Actualización del registro faunístico de la Mola d'Agres y la Solana del Castell
María Esther Pérez Roig
2013
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Actualización del registro faunístico de la
Mola d’Agres y la Solana del Castell
María Esther Pérez Roig
Introducción
El presente artículo es una síntesis del trabajo de fin de máster de la autora, presentado y
defendido en el Departament de Prehistòria i Arqueologia de la Universitat de València
en 2011 (Pérez Roig, 2011). En él se realiza una primera aproximación a la gestión de los
recursos faunísticos de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce y Hierro, dentro de un proyecto de futura tesis doctoral que incorporará también a otros yacimientos
valencianos de esta cronología como la Muntanya Assolada, con el objetivo principal
de conocer la evolución de la ganadería y el peso real de la actividad cinegética en los
modelos económicos de los grupos humanos de la zona desde el Bronce pleno hasta el
Hierro antiguo.
Metodología aplicada
La determinación de los restos óseos se ha realizado a partir de la consulta de las colecciones óseas del Laboratorio del Departament de Prehistòria i Arqueologia de la Universitat
de València y del Gabinete de Fauna del Museu de Prehistòria de València. Asimismo, se
han utilizado los atlas de determinación de Schmid (1972) y Barone (1976). En determinados casos, como es el de la diferenciación entre Ovis aries y Capra hircus, se ha empleado
el trabajo de Boessneck (1980), Halstead y Collins (2001) y el de Zeder y Lapham (2010).
En la determinación de Canis familiaris se ha recurrido al artículo de Sanchis y Sarrión
(2004). Para establecer las dimensiones fundamentales de los huesos estudiados se ha
empleado el método de Von den Driesch (1976). Respecto a los restos óseos de los que no
se ha podido determinar la especie, se ha realizado una categorización genérica a partir
del tamaño, con lo que encontramos: macrofauna o mamíferos de talla grande (bovinos y
cérvidos) y mesofauna o mamíferos de talla media (ovicaprinos, cerdo y perro).
Animals i arqueologia hui. I Jornades d’arqueozoologia.
Museu de Prehistòria de València (2013): 285-304.
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MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Figura 1. Localización de los yacimientos de la Solana del Castell (Xàtiva, Valencia) y la Mola
d’Agres (Agres, Alicante).
En cuanto a la cuantificación se ha tenido en cuenta la metodología de Payne (1972),
Grant (1975), Binford (1984), Klein y Cruz-Uribe (1984) y Lyman (1994, 2008). Para la
determinación de la importancia relativa de las diferentes especies se ha estimado el número de restos (NR), el número de restos determinados (NRD o NISP) y el de indeterminados (NRI). A partir del NRD se ha calculado el número mínimo de elementos (NME),
para lo que se han considerado los huesos y las unidades óseas fiables. Debido a ello, no
se han contabilizado los fragmentos craneales, las denticiones aisladas o los fragmentos
de diáfisis (Iborra, 2004).
A partir del NME, se obtiene el número mínimo de individuos (NMI) y el número
mínimo de unidades anatómicas (MAU). La determinación del NMI tiene en cuenta
para ello la lateralidad de las distintas partes anatómicas de cada taxón, mientras que
el MAU se basa en el número de elementos óseos que tiene cada esqueleto. De igual
modo, cabe indicar, que en el caso del MAU se han realizado una serie de agrupaciones
anatómicas, las cuales vienen detalladas a continuación: cabeza (clavija-asta, cráneoneurocráneo, maxilar, mandíbula, hioides), tronco (costilla, vértebra, esternón), miembro anterior (escápula, húmero, radio, ulna), miembro posterior (pelvis, fémur, tibia,
fíbula) y extremidades (metapodios determinados e indeterminados, carpos, tarsos, calcáneo, astrágalo y falanges). En cuanto a los restos indeterminados, se ha indicado si se
trata de macro o mesofauna, asimismo, se han creado nuevas categorías para facilitar su
286
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Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
comprensión. Entre ellas encontramos si se trata de un fragmento de diáfisis, plano o de
tejido esponjoso.
La estimación de la edad se ha realizado a partir del estudio de la erupción y desgaste
dental y por el estado de fusión de las epífisis (Silver, 1980). Para los ovicaprinos se ha
seguido a Payne (1973) y la metodología facilitada por Pérez Ripoll. Para los suidos se ha
empleado a Bull y Payne (1982), para los bovinos a Grant (1982) y a Grigson (1982). En
cuanto al grado de osificación, se ha consultado a Noddle (1974) para la cabra y a Schmid
(1972) para los suidos, bovinos y ovejas. Ha resultado de gran utilidad la tesis doctoral de
Albizuri (2011) y el trabajo de Zeder (2002).
La determinación del sexo se realiza a partir de los datos morfológicos propuestos
por Chaix y Méniel (2005). De igual modo, se tienen en cuenta criterios osteométricos.
Uno de los aspectos tratados en el presente trabajo son los agentes de alteración de
los restos óseos. Entre ellos se han distinguido los producidos por agentes naturales,
carnívoros o por procesos postdeposicionales. De igual modo se han estudiado las modificaciones antrópicas (procesado carnicero, cocción, etc.). Para la determinación de
las alteraciones presentes sobre los huesos se ha utilizado la lupa binocular del Departament de Prehistòria i Arqueologia de la Universitat de València, al igual que diversa
bibliografía de referencia: Bonnichsen y Sorg (1989), Pérez Ripoll (1992), Blasco (1992),
Nicholson (1993), Lyman (1994) e Yravedra (2006).
Para el registro de la información se ha empleado la base de datos de restos zooarqueológicos facilitada por Pérez Ripoll y creada por diversos investigadores de la UVEG y
del Museu de Prehistòria de València. Ésta permite recopilar toda la información posible
de cada fragmento óseo y su posterior extracción en un archivo excel o csv. Los datos
obtenidos se incluyen en tablas dinámicas.
La Mola d’Agres: SÍNTESIS DEL estudio arqueozoológico
La Mola d’Agres es un poblado de la Edad del Bronce localizado en El Comtat (Alicante)
dentro del término municipal de Agres. El yacimiento se ubica en la ladera septentrional
de la sierra de Mariola, situación que le otorga un control visual del paso de la valleta
d’Agres, que comunica el valle de Alcoy con la cuenca alta del Vinalopó (figura 1).
Las excavaciones arqueológicas en este yacimiento comenzaron a finales de la década
de los setenta del siglo XX, bajo la dirección de M. Gil-Mascarell (1981). El proyecto se
retoma en 1996, en este caso con J. L. Peña y E. Grau como responsables técnicos (Peña et
al., 1996; Grau et al., 2004). A partir de este momento, se sigue un enfoque interdisciplinar adaptado a los nuevos resultados obtenidos y a la realización de un estudio exhaustivo del yacimiento integrado en el medio que lo rodea (Huélamo et al., 2010).
287
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MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Figura 2. Vista aérea del
yacimiento de la Mola d’Agres y
ubicación del sector II.
En relación a los conjuntos faunísticos de este poblado, se cuenta con dos estudios
previos de correspondientes a los niveles del Bronce final (sector V) y del Bronce pleno
(sector I) realizados respectivamente por Castaños (1996) y López-Gila (2004).
El estudio de la fauna de la campaña del 2010 se centra en el sector II del yacimiento,
perteneciente al Bronce pleno. Las tareas de excavación se centraron en dos aspectos.
Por un lado, en la eliminación de la capa superficial de tierra, que en determinados puntos alcanzaba un espesor de 1,5 m. A la vez se pretendía definir una estructura localizada
(UE 2058) y determinar si tenía relación con la entrada del poblado o si se trataba de una
estructura de hábitat de características similares a la localizada en el sector I (figura 2).
Las especies representadas
Se han estudiado un total de 967 restos óseos, de los que se han podido determinar
506 (52,33%). Los taxones identificados corresponden tanto a especies domésticas
(86,05%) como silvestres (13,95%). Entre los primeros se constata la presencia de oveja
(Ovis aries), cabra (Capra hircus), bovino (Bos taurus), cerdo (Sus domesticus) y perro
(Canis familiaris). Entre las especies salvajes encontramos escasamente representados
el ciervo (Cervus elaphus) y el conejo (Oryctolagus cuniculus). Tanto en el NR, NME
y NMI (cuadro 1) se observa entre los recursos pecuarios el predominio de los ovicaprinos, con una ligera mayor importancia de cabras frente a ovejas, seguidos éstos por
cerdos, bovinos y perros.
288
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Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
TAXONES
Capra hircus
Ovis aries
Ovicaprino
Sus domesticus
Bos taurus
Canis familiaris
Total domésticos
Oryctolagus cuniculus
Cervus elaphus
Total silvestres
Total determinados
Meso Frag. Plano
Meso Frag. Esponjoso
Meso Frag. Diáfisis
Total de Mesofauna
Macro Frag. Plano
Macro Frag. Esponjoso
Macro Frag. Diáfisis
Macro Frag. Epífisis
Total de Macrofauna
Total indeterminados
Total
NR
%
108
94
205
24
51
3
485
17
4
21
506
44
113
241
398
7
15
40
1
63
461
967
NME
11,17
9,72
21,2
2,48
5,27
0,31
50,15
1,76
0,41
2,17
52,33
4,55
11,69
24,92
41,16
0,72
1,55
4,14
0,1
6,51
47,67
100
76
60
38
13
21
3
211
11
2
13
224
%
33,93
26,78
16,96
5,8
9,37
1,34
94,19
4,91
0,89
5,8
NMI
12
11
6
8
7
3
47
4
2
6
53
%
22,64
20,75
11,32
15,09
13,21
5,66
88,68
7,55
3,77
11,32
Cuadro 1. Mola d’Agres. Importancia de las especies según el NR, NME, NMI y porcentajes.
Representación anatómica
En el caso del MAU, en los ovicaprinos, suidos y bovinos las partes mejor representadas
son las pertenecientes a la cabeza y miembros anteriores, seguidas por los miembros
posteriores y extremidades, mientras que los elementos axiales, costillas y vértebras,
aparecen en general con bajos valores. Respecto al ciervo, se encuentra representado por
la cabeza y las patas (cuadro 2).
Edades de sacrificio
Las cabras se encuentran representadas por todos los grupos de edad, si bien destacan
los ejemplares infantiles y juveniles sobre los adultos. Mientras que en el caso de las ovejas, predominan las adultas, seguidas por los individuos en edad juvenil y subadulta. No
obstante, indicar que no se ha determinado ningún individuo infantil (figura 3).
289
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MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
MAU
C. hircus
O. aries
Ovicaprino
S. domesticus
B. taurus
C. familiaris
O. cuniculus
C. elaphus
Cabeza
11
6
5,5
3
1
0
0,5
0,5
Tronco
0,45
0,19
0,65
0,11
0,23
0,04
0,12
0
M. Anterior M. Posterior
8,5
6
10,5
2,5
1,5
3,5
1
0
2,5
1
0,5
0
1,5
0,5
0
0
Extrem.
6
5,63
1,13
0,25
2,5
0
1,63
0,5
Cuadro 2. Mola d’Agres. Porcentajes de representación del MAU.
6
4
2
0
Infantil
Juvenil
Subadulto
Adulto
O.
aries
C.
hircus
Ovicaprino
S.
domesticus
B.
taurus
C.
familiaris
Figura 3. Mola d’Agres. Estructura de edad de las especies domésticas.
Respecto a los bovinos, sólo se ha determinado un M1 sin apenas desgaste (individuo
joven de entre 7 y 18 meses). El estado de fusión de las epífisis se ha podido estimar a partir de 18 huesos y fragmentos óseos, de los cuales la mayoría se encontraban fusionados,
por lo que entre los bovinos se observa una mayor presencia de individuos adultos. Entre
los no fusionados encontramos dos restos de fémur distal, una tibia distal y una falange
I. Entre los suidos se ha identificado un individuo infantil, dos juveniles, dos subadultos
y tres adultos, por lo que el perfil de edades se muestra bastante heterogéneo.
En relación a las especies en principio de uso no alimenticio, como el perro, se ha podido establecer la edad a partir de un canino y una ulna. El primero muestra el inicio del
desgaste dental, correspondiendo a un subadulto, mientras que el segundo se encuentra
fusionado en la parte proximal, hecho que ocurre entre los 8 y 11 meses de edad y se trata
posiblemente ya de un individuo adulto.
290
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Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
Alteraciones presentes sobre los restos
Sobre los restos de fauna de la Mola d’Agres se han determinado diversos tipos de alteraciones como consecuencia de tres agentes y/o procesos principales. Empezando por la
acción antrópica, ésta se encuentra representada por la termoalteración, las marcas de
carnicería y las fracturas en fresco y mixtas (figura 4).
Las termoalteraciones pueden ser producidas tanto de forma natural como por la acción del ser humano. En el caso del grupo de los ovicaprinos se observa la alteración producida por el fuego en 18 restos óseos, perteneciendo gran parte de ellos a Capra hircus
(14 fragmentos óseos). La coloración que presentan es principalmente el marrón, excepto
en dos casos. Uno de ellos con una tonalidad marrón/negra y el otro caso una coloración
blanca, perteneciendo este último a un fragmento óseo de ovicaprino. Asimismo, indicar
que la mayor parte de los restos óseos que presentan termoalteración sólo la muestran en
una parte del fragmento óseo (parcial). Únicamente en cuatro casos se puede observar en
la totalidad del fragmento óseo y en otro caso se encuentra presente en la parte articular.
Las marcas de carnicería están representadas por incisiones, raspados y sus posibles
variantes. Entre los ovicaprinos sólo 34 restos óseos muestran marcas de corte (8,13%),
Figura 4. Mola d’Agres. Diversos restos óseos con alteraciones de origen antrópico.
291
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MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
de los cuales 10 son de cabra, cinco de oveja y 19 de ovicaprinos indeterminados. Estas
marcas se han originado, por su localización y morfología, durante el descarnado y/o
limpieza, encontrando sólo dos casos en los que la funcionalidad parece que fue la de desarticular. En el caso de los bovinos, las marcas de carnicería sólo se han identificado en un
total de siete restos óseos, la mayoría son incisiones que relacionamos con el descarnado.
Entre la fauna silvestre sólo se han detectado marcas de carnicería sobre restos óseos
de conejo. Por ejemplo, sobre un tercer metacarpo aparecen una serie de incisiones largas, múltiples e intensas, cuya funcionalidad sería la de extracción de la piel. Finalmente, en cuanto al tipo de fractura, sólo se ha constatado fractura en fresco en tres restos
de conejo.
En este apartado hay que destacar las marcas de carnicería localizadas sobre la costilla de un perro; se trata de una serie de incisiones en la cara proximal y en la medial/
distal del cuerpo.
Otro tipo de alteración corresponde a las marcas de dientes de roedores y carnívoros.
En el yacimiento aparecen marcas de roedores sobre falanges de oveja. En relación a
las mordeduras de perro, están presentes sobre la rama ascendente de una mandíbula
de cabra. Finalmente, indicar que las alteraciones diagenéticas también aparecen, con
predominio de las concreciones calcáreas y las vermiculaciones originadas por las raíces
de las plantas.
Valoraciones sobre la fauna de la Mola d’Agres
En el conjunto estudiado se ha constatado la abundancia de los taxones domésticos
(86,05%) sobre los salvajes (13,95%). En este primer grupo se observa un claro dominio
de los ovicaprinos, seguido por los suidos y bovinos. Mientras que en el segundo grupo,
la fauna salvaje está representada exclusivamente por el ciervo y el conejo.
Respecto a los elementos anatómicos, la fauna doméstica se encuentra mejor representada por restos y fragmentos óseos pertenecientes a la cabeza y miembros anteriores,
seguidos por los miembros posteriores y patas. Los cérvidos están representados por la
parte craneal y las extremidades.
El sacrificio de ejemplares infantiles en las cabras parece estar vinculado a la explotación láctea y a la obtención de carne, mientras que a partir del año está relacionado
con el control de los rebaños y el consumo cárnico. Otros posibles recursos son la piel
y el pelo. Respecto a las ovejas, el sacrificio nos indica su uso para la obtención de la
lana, aunque también se aprovecharía su carne o el estiércol producido (tanto de la oveja
como de la cabra).
La principal funcionalidad de los bovinos sería el aprovechamiento cárnico y la obtención de la leche. Otros posibles usos serían el estiércol, los tendones, las cornamen-
292
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Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
tas, los huesos o la fuerza de tiro. Finalmente, indicar que en los suidos, el objetivo
principal es la obtención de carne y subproductos.
El procesado carnicero ha generado principalmente incisiones, raspados y sus variantes durante el descarnado y/o limpieza de los restos, encontrando sólo dos casos
donde se han identificado procesos de desarticulación. No obstante, cabe hacer especial
énfasis a las marcas de carnicería presentes en una costilla de cánido. Los restos de perro
no son numerosos en los yacimientos arqueológicos y mucho menos aquellos que presentan marcas de carnicería. En el caso de la Edad de Bronce, se han encontrado restos
de perro en la Illeta dels Banyets, la Mola d’Agres, Cabezo Redondo, les Planetes, Foia
de la Perera, la Horna, Cueva Soterraña, la Lloma de Betxí o el Pic dels Corbs. De todos
ellos, por el momento, sólo tres han presentado marcas producidas por la acción antrópica, la Lloma de Betxí, el Pic dels Corbs y Cabezo Redondo (Sanchis y Sarrión, 2004). El
consumo de perros o cinofagia no es habitual y no está claro a qué responde esta práctica. El uso principal de los perros pudo ser el control de los rebaños, como ayudante en la
caza o en la vigilancia de la casa o los cultivos. En el yacimiento de la Edad del Bronce de
La Lloma de Betxí se ha documentado un esqueleto completo de perro vinculado a una
inhumación humana (Sanchis y Sarrión, 2004), lo que implica su relación con el mundo
funerario. Una de las hipótesis que nos encontramos es que, en momentos puntuales,
su consumo se pudo producir debido a un descenso en el número de ejemplares de la
cabaña ganadera. Explicación que no es del todo clara, ya que durante la Edad del Bronce
todavía existe una importancia relativa de la caza, en especial, la de los ciervos (Sanchis
y Sarrión, 2004). Otra hipótesis, ya planteada por Albizuri (2011), es la posibilidad de que
el consumo de perros esté relacionado con cultos y que estos animales formaran parte de
algún tipo de ritual u ofrenda.
La solana del castell: SÍNTESIS DEL estudio
arqueozoológico
El yacimiento de la Solana del Castell se encuentra en el término municipal de Xàtiva (Valencia), concretamente en el paraje homónimo, en la ladera S-SO del Castell de Xàtiva (Pérez Ballester et al., 2007) (figura 1). Los trabajos en este yacimiento arqueológico forman
parte de un proyecto de investigación del territorio y poblamiento ibérico de la comarca
de La Costera. La secuencia cronológica del yacimiento comprende niveles adscritos al
Bronce final, Hierro antiguo e Ibérico antiguo. Respecto a los estudios previos sobre la
fauna, cabe indicar que se cuenta con una única publicación relacionada con el análisis
del material correspondiente a la campaña del 2007, realizado por J. V. Morales (2008).
La campaña del 2010 se centró principalmente en el sector E3 (figura 5). En él, se terminó de excavar la fosa este del departamento 2 y una pequeña zona del departamento
293
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MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Figura 5. Solana del Castell.
Fotografía del sector E3
previa al inicio de la campaña
del 2010.
1, se rebajó la tercera terraza y se realizó un sondeo de 1,7 m y unos 6,6 m de longitud en
la zona entre la tercera terraza y la muralla sobre la torre.
La fauna estudiada de este yacimiento se encuentra asociada con la presencia de cerámica a mano, principalmente las cazuelas y cuencos carenados bruñidos, los recipientes toscos de cuellos exvasados, decorados con ungulaciones o digitaciones en el borde y
algunos de ellos con apliques de cordones digitados; algunos también suelen presentar
base plana con talón (Pérez Ballester et al., 2008).
Las especies representadas
La muestra ósea está formada por un total de 741 restos, de los que se han determinado 236, taxonómica y anatómicamente. La fauna dominante es la doméstica (90,25%),
mientras que la salvaje únicamente representa el 9,75%. Según el número de restos determinados, la fauna doméstica tiene una importancia del 86,21%.
Los taxones identificados son la cabra, la oveja, los ovicaprinos indeterminados, el bovino, el cerdo y el perro. Mientras que la fauna silvestre está representada por un 13,79%,
siendo los taxones determinados el conejo, el ciervo y el zorro (cuadro 3). Tanto en el NR,
NME y NMI se observa como el grupo predominante es el de los ovicaprinos, con mayor
número de ovejas que de cabras. A este grupo le sigue en importancia los bovinos y suidos.
Representación anatómica
Respecto al MAU, los elementos mejor representados en las especies determinadas son
las extremidades. Sin embargo, el grupo de los ovicaprinos es el único que presenta la
mayoría de elementos anatómicos, aunque con predominio de los miembros anteriores y
posteriores. No obstante, tanto en el caso de los bovinos como de los lepóridos, destacan
las extremidades, seguidas de los miembros posteriores y anteriores (cuadro 4).
294
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Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
TAXONES
Capra hircus
Ovis aries
Ovicaprino
Sus domesticus
Bos taurus
Canis familiaris
Total domésticos
Oryctolagus c.
Cervus elaphus
Vulpes vulpes
Total silvestres
Total determinados
Meso Frag. Plano
Meso Frag. Esponjoso
Meso Frag. Diáfisis
Total de Mesofauna
Macro Frag. Plano
Macro Frag. Esponjoso
Macro Frag. Diáfisis
Total de Macrofauna
Total indeterminados
Total
NR
%
20
32
131
8
21
1
213
8
10
1
19
232
65
121
288
474
3
8
24
35
509
741
NME
2,7
4,32
17,68
1,08
2,83
0,13
28,74
1,08
1,35
0,13
2,56
31,31
8,77
16,33
38,87
63,97
0,4
1,08
3,24
4,72
68,69
9
10
36
4
7
1
67
7
10
1
18
85
%
10,59
11,76
42,35
4,7
8,24
1,18
78,82
8,24
11,76
1,18
21,18
NMI
3
6
9
2
4
1
25
1
2
1
4
29
%
10,34
20,69
31,03
6,9
13,79
3,45
86,21
3,41
6,9
3,45
13,79
Cuadro 3. Solana del Castell. Importancia de las especies según el NR, NME, NMI y
porcentajes.
MAU
C. hircus
O. aries
Ovicaprino
S. domesticus
B. taurus
C. familiaris
O. cuniculus
C. elaphus
V. vulpes
Cabeza
0,5
0
0,5
0
0
0
0
0
0
Tronco
0
0
0,15
0
0
0
0
0
0
M. Anterior M. Posterior
2,5
0,5
2
1,5
8,5
5
0,5
0,5
0,5
1
0
0
1
1
0
0
0
0
Cuadro 4. Solana del Castell. Porcentajes de representación del MAU.
295
Extrem.
1
2,1
2
0,25
1,75
0,5
1,5
0,5
0,5
[page-n-12]
MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Edades de sacrificio
Las edades de sacrificio en las especies domésticas oscilan entre la edad juvenil y adulta,
aunque se observan algunas diferencias. En el caso de las ovejas, predomina el sacrificio
en edades juveniles, siendo nulo en edad subadulta y encontrándose un único individuo adulto. Algo similar sucede en las cabras, con una selección de individuos jóvenes y
subadultos, no encontrándose ningún adulto. En cuanto a los bovinos predominan los
adultos. Finalmente, los suidos sólo se constatan en edad subadulta y adulta (figura 6).
Alteraciones presentes sobre los restos
Los restos óseos se encuentran alterados por la acción antrópica, las marcas producidas
por carnívoros y roedores y finalmente por las alteraciones diagenéticas, siendo éstas de
especial relevancia para el conjunto óseo de la Solana del Castell. La acción antrópica se
ha observado a través de las termoalteraciones y de las marcas de carnicería. El fuego ha
afectado a un total de 35 restos óseos: uno de cabra, cuatro de ovicaprinos, 27 de animales de talla media y tres de animales de talla grande. La coloración presente oscila entre
marrón y marrón/negro.
Las marcas de carnicería no son muy comunes en los restos óseos, si bien se podría
deber a que se encuentran enmascaradas por la fuerte alteración diagenética. En el caso
de los restos determinados, un ejemplo de marca de carnicería lo encontramos en un fragmento de fémur de cabra que presenta una incisión larga, múltiple y de intensidad leve.
Otro caso, se trata de una costilla de ovicaprino con un raspado múltiple de intensidad
leve. En ambos casos, la funcionalidad está relacionada con el proceso de descarnado. De
igual modo, indicar que se han observado fracturas directas por percusión sobre diversos
de los restos óseos estudiados y que también relacionamos con la acción humana.
4
3
2
1
0
Juvenil
O.
aries
C.
hircus
Subadulto
Ovicaprinos
Adulto
B.
taurus
S.
domesticus
Figura 6. Solana del Castell. Estructura de edad de las especies domésticas.
296
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Otro tipo de alteración son las marcas de las denticiones de carnívoros y roedores.
Una primera falange de oveja presenta marcas de haber sido afectada por un roedor.
Finalmente, cabe tener presente las alteraciones diagenéticas. En el caso de este yacimiento arqueológico, este tipo de alteraciones son bastante comunes e intensas. Las
principales son las producidas tanto por las vermiculaciones de las raíces de las plantas,
como las alteraciones y erosiones hídricas. Asimismo, se constata, aunque en menor
cantidad, las concreciones calcáreas.
Valoraciones sobre la fauna de la Solana del Castell
La fauna estudiada consta de un 90,25% de taxones domésticos y un 9,75% de salvajes.
Dentro del primer grupo se puede observar un predominio de los ovicaprinos, concretamente de ovejas. A estos les siguen en relevancia, según NR, NME y NMI, los bovinos
y suidos. Mientras que en el segundo grupo, se encuentran representados el ciervo, el
conejo y el zorro.
En cuanto a la representación anatómica, en las especies domésticas, destacan las extremidades. Únicamente en los ovicaprinos se encuentran representados la mayoría de
elementos, mientras que en el resto de especies sólo aparecen restos de las extremidades,
miembros anteriores y/o posteriores.
La edad de sacrificio en general oscila entre la etapa juvenil y adulta. Con todo, aún
nos encontramos algunas pequeñas matizaciones, ya que en los ovicaprinos predominan los individuos jóvenes. Este hecho muestra como, a diferencia de la Mola d’Agres, las
ovejas y cabras no han sido explotadas por la lana, sino para el aprovechamiento lácteo
y cárnico.
En relación a los bovinos, las edades muestran un posible uso para la obtención de
carne (juveniles) y leche (adultos). Y en cuanto a los suidos su explotación estaría relacionada con el aprovechamiento cárnico.
Finalmente, el procesado carnicero ha sido difícil de establecer debido al mal estado
de conservación de los restos como consecuencia de los fuertes procesos de alteración
diagenética. No obstante, en algunos casos se han observado marcas de descarnado.
Discusión
Los conjuntos de fauna estudiados de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell nos
muestran un atisbo de la ganadería y la caza durante el Bronce pleno y el Bronce final.
Empezando por la Mola d’Agres, éste yacimiento cuenta con dos estudios previos realizados por Castaños (1996) y López-Gila (2004). El estudio de Castaños se centraba en el
sector V del yacimiento, adscrito al Bronce final y cuyo material pertenecía a las campañas
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de excavación de 1978, 1981 y 1982. En el caso de López-Gila, realizó el estudio del material
faunístico de las campañas de 1995 al 2000. En ambos casos se constataba la importancia
de las especies domésticas, que suponen casi el 90% del NRD, donde destacan los ovicaprinos, los cuales alcanzan el 69,45% según el NRD. A este grupo le siguen en relevancia
los bovinos y los suidos, y en menor medida los équidos y cánidos. El estudio de la edad
ha demostrado que las ovejas y cabras se sacrificarían en edad juvenil y adulta, con lo que
se aprovecharían de los recursos secundarios (la lana, la leche o la fuerza de tracción), si
bien, en el caso de los suidos, se trataría de un aprovechamiento exclusivamente cárnico.
En cuanto a las especies salvajes, las más representadas son el ciervo y el conejo, si bien,
también se ha constatado la presencia de corzo, tejón o zorro (Castaños, 1996). El presente
estudio concuerda con los datos aportados por ambos estudios, si bien, muestra algunas
diferencias, especialmente en cuanto a los cérvidos, los cuáles no son especialmente abundantes en el sector II del poblado, adscrito a niveles del Bronce pleno.
Los resultados de los distintos análisis concuerdan con el panorama general de la
ganadería y la caza del Bronce pleno. La mayoría de los yacimientos de este período
en la fachada mediterránea muestran un claro predominio del grupo de los ovicaprinos, como se observa en el Cabezo Redondo (Driesch, 1972), el Tabayá (Rizo, 2009) o la
Muntanya Assolada (Sarrión, 1998). Pero se observan ciertas diferencias respecto al predominio de ovejas o cabras. En el caso de la Mola d’Agres, todos los estudios realizados
concuerdan en el predominio de las cabras. Este hecho puede deberse al espacio físico,
próximo a diversas fuentes de agua, la situación estratégica del poblado y la orientación
N de la ladera, la cuál es favorable para esta especie.
En cuanto a la caza, no es especialmente relevante y parece que se trata de una actividad esporádica, a diferencia de otros yacimientos como la Muntanya Assolada (Sarrión,
1998) o la Lloma de Betxí (de Pedro, 2006). En estos yacimientos se constata un amplio
porcentaje de restos de ciervo que posiblemente se encuentre relacionado con la protección de los campos de cultivo, entre otras posibles causas.
Por otro lado, la Solana del Castell cuenta con un único estudio previo de la fauna correspondiente a la campaña del 2007, realizado por Morales (Pérez Ballester et al., 2008).
La muestra ascendía a un total de 300 restos, de los cuales el 46% se podía determinar
anatómica y taxonómicamente. La fauna estudiada está adscrita al Bronce final y Hierro
antiguo. La representación de los diferentes taxones es similar para ambos períodos, si
bien, en el caso de los niveles pertenecientes al Hierro antiguo, no se identificó el conejo
y los bovinos presentaban una mayor importancia.
Todos los estudios arqueozoológicos, tanto el de Morales como los posteriores,
muestran algunas de las particularidades de este yacimiento. Uno de los primeros datos
que llaman la atención es la fuerte alteración postdeposicional que han sufrido los restos
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Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
óseos. La mayoría de ellos se encuentran afectados por la acidez y la acción de las raíces,
la erosión y las concreciones calcáreas. Si bien, en la mayoría de los casos, la mayor fuente de alteración viene dada por las vermiculaciones. Otro de los factores de modificación
del conjunto óseo son las marcas de carnívoros y roedores, especialmente las producidas
por los perros, tanto por mordeduras y arrastres dentales, como por perforaciones en
el tejido óseo. Estos animales no son muy comunes entre la fauna del Bronce y Hierro
Antiguo, si bien, generalmente se suele constatar su presencia a través de evidencias indirectas, tales como las marcas que sus denticiones dejan sobre los restos óseos de otros
animales (Iborra y Sanchis, 2011).
En lo referente a la ganadería, el estudio de esta campaña así como la posterior, ha
podido constatar ciertas diferencias entre los distintos niveles arqueológicos, especialmente entre los del Bronce final. En ellos se observa una ganadería variada, pero con un
relativo predominio de la cabaña ovicaprina, seguida por la porcina y bovina. Asimismo,
la edad de sacrificio nos muestra el aprovechamiento diversificado de estos animales:
leche, carne, huesos, piel, cecina, o fuerza de trabajo. Este modelo es el que proviene del
Bronce pleno y que también lo podemos encontrar en otros yacimientos como el Tabayá
(Rizo, 2009), la Mola d’Agres (Castaños, 1996; López-Gila, 2004) o la Muntanya Asolada
(Sarrión, 1998).
Sin embargo, se han observado algunos niveles que muestran una disminución en
el número de restos y en la diversidad taxonómica. Se debe de tener en cuenta que en
otros yacimientos arqueológicos, con niveles entre el Bronce final y el Hierro antiguo,
se produce una cierta especialización de la ganadería (Iborra y Sanchis, 2011). De este
modo se han diferenciado dos tendencias ganaderas. Una de las posibles explicaciones
de ello, ha sido dada por el ecosistema y el espacio físico donde se ubican los yacimientos. Por ello, los yacimientos con predominio de bovinos y equinos suelen estar situados
en zonas de litoral o lagunares, como es el caso del Pic dels Corbs (Barrachina y Sanchis,
2008), Vinarragell (Iborra, 2004) o la Illeta dels Banyets (Benito, 2006). En cambio los
yacimientos con preferencia por la ganadería ovina y caprina, por lo general se encuentran en zonas montañosas o llanos, próximos a vías de comunicación, como es el caso
de la Mola d’Agres (Castaños, 1996; López-Gila, 2004) y el Torrelló del Boverot (Iborra,
2004). También puede darse en cuevas, tratándose de ocupaciones estacionales como en
la Cova d’en Pardo (Iborra, 2004).
En nuestro caso, a pesar de una relativa disminución de los restos y fragmentos óseos,
se observa el predominio de la ganadería ovicaprina frente al resto de especies domésticas.
En principio, esta tendencia se iría incrementando durante el Hierro antiguo y, en algunos
casos, se establecerían y acrecentarían las relaciones de complementariedad, hecho que se
ha constatado entre el Torrelló del Boverot y Vinarragell (Iborra y Sanchis, 2011).
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MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Conclusiones
El estudio de la fauna de la campaña del 2010 de la Mola d’Agres y la Solana del Castell,
nos muestra una visión de los recursos ganaderos y de las actividades cinegéticas del
Bronce pleno y final en estos asentamientos humanos. En líneas generales, en ambos
yacimientos se observa un predominio de la cabaña ovicaprina, si bien con ciertas diferencias. En el caso de la Mola d’Agres destacan las cabras, mientras que en la Solana del
Castell, lo hacen las ovejas. Entre las posibles explicaciones se encontraría la finalidad
de estas cabañas y la mejor adaptación al espacio físico de estas especies. Junto a los
ovicaprinos, les siguen en importancia los bovinos y suidos. En ambos casos se constata
un papel menor de la caza, con escasa representación de ciervos y conejos y la aparición
marginal del zorro. Estas especies son minoritarias respecto al conjunto de restos determinados. Los yacimientos con un mayor número de restos de ciervos, pueden corresponder a
aquellos donde la agricultura ha desempeñado un papel destacado y se ha puesto especial
empeño en proteger los campos de cultivo, como observamos en la Muntanya Assolada
(Sarrión, 1998) o en la Lloma de Betxí (de Pedro, 2006).
Un hecho interesante en la Mola d’Agres es la determinación de una costilla de perro
con marcas de descarnado que parecen responder a su procesado por parte de los humanos. Entre las posibles hipótesis se encuentran la del consumo de esta especie en momentos de carestía o la posibilidad de que esté conectado con cultos por lo que esta práctica estaría relacionada con algún tipo de ritual u ofrenda (Albizuri, 2011). En cualquier
caso, son escasas las evidencias del procesado antrópico de perros durante el Bronce
valenciano (Sanchis y Sarrión, 2004). La continuación de los estudios faunísticos en este
yacimiento y en otros de este período nos podrá desvelar cuál fue la posible motivación.
Finalmente comentar que en la actualidad continúa el estudio de ambos yacimientos,
junto a otros como es el caso de la Muntanya Assolada, en relación con la realización de
nuestra tesis doctoral sobre la actividad ganadera y cinegética en el País Valenciano de la
Edad del Bronce al Hierro antiguo.
Agradecimientos
A José Luís Peña, Elena Grau y José Pérez Ballester por la cesión de los materiales.
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Actualización del registro faunístico de la
Mola d’Agres y la Solana del Castell
María Esther Pérez Roig
Introducción
El presente artículo es una síntesis del trabajo de fin de máster de la autora, presentado y
defendido en el Departament de Prehistòria i Arqueologia de la Universitat de València
en 2011 (Pérez Roig, 2011). En él se realiza una primera aproximación a la gestión de los
recursos faunísticos de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce y Hierro, dentro de un proyecto de futura tesis doctoral que incorporará también a otros yacimientos
valencianos de esta cronología como la Muntanya Assolada, con el objetivo principal
de conocer la evolución de la ganadería y el peso real de la actividad cinegética en los
modelos económicos de los grupos humanos de la zona desde el Bronce pleno hasta el
Hierro antiguo.
Metodología aplicada
La determinación de los restos óseos se ha realizado a partir de la consulta de las colecciones óseas del Laboratorio del Departament de Prehistòria i Arqueologia de la Universitat
de València y del Gabinete de Fauna del Museu de Prehistòria de València. Asimismo, se
han utilizado los atlas de determinación de Schmid (1972) y Barone (1976). En determinados casos, como es el de la diferenciación entre Ovis aries y Capra hircus, se ha empleado
el trabajo de Boessneck (1980), Halstead y Collins (2001) y el de Zeder y Lapham (2010).
En la determinación de Canis familiaris se ha recurrido al artículo de Sanchis y Sarrión
(2004). Para establecer las dimensiones fundamentales de los huesos estudiados se ha
empleado el método de Von den Driesch (1976). Respecto a los restos óseos de los que no
se ha podido determinar la especie, se ha realizado una categorización genérica a partir
del tamaño, con lo que encontramos: macrofauna o mamíferos de talla grande (bovinos y
cérvidos) y mesofauna o mamíferos de talla media (ovicaprinos, cerdo y perro).
Animals i arqueologia hui. I Jornades d’arqueozoologia.
Museu de Prehistòria de València (2013): 285-304.
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MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Figura 1. Localización de los yacimientos de la Solana del Castell (Xàtiva, Valencia) y la Mola
d’Agres (Agres, Alicante).
En cuanto a la cuantificación se ha tenido en cuenta la metodología de Payne (1972),
Grant (1975), Binford (1984), Klein y Cruz-Uribe (1984) y Lyman (1994, 2008). Para la
determinación de la importancia relativa de las diferentes especies se ha estimado el número de restos (NR), el número de restos determinados (NRD o NISP) y el de indeterminados (NRI). A partir del NRD se ha calculado el número mínimo de elementos (NME),
para lo que se han considerado los huesos y las unidades óseas fiables. Debido a ello, no
se han contabilizado los fragmentos craneales, las denticiones aisladas o los fragmentos
de diáfisis (Iborra, 2004).
A partir del NME, se obtiene el número mínimo de individuos (NMI) y el número
mínimo de unidades anatómicas (MAU). La determinación del NMI tiene en cuenta
para ello la lateralidad de las distintas partes anatómicas de cada taxón, mientras que
el MAU se basa en el número de elementos óseos que tiene cada esqueleto. De igual
modo, cabe indicar, que en el caso del MAU se han realizado una serie de agrupaciones
anatómicas, las cuales vienen detalladas a continuación: cabeza (clavija-asta, cráneoneurocráneo, maxilar, mandíbula, hioides), tronco (costilla, vértebra, esternón), miembro anterior (escápula, húmero, radio, ulna), miembro posterior (pelvis, fémur, tibia,
fíbula) y extremidades (metapodios determinados e indeterminados, carpos, tarsos, calcáneo, astrágalo y falanges). En cuanto a los restos indeterminados, se ha indicado si se
trata de macro o mesofauna, asimismo, se han creado nuevas categorías para facilitar su
286
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Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
comprensión. Entre ellas encontramos si se trata de un fragmento de diáfisis, plano o de
tejido esponjoso.
La estimación de la edad se ha realizado a partir del estudio de la erupción y desgaste
dental y por el estado de fusión de las epífisis (Silver, 1980). Para los ovicaprinos se ha
seguido a Payne (1973) y la metodología facilitada por Pérez Ripoll. Para los suidos se ha
empleado a Bull y Payne (1982), para los bovinos a Grant (1982) y a Grigson (1982). En
cuanto al grado de osificación, se ha consultado a Noddle (1974) para la cabra y a Schmid
(1972) para los suidos, bovinos y ovejas. Ha resultado de gran utilidad la tesis doctoral de
Albizuri (2011) y el trabajo de Zeder (2002).
La determinación del sexo se realiza a partir de los datos morfológicos propuestos
por Chaix y Méniel (2005). De igual modo, se tienen en cuenta criterios osteométricos.
Uno de los aspectos tratados en el presente trabajo son los agentes de alteración de
los restos óseos. Entre ellos se han distinguido los producidos por agentes naturales,
carnívoros o por procesos postdeposicionales. De igual modo se han estudiado las modificaciones antrópicas (procesado carnicero, cocción, etc.). Para la determinación de
las alteraciones presentes sobre los huesos se ha utilizado la lupa binocular del Departament de Prehistòria i Arqueologia de la Universitat de València, al igual que diversa
bibliografía de referencia: Bonnichsen y Sorg (1989), Pérez Ripoll (1992), Blasco (1992),
Nicholson (1993), Lyman (1994) e Yravedra (2006).
Para el registro de la información se ha empleado la base de datos de restos zooarqueológicos facilitada por Pérez Ripoll y creada por diversos investigadores de la UVEG y
del Museu de Prehistòria de València. Ésta permite recopilar toda la información posible
de cada fragmento óseo y su posterior extracción en un archivo excel o csv. Los datos
obtenidos se incluyen en tablas dinámicas.
La Mola d’Agres: SÍNTESIS DEL estudio arqueozoológico
La Mola d’Agres es un poblado de la Edad del Bronce localizado en El Comtat (Alicante)
dentro del término municipal de Agres. El yacimiento se ubica en la ladera septentrional
de la sierra de Mariola, situación que le otorga un control visual del paso de la valleta
d’Agres, que comunica el valle de Alcoy con la cuenca alta del Vinalopó (figura 1).
Las excavaciones arqueológicas en este yacimiento comenzaron a finales de la década
de los setenta del siglo XX, bajo la dirección de M. Gil-Mascarell (1981). El proyecto se
retoma en 1996, en este caso con J. L. Peña y E. Grau como responsables técnicos (Peña et
al., 1996; Grau et al., 2004). A partir de este momento, se sigue un enfoque interdisciplinar adaptado a los nuevos resultados obtenidos y a la realización de un estudio exhaustivo del yacimiento integrado en el medio que lo rodea (Huélamo et al., 2010).
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MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Figura 2. Vista aérea del
yacimiento de la Mola d’Agres y
ubicación del sector II.
En relación a los conjuntos faunísticos de este poblado, se cuenta con dos estudios
previos de correspondientes a los niveles del Bronce final (sector V) y del Bronce pleno
(sector I) realizados respectivamente por Castaños (1996) y López-Gila (2004).
El estudio de la fauna de la campaña del 2010 se centra en el sector II del yacimiento,
perteneciente al Bronce pleno. Las tareas de excavación se centraron en dos aspectos.
Por un lado, en la eliminación de la capa superficial de tierra, que en determinados puntos alcanzaba un espesor de 1,5 m. A la vez se pretendía definir una estructura localizada
(UE 2058) y determinar si tenía relación con la entrada del poblado o si se trataba de una
estructura de hábitat de características similares a la localizada en el sector I (figura 2).
Las especies representadas
Se han estudiado un total de 967 restos óseos, de los que se han podido determinar
506 (52,33%). Los taxones identificados corresponden tanto a especies domésticas
(86,05%) como silvestres (13,95%). Entre los primeros se constata la presencia de oveja
(Ovis aries), cabra (Capra hircus), bovino (Bos taurus), cerdo (Sus domesticus) y perro
(Canis familiaris). Entre las especies salvajes encontramos escasamente representados
el ciervo (Cervus elaphus) y el conejo (Oryctolagus cuniculus). Tanto en el NR, NME
y NMI (cuadro 1) se observa entre los recursos pecuarios el predominio de los ovicaprinos, con una ligera mayor importancia de cabras frente a ovejas, seguidos éstos por
cerdos, bovinos y perros.
288
[page-n-5]
Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
TAXONES
Capra hircus
Ovis aries
Ovicaprino
Sus domesticus
Bos taurus
Canis familiaris
Total domésticos
Oryctolagus cuniculus
Cervus elaphus
Total silvestres
Total determinados
Meso Frag. Plano
Meso Frag. Esponjoso
Meso Frag. Diáfisis
Total de Mesofauna
Macro Frag. Plano
Macro Frag. Esponjoso
Macro Frag. Diáfisis
Macro Frag. Epífisis
Total de Macrofauna
Total indeterminados
Total
NR
%
108
94
205
24
51
3
485
17
4
21
506
44
113
241
398
7
15
40
1
63
461
967
NME
11,17
9,72
21,2
2,48
5,27
0,31
50,15
1,76
0,41
2,17
52,33
4,55
11,69
24,92
41,16
0,72
1,55
4,14
0,1
6,51
47,67
100
76
60
38
13
21
3
211
11
2
13
224
%
33,93
26,78
16,96
5,8
9,37
1,34
94,19
4,91
0,89
5,8
NMI
12
11
6
8
7
3
47
4
2
6
53
%
22,64
20,75
11,32
15,09
13,21
5,66
88,68
7,55
3,77
11,32
Cuadro 1. Mola d’Agres. Importancia de las especies según el NR, NME, NMI y porcentajes.
Representación anatómica
En el caso del MAU, en los ovicaprinos, suidos y bovinos las partes mejor representadas
son las pertenecientes a la cabeza y miembros anteriores, seguidas por los miembros
posteriores y extremidades, mientras que los elementos axiales, costillas y vértebras,
aparecen en general con bajos valores. Respecto al ciervo, se encuentra representado por
la cabeza y las patas (cuadro 2).
Edades de sacrificio
Las cabras se encuentran representadas por todos los grupos de edad, si bien destacan
los ejemplares infantiles y juveniles sobre los adultos. Mientras que en el caso de las ovejas, predominan las adultas, seguidas por los individuos en edad juvenil y subadulta. No
obstante, indicar que no se ha determinado ningún individuo infantil (figura 3).
289
[page-n-6]
MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
MAU
C. hircus
O. aries
Ovicaprino
S. domesticus
B. taurus
C. familiaris
O. cuniculus
C. elaphus
Cabeza
11
6
5,5
3
1
0
0,5
0,5
Tronco
0,45
0,19
0,65
0,11
0,23
0,04
0,12
0
M. Anterior M. Posterior
8,5
6
10,5
2,5
1,5
3,5
1
0
2,5
1
0,5
0
1,5
0,5
0
0
Extrem.
6
5,63
1,13
0,25
2,5
0
1,63
0,5
Cuadro 2. Mola d’Agres. Porcentajes de representación del MAU.
6
4
2
0
Infantil
Juvenil
Subadulto
Adulto
O.
aries
C.
hircus
Ovicaprino
S.
domesticus
B.
taurus
C.
familiaris
Figura 3. Mola d’Agres. Estructura de edad de las especies domésticas.
Respecto a los bovinos, sólo se ha determinado un M1 sin apenas desgaste (individuo
joven de entre 7 y 18 meses). El estado de fusión de las epífisis se ha podido estimar a partir de 18 huesos y fragmentos óseos, de los cuales la mayoría se encontraban fusionados,
por lo que entre los bovinos se observa una mayor presencia de individuos adultos. Entre
los no fusionados encontramos dos restos de fémur distal, una tibia distal y una falange
I. Entre los suidos se ha identificado un individuo infantil, dos juveniles, dos subadultos
y tres adultos, por lo que el perfil de edades se muestra bastante heterogéneo.
En relación a las especies en principio de uso no alimenticio, como el perro, se ha podido establecer la edad a partir de un canino y una ulna. El primero muestra el inicio del
desgaste dental, correspondiendo a un subadulto, mientras que el segundo se encuentra
fusionado en la parte proximal, hecho que ocurre entre los 8 y 11 meses de edad y se trata
posiblemente ya de un individuo adulto.
290
[page-n-7]
Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
Alteraciones presentes sobre los restos
Sobre los restos de fauna de la Mola d’Agres se han determinado diversos tipos de alteraciones como consecuencia de tres agentes y/o procesos principales. Empezando por la
acción antrópica, ésta se encuentra representada por la termoalteración, las marcas de
carnicería y las fracturas en fresco y mixtas (figura 4).
Las termoalteraciones pueden ser producidas tanto de forma natural como por la acción del ser humano. En el caso del grupo de los ovicaprinos se observa la alteración producida por el fuego en 18 restos óseos, perteneciendo gran parte de ellos a Capra hircus
(14 fragmentos óseos). La coloración que presentan es principalmente el marrón, excepto
en dos casos. Uno de ellos con una tonalidad marrón/negra y el otro caso una coloración
blanca, perteneciendo este último a un fragmento óseo de ovicaprino. Asimismo, indicar
que la mayor parte de los restos óseos que presentan termoalteración sólo la muestran en
una parte del fragmento óseo (parcial). Únicamente en cuatro casos se puede observar en
la totalidad del fragmento óseo y en otro caso se encuentra presente en la parte articular.
Las marcas de carnicería están representadas por incisiones, raspados y sus posibles
variantes. Entre los ovicaprinos sólo 34 restos óseos muestran marcas de corte (8,13%),
Figura 4. Mola d’Agres. Diversos restos óseos con alteraciones de origen antrópico.
291
[page-n-8]
MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
de los cuales 10 son de cabra, cinco de oveja y 19 de ovicaprinos indeterminados. Estas
marcas se han originado, por su localización y morfología, durante el descarnado y/o
limpieza, encontrando sólo dos casos en los que la funcionalidad parece que fue la de desarticular. En el caso de los bovinos, las marcas de carnicería sólo se han identificado en un
total de siete restos óseos, la mayoría son incisiones que relacionamos con el descarnado.
Entre la fauna silvestre sólo se han detectado marcas de carnicería sobre restos óseos
de conejo. Por ejemplo, sobre un tercer metacarpo aparecen una serie de incisiones largas, múltiples e intensas, cuya funcionalidad sería la de extracción de la piel. Finalmente, en cuanto al tipo de fractura, sólo se ha constatado fractura en fresco en tres restos
de conejo.
En este apartado hay que destacar las marcas de carnicería localizadas sobre la costilla de un perro; se trata de una serie de incisiones en la cara proximal y en la medial/
distal del cuerpo.
Otro tipo de alteración corresponde a las marcas de dientes de roedores y carnívoros.
En el yacimiento aparecen marcas de roedores sobre falanges de oveja. En relación a
las mordeduras de perro, están presentes sobre la rama ascendente de una mandíbula
de cabra. Finalmente, indicar que las alteraciones diagenéticas también aparecen, con
predominio de las concreciones calcáreas y las vermiculaciones originadas por las raíces
de las plantas.
Valoraciones sobre la fauna de la Mola d’Agres
En el conjunto estudiado se ha constatado la abundancia de los taxones domésticos
(86,05%) sobre los salvajes (13,95%). En este primer grupo se observa un claro dominio
de los ovicaprinos, seguido por los suidos y bovinos. Mientras que en el segundo grupo,
la fauna salvaje está representada exclusivamente por el ciervo y el conejo.
Respecto a los elementos anatómicos, la fauna doméstica se encuentra mejor representada por restos y fragmentos óseos pertenecientes a la cabeza y miembros anteriores,
seguidos por los miembros posteriores y patas. Los cérvidos están representados por la
parte craneal y las extremidades.
El sacrificio de ejemplares infantiles en las cabras parece estar vinculado a la explotación láctea y a la obtención de carne, mientras que a partir del año está relacionado
con el control de los rebaños y el consumo cárnico. Otros posibles recursos son la piel
y el pelo. Respecto a las ovejas, el sacrificio nos indica su uso para la obtención de la
lana, aunque también se aprovecharía su carne o el estiércol producido (tanto de la oveja
como de la cabra).
La principal funcionalidad de los bovinos sería el aprovechamiento cárnico y la obtención de la leche. Otros posibles usos serían el estiércol, los tendones, las cornamen-
292
[page-n-9]
Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
tas, los huesos o la fuerza de tiro. Finalmente, indicar que en los suidos, el objetivo
principal es la obtención de carne y subproductos.
El procesado carnicero ha generado principalmente incisiones, raspados y sus variantes durante el descarnado y/o limpieza de los restos, encontrando sólo dos casos
donde se han identificado procesos de desarticulación. No obstante, cabe hacer especial
énfasis a las marcas de carnicería presentes en una costilla de cánido. Los restos de perro
no son numerosos en los yacimientos arqueológicos y mucho menos aquellos que presentan marcas de carnicería. En el caso de la Edad de Bronce, se han encontrado restos
de perro en la Illeta dels Banyets, la Mola d’Agres, Cabezo Redondo, les Planetes, Foia
de la Perera, la Horna, Cueva Soterraña, la Lloma de Betxí o el Pic dels Corbs. De todos
ellos, por el momento, sólo tres han presentado marcas producidas por la acción antrópica, la Lloma de Betxí, el Pic dels Corbs y Cabezo Redondo (Sanchis y Sarrión, 2004). El
consumo de perros o cinofagia no es habitual y no está claro a qué responde esta práctica. El uso principal de los perros pudo ser el control de los rebaños, como ayudante en la
caza o en la vigilancia de la casa o los cultivos. En el yacimiento de la Edad del Bronce de
La Lloma de Betxí se ha documentado un esqueleto completo de perro vinculado a una
inhumación humana (Sanchis y Sarrión, 2004), lo que implica su relación con el mundo
funerario. Una de las hipótesis que nos encontramos es que, en momentos puntuales,
su consumo se pudo producir debido a un descenso en el número de ejemplares de la
cabaña ganadera. Explicación que no es del todo clara, ya que durante la Edad del Bronce
todavía existe una importancia relativa de la caza, en especial, la de los ciervos (Sanchis
y Sarrión, 2004). Otra hipótesis, ya planteada por Albizuri (2011), es la posibilidad de que
el consumo de perros esté relacionado con cultos y que estos animales formaran parte de
algún tipo de ritual u ofrenda.
La solana del castell: SÍNTESIS DEL estudio
arqueozoológico
El yacimiento de la Solana del Castell se encuentra en el término municipal de Xàtiva (Valencia), concretamente en el paraje homónimo, en la ladera S-SO del Castell de Xàtiva (Pérez Ballester et al., 2007) (figura 1). Los trabajos en este yacimiento arqueológico forman
parte de un proyecto de investigación del territorio y poblamiento ibérico de la comarca
de La Costera. La secuencia cronológica del yacimiento comprende niveles adscritos al
Bronce final, Hierro antiguo e Ibérico antiguo. Respecto a los estudios previos sobre la
fauna, cabe indicar que se cuenta con una única publicación relacionada con el análisis
del material correspondiente a la campaña del 2007, realizado por J. V. Morales (2008).
La campaña del 2010 se centró principalmente en el sector E3 (figura 5). En él, se terminó de excavar la fosa este del departamento 2 y una pequeña zona del departamento
293
[page-n-10]
MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Figura 5. Solana del Castell.
Fotografía del sector E3
previa al inicio de la campaña
del 2010.
1, se rebajó la tercera terraza y se realizó un sondeo de 1,7 m y unos 6,6 m de longitud en
la zona entre la tercera terraza y la muralla sobre la torre.
La fauna estudiada de este yacimiento se encuentra asociada con la presencia de cerámica a mano, principalmente las cazuelas y cuencos carenados bruñidos, los recipientes toscos de cuellos exvasados, decorados con ungulaciones o digitaciones en el borde y
algunos de ellos con apliques de cordones digitados; algunos también suelen presentar
base plana con talón (Pérez Ballester et al., 2008).
Las especies representadas
La muestra ósea está formada por un total de 741 restos, de los que se han determinado 236, taxonómica y anatómicamente. La fauna dominante es la doméstica (90,25%),
mientras que la salvaje únicamente representa el 9,75%. Según el número de restos determinados, la fauna doméstica tiene una importancia del 86,21%.
Los taxones identificados son la cabra, la oveja, los ovicaprinos indeterminados, el bovino, el cerdo y el perro. Mientras que la fauna silvestre está representada por un 13,79%,
siendo los taxones determinados el conejo, el ciervo y el zorro (cuadro 3). Tanto en el NR,
NME y NMI se observa como el grupo predominante es el de los ovicaprinos, con mayor
número de ovejas que de cabras. A este grupo le sigue en importancia los bovinos y suidos.
Representación anatómica
Respecto al MAU, los elementos mejor representados en las especies determinadas son
las extremidades. Sin embargo, el grupo de los ovicaprinos es el único que presenta la
mayoría de elementos anatómicos, aunque con predominio de los miembros anteriores y
posteriores. No obstante, tanto en el caso de los bovinos como de los lepóridos, destacan
las extremidades, seguidas de los miembros posteriores y anteriores (cuadro 4).
294
[page-n-11]
Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
TAXONES
Capra hircus
Ovis aries
Ovicaprino
Sus domesticus
Bos taurus
Canis familiaris
Total domésticos
Oryctolagus c.
Cervus elaphus
Vulpes vulpes
Total silvestres
Total determinados
Meso Frag. Plano
Meso Frag. Esponjoso
Meso Frag. Diáfisis
Total de Mesofauna
Macro Frag. Plano
Macro Frag. Esponjoso
Macro Frag. Diáfisis
Total de Macrofauna
Total indeterminados
Total
NR
%
20
32
131
8
21
1
213
8
10
1
19
232
65
121
288
474
3
8
24
35
509
741
NME
2,7
4,32
17,68
1,08
2,83
0,13
28,74
1,08
1,35
0,13
2,56
31,31
8,77
16,33
38,87
63,97
0,4
1,08
3,24
4,72
68,69
9
10
36
4
7
1
67
7
10
1
18
85
%
10,59
11,76
42,35
4,7
8,24
1,18
78,82
8,24
11,76
1,18
21,18
NMI
3
6
9
2
4
1
25
1
2
1
4
29
%
10,34
20,69
31,03
6,9
13,79
3,45
86,21
3,41
6,9
3,45
13,79
Cuadro 3. Solana del Castell. Importancia de las especies según el NR, NME, NMI y
porcentajes.
MAU
C. hircus
O. aries
Ovicaprino
S. domesticus
B. taurus
C. familiaris
O. cuniculus
C. elaphus
V. vulpes
Cabeza
0,5
0
0,5
0
0
0
0
0
0
Tronco
0
0
0,15
0
0
0
0
0
0
M. Anterior M. Posterior
2,5
0,5
2
1,5
8,5
5
0,5
0,5
0,5
1
0
0
1
1
0
0
0
0
Cuadro 4. Solana del Castell. Porcentajes de representación del MAU.
295
Extrem.
1
2,1
2
0,25
1,75
0,5
1,5
0,5
0,5
[page-n-12]
MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Edades de sacrificio
Las edades de sacrificio en las especies domésticas oscilan entre la edad juvenil y adulta,
aunque se observan algunas diferencias. En el caso de las ovejas, predomina el sacrificio
en edades juveniles, siendo nulo en edad subadulta y encontrándose un único individuo adulto. Algo similar sucede en las cabras, con una selección de individuos jóvenes y
subadultos, no encontrándose ningún adulto. En cuanto a los bovinos predominan los
adultos. Finalmente, los suidos sólo se constatan en edad subadulta y adulta (figura 6).
Alteraciones presentes sobre los restos
Los restos óseos se encuentran alterados por la acción antrópica, las marcas producidas
por carnívoros y roedores y finalmente por las alteraciones diagenéticas, siendo éstas de
especial relevancia para el conjunto óseo de la Solana del Castell. La acción antrópica se
ha observado a través de las termoalteraciones y de las marcas de carnicería. El fuego ha
afectado a un total de 35 restos óseos: uno de cabra, cuatro de ovicaprinos, 27 de animales de talla media y tres de animales de talla grande. La coloración presente oscila entre
marrón y marrón/negro.
Las marcas de carnicería no son muy comunes en los restos óseos, si bien se podría
deber a que se encuentran enmascaradas por la fuerte alteración diagenética. En el caso
de los restos determinados, un ejemplo de marca de carnicería lo encontramos en un fragmento de fémur de cabra que presenta una incisión larga, múltiple y de intensidad leve.
Otro caso, se trata de una costilla de ovicaprino con un raspado múltiple de intensidad
leve. En ambos casos, la funcionalidad está relacionada con el proceso de descarnado. De
igual modo, indicar que se han observado fracturas directas por percusión sobre diversos
de los restos óseos estudiados y que también relacionamos con la acción humana.
4
3
2
1
0
Juvenil
O.
aries
C.
hircus
Subadulto
Ovicaprinos
Adulto
B.
taurus
S.
domesticus
Figura 6. Solana del Castell. Estructura de edad de las especies domésticas.
296
[page-n-13]
Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
Otro tipo de alteración son las marcas de las denticiones de carnívoros y roedores.
Una primera falange de oveja presenta marcas de haber sido afectada por un roedor.
Finalmente, cabe tener presente las alteraciones diagenéticas. En el caso de este yacimiento arqueológico, este tipo de alteraciones son bastante comunes e intensas. Las
principales son las producidas tanto por las vermiculaciones de las raíces de las plantas,
como las alteraciones y erosiones hídricas. Asimismo, se constata, aunque en menor
cantidad, las concreciones calcáreas.
Valoraciones sobre la fauna de la Solana del Castell
La fauna estudiada consta de un 90,25% de taxones domésticos y un 9,75% de salvajes.
Dentro del primer grupo se puede observar un predominio de los ovicaprinos, concretamente de ovejas. A estos les siguen en relevancia, según NR, NME y NMI, los bovinos
y suidos. Mientras que en el segundo grupo, se encuentran representados el ciervo, el
conejo y el zorro.
En cuanto a la representación anatómica, en las especies domésticas, destacan las extremidades. Únicamente en los ovicaprinos se encuentran representados la mayoría de
elementos, mientras que en el resto de especies sólo aparecen restos de las extremidades,
miembros anteriores y/o posteriores.
La edad de sacrificio en general oscila entre la etapa juvenil y adulta. Con todo, aún
nos encontramos algunas pequeñas matizaciones, ya que en los ovicaprinos predominan los individuos jóvenes. Este hecho muestra como, a diferencia de la Mola d’Agres, las
ovejas y cabras no han sido explotadas por la lana, sino para el aprovechamiento lácteo
y cárnico.
En relación a los bovinos, las edades muestran un posible uso para la obtención de
carne (juveniles) y leche (adultos). Y en cuanto a los suidos su explotación estaría relacionada con el aprovechamiento cárnico.
Finalmente, el procesado carnicero ha sido difícil de establecer debido al mal estado
de conservación de los restos como consecuencia de los fuertes procesos de alteración
diagenética. No obstante, en algunos casos se han observado marcas de descarnado.
Discusión
Los conjuntos de fauna estudiados de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell nos
muestran un atisbo de la ganadería y la caza durante el Bronce pleno y el Bronce final.
Empezando por la Mola d’Agres, éste yacimiento cuenta con dos estudios previos realizados por Castaños (1996) y López-Gila (2004). El estudio de Castaños se centraba en el
sector V del yacimiento, adscrito al Bronce final y cuyo material pertenecía a las campañas
297
[page-n-14]
MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
de excavación de 1978, 1981 y 1982. En el caso de López-Gila, realizó el estudio del material
faunístico de las campañas de 1995 al 2000. En ambos casos se constataba la importancia
de las especies domésticas, que suponen casi el 90% del NRD, donde destacan los ovicaprinos, los cuales alcanzan el 69,45% según el NRD. A este grupo le siguen en relevancia
los bovinos y los suidos, y en menor medida los équidos y cánidos. El estudio de la edad
ha demostrado que las ovejas y cabras se sacrificarían en edad juvenil y adulta, con lo que
se aprovecharían de los recursos secundarios (la lana, la leche o la fuerza de tracción), si
bien, en el caso de los suidos, se trataría de un aprovechamiento exclusivamente cárnico.
En cuanto a las especies salvajes, las más representadas son el ciervo y el conejo, si bien,
también se ha constatado la presencia de corzo, tejón o zorro (Castaños, 1996). El presente
estudio concuerda con los datos aportados por ambos estudios, si bien, muestra algunas
diferencias, especialmente en cuanto a los cérvidos, los cuáles no son especialmente abundantes en el sector II del poblado, adscrito a niveles del Bronce pleno.
Los resultados de los distintos análisis concuerdan con el panorama general de la
ganadería y la caza del Bronce pleno. La mayoría de los yacimientos de este período
en la fachada mediterránea muestran un claro predominio del grupo de los ovicaprinos, como se observa en el Cabezo Redondo (Driesch, 1972), el Tabayá (Rizo, 2009) o la
Muntanya Assolada (Sarrión, 1998). Pero se observan ciertas diferencias respecto al predominio de ovejas o cabras. En el caso de la Mola d’Agres, todos los estudios realizados
concuerdan en el predominio de las cabras. Este hecho puede deberse al espacio físico,
próximo a diversas fuentes de agua, la situación estratégica del poblado y la orientación
N de la ladera, la cuál es favorable para esta especie.
En cuanto a la caza, no es especialmente relevante y parece que se trata de una actividad esporádica, a diferencia de otros yacimientos como la Muntanya Assolada (Sarrión,
1998) o la Lloma de Betxí (de Pedro, 2006). En estos yacimientos se constata un amplio
porcentaje de restos de ciervo que posiblemente se encuentre relacionado con la protección de los campos de cultivo, entre otras posibles causas.
Por otro lado, la Solana del Castell cuenta con un único estudio previo de la fauna correspondiente a la campaña del 2007, realizado por Morales (Pérez Ballester et al., 2008).
La muestra ascendía a un total de 300 restos, de los cuales el 46% se podía determinar
anatómica y taxonómicamente. La fauna estudiada está adscrita al Bronce final y Hierro
antiguo. La representación de los diferentes taxones es similar para ambos períodos, si
bien, en el caso de los niveles pertenecientes al Hierro antiguo, no se identificó el conejo
y los bovinos presentaban una mayor importancia.
Todos los estudios arqueozoológicos, tanto el de Morales como los posteriores,
muestran algunas de las particularidades de este yacimiento. Uno de los primeros datos
que llaman la atención es la fuerte alteración postdeposicional que han sufrido los restos
298
[page-n-15]
Actualización del registro faunístico de la Mola d’Agres y de la Solana del Castell
óseos. La mayoría de ellos se encuentran afectados por la acidez y la acción de las raíces,
la erosión y las concreciones calcáreas. Si bien, en la mayoría de los casos, la mayor fuente de alteración viene dada por las vermiculaciones. Otro de los factores de modificación
del conjunto óseo son las marcas de carnívoros y roedores, especialmente las producidas
por los perros, tanto por mordeduras y arrastres dentales, como por perforaciones en
el tejido óseo. Estos animales no son muy comunes entre la fauna del Bronce y Hierro
Antiguo, si bien, generalmente se suele constatar su presencia a través de evidencias indirectas, tales como las marcas que sus denticiones dejan sobre los restos óseos de otros
animales (Iborra y Sanchis, 2011).
En lo referente a la ganadería, el estudio de esta campaña así como la posterior, ha
podido constatar ciertas diferencias entre los distintos niveles arqueológicos, especialmente entre los del Bronce final. En ellos se observa una ganadería variada, pero con un
relativo predominio de la cabaña ovicaprina, seguida por la porcina y bovina. Asimismo,
la edad de sacrificio nos muestra el aprovechamiento diversificado de estos animales:
leche, carne, huesos, piel, cecina, o fuerza de trabajo. Este modelo es el que proviene del
Bronce pleno y que también lo podemos encontrar en otros yacimientos como el Tabayá
(Rizo, 2009), la Mola d’Agres (Castaños, 1996; López-Gila, 2004) o la Muntanya Asolada
(Sarrión, 1998).
Sin embargo, se han observado algunos niveles que muestran una disminución en
el número de restos y en la diversidad taxonómica. Se debe de tener en cuenta que en
otros yacimientos arqueológicos, con niveles entre el Bronce final y el Hierro antiguo,
se produce una cierta especialización de la ganadería (Iborra y Sanchis, 2011). De este
modo se han diferenciado dos tendencias ganaderas. Una de las posibles explicaciones
de ello, ha sido dada por el ecosistema y el espacio físico donde se ubican los yacimientos. Por ello, los yacimientos con predominio de bovinos y equinos suelen estar situados
en zonas de litoral o lagunares, como es el caso del Pic dels Corbs (Barrachina y Sanchis,
2008), Vinarragell (Iborra, 2004) o la Illeta dels Banyets (Benito, 2006). En cambio los
yacimientos con preferencia por la ganadería ovina y caprina, por lo general se encuentran en zonas montañosas o llanos, próximos a vías de comunicación, como es el caso
de la Mola d’Agres (Castaños, 1996; López-Gila, 2004) y el Torrelló del Boverot (Iborra,
2004). También puede darse en cuevas, tratándose de ocupaciones estacionales como en
la Cova d’en Pardo (Iborra, 2004).
En nuestro caso, a pesar de una relativa disminución de los restos y fragmentos óseos,
se observa el predominio de la ganadería ovicaprina frente al resto de especies domésticas.
En principio, esta tendencia se iría incrementando durante el Hierro antiguo y, en algunos
casos, se establecerían y acrecentarían las relaciones de complementariedad, hecho que se
ha constatado entre el Torrelló del Boverot y Vinarragell (Iborra y Sanchis, 2011).
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MARÍA ESTHER PÉREZ ROIG
Conclusiones
El estudio de la fauna de la campaña del 2010 de la Mola d’Agres y la Solana del Castell,
nos muestra una visión de los recursos ganaderos y de las actividades cinegéticas del
Bronce pleno y final en estos asentamientos humanos. En líneas generales, en ambos
yacimientos se observa un predominio de la cabaña ovicaprina, si bien con ciertas diferencias. En el caso de la Mola d’Agres destacan las cabras, mientras que en la Solana del
Castell, lo hacen las ovejas. Entre las posibles explicaciones se encontraría la finalidad
de estas cabañas y la mejor adaptación al espacio físico de estas especies. Junto a los
ovicaprinos, les siguen en importancia los bovinos y suidos. En ambos casos se constata
un papel menor de la caza, con escasa representación de ciervos y conejos y la aparición
marginal del zorro. Estas especies son minoritarias respecto al conjunto de restos determinados. Los yacimientos con un mayor número de restos de ciervos, pueden corresponder a
aquellos donde la agricultura ha desempeñado un papel destacado y se ha puesto especial
empeño en proteger los campos de cultivo, como observamos en la Muntanya Assolada
(Sarrión, 1998) o en la Lloma de Betxí (de Pedro, 2006).
Un hecho interesante en la Mola d’Agres es la determinación de una costilla de perro
con marcas de descarnado que parecen responder a su procesado por parte de los humanos. Entre las posibles hipótesis se encuentran la del consumo de esta especie en momentos de carestía o la posibilidad de que esté conectado con cultos por lo que esta práctica estaría relacionada con algún tipo de ritual u ofrenda (Albizuri, 2011). En cualquier
caso, son escasas las evidencias del procesado antrópico de perros durante el Bronce
valenciano (Sanchis y Sarrión, 2004). La continuación de los estudios faunísticos en este
yacimiento y en otros de este período nos podrá desvelar cuál fue la posible motivación.
Finalmente comentar que en la actualidad continúa el estudio de ambos yacimientos,
junto a otros como es el caso de la Muntanya Assolada, en relación con la realización de
nuestra tesis doctoral sobre la actividad ganadera y cinegética en el País Valenciano de la
Edad del Bronce al Hierro antiguo.
Agradecimientos
A José Luís Peña, Elena Grau y José Pérez Ballester por la cesión de los materiales.
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