Castillo de Sagunto. Sagunto. 1976
03-05-197629-05-1976Enrique Pla Ballester
A propuesta de un investigador francés de la Casa de Velázquez, el SIP comenzó una excavación en busca de elementos prerromanos en el Castillo de Sagunto. Se eligió las pendientes meridionales del monte, pues al parecer en ellas el espesor de la tierra superpuesta a la roca parecía considerable, y además se veían aflorar tramos de muros en la zona más cercana al recinto.
1. Sector de la "torre": Sondeos B1, B2 norte y B2 sur. Entre un conjunto confuso de muros recientes se destacaba el ángulo de una pared hecha de aparejo grande, de 8'30 m. de longitud norte-sur y 6 este-oeste. El primer sondeo, el B1, de 2x6 metros, se realizó al oeste del muro norte-sur v tenía por finalidad datar esta construcción. Una cuidadosa excavación ha permitido distinguir diez canas que corresponden a las diversas etapas de relleno posterior a la construcción del muro, así como llegar a la roca de la base. Esta se encontraba tallada formando escalera y cortada al norte por una trinchera de fundación de 30 centímetros de ancho. Entre el material aparecido en esta trinchera de fundación deben destacarse algunos fragmentos de cerámica ática de barniz negro de fines del siglo V a. de C. o principio del siglo IV. En conjunto, el sondeo B1 ha proporcionado una gran cantidad de cerámica ibérica con decoración pintada de temas geométricos, y la altura del muro conservado alcanzó 4'10 m. en su parte norte y 4'50 en la sur. En distintas capas se han encontrado numerosos fragmentos de adobes, posiblemente restos de las casas edificadas en su proximidad o de la parte superior del recinto hundido y reconstruido en diversas ocasiones.
Perpendicularmente a este tramo de muro norte-sur, se continúa la construcción por otro hacia el este por una longitud de 6 metros, un ángulo reforzado de la muralla. Más allá, el muro, de aparejo un poco más pequeño, se prolonga siguiendo una orientación distinta: este-noreste a oeste-suroeste. La parte superior de este muro ha sido desmontada para estudiar su paramento interno y su relación con el muro reforzado de la muralla. Los dos estaban cuidadosamente imbricados uno en el otro, y el paramento interno no presentaba diferencias, lo que autoriza a pensar que eran contemporáneos. El paramento interno se asentaba algo menos profundamente que el externo. El espacio comprendido entre los dos paramentos se rellenó con una mezcla de piedras y tierras.
El muro del ángulo y el del este estaban hechos de piedras gruesas poligonales, más largas que anchas, groseramente talladas, excepto en los ángulos, donde la talla es más cuidadosa. Entre los gruesos sillares se introdujeron piedras más pequeñas, por lo general planas, que debieron servir para calzar aquéllas.
El sondeo B2 sur, abierto al pie de la sección este, ha permitido alcanzar la roca virgen del monte. También aquí se halla tallada en escalera y la base del muro está aplomado sobre el primer escalón. El material de este sondeo se componía de cerámica ibérica con decoración geométrica pintada.
2. Sector de las casas prerromanas. Al este del sector excavado se notaba la presencia de dos fondos de habitación prerromanos tallados en la roca; una tercera habitación, había sido ya destruida por la cantera. Como la roca natural del suelo afloraba junto a estos fondos, el sondeo se realizó algo más al norte (sondeo C). Bajo una capa de cuarenta centímetros de tierra estéril, apareció ya la roca del suelo.
3. Sector de los sondeos D y E. A 32 metros al sureste del ángulo de la muralla se efectuaron otros dos sondeos, orientados de norte a sur y de 1x3 metros el D y 1'50x3 el E. Su excavación ha permitido descubrir otro tramo del muro, parecido al que se separa hacia el este desde el ángulo de la muralla, pero de 1 '82 m. de anchura. La roca de la base estaba igualmente cortada en escalera, apoyándose el muro sobre el borde de la grada superior. En las capas más profundas, contemporáneas de la construcción del muro, el material arqueológico estaba formado por una gran cantidad de vasos ibéricos con decoración pintada de estilo geométrico, entre los que había varios casi completos, fragmentos de cerámica de barniz negro, áticos, del siglo V al IV a. de C. Este muro es casi paralelo al que se desprende hacia el Este del ángulo de la muralla. Es, pues, probable imaginar una puerta situada entre los dos muros. Esta hipótesis se desprende del hecho de haberse encontrado varias piedras trabajadas, soportes de goznes, que sin duda pertenecen a una puerta.
La excavación se ha efectuado, sin duda, en una parte del recinto ibérico de Sagunto. El material obtenido en estos cimientos autorizan proponer como fecha de construcción del recinto, al menos en esta parte, la de la primera mitad del siglo IV a. de C.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1976, pp. 80-82)
1. Sector de la "torre": Sondeos B1, B2 norte y B2 sur. Entre un conjunto confuso de muros recientes se destacaba el ángulo de una pared hecha de aparejo grande, de 8'30 m. de longitud norte-sur y 6 este-oeste. El primer sondeo, el B1, de 2x6 metros, se realizó al oeste del muro norte-sur v tenía por finalidad datar esta construcción. Una cuidadosa excavación ha permitido distinguir diez canas que corresponden a las diversas etapas de relleno posterior a la construcción del muro, así como llegar a la roca de la base. Esta se encontraba tallada formando escalera y cortada al norte por una trinchera de fundación de 30 centímetros de ancho. Entre el material aparecido en esta trinchera de fundación deben destacarse algunos fragmentos de cerámica ática de barniz negro de fines del siglo V a. de C. o principio del siglo IV. En conjunto, el sondeo B1 ha proporcionado una gran cantidad de cerámica ibérica con decoración pintada de temas geométricos, y la altura del muro conservado alcanzó 4'10 m. en su parte norte y 4'50 en la sur. En distintas capas se han encontrado numerosos fragmentos de adobes, posiblemente restos de las casas edificadas en su proximidad o de la parte superior del recinto hundido y reconstruido en diversas ocasiones.
Perpendicularmente a este tramo de muro norte-sur, se continúa la construcción por otro hacia el este por una longitud de 6 metros, un ángulo reforzado de la muralla. Más allá, el muro, de aparejo un poco más pequeño, se prolonga siguiendo una orientación distinta: este-noreste a oeste-suroeste. La parte superior de este muro ha sido desmontada para estudiar su paramento interno y su relación con el muro reforzado de la muralla. Los dos estaban cuidadosamente imbricados uno en el otro, y el paramento interno no presentaba diferencias, lo que autoriza a pensar que eran contemporáneos. El paramento interno se asentaba algo menos profundamente que el externo. El espacio comprendido entre los dos paramentos se rellenó con una mezcla de piedras y tierras.
El muro del ángulo y el del este estaban hechos de piedras gruesas poligonales, más largas que anchas, groseramente talladas, excepto en los ángulos, donde la talla es más cuidadosa. Entre los gruesos sillares se introdujeron piedras más pequeñas, por lo general planas, que debieron servir para calzar aquéllas.
El sondeo B2 sur, abierto al pie de la sección este, ha permitido alcanzar la roca virgen del monte. También aquí se halla tallada en escalera y la base del muro está aplomado sobre el primer escalón. El material de este sondeo se componía de cerámica ibérica con decoración geométrica pintada.
2. Sector de las casas prerromanas. Al este del sector excavado se notaba la presencia de dos fondos de habitación prerromanos tallados en la roca; una tercera habitación, había sido ya destruida por la cantera. Como la roca natural del suelo afloraba junto a estos fondos, el sondeo se realizó algo más al norte (sondeo C). Bajo una capa de cuarenta centímetros de tierra estéril, apareció ya la roca del suelo.
3. Sector de los sondeos D y E. A 32 metros al sureste del ángulo de la muralla se efectuaron otros dos sondeos, orientados de norte a sur y de 1x3 metros el D y 1'50x3 el E. Su excavación ha permitido descubrir otro tramo del muro, parecido al que se separa hacia el este desde el ángulo de la muralla, pero de 1 '82 m. de anchura. La roca de la base estaba igualmente cortada en escalera, apoyándose el muro sobre el borde de la grada superior. En las capas más profundas, contemporáneas de la construcción del muro, el material arqueológico estaba formado por una gran cantidad de vasos ibéricos con decoración pintada de estilo geométrico, entre los que había varios casi completos, fragmentos de cerámica de barniz negro, áticos, del siglo V al IV a. de C. Este muro es casi paralelo al que se desprende hacia el Este del ángulo de la muralla. Es, pues, probable imaginar una puerta situada entre los dos muros. Esta hipótesis se desprende del hecho de haberse encontrado varias piedras trabajadas, soportes de goznes, que sin duda pertenecen a una puerta.
La excavación se ha efectuado, sin duda, en una parte del recinto ibérico de Sagunto. El material obtenido en estos cimientos autorizan proponer como fecha de construcción del recinto, al menos en esta parte, la de la primera mitad del siglo IV a. de C.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1976, pp. 80-82)