Corral de Saus. Moixent. 1973
14-05-197313-06-1973José Aparicio Pérez
Se procedió primero a limpiar la zona excavada el año anterior, en cuyas tareas se descubrió, en el encachado de la llamada "gran sepultura", un bloque de piedra con parte de una inscripción ibérica superficialmente grabada, pero en la que han podido identificarse con toda claridad algunas letras.
Señalado un nuevo sector en el que realizar la excavación la presente campaña, el que se denominó "Sector B", se comenzó por extraer las capas de tierra removidas por el tractor, recogiéndose en ellas numerosos fragmentos de cerámica ibérica y de barniz negro, restos de bronce y plomo muy fragmentados y de difícil identificación y algún otro resto más de menor interés.
Llegado ya el nivel no violado, que poco más o menos se halla a la misma profundidad que el encachado de la sepultura excavada el año anterior, se localizaron varias incineraciones formadas por un gran hoyo abierto en el interior de una amplia zona empedrada, en cuyos hoyos, repletos de cenizas y restos carbonosos, no apareció material arqueológico alguno, por lo que podrían considerarse como "ustrinum". En los alrededores de éstos aparecieron, como en el resto del terreno, cerámica ibérica, fragmentos de vasos de barniz negro y parte de una falcata de hierro.
En la zona al suroeste de la "gran sepultura", excavada durante la primera campaña, se abrió un nuevo sector, el "Sector C", localizándose dos enterramientos de incineración en los niveles más o menos revueltos por el tractor y por las anteriores labores agrícolas. En uno de ellos apareció una vasija ibérica reventada por la presión de las tierras y en el otro, dos vasijas también ibéricas, dentro de una de las cuales había otro vasito más pequeño. Desperdigados se recogieron fragmentos de vasos ibéricos con bella decoración pintada con escenas humanas, partes de vasija de barniz negro y de cráteras y otros vasos áticos de figuras rojas de época tardía, partes de falcatas de hierro y huesos humanos, todo sin duda perteneciente a uno o varios enterramientos destruidos con anterioridad al descubrimiento de la necrópolis.
Lo más espectacular de la presente campaña ha sido la localización de otra gran sepultura de planta rectangular, cuya cubierta y dos de sus lados estaban ya destruidos, pero que conservaba tres gradas en los dos lados que subsisten. Formando el ángulo noroeste de la grada inferior se encontró un bloque de piedra, de sesenta centímetros por treinta y cinco, con parte de una figura femenina esculpida en altorrelieve y con restos de policromía; en la parte interior de la sepultura, hacia el rincón noroeste, había un hoyo con abundantes cenizas que debía corresponder al lugar del enterramiento, pero cuyo ajuar había desaparecido totalmente, quizá a consecuencia de violaciones de la necrópolis en fechas muy antiguas. No obstante aún pudieron recogerse dos fusayolas, unas pinzas de depilar, una planchuela de cobre, fragmentos de hierros, un brazalete de bronce, una pieza de hueso agujereada, huesos humanos calcinados, conchas marítimas y algunos fragmentos de cerámica ibérica. En la parte diagonalmente opuesta al rincón mencionado y formando parte del empedrado del monumento, es decir utilizado como material de relleno, apareció otro bloque de piedra, de sesenta por sesenta centímetros, con el altorrelieve de otra "dama" que, como la anterior, conservaba restos de policromía y estaba peinada con largas trenzas sujetadas y rematadas por aretes. La figura tiene el brazo extendido a lo largo del cuerpo y lleva en la mano una flor que parece ser de adormidera; con la otra mano, la derecha, levantada a la altura del hombro, sostiene igualmente otra flor semejante. Por la posición de las figuras y su casi total similitud se colige que se hallaban yacentes en torno a una especie de pirámide de base cuadrada y truncada, descansando los pies de una dama en el cuerpo y hombro derecho de otra, por lo que se supone que las figuras eran cuatro, faltando por tanto dos para completar el conjunto. Las dos ahora descubiertas aun formando parte del mismo monumento, no ensamblan entre sí.
Del ámbito de esta segunda gran sepultura, que distinguimos con el nombre de "gran sepultura de las damas", son unos fragmentos de cerámica ibérica con decoración pintada representando a unos peces. Quizá la vasija de la que formaban parte estos tiestos y la crátera ática de figuras rojas de la que se han encontrado varios fragmentos a los que ya nos hemos referido, formaran el ajuar del enterramiento, pero por lo revuelto que se halla todo a causa de las labores agrícolas, de las violaciones antiguas y de la gran cavada realizada por el tractor, no podemos afirmar que así sea.
La campaña que acabamos de reseñar nos confirma las conclusiones culturales y cronológicas que ya se apuntaron en la MEMORIA del pasado año. La reutilización en unas tumbas posteriores a la segunda mitad del siglo III a. de C. de unos restos arquitectónicos correspondientes a uno o varios monumentos de fines del siglo V o algo después, destruidos a fines del siglo IV o, en todo caso, antes del año 250 a. de C.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1973, pp. 109-112).
Señalado un nuevo sector en el que realizar la excavación la presente campaña, el que se denominó "Sector B", se comenzó por extraer las capas de tierra removidas por el tractor, recogiéndose en ellas numerosos fragmentos de cerámica ibérica y de barniz negro, restos de bronce y plomo muy fragmentados y de difícil identificación y algún otro resto más de menor interés.
Llegado ya el nivel no violado, que poco más o menos se halla a la misma profundidad que el encachado de la sepultura excavada el año anterior, se localizaron varias incineraciones formadas por un gran hoyo abierto en el interior de una amplia zona empedrada, en cuyos hoyos, repletos de cenizas y restos carbonosos, no apareció material arqueológico alguno, por lo que podrían considerarse como "ustrinum". En los alrededores de éstos aparecieron, como en el resto del terreno, cerámica ibérica, fragmentos de vasos de barniz negro y parte de una falcata de hierro.
En la zona al suroeste de la "gran sepultura", excavada durante la primera campaña, se abrió un nuevo sector, el "Sector C", localizándose dos enterramientos de incineración en los niveles más o menos revueltos por el tractor y por las anteriores labores agrícolas. En uno de ellos apareció una vasija ibérica reventada por la presión de las tierras y en el otro, dos vasijas también ibéricas, dentro de una de las cuales había otro vasito más pequeño. Desperdigados se recogieron fragmentos de vasos ibéricos con bella decoración pintada con escenas humanas, partes de vasija de barniz negro y de cráteras y otros vasos áticos de figuras rojas de época tardía, partes de falcatas de hierro y huesos humanos, todo sin duda perteneciente a uno o varios enterramientos destruidos con anterioridad al descubrimiento de la necrópolis.
Lo más espectacular de la presente campaña ha sido la localización de otra gran sepultura de planta rectangular, cuya cubierta y dos de sus lados estaban ya destruidos, pero que conservaba tres gradas en los dos lados que subsisten. Formando el ángulo noroeste de la grada inferior se encontró un bloque de piedra, de sesenta centímetros por treinta y cinco, con parte de una figura femenina esculpida en altorrelieve y con restos de policromía; en la parte interior de la sepultura, hacia el rincón noroeste, había un hoyo con abundantes cenizas que debía corresponder al lugar del enterramiento, pero cuyo ajuar había desaparecido totalmente, quizá a consecuencia de violaciones de la necrópolis en fechas muy antiguas. No obstante aún pudieron recogerse dos fusayolas, unas pinzas de depilar, una planchuela de cobre, fragmentos de hierros, un brazalete de bronce, una pieza de hueso agujereada, huesos humanos calcinados, conchas marítimas y algunos fragmentos de cerámica ibérica. En la parte diagonalmente opuesta al rincón mencionado y formando parte del empedrado del monumento, es decir utilizado como material de relleno, apareció otro bloque de piedra, de sesenta por sesenta centímetros, con el altorrelieve de otra "dama" que, como la anterior, conservaba restos de policromía y estaba peinada con largas trenzas sujetadas y rematadas por aretes. La figura tiene el brazo extendido a lo largo del cuerpo y lleva en la mano una flor que parece ser de adormidera; con la otra mano, la derecha, levantada a la altura del hombro, sostiene igualmente otra flor semejante. Por la posición de las figuras y su casi total similitud se colige que se hallaban yacentes en torno a una especie de pirámide de base cuadrada y truncada, descansando los pies de una dama en el cuerpo y hombro derecho de otra, por lo que se supone que las figuras eran cuatro, faltando por tanto dos para completar el conjunto. Las dos ahora descubiertas aun formando parte del mismo monumento, no ensamblan entre sí.
Del ámbito de esta segunda gran sepultura, que distinguimos con el nombre de "gran sepultura de las damas", son unos fragmentos de cerámica ibérica con decoración pintada representando a unos peces. Quizá la vasija de la que formaban parte estos tiestos y la crátera ática de figuras rojas de la que se han encontrado varios fragmentos a los que ya nos hemos referido, formaran el ajuar del enterramiento, pero por lo revuelto que se halla todo a causa de las labores agrícolas, de las violaciones antiguas y de la gran cavada realizada por el tractor, no podemos afirmar que así sea.
La campaña que acabamos de reseñar nos confirma las conclusiones culturales y cronológicas que ya se apuntaron en la MEMORIA del pasado año. La reutilización en unas tumbas posteriores a la segunda mitad del siglo III a. de C. de unos restos arquitectónicos correspondientes a uno o varios monumentos de fines del siglo V o algo después, destruidos a fines del siglo IV o, en todo caso, antes del año 250 a. de C.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1973, pp. 109-112).