El Mosaico de "Los Trabajos de Hércules" hallado en Liria (Valencia)
Alberto Balil Illana
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A. BALIL
(Valladolid)
EL MOSAICO DE «LOS TRABAJOS DE HERCULES»
HALLADO EN LIRIA
(Valencia)
Este pavimento fue descubierto en 1917 en la partida de «La Bombilla» en la zona del «Pla del Are», en el término murúcipal de Liria.
Los restos descubiertos entonces, un capitel, cerámica, hoy en el Museo del S. I. P., restos de habitaciones, y posteriormente, han inducido
a sospechar la existencia en esta zona de una área residencial de la
Liria romana.
El mosaico ocupa un rectángulo de 5 '40 m. por 4' 60. Le enmarca
una cenefa de roleos de O' 40 m. de anchura. La superficie se divide en
dos áreas. Una con decoración geométrica que consiste en una serie
de cuadros formados por la contraposición de dos triángulos blancos
y dos negros (Lám. I). El resto está ocupado por doce recuadros con
representaciones de los «athloi», o <>, de Hércules, que se disponen, cuatro en los lados largos y dos en los cortos, alrededor de un
cuadro central, enmarcado por una cenefa de arquillos, que alude al
mito de Hércules y Onfala (Lám. II).
Las dimensiones de dichos cuadros son las siguientes:( 1)·
a) <>. Long. 1 '25 m., anch., 0'90 m.
b) ((Cinturón de Hipólita>>. Long., 0'82 m., anch., 0'605 m.
e) ((Jabalí de Erimantea». Long., 0'765 m., anch., 0'610 m.
j 11 Estas medidas han sido tomadas en la actual instaladón del mosaico en el Museo Arquaológko
Nacional(Madrid), tras ser trasladado de su anterior colocac!ón en el Patio Romano, Agrads~co al doctor
ALMAGRO GORBEA el facilitarme estas medidas y la nueva serie de fotogratlas que aqui se publican.
Agrade2co, igualmente, a la Dirección del M. A. N. su autorización para publicar dichas fotografles. Debo advertir que estos negativos son distintos de los publicados en la Historia de España de Menéndez Pida! (cfr. not¡1 2). El •Archivo Mes• posee también un negativo del conjunto de este mosaico.
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A, BAL!L
d) «Cerbero». Long., 0'835 m., anch., 0'615 m.
e) <
f) «Gerióm>. Alt., 0'80 m., anch., 0'59 m.
g) <
h) <>. Long., 0'80 m., anch., 0'69 m.
i) «El toro de Creta>>. Long., 0'77 m., anch., 0'685 m.
j) «Hidria de Lerna». Long., 0'73 m., anch., 0'67 m.
k) <
l) <
m) «Corza de Cerinea>>. Alt., 0'81 m., anch., 0'59 m.
La parte geométrica y ornamental del mosaico ha sido ejecutada
con grandes teselas; en ocasiones alcanzan hasta los 0'020 m. de lado, al contrario que en las composiciones figuradas, donde son de menor tamaño, incluso en los fondos. ·Los colores han sido representados,
generalmente, con teselas de mármol, blanco, negro, gris, rojo, rosa,
amarillo y ocre, o de pasta vítrea, azul y verde.
En el momento del hallazgo el mosaico presentaba algunos deterioros producidos por desconchados. Así sucede en el tema de Hipólita, el asiento de Onfala y la figura de Hércules en el mismo cuadro.
Menos importantes eran, y hoy han sido suplidos por restauraciones,
los deterioros que se advertían en las historias de Gerión, del león de
Nemea y en orlas y fondos.
Se conservó, in situ, en Liria hasta 1941 en que pasó, por compra,
al Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Fue instalado, primeramente, en el «Patio Romano)), donde ha permanecido hasta la reciente
reinstalación del Museo (2).
(2) C. SARTHOU CARRERES: «Provincia de Valencia», vol. Il (Geografla General del Reino de Va
lencia). Barcelona, s.a., p. 554 y fotograf!a de conjunto.
G. LIPPOLD: «fleraklos Mosaik von Liria>. Jahrbucb des Deutschen Archaologischen Institut
XXXVII. Bcrlin, 1922, p. 1 y ss.
J. PillG 1 CADAFALCH: o:L'Arquitectura romana a CatalunyaJ>. Barcelona, 1934, p. 361-362 y fig. 470
A. FERNANDEZ DE AVILES: «Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional (1940-1945)•. Madrid, 1947, p. llJ y SS.
B. TARACENA: ~Arte romanoo, vol. II de Ars Hispaniae. Madrid, 1947, p. 160 y fig 152.
•Historia de Es{'aila» (Menénde~ Pida]). ll, 1955', p. 767 y ss., fig. 537, 540-552.
J. CARO BAROJA: *España primitiva y romana». 1957, p. 288 y fig. 317.
•Museo Arqueológico Nacionaho, p. 61, núm. 84 y Jám.
S. BRU 1 VIDAL: ~Les terres valencianes durant !'época romana~. Valencia, 1963, p. 186.
G. MAl!. TIN v M. GIL-MASCAB.ELL; ~La romanización en el campo de Liria•. Papeles del Labora tono
de Arqucologia de Valencia, núm. 7. Valencia, 1969, p. 26 y ss.
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MOSAICO DE LIRIA
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Estilo e iconografla
Basta observar este mosaico para que la atención sea atraída y se
fije en su ilusionismo puntillista en las representaciones figuradas. El
musivario se desinteresa no sólo de cuanto sea representación volumétrica y naturalista, sino que sacrifica aspectos organicistas en
pro de nuevos elementos como puede ser la introducción de una «perspectiva jerárquica» en una serie de representaciones. Igual se diga de
la representación de la figura, sus lineas de colores o la discordancia
en emplear tonos claros y oscuros en los volúmenes, como sucede en
las escenas del «Jardín de las Hespérides>>, el «Toro de Creta», los «Pájaros de Estinfalim> o el <
una cierta estereotipia en la figura de Hércules que se repite en la
misma posición en trabajos como son el del «Cancerbero», <
las
«Corza de Cerinea» (3).
Obsérvese como se observe es imposible asociar la secuencia de
las «fatigas», según aparecen en el mosaico de Liria, sea al «orden tradicionah> que propuso Brommer (4) ni al grupo formado por el sarcófago de Velletri, las pilastras orientales de la basílica severiana de
Leptis Magna y un relieve del palacio ducal de Mantua que, según
Bartoccini {5) obedecerían a una tradición iconográfica común. Tampoco es vinculable a otros esquemas más antiguos como el, reconstruido por Treu .(6), de las metopas del templo de Zeus en Olimpia ni el
de varios sarcófagos (7). La mayor coincidencia se da en el hecho de
representar a Hércules imberbe en su lucha contra el león de Nemea
pero no, con la excepción del sarcófago núm. 2.300 del Museo Británico (8), como es frecuente en otros casos, en los trabajos de la Hidria
de Lerna o el jabalí de Erimantea {9).
Lippold reconstruyó la secuencia considerando el tema central de
«Hércules y Onfala» describiendo de izquierda a derecha y siguiendo
un sentido opuesto al de las manecillas del reloj. Con ello establecía la
siguiente secuencia:
Aqu!, como en muchos otros casos, representada como un ciervo.
EROMMER; *Herakles. Die 12 Taten des Heldem. 1953.
Rivista dell'Istltuto Nazionale d'Archeologia e Storia dell"Arte, n.s. VIl, !958, p. 129 Y ss.
!6) •Olyrnpim», III, l.
(7) Cfr. el cuadro de BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 209.
(S) oRep. Re!.», li, p. 475.
(9) EARTOCCINl, o.c. nota 5, se plantea, por consiguiente, la dificultad de la reconstrucción, en el
tiempo, de la sucesión de •fatigas». El grupo Velletrl-Leptis Magna·Mantua, as\ como un sarcófagoTorlonia («Rep. Re!.», III, p. 140) muestra a Hércules imberbe en escenas que en otras representaciones, con·
cret.amente el mosaico de Liria. aparece con barba. Hay que añadir que en algunos casos las circunst.anci~s de conservedón impiden discernir con certeza si se trata de un Hércules barbado o imberbe.
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L e ó n-Hidria-Toro-Hespérides-Yeguas-Gerion-Establos-CerberoJabalí-Hipólita-Cierva (aquí ciervo)-Pájaros (lO).
La iconografia responde a la tradición general de representar al
héroe en cada uno de sus «trabajos>>. Se apartan de esta tradición los
mosaicos de Cartama ( 11) y Piazza Armerina ( 12). Una posible tradición hispánica }udiera sospecharse en el Herakleion de Gades (13),
pero los resultados no son coincidentes IÚ se prestan a establecer una
secuencia de los < en la Península Ibérica es totalmente
exacta. Aún asociando a Hispania el mosaico de Volubilis (14), cuyas
características no se prestan a establecer una secuencia de «athloi)), y
a pesar del prestigio del Hércules Gadítanus la balanza de datos, sal
vo inclusiones de iconografías en lucernas y tipos mol}etales, no acusa
un predominio occidental. No patece sea éste el camino para encontrar un reflejo de la difusión del culto del Hércules Gaditanus ni le son
propias algunas representaciones del héroe con clava y
algunas colecciones que, por residir sus propietarios en Andalucfa,
han sido consideradas de formación y procedencia exclusivamente locales (15).
(10) LIPPOLD, o.c. nota 2.
BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 209. Sistemas diferentes al seguido por LlPPOLD conducen a una secuencia aún menos ~canónica». La sustitución de la cierva o corza por el ciervo es frecuent.isima. La hallamos ya en una de las metopas del llamado Theseion de Atenas; en la besa de Albano, hoy en el Museo
Capitalino (STUART·JONES, oCa t.», p. 62, lám. XIII), aparece la cierva, pero se encuentra e! ciervo en un
sarcófago da Velletri y en nuestro mosaico (BARTOCCINI, o.c. nota 5 p. 209, lo da como cierva, quizés
por lapsus del tipógrafo, pero su cuerno excluye esta posibilidad). Hay que anotar cómo frente el sarcófago de V~IIetri, en le basilica severiana de Leptis Magna y en el relieve de Mantua, aparece una cierva y
no un c1ervo.
(11)
A. BALIL: •Mo~aico con representación de los Trilbajos de Hércules hallado en Cartamao.l!olctín del Seminario de Estudios de Arta y Arqueología, XLIII, Valladolid. 1977. págs. 371-379; el mismo
texto en «Estudios sobre mosaicos romanos, V». Studia Archaeo\ogica, 49, Valladolid, 1!:178, y un resumen en ta revista
(121 A. CARANDINI: •Ricerche sullo stile e cronología dei mosaici delta vills di l?iazza Armerina>.
1954, pág. 51 y SS.
( 13) A. GARCIA Y BELLIDO: •Hércules Gaditanuso. Archivo Español da Arqueologia, XXXVI. Madrid, 1963, p. 104 y ss. y fig. 23, La seria de Cédiz se compone de Hidria-Le6n-Cerbaro·Yeguas de
Diómedes-Jabali·Cierva, m~s Anteo·Centauro Nesso-Aquelo·Apoteosis de Hércules. La relación la da Si·
lio Itálico (IU, 32) y hay que observar que las cuatro últimas ofatigaSJ> nunca fueron incluidas en la serie
~canónicao. Tampoco se advierte una posibilidad de comparar esta sucesión con otras representaciones.
Sobre le dificultad de la interpretación del texto de Silio Itálico, cfr. GARCIA Y BELLIDO, o.c. p. 104 y ss.
Para les irregularidades, asimismo p. 104, donde se propone una cronologie no anterior al 500 a. C. El
tema central. con la Apoteosis de Hércules, recuerda el cuadro central del mosaico de Liria y del de Cartame, advertido ya por GARCIA Y BELLIDO, o. c. p. 107 y ss. Trata de nuevo de dicho tema GARCIA Y
BELLIDO: •Les re!igions orientales daos I'Espagne romalne•. 1967, p, 157, insistiendo en la coincidencia de los
«athloio citados en oVita Apoll.o, V, 5. Desgraciadamente, la referencia es poco indicativa en nuestro caso, pues
el autor de la «Vito ApoU.10 que describe un ambiente anterior en un siglo y medio al suyo, trao:a generalidades
sobre el tema.
(14) THOUVENOT, PSAM, VI, 1941, p. 71 y ss.
(15) J. C. SERRA RAFOLS: «Posibles bronces votivos del Herak\eion de Cád!z». 1 Congreso Arqueológico del Marruews Español (Tetuán, 22/26, junio 1953). Tetuán, 1954, p. 323 y ss. En realidad estas piezas
proceden de Itálica.
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Pudo existir una iconografía hispánica de los <
hoy, reconstruirla y no estará de más recordar que la iconografia «populan>, de seguro de origen hispánico, ignora, prácticamente, la figura
de Herakles (17}. Los tipos monetarios resultan indicativos en este
sentido, como lo es su aparición en los cuños de la ceca de Roma o en
las emisiones de los emperadores galos (18).
Pasemos ahora al análisis de las escenas. En primer lugar el cuadro central con el tema de Hércules, aquf imberbe, y Onfala.
La estancia de Hércules con la reina de Lidia, Onfala, se ha querido relacionar, en realidad sería el castigo por el mismo, con el robo
del trípode délfico (19). El cambio de indumentarias, Hércules en traje,
y labores femeninas y Onfala con la clava y la piel del león, es habitual en la iconografía {20). El origen de esta iconografía es tardía y
aparte algunos vasos suditálicos (21 ), generalmente helenística. Es
excepción un relieve arcaico, labrado en plomo, hallado en Tarento {22). En la serie iconográfica el ejemplar más parecido al nuestro lo
hallamos en una pintura de Pompeya {23). En ésta como en un grupo
escultórico del Museo Nacional de Nápoles, Hércules aparece hilando
(24). Una Onfala sedente con la
hermes de Hércules (25). Añádase que Hércules y Onfala, aunque en
una iconografía distinta y más frecuente, rodeados por representaciones de las «fatigas» aparecen en un relieve del Museo Nacional de Nápoles. (26).
Es curioso observar que las escenas de las «fatigas» se reflejan tan
ampliamente en la iconografia y tan poco en las fuentes textuales (27). El primero de los «athloi» en la serie «canónica» es la de la
(16) A. GARCIA Y BELLIDO: ~Esculturas romana<~ de Espaila y Portugab. Madrid, 1949, nóm. 394,
p. 390 y s. Se conservan sólo ocho piezas. El autar recanstruye su secuencia como en el mosai.co de Liria.
( 17) Talas el caso de la terra sigillata hispánica. Cfr. C. MENDEZ·REVUELTA: cMatenales para el
estudio de la figura humana en el temario de !aterra slgillata hispánica•. BoleUn del Seminario de Arte y
Arqueologia, XL. Valladolid, 1975.
(1 Bl GARCIA Y BELLIDO, o.c. nota 13, p. 134, donde se Incluyen también las acuñaciones hisptinie as.
(19) V. las fuentes escritas en ROCHER'S y RE, ss.vv.
IZO) Para la lconografla del tema en general, cfr. además dalas obras citadas en notas precedente e,
EAA, s.v.; SHUR, AJA, LVll, 1953, p. 261 y ss. SCHAUENBURG: «Rheinische Musemru, Cill, 1960, p. 57
y SS.
(21) TRENDALL: oThe red,figured vases ofLucania, Campania and Slclly:o, I, 1967, p. 184, 249,
25!.
1221
123)
124)
(25)
(261
(27)
•Archeologlckon Ephemeris~. 54, lám. IV.
HELBIG, núm. 1.136.
LECHAT en •Revua de l'Art Anden et Modemeo, XXXII, 1912, p. 19.
E. BABELON: «Catalogue des Brom~es de la Bibliotholque Nalmna!e Qe l'ansll.
~Rep. Rel.o, III, p. 72. 2 IRUESCH, núm. 595).
Diodoro IV, 11 ss. Appolodor, II, 74 ss. Higinio, 1Fab.l, 30.
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muerte del «León de Nemea» (Lám. III, 1), Aunque esta «fatiga)) culminó en el interior de una cueva en la cual Hércules estranguló al león,
de piel invulnerable, es habitual que el episodio sea representado sin
incluir características del lugar de acción. En el mosaico de Liria parece indicativo la aparición de la clava en el campo y que debe ser
una alusión al modo en que Hércules dio muerte al león.
Es éste uno de los temas predilectos de la vieja iconografia que se
remonta al período geométrico (28) y pasan del medio millar los vasos, arcaicos y clásicos, con esta escena (29). Aparece también en una
metopa del templo de Zeus en Olimpia y figuraba en el «dodeké.thlos))
del «Tesoro de los Atenienses)) en Delfos {30).
En el mosaico de Liria encontramos un Hércules imberbe al igual
que en el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis Magna, el relieve del Palacio Ducal de Mantua y el relieve Torlonia. No hay en el
nuestro un fondo paisajístico, representaciones intencionales de árboles como en el sarcófago de Velletri. Representaciones de este ((athlos))
las encontramos en una de las placas de Itálica, ya citadas, donde
Hércules empuña la clava, en lucernas y terra sigillata, aunque no es
posible, hoy por hoy, establecer relaciones entre las escenas
combatiente-león de la terra sigillata hispánica y esta «fatiga)) de Hércules. También en solitario aparece en una pintura de Pompeya, en la
cual la lucha se desarrolla al aire libre y en una composición no muy
alejada de la del mosaico de Liria. (31).
El segundo- cuadro, dentro de la serie «canónica)), nos muestra el
tema de la lucha con la hidria de Lerna (Lám. III, 2). Es dificil establecer si Hércules aparece imberbe, como en el relieve Torlonia, el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis Magna y el relieve de Mantua,
pero parece más probable esta posibilidad que la de Hércules barbado. El musivario no parece comprendiera la iconografta, ciertamente
difícil, de la hidria. Sus nueve cabezas se han convertido aquí en seis
a modo de tentáculos. El episodio del cangrejo parece olvidado y Hércules no combate, según el mito, la hidria con el fuego sino con la cla-
(281
BROMMER en •Marburg Windelmanns Programmo, 1949.
BROMMER: «Vasenlisten ~ur griecilischen HeJdensage~. l!ltiO', p. BS y ss. (No me han sido
asequibles las ediciones posteriores a esta obra.)
(30) Cfr. VON SALIS en •BerHner Windelmanns Programmo, 1949.
(311 Sarcófago de Vel!etri, BARTOGGINI, o.c. nota 5, p. 148. Pilastras de Leptis Magna. M. F.
SOUARGIAPINO: •Scnlture del foro severiano di Leptis Magna•, 1947, p. 98 y ss.
Basa de Albano en los Museos Capitalinos, STUART-JONES, a.c. nota 10.
Relieve de Nápoles, clr. núm. 26.
Relieve de Mantua, •Re. Re!.~. III, p. 51, 2.
Sarcófago del Museo Británico núm. 2.300, 'Rep. Re!.~, II, p. 475, 1 ss.
Pintura de Pompeya, HELBIG núm. 1.124, «Rep. Rel.>, 191, 4.
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va. La clámide del héroe presenta una serie de pliegues irreales que
son frecuentes en este mosaico en todas aquellas representaciones
que el héroe viste dicha prenda. Se diría que el musivario, preocupado
por dar una sensación de movimiento y la agitación de la lucha, ha
prescindido de todo intento realista para aceptar formas ilusionistas o
indicativas aunque ficticias.
El tema aparece ya en algunas piezas de la época geométrica (32)
y en numerosos vasos (33), Para la época arcaica debe tenerse en
cuenta, además, un frontón, muy mutilado, de la Acrópolis de Atenas (34), y un grupo del Museo Capitalino (35). Un tipo diferente de hidria aparece en un mosaico de Tréveris que conserva muy parcialmente la figura de Hércules (36).
La aparición, tras los ((athloi)) citados, de la lucha con el toro de
Creta (Lám. IV, 1) marca claramente la ruptura de la tradición iconográfica del mosaico de Liria con el ((Orden tradicional» establecido por
Brommer, la reconstrucción, según Treu, de la secuencia de las metopas de Olimpia y la serie relieve Torlonia, relieve de Nápoles, sarcófago de Velletri, pilastras de Leptis Magna y relieve de Mantua. La sucesión, a excepción del mosaico de Liria, más disociado del llamado «orden tradicional» la hallamos en el ya citado sarcófago del Museo Británico núm. 2.300.
Hércules capturó el toro vivo y lo entregó a Euristeo; compárese
este caso con el jabalí de Erimantea, encadenándolo. Este tema aparece más tardíamente que los anteriores, aunque recuerde algo de
una de las tazas de Vafio, pues no se documenta en el periodo geométrico pero si, y muy ampliamente, en vasos (37) y en una de las metopas de Olimpia (38).
Sigue a este episodio el de Hércules en el jardín de las Hespérides
(Lám. IV, 2). Su presencia en este orden, dentro del tenido por tradicional, no halla equivalente en ninguno de los grandes conjuntos de
los «athloh> citados anteriormente. Se adivina en la representación la
serpiente que vigila el árbol de los frutos de oro. No aparece el compañero de Hércules en esta fatiga, Atlante, y es el propio héroe quien,
ante las Hespérides asustadas, retira los preciados frutos.
(32)
(33)
(34)
(35)
(36)
(37)
(38)
SCHWEITZER: •Greek Geometric ArtJo. 1971.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 63 y ss.
LAPALUS: *Le fronton sculpté en Grece~. 1947, p. 77 y ss.
STUART-JONES, o.c. nota 10, p. 136.
PARLASCA: •Die ramlsche Mosalken in Deutsch\and•. 1958, lé.m. LVI, l.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 146 y ss.
TREU, o.c. nata 6.
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Se trata de un tema que entró en boga en un momento avanzado,
puesto que sólo se genera1iza a partir del s. IV a. C. aunque aparezca
en numerosos vasos (39) y en una de las metopas de Olimpia (40).
Hallamos a continuación la doma de las yeguas, antropófagas,
de Diómedes, que, sucesivamente, serían entregadas a Euristeo
(Lám. V, 1 ). Esta escena aparece aqui desplazada con respecto a otras
representaciones. Las representaciones son escasas en los vasos {41).
La interpretación de nuestro mosaico puede definirse como <J. La escena ha sufrido una reducción, que parece ser habitual, en
el número de las yeguas situadas en lo que debiera ser lado izquierdo.
De aquí que no aparezcan las cuatro yeguas que cita el mito, sino dos.
Iconografías análogas se advierten en el ya citado sarcófago 2.300
del Museo Británico, la basa de Albano de los Museos Capitalinos, el
relieve, antes Borgiano, del Museo Nacional de Nápoles y, muy próxima a la nuestra, el sarcófago d€ Velletri.
Tampoco la escena de la lucha entre Hércules y Gerión
(Lám. V, 2) ocupa aquí un lugar habitual; en la mayor parte de las representaciones sigue o precede a la de Hipólita. Sin embargo, esta secuencia yeguas-Gerión es la que aparece en el grupo Nápoles-VelletriLeptis Magna-Mantua. Es ésta una de las hazañas más recordadas en
la literatura mítica y aparece con frecuencia en representaciones vasculares (42). La iconografía es muy próxima en este caso, aunque la
representación tricéfala de Gerión es la habitual en el mundo helenístico y romano, a la del sarcófago de Velletri (43).
La limpieza de los establos de Augias entró tardíamente en laiconografía de los ((trabajos» (Lám. VI, 1). No se documenta en la pintura
vascular y, aparte lUla metopa de Olimpia sólo la hallamcs en loo grandes ciclos romanos ya citados (44), el mosaico de Volubilis (45) y uno
de Ostia (46). Al estudiar éste Squarciapino ha agrupado dichas representaciones en tres series (47) correspondiendo el de Liria a la primera. No obstante el mosaico de Liria y el de Ostiáson muy próximos entre sí, puesto que en ambos, y se trata de la serie menos numerosa, Hér(39) BROMMER, o.c. nota 29, p. 57 ss,
(401 Cfr. nota 38. Téngase en cuenta también la pintura, FERRUA: «Le pitture della nuova catacomba di Vla Latina». 1960, p. 79, Lám. LXXXI (H~rcules imberbe).
(411 BROMMER, o.c. nota 29, p. 141 y ss.
(42) BROMMER, o.c. nota 29, p. 48 y ss.
(431 BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 151. no creo que la pintura, FERRUA, o.c. note 40, p. 78, .ám.
LXXVI, se refiera a esta •fatiga».
(44) BROMMER, o.c. nota 28, p. 88.
(45) O.c. nota anterior, p. 72.
(45) M. l'. SOUARCIAPINO: «Fatiche d'Ercole•, Archeologia Classica, X, 1958, p. 106 y ss.
{47) O.c. nota anterior.
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MOSAICO DE LIRIA
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cules aparece «antes» de cumplir su hazaña, aún empeñado en ella.
Hércules aparece aqui con la «leontés», al contrario que en el mosaico
de Ostia y en el de Volubilis. la calva en el suelo hace recordar que en
el mosaico de Ostia aparece apoyada en un árbol quizás suprimido en
el cartón empleado en el mosaico de Liria, que se caracteriza por la
utilización de los fondos neutros. En este sentido es excepción el cuadro que refleja la siguiente hazaña, la captura de Cerbero, (Lám. VI,
2), pues se ha considerado necesario representar las puertas del Hades que aquí se illterpretan, según una tradición más antigua, como
la boca de una cueva. En otras representaciones, como el mosaico de
Volubilis, no aparecen ni puertas ni cueva. El episodio era recordado
ya en la Ilíada (48), por lo cual no sorprende que aparezca ya en algunos vasos (49). En la serie canónica esta representación aparece en
último lugar. Así en el conjunto de Olimpia, la basa de Albano de los
Museos Capitalinos, el sarcófago de' Velletri y en las pilastras de Leptis Magna; se separan de la tradición el relieve <
Sigue a esta «fatiga)) la de la captura del jabalí de Erimantea y su
entrega a Euristeo (Lám. VII, 1 ). De nuevo aparece la clava aislada en
el fondo neutro del mosaico. Esta hazafta ocupa el tercer lugar en la
serie canónica y se docwnenta en la pintura vascular (50). Aparece ya
en metopas de Olimpia, del heraion de P aestum, en el sarcófago de
Velletri, en el mosaico de Vcilubilis, etc., siendo casi general que el cobarde Euristeo aparezca refugiado en un pythos.
También la captura de Hipólita aparece con frecuencia en la pintura vascular (51) (Lám. VII, 2). Esta mUestra la existencia de diversas tradiciones iconográficas. La que aparece en nuestro·mosaico es,
en realidad, un tema de arnazonomaquia aprovechado para representar la citada «fatiga>) (52) que, prácticamente, corresponde al «Motivo
A)) de Bielefeld (53). En la serie canónica esta «fatiga» ocupa ~1 noveno
lugar. En el grupo Velletri-Leptis Magna-Mantua, el sexto.
Sigue la representación de la captura de la cierva de Cerinea
(Lám. VIII, 1). Recuérdese que el motivo de la captura era adueñarse
{481
{491
VIII, 14.
(531
«Amazonomachia•, 1951. passim.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 70 y ss.
(501 BROMMER, o.c. notas 29, p. 70 y ss .. y 44, p. 83.
(511 BROMMER, o.c. notas 29, p. 5 y ss. y 44, p. 83.
BOTHMER: «Amazons in Grsek Art.». 19!)7.
(521 BOTHMER, o.c. nota anterior, p. 209 y ss.
-
273 -
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JO
A. BALIL
del cuerno de oro de la misma (54). Esto explica que en la mayor parte
de las repr:esentaciones aparezca con cuernos de ciervo (55). En algunas representaciones Hércules da muerte a la cierva, en otras se captura el animal y, finalmente, en otras se rompe el citado cuerno de
oro. En otras representaciones Hércules y Apolo luchan por la posesión de la cierva. El tema aparecía ya en una fíbula de Beocia, en numerosos vasos pintados (56); la hallamos ya, sin entrar en relación
con otras representaciones de los «athloi», en un mosaico de Pella de
Macedonia, que corresponde a los llamados «pebble mosaics>>. Aún
puede añadirse un grupo de bronce conservado en el Museo de Palermo (57), aparte las ya citadas metopas de Olimpia, el relieve Torlonia,
donde Hércules aparece imberbe, la basa de Albano, el relieve «Bor~
gianm) de Nápoles, el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis
Magna y el relieve de Mantua. En todos ellos, excepto en la serie del
templo de Zeus de Olimpia, ocupa el cuarto lugar de acuerdo con el
canon establecido por Brommer.
La última representación de los «athloi» en el mosaico de Liria corresponde a la de loo
el sarcófago núm. 2.300 del Museo Británico y el incierto mosaico de
Volubilis. El tema se documenta también en una f'.tbula beocia y en vasos (58). El mosaico de Liria muestra en esta composición un esquema
muy semejante al del sarcófago de Velletri o del mosaico de Volubilis (59).
En resumen, el mosaico de Liria, como la serie incompleta de relieves de Itálica, muestra, de una parte, una iconografia estrechamente unida al grupo Velletri-Leptis Magna-Mantua, pero de otra un
completo alejamiento, sea de la serie canónica de Brommer, sea del
.ciclo establecido en el citado grupo. Pese a ello, parece que cabe aún,
con ciertas reservas, la observación de Bartoccini (60), al seftalar que
el cartón del mosaico de Liria debió inspirarse en un cuaderno de modelos cuyo autor no desconocía la iconografía de las «fatigas» estable(54) Cfr. CAPRINO en EAA, s.v. «Erac\e).
(55) Por error BARTOCCINI indica la presencia de la derva en el mosaico de Liria. Cfr. BARTOCCI·
NI, o.c. nota 5, p. 209.
(56) BROMMER, o.c. notas 29, p. 60 y ss. y 44, p. 85 y ss.
CAPRINO, o.c. nota 54.
(57) CAPRINO, en EAA, I!l, p. 384 y fig. 467.
Para el mosaico de Pella, cfr. PETSA: «Le mosa"ique greco-romain•, 1966, p. 41 Y ss.
(58)
BROMMER, o.c. notas 29, p. 157 y S. y 44, p. 85 y SS.
(59) THOUVENOT, a.c. nota 14, p. 72 y S.
(60) O.c. nat~ 5, p. 179.
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274 -
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MOSAICO DE LIRIA
cid a por las esculturas oriundas de la región, quizás Afrodisia de Caria, donde se crearon piezas como el sarcófago de Velletri o las pilastras de Lepis Magna. Esta revisión iconográfica debió tener lugar en
el último cuarto del s. II; recuérdese en este sentido la especial vinculación Commodo-Hércules, documentada tanto por las fuentes escritas como por los materiales arqueológicos.
Cronología
La orla de ovas que encuentra el tema de Hércules y Onfala se superpone a representaciones de una serie de mosaicos severianos y
tardo-severianos, fines del s. II y primera mitad del s. III d. C. (61).
Igual puede decirse del tema geométrico que aparece en un sector del
mosaico y que si bien documentado en Pompeya (62) se halla también
en mosaicos de fines del s. II d. C. y, en parte, en un mosaico como el
de Nennig, que se acostumbra a fechar en el decenio 230-240 d. C. En
conjunto, y no es novedad respecto a lo que propusiera Lippold, el mosaico puede considerarse severiano y fechable en el primer tercio del
S. III d. c.
(61) FA, VI, 1951, núm. 5.989.
VON GONZENBACH: oDie romlschen Mosaiken \IOn Schwei~~. p. 305.
PARLASCA, o.c. nota 36, lám. VHI, 1, LVI, 6.
BLAKE, li, !áms. XVII, l, XXV, 4, XXXIX, 1 y 4.
BECATTI: i:Mosaic~. mim. 218, 300. dnv. Mos. Afrique•, núm. 93.
(62) BLAKE 1, !ám. XXV, 2, Compárese con BLAKE II, lám. XX, l.
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BALIL.-Mosaico de Liria
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BALIL.-Mosaico de Liria
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BALIL.-Mosaico de Liria
LAM. 111
Hércules y el león de Nemea
Hércules y la hidria de Lerna
(Fotos, M.A.N.)
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BALIL. -Musnlco d'3 Liria
LAM , IV
Hércules y el toro de Creta
Hércules en el jordin de las Hespéride s
(Fotos, M .A.N. )
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BALIL.-Mosaico de Liria
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BALIL.-Mosaico de Liria
LAM. VI
Hércules en los establos de Augias
Hércules y Cerbero
(Fotos. M .A.N.)
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BALIL.-Mosaico de Liria
LAM. VIl
Hércules y el jabalí
Hércules e Hip61ita
(Fotos. M.A.N.)
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BALIL.- M osaico de Liria
LAM. V III
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A. BALIL
(Valladolid)
EL MOSAICO DE «LOS TRABAJOS DE HERCULES»
HALLADO EN LIRIA
(Valencia)
Este pavimento fue descubierto en 1917 en la partida de «La Bombilla» en la zona del «Pla del Are», en el término murúcipal de Liria.
Los restos descubiertos entonces, un capitel, cerámica, hoy en el Museo del S. I. P., restos de habitaciones, y posteriormente, han inducido
a sospechar la existencia en esta zona de una área residencial de la
Liria romana.
El mosaico ocupa un rectángulo de 5 '40 m. por 4' 60. Le enmarca
una cenefa de roleos de O' 40 m. de anchura. La superficie se divide en
dos áreas. Una con decoración geométrica que consiste en una serie
de cuadros formados por la contraposición de dos triángulos blancos
y dos negros (Lám. I). El resto está ocupado por doce recuadros con
representaciones de los «athloi», o <
cuadro central, enmarcado por una cenefa de arquillos, que alude al
mito de Hércules y Onfala (Lám. II).
Las dimensiones de dichos cuadros son las siguientes:( 1)·
a) <
b) ((Cinturón de Hipólita>>. Long., 0'82 m., anch., 0'605 m.
e) ((Jabalí de Erimantea». Long., 0'765 m., anch., 0'610 m.
j 11 Estas medidas han sido tomadas en la actual instaladón del mosaico en el Museo Arquaológko
Nacional(Madrid), tras ser trasladado de su anterior colocac!ón en el Patio Romano, Agrads~co al doctor
ALMAGRO GORBEA el facilitarme estas medidas y la nueva serie de fotogratlas que aqui se publican.
Agrade2co, igualmente, a la Dirección del M. A. N. su autorización para publicar dichas fotografles. Debo advertir que estos negativos son distintos de los publicados en la Historia de España de Menéndez Pida! (cfr. not¡1 2). El •Archivo Mes• posee también un negativo del conjunto de este mosaico.
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265 -
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2
A, BAL!L
d) «Cerbero». Long., 0'835 m., anch., 0'615 m.
e) <
g) <
i) «El toro de Creta>>. Long., 0'77 m., anch., 0'685 m.
j) «Hidria de Lerna». Long., 0'73 m., anch., 0'67 m.
k) <
La parte geométrica y ornamental del mosaico ha sido ejecutada
con grandes teselas; en ocasiones alcanzan hasta los 0'020 m. de lado, al contrario que en las composiciones figuradas, donde son de menor tamaño, incluso en los fondos. ·Los colores han sido representados,
generalmente, con teselas de mármol, blanco, negro, gris, rojo, rosa,
amarillo y ocre, o de pasta vítrea, azul y verde.
En el momento del hallazgo el mosaico presentaba algunos deterioros producidos por desconchados. Así sucede en el tema de Hipólita, el asiento de Onfala y la figura de Hércules en el mismo cuadro.
Menos importantes eran, y hoy han sido suplidos por restauraciones,
los deterioros que se advertían en las historias de Gerión, del león de
Nemea y en orlas y fondos.
Se conservó, in situ, en Liria hasta 1941 en que pasó, por compra,
al Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Fue instalado, primeramente, en el «Patio Romano)), donde ha permanecido hasta la reciente
reinstalación del Museo (2).
(2) C. SARTHOU CARRERES: «Provincia de Valencia», vol. Il (Geografla General del Reino de Va
lencia). Barcelona, s.a., p. 554 y fotograf!a de conjunto.
G. LIPPOLD: «fleraklos Mosaik von Liria>. Jahrbucb des Deutschen Archaologischen Institut
XXXVII. Bcrlin, 1922, p. 1 y ss.
J. PillG 1 CADAFALCH: o:L'Arquitectura romana a CatalunyaJ>. Barcelona, 1934, p. 361-362 y fig. 470
A. FERNANDEZ DE AVILES: «Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional (1940-1945)•. Madrid, 1947, p. llJ y SS.
B. TARACENA: ~Arte romanoo, vol. II de Ars Hispaniae. Madrid, 1947, p. 160 y fig 152.
•Historia de Es{'aila» (Menénde~ Pida]). ll, 1955', p. 767 y ss., fig. 537, 540-552.
J. CARO BAROJA: *España primitiva y romana». 1957, p. 288 y fig. 317.
•Museo Arqueológico Nacionaho, p. 61, núm. 84 y Jám.
S. BRU 1 VIDAL: ~Les terres valencianes durant !'época romana~. Valencia, 1963, p. 186.
G. MAl!. TIN v M. GIL-MASCAB.ELL; ~La romanización en el campo de Liria•. Papeles del Labora tono
de Arqucologia de Valencia, núm. 7. Valencia, 1969, p. 26 y ss.
266 -
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MOSAICO DE LIRIA
3
Estilo e iconografla
Basta observar este mosaico para que la atención sea atraída y se
fije en su ilusionismo puntillista en las representaciones figuradas. El
musivario se desinteresa no sólo de cuanto sea representación volumétrica y naturalista, sino que sacrifica aspectos organicistas en
pro de nuevos elementos como puede ser la introducción de una «perspectiva jerárquica» en una serie de representaciones. Igual se diga de
la representación de la figura, sus lineas de colores o la discordancia
en emplear tonos claros y oscuros en los volúmenes, como sucede en
las escenas del «Jardín de las Hespérides>>, el «Toro de Creta», los «Pájaros de Estinfalim> o el <
misma posición en trabajos como son el del «Cancerbero», <
Obsérvese como se observe es imposible asociar la secuencia de
las «fatigas», según aparecen en el mosaico de Liria, sea al «orden tradicionah> que propuso Brommer (4) ni al grupo formado por el sarcófago de Velletri, las pilastras orientales de la basílica severiana de
Leptis Magna y un relieve del palacio ducal de Mantua que, según
Bartoccini {5) obedecerían a una tradición iconográfica común. Tampoco es vinculable a otros esquemas más antiguos como el, reconstruido por Treu .(6), de las metopas del templo de Zeus en Olimpia ni el
de varios sarcófagos (7). La mayor coincidencia se da en el hecho de
representar a Hércules imberbe en su lucha contra el león de Nemea
pero no, con la excepción del sarcófago núm. 2.300 del Museo Británico (8), como es frecuente en otros casos, en los trabajos de la Hidria
de Lerna o el jabalí de Erimantea {9).
Lippold reconstruyó la secuencia considerando el tema central de
«Hércules y Onfala» describiendo de izquierda a derecha y siguiendo
un sentido opuesto al de las manecillas del reloj. Con ello establecía la
siguiente secuencia:
Aqu!, como en muchos otros casos, representada como un ciervo.
EROMMER; *Herakles. Die 12 Taten des Heldem. 1953.
Rivista dell'Istltuto Nazionale d'Archeologia e Storia dell"Arte, n.s. VIl, !958, p. 129 Y ss.
!6) •Olyrnpim», III, l.
(7) Cfr. el cuadro de BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 209.
(S) oRep. Re!.», li, p. 475.
(9) EARTOCCINl, o.c. nota 5, se plantea, por consiguiente, la dificultad de la reconstrucción, en el
tiempo, de la sucesión de •fatigas». El grupo Velletrl-Leptis Magna·Mantua, as\ como un sarcófagoTorlonia («Rep. Re!.», III, p. 140) muestra a Hércules imberbe en escenas que en otras representaciones, con·
cret.amente el mosaico de Liria. aparece con barba. Hay que añadir que en algunos casos las circunst.anci~s de conservedón impiden discernir con certeza si se trata de un Hércules barbado o imberbe.
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A. BALIL
L e ó n-Hidria-Toro-Hespérides-Yeguas-Gerion-Establos-CerberoJabalí-Hipólita-Cierva (aquí ciervo)-Pájaros (lO).
La iconografia responde a la tradición general de representar al
héroe en cada uno de sus «trabajos>>. Se apartan de esta tradición los
mosaicos de Cartama ( 11) y Piazza Armerina ( 12). Una posible tradición hispánica }udiera sospecharse en el Herakleion de Gades (13),
pero los resultados no son coincidentes IÚ se prestan a establecer una
secuencia de los <
exacta. Aún asociando a Hispania el mosaico de Volubilis (14), cuyas
características no se prestan a establecer una secuencia de «athloi)), y
a pesar del prestigio del Hércules Gadítanus la balanza de datos, sal
vo inclusiones de iconografías en lucernas y tipos mol}etales, no acusa
un predominio occidental. No patece sea éste el camino para encontrar un reflejo de la difusión del culto del Hércules Gaditanus ni le son
propias algunas representaciones del héroe con clava y
han sido consideradas de formación y procedencia exclusivamente locales (15).
(10) LIPPOLD, o.c. nota 2.
BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 209. Sistemas diferentes al seguido por LlPPOLD conducen a una secuencia aún menos ~canónica». La sustitución de la cierva o corza por el ciervo es frecuent.isima. La hallamos ya en una de las metopas del llamado Theseion de Atenas; en la besa de Albano, hoy en el Museo
Capitalino (STUART·JONES, oCa t.», p. 62, lám. XIII), aparece la cierva, pero se encuentra e! ciervo en un
sarcófago da Velletri y en nuestro mosaico (BARTOCCINI, o.c. nota 5 p. 209, lo da como cierva, quizés
por lapsus del tipógrafo, pero su cuerno excluye esta posibilidad). Hay que anotar cómo frente el sarcófago de V~IIetri, en le basilica severiana de Leptis Magna y en el relieve de Mantua, aparece una cierva y
no un c1ervo.
(11)
A. BALIL: •Mo~aico con representación de los Trilbajos de Hércules hallado en Cartamao.l!olctín del Seminario de Estudios de Arta y Arqueología, XLIII, Valladolid. 1977. págs. 371-379; el mismo
texto en «Estudios sobre mosaicos romanos, V». Studia Archaeo\ogica, 49, Valladolid, 1!:178, y un resumen en ta revista
1954, pág. 51 y SS.
( 13) A. GARCIA Y BELLIDO: •Hércules Gaditanuso. Archivo Español da Arqueologia, XXXVI. Madrid, 1963, p. 104 y ss. y fig. 23, La seria de Cédiz se compone de Hidria-Le6n-Cerbaro·Yeguas de
Diómedes-Jabali·Cierva, m~s Anteo·Centauro Nesso-Aquelo·Apoteosis de Hércules. La relación la da Si·
lio Itálico (IU, 32) y hay que observar que las cuatro últimas ofatigaSJ> nunca fueron incluidas en la serie
~canónicao. Tampoco se advierte una posibilidad de comparar esta sucesión con otras representaciones.
Sobre le dificultad de la interpretación del texto de Silio Itálico, cfr. GARCIA Y BELLIDO, o.c. p. 104 y ss.
Para les irregularidades, asimismo p. 104, donde se propone una cronologie no anterior al 500 a. C. El
tema central. con la Apoteosis de Hércules, recuerda el cuadro central del mosaico de Liria y del de Cartame, advertido ya por GARCIA Y BELLIDO, o. c. p. 107 y ss. Trata de nuevo de dicho tema GARCIA Y
BELLIDO: •Les re!igions orientales daos I'Espagne romalne•. 1967, p, 157, insistiendo en la coincidencia de los
«athloio citados en oVita Apoll.o, V, 5. Desgraciadamente, la referencia es poco indicativa en nuestro caso, pues
el autor de la «Vito ApoU.10 que describe un ambiente anterior en un siglo y medio al suyo, trao:a generalidades
sobre el tema.
(14) THOUVENOT, PSAM, VI, 1941, p. 71 y ss.
(15) J. C. SERRA RAFOLS: «Posibles bronces votivos del Herak\eion de Cád!z». 1 Congreso Arqueológico del Marruews Español (Tetuán, 22/26, junio 1953). Tetuán, 1954, p. 323 y ss. En realidad estas piezas
proceden de Itálica.
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MOSAICO DE LIRIA
5
Pudo existir una iconografía hispánica de los <
de Herakles (17}. Los tipos monetarios resultan indicativos en este
sentido, como lo es su aparición en los cuños de la ceca de Roma o en
las emisiones de los emperadores galos (18).
Pasemos ahora al análisis de las escenas. En primer lugar el cuadro central con el tema de Hércules, aquf imberbe, y Onfala.
La estancia de Hércules con la reina de Lidia, Onfala, se ha querido relacionar, en realidad sería el castigo por el mismo, con el robo
del trípode délfico (19). El cambio de indumentarias, Hércules en traje,
y labores femeninas y Onfala con la clava y la piel del león, es habitual en la iconografía {20). El origen de esta iconografía es tardía y
aparte algunos vasos suditálicos (21 ), generalmente helenística. Es
excepción un relieve arcaico, labrado en plomo, hallado en Tarento {22). En la serie iconográfica el ejemplar más parecido al nuestro lo
hallamos en una pintura de Pompeya {23). En ésta como en un grupo
escultórico del Museo Nacional de Nápoles, Hércules aparece hilando
(24). Una Onfala sedente con la
una iconografía distinta y más frecuente, rodeados por representaciones de las «fatigas» aparecen en un relieve del Museo Nacional de Nápoles. (26).
Es curioso observar que las escenas de las «fatigas» se reflejan tan
ampliamente en la iconografia y tan poco en las fuentes textuales (27). El primero de los «athloi» en la serie «canónica» es la de la
(16) A. GARCIA Y BELLIDO: ~Esculturas romana<~ de Espaila y Portugab. Madrid, 1949, nóm. 394,
p. 390 y s. Se conservan sólo ocho piezas. El autar recanstruye su secuencia como en el mosai.co de Liria.
( 17) Talas el caso de la terra sigillata hispánica. Cfr. C. MENDEZ·REVUELTA: cMatenales para el
estudio de la figura humana en el temario de !aterra slgillata hispánica•. BoleUn del Seminario de Arte y
Arqueologia, XL. Valladolid, 1975.
(1 Bl GARCIA Y BELLIDO, o.c. nota 13, p. 134, donde se Incluyen también las acuñaciones hisptinie as.
(19) V. las fuentes escritas en ROCHER'S y RE, ss.vv.
IZO) Para la lconografla del tema en general, cfr. además dalas obras citadas en notas precedente e,
EAA, s.v.; SHUR, AJA, LVll, 1953, p. 261 y ss. SCHAUENBURG: «Rheinische Musemru, Cill, 1960, p. 57
y SS.
(21) TRENDALL: oThe red,figured vases ofLucania, Campania and Slclly:o, I, 1967, p. 184, 249,
25!.
1221
123)
124)
(25)
(261
(27)
•Archeologlckon Ephemeris~. 54, lám. IV.
HELBIG, núm. 1.136.
LECHAT en •Revua de l'Art Anden et Modemeo, XXXII, 1912, p. 19.
E. BABELON: «Catalogue des Brom~es de la Bibliotholque Nalmna!e Qe l'ansll.
~Rep. Rel.o, III, p. 72. 2 IRUESCH, núm. 595).
Diodoro IV, 11 ss. Appolodor, II, 74 ss. Higinio, 1Fab.l, 30.
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A. BALIL
muerte del «León de Nemea» (Lám. III, 1), Aunque esta «fatiga)) culminó en el interior de una cueva en la cual Hércules estranguló al león,
de piel invulnerable, es habitual que el episodio sea representado sin
incluir características del lugar de acción. En el mosaico de Liria parece indicativo la aparición de la clava en el campo y que debe ser
una alusión al modo en que Hércules dio muerte al león.
Es éste uno de los temas predilectos de la vieja iconografia que se
remonta al período geométrico (28) y pasan del medio millar los vasos, arcaicos y clásicos, con esta escena (29). Aparece también en una
metopa del templo de Zeus en Olimpia y figuraba en el «dodeké.thlos))
del «Tesoro de los Atenienses)) en Delfos {30).
En el mosaico de Liria encontramos un Hércules imberbe al igual
que en el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis Magna, el relieve del Palacio Ducal de Mantua y el relieve Torlonia. No hay en el
nuestro un fondo paisajístico, representaciones intencionales de árboles como en el sarcófago de Velletri. Representaciones de este ((athlos))
las encontramos en una de las placas de Itálica, ya citadas, donde
Hércules empuña la clava, en lucernas y terra sigillata, aunque no es
posible, hoy por hoy, establecer relaciones entre las escenas
combatiente-león de la terra sigillata hispánica y esta «fatiga)) de Hércules. También en solitario aparece en una pintura de Pompeya, en la
cual la lucha se desarrolla al aire libre y en una composición no muy
alejada de la del mosaico de Liria. (31).
El segundo- cuadro, dentro de la serie «canónica)), nos muestra el
tema de la lucha con la hidria de Lerna (Lám. III, 2). Es dificil establecer si Hércules aparece imberbe, como en el relieve Torlonia, el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis Magna y el relieve de Mantua,
pero parece más probable esta posibilidad que la de Hércules barbado. El musivario no parece comprendiera la iconografta, ciertamente
difícil, de la hidria. Sus nueve cabezas se han convertido aquí en seis
a modo de tentáculos. El episodio del cangrejo parece olvidado y Hércules no combate, según el mito, la hidria con el fuego sino con la cla-
(281
BROMMER en •Marburg Windelmanns Programmo, 1949.
BROMMER: «Vasenlisten ~ur griecilischen HeJdensage~. l!ltiO', p. BS y ss. (No me han sido
asequibles las ediciones posteriores a esta obra.)
(30) Cfr. VON SALIS en •BerHner Windelmanns Programmo, 1949.
(311 Sarcófago de Vel!etri, BARTOGGINI, o.c. nota 5, p. 148. Pilastras de Leptis Magna. M. F.
SOUARGIAPINO: •Scnlture del foro severiano di Leptis Magna•, 1947, p. 98 y ss.
Basa de Albano en los Museos Capitalinos, STUART-JONES, a.c. nota 10.
Relieve de Nápoles, clr. núm. 26.
Relieve de Mantua, •Re. Re!.~. III, p. 51, 2.
Sarcófago del Museo Británico núm. 2.300, 'Rep. Re!.~, II, p. 475, 1 ss.
Pintura de Pompeya, HELBIG núm. 1.124, «Rep. Rel.>, 191, 4.
(291
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MOSAICO DE LIRIA
va. La clámide del héroe presenta una serie de pliegues irreales que
son frecuentes en este mosaico en todas aquellas representaciones
que el héroe viste dicha prenda. Se diría que el musivario, preocupado
por dar una sensación de movimiento y la agitación de la lucha, ha
prescindido de todo intento realista para aceptar formas ilusionistas o
indicativas aunque ficticias.
El tema aparece ya en algunas piezas de la época geométrica (32)
y en numerosos vasos (33), Para la época arcaica debe tenerse en
cuenta, además, un frontón, muy mutilado, de la Acrópolis de Atenas (34), y un grupo del Museo Capitalino (35). Un tipo diferente de hidria aparece en un mosaico de Tréveris que conserva muy parcialmente la figura de Hércules (36).
La aparición, tras los ((athloi)) citados, de la lucha con el toro de
Creta (Lám. IV, 1) marca claramente la ruptura de la tradición iconográfica del mosaico de Liria con el ((Orden tradicional» establecido por
Brommer, la reconstrucción, según Treu, de la secuencia de las metopas de Olimpia y la serie relieve Torlonia, relieve de Nápoles, sarcófago de Velletri, pilastras de Leptis Magna y relieve de Mantua. La sucesión, a excepción del mosaico de Liria, más disociado del llamado «orden tradicional» la hallamos en el ya citado sarcófago del Museo Británico núm. 2.300.
Hércules capturó el toro vivo y lo entregó a Euristeo; compárese
este caso con el jabalí de Erimantea, encadenándolo. Este tema aparece más tardíamente que los anteriores, aunque recuerde algo de
una de las tazas de Vafio, pues no se documenta en el periodo geométrico pero si, y muy ampliamente, en vasos (37) y en una de las metopas de Olimpia (38).
Sigue a este episodio el de Hércules en el jardín de las Hespérides
(Lám. IV, 2). Su presencia en este orden, dentro del tenido por tradicional, no halla equivalente en ninguno de los grandes conjuntos de
los «athloh> citados anteriormente. Se adivina en la representación la
serpiente que vigila el árbol de los frutos de oro. No aparece el compañero de Hércules en esta fatiga, Atlante, y es el propio héroe quien,
ante las Hespérides asustadas, retira los preciados frutos.
(32)
(33)
(34)
(35)
(36)
(37)
(38)
SCHWEITZER: •Greek Geometric ArtJo. 1971.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 63 y ss.
LAPALUS: *Le fronton sculpté en Grece~. 1947, p. 77 y ss.
STUART-JONES, o.c. nota 10, p. 136.
PARLASCA: •Die ramlsche Mosalken in Deutsch\and•. 1958, lé.m. LVI, l.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 146 y ss.
TREU, o.c. nata 6.
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8
A. BALlL
Se trata de un tema que entró en boga en un momento avanzado,
puesto que sólo se genera1iza a partir del s. IV a. C. aunque aparezca
en numerosos vasos (39) y en una de las metopas de Olimpia (40).
Hallamos a continuación la doma de las yeguas, antropófagas,
de Diómedes, que, sucesivamente, serían entregadas a Euristeo
(Lám. V, 1 ). Esta escena aparece aqui desplazada con respecto a otras
representaciones. Las representaciones son escasas en los vasos {41).
La interpretación de nuestro mosaico puede definirse como <
el número de las yeguas situadas en lo que debiera ser lado izquierdo.
De aquí que no aparezcan las cuatro yeguas que cita el mito, sino dos.
Iconografías análogas se advierten en el ya citado sarcófago 2.300
del Museo Británico, la basa de Albano de los Museos Capitalinos, el
relieve, antes Borgiano, del Museo Nacional de Nápoles y, muy próxima a la nuestra, el sarcófago d€ Velletri.
Tampoco la escena de la lucha entre Hércules y Gerión
(Lám. V, 2) ocupa aquí un lugar habitual; en la mayor parte de las representaciones sigue o precede a la de Hipólita. Sin embargo, esta secuencia yeguas-Gerión es la que aparece en el grupo Nápoles-VelletriLeptis Magna-Mantua. Es ésta una de las hazañas más recordadas en
la literatura mítica y aparece con frecuencia en representaciones vasculares (42). La iconografía es muy próxima en este caso, aunque la
representación tricéfala de Gerión es la habitual en el mundo helenístico y romano, a la del sarcófago de Velletri (43).
La limpieza de los establos de Augias entró tardíamente en laiconografía de los ((trabajos» (Lám. VI, 1). No se documenta en la pintura
vascular y, aparte lUla metopa de Olimpia sólo la hallamcs en loo grandes ciclos romanos ya citados (44), el mosaico de Volubilis (45) y uno
de Ostia (46). Al estudiar éste Squarciapino ha agrupado dichas representaciones en tres series (47) correspondiendo el de Liria a la primera. No obstante el mosaico de Liria y el de Ostiáson muy próximos entre sí, puesto que en ambos, y se trata de la serie menos numerosa, Hér(39) BROMMER, o.c. nota 29, p. 57 ss,
(401 Cfr. nota 38. Téngase en cuenta también la pintura, FERRUA: «Le pitture della nuova catacomba di Vla Latina». 1960, p. 79, Lám. LXXXI (H~rcules imberbe).
(411 BROMMER, o.c. nota 29, p. 141 y ss.
(42) BROMMER, o.c. nota 29, p. 48 y ss.
(431 BARTOCCINI, o.c. nota 5, p. 151. no creo que la pintura, FERRUA, o.c. note 40, p. 78, .ám.
LXXVI, se refiera a esta •fatiga».
(44) BROMMER, o.c. nota 28, p. 88.
(45) O.c. nota anterior, p. 72.
(45) M. l'. SOUARCIAPINO: «Fatiche d'Ercole•, Archeologia Classica, X, 1958, p. 106 y ss.
{47) O.c. nota anterior.
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MOSAICO DE LIRIA
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cules aparece «antes» de cumplir su hazaña, aún empeñado en ella.
Hércules aparece aqui con la «leontés», al contrario que en el mosaico
de Ostia y en el de Volubilis. la calva en el suelo hace recordar que en
el mosaico de Ostia aparece apoyada en un árbol quizás suprimido en
el cartón empleado en el mosaico de Liria, que se caracteriza por la
utilización de los fondos neutros. En este sentido es excepción el cuadro que refleja la siguiente hazaña, la captura de Cerbero, (Lám. VI,
2), pues se ha considerado necesario representar las puertas del Hades que aquí se illterpretan, según una tradición más antigua, como
la boca de una cueva. En otras representaciones, como el mosaico de
Volubilis, no aparecen ni puertas ni cueva. El episodio era recordado
ya en la Ilíada (48), por lo cual no sorprende que aparezca ya en algunos vasos (49). En la serie canónica esta representación aparece en
último lugar. Así en el conjunto de Olimpia, la basa de Albano de los
Museos Capitalinos, el sarcófago de' Velletri y en las pilastras de Leptis Magna; se separan de la tradición el relieve <
entrega a Euristeo (Lám. VII, 1 ). De nuevo aparece la clava aislada en
el fondo neutro del mosaico. Esta hazafta ocupa el tercer lugar en la
serie canónica y se docwnenta en la pintura vascular (50). Aparece ya
en metopas de Olimpia, del heraion de P aestum, en el sarcófago de
Velletri, en el mosaico de Vcilubilis, etc., siendo casi general que el cobarde Euristeo aparezca refugiado en un pythos.
También la captura de Hipólita aparece con frecuencia en la pintura vascular (51) (Lám. VII, 2). Esta mUestra la existencia de diversas tradiciones iconográficas. La que aparece en nuestro·mosaico es,
en realidad, un tema de arnazonomaquia aprovechado para representar la citada «fatiga>) (52) que, prácticamente, corresponde al «Motivo
A)) de Bielefeld (53). En la serie canónica esta «fatiga» ocupa ~1 noveno
lugar. En el grupo Velletri-Leptis Magna-Mantua, el sexto.
Sigue la representación de la captura de la cierva de Cerinea
(Lám. VIII, 1). Recuérdese que el motivo de la captura era adueñarse
{481
{491
VIII, 14.
(531
«Amazonomachia•, 1951. passim.
BROMMER, o.c. nota 29, p. 70 y ss.
(501 BROMMER, o.c. notas 29, p. 70 y ss .. y 44, p. 83.
(511 BROMMER, o.c. notas 29, p. 5 y ss. y 44, p. 83.
BOTHMER: «Amazons in Grsek Art.». 19!)7.
(521 BOTHMER, o.c. nota anterior, p. 209 y ss.
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JO
A. BALIL
del cuerno de oro de la misma (54). Esto explica que en la mayor parte
de las repr:esentaciones aparezca con cuernos de ciervo (55). En algunas representaciones Hércules da muerte a la cierva, en otras se captura el animal y, finalmente, en otras se rompe el citado cuerno de
oro. En otras representaciones Hércules y Apolo luchan por la posesión de la cierva. El tema aparecía ya en una fíbula de Beocia, en numerosos vasos pintados (56); la hallamos ya, sin entrar en relación
con otras representaciones de los «athloi», en un mosaico de Pella de
Macedonia, que corresponde a los llamados «pebble mosaics>>. Aún
puede añadirse un grupo de bronce conservado en el Museo de Palermo (57), aparte las ya citadas metopas de Olimpia, el relieve Torlonia,
donde Hércules aparece imberbe, la basa de Albano, el relieve «Bor~
gianm) de Nápoles, el sarcófago de Velletri, las pilastras de Leptis
Magna y el relieve de Mantua. En todos ellos, excepto en la serie del
templo de Zeus de Olimpia, ocupa el cuarto lugar de acuerdo con el
canon establecido por Brommer.
La última representación de los «athloi» en el mosaico de Liria corresponde a la de loo
Volubilis. El tema se documenta también en una f'.tbula beocia y en vasos (58). El mosaico de Liria muestra en esta composición un esquema
muy semejante al del sarcófago de Velletri o del mosaico de Volubilis (59).
En resumen, el mosaico de Liria, como la serie incompleta de relieves de Itálica, muestra, de una parte, una iconografia estrechamente unida al grupo Velletri-Leptis Magna-Mantua, pero de otra un
completo alejamiento, sea de la serie canónica de Brommer, sea del
.ciclo establecido en el citado grupo. Pese a ello, parece que cabe aún,
con ciertas reservas, la observación de Bartoccini (60), al seftalar que
el cartón del mosaico de Liria debió inspirarse en un cuaderno de modelos cuyo autor no desconocía la iconografía de las «fatigas» estable(54) Cfr. CAPRINO en EAA, s.v. «Erac\e).
(55) Por error BARTOCCINI indica la presencia de la derva en el mosaico de Liria. Cfr. BARTOCCI·
NI, o.c. nota 5, p. 209.
(56) BROMMER, o.c. notas 29, p. 60 y ss. y 44, p. 85 y ss.
CAPRINO, o.c. nota 54.
(57) CAPRINO, en EAA, I!l, p. 384 y fig. 467.
Para el mosaico de Pella, cfr. PETSA: «Le mosa"ique greco-romain•, 1966, p. 41 Y ss.
(58)
BROMMER, o.c. notas 29, p. 157 y S. y 44, p. 85 y SS.
(59) THOUVENOT, a.c. nota 14, p. 72 y S.
(60) O.c. nat~ 5, p. 179.
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cid a por las esculturas oriundas de la región, quizás Afrodisia de Caria, donde se crearon piezas como el sarcófago de Velletri o las pilastras de Lepis Magna. Esta revisión iconográfica debió tener lugar en
el último cuarto del s. II; recuérdese en este sentido la especial vinculación Commodo-Hércules, documentada tanto por las fuentes escritas como por los materiales arqueológicos.
Cronología
La orla de ovas que encuentra el tema de Hércules y Onfala se superpone a representaciones de una serie de mosaicos severianos y
tardo-severianos, fines del s. II y primera mitad del s. III d. C. (61).
Igual puede decirse del tema geométrico que aparece en un sector del
mosaico y que si bien documentado en Pompeya (62) se halla también
en mosaicos de fines del s. II d. C. y, en parte, en un mosaico como el
de Nennig, que se acostumbra a fechar en el decenio 230-240 d. C. En
conjunto, y no es novedad respecto a lo que propusiera Lippold, el mosaico puede considerarse severiano y fechable en el primer tercio del
S. III d. c.
(61) FA, VI, 1951, núm. 5.989.
VON GONZENBACH: oDie romlschen Mosaiken \IOn Schwei~~. p. 305.
PARLASCA, o.c. nota 36, lám. VHI, 1, LVI, 6.
BLAKE, li, !áms. XVII, l, XXV, 4, XXXIX, 1 y 4.
BECATTI: i:Mosaic~. mim. 218, 300. dnv. Mos. Afrique•, núm. 93.
(62) BLAKE 1, !ám. XXV, 2, Compárese con BLAKE II, lám. XX, l.
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BALIL.-Mosaico de Liria
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BALIL.-Mosaico de Liria
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BALIL.-Mosaico de Liria
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Hércules y el león de Nemea
Hércules y la hidria de Lerna
(Fotos, M.A.N.)
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BALIL. -Musnlco d'3 Liria
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Hércules y el toro de Creta
Hércules en el jordin de las Hespéride s
(Fotos, M .A.N. )
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BALIL.-Mosaico de Liria
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BALIL.-Mosaico de Liria
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Hércules en los establos de Augias
Hércules y Cerbero
(Fotos. M .A.N.)
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BALIL.-Mosaico de Liria
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Hércules y el jabalí
Hércules e Hip61ita
(Fotos. M.A.N.)
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BALIL.- M osaico de Liria
LAM. V III
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