El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce: La Lloma de Betxí y l'Altet de Palau, gestión del ganado, caza y distribución de los restos
Carmen Tormo Cuñat
María Jesús de Pedro Michó
2013
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El registro de la fauna de dos yacimientos
valencianos de la Edad del Bronce: La Lloma de
Betxí y L’Altet de Palau. Gestión del ganado, caza
y distribución de los restos
Carmen Tormo Cuñat y María Jesús de Pedro Michó
INTRODUCCIÓN
Como avance del estudio de los materiales faunísticos recuperados en los yacimientos
de la Lloma de Betxí (Paterna, Valencia) y l´Altet de Palau (La Font de la Figuera, Valencia), presentamos en este trabajo los resultados preliminares obtenidos en dos asentamientos de la Edad del Bronce de diferente cronología, Bronce pleno o Bronce valenciano en el primero de los casos, y Bronce tardío en el segundo de ellos. Ambos forman
parte del Programa de Excavaciones Ordinarias impulsado anualmente por el Servei
d’Investigació Prehistòrica i Museu de Prehistòria de València, subvencionado por la
Diputación de Valencia. Y ambos siguen en curso de excavación, bajo la dirección de una
de las autoras del texto (MJdPM) en la Lloma de Betxí, y en codirección con Pablo García
Borja en el caso de l´Altet de Palau.
La Lloma de Betxí se encuentra situada en el paraje de la Vallesa de Mandor, en la
llanura aluvial del Turia, sobre un pequeño cerro de escasa elevación, a 89 msnm con
un desnivel de 30 m respecto al llano circundante, a corta distancia del río Turia (de
Pedro, 1998, 2004). De forma alargada, en la parte superior sus dimensiones son de 50
x 20 m, si bien el asentamiento alcanza la parte baja del cerro. Las dataciones absolutas
obtenidas a partir de los restos carbonizados de madera y cereal sitúan la ocupación del
asentamiento en la primera mitad del II milenio a.C., entre el 2100 y el 1600 a.C. en fechas calibradas (de Pedro, 2004). Los estudios antracológicos y carpológicos realizados
nos informan de un paisaje vegetal conformado, por una parte, de bosque y garriga con
la presencia de encinas, pino carrasco, lentiscos, rosáceas y aliagas; y, por otra, de un
paisaje de ribera con fresnos y sauces (Grau, 1998). Taxones como Arbutus unedo, Erica
multiflora, Fraxinus oxycarpa, Leguminosas, Olea europea, Pinus halepensis, Lentisco,
Quercus ilex, etc., traducen un clima que favorecería el desarrollo de una notable cober-
Animals i arqueologia hui. I Jornades d’arqueozoologia.
Museu de Prehistòria de València (2013): 257-284.
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CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
tura arbórea con carrascales, lentiscares y pinares. Cultivos como el trigo desnudo y la
cebada vestida están bien representados en la Lloma de Betxí, junto a leguminosas como
habas, lentejas y guisantes, y numerosas concentraciones de bellotas en el sector este
del yacimiento, además de la presencia esporádica de uvas y moras (Pérez Jordà, 1998).
Los materiales de fauna estudiados de la Lloma de Betxí corresponden a la mayoría
de las campañas de excavación realizadas desde el año 1984 hasta el 2010. En este sentido, somos conscientes de que la muestra presentada no recoge la totalidad del registro
faunístico, pero pensamos que es suficiente y significativa de todos los sectores del yacimiento con resultados fiables para realizar una valoración conjunta de la fauna. A lo
largo de estos años, los materiales faunísticos han sido estudiados por tres autores: I.
Sarrión, las campañas de 1984 a 1991 (Sarrión, 1998); A. Sanchis, las campañas de 2000
a 2002 (inédito), además de completar el estudio de algunos sectores excavados en 1987,
1988 y 1991; y C. Tormo, las campañas de 2006, 2007, 2008 y 2010.
En cuanto l´Altet de Palau, el asentamiento de la Edad del Bronce se encuentra situado en la confluencia de tres corredores de comunicaciones: el valle del Vinalopó, el
corredor de la Costera y el puerto de Almansa. Con un tamaño aproximado de 1200 m²,
está ubicado en una plataforma amesetada junto al Barranc del Mosso (Ribera, 1996;
García Borja, 2004; García Borja et al., 2005; Pascual y García Borja, 2010), limitada por
escarpes en casi todo su perímetro, a excepción de la zona que comunica con un pequeño montículo, l’Arbocer, cuyo aspecto recuerda a una torre y que está separado del resto
del asentamiento por una pequeña vaguada abancalada y cultivada. En dicho lugar se
localizó un depósito de materiales fechado en el Bronce tardío y compuesto de piezas de
bronce de diverso tipo: hachas, punzones, cincel, puñales, pulseras y aretes asociados a
un ámbito con restos de fundición.
Las campañas de excavación en el yacimiento se iniciaron en 2005 y continúan en la
actualidad, habiéndose localizado diferentes estructuras de habitación y áreas de trabajo, así como una calle, muros y bancos de piedra, suelos empedrados, etc. Las últimas
campañas realizadas han permitido delimitar el trazado de un gran muro perimetral
que formaría parte del sistema de defensa del poblado. El paleopaisaje vegetal adyacente
estaría conformado por zonas de bosque con carrasca-coscoja y pino carrasco, zonas de
matorral con brezo, lentisco, enebro-sabina y cultivos de cebada vestida y leguminosas
(comunicación personal de Y. Carrión y G. Pérez). Los materiales de fauna estudiados
abarcan todas las campañas, hasta 2010. El estudio de las campañas de 2005 y 2006 ha
sido realizado por A. Sanchis, y las campañas de 2007 a 2010 por C. Tormo. La datación
radiocarbónica obtenida de una muestra de cereal confirma la cronología del poblado a
lo largo del Bronce tardío, entre 1450 y 1300 a.C. en fechas calibradas.
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El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
METODOLOGÍA
Para la clasificación de los materiales se ha aplicado el método de la anatomía comparada utilizando las colecciones de referencia del Museu de Prehistòria de la Diputació de
València, depositadas en su Gabinet de Fauna Quaternària. Cada resto ha sido asignado
a una especie, o género en caso de imposibilidad específica, y también se ha definido
su zona anatómica y lado corporal a través de las zonas de diagnóstico correspondientes. Los elementos indeterminados corresponden a esquirlas de pequeño tamaño, todos
ellos de difícil asignación. Fuera de los indeterminados, se han creado dos categorías:
macromamíferos (animales de tamaño grande tipo caballo o vaca) y mesomamíferos
(animales de tamaño mediano tipo oveja o cerdo), donde quedan agrupados los indeterminados con un tamaño apreciable. En estas categorías se han incluido los fragmentos
de vértebras y costillas, y de diáfisis sin especificar.
La diferenciación entre ovejas y cabras se ha establecido siguiendo el criterio de
Boessneck (1980). En los suidos el problema se ha centrado en la diferenciación entre la
forma doméstica (Sus domesticus) y la silvestre (Sus scrofa). En una muestra tan fragmentada los criterios métricos para dicha distinción no han sido aplicables en la mayoría
de los casos, y por esta razón hemos preferido clasificarlos en su forma genérica Sus sp.,
aunque se han incluido dentro del grupo de los domésticos.
La muestra se ha cuantificado en número de restos (NR) y en número mínimo de
individuos (NMI) (Klein y Cruz-Uribe, 1984; Lyman, 2008). El cálculo del NMI se ha
realizado sobre el hueso más abundante de cada especie por lado corporal y teniendo
en cuenta la edad, el tamaño o el sexo. Para este cálculo se ha considerado cada unidad
estratigráfica por separado.
Las edades de muerte se han establecido por la secuencia de erupción dental y el grado
de desgaste de las mismas, y también por el estudio de la fusión de las zonas articulares.
Para el estudio de las denticiones en los ovicaprinos se ha seguido a Payne (1973, 1982), en
los suidos a Bull y Payne (1982), en los bovinos a Grant (1982) y a Grigson (1982), y en los
ciervos a Lowe (1967). En el estudio de la fusión epifisaria se ha utilizado el trabajo de Silver
(1980) para los domésticos, y el de Mariezkurrena y Altuna (1983) para el ciervo.
Se han determinado seis grupos de edad según el estado de la secuencia dental:
- Grupo I: M1 sin salir.
- Grupo II: M1 en erupción hasta M2 sin salir.
- Grupo III: M2 en erupción hasta M3 sin salir.
- Grupo IV: M3 en erupción.
- Grupo V: Adultos.
- Grupo VI: Seniles.
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CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
LA LLOMA DE BETXÍ
Características de la muestra
El conjunto de la fauna está formado por 13 349 restos de los que se ha calculado un número mínimo de 666 individuos. Los restos identificados anatómica y taxonómicamente
suman el 24,4%, un bajo porcentaje debido a la elevada fragmentación de la muestra, en
los que se incluyen restos de mamíferos, aves, reptiles y anfibios. El 75,6% corresponde a
los no identificados donde quedan reflejados los fragmentos óseos de macromamíferos
y mesomamíferos que no se han podido determinar específicamente, y los indeterminados conformados por pequeñas esquirlas. Debemos señalar que en el estudio de las
primeras campañas de excavación no se diferenciaron los restos pertenecientes a macromamíferos y mesomamíferos, incluyéndolos todos como indeterminados, por lo que en
el conjunto de la muestra éstos últimos quedan sobrerrepresentados.
La muestra está representada tanto por especies domésticas como por silvestres,
siendo los animales domésticos, con un porcentaje de 58,7%, un poco más abundantes
que los silvestres (41,3%).
Las especies domésticas identificadas son el bovino (Bos taurus), la oveja (Ovis
aries), la cabra (Capra hircus), los suidos (Sus sp.) y el perro (Canis familiaris); mientras
que las silvestres son el ciervo (Cervus elaphus), el jabalí (Sus scrofa), el corzo (Capreolus
capreolus), el zorro (Vulpes vulpes), el conejo (Oryctolagus cuniculus), la liebre (Lepus
granatensis), la perdiz (Alectoris rufa), el sapo común (Bufo bufo), el galápago leproso
(Mauremys leprosa), el lagarto ocelado (Lacerta lepida) y la culebra indeterminada (Elaphe sp.). También se han documentado restos de ictiofauna y micromamíferos indeterminados (cuadro 1).
Entre los domésticos dominan ampliamente los ovicaprinos (NR: 47,8%, NMI:
49,8%) de los que se ha podido diferenciar tanto restos de oveja como de cabra, ambas
especies con una importancia relativa similar en la muestra. Por detrás de los ovicaprinos y en abundancia de restos se encuentran los bovinos (NR: 5,8%, NMI: 7,2%), en
tercer lugar los suidos con el 4,9% de los restos aunque en NMI supera a los bovinos con
el 9,2%, y en último lugar los perros (NR: 0,2%, NMI: 0,8%).
Los silvestres están representados por una amplia variedad de especies entre las que
destaca significativamente el ciervo (NR: 27,5%; NMI: 15,3%) que en el total de la muestra ocupa el segundo lugar en importancia relativa por detrás de los ovicaprinos. Los
restos de conejo también han sido numerosos (NR: 9,1%; NMI: 10,8%), mientras que los
efectivos de las demás especies silvestres han sido muy escasos y no superan el 2% de los
identificados.
260
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7
2
1
261
2
1
3
229
506
735
Total no identificados
TOTAL
40
40
67
49
18
7
7
3150 (387)
2410 (270)
740 (117)
2233 (236)
506
Indeterminado
Total identificados
17
Macromamífero
49
160 (34)
Mesomamífero
236 (31)
SILVESTRES
18
5
Micromamífero
120
35
Ictiofauna
1
1)
40 (1)
1
Lacerta lepida
1
Elaphe sp.
5
Mauremys leprosa
Bufo bufo
Avifauna
1
2
17 (3)
1
1
10
3
2
1
1
1
238
2
163 (41)
163 (41)
50 (14)
1
5
5 (1)
1)
485
386
99
297
30
59
21
35
35
9
441
258
183
258
118
20
20
8
165
143
22
143
15
8
8
3
1.944
1.501
443
1.501
255
1
5
2
4
48
48
17
1
1
1
1
1
1
11
31
1
4
53
143
3
1
421
947
4
78
59
6.362
4.836
1.526
4.386
84
366
579
2
7
1
2
3
110 (12)
2
2
188
1
13
5
2
Alectoris rufa
Lepus granatensis
2
6
2
14
5
23
22
680
73
345
345
114
1
7
1
1
44
2
1
57
231
3
30
34
18
122
24
NMI
Sector
Este
NR
1
15
Oryctolagus cuniculus
1
5
7
1
1
15
4
Lepus sp.
2
34
Vulpes vulpes
1
105
12
1
1
1
1
106
1
1
6
2
2
2
23
NMI
Sector
Oeste
NR
2
18
26
3
15
4
1
NMI
Sus scrofa
18 (9)
78
2
3
4
1
NR
2
41 (17)
113 (27)
2
3
29
2
NMI
Sector
Sur
Capreolus capreolus
3
504 (86)
19 (4)
6 (1)
17 (5)
16
59
6
48 (6)
7 (1)
43 (5)
66
Cervus elaphus
16
1
62 (15)
10
NR
65
22
5
1
343 (71)
5
NMI
109
12
Sus sp.
2
6
5
7
NR
Cisterna
Sur
DOMÉSTICOS
11
Capra hircus
15
NMI
9 (2)
Corredor
Oeste
1
16
Ovis aries
6
63 (3)
NR
Habitación
III
Canis familiaris
58
Ovicaprino
NMI
NR
3
NMI
NR
12
Habitación
II
Habitación
I
Bos taurus
TAXONES
13.349
10.089
3.260
9.373
131
585
1.346
5
36
40
1
6
2
16
14
1
17
298
8
4
2
896
1.914
6
160
118
140
1.301
189
NR
666
666
220
1
5
5
1
2
1
11
5
1
4
72
6
3
1
102
446
5
61
50
50
232
48
NMI
TOTAL
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Cuadro 1. Representación del número de restos (NR) y del número mínimo de individuos
(NMI) de las especies en los diferentes ámbitos de la Lloma de Betxí. En la Habitación III los
números entre paréntesis indican el NR y NMI del momento de ocupación.
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CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
Las especies domésticas
El bovino (Bos taurus)
Los restos de bovino suman 189 (NMI 48). Dentro del conjunto de la cabaña doméstica,
esta especie se sitúa en segundo lugar en NR por detrás de los ovicaprinos, y en tercer
lugar en NMI por detrás de los suidos.
Las partes anatómicas mejor representadas, tomando los datos en conjunto, son la
cabeza (33%), donde los elementos más abundantes han sido los dientes sueltos tanto
inferiores como superiores, y la parte distal de las extremidades (30,1%) siendo los metatarsos los más numerosos. La parte axial alcanza un porcentaje del 26,2% y se compone
de fragmentos de vértebras y sobre todo de costillas. El miembro posterior (6,8%) está
mejor representado que el anterior (3,9%), aunque en el primero sólo aparecen restos de
tibias y fémures mientras que del anterior están presentes todos los elementos (escápula, ulna, radio y húmero) (cuadro 2).
El patrón de sacrificio en el ganado bovino presenta una mayor incidencia hacia los
animales del grupo V (adultos) y del grupo VI (seniles). En menor proporción se encuentran los animales sacrificados a edad juvenil o subadulta (grupos II y III respectivamente) (cuadro 3). Estas edades de muerte nos sugieren un modelo de gestión mixto basado
en la producción de carne (grupos II y III) y en la obtención de productos secundarios
(grupo V). No se descarta, por la presencia de los seniles, que algunos individuos fueran
reservados como fuerza de trabajo.
Los ovicaprinos: la oveja (Ovis aries) y la cabra (Capra hircus)
Los ovicaprinos comportan 1301 restos (NMI 232). Además se han determinado 140 restos de oveja y 118 de cabra con un mínimo de 50 individuos en ambas especies. Este ganado es, con mucha diferencia con respecto, el más abundante en toda la muestra.
En los ovicaprinos están representados todos los elementos anatómicos (cuadro 2).
En general, la parte anatómica más abundante es la cabeza (41,3%) donde destacan los
fragmentos de mandíbulas y los dientes sueltos tanto superiores como inferiores. Los
miembros anterior y posterior obtienen unos porcentajes bastante igualados, 16,4% y
17,7 % respectivamente, siendo los radios y las tibias los elementos más numerosos. Por
detrás se encuentra los elementos de la parte axial (12,9%) en la que predominan los
fragmentos de costillas, y por último los elementos distales de las extremidades (11,7%).
El sacrificio del ganado de ovejas y cabras se efectúa en todos los grupos de edad, aunque
parece existir una preferencia por los individuos del grupo I (< 3 meses) y del grupo V (3-6
años). No obstante también están bien representados los individuos de los grupos II (3-12
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El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
TAXONES
Bos taurus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Ovicaprino
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Sus sp.
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Cervus elaphus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Lagomorfos
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
H.I
H.II
28,6
35,8
7,1
7,1
21,4
H.III
C.O
C.S
57,1
50
57,2
7,1
21,5
7,1
7,1
33,3
42,9
20
10
20
20
30
37,7
18,2
9,1
12,9
22,1
47
4,4
16,2
13,2
19,2
23,1
28,8
15,4
23,1
9,6
23,1
15,4
15,4
15,4
30,7
66,6
16,7
100
8,5 (50,8)
8,5
1,7
8,5
22
29,4
38,9
17,6
17,6
35,4
5,5
55,6
15
15
18,8
32,4
18,8
6,6
1,6
34,4
45,9
11,5
66,7
75
6,25
12,5
6,25
S
14,3
71,4
14,3
16,7
10
37
11
20
22
7,2
21,4
7,2
64,2
O
E
38,7
19,3
12,9
29,1
32,4
35,1
2,7
0
29,8
33
26,2
3,9
6,8
30,1
45,8
6,9
18,7
15,8
12,8
43,2
14
16,5
17,4
8,9
41,3
12,9
16,4
17,7
11,7
53,8
7,7
23,1
7,7
7,7
48,4
14,5
9,7
8,1
19,3
44,7
13,6
15,5
8,7
17,5
12,1
14,2
12,9
22,8
38
53,3
4,3
12,1
9,8
20,5
34,4
11,8
11,1
14,8
27,9
12,5
25
50
12,5
15,7
3
26,1
42,5
12,7
11,6
4
27,2
45,1
12,1
50
66,7
100
50
33,3
100
TOTAL
Cuadro 2. Porcentajes de las partes anatómicas de las especies documentadas en cada ámbito
de la Lloma de Betxí.
meses) y III (9-12 a 24 meses), y en menor medida se encuentran los grupos IV (24-36 meses)
y VI (seniles).
Entre los infantiles (grupo I) destaca la presencia de individuos neonatos, un total de
31, que nos sugiere un aprovechamiento del ganado basado en la producción de leche. Es
decir, se sacrifican neonatos e infantiles, con el fin de poder seguir ordeñando a la madre
durante un tiempo (Iborra, 2004; Iborra y López Gila, 2011). También son abundantes en
la muestra los individuos juveniles y subadultos (grupos II y III) que ya han alcanzado un
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CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
peso óptimo y son sacrificados para obtener carne. Los individuos del grupo IV, adultos
jóvenes de 2-3 años, son los más escasos, indicando que sería este grupo el que formaría
la comunidad viva principal del ganado. Estos individuos son los que se utilizarían fundamentalmente para la reproducción y la obtención de leche, y a partir de los tres años
hasta los seis (grupo V) serían sacrificados (cuadro 3). El mantenimiento de algunos
individuos hasta los seis años de edad podría estar relacionado con la producción de lana
ya que en el yacimiento se han hallado numerosas pesas de barro de forma rectangular
que podrían formar parte de un telar para tejer dicha materia.
Un interesante hallazgo de la campaña de excavación del año 2010 son los restos
completos de una cabra y entre ellos, no todos conservados, los de un feto de la misma
especie, de manera que la cabra se encontraba preñada en el momento de su muerte
(figura 1). Los restos fueron hallados en deposición primaria en el sector este del yacimiento. Se ha calculado una edad de muerte, por el desgaste oclusal de los dientes, de
entre tres y cuatro años (Payne, 1973), mientras que el estudio epifisario nos revela una
edad comprendida entre dos y tres años (Silver, 1980), ya que las epífisis proximales de
los húmeros, las tibias y las cabezas femorales, además de las epífisis distales de los radios, ulnas y fémures, no están fusionadas. De los restos del feto se encontraron todos los
lados corporales de los miembros anterior y posterior, y de la parte axial únicamente un
fragmento de costilla y tres fragmentos de vértebras. Al cribar el sedimento que cubría
a estos restos, se hallaron minúsculos fragmentos de hueso de imposible remontaje que
probablemente correspondan al cráneo y las falanges del feto, y cuya fragmentación se
deba a la fragilidad de estos huesos y a los procesos postdeposicionales que hayan podido sufrir. Al tratarse de un enterramiento intencionado no se han considerado como restos de desperdicios domésticos, y por esa razón no se han contabilizado en la muestra.
Figura 1. Lloma de Betxí.
Esqueleto completo de cabra.
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El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Los suidos (Sus sp.)
Los suidos están presentes con un total de 160 restos y un número mínimo de 61 individuos. Dentro del grupo de la cabaña doméstica su importancia relativa se encuentra en
tercer lugar en NR por detrás de los bovinos, sin embargo en NMI alcanza el segundo lugar
por detrás de los ovicaprinos.
En el conjunto de la muestra la parte anatómica más abundante es la cabeza (44,7%) en
la que destacan los fragmentos de mandíbulas, maxilares y los dientes sueltos. Los elementos
distales de las extremidades alcanzan el 17,5% en los que sobresalen las falanges, y la parte
axial el 13,6%. El miembro anterior (15,5%), en el que quedan registrados todos los elementos
anatómicos con un mayor número de radios, está mejor representado que el posterior (8,7%).
El patrón de sacrificio de los suidos se centra en los grupos II (6-11 meses) y III (12-17
meses), en los individuos juveniles y subadultos que ya han alcanzado un peso óptimo
para el consumo cárnico, y también en los del grupo V (adultos), reservados para el mantenimiento de la piara y sacrificados cuando ya han cumplido su función reproductora.
El perro (Canis familiaris)
El perro presenta en la muestra un total de seis restos (0,2%) de los que se ha calculado
un número mínimo de cinco individuos (0,8%).
Los elementos identificados son dos fragmentos de maxilar con dentición, un húmero, un fragmento de ulna, un fragmento de vértebra cervical y una primera falange.
Uno de los fragmentos de maxilar, perteneciente a un individuo que supera los seis
o siete meses de edad, presenta una fractura vinculada a una acción antrópica intencionada. Del mismo modo, en el húmero antes mencionado se han observado diversas
incisiones en su tercio distal relacionadas con el procesado carnicero. Al tratarse de un
hueso completo se pudo calcular la altura en la cruz, para ello se utilizaron los factores
de Koudelka (1885) y Harcourt (1974) cuyos resultados fueron 50,55 cm y 48,79 cm respectivamente.
En la campaña de excavación del año 2002 se halló, en el sector este, un individuo de
perro parcialmente completo y en deposición primaria, localizado, además, junto a un
enterramiento humano masculino también en deposición primaria y sin ajuar. Este cánido, de unos dos años de edad, presentaba diversas alteraciones de origen antrópico derivadas del despellejado y evisceración del animal. Los restos de este individuo no se han
contabilizado en la muestra que presentamos, al tratarse de restos de un enterramiento
intencionado que no forman parte de la basura doméstica. Este interesante hallazgo,
junto con el resto de húmero y maxilar con marcas de carnicería, han sido estudiados en
profundidad por A. Sanchis e I. Sarrión (2004).
265
[page-n-10]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
Las especies silvestres
El ciervo (Cervus elaphus)
El ciervo es la segunda especie más abundante en el total de la muestra por detrás de los
ovicaprinos, con 896 restos y un número mínimo de 102 individuos. La parte anatómica
que ha obtenido el mayor número de restos es la cabeza (34,4%) aunque se debe señalar
que muchos de los elementos son restos de asta (23%) que, debido a su elevada fragmentación e incluso su combustión en algunos casos, no han podido ser precisados si se trata
de restos de desmogue recogidos y trasladados al yacimiento, o pertenecientes a animales
cazados, por lo que esta parte anatómica ha podido quedar sobrerrepresentada. La segunda zona con mayor número de restos es la parte distal de las extremidades (27,8%),
seguida del miembro posterior (14,9%) en la que destacan las tibias. El miembro anterior
obtiene el 11,1% con mayor abundancia de húmeros y radios, y con el mismo porcentaje se
encuentra la parte axial.
La caza del ciervo se realiza prioritariamente sobre individuos adultos, aunque también se han encontrado en la muestra individuos jóvenes e infantiles (cuadro 3). Esto
nos indica que la caza se realiza de manera selectiva, abatiendo preferentemente a los
animales con mayor peso para un mejor aprovechamiento cárnico, aunque en ocasiones
se realice de manera oportunista cazando a los animales más débiles.
El corzo (Capreolus capreolus)
El corzo es una especie minoritaria en la muestra presente únicamente con dos restos
(0,06%) pertenecientes como mínimo a un individuo (0,2%). Se trata de un fragmento
de frontal con arranque de cuerna y un fragmento de mandíbula con dentición.
El jabalí (Sus scrofa)
Esta especie únicamente ha aportado cuatro restos (0,1%) y un número mínimo de tres
individuos (0,5%). Los elementos anatómicos registrados son un fragmento proximal de
ulna, un metatarso IV que presenta marcas de golpeo y de descarne, un fragmento craneal correspondiente a la zona de la órbita ocular y un calcáneo. Los restos pertenecen a
individuos adultos, excepto el fragmento craneal que corresponde a un juvenil.
El zorro (Vulpes vulpes)
Los elementos de zorro suman ocho restos (0,2%) correspondientes a seis individuos
(0,9%). Los restos identificados son un fragmento de maxilar, tres fragmentos de hemimandíbulas con dentición, un fragmento de axis, dos metatarsos (IV y IV) y un frag-
266
[page-n-11]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
TAXONES
0
Bos taurus
Ovicaprino
31
Ovis aries
Capra hircus
Sus sp.
2
Cervus elaphus
I
II
(< 6)
(6-18)
5
(3-12)
37
6
6
(6-11)
7
(18-16)
12
(< 3)
18
6
6
(< 5)
2
(< 8)
2
III
IV
V
(18 a 27-30) (27-30 a 42) (adulto)
4
19
(9-12 a 24)
(24-36)
(36-72)
31
7
55
5
14
4
13
(12-17)
(18-22)
(adulto)
13
9
(12-28)
(28-30)
(adulto)
4
36
VI
(senil)
8
(senil)
11
(senil)
(senil)
4
Cuadro 3. Grupos de edades de muerte de las principales especies en la Lloma de Betxí. Entre
paréntesis se indica la edad en meses que corresponde a cada grupo.
mento distal de metapodio. Uno de los fragmentos de hemimandíbula, perteneciente a
un individuo adulto viejo, presenta marcas de carnicería en el borde anterior-lateral del
proceso coronoide vinculadas al despellejado. Los demás restos corresponden a adultos.
Los lagomorfos: conejo (Oryctolagus cuniculus) y liebre (Lepus granatensis)
El conejo es la segunda especie cazada que ha aportado un mayor número de restos, por
detrás del ciervo, con un total de 298 restos (9,1%) y 72 individuos (10,8%). De liebre se han
identificado 17 restos (0,5%) y cuatro individuos. Los elementos más abundantes de estas
dos especies son los miembros. El posterior es el mejor representado con el 45,1% en el que
destacan los restos de tibia, mientras que el miembro anterior, menos abundante (27,2%),
tiene registrados todos sus elementos de manera más proporcional. Los elementos de la
cabeza obtienen el 11,6% siendo las hemimandíbulas con dentición los más numerosos.
Por último se encuentran los elementos distales de las extremidades (12,1%) y la parte axial
(4%). Todos los restos pertenecen a individuos subadultos o adultos.
La perdiz (Alectoris rufa)
La perdiz es la única ave identificada específicamente en la muestra. Presenta un total de
14 restos (0,4%) de los que se ha calculado un número mínimo de 5 individuos (0,7%). La
mayoría de los restos fueron recuperados en la cisterna sur y corresponden a los miembros anterior y posterior. En la muestra también se han identificado 16 restos de ave que
no se han podido determinar específicamente por no conservar las partes articulares.
El sapo común (Bufo bufo)
Únicamente se han registrado dos restos de sapo común (0,06%) pertenecientes a un
individuo (0,2%). Se trata de un resto de húmero y otro de pelvis.
267
[page-n-12]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
El galápago leproso (Mauremys leprosa)
Esta tortuga de agua dulce está representada en la muestra por seis restos (0,2%) pertenecientes a dos individuos como mínimo (0,3%). Los restos corresponden a placas óseas
del peto (hipoplastron y epiplastron) de las cuales cuatro están quemadas.
El lagarto ocelado (Lacerta lepida)
Esta especie está presente en la muestra únicamente con un resto de fémur (0,03%).
Culebra indeterminada (Elaphe sp.)
Se han recuperado 40 restos de culebra (1,2%) pertenecientes a un mínimo de cinco individuos (0,7%). Se trata de un fragmento de mandíbula, 10 costillas y 29 vértebras, todos
recuperados en la habitación III.
Ictiofauna
En la muestra se han documentado 35 vértebras de pez que no se han podido determinar
específicamente. Únicamente un fragmento de maxilar, hallado en el sector oeste, se
atribuye a Sparus aurata (dorada).
Distribución de los restos
A nivel arquitectónico, el poblado de la Lloma de Betxí está dominado por una gran edificación de planta rectangular de 34 m de longitud y 10 m de anchura que ocupa la plataforma superior del cerro (figura 2). Edificación compuesta por dos grandes habitaciones
(I y II) separadas por un muro, y comunicadas por un vano de 1 m de ancho, y por una
dependencia paralela a ambas, el corredor oeste; construido directamente sobre el suelo
natural de la montaña, sin evidencias de construcción anteriores. Al N de la habitación II
se encuentra situada la habitación III, de planta aproximadamente circular y construida
con posterioridad a las dos primeras, de acuerdo con la lectura estratigráfica ofrecida por
ambas estructuras. Alrededor de la gran edificación y del espacio ocupado por la habitación III, se encuentran tres grandes sectores que no han sido excavados en su totalidad: el
sector sur, en el que se ha documentado una cisterna de planta oval y un camino de acceso
en rampa que asciende en zigzag desde la parte baja del cerro; el sector oeste, delimitado
por un gran muro ataludado al exterior del corredor oeste en cuya base se abre un espacio
aterrazado; y el sector este, en el que se identifica una segunda cisterna, también de planta
oval, junto a la puerta de entrada de la habitación II y un complejo sistema de plataformas
y terrazas, delimitadas por muros en talud, creando espacios de circulación y/o de trabajo
al exterior del edificio, salvando el fuerte desnivel del terreno (de Pedro, 1998, 2004, 2006).
268
[page-n-13]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Figura 2. Planimetría de la Lloma de Betxí.
En cuanto a la distribución de los restos y a la hora de valorar los resultados obtenidos, interesa destacar algunos aspectos vinculados a las diferentes fases de construcción.
Así, en la habitación III, los pobladores tuvieron que enfrentarse al desnivel del terreno,
bastante acusado en esta parte de la loma, y extraer tierra de otros lugares para acondicionar el espacio de la nueva vivienda; posiblemente de basureros anteriores vinculados
a las habitaciones I y II, con abundante materia orgánica. Una vez nivelado el terreno, se
realiza la preparación del pavimento y con posterioridad se ocupa la habitación. El nivel
que queda por debajo del pavimento (capas 6 y 7) y que contiene fauna no se relaciona
con las actividades desarrolladas en el interior de la habitación III, sino que se vincula a
momentos anteriores. Por encima del pavimento se encuentra el primer nivel de ocupación (capas 3, 4 y 5) cuya fauna se asocia con las actividades desarrolladas en la dependencia. En este sentido, hemos considerado oportuno separar los restos correspondientes a la fase constructiva de los restos propios de la ocupación. En el cuadro 1 se muestra
el total de los restos hallados en el interior de la habitación III y, entre paréntesis, aquellos restos que únicamente se vinculan al momento de ocupación (capas 3, 4 y 5).
En otro orden de cosas, la característica principal que se observa al obtener el número de restos, en cada una de las áreas determinadas en el yacimiento, es la diferencia por-
269
[page-n-14]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
centual existente entre las zonas edificadas: habitación I (5,5%), habitación II (0,5%),
habitación III (2,5%) y corredor oeste (3,6%), y las zonas circundantes aterrazadas: sector oeste (14,6%) y sector este (47,7%). Es decir, la mayor parte de los restos de fauna
aparecen fuera de las habitaciones, manteniéndose éstas bastante limpias de despojos.
El sector sur ha aportado un número escaso de restos (1,2%) en comparación con los sectores oeste y este, hecho que podemos atribuir a la menor extensión del área excavada y a
la escasa potencia estratigráfica existente en este sector en relación con los otros.
Entre la habitación I, la habitación II y el corredor oeste encontramos algunas diferencias en cuanto a la cantidad de restos que contienen y en la distribución de las
especies. La habitación I es la dependencia que más restos ha aportado y en la que se ha
registrado un mayor número de especies, tanto domésticas como silvestres. Dominan
los restos de ovicaprino, ciervo y conejo, aunque también encontramos bovino, cerdo,
jabalí, zorro, liebre, perdiz, galápago y lagarto. De ciervo han sido destacables los numerosos restos de astas hallados, un total de 30 (50,8%), algunos de ellos con marcas
de corte. En esta dependencia aparecen representadas todas las partes anatómicas de
las principales especies, por lo que no podemos vincularla a una zona específica de despiece o de lugar de consumo, no obstante, dada la numerosa cantidad de especies que
contiene, pensamos que podría tratarse de un lugar donde se realizaban algunas tareas
de procesado animal pero que mantendrían limpio con alguna regularidad echando los
despojos al exterior. Cabe recordar al respecto que en la habitación I se recuperó un
interesante ajuar doméstico cuya distribución permitía reconocer diferentes áreas de actividad: almacén, molienda, cocción de alimentos o trabajo textil. Actividades a las que
ahora podemos añadir otras relacionadas con el procesado de diversos animales. Por el
contrario, la habitación II apenas contiene restos, únicamente 16 restos de ovicaprino en
su mayoría dientes sueltos, dos restos de conejo y algunas esquirlas indeterminadas, y no
la relacionamos con actividades de cocina.
El corredor oeste presenta una mayor abundancia de restos de ovicaprino, con todas
sus partes anatómicas representadas, mientras que de bovino, cerdo y ciervo, mucho
más escasos, sólo aparecen restos de la cabeza y la parte distal de la extremidades (además de un calcáneo en el caso del ciervo), es decir, los elementos de menor aporte cárnico. Al igual que la habitación I, en esta dependencia podría haberse realizado algún tipo
de actividad carnicera pero más relacionada con el procesado de los ovicaprinos.
Para el análisis de la habitación III únicamente se ha tenido en cuenta el nivel de
ocupación. Esta habitación muestra un patrón similar al del corredor oeste en cuanto a
la mayor presencia de restos de ovejas y cabras con todas las partes anatómicas representadas, aunque aquí los elementos de los miembros del ciervo, la parte principal para el
consumo, son más abundantes que en el corredor oeste, mientras que los restos de bovi-
270
[page-n-15]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
no y cerdo han sido también muy escasos. Debido a la poca cantidad de fauna contenida
en el momento de ocupación, pensamos que esta dependencia también se mantendría
limpia con alguna frecuencia.
Lo que sí parece claro es que los sectores este y oeste actúan como basureros del
poblado. En estos sectores se han encontrado la mayoría de los restos de fauna, tanto de
especies domésticas como de silvestres, siendo en el sector este mucho más numerosos.
En general, el grupo de las ovejas y cabras es el mejor representado, seguido del ciervo,
con mucha diferencia con respecto a las demás especies que han aportado un cantidad
mucho más reducida de elementos. Sin embargo los restos de ciervo son mucho más
abundantes que los de ovicaprino en el sector oeste, y al contrario en el sector este. Todas
las partes anatómicas de los principales taxones están presentes, excepto del bovino, del
que no se han hallado elementos del miembro posterior en el sector este, ni del miembro
anterior en el sector oeste.
La cisterna sur también se utiliza como vertedero una vez deja de cumplir su función
inicial. En su interior se han hallado muestras de bovino, oveja, cabra, cerdo, perro, ciervo, conejo y perdiz, pero son los restos de ciervo los más abundantes. De cerdo aparecen
los elementos de la parte axial y de los miembros, y del perro, sólo una ulna, mientras
que de las demás especies se encuentran todas las partes anatómicas. En la cisterna norte no se hallaron restos de fauna.
L’ALTET DE PALAU
Características de la muestra
La muestra de l’Altet de Palau se compone de 3299 restos de los que se ha calculado un
número mínimo de 234 individuos. La elevada fragmentación de la muestra sólo nos ha
permitido identificar anatómica y taxonómicamente el 31,5% de los restos, quedando sin
identificar el 68,5% que se compone de numerosas esquirlas de pequeño tamaño y también de fragmentos de diáfisis, costillas y vértebras de difícil determinación específica,
clasificados dentro de las categorías de meso y macromamíferos.
Entre los restos identificados dominan las especies domésticas con un porcentaje del
74,2%, frente a las silvestres que sólo alcanzan el 25,8%.
Las especies domésticas identificadas son el caballo (Equus caballus), el bovino (Bos
taurus), la oveja (Ovis aries), la cabra (Capra hircus), el suido (Sus sp.) y el perro (Canis familiaris). Las silvestres están conformadas por el ciervo (Cervus elaphus), el corzo
(Capreolus capreolus), el zorro (Vulpes vulpes), el lince (Lynx pardinus), el gato silvestre
(Felis silvestris) y el conejo (Oryctolagus cuniculus) (cuadro 4).
271
[page-n-16]
Equus caballus
Equus sp.
Bos taurus
Ovicaprino
Ovis aries
Capra hircus
Capra sp
Sus sp.
Canis familiaris
DOMÉSTICOS
Cervus elaphus
Capreolus c.
Vulpes vulpes
Lynx pardinus
Felis silvestris
Oryctolagus c.
Avifauna
SILVESTRES
Macromamífero
Mesomamífero
Indeterminado
Total ident.
Total no ident.
TOTAL
TAXONES
272
5
1
70
11
8
19
7
4
229
62
36
98
134
212
342
327
688
1015
89
NMI
1
1
7
48
4
3
NR
1
1
22
182
8
4
A1
2
2
2
0
3
4
7
1
1
1
1
NR
3
2
1
1
1
1
NMI
A1.1
16
2
49
32
107
327
156
466
622
3
2
107
31
7
82
10
3
NR
28
2
1
7
2
1
21
4
1
9
6
2
NMI
A1.2
92
120
268
409
446
797
1243
45
266
19
2
1
8
2
354
70
2
1
1
2
16
NR
11
A2
65
17
6
25
4
3
1
4
1
48
9
1
1
1
1
4
NMI
4
1
10
4
10
11
24
35
10
1
2
5
NR
3
9
1
8
1
2
4
NMI
2
A3.1
6
33
39
57
23
129
152
2
17
6
2
9
NR
4
10
2
1
8
2
1
4
NMI
2
A3.2
10
8
43
38
51
89
140
8
2
1
41
2
3
31
3
NR
1
20
4
3
2
1
16
1
2
8
2
NMI
1
A3.3
10
18
12
32
23
62
85
2
10
4
1
6
3
1
1
13
8
1
3
NMI
1
1
10
NR
1
A3.4
NR NMI
21
11
1
1
82
20
586 102
40
16
10
9
1
1
20
13
11
5
772 178
181
32
2
1
1
1
1
1
2
1
79
19
2
1
268
56
357
687
1215
1040 234
2259
3299 234
TOTAL
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
Cuadro 4. Representación del Número de Restos (NR) y del Número Mínimo de Individuos
(NMI) de las especies en los diferentes ámbitos de l’Altet de Palau.
[page-n-17]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Los restos de ovicaprino han sido los más abundantes dentro de los identificados
destacando de manera significativa con respecto a las demás especies (NR: 61,2%, NMI:
54,3%), y han sido más numerosos los restos de oveja que de cabra. Muy por detrás,
dentro de los domésticos, se encuentra el bovino (NR: 7,9%, NMI: 8,5%), seguidos del
caballo (NR: 2,1%, NMI: 4,7%) y el suido (NR: 1,9%, NMI: 5,6%) que mantienen en la
muestra una importancia relativa similar. Los restos de perro han obtenido unos valores
muy bajos (NR: 1,1%, NMI: 2,1%).
El ciervo es la especie dominante entre los silvestres (NR: 17,4%, NMI: 13,7%) y en
el total de la muestra se sitúa como segunda especie en importancia relativa por detrás
de los ovicaprinos. Seguido del ciervo se encuentra el conejo (NR: 7,6%, NMI: 8,1%),
mientras que los restos de las demás especies silvestres han sido muy escasos y no han
alcanzado el 2% en el total de los identificados.
Las especies domésticas
El caballo (Equus caballus)
Los restos de caballo suman un total de 21 restos de los que se ha calculado un número
mínimo de 11 individuos.
Los elementos anatómicos más abundantes en la muestra son los dientes sueltos
(42,8%) seguidos de los elementos distales de las extremidades (38,1%) representados
por metapodios y falanges. Del miembro anterior (9,5%) únicamente se han registrado
dos fragmentos de húmero, del miembro posterior (4,8%) un fragmento de pelvis, y de
la parte axial (4,8%) un fragmento de atlas (cuadro 5).
En la muestra también se ha hallado un fragmento de tercera falange, que ha sido
clasificado en la forma genérica Equus sp.
En las edades de muerte observamos un predominio de los grupos IV y V, es decir, de
los individuos de edad superior a los tres años y medio. Únicamente aparece en la muestra
un infantil, cuyos restos corresponden a dos dientes deciduales y dos primeras falanges, al
que se le ha determinado una edad de muerte de aproximadamente seis meses (cuadro 6).
No se ha observado ninguna marca de carnicería entre los restos de caballo; no obstante, dado los pocos elementos registrados, no se descarta su consumo.
El bovino (Bos taurus)
El bovino es la segunda especie de los domésticos mejor representada en la muestra, por
detrás de los ovicaprinos, con 82 restos y un número mínimo de 20 individuos.
El 50% de los restos de bovino identificados corresponden a elementos de la cabeza,
donde han sido abundantes los dientes sueltos, tanto superiores como inferiores, y los
273
[page-n-18]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
TAXONES
Equus caballus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Bos taurus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Ovicaprino
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Sus sp.
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Cervus elaphus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Oryctolagus c.
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
A1
A1.1
A1.2
A2
A3.1
A3.2
54,5
33,3
50
A3.3
A3.4
TOTAL
100
42,8
4,8
9,5
4,8
38,1
100
18,2
100
27,3
66,7
25
25
50
100
59,1
85,7
42,2
9,1
13,6
18,2
14,3
11,1
15,6
31,1
56,7
3,1
12,9
9,8
17,5
65,3
1,1
12,6
10,5
10,5
67,6
1,1
10,1
8,7
12,5
100
50
100
28,7
25
50
60
20
20
100
11
13,4
25,6
62,4
1,7
12,6
9,1
14,2
75
88,9
38,2
63,6
11,1
38,2
8,9
14,7
9,1
27,3
50
50
50
20
5
25
25
28,7
25
42,6
12,9
37,1
17,7
9,7
35,5
50
100
38,7
6,5
41,9
5,6
12,5
44,4
25
25
12,5
50
25
100
25,7
1,4
8,6
11,4
52,9
25
6,25
18,75
37,5
12,5
33,3
100
16,7
33,3
16,7
50
50
50
25
25
12,5
50
12,5
62,5
12,5
50
28,2
0,5
17,7
11,6
4,2
12,7
1,3
29,1
35,4
21,5
Cuadro 5. Porcentajes de las partes anatómicas de las especies documentadas en cada ámbito
de l’Altet de Palau.
274
[page-n-19]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
TAXONES
Equus caballus
0
Bos taurus
Ovicaprino
Ovis aries
Capra hircus
Sus sp.
Cervus elaphus
5
I
(< 12)
1
II
(12-24)
(< 6)
(6-18)
(< 3)
18
2
(3-12)
4
(< 5)
1
(< 8)
3
(6-11)
3
(18-16)
3
III
(24-42)
IV
(42-54)
2
V
(adulto)
3
VI
(senil)
(18 a 27-30) (27-30 a 42) (adulto)
7
(9-12 a 24)
(24-36)
(36-72)
16
10
31
1
6
1
1
(12-17)
(18-22)
(adulto)
3
1
(12-28)
(28-30)
(adulto)
6
19
(senil)
6
(senil)
8
(senil)
(senil)
2
Cuadro 6. Grupos de edades de muerte de las principales especies en l’Altet de Palau. Entre
paréntesis se indica la edad en meses que corresponde a cada grupo.
fragmentos de hemimandíbulas con dentición. En segundo lugar se encuentran los elementos distales de las extremidades (25,6%) representados por falanges y metapodios. El
miembro posterior (13,4%) queda registrado por todos sus elementos con unos valores similares, mientras que del anterior (11%) han destacado los fragmentos de ulna (cuadro 5).
Los únicos grupos de edad de muerte representados son el V y el VI correspondientes
a los adultos y seniles respectivamente (cuadro 6). Este patrón de sacrificio nos muestra
una gestión del ganado destinada a la obtención de productos secundarios y posiblemente también para trabajos de fuerza puesto que se mantienen a algunos individuos
hasta una edad avanzada.
Los ovicaprinos: oveja (Ovis aries) y cabra (Capra hircus)
Los ovicaprinos son el grupo que mayor número de restos ha aportado en la muestra,
con un total de 586 y un número mínimo de 102 individuos. Se han podido diferenciar
40 restos pertenecientes a ovejas con un número mínimo de 16 individuos y 10 de cabras
correspondientes a nueve individuos.
En la muestra se han registrado todos los elementos anatómicos de los ovicaprinos.
Destacan los elementos de la cabeza (62,4%), fundamentalmente los dientes sueltos y
los fragmentos de hemimandíbulas con dentición. La segunda parte anatómica mejor
representada es la parte distal de las extremidades (14,2%) donde abundan los metapodios y las falanges. Los elementos del miembro anterior (12,6%) han sido más numerosos
que los del posterior (9,1%), destacando los restos de húmeros y radios en el primero, y
los de tibias en el segundo (cuadro 5).
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CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
En el cuadro de edades de muerte de los ovicaprinos se observa que están representados todos los grupos de edad, lo que indica un aprovechamiento máximo de todos los
recursos que aporta este ganado (cuadro 6). Preferentemente se sacrifican individuos
infantiles (grupo I) menores de tres meses y los adultos (grupo V) de tres a seis años.
El sacrificio de los infantiles nos muestra que una parte de la gestión del ganado estaría
destinada a la producción de leche. El grupo III (9-12 a 24 meses) está mejor representado que el grupo II (3-12 meses) indicando que para la producción de carne se opta por
aquellos individuos con mayor peso. El grupo IV (2-3 años) también son escasos y sería
este grupo, junto con el II, los que conformarían la comunidad viva principal del ganado,
y probablemente utilizarían a los individuos del grupo IV como reproductores y para
la obtención de leche. A partir de los tres años hasta los seis (grupo V) se sacrifican el
mayor número de individuos.
Los suidos (Sus sp.)
Los restos de suido suman un total de 20 de los que se ha calculado un número mínimo
de 13 individuos.
La parte anatómica mejor documentada es la cabeza (50%) donde están representados los elementos del cráneo, fragmentos de mandíbulas y de maxilar, y dientes sueltos. En segundo lugar se encuentran los elementos distales de las extremidades (25%)
seguidos del miembro anterior (20%) con restos de escápulas y húmeros. Por último, el
miembro posterior (5%) que sólo está representado por un fragmento de pelvis.
El patrón de sacrificio de los suidos se orienta principalmente en los grupos II (6-11
meses) y III (12-17 meses), es decir, en aquellos individuos juveniles y subadultos que ya
han alcanzado un peso óptimo para un mejor aprovechamiento cárnico.
El perro (Canis familiaris)
El perro está representado en la muestra por 11 restos y un número mínimo de cinco
individuos. Los elementos identificados son dos caninos y dos premolares superiores, 2
fragmentos de mandíbulas con dentición, una diáfisis de tibia, un metacarpo V, dos metatarsos (II y III) y una falange primera. Todos los restos pertenecen a individuos adultos.
Las especies silvestres
El ciervo (Cervus elaphus)
En la muestra el ciervo es la especie cazada que ha aportado un mayor número de restos
y su importancia relativa la sitúa en segundo lugar, por detrás de los ovicaprinos. Los
restos suman un total de 181 de los que se ha calculado un número de 32 individuos.
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El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Del ciervo se han registrado todos los elementos anatómicos. La parte anatómica
más abundante corresponde a la zona distal de las extremidades (42%) donde los elementos más numerosos han sido las falanges. Le siguen los restos de la cabeza (28,2%)
en la que han destacado los fragmentos de asta y los dientes sueltos. De los elementos
del miembro anterior (17,7%) sobresalen en número de restos las escápulas y radios,
mientras que del posterior (11,6%), menos abundante, los de fémur y tibia (cuadro 5).
En las edades de muerte se observa un predominio del grupo V (adultos) y en menor
medida del IV (adultos jóvenes), aunque también han aparecido en la muestra unos
pocos individuos juveniles y seniles (cuadro 6). En este sentido, la caza del ciervo estaba
enfocada de manera selectiva hacia los individuos adultos, de mayor tamaño y peso.
El corzo (Capreolus capreolus)
Esta especie únicamente está representada por dos restos pertenecientes a un individuo.
Se trata de una diáfisis de fémur y de un fragmento longitudinal de diáfisis de metatarso.
El zorro (Vulpes vulpes)
El zorro está registrado en la muestra por una diáfisis de fémur.
El lince (Lynx pardinus)
Únicamente se ha identificado un fragmento de tibia distal.
El gato montés (Felis silvestris)
De esta especie se han documentado dos fragmentos de mandíbulas con dentición pertenecientes como mínimo a un individuo.
El conejo (Oryctolagus cuniculus)
El conejo está representado en la muestra por 79 restos y un número mínimo de 19 individuos. Es la segunda especie cazada con mayor importancia relativa por detrás del
ciervo. Las partes anatómicas más numerosas son el miembro posterior (35,4%) donde
los elementos más destacables son las pelvis y las tibias, y el miembro anterior (29,1%) en
el que abundan los radios y los húmeros. Los elementos de la parte distal de las extremidades están representados con el 21,5% y la parte axial únicamente con el 1,3%.
Distribución de los restos
Los resultados obtenidos en las campañas de excavación efectuadas desde 2005 corroboran la existencia de una compleja estratigrafía, con restos constructivos bien conservados y de dimensiones importantes que nos permiten valorar la existencia de diferentes
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CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
Figura 3. Planimetría de l’Altet de Palau.
espacios y áreas de trabajo en el poblado, y de diferentes niveles de ocupación y/o destrucción. En relación con la distribución de los restos, en el poblado de l’Altet de Palau se
identifican dos conjuntos de estancias o grandes ámbitos de planta cuadrangular, separados por una calle (figura 3). En el análisis de la fauna únicamente haremos referencia a
aquellos espacios excavados en su totalidad.
El ámbito de mayor superficie (A1) lo constituye una gran habitación de planta rectangular que presenta dos fases constructivas. En la primera fase se encontraba dividido
en dos estancias más pequeñas separadas por un muro (A1.1 y A1.2); posteriormente el
muro se derriba ampliándose la estancia y convirtiéndose en una sola habitación de mayor extensión (A1).
Los ámbitos A1.1 y A1.2 presentan diferencias claras en cuanto a la proporción de fauna contenida. En éste sentido, en A1.1 tan sólo encontramos el 0,2% de la fauna total de
la muestra, mientras que en A1.2 el 18,8%, por lo que vinculamos éste último con algunas
tareas de carnicería o de consumo, mientras que A1.1 estaría destinado a otros usos.
Tras la eliminación del muro que separaba las dos estancias, el espacio se prolonga en
un solo ámbito, ahora denominado A1. Aquí los restos de fauna se encuentran esparcidos
por toda el área sin distinción de espacios, y el porcentaje que obtienen es del 30,8%
278
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El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Figura 4. L´Altet de Palau.
Concentración de restos de
fauna en el ámbito A3.3.
del total de la muestra. Las especies domésticas son mucho más abundantes que las
silvestres, sobre todo los restos de ovicaprino, aunque esta pauta la observamos en todas
las dependencias del yacimiento. De ovicaprino, bovino, cerdo, conejo y ciervo encontramos representadas tanto las partes anatómicas de mayor aporte cárnico (miembros),
como las de menor (cabeza, metapodios y falanges). Los elementos axiales apenas están
reflejados debido a que la mayoría están incluidos en las categorías de meso y macromamífero. También se han hallado dos restos de la extremidad distal de caballo, y de perro
un diente, un fragmento mandibular con dentición y dos restos de la extremidad distal.
La calle (A2) es la zona donde se ha registrado el mayor número de restos y también
de especies, tanto domésticas como silvestres, y supone el 37,7% del total de la muestra.
Los restos de ovicaprino han sido, con mucho, los más abundantes, seguidos de lejos
por el ciervo, el bovino, el caballo, el suido y el conejo; y mucho más minoritarios los de
perro, corzo, zorro, lince y gato montés. La representación de las partes anatómicas de
las especies es muy similar a la documentada en A1. La única diferencia radica en que en
A2 aparecen restos, aunque muy escasos, de un mayor número de especies silvestres y en
que los elementos de caballo son más abundantes que en A1.
Nos encontramos ante dos ámbitos de carácter diferente, uno es un espacio cerrado
(A1) y el otro abierto (A2), que presentan unos porcentajes de fauna contenida y una
representación anatómica de las especies muy similares. Teniendo en cuenta que el poblado se encuentra a pocos metros de un barranco, es lógico pensar que la mayoría de
despojos fueron arrojados en este lugar, utilizado como basurero. De manera que ¿se
trataría de dos ámbitos relacionados con actividades carniceras que no se mantuvieron
demasiado limpios o, por el contrario, se trataría de espacios utilizados en algún momento como vertederos?
Finalmente, el último conjunto (A3) está formado por los ámbitos A3.1, A3.2, A3.3 y
A3.4, pequeños departamentos de planta cuadrangular alineados de forma consecutiva
279
[page-n-24]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
a lo largo de la cara E de la calle. Dos de ellos, el A3.2 y A3.3, presentan el suelo de ocupación empedrado con pequeños cantos rodados y piedras, y son los que han registrado
el mayor número de restos, 4,6% y 4,2% respectivamente, en comparación con A3.1 que
sólo ha aportado el 1,1% de la fauna y A3.4 con el 2,6%.
En el ámbito A3.3 destacan los restos de ovicaprino, de los que se han hallado representadas todas las partes anatómicas. Además, de los cuatro departamentos, es el que
tiene un mayor número de especies documentadas entre las que se encuentran, además
de los ovicaprinos y con muy escasos restos, el caballo, el bovino, el cerdo, el perro, el
ciervo y el conejo. Los otros departamentos han ofrecido un número muy bajo de especies identificadas con una representación anatómica bastante dispar (figura 4).
Estos son, por ahora, los datos disponibles. Los más recientes trabajos han permitido
delimitar un gran muro que cierra el asentamiento por el O y el S, cuyo trazado recorre
los lados más accesibles del poblado adaptándose a las irregularidades de la roca; con
un acceso en ángulo recto a manera de una puerta de entrada y dos contrafuertes o bastiones al exterior, mientras nuevos departamentos se abren en el sector norte adosados
a este gran muro. Así, en las próximas campañas de excavación, el conocimiento de los
nuevos espacios y el estudio de todos los materiales hallados, nos ofrecerá una visión
más detallada y completa en cuanto a la distribución de los restos, las áreas de actividad
y la economía de este poblado.
CONCLUSIONES: VALORACIÓN DE LA GANADERÍA Y LA CAZA
Durante el periodo cultural del Bronce pleno y el Bronce tardío la ganadería se encuentra
plenamente establecida como base económica, junto con la agricultura, en los poblados
peninsulares. El ganado no es considerado únicamente como productor de carne sino
también como fuente de productos secundarios con posibilidad de crear excedente y,
por lo tanto, susceptible de intercambio (Martínez Valle e Iborra, 2001-2002; Iborra y
Sanchis, 2011).
En los yacimientos de la Lloma de Betxí y de l’Altet de Palau las especies domésticas
son más abundantes que las silvestres. En la Lloma de Betxí el porcentaje de domésticos obtiene el 58,7% frente al 41,3% de los silvestres en NR, sin embargo si tomamos el
NMI la diferencia aumenta al 67% y 33% respectivamente. L’Altet de Palau presenta una
diferencia entre domésticos y silvestres mucho más notable a favor de los primeros (en
NR: 74,2% y 25,8; en NMI: 76% y 24%). Este dominio de las especies domésticas también se observa en otros yacimientos de la Edad del Bronce como la Muntanya Assolada
(Sarrión, 1998) con el 63,2% y el 36,8%, la Mola d’Agres (Castaños, 1996; López Gila,
2004) con el 83% y el 17%, La Horna (Puigcerver, 1992-94) con el 87,4% y el 12,6%, Sant
280
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El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Joaquim de la Menarella (Sanchis y Tormo, 2007) con el 92,6% y el 7,4%, o en la Fases Ib
y III de Pic dels Corbs (Barrachina y Sanchis, 2008) con el 64,7%-35,3% y 51,7%-48,3%
respectivamente, entre otros.
Sin embargo, también se observa que la actividad cinegética juega un papel fundamental en la economía de los poblados, especialmente la caza de ciervo y conejo, especies que se encuentran en la mayoría de los yacimientos de la Edad del Bronce en este
territorio. Tanto en la Lloma de Betxí como en el l’Altet de Palau el ciervo es la especie
cazada más abundante situándose en ambos como segundo taxón mejor representado
por detrás de los ovicaprinos, indicando su gran importancia como portadora de carne
para estas comunidades. Y en el caso de la Fase III de Pic dels Corbs el ciervo se impone
como principal especie superando al ganado ovicaprino.
La diversificación de especies silvestres es amplia, pero siempre aparecen con unos
valores muy discretos. Encontramos corzo, jabalí, zorro, además de pequeños felinos
como el lince y el gato montés en l’Altet de Palau, o liebre, perdiz, galápago y sapo en
la Lloma de Betxí. Estas especies nos informan de un entorno combinado de bosques y
espacios abiertos con cursos de agua.
En cuanto a la cabaña ganadera, ambos yacimientos presentan unas pautas similares,
y estaría conformada principalmente por un ganado de ovejas y cabras, además de un
pequeño grupo de bovinos y cerdos. Del ganado ovicaprino han aparecido representadas
todas las cohortes de edad, por lo que parece que su gestión no estaría orientada hacia
un producto en concreto sino más bien hacia un aprovechamiento máximo de todos sus
recursos como la leche, la carne, las pieles y la lana. Los bovinos son sacrificados a edades avanzadas, siendo adultos o incluso seniles, y probablemente antes de su consumo
fueron utilizados como fuerza de trabajo, mientras que los cerdos se sacrifican a una
edad temprana una vez han alcanzado el peso óptimo.
El caballo únicamente está presente en l’Altet de Palau y con muy pocos restos documentados. Esta especie se sacrifica a partir de los tres años y medio, a excepción de
un individuo infantil menor de un año. Sus restos no presentan ningún tipo de marcas
carniceras por lo que no podemos confirmar su consumo.
Agradecimientos
Al Servei d’Investigació Prehistòrica de la Diputació de València por las facilidades prestadas
a la hora de realizar este estudio. A Pablo García Borja por sus comentarios y aportaciones sobre l’Altet de Palau. A Inocencio Sarrión Montañana y Alfred Sanchis Serra por la información
facilitada acerca de sus estudios sobre los yacimientos presentados, y especialmente a Alfred
por compartir con nosotras buenos consejos y necesarias correcciones.
281
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CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
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El registro de la fauna de dos yacimientos
valencianos de la Edad del Bronce: La Lloma de
Betxí y L’Altet de Palau. Gestión del ganado, caza
y distribución de los restos
Carmen Tormo Cuñat y María Jesús de Pedro Michó
INTRODUCCIÓN
Como avance del estudio de los materiales faunísticos recuperados en los yacimientos
de la Lloma de Betxí (Paterna, Valencia) y l´Altet de Palau (La Font de la Figuera, Valencia), presentamos en este trabajo los resultados preliminares obtenidos en dos asentamientos de la Edad del Bronce de diferente cronología, Bronce pleno o Bronce valenciano en el primero de los casos, y Bronce tardío en el segundo de ellos. Ambos forman
parte del Programa de Excavaciones Ordinarias impulsado anualmente por el Servei
d’Investigació Prehistòrica i Museu de Prehistòria de València, subvencionado por la
Diputación de Valencia. Y ambos siguen en curso de excavación, bajo la dirección de una
de las autoras del texto (MJdPM) en la Lloma de Betxí, y en codirección con Pablo García
Borja en el caso de l´Altet de Palau.
La Lloma de Betxí se encuentra situada en el paraje de la Vallesa de Mandor, en la
llanura aluvial del Turia, sobre un pequeño cerro de escasa elevación, a 89 msnm con
un desnivel de 30 m respecto al llano circundante, a corta distancia del río Turia (de
Pedro, 1998, 2004). De forma alargada, en la parte superior sus dimensiones son de 50
x 20 m, si bien el asentamiento alcanza la parte baja del cerro. Las dataciones absolutas
obtenidas a partir de los restos carbonizados de madera y cereal sitúan la ocupación del
asentamiento en la primera mitad del II milenio a.C., entre el 2100 y el 1600 a.C. en fechas calibradas (de Pedro, 2004). Los estudios antracológicos y carpológicos realizados
nos informan de un paisaje vegetal conformado, por una parte, de bosque y garriga con
la presencia de encinas, pino carrasco, lentiscos, rosáceas y aliagas; y, por otra, de un
paisaje de ribera con fresnos y sauces (Grau, 1998). Taxones como Arbutus unedo, Erica
multiflora, Fraxinus oxycarpa, Leguminosas, Olea europea, Pinus halepensis, Lentisco,
Quercus ilex, etc., traducen un clima que favorecería el desarrollo de una notable cober-
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[page-n-2]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
tura arbórea con carrascales, lentiscares y pinares. Cultivos como el trigo desnudo y la
cebada vestida están bien representados en la Lloma de Betxí, junto a leguminosas como
habas, lentejas y guisantes, y numerosas concentraciones de bellotas en el sector este
del yacimiento, además de la presencia esporádica de uvas y moras (Pérez Jordà, 1998).
Los materiales de fauna estudiados de la Lloma de Betxí corresponden a la mayoría
de las campañas de excavación realizadas desde el año 1984 hasta el 2010. En este sentido, somos conscientes de que la muestra presentada no recoge la totalidad del registro
faunístico, pero pensamos que es suficiente y significativa de todos los sectores del yacimiento con resultados fiables para realizar una valoración conjunta de la fauna. A lo
largo de estos años, los materiales faunísticos han sido estudiados por tres autores: I.
Sarrión, las campañas de 1984 a 1991 (Sarrión, 1998); A. Sanchis, las campañas de 2000
a 2002 (inédito), además de completar el estudio de algunos sectores excavados en 1987,
1988 y 1991; y C. Tormo, las campañas de 2006, 2007, 2008 y 2010.
En cuanto l´Altet de Palau, el asentamiento de la Edad del Bronce se encuentra situado en la confluencia de tres corredores de comunicaciones: el valle del Vinalopó, el
corredor de la Costera y el puerto de Almansa. Con un tamaño aproximado de 1200 m²,
está ubicado en una plataforma amesetada junto al Barranc del Mosso (Ribera, 1996;
García Borja, 2004; García Borja et al., 2005; Pascual y García Borja, 2010), limitada por
escarpes en casi todo su perímetro, a excepción de la zona que comunica con un pequeño montículo, l’Arbocer, cuyo aspecto recuerda a una torre y que está separado del resto
del asentamiento por una pequeña vaguada abancalada y cultivada. En dicho lugar se
localizó un depósito de materiales fechado en el Bronce tardío y compuesto de piezas de
bronce de diverso tipo: hachas, punzones, cincel, puñales, pulseras y aretes asociados a
un ámbito con restos de fundición.
Las campañas de excavación en el yacimiento se iniciaron en 2005 y continúan en la
actualidad, habiéndose localizado diferentes estructuras de habitación y áreas de trabajo, así como una calle, muros y bancos de piedra, suelos empedrados, etc. Las últimas
campañas realizadas han permitido delimitar el trazado de un gran muro perimetral
que formaría parte del sistema de defensa del poblado. El paleopaisaje vegetal adyacente
estaría conformado por zonas de bosque con carrasca-coscoja y pino carrasco, zonas de
matorral con brezo, lentisco, enebro-sabina y cultivos de cebada vestida y leguminosas
(comunicación personal de Y. Carrión y G. Pérez). Los materiales de fauna estudiados
abarcan todas las campañas, hasta 2010. El estudio de las campañas de 2005 y 2006 ha
sido realizado por A. Sanchis, y las campañas de 2007 a 2010 por C. Tormo. La datación
radiocarbónica obtenida de una muestra de cereal confirma la cronología del poblado a
lo largo del Bronce tardío, entre 1450 y 1300 a.C. en fechas calibradas.
258
[page-n-3]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
METODOLOGÍA
Para la clasificación de los materiales se ha aplicado el método de la anatomía comparada utilizando las colecciones de referencia del Museu de Prehistòria de la Diputació de
València, depositadas en su Gabinet de Fauna Quaternària. Cada resto ha sido asignado
a una especie, o género en caso de imposibilidad específica, y también se ha definido
su zona anatómica y lado corporal a través de las zonas de diagnóstico correspondientes. Los elementos indeterminados corresponden a esquirlas de pequeño tamaño, todos
ellos de difícil asignación. Fuera de los indeterminados, se han creado dos categorías:
macromamíferos (animales de tamaño grande tipo caballo o vaca) y mesomamíferos
(animales de tamaño mediano tipo oveja o cerdo), donde quedan agrupados los indeterminados con un tamaño apreciable. En estas categorías se han incluido los fragmentos
de vértebras y costillas, y de diáfisis sin especificar.
La diferenciación entre ovejas y cabras se ha establecido siguiendo el criterio de
Boessneck (1980). En los suidos el problema se ha centrado en la diferenciación entre la
forma doméstica (Sus domesticus) y la silvestre (Sus scrofa). En una muestra tan fragmentada los criterios métricos para dicha distinción no han sido aplicables en la mayoría
de los casos, y por esta razón hemos preferido clasificarlos en su forma genérica Sus sp.,
aunque se han incluido dentro del grupo de los domésticos.
La muestra se ha cuantificado en número de restos (NR) y en número mínimo de
individuos (NMI) (Klein y Cruz-Uribe, 1984; Lyman, 2008). El cálculo del NMI se ha
realizado sobre el hueso más abundante de cada especie por lado corporal y teniendo
en cuenta la edad, el tamaño o el sexo. Para este cálculo se ha considerado cada unidad
estratigráfica por separado.
Las edades de muerte se han establecido por la secuencia de erupción dental y el grado
de desgaste de las mismas, y también por el estudio de la fusión de las zonas articulares.
Para el estudio de las denticiones en los ovicaprinos se ha seguido a Payne (1973, 1982), en
los suidos a Bull y Payne (1982), en los bovinos a Grant (1982) y a Grigson (1982), y en los
ciervos a Lowe (1967). En el estudio de la fusión epifisaria se ha utilizado el trabajo de Silver
(1980) para los domésticos, y el de Mariezkurrena y Altuna (1983) para el ciervo.
Se han determinado seis grupos de edad según el estado de la secuencia dental:
- Grupo I: M1 sin salir.
- Grupo II: M1 en erupción hasta M2 sin salir.
- Grupo III: M2 en erupción hasta M3 sin salir.
- Grupo IV: M3 en erupción.
- Grupo V: Adultos.
- Grupo VI: Seniles.
259
[page-n-4]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
LA LLOMA DE BETXÍ
Características de la muestra
El conjunto de la fauna está formado por 13 349 restos de los que se ha calculado un número mínimo de 666 individuos. Los restos identificados anatómica y taxonómicamente
suman el 24,4%, un bajo porcentaje debido a la elevada fragmentación de la muestra, en
los que se incluyen restos de mamíferos, aves, reptiles y anfibios. El 75,6% corresponde a
los no identificados donde quedan reflejados los fragmentos óseos de macromamíferos
y mesomamíferos que no se han podido determinar específicamente, y los indeterminados conformados por pequeñas esquirlas. Debemos señalar que en el estudio de las
primeras campañas de excavación no se diferenciaron los restos pertenecientes a macromamíferos y mesomamíferos, incluyéndolos todos como indeterminados, por lo que en
el conjunto de la muestra éstos últimos quedan sobrerrepresentados.
La muestra está representada tanto por especies domésticas como por silvestres,
siendo los animales domésticos, con un porcentaje de 58,7%, un poco más abundantes
que los silvestres (41,3%).
Las especies domésticas identificadas son el bovino (Bos taurus), la oveja (Ovis
aries), la cabra (Capra hircus), los suidos (Sus sp.) y el perro (Canis familiaris); mientras
que las silvestres son el ciervo (Cervus elaphus), el jabalí (Sus scrofa), el corzo (Capreolus
capreolus), el zorro (Vulpes vulpes), el conejo (Oryctolagus cuniculus), la liebre (Lepus
granatensis), la perdiz (Alectoris rufa), el sapo común (Bufo bufo), el galápago leproso
(Mauremys leprosa), el lagarto ocelado (Lacerta lepida) y la culebra indeterminada (Elaphe sp.). También se han documentado restos de ictiofauna y micromamíferos indeterminados (cuadro 1).
Entre los domésticos dominan ampliamente los ovicaprinos (NR: 47,8%, NMI:
49,8%) de los que se ha podido diferenciar tanto restos de oveja como de cabra, ambas
especies con una importancia relativa similar en la muestra. Por detrás de los ovicaprinos y en abundancia de restos se encuentran los bovinos (NR: 5,8%, NMI: 7,2%), en
tercer lugar los suidos con el 4,9% de los restos aunque en NMI supera a los bovinos con
el 9,2%, y en último lugar los perros (NR: 0,2%, NMI: 0,8%).
Los silvestres están representados por una amplia variedad de especies entre las que
destaca significativamente el ciervo (NR: 27,5%; NMI: 15,3%) que en el total de la muestra ocupa el segundo lugar en importancia relativa por detrás de los ovicaprinos. Los
restos de conejo también han sido numerosos (NR: 9,1%; NMI: 10,8%), mientras que los
efectivos de las demás especies silvestres han sido muy escasos y no superan el 2% de los
identificados.
260
[page-n-5]
7
2
1
261
2
1
3
229
506
735
Total no identificados
TOTAL
40
40
67
49
18
7
7
3150 (387)
2410 (270)
740 (117)
2233 (236)
506
Indeterminado
Total identificados
17
Macromamífero
49
160 (34)
Mesomamífero
236 (31)
SILVESTRES
18
5
Micromamífero
120
35
Ictiofauna
1
1)
40 (1)
1
Lacerta lepida
1
Elaphe sp.
5
Mauremys leprosa
Bufo bufo
Avifauna
1
2
17 (3)
1
1
10
3
2
1
1
1
238
2
163 (41)
163 (41)
50 (14)
1
5
5 (1)
1)
485
386
99
297
30
59
21
35
35
9
441
258
183
258
118
20
20
8
165
143
22
143
15
8
8
3
1.944
1.501
443
1.501
255
1
5
2
4
48
48
17
1
1
1
1
1
1
11
31
1
4
53
143
3
1
421
947
4
78
59
6.362
4.836
1.526
4.386
84
366
579
2
7
1
2
3
110 (12)
2
2
188
1
13
5
2
Alectoris rufa
Lepus granatensis
2
6
2
14
5
23
22
680
73
345
345
114
1
7
1
1
44
2
1
57
231
3
30
34
18
122
24
NMI
Sector
Este
NR
1
15
Oryctolagus cuniculus
1
5
7
1
1
15
4
Lepus sp.
2
34
Vulpes vulpes
1
105
12
1
1
1
1
106
1
1
6
2
2
2
23
NMI
Sector
Oeste
NR
2
18
26
3
15
4
1
NMI
Sus scrofa
18 (9)
78
2
3
4
1
NR
2
41 (17)
113 (27)
2
3
29
2
NMI
Sector
Sur
Capreolus capreolus
3
504 (86)
19 (4)
6 (1)
17 (5)
16
59
6
48 (6)
7 (1)
43 (5)
66
Cervus elaphus
16
1
62 (15)
10
NR
65
22
5
1
343 (71)
5
NMI
109
12
Sus sp.
2
6
5
7
NR
Cisterna
Sur
DOMÉSTICOS
11
Capra hircus
15
NMI
9 (2)
Corredor
Oeste
1
16
Ovis aries
6
63 (3)
NR
Habitación
III
Canis familiaris
58
Ovicaprino
NMI
NR
3
NMI
NR
12
Habitación
II
Habitación
I
Bos taurus
TAXONES
13.349
10.089
3.260
9.373
131
585
1.346
5
36
40
1
6
2
16
14
1
17
298
8
4
2
896
1.914
6
160
118
140
1.301
189
NR
666
666
220
1
5
5
1
2
1
11
5
1
4
72
6
3
1
102
446
5
61
50
50
232
48
NMI
TOTAL
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Cuadro 1. Representación del número de restos (NR) y del número mínimo de individuos
(NMI) de las especies en los diferentes ámbitos de la Lloma de Betxí. En la Habitación III los
números entre paréntesis indican el NR y NMI del momento de ocupación.
[page-n-6]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
Las especies domésticas
El bovino (Bos taurus)
Los restos de bovino suman 189 (NMI 48). Dentro del conjunto de la cabaña doméstica,
esta especie se sitúa en segundo lugar en NR por detrás de los ovicaprinos, y en tercer
lugar en NMI por detrás de los suidos.
Las partes anatómicas mejor representadas, tomando los datos en conjunto, son la
cabeza (33%), donde los elementos más abundantes han sido los dientes sueltos tanto
inferiores como superiores, y la parte distal de las extremidades (30,1%) siendo los metatarsos los más numerosos. La parte axial alcanza un porcentaje del 26,2% y se compone
de fragmentos de vértebras y sobre todo de costillas. El miembro posterior (6,8%) está
mejor representado que el anterior (3,9%), aunque en el primero sólo aparecen restos de
tibias y fémures mientras que del anterior están presentes todos los elementos (escápula, ulna, radio y húmero) (cuadro 2).
El patrón de sacrificio en el ganado bovino presenta una mayor incidencia hacia los
animales del grupo V (adultos) y del grupo VI (seniles). En menor proporción se encuentran los animales sacrificados a edad juvenil o subadulta (grupos II y III respectivamente) (cuadro 3). Estas edades de muerte nos sugieren un modelo de gestión mixto basado
en la producción de carne (grupos II y III) y en la obtención de productos secundarios
(grupo V). No se descarta, por la presencia de los seniles, que algunos individuos fueran
reservados como fuerza de trabajo.
Los ovicaprinos: la oveja (Ovis aries) y la cabra (Capra hircus)
Los ovicaprinos comportan 1301 restos (NMI 232). Además se han determinado 140 restos de oveja y 118 de cabra con un mínimo de 50 individuos en ambas especies. Este ganado es, con mucha diferencia con respecto, el más abundante en toda la muestra.
En los ovicaprinos están representados todos los elementos anatómicos (cuadro 2).
En general, la parte anatómica más abundante es la cabeza (41,3%) donde destacan los
fragmentos de mandíbulas y los dientes sueltos tanto superiores como inferiores. Los
miembros anterior y posterior obtienen unos porcentajes bastante igualados, 16,4% y
17,7 % respectivamente, siendo los radios y las tibias los elementos más numerosos. Por
detrás se encuentra los elementos de la parte axial (12,9%) en la que predominan los
fragmentos de costillas, y por último los elementos distales de las extremidades (11,7%).
El sacrificio del ganado de ovejas y cabras se efectúa en todos los grupos de edad, aunque
parece existir una preferencia por los individuos del grupo I (< 3 meses) y del grupo V (3-6
años). No obstante también están bien representados los individuos de los grupos II (3-12
262
[page-n-7]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
TAXONES
Bos taurus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Ovicaprino
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Sus sp.
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Cervus elaphus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Lagomorfos
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
H.I
H.II
28,6
35,8
7,1
7,1
21,4
H.III
C.O
C.S
57,1
50
57,2
7,1
21,5
7,1
7,1
33,3
42,9
20
10
20
20
30
37,7
18,2
9,1
12,9
22,1
47
4,4
16,2
13,2
19,2
23,1
28,8
15,4
23,1
9,6
23,1
15,4
15,4
15,4
30,7
66,6
16,7
100
8,5 (50,8)
8,5
1,7
8,5
22
29,4
38,9
17,6
17,6
35,4
5,5
55,6
15
15
18,8
32,4
18,8
6,6
1,6
34,4
45,9
11,5
66,7
75
6,25
12,5
6,25
S
14,3
71,4
14,3
16,7
10
37
11
20
22
7,2
21,4
7,2
64,2
O
E
38,7
19,3
12,9
29,1
32,4
35,1
2,7
0
29,8
33
26,2
3,9
6,8
30,1
45,8
6,9
18,7
15,8
12,8
43,2
14
16,5
17,4
8,9
41,3
12,9
16,4
17,7
11,7
53,8
7,7
23,1
7,7
7,7
48,4
14,5
9,7
8,1
19,3
44,7
13,6
15,5
8,7
17,5
12,1
14,2
12,9
22,8
38
53,3
4,3
12,1
9,8
20,5
34,4
11,8
11,1
14,8
27,9
12,5
25
50
12,5
15,7
3
26,1
42,5
12,7
11,6
4
27,2
45,1
12,1
50
66,7
100
50
33,3
100
TOTAL
Cuadro 2. Porcentajes de las partes anatómicas de las especies documentadas en cada ámbito
de la Lloma de Betxí.
meses) y III (9-12 a 24 meses), y en menor medida se encuentran los grupos IV (24-36 meses)
y VI (seniles).
Entre los infantiles (grupo I) destaca la presencia de individuos neonatos, un total de
31, que nos sugiere un aprovechamiento del ganado basado en la producción de leche. Es
decir, se sacrifican neonatos e infantiles, con el fin de poder seguir ordeñando a la madre
durante un tiempo (Iborra, 2004; Iborra y López Gila, 2011). También son abundantes en
la muestra los individuos juveniles y subadultos (grupos II y III) que ya han alcanzado un
263
[page-n-8]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
peso óptimo y son sacrificados para obtener carne. Los individuos del grupo IV, adultos
jóvenes de 2-3 años, son los más escasos, indicando que sería este grupo el que formaría
la comunidad viva principal del ganado. Estos individuos son los que se utilizarían fundamentalmente para la reproducción y la obtención de leche, y a partir de los tres años
hasta los seis (grupo V) serían sacrificados (cuadro 3). El mantenimiento de algunos
individuos hasta los seis años de edad podría estar relacionado con la producción de lana
ya que en el yacimiento se han hallado numerosas pesas de barro de forma rectangular
que podrían formar parte de un telar para tejer dicha materia.
Un interesante hallazgo de la campaña de excavación del año 2010 son los restos
completos de una cabra y entre ellos, no todos conservados, los de un feto de la misma
especie, de manera que la cabra se encontraba preñada en el momento de su muerte
(figura 1). Los restos fueron hallados en deposición primaria en el sector este del yacimiento. Se ha calculado una edad de muerte, por el desgaste oclusal de los dientes, de
entre tres y cuatro años (Payne, 1973), mientras que el estudio epifisario nos revela una
edad comprendida entre dos y tres años (Silver, 1980), ya que las epífisis proximales de
los húmeros, las tibias y las cabezas femorales, además de las epífisis distales de los radios, ulnas y fémures, no están fusionadas. De los restos del feto se encontraron todos los
lados corporales de los miembros anterior y posterior, y de la parte axial únicamente un
fragmento de costilla y tres fragmentos de vértebras. Al cribar el sedimento que cubría
a estos restos, se hallaron minúsculos fragmentos de hueso de imposible remontaje que
probablemente correspondan al cráneo y las falanges del feto, y cuya fragmentación se
deba a la fragilidad de estos huesos y a los procesos postdeposicionales que hayan podido sufrir. Al tratarse de un enterramiento intencionado no se han considerado como restos de desperdicios domésticos, y por esa razón no se han contabilizado en la muestra.
Figura 1. Lloma de Betxí.
Esqueleto completo de cabra.
264
[page-n-9]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Los suidos (Sus sp.)
Los suidos están presentes con un total de 160 restos y un número mínimo de 61 individuos. Dentro del grupo de la cabaña doméstica su importancia relativa se encuentra en
tercer lugar en NR por detrás de los bovinos, sin embargo en NMI alcanza el segundo lugar
por detrás de los ovicaprinos.
En el conjunto de la muestra la parte anatómica más abundante es la cabeza (44,7%) en
la que destacan los fragmentos de mandíbulas, maxilares y los dientes sueltos. Los elementos
distales de las extremidades alcanzan el 17,5% en los que sobresalen las falanges, y la parte
axial el 13,6%. El miembro anterior (15,5%), en el que quedan registrados todos los elementos
anatómicos con un mayor número de radios, está mejor representado que el posterior (8,7%).
El patrón de sacrificio de los suidos se centra en los grupos II (6-11 meses) y III (12-17
meses), en los individuos juveniles y subadultos que ya han alcanzado un peso óptimo
para el consumo cárnico, y también en los del grupo V (adultos), reservados para el mantenimiento de la piara y sacrificados cuando ya han cumplido su función reproductora.
El perro (Canis familiaris)
El perro presenta en la muestra un total de seis restos (0,2%) de los que se ha calculado
un número mínimo de cinco individuos (0,8%).
Los elementos identificados son dos fragmentos de maxilar con dentición, un húmero, un fragmento de ulna, un fragmento de vértebra cervical y una primera falange.
Uno de los fragmentos de maxilar, perteneciente a un individuo que supera los seis
o siete meses de edad, presenta una fractura vinculada a una acción antrópica intencionada. Del mismo modo, en el húmero antes mencionado se han observado diversas
incisiones en su tercio distal relacionadas con el procesado carnicero. Al tratarse de un
hueso completo se pudo calcular la altura en la cruz, para ello se utilizaron los factores
de Koudelka (1885) y Harcourt (1974) cuyos resultados fueron 50,55 cm y 48,79 cm respectivamente.
En la campaña de excavación del año 2002 se halló, en el sector este, un individuo de
perro parcialmente completo y en deposición primaria, localizado, además, junto a un
enterramiento humano masculino también en deposición primaria y sin ajuar. Este cánido, de unos dos años de edad, presentaba diversas alteraciones de origen antrópico derivadas del despellejado y evisceración del animal. Los restos de este individuo no se han
contabilizado en la muestra que presentamos, al tratarse de restos de un enterramiento
intencionado que no forman parte de la basura doméstica. Este interesante hallazgo,
junto con el resto de húmero y maxilar con marcas de carnicería, han sido estudiados en
profundidad por A. Sanchis e I. Sarrión (2004).
265
[page-n-10]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
Las especies silvestres
El ciervo (Cervus elaphus)
El ciervo es la segunda especie más abundante en el total de la muestra por detrás de los
ovicaprinos, con 896 restos y un número mínimo de 102 individuos. La parte anatómica
que ha obtenido el mayor número de restos es la cabeza (34,4%) aunque se debe señalar
que muchos de los elementos son restos de asta (23%) que, debido a su elevada fragmentación e incluso su combustión en algunos casos, no han podido ser precisados si se trata
de restos de desmogue recogidos y trasladados al yacimiento, o pertenecientes a animales
cazados, por lo que esta parte anatómica ha podido quedar sobrerrepresentada. La segunda zona con mayor número de restos es la parte distal de las extremidades (27,8%),
seguida del miembro posterior (14,9%) en la que destacan las tibias. El miembro anterior
obtiene el 11,1% con mayor abundancia de húmeros y radios, y con el mismo porcentaje se
encuentra la parte axial.
La caza del ciervo se realiza prioritariamente sobre individuos adultos, aunque también se han encontrado en la muestra individuos jóvenes e infantiles (cuadro 3). Esto
nos indica que la caza se realiza de manera selectiva, abatiendo preferentemente a los
animales con mayor peso para un mejor aprovechamiento cárnico, aunque en ocasiones
se realice de manera oportunista cazando a los animales más débiles.
El corzo (Capreolus capreolus)
El corzo es una especie minoritaria en la muestra presente únicamente con dos restos
(0,06%) pertenecientes como mínimo a un individuo (0,2%). Se trata de un fragmento
de frontal con arranque de cuerna y un fragmento de mandíbula con dentición.
El jabalí (Sus scrofa)
Esta especie únicamente ha aportado cuatro restos (0,1%) y un número mínimo de tres
individuos (0,5%). Los elementos anatómicos registrados son un fragmento proximal de
ulna, un metatarso IV que presenta marcas de golpeo y de descarne, un fragmento craneal correspondiente a la zona de la órbita ocular y un calcáneo. Los restos pertenecen a
individuos adultos, excepto el fragmento craneal que corresponde a un juvenil.
El zorro (Vulpes vulpes)
Los elementos de zorro suman ocho restos (0,2%) correspondientes a seis individuos
(0,9%). Los restos identificados son un fragmento de maxilar, tres fragmentos de hemimandíbulas con dentición, un fragmento de axis, dos metatarsos (IV y IV) y un frag-
266
[page-n-11]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
TAXONES
0
Bos taurus
Ovicaprino
31
Ovis aries
Capra hircus
Sus sp.
2
Cervus elaphus
I
II
(< 6)
(6-18)
5
(3-12)
37
6
6
(6-11)
7
(18-16)
12
(< 3)
18
6
6
(< 5)
2
(< 8)
2
III
IV
V
(18 a 27-30) (27-30 a 42) (adulto)
4
19
(9-12 a 24)
(24-36)
(36-72)
31
7
55
5
14
4
13
(12-17)
(18-22)
(adulto)
13
9
(12-28)
(28-30)
(adulto)
4
36
VI
(senil)
8
(senil)
11
(senil)
(senil)
4
Cuadro 3. Grupos de edades de muerte de las principales especies en la Lloma de Betxí. Entre
paréntesis se indica la edad en meses que corresponde a cada grupo.
mento distal de metapodio. Uno de los fragmentos de hemimandíbula, perteneciente a
un individuo adulto viejo, presenta marcas de carnicería en el borde anterior-lateral del
proceso coronoide vinculadas al despellejado. Los demás restos corresponden a adultos.
Los lagomorfos: conejo (Oryctolagus cuniculus) y liebre (Lepus granatensis)
El conejo es la segunda especie cazada que ha aportado un mayor número de restos, por
detrás del ciervo, con un total de 298 restos (9,1%) y 72 individuos (10,8%). De liebre se han
identificado 17 restos (0,5%) y cuatro individuos. Los elementos más abundantes de estas
dos especies son los miembros. El posterior es el mejor representado con el 45,1% en el que
destacan los restos de tibia, mientras que el miembro anterior, menos abundante (27,2%),
tiene registrados todos sus elementos de manera más proporcional. Los elementos de la
cabeza obtienen el 11,6% siendo las hemimandíbulas con dentición los más numerosos.
Por último se encuentran los elementos distales de las extremidades (12,1%) y la parte axial
(4%). Todos los restos pertenecen a individuos subadultos o adultos.
La perdiz (Alectoris rufa)
La perdiz es la única ave identificada específicamente en la muestra. Presenta un total de
14 restos (0,4%) de los que se ha calculado un número mínimo de 5 individuos (0,7%). La
mayoría de los restos fueron recuperados en la cisterna sur y corresponden a los miembros anterior y posterior. En la muestra también se han identificado 16 restos de ave que
no se han podido determinar específicamente por no conservar las partes articulares.
El sapo común (Bufo bufo)
Únicamente se han registrado dos restos de sapo común (0,06%) pertenecientes a un
individuo (0,2%). Se trata de un resto de húmero y otro de pelvis.
267
[page-n-12]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
El galápago leproso (Mauremys leprosa)
Esta tortuga de agua dulce está representada en la muestra por seis restos (0,2%) pertenecientes a dos individuos como mínimo (0,3%). Los restos corresponden a placas óseas
del peto (hipoplastron y epiplastron) de las cuales cuatro están quemadas.
El lagarto ocelado (Lacerta lepida)
Esta especie está presente en la muestra únicamente con un resto de fémur (0,03%).
Culebra indeterminada (Elaphe sp.)
Se han recuperado 40 restos de culebra (1,2%) pertenecientes a un mínimo de cinco individuos (0,7%). Se trata de un fragmento de mandíbula, 10 costillas y 29 vértebras, todos
recuperados en la habitación III.
Ictiofauna
En la muestra se han documentado 35 vértebras de pez que no se han podido determinar
específicamente. Únicamente un fragmento de maxilar, hallado en el sector oeste, se
atribuye a Sparus aurata (dorada).
Distribución de los restos
A nivel arquitectónico, el poblado de la Lloma de Betxí está dominado por una gran edificación de planta rectangular de 34 m de longitud y 10 m de anchura que ocupa la plataforma superior del cerro (figura 2). Edificación compuesta por dos grandes habitaciones
(I y II) separadas por un muro, y comunicadas por un vano de 1 m de ancho, y por una
dependencia paralela a ambas, el corredor oeste; construido directamente sobre el suelo
natural de la montaña, sin evidencias de construcción anteriores. Al N de la habitación II
se encuentra situada la habitación III, de planta aproximadamente circular y construida
con posterioridad a las dos primeras, de acuerdo con la lectura estratigráfica ofrecida por
ambas estructuras. Alrededor de la gran edificación y del espacio ocupado por la habitación III, se encuentran tres grandes sectores que no han sido excavados en su totalidad: el
sector sur, en el que se ha documentado una cisterna de planta oval y un camino de acceso
en rampa que asciende en zigzag desde la parte baja del cerro; el sector oeste, delimitado
por un gran muro ataludado al exterior del corredor oeste en cuya base se abre un espacio
aterrazado; y el sector este, en el que se identifica una segunda cisterna, también de planta
oval, junto a la puerta de entrada de la habitación II y un complejo sistema de plataformas
y terrazas, delimitadas por muros en talud, creando espacios de circulación y/o de trabajo
al exterior del edificio, salvando el fuerte desnivel del terreno (de Pedro, 1998, 2004, 2006).
268
[page-n-13]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Figura 2. Planimetría de la Lloma de Betxí.
En cuanto a la distribución de los restos y a la hora de valorar los resultados obtenidos, interesa destacar algunos aspectos vinculados a las diferentes fases de construcción.
Así, en la habitación III, los pobladores tuvieron que enfrentarse al desnivel del terreno,
bastante acusado en esta parte de la loma, y extraer tierra de otros lugares para acondicionar el espacio de la nueva vivienda; posiblemente de basureros anteriores vinculados
a las habitaciones I y II, con abundante materia orgánica. Una vez nivelado el terreno, se
realiza la preparación del pavimento y con posterioridad se ocupa la habitación. El nivel
que queda por debajo del pavimento (capas 6 y 7) y que contiene fauna no se relaciona
con las actividades desarrolladas en el interior de la habitación III, sino que se vincula a
momentos anteriores. Por encima del pavimento se encuentra el primer nivel de ocupación (capas 3, 4 y 5) cuya fauna se asocia con las actividades desarrolladas en la dependencia. En este sentido, hemos considerado oportuno separar los restos correspondientes a la fase constructiva de los restos propios de la ocupación. En el cuadro 1 se muestra
el total de los restos hallados en el interior de la habitación III y, entre paréntesis, aquellos restos que únicamente se vinculan al momento de ocupación (capas 3, 4 y 5).
En otro orden de cosas, la característica principal que se observa al obtener el número de restos, en cada una de las áreas determinadas en el yacimiento, es la diferencia por-
269
[page-n-14]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
centual existente entre las zonas edificadas: habitación I (5,5%), habitación II (0,5%),
habitación III (2,5%) y corredor oeste (3,6%), y las zonas circundantes aterrazadas: sector oeste (14,6%) y sector este (47,7%). Es decir, la mayor parte de los restos de fauna
aparecen fuera de las habitaciones, manteniéndose éstas bastante limpias de despojos.
El sector sur ha aportado un número escaso de restos (1,2%) en comparación con los sectores oeste y este, hecho que podemos atribuir a la menor extensión del área excavada y a
la escasa potencia estratigráfica existente en este sector en relación con los otros.
Entre la habitación I, la habitación II y el corredor oeste encontramos algunas diferencias en cuanto a la cantidad de restos que contienen y en la distribución de las
especies. La habitación I es la dependencia que más restos ha aportado y en la que se ha
registrado un mayor número de especies, tanto domésticas como silvestres. Dominan
los restos de ovicaprino, ciervo y conejo, aunque también encontramos bovino, cerdo,
jabalí, zorro, liebre, perdiz, galápago y lagarto. De ciervo han sido destacables los numerosos restos de astas hallados, un total de 30 (50,8%), algunos de ellos con marcas
de corte. En esta dependencia aparecen representadas todas las partes anatómicas de
las principales especies, por lo que no podemos vincularla a una zona específica de despiece o de lugar de consumo, no obstante, dada la numerosa cantidad de especies que
contiene, pensamos que podría tratarse de un lugar donde se realizaban algunas tareas
de procesado animal pero que mantendrían limpio con alguna regularidad echando los
despojos al exterior. Cabe recordar al respecto que en la habitación I se recuperó un
interesante ajuar doméstico cuya distribución permitía reconocer diferentes áreas de actividad: almacén, molienda, cocción de alimentos o trabajo textil. Actividades a las que
ahora podemos añadir otras relacionadas con el procesado de diversos animales. Por el
contrario, la habitación II apenas contiene restos, únicamente 16 restos de ovicaprino en
su mayoría dientes sueltos, dos restos de conejo y algunas esquirlas indeterminadas, y no
la relacionamos con actividades de cocina.
El corredor oeste presenta una mayor abundancia de restos de ovicaprino, con todas
sus partes anatómicas representadas, mientras que de bovino, cerdo y ciervo, mucho
más escasos, sólo aparecen restos de la cabeza y la parte distal de la extremidades (además de un calcáneo en el caso del ciervo), es decir, los elementos de menor aporte cárnico. Al igual que la habitación I, en esta dependencia podría haberse realizado algún tipo
de actividad carnicera pero más relacionada con el procesado de los ovicaprinos.
Para el análisis de la habitación III únicamente se ha tenido en cuenta el nivel de
ocupación. Esta habitación muestra un patrón similar al del corredor oeste en cuanto a
la mayor presencia de restos de ovejas y cabras con todas las partes anatómicas representadas, aunque aquí los elementos de los miembros del ciervo, la parte principal para el
consumo, son más abundantes que en el corredor oeste, mientras que los restos de bovi-
270
[page-n-15]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
no y cerdo han sido también muy escasos. Debido a la poca cantidad de fauna contenida
en el momento de ocupación, pensamos que esta dependencia también se mantendría
limpia con alguna frecuencia.
Lo que sí parece claro es que los sectores este y oeste actúan como basureros del
poblado. En estos sectores se han encontrado la mayoría de los restos de fauna, tanto de
especies domésticas como de silvestres, siendo en el sector este mucho más numerosos.
En general, el grupo de las ovejas y cabras es el mejor representado, seguido del ciervo,
con mucha diferencia con respecto a las demás especies que han aportado un cantidad
mucho más reducida de elementos. Sin embargo los restos de ciervo son mucho más
abundantes que los de ovicaprino en el sector oeste, y al contrario en el sector este. Todas
las partes anatómicas de los principales taxones están presentes, excepto del bovino, del
que no se han hallado elementos del miembro posterior en el sector este, ni del miembro
anterior en el sector oeste.
La cisterna sur también se utiliza como vertedero una vez deja de cumplir su función
inicial. En su interior se han hallado muestras de bovino, oveja, cabra, cerdo, perro, ciervo, conejo y perdiz, pero son los restos de ciervo los más abundantes. De cerdo aparecen
los elementos de la parte axial y de los miembros, y del perro, sólo una ulna, mientras
que de las demás especies se encuentran todas las partes anatómicas. En la cisterna norte no se hallaron restos de fauna.
L’ALTET DE PALAU
Características de la muestra
La muestra de l’Altet de Palau se compone de 3299 restos de los que se ha calculado un
número mínimo de 234 individuos. La elevada fragmentación de la muestra sólo nos ha
permitido identificar anatómica y taxonómicamente el 31,5% de los restos, quedando sin
identificar el 68,5% que se compone de numerosas esquirlas de pequeño tamaño y también de fragmentos de diáfisis, costillas y vértebras de difícil determinación específica,
clasificados dentro de las categorías de meso y macromamíferos.
Entre los restos identificados dominan las especies domésticas con un porcentaje del
74,2%, frente a las silvestres que sólo alcanzan el 25,8%.
Las especies domésticas identificadas son el caballo (Equus caballus), el bovino (Bos
taurus), la oveja (Ovis aries), la cabra (Capra hircus), el suido (Sus sp.) y el perro (Canis familiaris). Las silvestres están conformadas por el ciervo (Cervus elaphus), el corzo
(Capreolus capreolus), el zorro (Vulpes vulpes), el lince (Lynx pardinus), el gato silvestre
(Felis silvestris) y el conejo (Oryctolagus cuniculus) (cuadro 4).
271
[page-n-16]
Equus caballus
Equus sp.
Bos taurus
Ovicaprino
Ovis aries
Capra hircus
Capra sp
Sus sp.
Canis familiaris
DOMÉSTICOS
Cervus elaphus
Capreolus c.
Vulpes vulpes
Lynx pardinus
Felis silvestris
Oryctolagus c.
Avifauna
SILVESTRES
Macromamífero
Mesomamífero
Indeterminado
Total ident.
Total no ident.
TOTAL
TAXONES
272
5
1
70
11
8
19
7
4
229
62
36
98
134
212
342
327
688
1015
89
NMI
1
1
7
48
4
3
NR
1
1
22
182
8
4
A1
2
2
2
0
3
4
7
1
1
1
1
NR
3
2
1
1
1
1
NMI
A1.1
16
2
49
32
107
327
156
466
622
3
2
107
31
7
82
10
3
NR
28
2
1
7
2
1
21
4
1
9
6
2
NMI
A1.2
92
120
268
409
446
797
1243
45
266
19
2
1
8
2
354
70
2
1
1
2
16
NR
11
A2
65
17
6
25
4
3
1
4
1
48
9
1
1
1
1
4
NMI
4
1
10
4
10
11
24
35
10
1
2
5
NR
3
9
1
8
1
2
4
NMI
2
A3.1
6
33
39
57
23
129
152
2
17
6
2
9
NR
4
10
2
1
8
2
1
4
NMI
2
A3.2
10
8
43
38
51
89
140
8
2
1
41
2
3
31
3
NR
1
20
4
3
2
1
16
1
2
8
2
NMI
1
A3.3
10
18
12
32
23
62
85
2
10
4
1
6
3
1
1
13
8
1
3
NMI
1
1
10
NR
1
A3.4
NR NMI
21
11
1
1
82
20
586 102
40
16
10
9
1
1
20
13
11
5
772 178
181
32
2
1
1
1
1
1
2
1
79
19
2
1
268
56
357
687
1215
1040 234
2259
3299 234
TOTAL
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
Cuadro 4. Representación del Número de Restos (NR) y del Número Mínimo de Individuos
(NMI) de las especies en los diferentes ámbitos de l’Altet de Palau.
[page-n-17]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Los restos de ovicaprino han sido los más abundantes dentro de los identificados
destacando de manera significativa con respecto a las demás especies (NR: 61,2%, NMI:
54,3%), y han sido más numerosos los restos de oveja que de cabra. Muy por detrás,
dentro de los domésticos, se encuentra el bovino (NR: 7,9%, NMI: 8,5%), seguidos del
caballo (NR: 2,1%, NMI: 4,7%) y el suido (NR: 1,9%, NMI: 5,6%) que mantienen en la
muestra una importancia relativa similar. Los restos de perro han obtenido unos valores
muy bajos (NR: 1,1%, NMI: 2,1%).
El ciervo es la especie dominante entre los silvestres (NR: 17,4%, NMI: 13,7%) y en
el total de la muestra se sitúa como segunda especie en importancia relativa por detrás
de los ovicaprinos. Seguido del ciervo se encuentra el conejo (NR: 7,6%, NMI: 8,1%),
mientras que los restos de las demás especies silvestres han sido muy escasos y no han
alcanzado el 2% en el total de los identificados.
Las especies domésticas
El caballo (Equus caballus)
Los restos de caballo suman un total de 21 restos de los que se ha calculado un número
mínimo de 11 individuos.
Los elementos anatómicos más abundantes en la muestra son los dientes sueltos
(42,8%) seguidos de los elementos distales de las extremidades (38,1%) representados
por metapodios y falanges. Del miembro anterior (9,5%) únicamente se han registrado
dos fragmentos de húmero, del miembro posterior (4,8%) un fragmento de pelvis, y de
la parte axial (4,8%) un fragmento de atlas (cuadro 5).
En la muestra también se ha hallado un fragmento de tercera falange, que ha sido
clasificado en la forma genérica Equus sp.
En las edades de muerte observamos un predominio de los grupos IV y V, es decir, de
los individuos de edad superior a los tres años y medio. Únicamente aparece en la muestra
un infantil, cuyos restos corresponden a dos dientes deciduales y dos primeras falanges, al
que se le ha determinado una edad de muerte de aproximadamente seis meses (cuadro 6).
No se ha observado ninguna marca de carnicería entre los restos de caballo; no obstante, dado los pocos elementos registrados, no se descarta su consumo.
El bovino (Bos taurus)
El bovino es la segunda especie de los domésticos mejor representada en la muestra, por
detrás de los ovicaprinos, con 82 restos y un número mínimo de 20 individuos.
El 50% de los restos de bovino identificados corresponden a elementos de la cabeza,
donde han sido abundantes los dientes sueltos, tanto superiores como inferiores, y los
273
[page-n-18]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
TAXONES
Equus caballus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Bos taurus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Ovicaprino
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Sus sp.
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Cervus elaphus
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
Oryctolagus c.
CABEZA
AXIAL
MIEMBRO ANTERIOR
MIEMBRO POSTERIOR
EXTREMIDAD DISTAL
A1
A1.1
A1.2
A2
A3.1
A3.2
54,5
33,3
50
A3.3
A3.4
TOTAL
100
42,8
4,8
9,5
4,8
38,1
100
18,2
100
27,3
66,7
25
25
50
100
59,1
85,7
42,2
9,1
13,6
18,2
14,3
11,1
15,6
31,1
56,7
3,1
12,9
9,8
17,5
65,3
1,1
12,6
10,5
10,5
67,6
1,1
10,1
8,7
12,5
100
50
100
28,7
25
50
60
20
20
100
11
13,4
25,6
62,4
1,7
12,6
9,1
14,2
75
88,9
38,2
63,6
11,1
38,2
8,9
14,7
9,1
27,3
50
50
50
20
5
25
25
28,7
25
42,6
12,9
37,1
17,7
9,7
35,5
50
100
38,7
6,5
41,9
5,6
12,5
44,4
25
25
12,5
50
25
100
25,7
1,4
8,6
11,4
52,9
25
6,25
18,75
37,5
12,5
33,3
100
16,7
33,3
16,7
50
50
50
25
25
12,5
50
12,5
62,5
12,5
50
28,2
0,5
17,7
11,6
4,2
12,7
1,3
29,1
35,4
21,5
Cuadro 5. Porcentajes de las partes anatómicas de las especies documentadas en cada ámbito
de l’Altet de Palau.
274
[page-n-19]
El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
TAXONES
Equus caballus
0
Bos taurus
Ovicaprino
Ovis aries
Capra hircus
Sus sp.
Cervus elaphus
5
I
(< 12)
1
II
(12-24)
(< 6)
(6-18)
(< 3)
18
2
(3-12)
4
(< 5)
1
(< 8)
3
(6-11)
3
(18-16)
3
III
(24-42)
IV
(42-54)
2
V
(adulto)
3
VI
(senil)
(18 a 27-30) (27-30 a 42) (adulto)
7
(9-12 a 24)
(24-36)
(36-72)
16
10
31
1
6
1
1
(12-17)
(18-22)
(adulto)
3
1
(12-28)
(28-30)
(adulto)
6
19
(senil)
6
(senil)
8
(senil)
(senil)
2
Cuadro 6. Grupos de edades de muerte de las principales especies en l’Altet de Palau. Entre
paréntesis se indica la edad en meses que corresponde a cada grupo.
fragmentos de hemimandíbulas con dentición. En segundo lugar se encuentran los elementos distales de las extremidades (25,6%) representados por falanges y metapodios. El
miembro posterior (13,4%) queda registrado por todos sus elementos con unos valores similares, mientras que del anterior (11%) han destacado los fragmentos de ulna (cuadro 5).
Los únicos grupos de edad de muerte representados son el V y el VI correspondientes
a los adultos y seniles respectivamente (cuadro 6). Este patrón de sacrificio nos muestra
una gestión del ganado destinada a la obtención de productos secundarios y posiblemente también para trabajos de fuerza puesto que se mantienen a algunos individuos
hasta una edad avanzada.
Los ovicaprinos: oveja (Ovis aries) y cabra (Capra hircus)
Los ovicaprinos son el grupo que mayor número de restos ha aportado en la muestra,
con un total de 586 y un número mínimo de 102 individuos. Se han podido diferenciar
40 restos pertenecientes a ovejas con un número mínimo de 16 individuos y 10 de cabras
correspondientes a nueve individuos.
En la muestra se han registrado todos los elementos anatómicos de los ovicaprinos.
Destacan los elementos de la cabeza (62,4%), fundamentalmente los dientes sueltos y
los fragmentos de hemimandíbulas con dentición. La segunda parte anatómica mejor
representada es la parte distal de las extremidades (14,2%) donde abundan los metapodios y las falanges. Los elementos del miembro anterior (12,6%) han sido más numerosos
que los del posterior (9,1%), destacando los restos de húmeros y radios en el primero, y
los de tibias en el segundo (cuadro 5).
275
[page-n-20]
CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
En el cuadro de edades de muerte de los ovicaprinos se observa que están representados todos los grupos de edad, lo que indica un aprovechamiento máximo de todos los
recursos que aporta este ganado (cuadro 6). Preferentemente se sacrifican individuos
infantiles (grupo I) menores de tres meses y los adultos (grupo V) de tres a seis años.
El sacrificio de los infantiles nos muestra que una parte de la gestión del ganado estaría
destinada a la producción de leche. El grupo III (9-12 a 24 meses) está mejor representado que el grupo II (3-12 meses) indicando que para la producción de carne se opta por
aquellos individuos con mayor peso. El grupo IV (2-3 años) también son escasos y sería
este grupo, junto con el II, los que conformarían la comunidad viva principal del ganado,
y probablemente utilizarían a los individuos del grupo IV como reproductores y para
la obtención de leche. A partir de los tres años hasta los seis (grupo V) se sacrifican el
mayor número de individuos.
Los suidos (Sus sp.)
Los restos de suido suman un total de 20 de los que se ha calculado un número mínimo
de 13 individuos.
La parte anatómica mejor documentada es la cabeza (50%) donde están representados los elementos del cráneo, fragmentos de mandíbulas y de maxilar, y dientes sueltos. En segundo lugar se encuentran los elementos distales de las extremidades (25%)
seguidos del miembro anterior (20%) con restos de escápulas y húmeros. Por último, el
miembro posterior (5%) que sólo está representado por un fragmento de pelvis.
El patrón de sacrificio de los suidos se orienta principalmente en los grupos II (6-11
meses) y III (12-17 meses), es decir, en aquellos individuos juveniles y subadultos que ya
han alcanzado un peso óptimo para un mejor aprovechamiento cárnico.
El perro (Canis familiaris)
El perro está representado en la muestra por 11 restos y un número mínimo de cinco
individuos. Los elementos identificados son dos caninos y dos premolares superiores, 2
fragmentos de mandíbulas con dentición, una diáfisis de tibia, un metacarpo V, dos metatarsos (II y III) y una falange primera. Todos los restos pertenecen a individuos adultos.
Las especies silvestres
El ciervo (Cervus elaphus)
En la muestra el ciervo es la especie cazada que ha aportado un mayor número de restos
y su importancia relativa la sitúa en segundo lugar, por detrás de los ovicaprinos. Los
restos suman un total de 181 de los que se ha calculado un número de 32 individuos.
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El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Del ciervo se han registrado todos los elementos anatómicos. La parte anatómica
más abundante corresponde a la zona distal de las extremidades (42%) donde los elementos más numerosos han sido las falanges. Le siguen los restos de la cabeza (28,2%)
en la que han destacado los fragmentos de asta y los dientes sueltos. De los elementos
del miembro anterior (17,7%) sobresalen en número de restos las escápulas y radios,
mientras que del posterior (11,6%), menos abundante, los de fémur y tibia (cuadro 5).
En las edades de muerte se observa un predominio del grupo V (adultos) y en menor
medida del IV (adultos jóvenes), aunque también han aparecido en la muestra unos
pocos individuos juveniles y seniles (cuadro 6). En este sentido, la caza del ciervo estaba
enfocada de manera selectiva hacia los individuos adultos, de mayor tamaño y peso.
El corzo (Capreolus capreolus)
Esta especie únicamente está representada por dos restos pertenecientes a un individuo.
Se trata de una diáfisis de fémur y de un fragmento longitudinal de diáfisis de metatarso.
El zorro (Vulpes vulpes)
El zorro está registrado en la muestra por una diáfisis de fémur.
El lince (Lynx pardinus)
Únicamente se ha identificado un fragmento de tibia distal.
El gato montés (Felis silvestris)
De esta especie se han documentado dos fragmentos de mandíbulas con dentición pertenecientes como mínimo a un individuo.
El conejo (Oryctolagus cuniculus)
El conejo está representado en la muestra por 79 restos y un número mínimo de 19 individuos. Es la segunda especie cazada con mayor importancia relativa por detrás del
ciervo. Las partes anatómicas más numerosas son el miembro posterior (35,4%) donde
los elementos más destacables son las pelvis y las tibias, y el miembro anterior (29,1%) en
el que abundan los radios y los húmeros. Los elementos de la parte distal de las extremidades están representados con el 21,5% y la parte axial únicamente con el 1,3%.
Distribución de los restos
Los resultados obtenidos en las campañas de excavación efectuadas desde 2005 corroboran la existencia de una compleja estratigrafía, con restos constructivos bien conservados y de dimensiones importantes que nos permiten valorar la existencia de diferentes
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CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
Figura 3. Planimetría de l’Altet de Palau.
espacios y áreas de trabajo en el poblado, y de diferentes niveles de ocupación y/o destrucción. En relación con la distribución de los restos, en el poblado de l’Altet de Palau se
identifican dos conjuntos de estancias o grandes ámbitos de planta cuadrangular, separados por una calle (figura 3). En el análisis de la fauna únicamente haremos referencia a
aquellos espacios excavados en su totalidad.
El ámbito de mayor superficie (A1) lo constituye una gran habitación de planta rectangular que presenta dos fases constructivas. En la primera fase se encontraba dividido
en dos estancias más pequeñas separadas por un muro (A1.1 y A1.2); posteriormente el
muro se derriba ampliándose la estancia y convirtiéndose en una sola habitación de mayor extensión (A1).
Los ámbitos A1.1 y A1.2 presentan diferencias claras en cuanto a la proporción de fauna contenida. En éste sentido, en A1.1 tan sólo encontramos el 0,2% de la fauna total de
la muestra, mientras que en A1.2 el 18,8%, por lo que vinculamos éste último con algunas
tareas de carnicería o de consumo, mientras que A1.1 estaría destinado a otros usos.
Tras la eliminación del muro que separaba las dos estancias, el espacio se prolonga en
un solo ámbito, ahora denominado A1. Aquí los restos de fauna se encuentran esparcidos
por toda el área sin distinción de espacios, y el porcentaje que obtienen es del 30,8%
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El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Figura 4. L´Altet de Palau.
Concentración de restos de
fauna en el ámbito A3.3.
del total de la muestra. Las especies domésticas son mucho más abundantes que las
silvestres, sobre todo los restos de ovicaprino, aunque esta pauta la observamos en todas
las dependencias del yacimiento. De ovicaprino, bovino, cerdo, conejo y ciervo encontramos representadas tanto las partes anatómicas de mayor aporte cárnico (miembros),
como las de menor (cabeza, metapodios y falanges). Los elementos axiales apenas están
reflejados debido a que la mayoría están incluidos en las categorías de meso y macromamífero. También se han hallado dos restos de la extremidad distal de caballo, y de perro
un diente, un fragmento mandibular con dentición y dos restos de la extremidad distal.
La calle (A2) es la zona donde se ha registrado el mayor número de restos y también
de especies, tanto domésticas como silvestres, y supone el 37,7% del total de la muestra.
Los restos de ovicaprino han sido, con mucho, los más abundantes, seguidos de lejos
por el ciervo, el bovino, el caballo, el suido y el conejo; y mucho más minoritarios los de
perro, corzo, zorro, lince y gato montés. La representación de las partes anatómicas de
las especies es muy similar a la documentada en A1. La única diferencia radica en que en
A2 aparecen restos, aunque muy escasos, de un mayor número de especies silvestres y en
que los elementos de caballo son más abundantes que en A1.
Nos encontramos ante dos ámbitos de carácter diferente, uno es un espacio cerrado
(A1) y el otro abierto (A2), que presentan unos porcentajes de fauna contenida y una
representación anatómica de las especies muy similares. Teniendo en cuenta que el poblado se encuentra a pocos metros de un barranco, es lógico pensar que la mayoría de
despojos fueron arrojados en este lugar, utilizado como basurero. De manera que ¿se
trataría de dos ámbitos relacionados con actividades carniceras que no se mantuvieron
demasiado limpios o, por el contrario, se trataría de espacios utilizados en algún momento como vertederos?
Finalmente, el último conjunto (A3) está formado por los ámbitos A3.1, A3.2, A3.3 y
A3.4, pequeños departamentos de planta cuadrangular alineados de forma consecutiva
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CARMEN TORMO CUÑAT Y MARÍA JESÚS DE PEDRO MICHÓ
a lo largo de la cara E de la calle. Dos de ellos, el A3.2 y A3.3, presentan el suelo de ocupación empedrado con pequeños cantos rodados y piedras, y son los que han registrado
el mayor número de restos, 4,6% y 4,2% respectivamente, en comparación con A3.1 que
sólo ha aportado el 1,1% de la fauna y A3.4 con el 2,6%.
En el ámbito A3.3 destacan los restos de ovicaprino, de los que se han hallado representadas todas las partes anatómicas. Además, de los cuatro departamentos, es el que
tiene un mayor número de especies documentadas entre las que se encuentran, además
de los ovicaprinos y con muy escasos restos, el caballo, el bovino, el cerdo, el perro, el
ciervo y el conejo. Los otros departamentos han ofrecido un número muy bajo de especies identificadas con una representación anatómica bastante dispar (figura 4).
Estos son, por ahora, los datos disponibles. Los más recientes trabajos han permitido
delimitar un gran muro que cierra el asentamiento por el O y el S, cuyo trazado recorre
los lados más accesibles del poblado adaptándose a las irregularidades de la roca; con
un acceso en ángulo recto a manera de una puerta de entrada y dos contrafuertes o bastiones al exterior, mientras nuevos departamentos se abren en el sector norte adosados
a este gran muro. Así, en las próximas campañas de excavación, el conocimiento de los
nuevos espacios y el estudio de todos los materiales hallados, nos ofrecerá una visión
más detallada y completa en cuanto a la distribución de los restos, las áreas de actividad
y la economía de este poblado.
CONCLUSIONES: VALORACIÓN DE LA GANADERÍA Y LA CAZA
Durante el periodo cultural del Bronce pleno y el Bronce tardío la ganadería se encuentra
plenamente establecida como base económica, junto con la agricultura, en los poblados
peninsulares. El ganado no es considerado únicamente como productor de carne sino
también como fuente de productos secundarios con posibilidad de crear excedente y,
por lo tanto, susceptible de intercambio (Martínez Valle e Iborra, 2001-2002; Iborra y
Sanchis, 2011).
En los yacimientos de la Lloma de Betxí y de l’Altet de Palau las especies domésticas
son más abundantes que las silvestres. En la Lloma de Betxí el porcentaje de domésticos obtiene el 58,7% frente al 41,3% de los silvestres en NR, sin embargo si tomamos el
NMI la diferencia aumenta al 67% y 33% respectivamente. L’Altet de Palau presenta una
diferencia entre domésticos y silvestres mucho más notable a favor de los primeros (en
NR: 74,2% y 25,8; en NMI: 76% y 24%). Este dominio de las especies domésticas también se observa en otros yacimientos de la Edad del Bronce como la Muntanya Assolada
(Sarrión, 1998) con el 63,2% y el 36,8%, la Mola d’Agres (Castaños, 1996; López Gila,
2004) con el 83% y el 17%, La Horna (Puigcerver, 1992-94) con el 87,4% y el 12,6%, Sant
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El registro de la fauna de dos yacimientos valencianos de la Edad del Bronce
Joaquim de la Menarella (Sanchis y Tormo, 2007) con el 92,6% y el 7,4%, o en la Fases Ib
y III de Pic dels Corbs (Barrachina y Sanchis, 2008) con el 64,7%-35,3% y 51,7%-48,3%
respectivamente, entre otros.
Sin embargo, también se observa que la actividad cinegética juega un papel fundamental en la economía de los poblados, especialmente la caza de ciervo y conejo, especies que se encuentran en la mayoría de los yacimientos de la Edad del Bronce en este
territorio. Tanto en la Lloma de Betxí como en el l’Altet de Palau el ciervo es la especie
cazada más abundante situándose en ambos como segundo taxón mejor representado
por detrás de los ovicaprinos, indicando su gran importancia como portadora de carne
para estas comunidades. Y en el caso de la Fase III de Pic dels Corbs el ciervo se impone
como principal especie superando al ganado ovicaprino.
La diversificación de especies silvestres es amplia, pero siempre aparecen con unos
valores muy discretos. Encontramos corzo, jabalí, zorro, además de pequeños felinos
como el lince y el gato montés en l’Altet de Palau, o liebre, perdiz, galápago y sapo en
la Lloma de Betxí. Estas especies nos informan de un entorno combinado de bosques y
espacios abiertos con cursos de agua.
En cuanto a la cabaña ganadera, ambos yacimientos presentan unas pautas similares,
y estaría conformada principalmente por un ganado de ovejas y cabras, además de un
pequeño grupo de bovinos y cerdos. Del ganado ovicaprino han aparecido representadas
todas las cohortes de edad, por lo que parece que su gestión no estaría orientada hacia
un producto en concreto sino más bien hacia un aprovechamiento máximo de todos sus
recursos como la leche, la carne, las pieles y la lana. Los bovinos son sacrificados a edades avanzadas, siendo adultos o incluso seniles, y probablemente antes de su consumo
fueron utilizados como fuerza de trabajo, mientras que los cerdos se sacrifican a una
edad temprana una vez han alcanzado el peso óptimo.
El caballo únicamente está presente en l’Altet de Palau y con muy pocos restos documentados. Esta especie se sacrifica a partir de los tres años y medio, a excepción de
un individuo infantil menor de un año. Sus restos no presentan ningún tipo de marcas
carniceras por lo que no podemos confirmar su consumo.
Agradecimientos
Al Servei d’Investigació Prehistòrica de la Diputació de València por las facilidades prestadas
a la hora de realizar este estudio. A Pablo García Borja por sus comentarios y aportaciones sobre l’Altet de Palau. A Inocencio Sarrión Montañana y Alfred Sanchis Serra por la información
facilitada acerca de sus estudios sobre los yacimientos presentados, y especialmente a Alfred
por compartir con nosotras buenos consejos y necesarias correcciones.
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