Perlas de aletas y glóbulos del Cau Raboser (Carcaixent, Valencia)
Bernat Martí Oliver
Joan Gil Sancho
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B. MARTI OLIVER
J. GIL SANCHO
(Valencia)
PERLAS DE ALETAS Y GLOBULOS DEL CAU RABOSER
(Carcaixent, Valencia)
(Algunas consideraciones sobre el Eneolltico Valenciano)
Muy cerca de la costa mediterránea, entre el valle de Valldigna y
la Ribera del Xúquer, se levantan unas alineaciones montañosas con
clara dirección NO.-SE. que constituyen las últimas estribaciones del
Sistema Ibérico. Este conjunto montañoso está formado por un anticlinal calcáreo jurásico-cretáceo profundamente carsificado y desventrado por la gran combe del valle de Aigües-Vives, con la Serra de
la Barraca, de formas aplanadas, al SO. y la Serra de les Agulles, en
áspera crestería, al NE.; en este flanco se adosa otro anticlinal fallado
con la Serra del Cavan Bernat y la gran combe de la Murta ( 1 ).
Las últimas montañas de la Serra de la Barraca, al NO. del conjunto y en término municipal de Carcaixent, reciben el nombre de
Muntanyes del Realeng y llegan hasta las proximidades de la población. En el marco de esta pequeña zona montañosa y sobre todo desde
la Serratella, derivación más occidental de les Muntanyes del Realeng, a la Serra de les Agulles, se viene practicando desde hace años
una exploración minuciosa en la que participamos junto con V. Roca,
J. Guerrero y otros.
Especial interés tienen los pequeños barrancos y montañas que
confluyen y limitan el Barranc de l'Estret; este barranco, limitado
por Les Agulles al E. y les Muntanyes del Realeng y de la Barraca al
0., constituye el camino natural que une el valle cuaternario del Xú(1) A. LO PEZ GOMEZ: «Reglón Valenciana». En M. de TERAN: «Geografla de Espail.a y Pon.ugal». t.
IV, 2.' parte, Ed. Montaner y.Simón, Barcelona, 1967.
A. LOPEZ GOMEZ: «Geografla de les Terres ValenclaneSJ>. Valencia, 1977.
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B. MARTÍ OUVER y J GIL SANCHO
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e los yaciml untos citad 09 en el texto
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CAU RABOSER
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quer, a la altura de los términos municipales de Alzira y Carcaixent,
con la Valldigna, atravesando el valle de Aigües-Vives. Los hallazgos
de materiales prehistóricos son abundantes, aunque el hecho de movernos estrictamente en el plano de las prospecciones hace que la información acerca de los nuevos yacimientos sea fragmentaria,. a la espera de futuros y metódicos trabajos de excavación.
La aparición de una perla de aletas y otra de glóbulos entre los
materiales del Cau Raboser, primeras que conocemos en el Eneolítico
valenciano y punto más meridional de su hallazgo en la Península
hasta el momento, motiva el que demos noticia de ellas como nuevo
elemento de adorno en las inhumaciones eneolíticas o de transición al
Bronce Valenciano, presentándolas en el contexto de otras cuevas sepulcrales de la zona con las que debe formar una unidad cultural y
cronológica, dadas su proximidad y las evidentes relaciones de los
ajuares, planteando al mismo tiempo algunos problemas generales del
Eneolítico Valenciano.
EL CAU RABOSER
Se encuentra en las estribaciones NO. de les Muntanyes del Realeng, cerca de la entrada del Barranc de l' Anell y a unos 60 m. de altura sobre el fondo del barranco. Las características principales del
yacimiento pueden verse en el plano que presentamos (fig. 1); se trata
de una pequeña covacha de planta aproximadamente cuadrada, estrecha y alargada en sentido vertical, en cuyo fondo y en la parte inferior se abre otra pequeña cavidad de altura muy reducida con la que
comunican dos estrechos túneles. Las hemos denominado respectivamente, Cámara A y B, Grieta del Fondo y Grieta de la Izquierda. Esta
última merece una atención especial: consiste en un estrecho túnel
que se inicia ligeramente por encima del suelo de la Cámara B, ganando altura y tamaño con rapidez a la vez que se adentra en la montaña; el suelo de la grieta presenta-piedras abundantes de gran tamaño
y entre ellas pudimos observar la presencia de fragmentos cerárllicos,
restos de cráneo humano y otros huesos; su gran pendiente y la abundancia de materiales que presenta entre los bloques caídos hacen suponer la exístencia de un yacimiento superior necesitado, para su verificación, de futuras exploraciones.
En las proximidades de la cueva y en el suelo de la Cámara A, la
presencia de un fragmento de bóveda craneana, una vértebra, un
fragmento de mandíbula y otros restos humanos, junto a un pequeño
fragmento de cerámica hecha a mano, dieron los primeros indicios de
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Fig. l.-Cau Rabosor. Planta y sección por A-B
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CAU RABOSER
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hallarnos ante un enterramiento prehistórico y motivaron la minuciosa exploración y recogida de materiales que a continuación detallamos.
GAMARA A
18 pequeños fragmento9 de cerámica correspondientes al cuerpo de un vaso, de aspecto tosco y erosionado. Pasto negra con desgrasanle de caliza y mica; color pardo en el exterior y más oscuro en el interior. Hechos a mano.
1 fragmento de cerámica con caractedsticas semejantes a las anteriores y posible borde {fig. 2,
núm. 10).
24 pequeñas conchas da Nassa, Conus y Natica, perforadas para su utili~ación como cuentas de collar lLilm. Il.
1 fragmento de Dentalium, cuenta de collar lfig. 2, n(lm. 81.
7 pequeñas cuentas discoidales de hueso (Lám, 1).
i; pequei'ias cuentas discoidales de piedra (Um. l),
Numerosos restos humanos: fragmentos de cráneo, de rnandlbula, dientes, una vértebra, etcétera.
CAMARA B
1 punta de flecha foliácea. Retoque plano, cubriente, bifacial. Sílex blanco, con córtex. 32 x 15 x 5
mm. (fig. 2, núm. 3 y Lám. I).
1 punta de muesca de tipo levantino. Retoques complementarios, muy marginales, en la mitad prmd.
mal del borde i~quierdo y en la parte distal derecha. Silex amarlllo claro. 48 x 11 x 4 mm. (flg. 2, núm. 4 ·
y Um. I).
3 fragmentos de cerámica pertenecientes al borde y cuerpo de una vasija de paredes rectas. Pasta
negra con abundante desgrasante calizo. Color pardo-amarillo en superficie; alisada.
1 fragmento de cerámica correspondiente al borde y cuerpo del vaso. Pasta negru~ca con desgrasante de pequeño tamad(); conserva restos de une fina capa de engobe blanco o concreción en ambas superficies (fig. 2, núm. 9).
22 pequeños fragmentos de cerámica, aUpicos; caractedsticas semejantes a los anwriores.
72 pequeñas conchas de Nassa, Conos y Natica, perforadas para su utili~adón como cuentas de collar (Lám. I).
26 pequeñas ~uentas dis~oidales de hueso (Lám. 1).
5 pequeñas cuentas discoidales da caliza y pi~arra (Lá.m. I).
1 fragmento de hueso plano, pulido; fragmento de aglija o lámina e8trecha apuntada (flg. 2, mim, 5).
Restos humanos: puada aírrmarsa la existencia de un enteiTamiento individual in si tu dado que pudimos comprobar la existencia de 7 vártebras alineadas y ensambladas en dos grupos, de tres y cuatro vértebras respectivamente; una articulación de brazo, fragmentos de cráneo, de mandlbula, dientes, costiLlas, un fémur, etc. Pese a la Importancia de las evidencias enumeradas es dificil pronunciarse por la disposición del enterramiento: la mayor abundancia de restos corresponde a la entrada de la Cámara By a
su parto norte, las vértebras estaban alineadas en dirección NE.·SO. y la articulación del brazo al norte
de ellas.
GRIETA DE LA U:OUlERDA
l fragmento de cerámica correspondiente al borde y cuerpo de una vasija do parados muy ligeramonte curvas. Pasta negra con desgrasan te cali~o grande y abundante; color pardo-nogru~co en superficie. Hecho a mand (fig. 3, núm. 2 y Lám. II, núm. 1).
1 fragmenta de cerámica correspondiente al borde, cuerpo y base de un cuenco de tendencia hemisférica. Pasta negruzca con desgrasante abundante; superficies pardo-grisáceas. Hecho e meno (fig.
3, nóm. 3).
1 fragmento de cerámica correspondiente el borde y cuerpo de una vasija de paredes rectas. Paste
negruzca con desgrasante cali~o y mic¡j_ceo. Interior muy erosionado; exterior de color rojizo. Hecho a
mano (fig. 3, núm. 1 y Lám. II, nóm, 2).
Varios fragmentos de cerámica correspondientes al cuerpo; caucterlsticas semejantes a los antorio-
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CAU RABOSER
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1 punta de flecha de aletas y pedúnculo. Retoque bifacial, plano, Invasor. Sllox blanco-gris.
40 x 20 x 3 mm. (flg. 2, núm. 1 y Ló.m. 1).
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo iD.ciplentes. Retoque plano, cubrlente, bifacia!. Sílex-blanco
amarillo. 21 x 17,5 x 3 mm. lflg. 2, núm. 2 y Lám. 1).
1 lasca de snex. Sin retocar. 1 perla o cuenta de glóbulos, de piedra caliza (fig. 2, núm. 6 y Lám. 1)
perla o cuenta de aletas, de piedra caliza (fig. 2, núm. 7 y Lám. l).
Columbella perforada, cuenta de collar.
44 pequeñas conchas de Nassa, Conus y Natica, perforadas para su ut!lización como cuentas de co
llar (Lam. Il.
5 peque11as cuentas discoidales de hueso (Lám. l).
7 pequeilas cuentas discoidales de callza y pizarra (Lám. Il. .
Restos humanos: dos fragmentos de bóveda craneana y otros huesos.
)
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Fig. 3.-Cau Ra.boser
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Tal como se desprende de la enumeración de los materiales recuperados, el Cau Raboser es una cueva sepulcral eneolítica o de transición al Bronce Valenciano. Los hallazgos de la pequeña Cámara B
prueban que allí se efectuó un primer enterramiento individual, en
tanto que los restantes materiales dispersos, en especial los provPnientes de la Grieta de la Izquierda, nos hablan de otras inhumado
nes. El conjunto de los materiales puede considerarse normal en este
tipo de yacimientos con la excepción de la punta de muesca y de las
perlas de aletas y glóbulos, aquélla por insólita en tal. contexto y estas
últimas por lo que suponen de novedad dentro de la gran variedad de
adornos del Eneolítico valenciano. Pero, tal como se ha dicho al principio, el Cau Raboser forma parte de un pequeño conjunto de cuevas
sepulcrales, a algunas de las cuales nos referiremos ahora brevemente (véase mapa).
COVA DE LA CAIGUDA
Situada a la entrada del Barranc de 1' Anell, muy cerca del Ca u
Raboser pero en la parte opuesta del barranco. Posee una pequeña entrada en forma de estrecho túnel horizontal que da paso a una cavidad de pronunciado desnivel, con abundantes columnas y coladas. En
diversas exploraciones de los pequeños recovecos que forman la cueva se recogieron algunos restos humanos, entre ellos un cráneo com
pleto; abundantes fragmentos de cerámica hecha a mano, sin decoración, y un fragmento correspondiente al borde y cuerpo de un vaso de
tendencia globular que presenta decoración formada por una banda
horizontal de impresiones circulares delimitadas por sendas líneas incisas. (fig. 4, núm. 6),
COVA DELS DOS FORATS O DEL MONEDERO
Se trata de una cavidad sumidero con diversas y estrechas entradas que se abren a nivel del suelo en una zona amesetada de las montañas del Realeng, aproximadamente entre las cuevas del Cau Rabo
ser y de Xarta. Descendiendo por uno de estos túneles verticales se
abre una pequeña estancia de la que parten diversas gateras.
Al igual que en los casos anteriores, diversas exploraciones del
yacimiento lo revelan como cavidad sepulcral. Los materiales encontrados son:
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Fig. 4.-1 a 6: Cava dala Doa Forats o del Monedero. 8: Cova de la Caiguda
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1 hoja de s!\ex con retoque directo, plano y oblicuo, continuo, invasor, bilateral. Si!ex blancu2co,jas-,eado. con ligera pátina y señales de erosión. 78 x 14 x 3
(fig. 4, nóm, 3\.
1 punzón de hueso, de sección plano-convm[a (fig. 4, núm. 1).
1 fragmento de punzón sobre hueso de con~o (llg. 4, núm. 2).
l cuenta de collar, bltroncocónica, de calalta (fig. 4, nóm. 4).
l Columbella per-forada, cuenta de colllll' (flg. 4, núm. 5).
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Diversos fragmentos de cerámica, atípicos. Hechos a mano.
Restos humanos.
COVA DE XARTA
Pequefta cavidad situada en el Barranc de Xarta, partida de la
Basseta, en su parte izquierda y a la altura de la base del barranco,
cerca de su confluencia con el Barranc de l'Estret.
Descubierta por los señores Robledo y Gallego, parte de sus materiales fueron depositados en el S. I. P. por don Víctor Oroval (2).
Los materiales que se conservan de lo que debió ser un enterramiento son los sigu_ientes:
1 puñal con lengtleta dentada, da cobre (fig. 5, núm. 5).
1 punzón de sección cuadrada, de cobre ([ig. 5, núm. 6).
1 anillo de sección cuadrangular, de cobre o bronce (fig. 5, núm. 2).
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo. Retoque plano, cubriente, bifachd. Sllex pardo-amarillo.
lfig. 5. nú.m. 1).
2 pequeño;>s Cardiums con el natis perforado (fig. 5, núm. 3).
1 tableta de hueso de forma triangular, rota en uno de sus extremos: muy pulida y brillante (fig. S,
núm. 4).
Un cráneo humano y algunos huesos, sin clasificar, muy erosionados por la acción del agua.
COVA DELS GATS
Se halla situada en unos escarpes que limitan por el NO. el llamado Plá del Gallo, en las estribaciones de la Serra de les Agulles, a la
parte derecha del Barranc de l'Estret, muy cerca y aguas abajo del
Barranc de Xarta e inmediata al Hort de Brú. Posee una pequeña entrada por la que se desciende a la cueva con abundantes gateras y
unos cuarenta metros de recorrido.
Los materiales que procedentes de diversas prospecciones se hallan depositados en el S. I. P. comprenden:
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1
1
1
1
1
cazuelas del estilo del Vaso Campaniforme con rica decoración incisa.
Vaso Campaniforme con decoración de bandas incisas rellenas de motivo reticulado.
pequeño cuenco en forma de casquete esférico, sin decoración.
braMlete de arquero.
punta de flecha da sílex. Retoque plano, cubriente, bifacial.
cuchillo o gran hoja de sllex.
(2)
D. FLETCHER: 1La labor da! S.l. P. y su Museo en el pasado año l97h. Valencia, 1973, p. 104.
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Flg. 5.-Cova del Barr8IlC de Xarta
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En las visitas efectuadas por nosotros pudimos comprobar la profunda remoción a que ha sido sometido el yacimiento, observándose
abundantes restos humanos dispersos por su interior y aún en las proximidades de su boca, recogiéndose y depositándose en el S. I. P. (3).
COVA O SIMA DE LES ARANYES
Se halla sobre un pequeño cerro al S. del Plá del Gallo; al igual
que la Cava deis Gats se encuentra en la parte derecha del Barranc de
l'Estret, en dirección a Alzira, aguas arriba y muy cerca del Barranc
de Xarta. <
entre paredes escasamente separadas; a continuación, a través de
una estrecha gatera, se puede profundizar hacia abajo unos ocho o
diez metros más. Su recorrido longitudinal es muy limitado y su anchura casi la justa para permitir el tránsito)) (4).
Fueron hallados, sin contexto alguno, cerámicas campaniformes
publicadas por Fletcher (5):
Z vasos campaniformes con decoración formada por bandas de llneas obHcuas limitadas pvr senda~
lineas horizontales, todas ellas impresas de instrumento. Tipo marltimo.
Diversos fragmentos correspondientes al cuerpo de un vaso campaniforme con decoración da Hneas
impresas do instrumento que forman una banda horizontal flanqueada por triángulos.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Este pequeño conjunto de cuevas de inhumación guarda una es
trecha relación entre si tanto por su situación geográfica como por lm.
materiales recuperados, relación que puede extenderse a otros yacimientos próximos situados tanto al N., donde se encuentra la Sima de
la Pedrera (6), como al S., donde los hallazgos de vasos campaniformes son abundantes en la- comarca de Gandía.
Hasta el momento no ha sido posible encontrar los lugares de habitación correspondientes a los enterramientos que presentamos y tari
sólo podemos dar noticia de dos pequeños asentamientos atribuidos al
(3)
E.
PLA: «Actividades del S. J. P. ( 1961-1965)), Archivo de Prehistoria Levantina, XI, Valencia,
1966, p. 288.
D. FLETCHER: «Museo de Prehistoria de la Diputación Provincial de Valenclu. Valencia, 1974.
(4) J. DONAT: ~Catálogo espeJeo lógico do la provincia de Valencia». Memorias del Instituto G~oló·
gico y Minero de Espafta, LXVII, Madrid, 1967, p. 11.
15) D. FLETCHER: ~Nuevos vasos campaniforroes en la provincia de Valenclu. IX C. N, A. (Valladolid, 1965), Zarago~a, 1966, ps. 106·108.
(6) Véase en este mismo volumQO el trabajo de J. APARICIO, sobre la Sima de a Pedrera.
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CAU RAJlOSER
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Bronce Valenciano, con muy escasos materiales: el Cabe¡;:ol de l' Anell
y el Cabe¡;:ol del Barranc de Mir; el primero situado en un pequeño altozano a la entrada del Barranc de 1' Anell, en las proximidades de la
Cava de la Caiguda y del Cau Raboser, en el que recogimos algunos
dientes de hoz, molinos de mano y fragmentos cerámicos hechos a
mano y sin decoración, y el segundo, sobre un escarpe de la parte izquierda del Barranc de l'Estret, aproximadamente a la misma altura
que la sima de les Aranyes y próximo a la Cava de Xarta, prospectado
desde antiguo por Nicolau Primitiu. En cualquier caso, la unidad que
representan estos yacimientos y especialmente los de Aranyes, Gats y
Xarta, los dos primeros con campaniforme y el tercero con elementos
que podemos considerar típicos del ajuar que puede acompañar a tal
especie cerámica, bordeando el camino natural del Estret, ejemplifica
la importancia que hubo de tener el poblamiento de la zona en estos
momentos finales del Eneolítico.
Como ha expuesto recientemente Fletcher (7), los hallazgos de vasos campaniformes en los yacimientos valencianos han sido relativamente numerosos en los últimos años de modo que conviene reconsiderar la antigua visión que señalaba un vacío casi total de esta especie cerámica en tierras valencianas. Una relación de tales hallazgos
sobrepasa el número de veinticinco, de los que algunos, como ya se ha
dicho, guardan estrecha relación con Aranyes, Gats y Xarta, en virtud
de su situación geográfica: la Sima de la Pedrera al N., y los de las
cuevas de Recambra, Retoret, Meravelles, Bernarda, Negra de Marxuquera Alta, etc., en la comarca de Gandía, al S.
La cronología aceptada para el vaso campanifonne en nuestras
tierras se sitúa en términos generales entre 2000 y el1600 a. de C.,
con una mayor vitalidad hacia el 1800-1700. Los trabajos de Harrison permiten disponer de una base sólida a la hora de valorar la evolución de los diferentes tipos y parece fuera de duda la mayor antigüedad de los tipos l}larítimo y cardado sobre los de decoración incisa. Siguiendo este planteamiento los vasos de les Aranyes podrían situarse entre el 2000-1800, mientras que las cazuelas de Gats se en-
171 D. FLETCHER: ~Cuenco de estilo campaniforme, de procedencia desconocld~n. XIV C. N, A. (Vltoria, 1975), ZIU'agoza, 1977, ps. 277-278.
D. FLETCHER: •CampanifOJrme~. Gran Enciclopedia de la Regi6n Valenciana, T, II, Valencia, 1973,
ps. 306-307.
o. FLETCHllR: &Algunas consideraciones sobre el estade~ actual de loa estudios de Prehistoria en la
Reglón Valencian~n. Crónica de la VII Asamblea de Cronistas Oficiales del Reino de Valencl~n, 1970. Seplll'ata, Valencle, 1972.
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cuadrarían mejor entre el 1800-1500 a. de C. (8). Con todo es este un
problema sujeto a discusión todavía, dada la ausencia de secuencias
estratigráficas y la diversidad de cronologías que se les atribuye en
otros ámbitos cuya evolución es en muchos casos semejante a la Valenciana, como sucede en el arco mediterráneo que se extiende desde
el noroeste italiano a los Pirineos en el que las dataciones absolutas se
sitúan con frecuencia en los últimos siglos del IU milenio, pero, en términos generales, creemos que las conclusiones de Harrison proporcionan un marco adecuado en el que inscribir las hipótesis que guíen futuros trabajos.
El vaso campaniforme constituye una de las señales a las que se
asocia la transición Eneolítico-Edad del Bronce, completada con otros
elementos de los·ajuares en que éste suele aparecer, como los botones
de hueso con perforación en V, los puñales de lengüeta y punzones de
cobre, los brazaletes de arquero, las cuentas tubulares sobre piedra
rojiza estudiadas por Lerma y Bernabeu en la Cava del Picaio (9), etc.,
además del carácter no múltiple que presentan por lo general tales
enterramientos. Hoy resulta evidente que la amplitud cronológica del
vaso campaniforme va mucho más allá de la transición EneolíticoBronce Valenciano y que si bien en el caso de los tipos marítimos, por
ejemplo, podemos considerar razonable que estemos en tal transición,
en otros casos nos encontraríamos ante enterramientos y asentamientos propios del Bronce Valenciano.
La Cultura del Bronce Valenciano se caracteriza por la aparición
de lugares de habitación en lo alto de lomas y pequeñas montañas de
fácil defensa, en algunos casos con recintos amurallados en las zonas
más accesibles; las casas son entre cuadradas y rectangulares, sin
que aparezcan signos claros de urbanismo. Respecto a los restos materiales de esta cultura hay que destacar su monotonía y la repetición
de tipos, lo que dificulta el establecimiento de su periodización, en la
que actualmente trabaja R. Enguix. La cerámica es hecha a mano,
basta, con desgrasante abundante, presentando diferentes tonos sobre un mismo vaso debido a las deficiencias de cocción; la decoración, o bien no aparece o es pobre, se reduce a las ungulaciones, digitaciones, cordones y algunas incisiones. La industria lítica se caracteriza por los dientes de hoz, uno de los elementos más representativos
del período; lascas retocadas y restos de talla. De hueso aparecen
(8) R. J. HARRISON: t:El Vaso Campaniforme como horlzonte"delim.ltador &n &1 Leva.oto &spaftohl.
Cuadornos de Prehistoria y Arqu~tolog:!a C!utllllonense, 1, C!lstllll6n, 1974, ps. 63-70.
R. J. HARRISON: cThe Bell Be alter Cultures of Spain and Portugal>. American School of Prehistoria
Research, Bull. 35, Peabody Museum, Harvard Unive!"!.lity, 1977.
(9) Véase en este m.Jsmo volumen el trabajo de V. LERMA y J. BERNABEU, sobre la Cova del Plcaio.
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CAU RABOSER
15
punzones de distintas clases, colgantes y, aunque no son frecuentes,
botones y espátulas. De piedra son característicos los brazaletes de arquero o afiladeras, los molinos barquiformes, hachas y azuelas pulidas, mazos, percutores y moldes de fundición. De metal, aunque escaso, aparecen puñales con remaches de enmangue, punzones y puntas
de flecha. Como elementos de adorno encontrarnos las conchas perforadas y las cuentas de collar, aunque_ mucho más escasas que en el
Eneolítico. Los enterramientos, individuales o de pocos cadáveres, se
encuentran en pequeñas covachas o grietaS naturales, en cistas o rodeados de piedras más pequeñas, sin que falte algún enterramiento
debajo de los lugares de habitación; los ajuares que acompañan a los
distintos tipos de enterramientos son pobres y escasos, presentando
algunas cerámicas propias del Bronce Valenciano y, ocasionalmente,
algún resto metálico.
Las diferencias entre los poblados del Bronce Valenciano y los
eneolíticos son manifiestas, lo que veremos más ampliamente al referirnos a la Ereta del Pedregal. En cuanto a los enterramientos puede
decirse lo mismo, ya que los enterramientos eneolíticos presentan un
carácter múltiple y una gran abundancia y variedad de ajuares.
La cronología que puede darse para los inicios del Bronce Valenciano estaría entre 1900 y 1800 a. de C. de acuerdo con la.s dataciones absolutas que se poseen, permaneciendo en la oscuridad el problema de su evolución: Serra Grossa, 1665 ± 100; Terlinques, 1650
± 115; Cabezo Redondo, 1600 ± 55; Pie deis Corbs, 1561 ± lOO; Ca tí
Forada, 1522 ± 150; Castillo de Frias, 1520; todas estas fechas referidas a. de
c.
(10).
Las cuevas de enterramiento presentan algunos problemas adicionales que han dado lugar a la denominación de necrópolis de transición para un pequeño grupo de ellas, significándose así su adscripción
al Eneolítico final-Bronce Valenciano inicial; dentro de ellas se incluirían las aquí presentadas y otras entre cuyas características está
la presencia de cerámicas campaniformes o de elementos considerados como acompañantes de ellas, anteriormente enumerados, como es
el caso de los puñales de lengüeta, desconocidos hasta el momento en
los poblados. También en favor de la transición aboga el carácter
tardío de los brazaletes de arquero en los yacimientos valencianos, se,ñalado por Pla ( 11 ), donde es frecuente su asociación con dientes de
.
(101 Pata la Penlnsula Ibérica véase la serie de fechas publicadas pot M. ALMAGRO GORBEAen la
revista •Trabajos de Prehistoria•, núms. 27 a 32, Madrid, 1970 a 1975.
(11) E. PLA; ~Los llamados Brazaletes de Arquero y el Eneolitico Valenciano•. VIII C. N. A. (Sevilla.
Málaga. 1963), Zaragoza, 1964, ps. 216-225.
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B. MARTl OLIVER y J. GIL SANCHO
hoz en típicos poblados del Bronce Valenciano; al igual que la aparición de campaniforme en algunos poblados o en enterramientos claramente asociados con ellos: Peñón de la Zorra (Villena, Alicante)( 12), Mas delJulje (Liria, Valencia) (13), Puntal del Barranc de les Caves (Estubeny, Valencia) (14) ... Sin descender al análisis pormenorizado de cada uno
de los elementos presentes en estas necrópolis de transición, lo que escapa a
las posibilidades del presente trabajo, insistiremos en que una datación entre
1800-1600 a. de C. para ellas, tal como se ha venido suponiendo, implica, más
que una transición, un momento ligado al pleno Bronce Valenciano.
Por otra parte, volviendo al mundo de los poblados, parece que las
fechas iniciales del Bronce Valenciano se acercan en exceso a las que
tradicionalmente se daban para el pleno Eneolitico de la Ereta del Pedregal y que coincidía con la fecha de C. 14: 1980 ± 250 a. C. Este hecho merece una atención especial dado que la diferencia entre los estratos eneolíticos de la Ereta del Pedregal y cualquiera de los yacimientos del Bronce Valenciano es considerable. Aunque pueda parecer lo contrario, el número de poblados eneolíticos valencianos es elevado, pero los trabajos y excavaciones realizados sobre ellos son tan
exiguos que nuestras consideraciones se han de reducir por el momento al importante poblado de la Ereta del Pedregal, en el que actualmente continúan las campañas de excavación por parte del S. I.
P., dirigidas por Play con la colaboración de uno de nosotros (Martí).
En este yacimiento tendríamos, de acuerdo con los resultados publicados (15), un primer estrato de tierras revueltas entre las que se encontrarían elementos típicos del Bronce Valenciano como los dientes
de hoz, escasos útiles metálicos .. -; el estrato II, sobre un lecho de piedras a 85 cms. de profundidad, vería la desaparición de los útiles metálicos que sólo aparecen en la parte superior, y de los dientes de hoz,
pudiendo considerarse como propio de un Eneolítico Final; los estratos correspondientes al pleno Eneolitico serían los III y IV de la campaña de 1963, con dos niveles de fondos de cabañas situados a 125 y
165 cms. de profundidad, respectivamente, correspondiendo al relleno del nivel inferior la datación de 1980 a. C. que nos parece excesi-
02)
1965.
J. M." SOLER: «El Tesoro de VillenM. Excevaclonea Arqueológicu enEspaila, 36, Madrid,
(13) J. V. MARTINEZ: «Carte Arqueológica de l'edralbe y Bugarra !Valencia).. Archivo de l'rehi8to·
rle Levantina, XIV, Valencia, 1975, p. 173.
(14) J. APARICIO: «Puntal del Barranc de les CoveSJ>. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana,
T. 9, Valencia, 1973, p. 206.
(15) D. FLETCBER, E.l'LA y E. LLOBREGAT: «La Ereta dell'edregal (NavlllTés, Velencla)l. Excavaciones Arqueológicas en España, 42, Madrid, 1964.
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CAU RABOSER
vamente baja y que no tiene procedencia exacta conocida. Estos estratos presentan una total ausencia de metal en la amplia extensión
excavada y una gran abundancia de utillaje lítico: puntas de flecha de
retoque bifacial y formas variadas, de pedúnculo y aletas, cruciformes, romboidales ... ; hojas y elementos de hoz, raspadores, geométricos, trunca duras oblícuas retocadas, perforadores, etc.; hachas y
azuelas de piedra pulida; punzones y espátulas de hueso; cerámica
sin decoración con predominio de las formas globulares o de tendencia hemiesférica y elementos simples de prensión como los pequeños
mamelones. Por debajo de este segundo nivel de fondos de cabaña, un
último estrato, el V, se asentaría directamente sobre la turba, que
aparece casi pura a partir de 185-195 cms., con materiales semejantes al estrato IV si bien puede ser significativa la ausencia del tipo de
flecha de aletas y pedúnculo bien desarrollado. Este estrato V correspondería a un Eneolitico Inicial.
El análisis de los materiales correspondientes a los estratos
eneolíticos de la Ereta del Pedregal revela una gran diferencia con
respecto a los materiales que aparecen en los poblados del Bronce Valenciano, y también con respecto a los propios de los yacimientos
neolíticos. En los poblados del Bronce Valenciano son escasas las puntas de flecha de sílex, mientras aparecen con relativa frecuencia los
brazaletes de arquero o afiladeras, los útiles metálicos entre los cuales el puñal de pasadores o remaches sustituye al de lengüeta, los vasos carenados, los vasos colador ... Por otra parte, la comparación con
los yacimientos neolíticos resulta igualmente significativa: algunos
elementos líticos pueden relacionarse claramente como es el caso de
los perforadores, los geométricos, las truncaduras oblícuas retocadas,
los elementos de hoz ... ; otros son nuevos como es el caso de los raspadores, de los que tan sólo algunas hojas con frente de raspador aparecen en los yacimientos neolíticos, y, sobre todo, la punta de flecha de
retoque bifacial que es totalmente desconocida en yacimientos como
Sarsa, pero que está exiguamente representada en yacimientos como
Or, atribuibles a los últimos momentos de habitación de la cueva tal
como se desprende de los recientes trabajos de excavación en el yacimiento. {16).
La relación entre los yacimientos neolíticos y eneolíticos conlleva
el problema de la periodización de nuestro Neolítico y su exposición
requeriría una prolija descripción de yacimientos y materiales, pero
(16) B. MAR TI: ~Cova. de l'Or (Benlarrés, Alicante)», Trablljos varios del S. l. P., 51, Valencia, 1977.
B. MARTI: •Cova de I'Or (Benlarrés, Alicante). Nuevos datos sobre el Neolítico del Este peninsulao.
Comunicación a la Reunión sobre los problemas del C. 14. Madrid, abril, 1978.
-
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
es conveniente, al menos, recordar aquí algunos indicios como los ez..
puestos anteriormente, o como la presencia de cerámicas peinadas en
Or, Emparetá, Cocina IV ... y también en la Ereta.
A modo de resumen de los actuales trabajos podemos decir que el
final del Neolítico se situaría entre los milenios IV y 111 a. C. y que
el principio del Bronce Valenciano estaría en torno al 1900-1800 a.
C., no resultando excesivo proponer la mayor parte del 111 milenio para el desarrolo del E neolítico con una datación 2500-2000 para el Pleno Eneolítico de la Ereta del Pedregal, que encontraría fáciles paralelos en otras áreas peninsulares y en el arco mediterráneo que se extiende desde el golfo de Génova hasta el litoral andaluz.
Como se ha dicho, los problemas planteados por la relación entre
poblados eneolíticos y del Bronce Valenciano se repiten en el caso de
las cuevas de enterramiento múltiple, pero con dificultades adicionales. Sin olvidar los importantes trabajos de Ballester ( 17), la primera
visión de conjunto sobre las cuevas de enterramiento eneolíticas se
debe a Pla (18) y puede decirse que, en general, las características
que trazara continúan siendo válidas, aunque los años transcurridos
han aportado nuevas precisiones y una cronología creciente.
Remitiéndonos a la extensa bibliografia, sólo quisiéramos insistir
en aquello que siempre se. creyó aunque era y es dificil de precisar: el
amplio conjunto de cuevas de enterramientos que conocemos no es
sincrónico y en el momento presente podemos atribuirles un espectro
muy extenso que se iniciaría en el Neolítico y terminaría en pleno
Bronce Valenciano.
De esta secuencia aparecen claramente delimitadas las correspondientes a los momentos iniciales y finales: en el primer caso estarían los enterramientos en cuevas como La Sarsa, Emparetá, Cava
de Dalt; en el segundo, las necrópolis de transición, y las que se han
considerado siempre como propias del Bronce Valenciano.
De la Cava de la Sarsa poseemos las mejores evidencias (19); de
Emparetá puede afirmarse que fue lugar de habitación y de enterra-
{17) l. BALLESTER: rLa Covacha Sepulcral del Cami Real. Alhaidao. Archivo de Prehistoria Lsvautina, I, Valoncia, 1\~28, ps. 31-85.
¡ 18) E. PLA: d.a Covacha de Ribera {Cullera, Valencla)o. Archivo de PreWstoria Levantina, VD, Valencia, 1958, ps. 23-54.
mis~;)vol~~=~-~~l trabajo de V. CASANOVA, sobre al enterramiento doble dala Cava deJa Sarsa, en esta
MARTI: «Cova do l"Ont, op. cit. nota 16, ps. 34·35.
M. D. ASOUERINO: cVasos cardiales inéditos de la Cueva de la Sarsa ¡Bocairente, Valencia)». Trabajos de Prehistoria, 33, Madrid, 1976, ps. 339·347.
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CAU RABOSER
19
miento (20), al igual que la Cava de Dalt (21), sin que los materiales
proporcionados por estos yacimientos permitan situarlos por debajo
del final del Neolítico. De las necrópolis de transición y su relación
con el Bronce Valenciano sólo es necesario recordar lo expuesto por
Pla (22), Tarradell (23), Fletcher (24), Llobregat (25), Aparicio (26) ...
La mayor parte de las cuevas de enterramiento estaban revueltas
en el momento de su excavación y no ha resultado factible el identificar ajuares, de modo que hemos de aceptar como sincrónicos elementos que necesariamente están muy separados en el tiempo, desde el
momento del inicio de la utilización hasta su final: de ello podrían ser
ejemplos la presencia de elementos metálicos en la Cova del Frontó,
junto a cerámicas con decoración impresa cardial (27), o el caso del
Barranc del Castellet, donde un pequeño fragmento cardial acompaña
al vaso campaniforme (28). Quizá fuera útil recordar aquí algo que se
ha repetido insistentemente para los dólmenes, como es el carácter intrusivo que pueden tener algunos de los elementos encontrados en
ellos, el vaso campaniforme incluido, y que, como señalara Llobregat,
debe ocurrir de modo idéntico en las cuevas (29).
l,a presencia de cerámica campaniforme y cardial en Castellet, o
el ajuar del Frontó, junto a la presencia de enterramientos en yacimientos neolíticos, podría suscitar de nuevo las teorías de la filiación
cardial para el vaso campaniforme. Pero nada apoya tal suposición,
aunque es preciso reconocer que temáticamente decoraciones incisas
e impresas de instrumento que aparecen en los yacimientos neolíticos
pueden considerarse similares a las campaniformes; en ningún caso
(20) M. D. ASOUERINO: «Coveta Emparot.U. Noticiario Arqueológico Hispánico, Prehistoria, 3,
Madrid, 1976, ps. 111-168.
(211 1. SARRION: ~El yacimiento neolítico de la Cova de Dalt. Tárbena~. Revista del Instituto de Es·
tudios Alicantinos. Núm. 16, II Epoca, mayo-agosto. Alicante. 1976, ps. 41-55.
(22) PLA: Op. cit. notas 9 y Hi.
!23) M. 1'ARRADELL: «Ensayo de identificación de las necrópolis del Bronce Valenciano». Archivo
de Prehistoria Levantina, X, Valencia, 1963. ps. 59·67.
(24) FLETCHER: Op. cit. notes 5 y 7.
(25) E. LLOBREGAT: ~Estudio de los Megalitos portugueses por los Leisncr, y las cuevas de enterra·
miento múltiplo del Pals Valenciano». Archivo de Prehistoria Levantina, XI, V~lenc>a, 1966,
ps. 111-90.
E. LLOBREGAT: tille! fin del Neolltico de cerámicas impresas al comienza de la Edad del Bronce en la
Región Valencianao, Papeles del Laboratorio de Arqueologla do Valencia, 9, Valencia, 1973, ps. 3-10.
E. LLOBREGAT: «Nuevos enfoques para el estudio del pedodo del Noolltico al Hierro en la Región Va·
lendana.. Papeles del Laboratorio de Arqueologla de Valencia, 11, Valencia, 1975, ps. 119-140.
(26) J. APARICIO: •Estudio económico ysoclal de la Edad del Bronce Valenciano». Valencia, 1976.
(27) E. PASTOR y S. TORRES: «Los enterramientos eneolltlcos de la cueva del Ftontó, Salern (Va·
lencia)•. Archivo de Prehi$toria Levantina, XU, Valencia, 1969, ps. 27-41.
(28) E. PLA: 1La Coveta do! Barra.nc del Castellet (Carrfcola, Valencia)». Archivo de Prehistoria Le·
vantina, V, Valencia. 1954, pe. 35-64.
129) LLOBREGAT: •Nuevos enfoques ... », op. cit. nota 25.
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B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
puede afirmarse lo mismo de las formas ni de los elementos asociados
a c<-:.da especie cerámica. Hallazgos de cerámicas impresas cardiales
y campaniformes se conocen en la estratigrafia de la Cava de les Cendres, convenientemente separadas por niveles intermedios (30).
Finalmente hemos de referirnos a la perla de aletas y a la perla de
glóbulos del Cau Raboser, primeras que encontramos en nuestros yacimientos y punto más meridional de su área de repartición hasta el
momento. Dentro de la Península sólo conocemos los hallazgos de la
Cava de l' Arbones y de .Kobeaga I.
La Cava de l' Arbones (Pradell, Tarragona), presentaba restos de
al menos cinco individuos con un rico ajuar entre el que se incluye un
puñal de lengüeta, un botón en forma de caparazón de tortuga, muy
abundantes cuentas de collar de diversos tipos, cerámica sin decoración, abundante industria lítica con grandes hojas con lustre de cereales, puntas de flecha de retoque bifacial, etc., además de dos perlas de aletas y una de glóbulos. El estudio de Vilaseca y Capafons recoge la repartición de los elementos de este ajuar, con especial atención a los botones y a las perlas de aletas y glóbulos. (31).
La cueva de Kobeaga I (Isparter, Vizcaya) (32), también con inhumaciones, proporcionó dos perlas de glóbulos con abundante ajuar
que incluye, además de cerámica y sílex, un brazalete de arquero con
doble perforación, colgantes planos de hueso, cuentas cilíndricas y de
tonelete, un botón circular con perforación en V, tubos de hueso segmentados, etcétera.
Una lista de yacimientos con perlas de aletas y glóbulos puede
verse en el trabajo de Vilaseca y Capafons, y en la recopilación realizada por Bordreuil (33). Por nuestra parte, nos limitaremos a señalar
su abundancia en la Francia meridional, especialmente al O. del valle
del Ródano, Aparecen en el Grupo de Ferriéres y de Fontbouisse, en el
Languedoc; en el Grupo de Treilles o de las Grands Causses, en los Alpes, en el Jura ... La cronología aceptada cubre un período considerable que va desde la segunda mitad del tercer milenio en que parece
desarrollarse el Grupo de Ferriéres, aproximadamente del 2600 a
2200 a. C., hasta la datación C. 14 para la Cueva de Sargel (St. Rome
/301 .Result~doso(lbtenidos en las recientes excavaciones realizadas bajo la dirección de E. LLOBREGAT, cuyos materiales pude estudiar en el Museo de Alicante, y a quien agradecemos su amabilidad,
(31) S. VILASECA y F. CAPAFONS: ~La Cueva sepulcral eneolltica de L'Arbones (tolrmi.o.o do Prade1U». Trabajos de Prehistoria, XXIII, Madrid, 1967.
(32) J. M. APELLANIZ: •Corpus de materialeG de les culturas prehistóricas con cerámica de lapoblación de cavernas del Pals Vasco meridionab. Muniba, suplemento n.• 1, San Sebastián, 1973, ps. 52-
"·
(33) M. BORDREUIL: •Recbercbes sur les perles ;l ailettes>, Congrés Préhistoriquc de Frunce, XVIII
(Ajuccio, 1966), Pans, 1966 ps. 251-264.
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CAU RABOSER
21
de Cernan, Aveyron) de 1760 ± 180 a. C. El estudio de los ajuares,
donde aparece muestra que los diversos tipos de perlas o cuentas
van generalmente asociados aunque sus proporciones puedan variar
según las regiones. Entre los elementos que suelen acompañarles encontramos el amplio repertorio de cuentas de collar propias de dólmenes y cuevas sepulcrales, los botones de hueso con perforación en V,
los botones en forma de capazón de tortuga ... y también vasos campaniformes (34).
Puede decirse que su presencia en el Ca u Raboser no aporta precisiones cronológicas más allá de lo anteriormente expuesto para este
pequeño conjunto de yacimientos que acabamos de reseñar y el Cau
Raboser podría situarse cómodamente en los inicios del II milenio a.
de C., es decir, dentro de la transición Eneolítico-Bronce Valenciano.
Sería, pues, una necrópolis de transición en el sentido que hemos expuesto aquí, en tanto otras que han merecido tal denominación y que
se fechan en momentos más avanzados, 1800- 1600 a. de C., serían
ya necrópolis del Bronce Valenciano, cuya periodización se hace cada
vez más necesaria. La importancia de estos elementos de adorno en el
Ca u Raboser radica fundamentalmente en la valoración de la unidad
que presentan las tierras ribereñas del Mediterráneo, en lo indudable
de los contactos dentro del arco norte del Mediterráneo Occidental
desde Arene Candide a los yacimientos valencianos cuando menos.
Hablar de unidad y de similar proceso evolutivo obliga a reflexionar y valorar adecuadamente las diferentes nomenclaturas empleadas en este ámbito geográfico ya que, con frecuencia, las diferencias
cronológicas y culturales son menores de lo que la diversidad de denominaciones parece indicar. Así, por ejemplo, en la bibliografía francesa y en parte de la bibliografía penjnsular, suele situarse a menudo
el inicio del Calcolítico o Eneolítico en relación con la aparición del
vaso campaniforme, mientras se habla de un Neolítico final diversiiicado en culturas regionales, lógicamente anterior a aquél; estructura-
(341 J. ARNAL ot JI. BERTRAND: d'resentation de nouveaux tumuli non mégalithiques». Archivo
de PrchisloriH Levantina, IV, Valencia, 1953, p. l3l. fig. 7.
L. BALSAN et G. COSTANT1N1: «La Grotte I des Trailles¡\ St. Jean etSt. Paul (Aveyronl~. Gallia Pre·
histoire, t. 15, Paris, 1972, ps. 229-259.
J. GUILAINE: •L'Age du Bronze en Languedoc Occidental, Roussillon, Ariégeo. Mémoires de la Société Préhistorique Fr~nqaise, t. 9, Paris, 1972, p. 78.
B. PAJOT et J. CL01"TES: •Le Dolmen 2 du Freu, ;l. Cazals (Tarn-et-Garonnelo. Bullet!n Société Préhistorique Franqaise, t. 72, Eludes et Travaux, Paris, 1975, ps. 382-401.
ps. ~6~." ROUDIL: •Grott:e de Través (Montclus, Gardl~. Gallia Prehlstoire, t. 19, fase. 2, Paris, 1976,
O. ROUDIL et BERARD: oLa Grotte de Gonfaron (Var)>. Bulletln Société Préhistorique Franqalse t
74, C. R. S. M .. París, 1977. ps. 15-19.
' '
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B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
ción muy distinta a la que es habitual entre nosotros, donde el vaso
campaniforme se sitúa a partir de la transición Eneolítico-Bronce.
Sin duda existen diferencias locales o entre áreas más extensas
que justifican la amplia gama de culturas arqueológicas, pero esto no
debe confundirse con diferencias culturales y cronológicas profundas,
que se utilizan posteriormente para establecer relaciones genéticas
nunca probadas. Por seguir con el ejemplo del vaso campaniforme, no
parece razonable que su horizonte inicial sea 300 años más antiguo
en el arco norte del Mediterráneo que en el litoral valenciano, ni aparece justificado por sus contextos. El valor testimonial que en estos
problemas tienen elementos de tipología tan precisa como las perlas
de glóbulos y aletas debe ser tenido en cuenta, ya que, en efecto, nos
encontramos ante unos objetos exóticos, de indudable procedencia
septentrional, prueba de contactos y de similar horizonte cronológico
para los conjuntos en los que aparecen.
Terminado este trabajo se ha publicado un estudio sobre el material de superficie del Mas del Jutje o Puntal sobre la Rambla Castellarda (35), en el que se presenta una recopilación de posibles yacimientos eneolíticos valencianos. Según sus autores, Aparicio, Martínez y San Valero, el yacimiento se presenta como de filiación eneolítica, sobre todo por la abundancia de puntas de flecha de sílex y por la
presencia de algunos fragmentos de cerámica campaniforme, situándolo entre el 2000 y el 1700 a. de C. Por otra parte, consideran correcta la datación de la Ereta del Pedregal, entre el 2000 y 1600 a. de
C., a la vez que sitúan el momento álgido del Eneolítico entre el3000
y el 2000 a. de C., lo que es contradictorio a nuestro juicio.
Si bien podemos estar de acuerdo en lo primero, es decir, en laposible correspondencia de los materiales conocidos del Puntal a un
Eneolítico final, aunque quizá exista en esta posición una valoración
excesiva de los fragmentos de campaniforme y habrá que esperar a
los resultados de las excavaciones; no nos parece que la Ereta del Pedregal, yacimiento bien conocido a través de numerosas campañas de
excavación, pueda englobarse en el mismo período cronológico, ya
que, de seguir la propuesta de estos autores, todos los niveles de la
Ereta del Pedregal se situarían entre el Eneolítico final y los inicios
del Bronce :Valenciano. Sin duda existe un nivel superficiaL propio del
Bronce, pero los restantes niveles subyacentes no pueden asimilarse a
un Eneolítico final posterior alZOOO a.de C., tal como hemos expuesto
en las páginas precedentes.
(35) J. APARICIO, J. V. MARTINEZ y J. SAN VALERO: •El Punta( sobre la Rambla Castellarda y
el poblamiento eneolltico en la Región Valenciana•. Saitnbi. XXVIl (1977), Valencia, I97B, ps. 37-62.
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LAM. 1
1\f.ARTI-GIL SANCHO.-Cau Raboser
Cau Raboser
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MARTI·GIL SANCHO.-Cau Rabose•
Cau Rab oser
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B. MARTI OLIVER
J. GIL SANCHO
(Valencia)
PERLAS DE ALETAS Y GLOBULOS DEL CAU RABOSER
(Carcaixent, Valencia)
(Algunas consideraciones sobre el Eneolltico Valenciano)
Muy cerca de la costa mediterránea, entre el valle de Valldigna y
la Ribera del Xúquer, se levantan unas alineaciones montañosas con
clara dirección NO.-SE. que constituyen las últimas estribaciones del
Sistema Ibérico. Este conjunto montañoso está formado por un anticlinal calcáreo jurásico-cretáceo profundamente carsificado y desventrado por la gran combe del valle de Aigües-Vives, con la Serra de
la Barraca, de formas aplanadas, al SO. y la Serra de les Agulles, en
áspera crestería, al NE.; en este flanco se adosa otro anticlinal fallado
con la Serra del Cavan Bernat y la gran combe de la Murta ( 1 ).
Las últimas montañas de la Serra de la Barraca, al NO. del conjunto y en término municipal de Carcaixent, reciben el nombre de
Muntanyes del Realeng y llegan hasta las proximidades de la población. En el marco de esta pequeña zona montañosa y sobre todo desde
la Serratella, derivación más occidental de les Muntanyes del Realeng, a la Serra de les Agulles, se viene practicando desde hace años
una exploración minuciosa en la que participamos junto con V. Roca,
J. Guerrero y otros.
Especial interés tienen los pequeños barrancos y montañas que
confluyen y limitan el Barranc de l'Estret; este barranco, limitado
por Les Agulles al E. y les Muntanyes del Realeng y de la Barraca al
0., constituye el camino natural que une el valle cuaternario del Xú(1) A. LO PEZ GOMEZ: «Reglón Valenciana». En M. de TERAN: «Geografla de Espail.a y Pon.ugal». t.
IV, 2.' parte, Ed. Montaner y.Simón, Barcelona, 1967.
A. LOPEZ GOMEZ: «Geografla de les Terres ValenclaneSJ>. Valencia, 1977.
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B. MARTÍ OUVER y J GIL SANCHO
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e los yaciml untos citad 09 en el texto
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CAU RABOSER
'
quer, a la altura de los términos municipales de Alzira y Carcaixent,
con la Valldigna, atravesando el valle de Aigües-Vives. Los hallazgos
de materiales prehistóricos son abundantes, aunque el hecho de movernos estrictamente en el plano de las prospecciones hace que la información acerca de los nuevos yacimientos sea fragmentaria,. a la espera de futuros y metódicos trabajos de excavación.
La aparición de una perla de aletas y otra de glóbulos entre los
materiales del Cau Raboser, primeras que conocemos en el Eneolítico
valenciano y punto más meridional de su hallazgo en la Península
hasta el momento, motiva el que demos noticia de ellas como nuevo
elemento de adorno en las inhumaciones eneolíticas o de transición al
Bronce Valenciano, presentándolas en el contexto de otras cuevas sepulcrales de la zona con las que debe formar una unidad cultural y
cronológica, dadas su proximidad y las evidentes relaciones de los
ajuares, planteando al mismo tiempo algunos problemas generales del
Eneolítico Valenciano.
EL CAU RABOSER
Se encuentra en las estribaciones NO. de les Muntanyes del Realeng, cerca de la entrada del Barranc de l' Anell y a unos 60 m. de altura sobre el fondo del barranco. Las características principales del
yacimiento pueden verse en el plano que presentamos (fig. 1); se trata
de una pequeña covacha de planta aproximadamente cuadrada, estrecha y alargada en sentido vertical, en cuyo fondo y en la parte inferior se abre otra pequeña cavidad de altura muy reducida con la que
comunican dos estrechos túneles. Las hemos denominado respectivamente, Cámara A y B, Grieta del Fondo y Grieta de la Izquierda. Esta
última merece una atención especial: consiste en un estrecho túnel
que se inicia ligeramente por encima del suelo de la Cámara B, ganando altura y tamaño con rapidez a la vez que se adentra en la montaña; el suelo de la grieta presenta-piedras abundantes de gran tamaño
y entre ellas pudimos observar la presencia de fragmentos cerárllicos,
restos de cráneo humano y otros huesos; su gran pendiente y la abundancia de materiales que presenta entre los bloques caídos hacen suponer la exístencia de un yacimiento superior necesitado, para su verificación, de futuras exploraciones.
En las proximidades de la cueva y en el suelo de la Cámara A, la
presencia de un fragmento de bóveda craneana, una vértebra, un
fragmento de mandíbula y otros restos humanos, junto a un pequeño
fragmento de cerámica hecha a mano, dieron los primeros indicios de
,
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B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
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Fig. l.-Cau Rabosor. Planta y sección por A-B
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CAU RABOSER
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
hallarnos ante un enterramiento prehistórico y motivaron la minuciosa exploración y recogida de materiales que a continuación detallamos.
GAMARA A
18 pequeños fragmento9 de cerámica correspondientes al cuerpo de un vaso, de aspecto tosco y erosionado. Pasto negra con desgrasanle de caliza y mica; color pardo en el exterior y más oscuro en el interior. Hechos a mano.
1 fragmento de cerámica con caractedsticas semejantes a las anteriores y posible borde {fig. 2,
núm. 10).
24 pequeñas conchas da Nassa, Conus y Natica, perforadas para su utili~ación como cuentas de collar lLilm. Il.
1 fragmento de Dentalium, cuenta de collar lfig. 2, n(lm. 81.
7 pequeñas cuentas discoidales de hueso (Lám, 1).
i; pequei'ias cuentas discoidales de piedra (Um. l),
Numerosos restos humanos: fragmentos de cráneo, de rnandlbula, dientes, una vértebra, etcétera.
CAMARA B
1 punta de flecha foliácea. Retoque plano, cubriente, bifacial. Sílex blanco, con córtex. 32 x 15 x 5
mm. (fig. 2, núm. 3 y Lám. I).
1 punta de muesca de tipo levantino. Retoques complementarios, muy marginales, en la mitad prmd.
mal del borde i~quierdo y en la parte distal derecha. Silex amarlllo claro. 48 x 11 x 4 mm. (flg. 2, núm. 4 ·
y Um. I).
3 fragmentos de cerámica pertenecientes al borde y cuerpo de una vasija de paredes rectas. Pasta
negra con abundante desgrasante calizo. Color pardo-amarillo en superficie; alisada.
1 fragmento de cerámica correspondiente al borde y cuerpo del vaso. Pasta negru~ca con desgrasante de pequeño tamad(); conserva restos de une fina capa de engobe blanco o concreción en ambas superficies (fig. 2, núm. 9).
22 pequeños fragmentos de cerámica, aUpicos; caractedsticas semejantes a los anwriores.
72 pequeñas conchas de Nassa, Conos y Natica, perforadas para su utili~adón como cuentas de collar (Lám. I).
26 pequeñas ~uentas dis~oidales de hueso (Lám. 1).
5 pequeñas cuentas discoidales da caliza y pi~arra (Lá.m. I).
1 fragmento de hueso plano, pulido; fragmento de aglija o lámina e8trecha apuntada (flg. 2, mim, 5).
Restos humanos: puada aírrmarsa la existencia de un enteiTamiento individual in si tu dado que pudimos comprobar la existencia de 7 vártebras alineadas y ensambladas en dos grupos, de tres y cuatro vértebras respectivamente; una articulación de brazo, fragmentos de cráneo, de mandlbula, dientes, costiLlas, un fémur, etc. Pese a la Importancia de las evidencias enumeradas es dificil pronunciarse por la disposición del enterramiento: la mayor abundancia de restos corresponde a la entrada de la Cámara By a
su parto norte, las vértebras estaban alineadas en dirección NE.·SO. y la articulación del brazo al norte
de ellas.
GRIETA DE LA U:OUlERDA
l fragmento de cerámica correspondiente al borde y cuerpo de una vasija do parados muy ligeramonte curvas. Pasta negra con desgrasan te cali~o grande y abundante; color pardo-nogru~co en superficie. Hecho a mand (fig. 3, núm. 2 y Lám. II, núm. 1).
1 fragmenta de cerámica correspondiente al borde, cuerpo y base de un cuenco de tendencia hemisférica. Pasta negruzca con desgrasante abundante; superficies pardo-grisáceas. Hecho e meno (fig.
3, nóm. 3).
1 fragmento de cerámica correspondiente el borde y cuerpo de una vasija de paredes rectas. Paste
negruzca con desgrasante cali~o y mic¡j_ceo. Interior muy erosionado; exterior de color rojizo. Hecho a
mano (fig. 3, núm. 1 y Lám. II, nóm, 2).
Varios fragmentos de cerámica correspondientes al cuerpo; caucterlsticas semejantes a los antorio-
'"'
_,
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CAU RABOSER
7
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo. Retoque bifacial, plano, Invasor. Sllox blanco-gris.
40 x 20 x 3 mm. (flg. 2, núm. 1 y Ló.m. 1).
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo iD.ciplentes. Retoque plano, cubrlente, bifacia!. Sílex-blanco
amarillo. 21 x 17,5 x 3 mm. lflg. 2, núm. 2 y Lám. 1).
1 lasca de snex. Sin retocar. 1 perla o cuenta de glóbulos, de piedra caliza (fig. 2, núm. 6 y Lám. 1)
perla o cuenta de aletas, de piedra caliza (fig. 2, núm. 7 y Lám. l).
Columbella perforada, cuenta de collar.
44 pequeñas conchas de Nassa, Conus y Natica, perforadas para su ut!lización como cuentas de co
llar (Lam. Il.
5 peque11as cuentas discoidales de hueso (Lám. l).
7 pequeilas cuentas discoidales de callza y pizarra (Lám. Il. .
Restos humanos: dos fragmentos de bóveda craneana y otros huesos.
)
2
.. . . . .
'..
.. ·· .
.:.;· .: .. ·..... :
3
Fig. 3.-Cau Ra.boser
-
53 -
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'
B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
Tal como se desprende de la enumeración de los materiales recuperados, el Cau Raboser es una cueva sepulcral eneolítica o de transición al Bronce Valenciano. Los hallazgos de la pequeña Cámara B
prueban que allí se efectuó un primer enterramiento individual, en
tanto que los restantes materiales dispersos, en especial los provPnientes de la Grieta de la Izquierda, nos hablan de otras inhumado
nes. El conjunto de los materiales puede considerarse normal en este
tipo de yacimientos con la excepción de la punta de muesca y de las
perlas de aletas y glóbulos, aquélla por insólita en tal. contexto y estas
últimas por lo que suponen de novedad dentro de la gran variedad de
adornos del Eneolítico valenciano. Pero, tal como se ha dicho al principio, el Cau Raboser forma parte de un pequeño conjunto de cuevas
sepulcrales, a algunas de las cuales nos referiremos ahora brevemente (véase mapa).
COVA DE LA CAIGUDA
Situada a la entrada del Barranc de 1' Anell, muy cerca del Ca u
Raboser pero en la parte opuesta del barranco. Posee una pequeña entrada en forma de estrecho túnel horizontal que da paso a una cavidad de pronunciado desnivel, con abundantes columnas y coladas. En
diversas exploraciones de los pequeños recovecos que forman la cueva se recogieron algunos restos humanos, entre ellos un cráneo com
pleto; abundantes fragmentos de cerámica hecha a mano, sin decoración, y un fragmento correspondiente al borde y cuerpo de un vaso de
tendencia globular que presenta decoración formada por una banda
horizontal de impresiones circulares delimitadas por sendas líneas incisas. (fig. 4, núm. 6),
COVA DELS DOS FORATS O DEL MONEDERO
Se trata de una cavidad sumidero con diversas y estrechas entradas que se abren a nivel del suelo en una zona amesetada de las montañas del Realeng, aproximadamente entre las cuevas del Cau Rabo
ser y de Xarta. Descendiendo por uno de estos túneles verticales se
abre una pequeña estancia de la que parten diversas gateras.
Al igual que en los casos anteriores, diversas exploraciones del
yacimiento lo revelan como cavidad sepulcral. Los materiales encontrados son:
- 54 -
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9
CAU RA110SER
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2
3
6
Fig. 4.-1 a 6: Cava dala Doa Forats o del Monedero. 8: Cova de la Caiguda
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
10
1 hoja de s!\ex con retoque directo, plano y oblicuo, continuo, invasor, bilateral. Si!ex blancu2co,jas-,eado. con ligera pátina y señales de erosión. 78 x 14 x 3
(fig. 4, nóm, 3\.
1 punzón de hueso, de sección plano-convm[a (fig. 4, núm. 1).
1 fragmento de punzón sobre hueso de con~o (llg. 4, núm. 2).
l cuenta de collar, bltroncocónica, de calalta (fig. 4, nóm. 4).
l Columbella per-forada, cuenta de colllll' (flg. 4, núm. 5).
=·
Diversos fragmentos de cerámica, atípicos. Hechos a mano.
Restos humanos.
COVA DE XARTA
Pequefta cavidad situada en el Barranc de Xarta, partida de la
Basseta, en su parte izquierda y a la altura de la base del barranco,
cerca de su confluencia con el Barranc de l'Estret.
Descubierta por los señores Robledo y Gallego, parte de sus materiales fueron depositados en el S. I. P. por don Víctor Oroval (2).
Los materiales que se conservan de lo que debió ser un enterramiento son los sigu_ientes:
1 puñal con lengtleta dentada, da cobre (fig. 5, núm. 5).
1 punzón de sección cuadrada, de cobre ([ig. 5, núm. 6).
1 anillo de sección cuadrangular, de cobre o bronce (fig. 5, núm. 2).
1 punta de flecha de aletas y pedúnculo. Retoque plano, cubriente, bifachd. Sllex pardo-amarillo.
lfig. 5. nú.m. 1).
2 pequeño;>s Cardiums con el natis perforado (fig. 5, núm. 3).
1 tableta de hueso de forma triangular, rota en uno de sus extremos: muy pulida y brillante (fig. S,
núm. 4).
Un cráneo humano y algunos huesos, sin clasificar, muy erosionados por la acción del agua.
COVA DELS GATS
Se halla situada en unos escarpes que limitan por el NO. el llamado Plá del Gallo, en las estribaciones de la Serra de les Agulles, a la
parte derecha del Barranc de l'Estret, muy cerca y aguas abajo del
Barranc de Xarta e inmediata al Hort de Brú. Posee una pequeña entrada por la que se desciende a la cueva con abundantes gateras y
unos cuarenta metros de recorrido.
Los materiales que procedentes de diversas prospecciones se hallan depositados en el S. I. P. comprenden:
2
1
1
1
1
1
cazuelas del estilo del Vaso Campaniforme con rica decoración incisa.
Vaso Campaniforme con decoración de bandas incisas rellenas de motivo reticulado.
pequeño cuenco en forma de casquete esférico, sin decoración.
braMlete de arquero.
punta de flecha da sílex. Retoque plano, cubriente, bifacial.
cuchillo o gran hoja de sllex.
(2)
D. FLETCHER: 1La labor da! S.l. P. y su Museo en el pasado año l97h. Valencia, 1973, p. 104.
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2
3
ID-
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4
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Flg. 5.-Cova del Barr8IlC de Xarta
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANC!IO
En las visitas efectuadas por nosotros pudimos comprobar la profunda remoción a que ha sido sometido el yacimiento, observándose
abundantes restos humanos dispersos por su interior y aún en las proximidades de su boca, recogiéndose y depositándose en el S. I. P. (3).
COVA O SIMA DE LES ARANYES
Se halla sobre un pequeño cerro al S. del Plá del Gallo; al igual
que la Cava deis Gats se encuentra en la parte derecha del Barranc de
l'Estret, en dirección a Alzira, aguas arriba y muy cerca del Barranc
de Xarta. <
una estrecha gatera, se puede profundizar hacia abajo unos ocho o
diez metros más. Su recorrido longitudinal es muy limitado y su anchura casi la justa para permitir el tránsito)) (4).
Fueron hallados, sin contexto alguno, cerámicas campaniformes
publicadas por Fletcher (5):
Z vasos campaniformes con decoración formada por bandas de llneas obHcuas limitadas pvr senda~
lineas horizontales, todas ellas impresas de instrumento. Tipo marltimo.
Diversos fragmentos correspondientes al cuerpo de un vaso campaniforme con decoración da Hneas
impresas do instrumento que forman una banda horizontal flanqueada por triángulos.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
Este pequeño conjunto de cuevas de inhumación guarda una es
trecha relación entre si tanto por su situación geográfica como por lm.
materiales recuperados, relación que puede extenderse a otros yacimientos próximos situados tanto al N., donde se encuentra la Sima de
la Pedrera (6), como al S., donde los hallazgos de vasos campaniformes son abundantes en la- comarca de Gandía.
Hasta el momento no ha sido posible encontrar los lugares de habitación correspondientes a los enterramientos que presentamos y tari
sólo podemos dar noticia de dos pequeños asentamientos atribuidos al
(3)
E.
PLA: «Actividades del S. J. P. ( 1961-1965)), Archivo de Prehistoria Levantina, XI, Valencia,
1966, p. 288.
D. FLETCHER: «Museo de Prehistoria de la Diputación Provincial de Valenclu. Valencia, 1974.
(4) J. DONAT: ~Catálogo espeJeo lógico do la provincia de Valencia». Memorias del Instituto G~oló·
gico y Minero de Espafta, LXVII, Madrid, 1967, p. 11.
15) D. FLETCHER: ~Nuevos vasos campaniforroes en la provincia de Valenclu. IX C. N, A. (Valladolid, 1965), Zarago~a, 1966, ps. 106·108.
(6) Véase en este mismo volumQO el trabajo de J. APARICIO, sobre la Sima de a Pedrera.
-
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CAU RAJlOSER
"
Bronce Valenciano, con muy escasos materiales: el Cabe¡;:ol de l' Anell
y el Cabe¡;:ol del Barranc de Mir; el primero situado en un pequeño altozano a la entrada del Barranc de 1' Anell, en las proximidades de la
Cava de la Caiguda y del Cau Raboser, en el que recogimos algunos
dientes de hoz, molinos de mano y fragmentos cerámicos hechos a
mano y sin decoración, y el segundo, sobre un escarpe de la parte izquierda del Barranc de l'Estret, aproximadamente a la misma altura
que la sima de les Aranyes y próximo a la Cava de Xarta, prospectado
desde antiguo por Nicolau Primitiu. En cualquier caso, la unidad que
representan estos yacimientos y especialmente los de Aranyes, Gats y
Xarta, los dos primeros con campaniforme y el tercero con elementos
que podemos considerar típicos del ajuar que puede acompañar a tal
especie cerámica, bordeando el camino natural del Estret, ejemplifica
la importancia que hubo de tener el poblamiento de la zona en estos
momentos finales del Eneolítico.
Como ha expuesto recientemente Fletcher (7), los hallazgos de vasos campaniformes en los yacimientos valencianos han sido relativamente numerosos en los últimos años de modo que conviene reconsiderar la antigua visión que señalaba un vacío casi total de esta especie cerámica en tierras valencianas. Una relación de tales hallazgos
sobrepasa el número de veinticinco, de los que algunos, como ya se ha
dicho, guardan estrecha relación con Aranyes, Gats y Xarta, en virtud
de su situación geográfica: la Sima de la Pedrera al N., y los de las
cuevas de Recambra, Retoret, Meravelles, Bernarda, Negra de Marxuquera Alta, etc., en la comarca de Gandía, al S.
La cronología aceptada para el vaso campanifonne en nuestras
tierras se sitúa en términos generales entre 2000 y el1600 a. de C.,
con una mayor vitalidad hacia el 1800-1700. Los trabajos de Harrison permiten disponer de una base sólida a la hora de valorar la evolución de los diferentes tipos y parece fuera de duda la mayor antigüedad de los tipos l}larítimo y cardado sobre los de decoración incisa. Siguiendo este planteamiento los vasos de les Aranyes podrían situarse entre el 2000-1800, mientras que las cazuelas de Gats se en-
171 D. FLETCHER: ~Cuenco de estilo campaniforme, de procedencia desconocld~n. XIV C. N, A. (Vltoria, 1975), ZIU'agoza, 1977, ps. 277-278.
D. FLETCHER: •CampanifOJrme~. Gran Enciclopedia de la Regi6n Valenciana, T, II, Valencia, 1973,
ps. 306-307.
o. FLETCHllR: &Algunas consideraciones sobre el estade~ actual de loa estudios de Prehistoria en la
Reglón Valencian~n. Crónica de la VII Asamblea de Cronistas Oficiales del Reino de Valencl~n, 1970. Seplll'ata, Valencle, 1972.
-
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B. MARTl OLlVER y J. GIL SANCHO
cuadrarían mejor entre el 1800-1500 a. de C. (8). Con todo es este un
problema sujeto a discusión todavía, dada la ausencia de secuencias
estratigráficas y la diversidad de cronologías que se les atribuye en
otros ámbitos cuya evolución es en muchos casos semejante a la Valenciana, como sucede en el arco mediterráneo que se extiende desde
el noroeste italiano a los Pirineos en el que las dataciones absolutas se
sitúan con frecuencia en los últimos siglos del IU milenio, pero, en términos generales, creemos que las conclusiones de Harrison proporcionan un marco adecuado en el que inscribir las hipótesis que guíen futuros trabajos.
El vaso campaniforme constituye una de las señales a las que se
asocia la transición Eneolítico-Edad del Bronce, completada con otros
elementos de los·ajuares en que éste suele aparecer, como los botones
de hueso con perforación en V, los puñales de lengüeta y punzones de
cobre, los brazaletes de arquero, las cuentas tubulares sobre piedra
rojiza estudiadas por Lerma y Bernabeu en la Cava del Picaio (9), etc.,
además del carácter no múltiple que presentan por lo general tales
enterramientos. Hoy resulta evidente que la amplitud cronológica del
vaso campaniforme va mucho más allá de la transición EneolíticoBronce Valenciano y que si bien en el caso de los tipos marítimos, por
ejemplo, podemos considerar razonable que estemos en tal transición,
en otros casos nos encontraríamos ante enterramientos y asentamientos propios del Bronce Valenciano.
La Cultura del Bronce Valenciano se caracteriza por la aparición
de lugares de habitación en lo alto de lomas y pequeñas montañas de
fácil defensa, en algunos casos con recintos amurallados en las zonas
más accesibles; las casas son entre cuadradas y rectangulares, sin
que aparezcan signos claros de urbanismo. Respecto a los restos materiales de esta cultura hay que destacar su monotonía y la repetición
de tipos, lo que dificulta el establecimiento de su periodización, en la
que actualmente trabaja R. Enguix. La cerámica es hecha a mano,
basta, con desgrasante abundante, presentando diferentes tonos sobre un mismo vaso debido a las deficiencias de cocción; la decoración, o bien no aparece o es pobre, se reduce a las ungulaciones, digitaciones, cordones y algunas incisiones. La industria lítica se caracteriza por los dientes de hoz, uno de los elementos más representativos
del período; lascas retocadas y restos de talla. De hueso aparecen
(8) R. J. HARRISON: t:El Vaso Campaniforme como horlzonte"delim.ltador &n &1 Leva.oto &spaftohl.
Cuadornos de Prehistoria y Arqu~tolog:!a C!utllllonense, 1, C!lstllll6n, 1974, ps. 63-70.
R. J. HARRISON: cThe Bell Be alter Cultures of Spain and Portugal>. American School of Prehistoria
Research, Bull. 35, Peabody Museum, Harvard Unive!"!.lity, 1977.
(9) Véase en este m.Jsmo volumen el trabajo de V. LERMA y J. BERNABEU, sobre la Cova del Plcaio.
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CAU RABOSER
15
punzones de distintas clases, colgantes y, aunque no son frecuentes,
botones y espátulas. De piedra son característicos los brazaletes de arquero o afiladeras, los molinos barquiformes, hachas y azuelas pulidas, mazos, percutores y moldes de fundición. De metal, aunque escaso, aparecen puñales con remaches de enmangue, punzones y puntas
de flecha. Como elementos de adorno encontrarnos las conchas perforadas y las cuentas de collar, aunque_ mucho más escasas que en el
Eneolítico. Los enterramientos, individuales o de pocos cadáveres, se
encuentran en pequeñas covachas o grietaS naturales, en cistas o rodeados de piedras más pequeñas, sin que falte algún enterramiento
debajo de los lugares de habitación; los ajuares que acompañan a los
distintos tipos de enterramientos son pobres y escasos, presentando
algunas cerámicas propias del Bronce Valenciano y, ocasionalmente,
algún resto metálico.
Las diferencias entre los poblados del Bronce Valenciano y los
eneolíticos son manifiestas, lo que veremos más ampliamente al referirnos a la Ereta del Pedregal. En cuanto a los enterramientos puede
decirse lo mismo, ya que los enterramientos eneolíticos presentan un
carácter múltiple y una gran abundancia y variedad de ajuares.
La cronología que puede darse para los inicios del Bronce Valenciano estaría entre 1900 y 1800 a. de C. de acuerdo con la.s dataciones absolutas que se poseen, permaneciendo en la oscuridad el problema de su evolución: Serra Grossa, 1665 ± 100; Terlinques, 1650
± 115; Cabezo Redondo, 1600 ± 55; Pie deis Corbs, 1561 ± lOO; Ca tí
Forada, 1522 ± 150; Castillo de Frias, 1520; todas estas fechas referidas a. de
c.
(10).
Las cuevas de enterramiento presentan algunos problemas adicionales que han dado lugar a la denominación de necrópolis de transición para un pequeño grupo de ellas, significándose así su adscripción
al Eneolítico final-Bronce Valenciano inicial; dentro de ellas se incluirían las aquí presentadas y otras entre cuyas características está
la presencia de cerámicas campaniformes o de elementos considerados como acompañantes de ellas, anteriormente enumerados, como es
el caso de los puñales de lengüeta, desconocidos hasta el momento en
los poblados. También en favor de la transición aboga el carácter
tardío de los brazaletes de arquero en los yacimientos valencianos, se,ñalado por Pla ( 11 ), donde es frecuente su asociación con dientes de
.
(101 Pata la Penlnsula Ibérica véase la serie de fechas publicadas pot M. ALMAGRO GORBEAen la
revista •Trabajos de Prehistoria•, núms. 27 a 32, Madrid, 1970 a 1975.
(11) E. PLA; ~Los llamados Brazaletes de Arquero y el Eneolitico Valenciano•. VIII C. N. A. (Sevilla.
Málaga. 1963), Zaragoza, 1964, ps. 216-225.
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B. MARTl OLIVER y J. GIL SANCHO
hoz en típicos poblados del Bronce Valenciano; al igual que la aparición de campaniforme en algunos poblados o en enterramientos claramente asociados con ellos: Peñón de la Zorra (Villena, Alicante)( 12), Mas delJulje (Liria, Valencia) (13), Puntal del Barranc de les Caves (Estubeny, Valencia) (14) ... Sin descender al análisis pormenorizado de cada uno
de los elementos presentes en estas necrópolis de transición, lo que escapa a
las posibilidades del presente trabajo, insistiremos en que una datación entre
1800-1600 a. de C. para ellas, tal como se ha venido suponiendo, implica, más
que una transición, un momento ligado al pleno Bronce Valenciano.
Por otra parte, volviendo al mundo de los poblados, parece que las
fechas iniciales del Bronce Valenciano se acercan en exceso a las que
tradicionalmente se daban para el pleno Eneolitico de la Ereta del Pedregal y que coincidía con la fecha de C. 14: 1980 ± 250 a. C. Este hecho merece una atención especial dado que la diferencia entre los estratos eneolíticos de la Ereta del Pedregal y cualquiera de los yacimientos del Bronce Valenciano es considerable. Aunque pueda parecer lo contrario, el número de poblados eneolíticos valencianos es elevado, pero los trabajos y excavaciones realizados sobre ellos son tan
exiguos que nuestras consideraciones se han de reducir por el momento al importante poblado de la Ereta del Pedregal, en el que actualmente continúan las campañas de excavación por parte del S. I.
P., dirigidas por Play con la colaboración de uno de nosotros (Martí).
En este yacimiento tendríamos, de acuerdo con los resultados publicados (15), un primer estrato de tierras revueltas entre las que se encontrarían elementos típicos del Bronce Valenciano como los dientes
de hoz, escasos útiles metálicos .. -; el estrato II, sobre un lecho de piedras a 85 cms. de profundidad, vería la desaparición de los útiles metálicos que sólo aparecen en la parte superior, y de los dientes de hoz,
pudiendo considerarse como propio de un Eneolítico Final; los estratos correspondientes al pleno Eneolitico serían los III y IV de la campaña de 1963, con dos niveles de fondos de cabañas situados a 125 y
165 cms. de profundidad, respectivamente, correspondiendo al relleno del nivel inferior la datación de 1980 a. C. que nos parece excesi-
02)
1965.
J. M." SOLER: «El Tesoro de VillenM. Excevaclonea Arqueológicu enEspaila, 36, Madrid,
(13) J. V. MARTINEZ: «Carte Arqueológica de l'edralbe y Bugarra !Valencia).. Archivo de l'rehi8to·
rle Levantina, XIV, Valencia, 1975, p. 173.
(14) J. APARICIO: «Puntal del Barranc de les CoveSJ>. Gran Enciclopedia de la Región Valenciana,
T. 9, Valencia, 1973, p. 206.
(15) D. FLETCBER, E.l'LA y E. LLOBREGAT: «La Ereta dell'edregal (NavlllTés, Velencla)l. Excavaciones Arqueológicas en España, 42, Madrid, 1964.
- 62 -
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CAU RABOSER
vamente baja y que no tiene procedencia exacta conocida. Estos estratos presentan una total ausencia de metal en la amplia extensión
excavada y una gran abundancia de utillaje lítico: puntas de flecha de
retoque bifacial y formas variadas, de pedúnculo y aletas, cruciformes, romboidales ... ; hojas y elementos de hoz, raspadores, geométricos, trunca duras oblícuas retocadas, perforadores, etc.; hachas y
azuelas de piedra pulida; punzones y espátulas de hueso; cerámica
sin decoración con predominio de las formas globulares o de tendencia hemiesférica y elementos simples de prensión como los pequeños
mamelones. Por debajo de este segundo nivel de fondos de cabaña, un
último estrato, el V, se asentaría directamente sobre la turba, que
aparece casi pura a partir de 185-195 cms., con materiales semejantes al estrato IV si bien puede ser significativa la ausencia del tipo de
flecha de aletas y pedúnculo bien desarrollado. Este estrato V correspondería a un Eneolitico Inicial.
El análisis de los materiales correspondientes a los estratos
eneolíticos de la Ereta del Pedregal revela una gran diferencia con
respecto a los materiales que aparecen en los poblados del Bronce Valenciano, y también con respecto a los propios de los yacimientos
neolíticos. En los poblados del Bronce Valenciano son escasas las puntas de flecha de sílex, mientras aparecen con relativa frecuencia los
brazaletes de arquero o afiladeras, los útiles metálicos entre los cuales el puñal de pasadores o remaches sustituye al de lengüeta, los vasos carenados, los vasos colador ... Por otra parte, la comparación con
los yacimientos neolíticos resulta igualmente significativa: algunos
elementos líticos pueden relacionarse claramente como es el caso de
los perforadores, los geométricos, las truncaduras oblícuas retocadas,
los elementos de hoz ... ; otros son nuevos como es el caso de los raspadores, de los que tan sólo algunas hojas con frente de raspador aparecen en los yacimientos neolíticos, y, sobre todo, la punta de flecha de
retoque bifacial que es totalmente desconocida en yacimientos como
Sarsa, pero que está exiguamente representada en yacimientos como
Or, atribuibles a los últimos momentos de habitación de la cueva tal
como se desprende de los recientes trabajos de excavación en el yacimiento. {16).
La relación entre los yacimientos neolíticos y eneolíticos conlleva
el problema de la periodización de nuestro Neolítico y su exposición
requeriría una prolija descripción de yacimientos y materiales, pero
(16) B. MAR TI: ~Cova. de l'Or (Benlarrés, Alicante)», Trablljos varios del S. l. P., 51, Valencia, 1977.
B. MARTI: •Cova de I'Or (Benlarrés, Alicante). Nuevos datos sobre el Neolítico del Este peninsulao.
Comunicación a la Reunión sobre los problemas del C. 14. Madrid, abril, 1978.
-
63 _-
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B. MARTÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
es conveniente, al menos, recordar aquí algunos indicios como los ez..
puestos anteriormente, o como la presencia de cerámicas peinadas en
Or, Emparetá, Cocina IV ... y también en la Ereta.
A modo de resumen de los actuales trabajos podemos decir que el
final del Neolítico se situaría entre los milenios IV y 111 a. C. y que
el principio del Bronce Valenciano estaría en torno al 1900-1800 a.
C., no resultando excesivo proponer la mayor parte del 111 milenio para el desarrolo del E neolítico con una datación 2500-2000 para el Pleno Eneolítico de la Ereta del Pedregal, que encontraría fáciles paralelos en otras áreas peninsulares y en el arco mediterráneo que se extiende desde el golfo de Génova hasta el litoral andaluz.
Como se ha dicho, los problemas planteados por la relación entre
poblados eneolíticos y del Bronce Valenciano se repiten en el caso de
las cuevas de enterramiento múltiple, pero con dificultades adicionales. Sin olvidar los importantes trabajos de Ballester ( 17), la primera
visión de conjunto sobre las cuevas de enterramiento eneolíticas se
debe a Pla (18) y puede decirse que, en general, las características
que trazara continúan siendo válidas, aunque los años transcurridos
han aportado nuevas precisiones y una cronología creciente.
Remitiéndonos a la extensa bibliografia, sólo quisiéramos insistir
en aquello que siempre se. creyó aunque era y es dificil de precisar: el
amplio conjunto de cuevas de enterramientos que conocemos no es
sincrónico y en el momento presente podemos atribuirles un espectro
muy extenso que se iniciaría en el Neolítico y terminaría en pleno
Bronce Valenciano.
De esta secuencia aparecen claramente delimitadas las correspondientes a los momentos iniciales y finales: en el primer caso estarían los enterramientos en cuevas como La Sarsa, Emparetá, Cava
de Dalt; en el segundo, las necrópolis de transición, y las que se han
considerado siempre como propias del Bronce Valenciano.
De la Cava de la Sarsa poseemos las mejores evidencias (19); de
Emparetá puede afirmarse que fue lugar de habitación y de enterra-
{17) l. BALLESTER: rLa Covacha Sepulcral del Cami Real. Alhaidao. Archivo de Prehistoria Lsvautina, I, Valoncia, 1\~28, ps. 31-85.
¡ 18) E. PLA: d.a Covacha de Ribera {Cullera, Valencla)o. Archivo de PreWstoria Levantina, VD, Valencia, 1958, ps. 23-54.
mis~;)vol~~=~-~~l trabajo de V. CASANOVA, sobre al enterramiento doble dala Cava deJa Sarsa, en esta
MARTI: «Cova do l"Ont, op. cit. nota 16, ps. 34·35.
M. D. ASOUERINO: cVasos cardiales inéditos de la Cueva de la Sarsa ¡Bocairente, Valencia)». Trabajos de Prehistoria, 33, Madrid, 1976, ps. 339·347.
- 64 -
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CAU RABOSER
19
miento (20), al igual que la Cava de Dalt (21), sin que los materiales
proporcionados por estos yacimientos permitan situarlos por debajo
del final del Neolítico. De las necrópolis de transición y su relación
con el Bronce Valenciano sólo es necesario recordar lo expuesto por
Pla (22), Tarradell (23), Fletcher (24), Llobregat (25), Aparicio (26) ...
La mayor parte de las cuevas de enterramiento estaban revueltas
en el momento de su excavación y no ha resultado factible el identificar ajuares, de modo que hemos de aceptar como sincrónicos elementos que necesariamente están muy separados en el tiempo, desde el
momento del inicio de la utilización hasta su final: de ello podrían ser
ejemplos la presencia de elementos metálicos en la Cova del Frontó,
junto a cerámicas con decoración impresa cardial (27), o el caso del
Barranc del Castellet, donde un pequeño fragmento cardial acompaña
al vaso campaniforme (28). Quizá fuera útil recordar aquí algo que se
ha repetido insistentemente para los dólmenes, como es el carácter intrusivo que pueden tener algunos de los elementos encontrados en
ellos, el vaso campaniforme incluido, y que, como señalara Llobregat,
debe ocurrir de modo idéntico en las cuevas (29).
l,a presencia de cerámica campaniforme y cardial en Castellet, o
el ajuar del Frontó, junto a la presencia de enterramientos en yacimientos neolíticos, podría suscitar de nuevo las teorías de la filiación
cardial para el vaso campaniforme. Pero nada apoya tal suposición,
aunque es preciso reconocer que temáticamente decoraciones incisas
e impresas de instrumento que aparecen en los yacimientos neolíticos
pueden considerarse similares a las campaniformes; en ningún caso
(20) M. D. ASOUERINO: «Coveta Emparot.U. Noticiario Arqueológico Hispánico, Prehistoria, 3,
Madrid, 1976, ps. 111-168.
(211 1. SARRION: ~El yacimiento neolítico de la Cova de Dalt. Tárbena~. Revista del Instituto de Es·
tudios Alicantinos. Núm. 16, II Epoca, mayo-agosto. Alicante. 1976, ps. 41-55.
(22) PLA: Op. cit. notas 9 y Hi.
!23) M. 1'ARRADELL: «Ensayo de identificación de las necrópolis del Bronce Valenciano». Archivo
de Prehistoria Levantina, X, Valencia, 1963. ps. 59·67.
(24) FLETCHER: Op. cit. notes 5 y 7.
(25) E. LLOBREGAT: ~Estudio de los Megalitos portugueses por los Leisncr, y las cuevas de enterra·
miento múltiplo del Pals Valenciano». Archivo de Prehistoria Levantina, XI, V~lenc>a, 1966,
ps. 111-90.
E. LLOBREGAT: tille! fin del Neolltico de cerámicas impresas al comienza de la Edad del Bronce en la
Región Valencianao, Papeles del Laboratorio de Arqueologla do Valencia, 9, Valencia, 1973, ps. 3-10.
E. LLOBREGAT: «Nuevos enfoques para el estudio del pedodo del Noolltico al Hierro en la Región Va·
lendana.. Papeles del Laboratorio de Arqueologla de Valencia, 11, Valencia, 1975, ps. 119-140.
(26) J. APARICIO: •Estudio económico ysoclal de la Edad del Bronce Valenciano». Valencia, 1976.
(27) E. PASTOR y S. TORRES: «Los enterramientos eneolltlcos de la cueva del Ftontó, Salern (Va·
lencia)•. Archivo de Prehi$toria Levantina, XU, Valencia, 1969, ps. 27-41.
(28) E. PLA: 1La Coveta do! Barra.nc del Castellet (Carrfcola, Valencia)». Archivo de Prehistoria Le·
vantina, V, Valencia. 1954, pe. 35-64.
129) LLOBREGAT: •Nuevos enfoques ... », op. cit. nota 25.
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puede afirmarse lo mismo de las formas ni de los elementos asociados
a c<-:.da especie cerámica. Hallazgos de cerámicas impresas cardiales
y campaniformes se conocen en la estratigrafia de la Cava de les Cendres, convenientemente separadas por niveles intermedios (30).
Finalmente hemos de referirnos a la perla de aletas y a la perla de
glóbulos del Cau Raboser, primeras que encontramos en nuestros yacimientos y punto más meridional de su área de repartición hasta el
momento. Dentro de la Península sólo conocemos los hallazgos de la
Cava de l' Arbones y de .Kobeaga I.
La Cava de l' Arbones (Pradell, Tarragona), presentaba restos de
al menos cinco individuos con un rico ajuar entre el que se incluye un
puñal de lengüeta, un botón en forma de caparazón de tortuga, muy
abundantes cuentas de collar de diversos tipos, cerámica sin decoración, abundante industria lítica con grandes hojas con lustre de cereales, puntas de flecha de retoque bifacial, etc., además de dos perlas de aletas y una de glóbulos. El estudio de Vilaseca y Capafons recoge la repartición de los elementos de este ajuar, con especial atención a los botones y a las perlas de aletas y glóbulos. (31).
La cueva de Kobeaga I (Isparter, Vizcaya) (32), también con inhumaciones, proporcionó dos perlas de glóbulos con abundante ajuar
que incluye, además de cerámica y sílex, un brazalete de arquero con
doble perforación, colgantes planos de hueso, cuentas cilíndricas y de
tonelete, un botón circular con perforación en V, tubos de hueso segmentados, etcétera.
Una lista de yacimientos con perlas de aletas y glóbulos puede
verse en el trabajo de Vilaseca y Capafons, y en la recopilación realizada por Bordreuil (33). Por nuestra parte, nos limitaremos a señalar
su abundancia en la Francia meridional, especialmente al O. del valle
del Ródano, Aparecen en el Grupo de Ferriéres y de Fontbouisse, en el
Languedoc; en el Grupo de Treilles o de las Grands Causses, en los Alpes, en el Jura ... La cronología aceptada cubre un período considerable que va desde la segunda mitad del tercer milenio en que parece
desarrollarse el Grupo de Ferriéres, aproximadamente del 2600 a
2200 a. C., hasta la datación C. 14 para la Cueva de Sargel (St. Rome
/301 .Result~doso(lbtenidos en las recientes excavaciones realizadas bajo la dirección de E. LLOBREGAT, cuyos materiales pude estudiar en el Museo de Alicante, y a quien agradecemos su amabilidad,
(31) S. VILASECA y F. CAPAFONS: ~La Cueva sepulcral eneolltica de L'Arbones (tolrmi.o.o do Prade1U». Trabajos de Prehistoria, XXIII, Madrid, 1967.
(32) J. M. APELLANIZ: •Corpus de materialeG de les culturas prehistóricas con cerámica de lapoblación de cavernas del Pals Vasco meridionab. Muniba, suplemento n.• 1, San Sebastián, 1973, ps. 52-
"·
(33) M. BORDREUIL: •Recbercbes sur les perles ;l ailettes>, Congrés Préhistoriquc de Frunce, XVIII
(Ajuccio, 1966), Pans, 1966 ps. 251-264.
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CAU RABOSER
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de Cernan, Aveyron) de 1760 ± 180 a. C. El estudio de los ajuares,
donde aparece muestra que los diversos tipos de perlas o cuentas
van generalmente asociados aunque sus proporciones puedan variar
según las regiones. Entre los elementos que suelen acompañarles encontramos el amplio repertorio de cuentas de collar propias de dólmenes y cuevas sepulcrales, los botones de hueso con perforación en V,
los botones en forma de capazón de tortuga ... y también vasos campaniformes (34).
Puede decirse que su presencia en el Ca u Raboser no aporta precisiones cronológicas más allá de lo anteriormente expuesto para este
pequeño conjunto de yacimientos que acabamos de reseñar y el Cau
Raboser podría situarse cómodamente en los inicios del II milenio a.
de C., es decir, dentro de la transición Eneolítico-Bronce Valenciano.
Sería, pues, una necrópolis de transición en el sentido que hemos expuesto aquí, en tanto otras que han merecido tal denominación y que
se fechan en momentos más avanzados, 1800- 1600 a. de C., serían
ya necrópolis del Bronce Valenciano, cuya periodización se hace cada
vez más necesaria. La importancia de estos elementos de adorno en el
Ca u Raboser radica fundamentalmente en la valoración de la unidad
que presentan las tierras ribereñas del Mediterráneo, en lo indudable
de los contactos dentro del arco norte del Mediterráneo Occidental
desde Arene Candide a los yacimientos valencianos cuando menos.
Hablar de unidad y de similar proceso evolutivo obliga a reflexionar y valorar adecuadamente las diferentes nomenclaturas empleadas en este ámbito geográfico ya que, con frecuencia, las diferencias
cronológicas y culturales son menores de lo que la diversidad de denominaciones parece indicar. Así, por ejemplo, en la bibliografía francesa y en parte de la bibliografía penjnsular, suele situarse a menudo
el inicio del Calcolítico o Eneolítico en relación con la aparición del
vaso campaniforme, mientras se habla de un Neolítico final diversiiicado en culturas regionales, lógicamente anterior a aquél; estructura-
(341 J. ARNAL ot JI. BERTRAND: d'resentation de nouveaux tumuli non mégalithiques». Archivo
de PrchisloriH Levantina, IV, Valencia, 1953, p. l3l. fig. 7.
L. BALSAN et G. COSTANT1N1: «La Grotte I des Trailles¡\ St. Jean etSt. Paul (Aveyronl~. Gallia Pre·
histoire, t. 15, Paris, 1972, ps. 229-259.
J. GUILAINE: •L'Age du Bronze en Languedoc Occidental, Roussillon, Ariégeo. Mémoires de la Société Préhistorique Fr~nqaise, t. 9, Paris, 1972, p. 78.
B. PAJOT et J. CL01"TES: •Le Dolmen 2 du Freu, ;l. Cazals (Tarn-et-Garonnelo. Bullet!n Société Préhistorique Franqaise, t. 72, Eludes et Travaux, Paris, 1975, ps. 382-401.
ps. ~6~." ROUDIL: •Grott:e de Través (Montclus, Gardl~. Gallia Prehlstoire, t. 19, fase. 2, Paris, 1976,
O. ROUDIL et BERARD: oLa Grotte de Gonfaron (Var)>. Bulletln Société Préhistorique Franqalse t
74, C. R. S. M .. París, 1977. ps. 15-19.
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B. MAR TÍ OLIVER y J. GIL SANCHO
ción muy distinta a la que es habitual entre nosotros, donde el vaso
campaniforme se sitúa a partir de la transición Eneolítico-Bronce.
Sin duda existen diferencias locales o entre áreas más extensas
que justifican la amplia gama de culturas arqueológicas, pero esto no
debe confundirse con diferencias culturales y cronológicas profundas,
que se utilizan posteriormente para establecer relaciones genéticas
nunca probadas. Por seguir con el ejemplo del vaso campaniforme, no
parece razonable que su horizonte inicial sea 300 años más antiguo
en el arco norte del Mediterráneo que en el litoral valenciano, ni aparece justificado por sus contextos. El valor testimonial que en estos
problemas tienen elementos de tipología tan precisa como las perlas
de glóbulos y aletas debe ser tenido en cuenta, ya que, en efecto, nos
encontramos ante unos objetos exóticos, de indudable procedencia
septentrional, prueba de contactos y de similar horizonte cronológico
para los conjuntos en los que aparecen.
Terminado este trabajo se ha publicado un estudio sobre el material de superficie del Mas del Jutje o Puntal sobre la Rambla Castellarda (35), en el que se presenta una recopilación de posibles yacimientos eneolíticos valencianos. Según sus autores, Aparicio, Martínez y San Valero, el yacimiento se presenta como de filiación eneolítica, sobre todo por la abundancia de puntas de flecha de sílex y por la
presencia de algunos fragmentos de cerámica campaniforme, situándolo entre el 2000 y el 1700 a. de C. Por otra parte, consideran correcta la datación de la Ereta del Pedregal, entre el 2000 y 1600 a. de
C., a la vez que sitúan el momento álgido del Eneolítico entre el3000
y el 2000 a. de C., lo que es contradictorio a nuestro juicio.
Si bien podemos estar de acuerdo en lo primero, es decir, en laposible correspondencia de los materiales conocidos del Puntal a un
Eneolítico final, aunque quizá exista en esta posición una valoración
excesiva de los fragmentos de campaniforme y habrá que esperar a
los resultados de las excavaciones; no nos parece que la Ereta del Pedregal, yacimiento bien conocido a través de numerosas campañas de
excavación, pueda englobarse en el mismo período cronológico, ya
que, de seguir la propuesta de estos autores, todos los niveles de la
Ereta del Pedregal se situarían entre el Eneolítico final y los inicios
del Bronce :Valenciano. Sin duda existe un nivel superficiaL propio del
Bronce, pero los restantes niveles subyacentes no pueden asimilarse a
un Eneolítico final posterior alZOOO a.de C., tal como hemos expuesto
en las páginas precedentes.
(35) J. APARICIO, J. V. MARTINEZ y J. SAN VALERO: •El Punta( sobre la Rambla Castellarda y
el poblamiento eneolltico en la Región Valenciana•. Saitnbi. XXVIl (1977), Valencia, I97B, ps. 37-62.
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