La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1934
1935
, ISBN 1989-508 , 70 p.
[note-a-1-1-data:{'section_tipo':'rsc326','section_id':'2'}:data][page-n-1--data::data]
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
LA LABOR DEL SERVICIO DE
INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
Y SU MUSEO EN EL PASADO AÑO
1934
Tirada aparte de la Memoria oficial de la Secretaría
de la Diputación, correspondiente a dicho año.
VALENCIA
IMP. CASA DE BENEFICENCIA
1935
[page-n-2--data::data]
[page-n-3--data::data]
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
[page-n-4--data::data]
PUBLICACIONES DE ESTA SERIE
«El Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo de
Prehistoria, en 1928» (1929).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1929» (1930, agotada).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1930» (1931).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1931» (1932).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1932» (1933).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1933» (1934).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1934» (1935).
[page-n-5--data::data]
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
LA LABOR DEL SERVICIO DE
INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
Y SU MUSEO EN EL PASADO AÑO
1934
Tirada aparte de la Memoria oficial de la Secretaría
de la Diputación, correspondiente a dicho año.
VALENCIA
IMP. CASA DE BENEFICENCIA
1935
[page-n-6--data::data]
SERVICIO DE INVESTIGACION PHEHISTORICA
DIPUTADO PONENTE DE CULTURA
D. Ismael Barrera Juan.
DIRECTOR HONORARIO EN FUNCIONES DE EFECTIVO
D. Isidro Ballester Tormo.
SUBDIRECTOR
D. Luís Pericot García.
COLABORADORES
D. Mariano Jornet Perales.
D. Gonzalo J. Viñes Masip.
D. Emilio Gómez Nadal.
D. Fernando Ponsell Cortés.
AGREGADOS
D. Domingo Fletcher Valls.
D. Ernesto Jiménez Navarro.
D. Julián S. Valero Aparisi.
D. Manuel Vidal López.
El Museo, la Biblioteca y el laboratorio del Servicio están instalados en el
Palacio de la Generalidad del Reino de Valencia (Calle de Caballeros).
[page-n-7--data::data]
EL SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA DE LA DIPUTACION PROVINCIAL Y SU MUSEO EN 1934
En el próximo pasado año 1934 ha continuado este Centro de la Diputación sus interesantes investigaciones sobre nuestro pasado remoto. Regido por personal benemérito, sin sueldos ni dietas (caso único entre los organismos de esta clase) y con la mermada consignación que las circunstancias económicas de la Diputación imponen, sigue el Servicio
manteniendo en España y en el extranjero el prestigio científico que ganara desde su creación con su labor severa y eficaz. De los sacrificios que en pró
de la cultura se impuso la Corporación, bien puede decirse que sea el mantenimiento de este Centro uno de los que más la prestigian, pues, como en otra de las MEMORIAS de esta Secretaría quedó dicho, gracias a él son conocidos los empeños culturales de la Diputación fuera de los estrechos ámbitos adminis-
[page-n-8--data::data]
6
trativos en que desenvuelve sus ordinarias. actividades; siendo de lamentar, por la Corporación misma, que su estado económico no permita atender este
Servicio debidamente, es decir con la largueza con que ayudan al suyo algunas otras Diputaciones españolas.
Las actividades del Servicio de Investigación Prehistórica en el pasado año 1934 no necesitán comentarios de Secretaría de la Diputación, puesto que
las conoce bien ésta por la Memoria que la Dirección de aquél le elevara y que insertamos literalmente a continuación.
[page-n-9--data::data]
7
MEMORIA
QUE LA DIRECCIÓN DEL SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
DE LA EXCMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA ELEVA A LA CORPORACIÓN. SOBRE LAS ACTIVIDADES DE AQUÉL EN EL PRÓXIMO PASADO AÑO 1934.
El insfrascrito Director - honorario, en funciones de efectivo, del Servicio de Investigación Prehistórica, dando cumplimiento a las disposiciones que regulan el funcionamiento de tal Centro, tiene el honor de rendir a la Excma. Diputación provincial cuenta de la marcha y actividades de aquél en el
próximo pasado año 1934.
La parquedad, mejor diríamos austeridad, con que debe producirse esta Dirección al apreciar la obra realizada por el Servicio, le veda alabanzas, y
ponderaciones que irían mal con la seria y callada labor desarrollada por el mismo desde que a nuestra instancia se creara. De cómo ha venido cumpliendo los fines que la Diputación se propusiera al fundarle, lo dicen las Memorias de los años precedentes. De cómo actuó el año último, con personal que, como siempre, se desenvuelve en condiciones poco adecuadas para despertar entusiasmos y con la escasa
[page-n-10--data::data]
8
consignación que las actuales disponibilidades de la Diputación consienten, lo dirá mejor que nadie la exposición meramente objetiva de la labor efectuada.
La excepcional importancia de algunos descubrimientos realizados, que han de influir seguramente en el mejor conocimiento de interesantes problemas de prehistoria general española y especialmente de la valenciana, nos obliga, como veremos, a divulgarles en la presente Memoria, sin esperar, como en general suele hacerse, a publicación más cumplida. Ello y el tener que acoger aquí el avance al estudio de importantísima cuestión muy relacionada con alguno de los descubrimientos efectuados, ha de dar
a la presente Memoria mayor extensión de la que deseáramos, no obstante ceñirla solo, como vinimos haciéndolo, a la extricta labor del Servicio y a aquello que, no siéndole, tenga muy estrecha conexión con el mismo.
Excavaciones
La reducción de la consignación de que vive el Servicio no ha permitido que sean muchos, ni muy intensos, los trabajos de excavación llevados a cabo en el pasado año 1934. Casi podría decirse que no se ha realizado ninguna excavación propiamente dicha, sino alguna exploración un poco amplia. Quedan desde hace años en suspenso las excavaciones de La Bastida de Les Alcuses, cuando alcan-
[page-n-11--data::data]
9
zaban la rinconada de la puerta L. del despoblado y con ello la posibilidad del estudio de sus defensas y forma de aquélla. Tampoco ha podido terminarse
la excavación de estación tan importante como la Cova de la Sarsa, en la que nada se ha hecho estos años, sino es la pequeña excavación efectuada por
el Sr. Ponsell anticipando los gastos de que hablaremos luego. Están, no ya por excavarse, sino hasta por explorarse someramente, gran número de cuevas y despoblados cuyo estudio propuso el que suscribe a la Diputación y ésta acordó hace ya años. Y ni siquiera ha habido medio de atender a exploraciones que el descubrimiento casual de alguna estación aconsejaba realizar con rapidez por peligrar su destrucción; y por ello ha tenido que permitir el Servicio, y aún agradecerlo, que persona tan entusiasta por estos estudios como D. José Chocomeli, haya tenido que emprender trabajos semejantes, anticipando también los medios necesarios. De los aludidos trabajos de los Sres. Ponsell y Chocomeli apenas si podemos decir algo en la presente Memoria, porque al ser tales gastos cargo de la consignación del corriente ejercicio, será más propio ocuparnos de ellos en la Memoria inmediata.
Damos a continuación cuenta de las excavaciones y exploraciones realizadas.
[page-n-12--data::data]
10
Les Carasetes (Navarrés)
Sobre tres kilómetros al N. del pueblo de Navarrés (Valencia), en las proximidades de la confluencia del Barranch d'Insa con el río Escalona,
punto denominado Boquera del Escalona, en un peñón casi vertical que mira al Barranch dels Charcos, encontró D. Jose Chocomeli el año último en una
de sus frecuentes rebuscas arqueológicas, la serie de pinturas. esquemáticas de que vamos a dar cuenta, tomando los datos necesarios para esta escueta
nota de la comunicación en que el Sr. Chocomeli nos daba noticias del hallazgo. dejando los detalles para la publicación que aquél tiene en preparación.
Conócense tales pinturas en el país con el nombre de Les Carasetes (las Caretas), consistiendo en diez figuras esquemáticas, la mayoría de las cuales
están pintadas en blanco y algunas singularmente bicromadas en blanco y rojo violáceo, dando unas dimensiones medias de 60 a 70 centímetros. Algunas figuras son de difícil interpretación, pero predominan las que se vienen teniendo por esquemas de seres humanos en cuclillas, tales por ejemplo, como las un poco más complicadas de Fuencaliente (Ciudad Real) y las más semejantes de la Cueva de la Inés, en el S. Se hallan las figuras agrupadas en dos lotes, a poca altura del suelo y aún algunas al ras del mismo suelo actual; habiéndose efectuado en él catas exploratorias sin ningún resultado.
[page-n-13--data::data]
11
Es interesante el dato de que nuevas investigaciones realizadas en las inmediaciones del lugar de las pinturas, dieron por resultado el hallazgo en
el cercano Barranch d'Insa de una cueva con yacimiento neolítico o eneolítico, que se excavará oportunamente.
La Coveta del Or (Beniarrés)
Se halla situada esta cueva en la sierra de Benicadell a L. del puertecito de Salem y por lo tanto de la peña que dá nombre a la cuerda, y ya en término de Beniarrés (Alicante). Fórmala una oquedad de planta aproximadamente oval, con pronunciada inclinación hacia dentro y mide unos 25 metros de
fondo, sobre 15 de ancho y 1'80 de altura aproximadamente, teniendo acceso por estrecha entrada que mira al S. E.
El profesor de Instrucción primaria D. Rafael Pardo Ballester comunicó al Servicio el conocimiento de tal cueva, que fué luego visitada por el Subdirector de aquél D. Luis Pericot, con el reconstructor del Museo Sr. Espí, acompañados del Sr. Pardo.
Dos catas exploratorias efectuaron, una a mano izquierda de la misma entrada de la cueva y otra en el fondo, siendo muy interesantes sus resultados, pues repite el cuadro de conjunto de material que solemos encontrar en las cuevas eneolíticas valencianas; en las que, junto a objetos estimados como de tal cultura, hállanse otros que recuerdan civili-
[page-n-14--data::data]
12
zaciones mucho más remotas, Así las catas dichas dieron hojas pequeñas y medianas (una de cristal de roca) y lascas, algunas con retoques; microlitos
trapezoidales y semilunares que encajarían cronológicamente en un capsio-tardenoisiense, si no fueran encontrados también en estaciones eneolíticas;
fragmentos de brazaletes o pulseras de pizarra, que hallan sus paralelos en otras cuevas valencianas estimadas del eneolítico (la de la Sarsa por ejemplo); y trozos de punzones de hueso, pectúnculo agujereado y fragmento redondeado y pulimentado de cardium, (lámina II.ª) que no van mal con dicha cultura, más los tiestos de que vamos a ocuparnos que la confirman».
Los restos cerámicas son bien variados (lámina III.ª): decorados con cordones y bordes picados, con motivos de rayado más o menos profundo; con cortas impresiones de punzón de sección cuadrada; con huellas cardiales por alisamiento y con variadas decoraciones por impresiones y ondulaciones producidas con el borde de un cardium».
La excavación de esta cueva, como otras semejantes con estrato intacto, traería mucha luz a la solución de importantes problemas que dejara en pie
el conocimiento de las pocas cuevas valencianas de tal periodo excavadas debidamente; pero como las limitadas posibilidades con que el servicio cuenta
obliga a aplazar la excavación de éste y otros yacimientos, anticipamos en esta Memoria la precisa información para darlo a conocer.
[page-n-15--data::data]
13
La Cova de la Sarsa (Bocairente)
Es ya muy conocida esta cueva sepulcral, pues aparte algunas publicaciones que de ella se han ocupado (1), también en esta serie de Memorias, siguiendo el propósito de dar a conocer aunque sea someramente el material de yacimientos cuya excavación total no puede ser inmediata, nos hemos tenido que referir a la Cova de la Sarsa: en la de 1928, cuando ingresando en el Museo el material obtenido por su descubridor D. Fernando Ponsell, en excavaciones efectuadas por su cuenta, tuvimos que hacer reseña del mismo; y en la de 1931, haciendo lo propio como consecuencia de las excavaciones por dicho señor efectuadas por encargo del Servicio. Al distanciarse de éste el Sr. Ponsell, por motivos sobrado conocidos, acababa de realizar en 1932 otra pequeña campaña de excavaciones, que emprendiera, anticipando el coste, por imposibilidad de hacerlo este Centro, no obstante el peligro que corría el yacimiento. A gestiones que realizamos poco después
para evitar que el material hallado fuera a museo distinto del Provincial de Prehistoria, nos ofreció el Sr. Ponsell ponerlo a nuestra disposición a su
tiempo y así lo ha hecho recientemente.
(1) I. Ballester: «Unas cerámicas interesantes en el valle de Albaida».
Sep. de Cultura Valenciana, 1928.-F. Ponsell: «La Cova de la Sarsa»;
pág. 87 del T.1º. de «Archivo de Prehistoria, Valenciana». Anuario de S.I.P. 1928.
[page-n-16--data::data]
14
No hablamos aquí de los nuevos hallazgos: primeramente porque habiéndose de reintegrar los gastos causados con cargo a la consignación del ejercicio corriente, es más propio hacerlo en la Memoria próxima; y en segundo término porque pensando excavar la cueva en este mismo año, preferimos ocuparnos al propio tiempo del aludido material y del que se consiga con los nuevos trabajos. Pero el interés de algunas piezas nos obliga a hacer excepción de las mismas.
No hace mucho ha llamado la atención don Manuel Gómez-Moreno (1) sobre la cerámica neolítica y eneolítica española pintada de rojo y con incisiones decorativas llenas de pasta de igual color; habiendo luego el Subdirector de este Servicio don Luis Pericot (2) hecho público el dato de que entre el material de la Cova de la Sarsa aparecía algún tiesto ornado de igual modo. La novedad del tema y la antedicha alusión a tal yacimiento, nos hace juzgar de interés el conocimiento de las dos bellas piezas obtenidas en las últimas excavaciones, que reproducimos en la lámina IV.
La primera (fig.A) es un pequeño vaso que mide seis centímetros de altura, con bella decoración línea recta, incisa y cardial impresa con el borde
de la valva y en la base con el natis, agrupadas del
(1) M. GÓMEZ-MORENO: "La cerámica primitiva ibérica". -Separata de
Homenagem a Martins Sarmento. - Guimaraes (Portugal), 1939.
(2) L. PERICOT: «Historia de España».-Epocas primitiva, y romana. Gallach, Barcelona.
[page-n-17--data::data]
15
modo que se ve en la figura y cuyo conjunto recuerda la labor de cestería. Lleva una asa rota, en forma de pestaña con doble taladro vertical y otro
al interior. Esta pintado de rojo carminoso el interior y conserva en parte de las incisiones resto de pasta del mismo color.
El otro vaso, de unos siete y medio centímetros de altura (fig.B) se halla decorado con impresiones lineales rectas, dispuestas en fajas y triángulos, producidas con el borde de un cardium, y lleva una sola asa compuesta de un par de pestañas también taladradas verticalmente. Asimismo tiene pintado de
rojo carmín el interior.
Damos en la figura C de la misma lámina un fragmento de ancho hueso ornado con complicada decoración incisa geométrica.
El Cerro de San Miguel (Liria)
Se han continuado en 1934 en el despoblado de San Miguel de Liria las exploraciones que se iniciaran en 1933 bajo la dirección de los Colaboradores
del Servicio D. Mariano Jornet y D. Emilio Gómez Nadal, ayudados por los Agregados D. Domingo Fletcher y D. Julián San Valero. Se tenía en esta segunda pequeña campaña la esperanza de que fuera tan fecunda como la precedente; pero el éxito ha rebasado todo cálculo. Si fueron importantísimos los hallazgos en 1933, de fino y abundante material cerámico con ricas decoraciones florales y geométricas
[page-n-18--data::data]
16
y abundantes inscripciones ibéricas, bien puede decirse que lo descubierto en 1934 señala una fecha memorable en los estudios ibéricos; y téngase en
cuenta que trabajos de esta clase, en que se emplearon por término medio cuatro peones diarios, más merecen el calificativo de catas que de excavaciones.
Duró esta campaña desde el 17 de Agosto hasta el 3 de Septiembre, dirigiéndola el Subdirector del Servicio D. Luís Pericot, que estuvo al frente de los trabajos desde su iniciación hasta el 22 de Agosto, continuándalos el Colaborador D. Emilio Gómez Nadal hasta su terminación; habiéndoles ayudado en ello D. Francisco Porcar y D. Domingo Uriel, y actuado de capatáz el reconstructor del Servicio señor Espí. La dirección del Servicio ha de hacer público el reconocimiento de éste al vecindario de Liria y a sus autoridades, en especial al Alcalde, don Salvador Gil, a éste, por las facilidades prestadas a la comisión del Servicio y a todos por haber conseguido, haciendo ver que la Diputación no busca allí con los sacrificios que se impone más tesoro que el de acrecentar la cultura valenciana, que se evitará que algún buscador de tesoros destruyera lo excavado, como aconteció en la campaña anterior.
Del reconocimiento que el Servicio debe a D. Francisco Porcar, no hemos de hablar por no herir su modestia, tan grande como su cultura y su bondad
acogedora: baste decir que, su casa de Liria ha seguido siendo la casa del Servicio.
En curso las excavaciones fueron estas visitadas
[page-n-19--data::data]
17
por el Diputado-Ponente de Cultura D. Ismael Barrera Juan, acompañado del Gobernador Civil señor Terrero. También fueron frecuentes las visitas de numerosas personalidades valencianas de las más destacadas entre las que estudian diversas ramas de nuestra cultura propia, muy especialmente los dados a investigaciones de arqueología antigua.
En la precedente Memoria se expusieron los antecedentes de las excavaciones en San Miguel y se relacionaron someramente los resultados de la primera campaña de excavaciones. El hecho de que los descubrimientos de San Miguel se reduzcan casi en absoluto a objetos cerámicos, en su mayoría vasos que necesitan detenida reconstrucción, dificulta el dar anualmente detallada cuenta de los hallazgos en la forma en que vinimos haciéndolo en otras Memorias al reseñar importantes excavaciones. Creemos más acertado en ésta dar una impresión suscinta de los resultados de la campaña y detenerse principalmente en la exposición detallada de uno de los aspectos de los descubrimientos realizados.
En la pasada campaña se han descubierto y excavado cinco departamentos de viviendas que se señalaron ene el diario con los números 11 a 15. Se alzaban aquéllas en la misma terraza que las descubiertas anteriormente, mostrando la misma técnica de construcción de aparejo de piedra no careada recibida con barro, tan general en los poblados de esta época. Descubriéronse también muros de contención de tierras sobre que estribaban las terrazas
[page-n-20--data::data]
18
en que se alzaban los edificios, salvándose los desniveles de unos a otros compartimientos y seguramente unas a otras terrazas, mediante escaleras de
las que ha quedado muestra, que son de mejor técnica que las que encontramos en La Bastida de les Alcuses. Todo ello y la pronunciada pendiente del cerro, nos hace ver la disposición escalonada, con exagerados desniveles e irregularidad de traza, de la Liria ibérica.
Han seguido escaseando mucho los hallazgos de objetos metálicos, tan abundantísimos en Covalta y La Bastida. Se encontró solo un ponderal de bronce de tipo covaltino, algún otro bronce de tan poco interés que no merece mención y unos escasos hierros insignificantes. También se halló media moneda iberica intencionalmente mutilada; conviniendo quede bien sentado, para evitar deducciones cronológicas poco fundadas, que fué encontrada fuera de las construcciones, muy superficial y en sitio que hace pensar era allí arrastrada o rodada por la pronunciada pendiente, en época posterior a la del estrato que se exploraba.
Aparte otros descubrimientos cerámicos corrientes, como fusayolas generalmente de tipo troncocónico rematadas en pequeña esfera, manos de mortero, sostenes de vasos etc., el extremado interés de estas excavaciones está en el descubrimiento de buen número de vasos ibéricos, no ya ornados
como los de la campaña precedente con ricas decoraciones vegetales estilizadas, sino con interesantisi-
[page-n-21--data::data]
19
mos frisos de animales y figuras humanas, entre motivos vegetales de gran belleza y variedad, y numerosas inscripciones ibéricas. Todo ello hace, no ya de esta nutrida serie de vasos, sino en general de cada uno de ellos, cosa única de importancia excepcional para los estudios etnográficos, prehistóricos y filológicos ibéricos.
El extremado interés científico y artístico de tales decoraciones aconsejaba al Servicio darlas a conocer prontamente, anteponiendo, como otras veces hizo sin excitación de nadie ("Cova del Parpalló", por ejemplo), el interés científico general a su propia conveniencia, que le debían inclinar a esperar para publicarlo el término de las excavaciones y de la necesaria labor de reconstrucción y estudio. Por ello, al encargarnos de nuevo de la Dirección del Servicio a principio del corriente año, dispusimos se apresurara todo lo posible la reconstrucción de algunos vasos comenzada en el año anterior, así como que se sacaran calcos y se hicieran a base de ellos cuidadosas reproducciones de las decoraciones. Y así, sin esperar a la total reconstrucción de estos vasos, para lo que precisaba el lavado de cajas de cerámica que aún restan intactas, ni en suma a la publicación completa y definitiva de todos los fondos que dé el cerro de San Miguel, aprovechamos la oportunidad de la publicación de esta Memoria que reglamentariamente hemos de elevar a la Diputación y que necesariamente ha de compaginar su carácter adminis-
[page-n-22--data::data]
20
trativo con su finalidad técnica, para llevar a ella referencia más detallada de tales hallazgos cerámicos e información gráfica más cumplida que la que alguna vez apareció en estos anuales comptes rendus, sin que ello quiera suponer en nosotros la presunción de haber realizado el estudio que piezas tan interesantes necesitan.
Además de la descripción de las decoraciones con figuras de animales y humanas que exornan los vasos, incluimos en esta Memoria, a modo de pequeño "corpus", relación completa, numerada para facilitar la referencia, de todas las inscripciones ibéricas aparecidas hasta hoy en la cerámica de San Miguel existente en el Museo, y con ello unas interesantes notas, avance al estudio que de aquéllas tiene hecho don Pio Beltrán, tan destacado en esta especialidad.
Los calcos y dibujos de las decoraciones cerámicas han sido cuidadosamente hechos por D. Francisco Porcar, quien ha llevado a ellos solo aquello que en los vasos puede verse, aunque sea con dificultad, respetándose espacios de decoración perdida y de rotura. Donde la dificultad de observación es grande damos el dibujo reticulado de modo que se advierta
suficientemente.
También el S. Porcar calcó las inscripciones ibéricas, con ayuda de el Sr. Beltrán.
[page-n-23--data::data]
21
Las decoraciones con figuras humanas y de animales, en los vasos de San Miguel.
Queda dicho que no nos proponemos hacer aquí el estudio de los vasos de San Miguel con decoraciones humanas y de animales, sino solo la exposición de ellos en la forma incompleta en que el actual estado de reconstrucción de los vasos consiente; dejando su estudio y reproducción total para cuando se haya intentado hasta lo posible su reconstrucción acabada.
Al hacer referencia a cada vaso preferimos darles las denominaciones con que por alguna de sus particularidades son conocidos en el Museo; creyendo que, aún estimándose tales designaciones poco acertadas, siempre son preferibles a la fría individualización de un número.
El fragmento cerámico con la Dama del Espejo.
Este conocido fragmento (trozo de borde y parte de cuerpo) de "un sombrero de copa", hallado, como es sabido, por el Profesor de Instrucción primaria de Liria D. Domindo Uriel, en el lugar donde luego comenzaron las excavaciones del Servicio, y publicado en "Archivo de Arte Valenciano" (1924), figura hoy en el Museo por donación de aquél, y para dar la relación completa de las cerámicas de S. Miguel con tales decoraciones, nos ocupa-
[page-n-24--data::data]
22
mos de él ahora. La decoración (lám. V. fig.ª A.) se interpreta como escena de tocador: una dama, con alto tocado que recuerda la mantilla y triple gargantilla, eleva a nivel del rostro un útil que parece pequeño espejo.
El fragmento de borde lleva la incompleta inscripción ibérica de que más adelante se habla bajo el número 1.º
Plato de pescado.
Este plato (lám. V.ª, fig.ª B), que no es sino una reproducción indígena de los pinax de la cerámica de figuras rojas (y de cuyo tipo hay parte de otro
ejemplar en Covalta), apareció en el departamento n.º 14, en las excavaciones últimas. Aparte elementos decorativos geométricos corrientes, la zona inmediata al borde lleva una composición en que figuran dos pescados detalladamente dibujados (aletas, escamas, etc.), entre variada ornamentación vegetal, como hojas de hiedra, combinadas con capullos, palmetas y expirales, todo finamente estilizado, alguna roseta y gran número de unos signos, abundantes en casi todos los vasos de San Miguel, que no sabemos interpretar sino como representación esquemática del rayo, del signo de Zeus.
El estilo y la manera de ornamentar esta pieza, la enlaza tanto con el vaso reproducido en la lámina IX, que surge el convencimiento de estar ornados ambos de la propia mapa.
[page-n-25--data::data]
23
El vaso del combate de las barcas.
Este vaso, de la forma y tamaño indicados en la lám. V, fig. C, aparecido en el compartimiento n.º 12 lleva desarrollada a modo de friso la decoración
que vamos a describir. La escena principal, (fig." C de la propia lámina), cuyo campo acotan por un extremo una serie vertical de dobles postas y al lado
contrario dos grandes hojas acorazonadas superpuestas, con perfil contorneado por líneas de puntos, compónela la lucha de una barca, ocupada por tres tripulantes, con otra, situada a su izquierda, que lleva dos combatientes, y con un guerrero plantado en tierra al lado opuesto. En la parte inferior unas líneas onduladas representan el agua, y los espacios
libres llénanlos, además de la importante inscripción, ibérica de que se hablará (la n.º XII), unas figuras siluetadas, ligeramente troncocónicas, que a manera 'de pies llevan postecitos en la parte inferior o base, - lo que sugiere la idea de habitaciones palafiticas, aunque tal representación la encontremos también, entre'un caballo y un guerrero en un tiesto de San Antonio de Calaceite (1) pero en posición horizontal, es decir poco adecuada para fundamentar la deducción antes hecha, y unas filas de peces, entre los que
levanta el vuelo un ánade. El combatiente terrestre,
(1) V.-P.Bosch: «La cultura ibérica del Bajo Aragón» Congr. Inter. de
Arqueología 1929.
[page-n-26--data::data]
24
cubriéndose con un escudo redondo con umbo troncocónico, en el que ha recibido una jabalina, trata de arrojar la suya sobre los tripulantes de la barca inmediata, de los cuales el primero se defiende del atacante con otro escudo de igual tipo pero con umbo semiesférico, el de enmedio levanta el brazo derecho en actitud de haber lanzado su arma, mientras el tercero, mirando a la cercana barca enemiga, está en igual postura y cúbrese con escudo igual. En la otra barca combatiente, mas pequeña que la antedicha, un guerrero, situado a popa, da frente a la contraria, defendiéndose con un escudo del mismo tipo, que se ve atravesado por otra jabalina, mientras
el restante combatiente cójese al poste de la vela y levanta un brazo en la repetida actitud. En otra escena secundaria separada de la anterior por el referido motivo vejetal, se ve un caballo, toscamente dibujado, adornado con frontalera de perfil triangular, debajo del que va una inscripción formada por dos MM (nº XII bis), rellenándo los vacios otra fila de peces, tres hojas como las antedichas pero doblemente contorneadas con línea seguida y otra de puntos, y un ajedrezado que remata a un lado por fila de postas.
El dibujo todo, en especial las representaciones humanas, es de una inhabilidad y tosquedad escepcionales en San Miguel, lo que no obsta para haber logrado dar gran movilidad a la escena de lucha.
El pequeño combate naval hace pensar en una laguna próxima, en la comarca de Liria, más que
[page-n-27--data::data]
25
en un río cercano navegable, y surge la idea de una albufera, ya la actualmente conocida o tal vez otra laguna más próxima, que pudo ser la amplia depresión de la partida de la Foya con las aguas de la fuente de San Vicente, hoy canalizadas, que producirían el embalse por no tener salida posible la gran hoya, donde en los años de lluvias abundantes se forman aún grandes charcas; opinión en la que coinciden personas tan conocedores de las cercanías de Liria como D. Nicolás Primitivo Gómez ("Liria Ibérica" - "Las Provincias", 1934) y D. Francisco Porcar.
El sumario dibujo de las figuras humanas permite escasas observaciones sobre indumentaria, armas, etc. Los cinco tripulantes de las barcas tocan su cabeza con algo rematado en una especie de cresta formada por gruesas líneas, que dán idea de penachos de un casco, como se confirmará más adelante. No así el guerrero que se halla en tierra, en el que, una línea que contornea toda la parte superior y posterior de la cabeza y porción de la espalda, parécenos la cimera de otro tipo de casco. Los primeros
guerreros no muestran detalle alguno de indumento, salvo uno que cruza el pecho con las dos bandas de que tantas veces habremos de hablar al
describir otros vasos; y el restante combatiente parece vestir jubón, sujeto por cinturón, y lleva a bandolera el correaje de la espada, de la que no se ve detalle alguno, pues la bifurcación de lo que parece empuñadura es tan pronunciada que más que acusar
[page-n-28--data::data]
26
el tipo de una espada que no encajaría en la cronología del despoblado, está indicando los dos extremos de la bandolera de que pende.
El dibujo de las barcas es tambien, por desgracia, de una gran simplicidad. Ello no obstante puede bien apreciarse la pequeña vela rectangular montada entre dos mástiles paralelos, así como que las proas
rematan en forma de cabezas de animal con bien acusadas orejas. Esto último hace pensar si se trata de representación de cabezas de caballo y si por tanto es lógico concluir en que también a la costa valenciana llegó aquel tipo de pequeña nave llamada por tal particularidad "Caballo", que estaba en uso en el pais de Gades, como se dice en el pasaje de Posidonio, conocido a traves de Estrabón, según el que habiendo encontrado la punta de una proa de madera procedente de un naufragio, en la que había representado un caballo, se supo que la embarcación procedía de Gades, donde los traficantes pobres las
armaban así y las designaban de ese modo (1).
Vaso de la caza de ciervos con redes
Fué encontrado este vaso, de la forma y medidas que se pueden ver en la lámina VI.ª, figura A' en el departamento 15, excavado el año último.
La decoración, en lo que aquí interesa, lleva en parte de un ancho friso, la curiosa composición de
(1) A. Shulten y P. Bosch: "Fontes hispaniae antiquae"; fase. II, pág.
171 y 247.
[page-n-29--data::data]
27
una cacería de ciervos mediante redes, representación única gráfica de escena cinegética iberica (fig. A de la misma lámina). Seis cérvidos, dos machos y
cuatro hembras, siluetados de perfil y mirando a la derecha, integran la composición. Dos ciervas han sido presas en sendas trampas, figuradas por otros tantos retículos, de los que uno semeja dispuesto para accionar de arriba abajo y el otro a la inversa. Las dos reses cazadas se representan inmovilizadas como para dar la justa impresión del lánce, mientras
las restantes se alejan a buen paso asustadas por algo extraño, siendo acertada expresión de ello la actitud de la primera de las ciervas, que vuelva curiosa la cabeza atrás sin dejar de correr. Una corta lanza, colocada verticalmente debajo casi de una de las ciervas presas, nos hace ver otro artificio cinegético que, como el de la caza con red, está aún en uso entre los actuales salvajes para completar la eficacia de las trampas.
La ornamentación de los espacios vacios es bien pobre; quedando reducida a hojas triangulares que rematan en sentido opuesto los extremos de unas SS contorneadas de puntos, flores trilobuladas dobles y algún signo indescifrable. No nos parece que desempeñan papel decorativo,unos círculos, con diámetros perpendiculares, que se agrupan en el extremo de la composición, uno de los cuales se clava mediante la línea prolongada del diámetro en el Cuello de una cierva.
[page-n-30--data::data]
28
Aunque la escena en conjunto está bien conseguida, la reproducción de los cérvidos no es acertada.
Vaso con la escena de pesca.
El tipo de esta pieza y sus medidas dedúcense de la fig. B' de la lámina VI; habiéndose descubierto también en el compartimento 15, durante la última campaña.
Difícil es describir la ornamentación de este vaso, de cuya complejidad no puede dar idea la sencilla denominación con que se le designa acudiendo a la escena representada que mejor le individualiza. Comprende dos composiciones: una, la principal, integrada por varias escenas bien distintas, se desarrolla en cinta completa por bajo del nivel de un primer friso de motivos geométricos y vegetales en el que se inserta, como para completar espacio, la segunda composición.
Entre dos a modo de metopas, formadas con motivos vegetales y geométricos muy mediocres, se desarrollan las decoraciones que pasamos a describir (lám. dicha fig. B). La primera, de izquierda a derecha, es una escena de pesca, mal conservada en su mayor parte: una embarcación de la que se ve solo y borrosamente la mitad de la popa, bien acusada y saliente, que recuerda la de algunos barcos modernos, parece cargada con una red, unas lanzas y en
[page-n-31--data::data]
29
la misma popa unos personajes siluetados de los que se perciben solo las cabezas, y otro que, en pié en el mismo extremo de aquélla, lanza su jabalina
hacia la derecha en dirección a un guerrero de que hablaremos, semejando más lance de lucha que de caza de un animal cercano, a juzgar por el uso del
escudo con que se cubre el guerrero. Debajo de la embarcación y algo a la izquierda, donde se desdibuja más aquélla, se ven dos peces en posición de
ser izados a la misma, otro que pica el anzuelo cuya cuerda cae de la barca, y otro, por último que, prendido yá, es sacado por un personaje que desde lo
que debe ser tierra, tira de la cuerda, que se arrolla a un artefacto triangular indeterminable. En el espacio en ángulo que queda a la derecha de la embarcación, parece desarrollarse otra escena terrestre, de dudosa relación con la anterior, de la que tampoco hay ninguna separación gráfica. En lo alto e inmediato a la barca, deja ver la rotura del vaso una pequeña figura humana, a la que como se ha indicado, parece dirije su dardo el guerrero de la barca;
cerca pasta un animal de largos cuernos y más abajo se ve un caballo, que semeja atado a unos trazos ramiformes, encima de cuya figura comienza
una inscripción ibérica que debe estar incompleta (lám. n.º XV, de las que hablaremos). A continuación se desarrolla otra escena bélica, por bajo de
la continuación de tal inscripción, sin que tampoco aquí se vea elemento alguno separatorio de las composiciones: dos peones luchan con un jinete que ga-
[page-n-32--data::data]
30
lopa por delante de ellos. Uno de 'os guerreros, que ha debido lanzar la jabalina, que pasa por encima del contrario, mientras se defiende con el escudo hecha mano a la espada (falcata, a juzgar por la empuñadura), mientras un poco más adelante el otro compañero, representado en tamaño mayor, con los muslos atravesados por una jabalina, dando otra a sus pies, trata de lanzar su arma sobre el jinete que lleva en la mano algo como espada. Entre los guerreros un ánade intenta levantar el vuelo. Luego de esta
escena, un gran pez dibujado con sus raspas, al estilo de los del vaso del combate de las barcas, y otro animal vermicular, siluetado menos en la parte de la cabeza en que se abre ancha boca y se fijan dos puntos como ojos, limitan y separan los campos de la escena descrita y de la que sigue. Es esta una escena de caza: tres jinetes galopan en fila, al viento las crines de los caballos y dispuestos a lanzar sus jabalinas, tras una cierva sobre la que pasa otra arma arrojadiza, y que corre aún, atravesada por una lanza, volviendo la
cabeza hacia sus perseguidores. Se ha logrado una escena de gran movimiento y vida. Entre tal composición y la última, como separándolas, se ve una figura, al parecer persona disfrazada, que muestra en el centro de la silueta unos rectángulos rayados. No hay elementos de juicio bastantes para fundamentar una conclusión firme; pero frente a esta figura colocada entre los ciervos de una y otra composición, surje el recuerdo de los cazadores cua-
[page-n-33--data::data]
31
ternarios disfrazados de animales. Y la última composición, en contraste con las violencias y los estrépitos de la lucha y de la caza antes representadas, muestra una escena suave y apacible de pradera: un ciervo pace tranquilo, mientras un poco más allá la cierva, en una posición naturalísima, amamanta al cervato. El perfil de los animales, también siluetados, es muy certero.
La otra pequeña composición, colocada entre una metopa de motivos geométricos, varios, pero de poco gusto, y otra constituída por una fila de hojas acorazonadas, en dirección alternada, contorneadas por una línea continua y otra de puntos, iguales a las vistas en el mentado vaso de la lucha entre barcas, se reduce a un granado dibujado de modo bárbaro, cargado de fruto, al que para cogerlo se han encaramado dos personajes, uno de ellos cubierto con casco y armado de jabalina y espada.
Tampoco la tosquedad de las representaciones humanas, muy inferiores a las de los animales, permite en este vaso grandes deducciones sobre armamento, traje, etc.
Los escudos son dibujados de modo muy sumario; pero, su poco tamaño y el representarles por gruesa línea ligeramente cóncava, hace suponer que se trata de los mismos escudos discoidales que vimos en la composición del combate de las barcas. También aquí, como allí, llevan los combatientes tocada la cabeza con algo rematado en cresta, que juzgamos entonces penachos de casco y confirmalo
[page-n-34--data::data]
32
ahora el verse que, si en escenas de lucha se cubren así los combatientes, incluso el jinete, no sucede igual en las demás escenas no bélicas; cuya casco
vendría a ser parecido al que Posidonio (por Diodoro) dice usaban los celtíberos: de bronce, adornado con crestas de color escarlata (1) . Dicho queda que uno de los combatientes va armado de falcata; en cambio el guerrero del granado lleva espada, sumarísimamente indicada, pero que deja ver un remate de empuñadura semicircular, que hace pensar en el tipo de Illora y Casa del Monte. De indumentaria solo puede apreciarse que visten los peones jubones con amplias haldetas. Todos los caballos llevan frontaleras de perfil semilunar.
El artista que ornara este vaso debió ser el mismo que el del tantas veces mentado del combate de las barcas, a juzgar por la impresión general de la composición, su gran vida, lo inhabil de las representaciones humanas, la interpretación igual de los cascos y de uno de los peces, y la casi indenticidad de algún motivo vegetal, como las hojas acorazonadas repetido en una y otra pieza de modo igual o sea contorneadas con línea continua y con otra de puntos. No nos atrevemos a decir lo mismo del vaso de la caza de ciervos con redes, pues la notable diferencia de acierto en la representación de aquellos, en uno y otro vaso, nos hace dudarlo.
(1) A. Schuelten y P. Bosch Gimpera: Ibid., fase. II, pags. 164 y 242.
[page-n-35--data::data]
33
El vaso con la mujer jinete.
Se descubrió esta pieza, en forma de "sombrero de copa" (lám. VII, figuras A y A'), en las excavaciones últimas, departamento n.º 11 ,junto a la pared del número 12.
Está ornamentada con un friso de motivos vegetales, varios, pero de ejecución mediocre, entre los que se dejó el espacio suficiente para desarrollar una escena de indudable novedad y gracia entre las conocidas de esta cultura. Montando con gallardía sendos caballos, que galópan uno tras otro con arrogancia un tanto exagerada, se ve o parécenos ver una mujer en el delantero y un varón en el de detrás. La novedad de la representación de una jinete en los vasos ibéricos, llegó a hacernos dudar de tal interpretación; pero las formas redondeadas de la figura, su cintura estrecha, así corno el no llevar lanza, ni casco, ni calzar acicates, todo lo cual se ve en el segundo de los jinetes, cuyo perfil cuadrado, pesado, está indicando el varón, nos inclina a mantener la primera opinión; sin que sea a ello obstáculo bastante el que la mujer, representada, como su compañero, sentada a mujeriegas (manera tan propia de esta clase de cerámica), no vista faldas, cuya expresión pictórica debió ser dificultad. insalvable para el artista, de lo que hay antecedente menos escusable en otra
[page-n-36--data::data]
34
composición, de que vamos a hablar donde se vé también una flautista representada sin faldas.
Queda expuesto cuanto se deduce de la observación de las figuras humanas.
Las figuras de los caballos, a que se consiguió dar la movilidad adecuada a la carrera y una acusada arrogancia, muestran sendas campanillas, hierros de freno de figura en U con extremos abiertos en
rizo, anchas riendas y frontaleras de perfil semilunar una y la otra de forma que recuerda el hacha bipene.
La decoración de relleno es también poco cuidada, limitándose a SS, estrellas, alguna flor y varios signos del rayo muy sumariamente indicados.
El enochoe del combate y las flautistas.
Este vaso, del que se ha podido hasta ahora reconstruir solo la parte central (lám. VII, figuras B y B'), procede también de las excavaciones últimas y
se halló en la habitación 11.ª , junto al muro separatorio de la 12.ª
La decoración alcanza todo el cuerpo del vaso y la integran dos escenas; una, la principal, bélica, y la otra, muy borrosa, colocada bajo del arranque de asa, compónenla dos flautistas, varón y hembra al parecer, tañendo sus instrumentos, flauta sencilla y doble respectivamente.
La escena de lucha,completa casi en su totalidad, representa el combate de dos jinetes con otros tantos
[page-n-37--data::data]
35
peones. Aquellos, el de la izquierda en actitud de haber arrojado el arma y el segundo llevando la lanza, con los caballos enfrentados parece han derribado
entre las cabalgaduras a uno de los peones, a juzgar por la posición del hombro y parte de un brazo y del escudo, que es lo único visible de tal personaje, mientras el jinete de la derecha, al que hiere una jabalina en la espalda, es atacado de nuevo por el guerrero que tiene tras él, personaje éste el más interesante de la composición, como veremos.
Del indumento de las personas, casi todas con las piernas contorneadas por una fina linea, poco puede decirse si no es que muestran el cuerpo ornado de zonas con rayado, SS y otros motivos decorativos, separándose así del vestido que nos dan a conocer en general las demás escenas representadas
en los vasos de San Miguel. Los escudos que llevan los peones son rectangulares y sus jabalinas de punta con acusadas aletas, mientras la lanza que se ve en la mano de uno de los jinetes, aunque incompleta en la hoja, muestra lo suficiente para deducir que es en su arranque de forma oval. El guerrero de la derecha va también armado de espada de hoja afalcatada, pero la empuñadura no es del tipo corriente en armas de tal clase.
Le presta extraordinario interés a la composición de que nos ocupamos la porción de casco que deja ver la cabeza, incompleta, del guerrero de referencia. Lleva una careta, con borde roblonado, en la que se abre un ojo con pestañas fuertemente acusa-
[page-n-38--data::data]
36
das, por encima del cual va la línea de rotura del vaso. No queda cubierta totalmente la cabeza, sino indefensa la parte posterior de aquella, aunque una
línea de puntos, como queriendo indicar que el casco llega a la nuca, contornea el perfil por dicho lado. Es muy de lamentar que, por ahora, no haya podido reconstruirse tanto esta interesante parte de la composición, como la en que figura el otro peón, que seguramente se representó armado de igual modo que el descrito, pues ello aclararía la forma de los cascos. Esto no obstante, por lo que la referida figura deja ver, no se trata, como al principio se supuso, de un casco de tipo corintio, en el que, dada la representación de perfil de la cabeza, debieran claramente percibirse la carrillera y parte de los espacios libres para la boca y ojos; más parece un tipo que toscamente recuerde los cascos jónicos, con porción delantera en forma de máscara sin más aberturas que las necesarias para los ojos, cascos que se conocen en cerámicas de figuras negras de Caere, atribuídas al siglo VII a. C., y que se han juzgado de fabricación jónica. (1)
Los caballos de la decoración descrita se salen bastante del sentido realista de los vistos en los demás vasos de San Miguel, de que nos ocupamos en esta Memoria; sus cabezas estilizadas, sus formas rígidas y angulosas hasta en los espolones que se representan absurdamente rectangulares, acércalos
(1) Darember et Saglio: "Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines",
t. II, parte 2.ª, pag. 1433, y fig. 3.408.
[page-n-39--data::data]
37
más a los caballos de la urna de Archena, con los que coinciden en la decoración de los cuellos, más rica y variada en los valencianos, en la que se emplean casi todos los motivos usados para rellenar espacios. Llevan estos caballos frontaleras en forma de bonetes.
La decoración de relleno consiste en hojas de hiedra contorneadas, SS, línea de finas postas y lo que venimos llamando esquemas de rayo, que alguna vez se simplifica reduciéndose a dos trazos en forma de X; motivos algunos de ellos embellecidos con finos perfiles, como los que estilizan alguna de las hojas de hiedra y el repetido signo en X.
El conjunto de esta composición da la impresión de algo extraño a los demás vasos de buen estilo de San Miguel.
El vaso de la danza.
Este vaso "sombrero de copa" ya en gran parte reconstruído, fué hallado tambien en la campaña última, en el departamento número 12 principalmente, pero parte tambien en el 13. Decórale un bellísimo friso representando una escena de danza, que componen dos flautistas y siete bailarines, todos, menos el primer flautista, representados los cuerpos de frente y las cabezas de perfil, marchan en fila de izquierda a derecha. En cabeza la línea un flautista, síguele una flautista tañendo la doble flauta, y a ambos tres varones y cuatro muje-
[page-n-40--data::data]
38
res cogidos de las manos; estando los espacios libres tan profusamente cubiertos por motivos decorativos como hojas de hiedra, capullos, tallos y volutas ricamente estilizadas, amén de alguna roseta y del mencionado motivo que semeja representación del rayo que da al conjunto impresión de acentuado barroquismo (lám. VIII, fig. A y A').
Logró el artista dar movimiento a las figuras varoniles, pero no supo vencer las dificultades que para ello ofrecian las largas y rígidas faldas de las
mujeres, que aparecen inmóviles. En hombres y mujeres el cabello semeja estar indicado por fuerte trazo de pincel, que se dobla en forma de rizo hacía las orejas, y sobre aquél se ve, en ellas un tocado ligeramente cónico, reticulado, menos en la flautista, y en los varones una especie de cresta conseguida mediante pequeños circulos secantes, que semejan cimera de casco, más complicado en el primer danzante. El vestido de los varones se compone de ancho calzón, cuya amplitud se expresa mediante rayas indicadoras de pliegues, y de un jubón al parecer sin mangas, en el que se ven dos a modo de tirantes cruzados sobre el pecho, menos en el flautista que tiene el cuerpo siluetado en negro, hasta el punto de que para dibujar el brazo se acudió al mismo procedimiento que en la cerámica griega de figuras negras o sea a marcar el trazo inciso hasta hacer resaltar el color del barro. Todos
los varones llevan cinturón, más historiado en el flautista, y calzan altas botas, en cuya parte superior
[page-n-41--data::data]
39
nótanse colgantes apéndices a modo de tiradores.
Visten las mujeres trajes muy acampanados con anchas cenefas ajedrezadas, lleva alguna brazaletes y collares y todas calzan zapatos con acusados tacones. Solo la flautista viste además un a modo de sobre-vesta listada en los bordes, de la que nace parte de lo que debió ser cinturón terminado en un par de borlones.
No parece indicador de jerarquías el orden en que están colocados los danzantes varones; pues salvo una pequeña variación en el tocado del primero de ellos nada hay en que basar aquellas. No sucede así con las hembras, pues aunque las dos últimas no muestran cosa alguna que las diferencie, la inmediata lleva ostentosos collares y brazaletes, y la delantera, además de amplio collar, un gran pectoral con un adorno en el centro que, aunque una rotura no deja ver completo, parece el ya mentado esquema del rayo. Tal coincidencia de la riqueza de los adornos de las mujeres con el preferente sitio ocupado en la danza, sugiere la conclusión de que se ordenaron por jerarquías; y como sería absurdo que ello se diese en aquellas y no en los hombres, no creemos infundado opinar que la danza se formara con los varones delante y las hembras detrás, guardando cierto orden de categorías.
El descubrimiento de esta escena de danza es la confirmación gráfica de aquel dicho de Estrabón, hablando de los íberos Bastetanos, de que "en la Bastitania bailan las mujeres con los hombres, to-
[page-n-42--data::data]
40
mándose de las manos, vestidas generalmente de un color que tira a negro, y de sayos..." (1)
Reciente el hallazgo, se ha pretendido ver en la danza representada un interesante precedente de la sardana y el "contrapás" catalanes. Alguien nos ha sugerido la idea de la mayor semejanza con el "aurrescu"; y realmente la escena descrita coincide con un momento de dicho baile en que la cadena de bailadores marcha llevando a la cabeza a los chistularis; y no es este lugar adecuado para hacer ver la transcendencia que el ser la típica danza vasca una supervivencia de las danzas ibéricas, pueda tener para los estudios etnográficos y hasta filológicos ibéricos.
La identidad de los estilos de este vaso y del que vamos a hablar, es manifiesta, como veremos.
Vaso del friso de los guerreros desmontados
Este vaso, de reconstrucción muy incompleta, y de la forma y tamaño que indica la fig.ª B' de la lámina VIIIª, fué hallado en las excavaciones del pasado año, en el departamento 13, entre cenizas, resto de una hoguera que le afectó fuertemente.
La ornamentación, en lo que aquí interesa, se desarrolla en forma de friso, incompleto en gran parte por roturas, que comprende varias escenas
(1) M. Cortés: «Diccionario...», t. I.º, pág. 99.
[page-n-43--data::data]
41
sin conexión alguna. Las figuras se presentan, como casi siempre, de izquierda a derecha, a partir de un gran capullo o palmeta estilizada que ocupa todo el ancho de la zona (V. fig. B).
Se ve en primer lugar un caballo llevado del ronzal por un guerrero armado de escudo redondo y no sabemos si de lanza, por alcanzar la rotura al extremo de un brazo. Más adelante se desarrolla otra pequeña escena, de interpretación clara en cuanto al conjunto, no obstante los fragmentos que
faltan: un jinete se dispone a lanzar su jabalina sobre un animal inclasificable, por aparecer incompleto, pero que parece un carnívoro. La escena siguiente es más dudosa a consecuencia de otras roturas: se ve la parte inferior de un personaje en pié y la misma porción y parte de la cara y brazos de otro
sentado que lleva una lanza o jabalina en una mano y dos en la otra; apareciendo en lo alto de la cinta un pájaro que más semeja paloma que rapáz, de cuya caza debe tratarse. Más a la derecha sigue un jinete con su cabalgadura adornada con frontalera de perfil triangular. Y termina la decoración con otro grupo de caballo y jinete desmontado, que lleva a aquél del ronzal y va armado de lanza y gran escudo oblongo de extremos redondeados. Para evitar repeticiones diremos que la ornamentación para llenar claros es reproducción de la del vaso de la danza, tratados los motivos de idéntico modo, salvo en lo necesario para adaptarlos a los espacios a rellenar.
Tampoco en cuanto a indumento de los perso-
[page-n-44--data::data]
42
najes representados hay diferencia entre este vaso y el antedicho. Solo un personaje lleva, en vez de las bandas cruzadas sobre el pecho, dos unidas en ángulo. Lo único digno de anotarse en lo que atañe a armas es el uso simultáneo de los dos tipos de escudos, el redondo y el oblongo.
La representación de los caballos es bien realista. Uno solo lleva la frontalera de que hemos hablado; y otro, encima de las orejas, de la frente al comienzo del cuello, un semicirculo de puntos, cuya significación no se nos alcanza; pues no puede ser frontalera por el sitio que ocupa, ni representación de crines, que aparecen indicadas de modo distinto. El simultáneo empleo de riendas y ronzal se ve claramente en la última escena.
Basta un ligero examen de la decoración de este vaso y del de la danza para llegar a la conclusión de que ambas son del propio artista. Además de la
identidad, hecha notar, de los motivos ornamentales secundarios y del modo de interpretarlos, obsérvese en ambas piezas el peculiarísimo modo de dibujar los ojos de los personajes de sus composiciones.
Vaso del combate de los guerreros con corazas.
La forma y tamaño de este vaso puede verse en la fig. A' de la lámina
IX.ª, habiendose hallado también en las excavaciones últimas, la mayor parte
[page-n-45--data::data]
43
de los tiestos en el departamento 12 y el resto en el 13. Solo faltan unos pequeños fragmentos para su reconstrucción completa, alguna de cuyas roturas afecta, aunque no mucho, a la ornamentación de que vamos a hablar.
Se desarrolla la decoración también en forma de amplia zona o friso (lámina citada, fig. A) que ocupa la mitad superior del vaso y contiene una sola escena de lucha en la que las figuras son representadas, como en la mayor parte de los vasos de este despoblado, en marcha de izquierda a derecha. Dos peones, blandiendo en la mano derecha sus jabalinas y
en la izquierda las falcatas, seguidos de seis jinetes, que, al galope sus caballos, se disponen, en alto los brazos, a lanzar sus armas, atacan a cuatro peones que defendiendose con sendas lanzas y escudos oblongos de extremos redondeados, retíranse dando la cara a sus enemigos, uno de los cuales tira con su falcata una cuchillada al comisario con quien se enfrenta.
Todos los combatientes lucen varios brazaletes y calzan altas botas descritas al hablar de otros vasos, pero sin los apendices que semejan tiradores; llevando acicates casi todos los jinetes. Cúbrense también,
salvo las escepciones de que hablaremos, como los varones de los frisos reproducidos en la lámina VIII.ª, unos con tocado liso y otros rematado en
cresta. Es peculiar de esta composición el que los guerreros vistan lorigas de escamas, que unas veces llegan más abajo de la cintura y otras se limitan a de-
[page-n-46--data::data]
44
fender solo el pecho, completándose el resto con franjas horizontales representativas seguramente de láminas de metal o tiras de cuero, siendo escepcional el que algún combatiente vista solo loriga sin escamas; rematando todas las armaduras por la parte inferior con franjas parecidas, que debián desempeñar el mismo papel en la defensa del bajo vientre que
los lambrequines de otras corazas semejantes. El tipo de loriga de escamas pudo vinir de Grecia, donde fué bien conocido, creyendose llegado allí desde
Oriente, a través de la Jonia (1). También es de notar que uno de los combatientes lleva casco de gran cimera y, algunos más, otros cubiertos también de escamas, haciendonos dudar de si son reales o solo elementos decorativas, como se ve en algún vaso griego del siglo V.º (2).
En los caballos, de estilo realista, se representa el pelo por líneas en zig-zag; la cabeza, en la que se ve la correa frontal de la cabezada, se reserva en
blanco y los cascos se siluetan en color y se contornean por la parte de abajo con una fina línea que hace pensar si se quiso hacer indicación de herraduras. Uno de ellos lleva colgando del cuello la campanita que hemos visto también en otras reproducciones de vasos descritos, y todas bellas y variadas
frontaleras formadas en su mayor parte por diversos motivos decorativos empleados en el mismo vaso.
Los motivos decorativos de relleno de este vaso
(1) Daremberg et Saglio: Ib. tom. 3.º part. 2ª, pág. 1302.
(2) Daremberg et Saglio: Ib. tom. 2.º part. 2ª, pág. 1431, fig. 3396.
[page-n-47--data::data]
45
son los mismos que los del de la danza y el de los jinetes desmontados (lám. VIII.ª), e interpretados de igual manera, pero de modo más cuidado y con mayor pompa y variedad. Véanse por ejemplo las ricas variantes de las SS o dobles espirales. También, como se ve, coincide con los citados vasos en lo profuso y barroco de la rica ornamentación.
Ya adelantamos al hablar del plato de los peces (lám. V.ª - B) que sus elementos decorativos acusaban la misma mano que los del vaso de que nos ocupamos. Lo propio sucede, como se ha dicho, con los de los vasos de la danza y de los guerreros desmontados, a lo que hay que agregar indudables coincidencias también en las representaciones humanas, que llevan también a la conclusión del mismo origen de los tres vasos, sin que sea a ello obstáculo suficiente el indicado modo peculiar de interpretar los ojos en los vasos antedichos, ni alguna otra particularidad, como las líneas cruzadas en aspa en el cuello de alguno de los personajes, a todo lo cual se sobrepone la impresión de coincidencia del conjunto, con las naturales diferencias en esta obra más cuidada y de mayor empeño.
Las semejanzas de estilo entre los más ricos vasos de San Miguel, antes descritos, con decoraciones de figuras humanas y de animales, y los de iguales temas del grupo valenciano de Oliva, el Charpolar
[page-n-48--data::data]
46
y la Serreta, son bien manifiestas; sin que ello nazca de la inconfundible impresión de conjunto de sus decoraciones recargadas y ostentosas, sino del detalle de sus motivos ornamentales tratados de igual modo. Pero los más estrechos paralelos se dan con la cerámica del despoblado alcoyano, no obstante la escaséz del material de tal clase a observar, donde se ve la semejanza de los motivos vejetales, como la hoja de hiedra interpretada de igual modo, el supuesto esquema del rayo tratado de la misma manera que en las decoraciones lirianas (sin el travesaño central con que aparece en tiestos de Archena, donde llega el tema), el mismo sentido realista de
la representación de los caballos, el gran parecido de la frontalera del caballo con la de otro del vaso de la lám. IX (fig. A), la igualdad del hierro de los frenos con los de la fig. A de la lám. VII.ª, y sobre todo la identidad entre la cabeza y tocado del jinete de la Serreta y los de algunos guerreros de los mejores vasos lirianos (fig. A de la lárn. VIII.ª y A también de la IX.ª), tan grande que perece aquello tomado de uno de estos.
No han dado hasta ahora las excavaciones de San Miguel muchos elementos aprovechables para un intento de cronología. La cerámica campaniana, que se descubre junto con la ibérica, tiene tan larga duración (Ducati la estima del siglo IV y primera
[page-n-49--data::data]
47
mitad del III, pero parece llegar hasta comienzos del II) y estan tan por estudiar su evolución y sus posibles variedades coloniales, que las conclusiones que a base de ella se obtengan han de ser vagas e inciertas. Solo un broche de cinturón de los de tipo rectangular con gancho de perfil en zigzag, hallado en estrato intacto en la primera campaña de excavaciones, tipo que Bosch Gimpera atribuye al siglo III a. C., puede darnos esta data como la más aproximada, hoy por hoy, al tiempo de la destrucción de la ciudad; cuya deducción cronológica podria compaginarse con la atribución del
asolamiento de aquella a la invasión romana, como venimos soteniendo respecto a los debelados despoblados ibéricos excavados en las montañas valencianas (Covalta, el Charpolar y la Rastida), que presentan en lineas generales, dentro de un cuadro de mayor pobreza, las mismas características que el de San Miguel, ya que, admitiendo la opinión de Schulten ("Hispania"), el paso de los romanos por nuestro Reino debió ser en el año 215, fecha de la
conquista de Sagunto.
Las inscripciones ibéricas en los vasos de San Miguel
Las numerosas e importantes inscripciones ibéricas aparecidas en los vasos descubiertos en el cerro de San Miguel de Liria, en las dos campañas de
excavaciones realizadas, y la conveniencia de darlas a conocer prontamente a los especialistas en tales
[page-n-50--data::data]
48
estudios, nos ha inducido a publicar todas las que en el Museo figuran actualmente, numerándolas para facilitar la referencia, formando así a manera de pequeño "corpus", al que, en su caso, se irán haciendo las necesarias adiciones anuales. Encargámos de esto, como queda dicho, a persona tan preparada para ello como el catedrático D. Pio Beltrán, quien, a manera de avance al estudio de mayor vuelo que sobre estas inscripciones y en especial de alguna de ellas prepara, ha redactado el trabajo que insertamos a continuación.
"Notas sobre el estudio de las inscripciones ibéricas en cerámicas de San Miguel."
Al excavar algunas casitas de la ciudad ibérica de San Miguel de Liria aparecieron nuevos monumentos escritos en la lengua antigua del país, y con signos muy análogos a los contenidos en las monedas llamadas vulgarmente ibéricas, que corresponden a la región que fabricó los ases de bronce con el tipo del jinete; al intentar publicarlas, es indispensable anteponer una ligera idea sobre tales letras monetales.
Los investigadores españoles, atendieron desde el principio, al estudio de las monedas con letreros escritos en una lengua desconocida, la cual debía ser, "la antigua que se hablaba en España quando vinieron los romanos a vivir o tratar en ella" (Antonio Agustín. Diálogo VI). Al propio tiempo (y aún antes) los colectores de epígrafes hispánicos, copiaron algunas inscripciones ibéricas levantinas
[page-n-51--data::data]
49
abiertas sobre piedras o sobre objetos de diversas materias, siendo su indicación más antigua, la que nos dejaron sobre un letrero ibérico saguntino
(Huebner M. L. I. núm. XXIII. Se conserva en el Teatro romano de Sagunto, su mitad izquierda) aúnque sin conocer ni rastrear la lengua en que estaban escritos; poco después consignó D. Antonio Agustín, que uno de los letreros de Iglesuela del Cid (Huebner M. L. I. núm. XV) estaba escrito en la lengua
antigua española con caracteres desconocidos.
Según ve, el estudio de los epígrafes ibéricos comprende dos partes; la primera tiene por objeto fijar el valor fonético de sus signos y la segunda averiguar la lengua o lenguas en que fueron escritos dichos textos.
Existen varios alfabetos y es casi seguro que todos los letreros ibéricos no están escritos en una misma lengua; pero nos limitaremos a la región que fabricó ases de bronce con el jinete ibérico.
Desde D. Antonio Agustín fueron muchos los autores nacionales y extranjeros que se dedicaron a puntualizar los sonidos correspondientes a los signos monetales ibéricos, y su investigación fué un continuado tejer y destejer, con aciertos y retrocesos, con teorías curiosas y descabelladas, científicas o caprichosas, prudentes o atrevidísimas, pero siempre apasionantes y capaces de obsesionar y aun descarriar a los investigadores más discretos y ecuánimes; hoy en día puede darse la cuestión por terminada y conclusa, gracias a las investigaciones
[page-n-52--data::data]
50
de D. Manuel Gómez Moreno (Sobre los Iberos y su lengua) al publicar su alfabeto, en el cual aceptó algunas atribuciones anteriores y propuso otras nuevas; mediante ellas, se leen sin dificultad y lógicamente todas las leyendas monetales y aun cuando el autor no justificó sus lecturas, tuvo sobradas razones para apoyarlas; aun siéndonos conocidas, su exposición no es de este lugar.
Dicho alfabeto, con ligeras modificaciones (indicadas por paréntesis), es el que va en el cuadro siguiente:
SIGNOS-ALFABETO
Pasando ahora a la descripción de los epígrafes de San Miguel de Liria, los ordenaremos según la fecha de su aparición, indicando además el departamento o casita donde aparecieron; numeraremos los signos en cada letrero a partir del primero conocido en él, analizaremos ligeramente su contenido y daremos su lectura mediante el alfabeto antedicho.
Son los siguientes:
[page-n-53--data::data]
51
I
Dos fragmentos de borde de vaso en forma de sombrero de copa, uno de los cuales (b) tiene un trozo lateral del vaso en el cual se vé una figura de mujer, y fué hallado casualmente años atrás por D. Domingo Uriel; el trozo menor (a) apareció en 1933 en el departamento n.º 4 que era un campo
cultivado y en el cual no salieron letreros enteros. Letras pardo-negras.
a) IMAGEN b) IMAGEN
El signo 4 de a) no está completo; el signo 5 de b) es una variante de los 13, 14, del alfabeto; el n.º 8 de b), es el 27 de la tabla alfabética, pero algo variado. Su lectura es por tanto:
a) bidii[a]. . . b). ban. untskeltekiarr. ban.
II
Sobre el borde redondeado de un vasito muy desgastado por habesrrodado mucho por la vertiente; letras rojas muy desvanecidas. Año 1933. Casita n.º 3.
IMAGEN
Los signos 1 y 2 muy dudosos; los restantes claros.
Lectura. . . . . nisginibanite. . . . .
[page-n-54--data::data]
52
III
Fragmento de borde de un vaso en forma de sombrero de copa. Caracteres pardo-rojizos, gruesos y burdos. Año 1933. Departamento n.º 4.
IMAGEN
El signo 1 aunque incompleto, es igual que el 5; también son iguales los 3 y 7; el 2, es quizá una forma incompleta de a y el 6 es una variante de du o tu.
Lectura. ....dsarredsdurr....
IV
Fragmento de borde de un vaso en forma de sombrero de copa; letra negra menuda. Año 1933. Departamento n.º 4.
IMAGEN
El signo 1 incompleto.
Lectura. ...e.duidui...
[page-n-55--data::data]
53
V
Fragmento de borde. Letras grandes pardas. Año 1933. Departamento n.º 4.
IMAGEN
Lectura. ..err...
VI
Fragmento de borde blanco sin pintar procedente de una base o sostén; sobre él grabaron en blando los caracteres. Año 1933. Departamento n.º 4.
IMAGEN
El signo 1 muy incierto y el 4 incompleto.
Lectura. ...dan [e]...
VII
Fragmento de barro, sin pintar, sobre el cual grabaron en blando con trazo hondo. Año 1933. Departamento n.º4.
IMAGEN
Solo hay dos signos claros; la palabra que nos
[page-n-56--data::data]
54
ha quedado, comenzaba en el primer signo que es variante del 17 de la tabla alfabética; dicho signo 17, aparece aquí redondeado e invertido, según se verá en el epígrafe que sigue.
Lectura. bee...
VIII
Inscripción pintada en el cuello de un vaso adornado con diversos motivos geométricos y foliáceos; letra menuda y correcta, sin puntos de separación de las palabras. Año 1933. Casita n.º 7.
IMAGEN
El letrero está completo, salvo en la rotura que hay después del signo 15, donde parece verse restos de otros tres, y, si no hay error en ello, habría en la inscripción 54 signos, casi todos claros y conocidos y sobre los cuales conviene hacer constar las particularidades siguientes:
[page-n-57--data::data]
55
Signo de los lugares 4, 13, 27 y 52. Es el equivalente a gui o ki.
El signo de los lugares 11 y 41 parece ser equivalente a n aunque algo variado y lo dejamos como dudoso.
El signo del lugar 29 está algo borroso y según como se mira semeja n o a; pero la primera versión parece contradictoria con la observación anterior.
El signo de los lugares 46 y 50 solo puede ser r suave, pues no parece equivalente al de los 20, 42 y 45.
El n.º 51 no está muy correcto, pero debe ser du o tu.
Los dos últimos signos parecen ser el 27 del alfabeto, que aparece en otra forma en el lugar 28. Su sonido será de o te.
Lectura. De todas las palabras que forman este período, solamente sabemos separar la formada por los signos de los lugares 22 a 28, que es la segunda de las voces del plomo de Castellón, con ligerísima diferencia, pues aquí se lee abarriekide y allí abarrieikide. La lectura probable, es así:
ebirrkisaleiku(n)bekial(....)rrkeiabarriekide(a)orrakarr
kudalberre(n)keulkertsiberdukidede
IX
Inscripción casi completa puesta en el borde de un vaso de forma de sombrero de copa que contiene dos jinetes y varios adornos. Su pintura
[page-n-58--data::data]
56
pardo-rojiza, está muy desvanecida en el vaso, pero bien conservada en el epígrafe. Año 1934. Muro exterior de las casitas 12 y 13.
IMAGEN
Al comienzo faltan dos o tres signos y el situado en el lugar 35 del cual solo se vé el pié; todos los demás están claros y resultan en total 20 sonidos
distintos y 50 o más signos.
al 30 y a la sílaba di o ti.
El número 45 debe ser a y el 46 equivalente al 30 y a la sílaba di o ti.
Su lectura debe ser:
...bankurrts. karretsbanite. ekiar. zaldutibaite.
iumstirr. doli(n?) dane. batsxumiatinirre.
X
Hacia el interior de un borde redondeado de una olla muy incompleta y requemada, que tiene pintadas escenas de luchas entre peones y jinetes. Son dos fragmentos del principio y del final de una inscripción morada, casi negra, muy desvanecida. Año 1934. Casitas n.º 12 y 13.
a) IMAGEN b) IMAGEN
El signo 3 del fragmento a) es como el 28 del alfabeto, es decir, di o ti análogo a otro que sale en el plomo de Castellón.
Lecturas. a). itstos... c) ...bainabarr.
[page-n-59--data::data]
57
XI
Vaso en forma de sombrero de copa con escenas de danzas de hombres y mujeres cogidos por las manos;un hombre toca una flauta sencilla y una mujer otra doble. En el trozo de borde hallado hasta ahora, hay una inscripción parda, fragmentaria, con caracteres grandes y claros y su comienzo visible. Año 1934. Casitas n.º 12 y 13.
a) IMAGEN
El signo 10 equivale a gue o ke; el signo último, está incompleto y equivale a i.
Lectura abarrdanbau.balkeuni...
XII
Vaso en forma de olla con pie bajo, el cual tiene pintadas varias escenas y entre ellas un combate naval o fluvial entre individuos que ocupan dos barcos y con otro hombre que está en la orilla; contiene además paisajes terrestres, peces, aves acuáticas y las ondas marinas. Todo muy tosco, hecho con tinte negro. Debajo de la escena principal, está el epígrafe de dos palabras y en el lado opuesto dos signos análogos a la M, uno de ellos con trazos muy curvos. Año 1934. Departamentos 12 y 13.
[page-n-60--data::data]
58
IMAGEN
No hay dudas en la lectura de este letrero,
que dice: gudua . deitzdea
XII bis
En cuanto a las letras del otro lado son la 12 del alfabeto y
suenan: SS
IMAGEN
XIII
Fragmento de un borde de vaso. Letras pardas claras. Año 1934. Casita n.º 15.
IMAGEN
Incompleta por ambos extremos. El signo final incompleto puede ser n o i.
Lectura . . . .iduba (n? o i?. . .
XIV
Dos fragmentos de borde, de un vaso en forma de sombrero de copa; letras negras pardas y claras. Año 1934. Casita n.º 15.
[page-n-61--data::data]
59
a) IMAGEN b) IMAGEN
Los signos a) 3 y b) 4 son equivalentes a di o ti si bien pudieran ser do, to.
El signo a) 5 no aparece en las monedas del grupo de ases con el jinete ibérico, pero sí en el numerario obulconsense y en el plomo de La Bastida. Equivale a e.
Los últimos signos de ambos fragmentos están incompletos; quizá el b) 7 es una n.
Lectura. a) . . .an. dirreds. . .
b) . . . n. andirrba (n.. .
XV
Gran vaso pintado con escenas muy varias de caza, pesca, jinetes, un barco, peces, individuos recolectando granadas, etc. Sobre la panza en la
parte central de las escenas, está pintado el epígrafe, con pintura casi negra y caracteres muy toscos. Año 1934. Casita n.º 15.
IMAGEN
Contiene la inscripción, 19 signos y falta un trozo del principio que puede contener varios signos de la primera palabra. El primer signo muy borroso; los 5 y 6 confusos; el 7 muy borroso y todos los demás claros.
La lectura que creo cierta, es:
. . .duseatia. kakuekiar. kemiekiar.
[page-n-62--data::data]
60
XVI
Sobre el vaso anterior, hay grafitos incompletos en las zonas inferiores no pintadas, incisos a punzón sobre el vaso ya en uso; uno de ellos contiene tres signos, el primero incompleto, de los cuales parecen iguales primero y segundo.
IMAGEN
Lectura ...dadarr
Terminada la lectura de estos letreros, se comprende que era inútil intentar su traducción sin conocer el valor fonético de los signos y por tanto
cuantas tentativas se han hecho hasta ahora para averiguar la lengua que usaron los antiguos íberos, han sido infructuosas. Los eruditos filólogos y vascófilos españoles del siglo XVIII y del primer cuarto del XIX, intentaron leer los epígrafes ibéricos mediante el vasco actual; por el vasco, comparándolo con los nombres de lugares, intentó Guillermo de Humboldt (Los primitivos habitantes de España. -- Su original en alemán, Berlín 1821) su traducción parcial, y por dicha tentativa quedó como descubridor del
enigma, sin que tal hubiera sido su intención. Por el vasco leyó Cejador, todas las inscripciones ibéricas
[page-n-63--data::data]
61
mediante un falso alfabeto que compuso caprichosamente; y claro está que su trabajo carece de valor, desde el momento que dió a los signos un valor fonético arbitrario.
Después del Monumenta Lingua Iberica de Huebner, el número de letreros ibéricos conocidos ha recibido gran incremento; pero ninguno ha sido
tan estudiado y debatido como el célebre Plomo de la Serreta de Alcoy, hallado en 1921 y publicado repetidas veces con muy varias traducciones; su
verdadera lectura se debe a D. Manuel Gómez Moreno (Sobre los íberos y su lengua. Madrid 1925) en el Homenaje a Menéndez Pidal, demostrando que su alfabeto es jonio arcaico; y por comparación con otros idiomas vivos y en especial con el vasco, pensó en la posibilidad de un entronque entre el vasco actual y la lengua íbera levantina. (De epigrafía ibérica. El plomo de Alcoy. Madrid 1922).
La lectura de Gómez Moreno, fué aprovechada por Cejador en su "Ibérica" (Alfabeto e inscripciones ibéricas. I. Barcelona 1926) y tradujo el texto mediante el vasco moderno, como si las lenguas no cambiaran con el tiempo; obtuvo así, un pintoresco diálogo retorcido y adaptado violentamente al capricho y conocimientos del traductor y glosador, y al propio tiempo motejó al Sr. Gómez Moreno por no habérsele adelantado a descubrir en el plomo un texto escrito en el vasco actual; el trabajo de Cejador sembró la desconfianza entre los aficionados cautos, y lo que pudo ser un adelanto, fué un retro-
[page-n-64--data::data]
62
ceso en las investigaciones de los idiomas primitivos de España.
Queden para otra ocasión todas las disquisiciones sobre las antiguas lenguas de España, la comparación de los textos, los intentos de reducción de
muchas voces a un idioma semejante a otro conocido las discusiones sobre la unidad o pluralidad de idiomas ibéricos, etc., etc., y vamos tan solo a dar
la traducción de uno de los letreros lirianos.
En el vaso del epígrafe n.º XII, hay una escena, que es la principal, la cual está explicada por la leyenda, a semejanza de lo que ocurre en los vasos
arcáicos griegos; tal epígrafe lo hemos leido:
gudua. deitzdea.
y estas palabras se traducen por el vasco de la manera siguiente:
Gudua = Gudu-a = La guerra, combate, resistencia.
Azkue (Diccionario T. 1 pag. 368). Tomado de los grupos dialectales siguientes: Alto Navarro valle del Baztán-Bizcaino-Bajo Navarro y Arcaico.
Figura esta voz con tal acepción, en algunos de los escasos textos vascos relativamente antiguos que se conocen y de ella salen muchos derivados.
Vide, Diccionario de bolsillo de Azkue (Bilbao. 1918) donde aclara que "parece GUDU la forma originaria, no siendo guda otra cosa que permutación en los compuestos y derivados".
La segunda palabra Deitzdca tiene sus análogas en el Diccionario de Azkue en las voces siguientes:
[page-n-65--data::data]
63
Daadar (Alto Navarro, Bizcaino, Guipuzcoano) = grito, con sus derivadas, deadarka, dadarrez y deadarki.
Dei-adar (equivalente a deadar) y significando además, alarma (Bajo Navarro, Labortano y Suletino).
En el Diccionario Trilingüe de Larramendi en la voz Llamada, se encuentran varias equivalencias recolectadas por el país vasco, y son:
Vocación, inspiración, llamamiento = deiza, deitza.
Llamada = deia, deitzea, otseguitea, deiguna, deiquerea derivadas del verbo:
Llamar =deitu, otseguin.
Comparando el deitzdea ibérico con el vasco deitzea recogido por Larramendi y con el deitze de López Mendizábal (Diccionario. Tolosa. 1932) equivalente así mismo a llamada, resulta claro que en el vaso de Liria dice:
Llamada o grito de guerra
y esta idea coincide con la escena principal allí representada.
Modestos son los resultados obtenidos; y creo que fácilmente pueden ser ampliados con resultados satisfactorios, si se procede cautamente; abierto
está el camino que señala el vaso liriano, para cuantos trabajan en la lectura y traducción de los antiguos textos hispanos, pero cuanto en este asunto
pueda conseguirse, se deberá a la identificación fonética de los signos propuesta por D. Manuel Gómez Moreno.
[page-n-66--data::data]
64
Museo
Comenzadas hace años las obras de consolidación de las salas llamadas Doradas del entresuelo del Palacio de la Generalidad, donde provisional
pero decorosamente se instalara al principio la mayor parte del material del Museo y la Biblioteca, hubo necesidad de acomodar las librerias y todas las vitrinas en las dos pequeñas salas del entresuelo frontero, instalación no muy adecuada para ser visitada por estudiosos nacionales y extranjeros. Para enmendar cuanto antes este estado de cosas instamos de la Diputación la pronta terminación de tales obras, acordándolo así en sesión de 22 de
Octubre de 1931. Más adelante empeoró la situación al emprenderse las interesantes obras de reparación del artesonado de la sala del mencionado entresuelo que da a la plaza del Poeta Liern, pues las vitrinas que la llenaban hubo que subirlas a la Sala de Cortes y colocarlas inadecuadamente en su centro para que no ocultaran las pinturas murales. Y así, por las necesidades dichas, continuan las instalaciones con un cáracter tal de provisionalidad
que no ha de merecer alabanzas de los arqueólogos españoles y estranjeros, conocedores de la importancia de los materiales que el Museo contiene y de
cómo estas riquezas arqueológicas son presentadas en otras partes.
Terminadas ya, salvo pequeños detalles, las
[page-n-67--data::data]
65
obras que en las Salas Doradas se emprendieran, sería de desear ultimaran cuanto antes a fin de "aprovecharlas otra vez para Biblioteca, la pequeña, y la grande para instalar todo lo ibérico, en especial los riquísimos vasos de San Miguel de Liria recientemente obtenidos; todo ello provisionalmente, pero de modo más adecuado que hoy lo está, mientras se terminan las obras para la instalación definitiva en la Casa de Padre de Huérfanos. Lo que sería poco recomendable es un traslado a este último edificio, también con instalación provisional.
Por las repetidas razones, hace dos ejercicios que no se han podido construir vitrinas, no obstante haber aumentado el material a exponer.
Tampoco en los dos ejercicios últimos ha sido posible continuar la interesantísima labor de los inventarios gráficos, ni la apenas iniciada exposición de las reproducciones de las pinturas de la "Cova de la Araña".
Ha sido visitado el Museo durante el año último por numerosos arqueólogos nacionales y extranjeros, contandose entre los últimos el Dr. Eckhardt Mencke, que se hallaba en viaje de estudio del capsiense peninsular; el conocido investigador frances Mr. Philippe Helena, cuyos descubrimientos de la región de Narbona tantos puntos de contacto ofrece con los realizados por el Servicio; y por últirmo Mr. A. Bruhl.
Algún centro de enseñanza, como el Instituto
[page-n-68--data::data]
66
Escuela, bajo la dirección de D. Rafael Martínez, ha realizado práticas de esta especialidad en nuestro Museo.
Publicaciones
La preparación del II.º volumen del Anuario del Servicio("Archivo de Prehistoria Levantina") ha continuado en el pasado año con la misma obligada lentitud que en el anterior y que justifican, de un lado, los escasos medios economicos a ello destinados, y de otro el tener que realizar tan pesada
labor, sin desatender las otras del Servicio, personal sin remuneración ninguna.
Se facilitaría la labor de publicaciones si en vez de hacerse consignación especial para ello, se englobaran, como antes, las cantidades a esto destinadas con la consignación general del Servicio; lo que permitiría a la Dirección, en casos de coveniencia, destinar a publicaciones buena parte de dicha consignación general, en vez de sujetarse a no sobrepasar la cantidad prefijada con un año de antelación.
Para obviar las consecuencias del retraso en la publicación del Anuario y suplirle en lo posible, decidimos ilustrar estas Memorias anuales con las láminas que el material que dieran a conocer exigiera. Así lo iniciamos en la Memoria de 1931 y así en la presente lo llevamos a plena realización.
La tirada aparte de la Memoria del pasado año, fué profusamente repartida en España y fuera de ella, mereciendo parabienes su publicación.
[page-n-69--data::data]
67
Biblioteca
Ya queda dicho que a consecuencia de las obras en las salas, fueron traladadas las librerias, junto con las vitrinas, a otras dependencias donde provisionalmente quedaron colocadas. Las mesas de trabajo fueron instaladas, como se pudo, en el Laboratorio. No hay que decir que, así las cosas, la Biblioteca no está en condiciones de rendir su papel.
Tampoco fué posible en el pasado año adquirir las obras importantes que la Biblioteca necesita, sobre todo publicaciones recientes cuyo conocimiento es tan preciso en una ciencia que, como la Prehistoria, está en constante renovación.
Lo propio decimos de las revistas de la especialidad, avanzada de esas apuntadas novedades. Comenzamos por tener todas las más importantes de
Europa y alguna de América para que los estudiosos valencianos hallaran medios de estar al corriente de toda innovación en esta disciplina; pero poco
a poco han tenido que ir disminuyendose hasta quedar reducidas las más indispensables.
También la falta de publicaciones ha hecho que disminuyeran los cambios.
Laboratorio
El trabajo que los componentes del Servició realizaran en su Laboratorio en el próximo pasado año,
[page-n-70--data::data]
68
han quedado reducidos a continuar D. Luis Pericot, en cuantas vacaciones le permitió su cátedra de la Universidad de Barcelona, la clasificación y estudio
de los silex de Parpalló, y a que los Agregados don Domingo Flecher y D. Julián San-Valero laboraran también, hasta comenzar su curso de doctorado,
aquel ayudando al Sr. Pericot en los trabajos dichos, y el segundo siguiendo su labor de copia y ordenación de los motivos decorativos de la cerámica
de la "Cova de la Sarsa", que hace tiempo emprendiera. De las varias e intensas actividades que en el Laboratorio y fuera de él viene desarrollando don Francisco Porcar, Colaborador de hecho de este Centro, desde final del año pasado, hablaremos en la Memoria próxima, donde tendrá su referencia cabida más adecuada. Lo propio decimos del alumno de la Facultad de Ciencias Históricas D. Francisco Jordá.
Aparte las actividades referidas, realizadas para el Servicio, también algunos elementos pertenecientes al mismo, asi como otros prehistoriadores, y aún aficionados a estos estudios, han acudido al Laboratorio para aprovechar en sus trabajos particulares los materiales y la biblioteca del Servicio; mereciéndo mención especial D. José Chocomeli que ha trabajado principalmente en el estudio de lo relativo a las pinturas esquemáticas, con motivo del descubrimiento que realizara en "Les Carasetes" de Beniarrés, de que nos ocuparnos en otro lugar de esta Memoria.
[page-n-71--data::data]
69
El reconstructor Salvador Espí, que, como el año anterior, tuvo en 1934 que simultanear sus trabajos de Laboratorio con los de capatáz de excavaciones y otras actividades propias de mozo de Laboratorio y de Museo, ha continuado la cuidadosa y delicada labor de lavado y reconstrucción de la cerámica, pero con la obligada lentitud gue trabajar en tales condiciones impone, y que da lugar a que resten aún gran número de cajas por lavar de las excavaciones de La Bastida y hayan tenido que quedar intactas unas cincuenta más de las últimas exploraciones en San Miguel. Y no hablamos de otras ni siquiera iniciadas faenas de Laboratorio que el Museo exige, tales como las importantísimas de defensa de los hierros arqueológicos. No hace falta razonar, por lo evidente, que de poco han de servir las excavaciones si la cerámica ha de ir quedándo en parte inédita. Todo ello se resolvería, o se aminoraría cuando menos, aumentando el personal especializado en labores tan delicadas, si se dispusiera de mayor consignación.
Otras actividades
Una de las finalidades que nos propusimos con su creación, y que sigue cumpliendo el Servicio, es el actuar de consejero y guia de cuantas personas
quieran dedicarse a estas investigaciones; y así, en el año último se ha dado orientación a no pocos aficionados a la Prehistoria; debiendo mencionar entre
[page-n-72--data::data]
70
ellos a D. Baltasar Rull y D. Francisco Ruiz, Juez de primera instancia y Registrador de la propiedad de Segorbe, respectivamente, funcionarios cultos, de espíritu abierto a todo estímulo intelectual; a D. José Alcácer Grau, Maestro nacional de Bejís, que investiga con fruto en su comarca; y al ya antiguo aficionado D. Manuel La-Gasca.
En pro de la difusión de estos estudios, y como caso escepcional, pues la falta de personal en el Laboratorio no consiente ni pequeñas ausencias del reconstructor, Sr. Espí, se auotrizó a éste para que acompañara algunas veces a grupos de alumnos del Instituto Escuela, con sus profesores respectivos y
Director D. Rafael Martínez, a diversos despoblados ibéricos de las inmediaciones de Liria, donde se efectuaron algunas catas por Espí, dándose así lecciones prácticas de exploración de yacimientos a los escolares.
Tales son las actuaciones que el Centro que tengo el honor de dirigir desenvolviera en el pasado año. Las necesidades del mismo surjen de lo expuesto. La Excma. Diputación provincial proveerá, para atenderlas, conforme a su superior criterio.
Valencia 15 de Mayo de 1935.
I. Ballester Tormo
[page-n-73--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. I
IMAGEN A
IMAGEN B
"Les Carasetes" (Navarrés-Valencia)
Pinturas rupestres esquemáticas en blanco, en rojo y bicromadas (1/20 apr.).
Fots. Chocomeli.
[page-n-74--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. II
IMAGEN A
IMAGEN B
IMAGEN C
IMAGEN D
"Cova de l'Or" (Beniarrés-Alicante)
A. Dientes diversos; trozo de cardium recortado y pulido, y laminilla de cristal de roca (1/2).
B. Láminas retocadas y microlitos geométricos (2/3).
C. Valva de cardium.
D. Fragmento de pulsera de pizarra (2/3).
Fots. Adell.
[page-n-75--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. III
IMAGEN
"Cova de l'Or" (Beniarrés-Alicante)
Cerámica decorada (2/3).
Fots.Adell.
[page-n-76--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. IV
IMAGEN A
IMAGEN B
IMAGEN C
"Cova de la Sarsa" (Bocairente-Valencia)
A. Vasito con decoración lineal incisa e impresa con el borde y natis de cardium. Está pintado de rojo el interior y conserva pasta roja rellenando algunas incisiones (2/3).
B. Otro con decoración impresa con borde de cardium. Pintado de rojo el interior.
C. Hueso con decoración geométrica incisa (2/3).
Fots. Adell.
[page-n-77--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. V
IMAGEN A
IMAGEN B
IMAGEN C
IMAGEN C'
A. Fragmento con la Dama del espejo (1.n.).
B. Vaso de los Peces (1/3).
C. Desarrollo del friso del vaso del combate de las barcas (1/3).
C'. Perfil del mismo (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-78--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. VI
IMAGEN A
IMAGEN A'
IMAGEN B
IMAGEN B'
IMAGEN B''
A. Friso de la caza de ciervos con redes (1/3).
A'. Perfil del vaso (1/10).
B. Friso de las escenas de pesca, caza, etc. (1/3).
B'. Otra composición del mismo vaso (1/3).
B". Perfil del vaso que las lleva (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-79--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. VII
IMAGEN A
IMAGEN A'
IMAGEN B
IMAGEN B'
A. Decoración con la mujer jinete (1/3).
A'. Perfil del vaso (1/10).
B. Decoración del einochoe (1/2).
B'. Perfil del mismo (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-80--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. VIII
IMAGEN A
IMAGEN A'
IMAGEN B
IMAGEN B'
A. Friso de la danza (1/2).
A'. Perfil de su vaso (1/10).
B. Friso de los jinetes desmontados (1/3).
B'. Perfil de su vaso (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-81--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. IX
IMAGEN A
IMAGEN A'
A. Friso del combate de los guerreros con corazas (t. 1/3).
A'. Perfil del vaso (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-82--data::data]
[page-n-83--data::data]
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
LA LABOR DEL SERVICIO DE
INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
Y SU MUSEO EN EL PASADO AÑO
1934
Tirada aparte de la Memoria oficial de la Secretaría
de la Diputación, correspondiente a dicho año.
VALENCIA
IMP. CASA DE BENEFICENCIA
1935
[page-n-2--data::data]
[page-n-3--data::data]
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
[page-n-4--data::data]
PUBLICACIONES DE ESTA SERIE
«El Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo de
Prehistoria, en 1928» (1929).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1929» (1930, agotada).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1930» (1931).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1931» (1932).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1932» (1933).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1933» (1934).
«La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su
Museo en el pasado año 1934» (1935).
[page-n-5--data::data]
DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA
LA LABOR DEL SERVICIO DE
INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
Y SU MUSEO EN EL PASADO AÑO
1934
Tirada aparte de la Memoria oficial de la Secretaría
de la Diputación, correspondiente a dicho año.
VALENCIA
IMP. CASA DE BENEFICENCIA
1935
[page-n-6--data::data]
SERVICIO DE INVESTIGACION PHEHISTORICA
DIPUTADO PONENTE DE CULTURA
D. Ismael Barrera Juan.
DIRECTOR HONORARIO EN FUNCIONES DE EFECTIVO
D. Isidro Ballester Tormo.
SUBDIRECTOR
D. Luís Pericot García.
COLABORADORES
D. Mariano Jornet Perales.
D. Gonzalo J. Viñes Masip.
D. Emilio Gómez Nadal.
D. Fernando Ponsell Cortés.
AGREGADOS
D. Domingo Fletcher Valls.
D. Ernesto Jiménez Navarro.
D. Julián S. Valero Aparisi.
D. Manuel Vidal López.
El Museo, la Biblioteca y el laboratorio del Servicio están instalados en el
Palacio de la Generalidad del Reino de Valencia (Calle de Caballeros).
[page-n-7--data::data]
EL SERVICIO DE INVESTIGACION PREHISTORICA DE LA DIPUTACION PROVINCIAL Y SU MUSEO EN 1934
En el próximo pasado año 1934 ha continuado este Centro de la Diputación sus interesantes investigaciones sobre nuestro pasado remoto. Regido por personal benemérito, sin sueldos ni dietas (caso único entre los organismos de esta clase) y con la mermada consignación que las circunstancias económicas de la Diputación imponen, sigue el Servicio
manteniendo en España y en el extranjero el prestigio científico que ganara desde su creación con su labor severa y eficaz. De los sacrificios que en pró
de la cultura se impuso la Corporación, bien puede decirse que sea el mantenimiento de este Centro uno de los que más la prestigian, pues, como en otra de las MEMORIAS de esta Secretaría quedó dicho, gracias a él son conocidos los empeños culturales de la Diputación fuera de los estrechos ámbitos adminis-
[page-n-8--data::data]
6
trativos en que desenvuelve sus ordinarias. actividades; siendo de lamentar, por la Corporación misma, que su estado económico no permita atender este
Servicio debidamente, es decir con la largueza con que ayudan al suyo algunas otras Diputaciones españolas.
Las actividades del Servicio de Investigación Prehistórica en el pasado año 1934 no necesitán comentarios de Secretaría de la Diputación, puesto que
las conoce bien ésta por la Memoria que la Dirección de aquél le elevara y que insertamos literalmente a continuación.
[page-n-9--data::data]
7
MEMORIA
QUE LA DIRECCIÓN DEL SERVICIO DE INVESTIGACIÓN PREHISTÓRICA
DE LA EXCMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE VALENCIA ELEVA A LA CORPORACIÓN. SOBRE LAS ACTIVIDADES DE AQUÉL EN EL PRÓXIMO PASADO AÑO 1934.
El insfrascrito Director - honorario, en funciones de efectivo, del Servicio de Investigación Prehistórica, dando cumplimiento a las disposiciones que regulan el funcionamiento de tal Centro, tiene el honor de rendir a la Excma. Diputación provincial cuenta de la marcha y actividades de aquél en el
próximo pasado año 1934.
La parquedad, mejor diríamos austeridad, con que debe producirse esta Dirección al apreciar la obra realizada por el Servicio, le veda alabanzas, y
ponderaciones que irían mal con la seria y callada labor desarrollada por el mismo desde que a nuestra instancia se creara. De cómo ha venido cumpliendo los fines que la Diputación se propusiera al fundarle, lo dicen las Memorias de los años precedentes. De cómo actuó el año último, con personal que, como siempre, se desenvuelve en condiciones poco adecuadas para despertar entusiasmos y con la escasa
[page-n-10--data::data]
8
consignación que las actuales disponibilidades de la Diputación consienten, lo dirá mejor que nadie la exposición meramente objetiva de la labor efectuada.
La excepcional importancia de algunos descubrimientos realizados, que han de influir seguramente en el mejor conocimiento de interesantes problemas de prehistoria general española y especialmente de la valenciana, nos obliga, como veremos, a divulgarles en la presente Memoria, sin esperar, como en general suele hacerse, a publicación más cumplida. Ello y el tener que acoger aquí el avance al estudio de importantísima cuestión muy relacionada con alguno de los descubrimientos efectuados, ha de dar
a la presente Memoria mayor extensión de la que deseáramos, no obstante ceñirla solo, como vinimos haciéndolo, a la extricta labor del Servicio y a aquello que, no siéndole, tenga muy estrecha conexión con el mismo.
Excavaciones
La reducción de la consignación de que vive el Servicio no ha permitido que sean muchos, ni muy intensos, los trabajos de excavación llevados a cabo en el pasado año 1934. Casi podría decirse que no se ha realizado ninguna excavación propiamente dicha, sino alguna exploración un poco amplia. Quedan desde hace años en suspenso las excavaciones de La Bastida de Les Alcuses, cuando alcan-
[page-n-11--data::data]
9
zaban la rinconada de la puerta L. del despoblado y con ello la posibilidad del estudio de sus defensas y forma de aquélla. Tampoco ha podido terminarse
la excavación de estación tan importante como la Cova de la Sarsa, en la que nada se ha hecho estos años, sino es la pequeña excavación efectuada por
el Sr. Ponsell anticipando los gastos de que hablaremos luego. Están, no ya por excavarse, sino hasta por explorarse someramente, gran número de cuevas y despoblados cuyo estudio propuso el que suscribe a la Diputación y ésta acordó hace ya años. Y ni siquiera ha habido medio de atender a exploraciones que el descubrimiento casual de alguna estación aconsejaba realizar con rapidez por peligrar su destrucción; y por ello ha tenido que permitir el Servicio, y aún agradecerlo, que persona tan entusiasta por estos estudios como D. José Chocomeli, haya tenido que emprender trabajos semejantes, anticipando también los medios necesarios. De los aludidos trabajos de los Sres. Ponsell y Chocomeli apenas si podemos decir algo en la presente Memoria, porque al ser tales gastos cargo de la consignación del corriente ejercicio, será más propio ocuparnos de ellos en la Memoria inmediata.
Damos a continuación cuenta de las excavaciones y exploraciones realizadas.
[page-n-12--data::data]
10
Les Carasetes (Navarrés)
Sobre tres kilómetros al N. del pueblo de Navarrés (Valencia), en las proximidades de la confluencia del Barranch d'Insa con el río Escalona,
punto denominado Boquera del Escalona, en un peñón casi vertical que mira al Barranch dels Charcos, encontró D. Jose Chocomeli el año último en una
de sus frecuentes rebuscas arqueológicas, la serie de pinturas. esquemáticas de que vamos a dar cuenta, tomando los datos necesarios para esta escueta
nota de la comunicación en que el Sr. Chocomeli nos daba noticias del hallazgo. dejando los detalles para la publicación que aquél tiene en preparación.
Conócense tales pinturas en el país con el nombre de Les Carasetes (las Caretas), consistiendo en diez figuras esquemáticas, la mayoría de las cuales
están pintadas en blanco y algunas singularmente bicromadas en blanco y rojo violáceo, dando unas dimensiones medias de 60 a 70 centímetros. Algunas figuras son de difícil interpretación, pero predominan las que se vienen teniendo por esquemas de seres humanos en cuclillas, tales por ejemplo, como las un poco más complicadas de Fuencaliente (Ciudad Real) y las más semejantes de la Cueva de la Inés, en el S. Se hallan las figuras agrupadas en dos lotes, a poca altura del suelo y aún algunas al ras del mismo suelo actual; habiéndose efectuado en él catas exploratorias sin ningún resultado.
[page-n-13--data::data]
11
Es interesante el dato de que nuevas investigaciones realizadas en las inmediaciones del lugar de las pinturas, dieron por resultado el hallazgo en
el cercano Barranch d'Insa de una cueva con yacimiento neolítico o eneolítico, que se excavará oportunamente.
La Coveta del Or (Beniarrés)
Se halla situada esta cueva en la sierra de Benicadell a L. del puertecito de Salem y por lo tanto de la peña que dá nombre a la cuerda, y ya en término de Beniarrés (Alicante). Fórmala una oquedad de planta aproximadamente oval, con pronunciada inclinación hacia dentro y mide unos 25 metros de
fondo, sobre 15 de ancho y 1'80 de altura aproximadamente, teniendo acceso por estrecha entrada que mira al S. E.
El profesor de Instrucción primaria D. Rafael Pardo Ballester comunicó al Servicio el conocimiento de tal cueva, que fué luego visitada por el Subdirector de aquél D. Luis Pericot, con el reconstructor del Museo Sr. Espí, acompañados del Sr. Pardo.
Dos catas exploratorias efectuaron, una a mano izquierda de la misma entrada de la cueva y otra en el fondo, siendo muy interesantes sus resultados, pues repite el cuadro de conjunto de material que solemos encontrar en las cuevas eneolíticas valencianas; en las que, junto a objetos estimados como de tal cultura, hállanse otros que recuerdan civili-
[page-n-14--data::data]
12
zaciones mucho más remotas, Así las catas dichas dieron hojas pequeñas y medianas (una de cristal de roca) y lascas, algunas con retoques; microlitos
trapezoidales y semilunares que encajarían cronológicamente en un capsio-tardenoisiense, si no fueran encontrados también en estaciones eneolíticas;
fragmentos de brazaletes o pulseras de pizarra, que hallan sus paralelos en otras cuevas valencianas estimadas del eneolítico (la de la Sarsa por ejemplo); y trozos de punzones de hueso, pectúnculo agujereado y fragmento redondeado y pulimentado de cardium, (lámina II.ª) que no van mal con dicha cultura, más los tiestos de que vamos a ocuparnos que la confirman».
Los restos cerámicas son bien variados (lámina III.ª): decorados con cordones y bordes picados, con motivos de rayado más o menos profundo; con cortas impresiones de punzón de sección cuadrada; con huellas cardiales por alisamiento y con variadas decoraciones por impresiones y ondulaciones producidas con el borde de un cardium».
La excavación de esta cueva, como otras semejantes con estrato intacto, traería mucha luz a la solución de importantes problemas que dejara en pie
el conocimiento de las pocas cuevas valencianas de tal periodo excavadas debidamente; pero como las limitadas posibilidades con que el servicio cuenta
obliga a aplazar la excavación de éste y otros yacimientos, anticipamos en esta Memoria la precisa información para darlo a conocer.
[page-n-15--data::data]
13
La Cova de la Sarsa (Bocairente)
Es ya muy conocida esta cueva sepulcral, pues aparte algunas publicaciones que de ella se han ocupado (1), también en esta serie de Memorias, siguiendo el propósito de dar a conocer aunque sea someramente el material de yacimientos cuya excavación total no puede ser inmediata, nos hemos tenido que referir a la Cova de la Sarsa: en la de 1928, cuando ingresando en el Museo el material obtenido por su descubridor D. Fernando Ponsell, en excavaciones efectuadas por su cuenta, tuvimos que hacer reseña del mismo; y en la de 1931, haciendo lo propio como consecuencia de las excavaciones por dicho señor efectuadas por encargo del Servicio. Al distanciarse de éste el Sr. Ponsell, por motivos sobrado conocidos, acababa de realizar en 1932 otra pequeña campaña de excavaciones, que emprendiera, anticipando el coste, por imposibilidad de hacerlo este Centro, no obstante el peligro que corría el yacimiento. A gestiones que realizamos poco después
para evitar que el material hallado fuera a museo distinto del Provincial de Prehistoria, nos ofreció el Sr. Ponsell ponerlo a nuestra disposición a su
tiempo y así lo ha hecho recientemente.
(1) I. Ballester: «Unas cerámicas interesantes en el valle de Albaida».
Sep. de Cultura Valenciana, 1928.-F. Ponsell: «La Cova de la Sarsa»;
pág. 87 del T.1º. de «Archivo de Prehistoria, Valenciana». Anuario de S.I.P. 1928.
[page-n-16--data::data]
14
No hablamos aquí de los nuevos hallazgos: primeramente porque habiéndose de reintegrar los gastos causados con cargo a la consignación del ejercicio corriente, es más propio hacerlo en la Memoria próxima; y en segundo término porque pensando excavar la cueva en este mismo año, preferimos ocuparnos al propio tiempo del aludido material y del que se consiga con los nuevos trabajos. Pero el interés de algunas piezas nos obliga a hacer excepción de las mismas.
No hace mucho ha llamado la atención don Manuel Gómez-Moreno (1) sobre la cerámica neolítica y eneolítica española pintada de rojo y con incisiones decorativas llenas de pasta de igual color; habiendo luego el Subdirector de este Servicio don Luis Pericot (2) hecho público el dato de que entre el material de la Cova de la Sarsa aparecía algún tiesto ornado de igual modo. La novedad del tema y la antedicha alusión a tal yacimiento, nos hace juzgar de interés el conocimiento de las dos bellas piezas obtenidas en las últimas excavaciones, que reproducimos en la lámina IV.
La primera (fig.A) es un pequeño vaso que mide seis centímetros de altura, con bella decoración línea recta, incisa y cardial impresa con el borde
de la valva y en la base con el natis, agrupadas del
(1) M. GÓMEZ-MORENO: "La cerámica primitiva ibérica". -Separata de
Homenagem a Martins Sarmento. - Guimaraes (Portugal), 1939.
(2) L. PERICOT: «Historia de España».-Epocas primitiva, y romana. Gallach, Barcelona.
[page-n-17--data::data]
15
modo que se ve en la figura y cuyo conjunto recuerda la labor de cestería. Lleva una asa rota, en forma de pestaña con doble taladro vertical y otro
al interior. Esta pintado de rojo carminoso el interior y conserva en parte de las incisiones resto de pasta del mismo color.
El otro vaso, de unos siete y medio centímetros de altura (fig.B) se halla decorado con impresiones lineales rectas, dispuestas en fajas y triángulos, producidas con el borde de un cardium, y lleva una sola asa compuesta de un par de pestañas también taladradas verticalmente. Asimismo tiene pintado de
rojo carmín el interior.
Damos en la figura C de la misma lámina un fragmento de ancho hueso ornado con complicada decoración incisa geométrica.
El Cerro de San Miguel (Liria)
Se han continuado en 1934 en el despoblado de San Miguel de Liria las exploraciones que se iniciaran en 1933 bajo la dirección de los Colaboradores
del Servicio D. Mariano Jornet y D. Emilio Gómez Nadal, ayudados por los Agregados D. Domingo Fletcher y D. Julián San Valero. Se tenía en esta segunda pequeña campaña la esperanza de que fuera tan fecunda como la precedente; pero el éxito ha rebasado todo cálculo. Si fueron importantísimos los hallazgos en 1933, de fino y abundante material cerámico con ricas decoraciones florales y geométricas
[page-n-18--data::data]
16
y abundantes inscripciones ibéricas, bien puede decirse que lo descubierto en 1934 señala una fecha memorable en los estudios ibéricos; y téngase en
cuenta que trabajos de esta clase, en que se emplearon por término medio cuatro peones diarios, más merecen el calificativo de catas que de excavaciones.
Duró esta campaña desde el 17 de Agosto hasta el 3 de Septiembre, dirigiéndola el Subdirector del Servicio D. Luís Pericot, que estuvo al frente de los trabajos desde su iniciación hasta el 22 de Agosto, continuándalos el Colaborador D. Emilio Gómez Nadal hasta su terminación; habiéndoles ayudado en ello D. Francisco Porcar y D. Domingo Uriel, y actuado de capatáz el reconstructor del Servicio señor Espí. La dirección del Servicio ha de hacer público el reconocimiento de éste al vecindario de Liria y a sus autoridades, en especial al Alcalde, don Salvador Gil, a éste, por las facilidades prestadas a la comisión del Servicio y a todos por haber conseguido, haciendo ver que la Diputación no busca allí con los sacrificios que se impone más tesoro que el de acrecentar la cultura valenciana, que se evitará que algún buscador de tesoros destruyera lo excavado, como aconteció en la campaña anterior.
Del reconocimiento que el Servicio debe a D. Francisco Porcar, no hemos de hablar por no herir su modestia, tan grande como su cultura y su bondad
acogedora: baste decir que, su casa de Liria ha seguido siendo la casa del Servicio.
En curso las excavaciones fueron estas visitadas
[page-n-19--data::data]
17
por el Diputado-Ponente de Cultura D. Ismael Barrera Juan, acompañado del Gobernador Civil señor Terrero. También fueron frecuentes las visitas de numerosas personalidades valencianas de las más destacadas entre las que estudian diversas ramas de nuestra cultura propia, muy especialmente los dados a investigaciones de arqueología antigua.
En la precedente Memoria se expusieron los antecedentes de las excavaciones en San Miguel y se relacionaron someramente los resultados de la primera campaña de excavaciones. El hecho de que los descubrimientos de San Miguel se reduzcan casi en absoluto a objetos cerámicos, en su mayoría vasos que necesitan detenida reconstrucción, dificulta el dar anualmente detallada cuenta de los hallazgos en la forma en que vinimos haciéndolo en otras Memorias al reseñar importantes excavaciones. Creemos más acertado en ésta dar una impresión suscinta de los resultados de la campaña y detenerse principalmente en la exposición detallada de uno de los aspectos de los descubrimientos realizados.
En la pasada campaña se han descubierto y excavado cinco departamentos de viviendas que se señalaron ene el diario con los números 11 a 15. Se alzaban aquéllas en la misma terraza que las descubiertas anteriormente, mostrando la misma técnica de construcción de aparejo de piedra no careada recibida con barro, tan general en los poblados de esta época. Descubriéronse también muros de contención de tierras sobre que estribaban las terrazas
[page-n-20--data::data]
18
en que se alzaban los edificios, salvándose los desniveles de unos a otros compartimientos y seguramente unas a otras terrazas, mediante escaleras de
las que ha quedado muestra, que son de mejor técnica que las que encontramos en La Bastida de les Alcuses. Todo ello y la pronunciada pendiente del cerro, nos hace ver la disposición escalonada, con exagerados desniveles e irregularidad de traza, de la Liria ibérica.
Han seguido escaseando mucho los hallazgos de objetos metálicos, tan abundantísimos en Covalta y La Bastida. Se encontró solo un ponderal de bronce de tipo covaltino, algún otro bronce de tan poco interés que no merece mención y unos escasos hierros insignificantes. También se halló media moneda iberica intencionalmente mutilada; conviniendo quede bien sentado, para evitar deducciones cronológicas poco fundadas, que fué encontrada fuera de las construcciones, muy superficial y en sitio que hace pensar era allí arrastrada o rodada por la pronunciada pendiente, en época posterior a la del estrato que se exploraba.
Aparte otros descubrimientos cerámicos corrientes, como fusayolas generalmente de tipo troncocónico rematadas en pequeña esfera, manos de mortero, sostenes de vasos etc., el extremado interés de estas excavaciones está en el descubrimiento de buen número de vasos ibéricos, no ya ornados
como los de la campaña precedente con ricas decoraciones vegetales estilizadas, sino con interesantisi-
[page-n-21--data::data]
19
mos frisos de animales y figuras humanas, entre motivos vegetales de gran belleza y variedad, y numerosas inscripciones ibéricas. Todo ello hace, no ya de esta nutrida serie de vasos, sino en general de cada uno de ellos, cosa única de importancia excepcional para los estudios etnográficos, prehistóricos y filológicos ibéricos.
El extremado interés científico y artístico de tales decoraciones aconsejaba al Servicio darlas a conocer prontamente, anteponiendo, como otras veces hizo sin excitación de nadie ("Cova del Parpalló", por ejemplo), el interés científico general a su propia conveniencia, que le debían inclinar a esperar para publicarlo el término de las excavaciones y de la necesaria labor de reconstrucción y estudio. Por ello, al encargarnos de nuevo de la Dirección del Servicio a principio del corriente año, dispusimos se apresurara todo lo posible la reconstrucción de algunos vasos comenzada en el año anterior, así como que se sacaran calcos y se hicieran a base de ellos cuidadosas reproducciones de las decoraciones. Y así, sin esperar a la total reconstrucción de estos vasos, para lo que precisaba el lavado de cajas de cerámica que aún restan intactas, ni en suma a la publicación completa y definitiva de todos los fondos que dé el cerro de San Miguel, aprovechamos la oportunidad de la publicación de esta Memoria que reglamentariamente hemos de elevar a la Diputación y que necesariamente ha de compaginar su carácter adminis-
[page-n-22--data::data]
20
trativo con su finalidad técnica, para llevar a ella referencia más detallada de tales hallazgos cerámicos e información gráfica más cumplida que la que alguna vez apareció en estos anuales comptes rendus, sin que ello quiera suponer en nosotros la presunción de haber realizado el estudio que piezas tan interesantes necesitan.
Además de la descripción de las decoraciones con figuras de animales y humanas que exornan los vasos, incluimos en esta Memoria, a modo de pequeño "corpus", relación completa, numerada para facilitar la referencia, de todas las inscripciones ibéricas aparecidas hasta hoy en la cerámica de San Miguel existente en el Museo, y con ello unas interesantes notas, avance al estudio que de aquéllas tiene hecho don Pio Beltrán, tan destacado en esta especialidad.
Los calcos y dibujos de las decoraciones cerámicas han sido cuidadosamente hechos por D. Francisco Porcar, quien ha llevado a ellos solo aquello que en los vasos puede verse, aunque sea con dificultad, respetándose espacios de decoración perdida y de rotura. Donde la dificultad de observación es grande damos el dibujo reticulado de modo que se advierta
suficientemente.
También el S. Porcar calcó las inscripciones ibéricas, con ayuda de el Sr. Beltrán.
[page-n-23--data::data]
21
Las decoraciones con figuras humanas y de animales, en los vasos de San Miguel.
Queda dicho que no nos proponemos hacer aquí el estudio de los vasos de San Miguel con decoraciones humanas y de animales, sino solo la exposición de ellos en la forma incompleta en que el actual estado de reconstrucción de los vasos consiente; dejando su estudio y reproducción total para cuando se haya intentado hasta lo posible su reconstrucción acabada.
Al hacer referencia a cada vaso preferimos darles las denominaciones con que por alguna de sus particularidades son conocidos en el Museo; creyendo que, aún estimándose tales designaciones poco acertadas, siempre son preferibles a la fría individualización de un número.
El fragmento cerámico con la Dama del Espejo.
Este conocido fragmento (trozo de borde y parte de cuerpo) de "un sombrero de copa", hallado, como es sabido, por el Profesor de Instrucción primaria de Liria D. Domindo Uriel, en el lugar donde luego comenzaron las excavaciones del Servicio, y publicado en "Archivo de Arte Valenciano" (1924), figura hoy en el Museo por donación de aquél, y para dar la relación completa de las cerámicas de S. Miguel con tales decoraciones, nos ocupa-
[page-n-24--data::data]
22
mos de él ahora. La decoración (lám. V. fig.ª A.) se interpreta como escena de tocador: una dama, con alto tocado que recuerda la mantilla y triple gargantilla, eleva a nivel del rostro un útil que parece pequeño espejo.
El fragmento de borde lleva la incompleta inscripción ibérica de que más adelante se habla bajo el número 1.º
Plato de pescado.
Este plato (lám. V.ª, fig.ª B), que no es sino una reproducción indígena de los pinax de la cerámica de figuras rojas (y de cuyo tipo hay parte de otro
ejemplar en Covalta), apareció en el departamento n.º 14, en las excavaciones últimas. Aparte elementos decorativos geométricos corrientes, la zona inmediata al borde lleva una composición en que figuran dos pescados detalladamente dibujados (aletas, escamas, etc.), entre variada ornamentación vegetal, como hojas de hiedra, combinadas con capullos, palmetas y expirales, todo finamente estilizado, alguna roseta y gran número de unos signos, abundantes en casi todos los vasos de San Miguel, que no sabemos interpretar sino como representación esquemática del rayo, del signo de Zeus.
El estilo y la manera de ornamentar esta pieza, la enlaza tanto con el vaso reproducido en la lámina IX, que surge el convencimiento de estar ornados ambos de la propia mapa.
[page-n-25--data::data]
23
El vaso del combate de las barcas.
Este vaso, de la forma y tamaño indicados en la lám. V, fig. C, aparecido en el compartimiento n.º 12 lleva desarrollada a modo de friso la decoración
que vamos a describir. La escena principal, (fig." C de la propia lámina), cuyo campo acotan por un extremo una serie vertical de dobles postas y al lado
contrario dos grandes hojas acorazonadas superpuestas, con perfil contorneado por líneas de puntos, compónela la lucha de una barca, ocupada por tres tripulantes, con otra, situada a su izquierda, que lleva dos combatientes, y con un guerrero plantado en tierra al lado opuesto. En la parte inferior unas líneas onduladas representan el agua, y los espacios
libres llénanlos, además de la importante inscripción, ibérica de que se hablará (la n.º XII), unas figuras siluetadas, ligeramente troncocónicas, que a manera 'de pies llevan postecitos en la parte inferior o base, - lo que sugiere la idea de habitaciones palafiticas, aunque tal representación la encontremos también, entre'un caballo y un guerrero en un tiesto de San Antonio de Calaceite (1) pero en posición horizontal, es decir poco adecuada para fundamentar la deducción antes hecha, y unas filas de peces, entre los que
levanta el vuelo un ánade. El combatiente terrestre,
(1) V.-P.Bosch: «La cultura ibérica del Bajo Aragón» Congr. Inter. de
Arqueología 1929.
[page-n-26--data::data]
24
cubriéndose con un escudo redondo con umbo troncocónico, en el que ha recibido una jabalina, trata de arrojar la suya sobre los tripulantes de la barca inmediata, de los cuales el primero se defiende del atacante con otro escudo de igual tipo pero con umbo semiesférico, el de enmedio levanta el brazo derecho en actitud de haber lanzado su arma, mientras el tercero, mirando a la cercana barca enemiga, está en igual postura y cúbrese con escudo igual. En la otra barca combatiente, mas pequeña que la antedicha, un guerrero, situado a popa, da frente a la contraria, defendiéndose con un escudo del mismo tipo, que se ve atravesado por otra jabalina, mientras
el restante combatiente cójese al poste de la vela y levanta un brazo en la repetida actitud. En otra escena secundaria separada de la anterior por el referido motivo vejetal, se ve un caballo, toscamente dibujado, adornado con frontalera de perfil triangular, debajo del que va una inscripción formada por dos MM (nº XII bis), rellenándo los vacios otra fila de peces, tres hojas como las antedichas pero doblemente contorneadas con línea seguida y otra de puntos, y un ajedrezado que remata a un lado por fila de postas.
El dibujo todo, en especial las representaciones humanas, es de una inhabilidad y tosquedad escepcionales en San Miguel, lo que no obsta para haber logrado dar gran movilidad a la escena de lucha.
El pequeño combate naval hace pensar en una laguna próxima, en la comarca de Liria, más que
[page-n-27--data::data]
25
en un río cercano navegable, y surge la idea de una albufera, ya la actualmente conocida o tal vez otra laguna más próxima, que pudo ser la amplia depresión de la partida de la Foya con las aguas de la fuente de San Vicente, hoy canalizadas, que producirían el embalse por no tener salida posible la gran hoya, donde en los años de lluvias abundantes se forman aún grandes charcas; opinión en la que coinciden personas tan conocedores de las cercanías de Liria como D. Nicolás Primitivo Gómez ("Liria Ibérica" - "Las Provincias", 1934) y D. Francisco Porcar.
El sumario dibujo de las figuras humanas permite escasas observaciones sobre indumentaria, armas, etc. Los cinco tripulantes de las barcas tocan su cabeza con algo rematado en una especie de cresta formada por gruesas líneas, que dán idea de penachos de un casco, como se confirmará más adelante. No así el guerrero que se halla en tierra, en el que, una línea que contornea toda la parte superior y posterior de la cabeza y porción de la espalda, parécenos la cimera de otro tipo de casco. Los primeros
guerreros no muestran detalle alguno de indumento, salvo uno que cruza el pecho con las dos bandas de que tantas veces habremos de hablar al
describir otros vasos; y el restante combatiente parece vestir jubón, sujeto por cinturón, y lleva a bandolera el correaje de la espada, de la que no se ve detalle alguno, pues la bifurcación de lo que parece empuñadura es tan pronunciada que más que acusar
[page-n-28--data::data]
26
el tipo de una espada que no encajaría en la cronología del despoblado, está indicando los dos extremos de la bandolera de que pende.
El dibujo de las barcas es tambien, por desgracia, de una gran simplicidad. Ello no obstante puede bien apreciarse la pequeña vela rectangular montada entre dos mástiles paralelos, así como que las proas
rematan en forma de cabezas de animal con bien acusadas orejas. Esto último hace pensar si se trata de representación de cabezas de caballo y si por tanto es lógico concluir en que también a la costa valenciana llegó aquel tipo de pequeña nave llamada por tal particularidad "Caballo", que estaba en uso en el pais de Gades, como se dice en el pasaje de Posidonio, conocido a traves de Estrabón, según el que habiendo encontrado la punta de una proa de madera procedente de un naufragio, en la que había representado un caballo, se supo que la embarcación procedía de Gades, donde los traficantes pobres las
armaban así y las designaban de ese modo (1).
Vaso de la caza de ciervos con redes
Fué encontrado este vaso, de la forma y medidas que se pueden ver en la lámina VI.ª, figura A' en el departamento 15, excavado el año último.
La decoración, en lo que aquí interesa, lleva en parte de un ancho friso, la curiosa composición de
(1) A. Shulten y P. Bosch: "Fontes hispaniae antiquae"; fase. II, pág.
171 y 247.
[page-n-29--data::data]
27
una cacería de ciervos mediante redes, representación única gráfica de escena cinegética iberica (fig. A de la misma lámina). Seis cérvidos, dos machos y
cuatro hembras, siluetados de perfil y mirando a la derecha, integran la composición. Dos ciervas han sido presas en sendas trampas, figuradas por otros tantos retículos, de los que uno semeja dispuesto para accionar de arriba abajo y el otro a la inversa. Las dos reses cazadas se representan inmovilizadas como para dar la justa impresión del lánce, mientras
las restantes se alejan a buen paso asustadas por algo extraño, siendo acertada expresión de ello la actitud de la primera de las ciervas, que vuelva curiosa la cabeza atrás sin dejar de correr. Una corta lanza, colocada verticalmente debajo casi de una de las ciervas presas, nos hace ver otro artificio cinegético que, como el de la caza con red, está aún en uso entre los actuales salvajes para completar la eficacia de las trampas.
La ornamentación de los espacios vacios es bien pobre; quedando reducida a hojas triangulares que rematan en sentido opuesto los extremos de unas SS contorneadas de puntos, flores trilobuladas dobles y algún signo indescifrable. No nos parece que desempeñan papel decorativo,unos círculos, con diámetros perpendiculares, que se agrupan en el extremo de la composición, uno de los cuales se clava mediante la línea prolongada del diámetro en el Cuello de una cierva.
[page-n-30--data::data]
28
Aunque la escena en conjunto está bien conseguida, la reproducción de los cérvidos no es acertada.
Vaso con la escena de pesca.
El tipo de esta pieza y sus medidas dedúcense de la fig. B' de la lámina VI; habiéndose descubierto también en el compartimento 15, durante la última campaña.
Difícil es describir la ornamentación de este vaso, de cuya complejidad no puede dar idea la sencilla denominación con que se le designa acudiendo a la escena representada que mejor le individualiza. Comprende dos composiciones: una, la principal, integrada por varias escenas bien distintas, se desarrolla en cinta completa por bajo del nivel de un primer friso de motivos geométricos y vegetales en el que se inserta, como para completar espacio, la segunda composición.
Entre dos a modo de metopas, formadas con motivos vegetales y geométricos muy mediocres, se desarrollan las decoraciones que pasamos a describir (lám. dicha fig. B). La primera, de izquierda a derecha, es una escena de pesca, mal conservada en su mayor parte: una embarcación de la que se ve solo y borrosamente la mitad de la popa, bien acusada y saliente, que recuerda la de algunos barcos modernos, parece cargada con una red, unas lanzas y en
[page-n-31--data::data]
29
la misma popa unos personajes siluetados de los que se perciben solo las cabezas, y otro que, en pié en el mismo extremo de aquélla, lanza su jabalina
hacia la derecha en dirección a un guerrero de que hablaremos, semejando más lance de lucha que de caza de un animal cercano, a juzgar por el uso del
escudo con que se cubre el guerrero. Debajo de la embarcación y algo a la izquierda, donde se desdibuja más aquélla, se ven dos peces en posición de
ser izados a la misma, otro que pica el anzuelo cuya cuerda cae de la barca, y otro, por último que, prendido yá, es sacado por un personaje que desde lo
que debe ser tierra, tira de la cuerda, que se arrolla a un artefacto triangular indeterminable. En el espacio en ángulo que queda a la derecha de la embarcación, parece desarrollarse otra escena terrestre, de dudosa relación con la anterior, de la que tampoco hay ninguna separación gráfica. En lo alto e inmediato a la barca, deja ver la rotura del vaso una pequeña figura humana, a la que como se ha indicado, parece dirije su dardo el guerrero de la barca;
cerca pasta un animal de largos cuernos y más abajo se ve un caballo, que semeja atado a unos trazos ramiformes, encima de cuya figura comienza
una inscripción ibérica que debe estar incompleta (lám. n.º XV, de las que hablaremos). A continuación se desarrolla otra escena bélica, por bajo de
la continuación de tal inscripción, sin que tampoco aquí se vea elemento alguno separatorio de las composiciones: dos peones luchan con un jinete que ga-
[page-n-32--data::data]
30
lopa por delante de ellos. Uno de 'os guerreros, que ha debido lanzar la jabalina, que pasa por encima del contrario, mientras se defiende con el escudo hecha mano a la espada (falcata, a juzgar por la empuñadura), mientras un poco más adelante el otro compañero, representado en tamaño mayor, con los muslos atravesados por una jabalina, dando otra a sus pies, trata de lanzar su arma sobre el jinete que lleva en la mano algo como espada. Entre los guerreros un ánade intenta levantar el vuelo. Luego de esta
escena, un gran pez dibujado con sus raspas, al estilo de los del vaso del combate de las barcas, y otro animal vermicular, siluetado menos en la parte de la cabeza en que se abre ancha boca y se fijan dos puntos como ojos, limitan y separan los campos de la escena descrita y de la que sigue. Es esta una escena de caza: tres jinetes galopan en fila, al viento las crines de los caballos y dispuestos a lanzar sus jabalinas, tras una cierva sobre la que pasa otra arma arrojadiza, y que corre aún, atravesada por una lanza, volviendo la
cabeza hacia sus perseguidores. Se ha logrado una escena de gran movimiento y vida. Entre tal composición y la última, como separándolas, se ve una figura, al parecer persona disfrazada, que muestra en el centro de la silueta unos rectángulos rayados. No hay elementos de juicio bastantes para fundamentar una conclusión firme; pero frente a esta figura colocada entre los ciervos de una y otra composición, surje el recuerdo de los cazadores cua-
[page-n-33--data::data]
31
ternarios disfrazados de animales. Y la última composición, en contraste con las violencias y los estrépitos de la lucha y de la caza antes representadas, muestra una escena suave y apacible de pradera: un ciervo pace tranquilo, mientras un poco más allá la cierva, en una posición naturalísima, amamanta al cervato. El perfil de los animales, también siluetados, es muy certero.
La otra pequeña composición, colocada entre una metopa de motivos geométricos, varios, pero de poco gusto, y otra constituída por una fila de hojas acorazonadas, en dirección alternada, contorneadas por una línea continua y otra de puntos, iguales a las vistas en el mentado vaso de la lucha entre barcas, se reduce a un granado dibujado de modo bárbaro, cargado de fruto, al que para cogerlo se han encaramado dos personajes, uno de ellos cubierto con casco y armado de jabalina y espada.
Tampoco la tosquedad de las representaciones humanas, muy inferiores a las de los animales, permite en este vaso grandes deducciones sobre armamento, traje, etc.
Los escudos son dibujados de modo muy sumario; pero, su poco tamaño y el representarles por gruesa línea ligeramente cóncava, hace suponer que se trata de los mismos escudos discoidales que vimos en la composición del combate de las barcas. También aquí, como allí, llevan los combatientes tocada la cabeza con algo rematado en cresta, que juzgamos entonces penachos de casco y confirmalo
[page-n-34--data::data]
32
ahora el verse que, si en escenas de lucha se cubren así los combatientes, incluso el jinete, no sucede igual en las demás escenas no bélicas; cuya casco
vendría a ser parecido al que Posidonio (por Diodoro) dice usaban los celtíberos: de bronce, adornado con crestas de color escarlata (1) . Dicho queda que uno de los combatientes va armado de falcata; en cambio el guerrero del granado lleva espada, sumarísimamente indicada, pero que deja ver un remate de empuñadura semicircular, que hace pensar en el tipo de Illora y Casa del Monte. De indumentaria solo puede apreciarse que visten los peones jubones con amplias haldetas. Todos los caballos llevan frontaleras de perfil semilunar.
El artista que ornara este vaso debió ser el mismo que el del tantas veces mentado del combate de las barcas, a juzgar por la impresión general de la composición, su gran vida, lo inhabil de las representaciones humanas, la interpretación igual de los cascos y de uno de los peces, y la casi indenticidad de algún motivo vegetal, como las hojas acorazonadas repetido en una y otra pieza de modo igual o sea contorneadas con línea continua y con otra de puntos. No nos atrevemos a decir lo mismo del vaso de la caza de ciervos con redes, pues la notable diferencia de acierto en la representación de aquellos, en uno y otro vaso, nos hace dudarlo.
(1) A. Schuelten y P. Bosch Gimpera: Ibid., fase. II, pags. 164 y 242.
[page-n-35--data::data]
33
El vaso con la mujer jinete.
Se descubrió esta pieza, en forma de "sombrero de copa" (lám. VII, figuras A y A'), en las excavaciones últimas, departamento n.º 11 ,junto a la pared del número 12.
Está ornamentada con un friso de motivos vegetales, varios, pero de ejecución mediocre, entre los que se dejó el espacio suficiente para desarrollar una escena de indudable novedad y gracia entre las conocidas de esta cultura. Montando con gallardía sendos caballos, que galópan uno tras otro con arrogancia un tanto exagerada, se ve o parécenos ver una mujer en el delantero y un varón en el de detrás. La novedad de la representación de una jinete en los vasos ibéricos, llegó a hacernos dudar de tal interpretación; pero las formas redondeadas de la figura, su cintura estrecha, así corno el no llevar lanza, ni casco, ni calzar acicates, todo lo cual se ve en el segundo de los jinetes, cuyo perfil cuadrado, pesado, está indicando el varón, nos inclina a mantener la primera opinión; sin que sea a ello obstáculo bastante el que la mujer, representada, como su compañero, sentada a mujeriegas (manera tan propia de esta clase de cerámica), no vista faldas, cuya expresión pictórica debió ser dificultad. insalvable para el artista, de lo que hay antecedente menos escusable en otra
[page-n-36--data::data]
34
composición, de que vamos a hablar donde se vé también una flautista representada sin faldas.
Queda expuesto cuanto se deduce de la observación de las figuras humanas.
Las figuras de los caballos, a que se consiguió dar la movilidad adecuada a la carrera y una acusada arrogancia, muestran sendas campanillas, hierros de freno de figura en U con extremos abiertos en
rizo, anchas riendas y frontaleras de perfil semilunar una y la otra de forma que recuerda el hacha bipene.
La decoración de relleno es también poco cuidada, limitándose a SS, estrellas, alguna flor y varios signos del rayo muy sumariamente indicados.
El enochoe del combate y las flautistas.
Este vaso, del que se ha podido hasta ahora reconstruir solo la parte central (lám. VII, figuras B y B'), procede también de las excavaciones últimas y
se halló en la habitación 11.ª , junto al muro separatorio de la 12.ª
La decoración alcanza todo el cuerpo del vaso y la integran dos escenas; una, la principal, bélica, y la otra, muy borrosa, colocada bajo del arranque de asa, compónenla dos flautistas, varón y hembra al parecer, tañendo sus instrumentos, flauta sencilla y doble respectivamente.
La escena de lucha,completa casi en su totalidad, representa el combate de dos jinetes con otros tantos
[page-n-37--data::data]
35
peones. Aquellos, el de la izquierda en actitud de haber arrojado el arma y el segundo llevando la lanza, con los caballos enfrentados parece han derribado
entre las cabalgaduras a uno de los peones, a juzgar por la posición del hombro y parte de un brazo y del escudo, que es lo único visible de tal personaje, mientras el jinete de la derecha, al que hiere una jabalina en la espalda, es atacado de nuevo por el guerrero que tiene tras él, personaje éste el más interesante de la composición, como veremos.
Del indumento de las personas, casi todas con las piernas contorneadas por una fina linea, poco puede decirse si no es que muestran el cuerpo ornado de zonas con rayado, SS y otros motivos decorativos, separándose así del vestido que nos dan a conocer en general las demás escenas representadas
en los vasos de San Miguel. Los escudos que llevan los peones son rectangulares y sus jabalinas de punta con acusadas aletas, mientras la lanza que se ve en la mano de uno de los jinetes, aunque incompleta en la hoja, muestra lo suficiente para deducir que es en su arranque de forma oval. El guerrero de la derecha va también armado de espada de hoja afalcatada, pero la empuñadura no es del tipo corriente en armas de tal clase.
Le presta extraordinario interés a la composición de que nos ocupamos la porción de casco que deja ver la cabeza, incompleta, del guerrero de referencia. Lleva una careta, con borde roblonado, en la que se abre un ojo con pestañas fuertemente acusa-
[page-n-38--data::data]
36
das, por encima del cual va la línea de rotura del vaso. No queda cubierta totalmente la cabeza, sino indefensa la parte posterior de aquella, aunque una
línea de puntos, como queriendo indicar que el casco llega a la nuca, contornea el perfil por dicho lado. Es muy de lamentar que, por ahora, no haya podido reconstruirse tanto esta interesante parte de la composición, como la en que figura el otro peón, que seguramente se representó armado de igual modo que el descrito, pues ello aclararía la forma de los cascos. Esto no obstante, por lo que la referida figura deja ver, no se trata, como al principio se supuso, de un casco de tipo corintio, en el que, dada la representación de perfil de la cabeza, debieran claramente percibirse la carrillera y parte de los espacios libres para la boca y ojos; más parece un tipo que toscamente recuerde los cascos jónicos, con porción delantera en forma de máscara sin más aberturas que las necesarias para los ojos, cascos que se conocen en cerámicas de figuras negras de Caere, atribuídas al siglo VII a. C., y que se han juzgado de fabricación jónica. (1)
Los caballos de la decoración descrita se salen bastante del sentido realista de los vistos en los demás vasos de San Miguel, de que nos ocupamos en esta Memoria; sus cabezas estilizadas, sus formas rígidas y angulosas hasta en los espolones que se representan absurdamente rectangulares, acércalos
(1) Darember et Saglio: "Dictionnaire des Antiquités Grecques et Romaines",
t. II, parte 2.ª, pag. 1433, y fig. 3.408.
[page-n-39--data::data]
37
más a los caballos de la urna de Archena, con los que coinciden en la decoración de los cuellos, más rica y variada en los valencianos, en la que se emplean casi todos los motivos usados para rellenar espacios. Llevan estos caballos frontaleras en forma de bonetes.
La decoración de relleno consiste en hojas de hiedra contorneadas, SS, línea de finas postas y lo que venimos llamando esquemas de rayo, que alguna vez se simplifica reduciéndose a dos trazos en forma de X; motivos algunos de ellos embellecidos con finos perfiles, como los que estilizan alguna de las hojas de hiedra y el repetido signo en X.
El conjunto de esta composición da la impresión de algo extraño a los demás vasos de buen estilo de San Miguel.
El vaso de la danza.
Este vaso "sombrero de copa" ya en gran parte reconstruído, fué hallado tambien en la campaña última, en el departamento número 12 principalmente, pero parte tambien en el 13. Decórale un bellísimo friso representando una escena de danza, que componen dos flautistas y siete bailarines, todos, menos el primer flautista, representados los cuerpos de frente y las cabezas de perfil, marchan en fila de izquierda a derecha. En cabeza la línea un flautista, síguele una flautista tañendo la doble flauta, y a ambos tres varones y cuatro muje-
[page-n-40--data::data]
38
res cogidos de las manos; estando los espacios libres tan profusamente cubiertos por motivos decorativos como hojas de hiedra, capullos, tallos y volutas ricamente estilizadas, amén de alguna roseta y del mencionado motivo que semeja representación del rayo que da al conjunto impresión de acentuado barroquismo (lám. VIII, fig. A y A').
Logró el artista dar movimiento a las figuras varoniles, pero no supo vencer las dificultades que para ello ofrecian las largas y rígidas faldas de las
mujeres, que aparecen inmóviles. En hombres y mujeres el cabello semeja estar indicado por fuerte trazo de pincel, que se dobla en forma de rizo hacía las orejas, y sobre aquél se ve, en ellas un tocado ligeramente cónico, reticulado, menos en la flautista, y en los varones una especie de cresta conseguida mediante pequeños circulos secantes, que semejan cimera de casco, más complicado en el primer danzante. El vestido de los varones se compone de ancho calzón, cuya amplitud se expresa mediante rayas indicadoras de pliegues, y de un jubón al parecer sin mangas, en el que se ven dos a modo de tirantes cruzados sobre el pecho, menos en el flautista que tiene el cuerpo siluetado en negro, hasta el punto de que para dibujar el brazo se acudió al mismo procedimiento que en la cerámica griega de figuras negras o sea a marcar el trazo inciso hasta hacer resaltar el color del barro. Todos
los varones llevan cinturón, más historiado en el flautista, y calzan altas botas, en cuya parte superior
[page-n-41--data::data]
39
nótanse colgantes apéndices a modo de tiradores.
Visten las mujeres trajes muy acampanados con anchas cenefas ajedrezadas, lleva alguna brazaletes y collares y todas calzan zapatos con acusados tacones. Solo la flautista viste además un a modo de sobre-vesta listada en los bordes, de la que nace parte de lo que debió ser cinturón terminado en un par de borlones.
No parece indicador de jerarquías el orden en que están colocados los danzantes varones; pues salvo una pequeña variación en el tocado del primero de ellos nada hay en que basar aquellas. No sucede así con las hembras, pues aunque las dos últimas no muestran cosa alguna que las diferencie, la inmediata lleva ostentosos collares y brazaletes, y la delantera, además de amplio collar, un gran pectoral con un adorno en el centro que, aunque una rotura no deja ver completo, parece el ya mentado esquema del rayo. Tal coincidencia de la riqueza de los adornos de las mujeres con el preferente sitio ocupado en la danza, sugiere la conclusión de que se ordenaron por jerarquías; y como sería absurdo que ello se diese en aquellas y no en los hombres, no creemos infundado opinar que la danza se formara con los varones delante y las hembras detrás, guardando cierto orden de categorías.
El descubrimiento de esta escena de danza es la confirmación gráfica de aquel dicho de Estrabón, hablando de los íberos Bastetanos, de que "en la Bastitania bailan las mujeres con los hombres, to-
[page-n-42--data::data]
40
mándose de las manos, vestidas generalmente de un color que tira a negro, y de sayos..." (1)
Reciente el hallazgo, se ha pretendido ver en la danza representada un interesante precedente de la sardana y el "contrapás" catalanes. Alguien nos ha sugerido la idea de la mayor semejanza con el "aurrescu"; y realmente la escena descrita coincide con un momento de dicho baile en que la cadena de bailadores marcha llevando a la cabeza a los chistularis; y no es este lugar adecuado para hacer ver la transcendencia que el ser la típica danza vasca una supervivencia de las danzas ibéricas, pueda tener para los estudios etnográficos y hasta filológicos ibéricos.
La identidad de los estilos de este vaso y del que vamos a hablar, es manifiesta, como veremos.
Vaso del friso de los guerreros desmontados
Este vaso, de reconstrucción muy incompleta, y de la forma y tamaño que indica la fig.ª B' de la lámina VIIIª, fué hallado en las excavaciones del pasado año, en el departamento 13, entre cenizas, resto de una hoguera que le afectó fuertemente.
La ornamentación, en lo que aquí interesa, se desarrolla en forma de friso, incompleto en gran parte por roturas, que comprende varias escenas
(1) M. Cortés: «Diccionario...», t. I.º, pág. 99.
[page-n-43--data::data]
41
sin conexión alguna. Las figuras se presentan, como casi siempre, de izquierda a derecha, a partir de un gran capullo o palmeta estilizada que ocupa todo el ancho de la zona (V. fig. B).
Se ve en primer lugar un caballo llevado del ronzal por un guerrero armado de escudo redondo y no sabemos si de lanza, por alcanzar la rotura al extremo de un brazo. Más adelante se desarrolla otra pequeña escena, de interpretación clara en cuanto al conjunto, no obstante los fragmentos que
faltan: un jinete se dispone a lanzar su jabalina sobre un animal inclasificable, por aparecer incompleto, pero que parece un carnívoro. La escena siguiente es más dudosa a consecuencia de otras roturas: se ve la parte inferior de un personaje en pié y la misma porción y parte de la cara y brazos de otro
sentado que lleva una lanza o jabalina en una mano y dos en la otra; apareciendo en lo alto de la cinta un pájaro que más semeja paloma que rapáz, de cuya caza debe tratarse. Más a la derecha sigue un jinete con su cabalgadura adornada con frontalera de perfil triangular. Y termina la decoración con otro grupo de caballo y jinete desmontado, que lleva a aquél del ronzal y va armado de lanza y gran escudo oblongo de extremos redondeados. Para evitar repeticiones diremos que la ornamentación para llenar claros es reproducción de la del vaso de la danza, tratados los motivos de idéntico modo, salvo en lo necesario para adaptarlos a los espacios a rellenar.
Tampoco en cuanto a indumento de los perso-
[page-n-44--data::data]
42
najes representados hay diferencia entre este vaso y el antedicho. Solo un personaje lleva, en vez de las bandas cruzadas sobre el pecho, dos unidas en ángulo. Lo único digno de anotarse en lo que atañe a armas es el uso simultáneo de los dos tipos de escudos, el redondo y el oblongo.
La representación de los caballos es bien realista. Uno solo lleva la frontalera de que hemos hablado; y otro, encima de las orejas, de la frente al comienzo del cuello, un semicirculo de puntos, cuya significación no se nos alcanza; pues no puede ser frontalera por el sitio que ocupa, ni representación de crines, que aparecen indicadas de modo distinto. El simultáneo empleo de riendas y ronzal se ve claramente en la última escena.
Basta un ligero examen de la decoración de este vaso y del de la danza para llegar a la conclusión de que ambas son del propio artista. Además de la
identidad, hecha notar, de los motivos ornamentales secundarios y del modo de interpretarlos, obsérvese en ambas piezas el peculiarísimo modo de dibujar los ojos de los personajes de sus composiciones.
Vaso del combate de los guerreros con corazas.
La forma y tamaño de este vaso puede verse en la fig. A' de la lámina
IX.ª, habiendose hallado también en las excavaciones últimas, la mayor parte
[page-n-45--data::data]
43
de los tiestos en el departamento 12 y el resto en el 13. Solo faltan unos pequeños fragmentos para su reconstrucción completa, alguna de cuyas roturas afecta, aunque no mucho, a la ornamentación de que vamos a hablar.
Se desarrolla la decoración también en forma de amplia zona o friso (lámina citada, fig. A) que ocupa la mitad superior del vaso y contiene una sola escena de lucha en la que las figuras son representadas, como en la mayor parte de los vasos de este despoblado, en marcha de izquierda a derecha. Dos peones, blandiendo en la mano derecha sus jabalinas y
en la izquierda las falcatas, seguidos de seis jinetes, que, al galope sus caballos, se disponen, en alto los brazos, a lanzar sus armas, atacan a cuatro peones que defendiendose con sendas lanzas y escudos oblongos de extremos redondeados, retíranse dando la cara a sus enemigos, uno de los cuales tira con su falcata una cuchillada al comisario con quien se enfrenta.
Todos los combatientes lucen varios brazaletes y calzan altas botas descritas al hablar de otros vasos, pero sin los apendices que semejan tiradores; llevando acicates casi todos los jinetes. Cúbrense también,
salvo las escepciones de que hablaremos, como los varones de los frisos reproducidos en la lámina VIII.ª, unos con tocado liso y otros rematado en
cresta. Es peculiar de esta composición el que los guerreros vistan lorigas de escamas, que unas veces llegan más abajo de la cintura y otras se limitan a de-
[page-n-46--data::data]
44
fender solo el pecho, completándose el resto con franjas horizontales representativas seguramente de láminas de metal o tiras de cuero, siendo escepcional el que algún combatiente vista solo loriga sin escamas; rematando todas las armaduras por la parte inferior con franjas parecidas, que debián desempeñar el mismo papel en la defensa del bajo vientre que
los lambrequines de otras corazas semejantes. El tipo de loriga de escamas pudo vinir de Grecia, donde fué bien conocido, creyendose llegado allí desde
Oriente, a través de la Jonia (1). También es de notar que uno de los combatientes lleva casco de gran cimera y, algunos más, otros cubiertos también de escamas, haciendonos dudar de si son reales o solo elementos decorativas, como se ve en algún vaso griego del siglo V.º (2).
En los caballos, de estilo realista, se representa el pelo por líneas en zig-zag; la cabeza, en la que se ve la correa frontal de la cabezada, se reserva en
blanco y los cascos se siluetan en color y se contornean por la parte de abajo con una fina línea que hace pensar si se quiso hacer indicación de herraduras. Uno de ellos lleva colgando del cuello la campanita que hemos visto también en otras reproducciones de vasos descritos, y todas bellas y variadas
frontaleras formadas en su mayor parte por diversos motivos decorativos empleados en el mismo vaso.
Los motivos decorativos de relleno de este vaso
(1) Daremberg et Saglio: Ib. tom. 3.º part. 2ª, pág. 1302.
(2) Daremberg et Saglio: Ib. tom. 2.º part. 2ª, pág. 1431, fig. 3396.
[page-n-47--data::data]
45
son los mismos que los del de la danza y el de los jinetes desmontados (lám. VIII.ª), e interpretados de igual manera, pero de modo más cuidado y con mayor pompa y variedad. Véanse por ejemplo las ricas variantes de las SS o dobles espirales. También, como se ve, coincide con los citados vasos en lo profuso y barroco de la rica ornamentación.
Ya adelantamos al hablar del plato de los peces (lám. V.ª - B) que sus elementos decorativos acusaban la misma mano que los del vaso de que nos ocupamos. Lo propio sucede, como se ha dicho, con los de los vasos de la danza y de los guerreros desmontados, a lo que hay que agregar indudables coincidencias también en las representaciones humanas, que llevan también a la conclusión del mismo origen de los tres vasos, sin que sea a ello obstáculo suficiente el indicado modo peculiar de interpretar los ojos en los vasos antedichos, ni alguna otra particularidad, como las líneas cruzadas en aspa en el cuello de alguno de los personajes, a todo lo cual se sobrepone la impresión de coincidencia del conjunto, con las naturales diferencias en esta obra más cuidada y de mayor empeño.
Las semejanzas de estilo entre los más ricos vasos de San Miguel, antes descritos, con decoraciones de figuras humanas y de animales, y los de iguales temas del grupo valenciano de Oliva, el Charpolar
[page-n-48--data::data]
46
y la Serreta, son bien manifiestas; sin que ello nazca de la inconfundible impresión de conjunto de sus decoraciones recargadas y ostentosas, sino del detalle de sus motivos ornamentales tratados de igual modo. Pero los más estrechos paralelos se dan con la cerámica del despoblado alcoyano, no obstante la escaséz del material de tal clase a observar, donde se ve la semejanza de los motivos vejetales, como la hoja de hiedra interpretada de igual modo, el supuesto esquema del rayo tratado de la misma manera que en las decoraciones lirianas (sin el travesaño central con que aparece en tiestos de Archena, donde llega el tema), el mismo sentido realista de
la representación de los caballos, el gran parecido de la frontalera del caballo con la de otro del vaso de la lám. IX (fig. A), la igualdad del hierro de los frenos con los de la fig. A de la lám. VII.ª, y sobre todo la identidad entre la cabeza y tocado del jinete de la Serreta y los de algunos guerreros de los mejores vasos lirianos (fig. A de la lárn. VIII.ª y A también de la IX.ª), tan grande que perece aquello tomado de uno de estos.
No han dado hasta ahora las excavaciones de San Miguel muchos elementos aprovechables para un intento de cronología. La cerámica campaniana, que se descubre junto con la ibérica, tiene tan larga duración (Ducati la estima del siglo IV y primera
[page-n-49--data::data]
47
mitad del III, pero parece llegar hasta comienzos del II) y estan tan por estudiar su evolución y sus posibles variedades coloniales, que las conclusiones que a base de ella se obtengan han de ser vagas e inciertas. Solo un broche de cinturón de los de tipo rectangular con gancho de perfil en zigzag, hallado en estrato intacto en la primera campaña de excavaciones, tipo que Bosch Gimpera atribuye al siglo III a. C., puede darnos esta data como la más aproximada, hoy por hoy, al tiempo de la destrucción de la ciudad; cuya deducción cronológica podria compaginarse con la atribución del
asolamiento de aquella a la invasión romana, como venimos soteniendo respecto a los debelados despoblados ibéricos excavados en las montañas valencianas (Covalta, el Charpolar y la Rastida), que presentan en lineas generales, dentro de un cuadro de mayor pobreza, las mismas características que el de San Miguel, ya que, admitiendo la opinión de Schulten ("Hispania"), el paso de los romanos por nuestro Reino debió ser en el año 215, fecha de la
conquista de Sagunto.
Las inscripciones ibéricas en los vasos de San Miguel
Las numerosas e importantes inscripciones ibéricas aparecidas en los vasos descubiertos en el cerro de San Miguel de Liria, en las dos campañas de
excavaciones realizadas, y la conveniencia de darlas a conocer prontamente a los especialistas en tales
[page-n-50--data::data]
48
estudios, nos ha inducido a publicar todas las que en el Museo figuran actualmente, numerándolas para facilitar la referencia, formando así a manera de pequeño "corpus", al que, en su caso, se irán haciendo las necesarias adiciones anuales. Encargámos de esto, como queda dicho, a persona tan preparada para ello como el catedrático D. Pio Beltrán, quien, a manera de avance al estudio de mayor vuelo que sobre estas inscripciones y en especial de alguna de ellas prepara, ha redactado el trabajo que insertamos a continuación.
"Notas sobre el estudio de las inscripciones ibéricas en cerámicas de San Miguel."
Al excavar algunas casitas de la ciudad ibérica de San Miguel de Liria aparecieron nuevos monumentos escritos en la lengua antigua del país, y con signos muy análogos a los contenidos en las monedas llamadas vulgarmente ibéricas, que corresponden a la región que fabricó los ases de bronce con el tipo del jinete; al intentar publicarlas, es indispensable anteponer una ligera idea sobre tales letras monetales.
Los investigadores españoles, atendieron desde el principio, al estudio de las monedas con letreros escritos en una lengua desconocida, la cual debía ser, "la antigua que se hablaba en España quando vinieron los romanos a vivir o tratar en ella" (Antonio Agustín. Diálogo VI). Al propio tiempo (y aún antes) los colectores de epígrafes hispánicos, copiaron algunas inscripciones ibéricas levantinas
[page-n-51--data::data]
49
abiertas sobre piedras o sobre objetos de diversas materias, siendo su indicación más antigua, la que nos dejaron sobre un letrero ibérico saguntino
(Huebner M. L. I. núm. XXIII. Se conserva en el Teatro romano de Sagunto, su mitad izquierda) aúnque sin conocer ni rastrear la lengua en que estaban escritos; poco después consignó D. Antonio Agustín, que uno de los letreros de Iglesuela del Cid (Huebner M. L. I. núm. XV) estaba escrito en la lengua
antigua española con caracteres desconocidos.
Según ve, el estudio de los epígrafes ibéricos comprende dos partes; la primera tiene por objeto fijar el valor fonético de sus signos y la segunda averiguar la lengua o lenguas en que fueron escritos dichos textos.
Existen varios alfabetos y es casi seguro que todos los letreros ibéricos no están escritos en una misma lengua; pero nos limitaremos a la región que fabricó ases de bronce con el jinete ibérico.
Desde D. Antonio Agustín fueron muchos los autores nacionales y extranjeros que se dedicaron a puntualizar los sonidos correspondientes a los signos monetales ibéricos, y su investigación fué un continuado tejer y destejer, con aciertos y retrocesos, con teorías curiosas y descabelladas, científicas o caprichosas, prudentes o atrevidísimas, pero siempre apasionantes y capaces de obsesionar y aun descarriar a los investigadores más discretos y ecuánimes; hoy en día puede darse la cuestión por terminada y conclusa, gracias a las investigaciones
[page-n-52--data::data]
50
de D. Manuel Gómez Moreno (Sobre los Iberos y su lengua) al publicar su alfabeto, en el cual aceptó algunas atribuciones anteriores y propuso otras nuevas; mediante ellas, se leen sin dificultad y lógicamente todas las leyendas monetales y aun cuando el autor no justificó sus lecturas, tuvo sobradas razones para apoyarlas; aun siéndonos conocidas, su exposición no es de este lugar.
Dicho alfabeto, con ligeras modificaciones (indicadas por paréntesis), es el que va en el cuadro siguiente:
SIGNOS-ALFABETO
Pasando ahora a la descripción de los epígrafes de San Miguel de Liria, los ordenaremos según la fecha de su aparición, indicando además el departamento o casita donde aparecieron; numeraremos los signos en cada letrero a partir del primero conocido en él, analizaremos ligeramente su contenido y daremos su lectura mediante el alfabeto antedicho.
Son los siguientes:
[page-n-53--data::data]
51
I
Dos fragmentos de borde de vaso en forma de sombrero de copa, uno de los cuales (b) tiene un trozo lateral del vaso en el cual se vé una figura de mujer, y fué hallado casualmente años atrás por D. Domingo Uriel; el trozo menor (a) apareció en 1933 en el departamento n.º 4 que era un campo
cultivado y en el cual no salieron letreros enteros. Letras pardo-negras.
a) IMAGEN b) IMAGEN
El signo 4 de a) no está completo; el signo 5 de b) es una variante de los 13, 14, del alfabeto; el n.º 8 de b), es el 27 de la tabla alfabética, pero algo variado. Su lectura es por tanto:
a) bidii[a]. . . b). ban. untskeltekiarr. ban.
II
Sobre el borde redondeado de un vasito muy desgastado por habesrrodado mucho por la vertiente; letras rojas muy desvanecidas. Año 1933. Casita n.º 3.
IMAGEN
Los signos 1 y 2 muy dudosos; los restantes claros.
Lectura. . . . . nisginibanite. . . . .
[page-n-54--data::data]
52
III
Fragmento de borde de un vaso en forma de sombrero de copa. Caracteres pardo-rojizos, gruesos y burdos. Año 1933. Departamento n.º 4.
IMAGEN
El signo 1 aunque incompleto, es igual que el 5; también son iguales los 3 y 7; el 2, es quizá una forma incompleta de a y el 6 es una variante de du o tu.
Lectura. ....dsarredsdurr....
IV
Fragmento de borde de un vaso en forma de sombrero de copa; letra negra menuda. Año 1933. Departamento n.º 4.
IMAGEN
El signo 1 incompleto.
Lectura. ...e.duidui...
[page-n-55--data::data]
53
V
Fragmento de borde. Letras grandes pardas. Año 1933. Departamento n.º 4.
IMAGEN
Lectura. ..err...
VI
Fragmento de borde blanco sin pintar procedente de una base o sostén; sobre él grabaron en blando los caracteres. Año 1933. Departamento n.º 4.
IMAGEN
El signo 1 muy incierto y el 4 incompleto.
Lectura. ...dan [e]...
VII
Fragmento de barro, sin pintar, sobre el cual grabaron en blando con trazo hondo. Año 1933. Departamento n.º4.
IMAGEN
Solo hay dos signos claros; la palabra que nos
[page-n-56--data::data]
54
ha quedado, comenzaba en el primer signo que es variante del 17 de la tabla alfabética; dicho signo 17, aparece aquí redondeado e invertido, según se verá en el epígrafe que sigue.
Lectura. bee...
VIII
Inscripción pintada en el cuello de un vaso adornado con diversos motivos geométricos y foliáceos; letra menuda y correcta, sin puntos de separación de las palabras. Año 1933. Casita n.º 7.
IMAGEN
El letrero está completo, salvo en la rotura que hay después del signo 15, donde parece verse restos de otros tres, y, si no hay error en ello, habría en la inscripción 54 signos, casi todos claros y conocidos y sobre los cuales conviene hacer constar las particularidades siguientes:
[page-n-57--data::data]
55
Signo de los lugares 4, 13, 27 y 52. Es el equivalente a gui o ki.
El signo de los lugares 11 y 41 parece ser equivalente a n aunque algo variado y lo dejamos como dudoso.
El signo del lugar 29 está algo borroso y según como se mira semeja n o a; pero la primera versión parece contradictoria con la observación anterior.
El signo de los lugares 46 y 50 solo puede ser r suave, pues no parece equivalente al de los 20, 42 y 45.
El n.º 51 no está muy correcto, pero debe ser du o tu.
Los dos últimos signos parecen ser el 27 del alfabeto, que aparece en otra forma en el lugar 28. Su sonido será de o te.
Lectura. De todas las palabras que forman este período, solamente sabemos separar la formada por los signos de los lugares 22 a 28, que es la segunda de las voces del plomo de Castellón, con ligerísima diferencia, pues aquí se lee abarriekide y allí abarrieikide. La lectura probable, es así:
ebirrkisaleiku(n)bekial(....)rrkeiabarriekide(a)orrakarr
kudalberre(n)keulkertsiberdukidede
IX
Inscripción casi completa puesta en el borde de un vaso de forma de sombrero de copa que contiene dos jinetes y varios adornos. Su pintura
[page-n-58--data::data]
56
pardo-rojiza, está muy desvanecida en el vaso, pero bien conservada en el epígrafe. Año 1934. Muro exterior de las casitas 12 y 13.
IMAGEN
Al comienzo faltan dos o tres signos y el situado en el lugar 35 del cual solo se vé el pié; todos los demás están claros y resultan en total 20 sonidos
distintos y 50 o más signos.
al 30 y a la sílaba di o ti.
El número 45 debe ser a y el 46 equivalente al 30 y a la sílaba di o ti.
Su lectura debe ser:
...bankurrts. karretsbanite. ekiar. zaldutibaite.
iumstirr. doli(n?) dane. batsxumiatinirre.
X
Hacia el interior de un borde redondeado de una olla muy incompleta y requemada, que tiene pintadas escenas de luchas entre peones y jinetes. Son dos fragmentos del principio y del final de una inscripción morada, casi negra, muy desvanecida. Año 1934. Casitas n.º 12 y 13.
a) IMAGEN b) IMAGEN
El signo 3 del fragmento a) es como el 28 del alfabeto, es decir, di o ti análogo a otro que sale en el plomo de Castellón.
Lecturas. a). itstos... c) ...bainabarr.
[page-n-59--data::data]
57
XI
Vaso en forma de sombrero de copa con escenas de danzas de hombres y mujeres cogidos por las manos;un hombre toca una flauta sencilla y una mujer otra doble. En el trozo de borde hallado hasta ahora, hay una inscripción parda, fragmentaria, con caracteres grandes y claros y su comienzo visible. Año 1934. Casitas n.º 12 y 13.
a) IMAGEN
El signo 10 equivale a gue o ke; el signo último, está incompleto y equivale a i.
Lectura abarrdanbau.balkeuni...
XII
Vaso en forma de olla con pie bajo, el cual tiene pintadas varias escenas y entre ellas un combate naval o fluvial entre individuos que ocupan dos barcos y con otro hombre que está en la orilla; contiene además paisajes terrestres, peces, aves acuáticas y las ondas marinas. Todo muy tosco, hecho con tinte negro. Debajo de la escena principal, está el epígrafe de dos palabras y en el lado opuesto dos signos análogos a la M, uno de ellos con trazos muy curvos. Año 1934. Departamentos 12 y 13.
[page-n-60--data::data]
58
IMAGEN
No hay dudas en la lectura de este letrero,
que dice: gudua . deitzdea
XII bis
En cuanto a las letras del otro lado son la 12 del alfabeto y
suenan: SS
IMAGEN
XIII
Fragmento de un borde de vaso. Letras pardas claras. Año 1934. Casita n.º 15.
IMAGEN
Incompleta por ambos extremos. El signo final incompleto puede ser n o i.
Lectura . . . .iduba (n? o i?. . .
XIV
Dos fragmentos de borde, de un vaso en forma de sombrero de copa; letras negras pardas y claras. Año 1934. Casita n.º 15.
[page-n-61--data::data]
59
a) IMAGEN b) IMAGEN
Los signos a) 3 y b) 4 son equivalentes a di o ti si bien pudieran ser do, to.
El signo a) 5 no aparece en las monedas del grupo de ases con el jinete ibérico, pero sí en el numerario obulconsense y en el plomo de La Bastida. Equivale a e.
Los últimos signos de ambos fragmentos están incompletos; quizá el b) 7 es una n.
Lectura. a) . . .an. dirreds. . .
b) . . . n. andirrba (n.. .
XV
Gran vaso pintado con escenas muy varias de caza, pesca, jinetes, un barco, peces, individuos recolectando granadas, etc. Sobre la panza en la
parte central de las escenas, está pintado el epígrafe, con pintura casi negra y caracteres muy toscos. Año 1934. Casita n.º 15.
IMAGEN
Contiene la inscripción, 19 signos y falta un trozo del principio que puede contener varios signos de la primera palabra. El primer signo muy borroso; los 5 y 6 confusos; el 7 muy borroso y todos los demás claros.
La lectura que creo cierta, es:
. . .duseatia. kakuekiar. kemiekiar.
[page-n-62--data::data]
60
XVI
Sobre el vaso anterior, hay grafitos incompletos en las zonas inferiores no pintadas, incisos a punzón sobre el vaso ya en uso; uno de ellos contiene tres signos, el primero incompleto, de los cuales parecen iguales primero y segundo.
IMAGEN
Lectura ...dadarr
Terminada la lectura de estos letreros, se comprende que era inútil intentar su traducción sin conocer el valor fonético de los signos y por tanto
cuantas tentativas se han hecho hasta ahora para averiguar la lengua que usaron los antiguos íberos, han sido infructuosas. Los eruditos filólogos y vascófilos españoles del siglo XVIII y del primer cuarto del XIX, intentaron leer los epígrafes ibéricos mediante el vasco actual; por el vasco, comparándolo con los nombres de lugares, intentó Guillermo de Humboldt (Los primitivos habitantes de España. -- Su original en alemán, Berlín 1821) su traducción parcial, y por dicha tentativa quedó como descubridor del
enigma, sin que tal hubiera sido su intención. Por el vasco leyó Cejador, todas las inscripciones ibéricas
[page-n-63--data::data]
61
mediante un falso alfabeto que compuso caprichosamente; y claro está que su trabajo carece de valor, desde el momento que dió a los signos un valor fonético arbitrario.
Después del Monumenta Lingua Iberica de Huebner, el número de letreros ibéricos conocidos ha recibido gran incremento; pero ninguno ha sido
tan estudiado y debatido como el célebre Plomo de la Serreta de Alcoy, hallado en 1921 y publicado repetidas veces con muy varias traducciones; su
verdadera lectura se debe a D. Manuel Gómez Moreno (Sobre los íberos y su lengua. Madrid 1925) en el Homenaje a Menéndez Pidal, demostrando que su alfabeto es jonio arcaico; y por comparación con otros idiomas vivos y en especial con el vasco, pensó en la posibilidad de un entronque entre el vasco actual y la lengua íbera levantina. (De epigrafía ibérica. El plomo de Alcoy. Madrid 1922).
La lectura de Gómez Moreno, fué aprovechada por Cejador en su "Ibérica" (Alfabeto e inscripciones ibéricas. I. Barcelona 1926) y tradujo el texto mediante el vasco moderno, como si las lenguas no cambiaran con el tiempo; obtuvo así, un pintoresco diálogo retorcido y adaptado violentamente al capricho y conocimientos del traductor y glosador, y al propio tiempo motejó al Sr. Gómez Moreno por no habérsele adelantado a descubrir en el plomo un texto escrito en el vasco actual; el trabajo de Cejador sembró la desconfianza entre los aficionados cautos, y lo que pudo ser un adelanto, fué un retro-
[page-n-64--data::data]
62
ceso en las investigaciones de los idiomas primitivos de España.
Queden para otra ocasión todas las disquisiciones sobre las antiguas lenguas de España, la comparación de los textos, los intentos de reducción de
muchas voces a un idioma semejante a otro conocido las discusiones sobre la unidad o pluralidad de idiomas ibéricos, etc., etc., y vamos tan solo a dar
la traducción de uno de los letreros lirianos.
En el vaso del epígrafe n.º XII, hay una escena, que es la principal, la cual está explicada por la leyenda, a semejanza de lo que ocurre en los vasos
arcáicos griegos; tal epígrafe lo hemos leido:
gudua. deitzdea.
y estas palabras se traducen por el vasco de la manera siguiente:
Gudua = Gudu-a = La guerra, combate, resistencia.
Azkue (Diccionario T. 1 pag. 368). Tomado de los grupos dialectales siguientes: Alto Navarro valle del Baztán-Bizcaino-Bajo Navarro y Arcaico.
Figura esta voz con tal acepción, en algunos de los escasos textos vascos relativamente antiguos que se conocen y de ella salen muchos derivados.
Vide, Diccionario de bolsillo de Azkue (Bilbao. 1918) donde aclara que "parece GUDU la forma originaria, no siendo guda otra cosa que permutación en los compuestos y derivados".
La segunda palabra Deitzdca tiene sus análogas en el Diccionario de Azkue en las voces siguientes:
[page-n-65--data::data]
63
Daadar (Alto Navarro, Bizcaino, Guipuzcoano) = grito, con sus derivadas, deadarka, dadarrez y deadarki.
Dei-adar (equivalente a deadar) y significando además, alarma (Bajo Navarro, Labortano y Suletino).
En el Diccionario Trilingüe de Larramendi en la voz Llamada, se encuentran varias equivalencias recolectadas por el país vasco, y son:
Vocación, inspiración, llamamiento = deiza, deitza.
Llamada = deia, deitzea, otseguitea, deiguna, deiquerea derivadas del verbo:
Llamar =deitu, otseguin.
Comparando el deitzdea ibérico con el vasco deitzea recogido por Larramendi y con el deitze de López Mendizábal (Diccionario. Tolosa. 1932) equivalente así mismo a llamada, resulta claro que en el vaso de Liria dice:
Llamada o grito de guerra
y esta idea coincide con la escena principal allí representada.
Modestos son los resultados obtenidos; y creo que fácilmente pueden ser ampliados con resultados satisfactorios, si se procede cautamente; abierto
está el camino que señala el vaso liriano, para cuantos trabajan en la lectura y traducción de los antiguos textos hispanos, pero cuanto en este asunto
pueda conseguirse, se deberá a la identificación fonética de los signos propuesta por D. Manuel Gómez Moreno.
[page-n-66--data::data]
64
Museo
Comenzadas hace años las obras de consolidación de las salas llamadas Doradas del entresuelo del Palacio de la Generalidad, donde provisional
pero decorosamente se instalara al principio la mayor parte del material del Museo y la Biblioteca, hubo necesidad de acomodar las librerias y todas las vitrinas en las dos pequeñas salas del entresuelo frontero, instalación no muy adecuada para ser visitada por estudiosos nacionales y extranjeros. Para enmendar cuanto antes este estado de cosas instamos de la Diputación la pronta terminación de tales obras, acordándolo así en sesión de 22 de
Octubre de 1931. Más adelante empeoró la situación al emprenderse las interesantes obras de reparación del artesonado de la sala del mencionado entresuelo que da a la plaza del Poeta Liern, pues las vitrinas que la llenaban hubo que subirlas a la Sala de Cortes y colocarlas inadecuadamente en su centro para que no ocultaran las pinturas murales. Y así, por las necesidades dichas, continuan las instalaciones con un cáracter tal de provisionalidad
que no ha de merecer alabanzas de los arqueólogos españoles y estranjeros, conocedores de la importancia de los materiales que el Museo contiene y de
cómo estas riquezas arqueológicas son presentadas en otras partes.
Terminadas ya, salvo pequeños detalles, las
[page-n-67--data::data]
65
obras que en las Salas Doradas se emprendieran, sería de desear ultimaran cuanto antes a fin de "aprovecharlas otra vez para Biblioteca, la pequeña, y la grande para instalar todo lo ibérico, en especial los riquísimos vasos de San Miguel de Liria recientemente obtenidos; todo ello provisionalmente, pero de modo más adecuado que hoy lo está, mientras se terminan las obras para la instalación definitiva en la Casa de Padre de Huérfanos. Lo que sería poco recomendable es un traslado a este último edificio, también con instalación provisional.
Por las repetidas razones, hace dos ejercicios que no se han podido construir vitrinas, no obstante haber aumentado el material a exponer.
Tampoco en los dos ejercicios últimos ha sido posible continuar la interesantísima labor de los inventarios gráficos, ni la apenas iniciada exposición de las reproducciones de las pinturas de la "Cova de la Araña".
Ha sido visitado el Museo durante el año último por numerosos arqueólogos nacionales y extranjeros, contandose entre los últimos el Dr. Eckhardt Mencke, que se hallaba en viaje de estudio del capsiense peninsular; el conocido investigador frances Mr. Philippe Helena, cuyos descubrimientos de la región de Narbona tantos puntos de contacto ofrece con los realizados por el Servicio; y por últirmo Mr. A. Bruhl.
Algún centro de enseñanza, como el Instituto
[page-n-68--data::data]
66
Escuela, bajo la dirección de D. Rafael Martínez, ha realizado práticas de esta especialidad en nuestro Museo.
Publicaciones
La preparación del II.º volumen del Anuario del Servicio("Archivo de Prehistoria Levantina") ha continuado en el pasado año con la misma obligada lentitud que en el anterior y que justifican, de un lado, los escasos medios economicos a ello destinados, y de otro el tener que realizar tan pesada
labor, sin desatender las otras del Servicio, personal sin remuneración ninguna.
Se facilitaría la labor de publicaciones si en vez de hacerse consignación especial para ello, se englobaran, como antes, las cantidades a esto destinadas con la consignación general del Servicio; lo que permitiría a la Dirección, en casos de coveniencia, destinar a publicaciones buena parte de dicha consignación general, en vez de sujetarse a no sobrepasar la cantidad prefijada con un año de antelación.
Para obviar las consecuencias del retraso en la publicación del Anuario y suplirle en lo posible, decidimos ilustrar estas Memorias anuales con las láminas que el material que dieran a conocer exigiera. Así lo iniciamos en la Memoria de 1931 y así en la presente lo llevamos a plena realización.
La tirada aparte de la Memoria del pasado año, fué profusamente repartida en España y fuera de ella, mereciendo parabienes su publicación.
[page-n-69--data::data]
67
Biblioteca
Ya queda dicho que a consecuencia de las obras en las salas, fueron traladadas las librerias, junto con las vitrinas, a otras dependencias donde provisionalmente quedaron colocadas. Las mesas de trabajo fueron instaladas, como se pudo, en el Laboratorio. No hay que decir que, así las cosas, la Biblioteca no está en condiciones de rendir su papel.
Tampoco fué posible en el pasado año adquirir las obras importantes que la Biblioteca necesita, sobre todo publicaciones recientes cuyo conocimiento es tan preciso en una ciencia que, como la Prehistoria, está en constante renovación.
Lo propio decimos de las revistas de la especialidad, avanzada de esas apuntadas novedades. Comenzamos por tener todas las más importantes de
Europa y alguna de América para que los estudiosos valencianos hallaran medios de estar al corriente de toda innovación en esta disciplina; pero poco
a poco han tenido que ir disminuyendose hasta quedar reducidas las más indispensables.
También la falta de publicaciones ha hecho que disminuyeran los cambios.
Laboratorio
El trabajo que los componentes del Servició realizaran en su Laboratorio en el próximo pasado año,
[page-n-70--data::data]
68
han quedado reducidos a continuar D. Luis Pericot, en cuantas vacaciones le permitió su cátedra de la Universidad de Barcelona, la clasificación y estudio
de los silex de Parpalló, y a que los Agregados don Domingo Flecher y D. Julián San-Valero laboraran también, hasta comenzar su curso de doctorado,
aquel ayudando al Sr. Pericot en los trabajos dichos, y el segundo siguiendo su labor de copia y ordenación de los motivos decorativos de la cerámica
de la "Cova de la Sarsa", que hace tiempo emprendiera. De las varias e intensas actividades que en el Laboratorio y fuera de él viene desarrollando don Francisco Porcar, Colaborador de hecho de este Centro, desde final del año pasado, hablaremos en la Memoria próxima, donde tendrá su referencia cabida más adecuada. Lo propio decimos del alumno de la Facultad de Ciencias Históricas D. Francisco Jordá.
Aparte las actividades referidas, realizadas para el Servicio, también algunos elementos pertenecientes al mismo, asi como otros prehistoriadores, y aún aficionados a estos estudios, han acudido al Laboratorio para aprovechar en sus trabajos particulares los materiales y la biblioteca del Servicio; mereciéndo mención especial D. José Chocomeli que ha trabajado principalmente en el estudio de lo relativo a las pinturas esquemáticas, con motivo del descubrimiento que realizara en "Les Carasetes" de Beniarrés, de que nos ocuparnos en otro lugar de esta Memoria.
[page-n-71--data::data]
69
El reconstructor Salvador Espí, que, como el año anterior, tuvo en 1934 que simultanear sus trabajos de Laboratorio con los de capatáz de excavaciones y otras actividades propias de mozo de Laboratorio y de Museo, ha continuado la cuidadosa y delicada labor de lavado y reconstrucción de la cerámica, pero con la obligada lentitud gue trabajar en tales condiciones impone, y que da lugar a que resten aún gran número de cajas por lavar de las excavaciones de La Bastida y hayan tenido que quedar intactas unas cincuenta más de las últimas exploraciones en San Miguel. Y no hablamos de otras ni siquiera iniciadas faenas de Laboratorio que el Museo exige, tales como las importantísimas de defensa de los hierros arqueológicos. No hace falta razonar, por lo evidente, que de poco han de servir las excavaciones si la cerámica ha de ir quedándo en parte inédita. Todo ello se resolvería, o se aminoraría cuando menos, aumentando el personal especializado en labores tan delicadas, si se dispusiera de mayor consignación.
Otras actividades
Una de las finalidades que nos propusimos con su creación, y que sigue cumpliendo el Servicio, es el actuar de consejero y guia de cuantas personas
quieran dedicarse a estas investigaciones; y así, en el año último se ha dado orientación a no pocos aficionados a la Prehistoria; debiendo mencionar entre
[page-n-72--data::data]
70
ellos a D. Baltasar Rull y D. Francisco Ruiz, Juez de primera instancia y Registrador de la propiedad de Segorbe, respectivamente, funcionarios cultos, de espíritu abierto a todo estímulo intelectual; a D. José Alcácer Grau, Maestro nacional de Bejís, que investiga con fruto en su comarca; y al ya antiguo aficionado D. Manuel La-Gasca.
En pro de la difusión de estos estudios, y como caso escepcional, pues la falta de personal en el Laboratorio no consiente ni pequeñas ausencias del reconstructor, Sr. Espí, se auotrizó a éste para que acompañara algunas veces a grupos de alumnos del Instituto Escuela, con sus profesores respectivos y
Director D. Rafael Martínez, a diversos despoblados ibéricos de las inmediaciones de Liria, donde se efectuaron algunas catas por Espí, dándose así lecciones prácticas de exploración de yacimientos a los escolares.
Tales son las actuaciones que el Centro que tengo el honor de dirigir desenvolviera en el pasado año. Las necesidades del mismo surjen de lo expuesto. La Excma. Diputación provincial proveerá, para atenderlas, conforme a su superior criterio.
Valencia 15 de Mayo de 1935.
I. Ballester Tormo
[page-n-73--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. I
IMAGEN A
IMAGEN B
"Les Carasetes" (Navarrés-Valencia)
Pinturas rupestres esquemáticas en blanco, en rojo y bicromadas (1/20 apr.).
Fots. Chocomeli.
[page-n-74--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. II
IMAGEN A
IMAGEN B
IMAGEN C
IMAGEN D
"Cova de l'Or" (Beniarrés-Alicante)
A. Dientes diversos; trozo de cardium recortado y pulido, y laminilla de cristal de roca (1/2).
B. Láminas retocadas y microlitos geométricos (2/3).
C. Valva de cardium.
D. Fragmento de pulsera de pizarra (2/3).
Fots. Adell.
[page-n-75--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. III
IMAGEN
"Cova de l'Or" (Beniarrés-Alicante)
Cerámica decorada (2/3).
Fots.Adell.
[page-n-76--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. IV
IMAGEN A
IMAGEN B
IMAGEN C
"Cova de la Sarsa" (Bocairente-Valencia)
A. Vasito con decoración lineal incisa e impresa con el borde y natis de cardium. Está pintado de rojo el interior y conserva pasta roja rellenando algunas incisiones (2/3).
B. Otro con decoración impresa con borde de cardium. Pintado de rojo el interior.
C. Hueso con decoración geométrica incisa (2/3).
Fots. Adell.
[page-n-77--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. V
IMAGEN A
IMAGEN B
IMAGEN C
IMAGEN C'
A. Fragmento con la Dama del espejo (1.n.).
B. Vaso de los Peces (1/3).
C. Desarrollo del friso del vaso del combate de las barcas (1/3).
C'. Perfil del mismo (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-78--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. VI
IMAGEN A
IMAGEN A'
IMAGEN B
IMAGEN B'
IMAGEN B''
A. Friso de la caza de ciervos con redes (1/3).
A'. Perfil del vaso (1/10).
B. Friso de las escenas de pesca, caza, etc. (1/3).
B'. Otra composición del mismo vaso (1/3).
B". Perfil del vaso que las lleva (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-79--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. VII
IMAGEN A
IMAGEN A'
IMAGEN B
IMAGEN B'
A. Decoración con la mujer jinete (1/3).
A'. Perfil del vaso (1/10).
B. Decoración del einochoe (1/2).
B'. Perfil del mismo (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-80--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. VIII
IMAGEN A
IMAGEN A'
IMAGEN B
IMAGEN B'
A. Friso de la danza (1/2).
A'. Perfil de su vaso (1/10).
B. Friso de los jinetes desmontados (1/3).
B'. Perfil de su vaso (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-81--data::data]
TRABAJOS DEL S.I.P. -1934
LAM. IX
IMAGEN A
IMAGEN A'
A. Friso del combate de los guerreros con corazas (t. 1/3).
A'. Perfil del vaso (1/10).
Calcos y dibujos de F. Porcar.
[page-n-82--data::data]
[page-n-83--data::data]