La cerámica ibérica con decoración geométrica sencilla en el Tossal de Manises (Alicante). Campaña de 1965
Cristina Aldana Nacher
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ARCHIVO DE PREHISTORIA LEVANTINA
Vol. XVID (Valencia, 1988)
CRISTINA ALDANA NACHER
(Valencia)
LA CERAMICA IBERICA CON DECORACION GEOMETRICA SENCILLA
EN EL TOSSAL DE MANISES (ALICANTE)
(Campaña de 1965)
A D. Domingo Fletcher Valls, entrañable
maestro de arqueólogos y prehistoriadores
valencianos.
PLANTEAMIENTO
Uno de los elementos más claramente definitorios de la llamada «Cultura Ibérica»
lo constituye su cerámica a tomo con decoración pintada. Dentro de ella existen
diversas variantes -como es sabido- y así nuestra atención se centra en la actualidad en el estudio del estilo decorativo más antiguo, que es el que presenta una
ornamentación de tipo geométrico sencillo, a base de bandas simples, combinadas de
formas diversas y, ocasionalmente, algún otro elemento, siempre de tipo geométrico.
Este estilo, que resulta común a todos los yacimientos ibéricos de la primera época,
fechables entre la segunda mitad del s. V y el final del s. IV a. JC., como quedó
demostrado hace años (1), es el que nos proponemos analizar en base a los materiales
procedentes de la campaña de excavaciones, que, en el año 1965, llevaron a cabo los
Dres. Llobregat y Tarradell ~n un sector C:.•Jl importante yacimiento ibero-romano
alicantino del Tossal de Manises; dichos materiales se hallan depositados hoy en día
(1) D. FLETCHER VALLS, E. PLA BALLESTER y J. ALCACER GRAU: «La Bastida de Les Alcuses (Mogente, Valencia)>>. Trabajos Varios
del Servicio de Investigación Prehistórica, núms. 24 y 26. Valencia, 1966 y 1969.
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entre los fondos del Museo Arqueológico Provincial de Alicante, donde estamos
pudiendo estudiarlos gracias a las facilidades prestadas por el Dr. D. Enrique Uobregat (2). En un futuro próximo esperamos poder contar con los suficientes datos sobre
este tema como para estar en situación de ofrecer un estado de la cuestión actualizado
sobre esta primera fase cronológica de las cerámicas ibéricas decoradas.
El final de los poblados ibéricos antiguos vino marcado, al menos en el sector que
estudiamos, por una serie de destrucciones violentas de los principales asentamientos
de la zona, entre los que se encuentra el Tossal de Manises, aunque se romanizó
posteriormente, por lo que se trata de analizar aquí los niveles más antiguos de dicho
poblado, centrados en el s. IV a. JC.
El mundo ibérico contestano, en su primera fase, se va a caracterizar por la
variedad de sus formas cerámicas, si bien el estilo predominante durante el siglo IV
será el ya citado como geométrico sen_ illo, de bandas y filetes agrupados.
c
Dentro de este ámbito, el Tossal de Manises cuenta con el problema de ser un
asentamiento de larga perduración cronológica, de forma que los restos más evidentes
hoy corresponden a los de una ciudad romana imperial.
Este importante poblado contestano, conocido de antiguo, recibe su nombre del
pequeño cerro sobre el que se asienta, de 37 metros de altura, y que domina la
Albufereta de Alicante, a unos cuatro kilómetros al Norte de dicha ciudad (3).
Uobregat (4) estableció que son tres fundamentalmente las ciudades que se asentaron en el Tossal, según se desprende del estudio de sus materiales; la que nos interesa
es la inferior, ibérica de los siglos IV y 111 a. JC. La segunda ciudad, que es la que usó
la muralla que se conserva, cuenta ya con importaciones de cerámica campaniense A y
B, así como ibérica con decoración compleja, principalmente del estilo Elche-Archena.
El tercer nivel sería de una época en la que la muralla ha sido destruida, siendo sus
materiales de época romana imperial, y son los restos de esta última ciudad los que son
visibles en la superficie.
En conjunto, ofrecen interés las series cerámicas ibéricas, pues apenas hay elementos metálicos de esa época, y resulta desde luego imposible averiguar la fisonomía que
debió tener la primera ciudad ibérica del Tossal de Manises, como sabemos, y que sería
paralelizable al grupo de asentamientos de la etapa ibérica antigua.
ANALISIS DEL MATERIAL REVISADO
El nivel ibérico del yacimiento ha proporcionado en todas las campañas llevadas a
cabo en él, cerámicas importadas antiguas y cerámicas ibéricas con decoración geométrica sencilla, a base de bandas circundantes; las importaciones son fundamentalmente
(2) Agradecemos desde estas líneas al Dr. Llobregat el interés y facilidades preatadas pera la revisión de loa materialea que constituyen la
baae del preoente articulo.
(3) Coordenadas: Mapa Militar de España. aacala 1/110.000, boja 29-34 (872), «Alicante»; punto U.T.M. 239.496.
(4) E. LLOBREGAT CONESA: «Conlelltania Ibérica». Instituto de Estudios Alicantinos. Alicante. 1972, págs. 68 y ss.
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áticas de barniz negro y, conforme subimos de nivel, aparece la campaniense, enriqueciéndose además el mundo de las cerámicas decoradas ibéricas.
La campaña de excavaciones cuyos materiales nos hallamos revisando, se desarrolló durante el mes de diciembre del año 1965, bajo la dirección de los Dres. Tarradell y
Llobregat y de don Vicente Pascual, director a la sazón del Museo de Alcoy. El
objetivo prioritario de aquellos trabajos consistió en llevar a cabo una serie de
sondeos con el fin de buscar las trincheras de cimentación de la muralla de la ciudad
del Tossal y proceder a su fechación, con la cronología inicial de la misma.
Por ello se comprende que la cantidad de material cerámico ibérico procedente de
aquella excavación no resultase excesivamente abundante, sobre todo en relación con
lo aparecido en campañas posteriores (5). Lo que sí se nos ha hecho evidente en
seguida ha sido la importante presencia de cerámica con decoración geométrica, que
es la que fundamentalmente nos interesa.
Sobre esta base, creemos que los estudios de cerámica ibérica pintada han de
centrarse en la composición de los distintos elementos que forman las decoraciones,
por lo que puede resultar de gran interés y aportar nuevos datos la revisión de los
materiales procedentes de las excavaciones sistemáticas, en nuestro caso preferentemente de los del área contestana, entre los que destaca el Tossal de Manises.
La composición ornamental puede indicar una mayor o menor antigüedad, aunque
los motivos sean siempre de tipo geométrico; así, los elementos que dirigen la composición son las bandas, entendiendo por tales las que cuentan con más de un centímetro (6).
No obstante, el grosor de bandas y filetes puede no ser totalmente regular sobre la
superficie del vaso, lo que denotará aún una, cierta imperfección en el uso de la técnica
y, por tanto, una cierta antigüedad.
Otro hecho indicativo que hay que considerar es que el grosor de una línea puede
ser indicativo del tamaño o dimensiones de un vaso, pues evidentemente las bandas se
dan, sobre todo, en los recipientes grandes, como urnas y tinajas, mientras que los
filetes aparecen sobre los vasos pequeños.
Centrándonos ya en los materiales de las excavaciones del año 65 que hasta el
momento hemos revisado, podemos hacer una distinción entre una serie de catas y
sondeos previos y el sector principal de los trabajos, que lógicamente es el que ha
aportado más cerámica ibérica con decoración geométrica; toda la campaña se llevó a
cabo junto a la muralla orientada al golfo de la Albufereta, cuyos restos son aún
visibles, o en sectores muy próximos a la misma.
(11) M. TARRADELL MATEU y E. LLOBREOAT CONESA: «Avance de loa resultadoa de las excavaciones arqueológicas en cuno en el
Toeaal de Manises. Alicante, dürante loa meaes de agoato a noviembre del año 1966». Noticiario Arqueológico Hispánico, X·XI y XD (1966-68).
Madrid, 1970, ¡wip. 141·146.
J . M. J. GRAN AYMERICH: «Excavaciones arqueológicas en el Toaaal de Manl-. La Albufereta (Alicante). 1978». Noticiario Arqueológico
Nacional, Arqueologia 11. Madrid, 1977, ¡wip. 43-46.
(6) S. NORDSTROM: «La '*amique peinte iWrique de la province d'Alicanta» (1 y U). Acta Univereitatia Stockbolmienaia, VI y VD.
Stockbolm, 1969 y 1973.
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Las catas realizadas fueron denominadas A, By C, afectando a la superficie y zanja
de fundación de la muralla, hasta unos 70 cm. de profundidad, mientras que el
principal sondeo, llamado H, se llevó a cabo junto a la torre de ángulo de dicha
muralla.
El material de estas catas y sondeo es más bien atípico, resultando bastante
abundante la cerámica ibérica sin decoración pintada. De la que lleva o ha conservado
ornamentación, puede decirse únicamente que son fragmentos pequeños de paredes de
recipientes de mediano tamaño, como cuencos o platos, destacando entre ellos algunos
bordes de «kalathoi» de cuello recto y labio en ala, lugar donde precisamente se
conserva una decoración a base de puntas del característico color rojo-vinoso propio
de los vasos decorados ibéricos.
El resto de los fragmentos, sin posible atribución a piezas concretas, llevan ornamentaciones geométricas sencillas, con grupos de filetes y bandas aisladas, aunque
esta combinación simple se complementa también con las denominadas «cabelleras» o
líneas verticales onduladas, círculos y semicírculos concéntricos a base sólo de líneas
delgadas, pequeños trazos verticales entre las bandas horizontales, etc.
Junto a esta cerámica ibérica 'pintada, siempre dentro de las catas mencionadas,
aparecieron fragmentos de pasta gris, sin decoración, y alguna pequeña muestra de
barniz negro, poco representativa.
Por lo que respecta al área principal de la campaña del Tossal de Manises durante
1965, ésta se situó -también cerca de la muralla- en los llamados sectores E y ED,
excavados a partir del 17 de diciembre de aquel año.
En esta zona, cuyo nivel entre 50 cm. y 1 m. nos encontramos estudiando, apareció
una buena cantidad de cerámica ibérica pintada, también ya del estilo Elche-Archena,
aparte del geométrico simple que nos ocupa, siendo la tierra de un mismo tono
grisáceo carbonoso. Los únicos fragmentos fácilmente identificables son bordes en ala
de «kalathoi» de cuello recto, con la decoración más habitual a base de picos o bien de
delgadas líneas paralelas o segmentos de círculo.
El resto del material revisado en los sectores E y ED son trozos más o menos
grandes de paredes de vasos, que preferentemente combinan una gruesa banda con uno
o varios filetes dispuestos de forma simétrica, por encima y por debajo de ella. Estos
grupos horizontales de líneas, que se repetirían monótonamente en el mismo recipiente, dejarían entre sí espacios sin decoración o bien añadirían otros elementos de
carácter geométrico, como líneas onduladas, «cabelleras», semicírculos o círculos
concéntricos, etc.
De la revisión, pues, de este grupo de material ibérico con decoración geométrica,
pueden extrapolarse algunas constantes observadas. La primera es que la combinación
sencilla de banda con filetes arriba y debajo se produce de forma única en un tercio al
menos de este tipo de material analizado. Las otras dos variaciones destacadas,
además de esta sencilla combinación, son las «cabelleras» o líneas onduladas verticales, que arrancan normalmente de una banda ancha; y los semicírculos de líneas
concéntricas, que aparecen adosados entre sí y arrancan del grupo de filete-banda-390-
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filete superior, aunque también pueden presentarse aislados formando círculos completos, a veces de trazo más vacilante o menos perfecto.
Otro pequeño sondeo, complementario a las excavaciones en los sectores mencionados, y conocido con el nombre de «Sondeo 1», se realizó en la base de la Torre 3,
llamada «Torre del Toro» por un relieve que en una de sus piedras apareció, hoy
perdido; se encontraron allí escasos fragmentos de cerámica ibérica; de ellos, la
mayoría sin decoración, y los que la tuvieron, la conservan bastante mal, siendo
visibles sólo algunas series de líneas delgadas horizontales.
CONCLUSIONES PROVISIONALES
El estudio actualmente en curso que realizamos sobre la cerámica ibérica con
decoración geométrica del Tossal de Manises (en principio de las excavaciones del año
65), no hace sino enriquecer el conocimiento que de esta primera fase decorativa de la
vajilla fina ibérica poseíamos hasta la fecha.
En efecto, el estilo geométrico simple, que aparece en los poblados más antiguos, de
los siglos V al 111 a. JC. en líneas generales, como La Bastida de les Alcuses, La
Covalta de Albaida o El Puig de Alcoy, sigue el esquema decorativo de las bandas y
filetes alternantes (7), de muy antigua tradición mediterránea, esquema que pasa a
complicarse gradualmente con el tiempo mediante la inclusión de una serie de nuevos
motivos también geométricos, como círculos, semicírculos, líneas onduladas, rombos,
etc.
Del análisis de esta clase de decoración pintada siempre se ha deducido que
constituye un buen exponente del sentido del ritmo y de la proporción que debían
tener ya entonces los iberos; a ello hay que añadir el logro que supone crear un efecto
alternante o simétrico a base de las series de fajas que adornaban, por ejemplo, la
superficie de grandes recipientes como las urnas cinerarias.
La ornamentación geométrica simple nos introduce en un mundo de variada
tipología cerámica, pero, por contraste, escasa riqueza decorativa, lo que constituye la
nota destacada -junto a la presencia de otros elementos de importación que ahora no
nos atañen- de los poblados de la primera etapa ibérica (como el Tossal), que
concuerdan cronológicamente con la fase inicial de las necrópolis ibéricas, que son las
de la denominada época antigua o precultura ibérica (como la Albufereta), según
Cuadrado (8).
El campo decorativo de las vasijas aparece, en cierto modo, «delimitado» o dividido
por estas agrupaciones horizontales de trazos de grosores diversos, pudiendo quedar
los espacios entre las series o bien vacíos o bien con otros trazados geométricos de
tendencia y disposición preferentemente vertical.
(7) C. ARANEGm GASCO: «Las artes decorativas en la cerámica ibérica valenciana». Saitabi, XXIV. Valencia. 1974, págs. 31-53.
(8) E. CUADRADO DIAZ: «La necrópolis ibérica de El Cigarralejo (Mula, Murcia)». Bibliotheca Praehistorica Hispana, XXill. Madrid, 1987,
pág. 600.
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Por nuestra parte, pensamos que habrá que ir constatando entre los conjuntos de
materiales de. los poblados y necrópolis de la primera fase ibérica, las diferentes
agrupaciones de bandas y filetes con otros motivos, así como sus repeticiones en
distintos yacimientos, qoecuencias de agrupamientos, etc.
Existen, hasta el momento, diversas posibilidades de combinación y emplazamiento
de dichas bandas y filetes; pueden ser: filete solo, banda sola, grupo de filetes, banda
entre filetes variando la cantidad de estos últimos, banda con filetes por encima, o
banda con filetes por debajo de ella.
En la cerámica «protoibérica)) o ibérica más antigua, de los siglos V y IV a. JC., no
existe ningún tipo de regla fija para combinar las diversas agrupaciones, si bien vemos
un detalle común que delimita la pared del vaso en su parte superior o inferior; sobre
la parte superior aparece generalmente una banda y los filetes bajo ella, mientras que
sobre la inferior los filetes se hallan encima de otra banda aislada. Esta disposición de
las agrupaciones se encuentra condicionada también por la forma de los vasos,
preferentemente bitroncocónica, que permite contemplar bien la totalidad de la superficie del recipiente.
Una innovación se va a introducir después en la cerámica pintada con decoración
geométrica, y es la inclusión sobre la línea de diámetro máximo aproximado de la pieza
de una banda entre filetes, disposición que marca el inicio, en cierto modo, de la
producción «clásica)) del área levantina, y que constituirá, ·a su vez, la nota más
característica de esta clase de cerámica, hasta su apogeo, desapareciendo cuando la
cerámica pintada ibérica entre, en general, en una fase de decadencia.
No obstante, todavía en pleno siglo IV a. JC. puede observarse una cierta incertidumbre en el tema de la situación y agrupamiento de bandas y filetes sobre las paredes
de los recipientes.
El estilo geométrico de grupos de líneas resulta ser, decididamente, el que se ajusta
mejor al sistema decorativo por zonas, mediante el cual se concibe a las piezas como
soporte de un número variable de círculos concéntricos que las rodean completamente,
sin dar preferencia estética a una parte del vaso u otra; por tanto, la uniformidad y
una cierta monotonía son las notas que se desprenden de la contemplación de esta
primera cerámica ibérica decorada.
Por el momento, cuatro son las combinaciones de bandas y filetes más frecuentes
en la cerámica ibérica más antigua, y responden a una tradición que se observa
también en los yacimientos ibéricos del Sur de Francia (9):
Banda con un grupo de filetes por encima de ella, o bien por debajo. Se sitúa
preferentemente sobre el cuello y vientre de los vasos, en los yacimientos del
Levante, Sudeste y Andalucía.
Banda entre grupos de filetes. Combinación ubicada casi siempre sobre el
vientre o parte más ancha de los vasos..
(9) J. J. JULLY: «Elementa d'6tude comparativa de la poterie peinte de type ibérique dans le Sud de la Celtique et de la poterie ibérique de la
Péninaule lbérique». VII Congreso Nacional de Arqueología (Barcelona, 1961). Zaragoza, 1962, páp. 287-308.
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Banda horizontal única con un filete encima y otro debajo de ella. Este grupo
de «filete-banda-filete)) es propio de una cronología ibérica antigua, sobre todo
en el Levante peninsular.
Banda aislada o filete aislado. Suelen ir en la parte inferior del vientre ·de los
vasos, aunque es un motivo algo menos frecuente dada su extremada sencillez.
En resumen, sobre las decoraciones observadas en el Tossal de Mañises cabe
mencionar la leve superioridad numérica de la combinación de una banda entre un
filete arriba y otro debajo de la misma, al menos en lo hasta ahora analizado.
Vemos, pues, que hoy por hoy se hace cada vez más necesario el estudio completo y
exhaustivo de todos los estilos decorativos en la cerámica ibérica, con el fin de
actualizar las conclusiones sobre los mismos, y así por nuestra parte nos hemos
propuesto analizar su primera fase geométrica, partiendo de la revisión de los materiales procedentes de las excavaciones del año 66 en el yacimiento del Tossal de Manises.
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EN EL TOSSAL DE MANISES (ALICANTE)
(Campaña de 1965)
A D. Domingo Fletcher Valls, entrañable
maestro de arqueólogos y prehistoriadores
valencianos.
PLANTEAMIENTO
Uno de los elementos más claramente definitorios de la llamada «Cultura Ibérica»
lo constituye su cerámica a tomo con decoración pintada. Dentro de ella existen
diversas variantes -como es sabido- y así nuestra atención se centra en la actualidad en el estudio del estilo decorativo más antiguo, que es el que presenta una
ornamentación de tipo geométrico sencillo, a base de bandas simples, combinadas de
formas diversas y, ocasionalmente, algún otro elemento, siempre de tipo geométrico.
Este estilo, que resulta común a todos los yacimientos ibéricos de la primera época,
fechables entre la segunda mitad del s. V y el final del s. IV a. JC., como quedó
demostrado hace años (1), es el que nos proponemos analizar en base a los materiales
procedentes de la campaña de excavaciones, que, en el año 1965, llevaron a cabo los
Dres. Llobregat y Tarradell ~n un sector C:.•Jl importante yacimiento ibero-romano
alicantino del Tossal de Manises; dichos materiales se hallan depositados hoy en día
(1) D. FLETCHER VALLS, E. PLA BALLESTER y J. ALCACER GRAU: «La Bastida de Les Alcuses (Mogente, Valencia)>>. Trabajos Varios
del Servicio de Investigación Prehistórica, núms. 24 y 26. Valencia, 1966 y 1969.
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entre los fondos del Museo Arqueológico Provincial de Alicante, donde estamos
pudiendo estudiarlos gracias a las facilidades prestadas por el Dr. D. Enrique Uobregat (2). En un futuro próximo esperamos poder contar con los suficientes datos sobre
este tema como para estar en situación de ofrecer un estado de la cuestión actualizado
sobre esta primera fase cronológica de las cerámicas ibéricas decoradas.
El final de los poblados ibéricos antiguos vino marcado, al menos en el sector que
estudiamos, por una serie de destrucciones violentas de los principales asentamientos
de la zona, entre los que se encuentra el Tossal de Manises, aunque se romanizó
posteriormente, por lo que se trata de analizar aquí los niveles más antiguos de dicho
poblado, centrados en el s. IV a. JC.
El mundo ibérico contestano, en su primera fase, se va a caracterizar por la
variedad de sus formas cerámicas, si bien el estilo predominante durante el siglo IV
será el ya citado como geométrico sen_ illo, de bandas y filetes agrupados.
c
Dentro de este ámbito, el Tossal de Manises cuenta con el problema de ser un
asentamiento de larga perduración cronológica, de forma que los restos más evidentes
hoy corresponden a los de una ciudad romana imperial.
Este importante poblado contestano, conocido de antiguo, recibe su nombre del
pequeño cerro sobre el que se asienta, de 37 metros de altura, y que domina la
Albufereta de Alicante, a unos cuatro kilómetros al Norte de dicha ciudad (3).
Uobregat (4) estableció que son tres fundamentalmente las ciudades que se asentaron en el Tossal, según se desprende del estudio de sus materiales; la que nos interesa
es la inferior, ibérica de los siglos IV y 111 a. JC. La segunda ciudad, que es la que usó
la muralla que se conserva, cuenta ya con importaciones de cerámica campaniense A y
B, así como ibérica con decoración compleja, principalmente del estilo Elche-Archena.
El tercer nivel sería de una época en la que la muralla ha sido destruida, siendo sus
materiales de época romana imperial, y son los restos de esta última ciudad los que son
visibles en la superficie.
En conjunto, ofrecen interés las series cerámicas ibéricas, pues apenas hay elementos metálicos de esa época, y resulta desde luego imposible averiguar la fisonomía que
debió tener la primera ciudad ibérica del Tossal de Manises, como sabemos, y que sería
paralelizable al grupo de asentamientos de la etapa ibérica antigua.
ANALISIS DEL MATERIAL REVISADO
El nivel ibérico del yacimiento ha proporcionado en todas las campañas llevadas a
cabo en él, cerámicas importadas antiguas y cerámicas ibéricas con decoración geométrica sencilla, a base de bandas circundantes; las importaciones son fundamentalmente
(2) Agradecemos desde estas líneas al Dr. Llobregat el interés y facilidades preatadas pera la revisión de loa materialea que constituyen la
baae del preoente articulo.
(3) Coordenadas: Mapa Militar de España. aacala 1/110.000, boja 29-34 (872), «Alicante»; punto U.T.M. 239.496.
(4) E. LLOBREGAT CONESA: «Conlelltania Ibérica». Instituto de Estudios Alicantinos. Alicante. 1972, págs. 68 y ss.
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áticas de barniz negro y, conforme subimos de nivel, aparece la campaniense, enriqueciéndose además el mundo de las cerámicas decoradas ibéricas.
La campaña de excavaciones cuyos materiales nos hallamos revisando, se desarrolló durante el mes de diciembre del año 1965, bajo la dirección de los Dres. Tarradell y
Llobregat y de don Vicente Pascual, director a la sazón del Museo de Alcoy. El
objetivo prioritario de aquellos trabajos consistió en llevar a cabo una serie de
sondeos con el fin de buscar las trincheras de cimentación de la muralla de la ciudad
del Tossal y proceder a su fechación, con la cronología inicial de la misma.
Por ello se comprende que la cantidad de material cerámico ibérico procedente de
aquella excavación no resultase excesivamente abundante, sobre todo en relación con
lo aparecido en campañas posteriores (5). Lo que sí se nos ha hecho evidente en
seguida ha sido la importante presencia de cerámica con decoración geométrica, que
es la que fundamentalmente nos interesa.
Sobre esta base, creemos que los estudios de cerámica ibérica pintada han de
centrarse en la composición de los distintos elementos que forman las decoraciones,
por lo que puede resultar de gran interés y aportar nuevos datos la revisión de los
materiales procedentes de las excavaciones sistemáticas, en nuestro caso preferentemente de los del área contestana, entre los que destaca el Tossal de Manises.
La composición ornamental puede indicar una mayor o menor antigüedad, aunque
los motivos sean siempre de tipo geométrico; así, los elementos que dirigen la composición son las bandas, entendiendo por tales las que cuentan con más de un centímetro (6).
No obstante, el grosor de bandas y filetes puede no ser totalmente regular sobre la
superficie del vaso, lo que denotará aún una, cierta imperfección en el uso de la técnica
y, por tanto, una cierta antigüedad.
Otro hecho indicativo que hay que considerar es que el grosor de una línea puede
ser indicativo del tamaño o dimensiones de un vaso, pues evidentemente las bandas se
dan, sobre todo, en los recipientes grandes, como urnas y tinajas, mientras que los
filetes aparecen sobre los vasos pequeños.
Centrándonos ya en los materiales de las excavaciones del año 65 que hasta el
momento hemos revisado, podemos hacer una distinción entre una serie de catas y
sondeos previos y el sector principal de los trabajos, que lógicamente es el que ha
aportado más cerámica ibérica con decoración geométrica; toda la campaña se llevó a
cabo junto a la muralla orientada al golfo de la Albufereta, cuyos restos son aún
visibles, o en sectores muy próximos a la misma.
(11) M. TARRADELL MATEU y E. LLOBREOAT CONESA: «Avance de loa resultadoa de las excavaciones arqueológicas en cuno en el
Toeaal de Manises. Alicante, dürante loa meaes de agoato a noviembre del año 1966». Noticiario Arqueológico Hispánico, X·XI y XD (1966-68).
Madrid, 1970, ¡wip. 141·146.
J . M. J. GRAN AYMERICH: «Excavaciones arqueológicas en el Toaaal de Manl-. La Albufereta (Alicante). 1978». Noticiario Arqueológico
Nacional, Arqueologia 11. Madrid, 1977, ¡wip. 43-46.
(6) S. NORDSTROM: «La '*amique peinte iWrique de la province d'Alicanta» (1 y U). Acta Univereitatia Stockbolmienaia, VI y VD.
Stockbolm, 1969 y 1973.
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Las catas realizadas fueron denominadas A, By C, afectando a la superficie y zanja
de fundación de la muralla, hasta unos 70 cm. de profundidad, mientras que el
principal sondeo, llamado H, se llevó a cabo junto a la torre de ángulo de dicha
muralla.
El material de estas catas y sondeo es más bien atípico, resultando bastante
abundante la cerámica ibérica sin decoración pintada. De la que lleva o ha conservado
ornamentación, puede decirse únicamente que son fragmentos pequeños de paredes de
recipientes de mediano tamaño, como cuencos o platos, destacando entre ellos algunos
bordes de «kalathoi» de cuello recto y labio en ala, lugar donde precisamente se
conserva una decoración a base de puntas del característico color rojo-vinoso propio
de los vasos decorados ibéricos.
El resto de los fragmentos, sin posible atribución a piezas concretas, llevan ornamentaciones geométricas sencillas, con grupos de filetes y bandas aisladas, aunque
esta combinación simple se complementa también con las denominadas «cabelleras» o
líneas verticales onduladas, círculos y semicírculos concéntricos a base sólo de líneas
delgadas, pequeños trazos verticales entre las bandas horizontales, etc.
Junto a esta cerámica ibérica 'pintada, siempre dentro de las catas mencionadas,
aparecieron fragmentos de pasta gris, sin decoración, y alguna pequeña muestra de
barniz negro, poco representativa.
Por lo que respecta al área principal de la campaña del Tossal de Manises durante
1965, ésta se situó -también cerca de la muralla- en los llamados sectores E y ED,
excavados a partir del 17 de diciembre de aquel año.
En esta zona, cuyo nivel entre 50 cm. y 1 m. nos encontramos estudiando, apareció
una buena cantidad de cerámica ibérica pintada, también ya del estilo Elche-Archena,
aparte del geométrico simple que nos ocupa, siendo la tierra de un mismo tono
grisáceo carbonoso. Los únicos fragmentos fácilmente identificables son bordes en ala
de «kalathoi» de cuello recto, con la decoración más habitual a base de picos o bien de
delgadas líneas paralelas o segmentos de círculo.
El resto del material revisado en los sectores E y ED son trozos más o menos
grandes de paredes de vasos, que preferentemente combinan una gruesa banda con uno
o varios filetes dispuestos de forma simétrica, por encima y por debajo de ella. Estos
grupos horizontales de líneas, que se repetirían monótonamente en el mismo recipiente, dejarían entre sí espacios sin decoración o bien añadirían otros elementos de
carácter geométrico, como líneas onduladas, «cabelleras», semicírculos o círculos
concéntricos, etc.
De la revisión, pues, de este grupo de material ibérico con decoración geométrica,
pueden extrapolarse algunas constantes observadas. La primera es que la combinación
sencilla de banda con filetes arriba y debajo se produce de forma única en un tercio al
menos de este tipo de material analizado. Las otras dos variaciones destacadas,
además de esta sencilla combinación, son las «cabelleras» o líneas onduladas verticales, que arrancan normalmente de una banda ancha; y los semicírculos de líneas
concéntricas, que aparecen adosados entre sí y arrancan del grupo de filete-banda-390-
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filete superior, aunque también pueden presentarse aislados formando círculos completos, a veces de trazo más vacilante o menos perfecto.
Otro pequeño sondeo, complementario a las excavaciones en los sectores mencionados, y conocido con el nombre de «Sondeo 1», se realizó en la base de la Torre 3,
llamada «Torre del Toro» por un relieve que en una de sus piedras apareció, hoy
perdido; se encontraron allí escasos fragmentos de cerámica ibérica; de ellos, la
mayoría sin decoración, y los que la tuvieron, la conservan bastante mal, siendo
visibles sólo algunas series de líneas delgadas horizontales.
CONCLUSIONES PROVISIONALES
El estudio actualmente en curso que realizamos sobre la cerámica ibérica con
decoración geométrica del Tossal de Manises (en principio de las excavaciones del año
65), no hace sino enriquecer el conocimiento que de esta primera fase decorativa de la
vajilla fina ibérica poseíamos hasta la fecha.
En efecto, el estilo geométrico simple, que aparece en los poblados más antiguos, de
los siglos V al 111 a. JC. en líneas generales, como La Bastida de les Alcuses, La
Covalta de Albaida o El Puig de Alcoy, sigue el esquema decorativo de las bandas y
filetes alternantes (7), de muy antigua tradición mediterránea, esquema que pasa a
complicarse gradualmente con el tiempo mediante la inclusión de una serie de nuevos
motivos también geométricos, como círculos, semicírculos, líneas onduladas, rombos,
etc.
Del análisis de esta clase de decoración pintada siempre se ha deducido que
constituye un buen exponente del sentido del ritmo y de la proporción que debían
tener ya entonces los iberos; a ello hay que añadir el logro que supone crear un efecto
alternante o simétrico a base de las series de fajas que adornaban, por ejemplo, la
superficie de grandes recipientes como las urnas cinerarias.
La ornamentación geométrica simple nos introduce en un mundo de variada
tipología cerámica, pero, por contraste, escasa riqueza decorativa, lo que constituye la
nota destacada -junto a la presencia de otros elementos de importación que ahora no
nos atañen- de los poblados de la primera etapa ibérica (como el Tossal), que
concuerdan cronológicamente con la fase inicial de las necrópolis ibéricas, que son las
de la denominada época antigua o precultura ibérica (como la Albufereta), según
Cuadrado (8).
El campo decorativo de las vasijas aparece, en cierto modo, «delimitado» o dividido
por estas agrupaciones horizontales de trazos de grosores diversos, pudiendo quedar
los espacios entre las series o bien vacíos o bien con otros trazados geométricos de
tendencia y disposición preferentemente vertical.
(7) C. ARANEGm GASCO: «Las artes decorativas en la cerámica ibérica valenciana». Saitabi, XXIV. Valencia. 1974, págs. 31-53.
(8) E. CUADRADO DIAZ: «La necrópolis ibérica de El Cigarralejo (Mula, Murcia)». Bibliotheca Praehistorica Hispana, XXill. Madrid, 1987,
pág. 600.
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C. ALDANA
Por nuestra parte, pensamos que habrá que ir constatando entre los conjuntos de
materiales de. los poblados y necrópolis de la primera fase ibérica, las diferentes
agrupaciones de bandas y filetes con otros motivos, así como sus repeticiones en
distintos yacimientos, qoecuencias de agrupamientos, etc.
Existen, hasta el momento, diversas posibilidades de combinación y emplazamiento
de dichas bandas y filetes; pueden ser: filete solo, banda sola, grupo de filetes, banda
entre filetes variando la cantidad de estos últimos, banda con filetes por encima, o
banda con filetes por debajo de ella.
En la cerámica «protoibérica)) o ibérica más antigua, de los siglos V y IV a. JC., no
existe ningún tipo de regla fija para combinar las diversas agrupaciones, si bien vemos
un detalle común que delimita la pared del vaso en su parte superior o inferior; sobre
la parte superior aparece generalmente una banda y los filetes bajo ella, mientras que
sobre la inferior los filetes se hallan encima de otra banda aislada. Esta disposición de
las agrupaciones se encuentra condicionada también por la forma de los vasos,
preferentemente bitroncocónica, que permite contemplar bien la totalidad de la superficie del recipiente.
Una innovación se va a introducir después en la cerámica pintada con decoración
geométrica, y es la inclusión sobre la línea de diámetro máximo aproximado de la pieza
de una banda entre filetes, disposición que marca el inicio, en cierto modo, de la
producción «clásica)) del área levantina, y que constituirá, ·a su vez, la nota más
característica de esta clase de cerámica, hasta su apogeo, desapareciendo cuando la
cerámica pintada ibérica entre, en general, en una fase de decadencia.
No obstante, todavía en pleno siglo IV a. JC. puede observarse una cierta incertidumbre en el tema de la situación y agrupamiento de bandas y filetes sobre las paredes
de los recipientes.
El estilo geométrico de grupos de líneas resulta ser, decididamente, el que se ajusta
mejor al sistema decorativo por zonas, mediante el cual se concibe a las piezas como
soporte de un número variable de círculos concéntricos que las rodean completamente,
sin dar preferencia estética a una parte del vaso u otra; por tanto, la uniformidad y
una cierta monotonía son las notas que se desprenden de la contemplación de esta
primera cerámica ibérica decorada.
Por el momento, cuatro son las combinaciones de bandas y filetes más frecuentes
en la cerámica ibérica más antigua, y responden a una tradición que se observa
también en los yacimientos ibéricos del Sur de Francia (9):
Banda con un grupo de filetes por encima de ella, o bien por debajo. Se sitúa
preferentemente sobre el cuello y vientre de los vasos, en los yacimientos del
Levante, Sudeste y Andalucía.
Banda entre grupos de filetes. Combinación ubicada casi siempre sobre el
vientre o parte más ancha de los vasos..
(9) J. J. JULLY: «Elementa d'6tude comparativa de la poterie peinte de type ibérique dans le Sud de la Celtique et de la poterie ibérique de la
Péninaule lbérique». VII Congreso Nacional de Arqueología (Barcelona, 1961). Zaragoza, 1962, páp. 287-308.
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CERAMICA ffiERICA TOSSAL DE MANISES
7
Banda horizontal única con un filete encima y otro debajo de ella. Este grupo
de «filete-banda-filete)) es propio de una cronología ibérica antigua, sobre todo
en el Levante peninsular.
Banda aislada o filete aislado. Suelen ir en la parte inferior del vientre ·de los
vasos, aunque es un motivo algo menos frecuente dada su extremada sencillez.
En resumen, sobre las decoraciones observadas en el Tossal de Mañises cabe
mencionar la leve superioridad numérica de la combinación de una banda entre un
filete arriba y otro debajo de la misma, al menos en lo hasta ahora analizado.
Vemos, pues, que hoy por hoy se hace cada vez más necesario el estudio completo y
exhaustivo de todos los estilos decorativos en la cerámica ibérica, con el fin de
actualizar las conclusiones sobre los mismos, y así por nuestra parte nos hemos
propuesto analizar su primera fase geométrica, partiendo de la revisión de los materiales procedentes de las excavaciones del año 66 en el yacimiento del Tossal de Manises.
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