Cova del Volcán del Faro. Cullera. 1973
1973
Se dedicó especial atención durante esta campaña a la protección del yacimiento, que ha sido cubierto por un tejado de planchas de uralita a doble vertiente montadas sobre una estructura de madera. Este tejado cubre el espacio de la excavación y sus taludes. También se ha canalizado las aguas de lluvia, conduciéndolas hacia el exterior del yacimiento para evitar su acción erosiva. La excavación se prosiguió en el sector A, levantándose las capas números 31 a 36 con lo que se ha alcanzado una profundidad de alrededor de 7 metros bajo el nivel de la superficie.
Se observó un progresivo aumento de grandes bloques de piedra caídos de la bóveda y desprendidos de las paredes que, en la última capa excavada, forman una gran masa de bloques entremezclados y apoyados unos con otros, entre los que quedan algunas oquedades; junto a esas grandes piedras hay otra menores, de tamaño medio. En la última capa excavada se produce un buzamiento violento que incita a pensar se puede ampliar la superficie investigable penetrando bajo la bóveda de la cueva. La clasificación de las capas excavadas en ese año se sitúan en el Magdaleniense III.
( La Labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año, 1975, p. 106).
Se observó un progresivo aumento de grandes bloques de piedra caídos de la bóveda y desprendidos de las paredes que, en la última capa excavada, forman una gran masa de bloques entremezclados y apoyados unos con otros, entre los que quedan algunas oquedades; junto a esas grandes piedras hay otra menores, de tamaño medio. En la última capa excavada se produce un buzamiento violento que incita a pensar se puede ampliar la superficie investigable penetrando bajo la bóveda de la cueva. La clasificación de las capas excavadas en ese año se sitúan en el Magdaleniense III.
( La Labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año, 1975, p. 106).