Un poblado del cobre en Puebla de Don Fabrique (Granada)
Jesús Fernández Palmeiro
Daniel Serrano Várez
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ARCHlVO DE PREHISTORIA LEVAN'I'lNA
Vol. XX (Valencia. 1990)
JESUS FERNÁNDEZ PALMEIRO Y DANIEL SERRANO VÁREZ*
UN POBLADO DE LA EDAD DEL COBRE EN PUEBLA
DE DON FADRIQUE (GRANADA)
Queremos sumamos al homenaje que el S.I.P. de Valencia ofrece a don Enrique Pla
Ballester, que fue miembro y director del mismo durante varios años, dando a conocer
un poblado de la Edad del Cobre, cultura que él sintetizó en la Comunidad Valenciana
en los años 50.
El yacimiento lo hemos denominado con el nombre de Higueruela por estar situado
inmediatamente detrás del cortijo conocido como Higueruela o Figueruela de Arriba, en
el municipio granadino de Puebla de Don Fadrique. Creemos que su futura excavación
podrá aportar interesantes datos para el conocimiento de esta fase prehistórica.
El estudio lo centraremos en la cerámica campaniforme, que es uno de los principales elementos definidores de la Edad del Cobre. Mencionaremos también otros materiales, así como la presencia de otros vestigios arqueológicos de las proximidades. Todos
estos materiales han sido recogidos en superficie y quedan a dis posición del Museo Arqueológico Provincial de Granada.
SITUACIÓN DEL YACIMIENTO
Puebla de Don Fadrique se encuentra en el N.E. de la provincia de Granada, formando parte de las altiplanicies de Baza-Huéscar y limitando con Nerpio (Albacete),
Moratalla y Caravaca (Murcia), Vélez Blanco y María (Almería), Huéscar y Orce (Granada).
El yacimiento de Higueruela está situado a 37° 55' de latitud N. y a 2° 23' 35" de
longitud O., en una pequeña alineación montañosa que hay entre los montes de Reolid
y la Sierra de Alcatín. Esta alineación asciende suavemente desde la carretera comar• Cl. Cart.agena, 29, hl\jo A. 30840 Alcantarilla (Murcia).
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cal 321 hasta alcanzar los 1.100 m. en el lugar donde se ubica el poblado, elevándose a
partir de ahí algo más bruscamente hasta alcanzar una máxima altura de 1.167 m. (1).
Geológicamente la zona está constituida por dolomías, calizas dolomíticas, calizas,
margas y margocalizas, calizas margosas con anmonites piritosos, calizas nodulosas y
calizas con sílex (2).
La vegetación aparece muy degradada, dominando los pequeños arbustos como el
esparto (Stipa tenacissima), tomillo (Thymus hyemalis), espliego (Lavandula latifolia),
sabina (Juniperus phoenicea), mejorana (Thymus mastichina), aliaga (Genista sp. ), ajedrea (Satureja montana), zahareña o rabo de gato (Sideritis leucanta), jarilla (Helianthemun sp.), enebro (Juniperus communis), etc.
El arbolado, aparte del que hay junto a los cortijos, queda reducido a la presencia de
almendros en la llanura y terrazas de abancalamiento de los alrededores del cerro y a
una pequeña repoblación de pinos a pie de monte, junto a la carretera.
El acceso es fácil a través de la carretera C-321 de Puebla a María, por la que se
llega, transcurridos unos 7'5 Km., hasta un pequeño carril que hay a la izquierda que
conduce al cortijo.
Desde el lugar es perfectamente visible la parte S. de la llanura cerealista del
campo de la Puebla, que se extiende entre las elevaciones montañosas que constituyen
el límite del municipio con los de Huéscar y Orce, así como parte del trazado de las actuales carreteras que transcurren por ella y que unen Puebla de D. Fadrique con Huéscar y con María.
Hacia el E . la visibilidad queda interrumpida por la Sierra de Alcatín, aunque en el
espacio intermedio hay una pequeña llanura que, extendiéndose en dirección N.E., conduce al límite con Murcia.
El sistema hidrológico de las proximidades del poblado está formado por las ramblas endorreicas del Prado y de Campillejos actualmente secas, pues el agua que podían llevar es utilizada en regadíos.
Junto al cortijo y al pie de la falda del cerro hay una pequeña fuente de escaso caudal que sería determinante a la hora de elegir el lugar como asentamiento ya que permitiría cubrir las necesidades de la pequeña población (lám. 1, 1 F).
VESTIGIOS ARQUEOLÓGICOS DE LA ZONA
Son varios los lugares donde aparecen restos arqueológicos:
- En la parte más elevada de la alineación montañosa (lám. 1, 1 A), hay una meseta redondeada de unos 40 x 50 m. aproximadamente, en la que se aprecia un pequeño
promontorio en el norte donde hay piedras que podían pertenecer a viviendas, así como
restos de cerámica a mano y sílex. El estado de conservación es bueno, no observándose
ningún deterioro.
(1) HQja núm. 23-37 (930) •Puebla de Don Fadrique- del Mapa Militar de Espalla a e..cala 1:60.000. Editado por el Servicio Geográfico
del Ejército.
(2) Hoja m1m. 23-37 (930) •Puebla de Don Facl:riqueo del Mapa Geol6gjco de EapaAa a eacala 1:60.000. Editado por el Instituto Geol6¡ico y Minero.
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- Descendiendo desde el punto anterior hacia el S.O., hay un pequeño cerro donde
se ubica el poblado objeto principal de este trabajo (lám. 1, 1 B).
Debido a las malas condiciones defensivas del lugar, rodeando la ladera expuesta al
sol, se aprecia una muralla que delimitaría la zona habitada (lám. 1, 2). Está construida
con piedras de tamaño medio y en su trazado se adapta a los accidentes del terreno. Suforma es ovoide, midiendo 77 m. su eje longitudinal, 66 m. su máxima anchura y siendo
su grosor de unos 2m. (fig. 9, 110). En la parte baja se aprecia un amontonamiento informe de piedras, algunas de gran tamaño (lám. 1, 3) que podían pertenecer a untorreón o bastión que defendiera la entrada al poblado, si es que ésta se encontrase allí,
cosa que creemos posible debido a que es un lugar al que se accede fácilmente desde el
llano y a que la fuente se encuentra unos pocos metros más abajo. El trazado de la muralla se conserva en su totalidad, aunque es dificil reconocerlo en la parte alta del cerro,
donde la ladera forma una prominencia aproximadamente cónica en la que hay acumulaciones de piedras. En este punto se sitúa la mayor altitud del yacimiento.
En la parte exterior de la muralla abundan las piedras que deben provenir de su derrumbamiento.
La zona de hábitat se conserva en buen estado aunque hay algunos hoyos, hechos
clandestinamente, junto a los cuales se recogieron numerosos restos cerámicos. En uno
de ellos se veían piedras que posiblemente pertenecerían al muro de una casa y a su alrededor había fragmentos de techumbre, en uno de los cuales se aprecian improntas de
troncos y cuerdas de esparto.
-Por el encargado de la finca supimos que hace años un peón caminero, que extraía tierra para el arreglo de la carretera, encontró, cerca de ésta, una construcción en
la que aparecieron hachas pulimentadas. Visitamos el lugar, que se encuentra a unos
300 m. del poblado, y pudimos ver una cavidad excavada y sin techo, con el interior cubierto de arbustos, formada por una pequeña entrada de 1'20 x 1'30 m. a la que sigue
un hueco de forma rectangular de 3'10 m. de ancho, 5'20 m. de largo y 1'20 m. de profundidad (fig. 9, 109). No hemos encontrado ningún resto, excepto una lasca de sílex recogida en las proximidades, que nos pudiera aportar algún dato sobre ella.
Esta información nos llevó a recorrer la zona de los alrededores del yacimiento con
más atención, pudiendo reconocer a unos 50 m. de la muralla, en la ladera que desciende hacia la carretera (lám. 1, 1 C), una alineación circular de piedras que aprovecha
en uno de sus lados la roca natural. Sus dimensiones son desiguales con una largura de
unos 10'5 m. y una anchura máxima hasta la roca de 6'5 m. Las piedras visibles no son
de gran tamaño. En otros puntos de los alrededores hay piedras que parecen adoptar
una disposición en círculos de diferentes diámetros, pero esto puede obedecer a los caprichos de los afloramientos rocosos.
-Por debajo de la fuente y de la pequeña huerta situada frente al cortijo se ven
r estos de muros que forman edificios rectangulares que pertenecerían a una villa iberoromana (lám. 1, 1 D).
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MATERIALES
En la descripción de materiales seguiremos el mismo orden en que fuimos señalando los lugares con restos arqueológicos.
PROCEDENTES DEL CERRO MÁS ELEVADO (lám. I , 1 A)
Pétreo
En sílex hemos recogido un raspador blanco, una lámina del mismo color de 48 mm.
de longitud y 18 mm. de anchura, de seccióin triangular y retoques de uso, dos laminillas de sección trapezoidal con retoque de uso, una de color gris de 18 mm. de longitud y
14 mm. de anchura, y otra de color marrón grisáceo de 22 mm. de longitud y 13 mm. de
ancha, dos lascas de sílex, una de ellas de color blanco con retoques abruptos continuos
en todo su borde, y otra, pequeña y de color marrón rojizo, con retoques simples continuos y directos en el borde derecho.
Hay, además, pequeños trozos muy pulidos de hachas o azuelas pulimentadas.
Cerámica
Fragmentos, en su mayor parte amorfos, de vasijas hechas a mano con superficies
poco cuidadas y con desgrasante grueso. En uno se aprecia un mamelón.
Esta cerámica presenta características propias de la Edad del Bronce.
PROCEDENTES DEL POBLADO AMURALLADO (lám 1, 1 B)
Pétreo
En las figuras 6 y 7 hemos representado los siguientes útiles:
-Puntas de flecha (71 a 74). El retoque es plano invasor en todos excepto en la 74
que es cubriente. Las 71 y 74 son de pedúnculo y aletas y su color es blanco y melado
respectivamente. La 72 es de base cóncava y de color gris. La 73 es romboidal y de color
blanco. A todas les falta el ápice.
- Láminas y laminillas. La 75 es blanco-amarillenta y presenta retoques de uso en
sus bordes. La 77 es negra, de perfil curvo y también con retoques de uso. La 78 es
blanca con retoques simples bifaciales en el borde izquierdo y retoques de uso en el derecho. La 79 es gris y tiene retoques abruptos bifaciales en sus bordes. La 81 es gris con
retoques abruptos bifaciales en el borde derecho y retoques abruptos directos en el izquierdo. La 82 es gris y de perfil curvo con los extremos truncados por retoque abrupto
y presenta retoque en sus bordes. La 83 es gris con un extremo con retoque abrupto y
retoques simples en sus bordes. La 86 es negra y presenta brillo de uso, siendo su borde
izquierdo denticulado por retoques abruptos bifaciales y el derecho tiene retoques
abruptos directos. La 87 es gris con retoques abruptos continuos y directos en el borde
derecho. La 88 es gris con retoques abruptos en la extremidad proximal, y retoques
simples directos en el borde izquierdo e inversos en el derecho. La 89 es marrón melada
con el borde izquierdo con retoques abruptos continuos y directos. La 90 tiene brillo de
uso, es negra y presenta retoques bifaciales en el borde derecho.
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-Geométricos. El 76 y 80 son trapecios de color gris y violáceo respectivamente,
con retoque abrupto. El 84 y 85 son fragmentos de trapecios de color melado y con el
mismo tipo de retoque.
- Utiles sobre lasca. El 93 es una lasca laminar marrón con retoque abrupto, continuo y directo en todos sus bordes. El 95, que pudo usarse como retocador, es blanco y
presenta retoques abruptos junto a otros planos en sus dos caras.
-Placas de sílex tabular y dientes de hoz. 'lbdos presentan retoques abruptos bifaciales en los bordes. La 91 y 94 son grises, el92 es blanco y la 97 es melada.
Ademas de estos útiles hay otros no representados, entre los que figuran un diente
de hoz de 4 cm. de longitud y numerosas lascas y laminillas.
En otros materiales hay 2 fragmentos de hachas de tamaño medio, una de ellas empleadas posteriormente como percutor y 2 piedras usadas como afiladeras.
Óseo
Cerca de uno de los hoyos que se habían practicado en el poblado se encontró un
fragmento de mandíbula humana que conserva dos molares.
Malacología. Adornos
Se han recogido dos caracolas marinas perforadas por frotación (fig. 7, 98 y 99), un
fragmento de Dentalium de 26 mm. de longitud y 6 mm. de diámetro, dos conchas marinas sin huellas de uso y un fragmento de brazalete de pectúnculo.
Cobre
En este metal hay una varilla en forma de arco de círculo y de sección cuadrada con
los vértices redondeados (fig. 7, 96), una laminilla de cobre arrollada, un pequeño fragmento triangular de sección rectangular y dos bolitas de mineral.
Cerámica
* Campaniforme:
Están representados en su totalidad en las figuras 1 a 5. Hay, además, cuatro fragmentos que no se han dibujado por encontrarse en mal estado. Con dudas en algún
caso, atendiendo a la forma del borde y a la curvatura, podemos distinguir los siguientes tipos:
Vasos: 1, 13 y 65.
Cuencos: 2, 9, 11, 15, 36, 38, 42, 48, 61, 62, 67 y 68.
Cazuelas: 37 y 66.
Los números 22 y 32 presentan una especie de carena.
Entre sus características podemos señalar que la arcilla fue bien levigada, el desgrasante es de pequeño tamaño e incluso inapreciable en algún fragmento y la cocción
es oxidante en casi todos los casos.
La técnica empleada para decorarlos es el puntillado mediante ruedecilla en 1, 2,
12, 32, 35, 36 y 68, la mezcla de dos modalidades como la incisión y la ruedecilla en 13,
28, 54 y 66 o la incisión e impresión con punzón en 3, 8, 21 y 37 y, por último, la incisión, que es utilizada en los 54 fragmentos restantes.
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De los 4 no representados 3 son incisos y otro presenta incisiones e impresiones de
punzón.
En cuanto al acabado hay 59 fragmentos con las dos superficies lisas, 2 con ellas
bruñidas, en 5 es bruñida la exterior y alisada la interior y en 7 es lisa la exterior y
bruñida la interior.
La decoración es muy variada. Hay fragmentos en los que únicamente se utiliza el
zig-zag, como los números 29, 47, 50, 51, 55, 59 y 70, dos de ellos, el 55 y 70, con la decoración en el interior. Otros sólo aparecen con incisiones horizontales como los números 4, 5, 6, 10, 44, 45, y 67, siendo en dos de ellos, 5 y 51, una acanaladura. Con mezcla
de los dos motivos anteriores, incisiones horizontales y zig-zag, son los números 16, 22,
25, 30, 38, 48, 60 y 69. Con reticulado solamente son los números 17, 19, 42, 53, 57 y 61
y con reticulados e incisiones horizontales son los números 15, 24, 35, 56, 65 y 68. La
combinación entre incisiones horizontales y otras verticales o ligeramente oblicuas se
puede apreciar en los números 9, 18, 20, 39, 41 y 62. Con incisiones horizontales que
son a veces ~cortadas por otras cortas verticales o ligeramente inclinadas son los números 33 y 63. En los números 3 y 8 se combina el puntillado con punzón con las incisiones horizontales. En los números 27 y 43 grandes zig-zag están rellenos de incisiones
oblicuas. La mezcla entre incisiones horizontales que se combinan con líneas inclinadas
de puntillados puede verse en los números 1, 2, 13 y 36. El número 14 está decorado
por una línea horizontal en la que converge otra oblicua. En el número 21 dos líneas
onduladas parecidas a zig-zag y producidas por impresiones de punzón a modo de pseudoexcisión se combinan con las incisiones horizontales. ·El 26 aparece decorado con incisiones verticales u otras ligeramente inclinadas que tienden a formar ángulo. En el número 32 bandas formadas por líneas de puntillado horizontales y oblicuas combinadas
con otras libres de decoración. En el número 34 las incisiones horizontales se combinan
con motivos en espiga. En el número 49 son bandas formadas por incisiones horizontales e inclinadas que se alternan con otras libres de decoración. En el número 54 unas
incisiones cortas en V aparecen encima de incisiones horizontales de puntillado a ruedecilla.
En otros fragmentos la decoración se hace más complicada. En el número 11 se mezclan las incisiones horizontales con otras cortas verticales y un reticulado. En el número 12 aparecen incisiones horizontales, verticales e inclinadas combinadas con zigzag y reticulados. En el número 23 aparecen incisiones horizontales a la izquierda de
un motivo inciso en forma de Y. En el número 28 dos incisiones en ángulo aparecen
junto a otra horizontal a la que se une una oblicua. En el número 31 se combinan las
incisiones cortas inclinadas, que forman pequeños rectángulos, con otras horizontales,
verticales, oblicuas y en ángulos. En el número 37 se ven seis incisiones verticales seguidas de otras horizontales, un motivo en pseudoexcisión, de nuevo incisiones horizontales y un zig-zag. En el número 46 debajo de incisiones horizontales hay un gran zigzag que forma triángulos que aparecen rellenos de incisiones verticales. En el número
58 debajo de grupos de incisiones cortas verticales hay otras horizontales y un zig-zag.
En el número 66 incisiones cortas oblicuas son seguidas por zig-zag e incisiones horizontales.
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Tres de los fragmentos aparecen decorados por ambas superficies. En el número 7 el
exterior presenta una incisión horizontal encima de otras verticales y en el interior incisiones inclinadas y horizontales. El número 40 tiene su exterior decorado con incisiones horizontales que son a veces cortadas por otras inclinadas y en el interior hay incisiones en ángulo posiblemente pertenecientes a zig-zag paralelos. El número 52 está
decorado en su exterior con incisiones horizontales debajo de las cuales hay una banda
con pequeños cuadraditos producidos por incisiones cortas verticales y en su interior
hay incisiones horizontales.
*Incisa:
Representada por un solo fragmento, número 64, su forma indica claramente la de
cuenco ligeramente exvasado. La superficie interior está alisada y la exterior es rugosa.
El desgrasante que lleva es grueso.
La decoración se ha realizado con un punzón de punta roma.
*Lisa (fig. 8 y 9, números 100 a 108):
Entre los fragmentos recogidos se puede determinar las siguientes formas:
Vasijas de gran tamaño.
Copa. Un fragmento de pie.
Ollas. Una con almagra en la superficie exterior.
Escudillas. Una lleva engobe marrón en ambas superficies.
Cazuelas. Dos de ellas con engobe marrón en la superficie exterior.
Cuencos. De los troncocónicos hay tres que llevan en las dos superficies engobe marrón, beige y almagra respectivamente. Entre los semiesféricos tres llevan engobe marrón en la superficie exterior, uno en la interior y dos en ambas. En los esféricos encontramos dos con engobe marrón en la superficie interior, y uno con almagra en la
interior.
Carenados. La mayoría son de carena baja. Uno de éstos, de pequeño tamaño, 50
mm . aproximadamente de diámetro en la carena, tiene en ésta tres agujeros verticales
que la perforan sin llegar a interesar la superficie interior; es de suponer, dada su distribución, que llevaría un cuarto en la parte que falta, ya que se aprecia que serían simétricos (número 103).
Hay tres fragmentos de carena media y no hay ninguno de carena alta. Uno lleva
una capa de engobe gris claro.
PROCEDENTES DE LA VILLA ffiERO-ROMANA (lám. I, 1 D)
En cerámica común hay siete bordes exvasados de vasijas de tamaño medio y
grande, uno de ellos decorado con bandas, un borde de plato de paredes muy abiertas,
dos fragmentos de pared con decoración ibérica, uno con bandas y otro con una banda y
semicírculos concéntricos y tres asas, una de ellas de ánfora.
En sigillata hay un fragmento de base de sudgálica o hispánica y tres de clara A.
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CONCLUSIONES
En primer lugar, queremos señalar el carácter provisional de lo que podamos decir
tras el estudio de las características del yacimiento de Higueruela y de los materiales
recogidos en superficie. Cualquier conclusión será revisable tras futuras excavaciones
que, en caso de proporcionar una seriación estratigráfica, permitirá la obtención de datos más seguros, desmintiendo o confirmando los aportados por nosotros.
Para encuadrarlo cronológica y culturalmente debemos recurrir a buscar sus paralelos, sobre todo en cuanto a la cerámica campaniforme, en áreas próximas.
En la provincia de Granada son varios los asentamientos en los que la cerámica
campaniforme tiene unas características similares en cuanto a motivos y técnicas de
decoración a las aquí estudiadas.
En las mismas altiplanicies de Baza-Huéscar destaca el conocido Cerro de la Virgen
de Orce, muy cercano a Higueruelas, donde se han señalado varias fases de ocupación
que abarcan desde un Bronce Inicial, con paralelos en la cultura de los Millares, hasta
el final del Argar, siendo posteriormente ocupado en época árabe (3). Para el nivel campaniforme del Cerro de la Virgen se disponen de dataciones de C-14 que lo sitúan entre
el1970 y el1850 a . C. (4). En esta área geográfica, algo más alejado, el poblado del Malagón en Cúllar de Baza proporciona materiales relacionados con los Millar es 1 y cuyo
fmal tuvo lugar con la llegada del campaniforme del que se ha recogido algún fragmento en superficie (5).
También en Las Angosturas de Gor, con importantes manifestaciones megalíticas, y
fechas de C-14 que la sitúan entre el 2300 y el 1900 a . C., parece presentar un momento precampaniforme al que seguiría otro campaniforme (6).
Ya en la Vega de Granada o depresión del Genil, en el Manzanil hay cerámicas campaniformes que han sido situadas dentro del Cobre Tardío y Final (7).
En la región granadina de Los Montes se ubica el importante poblado de Los Castillejos, en las Peñas de los Gitanos (Montefrío) (8), donde se han reconocido niveles que
(3) W. SCHÜLE y M. PELLICER: .El Cerro de la Vugen. Orce (Granada)•. Ese. Arq. en España, 46, Madrid, 1966.
(4) A. ARRffiAS: •Las bases actuales para el estudio del EneoUtico y Eda d del Bronce en el sudeste de la Península Ibérica•. Cuad.
Preb. Univ. Gr., núm. 1, 1976, pág. 161, not. 30.
(6) A ARRffiAS, F. MOLINA, F. DE LA TORRE, T. NÁJERA y L. SÁEZ: •El poblado eneolltico del Malagón (CúllSI'"Saza, Granada)•.
XIV C.N.A., Vitcria, 1975, págs. 319-324.
A ARRmAS, F. MOLJNA, F. DE LA TORRE, T. NÁJERA y L. SÁEZ: •El Poblado de la Edad del Ccbre de "El Malagón" (CúllarBaza, Granada). Campaña de 1975•. Cuad. Preb. Univ. Gr., núm. 3, 1978, págs. 67 y ss.
F. DE LA TORRE y L. SÁEZ: •Nuevas excavaciones en el yacimhmtc de la Edad del Cobre d.e El Malagón•. Homenlije a Luis Siret, J unta de Andalucía, 1986, pág. 221.
F. DE LA TORRE, F. MOLJNA, F. CARRIÓN, F. CONTRERAS, F. B.LANCO, M. A. MORENO, A. RAMOS y M.' P. DE LATORRE: •Segunda Campaña de excavaciones (1983) en el poblado de la Eda d del Cobre de "El Malagón" (Cúllar·Baza, Granada)•.
Cuad. Preb. Univ. Gr., núm. 9, 1984, págs. 131 y ss.
(6} M. RAMOS MILLÁN: «
(7) E. FRESNEDA PADILLA: .El poblado prehistórico de "El Man•anil". (Loja, Granada)•. XVI C.N.A. (Murcia-Cartagena, 1982), Zaragoza, 1983, págs. 239 y ss.
(8) A ARRmAS y F. MOLJNA: •El poblado de "Los Castillejos• en las Peñas de los gitanos (Montefrío, Granada). Campaña de excavaciones de 1971. El corte núm. 1•. Cuad. Preh. Univ. Gr., Serie monográfica núm. 3, 1979.
A. ARRmAS y F. MOLINA: •Nuevas aportaciones al imcio de la metalurgia en la Peolnsula Ibérica. El Poblado de los Castillejos de Montefrío•. En
Dublín, 1979, págs. 9-32.
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van desde un Neolítico Medio a un Cobre Final. Arribas (9), que señala la presencia del
campaniforme en el nivel V, piensa que su mayor apogeo no alcanzaría más de 100
años, bien desde el 2000 al 1900 a . C. o desde el 1900 al1800 a . C.
Asimismo, en el Cerro del Molino en Torre Cardela (10) aparece este tipo de cerámica.
En poblados ya pertenecientes a la Edad del Bronce, como en el Cerro de la Encina
de Monachil (11), se han encontrado fragmentos campaniformes procedentes de cortes
estratigráficos o de superficie. Esto mismo sucede en el Cerro del Cortijo del Molino del
Tercio (Moraleda de Zafayona) (12), con fases culturales medievales, tardorr omanas y
de la Edad del Bronce, donde se ha documentado un trozo campaniforme en contextos
del Bronce Pleno. Estos hallazgos se han interpretado como una perduración de los motivos campaniformes bien entrada la Edad del Bronce (13).
Otros lugares con campaniforme en Granada son el Cerro de los Castellones de Laborcillas (14), Haza de Ocón, así como en cuevas de habitación y necrópolis (15).
En la vecina provincia de Almería destacan Los Millares, yacimiento que ha servido
para la estructuración de este período prehistórico y cuya influencia se ha señalado en
otros asentamientos. Los hermanos Siret realizaron las primeras excavaciones. A ellas
seguirían los trabajos de los Leisner que en 1943 publicaban su primera obra est ableciendo una secuen cia en dos fases, Los Millares I y II, fe chadas entre el 2200 y el
1800/1600 a. C. (16). Al final de Los Millares I aparecía el campaniforme que se h acía
más abundante en el II.
Blance (17), que situaba Los Millares entre el 2500 y el 1700 a. C., establecía como
fecha de llegada del campaniforme el2100 a. C., que marcaría la separación entre Los
Millares I y II.
Posteriormente, Almagro y Arribas (18) señalan que el inicio del campaniforme marítimo estaría entre 1800-1600 a. C. y los de tipo Carmona y Palmela después de 1600 a . C.
Tras los nuevos trabajos arqueológicos (19) aún se siguen manteniendo las dos fases
(9) ARRTBAS: Op. cit. no~. 4, pág. 151.
(10) F. MOLINA y J . CAPEL: •Un corte estratigráfico en el poblado campaniforme de Thrre Candela (Granada)•. XTII C.N.A. (Buelva,
1973), Zaragou, 1975, pága. 411-416.
(ll) A. ARRIBAS, E. PAREJA, F. MOLINA, O. ARTEAGA y F. MOLINA: ·Excavaciones en el poblado de la edad d.el Bronce del Cerro
de la Encina, Monnehil (Granada). (El corte estratigrá.lico núm. 8).. Exc. Arq. co Espatla, 81, 1974.
(12) F. MOLINA, C. HUERTAS y M. J . OCAÑA:
•Cerro del Cortijo del Molino del Tercio, Mornleda de Zafayona (Granada)•. Not. Arq.
Hiep., 10, 1980, págs. 219-306.
(13) M. CARIULERO Ml:U.AN: ·La cerámica cnmpaniforme en la provincia de Granada•. Cuad. Proh. Univ. Gr., núm. 8, 1983, págs.
183, 185 y 196.
(14) A. MENDOZA, F. MOLINA, P. AGUAYO, J. CARRASCO y T. NÁJERA: ·El poblado del Corro de los Caswllones (Laborclllas. Gra·
nada)•. XIII C.N.A. (Huolva, 1973), Zargoza, 1975, págll. 315-322.
(15) Un resumen do los yacimientos con cerámica campaniforme en Granada se puede encontraron CARRILERO MlLLÁN: Op. cit.
no~ 13, págs. 175·198.
(16) Fl. y V, LElSNER: •Dio Megalithgrllber der iberillcllen Flalbin.sell. der Sudden.. Berlín, 1943.
(17) B. BLANCE: ·Early Bronze Age colonists in Iberia•. Antiquity, 35, Cambridge, 1961, pága. 129 y 1111.
B. OLANCE: ~Die Anfn.nge der Me~lurgie auf der lberischen Halbinscl•. S.A.M'. 4, Berlín, 1971, pág. 51 y ss.
(18) M. ALMAGRO y A. ARRIBAS: ·El poblado y la necrópolis megalítica de Los Millares (Santa Fe de Mond\ljar, Almerfa)o. Bibl
Prach. Hi3p., m. 1963, pág. 236.
( 19) A. ARRIBAS, F. MOLINA, L. SÁEZ, F. DE LA TORRE, P. AGUAYO y T. NÁJERA: .Excavnciones en Los MiUarea (San~ Fe. Almerfa). Campaf\88 de 1978 y 1979•. Cuad. Preh. Univ. Gr., núm. 4, 1979, págs. 61 '1 "·
A. ARRIBAS, F. MOUNA, L. SÁEZ, F. DE LA TORRE, P. AGUAYO y T. NAJERA: · Excavaciones en Loa Millares (Santa Fe de
Mond(ljar, Almeria). Campatla de 198b. Cuad. Preh. Univ. Gr., núm. 6, 1981, páp. 91 y aa.
A. ARRffiAS, F. MOLINA, L. SÁEZ, F. DE LA TORRE, P. AGUAYO, A. BRAVO y A. SUÁREZ: ·Excavaciones en Loe Millares
(San~ Fo de Mond\ljar, Almeria). Campallas de 1982 y 1983-. Cuad. Preh. Univ. Gr., núm. 8, 1983, páp. 123 y n .
A ARRIBAS y F. MOUNA: ·Loa Millares. Neve Ausgrabungen un der KupferaeiWchen Sudlung (1978-1981)... Madrider Mittei·
lu.ngen, 23, Heidelberg, 1982, págs. 9-32.
- 263-
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10
J . FERNÁNDEZ Y D. SERRANO
separadas por un momento campaniforme: Los Millares I, precampaniforme, que ocuparía la segunda mitad del III milenio y Los Millares II, campaniforme, entre fines del
III milenio e inicios del II milenio y en cuyo final se extinguiría el poblado sin llegar a
la Edad del Bronce.
Perteneciente al horizonte de Los Millares, el Cerro de las Canteras de Vélez Blanco
es el yacimiento almeriense más cercano a Higueruelas. En él F. de Motos (20) indicaba
una fase neolítica y otra ya metalúrgica al fmal de la cual fue abandonado, como sucedió con el Malagón.
También están aportando datos interesantes el poblado de Terrera Ventura en Tabernas (21) para el que se han establecido 4 fases siendo la IV, fechada entre el 2150 y
el 1950 a. C., el momento en que se inicia la metalurgia y la presencia campaniforme,
así como El Barranquete (22), Almizaraque, etc.
'lbdos estos paralelos nos llevan a situar la cerámica campaniforme de Higueruelas
dentro de un Cobre Pleno y Final, con fechas comprendidas entre el final del lli milenio
y los primeros siglos del II a. C. Al igual que en otras zonas creemos que el puntillado
sería de una época más antigua que el inciso.
La cerámica lisa, con vasos de carena baja, cuencos, fuentes, etc., es similar en sus
formas y tratamientos (almagra y engobe) a la de Los Castillejos de Montefrío, a la del
Cerro de la Virgen de Orce y, en general, a la que aparece en otros poblados granadinos,
almerienses, portugueses o de otras zonas peninsulares con niveles campaniformes. Est as formas , igual que el fragmento inciso que ha proporcionado Higueruelas, se encuentran a lo largo de un amplio período de tiempo, apareciendo ya en una etapa precampaniforme. Esto, junto a la presencia de puntas de flechas, una de ellas de base cóncava,
hace pensar en la posibilidad de que en el yacimiento pueda existir una fase anterior al
campaniforme, cosa que sólo se podrá determinar con seguridad tras una excavación.
Los restos humanos recogidos cerca de uno de los hoyos, que podrían indicar un enterramiento dentro del área del poblado, así como el fragmento de pie de copa serían indicios de la pervivencia del asentamiento hasta época argárica.
En cuanto a la alineación circular de piedras que aprovecha en uno de sus lados la
roca natural, no podemos determinar si se trata de un lugar de enterramiento de época
eneolítica o de restos de una cabaña o de cualquier otro tipo de construcción. Lo mismo
podemos decir del lugar excavado que hay cerca de la carretera, donde al parecer se encontraron hachas pulimentadas, o de los otros lugares donde las piedras parecen adoptar una disposición circular.
El poblado de Higueruela quedaría encuadrado, siguiendo a Arribas y Molina (23),
dentro del Horizonte de Los Millares, cuyas influencias alcanzarían las altiplanicies de
Baza-Huéscar a través del río Almanzora. Sus características en cuanto a tamaño, ubicación, defensas, etc., son similares a otros de la zona.
(20)
(21)
(22)
(23)
F. DE MOTOS: •La Edad Neolftica en Vélez Blanco•. Mem. C.I.P.P., 19, Madrid, 1918.
F. GUSI: •La aldea eneolltica de Ten-era Ventura (Tabernas, Almena)•. XIU C.N.A. (Huelva, 1973), Zaragoza, 1975, págs. 311 y ss.
M.• J . ALMAGRO GORBEA: · E l poblado y la oettópolis del Barranquetc (Almena)•. Aeta Arq. Hisp., 6, Madrid, 1973.
ARRIBAS y M OUNA: Op. cit. nota 8, •El poblado... •, pág. 134.
-264-
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POBLADO DE PUEBLA DE DON FADRIQUE
11
En este tipo de establecimiento se han visto las primeras manifestaciones de urbanismo en la Península Ibérica. Para explicar su formación se han barajado principalmente dos teorías: la colonialista y la indigenista. La primera, iniciada por L. Siret y
continuada posteriormente por Leisner, Sangsmeister, Schubart, Schüle, etc., considera
que son colonias establecidas por prospectores metalúrgicos venidos de oriente en busca
de metal y que fundarían unas colonias de «primer grado», como el Cerro de la Vrrgen o
como podía ser Higueruela, en los caminos que conducen hacia las minas del interior.
Los indigenistas, encabezados por Bosch, propugnan una evolución autóctona desde
etapas anteriores y sin influencias del exterior. Actualmente se busca una posición intermedia que compagine ambas posturas.
Creemos que el asentamiento en Higueruela no se hizo debido a la presencia de filones de cobre en las proximidades, ya que este dato no es recogido en el mapa geológico,
sino que más bien se debería a la explotación de una zona que reúne buenas condiciones agropecuarias. Además, en las proximidades se encuentran otras materias primas
como el esparto, madera, sílex, etc. que les serían de gran utilidad. A esto se uniría el
posible control que el poblado podía ejercer al estar situado, al igual que el Cerro de la
Virgen, El Malagón o el Cerro de las Canteras, en uno de los pasos que desde las altiplanicies de Baza-Huéscar dan acceso, a través del puerto de María y del Valle del Guadalentín, a las tierras de Almería y Murcia, siendo fácil alcanzar desde esta última región la zona levantina.
Este punto se vería confirmado en los estudios realizados por Bernabeu (24) en la
Comunidad Valenciana, para la que señala una influencia de Los Millares. Basándose
en los fragmentos campaniformes y otro tipo de cerámica (platos y fuentes) determina
una proximidad cultural de la zona con el SE. peninsular, encontrando sus paralelos en
el área granadina de Orce y en la murciana de Los Blanquizares de Lébor, aunque para el
área situada al sur del Segura encuentra una falta de datos que dificulta cualquier
comparación.
Este último problema se ha venido solventando en los últimos años en que se han
estudiado yacimientos como el Cabezo del Plomo (25) en Mazarrón, con claras influencias de Los Millares, u otros asentamientos eneolíticos como La Salud (Lorca) (26), El
Prado (Jumilla) (27), etc. Recientes trabajos realizados sobre el vaso campaniforme en
Murcia (28), señalan su presencia en yacimientos del Campo de Lorca y de las sierras y
cuencas occidentales de la región, que serían las áreas murcianas más en contacto con
(24) J . BERNA.BEU: .El va.ao camparuforme en el País Valenciano-. Servicio do Investigación Prehistórica, Diputación Provincial de Valencia. Serie de trab~oe varios, 80, Valencia, 1984, págs. 107-109.
(26) A. M.• ~OZ AMILffi!A: •Poblado eneoütico del tipo Los Millares en Murcia. Espaíla•. Programa y Ponencias d el XVI Congreso
Nacional de Arqueología (Murcia-Cartagena. 8-ll de enero 1982), Murcia, 1982, págs. 71-75.
(26) J . J . ElROA: •Urbanismo protohiat6ríco de Murcia y el Sureste-. Universidad de Murcia, 1989, págs. 58-62.
(27) M. J . WALKER y P. A. LILLO CARPIO: .Excavaciones Arqueol6gica en el yacimiento eneol!tieo do El Prado, Jumilla (Murcia).. XVI
C.N.A. (Murcia-Cartagena, 1982), Zaragoza, 1983, págs. 105-U2.
M. J . WALKER y P. A. LILLO CARPIO: ·Excavaciones Arqueológicas en El Prado, JumiUa (Murcia). Campaíla de 1980-. Anales
do la Univer1idad de Murcia, Faeultad de Letras, Volumen XLII, núm. 3-4, Murcia, 1984, ~- S-36.
(28) M.• M. AYALA JUAN y J . IDAAEZ SÁNCHEZ: cAvanoe al estudio del v&M eamp¡utiforme en la región de Murcia.. xvm C.N.A., Zara¡oza, 1987, ~- 285-300.
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J. FERNÁNDEZ Y D. SERRANO
12
la zona granadina en que se encuentra Higueruela y a través de las cuales se llegaría
al Levante (29).
Finalmente haremos una breve referencia a las otras manifestaciones arqueológicas
que aparecen en Higueruela. Los restos del cerro más elevado pensamos que corresponderían a una ocupación durante la Edad del Bronce, que pudo ser sucesiva o simultánea respecto a la posible fase argárica del poblado amurallado, cuestión que no es posible dilucidar con los datos disponibles.
Los vestigios que hay debajo de la fuente y de la huerta serían de época ibero-romana y se podrían situar en torno al cambio de era a juzgar por los restos de sigillata y
cerámica común encontrados.
(29) En la actualidad la carretera coma.rcal 330 (Pozo Alcón a Cieza) ea utilizada, a su paso por Puebla de Don Fadrique, por los vil\ieros
que desde Andaluda se dirigen a Valencia y Catalulla, ya que aparte de ser un fácil acceso supone un considerable ahorro de kilóme-
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Fig. 7.-El núm. 96 objeto de cobre; núms. 98 y 99 ca.r acolas marinas; el resto útiles d e sílex.
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POBLADO DE PUEBLA DE DON FADRIQUE
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Fig. 9.-Los núms. 105 al108 cerámica lisa; núm. 109 hueco excavado junto a la carretera; núm. 110
muralla.
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LÁM. 1
J. FERNÁNDEZ Y D. SERRANO. -Puebla d e D. Fadrique
2
3
1) Panorámica de l yacimiento; 2) vista de la muralla; 3) grandes piedras junto a la muralla.
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\
J
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ARCHlVO DE PREHISTORIA LEVAN'I'lNA
Vol. XX (Valencia. 1990)
JESUS FERNÁNDEZ PALMEIRO Y DANIEL SERRANO VÁREZ*
UN POBLADO DE LA EDAD DEL COBRE EN PUEBLA
DE DON FADRIQUE (GRANADA)
Queremos sumamos al homenaje que el S.I.P. de Valencia ofrece a don Enrique Pla
Ballester, que fue miembro y director del mismo durante varios años, dando a conocer
un poblado de la Edad del Cobre, cultura que él sintetizó en la Comunidad Valenciana
en los años 50.
El yacimiento lo hemos denominado con el nombre de Higueruela por estar situado
inmediatamente detrás del cortijo conocido como Higueruela o Figueruela de Arriba, en
el municipio granadino de Puebla de Don Fadrique. Creemos que su futura excavación
podrá aportar interesantes datos para el conocimiento de esta fase prehistórica.
El estudio lo centraremos en la cerámica campaniforme, que es uno de los principales elementos definidores de la Edad del Cobre. Mencionaremos también otros materiales, así como la presencia de otros vestigios arqueológicos de las proximidades. Todos
estos materiales han sido recogidos en superficie y quedan a dis posición del Museo Arqueológico Provincial de Granada.
SITUACIÓN DEL YACIMIENTO
Puebla de Don Fadrique se encuentra en el N.E. de la provincia de Granada, formando parte de las altiplanicies de Baza-Huéscar y limitando con Nerpio (Albacete),
Moratalla y Caravaca (Murcia), Vélez Blanco y María (Almería), Huéscar y Orce (Granada).
El yacimiento de Higueruela está situado a 37° 55' de latitud N. y a 2° 23' 35" de
longitud O., en una pequeña alineación montañosa que hay entre los montes de Reolid
y la Sierra de Alcatín. Esta alineación asciende suavemente desde la carretera comar• Cl. Cart.agena, 29, hl\jo A. 30840 Alcantarilla (Murcia).
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2
J. FERNÁNDEZ Y D. SERRANO
cal 321 hasta alcanzar los 1.100 m. en el lugar donde se ubica el poblado, elevándose a
partir de ahí algo más bruscamente hasta alcanzar una máxima altura de 1.167 m. (1).
Geológicamente la zona está constituida por dolomías, calizas dolomíticas, calizas,
margas y margocalizas, calizas margosas con anmonites piritosos, calizas nodulosas y
calizas con sílex (2).
La vegetación aparece muy degradada, dominando los pequeños arbustos como el
esparto (Stipa tenacissima), tomillo (Thymus hyemalis), espliego (Lavandula latifolia),
sabina (Juniperus phoenicea), mejorana (Thymus mastichina), aliaga (Genista sp. ), ajedrea (Satureja montana), zahareña o rabo de gato (Sideritis leucanta), jarilla (Helianthemun sp.), enebro (Juniperus communis), etc.
El arbolado, aparte del que hay junto a los cortijos, queda reducido a la presencia de
almendros en la llanura y terrazas de abancalamiento de los alrededores del cerro y a
una pequeña repoblación de pinos a pie de monte, junto a la carretera.
El acceso es fácil a través de la carretera C-321 de Puebla a María, por la que se
llega, transcurridos unos 7'5 Km., hasta un pequeño carril que hay a la izquierda que
conduce al cortijo.
Desde el lugar es perfectamente visible la parte S. de la llanura cerealista del
campo de la Puebla, que se extiende entre las elevaciones montañosas que constituyen
el límite del municipio con los de Huéscar y Orce, así como parte del trazado de las actuales carreteras que transcurren por ella y que unen Puebla de D. Fadrique con Huéscar y con María.
Hacia el E . la visibilidad queda interrumpida por la Sierra de Alcatín, aunque en el
espacio intermedio hay una pequeña llanura que, extendiéndose en dirección N.E., conduce al límite con Murcia.
El sistema hidrológico de las proximidades del poblado está formado por las ramblas endorreicas del Prado y de Campillejos actualmente secas, pues el agua que podían llevar es utilizada en regadíos.
Junto al cortijo y al pie de la falda del cerro hay una pequeña fuente de escaso caudal que sería determinante a la hora de elegir el lugar como asentamiento ya que permitiría cubrir las necesidades de la pequeña población (lám. 1, 1 F).
VESTIGIOS ARQUEOLÓGICOS DE LA ZONA
Son varios los lugares donde aparecen restos arqueológicos:
- En la parte más elevada de la alineación montañosa (lám. 1, 1 A), hay una meseta redondeada de unos 40 x 50 m. aproximadamente, en la que se aprecia un pequeño
promontorio en el norte donde hay piedras que podían pertenecer a viviendas, así como
restos de cerámica a mano y sílex. El estado de conservación es bueno, no observándose
ningún deterioro.
(1) HQja núm. 23-37 (930) •Puebla de Don Fadrique- del Mapa Militar de Espalla a e..cala 1:60.000. Editado por el Servicio Geográfico
del Ejército.
(2) Hoja m1m. 23-37 (930) •Puebla de Don Facl:riqueo del Mapa Geol6gjco de EapaAa a eacala 1:60.000. Editado por el Instituto Geol6¡ico y Minero.
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POBLADO DE PUEBLA DE DON FADRIQUE
3
- Descendiendo desde el punto anterior hacia el S.O., hay un pequeño cerro donde
se ubica el poblado objeto principal de este trabajo (lám. 1, 1 B).
Debido a las malas condiciones defensivas del lugar, rodeando la ladera expuesta al
sol, se aprecia una muralla que delimitaría la zona habitada (lám. 1, 2). Está construida
con piedras de tamaño medio y en su trazado se adapta a los accidentes del terreno. Suforma es ovoide, midiendo 77 m. su eje longitudinal, 66 m. su máxima anchura y siendo
su grosor de unos 2m. (fig. 9, 110). En la parte baja se aprecia un amontonamiento informe de piedras, algunas de gran tamaño (lám. 1, 3) que podían pertenecer a untorreón o bastión que defendiera la entrada al poblado, si es que ésta se encontrase allí,
cosa que creemos posible debido a que es un lugar al que se accede fácilmente desde el
llano y a que la fuente se encuentra unos pocos metros más abajo. El trazado de la muralla se conserva en su totalidad, aunque es dificil reconocerlo en la parte alta del cerro,
donde la ladera forma una prominencia aproximadamente cónica en la que hay acumulaciones de piedras. En este punto se sitúa la mayor altitud del yacimiento.
En la parte exterior de la muralla abundan las piedras que deben provenir de su derrumbamiento.
La zona de hábitat se conserva en buen estado aunque hay algunos hoyos, hechos
clandestinamente, junto a los cuales se recogieron numerosos restos cerámicos. En uno
de ellos se veían piedras que posiblemente pertenecerían al muro de una casa y a su alrededor había fragmentos de techumbre, en uno de los cuales se aprecian improntas de
troncos y cuerdas de esparto.
-Por el encargado de la finca supimos que hace años un peón caminero, que extraía tierra para el arreglo de la carretera, encontró, cerca de ésta, una construcción en
la que aparecieron hachas pulimentadas. Visitamos el lugar, que se encuentra a unos
300 m. del poblado, y pudimos ver una cavidad excavada y sin techo, con el interior cubierto de arbustos, formada por una pequeña entrada de 1'20 x 1'30 m. a la que sigue
un hueco de forma rectangular de 3'10 m. de ancho, 5'20 m. de largo y 1'20 m. de profundidad (fig. 9, 109). No hemos encontrado ningún resto, excepto una lasca de sílex recogida en las proximidades, que nos pudiera aportar algún dato sobre ella.
Esta información nos llevó a recorrer la zona de los alrededores del yacimiento con
más atención, pudiendo reconocer a unos 50 m. de la muralla, en la ladera que desciende hacia la carretera (lám. 1, 1 C), una alineación circular de piedras que aprovecha
en uno de sus lados la roca natural. Sus dimensiones son desiguales con una largura de
unos 10'5 m. y una anchura máxima hasta la roca de 6'5 m. Las piedras visibles no son
de gran tamaño. En otros puntos de los alrededores hay piedras que parecen adoptar
una disposición en círculos de diferentes diámetros, pero esto puede obedecer a los caprichos de los afloramientos rocosos.
-Por debajo de la fuente y de la pequeña huerta situada frente al cortijo se ven
r estos de muros que forman edificios rectangulares que pertenecerían a una villa iberoromana (lám. 1, 1 D).
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J. FERNÁNDEZ Y D. SERRANO
MATERIALES
En la descripción de materiales seguiremos el mismo orden en que fuimos señalando los lugares con restos arqueológicos.
PROCEDENTES DEL CERRO MÁS ELEVADO (lám. I , 1 A)
Pétreo
En sílex hemos recogido un raspador blanco, una lámina del mismo color de 48 mm.
de longitud y 18 mm. de anchura, de seccióin triangular y retoques de uso, dos laminillas de sección trapezoidal con retoque de uso, una de color gris de 18 mm. de longitud y
14 mm. de anchura, y otra de color marrón grisáceo de 22 mm. de longitud y 13 mm. de
ancha, dos lascas de sílex, una de ellas de color blanco con retoques abruptos continuos
en todo su borde, y otra, pequeña y de color marrón rojizo, con retoques simples continuos y directos en el borde derecho.
Hay, además, pequeños trozos muy pulidos de hachas o azuelas pulimentadas.
Cerámica
Fragmentos, en su mayor parte amorfos, de vasijas hechas a mano con superficies
poco cuidadas y con desgrasante grueso. En uno se aprecia un mamelón.
Esta cerámica presenta características propias de la Edad del Bronce.
PROCEDENTES DEL POBLADO AMURALLADO (lám 1, 1 B)
Pétreo
En las figuras 6 y 7 hemos representado los siguientes útiles:
-Puntas de flecha (71 a 74). El retoque es plano invasor en todos excepto en la 74
que es cubriente. Las 71 y 74 son de pedúnculo y aletas y su color es blanco y melado
respectivamente. La 72 es de base cóncava y de color gris. La 73 es romboidal y de color
blanco. A todas les falta el ápice.
- Láminas y laminillas. La 75 es blanco-amarillenta y presenta retoques de uso en
sus bordes. La 77 es negra, de perfil curvo y también con retoques de uso. La 78 es
blanca con retoques simples bifaciales en el borde izquierdo y retoques de uso en el derecho. La 79 es gris y tiene retoques abruptos bifaciales en sus bordes. La 81 es gris con
retoques abruptos bifaciales en el borde derecho y retoques abruptos directos en el izquierdo. La 82 es gris y de perfil curvo con los extremos truncados por retoque abrupto
y presenta retoque en sus bordes. La 83 es gris con un extremo con retoque abrupto y
retoques simples en sus bordes. La 86 es negra y presenta brillo de uso, siendo su borde
izquierdo denticulado por retoques abruptos bifaciales y el derecho tiene retoques
abruptos directos. La 87 es gris con retoques abruptos continuos y directos en el borde
derecho. La 88 es gris con retoques abruptos en la extremidad proximal, y retoques
simples directos en el borde izquierdo e inversos en el derecho. La 89 es marrón melada
con el borde izquierdo con retoques abruptos continuos y directos. La 90 tiene brillo de
uso, es negra y presenta retoques bifaciales en el borde derecho.
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POBLADO DE PUEBLA DE DON FADRIQUE
5
-Geométricos. El 76 y 80 son trapecios de color gris y violáceo respectivamente,
con retoque abrupto. El 84 y 85 son fragmentos de trapecios de color melado y con el
mismo tipo de retoque.
- Utiles sobre lasca. El 93 es una lasca laminar marrón con retoque abrupto, continuo y directo en todos sus bordes. El 95, que pudo usarse como retocador, es blanco y
presenta retoques abruptos junto a otros planos en sus dos caras.
-Placas de sílex tabular y dientes de hoz. 'lbdos presentan retoques abruptos bifaciales en los bordes. La 91 y 94 son grises, el92 es blanco y la 97 es melada.
Ademas de estos útiles hay otros no representados, entre los que figuran un diente
de hoz de 4 cm. de longitud y numerosas lascas y laminillas.
En otros materiales hay 2 fragmentos de hachas de tamaño medio, una de ellas empleadas posteriormente como percutor y 2 piedras usadas como afiladeras.
Óseo
Cerca de uno de los hoyos que se habían practicado en el poblado se encontró un
fragmento de mandíbula humana que conserva dos molares.
Malacología. Adornos
Se han recogido dos caracolas marinas perforadas por frotación (fig. 7, 98 y 99), un
fragmento de Dentalium de 26 mm. de longitud y 6 mm. de diámetro, dos conchas marinas sin huellas de uso y un fragmento de brazalete de pectúnculo.
Cobre
En este metal hay una varilla en forma de arco de círculo y de sección cuadrada con
los vértices redondeados (fig. 7, 96), una laminilla de cobre arrollada, un pequeño fragmento triangular de sección rectangular y dos bolitas de mineral.
Cerámica
* Campaniforme:
Están representados en su totalidad en las figuras 1 a 5. Hay, además, cuatro fragmentos que no se han dibujado por encontrarse en mal estado. Con dudas en algún
caso, atendiendo a la forma del borde y a la curvatura, podemos distinguir los siguientes tipos:
Vasos: 1, 13 y 65.
Cuencos: 2, 9, 11, 15, 36, 38, 42, 48, 61, 62, 67 y 68.
Cazuelas: 37 y 66.
Los números 22 y 32 presentan una especie de carena.
Entre sus características podemos señalar que la arcilla fue bien levigada, el desgrasante es de pequeño tamaño e incluso inapreciable en algún fragmento y la cocción
es oxidante en casi todos los casos.
La técnica empleada para decorarlos es el puntillado mediante ruedecilla en 1, 2,
12, 32, 35, 36 y 68, la mezcla de dos modalidades como la incisión y la ruedecilla en 13,
28, 54 y 66 o la incisión e impresión con punzón en 3, 8, 21 y 37 y, por último, la incisión, que es utilizada en los 54 fragmentos restantes.
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6
J. FERNÁNDEZ Y D. SERRANO
De los 4 no representados 3 son incisos y otro presenta incisiones e impresiones de
punzón.
En cuanto al acabado hay 59 fragmentos con las dos superficies lisas, 2 con ellas
bruñidas, en 5 es bruñida la exterior y alisada la interior y en 7 es lisa la exterior y
bruñida la interior.
La decoración es muy variada. Hay fragmentos en los que únicamente se utiliza el
zig-zag, como los números 29, 47, 50, 51, 55, 59 y 70, dos de ellos, el 55 y 70, con la decoración en el interior. Otros sólo aparecen con incisiones horizontales como los números 4, 5, 6, 10, 44, 45, y 67, siendo en dos de ellos, 5 y 51, una acanaladura. Con mezcla
de los dos motivos anteriores, incisiones horizontales y zig-zag, son los números 16, 22,
25, 30, 38, 48, 60 y 69. Con reticulado solamente son los números 17, 19, 42, 53, 57 y 61
y con reticulados e incisiones horizontales son los números 15, 24, 35, 56, 65 y 68. La
combinación entre incisiones horizontales y otras verticales o ligeramente oblicuas se
puede apreciar en los números 9, 18, 20, 39, 41 y 62. Con incisiones horizontales que
son a veces ~cortadas por otras cortas verticales o ligeramente inclinadas son los números 33 y 63. En los números 3 y 8 se combina el puntillado con punzón con las incisiones horizontales. En los números 27 y 43 grandes zig-zag están rellenos de incisiones
oblicuas. La mezcla entre incisiones horizontales que se combinan con líneas inclinadas
de puntillados puede verse en los números 1, 2, 13 y 36. El número 14 está decorado
por una línea horizontal en la que converge otra oblicua. En el número 21 dos líneas
onduladas parecidas a zig-zag y producidas por impresiones de punzón a modo de pseudoexcisión se combinan con las incisiones horizontales. ·El 26 aparece decorado con incisiones verticales u otras ligeramente inclinadas que tienden a formar ángulo. En el número 32 bandas formadas por líneas de puntillado horizontales y oblicuas combinadas
con otras libres de decoración. En el número 34 las incisiones horizontales se combinan
con motivos en espiga. En el número 49 son bandas formadas por incisiones horizontales e inclinadas que se alternan con otras libres de decoración. En el número 54 unas
incisiones cortas en V aparecen encima de incisiones horizontales de puntillado a ruedecilla.
En otros fragmentos la decoración se hace más complicada. En el número 11 se mezclan las incisiones horizontales con otras cortas verticales y un reticulado. En el número 12 aparecen incisiones horizontales, verticales e inclinadas combinadas con zigzag y reticulados. En el número 23 aparecen incisiones horizontales a la izquierda de
un motivo inciso en forma de Y. En el número 28 dos incisiones en ángulo aparecen
junto a otra horizontal a la que se une una oblicua. En el número 31 se combinan las
incisiones cortas inclinadas, que forman pequeños rectángulos, con otras horizontales,
verticales, oblicuas y en ángulos. En el número 37 se ven seis incisiones verticales seguidas de otras horizontales, un motivo en pseudoexcisión, de nuevo incisiones horizontales y un zig-zag. En el número 46 debajo de incisiones horizontales hay un gran zigzag que forma triángulos que aparecen rellenos de incisiones verticales. En el número
58 debajo de grupos de incisiones cortas verticales hay otras horizontales y un zig-zag.
En el número 66 incisiones cortas oblicuas son seguidas por zig-zag e incisiones horizontales.
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POBLADO DE PUEBLA DE DON FADRIQUE
7
Tres de los fragmentos aparecen decorados por ambas superficies. En el número 7 el
exterior presenta una incisión horizontal encima de otras verticales y en el interior incisiones inclinadas y horizontales. El número 40 tiene su exterior decorado con incisiones horizontales que son a veces cortadas por otras inclinadas y en el interior hay incisiones en ángulo posiblemente pertenecientes a zig-zag paralelos. El número 52 está
decorado en su exterior con incisiones horizontales debajo de las cuales hay una banda
con pequeños cuadraditos producidos por incisiones cortas verticales y en su interior
hay incisiones horizontales.
*Incisa:
Representada por un solo fragmento, número 64, su forma indica claramente la de
cuenco ligeramente exvasado. La superficie interior está alisada y la exterior es rugosa.
El desgrasante que lleva es grueso.
La decoración se ha realizado con un punzón de punta roma.
*Lisa (fig. 8 y 9, números 100 a 108):
Entre los fragmentos recogidos se puede determinar las siguientes formas:
Vasijas de gran tamaño.
Copa. Un fragmento de pie.
Ollas. Una con almagra en la superficie exterior.
Escudillas. Una lleva engobe marrón en ambas superficies.
Cazuelas. Dos de ellas con engobe marrón en la superficie exterior.
Cuencos. De los troncocónicos hay tres que llevan en las dos superficies engobe marrón, beige y almagra respectivamente. Entre los semiesféricos tres llevan engobe marrón en la superficie exterior, uno en la interior y dos en ambas. En los esféricos encontramos dos con engobe marrón en la superficie interior, y uno con almagra en la
interior.
Carenados. La mayoría son de carena baja. Uno de éstos, de pequeño tamaño, 50
mm . aproximadamente de diámetro en la carena, tiene en ésta tres agujeros verticales
que la perforan sin llegar a interesar la superficie interior; es de suponer, dada su distribución, que llevaría un cuarto en la parte que falta, ya que se aprecia que serían simétricos (número 103).
Hay tres fragmentos de carena media y no hay ninguno de carena alta. Uno lleva
una capa de engobe gris claro.
PROCEDENTES DE LA VILLA ffiERO-ROMANA (lám. I, 1 D)
En cerámica común hay siete bordes exvasados de vasijas de tamaño medio y
grande, uno de ellos decorado con bandas, un borde de plato de paredes muy abiertas,
dos fragmentos de pared con decoración ibérica, uno con bandas y otro con una banda y
semicírculos concéntricos y tres asas, una de ellas de ánfora.
En sigillata hay un fragmento de base de sudgálica o hispánica y tres de clara A.
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J . FERNÁNDEZ Y D. SERRANO
8
CONCLUSIONES
En primer lugar, queremos señalar el carácter provisional de lo que podamos decir
tras el estudio de las características del yacimiento de Higueruela y de los materiales
recogidos en superficie. Cualquier conclusión será revisable tras futuras excavaciones
que, en caso de proporcionar una seriación estratigráfica, permitirá la obtención de datos más seguros, desmintiendo o confirmando los aportados por nosotros.
Para encuadrarlo cronológica y culturalmente debemos recurrir a buscar sus paralelos, sobre todo en cuanto a la cerámica campaniforme, en áreas próximas.
En la provincia de Granada son varios los asentamientos en los que la cerámica
campaniforme tiene unas características similares en cuanto a motivos y técnicas de
decoración a las aquí estudiadas.
En las mismas altiplanicies de Baza-Huéscar destaca el conocido Cerro de la Virgen
de Orce, muy cercano a Higueruelas, donde se han señalado varias fases de ocupación
que abarcan desde un Bronce Inicial, con paralelos en la cultura de los Millares, hasta
el final del Argar, siendo posteriormente ocupado en época árabe (3). Para el nivel campaniforme del Cerro de la Virgen se disponen de dataciones de C-14 que lo sitúan entre
el1970 y el1850 a . C. (4). En esta área geográfica, algo más alejado, el poblado del Malagón en Cúllar de Baza proporciona materiales relacionados con los Millar es 1 y cuyo
fmal tuvo lugar con la llegada del campaniforme del que se ha recogido algún fragmento en superficie (5).
También en Las Angosturas de Gor, con importantes manifestaciones megalíticas, y
fechas de C-14 que la sitúan entre el 2300 y el 1900 a . C., parece presentar un momento precampaniforme al que seguiría otro campaniforme (6).
Ya en la Vega de Granada o depresión del Genil, en el Manzanil hay cerámicas campaniformes que han sido situadas dentro del Cobre Tardío y Final (7).
En la región granadina de Los Montes se ubica el importante poblado de Los Castillejos, en las Peñas de los Gitanos (Montefrío) (8), donde se han reconocido niveles que
(3) W. SCHÜLE y M. PELLICER: .El Cerro de la Vugen. Orce (Granada)•. Ese. Arq. en España, 46, Madrid, 1966.
(4) A. ARRffiAS: •Las bases actuales para el estudio del EneoUtico y Eda d del Bronce en el sudeste de la Península Ibérica•. Cuad.
Preb. Univ. Gr., núm. 1, 1976, pág. 161, not. 30.
(6) A ARRffiAS, F. MOLINA, F. DE LA TORRE, T. NÁJERA y L. SÁEZ: •El poblado eneolltico del Malagón (CúllSI'"Saza, Granada)•.
XIV C.N.A., Vitcria, 1975, págs. 319-324.
A ARRmAS, F. MOLJNA, F. DE LA TORRE, T. NÁJERA y L. SÁEZ: •El Poblado de la Edad del Ccbre de "El Malagón" (CúllarBaza, Granada). Campaña de 1975•. Cuad. Preb. Univ. Gr., núm. 3, 1978, págs. 67 y ss.
F. DE LA TORRE y L. SÁEZ: •Nuevas excavaciones en el yacimhmtc de la Edad del Cobre d.e El Malagón•. Homenlije a Luis Siret, J unta de Andalucía, 1986, pág. 221.
F. DE LA TORRE, F. MOLJNA, F. CARRIÓN, F. CONTRERAS, F. B.LANCO, M. A. MORENO, A. RAMOS y M.' P. DE LATORRE: •Segunda Campaña de excavaciones (1983) en el poblado de la Eda d del Cobre de "El Malagón" (Cúllar·Baza, Granada)•.
Cuad. Preb. Univ. Gr., núm. 9, 1984, págs. 131 y ss.
(6} M. RAMOS MILLÁN: «
(8) A ARRmAS y F. MOLJNA: •El poblado de "Los Castillejos• en las Peñas de los gitanos (Montefrío, Granada). Campaña de excavaciones de 1971. El corte núm. 1•. Cuad. Preh. Univ. Gr., Serie monográfica núm. 3, 1979.
A. ARRmAS y F. MOLINA: •Nuevas aportaciones al imcio de la metalurgia en la Peolnsula Ibérica. El Poblado de los Castillejos de Montefrío•. En
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POBLADO DE PUEBLA D E DON FADRIQUE
9
van desde un Neolítico Medio a un Cobre Final. Arribas (9), que señala la presencia del
campaniforme en el nivel V, piensa que su mayor apogeo no alcanzaría más de 100
años, bien desde el 2000 al 1900 a . C. o desde el 1900 al1800 a . C.
Asimismo, en el Cerro del Molino en Torre Cardela (10) aparece este tipo de cerámica.
En poblados ya pertenecientes a la Edad del Bronce, como en el Cerro de la Encina
de Monachil (11), se han encontrado fragmentos campaniformes procedentes de cortes
estratigráficos o de superficie. Esto mismo sucede en el Cerro del Cortijo del Molino del
Tercio (Moraleda de Zafayona) (12), con fases culturales medievales, tardorr omanas y
de la Edad del Bronce, donde se ha documentado un trozo campaniforme en contextos
del Bronce Pleno. Estos hallazgos se han interpretado como una perduración de los motivos campaniformes bien entrada la Edad del Bronce (13).
Otros lugares con campaniforme en Granada son el Cerro de los Castellones de Laborcillas (14), Haza de Ocón, así como en cuevas de habitación y necrópolis (15).
En la vecina provincia de Almería destacan Los Millares, yacimiento que ha servido
para la estructuración de este período prehistórico y cuya influencia se ha señalado en
otros asentamientos. Los hermanos Siret realizaron las primeras excavaciones. A ellas
seguirían los trabajos de los Leisner que en 1943 publicaban su primera obra est ableciendo una secuen cia en dos fases, Los Millares I y II, fe chadas entre el 2200 y el
1800/1600 a. C. (16). Al final de Los Millares I aparecía el campaniforme que se h acía
más abundante en el II.
Blance (17), que situaba Los Millares entre el 2500 y el 1700 a. C., establecía como
fecha de llegada del campaniforme el2100 a. C., que marcaría la separación entre Los
Millares I y II.
Posteriormente, Almagro y Arribas (18) señalan que el inicio del campaniforme marítimo estaría entre 1800-1600 a. C. y los de tipo Carmona y Palmela después de 1600 a . C.
Tras los nuevos trabajos arqueológicos (19) aún se siguen manteniendo las dos fases
(9) ARRTBAS: Op. cit. no~. 4, pág. 151.
(10) F. MOLINA y J . CAPEL: •Un corte estratigráfico en el poblado campaniforme de Thrre Candela (Granada)•. XTII C.N.A. (Buelva,
1973), Zaragou, 1975, pága. 411-416.
(ll) A. ARRIBAS, E. PAREJA, F. MOLINA, O. ARTEAGA y F. MOLINA: ·Excavaciones en el poblado de la edad d.el Bronce del Cerro
de la Encina, Monnehil (Granada). (El corte estratigrá.lico núm. 8).. Exc. Arq. co Espatla, 81, 1974.
(12) F. MOLINA, C. HUERTAS y M. J . OCAÑA:
•Cerro del Cortijo del Molino del Tercio, Mornleda de Zafayona (Granada)•. Not. Arq.
Hiep., 10, 1980, págs. 219-306.
(13) M. CARIULERO Ml:U.AN: ·La cerámica cnmpaniforme en la provincia de Granada•. Cuad. Proh. Univ. Gr., núm. 8, 1983, págs.
183, 185 y 196.
(14) A. MENDOZA, F. MOLINA, P. AGUAYO, J. CARRASCO y T. NÁJERA: ·El poblado del Corro de los Caswllones (Laborclllas. Gra·
nada)•. XIII C.N.A. (Huolva, 1973), Zargoza, 1975, págll. 315-322.
(15) Un resumen do los yacimientos con cerámica campaniforme en Granada se puede encontraron CARRILERO MlLLÁN: Op. cit.
no~ 13, págs. 175·198.
(16) Fl. y V, LElSNER: •Dio Megalithgrllber der iberillcllen Flalbin.sell. der Sudden.. Berlín, 1943.
(17) B. BLANCE: ·Early Bronze Age colonists in Iberia•. Antiquity, 35, Cambridge, 1961, pága. 129 y 1111.
B. OLANCE: ~Die Anfn.nge der Me~lurgie auf der lberischen Halbinscl•. S.A.M'. 4, Berlín, 1971, pág. 51 y ss.
(18) M. ALMAGRO y A. ARRIBAS: ·El poblado y la necrópolis megalítica de Los Millares (Santa Fe de Mond\ljar, Almerfa)o. Bibl
Prach. Hi3p., m. 1963, pág. 236.
( 19) A. ARRIBAS, F. MOLINA, L. SÁEZ, F. DE LA TORRE, P. AGUAYO y T. NÁJERA: .Excavnciones en Los MiUarea (San~ Fe. Almerfa). Campaf\88 de 1978 y 1979•. Cuad. Preh. Univ. Gr., núm. 4, 1979, págs. 61 '1 "·
A. ARRIBAS, F. MOUNA, L. SÁEZ, F. DE LA TORRE, P. AGUAYO y T. NAJERA: · Excavaciones en Loa Millares (Santa Fe de
Mond(ljar, Almeria). Campatla de 198b. Cuad. Preh. Univ. Gr., núm. 6, 1981, páp. 91 y aa.
A. ARRffiAS, F. MOLINA, L. SÁEZ, F. DE LA TORRE, P. AGUAYO, A. BRAVO y A. SUÁREZ: ·Excavaciones en Loe Millares
(San~ Fo de Mond\ljar, Almeria). Campallas de 1982 y 1983-. Cuad. Preh. Univ. Gr., núm. 8, 1983, páp. 123 y n .
A ARRIBAS y F. MOUNA: ·Loa Millares. Neve Ausgrabungen un der KupferaeiWchen Sudlung (1978-1981)... Madrider Mittei·
lu.ngen, 23, Heidelberg, 1982, págs. 9-32.
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10
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separadas por un momento campaniforme: Los Millares I, precampaniforme, que ocuparía la segunda mitad del III milenio y Los Millares II, campaniforme, entre fines del
III milenio e inicios del II milenio y en cuyo final se extinguiría el poblado sin llegar a
la Edad del Bronce.
Perteneciente al horizonte de Los Millares, el Cerro de las Canteras de Vélez Blanco
es el yacimiento almeriense más cercano a Higueruelas. En él F. de Motos (20) indicaba
una fase neolítica y otra ya metalúrgica al fmal de la cual fue abandonado, como sucedió con el Malagón.
También están aportando datos interesantes el poblado de Terrera Ventura en Tabernas (21) para el que se han establecido 4 fases siendo la IV, fechada entre el 2150 y
el 1950 a. C., el momento en que se inicia la metalurgia y la presencia campaniforme,
así como El Barranquete (22), Almizaraque, etc.
'lbdos estos paralelos nos llevan a situar la cerámica campaniforme de Higueruelas
dentro de un Cobre Pleno y Final, con fechas comprendidas entre el final del lli milenio
y los primeros siglos del II a. C. Al igual que en otras zonas creemos que el puntillado
sería de una época más antigua que el inciso.
La cerámica lisa, con vasos de carena baja, cuencos, fuentes, etc., es similar en sus
formas y tratamientos (almagra y engobe) a la de Los Castillejos de Montefrío, a la del
Cerro de la Virgen de Orce y, en general, a la que aparece en otros poblados granadinos,
almerienses, portugueses o de otras zonas peninsulares con niveles campaniformes. Est as formas , igual que el fragmento inciso que ha proporcionado Higueruelas, se encuentran a lo largo de un amplio período de tiempo, apareciendo ya en una etapa precampaniforme. Esto, junto a la presencia de puntas de flechas, una de ellas de base cóncava,
hace pensar en la posibilidad de que en el yacimiento pueda existir una fase anterior al
campaniforme, cosa que sólo se podrá determinar con seguridad tras una excavación.
Los restos humanos recogidos cerca de uno de los hoyos, que podrían indicar un enterramiento dentro del área del poblado, así como el fragmento de pie de copa serían indicios de la pervivencia del asentamiento hasta época argárica.
En cuanto a la alineación circular de piedras que aprovecha en uno de sus lados la
roca natural, no podemos determinar si se trata de un lugar de enterramiento de época
eneolítica o de restos de una cabaña o de cualquier otro tipo de construcción. Lo mismo
podemos decir del lugar excavado que hay cerca de la carretera, donde al parecer se encontraron hachas pulimentadas, o de los otros lugares donde las piedras parecen adoptar una disposición circular.
El poblado de Higueruela quedaría encuadrado, siguiendo a Arribas y Molina (23),
dentro del Horizonte de Los Millares, cuyas influencias alcanzarían las altiplanicies de
Baza-Huéscar a través del río Almanzora. Sus características en cuanto a tamaño, ubicación, defensas, etc., son similares a otros de la zona.
(20)
(21)
(22)
(23)
F. DE MOTOS: •La Edad Neolftica en Vélez Blanco•. Mem. C.I.P.P., 19, Madrid, 1918.
F. GUSI: •La aldea eneolltica de Ten-era Ventura (Tabernas, Almena)•. XIU C.N.A. (Huelva, 1973), Zaragoza, 1975, págs. 311 y ss.
M.• J . ALMAGRO GORBEA: · E l poblado y la oettópolis del Barranquetc (Almena)•. Aeta Arq. Hisp., 6, Madrid, 1973.
ARRIBAS y M OUNA: Op. cit. nota 8, •El poblado... •, pág. 134.
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11
En este tipo de establecimiento se han visto las primeras manifestaciones de urbanismo en la Península Ibérica. Para explicar su formación se han barajado principalmente dos teorías: la colonialista y la indigenista. La primera, iniciada por L. Siret y
continuada posteriormente por Leisner, Sangsmeister, Schubart, Schüle, etc., considera
que son colonias establecidas por prospectores metalúrgicos venidos de oriente en busca
de metal y que fundarían unas colonias de «primer grado», como el Cerro de la Vrrgen o
como podía ser Higueruela, en los caminos que conducen hacia las minas del interior.
Los indigenistas, encabezados por Bosch, propugnan una evolución autóctona desde
etapas anteriores y sin influencias del exterior. Actualmente se busca una posición intermedia que compagine ambas posturas.
Creemos que el asentamiento en Higueruela no se hizo debido a la presencia de filones de cobre en las proximidades, ya que este dato no es recogido en el mapa geológico,
sino que más bien se debería a la explotación de una zona que reúne buenas condiciones agropecuarias. Además, en las proximidades se encuentran otras materias primas
como el esparto, madera, sílex, etc. que les serían de gran utilidad. A esto se uniría el
posible control que el poblado podía ejercer al estar situado, al igual que el Cerro de la
Virgen, El Malagón o el Cerro de las Canteras, en uno de los pasos que desde las altiplanicies de Baza-Huéscar dan acceso, a través del puerto de María y del Valle del Guadalentín, a las tierras de Almería y Murcia, siendo fácil alcanzar desde esta última región la zona levantina.
Este punto se vería confirmado en los estudios realizados por Bernabeu (24) en la
Comunidad Valenciana, para la que señala una influencia de Los Millares. Basándose
en los fragmentos campaniformes y otro tipo de cerámica (platos y fuentes) determina
una proximidad cultural de la zona con el SE. peninsular, encontrando sus paralelos en
el área granadina de Orce y en la murciana de Los Blanquizares de Lébor, aunque para el
área situada al sur del Segura encuentra una falta de datos que dificulta cualquier
comparación.
Este último problema se ha venido solventando en los últimos años en que se han
estudiado yacimientos como el Cabezo del Plomo (25) en Mazarrón, con claras influencias de Los Millares, u otros asentamientos eneolíticos como La Salud (Lorca) (26), El
Prado (Jumilla) (27), etc. Recientes trabajos realizados sobre el vaso campaniforme en
Murcia (28), señalan su presencia en yacimientos del Campo de Lorca y de las sierras y
cuencas occidentales de la región, que serían las áreas murcianas más en contacto con
(24) J . BERNA.BEU: .El va.ao camparuforme en el País Valenciano-. Servicio do Investigación Prehistórica, Diputación Provincial de Valencia. Serie de trab~oe varios, 80, Valencia, 1984, págs. 107-109.
(26) A. M.• ~OZ AMILffi!A: •Poblado eneoütico del tipo Los Millares en Murcia. Espaíla•. Programa y Ponencias d el XVI Congreso
Nacional de Arqueología (Murcia-Cartagena. 8-ll de enero 1982), Murcia, 1982, págs. 71-75.
(26) J . J . ElROA: •Urbanismo protohiat6ríco de Murcia y el Sureste-. Universidad de Murcia, 1989, págs. 58-62.
(27) M. J . WALKER y P. A. LILLO CARPIO: .Excavaciones Arqueol6gica en el yacimiento eneol!tieo do El Prado, Jumilla (Murcia).. XVI
C.N.A. (Murcia-Cartagena, 1982), Zaragoza, 1983, págs. 105-U2.
M. J . WALKER y P. A. LILLO CARPIO: ·Excavaciones Arqueológicas en El Prado, JumiUa (Murcia). Campaíla de 1980-. Anales
do la Univer1idad de Murcia, Faeultad de Letras, Volumen XLII, núm. 3-4, Murcia, 1984, ~- S-36.
(28) M.• M. AYALA JUAN y J . IDAAEZ SÁNCHEZ: cAvanoe al estudio del v&M eamp¡utiforme en la región de Murcia.. xvm C.N.A., Zara¡oza, 1987, ~- 285-300.
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12
la zona granadina en que se encuentra Higueruela y a través de las cuales se llegaría
al Levante (29).
Finalmente haremos una breve referencia a las otras manifestaciones arqueológicas
que aparecen en Higueruela. Los restos del cerro más elevado pensamos que corresponderían a una ocupación durante la Edad del Bronce, que pudo ser sucesiva o simultánea respecto a la posible fase argárica del poblado amurallado, cuestión que no es posible dilucidar con los datos disponibles.
Los vestigios que hay debajo de la fuente y de la huerta serían de época ibero-romana y se podrían situar en torno al cambio de era a juzgar por los restos de sigillata y
cerámica común encontrados.
(29) En la actualidad la carretera coma.rcal 330 (Pozo Alcón a Cieza) ea utilizada, a su paso por Puebla de Don Fadrique, por los vil\ieros
que desde Andaluda se dirigen a Valencia y Catalulla, ya que aparte de ser un fácil acceso supone un considerable ahorro de kilóme-
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POBLADO DE PUEBLA DE DON FADRIQUE
106
105
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4cm.
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107
------ ---108
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r-"!15 m .
liiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!~~2m .
L-------------------~109
Fig. 9.-Los núms. 105 al108 cerámica lisa; núm. 109 hueco excavado junto a la carretera; núm. 110
muralla.
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LÁM. 1
J. FERNÁNDEZ Y D. SERRANO. -Puebla d e D. Fadrique
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1) Panorámica de l yacimiento; 2) vista de la muralla; 3) grandes piedras junto a la muralla.
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J
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