Sobre la cueva de "Na Figuera" en Parella, Menorca
Juan Maluquer de Motes i Nicolau
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JUAN MAL UQUER DE MOTES
(Salaman ca)
50bre la cueva de «Na Figuera. en
Parella (I'\enorca)
La abundancia de cucv::!s en las islas Balc3res, debida a su especia l const itució n geológic:l, es proverbial ; su estudio arqueológico
ofrece siem pre grandísimo interés , pues confirma constantemente I:J
int eligente adaptación del ho mbre al medio, al observar cómo ell as
fueron utilizadas desde los primeros momentos en que .puede comprobarse la existencia de moradores en estas islas, como lugar de
habitación, de enterramiento o de culto . Y si esta comprobación
en ge nera l es va ledera p ara todos aquellos lugares do nde exiSlen
cuevas, en el caso no ya baleá rico sino de todas las islas mediterrá.
neas es un hecho Que da un sello característico a sus cultur:lS prehistóricas. El calificativo de Irogloditas cuad ra perfectamen te a di ·
chas poblacio nes y fué un hecho ya observado por los histo riado rcs
do la Antigüed ad, QUO multiplica ron el tópico de que a 106 mora·
d ores de las Bale:lrc& rué m:Ís f:ícil vcncerlos que halla rlos, pues se
esco ndí,ln en profundas cavernas. Caso análogo se dijo de los Sa r.
dos y es frecuente la misma idea referida a varias islas del Moditc.
rrfinoo o rien tal con mot ivo de las campañas romanas contra los
pi ratas qUQ infestaban nquell as aguas y eran ditíci lC1i de vencer por
la difi cultad de hallarlos, p ues se refugiaban en sus guaridas (1) .
La ad:lplac;ón al medio de estas pob'laciones isleñas fué tal, que
el c:!r,ícter hipogeo de viviendas y sepultu ras se t radujo como Ci
(lJ er. RE m 12O'J: Dlodoro · , 17. Para la habitaclón en cuevas y "esplu·
V
gas" de los sardol¡. cr. E5trabon, V, 224. Las dificultades halladas por Marco
Pomponio para vencer a 1015 sarelos, en ·Pausanlas X. 17; Dlodoro IV, 3: V, 152.
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J . M:\LUQUER DE. MOTES
bien sabido en una multiplicación de !as cuevas existentes pOr co nstr ucción de cov:ichas artificiales y transformaci6 n y adaptació n de
oquedades naturales. El estudio de lodas las cuevas utilizadas nos
muestra matices del más alto interés •. uno de ellos es el de la búsQueda y ap rovechamiento del agua, siempre de gra n impor tancia ,
acrecentada en c'l caso Que n Os ocupa .por su escasez en amplias %0n:!5 de estas islas. Qui zás sea ésta una de las ca usas que motivaron
en ell as la búsqueda de las cuevas y su utilizaci6n como vivie ndas .
Si n embargo, los datos que de ellas poscemos son bastante escasos
rorne/ls
~
•
Toro
360
MercadoJ
Ferrer/o.s
Maho·"n__,A1ayor
F lg. 1."-Situaclón de la cueva de "Na Flgucra" en Parell:l (Menare,:¡, )
y siem pre de interés; por ell o damos aquí la no ticia, Que creemos
interesa nte, del hallazgo de d os vasijas e n la cueva de «Na Figuera»,
en la zona de Parella de la isla de Menorca.
L:I cueva e n cu est ió n se hall a situada a unos 100 metros de ,la
Cala Bla nca (fig, 1'-) y co nst ituye una espaciosa cueva natu ral utiliza.
da, en pa rte, al menos , como vivienda en é poca prerromana , Se
pe nelra en el la, po r un boquete Que se abre en el techo de una
gra n c:ímara centra l, Que fu'é, a juzgar pOr la can tidad de fragmenlOS ce rám icos Que en ella aparecen, el 1ugar pro,piamente habitado
de la cueva (ftg. 2").
Lo Que presta a es ta cueva el mayor interés es la ex istencia oc
agua en su rincón o rie ntal , agua cuyo nivel, segú n puede fáci lmente aprecia rse. ha descendido en tiempos históricQs. El agua , aunQue jiga salobre, es si n embargo potable.
Alcanzar dicha agua nunca fué larc;a fá cil a los moradores de la
cueva, pues aAoraba a ras del suelo .por una he ndidura de la roca,
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CUEVA DE «NA PIGUERAlt (MENORCA)
lo que obligaba a utilizar el luga r como si fue ra un pozo, que por
la C1lcasa profund idad de 1a base do roca y los pedruscos existentes,
motivaría con frecuencia accidentes co n la consiguiente rotura de
1 cá ntaros o vasijas utilizadas. e incluBO en casos la pérdida de la
01
vasija por escurrirse debajo de la roca . Y efectivamente, 101 fragmentol cerám icos son muy abundan tes en el ci tado pozo, en el que
aparecen cimentados po r concrecio nes calc:'ireas recien tes. P rueba
ta mbién de dichOl accidentes son las dos án fora s que publicamos
.
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CORte A B
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20
30m .
An/Oros
Plg. :"-Planl.a y corte de la cueva de "Na Plguera".
en 1:1 fotogra fía adj unta (Lám. 1), q ue el descenso de las aguas retiró
m:1s hacia el interio r del es trecho sector, del qu e' pudieron ex traerse
con grand es dificultades (2).
Las ánforas. de base plana , cuerpo ovoide, alto cuello cilíndrico
con bo rde caído grueso y dC1larrollado, poseen dos ans si tuadas
simétrica men te, que arranca ndo de la mitad del cuell o se unen al
(2) AproveehafflOl la oculón 'Para dar las ¡raclas a n uesL"O buen amJgo
don J . Maria Thomas Cuajuana por los d atol que nos ha proporcionado y la
autoriución para publlcarklls, Junto con 5\15 dibujos de la planta y sección dA!:
la cueva.
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J. MALUQUER DE MOTES
tercio superior del cuerpo. Ambas vasijas :lparcccn agriel:ldas y presen tan agujeros pareados de taladro vertical, de reco mposición y es·
tarían reforzadas con grapas, cue rdas o mimbres que no se han conservado. Aunque fabricadas a torno, ambas son sensiblemente asi·
métricas.
1...1 mayor mide 300 mm. de altura , con un diámet ro m:íximo
de 200 mm. y una anchura de boca de ]25 m m., es de pasta rojo
bla ncuzco amarillenta, con la superficie muy 3lisada aunque porosa. Se hall a decorada con franj3s muy espaciadas, horizontales . de
pintu ra rojiza mate, de la Que se observan restos tambié n en el
borde y sobre las asas, aunq ue muy borrosa . La más pequeiía m id..:
225 mm. de alt ura por 160 mm. de anch ura m;Íxim:1 y 950 mm . de
diámetro bucal. Es de fo rma análoga a aqué ll a )' presenta el mismo
tipo de pas Ia e idénti ca decoración , mejor conservada e n este caso,
según puede fácilmente apreciarse en 'la fotografía,
El estado actual del conocimiento de la arqueología balear no
pe rmito ;¡ ún la datación precisa de es te tipo de ánforas, ya que fal ta un estudio general de las especies que aparecen en las islas y sobre lodo del desarrollo de la pintu ra en estas vasijas , cU),a fe cha
in icial es bastante an tigua. Tienen cie rtamente puntOS de contacto
con cerámicas ibérico púnicas del grupo andaluz. En las Baleares,
después del gran Aorecimiento taila yótico , se entra en una e tapa
oscura que abarca incluso aquelJos per íodos más in te resantes de la
historia del Mediterráneo occidental, es deci r, la etapa colonial tardía, que no termina hasta la conquista de las islas por C . Mctclo
(JI 123 a. de J . C . F.n esta eta pa)' entre lOs siglos 111 - 11 pued en si-o
tuarse p rovisionalmente dichas vasijas, sin que su forma nos incline
a suponerlas influidas por 10 romano . Es de esperar que pronto ,
excavaciones estratigráficas e n las islas nos p ro porcionen la escala
de cronología relativa ind ispensable pa ra su exacta datación.
Un hecho merece destacarse, el aprecio de esta cer~ m ica por 1:1
¡población ind ígena , que a pa rece patente po r el hecho de que a mbas vasijas fueron repa radas por lo me nos en una ocasión, lo q ue
pa rece sugerir que no se trata de manula cturas 10cales que pueden
ser f,íc ilme nte subs tit uidas, sino que e r,l preciso adquirirlas e n el
mercado, es deci r, que con toda probabil idad se trata de cerámica
de importació n.
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MALUQVER.- "(.a Cueva de "Na Flfuera"
LA'" L
Va&tjaa halladas en el Interior de la cueva de "Na Plauera", Parella (Menorca)
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JUAN MAL UQUER DE MOTES
(Salaman ca)
50bre la cueva de «Na Figuera. en
Parella (I'\enorca)
La abundancia de cucv::!s en las islas Balc3res, debida a su especia l const itució n geológic:l, es proverbial ; su estudio arqueológico
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fueron utilizadas desde los primeros momentos en que .puede comprobarse la existencia de moradores en estas islas, como lugar de
habitación, de enterramiento o de culto . Y si esta comprobación
en ge nera l es va ledera p ara todos aquellos lugares do nde exiSlen
cuevas, en el caso no ya baleá rico sino de todas las islas mediterrá.
neas es un hecho Que da un sello característico a sus cultur:lS prehistóricas. El calificativo de Irogloditas cuad ra perfectamen te a di ·
chas poblacio nes y fué un hecho ya observado por los histo riado rcs
do la Antigüed ad, QUO multiplica ron el tópico de que a 106 mora·
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pi ratas qUQ infestaban nquell as aguas y eran ditíci lC1i de vencer por
la difi cultad de hallarlos, p ues se refugiaban en sus guaridas (1) .
La ad:lplac;ón al medio de estas pob'laciones isleñas fué tal, que
el c:!r,ícter hipogeo de viviendas y sepultu ras se t radujo como Ci
(lJ er. RE m 12O'J: Dlodoro · , 17. Para la habitaclón en cuevas y "esplu·
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oquedades naturales. El estudio de lodas las cuevas utilizadas nos
muestra matices del más alto interés •. uno de ellos es el de la búsQueda y ap rovechamiento del agua, siempre de gra n impor tancia ,
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interesa nte, del hallazgo de d os vasijas e n la cueva de «Na Figuera»,
en la zona de Parella de la isla de Menorca.
L:I cueva e n cu est ió n se hall a situada a unos 100 metros de ,la
Cala Bla nca (fig, 1'-) y co nst ituye una espaciosa cueva natu ral utiliza.
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tuarse p rovisionalmente dichas vasijas, sin que su forma nos incline
a suponerlas influidas por 10 romano . Es de esperar que pronto ,
excavaciones estratigráficas e n las islas nos p ro porcionen la escala
de cronología relativa ind ispensable pa ra su exacta datación.
Un hecho merece destacarse, el aprecio de esta cer~ m ica por 1:1
¡población ind ígena , que a pa rece patente po r el hecho de que a mbas vasijas fueron repa radas por lo me nos en una ocasión, lo q ue
pa rece sugerir que no se trata de manula cturas 10cales que pueden
ser f,íc ilme nte subs tit uidas, sino que e r,l preciso adquirirlas e n el
mercado, es deci r, que con toda probabil idad se trata de cerámica
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