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GABRIELA MARTIN
{Valencia)
TERRA SIGILLATA CLARA «D» ESTAMPADA
DE PDLLENTIA
La ciudad romana de Pollentia fundada como colonia y oppidum
de derecho romano en 123 a. C. por Metellus Balearicus {1) está emplazada en el término municipal de Alcudia en la isla de Mallorca. En
torno a 1930 unos sondeos señalaron el emplazamiento de la ciudad y
a partir de 1952 se reanudaron las excavaciones arqueológicas bajo el
patrocinio de la William L. Bryant Fundation (2). Se desconoce por el
momento el area total de la ciudad ya que hasta ahora sólo ha sido
descubierto un lienzo de la muralla y el área excavada abarca un rectángulo de 64 por 43 metros según el plano de Raymon Listan. Fueron
identificadas una calle principal y varias casas con cinco niveles estratigráficos, seis a veces, que indican otras tantas fases de ocupación
de la ciudad, fechadas del modo siguiente:
Nivel VI. Corresponde a un poblado talayótico pre-romano con
construcciones circulares de grandes piedras asentadas sobre la roca
viva. El poblado fue destruido al construirse la ciudad romana y sus
cerámicas son exclusivamente indígenas hechas a mano con excepción de algunos fragmentos de campaniense A, seguramente infiltrados de estratos superiores.
(1) Estrabon lii, 5, l. Plinio, N. H. IH, 77. Mela U, 124. T. Livio, Ab urbe condíta pedocha, 60. Véase también pan un resumen completo de la situación jurldic11 de Pollentiu, A. BALIL: «Notas sobro las
Baleares Romanas~. IX Congreso Nacional de Arqueología (Valladolid, 1965), Zaragoza, 1966, págs.
310-317.
12) J. LLABRÉS BERNAL y R. ISASI RANSOME: «Excavaciones en los teiTenos donde estuvo enclavada la ciudad romana de l'ollentia (Baleares, Isla de Mallorca, Término muoidpal de Akudla)o. Memorias de la Junta Superior del Tesoro Artístico, núm. 13!. Madrid, 1934.
M. TARRADELL. D. E. WOODS, A. ARRIBAS: (Las excavaciones de la duded romana de Pollentia
(Alcudia-Mallorca)o. VII Congreso Arqueológico Nacional (Barcelona, 191301. Zaragoza, 1962, págs.
469-472. E. WOODS; «Tbe ro.man-calony Pollentia». WHliam L. Bryent Fundation, Co!ecci6n Ta!eiot de
Monograflas Mallorquinas núm. 5, Palma de Mallorca, 1970.
G MAR.'J'!N: •Le terra sigillata clara de Polientia•. The WilUaw L. Eryant Fundation (en prensa.).
W L. EB.\'ANT· •Adventures in Spanish Archaeology», Meetingweters Publicatlons 1972.
-
293 •
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G. MARTÍN
Nwel V. Es el nivel de fundación de la ciudad romana y va desde
el 123 a. C. hasta mediados del siglo I, presentando cerámica campaniense, pre-sigillata, barniz rojo interno pompeyano y cerámica de paredes finas.
Nivel IV. Ocupa aproximadamente el siglo I a. C. llegando hasta
los años 30-20 a. C. Presenta cerámica campaniense B con algunos
fragmentos de aretina.
Nivel III. Dura desde el 50 a. C. hasta la época augustea inclusive,
presenta cerámica campaniense B y principalmente aretina.
Nivel II. Desde la época de Augusto,llega hasta mediados del siglo
I d. C. con predominio de la sigillata aretina.
Nivel 1 y Superficial. Desde fines del siglo I d. C. hasta el total
abandono de la ciudad.
Los niveles estratigráficos han podido ser aislados en algunos
puntos de la ciudad, pero en la mayor parte del área excavada aparecen con los materiales mezclados de otros estratos, debido, en parte, a
remociones producidas por l'os trabajos agrícolas lo que impide muchas veces afinar la cronología, sobre todo en los estratos tardo-romanos.
La ciudad sufrió una destrucción parcial a mediados del siglo III,
fechada por un tesorillo de 18 monedas datadas desde Caracalla hasta Trajano Decio (249-251). La destrucción definitiva quedó fijada
por otro escondrijo de 90 monedas con fechas comprendidas entre finales del siglo IV y principios del V, de Graciano a Valentiniano IIL
No obstante, se ocuparon todavía algunas casas después de 435 d. C.
aprovechando y reconstruyendo algunas de las habitaciones más antiguas. Esta última ocupación pudo durar en precarias condiciones,
hasta un momento incierto de los siglos VI-VII, sin que podamos fijar
la fecha con exactitud pues se trata de niveles superficiales muy destruidos.
En la actualidad está en preparación para ser publicado por la
William L. Bryant Fundation, un estudio completo de las cerámicas de
Pollentia así como vidrios, objetos de metal y monedas, en el que colaboran diversos miembros de la Fundación, grupo del que forma parte
la autora de estas lineas, encargada del estudio de la Sigillata Clara,
ya en vías de publicación.
Decidimos sin embargo, adelantarnos a la aparición del corpus
pollentino cuya publicación posiblemente pueda tardar por tratarse
de una obra en colaboración y presentamos el conjunto expresivo si
bien que pequeño, de cerámicas pertenecientes al grupo Sigillata Cla- 294 -
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TERRA SlGILLATA CLARI
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ra D Estampada, por tratarse de un tipo que ha despertado una serie
de polémicas a la vez que está precisando en nuestra opinión ser revisado.
La T. S. clara D sin decoración y la T. S. ciara D estampada son la
misma cerámica tipológica y cronológicamente hablando, a la que
Lamboglia llamó «sigillata chiara D non decorata e sigillata chiara D
decorata a stampo» (3). La igualdad no ha sido siempre plenamente
aceptada sobre todo a la hora de darle nombre a la variedad decorada que aparece como «estampada romano-cristiana» y (
paleocristiana» según Palol (4) que posteriormente la llamará simplemente «cerámica estampada» (5). También la denominación «Cerámica estampada vermelha» (6), «Late Roman By C» (7), «céramique fine
africaine rouge-orange du IV si€lcle» (8) o «cerámicas estampadas rojas» (9) corresponden a la sigillata clara D con decoración.
Los trabajos de J. Rigoir (10) sobre sigillatas paleocristianas grises y
anaranjadas, nos demuestran que existe un grupo de ceránúca romana posterior al siglo IV a la que llama «sigillée orangée paléochrétienne» que hay que separar de la sigillata clara D pozque se trata
de dos tipos con cronología diferente (la paleocristiana parece que comienza a fmes del siglo IV o principios del V y la clara D está datada a
partir del 300 d. C.) síendo también distintos su expansión y lugares
de producción. Mientras la sigillata clara D tiene principalmente una
expansión mediterránea, posiblemente de origen africana, la paleocristiana roja-naranja tiene su origen en Provenza y valle del Ródano
t3) N. LAMBOGLIA: •Nuove osservadoni sulla oterra sigillata chiara1 lb, Rlvista Studl LJ.guri,
XXIX, 1-4, Bordighera 1963, pág. 180.
(4)
P. DE PALOL: «La cerámica estampada romano-cristiana•. IV CASE (Elche, 1948). Cartagena,
1940, págs. 450·468.
P. DE PALOL: •Cerámica estampada paleocristiana,, Actas del I Congreso Arqueológico de Marruecos Español (Tetuán, 1952). pág. 431 ss.
P. DE PALOL: •Cerilimica estampada paleocristlanao, R. C. R. F. Acta I, 1956.
(5) P. DE PALOL:
1967, pág. 360.
(6) A. e J. ALAR CA O: •Ger~mica estampada vennelha de Conimbdga•, Archivo de Baja XX-XXI, Be·
ja, 1963·64.
.
.
.
171 F. o. WAAGE: 1The American Excavations in the Atheruan Agora. FU"St Report: The Roman and
Byzantine Pottery». Hesperia II, 1933, págs. 279·328.
F. o. WAAGE: «Hellenistic and Roman Tahleware of North Syria. (Antloch-on-the-Orontes, IV, Part.
u, Ceramic and Islamic Coinsl~. Princetown Universíty 1948, págs. 1·45.
(8) J. BARADEZ: «Nouvelles fouilles a Tipas a: la céramique et les lampes !l. huila•. Lybica IX, 1961,
págs. 111-152.
(91 E. SERRANO: rLa terra sigi!lata del Teatro Romano de Málaga•. Caja de Ahorros Provincial de
Málaga, 1970.
(10) J. RIGOIR: oLa céramíque paléochrétienne sigillée grise>. Provence Historique, tome X, fase.
42, Marseille 1960.
J. RIGOIR: •Les sigillées paléochrétiennes grises ot orangéeS!l. Gallia XXVI, 19G8.
J. et Y. RIGOIR: «Les dérivés des sigiMespaléochrétiennes en Espagne.. Rivista Studi Liguri, XXXVII; 1/3. Borrlighem, 1973. págs. 33-68.
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G. MARTlN
con una expansión continental. Posiblemente entra en España a
través de los Pirineos y por el valle del Ebro (11 ). Esto justifica que no
aparezca paleocristiana anaranjada en Pollentia y en cambio sea
abundante la clara D.
La cerámica paleocristiana sea gris o anaranjada, lleva casi siempre decoración estampada, de ahí nuestro interés de que sean llamadas
con nombre distinto y bien düerenciado, la sigillata duraD decorada
y la sigillata paleocristiana anaranjada, ambas como ya dijimos, con
decoración estampada pero ambas también con origen, difusión y
cronología bien diferenciadas. También difieren las formas en los dos
tipos y mientras la decoración de la clara Des siempre en el fondo del
plato con una amplia gama de motivos geométricos, vegetales, animales, humanos y cristianos, la decoración de la cerámica paleocristiana
es mucho menos variada limitándose a motivos geométricos y florales
estampados sobre el borde plano y en la pared externa de los vasos,
siendo menos corriente la decoración en el fondo interno.
El tipo D es, sin la menor duda, la sigillata clara más abundante
en Pollentia, que presenta ptácticamente toda la tipología de Lamboglia con un buen número de variantes y alguna forma nueva.
La sigillata clara D se presenta en los tipos liso y decorado. La decoración conSiste en:
1) Cenefas estampadas con ruedecilla.
2) Motivos aislados, estampados con punzón o sello en relieve. Los
motivos decorativos son:
Geométricos.
Vegetales.
Animales.
Humanos.
Cristianos (cruces, animales y símbolos de significación cristiana).
Las formas suelen ser cuencos de tamaño medio, con diámetros
entre 10 y 20 centimetros y grandes platos de fondo plano o pie apenas marcado, con diámetros que oscilan entre 25 y 50 cm., aunque
esporádicamente pueden aparecer mayores.
El barniz y la pasta son parecidos a la sigillata clara A, siendo el
barniz ligeramente más opaco, y cubriendo sólo la parte interna del
vaso y el borde externo. Sólo esporádicamente aparece alguna pieza
( 111 Como parecen d100mostrar los hallazgos sailalados en la Meseta por L. CABALLERO ZOREDA:
•Cerámica sigillata gris y anaranjada palaoorlst!ana an España». Trabajos da Prehlstoria, 29, Madrid,
1972, pég. 190.
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TERRA SIGILLATA CLARA
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con barniz externo e interno. Las piezas lisas y decoradas no presentan diferencia alguna, aparte la decoración. Pertenecientes a las mismas fábricas, utilizan el mismo tipo de arcilla y barniz y se corresponden cronológicamente. Nunca aparece sigillata clara D estampada sin estar acompañada de mayor nómero de fagmentos pertenecientes a vasos lisos y a la vez, en un lote abundante de clara D lisa es
difícil que no aparezca algón fragmento decorado sea con ruedecilla o
con motivo aislado.
En cuanto al origen de la terra sigillata clara D, se ha venido
aceptando su origen africano, basándose en la abundancia de esta cerámica en el Norte de Africa. Palol .( 12)~ refiriéndose exclusivamente
a la decorada, le da un origen africano con sus principales centros en
Tónez, Argelia y Egipto( Baradez (13) considera africana tanto la lisa
como la decorada. Ya Lamboglia tiene sus dudas en cuanto al total
origen africano: «Ma non consente ancora di optare in modo definitivo per l'Africa como luogo d'origine di tutta la sigillata chiara D... >>
(14). Jodin y Ponsich (15), estudiando precisamente la variedad estampada de Marruecos, presentan un mapa de su distribución en la
Península Ibérica, opinando que se debería considerar una sigillata
clara D (céramique estampée) de origen hispánico. De A. y J. de Alarqiro (16), recogemos la opinión: «N!ío há porém pravas de que o seu fabrico tenba sido exclusivamente africano ou sequer de que esta ceramica se tenha fabricado ·primeiro na Africa e só depois por imitaq'áo
na Península Ibérica, sul da Galia ou Itália». Février {17) considera
que atribuir a esta cerámica un origen africano: «C' est 18. une affirmation gratuite qui ne repose sur aucune évidence archéologique 8. ce
jour».
Sin llegar a afirmaciones tan taxativas como las de Février, queremos señalar que una cosa es aceptar un posible origen y otra afirmar su exclusividad.
El mapa de Jodin y Ponsich {i8) es ilustrativo respecto a la densidad de los hallazgos en la Península Ibérica, mapa que hoy es ya per02) l'ALOL, notas 4 y 5.
!13) BARADEZ, nota 8.
(14) LAMBOGLIA, nota 3, pág. 181.
(15) A. JODIN et M. PONSICH: da céram1qua estamplie du Maroc Romaine-. Bul\etin d'Archéologle MI!Tocaine, IV, Rabat 1960,
A. JODIN et M. PONSICH: rNouvelles observations sur la céramique estampée du Maroc romaine1.
Bul!etin d'Archéologie Marocaine, VII, Rabat, 1767,
(16) ALAR¡;:AO, nota 6.
(17) P. A. FEVRIER: •Remarques préliminaires sur la céramique d'j'>frique du Nord (a propos des
fouilles de Sétifl>. Rivlste Studi Ligurl XXIX, 1-4, J!ordighlira 1963, pág. 125.ss.
08) JODIN' et PONSICH, nota 16.
•
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6
G. MARTÍN
fectamente ampliable con numerosos hallazgos posteriores a su publicación.
Hemos repetido ya otras veces que las grandes masas de sigillata
clara D (lisa y decorada) que los yacimientos proporcionan, proceden
de numerosos talleres dispersos por toda el área mediterránea en que
su presencia es señalada. No aceptamos en absoluto la idea de grandes movimientos comerciales cerámicos durante los siglos IV·V.
Otro problema es la cronología. El inicio en torno de 300 o un poco
antes, está repetidamente demostrado y su perduración durante todo
el siglo IV también está clara, pero la dificultad está en determinar la
fase fmal. Para Lamboglia (19) no debe prolongarse mucho más del
año 410. Palol (20) considera que la sigillata clara D estampada se fabricó en Africa y fue exportada hasta el439 d. C. data de la toma de
Cartago por los vándalos. A partir de esta fecha, talleres de Galia e
Hispania copiaron los tipos que siguieron fabricándose hasta mediados del siglo V. Pero nada indica que estos talleres no existieran en
Hispania ya desde el siglo IV paralelos a los norte africanos. El mismo
Palol (21) se refiere a esta cerámica considerándola de los mismos talleres que introducen en Hispania las lucernas cristianas Ya en el siglo
IV. Por lo tanto si estas lucernas eran fabricadas en Hispania en el siglo IV significa que los talleres ya funcionaban en Hispania antes de
la destrucción de Cartago por los vándalos en 439, fecha que según
Palol sería el limite de las exportaci9nes de sigillata clara D desde este
centro al resto del Mediterráneo.
La cronologfa dada al material de Marruecos por Jodin y Ponsich
basado en el hallazgo de Mogador (22), es de la primera mitad del siglo IV, con un conjunto de sigillata clara D estampada y lisa hallado
con 40 pequeños bronces de Constantino y lucernas con el crismón.
Para los Alan;:'áo (23): «Pode assim datar-se com seguran<;:a esta
cerdmica do século IV d. C.; provavelmente a su a produc;iio comec;ou
nos fins do século III, tornou-se mais frequente a partir do segundo
quartel do século IV e continuou, embora mais rara, na primeira :metade do século V».
F. Pallarés (24) receje datos precisos para la cronología de la clara
D a partir de unos fragmentos procedentes de Alejandría, decorados
con monedas en relieve de los emperadores Constancia (337-361 ), Vaj 19)
120)
LAMBOGLIA, nota 3, pág. 208.
PALOL, notas 4 y 5.
121) PALOL, nota 5, pág. 363.
j22J JOD!N et PONSICH, nota 15.
123) ALARGAO, nota 6, pág. 17.
1241 F. PALLARES: •Problemi della Tena Siglllata chiara decorata ITipi A,C,DI~. Istituto de Antichita Ravennatl e Bizantine. Istituto de Archaelogia dell'Uulversitá d! Bologna, 1972.
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TERRA SlGlLLATA CLARA
1
lente (364-378) y Juliano (361~363), que fijan esta producción en la
segunda mitad del siglo IV.Hayes (25), en un amplio trabajo sobre las sigillatas tardías, juntó
todas las variedades de clara en un gran grupo al que llama «african
red slip ware>>, estableciendo una nueva numeración y nomenclatura
de las forma.s. La obra tiene el interés de un catálogo monumental de
los principales yacimientos de Oriente, con numerosos mapas de distribución. Como a su propia nomenclatura junta, casi siempre, las de
Lamboglia y Salomonson, los tipos pueden identificarse sin gran dificultad, salvo excepciones. Consideramos, sin embargo, inutilizable su
nueva tipología de formas que complita todavía más, la ya compleja
clasificación de las si~illatas claras. Hayes divide la sigillata clara D
estampada en grupos, atendiendo a la decoración. El primero serían
motivos florales, el segundo animales o símbolos cristianos y la fase
final o tercer grupo, formada por temas cristianos, cruces con gemas,
figuras humanas y animales. La combinación de motivos varía de región para región formando estilos decorativos que propone dividir en
cinco grupos, con varias subdivisiones cada uno. La cronología de estos estilos estaría comprendida entre 320/600 d. C., pero el autor no
explica en q_ué elementos o estratigrafias basa esta división cronológica, ya que los materiales que presenta son casi siempre procedentes
de viejds fondos de los Museos del Mediterráneo Oriental. Por otra
parte, la división en tres grupos, atendiendo a la decoración, ya fue
hecha por Popescu (26) y por otros autores, sin que los límites cronológicos queden claros.
La sistematización cronológica realizada por Popescu (27) atendiendo a los motivos decorativos de la sigillata clara D, establece tres
tipos:
Tipo A. Cerámica decorada con motivos simples vegetales o
geométricos. Es la más antigua, comienza a finales del siglo III con su
mayor difusión en la primera mitad del siglo IV. Algunos motivos de
palmetas y circules pueden llegar hasta principios del siglo V.
[251 J. W. HAYES: «Late roman potery. A catalogue of roman fme ware•. Tha Briúsh Schoo! al RO·
me, 1972.
[261 E. POl'ESCU: •Cerámica romana tirela cu decor stampilat descoperlta la Hletrla•. Studli si Cercetari de Istorie Veche, 4, tomul 16, Bucarest, 1965, pégs. 695·724.
[271 POPESCU, nota 26.
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G, MARTÍN
Tipo B. Dibujos con representaciones humanas y animales de origen africano, fechados desde la mitad del siglo IV hasta principios del
siglo V.
Tipo C. Decoración de símbolos cristianos {peces, cruces de diversos tipos y otros símbolos). La delimitación cronológica de esta decoración es más larga, comenzando en la segunda mitad del siglo IV
hasta fines del VI. Se consideran más antiguas las figuras de peces
(mitad del siglo IV, principios del V), el crismón con la RHO abierta o
cerrada, es de los siglos V-VI, las cruces con bucles en las aspas y cruces monogramáticas son de la segunda mitad del siglo VI.
Estos datos cronológicos han sido obtenidos de los materiales de
Istria que coinciden, según el autor citado, con los de Antia quía y Atenas.
Esta clasificación de Popescu es un intento loable de establecer
una cronología de la sigillata clara D decorada, pero que presenta,
por el momento, problemas insolubles en la mayoría de los yacimientos. Afirmaciones tan taxativas sólo pueden ser basadas en estratigrafías clarísimas, que diffcilmente aparecen en los estratos más
tardíos o de abandono de un yacimiento. Aplicando esta cronología en
España, se hace patente, de inmediato, una contradicción: Las lucernas
con motivos cristianos en Hispania son, según Palol (28) del siglo IV.
Si estas lucernas de forma Dressel31, con decoración de cruces «gemmatas)), crismones, monogramas, signos RHO, etc., ya aparecen en el
siglo IV, no habría ninguna razón para que los mismos motivos ornamentales cristianos aparezcan en la cerámica sólo a partir de los siglos V-VI, así como las cruces con bucles en las aspas, en la segunda
mitad del siglo VI, según la cronología de Popescu, cuando al parecer
aparece este motivo mucho antes de las lucernas cristianas y las fábricas son las mismas que fabrican la cerámica de mesa que llamamos sigillata clara D. A no ser que pueda demostrarse una cronología
más antigua para los motivos cristianos en Hispania que en el Mediterráneo Oriental, hecho muy difícil y contrario a la propia expansión
del Cristianismo.
(281 •Los mismos talleres que introducen esta cerámica estampada fabrican las lámparas o candiles cristianos que tan frecuentemente hallamos y que debemos colocar en el siglo JV1, PALOL, nota 5,
pég. 3_63.
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TERRA SIGJLLATA CLARA
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El interesante conjunto de cerámica tardía y paleocristiana de
«;Els Antigons-Lucentum» {29), nos proporcionó una cronología básica
del IV-V, pero las condiciones especiales del hallazgo casual y los materiales hoy perdidos, no nos perinitió afinar la cronología todo lo que
hubiéramos deseado.
Veamos ahora qué posibilidades nos ofrecen los estratos de Pollentia. En primer lugar sus niveles arqueológicos tardíos aparecen
muy mezclados, aunque tenemos clara la segunda destrucción de la
ciudad en torno al435 d. C. y a esta época final puede perfectamente
pertenecer toda la sigillata clara D estampada con motivos cristianos
y las lucernas de forma Dressel 31 cristianas.
¿Cuál seria la cerámica lisa que acompañaba estos platos decorados más tardíos? La sigillata clara lisa que aparece junto con la estampada de motivos vegetales y geométricos es rigurosamente la
misma que encontramos con las piezas decoradas con motivos cristianos, tradicionalmente considerada más antigua, lo que tampoco
nos ayuda mucho a la hora de apurar la cronología. Como el abandono de la ciudad no fue total y un pequeño núcleo continuó viviendo
hasta un momento indeterminado de los siglos VI-VII, no podemos
negar ni afirmar con seguridad que algunas de las cerámicas con
motivos cristianos puedan ser de esta época tan tardía.
El número de ejemplares decorados con punzon~s de motivos aislados es pequeño si comparado con las piezas lisas, no obstante tenemos un buen conjunto de motivos decorativos.
Motivos geométricos:
dameros
cuadrados
círculos concéntricos
triángulos
rombos
Motivos vegetales:
palmetas
rosetas
hojas alargadas o de helecho
l29) M, TARRADELL y G. MARTIIil: •Els Antigons-:Lucentum. Una ciudad romana en.el casco urbano de Alic~nte•. Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 8, Valencia, 1970.
--J()Z -
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G. MARTÍN
10
Motivos animales:
palomas
aves
toros
liebres
peces
Figuras humanas
Motivos cristianos:
cruces
signos de RHO
símbolos animales
El mayor acierto de la obra de Hayes (30) estriba en citar ia; formas en que esta decoración aparece, lo que nos permite identificar
una serie de formas decoradas que coinciden con las 1, 9, 24, 41,
42, 51, 52, 53, 54, 55, de Lambogi.ia con algunas variantes y observar
que son formas comunes en Oriente y Occidente.
En cuanto a las formas decoradas con punzones que encontramos
en Pollentia, a causa de lo fragmentado de las piezas sólo tenemos· se-
guridad en la identificación de un fondo de forma Lamb. 55 estampado
con cruz «gemmata)) y figura masculina; un gran cuenco de pie m,uy
alto y borde horizontal de fonna comprendida entre las 52/55, estampadp con figura masculina que lleva un pez en la mano y un plato de
forma Lamb. 52 con figura de una cabra en posición de saltar.
El siguiente cuadro ilustra gráficamente las formas de sigillata
clara D lisa, el número de ejemplares de las mismas y las variantes
que han aparecido en Pollentia. Compárese con el escaso número de
formas decoradas, identificadas en el mismo yacimiento. Pero podemos afirmar que, prácticamente, todas las formas de sigillata clara D
aparecen decoradas en algún caso pues se trata de la misma cerámica
y como la decoración era efectuada con punzones sueltos, el decorar o
no los platos, era puramente facultativo de cada alfar.
(3G)
HA \'ES, nota 2!>
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TERRA SIGlLLATA CLARA
TliRRA SIGILLATA CLARA dll EN POLLENTIA
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sin variantes
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sin varlantet
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sin variantas
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Otras formas
4
1
Temas decorativos de la sigillata clara «D» de Pollentia
INVENTARIO
Cuando el tamaño del fragmento lo ha permitido, bemos calculado el diémetro del fondo del plato o
del área d~corada que nos permite tener una idea aprol
l.-Plato grande con decoración de dos ch;culoo concéntricos entre los que aparece una pequeña roseta. El fondo mide aprol
2.-l'lato de tamaño medio, la parte decorada ocupaba unos 10 cm. aproximdamente, con clrculos
concéntricos rematados por peque.l3o8 pétalos.
J.-Pequeño fragm&Dto del que no podemos calcular el tamafo.o. Decoración de cfrculos concéntricos oon rooota cenn-al muy estropeado.
4,-Pequello fragmenta pllCEicldo al anterior, poalblemente del mi8IIlo plato. Se aprecian Jos clrculos
concéntricos con roseta mal dibuJada y pequedaa llneu pa.ralelu enmarcando los clrculos.
5,-Plato grande, ls decoración ocup~ 14 cm. de diámetro y consiste en circules concéntricos alternados con motivo vegetal formando una boja o rama alargada.
6.-Plato de tamdo mediano, lll decorsdPn ncupaba 9 cm. de diémt~tro, con pequet'l.os clrculos
concéntricos alternados con ott-os meyoreB, e1tAa úitlmol rematados con hojltu de dibujo paco cuidada.
7,-Gran plato en el que la decoración ocupaba 22 cm. de diámetro, con círculos concéhtricos rematados con otro circulo de linea cortada, alternados con motivos verticales de ![llea cortada.
8-9.-Dos platos en los que elil.rea decorada ocupa 10 e JI cm. de diámetro. La decoroclón consista
en pequetlos rectángulos formando dameros.
10.-Plato de tamaño medlo,Ja decoración ocupa 10 cm. de diémetro alternando dameros con clrculos concéntricos rematados can otro circulo de linee cortada,
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"
Q. MAII.TtN
FJg. L
304
11/2)
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13
TERRA SIGILLATA CLARA
11.-Pequeilo fragmento en el que •e aprecia parte de un motivO' de cfrculos concéntricos con trilingu·
los centrales formando una flor estilizada:
12.-Pcqueñq fragmento con drculosaoncéntricos y pequeñas líneas paralelas.
13.-Gran pla~ en el que el área decorada ocupaba unos 24 cm. de diámetro. La decoración es de cenefa vegetal estilizada y tlnas lineas p11ralelijs.
14.--Plato grande con motivo vegetal formando espiga.
15.-Plato de tamaño medio, la decoración ocupa aproximadamente 9 cm. y consiste en hojas sueltas
en forro~ de corazón. Estas hojas o corazones estilizados !!parecen muchas veces formando cenefa en
torno del medallón central de las lucernas cristianas de forma Dressel 31. En el centro lleva otro motivo
indeterrni11ado incompleto de características geométricas.
16.--Fragmento con decoración de hojas.
17.-Fragmento con decoración vegetal formando espigas que se unen en la base.
18.-Plato grande con decoración geométrica-vegetal, formada por pequeños cuadrados que forman
cenefa.
19.-Plato decorado con cenefa de espigas rematadas por circulo con perla central.
20.-Pequei'io fragmento en el que se aprecian dos circules concéntricos con pétalos que forman
una flor.
21 .-Fragmento con cenefa de motivos fusiformes que recuerdan
ojo~.
22.-Plato de tamaño mP.dio. la decoración ocupa un espacio de 11 cm. de diámetro. los motivos son
de "ignificación cristiana y representan una paloma mirando a la izquierd!i franqueada por pequeñas
cruces. El dibujo debia seguramente repetirse cuatro veces.
23.-Pequeño fragmento con una paloma mirando a la derecha, motivo decorativo de significación
cristiana.
24. Pequeño fragmento con motivos decorativos incompletos, se aprecia la cabez~ de un ave, seguramente una paloma, y Jos pétalos de una flor.
25. Plato de tamaño medio en el que la decoración ocupa un espacio de 10 cm. de diámetro, se
aprecia la parte delantera de un ave de gran porte marchando a la derecha, po~iblemente un pavo o gallina.
26.-Plato de tamaño pequeño, el espacio decorado ocupa 8 cm. da diámetro con figuras pequeñas y
muy estilizadas de toros o cameros follllando cenefa, posiblemente cinco o 9eis de lGS que se apl"OCian
dos.
27 .-Plato de tamallo medio, los círculos concéntricos del fondo tienen 10 cm. de diámetro. Lleva una
figura aislada en el centro de la que se aprecia la cola de un ave.
28.-Plato de \¡¡maño grande de forma Lamb. 55 con figura central de una cabra en posición de saltar.
29.-Plato de tamaño pequell.o.la decoración está incompleta y no se identifica bien, podrla ser la cola de un pez.
30.-Fragmento con grafito R. M.
31.-Plato de tamaño medio, ~a aprecia una pequeña parte de la decoración de linea cortada y restos
de una letra o flor mal dibuJada.
32.-SeUo estampado Incompleto con las letras N E.
33.-Fragmento con dibujo Incompleto de un ánfora, se aprecia el pie y parte de la pan~a adornada
con gallones o estrías.
34-35.-Dos fragmentos del mismo plato, la decoración es de semic!rculos radiados que forman
cenefa.
36.-Fragmento con motivo central que representa el anagrama de Cristo con la RHO abierta.
37.-Fragmento del aspa superior de una cruz rematada por el signo RHO.
38.-Fragmento de una cruz o:gemmatat con pedrerías de distintos tamaños.
39.-Cruz •gemmata» con pedrería simétrica.
40.-Fragmento d~l brazo de una cruz •gemmata• con pedrería y rl!mbos incrUstados.
41.-Plato de tamai'lo grande, el pie mide 19'5 cm. de diámetro y el espacio decorado ocupa 16 cm.
de diámetro. Pertenece proballlemente a una forma Lamb. 55, una de las pocas dentro de la dara D, que
presentan el pie elevado. La decoración, de tema cristiano, presenta una cruz «gemmata• central con pe·
dreria y rombos, a la derecha figura masculina vestida con clámide y portando un •pilum~ o cetro en la
mano derecha, en la mano izquierda lleva una esfera. La decoración debíase completar con otra figura
semojante en el lado izqllierdo de la cruz.
42.-P\ato de tamaño medio, la boca mide 28 cm. de diámetro, el pie tiene una altura de 2"5 cm. y el
borde es plano saliente e inclinado hacia el exterior, tipo que corresponde a una forma Lamb. 51. Las pie·
zas de forma 51 que conocemos son grandes platos de fondo plano desprovistos de pie, por el contrario la
pieza que nOs ocupa lleva un pie altísimo incomLln en la sigillata clara D. inclusive en los platos de forma
I.amb. 55 que presentan a veces e\ pie alto, nunca lo es tanto como en esta pieza de Pollentia a la que hemos de considerar una excepción. La decoración presenta la figura incompleta Jel plato está roto en el
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G. MARTIN
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Fig, 2.
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TERRA SIGILLATA CLARA
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G. MARTíN
fondo por el lugar del dibl\.io) de un joven descalzo, el brazo derecho está levantado a la altura de la cabeza, en la mano izquierda lleva un pez colgando preso por la boca. Falta la cara y todo el tronco de la figu·
ra, apreciándose apenas los cabellos peinados en bucles. Es uri tema de significación cristiana.
Los motivos decorativos de la sigillata clara D estampada se repiten mucho en los diferentes yacimientos lo que dificulta poder separarlos por talleres. La monotonía en la decoración, ha contribuido
también a crear la idea de unos pocos y grandes centros de fabricación que distribuirían el producto por todo el Mediterráneo, pero no
creemos que esto sucediera durante mucho tiempo. Indudablemente
de la misma forma que llegaban a Hispania laudas sepulcrales de mosaico procedentes de Africa, llegaron también productos cerámicos,
pero siendo estos últimos más baratos y fáciles de copiar debieron ser
imitados rápidamente. Sabemos que a partir del siglo IV se fabrican
lucernas cristianas en Hispania y consecuentemente también cerámica contemporánea de las misn:as que reproducen idénticos motivos
ornamentales. Estos motivos, sobre todo los geométricos y vegetales,
reproducen la decoración sobre ladrillos y baldosas en las construcciones paleocristianas. De las representaciones animales está clara la
significación cristiana cuando se trata de peces o palomas, estas últimas van muchas veces alternadas con cruces, como el número 22 de
la figura 2, semejante a otro plato del Algarve (31) también con cruces
y aves. En las figuras de toros y leones podríamos ver el símbolo de
los evangelistas. Otros animales son de más dudosa interpretación o
puden ser un motivo decorativo sin otra pretensión, Las figuras humanas tienen casi siempre significación cristiana y reproducen a veces temas de monedas o medallas y de relieves y esculturas, como la
figura del Buen Pastor, un joven con un pez y figuras de eclesiásticos
con augusticlavia. El personaje de ia pieza 41 vestido con clámide
prendida con fíbula, lanza o cetro y esfera en la mano, puede represe:ó.tar uno de los hijos de Teodosio, seguramente Arcadio, tal como
aparece representado en el «clipem) de plata conservado en la Real
Academia de la Historia, que representa a Teodosio rodeado por sus
hijos; los dos príncipes llevan esferas en la mano y Arcadio sostiene
un cetro en su mano derecha. El disco, fechado en el año 388 o 393,
nos da un fecha que aplicada a la cerámica, cuya decoración muchas
veces copia temas de trabajos en metal, nos permite fechar nuestra
pieza a fines del siglo IV, lo que demuestra que los motivos humanos
en la sigillata estampada son tan antiguos como los vegetales o
geométricos.
131) H. ZEISS: •Sp~trllmische stempelverzierte Keramik aus Portugal und Spanien•. Homenagem a
Martins Sarmento. Guimaraes 1933, pag. 468, Abb. 1 n. 3.
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TERRA SIGILLATA CLARA
Vemos que a pesar de las muchas conjeturas que han venido haciéndose y de que el número de piezas y yacimientos conocidos y publicados ha aumentado considerablemente, nuestro conocimiento de
los límites cronológicos de esta cerámica sigillata clara D estampada
no van mucho más allá de los ya resumidos por Fletcher (32) en 1954.
Pueden desecharse las afinnaciones de Mouret y de Taracena (33) sobre que esta cerámica aparece ya en los siglos II y III, lo que no parece confirmar las excavaciones posteriores, pero continúa la duda respecto de la perduración de esta cerámica hasta el siglo VII que ya
apuntó Dechelette (34). Los últimos hallazgos de las excavaciones del
barrio de Benalúa en Alicante (35) parecen confirmar, según nos notifica el Dr. Llobregat que dirigió las excavaciones, la perduración de la
sigillata estampada hasta principios del siglo VIII, pero por tratarse
de un vertedero no puede ser la aproximación cronológica completamente definitiva y por el momento tenemos la seguridad de su plena
·producción en los siglos IV y V.
En general, los autores que han estudiado la decoración estampada en la sigillata clara D de las provincias orientales del Imperio, tienden a dar cronologías muy avanzadas, particularmente para los motivos humanos y cristianos, que en Occidente no han podido hasta ahora ser demostrados.
En Oriente, la cotinuación del Imperio, debió por propia inercia
mantener durante más tiempo la moda de la cerámica roja de mesa.
Las cerámicas llamadas <
sugieren algunos arqueólogos que trabajan en Oriente. En Occidente
el panorama es distinto. Los cambios sociales se reflejan en todos los
aspectos de la vida y por lo tanto también en la vida cotidiana. Nada
más cotidiano que los platos en que cada dia se come. En los comienzos de la Edad Media, con las invasiones bárbaras, la decadencia de
la vida urbana y la rigida división entre señores y siervos, provocó la
desaparición de los remanentes de una clase media que fue la consumidora de la cerámica fina de mesa. El rico, el señor, come en vaji(321 Véase un resumen de la cronologla de esta cerámica en D. FLETCHER VALLS: «La cueva y el
poblado dP. la Torre del Mal Paso~. Archivo de Prehistoria Levantina V, Valencia, 1950, pág. 210.
(33) F. MOURET: •Corpus Vasorum Antiquorum: Franc~. Collet.ion Mouret (Fouil\es d'Enserune)~,
P~f:. 12.
(341 J. DECHELETTE: «Les vases céramiques ornés de la Gaule Romaineo, Vol. Ir, Paris, 1904.
(351 Con anterioridad publicamos un lote de materiales hoy perdidos y recogidos en un manuscrito,
en el que aparecía un interesante conjunto de sigillata estampada procedente del barrio de Benahia don·
de estuyo situada la antigua Lucentum. V. nota 29.
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G, MARTÍN
lla de metal. El pobre, el siervo, seguirá utilizando, por siglos, por mi
lenios incluso, la cerámica vulgar, la de cocina, la misma que fabrica
da con idénticos métodos primitivos encontramos hoy en mercados y
ferias de cualquier país del tercer mundo. Una pequeña burguesía urbana, gran consumidora sin acceso a los servicios de metal, pero con
poder adquisitivo suficiente para poder exigir algo más refinado que los cacharros de cocina, fue quien utilizó durante el Imperio la sigillata gálica, hispánica
y clara para su mesa, afeites, perfumes, adorno y ofrendas funerarias. La desaparición de esta sociedad significó la decadencia de los alfares de cerámica
fina y desde mediados del siglo V y durante el VI y vn se fabricó cada vez menos cerámica de mesa.
En la Península Ibérica es donde esta secuencia podría ser bien
estudiada, porque tenemos con la invasión árabe un cambio en el gusto y la culinaria que indudablemente influenció la cerámica. Como la
cerámica árabe o de tracición árebe se conoce fácilmente, no nos es
dificil identificar «la anterior)) como las cerámicas de la fase final
post-imperial. Pudimos llegar a una conclusión de este tipo en las excavaciones de la ciudad romana de Valentía. Los estratos tardo-imperiales que correspondían a la sigillata clara C y D, habían sido casi en
su totalidad destruidos por los cimientos y sobre todo cisternas de las
casas de la Valencia árabe, que se mezclaban con la sigillata D, cerámica vidriada de verde y marrón de cuencos y barreños de tradición
árabe. En general en los estratos anteriores a la ocupación árabe y en
donde apareció una moneda visigoda, el número de fragmentos de cerámica roja o gris paleocristiana era insignificante en comparación
con la gran cantidad de cerámica vulgar o de cocina también conocida como «Vasos comunes)) creemos que impropiamente.
La cerámica sígillata clara D y la paleocristiana roja y gris, esta
última también llamada visigótica, lisas o con decoración estampada,
no fueron sustituidas por ninguna otra, fueron simplemente poco a
poco d~ando de ser fabricadas por falta de mercado y su total desaparición varia de WlOS lugares a otros, con mayor perduración en
Oriente como dijimos.
En la Península Ibérica, hasta el renacimiento de la tradición cerámica con el nuevo elemento árabe, la producción alfarera de los siglos VI, VII y VIII, debió ser limitada a la cerámica de cocina, limitada en todos los sentidos: la calidad, la cantidad y la distribución. Una
producción reducida a la ((rozza terracotta locale» para utilizar la definición de Lamboglia.
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GABRIELA MARTIN
{Valencia)
TERRA SIGILLATA CLARA «D» ESTAMPADA
DE PDLLENTIA
La ciudad romana de Pollentia fundada como colonia y oppidum
de derecho romano en 123 a. C. por Metellus Balearicus {1) está emplazada en el término municipal de Alcudia en la isla de Mallorca. En
torno a 1930 unos sondeos señalaron el emplazamiento de la ciudad y
a partir de 1952 se reanudaron las excavaciones arqueológicas bajo el
patrocinio de la William L. Bryant Fundation (2). Se desconoce por el
momento el area total de la ciudad ya que hasta ahora sólo ha sido
descubierto un lienzo de la muralla y el área excavada abarca un rectángulo de 64 por 43 metros según el plano de Raymon Listan. Fueron
identificadas una calle principal y varias casas con cinco niveles estratigráficos, seis a veces, que indican otras tantas fases de ocupación
de la ciudad, fechadas del modo siguiente:
Nivel VI. Corresponde a un poblado talayótico pre-romano con
construcciones circulares de grandes piedras asentadas sobre la roca
viva. El poblado fue destruido al construirse la ciudad romana y sus
cerámicas son exclusivamente indígenas hechas a mano con excepción de algunos fragmentos de campaniense A, seguramente infiltrados de estratos superiores.
(1) Estrabon lii, 5, l. Plinio, N. H. IH, 77. Mela U, 124. T. Livio, Ab urbe condíta pedocha, 60. Véase también pan un resumen completo de la situación jurldic11 de Pollentiu, A. BALIL: «Notas sobro las
Baleares Romanas~. IX Congreso Nacional de Arqueología (Valladolid, 1965), Zaragoza, 1966, págs.
310-317.
12) J. LLABRÉS BERNAL y R. ISASI RANSOME: «Excavaciones en los teiTenos donde estuvo enclavada la ciudad romana de l'ollentia (Baleares, Isla de Mallorca, Término muoidpal de Akudla)o. Memorias de la Junta Superior del Tesoro Artístico, núm. 13!. Madrid, 1934.
M. TARRADELL. D. E. WOODS, A. ARRIBAS: (Las excavaciones de la duded romana de Pollentia
(Alcudia-Mallorca)o. VII Congreso Arqueológico Nacional (Barcelona, 191301. Zaragoza, 1962, págs.
469-472. E. WOODS; «Tbe ro.man-calony Pollentia». WHliam L. Bryent Fundation, Co!ecci6n Ta!eiot de
Monograflas Mallorquinas núm. 5, Palma de Mallorca, 1970.
G MAR.'J'!N: •Le terra sigillata clara de Polientia•. The WilUaw L. Eryant Fundation (en prensa.).
W L. EB.\'ANT· •Adventures in Spanish Archaeology», Meetingweters Publicatlons 1972.
-
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G. MARTÍN
Nwel V. Es el nivel de fundación de la ciudad romana y va desde
el 123 a. C. hasta mediados del siglo I, presentando cerámica campaniense, pre-sigillata, barniz rojo interno pompeyano y cerámica de paredes finas.
Nivel IV. Ocupa aproximadamente el siglo I a. C. llegando hasta
los años 30-20 a. C. Presenta cerámica campaniense B con algunos
fragmentos de aretina.
Nivel III. Dura desde el 50 a. C. hasta la época augustea inclusive,
presenta cerámica campaniense B y principalmente aretina.
Nivel II. Desde la época de Augusto,llega hasta mediados del siglo
I d. C. con predominio de la sigillata aretina.
Nivel 1 y Superficial. Desde fines del siglo I d. C. hasta el total
abandono de la ciudad.
Los niveles estratigráficos han podido ser aislados en algunos
puntos de la ciudad, pero en la mayor parte del área excavada aparecen con los materiales mezclados de otros estratos, debido, en parte, a
remociones producidas por l'os trabajos agrícolas lo que impide muchas veces afinar la cronología, sobre todo en los estratos tardo-romanos.
La ciudad sufrió una destrucción parcial a mediados del siglo III,
fechada por un tesorillo de 18 monedas datadas desde Caracalla hasta Trajano Decio (249-251). La destrucción definitiva quedó fijada
por otro escondrijo de 90 monedas con fechas comprendidas entre finales del siglo IV y principios del V, de Graciano a Valentiniano IIL
No obstante, se ocuparon todavía algunas casas después de 435 d. C.
aprovechando y reconstruyendo algunas de las habitaciones más antiguas. Esta última ocupación pudo durar en precarias condiciones,
hasta un momento incierto de los siglos VI-VII, sin que podamos fijar
la fecha con exactitud pues se trata de niveles superficiales muy destruidos.
En la actualidad está en preparación para ser publicado por la
William L. Bryant Fundation, un estudio completo de las cerámicas de
Pollentia así como vidrios, objetos de metal y monedas, en el que colaboran diversos miembros de la Fundación, grupo del que forma parte
la autora de estas lineas, encargada del estudio de la Sigillata Clara,
ya en vías de publicación.
Decidimos sin embargo, adelantarnos a la aparición del corpus
pollentino cuya publicación posiblemente pueda tardar por tratarse
de una obra en colaboración y presentamos el conjunto expresivo si
bien que pequeño, de cerámicas pertenecientes al grupo Sigillata Cla- 294 -
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TERRA SlGILLATA CLARI
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ra D Estampada, por tratarse de un tipo que ha despertado una serie
de polémicas a la vez que está precisando en nuestra opinión ser revisado.
La T. S. clara D sin decoración y la T. S. ciara D estampada son la
misma cerámica tipológica y cronológicamente hablando, a la que
Lamboglia llamó «sigillata chiara D non decorata e sigillata chiara D
decorata a stampo» (3). La igualdad no ha sido siempre plenamente
aceptada sobre todo a la hora de darle nombre a la variedad decorada que aparece como «estampada romano-cristiana» y (
africaine rouge-orange du IV si€lcle» (8) o «cerámicas estampadas rojas» (9) corresponden a la sigillata clara D con decoración.
Los trabajos de J. Rigoir (10) sobre sigillatas paleocristianas grises y
anaranjadas, nos demuestran que existe un grupo de ceránúca romana posterior al siglo IV a la que llama «sigillée orangée paléochrétienne» que hay que separar de la sigillata clara D pozque se trata
de dos tipos con cronología diferente (la paleocristiana parece que comienza a fmes del siglo IV o principios del V y la clara D está datada a
partir del 300 d. C.) síendo también distintos su expansión y lugares
de producción. Mientras la sigillata clara D tiene principalmente una
expansión mediterránea, posiblemente de origen africana, la paleocristiana roja-naranja tiene su origen en Provenza y valle del Ródano
t3) N. LAMBOGLIA: •Nuove osservadoni sulla oterra sigillata chiara1 lb, Rlvista Studl LJ.guri,
XXIX, 1-4, Bordighera 1963, pág. 180.
(4)
P. DE PALOL: «La cerámica estampada romano-cristiana•. IV CASE (Elche, 1948). Cartagena,
1940, págs. 450·468.
P. DE PALOL: •Cerámica estampada paleocristiana,, Actas del I Congreso Arqueológico de Marruecos Español (Tetuán, 1952). pág. 431 ss.
P. DE PALOL: •Cerilimica estampada paleocristlanao, R. C. R. F. Acta I, 1956.
(5) P. DE PALOL:
(6) A. e J. ALAR CA O: •Ger~mica estampada vennelha de Conimbdga•, Archivo de Baja XX-XXI, Be·
ja, 1963·64.
.
.
.
171 F. o. WAAGE: 1The American Excavations in the Atheruan Agora. FU"St Report: The Roman and
Byzantine Pottery». Hesperia II, 1933, págs. 279·328.
F. o. WAAGE: «Hellenistic and Roman Tahleware of North Syria. (Antloch-on-the-Orontes, IV, Part.
u, Ceramic and Islamic Coinsl~. Princetown Universíty 1948, págs. 1·45.
(8) J. BARADEZ: «Nouvelles fouilles a Tipas a: la céramique et les lampes !l. huila•. Lybica IX, 1961,
págs. 111-152.
(91 E. SERRANO: rLa terra sigi!lata del Teatro Romano de Málaga•. Caja de Ahorros Provincial de
Málaga, 1970.
(10) J. RIGOIR: oLa céramíque paléochrétienne sigillée grise>. Provence Historique, tome X, fase.
42, Marseille 1960.
J. RIGOIR: •Les sigillées paléochrétiennes grises ot orangéeS!l. Gallia XXVI, 19G8.
J. et Y. RIGOIR: «Les dérivés des sigiMespaléochrétiennes en Espagne.. Rivista Studi Liguri, XXXVII; 1/3. Borrlighem, 1973. págs. 33-68.
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G. MARTlN
con una expansión continental. Posiblemente entra en España a
través de los Pirineos y por el valle del Ebro (11 ). Esto justifica que no
aparezca paleocristiana anaranjada en Pollentia y en cambio sea
abundante la clara D.
La cerámica paleocristiana sea gris o anaranjada, lleva casi siempre decoración estampada, de ahí nuestro interés de que sean llamadas
con nombre distinto y bien düerenciado, la sigillata duraD decorada
y la sigillata paleocristiana anaranjada, ambas como ya dijimos, con
decoración estampada pero ambas también con origen, difusión y
cronología bien diferenciadas. También difieren las formas en los dos
tipos y mientras la decoración de la clara Des siempre en el fondo del
plato con una amplia gama de motivos geométricos, vegetales, animales, humanos y cristianos, la decoración de la cerámica paleocristiana
es mucho menos variada limitándose a motivos geométricos y florales
estampados sobre el borde plano y en la pared externa de los vasos,
siendo menos corriente la decoración en el fondo interno.
El tipo D es, sin la menor duda, la sigillata clara más abundante
en Pollentia, que presenta ptácticamente toda la tipología de Lamboglia con un buen número de variantes y alguna forma nueva.
La sigillata clara D se presenta en los tipos liso y decorado. La decoración conSiste en:
1) Cenefas estampadas con ruedecilla.
2) Motivos aislados, estampados con punzón o sello en relieve. Los
motivos decorativos son:
Geométricos.
Vegetales.
Animales.
Humanos.
Cristianos (cruces, animales y símbolos de significación cristiana).
Las formas suelen ser cuencos de tamaño medio, con diámetros
entre 10 y 20 centimetros y grandes platos de fondo plano o pie apenas marcado, con diámetros que oscilan entre 25 y 50 cm., aunque
esporádicamente pueden aparecer mayores.
El barniz y la pasta son parecidos a la sigillata clara A, siendo el
barniz ligeramente más opaco, y cubriendo sólo la parte interna del
vaso y el borde externo. Sólo esporádicamente aparece alguna pieza
( 111 Como parecen d100mostrar los hallazgos sailalados en la Meseta por L. CABALLERO ZOREDA:
•Cerámica sigillata gris y anaranjada palaoorlst!ana an España». Trabajos da Prehlstoria, 29, Madrid,
1972, pég. 190.
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TERRA SIGILLATA CLARA
5
con barniz externo e interno. Las piezas lisas y decoradas no presentan diferencia alguna, aparte la decoración. Pertenecientes a las mismas fábricas, utilizan el mismo tipo de arcilla y barniz y se corresponden cronológicamente. Nunca aparece sigillata clara D estampada sin estar acompañada de mayor nómero de fagmentos pertenecientes a vasos lisos y a la vez, en un lote abundante de clara D lisa es
difícil que no aparezca algón fragmento decorado sea con ruedecilla o
con motivo aislado.
En cuanto al origen de la terra sigillata clara D, se ha venido
aceptando su origen africano, basándose en la abundancia de esta cerámica en el Norte de Africa. Palol .( 12)~ refiriéndose exclusivamente
a la decorada, le da un origen africano con sus principales centros en
Tónez, Argelia y Egipto( Baradez (13) considera africana tanto la lisa
como la decorada. Ya Lamboglia tiene sus dudas en cuanto al total
origen africano: «Ma non consente ancora di optare in modo definitivo per l'Africa como luogo d'origine di tutta la sigillata chiara D... >>
(14). Jodin y Ponsich (15), estudiando precisamente la variedad estampada de Marruecos, presentan un mapa de su distribución en la
Península Ibérica, opinando que se debería considerar una sigillata
clara D (céramique estampée) de origen hispánico. De A. y J. de Alarqiro (16), recogemos la opinión: «N!ío há porém pravas de que o seu fabrico tenba sido exclusivamente africano ou sequer de que esta ceramica se tenha fabricado ·primeiro na Africa e só depois por imitaq'áo
na Península Ibérica, sul da Galia ou Itália». Février {17) considera
que atribuir a esta cerámica un origen africano: «C' est 18. une affirmation gratuite qui ne repose sur aucune évidence archéologique 8. ce
jour».
Sin llegar a afirmaciones tan taxativas como las de Février, queremos señalar que una cosa es aceptar un posible origen y otra afirmar su exclusividad.
El mapa de Jodin y Ponsich {i8) es ilustrativo respecto a la densidad de los hallazgos en la Península Ibérica, mapa que hoy es ya per02) l'ALOL, notas 4 y 5.
!13) BARADEZ, nota 8.
(14) LAMBOGLIA, nota 3, pág. 181.
(15) A. JODIN et M. PONSICH: da céram1qua estamplie du Maroc Romaine-. Bul\etin d'Archéologle MI!Tocaine, IV, Rabat 1960,
A. JODIN et M. PONSICH: rNouvelles observations sur la céramique estampée du Maroc romaine1.
Bul!etin d'Archéologie Marocaine, VII, Rabat, 1767,
(16) ALAR¡;:AO, nota 6.
(17) P. A. FEVRIER: •Remarques préliminaires sur la céramique d'j'>frique du Nord (a propos des
fouilles de Sétifl>. Rivlste Studi Ligurl XXIX, 1-4, J!ordighlira 1963, pág. 125.ss.
08) JODIN' et PONSICH, nota 16.
•
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6
G. MARTÍN
fectamente ampliable con numerosos hallazgos posteriores a su publicación.
Hemos repetido ya otras veces que las grandes masas de sigillata
clara D (lisa y decorada) que los yacimientos proporcionan, proceden
de numerosos talleres dispersos por toda el área mediterránea en que
su presencia es señalada. No aceptamos en absoluto la idea de grandes movimientos comerciales cerámicos durante los siglos IV·V.
Otro problema es la cronología. El inicio en torno de 300 o un poco
antes, está repetidamente demostrado y su perduración durante todo
el siglo IV también está clara, pero la dificultad está en determinar la
fase fmal. Para Lamboglia (19) no debe prolongarse mucho más del
año 410. Palol (20) considera que la sigillata clara D estampada se fabricó en Africa y fue exportada hasta el439 d. C. data de la toma de
Cartago por los vándalos. A partir de esta fecha, talleres de Galia e
Hispania copiaron los tipos que siguieron fabricándose hasta mediados del siglo V. Pero nada indica que estos talleres no existieran en
Hispania ya desde el siglo IV paralelos a los norte africanos. El mismo
Palol (21) se refiere a esta cerámica considerándola de los mismos talleres que introducen en Hispania las lucernas cristianas Ya en el siglo
IV. Por lo tanto si estas lucernas eran fabricadas en Hispania en el siglo IV significa que los talleres ya funcionaban en Hispania antes de
la destrucción de Cartago por los vándalos en 439, fecha que según
Palol sería el limite de las exportaci9nes de sigillata clara D desde este
centro al resto del Mediterráneo.
La cronologfa dada al material de Marruecos por Jodin y Ponsich
basado en el hallazgo de Mogador (22), es de la primera mitad del siglo IV, con un conjunto de sigillata clara D estampada y lisa hallado
con 40 pequeños bronces de Constantino y lucernas con el crismón.
Para los Alan;:'áo (23): «Pode assim datar-se com seguran<;:a esta
cerdmica do século IV d. C.; provavelmente a su a produc;iio comec;ou
nos fins do século III, tornou-se mais frequente a partir do segundo
quartel do século IV e continuou, embora mais rara, na primeira :metade do século V».
F. Pallarés (24) receje datos precisos para la cronología de la clara
D a partir de unos fragmentos procedentes de Alejandría, decorados
con monedas en relieve de los emperadores Constancia (337-361 ), Vaj 19)
120)
LAMBOGLIA, nota 3, pág. 208.
PALOL, notas 4 y 5.
121) PALOL, nota 5, pág. 363.
j22J JOD!N et PONSICH, nota 15.
123) ALARGAO, nota 6, pág. 17.
1241 F. PALLARES: •Problemi della Tena Siglllata chiara decorata ITipi A,C,DI~. Istituto de Antichita Ravennatl e Bizantine. Istituto de Archaelogia dell'Uulversitá d! Bologna, 1972.
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TERRA SlGlLLATA CLARA
1
lente (364-378) y Juliano (361~363), que fijan esta producción en la
segunda mitad del siglo IV.Hayes (25), en un amplio trabajo sobre las sigillatas tardías, juntó
todas las variedades de clara en un gran grupo al que llama «african
red slip ware>>, estableciendo una nueva numeración y nomenclatura
de las forma.s. La obra tiene el interés de un catálogo monumental de
los principales yacimientos de Oriente, con numerosos mapas de distribución. Como a su propia nomenclatura junta, casi siempre, las de
Lamboglia y Salomonson, los tipos pueden identificarse sin gran dificultad, salvo excepciones. Consideramos, sin embargo, inutilizable su
nueva tipología de formas que complita todavía más, la ya compleja
clasificación de las si~illatas claras. Hayes divide la sigillata clara D
estampada en grupos, atendiendo a la decoración. El primero serían
motivos florales, el segundo animales o símbolos cristianos y la fase
final o tercer grupo, formada por temas cristianos, cruces con gemas,
figuras humanas y animales. La combinación de motivos varía de región para región formando estilos decorativos que propone dividir en
cinco grupos, con varias subdivisiones cada uno. La cronología de estos estilos estaría comprendida entre 320/600 d. C., pero el autor no
explica en q_ué elementos o estratigrafias basa esta división cronológica, ya que los materiales que presenta son casi siempre procedentes
de viejds fondos de los Museos del Mediterráneo Oriental. Por otra
parte, la división en tres grupos, atendiendo a la decoración, ya fue
hecha por Popescu (26) y por otros autores, sin que los límites cronológicos queden claros.
La sistematización cronológica realizada por Popescu (27) atendiendo a los motivos decorativos de la sigillata clara D, establece tres
tipos:
Tipo A. Cerámica decorada con motivos simples vegetales o
geométricos. Es la más antigua, comienza a finales del siglo III con su
mayor difusión en la primera mitad del siglo IV. Algunos motivos de
palmetas y circules pueden llegar hasta principios del siglo V.
[251 J. W. HAYES: «Late roman potery. A catalogue of roman fme ware•. Tha Briúsh Schoo! al RO·
me, 1972.
[261 E. POl'ESCU: •Cerámica romana tirela cu decor stampilat descoperlta la Hletrla•. Studli si Cercetari de Istorie Veche, 4, tomul 16, Bucarest, 1965, pégs. 695·724.
[271 POPESCU, nota 26.
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299 -
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8
G, MARTÍN
Tipo B. Dibujos con representaciones humanas y animales de origen africano, fechados desde la mitad del siglo IV hasta principios del
siglo V.
Tipo C. Decoración de símbolos cristianos {peces, cruces de diversos tipos y otros símbolos). La delimitación cronológica de esta decoración es más larga, comenzando en la segunda mitad del siglo IV
hasta fines del VI. Se consideran más antiguas las figuras de peces
(mitad del siglo IV, principios del V), el crismón con la RHO abierta o
cerrada, es de los siglos V-VI, las cruces con bucles en las aspas y cruces monogramáticas son de la segunda mitad del siglo VI.
Estos datos cronológicos han sido obtenidos de los materiales de
Istria que coinciden, según el autor citado, con los de Antia quía y Atenas.
Esta clasificación de Popescu es un intento loable de establecer
una cronología de la sigillata clara D decorada, pero que presenta,
por el momento, problemas insolubles en la mayoría de los yacimientos. Afirmaciones tan taxativas sólo pueden ser basadas en estratigrafías clarísimas, que diffcilmente aparecen en los estratos más
tardíos o de abandono de un yacimiento. Aplicando esta cronología en
España, se hace patente, de inmediato, una contradicción: Las lucernas
con motivos cristianos en Hispania son, según Palol (28) del siglo IV.
Si estas lucernas de forma Dressel31, con decoración de cruces «gemmatas)), crismones, monogramas, signos RHO, etc., ya aparecen en el
siglo IV, no habría ninguna razón para que los mismos motivos ornamentales cristianos aparezcan en la cerámica sólo a partir de los siglos V-VI, así como las cruces con bucles en las aspas, en la segunda
mitad del siglo VI, según la cronología de Popescu, cuando al parecer
aparece este motivo mucho antes de las lucernas cristianas y las fábricas son las mismas que fabrican la cerámica de mesa que llamamos sigillata clara D. A no ser que pueda demostrarse una cronología
más antigua para los motivos cristianos en Hispania que en el Mediterráneo Oriental, hecho muy difícil y contrario a la propia expansión
del Cristianismo.
(281 •Los mismos talleres que introducen esta cerámica estampada fabrican las lámparas o candiles cristianos que tan frecuentemente hallamos y que debemos colocar en el siglo JV1, PALOL, nota 5,
pég. 3_63.
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TERRA SIGJLLATA CLARA
'
El interesante conjunto de cerámica tardía y paleocristiana de
«;Els Antigons-Lucentum» {29), nos proporcionó una cronología básica
del IV-V, pero las condiciones especiales del hallazgo casual y los materiales hoy perdidos, no nos perinitió afinar la cronología todo lo que
hubiéramos deseado.
Veamos ahora qué posibilidades nos ofrecen los estratos de Pollentia. En primer lugar sus niveles arqueológicos tardíos aparecen
muy mezclados, aunque tenemos clara la segunda destrucción de la
ciudad en torno al435 d. C. y a esta época final puede perfectamente
pertenecer toda la sigillata clara D estampada con motivos cristianos
y las lucernas de forma Dressel 31 cristianas.
¿Cuál seria la cerámica lisa que acompañaba estos platos decorados más tardíos? La sigillata clara lisa que aparece junto con la estampada de motivos vegetales y geométricos es rigurosamente la
misma que encontramos con las piezas decoradas con motivos cristianos, tradicionalmente considerada más antigua, lo que tampoco
nos ayuda mucho a la hora de apurar la cronología. Como el abandono de la ciudad no fue total y un pequeño núcleo continuó viviendo
hasta un momento indeterminado de los siglos VI-VII, no podemos
negar ni afirmar con seguridad que algunas de las cerámicas con
motivos cristianos puedan ser de esta época tan tardía.
El número de ejemplares decorados con punzon~s de motivos aislados es pequeño si comparado con las piezas lisas, no obstante tenemos un buen conjunto de motivos decorativos.
Motivos geométricos:
dameros
cuadrados
círculos concéntricos
triángulos
rombos
Motivos vegetales:
palmetas
rosetas
hojas alargadas o de helecho
l29) M, TARRADELL y G. MARTIIil: •Els Antigons-:Lucentum. Una ciudad romana en.el casco urbano de Alic~nte•. Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 8, Valencia, 1970.
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G. MARTÍN
10
Motivos animales:
palomas
aves
toros
liebres
peces
Figuras humanas
Motivos cristianos:
cruces
signos de RHO
símbolos animales
El mayor acierto de la obra de Hayes (30) estriba en citar ia; formas en que esta decoración aparece, lo que nos permite identificar
una serie de formas decoradas que coinciden con las 1, 9, 24, 41,
42, 51, 52, 53, 54, 55, de Lambogi.ia con algunas variantes y observar
que son formas comunes en Oriente y Occidente.
En cuanto a las formas decoradas con punzones que encontramos
en Pollentia, a causa de lo fragmentado de las piezas sólo tenemos· se-
guridad en la identificación de un fondo de forma Lamb. 55 estampado
con cruz «gemmata)) y figura masculina; un gran cuenco de pie m,uy
alto y borde horizontal de fonna comprendida entre las 52/55, estampadp con figura masculina que lleva un pez en la mano y un plato de
forma Lamb. 52 con figura de una cabra en posición de saltar.
El siguiente cuadro ilustra gráficamente las formas de sigillata
clara D lisa, el número de ejemplares de las mismas y las variantes
que han aparecido en Pollentia. Compárese con el escaso número de
formas decoradas, identificadas en el mismo yacimiento. Pero podemos afirmar que, prácticamente, todas las formas de sigillata clara D
aparecen decoradas en algún caso pues se trata de la misma cerámica
y como la decoración era efectuada con punzones sueltos, el decorar o
no los platos, era puramente facultativo de cada alfar.
(3G)
HA \'ES, nota 2!>
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TERRA SIGlLLATA CLARA
TliRRA SIGILLATA CLARA dll EN POLLENTIA
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FORMAS
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DE PIEZAS
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variantes
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con variantes
sin variantes
sin vllriantea
con variantes
sin variantes
con variantes
sin varlantet
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9
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sin variantes
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Otras formas
4
1
Temas decorativos de la sigillata clara «D» de Pollentia
INVENTARIO
Cuando el tamaño del fragmento lo ha permitido, bemos calculado el diémetro del fondo del plato o
del área d~corada que nos permite tener una idea aprol
concéntricos rematados por peque.l3o8 pétalos.
J.-Pequeño fragm&Dto del que no podemos calcular el tamafo.o. Decoración de cfrculos concéntricos oon rooota cenn-al muy estropeado.
4,-Pequello fragmenta pllCEicldo al anterior, poalblemente del mi8IIlo plato. Se aprecian Jos clrculos
concéntricos con roseta mal dibuJada y pequedaa llneu pa.ralelu enmarcando los clrculos.
5,-Plato grande, ls decoración ocup~ 14 cm. de diámetro y consiste en circules concéntricos alternados con motivo vegetal formando una boja o rama alargada.
6.-Plato de tamdo mediano, lll decorsdPn ncupaba 9 cm. de diémt~tro, con pequet'l.os clrculos
concéntricos alternados con ott-os meyoreB, e1tAa úitlmol rematados con hojltu de dibujo paco cuidada.
7,-Gran plato en el que la decoración ocupaba 22 cm. de diámetro, con círculos concéhtricos rematados con otro circulo de linea cortada, alternados con motivos verticales de ![llea cortada.
8-9.-Dos platos en los que elil.rea decorada ocupa 10 e JI cm. de diámetro. La decoroclón consista
en pequetlos rectángulos formando dameros.
10.-Plato de tamaño medlo,Ja decoración ocupa 10 cm. de diémetro alternando dameros con clrculos concéntricos rematados can otro circulo de linee cortada,
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"
Q. MAII.TtN
FJg. L
304
11/2)
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13
TERRA SIGILLATA CLARA
11.-Pequeilo fragmento en el que •e aprecia parte de un motivO' de cfrculos concéntricos con trilingu·
los centrales formando una flor estilizada:
12.-Pcqueñq fragmento con drculosaoncéntricos y pequeñas líneas paralelas.
13.-Gran pla~ en el que el área decorada ocupaba unos 24 cm. de diámetro. La decoración es de cenefa vegetal estilizada y tlnas lineas p11ralelijs.
14.--Plato grande con motivo vegetal formando espiga.
15.-Plato de tamaño medio, la decoración ocupa aproximadamente 9 cm. y consiste en hojas sueltas
en forro~ de corazón. Estas hojas o corazones estilizados !!parecen muchas veces formando cenefa en
torno del medallón central de las lucernas cristianas de forma Dressel 31. En el centro lleva otro motivo
indeterrni11ado incompleto de características geométricas.
16.--Fragmento con decoración de hojas.
17.-Fragmento con decoración vegetal formando espigas que se unen en la base.
18.-Plato grande con decoración geométrica-vegetal, formada por pequeños cuadrados que forman
cenefa.
19.-Plato decorado con cenefa de espigas rematadas por circulo con perla central.
20.-Pequei'io fragmento en el que se aprecian dos circules concéntricos con pétalos que forman
una flor.
21 .-Fragmento con cenefa de motivos fusiformes que recuerdan
ojo~.
22.-Plato de tamaño mP.dio. la decoración ocupa un espacio de 11 cm. de diámetro. los motivos son
de "ignificación cristiana y representan una paloma mirando a la izquierd!i franqueada por pequeñas
cruces. El dibujo debia seguramente repetirse cuatro veces.
23.-Pequeño fragmento con una paloma mirando a la derecha, motivo decorativo de significación
cristiana.
24. Pequeño fragmento con motivos decorativos incompletos, se aprecia la cabez~ de un ave, seguramente una paloma, y Jos pétalos de una flor.
25. Plato de tamaño medio en el que la decoración ocupa un espacio de 10 cm. de diámetro, se
aprecia la parte delantera de un ave de gran porte marchando a la derecha, po~iblemente un pavo o gallina.
26.-Plato de tamaño pequeño, el espacio decorado ocupa 8 cm. da diámetro con figuras pequeñas y
muy estilizadas de toros o cameros follllando cenefa, posiblemente cinco o 9eis de lGS que se apl"OCian
dos.
27 .-Plato de tamallo medio, los círculos concéntricos del fondo tienen 10 cm. de diámetro. Lleva una
figura aislada en el centro de la que se aprecia la cola de un ave.
28.-Plato de \¡¡maño grande de forma Lamb. 55 con figura central de una cabra en posición de saltar.
29.-Plato de tamaño pequell.o.la decoración está incompleta y no se identifica bien, podrla ser la cola de un pez.
30.-Fragmento con grafito R. M.
31.-Plato de tamaño medio, ~a aprecia una pequeña parte de la decoración de linea cortada y restos
de una letra o flor mal dibuJada.
32.-SeUo estampado Incompleto con las letras N E.
33.-Fragmento con dibujo Incompleto de un ánfora, se aprecia el pie y parte de la pan~a adornada
con gallones o estrías.
34-35.-Dos fragmentos del mismo plato, la decoración es de semic!rculos radiados que forman
cenefa.
36.-Fragmento con motivo central que representa el anagrama de Cristo con la RHO abierta.
37.-Fragmento del aspa superior de una cruz rematada por el signo RHO.
38.-Fragmento de una cruz o:gemmatat con pedrerías de distintos tamaños.
39.-Cruz •gemmata» con pedrería simétrica.
40.-Fragmento d~l brazo de una cruz •gemmata• con pedrería y rl!mbos incrUstados.
41.-Plato de tamai'lo grande, el pie mide 19'5 cm. de diámetro y el espacio decorado ocupa 16 cm.
de diámetro. Pertenece proballlemente a una forma Lamb. 55, una de las pocas dentro de la dara D, que
presentan el pie elevado. La decoración, de tema cristiano, presenta una cruz «gemmata• central con pe·
dreria y rombos, a la derecha figura masculina vestida con clámide y portando un •pilum~ o cetro en la
mano derecha, en la mano izquierda lleva una esfera. La decoración debíase completar con otra figura
semojante en el lado izqllierdo de la cruz.
42.-P\ato de tamaño medio, la boca mide 28 cm. de diámetro, el pie tiene una altura de 2"5 cm. y el
borde es plano saliente e inclinado hacia el exterior, tipo que corresponde a una forma Lamb. 51. Las pie·
zas de forma 51 que conocemos son grandes platos de fondo plano desprovistos de pie, por el contrario la
pieza que nOs ocupa lleva un pie altísimo incomLln en la sigillata clara D. inclusive en los platos de forma
I.amb. 55 que presentan a veces e\ pie alto, nunca lo es tanto como en esta pieza de Pollentia a la que hemos de considerar una excepción. La decoración presenta la figura incompleta Jel plato está roto en el
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G. MARTIN
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Fig, 2.
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G. MARTíN
fondo por el lugar del dibl\.io) de un joven descalzo, el brazo derecho está levantado a la altura de la cabeza, en la mano izquierda lleva un pez colgando preso por la boca. Falta la cara y todo el tronco de la figu·
ra, apreciándose apenas los cabellos peinados en bucles. Es uri tema de significación cristiana.
Los motivos decorativos de la sigillata clara D estampada se repiten mucho en los diferentes yacimientos lo que dificulta poder separarlos por talleres. La monotonía en la decoración, ha contribuido
también a crear la idea de unos pocos y grandes centros de fabricación que distribuirían el producto por todo el Mediterráneo, pero no
creemos que esto sucediera durante mucho tiempo. Indudablemente
de la misma forma que llegaban a Hispania laudas sepulcrales de mosaico procedentes de Africa, llegaron también productos cerámicos,
pero siendo estos últimos más baratos y fáciles de copiar debieron ser
imitados rápidamente. Sabemos que a partir del siglo IV se fabrican
lucernas cristianas en Hispania y consecuentemente también cerámica contemporánea de las misn:as que reproducen idénticos motivos
ornamentales. Estos motivos, sobre todo los geométricos y vegetales,
reproducen la decoración sobre ladrillos y baldosas en las construcciones paleocristianas. De las representaciones animales está clara la
significación cristiana cuando se trata de peces o palomas, estas últimas van muchas veces alternadas con cruces, como el número 22 de
la figura 2, semejante a otro plato del Algarve (31) también con cruces
y aves. En las figuras de toros y leones podríamos ver el símbolo de
los evangelistas. Otros animales son de más dudosa interpretación o
puden ser un motivo decorativo sin otra pretensión, Las figuras humanas tienen casi siempre significación cristiana y reproducen a veces temas de monedas o medallas y de relieves y esculturas, como la
figura del Buen Pastor, un joven con un pez y figuras de eclesiásticos
con augusticlavia. El personaje de ia pieza 41 vestido con clámide
prendida con fíbula, lanza o cetro y esfera en la mano, puede represe:ó.tar uno de los hijos de Teodosio, seguramente Arcadio, tal como
aparece representado en el «clipem) de plata conservado en la Real
Academia de la Historia, que representa a Teodosio rodeado por sus
hijos; los dos príncipes llevan esferas en la mano y Arcadio sostiene
un cetro en su mano derecha. El disco, fechado en el año 388 o 393,
nos da un fecha que aplicada a la cerámica, cuya decoración muchas
veces copia temas de trabajos en metal, nos permite fechar nuestra
pieza a fines del siglo IV, lo que demuestra que los motivos humanos
en la sigillata estampada son tan antiguos como los vegetales o
geométricos.
131) H. ZEISS: •Sp~trllmische stempelverzierte Keramik aus Portugal und Spanien•. Homenagem a
Martins Sarmento. Guimaraes 1933, pag. 468, Abb. 1 n. 3.
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TERRA SIGILLATA CLARA
Vemos que a pesar de las muchas conjeturas que han venido haciéndose y de que el número de piezas y yacimientos conocidos y publicados ha aumentado considerablemente, nuestro conocimiento de
los límites cronológicos de esta cerámica sigillata clara D estampada
no van mucho más allá de los ya resumidos por Fletcher (32) en 1954.
Pueden desecharse las afinnaciones de Mouret y de Taracena (33) sobre que esta cerámica aparece ya en los siglos II y III, lo que no parece confirmar las excavaciones posteriores, pero continúa la duda respecto de la perduración de esta cerámica hasta el siglo VII que ya
apuntó Dechelette (34). Los últimos hallazgos de las excavaciones del
barrio de Benalúa en Alicante (35) parecen confirmar, según nos notifica el Dr. Llobregat que dirigió las excavaciones, la perduración de la
sigillata estampada hasta principios del siglo VIII, pero por tratarse
de un vertedero no puede ser la aproximación cronológica completamente definitiva y por el momento tenemos la seguridad de su plena
·producción en los siglos IV y V.
En general, los autores que han estudiado la decoración estampada en la sigillata clara D de las provincias orientales del Imperio, tienden a dar cronologías muy avanzadas, particularmente para los motivos humanos y cristianos, que en Occidente no han podido hasta ahora ser demostrados.
En Oriente, la cotinuación del Imperio, debió por propia inercia
mantener durante más tiempo la moda de la cerámica roja de mesa.
Las cerámicas llamadas <
el panorama es distinto. Los cambios sociales se reflejan en todos los
aspectos de la vida y por lo tanto también en la vida cotidiana. Nada
más cotidiano que los platos en que cada dia se come. En los comienzos de la Edad Media, con las invasiones bárbaras, la decadencia de
la vida urbana y la rigida división entre señores y siervos, provocó la
desaparición de los remanentes de una clase media que fue la consumidora de la cerámica fina de mesa. El rico, el señor, come en vaji(321 Véase un resumen de la cronologla de esta cerámica en D. FLETCHER VALLS: «La cueva y el
poblado dP. la Torre del Mal Paso~. Archivo de Prehistoria Levantina V, Valencia, 1950, pág. 210.
(33) F. MOURET: •Corpus Vasorum Antiquorum: Franc~. Collet.ion Mouret (Fouil\es d'Enserune)~,
P~f:. 12.
(341 J. DECHELETTE: «Les vases céramiques ornés de la Gaule Romaineo, Vol. Ir, Paris, 1904.
(351 Con anterioridad publicamos un lote de materiales hoy perdidos y recogidos en un manuscrito,
en el que aparecía un interesante conjunto de sigillata estampada procedente del barrio de Benahia don·
de estuyo situada la antigua Lucentum. V. nota 29.
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G, MARTÍN
lla de metal. El pobre, el siervo, seguirá utilizando, por siglos, por mi
lenios incluso, la cerámica vulgar, la de cocina, la misma que fabrica
da con idénticos métodos primitivos encontramos hoy en mercados y
ferias de cualquier país del tercer mundo. Una pequeña burguesía urbana, gran consumidora sin acceso a los servicios de metal, pero con
poder adquisitivo suficiente para poder exigir algo más refinado que los cacharros de cocina, fue quien utilizó durante el Imperio la sigillata gálica, hispánica
y clara para su mesa, afeites, perfumes, adorno y ofrendas funerarias. La desaparición de esta sociedad significó la decadencia de los alfares de cerámica
fina y desde mediados del siglo V y durante el VI y vn se fabricó cada vez menos cerámica de mesa.
En la Península Ibérica es donde esta secuencia podría ser bien
estudiada, porque tenemos con la invasión árabe un cambio en el gusto y la culinaria que indudablemente influenció la cerámica. Como la
cerámica árabe o de tracición árebe se conoce fácilmente, no nos es
dificil identificar «la anterior)) como las cerámicas de la fase final
post-imperial. Pudimos llegar a una conclusión de este tipo en las excavaciones de la ciudad romana de Valentía. Los estratos tardo-imperiales que correspondían a la sigillata clara C y D, habían sido casi en
su totalidad destruidos por los cimientos y sobre todo cisternas de las
casas de la Valencia árabe, que se mezclaban con la sigillata D, cerámica vidriada de verde y marrón de cuencos y barreños de tradición
árabe. En general en los estratos anteriores a la ocupación árabe y en
donde apareció una moneda visigoda, el número de fragmentos de cerámica roja o gris paleocristiana era insignificante en comparación
con la gran cantidad de cerámica vulgar o de cocina también conocida como «Vasos comunes)) creemos que impropiamente.
La cerámica sígillata clara D y la paleocristiana roja y gris, esta
última también llamada visigótica, lisas o con decoración estampada,
no fueron sustituidas por ninguna otra, fueron simplemente poco a
poco d~ando de ser fabricadas por falta de mercado y su total desaparición varia de WlOS lugares a otros, con mayor perduración en
Oriente como dijimos.
En la Península Ibérica, hasta el renacimiento de la tradición cerámica con el nuevo elemento árabe, la producción alfarera de los siglos VI, VII y VIII, debió ser limitada a la cerámica de cocina, limitada en todos los sentidos: la calidad, la cantidad y la distribución. Una
producción reducida a la ((rozza terracotta locale» para utilizar la definición de Lamboglia.
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