La Neolitización de la Meseta Norte a la luz del C-14: análisis de 47 dataciones absolutas inéditas de dos yacimientos domésticos del Valle de Ambrona, Soria, España
Manuel Ángel Rojo Guerra
Michael Kunst
Rafael Garrido Pena
Íñigo García-Martínez de Lagrán
[page-n-39]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXVI (Valencia, 2006)
1
M. A. ROJO-GUERRA*, M. KUNST**, R. GARRIDO-PENA***
E I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN***
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14:
ANÁLISIS DE 47 DATACIONES ABSOLUTAS INÉDITAS
DE DOS YACIMIENTOS DOMÉSTICOS DEL
VALLE DE AMBRONA, SORIA, ESPAÑA
RESUMEN: Se plantea la revisión del problema de los orígenes de la neolitización de La
Meseta a la luz del análisis de 47 fechas de C14 inéditas, obtenidas de muestras procedentes de la
excavación de dos asentamientos al aire libre del Neolítico Antiguo en el Valle de Ambrona (Soria,
España), La Lámpara y La Revilla del Campo. Estas dataciones demuestran que la introducción de
la agricultura y la ganadería en el interior peninsular fue mucho más temprana de lo que se había
pensado hasta ahora. Asimismo, la antigüedad de muchas de estas fechas (en torno a comienzos del
VI milenio cal AC), cuestionan seriamente el marco cronológico general de la neolitización de la
Península Ibérica, obligando a retrotraer este proceso varios siglos en el tiempo.
PALABRAS CLAVE: Neolítico, Meseta, C14, secuencia cronológica, hábitats.
ABSTRACT: The Northern Meseta neolithisation in the ligth of the 14C: analysis of 47
unpublished absolute dates from two domestic sites in the Ambrona Valley, Soria, Spain. A
review is offered about the origin of the Iberian Meseta neolithisation in the light of the 47 unpublished radiocarbon dates analysis from our excavations in two Early Neolithic open air settlements
of the Ambrona Valley (Soria, Spain), La Lámpara and La Revilla del Campo. These dates show that
the introduction of agriculture and livestock rising was much older than what was previously
*
Universidad de Valladolid.
** Instituto Arqueológico Alemán de Madrid.
*** ARCADIA (Instituto de Promoción Cultural), FUNGE, Universidad de Valladolid.
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thought. But the great antiquity of many of these radiocarbon dates (around the beginning of the VI
milennium cal BC) also seriously questions the whole chronological framework of the Iberian
Peninsula neolithisation, and traces back this process several centuries.
KEY WORDS: Neolithic, Inner Iberia, 14C, chronological sequence, habitats.
1. INTRODUCCIÓN
Una versión inicial de este trabajo se presentó en el III Congreso del Neolítico en la
Península Ibérica, celebrado en Santander en Octubre de 2003, y como tal debería haber
figurado en las Actas recientemente publicadas del mismo (Arias, Ontañón y GarcíaMoncó, 2005), razón por la cual aparece así citado en diversos trabajos que ya han visto
la luz. Finalmente, y por razones de espacio, al parecer, no ha sido incluido en dichas
actas. Aquí publicamos una versión ampliada y más completa del mismo, ya con todas
las fechas realizadas sobre estos dos interesantes poblados neolíticos meseteños.
Hasta hace apenas unos años nadie podría haber imaginado que el interior peninsular tenía algo que aportar al debate sobre los orígenes de la neolitización de la Península
Ibérica. Han sido las regiones periféricas, y en especial el Levante, las protagonistas y
aquellas que han proporcionado fechas de C14 más antiguas, y contextos mejor estudiados, todo ello en torno a lo que podríamos denominar el paradigma cardial. Dado que el
origen del Neolítico se sitúa en el Próximo Oriente, y se vincula su llegada a la Península,
a través del Mediterráneo occidental, con los complejos de cerámicas impresas de este
ámbito geográfico, entre ellos el cardial, parece razonable pensar que fuesen las zonas
costeras de la periferia las primeras en recibir las novedades vinculadas con el Neolítico.
En el Próximo Oriente se sitúa en torno al 8300-8000 cal AC el comienzo de los primeros indicios de la existencia de la economía productora (agricultura y ganadería), que
se extendió a toda esa región en menos de 500 años (hacia el 7500 cal AC), si bien las
primeras cerámicas aparecen de forma simultánea en varias zonas de la región posteriormente, en torno al 7000 cal AC (Aurenche, Galet, Régagnon-Caroline y Évin, 2001:
1196-1198).
En la zona levantina peninsular las fechas de C14 más antiguas obtenidas hasta la
fecha sitúan el establecimiento del primer Neolítico en torno al 6000 cal AC (Martí y
Juan-Cabanilles, 1998: 825), o en torno al 5700-5600 cal AC según Bernabeu (2002:
217), y siempre vinculado con el complejo cerámico cardial, al igual que ocurre en
Cataluña (Martín Cólliga, 1998: 769). Se han propuesto fechas similares en la zona portuguesa (Bicho, Stiner, Lindly y Ferring, 2000: 15-16), aunque hay autores que optan por
rebajar la cronología a la segunda mitad del VI milenio cal AC (Tavares y Soares, 1998:
999; Bernabeu, 2002: 214). En la zona costera andaluza incluso parecen haberse hallado
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LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
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Fig. 1.- Situación geográfica del Valle de Ambrona (Soria) y de los yacimientos de
La Lámpara y La Revilla del Campo (ambos en Ambrona).
testimonios más antiguos, de finales del VII milenio cal AC (Martín, Cámalich y
González, 1998: 876). En el valle del Ebro se sitúa el Neolítico antiguo en la primera
mitad del VI milenio cal AC (Utrilla y otros, 1998; Utrilla, 2002), o incluso a finales del
VII si tenemos en cuenta las interesantes fechas del nivel neolítico de Mendandia (Alday,
2003: 68 y 75-78) (Tablas 1 y 2).
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Fig. 2.- Listado de dataciones de C14 calibradas (OxCal v.3.9 Bronk Ramsey 2003) sobre muestras de vida
corta procedentes de contextos del Neolítico antiguo en la Península Ibérica. B: Bellota. C: cereal. CH: Concha.
E: Esparto. F: Fauna sin identificar. HH: Hueso Humano. O: Ovicáprido.
Bien es cierto que, como señala Zilhão (2001), es preciso tener en cuenta el problema de las muestras de carbón, mayoritarias aún hoy día en el corpus de dataciones del
Neolítico peninsular, que envejecen las cronologías notablemente. De hecho, como señala este autor, si se manejan exclusivamente muestras de vida corta (conchas, semillas,
huesos, etc.) la cronología de la primera neolitización de la Península se rebajaría hasta
el 5600-5500 cal AC (fig. 2).
En todos estos esquemas las zonas del interior peninsular quedan relegadas a un
papel receptor, lo cual es lógico por obvias motivaciones geográficas, así como pasivo y
retardatario, lo cual resulta ya mucho más discutible. Apoyaba esta visión el déficit de
información que hasta hace fechas recientes se tenía en esta extensa región, aún muy preocupante en amplias zonas, prácticamente inexploradas a este respecto como la Meseta
sur (Jiménez, 2005; Rodríguez, 2005).
Algunos trabajos de reciente publicación están comenzando a superar estos problemas, como los que se han desarrollado en la Cueva de La Vaquera (Estremera, 1999 y
2003), que han ofrecido, por primera vez en La Meseta, una estratigrafía en la que poder
analizar, sobre todo, la evolución tipológica de los distintos elementos característicos del
repertorio ergológico neolítico en un marco cronológico propio, basado en dataciones
absolutas y no en ambiguos paralelos cerámicos. Según estas fechas habría que situar los
comienzos de la neolitización en este yacimiento (Fase I) en la segunda mitad del VI
milenio cal AC (Ibídem: 186). Sin embargo, existen otras tres fechas, pertenecientes a la
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primera mitad del VI milenio cal AC (Vaquera 4, 17 y 18), que son excluidas por la autora, por excesivamente altas para el registro meseteño, y se atribuyen a la presencia de carbones más antiguos, procedentes de un incendio accidental previo a la ocupación humana de la cueva (Ibídem: 185-186).
Este temor a admitir fechas tan antiguas en el interior peninsular sigue siendo en
parte deudor de la visión tradicional de nuestra región como un receptor pasivo y muy
tardío de las novedades neolíticas. La práctica ausencia de dataciones radiocarbónicas
hasta fechas recientes obligaba a basar la cronología de este “Neolítico Interior”, como
así fue bautizado (Fernández-Posse, 1980), únicamente en los consabidos y discutibles
paralelos cerámicos con las regiones periféricas, mejor conocidas.
El desarrollo de un ambicioso proyecto de investigación multidisciplinar sobre la
introducción del Neolítico en el Valle de Ambrona, Soria, que hemos acometido desde la
Universidad de Valladolid y el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid (Becker, 1999,
2000; Görsdorf, 2000; Kunst y Rojo, 2000; Liesau y Montero, 1999; Lohrke, Wiedmann
y Alt, 2000, 2002; Rojo, 1999; Rojo y Estremera, 2000; Rojo, García y Garrido, 20022003; Rojo, Garrido, Morán y Kunst, 2004; Rojo y Kunst, 1996, 1999a, 1999b, 1999c,
1999d, 2002; Rojo, Kunst y Palomino, 2002; Rojo, Morán y Kunst, 2003; Rojo, Negredo
y Sanz, 1996; Rovira, 2000; Stika, 1999), ha demostrado, después de diez años de trabajos, que esa visión era por completo errónea, y se debía tan sólo a la escasez de información, sobre todo de dataciones absolutas, en torno a los comienzos de la neolitización del
interior peninsular.
La obtención de 58 fechas de C14 (11 de ellas ya publicadas con anterioridad) sobre
muestras recuperadas en la excavación de dos yacimientos de hábitat del Valle de
Ambrona, La Revilla del Campo y La Lámpara (fig. 1), han demostrado que los comienzos de este proceso en este sector de la Meseta norte se remontan a principios del VI milenio cal AC según las muestras de carbón, y a mediados del VI según las muestras de vida
corta (fig. 2, 3 y 4). Ello significa, en primer lugar, que la “colonización” neolítica de esta
región fue mucho más temprana de lo que jamás se había pensado, y sin presencia alguna de cerámicas cardiales; y, en segundo lugar, que ello podría invitar a una revisión de
la cronología y características de la primera neolitización de la Península, porque es muy
probable que sea también sensiblemente más antigua y variada de lo que se suponía hasta
el momento.
Pero esta amplísima serie de dataciones radiocarbónicas que vamos a presentar plantean, más que resuelven, cuestiones cruciales tanto sobre el propio método de datación,
las muestras válidas para ello, como sobre el funcionamiento de estos peculiares lugares
de hábitat de comienzos del Neolítico.
En las páginas que siguen pretendemos sólo presentar de forma “aséptica” las fechas
obtenidas sobre muestras de vida corta y larga, y plantear las implicaciones que de ellas
se derivan, tanto para conocer el proceso de neolitización del interior peninsular como
para corroborar o no los modelos de neolitización propuestos a nivel peninsular.
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Fig. 3.- Listado de las dataciones de C14 calibradas de La Revilla del Campo (Ambrona) (OxCal v.3.9
Bronk Ramsey 2003), distinguiendo entre las realizadas sobre muestras de vida corta (A) y las de carbón (B).
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Fig. 4.- Listado de las dataciones de C14 calibradas de La Lámpara (Ambrona) (OxCal v.3.9 Bronk Ramsey 2003),
distinguiendo entre las realizadas sobre muestras de vida corta (A) y las de carbón (B).
El resto de cuestiones serán tratadas sólo de forma tangencial cuando pretendamos
dar una opinión sobre el hecho de que en una misma y modesta estructura negativa tengamos dataciones tan dispares, que abarcan en ocasiones todo un milenio, o cuando planteemos la invalidez de las fechas sobre carbón a la luz de su comparación con otras de
vida corta en los mismos contextos arqueológicos.
2. LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE: PROBLEMAS Y ESTADO
DE LA CUESTIÓN
Como señalamos anteriormente, el estudio del Neolítico en el interior peninsular ha
sufrido un retraso, y casi diríamos una marginación evidente, en comparación con las
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regiones de la periferia peninsular, que cuentan con una dilatada tradición investigadora.
Aunque en los últimos años se están desarrollando esfuerzos encaminados a superar esta
situación, aún queda mucho camino por recorrer.
En un primer momento y ante la escasez, y en determinados ámbitos ausencia completa, de hallazgos neolíticos en La Meseta, anteriores a la difusión del megalitismo por
estas tierras, se interpretó este fenómeno sepulcral como el testimonio de la primera colonización de las tierras del interior peninsular (Delibes, 1977: 141-142). Con el tiempo se
fueron descubriendo diferentes hallazgos de materiales neolíticos, pero siempre en recogidas superficiales. La ausencia de secuencias estratigráficas y dataciones absolutas obligaba a los investigadores a reducir su análisis de estos descubrimientos al mero paralelismo formal con los hallazgos de regiones mejor investigadas, a partir de sus semejanzas tipológicas. Deudor de este contexto es el trabajo de Fernández-Posse (1980), donde
se acuñó el famoso término de “Neolítico Interior” y se intentó establecer una sistematización preliminar de este fenómeno en las tierras meseteñas, a partir de la cual se proponía su carácter tardío, así como sus posibles vínculos con la región andaluza.
Durante muchos años sólo se dispuso de las polémicas fechas y estratigrafía de
Verdelpino (Fernández-Miranda y Moure, 1975), recientemente revisada (Rasilla, Hoyos
y Cañaveras, 1996). Sin embargo, poco a poco se fueron sumando nuevos hallazgos,
hasta completar lo que hoy es ya un catálogo amplio de 53 estaciones (Iglesias, Rojo y
Álvarez, 1996). No obstante, la escasez de secuencias estratigráficas y de dataciones
radiocarbónicas sigue siendo un problema preocupante en nuestra área de estudio. Para
solucionar estas graves dificultades se han acometido dos proyectos de investigaciones
que ya han comenzado a dar sus frutos.
Por un lado las recientes excavaciones en la Cueva de La Vaquera (Estremera, 2003),
que han permitido estudiar con detalle una secuencia estratigráfica amplia, bien fechada,
con sus correspondientes registros de materiales, fauna y restos vegetales. Gracias a ello
se han podido definir tres fases neolíticas, la primera de las cuales se situaría en la segunda mitad del VI milenio cal AC. No obstante, tres dataciones que esta investigadora descarta por excesivamente altas podrían tener sentido, a la luz de las evidencias que nosotros presentaremos a continuación sobre nuestros hallazgos en el Valle de Ambrona.
En efecto, y en paralelo con otra fecha polémica también descartada del yacimiento burgalés de Quintanadueñas (6760±130 BP) (Martínez Puente, 1989), esas tres dataciones llevarían los comienzos de la ocupación de este yacimiento más atrás en el tiempo, a la primera mitad del VI milenio cal AC. Bien es cierto que, si tenemos en cuenta únicamente las dos
fechas disponibles en este sitio sobre muestras de vida corta (bellotas en este caso), la cronología desciende de nuevo a la segunda mitad de este milenio (tablas 1 y 2; fig. 2).
Por otro lado, se encuentra el proyecto que venimos desarrollando en el Valle de
Ambrona, durante los últimos diez años. La espectacular serie de 54 fechas de C14 que
aquí ofrecemos se une a las ya publicadas (tablas 1 y 2; fig. 3 y 4), configurando el necesario marco cronológico donde desarrollar otras investigaciones en curso, no sólo sobre
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la evolución tipológica de los materiales arqueológicos, sino también y especialmente en
torno al paleoambiente (estudios geológicos, paleobotánicos, etc.), desarrolladas por un
amplio equipo multidisciplinar.
Queda por aclarar también si la neolitización del interior peninsular se produjo como
una progresiva transformación de un sustrato poblacional epipaleolítico local, o si se trató
de la colonización de un ámbito deshabitado. El análisis regional es el que irá dilucidando este aspecto a medida que se desarrollen proyectos de investigación. En nuestro caso
sólo podemos decir que, hasta el momento, y a pesar de que se han llevado a cabo intensos trabajos de prospección encaminados a tal fin no se ha podido localizar indicio alguno de poblamiento epipaleolítico en el Valle de Ambrona ni en su entorno más próximo.
Por ello, y dada la temprana implantación de un Neolítico plenamente consolidado en
todos sus aspectos tanto materiales (cerámica, estructuras de hábitat) como subsistenciales (agricultura y ganadería), es razonable pensar que se trate de la colonización de una
zona deshabitada o muy escasamente ocupada por parte de grupos llegados del cinturón
periférico peninsular.
3. 47 FECHAS DE C14 INÉDITAS DE LOS HÁBITATS DE LA REVILLA DEL
CAMPO Y LA LÁMPARA, EN SU CONTEXTO ARQUEOLÓGICO
Los yacimientos de La Revilla y La Lámpara, en Ambrona, Soria (fig. 1), son
amplias áreas de habitación, frecuentadas estacionalmente numerosas veces a lo largo de
más de un milenio. En el curso de dichas ocupaciones se excavan hoyos, y se rellenan
otros, a veces con materiales más antiguos, presentes en la tierra de los alrededores, y pertenecientes a frecuentaciones anteriores del lugar. Todos estos fenómenos se reflejan en
la amplia serie de dataciones radiocarbónicas que presentaremos a continuación de forma
detallada, en su contexto arqueológico.
Las fechas se calibrarán, como es convención internacionalmente admitida, utilizando el programa OxCal 3.9 y su correspondiente curva de calibración (copyright C. Bronk
Ramsey, 2002) (Stuiver, Reimer, Bard, Beck, Burr, Hughen, Kromer, McCormac, Plicht,
y Spurk, 1998). No obstante, aún en muchos trabajos sobre neolítico peninsular se observan otras prácticas, como la consistente en manejar las dataciones radiocarbónicas tal
cual las proporciona el laboratorio, y en ocasiones con procedimientos tan discutibles
como restar los 1950 años, sin calibrar, y a veces sin mencionar siquiera la desviación
típica, como si se manejasen fechas de calendario concretas, cuando el único procedimiento válido para hacerlo sería calibrarlas (Mestres y Martín, 1996: 793), y teniendo en
cuenta, además, que no se trata de fechas puntuales sino probabilísticas.
Asimismo, se tendrán en cuenta en nuestro trabajo las características del material
datado, en particular si se trata de una muestra de vida corta o larga, ya que a pesar de
que buena parte de las dataciones se realizaron sobre muestras de carbón (35 fechas, que
representan el 60’3% del total), contamos con una espectacular serie de 23 fechas
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(39’65%) realizadas sobre muestras de vida corta, 16 de ellas fragmentos de fauna (tres
de ellos identificados como ovicápridos de forma segura) y 7 de cereales (en concreto
trigo, tanto escaña como escanda) (Stika, 2005) (figs. 2, 3 y 4). Los resultados proporcionados por unas y otras, y su contexto arqueológico, invitan a realizar una serie de
reflexiones que resultan de interés no sólo para el Neolítico meseteño.
La Lámpara
Se sitúa en el sector inferior de la ladera norte de Sierra Ministra, en el extremo
suroccidental de la localidad de Ambrona, en la margen derecha del río Masegar/
Arroyo de La Mentirosa, a unos 650 m del cauce, ocupando una superficie muy amplia
(unas 13 Has.), que va desde las plataformas inferiores de la ladera hasta las tierras de
labor que se extienden por la zona llana, a ambos lados de la Cañada Real Soriana
Oriental (fig. 1).
Fue descubierto al realizarse una prospección en torno al túmulo de La Peña de la
Abuela, durante 1995 y 1996, donde se pudieron recoger abundantes materiales arqueológicos en superficie, que permitieron identificarlo como un asentamiento neolítico de
gran entidad. El Dr. Helmut Becker, del Bayerisches Landesat de Munich, realizó una
prospección electromagnética en el otoño de 1996, para definir mejor las características
y extensión del yacimiento, en la que se pudieron localizar diversas estructuras arqueológicas, en forma de manchas oscuras y circulares la mayoría de las veces (Becker, 1999),
que fueron objeto de excavación arqueológica posteriormente en varias campañas (1997,
1998, 1999 y 2001).
Se trata de los típicos hoyos, característicos de buena parte de los asentamientos prehistóricos de La Meseta. Proporcionaron materiales arqueológicos de gran interés, como
cerámicas lisas y decoradas, e industria lítica tallada en sílex y pulimentada, así como restos paleobotánicos y faunísticos, que permiten identificar el sitio como un importante
lugar de hábitat neolítico con una agricultura y ganadería perfectamente establecidas. A
ello hay que añadir la localización de un enterramiento individual en fosa (Hoyo 1), de
una mujer de avanzada edad, que estaba acompañada de un rico ajuar funerario, con cerámicas decoradas incisas e impresas, y que ha sido datada por C14 a finales del VI milenio cal AC (Rojo y Kunst, 1996, 1999a, 1999c, 1999d; Kunst y Rojo, 2000) (fig. 5).
En la campaña de 2001 se abrió en extensión una zona de unos 477 m2 particularmente fértil en estructuras y materiales, donde se excavaron once hoyos, seis de los cuales proporcionaron muestras de carbón de las que se obtuvieron 21 dataciones de C14,
repartidas como sigue:
Hoyo 1 (fig. 6)
Se trata de una fosa de 1 m de profundidad, planta aproximadamente circular, aunque bastante irregular, con una boca bastante ancha (1’5 m de diámetro), cuyas paredes
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o
Fig. 5.- Planta general de las estructuras excavadas en el poblado de La Lámpara (Ambrona).
descendían en oblicuo hasta un estrangulamiento localizado a unos 40 cm de la cota inicial, que reducía el diámetro de la estructura a 1 m, para volver a ensancharse, abombándose hasta el fondo, que es plano, donde se sitúa un enterramiento individual.
El análisis de la estratigrafía es sumamente revelador de los complejos rituales llevados a cabo en la tumba, ya que parece mostrar que se produjo un intencionado y sucesivo depósito de ofrendas particulares (trozos de vasijas de cerámica, carne o huesos de
animales), un cierre de la tumba y un relleno final. El interior de la fosa se dividió en tres
niveles diferentes, denominados E1, E1(2) y E1(3), exclusivamente a partir de los componentes del relleno, pues parece claro que todo él forma parte de una misma realidad y
tiene un mismo proceso de formación.
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Fig. 6.- Sección del Hoyo 1 de La Lámpara (Ambrona) y selección de los materiales recuperados en su excavación.
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-Nivel E1(3). Es el que albergaba el enterramiento, en el fondo de la fosa, un cadáver dispuesto en posición fetal, y contenía, además de un recipiente casi completo, numerosos fragmentos cerámicos y restos de huesos de conejo (uno casi completo), y bóvido,
algunos de los cuales habían sido sometidos a la acción del fuego. Todo este nivel tenía
una matriz arcillosa muy fina, y sería la primera tierra que cubriría al difunto, cuya coloración oscura habría que relacionar con el proceso de descomposición de los tejidos blandos del difunto y quizás de los restos de fauna allí depositados. En él se dataron tres
muestras por C14:
Una de carbón:
KIA-4780. 6390±60 BP. 2 sigma cal AC 5439-5218.
Dos sobre huesos humanos:
KIA-6789. Fémur derecho. 6055±34 BP. 2 sigma cal AC 5208-4825.
KIA-6790. Fémur izquierdo. 6144±46 BP. 2 sigma cal AC 5243-4924 AC.
Estas dataciones ya han sido publicadas anteriormente (Rojo y Kunst, 1996, 1999a,
1999c, 1999d; Kunst y Rojo, 2000).
-Nivel E1(2). Comienza a la altura del estrangulamiento de la fosa, y se trataría del
auténtico cierre de la tumba, mediante piedras, bastante planas las más cercanas al muerto, y el resto, más variadas, repartidas de forma anárquica hasta cerrar la parte más angosta de la fosa. Mezcladas con ellas se halló una gran concentración de cerámica e industria lítica y una buena cantidad de restos óseos de animales de diversas especies (liebre,
ciervo, caballo, toro, el arranque de un cuerno de cabra). De ello se deduce que, mientras
se cerraba con piedras y tierra la tumba, continuarían depositándose ofrendas. La flotación del sedimento de este nivel proporcionó restos de cereales domésticos (Triticum
monococum L., Triticum monococcum L./dicoccum y Cerealia indet.1), aunque dada su
escasa presencia no queda claro si formaban parte de las ofrendas fúnebres o quedaron
incluidos por casualidad en el relleno.
Una de las muestras de cereal procedente de este nivel se fechó:
UtC-13346. 6280±50 BP. 2 Sigma cal AC 5370-5060.
-Nivel E1. Es el relleno superior de la fosa, y se caracteriza por su mayor homogeneidad. Se trata de un sedimento de color marrón oscuro con piedras pequeñas de caliza
propias de las tierras del entorno, pero en el que se siguen depositando vasijas rotas.
En la excavación de este hoyo se documentó una importante cantidad de materiales
arqueológicos (365 piezas), en su mayor parte cerámicas, que muestran un amplio y rico
conjunto de formas (botellas, cuencos de paredes rectas, cuencos hemisféricos, ollas globulares, y una gran fuente de 40 cm de diámetro). La decoración está presente en 41 piezas (16’6%), y muestra una gran riqueza y variedad de técnicas (en relieve, incisión, acanaladuras, impresión, y peine) y diseños (líneas horizontales y paralelas, verticales, entre1
La identificación y estudio arqueobotánico de los restos recuperados en la excavación de este yacimiento y del de La Revilla es
obra de H.P. Stika (2005), cuyo estudio completo figurará en el capítulo correspondiente de la futura Memoria científica definitiva de ambos yacimientos en curso de elaboración.
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lazadas, en guirnaldas, zig-zags, como trazos semicirculares, flecos, líneas cosidas, etc.),
a veces combinados entre sí. El conjunto lítico está compuesto por 92 piezas, cuyo soporte principal es el sílex, seguido del cuarzo, documentándose también un percutor sobre
cuarcita, un fragmento de hacha pulimentada de fibrolita y un canto de pizarra. Entre la
industria lítica tallada destaca la presencia de un taladro, una lámina retocada, una muesca, dos denticulados y una truncadura. La industria ósea está representada por tres útiles:
dos punzones y un bruñidor.
En lo que respecta a la fauna se recogieron 98 restos, 18 pertenecientes a ovicápridos
domésticos, seis a conejos, dos a liebres, dos a ciervos, dos a Sus sp., dos a Capra hircus,
una pelvis de Equus sp., y siete a bóvidos (Bos sp., Bos T.), siendo los restantes restos
correspondientes a macromamíferos y mesomamíferos sin identificar.
Hoyo 7 (fig. 7 A)
Esta estructura presenta una planta irregular (anchura máxima de 63 cm), y una profundidad media de 28 cm. El hoyo tiene en su interior un único nivel de colmatación muy
homogéneo, que es un sedimento de color marrón oscuro y textura arcillo-arenosa, con
materia orgánica y clastos de tamaño medio, que no proporcionó material arqueológico
alguno.
Se dató una muestra de carbón de pino por C14:
KIA-16582. 9085±50 BP. 2 Sigma cal AC 8449-8214.
Hoyo 9 (fig. 8 y 20)
Hoyo aproximadamente circular, de 140 cm de diámetro y 120 cm de profundidad,
del que se dataron hasta nueve muestras:
Siete de carbón:
KIA-16576. 7136±33 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 6076-5915.
KIA-16568. 7000±32 BP. Madera sin determinar. 2 Sigma cal AC 5983-5786.
KIA-16580. 6989±48 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5983-5741.
KIA-16578. 6975±32 BP. Madera sin determinar. 2 Sigma cal AC 5973-5745.
KIA-16569. 6920±50 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5969-5710.
KIA-16575. 6744±33 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5719-5564.
KIA-16579. 6610±32 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5618-5482.
Dos muestras de hueso:
KIA-21350. 6871±33 BP. Fragmento apendicular de macroungulado quemado.
2 Sigma cal AC 5837-5665.
KIA-21352. 6280±33 BP. Fragmento craneal de mesoungulado con erosiones radiculares. 2 Sigma cal AC 5320-5082.
Con 40 piezas, el material arqueológico recuperado en este hoyo no es muy abundante, y consiste básicamente en fragmentos de cerámica, con sólo cuatro piezas de
industria lítica y escasos restos óseos de fauna. El material cerámico está compuesto en
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Fig. 7.- La Lámpara (Ambrona): (A) Sección del Hoyo 7.
(B) Sección del Hoyo 11 y materiales recuperados en su excavación.
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Fig. 8.- Sección del Hoyo 9 de La Lámpara (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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su mayoría por galbos de los que no se puede extraer ningún tipo de información tipológica, pero también contamos con un asa y varios bordes pertenecientes a grandes vasos
de paredes rectas y ligeramente entrantes. Sólo seis fragmentos están decorados mediante acanaladuras y los apliques plásticos (cordones en relieve y un pequeño mamelón).
Sólo se recuperaron cuatro elementos de industria lítica, todos ellos en sílex, entre los
que destacaremos la presencia de una lámina simple y un denticulado.
Únicamente se recuperaron dos fragmentos de fauna, que corresponden a sendos
mesoungulados sin identificar.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Cerealia indet.).
Hoyo 11 (fig. 7 B)
Hoyo de planta aproximadamente elipsoidal (160 cm de anchura máxima) y unos 63
cm de profundidad. Se dataron dos muestras por C14:
Una de carbón:
KIA-16572. 8376±36 BP. 2 Sigma cal AC 7540-7328.
Una de hueso (gran cuneiforme S posiblemente de uro, con erosiones radiculares):
KIA-21348. 6125 ± 33BP. 2 Sigma cal AC 5209-4861.
El material arqueológico recuperado en este hoyo es escaso, con sólo 28 piezas, y
consiste en fragmentos de cerámica a mano, industria lítica y, en menor medida, restos
óseos de fauna. Contamos con sólo ocho fragmentos cerámicos, en su mayoría galbos,
aunque también se recuperó un fragmento decorado con tres líneas acanaladas y un arranque de asa.
Con 20 piezas el material lítico es el conjunto más numeroso, y se realiza en sílex
como único soporte, donde sólo destaca la presencia de cinco láminas simples.
Únicamente se recogieron cinco fragmentos de fauna: una pelvis de bóvido (Bos sp.)
y varios restos que parecen pertenecer a un uro.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos vegetales de
Papaver somniferum/setigerum.
Hoyo 13 (fig. 9)
Es un hoyo de planta irregular (106 cm de anchura máxima), y 76 cm. de profundidad. Se dataron tres muestras de carbón por C14:
KIA-16566. 6835±34 BP. 2 Sigma cal AC 5784-5640.
KIA-16574. 6729±45 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5723-5558.
KIA-16571. 6608±35 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5618-5481.
El material arqueológico recuperado en este hoyo es abundante (97 piezas), y consiste en fragmentos de cerámica, industria lítica, fragmentos de molinos y, en menor
medida, restos óseos de fauna. El material cerámico es el más abundante, la mayoría galbos, aunque también hay 13 fragmentos de borde y un asa horizontal lisa, correspon—56—
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Fig. 9.- Sección del Hoyo 13 de La Lámpara (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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dientes a cuencos, grandes ollas de paredes rectas o entrantes. Hay, asimismo, fragmentos de recipientes de paredes muy gruesas, muy mal cocidos, claramente semejantes a los
documentados en el Hoyo 3 (antigua cata E). La presencia de decoración es notable, con
21 fragmentos, y se emplean diversas técnicas como la incisión, la impresión, las acanaladuras, las digitaciones (tanto en los bordes como en los cordones) y las aplicaciones
plásticas, muchas de ellas combinadas. Los motivos utilizados son simples, como líneas
horizontales y paralelas y otras que forman ondas semicirculares, que cuelgan de paneles
horizontales a modo de flecos.
La industria lítica, con 22 piezas, está realizada exclusivamente en sílex, destacando
la presencia de una lámina retocada, tres láminas simples, un cuchillo de dorso natural y
dos denticulados.
Sólo se pudieron recuperar dos fragmentos de fauna, ambos pertenecientes a
mesoungulados.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Cerealia indet., Triticum dicoccum, Triticum monococum L.).
Hoyo 16
El hoyo presenta una planta irregular, de 90 cm de anchura máxima, con un único
nivel de colmatación, que era un sedimento de color marrón oscuro y textura arcillo-arenosa, muy homogéneo, y contenía materia orgánica y clastos de tamaño pequeño. No proporcionó materiales arqueológicos. Se dató una muestra de carbón por C14:
KIA-16573. 7108±34 BP. 2 Sigma cal AC 6053-5890.
Hoyo 18 (fig. 10)
Hoyo de boca circular, con un diámetro medio de 114 cm, y una profundidad de 94
cm. Se analizaron cuatro muestras por C14:
Tres de carbón:
KIA-16581. 7075±44 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 6017-5840.
KIA-16570. 6956±39 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5969-5728.
KIA-16577. 6915±33 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5841-5720.
Una sobre muestra de hueso (costilla de macroungulado con erosiones radiculares):
KIA-21347. 6407±34 BP. 2 Sigma cal AC 5470-5318.
Con 134 piezas, el material arqueológico recuperado en este hoyo es muy abundante, y se compone de fragmentos de cerámica a mano, industria lítica tallada y pulimentada y, en menor medida, restos óseos de fauna. El material cerámico (83 fragmentos) es el
más abundante, pero sólo contamos con seis bordes y dos asas, frente a una inmensa
mayoría de galbos. Únicamente ocho fragmentos presentan decoración, en técnica incisa
e impresa combinada, y mediante aplicación plástica (cordones).
La industria lítica se realiza sobre sílex, destacando la presencia de un perforador,
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Fig. 10.- Sección del Hoyo 18 de La Lámpara (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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una lámina simple, dos retocadas y un cuchillo de dorso natural. Además, se recuperó un
hacha pulimentada y el fragmento de otra, ambas en fibrolita.
Sólo se recuperaron tres fragmentos de fauna, uno perteneciente a un suido y los restantes a un mesoungulado y un carnívoro indeterminados.
En resumen, teniendo en cuenta todas las fechas obtenidas en las distintas estructuras excavadas de La Lámpara (fig. 4), y dejando a un lado las de carbón pertenecientes a
los hoyos 11, 7 y 16, antes comentadas, se puede deducir que este asentamiento estuvo
ocupado por grupos humanos neolíticos, con una agricultura y ganadería perfectamente
asentadas, de forma estacional pero continua, a lo largo de la primera mitad del VI milenio cal AC. Entre el 6000-5700 cal AC se construyó y colmató el Hoyo 18, y carbones y
materiales de esta etapa acabaron rellenando en etapas posteriores (5500-5400 cal AC) el
Hoyo 9. Entre 5700-5600 no hay testimonio de que se realizara ninguna estructura, pero
materiales y carbones de este momento acabaron en el relleno de los hoyos 13 y 9.
Finalmente entre 5500-5400 cal AC se construyeron y amortizaron como basureros los
hoyos 13 y 9, con materiales propios y también de épocas anteriores.
El Hoyo 9, aunque realizado y rellenado a mediados del VI milenio cal AC, incorpora materiales y carbones en la tierra con que se colmata, que representan todos los
momentos previos de ocupación del sitio. Finalmente, no podemos olvidar las fechas
hasta ahora disponibles, y ya publicadas (Rojo y Kunst, 1999a, 1999c, 1999d; Kunst y
Rojo, 2000), del enterramiento en fosa de la estructura C de La Lámpara, que situaron
esta inhumación y su rico ajuar a finales del VI milenio cal AC. Esto indicaría que, al
igual que en el caso de La Revilla, que examinaremos a continuación, la ocupación neolítica del lugar transcurre a lo largo de todo este milenio.
Sin embargo, no podemos dejar de destacar el hecho de que, como ocurre en el
resto del Neolítico peninsular (Zilhão, 2001), las seis muestras de hueso y una de cereal analizadas proporcionan fechas sensiblemente más modernas, que, de ser las
correctas, situarían el arranque de la ocupación en torno al 5800-5700 cal AC, y la
construcción del Hoyo 18 en torno al 5400-5300 cal AC, del Hoyo 9 entre el 5300-5200
cal AC, y del 11 en torno al 5200-4900 cal AC (fig. 4). Fechas todas ellas aún de muy
notable antigüedad en el panorama de las muestras de vida corta datadas en el Neolítico
peninsular, en paralelo con los contextos cardiales más antiguos (5600-5000 cal AC)
(fig. 2). De hecho, la fecha KIA 21350 de 6871±33 BP (5808-5706 2 sigma cal AC) es
hoy por hoy la más antigua obtenida sobre este tipo de muestras en toda la Península
Ibérica (Ibídem), a excepción de las controvertidas dataciones de Mendandia, donde, a
diferencia de nuestro caso, existen niveles mesolíticos bajo los neolíticos y la fauna no
es doméstica (Alday, 2003, 2005). Además, y significativamente, procede del Hoyo 9,
donde también se documentan hasta cinco fechas sobre muestras de carbón que pertenecen comienzos del VI milenio cal AC. No obstante, es de justicia reconocer que en
este mismo hoyo existen otras fechas de carbón y hueso más modernas (segunda mitad
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del VI milenio cal AC), tal y como se ha reconocido en otras estructuras de este yacimiento y de La Revilla, como consecuencia de la constante reutilización de un mismo
espacio a lo largo de los siglos.
La Revilla del Campo
Se localiza en la línea de relieves residuales del páramo que se desarrolla entre
Ambrona y Miño de Medinaceli. La paramera presenta una marcada dirección
Noroeste/Sureste, y delimita la margen derecha de un valle ciego que discurre entre la
antigua laguna de Ambrona, perteneciente a la cuenca del río Bordecorex (subsidiario del
Duero), pero actualmente desecada, y el propio núcleo de población, donde se produce el
cambio de vertiente Duero/Ebro. El yacimiento se localiza, en concreto, en la ladera occidental de una de las plataformas inferiores del páramo, que desciende muy tendida, con
escasa pendiente (fig. 1).
Mientras se realizaba la excavación del túmulo de La Peña de la Abuela, en 1994, se realizó una somera prospección en el lugar que ocupa el yacimiento de La Revilla del Campo,
detectándose la aparición de materiales neolíticos en una amplia superficie de unas 18 Has.
Por ello, se planteó la realización, durante el mes de septiembre de 1996, de unas prospecciones geofísicas, bajo la dirección técnica de Helmut Becker, en este yacimiento y en el de
La Lámpara. Gracias a ello se pudieron localizar diversas estructuras arqueológicas, en
forma de manchas oscuras y circulares la mayoría de las veces, que fueron objeto de excavación posteriormente durante las campañas de 1997, 1999 y 2000 (fig. 11).
Se trata, como en el caso de La Lámpara antes comentado, de los típicos hoyos,
característicos de los asentamientos prehistóricos de buena parte de La Meseta, y cuya
funcionalidad pudo ser diversa (silos, basureros, etc.). La mayor parte de ellos proporcionaron una importante cantidad de materiales arqueológicos de gran interés, como
cerámicas lisas y decoradas, e industria lítica pulimentada y tallada en sílex, así como restos faunísticos, que permiten identificarlo, sin ninguna duda, como un importante lugar
de hábitat neolítico.
Junto a estas estructuras se pudieron documentar también dos interesantes y enigmáticos recintos ovales (¿encerraderos para el ganado?, ¿recintos rituales?), realizados a
base de una doble zanja donde se encajaban postes de madera, que no se excavaron en su
totalidad.
Se han podido datar por C14 34 muestras de este yacimiento, una de las cuales ya fue
publicada con anterioridad (KIA-4782: 4750±80 BP, 3701-3352 cal AC, 2 Sigma).
Curiosamente se trata, con diferencia, de la datación más moderna no sólo de este hábitat sino también del vecino de La Lámpara antes descrito. Por esta razón, antes de que se
conociera el resultado de las nuevas fechas que aquí vamos a presentar, pensábamos que
La Revilla se fechaba en la primera mitad del IV milenio cal AC (Rojo y Kunst, 1999a:
49). Las dataciones inéditas que presentamos ahora han modificado sustancialmente esta
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Fig. 11.- Planta general de las estructuras excavadas en el poblado de La Revilla del Campo (Ambrona).
interpretación inicial, ya que demuestran que el yacimiento fue habitado no sólo en esta
etapa, sino también y sobre todo a lo largo del VI milenio cal AC (fig. 3).
Estructura 1 (fig. 12 A)
Es un hoyo circular de 140 cm de diámetro en la boca y 58 cm de profundidad. Se
obtuvo en él una fecha de C14 de una muestra de carbón recuperada en el fondo del hoyo,
que ya ha sido publicada (Rojo y Kunst, 1999a: 49):
KIA-4782. 4750±80 BP. 2 Sigma cal AC 3701-3352.
El material recuperado es relativamente abundante (105 piezas): industria lítica y
cerámica, entre la que destacaremos varias decoradas como dos ollas de borde entrante,
una con impresiones en el labio y otra con decoración incisa de líneas horizontales jalonadas debajo por impresiones, a modo de flecos.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos vegetales de
cereales domésticos (Hordeum vulgare L., Triticum monococum L., Triticum monococcum L./dicoccum, Cerealia indet.).
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excavación. (B) Sección de la Estructura 4 y materiales recuperados en su excavación.
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Estructura 2 (fig. 13)
Se excavó durante tres campañas (1997, 1999 y 2000), y se trata de un espacio bastante complejo desde el punto de vista estratigráfico, donde la excavación y relleno de
sucesivos hoyos a lo largo de la amplísima secuencia cronológica que abarca el yacimiento alteró notablemente los anteriores, dificultando su interpretación (Rojo y Kunst,
1999a: 45-47). Así, se documentó un sedimento blanquecino natural que se hallaba rodeado en parte por una banda de color negro/gris, junto a la cual se localizó una importante concentración de fragmentos de barro quemado, entre los cuales aparecía un sedimento grisáceo fuertemente carbonatado.
Alrededor de esta concentración el sedimento presentaba una tonalidad más
rojiza/anaranjada, y una textura limo-arcillosa compacta con pequeños fragmentos de
carbón. Se trata de una zona de transición formada por barro cocido muy disgregado.
Todos estos restos de combustión se han identificado como el relleno superficial de un
amplio hoyo excavado en el substrato geológico, de paredes más o menos rectas y base
irregular de tendencia cóncava. Unos 20 cm al norte de la concentración de pellas de
barro se localizó un segundo hoyo, de sección lenticular y cuello exvasado, que mide 118
cm de diámetro en la base y 100 en el borde, y tiene una profundidad aproximada de 50
cm. Todo él está relleno por un mismo sedimento de color grisáceo/marrón con pequeñas
piedras calizas, que no proporcionó ningún material arqueológico.
Al noroeste de la concentración de barro quemado aparece una mancha alargada con
marcada curvatura en dirección NE/SO compuesta por un sedimento de color negro/gris
oscuro, textura arenosa y estructura compacta, que contiene abundantes cantos de caliza.
Presenta una sección que tiende a la forma en V, y corta los hoyos situados al norte, pero
no afecta a la concentración de barro cocido antes mencionada.
Una nueva estructura aparece en las proximidades de la anterior, que presenta una
planta de tendencia circular, con un diámetro aproximado de 80 cm, y sección asimétrica, ya que las paredes descienden más o menos rectas en la mitad sur del hoyo mientras
que en la mitad opuesta son ligeramente cóncavas. Su profundidad oscila entre 60 y 70
cm y en su interior se han diferenciado dos niveles. El superior con una potencia de 20
cm, se compone de un sedimento gris oscuro con abundantes fragmentos de carbón y bloques de piedra caliza de pequeño tamaño. El inferior está formado, casi exclusivamente,
por grandes bloques de piedra caliza, junto a las cuales apareció un cuerno de bóvido
(Bos t.).
El material arqueológico recuperado en esta compleja estructura asciende a 101 piezas, 65 fragmentos cerámicos, 15 elementos de industria lítica (incluida un hachita pulimentada), fauna, barro quemado y abundante carbón. Entre las cerámicas decoradas destacan varios fragmentos que presentan líneas horizontales incisas, a veces rematadas por
pequeñas impresiones, otras adornando asas de cinta, o enmarcadas por líneas verticales.
También hay acanaladuras e impresiones, e incluso un interesante fragmento con decoración de boquique, que presenta semicírculos concéntricos, el último de los cuales está
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Fig. 13.- Sección de la Estructura 2 de La Revilla del Campo (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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rematado por cortos trazos, a modo de flecos, siguiendo un patrón idéntico al que presenta la botella con decoración incisa, impresa y esgrafiada que se depositó como ajuar
en la tumba individual en fosa excavada en el vecino yacimiento de La Lámpara (Hoyo
1) (Rojo y Kunst, 1999a: 26-32, lám. 21; 1999d: 505-508, fig. 3; Kunst y Rojo, 2000).
Se han obtenido seis fechas de C14 de muestras recogidas en esta compleja estructura:
Tres sobre muestras de carbón:
KIA-13934. 6772±47 BP. 2 Sigma cal AC 5733-5563.
KIA-13933. 6468±40 BP. 2 Sigma cal AC 5482-5324.
KIA-13932. 6385±35 BP. 2 Sigma cal AC 5470-5301.
Una sobre muestra de hueso (fragmento distal de fémur de macromamífero erosionado):
KIA-21346. 6202±31 BP. 2 Sigma cal AC 5280-5056.
Y finalmente dos muestras de cereales proporcionaron otras tantas fechas de C14:
UtC-13350. 6210±60 BP. 2 Sigma cal AC 5310-4990.
UtC-13269. 6250±50 BP. 2 Sigma cal AC 5320-5060.
Las fechas de C14 obtenidas sobre muestras de carbón se sitúan en el interior de dos
de los hoyos documentados en esta cata, y se comprenden en un margen cronológico relativamente reducido, en torno al segundo tercio del VI milenio cal AC en el caso de la más
antigua, y a mediados de este mismo milenio en el caso de las otras dos dataciones.
Ambas representan momentos donde la ocupación neolítica del yacimiento está bien atestiguada, como demuestran las restantes fechas procedentes de otras estructuras. Pero, de
nuevo, tres fechas obtenidas sobre muestras de vida corta (fauna y cereales), retrasarían
la datación del hoyo al último tercio del VI milenio cal AC.
La escasa fauna documentada está representada por cuatro fragmentos, tres de ellos
que no pudieron identificarse con precisión, dos de ellos pertenecientes a macromamíferos y uno a un mesomamífero, y un cuerno de bóvido (Bos t.).
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos vegetales de
cereales domésticos (Triticum monococum L., Cerealia indet.).
Estructura 4 (fig. 12 B y 20)
Se trata de un hoyo de 180 cm de diámetro y 86 cm de profundidad. Se han diferenciado cuatro niveles en su estratigrafía que, desde el fondo a la superficie, son:
-Nivel 4. Sedimento de color gris oscuro, textura arenosa y estructura relativamente
suelta, con una potencia de 64 cm, con clastos calizos y numerosos carbones en su interior.
-Nivel 3. Se encuentra incluido en el anterior, y es una concentración de sedimento
rojizo/anaranjado bastante compacto, de 13 cm de potencia, que en superficie presenta un
diámetro máximo de 60 cm.
-Nivel 2. Un potente nivel de piedras calizas, de entre 10 y 20 cm de profundidad,
que cubre toda la superficie, y está más hundido en la zona central que en los laterales.
-Nivel 1. Es el sedimento más superficial, presenta una coloración gris oscura, tex—66—
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tura arenosa y estructura suelta, que contiene caliche y fragmentos de carbón. Por debajo de él, aunque perteneciendo al mismo nivel, aparece un sedimento grisáceo bastante
compacto que contiene pequeñas concentraciones o manchas amarillentas de composición limosa. Su potencia es de 35 cm.
Los materiales recuperados en esta estructura no son muy abundantes (48 piezas): 24
fragmentos cerámicos y tres elementos líticos, 17 de fauna y restos de carbón. Entre las
decoraciones cerámicas destaca la incisión aplicada en líneas horizontales y oblicuas, y
las acanaladuras verticales bajo cordón indicado.
Se obtuvieron doce fechas de C14, ocho sobre muestras de carbón:
KIA-13941. 7165±37 BP. 2 Sigma cal AC 6158-5924.
KIA-13935. 6983±45 BP. 2 Sigma cal AC 5984-5730.
KIA-13939. 6755±57 BP. 2 Sigma cal AC 5733-5559.
KIA-13940. 6568±37 BP. 2 Sigma cal AC 5614-5474.
KIA-13938. 6449±42 BP. 2 Sigma cal AC 5480-5320.
KIA-13942. 6415±36 BP. 2 Sigma cal AC 5475-5316.
KIA-13937. 6405±36 BP. 2 Sigma cal AC 5474-5304.
KIA-13936. 6335±46 BP. 2 Sigma cal AC 5465-5153.
Otras tres fechas sobre muestras de hueso:
KIA-21351. 6289±31 BP. Fragmento de diáfisis de radio de mesomamífero. 2 Sigma
cal AC 5338-5145.
KIA-21356. 6355±30 BP. Fragmento de diáfisis de tibia de ovicáprido. 2 Sigma cal
AC 5466-5261.
KIA-21359. 6245±34. Mandíbula de Sus sp. 2 Sigma cal AC 5302-5074.
Se pudieron recuperar 17 fragmentos de fauna, cuatro de ellos pertenecientes a ovicápridos domésticos, y una pelvis de conejo, no pudiéndose identificar los restantes casos
con precisión (mesomamíferos y un macromamífero).
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Triticum monococcum L./dicoccum, Cerealia indet.). Una de estas muestras
de cereal se dató: UtC-13348. 6120±60 BP. 2 Sigma cal AC 5260-4850.
Las muestras de carbón datadas se distribuyen de forma un tanto aleatoria. Sólo dos de
ellas, que resultan coherentes entre sí (6449±42 BP y 6405±36 BP, en torno al 5400-5300
cal AC) podrían estar fechando el nivel 3, del que proceden, bolsada de sedimento rojizo/anaranjado compacto, que apareció en el interior del nivel 4 que forma la mayor parte
del relleno del hoyo. En distintos puntos de este nivel 4 se descubrieron las restantes muestras que fueron datadas, y que presentan algunas fechas más antiguas y otras semejantes.
Pero no se trata de unas fechas dispares muy altas en un conjunto coherente más moderno, sino que estamos ante lo que parece el testimonio de una ocupación humana ininterrumpida, que recorre todo el VI milenio cal AC a tramos regulares y escalonados:
7165±37 BP (2 sigma 6158-5924 cal AC).
6983±45 BP (2 sigma 5984-5730 cal AC).
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6755±57 BP (2 sigma 5733-5559 cal AC).
6568±37 BP (2 sigma 5614-5474 cal AC).
6415±36 BP (2 sigma 5475-5316 cal AC).
6335±46 BP (2 sigma 5465-5153 cal AC).
Significativamente de nuevo las fechas realizadas sobre muestras de vida corta
(fauna y cereales) se sitúan en la segunda mitad, y especialmente en el último tercio, del
VI milenio cal AC.
Estructura 5 (fig. 14 A)
La cata 17 se trazó en torno a este hoyo, que se manifestaba en superficie perfectamente definido por una mancha de color gris oscuro y una planta de tendencia circular,
cuyo diámetro oscila entre 170 y 190 cm. Aunque no conocemos su perfil completo, y la
forma del fondo, sí se aprecia que las paredes parecen formar un ligero talud.
Se pudo obtener una fecha de C14 de este hoyo sobre una muestra de carbón:
KIA-13948. 6449±37 BP. 2 Sigma cal AC 5479-5322.
Los materiales arqueológicos documentados son muy escasos, con 20 fragmentos
cerámicos y sólo tres piezas de industria lítica (un núcleo de cristal de roca sobre el que
se configuró un raspador, una laminita y una microlasca, ambas en sílex), con algunos
restos de fauna, entre ellos una concha de molusco bivalvo.
Entre la cerámica destacan tres piezas decoradas, una pequeña ollita globular de cuello recto apenas insinuado, que presenta un cordón plástico horizontal decorado con
impresiones y un pequeño mamelón aplastado, bajo el cual se desarrolla un reticulado
impreso, así como un cuenco que presenta decoración impresa en el labio, un delgado
cordón horizontal adornado con impresiones bajo el borde y líneas horizontales acanaladas. Finalmente, también apareció un galbo perteneciente al cuello de un vaso de perfil
en S que presenta gruesas líneas horizontales y paralelas acanaladas.
Sólo se recuperaron seis fragmentos de fauna pertenecientes a macromamíferos sin
identificar en su mayoría, salvo una concha marina muy erosionada y dos correspondientes a bóvidos (Bos t.).
Estructura 8 (fig. 15 A)
La cata 13 se trazó sobre una mancha de tendencia circular, perteneciente a un hoyo
de 140 cm de diámetro aproximado, y unos 77 cm de profundidad.
Se dataron por C14 tres muestras de carbón recogidas en el fondo del mismo:
KIA-13944. 7014±37 BP. 2 Sigma cal AC 5988-5791.
KIA-13945. 6446±39 BP. 2 Sigma cal AC 5479-5320.
KIA-13943. 5642±96 BP. 2 Sigma cal AC 4712-4262.
La gran disparidad cronológica existente entre las tres fechas sólo puede explicarse por:
1) La existencia de contaminaciones o problemas con las muestras. De hecho, la
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Fig. 14.- La Revilla del Campo (Ambrona): (A) Planta de la Estructura 5 y materiales recuperados en su excavación.
(B) Planta de la Estructura 9 y materiales recuperados en su excavación.
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fecha más moderna (KIA-13943: 5642±96 BP) tiene una desviación típica considerable,
al límite del intervalo de 100 años que hemos considerado como frontera de lo admisible
a la hora de valorar las fechas disponibles en la actualidad en la Península Ibérica sobre
Neolítico antiguo (fig. 19), como necesario marco de las aquí publicadas. Si así fuera,
convendría eliminar la más alta y la más baja, quedándonos con la intermedia, que además, se corresponde con el tramo cronológico mejor representado en el yacimiento
(5400-5300 cal AC).
2) En caso de no considerar la existencia de contaminaciones o problemas con las
muestras, lo que podríamos interpretar es que se trata de una estructura que fue excavada en la segunda mitad del V milenio cal AC, en cuyo relleno se incorporó tierra de los
alrededores, correspondiente a diferentes etapas previas de ocupación del yacimiento, la
más antigua de las cuales se remontaría a comienzos del VI milenio cal AC, y la mejor
representada a mediados de este mismo milenio.
Los materiales recuperados en la excavación de esta estructura no son muy abundantes (41 piezas): 24 fragmentos cerámicos y siete elementos de industria lítica, fauna
y restos de carbón. Entre las decoraciones cerámicas mencionaremos una olla con varias
hileras horizontales y paralelas de puntos impresos, una ollita de paredes entrantes que
presenta varias líneas horizontales y paralelas incisas rematadas arriba por impresiones
oblicuas, y un fragmento realizado con técnica de Boquique que presenta líneas horizontales paralelas de las que cuelgan líneas semicirculares concéntricas, a modo de ondas.
Se recuperaron también diez fragmentos de fauna, nueve pertenecientes a mesomamíferos y uno a macromamífero sin determinar.
Estructura 9 (fig. 14 B)
La que se denominó cata 5, donde se documentó esta estructura, fue excavada en varias
campañas. Se trata de un espacio bastante complejo donde aparecen sedimentos de distinto color, textura y composición, correspondientes a estructuras que, en principio, parecen
estar asociadas pero que resultan difíciles de interpretar. En primer lugar se documentó en
superficie una mancha bastante nítida y perfectamente delimitada por un sedimento arenoso de color gris oscuro con abundantes clastos calizos y una zona donde se apreciaba una
clara concentración de pellas de barro quemado de tendencia circular (180 cm de diámetro
y 25 cm de profundidad). En las cotas inferiores de esta cata se documentó una costra muy
potente y compacta de carbonatación que presentaba una superficie llena de irregularidades, donde se encontraban excavados hasta diez hoyos de poste de diferentes características: tres de ellos de menores dimensiones (14x18, 16x18 y 14x29) con profundidades de
12, 13 y 9 cm respectivamente y base cóncava, que se encontraban rellenos de un sedimento
gris pardo con abundantes clastos de caliza, estando los restantes excavados en el nivel geológico. Tienen un diámetro aproximado de 30/40 cm y una potencia que oscila entre los 40
y 55 cm. Ninguno contiene material arqueológico aunque sí es común la presencia de piedras calizas, que son más abundantes y de mayor tamaño cerca de la base.
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Fig. 15.- La Revilla del Campo (Ambrona): (A) Sección de la Estructura 8 y materiales recuperados en su excavación.
(B) Sección de la Estructura 16.
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Los hoyos parecen organizarse en dos alineamientos paralelos y separados entre 1 y
1’5 m, en dirección Oeste-Este, el más meridional de forma más clara y regular, que
miden unos cinco metros de longitud cada uno aproximadamente, a excepción de uno de
ellos que se sitúa fuera de ambos alineamientos, muy cerca del meridional.
El material arqueológico en esta cata es muy escaso (apenas 45 elementos), en su
mayoría cerámicos, pero también líticos. Entre los primeros sólo cabe mencionar dos
fragmentos con decoración de líneas horizontales acanaladas y un borde exvasado con
decoración plástica e impresa combinada. En la industria lítica sólo podemos mencionar
la presencia de un raspador y dos láminas simples.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Triticum monococcum L., Triticum monococcum L./dicoccum, Cerealia
indet.). Una de estas muestras de cereales obtenida en la flotación del sedimento oscuro
que presentaba abundantes clastos calizos se dató por C14:
UtC-13347. 6313±48 BP. 2 Sigma cal AC 5470-5080.
La escasa fauna recuperada en esta cata se reduce a ocho fragmentos que no se pudieron identificar con precisión, pertenecientes a mesomamíferos todos ellos, y una pelvis
calcinada de conejo.
Estructura 12 (fig. 16)
En la cata 12 se identificaron varias estructuras, entre ellas un hoyo de gran tamaño
(estructura 12), con unos 190 cm de diámetro y unos 70 cm de profundidad. Se ha diferenciado un único nivel en el relleno, formado por un sedimento de color gris oscuro/
negro, de composición arenosa y textura suelta. En la mitad superior las piedras calizas
son escasas y dispersas. Aunque presenta gran cantidad de material arqueológico, éste se
encuentra muy fragmentado, posiblemente debido a la acción de las labores agrícolas.
Hacia la mitad del hoyo destaca una concentración de piedras calizas de mediano tamaño entre las que se incluye un fragmento de piedra pulida. Por debajo de estas piedras
aparece una gran concentración de materiales, de 15 cm de espesor.
El material arqueológico aparecido dentro de esta estructura es muy abundante (389
elementos), con 74 piezas líticas (raspadores, un perforador, láminas y laminitas, muescas y denticulados y truncaduras), entre ellas un fragmento de brazalete de sección rectangular hecho en dolomía, así como numerosos fragmentos de fauna, pero, sobre todo,
una magnífica colección cerámica, extraordinariamente rica en formas y técnicas decorativas. Desde el punto de vista formal se documentaron varios cuencos, una olla de paredes entrantes y otra de borde insinuado, algunos perfiles en S y una gran botella. En lo
que se refiere a las técnicas decorativas, contamos con incisiones (líneas horizontales,
zig-zags) e impresiones (trazos, espigas), muchas veces combinadas en los mismos
esquemas. En especial destaca un cuenco hondo que presenta líneas horizontales incisas
bajo el borde de las que cuelgan unos esquemas semicirculares también incisos, rellenos
de bandas verticales de trazos impresos. También se documentaron abundantes decora—72—
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Fig. 16.- Sección de la Estructura 12 de La Revilla del Campo (Ambrona) y selección de los materiales
recuperados en su excavación.
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ciones acanaladas (líneas horizontales y verticales), y plásticas (cordones lisos y con digitaciones, tanto horizontales como verticales). Finalmente contamos con varios ejemplos
de boquique, especialmente un cuenco de gran tamaño que presenta líneas horizontales y
triángulos rellenos de trazos horizontales combinados con decoración a la almagra.
Finalmente, son también muy abundantes los elementos de prensión, como los mamelones horizontales y verticales o las asas de cinta.
Se han datado dos muestras de hueso:
KIA-21349. 6158±31 BP. 2 Sigma cal AC 5256-4992.
KIA-21353. 6156±33 BP. Escápula de ovicáprido. 2 Sigma cal AC 5256-4961.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Cerealia indet.), que pudieron datarse:
UtC-13295. 6250±50 BP. 2 Sigma cal AC 5320-5060.
En este hoyo se pudo recuperar la concentración más espectacular de restos faunísticos documentada en todo el yacimiento, con 122 fragmentos, 22 de ellos correspondientes a ovicápridos domésticos, nueve a bóvidos (4 Bos sp., 5 Bos t.), tres a conejos, y sendos restos de ciervo y jabalí.
Estructura 13 (fig. 17)
En lo que se denominaron catas 10, 11 y 15 durante la excavación se documentaron
algunas de las estructuras más interesantes del yacimiento, que aquí hemos agrupado bajo
el mismo número de estructura por hallarse todas estrechamente relacionadas. Entre ellas
destacan dos pequeños recintos circulares, de los que sólo pudo excavarse, sin embargo,
una pequeña superficie:
1) Recinto menor: es circular y está compuesto por una sola zanja. Sus dimensiones
estimadas serían de unos 54 m de diámetro y 234 m2 de área (0’02 Has). En su cara interna presenta una serie de posibles hoyos de poste, que parecen distribuirse en una sola
hilera en tandas de dos, separados por espacios intermedios. Parece cortar la zanja que
define el recinto mayor que describiremos a continuación.
2) Recinto mayor: se realizó mediante una doble línea de estrechas zanjas rellenas
por un sedimento gris oscuro con piedras calizas y abundantes restos óseos de fauna.
Algunas de estas piedras se hallaron perfectamente encajadas, por ejemplo en la zona de
la entrada, donde la doble línea de zanjas se remata de forma semicircular, destacando así
especialmente esta zona de acceso al interior de la estructura. Las zanjas, que en algunos
tramos están muy deterioradas, tienen una anchura variable, de 15 a 45 cm, y están separadas por un espacio que oscila entre 1,5-2 m, donde se documenta un sedimento arqueológico de escasa potencia, tras el cual aflora pronto el substrato geológico. El hallazgo de
dos agujeros de poste junto al recinto por su cara interna, uno frente a la entrada y otro
en sus proximidades, sugieren la posibilidad de que una hilera de postes recorriera todo
el perímetro interno de este recinto, pero las evidencias disponibles son muy débiles para
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Fig. 17.- Planta de la Estructura 13 de La Revilla del Campo (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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afirmarlo con seguridad. Las dimensiones estimadas de este recinto mayor son de unos
92 m de diámetro y unos 675 m2 de área (0’06 Has).
Por otro lado, en el espacio interno que delimitan estas zanjas y muy próximo a la
zona de la entrada, se localizó un intenso manchón de color negro muy destacado (Cata
15), de unos 120/125 cm de diámetro y solo 30 cm de potencia, con un único nivel de
relleno, formado por un sedimento de color gris oscuro/ negro, donde sobresalen abundantes clastos de caliza, alguno de ellos carbonizados. Esta última circunstancia, unida a
la escasa profundidad de la estructura nos permite interpretarla como un posible hogar, si
bien hay que señalar que las paredes no muestran señales de combustión. Por otra parte,
aunque parece claro que esta estructura cortaba o se superponía a la zanja delimitadora
del recinto menor, no se pudo documentar con detalle la relación estratigráfica que existía entre ambas, ya que la zanja tenía tan poca potencia que desaparecía a muy pocos centímetros de la superficie. Apenas se ha documentado material arqueológico en este posible hogar.
Como ya se ha señalado anteriormente, se descubrieron varios hoyos de poste, gran
parte de los cuales parecen relacionarse con ambos recintos, aunque alguno de ellos
encuentra mejor explicación en relación con el posible hogar antes mencionado. Todos
ellos estaban excavados en el nivel geológico, sólo uno presentaba paredes rectas y base
ligeramente cóncava, mientras los restantes mostraban perfiles de tendencia en V. La profundidad oscila entre 20 y 50 cm y la anchura, en superficie, entre 35 y 50 cm. Estaban
rellenos por un sedimento de color marrón oscuro o gris y contenían piedras calizas de
tamaño pequeño o medio, sobre todo en el tramo inferior. Sólo en los hoyos más próximos a la estructura interpretada como un hogar se ha documentado algún fragmento de
cerámica a mano.
No obstante, y por desgracia, el mal estado de conservación de estas estructuras tan
interesantes, que se encontraban prácticamente arrasadas, así como la escasa superficie
excavada, impide hacer precisiones más detalladas sobre sus características.
El material arqueológico en esta cata es relativamente abundante, con un total de 169
elementos documentados, en su inmensa mayoría fragmentos cerámicos, con escasas piezas líticas (un raspador, un perforador, láminas, un cuchillo de dorso, muescas y denticulados), así como numerosos huesos de fauna.
Entre las cerámicas contamos con un borde entrante, dos exvasados, una ollita de
paredes rectas, asas de cinta, mamelones y cordones, a veces con decoraciones impresas,
a menudo combinadas con decoraciones acanaladas (trazos verticales, horizontales,
sinuosos).
Se han podido datar dos muestras de hueso procedentes del sedimento que rellenaba
las pequeñas zanjas que forman los recintos:
KIA-21354. 6177±31 BP. Fragmento de diáfisis de fémur de ovicáprido. 2 Sigma cal
AC 5259-5002.
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Fig. 18.- Sección de la Estructura 14 de La Revilla del Campo (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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KIA-21355. 6230±30 BP. Fragmento apendicular de mesomamífero. 2 Sigma cal AC
5298-5070.
Estructura 14 (fig. 18)
La cata 16 se trazó en torno a esta estructura que se muestra en planta como una mancha circular de color oscuro, 130 cm de diámetro y 60 cm de profundidad. Destaca la
importante concentración de material arqueológico, sobre todo cerámica, en el tramo
inferior del relleno. Con 150 elementos, el material documentado en esta cata es abundante, con un claro predominio de los fragmentos cerámicos, y sólo 17 piezas de industria lítica, además de restos faunísticos. Entre la cerámica destacan los vasos de paredes
rectas, con cinco ejemplares, aunque también hay un borde entrante, otro exvasado y un
galbo de pared muy fina perteneciente a un vaso globular. En cuanto a las decoraciones
la variedad es muy escasa, con un predominio de las decoraciones plásticas, sobre todo
cordones ornamentados con ungulaciones, muchas veces combinados con mamelones,
aunque también aparecieron dos piezas con impresiones en el labio y cerca del borde respectivamente, así como un galbo con líneas horizontales y paralelas incisas jalonadas por
una hilera de cortos trazos impresos. En cuanto a la industria lítica destaca la presencia
de un perforador, una laminita simple y un denticulado.
Se han obtenido cuatro fechas de C14 en este hoyo:
Dos sobre muestras de carbón:
KIA-13947. 6809±37 BP. 2 Sigma cal AC 5739-5635.
KIA-13946. 6691±48 BP. 2 Sigma cal AC 5710-5495.
Y otras tantas sobre muestras de hueso:
KIA-21357. 6271±31 BP. Fragmento de diáfisis de metápodo de mesomamífero erosionado. 2 Sigma cal AC 5317-5082.
KIA-21358. 6365±36 BP. Fragmento de diáfisis SI de mesomamífero. 2 Sigma
cal AC 5469-5262.
En este hoyo se recuperaron 27 fragmentos de fauna, nueve de ellos correspondientes a ovicápridos domésticos, tres a ciervos (dos astas), y el resto a mesomamíferos sin
identificar.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Cerealia indet.).
Estructura 16 (fig. 15 B)
En la cata 7 la anomalía detectada en prospección se manifestaba en superficie de
forma bastante nítida como un sedimento de color gris oscuro, de tendencia circular, con
un diámetro aproximado de 150 cm. En su sector N se concentraban los clastos de caliza, mientras en el resto de la mancha aparecen de forma muy esporádica. El relleno era
un sedimento de color gris oscuro/negro y textura arenosa ligeramente compactada, por
debajo del cual aparecía el nivel geológico. No se observó ningún tipo de corte que per—78—
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mitiera identificar una estructura excavada en el substrato geológico. Únicamente se
apreciaron, en la transición entre el nivel arqueológico y la roca madre, importantes filtraciones del sedimento negro.
Todo lo anterior, junto a la ausencia de material arqueológico (sólo apareció un fragmento cerámico liso), nos lleva a interpretar esta anomalía como un área de intensa actividad antrópica, donde hay una acumulación importante de sedimento, aunque no se
puede descartar que se trate de una estructura arrasada de la que sólo se conserva la base.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Triticum monococcum L./dicoccum, Cerealia indet.), de los que pudo obtenerse una datación radiocarbónica: UtC-13294. 6240±50 BP. 2 Sigma cal AC 5320-5050.
En resumen, si tenemos en cuenta en primer lugar las muestras de carbón, tenemos
en los hoyos excavados de La Revilla dataciones de C14 que sitúan la ocupación de este
yacimiento a lo largo de todo el VI milenio cal AC, con algún testimonio aislado de su
probable continuación a mediados del V (estructura 8), e incluso hasta mediados del IV
(estructura 1) (fig. 3). Los testimonios de la ocupación más antigua (6000-5700 cal AC)
se dan en las estructuras 4 (dos fechas) y 8 (una fecha), bien es cierto que junto a otras
fechas más modernas, que sugieren que estos hoyos se excavaron y amortizaron como
basureros posteriormente, incorporando tierra que llevaba en su interior materiales y carbones de la etapa más antigua de utilización del lugar, a comienzos del VI milenio cal
AC. Etapa que, no obstante, ha sido atestiguada como vimos anteriormente, en el vecino
asentamiento de La Lámpara (por ejemplo en el Hoyo 1). Entre el 5700-5400 cal AC tendríamos fechas en las estructuras 2 (una datación), 4 (dos), 14 (dos), especialmente en
este último caso, donde las dos fechas obtenidas sobre muestras de carbón coinciden en
situar la construcción y relleno de esta estructura en este periodo cronológico, ya que en
los demás tenemos también muestras que ofrecen fechas más antiguas y más modernas.
Sin embargo, en este caso las dos fechas obtenidas sobre hueso rebajan esta cronología
hasta el último tercio del VI milenio cal AC.
Para el periodo entre 5400-5000 cal AC tenemos fechas en las estructuras 2 (tres
dataciones), 4 (cuatro), 8 (una), 14 (dos), 5 (una). En este último caso, dado que se trata
de la única fecha disponible podríamos considerar que dataría en este momento, y más
concretamente entre 5479-5322 cal AC, la construcción y relleno del hoyo, pero como
han demostrado otros hoyos de este yacimiento y del vecino de La Lámpara, antes descrito, disponer de una sola fecha es un procedimiento muy poco fiable para datar una
estructura de este tipo. En el caso de las estructuras 2, 4 y 14 es posible que las fechas
que se incluyen en este margen cronológico (5470-5301 y 5482-5324 cal AC en el primero, 5475-5316, 5465-5153 cal AC en el segundo, y 5317-5208 y 5388-5296 cal AC,
sobre muestra de hueso en el tercero), daten su construcción y relleno, ya que las restantes (5733-5563 cal AC en el primer caso y 6158-5924, 5984-5730, 5733-5559 y 56145474 cal AC en el segundo) podrían corresponder a tierra de los alrededores, pertene—79—
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ciente a otras etapas más antiguas de ocupación del yacimiento. La estructura 8 tiene
otras dos fechas, una más antigua y otra mucho más moderna (4712-4262 cal AC), que
dataría la construcción y relleno de la estructura, nuevamente incorporando tierra con
materiales y carbones pertenecientes a etapas de ocupación muy anteriores.
A este respecto conviene destacar, finalmente, el ejemplo de la estructura 4, que proporciona ocho dataciones que recorren todo el VI milenio cal AC, pero a tramos regulares y de forma perfectamente escalonada, representando así todas las etapas de ocupación
del yacimiento (fig. 20). No es razonable atribuir 1000 años de duración a una estructura de este tipo, que se colmataría en unos pocos meses o años, sino que refleja probablemente las actividades desarrolladas en la etapa en que se construyó, 5465-5153 cal AC,
según la fecha más moderna disponible, o quizá incluso más tarde si pensamos que también esta muestra fue incorporada en la tierra con que se rellenó el hoyo, que, procedente de los alrededores, representaría en este caso todas las etapas de ocupación neolítica
del sitio a lo largo de todo el VI milenio cal AC.
Nuevamente en este caso, y especialmente dada la amplia serie de fechas de C14 realizadas sobre muestras de vida corta en este yacimiento, se comprueba el “salto” que la
cronología del sitio experimenta cuando se manejan este tipo de dataciones. Así, las 16
fechas realizadas sobre muestras de fauna (diez) y cereales (seis) sitúan la cronología del
yacimiento a lo largo de la segunda mitad del VI milenio cal AC, con una clara concentración de casos en el último tercio del mismo (5300-5000 cal AC). No obstante, las
fechas más antiguas se localizan en las estructuras 4, donde también se ubicaban las más
elevadas de carbón, con una fecha de fauna doméstica (ovicáprido) (KIA-21356: 54665261), 9, con una de cereal (UtC-13347: 5470-5080) y 14, con otra de fauna no identificada (KIA-21358: 5469-5262 cal AC), donde asimismo se documentaban dos fechas
sobre carbón de notable antigüedad (5700-5500 cal AC) (fig. 3).
4. HACIA UNA REVISIÓN DE LA INTERPRETACIÓN DE LA INTRODUCCIÓN DEL NEOLÍTICO EN LA MESETA EN EL MARCO PENINSULAR
En definitiva, lo que demuestran las fechas de C14 que presentamos en este trabajo
es que el Neolítico llegó a la Meseta, y en concreto al Valle de Ambrona, mucho antes de
lo que se había pensado hasta ahora. De hecho, las más antiguas, tanto sobre muestras de
carbón (6000-5700 cal AC) como de vida corta (5800-5300 cal AC), son muy semejantes a las que marcan la introducción del Neolítico en las regiones periféricas, de las que
se supone partieron los grupos que colonizarían o “aculturarían” las tierras interiores
(Tablas 1 y 2; fig. 2). Además, no se trata precisamente de unas pocas dataciones aisladas y discutibles sobre cuyo contexto arqueológico tampoco existen las dudas que se han
expuesto a propósito de otros casos, sobre todo en cuevas (Bernabeu, Pérez y Martínez,
1999), sino de series espectacularmente amplias procedentes de estructuras de hábitat
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descubiertas en excavación. No en vano, las fechas de Ambrona representan un 30% de
las existentes actualmente en contextos del Neolítico antiguo en toda la Península.
Además, aunque ofrecen resultados coincidentes, proceden de dos yacimientos diferentes, por lo que no cabe atribuir su sorprendente antigüedad a factores o problemas del
registro concreto de un lugar, de tipo postdeposicional fundamentalmente.
Las muestras de La Revilla y La Lámpara que han sido datadas se encuentran perfectamente contextualizadas, en el interior de hoyos y otras estructuras rellenas con los
desechos propios de un hábitat neolítico, entre los cuales se encuentran no pocos testimonios del desarrollo de prácticas agrícolas y ganaderas plenamente establecidas, como
demuestran los estudios arqueobotánicos (Stika, 2005) y zooarqueológicos (en preparación). No existen ni en estos yacimientos, ni se conocen hasta la fecha en el Valle de
Ambrona y su entorno más cercano, pruebas arqueológicas de un poblamiento mesolítico anterior que pudiera “contaminar” de antigüedad la secuencia cronológica de estos
hábitats neolíticos.
Contamos además con una amplia serie de dataciones (58 fechas), tanto sobre muestras de carbón (35 fechas) como sobre muestras de vida corta (23 fechas), lo cual permite establecer comparaciones, y como ya hemos señalado anteriormente, constatar el notable envejecimiento de la cronología que se produce como consecuencia de la datación de
muestras de carbón (fig. 3 y 4). Las fechas son todas ellas de gran calidad en lo que respecta a lo reducido de sus desviaciones típicas (más de un 80% de nuestras dataciones se
encuentran por debajo de los 50 años de desviación), hecho que resulta crucial a la hora
de valorarlas y que rara vez se tiene en cuenta. Como se muestra en la fig. 19 A, a medida que aumenta la desviación típica lo hace proporcionalmente el margen estadístico en
el que se comprende la fecha, una vez calibrada, y si aplicamos una desviación de ± 100
BP para el marco cronológico de la neolitización de la Península Ibérica, los intervalos
mínimos de calibración a 2 sigma son superiores a 330 años, lapso temporal que supera
con creces la duración de algunos fenómenos de este proceso histórico, como podrían ser
las colonizaciones marítimas del levante español y de la costa atlántica portuguesa, o la
colonización del interior peninsular (fig. 19 B). Por esta razón hemos decidido eliminar
de los cuadros de dataciones del Neolítico antiguo peninsular aquí confeccionadas
(Tablas 1 y 2) aquellas que exceden los 100 años de desviación típica, pues una vez calibradas a 2 sigma proporcionan un margen de entre tres y más de seis siglos para situar
las fechas (fig. 19 A).
Además, el hecho de haber podido fechar un buen número de muestras dentro de
unas mismas estructuras que, como los hoyos, se podría pensar tuvieron un corto periodo de utilización y relleno, nos ha permitido documentar en las mismas, por el contrario,
la existencia de dilatados marcos cronológicos, a veces superiores al milenio, representativos de la ocupación global de estos yacimientos a lo largo del Neolítico antiguo. Así,
en el hoyo 9 de La Lámpara y en las estructuras 4 y 8 de La Revilla las fechas ilustran
amplias secuencias cronológicas, de unos seis siglos en el primer caso, y de un milenio y
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Fig. 19.- Ejemplos de dataciones de C14 donde se muestra la incidencia que
tiene la magnitud de la desviación típica en el margen cronológico que
abarcan finalmente las fechas, una vez calibradas.
casi dos en los dos ejemplos de La Revilla, desde luego impensables para la vida útil de
tan modestas estructuras (fig. 20).
Este hecho, documentado en ambos yacimientos, debería constituir una advertencia
general sobre la datación de una sola muestra en estos hoyos tan característicos de
muchos poblados coetáneos en el resto de la Península, y podría interpretarse según nuestro criterio en relación con el proceso de relleno de los mismos. Desde nuestro punto de
vista, es lógico suponer que sean las fechas más modernas las que ilustren el relleno, y
presumiblemente también la construcción, de las mismas, explicándose la presencia de
las restantes por la incorporación de materiales existentes en las proximidades de estas
estructuras, pertenecientes a ocupaciones anteriores del asentamiento, también neolíticas,
que sí han sido documentadas en cambio en otras estructuras vecinas en estos mismos
yacimientos, como en el hoyo 18 de La Lámpara, donde las tres fechas de carbón dispo—82—
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172
171
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S480-S320 -.----:--:
S47S·S316 - - - - - ,
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5984·5730
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17 1
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1
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Fig. 20.- Situación espacial de las muestras datadas por C14, con el resultado de la calibración a 2 sigma indicado: (A)
Estructura 4 de La Revilla. (B) Hoyo 9 de La Lámpara.
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nibles se sitúan en la fase más antigua de ocupación (comienzos del VI milenio cal AC),
o la estructura 14 de La Revilla donde las dos fechas enmarcan la datación del hoyo en
otra de las fases antiguas (segundo tercio del VI milenio cal AC).
Teniendo en cuenta estas observaciones, y recapitulando el conjunto de las fechas
disponibles en ambos yacimientos (fig. 3 y 4) podemos decir que en La Lámpara las nuevas fechas de C14 que presentamos en este trabajo demuestran que el sitio fue habitado
a lo largo de toda la 1ª mitad del VI milenio cal AC, a juzgar por lo que indican las muestras de carbón. Entre el 6000-5700 cal AC se construyó y colmató los hoyos 16 y 18, y
carbones y materiales de esta etapa acabaron rellenando el hoyo 9. Entre 5700-5600 no
hay testimonio de que se realizara ninguna estructura, pero materiales y carbones de este
momento acabaron en el relleno de los hoyos 9 y 13. Finalmente entre 5600-5400 cal AC
se construyeron y amortizaron como basureros los hoyos 9 y 13. Asimismo, no podemos
olvidar el enterramiento en fosa de la estructura C de La Lámpara (Rojo y Kunst, 1999a,
1999c, 1999d; Kunst y Rojo, 2000), que se sitúa a finales del VI milenio cal AC, lo que
indicaría que, también aquí como en La Revilla, la ocupación neolítica del lugar se desarrolla durante todo este milenio. Si tenemos en cuenta únicamente las muestras de vida
corta datadas en este yacimiento, habría que rebajar ligeramente la cronología durante la
cual el lugar estuvo habitado, reduciendo tal periodo al 5800-5000 cal AC.
Como explicamos anteriormente con detalle, en La Revilla, materiales y carbones de
entre 6000-5700 cal AC se utilizaron para rellenar las estructuras 4 y 8, entre 5700-5500
cal AC se realizó la estructura 14, y carbones y materiales de este momento fueron a parar
a la tierra con la que se rellenaron las nº 2 y 4. Entre 5500-5000 cal AC se fecharían la
construcción y relleno de las estructuras 2, 4 y 5, y carbones y tierra de esta etapa formaron parte de la tierra con que se colmató posteriormente la nº 8. Si tenemos en cuenta
sólo las fechas obtenidas sobre muestras de vida corta (fauna) el margen cronológico se
reduce a la segunda mitad del VI milenio cal AC, con una especial concentración de las
fechas en el último tercio.
Finalmente, hay dos fechas aisladas que demuestran que el yacimiento también se
habitó a mediados del V milenio cal AC (estructura 8), y a mediados del IV (estructura
1). Es probable que, si se excavasen más estructuras de este sitio se pudieran llenar los
vacíos cronológicos existentes entre estos periodos de fechas, tan alejados entre sí. Ello
confirmaría lo que antes sugeríamos, es decir, que en estos lugares la ocupación fue estacional pero continuada a lo largo de los siglos, e incluso de los milenios, configurando
más que poblados concretos, grandes áreas de habitación.
En suma, tanto las fechas realizadas sobre muestras de vida corta como las de carbón
no dejan lugar a dudas acerca de la existencia de una fase muy temprana de neolitización
en el Valle de Ambrona, rigurosamente coetánea de la documentada en la periferia peninsular (Tablas 1 y 2; fig. 2). Es el caso de la muestra de ovicáprido de la estructura 4 de
La Revilla (5466-5261 cal AC) y, sobre todo, el macroungulado del hoyo 9 de La
Lámpara (5837-5665 cal AC), así como, especialmente, las realizadas sobre muestras de
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carbón, con nueve dataciones de La Lámpara comprendidas entre 6076 y 5720 cal AC
pertenecientes a tres estructuras distintas, y las tres de La Revilla situadas entre 6158 y
5730 cal AC procedentes de dos estructuras diferentes. Curiosamente, tanto las fechas de
fauna como las de carbón coinciden en las mismas estructuras de ambos yacimientos: los
hoyos 9, 16 y 18 de La Lámpara y las estructuras 4 y 8 de la Revilla, en este último caso
además ofreciendo una clara proximidad espacial.
Así, la gran cantidad de muestras datadas que resultan coincidentes en ese mismo
margen cronológico, y su procedencia de distintos hoyos y estructuras dentro de dos
asentamientos diferentes, refuerzan aún más si cabe la validez de estas evidencias arqueológicas de la temprana neolitización de estas tierras sorianas. Neolitización que se plasma en nuestra región, ya desde el comienzo, con todos los elementos materiales (cerámica, industria lítica, etc.) y subsistenciales (agricultura y ganadería plenamente desarrolladas) que la caracterizan en otros ámbitos de la periferia costera, salvo, curiosamente,
la cerámica cardial, auténtico fósil guía del Neolítico antiguo peninsular en muchos
modelos teóricos de amplia aceptación.
Así, descartando la posibilidad de un esquema de evolución autóctona, dada la
inexistencia de un sustrato mesolítico, y teniendo en cuenta la presencia de todas estas
evidencias de un “modo de vida” neolítico plenamente establecido ya desde fechas tan
tempranas como las de los eventuales focos originarios peninsulares, cabe plantearse
entonces cuál fue la vía de penetración de estos primeros pobladores neolíticos del Valle
de Ambrona. La propia situación geográfica de nuestra área de estudio, en un auténtico
cruce de caminos entre las cuencas del Duero, Ebro y Tajo, podría ayudar a explicar tan
temprana incidencia.
Por razones geográficas sería lógico suponer que estuviera en alguna región del
Levante peninsular, y de hecho hay indicios que parecen apuntar en este sentido, como la
identificación de Papaver somniferum (adormidera) en el hoyo 11 de La Lámpara, de
posible procedencia costera mediterránea. Aunque conviene recordar que son diversas las
teorías existentes acerca del origen de esta planta, algunas de las cuales consideran que
procede del Mediterráneo oriental y por ello vino a la Península asociada a la neolitización, mientras otras la creen autóctona de ésta última (Buxó, 1997: 125). Pero ¿cómo
explicar entonces la ausencia de cerámica cardial en el Valle de Ambrona, cuando era uno
de los elementos materiales característicos de estos supuestos colonos mediterráneos?
Diversos investigadores han propuesto la acción de la distancia geográfica y su efecto
modificador, a modo de filtro, en la difusión de determinados elementos materiales para
explicar casos semejantes (Vicent, 1997; Bernabeu, 2002: 221). No en vano, tanto las formas cerámicas como los motivos decorativos empleados en los ejemplares recuperados
en el Valle de Ambrona recuerdan notablemente a las cardiales peninsulares, por lo que
sólo diferiría el instrumento empleado, lo que no resulta de tanto valor en definitiva a
efectos del uso social de estas vasijas (Vicent, 1997).
Sin embargo, no podemos obviar la espinosa cuestión de la cronología, pues la
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amplia serie de fechas aquí presentadas no sólo cuestiona la antigüedad hasta ahora
defendida para la llegada del Neolítico en el interior peninsular, sino que también arroja
dudas sobre los esquemas cronológicos peninsulares diseñados sobre este particular,
especialmente con referencia a la región levantina y portuguesa (Zilhão, 1993, 2001;
Bernabeu, 1996, 2002). Estas fechas y otras aún más sorprendentes y polémicas como las
conocidas de Mendandia (Alday, 2005), cuestionan el límite del 5600 cal AC para la llegada del Neolítico a la Península (fig. 2). Así, y de forma significativa, en el hoyo 18 de
La Lámpara antes citado la muestra de hueso fechada ofrece un resultado en torno al
5400 cal AC, muy en consonancia con los existentes en la periferia mediterránea y atlántica peninsulares, que sitúan a mediados del VI milenio cal AC la primera neolitización,
siempre que se tengan en cuenta sólo las muestras de vida corta (conchas, huesos, cereales y semillas) (Zilhão 2001). Así pues, no sólo la colonización de las tierras del interior
peninsular se habría producido de forma casi instantánea, apenas unas pocas décadas tras
su llegada a los ámbitos costeros peninsulares, sino que todo el proceso sería más antiguo y complejo de lo que pensamos en la actualidad.
Este último hecho vendría necesariamente sugerido por las evidencias proporcionadas por la muestra de hueso del hoyo 9 de La Lámpara (KIA-21350: 6871±33 BP. 58085706 cal AC), que constituye, hasta el momento, la fecha más antigua realizada sobre
fauna de todo el Neolítico peninsular, a excepción de las polémicas de Mendandia
(Alday, 2005). Todas ellas desbordan con creces el 5600 cal AC establecido como límite
máximo de las fechas admisibles para un contexto arqueológico neolítico “no aparente”
(Bernabeu y otros, 1999; Bernabeu, 2002). Es cierto que se puede intentar cuestionar la
validez de las fechas, o mejor dicho la correspondencia entre las fechas y los contextos
que se supone están datando.
En el caso de Mendandia la existencia de niveles mesolíticos infrayacentes quizás
permitiría atribuirlas a una contaminación procedente de los mismos que no hubiera sido
detectada por su excavador o que, de hecho resultara indetectable en el estado actual de
nuestros conocimientos y técnicas de excavación. Sin embargo, en el caso de las fechas
de Ambrona, tanto las de carbón, como especialmente las de vida corta, y en concreta la
datación del hoyo 9 de La Lámpara, la inexistencia de contexto mesolítico neutraliza esta
objeción por completo. Se trata de un resto de fauna, bien es cierto que no identificado
como doméstico, pero que se encontraba quemado, como producto de su cocinado y consumo en este asentamiento, en un hoyo que ofreció materiales neolíticos y restos de cereales. No obstante, tampoco podemos obviar que existen en esta misma estructura otras
fechas de C14 sobre muestras de carbón muy dispares entre sí, así como otra de fauna
más moderna (5320-5082 cal AC). En nuestra opinión esto encuentra su explicación en
el complejo proceso de formación de los hoyos, como hemos indicado líneas más arriba,
que lleva a la incorporación de materiales más antiguos en el relleno de los mismos, eso
sí procedentes del entorno inmediato y pertenecientes a las etapas más antiguas, también
neolíticas, de ocupación del asentamiento (fig. 20).
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En definitiva los resultados de nuestras investigaciones en el Valle de Ambrona plantean nuevos interrogantes que habrán de elucidarse con el tiempo y los sucesivos trabajos de campo y dataciones que se produzcan en los próximos años, no sólo en la Meseta
sino en todo el ámbito peninsular. Quedan muchas cuestiones por resolver, porque aún
falta información para contrastar las distintas hipótesis, pero, al menos, hay que tener el
valor suficiente para atreverse a plantear las preguntas, aunque ello cuestione, o al menos
ponga en tela de juicio, algunas de nuestras ideas y visiones mejor establecidas, los pilares en que se ha sustentado el estudio de la neolitización de la Península Ibérica.
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LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
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Tabla 1.- Tabla realizada a partir de Juan-Cabanilles y Martí (2002), Zilhão (2001), Zapata et alii (2004) y últimos trabajos
presentados al III Congreso de Neolítico de Santander (Arias, Ontañón y García-Moncó, 2005).
FECHAS DE C14 SOBRE MUESTRAS DE VIDA CORTA EN CONTEXTOS
DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Yacimiento
Contexto
Muestra
Laboratorio
Años BP
Cal BC 2 σ
Bibliografía
Mendandia
Nivel III-sup.
Fauna
GrN-19658
7210±80
6230-5890
Alday, 2005
Mendandia
Nivel III-sup.
Fauna
GrN-22742
7180±45
6170-5920
Alday, 2005
Lámpara
Hoyo 9
Fauna
KIA 21350
6871±33
5837-5665
Inédita
(Fragmento de
macroungulado
quemado)
Mas d’Is
Casa2-80205
cereal
Beta-166727
6600±50
5630-5470
Bernabeu et alii, 2003
Mas d’Is
Casa1-80219
cereal
Beta-166092
6600±50
5630-5470
Bernabeu et alii, 2003
Cabranosa
conchas
Sac-1321
6550±60
5579-5325
Zilhão, 2000
Padrão
conchas
ICEN-873
6540±65
5577-5318
Zilhão, 2000
Nivel II
fauna
GrN-22741
6540±70
5630-5360
Alday, 2005
Falguera
EU2051b
cereal
Beta-142289
6510±70
5616-5321
Bernabeu et alii, 2001
Mendandia
Nivel I
fauna
GrN-22740
6440±40
5480-5320
Alday, 2005
Almonda
Cisterna 1
Fauna (canino ciervo)
OxA-9287
6445±45
5477-5321
Zilhão,2001
Almonda
Cisterna 1
Adorno hueso
OxA-9288
6445±45
5477-5321
Zilhão, 2001
Mendandia
La Vaquera
bellota
GrA-9226
6440±50
5480-5320
Estremera, 2003
Padrão
conchas
ICEN-645
6420±60
5442-5255
Zilhão, 2000
Fauna
KIA 21347
6407±34
5470-5318
Inédita
Blasco et alii, 2005
Lámpara
Hoyo 18
(costilla de
macroungulado)
Can Sadurní
cereal
UBAR-760
6405±55
5480-5300
Retamar
conchas
Beta-90122
6400±85
5530-5200
Lazarich et alii, 1997
Fauna
KIA 21358
6365±36
5469-5262
Inédita
KIA 21356
6355±30
5466-5261
Inédita
Revilla
Estructura 14
(Fragmento de diáfisis
SI de mesomamífero)
Revilla
Estructura 4
Fauna doméstica
(Fragmento de diáfisis
de tibia de ovicáprido)
Cendres
VII
cereal
Beta-142228
6340±70
5474-5081
Bernabeu et alii, 2001
Caldeirão
NA2
fauna
OxA-1035
6330±80
5480-5079
Zilhão, 1992
Revilla
Estructura 9
cereal
UtC-13347
6313±48
5470-5080
Stika, 2005
Or
J4/c17a
cereal
OxA-10192
6310±70
5469-5067
Zilhão, 2001
Revilla
Estructura 4
Fauna
KIA 21351
6289±31
5338-5145
Inédita
(diáfisis de radio de
mesomamífero)
Cendres
VIIa
fauna
Beta-107405
6280±80
5330-5055
Bernabeu et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 9
Fauna
KIA 21352
6280±33
5320-5082
Inédita
(Fragmento craneal
de mesoungulado)
Lámpara
Hoyo 1
cereal
UtC-13346
6280±50
5370-5060
Stika, 2005
Or
J4/c14
cereal
OxA-10191
6275±70
5459-5048
Zilhão, 2001
—95—
[page-n-96]
58
Revilla
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Estructura 14
Fauna
KIA 21357
6271±31
5317-5082
Inédita
(Fragmento de diáfisis
de metápodo de
mesomamífero)
Or
H3/c7
cereal
H-1754/1208
6265±75
5380-5000
Martí, 1978
Revilla
Estructura 2
cereal
UtC-13269
6250±50
5320-5060
Stika, 2005
Revilla
Estructura 12
cereal
UtC-13295
6250±50
5320-5060
Stika, 2005
Revilla
Estructura 4
Fauna
KIA 21359
6245±34
5302-5074
Inédita
Revilla
Estructura 16
cereal
UtC-13294
6240±50
5320-5050
Stika, 2005
Revilla
Estructura 13
Fauna
KIA 21355
6230±30
5298-5070
Inédita
(Mandíbula de Sus sp.)
(Fragmento apendicular
de mesomamífero)
Caldeirão
NA2
fauna
OxA-1034
6230±80
5340-4940
Zilhão, 1992
Revilla
Estructura 2
cereal
UtC-13350
6210±60
5310-4990
Stika, 2005
Revilla
Estructura 2
Fauna
KIA 21346
6202±31
5280-5056
Inédita
(fragmento distal de
fémur de macromamífero)
Los Cascajos
hueso humano
Ua-16024
6185±75
5310-4840
García y Sesma, 2001
Estructura 13
Fauna doméstica
(diáfisis de fémur de
ovicáprido)
KIA 21354
6177±31
5259-5002
Inédita
conchas
Wk-6851
6160±60
5300-4930
Bicho et alii, 2000
Revilla
Estructura 12
Fauna
KIA 21349
6158±31
5256-4992
Inédita
Revilla
Estructura 12
Fauna doméstica
KIA 21353
6156±33
5256-4961
Inédita
Revilla
Alcantarilla
(Escápula de ovicáprido)
Murciélagos
IV
cereal
GrN-6169
6150±45
5221-4941
Muñoz, 1972
Lámpara
Hoyo 1
hueso humano
KIA 6790
6144±46
5243-4924
Inédita
Caldeirão
NA2
hueso humano
OxA-1033
6130±90
5296-4843
Zilhão, 1992
Lámpara
Hoyo 11
Fauna
KIA 21348
6125±33
5209-4861
Inédita
UtC-13348
6120±60
5260-4850
Stika, 2005
(gran cuneiforme S
posiblemente de uro)
Revilla
Estructura 4
cereal
conchas
Wk-6672
6120±70
5260-4840
Bicho et alii, 2000
C
fauna
ICEN-805
6100±70
5230-4847
Zilhão, 2000
esparto
CSIC-1133
6086±45
5080-4840
Cacho et alii, 1996
Alcantarilha
Na. Sra. Lapas
Murciélagos Alb.
La Vaquera
bellota
GrA-8241
6080±70
5150-4790
Estremera, 2003
Draga
E3 hogar
cereal
Hd-15451
6060±40
5052-4906
Bosch et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 1
huesos humanos
KIA 6789
6055±34
5208-4825
Inédita
Arenaza
IC2
fauna
OxA-7157
6040±75
5210-4730
Arias y Altuna, 1999
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6714
6030±55
5210-4790
Ruiz y Montero, 1999
Murciélagos
IV
cereal
GrN-6639
6025±45
5051-4800
Muñoz, 1972
Draga
E56 hogar
cereal
UBAR-313
6010±70
5060-4730
Bosch et alii, 1999
Casa Moura
1a
hueso humano
TO-953
5900±60
5045-4729
Zilhão y Carvalho, 1996
Gitanos
A3
fauna
AA-29113
5945±55
4950-4700
Arias et alii, 1999
esparto
CSIC-1134
5900±38
4860-4680
Cacho et alii, 1996
Murciélagos Alb.
—96—
[page-n-97]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
Caldeirão
NA1
59
fauna
OxA-1036
5870±80
4941-4540
esparto
Murciélagos Alb.
CSIC-1132
5861±48
4850-4590
Zilhão, 1992
Cacho et alii, 1996
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6580
5840±80
4940-4460
Ruiz y Montero, 1999
Caldeirão
NA1
hueso humano
TO-350
5810±70
4895-4510
Zilhão, 1992
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6713
5765±55
4780-4460
Ruiz y Montero, 1999
Arenaza
IC2
fauna
OxA-7156
5755±65
4770-4460
Arias y Altuna, 1999
Vaquera
inferior
fauna
CSIC-148
5650±80
4703-4342
Zamora, 1976
Mas d´Is
Foso4-100405
cereal
Beta-171908
5590±40
4500-4340
Bernabeu et alii, 2003
Mas d´Is
Foso5-99014
cereal
Beta-171907
5550±40
4460-4330
Bernabeu et alii, 2003
El Mirón
303.3
cereal
GX-30910
5550±40
4460-4330
Peña et alii, 2005
esparto
CISC-246
5400±80
4370-4030
Cacho et alii, 1996
Murciélagos
Kobaederra
IV
Marizulo
1 superior
cereal
AA-29110
5375±90
4360-3990
Arias et alii, 1999
cereal
Pico Ramos
Beta-181689
5370±40
4330-4040
Zapata, en preparación
fauna
GrN-5992
5285±65
4320-3970
Arias et alii, 2000
hueso humano
Pasteral
UBAR-101
5270±70
4260-3960
Mestres y Martín, 199
Tabla 2.- Tabla realizada a partir de Juan-Cabanilles y Martí (2002), Zilhão (2001), Zapata et alii (2004) y últimos trabajos
presentados al III Congreso de Neolítico de Santander (Arias, Ontañón y García-Moncó, 2005).
FECHAS DE C14 SOBRE MUESTRAS DE CARBÓN EN CONTEXTOS
DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Yacimiento
Contexto
Muestra
Laboratorio
Años BP
Cal BC 2 σ
Bibliografía
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13941
7165±37
6158-5924
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16576
7136±33
6076-5915
Inédita
Lámpara
Hoyo 16
carbón
KIA 16573
7108±34
6053-5890
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16581
7075±44
6017-5840
Inédita
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13944
7014±37
5988-5791
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
KIA 16568
7000±32
5983-5786
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16580
6989±48
5983-5741
Inédita
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13935
6983±45
5984-5730
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
KIA 16578
6975±32
5973-5745
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16570
6956±39
5969-5728
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16569
6920±50
5969-5710
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16577
6915±33
5841-5720
Inédita
Lámpara
Hoyo 13
carbón
KIA 16566
6835±34
5784-5640
Inédita
Revilla
Estructura 14
carbón
KIA 13947
6809±37
5739-5635
Inédita
Pena Água
Eb (base)
carbón
Wk-9214
6775±60
5766-5561
Zilhão, 2001
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13934
6772±47
5733-5563
Inédita
—97—
[page-n-98]
60
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Chaves
Ib
carbón
GrN-12685
6770±70
5800-5530
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13939
6755±57
5733-5559
Utrilla et alii, 1998
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16575
6744±33
5719-5564
Inédita
Cendres
VII
carbón
Beta-75220
6730±80
5710-5460
Bernabeu et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 13
carbón
(madera pino)
KIA 16574
6729±45
5723-5558
Inédita
Revilla
Estructura 14
carbón
KIA 13946
6691±48
5710-5495
Inédita
Chaves
Ib
carbón
GrN-12683
6650±80
5720-5470
Utrilla et alii, 1998
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16579
6610±32
5618-5482
Inédita
Lámpara
Hoyo 13
carbón
(madera pino)
KIA 16571
6608±35
5618-5481
Inédita
Mas d’Is
Casa 3
carbón
(Quercus
perennifolio)
Beta-166728
6400±40
5470-5310
Bernabeu et alii, 2003
Mas d’Is
Foso 5, relleno inf.
carbón
(Quercus
ilex-coccifera)
Beta-171906
6400±40
5470-5310
Bernabeu et alii, 2003
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13940
6568±37
5614-5474
Inédita
Font Ros
SN
carbones
AA-16498
6561±56
5580-5330
Bordas et alii, 1996
Chaves
Ib
carbón
GrN-13604
6490±40
5530-5360
Utrilla et alii, 1998
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13933
6468±40
5482-5324
Inédita
Chaves
Ib
carbón
CSIC-378
6460±70
5540-5300
Utrilla et alii, 1998
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13938
6449±42
5480-5320
Inédita
Revilla
Estructura 5
carbón
KIA 13948
6449±37
5479-5322
Inédita
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13945
6446±39
5479-5320
Inédita
carbón
Ly-5218
6420±60
5480-5310
Jordá Pardo et alii, 1990
Nerja
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13942
6415±36
5475-5316
Inédita
Cendres
H18
carbón
Beta-75219
6420±80
5460-5230
Bernabeu et alii, 1999
Draga
E106-poste
madera
UBAR-314
6410±70
5440-5250
Bosch et alii, 1999
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13937
6405±36
5474-5304
Inédita
Lámpara
Hoyo 1
carbón
KIA 4780
6390±60
5439-5218
Inédita
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13932
6385±35
5470-5301
Inédita
Font Ros
E36
carbones
AA-16502
6370±57
5440-5220
Bordas et alii, 1996
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13936
6335±46
5465-5153
Inédita
Correio-Mor
V
carbón
ICEN-1099
6330±60
5422-5090
Bicho et alii, 2000
Chaves
Ib
carbón
GrN-13605
6330±70
5480-5070
Utrilla et alii, 1998
Chaves
Ia
Font Ros
GrN-13602
6330±90
5480-5060
Utrilla et alii, 1998
GrA-21360
6310±60
5390-5200
Montes, 2005
carbones
AA-16501
6307±68
5430-5060
Bordas et alii, 1996
carbón
E33
Murciélagos
carbón
carbón
Huerto Raso
GrN-6926
6295±45
5370-5080
Hop and Muñoz, 1974;
López García, 1980;
Peña-Chocarro, 1999
Draga
Sector B
madera
Beta-137197
6290±70
5380-5060
Bosch et alii, 2000
Draga
Sector B
madera
Beta-137198
6270±70
5365-5045
Bosch et alii, 2000
—98—
[page-n-99]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
61
Cendres
H17
carbón
Beta-75218
6260±80
5330-4980
Bernabeu et alii, 1999
Murciélagos
V
madera carboni.
GrN-6638
6250±35
5264-5075
Muñoz, 1972
Font Ros
E15
carbones
AA-16499
6243±56
5920-5020
Bordas et alii, 1996
Chaves
Ia
carbón
CSIC-379
6230±70
5340-4960
Utrilla et alii, 1998
Plansallosa
I
carbón
Beta-74311
6180±60
5250-4940
Bosch et alii, 1998
Vidre
II hogar
carbón
Beta-58934
6180±90
5320-4900
Utrilla et alii, 1998
Parco
IV?
carbones
CSIC-281
6170±70
5300-4930
Utrilla et alii, 1998
Mas d’Is
Foso 4, relleno inf.
carbón
(Quercus
ilex-coccifera)
Beta-162093
6160±40
5240-4960
Bernabeu et alii, 2003
Cendres
H15a
carbón
Beta-75217
6150±80
5260-4900
Bernabeu et alii, 1999
Plansallosa
I
carbón
Beta-74313
6130±60
5230-4910
Bosch et alii, 1998
Chaves
Ia
carbón
CSIC-381
6120±70
5160-4840
Utrilla et alii, 1998
Parco
EE1
carbón
GrN-20058
6120±90
5300-4800
Utrilla et alii, 1998
Barruecos
Hogar
carbón
Beta-171124
6080±40
5068-4900
Cerrillo et alii, 2005
S.P. Canaferrim
UE 4
carbón
ICEN-1152
6070±60
5200-4830
Simões, 1999
Barruecos
Silo 1
carbón
Beta-159899
6060±50
5068-4832
Cerrillo et alii, 2005
En Pardo
VIII
carbón
Beta-89286
6060±50
5070-4800
Soler et alii, 1999
Lavra
3
carbón
ICEN-76
6060±60
5198-4805
Carvalho, 1999
Font Ros
E21
carbones
AA-16500
6058±79
5210-4790
Bordas et alii, 1996
S.P. Canaferrim
UE 4
carbón
ICEN-1151
6020±60
5060-4780
Simões, 1999
Cendres
H15
carbón
Beta-75216
6010±80
5070-4730
Bernabeu et alii, 1999
Cendres
Va
carbón
UBAR-172
5990±80
5070-4720
Bernabeu et alii, 1999
Puyascada
II
carbón
CSIC-384
5930±60
4950-4670
Utrilla et alii, 1998
Cendres
H14
carbón
Beta-75215
5930±80
4960-4600
Bernabeu et alii, 1999
Cerro Virtud
II
madera carboni.
Beta-90885
5920±70
4940-4620
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Cerro Virtud
II
carbones
OxA-6715
5895±55
4940-4590
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Plansallosa
II
carbón
OxA-2592
5890±80
5000-4545
Bosch et alii, 1998
Cerro Virtud
II
carbón
?
5880±49
4900-4620
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Plansallosa
II
carbón
Beta-74312
5870±60
4900-4580
Bosch et alii, 1998
Canes
7
carbón
AA-5788
5865±70
4900-4550
Arias et alii, 2000
Buraco Pala
IV base
carbón
GrN-19104
5860±30
4798-4627
Carvalho, 1999
Cerro Virtud
II
carbón
Beta-101425
5860±70
4905-4540
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Lavra
3
carbón
UGRA-267
5830±90
4908-4466
Carvalho, 1999
Abauntz
2r
carbón
GrN-21010
5820±40
4780-4540
Utrilla et alii, 1998
La Vaquera
Fase II
carbón
GrN-22929
5800±30
4770-4550
Estremera, 2003; López
García et alii, 2003
Cendres
Vc
carbón
Beta-75214
5790±80
4790-4480
Bernabeu et alii, 1999
Mirón
303.3
carbón
GX-25856
5790±90
4810-4450
González y Straus, 2000
Padró II
ext. cámara
carbón
UBAR-114
5770±80
4800-4450
Mestres y Martín, 1996
Fraga Aia
hogar 2
carbón
Gif-7891
5750±70
4780-4457
Carvalho, 1999
—99—
[page-n-100]
62
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Plansallosa
II
carbón
Beta-87965
5720±70
4725-4425
Bosch et alii, 1998
Mirón
10
carbón
GX-23413
5690±50
4690-4360
González y Straus, 2000
Fraga Aia
hogar 2
carbón
Gif-8079
5690±70
4716-4960
Carvalho, 1999
Buraca Grande
5/6
carbón
Gif-9497
5670±70
4690-4350
Aubry et alii, 1997
Cerro Virtud
II
madera carboni.
Beta-90884
5660±80
4700-4350
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13943
5642±96
4712-4262
Inédita
Santa Maira
I
carbón
Beta-75224
5640±60
4620-4340
Badal, 1999
Cendres
Va
carbón
Beta-75213
5640±80
4590-4350
Bernabeu et alii, 1999
Puyascada
II
carbón
CSIC-382
5580±70
4560-4320
Utrilla et alii, 1998
Guineu
II
carbón
Gif-99112
5580±70
4560-4320
Allué, 2005
carbón
GrN-19596
5580±80
4570-4620
Arias, 1995
Arenillas
Mirón
10
carbón
GX-23414
5570±50
4500-4330
González y Straus, 2000
Mirón
303.1
carbón
GX-25855
5520±70
4500-4220
González y Straus, 2000
Mirón
303
carbón
GX-25854
5500±90
4540-4040
González y Straus, 2000
Guineu
II
carbón
Gif/LSM-11037
5480±60
4460-4220
Allué, 2005
Guineu
II
carbón
GifA-99112
5480±80
4500-4210
Allué, 2005
Font Molinot
CIII
carbón
MC-1111
5450±90
4460-4040
Mestres y Martín, 1996
Toll
c5c fosa
carbón
MC-2137
5440±80
4460-4040
Martín, 1993
Toll
c3c
carbón
MC-2138
5440±80
4460-4040
Marín, 1993
Font Roure
E10
carbón
A-462
5960±90
4350-3980
Mestres y Martín, 1996
Toro
Guineu
carbón
No disponible
5380±45
4330-4050
Buxó, 1993 y 1997
II
carbón
GifA-99112
5330±70
4330-3980
Allué, 2005
madera
UBAR-63
5330±90
4340-3970
Martín, 1993
9
carbón
GX-24461
5280±4?
4230-3980
González y Straus, 2000
Lladres
Mirón
Grioteres
7
carbón
UGRA-274
5280±90
4340-3940
Mestres y Martín, 1996
Hort Grimau
E17
carbón
A-465
5270±65
4250-3960
Mestres y Martín, 1996
Sierra Plana
túm. 24
túmulo
carbón
OxA-6914
5230±50
4220-3960
Arias et alii, 1999
Toll
c3
carbón
MC-2139
5210±90
4250-3750
Martín, 1993
Velilla
superior
cenizas
GrN-17167
5200±55
4218-3822
Delibes y Zapatero, 1996
carbón
Ua-12662
5180±70
4220-3800
Zapata, 2002
carbones
GrN-12117
5160±80
4170-3760
Utrilla et alii, 1998
Lumentxa
Moro Olvena
inferior c5
—100—
[page-n-101]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
57
Tabla 1.- Tabla realizada a partir de Juan-Cabanilles y Martí (2002), Zilhão (2001), Zapata et alii (2004) y últimos trabajos
presentados al III Congreso de Neolítico de Santander (Arias, Ontañón y García-Moncó, 2005).
FECHAS DE C14 SOBRE MUESTRAS DE VIDA CORTA EN CONTEXTOS
DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Yacimiento
Contexto
Muestra
Laboratorio
Años BP
Cal BC 2 σ
Bibliografía
Mendandia
Nivel III-sup.
Fauna
GrN-19658
7210±80
6230-5890
Alday, 2005
Mendandia
Nivel III-sup.
Fauna
GrN-22742
7180±45
6170-5920
Alday, 2005
Lámpara
Hoyo 9
Fauna
KIA 21350
6871±33
5837-5665
Inédita
(Fragmento de
macroungulado
quemado)
Mas d’Is
Casa2-80205
cereal
Beta-166727
6600±50
5630-5470
Bernabeu et alii, 2003
Mas d’Is
Casa1-80219
cereal
Beta-166092
6600±50
5630-5470
Bernabeu et alii, 2003
Cabranosa
conchas
Sac-1321
6550±60
5579-5325
Zilhão, 2000
Padrão
conchas
ICEN-873
6540±65
5577-5318
Zilhão, 2000
Nivel II
fauna
GrN-22741
6540±70
5630-5360
Alday, 2005
Falguera
EU2051b
cereal
Beta-142289
6510±70
5616-5321
Bernabeu et alii, 2001
Mendandia
Nivel I
fauna
GrN-22740
6440±40
5480-5320
Alday, 2005
Almonda
Cisterna 1
Fauna (canino ciervo)
OxA-9287
6445±45
5477-5321
Zilhão,2001
Almonda
Cisterna 1
Adorno hueso
OxA-9288
6445±45
5477-5321
Zilhão, 2001
Mendandia
La Vaquera
bellota
GrA-9226
6440±50
5480-5320
Estremera, 2003
Padrão
conchas
ICEN-645
6420±60
5442-5255
Zilhão, 2000
Fauna
KIA 21347
6407±34
5470-5318
Inédita
Blasco et alii, 2005
Lámpara
Hoyo 18
(costilla de
macroungulado)
Can Sadurní
cereal
UBAR-760
6405±55
5480-5300
Retamar
conchas
Beta-90122
6400±85
5530-5200
Lazarich et alii, 1997
Fauna
KIA 21358
6365±36
5469-5262
Inédita
KIA 21356
6355±30
5466-5261
Inédita
Revilla
Estructura 14
(Fragmento de diáfisis
SI de mesomamífero)
Revilla
Estructura 4
Fauna doméstica
(Fragmento de diáfisis
de tibia de ovicáprido)
Cendres
VII
cereal
Beta-142228
6340±70
5474-5081
Bernabeu et alii, 2001
Caldeirão
NA2
fauna
OxA-1035
6330±80
5480-5079
Zilhão, 1992
Revilla
Estructura 9
cereal
UtC-13347
6313±48
5470-5080
Stika, 2005
Or
J4/c17a
cereal
OxA-10192
6310±70
5469-5067
Zilhão, 2001
Revilla
Estructura 4
Fauna
KIA 21351
6289±31
5338-5145
Inédita
(diáfisis de radio de
mesomamífero)
Cendres
VIIa
fauna
Beta-107405
6280±80
5330-5055
Bernabeu et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 9
Fauna
KIA 21352
6280±33
5320-5082
Inédita
(Fragmento craneal
de mesoungulado)
Lámpara
Hoyo 1
cereal
UtC-13346
6280±50
5370-5060
Stika, 2005
Or
J4/c14
cereal
OxA-10191
6275±70
5459-5048
Zilhão, 2001
—95—
[page-n-102]
58
Revilla
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Estructura 14
Fauna
KIA 21357
6271±31
5317-5082
Inédita
(Fragmento de diáfisis
de metápodo de
mesomamífero)
Or
H3/c7
cereal
H-1754/1208
6265±75
5380-5000
Martí, 1978
Revilla
Estructura 2
cereal
UtC-13269
6250±50
5320-5060
Stika, 2005
Revilla
Estructura 12
cereal
UtC-13295
6250±50
5320-5060
Stika, 2005
Revilla
Estructura 4
Fauna
KIA 21359
6245±34
5302-5074
Inédita
Revilla
Estructura 16
cereal
UtC-13294
6240±50
5320-5050
Stika, 2005
Revilla
Estructura 13
Fauna
KIA 21355
6230±30
5298-5070
Inédita
(Mandíbula de Sus sp.)
(Fragmento apendicular
de mesomamífero)
Caldeirão
NA2
fauna
OxA-1034
6230±80
5340-4940
Zilhão, 1992
Revilla
Estructura 2
cereal
UtC-13350
6210±60
5310-4990
Stika, 2005
Revilla
Estructura 2
Fauna
KIA 21346
6202±31
5280-5056
Inédita
(fragmento distal de
fémur de macromamífero)
Los Cascajos
hueso humano
Ua-16024
6185±75
5310-4840
García y Sesma, 2001
Estructura 13
Fauna doméstica
(diáfisis de fémur de
ovicáprido)
KIA 21354
6177±31
5259-5002
Inédita
conchas
Wk-6851
6160±60
5300-4930
Bicho et alii, 2000
Revilla
Estructura 12
Fauna
KIA 21349
6158±31
5256-4992
Inédita
Revilla
Estructura 12
Fauna doméstica
KIA 21353
6156±33
5256-4961
Inédita
Revilla
Alcantarilla
(Escápula de ovicáprido)
Murciélagos
IV
cereal
GrN-6169
6150±45
5221-4941
Muñoz, 1972
Lámpara
Hoyo 1
hueso humano
KIA 6790
6144±46
5243-4924
Inédita
Caldeirão
NA2
hueso humano
OxA-1033
6130±90
5296-4843
Zilhão, 1992
Lámpara
Hoyo 11
Fauna
KIA 21348
6125±33
5209-4861
Inédita
UtC-13348
6120±60
5260-4850
Stika, 2005
(gran cuneiforme S
posiblemente de uro)
Revilla
Estructura 4
cereal
conchas
Wk-6672
6120±70
5260-4840
Bicho et alii, 2000
C
fauna
ICEN-805
6100±70
5230-4847
Zilhão, 2000
esparto
CSIC-1133
6086±45
5080-4840
Cacho et alii, 1996
Alcantarilha
Na. Sra. Lapas
Murciélagos Alb.
La Vaquera
bellota
GrA-8241
6080±70
5150-4790
Estremera, 2003
Draga
E3 hogar
cereal
Hd-15451
6060±40
5052-4906
Bosch et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 1
huesos humanos
KIA 6789
6055±34
5208-4825
Inédita
Arenaza
IC2
fauna
OxA-7157
6040±75
5210-4730
Arias y Altuna, 1999
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6714
6030±55
5210-4790
Ruiz y Montero, 1999
Murciélagos
IV
cereal
GrN-6639
6025±45
5051-4800
Muñoz, 1972
Draga
E56 hogar
cereal
UBAR-313
6010±70
5060-4730
Bosch et alii, 1999
Casa Moura
1a
hueso humano
TO-953
5900±60
5045-4729
Zilhão y Carvalho, 1996
Gitanos
A3
fauna
AA-29113
5945±55
4950-4700
Arias et alii, 1999
esparto
CSIC-1134
5900±38
4860-4680
Cacho et alii, 1996
Murciélagos Alb.
—96—
[page-n-103]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
Caldeirão
NA1
59
fauna
OxA-1036
5870±80
4941-4540
esparto
Murciélagos Alb.
CSIC-1132
5861±48
4850-4590
Zilhão, 1992
Cacho et alii, 1996
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6580
5840±80
4940-4460
Ruiz y Montero, 1999
Caldeirão
NA1
hueso humano
TO-350
5810±70
4895-4510
Zilhão, 1992
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6713
5765±55
4780-4460
Ruiz y Montero, 1999
Arenaza
IC2
fauna
OxA-7156
5755±65
4770-4460
Arias y Altuna, 1999
Vaquera
inferior
fauna
CSIC-148
5650±80
4703-4342
Zamora, 1976
Mas d´Is
Foso4-100405
cereal
Beta-171908
5590±40
4500-4340
Bernabeu et alii, 2003
Mas d´Is
Foso5-99014
cereal
Beta-171907
5550±40
4460-4330
Bernabeu et alii, 2003
El Mirón
303.3
cereal
GX-30910
5550±40
4460-4330
Peña et alii, 2005
esparto
CISC-246
5400±80
4370-4030
Cacho et alii, 1996
Murciélagos
Kobaederra
IV
Marizulo
1 superior
cereal
AA-29110
5375±90
4360-3990
Arias et alii, 1999
cereal
Pico Ramos
Beta-181689
5370±40
4330-4040
Zapata, en preparación
fauna
GrN-5992
5285±65
4320-3970
Arias et alii, 2000
hueso humano
Pasteral
UBAR-101
5270±70
4260-3960
Mestres y Martín, 199
Tabla 2.- Tabla realizada a partir de Juan-Cabanilles y Martí (2002), Zilhão (2001), Zapata et alii (2004) y últimos trabajos
presentados al III Congreso de Neolítico de Santander (Arias, Ontañón y García-Moncó, 2005).
FECHAS DE C14 SOBRE MUESTRAS DE CARBÓN EN CONTEXTOS
DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Yacimiento
Contexto
Muestra
Laboratorio
Años BP
Cal BC 2 σ
Bibliografía
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13941
7165±37
6158-5924
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16576
7136±33
6076-5915
Inédita
Lámpara
Hoyo 16
carbón
KIA 16573
7108±34
6053-5890
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16581
7075±44
6017-5840
Inédita
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13944
7014±37
5988-5791
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
KIA 16568
7000±32
5983-5786
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16580
6989±48
5983-5741
Inédita
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13935
6983±45
5984-5730
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
KIA 16578
6975±32
5973-5745
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16570
6956±39
5969-5728
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16569
6920±50
5969-5710
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16577
6915±33
5841-5720
Inédita
Lámpara
Hoyo 13
carbón
KIA 16566
6835±34
5784-5640
Inédita
Revilla
Estructura 14
carbón
KIA 13947
6809±37
5739-5635
Inédita
Pena Água
Eb (base)
carbón
Wk-9214
6775±60
5766-5561
Zilhão, 2001
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13934
6772±47
5733-5563
Inédita
—97—
[page-n-104]
60
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Chaves
Ib
carbón
GrN-12685
6770±70
5800-5530
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13939
6755±57
5733-5559
Utrilla et alii, 1998
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16575
6744±33
5719-5564
Inédita
Cendres
VII
carbón
Beta-75220
6730±80
5710-5460
Bernabeu et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 13
carbón
(madera pino)
KIA 16574
6729±45
5723-5558
Inédita
Revilla
Estructura 14
carbón
KIA 13946
6691±48
5710-5495
Inédita
Chaves
Ib
carbón
GrN-12683
6650±80
5720-5470
Utrilla et alii, 1998
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16579
6610±32
5618-5482
Inédita
Lámpara
Hoyo 13
carbón
(madera pino)
KIA 16571
6608±35
5618-5481
Inédita
Mas d’Is
Casa 3
carbón
(Quercus
perennifolio)
Beta-166728
6400±40
5470-5310
Bernabeu et alii, 2003
Mas d’Is
Foso 5, relleno inf.
carbón
(Quercus
ilex-coccifera)
Beta-171906
6400±40
5470-5310
Bernabeu et alii, 2003
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13940
6568±37
5614-5474
Inédita
Font Ros
SN
carbones
AA-16498
6561±56
5580-5330
Bordas et alii, 1996
Chaves
Ib
carbón
GrN-13604
6490±40
5530-5360
Utrilla et alii, 1998
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13933
6468±40
5482-5324
Inédita
Chaves
Ib
carbón
CSIC-378
6460±70
5540-5300
Utrilla et alii, 1998
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13938
6449±42
5480-5320
Inédita
Revilla
Estructura 5
carbón
KIA 13948
6449±37
5479-5322
Inédita
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13945
6446±39
5479-5320
Inédita
carbón
Ly-5218
6420±60
5480-5310
Jordá Pardo et alii, 1990
Nerja
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13942
6415±36
5475-5316
Inédita
Cendres
H18
carbón
Beta-75219
6420±80
5460-5230
Bernabeu et alii, 1999
Draga
E106-poste
madera
UBAR-314
6410±70
5440-5250
Bosch et alii, 1999
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13937
6405±36
5474-5304
Inédita
Lámpara
Hoyo 1
carbón
KIA 4780
6390±60
5439-5218
Inédita
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13932
6385±35
5470-5301
Inédita
Font Ros
E36
carbones
AA-16502
6370±57
5440-5220
Bordas et alii, 1996
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13936
6335±46
5465-5153
Inédita
Correio-Mor
V
carbón
ICEN-1099
6330±60
5422-5090
Bicho et alii, 2000
Chaves
Ib
carbón
GrN-13605
6330±70
5480-5070
Utrilla et alii, 1998
Chaves
Ia
Font Ros
GrN-13602
6330±90
5480-5060
Utrilla et alii, 1998
GrA-21360
6310±60
5390-5200
Montes, 2005
carbones
AA-16501
6307±68
5430-5060
Bordas et alii, 1996
carbón
E33
Murciélagos
carbón
carbón
Huerto Raso
GrN-6926
6295±45
5370-5080
Hop and Muñoz, 1974;
López García, 1980;
Peña-Chocarro, 1999
Draga
Sector B
madera
Beta-137197
6290±70
5380-5060
Bosch et alii, 2000
Draga
Sector B
madera
Beta-137198
6270±70
5365-5045
Bosch et alii, 2000
—98—
[page-n-105]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
61
Cendres
H17
carbón
Beta-75218
6260±80
5330-4980
Bernabeu et alii, 1999
Murciélagos
V
madera carboni.
GrN-6638
6250±35
5264-5075
Muñoz, 1972
Font Ros
E15
carbones
AA-16499
6243±56
5920-5020
Bordas et alii, 1996
Chaves
Ia
carbón
CSIC-379
6230±70
5340-4960
Utrilla et alii, 1998
Plansallosa
I
carbón
Beta-74311
6180±60
5250-4940
Bosch et alii, 1998
Vidre
II hogar
carbón
Beta-58934
6180±90
5320-4900
Utrilla et alii, 1998
Parco
IV?
carbones
CSIC-281
6170±70
5300-4930
Utrilla et alii, 1998
Mas d’Is
Foso 4, relleno inf.
carbón
(Quercus
ilex-coccifera)
Beta-162093
6160±40
5240-4960
Bernabeu et alii, 2003
Cendres
H15a
carbón
Beta-75217
6150±80
5260-4900
Bernabeu et alii, 1999
Plansallosa
I
carbón
Beta-74313
6130±60
5230-4910
Bosch et alii, 1998
Chaves
Ia
carbón
CSIC-381
6120±70
5160-4840
Utrilla et alii, 1998
Parco
EE1
carbón
GrN-20058
6120±90
5300-4800
Utrilla et alii, 1998
Barruecos
Hogar
carbón
Beta-171124
6080±40
5068-4900
Cerrillo et alii, 2005
S.P. Canaferrim
UE 4
carbón
ICEN-1152
6070±60
5200-4830
Simões, 1999
Barruecos
Silo 1
carbón
Beta-159899
6060±50
5068-4832
Cerrillo et alii, 2005
En Pardo
VIII
carbón
Beta-89286
6060±50
5070-4800
Soler et alii, 1999
Lavra
3
carbón
ICEN-76
6060±60
5198-4805
Carvalho, 1999
Font Ros
E21
carbones
AA-16500
6058±79
5210-4790
Bordas et alii, 1996
S.P. Canaferrim
UE 4
carbón
ICEN-1151
6020±60
5060-4780
Simões, 1999
Cendres
H15
carbón
Beta-75216
6010±80
5070-4730
Bernabeu et alii, 1999
Cendres
Va
carbón
UBAR-172
5990±80
5070-4720
Bernabeu et alii, 1999
Puyascada
II
carbón
CSIC-384
5930±60
4950-4670
Utrilla et alii, 1998
Cendres
H14
carbón
Beta-75215
5930±80
4960-4600
Bernabeu et alii, 1999
Cerro Virtud
II
madera carboni.
Beta-90885
5920±70
4940-4620
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Cerro Virtud
II
carbones
OxA-6715
5895±55
4940-4590
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Plansallosa
II
carbón
OxA-2592
5890±80
5000-4545
Bosch et alii, 1998
Cerro Virtud
II
carbón
?
5880±49
4900-4620
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Plansallosa
II
carbón
Beta-74312
5870±60
4900-4580
Bosch et alii, 1998
Canes
7
carbón
AA-5788
5865±70
4900-4550
Arias et alii, 2000
Buraco Pala
IV base
carbón
GrN-19104
5860±30
4798-4627
Carvalho, 1999
Cerro Virtud
II
carbón
Beta-101425
5860±70
4905-4540
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Lavra
3
carbón
UGRA-267
5830±90
4908-4466
Carvalho, 1999
Abauntz
2r
carbón
GrN-21010
5820±40
4780-4540
Utrilla et alii, 1998
La Vaquera
Fase II
carbón
GrN-22929
5800±30
4770-4550
Estremera, 2003; López
García et alii, 2003
Cendres
Vc
carbón
Beta-75214
5790±80
4790-4480
Bernabeu et alii, 1999
Mirón
303.3
carbón
GX-25856
5790±90
4810-4450
González y Straus, 2000
Padró II
ext. cámara
carbón
UBAR-114
5770±80
4800-4450
Mestres y Martín, 1996
Fraga Aia
hogar 2
carbón
Gif-7891
5750±70
4780-4457
Carvalho, 1999
—99—
[page-n-106]
62
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Plansallosa
II
carbón
Beta-87965
5720±70
4725-4425
Bosch et alii, 1998
Mirón
10
carbón
GX-23413
5690±50
4690-4360
González y Straus, 2000
Fraga Aia
hogar 2
carbón
Gif-8079
5690±70
4716-4960
Carvalho, 1999
Buraca Grande
5/6
carbón
Gif-9497
5670±70
4690-4350
Aubry et alii, 1997
Cerro Virtud
II
madera carboni.
Beta-90884
5660±80
4700-4350
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13943
5642±96
4712-4262
Inédita
Santa Maira
I
carbón
Beta-75224
5640±60
4620-4340
Badal, 1999
Cendres
Va
carbón
Beta-75213
5640±80
4590-4350
Bernabeu et alii, 1999
Puyascada
II
carbón
CSIC-382
5580±70
4560-4320
Utrilla et alii, 1998
Guineu
II
carbón
Gif-99112
5580±70
4560-4320
Allué, 2005
carbón
GrN-19596
5580±80
4570-4620
Arias, 1995
Arenillas
Mirón
10
carbón
GX-23414
5570±50
4500-4330
González y Straus, 2000
Mirón
303.1
carbón
GX-25855
5520±70
4500-4220
González y Straus, 2000
Mirón
303
carbón
GX-25854
5500±90
4540-4040
González y Straus, 2000
Guineu
II
carbón
Gif/LSM-11037
5480±60
4460-4220
Allué, 2005
Guineu
II
carbón
GifA-99112
5480±80
4500-4210
Allué, 2005
Font Molinot
CIII
carbón
MC-1111
5450±90
4460-4040
Mestres y Martín, 1996
Toll
c5c fosa
carbón
MC-2137
5440±80
4460-4040
Martín, 1993
Toll
c3c
carbón
MC-2138
5440±80
4460-4040
Marín, 1993
Font Roure
E10
carbón
A-462
5960±90
4350-3980
Mestres y Martín, 1996
Toro
Guineu
carbón
No disponible
5380±45
4330-4050
Buxó, 1993 y 1997
II
carbón
GifA-99112
5330±70
4330-3980
Allué, 2005
madera
UBAR-63
5330±90
4340-3970
Martín, 1993
9
carbón
GX-24461
5280±4?
4230-3980
González y Straus, 2000
Lladres
Mirón
Grioteres
7
carbón
UGRA-274
5280±90
4340-3940
Mestres y Martín, 1996
Hort Grimau
E17
carbón
A-465
5270±65
4250-3960
Mestres y Martín, 1996
Sierra Plana
túm. 24
túmulo
carbón
OxA-6914
5230±50
4220-3960
Arias et alii, 1999
Toll
c3
carbón
MC-2139
5210±90
4250-3750
Martín, 1993
Velilla
superior
cenizas
GrN-17167
5200±55
4218-3822
Delibes y Zapatero, 1996
carbón
Ua-12662
5180±70
4220-3800
Zapata, 2002
carbones
GrN-12117
5160±80
4170-3760
Utrilla et alii, 1998
Lumentxa
Moro Olvena
inferior c5
—100—
[page-n-107]
ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XXVI (Valencia, 2006)
1
M. A. ROJO-GUERRA*, M. KUNST**, R. GARRIDO-PENA***
E I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN***
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14:
ANÁLISIS DE 47 DATACIONES ABSOLUTAS INÉDITAS
DE DOS YACIMIENTOS DOMÉSTICOS DEL
VALLE DE AMBRONA, SORIA, ESPAÑA
RESUMEN: Se plantea la revisión del problema de los orígenes de la neolitización de La
Meseta a la luz del análisis de 47 fechas de C14 inéditas, obtenidas de muestras procedentes de la
excavación de dos asentamientos al aire libre del Neolítico Antiguo en el Valle de Ambrona (Soria,
España), La Lámpara y La Revilla del Campo. Estas dataciones demuestran que la introducción de
la agricultura y la ganadería en el interior peninsular fue mucho más temprana de lo que se había
pensado hasta ahora. Asimismo, la antigüedad de muchas de estas fechas (en torno a comienzos del
VI milenio cal AC), cuestionan seriamente el marco cronológico general de la neolitización de la
Península Ibérica, obligando a retrotraer este proceso varios siglos en el tiempo.
PALABRAS CLAVE: Neolítico, Meseta, C14, secuencia cronológica, hábitats.
ABSTRACT: The Northern Meseta neolithisation in the ligth of the 14C: analysis of 47
unpublished absolute dates from two domestic sites in the Ambrona Valley, Soria, Spain. A
review is offered about the origin of the Iberian Meseta neolithisation in the light of the 47 unpublished radiocarbon dates analysis from our excavations in two Early Neolithic open air settlements
of the Ambrona Valley (Soria, Spain), La Lámpara and La Revilla del Campo. These dates show that
the introduction of agriculture and livestock rising was much older than what was previously
*
Universidad de Valladolid.
** Instituto Arqueológico Alemán de Madrid.
*** ARCADIA (Instituto de Promoción Cultural), FUNGE, Universidad de Valladolid.
—39—
[page-n-40]
2
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
thought. But the great antiquity of many of these radiocarbon dates (around the beginning of the VI
milennium cal BC) also seriously questions the whole chronological framework of the Iberian
Peninsula neolithisation, and traces back this process several centuries.
KEY WORDS: Neolithic, Inner Iberia, 14C, chronological sequence, habitats.
1. INTRODUCCIÓN
Una versión inicial de este trabajo se presentó en el III Congreso del Neolítico en la
Península Ibérica, celebrado en Santander en Octubre de 2003, y como tal debería haber
figurado en las Actas recientemente publicadas del mismo (Arias, Ontañón y GarcíaMoncó, 2005), razón por la cual aparece así citado en diversos trabajos que ya han visto
la luz. Finalmente, y por razones de espacio, al parecer, no ha sido incluido en dichas
actas. Aquí publicamos una versión ampliada y más completa del mismo, ya con todas
las fechas realizadas sobre estos dos interesantes poblados neolíticos meseteños.
Hasta hace apenas unos años nadie podría haber imaginado que el interior peninsular tenía algo que aportar al debate sobre los orígenes de la neolitización de la Península
Ibérica. Han sido las regiones periféricas, y en especial el Levante, las protagonistas y
aquellas que han proporcionado fechas de C14 más antiguas, y contextos mejor estudiados, todo ello en torno a lo que podríamos denominar el paradigma cardial. Dado que el
origen del Neolítico se sitúa en el Próximo Oriente, y se vincula su llegada a la Península,
a través del Mediterráneo occidental, con los complejos de cerámicas impresas de este
ámbito geográfico, entre ellos el cardial, parece razonable pensar que fuesen las zonas
costeras de la periferia las primeras en recibir las novedades vinculadas con el Neolítico.
En el Próximo Oriente se sitúa en torno al 8300-8000 cal AC el comienzo de los primeros indicios de la existencia de la economía productora (agricultura y ganadería), que
se extendió a toda esa región en menos de 500 años (hacia el 7500 cal AC), si bien las
primeras cerámicas aparecen de forma simultánea en varias zonas de la región posteriormente, en torno al 7000 cal AC (Aurenche, Galet, Régagnon-Caroline y Évin, 2001:
1196-1198).
En la zona levantina peninsular las fechas de C14 más antiguas obtenidas hasta la
fecha sitúan el establecimiento del primer Neolítico en torno al 6000 cal AC (Martí y
Juan-Cabanilles, 1998: 825), o en torno al 5700-5600 cal AC según Bernabeu (2002:
217), y siempre vinculado con el complejo cerámico cardial, al igual que ocurre en
Cataluña (Martín Cólliga, 1998: 769). Se han propuesto fechas similares en la zona portuguesa (Bicho, Stiner, Lindly y Ferring, 2000: 15-16), aunque hay autores que optan por
rebajar la cronología a la segunda mitad del VI milenio cal AC (Tavares y Soares, 1998:
999; Bernabeu, 2002: 214). En la zona costera andaluza incluso parecen haberse hallado
—40—
[page-n-41]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
3
Fig. 1.- Situación geográfica del Valle de Ambrona (Soria) y de los yacimientos de
La Lámpara y La Revilla del Campo (ambos en Ambrona).
testimonios más antiguos, de finales del VII milenio cal AC (Martín, Cámalich y
González, 1998: 876). En el valle del Ebro se sitúa el Neolítico antiguo en la primera
mitad del VI milenio cal AC (Utrilla y otros, 1998; Utrilla, 2002), o incluso a finales del
VII si tenemos en cuenta las interesantes fechas del nivel neolítico de Mendandia (Alday,
2003: 68 y 75-78) (Tablas 1 y 2).
—41—
[page-n-42]
4
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
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—42—
[page-n-43]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
5
Fig. 2.- Listado de dataciones de C14 calibradas (OxCal v.3.9 Bronk Ramsey 2003) sobre muestras de vida
corta procedentes de contextos del Neolítico antiguo en la Península Ibérica. B: Bellota. C: cereal. CH: Concha.
E: Esparto. F: Fauna sin identificar. HH: Hueso Humano. O: Ovicáprido.
Bien es cierto que, como señala Zilhão (2001), es preciso tener en cuenta el problema de las muestras de carbón, mayoritarias aún hoy día en el corpus de dataciones del
Neolítico peninsular, que envejecen las cronologías notablemente. De hecho, como señala este autor, si se manejan exclusivamente muestras de vida corta (conchas, semillas,
huesos, etc.) la cronología de la primera neolitización de la Península se rebajaría hasta
el 5600-5500 cal AC (fig. 2).
En todos estos esquemas las zonas del interior peninsular quedan relegadas a un
papel receptor, lo cual es lógico por obvias motivaciones geográficas, así como pasivo y
retardatario, lo cual resulta ya mucho más discutible. Apoyaba esta visión el déficit de
información que hasta hace fechas recientes se tenía en esta extensa región, aún muy preocupante en amplias zonas, prácticamente inexploradas a este respecto como la Meseta
sur (Jiménez, 2005; Rodríguez, 2005).
Algunos trabajos de reciente publicación están comenzando a superar estos problemas, como los que se han desarrollado en la Cueva de La Vaquera (Estremera, 1999 y
2003), que han ofrecido, por primera vez en La Meseta, una estratigrafía en la que poder
analizar, sobre todo, la evolución tipológica de los distintos elementos característicos del
repertorio ergológico neolítico en un marco cronológico propio, basado en dataciones
absolutas y no en ambiguos paralelos cerámicos. Según estas fechas habría que situar los
comienzos de la neolitización en este yacimiento (Fase I) en la segunda mitad del VI
milenio cal AC (Ibídem: 186). Sin embargo, existen otras tres fechas, pertenecientes a la
—43—
[page-n-44]
6
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
primera mitad del VI milenio cal AC (Vaquera 4, 17 y 18), que son excluidas por la autora, por excesivamente altas para el registro meseteño, y se atribuyen a la presencia de carbones más antiguos, procedentes de un incendio accidental previo a la ocupación humana de la cueva (Ibídem: 185-186).
Este temor a admitir fechas tan antiguas en el interior peninsular sigue siendo en
parte deudor de la visión tradicional de nuestra región como un receptor pasivo y muy
tardío de las novedades neolíticas. La práctica ausencia de dataciones radiocarbónicas
hasta fechas recientes obligaba a basar la cronología de este “Neolítico Interior”, como
así fue bautizado (Fernández-Posse, 1980), únicamente en los consabidos y discutibles
paralelos cerámicos con las regiones periféricas, mejor conocidas.
El desarrollo de un ambicioso proyecto de investigación multidisciplinar sobre la
introducción del Neolítico en el Valle de Ambrona, Soria, que hemos acometido desde la
Universidad de Valladolid y el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid (Becker, 1999,
2000; Görsdorf, 2000; Kunst y Rojo, 2000; Liesau y Montero, 1999; Lohrke, Wiedmann
y Alt, 2000, 2002; Rojo, 1999; Rojo y Estremera, 2000; Rojo, García y Garrido, 20022003; Rojo, Garrido, Morán y Kunst, 2004; Rojo y Kunst, 1996, 1999a, 1999b, 1999c,
1999d, 2002; Rojo, Kunst y Palomino, 2002; Rojo, Morán y Kunst, 2003; Rojo, Negredo
y Sanz, 1996; Rovira, 2000; Stika, 1999), ha demostrado, después de diez años de trabajos, que esa visión era por completo errónea, y se debía tan sólo a la escasez de información, sobre todo de dataciones absolutas, en torno a los comienzos de la neolitización del
interior peninsular.
La obtención de 58 fechas de C14 (11 de ellas ya publicadas con anterioridad) sobre
muestras recuperadas en la excavación de dos yacimientos de hábitat del Valle de
Ambrona, La Revilla del Campo y La Lámpara (fig. 1), han demostrado que los comienzos de este proceso en este sector de la Meseta norte se remontan a principios del VI milenio cal AC según las muestras de carbón, y a mediados del VI según las muestras de vida
corta (fig. 2, 3 y 4). Ello significa, en primer lugar, que la “colonización” neolítica de esta
región fue mucho más temprana de lo que jamás se había pensado, y sin presencia alguna de cerámicas cardiales; y, en segundo lugar, que ello podría invitar a una revisión de
la cronología y características de la primera neolitización de la Península, porque es muy
probable que sea también sensiblemente más antigua y variada de lo que se suponía hasta
el momento.
Pero esta amplísima serie de dataciones radiocarbónicas que vamos a presentar plantean, más que resuelven, cuestiones cruciales tanto sobre el propio método de datación,
las muestras válidas para ello, como sobre el funcionamiento de estos peculiares lugares
de hábitat de comienzos del Neolítico.
En las páginas que siguen pretendemos sólo presentar de forma “aséptica” las fechas
obtenidas sobre muestras de vida corta y larga, y plantear las implicaciones que de ellas
se derivan, tanto para conocer el proceso de neolitización del interior peninsular como
para corroborar o no los modelos de neolitización propuestos a nivel peninsular.
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Fig. 3.- Listado de las dataciones de C14 calibradas de La Revilla del Campo (Ambrona) (OxCal v.3.9
Bronk Ramsey 2003), distinguiendo entre las realizadas sobre muestras de vida corta (A) y las de carbón (B).
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Fig. 4.- Listado de las dataciones de C14 calibradas de La Lámpara (Ambrona) (OxCal v.3.9 Bronk Ramsey 2003),
distinguiendo entre las realizadas sobre muestras de vida corta (A) y las de carbón (B).
El resto de cuestiones serán tratadas sólo de forma tangencial cuando pretendamos
dar una opinión sobre el hecho de que en una misma y modesta estructura negativa tengamos dataciones tan dispares, que abarcan en ocasiones todo un milenio, o cuando planteemos la invalidez de las fechas sobre carbón a la luz de su comparación con otras de
vida corta en los mismos contextos arqueológicos.
2. LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE: PROBLEMAS Y ESTADO
DE LA CUESTIÓN
Como señalamos anteriormente, el estudio del Neolítico en el interior peninsular ha
sufrido un retraso, y casi diríamos una marginación evidente, en comparación con las
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LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
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regiones de la periferia peninsular, que cuentan con una dilatada tradición investigadora.
Aunque en los últimos años se están desarrollando esfuerzos encaminados a superar esta
situación, aún queda mucho camino por recorrer.
En un primer momento y ante la escasez, y en determinados ámbitos ausencia completa, de hallazgos neolíticos en La Meseta, anteriores a la difusión del megalitismo por
estas tierras, se interpretó este fenómeno sepulcral como el testimonio de la primera colonización de las tierras del interior peninsular (Delibes, 1977: 141-142). Con el tiempo se
fueron descubriendo diferentes hallazgos de materiales neolíticos, pero siempre en recogidas superficiales. La ausencia de secuencias estratigráficas y dataciones absolutas obligaba a los investigadores a reducir su análisis de estos descubrimientos al mero paralelismo formal con los hallazgos de regiones mejor investigadas, a partir de sus semejanzas tipológicas. Deudor de este contexto es el trabajo de Fernández-Posse (1980), donde
se acuñó el famoso término de “Neolítico Interior” y se intentó establecer una sistematización preliminar de este fenómeno en las tierras meseteñas, a partir de la cual se proponía su carácter tardío, así como sus posibles vínculos con la región andaluza.
Durante muchos años sólo se dispuso de las polémicas fechas y estratigrafía de
Verdelpino (Fernández-Miranda y Moure, 1975), recientemente revisada (Rasilla, Hoyos
y Cañaveras, 1996). Sin embargo, poco a poco se fueron sumando nuevos hallazgos,
hasta completar lo que hoy es ya un catálogo amplio de 53 estaciones (Iglesias, Rojo y
Álvarez, 1996). No obstante, la escasez de secuencias estratigráficas y de dataciones
radiocarbónicas sigue siendo un problema preocupante en nuestra área de estudio. Para
solucionar estas graves dificultades se han acometido dos proyectos de investigaciones
que ya han comenzado a dar sus frutos.
Por un lado las recientes excavaciones en la Cueva de La Vaquera (Estremera, 2003),
que han permitido estudiar con detalle una secuencia estratigráfica amplia, bien fechada,
con sus correspondientes registros de materiales, fauna y restos vegetales. Gracias a ello
se han podido definir tres fases neolíticas, la primera de las cuales se situaría en la segunda mitad del VI milenio cal AC. No obstante, tres dataciones que esta investigadora descarta por excesivamente altas podrían tener sentido, a la luz de las evidencias que nosotros presentaremos a continuación sobre nuestros hallazgos en el Valle de Ambrona.
En efecto, y en paralelo con otra fecha polémica también descartada del yacimiento burgalés de Quintanadueñas (6760±130 BP) (Martínez Puente, 1989), esas tres dataciones llevarían los comienzos de la ocupación de este yacimiento más atrás en el tiempo, a la primera mitad del VI milenio cal AC. Bien es cierto que, si tenemos en cuenta únicamente las dos
fechas disponibles en este sitio sobre muestras de vida corta (bellotas en este caso), la cronología desciende de nuevo a la segunda mitad de este milenio (tablas 1 y 2; fig. 2).
Por otro lado, se encuentra el proyecto que venimos desarrollando en el Valle de
Ambrona, durante los últimos diez años. La espectacular serie de 54 fechas de C14 que
aquí ofrecemos se une a las ya publicadas (tablas 1 y 2; fig. 3 y 4), configurando el necesario marco cronológico donde desarrollar otras investigaciones en curso, no sólo sobre
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la evolución tipológica de los materiales arqueológicos, sino también y especialmente en
torno al paleoambiente (estudios geológicos, paleobotánicos, etc.), desarrolladas por un
amplio equipo multidisciplinar.
Queda por aclarar también si la neolitización del interior peninsular se produjo como
una progresiva transformación de un sustrato poblacional epipaleolítico local, o si se trató
de la colonización de un ámbito deshabitado. El análisis regional es el que irá dilucidando este aspecto a medida que se desarrollen proyectos de investigación. En nuestro caso
sólo podemos decir que, hasta el momento, y a pesar de que se han llevado a cabo intensos trabajos de prospección encaminados a tal fin no se ha podido localizar indicio alguno de poblamiento epipaleolítico en el Valle de Ambrona ni en su entorno más próximo.
Por ello, y dada la temprana implantación de un Neolítico plenamente consolidado en
todos sus aspectos tanto materiales (cerámica, estructuras de hábitat) como subsistenciales (agricultura y ganadería), es razonable pensar que se trate de la colonización de una
zona deshabitada o muy escasamente ocupada por parte de grupos llegados del cinturón
periférico peninsular.
3. 47 FECHAS DE C14 INÉDITAS DE LOS HÁBITATS DE LA REVILLA DEL
CAMPO Y LA LÁMPARA, EN SU CONTEXTO ARQUEOLÓGICO
Los yacimientos de La Revilla y La Lámpara, en Ambrona, Soria (fig. 1), son
amplias áreas de habitación, frecuentadas estacionalmente numerosas veces a lo largo de
más de un milenio. En el curso de dichas ocupaciones se excavan hoyos, y se rellenan
otros, a veces con materiales más antiguos, presentes en la tierra de los alrededores, y pertenecientes a frecuentaciones anteriores del lugar. Todos estos fenómenos se reflejan en
la amplia serie de dataciones radiocarbónicas que presentaremos a continuación de forma
detallada, en su contexto arqueológico.
Las fechas se calibrarán, como es convención internacionalmente admitida, utilizando el programa OxCal 3.9 y su correspondiente curva de calibración (copyright C. Bronk
Ramsey, 2002) (Stuiver, Reimer, Bard, Beck, Burr, Hughen, Kromer, McCormac, Plicht,
y Spurk, 1998). No obstante, aún en muchos trabajos sobre neolítico peninsular se observan otras prácticas, como la consistente en manejar las dataciones radiocarbónicas tal
cual las proporciona el laboratorio, y en ocasiones con procedimientos tan discutibles
como restar los 1950 años, sin calibrar, y a veces sin mencionar siquiera la desviación
típica, como si se manejasen fechas de calendario concretas, cuando el único procedimiento válido para hacerlo sería calibrarlas (Mestres y Martín, 1996: 793), y teniendo en
cuenta, además, que no se trata de fechas puntuales sino probabilísticas.
Asimismo, se tendrán en cuenta en nuestro trabajo las características del material
datado, en particular si se trata de una muestra de vida corta o larga, ya que a pesar de
que buena parte de las dataciones se realizaron sobre muestras de carbón (35 fechas, que
representan el 60’3% del total), contamos con una espectacular serie de 23 fechas
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LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
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(39’65%) realizadas sobre muestras de vida corta, 16 de ellas fragmentos de fauna (tres
de ellos identificados como ovicápridos de forma segura) y 7 de cereales (en concreto
trigo, tanto escaña como escanda) (Stika, 2005) (figs. 2, 3 y 4). Los resultados proporcionados por unas y otras, y su contexto arqueológico, invitan a realizar una serie de
reflexiones que resultan de interés no sólo para el Neolítico meseteño.
La Lámpara
Se sitúa en el sector inferior de la ladera norte de Sierra Ministra, en el extremo
suroccidental de la localidad de Ambrona, en la margen derecha del río Masegar/
Arroyo de La Mentirosa, a unos 650 m del cauce, ocupando una superficie muy amplia
(unas 13 Has.), que va desde las plataformas inferiores de la ladera hasta las tierras de
labor que se extienden por la zona llana, a ambos lados de la Cañada Real Soriana
Oriental (fig. 1).
Fue descubierto al realizarse una prospección en torno al túmulo de La Peña de la
Abuela, durante 1995 y 1996, donde se pudieron recoger abundantes materiales arqueológicos en superficie, que permitieron identificarlo como un asentamiento neolítico de
gran entidad. El Dr. Helmut Becker, del Bayerisches Landesat de Munich, realizó una
prospección electromagnética en el otoño de 1996, para definir mejor las características
y extensión del yacimiento, en la que se pudieron localizar diversas estructuras arqueológicas, en forma de manchas oscuras y circulares la mayoría de las veces (Becker, 1999),
que fueron objeto de excavación arqueológica posteriormente en varias campañas (1997,
1998, 1999 y 2001).
Se trata de los típicos hoyos, característicos de buena parte de los asentamientos prehistóricos de La Meseta. Proporcionaron materiales arqueológicos de gran interés, como
cerámicas lisas y decoradas, e industria lítica tallada en sílex y pulimentada, así como restos paleobotánicos y faunísticos, que permiten identificar el sitio como un importante
lugar de hábitat neolítico con una agricultura y ganadería perfectamente establecidas. A
ello hay que añadir la localización de un enterramiento individual en fosa (Hoyo 1), de
una mujer de avanzada edad, que estaba acompañada de un rico ajuar funerario, con cerámicas decoradas incisas e impresas, y que ha sido datada por C14 a finales del VI milenio cal AC (Rojo y Kunst, 1996, 1999a, 1999c, 1999d; Kunst y Rojo, 2000) (fig. 5).
En la campaña de 2001 se abrió en extensión una zona de unos 477 m2 particularmente fértil en estructuras y materiales, donde se excavaron once hoyos, seis de los cuales proporcionaron muestras de carbón de las que se obtuvieron 21 dataciones de C14,
repartidas como sigue:
Hoyo 1 (fig. 6)
Se trata de una fosa de 1 m de profundidad, planta aproximadamente circular, aunque bastante irregular, con una boca bastante ancha (1’5 m de diámetro), cuyas paredes
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o
Fig. 5.- Planta general de las estructuras excavadas en el poblado de La Lámpara (Ambrona).
descendían en oblicuo hasta un estrangulamiento localizado a unos 40 cm de la cota inicial, que reducía el diámetro de la estructura a 1 m, para volver a ensancharse, abombándose hasta el fondo, que es plano, donde se sitúa un enterramiento individual.
El análisis de la estratigrafía es sumamente revelador de los complejos rituales llevados a cabo en la tumba, ya que parece mostrar que se produjo un intencionado y sucesivo depósito de ofrendas particulares (trozos de vasijas de cerámica, carne o huesos de
animales), un cierre de la tumba y un relleno final. El interior de la fosa se dividió en tres
niveles diferentes, denominados E1, E1(2) y E1(3), exclusivamente a partir de los componentes del relleno, pues parece claro que todo él forma parte de una misma realidad y
tiene un mismo proceso de formación.
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Fig. 6.- Sección del Hoyo 1 de La Lámpara (Ambrona) y selección de los materiales recuperados en su excavación.
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-Nivel E1(3). Es el que albergaba el enterramiento, en el fondo de la fosa, un cadáver dispuesto en posición fetal, y contenía, además de un recipiente casi completo, numerosos fragmentos cerámicos y restos de huesos de conejo (uno casi completo), y bóvido,
algunos de los cuales habían sido sometidos a la acción del fuego. Todo este nivel tenía
una matriz arcillosa muy fina, y sería la primera tierra que cubriría al difunto, cuya coloración oscura habría que relacionar con el proceso de descomposición de los tejidos blandos del difunto y quizás de los restos de fauna allí depositados. En él se dataron tres
muestras por C14:
Una de carbón:
KIA-4780. 6390±60 BP. 2 sigma cal AC 5439-5218.
Dos sobre huesos humanos:
KIA-6789. Fémur derecho. 6055±34 BP. 2 sigma cal AC 5208-4825.
KIA-6790. Fémur izquierdo. 6144±46 BP. 2 sigma cal AC 5243-4924 AC.
Estas dataciones ya han sido publicadas anteriormente (Rojo y Kunst, 1996, 1999a,
1999c, 1999d; Kunst y Rojo, 2000).
-Nivel E1(2). Comienza a la altura del estrangulamiento de la fosa, y se trataría del
auténtico cierre de la tumba, mediante piedras, bastante planas las más cercanas al muerto, y el resto, más variadas, repartidas de forma anárquica hasta cerrar la parte más angosta de la fosa. Mezcladas con ellas se halló una gran concentración de cerámica e industria lítica y una buena cantidad de restos óseos de animales de diversas especies (liebre,
ciervo, caballo, toro, el arranque de un cuerno de cabra). De ello se deduce que, mientras
se cerraba con piedras y tierra la tumba, continuarían depositándose ofrendas. La flotación del sedimento de este nivel proporcionó restos de cereales domésticos (Triticum
monococum L., Triticum monococcum L./dicoccum y Cerealia indet.1), aunque dada su
escasa presencia no queda claro si formaban parte de las ofrendas fúnebres o quedaron
incluidos por casualidad en el relleno.
Una de las muestras de cereal procedente de este nivel se fechó:
UtC-13346. 6280±50 BP. 2 Sigma cal AC 5370-5060.
-Nivel E1. Es el relleno superior de la fosa, y se caracteriza por su mayor homogeneidad. Se trata de un sedimento de color marrón oscuro con piedras pequeñas de caliza
propias de las tierras del entorno, pero en el que se siguen depositando vasijas rotas.
En la excavación de este hoyo se documentó una importante cantidad de materiales
arqueológicos (365 piezas), en su mayor parte cerámicas, que muestran un amplio y rico
conjunto de formas (botellas, cuencos de paredes rectas, cuencos hemisféricos, ollas globulares, y una gran fuente de 40 cm de diámetro). La decoración está presente en 41 piezas (16’6%), y muestra una gran riqueza y variedad de técnicas (en relieve, incisión, acanaladuras, impresión, y peine) y diseños (líneas horizontales y paralelas, verticales, entre1
La identificación y estudio arqueobotánico de los restos recuperados en la excavación de este yacimiento y del de La Revilla es
obra de H.P. Stika (2005), cuyo estudio completo figurará en el capítulo correspondiente de la futura Memoria científica definitiva de ambos yacimientos en curso de elaboración.
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lazadas, en guirnaldas, zig-zags, como trazos semicirculares, flecos, líneas cosidas, etc.),
a veces combinados entre sí. El conjunto lítico está compuesto por 92 piezas, cuyo soporte principal es el sílex, seguido del cuarzo, documentándose también un percutor sobre
cuarcita, un fragmento de hacha pulimentada de fibrolita y un canto de pizarra. Entre la
industria lítica tallada destaca la presencia de un taladro, una lámina retocada, una muesca, dos denticulados y una truncadura. La industria ósea está representada por tres útiles:
dos punzones y un bruñidor.
En lo que respecta a la fauna se recogieron 98 restos, 18 pertenecientes a ovicápridos
domésticos, seis a conejos, dos a liebres, dos a ciervos, dos a Sus sp., dos a Capra hircus,
una pelvis de Equus sp., y siete a bóvidos (Bos sp., Bos T.), siendo los restantes restos
correspondientes a macromamíferos y mesomamíferos sin identificar.
Hoyo 7 (fig. 7 A)
Esta estructura presenta una planta irregular (anchura máxima de 63 cm), y una profundidad media de 28 cm. El hoyo tiene en su interior un único nivel de colmatación muy
homogéneo, que es un sedimento de color marrón oscuro y textura arcillo-arenosa, con
materia orgánica y clastos de tamaño medio, que no proporcionó material arqueológico
alguno.
Se dató una muestra de carbón de pino por C14:
KIA-16582. 9085±50 BP. 2 Sigma cal AC 8449-8214.
Hoyo 9 (fig. 8 y 20)
Hoyo aproximadamente circular, de 140 cm de diámetro y 120 cm de profundidad,
del que se dataron hasta nueve muestras:
Siete de carbón:
KIA-16576. 7136±33 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 6076-5915.
KIA-16568. 7000±32 BP. Madera sin determinar. 2 Sigma cal AC 5983-5786.
KIA-16580. 6989±48 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5983-5741.
KIA-16578. 6975±32 BP. Madera sin determinar. 2 Sigma cal AC 5973-5745.
KIA-16569. 6920±50 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5969-5710.
KIA-16575. 6744±33 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5719-5564.
KIA-16579. 6610±32 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5618-5482.
Dos muestras de hueso:
KIA-21350. 6871±33 BP. Fragmento apendicular de macroungulado quemado.
2 Sigma cal AC 5837-5665.
KIA-21352. 6280±33 BP. Fragmento craneal de mesoungulado con erosiones radiculares. 2 Sigma cal AC 5320-5082.
Con 40 piezas, el material arqueológico recuperado en este hoyo no es muy abundante, y consiste básicamente en fragmentos de cerámica, con sólo cuatro piezas de
industria lítica y escasos restos óseos de fauna. El material cerámico está compuesto en
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Fig. 7.- La Lámpara (Ambrona): (A) Sección del Hoyo 7.
(B) Sección del Hoyo 11 y materiales recuperados en su excavación.
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Fig. 8.- Sección del Hoyo 9 de La Lámpara (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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su mayoría por galbos de los que no se puede extraer ningún tipo de información tipológica, pero también contamos con un asa y varios bordes pertenecientes a grandes vasos
de paredes rectas y ligeramente entrantes. Sólo seis fragmentos están decorados mediante acanaladuras y los apliques plásticos (cordones en relieve y un pequeño mamelón).
Sólo se recuperaron cuatro elementos de industria lítica, todos ellos en sílex, entre los
que destacaremos la presencia de una lámina simple y un denticulado.
Únicamente se recuperaron dos fragmentos de fauna, que corresponden a sendos
mesoungulados sin identificar.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Cerealia indet.).
Hoyo 11 (fig. 7 B)
Hoyo de planta aproximadamente elipsoidal (160 cm de anchura máxima) y unos 63
cm de profundidad. Se dataron dos muestras por C14:
Una de carbón:
KIA-16572. 8376±36 BP. 2 Sigma cal AC 7540-7328.
Una de hueso (gran cuneiforme S posiblemente de uro, con erosiones radiculares):
KIA-21348. 6125 ± 33BP. 2 Sigma cal AC 5209-4861.
El material arqueológico recuperado en este hoyo es escaso, con sólo 28 piezas, y
consiste en fragmentos de cerámica a mano, industria lítica y, en menor medida, restos
óseos de fauna. Contamos con sólo ocho fragmentos cerámicos, en su mayoría galbos,
aunque también se recuperó un fragmento decorado con tres líneas acanaladas y un arranque de asa.
Con 20 piezas el material lítico es el conjunto más numeroso, y se realiza en sílex
como único soporte, donde sólo destaca la presencia de cinco láminas simples.
Únicamente se recogieron cinco fragmentos de fauna: una pelvis de bóvido (Bos sp.)
y varios restos que parecen pertenecer a un uro.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos vegetales de
Papaver somniferum/setigerum.
Hoyo 13 (fig. 9)
Es un hoyo de planta irregular (106 cm de anchura máxima), y 76 cm. de profundidad. Se dataron tres muestras de carbón por C14:
KIA-16566. 6835±34 BP. 2 Sigma cal AC 5784-5640.
KIA-16574. 6729±45 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5723-5558.
KIA-16571. 6608±35 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5618-5481.
El material arqueológico recuperado en este hoyo es abundante (97 piezas), y consiste en fragmentos de cerámica, industria lítica, fragmentos de molinos y, en menor
medida, restos óseos de fauna. El material cerámico es el más abundante, la mayoría galbos, aunque también hay 13 fragmentos de borde y un asa horizontal lisa, correspon—56—
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Fig. 9.- Sección del Hoyo 13 de La Lámpara (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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dientes a cuencos, grandes ollas de paredes rectas o entrantes. Hay, asimismo, fragmentos de recipientes de paredes muy gruesas, muy mal cocidos, claramente semejantes a los
documentados en el Hoyo 3 (antigua cata E). La presencia de decoración es notable, con
21 fragmentos, y se emplean diversas técnicas como la incisión, la impresión, las acanaladuras, las digitaciones (tanto en los bordes como en los cordones) y las aplicaciones
plásticas, muchas de ellas combinadas. Los motivos utilizados son simples, como líneas
horizontales y paralelas y otras que forman ondas semicirculares, que cuelgan de paneles
horizontales a modo de flecos.
La industria lítica, con 22 piezas, está realizada exclusivamente en sílex, destacando
la presencia de una lámina retocada, tres láminas simples, un cuchillo de dorso natural y
dos denticulados.
Sólo se pudieron recuperar dos fragmentos de fauna, ambos pertenecientes a
mesoungulados.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Cerealia indet., Triticum dicoccum, Triticum monococum L.).
Hoyo 16
El hoyo presenta una planta irregular, de 90 cm de anchura máxima, con un único
nivel de colmatación, que era un sedimento de color marrón oscuro y textura arcillo-arenosa, muy homogéneo, y contenía materia orgánica y clastos de tamaño pequeño. No proporcionó materiales arqueológicos. Se dató una muestra de carbón por C14:
KIA-16573. 7108±34 BP. 2 Sigma cal AC 6053-5890.
Hoyo 18 (fig. 10)
Hoyo de boca circular, con un diámetro medio de 114 cm, y una profundidad de 94
cm. Se analizaron cuatro muestras por C14:
Tres de carbón:
KIA-16581. 7075±44 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 6017-5840.
KIA-16570. 6956±39 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5969-5728.
KIA-16577. 6915±33 BP. Madera de pino. 2 Sigma cal AC 5841-5720.
Una sobre muestra de hueso (costilla de macroungulado con erosiones radiculares):
KIA-21347. 6407±34 BP. 2 Sigma cal AC 5470-5318.
Con 134 piezas, el material arqueológico recuperado en este hoyo es muy abundante, y se compone de fragmentos de cerámica a mano, industria lítica tallada y pulimentada y, en menor medida, restos óseos de fauna. El material cerámico (83 fragmentos) es el
más abundante, pero sólo contamos con seis bordes y dos asas, frente a una inmensa
mayoría de galbos. Únicamente ocho fragmentos presentan decoración, en técnica incisa
e impresa combinada, y mediante aplicación plástica (cordones).
La industria lítica se realiza sobre sílex, destacando la presencia de un perforador,
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Fig. 10.- Sección del Hoyo 18 de La Lámpara (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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una lámina simple, dos retocadas y un cuchillo de dorso natural. Además, se recuperó un
hacha pulimentada y el fragmento de otra, ambas en fibrolita.
Sólo se recuperaron tres fragmentos de fauna, uno perteneciente a un suido y los restantes a un mesoungulado y un carnívoro indeterminados.
En resumen, teniendo en cuenta todas las fechas obtenidas en las distintas estructuras excavadas de La Lámpara (fig. 4), y dejando a un lado las de carbón pertenecientes a
los hoyos 11, 7 y 16, antes comentadas, se puede deducir que este asentamiento estuvo
ocupado por grupos humanos neolíticos, con una agricultura y ganadería perfectamente
asentadas, de forma estacional pero continua, a lo largo de la primera mitad del VI milenio cal AC. Entre el 6000-5700 cal AC se construyó y colmató el Hoyo 18, y carbones y
materiales de esta etapa acabaron rellenando en etapas posteriores (5500-5400 cal AC) el
Hoyo 9. Entre 5700-5600 no hay testimonio de que se realizara ninguna estructura, pero
materiales y carbones de este momento acabaron en el relleno de los hoyos 13 y 9.
Finalmente entre 5500-5400 cal AC se construyeron y amortizaron como basureros los
hoyos 13 y 9, con materiales propios y también de épocas anteriores.
El Hoyo 9, aunque realizado y rellenado a mediados del VI milenio cal AC, incorpora materiales y carbones en la tierra con que se colmata, que representan todos los
momentos previos de ocupación del sitio. Finalmente, no podemos olvidar las fechas
hasta ahora disponibles, y ya publicadas (Rojo y Kunst, 1999a, 1999c, 1999d; Kunst y
Rojo, 2000), del enterramiento en fosa de la estructura C de La Lámpara, que situaron
esta inhumación y su rico ajuar a finales del VI milenio cal AC. Esto indicaría que, al
igual que en el caso de La Revilla, que examinaremos a continuación, la ocupación neolítica del lugar transcurre a lo largo de todo este milenio.
Sin embargo, no podemos dejar de destacar el hecho de que, como ocurre en el
resto del Neolítico peninsular (Zilhão, 2001), las seis muestras de hueso y una de cereal analizadas proporcionan fechas sensiblemente más modernas, que, de ser las
correctas, situarían el arranque de la ocupación en torno al 5800-5700 cal AC, y la
construcción del Hoyo 18 en torno al 5400-5300 cal AC, del Hoyo 9 entre el 5300-5200
cal AC, y del 11 en torno al 5200-4900 cal AC (fig. 4). Fechas todas ellas aún de muy
notable antigüedad en el panorama de las muestras de vida corta datadas en el Neolítico
peninsular, en paralelo con los contextos cardiales más antiguos (5600-5000 cal AC)
(fig. 2). De hecho, la fecha KIA 21350 de 6871±33 BP (5808-5706 2 sigma cal AC) es
hoy por hoy la más antigua obtenida sobre este tipo de muestras en toda la Península
Ibérica (Ibídem), a excepción de las controvertidas dataciones de Mendandia, donde, a
diferencia de nuestro caso, existen niveles mesolíticos bajo los neolíticos y la fauna no
es doméstica (Alday, 2003, 2005). Además, y significativamente, procede del Hoyo 9,
donde también se documentan hasta cinco fechas sobre muestras de carbón que pertenecen comienzos del VI milenio cal AC. No obstante, es de justicia reconocer que en
este mismo hoyo existen otras fechas de carbón y hueso más modernas (segunda mitad
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del VI milenio cal AC), tal y como se ha reconocido en otras estructuras de este yacimiento y de La Revilla, como consecuencia de la constante reutilización de un mismo
espacio a lo largo de los siglos.
La Revilla del Campo
Se localiza en la línea de relieves residuales del páramo que se desarrolla entre
Ambrona y Miño de Medinaceli. La paramera presenta una marcada dirección
Noroeste/Sureste, y delimita la margen derecha de un valle ciego que discurre entre la
antigua laguna de Ambrona, perteneciente a la cuenca del río Bordecorex (subsidiario del
Duero), pero actualmente desecada, y el propio núcleo de población, donde se produce el
cambio de vertiente Duero/Ebro. El yacimiento se localiza, en concreto, en la ladera occidental de una de las plataformas inferiores del páramo, que desciende muy tendida, con
escasa pendiente (fig. 1).
Mientras se realizaba la excavación del túmulo de La Peña de la Abuela, en 1994, se realizó una somera prospección en el lugar que ocupa el yacimiento de La Revilla del Campo,
detectándose la aparición de materiales neolíticos en una amplia superficie de unas 18 Has.
Por ello, se planteó la realización, durante el mes de septiembre de 1996, de unas prospecciones geofísicas, bajo la dirección técnica de Helmut Becker, en este yacimiento y en el de
La Lámpara. Gracias a ello se pudieron localizar diversas estructuras arqueológicas, en
forma de manchas oscuras y circulares la mayoría de las veces, que fueron objeto de excavación posteriormente durante las campañas de 1997, 1999 y 2000 (fig. 11).
Se trata, como en el caso de La Lámpara antes comentado, de los típicos hoyos,
característicos de los asentamientos prehistóricos de buena parte de La Meseta, y cuya
funcionalidad pudo ser diversa (silos, basureros, etc.). La mayor parte de ellos proporcionaron una importante cantidad de materiales arqueológicos de gran interés, como
cerámicas lisas y decoradas, e industria lítica pulimentada y tallada en sílex, así como restos faunísticos, que permiten identificarlo, sin ninguna duda, como un importante lugar
de hábitat neolítico.
Junto a estas estructuras se pudieron documentar también dos interesantes y enigmáticos recintos ovales (¿encerraderos para el ganado?, ¿recintos rituales?), realizados a
base de una doble zanja donde se encajaban postes de madera, que no se excavaron en su
totalidad.
Se han podido datar por C14 34 muestras de este yacimiento, una de las cuales ya fue
publicada con anterioridad (KIA-4782: 4750±80 BP, 3701-3352 cal AC, 2 Sigma).
Curiosamente se trata, con diferencia, de la datación más moderna no sólo de este hábitat sino también del vecino de La Lámpara antes descrito. Por esta razón, antes de que se
conociera el resultado de las nuevas fechas que aquí vamos a presentar, pensábamos que
La Revilla se fechaba en la primera mitad del IV milenio cal AC (Rojo y Kunst, 1999a:
49). Las dataciones inéditas que presentamos ahora han modificado sustancialmente esta
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Fig. 11.- Planta general de las estructuras excavadas en el poblado de La Revilla del Campo (Ambrona).
interpretación inicial, ya que demuestran que el yacimiento fue habitado no sólo en esta
etapa, sino también y sobre todo a lo largo del VI milenio cal AC (fig. 3).
Estructura 1 (fig. 12 A)
Es un hoyo circular de 140 cm de diámetro en la boca y 58 cm de profundidad. Se
obtuvo en él una fecha de C14 de una muestra de carbón recuperada en el fondo del hoyo,
que ya ha sido publicada (Rojo y Kunst, 1999a: 49):
KIA-4782. 4750±80 BP. 2 Sigma cal AC 3701-3352.
El material recuperado es relativamente abundante (105 piezas): industria lítica y
cerámica, entre la que destacaremos varias decoradas como dos ollas de borde entrante,
una con impresiones en el labio y otra con decoración incisa de líneas horizontales jalonadas debajo por impresiones, a modo de flecos.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos vegetales de
cereales domésticos (Hordeum vulgare L., Triticum monococum L., Triticum monococcum L./dicoccum, Cerealia indet.).
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Fig. 12.- La Revilla del Campo (Ambrona): (A) Sección de la Estructura 1 y materiales recuperados en su
excavación. (B) Sección de la Estructura 4 y materiales recuperados en su excavación.
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Estructura 2 (fig. 13)
Se excavó durante tres campañas (1997, 1999 y 2000), y se trata de un espacio bastante complejo desde el punto de vista estratigráfico, donde la excavación y relleno de
sucesivos hoyos a lo largo de la amplísima secuencia cronológica que abarca el yacimiento alteró notablemente los anteriores, dificultando su interpretación (Rojo y Kunst,
1999a: 45-47). Así, se documentó un sedimento blanquecino natural que se hallaba rodeado en parte por una banda de color negro/gris, junto a la cual se localizó una importante concentración de fragmentos de barro quemado, entre los cuales aparecía un sedimento grisáceo fuertemente carbonatado.
Alrededor de esta concentración el sedimento presentaba una tonalidad más
rojiza/anaranjada, y una textura limo-arcillosa compacta con pequeños fragmentos de
carbón. Se trata de una zona de transición formada por barro cocido muy disgregado.
Todos estos restos de combustión se han identificado como el relleno superficial de un
amplio hoyo excavado en el substrato geológico, de paredes más o menos rectas y base
irregular de tendencia cóncava. Unos 20 cm al norte de la concentración de pellas de
barro se localizó un segundo hoyo, de sección lenticular y cuello exvasado, que mide 118
cm de diámetro en la base y 100 en el borde, y tiene una profundidad aproximada de 50
cm. Todo él está relleno por un mismo sedimento de color grisáceo/marrón con pequeñas
piedras calizas, que no proporcionó ningún material arqueológico.
Al noroeste de la concentración de barro quemado aparece una mancha alargada con
marcada curvatura en dirección NE/SO compuesta por un sedimento de color negro/gris
oscuro, textura arenosa y estructura compacta, que contiene abundantes cantos de caliza.
Presenta una sección que tiende a la forma en V, y corta los hoyos situados al norte, pero
no afecta a la concentración de barro cocido antes mencionada.
Una nueva estructura aparece en las proximidades de la anterior, que presenta una
planta de tendencia circular, con un diámetro aproximado de 80 cm, y sección asimétrica, ya que las paredes descienden más o menos rectas en la mitad sur del hoyo mientras
que en la mitad opuesta son ligeramente cóncavas. Su profundidad oscila entre 60 y 70
cm y en su interior se han diferenciado dos niveles. El superior con una potencia de 20
cm, se compone de un sedimento gris oscuro con abundantes fragmentos de carbón y bloques de piedra caliza de pequeño tamaño. El inferior está formado, casi exclusivamente,
por grandes bloques de piedra caliza, junto a las cuales apareció un cuerno de bóvido
(Bos t.).
El material arqueológico recuperado en esta compleja estructura asciende a 101 piezas, 65 fragmentos cerámicos, 15 elementos de industria lítica (incluida un hachita pulimentada), fauna, barro quemado y abundante carbón. Entre las cerámicas decoradas destacan varios fragmentos que presentan líneas horizontales incisas, a veces rematadas por
pequeñas impresiones, otras adornando asas de cinta, o enmarcadas por líneas verticales.
También hay acanaladuras e impresiones, e incluso un interesante fragmento con decoración de boquique, que presenta semicírculos concéntricos, el último de los cuales está
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Fig. 13.- Sección de la Estructura 2 de La Revilla del Campo (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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rematado por cortos trazos, a modo de flecos, siguiendo un patrón idéntico al que presenta la botella con decoración incisa, impresa y esgrafiada que se depositó como ajuar
en la tumba individual en fosa excavada en el vecino yacimiento de La Lámpara (Hoyo
1) (Rojo y Kunst, 1999a: 26-32, lám. 21; 1999d: 505-508, fig. 3; Kunst y Rojo, 2000).
Se han obtenido seis fechas de C14 de muestras recogidas en esta compleja estructura:
Tres sobre muestras de carbón:
KIA-13934. 6772±47 BP. 2 Sigma cal AC 5733-5563.
KIA-13933. 6468±40 BP. 2 Sigma cal AC 5482-5324.
KIA-13932. 6385±35 BP. 2 Sigma cal AC 5470-5301.
Una sobre muestra de hueso (fragmento distal de fémur de macromamífero erosionado):
KIA-21346. 6202±31 BP. 2 Sigma cal AC 5280-5056.
Y finalmente dos muestras de cereales proporcionaron otras tantas fechas de C14:
UtC-13350. 6210±60 BP. 2 Sigma cal AC 5310-4990.
UtC-13269. 6250±50 BP. 2 Sigma cal AC 5320-5060.
Las fechas de C14 obtenidas sobre muestras de carbón se sitúan en el interior de dos
de los hoyos documentados en esta cata, y se comprenden en un margen cronológico relativamente reducido, en torno al segundo tercio del VI milenio cal AC en el caso de la más
antigua, y a mediados de este mismo milenio en el caso de las otras dos dataciones.
Ambas representan momentos donde la ocupación neolítica del yacimiento está bien atestiguada, como demuestran las restantes fechas procedentes de otras estructuras. Pero, de
nuevo, tres fechas obtenidas sobre muestras de vida corta (fauna y cereales), retrasarían
la datación del hoyo al último tercio del VI milenio cal AC.
La escasa fauna documentada está representada por cuatro fragmentos, tres de ellos
que no pudieron identificarse con precisión, dos de ellos pertenecientes a macromamíferos y uno a un mesomamífero, y un cuerno de bóvido (Bos t.).
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos vegetales de
cereales domésticos (Triticum monococum L., Cerealia indet.).
Estructura 4 (fig. 12 B y 20)
Se trata de un hoyo de 180 cm de diámetro y 86 cm de profundidad. Se han diferenciado cuatro niveles en su estratigrafía que, desde el fondo a la superficie, son:
-Nivel 4. Sedimento de color gris oscuro, textura arenosa y estructura relativamente
suelta, con una potencia de 64 cm, con clastos calizos y numerosos carbones en su interior.
-Nivel 3. Se encuentra incluido en el anterior, y es una concentración de sedimento
rojizo/anaranjado bastante compacto, de 13 cm de potencia, que en superficie presenta un
diámetro máximo de 60 cm.
-Nivel 2. Un potente nivel de piedras calizas, de entre 10 y 20 cm de profundidad,
que cubre toda la superficie, y está más hundido en la zona central que en los laterales.
-Nivel 1. Es el sedimento más superficial, presenta una coloración gris oscura, tex—66—
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tura arenosa y estructura suelta, que contiene caliche y fragmentos de carbón. Por debajo de él, aunque perteneciendo al mismo nivel, aparece un sedimento grisáceo bastante
compacto que contiene pequeñas concentraciones o manchas amarillentas de composición limosa. Su potencia es de 35 cm.
Los materiales recuperados en esta estructura no son muy abundantes (48 piezas): 24
fragmentos cerámicos y tres elementos líticos, 17 de fauna y restos de carbón. Entre las
decoraciones cerámicas destaca la incisión aplicada en líneas horizontales y oblicuas, y
las acanaladuras verticales bajo cordón indicado.
Se obtuvieron doce fechas de C14, ocho sobre muestras de carbón:
KIA-13941. 7165±37 BP. 2 Sigma cal AC 6158-5924.
KIA-13935. 6983±45 BP. 2 Sigma cal AC 5984-5730.
KIA-13939. 6755±57 BP. 2 Sigma cal AC 5733-5559.
KIA-13940. 6568±37 BP. 2 Sigma cal AC 5614-5474.
KIA-13938. 6449±42 BP. 2 Sigma cal AC 5480-5320.
KIA-13942. 6415±36 BP. 2 Sigma cal AC 5475-5316.
KIA-13937. 6405±36 BP. 2 Sigma cal AC 5474-5304.
KIA-13936. 6335±46 BP. 2 Sigma cal AC 5465-5153.
Otras tres fechas sobre muestras de hueso:
KIA-21351. 6289±31 BP. Fragmento de diáfisis de radio de mesomamífero. 2 Sigma
cal AC 5338-5145.
KIA-21356. 6355±30 BP. Fragmento de diáfisis de tibia de ovicáprido. 2 Sigma cal
AC 5466-5261.
KIA-21359. 6245±34. Mandíbula de Sus sp. 2 Sigma cal AC 5302-5074.
Se pudieron recuperar 17 fragmentos de fauna, cuatro de ellos pertenecientes a ovicápridos domésticos, y una pelvis de conejo, no pudiéndose identificar los restantes casos
con precisión (mesomamíferos y un macromamífero).
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Triticum monococcum L./dicoccum, Cerealia indet.). Una de estas muestras
de cereal se dató: UtC-13348. 6120±60 BP. 2 Sigma cal AC 5260-4850.
Las muestras de carbón datadas se distribuyen de forma un tanto aleatoria. Sólo dos de
ellas, que resultan coherentes entre sí (6449±42 BP y 6405±36 BP, en torno al 5400-5300
cal AC) podrían estar fechando el nivel 3, del que proceden, bolsada de sedimento rojizo/anaranjado compacto, que apareció en el interior del nivel 4 que forma la mayor parte
del relleno del hoyo. En distintos puntos de este nivel 4 se descubrieron las restantes muestras que fueron datadas, y que presentan algunas fechas más antiguas y otras semejantes.
Pero no se trata de unas fechas dispares muy altas en un conjunto coherente más moderno, sino que estamos ante lo que parece el testimonio de una ocupación humana ininterrumpida, que recorre todo el VI milenio cal AC a tramos regulares y escalonados:
7165±37 BP (2 sigma 6158-5924 cal AC).
6983±45 BP (2 sigma 5984-5730 cal AC).
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6755±57 BP (2 sigma 5733-5559 cal AC).
6568±37 BP (2 sigma 5614-5474 cal AC).
6415±36 BP (2 sigma 5475-5316 cal AC).
6335±46 BP (2 sigma 5465-5153 cal AC).
Significativamente de nuevo las fechas realizadas sobre muestras de vida corta
(fauna y cereales) se sitúan en la segunda mitad, y especialmente en el último tercio, del
VI milenio cal AC.
Estructura 5 (fig. 14 A)
La cata 17 se trazó en torno a este hoyo, que se manifestaba en superficie perfectamente definido por una mancha de color gris oscuro y una planta de tendencia circular,
cuyo diámetro oscila entre 170 y 190 cm. Aunque no conocemos su perfil completo, y la
forma del fondo, sí se aprecia que las paredes parecen formar un ligero talud.
Se pudo obtener una fecha de C14 de este hoyo sobre una muestra de carbón:
KIA-13948. 6449±37 BP. 2 Sigma cal AC 5479-5322.
Los materiales arqueológicos documentados son muy escasos, con 20 fragmentos
cerámicos y sólo tres piezas de industria lítica (un núcleo de cristal de roca sobre el que
se configuró un raspador, una laminita y una microlasca, ambas en sílex), con algunos
restos de fauna, entre ellos una concha de molusco bivalvo.
Entre la cerámica destacan tres piezas decoradas, una pequeña ollita globular de cuello recto apenas insinuado, que presenta un cordón plástico horizontal decorado con
impresiones y un pequeño mamelón aplastado, bajo el cual se desarrolla un reticulado
impreso, así como un cuenco que presenta decoración impresa en el labio, un delgado
cordón horizontal adornado con impresiones bajo el borde y líneas horizontales acanaladas. Finalmente, también apareció un galbo perteneciente al cuello de un vaso de perfil
en S que presenta gruesas líneas horizontales y paralelas acanaladas.
Sólo se recuperaron seis fragmentos de fauna pertenecientes a macromamíferos sin
identificar en su mayoría, salvo una concha marina muy erosionada y dos correspondientes a bóvidos (Bos t.).
Estructura 8 (fig. 15 A)
La cata 13 se trazó sobre una mancha de tendencia circular, perteneciente a un hoyo
de 140 cm de diámetro aproximado, y unos 77 cm de profundidad.
Se dataron por C14 tres muestras de carbón recogidas en el fondo del mismo:
KIA-13944. 7014±37 BP. 2 Sigma cal AC 5988-5791.
KIA-13945. 6446±39 BP. 2 Sigma cal AC 5479-5320.
KIA-13943. 5642±96 BP. 2 Sigma cal AC 4712-4262.
La gran disparidad cronológica existente entre las tres fechas sólo puede explicarse por:
1) La existencia de contaminaciones o problemas con las muestras. De hecho, la
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Fig. 14.- La Revilla del Campo (Ambrona): (A) Planta de la Estructura 5 y materiales recuperados en su excavación.
(B) Planta de la Estructura 9 y materiales recuperados en su excavación.
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fecha más moderna (KIA-13943: 5642±96 BP) tiene una desviación típica considerable,
al límite del intervalo de 100 años que hemos considerado como frontera de lo admisible
a la hora de valorar las fechas disponibles en la actualidad en la Península Ibérica sobre
Neolítico antiguo (fig. 19), como necesario marco de las aquí publicadas. Si así fuera,
convendría eliminar la más alta y la más baja, quedándonos con la intermedia, que además, se corresponde con el tramo cronológico mejor representado en el yacimiento
(5400-5300 cal AC).
2) En caso de no considerar la existencia de contaminaciones o problemas con las
muestras, lo que podríamos interpretar es que se trata de una estructura que fue excavada en la segunda mitad del V milenio cal AC, en cuyo relleno se incorporó tierra de los
alrededores, correspondiente a diferentes etapas previas de ocupación del yacimiento, la
más antigua de las cuales se remontaría a comienzos del VI milenio cal AC, y la mejor
representada a mediados de este mismo milenio.
Los materiales recuperados en la excavación de esta estructura no son muy abundantes (41 piezas): 24 fragmentos cerámicos y siete elementos de industria lítica, fauna
y restos de carbón. Entre las decoraciones cerámicas mencionaremos una olla con varias
hileras horizontales y paralelas de puntos impresos, una ollita de paredes entrantes que
presenta varias líneas horizontales y paralelas incisas rematadas arriba por impresiones
oblicuas, y un fragmento realizado con técnica de Boquique que presenta líneas horizontales paralelas de las que cuelgan líneas semicirculares concéntricas, a modo de ondas.
Se recuperaron también diez fragmentos de fauna, nueve pertenecientes a mesomamíferos y uno a macromamífero sin determinar.
Estructura 9 (fig. 14 B)
La que se denominó cata 5, donde se documentó esta estructura, fue excavada en varias
campañas. Se trata de un espacio bastante complejo donde aparecen sedimentos de distinto color, textura y composición, correspondientes a estructuras que, en principio, parecen
estar asociadas pero que resultan difíciles de interpretar. En primer lugar se documentó en
superficie una mancha bastante nítida y perfectamente delimitada por un sedimento arenoso de color gris oscuro con abundantes clastos calizos y una zona donde se apreciaba una
clara concentración de pellas de barro quemado de tendencia circular (180 cm de diámetro
y 25 cm de profundidad). En las cotas inferiores de esta cata se documentó una costra muy
potente y compacta de carbonatación que presentaba una superficie llena de irregularidades, donde se encontraban excavados hasta diez hoyos de poste de diferentes características: tres de ellos de menores dimensiones (14x18, 16x18 y 14x29) con profundidades de
12, 13 y 9 cm respectivamente y base cóncava, que se encontraban rellenos de un sedimento
gris pardo con abundantes clastos de caliza, estando los restantes excavados en el nivel geológico. Tienen un diámetro aproximado de 30/40 cm y una potencia que oscila entre los 40
y 55 cm. Ninguno contiene material arqueológico aunque sí es común la presencia de piedras calizas, que son más abundantes y de mayor tamaño cerca de la base.
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Fig. 15.- La Revilla del Campo (Ambrona): (A) Sección de la Estructura 8 y materiales recuperados en su excavación.
(B) Sección de la Estructura 16.
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Los hoyos parecen organizarse en dos alineamientos paralelos y separados entre 1 y
1’5 m, en dirección Oeste-Este, el más meridional de forma más clara y regular, que
miden unos cinco metros de longitud cada uno aproximadamente, a excepción de uno de
ellos que se sitúa fuera de ambos alineamientos, muy cerca del meridional.
El material arqueológico en esta cata es muy escaso (apenas 45 elementos), en su
mayoría cerámicos, pero también líticos. Entre los primeros sólo cabe mencionar dos
fragmentos con decoración de líneas horizontales acanaladas y un borde exvasado con
decoración plástica e impresa combinada. En la industria lítica sólo podemos mencionar
la presencia de un raspador y dos láminas simples.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Triticum monococcum L., Triticum monococcum L./dicoccum, Cerealia
indet.). Una de estas muestras de cereales obtenida en la flotación del sedimento oscuro
que presentaba abundantes clastos calizos se dató por C14:
UtC-13347. 6313±48 BP. 2 Sigma cal AC 5470-5080.
La escasa fauna recuperada en esta cata se reduce a ocho fragmentos que no se pudieron identificar con precisión, pertenecientes a mesomamíferos todos ellos, y una pelvis
calcinada de conejo.
Estructura 12 (fig. 16)
En la cata 12 se identificaron varias estructuras, entre ellas un hoyo de gran tamaño
(estructura 12), con unos 190 cm de diámetro y unos 70 cm de profundidad. Se ha diferenciado un único nivel en el relleno, formado por un sedimento de color gris oscuro/
negro, de composición arenosa y textura suelta. En la mitad superior las piedras calizas
son escasas y dispersas. Aunque presenta gran cantidad de material arqueológico, éste se
encuentra muy fragmentado, posiblemente debido a la acción de las labores agrícolas.
Hacia la mitad del hoyo destaca una concentración de piedras calizas de mediano tamaño entre las que se incluye un fragmento de piedra pulida. Por debajo de estas piedras
aparece una gran concentración de materiales, de 15 cm de espesor.
El material arqueológico aparecido dentro de esta estructura es muy abundante (389
elementos), con 74 piezas líticas (raspadores, un perforador, láminas y laminitas, muescas y denticulados y truncaduras), entre ellas un fragmento de brazalete de sección rectangular hecho en dolomía, así como numerosos fragmentos de fauna, pero, sobre todo,
una magnífica colección cerámica, extraordinariamente rica en formas y técnicas decorativas. Desde el punto de vista formal se documentaron varios cuencos, una olla de paredes entrantes y otra de borde insinuado, algunos perfiles en S y una gran botella. En lo
que se refiere a las técnicas decorativas, contamos con incisiones (líneas horizontales,
zig-zags) e impresiones (trazos, espigas), muchas veces combinadas en los mismos
esquemas. En especial destaca un cuenco hondo que presenta líneas horizontales incisas
bajo el borde de las que cuelgan unos esquemas semicirculares también incisos, rellenos
de bandas verticales de trazos impresos. También se documentaron abundantes decora—72—
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Fig. 16.- Sección de la Estructura 12 de La Revilla del Campo (Ambrona) y selección de los materiales
recuperados en su excavación.
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ciones acanaladas (líneas horizontales y verticales), y plásticas (cordones lisos y con digitaciones, tanto horizontales como verticales). Finalmente contamos con varios ejemplos
de boquique, especialmente un cuenco de gran tamaño que presenta líneas horizontales y
triángulos rellenos de trazos horizontales combinados con decoración a la almagra.
Finalmente, son también muy abundantes los elementos de prensión, como los mamelones horizontales y verticales o las asas de cinta.
Se han datado dos muestras de hueso:
KIA-21349. 6158±31 BP. 2 Sigma cal AC 5256-4992.
KIA-21353. 6156±33 BP. Escápula de ovicáprido. 2 Sigma cal AC 5256-4961.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Cerealia indet.), que pudieron datarse:
UtC-13295. 6250±50 BP. 2 Sigma cal AC 5320-5060.
En este hoyo se pudo recuperar la concentración más espectacular de restos faunísticos documentada en todo el yacimiento, con 122 fragmentos, 22 de ellos correspondientes a ovicápridos domésticos, nueve a bóvidos (4 Bos sp., 5 Bos t.), tres a conejos, y sendos restos de ciervo y jabalí.
Estructura 13 (fig. 17)
En lo que se denominaron catas 10, 11 y 15 durante la excavación se documentaron
algunas de las estructuras más interesantes del yacimiento, que aquí hemos agrupado bajo
el mismo número de estructura por hallarse todas estrechamente relacionadas. Entre ellas
destacan dos pequeños recintos circulares, de los que sólo pudo excavarse, sin embargo,
una pequeña superficie:
1) Recinto menor: es circular y está compuesto por una sola zanja. Sus dimensiones
estimadas serían de unos 54 m de diámetro y 234 m2 de área (0’02 Has). En su cara interna presenta una serie de posibles hoyos de poste, que parecen distribuirse en una sola
hilera en tandas de dos, separados por espacios intermedios. Parece cortar la zanja que
define el recinto mayor que describiremos a continuación.
2) Recinto mayor: se realizó mediante una doble línea de estrechas zanjas rellenas
por un sedimento gris oscuro con piedras calizas y abundantes restos óseos de fauna.
Algunas de estas piedras se hallaron perfectamente encajadas, por ejemplo en la zona de
la entrada, donde la doble línea de zanjas se remata de forma semicircular, destacando así
especialmente esta zona de acceso al interior de la estructura. Las zanjas, que en algunos
tramos están muy deterioradas, tienen una anchura variable, de 15 a 45 cm, y están separadas por un espacio que oscila entre 1,5-2 m, donde se documenta un sedimento arqueológico de escasa potencia, tras el cual aflora pronto el substrato geológico. El hallazgo de
dos agujeros de poste junto al recinto por su cara interna, uno frente a la entrada y otro
en sus proximidades, sugieren la posibilidad de que una hilera de postes recorriera todo
el perímetro interno de este recinto, pero las evidencias disponibles son muy débiles para
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Fig. 17.- Planta de la Estructura 13 de La Revilla del Campo (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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afirmarlo con seguridad. Las dimensiones estimadas de este recinto mayor son de unos
92 m de diámetro y unos 675 m2 de área (0’06 Has).
Por otro lado, en el espacio interno que delimitan estas zanjas y muy próximo a la
zona de la entrada, se localizó un intenso manchón de color negro muy destacado (Cata
15), de unos 120/125 cm de diámetro y solo 30 cm de potencia, con un único nivel de
relleno, formado por un sedimento de color gris oscuro/ negro, donde sobresalen abundantes clastos de caliza, alguno de ellos carbonizados. Esta última circunstancia, unida a
la escasa profundidad de la estructura nos permite interpretarla como un posible hogar, si
bien hay que señalar que las paredes no muestran señales de combustión. Por otra parte,
aunque parece claro que esta estructura cortaba o se superponía a la zanja delimitadora
del recinto menor, no se pudo documentar con detalle la relación estratigráfica que existía entre ambas, ya que la zanja tenía tan poca potencia que desaparecía a muy pocos centímetros de la superficie. Apenas se ha documentado material arqueológico en este posible hogar.
Como ya se ha señalado anteriormente, se descubrieron varios hoyos de poste, gran
parte de los cuales parecen relacionarse con ambos recintos, aunque alguno de ellos
encuentra mejor explicación en relación con el posible hogar antes mencionado. Todos
ellos estaban excavados en el nivel geológico, sólo uno presentaba paredes rectas y base
ligeramente cóncava, mientras los restantes mostraban perfiles de tendencia en V. La profundidad oscila entre 20 y 50 cm y la anchura, en superficie, entre 35 y 50 cm. Estaban
rellenos por un sedimento de color marrón oscuro o gris y contenían piedras calizas de
tamaño pequeño o medio, sobre todo en el tramo inferior. Sólo en los hoyos más próximos a la estructura interpretada como un hogar se ha documentado algún fragmento de
cerámica a mano.
No obstante, y por desgracia, el mal estado de conservación de estas estructuras tan
interesantes, que se encontraban prácticamente arrasadas, así como la escasa superficie
excavada, impide hacer precisiones más detalladas sobre sus características.
El material arqueológico en esta cata es relativamente abundante, con un total de 169
elementos documentados, en su inmensa mayoría fragmentos cerámicos, con escasas piezas líticas (un raspador, un perforador, láminas, un cuchillo de dorso, muescas y denticulados), así como numerosos huesos de fauna.
Entre las cerámicas contamos con un borde entrante, dos exvasados, una ollita de
paredes rectas, asas de cinta, mamelones y cordones, a veces con decoraciones impresas,
a menudo combinadas con decoraciones acanaladas (trazos verticales, horizontales,
sinuosos).
Se han podido datar dos muestras de hueso procedentes del sedimento que rellenaba
las pequeñas zanjas que forman los recintos:
KIA-21354. 6177±31 BP. Fragmento de diáfisis de fémur de ovicáprido. 2 Sigma cal
AC 5259-5002.
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Fig. 18.- Sección de la Estructura 14 de La Revilla del Campo (Ambrona) y materiales recuperados en su excavación.
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KIA-21355. 6230±30 BP. Fragmento apendicular de mesomamífero. 2 Sigma cal AC
5298-5070.
Estructura 14 (fig. 18)
La cata 16 se trazó en torno a esta estructura que se muestra en planta como una mancha circular de color oscuro, 130 cm de diámetro y 60 cm de profundidad. Destaca la
importante concentración de material arqueológico, sobre todo cerámica, en el tramo
inferior del relleno. Con 150 elementos, el material documentado en esta cata es abundante, con un claro predominio de los fragmentos cerámicos, y sólo 17 piezas de industria lítica, además de restos faunísticos. Entre la cerámica destacan los vasos de paredes
rectas, con cinco ejemplares, aunque también hay un borde entrante, otro exvasado y un
galbo de pared muy fina perteneciente a un vaso globular. En cuanto a las decoraciones
la variedad es muy escasa, con un predominio de las decoraciones plásticas, sobre todo
cordones ornamentados con ungulaciones, muchas veces combinados con mamelones,
aunque también aparecieron dos piezas con impresiones en el labio y cerca del borde respectivamente, así como un galbo con líneas horizontales y paralelas incisas jalonadas por
una hilera de cortos trazos impresos. En cuanto a la industria lítica destaca la presencia
de un perforador, una laminita simple y un denticulado.
Se han obtenido cuatro fechas de C14 en este hoyo:
Dos sobre muestras de carbón:
KIA-13947. 6809±37 BP. 2 Sigma cal AC 5739-5635.
KIA-13946. 6691±48 BP. 2 Sigma cal AC 5710-5495.
Y otras tantas sobre muestras de hueso:
KIA-21357. 6271±31 BP. Fragmento de diáfisis de metápodo de mesomamífero erosionado. 2 Sigma cal AC 5317-5082.
KIA-21358. 6365±36 BP. Fragmento de diáfisis SI de mesomamífero. 2 Sigma
cal AC 5469-5262.
En este hoyo se recuperaron 27 fragmentos de fauna, nueve de ellos correspondientes a ovicápridos domésticos, tres a ciervos (dos astas), y el resto a mesomamíferos sin
identificar.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Cerealia indet.).
Estructura 16 (fig. 15 B)
En la cata 7 la anomalía detectada en prospección se manifestaba en superficie de
forma bastante nítida como un sedimento de color gris oscuro, de tendencia circular, con
un diámetro aproximado de 150 cm. En su sector N se concentraban los clastos de caliza, mientras en el resto de la mancha aparecen de forma muy esporádica. El relleno era
un sedimento de color gris oscuro/negro y textura arenosa ligeramente compactada, por
debajo del cual aparecía el nivel geológico. No se observó ningún tipo de corte que per—78—
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mitiera identificar una estructura excavada en el substrato geológico. Únicamente se
apreciaron, en la transición entre el nivel arqueológico y la roca madre, importantes filtraciones del sedimento negro.
Todo lo anterior, junto a la ausencia de material arqueológico (sólo apareció un fragmento cerámico liso), nos lleva a interpretar esta anomalía como un área de intensa actividad antrópica, donde hay una acumulación importante de sedimento, aunque no se
puede descartar que se trate de una estructura arrasada de la que sólo se conserva la base.
En la criba por flotación del sedimento se pudieron identificar restos de cereales
domésticos (Triticum monococcum L./dicoccum, Cerealia indet.), de los que pudo obtenerse una datación radiocarbónica: UtC-13294. 6240±50 BP. 2 Sigma cal AC 5320-5050.
En resumen, si tenemos en cuenta en primer lugar las muestras de carbón, tenemos
en los hoyos excavados de La Revilla dataciones de C14 que sitúan la ocupación de este
yacimiento a lo largo de todo el VI milenio cal AC, con algún testimonio aislado de su
probable continuación a mediados del V (estructura 8), e incluso hasta mediados del IV
(estructura 1) (fig. 3). Los testimonios de la ocupación más antigua (6000-5700 cal AC)
se dan en las estructuras 4 (dos fechas) y 8 (una fecha), bien es cierto que junto a otras
fechas más modernas, que sugieren que estos hoyos se excavaron y amortizaron como
basureros posteriormente, incorporando tierra que llevaba en su interior materiales y carbones de la etapa más antigua de utilización del lugar, a comienzos del VI milenio cal
AC. Etapa que, no obstante, ha sido atestiguada como vimos anteriormente, en el vecino
asentamiento de La Lámpara (por ejemplo en el Hoyo 1). Entre el 5700-5400 cal AC tendríamos fechas en las estructuras 2 (una datación), 4 (dos), 14 (dos), especialmente en
este último caso, donde las dos fechas obtenidas sobre muestras de carbón coinciden en
situar la construcción y relleno de esta estructura en este periodo cronológico, ya que en
los demás tenemos también muestras que ofrecen fechas más antiguas y más modernas.
Sin embargo, en este caso las dos fechas obtenidas sobre hueso rebajan esta cronología
hasta el último tercio del VI milenio cal AC.
Para el periodo entre 5400-5000 cal AC tenemos fechas en las estructuras 2 (tres
dataciones), 4 (cuatro), 8 (una), 14 (dos), 5 (una). En este último caso, dado que se trata
de la única fecha disponible podríamos considerar que dataría en este momento, y más
concretamente entre 5479-5322 cal AC, la construcción y relleno del hoyo, pero como
han demostrado otros hoyos de este yacimiento y del vecino de La Lámpara, antes descrito, disponer de una sola fecha es un procedimiento muy poco fiable para datar una
estructura de este tipo. En el caso de las estructuras 2, 4 y 14 es posible que las fechas
que se incluyen en este margen cronológico (5470-5301 y 5482-5324 cal AC en el primero, 5475-5316, 5465-5153 cal AC en el segundo, y 5317-5208 y 5388-5296 cal AC,
sobre muestra de hueso en el tercero), daten su construcción y relleno, ya que las restantes (5733-5563 cal AC en el primer caso y 6158-5924, 5984-5730, 5733-5559 y 56145474 cal AC en el segundo) podrían corresponder a tierra de los alrededores, pertene—79—
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ciente a otras etapas más antiguas de ocupación del yacimiento. La estructura 8 tiene
otras dos fechas, una más antigua y otra mucho más moderna (4712-4262 cal AC), que
dataría la construcción y relleno de la estructura, nuevamente incorporando tierra con
materiales y carbones pertenecientes a etapas de ocupación muy anteriores.
A este respecto conviene destacar, finalmente, el ejemplo de la estructura 4, que proporciona ocho dataciones que recorren todo el VI milenio cal AC, pero a tramos regulares y de forma perfectamente escalonada, representando así todas las etapas de ocupación
del yacimiento (fig. 20). No es razonable atribuir 1000 años de duración a una estructura de este tipo, que se colmataría en unos pocos meses o años, sino que refleja probablemente las actividades desarrolladas en la etapa en que se construyó, 5465-5153 cal AC,
según la fecha más moderna disponible, o quizá incluso más tarde si pensamos que también esta muestra fue incorporada en la tierra con que se rellenó el hoyo, que, procedente de los alrededores, representaría en este caso todas las etapas de ocupación neolítica
del sitio a lo largo de todo el VI milenio cal AC.
Nuevamente en este caso, y especialmente dada la amplia serie de fechas de C14 realizadas sobre muestras de vida corta en este yacimiento, se comprueba el “salto” que la
cronología del sitio experimenta cuando se manejan este tipo de dataciones. Así, las 16
fechas realizadas sobre muestras de fauna (diez) y cereales (seis) sitúan la cronología del
yacimiento a lo largo de la segunda mitad del VI milenio cal AC, con una clara concentración de casos en el último tercio del mismo (5300-5000 cal AC). No obstante, las
fechas más antiguas se localizan en las estructuras 4, donde también se ubicaban las más
elevadas de carbón, con una fecha de fauna doméstica (ovicáprido) (KIA-21356: 54665261), 9, con una de cereal (UtC-13347: 5470-5080) y 14, con otra de fauna no identificada (KIA-21358: 5469-5262 cal AC), donde asimismo se documentaban dos fechas
sobre carbón de notable antigüedad (5700-5500 cal AC) (fig. 3).
4. HACIA UNA REVISIÓN DE LA INTERPRETACIÓN DE LA INTRODUCCIÓN DEL NEOLÍTICO EN LA MESETA EN EL MARCO PENINSULAR
En definitiva, lo que demuestran las fechas de C14 que presentamos en este trabajo
es que el Neolítico llegó a la Meseta, y en concreto al Valle de Ambrona, mucho antes de
lo que se había pensado hasta ahora. De hecho, las más antiguas, tanto sobre muestras de
carbón (6000-5700 cal AC) como de vida corta (5800-5300 cal AC), son muy semejantes a las que marcan la introducción del Neolítico en las regiones periféricas, de las que
se supone partieron los grupos que colonizarían o “aculturarían” las tierras interiores
(Tablas 1 y 2; fig. 2). Además, no se trata precisamente de unas pocas dataciones aisladas y discutibles sobre cuyo contexto arqueológico tampoco existen las dudas que se han
expuesto a propósito de otros casos, sobre todo en cuevas (Bernabeu, Pérez y Martínez,
1999), sino de series espectacularmente amplias procedentes de estructuras de hábitat
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descubiertas en excavación. No en vano, las fechas de Ambrona representan un 30% de
las existentes actualmente en contextos del Neolítico antiguo en toda la Península.
Además, aunque ofrecen resultados coincidentes, proceden de dos yacimientos diferentes, por lo que no cabe atribuir su sorprendente antigüedad a factores o problemas del
registro concreto de un lugar, de tipo postdeposicional fundamentalmente.
Las muestras de La Revilla y La Lámpara que han sido datadas se encuentran perfectamente contextualizadas, en el interior de hoyos y otras estructuras rellenas con los
desechos propios de un hábitat neolítico, entre los cuales se encuentran no pocos testimonios del desarrollo de prácticas agrícolas y ganaderas plenamente establecidas, como
demuestran los estudios arqueobotánicos (Stika, 2005) y zooarqueológicos (en preparación). No existen ni en estos yacimientos, ni se conocen hasta la fecha en el Valle de
Ambrona y su entorno más cercano, pruebas arqueológicas de un poblamiento mesolítico anterior que pudiera “contaminar” de antigüedad la secuencia cronológica de estos
hábitats neolíticos.
Contamos además con una amplia serie de dataciones (58 fechas), tanto sobre muestras de carbón (35 fechas) como sobre muestras de vida corta (23 fechas), lo cual permite establecer comparaciones, y como ya hemos señalado anteriormente, constatar el notable envejecimiento de la cronología que se produce como consecuencia de la datación de
muestras de carbón (fig. 3 y 4). Las fechas son todas ellas de gran calidad en lo que respecta a lo reducido de sus desviaciones típicas (más de un 80% de nuestras dataciones se
encuentran por debajo de los 50 años de desviación), hecho que resulta crucial a la hora
de valorarlas y que rara vez se tiene en cuenta. Como se muestra en la fig. 19 A, a medida que aumenta la desviación típica lo hace proporcionalmente el margen estadístico en
el que se comprende la fecha, una vez calibrada, y si aplicamos una desviación de ± 100
BP para el marco cronológico de la neolitización de la Península Ibérica, los intervalos
mínimos de calibración a 2 sigma son superiores a 330 años, lapso temporal que supera
con creces la duración de algunos fenómenos de este proceso histórico, como podrían ser
las colonizaciones marítimas del levante español y de la costa atlántica portuguesa, o la
colonización del interior peninsular (fig. 19 B). Por esta razón hemos decidido eliminar
de los cuadros de dataciones del Neolítico antiguo peninsular aquí confeccionadas
(Tablas 1 y 2) aquellas que exceden los 100 años de desviación típica, pues una vez calibradas a 2 sigma proporcionan un margen de entre tres y más de seis siglos para situar
las fechas (fig. 19 A).
Además, el hecho de haber podido fechar un buen número de muestras dentro de
unas mismas estructuras que, como los hoyos, se podría pensar tuvieron un corto periodo de utilización y relleno, nos ha permitido documentar en las mismas, por el contrario,
la existencia de dilatados marcos cronológicos, a veces superiores al milenio, representativos de la ocupación global de estos yacimientos a lo largo del Neolítico antiguo. Así,
en el hoyo 9 de La Lámpara y en las estructuras 4 y 8 de La Revilla las fechas ilustran
amplias secuencias cronológicas, de unos seis siglos en el primer caso, y de un milenio y
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Fig. 19.- Ejemplos de dataciones de C14 donde se muestra la incidencia que
tiene la magnitud de la desviación típica en el margen cronológico que
abarcan finalmente las fechas, una vez calibradas.
casi dos en los dos ejemplos de La Revilla, desde luego impensables para la vida útil de
tan modestas estructuras (fig. 20).
Este hecho, documentado en ambos yacimientos, debería constituir una advertencia
general sobre la datación de una sola muestra en estos hoyos tan característicos de
muchos poblados coetáneos en el resto de la Península, y podría interpretarse según nuestro criterio en relación con el proceso de relleno de los mismos. Desde nuestro punto de
vista, es lógico suponer que sean las fechas más modernas las que ilustren el relleno, y
presumiblemente también la construcción, de las mismas, explicándose la presencia de
las restantes por la incorporación de materiales existentes en las proximidades de estas
estructuras, pertenecientes a ocupaciones anteriores del asentamiento, también neolíticas,
que sí han sido documentadas en cambio en otras estructuras vecinas en estos mismos
yacimientos, como en el hoyo 18 de La Lámpara, donde las tres fechas de carbón dispo—82—
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Fig. 20.- Situación espacial de las muestras datadas por C14, con el resultado de la calibración a 2 sigma indicado: (A)
Estructura 4 de La Revilla. (B) Hoyo 9 de La Lámpara.
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nibles se sitúan en la fase más antigua de ocupación (comienzos del VI milenio cal AC),
o la estructura 14 de La Revilla donde las dos fechas enmarcan la datación del hoyo en
otra de las fases antiguas (segundo tercio del VI milenio cal AC).
Teniendo en cuenta estas observaciones, y recapitulando el conjunto de las fechas
disponibles en ambos yacimientos (fig. 3 y 4) podemos decir que en La Lámpara las nuevas fechas de C14 que presentamos en este trabajo demuestran que el sitio fue habitado
a lo largo de toda la 1ª mitad del VI milenio cal AC, a juzgar por lo que indican las muestras de carbón. Entre el 6000-5700 cal AC se construyó y colmató los hoyos 16 y 18, y
carbones y materiales de esta etapa acabaron rellenando el hoyo 9. Entre 5700-5600 no
hay testimonio de que se realizara ninguna estructura, pero materiales y carbones de este
momento acabaron en el relleno de los hoyos 9 y 13. Finalmente entre 5600-5400 cal AC
se construyeron y amortizaron como basureros los hoyos 9 y 13. Asimismo, no podemos
olvidar el enterramiento en fosa de la estructura C de La Lámpara (Rojo y Kunst, 1999a,
1999c, 1999d; Kunst y Rojo, 2000), que se sitúa a finales del VI milenio cal AC, lo que
indicaría que, también aquí como en La Revilla, la ocupación neolítica del lugar se desarrolla durante todo este milenio. Si tenemos en cuenta únicamente las muestras de vida
corta datadas en este yacimiento, habría que rebajar ligeramente la cronología durante la
cual el lugar estuvo habitado, reduciendo tal periodo al 5800-5000 cal AC.
Como explicamos anteriormente con detalle, en La Revilla, materiales y carbones de
entre 6000-5700 cal AC se utilizaron para rellenar las estructuras 4 y 8, entre 5700-5500
cal AC se realizó la estructura 14, y carbones y materiales de este momento fueron a parar
a la tierra con la que se rellenaron las nº 2 y 4. Entre 5500-5000 cal AC se fecharían la
construcción y relleno de las estructuras 2, 4 y 5, y carbones y tierra de esta etapa formaron parte de la tierra con que se colmató posteriormente la nº 8. Si tenemos en cuenta
sólo las fechas obtenidas sobre muestras de vida corta (fauna) el margen cronológico se
reduce a la segunda mitad del VI milenio cal AC, con una especial concentración de las
fechas en el último tercio.
Finalmente, hay dos fechas aisladas que demuestran que el yacimiento también se
habitó a mediados del V milenio cal AC (estructura 8), y a mediados del IV (estructura
1). Es probable que, si se excavasen más estructuras de este sitio se pudieran llenar los
vacíos cronológicos existentes entre estos periodos de fechas, tan alejados entre sí. Ello
confirmaría lo que antes sugeríamos, es decir, que en estos lugares la ocupación fue estacional pero continuada a lo largo de los siglos, e incluso de los milenios, configurando
más que poblados concretos, grandes áreas de habitación.
En suma, tanto las fechas realizadas sobre muestras de vida corta como las de carbón
no dejan lugar a dudas acerca de la existencia de una fase muy temprana de neolitización
en el Valle de Ambrona, rigurosamente coetánea de la documentada en la periferia peninsular (Tablas 1 y 2; fig. 2). Es el caso de la muestra de ovicáprido de la estructura 4 de
La Revilla (5466-5261 cal AC) y, sobre todo, el macroungulado del hoyo 9 de La
Lámpara (5837-5665 cal AC), así como, especialmente, las realizadas sobre muestras de
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carbón, con nueve dataciones de La Lámpara comprendidas entre 6076 y 5720 cal AC
pertenecientes a tres estructuras distintas, y las tres de La Revilla situadas entre 6158 y
5730 cal AC procedentes de dos estructuras diferentes. Curiosamente, tanto las fechas de
fauna como las de carbón coinciden en las mismas estructuras de ambos yacimientos: los
hoyos 9, 16 y 18 de La Lámpara y las estructuras 4 y 8 de la Revilla, en este último caso
además ofreciendo una clara proximidad espacial.
Así, la gran cantidad de muestras datadas que resultan coincidentes en ese mismo
margen cronológico, y su procedencia de distintos hoyos y estructuras dentro de dos
asentamientos diferentes, refuerzan aún más si cabe la validez de estas evidencias arqueológicas de la temprana neolitización de estas tierras sorianas. Neolitización que se plasma en nuestra región, ya desde el comienzo, con todos los elementos materiales (cerámica, industria lítica, etc.) y subsistenciales (agricultura y ganadería plenamente desarrolladas) que la caracterizan en otros ámbitos de la periferia costera, salvo, curiosamente,
la cerámica cardial, auténtico fósil guía del Neolítico antiguo peninsular en muchos
modelos teóricos de amplia aceptación.
Así, descartando la posibilidad de un esquema de evolución autóctona, dada la
inexistencia de un sustrato mesolítico, y teniendo en cuenta la presencia de todas estas
evidencias de un “modo de vida” neolítico plenamente establecido ya desde fechas tan
tempranas como las de los eventuales focos originarios peninsulares, cabe plantearse
entonces cuál fue la vía de penetración de estos primeros pobladores neolíticos del Valle
de Ambrona. La propia situación geográfica de nuestra área de estudio, en un auténtico
cruce de caminos entre las cuencas del Duero, Ebro y Tajo, podría ayudar a explicar tan
temprana incidencia.
Por razones geográficas sería lógico suponer que estuviera en alguna región del
Levante peninsular, y de hecho hay indicios que parecen apuntar en este sentido, como la
identificación de Papaver somniferum (adormidera) en el hoyo 11 de La Lámpara, de
posible procedencia costera mediterránea. Aunque conviene recordar que son diversas las
teorías existentes acerca del origen de esta planta, algunas de las cuales consideran que
procede del Mediterráneo oriental y por ello vino a la Península asociada a la neolitización, mientras otras la creen autóctona de ésta última (Buxó, 1997: 125). Pero ¿cómo
explicar entonces la ausencia de cerámica cardial en el Valle de Ambrona, cuando era uno
de los elementos materiales característicos de estos supuestos colonos mediterráneos?
Diversos investigadores han propuesto la acción de la distancia geográfica y su efecto
modificador, a modo de filtro, en la difusión de determinados elementos materiales para
explicar casos semejantes (Vicent, 1997; Bernabeu, 2002: 221). No en vano, tanto las formas cerámicas como los motivos decorativos empleados en los ejemplares recuperados
en el Valle de Ambrona recuerdan notablemente a las cardiales peninsulares, por lo que
sólo diferiría el instrumento empleado, lo que no resulta de tanto valor en definitiva a
efectos del uso social de estas vasijas (Vicent, 1997).
Sin embargo, no podemos obviar la espinosa cuestión de la cronología, pues la
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amplia serie de fechas aquí presentadas no sólo cuestiona la antigüedad hasta ahora
defendida para la llegada del Neolítico en el interior peninsular, sino que también arroja
dudas sobre los esquemas cronológicos peninsulares diseñados sobre este particular,
especialmente con referencia a la región levantina y portuguesa (Zilhão, 1993, 2001;
Bernabeu, 1996, 2002). Estas fechas y otras aún más sorprendentes y polémicas como las
conocidas de Mendandia (Alday, 2005), cuestionan el límite del 5600 cal AC para la llegada del Neolítico a la Península (fig. 2). Así, y de forma significativa, en el hoyo 18 de
La Lámpara antes citado la muestra de hueso fechada ofrece un resultado en torno al
5400 cal AC, muy en consonancia con los existentes en la periferia mediterránea y atlántica peninsulares, que sitúan a mediados del VI milenio cal AC la primera neolitización,
siempre que se tengan en cuenta sólo las muestras de vida corta (conchas, huesos, cereales y semillas) (Zilhão 2001). Así pues, no sólo la colonización de las tierras del interior
peninsular se habría producido de forma casi instantánea, apenas unas pocas décadas tras
su llegada a los ámbitos costeros peninsulares, sino que todo el proceso sería más antiguo y complejo de lo que pensamos en la actualidad.
Este último hecho vendría necesariamente sugerido por las evidencias proporcionadas por la muestra de hueso del hoyo 9 de La Lámpara (KIA-21350: 6871±33 BP. 58085706 cal AC), que constituye, hasta el momento, la fecha más antigua realizada sobre
fauna de todo el Neolítico peninsular, a excepción de las polémicas de Mendandia
(Alday, 2005). Todas ellas desbordan con creces el 5600 cal AC establecido como límite
máximo de las fechas admisibles para un contexto arqueológico neolítico “no aparente”
(Bernabeu y otros, 1999; Bernabeu, 2002). Es cierto que se puede intentar cuestionar la
validez de las fechas, o mejor dicho la correspondencia entre las fechas y los contextos
que se supone están datando.
En el caso de Mendandia la existencia de niveles mesolíticos infrayacentes quizás
permitiría atribuirlas a una contaminación procedente de los mismos que no hubiera sido
detectada por su excavador o que, de hecho resultara indetectable en el estado actual de
nuestros conocimientos y técnicas de excavación. Sin embargo, en el caso de las fechas
de Ambrona, tanto las de carbón, como especialmente las de vida corta, y en concreta la
datación del hoyo 9 de La Lámpara, la inexistencia de contexto mesolítico neutraliza esta
objeción por completo. Se trata de un resto de fauna, bien es cierto que no identificado
como doméstico, pero que se encontraba quemado, como producto de su cocinado y consumo en este asentamiento, en un hoyo que ofreció materiales neolíticos y restos de cereales. No obstante, tampoco podemos obviar que existen en esta misma estructura otras
fechas de C14 sobre muestras de carbón muy dispares entre sí, así como otra de fauna
más moderna (5320-5082 cal AC). En nuestra opinión esto encuentra su explicación en
el complejo proceso de formación de los hoyos, como hemos indicado líneas más arriba,
que lleva a la incorporación de materiales más antiguos en el relleno de los mismos, eso
sí procedentes del entorno inmediato y pertenecientes a las etapas más antiguas, también
neolíticas, de ocupación del asentamiento (fig. 20).
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En definitiva los resultados de nuestras investigaciones en el Valle de Ambrona plantean nuevos interrogantes que habrán de elucidarse con el tiempo y los sucesivos trabajos de campo y dataciones que se produzcan en los próximos años, no sólo en la Meseta
sino en todo el ámbito peninsular. Quedan muchas cuestiones por resolver, porque aún
falta información para contrastar las distintas hipótesis, pero, al menos, hay que tener el
valor suficiente para atreverse a plantear las preguntas, aunque ello cuestione, o al menos
ponga en tela de juicio, algunas de nuestras ideas y visiones mejor establecidas, los pilares en que se ha sustentado el estudio de la neolitización de la Península Ibérica.
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LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
57
Tabla 1.- Tabla realizada a partir de Juan-Cabanilles y Martí (2002), Zilhão (2001), Zapata et alii (2004) y últimos trabajos
presentados al III Congreso de Neolítico de Santander (Arias, Ontañón y García-Moncó, 2005).
FECHAS DE C14 SOBRE MUESTRAS DE VIDA CORTA EN CONTEXTOS
DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Yacimiento
Contexto
Muestra
Laboratorio
Años BP
Cal BC 2 σ
Bibliografía
Mendandia
Nivel III-sup.
Fauna
GrN-19658
7210±80
6230-5890
Alday, 2005
Mendandia
Nivel III-sup.
Fauna
GrN-22742
7180±45
6170-5920
Alday, 2005
Lámpara
Hoyo 9
Fauna
KIA 21350
6871±33
5837-5665
Inédita
(Fragmento de
macroungulado
quemado)
Mas d’Is
Casa2-80205
cereal
Beta-166727
6600±50
5630-5470
Bernabeu et alii, 2003
Mas d’Is
Casa1-80219
cereal
Beta-166092
6600±50
5630-5470
Bernabeu et alii, 2003
Cabranosa
conchas
Sac-1321
6550±60
5579-5325
Zilhão, 2000
Padrão
conchas
ICEN-873
6540±65
5577-5318
Zilhão, 2000
Nivel II
fauna
GrN-22741
6540±70
5630-5360
Alday, 2005
Falguera
EU2051b
cereal
Beta-142289
6510±70
5616-5321
Bernabeu et alii, 2001
Mendandia
Nivel I
fauna
GrN-22740
6440±40
5480-5320
Alday, 2005
Almonda
Cisterna 1
Fauna (canino ciervo)
OxA-9287
6445±45
5477-5321
Zilhão,2001
Almonda
Cisterna 1
Adorno hueso
OxA-9288
6445±45
5477-5321
Zilhão, 2001
Mendandia
La Vaquera
bellota
GrA-9226
6440±50
5480-5320
Estremera, 2003
Padrão
conchas
ICEN-645
6420±60
5442-5255
Zilhão, 2000
Fauna
KIA 21347
6407±34
5470-5318
Inédita
Blasco et alii, 2005
Lámpara
Hoyo 18
(costilla de
macroungulado)
Can Sadurní
cereal
UBAR-760
6405±55
5480-5300
Retamar
conchas
Beta-90122
6400±85
5530-5200
Lazarich et alii, 1997
Fauna
KIA 21358
6365±36
5469-5262
Inédita
KIA 21356
6355±30
5466-5261
Inédita
Revilla
Estructura 14
(Fragmento de diáfisis
SI de mesomamífero)
Revilla
Estructura 4
Fauna doméstica
(Fragmento de diáfisis
de tibia de ovicáprido)
Cendres
VII
cereal
Beta-142228
6340±70
5474-5081
Bernabeu et alii, 2001
Caldeirão
NA2
fauna
OxA-1035
6330±80
5480-5079
Zilhão, 1992
Revilla
Estructura 9
cereal
UtC-13347
6313±48
5470-5080
Stika, 2005
Or
J4/c17a
cereal
OxA-10192
6310±70
5469-5067
Zilhão, 2001
Revilla
Estructura 4
Fauna
KIA 21351
6289±31
5338-5145
Inédita
(diáfisis de radio de
mesomamífero)
Cendres
VIIa
fauna
Beta-107405
6280±80
5330-5055
Bernabeu et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 9
Fauna
KIA 21352
6280±33
5320-5082
Inédita
(Fragmento craneal
de mesoungulado)
Lámpara
Hoyo 1
cereal
UtC-13346
6280±50
5370-5060
Stika, 2005
Or
J4/c14
cereal
OxA-10191
6275±70
5459-5048
Zilhão, 2001
—95—
[page-n-96]
58
Revilla
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Estructura 14
Fauna
KIA 21357
6271±31
5317-5082
Inédita
(Fragmento de diáfisis
de metápodo de
mesomamífero)
Or
H3/c7
cereal
H-1754/1208
6265±75
5380-5000
Martí, 1978
Revilla
Estructura 2
cereal
UtC-13269
6250±50
5320-5060
Stika, 2005
Revilla
Estructura 12
cereal
UtC-13295
6250±50
5320-5060
Stika, 2005
Revilla
Estructura 4
Fauna
KIA 21359
6245±34
5302-5074
Inédita
Revilla
Estructura 16
cereal
UtC-13294
6240±50
5320-5050
Stika, 2005
Revilla
Estructura 13
Fauna
KIA 21355
6230±30
5298-5070
Inédita
(Mandíbula de Sus sp.)
(Fragmento apendicular
de mesomamífero)
Caldeirão
NA2
fauna
OxA-1034
6230±80
5340-4940
Zilhão, 1992
Revilla
Estructura 2
cereal
UtC-13350
6210±60
5310-4990
Stika, 2005
Revilla
Estructura 2
Fauna
KIA 21346
6202±31
5280-5056
Inédita
(fragmento distal de
fémur de macromamífero)
Los Cascajos
hueso humano
Ua-16024
6185±75
5310-4840
García y Sesma, 2001
Estructura 13
Fauna doméstica
(diáfisis de fémur de
ovicáprido)
KIA 21354
6177±31
5259-5002
Inédita
conchas
Wk-6851
6160±60
5300-4930
Bicho et alii, 2000
Revilla
Estructura 12
Fauna
KIA 21349
6158±31
5256-4992
Inédita
Revilla
Estructura 12
Fauna doméstica
KIA 21353
6156±33
5256-4961
Inédita
Revilla
Alcantarilla
(Escápula de ovicáprido)
Murciélagos
IV
cereal
GrN-6169
6150±45
5221-4941
Muñoz, 1972
Lámpara
Hoyo 1
hueso humano
KIA 6790
6144±46
5243-4924
Inédita
Caldeirão
NA2
hueso humano
OxA-1033
6130±90
5296-4843
Zilhão, 1992
Lámpara
Hoyo 11
Fauna
KIA 21348
6125±33
5209-4861
Inédita
UtC-13348
6120±60
5260-4850
Stika, 2005
(gran cuneiforme S
posiblemente de uro)
Revilla
Estructura 4
cereal
conchas
Wk-6672
6120±70
5260-4840
Bicho et alii, 2000
C
fauna
ICEN-805
6100±70
5230-4847
Zilhão, 2000
esparto
CSIC-1133
6086±45
5080-4840
Cacho et alii, 1996
Alcantarilha
Na. Sra. Lapas
Murciélagos Alb.
La Vaquera
bellota
GrA-8241
6080±70
5150-4790
Estremera, 2003
Draga
E3 hogar
cereal
Hd-15451
6060±40
5052-4906
Bosch et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 1
huesos humanos
KIA 6789
6055±34
5208-4825
Inédita
Arenaza
IC2
fauna
OxA-7157
6040±75
5210-4730
Arias y Altuna, 1999
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6714
6030±55
5210-4790
Ruiz y Montero, 1999
Murciélagos
IV
cereal
GrN-6639
6025±45
5051-4800
Muñoz, 1972
Draga
E56 hogar
cereal
UBAR-313
6010±70
5060-4730
Bosch et alii, 1999
Casa Moura
1a
hueso humano
TO-953
5900±60
5045-4729
Zilhão y Carvalho, 1996
Gitanos
A3
fauna
AA-29113
5945±55
4950-4700
Arias et alii, 1999
esparto
CSIC-1134
5900±38
4860-4680
Cacho et alii, 1996
Murciélagos Alb.
—96—
[page-n-97]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
Caldeirão
NA1
59
fauna
OxA-1036
5870±80
4941-4540
esparto
Murciélagos Alb.
CSIC-1132
5861±48
4850-4590
Zilhão, 1992
Cacho et alii, 1996
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6580
5840±80
4940-4460
Ruiz y Montero, 1999
Caldeirão
NA1
hueso humano
TO-350
5810±70
4895-4510
Zilhão, 1992
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6713
5765±55
4780-4460
Ruiz y Montero, 1999
Arenaza
IC2
fauna
OxA-7156
5755±65
4770-4460
Arias y Altuna, 1999
Vaquera
inferior
fauna
CSIC-148
5650±80
4703-4342
Zamora, 1976
Mas d´Is
Foso4-100405
cereal
Beta-171908
5590±40
4500-4340
Bernabeu et alii, 2003
Mas d´Is
Foso5-99014
cereal
Beta-171907
5550±40
4460-4330
Bernabeu et alii, 2003
El Mirón
303.3
cereal
GX-30910
5550±40
4460-4330
Peña et alii, 2005
esparto
CISC-246
5400±80
4370-4030
Cacho et alii, 1996
Murciélagos
Kobaederra
IV
Marizulo
1 superior
cereal
AA-29110
5375±90
4360-3990
Arias et alii, 1999
cereal
Pico Ramos
Beta-181689
5370±40
4330-4040
Zapata, en preparación
fauna
GrN-5992
5285±65
4320-3970
Arias et alii, 2000
hueso humano
Pasteral
UBAR-101
5270±70
4260-3960
Mestres y Martín, 199
Tabla 2.- Tabla realizada a partir de Juan-Cabanilles y Martí (2002), Zilhão (2001), Zapata et alii (2004) y últimos trabajos
presentados al III Congreso de Neolítico de Santander (Arias, Ontañón y García-Moncó, 2005).
FECHAS DE C14 SOBRE MUESTRAS DE CARBÓN EN CONTEXTOS
DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Yacimiento
Contexto
Muestra
Laboratorio
Años BP
Cal BC 2 σ
Bibliografía
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13941
7165±37
6158-5924
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16576
7136±33
6076-5915
Inédita
Lámpara
Hoyo 16
carbón
KIA 16573
7108±34
6053-5890
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16581
7075±44
6017-5840
Inédita
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13944
7014±37
5988-5791
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
KIA 16568
7000±32
5983-5786
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16580
6989±48
5983-5741
Inédita
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13935
6983±45
5984-5730
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
KIA 16578
6975±32
5973-5745
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16570
6956±39
5969-5728
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16569
6920±50
5969-5710
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16577
6915±33
5841-5720
Inédita
Lámpara
Hoyo 13
carbón
KIA 16566
6835±34
5784-5640
Inédita
Revilla
Estructura 14
carbón
KIA 13947
6809±37
5739-5635
Inédita
Pena Água
Eb (base)
carbón
Wk-9214
6775±60
5766-5561
Zilhão, 2001
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13934
6772±47
5733-5563
Inédita
—97—
[page-n-98]
60
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Chaves
Ib
carbón
GrN-12685
6770±70
5800-5530
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13939
6755±57
5733-5559
Utrilla et alii, 1998
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16575
6744±33
5719-5564
Inédita
Cendres
VII
carbón
Beta-75220
6730±80
5710-5460
Bernabeu et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 13
carbón
(madera pino)
KIA 16574
6729±45
5723-5558
Inédita
Revilla
Estructura 14
carbón
KIA 13946
6691±48
5710-5495
Inédita
Chaves
Ib
carbón
GrN-12683
6650±80
5720-5470
Utrilla et alii, 1998
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16579
6610±32
5618-5482
Inédita
Lámpara
Hoyo 13
carbón
(madera pino)
KIA 16571
6608±35
5618-5481
Inédita
Mas d’Is
Casa 3
carbón
(Quercus
perennifolio)
Beta-166728
6400±40
5470-5310
Bernabeu et alii, 2003
Mas d’Is
Foso 5, relleno inf.
carbón
(Quercus
ilex-coccifera)
Beta-171906
6400±40
5470-5310
Bernabeu et alii, 2003
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13940
6568±37
5614-5474
Inédita
Font Ros
SN
carbones
AA-16498
6561±56
5580-5330
Bordas et alii, 1996
Chaves
Ib
carbón
GrN-13604
6490±40
5530-5360
Utrilla et alii, 1998
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13933
6468±40
5482-5324
Inédita
Chaves
Ib
carbón
CSIC-378
6460±70
5540-5300
Utrilla et alii, 1998
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13938
6449±42
5480-5320
Inédita
Revilla
Estructura 5
carbón
KIA 13948
6449±37
5479-5322
Inédita
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13945
6446±39
5479-5320
Inédita
carbón
Ly-5218
6420±60
5480-5310
Jordá Pardo et alii, 1990
Nerja
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13942
6415±36
5475-5316
Inédita
Cendres
H18
carbón
Beta-75219
6420±80
5460-5230
Bernabeu et alii, 1999
Draga
E106-poste
madera
UBAR-314
6410±70
5440-5250
Bosch et alii, 1999
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13937
6405±36
5474-5304
Inédita
Lámpara
Hoyo 1
carbón
KIA 4780
6390±60
5439-5218
Inédita
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13932
6385±35
5470-5301
Inédita
Font Ros
E36
carbones
AA-16502
6370±57
5440-5220
Bordas et alii, 1996
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13936
6335±46
5465-5153
Inédita
Correio-Mor
V
carbón
ICEN-1099
6330±60
5422-5090
Bicho et alii, 2000
Chaves
Ib
carbón
GrN-13605
6330±70
5480-5070
Utrilla et alii, 1998
Chaves
Ia
Font Ros
GrN-13602
6330±90
5480-5060
Utrilla et alii, 1998
GrA-21360
6310±60
5390-5200
Montes, 2005
carbones
AA-16501
6307±68
5430-5060
Bordas et alii, 1996
carbón
E33
Murciélagos
carbón
carbón
Huerto Raso
GrN-6926
6295±45
5370-5080
Hop and Muñoz, 1974;
López García, 1980;
Peña-Chocarro, 1999
Draga
Sector B
madera
Beta-137197
6290±70
5380-5060
Bosch et alii, 2000
Draga
Sector B
madera
Beta-137198
6270±70
5365-5045
Bosch et alii, 2000
—98—
[page-n-99]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
61
Cendres
H17
carbón
Beta-75218
6260±80
5330-4980
Bernabeu et alii, 1999
Murciélagos
V
madera carboni.
GrN-6638
6250±35
5264-5075
Muñoz, 1972
Font Ros
E15
carbones
AA-16499
6243±56
5920-5020
Bordas et alii, 1996
Chaves
Ia
carbón
CSIC-379
6230±70
5340-4960
Utrilla et alii, 1998
Plansallosa
I
carbón
Beta-74311
6180±60
5250-4940
Bosch et alii, 1998
Vidre
II hogar
carbón
Beta-58934
6180±90
5320-4900
Utrilla et alii, 1998
Parco
IV?
carbones
CSIC-281
6170±70
5300-4930
Utrilla et alii, 1998
Mas d’Is
Foso 4, relleno inf.
carbón
(Quercus
ilex-coccifera)
Beta-162093
6160±40
5240-4960
Bernabeu et alii, 2003
Cendres
H15a
carbón
Beta-75217
6150±80
5260-4900
Bernabeu et alii, 1999
Plansallosa
I
carbón
Beta-74313
6130±60
5230-4910
Bosch et alii, 1998
Chaves
Ia
carbón
CSIC-381
6120±70
5160-4840
Utrilla et alii, 1998
Parco
EE1
carbón
GrN-20058
6120±90
5300-4800
Utrilla et alii, 1998
Barruecos
Hogar
carbón
Beta-171124
6080±40
5068-4900
Cerrillo et alii, 2005
S.P. Canaferrim
UE 4
carbón
ICEN-1152
6070±60
5200-4830
Simões, 1999
Barruecos
Silo 1
carbón
Beta-159899
6060±50
5068-4832
Cerrillo et alii, 2005
En Pardo
VIII
carbón
Beta-89286
6060±50
5070-4800
Soler et alii, 1999
Lavra
3
carbón
ICEN-76
6060±60
5198-4805
Carvalho, 1999
Font Ros
E21
carbones
AA-16500
6058±79
5210-4790
Bordas et alii, 1996
S.P. Canaferrim
UE 4
carbón
ICEN-1151
6020±60
5060-4780
Simões, 1999
Cendres
H15
carbón
Beta-75216
6010±80
5070-4730
Bernabeu et alii, 1999
Cendres
Va
carbón
UBAR-172
5990±80
5070-4720
Bernabeu et alii, 1999
Puyascada
II
carbón
CSIC-384
5930±60
4950-4670
Utrilla et alii, 1998
Cendres
H14
carbón
Beta-75215
5930±80
4960-4600
Bernabeu et alii, 1999
Cerro Virtud
II
madera carboni.
Beta-90885
5920±70
4940-4620
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Cerro Virtud
II
carbones
OxA-6715
5895±55
4940-4590
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Plansallosa
II
carbón
OxA-2592
5890±80
5000-4545
Bosch et alii, 1998
Cerro Virtud
II
carbón
?
5880±49
4900-4620
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Plansallosa
II
carbón
Beta-74312
5870±60
4900-4580
Bosch et alii, 1998
Canes
7
carbón
AA-5788
5865±70
4900-4550
Arias et alii, 2000
Buraco Pala
IV base
carbón
GrN-19104
5860±30
4798-4627
Carvalho, 1999
Cerro Virtud
II
carbón
Beta-101425
5860±70
4905-4540
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Lavra
3
carbón
UGRA-267
5830±90
4908-4466
Carvalho, 1999
Abauntz
2r
carbón
GrN-21010
5820±40
4780-4540
Utrilla et alii, 1998
La Vaquera
Fase II
carbón
GrN-22929
5800±30
4770-4550
Estremera, 2003; López
García et alii, 2003
Cendres
Vc
carbón
Beta-75214
5790±80
4790-4480
Bernabeu et alii, 1999
Mirón
303.3
carbón
GX-25856
5790±90
4810-4450
González y Straus, 2000
Padró II
ext. cámara
carbón
UBAR-114
5770±80
4800-4450
Mestres y Martín, 1996
Fraga Aia
hogar 2
carbón
Gif-7891
5750±70
4780-4457
Carvalho, 1999
—99—
[page-n-100]
62
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Plansallosa
II
carbón
Beta-87965
5720±70
4725-4425
Bosch et alii, 1998
Mirón
10
carbón
GX-23413
5690±50
4690-4360
González y Straus, 2000
Fraga Aia
hogar 2
carbón
Gif-8079
5690±70
4716-4960
Carvalho, 1999
Buraca Grande
5/6
carbón
Gif-9497
5670±70
4690-4350
Aubry et alii, 1997
Cerro Virtud
II
madera carboni.
Beta-90884
5660±80
4700-4350
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13943
5642±96
4712-4262
Inédita
Santa Maira
I
carbón
Beta-75224
5640±60
4620-4340
Badal, 1999
Cendres
Va
carbón
Beta-75213
5640±80
4590-4350
Bernabeu et alii, 1999
Puyascada
II
carbón
CSIC-382
5580±70
4560-4320
Utrilla et alii, 1998
Guineu
II
carbón
Gif-99112
5580±70
4560-4320
Allué, 2005
carbón
GrN-19596
5580±80
4570-4620
Arias, 1995
Arenillas
Mirón
10
carbón
GX-23414
5570±50
4500-4330
González y Straus, 2000
Mirón
303.1
carbón
GX-25855
5520±70
4500-4220
González y Straus, 2000
Mirón
303
carbón
GX-25854
5500±90
4540-4040
González y Straus, 2000
Guineu
II
carbón
Gif/LSM-11037
5480±60
4460-4220
Allué, 2005
Guineu
II
carbón
GifA-99112
5480±80
4500-4210
Allué, 2005
Font Molinot
CIII
carbón
MC-1111
5450±90
4460-4040
Mestres y Martín, 1996
Toll
c5c fosa
carbón
MC-2137
5440±80
4460-4040
Martín, 1993
Toll
c3c
carbón
MC-2138
5440±80
4460-4040
Marín, 1993
Font Roure
E10
carbón
A-462
5960±90
4350-3980
Mestres y Martín, 1996
Toro
Guineu
carbón
No disponible
5380±45
4330-4050
Buxó, 1993 y 1997
II
carbón
GifA-99112
5330±70
4330-3980
Allué, 2005
madera
UBAR-63
5330±90
4340-3970
Martín, 1993
9
carbón
GX-24461
5280±4?
4230-3980
González y Straus, 2000
Lladres
Mirón
Grioteres
7
carbón
UGRA-274
5280±90
4340-3940
Mestres y Martín, 1996
Hort Grimau
E17
carbón
A-465
5270±65
4250-3960
Mestres y Martín, 1996
Sierra Plana
túm. 24
túmulo
carbón
OxA-6914
5230±50
4220-3960
Arias et alii, 1999
Toll
c3
carbón
MC-2139
5210±90
4250-3750
Martín, 1993
Velilla
superior
cenizas
GrN-17167
5200±55
4218-3822
Delibes y Zapatero, 1996
carbón
Ua-12662
5180±70
4220-3800
Zapata, 2002
carbones
GrN-12117
5160±80
4170-3760
Utrilla et alii, 1998
Lumentxa
Moro Olvena
inferior c5
—100—
[page-n-101]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
57
Tabla 1.- Tabla realizada a partir de Juan-Cabanilles y Martí (2002), Zilhão (2001), Zapata et alii (2004) y últimos trabajos
presentados al III Congreso de Neolítico de Santander (Arias, Ontañón y García-Moncó, 2005).
FECHAS DE C14 SOBRE MUESTRAS DE VIDA CORTA EN CONTEXTOS
DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Yacimiento
Contexto
Muestra
Laboratorio
Años BP
Cal BC 2 σ
Bibliografía
Mendandia
Nivel III-sup.
Fauna
GrN-19658
7210±80
6230-5890
Alday, 2005
Mendandia
Nivel III-sup.
Fauna
GrN-22742
7180±45
6170-5920
Alday, 2005
Lámpara
Hoyo 9
Fauna
KIA 21350
6871±33
5837-5665
Inédita
(Fragmento de
macroungulado
quemado)
Mas d’Is
Casa2-80205
cereal
Beta-166727
6600±50
5630-5470
Bernabeu et alii, 2003
Mas d’Is
Casa1-80219
cereal
Beta-166092
6600±50
5630-5470
Bernabeu et alii, 2003
Cabranosa
conchas
Sac-1321
6550±60
5579-5325
Zilhão, 2000
Padrão
conchas
ICEN-873
6540±65
5577-5318
Zilhão, 2000
Nivel II
fauna
GrN-22741
6540±70
5630-5360
Alday, 2005
Falguera
EU2051b
cereal
Beta-142289
6510±70
5616-5321
Bernabeu et alii, 2001
Mendandia
Nivel I
fauna
GrN-22740
6440±40
5480-5320
Alday, 2005
Almonda
Cisterna 1
Fauna (canino ciervo)
OxA-9287
6445±45
5477-5321
Zilhão,2001
Almonda
Cisterna 1
Adorno hueso
OxA-9288
6445±45
5477-5321
Zilhão, 2001
Mendandia
La Vaquera
bellota
GrA-9226
6440±50
5480-5320
Estremera, 2003
Padrão
conchas
ICEN-645
6420±60
5442-5255
Zilhão, 2000
Fauna
KIA 21347
6407±34
5470-5318
Inédita
Blasco et alii, 2005
Lámpara
Hoyo 18
(costilla de
macroungulado)
Can Sadurní
cereal
UBAR-760
6405±55
5480-5300
Retamar
conchas
Beta-90122
6400±85
5530-5200
Lazarich et alii, 1997
Fauna
KIA 21358
6365±36
5469-5262
Inédita
KIA 21356
6355±30
5466-5261
Inédita
Revilla
Estructura 14
(Fragmento de diáfisis
SI de mesomamífero)
Revilla
Estructura 4
Fauna doméstica
(Fragmento de diáfisis
de tibia de ovicáprido)
Cendres
VII
cereal
Beta-142228
6340±70
5474-5081
Bernabeu et alii, 2001
Caldeirão
NA2
fauna
OxA-1035
6330±80
5480-5079
Zilhão, 1992
Revilla
Estructura 9
cereal
UtC-13347
6313±48
5470-5080
Stika, 2005
Or
J4/c17a
cereal
OxA-10192
6310±70
5469-5067
Zilhão, 2001
Revilla
Estructura 4
Fauna
KIA 21351
6289±31
5338-5145
Inédita
(diáfisis de radio de
mesomamífero)
Cendres
VIIa
fauna
Beta-107405
6280±80
5330-5055
Bernabeu et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 9
Fauna
KIA 21352
6280±33
5320-5082
Inédita
(Fragmento craneal
de mesoungulado)
Lámpara
Hoyo 1
cereal
UtC-13346
6280±50
5370-5060
Stika, 2005
Or
J4/c14
cereal
OxA-10191
6275±70
5459-5048
Zilhão, 2001
—95—
[page-n-102]
58
Revilla
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Estructura 14
Fauna
KIA 21357
6271±31
5317-5082
Inédita
(Fragmento de diáfisis
de metápodo de
mesomamífero)
Or
H3/c7
cereal
H-1754/1208
6265±75
5380-5000
Martí, 1978
Revilla
Estructura 2
cereal
UtC-13269
6250±50
5320-5060
Stika, 2005
Revilla
Estructura 12
cereal
UtC-13295
6250±50
5320-5060
Stika, 2005
Revilla
Estructura 4
Fauna
KIA 21359
6245±34
5302-5074
Inédita
Revilla
Estructura 16
cereal
UtC-13294
6240±50
5320-5050
Stika, 2005
Revilla
Estructura 13
Fauna
KIA 21355
6230±30
5298-5070
Inédita
(Mandíbula de Sus sp.)
(Fragmento apendicular
de mesomamífero)
Caldeirão
NA2
fauna
OxA-1034
6230±80
5340-4940
Zilhão, 1992
Revilla
Estructura 2
cereal
UtC-13350
6210±60
5310-4990
Stika, 2005
Revilla
Estructura 2
Fauna
KIA 21346
6202±31
5280-5056
Inédita
(fragmento distal de
fémur de macromamífero)
Los Cascajos
hueso humano
Ua-16024
6185±75
5310-4840
García y Sesma, 2001
Estructura 13
Fauna doméstica
(diáfisis de fémur de
ovicáprido)
KIA 21354
6177±31
5259-5002
Inédita
conchas
Wk-6851
6160±60
5300-4930
Bicho et alii, 2000
Revilla
Estructura 12
Fauna
KIA 21349
6158±31
5256-4992
Inédita
Revilla
Estructura 12
Fauna doméstica
KIA 21353
6156±33
5256-4961
Inédita
Revilla
Alcantarilla
(Escápula de ovicáprido)
Murciélagos
IV
cereal
GrN-6169
6150±45
5221-4941
Muñoz, 1972
Lámpara
Hoyo 1
hueso humano
KIA 6790
6144±46
5243-4924
Inédita
Caldeirão
NA2
hueso humano
OxA-1033
6130±90
5296-4843
Zilhão, 1992
Lámpara
Hoyo 11
Fauna
KIA 21348
6125±33
5209-4861
Inédita
UtC-13348
6120±60
5260-4850
Stika, 2005
(gran cuneiforme S
posiblemente de uro)
Revilla
Estructura 4
cereal
conchas
Wk-6672
6120±70
5260-4840
Bicho et alii, 2000
C
fauna
ICEN-805
6100±70
5230-4847
Zilhão, 2000
esparto
CSIC-1133
6086±45
5080-4840
Cacho et alii, 1996
Alcantarilha
Na. Sra. Lapas
Murciélagos Alb.
La Vaquera
bellota
GrA-8241
6080±70
5150-4790
Estremera, 2003
Draga
E3 hogar
cereal
Hd-15451
6060±40
5052-4906
Bosch et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 1
huesos humanos
KIA 6789
6055±34
5208-4825
Inédita
Arenaza
IC2
fauna
OxA-7157
6040±75
5210-4730
Arias y Altuna, 1999
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6714
6030±55
5210-4790
Ruiz y Montero, 1999
Murciélagos
IV
cereal
GrN-6639
6025±45
5051-4800
Muñoz, 1972
Draga
E56 hogar
cereal
UBAR-313
6010±70
5060-4730
Bosch et alii, 1999
Casa Moura
1a
hueso humano
TO-953
5900±60
5045-4729
Zilhão y Carvalho, 1996
Gitanos
A3
fauna
AA-29113
5945±55
4950-4700
Arias et alii, 1999
esparto
CSIC-1134
5900±38
4860-4680
Cacho et alii, 1996
Murciélagos Alb.
—96—
[page-n-103]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
Caldeirão
NA1
59
fauna
OxA-1036
5870±80
4941-4540
esparto
Murciélagos Alb.
CSIC-1132
5861±48
4850-4590
Zilhão, 1992
Cacho et alii, 1996
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6580
5840±80
4940-4460
Ruiz y Montero, 1999
Caldeirão
NA1
hueso humano
TO-350
5810±70
4895-4510
Zilhão, 1992
Cerro Virtud
II
hueso humano
OxA-6713
5765±55
4780-4460
Ruiz y Montero, 1999
Arenaza
IC2
fauna
OxA-7156
5755±65
4770-4460
Arias y Altuna, 1999
Vaquera
inferior
fauna
CSIC-148
5650±80
4703-4342
Zamora, 1976
Mas d´Is
Foso4-100405
cereal
Beta-171908
5590±40
4500-4340
Bernabeu et alii, 2003
Mas d´Is
Foso5-99014
cereal
Beta-171907
5550±40
4460-4330
Bernabeu et alii, 2003
El Mirón
303.3
cereal
GX-30910
5550±40
4460-4330
Peña et alii, 2005
esparto
CISC-246
5400±80
4370-4030
Cacho et alii, 1996
Murciélagos
Kobaederra
IV
Marizulo
1 superior
cereal
AA-29110
5375±90
4360-3990
Arias et alii, 1999
cereal
Pico Ramos
Beta-181689
5370±40
4330-4040
Zapata, en preparación
fauna
GrN-5992
5285±65
4320-3970
Arias et alii, 2000
hueso humano
Pasteral
UBAR-101
5270±70
4260-3960
Mestres y Martín, 199
Tabla 2.- Tabla realizada a partir de Juan-Cabanilles y Martí (2002), Zilhão (2001), Zapata et alii (2004) y últimos trabajos
presentados al III Congreso de Neolítico de Santander (Arias, Ontañón y García-Moncó, 2005).
FECHAS DE C14 SOBRE MUESTRAS DE CARBÓN EN CONTEXTOS
DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA
Yacimiento
Contexto
Muestra
Laboratorio
Años BP
Cal BC 2 σ
Bibliografía
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13941
7165±37
6158-5924
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16576
7136±33
6076-5915
Inédita
Lámpara
Hoyo 16
carbón
KIA 16573
7108±34
6053-5890
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16581
7075±44
6017-5840
Inédita
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13944
7014±37
5988-5791
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
KIA 16568
7000±32
5983-5786
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16580
6989±48
5983-5741
Inédita
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13935
6983±45
5984-5730
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
KIA 16578
6975±32
5973-5745
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16570
6956±39
5969-5728
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16569
6920±50
5969-5710
Inédita
Lámpara
Hoyo 18
carbón
(madera pino)
KIA 16577
6915±33
5841-5720
Inédita
Lámpara
Hoyo 13
carbón
KIA 16566
6835±34
5784-5640
Inédita
Revilla
Estructura 14
carbón
KIA 13947
6809±37
5739-5635
Inédita
Pena Água
Eb (base)
carbón
Wk-9214
6775±60
5766-5561
Zilhão, 2001
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13934
6772±47
5733-5563
Inédita
—97—
[page-n-104]
60
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Chaves
Ib
carbón
GrN-12685
6770±70
5800-5530
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13939
6755±57
5733-5559
Utrilla et alii, 1998
Inédita
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16575
6744±33
5719-5564
Inédita
Cendres
VII
carbón
Beta-75220
6730±80
5710-5460
Bernabeu et alii, 1999
Lámpara
Hoyo 13
carbón
(madera pino)
KIA 16574
6729±45
5723-5558
Inédita
Revilla
Estructura 14
carbón
KIA 13946
6691±48
5710-5495
Inédita
Chaves
Ib
carbón
GrN-12683
6650±80
5720-5470
Utrilla et alii, 1998
Lámpara
Hoyo 9
carbón
(madera pino)
KIA 16579
6610±32
5618-5482
Inédita
Lámpara
Hoyo 13
carbón
(madera pino)
KIA 16571
6608±35
5618-5481
Inédita
Mas d’Is
Casa 3
carbón
(Quercus
perennifolio)
Beta-166728
6400±40
5470-5310
Bernabeu et alii, 2003
Mas d’Is
Foso 5, relleno inf.
carbón
(Quercus
ilex-coccifera)
Beta-171906
6400±40
5470-5310
Bernabeu et alii, 2003
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13940
6568±37
5614-5474
Inédita
Font Ros
SN
carbones
AA-16498
6561±56
5580-5330
Bordas et alii, 1996
Chaves
Ib
carbón
GrN-13604
6490±40
5530-5360
Utrilla et alii, 1998
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13933
6468±40
5482-5324
Inédita
Chaves
Ib
carbón
CSIC-378
6460±70
5540-5300
Utrilla et alii, 1998
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13938
6449±42
5480-5320
Inédita
Revilla
Estructura 5
carbón
KIA 13948
6449±37
5479-5322
Inédita
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13945
6446±39
5479-5320
Inédita
carbón
Ly-5218
6420±60
5480-5310
Jordá Pardo et alii, 1990
Nerja
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13942
6415±36
5475-5316
Inédita
Cendres
H18
carbón
Beta-75219
6420±80
5460-5230
Bernabeu et alii, 1999
Draga
E106-poste
madera
UBAR-314
6410±70
5440-5250
Bosch et alii, 1999
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13937
6405±36
5474-5304
Inédita
Lámpara
Hoyo 1
carbón
KIA 4780
6390±60
5439-5218
Inédita
Revilla
Estructura 2
carbón
KIA 13932
6385±35
5470-5301
Inédita
Font Ros
E36
carbones
AA-16502
6370±57
5440-5220
Bordas et alii, 1996
Revilla
Estructura 4
carbón
KIA 13936
6335±46
5465-5153
Inédita
Correio-Mor
V
carbón
ICEN-1099
6330±60
5422-5090
Bicho et alii, 2000
Chaves
Ib
carbón
GrN-13605
6330±70
5480-5070
Utrilla et alii, 1998
Chaves
Ia
Font Ros
GrN-13602
6330±90
5480-5060
Utrilla et alii, 1998
GrA-21360
6310±60
5390-5200
Montes, 2005
carbones
AA-16501
6307±68
5430-5060
Bordas et alii, 1996
carbón
E33
Murciélagos
carbón
carbón
Huerto Raso
GrN-6926
6295±45
5370-5080
Hop and Muñoz, 1974;
López García, 1980;
Peña-Chocarro, 1999
Draga
Sector B
madera
Beta-137197
6290±70
5380-5060
Bosch et alii, 2000
Draga
Sector B
madera
Beta-137198
6270±70
5365-5045
Bosch et alii, 2000
—98—
[page-n-105]
LA NEOLITIZACIÓN DE LA MESETA NORTE A LA LUZ DEL C-14
61
Cendres
H17
carbón
Beta-75218
6260±80
5330-4980
Bernabeu et alii, 1999
Murciélagos
V
madera carboni.
GrN-6638
6250±35
5264-5075
Muñoz, 1972
Font Ros
E15
carbones
AA-16499
6243±56
5920-5020
Bordas et alii, 1996
Chaves
Ia
carbón
CSIC-379
6230±70
5340-4960
Utrilla et alii, 1998
Plansallosa
I
carbón
Beta-74311
6180±60
5250-4940
Bosch et alii, 1998
Vidre
II hogar
carbón
Beta-58934
6180±90
5320-4900
Utrilla et alii, 1998
Parco
IV?
carbones
CSIC-281
6170±70
5300-4930
Utrilla et alii, 1998
Mas d’Is
Foso 4, relleno inf.
carbón
(Quercus
ilex-coccifera)
Beta-162093
6160±40
5240-4960
Bernabeu et alii, 2003
Cendres
H15a
carbón
Beta-75217
6150±80
5260-4900
Bernabeu et alii, 1999
Plansallosa
I
carbón
Beta-74313
6130±60
5230-4910
Bosch et alii, 1998
Chaves
Ia
carbón
CSIC-381
6120±70
5160-4840
Utrilla et alii, 1998
Parco
EE1
carbón
GrN-20058
6120±90
5300-4800
Utrilla et alii, 1998
Barruecos
Hogar
carbón
Beta-171124
6080±40
5068-4900
Cerrillo et alii, 2005
S.P. Canaferrim
UE 4
carbón
ICEN-1152
6070±60
5200-4830
Simões, 1999
Barruecos
Silo 1
carbón
Beta-159899
6060±50
5068-4832
Cerrillo et alii, 2005
En Pardo
VIII
carbón
Beta-89286
6060±50
5070-4800
Soler et alii, 1999
Lavra
3
carbón
ICEN-76
6060±60
5198-4805
Carvalho, 1999
Font Ros
E21
carbones
AA-16500
6058±79
5210-4790
Bordas et alii, 1996
S.P. Canaferrim
UE 4
carbón
ICEN-1151
6020±60
5060-4780
Simões, 1999
Cendres
H15
carbón
Beta-75216
6010±80
5070-4730
Bernabeu et alii, 1999
Cendres
Va
carbón
UBAR-172
5990±80
5070-4720
Bernabeu et alii, 1999
Puyascada
II
carbón
CSIC-384
5930±60
4950-4670
Utrilla et alii, 1998
Cendres
H14
carbón
Beta-75215
5930±80
4960-4600
Bernabeu et alii, 1999
Cerro Virtud
II
madera carboni.
Beta-90885
5920±70
4940-4620
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Cerro Virtud
II
carbones
OxA-6715
5895±55
4940-4590
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Plansallosa
II
carbón
OxA-2592
5890±80
5000-4545
Bosch et alii, 1998
Cerro Virtud
II
carbón
?
5880±49
4900-4620
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Plansallosa
II
carbón
Beta-74312
5870±60
4900-4580
Bosch et alii, 1998
Canes
7
carbón
AA-5788
5865±70
4900-4550
Arias et alii, 2000
Buraco Pala
IV base
carbón
GrN-19104
5860±30
4798-4627
Carvalho, 1999
Cerro Virtud
II
carbón
Beta-101425
5860±70
4905-4540
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Lavra
3
carbón
UGRA-267
5830±90
4908-4466
Carvalho, 1999
Abauntz
2r
carbón
GrN-21010
5820±40
4780-4540
Utrilla et alii, 1998
La Vaquera
Fase II
carbón
GrN-22929
5800±30
4770-4550
Estremera, 2003; López
García et alii, 2003
Cendres
Vc
carbón
Beta-75214
5790±80
4790-4480
Bernabeu et alii, 1999
Mirón
303.3
carbón
GX-25856
5790±90
4810-4450
González y Straus, 2000
Padró II
ext. cámara
carbón
UBAR-114
5770±80
4800-4450
Mestres y Martín, 1996
Fraga Aia
hogar 2
carbón
Gif-7891
5750±70
4780-4457
Carvalho, 1999
—99—
[page-n-106]
62
M. A. ROJO-GUERRA, M. KUNST, R. GARRIDO-PENA e I. GARCÍA-MARTÍNEZ DE LAGRÁN
Plansallosa
II
carbón
Beta-87965
5720±70
4725-4425
Bosch et alii, 1998
Mirón
10
carbón
GX-23413
5690±50
4690-4360
González y Straus, 2000
Fraga Aia
hogar 2
carbón
Gif-8079
5690±70
4716-4960
Carvalho, 1999
Buraca Grande
5/6
carbón
Gif-9497
5670±70
4690-4350
Aubry et alii, 1997
Cerro Virtud
II
madera carboni.
Beta-90884
5660±80
4700-4350
Ruiz-Taboada y
Montero, 1999
Revilla
Estructura 8
carbón
KIA 13943
5642±96
4712-4262
Inédita
Santa Maira
I
carbón
Beta-75224
5640±60
4620-4340
Badal, 1999
Cendres
Va
carbón
Beta-75213
5640±80
4590-4350
Bernabeu et alii, 1999
Puyascada
II
carbón
CSIC-382
5580±70
4560-4320
Utrilla et alii, 1998
Guineu
II
carbón
Gif-99112
5580±70
4560-4320
Allué, 2005
carbón
GrN-19596
5580±80
4570-4620
Arias, 1995
Arenillas
Mirón
10
carbón
GX-23414
5570±50
4500-4330
González y Straus, 2000
Mirón
303.1
carbón
GX-25855
5520±70
4500-4220
González y Straus, 2000
Mirón
303
carbón
GX-25854
5500±90
4540-4040
González y Straus, 2000
Guineu
II
carbón
Gif/LSM-11037
5480±60
4460-4220
Allué, 2005
Guineu
II
carbón
GifA-99112
5480±80
4500-4210
Allué, 2005
Font Molinot
CIII
carbón
MC-1111
5450±90
4460-4040
Mestres y Martín, 1996
Toll
c5c fosa
carbón
MC-2137
5440±80
4460-4040
Martín, 1993
Toll
c3c
carbón
MC-2138
5440±80
4460-4040
Marín, 1993
Font Roure
E10
carbón
A-462
5960±90
4350-3980
Mestres y Martín, 1996
Toro
Guineu
carbón
No disponible
5380±45
4330-4050
Buxó, 1993 y 1997
II
carbón
GifA-99112
5330±70
4330-3980
Allué, 2005
madera
UBAR-63
5330±90
4340-3970
Martín, 1993
9
carbón
GX-24461
5280±4?
4230-3980
González y Straus, 2000
Lladres
Mirón
Grioteres
7
carbón
UGRA-274
5280±90
4340-3940
Mestres y Martín, 1996
Hort Grimau
E17
carbón
A-465
5270±65
4250-3960
Mestres y Martín, 1996
Sierra Plana
túm. 24
túmulo
carbón
OxA-6914
5230±50
4220-3960
Arias et alii, 1999
Toll
c3
carbón
MC-2139
5210±90
4250-3750
Martín, 1993
Velilla
superior
cenizas
GrN-17167
5200±55
4218-3822
Delibes y Zapatero, 1996
carbón
Ua-12662
5180±70
4220-3800
Zapata, 2002
carbones
GrN-12117
5160±80
4170-3760
Utrilla et alii, 1998
Lumentxa
Moro Olvena
inferior c5
—100—
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