La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico Medio: distribución, origen de las acumulaciones y nuevos datos procedentes del Abric del Pastor (Alcoi, Alacant)
Alfred Sanchis Serra
Juan Vicente Morales Pérez
Leopoldo J. Pérez
Cristo M. Hernández
Bertila Galvan Santos
2015
[page-n-1]
5
LA TORTUGA MEDITERRÁNEA EN YACIMIENTOS
VALENCIANOS DEL PALEOLÍTICO MEDIO: DISTRIBUCIÓN,
ORIGEN DE LAS ACUMULACIONES Y NUEVOS DATOS
PROCEDENTES DEL ABRIC DEL PASTOR
(ALCOI, ALACANT)
Alfred Sanchis, Juan V. Morales, Leopoldo J. Pérez,
Cristo M. Hernández y Bertila Galván
ABSTRACT
This work is a synthesis about the distribution of the Mediterranean tortoise
(Testudo hermanni Gmelin 1789) in the Valencian area (Eastern Iberian Peninsula) during the Middle Palaeolithic. Furthermore, we have compiled available published data related to the origin of tortoise accumulations in the archaeological sites. Also, we present new information about tortoise consumption by Neanderthals from the preliminary study of Abric del Pastor bone sets.
INTRODUCCIÓN
En los últimos años diversos trabajos han puesto de manifiesto la importancia de las pequeñas presas en los registros arqueozoológicos asociados a los
neandertales y su presencia en las dietas humanas (entre otros, Blasco, 2008;
Sanchis y Fernández, 2008; Blasco y Fernández, 2009, 2012; Colonese et al.,
2011; Cortés-Sánchez et al., 2011; Sanchis, 2012). No obstante, el papel desarrollado por estas presas en los modelos de subsistencia de los grupos neandertales del Mediterráneo ibérico parece ser bastante relativo si lo comparamos con el gran desarrollo de la explotación de estos recursos animales tras la
aparición de los humanos anatómicamente modernos en Europa (Villaverde
et al., 1996; Aura et al., 2002; Salazar-García et al., 2013).
La tortuga mediterránea (Testudo hermanni Gmelin 1789), dentro de la
esfera de las pequeñas presas y junto al omnipresente conejo, muestra una
Preses petites i grups humans en el passat. II Jornades d’arqueozoologia.
Museu de Prehistòria de València (2015): 97-120.
[page-n-2]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
gran distribución en los contextos arqueológicos del Paleolítico medio de la
zona valenciana y de la mitad sur de la Península Ibérica. A diferencia del
conejo, que con gran éxito conservará sus poblaciones durante el final del
Pleistoceno superior y Holoceno, la tortuga sufre un proceso de recesión
que parece estar relacionado principalmente con causas ambientales y que
supone su desaparición de los yacimientos de la zona mediterránea ibérica
durante el MIS 3 (Morales y Sanchis, 2009). En este sentido, las características biológicas y etológicas de la tortuga pueden ser de gran importancia
a la hora de explicar los cambios en la distribución de la especie, así como
su relación con los grupos neandertales, las formas de explotación y su presencia en las dietas.
En el presente trabajo se presenta una síntesis sobre la distribución de
la tortuga mediterránea en la zona valenciana durante el Paleolítico medio. Se lleva a cabo también una revisión de los estudios que han tratado el
problema del origen de las acumulaciones. Finalmente, se aportan nuevos
datos sobre el consumo de tortuga por los neandertales a partir de la información preliminar procedente de los conjuntos del Abric del Pastor (Alcoi,
Alacant).
LA TORTUGA MEDITERRÁNEA: BIOLOGÍA Y ETOLOGÍA
Se recogen las principales características biológicas y de comportamiento de
estos reptiles a partir del estudio de poblaciones actuales de Menorca (Bertolero, 2002, 2010) y del sur de Francia (Cheylan, 1981, 2001).
La tortuga mediterránea es un organismo con bajas tasas metabólicas,
puede vivir y explotar hábitats dotados de muy pocos recursos. Es una especie
termófila, por lo que su principal limitación es la temperatura. Normalmente
vive en zonas con temperaturas superiores a 14° C y con una pluviosidad de
menos de 700 mm al año. Es un animal solitario de hábitos diurnos y vive
muchos años si consigue superar la etapa juvenil. Las hembras son algo más
grandes que los machos. Se reproduce, como mucho, dos veces al año si cuenta con una buena insolación y 30° C en verano. Sus fases de actividad/inactividad están en relación con las condiciones climáticas; cuando están activas
se están insolando, se desplazan, se alimentan o se reproducen, mientras que
en su fase de inactividad están quietas o se esconden en refugios. Los periodos
más largos de inactividad se pueden dar en invierno (hibernación) o en verano
(estivación). Su distribución actual corresponde a la zona templada medite-
98
[page-n-3]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
rránea del sur de Europa, con un rango altitudinal por debajo de los 600 m. Se
trata, por tanto, de un animal diurno, lento, poco agresivo y fácil de capturar,
lo que explica que posea múltiples depredadores (Bertolero, 2002, 2010).
DISTRIBUCIÓN
La presencia de la tortuga mediterránea está confirmada en contextos paleontológicos del Pleistoceno inferior y medio (cuadro 1) de la zona valenciana (Sarrión, 1984, 1990, 2010, 2012; Sarrión et al., 1987). En un contexto
arqueológico, los restos más antiguos se documentan en los niveles (XIII y
XV) del Pleistoceno medio (MIS 7 y 8) de Cova del Bolomor (Fernández,
2007). Se hace mucho más frecuente durante el Pleistoceno superior entre las
faunas de contextos arqueológicos del Paleolítico medio regional (cuadro 1)
aunque con distintas frecuencias según yacimientos; desde los niveles templados del MIS 5e de la parte superior de la secuencia de Cova del Bolomor,
con importantes acumulaciones de origen antrópico (Blasco, 2008), pasando
por distintos yacimientos del MIS 5d-a y 4, como es el caso de Cova Negra
(Pérez Ripoll, 1977), San Luis (Fernández y Martínez, 1989), Cova de Dalt
del Tossal de la Font (Saladié et al., 2010) o el Abric del Pastor (Galván et al.,
2007-2008; Machado et al., 2013), hasta las evidencias más tardías en los niveles musterienses del Abrigo de la Quebrada (Sanchis et al., 2013) o El Salt
(Pérez Luis, 2014) durante el MIS 3.
Como ya se ha indicado, consideramos que la desaparición/recesión de
la especie en la Península Ibérica se debe a causas climáticas (Morales y Sanchis, 2009). En un principio este proceso se relacionó con el HE-4, pero el
probable envejecimiento de las dataciones (Wood et al., 2013; Galván et al.,
2014) hace que esta crisis pueda remontarse hasta ca. 45 ka BP (HE-5). En
la zona valenciana, y por extensión a todo el territorio peninsular, no hay
constancia de la presencia de esta especie en niveles del Paleolítico superior,
lo que es demostrable desde las primeras ocupaciones de los humanos modernos (Paleolítico superior inicial). Algunas zonas pudieron actuar como
refugio ecológico de la especie, como el Sur de Italia, donde está presente
de forma continua en yacimientos del Paleolítico superior y del Holoceno
hasta la actualidad (Fiore et al., 2004). La Costa Atlántica de Portugal pudo
funcionar también como zona de refugio de las últimas poblaciones ibéricas
hasta su desaparición definitiva, posiblemente algo después que en el resto
del territorio peninsular (Morales y Sanchis, 2009).
99
[page-n-4]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Yacimiento
Cronología
Taxón
Referencia
Muntanyeta dels Sants
1200-1000 Ka BP
Testudo sp.
Sarrión 1984
Pla de Llomes
1400-1300 Ka BP
Testudo sp.
Sarrión 2012
Cova del Llentiscle
800-700 Ka BP
Testudo cf. hermanni
Sarrión 2010
500 Ka BP
Testudo cf. hermanni
Sarrión 1984
Cova del Corb
Pleistoceno medio
Testudo hermanni
Sarrión 1990
Molí Mató
Pleistoceno medio Testudo cf. hermanni
Bassa de Sant Llorenç
Cova del Bolomor
MIS 8-7
Testudo hermanni
Cova del Bolomor
MIS 5e
Testudo hermanni
Cova Negra
MIS 5a-3
Testudo sp.
C. Dalt Tossal de la Font
MIS 5d-4
Chelonia
Abric del Pastor
> MIS 4
Testudo hermanni
Cova Canet
> MIS 2
Testudo hermanni
Würm I-II
Testudo sp.
Sarrión et al.
1987
Fernández
2007
Blasco 2008
Pérez Ripoll
1977
Saladié et al.
2010
Galván et al.
2007-2008
Morales y
Sanchis 2009
Fernández
San Luis
y Martínez
1989
El Salt
MIS 3
Testudo hermanni
Abrigo de la Quebrada
MIS 3
Testudo hermanni
Pérez Luis
2014
Sanchis et al.
2013
Cuadro 1. Yacimientos valencianos del Pleistoceno con restos de tortuga.
Respecto a la taxonomía y a la posible existencia durante el Pleistoceno de
más de una especie de tortuga terrestre en la zona mediterránea, los materiales estudiados y la revisión de las anteriores identificaciones han confirmado
que T. hermanni (tortuga mediterránea) es la única representante del género
Testudo en el registro fósil del Pleistoceno peninsular, mientras que T. graeca
(tortuga mora), actualmente presente en el sur de la Península Ibérica, co-
100
[page-n-5]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
rresponde a introducciones de época histórica (Morales y Sanchis, 2009). En
diversas muestras arqueológicas se documenta la peculiar morfología de la periférica 11ª y la plaqueta pigal dividida sagitalmente por un surco dérmico entre
los dos escudos supracaudales (figura 1), entre otras características, correspondientes a T. hermanni (Cheylan, 1981; Jiménez et al., 1998; Hervet, 2000).
Figura 1. Plaqueta periférica 11ª y pigal del Abric del Pastor (colección MPV).
ORIGEN DE LAS ACUMULACIONES DE TORTUGA EN YACIMIENTOS
ARQUEOLÓGICOS
Causas naturales
La muerte puede sorprender a las tortugas durante los periodos de
inactividad. Del mismo modo, diversas catástrofes naturales como los
incendios pueden causar una gran mortalidad. Las acumulaciones originadas
por estos fenómenos se caracterizan por la presencia de individuos completos
(mayoritariamente jóvenes), la aparición de todos los elementos anatómicos,
diversos tipos de termoalteración según las características de los fuegos y
en algunos casos agrupaciones de varios individuos (Avery et al., 2004). Las
observaciones realizadas sobre galápagos recuperados en el sur de Francia
después de un incendio natural muestran que existe una gran variabilidad
del impacto del fuego sobre las partes óseas del caparazón (Royer et al., 2011).
101
[page-n-6]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Los fuegos naturales o de producción humana pueden alterar los restos de
tortuga durante o con posterioridad al enterramiento del conjunto óseo. En
este sentido, las posibles alteraciones dependen de la intensidad y duración
del fuego y de diversos factores relacionados con la distancia entre los restos
y el fuego y la naturaleza del sedimento (Royer et al., 2011).
En relación con las muertes durante la hibernación-estivación, según la
información relativa a la etología de estas tortugas (Bertolero, 2002), estos
procesos son individuales y no sistemáticos, ni espacial ni estacionalmente,
por lo que no justifican este tipo de acumulaciones que son muy improbables
en contextos arqueológicos.
Predación no humana
La tortuga puede ser presa de diversos animales lo que implica que las acumulaciones de sus restos en yacimientos arqueológicos puedan estar relacionadas con la alimentación de diversas especies de aves o mamíferos carnívoros.
Además de la depredación de huevos durante la incubación, la mayor parte de las muertes se producen en la fase juvenil, entre la eclosión y hasta los
5 años de edad, momento este último a partir del cual las tortugas consiguen
una mayor osificación del caparazón (Bertolero, 2010). En la Península Ibérica se ha documentado la depredación sobre ejemplares juveniles por parte
de diversas especies de aves y mamíferos. Por ejemplo, en el Delta del Ebro,
las gaviotas capturan individuos juveniles, a los que fracturan el caparazón
para comer su interior y las extremidades. Cuando se trata de subadultos con
el caparazón más duro, arrancan la cabeza y las extremidades y no modifican el caparazón (Bertolero, 2010). En Menorca, las observaciones realizadas
sobre alimoches (Neophron percnopterus) demuestran la capacidad de estos
buitres para trasladar tortugas completas a sus nidos, sobre todo juveniles,
y acumular allí o en zonas inmediatas sus restos (Bertolero, 2010). En un reciente trabajo actualista sobre las pautas de acumulación y modificación del
alimoche, se determinó un galápago (Mauremys leprosa) con impactos de
pico sobre el caparazón, ejemplar que fue trasladado al nido y consumido por
estos buitres (Sanchis et al., 2014).
Los restos de tortuga presentes en nidos de águila en Sudáfrica (Karoo)
se caracterizan por el predominio de los huesos apendiculares y el cráneo, la
aparición de escasas plaquetas y la presencia de huesos digeridos y de impactos de pico sobre los restos (Sampson, 2000).
102
[page-n-7]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Respecto a los mamíferos terrestres depredadores de la tortuga, en el Delta del Ebro destacan el zorro, el tejón y la rata negra. En Menorca se han
hallado evidencias de predación de las ratas en forma de caparazones roídos
durante el invierno (Bertolero, 2010).
Los conjuntos creados por carnívoros en Blombos cave (Sudáfrica) muestran un perfil anatómico similar al descrito en las águilas, pero con mordeduras sobre los extremos articulares y la presencia de arrastres y horadaciones
subparalelas sobre las superficies óseas (Thompson y Henshilwood, 2014).
Predación humana
Los grupos humanos también pueden ser responsables de las acumulaciones
de tortuga en contextos arqueológicos. A través de la información arqueológica pero también etnográfica, se sabe que los humanos colectan, crían y
procesan tortugas y consumen su carne.
Los Mekranoti del Amazonas capturan tortugas terrestres y las transportan en una especie de escaleras. Una vez llegan al poblado, las tortugas son
cocinadas en un festín como parte de un ritual de paso de la adolescencia a
la edad adulta (Verswijer, 1996). El tiempo transcurrido desde la colecta al
consumo demuestra que estos reptiles pueden aguantar varios días sin comer
ni beber. En este sentido, actualmente en el SE asiático existe un comercio
destacado, dedicado a la captura, cría y venta de tortugas y galápagos para el
consumo humano. Los ejemplares se acumulan en cajas sin ser alimentados
hasta su sacrificio.
En diversas zonas del mundo hay constancia etnográfica de las técnicas de
preparación de las tortugas para el consumo humano: América central (Álvarez, 1952), América del Sur (Verswijer, 1996) y África (Rybczynski et al., 1996).
Estas prácticas también se han descrito en diversos yacimientos arqueológicos.
En Kebara y otros sitios del Próximo Oriente (Speth y Tchernov, 2002; Stiner,
2005), América central (Flannery y Wheeler, 1986), Italia (Fiore et al., 2004) y
también en la Península Ibérica (Blasco, 2008; Nabais, 2012). La técnica, con
algunas variaciones, consiste básicamente en situar a las tortugas boca arriba
en el fuego o sobre las brasas, usando su propio caparazón como recipiente de
cocción. En el caso de las tortugas de la Grotta della Madonna (Italia), se colocaron sobre las brasas con el plastrón hacia abajo (Fiore et al., 2004).
A continuación se describen las principales evidencias del consumo humano de tortugas en la Península Ibérica durante el Pleistoceno (cuadro 2),
103
[page-n-8]
24
104
99%
100%
97%
76%
100%
95,70%
98%
Frag.
Carn.
Referencia
Nabais 2012
80,10%
Sanchis et
al. 2013
< 1%
1
(< 1%)
4%
Arribas et
al. 1997
67%
3%
1
1
(< 1%)
63,30% 2,50%
Blasco 2008
Morded.
49
(9,3%)
Perc.
Blasco et al.
2011
Fuego
8
(10,8%)
M. Corte
Cuadro 2. Evidencias del consumo humano de tortuga durante el Pleistoceno en la Península Ibérica. Cuantificación según NR y
NMI, porcentajes de representación anatómica de plaquetas y del resto del esqueleto, fragmentación, marcas de corte, termoalteraciones, percusiones, procesos de mordedura-flexión y acción de carnívoros.
3
116
3394
Gruta da Oliveira 19-15
19
Abrigo de la Quebrada IV
526
Cova del Bolomor IV
10
4
74
Sima del Elefante 18-9
NMI PL-R
Cueva de los Torrejones
E4-E5
NR
Yacimiento
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
[page-n-9]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
siguiendo un orden en relación con la cocción (termoalteraciones), procesado (fragmentación del caparazón y marcas de corte) y consumo (procesos de
mordedura-flexión) de estos reptiles (Blasco, 2008). Esta secuencia también
ha sido establecida en Blombos Cave, Sudáfrica (Thompson y Henshilwood,
2014). Del mismo modo, se describe la información relativa a la representación esquelética, perfiles de edad y cambios de tamaño en las poblaciones
de tortuga.
El procedimiento de cocción descrito provoca la afección por el fuego/
brasas de parte del caparazón. Las termoalteraciones se localizan sobre las
plaquetas periféricas y pleurales y se trata principalmente de alteraciones
parciales sobre la cara externa. En las muestras, los porcentajes de restos de
tortuga afectados por el fuego varían entre el 60-80%. Estas alteraciones han
sido descritas en tres yacimientos del Paleolítico medio en la Península Ibérica: el nivel IV de Cova del Bolomor (Blasco, 2008), en los niveles 19-15 de
Gruta da Oliveira (Nabais, 2012) y en el nivel IV del Abrigo de la Quebrada
(Sanchis et al., 2013).
Después de la cocción, tiene lugar la fragmentación del caparazón con la
finalidad de acceder a las zonas blandas del interior. En la Cova del Bolomor
se han determinado impactos de percusión y muescas sobre un 2,5% de los
restos, en todos los casos se trata de plaquetas, principalmente del espaldar
(neurales y pleurales) aunque también aparecen señales de fragmentación
sobre el plastrón (Blasco, 2008). La fragmentación de los caparazones ha sido
descrita también en Gruta da Oliveira, Portugal, con un 4% de restos afectados (Nabais, 2012).
La presencia de marcas de corte sobre huesos de tortuga se interpreta
como consecuencia de la remoción-extracción del tejido blando. Estas marcas se constatan en varios yacimientos peninsulares desde fases muy antiguas, como en los niveles (18-9) del Pleistoceno inferior de Sima del Elefante,
donde aparecen sobre el 10,8% del conjunto (Blasco et al., 2011). En el caso
de Cova del Bolomor (Blasco, 2008) las marcas de corte afectan al 9,3% de la
muestra, principalmente sobre la cara ventral de las plaquetas del espaldar
(57,1%) y plastrón (20,4%), y también sobre los huesos largos (18,4%) y coxal
(4%). Las marcas de corte están presentes en otros conjuntos de tortuga de
yacimientos peninsulares del Paleolítico medio, pero con valores por debajo
del 1%, como es el caso de Gruta da Oliveira (Nabais, 2012), Torrejones (E4E5) (Arribas et al., 1997) o el Abrigo de la Quebrada (Sanchis et al., 2013).
105
[page-n-10]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Como parte final del proceso, se han determinado en el nivel IV de Cova
del Bolomor algunos huesos con señales de mordeduras humanas (marcas
dentales) que en muchos casos se acompañan de procesos de fractura por
flexión (tipo peeling) sobre el 3% de los restos. Estos procesos se relacionan con la desarticulación durante el consumo y afectan a los huesos largos
(93,7%) y al coxal (2,3%) (Blasco, 2008).
En relación con la representación esquelética de los conjuntos de tortuga,
los datos etnográficos (Sampson, 2000) y arqueológicos (Blasco, 2008) señalan que se caracterizan por la inexistencia de cráneos, bajos valores para el
esqueleto axial y los zigopodios, mayor presencia de húmero y fémur, y sobre
todo preponderancia de los restos de las plaquetas del caparazón que en todos los yacimientos muestran valores del 75-100% (cuadro 2).
No hay muchos datos directos sobre la estructura de edad de las tortugas
recuperadas en contextos arqueológicos, pero en general se comprueba que
la mayor parte de los restos hallados en conjuntos de origen antropogénico
proceden de individuos adultos (Morales y Sanchis, 2009).
Otro aspecto importante que cabe relacionar con la demografía de las poblaciones humanas, es el cambio de tamaño de las poblaciones de tortuga. En
la Península Ibérica, el yacimiento portugués de Gruta da Oliveira muestra en
los niveles con mayor presencia de tortuga individuos más grandes, mientras
que en niveles con porcentajes más escasos el tamaño de las tortugas se reduce, lo que podría estar relacionado con grupos humanos más numerosos que
ejercen mayor presión sobre las tortugas (Nabais, 2012), similar a lo propuesto en otros yacimientos africanos (Klein y Cruz-Uribe, 2000) o del Próximo
Oriente (Speth y Tchernov, 2002; Stiner, 2005).
A modo de resumen podemos decir que los conjuntos arqueológicos
de tortuga en la Península Ibérica son cuantitativamente desiguales. Los
elementos esqueléticos mejor representados son las plaquetas, con niveles de fragmentación muy importantes (ca. 95%). Las marcas de corte
aparecen con porcentajes inferiores al 10%. Las termoalteraciones no están en todos los conjuntos, con porcentajes entre el 60-80% de los restos.
Los impactos de percusión y las mordeduras únicamente se han descrito
en Cova del Bolomor y Gruta da Oliveira, yacimiento portugués donde
también se ha documentado la acción de carnívoros en forma de mordeduras sobre una parte del conjunto, que evidencian un aporte mixto en el
yacimiento.
106
[page-n-11]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Puede afirmarse que los estudios tafonómicos que describen el origen de
los aportes de tortuga en yacimientos arqueológicos todavía son escasos en la
zona valenciana y en general en la Península Ibérica.
LAS ACUMULACIONES DE TORTUGA DEL ABRIC DEL PASTOR: DATOS
PRELIMINARES
Con la intención de obtener nuevos datos sobre el origen de las acumulaciones de tortuga en yacimientos arqueológicos de la zona valenciana, se
ha iniciado el estudio de los conjuntos de tortuga procedentes del Abric
del Pastor.
El yacimiento Abric del Pastor
Este yacimiento del Paleolítico medio es un pequeño abrigo rocoso de 60 m2,
situado a 800 msnm en el interior de la Serra Mariola (Alcoi, Alacant), en la
margen derecha del Barranc del Cinc (figura 2). Se emplaza en una estructura
geológica del Tortoniense que tiene su origen en un contexto de calcirruditas
bioclásticas, sobre las que se genera un paleotubo kárstico dentro de una formación de caliza conglomerática.
Las excavaciones en el Abric del Pastor se inician en la década de 1950
con las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo por M. Brotons, bajo
la dirección técnica del profesor F. Jordá. Estas intervenciones afectaron a la
zona central del abrigo, con una profundidad de unos 50 cm, no superando
el límite fijado actualmente para el techo de la Unidad Estratigráfica IV, al
creer haber llegado a la base del yacimiento. Durante estas intervenciones se
recuperaron numerosos restos líticos y faunísticos, cuya posición original en
el yacimiento desafortunadamente no se conoce. En 2005 las excavaciones
arqueológicas en el Abric del Pastor se retoman bajo la dirección de B. Galván con el fin de conocer mejor la estratigrafía del yacimiento, establecer su
secuencia cronocultural e incluir sus evidencias en el estudio general sobre
el poblamiento neandertal en las montañas alicantinas (Galván et al., 20072008, 2008; Hernández et al., 2014). Ello ha permitido dividir la secuencia
estratigráfica conocida hasta ahora, de 1,5 m de espesor, en seis unidades definidas a partir de criterios texturales macroscópicos y micromorfológicos (figura 3). Los análisis radiométricos aplicados hasta el momento (TL) tan solo
otorgan la posibilidad de afirmar una cronología anterior a los 75 ± 10 ka para
la secuencia (N. Mercier, comunicación personal).
107
[page-n-12]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Figura 2. Localización geográfica, contexto y vista general del yacimiento del Abric
del Pastor.
El registro arqueológico recuperado está integrado por numerosos restos líticos, faunísticos, antracológicos y diversas estructuras de combustión.
Entre los primeros destaca la producción en sílex detrítico del entorno local (Molina et al., 2010), identificándose cadenas operativas completas de
producción levallois y numerosos retocados (raederas y objetos apuntados)
(Galván et al., 2007-2008). Los restos óseos se vinculan generalmente a un
aporte antropogénico, mostrando un espectro cinegético similar al de otros
yacimientos de similar cronología, con la presencia abundante de caprinos
(Capra sp.), rebeco (cf. Rupicapra), ciervo (Cervus elaphus), corzo (Capreolus capreolus) y caballo (Equus ferus), así como una importante cantidad de
restos de tortuga mediterránea (Testudo hermanni). De manera más eventual
también se ha constado la presencia de conejo (Oryctolagus cuniculus), jabalí (Sus scrofa), rinoceronte (Stephanorhinus cf. hemitoechus), oso (Ursus
cf. arctos) y leopardo (Panthera pardus). La identificación de estructuras de
combustión, principalmente a partir del impacto térmico sobre el sustrato
rocoso o arenoso, permite observar un patrón recurrente en su localización,
108
[page-n-13]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Figura 3. Estratigrafía del Abric del Pastor. Arriba: secuencia superior (unidades I a
IVd); Abajo: secuencia inferior a partir del sondeo (unidades IVe a VI).
109
[page-n-14]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
concentrándose en la zona central del abrigo y por tanto desempeñando una
función estructuradora del espacio (Machado et al., 2013).
Los conjuntos de tortuga
En relación con las acumulaciones de tortuga de este yacimiento, debido a lo
expuesto anteriormente, contamos con diversos conjuntos y problemas metodológicos (cuadros 3 y 4).
La colección Brotons procede de las excavaciones de los años 50 del siglo
XX, de la cual uno de nosotros (JVMP) es autor de un estudio inédito preliminar. La muestra procede de unidades desaparecidas y probablemente también de las unidades III y IVa de la secuencia actual. Se trata de un conjunto
cuantitativamente importante pero sin un contexto claro. Las plaquetas del
espaldar son casi el doble que las del plastrón y dominan la representación
anatómica, con escasa presencia de huesos largos y de cinturas. Lo más destacado es la aparición de un 19,7% de restos afectados por el fuego, la mayor
parte plaquetas del espaldar (pleurales y periféricas) seguidas de las del plastrón y escasos huesos largos, con predominio de las coloraciones marronesnegras y negras. Algunas de estas termoalteraciones, parciales y situadas en
la parte externa de las plaquetas, se han relacionado con un proceso de asado
de las tortugas, similar al descrito en Cova del Bolomor (Blasco, 2008), aunque en ciertos casos pueden ser accidentales. Con la finalidad de unificar la
metodología de trabajo y establecer la fragmentación de los restos y verificar
la existencia de alteraciones antrópicas, se ha decidido revisar esta muestra
junto con los materiales procedentes de las actuales excavaciones.
Otro pequeño conjunto de este yacimiento, en fase de estudio, se encuentra depositado en el Museu de Prehistòria de València. Procede de actuaciones esporádicas en el abrigo realizadas a lo largo de los años 80 del pasado
siglo. Tampoco tiene un contexto arqueológico bien definido, aunque posiblemente corresponda también a las unidades II, III, IVa y IVb de la secuencia. Se trata exclusivamente de plaquetas, la mitad de ellas fragmentadas. No
se ha documentado ningún tipo de alteración.
A continuación presentamos la información preliminar sobre los conjuntos de tortuga procedentes de las nuevas excavaciones (2006 a 2013). En su
mayoría corresponden a los niveles IVa, IVb, IVc y IVd:
- Cuantitativamente, los restos de tortuga destacan más en IVc y IVd, aunque se trata de pocos individuos, con predominio de los adultos (cuadro 3).
110
[page-n-15]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Abric del Pastor
III-IVa (Brotons)
III-IVa (MPV)
NR
NMI
360
10
% P.
90,2
P. espal.
P. plas.
P. ind.
H.L.-C.
142
74
109
35
(39,4%)
(20,5%)
(30,3%)
(9,7%)
46
33
(58,2%)
(41,2%)
79
8
100
III (2007)
2
1
100
IVa (2006, 2007, 2011)
9
1
100
3
4
IVb (2007, 2011)
4
1
100
1
3
111
3
92,8
51
39
14
7
45
2
97,8
30
12
2
1
2
5
25
10
28
13
110
72
51
21
(43,3%)
(28,3%)
(20,1%)
(8,3%)
IVc (2007, 2009,
2010, 2011)
IVc (2013)
IVc-d (2007, 2009)
7
1
100
IVd (2013)
76
3
83
Nuevas excav. total
254
12
91,7
2
2
Cuadro 3. Cuantificación (NR y NMI) y representación anatómica de los conjuntos
de tortuga del Abric del Pastor. Se incluye el porcentaje de plaquetas en relación al
resto del esqueleto, distribución de las plaquetas según la zona del caparazón (espaldar, plastrón o indeterminada) y valores de huesos largos y cinturas.
Abric del Pastor
NR
III-IVa (Brotons)
360
III-IVa (MPV)
79
III (2007)
2
IVa (2006, 2007, 2011)
9
IVb (2007, 2011)
4
IVc (2007, 2009, 2010,
2011)
IVc (2013)
Frag.
M. Corte
11,10%
1 (< 1%)
45
45,70%
1 (2,2%)
78%
5 (6,6%)
7
76
Carn.
52,80%
65,20%
IVd (2013)
Per./M
19,70%
111
IVc-d (2007, 2009)
Fuego
5,40%
1,80%
42,80%
22,40% 3 (3,9%)
Cuadro 4. Características tafonómicas de los conjuntos de tortuga del Abric del Pastor. NR, porcentajes de fragmentación, marcas de corte, termoalteraciones, procesos
de percusión o mordedura-flexión y acción de carnívoros.
111
[page-n-16]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
- Hay una abundancia de plaquetas del caparazón, con valores entre el 83
y el 100% del total de las muestras (normalmente las del espaldar son más numerosas que las del plastrón) y presencia de algunos huesos largos y cinturas
en los conjuntos cuantitativamente más importantes (cuadro 3).
- La fragmentación se sitúa con valores entre el 45 y el 78% (cuadro 4).
Aparecen bastantes huesos completos, algunos de ellos en conexión anatómica, favorecida por la concreción presente sobre una parte del conjunto.
- Las marcas de corte están presentes en los conjuntos con más restos,
pero con valores escasos que varían entre menos del 1 y el 6,6% (cuadro 4;
figura 4) y se localizan sobre la cara ventral o interna de algunas plaquetas
pleurales y periféricas (en un caso también en la externa), en los huesos largos (húmero, radio) y en la escápula. Se vinculan con la remoción del tejido
blando y con el procesado (desarticulación-consumo).
- Las termoalteraciones muestran un rango de valores amplio (cuadro 4;
figura 4), aunque si consideramos exclusivamente los conjuntos con más restos (IVc y IVd) los porcentajes alcanzan el 5,4 y 22,4% respectivamente. En
IVc estas alteraciones se localizan en la cara externa de las plaquetas del espaldar (una neural, dos periféricas y una pleural), en una plaqueta indeterminada y en un húmero. Destaca la coloración marrón-negra (4) y negra (2), con
afectación parcial-puntual (5) y total (1) de los restos. En IVd las señales de
fuego aparecen únicamente en plaquetas indeterminadas (13) y del espaldar
(dos periféricas, una pleural y una neural), en todos los casos en la cara externa excepto en la neural. El color más presente es el negro (12) y a continuación
el marrón-negro (2), negro-gris (2) y marrón (1). En este caso destaca la afectación total (12) sobre la parcial-puntual (5). En ambos conjuntos, algunas
de estas alteraciones podrían estar relacionadas con el asado de las tortugas
(quemaduras puntuales, parciales y que afectan solo a la parte externa).
- En IVd, una plaqueta periférica presenta evidencias de percusión (muesca) y en un coxal y en un húmero se han producido sendas fracturas por mordedura-flexión (cuadro 4; figura 4).
- Las señales de otros predadores (mordeduras) no son seguras y hay
que revisarlas. En todo caso son muy escasas, aunque determinarían el carácter no antropogénico de una pequeña parte del conjunto en el nivel IVc
(cuadro 4).
112
[page-n-17]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Figura 4. Evidencias de actividad antropogénica sobre restos de tortuga del Abric del
Pastor (nuevas excavaciones). Arriba: marcas de corte sobre cara interna de plaqueta periférica 4ª; Abajo: fractura por flexión de un húmero, termoalteración parcial sobre la cara
externa de una plaqueta neural 4ª e impacto de percusión sobre plaqueta periférica 4ª.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los conjuntos de tortuga del Abric del Pastor procedentes de las excavaciones recientes muestran algunas diferencias respecto a la colección Brotons,
que se traduce en una menor presencia de termoalteraciones en los nuevos
conjuntos de los niveles IVa y IVc (rasgo general de todo el registro), aunque
en el nivel IVd son bastante similares a los de la colección Brotons. Esta diferencia también se manifiesta respecto a los conjuntos de Cova del Bolomor
IV y Gruta da Oliveira (Blasco, 2008; Nabais, 2012). Desconocemos si puede
ser consecuencia de un tipo distinto de procesado para estos animales, con la
intención de obtener el espaldar completo, sin que se queme el tegumento
epidérmico del caparazón (recipiente), o si responde a cuestiones de conservación diferencial o de volumen de la muestra.
113
[page-n-18]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
En los nuevos conjuntos del Abric del Pastor se han evidenciado marcas
de corte y fracturas que confirman el origen humano de gran parte de las acumulaciones de estos reptiles en el yacimiento. En algunos casos las tortugas
fueron asadas como se propone en otros contextos arqueológicos de la zona
(Blasco, 2008). Las fracturas por percusión se relacionan con el acceso a las
partes blandas interiores y las marcas de corte con su remoción y el consumo,
fase donde se producirían también las mordeduras y la flexión.
Es necesario ampliar el conocimiento sobre el papel de estas pequeñas
presas en las dietas neandertales de la zona mediterránea ibérica. Por ello hay
que desarrollar nuevos estudios tafonómicos a través del acceso a conjuntos
inéditos y de la revisión de los antiguos, pero unificando la metodología de
trabajo. Esto permitirá verificar la importancia de tales presas en los modelos
de subsistencia de la población neandertal, caracterizados normalmente por
el predomino de otras faunas de talla grande y media. Estas últimas parecen
ser las dominantes en las dietas humanas del Paleolítico medio regional (Villaverde et al., 1996; Aura et al., 2002; Salazar-García et al., 2013).
Por el momento, los datos con los que contamos sobre el origen de las
acumulaciones de tortuga en yacimientos valencianos y de la Península Ibérica parecen confirmar que los neandertales son los principales responsables. La tortuga es una presa fácil, carne fresca en lata que puede llevarse
durante los desplazamientos y que también puede ser acumulada y procesada por los neandertales en los lugares de hábitat. Resulta, por tanto,
viable su inclusión en la dieta, práctica que puede ser acorde a pautas de
movilidad de los grupos de mayor o menor importancia. Hay que valorar
también la posible doble funcionalidad de estas presas como fuente de alimentación y como contenedor.
Es interesante plantear aquí una posible relación entre la tortuga y el conejo, más allá de su carácter genérico de pequeña presa. La presencia de tortugas en el territorio, de fácil colecta por los neandertales, pudo persuadir de
la captación de otras presas como el conejo, algo más difíciles de conseguir
puesto que requiere de trampas o de la captura en las propias madrigueras.
No se trataría pues de una cuestión de capacidades tecnológicas (Stiner et al.,
2000), ya que los conejos aparecen en ocasiones como presa de los neandertales, sino de elección ante situaciones concretas.
Los datos presentados sobre los conjuntos de tortuga del Abric Pastor son
preliminares a falta de concluir el estudio arqueozoológico y tafonómico e
114
[page-n-19]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
incluir los nuevos restos correspondientes a la campaña de 2014. En estos
estudios es necesario considerar posibles cambios de tamaño en las poblaciones de tortuga o una distribución concreta de edades y sexos, lo que podría
estar relacionado con posibles cambios en la demografía de los grupos y la
sobreexplotación o existencia de ciertas pautas de selección de estos reptiles.
AGRADECIMIENTOS
La investigación arqueológica en el yacimiento Abric del Pastor es posible gracias al
proyecto I+D HAR2012-32703, MINECO-FEDER “La desaparición de los grupos neandertales en la región central del Mediterráneo Ibérico. Una propuesta metodológica de
aproximación al proceso histórico y al marco paleoambiental”.
BIBLIOGRAFÍA
Álvarez, M. (1952): Los animales silvestres de Chiapas. Ediciones del Gobierno del
Estado, Tuxtla Gutiérrez.
Arribas, A., Díez, J. C., Jordá, J. F. (1997): Primeras ocupaciones en los depósitos pleistocenos de la Cueva de los Torrejones (Sistema Central Español, Tamajón, Guadalajara): litoestratigrafía y actividad biológica. Cuaternario y Geomorfología 11 (1-2), 55-66.
Avery, G., Kandel, A. K., Klein, R. G., Conard, N. J., Cruz-Uribe, K. (2004): Tortoises
as food and taphonomic elements in palaeo ‘‘landscapes’’. En J. P. Brugal y J. Desse
(dirs.), Petits animaux et sociétés humaines. Du complément alimentaire aux ressources utilitaires, XXIVe Rencontres Internationales d’Archéologie et d’Histoire
d’Antibes, 147–161.
Aura, J. E., Villaverde, V., Pérez Ripoll, M., Martínez Valle, R., Guillem, P. M. (2002):
Big game and small prey: Paleolithic and Epipaleolithic economy from Valencia
(Spain). Journal of Archaeological Method and Theory 9 (3), 215-267.
Bertolero, A. (2002): Biología de la tortuga mediterránea Testudo hermanni aplicada a
su conservación. Tesis doctoral, Universitat de Barcelona, Barcelona.
Bertolero, A. (2010): Tortuga mediterránea –Testudo hermanni. En A. Salvador y A.
Marco (eds.), Enciclopedia virtual de los vertebrados españoles. Museo Nacional
de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/.
Blasco, R. (2008): Human consumption of tortoises at Level IV of Bolomor Cave (Valencia, Spain). Journal of Archaeological Science 35, 2839-2848.
Blasco, R., Blain, H. A., Rosell, J., Díez, J. C., Huguet, R., Rodríguez, A. J., Arsuaga, J.
L., Bermúdez de Castro, J. M., Carbonell, E. (2011): Earliest evidence for human
consumption of tortoises in the European Early Pleistocene from Sima del Elefante, Sierra de Atapuerca, Spain. Journal of Human Evolution 61, 503-509.
115
[page-n-20]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Blasco, R., Fernández, J. (2009): Middle Pleistocene bird consumption at level XI of
Bolomor Cave (Valencia, Spain). Journal of Archaeological Science 36, 2213-2223.
Blasco, R., Fernández, J. (2012): A uniquely broad spectrum diet during the Middle
Pleistocene at Bolomor Cave (Valencia, Spain). Quaternary International 252, 16-31.
Cheylan, M. (1981): Biologie et écologie de la tortue d’Hermann Testudo hermanni
Gmelin, 1789. Contribution de l’espèce à la connaissance des climats quaternaires
de la France. E.P.H.E. Mémoires et travaux de l‘Institut de Montpellier 13.
Cheylan, M. (2001): Testudo hermanni Gmelin, 1798-Griechische Landschildkröten.
En U. Fritz (ed.), Handbuch der reptilien und amphibien Europas. Band 3/IIIA:
Schildkröten (Testudines) I (Bataguridae, Testudinidae, Emydidae). Wiebelshheim: Aula-Verlag, 179-289.
Colonese, A. C., Mannino, M. A., Bar-Yosef, D. E., Fa, D. A. Finlayson, J. C., Lubell, D.,
Stiner, M. C. (2011): Marine mollusk exploitation in Mediterranean prehistory: an
overview. Quaternary International 239 (1-2), 86-103.
Cortés-Sánchez, M., Morales-Muñiz, A., Simón-Vallejo, M. D., Lozano-Francisco, M.
C., Vera-Peláez, J. L., Finlayson, C., Rodríguez-Vidal, J., Delgado-Huertas, A., Jiménez-Espejo, F. J., Martínez-Ruiz, F., Martínez-Aguirre, M. A., Pascual-Granged,
A. J., Bergadà-Zapata, M. M., Gibaja-Bao, J. F., Riquelme-Cantal, J. A., López-Sáez,
J. A., Rodrigo-Gámiz, M., Sakai, S., Siguisaki, S., Finlayson, G., Fa, D. A., Bicho, N.
F. (2011): Earliest known use of marine resources by Neanderthals. Plos One 6 (9).
http://dx.doi.org/10.1371/journal.pone.0024026.
Fernández, J. (2007): La Cova del Bolomor (Tavernes de la Valldigna, Valencia). Las
industrias líticas del Pleistoceno medio en el ámbito del Mediterráneo peninsular.
Serie de Trabajos Varios del SIP 108, Valencia.
Fernández, J., Martínez, R. (1989): El yacimiento del Paleolítico medio de San Luís
(Buñol-Valencia). Saguntum PLAV 22, 11–34.
Fiore, I., Pino, B., Tagliacozzo, A. (2004): L’exploitation des petits animaux au Paléolithique supérieur-Mésolithique en Italie: l’exemple de la Grotta del Santuario
della Madonna de Praia a Mare (Cosenza, Italie). En J. P. Brugal y J. Desse (dirs.),
Petits animaux et sociétés humaines. Du complément alimentaire aux ressources
utilitaires, XXIVe Rencontres Internationales d’Archéologie et d’Histoire d’Antibes, 417–430.
Flannery, K. V., Wheeler, J. C. (1986): Animal food remains from Preceramic Guilá
Naquitz. En K. V. Flannery (ed.), Guilá Naquitz: Archaic Foraging and Early Agriculture in Oaxaca, Mexico. Academic Press, Orlando, 285–295.
Galván, B., Hernández, C. M., Francisco, M. I. (2007-2008): Elementos líticos apuntados en el Musteriense alcoyano. El Abric del Pastor (Alicante). Homenaje a Ignacio Barandiarán Maestu, Veleia 24–25, 367–383.
116
[page-n-21]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Galván, B., Hernández, C. M., Francisco, M. I., Molina, F. J., Tarriño, A. (2008): La producción lítica del Abric del Pastor (Alcoy, Alicante). Un ejemplo de variabilidad
musteriense. Tabona 17, 11-61.
Galván, B., Hernández, C. M., Mallol, C., Mercier, N., Sistiaga, A., Soler, V. (2014): New
evidence of early Neanderthal disappearance in the Iberian Peninsula. Journal of
Human Evolution 75, 16-27.
Hernández, C. M., Galván, B., Mallol, C., Machado, J., Molina, F. J., Pérez, L., Morales, J. V., Sanchis, A., Vidal, P., Rodríguez, A. (2014): El Abric del Pastor en el
poblamiento neandertal de los Valles de Alcoy, Alicante (España). En R. Sala (ed.),
Los cazadores recolectores del Pleistoceno y Holoceno en Iberia y el Estrecho de
Gibraltar: Estado actual del conocimiento del registro arqueológico. Universidad
de Burgos y Fundación Atapuerca, 319-323.
Hervet, S. (2000): Tortues du Quaternaire de France: critères de détermination, répartitions chronologique et géographique. Mésogée 58, 3–47.
Jiménez, E., Cardoso, J. L., Crespo, E. G. (1998): Presencia de Agrionemys (=Testudo)
hermanni (Gmelin, 1789) en el Paleolítico medio de la Gruta Nova da Columbeira
(Bombarral, provincia de Estremadura, Portugal). Stud. Geol. Salmant. 34, 123-139.
Klein, R., Cruz-Uribe, K. (2000): Middle and Later Stone Age large mammal and tortoise remains from Die Kelders Cave 1, Western Cape Province, South Africa. Journal of Human Evolution 38, 169-195.
Machado, J., Hernández, C. M., Mallol, C., Galván, B. (2013): Lithic production, site
formation and Middle Palaeolithic palimpsest analysis: in search of human occupation episodes at Abric del Pastor Stratigraphic Unit IV (Alicante, Spain). Journal
of Archaeological Science 40, 2254-2273.
Molina, F. J., Tarriño, A., Galván, B., Hernández, C. M. (2010): Áreas de aprovisionamiento de sílex en el Paleolítico medio en torno al Abric del Pastor (Alcoi, Alicante), a partir del estudio macroscópico de la colección Brotons. Recerques del
Museu d’Alcoi 19, 65-79.
Morales, J. V., Sanchis, A. (2009): The quaternary fossil record of the genus Testudo in
the Iberian Peninsula. Archaeological implications and diachronic distribution in
the western Mediterranean. Journal of Archaeological Science 36, 1152-1162.
Nabais, M. (2012): Middle Palaeolithic tortoise use at Gruta da Oliveira (Torres Novas,
Portugal). Promontoria Monográfica 16, 251-258.
Pérez Luis, L. (2014): La gestión de los recursos animales en los Valles de Alcoy durante
el Pleistoceno superior (MIS 3). Estudio zooarqueológico y tafonómico. Tesis de
Master. Universitat Rovira i Virgili.
Pérez Ripoll, M. (1977): Los mamíferos del yacimiento musteriense de Cova Negra (Játiva, Valencia). Serie de Trabajos Varios del SIP 53, Valencia.
117
[page-n-22]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Royer, A., Laroulandie, V., Cochard, D., Binder, D. (2011): Les brulures, des traces ambiguës aux origines multiples. Application aux vestiges de tortues de L’Abri du
Mourre de Seve (Sorgues, Vaucluse). En V. Larouladie, J. B. Mallye y C. Denys
(eds.), Taphonomie des Petits Vertébrés: Référentiels et transferts aux fossiles. Oxford, British Archaeological Reports, International Series 2269, 181-194.
Rybczynski, N., Gifford-González, D., Stewart, K. M. (1996): The ethnoarchaeology of
reptile remains at a Lake Turkana occupation site, Kenya. Journal of Archaeological Science 23, 863–867.
Saladié, P., Cáceres, I., Ollé, A., Vallverdú, J., van der Made, J., Vergès, J. M., Bennàsar,
M., López-Polín, L., Lorenzo, C., Expósito, I., Burjachs, F., Olària, C., Gusi, F., Carbonell, E. (2010): Primeros resultados tafonómicos de las asociaciones fósiles de
la Cova de Dalt del Tossal de la Font (Vilafamés, Castelló). En, Actas de la primera
reunión de científicos sobre cubiles de hiena en los yacimientos arqueológicos de la
Península Ibérica. Zona Arqueológica 13, 526-537.
Salazar-García, D. C., Power, R., Sanchis, A., Villaverde, V., Walker, M. J., Henry, A.
(2013): Neanderthal diets in central and southeastern Mediterranean Iberia. Quaternary International 318, 3-18.
Sampson, C. G. (2000): Taphonomy of tortoises deposited by birds and Bushmen.
Journal of Archaeological Science 27, 779–788.
Sanchis, A. (2012): Los lagomorfos del Paleolítico medio en la vertiente mediterránea ibérica. Humanos y otros predadores como agentes de aporte y alteración
de los restos óseos en yacimientos arqueológicos. Serie de Trabajos Varios del
SIP 115, Valencia.
Sanchis, A., Fernández, J. (2008): Procesado y consumo antrópico de conejo en la
Cova del Bolomor (Tavernes de la Valldigna, Valencia). El nivel XVIIc (ca 350 ka).
Complutum 19 (1), 25-46.
Sanchis, A., Morales, J. V., Real, C., Eixea, A., Villaverde, V., Zilhao, J. (2013): Los conjuntos faunísticos del Paleolítico medio del Abrigo de la Quebrada (Chelva, Valencia): problemática de estudio, metodología aplicada y síntesis de los primeros resultados. En A. Sanchis y J. L. Pascual (eds.), Animals i Arqueologia Hui. Primeres
Jornades d’Arqueozoologia. Museu de Prehistòria de València, 65-82.
Sanchis, A., Real, C., Morales, J. V., Pérez, M., Tormo, C., Carrión, Y., Pérez, G.,
Ribera, A., Bolufer, J., Villaverde, V. (2014): Towards the identification of a
new taphonomic agent: an analysis of bone accumulations obtained from
modern Egyptian vulture (Neophron percnopterus) nests. Quaternary International 330, 136-149.
Sarrión, I. (1984): Nota preliminar sobre yacimientos paleontológicos pleistocénicos
en la Ribera Baixa, Valencia. Cuadernos de Geografía 35, 163–174.
118
[page-n-23]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Sarrión, I. (1990): El yacimiento del Pleistoceno medio de la Cova del Corb (OndaraAlicante). Archivo de Prehistoria Levantina XX, 43–78.
Sarrión, I. (2010): Puntualizaciones sobre la fauna del Pleistoceno inferior/medio de
la Cova del Llentiscle (Vilamarxant, Valencia). Archivo de Prehistoria Levantina
XXVIII, 11-45.
Sarrión, I. (2012): Restos paleontológicos del Pleistoceno inferior en la sima del Pla de
les Llomes (Serra, Valencia). Archivo de Prehistoria Levantina XXIX, 9-51.
Sarrión, I., Dupré, M., Fumanal, M. P., Garay, P. (1987): El yacimiento paleontológico
de Molí de Mató (Agres, Alicante). VII Reunión sobre el Cuaternario en Santander
(Cantabria). AEQUA, Santander, 69–72.
Speth, J. D., Tchernov, E. (2002): Middle Paleolithic tortoise use at Kebara Cave (Israel). Journal of Archaeological Science 29, 471–483.
Stiner, M. C.; Munro, N. D., Surovell, T. A. (2000): The tortoise and the hare: small
game use, the broad-spectrum revolution and Paleolithic demography. Current
Anthropology 41, 39-73.
Stiner, M. C. (2005): The faunas of Hayonim cave, Israel. A 200,000-year record of
Paleolithic diet, demography and society. Harvard University, Cambridge, Massachussets.
Thompson, J. C., Henshilwood, C. S. (2014): Tortoise taphonomy and tortoise
butchery patterns at Blombos Cave, South Africa. Journal of Archaeological Science 41, 214-229.
Verswijver, G. ( 1996): Mekranoti. Living among the Pained People of the Amazon.
Prestel-Munich-New York.
Villaverde, V., Martínez, R., Guillem. P. M., Fumanal, M. P. (1996): Mobility and the
role of small game in the Paleolithic of the Central Region of the Spanish Mediterranean: A comparison of Cova Negra with other Paleolithic deposits. En E. Carbonell y M. Vaquero (eds.), The last Neanderthals, the first anatomically modern
humans: a tale about human diversity. Cultural change and human evolution: the
crisis at 40 Ka BP. Universitat Rovira i Virgili, Tarragona, 267-288.
Wood, R. E., Barroso, C., Caparrós, M., Jordá, J. E., Galván, B., Higham, T. (2013):
Radiocarbon dating casts doubt on the late chronology of the Middle to Upper
Paleolithic transition in southern Iberia. PNAS 110 (8), 2781-2786.
119
[page-n-24]
5
LA TORTUGA MEDITERRÁNEA EN YACIMIENTOS
VALENCIANOS DEL PALEOLÍTICO MEDIO: DISTRIBUCIÓN,
ORIGEN DE LAS ACUMULACIONES Y NUEVOS DATOS
PROCEDENTES DEL ABRIC DEL PASTOR
(ALCOI, ALACANT)
Alfred Sanchis, Juan V. Morales, Leopoldo J. Pérez,
Cristo M. Hernández y Bertila Galván
ABSTRACT
This work is a synthesis about the distribution of the Mediterranean tortoise
(Testudo hermanni Gmelin 1789) in the Valencian area (Eastern Iberian Peninsula) during the Middle Palaeolithic. Furthermore, we have compiled available published data related to the origin of tortoise accumulations in the archaeological sites. Also, we present new information about tortoise consumption by Neanderthals from the preliminary study of Abric del Pastor bone sets.
INTRODUCCIÓN
En los últimos años diversos trabajos han puesto de manifiesto la importancia de las pequeñas presas en los registros arqueozoológicos asociados a los
neandertales y su presencia en las dietas humanas (entre otros, Blasco, 2008;
Sanchis y Fernández, 2008; Blasco y Fernández, 2009, 2012; Colonese et al.,
2011; Cortés-Sánchez et al., 2011; Sanchis, 2012). No obstante, el papel desarrollado por estas presas en los modelos de subsistencia de los grupos neandertales del Mediterráneo ibérico parece ser bastante relativo si lo comparamos con el gran desarrollo de la explotación de estos recursos animales tras la
aparición de los humanos anatómicamente modernos en Europa (Villaverde
et al., 1996; Aura et al., 2002; Salazar-García et al., 2013).
La tortuga mediterránea (Testudo hermanni Gmelin 1789), dentro de la
esfera de las pequeñas presas y junto al omnipresente conejo, muestra una
Preses petites i grups humans en el passat. II Jornades d’arqueozoologia.
Museu de Prehistòria de València (2015): 97-120.
[page-n-2]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
gran distribución en los contextos arqueológicos del Paleolítico medio de la
zona valenciana y de la mitad sur de la Península Ibérica. A diferencia del
conejo, que con gran éxito conservará sus poblaciones durante el final del
Pleistoceno superior y Holoceno, la tortuga sufre un proceso de recesión
que parece estar relacionado principalmente con causas ambientales y que
supone su desaparición de los yacimientos de la zona mediterránea ibérica
durante el MIS 3 (Morales y Sanchis, 2009). En este sentido, las características biológicas y etológicas de la tortuga pueden ser de gran importancia
a la hora de explicar los cambios en la distribución de la especie, así como
su relación con los grupos neandertales, las formas de explotación y su presencia en las dietas.
En el presente trabajo se presenta una síntesis sobre la distribución de
la tortuga mediterránea en la zona valenciana durante el Paleolítico medio. Se lleva a cabo también una revisión de los estudios que han tratado el
problema del origen de las acumulaciones. Finalmente, se aportan nuevos
datos sobre el consumo de tortuga por los neandertales a partir de la información preliminar procedente de los conjuntos del Abric del Pastor (Alcoi,
Alacant).
LA TORTUGA MEDITERRÁNEA: BIOLOGÍA Y ETOLOGÍA
Se recogen las principales características biológicas y de comportamiento de
estos reptiles a partir del estudio de poblaciones actuales de Menorca (Bertolero, 2002, 2010) y del sur de Francia (Cheylan, 1981, 2001).
La tortuga mediterránea es un organismo con bajas tasas metabólicas,
puede vivir y explotar hábitats dotados de muy pocos recursos. Es una especie
termófila, por lo que su principal limitación es la temperatura. Normalmente
vive en zonas con temperaturas superiores a 14° C y con una pluviosidad de
menos de 700 mm al año. Es un animal solitario de hábitos diurnos y vive
muchos años si consigue superar la etapa juvenil. Las hembras son algo más
grandes que los machos. Se reproduce, como mucho, dos veces al año si cuenta con una buena insolación y 30° C en verano. Sus fases de actividad/inactividad están en relación con las condiciones climáticas; cuando están activas
se están insolando, se desplazan, se alimentan o se reproducen, mientras que
en su fase de inactividad están quietas o se esconden en refugios. Los periodos
más largos de inactividad se pueden dar en invierno (hibernación) o en verano
(estivación). Su distribución actual corresponde a la zona templada medite-
98
[page-n-3]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
rránea del sur de Europa, con un rango altitudinal por debajo de los 600 m. Se
trata, por tanto, de un animal diurno, lento, poco agresivo y fácil de capturar,
lo que explica que posea múltiples depredadores (Bertolero, 2002, 2010).
DISTRIBUCIÓN
La presencia de la tortuga mediterránea está confirmada en contextos paleontológicos del Pleistoceno inferior y medio (cuadro 1) de la zona valenciana (Sarrión, 1984, 1990, 2010, 2012; Sarrión et al., 1987). En un contexto
arqueológico, los restos más antiguos se documentan en los niveles (XIII y
XV) del Pleistoceno medio (MIS 7 y 8) de Cova del Bolomor (Fernández,
2007). Se hace mucho más frecuente durante el Pleistoceno superior entre las
faunas de contextos arqueológicos del Paleolítico medio regional (cuadro 1)
aunque con distintas frecuencias según yacimientos; desde los niveles templados del MIS 5e de la parte superior de la secuencia de Cova del Bolomor,
con importantes acumulaciones de origen antrópico (Blasco, 2008), pasando
por distintos yacimientos del MIS 5d-a y 4, como es el caso de Cova Negra
(Pérez Ripoll, 1977), San Luis (Fernández y Martínez, 1989), Cova de Dalt
del Tossal de la Font (Saladié et al., 2010) o el Abric del Pastor (Galván et al.,
2007-2008; Machado et al., 2013), hasta las evidencias más tardías en los niveles musterienses del Abrigo de la Quebrada (Sanchis et al., 2013) o El Salt
(Pérez Luis, 2014) durante el MIS 3.
Como ya se ha indicado, consideramos que la desaparición/recesión de
la especie en la Península Ibérica se debe a causas climáticas (Morales y Sanchis, 2009). En un principio este proceso se relacionó con el HE-4, pero el
probable envejecimiento de las dataciones (Wood et al., 2013; Galván et al.,
2014) hace que esta crisis pueda remontarse hasta ca. 45 ka BP (HE-5). En
la zona valenciana, y por extensión a todo el territorio peninsular, no hay
constancia de la presencia de esta especie en niveles del Paleolítico superior,
lo que es demostrable desde las primeras ocupaciones de los humanos modernos (Paleolítico superior inicial). Algunas zonas pudieron actuar como
refugio ecológico de la especie, como el Sur de Italia, donde está presente
de forma continua en yacimientos del Paleolítico superior y del Holoceno
hasta la actualidad (Fiore et al., 2004). La Costa Atlántica de Portugal pudo
funcionar también como zona de refugio de las últimas poblaciones ibéricas
hasta su desaparición definitiva, posiblemente algo después que en el resto
del territorio peninsular (Morales y Sanchis, 2009).
99
[page-n-4]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Yacimiento
Cronología
Taxón
Referencia
Muntanyeta dels Sants
1200-1000 Ka BP
Testudo sp.
Sarrión 1984
Pla de Llomes
1400-1300 Ka BP
Testudo sp.
Sarrión 2012
Cova del Llentiscle
800-700 Ka BP
Testudo cf. hermanni
Sarrión 2010
500 Ka BP
Testudo cf. hermanni
Sarrión 1984
Cova del Corb
Pleistoceno medio
Testudo hermanni
Sarrión 1990
Molí Mató
Pleistoceno medio Testudo cf. hermanni
Bassa de Sant Llorenç
Cova del Bolomor
MIS 8-7
Testudo hermanni
Cova del Bolomor
MIS 5e
Testudo hermanni
Cova Negra
MIS 5a-3
Testudo sp.
C. Dalt Tossal de la Font
MIS 5d-4
Chelonia
Abric del Pastor
> MIS 4
Testudo hermanni
Cova Canet
> MIS 2
Testudo hermanni
Würm I-II
Testudo sp.
Sarrión et al.
1987
Fernández
2007
Blasco 2008
Pérez Ripoll
1977
Saladié et al.
2010
Galván et al.
2007-2008
Morales y
Sanchis 2009
Fernández
San Luis
y Martínez
1989
El Salt
MIS 3
Testudo hermanni
Abrigo de la Quebrada
MIS 3
Testudo hermanni
Pérez Luis
2014
Sanchis et al.
2013
Cuadro 1. Yacimientos valencianos del Pleistoceno con restos de tortuga.
Respecto a la taxonomía y a la posible existencia durante el Pleistoceno de
más de una especie de tortuga terrestre en la zona mediterránea, los materiales estudiados y la revisión de las anteriores identificaciones han confirmado
que T. hermanni (tortuga mediterránea) es la única representante del género
Testudo en el registro fósil del Pleistoceno peninsular, mientras que T. graeca
(tortuga mora), actualmente presente en el sur de la Península Ibérica, co-
100
[page-n-5]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
rresponde a introducciones de época histórica (Morales y Sanchis, 2009). En
diversas muestras arqueológicas se documenta la peculiar morfología de la periférica 11ª y la plaqueta pigal dividida sagitalmente por un surco dérmico entre
los dos escudos supracaudales (figura 1), entre otras características, correspondientes a T. hermanni (Cheylan, 1981; Jiménez et al., 1998; Hervet, 2000).
Figura 1. Plaqueta periférica 11ª y pigal del Abric del Pastor (colección MPV).
ORIGEN DE LAS ACUMULACIONES DE TORTUGA EN YACIMIENTOS
ARQUEOLÓGICOS
Causas naturales
La muerte puede sorprender a las tortugas durante los periodos de
inactividad. Del mismo modo, diversas catástrofes naturales como los
incendios pueden causar una gran mortalidad. Las acumulaciones originadas
por estos fenómenos se caracterizan por la presencia de individuos completos
(mayoritariamente jóvenes), la aparición de todos los elementos anatómicos,
diversos tipos de termoalteración según las características de los fuegos y
en algunos casos agrupaciones de varios individuos (Avery et al., 2004). Las
observaciones realizadas sobre galápagos recuperados en el sur de Francia
después de un incendio natural muestran que existe una gran variabilidad
del impacto del fuego sobre las partes óseas del caparazón (Royer et al., 2011).
101
[page-n-6]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Los fuegos naturales o de producción humana pueden alterar los restos de
tortuga durante o con posterioridad al enterramiento del conjunto óseo. En
este sentido, las posibles alteraciones dependen de la intensidad y duración
del fuego y de diversos factores relacionados con la distancia entre los restos
y el fuego y la naturaleza del sedimento (Royer et al., 2011).
En relación con las muertes durante la hibernación-estivación, según la
información relativa a la etología de estas tortugas (Bertolero, 2002), estos
procesos son individuales y no sistemáticos, ni espacial ni estacionalmente,
por lo que no justifican este tipo de acumulaciones que son muy improbables
en contextos arqueológicos.
Predación no humana
La tortuga puede ser presa de diversos animales lo que implica que las acumulaciones de sus restos en yacimientos arqueológicos puedan estar relacionadas con la alimentación de diversas especies de aves o mamíferos carnívoros.
Además de la depredación de huevos durante la incubación, la mayor parte de las muertes se producen en la fase juvenil, entre la eclosión y hasta los
5 años de edad, momento este último a partir del cual las tortugas consiguen
una mayor osificación del caparazón (Bertolero, 2010). En la Península Ibérica se ha documentado la depredación sobre ejemplares juveniles por parte
de diversas especies de aves y mamíferos. Por ejemplo, en el Delta del Ebro,
las gaviotas capturan individuos juveniles, a los que fracturan el caparazón
para comer su interior y las extremidades. Cuando se trata de subadultos con
el caparazón más duro, arrancan la cabeza y las extremidades y no modifican el caparazón (Bertolero, 2010). En Menorca, las observaciones realizadas
sobre alimoches (Neophron percnopterus) demuestran la capacidad de estos
buitres para trasladar tortugas completas a sus nidos, sobre todo juveniles,
y acumular allí o en zonas inmediatas sus restos (Bertolero, 2010). En un reciente trabajo actualista sobre las pautas de acumulación y modificación del
alimoche, se determinó un galápago (Mauremys leprosa) con impactos de
pico sobre el caparazón, ejemplar que fue trasladado al nido y consumido por
estos buitres (Sanchis et al., 2014).
Los restos de tortuga presentes en nidos de águila en Sudáfrica (Karoo)
se caracterizan por el predominio de los huesos apendiculares y el cráneo, la
aparición de escasas plaquetas y la presencia de huesos digeridos y de impactos de pico sobre los restos (Sampson, 2000).
102
[page-n-7]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Respecto a los mamíferos terrestres depredadores de la tortuga, en el Delta del Ebro destacan el zorro, el tejón y la rata negra. En Menorca se han
hallado evidencias de predación de las ratas en forma de caparazones roídos
durante el invierno (Bertolero, 2010).
Los conjuntos creados por carnívoros en Blombos cave (Sudáfrica) muestran un perfil anatómico similar al descrito en las águilas, pero con mordeduras sobre los extremos articulares y la presencia de arrastres y horadaciones
subparalelas sobre las superficies óseas (Thompson y Henshilwood, 2014).
Predación humana
Los grupos humanos también pueden ser responsables de las acumulaciones
de tortuga en contextos arqueológicos. A través de la información arqueológica pero también etnográfica, se sabe que los humanos colectan, crían y
procesan tortugas y consumen su carne.
Los Mekranoti del Amazonas capturan tortugas terrestres y las transportan en una especie de escaleras. Una vez llegan al poblado, las tortugas son
cocinadas en un festín como parte de un ritual de paso de la adolescencia a
la edad adulta (Verswijer, 1996). El tiempo transcurrido desde la colecta al
consumo demuestra que estos reptiles pueden aguantar varios días sin comer
ni beber. En este sentido, actualmente en el SE asiático existe un comercio
destacado, dedicado a la captura, cría y venta de tortugas y galápagos para el
consumo humano. Los ejemplares se acumulan en cajas sin ser alimentados
hasta su sacrificio.
En diversas zonas del mundo hay constancia etnográfica de las técnicas de
preparación de las tortugas para el consumo humano: América central (Álvarez, 1952), América del Sur (Verswijer, 1996) y África (Rybczynski et al., 1996).
Estas prácticas también se han descrito en diversos yacimientos arqueológicos.
En Kebara y otros sitios del Próximo Oriente (Speth y Tchernov, 2002; Stiner,
2005), América central (Flannery y Wheeler, 1986), Italia (Fiore et al., 2004) y
también en la Península Ibérica (Blasco, 2008; Nabais, 2012). La técnica, con
algunas variaciones, consiste básicamente en situar a las tortugas boca arriba
en el fuego o sobre las brasas, usando su propio caparazón como recipiente de
cocción. En el caso de las tortugas de la Grotta della Madonna (Italia), se colocaron sobre las brasas con el plastrón hacia abajo (Fiore et al., 2004).
A continuación se describen las principales evidencias del consumo humano de tortugas en la Península Ibérica durante el Pleistoceno (cuadro 2),
103
[page-n-8]
24
104
99%
100%
97%
76%
100%
95,70%
98%
Frag.
Carn.
Referencia
Nabais 2012
80,10%
Sanchis et
al. 2013
< 1%
1
(< 1%)
4%
Arribas et
al. 1997
67%
3%
1
1
(< 1%)
63,30% 2,50%
Blasco 2008
Morded.
49
(9,3%)
Perc.
Blasco et al.
2011
Fuego
8
(10,8%)
M. Corte
Cuadro 2. Evidencias del consumo humano de tortuga durante el Pleistoceno en la Península Ibérica. Cuantificación según NR y
NMI, porcentajes de representación anatómica de plaquetas y del resto del esqueleto, fragmentación, marcas de corte, termoalteraciones, percusiones, procesos de mordedura-flexión y acción de carnívoros.
3
116
3394
Gruta da Oliveira 19-15
19
Abrigo de la Quebrada IV
526
Cova del Bolomor IV
10
4
74
Sima del Elefante 18-9
NMI PL-R
Cueva de los Torrejones
E4-E5
NR
Yacimiento
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
[page-n-9]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
siguiendo un orden en relación con la cocción (termoalteraciones), procesado (fragmentación del caparazón y marcas de corte) y consumo (procesos de
mordedura-flexión) de estos reptiles (Blasco, 2008). Esta secuencia también
ha sido establecida en Blombos Cave, Sudáfrica (Thompson y Henshilwood,
2014). Del mismo modo, se describe la información relativa a la representación esquelética, perfiles de edad y cambios de tamaño en las poblaciones
de tortuga.
El procedimiento de cocción descrito provoca la afección por el fuego/
brasas de parte del caparazón. Las termoalteraciones se localizan sobre las
plaquetas periféricas y pleurales y se trata principalmente de alteraciones
parciales sobre la cara externa. En las muestras, los porcentajes de restos de
tortuga afectados por el fuego varían entre el 60-80%. Estas alteraciones han
sido descritas en tres yacimientos del Paleolítico medio en la Península Ibérica: el nivel IV de Cova del Bolomor (Blasco, 2008), en los niveles 19-15 de
Gruta da Oliveira (Nabais, 2012) y en el nivel IV del Abrigo de la Quebrada
(Sanchis et al., 2013).
Después de la cocción, tiene lugar la fragmentación del caparazón con la
finalidad de acceder a las zonas blandas del interior. En la Cova del Bolomor
se han determinado impactos de percusión y muescas sobre un 2,5% de los
restos, en todos los casos se trata de plaquetas, principalmente del espaldar
(neurales y pleurales) aunque también aparecen señales de fragmentación
sobre el plastrón (Blasco, 2008). La fragmentación de los caparazones ha sido
descrita también en Gruta da Oliveira, Portugal, con un 4% de restos afectados (Nabais, 2012).
La presencia de marcas de corte sobre huesos de tortuga se interpreta
como consecuencia de la remoción-extracción del tejido blando. Estas marcas se constatan en varios yacimientos peninsulares desde fases muy antiguas, como en los niveles (18-9) del Pleistoceno inferior de Sima del Elefante,
donde aparecen sobre el 10,8% del conjunto (Blasco et al., 2011). En el caso
de Cova del Bolomor (Blasco, 2008) las marcas de corte afectan al 9,3% de la
muestra, principalmente sobre la cara ventral de las plaquetas del espaldar
(57,1%) y plastrón (20,4%), y también sobre los huesos largos (18,4%) y coxal
(4%). Las marcas de corte están presentes en otros conjuntos de tortuga de
yacimientos peninsulares del Paleolítico medio, pero con valores por debajo
del 1%, como es el caso de Gruta da Oliveira (Nabais, 2012), Torrejones (E4E5) (Arribas et al., 1997) o el Abrigo de la Quebrada (Sanchis et al., 2013).
105
[page-n-10]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Como parte final del proceso, se han determinado en el nivel IV de Cova
del Bolomor algunos huesos con señales de mordeduras humanas (marcas
dentales) que en muchos casos se acompañan de procesos de fractura por
flexión (tipo peeling) sobre el 3% de los restos. Estos procesos se relacionan con la desarticulación durante el consumo y afectan a los huesos largos
(93,7%) y al coxal (2,3%) (Blasco, 2008).
En relación con la representación esquelética de los conjuntos de tortuga,
los datos etnográficos (Sampson, 2000) y arqueológicos (Blasco, 2008) señalan que se caracterizan por la inexistencia de cráneos, bajos valores para el
esqueleto axial y los zigopodios, mayor presencia de húmero y fémur, y sobre
todo preponderancia de los restos de las plaquetas del caparazón que en todos los yacimientos muestran valores del 75-100% (cuadro 2).
No hay muchos datos directos sobre la estructura de edad de las tortugas
recuperadas en contextos arqueológicos, pero en general se comprueba que
la mayor parte de los restos hallados en conjuntos de origen antropogénico
proceden de individuos adultos (Morales y Sanchis, 2009).
Otro aspecto importante que cabe relacionar con la demografía de las poblaciones humanas, es el cambio de tamaño de las poblaciones de tortuga. En
la Península Ibérica, el yacimiento portugués de Gruta da Oliveira muestra en
los niveles con mayor presencia de tortuga individuos más grandes, mientras
que en niveles con porcentajes más escasos el tamaño de las tortugas se reduce, lo que podría estar relacionado con grupos humanos más numerosos que
ejercen mayor presión sobre las tortugas (Nabais, 2012), similar a lo propuesto en otros yacimientos africanos (Klein y Cruz-Uribe, 2000) o del Próximo
Oriente (Speth y Tchernov, 2002; Stiner, 2005).
A modo de resumen podemos decir que los conjuntos arqueológicos
de tortuga en la Península Ibérica son cuantitativamente desiguales. Los
elementos esqueléticos mejor representados son las plaquetas, con niveles de fragmentación muy importantes (ca. 95%). Las marcas de corte
aparecen con porcentajes inferiores al 10%. Las termoalteraciones no están en todos los conjuntos, con porcentajes entre el 60-80% de los restos.
Los impactos de percusión y las mordeduras únicamente se han descrito
en Cova del Bolomor y Gruta da Oliveira, yacimiento portugués donde
también se ha documentado la acción de carnívoros en forma de mordeduras sobre una parte del conjunto, que evidencian un aporte mixto en el
yacimiento.
106
[page-n-11]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Puede afirmarse que los estudios tafonómicos que describen el origen de
los aportes de tortuga en yacimientos arqueológicos todavía son escasos en la
zona valenciana y en general en la Península Ibérica.
LAS ACUMULACIONES DE TORTUGA DEL ABRIC DEL PASTOR: DATOS
PRELIMINARES
Con la intención de obtener nuevos datos sobre el origen de las acumulaciones de tortuga en yacimientos arqueológicos de la zona valenciana, se
ha iniciado el estudio de los conjuntos de tortuga procedentes del Abric
del Pastor.
El yacimiento Abric del Pastor
Este yacimiento del Paleolítico medio es un pequeño abrigo rocoso de 60 m2,
situado a 800 msnm en el interior de la Serra Mariola (Alcoi, Alacant), en la
margen derecha del Barranc del Cinc (figura 2). Se emplaza en una estructura
geológica del Tortoniense que tiene su origen en un contexto de calcirruditas
bioclásticas, sobre las que se genera un paleotubo kárstico dentro de una formación de caliza conglomerática.
Las excavaciones en el Abric del Pastor se inician en la década de 1950
con las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo por M. Brotons, bajo
la dirección técnica del profesor F. Jordá. Estas intervenciones afectaron a la
zona central del abrigo, con una profundidad de unos 50 cm, no superando
el límite fijado actualmente para el techo de la Unidad Estratigráfica IV, al
creer haber llegado a la base del yacimiento. Durante estas intervenciones se
recuperaron numerosos restos líticos y faunísticos, cuya posición original en
el yacimiento desafortunadamente no se conoce. En 2005 las excavaciones
arqueológicas en el Abric del Pastor se retoman bajo la dirección de B. Galván con el fin de conocer mejor la estratigrafía del yacimiento, establecer su
secuencia cronocultural e incluir sus evidencias en el estudio general sobre
el poblamiento neandertal en las montañas alicantinas (Galván et al., 20072008, 2008; Hernández et al., 2014). Ello ha permitido dividir la secuencia
estratigráfica conocida hasta ahora, de 1,5 m de espesor, en seis unidades definidas a partir de criterios texturales macroscópicos y micromorfológicos (figura 3). Los análisis radiométricos aplicados hasta el momento (TL) tan solo
otorgan la posibilidad de afirmar una cronología anterior a los 75 ± 10 ka para
la secuencia (N. Mercier, comunicación personal).
107
[page-n-12]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Figura 2. Localización geográfica, contexto y vista general del yacimiento del Abric
del Pastor.
El registro arqueológico recuperado está integrado por numerosos restos líticos, faunísticos, antracológicos y diversas estructuras de combustión.
Entre los primeros destaca la producción en sílex detrítico del entorno local (Molina et al., 2010), identificándose cadenas operativas completas de
producción levallois y numerosos retocados (raederas y objetos apuntados)
(Galván et al., 2007-2008). Los restos óseos se vinculan generalmente a un
aporte antropogénico, mostrando un espectro cinegético similar al de otros
yacimientos de similar cronología, con la presencia abundante de caprinos
(Capra sp.), rebeco (cf. Rupicapra), ciervo (Cervus elaphus), corzo (Capreolus capreolus) y caballo (Equus ferus), así como una importante cantidad de
restos de tortuga mediterránea (Testudo hermanni). De manera más eventual
también se ha constado la presencia de conejo (Oryctolagus cuniculus), jabalí (Sus scrofa), rinoceronte (Stephanorhinus cf. hemitoechus), oso (Ursus
cf. arctos) y leopardo (Panthera pardus). La identificación de estructuras de
combustión, principalmente a partir del impacto térmico sobre el sustrato
rocoso o arenoso, permite observar un patrón recurrente en su localización,
108
[page-n-13]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Figura 3. Estratigrafía del Abric del Pastor. Arriba: secuencia superior (unidades I a
IVd); Abajo: secuencia inferior a partir del sondeo (unidades IVe a VI).
109
[page-n-14]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
concentrándose en la zona central del abrigo y por tanto desempeñando una
función estructuradora del espacio (Machado et al., 2013).
Los conjuntos de tortuga
En relación con las acumulaciones de tortuga de este yacimiento, debido a lo
expuesto anteriormente, contamos con diversos conjuntos y problemas metodológicos (cuadros 3 y 4).
La colección Brotons procede de las excavaciones de los años 50 del siglo
XX, de la cual uno de nosotros (JVMP) es autor de un estudio inédito preliminar. La muestra procede de unidades desaparecidas y probablemente también de las unidades III y IVa de la secuencia actual. Se trata de un conjunto
cuantitativamente importante pero sin un contexto claro. Las plaquetas del
espaldar son casi el doble que las del plastrón y dominan la representación
anatómica, con escasa presencia de huesos largos y de cinturas. Lo más destacado es la aparición de un 19,7% de restos afectados por el fuego, la mayor
parte plaquetas del espaldar (pleurales y periféricas) seguidas de las del plastrón y escasos huesos largos, con predominio de las coloraciones marronesnegras y negras. Algunas de estas termoalteraciones, parciales y situadas en
la parte externa de las plaquetas, se han relacionado con un proceso de asado
de las tortugas, similar al descrito en Cova del Bolomor (Blasco, 2008), aunque en ciertos casos pueden ser accidentales. Con la finalidad de unificar la
metodología de trabajo y establecer la fragmentación de los restos y verificar
la existencia de alteraciones antrópicas, se ha decidido revisar esta muestra
junto con los materiales procedentes de las actuales excavaciones.
Otro pequeño conjunto de este yacimiento, en fase de estudio, se encuentra depositado en el Museu de Prehistòria de València. Procede de actuaciones esporádicas en el abrigo realizadas a lo largo de los años 80 del pasado
siglo. Tampoco tiene un contexto arqueológico bien definido, aunque posiblemente corresponda también a las unidades II, III, IVa y IVb de la secuencia. Se trata exclusivamente de plaquetas, la mitad de ellas fragmentadas. No
se ha documentado ningún tipo de alteración.
A continuación presentamos la información preliminar sobre los conjuntos de tortuga procedentes de las nuevas excavaciones (2006 a 2013). En su
mayoría corresponden a los niveles IVa, IVb, IVc y IVd:
- Cuantitativamente, los restos de tortuga destacan más en IVc y IVd, aunque se trata de pocos individuos, con predominio de los adultos (cuadro 3).
110
[page-n-15]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Abric del Pastor
III-IVa (Brotons)
III-IVa (MPV)
NR
NMI
360
10
% P.
90,2
P. espal.
P. plas.
P. ind.
H.L.-C.
142
74
109
35
(39,4%)
(20,5%)
(30,3%)
(9,7%)
46
33
(58,2%)
(41,2%)
79
8
100
III (2007)
2
1
100
IVa (2006, 2007, 2011)
9
1
100
3
4
IVb (2007, 2011)
4
1
100
1
3
111
3
92,8
51
39
14
7
45
2
97,8
30
12
2
1
2
5
25
10
28
13
110
72
51
21
(43,3%)
(28,3%)
(20,1%)
(8,3%)
IVc (2007, 2009,
2010, 2011)
IVc (2013)
IVc-d (2007, 2009)
7
1
100
IVd (2013)
76
3
83
Nuevas excav. total
254
12
91,7
2
2
Cuadro 3. Cuantificación (NR y NMI) y representación anatómica de los conjuntos
de tortuga del Abric del Pastor. Se incluye el porcentaje de plaquetas en relación al
resto del esqueleto, distribución de las plaquetas según la zona del caparazón (espaldar, plastrón o indeterminada) y valores de huesos largos y cinturas.
Abric del Pastor
NR
III-IVa (Brotons)
360
III-IVa (MPV)
79
III (2007)
2
IVa (2006, 2007, 2011)
9
IVb (2007, 2011)
4
IVc (2007, 2009, 2010,
2011)
IVc (2013)
Frag.
M. Corte
11,10%
1 (< 1%)
45
45,70%
1 (2,2%)
78%
5 (6,6%)
7
76
Carn.
52,80%
65,20%
IVd (2013)
Per./M
19,70%
111
IVc-d (2007, 2009)
Fuego
5,40%
1,80%
42,80%
22,40% 3 (3,9%)
Cuadro 4. Características tafonómicas de los conjuntos de tortuga del Abric del Pastor. NR, porcentajes de fragmentación, marcas de corte, termoalteraciones, procesos
de percusión o mordedura-flexión y acción de carnívoros.
111
[page-n-16]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
- Hay una abundancia de plaquetas del caparazón, con valores entre el 83
y el 100% del total de las muestras (normalmente las del espaldar son más numerosas que las del plastrón) y presencia de algunos huesos largos y cinturas
en los conjuntos cuantitativamente más importantes (cuadro 3).
- La fragmentación se sitúa con valores entre el 45 y el 78% (cuadro 4).
Aparecen bastantes huesos completos, algunos de ellos en conexión anatómica, favorecida por la concreción presente sobre una parte del conjunto.
- Las marcas de corte están presentes en los conjuntos con más restos,
pero con valores escasos que varían entre menos del 1 y el 6,6% (cuadro 4;
figura 4) y se localizan sobre la cara ventral o interna de algunas plaquetas
pleurales y periféricas (en un caso también en la externa), en los huesos largos (húmero, radio) y en la escápula. Se vinculan con la remoción del tejido
blando y con el procesado (desarticulación-consumo).
- Las termoalteraciones muestran un rango de valores amplio (cuadro 4;
figura 4), aunque si consideramos exclusivamente los conjuntos con más restos (IVc y IVd) los porcentajes alcanzan el 5,4 y 22,4% respectivamente. En
IVc estas alteraciones se localizan en la cara externa de las plaquetas del espaldar (una neural, dos periféricas y una pleural), en una plaqueta indeterminada y en un húmero. Destaca la coloración marrón-negra (4) y negra (2), con
afectación parcial-puntual (5) y total (1) de los restos. En IVd las señales de
fuego aparecen únicamente en plaquetas indeterminadas (13) y del espaldar
(dos periféricas, una pleural y una neural), en todos los casos en la cara externa excepto en la neural. El color más presente es el negro (12) y a continuación
el marrón-negro (2), negro-gris (2) y marrón (1). En este caso destaca la afectación total (12) sobre la parcial-puntual (5). En ambos conjuntos, algunas
de estas alteraciones podrían estar relacionadas con el asado de las tortugas
(quemaduras puntuales, parciales y que afectan solo a la parte externa).
- En IVd, una plaqueta periférica presenta evidencias de percusión (muesca) y en un coxal y en un húmero se han producido sendas fracturas por mordedura-flexión (cuadro 4; figura 4).
- Las señales de otros predadores (mordeduras) no son seguras y hay
que revisarlas. En todo caso son muy escasas, aunque determinarían el carácter no antropogénico de una pequeña parte del conjunto en el nivel IVc
(cuadro 4).
112
[page-n-17]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Figura 4. Evidencias de actividad antropogénica sobre restos de tortuga del Abric del
Pastor (nuevas excavaciones). Arriba: marcas de corte sobre cara interna de plaqueta periférica 4ª; Abajo: fractura por flexión de un húmero, termoalteración parcial sobre la cara
externa de una plaqueta neural 4ª e impacto de percusión sobre plaqueta periférica 4ª.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los conjuntos de tortuga del Abric del Pastor procedentes de las excavaciones recientes muestran algunas diferencias respecto a la colección Brotons,
que se traduce en una menor presencia de termoalteraciones en los nuevos
conjuntos de los niveles IVa y IVc (rasgo general de todo el registro), aunque
en el nivel IVd son bastante similares a los de la colección Brotons. Esta diferencia también se manifiesta respecto a los conjuntos de Cova del Bolomor
IV y Gruta da Oliveira (Blasco, 2008; Nabais, 2012). Desconocemos si puede
ser consecuencia de un tipo distinto de procesado para estos animales, con la
intención de obtener el espaldar completo, sin que se queme el tegumento
epidérmico del caparazón (recipiente), o si responde a cuestiones de conservación diferencial o de volumen de la muestra.
113
[page-n-18]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
En los nuevos conjuntos del Abric del Pastor se han evidenciado marcas
de corte y fracturas que confirman el origen humano de gran parte de las acumulaciones de estos reptiles en el yacimiento. En algunos casos las tortugas
fueron asadas como se propone en otros contextos arqueológicos de la zona
(Blasco, 2008). Las fracturas por percusión se relacionan con el acceso a las
partes blandas interiores y las marcas de corte con su remoción y el consumo,
fase donde se producirían también las mordeduras y la flexión.
Es necesario ampliar el conocimiento sobre el papel de estas pequeñas
presas en las dietas neandertales de la zona mediterránea ibérica. Por ello hay
que desarrollar nuevos estudios tafonómicos a través del acceso a conjuntos
inéditos y de la revisión de los antiguos, pero unificando la metodología de
trabajo. Esto permitirá verificar la importancia de tales presas en los modelos
de subsistencia de la población neandertal, caracterizados normalmente por
el predomino de otras faunas de talla grande y media. Estas últimas parecen
ser las dominantes en las dietas humanas del Paleolítico medio regional (Villaverde et al., 1996; Aura et al., 2002; Salazar-García et al., 2013).
Por el momento, los datos con los que contamos sobre el origen de las
acumulaciones de tortuga en yacimientos valencianos y de la Península Ibérica parecen confirmar que los neandertales son los principales responsables. La tortuga es una presa fácil, carne fresca en lata que puede llevarse
durante los desplazamientos y que también puede ser acumulada y procesada por los neandertales en los lugares de hábitat. Resulta, por tanto,
viable su inclusión en la dieta, práctica que puede ser acorde a pautas de
movilidad de los grupos de mayor o menor importancia. Hay que valorar
también la posible doble funcionalidad de estas presas como fuente de alimentación y como contenedor.
Es interesante plantear aquí una posible relación entre la tortuga y el conejo, más allá de su carácter genérico de pequeña presa. La presencia de tortugas en el territorio, de fácil colecta por los neandertales, pudo persuadir de
la captación de otras presas como el conejo, algo más difíciles de conseguir
puesto que requiere de trampas o de la captura en las propias madrigueras.
No se trataría pues de una cuestión de capacidades tecnológicas (Stiner et al.,
2000), ya que los conejos aparecen en ocasiones como presa de los neandertales, sino de elección ante situaciones concretas.
Los datos presentados sobre los conjuntos de tortuga del Abric Pastor son
preliminares a falta de concluir el estudio arqueozoológico y tafonómico e
114
[page-n-19]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
incluir los nuevos restos correspondientes a la campaña de 2014. En estos
estudios es necesario considerar posibles cambios de tamaño en las poblaciones de tortuga o una distribución concreta de edades y sexos, lo que podría
estar relacionado con posibles cambios en la demografía de los grupos y la
sobreexplotación o existencia de ciertas pautas de selección de estos reptiles.
AGRADECIMIENTOS
La investigación arqueológica en el yacimiento Abric del Pastor es posible gracias al
proyecto I+D HAR2012-32703, MINECO-FEDER “La desaparición de los grupos neandertales en la región central del Mediterráneo Ibérico. Una propuesta metodológica de
aproximación al proceso histórico y al marco paleoambiental”.
BIBLIOGRAFÍA
Álvarez, M. (1952): Los animales silvestres de Chiapas. Ediciones del Gobierno del
Estado, Tuxtla Gutiérrez.
Arribas, A., Díez, J. C., Jordá, J. F. (1997): Primeras ocupaciones en los depósitos pleistocenos de la Cueva de los Torrejones (Sistema Central Español, Tamajón, Guadalajara): litoestratigrafía y actividad biológica. Cuaternario y Geomorfología 11 (1-2), 55-66.
Avery, G., Kandel, A. K., Klein, R. G., Conard, N. J., Cruz-Uribe, K. (2004): Tortoises
as food and taphonomic elements in palaeo ‘‘landscapes’’. En J. P. Brugal y J. Desse
(dirs.), Petits animaux et sociétés humaines. Du complément alimentaire aux ressources utilitaires, XXIVe Rencontres Internationales d’Archéologie et d’Histoire
d’Antibes, 147–161.
Aura, J. E., Villaverde, V., Pérez Ripoll, M., Martínez Valle, R., Guillem, P. M. (2002):
Big game and small prey: Paleolithic and Epipaleolithic economy from Valencia
(Spain). Journal of Archaeological Method and Theory 9 (3), 215-267.
Bertolero, A. (2002): Biología de la tortuga mediterránea Testudo hermanni aplicada a
su conservación. Tesis doctoral, Universitat de Barcelona, Barcelona.
Bertolero, A. (2010): Tortuga mediterránea –Testudo hermanni. En A. Salvador y A.
Marco (eds.), Enciclopedia virtual de los vertebrados españoles. Museo Nacional
de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/.
Blasco, R. (2008): Human consumption of tortoises at Level IV of Bolomor Cave (Valencia, Spain). Journal of Archaeological Science 35, 2839-2848.
Blasco, R., Blain, H. A., Rosell, J., Díez, J. C., Huguet, R., Rodríguez, A. J., Arsuaga, J.
L., Bermúdez de Castro, J. M., Carbonell, E. (2011): Earliest evidence for human
consumption of tortoises in the European Early Pleistocene from Sima del Elefante, Sierra de Atapuerca, Spain. Journal of Human Evolution 61, 503-509.
115
[page-n-20]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Blasco, R., Fernández, J. (2009): Middle Pleistocene bird consumption at level XI of
Bolomor Cave (Valencia, Spain). Journal of Archaeological Science 36, 2213-2223.
Blasco, R., Fernández, J. (2012): A uniquely broad spectrum diet during the Middle
Pleistocene at Bolomor Cave (Valencia, Spain). Quaternary International 252, 16-31.
Cheylan, M. (1981): Biologie et écologie de la tortue d’Hermann Testudo hermanni
Gmelin, 1789. Contribution de l’espèce à la connaissance des climats quaternaires
de la France. E.P.H.E. Mémoires et travaux de l‘Institut de Montpellier 13.
Cheylan, M. (2001): Testudo hermanni Gmelin, 1798-Griechische Landschildkröten.
En U. Fritz (ed.), Handbuch der reptilien und amphibien Europas. Band 3/IIIA:
Schildkröten (Testudines) I (Bataguridae, Testudinidae, Emydidae). Wiebelshheim: Aula-Verlag, 179-289.
Colonese, A. C., Mannino, M. A., Bar-Yosef, D. E., Fa, D. A. Finlayson, J. C., Lubell, D.,
Stiner, M. C. (2011): Marine mollusk exploitation in Mediterranean prehistory: an
overview. Quaternary International 239 (1-2), 86-103.
Cortés-Sánchez, M., Morales-Muñiz, A., Simón-Vallejo, M. D., Lozano-Francisco, M.
C., Vera-Peláez, J. L., Finlayson, C., Rodríguez-Vidal, J., Delgado-Huertas, A., Jiménez-Espejo, F. J., Martínez-Ruiz, F., Martínez-Aguirre, M. A., Pascual-Granged,
A. J., Bergadà-Zapata, M. M., Gibaja-Bao, J. F., Riquelme-Cantal, J. A., López-Sáez,
J. A., Rodrigo-Gámiz, M., Sakai, S., Siguisaki, S., Finlayson, G., Fa, D. A., Bicho, N.
F. (2011): Earliest known use of marine resources by Neanderthals. Plos One 6 (9).
http://dx.doi.org/10.1371/journal.pone.0024026.
Fernández, J. (2007): La Cova del Bolomor (Tavernes de la Valldigna, Valencia). Las
industrias líticas del Pleistoceno medio en el ámbito del Mediterráneo peninsular.
Serie de Trabajos Varios del SIP 108, Valencia.
Fernández, J., Martínez, R. (1989): El yacimiento del Paleolítico medio de San Luís
(Buñol-Valencia). Saguntum PLAV 22, 11–34.
Fiore, I., Pino, B., Tagliacozzo, A. (2004): L’exploitation des petits animaux au Paléolithique supérieur-Mésolithique en Italie: l’exemple de la Grotta del Santuario
della Madonna de Praia a Mare (Cosenza, Italie). En J. P. Brugal y J. Desse (dirs.),
Petits animaux et sociétés humaines. Du complément alimentaire aux ressources
utilitaires, XXIVe Rencontres Internationales d’Archéologie et d’Histoire d’Antibes, 417–430.
Flannery, K. V., Wheeler, J. C. (1986): Animal food remains from Preceramic Guilá
Naquitz. En K. V. Flannery (ed.), Guilá Naquitz: Archaic Foraging and Early Agriculture in Oaxaca, Mexico. Academic Press, Orlando, 285–295.
Galván, B., Hernández, C. M., Francisco, M. I. (2007-2008): Elementos líticos apuntados en el Musteriense alcoyano. El Abric del Pastor (Alicante). Homenaje a Ignacio Barandiarán Maestu, Veleia 24–25, 367–383.
116
[page-n-21]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Galván, B., Hernández, C. M., Francisco, M. I., Molina, F. J., Tarriño, A. (2008): La producción lítica del Abric del Pastor (Alcoy, Alicante). Un ejemplo de variabilidad
musteriense. Tabona 17, 11-61.
Galván, B., Hernández, C. M., Mallol, C., Mercier, N., Sistiaga, A., Soler, V. (2014): New
evidence of early Neanderthal disappearance in the Iberian Peninsula. Journal of
Human Evolution 75, 16-27.
Hernández, C. M., Galván, B., Mallol, C., Machado, J., Molina, F. J., Pérez, L., Morales, J. V., Sanchis, A., Vidal, P., Rodríguez, A. (2014): El Abric del Pastor en el
poblamiento neandertal de los Valles de Alcoy, Alicante (España). En R. Sala (ed.),
Los cazadores recolectores del Pleistoceno y Holoceno en Iberia y el Estrecho de
Gibraltar: Estado actual del conocimiento del registro arqueológico. Universidad
de Burgos y Fundación Atapuerca, 319-323.
Hervet, S. (2000): Tortues du Quaternaire de France: critères de détermination, répartitions chronologique et géographique. Mésogée 58, 3–47.
Jiménez, E., Cardoso, J. L., Crespo, E. G. (1998): Presencia de Agrionemys (=Testudo)
hermanni (Gmelin, 1789) en el Paleolítico medio de la Gruta Nova da Columbeira
(Bombarral, provincia de Estremadura, Portugal). Stud. Geol. Salmant. 34, 123-139.
Klein, R., Cruz-Uribe, K. (2000): Middle and Later Stone Age large mammal and tortoise remains from Die Kelders Cave 1, Western Cape Province, South Africa. Journal of Human Evolution 38, 169-195.
Machado, J., Hernández, C. M., Mallol, C., Galván, B. (2013): Lithic production, site
formation and Middle Palaeolithic palimpsest analysis: in search of human occupation episodes at Abric del Pastor Stratigraphic Unit IV (Alicante, Spain). Journal
of Archaeological Science 40, 2254-2273.
Molina, F. J., Tarriño, A., Galván, B., Hernández, C. M. (2010): Áreas de aprovisionamiento de sílex en el Paleolítico medio en torno al Abric del Pastor (Alcoi, Alicante), a partir del estudio macroscópico de la colección Brotons. Recerques del
Museu d’Alcoi 19, 65-79.
Morales, J. V., Sanchis, A. (2009): The quaternary fossil record of the genus Testudo in
the Iberian Peninsula. Archaeological implications and diachronic distribution in
the western Mediterranean. Journal of Archaeological Science 36, 1152-1162.
Nabais, M. (2012): Middle Palaeolithic tortoise use at Gruta da Oliveira (Torres Novas,
Portugal). Promontoria Monográfica 16, 251-258.
Pérez Luis, L. (2014): La gestión de los recursos animales en los Valles de Alcoy durante
el Pleistoceno superior (MIS 3). Estudio zooarqueológico y tafonómico. Tesis de
Master. Universitat Rovira i Virgili.
Pérez Ripoll, M. (1977): Los mamíferos del yacimiento musteriense de Cova Negra (Játiva, Valencia). Serie de Trabajos Varios del SIP 53, Valencia.
117
[page-n-22]
ALFRED SANCHIS, JUAN V. MORALES, LEOPOLDO J. PÉREZ ET AL.
Royer, A., Laroulandie, V., Cochard, D., Binder, D. (2011): Les brulures, des traces ambiguës aux origines multiples. Application aux vestiges de tortues de L’Abri du
Mourre de Seve (Sorgues, Vaucluse). En V. Larouladie, J. B. Mallye y C. Denys
(eds.), Taphonomie des Petits Vertébrés: Référentiels et transferts aux fossiles. Oxford, British Archaeological Reports, International Series 2269, 181-194.
Rybczynski, N., Gifford-González, D., Stewart, K. M. (1996): The ethnoarchaeology of
reptile remains at a Lake Turkana occupation site, Kenya. Journal of Archaeological Science 23, 863–867.
Saladié, P., Cáceres, I., Ollé, A., Vallverdú, J., van der Made, J., Vergès, J. M., Bennàsar,
M., López-Polín, L., Lorenzo, C., Expósito, I., Burjachs, F., Olària, C., Gusi, F., Carbonell, E. (2010): Primeros resultados tafonómicos de las asociaciones fósiles de
la Cova de Dalt del Tossal de la Font (Vilafamés, Castelló). En, Actas de la primera
reunión de científicos sobre cubiles de hiena en los yacimientos arqueológicos de la
Península Ibérica. Zona Arqueológica 13, 526-537.
Salazar-García, D. C., Power, R., Sanchis, A., Villaverde, V., Walker, M. J., Henry, A.
(2013): Neanderthal diets in central and southeastern Mediterranean Iberia. Quaternary International 318, 3-18.
Sampson, C. G. (2000): Taphonomy of tortoises deposited by birds and Bushmen.
Journal of Archaeological Science 27, 779–788.
Sanchis, A. (2012): Los lagomorfos del Paleolítico medio en la vertiente mediterránea ibérica. Humanos y otros predadores como agentes de aporte y alteración
de los restos óseos en yacimientos arqueológicos. Serie de Trabajos Varios del
SIP 115, Valencia.
Sanchis, A., Fernández, J. (2008): Procesado y consumo antrópico de conejo en la
Cova del Bolomor (Tavernes de la Valldigna, Valencia). El nivel XVIIc (ca 350 ka).
Complutum 19 (1), 25-46.
Sanchis, A., Morales, J. V., Real, C., Eixea, A., Villaverde, V., Zilhao, J. (2013): Los conjuntos faunísticos del Paleolítico medio del Abrigo de la Quebrada (Chelva, Valencia): problemática de estudio, metodología aplicada y síntesis de los primeros resultados. En A. Sanchis y J. L. Pascual (eds.), Animals i Arqueologia Hui. Primeres
Jornades d’Arqueozoologia. Museu de Prehistòria de València, 65-82.
Sanchis, A., Real, C., Morales, J. V., Pérez, M., Tormo, C., Carrión, Y., Pérez, G.,
Ribera, A., Bolufer, J., Villaverde, V. (2014): Towards the identification of a
new taphonomic agent: an analysis of bone accumulations obtained from
modern Egyptian vulture (Neophron percnopterus) nests. Quaternary International 330, 136-149.
Sarrión, I. (1984): Nota preliminar sobre yacimientos paleontológicos pleistocénicos
en la Ribera Baixa, Valencia. Cuadernos de Geografía 35, 163–174.
118
[page-n-23]
La tortuga mediterránea en yacimientos valencianos del Paleolítico medio
Sarrión, I. (1990): El yacimiento del Pleistoceno medio de la Cova del Corb (OndaraAlicante). Archivo de Prehistoria Levantina XX, 43–78.
Sarrión, I. (2010): Puntualizaciones sobre la fauna del Pleistoceno inferior/medio de
la Cova del Llentiscle (Vilamarxant, Valencia). Archivo de Prehistoria Levantina
XXVIII, 11-45.
Sarrión, I. (2012): Restos paleontológicos del Pleistoceno inferior en la sima del Pla de
les Llomes (Serra, Valencia). Archivo de Prehistoria Levantina XXIX, 9-51.
Sarrión, I., Dupré, M., Fumanal, M. P., Garay, P. (1987): El yacimiento paleontológico
de Molí de Mató (Agres, Alicante). VII Reunión sobre el Cuaternario en Santander
(Cantabria). AEQUA, Santander, 69–72.
Speth, J. D., Tchernov, E. (2002): Middle Paleolithic tortoise use at Kebara Cave (Israel). Journal of Archaeological Science 29, 471–483.
Stiner, M. C.; Munro, N. D., Surovell, T. A. (2000): The tortoise and the hare: small
game use, the broad-spectrum revolution and Paleolithic demography. Current
Anthropology 41, 39-73.
Stiner, M. C. (2005): The faunas of Hayonim cave, Israel. A 200,000-year record of
Paleolithic diet, demography and society. Harvard University, Cambridge, Massachussets.
Thompson, J. C., Henshilwood, C. S. (2014): Tortoise taphonomy and tortoise
butchery patterns at Blombos Cave, South Africa. Journal of Archaeological Science 41, 214-229.
Verswijver, G. ( 1996): Mekranoti. Living among the Pained People of the Amazon.
Prestel-Munich-New York.
Villaverde, V., Martínez, R., Guillem. P. M., Fumanal, M. P. (1996): Mobility and the
role of small game in the Paleolithic of the Central Region of the Spanish Mediterranean: A comparison of Cova Negra with other Paleolithic deposits. En E. Carbonell y M. Vaquero (eds.), The last Neanderthals, the first anatomically modern
humans: a tale about human diversity. Cultural change and human evolution: the
crisis at 40 Ka BP. Universitat Rovira i Virgili, Tarragona, 267-288.
Wood, R. E., Barroso, C., Caparrós, M., Jordá, J. E., Galván, B., Higham, T. (2013):
Radiocarbon dating casts doubt on the late chronology of the Middle to Upper
Paleolithic transition in southern Iberia. PNAS 110 (8), 2781-2786.
119
[page-n-24]