Ereta del Pedregal. Navarres. 1979
10-08-197928-08-1979Helena Bonet Rosado
Esta excavación, la 19ª en este yacimiento eneolítico, se llevó a cabo entre los días 10 y 28 de agosto. Fue dirigida por el Sr. Pla Ballester, subdirector del SIP, con la colaboración del Sr. Martí Oliver. También participaron en el estudio de los restos hallados en el yacimiento Dña. Pilar Fumanal García, Dña. Michèle Dupré Olivier y el Sr. Manuel Pérez Ripoll. Se centró principalmente en la zona noreste del poblado, aunque también se trabajó en el sector sud-occidental.
En esta campaña se han documentado, dentro de la zona noreste, restos de construcciones de piedra, que pueden interpretarse como estructuras de habitación, en este caso restos de un muro; un fondo de cabaña formado por piedras, y una posible alineación también de piedras junto a un pequeño conjunto de las mismas y restos de barro cocido.
Los materiales hallados en la zona noreste son algunas puntas de flecha de sílex, hachas, un diente de hoz de sílex, un pequeño cincel de piedra pulida, cerámica sin decoración y restos de fauna.
La atribución cronocultural, a juzgar por los materiales ya citados, debe de ser eneolítica. Los fondos de cabaña no se corresponden, por otra parte, con las construcciones de la cultura del Bronce Valenciano.
En el sector sud-occidental aparecen restos distintos: un brazalete de arquero, un pequeño cincel de cobre de sección cuadrada y un diente de hoz de sílex.
Durante esta campaña se procedió también al vallado del yacimiento para evitar la destrucción de estructuras por parte de saqueadores.
La excavación se centra principalmente en la zona nordeste del poblado siguiendo los trabajos de la anterior campaña, aunque también se trabajó al ángulo sudoccidental, aunque en menor medida.
Haciendo un breve balance decís resultados obtenidos a las campañas precedentes, destaca la existencia en dos zonas distintas del yacimiento (K-7 y L-7 / A-20 y A-21), de un nivel inicial de habitación formado por estructuras de piedra que denominaremos fondo de cabaña y que se asentaban directamente sobre la torva o tierra torvosa
Aun así, la evolución posterior del yacimiento no aparece reflejada con claridad a la zona correspondiente a las cuadrículas K-7 y L-7, donde exceptuando alguna costra de barro cocido no se documentaron restos de construcciones a los niveles superiores. Por el contrario, en la zona nordeste, los resultados indicaban que en este ángulo del poblado se habían conservado mejor las estructuras propias de los niveles superiores o simplemente que, por la irregular dispersión de los habitados o cabañas en un poblado eneolítico, en aquella zona era más probable de encontrarlos.
Con todo, las mayores dificultades eran en la sistemática destrucción a que el yacimiento se encontraba sometido por parte de excavadores furtivos. Por eso se ha procedido a cerrar el recinto. Esto ha permitido de abrir una extensa zona, con un total de 18 cuadrículas de un m². cada una, además de limpiar otros 16 m². que habían ya sido excavados en parte en anteriores campañas. Los trabajos han dejado a cuerpo descubierto un nivel de habitación formado por restos de construcciones de piedra, aunque resulta difícil de descender a una interpretación. A pesar de todo, podemos decir que nos encontramos ante unas estructuras de habitación que comprenden los restos de un muro (cuadrículas B-23 y B-24); un fondo de cabaña formado por piedras de similar tamaño (q. a-23, a-24 y A-23); un posible alineamiento de piedras ( q. e-24 y d-25), y un pequeño conjunto de piedras y restos de barro cocido (q. D-23).
Si completamos estos resultados con el observado a las cuadrículas A-20 y A-21, podemos afirmar la existencia de dos niveles diferentes de fondos de cabañas de piedra, además d"un nivel intermedio de barro cocido.
Por los materiales recobrados nos encontramos al pie Eneolítico, porque un solo diente de hoz de sílex nos permitiría de hablar de una cronología avance. Al contrario, los materiales más abundosos fueran los normales al yacimiento: flechas (puntas de sílex), hachas y un pequeño cincel de piedra pulcra, cerámicas sin decoración, elementos de aprehensión y restos de fauna. Pero, hay que contar con que el área excavada en la presente campaña había estado objeto de trabajos anteriores y parte de la sedimentación que cubría estas estructuras había sido levantada.
El contrapunto de estos resultados es al ángulo opuesto del yacimiento, la zona suroeste. Aquí y con el fin de nivelar el asentamiento del cierre del yacimiento se excavó una pequeña zona que afecta las capas superficiales por encima del que se denomina "capa dura", en las cuadrículas S-T/l-IV, destacando la aparición de un brazalete de arquero, un pequeño cincel de cobre de sección cuadrada y un posible diente de hoz de sílex.
(La tarea del Servicio de Investigación Prehistórica y de su Museo el pasado año 1979, pp. 95-96).
En esta campaña se han documentado, dentro de la zona noreste, restos de construcciones de piedra, que pueden interpretarse como estructuras de habitación, en este caso restos de un muro; un fondo de cabaña formado por piedras, y una posible alineación también de piedras junto a un pequeño conjunto de las mismas y restos de barro cocido.
Los materiales hallados en la zona noreste son algunas puntas de flecha de sílex, hachas, un diente de hoz de sílex, un pequeño cincel de piedra pulida, cerámica sin decoración y restos de fauna.
La atribución cronocultural, a juzgar por los materiales ya citados, debe de ser eneolítica. Los fondos de cabaña no se corresponden, por otra parte, con las construcciones de la cultura del Bronce Valenciano.
En el sector sud-occidental aparecen restos distintos: un brazalete de arquero, un pequeño cincel de cobre de sección cuadrada y un diente de hoz de sílex.
Durante esta campaña se procedió también al vallado del yacimiento para evitar la destrucción de estructuras por parte de saqueadores.
La excavación se centra principalmente en la zona nordeste del poblado siguiendo los trabajos de la anterior campaña, aunque también se trabajó al ángulo sudoccidental, aunque en menor medida.
Haciendo un breve balance decís resultados obtenidos a las campañas precedentes, destaca la existencia en dos zonas distintas del yacimiento (K-7 y L-7 / A-20 y A-21), de un nivel inicial de habitación formado por estructuras de piedra que denominaremos fondo de cabaña y que se asentaban directamente sobre la torva o tierra torvosa
Aun así, la evolución posterior del yacimiento no aparece reflejada con claridad a la zona correspondiente a las cuadrículas K-7 y L-7, donde exceptuando alguna costra de barro cocido no se documentaron restos de construcciones a los niveles superiores. Por el contrario, en la zona nordeste, los resultados indicaban que en este ángulo del poblado se habían conservado mejor las estructuras propias de los niveles superiores o simplemente que, por la irregular dispersión de los habitados o cabañas en un poblado eneolítico, en aquella zona era más probable de encontrarlos.
Con todo, las mayores dificultades eran en la sistemática destrucción a que el yacimiento se encontraba sometido por parte de excavadores furtivos. Por eso se ha procedido a cerrar el recinto. Esto ha permitido de abrir una extensa zona, con un total de 18 cuadrículas de un m². cada una, además de limpiar otros 16 m². que habían ya sido excavados en parte en anteriores campañas. Los trabajos han dejado a cuerpo descubierto un nivel de habitación formado por restos de construcciones de piedra, aunque resulta difícil de descender a una interpretación. A pesar de todo, podemos decir que nos encontramos ante unas estructuras de habitación que comprenden los restos de un muro (cuadrículas B-23 y B-24); un fondo de cabaña formado por piedras de similar tamaño (q. a-23, a-24 y A-23); un posible alineamiento de piedras ( q. e-24 y d-25), y un pequeño conjunto de piedras y restos de barro cocido (q. D-23).
Si completamos estos resultados con el observado a las cuadrículas A-20 y A-21, podemos afirmar la existencia de dos niveles diferentes de fondos de cabañas de piedra, además d"un nivel intermedio de barro cocido.
Por los materiales recobrados nos encontramos al pie Eneolítico, porque un solo diente de hoz de sílex nos permitiría de hablar de una cronología avance. Al contrario, los materiales más abundosos fueran los normales al yacimiento: flechas (puntas de sílex), hachas y un pequeño cincel de piedra pulcra, cerámicas sin decoración, elementos de aprehensión y restos de fauna. Pero, hay que contar con que el área excavada en la presente campaña había estado objeto de trabajos anteriores y parte de la sedimentación que cubría estas estructuras había sido levantada.
El contrapunto de estos resultados es al ángulo opuesto del yacimiento, la zona suroeste. Aquí y con el fin de nivelar el asentamiento del cierre del yacimiento se excavó una pequeña zona que afecta las capas superficiales por encima del que se denomina "capa dura", en las cuadrículas S-T/l-IV, destacando la aparición de un brazalete de arquero, un pequeño cincel de cobre de sección cuadrada y un posible diente de hoz de sílex.
(La tarea del Servicio de Investigación Prehistórica y de su Museo el pasado año 1979, pp. 95-96).