Covacha Giner. Cullera. 1968
09-07-196818-08-1968Enrique Pla Ballester
Con ocasión de la estancia en el monte de "El Castell" de Cullera de la comisión excavadora del S. I. P. se pudo salvar el material arqueológico de una pequeña covacha sita en la zona denominada "Penya Rotja", de la vertiente oeste del "Alt del Fort", en las inmediaciones ya de la ciudad de Cullera, que había sido rebuscada y revuelta su tierra por posibles buscadores de tesoros.
Se tuvo conocimiento de la existencia de esta covacha por comunicación directa de don Alfredo His, Delegado del Servicio de Investigación Prehistórica en Cullera, quien había visitado el lugar y recogido una mandíbula humana y fragmentos de cerámica pertenecientes a un pequeño cuenco. Persona el miembro de la comisión excavadora, don José Aparicio, se limitó a realizar el cribado de las tierras que habían sido revueltas por los violadores, encontrando una buena serie de materiales propios del Eneolítico y característicos de este tipo de enterramientos.
Fueron abundantes los fragmentos de huesos humanos, entre ellos algunas partes de un cráneo, dientes y molares; la cerámica, también muy fragmentada, era lisa, hecha a mano. Fue excepcionalmente abundante, dadas las condiciones en que se hallaba el yacimiento, en cuentas de collar: ochenta y ocho discoidales diminutas y cilíndricas, de caliza, hueso y lignito; dos hechas sobre vértebra de pescado; seis de dentálidos; una de hueso en forma de oliva; y dos diminutos caracolillos. También se recogieron cuatro punzones de hueso, dos botones piramidales con perforación trasera en uve (uno incompleto), una lámina de concha al parecer, y dos laminillas rectangulares, de hueso, con sendas perforaciones. La parte del yacimiento que no había sido violado por los buscadores de tesoros no fue tampoco excavado por falta de tiempo y se dejó para mejor ocasión su total estudio.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1968, pp. 80-81)
Se tuvo conocimiento de la existencia de esta covacha por comunicación directa de don Alfredo His, Delegado del Servicio de Investigación Prehistórica en Cullera, quien había visitado el lugar y recogido una mandíbula humana y fragmentos de cerámica pertenecientes a un pequeño cuenco. Persona el miembro de la comisión excavadora, don José Aparicio, se limitó a realizar el cribado de las tierras que habían sido revueltas por los violadores, encontrando una buena serie de materiales propios del Eneolítico y característicos de este tipo de enterramientos.
Fueron abundantes los fragmentos de huesos humanos, entre ellos algunas partes de un cráneo, dientes y molares; la cerámica, también muy fragmentada, era lisa, hecha a mano. Fue excepcionalmente abundante, dadas las condiciones en que se hallaba el yacimiento, en cuentas de collar: ochenta y ocho discoidales diminutas y cilíndricas, de caliza, hueso y lignito; dos hechas sobre vértebra de pescado; seis de dentálidos; una de hueso en forma de oliva; y dos diminutos caracolillos. También se recogieron cuatro punzones de hueso, dos botones piramidales con perforación trasera en uve (uno incompleto), una lámina de concha al parecer, y dos laminillas rectangulares, de hueso, con sendas perforaciones. La parte del yacimiento que no había sido violado por los buscadores de tesoros no fue tampoco excavado por falta de tiempo y se dejó para mejor ocasión su total estudio.
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1968, pp. 80-81)