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ARCHIVO DE PREHlSTORIA LEVANTINA
Vol. XXIV (Valencia, 2001 )
ROSARIO CEBRIÁN FERNÁNDEZ*
FRAGMENTO DE FRISO DÓRICO HALLADO EN SAETABIS
El conocimiento de la ciudad romana de Saetabis sigue planteando muchos problemas. La
aparición de algunos tramos de muralla en las excavaciones arqueológicas realizadas en las cercanlas de las iglesias de Sant Josep y Sant Feliu (Martfnez, 1987: 47-59), pavimentos de opus
signinum y diversas cisternas para la recogida y almacenamiento de agua en la misma zona permiten situar al núcleo romano en la ladera norte del Cerro del Castell, en la parte denominada la
Costa.
A pesar de la escasez de hallazgos arqueológicos, Saetabis continua siendo una de las ciudades del área valenciana mejor conocidas en cuanto a la documentación epigráfica. Las 60 inscripciones que conocemos de la ciudad han aparecido en el espacio sobre el que se asentó la antigua Saetabis, preferentemente reaprovechadas como bloques en la construcción de la muralla y
puertas de la ciudad medieval.
La mayoría de los epígrafes de Saetabis tienen carácter funerario. El predominio de soportes en forma de bloques y placas (23) permite considerar que las necrópolis de la ciudad albergaron un buen número de mausoleos y/o monumentos funerarios de obra. Además, la presencia
de aras ( 15) también obliga a pensar en la existencia de monumentos de cierta envergadura en
las necrópolis, ya que debieron situarse en el interior de construcciones. Por otra parte, la aparición de estelas (2) evidencia áreas funerarias a cielo abierto, donde sirvieron para señalizar el
lugar de enterramiento de un difunto.
En este sentido, el hallazgo de un fragmento de entablamento perteneciente a un monumento funerario permite conocer mejor el paisaje interior de las necrópolis de Saetabis. En 1994,
• Avda. del Cid, 122, 26'. 46018 Valencia.
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ROSARIO CEBIUÁN F ERNÁNDEZ
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O
Fig. 1.- F riso d órico de Saetabis.
20cm
Fig. 2.- Dibujo del fragmento de friso haUado
en Saetabis.
durante los trabajos de consolidación de la parte oeste de la muralla medieval de Saetabis, en el
tramo entre la Cova dels Coloms y la antigua ermita de Les Santes se descubrieron tres aras
(CoreU, 1994, n° 30, 33 y 45; Cebrián, 1995, 275-278) y un fragmento de friso dórico, cuyas
metopas presentan una decoración en forma de cabezas de toro (Levante 29 abril 1994, 32). En
la actualidad, se conservan en el Museo de I'Almodi (Xativa) (fig. 1).
DESCRIPCIÓN
El friso que estudiamos está realizado en piedra caliza de color gris, extraída del mismo
cerro sobre el que se asentó la antigua Saetabis. Las medidas originales son 63 cm de altura y 24
cm de profundidad, mientras que la anchura conservada es de 66 cm. La cara frontal, superior e
inferior del bloque fueron alisadas, mientras que la posterior aparece simplemente desbastada.
En la cara superior presenta la huella de una grapa para su ensamblaje en la construcción. La
pieza conserva un surco tallado con posterioridad para su reutilización.
La decoración aparece corrida en la parte superior del bloque, utilizando una franja de 20,5
cm de anchura. El friso de Saetabis presenta una decoración arquitectónica de estilo dórico, en
el que alternan triglifos y metopas. Los triglifos tienen forma rectangular y están compuestos por
dos canales entre tres machones (Joulin, 1988, J6-l7). La anchura de los triglifos conservados
en este friso es de 14,1 cm cada uno de ellos. Por su parte, la única metopa conservada en su totalidad tiene unas dimensiones de 20,5 cm de altura y 22,5 cm de anchura.
El motivo figurativo que aparece representado en la metopa corresponde a una cabeza de
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bóvido. El artesano que realizó la decoración cinceló muy toscamente los principales rasgos de
la cara anterior de la cabeza. Los cuernos aparecen poco curvados y sus extremos coinciden con
los ángulos superiores de la metopa en el que han sido dibujados. Las orejas están situadas debajo de los cuernos dispuestas de forma horizontal. El morro del bóvido está limitado por una doble
línea que arranca en las orejas y suponemos que terminarla, aunque no se conserva, en la boca.
Los ojos están representados mediante un pequeño círculo, de forma muy esquemática (fig. 2).
COMENTARIO
Las representaciones de cabezas de toro en algunos frisos dóricos pertenecientes a monumentos funerarios no resultan extraños en época romana, a pesar de que su origen baya que buscarlo en el mundo griego (Napp, 1933). El motivo helenístico de la cabeza de toro fue muy utilizado y sirvió de modelo a la representación típicamente romana del bucráneo, que se repitió
con un claro carácter funerario (Beltrán Portes, 1984-1985, 163).
En el área valenciana, conocemos otros dos ejemplos de frisos dóricos con representación
figurada de una cabeza de toro (fig. 3). En Saguntum, fuera de contexto arqueológico pero en una
zona de necrópolis, se encontraron tres sillares pertenecientes a un friso dórico, que presentan
una decoración de triglifos y metopas, entre las que se alternan cabezas de toros y rosetas con
umbo (Aimagro-Gorbea, 1980, 127-135). En el yacimiento de La Alcudia (Elche) se halló,
durante las excavaciones realizadas en los años 30, una metopa decorada con una patena con
umbo (Ramos, 1933, 106). Las analogías con el friso dórico saguntino permitieron a Almagro-
Fig. 3.- Friso dórico de Saguntum.
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Gorbea (1980, 128) considerar que en la decoración del monumento funerario de llici también
estarían presentes la cabezas de toro.
En Hispania, también conocemos algunos relieves con cabeza frontal de toro entre metopas.
En 'Barcelona, reaprovecbados en la muralla, se hallaron cinco bloques decorados con cabezas
de toro, rosetas y tres cabezas humanas diferentes, sin duda, de máscaras (Tarradell, 1969, 7677, fig. 61-62, 167-168, .fig. 147-148). Además, en Zaragoza se documentan algunas aras con
representación de toros (Aguarod y Mostalac, 1983, 311-329). Tampoco faltan ejemplos en otras
provincias del Imperio (Filippi, 1991,397-398, taf. XL, 3; Pezet, 1962, 100, fig. 105).
La presencia de un friso dórico en el ámbito funerario de Saetabis documenta la existencia
de monumentos funerarios de cierta entidad en las necrópolis. La población mostró un gusto
determinado, en un período concreto, en la decoración arquitectónica de algunas construcciones
funerarias. Nada sabemos sobre la tipología del monumento del que formó parte, ya que el fragmento apareció fuera de contexto.
Las mismas dificultades nos encontramos a la hora de fechar este friso de Saetabis. La arquitectura funeraria de época romana manifestó el gusto por una decoración de frisos dóricos con
cabezas de bóvidos y rosetas vegetales a partir de Augusto y durante todo el período julio-claudio (Joulin, 1988, 214). Este modelo de monumento funerario fue introducido por los inmigrantes itálicos, asentados en Hispania a partir de la época de César y de Augusto.
BffiLTOGRAFÍA
AGUAROD, M.• C. y MOSTALAC, A. O983): ''Nuevos hallazgos de aras taurobólicas en la provincia de
Zaragoza". Homenaje al Prof M Almagro Basch, Madrid, pp. 311-329.
ALMAGRO-GORBEA, M. (1980): "El monumento funerario romano con friso dórico de Sagunto".
Saguntum, 15, pp. 127-135.
BELTRÁN FORTES, J. (1984-1985): ''El tema decorativo de bucranios y guirnaldas en las arae béticas".
Mainake, VI-VII, pp. 163-176.
CEBRlÁN, R. (1995): ''Un beneficiarius consularis documentado en Saetabi". Saguntum, 28, pp. 275-277.
CORELL, J. (1994): lnscripcions romanes de Saetabis i el seu territori. Valencia.
FILIPPI, G. ( 1991 ): "Aequiculi". En S. Panciera (ed.): Inscriptiones Latinae liberae rei publicae. Actes du
CoUoque en mémoire de Attilio Degrassi, Roma.
JOULIN, J. (1988): Les frises doriques de Narbonne. Bruselas.
MARTÍNEZ, J. M. ( 1987): "Excavaciones arqueológicas en la muralla del Bellveret (Xativa)". Papers de
la Costera, 5, pp. 47-59.
NAPP, E. (1933): Bukranion und Guirlande. Heidelberg.
PEZET, M. (1962): Sur les traces d'Hercule. París.
RAMOS FOLQUÉS, A. (1933): "Nuevos descubrimientos en llici". AEAA, 9, pp. 103-lll.
TARRADELL, M. ( 1969): Art romain en Espagne. Barcelona.
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Vol. XXIV (Valencia, 2001 )
ROSARIO CEBRIÁN FERNÁNDEZ*
FRAGMENTO DE FRISO DÓRICO HALLADO EN SAETABIS
El conocimiento de la ciudad romana de Saetabis sigue planteando muchos problemas. La
aparición de algunos tramos de muralla en las excavaciones arqueológicas realizadas en las cercanlas de las iglesias de Sant Josep y Sant Feliu (Martfnez, 1987: 47-59), pavimentos de opus
signinum y diversas cisternas para la recogida y almacenamiento de agua en la misma zona permiten situar al núcleo romano en la ladera norte del Cerro del Castell, en la parte denominada la
Costa.
A pesar de la escasez de hallazgos arqueológicos, Saetabis continua siendo una de las ciudades del área valenciana mejor conocidas en cuanto a la documentación epigráfica. Las 60 inscripciones que conocemos de la ciudad han aparecido en el espacio sobre el que se asentó la antigua Saetabis, preferentemente reaprovechadas como bloques en la construcción de la muralla y
puertas de la ciudad medieval.
La mayoría de los epígrafes de Saetabis tienen carácter funerario. El predominio de soportes en forma de bloques y placas (23) permite considerar que las necrópolis de la ciudad albergaron un buen número de mausoleos y/o monumentos funerarios de obra. Además, la presencia
de aras ( 15) también obliga a pensar en la existencia de monumentos de cierta envergadura en
las necrópolis, ya que debieron situarse en el interior de construcciones. Por otra parte, la aparición de estelas (2) evidencia áreas funerarias a cielo abierto, donde sirvieron para señalizar el
lugar de enterramiento de un difunto.
En este sentido, el hallazgo de un fragmento de entablamento perteneciente a un monumento funerario permite conocer mejor el paisaje interior de las necrópolis de Saetabis. En 1994,
• Avda. del Cid, 122, 26'. 46018 Valencia.
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Fig. 1.- F riso d órico de Saetabis.
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Fig. 2.- Dibujo del fragmento de friso haUado
en Saetabis.
durante los trabajos de consolidación de la parte oeste de la muralla medieval de Saetabis, en el
tramo entre la Cova dels Coloms y la antigua ermita de Les Santes se descubrieron tres aras
(CoreU, 1994, n° 30, 33 y 45; Cebrián, 1995, 275-278) y un fragmento de friso dórico, cuyas
metopas presentan una decoración en forma de cabezas de toro (Levante 29 abril 1994, 32). En
la actualidad, se conservan en el Museo de I'Almodi (Xativa) (fig. 1).
DESCRIPCIÓN
El friso que estudiamos está realizado en piedra caliza de color gris, extraída del mismo
cerro sobre el que se asentó la antigua Saetabis. Las medidas originales son 63 cm de altura y 24
cm de profundidad, mientras que la anchura conservada es de 66 cm. La cara frontal, superior e
inferior del bloque fueron alisadas, mientras que la posterior aparece simplemente desbastada.
En la cara superior presenta la huella de una grapa para su ensamblaje en la construcción. La
pieza conserva un surco tallado con posterioridad para su reutilización.
La decoración aparece corrida en la parte superior del bloque, utilizando una franja de 20,5
cm de anchura. El friso de Saetabis presenta una decoración arquitectónica de estilo dórico, en
el que alternan triglifos y metopas. Los triglifos tienen forma rectangular y están compuestos por
dos canales entre tres machones (Joulin, 1988, J6-l7). La anchura de los triglifos conservados
en este friso es de 14,1 cm cada uno de ellos. Por su parte, la única metopa conservada en su totalidad tiene unas dimensiones de 20,5 cm de altura y 22,5 cm de anchura.
El motivo figurativo que aparece representado en la metopa corresponde a una cabeza de
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bóvido. El artesano que realizó la decoración cinceló muy toscamente los principales rasgos de
la cara anterior de la cabeza. Los cuernos aparecen poco curvados y sus extremos coinciden con
los ángulos superiores de la metopa en el que han sido dibujados. Las orejas están situadas debajo de los cuernos dispuestas de forma horizontal. El morro del bóvido está limitado por una doble
línea que arranca en las orejas y suponemos que terminarla, aunque no se conserva, en la boca.
Los ojos están representados mediante un pequeño círculo, de forma muy esquemática (fig. 2).
COMENTARIO
Las representaciones de cabezas de toro en algunos frisos dóricos pertenecientes a monumentos funerarios no resultan extraños en época romana, a pesar de que su origen baya que buscarlo en el mundo griego (Napp, 1933). El motivo helenístico de la cabeza de toro fue muy utilizado y sirvió de modelo a la representación típicamente romana del bucráneo, que se repitió
con un claro carácter funerario (Beltrán Portes, 1984-1985, 163).
En el área valenciana, conocemos otros dos ejemplos de frisos dóricos con representación
figurada de una cabeza de toro (fig. 3). En Saguntum, fuera de contexto arqueológico pero en una
zona de necrópolis, se encontraron tres sillares pertenecientes a un friso dórico, que presentan
una decoración de triglifos y metopas, entre las que se alternan cabezas de toros y rosetas con
umbo (Aimagro-Gorbea, 1980, 127-135). En el yacimiento de La Alcudia (Elche) se halló,
durante las excavaciones realizadas en los años 30, una metopa decorada con una patena con
umbo (Ramos, 1933, 106). Las analogías con el friso dórico saguntino permitieron a Almagro-
Fig. 3.- Friso dórico de Saguntum.
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Gorbea (1980, 128) considerar que en la decoración del monumento funerario de llici también
estarían presentes la cabezas de toro.
En Hispania, también conocemos algunos relieves con cabeza frontal de toro entre metopas.
En 'Barcelona, reaprovecbados en la muralla, se hallaron cinco bloques decorados con cabezas
de toro, rosetas y tres cabezas humanas diferentes, sin duda, de máscaras (Tarradell, 1969, 7677, fig. 61-62, 167-168, .fig. 147-148). Además, en Zaragoza se documentan algunas aras con
representación de toros (Aguarod y Mostalac, 1983, 311-329). Tampoco faltan ejemplos en otras
provincias del Imperio (Filippi, 1991,397-398, taf. XL, 3; Pezet, 1962, 100, fig. 105).
La presencia de un friso dórico en el ámbito funerario de Saetabis documenta la existencia
de monumentos funerarios de cierta entidad en las necrópolis. La población mostró un gusto
determinado, en un período concreto, en la decoración arquitectónica de algunas construcciones
funerarias. Nada sabemos sobre la tipología del monumento del que formó parte, ya que el fragmento apareció fuera de contexto.
Las mismas dificultades nos encontramos a la hora de fechar este friso de Saetabis. La arquitectura funeraria de época romana manifestó el gusto por una decoración de frisos dóricos con
cabezas de bóvidos y rosetas vegetales a partir de Augusto y durante todo el período julio-claudio (Joulin, 1988, 214). Este modelo de monumento funerario fue introducido por los inmigrantes itálicos, asentados en Hispania a partir de la época de César y de Augusto.
BffiLTOGRAFÍA
AGUAROD, M.• C. y MOSTALAC, A. O983): ''Nuevos hallazgos de aras taurobólicas en la provincia de
Zaragoza". Homenaje al Prof M Almagro Basch, Madrid, pp. 311-329.
ALMAGRO-GORBEA, M. (1980): "El monumento funerario romano con friso dórico de Sagunto".
Saguntum, 15, pp. 127-135.
BELTRÁN FORTES, J. (1984-1985): ''El tema decorativo de bucranios y guirnaldas en las arae béticas".
Mainake, VI-VII, pp. 163-176.
CEBRlÁN, R. (1995): ''Un beneficiarius consularis documentado en Saetabi". Saguntum, 28, pp. 275-277.
CORELL, J. (1994): lnscripcions romanes de Saetabis i el seu territori. Valencia.
FILIPPI, G. ( 1991 ): "Aequiculi". En S. Panciera (ed.): Inscriptiones Latinae liberae rei publicae. Actes du
CoUoque en mémoire de Attilio Degrassi, Roma.
JOULIN, J. (1988): Les frises doriques de Narbonne. Bruselas.
MARTÍNEZ, J. M. ( 1987): "Excavaciones arqueológicas en la muralla del Bellveret (Xativa)". Papers de
la Costera, 5, pp. 47-59.
NAPP, E. (1933): Bukranion und Guirlande. Heidelberg.
PEZET, M. (1962): Sur les traces d'Hercule. París.
RAMOS FOLQUÉS, A. (1933): "Nuevos descubrimientos en llici". AEAA, 9, pp. 103-lll.
TARRADELL, M. ( 1969): Art romain en Espagne. Barcelona.
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