desbastar y trabada en seco que, en a lgún caso, mostraban un gran espesor.
No hay posibilidades de sacar conclusiones sobre las caracterlsticas arqu itect6nicas de las edificaciones excepto, quizá, el hecho de que fueran d e planta
más o menos rectangu lar, a juzgar por los restos de paredes exhumados que
son todos rectos. Como se ha d icho, las edif icaciones se apoyaban generalmente sobre la base de tierra de relleno que nivelaba la superf icie natural
de la colina, aunque los restos de muros aparecidos en los espacios 2 y 4 lo
hadan sobre p isos de tierra gris apisonada bastante regulares.
[page-n-72]
7.
B. PLA BALLBSTBR
No f ueron muy abundantes los restos arqueológicos recogidos, consis-
tentes todos, excepto un punzón de hueso hecho sobre meta podio de oveja
o cabra, en fragmentos cerámicos por lo general de muy pequeño tamaño.
Escasearon en casi todas las zonas: solamente en la correspond iente al número 10 fueron más numerosos y característicos. Pertenecen a vasos hechos
a mano y son de pasta grosera con abundantes granos de desgrasante en la
masa y de tonalidades que oscilan entre el rojo y el negro, por lo común de
superficies rugosas. El tamaño de los tiestos no permite distinguir las formas
de las vasijas, por lo que solamente diremos que hay cuencos, cazuelas y
orzas, señalándose la existencia de vasos de fondo plano y otros que llevaban
muñones perforados próximos al borde.
Por las características de la calidad de las cerámicas y ante el hecho de
que todas pertenezcan a vasijas hechas a mano no hay dudas sobre la inclu·
sión de este primitivo asentamiento dentro de la Edad del Bronce, en un
momento final, sin que presente las característ icas especificas de la cultura
del Bronce Valenciano.
2}
Poblado de la Primera Edad de l Hierro
En el Estrato IV, que se inicia poco más o menos a 1'10 m. de profun·
d idad, aparecieron los restos de unas edificaciones pertenecientes indudablemente a un asentamiento humano que debió perdurar hasta fechas bastante
avanzadas del siglo VI a. de C.
En los espacios correspondientes a los departamentos 1 a 4 V 7 del poblado
del Estrato 11 se encontraron varios muros que señalaban la existencia de
unos amplios recintos: se vio uno que iba en dirección aproximada esteoeste V del q ue se descubrieron ocho metros de longitud, que en su extremo
de levante formaba ángulo recto con otro, más estrecho, que en dirección
norte-sur recorría cerca de cuatro metros, V que, en su primer tramo, a cosa
de 2'SO m. hacia poniente, estaba cruzado por otro que se sacó incompleto
por estar ya destruido al quedar enterrado. Del poblado de esta misma época
salieron varias estructuras más: dos tramos de muros paralelos en el espacio
correspondiente al departamento 7 del poblado del Estrato 11, un corto trozo
en dirección este-oeste en el que corresponde al departamento 3 y otro
tramo, muy corto, entre los 1 y 2. A pesar de ser bastante numerosos y
grandes estos restos, no podemos sacar ninguna conclusión respecto a la
ordenación urbana de este poblado excepto que sus habitaciones deblan ser
de planta rectangular, bastante espaciosas y formadas por gruesas paredes
de p iedra ligeramente labrada que solian llevar careadas irregularmente las
piedras que formaban los lados. Todos estos elementos constructivos fueron
cortados por sus partes superiores al acondicionar el terreno en el que asen-
[page-n-73]
LOS VILLARI!S
71
tar el poblado que se construyó encima y del que trataremos luego, y se
apoyaban en la base del Estrato IV, sobre una capa de tierras de dist intas
calidades que, en los espacios correspondientes a los números 1 y 2 V a una
profundidad media de 1 '35, conservaban unos pisos de t ierra endurecida.
Quedó, pues, perfectamente delimitado el estrato correspondiente a este
asentamiento humano, entre los suelos que formaban la base del Estralo III y
los que cierran el Estrato IV inferiormente,
l os materiales recogidos muestran en su conjunto claras diferencias respedo a los de los asentamientos superior y de la Edad del Bronce. Abunda
la cerámica hecha a mano, de pasta grosera, con piedrecillas en la masa,
pero presentando las superficies alisadas, espatuladas o bruñidas, en algunos
casos decoradas con motivos geométricos incisos, de incisión fina a veces o
hecha con instrumento de punta roma en otras ocasiones; aunque escasos
también aparecieron fragmentos de vasijas ornadas mediante cordones en
relieve con hoyuelos, que presentaban un carácter más arcaico que las mencionadas antes. Igualmente fueron numerosos los fragmentos de vasijas hechas a torno de pasta de igual calidad que la de los vasos hechos a mano:
entre ellos hay un fragmento decorado mediante franjas y filetes pintados
en rojo, De cerámica hecha a torno aparecieron unos pocos fragmentos de
pasta amarilla porosa con finos granos de desgrasante, de bastante buena
cal idad. El escaso metal recogido, un anillo y una pulsera de bronce, corresponde sin duda a un momento cultural semejante al que nos señalan las
cerám icas.
Por el contexto material, especialmente señalado por las cerámicas hechas
a mano espatu ladas y bruñidas decoradas con motivos geoméln ... -,s incisos,
creemos que este asentamiento puede situarse en la Primera Edad del Hierro,
en un momento final, en una fa se evolucionada a juzgar por la presencia de
restos de vasijas hechas a torno. Su cronología absoluta nos atrevemos a
fi jarla a lo largo del siglo VII, llegando posiblemente a principios del siglo
VI a. d e C.
3)
Poblado ibérico arcaico
En el Estrato 111 se encontraron pisos y muros que nos indican la existencia de un establecimiento totalmente diferenciado del que aparece en el
Estrato 11 y que describiremos en el siguiente apartado y del perteneciente
a la Primera Edad del Hierro del que acabamos de ocuparnos.
En los espacios correspondientes a los departamentos 2 y 3 del poblado
del Estrato 11 aparecieron dos muros que corrían en d irección norte-sur paralelos entre sI pero separados más de cinco metros uno del otro. Fueron cortados superiormente para allanar la superficie del terreno en la que edif icar
[page-n-74]
72
E. PLA BALLESTER
las habitaciones del poblado superior, y su base se apoya, a cosa de 1 m.
de profundidad, sobre rellenos de t ierras y gravillas que, excepto en las
zonas correspondientes a tos departamentos 1, 3 y 10, sellaban por debajo
el estrato. En gran parte del suelo de los mencionados espacios 1, 3 y 10,
aparecieron una serie de suelos, entre 1 y 1'10 m. de hondo medio. de d iversas calidades aunque todos de gran consistencia.
Sin embargo, a pesar de tener bien aislado este Estrato 111, las conclus iones
que respecto a su determinación cronol6gico-cultural podemos deducir son,
de momento, muy imprecisas.
En general pa rece una sed imentación de relleno que conserva restos cerámicos no muy abundantes. En su mayoría son de pasta grosera, de coloraciones que van del rojo al negro, con abundantes piedrecillas en la masa y
hechos a torno, aunque los había también, en menor proporción, pertenecientes a vasijas hechas a mano. Junto con ellos, aunque menos abundantes,
se vieron ya restos de vasos de pasta de buena ca lidad, bien d epurada, por
lo general porosa y, a veces, decorados con f iletes y franias pintados en raio,
siempre hechos a torno y que en muchas ocasiones presentan las característ icas de la cerámica ibérica, aunque en muchas otras no parecen serlo.
A este horizonte cultural pertenece la copa jonia de barniz negro que
apareció a 0'96 m. de profundidad en la cuadrícula c/3 del cuadro XXI d e la
campaña de 1979 aunque, por no haber sido terminado de excavar, las
conclusiones que de él se deducen son, por ahora, inseguras.
Así, pues, en consideración a la inexistencia de cerámicas con decoraciones incisas y hechas a mano que aparecen en el poblado que hemos
clasificado de la Primera Edad del Hierro así como por la falta también de
restos de vasos át icos que tan abundantes son en el estrato superior, este
asentamiento humano del que ahora tratamos d ei6 de existir a fines del
siglo V o principios del siglo IV a. de C. y se estableci6 cuando ya habían
dejado de ser características las vasijas con d ecoraci6n incisa. Teni endo además
en cuenta la presencia de la copa jonia de barniz negra sabemos que ya podía
existir a f ines del siglo VI o comienzos del V a. de C., por lo que en términos
generales creemos que debi6 desarrollar su existencia durante todo el siglo
última mente mencionado.
Culturalmente también podemos proponer que debe encuadrarse en un
periodo primitivo de la cultura ibérica, en cuyo momento todavía se ven
elementos que podríamos considerar de un periodo de formaci6n. opini6r:'1
que exponemos con toda clase de reservas en espera de que los resultados
que nos den las excavaciones estratigráficas que estamos efectuando nos lo
confirmen.
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LO S
4)
VILLA RES
73
Poblado ibérico pleno
En el Estrato II o sea entre unas pro f undidades aproximadas entre los
0'20 y 0'55 m., aparecen los restos de un gran poblado, propio de la cultura
ibérica ya plenamente formada. la delimitación inferior de este estrato estaba,
en la mayor parte de los departamentos excavados, perfectamente marcada
por la existencia de p isos, genera lmente de t ierra batida y endurecida por el
fuego, p isos que casi siempre descansaban sobre el relleno del Estrato 111 y
que, en algún caso, estaban hechos inmed iatamente encima de los muros que
apareclan en éste, cortados intencionalmente .para la nive laci6n del suelo.
l a parte más alta del estrato fue destruida por las labores agrlcolas.
l os restos de este poblado ibérico hasta ahora exhumados, sin tener en
cuenta los aparecidos en la cata efectuada durante la primera campaña y los
que asoman en la excavaci6n incompleta del cuadro XXI, forman tres grandes
grupos de casas separados por dos calles. Un grupo, en la parte norte de la
Ca lle A, que t ienen sus fachadas meridionales dando a ésta; los otros dos
gru pos están al sur de dicha calle y separados entre si por la Calle B. Por lo
genera l las habitaciones son de planta más o menos rectangular sin que de
momento podamos decir cuántos departamentos pertenecen a una misma
vivienda. Es muy posible que el hecho de que los departamentos 1 y 2 estén
comunicados, s610 separados en parte por una pared de adobes, nos permita
pensar que ambos fueran sendas habitaciones de una misma casa, a la que
también debla pertenecer el departamento 4 que parece f ormar como un
cubículo del número 2, del que igualmente está separado por paredes de
adobes. También el hecho de que los departamentos 13 y 14 se comuniquen
por un amplio vano puede hacernos pensar en la posibilidad de que f ueran
pertenencias de una misma vivienda. Estos dos d epartamentos presentan la
particularidad ya indicada de comun icarse con el exterior, con la Calle A ,
mediante puertas de las que se descubrieron los quicios con un escal6n, pues,
como también hemos dejado dicho antes, la superficie de la calle estaba a un
nivel ligeramente más alto que el fondo de los departamentos. A lgunos
recintos mostraban bancos corridos adosados a la pared y unas especies de
plataformas que quizá sirvieran de base a elementos constructivos de madera.
Igualmente en diversos puntos se localizaron hoyos y bases de piedra que
hemos supuesto que sirvieron para el asentamiento de postes de madera que,
creemos, sostenian la techumbre de las casas.
l os d istintos departamentos estaban delimitados por muros y paredes o
tabiques: aquéllos, como es frecuente en los poblados ibéricos, eran de
piedras medianas o grandes hasta determ inada altura, que calculamos alrededor del med io metro, completándose hasta donde descansaria la techumbre mediante adobes, de los que se encuentran abundantísimos restos que,
normalmente, f orman el relleno superior del Estrato 11 . También algunas
10
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74
8. PL4 B4LU!STSa
caras de estos muros llevaban un revestimiento o enlucido que, por Jo gene-
ral, aparecfa desprendido junto a ellos. Las paredes o tabiques, siempre en
el inferior de los recintos a los que dividían en compartimentos, estaban
hechos d e adobes por completo e iban igual mente revestidos de un revoque
o enlucido. Todos los muros y tabiques descansaban directamente sobre los
pisos de tierra endurecida de que antes hemos hecho mención.
la atribuci6n cronológico-cultural de este asentamiento está bastante clara.
5610 en este estrato aparecieron cerámicas importadas áticas y protocampanienses. sin que hayamos detectado ningún ejemplar que se pueda incluir
entre las cerámicas campanienses de barniz negro. l a cerámica ática de figuras rojas no fue abundante, limitándose a varios fragmentos de kyliques,
un kylix-skyphos y la posible base de otro, que nos dan una cronología para
el comienzo del poblado en los principios del siglo IV a. de C. y entre los
vasos de barniz negro aparecieron una pátera de la forma lambogl ia 21 atribu ible a la primera mitad del mismo siglo, dos copas de la forma 24 que
pueden situarse en cualquier momento de d icho siglo, otras dos de la forma 25 que ya pueden llegar hasta la primera mitad del siglo 111, en donde
pueden situarse las dos de la forma 49 y, hacia mitad del siglo 111 o a lgo
posterior, una pátera de la forma 28. Estos hallazgos nos encuadran b ien la
cronología del poblado que aparece en el Estrato 11, entre el año 500 y algo
después del 250 a. de C. Una precisión mayor del momento f ina l. el de
d estrucción o abandono, del poblado es dificil de señalar: ind udablemente
fue posterior al año 250 y anterior a la d ifusión de la campaniense A por
Occidente. Un indicio que podría servirnos para aproximarnos a ese momento
f ina l nos lo podría dar la fecha de ocultación del tesorillo aparecido en el
departamento 3, que hay que situar cuando el poblado se hallaba abandonado, antes de su ú ltima reconstrucción : en este caso habremos de tener en
cuenta la datación de las dracmas ampuritanas que son las monedas más
modernas del conjunto y cuya cronología más aceptada es la de los años
218-120, por lo que bien pudo ser escond ido el tesoro por un orfebre o
platero en el transcurso d e la segunda guerra púnica o algo después, lo que
puede hacernos pensar que fue durante dicha guerra o en las convu lsiones
PDllticas que la precedieron cuando se destruiría o abandonaría el poblado.
la contemporaneidad de las calles respecto a las edificaciones está probada por la aparición inmed iatamente encima del empedrado de la Calle A
de un kylix ático sin peana, de barniz negro, cuya cronología lo sitúa a principios del siglo IV a. de C.
El resto del material nos muestra un conjunto característico de los poblad OS ibéricos que conocemos de esta época, tanto hac ia la costa mediterránea
como hacia tierras interiores, aunque a nuestro parecer tiene mayores similitudes con los yacimientos manchegos.
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LOS VILLARIIS
'"
Asi, pues, el poblado q ue se descubre en el Estrato 11 de los Villares per-
tenece a la cultura ibérica ya plenamente formada y se estableci6 en el
cerro a comienzos del sig lo V a. de c., perdurando hasta la segunda mitad
del sig lo 111, q uizá hasta los primeros momentos de la aventura bárquida en
nuestras tierras.
5)
Poblado ibérico reciente
Consecuencia de la puesta en cultivo de la colina, sus superf icies sufrieron
una serie de transformaciones que, en la parte correspondiente a la zona que
hemos excavado hasta ahora, barrieron las edificaciones y los restos arqueol6gicos. d e un asentamiento que, por los datos conocidos de otras zonas más
ba jas y de las laderas de la misma colina, debi6 establecerse después de las
guerras púnicas y llegar hasta poco más o menos e l cambio de Era. En nuestras excavaciones solamente hemos encontrado rasgos indicativos de esta
última ocupaci6n de los Villares en el Estrato 1 es decir en la capa super,
ficial de tierras revueltas por las labores agrícolas, donde apareci6 una moneda ibérica de la ceca de Arse, situable en el primer cuarto del siglo I
a. d e C. y los restos d e una ánfora ibérica que corresponde a los siglos 11 _ I
anteriores a la era. la fecha inicial de este establec imiento ha de ser posterior
al a ño 150 a. de C., ya que la fecha tardía de la moneda ampuritana q ue
for maba parte del tesorillo aparecido en el Estrato 11 al que nos hemos referido
en repetidas ocasiones es, según Guadán, el año 120 antes de la Era.
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APE N DI CE
1
EL MUSEO ARQUEOLOGICO MUNICIPAL
DE CAUDErE DE LAS FUENTES
Por Albert Ribera lacomba
Con el fin de dar la mayor información sobre el yacimiento de los Villares
de Caudete de ras Fuentes, incluímos a continuación una breve reseña de los
materiales que se guardan en el Museo Arqueológico M unicipa l d e dicha
población.
Este pequeño Museo se inauguró por el Ayuntamiento de Caudete de
ras Fuentes en el mes de febrero de 1979, formándose excl usivamente con
materiales recogidos en la loma de los Villares por los aficionados locales don
Rafael Gabald6n Sierra y don Francisco Gabaldón Valle y por don Enrique
Morán González, de Buñol. que desi nteresadamente han depositado en él
los principales objetos que superficial mente han ido recogiendo a lo largo
de los años d e los campos que forman el yacimiento, al rededor de la zona
que el Servicio de Investigaci6n Prehist6rica tiene acotada.
Su instalaci6n, catalogaci6n y ordenaci6n se IIev6 a efecto por el Servicio
d e Investigaci6n Preh ist6rica de Valencia, específicamente por el Subdirector
don Enrique Pla Ballester y por la Dra. M ilagro Gi l-MascareJl Boscá con un
equ ipo de colaboradores.
Se exponen, aparte de una buena colección de monedas ibéricas y romanas de distintas procedencias, trescientos cincuenta y nueve objetos, d e
los que doscientos cuarenta y cuatro pertenecen a la colecci6n de don Francisco Gaba ld6n. noventa y cuatro a la d e don Rafael Gabald6n y veint iuno
a la de don Enrique Morán. De la tota lidad de materiales expuestos, dos-
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78
U. PLA BALLESTBR
cientos sesenta y tres objetos son de cerámica, veintid6s de pasta vrtrea,
cincuenta y nueve de metal, seis de piedra y nueve de hueso.
De cerámica. en su mayoría de tipo ibérico y en número más reducido
de pasta grosera con piedrecillas en la masa hechos a torno, pueden verse.
sin contar los vasos importados de cerámica de figuras rojas y de barniz
negro que luego serán deta lladamente estudiados, cincuenta y una páteras
de d istintos t ipos y tamaños. diecisiete p latos y plat itos, cuarenta y siete
vasos caliciformes, dieciocho tapaderas. d os oinochoes. tres braserillos, seis
botellitas, cuatro ungüentarios, dos lucernas, veinticuatro manos de mortero,
cuarenta y nueve fusayolas. siefe pondus y otros vasas d e diversos t ipos y
tamaños. En este lote, aparte de los ejemplares más interesantes q ue se relaciona n luego, hay que incluir un vaso con decoración incisa que fue publicado hace algún t iempo por Enrique Pla Ba llester y Milagro Gil -Mascarell y
dos importantes vasos ibéricos decorados que se describen en el apéndice 11.
De pasta vítrea hay veinte cuentas de colla r y dos fragmentos de otras
tantas.
Son cincuenta y nueve los objetos de metal que se exponen. Aparte de
a lguna fíbula incompleta de bronce y unos fragmentos más o menos ident ificab les del mismo metal, el resto es de hierro. Entre estos últimos objetos
se d istinguen un cincel, una hacha, un pico, un ponderal troco-piramidal,
varios clavos y varillas, piezas de bocado de ca ballo, puntas y cuchillos.
Además hay seis fragmentos de piedra, cuatro de ellos partes d e afi ladoras y los dos restantes cantos rodados horadados.
V, por último, se muestran nueve p eq ueños astrágalos de hueso.
A continuación damos una breve re lación de los objetos más interesantes
de este Museo.
l . -Kylix de pie b.jo casi completo. le fa lta parte de una lisa y una porciÓn del borde.
Paredes medianamente gruews, cuenco de perfil curvo, sin inflexiones y borde sin labios.
Inventario Ra -62. Oi6metro de la boca, 16 cms. O¡6metro de la bue, 9'5 cms. Altura.
9'5 cms. (111m. XXX).
Bam l:!: rojo salmón, con :!:o nas de otras tonalidades. que cubre toda la superfic ie InteriO(,
excepto algunos de talles del meda llón central dejadllS en reserva , lBS lisas y la superficie
exterio r menos la parte de la base que queda en el interior del arete basal.
Decoración interior: El medallón central, limilado exteriormente por circunferencias
incompleru, contiene la cabeza de una joven mirando a la izquierda, peinada con mafia
y amplias patillas y tocada con una corona de laurel; un bvc::le a largado le pende por el
cuello. de$de det,b de la ore ja.
Decoración externa: Se limita a dos circunferencias concentricas con punto central, hechas
en la :!:Qna dejada en reserva con el m ismo barni:!: que cubre la mayo r parte de l vaso.
la particularidad que presenta la colo rac ión del b.miz, fe nómef"lO poco frecuente
aunque no excepcional, ha sido explicada por Giselll M. A. Richter 21, según la cual, usando
(21) G. M. A. RICHTER: _Accidental a nd intencional red gla u: on a thcnia n vases_.
Thc Annllnl of the Britis h School al Athcns, XLVI , !.ondon 1951, págs. 143 a 150 y lámi·
nas 14 a 17.
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LOS VILLARBS
79
con h.bitldad el barroiZlldo, Iplicarodo capas de barniz mis o menos gruesls o dej'rodolo
de .plicar puede conseguirse una u oTr. coloración, negr. o roja y Iogrerse efecTos decora' ivos. Aunque en otlSiooes lIS disT¡roTIS T
onalidades no son mis que corl$ecuencia de
un accidenTe: quedar Tapa da casualmente un. pc!fción del VISO en el protero de reducción
que Impide la llegada de h umO$, la existencia de un chorro de aire que Impide igva lmenTe
la llegada de la Itmósfera reductora, el olvido en la Iplicación del b.rni, dvranle unil
segunda elapa de barnizado o la deficienle aplicación de l mismo, al quedar en el h orno
dO$ varos pegadQ,S, elC. CreemO$ en el caso p.resenle q ue la tonarrdad roja apareció, como
ocurre Ilmbi'n en vn kyllx de la Covillla de Albaida 22, I consecuencia de la aplicación
de una delglda capa de barniz que en el proceso de re-oxidación h Izo aparecer de nuevo
el color rojo.
El lem. de la cabeza feme nina mirando a la izquierda es muy frecvente en kylikes y
plalos 61icos y campanienses de figvras rojas, aunque no hemO$ encontrado ningún paralelo
p r6x imo al VISO de los Villares. Relaciones con ésle podrfan estar en e l fragmento de base
del Penyll d' lfac 2J, y, mis remotamente, con los d os kylikes de AmpvrilS conservados en
el Mvseo de Prehistoril de Valencia 24 y muy empare ntado s con los del grupo de Genucilia.
Podemos apuntar, con toda cine de reservas, sv origen il'dlco, pos iblemenle cempano,
con une cronoloo la qve puede sltuilrse a lo largo del siglo IV a. de C.
2. -lekylhO$ de barniz negro, de cuerpo troncocónico, ho mbro que se va estrechendo
en embudo hastl el arranque del cuello, esTrecho e incompleto. Pie ligeramente destacado,
s in peana y base pl.ne. Restos del arranque inferior de l as.&. le falta hta , parle del cuello
y por complelo la boca.
Inventario Re -63. Oi6metro mbimo, 67 cms. Oi6metro del pie, J 'ó cms. Altura de lo
que quede, 8'8 cms. (Um¡~ XXXI, 1).
Paredes de mediano espesor, de cer6miCll amarillenta. Va pc!f co mpleTO cvbierto exTeriormente de barniz negro, mate, mel conservado, muy picado, que en alguroas zo nlS
presenta m.nches de tonalidad castaño O:Kura.
Es forma poco free vente en este tipo de vasos. Por le calidad de .sv pasla podrra ser
prodvcto 'Tlco o de vn taller occidental ero el que se imitara le producción 6tice y que,
con toda clase de rnerves, sil Vilrfllmos en el siglo IV a. de C.
J . -P6tera 'tica de barniz negro de la forme lambogl ia 22, de la qve rol. mente qued.
parte de le bese y unos pocos fr.gmentos del borde. Erl de paredes curvlS con reborde
exterior en su parte superior y pie ¡¡ge r.m ente cvrvo, vertica l, con vr'ie destlCede ero la
perle m6s Interior de l pleno de apoyo.
Inventario Ra-ó5. l ongitvd mbime del fragmen to de la base, 14 cms. Alt ura del pie en
su cara extern., 2'2 cms. Di6melro aproximado del pie, 12'4 cms. (l6minl XXXII ).
Cerámica gris pardvsca y barniz negro brillante de buenl calidld que cubre todo el
veso, interior y exterio rmente, excepto vna estrec he fr.nja qve corre por debajo del reborde,
otr. en II unión de l cuenco con el pie, l. cara interna de hte y todo e l fondo limitado por
el anillo basal, que se dejaron por reserva e ro la coloración de la pasle.
(22) M.- A. VALL DE PU: _El poblado ibérico de Cavalla (A lbaida·Valencia). l . El
poblndo, las excavaciones y las cerámicas de barniz negro_. Serie de Trabajos Varios del
Servicio de Inves tigación Prehist6 rica, núm. 41. Valencia, 1971, págs. 81 a 84 y Y lám. VII, 45.
(23) C. ARANEGUI GASCO: _Avance de la problemática de las imitaciones en cerámica
de barniz negro del Peñón de Ifac_. AJ'chéo1ogie e n Langucdoc, l . Sete, 1978, página 17,
(igura 1. núm. 1.
(24) D. FLETCHER VALLS: _Musco de Prehistoria de la Diputld6n Provineial de
Valc:nda _. Valencia, 1974, pág'. 17S.
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80
B. PLA. BALLESTB1\
Decoración inlerior. En el fondo del cuenco bella ornamenl.c¡6n Impreu formada por
tres series de palmet4S liglldn • .M!parlldas por banda de pequef'ill$ ovas limiTadas superior
e Interformente por circunferencias concéntricas.
Decoraci6n exterior. Aparte de tas dos franjas dej.des por reserva en l. colOf'lIción
de t. ardlla I que enles nos hemos referido, e l circulo quedado en el inlerior del arete
basal lleva, pintado con el mismo tipo de barniz que recubre el VIlSO, un punlo cenlral
c¡rcun5Crilo por una pequeña circunferencia, V una amplia franja conc~nlricl a vnl! fina
circunferenc!a inmediatas al arranque del pie.
•
L. forma V l. decoración son frecuentes entre los produclc» precampanienses que
aparecen en los yacimientos ibéricos de los siglos IV y tri l. de e.. como en la Bastida de
les Alcvsts de Moixen t lS, e l Cerro de San Migue l de LUria 26 V le nec rópolis del Cigarraleja de Mule n, entre otros. El ejemple r que ehore presentamos, por le celided de su pesta
V bern i1:, poi'" le rique1:e de su decoreción imprese V por la de l cfrculo de la Ufe externe
de le bese, le situemos en le pr imere mited del siglo IV e. de e., quid en su primer cue rto.
4.-Cra'ere de berni1: negro de le forme l emboglia 40, de borde colgente V agetlonam iento en le pen1:e. le falta gren perle del cuello V complete mente el borde.
Inven/erio Re-62. Di'metro de la bese del cuello, 10 cms. Oiametro del pie, 5'9 cms.
Alture, 13 cms. (lÁmina XXXI, 2).
De peredes grue$as, peste gris V barni1: negro mete de muv buene tetided que cubre
to te lmente le pieza.
Es t ipo frecuente en los pobledos ibéricos de los siglos IV y 111 e . de C., como la
Bastide de les Alcuses de Moixent D, el Pun/el deis 1I0 ps del Colmenar de Oloceu lJ, le
necr6polis del Cigerrelejo de Mule XI, etc. crO(lol6gicemenle situebles en los siglos menC;O(Iedos.
s .-Gvttus de berni1: negro, variente de te forma lIImboglia 4s ll , CO(l el cuerpo liso,
encho en la perte cercana e le bese qve se ve estrechando e n su perte superior, sea de
perfil piriforme echetedo, ca1:olete superior con cue tro perforeciones, una central V tres
rlldia les, y pitorro en cabeu de león horadede, e la izquierda del ese. Amplia bese CO(l
le cere externa del repié vertical vese en cinta de secciÓn planO-CO(lvexe.
Inventerio F-l06. Oi'melro mb imo, 11 cms. Oiame tro del pie, 7'5 cms. Alture, 6'6 cms.
(L'mine Xxxttt, 1 V 2).
Cerll mice de coloraci6n cutaño-orisacee. lleve la superficie totalme nte cubierta de
bern i1: negro mete de buene celidad, picedo en elgunas ZO(les.
En el Pers Velenciano se conocen fo rm as semejantes 80allon8das V de perfi l más cibica
en el Cerro de San Migue l de L1fria II V en el Pu ntel deis Llops de Olocau JJ. fuera de
°
(25) N. LAMBOGLIA: .r.a cerámica precampana della Bastida •. Archivo de Prehistoria
Levantina, V, Valencia. 1954. págs. 120 a 122.
(26) M.· A. MEZQUlRIZ DE CATALAN: _La cerámica de importación en San Miguel
de Li ria •. Archivo de Prehistoria Levantina, V, Vale ncia, 1954, págs. 164 y 165.
(27) E. CUADRADO DIAZ: _Cerámica ática de barniz nelro de la necrópolis de E l
Clgarralejo (Mu1a, Murcia) •. Archivo de Prehistoria levantina, X, Valencia, 1963, páginas lOO a lII, 136 Y 137 y 152 a 154.
(28) LAMBOGLIA, op. cit. en la nota 25. pág. 124.
(29) H. BONET ROSADO y C. MATA PARRERO: _E l poblado i~rico del Puntal deis
UOp$ (Olocau, Valencia)., en preparaciórJ para publicarse en la Serie de Trabajos Varios
del Servicio de Investigación Prehistórica de Valencia.
(30) CUADRADO DIAZ. op. cit. en la nola 27. págs. 114 a 121 y 157 a 160.
(31) LAMBOGLIA, op. cit. en la nota 15. págs. 192 a 193.
(32) MEZQUIRIZ, op. ci t. en la nOla 26, pág. 170.
(lJ) BONET y MATA, op. cit. en la DOta 29.
[page-n-83]
LOS VILLARBS
81
lierres "elendenas el mis perecido al de los Villeres es el gutlus de la ne<:rópolis de
Clbrere del Mar (Sarcelona)14 del que sólo se diferencie por la coloración de la arcilla;
muy perecidos $OI'l dos de Ampuries (fondos del Almecé n Gandla) lS y el aparecido en
un pecio de la Isle de Cebrera (Saleares)l6, y parecidos aIras 'res de Ampuries (Iambién
del AJmecén Gendla) ".
A pesar de que tembogfie considera que es forma muy común en el siglo IV a. de C. y
més raro en el siglo 111, después del esludio de fernend Senoit de los malerieles del pecio
del Gre nd Conglové:' y de los recientes estudios de Sanmerl! Grego, sin dejar de considerar que algún ejempler pueda siluarse ye en di cno siglo IV, la mayor parle de los
nallngos de este forme son de la .segunde miled del siglo 111 y, en .Igu"e ocesión, de
les primeras décadas del siglo 11 a. de C. El gullus de los ViJlares, JXX Ja ceJidad de le
pasla, que no es cempllniense, lo consideremos posible mente, como pllrece .ser que ocurre
con el egallonado de Ampurias, fabricado en un tall er occldentel que trabejade en la
segunda miled del siglo 111 a. de C.
Ó.-COPe, profunde, de bllmiz: negro, con pie bestenle elto, cónlto, provisto de un
bequet6n e"guloso, lISa brfida anudede trensversalme"le en su parle superior y ecenllladure en III care e¡¡teme po¡- debajo de l borde. Corresponde e re forme 68 c, identifiCllda
por Jelln -Paul Morel en 1965 », que la sitúa entre la producción Cll mpan le nse A. Restaurada
e incompleta, falténdoJe Unit de sus esas CIIS; por completo y parle del borde y cuerpo.
Inventario f -107. Diémetro de la boca, 10'4 cms. Oiémetro de la base, 5'5 cms. Altura,
8'5 cml. (tAminll XXXIII, 3 y fig urit S ).
Cerémice de color cestaño-gri$Acea escure. Cubierle la totalidad de l. copa de barniz:
negro mate, de superficie éspere, que en elgunes z:ones del pie na degeneredo dejendo
.1 descubierto mancnas .narenjadas.
Es pien de le que se conocen baslantes parelelos en Ampuries, tanto en el Almadn
Gendíe como en la necr6polis de les Corls (incineracIones números 21 y 158) y en le
cese romene número 1, todes de paste mis o menos rosade y siluedes por Sanmartr Grego
en el ligio 11 a. de C., entre el .segundo y lercer cuarto de siglo tOo Jeen-Paul Morel que
desde
princi pio cOflsideró esta forma como propie de le producción cempaniense A,
últ imemenle ha propuesto su cronologlll alrededor del eño 175 a. de C.. en vista de su
presencie en el pecio del Grllnd Cong/oué, entre olros factores tI.
As r, pues, como le cop!! de los Villares por su paste de color casteño-gridceo oscuro
no podemos incluirle entre les de la producción campanlense A, ebogamos por considerarla
de fabricación de un laller occidental que debió trabajar en la primera mlted de l siglo 11
e. de C.
U"
(34) J . BARBERA FARRAS: .[.a necrópolis ibérica de Cabrera del Mar (Colección
Rubio de la St:ma) •. Ampurias, XXX, Barcelona, 1958, págs. 108 a 11 0. fil. 6. numo 7.1 45.
(35) SANMARTI GREGO: 01'. cit. en la nota 9, pág. 88, núm. 128 y pág. 161, nú m. 161.
(36) C. VENY MELlA y D. CERDA JUAN: cMateria1es erquc:ol6gicos de dos pecios de
la isla de: Cabrera (Baleares) •. Trabajos de Prehis toria, vol. 29 de la Nueva Serie, Ma·
drid . 1972, p ..i.g. 319 y fil!. 6. a y b.
(37) SANMARTl GRECO: op. cit. en la nota 9, pág. 56, núm. 29, págs. 67 y 68, núm. 63
y págs. 74 y 75, núm. 83.
(38\ F. BENOIT: oFouilles sous-marines. U!pave du Grand Conglout a Marseilleo. XIV
Suppltment 11. Gallia, PaTÚ, 1961 , págs. 82 a 84, lám. VI.
(39) J . P. MOREL: .Céramique: a vcrnis noir de Pompl!io. Res Cretariae Romanae Fau·
loru m, Acta VII , 196.5, págs. U y 88, fig. 1, 5.
(40) SANMARTI GREGO: 01'. cit. en la nota 9, ph. 52, núm. IS, pág. 53, núm. 20,
pág. 64, núm. SI , pá¡. 65, núm. SS, pág. 180, núm. 445, pá,. 189, nUm. 476 y pág. 211,
números S40 y 541.
(41) J. P. MOREL: .A propas des céramiques campanienne:s de France et d' Espa¡neo.
ArcMolo¡ie en Languedoc:, 1. St:1I~, 1978, pág. 160.
11
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11. PLA BALLESTER
J.-lucern. helenl,tiuo de paredes r«tn V orifido con reborde en depresión, de ,"
forma Deneauve XIII. Pito IIr'ICho y bastante lergo, cuerpo circul,r con el d isto ventr.I
l i~r.menle c6nuvo y base plana ,ireul.r. El inlerlO( es c60cavo. Complet., f.ltlindole
ónicamente el apéndice later.I4Z.
Inventario f ·10S. longitud, 7'S cms. Oi1lrnetro del disco, 4'7 cms. Altura, 2'7 cml.
(Figura 8 ).
Cerlimita de color U!slll"o clillro. La ,up.rficie externa presenta une lOOll lidad castaño
oscura.
Según Deneeuve es un lipo de lucerna propio del siglo 11 l. de e., cuyo oriO,en debe
buscarse 111'1 el mundo púnico ya que hay ejemplares que lIevlln signos de Tani! u olros
simbolismos CIIrlllgi neses.
8.-Anfera romana de ¡as llamadas 'vinarias', de re forme Oressel 1. de bQrde corto
e IncUnado, cuello cillndrico largo que se ensancha algo hacia la boca, ases ligeramente
curvadas, h ombro en 'ngulo y cuerpo bajo, tiPD al que Lamboglia le dio la signatura 1 A,
denomin'ndola "'nfora de Ma rsella" (J. Le falta el extremo in fer ior, por lo que no pode mos
sabe r como era el pivote.
Sin número de inventario. Di' metro de la boca, 16 cml. Di'melro m"'imo, 33'5 cms.
Altura de lo cOl'lservado, 96 cm!. (Figura 8).
Es un tipo de 'nfora típ ico del siglo 11 a. de C. 44, al que Lamboglia le dio una c, onolo'Ol la entre los al'ios 170 y 150, aunque parece ser que puede alargarse este periodo hasta
bien entrado el último cuarto de dicho $iglo.
9.-Cubilete de pIIredes finas, de cuerpo fusiforme COl'l el bc:x'de abierto y oblicuo y
base cóncava y elevada, de l. forma Mayet U u.
Inventario Ra·39. Di'metro de la boca, 9'3 cms. Di.!imetro de la ba58, 5'8 cms. Altura,
14 cms. (Figura 8).
Ce,'mica de coloración gris oscura. Superficie externa de tonalidad gris d.ra e interna
gris oscura.
Fram;oi58 Mayet, que sel'iala dos piezas de esta forma procedentes de Sagunlo, la
at,ibuye una cronología del último cuarlo del siglo 11 y primero de l I a. de C.
10. -Anfora de perfil ligeramente curvo y base redo ndeada. El bDrde forma un pequel'io
abultamien to en e l hombro, e l cual presenta una inclinación de unos 400. Entre I!ste y la
panla lleva dos asas de sección redonda en cuya parte supe rior aparece una marca impresa
e n fo rma de espina de pescado en 'ngul0 recto y si ml!trica, cuyos espacios entre la espina
van re hund idos y !!sil en relieve. Corresponde a la forma 1·6 de nuestra lipologra '6.
Sin número de inventario. Dilimelro de la boca, 12'8 cms. Dilimelro m6ximo, 30'8 cms.
Altura, 82'3 cms. (Figura 8).
La superficie presenta una coloración anaranlada dara y su cer'mita es también
anaranjada pero de tonalidad algo más oscu ra .
A esla forma cerámica le hemos atribuido una cronolog la indu ible dentro de los
(42) J. DENEAUVE: d.amJ)eS de Carlha¡e_. Par1s, 1969, págs. 61 a 66 y Iá ms. IX)' XXXI.
(43) N. LAMBOGLIA: .Sulla cronologia delle enrore romane di eta repubblicaoa (11·1
serolo a. C.)•. Rivista di Studi Liguri, XXI. Bordighen., 1955, p1gs. 246 )' 241, fig. 3.
(44) J . P. JONCHERAY: .Classification des amphores découvertes 101"5 de {ouilles sousmarines_o Saint Raphael , 1971, pág. 13.
(45) F. MAYET: .Les céramiques :.. parois fines d31lS la PénlllSule Ibérique •. Publications du Centre Pierre París, 1. Perú, 1m, págs. 2.6 • 29, lám. 11 .
(46) RIBERA LACOMBA: op. cit. en la n o ta 10.
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E. PLA BALLESTER
siglos 11 Y I 11. de C. y se encuenlran paralelos en el Cerro de San Miguel de Llrria·J , en
la Serreta de Al<:oy y en el Castellar de Hortuna de Requena 41,
11.-\Jrna globular con carena, con la parte superior abombada V la inferior, de eSCIISII
iIIllura, cónica, ligeramente c6ncavII, la base es también cóncava. l leva el lerdo superior
del cue rpo cubierto por un barniz rojo vinoso. Es pie za que consideramos imitación de la
formll Cuadrado 4",
Inventario Ra-29. Dillmelro de la beCII, 5'1, Dillmel ro de la b/lse, 3 cms. Altura, 9'3 cms.
( Figura 9).
CerllmiclI gris verdosa, y de igual coloración presenla su superficie externa.
Según Cuadrado es forma muy corriente que epa rece desde Itliliea hasla Calalui'ia,
principalmente en la cuenca del Segura y en e l Alto Guadalquivir. En este mismo yacimiento de los Villares, encontrado en el Departamento 11, en un ho ri;¡:onte que Pla Ballester' sitúa en el siglo IV y comienzos del 111 a. de C. apareció aIra urnita semejante (Iám. V, 2) .
12.-Oinoc::hoe ibérico de boc::a trilobulada, cuerpo troncoc6nico estrecho y alargado y
carena muy ba ja igualmente troc::oc6nica, de la que nace la base, que falta , al parecer de pie
vertical. Ampli:, asa que nace en el mismo borde de la boca y termina hacia la mitad del
cuerpo.
Inventario F-81. Di6metro de la boca, 8'2 cms. Di~metro milximo, 8 '9 cms. Altura de
lo que queda, 17'5 cms. (Figura 9) .
Pasta de coloraci6n amarillenta y de la misma ton alidad la superficie externa.
Decorado con grupo de filetes horizonta les, dos por debajo de l arranqu e del asa y
tres, el central algo m6s ancho, en las proximidades de la carena, e n color rojo vinoso.
No hemos encontrado ninguna pieza que más o menos nos parezca semejante. Po r la
calidad de la cer~mica y por la decoraci6n parece perte necer al horizonte ibérico pleno
de este yacimiento.
13. -Botella de C\Jerpa globular, algo piriforme, cuell o relativamen te estrecho y boca
de borde muy exvasado. La base, ligeramente destacada, es en su parte infe rior casi
plana con un reborde que forma el pie. Reco nstruida, falté.ndole una tercera parle.
Inventario Ra-37. Oié.metro de la boca, 9'3 cms. Dilimetro mlix imo, 11 '2 cms. Diá metro
del pie, 6'2 cms. Altura, 14 cms. (Figura 9) .
Pasta y superficie de color rojo anaranjado.
Decorada con mo tivos pintados en color rojo vin~o: series de traz~ gruesos inclinados
en la zona de l cuello hasta el borde, fra nja de eses g ruesas en la mitad superior de l cuerpo
y el resto, hasta los dos tercios del mismo, con tres filetes horizon tales superiores a una
gruesa franja también ho rizon ta l limi tada interiormente por otro fi lete paralelo.
Es forma Que aparece en los més viejos poblados ibé ricos "!'Ilen cial'l<:ls como la Bastida
de les Alcuses de Moixent, pero por las caracterlstkas de la base asl como por la deco raci6n consideramos que debe acercarse mh a los productos tard fos de talleres ibéricos. En
(47) I. BALLESTER TORMO, D. FLETCHER VALLS, E. PLA BALLESTER, F. JORDA
CERDA y J . ALCACER GRAU : _Corpus Vasorum H ispanorum. Cenlmica del Cerro de San
Miguel, Liria. Museo de la Excma. Di put:lción de Valencia •. Madrid, 1954, pág. 11 , 16m. IV, 6.
(48) J . APARICIO PER EZ y F. LATORRE NUEVALOS: .Catálogo-gula del Museo Arqueológico de Requena (Valencia-España) •. Serie ArQucol6giea, numo 1. del Departamento
de H isto ria Anti gua de la Unive rs idad de Valencia, Requena , 1977, págs. 31 y 38.
(49) E . CUADRADO DlAZ: .Origen y desarrollo de la cerámica de barniz rojG en el
m undo tartésioo •. Tarlessos y s us problemas. V Symposium Internacional de Prehistoria
Penins ular (Jerez de la Frontera, Septiembre 1968). 8arcelGna. 1969.
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LOS V ILLA ltSS
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8 . PL.A BALLESTBa
len Vill.res podre. pertenecer ,1 horizonte ibérico m6s re<;ienle, que Itegl, como se ha
dicho, • ¡iampen rOrmlnos republicanos.
14.-Urn. de mediar'lO 'amaño, de cer6mica best., con el cuerpo bitrococ6nico globular,
boca revert id. V borde de canto externo moldurado; ligero pie V bue c6ncev • .
Invenllrio Ra · 38. Oi6metro de la boui, 12 cms. Oi6melro mbimo, 17 cml. Oi6melro del
pie, 7'2 cms. Al tur., 13', crru¡. (F igura 9) .
Pesta grO$er. de color gris oscuro con ebund."tes granos c.lizos de desgnnanle. muy
vi sibl es.
Por $U forma V ,.lidld de la pul. liel"\e muchos p.r.lelos en lodos los poblados ibéricos
de los siglos 1 V 111 l. de C. En esle m ismo vacl miento de 105 Villare$ existen ejemplares
11
que pueden pllf.leliz.rse con el que ahora Inventarr.mos (Vene, por ejemplo, "mina XXI ).
15. -Pequello v.so f;8liciforme de cuerpo globul.r . ch.lado, cuello Ironcoc6nico invertido que se .bre en amplia boca exc.vad., pie poco desllc.do y base c6nceve.
Invent.rio M-9. Dillmetro d e l. boce, 9'4 cms. Dillmetro máximo de l cuerpo, 7'2 cms.
Dillmetro del p ie, 3'8 cms. Allura 6 cms. (Um ine XXXV I, 1 y f igure 9) .
P.redes bastente fin.s de ce,lImica de colOt cast.l'lo oscuro. lleva le superficie exterior
b rul'lid • .
los V'S<» f;8lidformes iIOn muy .bund.ntes en todos los y.cimientO$ ibéricos, I.nto
pobl.dos y necr6polis como cuevas de I.s consideradas como probables lugares de culto.
En este m ismo yacimiento de los Villares han .parecido vari" docen'l: vé.nse en le
IlIm in. JI ocho ejemplares procedentes de les excav.ciones y en el m ismo Museo de
Cauclete de las Fuentes, del que .hOta damos noticia, se exponen mb de cu.renla. Es,
también, u n. forma de I.rga perduración, desde fines del sig lo V o comienzos del IV
hasta bien entr.do el siglo I a. de C.
16.-Vuo ca liciforme de medi.no I.mal'lo, cuello .110 vertic.1 lige ramenle cOnf;8vO,
boca exv.s.d., panl' .bombade, pie oblicuo y base cónc.ve bastente pl.n'.
Inve nllrio Re -70. DilImetro de l. boca, 9 cms. DilImelro mbimo de l cuerpo, 8 '2 cms.
DilIme tro del pie, 4'1 cml. Altura, 10' 5 cms. (Figura 9) .
Cerllmic. de color cast.ño claro. Sus s upe rf icies present.n l. m lsm. coloración que
le pasla.
Decoración pintade de tonelid.d c.stel'io-rojil', El inlerior del borde lIev. une b.nd.
que cubre el mis mo canto y parte de l. pared y un filete Inmediato paralelo e l. mism~.
le cara externa presenta una bande desde el mismo borde en l. l one mh elle del cuello
y dos file tes para lelos . ell.; o tros dos file tes horilonleles clrcund.n l. parte inferior de l
'cuello; entre los superiores y éstos, ocupando l. m'yor parte del cuello hey un. franja
de IIne.s en lig-ng .I.rgades. l . parte superiOt del cuerpo estll cubierta por un• • neh.
f r.nj. lim it.d. inferiormente por dos filetes paralelos.
Es VISO que por su I.maño no es muy frecuente en los yacimientos ibéricos v.lenci.nos.
L. forma y el IImal'io se d.n en e5le mismo pobl.do de los Villares procedenle de l.
Cale 4 (vé.se ¡lImine 11, 1) . Vasos que pueden relacionarle con ésle 10$ vemO$ en L.
Escuera de S.n Fulgendo y en l. Alcud i. de Elx, entre otros. El que .hor. demos •
conocer debe eslar entre el f in.1 del ibérico pleno y los com ie nzO$ del ibérico rec ie nte.
17.-011. de cuerpo b itroncoc6nico con lendenci• • 0'1.1 con ligero estrangul.miento
,
form.ndo el cuello y boce revertid. sin borde destec.do, pie en .nillo poco resa llldo y
base eónc.v. con 6nfelo saliente central.
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LOS VILLARI!S
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Invent.rio M-13. Diámetro de l. boc., 9'8 cms. Diámetro mbimo, 13'2 cms. Diámetro
de l p ie, 6'1 cms. Altura, 11'5 cms. (lámina XXXVI, 4 y figure 10) .
P.SIe de buen. ulid.d, cestaño-rojin. la supeificie exterior, cuidada y alisada, pte·
$enta daras hueUas del torneado que forman como unas eslrech.s bandas hori!ontales.
Excepto por el pie saliente es forma que .bund. en todos los poblados i~ricos del
P.ls Valenci.no.
1 8.-Peque~. p,6ter. de borde revuelto y pie en .nUlo bu.1 molde.do en su ura
externa y ónfalo ligeramente saliente en el fondo interno.
Invent.rlo M-6. DiAmetro de la boca, 7'2 cms. Diámetro mb imo, 7'6 cms. Di'metro de l
pie, 3'9 cms. Altur., 3 cms. (Umina XXXV t, 2 y 3, y figura 10).
Cer'mica de tonalidad rosado-amarillent. con la superficie externa cuidad. V . Iisada.
Decor.d. la c.ra interior del cuenco con dos fr .njas diametrales en cru! fl .nqueadas
por uno o dos filetes pintados de color castllño oscuro.
Form. muy corriente en l. vajiUa ibérica de todas In épocas. La decoraci6n es frecuente sobre agarraderos de tllpaderas terminadas en bot6n mb o menos pl.nos y, a
veces, en fondos e¡(fernos de v.sos~. En pjteras sólo lo hemos encontrado en l. c.r.
interna de une pieze del Tossal de res Ten.Ues de Sid.munt (Ue id.) ", aunque creemos
que deben haber muchas mb muestras que, por su sencillez, no suelen reprodveirse.
19. -Pequetle p,6tere de borde exvasado, 6nf.lo destaudo en el fondo interior, pie
alto con repié muy uliente de IImplio plano de reposo y fondo externo cóncavo con
peque~o 6of.lo centr.1.
¡nvent.rio R.-l1. Diámetro de l. boca, 7'4 cms. Di6metro del pie, 5'3 cms. Altura.
3'2 cms. (Figura 10) .
Cerámiu de coloraci6o casl.ño. las superficies tienen l. misma tonelided.
Pieu d. perfil poco corriente en l. cerámiu ib6riUl. El pie recuerda .Igunos de la
prodveción camPlniense terdl., en formas de muy distintos g.lbos.
20.-P'ter. muy ebierte de borde saliente en .Ia curva, pie en .nUlo poco des tecedo
y ligeramente oblicuo y bese cóncava.
Invenllrio F-49. Diámetro máximo 13'9 cms. Diámetro del pie, 4'9 cm!. Altura, 3'7 cms.
(Fi gura 10).
Puta de coloraci6n anaranjada que en las superficies presenta una textura J.bonosa.
L. forma es muy parecida a la l amboglie 36 en cerámica campaniense A, frecuente en
los yecimientos de los siglos I Y 11 a. de C. Entre los vasos ibéricos los que mb se .semej.n
• éste de los Vilt.res son los de la forma P. 12 b, del Cigarrale jo .unque en cerámiu mlis
basta v con las paredes mucho más gruesas y.
21.- Vuo cnrndrico completamente cem,do con cuello estrangulado V borde saliente
obl ic uamente, liger.mente convexo en su cara exlern., .sa en cinl. '1 base c6ncav• . L.
pared que clerr. por arriba el vaso, IlImbién .Igo c6ncava, presenta numerosos orificios
circulares hechos .nles de l. cocci6n, a modo de colad",. En el centro de l. u,. izquierda
.1 .se V debajo mismo de la arista en qu ~ se inicia el cuerpo lIev. un pilorro troncoc6nico
horadado.
(SO) BALLESTER TORMO y otros: QP. cit. en la nota 47, pAg. 107, tema decorativo 300.
(SI) L.. PERICOT GARCIA: .Cerámica lbérica_. Barcelona, 1979, pAgo 200. fig. 314.
(S2) E. CUADRADO DIAZ: .Tipología de la cerámica ib6rica fina de El Cigarralejo,
Mula (Murcia)_. Trabajos de Prehistoria, vol. 29 de la Nueva Serie, Madrid, 1972, págs. 146
'1 187. tabla XX IV, P 12 b.
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B. P LA BAL L BS T BR
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Invenlerlo M-18_ O¡6melro de le bOCl, 97 cms. Oi6metro med io del cuerpo, 11' 5 cms.
Alture, 10 cms. (l6mina XXXIV) .
Pasle de color ClStaño clero, al igual que la superficie.
~orado con fil eles y bendas horizonta les de tonalidad Qlsla/lo oscura: un filete
corre por encima de l estrangulamienlo del cuello, una banda cubre el hombro, otro fi lete
es" cerca de la base, a la altura del arranque inferior del ISa y otra banda corre
paralele e inmedielemente inferior a aquél.
Es fo rma muy rara en la cer6mica ibérica y de pe rfil semejante no le he mos encontrado.
Emele rio Cuadrado a una pieza de cverpo tamb ién cmnd rko y parle supe rior tro ncocónica
de lab ique p lano horedado, con algunas varianles respeclo a la de los Villares, hallada
en e l Cígafrale/o, le denomine · tetera- o vaso pare infusiones, at ribuyéndole la forma 359.
También con disco superior horadado y pilorro derramado r, de perfi l diferenle al q ue
ahore presenlamos y al del Cigarralejo, existe olro VISO que deb i6 lener le m isma utilidad
q ue éslos, e n el Cabecico de l Tesoro de Verdola y (Murcia) s.
Respec to el uso que le atribuye Cuadrado al ejempler de l Cigerrelejo y que debi6 .ser
el m ismo e que se desline rfan los de Caudele de las Fuentes y Verdolay, nos parece poco
pro bable, ye que el estar el reci piente tolelme nle cerredo serfe Imposible lanto el introducir
les h ierbes u hojes para la infusión, asl como extreerl es una vez utilizades. Propo nemos le
posibilided de que fuera une aceilera para la conse rveci6n de eceile une vez: uudo.
22. -Plelo muy abierlo y de poco fo ndo, con ela plene qu e for me una débil inflex i6n
respecto el cvenco, pie en enillo beul y fondo con 6nfalo selienle. lleve en el ele dos
orificios para le suspensión.
Inve nterio M-11 . Oi6met ro m6x imo, 20'2 cms. Oi6 met ro del pie, 3'2 cms. Altura, 4'2 cms.
(l6mina XXXV, 1) .
Ce r6m lce de color g ris claro. las superficies, lento interne como externe, de la misma
coloración con manchas casla ño ro jiHs.
Oecorado en su cara interne con motivos geomé tricos simples en pinture cutello rOjiH
oscu re. l os temas decorelivos son los siguientes: Rosel6n ce ntrel li mitedo exteriormenle por
un file te circu ler y conten iendo dos grupos de Uneas onduladas diametrales fo rmando cruz;
otro file te corre por el punto de inters&ción del cuenco con el labio y de él pende una
leo rla de grup::n de .semicircunfe re ncias concé ntricas, y e n el ale se repite esle mOlivo
por -debejo de otro filete pintado en el m ismo borde del pleto.
Es pie za que ta nlo po r su perfil como por su decoraci6n es frecuente en los poblados
~bériCO$ desde el siglo V huta el I a. de C.
23.-Pleto muy ebierto y de poco fondo, de ele con leblo Interior que fo rme respecto
el cue nco une inflexi6n bien destaceda, pie de grueso anillo y bese con pronu nciedo 6nfalo.
Inventario M-1 2. Oi6 melro m6x imo, 22 cms. Oi6 metro del pie 6'4 cms. Allure, 4'6 cml.
(L6m ina XXXV, 2).
El plato, el parece r, fue in tensamente etecado por el fuego posl-cocci6n, presenlendo
por e llo, ta nlo la cer6mka como las superficies, une coloreción gr is.
Decorado con molivos geométricos s imples en pintura que, e consecuencia de la acci6n
del fuego, prese nta una lonelidad g r is oscura . La decoración consisle, en su cara inlerna,
por un rosetón cenlrel formado p:¡r un f ilele circule r que lleva inscrila$ dos bandas d iametra les de lineas $inuosas oblicuamente colocadas y olre bande semejante pero $Clemenle
red¡al; exlerior a esle conjunto viln olros dos fi leles circuleres entre los que corre unll
serie de grupos de lineas ondullldas verticales, cenefe qve ocupe parle del cuenco por
(53) CUADRAOO; op. d I. en la nota a nterior , págs. 135 y 175, tabla XVII, 35.
(54) PERICOT; Op. d I. en la nota SI, pág. 19, fig. 14.
12
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E. PLA BAL LE S TSR
debajo de l al'\gu lo formado pof' Ible con el labio; por "llimo. en el ala V pendiendo de
otro filele p intado en el mismo borde. van grupos de CUillrlO$ de circunferencias concénlritos. La cara externa solamente Iteve una banda circular.
Como el plalo anteriormente descriTo es una forma cer'mica V una decoración muy
frecvenle en el mundo ibérico.
24.-601 de cuenco perfecTamente curvo. en "'$quele esférico, con el fondo interno
plano V rugo so. anillo basal de pie oblicuo satiente y base ~nca\lll con protuberancia
cenlral V un ligero caballón rodeándola.
Invenlllrio R.-25. Diámetro de la bOCII, 15'2 cms. Diámetro del pie, 5' 1 cms. Altura,
5'7 cms. (Figura 10).
Pasta gris muy clara con visibles granos de desgrasanle de cuarzo en la masa. Superf ide blanquecina elisada.
Decorado en su interior con bandas pintadas en rojo vinoso, unll en el mismo borde,
otra hacia e l centro del cuenco y una tercera pr6xima al fondo.
Tambi6n es pieu que se encuentra en muchos yacimi e ntos ibéricos de los siglos IV
y 111 a. de C.
25._8raserillo de cuerpo bitroncoc6nico, borde ligeramente exvasado, anillo basal de
pie oblicuo saliente y base c6ncava. lleva un asa de sección circular, una moldura en la
parte cóncava fo rmada por la uni6r1 del borde con el cuerpo, ta pared de 6s le con perforaciones triangu la res grandes y o tra ligera moldura en la parte superior del p ie.
Inventario F-78. O¡lImel ro de la boca, 10'6 cms. Oiámelro mb imo, 11 ' 1 cms. Oiilmelro
d el p ie, 8'2 cms. Altura, 9'6 cms. (Figura 10).
Pasta grosera de color gr is de varias tonalidades con granos de desgrasanle calizo bien
visibles. Superficies granulosas grises.
En esle mismo Museo existen otros dos ejemplares menos com plelos (Inventario F-79
y Ra-36) yen las excavaciones de los Villares aparecieron o lros dO$ (IIImina XXII, 1 Y 2),
de los que uno es casi igual al que ahora damos a conocer, aparecidos en el estrato 11 de
la cala 2. Tambi6n en el Cerro de San Miguel de Ufria se encontr6 un braserillo que s610
se diferencia de 10$ de los Villares en su borde, que es saliente, y en la base que es
Irlpode ss.
26.-Taza de cue rpo globular, cuello reentrante de perfil c6ncavo, borde de secci6n
tri angular, pie saliente, recio y oblicuo y base cóncava. En el fondo inte rior lleva una
pequel'ia concavidad bien destacada. Asa de secciÓn circula r que arranca del borde y llega
a la parte mAs saliente del cuerpo. le falta una porcl6n del borde.
Inventario F-104. Oillmetro de la bQCa, S'S cms. oillmetro mbimo, 8'S ems. oiémelro
del pie, 3'7 cml. Altura, 7'3 cms. (F igura 10) .
Pasta gris oscura y superficies de la mis ma tonalidad.
Decorado mediante lineas incisas verticales formando como un falso agallonamiento.
Forma de vaso a la que no nemO$ encontrado paralelo alguno. Podrla ser una b urda
imitación de la vajilla metálica.
27. -Tapadera trOl'lcoc:6niea plana eO<'l borde inferior ablerlo y ligeramente h orizontal
y agarradero corto y casi cilfndrico con agujero cenlral.
Inventario F-55. Diámetro mbimo, 16'1 cms. Oiimetro del agarradero, 3'4 cms. A ltura,
4 cms. (Figura 10).
(55)
BAl.LESTER TORMO y otros: Op. cit. en la nota 47, pál. lO, n úm. 10 y lám . n , 10.
[page-n-93]
91
LO S VILLARl!S
Cer'mic. de color.ciÓf'l ii1n.r.nj.diil clara y de la m isma tonalidad
Es una forma mvy común en 1 poblados ibérkos. En este mismo
05
otras d iecioc"'o tapaderas semejiilntes de las que algunas son de pasta
cillas para ra reducción. Tamb ién en las ellcavaciones del poblado se
una y otra clase, varias.
son las superficies.
Museo se COl"l~rvan
grosera con p iedrehan encor"ltrado, de
28.-Vertedero de gran vasija, al parecer, en cabeza da anima l de dificil Identificación,
un -carnenler- sin duda, quid un jaball. Tiene ta boca ebierta con fuertes dientes y lleva
te lengua saliente. los ojos son dos semiesferas destacadas y se ven los arranques de las
orejas. Ab ie rto por detrb, se limita su cabeza mediante un grueso cordón retorcido e n
espi ral. La rotura, en la parle infe ri or poslrera parece indicar que estaba situad. en el
borde de una vasija de amplia boca.
Inven tario F-162. Lo ngitud mb ima, 11'9 cms. Anc"'o mbimo, 13 cms. Alt ura, 6 cms.
(L'mlnas XXXVIII y XXXIX) .
Cer'mica roji za de buena calidad, bien moldurada.
Decoraci6n pinlada en roj o·castaño oscuro. El cord6n poste rior lleva rellenas las espirllS
de pintura; la parte superior de 101 ciilbeza, desde el eord6n hasla el hocico, esta decorada
medianle un cuadriculado irregular formad o por cinco gruesu lineas longitudinales cruzadas por quime fin.s líneu transversales y limit.da por arriba medi.nte o tra grues.
transvers.l; lu sem iesferas que forman los ojos esl'n circund.d.s por una pequen. circ un ferencia y llevan un grueso punlo en su parte central; la cara izquierda lleva, bordeando
las fauces, una serie de Irazos gruesos e irregulares en la supe rior y en el borde de la
inferior una gruesa Une. de l. que siillen triilzos oblicuos finos, y en l. parte baja posterior
de l. cara un. cenefa de lriangulos mili trazados; y en el laleral derecho, en el borde de
las fauces, otra Une. de l. que salen oblic..... mente tr.zos butllnle f inos; por óltimo, en l.
ZOOIl baja posterior ot ra ce nefll de tr¡angulos mili trllzados como l. que "'lIbra en la parte
correspondiente de l. olrll cara.
Es piezll que creemos ónk. e n l. ceramicll ibérica. Por l. calidad de l. pasla y por l.
de su decoración cOl"lsideriilmos que puede siluarse ya en el periodo Ibérico reciente de esle
yacim ien to.
29.-Figura fem enina de barro cocido, incomplet. en su porción Inferior. La cara ligeramente s.lien te en l. p.rte superior del cuello cilíndrico, se molde6 medi.nte l. presión
de los dedos que dejaron en medio uniil cres ta • modo de n.r iz y produjo dos depresiones
laterales en lu que se pusieron, para representar 105 ojos, send.s p.stillas discoidale!
pl.nas; la boca esta indicada mediante un corte ho rizont.1 por deb.jo de r. nariz, y la
ba rb iU. saliente queda muy destacada. El cuerpo, cilfndrico hueco, tiene des tacadamenle
represenlados los pec"'os, cubiertos por r. s miilnos de sendos brazos arqueados: los dedos
q uedan indicados mediiilnte fuertes Irazos indsos. Le falt. el brazo derec"'o y lodll 111
parte Inferior, en la que se ve el inicio de 111 clldera derecha.
Inventario R.-SS . Anc"'o mbimo comprendiendo los br.zos, 11 '2 cms. Altur. de lo
Que qued., 15'2 cms. (Lámin. XXXVII, 1 y 2).
Cer4mica gris oscura y de !a misma tonalidad l. superficie interior; gris
con
manchas ropus en la su~rf kie elllerniil.
En la coroplhtica ibérica es muy abundante l. diversid.d de form as y tipos, por lo
que es de momento muy diffcil emont,.r par.lelos próximos • c.da pieu. Respecto. la
Que ....or. describimos "'emos "'all.do parecidas form.s de Ir.l.r l. cara en algun.s pie zll$
del s.anluario ibérico de l. Serretiil de Alcoi 36 y en la damif. del Cerro de San Miguel de
cI.,.
(.56) C. VISEDO MOLTO: .. Eltcavaciones en el monte La Serreta, próximo a AICQy
(Alicante) •. Memo rias de la Junta Superior de E:o:cavaciones y AntigUedades, núm. 41 , Madrid, 1922, lám. V, l . derecha.
[page-n-94]
92
E. PLA BALLESTEa
Uf,i, n , lAI figura femenina con 10$ brazos arqueados cogl'ndOM 10$ pechQ,s liene un
p.r. telo en br~ en un exvoto del Castellar de Sanlisteban (Je6n) St,
3O.--Fr,gmenlo del tronco de una figura femenina de ,."mica con 10$ brazos crUlados
por l. cintuf' V con los pe
sendas cintas d. sección oval aplicadas. le f.ltll la cabeu y toda t. PIIrte infer ior.
Inventario F-94. Ancho mbimo. 3'5 cml. Altura, 7 cml. (L'mina XXXVII, 3).
Pasla de color anaranjado y superficie exterior. de l. misma coloraci6n, IIsplIluladll.
Se podrla repet ir IIqul lo dicho par" ,. figura inventariada IInles. Fr.gmentos de figuras
femeninas de barro cocido con los briZOS cruzados por debajo de los pechos existen en
e l santuerio de le Serreta de Aleoi".
En la anterior selección de piezas de l Museo de Caudete, todas procedentes de la loma de los Villares, hemos procurado incluir aquellas que son
únicas o de especial interés y muestras de otras más corrientes y que, por
lo general, están representadas por más de un ejemplar en las colecciones
que componen los fondos del mismo. En las d escripciones se indica la colección a que pertenecen cada una de las piezas : los números del inventario
precedidos de las letras Ra. son de la co lección de don Rafael Gaba ldón Sierra,
los que van precedidos de una F. son de la de don Francisco Gaba ldón Valle
y los que llevan una M. corresponden a la de don Enrique Morán González.
Voluntariamente se han d ejado de incluir tres piezas de excepciona l interés : un \,laso inciso y otros dos, ibéricos, con espléndidas d ecoraciones pintadas. El primero ha sido ya publicado por la Dra. Milagros Gil-Mascarell
Boscá y por don Enrique Pla Bal lester /lO y d e los otros dos se da nota d etal lada
por este último a continuación, en el apéndice 11.
Para terminar sólo queremos añadir q ue, aunque los objetos d escritos
son producto de hallazgos casuales y esporádicos por lo que d esconocemos
el contexto arqueológico que los acompañaba, se pueden situar, con relativa
seguridad, en uno de los dos últimos periodos d e v ida en la loma de los
Villa res determinados por Pla Ballester, en el capítulo IV d el presente libro,
es d ecir, en los establecimientos que se asentaron en este lugar desde el
año 500 hasta el 50 a. de c., aproximadamente.
(57) l . BALLESTER TORMO: .Notas sobre las últimas excavaciones de San Miguel
de Li ria_. Archivo Español de Arqueología, núm , 44, Madrid, 1941 , págs, 436 a 438, ngs. 4 y S.
(58) M. TARRADELL MATE U: . ArlC~ lbérico_. Barcelona, 1968, pág, 174, rig. 109,
(59) VISEDO MOLTO: Op. cit. en la nota 55, !ám. lV, 1 y 2.
(60) PLA BALLESTER y GIL-MASCARELL: Op. cit. en la nota 8.
[page-n-95]
APE N DI CE
rr
DOS VASOS IBERICOS DECORADOS DEL MUSEO
DE CAUDETE DE LAS FUENTES
Por Enrique Pla Ballesfer
A f ines del año 1978 fueron depositados en el Servicio de Investigación
Preh istórica de la Excma. Dipu tación Provincial de Valencia los fragmentos de
dos vasos ibéricos hallados casualmente en la Joma de los Villares de Caudete
d e las Fuentes por [os aficionados locales don Rafael Gabald6n Sierra y don
Francisco Gabald6n Valle, para su limpieza y reconstrucción.
Según nos comunicaron los descubridores fueron encontrados en los cam·
pos inmed iatos a la zona propiedad de la Excma. Diputaci6n q ue se halla
acotada y cercada. uno, la tinaja, en una parcela colindante a e lla, plantada
de viñas. al noroeste de la m ism3 y junto a la cerca, y el otro, la urna, en
aira pa rcela no muy alejada d el lugar en que se rea lizan las excavaciones,
hacia e l noreste.
En princi pio sólo se recogieron unos pocos tiestos superficiales, pero en
vista de su riqueza decorat iva se realizaron unas pequeñas catas en busca
del resto de las vasijas.
l os dos vasos han sido reconstru idos en el laboratorio del Servicio de
Investigación Prehist6rica y se hallan en él depositados para ser remitidos
al Museo d e Caudete de las Fuentes cuando se tengan las vitrinas apropiadas
para su buena exposición.
Dada la importancia de las d ecoraciones pintadas sobre estos dos vasos
damos a continuación nota d etallada de ellos, a la que acompañamos las
correspondientes fotografías y los calcos d e los desarrollos d e las cenefas,
[page-n-96]
.
B . PlA BALLBSTlla
hechos estos últimos por las colaboradoras Helena 60net Rosado y Consuelo
Mata Parreño.
l.-Urna bitroncoc6nka con borde recto, oblicuo, ligeramente saliente, pie
poco resa ltado, base cóncava y dos asas, d ia metra lmente colocadas, en cinta
acana lada . Presenta la part icula ridad de llevar en la mitad inferior del cuerpo,
casi d ebaio de una de las asas, un orificio perfectamente circular. de 5'5 cms.
de diámetro med io. hecho en la vasija post cocción: los bordes d el agujero
están limados. limadura q ue afectó algo a la superficie exte rna de las zonas
circundantes.
Sin número de inventario. Diámetro de la boca, 15'5 cms. Oiámetro
máximo, 23'1 cms. Diá metro del pie, 9'5 cms. Altura, 23'2 cms. (Láminas Xl
y XLI y f igura 11 ).
Cerámica amarillo rojiza clara. Interior y exterior de la misma coloración
con zonas algo más rojizas y otras ligeramente oscuras con tendencia a una
tona lidad gris. la cara externa fue debidamente preparada para pintar en
ella la decoración, en pintura castaño rojiza oscura, bien conservada. l e fa lta n unos pequeños fragmentos. Reconstruido.
La decoración forma una cenefa que rodea todo el perímetro y que ocupa
una zona que va desde deba jo mismo del cuello hasta la parle de su d iámetro
máximo. En ella se representan dos escenas de temática semejante q ue van
separadas por las asas, las cua les están igualmente decoradas con trazos horizontales, sin que exista mot ivo decorativo alguno q ue las limite superior e
infe riormente.
Cara A (lámina Xl).- AsI denominamos la existente entre el asa que
hay por encima del agujero del que antes hemos hecho menc ión y la opuesta.
El mot ivo principa l lo const ituye la lucha entre una figura humana de gran
tamaño y otras dos mucho más pequeñas: la relación entre una y las otras
es de casi el d oble. la figura grande, e n posición horizontal, como nadando
o flotando en el ai re y al parecer avanzando hacia la derecha, presenta las
piernas abiertas, la derecha arriba y la izquierda debajo, como realizando un
movimiento de impulsión y los brazos, terminados en manos de largos dedos
que da n la impresión de garras, también separados y atacando, con el derecho, a una especie de cabra a la que parece intentar agarrar por el lomo y
con el izquierdo a un personaje, que igualmente parece esta r nadando o
flotando en el aire por debajo de la figu ra grande, al que agarra por la parte
superior d e la cabeza; una tercera figu ra humana, nadando o flotando por
encima de la grande, pero hacia la izquierda, ataca a ésta con un largo puñal
que ase con su mano diestra y que intenta clavarle por la corva de su pierna
de ese lado; además, se ve un animal de fuertes mandíbulas, lobo o perro al
parecer, q ue ataca también a la figura grande por su horcajadura y, por últi-
[page-n-97]
LOS VILLARES
.s
mo, hay una tercera figura zoomorfa, de boca en largo pico apuntado, que
igualmente parece atacar el pie derecho de la figura grande.
Esta es, sin duda, representación de un ser humano, aunque provisto de
algo como garras y con la barbilla proteg ida por una especie de babera que
le da un aspecto anómalo. lleva el cuer.po cubierto de p intura excepto unas
franjas que rodean las pantorrillas, otra alrededor de la cintura y la cara,
d ejadas por reserva en el color del vaso: así, pues, parece que e l persona je
llevaba altas botas hasta las pantorrillas provistas de largas cintas a modo
de tiradores, cubria el cuerpo con ceñido vestido que le tapaba desde el cuello
hasta casi las botas y se tocaba con una especie de capucha; además, llevaba
una sobreveste representada por una línea que circunda la figura desde la
frente hasta la cadera derecha y desde el cuello hasta la cadera izquierda.
l a faja o banda que rodea la cintura va rellena de un entrecruzado de lineas
verticales y oblicuas, y la cara, de perfil en el que se marcan bien la nariz y
los labios, de barbilla prominente y ojo casi oval con punto en med io, va
protegida, como se ha d icho, por una capucha, por debajo de la cual aparecen
un par de rizos y por una babera.
l a figura humana superior, de la mitad de tamaño aproximadamente que
la que acabamos de describir, también se halla en posición horizontal, dirig ida hacia la izquierda, y como hemos dicho ataca a aquélla con un puña l
o cuchillo largo que empuña con la mano derecha; su cuerpo va totalmente
cubierto de pintura sin señalarse el final del vestido y la iniciación de las
botas, provistas éstas igualmente de cintas tiradores: por lo demás e l vestido,
las botas, el cinturón y la sobreveste son ig uales que los de la figura grande.
la cabeza, de larga nariz, b ien señalados labios y barbilla normal, lleva el
ojo representado por un grueso punto sobre el que se ve una línea sinuosa
y fX)r debajo del cual hay otra línea curva y va tocada con una especie de
capacete del que sobresale una guedeja terminada en dos rizos, a no ser que
uno de ellos qu iera representar la oreja.
La tercera figura humana ocupa una situación inferior delantera respecto
a la figura grande, es también de mucho menor tamaño que ella y está igualmente en posición horizontal hacia la derecha. Como las dos anteriores lleva
un vestido que la cubre desde el cuello hasta las pantorrillas, altas botas con
largas cintas tiradores, sobreveste y cinturón cuadricu lado por trazos oblícuos.
l a cabeza de perfil marcado y ojo semejante al de la figura anterior, va tocada
con una especie de casco que sobresale algo por la nuca y d el que igualmente
surgen dos rizos del pelo. No le indicaron los brazos, por lo que hay que
pensar que los llevaba pegados al cuerfX). Este personaje es atacado por la
figura central que parece intentar agarrarle la cabeza con su mano izquierda.
El vestido que ciñe el cuerpo de las tres figuras parece que formaba una
sola pieza con las partes que cubrían las cabezas, y los cinturones van puestos
por encima de las sobrevestes.
[page-n-98]
S. PLA BALLSSTsa
El resto de la escena lo ocupan tres figuras zoomorfas, alguna de difícil
identificación con ningún animal conocido y posiblemente de carácter fabuloso.
la primera, junto al asa, está en posición vertical con la cabeza dirigida
hacia arriba y representa un animal quimérico de gran boca entreabierta formada por dos largos picos triangulares, ojo con punto en el centro coincidente de dos circunferencias secantes, cuerpo de lomo arqueado y dos patas,
una delantera larga y curvada terminada en tres dedos y otra trasera, también
curva y acabada igua lmente en tres dedos: este animal parece intentar morder el p ie derecho de la figura grande.
El segundo animal se halla entre las piernas de la fi gura grande, con
apariencia de querer atacarla por la horcajadura: es una especie de perro o
lobo de fuertes mandíbulas, de las que se destaca perfectamente la inferior,
con las fauces de robustos dientes entreabiertas y por las que asoma una
larga y curvada lengua, orejas puntiagudas y ojo de punto central a una
circunferencia inscrita en un círculo dejado por reserva en el color del vaso.
las cuatro patas terminan en tres o cuatro dedos o garras: las d elanteras las
lleva separadas, adelantada una y atrasada la otra, mientras que lás dos tráseras, en posición paralela, llevan entre ellas el f ina l de una larga cola que
nace en la parte superior trasera del cuerpo. Por último, en la parte centra l
de éste se representó una especie de faja formada por un entrecruzado de
lineas oblicuas trazadas sobre una zona dejada en reserva.
Finalmente, entre los dos brazos de la figura humana grande hay otro
animal, en posición oblicua hacia abajo, de dificil identificación pero de aspecto capriforme, que es atacado por aquella, que intenta agarrarla por el
lomo. Este anima l, de corto rabo, con las patas traseras paralelas y las delanteras separadas y curvas, una en posición adelantada y la otra hacia abajo,
tiene una cabeza de aspecto singular: mandíbula redondeada, hocico alargado, ojo formado por punto concéntrico a círcu lo dejado por reserva en la
coloración del vaso y tres apéndices superiores, uno que parece un cuernecillo
y los otros dos que podrían representar las orejas.
Como motivo decorativo ajeno a la escena representada sola mente existe
un pequeño grupo de trazos irregulares e informes por detrás del pie que
se halla en posición inferior de la tercera de las figuras humanas descritas.
Cara B (L1Imina XLI) . Es la que hay entre el asa opuesta a la que existe
por encima del agujero circular y ésta. Como en la anterior el motivo principal de la escena p intada en ella es una lucha entre una f igura humana de
gran tamaño y otra más pequeña, como dos tercios respecto a aquella y con
una serie de an imales más o menos fabulosos. la figura grande se halla
exactamente en la misma !X>sición y con la misma actitud que la correspondiente de la Cara A, atacando con su mano izquierda a una especie de perro,
[page-n-99]
....... 11 .......... 'd'. 111
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LOS VILLARI!S
mientras que con la derecha intenta agarrar por la cabeza a la figura humana
pequeña, en ,posición horizontal supina, la que a su vez se defiende atacándola con una espada de hoja lanceolada que empuña con su mano derecha
e intenta clavarle en el pecho; además, un an imal con cabeza humana, una
especie de centauro, parece atacar con su pata delantera derecha el brazo
izquierdo de la figura grande; hay también una especie de pez y unos motivos d ecorativos geométrico-florales que completan la escena.
las dos figuras humanas llevan el vestido, las botas, la sobreveste, el cinturón y el tocado iguales que los de las figuras correspondientes de la Cara A,
con algunas pequeñas diferencias : la grande lleva en la parte baja del tocado
una zona dejada en reserva y amada mediante trazos ob Ucuos y carece de
babera; la menor muestra la vaina de la espada saliendo de la parte superior
del cinturón y su tocado termina por detrás de la cabeza en un trazo divergen_
te, qu izá representativo del final por esta parte del casquete que la protegía.
También son tres las figuras zoomorfas que completan la escena: una
especie de pez, un perro y algo como un centauro.
Entre las piernas de la figura grande está el animal que creemos posib le
identificar con un pez. Es de cabeza ovalada con ojo en la parte superior
trasera del espacio quedado por reserva en el color de la cerámica, cuerpo
fu siforme relleno de p intura y formando ángulo con la cabeza, cola larga de
tres apéndices, aleta dorsal y b igote delantero formado por dos trazos que
se curvan hacia abajo.
la figura de una especie de perro se encuentra entre los brazos del personaje mayor y parece que éste lo agarra con su brazo izqu ierdo. Está en
posición casi vertical y, a l parecer, se halla a punto de morder d icho brazo.
El perfil de este animal, muy parecido al del que en la Cara A hemos considerado que podría ser una cabra, se diferencia del mismo, y de aqu! la consideraciÓn de perro que atribuimos a éste, en que sólo tiene dos apéndices
superiores en la cabeza, triangu lares, que creemos que representan las orejas,
larga cola que se curva hacia abajo hasta cerca de los pies, una franja en el
cuerpo dejada en reserva y rellena de trazos ligeramente curvos y relativamente larga lengua que asoma entre sus fauces y está en contacto con el
brazo izqui erdo de la figura grande q ue intenta cogerle.
la tercera figura zoomorfa está enfrentada a la tantas veces mencionada
figura grande y se halla ya debajo mismo de l asa, entre ésta y el agujero
circular. Es la representación de una figura fabulosa con cuerpo de an imal y
cabeza de hombre. El cuerpo alargado presenta bien las d iversas curvaturas
que forman el lomo y las caderas y tiene cuatro patas, las dos de atrás casi
paralelas y en posición de reposo, la delantera izquierda en la misma posición
y la delantera derecha, de trazo arqueado, se ha lla levantada como atacando
el brazo izquierdo de la gran figura; las cuatro patas terminan en tres dedos.
la cabeza, mirando a la izquierda, es de perfil correcto, con nariz, labios y
13
[page-n-101]
98
B. PLA DALLI!STI!R
barbilla correctamente d ib ujados y lleva un casquete silueteado del que sobre·
salen por la parte inferior trasera unos rizos del pelo. El ojo se representó
mediante un punto y una sem icircunferencia inmed iata . A esta f igura la
hemos considerado, con toda clase de reservas, como representativa de un
centauro: para serlo, según la iconografía clásica, le faltan los brazos y la coja.
Al contrario de 10 q ue ocurría en la cenefa de la Cara A, en ésta se han
rellenado los espacios vacíos con diversos motivos decorativos:
En el espacio trasero superior de la f igura grande se ve un extraño mo-
t ivo formado por una semicircunferencia de base cóncava que por su parte
derecha se prolonga en un triángulo isósceles alargado; de la punta de éste
salen dos trazos por ambos lados y ligeramente d ivergentes que terminan
el sup erior en rizo hacia dentro y el inferior confundiéndose su extremo con
el trazo de la sobreveste de la figura: la semicircunferencia se lIen6 con
cuatro grupos de tres trazos, paralelos y ob licuos los dos primeros que se
cruzan entre sí y abiertos en ángu lo con el vértice en la parle inferior los
olros dos; por último el triángu lo lleva algunos trazos ob licuos.
Otro mot ivo decorativo se halla por debajo d e la p ierna izquierda de la
misma figura y parece representar una gran f lor formada por una linea
ligeramente sinuosa en su parte inferior y otra de cinco 16bulos en la superior.
El 16bulo centra l, casi una circunferencia, está relleno por un entrecruzado
de líneas verticales y oblícuas; a su izquierda se extiende una a modo de
hoja muy apuntada con d os lomos, rellena de grupos d e trazos, unos para·
lelos y otros en ángulo, formando diversas zonas; a la derecha del 16bulo
central hay olros dos casi semicirculares, el último con la base ligeramente
c6ncava, rellenos el primero con dos semicircunferencias concéntricas de las
que la inferior está cubierta por trazos obl icuos y d e trazos ta mbién oblícuos
la segunda.
El tercer motivo decorativo se halla en el espacio que queda entre la
rodilla d e la figura grande y la espada empuñada por la otra. Consiste en
dos hojas unidas por un tallo, la primera lanceolada, larga y ligeramente
curvada, que termina por un rizo en su base y la segunda, igualmente curva,
de extremo redondeado, acabada en una especie d e fl or con tres apéndices;
d el nacimiento del ta llo d e la primera hoja sale un pequeño ramo y otro en
el arranque de la segunda. la hoja lanceolada va rellena d e pintura y perf ilada con una linea fina y la otra lleva su mitad super ior también reltena
de p intura y la inferior cruzada por trazos horizontales.
Por último, entre las patas del supuesto centauro se ve un grulX> de
lineas en zig-zag, y d iversos trazos informes, unos rectos y otros curvos,
aparecen desordenadamente puestos en el espacio que hay entre la espalda
de la figura humana menor hasta el agujero circular que, al ser abierto, cort6
uno d e fa les trazos.
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LOS V ILL ARSS
99
II.- Tina ja d e cuerpo bitroncocónico, base cóncava con corto repié en
pestaña y asas de trip le nervatura. Desconocemos como terminaba por arriba
al faltarle la boca, por rotura.
Sin número de inventario. Diámetro máximo 56 cms. Diámetro del p ie,
14'8 cms. Altura de lo q ue q ueda, 58 cms. (láminas XLI I, XLIII y XLIV y
figura 12).
Cerámica amarillo rojiza clara que en los cortes presenta una capa gris
e n medio de otras dos de la coloración indicada. l as pared es son extremadamente finas, de un espesor d e 4 a 5 mm. la superficie interior es d e la misma
tonalidad , con acanaladuras horizontales d el torneado. l a exterior, muy lisa,
fue preparada para pintar en ella, en color rojo castaño oscuro, la decoración:
es d e color amarillo rojizo y se ven amplias zonas algo oscu ras, con tendencia
al g ris, por defecto de cocción y otras ligeramente rozadas y con algunas
p icaduras. Reconstruida la vasija, a la que falta todo el borde, la parte superior
del cuerpo y algún que otro pequeño fragmento de las paredes. Conserva
las dos asas, de triple nervatura como se ha dicho, pero una no ha podido
ser colocada en su lugar por faltar el plano de unión.
l a decoración pintada se d esarrolla en una amplia banda que rodea todo
el perímetro d el vaso, desde el cuello hasta a lgo por debajo de la zona de
su máximo d iámetro. A su vez esta banda decorada se d ivide en dos cenefas
paralelas, una superior, en la que se desarrolla la decoración zoomorfa y
vegetal y otra inferior, meramente geométrica. Para la descripción de la cenefa
su perior consideramos el vaso divid ido en dos caras, la A, comprendida entre
el asa que se conserva en la reconstrucción del vaso y la zona en la que iba
la opuesta, y la B, formada por la otra mitad de la vasija. l as asas van decoradas med iante trazos horizontales espaciados.
Cara A (l áminas XLII y XLIV, arriba).-la d ecoración consiste en dos
h ipocampos enfre ntados sosteniendo con las patas un ánfora, en composición heráld ica. El espacio restante se rellen6 con varios y complicados motivos d ecorativos de tipo geométrico-floral.
El hipocampo de la izquierda, que se d irige hacia la d erecha, es de grueso
cuerpo, cabeza term inada en largo y estrecho hocico y se prolonga por d etrás
en una larga y sinuosa cola de pez que acaba curvándose hacia arriba en una
amplia aleta. Además, saliendo de la parte posterior del cuello y casi apoyándose en el dorso del anima l hay un semicírculo que consideramos que representa una ala. Partiendo también del arranque de la cola y por encima de
e lla, va un grueso trazo para lelo que hacia el final se abre en varios trazos,
fo rmando como un rabo. Por último, en la parte inferior del cuerpo, poco
má s o menos en la zona en que se inicia la cola hay un sa liente en arco d e
círculo de d ifícil identificaci6n pero que posib lemente, teniendo en cuenta
[page-n-103]
100
E. "LA Bj\LLE STIlR
una representaci6n semejante en otro hipocampo de la Cara B. podría rePTe.
sentar los 6rganos genitales.
El hipocampo que se enfrenta al que acabamos de describir y que por lo
tanto se d irige hacia la izquierda, es esencialmente semejante a éste.
Ambos animales sujetan, con las patas levantadas, una ánfora de cuerpo
fusiforme, boca exvasada y amplias asas. El primero la sostiene con las dos
patas mientras que el segundo solamente con una llevando la otra levantada
por encima de la vasija.
l as cabezas de ambos hipocampos son de gruesa cara y hocico largo y
estrecho de cuya parte inferior trasera salen las riendas que en el de la
derecha se cont inúan hasta la parle posterior del cuello, por una estrecha
zona dejada por reserva en la colaboraci6n del vaso. llevan en la frente una
especie de cuernecillo curvado hacia arriba, quizá representación de las fronta_
leras, y el de la derecha, además, en la parte superior del punto en que se
inicia el hocico, un pequeño trazo que se bifurca en sendos arcos, posiblemente representativos de otro adorno de la cabezada del animal. los ojos se
representan mediante amplio círculo dejado por reserva en el color del vaso
en cuyo interior va una circunferencia de grueso trazo y con pequeños segmentos radia les con punto central. Además, en el nacimiento del hocico se
dejó una banda en reserva llenada por uno o dos trazos horizontales.
El cuerpo es grueso, de potente pecho redondeado y va relleno de p intura excepto una fran ja vertical dejada en reserva y ocupada por un trazo
espinoso: en el animal de la jzquierda ésta va desde debajo de la cabeza
hasta la parte inferior del cuerpo mientras que en el de la derecha se inicia
por debajo de las riendas y alcanza también la parte inferior del cuerpo. El
cuello de este último está bien destacado mediante una línea paralela al
borde delantero d ejada en reserva y otra Ifnea igual en la parte de d etrás
señala la separación d el cuello y la supuesta ala.
la cola está rellena de pintura hasta una zona próx ima a su parte final
y va perfilada por gruesa ¡¡nea: en la figura de la izquierda lleva, poco más
o menos en su zona de iniciación, una faja en reserva rellenada por dos
líneas para lelas y en el tramo final, ya en contacto con la aleta termina l.
dejado también en el color de la vasija, hay un grupo de líneas paralelas
transversales. Esta aleta debía term inar, tras ensancharse, en dos rizos opuestos. la cola del animal de la derecha es seme jante a la del anterior, pero su
parte última, con trazos transversales, es más corta, ocupando sólo la aleta
y presenta en la iniciación de ésta y a ambos lados sendos rizos dobles. En
el de la izquierda aparece una especie de largo rabo terminado en varios
apéndices en la parte superior de la cola; por rotura no podemos saber si e l
otro también lo llevaba.
El ala, que se ve bastante bien en el hipocampo de la izquierda, nace por
detrás de su cabeza apoyándose ligeramente en el lomo y se cont inúa más
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LOS
VILL.\R6S
101
allá de la rotura por donde terminaba con un trazo de f inal curvado hacia
abajo: está formada por un semicírculo perfilado por doble linea, relleno de
p intura excepto en una franja central dejada en reserva y ocupada por tres
rayas paralelas verticales. El ala del otro animal apenas si se ve, por rotura,
perO debía ser diferente a la d el anterior : en la zona en que estaba sólo se
adivina un grueso trazo para lelo al perfil del cuello que se divide en una
plura lidad d e trazos cu rvos V finos, por debajo de los cuales hay un circulo
que penetra en parte del cuerpo dejado por reserva en el color del vaso y
que se rellenó con líneas paralelas.
Hemos indicado antes que el hipocampo d e la izquierda lleva en la parte
inferior del cuerpo, por la zona en que empieza la cola, un sal iente en sector
de circulo relleno de pintura que está, anterior y posteriormente, perfi lado
por una doble línea que no se cierra en la parte inferior y del que hemos
apuntado la posibilidad de que representara los órganos genitales: al f altar
este aditamento en el animal de la derecha, pero no, como veremos, en el
pintado en la Cara B, pensamos si esta carencia será indicativa de que éste
sea un h ipocampo hembra, pareja del anterior.
Por último las patas, los brazos en este caso, con los que ambas f iguras
sujetan un ánfora, están dobladas y terminan en cascos en los que se señalan
dos apénd ices, como espolones, en su parte superior. El brazo inferior del
d e la izquierda lleva muy señalado el jarrete.
l os espacios que quedaron sin ocupar por estas dos grandes f iguras se
llenó con diversos motivos decorat ivos.
Junto al asa y por detrás de la cola del hipocampo d e la izquierda se puso
un pequeño semicirculo relleno de pintura y terminado en su lado recto por
dos trazos, uno oblicuo y el otro perpend icu lar ; por debajo se pintaron dos
cortas Ifneas paralelas.
Ocupando toda la franja inferior a dicho animal, desde debajo del f ina l
de la cola hasta la zona en la que se encuentra el ánfora, existe un largo y
rico mot ivo flOral extendido horizonta lmente y formado por un tallo si nuoso
que nace, en la parle derecha, del filete horizontal superior de la cenefa de
tema geométrico que ocupa la zona baja de la decoración V termina en
espira l d e tres vueltas en la parte izqu ierda; del tallo, a uno y otro lado,
saliendo de los senos que forman las sinuosidades, se pintaron fl ores o capullos terminados, en las partes opuestas a sus arranques, en rizos y están formados por sem¡óvalos de base estrecha y alargada ocupados por un semicírculo relleno de p intura y líneas horizontales; de todos los ángulos que
f orman los diversos lemas brotan trazos rectos o curvos, como pequeñas
ramas, algunos de los cua les terminan en rizo, en f lorecillas ramificada s y
en otros mot ivos d ecorativos.
En la parte superior de lo que queda del vaso y entre las cabezas de los
dos hipocampos se ve un tema vegetal del que sólo queda la terminación
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.02
S. PLA BALLBSTEa
inferior : dos rizos de curva opuesta y en medio de ellos el apéndice de lo
que puede ser una hoja apuntada.
Ocupando toda la zona inferior de l animal de la derecha, desde la parte
de deba jo del ánfora hasta el mot ivo de líneas entrecruzadas que cierra la
cenefa junto al asa. se desarrolla horizonta lmente también, airo mot ivo geométrico-f loral. Está formado igualmente por un largo tallo si nuoso que acaba
por la izq uierda en dos ramas apuntadas cruzadas por sendos pares d e trazos
transversales, y por la derecha, en rama apuntada cruzada transversa lmente
también por dos cortas líneas paralelas. junto a las cuales salen dos taHítos
que tras curvarse terminan en rizo de curvatura opuesta. l a parte central de
este motivo decorativo se ve mal por estar bastante rozada la superficie del
vaso: en el seno más bajo del tallo hay una especie de ojal que podría ser
una yema o capullo; un fragmento d e línea serpentiforme corre junto al tallo
y, algo más arriba, sale de él, por la izqu ierda, una especie d e hoja ovalada,
q uizá ligeramente acorazonada, perfitada y terminada en dos rizos, con nervatura centra l. A continuación, hacia la d erecha, en el último seno superior, el
ta llo principal se arrolla forma ndo una circunferencia de trazo grueso en cuyo
interior y en aspa van dos líneas dobles diametra les y cuatro vírgulas q ue
ocupan los cuartos de círculo libres. De esta circunferencia sale, hacia arriba,
una gran flor de cuerpo lobular con larga hoja lateral. De los d iversos ángulos formados por el tallo, las ramas y las flores, brotan en d istintas direcciones
líneas sinuosas, otras curvas a modo de pequeñas ramas y una terminada
en rizo.
la cenefa de esta Cara A queda limitada, a la izquierda de la zona en
donde estaba el asa que fa lta, por un mot ivo d ecorat ivo geométrico formado
por d iez rayas verticales, la quinta conlando desde la izquierda mucho más
g ruesa q ue las restantes, cruzadas por otras, corlas y paralelas.
Cara B (láminas XLIII y XLIV, ba jo) . -Es la opuesta a la que acabamos
de describir, comprendida entre la zona en la que estaba el asa que falta y
la en que está la que se conserva . Se desarrolla en ella una cenefa formada
por un h ipocampo que se dirige hacia la derecha y un caballo con jinete que,
igual mente, corre en la misma d irección, posib lemente huyendo de aquél.
Por deba jo del hipocampo se extiende un largo motivo geométrico-floral;
entre las patas delanteras y traseras del caballo hay un extraño animal que
se parece a una foca y los demás espacios vacíos están ocupados por d iversos
temas decorativos.
la f igura de la izqu ierda, muy incompleta a causa d e las roturas de l vaso,
es otro hipocampo del que sólo resta la parte inferior del cuerpo y la iniciación de la cola. Aquél, rel leno de pintura, lleva cuatro zonas dejadas por
reserva en e l color del vaso, tres d e ellas ocupadas por líneas lig eramente
curvas, parale las y transversa les y la cuarta por una línea vertical en espina.
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LOS VILLARES
103
Una de las zonas rayadas se ve junto al pecho y paralela a ella está la ocupada
por la línea en espina, la tercera se halla en la parte inferior trasera del cuerpo
V la última en el nacimiento de [a cola. Por encima de esta parte de la figura
hay una protuberancia triangular rellena de pintura que va pzrfilada por
ambos lados mediante sendas líneas paralelas a los bordes. Otra protuberancia
semejante se halla en la parte inferior del ángulo que forma el cuerpo del
animal con la cola V que es casi igual que la que se veía en lugar equivalente
del h ipocampo de la izqu ierda de la decoración de la Cara A V q ue, con toda
clase de reservas, hemos apuntado la posi bilidad de que represente los
órganos genitales. Las patas, en posición de carrera, son finas V están dobladas
por las rodillas que, en la que queda completa, se representa mediante un
grueso circulo; también en los lugares correspondientes a los jarretes van
sendos círculos gruesos como queriendo representarlos y los cascos, bien
se ñalados, llevan a lgo más arriba del nacimiento de las pezuñas V en la parte
posterior de las patas, unos apéndices a modo de espolones, tres en uno V
dos en otro. Una rot ura en la pared del vaso impide saber como era la parte
d elantera del hipocampo, así como su relación con el caballo montado por
un jinete q ue le precede.
De este caballo sólo q ueda la parte delantera d e la cabeza, el cuerpo V la
porc ión infer ior de los cuartos traseros. Del jinete, la parte posterior del
tronco, un brazo V la p ierna derecha . El caballo va totalmente cubierto de
p intura excepto unos pequeños detalles de la cabeza, una banda q ue cruza
la parte inferior del cuello en la q ue se ven las riendas, otra banda perpen·
d icular a ésta q ue sale por deba jo d e la misma y que llega hasta la mitad del
cuerpo rellena por una serie de pequeños ángulos en columna, una zona
hacia la mitad del cuerpo en la que se representó la pierna derecha del
jinete V otra zona en la parte de la bragada izquierda q ue se rellenó med iante
lineas para lelas ligeramente curvas. En la cabeza no se llega a d istinguir el
ojo que queda en la parte superior de la rotura V hay un pequeño espacio
de jado por reserva en la coloración del vaso ocu pado por una linea horizontal;
se ve parte de la frontalera va lgo como una cucarda que tras curvarse en S
termina en una especie de fl or muy esquemática. Por detrás de las ancas hay
parte de la larga coja formada por tres líneas verticales sinuosas que se juntan
en su parte terminal. En las patas se hicieron notar bien los cascos y, a lgo
por enci ma de ellos, dos o tres apéndices como espolones.
0
Del jinete s61 queda, como se ha d icho, la parte posterior del torso, un
brazo V su pierna derecha . El torso, por lo poco que se ve, iba relleno de
p intura con los d etalles de la indumentaria marcados por fina s lineas dejadas
en reserva V también se dejó en e l color del vaso una pequeña zona por
encima de la cadera rellena d e cortos trazos verticales a modo d e fa ldellín.
l a p ierna va silueteada y es de gran tamaño, desproporcionada respecto al
cuerpo y el pie, que sobresale por d ebajo del vientre d el caballo, va ca lzado
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HK
E. PLA BALL I!S T BR
con bota d e poca altura con largas cintas tiradores, grueso tal6n, empeine
seña lado y lleva en la parte inferior de la punta una especie de pequeño
gancho. El único brazo que queda va extendido oblicuamente hacia atrás y
termina en tres largos dedos. Es curioso indicar, por 10 que se ve, que este
jinete no iba armado, pues el brazo que se perdió por rotura sujetaba [as
riendas ya que en el nacimiento de éstas, en la parte dorsal del cuello, se ve
la mano que las empuñaba.
El tercer a nima l, q ue está entre las patas delanteras y las traseras del
caballo es de cuerpo fusiforme arq ueado, con la cabeza apuntada hacia arriba
y la parte posterior terminada en cola de pez de doble alelas, curvada hacia
abajo. Va relleno de pintu ra excepto en la parte de la cabeza, donde se dej6
por reserva en la coloraci6n d el vaso un triángu lo en el que se trazaron tres
rayas paralelas ligeramente curvadas y se p uso, para representar el ojo, un
punto en el espacio superior; también se dej6 en reserva una zona en la
parte central d el cuerpo, rellenada con cortos trazos curvos paralelos. lleva
este animal dos largas extremidades anteriores, como aletas, formadas por
sendas lineas gruesas de las que salen dorsa lmente cortos segmentos de
línea más fina a modo de pelos: nacen estas aletas en la parte ventral del
animal y una se extiende hacia delante mienlras que la otra se curva hacia
atrás. Dos cortas patas angu ladas y terminadas en dedos o garras están situadas en la parte trasera, y una especie de pico representado por un corlo trazo
acabado en gancho, sale del extremo anterior de la cabeza. El aspecto de este
animal hace pensar inmediatamente en una foca, interpretaci6n que hacemos
con toda clase de reservas, ya que en tal caso seria la única de esta especie
anima l en el mundo ibérico y, creemos, en toda la antigüedad. De todas formas, focas las había y todavía las hay en el litoral mediterráneo peninsular:
la especie Monachus monachu s (o Monachus albiventer) vulgarmente conocida como "foca fraile" y, en tierras valencianas, como "vedell marí", existe,
aunque en franca regresión, en la Costa Brava y en las de Al icante y Málaga;
igual mente se encuentran en varios puntos de las costas baleáricas 61.
El resto de la cenefa está ocupado por diversos motivos decorativos geométrico- f lorales.
En la parte izquierda, llenando toda la zona inf erior al h ipoca mpo, corre
un largo motivo decorativo muy parecido al que había debajo del animal
de la derecha d e la cenefa de la Cara A. Está formado por una gran circunferencia central de trazo grueso ocupada inter iormente por d os diámetros
de doble línea cruzados en aspa, de la que salen hacia ambos lados sendas
fl ores con capullos señalados mediante líneas transversales arqueadas y terminadas en dos ta llos que se curvan y acaban en punta ornada por unos
trazos curvos terminados en rizo, como si f ueran perfiles de liras, llevando
(61) F. H . VAN DEN BRINK: _Gula de campo de los ma.núfcros salvajes de Europa
Occidenlal •. Barcelona. 1971. págs. 153 y 155.
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LOS VILLARES
105
además el ta llo central apuntado dos o tres segmentos transversales. Entre
el nacimiento de la f lor de la derecha y la curva de la circunferencia centra l
hay como un capullo o yema consegu ido med iante arcos paralelos, y de
algunos d e . los ángulos que forman los diversos temas decorativos salen
como ramitas rectas o sinuosas.
Entre la cola y la pata d erecha del caballo hay una flor triangular con
capullo lobular, dos ramas latera les en ángulo acabadas en rizo y dos pares
de lineas rectas que salen de los lados de l capullo.
Entre las dos patas traseras del caballo hay un pequeño mot ivo decorat ivo
compuesto por un triángulo curvado en forma de cuernecillo con dos trazos
laterales, uno en línea serpentiforma y el otro curvado en r izo.
Por encima de la supuesta foca y detrás del pie del jinete, hay una línea
en zig·zag con apéndice saliente del ángulo central.
Situado enfre la aleta posterior y la cola del mismo an imal, se puso un
corto trazo en forma de S horizontal.
Delante del caballo, desde la parte del pecho hasta cerca del casco de la
pata más avanzada se ven dos [argos trazos en forma de cayado de curvatura opuesta separados por un espacio en el que se pusieron cuatro pequeños
trazos paralelos e inclinados.
Ocupando todo el ancho de la cenefa hay otro largo motivo vertical com·
puesto por un extenso tallo sinuoso del que salen a ambos lados sendas f lores
de capullo lobular con ramas laterales terminadas por un costado en rizo y
por el otro en trazo curvo. De Jos diversos ángulos surgen grupos de líneas
en abanico, airas curvas y unas terceras serpent iformes.
Entre este motivo y el casco delantero del caballo hay un grueso trazo
en zig-zag con apéndice saliente similar al que ya hemos descri to que está
detrás del pie del jinete.
Por ú ltimo, cerrando la cenefa por la derecha, junto al asa, hay un largo
motivo geométrico formado por un conjunto de diez lineas verticales, la
qu inta contando desde la izq uierda mucho más gruesa que las restantes,
cru zado por otras Ilneas hor izontales, formando una especie de cuadriculado.
Cenefa inferior. -Rodeando todo el perímetro del vaso en una ancha
zona que va desde la parte inferior del arranque de las asas hasta algo por
debajo del diámetro máximo, corre una cenefa de tema geométrico limitada,
superior e inferiormente, por sendas bandas horizonta les anchas flanqueadas
por pares de fi letes parale los. l a cenefa, d ividida en metopas por grupos de
líneas verticales paralelas entre las que hay dos de mucho mayor grosor que
las demás, consiste en grupos de tres cuartas partes de circunferencias coneén·
tricas con los sectores que f altan puestos en la parte superior, de las que una
o dos son de mayor grueso que las restantes, Son quinee las metopas en que
se dividi6 la cenefa, catorce de ellas como las que acabamos d e describir y una
14
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l'Ipn
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liS.
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I!.
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que, por fa lta de espacio consecuente al ma l cálculo del decorador, quedó
más estrecha y fue ocupada por un grupo de arcos concéntricos, entre los
q ue tamb ién uno es de trazo mucho más grueso q ue los d emás.
Estos dos vasos con d ecoraciones tan interesante e inusitadas en el arte
ibérico p lantean, principalmente. dos grandes problemas: el de su fi liación
estética y el de la interpretación de las escenas .pintadas.
Respecto al primero, hemos de manifestar que por la forma de representar
las cabezas humanas y por algún que otro deta lle decorativo podrlan emparen.
tarse con ciertas fig uras y ornamentaciones de los vasos del Cerro de Sa n
Miguel de lIíria 6J. Sin embargo, la impresión general que estas decoraciones
prod ucen, as! como por la forma de tratar los pequeños animales e n la urna
descrita en p rimer lugar, especialmente los extremos de las patas terminados
en d edos o garras, nos acercan más a las de los vasos d e El Castelillo de
Alloza, en la provincia de Teruel ü. Así, pues, d e igua l forma que Purif icaci6n Atrián viene a sit uar esti lísticamente los vasos de Alloza como intermedios entre los de Azaila y los d el Cerro de San Mig uel d e l líria, nosotros
colocaremos los de los Villares entre los de El Caste lillo y los del Cerro de
San Miguel.
l a cronología que podemos d ar a estas dos vasijas es insegura al no haber
aparecido en excavaciones estratigráficas, pero por su forma y decoración,
asl como por otras razones q ue se desprend en de lo d icho anteriormente, en
la primera parte de este li bro, deben pertenecer al último horizonte cultural
q ue hemos identificado, al poblado ibérico reciente, con una cronología a lgo
posterior al año 150 a. de c., es d ecir que las vasijas podrían situarse hacia
fines del siglo IJ o principios del I anteriores a la era.
Respecto a la interpretación de las escenas pintadas los prob lemas e incógn itas que presentan estos dos vasos son múltiples y de d ifíci l solución.
No cabe duda que la decoración de la urna, vasija descrita en primer lugar,
representa una g igantomaqu ia, una lucha entre g igantes y hombres. Si record amos q ue en todas las mitologías los gigantes encarnan la idea de fuerzas
violentas y destructivas de la naturaleza, podemos pensar que en la d ecoración d e esta urna de los Villa res los hombres en su lucha contra los gigantes
recibieron la ayuda de otros seres q ue igualmente se sentían atacados: dos
perros o lobos, una cabra, una especie d e pez y dos anima les quiméricos, un
centauro y otro de largo p ico. q ue podían ser hab itua les en la mitología
indlgena como convivientes entre los hombres. Además, si tenemos en cuenta
BALLESTER y otros, op. cit. en la no ta 47, Pa5sim.
(63) P. ATRIAN lORDAN: .Primel'1il campaila de excavaciones en el poblado ibérico El
CUlelillo (Alloza, Teruel) •. Teruel, DUm$. 17·18, Teruel, 1951, páp. 20) a 228, ¡ánu. XXI,
XXII y XXIV.
(62)
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que en tiempos helenísticos y hasta bien entrada la romanización las gigan.
tomaquias toman un carácter po[it ico, de lucha del helenismo contra la bar·
barie, podemos pensar que en los Villares los gigantes represen tarían a gen·
tes extrañas al mundo ibérico que, en algún momento, constituyeron un grave
pel igro para la pervivencia de su cultura.
Dificil es también decidirse en el caso de este vaso sobre el medio en
que se desarrol 16 la lucha. las f iguras, tanto las de los g igantes como las de
los seres humanos, en posici6n horizonta l, están si n d uda f lotando e, igual·
mente, n inguno de los an imales que completan la decoraci6n se halla en
act itud de estar posando sobre un suelo firme. Si están nadando o f lotando
en el aire es cosa que no podemos afirmar, aunque nuestra opini6n es, con
toda clase de reservas, que la lucha se d esarrol16 en un escenario acuático.
Creemos que el hecho de que ning ún ser, gigantes, hombres o animales,
lleve alas puede reforzar nuestra opini6n.
Figu ras humanas nadando no las conocemos en el arte ibérico, pero en
un fragment o de El Castelillo de Al loza hay un guerrero o cazador, con cabeza
en perfil de ave, en situaci6n horizontal, que por la posición de los brazos
y manos y hasta por la de la cabeza, parece que esté nadando. Purif icación
Atrián tI, que dio a conocer este fragmento, considera que la f igura es la de
un hombre muerto.
Tampoco conocemos representaciones de centauros en las decoraciones
p intadas sobre vasos ibéricos. Sólo hemos v islo un ejemplar, grabado en la
pátera de p lata de Tivissa.
la interpretación de las decoraciones de la t inaja no es tan problemática,
ya que no forman escenas narrativas de ninguna clase, a no ser que la d e [a
Cara B, incompleta por rotura precisamente en la parte que nos podría ilustrar
al efecto, represente un h ipocampo persigu iendo a un jinete.
las figuras de hipocampos en el arte ibérico creemos que no exist ían
hasta ahora, l os tres de la t inaja de los Villa res no ofrecen dudas respecto
a su ident if icac ión. El único problema está en saber si tenlan alas o no: si
nuestra interpretación de d eterminados d etal les es acertada, consideramos
que los de este vaso eran alados, detalle extraño ya que la representación de
hipocampos con alas en el arte clásico es muy antigua, no sobrepasando al
parecer el período de la cerámica ática de figuras negras y los de nuestra
t inaja no pueden ser anteriores al año 150 a. de C.
l a posición heráldica de dos an ima les a un lado y otro de una ánfora,
también creemos que es única en el arte ibérico. Anima les, especialmente
aves, en tal posición pero a los lados d e una f lor u otro elemento geométrico
o floral, existen en la cerámica del Cerro de San M iguel de Ulria. Anima les a
ambos lados de un hombre son frecuentes en la escu ltura y en la p intura
(64) ATRIAN JORDAN, op. d I. en la no ta anterior, páp. 220 Y 221, lt.m.. XX, 6.
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B. PLA BALLBSTBR.
ibéricas: los bajorrelieves de despotes hippon de Sagunto, Balones. llano de
la Consolación, Mogón y Villaricos 6S y la decoraci6n de un vaso de la Alcudia
de Elx " , por e jemplo. Figuras humanas a ambos lados d e una flor existen
en Aza lla 61 y creemos que a un lado V otro d e una ánfora en El CasteJillo de
Alloza, aunque Te6genes Ortega, que dio a conocer el fragmento cerámico
en que se halla d icha representación ", la interpretó como dos fig uras huma·
nas enfrentadas, con el brazo en alto en actitud de saludo, a ambos lados de
"un gigantesco frufo fusiforme" : como precisamente está roto el fragmento
en la parte correspond iente al f inal de los brazos y a la parte superior del
motivo fusiforme, no podemos saber si éste era parte del cuerpo de una
ánfora y si estaba asida por los dos personajes, cosa que consideramos más
que probable.
l a escena de la Cara B de la tinaja podría representar, como hemos dicho,
a un jinete huyendo d e un hipocampo, aunque precisamente fa lta la parte
que nos podria resol.... er la duda, por rotura de la pared del ....aso. y en esta
cenefa lo q ue no podemos explicar es el papel q ue juega la posible foca .
Para terminar diremos que estos dos ....asos de los Villares nos muestran
una mentalidad distinta de la q ue se d esprende de las decoraciones ibéricas
de la Edetania y de la Contestania. Su aparición cerca del límite del País Va lenciano con la Meseta ¡x>dría de a lgún modo expl icar tal cambio de menta lidad,
alejada ya del realismo del arte del Cerro de San Miguel de Uiria, del Castellar de O li ....a, de la Serreta de Alcoi y de las d emás d ecoraciones que conocemos en poblados y necrópolis de tierras ....alencianas y murcianas.
l o que no se puede dejar de reconocer es que la temática de las escenas
descritas se inserta en una mitología indudablemente clásica, llegada a nuestras tierras Mediterráneo adelante.
(6,5) J. M.· Bi.J\ZQUEZ MARTlNEZ: .Diccionario de las reli,iones pre rro manas de
Hispania_. Madrid, 1915, p¡\gs. 80 y 81.
(66) PERICOT, op. cit. en la nota 51, pág. 87, fig. 109.
(67) J. CABRE AGU lLO: . Corpus Vasorum Hispanorum. Cerámica de Azaila. Muscos
Arqueol6¡.icos de Madrid, Barcelona y Zaragoza_. Madrid, 1944, ~. 64 a 66, figs. 46 y
48,1 y I¡\m. 32,1.
PERICOT, op . cit. en la nota SI, pá,. 255, fig. 411 .
(68) T. ORTEGO FRIAS: .EI poblado ibérico del CasteliUo, Alloza (Teruel),.. Ampu·
rias, VII-VIII. Barcelona, 1946, págs. 195 y 191, I¡\m. III, B.
ATRlAN JORDAN, op. cit. en la nota 63, pág. 220, I¡\m. XIX, lO
.
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los hallazgos numismáticos", en Saguntum. Papeles del Labor.torio de Arqueologla de
V.renci a, núm, 14, pigs. 127 a 138. Va lencia, 1979.
[page-n-115]
INDICE GENERAL
Págs.
L-Generalidades
It.-Antecedentes
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tilo - las excavaciones
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Primera campaña 1956
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5
9
13
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13
Cala2 .. . .. .. ..........................•........•.....
15
Segunda y tercera campaña ... ... ... ... ... ... .. . ... ... ...
19
Excavación de los departamentos ... ... .. • ... ... ... ... ... ...
20
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Departamento
1
...
... ... ...
Departamento
2
...
Departamento
3 ...
Departamento
4 ...
35
Departamento
5 ...
39
20
26
. . . ...
...
31
[page-n-116]
112
E. PLA BALLBSTBR
Págs.
Departamento
6
40
Departamento
7
40
Departamento
8 ...
42
Departamento
9 ...
44
Departamento
10
45
47
CaUes A y B
Departamento
11
49
Departamento
12 ...
53
Departamento
13 ...
55
Departamento
14 ...
57
Departamento 15 ...
59
Cuarta campaña 1975 ...
60
Quinta campaña 1979
63
IV.---Conclusiones
o ••
o
••
69
o ••••
Apénd ice l.-El Museo Arqueológico Municipa l de Caudete
de las Fuentes. por Albert Ribera l acomba ...
77
Apéndice II.-Oos vasos Ibéricos decorados del Museo de
Caudete de las Fuentes. por Enrique Pla BalIester o.. ••. • . • .••••••• o•••••••••.• _,_ ••• •
93
Bibliografía sobre los Villares
lndice
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•
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109
111
[page-n-117]
LAMINAS
15
[page-n-118]
PU BALLESTER -
LAM. I
Lo. Vlllaru
2
1
~
__3
1. Talud oe, te del departamento J. Campaña de "57.-2. Conjunto de lo, departamento,
1, 2 y 4. Campatla de "".-3. El Cuadro XXI en excavación. Campaña de 1",.-4. Vlsta
de la Calle A. Campana de 195'.
[page-n-119]
PLA BAUESTER -
lAM. 11
Los VlUara
..".--4
I a 4: Cata 2.-5 y 6: Departamenlo 14.-1: DepartamenlO 2..-8: Departamento 15.
5
(213)
[page-n-120]
PU BAU.ESTER - Lo, Vmaru
1: Cata 4.--2: Departamento 1.
LAI\I. JlI
(1/ 2)
[page-n-121]
PLA BALLESTER -
Los VlIlares
lAM. IV
"
Departamento 11.
(VI)
[page-n-122]
PlA BAU.ESTER _ Los VIIIara
1: Departame nto 2.-2. 4 y 6: Departamento 11.-3: Departanwnto l .
.5: Cata 2..-7: Departamento 13.
LAM. V
(213)
[page-n-123]
PlA BALLESTER -
Los Vmaru
lAM. VI
•
J
J
J
[page-n-124]
PLA BAllESTER -
Lo, VIDare.
I Y 2: Cata 2.-3 Y 4: Departamento 2.
16
LAM. VII
(113)
[page-n-125]
PLA BALLESTER -
t.o. vrnaru
lAM. V111
J
•
•
¡
1
[page-n-126]
PU BALLESTER -
Lo. Vi1IlU"U
1: Departamento 14.-l: Departamenlo 1.
lAM. IX
(213)
[page-n-127]
PLA BAU.E.STER _ Los VilIara
1: Cata 2.--2: Departamento l .
LAM. X
(113)
[page-n-128]
PLA BALLESTER -
Lo. VllIaru
LAM. XI
1"
•
Ji'
1
1
1: Deparlamenlo 2.-2: Cala 2.-3: Departamento 11.
(213)
[page-n-129]
PLA BAUESTER -
Loa VllIarea
1: Departamento 11 (1/2).-2: Departamento 1 (213).
1AM. XII
[page-n-130]
PLA BALLESTER -
Lo, Vlllarq
LAM. Xlii
•
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1:
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[page-n-131]
PU : BAllESTER -
Los VlIIares
LAM. XIV
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3
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[page-n-132]
PU BALLESTER -
Lo. Vlllare.
lAM. XV
...
•
j
1
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17
[page-n-133]
PLA. BALLESTER -
Los VIllaru
1: DepartameDto I (I1Z).-2: Cal. 4 (l/l).
UM. XVI
[page-n-134]
PU BAllESTER -
LAM. XVII
Lo. VllIarea
-~-- ':":;-'""' 1
2
1: Departamento 13.-2 y 3: Cala 2.
(1/ 1)
[page-n-135]
PU BAU-ESTER -
LoI
Vmar~
lAM. XVItl
-", -
.••-"'t<..
-..,
2
1: Cata 4 (l12).-Z y J: Oepar1amento 11 (11l).
.
./
,
[page-n-136]
PLA BALLESTER -
Lot;
VllIara
lAM. XIX
Departammlo I (4/ 5).
[page-n-137]
PLA BAU.ESTER -
Los Vlllaru
1: Departamento II_Z: Departamento l .
LAM. XX
(Zl3)
[page-n-138]
PLA BALLESTER -
Lo. Vlllaru
Departamento 11 (415).
LAM. XXI
[page-n-139]
PLA BALLESTER _ Los VOlara
LAM. XXII
Cala 1 (4/ 5).
[page-n-140]
PLA BALLESTER -
,.
Lo.
Vllla~.
Departamento 11 (VI).
LAM. XXIII
[page-n-141]
PLA. 8Al.J..ESTER -
Lo. Vlllaru
Departamento 1 (4 / S).
IAM. XXIV
[page-n-142]
LAM. XXV
1
'•
"
[page-n-143]
PLA BALLESTER _
Lo. VilLal'eI
LAM. XXVI
[page-n-144]
PU BALLESTER -
l.ot Vmarn
LAM. XXVII
V
1: Departamento 14.-2: Departamento 1
(111)
[page-n-145]
PU BALLESTER _ Los VlIlaru
LAM. XXVUI
J
Cuadro XXI..........campah de
1m.
[page-n-146]
PU BALLESTER -
-
1
Lo, VUlal"Q
lAM . XXIX
I
1
2
I
1
I
L_
3
5
4
67
TelOrlllo del
departa~llto
3 (1/ 1).
[page-n-147]
PLA BALLESTER -
Lo. VUlaru
r
I
Museo de Caudele de la. Fuenlel.-KyUx de fI¡ura. roja.
(Foto J . V . Rodrf¡uez)
LAM. XXX
[page-n-148]
PlA BALLESTER _ Lo. VUlarq
lAM. XXXI
•
MUHO de Caudele de las Fuentet..-Lekylhot )' balera de barnh nelro.
(Fotos J . V. Rodrf,UC:Z)
[page-n-149]
PLA BALLESTER -
Los Vlllaru
LAM. XXXII
Museo de Caudete de las Fuenlu.-Fondo de p'tera de bamb: nearo.
(Fotos J . V. Rodrf~eJ:)
[page-n-150]
PLA BALLESTER -
Lo. Vlllaret
LAM. XXXIII
l·
MURO de Caudete de 181 Fuentet.-Gullutl (1 y 2) y copa ron .... de nudo (3) ,
de barniz negro. (Fotos J . V. RodrfJUe%).
[page-n-151]
PLA BAllESTER _ Los VIllaau
LAM. XXXIV
---
'1
2
L _
_ _ __
MUKC) de Caudete de ... Fuenlet.-ValO colador lbúlc:o.
[page-n-152]
PLA 8ALLESTER -
Lo. Vlllaru
LAM. XXXV
[page-n-153]
PU BALLESTER -
Lo. VlIlare,
LAM. XXXVI
1
MUltO de Caudete de t.. Futnta.-cc,rámle:a IWrica: 1. Vaso ca1IclJorme; 2 · 3, Pequel\a
páten decol'llda; 4, Vaso a1
obular.
[page-n-154]
PLA BALLESTER _ Los Vlllares
LAM. XXXVII
M useo de Caude te de las Fuentel.-FI¡urlllas d e barro cocido.
(1 y 2, fotol J . V. Rodrf¡uer.)
[page-n-155]
PLA BALLESTER -
Lo. Villare,
LAM. XXXVIII
Museo de Caudete de las Fuenlet.-Cabua de Jabal1, posible vertedero de aran vasiJa.
[page-n-156]
PLA BALLESTER -
Loa Vlllaru
LAM. XXXIX
I\fuaeo de Caudete de las Fuentu.-Do. upeclol de la pieza reprodudda
e n la lámina anterior.
20
[page-n-157]
PLA
BALLESTER -
Lo. VUlares
- --
LAM. XL
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[page-n-158]
PlA. BALLESTER -
l.oJ; Vlllaru
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[page-n-159]
PLA BALLESTI?R _ Lo, VUlare.
LAM. XLII
[page-n-160]
PLA BALLESTER -
Lo, VUIara
LAM. XLIII
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[page-n-161]
PLA BALLESTER _ Lo. Vlllaret
LAM. XLIV
Museo de Caudele de I..u Fuenlel.-OelallH de la decoración de la linaJa reproduc:lda
e n la. do. lámlnat anlerlorel.
[page-n-162]
[page-n-163]