Solar Calle del Ángel del Alcázar nº9. Oliva. 1975
23-07-197530-08-1975
Con motivo de abrir unos pozos para la cimentación de un nuevo edificio en un solar sito en el número 9 de la calle del Ángel del Alcázar, de Oliva, comenzaron a aparecer en número excepcionalmente abundante fragmentos de ánforas romanas, restos que se encontraban en casi todas las perforaciones efectuadas.
Se inició por tanto una excavación de urgencia bajo dirección del SIP. Como el solar había sido en toda su extensión perforado para la fijación de los pilares de sustentación del futuro edificio, se aprovecharon los agujeros ya hechos para localizar el área arqueológicamente fértil. Se estudiaron veinte de ellos, en los que se veían fragmentos cerámicos o capas de arcilla pura que hacían suponer su amontonamiento en tiempos antiguos: se observó y estudió la estratigrafía que cada uno de los agujeros presentaba, tomándose muestras de las tierras y de las cerámicas. De la observación de los restos se llegó a una primera conclusión sobre el yacimiento arqueológico: sin duda se trataba de un alfar romano especializado, al parecer, en la fabricación de ánforas, parte del cual se hallaba ya en estado de total desaparición, bajo las edificaciones efectuadas en los solares colindantes.
Para conseguir una estratigrafía en zona no revuelta, se eligió una en la que el amontonamiento de cerámica era mayor, pues se había deducido del estudio de los hoyos que la parte superior de la capa de tiestos de ánforas iba siendo cada vez más hondo de Este a Oeste. La excavación de esta zona se hizo en una superficie de un metro de largo por ochenta y cinco centímetros de ancho, alcanzándose los dos metros de profundidad, a cuyo nivel aparecía el suelo estéril. Se recogió cerámica y se tomaron diversas muestras de tierra para su análisis.
Como conclusiones provisionales, deducidas antes de efectuar un estudio de las cerámicas y los análisis de las muestras de tierras tornadas, puede decirse que en este lugar estuvo, al parecer, la escombrera o testar de un horno de alfarería dedicado a la fabricación de ánforas: por ello se encuentran en tanta abundancia los restos de tal tipo de vasijas y hasta alguna deformada por haberse caído mientras se cocía. Junto a esta escombrera aparecen gruesas capas de arcillas muy levigadas, de las que hay de dos clases, juzgándolas a simple vista: unas, amarillentas, que aparecen en el mismo término de Oliva en la actualidad, y otras, más rojizas y oscuras, que debieron traerse de más lejos.
De un somero estudio de los tipos de ánforas encontrados parece deducirse que la fábrica estuvo en funcionamiento durante los siglos I a III de la Era. Su importancia es grande, ya que, aparte de haberse descubierto algunas marcas de alfarero no conocidas hasta ahora, la existencia de tal fábrica hace suponer la necesidad de este tipo de vasija en la zona, lo que podría relacionarse con algunas fábricas de salazón, de cuyo producto serían aquéllas los envases y de las que se conocen restos en puntos no muy alejados de Oliva, hacia el sur, como podría ser una posible factoría, que debió estar junto a la desembocadura del río Girona, en "La Punta de la Almadraba".
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1975, pp. 49-51).
Se inició por tanto una excavación de urgencia bajo dirección del SIP. Como el solar había sido en toda su extensión perforado para la fijación de los pilares de sustentación del futuro edificio, se aprovecharon los agujeros ya hechos para localizar el área arqueológicamente fértil. Se estudiaron veinte de ellos, en los que se veían fragmentos cerámicos o capas de arcilla pura que hacían suponer su amontonamiento en tiempos antiguos: se observó y estudió la estratigrafía que cada uno de los agujeros presentaba, tomándose muestras de las tierras y de las cerámicas. De la observación de los restos se llegó a una primera conclusión sobre el yacimiento arqueológico: sin duda se trataba de un alfar romano especializado, al parecer, en la fabricación de ánforas, parte del cual se hallaba ya en estado de total desaparición, bajo las edificaciones efectuadas en los solares colindantes.
Para conseguir una estratigrafía en zona no revuelta, se eligió una en la que el amontonamiento de cerámica era mayor, pues se había deducido del estudio de los hoyos que la parte superior de la capa de tiestos de ánforas iba siendo cada vez más hondo de Este a Oeste. La excavación de esta zona se hizo en una superficie de un metro de largo por ochenta y cinco centímetros de ancho, alcanzándose los dos metros de profundidad, a cuyo nivel aparecía el suelo estéril. Se recogió cerámica y se tomaron diversas muestras de tierra para su análisis.
Como conclusiones provisionales, deducidas antes de efectuar un estudio de las cerámicas y los análisis de las muestras de tierras tornadas, puede decirse que en este lugar estuvo, al parecer, la escombrera o testar de un horno de alfarería dedicado a la fabricación de ánforas: por ello se encuentran en tanta abundancia los restos de tal tipo de vasijas y hasta alguna deformada por haberse caído mientras se cocía. Junto a esta escombrera aparecen gruesas capas de arcillas muy levigadas, de las que hay de dos clases, juzgándolas a simple vista: unas, amarillentas, que aparecen en el mismo término de Oliva en la actualidad, y otras, más rojizas y oscuras, que debieron traerse de más lejos.
De un somero estudio de los tipos de ánforas encontrados parece deducirse que la fábrica estuvo en funcionamiento durante los siglos I a III de la Era. Su importancia es grande, ya que, aparte de haberse descubierto algunas marcas de alfarero no conocidas hasta ahora, la existencia de tal fábrica hace suponer la necesidad de este tipo de vasija en la zona, lo que podría relacionarse con algunas fábricas de salazón, de cuyo producto serían aquéllas los envases y de las que se conocen restos en puntos no muy alejados de Oliva, hacia el sur, como podría ser una posible factoría, que debió estar junto a la desembocadura del río Girona, en "La Punta de la Almadraba".
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1975, pp. 49-51).