Los brazaletes de esquisto: un elemento de la identidad cardial.
Teresa Orozco Köhler
2016
[page-n-1]
Del neolític a l’edat del bronze en el Mediterrani occidental.
Estudis en homenatge a Bernat Martí Oliver.
TV SIP 119, València, 2016, p. 141-146.
Los brazaletes de esquisto:
un elemento de la identidad cardial
Teresa Orozco Köhler
resumen
Los brazaletes de esquisto son uno de los elementos de cultura material asociados al registro arqueológico de las primeras
comunidades agrícolas y ganaderas en la zona valenciana. Su concentración en yacimientos del neolítico inicial con un registro
excepcional, como son Cova de l’Or y Cova de la Sarsa inciden en el carácter excepcional de estas piezas. Su elevada
fragmentación y transformación que posibilita su reutilización nos hablan del elevado valor social de estos objetos.
p a l a b r a s c l a v e : brazaletes
de esquisto, Neolítico inicial, fragmentación, reutilización.
abstract
Schist bracelets: an element of the Cardial identity. Schist bracelets are one of the elements of material culture associated with
the archaeological record of the first agricultural and farmers communities in the Valencian area. Their concentration in some
Early Neolithic sites with an exceptional record such as Cova de l’Or and Cova de la Sarsa are affecting the exceptional nature
of these ornaments. Their high fragmentation and transformation that allows their reuse speak to us of the high social value
of these objects.
k e y w o r d s : schist bracelets, Early Neolithic, fragmentation, reuse.
1. LOS BRAZALETES DE ESQUISTO
EN EL NEOLÍTICO VALENCIANO
En el territorio valenciano, los brazaletes líticos son un elemento de adorno frecuente en los contextos neolíticos. En este
trabajo nos centramos en los conocidos como brazaletes estrechos de pizarra también llamados brazaletes finos, piezas
asociadas habitualmente a las etapas iniciales del neolítico, y
que se han venido considerando como uno de los elementos
de adorno ‘clásicos’ de las primeras comunidades agrícolas y
ganaderas en esta zona.
Tipológicamente se trata de objetos de morfología anular,
con una amplia perforación interior con una dimensión media
cercana a 74 mm para los brazaletes recuperados en tierras valencianas (Pascual Benito, 1998: 160). Suelen presentar sección
subrectangular, con el borde exterior convexo, aunque también
encontramos secciones cuadrangulares, lo que conforma un tipo
de pulsera muy estrecho y ligero (fig. 1). Las superficies externas suelen presentar un pulido fino, que confiere un acabado
cuidado a estas piezas. Buena parte de los brazaletes finos están
realizados sobre esquisto, y presentan como rasgo común un
color oscuro que suele oscilar entre gris y negro, en contraste
con los brazaletes elaborados con otros soportes (mármol, caliza, concha) de tonalidades claras.
Destaca por su volumen el registro recuperado en Cova de
l’Or (25) y Cova de la Sarsa (21), donde la alta cantidad de
piezas incide en la singularidad de estas cavidades, señalada en
anteriores trabajos (Bernabeu et al., 2006). Otros yacimientos
valencianos muestran una presencia puntual, como se refleja en
Cova de les Cendres (2) (Orozco, 2000; Pascual Benito, 2009),
Cova Fosca (1) (Aparicio y San Valero, 1977), Cova del Montgó (1) (Soler, 2007) y Benàmer (1) (Torregrosa et al., 2011).
Más allá del territorio valenciano están presentes tanto en cuevas como en poblados de Andalucía Oriental y Murcia (fig. 2).
2. LOS BRAZALETES DE ESQUISTO:
ORNAMENTOS PARA LOS VIVOS
Los conjuntos con mayor cantidad de efectivos en el País Valenciano son los procedentes de Cova de l’Or (Beniarrés) y Cova
de la Sarsa (Bocairent), yacimientos excavados en fechas tempranas e incorporados al debate historiográfico sobre el proceso
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T. Orozco Köhler
Fig. 1. Fragmentos de brazaletes neolíticos recuperados en Cova de
l’Or (Beniarrés, Alicante).
En su mayor parte estos elementos de adorno fueron recuperados en antiguas campañas de excavación, por lo que
su posición estratigráfica precisa no puede ser atribuida con
garantías. La secuencia estratigráfica de Cova de les Cendres
(Moraira) sí que muestra mayor precisión; los brazaletes de
esquisto están presentes durante las fases IA y IB del Neolítico, y su encuadre temporal corresponde a la segunda mitad del VI milenio a.C. en los momentos que se desarrollan
los horizontes de cerámicas impresas en el yacimiento. Los
tres fragmentos recuperados en Benàmer (Muro d’Alcoi) pertenecen a una misma pieza recuperada en la fase III de este
yacimiento (horizonte de las cerámicas peinadas o neolítico
IC), para la que se obtuvo una datación (sobre una muestra de
agregados de polen) que fecha este contexto en torno al 4500
cal BC (Torregrosa et al., 2011: 91). Los rasgos deposicionales
nos parecen interesantes, pues los fragmentos de brazalete se
asocian a diversos fragmentos cerámicos erosionados y materiales líticos de adscripción neolítica, en un contexto que se
interpreta como un desecho. Pocas indicaciones encontramos
sobre el contexto en el que se recuperaron los fragmentos en
Cova del Montgó (Xàbia) y en Cova Fosca (Ares).
Del mismo modo, no es posible establecer la relación de
estas piezas con otros ítems del registro, como tampoco entre
los diversos brazaletes en los conjuntos más numerosos. Con independencia de la utilización sepulcral puntual de Sarsa (o parte
de la cueva) señalada anteriormente, en el resto de yacimientos
la presencia de brazaletes de esquisto no puede relacionarse con
prácticas funerarias, por lo que cabe considerar que se trata de
elementos que forman parte del mundo de los vivos.
3. LOS BRAZALETES FINOS ¿UNA PRODUCCIÓN
PARA EL INTERCAMBIO?
Fig. 2. Algunos yacimientos peninsulares donde se han recuperado
brazaletes finos de esquisto: 1) Cueva de Nerja (Nerja, Málaga),
2) Cueva del Toro (Antequera, Málaga), 3) Cueva de la Carigüela
(Píñar, Granada), 4) Cueva de las Ventanas (Píñar, Granada),
5) Cueva del Agua (Prado Negro, Granada), 6) Cabecicos Negros
(Vera, Almería), 7) Cerro Virtud (Cuevas del Almanzora, Almería),
8) Sima de la Serreta (Cieza, Murcia), 9) Benàmer (Muro del Comtat,
Alicante), 10) Cova de la Sarsa (Bocairent, Valencia), 11) Cova
de l’Or (Beniarrés, Alicante), 12) Cova de les Cendres (MorairaTeulada, Alicante), 13) Cova del Montgó (Xàbia, Alicante), 14) Cova
Fosca (Ares, Castellón).
de neolitización peninsular. Atendiendo a la excepcionalidad de
su registro arqueológico, ambas cavidades se consideran lugares
de agregación en el conjunto de los Valles del Serpis. En ellas se
ha recuperado gran cantidad de ítems simbólicos y de prestigio
que van desde recipientes cerámicos con decoración simbólica,
instrumentos musicales, materiales colorantes y brazaletes de
esquisto. La presencia y exhibición de estos elementos de prestigio indica una funcionalidad de estos yacimientos que va más
allá de su uso como lugar de hábitat. El uso funerario puntual
de Cova de la Sarsa en los inicios del neolítico (García Borja et
al., 2011) no impide su utilización como espacio habitacional,
es más, incide en su especial significación social.
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Estos objetos expresan un valor cultural compartido en un amplio territorio, como refleja el mapa anterior (fig. 2). Su peculiaridad viene dada por su propia naturaleza, por la materia prima
lítica utilizada para su fabricación que, en este caso, corresponde a rocas metamórficas (esquistos), cuyo ámbito litogénico se
localiza en otros dominios geológicos de los que afloran en el
área valenciana (Orozco, 2000), y pueden ponerse en relación
con algunos mantos y unidades de los dominios internos de las
Cordilleras Béticas (Alpujárride). Aunque estamos pendientes del análisis y comparación de las piezas arqueológicas con
muestras de campo, con certeza estas litologías de naturaleza
metamórfica no afloran en zonas cercanas a los yacimientos
valencianos considerados, y su obtención –bien de la materia
prima sin transformar o de piezas acabadas o fragmentos– se
realiza a través de un sistema de explotación indirecta, esto es,
a través de contactos e intercambios. Ello se confirma a partir
de los datos sobre explotación y transformación de este material
lítico documentados en algunos yacimientos neolíticos del SE
peninsular. El proceso de producción completo de los brazaletes finos de esquisto, identificando todos los pasos, está perfectamente documentado en el yacimiento de Cabecicos Negros
(Vera, Almería) (Goñi et al., 1999). La proximidad a la materia
prima, con numerosos afloramientos de esquisto en el entorno
cercano, es una variable que puede haber tenido importancia en
cuanto al desarrollo de estas artesanías en el yacimiento. Sin
embargo la cercanía a las fuentes de materia prima no es el úni-
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Los brazaletes de esquisto: un elemento de la identidad cardial
Fig. 3. Brazaletes de esquisto fragmentados a lo largo del proceso
de fabricación, recuperados en Cabecicos Negros (Vera, Almería).
Depósito: Museo de Almería.
co factor que pudo actuar como estímulo para desarrollar una
producción especializada; en otros yacimientos próximos, como
Cerro Virtud (Cuevas del Almanzora, Almería), estos adornos
aparecen en menor número o son testimoniales.
El proceso de fabricación está perfectamente diseñado
y las piezas resultantes son altamente estandarizadas (Goñi
et al., 1999). Comienza con la selección del material, y las
primeras modificaciones consisten en el trabajo y rebaje del
contorno exterior y del grosor de la plancha de pizarra, para ir
conformando la morfología general del brazalete. El siguiente paso en la producción es, con seguridad, uno de los más
delicados: la configuración y realización de la perforación.
Es uno de los momentos que requiere mayor atención a lo
largo del proceso por las posibilidades de fractura, que implicaría el desecho del esbozo (fig. 3). Posteriormente se realiza
un trabajo de modelado y regularización de las superficies,
que se lleva a cabo aplicando un proceso de raspado, que
deja profundas estrías, apreciables a simple vista; a medida
que se va realizando este adelgazamiento se va ampliando
la perforación. Finalmente, obtenidas las dimensiones deseadas, el último paso consiste en el pulimento de las superficies
y borde exterior, lo que confiere al objeto un aspecto pulido
y un tacto suave.
También se ha podido constatar en los niveles neolíticos
de Cabecicos Negros la elaboración in situ de brazaletes de
mármol y cuentas discoidales (Goñi et al., 2001). Quizás nos
encontremos ante un taller dedicado a la confección, no solo
de brazaletes, sino de diversos elementos de adorno personal.
Tomando en consideración el volumen de los restos que se
han recuperado en este yacimiento se aprecia que su fabricación va más allá de las necesidades de un grupo doméstico y
que esta producción se destinó, al menos en parte, al intercambio con otros grupos.
4. USO Y TRANSFORMACIÓN DE UN REGISTRO
FRAGMENTADO
Estos brazaletes, como ornamentos, fueron incorporados en la
vestimenta personal. El uso de estas piezas como pulsera, que son
portadas en el antebrazo o en el brazo se reconoce claramente a
partir de su morfología y dimensiones. Aunque no puede excluirse
su utilización en las extremidades inferiores, la rigidez del material
Fig. 4. Fragmentos de brazaletes procedentes de Cova de la Sarsa
(Bocairent, Valencia), presentan perforaciones en ambos extremos
que atraviesan la pieza.
lítico frente a la movilidad de la articulación permite considerar
que su utilización como tobillera no parece adecuada, aunque esta
opción que no puede descartarse por completo.
La fragilidad de estos brazaletes es una característica que
explica –en parte– su elevada fragmentación. Ante un registro
altamente fragmentado llama la atención el elevado número de
piezas recuperadas en Or y Sarsa que presentan una o dos perforaciones. Dominan las perforaciones de sección troncocónica
sobre las de sección cónica, lo que indica la direccionalidad de
este gesto técnico.
Aunque se ha señalado que el objeto de las perforaciones
es la reparación de los brazaletes, facilitando el atado de los
segmentos por medio de algún elemento (Pascual, 1988: 160),
consideramos que existen otras posibilidades. Por un lado, puede tratarse de un intento de agrandar o ampliar el diámetro de
las piezas, en lo que podría considerarse un ‘aumento de talla’;
pero también en muchos casos las perforaciones tienen como
finalidad transformar el fragmento de brazalete en colgante, realizando agujeros de suspensión (fig. 4).
Esto se aprecia de forma clara en el acondicionamiento
de uno o ambos extremos del fragmento (fig. 5), suavizando
la zona de fractura mediante un rebajado y pulido del remate
(fig. 6). Esta manipulación –posterior a la fractura– nos indica
la voluntad de conservar el objeto o una parte de él, si bien con
un cambio en el uso ornamental que ahora debe ser exhibido en
otra parte del cuerpo o de los ropajes (fig. 7). Los ornamentos
son formas culturales emotivas (provocan emociones) y memorables (provocan recuerdos), cuyo significado social y simbólico puede variar con el paso del tiempo.
Contextualmente, los adornos están estrechamente asociados con las personas y sus cuerpos, y así, inevitablemente, llegan a estar enlazados con sus prácticas sociales y relaciones, e
imbuidos de sus identidades (Skeates, 2010). Estos ornamentos,
a través del tiempo y del espacio también acumulan asociacio143
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T. Orozco Köhler
Fig. 7. Posible reutilización de los brazaletes de esquisto como
colgantes, atendiendo a las perforaciones que presentan los
fragmentos.
Fig. 5. En ocasiones la transformación del fragmento en colgante
comprende el acondicionamiento de ambos extremos. Pieza
procedente de Cova de l’Or (ref. 105.357 SIP).
nes y valores diversos, en un proceso dinámico, en particular
en el curso de su circulación a través de redes de intercambio.
Estos objetos pueden evocar emociones por sus cualidades visuales y materiales.
Algunos elementos de adorno parecen más valiosos o importantes tanto por estar confeccionados con materiales restringidos o exóticos como por ser distintivos visualmente. También
el grado de modificación física de un ornamento puede incrementar ese valor; ello se puede conseguir utilizando técnicas
como perforación y pulido, alterando en diversos grados la morfología original.
Esta transformación de brazaletes en un objeto menor como
son los colgantes, encaja con la definición propuesta por K.T.
Lillios (2010) sobre la fabricación de reliquias a través de la modificación y/o miniaturización de un objeto de valor, teniendo en
cuenta que no todas las reliquias son objetos sagrados. Aunque
la autora no considera justificado separar las reliquias en una
categoría de análisis (Lillios, 1999) sí que apunta algunas consideraciones interesantes, remarcando que sirven para propiciar
el recuerdo, para invocar un pasado distante, ancestral. Estos
objetos no son accesibles de la misma manera a los miembros de
una comunidad, su posesión puede ser el reflejo de diferencias
sociales, y se mantienen en uso o circulación durante un número
de generaciones.
5. FRAGMENTACIÓN INTENCIONAL
Fig. 6. Las modificaciones que presentan algunos fragmentos de
brazalete comprenden, además de la perforación, el rebaje y pulido
del extremo. Pieza procedente de Cova de l’Or (ref. 105.387 SIP).
144
La idea de que los objetos fragmentados son resultado de la
rotura accidental o de procesos tafonómicos, es decir procesos no relacionados con intencionalidad humana, está profundamente enraizada. No obstante, algunos autores (Chapman,
2000) han cuestionado esta premisa y exploran la posibilidad
de una fragmentación deliberada y uso de los fragmentos para
el establecimiento y mantenimiento de lazos entre personas
y grupos. Sus trabajos sobre materiales del neolítico balcánico aportan ideas sugerentes: en contextos arqueológicos, la
ausencia de remontajes puede indicar que los fragmentos de
objetos “incompletos” se transportaron fuera del sitio para su
uso o su deposición en otro lugar. Sus estudios han mostrado,
a través del remontaje de cerámicas y figurillas, el grado de
movilidad de un objeto tras su desperfecto o rotura, argumentando que diversos fragmentos de materiales seleccionados
fueron utilizados en intercambios, enlazando gentes y luga-
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Los brazaletes de esquisto: un elemento de la identidad cardial
res (Chapman y Gaydarska, 2007). El término que define está
práctica social es el de ‘encadenamiento’; los remontajes de
fragmentos encontrados en varios yacimientos, en ocasiones
alejados a gran distancia, se consideran ilustrativos de estas
transacciones o actividades sociales.
En el caso de los brazaletes finos en yacimientos valencianos no hemos localizado ningún remontaje entre yacimientos.
Los escasos fragmentos que remontan pertenecen a un mismo
yacimiento. Este hecho hace pensar en la posibilidad de que
no se trate únicamente de brazaletes rotos, sino de objetos incompletos. No podemos descartar la posibilidad de que estos
ornamentos llegaran a estos yacimientos y se depositaran incompletos. Podemos suponer que en ocasiones, a lo largo de la
prehistoria, los elementos intercambiados son fragmentos que
pueden –del mismo modo que un objeto completo– crear lazos
o relaciones entre personas o grupos, y transmitir el significado
simbólico de la pieza completa.
Tampoco podemos descartar la idea de que nos encontremos ante la destrucción deliberada de objetos de valor. Algunos
autores (Chapman, 2000) han señalado que la fragmentación
intencional de elementos de la cultura material puede constituir
un proceso asociado al duelo o luto. Los ornamentos sirven para
encarnar o reflejar roles y estatus, y tal vez la pérdida o desaparición de estas cualidades se plasme en la fragmentación y
amortización de brazaletes.
Un mismo objeto puede sufrir cambios en su valoración y
significado dependiendo de múltiples factores. La reutilización
y reincorporación de los brazaletes fragmentados al ornamento
personal es una forma de interactuar con el pasado.
6. ALGUNAS REFLEXIONES: LOS BRAZALETES
COMO ELEMENTOS DE MEMORIA
No podemos asumir con certeza que al romperse un brazalete acaba su utilidad y los fragmentos son amortizados. Las
partes de un objeto pueden desplazarse en el espacio y en
el tiempo desde la rotura, incluso pueden ser objeto de otra
fragmentación. Los fragmentos también traen a la memoria
el brazalete completo, pueden evocar recuerdos tanto colectivos como personales.
En el caso de los brazaletes finos de esquisto, la manipulación y acondicionamientos realizados para su transformación en
colgantes tras su fractura nos hablan del interés y la voluntad de
preservar estos ornamentos.
Las cualidades formales de la materia prima, sus caracteres visuales, textura y otros efectos juegan un papel importante
en el efecto de recordar. En este caso, el escaso grosor de los
brazaletes, el color oscuro de la roca empleada como soporte,
y el acabado pulido pueden motivar la rememoración de eventos, lugares geográficos o creencias con las que estos objetos se
asociaron. Esos recuerdos pueden jugar un papel crucial en la
formación de identidades y valores sociales compartidos.
La distribución geográfica de estas piezas es sugerente.
Un vistazo al mapa de yacimientos (fig. 2) nos muestra que
la presencia de estas piezas está ligada a buena parte de los
yacimientos en los que se ha definido el proceso de neolitización peninsular, con presencia de cerámicas impresas. Son
unas piezas que se relacionan claramente con las comunidades del ámbito mediterráneo.
También resulta interesante constatar donde no aparecen
estos objetos. En la zona catalana no encontramos brazaletes
finos de esquisto, lo que podría significar la posible existencia
de diferentes tradicionales culturales dentro del mundo cardial.
El hecho de que los conjuntos numerosos de estas piezas estén presentes en algunas cavidades peninsulares como Nerja,
Carigüela, Or o Sarsa incide en la idea del papel singular que
debieron tener estos espacios.
Aun con ciertas lagunas sobre el contexto deposicional preciso en muchos de los yacimientos, se puede afirmar que los
brazaletes de esquisto son elementos para los vivos, y no están
ligados a prácticas funerarias.
Estos ornamentos presentan cierta fragilidad y fácilmente
pueden fracturarse, perderse o ser destruidos. Se mantienen
en uso y se reutilizan durante algunas generaciones
porque tienen cierto valor para sus poseedores. En este
caso, los brazaletes finos de esquisto tienen una presencia
temporal acotada a las primeras fases del neolítico inicial,
y desaparecen del registro arqueológico valenciano en el V
milenio a.C., considerando los datos que ofrece Cova de les
Cendres (Pascual Benito, 2009). Si nos fijamos en la reciente
excavación de Benàmer (Torregrosa et al., 2011), los autores
indican que atendiendo a las características de las evidencias
que aparecen en el depósito donde se recuperó un brazalete
de esquisto y un fragmento de cerámica cardial, se trata de
objetos desechados. Este hallazgo, y la datación del contexto,
indica que en el V milenio a.C. la importancia y el aprecio
hacia estos objetos había decaído por completo. Ello puede
interpretarse como una reordenación de los valores sociales
y culturales de los grupos neolíticos, que pueden virar hacia
otros adornos, otra ideología y otros rituales.
Los adornos de materiales duraderos tienen un ciclo de producción, uso, circulación, durante el cual están asociados de
forma dinámica a lugares, grupos, personas y desplazamientos
dentro de las redes sociales. Los recuerdos asociados a estas piezas son olvidados cuando dejan de estar en uso. Los brazaletes
de esquisto no volverán a formar parte de la cultura material de
los grupos neolíticos. Su abandono o desuso indica el final de
un ciclo y una reordenación de los lazos sociales así como de
las redes y circuitos de intercambio que estuvieron en funcionamiento durante el mundo cardial. Tras este momento se configura un nuevo orden donde será necesaria una nueva identidad
social que se expresará por cauces diversos pero incorporando
otros elementos de adorno y de prestigio.
Todavía estamos lejos de conocer toda la información que
pueden aportar estos ornamentos, y son más los interrogantes
que se abren tras una breve revisión de los materiales recuperados en unos yacimientos paradigmáticos como Cova de l’Or
y Cova de la Sarsa. Este breve ensayo es un punto de partida,
a partir del cual se hace necesario profundizar en el estudio de
las colecciones, en las caracterizaciones petrológicas a fin de
confirmar o descartar procedencias, y en la cronología y temporalidad de los brazaletes, y su relación con otros apartados
del registro. Añadir el carácter nmemotécnico de unos objetos
tan singulares a la interpretación arqueológica puede ayudar a
entender su valor cultural y social.
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T. Orozco Köhler
AGRADECIMIENTOS
No quiero dejar de agradecer las facilidades que nos ofrecieron en
el Museo Arqueológico de Granada y en el Museo de Almería para
la consulta de sus fondos. El punto de partida de este trabajo en curso ha sido el Servei d’Investigació Prehistòrica de la Diputación de
Valencia, sus colecciones, y su personal, que conoce sobradamente
mi gratitud.
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Los brazaletes de esquisto son uno de los elementos de cultura material asociados al registro arqueológico de las primeras
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abstract
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of these ornaments. Their high fragmentation and transformation that allows their reuse speak to us of the high social value
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1. LOS BRAZALETES DE ESQUISTO
EN EL NEOLÍTICO VALENCIANO
En el territorio valenciano, los brazaletes líticos son un elemento de adorno frecuente en los contextos neolíticos. En este
trabajo nos centramos en los conocidos como brazaletes estrechos de pizarra también llamados brazaletes finos, piezas
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subrectangular, con el borde exterior convexo, aunque también
encontramos secciones cuadrangulares, lo que conforma un tipo
de pulsera muy estrecho y ligero (fig. 1). Las superficies externas suelen presentar un pulido fino, que confiere un acabado
cuidado a estas piezas. Buena parte de los brazaletes finos están
realizados sobre esquisto, y presentan como rasgo común un
color oscuro que suele oscilar entre gris y negro, en contraste
con los brazaletes elaborados con otros soportes (mármol, caliza, concha) de tonalidades claras.
Destaca por su volumen el registro recuperado en Cova de
l’Or (25) y Cova de la Sarsa (21), donde la alta cantidad de
piezas incide en la singularidad de estas cavidades, señalada en
anteriores trabajos (Bernabeu et al., 2006). Otros yacimientos
valencianos muestran una presencia puntual, como se refleja en
Cova de les Cendres (2) (Orozco, 2000; Pascual Benito, 2009),
Cova Fosca (1) (Aparicio y San Valero, 1977), Cova del Montgó (1) (Soler, 2007) y Benàmer (1) (Torregrosa et al., 2011).
Más allá del territorio valenciano están presentes tanto en cuevas como en poblados de Andalucía Oriental y Murcia (fig. 2).
2. LOS BRAZALETES DE ESQUISTO:
ORNAMENTOS PARA LOS VIVOS
Los conjuntos con mayor cantidad de efectivos en el País Valenciano son los procedentes de Cova de l’Or (Beniarrés) y Cova
de la Sarsa (Bocairent), yacimientos excavados en fechas tempranas e incorporados al debate historiográfico sobre el proceso
141
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T. Orozco Köhler
Fig. 1. Fragmentos de brazaletes neolíticos recuperados en Cova de
l’Or (Beniarrés, Alicante).
En su mayor parte estos elementos de adorno fueron recuperados en antiguas campañas de excavación, por lo que
su posición estratigráfica precisa no puede ser atribuida con
garantías. La secuencia estratigráfica de Cova de les Cendres
(Moraira) sí que muestra mayor precisión; los brazaletes de
esquisto están presentes durante las fases IA y IB del Neolítico, y su encuadre temporal corresponde a la segunda mitad del VI milenio a.C. en los momentos que se desarrollan
los horizontes de cerámicas impresas en el yacimiento. Los
tres fragmentos recuperados en Benàmer (Muro d’Alcoi) pertenecen a una misma pieza recuperada en la fase III de este
yacimiento (horizonte de las cerámicas peinadas o neolítico
IC), para la que se obtuvo una datación (sobre una muestra de
agregados de polen) que fecha este contexto en torno al 4500
cal BC (Torregrosa et al., 2011: 91). Los rasgos deposicionales
nos parecen interesantes, pues los fragmentos de brazalete se
asocian a diversos fragmentos cerámicos erosionados y materiales líticos de adscripción neolítica, en un contexto que se
interpreta como un desecho. Pocas indicaciones encontramos
sobre el contexto en el que se recuperaron los fragmentos en
Cova del Montgó (Xàbia) y en Cova Fosca (Ares).
Del mismo modo, no es posible establecer la relación de
estas piezas con otros ítems del registro, como tampoco entre
los diversos brazaletes en los conjuntos más numerosos. Con independencia de la utilización sepulcral puntual de Sarsa (o parte
de la cueva) señalada anteriormente, en el resto de yacimientos
la presencia de brazaletes de esquisto no puede relacionarse con
prácticas funerarias, por lo que cabe considerar que se trata de
elementos que forman parte del mundo de los vivos.
3. LOS BRAZALETES FINOS ¿UNA PRODUCCIÓN
PARA EL INTERCAMBIO?
Fig. 2. Algunos yacimientos peninsulares donde se han recuperado
brazaletes finos de esquisto: 1) Cueva de Nerja (Nerja, Málaga),
2) Cueva del Toro (Antequera, Málaga), 3) Cueva de la Carigüela
(Píñar, Granada), 4) Cueva de las Ventanas (Píñar, Granada),
5) Cueva del Agua (Prado Negro, Granada), 6) Cabecicos Negros
(Vera, Almería), 7) Cerro Virtud (Cuevas del Almanzora, Almería),
8) Sima de la Serreta (Cieza, Murcia), 9) Benàmer (Muro del Comtat,
Alicante), 10) Cova de la Sarsa (Bocairent, Valencia), 11) Cova
de l’Or (Beniarrés, Alicante), 12) Cova de les Cendres (MorairaTeulada, Alicante), 13) Cova del Montgó (Xàbia, Alicante), 14) Cova
Fosca (Ares, Castellón).
de neolitización peninsular. Atendiendo a la excepcionalidad de
su registro arqueológico, ambas cavidades se consideran lugares
de agregación en el conjunto de los Valles del Serpis. En ellas se
ha recuperado gran cantidad de ítems simbólicos y de prestigio
que van desde recipientes cerámicos con decoración simbólica,
instrumentos musicales, materiales colorantes y brazaletes de
esquisto. La presencia y exhibición de estos elementos de prestigio indica una funcionalidad de estos yacimientos que va más
allá de su uso como lugar de hábitat. El uso funerario puntual
de Cova de la Sarsa en los inicios del neolítico (García Borja et
al., 2011) no impide su utilización como espacio habitacional,
es más, incide en su especial significación social.
142
Estos objetos expresan un valor cultural compartido en un amplio territorio, como refleja el mapa anterior (fig. 2). Su peculiaridad viene dada por su propia naturaleza, por la materia prima
lítica utilizada para su fabricación que, en este caso, corresponde a rocas metamórficas (esquistos), cuyo ámbito litogénico se
localiza en otros dominios geológicos de los que afloran en el
área valenciana (Orozco, 2000), y pueden ponerse en relación
con algunos mantos y unidades de los dominios internos de las
Cordilleras Béticas (Alpujárride). Aunque estamos pendientes del análisis y comparación de las piezas arqueológicas con
muestras de campo, con certeza estas litologías de naturaleza
metamórfica no afloran en zonas cercanas a los yacimientos
valencianos considerados, y su obtención –bien de la materia
prima sin transformar o de piezas acabadas o fragmentos– se
realiza a través de un sistema de explotación indirecta, esto es,
a través de contactos e intercambios. Ello se confirma a partir
de los datos sobre explotación y transformación de este material
lítico documentados en algunos yacimientos neolíticos del SE
peninsular. El proceso de producción completo de los brazaletes finos de esquisto, identificando todos los pasos, está perfectamente documentado en el yacimiento de Cabecicos Negros
(Vera, Almería) (Goñi et al., 1999). La proximidad a la materia
prima, con numerosos afloramientos de esquisto en el entorno
cercano, es una variable que puede haber tenido importancia en
cuanto al desarrollo de estas artesanías en el yacimiento. Sin
embargo la cercanía a las fuentes de materia prima no es el úni-
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Los brazaletes de esquisto: un elemento de la identidad cardial
Fig. 3. Brazaletes de esquisto fragmentados a lo largo del proceso
de fabricación, recuperados en Cabecicos Negros (Vera, Almería).
Depósito: Museo de Almería.
co factor que pudo actuar como estímulo para desarrollar una
producción especializada; en otros yacimientos próximos, como
Cerro Virtud (Cuevas del Almanzora, Almería), estos adornos
aparecen en menor número o son testimoniales.
El proceso de fabricación está perfectamente diseñado
y las piezas resultantes son altamente estandarizadas (Goñi
et al., 1999). Comienza con la selección del material, y las
primeras modificaciones consisten en el trabajo y rebaje del
contorno exterior y del grosor de la plancha de pizarra, para ir
conformando la morfología general del brazalete. El siguiente paso en la producción es, con seguridad, uno de los más
delicados: la configuración y realización de la perforación.
Es uno de los momentos que requiere mayor atención a lo
largo del proceso por las posibilidades de fractura, que implicaría el desecho del esbozo (fig. 3). Posteriormente se realiza
un trabajo de modelado y regularización de las superficies,
que se lleva a cabo aplicando un proceso de raspado, que
deja profundas estrías, apreciables a simple vista; a medida
que se va realizando este adelgazamiento se va ampliando
la perforación. Finalmente, obtenidas las dimensiones deseadas, el último paso consiste en el pulimento de las superficies
y borde exterior, lo que confiere al objeto un aspecto pulido
y un tacto suave.
También se ha podido constatar en los niveles neolíticos
de Cabecicos Negros la elaboración in situ de brazaletes de
mármol y cuentas discoidales (Goñi et al., 2001). Quizás nos
encontremos ante un taller dedicado a la confección, no solo
de brazaletes, sino de diversos elementos de adorno personal.
Tomando en consideración el volumen de los restos que se
han recuperado en este yacimiento se aprecia que su fabricación va más allá de las necesidades de un grupo doméstico y
que esta producción se destinó, al menos en parte, al intercambio con otros grupos.
4. USO Y TRANSFORMACIÓN DE UN REGISTRO
FRAGMENTADO
Estos brazaletes, como ornamentos, fueron incorporados en la
vestimenta personal. El uso de estas piezas como pulsera, que son
portadas en el antebrazo o en el brazo se reconoce claramente a
partir de su morfología y dimensiones. Aunque no puede excluirse
su utilización en las extremidades inferiores, la rigidez del material
Fig. 4. Fragmentos de brazaletes procedentes de Cova de la Sarsa
(Bocairent, Valencia), presentan perforaciones en ambos extremos
que atraviesan la pieza.
lítico frente a la movilidad de la articulación permite considerar
que su utilización como tobillera no parece adecuada, aunque esta
opción que no puede descartarse por completo.
La fragilidad de estos brazaletes es una característica que
explica –en parte– su elevada fragmentación. Ante un registro
altamente fragmentado llama la atención el elevado número de
piezas recuperadas en Or y Sarsa que presentan una o dos perforaciones. Dominan las perforaciones de sección troncocónica
sobre las de sección cónica, lo que indica la direccionalidad de
este gesto técnico.
Aunque se ha señalado que el objeto de las perforaciones
es la reparación de los brazaletes, facilitando el atado de los
segmentos por medio de algún elemento (Pascual, 1988: 160),
consideramos que existen otras posibilidades. Por un lado, puede tratarse de un intento de agrandar o ampliar el diámetro de
las piezas, en lo que podría considerarse un ‘aumento de talla’;
pero también en muchos casos las perforaciones tienen como
finalidad transformar el fragmento de brazalete en colgante, realizando agujeros de suspensión (fig. 4).
Esto se aprecia de forma clara en el acondicionamiento
de uno o ambos extremos del fragmento (fig. 5), suavizando
la zona de fractura mediante un rebajado y pulido del remate
(fig. 6). Esta manipulación –posterior a la fractura– nos indica
la voluntad de conservar el objeto o una parte de él, si bien con
un cambio en el uso ornamental que ahora debe ser exhibido en
otra parte del cuerpo o de los ropajes (fig. 7). Los ornamentos
son formas culturales emotivas (provocan emociones) y memorables (provocan recuerdos), cuyo significado social y simbólico puede variar con el paso del tiempo.
Contextualmente, los adornos están estrechamente asociados con las personas y sus cuerpos, y así, inevitablemente, llegan a estar enlazados con sus prácticas sociales y relaciones, e
imbuidos de sus identidades (Skeates, 2010). Estos ornamentos,
a través del tiempo y del espacio también acumulan asociacio143
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T. Orozco Köhler
Fig. 7. Posible reutilización de los brazaletes de esquisto como
colgantes, atendiendo a las perforaciones que presentan los
fragmentos.
Fig. 5. En ocasiones la transformación del fragmento en colgante
comprende el acondicionamiento de ambos extremos. Pieza
procedente de Cova de l’Or (ref. 105.357 SIP).
nes y valores diversos, en un proceso dinámico, en particular
en el curso de su circulación a través de redes de intercambio.
Estos objetos pueden evocar emociones por sus cualidades visuales y materiales.
Algunos elementos de adorno parecen más valiosos o importantes tanto por estar confeccionados con materiales restringidos o exóticos como por ser distintivos visualmente. También
el grado de modificación física de un ornamento puede incrementar ese valor; ello se puede conseguir utilizando técnicas
como perforación y pulido, alterando en diversos grados la morfología original.
Esta transformación de brazaletes en un objeto menor como
son los colgantes, encaja con la definición propuesta por K.T.
Lillios (2010) sobre la fabricación de reliquias a través de la modificación y/o miniaturización de un objeto de valor, teniendo en
cuenta que no todas las reliquias son objetos sagrados. Aunque
la autora no considera justificado separar las reliquias en una
categoría de análisis (Lillios, 1999) sí que apunta algunas consideraciones interesantes, remarcando que sirven para propiciar
el recuerdo, para invocar un pasado distante, ancestral. Estos
objetos no son accesibles de la misma manera a los miembros de
una comunidad, su posesión puede ser el reflejo de diferencias
sociales, y se mantienen en uso o circulación durante un número
de generaciones.
5. FRAGMENTACIÓN INTENCIONAL
Fig. 6. Las modificaciones que presentan algunos fragmentos de
brazalete comprenden, además de la perforación, el rebaje y pulido
del extremo. Pieza procedente de Cova de l’Or (ref. 105.387 SIP).
144
La idea de que los objetos fragmentados son resultado de la
rotura accidental o de procesos tafonómicos, es decir procesos no relacionados con intencionalidad humana, está profundamente enraizada. No obstante, algunos autores (Chapman,
2000) han cuestionado esta premisa y exploran la posibilidad
de una fragmentación deliberada y uso de los fragmentos para
el establecimiento y mantenimiento de lazos entre personas
y grupos. Sus trabajos sobre materiales del neolítico balcánico aportan ideas sugerentes: en contextos arqueológicos, la
ausencia de remontajes puede indicar que los fragmentos de
objetos “incompletos” se transportaron fuera del sitio para su
uso o su deposición en otro lugar. Sus estudios han mostrado,
a través del remontaje de cerámicas y figurillas, el grado de
movilidad de un objeto tras su desperfecto o rotura, argumentando que diversos fragmentos de materiales seleccionados
fueron utilizados en intercambios, enlazando gentes y luga-
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Los brazaletes de esquisto: un elemento de la identidad cardial
res (Chapman y Gaydarska, 2007). El término que define está
práctica social es el de ‘encadenamiento’; los remontajes de
fragmentos encontrados en varios yacimientos, en ocasiones
alejados a gran distancia, se consideran ilustrativos de estas
transacciones o actividades sociales.
En el caso de los brazaletes finos en yacimientos valencianos no hemos localizado ningún remontaje entre yacimientos.
Los escasos fragmentos que remontan pertenecen a un mismo
yacimiento. Este hecho hace pensar en la posibilidad de que
no se trate únicamente de brazaletes rotos, sino de objetos incompletos. No podemos descartar la posibilidad de que estos
ornamentos llegaran a estos yacimientos y se depositaran incompletos. Podemos suponer que en ocasiones, a lo largo de la
prehistoria, los elementos intercambiados son fragmentos que
pueden –del mismo modo que un objeto completo– crear lazos
o relaciones entre personas o grupos, y transmitir el significado
simbólico de la pieza completa.
Tampoco podemos descartar la idea de que nos encontremos ante la destrucción deliberada de objetos de valor. Algunos
autores (Chapman, 2000) han señalado que la fragmentación
intencional de elementos de la cultura material puede constituir
un proceso asociado al duelo o luto. Los ornamentos sirven para
encarnar o reflejar roles y estatus, y tal vez la pérdida o desaparición de estas cualidades se plasme en la fragmentación y
amortización de brazaletes.
Un mismo objeto puede sufrir cambios en su valoración y
significado dependiendo de múltiples factores. La reutilización
y reincorporación de los brazaletes fragmentados al ornamento
personal es una forma de interactuar con el pasado.
6. ALGUNAS REFLEXIONES: LOS BRAZALETES
COMO ELEMENTOS DE MEMORIA
No podemos asumir con certeza que al romperse un brazalete acaba su utilidad y los fragmentos son amortizados. Las
partes de un objeto pueden desplazarse en el espacio y en
el tiempo desde la rotura, incluso pueden ser objeto de otra
fragmentación. Los fragmentos también traen a la memoria
el brazalete completo, pueden evocar recuerdos tanto colectivos como personales.
En el caso de los brazaletes finos de esquisto, la manipulación y acondicionamientos realizados para su transformación en
colgantes tras su fractura nos hablan del interés y la voluntad de
preservar estos ornamentos.
Las cualidades formales de la materia prima, sus caracteres visuales, textura y otros efectos juegan un papel importante
en el efecto de recordar. En este caso, el escaso grosor de los
brazaletes, el color oscuro de la roca empleada como soporte,
y el acabado pulido pueden motivar la rememoración de eventos, lugares geográficos o creencias con las que estos objetos se
asociaron. Esos recuerdos pueden jugar un papel crucial en la
formación de identidades y valores sociales compartidos.
La distribución geográfica de estas piezas es sugerente.
Un vistazo al mapa de yacimientos (fig. 2) nos muestra que
la presencia de estas piezas está ligada a buena parte de los
yacimientos en los que se ha definido el proceso de neolitización peninsular, con presencia de cerámicas impresas. Son
unas piezas que se relacionan claramente con las comunidades del ámbito mediterráneo.
También resulta interesante constatar donde no aparecen
estos objetos. En la zona catalana no encontramos brazaletes
finos de esquisto, lo que podría significar la posible existencia
de diferentes tradicionales culturales dentro del mundo cardial.
El hecho de que los conjuntos numerosos de estas piezas estén presentes en algunas cavidades peninsulares como Nerja,
Carigüela, Or o Sarsa incide en la idea del papel singular que
debieron tener estos espacios.
Aun con ciertas lagunas sobre el contexto deposicional preciso en muchos de los yacimientos, se puede afirmar que los
brazaletes de esquisto son elementos para los vivos, y no están
ligados a prácticas funerarias.
Estos ornamentos presentan cierta fragilidad y fácilmente
pueden fracturarse, perderse o ser destruidos. Se mantienen
en uso y se reutilizan durante algunas generaciones
porque tienen cierto valor para sus poseedores. En este
caso, los brazaletes finos de esquisto tienen una presencia
temporal acotada a las primeras fases del neolítico inicial,
y desaparecen del registro arqueológico valenciano en el V
milenio a.C., considerando los datos que ofrece Cova de les
Cendres (Pascual Benito, 2009). Si nos fijamos en la reciente
excavación de Benàmer (Torregrosa et al., 2011), los autores
indican que atendiendo a las características de las evidencias
que aparecen en el depósito donde se recuperó un brazalete
de esquisto y un fragmento de cerámica cardial, se trata de
objetos desechados. Este hallazgo, y la datación del contexto,
indica que en el V milenio a.C. la importancia y el aprecio
hacia estos objetos había decaído por completo. Ello puede
interpretarse como una reordenación de los valores sociales
y culturales de los grupos neolíticos, que pueden virar hacia
otros adornos, otra ideología y otros rituales.
Los adornos de materiales duraderos tienen un ciclo de producción, uso, circulación, durante el cual están asociados de
forma dinámica a lugares, grupos, personas y desplazamientos
dentro de las redes sociales. Los recuerdos asociados a estas piezas son olvidados cuando dejan de estar en uso. Los brazaletes
de esquisto no volverán a formar parte de la cultura material de
los grupos neolíticos. Su abandono o desuso indica el final de
un ciclo y una reordenación de los lazos sociales así como de
las redes y circuitos de intercambio que estuvieron en funcionamiento durante el mundo cardial. Tras este momento se configura un nuevo orden donde será necesaria una nueva identidad
social que se expresará por cauces diversos pero incorporando
otros elementos de adorno y de prestigio.
Todavía estamos lejos de conocer toda la información que
pueden aportar estos ornamentos, y son más los interrogantes
que se abren tras una breve revisión de los materiales recuperados en unos yacimientos paradigmáticos como Cova de l’Or
y Cova de la Sarsa. Este breve ensayo es un punto de partida,
a partir del cual se hace necesario profundizar en el estudio de
las colecciones, en las caracterizaciones petrológicas a fin de
confirmar o descartar procedencias, y en la cronología y temporalidad de los brazaletes, y su relación con otros apartados
del registro. Añadir el carácter nmemotécnico de unos objetos
tan singulares a la interpretación arqueológica puede ayudar a
entender su valor cultural y social.
145
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T. Orozco Köhler
AGRADECIMIENTOS
No quiero dejar de agradecer las facilidades que nos ofrecieron en
el Museo Arqueológico de Granada y en el Museo de Almería para
la consulta de sus fondos. El punto de partida de este trabajo en curso ha sido el Servei d’Investigació Prehistòrica de la Diputación de
Valencia, sus colecciones, y su personal, que conoce sobradamente
mi gratitud.
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