Cova del Pic. Carcaixent. 1981
05-12-19811981Joan Bernabeu Aubán
La «Cova del Pic>> está formada por una diaclasa de profundidad media, con dos bocas de difícil franqueo. La boca más oriental posee unas dimensiones de 0'55 por 0'30 metros, continuándose por un estrecho tubo curvo que termina en un escalón antes de abrirse a la sala central. La otra boca, de más reducidas dimensiones, da a la sala central mediante una rampa impracticable.
Los hallazgos de restos humanos y de los materiales arqueológicos que componían sus ajuares funerarios, se localizan en la sala central y sobre todo en su parte noroccidental donde el techo desciende considerablemente formando una sala menor (...).
Dada la posible importancia del hallazgo y el peligro de que el yacimiento sufriera daños irreparables, la Dirección del Servicio solicitó a la Subdirección General de Arqueología de la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, la realización de la correspondiente excavación de urgencia (...).
La cueva fue dividida en sus dos salas principales, denominándolas A y B. La sala A fue subdividida a su vez en cuatro partes, A-1, A-2, A-3 y A-4, según dos ejes de coordenadas establecido arbitrariamente por razones de comodidad (...).
La situación en que aparecieron los restos humanos puso de manifiesto el desplazamiento de los mismos, debido a causas naturales, aunque no se deben descartar los efectos de la propia reutilización de la cavidad en la época en que fue destinada a necrópolis, dado el reducido espacio de la misma en relación con la abundancia de restos humanos.
Dispersos por la zona suroeste de la sala B y en la sala A se encontraron los demás restos humanos, que en total parecen corresponder a unos nueve individuos, así como los demás materiales, como puntas de flechas, conchas perforadas, punzones de cobre, etc.
Queda claro, en primer lugar, que se trata de una pequeña cueva utilizada como necrópolis múltiple, con inhumaciones primarias que, en algún caso, implicarían una reordenación de los restos humanos depositados anteriormente, pero sin que pueda hablarse de enterramientos secundarios o de paquetes de huesos ordenados (...).
La pertenencia de la <
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1981, pp. 143-146).
Los hallazgos de restos humanos y de los materiales arqueológicos que componían sus ajuares funerarios, se localizan en la sala central y sobre todo en su parte noroccidental donde el techo desciende considerablemente formando una sala menor (...).
Dada la posible importancia del hallazgo y el peligro de que el yacimiento sufriera daños irreparables, la Dirección del Servicio solicitó a la Subdirección General de Arqueología de la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, la realización de la correspondiente excavación de urgencia (...).
La cueva fue dividida en sus dos salas principales, denominándolas A y B. La sala A fue subdividida a su vez en cuatro partes, A-1, A-2, A-3 y A-4, según dos ejes de coordenadas establecido arbitrariamente por razones de comodidad (...).
La situación en que aparecieron los restos humanos puso de manifiesto el desplazamiento de los mismos, debido a causas naturales, aunque no se deben descartar los efectos de la propia reutilización de la cavidad en la época en que fue destinada a necrópolis, dado el reducido espacio de la misma en relación con la abundancia de restos humanos.
Dispersos por la zona suroeste de la sala B y en la sala A se encontraron los demás restos humanos, que en total parecen corresponder a unos nueve individuos, así como los demás materiales, como puntas de flechas, conchas perforadas, punzones de cobre, etc.
Queda claro, en primer lugar, que se trata de una pequeña cueva utilizada como necrópolis múltiple, con inhumaciones primarias que, en algún caso, implicarían una reordenación de los restos humanos depositados anteriormente, pero sin que pueda hablarse de enterramientos secundarios o de paquetes de huesos ordenados (...).
La pertenencia de la <
(La labor del Servicio de Investigación Prehistórica y su Museo en el pasado año 1981, pp. 143-146).