Coveta del Monte Picaio. Sagunto. 1977
20-09-197725-09-1977Francisco Javier Fortea Pérez
La Coveta se encuentra en la vertiente este sobre un pequeño escarpado de no muy difícil ascensión. Descubierta en 1972, fue prospectada en varias ocasiones, proporcionando un material que indicaba la presencia de un yacimiento enmarcable dentro del horizonte cultural formado por las covachas de enterramiento eneolíticas tan frecuentes en la región.
Se comenzó la excavación abriendo una cata de 2'22 metros en dirección oeste y de 1 metro en dirección sur, a partir de la entrada. Esta pequeña zanja permitió comprobar tanto la notable remoción de la cueva como la debilidad de su potencia estratigráfica. A continuación se excavaron las catas B y e con idénticos resultados.
Aunque la ausencia de restos óseos humanos fue total (lo que indica el extremo de remoción y erosión en que se encontraba el yacimiento), la totalidad del material recuperado permite aventurar que se trata, sin duda, de un ajuar de enterramiento que por las reducidas dimensiones de la cueva no podría exceder de dos individuos. Entre el material encontrado destacamos varias cuentas de collar tubulares en piedra rojiza, cuentas discoidales planas de piedra y hueso, algunas lascas de sílex sin retocar y un punzón de cobre de sección cuadrada.
Tanto la presencia del punzón de metal como la de las cuentas tubulares apuntan hacia una relación con los ajuares típicos en los que aparece vaso campaniforme.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1977, pp. 29-30).
Se comenzó la excavación abriendo una cata de 2'22 metros en dirección oeste y de 1 metro en dirección sur, a partir de la entrada. Esta pequeña zanja permitió comprobar tanto la notable remoción de la cueva como la debilidad de su potencia estratigráfica. A continuación se excavaron las catas B y e con idénticos resultados.
Aunque la ausencia de restos óseos humanos fue total (lo que indica el extremo de remoción y erosión en que se encontraba el yacimiento), la totalidad del material recuperado permite aventurar que se trata, sin duda, de un ajuar de enterramiento que por las reducidas dimensiones de la cueva no podría exceder de dos individuos. Entre el material encontrado destacamos varias cuentas de collar tubulares en piedra rojiza, cuentas discoidales planas de piedra y hueso, algunas lascas de sílex sin retocar y un punzón de cobre de sección cuadrada.
Tanto la presencia del punzón de metal como la de las cuentas tubulares apuntan hacia una relación con los ajuares típicos en los que aparece vaso campaniforme.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1977, pp. 29-30).