Corral de Saus. Moixent. 1974
26-07-197406-09-1974José Aparicio Pérez
Se prosiguió la excavación en el Sector C, especialmente en la zona al sureste de la llamada "gran tumba", con la esperanza de encontrar las grandes piedras y sillares que fueron, ya en la antigüedad, extraídos de dicha tumba. Sólo se encontraron fragmentos de los grandes sillares.
Junto a la mencionada tumba apareció una incineración en urna: los restos se hallaban en el interior de una urna ibérica tapada con un plato, la cual estaba semienterrada y protegida por un empedrado de piedras pequeñas; este empedrado protegía igualmente a un kalathos ibérico que se encontró junto a la urna y en cuyo interior, llenándolo sólo hasta la mitad, había huesos y cenizas, así como los restos del plato que en su día sirviera de tapadera. Rodeando la urna cineraria estaban la falcata y una hoja de lanza, de hierro, casi completamente deshechas por la oxidación y. que pudieron salvarse utilizando medios químicos; también aparecieron fragmentos del mismo metal, entre ellos algunos que pudieron ser de tahalí, un acicate de bronce y varios fragmentos de este mismo metal. Se trata, pues, al parecer, de un enterramiento de guerrero y posiblemente los huesos y cenizas que contenía el kalathos pertenecieron al mismo incinerado cuyos restos se guardaban en la urna, la cual no tuvo suficiente capacidad para recogerlos todos.
En otro punto de la zona excavada apareció la base de un gran vaso que contenía los restos de otra incineración, a juzgar por los huesos y cenizas que había; en sus alrededores se recogieron abundantes fragmentos, al parecer pertenecientes al vaso y que por su tipo de decoración pintada parece pertenecer al estilo llamado de Elche-Archena. También se recogió, quizá formando parte del ajuar, tres fusayolas, una aguja de coser de bronce y un aro de cobre o bronce.
El resto de la zona excavada presentó las tierras totalmente revueltas, al parecer ya de época antigua, por lo que, si bien no se pudo detectar estructura ni incineración alguna, se recogieron materiales en abundancia, especialmente cerámica: muy numerosos los pertenecientes a vasos ibéricos con decoración pintada de gran riqueza y variedad, y algo menos los fragmentos pertenecientes a vasijas áticas, tanto de las de barniz negro como de las de figuras rojas; clavos, fragmentos de falcatas y lanzas de hierro, una punta de flecha de cobre, otra de las de arpón lateral en bronce, fusayolas, fragmentos de plomo, etc. En superficie se recogió una garra de animal esculpida en piedra, fragmentos de otras piezas escultóricas y una pequeña moneda romana correspondiente a un emperador del Bajo Imperio.
Los resultados de esta campaña de excavaciones no hacen variar en absoluto las conclusiones que, con carácter general y provisional, se expusieron en la MEMORIA correspondiente al año pasado de 1973.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1974, pp. 119-121)
Junto a la mencionada tumba apareció una incineración en urna: los restos se hallaban en el interior de una urna ibérica tapada con un plato, la cual estaba semienterrada y protegida por un empedrado de piedras pequeñas; este empedrado protegía igualmente a un kalathos ibérico que se encontró junto a la urna y en cuyo interior, llenándolo sólo hasta la mitad, había huesos y cenizas, así como los restos del plato que en su día sirviera de tapadera. Rodeando la urna cineraria estaban la falcata y una hoja de lanza, de hierro, casi completamente deshechas por la oxidación y. que pudieron salvarse utilizando medios químicos; también aparecieron fragmentos del mismo metal, entre ellos algunos que pudieron ser de tahalí, un acicate de bronce y varios fragmentos de este mismo metal. Se trata, pues, al parecer, de un enterramiento de guerrero y posiblemente los huesos y cenizas que contenía el kalathos pertenecieron al mismo incinerado cuyos restos se guardaban en la urna, la cual no tuvo suficiente capacidad para recogerlos todos.
En otro punto de la zona excavada apareció la base de un gran vaso que contenía los restos de otra incineración, a juzgar por los huesos y cenizas que había; en sus alrededores se recogieron abundantes fragmentos, al parecer pertenecientes al vaso y que por su tipo de decoración pintada parece pertenecer al estilo llamado de Elche-Archena. También se recogió, quizá formando parte del ajuar, tres fusayolas, una aguja de coser de bronce y un aro de cobre o bronce.
El resto de la zona excavada presentó las tierras totalmente revueltas, al parecer ya de época antigua, por lo que, si bien no se pudo detectar estructura ni incineración alguna, se recogieron materiales en abundancia, especialmente cerámica: muy numerosos los pertenecientes a vasos ibéricos con decoración pintada de gran riqueza y variedad, y algo menos los fragmentos pertenecientes a vasijas áticas, tanto de las de barniz negro como de las de figuras rojas; clavos, fragmentos de falcatas y lanzas de hierro, una punta de flecha de cobre, otra de las de arpón lateral en bronce, fusayolas, fragmentos de plomo, etc. En superficie se recogió una garra de animal esculpida en piedra, fragmentos de otras piezas escultóricas y una pequeña moneda romana correspondiente a un emperador del Bajo Imperio.
Los resultados de esta campaña de excavaciones no hacen variar en absoluto las conclusiones que, con carácter general y provisional, se expusieron en la MEMORIA correspondiente al año pasado de 1973.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1974, pp. 119-121)